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MAY 2 2 1989

Moscosoa

[VOLUMEN 5 1989

Luis Ariza Julia. . . una dedicatoria 1.

Las Acacias (Acacia, Mimosaceae) de la Española: dos nuevas, una mejor descrita, y una clave para todas, las indígenas así como las cultivadas. 4. R.C. Barneby & T. A. Zanoni.

La flora y la vegetación de Isla Catalina, República Dominicana. 28. T. A. Zanoni, M. M.Mejía, J. D. Pimentel, B., R. G. G. García G.

Estudio ecofloristico comparativo del bosque seco subtropical de Azua y Monte Cristi, Republica Dominicana. 55. R. R. García & N. Alba V.

Notas sobre la flora de la Isla Española. III 85. T. A. Zanoni & M. M. Mejía P:

Usos y nombres de plantas en una zona rural de Haití. 116. T. A. Zanoni, G. Hyvert, M. M. Mejía P., & C. Laurent.

Three new Hispaniolan species of Tabebuia (Bignoniaceae). 134. A. H. Gentry

Estudios en los macromicetos de la República Dominicana. | 142. C. A. Rodriguez Gallart

Essential oils of plants from Hispaniola: 1. The volatile wood oil of Cinnamodendron ekmani (Canellaceae). 154. R.P. Adams & T. A. Zanoni.

A floristic study of five sites along an elevational transect in the Sierra de Baoruco, Prov. Pedernales, Dominican Republic. 159. L. L. Fisher-Meerow & W. S. Judd

Miscellaneous notes on Antillean mosses, 1. Thelia (Anomodontaceae) and Acaulon (Pottiaceae) new to the West Indies. 186. W. R. Buck.

Miscellaneous notes on Antillean mosses, 2. Rhaphidostichum (Sematophyllaceae) in the New World. 189. W.R. Buck

MOSCOSOA

Contribuciones Científicas del Jardín Botánico Nacional ‘‘Dr. Rafael M. Mos- coso”.

MOSCOSOA contiene artículos científicos sobre la botánica, especialmen- te sistemática de plantas (incluyendo estudios floristicos, monografía, quimo- taxonomía, y taxonomía numérica); morfología, anatomía, citología, paleo- botánica, biología de polenización, ecología, ernobotánica, y botánica econó- mica, especialmente cuando se relaciona ala ecología y taxonomía de plantas.

Su alcance geográfico se definió primordialmente como la isla Española (la República Dominicana y Haití), pero incluye también las otras islas del Caribe (Antillas Occidentales). Artículos acerca de las zonas próximas al Caribe pueden ser consideradas previa consulta con el Editor.

Se prefieren artículos escritos en español. Sin embargo se aceptarán artícu- los en inglés o fracés (los idiomas principales hablados en el Caribe), a los cuales deberá ser añadido un adecuado resumen adicional en español, en cada caso.

La revista MOSCOSOA incluye las obras de los científicos del Jardín Bota- nico Nacional y los colaboradores fuera de la institución. Los autores pueden consultar con el Editor acerca de la conformidad de sus temas para la revista.

EDITOR Thomas A. Zanoni

COMITE EDITORIAL Julio Cicero Donald D. Dod Bassett Maguire

Nota: Todos los manuscritos sometidos a MOSCOSOA son revisados por dos críticos. Las obras para la publicación en MOSCOSOA deben ser enviadas al Dr. Thomas A. Zanoni, Jardín Botánico Nacional, Apartado 21-9, Santo Domingo, República Dominicana.

Impreso en República Dominicana Printed in Dominican Republic Composición, diagramación e impresión

Editorial CENAPEC, Av. Máximo Gómez No.72

Santo Domingo, República Dominicana.

ISSN 0254-6442

Moscosoa 5 fue puesto en el correo el de febrero de 1989.

DS E A Cad

Moscosoa 5, 1989, pp. 1-3

LUIS ARIZA JULIA _.. UNA DEDICATORIA

Mejía, Milcíades M. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21-9, Santo Domingo, Re- pública Dominicana). Luis Ariza Julia. . . una dedicatoria. Moscosoa 5:1-3. 1989. Una biografía breve y dedicatoria de Luis Ariza Julia, gran cultivador dominicano de orqui- deas, bromelias, y otras plantas. /

Luis Ariza Julia, nació en el municipio de Sánchez, República Dominicana en el 1899, hijo de José del Carmen Ariza Torres y de Luisa Julia de Ariza. Cursó sus estudios primarios en Hamburgo, Alemania, de 1906 al 1910; se traslada a Barcelona, España en 1910 para iniciar su educación secundaria. Luego en 1913 viaja a Maryland, los Estados Unidos donde permanece hasta P91 7.

Caso con la joven Hilda Arzeno Heisen el 8 de noviembre de 1924, con quien procreó dos hijas.

Es un reconocido horticultor y botanico, que ha dedicado gran parte de su vida a ensenar el amor a la naturaleza.

Luis incursiono en el mundo fascinante de las plantas desde temprana edad. Esta inclinación por la Botanica le nace como resultado de los progra- mas educativos que tenían las escuelas europeas de principio de este siglo, que incluían excursiones de verano a las montañas. Allí los niños disfrutaban del placer del bosque y se le enseñaba amar la naturaleza.

Don Lulú, como le llaman en su pueblo, inicia el cultivo de especies or- namentales en 1920, cuando en un viaje por los alrededores de Puerto Plata, encontró una plantita epifítica, la que sembró en su patio y semanas más tarde floreció. Las hermosas flores rosadas correspondían a una orquídea endémica, Brough toma domingensis. Esto motivó al “naciente horticultor”, a realizar numerosos viajes de exploración para recolectar plantas en las márgenes del Río Yásica, en Sosúa, y sobre Loma Isabel de Torres, entre otras localidades.

Su entusiasmo se multiplicó cuando una tarde del 1928, en el patio de la fábrica de fósforos de su familia, conoció a Eric L. Ekman. El estaba clasi- ficando unos troncos de cigua boba, árbol del género Ocotea usados para hacer palitos de fósforos, cuando se le presentó ese hombre rubio, barbudo y vestido con un overall azul y machete debajo del brazo. Ese era el gran botánico sueco. Esa noche, Ekman pernoctó en la residencia de don Luis Ariza Julia y en los días subsiguientes realizaron una excursión a la zona de Santiago y Navarrete. Ekman recolectaba muestras para el, herbario y, don Lulú plantas vivas para cultivar. De ese viaje todavía él conserva en su jardín un cacto semitrepadora del género Selenicereus (Cactaceae), que encontró

2 Moscosoa 5, 1989

en un barranco del Río Yaque del Norte. Ahora esa planta tiene 60 años bajo cultivo.

Años más tarde, conoció al Doctor José de Js. Jiménez Almonte y a nu- merosos horticultores y botánicos extranjeros que lo visitaban o le escribían interesados en conocer acerca de las plantas nativas. Todos estos aconteci- mientos lo siguieron motivando hasta entregarse casi por completo a las or- quídeas y bromelias: su recolección y su cultivo, a veces llegando a hacer hibridos de ellas.

Con el fin de estudiar y observar con más cuidado su colección de plantas, él las ha ido sembrando en el patio de su casa en Puerto Plata, donde ha crea- do uno de los jardines más bellos y mejor organizados de los que existen en la República Dominicana.

La colección de palmas, helechos, orquídeas, bromelias, zamias, entre otras plantas, es muy valiosa. Una de sus familias favoritas es la Bromeliaceae, dentro de la cual ha creado más de veinte híbridos nuevos debidamente re- gistrados por la Sociedad de Bromelias. Creó el género Portemea de un cruce entre Aechinea mulfordii y Portea leptantha.

Varias especies nuevas a la ciencia, algunas de las cuales llevan su nombre, han sido descubiertas por él.

Moscosoa 5, 1989

Como ciudadano, Don Lulú, ha sido un hombre ejemplar, ha desempeña- do diversos cargos en la Fábrica Nacional de Fósforos, fue presidente del Ayuntamiento de Puerto Plata, y miembro fundador del Club Rotario de esa ciudad norteña.

Hasta la fecha, Don Lulú ha sido objeto de numerosos reconocimientos de parte de varias instituciones puertoplateñas y de Santo Domingo como muestra de gratitud imperecedera por su conducta intachable y los aportes científicos que ha dejado para las generaciones por venir.

Para los biólogos, botánicos, y naturalistas en general, Luis Ariza Julia es un ejemplo a imitar por su perseverancia y dedicación a las investigacio- nes botánicas.

Dedicamos esta edición Volumen 5 de Moscosoa a Luis Ariza Julia en su 89 años.

por: Milciades M. Mejía

Moscosoa 5, 1989, pp. 4-27

LAS ACACIAS (ACACIA, MIMOSACEAE) DE LA ESPANOLA: DOS NUEVAS, UNA MEJOR DESCRITA, Y UNA CLAVE PARA TODAS, LAS INDIGENAS ASI COMO LAS CULTIVADAS

Rupert C. Barneby & Thomas A. Zanoni

Barneby, Rupert C. (New York Botanical Garden, Bronx, New York 10458, USA) & Thomas A. Zanoni (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21-9, Santo Domingo, Repú- blica Dominicana). Las Acacias (Acacia, Mimosaceae) de la Espafiola: dos nuevas, una mejor descrita, y una clave para todas, las indigenas asi como las cultivadas. Mosco- soa 5: 4-27. 1989. Se describen Acacia cucuyo Barneby & Zanoni (de la Republica Do- minicana) y A. caurina Barneby & Zanoni (de Haiti) como especies nuevas para la ciencia. La A. barahonensis redescubierta esta descrita completamente con sus flores y los frutos. Se incluye una clave y las descripciones cortas de todas las especies nativas y cultivadas. La ortografía correcta de Acacia skleroxyla esta clarificada.

The Acacias (Acacia, Mimosaceae) of the Dominican Republic and Haiti: two new species, one better described, and a key (and short descriptions) to all native and culti- vated species. Two new species, Acacia cucuyo, in the Dominican Republic, and A. caurina, in Haiti, are described. Acacia barahonensis, previously only known from sterile specimens, is fully described and illustrated with photographs. The correct spelling of A. scleroxyla is A. sklerox yla.

La exploración botánica contribuye a producir plantas interesantes para el estudio de la flora de la isla Española. Se descubren los nuevos taxones todavía entre las legumbres. En los últimos cinco años, se describen una nueva especie en Rhodopis (Fabaceae; Judd, 1984), un nueyo género Obolin- ga (Mimosaceae; Barneby, 1988), y ahora dos nuevas especies de Acacia ya descritas aquí. Además la exploración produce muestras que aumentan signi- ficativamente nuestro conocimiento sobre las especies nativas de la flora de la República Dominicana y Haití, una flora que conocemos muy poco toda- vía. En la mayoría de los casos solamente conocemos que la especie está descrita y nada más de ella.

En este artículo describimos dos nuevas Acacia. La A. caurina, la cual se descubrió hace 60 años y nunca fue recolectada después; y la otra A. cucuyo, fue descubierta en 1985. La exploración reciente de las zonas áridas produjo el redescubrimiento de A. barahonensis, conocida hasta ahora sólo por los ejemplares estériles del tipo. Describimos aquí por primera vez sus flores y vainas.

La introducción de especies exóticas de Acacia como plantas ornamentales - o utiles (como fuente de madera, leña o carbon) sigue. Incluímos algunas especies exóticas de Acacia introducidas en los últimos años.

Las descripciones de las especies nativas se toman de las muestras de her- bario recolectadas en la Española; las de las exóticas se toman de descripcio-

Moscosoa 5, 1989 5

nes de la flora de Australia, de donde provienen la mayoria de estas especies.

Las distribuciones geograficas estan mayormente basadas en las muestras de los herbarios de la “Smithsonian” (US), la Universidad de Harvard (A & GH), el “New York Botanical Garden” (NY), y el Jardín Botánico Nacional, Santo Domingo (JBSD).

Clave a las Acacia de la Española

1. Hojas todas pinnadas.

2. Arboles inermes o con agujones juntos a los nudos, o bejucos aculea- dos a lo largo de los entrenudos y del raquis peciolar, las estípulas siempre débiles, caedizas, u obsoletas.

3. Arboles sin aguijones.

4. Flores dispuestas en espigas elongadas y amentiformes, és-

tas naciendo en las axilas de hojas coetáneas. 5. Folíolos hasta 30—50 pares por pinna, lineares, los mayores 359107520 db... 1. A. sklerox yla 5. Folíolos hasta 12-20 pares por pinna, oblongas u obovadas, los mayores 8—16 x 3—10 mm, véase la nota sobre A. muricata debajo de la anterior.

4. Flores dispuestas en pequeñas cabezuelas globosas arregla- das en panículas terminales áfilas.

6. Raquis primario de las hojas con 4—6 pares de pinnas y un solo nectario ubicado junto a la inserción del primer par; folíolos de cada pinna 10—17 yugados, su lámina penninervada hasta 3—7 mm de ancho; vaina no glauca; especie nativa, ¿Uli co .ooioo....

POTRO AAA SUENO LL 2. A. vogeliana

6. Raquis primario de las hojas con hasta 15—20 pares de pinnas y un nectario ubicado entre casi todos; folíolos muy numerosos, angostamente lineares, 1—nervio, menos de 1 mm de ancho, vaina glauca; en cultivo y naturalizada, nativa en Australia extra- COP SAA ALBA 11. A. dealbata

3. Arboles, arbustos o bejucos armados con aguijones.

7. Aguijones tres y ubicados junto a cada nudo del tallo, dos infraestipulares y uno, recurvado en un gancho infrape- ciolar; arbolito africano que se ha reportado en cultivo O bapa) echowcnel >. |0'0 4. A. senegal

7. Aguijones esparcidos a lo largo de los entrenudos y a veces

Moscosoa 5, 1989

en los raquises peciolares; un bejuco o arbusto con ra-

mas apoyantes; especie dudosamente reportada en la

Española 2 ¡PIRATA 3. A. westiana

2. Arboles y arbustos armados de estípulas transformadas en espinas (faltan aguijones cuticulares), las espinas muy variables en forma; inflorescencia de cabezuelas naciendo de las axilas de hojas del año o de braquiblastos annótinos; especies nativas.

8. Pinnas de las hojas primarias en 3—21 pares; sin espinosas rami- tas áfilas en los tallos annótinos o en el tronco.

9. Folíolos 1—nervios en su envés; vaina linear de menos de 12 mm de ancho, algo comprimida, las válvulas pubéru- las; nervios perpendiculares del epicarpio distanciados entre sí; semillas uniseriadas.

10. Raquis primario de las hojas (5)6—14 cm de largo con 10—21 pares de pinnas; vaina indehiscente.... pe). OA BE! 8 AO OA ee 5. A. macracantha

10. Raquis primario de las hojas menos de 5 cm de largo con 3—7 pares de pinnas; vaina deshicente ....... . FITO 201. LAA 2 ae 6. A. tortuosa

9. Folíolos penninerviados en su envés; vaina oblongo-elipsoi- dea o fusiforme casi cilíndrica, poco incurvada, de 1 cm o más de ancho, las válvulas glabras; nervios del epicar- pio muy numerosos y contiguos; semillas biseriadas; pinnás:(2)3—Stpares vilo Gee Sa 7. A. farnesiana

8. Pinnas de todas las hojas de 1 o de 1-2 pares; a menudo con ramitas áfilas espinosas amenazantes a lo largo de varios tallos annótinos o del tronco.

11. Pinnas raramente 1 y mayormente 2—yugadas, folíolos de las mayores 8—14—yugadas; receptáculo de las cabezue- las casi globoso de más o menos 1.5 mm diam.; flores anaranjado-amarillo; estambre 15—18; vaina oblicua- mente oblongo-elipsoidea, en madurez profundamente hundida a lo largo de la sutura seminifera y volviéndose nervicular, dehiscente sólo por la sutura deprimida, las semillas envueltas en pulpa al secarse crustácea........

a a Overly. AA e 8. A. cucuyo

11. Pinnas uniformemente 1-yugadas, los foliolos 5—10(11)— yugados y no mas de 5 mm de largo; receptaculo de las cabezuelas claviforme, de 2—4 x 1 mm; flores amarillo- verdosas, blanco verdosas o marrón-amarillentas; estam-

Moscosoa 5, 1989 q

bres 30—50; vaina de la A. barahonensis, (la de la A. caurina no conocida) linear y ondeada, algo comprimida 4.5—6 mm de ancho, dehiscente por ambas suturas, no pulposa adentro. 12. Arbolitos arbustivos de hasta 3 m; inflorescencia precoz, anterior al desarrollo de las hojas del ano; espinas estipulares de ramitas foliadas 9-15 mm de largo; troncos de tallos áfilos armados con es- pinas agrupadas en forma de erizo; pedúnculos gla- bros de 4—5 mm de largo; periantio y ovario gla- bros; vaina linear de 70-105 x 4.5—6 mm; suroes- ted Republica Donmnicana... 62 2. fr ue. ES UR va ES. 9. A. barahonensis 12. Arbustos bajos y difusos, de cerca de 1 m; las hojas y las flores contemporaneas; espinas estipulares hasta 2—5 mm de largo; ramitas afilas espinosas no conocidas todavia; pedunculos pubérulos de 7—15 mm de largo; lobulos del caliz y de la corola asi como el ovario pubérulos; del noroeste de Haiti... I AI IRE CIA, NO, 10. A. caurina 1. Hojas todas, o al menos las de las ramitas floríferas, transformadas en filo- dios laminiformes y simples (en A. melanoxylon algunas hojas de rami- tas jóvenes bipinnadas). 13. Flores en cabezuelas globosas. 14. Cabezuelas naciendo solitarias o geminadas en la axila de cada filodio; vainas rectas de 70-130x8-10mM............. A SUM O e A eS NL, 12. A. confusa 14. Cabezuelas 2—9 dispuestas (todas o la mayoría) juntas en pe- queños seudoracismos áfilos, axilares, y más cortos que el fi- lodio. 15. Filodio 1—nervios; vainas rectas de 55—100 x 6—8 mm .. ce o ll EAS 13. A. retinodes 15. Filodios 3—5 nervios; vainas torcindas de 50-130 x 5-9 mm. (Véase la nota debajo A. retinodes)............ O IO NT Se LEA E MAR O A. melanoxylon 13. Flores en espigas elongadas. 16. Filodios menos de 2 cm de ancho, glabros; vainas pocas, casi Powerade. OLI USO E PST, ABLE, 14. A. longifolia 16. Filodios hasta 4—8 cm de ancho, a menudo finamente esca- bridos; varias vainas en cada espiga, torcidas en un espiral

8 Moscosoa 5, 1989

I. Series VULGARES Bentham

1. ACACIA SKLEROXYLA Tussac, Fl. Antill. 1: 146, t. 21. 1811-13. - “Les Antilles”

Mimosa angustifolia Lamarck, Encycl. 1:12. 1783. “A Saint-Domingue” Senegalia angustifolia (Lam.) Britt. & Rose, N. Amer. Fl. 23: 113. 1928. non Acacia angustifolia (Jacq.) Wendl., Comment. Acac. 34. 1820.

M. tenuifolia Descourtilz, Fl. Antill. 2: 105, t. 93. 1822; non Linn., 1753.

Arbol inerme de 4—12 m, con madera dura y rojo-marron; foliolos muy numerosos y pequeños, hasta 20—50-yugados y 3-9 x 0.5—1.8 mm, inflo- rescencia 5-17 cm de largo; flores blancas (crema o amarillentas al enveje- cer), espigadas, melíferas; vaina anchamente linear, aplanada, de 70-150 x 15—26 mm, insertada dentro del plano de las ramas foliosas, marrón oscuro o negruzco-marrón al madurar, leñosas y persistentes por un tiempo después de botar las semillas; semilla aplanada, marrón oscuro o negruzco-marrón, redondeada hasta ovada, 8—12 mm diámetro o 8-12 mm x 5-8 mm. Las semillas caen al suelo por gravedad o vuelan una corta distancia cuando son tiradas por el viento. Floración: marzo-mayo y agosto-septiembre, aparente- mente una vez al año, pero durante las estaciones lluviosas. Las vainas ma- duran varios meses después de la polinización de las flores, pero no tienen una estación muy distinta. Córbano, candelón, granolino (nombre no común usado cerca del poblado Bahoruco, Prov. Barahona). ENDEMICA a la Es- pañola. (Figs. 1 y 7). Frecuentemente un componente del bosque xerofitico, más común en la parte sur de la República Dominicana, sustrato calcáreo, elevación hasta 250 m..

Haití: fle Tortue, Presqu’ ile du Nord-Ouest. Ile Gonave, Cul-de-Sac. Republica Dominicana: Cordillera Septentrional, Valle del Cibao, la base de la Cordillera Central, Sierra de Neiba, Hoya de Enriquillo, Llano de Azua y la Llanura Costera.

El epíteto usualmente se escribe como scleroxyla, pero no es la ortografía de Tussac, la cual debe mantenerse.

Nota: Grisebach (1864, p. 220, bajo del nombre inválido A. nudiflora Willd.) ha indicado de Haití, sin localidad exacta. a la A. muricata (L.) Willd., y Liogier citó de la misma un ejemplar recogido en la Española por Eggers 3315a. Sin embargo no hemos confirmado su presencia en la isla. La A. muricata, endémica antillana, frecuente en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, y más rara en las Antillas Menores, se asemeja a la A. skleroxyla por sus flores espigadas, pero se distingue por foliolos menos numerosos (hasta 12—20 pares por pinna) y más grandes (hasta 12-30 x 3-10 mm)

Moscosoa 5, 1989 9

IS

Fig. 1. A. Acacia farnesiana vainas maduras. B. Acacia skleroxyla vainas secas y abiertas, nótese las semillas de la vaina en el centro, Bahoruco, Prov. Barahona, República Dominicana.

10 Moscosoa 5, 1989

2. ACACIA VOGELIANA Steud., Nomencl. bot. ed. 2, 1:9. 1840. A. ambigua Vogel, Linnaea 10: 600. 1836. “Hispaniola” [Ehrenberg]. Holoti- po, B (destruído), isotipo, NY!US (fragm)! Lysiloma ambigua (Vogel) Urb., Ark. Bot. 22A (8): 28. 1928, comb. illegit. Senegalia vogeliana Britton & Rose, N. Amer. Fl. 23: 116. 1928. Lysiloma vogeliana (Britton & Rose) Stehle, Bull. Mus. Hist. Nat. Paris II, 18: 193. 1946.

Arbusto o arbolito de 2—10 m; flores blancas en pequeñas cabezuelas nu- merosas en panículas terminales de hasta 20 cm de largo; vaina anchamente linear, aplanada, de 100—125 x 20—25 mm, papirácea al madurar. Floración: (febrero) junio-septiembre. Frutos maduros enero-marzo. En los bosques ári- dos o semiáridos, sobre sustrato calcáreo, elevación sobre el nivel del mar hasta 700 m, en la República Dominicana y Haití. Reportada en Martinica, posiblemente introducida.

Haití: Presqu ile du Nord-Ouest, Massif du Nord, base del Massif de la Selle.

República Dominicana: base de la Sierra de Neiba, Hoya de Enriquillo, base

de la Sierra de Bahoruco, Península de Barahona, Llanura Costera. (F ig. 7).

Aunque los estambres sean soldados entre en estemonozona corta, la dehiscencia de la vaina es la de Acacia, es decir valvar, y el exocarpio de sus válvulas en madurez no se desmenuza del endocarpio como siempre en el género Lysiloma.

3. ACACIA WESTIANA DeCandolle, Prod. 2: 464. 1825. “In ins. Sanctae- Crucis”. Senegalia westiana (DC) Britton & Rose, N. Amer. Fl. 24: 119. 1928.

A. riparia auct. antll., ex parte; vix H.B.K.

Bejuco armado de aguijones recurvos esparcidos; flores blancas en cabe- zuelas esféricas, éstas dispuestas en pseudoracimos terminales y axilares; val- na cartácea anchamente linear, aplanada, de 70-150 x 17—23 mm. En mani- guas y en bosques perturbados de tierra caliente, frecuente en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, también en varias islas de las Antillas Menores. Reportado en Haití (sin lugar específico) por Urban (1920—1921) basada en un ejem- plar con colector no conocido en el herbario de Lamarck (P). No encontrado en la Espanola por botánicos contemporáneos. La A. westiana pertenece a un grupo complejo de Acacias neotropicales; tal vez se mostrará no especí- ficamente distinta de la A. riparia H.B.K. de América del Sur.

ACACIA SENEGAL (L.) Willd., Sp. pl. 4: 1077, 1806. Mimosa senegal L, Sp. pl. 521. 1753. “Arabia”. Arbusto o arbolito xerofítico las ramitas armadas en todos sus nudos con tres aguijones, la infrapeciolar recorvada en garapato; hojas pequeñas y pare-

Moscosoa 5, 1989 11

cidas a las de A. farnesiana; flores blanco-amarillentas en espigas; vainas oblongo-lineares, aplanadas, de 50-150 x 19-33 mm. Nativa de Africa tropical y Arabia, supuestamente (Liogier, 1985) cultivada en la Espanola.

II. Series GUMMIFERAE Bentham

5. ACACIA MACRACANTHA (Willd.) Poir. in Lam., Encycl. suppl. 1: 78. 1810.

Mimosa macracantha Willd., Sp. pl. 4(2): 1082. 1806. “Cumaná [ Vene-

zuela]”, Humboldt.” Holotipo, B-WILLD. Poponax macracantha (Willd.) Killip, Caribbean Forester 9: 248. 1948.

Mimosa lu tea Mill., Gard. Dict. ed. 8, no. 18. 1786.

Acacia lutea (Mill.) Britton, Bull. Torr. Bot. Club 16: 327. 1889; non Leavenworth, 1824. Poponax lutea (Mill.) Britton & Rose, N. Amer. Fl. 23: 90. 1928.

Arboles arbustivos de (1.5) 2—9 m; hojas sensitivas, con folíolos muy nu- merosos y pequeños; vainas erguidas y extendidas sobre el plano de la rama foliosa, lineares, casi rectas, 45-130 x 7-12 mm, comprimidas pero gruesas, usualmente algo estrechadas entre cada una de las 6(8)—14 semillas, las válvulas marrón oscuro o, en madurez, negruzco-marrón, indehiscentes. Las espinas estipulares varían de 3 hasta 30 mm de largo, las mayores compri- midas y carinadas. Bayahonda, diente de perro. (Fig. 2).

Floración: (febrero-)mayo-noviembre. Frutos maduros: la estación no bien marcada, raramente recolectada si los frutos están en el suelo. Las vainas indehiscentes caen al suelo debajo del mismo árbol o no muy lejos. Las vacas comen las vainas maduras y descargan las semillas libre de sus válvulas. Estas semillas germinan fácilmente dentro del estiércol.

En bosques y matorrales, xerofíticos, y espinosos, muchas veces como la

especie dominante, común en casi toda la isla de la Española, hasta 1,500 m en las sierras. Su distribución actual probablemente resulta de la destrucción o la alteración del bosque seco y la diseminación de sus semillas por ganado. Este árbol es un invasor de terrenos baldíos y agotados. Una especie de una distribución muy amplia en el Caribe y en América del Sur. Haiti: Presqu’ ile du Nord-Quest, Massif du Nord. fle de la Gonave, Plaine Central, Massif de Matheux, Cul de Sac, Massif de la Hotte, Massif de la Selle. Republica Dominicana: Cordillera Septentrional, Valle del Cibao, Cordillera Central (hasta 1,500 m), Valle de San Juan, Hoya de Enriquillo, Sierra de Bahoroco, Isla Beata, Peninsula de Barahona, Llano de Azua, Llanura Cos- tera, Isla Saona. (Fig. 8).

6. ACACIA TORTUOSA (L.) Willd., Sp. pl. 4(2): 1083. 1806. Mimosa tor-

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Fig. 2. Acacia macracantha. A. Habito de arbolito, con Richard A. Howard. B. Rama florecida. C. Vainas extendidas sobre el plano de la rama. D. Espi- nas estipulares. Las Mercedes, Prov. Pedernales, República Dominicana.

tuosa L., Syst. ed. 10, 2: 1312. 1759. Sin localidad, pero probable- mente de Jamaica (P. Browne). Holotipo, LINN 1228.27. Popanax tortuosa (L.) Raf., Sylva Tellur. 118. 1838.

Arbolito de 2—5 m, muy parecida a la A. macracantha, pero con hojas más pequeñas y más sencillas; las espinas estipulares casi cilíndricas y pubescen- tes, hasta 4.5 cm de largo en ramitas de crecimiento rápido. Vaina 5.5—12 cm x 5-8 mm, usualmente pubérulas cuando verde, marrón oscuro o negruz- co-marrón al madurar y arrugada al secar, dehiscente por lo largo de la vaina. Semillas 5-13 cada vaina. Flores y frutos maduros: las estaciones no bien marcadas. (Fig. 3).

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Fig. 3. Acacia tortuosa. A. Vaina madura colgando bajo el plano de la rama. B. Semillas maduras, vaina madura, vaina verde (izquierda a derecha). C. Ra- ma florecida. Entre Boca de Cachón y Tierra Nueva, Prov. Independen- cia, República Dominicana.

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En el bosque drido y espinoso, muchas veces con Acacia macracantha y Prosopis juliflora, desde el nivel del mar hasta 400 m. Aqui, mucho menos común que la anterior. Mayormente distribuida en la region mexicano- caribe. Haiti: Cul-de-Sac. República Dominicana: Valle del Cibao, Valle de San Juan, Hoya de Enriquillo. (Fig. 7).

7. ACACIA FARNESIANA (L.) Willd., Sp. pl. 1: 521. 1753. Mimosa farnesiana L., Sp. pl. 521. 1753. “Habitat in Domingo”. Ya no se señaló holo- tipo.

Vachellia farnesiana (L.) Wight & Arnott, Prodr. 272. 1834. Poponax Jarnesiana (L.) Raf., Sylva Tellur. 118. 1838.

Arbustiva, hasta 5 m. Hojas parecidas a A. tortuosa, pero las pinnas menos numerosas y los foliolos penninervados por el envés. La vaina casi cilíndrica y por lo general arqueada, 40-70 x 10—17 mm, pulposa adentro, con vál- vulas negruzco-marrón o casi negras al madurar, dehiscente, longitudinal- mente estriadas y las semillas biserradas son características de esta especie. Aroma. Floración: enero-junio. (Fig. 1)

Su distribución casual en la Española; posiblemente nativa (?) o naturali- zada, en matorrales secos y a veces no lejos de habitaciones. También, en cultivo como ornamental. Flores melíferas y muy aromáticas. De regiones tropicales y subtropicales en las Américas, desde México hasta Argentina y en el Caribe, también (introducida) en el Viejo Mundo. Fue introducida a Europa en el siglo XVI y desde el XIX allí se la cultiva por sus flores per- fumadas (la “cassie” del comercio). Haiti: Massif de la Hotte (“natural”), Cul-de-Sac (“natural”). República Dominicana: base de la Cordillera Central

“natural”), Península de Samaná (““natural” y cultivada). (Fig. 7).

8. Acacia cucuyo Barneby & Zanoni, sp. nov. (Figs. 4 y 8).

Cum speciebus cubanis generis segregati Feracaciae Britton & Leon et cum hispaniolensibus A. barahonensis Urb. & Ekm. et A. caurina Zanoni & Barneby associanda, ab his omnibus foliorum plurimorum pinnis bijugis (nec omnium conjugatis) leguminisque forma et dehiscentia eximie diversa. Legumen sessile, anguste oblongo-ellipsoideum subincurvum et de latere modice compressum (20-)25—65 x (8-) 11—17 x 9—14 mm, dorso convexum, et aperte sulcatum, pulpa farctum, valvulis inmaturis succulentis glabris viridibus demum chartaceo-crustaceis nigricantibus; dehiscentia per suturam ventralem depressam hiatem follicularis, legumine delapso naviculari; semina transversa 1-seriata, pulpa exsiccata dura induta. |

TIPO. REPUBLICA DOMINICANA. Prov. Azua: en bosque de Acacia (esta especie, aquí común) y mucho Clusia, Sierra Martín García, Loma de

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Fig. 4. Acacia cucuyo. A. Arbol con su forma tipica de crecimiento, ramifi- cando a pocos metros del suelo. Los tipos de esta especie fueron tomados de este arbol. Loma Copey, Sierra Martin Garcia, Republica Dominicana. B. Tallo principal de una planta joven, con sus espinas erizadas. C. Corteza casi lisa de un arbol grande que proporciono las muestras del tipo, es el mis- mo arbol de la Fig. 4—A. D. Flores. E. Vainas verdes expuestas sobre el nivel del plano de la rama.

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Copey, más o menos 3 km (por aire) al SO de Barrera, 18°18’ N, 70%56'0, elev. 780 m, 23 feb. 1987 (fl y fr), T. Zanoni, J. Pimentel & R. García 36370 (holotipo, JBSD; isotipo, GH, K, NY, S, US).

Arbol erecto, hasta 10 m de alto, tronco hasta 45 cm diámetro; ramas virgadas, escabroso-lenticilada, densamente foliosas, armadas en cada nudo con un par de estípulas espinosas debajo de la hoja decidua. Espinas adultas aciculares, ahusadas y puntiagudas, subteretes, rectas o un poco arqueadas hacia afuera, 2.5—8 X 0.4—1 mm, castaño-purpúreo cuando joven, cenizo cuando adulto, los tallos juveniles más de 15 cm de diámetro también arma- dos con pares de abreviados braquioblastos áfilos compuestos de ahusadas espinas estipulares de hasta 20 x 1 mm agrupadas en un corto eje común. Hojas mayormente y todos los pedúnculos fasciculados sobre los braquio- blastos axilares. Ramitas juveniles y todos los ejes foliosos diminutamente, sucio o pálido-pilosulosos, con trocomas divergentes de no más de 0.2 m de largo. Folíolos bicolores, verde oscuro y semibrillosos en el haz, y un poco más pálido en el envés, microscópico ciliolados.

Hojas primarias de ramas de crecimiento normal de 1 6 2 pares de pinnas; raquis foliar* hasta 1 cm, todas hojas de braquiblastos conyugo-pinnada, pecíolo 1.5—2 mm; no estipulado; cóncavo, nectario pálido-marginado 0.5— 0.7 mm x 0.4—0.6 mm de diámetro y entre los pares inferiores o único par de pinnas; raquis de pinnas (10-)13—33 mm, redondo dorsalmente, (1-)1.2— 2.2 mm entre folíolos, canaliculado lateralmente y carinado ventralmente. Folíolos 8—14(15)-yugados, linear-oblongo, base obtusangulada, los de cerca de y arriba del centro del raquis más o menos 4—7.5 x 1-2 mm (3.2—4.1 veces más largo que el ancho), obtusas o apiculadas, cuando seco los nervios no visibles en la haz, en su envés carinado por el nervio subcéntri- co, ese nervio ramificado en ambos lados, nervios secundarios simples o ra- mificados una vez y no llegando al márgen del folíolo.

Pedúnculos fasciculados, 2-4, cuando en antesis 6—13 x 0.5 mm, engor- dado y casi 2 mm de diámetro cuando con frutos. Involucro de 3 bracteo- las casi libres colocadas casi 1 mm debajo de la cabezuela, esa sin filamentos y más o menos 4 mm de diámetro. Receptáculo globoso y de 1.5 mm de diá- metro; brácteas florales ovadas y más o menos 0.3 mm de largo, Flores glabras con los lobos del cáliz microscópico ciliados, pentámeras. Cáliz rojizo-anaranjado, campanulado (0.9-)1.1—1.4 x 0.5—0.6 mm, lobos ovados y más o menos 0.2 mm. Corola anaranjado-amarilla, cilíndrica, 2.6—2.8 mm de largo, lobos ovados y obtusos 0.3 mm. Filamentos 15—18, anaranjado- amarillo, más o menos libre hasta su base, exsertos 1.5—2 mm por fuera de

* El término “raquis foliar” indica el pecíolo y el raquis de la hoja compuesta en Acacia.

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la corola. Anteras más o menos 0.2 mm diámetro. Ovario casi estipulado, glabro, 9-14 ovulado.

Vainas extendidas sobre el nivel de la ramita, 1—2 en cada cabezuela, sési- les, estrechamente oblongo-elipsoides, obtusas, ligeramente arqueadas y comprimidas lateralmente, (20-)25—65 x (8-)11—17 x 9-14 mm, redonda sobre la sutura cóncava dorsal y ligeramente sulcada sobre la sutura convexa ventral, el fruto maduro sólido, excarpo fino, verde, brilloso, y glabro, ro- deando una pulpa verde y jugosa que envuelve los óvulos, válvulas papiráceo- crustáceas y negro al madurar, pulpa se encoge por adentro pero adherente a las semillas uniserradas, esas puestas transversalmente al eje a lo largo de la vaina, dehiscentes por la sutura ventral (folicular) a todo lo largo de la vaina. La vaina dehiscente navicular. Semillas llenas y lentiformes, más o menos 4 x 3—3.3 mm, testa marrón y semi-brillosa, línea fisural mas o menos 3 x 2 mm. Germinación de la semilla epigea; primeras hojas juveniles paripinnada y 8—foliada, otras hojas juveniles conyugado-pinnadas, cada pinna 10—foliolada.

Acacia cucuyo pertenece, por razón de sus espinas estipulantes, a Ser. Gummiferae Bentham, asociada con el grupo de Acacias antillanas segregado por Britton y León (Britton & Rose, 1928, p. 86) como el género Feracacia, aunque es anómala en aquel contexto por el número de las pinnas y la forma de la vaina. Dentro de la Serie Gummiferae se distinguen las Feracacias por dos características: a) las hojas conjugado-pinnada; y b) la presencia en los tallos viejos de braquioblastos armados ferozmente, homólogo a los del género Gleditsia (Fabaceae). Los braquioblastos cuando el eje primario está reducido, parecen un erizo. La vaina de las Feracacias típicas: A. daemon Ekm. & Urb., A. bucher Marie-Vict., y A. barahonensis, (mejor descrita en este artículo), aquella poco conocida especie cubana A. belairoides Urb. (de vaina desconocida todavía), es delgada ondulada, linear y comprimida, esta se asemeja a aquella de la continental A. constricta Benth., que dehisce inertemente por ambas suturas y no tiene la pulpa que rodea las semillas. En contraste, la vaina de A. cucuyo es oblicuamente elipsoide, en perfil convexa en su dorso y hundida o, al madurar, canaliculada en su vientre. Se abre con un folículo en su sutura seminífera solamente y está abierta para poner a descubierto las semillas dentro de la pulpa. La manera de diseminar las semillas no se conoce, pero posiblemente se involucra a las aves. Aunque sus espinas la colocan dentro de la clase de gleditsia característico de las Feracacias cubanas, se distingue la A. cucuyo de las otras especies no sola- mente por sus vainas distintas, sino por los dos pares de pinnas en la mayoría de sus hojas. Este síndrome no es conocido en Ser. Gummiferae. Su vaina

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pulposa parece algo a la de A. Farnesiana L., pero aquella es subterete, in- dehiscente, caracteristicamente tiene valvulas estriadas, y semillas biseriadas. El color anaranjado del periantio y de los filamentos de los estambres y el menor número de estambres también distinguen a A. cucuyo de las otras espinosas Acacias neotropicales.

Se encuentra esta especie solamente en un área pequeña del bosque pri- mitivo en los altos de la Sierra Martín García. Los carboneros y conuqueros han reducido el área cubierta por el bosque original. Acacia cucuyo y Clusia rosea (“copey”) son los componentes principales de la Loma del Copey, elevación 780-800 m, sobre la roca calcárea casi sin suelo. No se tumba “cucuyo” para hacer carbón, pero si ocasionalmente para hacer estantes y empalizadas. La madera es muy dura, y por eso resulta muy difícil tumbar los árboles.

Los troncos de los arbolitos tienen agrupaciones de espinas en forma de erizos en sus nudos. Los árboles maduros tienen una corteza algo lisa y no. espinosa. El fruto parece una canoa cuando maduro y abierto.

Los ejemplares del tipo incluyen ramas floríferas tomadas de un árbol y ramas con frutos.

9. ACACIA BARAHONENSIS Urban Ekman, Ark. Bot. 22 A (8): 29. 1928 —““in prov. Barahona inter Couéve-en-Haut et Trujín, solo quaternario- calcareo”. Ekman H—7043. Holotipo B (destruído); isotipo S!

Un arbolito arbustivo hasta 3 m de alto, deciduo durante la estación seca

y florecido cuando sin hojas. Ramas annótinas y viejas escamosas y gris, armadas en los nudos foliosos con pares de espinosas estípulas ascendentes, teretes, raquis foliar de hasta 9—15 x 0.4—0.7 mm, y algunos troncos con braquiblastos áfilos y erizados, glabros (excepto con tricomas diminutos cuando juveniles). Globosas cabezuelas pequeñas de 2—4 flores anaranjado- amarillas, en las axilas de hojas caídas de ramas áfilas. Pecíolo y raquis 1—2.5 mm de largo, un nectario 0.4—0,6 x 0.3—0.5 mm oblicuamente truncado y estipitado; pinna un par en todas las hojas, el raquis (4-)6—20 mm, los seg- mentos entrefoliares 0.6—1.7 mm; folíolos (5)6—10(11) pares, estrechamente oblongos u oblongo-elíptico, ápice obtuso, base oblicuamente semicordada, los mayores 1.5—5 x 0.6—1.6 mm, láminas maduras aplanadas, brillosas, verde-olivo, subconcolorosas, nervio principal delgado y céntrico, algo carinado en ambos lados de la hoja, pinnado y no muy visible en el envés. Pedúnculos 3.5—5 mm de largo en antesis, engordados hasta más o menos 1 mm de diámetro cuando con frutos maduros, con un involucro lobulado bajo la primera flor. La cabezuela más o menos 5.5 mm de diámetro y sin filamentos cuando en antesis; brácteas espatuladas 0.8 x 0.3 mm, persistentes;

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periantio pentamero, caliz campanulado 1—1.2 x 0.7 mm, lobos erectos 0.2 mm; corola profundamente campanulada 2 mm, lobos ovados y agudos mas o menos 0.3 mm, androecio mas o menos 35-mero, 3 mm, anteras 0.2 mm de diametro; ginoecio glabro 4 mm, ovario cortamente estipitado y glabro, estilo filiforme y exsertado más o menos 1 mm fuera de las anteras. Las vainas 1—2 en cada cabezuela, lineares y onduladas en perfil, 70-150 x 4.5—6 mm, muy poco comprimidas pero sin quillas marcadas por las suturas salientes, su base atenuada en forma de estípite de 4—6 mm de largo con un ápice como un pico corto, estéril, las válvulas finamente carnosas, coriáceas, delicadas y brillosas, marrón oscuro o casi negruzco al madurar; dehiscente por ambas suturas, inerte; semillas uniseriadas 9—14, lenticular, más o menos 4.5—3 mm, testa marrón sin brillo, línea fisural cerrada.

En el bosque seco sobre roca calcárea, casi nivel del mar hasta 400 m, conocida solamente para la Península de Barahona (Prov. Pedernales), Sierra de Martín García (Prov. Azua), e Isla Beata. (Figs. 5 y 8). REPUBLICA DOMINICANA: Península de Barahona, Prov. Pedernales, entre La Sábila y Sabana del Cacheo, al sur de Manuel Goya (de Oviedo), elev. 150—200 m, 17° 50’ N, 71° 32’ O, 12 jun 1986 (fl, fr), Zanoni, Mejía & García 36610 (JBSD, NY). Sierra Martín García: Prov. Azua, 5 km al S del poblado de Barrero, en bosque cercano a la costa, sobre rocas calizas en el subidero y Loma La Mesa, vegetación enana por el efecto del viento, elev. 30 m, 18° 19 N, 70° 54’ 0, 12 nov. 1985 (estéril) Pimentel, García Caminero 321, (JBSD, NY); en la Loma Alto de Yagua, 7—8 km al SE del poblado de Barrero, zona muy alterada, sus árboles talados para hacer carbón, con Metopium, Eugenia & Gyminda, 18° 19 N, 70° 55’ O, alt. 400 m, 13 nov. 1985 (estéril), Pimentel, García & Caminero 358 (JBSD). Isla Beata: zona arenosa a 300 m del campamento de la Marina de Guerra en dirección a Punta Lanza con Gramineas, elev. 0-3 m, 17° 36.5’ N, 7131.50, 31 ago 1985 (estéril) García & Pimentel 551 (JBSD).

El redescubrimiento de A. barahonensis, que se describió originalmente a partir de muestras estériles, nos permite presentar por primera vez una descripción completa y establecer seguramente su posición taxonómica dentro de Acacia Ser. Gummiferae. Aunque Ekman recolectó material estéril, debió haber comprendido de los braquiblastos espinosos de los troncos maduros y las hojas con pinnas conjugadas que la especie domini- cana está relacionada con la A. daemon, que él mismo recolectó y descri- bió de la Provincia Oriente de Cuba. La relación entre estas especies se puede confirmar, y las diferencias notadas son: 4. barahonensis tiene menos folíolos en cada pinna (hasta 6—11 y nol1—25 pares), con espinas más cor- tas y más delgadas y no ahusadas. Las flores de A. daemon brotan sobre las

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Fig. 5. Acacia barahonensis. A. Arbolito, con José D. Pimentel B. B. Braquio- blastos con espinas erizadas en un tronco principal. C. Vainas verdes, rectas y arqueadas. D. Rama florecida, nótese las espinas estipulares. Al sur de Las Tres Charcas (de Oviedo), Prov. Pedernales, República Dominicana.

ramas cubiertas con hojas y A. barahonensis florece cuando no tiene hojas. Es difícil distinguir entre las vainas de las dos especies. No el color de la flor de A. daemon; el de A. barahonensis es un color no común de anaranja- do-amarillo. Las características de la especie A. caurina de Haití, probable- mente relacionada, se menciona bajo la descripción de aquella especie en este artículo.

10. Acacia (Sect. Gummiferae Benth.) caurina Barneby & Zanoni, sp. nov. (Fig. 8).

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Hucusque cum A. barahonensis Urb. & Ekm. commutata, sed ab ea statura demissa vix 1 m alta, ramulorum foliatorum stipulis spinosos 2—5 (nec 9— 15) mm usque longis, pedunculis perianthioque hispidulis diversa. Rami aphylli spinosi nulli vel haud collecti; legumen deest.

TIPO. HAITI, [Départment Nord-Ouest] ; sprawling shrub on rocks, arid mountain slope west of bay, vicinity of Port-a-1"Ecu, 15—17 march 1929 (fl), Emery C. & G. M. Leonard 13863 (Holotipo: US! isotipos: A!, GH!, NY!)

Arbusto de más o menos 1 m de alto, fuertemente ramificado xeromórfico y micrófilo, la corteza de las ramas cenizo-blanco y no lenticular; armadas en la mayoría de sus nudos por un par de espinas estipulares, divergentes, as- cendentes y marrón, 2—5 mm de largo. Las hojas conjugado-pinnadas con pecíolos muy abreviados y los pedúnculos fasciculados sobre los braquiblas- tos escamosos. Las ramitas y los pedúnculos densamente puberulentos. Los folíolos gruesos y aplanados bicoloridos y glabros en su superficie pero cilio- lados.

Peciolo 1—2.5 mm de largo con un nectario 0.3—0.5 mm de largo, y 0.25—0.4 mm de diámetro en su cabeza cóncava. Raquis de pinnas 4—10 mm de largo, los segmentos entrefoliares 0.4—1 mm de largo, carinados ventral- mente, comprimidos lateralmente. Folíolos 5—9 yugados, los primeros y últimos pares más pequeños, los otros oblongos a oblongo-abovado, base semicordada, los folíolos más grandes 1.8—3.4 x 0.6—1.2 mm (más o menos 2.3—3.8 veces más largo que ancho), el haz sin nervios y el envés débilmente costado por el nervio céntrico no ramificado.

Pedúnculos 1—3 en cada nudo, en antesis 7-12 mm de largo con un invo- lucro lobulado 1.5—2 mm debajo de la cabezuela ovada. Cabezuela sin fila- mentos 5—6 x 4 mm; receptáculo anchamente claviforme, hasta 4 x 1 mm, flores ““verdoso-blanco” o “verdoso-amarillento’’, cuando seco el cáliz y la corola castaños, los filamentos pardo-claro; brácteas, cáliz y corola un poco hispidulosos en sus extremos; brácteas estrechamente estipuladas, más o menos 0.6 x 0.2 mm. Flores pentámeras, con más o menos 50 estambres. Cáliz campanulado más o menos 1 x 0.8 mm, el tubo obscuramente nerviado, lobos obtusos y deltoideos 0.15 mm. Corola estrechamente campanulada, 1.9—2.1 mm, lobos ovados 0.4—0.45 mm. Filamentos de los estambres uni- dos en su base, exertando hasta 1 mm. Pistilo más o menos 7 mm de largo. Ovario sesil, 1 mm de largo, estilo glabro con un estigma terminal y diminu- to, exertado 1 mm más lejos que las anteras. La vaina no es conocida todavia.

Liogier (1985, p. 16—17) refiere los ejemplares del tipo de A. caurina a la poco conocida A. barahonensis, de la cual, la primera descripción comple- ta se publica en este artículo. Es semejante según el número de pinnas y de los folíolos en cada pinna, y se puede distinguir por su hábito pequeño y

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difuso, sus espinas estipulares más cortas que las ramitas foliosas, sus flores sincrónicas con las hojas nuevas y sus inflorescencias, periantios y ovarios hispidulosos. Los ejemplares examinados no muestran los braquiblastos eri- zados y Leonard no los menciona en sus notas de campo. Todavía no se han recolectado las vainas, y por eso no se puede decir con certeza que A. caurina pertenece a la agrupación Feracacia dentro Ser. Gummiferae, aunque la for- ma de la cabezuela sugiere esta conclusión. Las espinas estipulares son más cortas que las de cualquier otra especie cubana referida a este grupo. El color floral, recordado por Leonard como “‘verdoso-amarillo” (no. 13863) o “verdoso-blanco” no. 13860) contrasta bien con el anaranjado-amarillo de A. barahonensis. HAITI, Departement Nord-Ouest: shrub 2 ft high, flowers greenish-white; steep mountain slope west of bay, vicinity of Port- a-l’Ecu, 15—17 march 1929 (fl), Emery C. G. M. Leonard 13860 (parati- pos, NY, US).

Etimología del epíteto: del latín caurus, viento del noroeste, en alusión al departamento haitiense Nord-Ouest.

III. SERIES BOTRYOCEPHALAE Bentham

11. ACACIA DEALBATA Link, Enum. pl. berol. 2: 445. 1822. Descrita de una planta cultivada en Berlín.

A. decurrens sensu Liogier, 1985; non Willd.

Arbol de hasta 12 m; hojas con hasta 25 pares de pinnas y 20—50 pares de folíolos pequeños; una glándula entre cada par de pinna; flores amarillas en cabezuelas esféricas, éstas reunidas en panículas amplias y terminales; val- na aplanada, de 30-86 x 8—12 mm, funiculo de las semillas engrosado en arilo pequeño. Floración: noviembre-marzo.

Conocida naturalizada solamente en el área de Furcy, Haití, elevación 1650-1800 m, donde era introducida como ornamental. Aparentemente reproduciéndose por semillas pero no hemos visto ejemplares con frutos. Na- uva de Australia. | Haití: Massif de la Selle (naturalizada)

Véase Isely (1973) acerca del nombre correcto de la 4. dealbata.

IV. Series PHYLLODINEAE Bentham

12. ACACIA CONFUSA Merrill, Philip. J. Sci. 5 (Bot): 27. 1920. Tipo: Subig, Luzon, Islas Filipinas, Merrill 2114. Isotipo: NY!

Arbol de 4-6 m; filodios de 60—110 x 6—8 mm; cabezuelas axillares, flo-

res amarillas; vaina linear, recta y aplanada, 70-130 x 9—10 mm, semilla

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ovada y aplanada, 5—6 x 3.5—4 mm. Acacia. Flores y frutos: estaciones no bien marcadas.

Algo frecuente en cultivo en La Española, produciendo semillas, pero todavía no conocida como una planta naturalizada. Nativa de la isla Formosa (Taiwan) y las Filipinas. Introducida a cultivo en los subtrópicos y trópicos mundialmente.

República Dominicana: Cordillera Central y Llanura Costera, a veces aparece fuera de cultivo aunque cuando cultivado. (Fig. 6).

13. ACACIA RETINODES Schlechtendal, Linnaea 20: 664. 1847.— “[Behr] 189 .. Sudaustralien”.

A. neriifolia auct. hispaniol., non A. Cunningham.

Arbusto o árbol mediocre; filodios 40-200 x 3—15 mm, uninervios; cabe- zuelas pequeñas, esféricas, cortamente racimosas, axilares; flores amarillas; vainas de 40—140 x 6—8 mm, rectas.

Reportada en cultivo en la Española por Liogier (1985), pero no hemos visto ningún ejemplar de herbario. Nativa de Australia. La A. melanoxylon R. Br. in Aiton es una de las Acacias más frecuentemente cultivada en los trópicos y es muy parecida a A. retinodes.

14, ACACIA LONGIFOLIA Willd., Sp. pl. 4: 1052. 1806. “in Nova Hollan- dia”.

Arboles arbustivos, casi glabros; filodios arqueados 50-150 x 8—15 mm, con 2 6 3 nervios prominentes; flores amarillas en espigas axilares de 4—5 cm de largo; vaina 60—110 x 3—6 mm, casi recta.

Natural de Australia. Introducida de Puerto Rico antes de 1947 y culti- vada en la plantación de caucho de B. F. Goodrich Co. en Piedra Blanca, República Dominicana. Solamente conocida en cultivo, no común en la República Dominicana.

15. ACACIA MANGIUM Willd., Sp. pl. 4(2): 1053. 1806. —‘‘in Moluccis”. Holotipo: Rumphius, Herb. amboin. 3: t. 81!

Arbusto o árboles escabro-pubérulos; filodios arqueados hasta 100—240 x 45—80 mm, con cerca de 4 nervios prominentes; flores amarillas en espigas axilares; vaina alargada 3—5 mm de ancha, torcida en espiral abierto. Man- gium. Introducido a cultivo en 1984 como árbol maderable por ENDA—Ca- ribe cerca de Zambrana, Cotuí y Tireo Arriba, Constanza, República Domi- nicana. De crecimiento rápido. Con flores en 1988. Nativa de Australia, Nue- va Guinea y las Islas Moluccas (National Research Council, 1983), donde es conocida como una invasora.

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Fig. 6. Acacia confusa rama florecida, cultivada.

Especie excluida

La Acacia domingensis Bertero ex DC, (Prodr. 2:464. 1825) es la Mimosa domingensis (DC) Bentham.

Agradecimientos

Queremos agradecer a los herbarios “‘Smithsonian Institution’’ (US), “New York Botanical Garden” (NY), y de la Universidad de Harvard (A £ GH) por el permiso para estudiar material de herbario. A los Drs. James Luteyn y María Lebrón-Luteyn, Dr. Scott Mori y esposa, y Dr. William Buck por su hospitalidad durante nuestra visita a New York; al Sr. A. Joseph Ossi y espo- sa, por su hospitalidad durante la visita a Washington DC; y al Dr. Richard A. Howard y esposa, por su hospitalidad durante nuestra (T. Zanoni) visita a Cambridge, Massachusetts, todos estos viajes en 1987. Especialmente agradecemos a José Pimentel B. y a Ricardo García G., quienes descubrieron Acacia cucuyo en el campo.

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Moscosoa 5, 1989

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Moscosoa 5, 1989 27

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Moscosoa 5, 1989, pp. 28-54

LA FLORA Y LA VEGETACION DE LA ISLA CATALINA, REPUBLICA DOMINICANA

T. A. Zanoni, M. M. Mejia P., J. D. Pimentel B. & R. G. Garcia G.

Zanoni, T. A., M.M. Mejia P., J. D. Pimentel B., & R. G. Garcia G. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). La flora y la vegeta- cion de la Isla Catalina, Republica Dominicana. Moscosoa 5: 28-54. 1989. La Isla Cata- lina tiene un area de aproximadamente 9 kilometros cuadrados y esta localizada cer- ca de La Romana, en la parte sudeste de la isla Espafiola. La flora tiene componentes de la costa, de salinas, y del interior donde esta el bosque subtropical sobre roca calcacea. La flora es muy parecida a la de tierra firme, pero es mas pobre. Se describen doce zonas de vegetacion y se incluye una lista de especies encontradas con indicaciones de sus for- mas de vida, status y habitats.

Isla Catalina is a small island of 9 square kilometers, located on the southeastern coast of the island of Hispaniola (Dominican Republic and Haiti). The island was probably formed when part of the coastal coralline shelf separated from what now forms tierra firme inmediately north of the island. The flora has three distinctive components - the coast, the saline areas, and the interior. Twelve major vegetation zones are recognized for the island. The vegetation is described and a list of vascular plants with their life forms and habitats is included.

Las florulas de las islas pequenas pertenecientes a la isla Espanola han sido un fenómeno en el presente siglo. La fuerza principal en el trabajo de reco- lectar datos florísticos y sobre la vegetación fue Erik L. Ekman, un botánico sueco quien recolectó en la isla Española en 1917 y entre 1924-1931. El trató las florulas de las islas Tortuga (Ile Tortue; Ekman, 1929 a), Navasa (1le Navasse; Ekman, 1929 b), Gonave (Ile Gonave, Ekman 1930 a) de Haiti, y los Cayos de los Siete Hermanos, cerca de Monte Cristi, de la Republica Dominicana (Ekman, 1930 b). Las primeras florulas sobre islas dominicanas trataron Isla Beata (Ostenfeld, 1924; Howard, 1955; Anon, 1986a & 1986b) e Isla Alto Velo (Howard, 1955; Marcano y Cicero, 1981). Otras dos florulas recientes trataron las diminutas islas La Matica (Mejia & Zanoni, 1981) y La Piedra o de los Pinos (Zanoni & Mejia, 1982) de las cuales tenemos unas revisiones en preparación con notas sobre los cambios de la flora y la vegetación después de transcurrir cinco años.

Nuestras exploraciones botánicas en toda la isla Española en los últimos ocho años incluyen visitas a la Isla Catalina y su vecina Saona (trabajo de campo no terminado todavía) y a la Isla Beata (trabajo preliminar).

Luego de estos inventarios, hemos llegado a la conclusión de que estamos contentos con nuestro reconocimiento de la vegetación y la recolección de las especies de Isla Catalina. La isla es pequeña y accesible en casi su totali-

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dad, por lo cual fue posible terminar el trabajo en diciembre de 1986. Aqui entregamos nuestro reporte.

En los últimos meses, Isla Catalina ha aparecido en los periódicos domini- canos casi semanalmente. Fue publicado que algunos inversionistas tienen interés de arrendar la isla o parte de ella para desarrollar un centro turístico. Si este proyecto llega a realizarse, la superficie de vegetación de Isla Catalina cambiará drásticamente. Tenemos entendido que no existe otro estudio serio sobre la flora y la vegetación de Isla Catalina. Nuestro trabajo podrá quedar como la única evaluación antes de los cambios previstos.

Isla Catalina

La Isla Catalina, con un área de aproximadamente 9 km’, está localizada al suroeste de la ciudad de La Romana, Provincia La Romana, República Dominicana. Tiene forma de un triángulo ligeramente irregular. Está sepa- rada de tierra firme por un canal profundo de 2 km de ancho.

Historia reciente

En La Catalina se han venido realizando numerosas actividades, que de una u otra forma han afectado su ambiente natural. La historia no es bien conocida, pero podemos relatar una parte de ella. En 1889, el presidente Ulises Heureaux, por medio del decreto 2802, concedió por 25 años la Isla Catalina al General Ramón Castillo para establecer un hato de ganado mayor (Sang, 1987).

Cerca del final de la década de los 1950, fue construído un pequeño aeró- dromo con la pista sin pavimentar, de aproximadamente 1.5 km de largo. Para esa época era usado como un aeródromo privado. En la actualidad, este aeropuerto no tiene uso y se ha cubierto de hierbas y arbustos como resultado de la regeneración natural del bosque. También durante la década de los 1950, la Fuerza Aérea Dominicana usó la isla como blanco en sus prácticas de tiro desde los aviones.

La agricultura y la ganadería se han llevado a cabo en las hondonadas donde se ha formado una frágil capa vegetal. Hemos encontrado plantas de limón agrio, lechoza y naranja agria en algunos de los conucos abandonados.

Al parecer la actividad más fuerte fue la ganadería ovina, caprina, porcina y posiblemente bovina. Hay varios potreros localizados en el centro y al nor- te de la isla sembrados (o invadidos) de hierba de guinea (Panicum maximum) para pasto, uno de ellos todavía tiene su alambrada vieja. Cada potrero posee un bebedero grande hecho de cemento. De los animales introducidos a La

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Catalina, se han alzado y convertido en cimarrones algunos cerdos, mapaches (Procyon lotor), y conejos. Encontramos huellas de los cerdos debajo de los cacheos (Pseudophoenix sargentii subsp. saonae); de los mapaches en el suelo humedo de los salados donde van a pescar cangrejos (en 1986), y los conejos son residentes en las hierbas próximo al aeródromo viejo.

En 1981, los miembros de la Marina de Guerra de la República Dominica- na que estaban de puesto en el cuartel de La Catalina tenían dos mulos que eran usados en los recorridos rutinarios de vigilancia. Pastaban en potreros abandonados del aeródromo y la parte nordeste de la isla.

En el 1934, fue instalado un aserradero para explotar la madera de caoba (Swietenia mahagoni), vera (Guaiacum sanctum), y quiebrahacha ( Krugioden- dron ferreum) entre otras especies. Los tocones existen hoy dia como evi- dencia de esta actividad.

El corte de lena y la fabricacion de carbon vegetal se mantuvieron activa- mente hasta más o menos 1984 y 1985, anos en los cuales se produjeron dos grandes cortes de leña con la anuencia del jefe de la guarnición de la marina en ese lugar.

En 1983, más de 2 km de las dunas localizadas al norte del cuartel de la marina fueron despojados totalmente de su cubierta vegetal y el área fue plantada de cocotero (Cocos nucifera) Actualmente en esta zona se ha desa- rrollado una tupida población de Corchorus hirsutus que cubre todavía (dic. 1986) las pequeñas plantas de cocotero.

En el extremo sudeste, cerca de Playa del Este, fue construído un faro, hoy inactivo, para guiar a los barcos que entran al puerto de Río Dulce en La Romana. Para la construcción de este faro no hubo que talar el bosque ya que fue ubicado en una área costera ya deprovista de vegetación. Este lugar está afectado por un fuerte y constante oleaje que no permite el desa- rrollo de ningún tipo de vegetación próximo a la costa. En esta zona se han producido desprendimientos naturales de grandes bloques de rocas que antes estaban adheridas a la isla y ahora se encuentran depositados alrededor del faro.

La costa nordeste, ubicada entre la Playa del Este y Punta Blandino, es la que está sufriendo el mayor daño causado por la contaminación de sus aguas. Un volumen considerable de la basura y desechos sólidos que se produce en la ciudad de La Romana y otros poblados cercanos son depositados por las corrientes marinas en la costa nordeste de la isla. También, es notable la deposición de petróleo y aceites lubricantes, provenientes de las máquinas de los barcos que frecuentan el puerto. Estas grasas recubren las rocas y arenas cercanas a la costa de la Isla Catalina, afectando la vida marina y la flora de esos lugares. El paisaje y el ambiente de esta área son los que presentan el

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aspecto mas feo y desagradable. Gran cantidad de desechos solidos de todo tipo dan la apariencia de un basurero.

La cacería de palomas, rolones, cerdos cimarrones, mapaches y conejos . se ha venido realizando en La Catalina de una forma más o menos contínua. Se observan con frecuencia cartuchos vacíos de diferentes calibres en los lu- gares donde crece el Metopium, cuyas semillas son ingeridas por las palomas, además en los salados y los charcos que son usado por todos estos animales como bebederos naturales.

Actualmente en esta isla viven los soldados que prestan servicio en el cuar- tel de la Marina de Guerra, ubicado al suroeste, próximo a Punta Pérez. Pero es visitada diariamente por los pescadores de la zona, que llegan allá para cocer sus alimentos utilizando leña y para tumbar los cocos que crecen en algunas partes de la costa y así obtener agua dulce. Además, el proyecto turístico de Casa de Campo en La Romana, tiene en su programa la visita de lanchas algunos días a la semana. Los turistas frecuentan mayormente la playa de arenas blancas localizada al norte de Punta Pérez, próximo al cam- pamento de la Marina de Guerra, lugar donde existía un pequeño embarca- dero.

Recientemente (1980) fue construída una casa-refugio de concreto arma- do. Esta es usada por los miembros de la Marina de Guerra de puesto en la isla, para protegerse de los efectos de los huracanes y de las tormentas que afectan el área. Está ubicada en la orilla del bosque próximo a Punta Pérez, sobre un farallón de roca caliza a 10 m sobre el nivel del mar. Aparente- mente, no fue necesaria la remoción de muchos árboles para construir este refugio.

Geología y agua

Se considera la Isla Catalina como una porción separada de la Isla Es- pañola o tierra firme (Cook en Vaughan et al., 1922; Barrett, 1962). La costa al norte de la Catalina está compuesta de terrazas marinas desarrolla- das sobre antiguos arrecifes costeros. Estas terrazas pertenecen al Pleistoceno y las calizas al Mioceno y al Cretáceo.

La topografía de la isla es de bajo relieve y la mayor extensión de su territorio no sobrepasa los 5 m de elevación (Fig. 1 2). En la ladera norte de la parte alta existen algunos farallones pequeños, los cuales indican que esta área emergió primero que la parte más baja que, posiblemente, quedó debajo del mar por más tiempo que la parte más elevada.

Las partes bajas consisten en unos llanos de poco relieve. En el nordeste . y no lejos de Punta Blandino hay algunas depresiones con poco menos de un

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PUNTA BLANDINO

PUNTA ACUADOR PUNTA MELADO

ISLA CATALINA

PUNTA PEREZ

PLAYA DEL ESTE

PUNTA BERROA

REPUBLICA DOMINICANA

Fig. 1. Isla Catalina, Provincia La Romana, Republica Dominicana.

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Fig. 2. Isla Catalina. Aerofotografía tomada el 22 de marzo 1967. La pista de aterrizaje del aeródromo es muy visible en el centro de la isla.

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metro de profundidad. También al oeste y detras de la playa arenosa entre Punta Acuador y Punta Pérez existe una hondonada situada a nivel del mar, delimitada por una barrera de arena depositada alli por el oleaje. Aparente- mente el agua marina pasa a través de la duna de arena y forma una laguna salada.

La superficie expuesta de la isla es mayormente piedra, exceptuando los lugares donde se han formado las dunas. Existe poco desarrollo de suelo sobre las rocas calcareas y coralinas. Es frecuente observar acumu- laciones de arenas, fragmentos de rocas y caracoles cerca de la costa o en los lugares del interior donde el mar penetró en el pasado.

La capa vegetal más desarrollada se encuentra en las depresiones y peque- nos llanos interiores donde la sedimentación ha sido mayor. Un suelo de co- lor chocolate, de partículas finas y con buena capacidad de retención de agua, existe próximo al aeródromo y al nordeste de la isla. En este tipo de suelo fue donde se llevaron a cabo las actividades agrícolas y ganaderas en las diferentes épocas. La regeneración natural de la vegetación en éstas áreas es parecida y las hierbas usadas como pastos crecen vigorosamente e impiden el paso por el lugar a las personas. Los árboles más altos y la vegetación más exhuberantes crece en este tipo de suelo.

No encontramos manantiales de agua dulce; pero existe una pequeña char- ca de agua salobre que se acumula en un hoyo pequeño originado por la frag- mentación de la roca caliza causada al parecer por una línea de fractura (falla) que pasa por allí. Encontramos evidencias de que esta agua fue utili- zada para dar a beber a los animales. La Bacopa monnieri, Cyperus sp., y otras especies de agua dulce o casi dulce, fueron encontradas creciendo en el lodo alrededor del pequeño “pozo”.

El agua de lluvia recolectada en las cañerías instaladas en el cuartel repre- senta la fuente principal de abastecimiento de ese líquido para los marinos.

Clima

La época lluviosa (de acuerdo a los datos de la estación climatológica más cercana, en La Romana) se produce de mayo hasta diciembre, 108—152 mm promedio mensual, disminuyendo ligeramente en junio y julio. El período de menos lluvia corresponde al invierno (diciembre) hasta la primavera (abril) que es marcadamente más seca, 37—54 mm promedio mensual (Fig. 3). Las precipitaciones durante la época lluviosa son más intensas y más frecuentes.

La temperatura varía siguiendo casi el mismo patrón de las lluvias (Fig. 3). Las temperaturas más extremas y los promedios mensuales son más altos en los meses de la época lluviosa, el verano. La temperatura promedio mensual

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TEMPERATURA _ a

LLUVIA

FCO. JIMENEZ

Fig. 3. Temperatura y lluvia promedio mensual para los años 1931 hasta 1980, de La Romana, estación climatológica más próxima a Isla Catalina.

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varía entre 24.3—27.9°C durante el año, con la mínima de 15°C y la máxima de 38°C.

Según nuestra experiencia la mayor floración y fructificación de las plan- tas vasculares corresponde a los meses con mayor pluviosidad.

Exploración botánica

La exploración botánica de la Isla Catalina es un fenómeno en los últimos años. Ismael Vélez del Instituto Politécnico de San Germán, Puerto Rico, visitó la isla en mar 1950. No sabemos cuántas muestras él recolectó en su proyecto sobre la flora herbácea del Caribe (Vélez, 1954), pero la “Smith- sonian Institution” (US) tiene ocho muestras recibidas de él. H. A. Liogier (como A. H. Liogier) visitó la isla el 2 jul 1972 y 8 abr 1973, y con José de Jesús Jiménez el 18 feb 1978, recolectando cerca de 150—200 números de plantas vasculares.

Más recientemente, T. Zanoni y M. Mejía recolectaron allí el 24 mar 1981, con Constantino Ramírez del 14 al 16 jul 1981, y con Ricardo García y Bienvenido Santana del 16 al 19 dic 1986. De los viajes de Zanoni y Mejía et al., las muestras suman más de 360 números. En la búsqueda de las mues- tras para el herbario fue necesario visitar dos veces o más muchos de los luga- res de la isla. Podemos afirmar que el mayor número de especies ya ha sido encontrado.

Las muestras de Liogier y de Zanoni están depositadas en el herbario del Jardín Botánico Nacional (JBSD) y del New York (NY).

Un viaje de reconocimiento de medio día fue realizado el 19 ago 1983 por los técnicos del Departamento de Vida Silvestre de la Secretaría de Estado de Agricultura de la República Dominicana (participantes: Orlando Amargós, Cecilia Hernández, Ramón Sánchez, Jurgen Czerwenka y Manuel González). Recolectaron aproximadamente 37 especies de plantas y reportaron varias más. La descripción de la vegetación hecha por ellos fue muy breve. El re- porte acerca de la flora, la vegetación y la avifauna no ha sido publicado. Las muestras de plantas no se conservaron en un herbario; éstas fueron bota- das en 1983 después de ser identificadas.

La flora

La flora de la Isla Catalina se divide en tres tipos principales, la que se desarrolla en la costa propiamente dicha ya sea sobre arena o en la roca, la que crece en los salados, y la del interior.

Estas tres floras son muy similares a las que se desarrollan en la tierra

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Fig. 4. Playa arenosa al norte de Punta Pérez, Isla Catalina. Obsérvese los cocoteros sembrados.

firme al norte de la Catalina. No existe ninguna especie de planta vascular que sea endémica de esta isla.

La flora en general es mas pobre que la flora de tierra firme. Este hecho, a nuestro juicio, es logico si consideramos el tamano de la Isla Catalina y la poca variación ambiental con respecto a tierra firme que pudiera favorecer el desarrollo de otras especies. En este trabajo no hacemos ningún reporte acer- ca de los musgos (Briofita), líquenes y hongos; aunque observamos la pobre- za de estos grupos en la isla.

Reportamos la presencia en la Catalina de dos híbridos naturales uno de Coccoloba uvifera con C. pubescens y el otro con C. diversifolia. El último es relativamente abundante en la zona norte, donde hallamos varios individuos. El primero fue encontrado solo en la parte suroeste de la isla.

Caesalpinia ciliata y Acidocroton montanus son dos especies de los bos- ques secos del suroeste del país que forman parte de la flora de la Catalina. Este constituye el primer reporte de estas especies para la región este de la Española.

En todas nuestras exploraciones, no encontramos ninguna especie de he- lecho (Pteridofitas). Esto nos sorprendió porque en los bosques de tierra firme próximo a Bayahíbe (al nordeste de Isla Catalina) el género Polypodium sensu lat. está representado y existen ambientes en el interior de la Catalina

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Fig. 5. La salina detrás de la playa al norte de Punta Pérez, Isla Catalina. Se’ observa arbustos de Batis maritima.

muy similares, que pudieran permitir el desarrollo de varios helechos tanto terrestres como epifiticos. Reportamos 216 especies de plantas vasculares en la Isla Catalina (Tabla 1)

La vegetacion

1. La. terraza costera del sur, entre Punta Pérez y el faro casi en la Playa del Este. Existe roca desnuda, muchas veces como “diente de perro”. El agua del mar sube sobre esta terraza durante las tormentas o los huracanes y depo- sita piedras, caracoles y arena. A veces piedras de la misma terraza son des- prendidas y tiradas por las tormentas.

La vegetación está marcada por los efectos del salitre y los fuertes vientos que soplan en el área; los daños son notables hasta el interior del bosque contiguo a esta terraza. Las plantas arbustivas y arbóreas están peinadas y muy reducidas en tamaño, particularmente cerca del mar; su crecimiento varía, pudiendo ser desde un arbusto diminuto y postrado hasta erecto, dependiendo del efecto.

Los arbustos (o árboles de porte pequeño) principales son Strump fia maritima, con Rachicallis americana, Conocarpus erectus, Ernodea litoralis,

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Fig. 6. Laguna de agua salada que penetra a través de las arenas de las dunas al interior de la playa al norte de Punta Pérez, Isla Catalina. En el primer plano de la foto esta la duna de arena deprovista de su vegetacion natural y ahora (dic. 1986) cubierta por el arbusto invasor Corchorus hirsutus.

Coccoloba uvifera, Chamaecrista lineata var. brachyloba, Lantana involucrata, Erithalis parviflora, con las lianas de Ipomea macrantha y Canavalia maritima.

2. El bosque inmediatamente próximo al interior de esta zona, en la mar- gen sur de la parte mas elevada, mayormente en el suroeste, de Punta Pérez hacia el este, presenta una faja estrecha de 10—15 m de ancho, caracterizada por las acumulaciones de arena y con poca cubierta vegetal. El margen in- terior de este bosque es transicional al bosque de la parte elevada. La especie arbórea principal es Metopium toxiferum (hasta 10 m de alto). Las otras especies arbóreas son: Bumelia obovata, Bursera simaruba, Ziziphus rignoni, Ateramnus lucidus, Jacquinia arborea, Krugiodendron ferreum, Gyminda latifolia. Los arbustos (o árboles de menor tamaño) son: Eugenia axillaris, Erithalis, fruticosa, Crossopetalum rhacoma, Capparis cynophallophora, Plumeria obtusa. Clusia rosea crece como árbol epifítico sobre Metopium. El estrato herbáceo no está presente.

3. El bosque al nor-nordeste, más maduro, con árboles de 8—10 m de alto, denso con más o menos 1 m entre los troncos. Rocoso, con suelos de color café, con una acumulación de hojarasca sobre la superficie. Este bosque es muy parecido al bosque de la parte elevada, pero es más desarrollado, con menos diversidad de especies, un poco más alto, y más denso. El Guaiacum sanctum fue más abundante anteriormente. Todavía pueden ser encontrados

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Fig. 7. El llano abandonado donde está el aeródromo. La zona tenía una cu- bierta de vegetación natural, pero al tumbar el bosque y mantenerlo limpio durante varios años, se ha producido la regeneración de la vegetación na- tural. Las hierbas principales (en dic. 1986) eran Panicum maximum y los arbustos o arbolitos pequeños de las invasoras Bursera simaruba, Plumeria

obtusa y Lantana involucrata.

los tocones de los árboles cortados. Los árboles más altos y comunes son: Guaiacum sanctum y Bursera simaruba. Otras especies arbóreas o arbustivas altas son: Amyris elemifera, Ateramnus lucida, Eugenia rhombea, Colubrina elliptica, Myrcianthes fragrans, Acacia skleroxyla, y Buxus glomeratus. Los arbustos incluyen Plumeria obtusa, Chiococca alba, Reynosia uncinata (rara), e [sidorea pungens.

4. En el salado detrás del campamento militar y en el margen occidental hay una hondonada de alta salinidad donde el agua de lluvia puede acumular- se antes de infiltrarse. El suelo es arenoso y blanco. La vegetación con mu- chos espacios vacíos entre los arbustos de Batis maritima. Lippia nodiflora y Fimbristylis cymosa son las hierbas asociadas. En las márgenes rocosas del salado en el interior, se encuentran árboles pequeños de Conocarpus erectus, donde la roca está más expuesta.

5. Punta Pérez, al suroeste, y representativa del bosque sobre la parte más elevada de la isla. El bosque “alto” de hasta 10—15 m de alto, desarro- llado sobre roca calcárea, con poca acumulación de suelo. Esta área está

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fuera del alcance del agua marina porque la costa es mas baja que esta terraza. El salitre podria llegar solamente durante las tormentas o los huracanes. Hay acumulación de la hojarasca y las ramitas caídas sobre la roca. Los árboles principales son: Guaiacum sanctum, Ziziphus rignoni. Colubrina elliptica, Exostema caribaeum, Pithecellobium circinale y P. unguis-cati, Caesalpinia sp. y C. vescicaria, Bourreria spp., Coccoloba diversifolia, Eugenia foetida, E. axillaris y E. rhombea, Bumelia obovata, Bursera simaruba, Krugiodendrum ferreum, Guettarda elliptica, Citharexylum fruticosum, Sapindus saponaria, Guapira brevipetiolata, Ateramnus lucidus, Thouinia trifoliata, Acacia skleroxyla y las suculentas arbóreas Opuntia moniliformis, Pilosocereus polygonus, y Lemairocereus hystrix. Los arbustos: Celosia nitida, Argytham- nia candicans, Acidocroton montanus, Neolaugeria resinosa, Coccoloba flavicans, Leucaena leucocephala, Plumeria obtusa, Lantana involucrata, Comocladia dodonaea, Malpighia micropetala, Erythroxylum areolatum y E. rotundifolium, Caesalpinia sp., Ximenia americana, las lianas Serjania spp., y Capparis flexuosa. Las hierbas son raras y fueron encontradas en sitios alterados, por ejemplo próximo al refugio construído muy cerca de Punta Pérez.

6. El llano donde está el aeródromo viejo, al norte de la parte más elevada, fue limpiado para hacer la pista de aterrizaje. Ahora, es una transición de un campo con plantas herbáceas a uno de arbustos y con los árboles pioneros del bosque típico de la isla. Grandes áreas de Panicum maximum (una gramínea de hasta 2 m de alto) y a veces con Paspalum spp., con los arbustos invasores Leucaena leucocephala, Pluchea symphytifolia, Corchorus hirsu tus (muy grande, de hasta 1.5 m de alto), Sida acuminata, Melochia tomentosa (fuerte, hasta 3 m de alto), Lantana involucrata (fuerte, hasta 2 m de alto), Waltheria indica, Helicteres jamaicensis y Gossypium sp. Los árboles invaso- res, no muy altos todavía, incluyen Bourreria spp., Bursera simaru ba, Metopium toxiferum, Citharexylum fruticosum, Ziziphus rignoni, Pithece- llobium circinale, Eugenia foetida, Calyptranthes pallens, Caesalpinia vesicaria y Erithalis fruticosa. Entre las hierbas y lianas: Tephrosia purpurea, Stachy- tarpheta jamaicensis, Echites umbellata, Capraria biflora, y Centrosoma virginicum.

Unos potreros o campos anteriormente en cultivo y luego abandonados, en el nor-nordeste, tienen una composición vegetal casi igual, pero con Desmanthus virgatus, Cordia globosa y Comocladia dodonaea.

7. La zona costera occidental, al norte de Punta Acuador, hasta Punta Blandino, donde las rocas salen directamente del mar entre las mareas altas

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See ee a3) ee ee Fig. 8. Bosque al nordeste de Isla Catalina, con un estrato arbustivo y otro arbóreo. Pocos árboles del estrato arboreo sobresalen en esta vista como el Guaiacum sanctum. Fig. 9. El bosque de la parte elevada en el sur de la Isla Catalina tiene algunas especies de Cactaceae arboreas.

y bajas. En las rocas inundadas constantemente por el agua del mar, no hay plantas vasculares. En el limite del alcance de la marea alta, las hierbas Sesuvium portulacastrum, a veces con una gramínea y plantas pequeñas de Conocarpus erectus. En el interior de esta franja, en una zona rocosa y con depositos de piedras, caracoles y arena: los arbustos de Borrichia arborescens, y Rachicallis americana. Más al interior: una vegetación arbustiva de Argusia gnaphalodes, Suriana maritima, con Erithalis parviflora o E. fruticosa.

8. La zona costera occidental, una barrera o dunas de arena al norte del campamento militar hacia Punta Acuador. Limpiado en 1983 para sembrar cocoteros. La vegetación arbustiva después de esta alteración es principal- mente de Corchorus hirsutus y Ernodea litoralis con Canavalia maritima en el suelo. Las invasoras incluyen las especies típicas del bosque que anterior-

Moscosoa 5, 1989 43

3 e 4 a

Fig. 10. Terraza en la costa sur de la Isla Catalina, formada de rocas calcáreas. Dos rocas grandes sobre la terraza fueron tiradas por las olas durante las tormentas. Los arbustos enanos que se observan delante son Rachicallis

americana.

mente recubría esta área: los árboles y arbustos grandes de Coccolo ba uvifera, Exostema caribaeum, Colubrina ferrugineum Sapindus saponaria, Bursera simaruba, Pithecellobium circinale, y Eugenia foetida; entre los arbustos pequeños Crossopetalum rhacoma, Capparis flexuosa (también crece como liana), Rivina humilis, Caesalpinia vesicaria, y Lantana involucrata.

Más al norte de esta zona alterada para sembrar los cocoteros, se encuen- tran las especies citadas arriba, además los árboles Guaiacum sanctum, Bumelia obovata, Swietenia mahagoni, Jacquinia arborea, Ziziphus rignoni, Eugenia axillaris y los arbustos de Erythroxylum areolatum, y las lianas de Serjania spp., Echites umbellata, y Stigmaphyllum sp., y las suculentas de Lemairocereus hystrix y Opuntia dillenii.

9. Detrás del campamento militar y paralelo a la barrera arenosa en la costa cerca de Punta Acuador, hay una hondonada con tierra saturada en las partes más bajas. Muchas veces se forma una laguna poco profunda en la época lluviosa o con la entrada de agua marina a través de la barrera de arena en las mareas altas o con las tormentas. En esta zona hay un manglar con árboles de Conocarpus erectus mezclados con Bumelia obovata, Pithece- llobium circinale, Coccoloba uvifera, y Capparis flexuosa, así como Fim-

44 Moscosoa 5, 1989

bristylis cymosa en las partes más secas y rocosas. Creciendo en suelos mas saturados y salados está Batis maritima.

10. Hondonadas, en la parte norte y un poco al sur de la Punta Blandino, son comunes detrás de las barreras costeras arenosas y con un piso de roca calcárea, con filtración lenta del agua lluvia. Variadas en su composición vegetal. Una es un manglar de Conocarpus erectus, con Bucida bucera y una gramínea. Otra con la gramínea Leptochloopsis virgata predominante, con la invasión de los arbustos Turnera diffusa, Melochia tomentosa, Co- mocladia dodonaea, Erthroxylum rotundifolium, Waltheria indica y plantas pequeñas de las especies arborescentes Bursera simaru ba, Bumelia obovata, Pithecello bium circinale, Plumeria obtusa, y Guaiacum sanctum. Una tercera con piso arenoso, con muchos arbustos de Exostema caribaeum, y algunos de Eugenia foetida, Bursera simaruba, Pithecellobium circinale, y Erithalis fruticosa.

11. La costa norteña, entre Punta Melado y Punta Blandino, incluye dos ambientes: rocoso y arenoso. La vegetación en esta zona es enana y peinada por los efectos mecánicos de los vientos que vienen del este. En la costa rocosa: arbustos bajos y enanos cerca del mar: Conocarpus erectus, Rachica- llis americana, Strumpfia maritima, y la hierba Sesuvium portulacastrum. Un poco más al interior: arbustos de tamaño normal de Suriana maritima, Borrichia arborescens, Morinda citrifolia, con la liana Canavalia maritima. La costa y las dunas arenosas: las gramíneas Paspalum spp. y Spartina patens, Cakile lanceolata, Argusia gnaphalodes, Sesuvium portulacastrum, Suriana maritima, Chamaesyce mesembrianthemifolia, Caesalpinia ciliata; las lianas Ipomoea spp. sobre los arbustos y Canavalia maritima en el suelo. Ademas existen colonias grandes de Opuntia dillenii.

12. Bosque costero, entre Punta Melado y el extremo más al norte de la isla (costa nordeste de la isla), es una franja con aproximadamente 10 m de ancho entre la costa y el bosque del interior. Mayormente con Jacquinia arborea, Conocarpus erectus y Bursera simaru ba. Plumeria obtusa, Coccoloba uvifera, Thespesia populnea, y las lianas Ipomoea spp. también son encon- tradas aquí.

Literatura citada

Anon. [1986 a.] Estudios en las áreas silvestres de la península de Barahona e Isla Beata, propuestas para la creación de una zona propuestas para la creación de una zona protegida (parque nacional). Secretaría de Estado de Agricultura, Subsecretaría de Recursos Naturales, Departamento

Moscosoa 5, 1989 45

de Vida Silvestre: Santo Domingo, Republica Dominicana. 296 pp., fotocopiado.

Anon, 1986 b. Plan de manejo y conservación, Parque Nacional Jaragua. Dirección Nacional de Parques; Subsecretaría de Recursos Naturales, Secretaría de Estado de Agricultura; & Servicio Alemán de Cooperación Social-Técnica (DED): Santo Domingo, República Dominicana.

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46 Moscosoa 5, 1989

Tabla 1. Especies recolectadas en la Isla Catalina, Provincia La Romana, Republica Dominicana. CLAVE: Area: Al, recientemente alterada; Bc, bosque de la periferia costera; Bi, bosque del interior; C, cerca del campamento militar; D, playa de arena o las dunas; Po, potrero y campos de cultivo abandonados; R, roca desnuda y costera; Re, aeródromo viejo, regeneración de vegetación arbustiva y del bosque, y S, salado, interior. FORMA DE VIDA: A, árbol; Ar, arbusto y subfrútice; Ep, epifítica o pará- sita; Hb, hierba;P, palmera;S, suculenta (Cactaceae y otras); Tr, trepadora, semitrepadora, rastrera (incluyendo lianas). STATUS: Aut, autóctona o nativa; Cut, cultivada; En, endémica de la Isla Española; J, introducida; Nat, naturalizada; y (*), maleza o invasora. PRUEBA: Las muestras del herbario con “L-” fueron recolectadas por Liogier; las con “Z-” fueron recolectadas por Zanoni et al.

NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA

ACANTHACEAE Oplonia spinosa (Jacq.) Raf B Ar Aut Z—37333 AIZOACEAE Sesuvium portulacastrum L. DR: Hb Aut Visual AMARANTHACEAE Caraxeron vermicularis (L.) Raf D,R Hb Aut Z—11960 Celosia nitida Vahl Bi,R Hb Aut L- 31223 Iresine diffusa H. & B. ex Willd. Bi,R Hb Aut Z—11932 AMARYLLIDACEAE Hymenocallis caribaea (L.) Herbert D Hb Aut Visual ANACARDIACEAE Comocladia dodonaea (L.) Urb. B Ar Aut Visual Metopium toxiferum (L.) Krug &

Urban Be A Aut Z—11963 APOCYNACEAE Catharanthus roseus (L.) G. Don C Ar Nat Z—11963—A Echites umbellata Jacq. Re,Poi +1 Tt Aut Z—37175 Plumeria obtusa L. Be Ar Aut Z—37239 Urechites lutea (L.) Britton Re,Po Tr Aut Z—37306 ARECACEAE Cocos nucifera L. Beep aeP Cut Visual

Pseudophoenix sargentii subsp. saonae (O.F. Cook) Read Bi P Aut Visual

Moscosoa 5, 1989 47

NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA

ASCLEPIDACEAE

Matelea maritima (Jacq.) Woodson Be E Aut Z—15438 ASTERACEAE

Ambrosia peruviana Willd. Al,Po Hb Cut Z—15440 Borrichia arborescens (L.) DC D,R Ar Aut Z—15491 Conyza canadensis (L) Cronq. Al,Po Hb Aut pagal Wha Eupatorium odoratum L. Al,Po Ar Aut Z—37186 Lactuca inty bacea Jacq. Al,Po Hb Aut L-27390 Pectis domingensis Urb. (?) Po Hb En L—27367 Pluchea symphytifolia (Miller)Gillis Al,Po Ar Aut Z—11924 Tridax procumbens L. Al,Po Hb Aut Z—15450 Vernonia cineria (L.) Less. Po Hb Aut Ka i gg AVICENNIACEAE

Avicennia germinans (L.) L. Bc A Aut Visual BATACEAE

Batis maritima L. S Ar Aut ZT BIGNONIACEAE

Catalpa longissima (Jacq.)Dom.-Cours Bi A Aut Z—37322 Tabebuia perfae Liogier Bi A En Z—15449 BORAGINACEAE

Bourreria baccata Raf. Bc,Bi A Aut LI 1230 Bourreria ovata Miers Bi A Aut Z—37246 Bourreria sp. Bi Ar En Z=3T274 Cordia globosa (Jacq.) Kunth Po Ar Aut Visual Heliotropium curassavicum L. D Hb Aut Z—11964D Tournefortia volubilis L. Po Re Ar Aut Visual BRASSICACEAE

Cakile lanceolata (Willd)O.E Schulz D Hb Aut Z—37206 BROMELIACEAE

Tillandsia balbisiana Schultes Bi Ep Aut tt i Bil T. flexuosa Swartz Bi Ep Aut Z—15462 T. recurvata (L.)L. Bi Ep Aut Z—37330 T. usneoides L. Bi Ep Aut 25765 T. utriculata L. Bc,Bi Ep Aut Z—15405 BURSERACEAE

Bursera simaru ba (L.) Sarg. Be Ar Aut Z—37205

48 Moscosoa 5, 1989

NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA

BUXACEAE

Buxus glomerata (Griseb)Muell.-Arg. Bi Ar Aut Z—37338 CACTACEAE

Lemairocereus hystrix (Haw.) Britt.

& Rose Bi S Aut Visual Opuntia dillenii (Ker-Gawler)Haworth D S Aut Z- 13002 O. moniliformis (L.) Haw. in Steud Bi S Aut Z—15420 Pilocereus polygonus (Lam.)K.Schum Bi S Aut Z—15421 CAPPARACEAE Capparis cynophallophora L. Bi A Aut Z-11958 C. flexuosa L. Bi Ar Aut Z=3TAZS C. indica (L.) Fawc. & Rendle Bi A Aut LAR Cleome gynandra (L.) L. Po Ar Aut Z—15426 CARICACEAE Carica papaya L. Po,C Ar Cut Z—15425 CASUARINACEAE Casuarina equisetifolia L. D A Aut 2531189 CELASTRACEAE Crossopetalum rhacoma Crantz R Ar Aut Z—37189 Gyminda latifolia (Sw.) Urb. Bi Ar Aut Z—37238 May tenus reynosioides Urb. Bi Ar Aut LR Schafferia frutescens Jacq. Bi Ar Aut LA CHENOPODIACEAE Salicornia bigelovii Torrey S Hb Aut 2715413 CLUSIACEAE Clusia rosea Jacq. Bi A Aut Z—15434 COMMELINACEAE Commelina diffusa Burm. f. Bi Hb Aut Z—37341 CONVOLVULACEAE Convolvulus nodiflorus Dest. Po Ty Aut Z—37180 Ipomoea batata L. C Tr Cut Visual I. desrousseuxii Steudel Tr Aut L—27370 I. pes-caprae (L.) R. Br D,R Tr Aut Z—15499 I. triloba L. Bi Tr Aut L—27381 I. violacea L. Bc If Aut Z—15471

Jacquemontia pentancha (Jacq.) D. Don Po Tr Aut £37267

Moscosoa 5, 1989 49

NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA

Merremia dissecta Hall. f. Po Te Aut Z—15479 COMBRETACEAE

Terminalia catappa L. Bc A Nat Visual CYPERACEAE

Cyperus elegans L. Bi H Aut Z—15408 C. ligularis L. P H Aut Z 11937 C. nanus var. subtenuis Kuk Bi, Po H Aut Z—37227 C. planifolius L. C. Richard D H Aut Z—11943 Cyperus spp. a H Aut L=27,379 Eleocharis cellulosa Torrey S H Aut Z—15463 Fimbristylis cymosa R. Br. D,R H Aut Visual Scleria lithosperma (L.) Sw. Bi,Po H Aut Z—15435 DIOSCOREACEAE

Rajania quinquefolia L. Bi Tr Aut NENA ERYTHROXYLACEAE

Erythroxylum areolatum L. Bi Ar Aut Z—37194 E. rotundifolium Lunan Bi Ar Aut Z—15380 EUPHORBIACEAE

Acidocroton montanus Urb. & Ekm. Bi Ar En Z—37244 Argythamnia candidans Sw. Po,Al Ar Aut Z—37224 Ateramnus lucidus (Sw.) Rothm. Bi A Aut Z—37215 Chamaesyce adenoptera subsp.

pergamena (Small) Burch D Hb Aut L—27 364 C. cowellii Millsp. D,R Hb Aut L—27362 C. glomerata Millsp. D,C Hb Aut Z—37343 C. ophthalmica (Pers.) Burch C Hb Aut Z—37347 C.Sp: R Hb Aut Z—37213 C. sp. R Hb Aut Z—37236 Chascotheca neopeltandra (Griseb. )

Urb Bi Ar Aut L—27351 Jatropha hernandifolia Vent Bi Ar Aut Z—15489 Phyllanthus sp. Po Hb Aut Z-15441 FLACOURTIACEAE Samy da dodecandra Jacq. Bi Ar Aut Z-37252 GOODENIACEAE

Scaevola plumieri (L.) Vahl D Ar Aut Z-15495

50 Moscosoa 5, 1989

NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA

LEGUMINOSAE-MIMOSOIDEAE Acacia macracantha Humb.

Bonp. ex Willd. Bi,Po A Aut Visual A. skleroxyla Tussac Bi A En Z—37340 Calliandra haematomma (Bert.)

Bentham Bi Ar Aut Z—37332 Desman thus virgatus (L.) Willd. Po Ar Aut Z-TTZOS Leucaena leucocephala (Lam).

De Wit Po Ar Aut Z—37218 Pithecellobium circinale (L.)

Bentham Be Ar Aut Z—37184 P. unguis-cati (L.) Bentham Bc Ar Aut Z—15464 LEGUMINOSAE-CAESALPINOIDEAE Caesalpinia ciliata (Berg.) Urban Bc,D Ar Aut Z—15475 C. domingensis Urb. Bi Ar En Z—37241 C. vesicaria L. Bi Ar Aut Z—37204 Cp. Bi Ar En Z—37258 CY Sp: Bi Ar En L=29336 Chamaecrista lineata var brachyloba

(Griseb.) Irwin & Barneby Po Ar Aut Z—11964 Senna mexicana var. berteriana

(DC.) Irwin & Barneby Po Ar Aut Z=37255 Tamarindus indicus. L. = Ar I Z—11939 LEGUMINOSAE-PAPILIONOIDEAE Cajanus cajan (L.) Millsp. Po Ar Cut Visual Canavalia maritima (Aubl.) Thou. D Tr Aut Z—11916 Centrosema virginicum (L.) Bentham Bi TF Aut DF) Yeo Corynella dubia (Poir.) Urban Bi Ar Aut Z—37267 Galactia striata (Jacq.) Urban TE Aut Z—37209 Indigofera tinctoria L. Po Ar Aut Z—37177 Stylosanthes hamata (L.) Taub. D, Po Ar Aut Z—37 345 Tephrosia purpurea (L.) Persoon D,Po Ar Aut H—11955 LORANTHACEAE Dendropemon alatus V. Tiegh Bc,Bi Ep Aut Z—15412

(Parásita sobre Pithecello bium, Cordia, Bursera simaruba, Melochia tomentosa, Morinda citrifolia, Cocco- loba uvifera, Guaiacum sanctum)

Moscosoa 5, 1989

NOMBRE TECNICO

MALPIGHIACEAE

Malpighia micropetala Urban

MALVACEAE

Gossypium sp.

Hibiscus clypeatus L.

Sida acuminata DC.

Thespesia populnea (L.) Solander ex Correa

MELASTOMATACEAE

Tibouchina longifolia (Vahl.) Baill

MELIACEAE

Swietenia mahagoni (L.) Jacq.

MORACEAE

Ficus perforata L.

F. sp

F. sp

MYRTACEAE

Calyptranthes pallens (Poir.) Griseb

Eugenia axillaris (Sw.) Willd.

E. foetida Pers.

E. laevis Berg (?)

E. rhombea (Berg) Krug & Urban

Myrcianthes fragrans (Sw.)Mc.Vaugh

NYCTAGGINACEAE

Guapira brevipetiolata (Heimerl) Liogier

OLACACEAE

Ximenia americana L.

OLEACEAE

Forestiera sp.

ORCHIDACEAE

Brough tonia domingensis (Lindl.) Rolfe

ORCHIDACEAE

Encyclia sp.

Oeceoclades maculata (Lind.)Lind.

Vanilla claviculata (W.Wright) Sw.

ZONA

Bc, Bi Bi Bi Bi Bi

Sr Pre re re Se >

Ep Hb

FORMA STATUS

51

PRUEBA

Z—15446

Z—37266 Z—15442 Z—37226

Visual

Visual

Z--37199

Z—15447 Z—15482 Z=37336

Z30273 Z—34250 ZP LOS Z—15406 2531320 4737219

237205 Z-37259

127333

Z—15388

Z—15460 Visual Z—15487

52 Moscosoa 5, 1989

NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA PASSIFLORACEAE

P. suberosa L. Bc Tr Aut Z—37212 PHYTOLACACEAE

Rivina humilis L. Bc, Bi Hb Aut Z—37179 POACEAE

Hb Aut Z—15483 Hb Aut Z—37191 Hb Aut Z—37276 Hb Aut Z—15424 Hb Aut Z—37349

Bothriochloa pertusa (L.)A. Camus C

Cenchrus echinatus L. D

Digitaria sp. =

Eragrostis ciliaris (L.) R. Br.

Eustachys petrea (Sw.) Desv.

Lasiacis divaricata (L.) Hitchc. Bi Hb Aut Z +3 1200 Panicum maximum Jacq. Re Hb Nat Visual

P. sp. Al,Re Hb Aut Z—11935 Paspalum distichum L. D Hb Aut £37193 P. laxum Lam. (?) D Hb Aut Z—3/ 7 Setaria sp. D Hb Aut Z—37342 Spartina patens (Ait.) Muhl. D Hb Aut Z—37301

Sporobolus tenax (L. C. Richard) Hb Aut Z—15434

Desv. POLYGONACEAE Coccoloba diversifolia Jacq. Bc, Bi A Aut Z—37237 C. flavescens Jacq. Bi A Aut Z—37245 C. pubescens L. Bi A Aut Z—37260 C. uvifera L. Bc A Aut Visual C. diversifolia x C.-uvifera Bi A Aut Z—37305 C. uvifera x C. pubescens Bc A Aut Z—37242 C. sp. Bi Ar En Z—37243 PORTULACACEAE Portulaca oleracea L. Al,Po Hb Aut Z—37346 P. rubricaulis Kunth Bc,R Hb Aut Z=37282 RHAMNACEAE Colu brina ellip tica (Sw.) Briz 8 Bi Ar Aut

Stern. L—27380 Krugiodendron ferreum (Vahl.) Urb Bi A Aut Z—1545 3 Reynosia uncinata Urb. Bi Ar Aut Z—37300 Ziziphus rignoni Delp. Bc A Aut Z—37230

Moscosoa 5, 1989

NOMBRE TECNICO

RUBIACEAE

ZONA

Antirrhoea ellip tica Urban & Ekman Bi

in Urban A. lucida (Sw.) Hooker Chiococca alba (L.) Hitchc. Erithalis fruticosa L. E. parviflora Griseb Ernodea litoralis Sw. Exostema acuminatum Urban

Bi Bi Bc R D Bi

E. caribaeum (Jacq.) Roem, & Schult, Be

Guettarda ellip tica Sw. G. sp.

Isidorea pungens (Lam.) Robinson

Morinda citrifolia L.

Bi

Neolaugeria resinosa (Vahl.)Nicholson Bc Rachicallis americana (Jacq. )O. Kuntze Bc,R

Spermacoce assurgens Ruiz & Pavon

RUTACEAE

Ampris elemifera L.

Citrus limon (L.) Burm.f. Zanthoxylum fagara (L.) Sarg. Z. flavum Vahl

SAPINDACEAE

Bumelia obovata

SAPINDACEAE

Dodonaea elaeagnoides Rudolphi Hypelate trifoliata Sw. Sapindus sapanaria L.

Serjania polyphylla (L.) Radlk. S. sinuata Schum.

SAPOTACEAE

Bumelia obovata (Lam.)DC SCROPHULARIACEAE

Bacopa monnieri (L.) Pennell Capraria biflora L. SOLANACEAE

Capsicum annuum L.

Po

Bi C

Bi Bi

Ar

A

FORMA STATUS

Aut

Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut

Aut Cut Aut Aut

Aut Aut Aut Aut Aut

Aut

Aut Aut

Cut

53

PRUEBA

L—18914 Z—15382 Z-31231 237221 Visual

Z—11946 Z—37192 Z—11918 Z—37232 Z—37 329 Z—37271 Z—15496 Z—37240 Z—11937 Z—37344

EFTITLDT Visual

Z—37321 Z—37249

Z—15466 L=37279 Z—37181 Z—37268 2737207

Z—37200

Z—15490 £-31229

Z-15452

54

NOMBRE TECNICO ZONA

Solanum americanum var. nodiflorum Po.Al (Jacq.) Edmonds

S. erianthum D. Don Po STERCULIACEAE Helicteres jamaicensis Jacq. Bi,Po H. semitriloba Bertero Bi Melochia tomentosa L. Po Waltheria indica L. Po, Bi SURIANACEAE Suriana maritima L. D THEOPHRASTACEAE Jacquinia arborea Vahl Bc TILIACEAE Corchorus hirsutus L. D TURNERACEAE Turnera diffusa Willd Po VERBENACEAE Bouchea prismatica (L.) Kuntze Al,Po Citharexylum fruticosum L Bi Duranta erecta L. Bi Lantana involucrata L. Al,Po Lippia micromera var. hellerii

(Schaver) Mold. C L. nodiflora (L.) Michx. S

Stachy tarpheta jamaicensis (L.)Vahl Po VITACEAE

Cissus trifoliata (L.) L. Po ZYGOPHYLLACEAE

Guaiacum officinale L. Bc G. sanctum L. Bi ALGAS

Chara sp. =

A A ae

e] n=

> >

FORMA STATUS

Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Aut Cut Aut Aut Aut

Aut Aut

Aut

Moscosoa 5, 1989

PRUEBA A Z—15428 Z—15394 Z—37248 Z—11957 Z—37233 Z—37251 Z—37183 Z—37208 Z—11923- Z—37304 Z—37280 7215456 Z—37324 Z—37190 Visual Visual Z—11920 Z—15393

Visual Z—37196

Z—15469

Moscosoa 5, 1989, pp. 55-84

ESTUDIO ECOFLORISTICO COMPARATIVO DEL BOSQUE SECO SUBTROPICAL DE AZUA Y MONTE CRISTI, REPUBLICA DOMINICANA

Ricardo G. Garcia & Nelson Alba V.

Garcia, Ricardo G. & Nelson Alba V. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—19, Santo Domingo, Republica Dominicana). Estudio ecofloristico comparativo del bosque seco subtropical de Azua y Monte Cristi, Republica Dominicana. Moscosoa 5: 55-84. 1989. El bosque seco y el monte espinoso subtropical ocupan el 22.80/o del territorio dominicano, desde el nivel del mar hasta aproximadamente 450 m. En este estudio se escogieron 55 estaciones de 100m2 cada una: 27 en Azua y 28 en Monte Cristi. Se reco- lectaron 245 especies de 160 géneros y 63 familias. De las especies presentes, 20.80/0 son endémicas, 73.80/0 nativas y 5.40/o naturalizadas. Las especies arbóreas han sido muy afectadas por el corte de madera y la actividad de los carboneros.

A comparative, ecofloristic study of the subtropical dry forest of Azua and Monte Cristi, Dominican Republic. Fifty-five study sites (100m2 each) were sampled for vascular plants. Both regions have short-statured arid-land forests with two rainy seasons each year. The vegetation is characterized by few tree species. A total of 245 species of trees, shrubs, and herbs are reported, 20.80/0 of which are endemic to the island. Cutting of tree species for wood and charcoal has altered the species composition and frequency.

El bosque seco subtropical y el monte espinoso ocupan 10,983 km2 del territorio dominicano; localizados principalmente en el noroeste y en el suroeste del país.

Esta zona de vida tiene características especiales, entre las que se destaca su composición florística formada mayormente por especies espinosas y suculentas, así como la presencia de especies anuales que aprovechan los períodos de lluvia para desarrollar sus ciclos biológicos, desapareciendo du- rante la época de sequía.

La cantidad de lluvia anual varía entre 450 y 1000 mm. La temperatura se mantiene alta durante todo el año, excediendo en ocasiones 38°C. La altitud del bosque seco en la República Dominicana, abarca desde bajo el nivel del mar (en el Hoyo de Enriquillo) hasta aproximadamente los 450 m.

Son escasos los trabajos botánicos realizados en zonas áridas de la Repú- blica Dominicana. Ekman en 1930 escribió observaciones ecológicas y taxo- nómicas sobre la flora de la Línea Noroeste. Jennings y Ferreiras (1979) realizaron un estudio de los recursos energéticos del bosque seco. En 1986, Loweski y Checo estudiaron el impacto de la producción tradicional de carbón en el bosque seco del país.

Con el objetivo de contribuir al conocimiento de la flora en esta zona de vida, nos propusimos hacer un inventario de las especies, describir la ve-

56 Moscosoa 5, 1989

TEMPERATURA

LLUVIA

o

8 7 6 5 4 3 2 74 C

Fig. 1. Promedio total mensual de lluvia y promedio mensual de temperatura para la estación meteorológica de Azua (1938—1980).

Moscosoa 5, 1989 57

getación, detectar las causas que han provocado alteraciones en sus condi- ciones naturales, y aportar soluciones a los problemas que más afectan el bosque seco en Azua y Monte Cristi.

DESCRIPCION DEL AREA DE ESTUDIO Azua

En la Provincia de Azua fueron estudiadas dos áreas: al Suroeste y al Este de la ciudad de Azua.

La mayor extensión estudiada está ubicada al Suroeste del poblado de Tábara Abajo; abarca una faja de aproximadamente 11 km. de largo por 2 a 3 km. de ancho, siguiendo la carrera Azua-Barahona. Su elevación va desde el nivel del mar hasta 120 m. |

El relieve de esta zona está formada por una llanura de suelos sedimenta- rios y aluvionales atravesados por algunos arroyos secos. Se observan, tam- bién, pequeñas colinas con suelo calizo y partes pedregosas.

Las lluvias se disttribuyen en dos períodos durante el año; uno en mayo y otro que abarca desde agosto hasta octubre. Este segundo período está influenciado por la temporada de huracanes.

La temperatura promedio es de 27°C alcanzando sus valores máximos en los meses de julio a septiembre.

Una segunda extensión de bosque seco fue estudiada en el trayecto entre Puerto Tortuguero y el poblado de Hatillo. Las condiciones ambientales en esta parte son similares a la anterior, presentando pequeñas diferencias en su composición florística y la topografía.

Monte Cristi

El área estudiada está localizada al Este de la ciudad de Monte Cristi, en ambos lados de la Carretera Duarte. Se hizo mayor énfasis en el lado norte.

Tiene una extension de aproximadamente 40km. de largo por 3km. de ancho, su elevación va desde el nivel del mar hasta 150 m. Topográficamente es parte de la llanura oeste del Valle del Cibao y el lado sur de la Cordillera Septentrional.

Las lluvias son escasas y están influenciadas por los vientos alisios, su distribución es irregular, incrementándose en el período diciembre a febrero.

El promedio mensual/anual de temperatura es de 26° C registrando sus va- lores máximos en los meses de julio a septiembre.

58 Moscosoa 5, 1989

TEMPERATURA

LLUVIA

—- NW BUD N

Fig. 2. Promedio total mensual de lluvia y promedio mensual de temperatura para la estación meteorológica de Monte Cristi (1938—1980).

Moscosoa 5, 1989 59 Metodologia

En diciembre de 1983 fueron iniciados los trabajos de campo con la selec- ción de las áreas de estudio. El criterio más utilizado para escoger las zonas de estudio fue la no alteración o el menor grado de trastorno en la vegetación.

Un estudio de Ekman (1930), sirvió de base para seleccionar el área de Monte Cristi

La recolección de muestras fue hecha en meses diferentes en Azua y Monte Cristi. En la primera zona las recolecciones fueron iniciadas en febre- ro; se realizaron 5 excursiones en los meses de febrero, marzo, junio, junio y octubre de 1984. Durante estos viajes fueron tomadas un total de 27 esta- ciones de 100m2 cada una.

Los trabajos de campo en Monte Cristi comenzaron en enero de 1984. Se efectuaron tres viajes en los meses de enero, agosto y noviembre del mismo año. En esta zona fueron tomadas 28 estaciones de 100 m2.

Debido a las características de la vegetación en las áreas seleccionadas, las estaciones fueron de 100m2, establecidas al azar según la metodología de Monción et. al. (1982) y Matteuci y Colmas (1982).

El inventario y recolección de muestras incluyó todas las especies presen- tes. Los ejemplares recolectados están depositados en el herbario del Jardín Botánico Nacional de Santo Domingo (JBSD).

Fórmulas usadas para la medición de los parámetros en la comunidad:

1. Densidad de una especie:

Dx = No. total de individuos encontrados en toda el área.

2. Densidad total de las especies: DT= 2 de las densidades de cada especie

3. Densidad relativa de una especie:

void 22% DRX = DT * 100

4. Frecuencia de una especie:

FX = No. total de cuadros en que aparece una especie

No. total de cuadros muestreados.

5. Frecuencia total de las especies: FT = 2 de las frecuencias de cada especie

60 Moscosoa 5, 1989

6. Frecuencia relativa:

FX FRA = 7

Pr 7. Dominancia de una especie: DMX = 2 de las areas de coberturas de los individuos de una especie.

8. Dominancia de toda las especies: DMT = 2 DMX

9. Dominancia relativa de una especie:

DMX DMRX = DMT * 100

10. Indice de valor de importancia de una especie: IVI = DRX + FRX + DMRX

11. Indice de valor de importancia: IVIX = 2 (DRX + FRX + DMRX)/3

Suelo

Ademas de las muestras de plantas, también fueron tomadas muestras de suelo, las cuales se hicieron siguiendo la metodologia de Contin A. (1981). La cantidad de muestra tomada fue de 2 kgs. por estación y se realizaron tres estaciones en cada provincia.

Los resultados obtenidos en los análisis de suelo presentaron gran similitud. Sus valores de pH se mantuvieron entre 7.5 y 8.5 ubicando estos suelos en la clasificación de básicos.

La materia orgánica presentó valores entre 0.7% y 1.9%. Los valores de los nutrientes básicos estuvieron por encima de los niveles críticos.

La textura varía desde franco en algunos lugares a franco-arenosos en otros. Su estructura está caracterizada por abundancia de limo, arena gruesa, arena fina y arcilla.

ESTRUCTURA DE LA VEGETACION

La estructura de la vegetación en diferentes áreas del bosque seco subtro- pical presenta aspectos muy semejantes siempre que estén sometidas a con- diciones climáticas análogas. Según De la Rie (1966) estas áreas pueden pre-

Moscosoa 5, 1989 61

sentar apariencias bastantes distintas en puntos próximos de una misma re- gión, si se modifica su composición florística o si una especie impera en una localidad.

La vegetación en el bosque seco de las zonas de Azua y de Monte Cristi presenta tres estratos bien diferenciados. En contraste, Hartshorn et al. (1981) refiriéndose a dicha zona de vida expresa: “La vegetación natural en esta zona de vida consiste en bosques bajos de un solo estrato con abun- dantes especies de hojas duras”. En cada estación del trabajo actual, se observó la presencia de especies arbóreas, arbustivas y herbáceas y solo en aquellos lugares abiertos con aspecto de sabana no presentan los tres estra- tos.

La abundancia y la frecuencia de las especies varían de una zona a otra, pero la estructura de la vegetación es muy similar en Azua y en Monte Cristi.

En la Tabla I, la frecuencia relativa, (FRX), se establece el orden que ocupan las diez primeras especies, con su frecuencia expresada en por ciento para cada zona. Se puede observar que hay diferencias en la frecuencia de las principales especies que componen la vegetación de las dos zonas estudiadas. Es notable la alta frecuencia de la Senna atomaria en Azua, mientras que esta misma especie aparece entre las de más baja frecuencia en Monte Cristi. Esta variación da un aspecto muy diferente a la vegetación en la zona donde abun- da. En cambio en Monte Cristi, la frecuencia más alta corresponde a la especie Caesalpinia coriaria, mientras que en Azua ésta ocupa uno de los últimos lugares.

Es importante destacar la alta frecuencia de Neoabbottia paniculata en Azua y su influencia en las diferencias de la fisonomía en la vegetación de ambas zonas. Debido a sus altos valores en los diversos parámetros estadís- ticos, puede decirse que esta especie, junto a Senna atomaria imprime rasgos distintivos a la vegetación en la zona de Tábara Abajo, donde son do- minantes junto al Prosopis juliflora.

En la estructura y fisonomía de la vegetación del bosque seco en Azua y Monte Cristi, juegan un importante papel las Cactáceas arborescentes, entre las cuales hay cuatro especies principales: Lemaireocereus hystrix, Piloscereus polygonus, Opuntia moniliformis y Neoabbottia paniculata. Estas especies se puede decir que son las que dan el aspecto típico al bosque seco. Además de las Cactáceas son determinantes en la estructura de la vegetación las Le- guminosas arbóreas: Prosopis juliflora, Caesalpinia coriaria (en Monte Cristi), y Senna atomaria (ésta última particularmente abundante en la zona de Azua). Todas estas especies presentan buena regeneración, contrario a lo que ocurre con Guaiacum officinale, G. sanctum, Phyllostylon brasiliensis, y Capparis cynophallophora.

62 Moscosoa 5, 1989 Indice de Valor de Importancia (IVI)

La suma de los valores de los parametros, Densidad Relativa, Frecuencia Relativa y Dominancia Relativa, nos dan el indice de valor de importancia de una especie (IVI). Este, según Curtis (1947), nos sirve para nombrar la fitocenosis de una zona, tomando como base los valores mas altos de IVI de las especies presentes.

Los resultados obtenidos en las zonas estudiadas determinaron nombres diferentes para las fitocenosis de ambas. En Azua la sinécia esta determina- da por Leptochloopsis virgata, Cylindropuntia caribaea, Prosopis juliflora, y Lemaireocereus hystrix. La bromelia Tillandsia recurvata ocupa el primer lugar; no obstante, por ser una especie epifítica y de escaso tamaño, no influye en la fisonomía de la vegetación.

En Monte Cristi la sinecia es diferente debido a la proporción y la apari- ción de especies distintas. Para esta zona la sinecia es: Leptochloopsis virgata, Prosopis juliflora, Caesalpinia coriaria. En esta asociación se presenta el mismo caso que en Azua con la especie Tillandsia recurvata, con la diferen- cia de que en esta última zona su IVI corresponde al segundo lugar.

A pesar de que el IVI del Prosopis juliflora es mayor en Azua (24.5) que en Monte Cristi, ocupa un tercer lugar en esa última asociación: en cambio en la primera zona esta especie con un valor de 22.3, se encuentra en la se- gunda posición. Esta variación es debida a la abundancia de Opuntia caribaea, la cual tiene un valor de 27.3 en Azua, mientras en Monte Cristi es escasa. Con relación a esta especie en Monte Cristi, Ekman (1930) escribió: “Por suerte nuestra, la guasábara, (Opuntia caribaea), plaga terrible en los terrenos xerófitos de Azua y Haití, no existe aquí, o por lo menos, es muy rara”. Otro autor que escribió acerca de esta Cactaceae fue Moscoso (1941), el cual afirma: “Cacto muy común en la Llanura de Azua y en todo el camino de la ciudad a la de San Juan de la Maguana; no lo he visto en la Línea Noroeste aunque lo cita Ekman, con alguna duda, cerca de Guayubín”.

Es importante destacar que dentro de las 10 primeras especies que forman la estructura fundamental del bosque seco subtropical en Azua, sólo aparece una, Prosopis juliflora, perteneciente a los árboles leñosos. En contraste para Monte Cristi aparecen dos: una de las cuales la Caesalpinia coriaria es deter- minante en la fisonomía de la vegetación de esa zona. Esa especie presenta valores muy bajos en la zona estudiada del Suroeste. Un fenómeno parecido se registró con la leguminosa Senna atomaria, ya que en el Suroeste es fre- cuente y determina en gran medida la fisonomía de la vegetación, sin embar- go, en Monte Cristi es escasa.

Moscosoa 5, 1989 63 Composición florística

La fisonomía de la vegetación en Azua y Monte Cristi presenta gran stmi- litud, pero su composición florística tiene considerables diferencias.

De un total de 245 especies identificadas en las dos zonas, hay 175 en Azua y 148 en Monte Cristi; solo 78 son comunes a ambas áreas, equivalen- tes al 31.85% del número total de especies encontradas. El 20.8% de todas las especies encontradas en el área total estudiada son endémicas, mientras el 73.8% son nativas y un 5.4% naturalizadas.

El porcentaje de endemismo para Azua es de 20% , mientras en Monte Cristi es de 19.6% ; como se puede notar los porcentajes son similares, pero la cantidad de especies endémicas comúnes son muy pocas, indicando una alta diferencia en la composición florística de las áreas estudiadas. Sin embargo, no podemos afirmar que estos resultados son definitivos debido a la limitante de tiempo y extensión con que fue efectuado el estudio.

De las especies de Azua el 75.4% son nativas y el 4.6% naturalizadas, mien- tras en Monte Cristi hay 75.7% de especies nativas y 4.78% naturalizadas. En toda el área estudiada se encontraron un total de 51 especies endémicas de la Española, de las cuales 35 corresponden a Azua y 29 a Monte Crist, solamente 13 de éstas son comúnes a ambas zonas.

Las familias con mayor riqueza específica en ambas zonas son las siguien- tes: Leguminosae 24, Euphorbiaceae 14, Graminae y Cactaceae 11 cada una, y por último las Verbenaceae con 10, de las cuales varias son endémicas. Las condiciones ambientales del bosque seco determinan un bajo índice de diversidad y, como consecuencia de dichas condiciones y del largo período evolutivo, se ha producido la existencia de elementos endémicos caracteri- zante de esta biocenosis.

Si se comparan los resultados de este estudio con otros obtenidos en ecosistemas diferentes, se enfatiza lo expresado en relación al bajo índice de diversidad. Por ejemplo, Mejía (1984) en un área de bosque húmedo subtropical en la República Dominicana, con menor extensión que la abar- cada por el presente trabajo encontró un total de 408 especies.

De todas las familias presentes en las zonas estudiadas se puede afirmar que las Cactaceae constituyen el ejemplo más típico de adaptación a las con- diciones especiales de bosque seco subtropical. De esa familia fueron identi- ficadas 11 especies de las cuales cuatro son endémicas, destacándose un caso muy especial correspondiente a la Neoabbottia paniculata. Esta planta que presenta una distribución restringida, aparece dentro del área estudiada sólo en Tábara Abajo. A pesar de que la zona de vida estudiada en Monte Cristi no presentó diferencia notable en los parámetros ambientales comparados,

64 Moscosoa 5, 1989

dicha especie no aparece alli. Por lo que se puede afirmar que existe factor o factores que han influido en la distribución de esta especie así como de otras, especialmente las endémicas.

Cabrera y Willink (1973), al referirse a los factores que influyen en la distribución de las plantas, citan las montañas como uno de ellos. Esa afirma- ción nos permite deducir que ha podido ser la Cordillera Central con su gran extensión y sus alturas, lo que ha impedido que algunas especies del Suroeste atraviesen esa barrera física y se radiquen en el Noroeste donde existen condiciones ambientales similares y viceversa. A diferencia del aisla- miento que ha sucedido con algunas especies endémicas, las cuales no han llegado a Monte Crist, la Cylindropuntia caribaea se encuentra allí, pero no se ha propagado como en el Suroeste. Esto nos induce a pensar que hay uno o más factores que inhiban la propagación de dicha especie en la citada zona. ¿Será efecto de algún micro o macroelemento? ¿Competencia bio- lógica?

Efectos Antrópicos

Las zonas estudiadas han sufrido durante largo tiempo los efectos de la actividad humana, lo que ha diezmado sus recursos, principalmente los maderables. Schiffino (1945), dice que la República Dominicana exportaba grandes cantidades de madera extraídas de abundantes poblaciones de Guaiacum officinale (Guayacan) y Guaiacum sanctum (Vera). Otro autor, Marte (1984), expresa numéricamente la exportacion de madera provenien- te de las principales especies maderables del bosque seco. Solo en 1885, fueron exportados 6,739,385 libras de madera de Guayacan.

Así es que podemos afirmar que la exportación fue una de las causas prin- cipales en la destrucción de las grandes poblaciones de Guaicacum officinale, G. sanctum, y Phyllostylon brasiliensis. El Guaiacum fue explotado con gran intensidad en Barahona, donde se estableció una empresa para la exportación exclusiva de estas especies. No es posible encontrar datos para el uso de estas maderas dentro del país pero sabemos que era considerable.

Otro factor que ha afectado negativamente los árboles del bosque seco es la lentitud de crecimiento de algunos de ellos y la poca regeneración natural de varias de las especies presentes.

Actualmente los árboles de Guaiacum spp. que sobreviven en el bosque seco son en su mayoría jóvenes, no aptos para ser aprovechados como ma- dera. Estas especies arbóreas presentan altas frecuencias, pero debido a su lentitud de crecimiento necesitarán muchos años para alcanzar un tama- ño aprovechable.

Moscosoa 5, 1989 65

De acuerdo con los resultados de este estudio, de todas las especies made- rables del bosque seco subtropical, el Prosopis juliflora (bayahonda), presen- ta una frecuencia y densidad (FX, DX) que sugiere la implementacion de su explotacion, adoptando para ella planes efectivos de manejo. Pero debe destacarse que la mayoria de los ejemplares encontrados en el area de estudio son jóvenes y de escaso desarrollo, debido a que los de mayor tamaño ya han sido cortados.

Asociado al Prosopis juliflora en la zona de Monte Cristi existe un conside- rable número de individuos adultos de Caesalpinia coriaria (guatapanal) lo que parece indicar que esa especie no es muy atractiva actualmente para los cortadores de madera en la zona. Todavía se recolectan las vainas secas para usos medicinales y como fuente de tanino.

Producción y Consumo de Carbón

El uso de carbón y leña en los países del Tercer Mundo tiene una impor- tancia de primer orden. En República Dominicana la mayor producción de carbón y leña se efectúa en las regiones Suroeste y Noroeste y los princi- pales centros de consumo del producto son las grandes ciudades principal- mente Santo Domingo y Santiago de los Caballeros.

Morel (1986) reporta un consumo de 6.9 millones de sacos en el año 1983. Aunque no tenemos datos estadísticos más recientes creemos que este consumo ha aumentado conjuntamente con el aumento de la demanda relacionada con una población nacional creciente. Esta gran demanda de leña y carbón para consumo local es el factor número uno en la destrucción del bosque seco en la República Dominicana.

El carbón producido en el bosque seco subtropical dominicano proviene de un pequeño número de especies, las que poseían grandes poblaciones actualmente muy reducidas.

Un buen ejemplo lo constituye el Guaiacum officinale, del cual es difícil encontrar ejemplares aptos para la producción de leña o de carbón. El Capparis cynophallophora ha corrido la misma suerte. De éste sobreviven ejemplares de gran tamaño debido a que son usados como sombra en los pa- tios y a orillas de carreteras, principalmente por Monte Cristi. Las dos espe- cies que siguen produciendo la mayor cantidad de carbón, son el Prosopis juliflora y Senna atomaria; éstas a diferencia de las anteriores tienen alta regeneración natural y rápido crecimiento. Otras especies productoras de carbón son Acacia macracantha, Guaiacum sanctum, y Colubrina elliptica.

66 Moscosoa 5, 1989 Extracción y consumo de leña

La leña es el principal combustible de origen forestal usado en los hogares rurales. El censo nacional de población y vivienda de 1981 determinó que el 90% de las casas rurales usaban leña; consumiendo el 96.8% de la produc- ción total. La industria cañera y las panificadoras son también grandes con- sumidores de leña en la República Dominicana. Jennings y Ferreiras (1979) reportan un consumo de 2596.9 toneladas métricas de leña por la industria cañera en el período 1974-1975.

Un estudio de la F.A.O. (1971), determinó la existencia de unos 6 millo- nes de metros cúbicos de leña en el bosque seco dominicano. Esta cantidad y otra similar que existía en el bosque húmedo, ha sido consumido casi en su totalidad, provocando la crisis que hoy afecta al país para cubrir la demanda de madera, leña y carbón.

En el estudio de la F.A.O. se recomendaba la siembra anual de 10 millo- nes de árboles con fines de resolver la crisis de carbón y leña en el país, esto no se ha hecho. La crisis se acrecenta día a día y como consecuencia aumenta también el deterioro de las condiciones de vida de los pobladores del bosque seco, muchos de los cuales viven a expensas de los recursos del bosque exclusivamente.

Pastoreo

Además de las actividades antrópicas citadas anteriorment, se puede afir- mar que el pastoreo irracional con ganado, fundamentalmente caprino en las áreas no cultivadas del bosque seco subtropical, tiene efectos catastróficos sobre la vegetación y el suelo de las mismas.

Según Rewinkel (1981), en la década 1966—1976, la población caprina del país aumentó de 240,000 a 355,000 individuos; de este total el 31.5% se hallaba localizado en el Suroeste y 19.2% en el Noroeste. Ese nota- ble aumento produjo como consecuencia una mayor presión sobre la vege- tación del bosque seco subtropical aumentando su degradación. La crianza en estas regiones se realiza sin ninguna tecnificación, con los animales consu- miendo el material vegetal de las áreas silvestres no cercados e impidiendo la regeneración de las especies vegetales de la zona. Hay que destacar que la mayoría de las especies vegetales del bosque seco subtropical tienen un poder de regeneración muy bajo y por consiguiente, la presión permanente de los herbívoros produce efectos muy negativos sobre dicho ecosistema.

Moscosoa 5, 1989 67 Cultiv os

El bosque seco ha sido grandemente afectado por la incorporacion de extensas dreas a cultivos de variadas especies de interés comercial, tales como: arroz, plátano, yuca, maíz, sorgo etc. Esa incorporación ha sido po- sible gracias a la topografía y a la disponibilidad de agua con que cuentan esas zonas en las provincias de Azua y de Monte Cristi. No solo las tierras irrigadas han sido utilizadas para cultivos, hay importantes de Aloe vera (sábila) en terrenos no irrigados en la zona de Monte Cristi.

Apicultura

Esta actividad, contrario a las citadas anteriormente, favorece la conserva- ción y desarrollo de las especies que componen el bosque seco subtropical. Debemos destacar que, desgraciadamente, la actividad apícola en las exten- siones de bosque seco está siendo fuertemente afectada por el corte y des- trucción de las especies melíferas de la zona. Con relación a esto tuvimos la experiencia de conversar con un apicultor de la Provincia de Monte Cristi, el cual afirmó que la producción de miel se estaba reduciendo, por la destruc- ción de la vegetación y la aplicación de insecticidas en los cultivos próximos. Algunos apiarios han tenido que ser trasladados debido al efecto de los insec- ticidas aplicados en las plantaciones agrícolas. Varias especies del bosque seco son melíferas; entre las principales están: Caesalpinia coriaria, Prosopis juliflora, Casearia ilicifolia, Erythroxylum brevipes y Haematoxylon campe- chianum. La apicultura, con un buen manejo, puede ser una actividad econó- mica de gran importancia en el bosque seco subtropical, que proporcionaría ingresos a la población de dicha zona sin producir efectos negativos en las condiciones ambientales.

Literatura citada

Cabrera, A. £ A. Willink 1973. Biogeografía de América Latina. Editora E.V. Chesneau, O.E.A. Washington, DC. USA.

Contin, A. 1981. Investigación de Suelo. Editorial Trillas, S. A. México DF. México.

Curtis, J. T. 1947. The palo verde forest type near Gonaive, Haiti and its relation to the surrounding vegetation. Caribbean Forester 8(1):1—25.

De la Rue, E. 1966. Flora y fauna de los trópicos. Segunda edición. Editora Juventud Cristiana. Barcelona, España.

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Ekman, E. L. 1930. Excursion botánica al nord-oeste de la República Domi- nicana. Est. Agron. Moca (Republica Dominicana) Ser. B, 17:1—16. F.A.O., 1971. Inventario y fomento de los recursos forestales en la Repú-

blica Dominicana, FAO Informe Técnico No. 2, Roma, Italia.

Hartshorn, G., et. al 1981. La República Dominicana, perfil ambiental del país, un estudio de campo de AID Contract No. AID/SOD/PDC— CO247. JRD Associates, McLean, Virginia.

Jennings, P. & B. Ferreiras. 1979. Recursos energéticos de los bosques secos en República Dominicana. Instituto Superior de Agricultura, Santiago, República Dominicana.

Loweski L. £ H. Checo. 1986. Estudio sobre la producción tradicional de carbón vegetal y su impacto sobre el bosque seco nativo. Instituto Su- perior de Agricultura. Informe Especial No. 2. Programa de Desarrollo de Madera como Combustible.

Marte, R. 1984. Estadísticas y documentos históricos sobre Santo Domingo (1805-1890). Museo Nacional de Historia y Geografía. Serie Documen- to No. 1

Mejía P., M. M. 1984. La vegetación y la flora de la cuenca del Arroyo Parra, Provincia Peravia, República Dominicana. Moscosoa 3 :127—148.

Monción, B. et al. 1982. Caracterización fitogeográfica del sector compren- dido entre Puerto Baquerizo-Moreno y la Laguna del Junco, Isla San Cristóbal, Archipiélago de Galápago. CEPEIGE No. 10 Quito, Ecuador.

Morel, M. 1986. Situación forestal en República Dominicana. Serie Progressio No. 1, Santo Domingo, República Dominicana.

Rewinkel, J. et al. 1981. La composición de la vegetación en la zona semiári- da del Proyecto Caprino, Las Tablas en la República Dominicana. In- forme Técnico del Proyecto de Pasto y Ganadería, República Domini- cana. (No publicado).

Schiffino,. J. 1945. Riqueza forestal dominicana. Tomo I. Secretaria de Esta- do de Agricultura, Industria y Trabajo, Santo Domingo, República Do- minicana.

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Tabla 1. Frecuencia relativa (FRX), densidad relativa (DRX), dominancia (DMRX), e indice de valor de importancia (IVI) para las diez especies con

los valores mas altos de cada zona.

——_—_ =—S———

Frecuencia relativa (FRX), las diez especies con los valores mas altos.

AZUA FRX (%) MONTE CRISTI FRX(% ) Senna atomaria 4.06 Caesalpinia coriaria 4.33 Prosopis juliflora 3.87 Lemaireocereus hystrix 4.35 Tillandsia recurvata 3.74 Leptochloopsis virgata 4:17 Cylindropuntia caribaeae 3.74 Prosopis juliflora 3.81 Agave antillarum 3055 Tillandsia recurvata 3.63 Guaiacum officinale 3.38 Opuntia moniliformis 3.44 Lemaireocereus hystrix 3,24 Solanum aculeatum 3.26 Cossopetalum decussatum 2.87 Harrisia nashii 3.26 Leptochloopis virgata 2.70 Opuntia antillana 3.08 Neoabbottia paniculata 2.70 Piloscereus polygonus 2.89 Densidad relativa (DRX), las diez especies con los valores más altos.

AZUA DRX (% ) MONTE CRISTI DRX(% ) Tillandsia recurvata 28.80 Tillandsia recurvata 25.60 Cylindropuntia caribaea 14.63 Leptochloopsis virgata 18.89 Leptochloopsis virgata 10.92 Eragrostis barrelieri: 6.15 Lemaireocereus hystrix 9.35 Solunum aculeatum 5.86 Tribulus cristoides 2.90 Opuntia antillana 4.62 Prosopis juliflora 291 Lemaireocereus hystrix 2.73 Agave antillarum 2.09 Tillandsia usneoides 2.69 Senna atomaria TZ Prosopis juliflora 2.60 Setaria setosa 1.14 Tillandsia fasciculata 2.20 Melocactus lemairei 1.08 Aloe vera 1.74 Dominancia (DMRX), las diez especies con los valores más altos.

AZUA DMRX(% ) MONTE CRISTI DMRX(% ) Prosopis juliflora 18.20 Leptochloopsis virgata 27.34 Leptochloopsis virgata 15.10 Prosopis juliflora 16.24 Cylindropuntia caribaea 8.97 Caesapinia coriaria 10.91 Lemaireocereus hystrix 8.55 Tillandsia recurvata 6.02 Tilladsia recurvata 6.40 Phyllostylon brisiliensis 3.48

70

Senna atomaria Neoabbottia paniculata Agave antillarum Guaiacum officinale Tribulus cistoides

0-37 3.40 b ate Ws 2.40 2.25

Moscosoa 5, 1989

Opuntia antillana Lemaireocereus hystrix Maytenus buxifolia Exostema spinosum Opuntia moniliformis

by de | 2109 2.16 1,49 1.43

Indice de valor de importancia (IVI), las diez especies con los valores más al-

tos.

AZUA

Tillandsia recurvata Leptochloopsis virgata Cylindropuntia caribaea Prosopis juliflora Lemaireocereus hystrix Senna atomaria

Agave antillarum Tribulus cistoides Neoabbottia paniculata Guaiacum officinale

IVI (% ) 38.94 28.72 27.34 24.58 21: PL EA

9.01 7.69 6.96 6.44

MONTE CRISTI Leptochloopsis virgata Tillandsia recurvata Prosopis juliflora Caesalpinia coriaria Opuntia antillana Solanum aculeatum Lemaireocereus hystrix Eragrostis barrelieri Phyllostylon brasiliensis Opuntia moniliformis

IVI (% ) 50.40 35.24 22.34 20.85 10.46

9.82 9 AL 8.00 6.34 5.60

71

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Moscosoa 5, 1989

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Moscosoa 5, 1989, pp. 85-115 NOTAS SOBRE LA FLORA DE LA ISLA ESPANOLA. III.

Thomas A. Zanoni Milcrades M. Mejia P.

Zanoni, Thomas A. & Milciades M. Mejia P. (Apartado 21—9, Santo Domingo, Repu- blica Dominicana). Notas sobre la flora de la isla Española. III]. Moscosoa 5: 85-115. 1989. Cuatro especies son descritas nuevas para la ciencia: Plumeria magna (Apocyna- ceae), Lasianthus bahorucanus y Mitracarpus bahorucanus (Rubiaceae), y Scrophularia bahorucana (Scrophulariaceae ). Se reportan los hibridos naturales entre Trema cubensis y T. micrantha y entre T. lamarckiana y T. micrantha (Ulmaceae). Se presentan notas nuevas sobre varias especies: Dieffenbachia maculata (Araceae); Pseudophoenix ekmanii (Arecaceae); Chlorophytum comosum y Nothoscordum gracile (Liliaceae); Bom bax ceiba (Bombacaceae ); Arcoa gonavensis, Caesalpinia pulcherrima y Stahlia monosperma (Caesalpiniaceae); Stylosanthes guianensis (Fabaceae); Wigandia pruritiva (Hydrophy- llaceae); Dendropemon pycnophyllus (Loranthaceae ); Cuphea hysspifolia (Lythraceae ); Colubrina asiatica (Rhamnaceae), Dodonaea spp. (Sapindaceae), Solanum selleanum (Solanaceae), y Trema spp. (Ulmaceae). También se incluyen las especies nuevas des- critas por otros autores en otras publicaciones desde 1986. No se incluyen las Orchidaceae en este articulo.

Notes on the vascular flora of the island of Hispaniola (Dominican Republic and Haiti). III. Four species new to science are described: Plumeria magna (Apocynaceae ), Lasianthus bahorucanus and Mitracarpus bahorucanus (Rubiaceae) y Scrophularia bahorucana (Scrophulariaceae ). Natural hybrids between Trema cubensis and T. micran- tha and between T. lamarckiana and T. micrantha are reported. New information on existence and distribution is presented for Dieffenbachia maculata (Araceae); Pseudo- phoenix ekmanii (Arecaceae); Chlorophytum comosum y Nothoscordum gracile (Lilia- ceae); Bombax ceiba (Bombacaceae); Arcoa gonavensis, Caesalpinia pulcherrima and Stahlia monosperma (Caesalpiniaceae), Stylosanthes guianensis (Fabaceae); Wigandia pruritiva (Hydrophyllaceae); Dendropemon pycnophyllus-(Loranthaceae); Cuphea hyssopifolia (Lythraceae); Colubrina asiatica (Rhamnaceae); Dodonaea spp. (Sapin- daceae); Solanum selleanum (Solanaceae); and Trema spp. (Ulmaceae). Also included are the new species described by other authors in other publications for 1986-1988. The Orchidaceae are not included in this last category.

Esta es nuestra tercera contribución de esta serie sobre la flora de la isla Española (República Dominicana y Haití). En la primera parte tratamos la familia de las Bromeliaceae (Zanoni, Mejía, & Read, 1986), y en la segunda varias especies, entre ellas dos especies nuevas para la ciencia (Zanoni & - Mejía, 1986).

La serie sobre las Orchidaceae tratadas por Donald D. Dod (Véase esta edición de Moscosoa volumen 5, y la sexta parte anterior de Dod, 1986) es complementaria a nuestra serie; no tratamos esta familia en nuestros artículos.

Nuestro inventario y estudio de la flora de la Española siguen. Reportamos aquí cuatro especies nuevas para la ciencia. También damos informaciones

86 Moscosoa S, 1989

nuevas sobre varios géneros. Para conveniencia de los estudiosos de la flora, incluímos los nombres de especies descritas nuevas para la Española por los otros autores en otras publicaciones. En otro artículo de esta edición de Mos- cosoa Volumen 5, Barneby y Zanoni revisan el género Acacia para la Española.

DIEFFENBACHIA MACULATA (Lodd.) G. Don Araceae Una hierba perenne con hojas variegadas (mejor dicho manchadas), en cultivo y ahora conocida escapada en la Española. La especie nativa y co- mún en la isla es Dieffenbachia seguine (Jacq.) Shott, de la que no tene- mos conocimientos de que hayan plantas nativas con hojas variegadas, aun- que estén reportadas en otras partes de esa manera. REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. San Cristóbal: en el poblado rural de La Represa, en el Río Isa, zona alterada y cafetalera, esca- pada de cultivo, orilla de la carretera y no muy lejos de una casa rural, elev. 160 m, 19 mar, 1984, (estéril), Zanoni, Pimentel, & García 29253 (JBSD); en las orillas del Río Matuey, en Mano Matuey, 12 km NO de Hato Damas, casi en el final del camino transitable por vehículos, bosque latifoliado y alterado, con café y cacao, escapada de cultivo, nombre común aquí “mata puerco”, elev. 240 m, 28 mar, 1984, (estéril), Zanoni, Pimentel, & García 29456 (JBSD).

PSEUDOPHOENIX EKMANII Burret Arecaceae

Read (1968) presento la ultima revision del género Pseudophoenix en la que indicaba que poco se conocía acerca de esta especie endémica de la isla Espanola. Reporto la especie en Savana Pti-Glacis, Provincia Barahona basandose en el ejemplar del tipo recolectado por E. L. Ekman en 1926. Escribio tambien de las notas de Ekman, acerca de la presencia cerca de Savana Sigodond, Savana Cachéo, Savana Pti-Glacis cerca de Bouen des Truyes y la posibilidad de la misma cerca de Duvergé, Tierra Nueva, e Isla Beata.

El reporte de Ekman sobre la especie en la Isla Beata fue confirmado con un ejemplar estéril recolectado por H. F. Loomis unos años después del descubrimiento de la especie hecho por Ekman (Read, 1968).

Desde la recolección de las muestras de Ekman y de Loomis, ningún ejemplar ha aparecido en los herbarios, es decir, si algún botánico encontró la especie en el campo, no consiguió muestras para depositar en los herba- rios. Al parecer desde aquella época ningún botánico había visto Pseudo- phoenix ekmanii.

En febrero de 1986, visitamos la zona árida del bosque sobre roca calcárea “diente de perro” al sur de Los Tres Charcos, al Oeste de Oviedo, Provincia

¿DESEABA

Moscosoa 5, 1989 87

Pedernales, para buscar esta especie y cualquier otra planta de esa zona que ha sido muy poco herborizada por botanicos. Tuvimos la sorpresa de encon- trar varias palmeras esparcidas en el bosque. Una segunda penetración que se hiciera al Sur de Manuel Goya, más al Oeste de Oviedo, buscando los luga- res marcados como “Pti-Glacis””, “Sabana de Cacheo” en el mapa topográfico y un sitio llamado “Cacheo Cofí” (ortografía no cierta) por los campesinos. Descubrimos miles de palmeras de Pseudophoenix ekmanii, como los cam- pesinos nos habían dicho el día anterior.

Afortunadamente, la zona donde crece esta especie está dentro del nuevo Parque Nacional Jaragua (principalmente la zona al sur de la carretera Oviedo-Pedernales, y al oeste de Laguna de Oviedo hacia al Oeste).

En aquella zona, en la parte muy adentro del Parque Nacional, solamente hay pastoreo de ganado vacuno y caprino y cerdos cimarrones; no encon- tramos evidencias de siembras de cultivos menores (hay muy poco suelo).

Los usos del “cacheo” son el consumo de los frutos caídos por los cerdos cimarrones. Y los monteros le extraen la médula del tronco para masticar la parte blanda que es azucarada. Como consecuencia del uso humano, de- saparecen al año varias palmeras porque la planta muere después de extraer- le el corazón del tronco. Es notable que las matas preferidas son aquellas que no son muy jóvenes, que tienen su “barriga” bien desarrollada, y que no han llegado a edad suficiente para la primera floración. Los campesinos nos dijeron que la pulpa del cacheo no es tan dulce después de florecer.

Los campesinos (nuestros guías) nos informaron que este cacheo no estaba siendo usado para hacer la bebida también llamada “cacheo”, que es un mabí obtenido de la fermentación en agua del tejido esponjoso del interior de la palmera.

Nos parece que la mayoría de los frutos rojos (de 1 a 3 semillas en cada uno) caen directamente debajo de la palmera madre, sobre la roca. Estas semillas germinarían y tienen éxito solamente cuando al caer entran por las fracturas de las placas de la roca caliza y si la lluvia (entre 600—700 mm por año) de esta zona muy árida llegara a tiempo. Hemos visto plantas de todos los tamaños, lo que significa que la especie está reproduciendo bien para ase- gurar la sobrevivencia de la especie si la no zona no es destruida completa- mente. Normalmente los campesinos dejan los cacheos cuando cortan otros árboles cercanos para hacer leña o carbón.

Hemos visitado las zonas de Duvergé y de Tierra Nueva y no hemos podi- do confirmar la presencia de Pseudophoenix ekmanii ni en las faldas de la Sierra de Bahoruco (Duvergé), ni en la Sierra de Neiba (Tierra Nueva).

Encontramos Pseudophoenix vinifera en la carretera al Sur de Duvergé a Puerto Escondido y más arriba de Puerto Escondido, aproximadamente

88 Moscosoa 5, 1989

en la zona entre 500—700 mm de elevacion. También se encuentra P. vinifera aproximadamente a 400—500 m de elevacion en las lomas al Norte del po- blado de Tierra Nueva (al Oeste de Boca de Cachon, casi en la frontera del pais) y en las lomas en la Carretera Internacional subiendo la Sierra de Neiba desde La Descubierta hasta Los Pinos de Eden, mas o menos en la misma elevacion.

Ejemplares examinados (Pseudophoenix ekmanii): REPUBLICA DOMINI- CANA: Peninsula de Barahona: Prov. Pedernales: 7 km al Sur de Los Tres Charcos (de Oviedo) y aproximadamente 7—8 km mas a pié en el camino a la Playa Blanca, 17° 45” N, 71° 25” Oeste, elevación 100—200 m, 9 feb. 1986 (fr. verde), Zanoni, Mejía, & Pimentel 36100 (BH, JBSD, NY, US); al Suroeste de Manuel Goya (de Oviedo), “Algodón” (Sabana de Algodón en el mapa topográfico), 17° 46’ N, 71° 34” Oeste, elev. 70—120 m, 11 jun 1986 (fr. maduro), Zanoni, Mejía García 37597 (JBSD) (Pseudophoenix vinifera): Sierra de Neiba: Prov. Independencia: 4 km. al Noroeste de La Descubierta en el camino a Los Pinos del Edén, roca caliza, 18° 45’ N, 71° 46’ Oeste, elev. 1250 pies, 15 oct. 1981 (estéril), Mejía & Pimentel 17279 (JBSD); Loma Pedro de la Cueva, laloma al Norte del poblado de Tierra Nue- va, 18° 36’ N, 71° 54” Oeste, elev. 400—500 m, 28 mayo, 1987, (recolecta- do por un campesino) Zanoni 39544 (JBSD). Sierra de Bahoruco: Prov. Independencia, al lado de Loma Grande, en arroyo de Río Las Damas, 5.7 km de Puerto Escondido en la carretera a Duvergé, bosque enano de 3-4 m de alto y muy seco, 18” 20.5’ N, 71° 32’ Oeste, elev. 350 m. 17 ago. 1983 (fr. maduro), Zanoni & Pimentel 26455 (JBSD).

REINHARDTIA PAIEWONSKIANA R. W. Read, T. A. Zanoni, & M. Mejía Arecaceae

Brittonia 39:20. 1987. Figs. 1—5.

Una nueva palmera para la ciencia, descrita de muestras recolectadas en la Sierra de Bahoruco, Prov. Barahona, República Dominicana. Este consti- tuye el primer reporte del género para el Caribe.

Una de las dos poblaciones reportadas por Read, Zanoni, & Mejia (1987), fue destruída por la actividad agrícola en Monteada Nueva, Polo.

CHLOROPHYTUM COMOSUM (Thunb.) Jacq. Liliaceae

Una especie herbacea cultivada, de follaje completamente verde y a veces verde matizado de blanco (cv. Vittatum). Encontrada “escapada” entre los desperdicios arrojados al bosque natural en el parque sobre Loma Isabel de Torres. Sin duda, las plantas o semillas fueron tiradas allí por los jardineros del parque. Previamente, no reportado ni en cultivo ni escapada en la Espa- ñola.

—_ Vv

Moscosoa 5, 1989 89

REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Septentrional: Prov. Puerto Plata: Loma Isabel de Torres, al S de la ciudad de Puerto Plata, “‘estas plantas es- capadas o botadas; otras plantas en cultivo dentro del parque”, elev. 750 m, 30 nov., 1983, Zanoni, Pimentel & García 28065 (JBSD). Distrito Nacional: Jardín Botánico Nacional, en cultivo en el vivero, 19 mayo 1981 (fl), Pelaez 80 (JBSD).

NOTHOSCORDUM GRACILE (Aiton) W. T. Stearn Liliaceae Taxon 35: 338. 1986

Nothoscordum inodorum de autores. (Véase Stearn, 1986).

Hierba con bulbo pequeno; hojas lineares; tallo de inflorecencia hasta aproximadamente 60 cm de alto, flores blanco-verdosas. Los campesinos del lugar le llaman “ajo cimarrón” por su semejanza cuando está en flor a una planta de ajo.

Esta especie se ha convertido en una maleza de los cultivos hortícolas de

esa zona. Esta planta llegó al país como impureza en las semillas de hortalizas importadas. Reportamos esta especie nueva para la flora de la Española. Edward A. Cope del Bailey Hortorium identificó las muestras. REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. Peravia: Paraje Los Naranjales, al NE de Los Martínez, 13 km al Este del poblado de Las Caobas, 18° 28’ N, 70° 28’ Oeste, elev. 1000 m, 16 mayo, 1985 (fl, fr). J. Pérez s. n. (BH, JBSD).

Plumeria magna T. A. Zanoni & M. Mejía, sp. nova. Apocynaceae

Arbor usque 10 m, Cortex laevis. Folia glabra, spatulata, 7-14.6 cm x 2— 4 cm, (ratio 2.5—6.5: 1); apice rotundato vel emarginato; base angustato; nervi visibles in foliis siccis, nervi secundarii (15—) 20—30 paribus. Inflores- centia subumbellata ad initium florendi. Pedunculus fructifer usque 9 cm longus. Pedicellus 0.8—1 cm longus. Flor albus, fauce flave, fragrans. Calyx in lobos ad 1 mm longos divisuss. Corola infundibuliformis, tubo 1.9—2 cm longo, lobi oblongi 2.6—4.5 cm x 0.5—1.2 cm. Folliculi curvi binatim, curvi, 12—18 cm longi, 1.5 cm diametro. Semen 1.5—4 mm longum, ala papyracea 20x 10mm. Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Los Haitises: Prov. El Seibo. Próximo a - la Cueva de Arena, caseta No. 1 del Parque Nacional Los Haitises, frente a la Bahia de San Lorenzo, roca calcárea, 19° 05 N, 69° 27.5” Oeste, alt. 0-10 m 9 ene 1986 (fr), Zanoni, Mejía García 35980 (Holotipo: JBSD; Isotipos: GH, NY, S, US). Arbol de 7—8 m en el bosque frente al mar, latex blanco; fruto verde sobre un pedúnculo curvo.

Arbol hasta 10 m o mas, corteza lisa. Hojas en los extremos de las ramas,

90 Moscosoa 5, 1989

no muy coriacea, fina, glabra tanto en el haz como en el envés, espatulada, de 7-14.6 por 2—4 cm (proporción 2.5—6.5: 1); ápice redondo, a veces emarginado en las hojas mas anchas; base muy angustada; nervio principal hundido en el haz y prominente en el envés de hojas secas; nervios secunda- rios visibles en ambos lados, (15-) 20—30 pares, un poco curvos, perpendi- culares o ligeramente inclinados en el ápice; margen revoluto. Peciolo 5-40 mm de largo. Hojas juveniles 3.3—8 por 0.8—1.8 cm con pecíolo 0.7—2 cm de largo.

Inflorescencia con ramitas congestionadas, subumbeladas al empezar la floración pero las ramas alargan hasta 7 cm al comenzar la fructificación; entre nudos entre flores 0.5 cm de largo. Pedúnculo hasta 9 cm de largo al terminar la floración. Pedicelo 0.8—1 cm de largo. Flor blanca con amari- lla en la garganta, fragante. Lóbulos del cáliz redondeados, glabros, apro- ximadamente 1 mm de largo. Corola ligeramente embudada, tubo 1.9—2 cm de largo; lóbulos oblongos con el ápice redondeado, 2.6—4.5 cm por 0.5— 1.2 cm.

Folículos en pares, 12—18 cm de largo por 1.5 cm diámetro, curvo, verde o rojizo-verdoso antes de secar. Normalmente una o dos flores de cada inflorescencia llegan a producir los folículos, entonces son pocos folículos en cada inflorescencia. Semilla 1.5—4 mm de largo con una ala papirácea de 20 x 10 mm.

Plumeria magna es la especie más grande que tiene el género en la isla, alcanzando el habitat de un árbol de 10 m de alto, y llega hasta la canopia del bosque de Los Haitises donde hemos visto el ave “aura tinosa”, Cathartes aura, perchada sobre las ramas.

Fue descubierta en 1930 por Erik L. Ekman primeramente en la costa Atlántica de la Península de Samaná y después en Los Haitises. Ekman e Ignatz Urban reconocieron que se trataba de una especie nueva para la cien- cia, pero nunca publicaron una descripción. Poco después del descubrimien- to, Ekman y Urban murieron a principio del 1931. Hemos tomado el nombre Plumeria magna que fue el que utilizó Ekman en las etiquetas de las muestras que él recolectó. El nombre refiere al tamaño gigante de esta especie. Las otras especies de la Española raramente llegan a ser árboles, y ninguna tan altas como P. magna Nuestras otras especies son arbustos o árboles peque- ños, normalmente de los bosques no altos de las zonas áridas.

Esta especie es parecida a la Plumeria krugii Urban de Puerto Rico y menos parecida a P. obtusa L. Se distingue de ambas fácilmente por las ca- racterística de sus hojas.

Distribución: REPUBLICA DOMINICANA: Península de Samaná, Los Haitises, y Cordillera Central. Normalmente crece sobre roca caliza, pero

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puede encontrarse sobre la arena o roca serpentina. Elevación de nivel de mar hasta 500 m. Aunque crecen en las zonas de mucha lluvia, a veces hasta 2,400 mm o más por año, su substrato presenta un ambiente de poco suelo y árido entre las lluvias, entonces su comportamiento fisiológico posible no es muy distinto de las otras especies de Plumeria de zonas más áridas. Ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Península de Sama- ná: Prov. Samaná: Boca de río San Juan, in forest on cliffs, 17 mayo 1930 (fl), E. L. Ekman H-15003 (S); Loma Pan de Azúcar, este del poblado de La Laguna (Noroeste de Santa Bárbara de Samaná), 8 dic. 1982 (estéril), Zanoni, Mejía & Pérez 24759 (JBSD); Pilon de Azúcar, Laguna, alt. 300 m. 16 de abril, 1965, Jiménez & Marcano 5095 (UCMM). Los Haitises: Prov. El Seibo: La Llanada, on a hill, c. 200 m., 29 jun 1930 (fl) £. L. Ekman H-15486 (S, US); aprox, 0.5 km al Oeste de la Cueva de Arena, Caseta No. 1 del Parque Nacional Los Haitises, en arena, sobre una barrera de arena frente al mar, 21 feb 1986 (fr.), Zanoni, Mejía & Pimentel 36172 (JBSD); próximo a la Cueva de Arena, Caseta No. 1 del Parque Nacional Los Haitises frente a la Bahía de San Lorenzo, roca calcárea, 0-10 m, 9 ene 1986 (es- téril, joven), Zanoni, Mejía, Pimentel, £ García 35969 (JBSD); en los alre- dedores de la Cueva Arena, Bahía de San Lorenzo, Parque Nacional Los Haitises, roca caliza, 0-10 m, 27 oct. 1982 (fl), Mejía & Pimentel 23928 (JBSD): Prov. Monte Plata [al límite del S de Los Haitises]: aprox 7 km por aire al N de Bayaguana, cerca de la Loma El Mogote, 28 mar 1988, estéril, Zanoni, Pimentel, & García 40701 (JBSD); Cordillera Central: Prov. Mon- señor Nouel: in thickets, serpentine barrens on hillside, near Hato Viejo, 250—300 m, 17 apr. 1969 (estéril) Liogier 14882 (JBSD).

ILEX BLANCHEANA Judd Aquifoliaceae Rhodora 88: 436. 1986 Un arbusto o árbol pequeño descrito del Massif de la Selle, Haití.

BOMBAX CEIBA L., Sp.pl. 511. 1753 Bombacaceae

Bombax heptaphyllum L., Syst. Nat, ed. 12, 457. 1767.

non L., Sp. pl., ed. 2, 960, 1763.

Bombax tussacii Urban, Repert. Sp. Nov. 15: 171. 1918.

Tussac (1827) reportó Bombax heptaphyllum para el área al norte de St. Marc, Haití y escribió acerca del uso de la lana de los frutos como un relleno para colchones. Urban (1918) consideró que las plantas de B. heptaphyllum según Tussac no eran de B. heptaphyllum L. y que corresponde a una especie nueva. El publicó el nombre B. fussacii con una recopilación de la descrip- ción de Tussac. Aparentemente, Urban no vió ningún ejemplar del herbario

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de Tussac, pero solamente el texto y el dibujo publicado por él en 1827.

El dibujo de Tussac no se ajusta a las especies nativas de la Española y corresponde a Bombax ceiba L. como indicó Robyns (1963) en su monogra- fía del género Bombax. No hemos descubierto el ejemplar de Tussac en nues- tras solicitudes a los varios herbarios reportando material de Tussac. Stafleu (1967) reportó muy pocas muestras del herbario de Tussac son conocidas hoy día. El herbario de París (P) que tiene la colección más grande de Tussac no reportó ningún ejemplar de Bombax ceiba recolectado por Tussac en Haití. |

Robyns (1963) incluyó “B. heptaphylla” y B. tussacii en la sinonimia de B. ceiba sin comentar acerca del caso.

Entonces la Bombax ceiba L. debe ser considerada como una planta intro- ducida a Haití en la época de la visita de él a Haití que comenzó en el 1786 (Urban, 1898-1899).

No hemos encontrado otros ejemplares de Bombax heptaphylla ni en Haití, ni en la República Dominicana. Entonces no sabemos si la especie existe todavía en la isla Española. Liogier (1982) perdió el reporte de esta especie como parte de la flora introducida a la Española.

ARCOA GONAVENSIS Urban Caesalpinaceae

El “tamarind maru” (criollo haitiano), ‘‘tamarinde marrón” (francés, del nombre haitiano), o el “tamarindo cimarrón” (en la República Dominicana), era conocido solamente en Haití hasta los últimos años. Las exploraciones botánicas recientes en la República Dominicana dieron como resultado que la especie está también dentro del país definitivamente (Fig. 1).

Ahora, se conoce esta especie al Sur de Cabral, en la base de la Sierra de Bahoruco, en la Sierra Martín García cerca de Barrero (de Azua), y cerca de Oviedo.

Un ejemplar de tamarindo cimarrón frente al destacamento de la Policía Nacional de Oviedo es 15 m de alto. Según informes de un hombre que vive en el poblado, el árbol tiene por lo menos 40 años de edad. El dijo “hace más de 40 años que llegué aquí y ese árbol estaba casi de ese tamaño”. El árbol ha sobrevivido algunos intentos que se han hecho para tumbarlo y a los efectos del Huracán Inés; aquel que en 1966 destruyó casi totalmente el poblado de Oviedo. En esta fecha, varias ramas gruesas fueron destroza- das por el viento, dejándole la capa muy mal formada.

El ambiente en que esta especie crece es árido y sobre roca calcárea donde hay muy poco suelo. Normalmente es un componente de la canopia del bosque árido y espinoso. Mayormente su altura sobresale a la de los otros árboles del bosque, pero no estamos seguro porque en los lugares visitados

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co

ARCOA GONAVENSIS

Fig. 1 Arcoa gonavensis (Caesalpiniaceae) en la Espanola.

por nosotros los carboneros han cortado parte del bosque y posiblemente han entresacado los troncos de otras especies que producen arboles mas altos. Pero es notorio que estos ambientes normalmente no producen árboles tan alto como la Arcoa.

Nosotros hemos visto los frutos de Arcoa una sola vez. Todos los frutos examinados, en febrero de 1986, de un árbol al sur de Oviedo, tenían sus se- millas picadas por insectos. Al parecer los frutos secos no habían alcanzado tamaño de madurez. Nada se conoce acerca de la propagación por semillas o por esquejes de la Arcoa.

Los campesinos de Oviedo y de Haití usan la madera para hacer leña y carbón. No se conocen otros usos.

Unos ejemplares del herbario de Arcoa fueron recolectados por José Schiffino en “Cumayaza, Prov. La Romana”. Se supone que la etiqueta está correcta para estas muestras, pero hemos buscado Arcoa cerca del Río Cumayasa, especialmente preguntando por “alquitrán”, el nombre reportado por Schiffino, y no hemos verificado la presencia de la especie en aquella zona oriental de la República Dominicana. Posiblemente la deforestación de estas áreas haya acabado con esa población de la Arcoa.

CAESALPINA PULCHERRIMA (L.) Sw. Caesalpiniaceae

Este arbusto de flores amarillas o rojo-anaranjados había sido previamente reportado en cultivo en la Española (Urban, 1920-1921; Moscosoa, 1943; Liogier, 1985). Es cultivado como una planta ornamental y también como

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cerca viva. Esta especie raramente es encontrada escapada aunque por semi- llas se esta produciendo libremente aquí.

HAITI: Massif de la Hotte: Dept. Grand ‘Anse; 3 km Oeste de Miragoane y 2 km al Sur en la carretera subiendo la loma al Reynolds (Aluminum) Haiti Mine, orilla de la carretera, elev. 200 m, 25 oct 1983 (fl & fr), Zanoni, Pimentel, & García 27786 (JBSD y otros). REPUBLICA DOMINICANA: Península Samaná: 2.3 km al Este de Las Galeras (Puesto del Ejército Na- cional): un rancho de ganados, sobre roca caliza, elev. 50 pies, 17 mar 1982 (fl, escapado de cultivo?), Zanoni, Mejía, & Pimentel 19743 (JBSD y otros).

STAHLIA MONOSPERMA (Tul.) Urb. Caesalpinaceae

La “caobanilla””, nombre común en la República Dominicana y “polisan- dro” en Puerto Rico, se conoce en muy pocas lugares de ambas islas. Erik L. Ekman, encontró la especie en 1929 entre San Pedro de Macorís y la Romana y en Macao, Prov. La Altagracia, República Dominicana.

Schiffino (1927) reportó que miles de traviesas usadas para rieles de ferro- carril fueron exportadas del país. Si esta información es cierta, entonces esta especie era muy abundante en los comienzos del presente siglo. Y casi se perdió la especie por la sobre explotación.

Con las intensas exploraciones que hemos realizado en la zona oriental del país, constatamos que esta especie ha sido casi exterminada en la República Dominicana. Encontramos algunos árboles vivos de caobanilla cerca del Río Anamuya, en Macao; posiblemente la misma población visitada por Ekman en 1929. Y un árbol vivo descubrimos no lejos de la margen oriental del Río Soco, y otro al Oeste del mismo río. Crece sobre suelos arcillosos, detrás de los manglares que se desarrollan próximo a las desembocaduras de los ríos de esa zona.

Las semillas de la caobanilla germinan con facilidad, hemos encontrado decenas de plantitas creciendo debajo de los árboles padres, lo que nos indica que la especie se está reproduciendo sin mayores dificultades. REPUBLICA DOMINICANA: Llanura Costera: Prov. La Altagracia; aprox. 0.5 km al N del poblado rural de El Macao, en un potrero no lejos del Río Anamuya, 18° 46’ N, 68° 34” Oeste, alt. 5 m, 30 ene. 1986 (estéril), Zanoni, Mejía, & Pimentel 30626 (JBSD, NY, y otros). Prov. San Pedro de Macorís: 0.7 km al Oeste del puente sobre Río Soco, en el lado del Sur de la carretera San Pedro de Macoris-La Romana, en una finca ganadera, 18” 27’ N, 69° 14” Oeste, elev. 0-20 m, 21 jun, 1986 (fr maduro), Pimentel & García 637 (JBSD, MO, NY y otros).

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LOBELIA HOTTEANA Judd & Skean Campanulaceae Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 139. 1987. Una hierba perenne descrita del Massif de la Hotte, Haití.

GARCINIA BARKERIANA (Urb. & Ekm.) Judd Clusiaceae Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 45. 1987 Rheedia barkeriana Urb. & Ekm. Ark. Bot. 22A (10): 18. 1929, La misma combinación se publicó anteriormente por Liogier: Garcinia barkeriana (Urban Ekman) A. H. Liogier, Phytologia 61: 353. (1986).

STYLOSANTHES GUIANENSIS (Aublet) Swartz. Fabaceae Kungl. Vetenskapakad. Acta Handl. Stockholm 11:296. 1789. Trifolium guianense Aublet. Hist. Pl. Guiane Fr. 2: 776, 4: Pl. 309. 1775 como T. “guiannense”” Aublet, Pl. 309. Tipo: “Macouria in pratis’’, Aublet s. n. (no visto)

Reportamos esta especie naturalizada después del cultivo en un campo de las plantaciones de la palma aceitera africana en El Valle, República Domini- cana, donde fue introducida como una cubierta de suelo debajo de las pal- meras.

Se pueden identificar las especies de Stylosanthes de la Española con la siguiente clave (modificada de Mohlenbrock, 1957):

1. Cada flor o por lo menos las flores inferiores subtendidas por un rudi- mento de eje; bracteolas interiores 2; rostro de la legumbre del largo o más largo que el artículo superior, ambos artículos comúnmente fértiles; plantas puberulas o pelosas, no pegajosas ......... S. hamata. 1. Flores no subtendidas por un rudimento del eje; bracteola interior una: rostro de la legumbre corto, menos de la mitad del largo del artículo superior, sólo el artículo distal fértil. 2. Plantas densamente pubescentes con pelos cortos pegajosos (viscidos); pico de la legumbre 1/4—1/3 del largo del artículo superior ........

AAA ANCIANA NAAA TORERO S. viscosa 2. Plantas glabras hasta pubescente o pilosas y no pegajosas; pico de la De A ad a e © S. guianensis

REPUBLICA DOMINICANA: Margen Los Haitises—Cordillera Oriental: Prov. El Seibo: escapada y naturalizada de un campo experimental anterior- mente ubicado en este sitio, 4 km al Sur de El Valle, cerca de la casa princi- pal de la plantación de palma africana aceitera de INASCA; antes una sabana;

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tierra roja, 19°00’ N, 69° 30’ Oeste, elev. 200—250 m, 21 feb. 1986 (fl), Za- noni, Mejia & Pimentel 36168 (JBSD, NY): Prov. San Cristobal: cultivada en el “CNIA”, San Cristóbal, 5 nov 1975 (fl), Melo 90 (JBSD, NY).

WIGANDIA PRURITIVA Sprengel Hydrophyllaceae

Syst. veg. 1: 865. 1825. Nicotiana urens L.

Syst. veg. ed. 10, 932. 1759. Nicotiana, “urens B. N. fol. cordatis crenatis, Racemis recurvatis, caule hispido pruginoso.” Plumier. Ic. ‘Nicotiana arborescens, spinosissima, flore exalbido.”’ Plumier. Cat. Pl. Amer. 38. 1703. Wigandia urens (L.) Urban, Fedde Repert. 15: 415. 1919. non Wigandia urens H. B. K., Nov. Gen. Sp. 3:100. 1818. non Wigandia urens (Ruiz & Pav.) Choisy. Mem. Soc. Phys. Geneve. 6: 115. 1833.

Wigandia reflexa Brand. Pflanzenreich 59 Heft, (IV, 251); 135. 1913. Tipo: Cuba: “St. Lago [Santiago] de Cuba: Pinal de Ninancina”, Linden 2107 (herb. Delessert, G—DEL).

El nombre de la especie de la Espanola (Republica Dominicana y Haiti) y Cuba de Wigandia tiene una historia tortuosa. Aunque fue descrita desde 1703 bajo el género Nicotiana, se conoce como una especie de las Hydrophy- llaceae desde el 1825, fecha cuando Sprengel publicó el nombre Wigandia pruritiva. No fue posible trasladar el nombre Nicotiana urens L. al de Wigan- dia porque Bonpland y Kunth publicaron Wigandia urens H. B. K. para las plantas de una especie de México.

La combinacion Wigandia urens (L.) Urban fue propuesta por Urban en 1919. No era posible usar este nombre, ya que es un homonimo de W. urens H. B. K. El proposito de reemplazar W. reflexa Brand por W. urens (L.) Urban no es posible.

El nombre mas viejo y disponible para nuestras plantas es Wigandia pruritiva Sprengel. Ya que en 1825, Sprengel determino que no era posible usar la combinación Wigandia urens; él indicó claramente que la Nicotiana urens L. era un sinónimo de su W. pruritiva.

Se conoce la especie en Cuba oriental y en la Española. En la Española se recolectó Wigandia pruritiva en el Presqu' ile du Nord-Ouest, Ile Gonave. Massif de la Selle, la Cordillera Central, la Sierra de Neiba, y la Sierra de Bahoruco (Figs. 2 y 3).

DENDROPEMON PYCNOPHYLLUS Krug & Urban Loranthaceae Esta parásita leñosa crece sobre el pino Pinus occidentalis en forma

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Fig. 2 “Nicotiana foliis cordato-crenatis”, (Burmann, 1755, Pl. Amer, Carol, Plumier., Tab. CCXI), ahora Wigandia pruritiva.

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CS WIGANDIA PRURITIVA

Fig. 3 Wigandia pruritiva (Hydrophyllaceae) en la isla Espanola.

erecta o un poco difusa. Hemos encontrado unas plantas colgantes y de tallo mucho más largo de 50 cm en la Cordillera Central de la República Domini- cana. Aunque son colgantes y con entrenudos un poco más largos, con hojas hasta 15 mm de largo por 2 mm de ancho, las flores y las hojas son casi iguales a las de D. pycnophyllus. Por esta razón hemos concluido que estas plantas son variantes que están creciendo juntas con las formas típicas de la especie y no merecen una distinción como especie nueva.

REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. La Vega: Parque Na- cional J. A. Bermúdez: “La Laguna”, aprox. 3 horas a pie desde La Ciénaga (de Manabao) en el sendero al Pico Duarte, bosque latifoliado con Podocar- pus y Brunillia, húmedo, muchas epífitas. 19°02’ N, 70° 32’ Oeste, alt. 2000 m, 13 ene 1987, Zanoni, Pimentel García 37440 (JBSD, LEA, MO, NY, U).

CUPHEA HYSSOPIFOLIA Kunth Lythraceae Arbusto pequeno, perenne de hasta 60 cm, erecto, corola rosada a magen- ta; florece durante varios meses del ano. Aunque esta plantita es ampliamen- te cultivada como ornamental, raramente es encontrada escapada en la Es- pañola. Hasta ahora no se había reportado para la isla. REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. La Vega; in town of Las Palmas (of Constanza), about 23 km W of Autopista Duarte on road to El Río and Constanza, cultivated and also escaped and naturalized, elev. 3000 ft., 14 apr, 1981 (fl), Zanoni, Mejía, & Ramírez 12486 (JBSD).

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MECRANIUM NEIBENSE Skean Melastomataceae Brittonia 39: 192. 1987. Un arbusto de la Sierra de Neiba, Republica Dominicana.

MECRANIUM REVOLUTUM Skean & Judd Melastomataceae Brittonia 38: 230. 1986 Una especie arbustiva descrita de Massif de la Hotte, Haitt.

MERIANIA BREVIPEDUNCULATA Judd & Skean Melastomataceae Syst. pow 12: 974s UN. Un arbusto descrito del Massif de la Hotte, Haitt.

MERIANIA PARVIFLORA Judd & Skean Melastomataceae Syst. Bord 2 371, 1987. Un arbusto descrito de Morne Formond, Massif de la Hotte, Haití.

MICONIA MACAYANA Judd & Skean Melastomataceae Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 145. 1987. Un arbusto descrito del Massif de la Hotte, Haití.

OSSAEA WOODSII Judd & Skean Melastomataceae Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 141. 1987. Un arbusto descrito del Massif de la Hotte, Haití.

WALLENIA FORMOSENSIS Judd Myrsinaceae sida 11::329. 1986 Una especie arbustiva descrita de la subida a Pic Macaya, Massif de la Hotte, Haití.

CALYPTRANTHES BANILEJOANA A. H. Liogier* Myrtaceae Phytologia 61: 354. 1986. Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana.

CALYPTRANTHES GUAYABILLO A. H. Liogier Myrtaceae Phytologia 61: 354. 1986. Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana.

CALYPTRANTHES JIMENOANA A. H. Liogier Myrtaceae Phytologia 61: 355. 1986. Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana.

*A. H. Liogier escribe su nombre “Alain” como autor de las especies nuevas que él publica. Conser- vamos la costumbre de escribir el apellido del autor para cualquier especie vegetal.

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CALYPTRANTHES LIMONCILLO A. H. Liogier Myrtaceae Phytologia 61: 355. 1986. Un arbusto descrito de la Cordillera Central, Republica Dominicana.

CALYPTROGENIA CUSPIDATA A. H. Liogier Myrtaceae Phytologia 61: 356. 1986. Un arbusto o arbolito descrito de la Cordillera Central, Republica Domini- cana.

EUGENIA CONSTANZAE A. H. Liogier Myrtaceae Phytologia 61: 357. 1986 Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana.

EUGENIA HIGUEYANA A. H. Liogier Myrtaceae Phytologia 61: 357. 1986 Un arbusto descrito de la Llanura Costera, Repú blica Dominicana.

EUGENIA HOLDRIDGEI A. H. Liogier Myrtaceae Phytologia 61: 358. 1986. Un árbol pequeño descrito del Massif de la Selle, Haití.

EUGENIA JIMENEZII A. H. Liogier Myrtaceae Phytología 61: 358. 1986 Un árbol pequeño descrito de la base de la Cordillera Central, República Dominicana.

EUGENIA SAMANENSIS A. H. Liogier Myrtaceae Phytología 61: 359. 1986 Un árbol pequeño descrito de la Península de Samaná, República Domini- cana.

COLUBRINA ASIATICA (L.) Brongn. var. ASIATICA Rhamnaceae Arbusto scandens; es reportado por primera vez para la Española. Marshall C. Johnton identificó la muestra Zanoni et al. 33584. En 1971, él reportó esta especie del Viejo Mundo como recien llegada a las costas de Martinique, Jamaica, Cuba, y en los cayos de la Florida. HAITI: Massif du Nord: Dept. Nord: 1 km al Este de Anse-a-Foleur, frente al mar, con árboles y arbustos de la costa, elev. 0—5 m, Zanoni, Mejía, & Pi- mentel 33584 (JBSD, TEX, y otros), fr. verde o seco, semillas negras y bri- llosas, 4 feb. 1985; Chochu, 7.5 km al Este de Le Borgne en la carretera

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costera a Bayeux, frente al mar, en la arena, elev. nivel de mar, Zanoni, Mejía, & García 34798 (JBSD, MO, NY, TEX, US), fr. verde o seco, 5 jun. 1985.

HAMELIA VENTRICOSA Sw. Rubiaceae Primer reporte de este arbusto para la isla, en el Massif de la Hotte, Haiti (Judd, 1986).

ISIDOREA GONAVENSIS Aiello & Borhidi Rubiaceae Acta Bot. Hungar. 32: 221. 1986 [1987?]. Un arbusto descrito de Ile Gonave, Haiti.

ISIDOREA VERIS Ekman ex Aiello & Borhidi Ru biaceae Acta Bot. Hungar. 32: 222. 1986. [1987?]. Un arbusto descrito de Los Haitises, República Dominicana.

Lasianthus bahorucanus T. Zanoni, sp. nova., Fig. 4 Rubiaceae Frutex foetens usque 3 m. Rami foliati pubescentes. Ramuli hornotini pubescentes. Folha elliptica; 3.5—9.5 x 0.8—3.2-cm, (3:1) 4:1—5.:5:1, apice acuminata, basi angustata glabra, nervus principalis prominens. Nervi abaxia- les prominentes pubescentes, nervis secundariis 6—8 jugii. Petiolus 3—4(-5), mm longus.

Inflorecentiae axillares. Flores congestae, subsessiles, 4-meri. Calyx pubes- cente, 2—2.5 mm longus, lobis triangularibus. Corola alba, tubis 4 mm longibus, lobis 2 mm longibus pubescentibus abaxialibus. Fructus ovatus latissime, 5—7 mm longibus, 4—6 mm latibus, atropurpurel.

Tipo: REPUBLICA DOMINICANA, Sierra de Bahoruco; Prov. Barahona: entrada de “El Cortico”, bosque latifoliado y muy húmedo, llamado “Mon- teada Nueva” y “Cana Brava” por los botánicos, más arriba del batey de café “Monteada Nueva”, sobre la cima de la Loma Trocha de Paz, 18°07.5’ N,71* 13.5” Oeste, elev. 1400 m, 14 enero, 1988 (fl.), Zanoni, García, & Cabral 40675 (Holotipo JBSD; Isotipos: FLAS, GH, MO, NY).

Arbustos hasta 3 m de alto. Ramas foliares con tricomas largos y adpresos, de color claro; ramitas jovenes muy pubescentes con tricomas adpresos hasta un poco divergente, de color claro. Follaje maloliente cuando es frotado (por eso su nombre común “palo de peo”). Hojas opuestas, elípticas, 3.5— 9.5 x 0.8—3.2 cm, proporción (3:1) 4:1 a 5.5:1, ápice acuminado, base an- _ gustada. Haz de hoja glabro con nervio central prominulo. Envés de hoja _ glabro con tricomas sobre los nervios primarios y secundarios pero los ter- ciarios glabrescentes o pubescentes; nervio central prominente, nervios se-

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Fig. 4 Lasianthus bahorucanus (Rubiaceae). Rama florifera. La corola blan- ca es de 3 mm de largo. Arbusto que proporciono los tipos. De entrada de “El Cortico” (Monteada Nueva), Polo, Provincia Barahona, República Domi- nicana, Zanoni, García, & Cabral 406 75.

cundarios y terciarios prominulos a prominentes; nervios secundarios alter- nos de 6—8 pares y más claros que la lámina cuando la hoja está seca. Peciolo 3—4(-5) mm de largo.

Inflorescencia axilares, Flores aglomeradas y subsesiles. Cáliz de 2—2.5 mm de largo con 4 lóbulos triangulares de 1 x 0.25 mm, pubescente. Corola blanca, tubo de 4 mm de largo; limbo de 2 mm de largo, 4 lóbulos recur- vados con tricomas blancos en su haz. Fruto azul-mediano cuando maduro, 5—7mm largo, 4-6 mm ancho.

Lasianthus bahorucanus es conocida solamente en la Sierra de Bahoruco, República Dominicana en el bosque muy húmedo y latifoliado, sobre 1000 m de elevación. Aún L. lanceolatus (Griseb.) Gómez Maza crece en la misma cordillera en la República Dominicana y su extensión en Haití, Massif de la Selle, no hemos encontrado las dos especies creciendo junto.

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Lasianthus lanceolatus en Puerto Rico, La Espanola y Cuba, varia en la forma y tamano de su hoja, pero consideramos que es mejor para considerar solamente una otra variante L. bahorucanus.

Richard A. Howard nos aviso que el Lasianthus es un género del Mundo Viejo, de Asia y que nuestras plantas del Caribe son las únicas del género en el Mundo Nuevo. Este patrón de distribución es poco conocido. Dr. Howard sugirió que las plantas caribeñas pertenecen a otro género. Incluí- mos la nueva especie L. bahorucanus en el mismo género aunque no hemos establecido con certeza su posición genérica.

Otros ejemplares estudiados: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Prov. Barahona: La Tierra Fría, at 4600 ft, SW of Barahona, 27 jul 1950 (fl), Howard 12225 (GH); Monteada Nueva, Caña Brava, wet forest disturbed by hurricanes, very common, alt. 1200-1300 m, Liogier 14259 (GH, NY); 4 km arriba del pueblecito rural de “Entrada de Cortico” en el camino a El Gajo (sitio tradicional de los botánicos, bajo el nombre de “Monteada Nueva”), bosque latifoliado y nublado, muchas epifitas y helechos, 18° 07.5* N, 71° 13.5’ Oeste, alt. 4100-4200 piés, 19 ene 1982 (fl y fr), Zanoni, Mejía Pimentel 18895 (JBSD, NY); Loma “Pié Pol” (en los mapas Pié de Palo) de La Guasara de Barahona, bosque latifoliado y húmedo, con Magnolia hamori y Obolinga zanonii, 18°10’N, 71°12’ Oeste, elev. 1250 m, 25 mar 1987 (fl), Zanoni, Pimentel, & García 38767—B (JBSD, NY); “La Canela, cruce de Charco Blanco, 10 km al interior de La Ciénaga de Barahona, bosque latifoliado y muy húmedo con Prestoea montana, (sobre Loma Remigio según mapa topográfico), 18° 04’ N, 71° 11’ Oeste, elev. 1000 m, 12 enero, 1988 (fl),, Zanoni, Garcia, & Cabral 40660 (GH, JBSD, NY, MO, S); mimo sitio, Zanoni, Pimentel, & García 30160 (JBSD).

Mitracarpus bahorucanus T. Zanoni, sp. nov. Rubiaceae Hierba perennis, compacta, 1.5—25 cm. Caulis erectus vel ascendens vel subprocumbens; ramosus. Internodia 10-40 mm longa, quadrangulata, angulo trichomata 0.2 mm. Folia opposita, 5-13 x 1—3 mm, angusto-ovata vel angusto-obovata vel oblonga, margine recurvata, apicibus obtusis, bases angustatis. Inflorescentia terminalis, hypocrateriformis, 4-7 mm diámetro, persistens. Bracteae inflorescentiae vel 12 x 4 mm. Calyx 2 mm. Corola alba.

TIPO: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Baoruco: Prov. Pedernales Independencia límite: cerca del paso en el camino forestal entre Aceitillar (de Pedernales) y Puerto Escondido (de Duvergé): pinar de Pinus occidentalis, abierto, con hierbas y arbustos por abajo, 18°12’ N, 71*.33” Oeste, alt. 1800

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m, 10 abr 1988 (fr. seco), Zanoni, Pimentel, & Garcia 40762 (Holotipo: JBSD; Isotipos: FLAS, GH, NY, S).

Hierba perenne y compacta. Raiz tipica lenosa. Tallos varios, erectos, ascendentes, O casi prostrados, sin eje principal, de 1.5—25 cm de largo. Nuevas ramas brotan a partir de las cabezuelas viejas. Entrenudos de 10—40 mm de largo. Los cuatro ángulos del tallo con tricomas aplanados de hasta 0.2 mm de largo y sin color. Hojas opuestas, sesiles, ligeramente carnosas, aunque no muy gruesas; localizadas mayormente en los entrenudos largos, 5—13 x 1-3 mm, angusto-aovada, angusto-obovada, o oblonga, margen recur- vo, ápice obtuso, base angustado; nervio central visible, un poco hundido en haz y prominente en el envés. Estípulas conectando las bases de las hojas, 2 mm de largo con 2 6 más setas hasta 1.5 mm de largo, las líneas de pubes- cencia de los tallos continúan sobre la vaina estipular.

Inflorescencia terminal, hipocrateriforme, 4—7 mm diámetro; persistente.

Las ramas del tallo salen de las inflorescencias viejas, entonces aparece que hay inflorescencias axilares. Bracteas de la cabezuela hasta 12 x 4 mm, ner- vio central visible, margen recurvo, las bracteas inferiores son más largas que la cabezuela. Flores bisexuales y sésiles, varias en cada cabezuela. Cáliz apro- ximadamente 2 mm de largo con 2 lóbulos más grande que los otros dos, persistentes cuando el fruto madura. Corola blanca, cuatro lóbulos exertos fuera del cáliz. Fruto con dos cavidades 2 mm de largo. Una semilla en cada lóculo. OTROS EJEMPLARES ESTUDIADOS: Sierra de Bahoruco: Prov. Indepen- dencia: 32.5 km al “S” de Puerto Escondido en la carretera a Caseta No. 1 de Foresta y al “E” a Charco Colorado, bosque latifoliado, más húmedo, ladera del N. de la Sierra de Bahoruco, 18°13’ N, 71° 28’ Oeste, alt. 1200 m, 20 mar 1985 (fl), Mejía, Pimentel, & García 33960 (JBSD); Prov. Peder- nales; ca 40 km from Cabo Rojo on the Alcoa Aluminum Road, ca 3 km NW of end of the paved road, open windswept pine forest (Pinus occiden ta- lis), red latertic soil, elev. 1400-1500 m, jul 1981 (fl), L. L. Fisher Meerow 642 (JBSD, FLAS); Sierra de Bahoruco: Prov. Pedernales, 43 km from port at Cabo Rojo, up Alcoa mine road (vía Las Mercedes) to Las Abe- jas, open Pinus occidentalis forest, evidence of fires in past, 18°09’ N,71* 35” W, elev. 5000 ft., 15 sep 1981 (fl), Zanoni & Mejía 16534 (JBSD).

MICROPHOLIS POLITA subsp. HOTTEANA Judd Rubiaceae Moscosoa 4: 223. 1986. Un nuevo taxon reportado para el Massif de la Hotte, Haití.

DODONAEA Sapindacae Se han publicado dos tratados modernos del género Dodonaea en los últi-

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mos anos: de Leenhouts (1983) sobre las especies fuera del continente de Australia y de West (1984) sobre las especies de Australia. Como resultado de éstos estudios, se clarificó la taxonomía y la sinonomia de este género con una distribución en la zona pantropical.

Ahora podemos aclarar la taxonomía de las especies caribeñas y particular- mente las de la Española. Lippold (1978) trató las especies de las Américas, pero las obras de Leenhouts y West han visualizado el asunto más definitiva- mente, reduciendo varios nombres aceptados como sinonimia (Tabla 1).

En el día de hoy podemos reconocer especies ampliamente distribuidas en el Caribe: Dodonaea angustifolia L. f., D. elaeagnoides Rudolphi, y D. viscosa Jacq. sensu strictu. Algunos ejemplares vistos en el herbario del “New York Botanical Garden” que proviene de Cuba sugieren que existen algunos intermedios de D. viscosa y D. angustifolia. Leenhouts comentó sobre este caso y consideró que los ejemplares, aunque vegetativamente se parecen a D. viscosa, tienen las características florales y los frutos de D. angustifolia El determinó que la muestra no era un híbrido porque tiene sus semillas bien desarrolladas. (Lippold, 1978, llegó a la misma conclusión aun- que él nombró las muestras como D. bialata H. B. K., que es sinónimo de D. angustifolia).

Se pueden distinguir las tres especies antillanas por medio de la siguiente clave basada mayormente en las obras de Leenhouts (1983) y West (1984) y ajustada a las muestras del caribe vistas por nosotros:

1. Hojas largas (hasta 13 cm) y ancho (2—4.5 cm), elíptica (o raramente obovado-elíptica), 3-4 veces más largo que ancho, ápice anchamente agudo u obtuso o apiculado, flores bisexuales; fruto entero 12-24 mm de largo, pedúnculo del fruto 7—12 mm, la ala 4—4.5 mm de ancho y no

Manta a Wisse dEl estilo sa span lo + o o D. viscosa.

_ 1. Hojas largas y lineares o pequeñas y obovadas; flores bisexuales o a veces

unisexuales o funcionalmente unisexual (con estaminodes); fruto entero

4—14 mm de largo.

2. Hoja larga (hasta 12.5 cm), lineal hasta linear-oblanceolada, estrecha, 36.5 (-16) a veces más larga que ancha, más ancho cerca de la porción central, ápice aguda hasta redonda; fruto entero de 7-14 mm de largo, pedúnculo de fruto 8—10 mm, la ala 3.5—6 mm de ancho y no adnato a la base del estilo, muchas veces POPLAR BLE LO A D. angustifolia

2. Hojas pequeñas (hasta 8cm de largo), obovada, 1.75—4.5 veces más largo que ancho, más ancho en su extremo cuarto, ápice redonda o casi truncada, a veces apiculado o emarginado; fruto entero de 0.8—1.3 cm de largo, pedúnculo de fruto 4—6 mm de ancho y adnato a la base del

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Tabla 1. La sinonimia de las especies antillanas del Dodonaea (Sapindaceae) |

Lippold (1978) Leenhouts (1983) West (1984)

D. bialata D. angustifolia D. viscosa subsp. angustifolia

D. elaeagnoides D. elaeagnoides (no tratado) D. linearifolia D. angustifolia (no tratado) D. viscosa D. viscosa D. viscosa

subsp. viscosa

estilo por 1.5—2.5 mm de largo; la ala 2-4 mm de ancho............ lap ama a eee holland Ll TOS D. elaeagnoides.

Podemos recurrir a Leenhouts (1983) y West (1984) para la amplia sino- nimia que tienen estas especies. Citamos aquí solamente los nombres usados por las floras principales de la Española: Urban (1920-1921), Moscosoa (1943), y Liogier (1985).

Para la distribución de cada especie hemos estudiado las muestras de los herbarios de JBSD y NY, que representan una distribución adecuada para la Española y parcial para las islas caribeñas. Lippold (1978), Leenhouts(1983), y West (1984) proporcionan más y mejores datos sobre las distribu- ciones fuera de la Española.

DODONAEA ANGUSTIFOLIA L. f., Suppl. pl. 218. 1781. Lectotipo (designado por West, 1984): “In India australi, Linnaeus f. (LINN—herb. Smith no. 673.3).

Citado como Dodonaea viscosa var. angustifolia (L. f.) Bentham por Urban (1920-1921, p. 396) y por Moscosoa (1943, p. 338), y como D. viscosa var. linearis (Harv. & Sond.) Sherff por Liogier (1986, p. 257).

Habitat: un arbusto invasor de los campos baldios o de suelos degradados, usualmente con piedra o roca calcárea, en las lomas y las sierras, hasta 1500 m de elevación. La especie de Dodonaea de más amplia distribución en la Española, principalmente en el interior de la isla, aunque conocido de no muchos ejemplares de Haití: Presqu'ile du Nord-Ouest, Massif du Nord, Massif des Matheux, Massif de la Hotte. Massif de la Selle, Cordillera Sep-

»

en herb.

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tentrional, Cordillera Central, Sierra de Neiba, Sierra de Bahoruco, Llano Costero. No citamos ejemplares aqui (Fig. 5). Distribución caribeña: Cuba, Jamaica, Española, Islas Bahamas.

D.ELAEAGNOIDES Rudolphi ex Ledebour & Alderstam, Diss. Bot. Pl. Do- ming. 18. 1805. Tipo: Rudolphi s. n. (B, herb. Willd. 7515).

Citado como Dodonaea viscosa var. spathulata (Smith) Bentham por Urban (1920—1921, p. 396) y Moscoso (1943, p. 338), y como D. viscosa var. arborescens (Cunn.) Sherff por Liogier (1986, p. 257).

Las hojas más agregadas a los extremos de las ramitas que en las otras dos especies.

Usualmente un arbusto de uno o dos metros, pero a veces un arbolito hasta 6m. Habitat: zona costera, casi a nivel de mar, sobre roca calcárea, ser- prentina y en el interior también sobre substrato calcáreo, hasta 800 m de elevación en la Española: Ile Tortue, Massif du Nord, Massif de la Selle, Cordillera Septentrional, Valle del Cibao, Sierra de Neiba, Peninsula de Barahona, Los Haitises, Llano Costero (Fig. 5). Distribución caribeña: Cuba, Islas Caicos y Turcos, Islas Bahamas, Española, Puerto Rico, y Guadaloupe. Ejemplares Representativos: HAITI: Ile Tortue, Leonard & Leonard 13946 (NY). Massif du Nord: Puilboreau Road, vicinity of Ennery, Leonard 8879 (NY); Gros-Morne, Morne Bonpére, elev. 600 m., Ekman H—4942 (NY). Cul- de-Sac: vicinity of Fond Parisien, Leonard 4203 (NY). REPUBLICA DOMI- NICANA: El Morro, Monte Cristi, Smith 10363 (JBSD, NY); Jaiqui Picado, 20 mi. W of Santiago, elev 300—400 m., Liogier 15213 (NY); Cañada El Maniel, 14 km “N” La Descubierta, Zanoni et al. 24818 (JBSD, NY), 24834 (JBSD, NY), 24838 (JBSD, NY); Cabo Rojo, Pedernales, Liogier 16909 (NY); frente al mar, Parque Nacional Los Haitises, Bahía de Samaná, Zanoni et al. 35962 (JBSD); Isla Catalina, La Romana, Zanoni et al. 15466 (JBSD). Isla Saona, Liogier et al. 27250 (JBSD).

D. viscosa Jacq., Enum. Pl. Syst. 19. 1760 Lectotipo (designado por West, 1984): Jamaica, Sloane s. n. (BM—herb. Sloane 5, p. 97).

Citado como Dodonaea viscosa Jacq. var. vulgaris Bentham por Urban

(1920-1921, p. 395) y por Moscoso (1943, p. 339), y como D. viscosa (L.) Jacq. var. viscosa por Liogier (1986, p. 257). Habitat: un arbusto de la zona costera, mayormente en las playas arenosas a casi nivel del mar (y una vez recolectada en el interior de la Española a 250 m, “Prope Barahona”, Fuertes 317) Relativamente rara en la Española (Fig. 5). Distribución caribeña: Cuba, Jamaica, Española, Puerto Rico, St. Martín, Guadaloupe Martinique, y Granada.

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DODONAEA

e D. ANGUSTIFOLIA o D. ELAEAGNOIDES x D. VISCOSA

Fig. 5 Dodonaea (Sapindaceae) en la Española.

Ejemplares Representativos: HAITI: Dept. Nord: Bayeau, in coastal thicket, Ekman H-2603 (NY); Bayeau, near Port Margot, sea level, Nash 149 (NY). Ile Tortue, Leonard & Leonard 15351 (NY). Massif de la Hotte, Dame Marie, Rousselin, on the beach, Ekman H—10486 (NY).REPUBLICA DO- MINICANA: prope Barahona, 250 m elev. Fuertes 317 (NY); Puerto Plata., Eggers 2609 (NY); Cabarete, A. P. Liogier 2635 (JBSD), Zanoni & Pimen- tel 39689 (JBSD); Cayo Levantado, Samana Bay, Liogier 14403 (NY); Playa Cosson, 7 km al Oeste de Las Terrenas, Peninsula de Samana, Zanoni, Pimen- tel, & Garcta 29996 (JBSD); Sanchez, Peninsula de Samana, A. & P. Liogier 27584 (JBSD).

Scrophularia bahorucana T. Zanoni, sp. nova Scrophulariaceae Herba, usque 25 cm altis, Caulis 1-1.5 mm crassis, ascendentis vel erectus, sine ramis. Folia opposita, ovata, glabra, 13—16 x 5—7 mm (ratio 2: 1—3:1). Folia supera et infera parvifolia 3 lobis lateralibus, folia longiora 7—8 lobis lateralibus, apicis obtusis, basis cuneatis, margine serrato-crenato. Petioli (1—) 1.5-2 (—2.5) mm. Inflorescentia racemosa. Flores 4 vel 6 oppositae. Pedunculus 1.5—2 cm longus. Rhachis inflorescentae 2 cm. Pedunculus, rhachis, pedicelli, et calyx pubescentes. Bractea pedicelli 2—3 x 1 mm. Brac- tea florae 2—3 mm x 0.8—1 mm. Calyx 5 lobulis, basi connatis, oblongis, obtusis, 6 x 2 mm. Corola zygomorpha, 5 lobulis, luteo-viriditis, 13—14 mm longa; lobulis 2—3 mm, redondis, margine irregulari. Capsula matura incogni- ta.

Moscosoa 5, 1989 109

Planta suffructicosa de aproximadamente 25 cm de alto. Tallo no ramifi-

cado, glabro, de 1-1.5 mm diámetro; entrenudos 3-5 mm (hasta 25 mm entre las hojas ínferas o hojas supras). Hojas opuestas, ovadas, glabras, 13— 16 x 5-7 mm (ratio 2: 1-3: 1); hojas inferas o supras más pequeñas y con 3 ó más lóbulos en cada lado, ápice obtusa, base cuneada, nervio central pro- minente, otros nervios no elevados; margen serrado-crenada. Hojas grandes con lóbulos obtusos, 7 u 8 en cada lado; peciolo (1—) 1.5—2 (—2.5)mm. Inflorescencia un racimó de 4 0 6 flores, opuestas; pedúnculo 1.5—2 cm, ra- quis + 2 cm. Pedúnculo, raquis, bracteas, pedicelos y calíz pubescentes; tricomas uniseriada, hasta 9 células, septa marrón oscuro, paredes de las células sin color cuando están secas. Bráctea en base de pedicel 2-3 x 1 mm. Brácteas de debajo de las flores 2-3 mm x 0.8—1 mm. Cáliz con 5 lóbulos, conadas en sus bases, oblongo, obtusa, 6 x 2 mm. Corola zigomor- fica, 5 lóbulos, verdoso-amarillenta mediana, 13—14 mm de largo; lóbulos 2—3 mm, redondo, margen irregular. Fruto no maduro ovado y no pubescen- te. Fruto maduro no visto. Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Prov. Independen- cia; aprox. 30 km al “Sur'”” de Puerto Escondido en el camino a Aceitillar (o 3.3 km de la Caseta No. 2 de Foresta en camino a Aceitillar), bosque de Pinus occidentalis, 18°14 N, 71°30’ Oeste, elev. 1925 m, 17 mar., 1985, Zanoni, Mejía, Pimentel, & García 33637 (Holotipo: JBSD; Isotipo: NY).

La Scrophularia bahorucana es endémica a la Sierra de Bahoruco, en la República Dominicana suroccidental, de los pinares de Pinus occidentalis. La especie más parecida es S. densifolia Urban & Ekman, endémica de la Cordi- llera Central de la República Dominicana. Scrophularia densifolia es una hierba suffructicosa de hasta 50 cm de alto, tallo glabro por debajo y pubes- cente arriba, más densamente foliada, el pedúnculo es más corto y casi no obvio, la inflorescencia es una panicula (con ramitas divididas en la base de la inflorescencia), cáliz con lóbulos obtusos, corola 9-10 mm de largo, las tricomas de pocas células y más cortas, las septas sin color, el fruto duro y más pequeño, de 5—6 mm de largo.

SOLANUM SELLEANUM Urban & Ekman in Urban Solanaceae

Ark. Bot. 21A(5): 60. 1927.

Urban (1927), describió esta especie basado en las muestras florecidas recolectadas por Erik L. Ekman en el Massif de la Selle, Haití. Hasta ahora no se conocía el fruto.

Crece como un arbolito de 5-6 m de alto. Cuando recolectábamos la muestra en la Sierra de Bahoruco, muchas de las plantas no tenían hojas, aparentemente se les habían caído repentinamente, posiblemente como

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consecuencia de la sequia del invierno que estaba afectando la zona.

El fruto es casi globoso, deprimido un poco de la base al ápice, 2.5 cm de largo por casi 3 cm de diámetro, negrusco al madurar, pedicelo corto de aproximadamente 1 cm de largo, el pedúnculo largo y colgando cuando el fruto está maduro. Las semillas aplanadas de 4—5 x 4 mm, ápice redondo, base aguda, negrusca.

Urban (1927) estaba en lo cierto al decir que Solanum selleanum se parece como S. schulzianum Urban, también endémica de la isla Española. El S. schulzianum tiene el fruto más pequeño, aproximadamente 10—12 mm diámetro con un cáliz púrpuro a purpuro-verde y persistente cuando el fruto está maduro. El primer reporte de Solanum selleanum en la República Do- minicana es: Sierra de Bahoruco: Prov. Independencia: 30 km al “Sur” de Puerto Escondido en el camino a Aceitillar (o 3.9 km al “Sur” de la Caseta No. 2 de Foresta), bosque latifoliado dentro de la zona de pinares, elev. 1875 m, 17 mar 1985 (fr. en el suelo), Zanoni, Mejía, Pimentel y García 33773 (JBSD).

TREMA Ulmaceae

Liogier (1971) reportó Trema cubensis nueva para la flora de la Española; antes era conocida solamente de Cuba. Hasta la fecha, Aguas Blancas de Constanza, era el único lugar de donde se había reportado esta especie en la República Dominicana.

En los años siguientes, con más exploraciones en la Cordillera Central y la Sierra de Bahoruco, hemos encontrado Trema cubensis en otros lugares como indicamos más adelante.

Cuando estábamos estudiando las muestras de Trema en nuestro herbario (JBSD), encontramos un ejemplar (Liogier 21947) con características no típicas de las especies reportadas hasta ahora para la isla. En 1982, visitamos los alrededores del Salto de Aguas Blancas y descubrimos unas plantas vivas muy parecidas a éste ejemplar. No lejos de estas plantas, hallamos 7. cubensis y T. micrantha. Las muestras de Liogier y de nosotros son de híbridos naturales entre estas dos especies.

En otro viaje al Salto de Aguas Blancas, enero de 1988, notamos que la vegetación de la cuenca estaba más alterada que en 1982 cuando descubri- mos los híbridos. Un proyecto de reforestación cambió la vegetación y el crecimiento subsiguiente de los pinos sembrados también afectó la vegeta- ción de succesión natural. Parece que estamos perdiendo la T. cubensis y sus híbridos en esa parte de la cuenca del Arroyo Aguas Blancas.

A veces se encuentra el género Trema tratado con los nombres de las ex- pecies escrito con terminaciones del sexo neutro, por ejemplo Urban publicó

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“Trema cubense” como el nombre de una especie nueva. El tipo del género Trema cannabina Lour, (Fl. Cochinch. 562. 1790), es distintamente consi- derada como femenina por su autor, entonces el género se considera como femenina.

Reportamos aquí el híbrido natural entre Trema cubensis y T. micrantha. Este híbrido tiene las características de su hábito, de sus hojas intermedias entre los padres. También, revisamos la distribución de las otras especies del género nativas en la isla Española y otro híbrido natural entre 7. lamarckiana y T. micrantha.

Los datos de distribución para confeccionar el mapa (Fig. 6) y las notas se tomarán de los herbarios JBSD y NY.

Entre los nombres comunes para las especies de Trema en la República Dominicana se encuentra ““memizo”, “majagua”, y ““cuba”; el último nom- bre no es de amplio uso pero es reportado para la zona al norte de San Juan de la Maguana.

TREMA CUBENSIS Urban Fedde Repert. 24:2. 1927. (como “cubense”). Tipo: Cuba: Prov. Oriental en Sierra Maestra en Pinar de Papayo, elev. 800 m, Ekman 9261. Distribución: En sitios húmedos y alterados de la Cordillera Central y en la Sierra de Bahoruco, 1500-1800 m, a veces con Trema micrantha. REPUBLICA DOMINICANA: Prov. Santiago: Pico del Yaque [Pico La Rucilla], elev. 3000 m, sept 1947, M. Canela s.n. (NY). Prov. La Vega; en pinar, Las Aguas Blancas, Constanza, alt. 1600 m, 7 dic. 1974, A. H. « P. Liogier 21931 (JBSD), 21947 (NY); Aguas Blancas, 9 km al Sur de Cons- tanza, elev. 1700 m, 16 mayo 1983, Zanoni y Pimentel 25832 (JBSD); El Salto de Aguas Blancas, Constanza, 24 feb 1982, Zanoni, Mejía, Pimentel, & Mickel 19285 (JBSD, NY); El Convento, Constanza, 7 abr 1968, Marcano s. n. (herb. Jimémez No. 5401; NY, UCMM); Prov. Peravia: en las cimas de Loma del Rancho, al SE de San José de Ocoa, bosque latifoliado y muy húmedo con muchos vientos, con Prestoea montana, reducida en área y con vacas, 18° 31’ N, 70° 28’ Oeste, elev. 1350-1400 m, 14 ago 1987, Zanoni & Pimentel 40263 (GH, JBSD, MO, NY, U, US): Prov. San Juan: Parque Na- cional Ramirez: Loma La Lomita, El Valle de Tetero, 18° 59 N, 70°55’ Oeste, elev. 1550 m, Zanoni, García 41464 (JBSD, MO, NY, y otros); Sierra de Bahoruco: Prov. Independencia: 30 km al “Sur” de Puerto Es- condido, en el camino a la Caseta No. 1 de Foresta y al E en el camino a Charco Colorado, bosque latifoliado y muy húmedo, 18° 13’ N, 71° 28’ Oeste, 1780 m. elev., 20 mar 1985, Zanoni Mejía, Pimentel, & García 34002 (JBSD y otros).

¥i2 Moscosoa 5, 1989

4 T. CUBENSIS e T. LAMARCKIANA x T. DOMINGENSIS o T. MICRANTHA

Fig. 6 Distribución de las especies de Trema (Ulmaceae) en la Española. Datos tomados de las muestras del herbario de JBSD y NY y de Urban (1920—1921 y Moscoso (1943).

TREMA CUBENSIS X T. MICRANTHA (híbridos naturales)

Este es el primer reporte de híbridos naturales entre estas dos especies.

Los híbridos tienen hojas de tamaño, forma, textura, indumento y nervia- ción visiblemente intermedia entre las dos especies padres. Las hojas del hibrido, al secar, tienen el mismo color oscuro de Trema cubensis. Distribución: Hasta ahora solamente conocido de la Cordillera Central, Re- pública Dominicana. Evidentemente no reportado de Cuba todavía. REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. La Vega: en camino de Aguas Blancas, Constanza, alt. 1500 m, 7 dic. 1974, A. H. 4 P. Liogier 21947 (JBSD, NY); Aguas Blancas, 9 km al Sur de Constanza, elev. 1700 m, 16 mayo 1983, Zanoni & Pimentel 25831 (JBSD, MO, NY), 25834 (JBSD, MO, NY); El Salto de Aguas Blancas, Constanza, 24 feb. 1982, Zanoni, Mejía, Pimentel & Mickel 19283 (JBSD, MO, NY), y 19284 (JBSD, NY); Prov. San Juan: Parque Nacional Ramírez: Loma La Lomita, El Valle de Tetero, 18 59’ N, 70 55” Oeste, elev. 1550 m, Zanoni & García 41463 (JBSD, MO, NY, y otros).

TREMA DOMINGENSIS Urban Symb. Antill. 7:191. 1912. Tipo: “Santo Do- mingo [República Dominicana] : australe prope Barahona”, Fuertes 312. (como “Trema domingense).

Moscosoa 5, 1989 113

Todavia esta especie es conocida solamente por su tipo de la Sierra de Bahoruco (‘‘prope Barahona’). TREMA LAMARCKIANA (Roem. & Schult.) Blume

Usualmente en sitios mas secos que inhabita 7rema micrantha; pionero e invasor de sitios alterados, talud de carreteras, normalmente no encontrado dentro de los bosques maduros. También sobre tierra serpentina. Elevacion: hasta 1500 m. Distribución: Haití: lle de Tortue, Massif du Nord, Valle & Plaine du Arti- bonite, Ile Gonave, Massif de la Hotte, Massif de la Selle. Republica Do- minicana: Cordillera Septentrional, Cordillera Central, Sierra de Neiba, Sierra de Bahoruco, Sierra Martín García, Llano Costero. Nativa a S. Florida y las Indies Occidentales.

TREMA LAMARCKIANA X T.MICRANTHA (híbridos naturales)

En los últimos ocho años hemos recolectado sobre la Loma Sierra Prieta, al Norte de Villa Mella en la carretera a Yamasá. Distrito Nacional, Repú- _ blica Dominicana, Descubrimos que entre las muestras de Trema habían | algunas no típicas. En un recorrido en 1984, fue posible tomar muestras su- _ ficientes de 16 árboles.

Entre ese grupo encontramos-algunas muestras que corresponden a 7. | lamarckiana (Zanoni & Mejía 31908, 31925, 31926, 31928) y a T. micran- tha (Zanoni & Mejía 31905), las otras parecen como híbridos de primera y | segunda generación; y también se han producido cruzamiento retrógrado.

La evidencia de la hibridación es obvia: incluye el tamaño, la forma, y la | textura, y el indumento de las hojas y en los nervios foliares. Si interpreta- | mos la evidencia correctamente los híbridos son fértiles y producen otra | generacion de progenia fértil. En el oct. 1984, todos los árboles tenían flores o frutos.

Como 7. lamarckiana y T. micrantha no crecen juntos en muchos lugares, _ por lo que la posibilidad de hibridización es baja. Hasta ahora solamente he- / mos encontrado los híbridos en Sierra Prieta.

_ Entre los híbridos de primera y segunda generación, y los de cruzamiento ¡| retrógrado se encuentran: REPUBLICA DOMINICANA: Llano Costero: ¡ Distrito Nacional; en la base de Loma Sierra Prieta, poblado de Sierra Prieta (entre Villa Mella y Yamasá), alt. 100 m. (base), 16 oct. 1984, Zanoni & | Mejia 31897, 31898, 31899, 31901, 31902, 31903, 31911, 31914, 31916,

31918, 31919, 31924 (JBSD, MO, NY y otros).

_ TREMA MICRANTHA (L.) Blume T. mollis (Humb. £ Bonp. ex. Willd.) Blume.

114 Moscosoa 5, 1989

Urban (1920-1921) reportó Trema mollis cerca de Marmelade, Massif du Nord, Haití, donde Nash y Taylor también recolectaron T. micrantha. En anos recientes, se considera 7. mollis como sinónimo de T. micrantha (Nevling, 1960).

En las muestras de herbario de Trema micrantha del Caribe que examina-

das, parece que hay dos variantes (mas obvio en su textura y forma de las ho- jas), pero el patron de variación no es claro. No se ha publicado una revisión del género en los Neotrópicos todavía. Distribución: Haití: Presqu’ ile du Nord-Ouest, Massif du Nord, Massif de la Selle. República Dominicana: Cordillera Central, Sierra de Neiba, Sierra de Bahoruco, Los Haitises, Llanuras Costero. Nativa de S. Florida, las Indies Occidentales, y de c. México al S. hasta Brasil y Argentina.

En ambientes un poco más húmedos que los habitantes por Trema lamarckiana, sitios descubiertos o alterados, a veces en la orilla del bosque muy húmedo. Elevación desde el nivel de mar hasta aproximadamente 2000 m. A veces con 7. lamarckiana.

DURANTA ARIDA subsp. SERPENTINA Judd Verbenaceae Moscosoa 4: 217. 1986. Un arbusto nuevo descrito de la Sierra de Bahoruco, República Dominica- na.

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Moscosoa 5, 1989, pp. 116-133

USOS Y NOMBRES COMUNES DE PLANTAS EN UNA ZONA RURAL DE HAITI

Thomas A. Zanoni, Giselle Hyvert, Milciades M. Mejia P., Chantal Laurent

Zanoni. Thomas A. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). Giselle Hyvert (Programa pour le Developpement, Nations Unies. B. P. 557, Pourt-au-Prince, Haiti), Milcrades M. Mejia P. (Jardin Botánico Nacio- nal, Apartado 21—9, Santo Domingo. Republica Dominicana). & Chantal Laurent (Pro-

q

gramme por le Developpment, B. P. 557. Port-au-Prince, Haiti). Usos y nombres comu- nes de plantas en una zona rural de Haiti. Moscosoa 5: 116-133. 1989. Se reportan los nombres comunes en criollo haitiano y los usos de plantas dentro del “Parc Historique . National Sans Souci-Citadelle-Ramiers” en Milot. Haití. La fuente principal de informa- ción para elaborar este reporte fue un señor que practica la medicina tradicional (fol- klórica) o un “doctor feuilles’’. Por esta razón se incluyen muchos datos sobre las plantas medicinales usadas por personas de escasos recursos económicos y que viven en la zona rural.

The Haitian Creole names and uses of the plants of the Parc Historique National in Milot. Haití, are reported. Because the principal informant was a “doctor feuilles” or practitioner of folk(traditional) medicine, many of the notes are about the medicinal uses by rural people of low income.

El proyecto de restauración de las fortalezas ““Citadelle” y “Ramiers” y del palacio real de “Sans Souci” incluye el desarrollo de un parque históri- co nacional en una zona de 25 kilómetros cuadrados entre los poblados de Milot y Dondon, cerca de Cap Haitien, Haití. Este reporte sobre los usos de las plantas y sus nombres comunes es el resultado de un viaje de reconoci- miento y asesoramiento sobre los recursos naturales, particularmente la flora y su conservación dentro de este parque, en octubre de 1985.

La construcción de las edificaciones históricas fueron iniciadas en 1814 para la “Citadelle” y en 1811 para el “Sans Souci” bajo la dirección de Roi Henri Christophe, el rey de la parte del norte de Haití de 1807 al 1820. La “Citadelle” fue abandonada y el palacio saqueado después del suicidio de Henri Christophe en 1820. La localidad constituyó el centro del gobierno del reino. Era habitada en la época colonial anterior y todavía existen ruinas de casas y edificios con un estilo propio de la arquitectura francesa.

Como parte del reconocimiento del parque fuimos acompañados por algu- nos guías nativos. Entre ellos estaba el señor Elipha Valcin. El conocía el área muy bien y había caminado por casi todo el campo.

Moscosoa 5, 1989 TY

/

CAP HAITIEN

SANS SOUCI GRANDE RIVIERE

PALAIS DU NORD

~ ~

>0

MMM yy,

WLLL

4

DONDON

LEYENDA

<= 500M. ELEV.

_ Fig. 1. Ubicación del “Parque National Historique Sans Souci-Citadelle-

Ramiers” en Milot, Haití.

118 Moscosoa 5, 1989 Informante Principal

Elipha Valcin nació en el 1950 dentro del área cercana a Milot. Aprendió de su abuelo el uso de las plantas. Su padre (nació aproximadamente en 1933) también es un “doctor feuilles”.

Los dos reciben muchos visitantes de las áreas cercanas a Milot y de Cap Haitien (aproximadamente 23 kilómetros al Norte). Pocos clientes vienen de más lejos. Elipha pudo recordar uno que vino de Port-au-Prince. Ningún extranjero le ha visitado.

Elipha tiene tres niños, una hembra y dos varones, quienes están en la escuela ahora. El espera que aprendan también el uso de las plantas medi- cinales.

Encuesta

Los guías principales durante la semana del 21—27 de octubre de 1985 eran E. Valcin y otro campesino más viejo. Durante este tiempo, G. Hyvert era la encargada del grupo de investigación que incluía a los autores de este artículo, además de Donald D. Dod-orquideólogo, y Juan Tejada - arquitec- to y paisajista.

G. Hyvert sirvió como intérprete de E. Valcin, quien hablaba haitiano. El guía indicaba a los investigadores las plantas encontradas en los senderos, decía los nombres en criollo y sobre los usos locales. Cuando el guía no señalaba alguna planta, uno de los investigadores se la presentaba a él para conseguir la información deseada. Los nombres y los usos presentados aquí ison solamente los que dieron los informantes. Para este informe, no se reco- pilaron datos de otras fuentes publicadas o no.

La ortografía de los nombres en criollo originalmente era de G. Hyvert. Se han convertido los nombres a la ortografía en el diccionario de criollo haitiano (Valdman et al., 1981) que es mayormente basado en la ortografía estandarizada del “Institute Pedagogique National” de Haití.

El nombre equivalente en francés se indica con un paréntesis después del nombre en criollo. El nombre en francés no se escribe si no corresponde al nombre en criollo.

Cuando las plantas están reportadas como medicinales usamos la abrevia- [tura “med.” o, si tiene varios usos que no sean medicinales, se escribe “usos”. ¡Se agregaron otras notas cuando fue posible. Muchas veces la manera de ladministración y la dosis de las plantas medicinales no fueron dadas por los informantes.

- Reportamos los usos medicinales como información básica. Aunque los

Moscosoa 5, 1989 119

Fig. 2. El informante Elipha Valcin conversando con la restauracionista Giselle Hyvert, 25 octubre 1985, cerca del ““Parking” (estacionamiento) de la fortaleza de ““Citadelle”.

informantes crean que los remedios son efectivos, el lector no debe tomar esta información como una guía para auto-medicación.

Fue nuestra conclusión que los moradores usan casi cualquier planta le- ñosa (los arbustos y los árboles, frutales o no) para hacer leña o carbón vege- tal. La única fuente de combustible proviene de las plantas para los habitan- tes de muy bajos ingresos.

Es sorprendente el alto número de plantas nativas del área que tienen sus nombres comunes en criollo.

Todas las plantas encontradas no están incluídas en la lista de la Tabla 1; solamente se incluyen las que tienen nombres en criollo o con algún uso reportado por los informantes.

Muestras de casi todas las plantas están depositadas en el herbario del Jardín Botánico Nacional (JBSD).

120 Moscosoa 5, 1989 Agradecimiento

El viaje de T. Zanoni y M. Mejía a Cap Haitien, Haiti fue financiado por el fondo “National Historic Park ISPAN/UNESCO/PNUD Project-Hai 79011”, un proyecto cooperativo del gobierno haitiano por medio del “Institute de Sauvegarde du Patrimoine Nationale” (ISPAN) y la Organiza- ción de las Naciones Unidas por medio de la UNESCO y del Programa de Desarrollo (PNUD). Los técnicos del Jardín Botánico Nacional expresan su aprecio a G. Hyvert quien coordinó esta visita. Especialmente agradesemos al Dr. Albert Valdman y sus colegas del “Creole Institute”” de la Universidad de Indiana, Bloomington, Indiana, EE.UU. A., por revisar los nombres comunes para la ortografía actualmente en uso en el criollo haitiano.

Literatura citada Valdman, A., S. Yoder, C. Roberts, 81 Y. Joseph. 1981. Haitian Creole?

English-French dictionary. Creole Institute, Indiana University. Bloomington, Indiana. (2 volúmenes).

Moscosoa 5, 1989 121

Tabla 1. Catalogo de los nombres técnicos y comunes y los usos de las plantas dentro del Parc Historique National Sans Souci Citadelle - Ramiers’’ Milot, Haiti.

—————————_ - =zzz

HELECHOS & SUS ALIADOS

Adiantum cristatum L. kalimet (calumet) med.: una hoja en alcohol se aplica a la cabeza, los pies, y la cintura de una persona loca.

Adiantum sp. eskapile med.: hojas usadas para hacer una tisana; contra vértigo.

Lycopodium cernuum L. fey lanme (feuille la mere) med.: la hierba entera para hacer una tisana, para la mujer después del parto; esto ayuda a reponer la sangre perdida.

Pityrogramma sp. jiwondel med.: una tisana con las hojas; contra la fiebre.

Polypodium aureum L. aganman med.: (no recordado). (no

Polypodium crassifolium L. lang bef (lange boef) Polypodium polypodioides L. mouri leve med.: las hojas en ron o clerén, contra resfriado..

Thelypteris spp. fouje nan fey Vittaria sp. zandolit HONGOS

Basidiomycetes (no identificado) djon-djon laté

uso: no comestible, terrestre

Basidiomycetes (no identificado) djon-djon uso: comestible, creciendo sobre el tronco seco de Cecropia peltata. Nota: El nombre **djon-djon” es general para los hongos.

SPERMATOPHYTA

Aegiphila sp. lyann savon uso: la hoja y las cenizas tiradas al río, para paralizar los peces, luego una persona puede recogerlos fácilmente.

Allophylus cominia Sw. trapawol uso: hervir las hojas tres veces; ingerirlo portres días, la persona en coma y casi muerta hablará antes de morir.

122 Moscosoa 5, 1989

Anacardium occiden tale L. nwa (noix de cajou) usos: semillas (“nwa'”) comestible, pero la cáscara de la semilla es tóxica y causa dermatitis; el pedúnculo engrosado (“pom”) es comestible.

Anachelium cochleatum (L.) Hoffmanns. kanvele

Ananas comosus (L.) Merrill anana (ananas) uso: fruta comestible; en cultivo y naturalizada

Andropogon sp. zed fen (herbe fin) uso: forraje para el ganado.

Annona muricata L. kowosol, sousol (corosol) uso: fruta comestible, también usada para hacer helado.

Annonareticulata L. bwa kachiman (bois cachiman) usos: la pulpa de la fruta madura es usada en la fabricación de helados, tam- bién es comestible crudo.

Aristolochia sp. lyann aniko med.: tallo en clerén, contra dolor intestinal.

Artocarpus altilis (Parkins.)Fosb. labapen (abre a pain) uso: semillas comestibles; en cultivo y naturalizado.

Artocarpus altilis (Parkins.) Fosb. lamveritas (abre veritel) uso: fruta comestible, sin semillas; en cultivo.

Bambusa vulgaris L. banbou (bambue) uso: tiras del tallo usadas para hacer las canastas planas llamadas “la yó”

Bidens sp. zeb zegui (herbe aiguille) med.: hierba entera, para tratar la sangre.

Bocconia frutescens L. labapen mawon (abre a pain marron)

bwa jaunisse (bois la jauniese) med.: la raiz mezclada con el agua a temperatura ambiental; tomar la infu- sion para tratar ictericia.

Bombacapsis emarginata (A. Rich.) A. Bobyns chandel (chandelle) uso: carbon vegetal

Brassica sp. ti chou (chou) uso: comestible, en cultivo.

Bursera simaru ba (L.) Sarg. gonmye (gommier) med.: la corteza para hacer una tisana; para bajar la fiebre. Uso: resina, usada como un pegamento (cola o cemento).

Cajanus cajan (L.) Millsp. pwa kongo (pois congo) uso: semillas comestibles, en cultivo.

Moscosoa 5, 1989 123

Calathea allouia (Aubl.) Lindley topi (toupie)

Capsicum annum L. piman zwazo (piment oiseau) uso: fruta usada como condimento de alimentos.

Carica papaya L. papay (papaye) uso: fruta comestible, en cultivo.

Catalpa Iongissima (Jacq.) Sims bwatchenn (bois chéne)

med.: las hojas usadas para hacer unas tisanas contra fiebre. Uso: carbon vegetal; otros reportaron que no es usado para carbon vegetal; madera.

Cecropia peltata L. twonpet (trumpette) uso: ramitas huecas; usadas para hacer flautas.

Centrosema plumierii (Turp.) Benth. | pwa neg mawon (pois negue marron)

Citharexylum fruticosum L. J1jiri mawon Nota: flor venenosa.

Chrysophvllum cainito L. kay mit (caimite) uso: árbol histórico al lado del palacio Sans Souci, donde Roi H. Christophe tenía su corte.

Chrysophyllum oliviforme L. kaymit mawon (caimite marron)

Citrus aurantium L. zoranj si(orange sur) uso: el jugo de la fruta tiene sabor agrio.

Citrus maxima (J. Burman) Merrill chadek (chadéque) uso: fruta citrica, comestible y jugosa.

C. sinensis (L.) Osbeck zoranj (orange) uso: fruta comestible y de sabor dulce.

Clematis dioica L. maro piman (marrom piment) med.: pedazos muy pequenos de las hojas aplicados al pie, para reducir el agua del absceso antes de visitar al médico. Los pedazos grandes de las hojas no deben ser usados para este tratamiento, ya que pueden ser peligrosos.

Clerodendron spinosum (L.) Sprengel gagal med.: tres hojas usadas para hacer una tísana, es tomada como un expecto- rante para sacar el líquido de los pulmones, en los casos de tuberculosis.

Clusia minor L. patí vi

Clusia rosea Jacq. fig modi (fig. maudit) usos: carbon vegetal; latex gomoso usado como pegamento.

Coccoloba pubescens L. akasi gran fey uso: carbon vegetal; no tiene uso medicinal reportado.

124 Moscosoa 5, 1989

Coffea arabica L. kafe (café) uso: semilla procesada para obtener el polvo de café; en cultivo. Colubrina grandulosa var. antillana (M. C. Johnston) M. C. Johnston’.

bwa zet (bois zed) uso: madera para construcción.

Comocladia cuneata Britton breziyet Nota: causa dermatitis porcontacto; no usado

Cordia mirabiloides (Jacq.) R. 8 S. kwok chen (croque chién) Costus arabicus L. zebjo Cucurbita moschata (Duch.) Duch. joumou

usos: hojas y raices comestibles; fruto comestible; en cultivo.

Cupania americana L. satayan, twazocot med.: foliolos de la hoja aplicados en la frente, contra el dolor de cabeza; o aplicados a la espalda, contra el dolor de la columna vertebral.

Cuscuta americana L. (?) lamitye (la maitier) med.: los tallos (la planta encera), contra la ictericia.

Cyperus odoratus L. (?) goreye Desmodium spp. demi kalen

med.: hierba usada para hacer una tisana, contra diarrea.

Didymopanax morototoni (Aubl.) Dcne.&Planch bwa kanno uso: planchas de madera.

Dieffenbachia sequine (Jacq.) Schott kann madere (canne-madere) med.: la hoja aplicada a la piel irritada por picaduras de mosquitos u otro insectos. Nota: los tallos podrian causar la muerte cuando son ingeridos.

Dioscorea trifida L.f. yann kouchkouch (igname) uso: comestible

Dioscorea sp. yanm segen uso: comestible, blanco y no dulce.

Discorea sp. yanm wayal uso: comestible, blanco y dulce

Dioscorea X cayennensis Lam. yanm ginen uso: comestible; amarillo y dulce.

Dioscorea sp. yanm karakole uso: comestible, amarillo y dulce.

Moscosoa 5, 1989 125

Dioscorea sp. yanm franse uso: comestible, amarillo y dulce. Dioscorea sp. yanm plimout uso: comestible, amarillo y dulce Duranta erecta L. mayi Elais guianensis Jacq. ti kwokwo

usos: aceite extraido de los frutos; se come la semilla, med: ningun uso re- portado; en cultivo.

Entada gigas (L.) Fawcett & Rendie kakon uso: semilla venenosa, pero usada en la artesania para fabricar collares y aretes, especialmente para vender a los turistas que visitan la ‘‘Citadelle’’.

Eriochrysis cayenensis Beauv. zeb fen (herbe fin) nota: sin uso alguno, no forrajera.

Eugenia domingensis Berg bwa kayiman (bois caiman) uso: madera para horcones de casa.

Eugenia odorata Berg bwa kajou (?) uso: carbon vegetal; el nombre comun reportado no parece correcto.

Eupatorium odoratum L. lang chat(langue a chat) med.: reumatismo; la hoja usada contra los gases estomacales

Ficus sp. figye mol (figuier mol) uso: carbón vegetal.

Ficus sp. akasi uso: carbon vegetal.

Forsteronia corymbosa (Jacq.) G. Meyer pativ kebek notas: las hojas y las flores son venenosas.

Guarea guidonia (L.) Sleumer bwa wouj (bois rouge) usos: carbón vegetal y madera.

Guazuma tomentosa H.B.K. bwadom (bois d’orme?)

(bois d' homme?) med.: la corteza verde usada para hacer una tisana, tomado a temperatura ambiental varias veces al día durante 2 Ó 3 días, contra la irritación por el calor; la hoja entera y el agua y el jugo de la naranja agria (Citrus aurantium), contra el dolor de cabeza. Nota: se consideran las hojas como dañinas para la casa porque los insectos dentro de las hojas pueden entrar.

126 Moscosoa 5, 1989

Euphorbia cotonifolia L. fwondke uso: arbusto ornamental en cultivo, sin otro uso.

Gouania lupuloides (L.) Urban nivre malodan,

lyann savon (liane savon),

savon dri

uso: la espuma resultante de los tallos en agua, se usa para lavar la ropa. Nota: puede causar vértigo o simpleza, venenosa.

Hamelia axillaris Sw. koray

Hamelia patens Jacq. kowoyel (corail) med.: una decocción de las hojas en agua (llamado un “‘té”’) usado para bañar a las madres después del parto; también para los gases intestinales.

Hippeastrum puniceum (Lam.) Kuntze zonyon delin med.: el bulbo mezclado con clerén, tomar 2 cucharadas en la mañana y en la noche durante una semana o más, contra los trastornos estomacales; el bulbo rayado se aplica a los huesos de la muñeca, cuando están “abiertos”.

Hypoxis decumbens L. goreye Hyptis suaveolens (L.) Poit. chimo Hyptis sp. zango bourik Inga vera Willd. pwa dou (pois doux ?)

uso: para sombra en las plantaciones de café, también como lena.

Ipomoea batata L. patat dou (patate douce) uso: rizomas comestibles.

Ipomoea sp. manje kochon med.: tallo hervido en agua, se deja enfriar, luego se anade azucar, o miel de abeja y se toma contra el dolor intestinal.

Jacquinia linearis Jacq. gason panapiti (garcon pa na petit) med.: las hojas en ron o clerén tomada por las mujeres embarazadas, tam- bién contra resfriado.

Kalanchoe pinnata (Lam.) Pers. makanda zo pwason uso: El polvo hecho de la planta es aplicado a la cabeza y la cresta de los gallos antes de las peleas

Lantana camara L. s. lat. te soley (te soleil) med.: té, para los niños pequeños.

Lantana trifolia L. wizine

Moscosoa 5, 1989 127

Leonurus sibiricus L. Fle mari (fleur marier ?)

Leucaena leucocephala (Lam.) DeWit. magdalen (magdalene) uso: la semilla usada como un substituto del cafe.

Malvaviscus arboreus Cav. ti nici (?), paresé uso: un arbusto ornamental en cultivo.

Mammea americana L. zabriko (abricot) uso: fruto comestible; la cáscara de la fruta es considerada venenosa.

Mangifera indica L. mangó (mangue) usos: la fruta comestible, madera para hacer carbón vegetal.

Manihot esculenta Crantz manyok (manioc) uso: raíces comestibles después de procesar; otra clase llamada “‘manyok dou” con raíces comestibles, sin procesar; en cultivo.

Maranta arundinacea L. alowout (““arrowroot” en inglés) uso: el almidón del rizoma es usado como alimento.

Marcgravia rectiflora Tr. & Planch. fey zandolit med.: la hoja usada en un tratamiento de fricción sobre el cuerpo, contra la fiebra mala y la magia.

Miconia racemosa (Aubl.) DC kakapoul usos: las aves comen los frutos maduros. La hoja se aplica a la piel de las vacas y los caballos como una fricción cuando se pierden los pelos, para restaurar los pelos.

Miconia sp. twazokót med.: una hoja, rociada por alcohol por la boca del hombre, aplicada como una compresa sobre el estómago o la parte baja de la espalda, contra el dolor.

Mikania cordifolia (L. f.) Willd. lyann franse med.: la sabia de las hojas tomada para restaurar la sangre.

Mimosa pudica L. wonti uso: una combinación de la planta y alcohol para hacer un alcolado, para aplicar externalmente al cuerpo, contra los espiritus malos.

Momordica charantia L. konndeyamo, eskin med.: las hojas, para hacer un té, contra el dolor intestinal y contra la fiebre. Musa corniculata Lour. bannan wouj uso: fruto comestible, cocinado.

M. paradisíaca L. bannann uso: fruto comestible, cocinado (el plátano de la República Dominicana).

128 Moscosoa 5, 1989

M. sapientum L. fig. bannann (figue banane) uso: fruto comestible crudo o cocinado (el guineo o banano de la Republica Dominicana)

Myrica cerifera L. kannel abej (canelle abeille),

kannel dous (cannelle doux),

kannel myel (cannelle miel)

med.: las hojas en una botella de ron y clerén contra los gases del vientre. usos: carbón vegetal y también como una cerca viva.

Ochroma pyramidale (Cav.) Urban koton flo (coton fleur) usos: Las fibras de los frutos maduros, para llenar los colchones y almohadas. Esta lana se vendía anteriormente a los compradores de café para exportar.

Ocimum micranthum Willd. bazilik savann (basilic savan) med.: las hojas usadas contra los gases estomacales.

Ocimum sp. fonbazen med.: las hojas usadas contra los gases estomacales.

Ocotea sp. lorye gep (laurier guépe) med.: reportado pero no explicado.

Oreopanax capitata (Jacq.) Dene. & Pl. bwa kochon (bois cochon) bwa neg (bois negre) uso: carbón vegetal.

Pachyrrhiza tuberousus (Lam.) Sprengel pwa manyok (pois manioc) uso: rizoma comestible. Nota: las semillas rojas son venenosas.

Panicum maximum Jacq. zeb ginen (herbe guinée) uso: pasto para el ganado.

Paspalum sp. zeb si (herbe sur) uso: pasto para el ganado

Passiflora guadrangularis L. grenad (grenadine) uso: el fruto usado para hacer jugo.

P. rubra L. kalson (calecon ?)

med.: las hojas maceradas en alcohol, aplicadas a los pies, contra la inflama- ción.

Pedilanthus tithymaloides (L.) Poit. pakin kwenna (ipecuanha) med.: el latex aplicado a la piel para los abscesos. Peperomia serpens (Sw.) Lodd. kreson kalkare

med.: reportado, no explicado.

Moscosoa 5, 1989 129

Peperomia sp. ti nanm kaseve uso: las hojas majadas hechadas en clerén como una hierba aromática.

Persea americana L. zaboka (avocat) uso: el fruto comestible.

Petiveria alliacea L. vevenn (verveine) med.: respirar el olor de la raíz en la mañana y en la noche, para el dolor de la cabeza.

Phaseolus vulgaris L. pwa wouj (pois rouge) uso: las semillas comestibles, en cultivo.

Phyllanthus sp. boul nan do uso: para sazonar los alimentos.

Phytolocca sp. donbo kontan med.: para sazonar los alimentos.

Picramnia pentandra Sw. bwa ti gason (bois petit garcon) med.: usada para hacer un baño a los niños cuando están incómodos, para tranquilizarlos

Pilea sp. kresson kalkare med.: planta entera hervida en agua, se aplica a los ojos para combatir los dolores.

Pilea sp. ti nanm med.: planta entera, contra los gases estomacales.

Pinus occidentalis Sw. bwapen (bois pin) med.: las hojas, en una tisana, para bajar la temperatura del cuerpo. uso: madera.

Piper aduncum L. gwayouyou, siriyo med.: las hojas, en un té, contra fiebre.

Piper marginatum Jacq. siyon bonm (sirop bon?) med.: las hojas (de olor de anisette), en un té, contra los gases estomacales. Piper sp. fey tibonm uso: rociar una rama con hojas con clerén y hacer cruces sobre el cuerpo, para proteger a las personas cuando han comido algo malo o cuando una persona quiere hacerle daño a otra; este uso fue considerado efectivo por el informante (otro, no Elipha Valcin).

Plantago major L. plantin (plantain) med.: las hojas para hacer una tisana, contra los gases estomacales.

130 Moscosoa 5, 1989

Porophyllum ruderale (Jacq.) Cassini mal dan (mal de diente?) med.: no recordado

Pothomorphe peltata (L.) Miquel fey kolet (feuille collet) uso: para verificar la clase de carne; la hoja frotada y aplicada a la carne, si es de animal, la hoja no cambia de color; pero, si es aplicada sobre carne humana, la hoja cambia el color a negruzco y después a verde.

Pouteria domingensis var. cuprea (Urb. & Ekm.) Cronq. toti mawon uso: carbon vegetal

Prunus myrtifolius (L.) Urb. lamandye ti fey (1'amandier petit feuille) uso: carbón vegetal y madera de contrucción; los frutos no comestible.

Pseudelephantopus spicata (Jss.) Rohr. sentantwan med.: hacer una tisana con la planta entera, contra los gases estomacales Psidium quajava L. gwayav (goave) uso: la fruta es comestible.

Rauwolfia sp. voyankew med.: no reportado.

Rivina humilis L. lanman laye uso: las hojas, para sazonar algunos alimentos.

Rhipsalis baccifera (J. S. Mill.) Stearn tet anba med.: la planta entera para hacer una tisana, contra el dolor del vientre. Rhoeo discolor (1'Her.) Hance boul nan do

uso: cultivado como planta ornamental.

Ricinus communis L. maskriti uso: el aceite de la semilla usado como unguento para el cabello.

Roystonea hispaniolana L. H. Bailey palmis (palmiste) uso: el fruto es alimento para engordar los cerdos; el hombre puede comer las semillas sin ningun riesgo, pero no la come. Nota: una palmera de Source Pol (próximo al sitio Bois Pin) está reportada como una reliquia de la época del Roi Henri Christophe.

Rytidophyllum auriculatum Hooker fey aran (feuille hareng) med.: la hoja usada para hacer una tisana, contra el dolor de estómago.

Securidaca virgata Sw. koukouy uso: las ramas usadas como escobas para barrer el piso de las casas y los pa- tios.

Moscosoa 5, 1989 134

Senna obtusifolia (L.) Irwin & Barneby pwa pyan (pois puant) med.: se hace una tisana de las hojas o de un extracto del zumo de las hojas, para el pecho apretado.

Senna spectabilis (DC.) Irwin & Barneby bwa kabrit Sesamum indicum L. jyiri blan uso: las semillas comestibles usadas con manioc (yuca) en la fabricación de

casabe.

Sida linifolia Juss. ex Cav. bale vach (balai vache) Sida rhombifolia L. bale (balai) med.: no recordado

Simarou ba glauca DC bwa blanch (bois blanche) uso: la madera muy blanca, para hacer muebles.

Solanum ciliatum La. tomat zonbi Spermacoce assurgens Ruiz & Pavon bonbonfle

med.: la hierba entera para hacer una tisana, contra los gases estomacales en los niños.

Solanum torvum Sw. samorét

Spondias mombin L. monben uso: el fruto comestible, considerado como una buena fuente de de vitami- nas.

Spondias purpurea L. Sigwel (cirouelle) uso: el fruto comestible.

Stachy tarpheta jamaicensis (L.) Vahl Vevenn ke rat med.: con las rarces de esta planta en la mano, se hierven los tallos y las hojas en agua para hacer una tisana, contra las lombrices en los niños y en los adul- tos.

Swietenia mahagoni (L.) Jacq. bwa kajou (bois acajou) uso: la madera de construcción y de muebles; no usado para hacer carbón vegetal.

Syzygium jambos (L.) Alston pomowos (pomme rose) uso: la fruta comestible. Nota: encontrado dentro una cerca viva, usada con- tra los vientos fuertes en el sitio de Bois Pin.

Tabernaemontana citrifolia L. bwa let(bois lait) med.: el latex se aplica a la piel, cuando los carbunculos nacidos estan rojos con las cabezas blancas.

132 Moscosoa 5, 1989

Terminalia catappa L. zanmann (amandier) med.: con las hojas se hace una tisana, cuando el paciente no desea dormir, para mantener los ojos abiertos. Uso: las semillas son comestibles.

Ternstroemia nashii Urban kannel mawon, (canelle marron) med.: las hojas en ron, contra el reumatismo y contra el resfriado. Theophrasta americana L. tl nanm med.: no recordado.

Tournefortia sp. chik chik med.: las rarces, hojas, y sal usadas para tratar los gases estomacales.

Trichilia hirta L. chalmon byen med.: las hojas, contra la fiebre

Trichilla pallida Sw. manyas

med.: las hojas en agua, como un enema, venenoso cuando es

Trichilla pallida Sw. manyas med.: las hojas en agua, como un enema; venenoso cuando es tomado inter- namente.

Tridax procumbens L. fey kalmason med.: la hierba entera en una tisana con azúcar, para fortalecer las mujeres después del parto.

Trophis racemosa (L.) Urban ramon chwal Turpinia occiden talis (Sw.) G. Don Jijiri mawon Urena lobata (L.) Gaud. manman gep, gran kouzen

uso: la corteza de los tallos verde, para hacer un cordón o soga para amarrar animales.

Vanilla barbellata Rchb. f. majou vét med.: los entrenudos del tallo (no considerados venenosos) majados en un pilón, con almíbar de azúcar de caña, ingerido para los problemas intestinales y los parásitos; los nudos del tallo son considerados venenosos y posiblemen- te fatales.

Vitis tilifolia Humb. & Bonpl. majoue vert

Xanthosoma sagittifolium Schott malanga tayo (taro) uso: el tubérculo es comestible.

Zanthoxylum pimpinelloides (Lam.) DC. fey be med.: el tallo macerado, en una botella de ron, contra la palpitacion del corazon.

Moscosoa 5, 1989 133

Zanthoxylum sp. pini lwa

med.: las hojas, para hacer una tisana, mezclado con “‘farine franses’’, contra diarrea.

Zingiber zerumbet (L.) J. E. Smith jen janm (gimgembre) med.: el rizoma en una tisana para las mujeres embarazadas, para calentar el cuerpo al tiempo de parir.

Moscosoa 5, 1989, pp. 134-141

THREE NEW HISPANIOLAN SPECIES OF TABEBUIA (BIGNONIACEAE)

Alwyn H. Gentry

Gentry, Alwyn H. (Missouri Botanical Garden, Box 99, St. Louis. Missouri 63166— 0299, U.S.A.) Three new Hispaniolan species of Tabebuia (Bignoniaceae ). Moscosoa 5: 134-141. 1989. Tabebuia bullata, T. vinosa, and T. zanonii are described as new to science from the Dominican Republic.

Se describen tres especies nuevas para la ciencia —Tabebuia bullata, T. vinosa y T. zanonii, halladas en la República Dominicana.

Recent collections of Tabebuis from Hispaniola, mostly by Dr. Thomas A. Zanoni and associates at the Jardin Botánico Nacional “Dr. Rafael M. Mos- coso”, include the three new species described here.

1. Tabebuia bullata A. Gentry, sp. nov.

Type. DOMINICAN REPUBLIC. La Vega: Alto de Casabito, 13 km W of junction with Carretera Duarte (near Bonao), road to Constanza, 19 01'N, 70° 30’W, 1140 m alt., 10 Apr 1983 (fl), Gentry & Zanoni 50678 (holotype, MO: isotype, JBSD, MO).

Frutex vel arbor parva ad 6 metros. Folia 3—foliolata, foliolis obovatis vel oblongo-obovatis, ad apicem rotundatis, bullatis, infra venulis pilosis. Inflorescentia laxe paniculata, trichomatibus stipitato-peltatis. Calyx campa- nulatus, 5—lobatus, lepidotus et pubescens trichomatibus stipitato-peltatis; corolla alba, extra glabra. Capsula linearis, striato-costata.

Shrub or small spindly tree 2—6 m tall, branchlets thick, subtetragonal to subterete, flattened at nodes, densely lepidote when young. Leaves 3—folio- late, the leaflets obovate to oblong-obovate, broadly rounded at apex, some- times inconspicuously emarginate or subcuspidate, the base cuneate to obtuse, the lateral leaflets asymmetrically oblique, (5—) 10—36 cm long, (2—)4—23 cm wide, thick-coriaceous, more or less bullate, the veinlets, slightly impressed above, conspicuously and intricately raised below, glabres- cently lepidote above, below pilose with stiff trichomes along the veiniets, the trichomes rather sparse and not impressed into areoles; petiolules 0.2— 1.5 cm long, thick, lenticellate, the petioles thick and short, practically non- existent to 1 cm long, with conspicuous lighter lenticels, lepidote and minutely puberulous. Inflorescence terminal, openly paniculate, the stalked- lepidote trichomes as in 7. acrophylla. Flowers with the calyx campanulate, irregularly ca. 5—lobed, densely lepidote and stalked-lepidote, 15—21 mm long, 8-12 mm wide, conspicuously longitudinally ridged, especially in

Moscosoa 5, 1989 be

bud; corolla white or palest pink, tubular-infundibuliform, 5—8 cm long, the tube 4—6 cm long, 1.3—3.5 cm wide at mouth of tube, the lobes 1.5—2 cm long, glabrous outside, pilose in floor of throat inside; stamens didyna- mous, the thecae divaricate, 3 mm long; pistil ca. 2.5 cm long, the ovary linear, 5 mm long, 1 mm wide, densely minutely lepidote; disk annular- patelliform, 1.5 mm long, 4-5 mm wide. Immature fruit linear cylindric, 6 cm long, 7 mm wide, longitudinally striate-costate, conspicuously refescent with sessile and stalked peltate scales.

Distribution. Endemic to upland forests in central Dominican Republic in Peravia, La Vega, and Santiago Provinces.

Specimens examined: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. La Vega: 17 km S of Jarabacoa, road to Constanza, 1200 m, 10 Apr 1985 (st), Gentry « Zanoni 50657 (JBSD, MO); Rio La Palma, Constanza, 1000 m, 6—7 Jul 1973 (fl), Liogier 19442 (JBSD); entre Loma La Sal y Loma La Golondrina, 19 04'N, 70° 34’ W, 3100 ft., 13 Apr 1982 (fl), Zanoni et al. 19957 (JBSD, MO). Prov. Peravia: Arroyo Parra, La Vereda, 18° 32’ N, 70° 28” W, 950— 1000 m, 6 Apr 1985 (fl), Gentry & Zanoni 50540 (JBSD, MO); Carmona road, 33 km N of San José de Ocoa, 18° 38’ N, 70° 30’W, 1300 m, 6 Apr 1985 (fl) Gentry & Zanoni 50533 (JBSD, MO); 12 km E of San José de Ocoa, 18° 32’ N, 70” 28’W, 1150 m, 6 Apr 2985 (fl, fr), Gentry & Zanoni 50551 (JBSD, MO); San José de Ocoa, Loma del Rancho, 1100 m, 18° 31’ N, 70° 30” W, 8 Jul 1978 (fl), Mejía 67 (JBSD); 9.8 km SW from Juan Aldian, 10 Jun 1980 (fl, fr), Mejía & Zanoni 6818 (JBSD); 14.1 km N de San José de Ocoa, 1400 m, 18” 38’ N, 70° 30” W, 7 Apr 1982 (fl), Zanoni et al. 19862 (JBSD). Prov. Santiago: Loma Bajita, Distr. San José de las Matas, Yaguasa, open pines, 700-800 m, 10 June 1933 (fl), Valeur 91/1 (MO, NY, US); camino desde Aguacate al sur, 570 m, 1% 18 N, 71° 19” W, 3 Mar 1982 (fl), Zanoni et al. 19478 (JBSD).

Similar to 7. acrophylla but differs conspicuously in white rather than red or purple-red flowers, larger more infundibuliform corollas, larger - browner-drying strikingly ridged calyces and many-flowered openly panicu- late inflorescences. The two species are also ecologically separated, T. bullata occurring at generally higher altitudes from 550—1200 m and T. acrophylla generally below 500 m. A single high altitude collection of T. acrophylla (Liogier 17190 from 1700 m) has prominently ribbed calyces, approaching T. bullata (although black drying) suggesting that there may be introgres- sion between the two species. Vegetatively T. bullata can be distinguished from T. acrophylla macroscopically by the different pubescence texture of the leaf undersides, gritty rather than soft; microscopically the sparser stiffer irregularly oriented trichomes of the leaf underside are quite distinct from

136 Moscosoa 5, 1989

the shorter denser trichomes appressed into the areoli of the leaf undersurface of T. acrophylla. The flowers and inflorescences of the two species are so different as to make specific recognition of the white-flowered openly pani- culate taxon unavoidable.

2. Tabebuia vinosa A. Gentry, sp. nov.

Type. Dominican Republic. La Vega: 11.6 km S of Constanza, 1880 m, Gentry & Zanoni 50673 (holotype, MO, isotypes, JBSD, MO, to be distribut- ed).

Arbor parva ad 6 metros. Folia (3—)5—7(—9) foliolata, foliolis obovatis, ad apicem rotundatis, lepidotis. Inflorescentia racemosa vel anguste panicu- lata, ferrugineopuberula, trichomatibus stipitato-peltatis sessilibusque. Calyx cupulatus, 5—dentatus vel bilabiatus; corolla vinosa, extra glabra. Capsula linearis, longistrorsum costata.

Small rather rachitic tree or treelet 2.5—6 m tall, the branches terete with enlarged nodes, when young coarsely rufescent with lepidote and stalked lepidote trichomes, with a few large conspicuous lenticels. Leaves (3—)5—7 (—9)—foliolate, the leaflets obovate to narrowly obovate, rounded or truncate at apex, cuneate to broadly cuneate at base, the terminal, 2.5—10 cm long, 0.8—6 cm wide, the basals (of 5) 2—7 cm long, 0.5—4 cm wide, if 7—foliola- te, the lowermost pair smaller and often subsessile, coriaceous, sometimes with a revolute margin, smooth to the touch above and below, typically drying slightly discolorous, more reddish brown above and olive brown below, lepidote (sometimes in part lepidote-punctate) above and below, the scales small and reddish, rather scattered, conspicuously brochidodromous, the secondary veins plane or impressed above, prominent beneath, the tertiary veins plane above, plane or somewhat prominulous below; petiolules thickish, coarsely and somewhat glabrescently rufescent with lepidote and stalked-lepidote trichomes, terminals 0.5—1.5 cm long, the laterals mostly not clearly differentiated from cuneate leaflet base, the petiole thick, 1—7 cm long. Inflorescence terminal, several-flowered, irregularly racemose or narrowly paniculate, typically with subulate bracts up to 10 mm long subtending lateral branches or pedicel bases and subulate bracteoles up to 8 mm long in upper part of pedicel, the pedicels and bracts and rachis cons- picuously coarsely rufescent with lepidote and stalked-lepidote trichomes. Flowers with the calyx cupular, irregularly shallowly 5—dentate to bilabiate, longitudinally ribbed, 11—20 mm long, 8—12 mm wide, drying dark, more or less rufescent with a mixture of sessile and stalked-lepidote trichomes; corolla deep wine-colored (white in Zanoni et al. 28332) with whitish trichomes in throat when fresh, rather narrowly tubular infundibuliform,

Moscosoa 5, 1989 137

3—6 cm long, 0.8—2 cm wide at mouth of tube, the tube 2—4 cm long, the lobes 0.5—1.5 cm long, glabrous outside, inside densely pilose with long trichomes in throat and villous at level of stamen insertion; stamens didyna- mous, the anther thecae subexserted, divaricate, 3 mm long; ovary linear, 4—5 mm long, 1 mm wide, densely whitish lepidote ; disk annular-pulvinate, 1 mm long, 3 mm wide. Fruit (only 1 seen) 8—9 cm long, ca. 11 mm wide, terete, lepidote, also with a very few short-stipitate lepidote trichomes, dry- ing blackish, with several prominulous longitudinal ridges, subtended by the persistent calyx; seeds bialate, 7-9 mm long, 2.2—2.5 cm long, the hyaline- membranaceous wings sharply demarcated from the brown seed body.

Distribution. Endemic to the Cordillera Central of the Dominican Repub- lic from (1000—) 1200—1900 m in altitude in mixed pine-broadleaf cloud forest, the highest altitude of any Hispaniolan Tabebuia.

Collections examined. DOMINICAN REPUBLIC, Prov. Azua: Loma Nalga de Maco, steep hard limestone, 1700-1800 m, 8 Jun 1926 (st), Ekman H6296 (S.). Prov. La Vega: El Cajon, Pinar Bonito Road, 1850 m, 16—19 Oct 1981 (fl), D. Dod s.n. (JBSD); 10—11 km S of Constanza, 18° 50' N, 70° 45’ W, 1730-1850 m, 10 Apr 1985 (fl), Gentry & Zanoni 50664 (JBSD, MO); 11.6 km S of Constanza, 18° 51 N, 70° 45’ W, 1880 m, 10 Apr 1985 (fl), Gentry & Zanoni 50673 (JBSD, MO); Cienaga de la Culata, 1700 m, 16 May 1959 (fl), J. Jiménez 4008 (K); Alto Casabito, Bonao, 1200-1300 m, 30 Mar 1974, Liogier Liogier 21491 (JBSD), 27 Mar 1977 (fl), 26613 (NY); Loma de Sal, Jarabacoa, 1200 m, 16 Jul 1975 (fl), Liogier & Liogier 23631 (JBSD); 5.4 km S and 4.6 km W of Constanza, road to Pinar Parejo, 18° 50’ N, 70° 45” W, 5750 ft, 24 Feb 1982 (fl), Zanoni et al. 19387 (MO); 6 km de La Sal, 19° 4’ N, 70° 34° W, 3600 ft, 14 Apr 1982, Zanoni et al. 20082 (MO). Prov. Peravia: Loma de La Valva- coa, arriba El Guineal, 18° 28’ N, 70° 22: W, 1300-1775 m, 14 Jul 1982 (fl), Zanoni et al. 21623 (JBSD), entre Arroyo La Represa y Loma de Los Palos Mojados, arriba El Bejucal, 18° 37’ N, 70° 35’ W. 1200-1500 m, 4 Aug 1982 (fl, fr), Zanoni et al. 22256 (JBSD), El Tope, Loma Rodríguez, 18° 26’ N, 70° 18’ W, 1320-1510 m, 29 Dec 1983 (fl), Zanoni et al. 28232 (JBSD); Arroyo Parra, 12 km de San José de Ocoa, 18° 34’ N, 70° 27’ W, 1000 m, 30 Dec 1983 (fl), Zanoni et al. 28332 (JBSD). Prov. Santiago Rodríguez: Monción, top of Monte Gallo, mossy forest 1825 m, 19 Jun 1929 (fl), Ekman H12920 (S).

Perhaps most closely related to T. domingensis and to Cuban Tabebuia bibracteolata, differing from the latter in the stalked peltate trichomes not “decapitated” and in the smooth leaflets, not whitish to grayish below. It is most similar to 7. domingensis of the Barahona Peninsula from which it

138 Moscosoa 5, 1989

differs in the conspicuous stalked peltate trichomes of the inflorescence, | the thicker petiolules and broader thicker leaflets, and especially the cons- picuous trichomes in the corolla throat. Some of the collections were identi- fied as 7. revoluta or T. cf. revoluta but it differs from that species in much larger flowers, broader leaflets, and the pilose inside of the corolla throat.

3. Tabebuia zanonii A. Gentry, sp. nov.

Type. DOMINICAN REPUBLIC: Los Haitises, Prov. El Seibo, Naranjo Arriba, en los cayos cercanos al poblado, 19° 05’N, 69° 34.5’ W, 0-10 m alt., 28 Oct 1982 (fl), Mejia & Pimentel 23957 (holotype, JBSD; fragm., MO).

Frutex vel arbor parva ad 7 metros. Folia 3—5—foliolata, foliolis oblanceo- lata-oblongis vel oblongo-ellipticis, ad apicem obtusis, infra plusminusve puberulis trichomatibus simplicibus. Inflorescentia paniculata, floribus paucis. Calyx campanulatus, irregulariter 2—4—labiatus, lepidota; corolla vinosa, extra glabra. Fructus ignotus.

Shrub or small tree 2.5—7 m tall, dichotomously branched; lepidote with reddish and/or whitish sessile or subsessile peltate scales, usually also sparsely puberulous with a few minute unicellular trichomes, more or less lenticellate when young. Leaves 3—5—foliolate, the leaflets oblanceolate-oblong to oblong-elliptic, obtuse to rounded at base and apex, sometimes apiculate, the terminal 5.5—16 cm long, 1—6 cm wide, the basals 2.5—12 cm long, 1.2—4.5 cm wide, coriaceous, the margins more or less erose, concolorous, olive brownish, rather sparsely peltate-lepidote above and below with uniformly sessile scales, always puberulous with minute single-celled trichomes at least along midvein below and sometimes (Liogier & Liogier 24693) over surface not noticeably rough to the touch, brochidodromous, the secondary ' veins plane or slightly impressed above, strongly raised below, the tertiary venation immersed but slightly prominulous below; petiolules 2-13 mm long, the laterals leaflets sessile or subsessile, the petioles 0.8—2.5 cm long, thick, minutely simple puberulous but apparently lacking any stalked- peltate scales. Inflorescence a reduced terminal panicle with several 2—3— flowered pedicels or reduced to a few separate flowers, lepidote with black peltate scales, these in part very short-stalked, the bracts and bracteoles linear, with at least a few long-stalked peltate scales with long flexuous bases. Flowers with the calyx campanulate, rather thin, irregularly 2—4—lobed, 10—11 mm long, 5—6 mm wide, densely lepidote with sessile and subsessile blackish peltate scales, drying blackish; corolla deep pinkish red to wine red, narrowly tubular-infundibuliform, 2.5—3.5 cm long, 0.7—1 cm wide at mouth, the tube ca. 2 cm long, the lobes ca. 0.5 cm long, papillose-ciliate,

Moscosoa 5, 1989 139

Y

Figure 1. Tabebuis bullata and T. vinosa. A—B. T. bullata A. Gentry. A. Habit (Gentry and Zanoni 50551). B. Flowers and inflorescence (Gentry and Zanoni 50533). C—E. T. vinosa A. Gentry. (Gentry and Zanoni 50673). C. Habit. D. Inflorescence. E. Front view of flowers showing subexserted anthers and long white trichomes in throat.

140 Moscosoa 5, 1989

strongly papillose-puberulous in throat, the stamen insertions very sparsely villous, the anthers slightly included, divaricate, 2.5 mm long, pistil ca. 2 cm long, the ovary linear, 3-4 mm long, 1 mm wide, densely black lepidote- glandular; disk annular pulvinate, 1 mm long, 2 mm wide.

Endemic to Los Haitises, the karst limestone region on the south side of the Bahra de Samana, near sea level.

Additional collections examined. DOMINICAN REPUBLIC. Prov. El Seibo: Los Haitises, La Manaclita, limestone crag, 2 Jul 1930 (st), Ekman H15532 (B, S); una islita, Los Haitises, Bahía de Samana, 23 Jan 1976 (fl), Liogier &.Liogier 24693 (JBSD); Los Haitises, la costa cerca la boca de Bahía de San Lorenzo, Cano Salado, 19°05’ N, 69° 28—29’ W, 0--5 malt., 9 Nov 1983 (st), Zanoni & Pimentel 27903 (JBSD).

As here interpreted, this is a locally endemic species intermediate between T. paniculata of the Samana Peninsula and 7. buchii of northern Haiti. Its leaves have minute single-celled simple trichomes (along with the numerous sessile lepidote scales) on the leaflet undersurfaces, at least along the main veins and sometimes over the whole surface. Thus the trichomes are exactly like those of 7. paniculata but in that species they are restricted to the adaxial petiole surface and the base of the midvein above; in 7. buchii there are trichomes over the leaf undersurface but these are much longer and mixed with long stalked peltate scales. The tertiary venation below is more prominulous than in 7. paniculata but less so than in 7. buchii, and the very slightly erose leaflet margins are also intermediate between the strongly erose ones of 7. buchii and the entire ones of 7. paniculata. The most dis- tinctive feature of T. zanonii is its flowers which are smaller and narrow than in 7. paniculata and are deep rose-red or wine-red rather than white to pale pink; presumably this reflects a switch from bee-pollination in 7. paniculata to hummingbird-pollination in 7. zanonii. Tabecuia buchii has longer, report- edly light pink flowers as in 7. paniculata but these are more narrowly campanulate as in 7. zanonii. Other distinctions between T. zanonii and T. paniculata are slightly included vs. deeply included anthers and a strongly papillose puberulous corolla floor and very slightly villose stamen insertions vs. nearly glabrous corolla floor and strongly villous stamen insertions. The relationship between T. zanonii and T. paniculata is very similar to that between 7. sauvallei and T. calcicola, in each case apparently reflecting a similar switch in pollination syndrome.

Acknowledgements

This research was sponsored by the U.S. National Science Foundation BSR-8305040 and BSR—8607113. I thank T. Zanoni, M. Mejia, and the

———" de a

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Jardin Botanical Nacional for providing transportation and guide service during my visit to the Dominican Republic.

Moscosoa 5, 1989, pp. 142-153

ESTUDIOS EN LOS MACROMICETOS DE LA REPUBLICA DOMINICANA. I.

C. Augusto Rodriguez Gallart

Rodriguez Gallart, C. Augusto (P. O. Box 250—1, Santo Domingo, Republica Domini- cana). Estudios en los macromicetos de la República Dominicana. |. Moscosoa 5: 142- 153. 1989. Se describen los hongos Chlorophyllum molybdites y Psilocybe cubensis de plantas frescas de la República Dominicana y se trata la ecología y la distribución geográfica. Se presenta una serie de macro y micro-fotografías de cada especie. Son reportes nuevos de las especies para el país.

Studies in the macrofungi (Basidiomycetes) of the Dominican Republic. |. The native basidiomycetes Chlorophyllum molybdites and Psilocybe cubensis are described in detail. Included are notes on the natural history and macro - and microphotographs of each species. These two species are reported for the first time for the Dominican Republic.

El territorio de la República Dominicana comprende aproximadamente dos-tercios de la isla de la Española, cuya ubicación geografica la hace propi- cia a un régimen de lluvias tropicales. La Española posee el sistema orografi- co más alto del Caribe lo cual favorece a la formación de zonas de condicio- nes climáticas diferentes que varían desde valles fríos y lluviosos de copiosa vegetación, hasta regiones secas y áridas casi desérticas, las cuales proporcio- nan un habitat muy favorable al desarrollo de una exuberante micoflora. La aparición de hongos en la Española parece remontarse a la Epoca Terciaria (Stubblefield, Miller, Taylor & Cole, 1985).

En sentido general la micoflora dominicana ha sido poco estudiada y en particular los macromicetos. Sin embargo, los micromicetos, gracias a la ex- traordinaria labor llevada a cabo durante los años de 1925 al 1934 por R. Ciferri (1961), Toro (1927), González Fragoso (1926-1928), Petrak (1930) y Chardon (1946) ha sido mejor identificada y registrada.

Los primeros trabajos publicados sobre la micoflora dominicana fueron realizados por el Reverendo M. J. Berkeley (1852) sobre 67 macromicetos recolectados por Augusto Sallé. Luego Murrill (1915) en su estudio sobre los poliporáceos tropicales hace alusión, en algunas especies, como existentes en la República Dominicana, lo cual nos hace pensar que tuvo acceso a los mismos.

Rafael Ciferri en su extensa obra “Mycoflora Domingensis Integrata” (1961) describe también algunas especies de macromicetos, así por igual Chardon, Petrak y González Fragoso en las obras antes señaladas.

En cuanto a estudios llevados a cabo por nacionales, casi nada se ha publi- cado, con excepción de dos tesis a nivel de estudiante de grado y un estudio

Moscosoa 5, 1989 143

realizado por Inchaustegui y Herrera (1975) sobre “‘Conteo. de pólenes y hongos de la zona noroeste de la ciudad de Santo Domingo”. Creemos que la causa principal de la falta de interés en la Micología por parte de los domini- canos ha sido motivada, posiblemente, por el desconocimiento total de la micofaguia con excepción de la parte occidental de la República Dominicana que forma frontera con el hermano pueblo de Haití.

Registro para la República Dominicana de las especies Chlorophyllum moly bdites y Psilocy be cubensis

El autor está llevando a cabo estudios sobre los macromicetos de la Repú- blica Dominicana en especial los de las regiones geográficas que componen el este del país: la Cordillera Oriental, Los Haitises y el Llano Costero (Zanoni, 1986).

Se describe por primera vez para la República Dominicana las especies Chlorophyllum molybdites: familia Agaricaeae, y Psilocybe cubensis: familia Strophariaceae siguiendo, en la clasificación de los mismos el criterio de R. Singer (1986).

Los ejemplares se estudiaron siguiendo las técnicas usuales. Las observa- ciones microscópicas se efectuaron con preparaciones montadas en KOH al 5% y en reactivo Melzer. Las descripciones macroscópicas se realizaron de notas tomadas directamente en el campo. Los colores del carpóforo fueron referidos a colores del Methuen Handbook (1978) e indicados como números después del nombre del color.

CHLOROPHYLLUM MOLIBDITES (Meyer ex Fr.) Masse. Figs. 1-10. Kew Bulletin 1898: 135. 1898.

El diámetro del píleo varía de tamaño, aparentemente según el tipo de suelo en el cual se ha desarrollado el ejemplar. En los jardines de la ciudad de La Romana (Llano Costero) en los cuales el suelo se ha mezclado con “ca- chaza”” (residuo de la filtración sucesiva del jugo de la caña de azúcar en el proceso de la fabricación del azúcar) el píleo llega a tener hasta 200 mm de diámetro (Fig. 1) y su proliferación pratense es extraordionariamente abun- dante, en especial después de las grandes lluvias de los meses de mayo y junio. La formación de “anillos de brujas”? es común cuando se trata de suelos mezclados con ““cachaza”. (Fig. 5).

Nota: Los ejemplares citados para “CAR” están en el herbario privado del autor.

144 Moscosoa 5, 1989

En los hongos desarrollados sobre suelos corrientes de pastizales (muestras estudiadas en las regiones geograficas de la Cordillera Oriental y Los Haitises) los carpóforos estan menos desarrollados y el diámetro de pileo varia desde 100 a 150 mm, su proliferación es menos abundante y no hemos observado en ninguna de las regiones antes señaladas formaciones de anillos de brujas.

El carpóforo de todas las muestras estudiadas son de contexto suave y carnoso. Las formas más frecuentes del píleo son, para las etapas más jóvenes de los hongos, globosas-ovoides, expandiéndose los mismos a formas conve- xos-aplanadas suavemente umbonadas para los estadios más adultos. La superficie del píleo es seca; inicialmente cubierta con una cutícula de color marrón oscuro (5F5) en algunos especímenes, mientras que en otros la cu- tícula es de color marrón claro (5C4); esta ultima se rompe formando es- camas algo concéntricas, alrededor del umbo el cual permanece cubierto. El resto del píleo es de color crema (4A3). El margen del píleo, en estadios jóvenes, está doblado y en algunos ejemplares permanece así hasta su etapa adulta; dicho margen generalmente está surcado y estriado en los primeros 5 mm. (Fig. 3)

Las láminas son libres y alejadas del estípite; de color crema (4A3) en esta- do fresco, cambiando a color verde pálido al envejecer; moderadamente dis- tantes y algo ventricosas con bordes diminutamente aserrado. (Fig. 4)

El estípite de 100 a 200 mm x 10 a 20 mm, es fácilmente desprendible del píleo, de color crema pálido, generalmente derecho y cilíndrico; con bulbo en el extremo inferior y con un anillo doble y carnoso en el tercio superior, movible cuando el hongo está seco; de hasta 12 mm de ancho y de color marrón claro en estado seco. (Fig. 3)

El contexto es carnoso y de un espesor de hasta 15 mm (Fig. 4), de color blanco hueso cuando fresco y marrón claro en etapas de secado. El Chloro- phyllum molybdite, cuando está fresco, tiene olor agradable pero poco acen- tuado, sin embargo, en estado seco tiene un olor agradable y fuerte.

La impresión de la esporada es abundante y de color verde pálido. El tamaño de las esporadas varía de (8-) 8.8—9.6(-12) x (5.6-) 6.4 (-8) micras; Q = 1.41, de forma ovoidea a elipsoide; con poro germinal truncado (Figs. 6 y 9), dextrinoides, con gútula muy pronunciada, redonda de color verde claro.

Basidios 20—22 x 9.6 micras, claviformes, hialinos, con cuatro esterigmas bien desarrolladas (Figs. 7 y 8). Pleurocistidios ausentes; Queilocistidios de 32-40 x 10—20 micras, piriformes, cilíndricos, hialinos de pared delgada (Figs. 9 y 10). La trama himenoforal es irregular, hialina, inamiloide y estre- cha.

Moscosoa 5, 1989 145

2 $. 3

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Figs. 14. Chlorophyllum molibdites: 1. Píleo. 2. Himenósforo. 3. Vista lateral del hongo. 4. Contexto y lámina.

Historia Natural y Distribución:

Crecen solitarios o agrupados sobre el suelo en praderas y jardines, a veces formando anillos de brujas. Los hemos encontrado desde 20 a 300 metros sobre el nivel del mar.

Son muy abundantes después de las primeras lluvias de mayo y junio, pero lo hemos observado en menos abundancia después de las lluvias de oto- ño. Los hemos recolectado a 4 kilometros del Ingenio Quisqueya, Provincia de San Pedro de Macorís; en varios jardines residenciales de Casa de Campo, Provincia La Romana; en praderas a 12 kilómetros de Hato Mayor, hacia

146 Moscosoa 5, 1989 |

Fig. 5. Habitat del Chlorophyllum molibdites, anillo de brujas en jardines de Casa de Campo, La Romana, Prov. La Romana, República Dominicana.

7

Figs. 6. Chlorophyllum molikdites: Esporas montadas en KOH; nótese la gútula. Escala: 10 micras.

Moscosoa 5, 1989 147

Figs 7-10 Chlorophyllum molibdites: 7 & 8. Basidios, imagen obtenida con contraste interferencial según Normarski. 9. Queilocistidios y esporas

montadas en Melzer. 10. Queilocistidios, imagen con contraste interferencial. Escala: 10 micras.

Sabana de la Mar, Provincia de Hato Mayor y cerca de la Presa de Hatillo, Cotuí, Provincia Sánchez Ramírez.

Esta especie es de amplia distribución tanto tropical como subtropical. Ha sido reportado en el área del Caribe para Cuba (Kreisel 1971); Martinica y Guadalupe (Pegler, 1983); Trinidad y Venezuela (Dennis 1970); Puerto Rico e Islas Vírgenes (Chardon 1926), y México (Guzmán 1976).

148 Moscosoa 5, 1989

Observaciones:

Esta especie ha sido reportada como toxica; siendo los sintomas de into- xicacion usualmente mareos, náuseas y vómitos, los cuales usualmente apa- recen de 1 a 2 horas después de haberse ingerido el hongo. Se han reportado casos de muerte en niños. (Ammirati, Horgen & Tranquair, 1985). Las sus- tancias tóxicas de esta especie han sido estudiadas por Eiler & Nelson (Toxi- con 12: 1974, citada en Singer, 1986).

Ejemplares Estudiados:

REPUBLICA DOMINICANA: Llanura Costera: La Romana, jardín abonado con cachaza de caña, 21 de julio 1985, (CAR) 18. La Romana, jardín, 1 de septiembre 1985, (CAR) 27. La Romana, Casa de Campo, jardín abonado con cachaza de caña, 15 de abril 1987, (CAR) 95. Casa de Campo, jardín abonado con cachaza de caña, 23 de mayo 1987 (JBSD y CAR) 110. San Pedro de Macorís, Carretera Mella-Ingenio Quisqueya, Km. 4, en pastizales, 18 de junio 1987, (CAR) 123. Cordillera Oriental: Hato Mayor-Sabana de la Mar Km. 12, cerca de mata de palma real (Roystonea hispaniolana Bailey), 11 de abril de 1986, (CAR) 50. Los Haitises: Cotuí, cerca de la Presa de Hatillo, 15 mayo 1986. (CAR) 62.

PSILOCYBE CUBENSIS (Earle) Singer, Sydowia 2:37. 1948. Figs. 11-18

El diámetro del píleo varía desde 40 hasta 70 mm.; carnoso, glabro; de forma cónico-campanulado hasta plano. Generalmente con umbo bien desa- rrollado en todos los ejemplares estudiados, de color caramelo (6B7) que va aclarando hacia los bordes hasta convertirse en color paja a crema. (Fig. 11).

Las láminas son adnatas, de color marrón oscuro o gris-violáceo, modera- damente agrupadas, ventricosas con margen blanquesino. (Fig. 12).

El estípite de (40-) 70 120 (-150) mm. x 5 10 mm., central, glabro, fibroso, hueco, mas ancho en la base; de color crema paja. El estípite al ras- parlo se torna azul-violeta. Anillo blanquesino, frágil situado en el cuarto superior del estípite, membranoso, con su cara superior generalmente negra debido a la caída de las esporas. (Fig. 13)

Contexto de color crema, que se mancha de azul-verdoso cuando se mal- trata. El olor del hongo es suave cuando fresco y más pronunciado cuando seco. (Fig. 12)

La impresión de la esporada es abundante y de color negro-vinaceo. El tamaño de las esporas varía de (12-) 12.8 14.4 x (6.4-) 7.2—8 (-8.8) micras; Q = 1.6; de forma hexagonal, ovaladas, de pared gruesa, color café; con poro germinal truncado. (Figs. 17 y 18)

Moscosoa 5, 1989 149

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Figs. 11-14 Psilocybe cubensis. 11. Píleo y habitat. 12. Himenósforo, contexto, y láminas. 13. Vista lateral del hongo. 14. Estadios jóvenes.

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Basidios 24—28 x 10 micras; tetraspóricos, subcilindricos con ligera contracción central; hialinos, de pared delgada. (Fig. 15).

Pleurocistidios escasos. Queilocistidios 18-20 x 7.2—9 micras; abundan- tes, hialinos, de pared delgada; fusoides, piriformes, lageniformes con ápice terminado en una estructura globosa a mucronada. (Fig. 16). Trama hime- noforal paralela con hifas elongadas de hasta 3 micras hialinas.

150 Moscosoa 5, 1989

Figs. 15—18. Psilocybe cubensis. 15. Basidios. 16. Queilocistidios, imagenes con contraste interferencial segun Normanski. 17. Esporas montadas en solu- cion Melzer. 18. Esporas montadas en KOH. Escala: 10 micras.

Historia Natural y Distribucion:

Crecen gregarios en pastizales sobre estiércol de vaca, aunque algunos de los ejemplares estudiados crecían en estiércol de caballo. Los hemos encon- trado desde 30 hasta 300 metros sobre el nivel del mar y después de las llu- vias de mayo y agosto.

Los hemos recolectado, no en abundancia, en praderas a 3 km. al noroeste del poblado de Hato Mayor y a 12 km. al norte del mismo poblado, Provin- cia de Hato Mayor.

Esta especie es de amplia distribución tropical y subtropical. Ha sido reportada en el área del Caribe, para Cuba por primera vez por Earle (1906) como Stropharia cubensis, (Singer, 1958) y por Kreisel (1971); para Marti- nica y Guadalupe (Pegler, 1983), Trinidad y Bolivia (Dennis, 1970), Puerto

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Rico (Stevenson, 1975), México (Singer, 1949), Guatemala, Colombia, Bra- sil y Argentina (Guzman, 1983 y Pulido, 1983).

Observaciones:

El Psilocy be cubensis se caracteriza por ser una especie psicotrópica debi- do a su contenido de psilocybina. Heim (195 8) en estudios realizados acerca del uso de estos hongos entre los indios mazatecas, del Estado de Oaxaca, México, cita que esta especie llega hasta contener 0.5% de psilocyna y 0.25% de psilocybina, sustancias éstas alucinógenas, aisladas por primera vez en 1962, las cuales producen efectos psicomiméticos en el hombre parecidos a los causantes por LSD (Hofmann, 1977).

El género Psilocybe ha sido muy estudiado a partir de los trabajos etno- botánicos llevados a cabo por R. Heim y G. Wasson acerca del uso de este género como alucinógenos entre indios mazatecas, zapotecas y aztecas. (Heim, 1958 y Wasson, 1980).

Guzmán (1983) estudia y registra 144 especies de Psilocybe de las cuales 70 son clasificadas como alucinógenas (Guzmán, 1978).

Hemos comprobado que el Psilocybe cubensis ha sido utilizado como alucinógeno, generalmente en infusiones, en la República Dominicana.

Esta especie al ser ingerida, produce trastornos nerviosos con percepción de alucinaciones, las cuales aparecen aproximadamente, media hora después de la ingestión. (Guzmán, 1978)

El Psilocybe cubensis fue descrito por primera vez en 1906, en Cuba, y se cree que fue introducida en América a través de los españoles, con el ganado vacuno que trajeron del norte de Africa en tiempos de la coloniza- ción. (Guzmán, 1978).

Ejemplares Estudiados:

REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Oriental: Carretera Hato Mayor- Sabana de la Mar, km. 12, en pastizales sobre estiércol de vaca, 6 de julio 1985, (CAR) 14. En pastizales sobre estiércol de vaca,.30 agosto 1985, (CAR) 25 y (CAR) 28. Al noroeste de Hato Mayor km 11, en pastizales, so- bre estiércol de vaca, 19 de abril 1986, (CAR) 52. En sitio de Pringamosa, 3 km de Hato Mayor, sobre estiércol de caballo en pastizales, 7 de mayo 1986 (CAR) 59. Carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar, km. 12, en pastizales sobre estiércol de vaca, 7 de junio 1987, (JBSD y CAR) 118.

152 Moscosoa 5, 1989 Literatura Citada

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ESSENTIAL OILS OF PLANTS FROM HISPANIOLA: 1. THE VOLATILE WOOD OIL OF CINNAMODENDRON EKMANII (CANELLACEAE)

Robert P. Adams and Thomas A. Zanoni

Adams, Robert P. (Box 423, Baylor University, Waco, TX 79798, USA) and Zanoni, Thomas A. (Jardin Botánico Nacional “Dr. Rafael M. Moscoso”, Apartado Postal 21—9, Santo Domingo, Dominican Republic). Essential oils of plants from Hispaniola: 1. The volatile wood oil of Cinnamodendron ekmanii (Canellaceae ). Moscosoa 5: 154-158. 1989. The volatile oil from the wood of Cinnamodendron ekmanii Sleumer (Canellaceae ) was analyzed by fused silica capillary gas chromatography/ ion trap mass spectroscopy (GC/ITMS). The wood yielded 0.200/0 (oven dry wt basis) of volatile oil. The oil is dominated by 1,8 cineol (35.90/0) with moderate amounts of q, humulene (9.1), 6— caryophyllene (6.5), 4—terpineol (5.0), germacrene D (4.9), G—elemene (4.8), p —pi- nene (3.6) and a terpineol (3.0). A total of 48 components were identified and report- ed. No unknown components greater than a trace (0.50/o of the total oil) were found. The components typical of cinnamon wood oil (cinnamaldehyde, cinnamy] acetate) were not found contrary to the implication of the generic name (Cinnamodendron).

A wide variety of aromatic plants occur on Hispaniola. Neither the com- position nor yields of most of these species has been examined. This study of the volatile wood oil of Cinnamodendron ekmanii is the first in a series in which the essential oils of aromatic, and especially endemic, species from Hispaniola will be reported. New sources of spices and essential oils will also be investigated from among the endemic species. In addition, the potential for the introduction of commercial spice and essential oil crops will also be investigated to determine the influence of soil and climate on the quantity and quality of th e products.

Cinnamodendron ekmanii is endemic to Hispaniola (the island that in- cludes the Dominican Republic and Haiti) and is only known from karst limestone regions in the northeastern corner of the Dominican Republic. The distribution is limited to the geographic regions of the Samana Pen- insula, Los Haitises, and the eastern extreme of the Cordillera Septentrional. Specimens examined are: REPUBLICA DOMINICANA: Peninsula de Sama- na: Prov. Samana: Laguna, in Loma Zaramagua, light forest, elev. 250 m, “occurs in all limestone mountains east of Rio San Juan,’ Ekman H—14975 (Holotype & Isotype, S); cerca del poblado El Escarbado (N de La Majagua), limite del oeste de la sierra de la peninsula y de la Loma de Majagua, sobre roca de caliza, elev. 30 m, Zanoni et al. 29978 (JBSD), Zanoni et al. 24686 (JBSD); en el bosque en el paso de Loma Pan de Azúcar, La Laguna, elev. 300-440 m, Zanoni et al. 31188 (JBSD); Cordillera Septentrional: Prov. Puerto Plata: en bosque, El Choco (de) Cabarete, alt. 50 m, A. & P. Liogier 26495 (JBSD); 1.8 km al Suroeste de Cabarete en un sendero viejo a El

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Choco, sobre un mogote de caliza, Zanoni & Gentry 34119 (JBSD, NY, voucher for chemical study), Zanoni & Gentry 34124 (JBSD, NY); Los Haitises: Prov. El Seibo: Bahía de San Lorenzo, en el Cayo “Come Queso” al Oeste de Cueva de Arena, alt. 5m, Mejía et al. 1558 (JBSD); fuera de la Cueva de Arena, frente a la Bahía de San Lorenzo, roca calcarea, elev. 0—10 m, Zanoni et al. 35976 (JBSD); aprox. 20 min a pie desde la caseta de guardaparques de Monte Bonito en el sendero a Pilancón, bosque latifoliado, zona húmeda, Zanoni et al. 36218 (JBSD).

Cinnamodendron ekmanii is a component of the understory of the natural forest cover of the karst terrain that has been severely altered by deforesta- tion. The sites have very little accumulation of mineral soil; the substrate is principally rock and organic material. The removal of the forest cover and subsequent burning of the sites destroys the “soil” in large part. In our observations, younger plants still exist in the sites visited, but few small trees have been seen.

Materials and Methods

Wood of C. ekmanii and a voucher specimen (Zanoni 34119) were collect- ed from near Cabarete, Dominican Republic in April, 1985. A herbarium voucher specimen is on deposit at JBSD. Wood stems of approximately 2 cm in diameter were cut into 1 cm sections and these were then split into 4 pieces to increase the surface area during steam distillation. The volatile wood oil was extracted by steam distillation for 14 h ina circulatory steam distillation apparatus using diethyl ether as a floating solvent trap (Adams 1975). The ether was removed from the oil by use of a jet of nitrogen, then tightly sealed in a glass vial with a foil-lined cap and stored at -20°C until analyzed.

Mass spectra were recorded with a Finnigan Ion Trap (ITD) mass spectrometer model 700 directly coupled to a Varian 6500 gas chro- matograph, using a J & W DB5, 0.25 mm x 60 m, 0.25 micron coating thickness fused quartz capillary column. The GC/ITD was operated under the following conditions: injector temperature: 180° C; temperature pro- grammed: 60—240°C @3°/ min; carrier gas: Hc @22.9 cm/sec (60°C), 19.1 cm/sec (220°C); 0.1 ul (20% soln), split 1:50. Tuning values for the ITD were 40, 48, 85, 95 using cedrol as a tuning standard. Cedrol is well-suited for tuning the ITD because its mass spectrum is very sensitive to changes in tuning values. n-octane, n-eicosane and hexadecyl acetate were added as internal standards.

Quantification was made by FID using a DB5 column (see above) in a

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Varian 6500 gas chromatograph with He as the carrier gas with an average linear velocity of 15 cm/sec (60°C); 18 cm/sec (220”C);0.1 ul (20% soln.), split 1:30, temperatures as above, except the FID operated @ 240°C. Identi- fications were made by comparisons of the mass spectrum of each component in the oils with those of the known terpenes and by computer searches of spectra from the Finnigan library based on the National Bureau of Standards (NBS) data (Adams, et al., 1979) and a newly created library of terpenoids on the ion trap. Relative retention times (RRT hexadecyl acetate = 1.00) were also compared with the RRT of known terpenoids run under the same conditions. Peak areas were quantitated using a Columbia Scientific Industries Supergrator—2 electronic digital integrator.

Results and Discussion

The yield of volatile oil from the wood was 0.20% (dry wt basis). The composition of the wood oil is reported in Table 1. A total of 48 compounds were identified and reported (Table 1). Several unidentified trace components (less than 0.5 % of the total oil) were found and are not listed in Table I. The oil is dominated by 1, 8 - cineol (35.9 %) with moderate amounts of a - humulene (9.1), $ - caryyophyllene (6.5), 4 - terpineol (5.0), germacrene D (4.9), B -elemene (4.8), B - pinene (3.6) and a - terpineol (3.0). In addition to the terpenoids from the mevalonic acid pathway, several aromatic com- pounds were found which come from the phenyl propanoid pathway (eu- genel, methy! eugenol and safrole), but these were minor componets in this ol Tible:1)%

The wood of Cinnamodendron ekmanii is said to have a cinnamonlike or ‘spicy’ aroma when freshly cut. The compounds responsible for the aroma of commercial cinnamon bark (Cinnamonum spp.) are cinnamaldehyde and cinnamyl acetate (Lawrence, 1980). A search for these two compounds in the oil of Cinnamodendron ekmanii failed to discover even trace amounts. It is possible that the aromatic components degraded before analyses, although both cinnamaldehyde and cinnamyl acetate appear to be stable in commercial cinnamon bark. Alternatively, the cinnamon-like aromas released upon cutting the wood may be due to the mixing of enzymes from the cambium with the volatile oil and subsequent reactions. It might be noted that Senanayake et al. (1977) showed that eugenol and cinnamaldehyde are synthesized from the phenyl propanoid pathway (probably phenylalanine as the precursor). The presence of eugenol, methyl eugenol and safrole (all from the phenyl propanoid pathway) in C. ekmanii oil (table 1) indicates that the precursors for cinnamaldehyde are present.

Moscosoa 5, 1989 157

TABLE 1. Composition of the volatile wood oil of Cinnamodendron ekmanii Compounds are listed in order of their elution from a D85 column. Com- pound names in parenthesis are tentatively identified. T indicates the com- pound is present in a trace amount (less than 0.5% of the total oil).

% Total % Total COMPOUND oil COMPOUND oil a —Thujene T Safrole ME a —Pinene 210 a —Terpineol acetate 2.28 Camphene T a —Cubebene E Sabinene 22 Eugenol E 6B —Pinene 3559 a —Copaene F Myrcene 1.12 6B —Bourbonene 43 a: —Phellandrene E B —Elemene 4.82 a —Terpinene 0.96 Methy]l eugenol 1.41 p--Cymene 1.87 6B —Caryophylene 6.51 Limonene 2.41 a —Humulene 9.16 1,8—Cineol 35.88 Germacrene isomer 3 E y Terpinene 2:15 Germacrene D 4.87 (cis-p-menth-2-ene-1-ol) T (trans-Methy]l isoeugenol) T p—Cymenene T ( B —Selinene) TF Terpinolene 0.55 (a. —Selinene + y —Elemene) 0.82 Linalool T y Cadinene T Camphor T 0 —Cadinene 0.70 6 —Terpineol T Elemol 1.81 4—Terpineol 5.02 Caryophyllene oxide si (p-Cymen-9- ol) 43 r-Eudesmol E a Terpineol 3.02 y Cadinol T cis-Piperitol A $ Eudesmol 0.50 trans-Piperitol T a: Eudesmol T Borny]l acetate a

Literature Cited

Adams, R. P. 1975. Gene flow versus selection pressure and ancestral dif- ferentiation in the composition of species: Analysis of populational variation in Juniperus ashei Buch using terpenoid data. J. Molec. Evol. 32177185:

158 Moscosoa 5, 1989

——_ ,M. Granat, L. Hogge and E. von Rudloff. 1979. Identification of lower terpenoids from gas-chromatography-mass spectral data by on-line computer method. J. Chromatographic Sci. 17: 75—81.

Lawrence, B. M. 1979. Essential Oils, 1978. Allured Publ. Corp.: Wheaton, Illinois, USA

Senanayke, U.M., R.B.H. Wills and T. H. Lee. 1977. Biosynthesis of eugenol and cinnamic aldehyde in Cinnamonum zeylanicum. Phytochemistry 16:20325 2053

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A FLORISTIC STUDY OF FIVE SITES ALONG AN ELEVATIONAL TRANSECT IN THE SIERRA DE BAORUCO, PROV. PEDERNALES, DOMINICAN REPUBLIC

Linda L. Fisher-Meerow & Walter S. Judd

Fisher-Meerow, Linda L. & Walter S. Judd (Department of Botany, 220 Bartram Hall, University of Florida, Gainesville, Florida 32611) A floristic study of five sites along an elevational transect in the Sierra de Baoruco, Prov. Pedernales, Dominican Republic. Moscosoa 5: 159-185. 1989. The vascular plant flora is enumerated in five study sites ranging from sea level to 1500 m elevation in the Sierra de Baoruco, Prov. Pedernales, Dominican Republic. The sites encompass the vegetational zones of thorn woodland, dry forest, moist forest, lower montane moist to wet forest (pine savanna), and wet (cloud) orest. A total of 325 species, 235 genera, and 85 families, comprising 31 ferns, 2 conifers, and 292 flowering plants, was collected. Thirty five species were recorded from site 1, 45 from site 2, 72 from site 3, 82 from site 4, and 132 from site 5. The greatest floristic similarity is between the first two sites, which share 25 0/0 of their species, followed by the third and fifth sites (6.20/0), and second and third sites (5.40/o). All others have less than 20/o of their species in common. The major ecological factors, including rainfall, temperature, soil type, and history of disturbance, are discussed in relation to the vegeta- tion of the zones. Endemism varies significantly between sites, ranging from ca. 9o/o in the dry forest to ca. 480/o in the pine savanna.

Un estudio florístico de cinco sitios en el trayecto elevacional en la Sierra de Bahoruco, Provincia Pedernales, República Dominicana. Se reporta sobre la flora vascular de los si- tios ubicados entre el nivel del mar y 1500 m en la Sierra de Bahoruco occidental. La vegetación incluye el bosque espinoso, el bosque árido, el bosque húmedo, el bosque húmedo a muy húmedo montano (sabana del pino), y el bosque muy húmedo (o nubla- do) montano. Se recolectaron 325 especies de 235 géneros y de 85 familias. Los factores ecológicos principales, incluyendo la precipitación, la temperatura, el suelo, y la historia de alteración, se tratan en relación a la vegetación en cada zona estudiada. El ende- mismo varía mucho entre los sitios: de muy bajo nivel de 9o/o del bosque árido hasta 480/0 de la sabana del pino arriba en la sierra.

The flora of Hispaniola is the least known of any in the Antilles. It pro- vides both an excellent example of the rapidly disappearing tropical forest and an opportunity to examine altitudinal zonation of vegetation. For these reasons, a floristic study in the Dominican Republic was undertaken. A study area in the Province of Pedernales on the southern slope of the Sierra de Baoruco was chosen for several reasons. Reports of the area’s high en- demism and unusual edaphic conditions suggested an interesting flora. Also, the region has been historically one of the least accessible and least populated regions of the Dominican Republic, and Alcoa Aluminum, which leased (until 1984) the land upon which the study sites were located, prohibited settlement on the property, so relatively low levels of disturbance were anticipated and found. Not the least important was the ease with which a

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transect of the mountains could be observed due to their relative steepness, and thus short distances involved, and the excellent sea level to 1400 m paved road built by Alcoa. Ecological information was recorded in the study sites and gathered from the literature, and the species present in the various elevational zones (as represented by the study plots) were enumerat- ed. These species lists were used to provide quantitative estimates of en- demism and elevational distribution within the study area.

A brief summary of the botanical exploration of Hispaniola may be found in Moscoso (1943) and Jiménez (1985).

General Description of Study Area and Collection Methods

The study area was located in the southwestern portion of the Dominican Republic, Prov. Pedernales, on the southern slope of the Sierra de Baoruco and the adjacent peninsular coastal plain. The mountains intercept the prevailing north-easterly trade winds and cause wide variation in precipita- tion. The entire southern peninsula is sparsely populated and is maintained as open range throughout. The study sites were located on land leased by Alcoa Aluminum. Alcoa had controlled the property since the 1940’s when it was inaccessible and nearly unpopulated. The company prohibited public access to the road leading from Cabo Rojo to their main mine operations at an elevation of about 1500 m, some 45 km to the north. Thus, except for the strip mines and presence of occasional grazing animals, the area was relatively undisturbed. However, fires are frequent in the pine forests. The undisturbed nature of the region’s vegetation and the easy access to a wide variety of habitats made the region ideal for a floristic study. Five sites were chosen to best represent the range of variation in vegetation types along the altitudinal gradient upon arrival in the area in early July of 1982 (Figures 1 and 2). At the first two sites central stations were established and the vegeta- tion sampled in all directions from these stations, covering an area slightly greater than one hectare. The same technique was followed for site 4, except that a larger area was covered (ca. 5 hectares) due to its greater diversity. For sites 3 and 5 the vegetation was sampled in the forest adjacent to the road and footpath, respectively, for ca. 2 km. Three to six days of intensive collecting were spent on each site. Preliminary identifications were made at the University of Florida using published floras and checklists (see introduc- tion to checklist) and confirmed by comparison with specimens at the New York Botanical Garden. Several identifications were provided by Dr. Thomas A. Zanoni, based on material at the herbarium of the Jardin Botanico Nacio- nal, Santo Domingo. Voucher specimens are located at the herbarium of

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DOMINICAN REPUBLIC

rince

ISLAND OF HISPANIOLA

Fig. 1. The island of Hispaniola. Shaded area of inset contains the study sites and is enlarged in Figure 2.

the University of Florida, Gainesville, FL (FLAS) and the herbarium of the Jardin Botdnico Nacional, Santo Domingo (JBSD).

Description of Vegetation and Ecology of Study Sites

The study sites are described in order from low to high elevation. The Holdridge system of vegetation classification (Holdridge, 1964) was used because it has been applied successfully in the most recent ecological discus- sion of the Dominican Republic (Union Panamericana, 1967) and, since its units are determined empirically, it is believed to most objectively allow comparisons between different vegetation zones. Reference will also be made to Beard’s (1955) system, since it has been used most frequently in de- scribing Antillean vegetation. Other useful vegetation classifications are found - in Howard (1973) and Ciferri (1936). An annotated bibliography of the vegetation and flora of Hispaniola is available in Zanoni et al. (1985).

Site 1: Subtropical Thorn Woodland. The main study site, ¡.e., site la in Figure 2, was located at 60 m in elevation about 0.5 km east of the road to Las Mercedes and about 7 km from Pedernales. Additional collections were also made adjacent to the Alcoa Exploration Company residential buildings

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at Cabo Rojo, near the coast, 1.e., site 1b in Figure 2. In the first area man- grove vegetation (which was not sampled) extends some distance inland, so a site was chosen about 2 km from the coast, while, in the second, a limestone cliff with cacti and thornwoodland vegetation rises directly above the shoreline.

Mean temperatures in Azua (also on the south coast near sea level), area 28.5°C in August and 25.0°C in January (Union Panamericana, 1967). Biotemperature, as used in the Holdridge scheme, disregards all temperatures above 30°C. Thus, the biotemperature at site 1 would be somewhat lower than the figures given above, and the region falls into the subtropical zone just above the tropical/subtropical division in Holdridge’s diagram of life zones (Holdridge, 1964).

Rainfall in the area of site 1 has been estimated to be below 750 mm (Union Panamericana, 1967) and below 500 mm (Ciferri, 1936). As is true in most areas of the subtropics, the rainfall is highly seasonal. There are two rain maxima, in May-June and again in September-October. The interim two summer months are not very dry, but the period from December to March is exceedingly so. It is likely that in no month does rainfall exceed potential evapotranspiration

The topography of the peninsular lowlands is distinctive. A series of broad, flat plains, which continue unbroken for many miles, is punctuat- ed by a series of rocky steps Sites la and 1b are located on the plains rather than on the sparsely vegetated cliffs.

The soils, if a soil cover exists, are primarily skeletal lithic torriothents (Comprehensive Resource Inventory and Evaluation Systems (CRIES), 1977). Depth to the bedrock, which is hard coral limestone, is mostly less than 50 cm The soils are extremely stony, have a clay texture, are excessively drained, and have very low available water capacity. They have a pH range of 7.7 to 8.9 and an average of 8.4 (Santiago, 1982). At alkaline conditions such as these, the solubility of nearly all micronutrients is reduced, and phosphate, which averages 20 p.p.m. (Santiago, 1982), is unavailable (Donahue et al., 1977). Very little organic matter is present, and there is essentially no surface litter. In many areas the coral limestone bedrock is exposed. This limestone has a rough irregular upper boundary with abundant solution holes and fractures, which has earned it the name dogtooth limestone elsewhere in the Caribbean (Howard & Briggs, 1953). Site la consists entirely of soil, but in the coastal site (1b), exposed dogtooth limestone predominates. Several taxa appear to be limited essentially to the exposed limestone areas, such as Capparis cynophallophora, Capraria biflora, Cordia ignea, Echites umbellata, Plumeria obtusa, Harrisia nashii, Leptochloopsis

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virgata, and Urechites lutea.

Sites la and 1b are not very diverse floristically and contain only 35 species of tracheophytes (of which ca. 18% are endemic to Hispaniola). Mem- bers of the Cactaceae, Fabaceae and Euphorbiaceae are common. At site la a single species, Acacia macracantha, makes up over 50% of the cover. Other common to very common trees are Capparis ferruginea, Guaiacum officinale, Haitiella ekmanii, Metopium brownei, Opuntia moniliformis, and Phyllosty- lon brasiliense; common shrubs include Croton origanifolius, C. discolor, and Lippia alba. The succulents, Agave brevipetala, Cephalocereus polygonus, Harrisia nashii, Melocactus communis, Opuntia caribeae, and Opuntia dillenii, are also conspicuous. In the coastal site no one species dominates, but Metopium brownei, Plumiera obtusa, and Capparis cynophallophora, as well as many of the species from the main site are common. The small trees and shrubs are widely spaced, without forming a closed canopy, and mostly limited to three to five meters in height. The most diagnostic feature of this community, and the main basis for separating sites 1 and 2, is the abundance of cacti. Six species were identified in the study plots, and Mammalaria prolifera (Mill.) Haw. was seen nearby. Xeric adaptations such as small, thick leaves or dense pubescence are frequent; spinyness is also very obvious.

Holdrigde (1964) classified this vegetation as subtropical thorn woodland, but noted that this may be due to edaphic factors since the estimated quanity of rainfall would qualify this area for dry forest. Thus, in this case, the classification is based on observations of the vegetation itself and not on a known rainfall value. Rainfall may be slightly lower than in site 2 due to coastal effects, but no rainfall measurements have been made in the peninsula south of Pedernales. Observations of the authors suggest that desiccating daily afternoon winds, which are very strong near the coast, would compound the effective dryness caused by soil with poor water-holding ability and result in a habitat substantially dryer than rainfall alone would suggest. In Beard’s (1955) system of classification the vegetation falls between typical thorn woodland and cactus scrub formations in the seasonal formation series. In most general descriptions of this vegetation type, e. g., Howard (1973), it is known as thorn scrub. This title would also be applied to site 2, and thus may not be sufficiently discriminating. Although the 25% coefficient of community similarity between sites 1 and 2 is significantly higher than that of any other two sites, it is small enough that they probably should be considered distinct floristically. However, the same species of Acacia is dominant in both, and they are quite similar ecologically.

Site 2: Subtropical Dry Forest. The second study site also contains two subsites as indicated in Figure 2. The main site, upon which specimens of

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164

1 45 Fig. 2. Location and elevation of the study sites.

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nearly all species present were collected, was located at 245 m elevation on the road to Las Mercedes, about 1 km south of the village (2a in Figure 2). Collections were also made of those species unique to a second site (2b in Figure 2) at 215 m elevation along the main road linking Barahona and Pedernales, about 25 km east of the latter (vicinity of Loma El Guano).

Temperature at this elevation is not significantly different from that of the first site. However, rainfall is greater, primarily due to the distance from the coast, and has been estimated to be between 750 and 1000 mm per year (Union Panamericana, 1967). Its annual distribution is undoubtedly very similar to that of site 1. Two other factors in addition to the higher annual rainfall combine to produce an effectively wetter habitat. The first is the vegetation itself; especially in the main site, the canopy is essentially closed and provides a substantial degree of shade. Several herbaceous species appear to be limited to these shaded areas. The second factor is wind velocity; the extremely high afternoon winds were not observed here, especially under the canopy.

The topography in site 2 consists of gently sloping terrain with occasional steep cliffs. As in site 1, the main site (2a) was on soil, whereas the subsite (2b) consists of bare, eroded dogtooth limestone. The soil appears very similar to that of site 1, and the available soil maps (CRIES, 1977; Union Panamericana, 1967) do not differentiate the soils of sites 1 and 2.

Floristically site 2 is slightly more diverse than site 1 (45 vs. 35 species; ca. 9% of these endemic to Hispaniola) and contains a greater diversity of life forms. Malvaceae, Euphorbiaceae, and Fabaceae are the most abundant families both in number of species and number of individuals. In disturbed areas, the leguminous species Acacia macracantha, Prosopis juliflora, and Cassia atomaria from a fairly open canopy three or four meters in height. In presumably less disturbed areas two other trees, Capparis fe- rruginea and Zizyphus rignoni, are also common, and the canopy is gene- rally taller and less even. The tallest species in the study plots, Zizyphus rignoni, reaches ca. ten meters and occasional emergent individuals of Bursera simaruba were seen outside the study plots. Other common tress include Cameraria angustifolia, Cordia buchii and Plumeria obtusa, the first two essentially limited to imestone outcrops. Common shrubs include: A butilon abutiloides, Comocladia dodonaea, Croton ciliato-glanduliferus, Cryptorhiza hatiensis, Guaiacum sanctum, Hybanthus havanensis, Lantana camara, and Turnera diffusa. Vines are common, as is the herb, Callisia repens. Plants with spines are nearly absent from the less disturbed areas of the main site.

This area would be classified as subtropical dry forest in the Holdrigde scheme (1964). The vegetation is slightly less developed than that typical

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of this life zone due to the poor soils and history of disturbance, and approaches thorn woodland vegetation in the most disturbed areas and in localities with exposed limestone substrate. The vegetation in the less disturbed main site would probably be classified in Beard’s (1955) system as deciduous seasonal forest or dry evergeen woodland.

The thorn woodland of sites 1 and 2 is the most common lowland forma- tion in the Antilles (Howard, 1973). Despite being so widespread, ecological questions remain concerning its status as a natural climax community (see Johannessen, 1963; Asprey & Robbins, 1953; Seifriz, 1943; Howard & Briggs, 1953). The percentage of endemics in these sites is not high, and most of these endemic species appear to be limited to the dogtooth limestone outcrops. The flora on the dogtooth limestone of sites 1b and 2b is likely a stable climax community, but the Acacia dominated main study sites probably represent a secondary reduction from more diverse dry forest similar to the denser forested areas of site 2.

Site 3: Subtropical Moist Forest. At the third site collections were made in the forest adjacent to the Alcoa road from 620 to 900 m in elevation. Collecting was concentrated in the middle of this range, which was from 700 to 800 m at kilometer 22 and 23 on the Alcoa road.

Assuming a lapse rate of 6°C per km, mean temperatures at 750 m eleva- tion are about 24°C in August and 21.5°C in January. Annual precipitation averages 1100 to 1250 mm per year (Union Panamericana, 1967). It is likely that for six to seven months precipitation exceeds evapotranspiration, and the area is effectively wet.

It is in this region of the mountains that elevation changes most abruptly; the topography is steep and rocky throughout. Average slopes range from 15 to 30% and higher (CRIES, 1977). Exposed Eocene limestone bedrock outcrops are more abundant than soil covered areas, and the limestone is eroded into numerous deep pits, many of which are filled with leaf litter. The soils are typic and paralithic Ustropepts. These soils are somewhat excessively drained, rocky, and have a clay loam texture nearly uniform with depth (CRIES, 1977). They have an average pH of 7.4 and an average organic matter content of 3.5%.

The study site supports a well-developed diverse forest of 72 species. No single canopy tree is dominant although Prunus myrtifolia and Ficus citrifolia are locally very abundant. Other common tress include: Catalpa longissima, Cecropia peltata, Cupania americana, Guarea guidonia, Gyrotaenia myriocarpa, and Wallenia apiculata. Common shrubs or small trees are Hamelia patens, Heterotrichum angustifolium, Piper aduncum, P. amalago, Psychotria nervosa, P. pubescens, Rytidophyllum leucomallon, and

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R. auriculatum. The canopy is typically about 20 m high with much varia- tion due to steep slopes and emergents. Woody species predominate and vines are common. Only three epiphytic species were seen, and all are rare. Although no one family is dominant, the following have three to five species in the flora at this site: Bignoniaceae, Rubiaceae, Polypodiaceae, Fabaceae, Urticaceae, Orchidaceae, Poaceae, and Piperaceae. Endemism is not particularly high (ca. 15% ) and several introduced species are common, espcially Senna spectabilis, which dominates the forest margin. Spiny and/or succulent species are rare, and leaves tend to be larger than in the previous two sites.

The area is classified as subtropical/premontane moist forest by holdridge (Union Panamericana, 1967). In Beard’s (1955) system it would probably be considered semi-evergreen seasonal forest.

Site 4: Subtropical Lower Montane Moist to Wet Forest (Pine Savanna). The fourth study site was located in the pine savanna at 1400 to 1500 m elevation, about 3 km west of the end of Alcoa’s paved road (north of Aceitillar).

Temperature here is much lower than at the previous sites. Mean January temperatures of 4.4° to 8.3°C with occasional frosts have been recorded at 1675 m in Haiti (Pedersen, 1953). In winter, extratropical circulation sys- tems often reach into the Caribbean (Lauer, 1973), and lend an unpredicta- bility to winter weather in the mountains. Mean annual temperature is pro- bably about 15°C, which places the area in the lower montane zone of Holdridge’s scheme (1964).

Rainfall averages about 1700 mm per year (Union Panamericana, 1967). This is nearly twice as great as the annual potential evapotranspiration. In addition, afternoon clouds descend to ground level much of the year, some of which condense on the vegetation and ground, thus increasing total moisture. However, due to exposure the pine savanna lacks the moister subcanopy microhabitat of broadleaved forests.

The red soil of the pine savanna is extremely high in aluminum and iron oxides (Goldrich and Berquist, 1947). The soils have been classified as paralithic and typic Eutropepts, are well drained, have very low available water capacity, and a clay loam texture nearly uniform with depth (CRIES, 1977). They have an average pH of 6.7 and an average of 4% organic matter. Although soil fills the valleys and flat areas to considerable depths, ridges and slopes have exposed limestone. These are often covered with pine litter, but bare rock is common. The terrain on which the pine savanna occurs is mostly gently rolling hills with occasional steeper slopes and ravines.

As the name implies, the zone is an open windswept community dominat-

168 Moscosoa 5, 1989

ed by a single tree species, Pinus occidentalis, with a continuous grass, herb, and shrub layer beneath. Eighty two species were collected on the study site. The pines are widely spaced (ave. ca. 10 m between trees), allowing much light to reach the ground layer, and are mostly less than 40 cm in diameter and 15 min height. Regeneration seems to be common, even on unreclaimed mine sites. The only other common tree in the open savanna is the palm Coccothrinax scoparia, but several small trees, including Weinmannia pinna- ta, Clusia clusioides, and Garrya fadyenii occur in ravines. Agave antillana is common, especially in rocky areas. Herbs are abundant (ca. 80% of species); the grasses Andropogon glomeratus, A. urbanianus, Schizachyrium gracile, Triodia eragrostoides, Tripsacum dactyloides, and Panicum aciculare and a sedge, Bulbostylis subaphylla dominate the landscape, although patches of Pteridium aquilinum and many other herbs are also common (especially Borreria verticillata, Chamaesyce thymifolia, Gnaphalium eggersii, Hieracium gronovii, and Polygala crucianelloides) Among the shrubs two types appear more or less equally abundant, those upright to a height of ca. 0.5—1.5 m, e.g., Cestrum brevifolium, Chamaescrista glandulosa var. picardae, Coreopsis buchii, Eupatorium illitum, Hypericum hypericoides, Lyonia truncata, L. microcarpa, Myrica picardae, Senecio picardae, and Sophora albopetiolulata, and decumbent or very diminutive shrubs usually less than ca. 0.3 m in height, e. g., Bumelia repens, Ilex tuerckheimii, Forestiera selleana, Gesneria pulverulenta, Lippia domingensis, Vernonia fruticosa, and Rondeletia sp. The orchids, two of which are very common (Tetramicra ekmanii and Spiranthes torta), are all terrestrial. Members of the Asteraceae and Poaceae are especially diverse in this community. About 48% of the species collected on the study site are endemic to Hispaniola; this is nearly three times as great as that of the preceeding three sites and slightly greater than that of the fifth site. This high endemism may be explained by the fact that the high eleva- tion forests of Hispaniola are basically a series of biological islands, and thus promote isolation and speciation. Edaphic factors also may contribute to the region’s high endemism since the soil is highly lateritic and high in aluminum and iron.

The study site is classified as lower montane moist forest in Holdridge’s (1964) system. At higher elevations (above 2000 m) similar pine savanna occurs in the montane wet forest life zone. According to Beard (1955), montane pine forest should be considered a fire-climax derived from montane hardwood forest. He believed that the high elevation pinelands of Hispaniola are not true savannas because the grasses are not dominant ecolo- gically, but that true pine savanna does occur at lower elevations. This distinction is probably not meaningful since grasses are certainly abundant

Moscosoa 5, 1989 169

and the pines are quite open at many high elevation localities. Howard (1973) considered the pinelands of Hispaniola as a variation of montane sclerophyll vegetation.

The problem is caused by the fact that savannas are not a true climatic climax since similar climates can and do support hardwood forests. Consi- derable controversy exists over the factors that control the presence of savannas, Koeppen (1931) stressed the importance of climatic factors, i.e., high but unevenly distributed rainfall along with an impermeable hardpan layer in the soil. Although the rainfall statistics fit the study area, a hardpan is not present and the soils are well drained with little water holding ability. Beard (1953) observed that most savannas in northern tropical America occur on mature, oligotrophic soils. Although it is true that the pine savanna soils are oligotrophic neither Beard’s nor Koeppen’s factors are sufficient, since Holdridge (1942) observed that if the pinelands were prevented from burning, hardwood forest would eventually succeed the pines. Further controversy exists over the role of humans, especially aboriginal peoples, in setting fires and thus inducing savannas. Denevan (1961) considered the upland pines of Nicaragua to be primarily human induced, however, as pointed out by Chardon (1941), the pinelands of Hispaniola are ancient geologically (as suggested by the present level of endemism) and occupy vast areas of high uninhabited mountains. Sarmiento and Monasterio (1975), in their review of the enviromnental conditions associated with savannas in tropical America, concluded that a holocenotic interpretation was required. First, savannas will not occur if rainfall is either too little, too great, or too evenly distributed. Second, although oligotrophic soils tend to support savannas, the presence of a savanna contributes to oligotrophy since litter is not incorporated into the soil, but insteed is consumed by fire. Third, fire is a critical factor in eliminating hardwoods and encouraging pine regenera- tion. They argue that many to most savannas are not human-induced ecosystems and that those that are may be recognized readily by the preva- lence of weedy, introduced species. If this is true, then the study site is a na- tural savanna since only ca, 2% of the species are non-native, and, as mention- ed above, the area supports a large number of endemics.

Site 5: Premontane Wet Forest. The last site, which is known locally as Las Abejas, is located about 10 km west of the end of Alcoa’s paved road at 1100 to 1200 m elevation. Unquestionably the most dramatic of the sites, it consists of a deep ravine, which descends abruptly from the pines. The area is occupied by an epiphyte-rich, diverse hardwood forest.

Mean temperatures of ca. 18°C in January and 21.5°C in July would be expected based on a 6°C lapse rate. In the humid, heavily shaded microhabi-

170 Moscosoa 5, 1989

tat under the dense canopy temperatures are moderated, and frost is not known to occur. Union Panamericana’s (1967) rainfall map shows that the area receives an amount (1700 mm) equivalent to site 4. In addition, sub- surface and surface flow contribute to the total rainfall. Since dense clouds descend into the ravine almost every afternoon, at least in summer, condensa- tion also makes a sizeable contribution to total moisture. In fact, the vegeta- tion exhibits abundant epiphytes and festooning bryophytes typical of cloud or mist forest.

Edaphic conditions vary greatly. Nearly vertical limestone cliffs occur on the sides of the ravine, whereas the floor of the ravine shows thick accumula- tions of organic matter over a base of red lateritic soil like that of the pinelands.

As is typical in wetter tropical forests, the vegetation is very diverse. In the relatively small area contained in the Las Abejas study site, 132 species of vascular plants were collected; ca. 31% of these are endemic to Hispaniola. Common trees and shrubs include: Alsophila woodwardioides, Ardisia angustata, Bernardia tenuifolia, Brunellia comocladiifolia, Cestrum coeloph- lebium, Cupania americana, Dendropanax arboreus, Gomedesia lindeniana, Guarea guidonia, Hamelia patens, Mecranium amygdalinum, Meriania invo- lucrata, Miconia ferruginea, M. laevigata, M. lanceolata, Myrcia splendens, Myrsine coriacea, Nectandra patens, Ossaea barahonensis, Piper arboreum, P. confusum, Prestoea montana, Psychotria berteroana, P. liogieri, P. pubescens, Rhamnus sphaerosperma, and Trema micranthum. Lianas are very abundant. Although ferns make up the greatest percentage of terrestrial herbaceous species (see checklist), several angiosperms are also abundant. These include Pilea leptogramma, Peperomia pellucida, Campelia zanonia, and Ichanthus axillaris. The most distinctive feature of this site is the abundance of epiphytes. These include orchids, ferns, bromeliads, species of Peperomia, and Rhipsalis baccifera (see checklist). In addition to tracheo- phytes, mosses and liverworts are both diverse and very abundant. The most diverse family is the Polypodiaceae, followed by Piperaceae, Orchidaceae, Solanaceae, Melastomataceae, Rubiaceae, Asteraceae, Urticaceae, and Myrtaceae.

The area likely falls within the premontane wet forest type, although the Las Abejas ravine, because of its small size, is not distinguished from the surrounding pine savanna on the Holdridge map (Union Panamericana, 1967). It may be further classified as a cloud forest type of atmospheric association due to frequent fog and mist. Beard (1943) characterized similar zones as montane lower montane rain forest, moist forest, or cloud forest. Howard (1973) considered such forests under the broad category of montane

Moscosoa 5, 1989 Y]

sclerophyll. Edaphic factors are probably very important in controlling distinctions between montane wet forest types (see Grubb and Tanner, 1976; Tanner, 1977). The ravine (unlike the surrounding uplands) is protect- ed from wind and fire, and has somewhat more moisture due to runoff; thus it is dominated by broadleaf trees instead of pines.

Results and Conclusions

A total of 325 species, 235 genera and 85 families (including 31 ferns, 2 conifers, and 292 angiosperms) was collected (or in a few cases, recorded) in the various study sites. Families with ten or more species included: Poly- podiaceae (29 spp.), Orchidaceae (19), Asteraceae (19), Rubiaceae (16), Piperaceae (15), Poaceae (14), Fabaceae (13), Urticaceae (11), Solanaceae (11), and Apocynaceae (10). Thirty five species were recorded from site 1, 45 from site 2, 72 from site 3, 82 from site 4, and 132 from site 5. Species diversity increases with elevation, 1. e., from site 1 to 5. Las Abejas (site 5) derives mucho of its diversity from epiphytic and terrestrial herbaceous species; the high diversity of the pine savanna is surprising, especially since it consists almost entirely of herbs and shrubs. As shown in Table 1 the sites are distinct floristically. Greatest similarity is seen between sites 1 and 2, followed by sites 3 and 5, and sites 2 and 3.

Changes in the relative abundance of plant families are also correlated with site. Cactaceae, Fabaceae, Euphorbiaceae, and Malvaceae dominate the first two sites, whereas Rubiaceae, Bignoniaceae, and Urticaceae are common in the mid-elevation moist forest. Asteraceae, Poaceae, Fabaceae, and Rubia- ceae are well represented in site 4, while Polypodiaceae, Orchidaceae, Solana- ceae, Rubiaceae, and Melastomataceae dominate site 5. Canopy height increases in the order of site 1, 2, 4, 3, 5. Succulents are abundant and herbaceous species hearly non-existent in site 1. Herbs are still rare in site 2, but site 3 contains plants with a diversity of habits. A diverse range of habits also characterizes site 5, and epiphytes are especially abundant. Small-leaved species predominate in sites 4, 1, and 2, while larger leaved plants characte- rize sites 3 and 5.

The zonation observed in the Sierra de Baoruco has as its first order cause the major gradients in soil characters, temperature, and rainfall. The soils are somewhat unfavorable to plant growth in all zones, but especially in sites 1, 2, and 4. Soil pH changes fairly regularly with elevation, decreasing from ca. 8 to 6.5 as elevation increases. In addition, fire in site 4 reduces soil organic matter, and the cool, humid atmosphere and dense vegetation of site 5 results in the accumulation of a peat-like soil in places. The complete

£32 Moscosoa 5, 1989

lack of soil in the subsistes of sites 1 and 2 is probably the major reason for the occurrence of several distinctive species in these plots. Temperature decreases regularly as elevation increases except at the highest elevations which are affected by extra-tropical frontal systems. The direct results of temperature may only be limiting factors in the pine savanna (sice 4), where frosts occur, thereby eliminating many tropical species from competition with the pines. Indirectly, however, temperature exerts an influence since potential evapotranspiration is a direct function of temperature.

The moisture gradient is more complex. Although rainfall increases regularly as elevation increases, complicating factors are soil water-holding ability (which is least in sites 1, 2, and 4), lateral flow (which augments rainfall in site 5), potential evapotranspiration differences, the frequent occurrence of fog and mist at higher elevations (as in site 5), and wind veloc- ity (which increases the evaporative power of the air, especially in site 1, but also in site 4). The nature of the vegetation also effects the moisture gradient in that a more humid microhabitat exists under the closed canopies of sites 3 and 5, and to a lesser degree of site 2. In addition, the history of disturbance in sites 1 and 2 has resulted in changes in their vegetation, the magnitude of which is unknown. Fire in site 4 results in a syndrome of vegetational adaptations and severly limits the spread of hardwood species into the pine savanna.

The physical and human induced changes mentioned above are correlated with vegetational changes. For convenience, these vegetational changes are often categorized as a series of zones. The zones actually consist of hundreds of different individual species’ ranges that are correlated only where a sharp discontinuity in the physical environment exists. For the study area, this is found only between the pine savanna and the moist hardwood forest of the Las Abejas ravine. Here the transition area is very narrow, whereas elsewhere broad overlaps between designated types are present. By selecting a series of five widely separated study sites (Figure 2), the inherent prob- lens in determining the boundaries of vegetational zones were avoided in this study.

One of the most useful aspects of the Holdridge (1974) system of vegeta- tion classification is that is actually uses the two most important aspects of the physical environment, rainfall and temperature, and thus avoids the problems caused by non-correlated species ranges. The system works especially well for sites 2 and 3. However, the pine savanna of site 4 includes three different life zones (lower montane moist forest, lower montane wet forest, and montane wet forest). Despite this fact it appears relatively homogeneous because the edaphic factors of fire and soil conditions probably are most

Moscosoa 5, 1989 173

TABLA 1. Floristic comparison of the five study sites (values = percent similarity ).

EEE EE eV—_ SS

site 1 site 2 site 3 site 4 Site 3 site 1 de site 2 2d) + site 3 1.9 5.4 © site 4 0 0.8 13 y site 5 0 0.6 6.2 1,9 E

important in determining vegetation at this site. For sites 1 and 5, either rainfall data are not adequate or other factors influence the vegetation to a degree, making classification difficult. Also disturbance (as in sites 1 and 2) commonly results in a vegetation type more typical of the adjacent drier life zone.

Acknowledgments

This paper is Florida Agricultural Experiment Station Journal Series No. 7549. The authors are grateful to the Alcoa Aluminum Co. for their accom- modation and assistance in the Dominican Republic. Special thanks go to Dr. Alan Meerow for his assistance to L. L. Fisher-Meerow during the field por- tion of this study. Thanks are also due to Drs. Dana G. Griffin, III, Michael R. Perfit, William L. Stern, Steven P. Darwin, and Charles A. Woods for their helpful comments, and to Drs. Alain H. Liogier, John Mickel, David B. Lellinger, Gerald J. Gastony, David W. Hall, Donovan S. Correll, Lawrence E. Skog, and Donald D. Dod for their assistance with certain identifications. The authors thank Dr. Thomas A. Zanoni for his identifications (and confir- mations) for many specimens and helpful suggestions concerning the man- uscript. Dr. David W. Hall and James D. Skean, Jr. also provided many useful suggestions on the manuscript. We thank also the staff of the herbarium of the University of Florida and the New York Botanical Garden

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Checklist

The following is a list of all vascular plant species collected by the authors in the study sites describ- ed in the preceeding chapter. The sequence, rank, and delimitation of taxa in the Filicepsida follows that used by Proctor (1977). For the Angiospermopsida, the classification scheme of Thorne (1983) was followed with some slight modifications (R.Thorne, pers. comm.). For each species the following information is given: name, site number(s), Fisher-Meerow collection numbers (unless stated as Judd), frequency, and habit. (Species are assumed to be terrestrial unless stated otherwise.) Voucher spec- imens have been deposited at the herbarium of the University of Florida, Gainesville (FLAS) and the herbarium of the Jardin Botanico Nacional, Santo Domingo (JBSD).

In addition to relevant monographs and revisions, the following references were consulted for identification and distribution: Barker & Dardeau (1930), Moscoso (1943), Jiménez (1966), Liogier (1978, 1981, 1982, 1983, 1985), Adams (1972), Leon (1946), Leon & Alain (1951), Alain (1953- 1957, 1963), Correll & Correll (1982), Britton & Millspaugh (1920), Britton & Wilson (1923-1926), Howard (1974-1979), Long & Lakela (1976), Urban (1898-1928), and Hitchcock & Chase (1936). Since relatively few families are covered in Liogier's flora of Hispaniola (1981, 1983, 1985) and Moscoso's flora (1943) lacks keys and descriptions, the identity of endemic and difficult species was determined by comparison with specimens at the New York Botanical Garden.

FILICOPSIDA

Schizaeaceae

Anemia adiantifolia (L.) Sw. Site 4: Judd 1492; occasional herb. Cyatheaceae

Alsophila woodwardioides (Kaulf.) Conant. Site 5: 912; common tree. Poly podiaceae

Anopteris hexagonia (L.) C. Chr. Site 5: 815; occasional herb. Asplenium auritum Sw. Site 5: 604; common epiphytic herb. Asplenium cristatum Lam. Site 5: 864; occasional herb.

Moscosoa 5, 1989

Asplenium myriophyllum (Sw.) Presl. Site 5: 846, 866a; common herb. Asplenium radicans L. Site 5: 915; occasional herb.

Asplenium serra Langed. & Fish. Site 5: 863; rare herb.

Asplenium trichomanes-dentatum L. Site 5: 8666; occasional herb. Dennstaedtia globulifera (Poir.) Hieron. Site 5: 914; occasional herb. Didymochlaena truncatula (Sw.) J. Smith. Site 5: 867; very common herb. Diplazium hians Kunze ex Klotzsch. Site 5: 844; common herb. Diplazium pectinatum (Fée)C. Chr. Site 5: 854; uncommon herb. Diplazium unilobum (Poir.) Hieron. Site 5: 842; very common herb. Elaphoglossum eggersii (Baker) C. Chr. Site 5: 605; occasional epiphytic herb. Lastreopsis effusa (Sw.) Tindale var. effusa. Site 5: 865; rare herb.

Nephrolepis multiflora (Roxb.) Jarrett ex Morton. Site 3: 770; occasional herb.

Odontosoria aculeata (L.) J. Smith. Site 5: 904; common vine. Polypodium consimile Mett. Site 5: 843; occasional herb. Polypodium crassifolium L. Site 5: 848; common, primarily epiphytic herb. Polypodium dispersum A.M. Evans. Site 3: 738; common herb. Polypodium heterophyllum L. Site 3: 723; common vine. Polypodium loriceum L. Site 5: 600, 603; common epiphytic herb. Polypodium phyllitidis L. Site 3: 752; common herb.

Polypodium vulpinum Lindman. Site 5: 602; occasional herb. Pteridium aquilinum (L.) Kuhn. Site 4: 652; very common herb. Pteris longifolia L. Site 3: 771; occasional herb.

Tectaria incisa Cav. Site 5: 847; rare herb.

Thelypteris imitata C. Chr. Site 4: 708, 661; occasional herb. Thepypteris patens (Sw.) Small. Site 5: 905; common herb. Vittaria graminifolia Kaulf. Site 5: 839; rare epiphytic herb.

CONIFEROPSIDA

Pinaceae

Pinus occidentalis Sw. Site 4: 687; very abundant tree.

Pdocarpaceae

Podocarpus aristulatus Parl. Site 5: reported by T. Zanoni; occasional tree.

ANGIOSPERMOPSIDA

DICOTY LEDONE AE (ANNONIE AE)

ANNONIFLORAE

Lauraceae

Licaria triandra (Sw ) Kostermans. Site 3: 616; occasional tree.

Nectandra patens (Sw.) Nees. Site 5: 615; occasional tree. Det. T. Zanoni. Piperaceae

Peperomia cf. alata Ruiz & Pav. Site 5: 837, 853; common epiphytic herb. Peperomia glabella (Sw.) A. Dietr. Site 5: 879, 939; common herb. Peperomia maculosa (L.) Hook. Site 5: 860; rare herb.

Peperomia magnoliifolia (Jacq.) A. Dietr. Site 5: 878; common herb on limestone cliffs. Peperomia obtusifolia (L.) A. Dietr. Site 3: 780; common herb on limestone cliffs

Peperomia pellucida (L.) Kunth. Site 5: 852; very eommon herb. Peperomia penicillata DC. Site 5: 857; occasional epiphytic herb.

Peperomia quadrifolia (L.) Kunth. Site 5: 838, 937; common epiphytic or terrestrial herb.

Peperomia rhom bea Ruiz & Pav. Site 5: 856; occasional epiphytic herb.

177

Piper aduncum L. Site 3: 765; very common, in openings and along roadside; site 5: 8/6; common

roadside shrub. Piper amalago L. Site 3: 734; common shrub. Piper arboreum Aubl. Site 5: 870; common tree. Piper confusum DC. Site 5: 612, 820; common shrub to small tree. Piper jacquemontianum (Kunth) DC. Site 5: 855; occasional small tree.

Lepianthes umbellatum (L.) Raf. Site 5: 800; common shrub, along roadside and in openings.

Menispermaceae

Cissampelos pareira L. Site 2: 532; occasional; site 3: 730, 758; common; site 5: 80]; common vine.

178 Moscosoa 5, 1989

Ranunculaceae

Clematis baralonensis Urb. Site 4: 897; occasional vine in ravine.

Papaveraceae

Bocconia frutescens L. Site 4: 685; occasional; site 5: 797: common shrub, especially in disturbed openings.

THEIFLORAE

Theaceae

Ternstroemia sp. Site 5: reported by T. Zanoni; shrub.

Aquifoliaceae

Ilex tuerckheimii Loes. Site 4: 601, 640; common shrub.

Marcgraviace ae

Marcgravia oligandra C.. Wr. ex Griseb. Site 5: 840; occasional vine.

Marcgravia rectiflora Triana & Planch. Site 3: 759; common vine.

Clusiaceae

Clusia clusioides (Griseb.) D'Arcy. Site 4: 900; occasional, in ravine: site 5: 871; rare to occasional small tree.

Clusia rosa Jacq. Site 3: 745; occasional shrub.

Hypericum hypericoides (L.) Crantz. Site 4: 633; common shrub.

Rheedia sp. Site 5: reported by T. Zanoni; shrub.

Ericaceae

Lyonia microcarpa Urb. & Ekm. Site 4: Judd 3012; occasional shrub.

Lyonia truncata Urb. var. truncata. Site 4: 650; occasional shrub.

Sapotaceae

Bumelia repens (Urb. & Ekm.) Strearn. Site 4: 649, 694: occasional shrub.

Chrysophyllum oliviforme L. Site 3: 755; occasional tree.

Myrsinaceae

Ardisia angustata Urb. Site 5: 599; common tree or shrub.

Myrsine coriacea (Sw.) R. Br. ex Roem. & Schult. Site 5: 902; common tree.

Wallenia apiculata Urb. Site 3: 728; common tree.

CHENOPODIFLORAE

Phytolaccaceae

Phy tolacca icosandra L. Site 5: 819; occasional herb, along trail. Rivina humilis L. Site 3: 715; occasional herb.

Amaranthaceae

Achyranthes aspera L. Site 2: 540; occasional herb.

Cactaceae Cephalocereus polygonus (Lam.) Britt. & Rose. Site 1: 579; common shrub.

Harrisia nashii Britt. Site 1: 793b; locally common shrub.

Hylocereus triangularis (L.) Britt. & Rose. Site 3: 749; occasional scrambling vine.

Melocactus communis Link & Otto. Site 1: 948; locally abundant shrub.

Opuntia caribaeae Britt. & Rose. Site 1: 576; abundant shrub. .

Opuntia dillenii (Ker-Gawl.) Haw. Site 1: 578; common shrub; site 2: not collected; rare, juveniles only.

Opun tia moniliformis (L.) Haw. Site 1: 577, 792; abundant shrub or small tree.

Rhipsalis baccifera (J. S. Mill.) Stearn. Site 5: 841; occasional epiphytic shrub.

GERANITFLORAE

Zygophyllaceae

Gualacum officinale L. Site 1: 557; common; site 2: 5/5; occasional small tree.

Guaiacum sanctum L. Site 1: 574a; occasional; site 2: 519; abundant shrub.

Malphigiaceae Stigmaphyllon angulosum (L.) A. Juss. Site 3: 725, 768; site 5: 814; occasional vine. Stigmaphyllon emarginatum (Cav.) Adr. Juss. Site 2: 574b; occasional; site 4: 888; rare vine. Polygalaceae

Polygala crucianelloides DC. Site 4: 635; common herb.

Securidaca virgata Sw. Site 3: 731, 762; occasional to common vine.

Moscosoa 5, 1989 179

CELASTRIFLORAE

Celastraceae

Maytenus reynosioides Urb. & Ekm. Site 1: 556; occasional small tree. Schaefferia frutescens Jacq. Site 2: 516; occasional tree.

SANTALIFLORAE

Loranthaceae

Dendropemon haitiense Urb. & Ekm. Site 2: 523; occasional epiphytic and parasitic shrub.

Viscaceae

Arceuthobium bicarinatum Urb. Site 4: 625; occasional epiphytic and parasitic subshrub.. Phoradendron mucronatum (DC.) Krug & Urb. Site 1: 570; common epiphytic and parasitic shrub. Phoradendron trinervum (Lam.) Griseb. Site 3: 739; occasional epiphytic and parasitic shrub. Balanophoraceae

Scybalium jamaicense (Sw.) Schott. & Endl. Site 5: 945; rare root-parasitic herb.

VIOLIFLORAE Flacourtiaceae Samyda dodecandra Jacq. Site 2: 547; occasional shrub. Det. T. Zanoni.

MALVIFLORAE

Sterculiaceae

Melochia tomentosa L. Site 1: 567; site 2: 546; occasional shrub.

Waltheria indica L. Site 4: 671, 892; uncommon herb or subshrub.

Malvaceae

A butilon abu tiloides (Jacq. ) Garcke. Site 2: 531; very common shrub, especially disturbed areas. A butilon hirtum (Lam.) Sweet. Site 2: 535; occasional herb.

Bastardia bivalvis (Cav.) Kunth. Site 2: 534; occasional herb.

Hibiscus brasiliensis L. Site 2: 575; occasional shrub.

Sida acuta Burm. Site 2: 536; abundant herb in open areas.

Violaceae

Hy ban thus havanensis Jacq. Site 2: 521; common; site 3: 753; occasional shrub. Passifloraceae

Passiflora orbiculata Cav. Site 5: 875; occasional vine.

Passiflora rubra L.Site 3: 757; occasional; site 5: 809, 834, 883; common vine. Turneraceae

Turnera diffusa Willd. Site 2: 545; common shrub.

Cucurbitaceae

Cayaponia americana (Lam.) Cogn. Site 5: 798, 806, 941; common vine.

Psiguria pedata (L.) Howard. Site 3: 620; site 5: 935; occasional vine.

Begnoniaceae

Begonia domingensis DC. Site 5: 614; occasional herb.

Capparaceae

Capparis cynophallophora L. Site 1: 710; site 2: 522, occasional shrub or small tree. Capparis ferruginea L. Site 1: 560, 571; common; site 2: 513; very common shrub or small tree. Brassicaceae

Cardamine africana L. Site 5: 921; occasional herb.

Ulmaceae

Phyllostylon brasiliense Capanema. Site 1: 573; common shrub.

Trema micranthum (L.) Blume. Site 5: 827; common tree.

Urticaceae (incl. Moraceae, Cecropiaceae )

Cecropia peltata L. Site 3: 748; very abundant; site 5: 832; occasional tree, open areas. Ficus citrifolia P. Mill. Site 3: 763; common tree.

Ficus perforata L. Site 3: 781; occasional tree on limestone cliff.

Ficus trigonata L. Site 3: 727; occasional tree.

Gyrotaenia myriocarpa Griseb. Site 3: 764, 733; occasional small tree.

Phenax microcarpus Urb. Site 5: 877, 906; common subshrub.

Pilea inequalis (Juss. ex Poir.) Wedd. Site 5: 919; common herb.

180 Moscosoa 5, 1989

Pilea lanceolata (Lam.) Wedd. Site 4: 696; in ravine; site 5: 910; occasional herb Pilea leptogramma Urb. Site 5: 611, 920; very common herb,

Pilea microphylla (L.) Liebm. Site 4: 693; occasional to common herb.

Urera baccifera (L.) Wedd. Site 3: 784; occasional shrub.

Rhamnaceae

Colu brina arborescens (Mill.) Sarg. Site 5: 924; common tree.

Rhamnus sphaerosperma Sw. Site 5: 903; common shrub or small tree. Zizyphus rignoni Delp. Site 2: 520; common tree.

Euphorbiaceae

Acalypha chamaedrifclia (Lam.) Mull. Arg. Site 4: 697; occasional herb.

Bernardia tenuifolia Urb. Site 5: 934; common small tree.

Chamaesyce thymifolia (L.) Millsp. Site 4: 636, 638; common herb.

Croton discolor Willd. Site 1: 561a; site 2: 526; common shrub. Det. T. Zanoni (56 /a) Croton ciliato-glanduliferus Ort. Site 2: 517; very common shrub. Det. T. Zanoni. Croton organifolius Lam. Site 1: 561b; very common shrub.

Dalechampia scandens L. Site 3: 767; occasional vine.

Drypetes lateriflora (Sw.) Krug & Urb. Site 3: 719; occasional shrub to small tree. Jatropha gossypifolia L. Site 1: 559; rare; site 2: 533; occasional shrub.

Phyllanthus caroliniensis subsp. saxicola (Small) Webster. Site 4: 637; occasional herb

RU TIFLORAE

Rutaceae

Citrus aurantifolia (Christm.) Swingle. Site 3: 714; occasional tree along roadside.

Citrus aurantium L. Site 5: 922; rare tree, near path.

Zanthoxylum martinicense (Lam.) DC. Site 3: 756; occasional to common tree.

Simaroubaceae

Picramnia pentandra Sw. Site 3: 621, 732, 736; occasional shrub to small tree.

Meliaceae

Guarea guidonia L. Site 3: 623; site 5: 862, 929; common tree.

Trichilia pallida Sw. Site 3: 619, 718; occasional shrub to small tree.

Burseraceae

Bursera simaruba (L.) Sarg. Site 2: not collected; rare shrub, emergent trees observed outside study site.

Anacardiaceae

Comocladia cuneata Britt. Site 3: 743; occasional tree.

Comocladia dodonaea (L.) Urb. Site 2: not collected; occasional shrub.

Metopium brownii (Jacq.) Urb. Site 1: not collected; common shrub to tree.

Sapindaceae

Allophylus rigidus Sw. Site 5: 826; occasional shrub.

Cupania americana L. Site 3: 760; common; site 5: 859; occasional tree.

Dodonaea angustifolia L. f. Site 4: 680; uncommon shrub.

Serjania sp. Site 2: 525; occasional vine.

Sabiaceae

Meliosma cf. herbertii Rolfe. Site 5: 872; occasional shrub or small tree.

Myricaceae

Myrica picardae Krug & Urb. Site 4: 704; common shrub.

Fabaceae

Acacia macracantha Humb. & Bonpl. ex Willd. Site 1: 563; abundant tree; site 2: 512; abundant tree; site 3: 742; occasional tree.

Acacia sklerox yla Tuss. Site 3: 724; occasional tree.

Ateleia gummifera (Bert.) D. Dietr. Site 4: 891; occasional shrub.

Cassia atomaria (L.) Irw. & Barn. Site 1: 569; occasional; site 2: 514, 554; very common shrub or small tree. Det. T. Zanoni.

Centrosema virginianum (L.) Benth. Site 4: 662; common vine.

Chamaescrista glandulosa var. picardae (Urb.) Irw. & Barn. Site 4: 630; common shrub. Det T Zanoni.

Cracca caribaea (Jacq.) Benth. Site 5: 858; uncommon vine.

Moscosoa 5, 1989 181

Desmodium ascendens (Sw.) DC. Site 4: 586; occasional herb.

Pithecellobium circinale (L.) Benth. Site 1: 562, 791; uncommon shrub.

Poitaea galegoides Vent. Site 4: 580; uncommon shrub.

Prosopsis juliflora (Willd.) DC. Site 1: 564; uncommon; site 2: 537; very common small tree.

Senna spectabilis (DC.) Irw. Barn. Site 2: 528; occasional shrub to small tree; site 3: 771; abundant tree, especially along road.

Sophora albo-petiolulata Leonard. Site 4: 632; occasional shrub.

ROSIFLORAE

Rosaceae

Prunus myrtifolia (L.) Urb. Site 3: 618, 735; abundant tree.

Cunoniaceae

Weinmannia pinnata L. Site 4: 658; common tree in ravines.

Brunelliaceae

Brunellia comocladiifolia subsp. domingensis Cuatr. Site 5: 911; common tree.

MYRTIFLORAE

Melastomataceae

Heterotrichum angustifolium DC. Site 3: 582; common shrub.

Mecranium amygdalinum (Desr.) C. Wr. Site 5: Judd 3018; common tree. Meriania involucrata (Desv.) Naud. Site 5: 609, 794, 916; common shrub. Miconia ferruginea (Desv.) DC. Site 5: 908; occasional shrub to tree. Miconia laevigata (L.) DC. Site 5: 917; occasional shrub to tree.

Miconia lanceolata (Desv.) DC. Site 5: 909; occasional tree.

Ossaea barahonensis Urb. & Ekm. Site 5: 610; 851; occasional shrub to tree. Myrtaceae

Calyptran thes nummularia Berg. Site 5: 869; occasional shrub to tree. Cryptorhiza haitiensis Urb. Site 2: Zanoni & Pimentel 26407 (FTG, JBSD); common shrub. Eugenia maleolens Pers. Site 3: 733; occasional shrub.

Eugenia picardae Krug & Urb. Site 5: 830; occasional shrub.

Gomidesia lindeniana Berg. Site 5: 887; occasional tree.

Myrcia splendens (Sw) DC. Site 5: 829, 928; common tree.

Onagraceae

Fuchsia triphyllum (L.) Site 5: 592, 944; common shrub.

GENTIANIFLORAE

Oleaceae

Forestiera selleana Urb. & Ekm. Site 4: 895; occasional shrub.

Rubiaceae

Borreria laevis (Lam.) Griseb. Site 2:.524, 530; occasional herb.

Borreria verticillata (L.) G.F.W. Meyer. Site 4: 585, 672; common herb.

Chiococca alba (L.) Hitche. Site 3: 779; occasional liana or scrambling shrub.

Diodia apiculata (Willd.) K. Schum. Site 4: 644, 692, 679; common herb. This taxon may be only varietally distinct from Diodia teres Walt.

Galium domingense litis. Site 4: 657, 699, 706; occasional vine, especially in ravines and on limestone outcrops.

Hamelia patens Jacq. Site 3: 712, 778; site 5: 818; very common shrub.

Mitracarpus brachystigma Urb. Site 4: 643; occasional herb.

Mitracarpus decumbens Urb. Site 4: 624, 664; occasional herb.

Psychotria berteroana DC. Site 5: 796; occasional shrub or small tree.

Psychotria liogieri Steyermark. Site 5: 606, 875, 933; common shrub.

Psychotria nervosa Sw. Site 3: 713; abundant shrub.

Psychotria pubescens Sw. Site 3: 622, 716; common shrub or small tree.

Psychotria uliginosa Sw. Site 5: 608, 913; occasional semiherbaceous scrambling shrub.

Relbunium hypocarpium (L.) Hemal. Site 5: 660, 698; occasional herb.

Rondeletia sp. 1. Site 3: 717, 722; occasional shrub or small tree.

Rondeletia sp. 2. Site 4: 899; occasional shrub near ravine.

182 Moscosoa 5, 1989

Apocynaceae (incl. Asclepiadaceae)

Angadenia berterii (DC.) Miers. Site 4: 890; occasional vine.

Asclepias nivea L. Site 4: 631; occasional; site 5: 828; rare herb. limited to trail margin. Cameraria angustifolia L. Site 2: 548; common tree on dogtooth limestone. Cynanchum aemulans (Schltr.) Jiménez. Site 4: 628, 710a; occasional vine. Cynanchum leptocladon (Dene.) Jiménez. Site 3: 740; site 5: 824; occasional vine. Echites umbellata Jacq. Site 1: 787; common; site 2: 543, 551; occasional vine. Forsteronia corymbosa (Jacq.) G.F.W. Meyer. Site 3: 617; occasional vine.

Mesechites angustifolia (Poir.) Miers. Site 3: 769; occasional vine.

Plumeria obtusa L. (s. lat.) Site 1: not collected; site 2: 552; common shrub to small tree. Urechites lutea (L.) Britton. Site 1: 785; occasional vine. Bignoniaceae

Bignoniaceae

Catalpa longissima (Jacq.) Dum.—Cours. Site 3: 581; common tree.

Distic tis lactiflora (Vahl) DC. Site 3: 777; occasional vine.

Doxantha unguis-cati (L.) Miers. Site 2: 518; site 3: 754; common vine.

Jacaranda poitaei Urb. Site 3: 775; occasional tree. This specimen appeared intermediate in vegetative characters between this species and J. ekmanii Alain.

Tecoma stans (L.) Kunth. Site 3: 737; site 4: 624; occasional shrub to tree.

Scrophulariaceae

Buchnera floridana Gandog. Site 4: 595; occasional herb.

Capraria biflora L. Site 1: 788; occasional shrub.

Gesneriaceae

Gesneria pulverulenta Alain. Site 4: 656; occasional shrub.

Ry tidophyllum leucomallon Hanst. Site 3: 750; common shrub.

Rytidophyllum auriculatum Hook. Site 3: 583; common shrub; site 4: 702; occasional shrub in ravine.

Trichantha domingensis (Urb.) Wiehler. Site 5: 613; occasional epiphytic herb. Species is placed in the genus Columnea by some botanists,

Verbenaceae

Citrarexylum caudatum L. Site 3: 776; occasional shrub.

Citharexylum schulzii Urb. & Ekm. Site 4: 596; occasional shrub.

Lantana camara L. (s. lat.) Site 2: 527; common shrub in disturbed areas.

Lippia alba (Mill.) N.E. Br. Site 1: 566; common shrub.

Lippia domingensis Moldenke. Site 4: 669, 707; occasional shrub. Det. T. Zanoni.

Petitia domingensis Jacq. Site 3: 761, 772, 782; occasional tree.

Verbena domingensis Urb. Site 4: 676, 677. rare herb.

Lamiaceae

Salvia selleana Urb. Site 4: 639; occasional shrub.

SOLANIFLORAE

Boraginaceae

Cordia alliodora (Ruiz & Pav.) Oken. Site 1: 568; site 2: 529; occasional shrub or small tree. Det. T. Zanoni.

Cordia buchii Urb. Site 2: 549; common small tree on dogtooth limestone.

Cordia ignea Urb. & Ekm. Site 1: 786; occasional small tree

Tournefortia glabra L. Site 5: 598, 907; occasional small tree.

Tournefortia minuta Bert. ex Spreng. Site 2: 542; occasional shrub.

Solanaceae

Cestrum brevifolium Urb. Site 4: 626, 682; occasional shrub.

Cestrum coelophlebium O. E. Schulz. Site 5: 938; occasional shrub to small tree. Det. T. Zanoni.

Cestrum picardae Alain. Site 5: 849; rare shrub.

Jaltomata antillana (Krug & Urb.) D’ Arcy. Site 5: 850; common herb, in clearings.

Lycianthes virgata (Lam.) Bitter. Site 5: 815; occasional shrub.

Physalis peruviana L. Site 5: 799; common herb, in clearings.

Solanum americanum Mill. Site-5: 813; common herb, in clearings.

Solanum antillarum O. E. Schulz. Site 5: 821; occasional shrub, in clearings and along trail.

Solanum pyrifolium Lam. Site 5: 804; common vine, in clearings.

Moscosoa 5, 1989 183

Solanum umbellatum Mill. Site 5: 802; common shrub.

cf. Solamum sp. Site 5: 923; occasional vine.

Convolvulaceae

Evolvulus arbuscula Poir. Site 2: 550; occasional herb.

Ipomoea furcyensis Urb. Site 3: 751; site 5: 659; occasional vine. Det. T. Zanoni.

Turbina rudolphii (R. S.) O’Donell. Site 3: 729; occasional vine. Det. T. Zanoni.

Polemoniaceae

Gilia incisa Benth. Site 4: 627; occasional herb in ravine.

Campanulaceae

Lobelia robusta Graham. Site 5: 593; common subshrub, especially in disturbed areas along road and trail.

CORNIFLORAE

Vitaceae

Cissus acida L. Site 1: 565, 789; common vine.

Cissus intermedia A. Rich. Site 2: 553; occasional vine on dogtooth limestone

Garryaceae

Garrya fadyenii Hook. Site 4: 655; occasional shrub; site 5: not collected; uncommon tree.

Araliaceae (incl. Apiaceae )

Dendropanax arboreus (L.) Decne. & Planch. Site 3: 746; occasional; site 5: 811, 825, 868, 873; abundant tree.

Valerianaceae

Valeriana scandens L. Site 5: 812; occasional vine.

ASTERIFLORAE

Asteraceae

Ambrosia peruviana Willd. Site 4: 670; common herb.

Bidens alba (L.) DC. Site 4: 705; common herb.

Conyza canadensis var. pusilla (Nutt.) Cronq. Site 4: 690; occasional herb. Coreopsis buchii Blake. Site 4: 641; common shrub.

Erigeron cuneifolius DC. Site 4: 6 74; rare herb.

Eupatorium cf. barahonense Urb. Site 5: 822; occasional shrub. Eupatorium illitum Urb. Site 4: 584, 651; occasional shrub. Eupatorium sinuatum var. viscegerum Urb. & Ekm. Site 4: 889, 894; occasional shrub. Eupatorium sophiaefolium L. Site 4: 654, 675; occasional herb. Gnaphalium eggersii Urb. Site 4: 663; common herb.

Hieracium gronovii L. Site 4: 634; common herb.

Liabum umbellatum (L.) Sch. Bip. Site 4: 898; occasional herb. Mikania cordifolia (L. f.) Willd. Site: 805; occasional vine.

Mikania micrantha HBK. Site 5: 807; occasional vine.

Neurolaena lobata (L.) Cass. Site 5: 817; occasional subshrub. Piqueria trinerva Cav. Site 4: 681; occasional herb.

Senecio picardae Krug & Urb. Site 4: 628; common shrub. Vernonia fruticosa (L.) Sw. Site 4: 666, 673, 683; occasional shrub. Asteraceae sp. 1. Site 5: 808; rare herb, disturbed roadside.

MONOCOTYLEDONEAE (LILIIDAE)

LILUFLORAE

Dioscoreaceae

Rajania cordata L. Site 4: 701; occasional vine in ravine.

Rajania ovata Sw. Site 5: 823; common vine.

Smilacaceae

Smilax havanensis Jacq. Site 4: 709; occasional vine in ravine.

Smilax populnea Kunth. Site 5: 861; uncommon vine; this may only be a spineless form of the variable S. havanensis.

Sirilax smallii Morong. Site 3: 726; occasional vine.

Alstreomeriaceae

Bomarea edulis (Tuss.) Herb. Site 5: 597, 833; occasional vine.

184 Moscosoa 5, 1989

Agavaceae

Agave antillana Descourt. Site 4: 896; common shrub, especially in rocky areas.

Agave brevipetala Trel. Site 1: 793a; common shrub, especially in rocky areas.

Orchidaceae

Beadlea sp. (sterile). Site 5: 943; occasional herb. Det. D. Dod.

Eltroplectris calcarata (Sw.) Garay & Sweet (plant sterile, possibly Pelexia adnata (Sw.) Spreng) Site 3: 774; occasional herb. Det. D. Dod.

Bletia patula Hook. Site 3: 901; common herb.

Encyclia vespa Vell. Site 5: 926; occasional epiphytic herb. Det. D. Dod.

Epidendrum cf. anceps Jacq. Site 5: 835; occasional epiphytic herb. Det. D. Dod.

Epidendrum cochleatum L. Site 5: reported by T. Zanoni; epiphy herb.

Isochilus linearis (Jacq.) R. Br. Site 5: 876; occasional epiphy tic herb.

Lycaste barringtoniae (Smith) Lindl. Site 5: 927; occasional epiphytic herb.

Oncidium variegatum Sw. Site 4: 588; rare herb on limestone outcrop. Det. D. Dod.

Oncidium velutinum Lindl. Site 3: 946; occasional epiphytic herb.

Pleurothállis gelida Lind). Site 5: 950; occasional epiphytic herb.

Pleurothallis cf. parvula Ames & Schweinf. Site 5: 884; occasional epiphytic herb. Det. D. Dod.

Pleurothallis oblongifolia Lindl. Site 5: 942; occasional epiphytic herb.

Polyrrhiza sallei (Richb. f.) Cogn. Site 3: 947; rare epiphytic herb.

Prescottia stachyodes Lindl. Site 5: 875b; occasional herb. Det. D. Dod.

Spiranthes torta (Thunb.) Garay & Sweet. Site 4: 590; common herb. Det. D. Dod.

Tetramicra bulbosa Mansf. Site 4: 587; rare herb.

Tetramicra ekmanii Mansf. Site 4: 591, 668; common herb. Det. D. Dod.

Trichopilia fragrans (Lindb.) Rehb. Site 5: 925; uncommon epiphytic herb.

ARIFLORAE Araceae Anthurium scandens (Aubl.) Engl. Site 5: 936; uncommon vine.

ARECIFLORAE

Arecaceae

Coccothrinax scoparia Becc. Site 4: 589; common small tree. Haitiella ekmanii (Burret) Bailey. Site 1: 949; abundant small tree. Prestoea montana (Grah.) Nichols. Site 5: 885; occasional tree.

COMMELINIFLORAE

Bromeliaceae

Pitcairnia elizabethae L. B. Smith. Site 4: 689; common herb, especially on rocky slopes.

Tillandsia recurvata (L.) L. Site 1: 558; site 2: 539; site 3: 747; uncommon epiphytic herb.

Tillandsia selleana Harms. Site 5: 594, 881; common epiphytic herb.

Tillandsia variabilis Schlecht. Site 5: 940; occasional epiphytic herb.

Cy peraceae

Bulbostylis subaphylla Clarke. Site 4: 647, 691; common herb.

Commelinaceae

Callisia repens (Jacq.) L. Site 2: 538; abundant herb.

Campelia zanonia (L.) Kunth. Site 5: 918; common herb.

Poaceae

Andropogon glomeratus var. pumilus Dewey. Site 4: 653, 678; common herb.

Andropogon urbanianus Hitchc. Site 4: Judd 1464; common herb.

Eragrostis pilosa (L.) Beauv. Site 1: 572; abundant; site 2: 541; occasional herb.

Ichnanthus axillaris (Nees) Hitchc. Chase. Site 5: 607, 930, 931, 932; common herb. Det. D. Hall.

Lasiacis divaricata (L.) Hitchc. Site 3: 721; occasional large herb, arching over shrubs.

Lasiacis sorghoidea var. patentiflora (Hitchc. & Chase) Davidse. Site 3: 744; common scrambling climbing herb. Since this specimen is nearly, but not completely, glabrous, it exhibits characteristics somewhat intermediate between variety patentiflora and variety sorghoidea. According to Davidse (1972) the two varieties are most distinct in Trinidad, becomming less so north and south of this region.

Moscosoa 5, 1989 185

Leptochloa monticola Chase. Site 4: Judd 1491; uncommon herb.

Panicum aciculare Desv. ex Poir. Site 4: 644, 645; occasional herb.

Rhynchely trum repens (Willd.)C. E. Hubbard. Site 3: 741; common herb, especially along road. Schizachyrium gracile (Spreng.) Nash. Site 4: 646; very common herb.

Se taria glauca (L.) Beauv. Site 4: 667; 893; occasional herb.

Triodia eragrostoides Vassey & Scribn. Site 5: 648; 695; occasional herb.

Tripsacum dactyloides (L.) L. Site 4: 686; occasional herb. Det. T. Zanoni.

Leptocholoopis virgata (Poir.) Yates. Site 1: 790; occasional herb near coast.

Moscosoa 5, 1989, pp. 186-188

MISCELLANEOUS NOTES ON ANTILLEAN MOSSES, 1. THELIA (ANOMODONTACEAE) AND ACAULON (POTTIACEAE) NEW TO THE WEST INDIES

William R. Buck

Buck, William R. (New York Botanical Garden, Bronx, NY 10458-5126, U.S.A.). Miscellaneous notes on Antillean mosses, 1. Thelia (Anomodontaceae) and Acaulon (Pottiaceae) new to the West Indies. Moscosoa 5: 186-188. 1989. The moss genera Thelia and Acaulon are reported as new to the West Indies based upon the collection of T. hirtella (Hedw.) Sull. and A. muticum (Hedw.) C. Mill. in the Dominican Republic in January 1987. The biogeographical significance of their presence in Hispaniola is discussed.

Los géneros de musgos Thelia y Acaulon se reportan como nuevos para las Antillas. Este informe está basado en colecciones de 7. hirtella (Hedw.) Sull. y A. muticum (Hedw.) C. Mill. hechas en la República Dominicana durante enero de 1987. La im- portancia biogeográphica de su presencia en la Española es tratada.

Although I had previously spent about three months collecting mosses in Hispaniola, as well as re-examining numerous specimens by other collectors, during my most recent visit to the island in January 1987, I collected two genera of mosses, both unrecorded for the West Indies. The two genera, Thelia and Acaulon, are both primarily temperate in distribution, and add to the continental affinities of the moss flora of Hispaniola (Steere, 1985).

Although the Sierra de Baoruco has a fairly distinctive flora, more like that of the Haitian Massif de la Selle than like that of other Dominican highlands (cf. Berry, 1983), due to poor roads I had never collected there, except in the southernmost Las Abejas. The area, except for pockets of hardwoods, did not appear particularly rich for bryophytes. The dry-mesic scrub forest of pines, acacias, junipers and other woody plants adapted to an edaphically dry area do not provide adequate substrates for a diverse bryoflora. However, in this habitat I found a moss forming dense carpets over rocks and soil. It proved to be Thelia hirtella (Hedw.) Sull. (Dominican Republic. Prov. Independencia: Sierra de Baoruco, ca. 9 km S of Puerto Escondido, 960 m, ca. 18°18°N, 71°31’W, pine-scrubland ecotone with Juniperus lucayana (?), 24 Jan 1987, W. R. Buck 14424 (JBSD, NY))..

Thelia is a genus of three species endemic to eastern North America. Thelia hirtella is the most widespread in the genus, ranging from Wisconsin and southern Ontario to Nova Scotia, south to Florida and Texas, and northeastern Mexico (Crum, 1966). Although its extension into Hispaniola would not have been predicted, it does add another genus to a bryoflora already rich in north temperate representatives.

Moscosoa 5, 1989 187

The other genus new to the West Indies, Acaulon, is also temperate in origin, but its habitat is very different and its explanation in the flora more interesting.

On a previous trip to the Dominican Republic I briefly collected in an area along the Rio Nizao at the base of Pico Alto de la Bandera, just east of Valle Nuevo. Even in that short period I collected both an endemic (Pleuridium holdridgei Crum & Steere) as well as major disjuncts of taxa rare even in their area of primary provenance (Bryoxiphium norvegicum (Brid.) Mitt. —north-central United States; and Brachymenium fabronioides (C. Mill.) Par.—central Andes). Therefore, I was anxious once again to collect in this little-disturbed area, and indeed I was rewarded. Fairly promptly I discovered the autumn ephemeral Acaulon muticum (Hedw.) C. Mull. var. muticum. (Dominican Republic. Prov. La Vega: Just E of Valle Nuevo on road up Pico Alto de la Bandera, along Rio Nizao, 7200 ft, ca. 18° 47’N, 70° 40’W, pine-tussock grass vegetation, on moist soil, 10 Jan 1987, W. R. Buck 14035 (NY)). What makes this find so interesting is twofold. First, it is the var. muticum, primarily a European taxon only known in eastern North America from two collections (Crum & Anderson, 1981), rather than the common American A. muticum var. rufescens (Jaeg.) Crum. This recent Hispaniolan collection represents, to my knowledge, the only primarily European taxon in the moss flora. Second, the dispersal of Acaulon is indeed problematic. Most moss distribution patterns can, if no other reasonable option is available, be explained by long-distance dispersal (van Zanten, 1976), since most mosses release thousands of wind-borne spores. However, in Acaulon the leaves are concave and enclose the immersed, inoperculate capsules. Spore release relies on an irregular rupturing of the capsule, usually associated with the death and decay of the plants. Therefore, spores are most likely only able to disperse very short distances unless moved by water. For this reason it would be convenient if one could postulate a land connec- tion between Hispaniola and North or Central America. During the Sym- posium on the Biogeography of the West Indies held at the Florida State Museum, University of Florida, on March 2—5, 1987, such speculations were used by some zoologists to explain current patterns of distribution of organisms. However, Perfit and Heezen (1978) have shown that although some of the Greater Antilles were indeed much closer to or even in contact with Central America, during the tectonic movements to their present loca- tions they were most likely submerged part of the time. Perfit re-emphasized this during the 1987 Biogeography Symposium but made it plain that Caribbean geology is among the most complicated that exist and no con- clusions are absolute. Therefore, the occurrence of Acaulon on Hispaniola

188 Moscosoa 5, 1989

remains a mystery. Until all the geological evidence is available, speculation based purely on the distribution of the biota is tentative.

Acknowledgments

I thank Dr. Thomas Zanoni for providing transportation and other support while I was collecting in the Dominican Republic, and my travelling com- panion, Dr. Richard Harris, for his assistance. 1 thank the National Science Foundation for their support of this work through grant BSR—8021729. Dra. Inés Sastre-De Jesús translated my abstract into Spanish, for which I thank her.

Literature Cited

Berry, P. E. 1983. The relationships of Fuchsia (Onagraceae) in Hispaniola. Moscosoa 2: 61-76.

Crum, H. 1966. A taxonomic account of the genus Thelia. Natl. Mus. Canada Bull. 2d6: 123127

& L. E. Anderson. 1981. Mosses of eastern North America. 2 vols. Columbia University Press, New York.

Perfit, M. R. & B. C. Heezen. 1978. The geology and evolution of the Cayman Trench. Geol. Soc. Amer. Bull. 89: 1155-1174.

Steere, W. C. 1985. On the continental affiliations of the moss flora of Hispaniola. Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 11: 155-173.

Van Zanten, B. O. 1976. Preliminary report on germination experiments designed to estimate the survival chances of moss spores during aerial trans-oceanic long-range dispersal in the Southern Hemisphere, with particular reference to New Zealand. J. Hattori Bot. Lab. 41: 133-140.

Moscosoa 5, 1989, pp. 189-193

MISCELANEOUS NOTES ON ANTILLEAN MOSSES, 2. RHAPHIDOSTICHUM (SEMATOPHYLLACEAE) IN THE NEW WORLD

William R. Buck

Buck, William R. (New York Botanical Garden, Bronx, NY 10458—5126, U.S.A). Miscellaneous notes on Antillean mosses, 2. Rhaphidostichum (Sematophyllaceae ) in the New World. Moscosoa 5: 189-193. 1989. Rhaphidostichum is reviewed for the New World and two species are recognized, R. schwaneckeanum (C. Mill.) Broth. and R. acestrostegium (Sull.) Buck, comb. nov. Both are described. Rhaphidostichum guia- nense Bartr. is synonymized with Sematophyllum galipense (C. Mill.) Mitt. and R. gunckelii Thér. is treated as Sematophyllum gunckelii (Thér.) Buck, comb. nov.

Rhaphidostichum es revisado parael Mundo Nuevo y dos especies estan reconocidas, R. schwaneckeanum (C. Mill.) Broth. y R. acestrostegium (Sull.) Buck, comb. nov. Los dos están descritos. Rhaphidostegium guianense Bartr. es un sinónimo de Sematophyllum galipense (C. Mill.) Mitt. y R. gunckelii Thér. es tratado como Sematophyllum gunckelii (Thér.) Buck, comb. nov.

Rhaphidostichum is primarily an Asian genus of Sematophyllaceae with only two species in the New World, both West Indian endemics. The genus is characterized by essentially oblong leaves with abruptly tapered, strap- shaped (loriform), serrate apices. The leaf cells are linear, smooth, and very incrassate. The alar cells are greatly enlarged, often in subauriculate areas, the outer ones mostly curved. The seta is often roughened above; the exothecial cells are collenchymatous; the exostome teeth have either a zig- zag center line or a narrow furrow.

In the strict sense Rhaphidostichum seems most closely related to Acropo- rium because of the subauriculate, curved alar cells and a tendency toward furrowed exostome teeth. However, Acroporium differs in gradually tapered, concave leaves and cuspidate branches. When the genus was described (Fleischer, 1923), the section Papillidiopsis was included in the genus to accommodate those species without a loriform leaf apex, mostly unipapillose leaf cells, and alar cells not curved. This section is being removed from the genus (Buck Tan, in prep.).

In the New World Rhaphidostichum has been little used, and then usually incorrectly so. Three species currently reside in the genus, R. guianense Bartr., R. gunckelii Thér. and R. schwaneckeanum (C. Mull.) Broth The first two of these belong in Sematophyllum and are treated at the end of this paper. Rhaphidostichum schwaneckeanum, a West Indian endemic, on the other hand, truly belongs in the genus and is very similar to some of the Asian/Oceania species. In addition, another Antillean species never previously placed in the genus belongs there. Rhaphidostichum and its two American

Moscosoa 5, 1989 190

species are described below. Rhaphidostichum is added to the short list of genera of primarily Asiatic provenance with outliers in the Antilles or the northern Andes (cf. Buck, 1987).

Rhaphidostichum Fleisch., Musci Fl. Buitenzorg 4: 1307. 1923.

Hypnum sect. Chaetomitrella C. Miull., Bot. Jahrb. 5:85. 1983 [see also

Forschungsreise Gazelle (Bot.) 4: 48. 1989].

Rather robust plants in dense, mostly glossy, usually golden mats. Stems creeing, freely but irregularly branched; branches erect or ascending, often + turgid; pseudoparaphyllia foliose. Leaves erect to erect-spreading, abruptly constricted from an ovate to oblong, concave base to a long, slender, serrate, often + parallel-sided, plane or twisted acumen; margins plane, serrate above, entire to serrulate below; costa short and double or absent; cells linear to linear-flexuose, smooth, very incrassate, often with the lumina narrower than the walls, porose; alar cells greatly enlarged, inflated, often in subauriculate areas, oblong, the outer ones often curved, often colored, at least at the base of the costa. Autoicous or dioicous. Perichaetial leaves erect, mostly lanceolate; margins serrate; cells thick-walled, porose, smooth. Setae elongate, reddish, often roughened above; capsules inclined to nodding, small, ovoid to short-cylindric, asymmetric, sometimes with a roughened neck; exothecial cells collenchymatous; annulus none; operculum obliquely long-rostrate; peristome double, exostome teeth on front surface with a zig-zag center line or a median furrow, cross-striolate below, coarsely papillose above, project- ing at back; endostome with a high basal membrane, segments keeled, perforate, cilia 1—2, well developed. Spores medium-sized to large, papillose. Calyptrae cucullate, smooth, naked.

Key to the American species of Rhaphidostichum

1. Plants slender, autoicous; alar cells + oval......... R. acestrostegium (1) 1. Plants + robust, dioicous; alar cells oblong ...... R. schwaneckeanum (2)

1. Rhaphidostichum acestrostegium (Sull.) Buck, comb. nov.

Hypnum acestrostegium Sull., Proc. Amer. Acad. Arts & Sci. 5:287. 1861; Sematophyllum acestrostegium (Sull.) Mitt., J. Linn. Soc., Bot. 12: 488. 1869; Rhaphidostegium acestrostegium (Sull). Jaeg., Ber. Tatigk. St. Gallischen Naturwiss. Ges. 1876—77: 402. 1878; Acroporium acestroste- gium (Sull.) Crum & Steere, Bryologist 59: 254. 1956.

Rhaphidostegium helleri Ren. & Card., Bull. Soc. Roy. Bot. Belgique 41(1): 95.1905.

Rhaphidostegium microtheca Ren. & Card., Bull. Soc. Roy. Bot. Belgique 41(1): 96. 1905.

Moscosoa 5, 1989 191

Smallish plants in thin, yellow- to reddish-green mats. Stems dark red, irregularly branched, the branches short, ascending. Stem and branch leaves somewhat differentiated, stem leaves entire to serrulate; branch leaves erect- spreading, 0.8—1.65 mm long, lanceolate to oblong-lanceolate, concave, abruptly long-acuminate, the apex often twisted; margins plane, serrate- serrulate in upper half; cells linear, flexuose, firm-walled, porose; alar cells 2—3 in each basal angle, oval or rarely + oblong, yellow to red-brown, enlarged, inflated. Autoicous; perichaetia on stems and bases of branches. Perichaetial leaves erect, ca. 1.5 mm long, oblong-lanceolate, abruptly acuminate; margins strongly serrate almost to base, more strongly so above; cells large, lax, thick-walled, colored in lower 1/3—1/4 of leaf; alar cells not differentiated. Setae ca. 1 cm long, smooth throughout, curved just below the urn; capsules inclined, short, 0.5—0.9 mm long; exostome teeth on front surface with a narrowly furrowed median line; endostome segments narrow, papillose, cilia single. Spores finely papillose, 11.5—17.5 ¡ym in diameter.

Range: Endemic to the West Indies; Cuba, Puerto Rico; mostly growing on rotten wood and tree trunks, rarely rocks. Previous reports from Hispan- iola (Buck & Steere, 1983) are based on misdeterminations.

The species is immediately distinguishable under the dissecting microscope by the slender plants with leaf apices which appear as long, golden hair points. With higher magnification the apex is sharply serrate/serrulate and usually twisted. The plants are much smaller than R. schwaneckeanum and autoicous. However, a relationship is unmistakable. The furrowed exostome led to the species’ placement in Acroporium, even though the leaves lack the characteristic channeled acumen of that genus.

2. RHAPHIDOSTICHUM SCHWANECKEANUM (C. Mull.) Broth., Nat. Pfl. ed. 2, 11: 435.51 925..

Hypnum schwaneckeanum C. Múll., Bot. Zeit. 16: 172. 1858;Sematophyllum schwaneckeanum (C. Mull.) Mitt., J. Linn. Soc., Bot. 12: 490. 1869; Rhaphidostegium schwaneckeanum (C. Mill.) Jaeg., Ber. Tatigk. St. Gallischen Naturwiss. Ges. 1876—77: 405. 1878; R. schwaneckei Kindb., Enum. Bryin. Exot. 33. 1888, nom. illeg.

Leskea congesta (Hedw.) Swartz var. flavicans Hampe, Linnaea 25: 362. 1853, nom. nud.

Medium sized to rather robust plants in yellow to golden, somewhat shiny, dense, small cushions. Stems creeping, red, freely but irregularly branched, the branches ascending, 1.0—1.5 cm long. Leaves erect, 1.75— 2.5(-3.0) mm long, abruptly tapered from an oblong to oblong-ovate, concave base to a long, flat or twisted acumen, sometimes over half the leaf

192 Moscosoa 5, 1989

length; margins plane, serrate above, serrulate almost to base; costa short and double; cells linear to linear-flexuose, slightly shorter in apex of acumen, incrassate and porose throughout; alar cells 3—5, subauriculate, enlarged, inflated, oblong-curved, hyaline, more than 10 times the size of the sub- quadrate ones above them, colored across the insertion. Dioicous. Perichaetial leaves erect, 1.5—2.1 mm long, lanceolate-triangular, + gradually acuminate, concave; margins plane, serrate almost to base; cells linear above, quadrate to hexagonal below, incrassate and porose throughout. Setae ca. 1.5 cm long, reddish, scabrous above; capsules inclined, ca. 1 mm long, ovoid- cylindric, with a prominent neck region; exostome teeth on fron surfase with a narrow furrow; endostome segments narrowly perforate, cilia mostly single, short. Spores papillose, 22—25 ym in diameter.

Range: Endemic to the West Indies; Cuba, Puerto Rico, Guadeloupe, Martinique, St. Vincent; mostly growing on old wood.

Rhaphidostichum schwaneckeanum is an easy species to recognize by its abruptly tapered, serrate leaf apices. It might be confused with R. acestros- tegium, but it is much larger and dioicous. The plants seem to mostly occur in small cushions, usually not more than 2 cm in diameter. Rhaphidostichum acestrostegium grows in much more extensive mats. Despite the size and growth-from differences, the leaf shape and toothing coupled with the large alar cells and furrowed exostome teeth argue strongly for a congeneric relationship.

Excluded species

RHAPHIDOSTICHUM GUIANENSE BARTR., Bull. Torrey Bot. Club 66: 228. 1939. = Sematophyllum galipense (C. Mull.) Mitt.

RHAPHIDOSTICHUM GUNCKELI Thér., Revista Chilena Hist. Nat. 34: 258. 1930. = Sematophyllum gunckelii (Thér.) Buck, comb. nov.

This species, based on Chilean material (Gunckel s.n., 12. IX. 1929, isotype NY!), seems mostly closely related to S. aberrans Broth.) Bartr., from the Juan Fernandez Islands. I have not seen any material, however, and am basing my speculation on the description provided by Robinson (1975).

Acknowledgments

The National Science Foundation is gratefully acknowledged for their support of this work through grant BSR—8021729.

Moscosoa 5, 1989 193 Literature Cited

Buck, W. R. 1987. Notes on Asian Hypnaceae and associated taxa. Mem. New York Bot. Gard. 45:519—527.

Buck, W. R. & B. C. Tan. in prep. Generic delimitation of the Sematophy- llaceae. 1. Old World taxa associated with Trichosteleum.

Fleischer, M. 1923. Hypnobryales. Die Musci der Flora von Buitenzorg 4: 1115—1566.

Robonson, H. 1975. The mosses of Juan Fernandez Islands. Smithsonian Contr. Bot. 27: i—iv, 1—88.

Moscosoa 5, 1989, pp. 194-201

REDISCOVERY OF EKMANIOCHARIS (MELASTOMATACEAE)

James D. Skean, Jr.

Skean, James D., Jr. (Department of Botany, University of Florida, Gainesville, Florida 32611-, U.S.A.). Rediscovery of Ekmaniocharis (Melastomataceae). Moscosoa 5: 194- 201. 1989. Ekmaniocharis crassinervis Urban, a rare species in a monotypic genus endemic to the Massif de la Hotte of Haiti, has been collected for the first time since the two collections of Erik Ekman in 1917 and 1926. A detailed description of the species and the localities of collection are presented.

Ekmaniocharis crassinervis Urban, una especie rara del género monotípico, endémica del Massif de la Hotte en Haití, ha sido colectada por primera vez desde las dos coleccio- nes de Erik Ekman en 1917 y 1926. Se presentan una descripción detallada de la especie y las localidades donde fue colectada.

Among the 882 collections made by Erik L. Ekman in southern Haiti from May-September, 1917, was an axillary-flowered shrubby melastome with unusual collar-like nodal flanges. Urban (1921) described this collec- tion [Ekman H-208] as a new genus and species: Ekmaniocharis crassinervis Urb. As he believed, this taxon is closely related to Mecranium J. D. Hook. (Melastomataceae: Miconieae), a genus of about 20 species of montane shrubs and small trees endemic to the Greater Antilles. Ekmaniocharis and species of Mecranium are unique within the axillary, 4-merous Miconieae in possessing internal calyx lobes that are fused in a calyptra, which is ruptured irregularly at anthesis, and a fringe of hairs located internally at the bases of the stamens (W. S. Judd, in prep.). Related species of the polyphy- letic genus Ossaea DC. (see Judd, 1986) lack these features, are generally much more pubescent, and have longer external calyx lobes.

From Ekman’s field notes at Stockholm (Book III, p. 197), it appears that he first discovered Ekmaniocharis as a rare shrub in “Jardins Coutard” on the northeastern slopes of Morne Vanderveld near La Civette (= Nan Civet) at ca. 800 m elev. This locality is about 10 km northwest of Camp Perrin in the Massif de la Hotte, the cordillera west of the Trouin Valley on the southern peninsula of Haiti. La Hotte is also the center of diversity for Mecranium. Nine species are indigenous, seven of them endemic (Skean and Judd, 1986). Ekman returned to Morne Vanderveld in December, 1925, and in his notes (Book IV, p. 4) recounts searching in vain for the Ekmanio- charis population, which he presumed had been destroyed by hillside plant- ing.

In December, 1926, Ekman was pleased to locate a second population of Ekmaniocharis at ca. 800 m elev. on the Formon ( = Formond) plain between Les Platons and Formon, writing “Indeed glad to have a new

Moscosoa 5, 1989 195

locality for this rare Melast., and more so, one in which it is quite abundant.” on a label now attached to the specimin at Stockholm. Ekman made a collection of sterile specimens [H- 7419] on this excursion, his most successful in the higher elevations of La Hotte, which he described in a lively account of his exploration of the Morne Formon region with Henry D. Barker (Ekman, 1928).

Since its discovery, Ekmaniocharis has been cited as a genus of phytogeo- graphical interest, endemic to the Massif de la Hotte. Urban, arguing that the flora of the southern mountains of Hispaniola was distinctly different from that of the central and northern mountains, listed Ekmaniocharis as one of eight examples of genera endemic to southern Hispaniola (Urban, 1923). Shortly thereafter, representatives of all except Ekmaniocharis were found in the north (Ekman, 1930). Howard (1973) listed Ekmaniocharis as one of 26 genera endemic to Hispaniola. Of these, the monotypic genera Ekmaniocharis, Mattefeldia Urb. (Asteraceae), and Wunschmannia Urb. (Bignoniaceae), are restricted to the Massif de la Hotte.

In May-June 1984, I assisted Walter S. Judd in the botanical portion of a biogeophysical inventory of two proposed national parks of Haiti (see Judd, 1987). In June 1984, I collected in the Morne Formon/Pic Macaya region of the Massif de la Hotte in what is now Parc National Pic Macaya. Dr. Judd had made an earlier trip to this remote area in January-February of the same year. This region, though greatly deforested, supports perhaps the largest expanse of primary montane forest in Haiti, and is known for its rich and highly endemic flora (Dod, 1984; Ekman, 1928; Judd, 1987; Moscoso, 1943). Our collections indicate relatively high endemism of the angiosperms (excluding orchids): ca. 35% of the species are endemic to Hispaniola and 19% are endemic to La Hotte (Judd, 1987).

To reach Parc Macaya, we retraced Ekman’s route from La Pretre across the Riviere L’Acul, and up the steep slopes to Les Platons. Parking our vehicles at Les Platons, we hiked ca. 10 km across the gently sloping plain of Formon through the village of Sou Bwa ( = Sous Bois) to the village of Formon, our center of operations, at the southern base of Morne Formon. The plain (Figure 1), elevation ca. 750—1000 m, is heavily disturbed (ca. 90% open agricultural fields). The original vegetation is almost completely destroyed and persists only in scattered aggregations on dog-toothed limes- tone. Since we were unable to find Ekmaniocharis on either trip, we believed there was 2 good possibility that the species was extinct.

In July, 1985, I returned to Parc Macaya to collect specinems of Mecraninm and search for Ekmaniocharis as part of an ongoing monographic study. A more extensive search at lower elevations outside the national park revealed

196 Moscosoa 5, 1989

Figure 1. The Formon qu Papes of ii ahaa sick from locality of Skean 1660, 1665, 2079, 2115, and 2115A; note the ex- treme deforestation typical of region; house of Mr. Auprano Despagne is in background.

two populations of Ekmaniocharis!. A detailed description of the species (based on my collections and field observations, as well as Ekman’s specimens) is presented below with localities of the known populations.

Ekmaniocharis crassinervis Urban (Figs. 2 & 3)

Evergreen shrubs to ca. 2.5 m tall with light gray, smooth to slightly furrowed bark. Twigs slightly 4-angled, soon becoming rounded, green to tnged heavily with red-purple, nodose, 2-3. mm in diameter on internodes. with a prominent collar-like flange, ca. 1-3 mm wide, encircling each node and making total nodal diameter 4-7 mm, smooth to tuberculate/corky, essentially glabrous, but youngest nodes usually with unbranched to irreg- ularly branched and matted multicellular hairs, to ca. 0.2 mm long, often hidden beneath nodal flanges; internodes (1)2.2—5.4(6.8) cm long. Leaves

1. l returned to this area in Jan. 1987 and found the site of the largest known population of Ekmanio- charis planted in sweet potatoes. No individuals of reproductive size remained - only ca. 10 plants, all less than 1 m tall and adjacent to large rocks. Three collections made on this trip are cited herein, including some nearly-mature dried fruits prepared by P. R. Despagne.

Moscosoa 5, 1989 197

Figure 2. Habit of E. crassinervis; Pierre Ronique Despagne standing in rak bwa with Ekmaniocharis on his right; note plants of Phyllanthus myrio- phyllus to his left. In January 1987 no plants this large remained.

opposite; petiole 3—11 mm long, green to red-purple, smooth or tuberculate/ corky, usually caniculate, essentially glabrous; blade coriaceous, ovate, less commonly elliptic, 3.4—11(12.8) cm long, (1.5)2.5—5.4 cm wide, slightly curved adaxially, green, usually drying olive green above and golden-brown below, with youngest leaves often tinged heavily with red-purple; apex acuminate or acute, often curved downward; base slightly or strongly cordate, less commonly rounded; margin flat, or often revolute near base, obscurely serrate + throughout, with teeth terminated by caducous, multi- cellular, apically-curved, acicular projections to ca. 1.5 mm long and ca. 0.2 mm wide; venation acrodromous, suprabasal, with a prominent midvein, 2 conspicuous secondary veins joining midvein 1—3(5) mm above lamina base, 2 less conspicuous, intramarginal secondary veins, and numerous percurrent tertiary veins more or less perpendicular to the midvein; adaxial surface with midvein, 2 major secondary veins, and tertiary veins strongly impressed, the surface glabrous except for minute, conical or cylindrical, unbrached, multi- cellular glandular hairs, to ca. 0.1 mm long, caducous, or often persisting in impressions of midvein and 2 conspicuous secondary veins; abaxial surface

198 Moscosoa 5, 1989

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er!

Figure 3. Ekmaniocharis crassinervis; A, branch with young fruits (Skean 1665); B, nodal flange (Skean 1665); C, mature leaf (Ekman H208, isotype); D, young leaf (Ekman H208, isotype); E, flower bud (Skean 1665), note rupturing of calyptra formed from fused internal calyx lobes; F, flower (Skean 1665); G, young fruit (Skean 1665).

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with midvein and 2 conspicuous secondary veins prominently raised, 2 intramarginal secondary veins and tertiary veins less raised, quaternary and higher order veins reticulate, slightly raised, the surface sparsley pubescent with minute glandular hairs similar to those on adaxial surface, and youngest leaves with caducous, axillary tufts of matted, elongate to irregularly branched, multicellular hairs, to ca. 0.3 mm long, at junction of midvein and 2 major secondary veins. /nflorescences axillary, paniculate cymes borne among leaves and on leafless nodes below, often with two inflores- cences in the same leaf axil, each 2.5—7.1 cm long, 1.5—3.6 cm wide, 1—2 branched, the axes green to tinged heavily with red-purple, with opposite, caducous, narrowly triangular bracts to ca. 2.1 mm long, rarely these bracts foliar, with blades to ca. 1.9 x 0.7 cm and petioles ca. 1 mm long; peduncle (6) 15—23 (31) mm long. Flowers 4-merous, sessile, each subtended by 2 opposite, narrowly triangular bracteoles, ca. 0.5 x 0.3 mm. Hypanthium green to tinged heavily with red-purple, cylindrical or very slightly obconical, 2—2.8 mm long, 1.9-2.4 mm wide, smooth, very sparsely pubescent with minute glandular hairs similar to those on leaves; portion free from ovary 0.7—1.2 mm long; proximal non-membranous portion of calyx (bearing ex- ternal calyx lobes) ca. 0.4 mm long. External calyx lobes reduced to 4 triangular teeth, ca. 0.5 x 0.4 mm, often with caducous acicular apices. Internal calyx lobes fused in a calyptra, ca. 0.9 mm high, which is ruptured irregularly at anthesis, terminated by a caducous apiculum ca. 0.1 mm long. Petals 4, purple, obovate, 2.1—3.5 mm long, 1.4—1.9 mm wide, reflexed; apex rounded, emarginate, with an asymmetrically placed notch ca. 0.3 mm across; margin entire, often slightly involute. Stamens 8, inserted above an adaxial erose fringe ca. 0.3 mm high, geniculate, folded adaxially in bud; proximal segment (filament) purple, 1.8—2.4 mm long, flattened dorsally, narrowly obovate, ca. 0.3 mm wide at base, ca. 0.4 mm wide near apex, curved; distal segment (anther sacs and connective) 1.7—2.1 mm long, ca. 0.5 mm wide, ovate or oblong, the anther sacs white, 1.5—1.8 mm long, adaxially inrolled, dehiscing confluently by a single apical pore, the portion of connective below the anther sacs purple, 0.2—0.3 mm long, flattened dorsally. Ovary inferior, 1.2-1.9 mm long, 1.4-1.8 mm wide, the apex prolonged into a fused, collar-like, 8-ribbed appendage, ca. 0.8 mm high, which encases the folded distal stamen segments in bud and encircles the style. Style light purple, 4.6—5.8 mm long, slightly obconical, ca. 0.3 mm wide at base, ca. 0.5 mm wide near apex, strongly curved; stigma papillose, ca. 0.25 mm across. Berries (nearly mature) green, tinged with red-purple, turning deep purple-black, urceolate, ca. 4 x 5 mm, very sparsely pubescent with minute glandular hairs, many-seeded. Seeds (nearly mature) tan,

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narrowly cochleate, ca. 0.6 x 0.4 mm, papillose. Mature fruits and seeds not known.

Recent collections (all deposited at FLAS, duplicates to be distributed): HAITI. Dept. du Sud, Massif de la Hotte, extremely disturbed vegetation on dog-toothed limestone in open fields ca. 2 km N of Les Platons along trail from Les Platons to Sou Bwa, ca. 850 m elev., only 2 plants seen, 4 July 1985, Skean 1642 (sterile); ibid., ca. 0.75 km S of Sou Bwa among limestone, ca. 50 m S of the house of Mr. Auprano Despagne, ca. 905 m elev., ca. 30 plants seen, 5 July 1985, Skean 1660 (young fr.); ibid., 6 July 1985, Skean 1665 (fl., young fr.); ibid., 31 Dec. 1986, Skean 2079 (sterile); ibid., 4 Jan. 1987, Skean 2115 (sterile), Skean 2115A (fr.).

Ekman’s Collections: HAITI. Depart. du Sud, Morne de la Hotte (Massif de la Hotte, Morne Vanderveld, “Jardins Coutard”), in steep NE mountain woods, ca. 800 m elev., nonrare occurrence, 10 June 1917 (fl), Ekman H-208 (holotype! and isotype!: S); ibid., Massif de la Hotte, western group, Torbec, between Les Platons and Formon, ca. 800 m elev., not rare, sterile shrub, 26 Dec. 1926, Ekman H- 7419 (EHH, GG, IJ, S, US).

Ekmaniocharis is a rare component of moist rak bwa, i.e., hardwood forests on dog-toothed limestone, on the Formon plain at ca. 800—900 m elev. Few areas of native vegetation remain at these elevations, increasing the rarity of the plant. Figure 1, taken from the site of the largest popula- tion known, shows the destruction of the habitat typical of the Formon plain. Where it survives, Ekmaniocharis occurs as a shrub to ca. 2.5 m tall rooted in shallow soil among exposed limestone rocks. The habitat of the plant is illustrated in Figure 2. The plants flower in June (Ekman H-208) and July, but no animals were observed to visit the flowers. Common species associated with Ekmaniocharis include the ferns Campyloneurum vexatum Eaton and Elaphoglossum crinitum (L.) Christ, the shrubs Besleria lutea L., Lepianthes umbellatum (L.) Raf., Lobelia robusta Graham, Miconia subcompressa Urb., Myrsine coriacea (Sw.) R. Br. ex Roem. & Schult., Phyllanthus myriophyllus Urb., Piper aduncum L., Psidium guajava L., Psychotria pubescens Sw., Rytidophyllum bicolor Urb., and Vernonia saepium Ekm., and the weedy vine, Smilax havanensis Jacq.

Urban distinguished Ekmaniocharis from Mecranium by the presence of what he called “connate, branchlike stipules resembling a cupule” (Urban, 1921; see Fig. 3, a—b). Similar nodal outgrowths are found in other Miconieae, e. g., Miconia condylata Wurdack. These nodal flanges and the presence of well-developed caducous projections on the leaf serrations (Fig. 3, c—d) may be used to distinguissh Ekmaniocharis from Mecranium.

Although phenetically distinct, Ekmaniocharis crassinervis and species of

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Mecranium share some unique, and relatively complex, derived characters. Therefore, from a cladistic viewpoint, the generic separation of Ekmanio- charis from Mecranium may not be justified. This conclusion, however, would require support from a through cladistic analysis, which is currently underway.

Acknowledgements

I especially thank Paul Paryski of ISPAN, who provided cheerful company and transportation to Les Platons. Edmond Magny and Florence Sergile of Damien were most helpful in providing collecting permits. Thanks are also due to Wendy B. Zomlefer for her excellent illustration, to Pierre R. Despagne for preparing dred fruits, to the curators of GH, IJ, S, and US for loans of Ekman’s collections, to Kent D. Perkins for administrative handling of these loans, and to Walter S. Judd for reviewing the manuscript.

Literature cited

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Moscosoa 5, 1989, pp. 202-215

LANTANA SECT. CAMARA (VERBENACEAE) IN HISPANIOLA: NOVELTIES AND NOTES

Roger W. Sanders

Sanders, Roger W. (Fairchild Tropical Garden, 11935 Old Cutler Road, Miami, FL 33156, USA). Lantana sect. Camara (Verbenaceae) in Hispaniola: Novelties and notes. Moscosoa 5: 202-215. 1989. Lantana urticifolia subsp. moldenkei and subsp zanonii are described from Hispaniola and are compared to other members of Lantana sect. Camara that are indigenous to the islands.

Lantana Secc. Camara (Verbenaceae) de la isla Espafiola: novedades y otras notas. Se describen Lantana urticifolia subsp. moldenkei y subsp. zanonii de la Española y se comparen estas subspecies a otras especies nativas de la Secc. Camara.

Recent revisionary studies of Lantana L. (Sanders, 1987; in press, a) and preparation of the treatment of Lantana for the Flora Vascular de la Isla Española reveal two undescribed subspecies of L. urticifolia (Fig. 1, 2). Furthermore, the limits of all the species of Lantana sect. Camara Cham. native in Hispaniola, namely L. bahamensis, L. camara, L. leonardiorum, L. subcordata, and L. urticifolia, need to be clarified.

Members of sect. Camara are distinguished by their corollas that are usually yellow, orange or infused with red or magenta, and by their fistulose receptacles, black drupes, and inflated, obconic pyrenes. Species of Lantana sect. Callioreas Cham. also occur in Hispaniola and will be treated in a later publication. This latter group is characterized by white or pinkish-purple corollas, non-fistulose receptacles, white or magenta drupes, and solid, bilobed pyrenes.

The new taxa are given the rank of subspecies for two reasons. First some equivalant infraspecific variants of L. urticifolia have wide geographic distributions in the Caribbean and South America (Sanders, in press, a). Second the nomenclature of Lantana is complex and confused. The resolu- tion, which is in progress, will require in-house examination of types in European herbaria. Names that have priority at the rank of species or variety eventually may emerge, whereas the rank of subspecies is essentially free of obscure, poorly known epithets.

Lantana urticifolia subsp. moldenkei R. Sanders, subsp. nov. (Fig. 2) Divergens a corpore speciei Lantanae urticifoliae Mill. laminis folii in

superficie nonsetosis, ovatis, distale curvatim acuminatis, in basi decurrenti- bus cum lateri margine moderate 13—25 serrato-crenato, cum bracteis

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1622. A. Habitat. B. Portion of stem showing leaf scar. C. Leaf. D. Adaxial surface of lamina, apex. E. Adaxial surface of lamina, below apex. F. Abaxial surface of lamina, apex. G. Inflorescence, viewed from above. H.—J. Inflores- cence bracts, adaxial view; H. Second series inward, I. Third series, J. Fourth series. K. Flower and subtending bract, side view. L. Flower, longitudinal section. M. Calyx. N. Corolla limb, face view. O. Pistil. P.—Q. Pyrene; P. Abaxial view, Q. Adaxial view. Scale bar as follows: 3 cm (A), 1.5 cm (C), 1 cm (G), 3.3 mm (H—Q), 1.7 mm (B, D—F).

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cultivated from cuttings of Sanders 1570 (F), Sanders 1604 (B). A.—B. Leaves, showing variation in shape. C. Adaxial surface of lamina. D. Abaxial surface of lamina, margin. E. Details of hairs of abaxial laminar surface. F. Inflorescence (bracts are somewhat shorter than normal, perhaps due to cul- tivation under colder conditions than would be natural). G.—J. Inflorescence bracts; G. Second series inward, abaxial view, H. Second series, adaxial view, I, Third series, adaxial view, J. Fourth series, adaxial view. Scale bar as follows: 3 cm (A, B), 1 cm (F), 2.5 mm (G—J), 1.7 (C, D), 0.6 mm (E).

inflorescentiae lanceolatis ubique subscariosis, adaxiale sine trichomatibus, in apice attenuatis.

Shrubs, erect or ascending, 0.5—2 m tall. Laminas mostly 3—7 cm long, cordate, ovate, narrowly ovate, or oblong lanceolate, mostly 1.3—1.7 times as long as wide, subrugose to nonrugose; veins reticulate, not noticeably impressed adaxially, somewhat emergent abaxially; base attenuately decurrent onto petiole; sides convex-rounded distally, often constricted below the acuminate apex; margins usually flat, finely serrate-crenate, teeth 13 to 17 (25) per side, 1—2 mm high, usually not tipped with antrorse setae that are larger than surrounding hairs; sinuses (from middle section of

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margin) dividing the lamina mostly 1/10—1/15 the distance from the teeth apices to the midrib; adaxial surface covered (often sparsely so) normally with only eglandular hairs 0.1—0.3 (—0.6) mm long. Inflorescence bracts lanceolate or subulate, attenuate from near base, short pilose, longer hairs ca. 0.3 mm long; distal third with margins gradually converging, of the same texture and thickness as proximal portion, bearing hairs only on margins and abaxial surface or also on adaxial surface only at very tip. Corollas yellow or yellow-orange changing to orange-red on subsequent day(s); tube 7—12 mm long, limb 6—9 mm long. 2n = 44.

TYPE: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Barahona: 8.5 km north of Paraiso along road to Barahona, 18° 03 N, 71° 08 W, mixed thorn-broadleaf forest, lower slopes of limestone coastal range, elev. 25-50 m, 23 Feb 1983, R. Sanders 1621 (HOLOTYPE: JBSD!, ISOTYPES: F!, FTG!, GH!, NY!, TEX!).

Representative specimens: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Azua: 1 km. E of Hatillo, Sanders 1614 (FTG, JBSD). Prov. Barahona: near Barahona, M.- Fuertes 292 (F, GH, US); 5 km N of Barahona, Sanders 1616 (FTG, JBSD); 10 km SW of Barahona, Sanders 1619 (FTG, JBSD); 2 km N of Paraiso, Sanders 1623 (FTG, JBSD). Prov. Dajabón: 2 km SW of Dajabón, Sanders 1593 (FTG, JBSD); 6 km N de Pueblo Nuevo, 7. Zanoni & M. Mejía 17832 (JBSD). Distrito Nacional: Loma Sierra Prieta, M. Mejía & T. Zanoni 7846 (JBSD). Prov. La Vega: 25 km S of Jarabacoa, 19” 00 N, 70°38 W, Sanders 1606 (FTG, JBSD); 17 km N of Jarabacoa, Sanders et al, 1605 (FTG, JBSD); 14 km NW of Constanza, M. Mejía & T. Zanoni 5029 (FTG, JBSD); 3 km W or Santiago - Santo Domingo, Road, 19 02 N, 70° 28 W, Sanders 1608 (FTG, JBSD); 3-4 km W of Constanza, Sanders et al. 1708 (FTG, JBSD); 5 km O de La Culata de Constanza. T. Zanoni et al. 19230 (JBSD), NY); near Constanza, H. von Turckheim 2999 (NY). Prov. Peravia: 38 km E of Azua, near Galeón, Sanders 1611 (FTG, JBSD). Prov. Puerto Plata: 6—10 km S of Puerto Plata, Sanders 1601 (FTG, JBSD). Prov. San Cristóbal: 9 km N of San Cristóbal, M. Mejía et al. 10292 (JBSD). Prov. Santiago: Inoa, Sanders 1580 (FTG, JBSD); 16 km E of Monción, Sanders 1585 (FTG, JBSD); 1.5 km S of La Cumbre, Sanders 1604 (FTG, JBSD) HAITI. Dept. de l'Ouest: Port-au-Prince, E. Ekman 1997 (F) Dept. du Nord'ouest: Ile de la Tortue, La Vallée, E. & G. Leonard 11220 (A, MO, US). PUERTO RICO: Between Sabana Grande and Maricao, Sanders 1497 (FTG), Sanders 1499 (FTG); 4 km SSE of Maricao, L. Smith PR—34 (LL); NE outskirts of Guanica, L. Smith, PR—21 (LL). Intermediates: L. urtici- folia subsp. moldenkei X L. camara: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Alta-

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gracia: La Playita, T. Zanoni et al 10853 (JBSD). Distrito Nacional: Santo Domingo, H. Allard 13319 (US), 13845 (US), 13886 (US), 14121 (US), 14407 (US), 15898 (US); same loc, D. Dod T. Zanoni 10047 (JBSD). Prov. La Vega: Jarabacoa, B. August 849 (JBSD, NY). Prov. Puerta Plata: Puerta Plata, C. Raunkiaer 1257 (US). Prov. Santiago: Jacagua, J. Jiménez 5189 (NY). HAITI. Dept. del Artibonite: St. Michel de l’Atalaye, E. Leonard 7194 (GH, NY, US). Dept. du Nord: Bayeux, 18 Jan 1925 Weir s.n. (US). Dept. du Sud: Les Cayes,, J. Harshberger 67 (US). lle de la Gonave: Anse Galette, E. Leonard 3175 (US). PUERTO RICO: 2 km S of Cayey, Sanders 1509 (FTG); Seboruco, Sanders 1507 (FTG); Juncoa, R. Wagner 427 (A); near Luquillo, L. Smith PR-47 (LL); 9 km SSW of Guaynabo, L. Smith PR-24 (LL). L. urticifolia subsp. moldenkei X L. leonardorum: DOMINI- CAN REPUBLIC. Prov. Monte Cristi: Elevated coral reefs S of Monte Cristi, R. & E. Howard 9574 (GH, NY, US); E de Monte Cristi, A. & P. Liogier 22163 (JBSD, NY); near Copey, A. Liogier 16386 (NY); same loc. Sanders et al. 1695 (FTG, JBSD). Prov. Puerta Plata: Isabel de Torres, A. & P. Liogier 23140 (JBSD, FTG, NY). Prov. Valverde: La Pradera, A. Liogier 11595 (JBSD, NY); 7 km N of Cruce de Guayacanes 19° 42 N, 71° 04 W, Sanders 1599 (FTG, JBSD). HAITI. Dept. du Nord’ouest: near Cabaret, E. & G. Leonard 11949 (GH, US); Móle St. Nicolas, E. & G. Leonard 13337 (US); lle de la Tortue, E. & G. Leonard 15280 (US). L. urticifolia subsp. moldenkei X L. subcordata: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Santiago: San José de las Matas, E. Valeur 1002 (F, LL, MO, NY, US); 15 km S of Santia- go, Sanders 1572 (FTG, JBSD). Prov. Santiago Rodríguez: Monción, Sanders 1587 (FTG, JBSD); same loc., E. Valeur 193 (US); “Station 9062”, A. Liogier 9062—4 (JBSD); between Monción and Sabaneta, Sanders 1590 (FTG, JBSD).

Habitat and Distribution: Occupying a wide range of habitats from semiarid coastal plains to middle elevation mesic, pine forests and evergreen broadleaf forests; throughout Hispaniola and Puerto Rico; flowering and fruiting most of the year depending on rains and local climate.

The epithet honors Dr. Harold N. Moldenke (1909—), worldwide authority on the Verbenaceae and editor of Phy tologia.

Lantana urticifolia subsp. zanonii R. Sanders, subsp. nov. (Fig. 1)

Divergens a corpore speciei Lantanae urticifoliae Mill. laminis folii parvis, trullatis vel ovatitriangularibus vel lancitriangularibus in superficie disperse setosis, marginibus revolutulis grosse 6—11 serratis, serraturis in apice antror- se setosis, bracteis inflorescentiae plus minusve anguste oblongis vel

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linearibus in base subscariosis in medio sat dilatatis distale parallelimarginatis cum consistentia foliorum adaxiale saepe cum trichomatibus, in apice abrupte acutatis vel obtusis. Differt a L. leonardioro Mold. laminis folii grandioribus minus bullatis plus serratis, bracteis inflorescentiae plus elongatis in apice plus acutatis.

Shrubs, ascending or subscandent, 0.5—3 m tall. Laminas mostly 1-3

(—4) cm long, trullate to ovate— or lanceolate-triangular, 1.3—1.8 (—2.0) times longer than wide, rugose; veins reticulate, impressed adaxially, emergent abaxially; base abruptly or shortly decurrent on to the petiole; sides more or less straight, converging into an acute apex; margins minutely but distinctly revolute, coarsely serrate; teeth 6 to 11 (13) per side, 1-2 mm high, usually tipped with antrorse setae that are larger than the surrounding hairs; sinuses (from middle section of margin) dividing the lamina 1/5—1/8 the distance from the teeth apices to the midrib; adaxial surface more or less densely covered with a mixture of eglandular and glandular hairs ca. 0.3 mm long and with evenly scattered setaceous antrorse hairs 0.7—1.5 mm long. Inflorescence bracts oblong-elliptic to oblong-linear, usually moderately dilated near the middle, setose-ciliate, longer trichomes 0.5—1.0 mm long; distal third with margins more or less parallel, more leaflike in texture and thickness than is proximal portion, often bearing scattered hairs on surface above. Corollas yellow or changing to orange with age; tube 5—10 mm long; limb 4—8 mm long. 2n = 22. TYPE: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Pedernales: 18 km northwest of Oviedo along road to Pedernales, 17°52’N, 71°29 W edge of dense thorn scrub on low ridge of dogtooth limestone, elev. 220 m, 1 Oct 1984, R. Sanders, T. Zanoni, & J. Pimentel 1682 (HOLOTYPE: JBSD!; ISOTYPES: F!, FLAS!, FTG!, GH!, NY!, TEX!, US!).

Representative specimens: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Independencia: Lemba, Marcano & Jiménez 4296 (US). Prov. La Romana: farallon de Cuma- yasa, A. Liogier 19198 (JBSD, NY); same loc., A. Liogier & N. Melo 24220 (JBSD). Prov.-Pedernales; 18 km NW of Oviedo, R. Sanders 1622, (FTG, JBSD), 1622a (garden-grown from cuttings of 1622) (FTG, JBSD); 33—35 km NW of Oviedo, 17°56’N, 71°31’W, R. Sanders et al. 1687 (FTG, JBSD), entre Oviedo y Cabo Rojo, A. P. Liogier 26739 (JBSD, NY); Loma de Guano, 17 km del Puerto de Cabo Rojo hacia Oviedo, 17°56 N, 71° 34 O, M. Mejía & J. Pimentel 499 (JBSD); same loc., M. Mejía & J. Pimentel 500 (JBSD); Los Guanitos, A. Liogier 16956 (LL, NY, US); 32 km E of Cabo Rojo, A. Liogier 14227 (NY, US). Prov. Peravia: Loma Arroyo Mingo, 18°17 N, 70°24 0,S. Peláez & J. Czerwenka 583 (JBSD); cerca de Baní, A. & P. Liogier 22025 (FTG, JBSD, NY). Prov. San Pedro de Macorís: 2 km

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N de las boca del Rio Cumayasa, 7: Zanoni G. Proctor 22029 (JBSD). Intermediates: L. urticifolia subsp. zanonii X subsp. moldenkei: DOMINI- CAN REPUBLIC. Prov. Azua: Azua, Rose 3885 (NY, US). Prov. Barahona: Laguna de Rincon, Cabral, 22 May 1975, M. Peña s.n. (JBSD). Prov. La Romana: Boca de Cumayasa, 18°25 N, 69°06 W, M. Mejía C. Ramírez 14753 (JBSD, NY). Prov. Pedernales: cerca de Pedernales, A. & P. Liogier 23331 (NY); same loc. A. Liogier 9043—7 (JBSD). Prov. Peravia: entre Baní y Azua, A. & P. Liogier 25917 (JBSD, NY); KM 80 near Bani, R. Howard 12039 (GH, NY); N of Galeón, M. Mejía T. Zanoni 7023; near Baní, B. Augusto 677 (NY); Loma Las Tablas, 15 km W of Baní, J. Czerwenka & S. Peláez 402 (JBSD, NY); same loc., M. Rewinkel s. n. (JBSD); 5 km W of San José de Ocoa, Sanders 1624 (FTG, JBSD); same loc. T. Zanoni & M. Mejía 11865 (JBSD).

Habitat and Distribution: Southern coast of Dominican Republic, possibly extending into Haiti; often locally common; apparently in association with outcrops of coralline limestone and semiarid climate; flowering and fruiting May through December in association with the rainy season.

The epithet honors Dr. Thomas A. Zanoni (1949—), botanist at the Jardín Botánico Nacional “Dr. Rafael M. Moscoso” and editor of the Flora Vascular de la Isla Española, whose hospitality expedited my study of this taxon.

Lantana urticifolia has been misidentified primarily as L. arida Britton and L. camara L (Jiménez, 1967; Moldenke, 1959; Moscoso, 1943). Examina- tion of the type of Lantana arida [HOLOTYPE: JAMAICA: Salt Pond Hills, Kingston Harbor, 2 Mar 1908, N. Britton & A. Hollick 1824, NY!] shows the name to be a synonym of L. urticifolia Mill. [HOLOTYPE: MEXI- CO. Veracruz: 1731, Wm. Houston s. n., BM, photo!] , a name that has not been widely applied until accepted as the correct name for the pubescent lantana in Jamaica (Adams, 1972).

Lantana camara and its closet congeners are separated from L. urticifolia on the basis of the structure of the foliar hairs. Lantana camara has stout basally geniculate, attenuately conical hairs. Lantana urticifolia has soft, more or less erect, more or less filiform hairs.

Lantana urticifolia exhibits continuous variation over its distribution from Mexico to South America and the Antilles. Regional differences occur in leaf size, serration, and pubescence, and in bract structure. The pubescence differences are various combinations of hair length, stiffness, thickness, curvature, arrangement, and density.

Lantana ufticifolia subsp. moldenkei is one of the several variants encompassed by L. urticifolia. This subspecies closely resembles plants from

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Cuba and central Mesoamerica but lacks the long setaceous hairs on the adaxial laminar surface. Its leaves are similar to those of Jamaica and eastern Mesoamerica except for the shape and degree of dentation of the laminas. A few collections (Sanders et al. 1605, 1708) from the higher elevations of the Cordillera Central have hispid hairs to about 1 mm or more in length. This suggests either that the character is somewhat genetically unstable, or the plants from higher elevation have retained or developed the Cuban/Meso- american condition in parallel. Either possibility supports the conspecific status of the geographic variants of L. urticifolia

Morphological intermediates between L. urticifolia subsp. moldenkei and L. camara are common, especially in or around urban areas (See specimen citations below L. urticifolia subsp. moldenkei. ). The abaxial leaf surfaces of these plants bear both stout, geniculate hairs on the veins and dense straight hairs on the lamina and vein surfaces. I interpret these to be hybrids similar to those between L. depressa Small and L. camara in Florida (Sanders, 1987). Whether L. camara is native or naturalized in Hispaniola is not known. Regardless, human disturbance of natural habitats would provide habitat favorable for hybrids between the two species. Collections of L. urticifolia subsp. moldenkei from Puerto Rico possess to varying degrees the geniculate, stout hairs of L. camara. This may be the result of either simple hybridization or more complex introgression.

The degree of morphological overlap between L. urticifolia subsp. moldenkei and L. urticifolia subsp. zanonii suggests that the two are conspecific and that the latter should also be treated as a regional variant of L. urticifolia Morphological intermediates exist between the two taxa (See specimen citations below L. urticifolia subsp. zanonii.) suggesting local adaptive clines or secondary hybridization.

Although the morphological variation between L. urticifolia subsp. zanonii and L. leonardiorum is discontinuous and they are specifically distinct, they are closely related. Both are diploids (2n = 22; Sanders, in preparation), and the two taxa are strongly disjunct L. leonardorum on the northern coast, and L. urticifolia subsp. zanonii on the southern coast. The characters that set subsp. zanonii apart from the rest of L. urticifolia find their most extreme expression in L. leonardorum (Fig. 3); that is, subsp. zanonii is morphologically intermediate in certain characters between L. leonardiorum and L. urticifolia. Unknown is whether 1) subsp. zanonii is a taxon of hybrid origin, 2) subsp. zanonii is the ancestor of L. leonardiorum, or 3) subsp. zanonii and L. leonardiorum evolved in parallel from L. urticifolia in adaptation to similar habitats (semiarid, coralline limestones).

210 Moscosoa 5, 1989

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Fig. 3 Lantana leonardorum; cultivated from cuttings of Sanders 1594 (A, B, G—Q), Sanders 1594 (C, E—F, R—T), Leonard Leonard 11930 at A (D). A. Habit. B. Portion of stem. C.— D. Leaves, showing variation. E. Adaxial surface of lamina, margin. F. Abaxial surface of lamina, apex. G. Representative hairs from adaxial laminar surface. H.—J. Inflorescence bracts, adaxial view; J. Second series inward, I. Third series, J. Fourth series. K. Flower and subtending bract, side view. L. Flower, longitudinal section. M. Calyx. N. Corolla limb, face view. O. Pistil. P. Developing infructescence. Q. Developing fruit. R.— T. Pyrene; R. abaxial view, S. adaxial view, T. cross-section. Scale bar as follow: 3 cm (A), 1 cm (C—D, P), 5 mm (H—O, Q—T), 3.3 mm (B), 1.1 mm (E—F), 0.7 mm (G).

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In the middle valley of the Río Yaque del Norte, specimens occur that strongly resemble subsp. zanonii However, these plants exceed the limits of variation found in subsp. zanonii (láminas often longer, more narrowly triangular or oblong and with up to 15 serrations per margin) and are tetraploid (2n = 44; Sanders, in press b.). These northern specimens are interpreted to be simple hybrids or hybrid derivatives between L. leonardio- rum and L. urticifolia subsp. moldenkei (See specimen citations below L. urticifolia subsp. moldenkei. ).

Lantana urticifolia subsp. urticifolia, common in Jamaica, appears to occur sporadically in the west and south of Hispaniola. It is distinguished from subsp. moldenkei by the narrower, more straight-sided laminas with smaller, more crowded crenations and continuous pannose pubescence, and by the shorter bracts.

Lantana subcordata Urb. (Fig. 4), a diploid (2n = 22) endemic of the San José de las Matas region, shows some similarities to L. urticifolia subsp. moldenkei (tetraploid with ovate, crenate, nonglandular laminas), to subsp. zanonii (diploid with setaceous laminar hairs, small laminas), and to L. leonardiorum (diploid with small, bullate laminas, small rounded bracts). However, it appears to be specifically distinct from these taxa. Lantana subcordata, L. urticifolia subsp. moldenkei, and their occasional. morpho- logical intermediates (See specimen citations below L. urticifolia subsp. moldenkei.) occur sympatrically. Two of these intermediates (Sanders 1572, 1590) undoubtedly are hybrids because they are triploid ( n = 16/17, 2n = 33; Sanders, in press b.); this is probably true for the other intermediate collections as well.

Lantana bahamensis occurs along the northern coast of Haiti. The structu- re of laminar hairs indicates a close relationship with L. urticifolia. Generally the species is noticeably glabrescent and bears long triangular laminas that have very shallow, appressed crenations and lustrous adaxial surfaces. However, the plants from Hispaniola are more densely pubescent, such that are difficult to distinguish from L. urticifolia subsp. urticifolia. This may suggest that L. bahamensis should be included in L. urticifolia, but it may also reflect introgression between L. urticifolia and L. bahamensis where the two have come in contact.

Key to Lantana sect. Camara in Hispaniola Hybrids between L. camara and the remaining species are to be expected.

These cannot be keyed satisfactorily through couplet 1 because they bear a mixture of the geniculate and erect types of hairs.

213 Moscosoa 5, 1989

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Fig. 4. Lantana subcordata; cultivated form cuttings of Sanders 1583; (A—C, G—I, P—Q), Sanders 1583 (E—F, K, M, O), Sanders 1575 (D, J, L, N, R-U, A: Habit. B. Portion of stem. C. Representative hairs from stem. D.— E. Leaves, showing variation. F. Adaxial surface of lamina, margin. G. Abaxial surface of lamina, distal portion. H. Hairs from abaxial laminar surface between veins. I. Inflorescence. J.—O. Inflorescence bracts, adaxial view, showing variation; J.—K. Second series inward, L.—M. Third series, N.— O. Fourth series. P. Flower, longitudinal view. Q. Corolla limb, face view. R. Mature fruit. S.—U. Pyrene; S. abaxial view, T. adaxial view,

U. Cross-section. Scale bar as follows: 3 cm (A), 1 cm (D—E, I), 3.3 mm (B, F—G, J—U), 0.4 mm (C, H).

Moscosoa 5, 1989 213

1. Hairs of abaxial laminar surfaces sparse and somewhat remote from one another, restricted mostly to midrib, secondary, and tertiary veins, stout, attenuately conical, never gland-tipped, geniculate toward base with distal 2/3 held parallel to lamina or vein surfaces; Caribbean and widely cultivat- ectarougnout the, trenies ds aoguo- bosses. 941 Lantana camara L.

1. Hairs of abaxial laminar surfaces usually abundant and crowded, at least along crevice between major veins and laminar surface, usually occurring on all veins including areoles and often on non-innervated laminar tissue, weak, filiform, gland-tipped or not, + erect from basal insertion, spread-

ECO Jaina of Moin CUECA oS LS Sesebrs iebru.. 2 2. Inflorescence bracts ellipticrhombic, obovate, or spatulate; apex rounded or broadly obtuse, somewhat recurved or sprending........ 3

3. Laminas mostly 2—6 cm long; adaxial surface usually sparsely strigillose, with the hairs eglandular, 0.3 mm or less long, bases of hairs usually pustulate and encrusted, laminar surface exposed and shiny; abaxial surface usually pilose only in the crevice between the main veins and laminar surface; marginal teeth broadly rounded, transversely oblong, ca. 4 times longer than high; northern Hispaniola, Bahamas, cand Caba ed S42 sok ose a Lantana bahamensis Britt.

3. Laminas mostly 0.5—2.0 cm long; adaxial surface densely pilose- hirsute, the hairs eglandular or also glandular, 0.1—0.5 mm long, with a sparser canopy of longer setaceous hairs often 0.7—1.5 mm long, bases of hairs usually not conspicuously pustulate nor encrust- ed, laminar surface not normally exposed nor shiny; abaxial surface densely and uniformy pilose; marginal teeth mostly acute or narrowly rounded, triangular or semicircular, 1—2 times longer than high.....

4. Plants erect, low and stiffly, densely branched, usually with prick- les; laminas narrowly triangular to narrowly elliptic, strongly bullate or puckered between the few (c. 3—5) secondary veins, margins revolute; teeth usually 3—6 per side; each tooth tipped by a seta stouter and longer than those on the remainder of the E EA CA .. 2 eh Sa Lantana leonardiorum Mold.

4. Plants usually trailing or procumbent, sparingly branched, usually without prickles; laminas subcordate to ovate or ovate-triangular, rugose between the several (c. 10) secondary veins, tertiary veins and also areolar veins, margin subrevolute; teeth usually 8—15 per side; each tooth usually not tipped by a seta noticeably stouter or longer than those on the remainder of the margin; enicindsad wawolled all. te aro. Lantana subcordata Urb.

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Moscosoa 5, 1989

2. Inflorescence bracts elliptic linear, narrowly ovate, or lanceolate; apex attenuate, acute or abruptly and narrowly rounded at very tip, not noticeably recurvedicioo. ia. DURA IP NAPA IAE 5

$

Laminar teeth 6—11 (13) per side: each tooth usually tipped by one or more setae stouter and longer than those on the remainder of the margin; adaxial laminar surface usually with setaceous hairs 0.7—1.5 mm long between the secondary veins; Inflorescence bracts elliptic linear or narrowly oblong, widest and sometimes dilated near the middle, margins setose, apex abruptly acute or narrowly rounded; endemic....... Lantana urticifolia subsp. zanonii Sanders

. Laminar teeth (12) 13—30 per side; each tooth not tipped by setae

stouter and longer than those on the remainder of the margin; adaxial laminar surface lacking setaceous hairs 0.7—1.5 mm long between the secondary veins; inflorescence bracts subulate, lan- ceolate, or narrowly ovate, widest near the base, margins not setose, apex attenuates 3200 52. UO ARR? ORT a SOS, y COLA A 6 6. Laminas mostly 1.7—2.5 times as long as wide, lanceolate-trian- gular to oblong-triangular, apex acute to obtuse, base abruptly decurrent onto petiole; surfaces densely and evenly pannose, hairs uniformly about 0.1—0.2 mm long; marginal teeth mostly 17—30 per side, 0.5—0.7 mm high; inflorescence bracts usually 1/4—1/2 as long as corolla tube, narrowly ovate or acutely lanceolate; His- paniola, Jamaica, Central America, & Mexico................. ota. BE So ADIÓS NU Lantana urticifolia subsp. urticifolia 6. Laminas mostly 1.3—1.7 times as long as wide, ovate or ovate- oblong, apex acuminate with protracted tip, base long decurrent onto petiole; surfaces not pannose, hairs often sparse and unevenly distributed, mixed in lengths 0.1—0.6 mm; marginal teeth mostly 13-17 (225) per side, 1-2 mm high; inflorescence bracts usually 1/2—1 times as long as corolla tube, lanceolate-acuminate to linear- lanceolate or subulate; Hispaniola and Puerto Rico............. dot Bis So. See Lantana urticifolia subsp. moldenkei Sanders

Acknowledgments

Fairchild Tropical Garden (FTG), the Jardín Botánico Nacional “Dr. Rafael M. Moscoso”, and a grant from the American Philosophical Society supported the needed travel and field work. Priscilla Fawcett, FTG staff illustrator, drew Figs. 1-4. Curators of the following herbaria are thanked

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for the loan of specimens: A, F, FTG, GH, JBSD, LL, MO, NY, US. Drs. C. E. Nauman and D.H. Nicolson reviewed a manuscript draft.

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Moscosoa 5, 1989, pp. 216-225

TWO ATYPICAL EXAMPLES OF SEED DISTRIBUTION IN THE DOMINICAN REPUBLIC

Richard A. Howard & Thomas A. Zanoni

Howard, Richard A. (Arnold Arboretum of Harvard University, 22 Divinity Avenue, Cambridge, Massachusetts 02138, U.S.A.) & Thomas A. Zanoni (Jardin Botanico Nacio- nal, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). Two atypical examples of seed distribution in the Dominican Republic. Moscosoa 5: 216-225. 1989. The seeds of Melocactus communis (Cactaceae) are removed from the fruits and transported by the common fire ants, Solenopsis geminata. Cattle eat the mature pods of Acacia macracantha (Mimosaceae ) and transport them. The seeds of the Acacia readily germinate in the dung deposited on the ground. Several to many seedlings in each dung deposit can result in the tight clustering of trees in nature. Also, dung beetles, Canthon violaceus, observed removing individual seeds of Acacia from the dung and transporting the seeds to their tunnels. This contributes to the dispersal pattern of solitary trees of Acacia.

Se reporta la diseminación de las semillas del cacto “melón” Melocactus communis (Cactaceae) por las hormigas, Solenopsis geminata, en la provincia de Pedernales, Repú- blica Dominicana.

Las observaciones sobre la diseminación de las semillas del cambrón, Acacia macra- cantha (Mimosaceae ) indican que hay dos diseminadores. Las vacas comen las vainas ma- duras y descargan las semillas en el estiércol, sobre el suelo. En este micro-habitat húme- do y abonado (estiércol) las semillas germinan fácilmente. Cada depósito de estiércol contiene varias semillas que pueden germinar, por esta razón se nota que los cambrones crecen agregados.

Los escarabajos, Canthon violaceus, sacan las semillas de cambrón de el estiércol y las llevan a hoyos individuales. Esto contribuye al patrón de distribución de árboles aislados.

When Henry N. Ridley wrote his encyclopedic book, “The Dispersal of Plants throughout the World” (1930), he noted that there was no adequate work on the subject at that time and that existing references were brief and scattered. He sought to collate and compare the existing observations and records, and then he stated, “The complete story of dispersal, however, is not yet finished, and there is still a large field of work for observers. . . Travellers in almost any area of the globe, but especially in the tropics, may easily add to our knowledge of this subject.” The Caribbean area and His- paniola are not specifically: mentioned in Ridley’s book, although H. B. Guppy’s classic study “Plants, seeds, and currents in the West Indies and Azores”. (1917), is included in the bibliography.

In 1988 the reference most often cited for information on seed and fruit dispersal is the third edition of L. van der Pijl's “Principles of dispersal in higher plants” (1982). This small volume of 215 pages contrasts with the 744 pages in Ridley's ““Dispersal” and is regrettably much too synoptic in

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presentation and in bibliographic references supporting his text. Again the Caribbean islands and their plants are lacking as the source of examples in discussing the morphology or the vectors of dispersal. Ridley’s comment that existing references on dispersal are few and scattered is still pertinent to the Caribbean islands. Observations are needed from and by botanists, naturalists and interested observers and can be assembled, if not published directly. We offer two examples of recent observations of seemingly atypical methods of plant distribution.

The genus Melocactus, a barrel-type cactus, produces a perennial cephalium of closely associated nodes or areoles consisting of spines, glochids, flowers and fruits. Plants are known as “Melón espinoso”, “Tete d'Anglais”, or “Pope's Head”. Melocactus lemairei (Monv.) Miquel is the name commonly applied to the plants of Hispaniola. Moscoso (1943) listed in addition Melocactus communis Link & Otto, a name which is difficult to trace and typify, and Melocactus intortus (Miller) Urban, a species now recognized to occur in the Lesser Antilles and north to Puerto Rico and the Bahamas but for which no verifiable record exists for the Dominican Republic.

Most species of Melocactus are now recognized from geographical loca- tions rather than morphological characteristics. Fields studies of variation in populations and the assembly of plants from many geographic areas to be grown together for study seem to be the best way species limits and characteristics can be established. Most species in the Antilles have small pink flowers which produce elongate fruits or “berries”, pink in color and tapering at the base. The fruits are tightly packed in the cephalium and, as they mature, appear to be squeezed to the surface of the cephalium. Even- tually they rest on the surface of the cephalium or fall to the ground. For a period there was argument in the literature as to whether the fruits were forceably ejected like seeds pinched between fingers or whether they were truly eased free of the surrounding mass of hairs and spines.

It has been suggested that such colored soft fruits should be attractive to birds and dispersed by them. Once when one ofus (RAH) was photographing a fruiting specimen of Melocactus intortus on Montserrat, a brown thrush swooped down and took the fruit before I could snap my picture. Later, on St. Kitts, we observed that the thrush did not eat the whole fruit but instead smeared the fruit on branches of adjacent shrubs, consuming the pink wall of the fruit and leaving the black seeds adherent in masses to the branches. Such deposits of seeds were extensive, and there was no evidence they were eaten by other animals. One assumes that eventually some seeds dried, were freed of the mass and fell to the ground, where they germinated.

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Fig. 1. A cephalium of Melocactus communis (Cactaceae) from which the commom fire ant removes the seeds from the fruit and carries them away, Pedernales, Dominican Republic.

On a recent trip to Cabo Rojo, Dominican Republic, we stopped to obser- ve plants of ‘Melocactus communis”. These plants were in general smaller than those of M. intortus, familiar to us in the Lesser Antilles. The plants we saw had both flowers and fruit, but to our surprise the pink fruits extending from the cephalium were but hollow shells without the usual contents of numerous seeds and fleshy funicles. As we watched we observed many active individuals of the common fire ant Solenopsis geminata (Fabricus), gathering the seeds and partial funicle from the inside of the fruit and carrying them down the body of the cactus plant to the ground, where we soon lost sight of them. This was not a single fruit of plant, the empty cactus fruits were on each of the dozen or more plants that made up the local population. Some of the empty fruit cases were shrivelling from drying, indicating they had been emptied and exposed for some time. Apparently the empty cases had no appeal to birds in the area, and the pulp was not collected or eaten by the ants.

A search of the cactus literature for comparable observations has been unrewarding. Benson (1982) also had birds snatch fruits he was about to photograph and in part verified the idea that whole fruits are carried away by birds. It has even been suggested that the fruits of Rhipsalis have been carried across the Atlantic, and from these, plants of the Cactaceae have

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become established in Africa (Anthony 1948, Camp 1948).

There are many observations and illustrations of birds eating into the larger fruits of Pilosocereus in the Antilles. The work of McAtee (1947) is frequently cited as the summary paper on the distribution of seeds by birds. Although McAtee suggested birds might eat the pulp and reject the seeds as regurgitated pellets or as excreta. Gunn and Dennis (1976) and Sauer (1982) indicate the question is not settled whether birds do actually carry seeds any distance internally.

Ants, too, are well known vectors or agents in the transport of seeds, usually due to their inadvertent gathering of the seed while collecting the oil-rich elaiosomes found on the seeds of certain families of plants. Berg (1975) reported the existence of 1500 species of Australian plants in 57 genera and 24 families where seeds are regularly dispersed by ants attracted to the elaiosomes. Pijl (1955, 1982) and Kapil etal. (1980) give further references to seed distribution by ants and the nature of the plant body attractive to the ant. Although the ant observed carrying the seeds of Melocactus is common in the New World and introduced to scattered loca- tions in Africa and Polynesia, this is to our knowledge the first report of ant distribution of Melocactus seeds.

Our second observation of unusual seed distribution occurred on the mined-out bauxite lands at Las Mercedes, inland from Cabo Rojo. Considera- bly bauxite ore remains. The area might again be mined in the future. We were interested in the regrowth of vegetation in this area where no deliberate or purposeful planting had been done. The native vegetation from adjacent unmined areas had encroached at the margins but the scattered trees through- out the of the area were specimens of Acacia macran tha Humb. & ex Willd., a species of very wide distribution in tropical America and often considered a weed tree.

The plants, which were to 5 m tall, offered shade and browse to cattle and horses roaming untethered in the area. Most of the trees appeared to be in clumps, but occasional solitary specimens were seen. Trees were of many ages. The youngest seedlings were developing in open areas from old cow dung or pads, with anywhere from six to thirty seedlings per pad. The pods of Acacia macracantha do contain some sweet tissue between the seeds and are eaten by the cattle. The undigested seeds deposited in the pads at random in the mined-out area had germinated and developed into the clump plantings we observed.

The possible answer to the single trees we observed might be in our observation of a relatively fresh cow pad that was being excavated by dung beetles. The pad was alive with several dozen beetles actively forming balls of

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Fig. 2. Cow dung with seedlings of Acacia macracantha. Note the roots below the dung that extended into the soil. Las Mercedes, Prov. Pedernales, Dominican Republic.

the manure, which they proceeded to move across the mined-out area. The beetles acted in pairs, one pulling and one pushing. We tracked dung balls and beetles a dozen yards or more to a spot where one pair of beetles was busy burying the ball. On a hunch, we took the dung ball from the beetles and broke it open to reveal a single seed of Acacia macracantha. A dozen more balls were collected and all but one contained at least one Acacia seed. A few beetles were collected in alcohol and returned to Cambridge, where they were identified by entomologists of the Harvard Musseum of Comparative Zoology as Scarabaeidae: Coprinae: Canthon violaceus.

Pijl (1982) gives no supporting references to his statement (p. 23), “Dung beetles in deserts contribute to germination by burying dung with seeds.” Ridley (1930) discusses the role of ants as seed distributors in considerable detail but mentions other insects only briefly and dung beetles not at all However, in our observations it was clear that the inclusion of an Acacia seed in the dung ball was pure chance and not a deliberate action of the beetle. The beetle apparently had nothing to gain, for the larvae are not known to attack seeds, especially hard ones. However, it is possible the fermenting action of the dung or its acidity might scarify the seed coat and speed the germination of the seed and the manure would enhance the development of the seedling.

Moscosoa 5, 1989 221

Observations and reports of mammals transporting seeds by ingestion and subsequent excretion are many. Burtt (1929) for Africa and Harris (1965) for the Antilles suggest cattle as agents of distribution of several legumes. Observations of elephants as disseminators (Alexandre 1978, Lieberman et al. 1987) are intriguing in the recent qualitative and quantitative evidence that germination is enhanced by passage through the animal’s system and growth is more rapid from the fertilizer effects of dung.

Specific records for the Antilles of cattle distribution of seeds are few. It is suggested by Mooney et al. (in Simpson 1977) that seeds of Prosopis germinate better when passed through the digestive system of cattle or horses and that the spread of this important leguminous tree may be as- sociated with the development of pastures in tropical areas. Only on Mont- serrat in the Lesser Antilles does Prosopis occur in dense thickets at the edge of mangrove embayments, where it is presumably introduced and spread by ruminating cattle.

By contrast is the record of Dichrostachys cinerea (L.) Wight & Arnott (including D. nutans (Pers.) Bentham & D. glomerata (Forsk.) Chiov.), often regarded as the worst weed tree of the Caribbean area and especially Cuba. Dichrostachys is called marabú or aroma marabu in Cuba, where it has invaded and occupied many hundreds of acres of agricultural land. It was introduced from Africa as an ornamental plant before 1863, for the earliest record is a collection of Charles Wright from a cultivated plant at Retiro, Pinar del Rio province, on July 15, 1863. Grisebach in fact described this collection as a new species, Piptadenia stenadenia Griseb. (p. 81, 1866), although Fournet (p. 717. 1978) suggested it was introduced accidentally to Marie Galante with a cargo of cattle. Nevertheless, cattle have been responsible for its spread in Cuba. In 1911 and 1912 J. A. Shafer indicated on specimens in the herbarium of the Arnold Arboretum (A) that the plant had formed thickets along the roadsides in Santa Clara and Pinar del Rio provinces. By 1928 J. G. Jack indicatéd on his collections (A) that Dichrostachys was a roadside and pasture pest. In 1939 one of us (RAH) recorded that Dichrostachys plants were well established along cow paths in southern Las Villas province and especially in pastures at Central Soledad. Cattle were spreading the plant faster than local labor could remove the seedlings. Although the spiny stems were useful in producing charcoal, cutting the woody stems only increased the density of the thickets. Marie- Victorin and Leon (1942) describe the spread of the marabu and call it the king of many areas. Leon and Alain (1951) regard the plants as the plague of the country. In fact, the first experimental use of 2—4—D as an herbicide for woody tropical plants was tried on the pastures of Soledad (Thiman

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1948). Surprisingly, nowhere else in the Antilles has Dichrostachys become a pest, and for some islands the early records of its presence have not been verified by recent collections.

Thus we add the record of cattle as a vector in the spread and establish- ment of Acacia macracantha. The unusual clusters or grouping of plants encountered on the mined-out bauxite areas can be attributed to germina- tion of several seeds in each unit of cow dung. The occurrence of single plants can be due to the activity of dung beetles is this area of Hispaniola.

We refer again to our initial comment that observations on seed and fruit distribution were lacking for the Caribbean area and we make a few suggestions. Gunn and Dennis have published a “World Guide to Tropical Drift Seeds and Fruits” (1946) which will aid beachcombers or seed collec- tors in drift areas in the identification of their findings. However, a myriad of problems related to seed drift are presented by the shape of Hispaniola and its location. What is a drift seed inventory of the north coast in contrast to the south coast of Hispaniola? Do differences occur in drift flora on the north and south coasts of the southern peninsula of Haiti? What seeds or fruits are found in Samana Bay? Years ago Guppy (1912, 1917) studied the drift discharged by the Black River in Jamaica. Do Hispaniolan rivers discharge the same or a comparable volume of seeds? J. D. Sauer’s comprehensive descriptive and comparative study of the “‘Cayman Islands Seashore Vegetation” (1982) can well be emulated in studies of other islands, large or small, in the Caribbean. Gunn and Dennis like Sauer notes the unanswered problems of the establishment, possible or real, of drift seeds as plants along the sea coasts. Both works in fact refer to the observations of T. M. Savage English in 1913 that two species of land crabs “‘are so destruc- tive to seedlings that the self-establishment of drift species is highly unlike- ly.” However, Howard (1950) observed that “land crabs’ carried away seeds of coastal species and, following ““feeding” experiments, reported that seeds were apparently taken away, even into burrows of land crabs. Although widely quoted, neither of these observations has been recorded again, judging from the cited literature.

Berg (1975) recorded 1500 species of plants distributed by ants in Austra- lia. Some of the 87 genera and 24 families in this documentation occur in Hispaniola and yet no comparable local observations can be found. Do ants transport seeds of the Euphorbiaceae, Violaceae, Papaveraceae and other families in Hispaniola as they do in other countries? In the magnificent “Genera Palmarum” by Uhl and Dransfield (1987) a very brief sections of less than a page is devoted to “dispersal”, but only two references apply to New World palms and not one palm occurring in Hispaniola is mentioned.

Moscosoa 5, 1989 223

Palm fruits are eaten by the introduced monkey on St. Kitts (Sade & Hildrech, but what are its food habits on adjacent Nevis, or Martinique, or Grenada where the palms may be different? Introduced monkeys on Barbados destroy vegetable gardens and fruit orchards but are they responsible for the distribution of several unusual weeds on Barbados? What fruits or seeds are truly transported by birds? In a restricted study in Puerto Rico, Bell (1970) and Edmisten (1970) reported their observations on seeds eaten by birds and concluded the method was not evident for the distribution of seeds of Phytolacca icosandra, the primary plant in their study. Arceuthobium bicarinatum Urban, popularly known as “Conde de pino”, is a hemiparasite, if not a complete parasite, infesting only seemingly mature specimens of Pinus occidentalis in the Sierra de Bahoruco as well as the Cordillera Central. Other mistletoes are known to have explosive fruits and sticky seeds. However, the most explosive ejects seeds only a few centimeters, and the “explosion” would not explain the wide and seemingly selective distribu- tion of that species. Are“birds attracted by the fruits and therefore respon- sible for the spread of this parasitic plant which affects the growth of a valuable timber tree?

These are but a few of the simple questions that remain without a satis- factory or complete answer for the vegetation of Hispaniola.

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Moscosoa 5, 1989, pp. 226-234

ORQUIDEAS (ORCHIDACEAE) NUEVAS PARA LA CIENCIA, ENDEMICAS A LA ESPANOLA. II.

Donald D. Dod

Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9 Santo Domingo, Repú- blica Dominicana). Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la ciencia, endémicas a la Espa” ñola Il. Moscosoa 5: 226-234. 1989. Se describen cuatro especies de Orchidaceae nuevas para la ciencia y endémicas a la Española. Las nuevas especies son: Pleurothallis atrohiata, Dilomilis filicina, Erythrodes laticalcari, Stelis magnicava.

Four species of orchids (Pleurothallis, Dilomilis, Erythrodes and Stelis) new to science and endemic to Hispaniola are described.

Algunas orquídeas encontradas con flores fáciles de distinguir permiten una rápida descripción y publicación. Sin embargo hay plantas cuya taxo- nomía no es fácil y que exigen una demora de hasta años para su divulgación. También hay plantas recolectadas estériles que demoran en florecer varios años antes de que puedan ser disponibles para ser identificadas y colocadas en su apropiada relación a las otras especies del género.

En este grupo de cuatro nuevas especies que estamos publicando como nuevas para la ciencia, todas se presentan varios años después de la colec- ción original.

La Pleurothallis atrohiata tardó casi un año en florecer. Y un año más para obtener suficiente material de herbario. La Dilomilis filicina presentó dificultad en ponerla en un género satisfactorio. La Erythrodes laticalcari se estudiaba por varios años usando ejemplares de varios lugares para deter- minar la consistencia y la variabilidad del taxon. La Stelis magnicava después de florecer por tres años sin variación perceptible en la flor pareció suficien- temente diferente para reconocerla como una especie nueva.

Pleurothallis atrohiata D. D. Dod, sp. nov. (Fig. 1) Orchidea, epiphytica, arcte repente, usque ad 10 cm alta. Ramicaules

filiformis, 1—articulatus, erectiusculus, superne canaliculatus, 3-5 cm altus, vaginis arcte vestitis. Folium mediocre, coriaceum rigidumque, glabrum, supra sulcatum, infra incrasstum, elliptico-oblongum, basi in petiolum atte- nuatum, 1 cm longum, apice subrotundato, emarginato, mucronato, usque ad 3—5 cm longum, 1.0—1.4 cm laturr. Inflorescentia I, usque ad 4—flora, 7.5 cm longa, erecta vel nutans ubi plusquam flores duo, spatha intus 2 vaginis basilibus; bractea infertili 1, bracteae prima fertili saepius floram.et extensionem racemi continens, tum floram diversam, ovario pedicilato 1 cm longo. Flores grandes et graves inter species domingensis. Sepala cymbifor-

Moscosoa 5, 1989 227

C. LUER

Fig. 1. Pleurothallis atrohiata D. D. Dod, sp. nov.

228 Moscosoa 5, 1989

mia, apices conduplicatis, canaliculatis, intus puberulentis, extus papillosis, semi-pelludicis, nervis-carinatis, vinaceis; postico ovato, lanceolato, acumina- to, acuto, basi cuneato, breviter connato, 3—nervocarinato, 10.3 mm longo, 3.1 mm lato; lateralibus 2/3 connatis, synsepalo formantibus, apicibus fere caudatis, 10.5 mm longis, 5.0 mm lats Petalis atrovinats, sepalis fere equantibus, extus subtiliter denseque pubescentibus, ovatis, longo- triangulatis, leviter acuminatis, tertius apicalis incrassatis, caudaticens, basi cuneatis, ad lateres pedis adherentibus, intus 1/3 basalibus glabris, praeter carinas, superne pubescentibus, 3—nervis, 8 mm longis, 1.5 mm latis. Labello brevissime latoque unguiculato, ambitu hastata, inferne trilobato, lobis basilaribus erectis, obtusis, integerrimis, laevibus, lobo terminali producto, triangulari, acuto, ubi applanato, 7.0 mm longo, 3.1 mm inter lobos, basin versus tricarinato, apicem versus untcarinato, margin anticus lobis incrassato; columna claviforme, antera et alis membranaceis, basi lat, quadrato, 1.5 mm lato; ovario papilloso. Planta sylvestris similis Stelis repens Cogn. sed crecens in viridarium, grandios et similis Pleurothallis tricostata Cogn.; descripcione cum planta cultam. Tipo: HAITI: Massif de la Hotte: Camp Perrin: carretera a Jeremie lado suroeste de la via por la orilla del Riviere Glace, justo antes del vado sobre árbol caído, 800 m elev., 18°25’ N, 73% 55” O, recolectada 23 abr 1982, floreció en cultivo 10 feb 1983, D. D. Dod 1026 (Holotipo: JBSD, Isotipos: AMES, NY; SEL, US):

Observaciones: La P. atrohiata está relacionda con el grupo P. oblongifolia, P. claudii, y P. tricostata. Estas tres tienen inflorescencia más largas que la hoja, flores grandes y elementos estrechos y con la excepción de P. claudii, un color atro-vinácea que predomina. Esta nueva orquídea tiene la flor más grande que todo. Su distribución, hasta donde conocemos, es limitada al Massif de la Hotte. Al descubrir las plantas sin flores, las identifiqué primero como Stelis repens Cogn. debido a su tamaño pequeño y su hábito rastrero, pero cuando crecieron en nuestro invernadero, se diferenciaron en gran manera. |

El nombre atrohiata (boca negra) se refiere a esa característica especial en la flor.

Dilomilis filicina D. D. Dod, sp. nov. (Fig. 2)

Orchidea epiphytica, pusilla, caespitosa, usque ad 11 cm alta. Radices basiles, carnosae, breviter tortiles, glabrae, 1.5 mm crassae. Caules multi- articulati, erecti vel nutantes, teretes, a foliis obtegentes, simplices vel ramosi, usque ad 5 ramis. Folia multa, disticha, coriacea, margine incrassata et erosa, basi cuneata, lineare-ovata, acuta, apiculata, carinata-canaliculata,

Moscosoa 5, 1989 229

J de D. ORTEGA Fig. 2. Dilomilis filicina D. D. Dod, sp. nov.

230 Moscosoa 5, 1989

articulata cum vaginis verrucosis striatisque, 5.0 mm longa, 2.0 mm lata. Flores pellucido-luteis et sanguineis, singulariter, a caulibus vel ramis terminales sed caules crecentibus longiore; perianthio ex parte aperto, medio- cri, plus minusve folia equans; bracteae infundibiliformes, carinatae, cauda- tae, 2.5 mm longae; ovarium pedicillatum muriculatum, 2 mm longum. Sepala plus minusve similia, tenuiter sanguinea, anguste-traingularia, ad apicem intus canaliculata, extus carinata, libra, trinervia; posticum 5.5 mm longum, 1.0 mm latum; lateralia tenuiter obliqua. Petala medio stria san- guinea adornata, falcata, ovata, 5.0 mm longa, 1.3 mm lata. Labellum pro parte maximo sanguineum, basi unguiculatum, cardinatum, leviter cordatum, margine dimidio basili erectum, basim versus cristae geminatae unitae, medium versus separatae, tertio apicale tenuiter carinatum, lamina oblongo- obovata, obtusa, apice tenuiter emarginata, apiculata, 2.7 mm longum, 1.5 mm latissimum. Columna pusilla, cymbiformis; apicem versus angusta- tum a basi latior, pedi brevi, clinandrium biangulatum: antera incumbente, basin versus ad clinandrium adnata, 2 loculo, 6—8 polliniis, elliptico—oblon- gis, applanatis, binatiis cum caudices breviter conjunctis par singuli in quoque loculo; capsula muricata.

Tipo: HAITI: Massif de la Hotte: Les Cayes: Les Platons, después de la Igle- sia a pié como 3 horas, acercándose a Formond, creciendo sobre árboles, en un bosque latifoliado sobre rocas kársticas, elev. 950 m, 19°19’N, 74°01’ Oe, recolectada 22 feb 1982, floreció en cultivo 6 abr 1982, D. D. Dod 998 (Holotipo: JBSD; Isotipos: AMES, MO, NY, SEL, US).

La Dilomilis filicina solamente se ha encontrado a 950—1000 m de eleva- ción, en situaciones de bastante luz y ventilación, creciendo sobre las bases de árboles de 10—20 cm de diámetro. A primera visita parece un helecho pequeño o un musgo. Su nombre Dilomilis filicina expresa esta semblanza: filicina = como helecho.

Esta pequeña especie con sus ocho polinias no cabe fácilmente en el gé- nero Dilomilis Raf. Se haconsiderado los siguientes géneros: Dichaea Lindl. Octomeria R. Br., Pachyphyllum H.B.K. para acomodarla. No obstante cier- tas semejanzas con estos géneros, hay diferencias irreconciliables y por eso estoy acomodándola en Dilomilis Raf. Schlechter así lo hizo con la especie Octadesmia scirpoidea Schltr. pero puso un interrogante ? al lado del nombre genérico, expresando su duda en cuanto a lo correcto de esa identificación.

Comparaciones de las partes vegetativas y florales muestran que la D. filicina tiene más en común con la D. scipoidea que con la D. montana, la otra especie del género Dilomilis en la Española. Se espera que estudios anatómicos revelen la verdadera relación genérica de estas dos especies.

Moscosoa 5, 1989 230 Aquí se presenta una clave del género Dilomilis Raf. en la Española: 1. Inflorescencia racemosa o paniculada, 1-10 flores......... D. montana

1. Inflorescencia no racemosa sino sub-sésil 2. Planta hasta 30 cm de alto, hojas teretes, flores mayores de 1.5 cm

ate Cerblisra Sepicnsa argh: ls D. scirpoidea 2. Planta menor de 10 cm de alto, hojas ovadas, aserradas, flores meno- CROACIA Gon. Errar «> D. filicina

Ery throdes laticalcari D. D. Dod, sp. nov. (Fig. 3)

Orchidea. Planta terrestris-ruderalis, elata, usque ad 70 cm alta. Rhizoma cauliforme, decumbens vel ascendens, multi-nodosum, usque ad 4 cm inter nodos, radices crassae, pilosae. Caulis crassus usque ad 9.0 mm latus, superne interdum ramificans, plurifolium. Folia 3-10, inferne separata, languescentia vel mercidis, superne fere conferta, grandia pro genere in insula Hispaniola, petiolis inclusis 10—16 cm longa, 2.5—5.5 cm lata, oblicua, superne 3—sulca- ta, inferne 3—carinata, lati-elliptica vel ovata, acuminata, multinervosa, basi petiolis amplexicaulibus, laminae marginibus undulatus interdum erosis, apicem tenuiter reflexis. Pedunculus terminalis usque ad 35 cm longus, as- cendens ad erectus, inferne crassus, pluriarticulatus, piloso-capitatus, vaginae inferne una, foliolata usque ad 4 cm longa, amplexicaulis, superne plures, en magnitudines diminuens, toto amplectens usque squamata. Racemus cum floribus ante anthesin columnaris albus, bracteae ad basin virellae, sub anthesis elongatus, floribus separatis, bracteae et ovaria sessiles, pilosi-capita- ti. Flora nivea, verticalia, bracteae scariosacentes, plusminusve quam ovariis longae. Sepala lateralis sub-membranaceae, satis reflexa, superne libera, inferne petalis conniventibus, basi oblicuis, oblongo-elliptica, obtusa, 3—ner- vosa, 7.0 mm longa, 2.5 mm lata; sepalum dorsalum tenuiter concavum cum petalis conniventes 75% , elliptico—ovatum obtusum, tenuiter reflexum, 3—nervosum, 6.7 mm longum, 3.0 mm latum. Petalis membranaceis, basi tenuiter attenuatis, oblongo-ellipticis, obtusis, tenuiter reflexis, uninervosis, 5.3 mm longis, 2.0 mm latis. Labellum carnosum, librum, calcaratum, basin columnae adnatum, ante orificium calcaris bilamellatum, lamina medio conduplicato, post isthmo apice vix reflexum, applanato, breviter, triangulari, crasso, bicalloso, papilloso, toto labello et calcari, 11.3 mm longo, medio 2.9 mm lato, isthmo 1.5 mm lato, apice 2.6 mm lato, calcari ex basin dilata- tum, apicem versus acuminatum, cilindricum, rotundatum, 5.2 mm longum. Columna 4.5 mm longa, stigmata basi confluentia, convexa, ovata.

Moscosoa 5, 1989

Fig. 3. Erythrodes laticalcari D. D. Dod, sp. nov.

232

V. NAGLER

Moscosoa 5. 1989 233

Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Septentrional: Santiago: Loma Diego de Ocampo, parte “atrás” hacia el norte abajo del firme en bos- que latifoliado viejo, creciendo en hojarasca, elev. 1150 m, 19° 36’N, 70°41 Oe, recolectada 10 ago 1981, floreció en cultuvo abr 1984. D D. Dod 1353 (Holotipo: JBSD; Isotipos: AMES, MO, NY, SEL, US)

Otros ejemplares examinados: Cordillera Septentrional: Navarrete: carre- tera La Lomota a la Loma El Murazo, sobre Loma Mil tareas Dod S98X (JBSD). Loma El Murazo, Dod 1181 (JBSD); San Francisco de Macorís: Loma Quita Espuela, Dod 1147 (JBSD); Cordillera Central: San José de Ocoa: El Manaclar, Dod 1951 (JBSD); Baní, poblado Arroyo Blanco sobre Loma Rodríguez, Dod 1919 (JBSD) Sierra de Neiba: La Descubierta, Sabana Real, Dod 1051 (JBSD); Sierra de Bahoruco antes de Paraíso: Finca Teza- nos Dod 1428 (JBSD); Barahona: 10 km al interior de La Ciénaga, 7. Zano- ni etal. s. n. ene 1987 (JBSD).

La planta de Erythrodes laticalcari es muy parecida a las otras especies del género en la Española (excluyendo a E. hirtella) excepto que es algo más grande. Su flor grande se asemeja bastante a la de E. plantaginea pero el nectario es muy ancho y hacia ápice se reduce abruptamente la amplitud. La flor en su apogeo da la impresión de que el labelo es una lengua exhausta. El labelo disecado, una vez ablando con flicerina y aplanado para poder determinar su forma, se muestra algo parecido al de la E. plantaginea excepto que el ápice es más estrecho. Las otras especies, con la excepción de E. erythrodoides tienen flores más pequeñas, con el ápice más ancho y el espolón casi cilíndrico y con una reducción gradual desde el medio hasta el final.

El nombre Jaticalcari se refiere al espolón bastante amplio en el medio.

Stelis magnicava D. D. Dod sp. nov. (Fig. 4)

Orchidea Herba epiphytica, caespitosa, usque ad 20 cm alta, inter genus Stelis in Hispaniolae elatissima. Radices filiformes, flexuosae, glabrae. Ramicaules erecti folia longiore, usque ad 11 cm long, 22 mm crassi, vaginis pro maxima parte obtectis. Folium satis coriaceum, 9.0 cm, 1.8 cm latum, obovatum, basi in petiolum attenuatum, 1.5 cm longum, apice ro- tundatum, margine eroso-cartilagineum, emarginatum, cum angulo 90, breviter mucronato, lamina tenuiter reclinata. Pedunculi succesivi 1—3 spatha 7.7 mm. Racemus suberectus, vel paulo arcautus, quam folia plus minusve longum, fere usque 1.5 cm basin multiflorus, usque ad 29; bracteae ocreatae, acutae; ovarium pedicellatum 3 mm longum. Alabastra apice obtusa. Flores flavi, plus minusve separati, inter speciem Hispaniolae gran- disime. Sepala lati-ovata, apice obtusa, inferne carinata, tri-nervia, leviter

234 Moscosoa 5, 1989

marginata; postico 2.3 mm longum 1.8 mm latum, lateralia 2.3 mm longa, 1.7 mm lata. Petala transverse obtrapezoidea, obliqua, angulis rotundatis, curvatis, truncatis, in situ columna tenuiter breviore, extus carinata, apice superficie nova nectarifera, sparsim papillosa, valde incrassata, et ad medio leviter scabridiuscula et obtusa, apiculata, 0.6—0.71 mm longa, 1.0—1.1 mm lata, 3 nervia. Labellum 0.8 mm longum, 0.7 mm latum, clausum columna longior, subtus basi ad pedem columnae cardinatum, oblongo-tnangulanis, microscopico-pubescens, basin versus transverse tenuiter pulvinatum, apice tenuiter acuminatum, obtusum, leviter revolutum, post apicem foveatum magnum, 0.38 mm latum. Columna humilis, 0.9 mm longa, alis longis, aper- tis, in pedem breve 0.2 mm longum producta.

Tipo: HAITI: Massif de la Hotte: Les Cayes: Les Platons, después de la Igle- sia a pié 3 horas al llano de Formond, de allí loma arriba a una terraza con el campamento No. 2 a 1650 m elev., al este unos 150 m a un arroyo seco que conduce a otra terraza abajo, orquídeas creciendo a 3 metros sobre la tierra en un árbol de 15 cm de espesor, 18°19’ N, 74°01’ Oe recolectada feb 1984. Florecieron en cultivo 28 ago 1986, Dod 1018 (Holotipo: JBSD; Isotipos: AMES, MO, NY, SEL, US).

Esta especie se distingue por tener las flores más grandes del género en La Española. Sin duda las plantas son las más grandes. La especie se distingue de la S. jenssenii porque ésta última tiene la planta mucho más pequeña, la inflorescencia mucho más larga que su hoja, las flores muy separadas y los pétalos más largos que la columna. Hay muchas otras plantas de Stelis encontradas por Formond, que tienen flores algo más pequeñas que la nueva pero varían tanto que no es posible escoger entre ellas caracteres constantes para definir otras especies. A lo mejor representan un grupo de híbridas.

El nombre especifico magnicava se refiere a la cavidad o fóvea grande del labelo.

Agradecimientos

Doy mis gracias a Daniel Ortega, Carl Luer, y Valerie Nagler por los dibu- jos.

Nota: La figura 4 la publicaremos en la próxima edición.

Moscosoa 5, 1989, pp. 235-249

ORQUIDEAS (ORCHIDACEAE) NUEVAS PARA LA ESPANOLA Y OTRAS NOTAS: VII

Donald D. Dod

Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9 Santo Domingo, Repú- blica Dominicana). Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la Española y otras notas. VII. Moscosoa 5: 235-249. 1989, Se informa del redescubrimiento de la Epidendrum blan- cheanum Urb. cerca del área del holotipo. Plantas vivas han florecido y se ha podido dar una descripción de la flor, detalle que hacía falta en la descripción original. Se ha descubierto la Cyclopogon miradorense Schltr. en la Española que tiene una amplia dis- tribucion a 150-1000 m. Se presenta el cambio de nombre de Encyclia sintenesii (Rechb. f.) Britt a Encyclia gravida Lindley. Se aclara que la Encyclia isochila (Rehb. f.) Dod no tiene su labelo entero sino trilobado, y así la var. tridens no vale la pena distin- guirla. Se presenta la palabra ruderal (ruderalis, latin) con significado de “creciendo en hojarasca” sea sobre tierra o epifítica. Se describe la naturaleza de las espinas de Cyrto- podium punctatum (L.) Lindl. Se inforina que la anotación sobre la colección de Ekman H-6861 (S) como una especie nueva para la ciencia nunca fue publicada por el autor L.C. Garay y que más tarde en la literatura, se dió otra identificación a la colección pero no se corrigió la anotación ya mencionada. Se reporta observaciones acerca del crecimiento perenne de Prescottia cordifolia, y otras ruderal-terrestriales. Se explica la interrupción en el sistema de numeración en el libro de colección de Donald D. Dod.

The rediscovery of Epidendrum blancheanum is reported. Since the original descrip- tion covered the plant only, a description of the flowers is given. A widely distributed plant in the Spiranthinae has been identified as Cyclopogon miradorense Schltr., a first report fot Hispaniola. Encyclia sintenesii (Rchb. f.) Britton, conmon in Hispaniola, is placed in synonymy to Encyclia gravida Lindl. Encyclia isochila (Rchb. f.) Dod is found to have a trilobed lip, not an entire one. Thus the var. tridens is to be disregarded and considered as a synonymon of E. isochila. The word “ruderal” (latin ruderalis) is introduced to describe those terrestial orchids growing in organic material rather than soil and those epiphytes which grow in that material in an epiphytic mode. An explana- tion is given as to how the spines on the pseudobulbs of Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl. are formed. The annotation of Ekman H-6861 (S) as a species new to science was never published. Garay later identified the specimen as Lepanthopsis constanzensis (Cogn.) Garay but the annotation on the sheet was never corrected. Observations on the perennial nature of Prescottia cordifolia Rchb. f. and similar ruderal terrestrials are reported. An explanation is given of the numbering system of the collection book of the authot (D. Dod).

En el curso de escribir la Flora de las Orchidaceae en la isla Espanola hay una serie de observaciones que contribuyen a un mejor entendimiento de varias especies comunes. Ademas ha sido posible identificar unas orquideas ruderal-terrestres que hasta la fecha se han considerado como Spiranthes elata (Sw.) L. C. Rich. También hay notas taxonomicas que siguen corrigien- do la lista de las especies de orquideas en la Espanola.

236 Moscosoa 5, 1989

FPIDENDRUM BLANCHEANUM Urb., Ark. Bot. 17(7): 21. 1921.

Urban, en la publicación del tipo de esta especie, dijo que la planta sola- mente tenía cápsula y sépalos como remanentes de la flor.

En 1982, el autor recolectó unas plantas en Formond, Massif de la Hotte, en Haití, no lejos de Ma Blanche donde Ekman encontró el tipo de E. blan- cheanum, y las identificó como Epidendrum stroboliferum Rchb. f. Cuando florecieron en el invernadero del Jardín Botánico Nacional, se vió que no correspondían a esa especie. Estudios han probado que es la E. blancheanum Urb. Aquí, por primera vez presentamos una foto de la planta, un dibujo de la flor (Fig. 1 y 2) y una descripción de la flor, hecha a partir de material VIVO.

Sepala carnosula, ovato-oblonga, intus leviter convexa, extus carinata, base cuneata, apice interdum leviter acuminata, apiculata; postico 7.3 mm longo, 3.3 mm lato, lateralibus obliqua, 7.2 mm longa, 2.7 mm lata. Petala ligulata, intus tenuiter convexa, apice obtusa, extus tenuiter carinata, 7.0 mm longa, 1.1 mm lata. Labellum carnosulum, ovatum, glabrum, base cordatum, apice obtuso-rotundatum, 5.0 mm longum, 5.0 mm latum, extus ubi columnam adnatum incrassatum, multi-nervum, base multi-cristatum, superficie laeve multi-sulcatum. Columna lata, 3.6 mm longa, antica tenuiter erosa, base alae longiores; ovarium basi incrassatum ob cavitum gibbosum 2.2 mm longum, 2.2 mm latum; antera bifida, ab ore producta; rostellum planities, media rima incrassata, ubi columnam adnata. Bractea floralia sub-quadrato-orbicu- laris, apice acuminata, obtusa, extus multicarinata, intus tenuiter nervato- costata, 10.5 mm longa, 8.0 mm lata.

HAITI: Massif de la Hotte: Ma Blanche, Ekman H 615 (S, tipo, foto vista); Formond, mayo 1982, 950 m. elev., Dod 999 (JBSD).

CYCLOPOGON MIRADORENSE Schltr.

Repert. Spec. Nov. Regni Veg. 21: 382.1925. REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Limpio Loma de Cabrera, poblado Rio Limpio, vereda hacia Loma Nalga de Maco, terrestre ruderal en bosquecito secundario justo antes de dejar el valle para subir hacia la loma, 800 m elev., 19° 12’ N, 71° Oc, abr 1983, floreció en cultivo mar 1985, Dod 1057 (JBSD); Sierra Bahoruco, Barahona, carretera a La Guasara 5 km adentro donde pasa debajo del acueducto del Ingenio Barahona, en terra mojada por agua saliendo del tubo 100 m, Dod 1553 (JBSD); Duvergé: Puerto Escondido, Puesto Militar 2—3 km adentro por la carretera a Peder- nales, donde por la derecha hay una montería virgen ““Zapotén Abajo” 600 m, Dod 1940 (JBSD).

Estas colecciones son las primeras que he podido identificar con certeza

Moscosoa 5, 1989 237

Fig. 1. Epidendrum blancheanum Urban.

238 Moscosoa 5, 1989

Fig. 2. Epidendrum blancheanum Urban. Nótese el hábito de ramificación. Las hojas lanceoladas ayudan a distinguir esta especie de la E. ramosum.

aunque he tropezado con la especie desde hace mucho tiempo. El dibujo de Hamer (1982) es idéntico al material nuestro. Caracteres sobresalientes son: plantas medianas, hojas medianas, peciolos estrechos y cortos, pedúncu- lo color castaño pálido, los pelos de arriba algo capitados, flores color castaño pálido en el exterior, el labelo por la base algo auriculado, con un dedo largo retrorso en cada lado.

ENCYCLIA GRAVIDA (Lindl). Schltr., Beih. Bot. Centralb. 36(2): 472. 1918

Epidendrum gravidum Lindl., J. Hort. Soc. London 4:44. 1849

Encyclia sintenisii (Rchb, f) Britton Sci. Surv. Porto Rico 5(2):192—197. 1924.

Epidendrum sintenisii Rchb. f., Ber. Deutsche Bot. Gesell. 3:277. 1885

Epidendrum monticulum Fawc. & Rendle, J. Bot. 47: 124. 1909.

Epidendrum oncidioides var. gravidum (Lindl.) Ames, Hubb., & Schweinf, Bot. Mus. Leaf. 3:104. 1935.

Encyclia oncidioides var. gravida (Lindl.) Hoehne, Arg. Bot. Estado S. Paolo n.s. 2: 153. 1952.

Moscosoa 5, 1989 239

Mientras quien escribe hacía colecciones de las orquídeas en Puerto Rico desde 1948 a 1964, siempre juzgaba que el nombre apropiado para este taxón era Encyclia sintenisii (Rchb. f.) Britton. Al empezar a hacer coleccio- nes en la República Dominicana en 1965 se identificaba material similar con ese nombre apoyado por una publicación de Garay (1969).

Hace varios años cuando la biblioteca del Jardín Botánico Nacional en Santo Domingo recibió el libro “Schedulae Orchidianae” por Ames, descu- brí el dibujo de Epidendrum gravidum Lindley. Un estudio cuidadoso no demostró ninguna diferencia entre el dibujo y el material de Puerto Rico o el de la República Dominicana. Material en herbario de este taxón oriundo de Jamaica, Puerto Rico y la Española ha llevado una variedad de nombres y por eso los indicamos como sinónimos.

ENCYCLIA ISOCHILA (Rchb. f.) Dod, Moscosoa 4: 193. 1986.

Encyclia isochila var. tridens (Rchb. f.) Dod. Moscosoa 4:193. 1986.

El autor recientemente (1986) publicó una nota sobre la Encyclia isochila (Rchb. f.) Dod y su variedad E. isochila var. tridens (Rchb. f.) Dod. Esta nota fue publicada usando la siguiente información acerca de la especie y su variedad: Cogniaux (1910) describió el labelo “oblongo-lanceolato-acumina- to margine involuto, disco laevi.”” El describió el labelo de la var. tridens asi: “labelo utrinque ante apicen dente extrorso acuto prosiliente aucto”. De estos datos se puede inferir que la E. isochila. tiene una variedad tridens de labelo entero.

Garay (1969) hablando de una planta de la var. tridens de esta especie, dice “al juzgar el número de ejemplares que he examinado de esta especie oriunda de la República Dominicana, esta variedad parece ser mucho más común que la variedad típica, que se describe como tener un labelo entero”. Un poco después de la publicación mía en 1986, (en base a estos dos datos de Cogniaux y Garay), recibí un dibujo de la flor de E. isochila hecho por James Ackerman basado en el mismo holotipo en el British Museum. El dibujo señala que el labelo es trilobado, no entero como Cogniaux (1909) y como Garay (1969) habían reportado. Otro dibujo de la flor de la var. tridens señala que la única diferencia entre la variedad y la especie es que la forma de los ápices de los lóbulos del labelo de la variedad tienden a ser apiculados, mientras los de la especie no lo son. Por eso no reconozco la variedad, porque el labelo de E. isochila es trilobada ya.

Así es que la distribución actual de la Encyclia isochila (Rchb. f.) Dod en la Española es la que fue reportada en Moscosoa, en 1986, para la especie y su variedad. La coleccion Ekman 14198 (S) que no es trilobada sino que tiene el labelo entero, se considera un aspecto de la variación expresada en

240 Moscosoa 5, 1989

la especie. Aqui se reporta una extensión de esta especie para Haití, por primera vez para ese pais, HAITI: Milot, Parque Nacional del Citadelle, Crudem Road, epifita sobre un árbol de sombra en cafetal, Dod 1949 (JBSD);

Ruderal, una nueva palabra en el vocabulario del orquideólogo

“Ruderal (del latín rudus. - eris, ruinas, escombros) calificativo que se aplica a una gran parte de la paranthropophytia y a los medios respectivos: vegetación ruderal. . . En general comprende los medios o estaciones rude- rales creados por la habitacion humana y construcciones anejas. . . En la práctica los límites de este concepto no están fijados con precisión” (Font Quer, 1977).

Desde hace tiempo he observado que la división de plantas de Orquídeas en dos categorías, epifiticas y terrestres, es una simplificación poco útil y hasta contradictoria. Solamente ha servido para indicar plantas que crecen al nivel de tierra y las que crecen más arriba, sobre árboles o arbustos.

En mis notas encuentro que la primera planta de Liparis nervosa que re- colecté en Puerto Rico estaba sobre humus en una horqueta de un árho! mediano, aproximadamente a 1.5 metros de altura, no lejos de un pequeño salto. Una vez, en Monteada Nueva de la Sierra de Bahoruco, República Dominicana, descubrí dos plantas de Cranichis diphylla creciendo sobre muscos en el tronco de un árbol vivo y vertical. ¿Son estas dos especies terrestres o epifiticas?

En contraste, en la Sierra de Bahoruco por Zapotén, andando en un bos- que nublado por poco pisé un lindo ejemplar de la Trichopilia fragrans, sus flores blancas iluminando la sombra y perfumando el aire. ¿Era epifítica O terrestre?

Recientemente, en un artículo escrito por Benzing & Atwood (1982) tratando de preferencia de habitats de orquídeas creciendo en bosques viejos, encontré el uso de esta palabra que para es hasta la fecha, la que ha hecho falta en la distinción terrestre-epifítica.

En una gráfica, ellos usan la palabra inglesa “ruderals’’ para clasificar muchas orquídeas que caen entre las verdaderas terrestres y las que sin duda son epífiticas.

Los autores señalan que en horquetas de árboles y sobre piedras y ramas anchas hay una acumulación de material orgánico que ha caído desde la parte del árbol más arriba. En contraste, indican que abajo sobre la tierra hay una capa similar de detritus: hojas, flores y ramitas que caenacontinuamente. En esa capa sobre la tierra crecen orquídeas que ahora acostumbramos

Moscosoa 5, 1989 241

llamar terrestres, pero que nunca tocan tierra, solamente crecen en la capa de hojarasca.

Esta introducción del término “ruderal”, ya existente en español, deja por un extremo las orquídeas que crecen en tierra mineral, más o menos en pleno sol, especies como Bletia patula, sacoila lanceolata, o Habenaria monorrhiza. En el otro extremo hay epifíticas puras, como Dendrophylax varius, Oncidium variegatum, y Campylocentrum filiforme, que crecen en situaciones xéricas sin beneficio de material ruderal. Aún en condiciones de humedad, creciendo sobre ramitas en la copa, tenemos especies de Lepanthes, Lepanthopsis, y en Campylocentrum, la C. serpentilingua y la C. macrocarpum, que nunca se ven aprovechando una situación ruderal. Son epifíticas puras.

Aunque la palabra ruderal no es muy explícita en su distinción de elemen- tos sobre nivel de tierra por lo menos nos da una categoría bien definida en cuanto al medio del substrato. En otras palabras, debe usarse como un cali- ficativo: ruderal terrestre y ruderal epifítica.

Los orquideólogos en sentido específico y los botánicos en sentido general, debemos adoptar la palabra ruderal, y aquí lo hago, para referirnos a ese ambiente especial que se compone de detribus (basura) que cae de árboles en bosques viejos sobre la tierra, al igual sobre las ramas y las horquetas de los mismos árboles. Esto significa que excluimos la idea de que esta basura vegetal esté restringida al resultado del trabajo del hombre.

Entoncés, es esencial que reconozcamos este humus como un medio o

substrato distinto a la tierra, también de la condición de epifítica pura y que siempre existe entre estos dos extremos. Además podemos afirmar que el substrato ruderal aplicado a orquídeas existe porque no ha habido una ac- tividad humana allí.

En bosques sub-tropicales y tropicales donde abundan orquídeas, el cam- pesino con su hacha elimina la rica población de epífitas y con su “quema” o “fuego de limpieza” acaba con las terrestres y las ruderales que han podido sobrevivir a tumba del bosque. Creo que es significativo el hecho de que las primeras orquídeas que aparecen en un bosque secundario apenas existían en el bosque original y viejo.

Por supuesto, cuando uno trata de orquídeas en la zona templada, es algo común encontrar especies de Habenaria (Platanthera) y de Pogonia prospe- rando al lado de carreteras donde rellenos han concentrado suelos altos en materia orgánica. Tal condición es sólo la más estrecha aplicación del concep- to de ruderal.

242 Moscosoa 5, 1989 Una nueva especie de Lepanthopsis sale una natimuerta

En el año 1986, el autor publicó una monografía del género Lepanthopsis Ames como existe en la isla Española. Fue una sorpresa al examinar un re- trato de la Ekman H-6861(S), ver que el especimen mostró el nombre L. bituberculata Garay, sp. n. La colección se había hecho en Haití, (Massif de la Selle, Morne de las Commissaires). La anotación por Garay se había hecho en julio del 1951. Fue la primera vez que yo supe de tal especie.

Un repaso de la literatura no reveló la publicación de ese nombre. Por otro lado, al estudiar de nuevo la publicación “A Revision of the Genus Lepan- thopsis Ames, encontré la probable solución. Esta colección de Ekman, al igual que la Ekman H—11821 (S) aparece en el trabajo de Garay identificada como L. constanzensis (Cogn.) Garay. En la clave de especies él mencionó un dato específico acerca del taxón “labelo con dos callos hacia el ápice”. Estos dos callos corresponden al dato que motivó a Garay a aplicar el nom- bre “bituberculata” a la Ekman H—6861 (S). Antes de publicar la nueva es- pecie, él a lo mejor llegó a examinar la Ekman H—11821(S) y esa, había sido identificada por Mansfeld como Pleurothallis constanzensis Cogn. y posiblemente tenía la flor color vináceo.

Visto que Garay no anotó sobre Ekman H-6861 la identificación correcta que él había descubierto (y publicado en su monografía) en relación a la Ekman H-11821(S), podemos concluir que ya había devuelto el ejemplar. El retrato de la planta de Ekman H—6861(S) que poseemos, especialmente la inflorescencia zig-zag la identificó fácilmente para mí. Además el dato es- crito por Ekman en la etiqueta “Fl. pale yellow” (Flor amarillo pálida) corresponde a la variante alba mencionada en mi monografía. A lo mejor fue ese detalle del color alba lo que motivó a Urban a no identificarla como Pleurothallis constanzensis.

El material holotipo de esta especie, Tuerckheim 3482, no aparece en her- barios y la conclusión es que junto a muchos otros que manejaban Cogniaux y Urban, fue perdido en la destrucción del herbario de Berlín en la segunda guerra mundial. Se espera obtener el especimen Ekman H—6861(S) para ano- tar la identificación correcta.

Las espinas de Cyrtopodium punctatum

Hay pocas orquídeas entre las especies nativas a la Isla Española, que tengan una defensa contra predadores. Quizás algunas han desarrollado un sabor ya sea en la flor o en la planta que actúa como un repelente, pero esta calidad es difícil de determinar sin experimentos sofisticados. Hasta el mo-

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mento, la única manera de detectar una inmunidad es por observación de la condición de las flores y la planta.

Mientras el autor llevaba a cabo sus exploraciones en Haití, por Formond, en 1982 (Dod, 1984 y 1986) se observó en plantas de Epidendrum jamaicen- se y E. nocturnum que un roedor había comido una parte de un crecimiento de varias plantas. En enero de 1983, junto a José Ottenwalder, estudiante de Zoología en la Universidad de Florida, encontré materia fecal del roedor Plagiodontia aedis cerca del área donde se había notado la acción de un pre- dador de las plantas.

Otra evidencia de predacción fue visible en material de herbario (JBSD) de Ervthrodes plantaginea (L.) Fawc. & Rendle. En ese caso solamente el pro- minente nectario de la flor blanca fue dañado. Visto que tales flores tienen espolinas de 3—5 mm de largo, no es difícil conjeturar que un zumbador pe- queño como la Mellisuga minima, una avecilla de solamente 5-6 cm de largo pudiera haber hecho una perforación del nectario. El autor ha obser- vado a este zumbador picar otras flores blancas y en una ocasión vió que el avecilla perforó una apertura o por lo menos usaba una perforación hecha por otro “dulcefago” en el bejuco Distictis lactiflora. En el caso de la orquí- dea, no se notaba que en las flores dañadas habían algunas polinizadas y por ende no se puede llegar a la conclusión de que tal daño a la flor fuera parte del costo de su polinización.

Recientemente el autor ha podido observar que otra orquídea tiene una defensa contra ciertos predadores y cómo la planta se ha adaptado para defenderse. La Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl. tiene unos seudobulbos que en el caso de nuestras especies de orquídeas en la Española, son las más grande que tenemos. -Esta especie es nativa de Florida en Los Estados Uni- dos, de Puerto Rico (casi extinguida) y la Española (no común pero amplia- mente distribuida en la República Dominicana desde 10—800 m de elevación en ambientes de poca a bastante lluvia). Los seudobulbos son fusiformes, hasta 45 cm de largo, 5 cm de ancho y terminados en unas hojas plicadas de hasta 45 cm de largo.

Una planta vieja, ubicada sobre una piedra grande o en una horqueta de un árbol que da sombra en el café puede crecer tan grande que llega a tener hasta 20 seudobulbos o más sin hojas además de las 3—5 del año actual. Tal planta puede pesar más de 100 libras (Marion-Landais, 1987). La persona que trata de recolectar una planta grande de Cyrtopodium punctatum, se encuentra que una planta a veces tiene la defensa de algunas hormigas gran- des y agresivas que viven entre las abundantes raíces pero que siempre tienen sus seudobulbos adornados con unas espinas, duras y agusadas. Con el tiempo, estas espinas, especialmente las de la parte inferior del seudobulbo

244 Moscosoa 5, 1989

Fig. 3. Cyrtopodium punctatum (L.) Lindley. Se ven las espinas formadas por la abscisión del peciolo de la hoja.

ALA a

se caen, pero casi siempre la parte superior mantiene esta defensa.

He conocido la Cyrtopodium punctatum por más de 30 años, casi siempre teniendo una planta como parte de mi propia colección. Nunca he prestado atención a las espinas, fuera de mantener un respeto por ellas cuando maneja- ba la planta. Sucede que recientemente en mis estudios de polinización de las flores de las orquídeas, empecé a notar detalles desapercibidos antes.

En el caso de la Cyrtopodium punctatum quería averiguar lo que sería la naturaleza de la predación contra la cual la planta se había adaptado de ma- nera que su seudobulbo tenía estas espinas. En Puerto Rico y aquí en la Española, la amenaza principal a la planta es el hombre, primero con la des- trucción de su ambiente y, especialmente en Puerto Rico por el uso del seudobulbo, y finalmente por los amantes de orquídeas quienes recolectan la especie para ponerla en sus jardines.

En Puerto Rico la especie antes se usaba como una fuente de material para pegar madera, especialmente la usada en fabricar guitarras. Además se

Moscosoa 5, 1989 245

ha sabido que la pulpa machacada y aplicada sobre un vendaje servia al secarse como un yeso para proteger un brazo roto.

No es fácil suponer que esta defensa tan hábil del seudobulbo contra el hombre viniera en quinientos años (tiempo después de Colón) como una se- lección natural de las especies. Pero cuando uno estudia la posibilidad de que los seudobulbos hubieran provisto alimento, tratamos de un uso que ha durado mucho más tiempo-por milenios. Visto que la especie crece en Flo- rida, América Central y parte de América del Sur y muchas veces sobre pie- dras donde es posible el acceso de animales rumiantes como venados, no es difícil creer que las plantas que desarrollaron espinas tuvieran menos pre- dación.

Además de esta especulación en cuanto a la predacción, empecé a investi- gar la naturaleza del desarrollo de la espina. Temprano en la primavera, al lado del seudobulbo más reciente, nacen dos retoños, uno que produce la espiga larga de flores y la otra el nuevo seudobulbo. Lo que se ve en el prin- cipio es una piña de los ápices de las hojas. Estas hojas siguen alargándose hasta que se ve al fondo un tallo grueso que sigue alargándose a la vez que va hinchándose en forma ahusada. Al estudiar la planta mientras crecía, encon- tré que las hojas son la fuente de las espinas.

La hoja se adhiere al seudobulbo con su base unida a un anillo o una articulación. La parte basal es una vaina amplectiva; más arriba se pone estrecha formando el tallo de la hoja. La hoja tiene una costilla central, una quilla, que provee rigidez. Al lado del nervio central hay costillas menores. Según la hoja va madurando las quillas van endureciendo. Empezando por la base del seudobulbo, las hojas que van secándose se desprenden y dejan la vaina con una espina grande en el centro y espinas menores a cada ladoo

Al escudriñar el proceso de desprendimiento de la hoja descubrí el secreto de la espina. Antes de que se cayera una hoja, empecé a ver una diferencia de color del tejido por la zona de desprendimiento. Meneaba una hoja para ver si podía desprenderla. Por un lado del eje central el tejido empezó a separarse y donde había cada nervio vi que salía una espinita. Dejé de esforzar y exa- miné con mi lupa la línea de abscisión, donde se separaba la hoja de su base (la vaina). En vez de romperse por casualidad, en una forma irregular, había una forma simétrica. Cada nervio dejaba una puntica extendiéndose hacia abajo por la base de la hoja y hacia arriba por el ápice de la vaina. La esforcé más y se partió por la quilla central. La separación de este nervio central no era perpendicular al eje, sino diagonal, dejando una espina en la quilla de la hoja y en la de la vaina. De allí en adelante fue fácil separar el otro lado de la vaina.

Después de haber hecho la separación, pude ver que toda nueva vaina sin

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su hoja era similar a todas las anteriores. Este interesante fenomeno es casi imposible de discernir revisando material de herbario. No aparece en ninguna descripción de la planta, ni en el dibujo que he podido examinar. Aunque no es definitivo en cuanto a la identificación de la especie, para el científico que quiere saber todo lo posible sobre las plantas, esa línea de abscisión sugiere una idea de diseño. Pero con esa idea de diseño surge la pregunta de cómo ese diseño cabe en nuestro concepto de la casualidad de variación y luego de adaptación y selección. Y ¿si hay un diseño, quien es el diseñador?

Orquideas terrestres - ¿anuales o perennes?

El uso de material de herbario para nuestra comprensión de orquídeas terrestres impone una casi insuperable limitación sobre el estudiante. La desecación combinada con la comprensión deja (para todo propósito prácti- co) un residuo bi-dimensional, seco, castaño, del cual lo que mejor se puede decir es que la planta tenía raíces carnosas y fasciculadas, unas hojas, una inflorescencia, una o varias flores cuyas dimensiones son inevitablemente menores que las de las plantas vivas.

Afortunadamente, quien escribe está eximido de tener que depender de “autopsias” para todos sus datos. Tengo la ventaja de recolectar mis propias plantas, a menudo plántulas difíciles de identificar en cuanto a especie y a veces aún a género. Las traigo a un invernadero, aire acondicionado o a un vivero según sus necesidades de temperatura para que sigan creciendo. Cuan- do florecen describo la planta viva con sus flores antes de desmembrarlas bajo el microscopio y al fin la seco en una prensa, guardando algunas flores en F.A.A. o la Solución Kews.

El privilegio de recolectar mis propias plantas y estudiarlas vivas ha pagado recientemente un dividendo no anticipado. Una planta ruderal, estéril, de género desconocido fue recolectada en 1984. Se sembró en un tarro lleno de hojarasca, creció produciendo varias hojas y floreció en enero de 1985. Tenía hojas características de la especie Prescottia stachyodes y sus flores, algo más grande que las normales, mostraban el labelo típicamente capuchado. Cuan- do desenterré la planta y la lavé con un chorro de agua, noté que tenía dos grupos de raíces fasciculadas uno debajo del otro y entre ellos un tallo no piloso como eran los tubérculos sino glabro y un poco rosado.

Al escudriñar la parte que había estado enterrada, observé que en el tallo rosado un poco más arriba de las raíces había unas cicatrices donde antes, a lo mejor, habían crecido hojas. En seguida me di cuenta de que esa parte in- ferior era pariente de la planta que había florecido. Recordé el ambiente de esa planta y empecé a comprender lo que había sucedido. En el bosque lati-

Moscosoa 5, 1989 247

foliado hay una caida constante de hojas, ramitas, pedazos de corteza, y flores (en su tiempo). A la vez que la planta original iba “bajando” con la pudrición de la capa de hojas donde nació, caían más hojas que obligaban al tallo a “ascender” algo para llegar a la luz. Así se desarrollaba el tallo ver- tical subterráneo.

Fascinado por esa historia escrita en hojas, examiné la parte de la planta con hojas. Allí en la base de un pecíolo vi una rotura y al pelarlo hacia abajo descubrí el nuevo retoño que haría el próximo crecimiento de la planta. Sin dudas la planta era perenne y de unos cuantos años de edad. No había mane- ra de averiguar en el fondo de la planta cuantos sistemas de raíces ya habían muerto y desintegrado.

La planta bajo estudio tenía varias hojas, las cuales se emitieron a diferen- tes niveles. Al lado de la inflorescencia había una sola hoja cordada por la base Un poco más abajo otra hoja crecía con esa parte del tallo desarrollan- do su propio sistema de raíces. De manera que lo que parecía una planta con varias hojas eran varias generaciones de la misma planta. Así es que habría que describir la especie como monofila porque en situaciones más secas, so- lamente la nueva hoja se quedaría viva. Lo que aclara este proceso es la in- clusión en la descripción que la planta es perenne y cada año produce una hoja y (a lo mejor) la inflorescencia.

No recuerdo haber visto en la descripción de una orquídea terrestre o ruderal algún dato que indicara si fuera una planta anual o perenne. Esta experiencia contada me ha convencido de que en el futuro a cada planta ru- deral, sin bulbo o pseudobulbo, debo notar con cuidado al desenterrarla si es anual o perenne.

Una aclaración sobre el libro de colección de D. D. Dod

Empezando en septiembre de 1965, el autor mantenía su propio libro de colección, solamente de orquídeas de la Española. Al iniciar su trabajo con el Jardín Botánico Nacional en Santo Domingo, el decidió con el acuer- do del Dr. Alain Liogier, en aquel entonces Director del Departamento de Botánica, entregar sus colecciones al Dr. Liogier para que aparecieran con los números de Liogier y el nombre de Dod como colector.

El sistema empezó con el número Dod 404 en diciembre de 1973 y si- guió hasta octubre de 1975. A partir de ese momento, el autor decidió publi- car sus propios materiales. Volvió a hacer las entradas pertinentes desde el tiempo que había dejado de hacerlas. Por eso, el material recolectado por él entre los números 404 y 537 debe llevar dos números, el de Liogier y el de D. Dod. Además de los números 404 al 537, estoy descubriendo otras colec-

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ciones con el numero de Liogier que deben tener el de Dod. Estos se recono- cen porque Liogier siempre en tal caso puso al final de la descripcion de la planta el nombre (Dod) entre paréntesis. Todavia hay unos cuantos ejempla- res en herbarios a las que hay que anadir los numeros de Dod.

Agradecimientos

En la preparación de estas notas he sido muy beneficiado por la ayuda de las siguientes personas: Ing. Eric Hagsater, quien me regaló una foto del tipo de la Epidendrum blancheanum; Dr. James Ackerman, quien me regaló una copia de su dibujo de los labelos de Encyclia isochila y su variedad tridens; Dr. Thomas A. Zanoni, por su ayuda continua con detalles de biblio- grafía e Ing. Manuel Báez, por el dibujo de la Epidendrum blancheanum.

Literatura citada

Ames, O. 1923. Additions to the orchid flora of Central America with observations on noteworthy species. Sched Orchid. 4:1—62.

Benzing, D. H. & J. T. Atwood. 1984. Orchidaceae: ancestral habitats and current status in forest canopies. Syst. Bot. 9: 155—165.

Cogniaux A. 1909—1910. Orchidaceae. Symbol. Antill. 6:293—696.

Dod, D.D. 1984. Massif de la Hotte, isla peculiar, orquídeas nuevas iluminan su historia. Moscosoa 3: 91-99.

. 1986. Orquídeas (Orchidaceae) nuevas a la ciencia, endémicas en la

Española. Moscosoa 4: 133-187.

1986. Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la Española y otras notas. VI. Moscosoa 4: 188—199.

Font Quer, P. 1977. Diccionario de Botánica. Editorial Labor: Madrid.

Garay, L. A. 1953. A revision of the genus Lepanthopsis Ames. Orchid J. 2(10): 467-468.

—__ 1969. Notes on West Indian orchids, I. Jour. Arnold Arb. 50(3): 462— 468.

Hamer, F. 1982. Orchids of Nicaragua. Part 1 Ic. Pl. Trop. 7: Pl. 612.

Marion-Landais, H. 1987. Cyrtopodium punctatum. Bol. Soc. Dom. Orqui- deol. 3:3, 29—34.

Moscosoa 5, 1989

249

Tabla I. Resumen de la aplicación de “ruderal” a una clasificación de orquí-

deas tropicales.

Orquídea terrestre

Orquídea terrestre ruderal

Orquidea epifitica

ruderal

Orquidea epifitica pura

Crece en suelo mineral con un porcentaje limita- do de material organico, bien mezclado; general- mente bastante expuesta al sol.

Crece debajo de bosques viejos a nivel de tierra pero en la basura organica encima del suelo; este es un ambiente siempre renovandose por la caida de mas hojarasca.

Crece sobre los arboles, debajo de las copas a menudo en bosques donde se ha desarrollado la calidad de “climax”; acompañadas por otras epífitas tales como: helechos, anturios, pepero- mias y bromelias; recibe una luz reducida y fil- trada, sus raíces están pegadas al árbol o por lo menos metidas en la capa ruderal.

condición mésica: crece en las copas de árboles en bosques donde hay alta humedad; mayor- mente sus raíces están pegadas a las ramitas con la excepción de las orquídeas áfilas.

condición xérica: crece en copas de árboles y en ramas de arbustos, bajas en humedad; substrato: cáscara lisa, no cubierta con materia orgánica muerta; las orquídeas áfilas tienden a mandar raíces aéreas después de fijarse bien al substrato con raíces originales.

Moscosoa 5, 1989, pp. 250-264

EL GENERO LEPANTHES (ORCHIDACEAE) DE LA ESPANOLA. I

Henry A. Hespenheide & Donald D. Dod

Hespenheide, Henry A. (Department of Biology, University of California, Los Ange- les, California 90024, U. S. A.) & Donald D. Dod (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). El género Lepanthes (Orchidaceae) de la Isla Española. | Moscosoa 5: 250-264. 1989. Después de una breve introducción histórica del género Lepanthes en La Española, se presenta cinco nuevas especies de Lepanthes: L. bahorucana, L. caudatisepala, L. domingensis, L.nutanticalis L. palatoflora.

After a brief historical introduction to the genus Lepanthes in Hispaniola, five endemic species new to science are described.

En la isla Española el estudio del género Lepanthes Sw. se caracteriza por la gran escasez de material de herbario antes del 1965. A pesar de que en esta isla se han recolectado plantas desde el año 1689, empezando con Plumier, no fue hasta 1910 que Cogniaux publicó como nuevo para ciencia la primera especie, Lepanthes serrulata. Pero no hace mucho se determinó que ésta era Lepanthopsis serrulata (Cogn.) Hespenheide & Garay (Garay, 1968).

Schlechter (1910) fue el primero en reconocer un verdadero Lepanthes de esta isla y lo publicó, Z. tenuis. En el 1917 Urban publicó tres mas, L. constanzae, L. mornicola, y L. subalpina Para más, se esperó hasta el 1926 cuando Mansfeld publicó L. urbaniana. Luego se añadieron dos más: L. purpurata L. O. Williams (1946) y L. furcatipetala Garay (1952).

En resumen encontramos que desde la publicación de la primera Lepan- thes en 1910 hasta la última en 1952, solamente han habido 7 nuevas especies publicadas por 5 autores basado en el material de 5 colectores. De las nuevas especies, 3 se han recolectado en la República Dominicana y 4 en Haiti (Tabla I.).

El ultimo colector que logro descubrir una nueva especie de Lepanthes y tenerla publicada era Holdridge en 1946 y fue publicada por Williams en el mismo año. Lepanthes furcatipetala fue descubierta por Ekman en 1924 pero no hasta 1952 fuera publicado por Garay. Por eso, después de las colec- ciones de Holdridge, no ha habido el descubrimiento y publicacion de un Lepanthes. Por supuesto han habido otros colectores, antes de Holdridge y después, incluyendo a unos famosos, pero pocos de ellos prestaban atención suficiente al género para hacer una recolección de plantas de este género. En su mayoría extranjeros, tenemos los siguientes Schomburgk en 1848, Eggers

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en 1887, Taylor en 1909, Leonard en 1920, Abbott en 1920—21 Valcur en 1928, Curtis en 1944, y Howard en 1946.

Aun el famoso botanico dominicano, Rafael M. Moscoso no dejo nada de ese género en sus colecciones. Según nuestro entender él recolectó pocas muestras para el herbario. Sin embargo, un estudiante de él, Dr. José Jiménez desarrolló un interés en las orquídeas e hizo recolección de Lepanthes de varios lugares. Fue él que primero se puso en contacto con Hespenheide buscando ayuda con sus problemas de identificación de su material. En 1967 Alain Liogier empezó a recolectar en la isla y hasta el final de 1978 también hacía colecciones de plantas del género.

Cuando el segundo autor (D. Dod) empezó su trabajo aquí en 1965, se ter- minó un período de 13 años cuando nadie se interesaba suficiente en el gé- nero de Lepanthes en la Española para publicar algo. Sin embargo desde ese tiempo hasta el presente, tampoco hemos hecho publicaciones sobre el géne- ro a pesar de tener mucho material. La demora es el resultado de que estos estudios siempre han confrontado el contínuo descubrimiento de nuevo ma- terial que iluminaba lo ya recolectado. Aún desde 1981, exploraciones en Haití han revelado muchas otras especies nuevas y han provocado otra de- mora. Solamente ahora hemos llegado al punto que pensamos que podemos publicar algo definitivo sobre 5 especies nuevas para la ciencia.

Como se ha notado, el estudio actual tiene muy poco de antecedentes, poca historia. La primera lista de las Lepanthes fue publicada por Urban (1920), con nada más de 6 especies, una no reconocida ahora como un Lepanthes. En 1943 Moscoso publicó su “Catalogus Flora Domingensis” en el que se trató de las mismas seis Lepanthes de Urban. Jiménez (1965) publicó una lista de tres especies adicionales a la de Moscoso. En 1967, Schott ef al publicó otra lista de las orquídeas y allí puso en lista las mis- mas ya mencionadas. Después de esa publicación no se ha ensayado otra lista porque los presentes autores no se vieron con suficientes datos para justifi- carlo.

Aunque los dos autores han estado juntos en el país solamente una vez por dos semanas, se han unido por dos semanas en Panamá y trés veces en los Estados Unidos por tiempo más corto para tratar con el tema de las Lepan- thes. El segundo autor siempre ha provisto al primero con material seco y flores y plantas preservadas en líquido más diagnósticas diapositivas en color.

La publicación de esta breve historia con cinco nuevas especies de Lepan- thes es en cierto sentido un preludio a la revisión que tiene que ser escrito para comprender este género en la Española.

TIP 8 Moscosoa 5, 1989 Lepanthes barahucana Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 1)

Orchidea. Herba epiphytica, caespitosa, 4.5—8.5 cm alta. Ramicaules tenuis 3.0—7.0 cm longi, 0.4 mm lat, arcuati, 5—7 articulati, vaginis obtecti, vaginae ore dilatato, obliquo, marginato, acuto, ore et striis microscopico- echinatis. Folium 1.8—2.2 cm longum, 1.0—1.3 mm latum, flavo-virens, hebes, arcuatum, late ovatum vel elliptico-anceolatum, abrupte acutum, apicen versus subtliter denticulatum, apice peranguste emarginato, bidenta- to, petiolo 3 mm longo, multi-pedunculatum. Pedunculus plus minusve folium aequalis, ante vel post laminam, no adpressum, 1—3 articulatus usque ad 10 mm longum racemo multfloro, disticho, congesto; flores succedaneae; bracteae carinatae, infundibiliformes, carinis pauci-ciliatis, apice acutis, pedicilli breviores, 1 mm longi. Sepala straminea, glabra, triangulari-ovata, acuminata, extus carinis tenuiter ciliatis; lateralia inter se basaliter connata, binervia, 4.6—5.0 mm longa, 1.1—1.4 mm lata; sepalum posticum 4.8—5 mm longum, 1.2—1.8 mm latum, ad angulum 45° cum axem columnae. Petala transverse bilobata, puberula, margine ciliata, margines laminae exteria aurantiaca, inferne rubris, uninervia, 0.5—0.6 mm longa, lobo anteriore anguste-triangulari, 0.8—1.0 mm longo, lobo pos lineari, leviter falcato, apice acuto, 1.3—1.6 mm longo, petalorum lobis inter se angulo 105”. Labellum rubrum, trilobatum, in medio 0.5 mm longum, lobis lateralibus dolabriformibus 0.6 mm longis, loborum superficiebus convexis, puberulis, ovatis, basaliter rotundatis, apice anguste rotundatis, incurvatis-falcatis, margine ciliatis, 1.4—1.5 mm longis, 0.5—0.6 mm latss, lobo intermedio abaxiali triangulari, ciliato candido, post sinum pusillum sito. Columna erecta, ad clinandrium dilatata,1.4 mm longa, rostello apice angulati-obtusi, apiculato, stigma quam clinandrio altiore et parallelo ad axem columnae. Antera albida, emarginata.

Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Duvergé: Puerto Escondido, Zapotén, lugar de un viejo aserradero a 8 km al sur del Puesto Militar Aguacate, a la derecha de la carretera, mas abajo de la terraza del aserradero creciendo sobre arbustos en un bosque nuboso poco alterado, elev. 1450-1550 m, 18° 52’ N, 70° 41’ Oe, abr. 1971, D. D. Dod 279 (Holotipo: JBSD).

Otros ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Zapotén arriba, elev. 1550-1600 m, Dod 355 (JBSD); HAITI: Massif de La Selle, Morne des Commissaires J. T. Curtis 57 (AMES); Massif de La Hotte: Les Cayes; Formond, Dod 1841 (JBSD).

La Lepanthes bahorucana se concentra en la Sierra de Bahoruco-Massif de la Selle frontera Haití-República Dominicana. La localidad en el Massif

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Fig. 1. Lepanthes bahorucana D. D. Dod, sp. nov.

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de la Hotte representa la dispersion mayor. Los sépalos planos, triangulares, atenuados, los pétalos cortos y el labelo con superficie notablemente con- vexo y casi paralelo al eje de la columna la distinguen.

El nombre £. bahorucana destaca su descubrimiento por el autor en esa Sierra.

Lepanthes caudatisepala Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 2)

Orchidea. Herba epiphytica, caespitosa, 2.8—6.6 cm alta. Ramicaules 1.4—4.1 cm longi, ascendentes, 4—7 articulati, vaginis obtecti; vaginae striis microscopico-echinatis, vaginae ore dilatato, microscopico-echinato, margl- nato, mucronato. Folium 1.4—2.5 cm longum, 0.6—1.0 cm latum, elliptico- lanceolatum, basaliter 1.5—2.5 mm petiolatum, margine sparse ciliatum, apice anguste emarginatum, mucronatum. Inflorescentiae 1-5, 4-7 mm longae, usque ad 9 floribus; bracteis sparse ciliatis, 0.75 mm longis, inter se 0.4 mm distantibus; pedicellis 0.65 mm longis. Sepala viridirubra, lineari- triangularia, caudata, trinervia; sepala lateralia inter se leviter connata, 6.4— 6.6 mm longa, 1.3 mm lata; sepalum posticum 6.5 mm longum, 1.7 mm latum. Petala roseo-purpurea, transverse bilobata, uninervia, pubescentia, 0.4 mm longa, lobo anteriore linear, incurvato, 0.6 mm longo, lobo posterio- re lineari, apice breviter rotundato, 0.9—0.95 mm longo. Labellum roseo- purpureum, trilobatum, in medio 0.5 mm longum, lobis lateralibus dola- briformibus, 0.6 mm longis, loborum superficies anguste ovata, basiliter rotundata, apice acuminata, incurvato-falcata, breviter ciliata, 0.9 mm longa, 0.3 mm lata, lobo intermedio abaxiali, post-sinum pusillum sito, lineari, ciliato. Columna roseo-purpurea, erecta, ad clinandrium dilatata, 1.2 mm longa; rostello apice leviter retuso, apiculato, stigmate quam clinandrio altiore; anthera et polliniis 0.3 mm longa.

Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Piedra Blanca: Km. 16 de carretera a Rancho Arriba, Firme Banilejos, al Este de la via en bosque latifoliado primitivo, creciendo sobre arbustos y árboles, elev. 1000 m, 18° 45’ N, 70° 05’ Oe, ene 1972, D. D. Dod 308 (holotipo. JBSD).

Otros ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Bonao: Loma La Palma, Dod 470 (JBSD); Casabito, Dod 30 (JBSD); San Cristóbal: El Cacao, Los Privados, Dod 253 (JBSD); Pueblito Rio Limpio: Loma Peña Blanca, Dod 374 (JBSD).

La Lepanthes caudatisepala está restringida a la Cordillera Central entre la frontera y la Loma Rodríguez de Baní. Hay algo de semejanza a la L. bahorucana pero los sépalos caudados, curvados no planas, y triangulares la

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Fig. 2. Lepanthes caudatisepala D. D. Dod, sp. nov.

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distinguen; los pétalos son más cortos que los de la L. bahorucana y el labelo no es paralelo a la columna.

La Lepanthes caudatisepala es una de las especies más fácil de distinguir entre el género en la Española. No hay otra semejante. Tanto material que la planta ha expendido en producir los sépalos que parece que por razón de economía se ha producido pétalos algo insignificantes. Hasta la fecha su dis- tribución está limitada a la Cordillera Central y a elevaciones de 100-1200 m de elevación.

El nombre específico L. caudatisepala enfatiza los sépalos caudados.

Lepanthes domingensis Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 3)

Orchidea. Herba pusilla, epiphytica, caespitosa, 3—5.5 cm alta. Ramicaules folia longiores, 2—3.5 cm longi, erecti, vel ascendentes, stricti, raro curvati, gracili, 4-8 articulat,, unifoliati, vaginis obtecti; vaginae striis microscopico- echinati, vaginae ore dilatato, acuto, marginato, apiculato, microscopico- echinato. Folium 1.4—2.0 cm longum, 1.0—1.5 cm latum, coriaceum, hebes, inferne inferne interdum cum maculum brunneum, lati-ovatum vel subor- biculare, obtusum, base abrupte et breviter petiolatum, margines marginat, apicem versus leviter erosum, apice emarginatum, bidentatum, mucronatum. Pedunculi usque ad 5, quam folium plus minusve longum, nec adpressi, inferne et latrorsi emittentes, multiflori. Flores usque ad 12, comparate plantam grandes, distichi, conferti, bracteae ocreatae, sparse ciliatae, acutae, pedicilli 2.0 mm longi. Sepala glabra, straminea; lateralia inter se basaliter connata, obovata, acuta, binervia, valde deflexa 2.9—3.2 mm longa. 1.5 mm lata; sepalum posticum obovatum-acutum, revolutum, 3.0—3.3 mm longum, 1.9 mm latum. Petala transverse bilobata, aurantiaca, trinervia, 0.9 mm longa, lobis subequaliter, triangulari-falcatis, 1.5—1.6 mm longis. Labellum, rubrum superficie puberulum subrectangulare, longe trinerve, margine revolutum, basaliter subcordatum, apice trilobatum, 2.1 mm longum, 1.5 latum, in medio valde emarginatum, 1.5 mm longum, lobis lateralibus tenuiter ciliatis, apice rotundatis, lobo intermedio triangulari. Columna erecta, ad clinan- drum leviter dilatata, 0.8 mm longa; rostello apice transverso apiculato, stigmate quam clinandrio alto; anthera et polliniis 0.45 mm longis.

Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Jarabacoa: Loma de La Sal, mas alla de la casa forestal, creciendo sobre arboles, generalmente a más de 2 m sobre la tierra, elev. 1150 m, 19° 05’ N, 70° 36’ Oe, dic. 1967, D. D. Dod 170 (Holotipo: JBSD).

Otros ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Bonao: Loma La Palma, Dod 469 (JBSD); Casabito, Dod 1505

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Fig. 3. Lepanthes domingensis D. D. Dod, sp. nov.

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(JBSD); Pueblito Rio Limpio: Loma Nalga de Maco, Dod 843 JBSD); Sierra de Neiba: Hondo Valle, Calimete, Dod 215 (JBSD). Sierra de Bahoruco: Cabo Rojo: Isla, Dod 700 (JBSD); Las Abejas, Dod 883 (JBSD). HAITI: Massif de la Hotte: Les Cayes: Formond, 1982, Dod 1909 (JBSD).

La distribucion de la Lepanthes domingensis es interesante por la sepa- racion de los distintos lugares donde ha aparecido. La de Calimete en la Sierra de Neiba es única en esa región. La de Isla se destaca porque es la única especie de Lepanthes en un bosque con muchas especies de orquídeas y también es muy común allí. En Formond, Haití, forma una parte de la gran variedad de especies de Lepanthes de esa región.

El nombre L. domingensis corresponde al país donde fue encontrado pri- mero e indica la amplia distribución que tiene allí.

Lepanthes nutanticaulis Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 4)

Orchidea. Herba epiphytica, caespitosa, 4—13 cm longa, radices mediocres. Ramicaules pergraciles, 0.5 mm crassi, ascendentes, vel nutantes, 2.5—7.0 cm longi, unifoliati, 4—9 articulati, quoque segmento per vaginam striatam et infundibiliformem obtectam, striae microscopico echinato, vaginae ore dilatato, microscopico echinato, marginato, mucronato. Folium subcoria- ceum, lanceolatum vel lati-ellipticum, basaliter abrupte et breviter petiola- tum, 1.0—1.5 mm longum, margine sparse breviterque ciliatis, apice acumi- natis 28-45 mm longum, 7.5—20 mm latum. Inflorescentiae generaliter folia super, usque ad 10, plus minusve folium longae, racimo usque ad 30—floro, congesto, bracteis sparse ciliatis 1.3—1.5 mm longis; pedicillis 1.0—1.4 mm longis. Sepala glabra, citrina, ciliata, inferne carinata, interdum ciliata, ovata, acuta, interdum caudata. Sepala lateralia inter se 1/3 connata, margine interia rubris, binervia, 3.8-4.2 mm longa, 2.0 mm lata; sepalum posticum, 4.8—4.9 mm longum, 2.8 mm latum. Petala transverse bilobata, superficie puberulis, margine rubris, interiis aurantiacis, 3 nervia, 0.7 mm longa, lobi subequaliter, lineari-triangulares, acuti, 2.6—2.9 mm longi. Labe- llum trilobatum, in medio 0.6 mm longum, lobi lateralia rubri, dolabrifor- mes, 1.2 mm longi, loborum superficiebus puberulis, angulati-ovatis, basaliter rotundatis, apice acuminatis, incurvatis, falcatis, et breviter ciliatis, 2.5 mm longis, 0.6 mm latis; lobo intermedio abaxiali, basaliter pilis albis brevis mul- tis, longioribus sparsis, in recavo vado sito. Columna erecta, ad clinandrium leviter dilatata, 1.5 mm longa, rostello apice obtuso-angulato, apiculato, stigmate quam clinandrio altiore, anthera et polliniis 0.6 mm longis.

Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Barahona; carrete- ra a La Guásara, Finca de Habib, Loma Pie Pol, en primitivo bosque latifolia-

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Fig. 4. Lepanthes nutanticaulis D. D. Dod, sp. nov.

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do, creciendo sobre arbustos y árboles, elev, 1200—1250 m, 18° 08’ N, 71° 18° Oe, mar 1971, D. D. Dod 254, (Holotipo, JBSD).

Otros ejemplares examinados: HAITI: Massif de la Hotte: Formond, 1550 m, Dod 1921 (JBSD). REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahofuco. Polo, Argentina, Dod 156 (JBSD); Duvergé: Zapotén, Dod 163 (JBSD); Cabo Rojo; Las Abejas, Dod 882 (JBSD); Duvergé: Loma de Toro, Dod 1636 (JBSD); Puerto Escondido, Vuelta del Codo, Dod 1848 (JBSD); Barahona: Filipinas, Dod 1394 (JBSD).

La Lepanthes nutanticaulis, sin duda, es una de las mas bellas de este género en La Española. Su tamaño grande (para el género aquí) y la brillan- tez y simetría de los colores de la forma, la destacan. Sin embargo no es fácil ver las plantas porque cuando tienen flores, ellas pesan tanto que las hojas se cuelgan y fácilmente se pasan por desapercibidas. Las plantas encontradas en 1983 en Formond, Haití, tienen que ser consideradas como esta especie pero no son tan grandes ni tan coloridas.

Sin tener flores vivas, el estudiante tiene dificultad en distinguir la L. nu- tanticaulis de la L. urbaniana Mansfeld. La descripción original de esta última especie hace falta muchos detalles. Sin embargo, hay diferencias notables que permiten la distinción. La L. nutanticaulis tiene la hoja más ancha, menos tiesa; el ramicaule es tan delgado que la hoja con una flor toma una posición nutante; los sépalos son cóncavos con los ápices perpendiculares al plano de la base de la flor, y el ángulo entre los sépalos laterales es más de 45”: los pétalos son más largos, pero el labelo es más corto; la antera es cuveada.

La L. nutanticaulis recibe su nombre porque el ramicaule tan delgado no puede sostener erguida la hoja y por ende se cuelga.

Lepanthes palatoflora Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 5)

Orchidea. Herba pusilla, epiphytica, caespitosa, 1.5—2.5 cm alta. Ramicau- les breves, interdum in muscis occulti, erecti, vel reclinau 0.8—1.5 cm longi, unifoliati, 4—articulati, vaginis obtecti; vaginae striis puberulents, vagi- nae ore dilatato, puberulento, marginato, mucronato. Folium 8—10 mm longum, 4—5 mm latum, ellipticum vel obovatum, basaliter 1.5 mm petio- latum, margine sparse ciliato, apice obtuso. Inflorescentiae usque ad 4, 6.5— 20 mm longae, usque ad 15 florae, bracteis sparse ciliatis, 0.8—1.0 mm longis, inter se 0.6—0.8 mm distantibus; pedicellis 0.8—1.0 mm longis. Sepa- la tenuiter convexa, flavovirens, glabra, ovata, microscopico-ciliata, lateralia 2.8—2.9 mm longo, 1.65 mm lata, interia rubris, rectis, inter se % connata, angulo 75”, binervia; sepalum posticum medio versus tincta rubrum, 3.9— 4.1 mm longum, 2.0—2.3 mm latum. Petala plana, nec imbricata, superficie puberula, transverse bilobata, 3 nervia, exteria recta, microscopico ciliata

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Fig. 5. Lepanthes palatoflora D. D. Dod, sp. nov.

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0.7—1.0 longa, lobis subequaliter, lineari-triangularibus, acutis 1.6—2.1 mm longis. Labellum rubrum, superficie puberulum, trilobatum, in medio 0.4— 0.6 mm longum, lobi lateralia dolabriformes breves, 0.8 mm longi, loborum superficies ovata, basaliter rotundata, apice abrupte angustata acuta, leviter incurvata, et breviter ciliata, 1.2—1.6 mm lata, lobo intermedio abaxiali post sinum pusillum sito, truncato, ciliato. Columna deflexa, ad clinandrium leviter dilatata, 1.05—1.4 mm longa, rostello apice leviter retuso, apiculato; anthera et pollinis 0.4—0.5 mm longis.

Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Bonao: carretera a Constanza al lado del Rio Jatubey, antes de llegar a Casabito, creciendo sobre arbustos, frecuentemente en musgos, elev. 1200 m, 19° 01’ N, 70° 33” Oe, mayo 1967 D. D. Dod 79 (Holotipo: JBSD)

Otros ejemplares examinados: Baní: Loma Barbacoa, T. Zanoni et al. 21532 (JBSD); Piedra Blanca: Firme de Banilejo, Dod 312 (JBSD); Constan- za, Loma Campanario, Dod 225 (JBSD); Bonao: Casabito, Dod 1508 (JBSD)

La Lepanthes palatoflora se distingue por su planta pequeña en toda di- mensión excepto la flor que a veces casi iguala a la hoja. Las inflorescencias crecen hasta exceder las hojas y se separan lateralmente de la hoja. La planta es algo semejante a la de L. kryptos (sin publicarse todavía) porque esta última también tiene el ramicaule corto y el racimo descarriado. Pero la flor de la L. kryptos es más grande, la superficie de los sépalos es completamente liso y brilloso, con el ángulo entre los sépalos laterales más de 90”; los pé- talos transversos tienen un apículo de ángulo obtuso. El labelo es mucho más largo con el ápice atenuado.

El nombre específico, palatoflora, (palato = descarriada, perdida), refiere al hábito de la flor de crecer a una distancia de la hoja como si no perteneciera.

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Moscosoa 5, 1989, pp. 265-269

ORQUIDEAS (ORCHIDACEAE) NATIVAS SILVESTRES EN EL JARDIN BOTANICO NACIONAL, EN SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA

Donald D. Dod

Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9 Santo Domingo, Repúbli- ca Dominicana). Orquideas (Orchidaceae) nativas silvestres en el Jardin Botanico Nacio- nal, en Santo Domingo, Republica Dominicana. Moscosoa 5: 265-269. 1989. El Jar- din Botánico Nacional, con un area de mas o menos 2 kilómetros cuadrados, tiene una Reserva Forestal de aproximadamente el 500/o de esa area. El bosque es secundario, en proceso de transición. Varias orquídeas nativas se han encontrado creciendo en el bos- que, a su orilla o en ciertas plantaciones horticulturales. Se reportan siete especies y se describe el ambiente escogido por cada una con opiniones en cuanto al origen de varias de las especies.

A report is given of the wild native orchids in the forested areas of the National Botan- ical Garden. Seven species are reported with data given as to their probable origin and a relation to antecedent forests there.

El Jardín Botánico Nacional de Santo Domingo es uno de los más grandes en el Nuevo Mundo, con un área de más o menos 2 kilómetros cuadrados. A. de Dod (1986) ha dado un breve resumen de la historia de la propiedad. El área denominada como la Reserva Forestal representa el ambiente con la vegetación más vieja. La gran parte de este bosquecito está dominada por el árbol Campeche, (Haemotoxylon campechianum). El Campeche es el árbol que ha mostrado la mayor capacidad para adaptarse a un suelo que es casi puro caliche (carbonato de calcio).

Hasta el momento, ignoramos cuando las tierras que forman la base de la Reserva Forestal fueran abandonadas como un pasto para animales y la rege- neración natural pudiera suceder, pero es del orden de pocas décadas. El Campeche es un árbol efímero, tendiendo a morirse después de unos 20— 30 años. Muere pronto pero durante su corta vida deposita una cantidad de hojas, flores y ramitas que forman una rica capa de materia vegetal que es alimento para otras plantas y árboles que no pueden adaptarse al caliche puro como fuera mucho del suelo original del área. Visto que el Campeche es un árbol prolífico, muchas de las semillas producidas por la primera gene- ración, nacieron y crecieron más rápido y más grande que sus antecesores. Son estos los que mayormente componen el bosque actual.

Sin embargo, a pesar de la dominancia del Campeche, el autor ha descu- bierto en la Reserva, señales de que otras especies ya pueden competir con éxito con esta especie dominante. Una de estas es la Caoba, Swietenia mahagoni. Hace varias décadas se sembraron Caobas en derredor de caminos

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y por el area donde estaba la administración del depósito de municiones que ocupaba las tierras antes de convertirse en el Jardín Botánico. Estos árboles nunca han crecido a tamaño que valga la pena aserrar, pero sí, por unos 15 años han producido semillas. En el 1977 se descubrieron varios arbolitos de Caoba en la Reserva Forestal. Aprovechando el rico abono producido por la leguminosa Campeche, los arbolitos, delgados, pero creciendo rápidamente están ya a más de 3 metros y prometen pronto irrumpir por las copas de los Campeches. En ese ambiente ellos pueden alcanzar un tamaño comercial.

Junto con esta invasión de la Reserva Forestal, hemos podido observar que varias especies de orquídeas han podido acomodarse allí, algunas como epífitas y otras como terrestres y ruderales. Como sucede típicamente, las terrestres aparecieron primero. Una especie de Vanilla, V. poitaei, fue des- cubierta en 1975 de tal tamaño que habría que estar su edad en más de 15 años. El género Vanilla se caracteriza por su capacidad de nacer en tierras no muy fértiles y pronto convertirse en una planta “epifítica”, con sus raíces fuertes fijando el bejuco al tronco del árbol. Luego a libre albedrío puede crecer por una rama o colgando libre bajando otra vez a la tierra. El bejuco puede ramificarse y luego después de varios crecimientos estar en condición de florecer. A veces una ramita se rompe del bejuco principal, cae a la tierra, y otra planta se forma.

Seguramente bajo tal proceso, la mata que encontramos pesando más de 100 libras y midiendo la suma de sus varias ramificaciones más de 75 metros, indicaba por su tamaño la edad de 15 años. Ahora debe tener unos 27 años.

Otra orquídea con la capacidad de invadir rápidamente al área era la Stenorrhynchos lanceolata. Esta especie quizás crecía en la hierba que formaba parte de los pastos de la finca donde se instaló el depósito de muni- ciones. En el mismo 1975 encontré la especie en la orilla de la Reserva Forestal donde había grama nativa no sobrecrecida por la grama exótica, Zoysia sp., que se ha usado para los céspedes en el Jardín Botánico.

En ese año también descubrí el Angelito, Oncidium variegatum, creciendo en forma colgante sobre una ramita de un Campeche. Era de esperarse por- que esta especie es característicamente de ciertos árboles que no crecen en bosques sino en situaciones aisladas como la Naranja china, Citrus sinensis, o el Higuero, Crescentia cujete L. En nuestro Jardín Botánico, el Angelito es muy común, vista como epifita sobre la Hojancha, Coccoloba pubescens, el Guanito, Coccothrinax argentea, y varios otros árboles, creciendo en áreas abiertas. Sin embargo, en la Reserva Forestal es rara, con una sola mata que pudiera con éxito invadir el bosque.

Acompañando al Angelito encontré la orquídea áfila Campylocentrum fasciola que también es común creciendo sobre árboles de Higúero y de

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Fig. 1. Stenorrhynches lanceolatum (Aubl.) L. C. Rich. ex Spreng., proba- blemente una reliquia de los pastos anteriores que cubrían una gran parte de la finca ganadera que existía antes de la formación del Jardín Botánico Na- cional. La encontramos creciendo en tierra en una maleza graminacea. Esta ilustración usada con el permiso de “‘Stanford University Press”, del libro de D. S. Correll, “Native orchids of North America, north of Mexico” 1978, Pl. 82 (como Spiranthes orchioides).

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Naranja China en los claros. Es interesante como ciertas orquideas al igual que ciertas aves “prefieren” ciertos árboles.

En contraste con estas epífitas, he encontrado dos orquídeas terrestres que normalmente son-de bosques poco estorbados. Una de ellas es bien rara, la Triphora gentianoides habiéndola yo hallado solamente en el Parque Na- cional del Este. En aquel ambiente bastante primitivo apareció en pleno sen- dero, creciendo entre las piedras a un lado donde afortunadamente no había sido pisada. La distribución en el Jardín Botánico es solamente el tercer re- porte para la Isla Española. Ekman (como Ekman 15467) en 1930 la descu- brió por Los Haitises. En el Jardín Botánico se encontró debajo de unos Campeches en el área frente al invernadero. La planta volvió a aparecer el año siguiente pero el año después ya faltaba y nunca más la hemos visto en ese lugar.

Otra orquídea ruderal encontrada en el 1986 en la Reserva Forestal es la Liparis nervosa (antes L. elata). Es la primera vez que ha aparecido en eleva- ciones tan bajas, prefiriendo generalmente ambientes de 100—500 metros.

La última orquídea silvestre encontrada en el Jardín Botánico es la Oeceo- clades maculata. Esta especie invasora (Dod, 1986) fue reportada primero en 1975 por la costa oriental de la Isla. Traje material a nuestros viveros donde se adaptó fácilmente, floreció e hizo cápsulas de semilla. Pero antes de que tuviera tiempo de nacer la se semilla, crecer las plántulas hasta la madurez y florecer, encontramos otras matas ya con flores en el mismo Jardín Botá- nico. Así es que las matas que encontramos fuera del área de los viveros lle- garon allí con la primera invasión de la especie al Este de la Isla.

Rastreos frecuentes de la Reserva Forestal seguramente van a revelar más especies, especialmente las ruderales. Será interesante determinar cuáles son y las condiciones que ellas prefieren. Así vamos a conocer las orquídeas que son más tolerantes en áreas estorbadas.

Literatura citada

Dod, Annabelle E. de 1986. Las aves del Jardín Botánico Nacional. Mosco- soa 4:266—271.

Dod, Donald D. 1986. Oeceoclades maculata (Orchidaceae) 1975 a 1985, en una marcha inexorable cruza la Isla Española. Moscosoa 4:26 3—265.

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Tablas 1. Especies de orquideas nativas encontradas en la Reserva Forestal del Jardin Botanico Nacional, Santo Domingo.

Vanilla poitaei Rchb. f., Ruderal y epifita, en pleno bosque; planta muy grande

Stenorrhynchos lanceolatum (Aubl.) L. C. Ric. ex Spreng., Terrestre, en gra- mas silvestres, orilla del bosque.

Oncidium variegatum (Sw) Sw., Epifita, común en los Higueros, rara en el bosque

Campylocentrum fasciola (Lindl.) Cogn., Epífita, áfila, rara en el bosque

Trhiphora gentianoides (Sw) Ames & Schltr., Terrestre, rara, efímera

Liparis nervosa (Thunb.) Lindl., Ruderal, rara

Oeceoclades maculata (Lindl.) Lindl., Terrestre y ruderal, invasora desde América del Sur.

Moscosoa 5, 1989, pp. 270-275

UN INVENTARIO DE LAS ORCHIDACEAE DEL PARC NATIONAL CITADELLE, SANS SOUCI Y RAMIERS,

EN MILOT, HAITI Donald D. Dod

Dod, Donald D. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republi- ca Dominicana). Un inventario de las Orchidaceae del Parc National Citadelle, Sans Souci y Ramiers, en Milot, Haiti. Moscosoa 5: 270-275. 1989. El inventario de las Orchidaceae del Parque se realizó en octubre 1985. El autor, quien es especialista en or- quideas, acompañado de dos botánicos, también del Jardín Botánico Nacional, pasó una semana de exploración especialmente en la Sierra Chaine Bonnet a PEveque al norte del Citadelle. En octubre de 1987 pasó otra semana, estudiando las aves y observando y recolectando orquídeas. Entre las dos visitas se encontró un total de 53 especies, varias de ellas inesperadas. Después de un breve comentario sobre los diferentes ambientes explorados se presenta la lista de las 53 especies con sus autores y datos acerca de sus distribuciones y status.

An inventory of the Orchidaceae of the Park was carried out by a team from the Do- minican National Botanical Garden. The author, an orechid specialist, found a total of 53 different species of orchids during two one week visits in 1985 and 1987 both in October. Several orchids were unexpectated and a few reported for the first time in Haití, one being possibly new for science. After a brief description of the various areas explored, there is given a list of the 53 orchids seen or collected. Each species has its author plus a brief summary of its distribution in the island and the frequency of its appearance in the Park.

En octubre del 1985 el cuerpo botánico del Jardín Botánico Nacional en Santo Domingo, R. D. fué invitado a hacer un inventario de las plantas en el Parque. El que escribe, participando con otros dos botánicos, el Doctor Tho- mas Zanoni y el Lic. Milcfades Mejía, exploramos allí los días 21 al 28 de octubre.

Aunque pude ver orquídeas en unos árboles viejos cerca del Palacio Sans Soucí del Rey Christophe, la mayoría de las colecciones se hicieron en la sierra al norte de la misma Citadelle. La primera impresión que recibe el visi- tante a la fortaleza histórica es que quedan poco árboles de los bosques primitivos que crecían allí cuando las construcciones se empezaron. Sin embargo, era muy evidente con toda la destrucción de los árboles durante la construcción de los dos edificios grandes y con el impacto de los campesinos después, un inesperado número de palos sean primitivos o solamente viejos, han quedado con, o han adquirido, una cantidad sorprendente de especies de orquídeas.

Aún en derredor del mismo palacio se encontró unas orquídeas terrestres, la Prescottia oligantha creciendo entre las piedras de una muralla al lado de un patio. Aún el venerable caimito Chrysophyllum cainito frente al palacio

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donde se dice que el Rey por las tardes celebraba su Corte, tenia unas pocas plantas de la orquidea Anacheilium cochleatum sin mencionar una abun- dancia de bromelias.

Subiendo el camino pedáneo que conecta al estacionamiento “Parking” de vehículos con la fortaleza, se presentan orquídeas al visitante que sabe reconocerlas. Oncidium variegatum era común creciendo sobre unos árboles

de naranja china cerca de la última casa. Más arriba por la derecha, cuantio- sas plantas de Anacheiliun cochleatum crecían sobre rocas peladas.

En un lugar con malezas, unas plantas de Epidendrum wrightii Lindl. se revelaron con sus flores anaranjadas brillando en el sol. Acercándome a la Citadelle subí al firme cerca de donde estaban las ruinas de un horno para producir cal viva que se usó como cemento en la construcción de la fortaleza. Entre unas piedras grandes cubiertas con plantas litofíticas descubrí una colonia de la orquídea Pleuro thallis gelida con sus flores amarillas dando su perfume peculiar al aire.

Mientras que uno va subiendo el camino para los peatones, no es fácil evaluar bien el bosque que se ve más arriba por la derecha. Abajo hay arbo- ledas que indican que son parte de un bosque secundario, quizás sombra de café. Sin embargo, cuando uno sube y entra a la fortaleza y sube las escaleras que conducen al mirador más alto hacia el norte, se revela una serie de picachos que tienen árboles cuyos colores y formas indican vejez. Se recibe la impresión de poco impacto por el hombre, por lo menos solamente se veía una sola “tala”, típica, donde después de secarse la tumba, se había quemado todo.

La cuchilla sobre la cual se ha edificado la Citadelle está a 800 m s n m Hacia el sur la elevación va disminuyendo y no tiene árboles. Hacia el norte una serie de picachos van subiendo y bajando hasta llegar a la Morne Sainte Louise de 760 m de elevación. Más allá los picos van bajando un poco for- mando la Morne Bo'd Choiseul con varias cabezas. De allí otra subida lleva a la Morne Bonnet a P'Eveque que otra vez tiene los 800 m. Al final de la cadena hay otra loma masiva y de allí la roca va bajando rápidamente auna terraza donde emana un manantial que se ha represado para proveer agua para el pueblito de Milot. Debajo de esa loma masiva hay varios manantiales que, a lo mejor, surtían agua para el palacio en las épocas de su construcción y de su uso por la familia real.

La vertiente al Este de esa cadena de pichachos colinda con las propieda- des de los campesinos quienes, a lo mejor, son los que no han poblado esa área por tanto tiempo como las familias que viven más abajo de la carretera. Los que viven más arriba de la vía que llega al “Parking” han hecho su impac- to sobre el bosque hasta dejar la gran parte de la roca kárstica pelada. Sola-

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mente en precipicios y en el mismo firme hay una vegetación que no ha sentido el hacha y la candela. Aún allí la presencia de tocones indica que habran, no hace mucho tiempo, árboles más grandes. Los que quedan, ma- yormente torcidos y achaparrados, son los que tienen los remanentes de las orquídeas que en la antigúedad cubrían todo el bosque.

En el primer día de exploración en un arroyo cerca del Sans Souci, yo andaba por un riachuelo que bajaba desde la presa que se habían construído al pie de la loma arriba. Allí encontré unos árboles de roble (Catalpa lon- gissima) como nunca he visto antes. Uno con un tronco de dos metros de diámetro levantaba ramas gruesas a una altura de 25 metros, con una exten- sión de amplitud casi igual. Me dió pena ver que alguien había cortado una rama, dejando la parte más guresa sin uso. Ese árbol tenía cubriendo el lado norte, unas matas de Anacheilium cohleatum en plena flor, una de las colo- nias más grandes de esta especie que jamás había visto. Más arriba vi varias otras especies de Epidendrum y de la Encyclia bifida. El árbol me impresionó tanto que llevé a la Srta. Giselle Hyvert con sus ayudantes y a mis compañe- ros botánicos para que ellos lo vieran con el mismo afán que yo, que aprecio lo precioso de tales árboles viejos. Enfaticé la necesidad de imponer una veda estricta sobre la tumba de más árboles en ese arroyo.

El día siguiente, estando en la Morne Sainte Louise, observé que la vertien- te hacia el Oeste mostraba más árboles y mayores. un palo de hojancha, Coccoloba pubescens, de unos cinco metros de alto que me llamó la aten- ción. Bajé para examinarlo y vi un tronco de por lo menos 15 centímetros de diámetro. Esa vertiente era más pendiente y más húmeda que la del este. Allí encontré una orquídea poco común, la Comparettia falcata.

A pesar de la abundancia de la hojarasca, recolecté pocas orquídeas ru- derales. Sin embargo, unas cuantas, asi-llamadas epífitas, se encontraron creciendo en las hojas y sobre las piedras. En especial recuerdo Lycaste barringtoniae, Epidendrum jamaicense, y Maxillaria adendrobium creciendo así.

Aunque no pude explorar a mi satisfacción el picacho más alto, logré encontrar un total de 46 especies de orquídeas en el Parque. Con solamente 25 ‘horas en cuatro dias de libre exploración, creo que ese número es feno- menal cuando se considera la condición de la mayoría de bosques en Haití.

En octubre del 1987 se nos invitó otra vez a pasar una semana en el Par- que (del 23 al 30 de octubre). Esta vez, mi esposa Annabelle, ornitóloga, nos acompañó en lugar de uno de los botánicos. Ella y yo debíamos hacer un inventario de las aves en el área. Durante las exploraciones para aves, muchas veces en cafetales, logré ver y a veces recolectar otras especies de orquídeas no encontradas en la visita del 1985. Ellas eran Jacquiniella globosa, Poly-

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radicion lindenii, y Encyclia isochila. En la única vez que subi a la Citadelle, pasé un largo rato en el camino escudriñando los árboles grandes y anotando las diferentes especies que se llevaban. En uno la Jacquiniella teretifolia que no había notado en 1985. El Dr. Zanoni, un día cuando andaba con la Srta. Hyvert, volvió con otra especie de orquídea que no se había visto en el viaje de 1985, Tetramicra ekmanii. Este hallazgo es el primer reporte de la especie en tierras donde no crece Pinus occidentalis.

Yo saqué un día del trabajo con las aves para subir al pico Morne Bonnet a l'Eveque, 800 m, para completar mi cobertura de los diferentes picos en la cadena. En esa exploración además de ver unas cuantas que ya había visto en Morne Sainte Louise, hallé la Polystachya foliosa, la Maxillaria coccinea y una Pleuro thallis que podría ser nueva para la ciencia.

Aquí presentamos la lista de especies descubiertas en los viajes, dando un total de 53, un record muy notable cuando se considera la condición general de los bosques en Haití y la historia turbulenta del área del parque nacional de la Citadelle (Tabla 1).

Agradecimientos

Los viajes a Cap Haitien, Haití fueron financiados por el fondo “National Historic Park ISPAN/UNESCO/PNUD Proyect-Hait 79011”, un proyecto cooperativo del gobierno haitiano por medio del “Institute de Sauvergarde du Patrimoine Nationale” (ISPAN) y la Organización de las Naciones Unidas por medio de la UNESCO y del Programa de Desarrollo (PNUD). Quiero expresar mi aprecio y agradecimiento a Giselle Hyvert, quien coordinó estas visitas, y concedió permiso para la publicación de este informe, el primero que se ha hecho de esta interesante área. También agradezco al Dr. Thomas A. Zanoni por la organización de nuestro viaje a Haití en las dos ocasiones de las visitas en 1985 y 1987 y al Lic. Milciades Mejía, por su ayuda en recolec- tar orquídeas en lugares por donde yo no andaba.

274 Moscosoa 5, 1989 Tabla 1: Especies de orquideas encontradas en el Parque Citadelle, del 21 al 27 de octubre, 1985 y del 23 al 30 de octubre, 1987.

CODIGOS:

STATUS:

E = Endémica para la Isla Espanola; EH = Endémica para Haiti; A = Abun- dante, O = Ocasional; R = Rara.

DISTRIBUCION:

DAI = Distribución amplia en la Isla Española; DARD = Distribución amplia en la República Dominicana; DLI = Distribución limitada en la Isla; S = Dis- tribución en Parque limitada a Chaine Bonnet a |’Evequé; PRH = Primer re-

porte para Haití: DLH = Distribución limitada a Haití; * = Encontrada en 1987.

DISTRI- NOMBRE CIENTIFICO BUCION STATUS Anacheilium cochleatum (L.) Hoffmg DAI A Bletia patula Hook. S, DAI O Comparettia falcata Poepp. & Endl. S, DAI R Cyclopogon sp S, DAI O Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl. DAI O Domingoa haematochila (Rchb, f. )Carabia S. DAI O Eltroplectris calcarata (Sw.) Garay & Sweet S, DAI R Encyclia ekmanii (Mansf.) Dod DLH E,E *Encyclia isochila (Rchb. f.) Dod DARD R, PRH Encyclia gravida (Lindl.) Schltr. S, DAI O Epidendrum anceps Jacq. DAI A Epidendrum difforme Jacq. DAI A Epidendrum jamaicense Lindl. S, DAI O Epidendrum carpophorum Barb. Rodr. S, DAI O Epidendrum neoporpax Ames S, DAI R Epidendrum nocturnum Jacq. DAI A Epidendrum ramosum Jacq. DAI A Epidendrum rigidum Jacq. DAI A Epidendrum stroboliferum Rchb. f. S, DAI R Epidendrum wrigh tii Lindl. DAI O Hormidium trip terum (Brongh.) Cogn. DAI A Isochilus linearis (Jacq.) Schltr. DAI O *Jacquiniella globosa (Jacq.) Schltr DAI R *Jac quiniella tere tifolia (Sw.) Britt. & Wilson S, DAI R

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NOMBRE CIENTIFICO

Lepanthes sp.

Lepanthopsis domingensis Dod Lepanthopsis quisqueyana Dod Lycaste barringtoniae (Smith) Lindl. Malaxis domingensis Ames

Maxillaria adendrobium (Rchb. f.) Dressler *Max illaria coccinea (Jacq.) L. O. Wms. Maxillaria conferta (Griseb.) Schweinfurth Maxillaria rufescens Lindl.

Oncidium guianense (Aubl.) Garay Oncidium variegatum (Sw.) Sw Pleurothallis aristata Hook.

Pleuro thallis bipapulare Dod Pleurothallis gelida Lindl.

Pleurothallis curtisii Dod

Pleuro thallis mornicola Mansf. Pleurothallis obovata Lindl. Pleurothallis pruinosa Lindl.

Pleuro thallis ruscifolia (Jacq.) R. Br. Pleuro thallis testaefolia (Sw.) Lindl. Pleurothallis wilsonii Lindl. Pleurothallis sp. n.

*Polyradicion lindenii (Lindl.) Garay

Polystachya concreta Jacq.) Garay & Sweet.

*Polystachya foliosa (Hook.) Rchb. f. Prescottia oligantha (Sw.) Lindl. Stelis pygmaea Cogn.

Stelis repens Cogn.

*Tetramicra ekmanii Mansf >?

Vanilla barbellata Rchb. f.

Vanilla poitaei Rchb. f.

DISTRI-

BUCION

5; LI S, DAI S, DAI », DAT DAI

S, DAI 5, DAI S. DAI S. DAI >, DAI DAI

S, DAI S, DAI S, DAI S, DAI », DL] S, DAI S, DAI SS. AI S, DAI S, DAI y DLE DAI

S, DAI DAI

DAI

5, DAI S, DAI S, DAI 5, DAI », DAI

275

STATUS

YXHJOO-OO0ODO>ZHOAAAROODOO

A

PFAHAOOOOOCAMO

Moscosoa 5, 1989, pp. 276-280

SANTUARIO PARA UNA ORQUIDEA ENDEMICA Donald D. Dod

Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Repú- blica Dominicana). Santuario para una orquidea endémica. Moscosoa 5: 276-280. 1989. Una breve historia de la formación del santuario para la orquídea endémica Oncidium henekenii R. Schomb. ex Lindl., incluyendo una breve descripción de la ecología donde antes se encontraba. Se mencionan estudios hechos acerca de la polinización de la flor, daños causados por el huracán del 1979 y un tornado en 1980; se reporta la regenera- ción natural de la especie en el santuario y los planes para lograr el aumento de tamaño del santuario para llevar a cabo estudios de otras plantas que crecen en ese ambiente xerofítico.

A brief history is given of the sanctuary for the endemic orchid Oncidium henekenii, including a description of the habitat of areas where the species was previously found. Damages to the area by hurricane in 1979 and tornado in 1980 are reported as well as information that since 1986 a natural increase in the plants has been observed. Plans are discussed for adding to the sanctuary so as to study other plants that grow in that xerofitic area.

La orquídea epifítica, Oncidium henekenii Schomburkgh ex Lindley es endémica de la Isla Española. Esta orquídea es una planta de ambiente xero- fítico y generalmente se halla creciendo a una altura de 1—3 metros sobre arbustos, con una preferencia para la azota criollo (Randia parviflora) y el arraiján (Eugenia ligustrina). De vez en cuando la he visto pegada a las ramas más bajas del árbol baitoa (Phyllostylon brasiliensis) Una vez la encontré en una horqueta de un almácigo (Bursera simaruba). William Osment, orqui- deólogo y amigo, me ha contado que en Haití él la descubrió sobre el alelí (Plumeria sp.).

Antes encontrada en Haití y varios lugares en la República Dominicana, uno por.uno esos lugares o se han destruido o la especie se ha extinguido allí (Dod, 1976). Con la ayuda de un amigo, el autor descubrió en la República Dominicana una colonia de plantas en un área nunca explorada antes para orquídeas. En un arbusto de Randia parviflora, habían casi cincuenta plantas, por lo menos dos terceras partes de ellas ya maduras. El anfitrión de esta colonia tenía pocas hojas y mostraba que su salud no era de lo mejor.

Reconociendo la precariedad de la existencia del anfitrión, decidí luchar para que un área sustancial se declarara como una reserva científica por el entonces presidente Balaguer (Dod, 1976). Después de una demora de un par de años, un área de unas 225 tareas fue segregada y puesta bajo la adminis- tración de Parques Nacionales. Un vigilante de tiempo completo fue nombra- do y la supervisión del Santuario fue delegada al autor. Un área de 113.4 tareas fue puesta bajo cerca a prueba de cabras.

Moscosoa 5, 1989 yar he |

Visto que el arbusto que tenia la colonia duraria poco, transplantamos las matas, dispersándolas en el area, escogiendo una variedad de especies de ar- bustos anfitriones. Debido al mento natural después del descubrimiento de la colonia, al terminar la resiembra, encontramos que habia mas o menos cien plantas en el área cercada. Enseñé al vigilante a polinizar las flores siem- pre cruzando con otra planta.

Antes de poder finalizar la creación del Santuario, yo había hecho una visita allí para estudiar el insecto que polinizaba las flores. Cogí dos o tres abejones, uno de los cuales tenía las polinias pegadas a su cuerpo. Las mandé al Dr. Calaway Dodson, especialista en estudiar los polinizadores de orquí- deas. El los identificó como pertenecientes al género Centris, pero ignoraba la especie.

Al mandar muestras a otros entomólogos, uno de ellos, el Dr. Roy Snelling tentativamente la identificó como C. insularis, de la cual solamente se había conocido la hembra. En otra ocasión, cogimos una cantidad de insectos visi- tando otras flores en el Santuario. Estos fueron enviados al Dr. Snelling, los cuales lo hicieron cambiar de opinión. El pensó que podría ser otra especie, pero paraestar seguro alguien debe hacer un estudio más detallado del géne- ro Centris en la Isla. Así es que todavía no se sabe el nombre del abejón que poliniza la Oncidium henekenii.

Cada año cuando habían flores en las plantas, yo volvía al Santuario para tratar de sacar una fotografía definitiva del abejón posado sobre la flor. Una vez fui acompañado por el notado fotógrafo Robert F. Sisson, mandado por la revista National Geographic, pero no logramos nada. Había un mínimo de actividad del abejón.

Después de haber dispersado la colonia original de Oncidium henekenii, pude observar que había menos atención a las flores de parte de los abejones. Aún probé unir dos otras plantas que habíamos mantenido en forma porta- ble, sembradas sobre un pedazo de madera. A pesar de aumentar la presencia de flores en un solo lugar, habían pocas visitas de los abejones.

Habiendo leído que la introducción de abejas domésticas en un área tenía el efecto de reducir el número de las abejas nativas, empecé a investigar las fincas en derredor del Santuario. El vigilante descubrió que había un grupo de colmenas establecidas en la finca al sur del Santuario ¿Pudieran ser esas abejas la causa de la disminución de la Centris visitando nuestras orquídeas.

El número de plantas en el Santuario después de la dispersión sumaba más o menos cien. Varias se murieron en el transplante pero añadimos otras halla- das fuera del área. En agosto de 1979 el huracán David que azotó la Isla, produjo unos cuantos daños alos árboles del Santuario pero las orquídeas no sufrieron tanto pues los vientos más fuertes no alcanzaron a esa área. En

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1980, un tornado con granizo cuyas pelotas midieron hasta 8 centimetros de ancho hizo mucha destruccion a las orquideas junto a las demas plantas del sector. Algunos cactos gigantes de Opuntia moniliformis se perforaron con las balas de hielo. Un inventario después del incidente reveló que habiamos perdido por lo menos una cuarta o hasta una tercera parte de las matas. Un malhechor, no mucho tiempo después, trepo la cerca aprovechan- do la ausencia del vigilante y robó varias matas, principalmente la mas gran- de que crecía en una horqueta de un Almácigo (Bursera simaru ba).

Con esas tres pérdidas al recurso la especie está en peligro, consulté con el vigilante y decidimos que él debía un día en la semana sacar tiempo de su vigilancia para rastrear las fincas en los alrededores para buscar más plantas. El logró descubrir un lugar donde había una vegetación vieja y allí, bastante dispersada, una cantidad sustancial de O. henekenii.

Sabiendo que en cualquier momento el dueño de esa propiedad pudiera decidir cortar los árboles con fines de hacer carbón o de hacer siembras, de- cidimos transplantarlos al Santuario. De esta manera logramos aumentar el número de plantas a más de 150,

Debido a la destrucción de los bosques originales en la región y con ellos todas las orquídeas que habitan allí, estamos tratando de recoger cada una de las especies de orquídeas que allí crecen para establecerlas en el Santuario. Ya contamos con las siguientes especies: Oncidium variegatum, O. quadrilo- bum, Encyclia atropurpurea, E. cogniauxia, Broughtonia domingensis y Tetramicra canaliculata. Hay varias más que crecen no lejos que pensamos introducir: Oncidium haitiense, O. osmentii, O. guianense, O. calochilum, Tetramicra parviflora y Campylocentrum filiforme.

En mayo de 1987 hice mi visita regular al Santuario. Fui a la finca donde se habían encontrado más plantas de nuestra orquídea. Corté una rama que tenía una orquídea con flores y la amarré junto a otra en las mismas condiciones. Arreglé mi equipo fotográfico y me senté para vigilar. Hora tras hora y no había ni una visita del polinizador. Este lugar estaba a más de dos kilómetros de las colmenas de abejas domésticas y yo había esperado que quizás la influencia de estas sería menor o aún nula.

Volví al Santuario desencantado pero allí el vigilante me llevó por un recortido al Santuario para ver algo que me alegró. A cada rato veíamos plántulas de O. henekenii que habían nacido sobre las ramitas de arbustos; algunos tenían una planta madre cerca y otros estaban a cierta distancia de la mata madura. Se distinguían fácilmente por el tamaño de la plantica y por- que no tenían el amarre plástico con que habíamos fijado el transplante a su nuevo hogar. Al fin habíamos logrado un aumento natural de esta orquídea bajo amenaza de extinción.

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Con este logro del aumento natural, estamos ahora en un nuevo enfoque en relacion al Santuario. Dos jovenes de nuestro cuerpo botanico, Ricardo Garcia y José Pimentel (1986), a sugerencia mia hicieron un inventario de todas las especies del Santuario. Descubrimos que no toda el area original- mente declarada por la ley se habia cerrado con la cerca de alambre de púa. La parte excluida ha sido expuesta por unos 10 anos al impacto de chivos, y al corte de arbustos para carbón o para palos de cerca. Las preferencias de estas actividades habían dejado la vegetación con un aspecto sumamente diferente. Los cactos, cayucos (Lemaireocereus hystrix y Pilosocereus polygonus) y alpargatas (Opuntia moniliformis) predominaban y otras Opuntias cubrían mucho terreno. Habían pocas plantas graminaceas. Era una vegetación muy empobrecida.

El plan propuesto pondrá esta parte no cercada dentro de otra cerca a prueba de chivos. Es la dividirá en secciones, una de las cuales será para el control. En ésta no se hará nada de experimentación, solamente dejándola a la repoblación natural. Allí se harán inventarios periódicos para saber la recuperación de la vegetación: incidencia de las especies ya allí, tasas de cre- cimiento, introducción de otras especies, actividades de aves y otros polini- zadores. Las otras secciones se usarán para sembrar ciertas especies exóticas con fines de probar su capacidad de adaptarse a la competencia de las plantas nativas.

Al sur de esta parte del área original, todavía sin cerca, hay otra que es del Estado, la cual está igualmente alterada por el hombre y sus animales. Pero en vez de ser un llano como el Santuario, es una loma con una geología y una vegetación algo diferente. Proponemos reubicar la familia que ocupa la tierra actualmente y a la vez mu dar las colmenas de abejas que ellos atienden para su dueño, el cual vive en Villa Vásquez. La loma que caracteriza mucho el terreno de esa región, se someterá al tratamiento experimental similar a la nueva parte cercada en el llano. Se buscará otro predio de tierra del Es- tado para establecer la familia allí y arreglar que obtengan el título de esa propiedad.

En estas dos áreas a añadirse, el énfasis será probar la siembra de plantas como jojoba, Simmondsia chinensis, y el uso de especies nativas e introduci- das para fines energéticos. De esta manera el vigilante y el personal del Jardín Botánico tendrán más trabajo y el Santuario mayor y más variado uso.

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Literatura citada

Dod. D. D. 1976. Oncidium henekenii bee orchid pollinated by bee. Amer. Orchid. Soc. Bull. 53: 792—794.

Garcia, R. & J. Pimentel. 1986. Florula de la Reserva Científica “Dr. Orlan- do Cruz Franco””, Provincia Monte Cristi, República Dominicana, Mos- cosoa 4: 206-214.

Moscosoa 5, 1989, pp. 281-291

MIGUEL DOMINGO FUERTES LOREN: BENEMERITUS FLORAE DOMINGENSIS (1871—1926)

José Luis Saez, S. J.

Saez, José Luis. (Residencia San Ignacio, Apartado 76, Santo Domingo, Republica Dominicana). Miguel Domingo Fuertes Loren: benemeritus florae domingensis (1871— 1926) Moscosoa 5: 281-291. 1989. Se presenta una biografia de Miguel D. Fuertes - Loren, quien recolectó muestras de plantas en la República Dominicana, para enviar a Ignatz Urban de Berlin y ayudo a von Tuerckheim en su visita al pais en 1910.

Miguel Domingo Fuertes Loren: benemeritus florae domingensis (1871—1926). A biographical sketch of the Spanish parish priest who lived in the Dominican Republic from 1909 to 1926. Of interest to botanists, was the collecting of herbarium specimens that Fuertes sent to Ignatz Urban at Berlin and the asistance that he provided to von Tuerckheim when he collected in the Dominican Republic in 1910.

Miguel Domingo Fuertes Loren nació en Daroca, una ciudad del siglo VIII, en la provincia de Zaragoza, Aragon, Espana, en la madrugada del 4 de agosto de 1871. Según costumbre de la época, fue bautizado el mismo día en la Parroquia de Santiago Apóstol, derribada a principios de este siglo a causa de un estado ruinoso.! Miguel Domingo era el segundo de los cua- tro hijos del matrimonio de los agricultores Dionisio Fuertes Julián y Quite- ria Loren Aznar, ambos de la provincia de Zaragoza, aunque el apellido Fuer- tes provenga originalmente de Asturias.

Miguel Domingo asistió a la escuela que tenían los Padres Escolapios junto a la Puerta Baja de la ciudad amurallada de Daroca, y al cumplir los quince años ingresó en el Seminario Conciliar de Teruel para dar inicio a sus estu- dios eclesiásticos. En el verano de 1886 obtiene el título de Bachiller por el Instituto de la Universidad de Zaragoza, y alos dos años, se traslada al Semi- nario de la misma ciudad para concluir sus estudios mayores. Allí recibirá la tonsura y las cuatro órdenes menores el 23 de septiembre de 1892. Dos años después, el 21 de diciembre de 1894, recibiría el Diaconado, y lo ejercería con beneplácito de todos en la Parroquia de Santiago de Daroca. Ocho meses más tarde, solicitaría ser admitido al Sacerdocio, que recibió el 21 de sep- tiembre de 1895 en la Catedral de la Seo de Zaragoza, de manos del Obispo Auxiliar, Don Mariano Supervivía Lostalé.?

Unas semanas después de la ordenación, el P. Fuertes recibe su primer nombramiento. El 11 de octubre de 1895 se hace cargo de la ayudantía de la Parroquia de Villafeliche, y el 10 de octubre de 1898 será trasladado como Párroco a Lechón, uno de los municipios de Daroca.

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Foto 1. Miguel D. Fuertes y Lorén, un poco después de su ordenación sacer- dotal en Daroca, España en 1895. (Del archivo de la familia Fuertes, de Madrid, España).

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Después de ejercer su ministerio en las parroquias de Villafeliche y Lechon, ambas del arciprestazgo de Daroca, el P. Fuertes solicita las letras comenda- ticias para trasladarse a la Arquidiócesis de Buenos Aires. Asi comenzaría su peregrinaje por tierras americanas que le llevaría, nueve años después a Bara- hona, para cerrar allí el libro de su vida.

Aunque no consta la fecha exacta de su llegada a Buenos Aires, sabemos que en febrero de 1899 estaba ya instalado como Capellán del Hospital Rivadavia, donde permanecería hasta finales de 1903. En enero del año si- guiente, el P. Fuertes obtiene pasaporte para viajar a España, y después de una breve estancia con los suyos en Daroca, se encamina a Lima, Perú, don- de el Arzobispo había aceptado ya sus servicios como Capellán del fundo rús- tico Hoja Redonda en la Parroquia de Santiago de Chincha Baja (Lima).?

Por las notas biográficas que dejó el profesor Ignatz Urban, sabemos que el P, Fuertes estuvo en Brasil y Uruguay, probablemente antes de establecerse por año y medio en la Arquidiócesis de Lima. Sin embargo, los archivos dio- cesanos no arrojan saldo positivo con respecto a la supuesta estancia del sacerdote aragonés en los dos países mencionados. Ni siquiera hay constan- cia documental de su labor docente en Perú, como menciona el mismo Urban, y repite al pie de la letra Carlos E. Chardón.*

El 26 de septiembre de 1906, el P. Fuertes abandona su trabajo en Perú, y se dirije a Panamá, el 1ro. de diciembre del mismo año, el Obispo de Pana- le asigna la Parroquia de San Pedro de Taboga, una islita a 16 kms. de la ciudad, que apenas contaba con cuatrocientas casas, una iglesia y un sanato- rio.?

El 22 de febrero de 1908, el P. Fuertes obtiene las licencias correspondien- tes para trasladarse a Santiago de Cuba. En la parroquia rural de Tí-Arriba, cerca de Alto Songo, ejercerá su ministerio desde el 18 de abril de 1908 hasta el 28 de abril de 1909, en que entrega la Parroquia al Arzobispo, y se embar- ca rumbo a Santo Domingo, la última etapa del viaje.®

Los datos más confiables, a falta de información directa, nos hacen supo- ner que el P. Fuertes llegaría al puerto de Santo Domingo el domingo 16 de mayo de 1909, a bordo del vapor francés Abdel-Kader, que había hecho escala en Santiago de Cuba el día anterior.

Cuando llega el P. Fuertes a Santo Domingo, el Arzobispo Nouel, que había ocupado la sede dominicana tres años antes, estaba haciendo visita pastoral por las parroquias del Cibao. Cuando regresó de su viaje el 13 de junio, renueva las licencias que le había extendido el 19 de mayo el goberna- dor eclesiástico José María de Meriño. Después de ocuparse de alguna cape- llanía cercana a la Catedral, el P. Fuertes recibe el nombramiento de Párroco de Barahona el 21 de junio de 1909.? Poco más de una semana después, ya

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Foto 2. La ciudad de Daroca (La Puerta Alta), España. (Foto de José L. Mesa, 1986).

está el sacerdote aragonés al frente de la destartalada iglesia de Santa Cruz, erigida en 1851.

Pocas semanas después de hacerse cargo de la Parroquia, el P. Fuertes se integra a la Junta Provincial de Estudios de Barahona, sustituyendo en ese oficio al P. José Sanz Martínez, su predecesor en la Parroquia de Barahona desde marzo de 1906.2 Como miembro ex-oficio, el P. Fuertes pronto for- maría parte de tribunales de exámenes, además de ser nombrado Profesor Ayudante de la Escuela de Varones y Profesor Interino de la Escuela de Niñas “El Salvador” *?

Además de sus labores parroquiales, visita a las ermitas de Petit-Trou [Enriquillo] y Paradís [Paraiso] , pronto emprenderá el P. Fuertes una nueva tarea. Con ocasión de la visita del científico alemán Hans Von Túrckheim?0 (1853-1920) en diciembre de 1909, el Párroco de Barahona acepta colabo- rar con el proyecto del Profesor Ignatz Urban (1848—1931), de completar

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la labor de recolección de plantas iniciada en 1887 por el danés Henrik Franz Eggers. Una vez aprendida la técnica —quizás el oficio no era total- mente desconocido para el—, el P. Fuertes realiza, por lo menos, tres expedi- ciones botánicas en 1910, 1911 y 1912. Es en esta última, precisamente, cuando el P. Fuertes conquista por vez primera la cima de La Pelona, según los datos más probables el 6 de julio de 1912.

Durante ese mismo viaje a la Cordillera Central, y por sugerencia del pro- fesor Urban, el P. Fuertes recorrió las provincias de La Vega, Azua y Baraho- na. “Me interesaba mucho averiguar —dice Urban— si las plantas de las gran- des alturas descubiertas por el Barón Eggers y el Conde Von Túrckheim, Constanza arriba en el Valle Nuevo (2,270 m.) y en el Pico del Valle (2,630 m.) presentaban mayor extensión, y si la interesantísima flora de aquél pico que describí y analicé en Symbolae VI, pp. 280—292, se podía enriquecer con nuevos hallazgos. ”*1

No parece que el P. Fuertes hiciera otras expediciones como herborizador después de 1912, aunque es posible que continuase ese trabajo en los alre- dedores de Barahona, sobre todo con motivo de sus visitas a las ermitas de Petit-Trout y Paradis. Sabemos que en esas tres expediciones mencionadas colectó más de dos mil especímenes, aunque su catálogo, elaborado en Oc- tubre de 1916 para obsequiárselo a Monseñor Nouel junto con la colec- ción de duplicados que aún conservamos en el país, sólo recoja 1,974 nú- meros. ??

En 1913, el P. Fuertes acompañará a Monseñor Nouel a Europa, al renun- ciar el Arzobispo a la Presidencia Interina de la República, después de haber residido en la Casa Curial de Barahona durante el último mes de su gobierno. En Europa, además de visitar a sus familiares de Daroca, establecería contac- to directo con el profesor Urban, y visitaría su museo botánico. El 4 de Septiembre del mismo año, y después de haberse reunido con la comitiva del Arzobispo, probablemente en Barcelona, regresará a Santo Domingo a bordo del vapor cubano “Julia”.

Una vez establecido de nuevo en su Parroquia de Barahona, el P. Fuertes se ocupará una vez más de su antigua profesión de mineralogista, que parece había cultivado, sobre todo, en el Perú. En Noviembre de ese año inicia una expedición minera que le llevará “más allá de la Beata”, después de haber hecho unas semanas antes “una difícil excursión a la montaña que hay de- trás de Las Damas”.13

De ambas excursiones científicas, el P. Fuertes presentó un informe detallado al señor Andrés Julio Montolío, cuñado de Monseñor Nouel, y con quien ya tenía amistad y relaciones comerciales el párroco de Barahona. Después de mantenerse retirado de toda actividad a causa de una crisis de

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Foto 3. Carta del P. Fuertes al Arzobispo Nouel (18 noviembre, 1913), en que le da cuenta de una excursión minera y el hallazgo de una fuente de aguas termales en El Alpargatal. (Archivo del Arzobispado de Santo Domin- go). Como podra observarse, la caligrafia del P. Fuertes corresponde exacta- mente con la del Catálogo de plantas colectadas por el Padre Fuertes (Ed. Fasc.). La firma que aparece al frente de dicha obra, en las páginas interiores, no se corresponde en modo alguno con la usada por el P. Fuertes a lo largo de su vida.

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salud, el P. Fuertes emprendera otra expedicion minera a la Sierra del Baho- ruco, comenzando el recorrido por Enriquillo y acompanado esta vez por un ingeniero geólogo francés, que trabajaba para el Estado. Es entonces cuando el P. Fuertes descubre un enorme filón de “‘cobre’’ de 49 millones de metros cúbicos en el Bahoruco, además de confirmar la existencia de un cuantioso filón de magnesita. El filón de cobre de que habla el sacerdote —un mineral azul verdoso de cuya composición no da cuenta en sus informes—, es el que, años después, se identificaría como pectolita que, una vez pulida, tendría valor como piedra quasi preciosa, y se conocería luego como larimar.**

La última expedición minera de que tenemos noticia es la que inició el P. Fuertes el 3 de enero de 1917 hacia Duvergé para “recoger unas muestras de grandes yacimientos de reciente descubrimiento”. Es posible que el nombramiento del P. Fuertes como Intendente Provincial de Enseñanza de Barahona en mayo de 1917, interrumpiera por un tiempo —presentaría re- nuncia a su cargo en abril de 1918—, las exploraciones mineras. Nunca se interrumpiría, sin embargo, su dedicación al estudio científico de esa zona del país en que le tocó vivir los últimos diecisiete años de su vida. “Vivo conforme aquí, —le decía al Arzobispo Nouel en enero de 1917—, consa- grado al estudio de la Provincia que la quiero lo que no se puede decir, y todos mis esfuerzos pienso, no esté lejos el día, de verlos coronados. ”18

A partir de 1918, y después de haber presenciado los efectos de la ocupa- ción militar norteamericana en el país, el P. Fuertes concentraría sus es- fuerzos en los trabajos de construcción de un nuevo templo parroquial en Barahona, así como las nuevas ermitas en Enriquillo, La Ciénaga y Paraíso. La delicada salud del sacerdote, el desgaste físico de las expediciones mineras y los conflictos que surgían de este nuevo empeño, acabaron por minar su resistencia. A partir de entonces son frecuentes en su correspondencia con el Arzobispo Nouel las noticias de una nueva recaída, que le obligarian a dejar la Parroquia en manos de otro compañero sacerdote, y, por supuesto, los disgustos propios del manejo de fondos y el sometimiento a la decisión colectiva o al capricho de las autoridades locales. Si a todo ésto se añade la urgencia que mostraban las autoridades eclesiásticas en la terminación y bendición del templo, tendremos una visión más completa del estado en que se encontraba el P. Fuertes cuando se acercaba la crisis definitiva de su larga enfermedad.

Después de su internamiento en el Hospital del Batey Central de la Bara- hona Co., sus médicos y el mismo Arzobispo Nouel le obligan a trasladarse a la Capital para someterse a tratamiento en el Hospital Padre Billini. El 9 de febrero de 1926, llegaría el P. Fuertes al puerto de Santo Domingo, pro- bablemente acompañado del Dr. Ellis Geraldino. Tres semanas después, ya

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en estado de gravedad e internado en el Asilo Santa Clara, moria en la noche del 3 de marzo de 1926 el P. Miguel Domingo Fuertes Lorén, a los cincuenta y cinco años de edad y treinta y uno de ministerio sacerdotal. Su cadáver sería velado en la capilla del mismo Asilo Santa Clara, y al día siguiente, sería sepultado en una bóveda de la capilla de San José del Convento Domini- co.”

Aunque solamente ha podido localizarse hasta ahora un reducido porcen- taje de los escritos y papeles que guardaba el P. Miguel Fuertes en el archivo de la Casa Curial de Barahona, tanto el epistolario —unas doscientas cuatro cartas—, como los testimonios escritos de la época, nos permiten trazar un re- trato emocional de la personalidad del sacerdote, el científico y hombre de estudio y, sobre todo, del hombre servicial que dedicó los últimos diecisiete años de su vida a la Iglesia y la sociedad dominicana.

Ante todo, es preciso decir que el P. Fuertes fue un hombre afable, sen- cillo, de hablar dulce y pausado, y presto siempre a servir a los demás. A pesar de estar al frente de una parroquia de las más pobres del país, nunca dejó de socorrer a los que necesitaban más que él de ayuda. “No vacilo en afirmar —le dice a Monseñor Nouel en enero de 1917— que si no es por ava- ricia O lacería, no hay otro sacerdote que viva con más privaciones y estre- checes que yo en la Arquidiócesis. No han sido un día ni dos los que no he tenido el pan cotidiano suficiente para ni los que me rodean, y en estos mismos días no he dejado jamás de dar o al enfermo o al necesitado, y aun al que me lo pidiese en nombre de Dios, sin parar mientes si decía verdad, di- midiando mi ración o pidiendo prestado para completarla.”18 Las estreche- ces no fueron obstáculo, sin embargo, para que el párroco cumpliera con sus compromisos ante la Curia Arquidiocesana. Sorprende, por eso, el cuidado con que prepara las cuentas trimestrales, y las cartas de excusa respetuosa cuando tarda más de lo debido.

Además de los testimonios de sus contemporáneos acerca de su predica- ción, trato con los feligreses, cuidado en el desempeño de su misión pastoral y, sobre todo, disponibilidad, hay numerosos testimonios escritos de la confianza que depositaron en él muchos de los habitantes de Barahona y otros lugares del país, sobre todo, cuando se trataba de obtener asesoría en materia de Botánica o Mineralogía.

Su seriedad científica —muestra fehaciente de ello está en la biblioteca que poseía a la hora de su muerte—, le ganó prestigio ante sus colegas. En su circulo de amigos y corresponsales se contaban el Dr. Fernando Arturo Defilló, el Dr? Rafaele Ciferri, Director de la Estación Agrnónmica de Haina, el Secretario de Agricultura, Rafael A. Espaillat, el experto norteamericano George Howard Hamor, el Dr. Gerardo Marten Ellis y el educador Bayoán

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de Hostos, hijo del eminente Eugenio María de Hostos, que era director de la Escuela de Varones de Barahona a la llegada del P. Fuertes a esa ciudad en 1909.

De su correspondencia con el Arzobispo Adolfo Alejandro Nouel —no han podido ser ubicadas todas las cartas de Nouel al Párroco de Barahona—, se deduce el cariño y la obediencia filial que caracterizó la amistad que unía al sacerdote español con el Arzobispo de Santo Domingo desde 1909.

Los apelativos que usa para dirigirse al Arzobispo (“Padre de mi alma”, “Monseñor de mi respeto y afecto”, etc.), el interés que muestra con frecuencia por los familiares del mismo Nouel, y el cariño con que recuerda a los pequeños, nos revelan a un hombre afectuoso y sentimental. Los alti- bajos euforia-depresión, que deja entrever en algunas de sus cartas, sobre todo a partir de 1918, refuerza el carácter sentimental propio de los arago- neses. Este predominio de lo sentimental no significa en modo alguno que el P. Fuertes no adoptase cierta dureza cuando se trataba de hacer valer el órden, la justicia y hasta “la letra de la Ley”, como ocurrió a su llegada a Barahona, y ante la extrañeza del entonces párroco, José Sanz Martínez, que parecía renuente a abandonar su cómoda posición como Presidente del Ayuntamiento y de la Junta de Estudios.

El Ayuntamiento y la Gobernación de Barahona solicitaron frecuente- mente la colaboración del P. Fuertes para cuantas tareas se presentasen, en las que su asesoría era la única a mano. Colaboró en la redacción de un in- forme sobre el estado sanitario de la Provincia en 1925, y antes había redac- tado un memorandum sobre la educación en Barahona (1917), había hecho un presupuesto detallado de las necesidades de las escuelas de la región (1910), y sería comisionado para gestionar, én 1925, la instalación del pri- mer alumbrado eléctrico de la ciudad. Sabemos, indirectamente, que el P. Fuertes asesoró a algunos botánicos o simples investigadores de la flora o los recursos naturales de la isla. Así parece que ocurrió con el Dr. Wythe Cocke que acompañaba a Clyde P. Ross y Thomas W. Vaughan en mayo y junio de 1919 en una expedición por las provincias de Azua y Barahona.}9

A la hora de su muerte, el Secretario de Agricultura e Inmigración del gobierno de Horacio Vásquez, solicitó formalmente a Monseñor Nouel la donación o cesión de las colecciones botánica, paleontológica y mineraló- gica que pertenecía al P. Fuertes?0. Unas semanas después, el Arzobispo de Santo Domingo donaba a la Escuela de Agronomía la colección de plan- tas que el P. Fuertes le había obsequiado en Octubre de 1916. Años más tarde, la colección de duplicados de Nouel fue depositada en el Herbario de la entonces Universidad de Santo Domingo (USD), donde aún se conservan a pesar del tiempo y los accidentes del clima.

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Aunque son varios los autores que se han ocupado de evaluar la labor del P. Fuertes como colector de plantas —Benemeritus Florae Domingensis, le llamó el profesor Urban—, es preciso destacar la enorme proyección que tuvo su Obra entre los hombres de ciencia, aunque tanto Barahona como Za- ragoza nunca llegaran a saber la categoría y el fruto del trabajo callado de aquél hombre bondadoso que se rodeaba de libros y plantas secas en las horas que le dejaba libre su iglesia y sus feligreses.

Sabemos que el profesor Ignatz Urban creó el género Fuertesia, en la familia de las Loasáceas, precisamente en honor del P. Miguel Fuertes, y más tarde, el botánico Schlechter, también en su honor, bautizó un nuevo género entre las Orquidáceas: el Fuertesiella?22. Como agrega el Dr. José de Jesús Jiménez, han sido bautizadas con el nombre del P. Fuertes treinta y dos especies endémicas y cuatro de los helechos.?2

A la hora de su muerte, las colecciones de plantas del P. Fuertes se encon- traban en catorce museos o herbarios de Europa, seis de los Estados Unidos, y cinco colecciones privadas, incluyendo la que él mismo obsequió en 1916 al Arzobispo Adolfo Alejandro Nouel, de que hablábamos mas arriba.? Además de las colecciones ya constatadas, actualmente nos consta que las colecciones de plantas enviadas por el P. Fuertes directamente o a través del profesor Urban, se encuentran en el Museo de Historia Natural de Viena (589 muestras), en el “British Museum’’ de Londres (722 muestras), en la Colección Botánica del Estado de Munich (209 muestras), y en el “Field Museum of Natural History” de Chicago (658 muestras). En algunos de esos herbarios se conserva además correspondencia del profesor Urban o del mismo Fuertes.

Notas

pul

Arzobispado de Zaragoza. Parroquia de Santiago, Libro VIII de Bautismos, fol. 207, v. 1.

Arzobispado de Zaragoza. Expedientes de Ordenes Presbiterado. Miguel Fuertes Lorén, hoja 2.

3. Carta del Arzobispo de Lima a D. Miguel Fuertes (Lima, 7 de Octubre de 1903), Arzobispado de Santo Domingo. Correspondencia Sacerdotes Extranjeros. Pbro, M. Fuertes (1909-1916). Arzobispado de Lima. Licencias. Registro 641 (23 Septiembre 1905).

4. Ignatius Urban, Symbole Antillanae, vol. VII (1911-1913), pág. 482; Carlos E. Chardon, Los Naturalistas de la América Latina, Tomo I (Ciudad Trujillo: Editora del Caribe, 1949), pag. 192; “Necrología: Rev. Padre Miguel D. Fuertes Lorén”, Boletín Eclesiástico, 2a. época, año 43, nn. 24-25 (Santo Domingo, Marzo-Abril 1926), pág. 593; reproducido en Catálogo de plantas colectadas por el Padre Fuertes (Santo Domingo: Academia de Ciencias de la Re- pública Dominicana, 1978), pág. 21.

5. Acerca de la estancia del P. Fuértes en Panamá, véase: Arzobispado de Panamá. Libro de nom- bramientos y licencias, folio 197, márg. 13.

6. Por una carta del P. Gorgonio Obón a los familiares de Fuertes (Panamá, 23 Febrero 1908),

sabemos que el 10 de enero de 1908 salió hacia La Habana, a pesar de que sus licencias

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Moscosoa 5, 1989 291

10.

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13.

14.

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19.

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21.

22. 23.

están fechadas el 22 de febrero de ese mismo aó. Arzobispado de Santiago de Cuba. Libro registro de secretaría, n. 68: Entradas, folio 49, Reg. 126: ibid., Salidas, folio 61, Reg. 172.

Arzobispado de Santo Domingo [en adelante, ASD ], Libro II de Títulos, n. 505, folio 101.

El P. Sanz era natural de Sigueña (Guadalajara, España), y estaba en Santo Domingo desde 1905. Se desempeñó como presidente del Ayuntamiento de Barahona (1908-1909), y de la Junta de Estudios de la Provincia (1908—1909).

Archivo General de la Nación (en adelante, AGN), Interior y Policía. Gobernación de Barahona. Libro 17 de Actas, pags. 29—30; ibid, Ayuntamiento de Barahona, libro 7, pags. 54-55.

I. Urban, Symbolae Antillanae, VII (1911-1913), pags. 482-483; R. M. Moscoso, Catalogus Florae domingensis. Parte I (Universidad de Santo Domingo, 1943), pags. xxxvii-xxxviii; José de Jesús Jiménez, Colectores de plantas de la Hispaniola (Santiago: U.C. M.M., 1985), pág. 172; Carlos E. Chardón, op. cit, pág. 192; “Necrología, etc.”, Boletín Eclesiástico, pag. 593-594.

I. Urban, op. cit, pag. 483.

Catálogo de plantas colectadas por el Padre Fuertes. ed. fascimil. (Santo Domingo: Academia de Ciencias de la República Dominicana, 1978.

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 9 de Noviembre de 1913), ASD. Correspondencia Sacerdotes Extranjeros. Pbro. M. Fuertes, estante B, cajón 48, legajo 7, pág. 2. La montaña “detrás de Las Damas” (es decir, del río Las Damas), podría ser la Loma de las Iglesias (580 mts.), Loma Grande (580 mts.), al suroeste de Duvergé, o quizás, el valle de Puerto Escondido.

Acerca del descubrimiento del mineral, véase: Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 22 de Noviembre de 1916), ASD. Correspondencia, etc., pag. 2. Acerca de la “Pectolita” y su valor actual, véase: Rafael O. de León, “El Larimar: Origen y composición”, Suplemento Listín Diario, año XCVI, n. 24,616 (29 de Marzo de 1986), págs. 6—7; Robert E. Woodruff, “Larimar: Beautiful, Blue and Baffling”, Lapidary Journal, vol. 39, n. 10 (January 1986), págs. 26-32.

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 3 de Enero de 1917), ASD. Correspondencia, etc.

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 11 de Enero de 1917), ASD. Correspondencia, eto.

Acerca de la muerte, funeral y entierro del P. Fuertes, véanse: Nuevo Diario, año V, n. 933 (San- to Domingo, Marzo 3, 1926), pág. 1, col. 1; Listín Diario, año XXXVII, n. 11,128 (Mar- zo 4, 1926), pág. 4, col. 3; Nuevo Diario, año V, n. 934 (Marzo 4, 1926), pág. 1, col. 5: Listín Diario, año XXXVII, n. 11,129 (Marzo 5, 1926), pág. 1, col. 4: Blanco y Negro, año VII (Santo Domingo, Marzo 6, 1926), pag. 28.

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 11 de Enero de 1917), ASD. Correspondencia, etc.

Cfr. T.W. Vaughan, Un reconocimiento geológico de la República Dominicana (Washington, 1922). ed. fasc. Sociedad Dominicana de Bibliófilos, núm. 48 (Santo Domingo, 1983), pág. 18.

Carta de R. Espaillat a Mons. Nouel (Santo Domingo, Marzo 1ro, 1926), of. 1171. ASD. Co- rrespondencia Oficial (1926). Véase también: “La Iglesia y el Estado”, Boletín Eclesiástico, 2da. época, año 44, nn. 26—27 (Mayo-Junio 1926), pág. 632.

R. M. Moscoso, op. cit., pág. xl; también en “Pbro. Don Miguel Fuertes y Lorens (sic)”, Bol. Estación Agronómica de Haina, serie D, no. 3 (Marzo 1926), pág. 4; Carlos E. Chardón, op. cit, pag. 193; José de Js. Jiménez, op. cit., pág. 80.

ibid., pag. 81.

I. Urban, op. cit, pág. 483; trad. esp. Boletín Eclesiástico, 2da. época, año XXVIII, núm. 121 (25 de Diciembre de 1913), pág. 636: Moscoso, op. cit., (1943), pág. xxxviii

Moscosoa 5, 1989, pp. 292-298

EINAR J. VALEUR: COLECTOR BOTANICO EN LA REPUBLICA DOMINICANA (1929-1933)

Thomas A. Zanoni

Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). Einar J. Valeur: colector botánico en la República Dominicana (1929-1933). Moscosoa 5: 292-298. 1989. Una corta relación de las actividades botáni- cas de Einar J. Valeur, un ingeniero danés, que recolectó plantas en la República Dominica- na desde 1929 hasta su muerte en 1934, El principal juego de muestras fue vendido a la “Smithsonian Institution” (US). Los detalles fueron obtenidos de correspondencia actualmente en archivos.

A short account of the botanical activities of Einar J. Valeur, a Danish engineer, who collected plant specimens in the Dominican Republic from 1929 until his death in 1934. The principal set of specimens was sold to the “Smithsonian Institution (US). Details provided by correspondence now in archives.

El directorio internacional de botánica de 1931 (Anon., 1931) describió a Einar Jensen Valeur como “‘Valeur, E. J. Monción (Flora of the Dominican Republic: Taxonomy)”. Es así como los botánicos de hoy día conocen a este colector de plantas de la República Dominicana. Valeur todavía es una figura muy poco conocida.

Apareció en el mundo botánico dominicano vía la influencia del botánico sueco Dr. Erik L. Ekman, quien le encontró cuando llegó a Monción, en mayo de 1929. Ekman había caminado por muchas partes de la Cordillera Central y llegó a Monción para recolectar en los alrededores muestras para el herbario.

Ekman escribió en su carta a William R. Maxon (carta de 2 julio 1929): “El Señor E. J. Valeur, mi anfitrión en Monción y Las Lagunas de Cenobi, es un ingeniero danés que piensa que el oro descubierto doquier cerca de Monción está en la cantidad y valor suficiente para buscarlo. Exploraba y lavaba oro en los numerosos ríos por muchos años, y todavía el es tan pobre como cuando inició su exploración. Ahora, parece que él ha perdido la es- peranza de descubrir oro en cantidades suficientes que valga la pena y ha adquirido una plantación de café (en Las Lagunas de Cenobr). Cuando los cafetales crecen, él tiene tiempo para hacer otra cosa y se ha interesado en

Nota del autor: Por la abundancia de cartas entre Einar J. Valeur y los científicos de la “Smithsonian Institution”, actualmente conservadas en los archivos de la misma institución, podemos conocer un capítulo interesante de la exploración botánica en la Española. La ausencia de listas de viajes o “field books” no permite la reconstrucción de las rutas del colector.

Moscosoa 5, 1989 293

recolectar muestras de herbario. Hizo algo similar con Olson-Seffler en México, entonces conoce como preparar las muestras. Sugiero que pudiera recolectar para ustedes [la “Smithsonian Institution”] y le mencioné tam- bién que ustedes podrán pagarle diez centavos por cada ejemplar bien pre- parado.”

Los otros detalles acerca de quien era Valeur vienen de dos cartas escritas más de cuarenta años después de su muerta.

Alfred Hansen del Museo Botánico de Copenhagen (carta a J. J. Jiménez, 1 dic. 1978, en el archivo del herbario de la Universidad Católica Madre y Maestra) escribió que Valeur nació en el 1874 ó 1875 en Helsingfor, al Norte de Copenhagen, Dinamarca. Su padre era doctor en medicina. Valeur no era botánico. Hansen no tenían ninguna indicación de cuando o por qué Valeur se radicó en la República Dominicana.

La otra carta, de Antonio I. Brito I. (a J. J. Jiménez, 27 abril 1959, en el archivo del herbario de la Universidad Católica Madre y Maestra) indicó que Valeur llegó al país en el 1917. Valeur compraba oro en las cercanías de Monción y lo vendía a Israel Brito (el padre de A. I. Brito). También, informó que Valeur había subido a la cima de Monte Gallo y había grabado su nombre y la fecha “VALEUR 1927” en la corteza de un árbol en la misma loma. Mantenía un conuco de cien tareas sembrado de café, plátanos, y yautía en Las Lagunas de Cenobí, por la Cidra. Según Brito, “Murió en Sonador, sección de Bonao, en 1935, allí vivía un hermano de él a quien le apodaban Canuto”. Brito notó que “. . . algunos de estos (datos) no se le puede dar mucho crédito, . . .”. Estos datos fueron publicados más tarde por Jiménez (1985) en su libro sobre los colectores de plantas en la Españo- la.

Valeur & la “Smithsonian Institution”

Maxon contestó rápidamente a Ekman (carta del 10 julio, 1929). En aquella época el servicio de correos entre Santo Domingo y Washington, D.C., era tan rápido que la carta de Ekman llegó en ocho días. Solicitó una entrega de prueba de 200—300 muestras con etiquetas, con el compromiso de pagar diez centavos de dólar norteamericano por cada ejemplar. Maxon indicó que Ekman debía enseñar a Valeur a preparar las muestra y las etiquetas. En ese tiempo Emery C. Leonard, de la “Smithsonian Institution” trataba las plan- tas vasculares con Ignatz Urban del Museo Botánico de Berlín, especialmen- te cualquier especie nueva. Maxón mismo trataba los helechos nuevos con C. Christiansen de Copenhagen.

Ekman contestó a Maxon (carta del 30 de julio, 1929) que Valeur no te- nía los materiales necesarios para hacer las prensas para secar las muestras.

294 Moscosoa 5, 1989

Aparentemente, la misma carta indicaba que Ekman tenia dudas acerca de Valeur. Maxon, contestando (carta del 12 de sep., 1929) pregunto a Ekman: “Leyendo entre líneas su carta [del 30 jul. 1929] entiendo que usted piensa que posiblemente el Sr. Valeur no tendrá éxito en su recolección. ¿Es esta su opinion?’’ No obstante, Maxon envió los ventiladores para secar las plan- tas.

Al final de septiembre, Valeur escribió a Maxon (carta del 29 sept. 1929) diciendo que el primer envío de muestras estaba listo para ser despachado a Washington. También preguntó sobre la posibilidad de vender series de du- plicados a otras instituciones botánicas. El bulto se entregó al correo el 6 de oct. y llegó a las manos de Maxon a final de mes. Maxon (carta de Valeur, 31 oct. 1929) calificó las muestras como “muy llenas, realmente excelentes; la “Smithsonian” las comprara, y a quince centavos cada una”. Consideran- do la calidad de las muestras, Maxon indicó que Valeur podría vender las otras series fácilmente. Pero preferiría que el colector canalizara todas las muestras a la “Smithsonian”? para venderlas a los suscriptores. Mas tarde, Maxon tuvo que admitir que no sería posible tratar la venta por medio de la “Smithsonian”.

Maxon notificó a Ekman (carta del 31 oct. 1929) que ““Las muestras de Valeur son tan buenas que se debe promover la búsqueda de más y que él [Valeur] debía preparar otras series de duplicados para los suscriptores. Es muy importante [tener un colector en la zona de Monción en la República Dominicana] porque usted mismo viajará a Santa Marta de Venezuela al final de este año [1929] ””.

La tarea inicial de Ekman había sido recolectar un tiempo en la Españo- la en ruta a América del Sur. El se quedó en Cuba, Haití, y la República Dominicana desde el 1917 hasta el 1931, año en que murió, en Santiago, República Dominicana. Nunca llegó al destino fijado por el Museo Sueco de Historia Natural, su institución patrona.

Valeur mantenía las series de duplicados en su casa en Monción, aunque era casi imposible evitar las infestaciones de insectos y el problema de la humedad. Quería enviar los duplicados a los suscriptores con listas provisio- nales de las identificaciones hechas por Leonard y Maxon (carta de Valeur a Maxon, 28 nov. 1929). Maxon (carta 10 dic. 1929) aconsejó en contra de esta práctica y recomendó que Valeur mismo preparara las eti- quetas. Mencionó que la “Smithsonian” pagaría diez centavos si ellos ident- ficaban las muestras.

Ekman le había enseñado bien acerca de la preparación de etiquetas (car- ta de Valeur a Maxon, 9 feb. 1930). Valeur comentó que Ekman le había explicado antes que quince centavos por cada ejemplar cubrirían los gastos y

Moscosoa 5, 1989 295

nada más y Valeur estaba muy optimista cuando Ekman trató asi este asun- to. Valeur expresamente mencionó el precio de la venta porque Maxon, en su carta previa había citado diez centavos, menos de lo que había esperado Valeur, quien vió estas ventas como un suplemento esencial a su muy bajo ingreso anual. Debemos recordar también que era la época de la Gran Depre- sión que empezó en el 1929. Los efectos de la Depresión habían llegado a la República Dominicana y así también a Valeur. El explicó que las expedi- ciones a la sierra alta eran costosas y que el no tenía nada para cubrir los gastos en caso de enfermedad o accidente. En la misma carta, indicó que había escrito a Christiansen en Copenhagen para tratar de vender una serie de los duplicados.

Valeur se dió cuenta de la falta de ética al enviar los ejemplares directa- mente a Christiansen (carta de Valeur a Maxon, 16 mar., 1930) y explicó a Maxon que no entendía si podía solicitar a los suscriptores europeos directamente sin intervención de la “Smithsonian”. Ekman había reco- mendado a Valeur que Copenhagen (C), Berlín (B), y Kew (K) eran posible suscriptores.

Por fin, Maxon contestó a Valeur (3 jun. 1930) acerca de varios asuntos de interés para Valeur. Indicó que la “Smithsonian” tenía poco dinero para comprar muestras a causa de la Gran Depresión. Pero, solicitó otro juego (el segundo) de ejemplares con el compromiso de pagar la cuenta después del 1 jul. 1930, cuando la “Smithsonian” empezaría su año fiscal. Indicó que estaba ofendido por la gestión de Valeur a Christiansen, porque ese era un colaborador en el trabajo sobre los helechos de la Española. Además afirmó que él consideraba que diez centavos por cada ejemplar era un precio justo porque la “Smithsonian”? debía identificar las muestras. Maxon sugirió un precio de quince centavos para los otros suscriptores.

Valeur se quedó descontento con la oferta de solamente diez centavos cada ejemplar y solicitó directamente al jefe del herbario Ellsworth P. Killip (carta del 23 jun. 1930) un ajuste del precio considerando las pérdi- das de muestras a causa de insectos, antes de su entrega a la “Smithsonian”. También, solicitó más información sobre tres o cuatro otros suscriptores.

Todavía la “Smithsonian” tenía interés en representar a Valeur frente a otros suscriptores. Pero Killip (carta a Valeur, 16 jul. 1930) sugirió que Valeur vendiera directamente a E. D. Merrill del Jardín Botánico de New York (NY), a B.L. Robinson de la Universidad de Harvard (GH), a S. C. Simms del “Field Museum of Natural History” (F), a J. M. Greenman del Jardín Botánico de Missouri (MO), y a L. Briquet del Jardín Botánico de Geneva (G). [Sabemos ahora que las muestras de Valeur llegaron a estos her- barios pero no si todos compraron las muestras directamente de Valeur. Al-

296 Moscosoa 5, 1989

gunos de estos herbarios no tenian ni comprobantes ni el papeleo de archi- vo todavia. ]

Al final de 1930, Valeur dedicó más tiempo a la búsqueda de muestras del herbario (carta de Valeur a Killip, 4 nov. 1930). Las ventas de las series a los suscriptores eran muy importantes como fuente de ingresos a Valeur.

El tercer bulto de muestras se envió en febrero de’ 931. Valeur también mencionó la muerte de E. L. Ekman (carta de Valeur a Maxon, 9 feb. 1931). Desde diciembre del 1929 hasta el 1930, Valeur recolectaba muestras para completar las series de duplicados para los suscriptores. El usó el mismo nú- mero de colección para las muestras de la “Smithsonian”, aunque las locali- dades pudieran ser diferentes y así lo indicó en cada etiqueta. Maxon le amonestó contra esta práctica (carta del 4 mar. 1931) y más tarde (carta del 30 mar. 1931) le aconsejó que asignara un número nuevo a esos duplicados y los enviara a la “Smithsonian” para identificarlos y evitar errores en los nom- bres [Desde ese tiempo en adelante, resulta difícil relacionar los números con las localidades visitadas por Valeur. ]

Valeur informó otra vez a Maxon (carta del 8 nov. 1931) de sus problemas financieros y de que era necesario dejar la recolección de plantas durante 1931. Sin embargo, tenía un bulto listo para enviar. Killip escribió a Valeur (carta del 3 dic. 1931) de la imposibilidad de comprar cualquier muestra en ese momento, aunque solicitó el envío del bulto, con la posibilidad de su compra en el 1932. El bulto llegó en febrero del 1932.

La siguiente comunicación de Valeur a Maxon (carta del 23 abr. 1933) indicó que él había reiniciado su recolección de muestras y queria enviar unos bultos más pequeños pero con más frecuencia. El habló de sus proble- mas económicos y de la necesidad de tener ingresos por medio de sus colec- ciones botánicas. El no tenía otro ingreso durante la Gran Depresión para cu- brir la diferencia entre los gastos de exploración y el monto recibido por con- cepto de la venta de las muestras.

Maxon estuvo de acuerdo con la solicitud de enviar bultos más pequeños y más frecuentes. Hizo énfasis en el estrecho presupuesto de la “Smithso- nian” e indicó que esperaba muy pocas compras en el año fiscal 1933-1934. Entonces explicó que la entrega de fondos podría tardar un año o más, con incertidumbre acerca del año 1934—1935 también (carta del 10 mayo 1933).

Valeur estuvo enfermo en el verano y el envío se demoró hasta agosto (carta a Maxon, 20 ago. 1933). Reconoció que la “Smithsonian” tenía difi- cultades para pagar. Decía que la exploración botánica no rendía sesenta dólares al mes, insuficiente para cubrir sus gastos.

Las compras se quedaron estancadas en la “Smithsonian” y el dinero no se entregó a Valeur. Maxon indicó a Valeur (carta del 13 oct. 1933) que

Moscosoa 5, 1989 297

no era posible comprar las muestras en 1933—1934. No existia fondo gu- bernamental o privado en la “Smithsonian” para ninguna compra de mues- tras científicas (memorandum de A. Wetmore a Maxon, 11 oct. 1933).

En el nuevo año fiscal de 1934-1935, Maxon avisó a Valeur acerca de la entrega de los US$19.90 que le debían (carta del 17 de ago. 1934). Valeur nunca contestó.

La “Smithsonian” solicitó que el consulado Americano en Santo Domin- go comunicara con el consulado danés acerca del paradero de Valeur. El consulado americano (carta a la Secretaría Estado de Washington, 17 oct. 1934) contestó que el cónsul danés, un amigo personal de Valeur, le había dicho que el colector había muerto hacía más o menos un año.

El dinero de la última compra hecha por la “Smithsonian se entregó a la Oficina de Asuntos Exteriores de Dinamarca en Copenhagen. El consulado danés en Santo Domingo indicó que un testamento de Valeur se había entregado a ellos para ser verificado. El testamento tenía a un hermano de Valeur como heredero de sus bienes en la República Dominicana. Pero el consulado: danés no reconocía el testamento como válido (carta del consulado Americano en Santo Domingo a la Secretaría de Estado, Washing- ton, 22 enero 1935).

Hasta aquí llega la historia de Einar Jensen Valeur en la República Domi- nicana.

Las muestras botánicas de V aleur

Valeur vendió sus muestras de herbario a las siguientes instituciones: US: 1027 ejamplares*, el juego principal (reportes en el archivo del herbario); F: 485 ejemplares, en tres entregas (carta de A. Rehling a T. Zanoni, 11 feb. 1986); C: 604 ejemplares, en cuatro entregas (carta de J. Lewinsky a T. Za- noni, 8 enero 1986); G: 713 ejemplares, en tres entregas (carta de H. M. Burdet a T. Zanoni, 21 feb. 1986); NY: sin record existente, pero ejemplares en el herbario (carta P. K. Holmgren a T. Zanoni, 4 mar. 1986); GH: sin record existente en 1986 (carta de M. Canoso a T. Zanoni, 12 jun. 1986). No está claro si él vendió las muestras a Berlin (B), no hay record.

Se sabe que otros herbarios tienen algunas muestras de Valeur, pero no las obtuvieron directamente de él.

* Aunque las listas de identificaciones de plantas de Valeur confeccionadas por los botánicos de la “Smithsonian” indicaron el número más alto recibido como 1035, sólo fueron reportadas en su ar- chivo de accesiones 1027 muestras y una de madera.

298 Moscosoa 5, 1989

No se conoce una lista detallada de las fechas y los lugares visitados por Valeur. El visitó Laguna de Cenobí (La Cidra) donde tenía su finca de café y plátanos, Sabaneta, Monción, Río Magua, Río Mao, Dajao, Arroyo Toma, La Leonor, La Ceiba de Mao, todos cerca de Monción; Jicomé, Loma Bajita (de Jicomé), Arroyo Jicomé, y San José de las Matas; Sonador (de Bonao) y Constanza.

Urban (1931) mencionó que Valeur acompañaba a Ekman en expedicio- nes cerca de Monción, pero no indicó los lugares exactos.

Agradecimientos

El autor expresa su gratitud al Museo de Historia Natural de la “Smithso- nian Institution” por hacer posible los materiales de sus archivos de accesio- nes del herbario, que incluyen también las cartas entre Valeur y Maxon, Valeur y Killip, Maxon y Ekman, y entre la “Smithsonian Institution” y el consulado norteamericano en Santo Domingo, República Dominicana. Al Dr. Robert W. Read de la “Smithsonian” doy gracias por facilitar mis visitas a Washington, D. C. en los años de 1985 y 1986. A la Oficina de Becas de la “Smithsonian” por su apoyo financiero para la realización de esas visitas, y a Donald D. Dod por su ayuda editorial.

Especialmente agradezco a quienes proporcionaron información sobre Valeur por medio de la correspondencia: C. L. Lundell de “University of Texas at Dallas”, Alfreida Rehling de “Field Museum of Natural History, Chicago”, Patricia K. Holmgren del “New York Botanical Garden”, Michael T. Stieber del “Hunt Institute of Botanical Documentation” de Pittsburgh, Hervé M. Burdet de “Conservatoire et Jardin Botaniques” de Geneva, Ri- chard M. Lowden de la Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago, República Dominicana, y Jette Lewinsky de “Botanisk Museum” de “Kobenhavns Universitet”.

Literatura citada

Anon. 1931. International address book of botanists, Bailiére, Tindall and Cox. London. (Véase p. 563).

Jiménez, J. J. 1985. Colectores de plantas de la Hispaniola. Universidad Católica Madre y Maestra. Santiago, República Dominicana. (Véase pp. 174,175).

Urban, I. 1931. Plantae Haitienses et Domingenses novae vel rariores IX. a cl. E. L. Ekman 1924-1930 lectae. Ark. Bot. 23A(11):1—103, Taf. 1—4. (Véase p. 2).

Moscosoa 5, 1989, pp. 299-306

LAS EXPEDICIONES BOTANICAS DE JOSEPH N. ROSE A LA REPUBLICA DOMINICANA (1913) Y HAITI (1918)

Thomas A. Zanoni & Robert W. Read

Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Re- publica Dominicana) & Robert W. Read (Department of Botany, Smithsonian Institu- tion, Washington, D. C. 20560, U.S.A.). Las expediciones botanicas de Joseph N. Rose a la Republica Dominicana (1913) y Haiti (1918). Moscosoa 5: 299-306. 1989.

The botanical expeditions of Joseph N. Rose to the Dominican Republic in 1913 Haiti in 1918. Including the itinerary and collection numbers of the collector on the other Caribbean islands during the same trips.

El botanico Joseph Nelson Rose fue uno de los asistentes (1896—1905) y un curador asociado (1905—1912 y 1923—1928) del Herbario Nacional del Museo Nacional de los Estados Unidos, la “Smithsonian Institution”, cuando inició sus estudios sobre las Cactaceas de las Américas (Stafleu y Cowan, 1983). Fue trasladado de la “Smithsonian”” a la “Carnegie Institution” de Washington, D. C., como investigador entre 1912 y 1923 para preparar su monografía sobre esta familia en colaboración con Nathaniel Lord Britton del Jardín Botánico de New York (Cowan & Stafleu, 1981).

En 1913, hizo un viaje a las Antillas en busca de Cactáceas y otras plantas de las zonas áridas subtropicales. Rose volvió a recolectar en el Caribe por segunda vez en 1918 a su regreso de Ecuador hacia los Estados Unidos.

Viaje de 1913

Rose y Nathaniel L. Britton tenían un programa de trabajo de campo y de laboratorio con el objetivo de preparar una monografía sobre la familia de las Cactáceas (Anon., 1914).

El 25 de enero de 1913, Britton y otros acompañantes salieron de New York en el vapor “Guiana” (carta de N. L. Britton a J. N. Rose, 7 y 11 de enero de 1913) hacia las islas caribeñas de St. Thomas, St. Jan, Tórtola, Virgen Gorda y Anegeda de las Islas Vírgenes, Puerto Rico, y Caracas, Vene- zuela (carta de N. L. Britton a J. N. Rose, 7 y 11 de enero 1913). Ese día salieron también del mismo puerto, Rose junto a William R. Fitch y Paul G. Russell como ayudantes, con destino a St. Thomas, St. Croix, St. Kitts, Antigua, y la República Dominicana.

El grupo de la “Smithsonian” viajo por más de diez semanas en busca de muestras. Aproximadamente 1,200 especies (7,000 ejemplares) se recolectaron. El primer juego de esas muestras fue depositado en la Smith-

300 Moscosoa 5, 1989

sonian (US), el segundo en el New York (NY), y otros en el “Bureau of Science” en Manila, Filipinas (Stafleu & Cowan, 1983) y en el museo bota- nico de Berlin-Dahlem (B). El botanico Ignatz Urban estudio estas myestras para la preparación de su “Flora domingensis”, publicada en 1920 y 1921.

Aunque el interés especial del programa era las Cactáceas, ellos recolecta- ron muestras de la flora en general, incluyendo plantas no vasculares. Entre los materiales recolectados incluyeron también plantas vivas, principalmente de las Cactáceas, semillas, bulbos y esquejes para sembrar.

Las fechas de las visitas a las islas se han podido determinar tomando las de plantas recolectadas: St. Thomas (sin fecha), St. Croix (1 feb. y 19—24 feb.), St. Kitts (2 feb.), Antigua -(4—16 feb.), y la República Dominicana (7 mar.—2 abr.).

En una carta a N. L. Britton del 18 de abril, después de su regreso a Washington, Rose escribió “Nuestra expedición a Santo Domingo fue un gran éxito. Aunque no recolectamos tantos números de especies, se obtuvie- ron muchos ejemplares valiosos para canje. Recolecté quince especies de Cactáceas cerca de Azua, incluyendo dos especies introducidas al cultivo. Entre las sorpresas hubo una Cylindropuntia relacionada a Opuntia leptocau- lis, una enorme Consolea, un Melocactus interesante, Harrisia nashii, una Leptocereus con raices tuberosas, Mamillaria pusilla var. haitiensis, Lemai- reocereus hystrix, y otras especies. No fue posible visitar al Padre Fuertes, pero él envió algunas especies y un Acanthocereus. Nos enviará una Pereskia que esperamos”.

Una parte de los ejamplares vivos recibidos de Fuertes se dañó al llegar a los Estados Unidos (carta de Rose a N. L. Britton, 22 de abril de 1913). La Pereskia llegó a Washington más tarde y se enviará a Britton (carta de Rose a N. L. Britton, 8 de mayo de 1913).

Viaje de 1918

El Dr. Rose viajó a Ecuador en busca de muestras de plantas de los Andes. Era la primera expedición realizada bajo un programa cooperativo de. la “Smithsonian Institution”, el “New York Botanical Garden” y el “Gray Herbarium”” para estudiar las plantas de la parte norteña de América del Sur. El recibió también ayuda del ““Bureau of Plant Industry” del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Anon., 1919; Walcott, 1921).

Rose y George Rose, un fotógrafo, salieron de la ciudad de Washington, D. C., el 22 de julio de 1918 y regresaron el 4 de diciembre del mismo año. Rumbo a Ecuador hicieron paradas cortas en Cuba, Panamá, y Haití. Aunque bajaron en Cuba del 26—28 de julio, no recolectaron muestras

301

Moscosoa 5, 1989

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Fig. 2. El botanico Joseph N. Rose. Fotografia usada con permiso de “Hunt Institute for Botanical Documentation”.

de plantas. Varias plantas fueron recolectadas cerca de los puertos de Cristó- bal, Panamá, y de Port-au-Prince, Haití.

Bajaron del vapor en Port-au-Prince, Haití el 27 de noviembre y recolec- taron aproximadamente 46 especies de plantas.

Se dividieron las muestras entre las tres instituciones (GH, NY, y US).

Agradecimientos

A la biblioteca del Departamento de Botanica de la “Smithsonian Institu- tion” donde se encuentran los libros de campo de Joseph N. Rose. A los “Smithsonian Institution Archives” quienes dieron el permiso para citar las cartas de Joseph N. Rose. A la “Smithsonian Institution” que dió una beca a T. Zanoni en octubre de 1986 para visitar su Depto. de Botánica y a Ro- bert W. Read, botánico de la misma institución por las facilidades durante la estadía del primer autor (T. A. Z.) en Washington, D. C.

Moscosoa 5, 1989 303 Literatura citada

Anon. 1914. Cactuses and desert plants from the West Indies and south- western United States., pp. 37—41 en Explorations and field work of the Smithsonian Institution en 1913. Smithsonian Misc. Coll. 63(8): 1—88.

Anon. 1919. Botanical exploration in Ecuador, en Explorations and field work of the Smithsonian Institution in 1918. Smithsonian Misc. Coll. WO(2 id 122,

Cowan, R. S. & F. A. Stafleu. 1981. Rose and Britton: from Brittonrosea to Cassia. Brittonia 33: 285-293.

Stafleu, F. A. & R. S. Cowan. 1983. Taxonomic literature. Vol. IV: P—Sak. Regnum Vegetabile 110: 884-887.

Walcott, C. D. 1921. Report of the Secretary of the Smighsonian Institution, Charles D. Walcott, for the year ending June 30, 1919. Annual Rep. Smithsonian Inst. 1919: 1-103.

Apéndice

Las expediciones de J. N. Rose. Los números asignados a las plantas re- colectadas están indicados en paréntesis. Los nombres están listados como fueron escritos por los exploradores, con sus correcciones entre [ ].

1913

[sin fecha] , St. Thomas (3173-3197); 1 feb., Frederiksted, St. Croix (3201-3227); 2 feb., cerca de Basse Terre, St. Kitts (3228-3241); 4 feb., cerca de St. John, Antigua (3242-3267); 5 feb., cerca de St. John, Antigua (3268-3283); 6 feb., cerca de All Souls, en el centro de Antigua (3284— 3298); 6 feb., cerca de English Harbor, Antigua (3299-3308); 7 feb., cerca de St. John, Antigua (3309); 7 feb., Holiday Hill, Antigua (3310—3348); 8 feb., cerca de All Souls, Antigua (3349, 3350); 8 feb., cerca de English Harbor, Antigua (3351-3360); 8 feb., cerca de All Souls, Antigua (3361— 3364); 9 feb., cerca de St. John, Antigua (3365-3370); 10 feb., en un pan- tano, cerca de St. John, Antigua (3371, 3372); 10 feb., en la orilla del cami- no, cerca de St. John, Antigua (3373-3375); 10 feb., cerca de St. John, Antigua (3376-3384); 10 feb., cerca de Claremont, Antigua (3385-3393); 10 feb., cerca de St. Mary's, Antigua (3394—3402); 10 feb., cerca de Cades Bay, Antigua (3403); 10 feb., cerca de St. John, Antigua (3404); 10 feb., cerca de Cades Bay, Antigua (3405—3407); 11 feb., al Este de St. John,

304 Moscosoa 5, 1989

Antigua (3408—3418); 12 feb., Johnson Point, Antigua (3419, 3420); 12 feb., Boggy Peak, Antigua (3421—3535); 13 feb., en el camino a St. Phillip’s, Antigua (3435—3444); 13 feb., cerca de la iglesia de St. Philip, Antigua (3445); 13 feb., en un campo baldío, iglesia de St. Philip, Antigua (3446— 3449); 12 feb., Boggy Peak, Antigua (3450—3453); 14 feb., Blubber Valley, Antigua (3454-3458); 14 feb., una loma en la orilla del Blubber Valley, Antigua (3459-3467); 14 feb., Blubber Valley, Antigua (3468-3471); 15 feb., Blubber Valley, Antigua (3472); 15 feb., una loma en la orilla del Blubber Valley, Antigua (4373-3488); 14 feb., Blubber Valley, Antigua (3489); 16 feb., en el camino a Fig-Tree Hill, Antigua (3490, 3491); 16 feb., Fig-Tree Hill, Antigua (3492-3500); 19 feb., cerca de Frederiksted, St. Croix (3501-3531); 20 feb., en el camino a Christiansted, St. Croix (3532— 3536); 20 feb., West End, Sandy Point, St. Croix (3537-3541); 20 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3542-3557); 21 feb., cerca de Christian- sted, St. Croix (3558-3582); 21 feb., East End, St. Croix (3583); 22 feb., al Norte de Christiansted, St. Croix (3584—3592); 22 feb., Caneel Bay Estate, St. Croix (3593); 22 feb., al Norte de Christiansted, St. Croix (3594— 3600); 22 feb., Caneel Bay Estate, St. Croix (3601-3610); 22 feb., Christian- sted, St. Croix (3611, 3612); 23 feb., en cultivo en Christiansted, St. Croix (3613, 3614); 23 feb., Christiansted, St. Croix (3615-3618); 24 feb., un loma cerca de Christiansted, St. Croix (3619-3643); 1 feb., St. Croix (3644); 7 feb., Holiday Hill, Antigua (3645); 10 feb., Holiday Hill, Antigua (3646, 3647); 12 feb., Antigua (3648); 14 feb., Antigua (3649); 13 feb., Antigua (3650); 14 feb., Antigua (3651); 15 feb., Antigua (3652, 3653); 4—15 feb., Antigua (3654); 15 feb., Antigua (3655, 3656); 16 feb., Antigua (3657-3661); 24 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3662); 21 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3663); 22 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3664); 24 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3665, 3666); 20-24 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3667—3670); 17 mar., Azua, República Dominicana (3671); 10 feb., Antigua (3672); 7 feb., Antigua (3673) ;14 feb., Antigua (3674-3679); 7 feb., Antigua (3680, 3681); 10feb., Antigua (3682-3686); 7 feb., Antigua (3687-3689); [sin fecha] mar., Azua, Rep. Dominicana (3690); 16 mar., Azua (3691, 3692); 14 mar., Azua (3693— 3695); 9 mar., Santo Domingo, Rep. Dominicana (3696, 3697); 10 mar., Santo Domingo, ciudad (3698); 7 mar., San Pedro de Macorís, Rep. Domi- nicana (3699-3737); 9 mar., en la orilla del Río Ozama, Santo Domingo, ciudad (3738-3783); 9 mar., en las lomas cerca del Rio Ozama, ciudad de Santo Domingo (3784-3796); 9 mar., en la orilla del Río Ozama, ciudad de Santo Domingo (3797—3799); 10 mar., en la orilla del camino, al Suroes- te de-Santo Domingo (3800-3813); 7 mar., en las murallas de San Pedro

Moscosoa 5, 1989 305

de Macoris (3814); 12 mar., en el camino al puerto de Azua (3815—3839); 12 mar., Azua (3840); 13 mar., en la loma al Norte de Azua (3841—3864); 13 mar., en el camino al puerto de Azua (3865, 3866); 14 mar., al Este de Azua (3867-3903); 15 mar., al Noroeste de Azua (3904-3928); 15 mar., en la base de la cordillera al Norte de Azua (3929-3944); 16 mar., en la orilla de los canales de riego, Azua (3945—3952); 16 mar., en la ciudad de Azua (3953); 17 mar., en la base de la cordillera, al Norte de Azua (3954— 3974); 17 mar., en la base de la cordillera, al Norte de Azua, cerca de 1,000 pies elev. (3975—3991);17 mar.,.en la base de la cordillera, al Norte de Azua (3992-3995); 18 mar., al Sur de Azua (3996-4035); 20 mar., al Nordeste de Azua (4036-4084); 21 mar., al Nordeste de Azua (4085-4097); 22 mar., al Sur de Azua (4098, 4099); 25 mar., en el camino a “Agua Cave”, Santo Domingo (4100); 24 mar., cerca de la cueva de Santa Ana, en ciudad de Santo Domingo (4101-4117); 24 mar., al Este del Río Ozama, cerca de Santo Domingo (4118, 4119); 25 mar., cerca de “Agua Cave”, Santo Domingo (4120-4149); 26 mar.*, al Norte de San Pedro de Macorís (4150— 4197); 28 mar., al Norte de San Pedro de Macorís, (4198-4242), [sin fecha] mar., ciudad de Santo Domingo (4243); 30 mar., en la costa al Sur de San Pedro de Macorís (4244-4260); 30 mar., en la playa al Sur de San Pedro de Macorís (4261-4270); 31. mar., cerca de la costa al Sudeste de San Pedro de Macorís (4271-4308); 2 abr., Sánchez, Rep. Dominicana (4309— 4397); 10 mar., ciudad de Santo Domingo (4398); [sin fecha] mar., Azua (4399, 4400); 12 feb., cerca de la cima de Boggy Peak, Antigua (4401— 4405); 2 abr., Sánchez, Rep. Dominicana (4406); 18 mar., Azua (4407— 4413); 20 mar., Azua (4414-4422); 24 mar., Santo Domingo, ciudad (4423-4431); 25 mar., Santo Domingo, ciudad (4432-4436); 26 mar., San Pedro de Macorís (4437-4447); 19 feb., St. Croix (4448-4452); 20 feb., St. Croix (4453); 22 feb., St. Croix (4454); 24 feb., St. Croix (4455, 4456; 19 feb., St. Croix (4457); 21 feb., St. Croix (4458); [sin fecha] feb., (4459, 4460); 10 feb., Antigua (4461, 4462); 15 feb., Antigua (4463, 4464); 9 mar., Santo Domingo, ciudad (4465-4468); [sin fecha] mar., San Pedro de Macorís (4469, 4470); 20 mar., Azua (4471); [sin fecha] abr., Oceano Atlántico, 675 millas de la ciudad de New York (4472); 24 mar., Santo Do- mingo, ciudad (4473—4476); 25 mar., Santo Domingo, ciudad (4477-4479); 10 mar., Santo Domingo (4480—4482); 25 mar., Santo Domingo (4483); 14 mar., Azua (4484); 15 mar., Azua (4485, 4486); 17 mar., Azua (4487, 4488); 7 mar., San Pedro de Macorís (4489); 28 mar., San Pedro de Macorís (4490, 4491); 31 mar., San Pedro de Macorís (4492-4495); 30 mar., San Pedro de Macorís (4496-4498); 2 abr., Sánchez (4499—4504); [sin fecha] mar., Azua (4505); [sin fecha] mar., San Pedro de Macorís (4506); [muestra tomada de

306 Moscosoa 5, 1989

una planta que floreció en cultivo, ene., 1914] Blubber Valley, Antigua (4507); 1-5 mar., St Thomas (4508-4510); [sin fecha] Santo Domingo (4511); 1—5 mar., St. Thomas (4512-4515); 16 feb., Antigua (4516).

* NOTA: A su salida de la República Dominicana, Rose y sus compañeros bajaron del vapor y recolectaron varias muestras de plantas en una barra de arena próxima a la costa y no muy lejos del Puerto de San Pedro de Maco- rís (carta de rose a N. L. Britton, 18 de abril de 1913, en los archivos de la “Smithsonian Institution”).

1918

27 nov., Port-au-Prince, Haiti (22088—22100); [27] nov., Port-au-Prince (23977-23999).

Moscosoa 5, 1989, pp. 307-323

LOS DOS VIAJES BOTANICOS DE HARRY A. ALLARD A LA REPUBLICA DOMINICANA EN 1945—1946 Y 1947-1948

Thomas A. Zanoni

Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Re- publica Dominicana). Los dos viajes botanicos de Harry A. Allard a la Republica Domini- cana en 1945-1946 y 1947-1948. Moscosoa 5: 307-323. 1989. Harry A. Allard via- ala República Dominicana dos veces para visitar su hijo Howard F. Allard y recolectó muestras de plantas para la “Smithsonian Institution” en ambos viajes, además de varios insectos en su segundo viaje. Se presenta los datos detallados sobre las localidades visita- das y las fechas del trabajo del campo.

The two botanical trips of Harry A. Allard to the Dominican Republic in 1945—1946 and 1947-1948. Allard visited his son Howard F. Allard, chief of the U. S. Dep. Ag- riculture-Dominican Dep. Agriculture- B.F. Goodrich Rubber experimental plantations in the Dominican Republic on two occasions. The older Allard collected herbarium specimens and some of insects for the Smithsonian Institution. A detailed: itinerary with collection numbers is presented.

Howard F. Allard era encargado de un proyecto experimental de caucho, (Hevea brasiliensis L.) en Piedra Blanca, República Dominicana. El proyecto fue auspiciado por la Secretaría de Agricultura de la República Dominicana, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América, y la com- pañía norteamericana de gomas de caucho B. F. Goodrich.

Su padre, Harry A. Allard, acercándose a la jubilación de su carrera pro- fesional, visitó su hijo Howard en la República Dominicana en 1945—1946 y 1947-1948 (Figs. 1-3).

Allard, empleado del Departamento de Agricultura de los EE.UU. A. desde 1906 hasta 1946, principalmente en el mejoramiento de plantas, tenía un vivo interés en plantas y animales silvestres para casi toda su vida (1880— 1963).

El exploraba, en su tiempo libre, los estados de Virginia y West Virginia de los Estados Unidos en busca de plantas, para sus estudios florísticos y publicó varios artículos sobre este tema (véase. la bibliografía en Guerney, 1964). El usaba los recursos del herbario nacional de la ‘“‘Smithsonian Institu- tion” de Washington, D.C., en estos estudios. Como consecuencia de esta relación, él conocía varios curadores botánicos, como E. P. Killip (encargado del herbario), William R. Maxon (pteridólogo), y Emery C. Leonard (especia- lista en la familia de las Acanthaceae y de la flora de la República Dominica- na y Haití). Además, fue amigo del Secretario (director) de la “Smithsonian Institution” - Alexander Wetmore.

308 Moscosoa 5, 1989

ay MY PIEDRA BLANCA

LOS PLATANOS

o LOMA CAMPANA

RIO LOS PLATANOS

VILLA ALTAGRACIA

LA COLONIA

CAMBITA GARABITO

SAN CRISTOBAL

camel /

Fig. 1. Lugares visitados por Harry A. Allard en busca de plantas. Parte sur- central Republica Dominicana (Ciudad Trujillo es ahora la ciudad de Santo Domingo).

Moscosoa 5, 1989 309

El primer viaje 1945—6

Conociendo el interés de la “Smithsonian” en la adquisición de muestras de plantas para el herbario y particularmente de la flora de la Española, Harry Allard hizo en el verano de 1945 una oferta para recolectar en la República Dominicana. Las primeras etapas del arreglo fueron hechos entre Killip y Maxon de la División de Plantas y fueron finalizadas por el Secretario Wetmore. La “Smithsonian” ofreció US$250.00 para cubrir los gastos y proporcionó el equipo necesario para preparar las muestras en el campo (carta de A. Wetmore a H. A. Allard, 24 jul 1945). Allard fue obliga- do a entregar las muestras directamente a la División de Plantas para el estu- dio por E. C. Leonard.

Leonard había recolectado en Haití durante la década de 1920 (Zanoni, 1986). Wetmore, un ornitólogo, también había recolectado allí, pero mues- tras de aves, durante la misma época (Wetmore & Swales, 1931). Los fondos para pagar los gastos de Allard probablemente provinieron de la herencia dejada a la “Smithsonian” por William C. Abbott para promover estudios de la historia natural. Secretario Wetmore (quien obtuvo la donación de Abbott) dirigía estos recursos principalmente a los estudios ornitológicos y particularmente para las expediciones a la isla de Española, que era la isla favorita de Abbott.

Allard hizo su viaje como un ciudadano privado con fines de visitar a su hijo y no como agente del Departamento de Agricultura.

Viajó en la República Dominicana de 3 de noviembre del 1945 hasta el 7 de febrero del 1946. Durante ese tiempo, tenía la casa de su hijo como su base de trabajo. Allard hijo vivía en una casa rural en el límite occidental de la ciudad capital, Ciudad Trujillo (hoy Santo Domingo), cerca de la Cueva de Santana (más tarde, el Parque Botánico y Zoológico, y más recientemente un parque infantil en las Avenidas Alma Mater y Bolívar). Inició sus recolec- ciones de plantas el día después de su llegada, el 4 de noviembre, y continuó hasta el final de enero del 1946, pocos días antes de su salida del país.

Aparentemente él viajo mucho con el hijo a Piedra Blanca, donde estaba el campo experimental de caucho. Muchas de las localidades en la Carretera Duarte estaban en la ruta vieja que conectaba la capital y Santiago.

Recolectaba principalmente en la capital o en la ruta a Piedra Blanca o su cercanía. Pero visitó Guamira (cerca de Hato Mayor del Rey) el 25 de noviembre; Colonia Ramfis (ahora La Colonia) más arriba de Cambita Gara- bitos el 15 y 23 de diciembre y 27 de enero; en la cercanía de La Vega y la carretera a Jarabacoa 9 y 12 de enero; llegando a Jarabacoa y el Salto de Jimenoa 25 de enero; Santiago y su cercanía, incluyendo la Carretera

310 Moscosoa 5, 1989

t

PUERTO PLATA LA CUMBRE

LOMA PALO QUEMADO REPUBLICA DOMINICANA

SANTIAGO

@ SANTO CERRO

LA VEGA

JARABACOA

CONSTANZA

VALLE NUEVO

pay JOSE de OCOA

FCO. JIMENEZ

Fig. 2. Lugares visitados por Harry A. Allard en la parte nor-central de la República Dominicana. Detalle: la ubicacion de los mapas de las Figuras 1 y 24

Moscosoa 5, 1989 311

Luperón (ahora la carretera vieja entre Santiago y Puerto Plata) llegando a La Cumbre y Loma de Palo Quemado, el 10 y 11 de enero; y a la playa de Boca Chica, el 20 de enero.

Terminó sus recolecciones unos pocos días antes de su salida por avión para dejar tiempo para preparar el envío del equipo y de las plantas diseca- das por barco.

El segundo viaje 1947

Harry Allard regresó otra vez a la República Dominicana en septiembre de 1947, llegando a Santo Domingo por barco. Como en su primera visita, inició sus recolecciones pocos días (11 de sept) después de su llegada.

Recolectaba principalmente en la cercanía de la capital y en la ruta hasta la plantación de caucho de Piedra Blanca, como en su viaje anterior. Hizo un viaje especial a Constanza por la ruta de La Vega-Jarabacoa-El Río (de Constanza)— Constanza para recolectar en la Cordillera Central. Cuando llegó a Constanza, visitó la estación experimental de la Secretaría de Agri- cultura para inspeccionar las pruebas de plantas de las zonas templadas en el ambiente fresco de Constanza. No indicó cuáles plantas se estaban probando, pero se puede ver la Melilotus alba Medic y la Pennisetum purpureum Schu- mach en las fotografías de su artículo (Howard, 1949 b). La Melilotus no está en cultivo hoy en día pero se encuentra esta especie como una planta invasora en las orillas de la carretera, especialmente en el tramo entre Cons- tanza y San José de Ocoa. No está claro si la distribución tiene algo que ver con el cultivo en 1947 en el campo experimental de Constanza.

Allard quería caminar a Valle Nuevo pero la carretera al sur de Constan- za estaba en mala condición y su vehículo no subió bien en el lodo (carta de H. A. Allard a E. C. Leonard, 9 dic. 1947). Probablemente no llegó muy lejos de Constanza; su libro del campo indicó que su recolección de la zona más elevada era de 5,000—5,200 pies (aproximadamente 1,600 m) que corres- ponde a las elevaciones de los límites del mismo valle de Constanza en el camino a Valle Nuevo.

Al final del 1947 y al principio de 1948, subió la Loma Campana de la Cordillera Central, al suroeste de Piedra Blanca, llegando a la cima, aproxi- madamente 3,400 pies (1100 m). Encontró un bosque latifoliado muy hú- medo. Posiblemente este era el ambiente más rico en especies visitado por Allard en sus dos viajes a la República Dominicana.

Las otras excursiones del segundo viaje se hicieron cerca de la ciudad capital, Jaina (Haina), y en el camino a o cerca de Piedra Blanca.

312 Moscosoa 5, 1989 Itinerario

Los detalles de las fechas, los sitios visitados, y los números de muestras recolectadas se encuentran en el Apéndice. Harry Allard escribió unos diarios durante sus viajes que contienen varias otras notas y observaciones. Estas se conservan en los archivos de la biblioteca de la Universidad de North Carolina, Chapel Hill, North Carolina, EE.UU. A.

La “cosecha”

Los viajes a la República Dominicana eran muy productivos para Allard. Recolectó aproximadamente 2,032 números (incluyendo entre 5,000 y 6,000 muestras, contando los duplicados) en su primer viaje (carta de Allard a Wetmore, 7 feb 1946). El segundo se produjo aproximadamente 3,333 números (incluyendo 9,100 muestras, contando los duplicados) de plantas vasculares, musgos, y líquenes (memorandum de Leonard a Killip, 1 abr. 1948) y 60 muestras de insectos (reporte de accesión del museo, 8 jul. 1948, ““Smithsonian”).

Chardon (1949) reportó otras cantidades de plantas recolectadas por Allard. No de dónde él sacó los números. Jiménez (1953, 1959, y 1985) recopiló los datos de Chardon.

La colección principal de muestras de Allard se encuentra en la “Smith- sonian Institution”. Los duplicados fueron distribuidos a varios herbarios, incluyendo Universidad de Harvard (GH) y el Jardín Botánico de New York (NY).

El autor

Allard escribió varios artículos sobre sus experiencias en la República Dominicana. En tres, trató acerca del país y su vegetación (Allard 1947, 1948, y 1949a). Sus escritos botánicos eran pocos. Escribió acerca de la jabi- lla Hura crepitans L. (Allard, 1950), Ambrosia (Allard & Allard, 1946), y acerca del comportamiento de plantas de las zonas templadas introducidas a Constanza (Allard 1949 b). En relación a la agricultura, publicó sobre una variedad nueva de aguacate Persea americana Miller (Allard, 1949 c) y acerca de tabaco Nicotiana tabacum L. (Allard y Allard 1947 y 1948). Mucho más tarde, después de sus viajes al país, escribió sobre los grillos

(Allard, 1957).

Moscosoa 5, 1989 313

Fig. 3. Harry Ardell Allard, botanico.

Agradecimientos

Quiero expresar mis agradecimientos a la Oficina de Accesiones de la “Smithsonian Institution” por su generosa ayuda en la busqueda de los reportes viejos y la correspondencia de Harry A. Allard y los Archivos de la “Smithsonian” (fuente de las cartas y los memorandums citados aquí). Agradezco la hospitalidad de Robert W. Read del Departamento de Botánica de la “Smithsonian” durante mi estadía en la ciudad de Washing- ton, DC en octubre de 1986.

La Oficina de Becas de la “Smithsonian” otorgó una beca para facilitar las investigaciones de T. Zanoni en Washington en 1986.

314 Moscosoa 5, 1989

Agradezco a Francisco Jiménez por su ayuda en la preparacion de los mapas que acompanan este articulo.

Finalmente, quiero agradecer a “McGraw-Hill Book Company, Inc.” de New York por el permiso para usar el retrato de H.A. Howard del libro: Steere, W.C. (ed.) 1958, “Fifty years of botany, golden jubilee volume of the Botanical Society of America”, también a la “Botanical Society of America” y al editor William C. Steere.

Literatura citada

Allard, H. A. 1947. On the trail in the Dominican Republic. Potomac Appa- lachian Trail Club Bull. 16:50—53.

. 1948. Vegetation and floral beauty in the mountains of the Domi-

nican Republic. Wild Flower 24: 53—64, Pl. X—XII.

. 19492. Constanza -the valley beautiful. J. New York Bot. Gard. 50:

169—1%

—__—. . 1949b. Plant behavior in a temperate valley on a Caribbean island. The reaction of familiar species in the unfamiliar climate of Constanza in the Dominican Republic. J. New York Bot. Gard. 50:203—209.

—_—. . 1949c. A new avocado found in the Dominican Republic. Foreign Agric. MAA

—_— . 1950. The sandbox tree and its armament. Bull Torrey Bot. Club 77: 509555;

—__ . 1957. The stridulations of some crickets in the Dominican Republic. J. Washington Acad. Sci. 47: 150-152.

Allard, H. A. & H. F. Allard. 1946. Growth of ragweed for its medicinal virtues in the Dominican Republic. Science 104: 429, 430.

. 1948. Tabacco in the Dominican Republic. U. S. Dep. Agric., Off.

Foreign Agric. Relations, Foreign Agric. Rep. 30: 1-27.

Chardon, C. E. 1949. Los naturalistas en la América Latina. Tomo I. Los siglos XVI, XVII y XVIII, Alejandro Humboldt, Carlos Darwin, la Española, Cuba y Puerto Rico. Secretaría de Estado de Agricultura, Pecuaria y Colonización: Ciudad Trujillo, República Dominicana. (Véase pp. 202, 203).

Gurney, A. B. 1964. Harry A. Allard, naturalist: his life and work (1880— 1963). Bull. Torrey Bot. Club 91:151—164.

Jiménez, J. J. 1953. Plantas nuevas para la ciencia, nuevas para la Hispanio- la, y nuevas para la República Dominicana. Annales Univ. Santo Domin- go 65—66: 101-146. (Publ. Univ. Santo Domingo ser. 9, no. 2, 152: 5—50).

Moscosoa 5, 1989 315

___. . 1959. A new catalogue of the Dominican flora. Rec. Adv. Bot. 1:932- 936.

__. . 1985. Colectores de plantas de la Hispaniola. Universidad Católica Madre y Maestra: Santiago, Republica Dominicana. (Véase pp. 29—31).

Wetmore, A. £ B. H. Swales. 1931. The birds of Haiti and the Dominican Republic. U. S. Nat. Mus. Bull. 155:1-483.

Apéndice

Las fechas no están en orden, pero los números están en orden secuen- cial. Howard F. Allard recolectaba bajo los números de su padre Howard A. Allard.

1945

29 mayo, Piedra Blanca (12180); 29 mayo, Carretera Duarte (12181); 30 abr., Ciudad Trujillo [Santo Domingo] (12182); 24 abr., Piedra Blanca (12183); 31 mar., Señora Trainer, en Boca Chica (12184); 4 abr., casa de H. F. Allard, en Ciudad Trujillo (12185); 2 abr., km. 31 de Carretera Duarte (12186); 24 abr., una planta introducida en 1925 de la estación experi- mental de U.S. Department of Agriculture de Puerto Rico, recolectada en Piedra Blanca (12187); 24 abr., orilla de la Carretera Duarte (12188); 7 jun., casa de H. F. Allard, Ciudad Trujillo (12189); 25 jul., como 12189 (12190); 6 jul. campo del club de golf, Ciudad Trujillo (12191—12191 B); 6 jul., Country Club, Ciudad Trujillo (12192); 25 jul., cerca de la casa de H. F. Allard, Ciudad Trujillo, (12193); 23 sept., como 12193, (12194). Harry A. Allard recolectaba más tarde en 1945 y temprano en 1946. Posiblemente, su hijo le acompañaba en los viajes para llegar al campo, pero el nombre de H. A. Allard se menciona solamente en las etiquetas. 4 nov., en el patio de la casa de H. F. Allard, una milla al oeste de Ciudad Trujillo [Santo Domingo] (13000—13004); 4 nov., la playa, Jaina [Haina] (13005—13008); 4 nov., cerca y en el patio de la casa de H. F. Allard (13009 —13042); 5 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13043—13065); 5 nov., cerca de Piedra Blanca (13066, 13067); 5 nov., cerca de la plantación de caucho de B. F. Goodrich Co. en Piedra Blanca (13068—13086); 5 nov., Km. 36 de la Carretera Duarte, cerca de la entrada de la represa, por Básimo [Básima] (13087, 13088); 6 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13089— 13140); 7 nov., cerca de Piedra Blanca, elev. 550 pies (13141, 13142); 7 nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (1314313174); 7 nov., cerca de Basimo [Basima], Km. 51.5 (13175—13180); 8 nov., cerca

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de la casa de H. F. Allard (13180—13201); 9 nov., como 13180 (13202— 13231); 10 nov., cerca de la embajada de los EE.UU. A., Ciudad Trujillo (13232); 11 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13242—13289); 12 nev., como 13242 (13290—13295); 13 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13296—13306); 13 nov., cerca de la embajada de los EE. UU. A., Ciudad Trujillo (13307—13319); 14 nov., cerca de la entrada de la represa, Carretera Duarte [Básima ?] (13320); 14 nov., en Piedra Blanca (13321—13324); 14 nov., puente cerca dela plantación de caucho, Piedra Blanca (13325—13 337); . 14 nov., Km. 70, Carretera Duarte (13338, 13339); 14 nov., Km. 67, Carre- tera Duarte (13340); 15 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13341—13363); 16 nov., como 13341 (13364—13384); 17 nov., entre la casa de H. F. Allard y el aeropuerto (13385—13405); 18 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13406—13432); 19 nov., entre la casa de H. F. Allard y el aeropuerto (13433—13465); 19 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13466—13480); 20 nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (13481—13484); 20 nov., Piedra Blanca (13485, 13486); 20 nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (13487—13499); 20 nov., Carretera Duarte, cerca de Piedra Blanca (13500); 20 nov., Km. 33, Carretera Duarte (13501-13513); 20 nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (13514, 13515); 21 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13516); 21 nov., en el patio o cerca de la embajada de los EE.UU. A. (13517—13528); 21 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13529—13541); 22 nov., como 13529 (13542—13559); 22 nov., en la carretera, aprox. 0.5—0.7 milla al oeste de la casa de H. F. Allard (13560—13575); 23 nov., cerca de Piedra Blanca (13576—13586); 23 nov., cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca (13587—13619); 23 nov., cerca de Basimo, en la carretera Duarte (13620—13622); 25 nov., cerca de la casa del Sr. Dunsmore, en Guamira, cerca de Hato Mayor (13623—13669); 26 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13670); 27 nov., como 13670 (13671—13704); 28 nov., como 13670 (13705—13737); [sin fecha] nov., ‘Km. 54 de Carretera Duarte, cerca de Villa Altagracia (13738); 29 nov., cerca del puente, Rio Maimon, Piedra Blanca (13739); 1 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (13740-13765); 2 dic., como 13740 (13766—13779); 29 nov., [lugar no indicado, posiblemente Piedra Blanca] (13780); 29 nov., cerca del puente, Rio Maimón, Piedra Blanca (13781—13829); 29 nov.,. cerca de Km. 39, Carretera Duarte (13830—13833); 30 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13834—13854); 2 dic., como 13834 (13855—13866); ' 3 dic., como 13834 (13867—13874); [sin fecha] :¡jun., en el patio de la em- bajada de los EE. UU. A., Ciudad Trujillo, recolectado por H. F. Allard (13875); 15 jun., en el patio de la casa de H. F. Allard, recolectado por el (13876); 3 jun., como 13875, recolectado por H. F. Allard (13877); [sin

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fecha] abr., en el patio del consulado dominicano, Ciudad Trujillo, recolec- tado por H. F. Allard (13878); 4 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (13879 —13890); 5 dic., como 13879 (13891—13912); 8 dic., como 13879 (13913); 9 dic., como 13879 (13914—13936); 10 dic., como 13879 (13937-13943); 11 dic., cerca de Km. 55 de Carretera Duarte (13944—13947); 11 dic., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (13948, 13949); 11 dic., Km. 55 de Carretera Duarte (13950); 11 dic., en las orillas del Río Maimon, a 1.5—3 millas de Piedra Blanca (13951—14006); 13 dic., en Carretera Duarte (sin más datos) (14007); 13 dic., [cerca de la casa de H. F. Allard] (14008— 14037); 15 dic., Colonia Ramfis [La Colonia de Cambita Garabito], San Cristóbal, elev. 3,000—3,100 pies (14038—14067); 15 dic., más abajo de Colonia Ramfis, un arroyo, elev, 2,600—2,700 pies (14068—14092); 15 dic., Colonia Ramfis elev. 3,100 pies (14093); 15 dic., como 14068 (14094); 15 dic., cerca de Cambita de los Garabidos [Cambita Garabitos], elev. 2,000 pies (14095); 15 dic., como 14093 (14096); 15 dic., como 14093 (14097, 14098); 15 dic., como 14095 (14099); 16 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (14100—14110); 17 dic., como 14100 (14111—14114); 17 dic., entre la casa de H. F. Allard y el aeropuerto (14115—14121); 17 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (14122—14141); 18 dic., como 14122 (14142— 14166); 18 dic., cerca del Hotel El Jaragua, frente al Mar Caribe, Ciudad Trujillo (1416714171); 18 dic., Country Club, Ciudad Trujillo (14172); 19 dic., La Cumbre, Carretera Duarte, elev. 1000—1,000 pies (14173-14175); 19 dic., el paso de La Cumbre, al sur de Piedra Blanca, elev. 1.000 1,200 pies (14176—14196); 19 dic., en una plantación de banano, en una loma cerca del paso de La Cumbre (14197—14203); 19 dic., en la loma cerca del paso de La Cumbre, elev. 1,300—1,500 pies (1420414212); 19 dic., como 14176 (14213—14231); como 14204 (14232); 20 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (14233—14235); 21 dic., Km. 29, Carretera Duarte (14236— 14238); 21 dic., Km. 39 de Carretera Duarte (14239—14242); 21 dic., como 14236, elev. 200-650 pies (14243—14286); 23 dic., subida a Colonia Ramfis, elev. 1,400—1,500 pies (14287); 23 dic., Colonia Ramfis, elev. 2,000 pies (14288-14291); 23 dic., Colonia Ramfis, elev. 2,300—2,500 pies (14292—14320); 24 dic., Avenida Bolivar, Ciudad Trujillo (14321); 23 dic., Colonia Ramfis, elev. 2,500 pies, recolectado por H. F. Allard (14322); 24 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (14323); 24 dic., en el patio de la embajada de los EE.UU. A. (14324); 24 dic., como 14321 (14325—14327); 26 dic., en la costa del Mar Caribe, al sur de la casa de H. F. Allard (14328— 14330); 26 dic., como 14167(14331—14343); 26 dic., como 14167 (14344, 14345); 26 dic., Avenida Bolivar, al Oeste de Ciudad Trujillo (14346— 14351); 26 dic., cerca de la casa de H. F. Allard, Avenida Bolivar (14352—

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14357); 27 dic., como 14352 (14358-14381); 28 dic., Ciudad Trujillo (14382, 14383); 28 dic., en la playa de Haina (14384—14395); 28 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (14396); 29 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (14397-14412); 31 dic., en el patio de la casa de Dr. Ibarra [Ciudad Trujillo] (14413, 14414); [sin fecha, 31 dic., ?] sin lugar (14415).

1946

1 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14416—14428); 2 ene., en el patio de la embajada de los EE. UU. A. (14429-14431); 2 ene., al final de Avenida Bolivar, Ciudad Trujillo (14432—14437); 2 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14440, 14441); 3 ene., cerca de Piedra Blanca (14442—14447); 5 ene., Avenida Bolivar, al Oeste de Ciudad Trujillo (14448); 5 ene., cerca de las cuevas, Avenida Bolivar, Ciudad Trujillo (14449-14458); 6 ene., como 14429 (14459, 14460); 6 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14461— 14464); 7 ene., como 14429 (14465); 7 ene., como 14449 (14466—14472); 7 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14473—14475); 8 ene., Ciudad Tru- jillo (14476); 8 ene., en el poblado de Piedra Blanca (14477); 8 ene., cerca de la plantacion de caucho, de B. F. Goodrich Co., Piedra Blanca (14478— 14502); 12 ene., en el parque, La Vega (14503); 12 ene., cerca de La Vega (14504, 14505); 12 ene., en un pinar, en la carretera de La Vega a Jaraba- coa (14506—14511); 12 ene., en el pinar, cerca de Jarabacoa, elev. 1,500 pies (14512—14531); 11 ene., cerca de Santiago, sobre Mt. Palo Quemado (14532, 14533); 9 ene., en el patio del Monasterio del Santo Cerro [Cerro Santo Cerro, cerca de La Vega], elev. 850-900 pies (14534-14539); 11 ene., en el patio del Hotel Mercedes, Santiago (14540); 11 ene., La Cumbre, Km. 18 al norte de Santiago, elev. 1,500 pies [en camino a Puerto Plata] (14541); 11 ene., cerca de las barracas militares, La Cumbre (14542); 11 ene., cerca de la Cumbre (14543—14546); 11 ene., como 14542 (14547— 14562); 11 ene., Mt. Palo Quemado, elev. 1,000 pies (14563, 14564); 11 ene., como 14542 (14565—14576); 11 ene., como 14543 (14577, 14578); 11 ene., como 14542 o la cercanía (14579—14613); 11 ene., sobre Mt. Palo Quemado, Km. 17 a 18 en la carretera de Santiago al norte a La Cumbre y Puerto Plata, elev. 1,000 pies (14614—14616); 11 ene., como 14543(14617); 10 ene., cerca del acueducto de Trujillo, cerca de Santiago (14618, 14619); 10 ene., en un patio de una casa, cerca de Santiago (14620); 14 ene. [?], en el patio de la casa de H.F. Ailard (14621—14623); 16 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14624—146 70); 17 ene., como 14624 (14671—14691); 17 ene., planta originalmente recolectada en Piedra Blanca, pero sembrada en el patio de la casa de H. F. Al'ard (14692); 17 ene., cerca de la casa de H.

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F. Allard (14693—14695); 18 ene., el puente y su cercanía, Río Maimon, Piedra Blanca (14696—14753); 18 ene., Km. 50 de la Carretera Duarte (14754, 14755); 19 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14756, 14757); 20 ene., en Boca Chica (14758—14761); 20 ene., en la playa de Boca Chica (14762—14769); 20 ene., como 14758 (14770); 20 ene., como 14762 (14771-14773); 20 ene., como 14758 (14774); 20 ene., como 14762 (14775, 14776); 20 ene., como. 14758 (14777); 20 ene., como 14762 (14778—14781); 12 ene., en el pinar, cerca de Jarabacoa, elev. 1,500 pies (14782, 14783); 21 ene., en las cuevas, al Suroeste de la casa de H. F. Allard (14784—14788); 22 ene., cerca de Piedra Blanca (14789); 22 ene., Km. 43.5 de Carretera Duarte (14790); 22 ene., Km. 46 de Carretera Duarte (14791); 22 ene., Km. [?] de Carretera Duarte (14792); 22 ene., cerca de la planta- ción de caucho de Piedra Blanca (14793—14801); 22 ene., en la Carretera Duarte al Este de Piedra Blanca (14802); 22 ene., como 14793 (14803— 14806); 22 ene., el puente, Piedra Blanca (14807); 22 ene., como 14802 (14808—14817); 24 ene., en un pinar, cerca de La Vega (14818, 14819); 25 ene., cerca de Jarabacoa (14820); 25 ene., en el pinar, el Salto de Jime- noa [en el Río Jimenoa, cerca de Jarabacoa] (14821—14881); 25 ene., en un pinar, en la carretera de La Vega a Jarabacoa, elev. 2,000 pies (14882— 14930); 26 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14937—14944); 27 ene., 3 millas bajando de Colonia Ramfis [en el camino a San Cristóbal] (14945, 14946); 27 ene., 2 millas bajando de la Colonia Ramfis (14947); 27 ene., 3—3.5 millas bajando de la Colonia Ramfis (14948—14952); 27 ene., como 14945 (14953—14972); 27 ene., cerca de la Colonia Ramfis (14973); 27 ene., 1—3 millas bajando de la Colonia Ramfis (14974—14976); 27 ene., como 14947 (14977); 27 ene., 0.5 milla bajando de la Colonia Ramfis (14978); 27 ene., como 14947 (14979, 14980); 27 ene., 1 milla bajando de la casa de Colonia Ramfis (14981); 27 ene., cerca de la Colonia Ramfis (14982); 27 ene., como 14978 (14983); 27 ene., como 14982 (14984— 14998); 11 dic. 1945, Piedra Blanca (14999); 28 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (15000); [sin fecha], semillas compradas en San Cristóbal (15001); 11 ene., semillas recolectadas en Santiago (15002); 28 ene., semillas, Ciudad Trujillo (15003); [sin fecha], semillas y frutos, Carretera Duarte (15004); sept. 1945, semillas recolectadas en Ciudad Trujillo por H. F. Allard (15005); [sin fecha], semillas recolectadas en las orillas del Río Maimón, Piedra Blan- ca (15006); 20 dic., 1945, frutos y semillas, Piedra Blanca (15007); 30 ene., cerca de la casa de H. F. Allard, (15008—15020); 1 feb., cerca de las grutas y cuevas al Suroeste de la casa de H. F. Allard (15021—15027); 22 ene., semillas, Piedra Blanca (15028); 3 feb., cerca de la casa de H. F. Allard (15029), 4 feb., semillas compradas en el mercado de Ciudad Trujillo (15030,

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15031); jun. o jul. 1945, Piedra Blanca, recolectada por H. F. Allard (15032). 1947

11 sep., cerca de la casa de H. F. Allard, Ciudad Trujillo (1568815695); [sin fecha] mayo, Piedra Blanca, recolectada por H. F. Allard (15696); 12 sep., 1—1.5 milla al Norte de la Ciudad Trujillo, en las orillas del Rio Ozama (15697-15705); 13 sep., recolectada por H. F. Allard (15706—15708); 13 sep., cerca de la casa de H. F. Allard (15709—15720); 16 sep., Piedra Blanca y cerca de la plantación de caucho (15721—15729); 16 sep., cerca del Río Maimón, Piedra Blanca (15730, 15731); 20 sep., Ciudad Trujillo (15732, 15733); 21 sep., la playa de Haina (15734, 15735); 25 sep., cerca de la casa de H. F. Allard (15736—15743); 26 sep., cerca del aeropuerto de Ciudad Trujillo (15744-15749); 26 sep., al oeste de Ciudad Trujillo (15750— 15753); 28 sep., Ciudad Trujillo (15754); 28 sep.,. Country Club, Ciudad Trujillo (15755, 15756); 28 sep., como 15754 (15757); 28 sep., como 15755 (15758-—15760); 30 sep., Piedra Blanca (15761); 30 sep., el puente sobre Río Maimón, Piedra Blanca (15762—15765); 30 sep., cerca de Piedra Blanca (15766—15787); 30 sep., Km. 37 de Carretera Duarte (15788); 2 oct, cerca de la casa de H. F. Allard (15789); 2 oct., de 2 0 3 millas al Norte de Ciudad Trujillo, en las orillas del Río Ozama (15790—15832); 5 oct., Ciudad Trujillo (15833); 5 oct., cerca de la casa de H. F. Allard (15834—15841); 5 oct., en un arroyo, Sabana de Rosa, Km. 28 de Carretera Duarte (15842—15848); 5 oct., Sabana de Rosa (15849, 15850); 5 oct., como 15842 (15851); 5 oct., como 15849 (15852); 5 oct., como 15842 (15853, 15854); 5 oct., como 15849 (15855); 5 oct., como 15842 (15856— 15896); 6 oct., cerca de la embajada de los EE. UU. A. en Ciudad Trujillo (15897—15904); 7 oct., cerca de la casa de H. F. Allard (15905); 7 oct., de 2 0 3 millas al Norte de Ciudad Trujillo, en las orillas y los pantanos del Río Ozama (15906—15934); 11 oct., Sabana de la Rosa, Km. 28 de Carre- tera Duarte (15935—15953); 11 oct., entre Sabana de la Rosa y el Rio Haina (15954—16041); 12 oct., cerca de Colonia Ramfis, elev. 1,800 pies (16042); 12 oct., Colonia Ramfis (16043—16050); 13 oct., Ciudad Trujillo (16051); 14 oct., en las orillas del Río Maimón, Piedra Blanca (16052, 16053); 14 oct., cerca de Piedra Blanca (16054—16065); 14 oct., en el pinar, cerca de Piedra Blanca, elev. 1,000 pies (16066—16071); 14 oct., la loma del pinar, Piedra Blanca (16072—16093); 14 oct., en las orillas del Río Maimón, Piedra Blanca (16094, 16095); 14 oct., cerca de Villa Altagracia (16096); 14 oct., Los Alcarizos [Los Alcarrizos, al Norte de Ciudad Trujillo en Carretera Duarte] (16097—16101); 17 oct., al Oeste de la Ciudad Trujillo, cerca de las

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cuevas (16102—16169); [sin fecha], sin lugar, numero no usado (16170); [sin fecha], semillas de 16097 (de 14 oct.) de Los Alcarrizos (16171); [sin fecha], sin lugar (16172); 17 oct., semillas, Ciudad Trujillo (16173, 16174); [sin fecha] oct., semillas, Ciudad Trujillo (16175, 16176); [sin fecha] oct., semillas, Ciudad Trujillo (16177); 18 oct., Ciudad Trujillo (16178—16204); 19 oct., cerca de las cuevas grandes, al Oeste de Ciudad Trujillo (16205— 16227); 19 oct., la playa de Haina (16228—16250); 20 oct., cerca de la Co- lonia Ramfis, elev. 1,600 pies (16251—16275); 20 oct., cerca de la Colo- nia Ramfis, elev. 1,200 pies (16276—16279); 20 oct., como 16251 (16280— 16343); 21 oct., en el patio de la embajada de los EE. UU. A., Ciudad Tru- jillo (16344); 22 oct., cerca de la casa de H. F. Allard y al Oeste de Ciudad Trujillo (16345—16383); 29 oct., entre Constanza y Jarabacoa, elev. 3,500 pies (16384—16411); 29 oct., en La Cumbre, entre Constanza y Jarabacoa, elev. 4,000 pies (16412, 16413); 29 oct., cerca de Constanza, elev. 3,400 pies (16414); 29 oct., en Constanza (16415); 29 oct., en el valle de Cons- tanza, elev. 3,400—3,500 pies (16416, 16417); 29 oct., como 16412 (16418 —16430); 29 oct., como 16416 (16431—16437); 28 oct., en el camino de Valle Nuevo a Constanza, elev. 4,000 pies (16438—16443); 28 oct., en un pinar, en el camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,000—4,200 pies (16444—16498); 28 oct., 2n el valle de Constanza (16499); 28 oct., como 16444 (16500); 28 oct., en el valle de Constanza, elev. 3,400 pies, cerca del hotel (16501); 28 oct., en el valle de Constanza, elev. 3,500 pies (16502); 27 oct., en el camino de Jarabacoa a Constanza cerca de La Cumbre (16503); 29 oct., en el camino de Constanza a Jarabacoa, en La Cumbre, elev. 4,000 pies (16504—16520); 28 oct., en el pinar, en el camino de Constanza a Jara- bacoa, elev. 4,100—4,200 pies (16521—16555); 28 oct., en el camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,550 pies (16556—16600); 31 oct., Ciudad Trujillo (16601); 27 oct., Ciudad Trujillo (16602); 1 nov., al Oeste de Ciu- dad Trujillo (16603—16604—A); 2 nov., Ciudad Trujillo (16605—16610); de Ciudad Trujillo (16611—16618); 4 nov., al Oeste de Ciudad Trujillo (16619—16624); 5 nov., cerca de Piedra Blanca (16625, 16626); 5 nov. en las orillas del Rio Maimón, Piedra Blanca (16627—16636); 5 nov., Los Alcarrizos (16637—16646); 5 nov., en las orillas del Rio Maimon, Piedra Blanca (16647—16722); 5 nov., cerca de Piedra Blanca (16723—16727); 7 nov., en Avenida Bolivar, Ciudad Trujillo (16728); 8 nov., al Oeste de Ciu- dad Trujillo (16729—16743); 8 nov., Ciudad Trujillo (16744); 8 nov., Colo- nia Ramfis, elev. 2,200 pies (16745—16769); 9 nov., al Oeste de Ciudad Trujillo (16770-16786); 10 nov., como 16770 (16787—16809); 11 nov., como 16770 (16810—16818); 12 nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (16819—16826); 12 nov., en las orillas del Río Maimón,

322 Moscosoa 5, 1989

Piedra Blanca (16827, 16828); 12 nov., como 16819 (16829—16877); 8 nov., la Colonia Ramfis (16878—16884); 12 nov., como 16819 (16885— 16999); 12 nov., en y cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca (17000—17005); 14 nov., al Oeste de Ciudad Trujillo (17006—17008); 14 nov., en el aeropuerto, Ciudad Trujillo (17009); 14 nov., como 17006 (17010); 15 nov., como 17006 (17011-17015); 15 nov., Ciudad Trujillo (17016); 16 nov., Ciudad Trujillo (17017); 18 nov., Ciudad Trujillo (17018); 19 nov., en el valle del Rio Nizao, Valdesia (17019—17054); 20 nov., Ciudad Trujillo (17055, 17056); 21 nov., puente cerca de Piedra Blanca (17057); 21 nov., en y cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca (17058-17175); 24 nov., Ciudad Trujillo y al Oeste de la ciudad (17176— 17182); 26 nov., cerca de La Represa, Rio Mana (17183—17302); 28 nov., Avenida Independencia, Ciudad Trujillo (17303); 30 nov., en el valle del Rio Nizao, Valdesia (17304—17377); 4 dic., en el camino y las laderas de la subi- da de Constanza a Valle Nuevo, elev. 5,000—5,200 pies (17378-17447); 4 dic., cerca de Constanza, camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,000 pies (17448-17457); 4 dic., como 17448, pero elev 3,800 pies (17458— 17460); 3 dic., en el camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,500—5,000 pies (17461); 5 dic., una colina cerca de Constanza, elev. 3,600—3,700 pies (17462); 4 dic., en el pinar, camino de Constanza a Valle Nuevo, elev, 5,000 —5,200 pies (17463—17550); 4 dic., en el camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 3,600 pies (17551, 17551—A); 4 dic., como 17463 (17552— 17623); 5 dic., cerca de Jarabacoa (17624—17626); 4 dic., como 17463 (17627-17643); 4 dic., en el pinar y bosque latifoliado, en el camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 5,000—5,2000 pies (17644—17649); 5 dic., cerca de Jarabacoa, elev. 1,600 pies (17650); 4 dic., en el pinar, cerca de Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17651—17671); 4 dic., en el bosque nublado, cerca de Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17672—17685); 4 dic., en el pinar, cerca de Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17686—17699); 4 dic., en el bosque nublado y pinar cerca de Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17700—17713); 4 dic., como 17686 (17714—17755); 4 dic., como 17700 (17756—17766); 5 dic., Piedra Blanca (17767, 17768); 5 dic., cerca de Jarabacoa (17769); 4 dic., como 17700 (17770); 10 dic., cerca de la plantacion de caucho, Pie- dra Blanca (17771—17884); 13 dic., Ciudad Trujillo (17885); 14 dic., al Oeste de Ciudad Trujillo (17886—17944); 17 dic., cerca del puente, Piedra Blanca (17945—17948); 17 dic., cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca (17949—18036); 19 dic., al Oeste de Ciudad Trujillo (18037); 21 dic., al Oeste de Ciudad Trujillo (18038—18077); 23 dic., el puente, Rio Maimón, Piedra Blanca (18078, 18079); 23 dic., cerca de la plantación de caucho y al Oeste de Piedra Blanca (18080—18177); 24 dic., en el patio

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de la casa de H. F. Allard (18178); 23 dic., cerca de Piedra Blanca (18179, 18180); 28 dic., en y al Oeste de la Ciudad Trujillo (18181—18184); 31 dic., Loma Campana (18185) 1 ene., como 18185 (18186); 1 ene., en el valle de Rio Las Platanas, base de Loma Campana [ahora llamada “El Alto de la Paloma” en los mapas topograficos] (18187—18192); 31 dic. 1947, como 18185 (18193, 18194); 31 dic. 1947, en la cima de Loma Campana, bosque nublado, elev. 3,400 pies (18195—18225); 31 dic. 1947, en las laderas de Loma Campana (18226—18258); 30 dic. 1947, cerca del Rio Maimon, Piedra Blanca (18259); 30 dic. 1947, las laderas de Loma Campana, elev. 2,500 pies (18260); 1 ene., en el valle del Rio Platanas, en la base de Loma Campana (18261—18300); 2 ene., Piedra Blanca (18301); 2 ene., cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca (18302, 18303); 2 ene., cerca del Rio Maimón, Piedra Blanca (18304); 1 ene., la ladera de Loma Campana (18305— 18332); 2 ene., en el valle del Rio Platanas, en la base de Loma Campana (18333—18459); 1 ene., en la cima de Loma Campana (18460—18560); 1 ene., en la Loma Campana, bosque latifoliado y húmedo, elev. 3,400 pies (18561—18792); 3 ene., como 18561 (18793—18804); 3 ene., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca, elev. 500—600 pies (18805—18841); 1 ene., como 18561 (18842); 7 ene., en el patio de la casa de H. F. Allard (18843); 9 ene., en el pinar al Norte de Piedra Blanca, elev. 800 pies (18844—18856); 9 ene., como 18844 (18857—18927); 11 ene., al Oeste de Ciudad Trujillo (18928—18937); 12 ene., como 18928 (18938—18940); 15 ene., como 18928 (18941); 17 ene., en la playa de Haina (18942—18946A); 19 ene., en y cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (18947— 19004); 21 ene., como 18928 (19005—19017); 25 ene., en Ciudad Trujillo (19018); 27 ene., en Villa Altagracia (19019, 19020).

Moscosoa 5, 1989, pp. 324-339 BIBLIOGRAPHY OF WEST INDIAN MOSSES William R. Buck

Buck, William R. (New York Botanical Garden, Bronx, New York 10458-5126, U.S.A.) Bibliography of West Indian mosses. Moscosoa 5: 324-339. 1989. A bibliogra- phy of references on West Indian mosses has been compiled. 287 citations are presented.

Una bibliografia sobre los muscos (Bryophyta) de las Antillas Occidentales con 287 titulos. Es publicada antes de la flora briofitica ya en preparacion por el autor y William C. Steere.

Mosses have been documented from the West Indies from as early as the late 17th century. However, most work on the group has only been floristic listings or the inclusion of West Indian species in more wide-ranging mon- ographs. Many species have not been analyzed since their original descrip- tion. Indeed, the vast majority of the following references are either descrip- tions of new species, floristic lists or monographs that happen to cover a few West Indian species. For this reason, a monographic flora of the West Indian mosses was proposed and is underway. All species that have been described from the West Indies, as well as many from the northern Andes —the area with the closest affinities to the Antillean moss flora— are being critically studied, described and illustrated. As a preparation to the initiation of this flora, the following bibliography was compiled so that literature records could be checked. Because of increases interest in the West Indies it seemed appropriate to share the following bibliography.

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Se publicó la “bibliografía de la flora y de la vegetación de la Isla Española “en los Volúmenes 3 y 4 de la revista Moscosoa. Este artículo incluye varios títulos nuevos y otros no incluidos en las otras dos partes de esta serie

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Se describen especies nuevas en Lepanthopsis, Stelis, Malaxis, Crani- chis, y Goodyera (Orchidaceae).

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Se reporta sobre la flora y la fauna de las Islas Cabritos, Islita, y Barbarita en el Lago Enriquillo, en la parte occidental de la República Dominicana, y los manantiales La Azufrada y Los Borbollones de la tierra firme. Se describen la flora y fauna acuática del lago, el bosque de tierra firma y las islas. Se incluyen listas de especies de la planta, y las aves. :

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Una lista de 161 plantas locales utilizadas para tratar 38 enfermedades comunes. Los nombres comunes y técnicos de las plantas, sus usos medicinales, la parte de planta utilizada, y la dosificacion.

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—__— . 1986. Regiones geográficas de la isla de la Española. Moscosoa 4:1—5. Se expone el sistema de las regiones geográficas de Haití y la Repúbli- ca Dominicana para el uso en la revista ““Moscosoa” y en la “Flora Vascular de la Isla Española”.

Zanoni, T. A. & M. M. Mejía P. 1986. Notas sobre la flora de la isla Española. II. Moscosoa 4: 105—132. Se presentan notas sobre varias especies de Juniperus, Allamanda, Stapelia, Pseudogynoxys, Tithonia, Parmentiera, Rhipsalis, Casuarina, Cucumis, Cnidosculus, Fuertesia, Azadirachta, Cassipourea, Coccolo- ba, Morinda, Russelia, Clerodendrum, y Verbena. Se describen Amyris metopioides y Maytenus ocoensis nuevas para la ciencia. Zanoni, T. A., M. M. Mejia, & R. W. Read. 1986. Notas sobre la flora de la isla Espanola. I. Bromeliaceae. Moscosoa 4: 54—104. Se publican informaciones nuevas sobre el habito, la coloracion, el ambiente, la distribucion geografica, y la sinonimia de las especies na-

348 Moscosoa 5, 1989

tivas de las Bromeliaceae (sin incluir Pitcairnia). Zanoni, T. A. & R. W. Read 1986. Hybrid in Chrysalidocarpus. Principe 30:35 3% Se reportó un híbrido natural entre las palmeras en cultivo de Chrysa- lidocarpus lutescens y C. madagascarensis var. lucubensis, en un patio en la República Dominicana. Zimmermann, T. 1986. Agroforestry— a last hope for conservation in Haiti? Agroforestry Syst. 4: 253-268. El autor trabajo en Haití desde el 1983 como asistente técnico en proyectos de agroforesta con grupos pequeños de campesinos. Los propósitos son: parar la erosión en las lomas, buscar métodos nuevos para evitar pérdida y degradación de la tierra agrícola, usar el agua lluvia mejor, y promover la autosuficiencia basada en las cosechas básicas. Se incluye una lista de árboles útiles en la reforestación en Haití.

Nota

Hemos descubierto que no existe el título siguiente: Penzig, O. 1932. La caoba dominicana. Instituto Botánico e Laboratorio Crittogame. Pavia, Italia. 314 pp. Este título tomado del “Anuario bibliográfico dominicano” (Biblioteca Nacional, Santo Domingo, República Dominicana. 1984, p. 39), proviene de la portada de un tomo con título mal escrito.

Moscosoa 5, 1989, pp. 349-374 BIBLIOGRAFIA BOTANICA DEL CARIBE. II. Thomas A. Zanoni

Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Re- publica Dominicana). Bibliotrafia botanica del Caribe. 2. Moscosoa 5: 349-374. 1989. Una bibliografía anotada sobre la literatura botánica publicada en los años desde 1984. Se incluyen los temas de la botánica general y la ecología de las plantas de las islas del Caribe.

Bibliography of the flora and the vegetation of the Caribbean islands, with annota- tions.

Este es el segundo artículo de la bibliografía botánica sobre las plantas del Caribe. Esta serie comprende la botánica general incluyendo la ecología ve- getal.

La bibliografía trata los títulos de artículos, folletos, y libros publicados desde el 1 de enero de 1984. Solicitamos que los autores y los editores envíen separadas de las publicaciones para incluir las obras en las próximas ediciones de “Bibliografía Botánica del Caribe”. Se puede enviar la corres- pondencia al editor de la revista Moscosoa: Dr. T. Zanoni, Jardín Botánico Nacional, Apartado 21—9. Santo Domingo, República Dominicana. Agrade- cemos a quienes han cooperado en la primera y segunda edición de esta bibligrafía.

Los títulos especificamente acerca de la República Dominicana y Haití se encuentran en la serie “Bibliografía de la flora y de la vegetación de la Isla Española” publicada en la revista Moscosoa, que forma una bibliografía pa- ralela a esta serie sobre el Caribe.

Agradecimiento

Quiero expresar mi agradecimiento a William R. Buck del “New York Botanical Garden”, quien proporcionó varios títulos incluídos en este ar- tículo.

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Se estudiaron las variaciones en el crecimiento y en la morfologia de Halodule wrightii Los diferentes parametros ambientales fueron utilizados para determinar variaciones sobre la poblacion de Halodule, arraigada en la laguna arrecifal. Se encontro una estabilidad en cuan- to a las evaluaciones fisicas y biologicas. Sin embargo, los datos mos- traron cierta estacionalidad de las algas epifitas, asi como la domi- nancia por parte de las algas rojas. Las Halodule mostraron una esta- bilidad en las mediciones a través del estudio. Aunque se notó una variación en mediciones entre las estaciones, observándose que las plantas en las estaciones más alejadas del frontón arrecifal presenta- ron menor número de plantas por unidad de área, y menor peso. Se observó un incremento de las mediciones con el aumento de profun- didad para el ancho y largo de las hojas, la distancia internodal y el ancho del rizoide.

. 1986. Halodule wrightii Aschers. (Fanerógama marina, Potomageto-

naceae), en la Isla Cueva, Puerto Rico III. Science-Ciencia 13(1): 21-32. Se estudiaron las variaciones en el crecimiento y la morfología de Halodule wrightii en Isla Cueva, La Parguera, Puerto Rico. Se encon- tró las plantas arraigadas en este ambiente. La variación de marea afectaba estacionalmente las hojas, pero solo en cuanto a su longitud. Las otras partes de la planta a su vez mostraron variaciones en las dimensiones dependiendo de la profundidad en que se desarrollaban y la misma exhibió estacionalidad.

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352 Moscosoa 5, 1989

Se describen las asociaciones vegetales de la parte central de la Isla de la Juventud (Isla de Pinos), Cuba, que crecen en la arena blanca. Se reconocen tres clases: una de la zona inundada, de hierbas, la se- gunda de hierbas en un pantano, y la tercera de sabana.

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Se estudian las dos especies, Lysiloma sabicu y L. latisiliquum y se describe una subespecie L. latisiliquum subsp. lataefoliolatum nueva para la ciencia. Se incluyen las descripciones, distribuciones, fotografías, y un mapa de las distribuciones de los taxones.

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Se hace la combinación a una nueva especie del género Schoepfia (Olacaceae) sobre la base del material publicado como Pseudogono- calyx paradoxa Bisse & Berazaín (Ericaceae). Véase Bisse & Berazaín (1984) Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(2): 133-146.

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Se describe la formación vegetal de cinco áreas de serpentina cerca de Camagúey, Cuba, e incluye una lista de las especies encontradas.

Moscosoa 5, 1989 353

Se incluyen algunas fotografías de las especies endémicas.

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. 1984. Orchidaceae cubanae novae II. Dilomilis bissei H. Dietrich,

spec. nov. Orchidee 35: 200—202.

. 1984. Orchidaceae cubanae novae III. Pleurothallis richteri H. Die- trich, sp. nov. Orchidee 35: 221—224.

—— . 1984. Vorlaeufiges Gattungs—und Artenverzeichnis cubanischer

358 Moscosoa 5, 1989

Orchidaceae. Wiss. Z. Friedrich-Schiller-Univ. Jena, Naturwiss. Reihe 332707321: Una lista de las Orchidaceae de Cuba; se reportan 300 species. —_. . 1985. Floristische und taxonomische Notizen zu den Orchideen Cubas. 6. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(2): 29—37. Se indican datos florísticos detallados de 69 especies de las Orchi- daceae de Cuba. Reportes importantes son los de Campylocentrum cf. pachyrrhizum (ilustrada por dibujo), Catasetum cf. intergerrimum, Harrisiella cf. filiformis, Tropidia polystachya, Hapalorchis lineatus, Oncidium tuerckheimii, Oncidium intermedium, y Calanthe mexi- cana. Con notas taxonómicas sobre los géneros Triphora, Tropidia, Catasetum, Campylocentrum y Harrisiella. —_ . 1985. Orchidaceae cubanae novae III, [IV] Octomeria ventii H. Dietrich, sp. nov. Feddes Repert. 96: 35—40. Octomeria ventii se describe como nueva para la ciencia; se incluye un dibujo de O. tridentata (Orchidaceae). Duharte, M. E. 1984. (1985). Acerca de la morfología y distribución en Cuba de algunas especies del género Passiflora L. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(3): 21-28. Un análisis de seis especies de Passiflora (Passifloraceae), su variación de las características, y sus distribuciones. Fernández Zeoueira, M. & A. Borhidi. 1984. Estudio taxonómico del género Ariadne Urb. (Rubiaceae). Act. Bot. Hung. 30: 345-351. Fernández, M. & A. Borhidi. 1985. Studies in Rondeletieae, VIII. Nuevos taxa del género Rondeletia en Cuba. Acta Bot. Hung. 31: 147-172. Se describen catorce taxones nuevos de Rondeletia (Rubiaceae) de Cuba. Ferrer, R. L. & R. A. Herrera. 1985. Especies micorrízicas cubanas. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 75-82. Una lista de plantas vasculares y la indicación de la presencia o au- sencia de microrrizas. Frangi, J. L. & A. E. Lugo. 1985. Ecosystem dynamics of a subtropical floodplain forest. Ecol. Monogr. 55: 351-369. Un estudio sobre un bosque pluvial de la palma de la sierra, Prestoea montana (Arecaceae) en la Sierra de Luquillo, Puerto Rico. Datos sobre densidad de la palma, ciclo del agua, biomasa, productividad, descomposición de la hojarasca. Fredericq. S. & J. N. Norris. 1986. The structure and reproduction of Dasya haitiana (Dasyaceae, Rhodophyta) from the Caribbean Sea. Phytocologia 25: 185-196.

Moscosoa 5, 1989 359

Se describe la alga nueva Dasya haitiana (Rhodophyta), su morfolo- gia, y reproduccion.

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—__. . 1985 [1986] . Bissea myrtifolia (Griseb.) Fuentes comb. nov. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 11-16.

El nombre nuevo propuesto para Henoonia myrtifolia es Bissea myrtifolia; la especie pertenece a la familia de las Goetzeaceae. Con una descripción y un dibujo.

Fuentes, V. & N. N. Rodríguez. 1985 [1986] . Estudio en el género Henoo- nia Grisebach II. Variabilidad de las hojas de una población. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 7-10.

Los resultados del estudio de la variabilidad de las hojas de Henoo- nia myrtifolia (Goetzeaceae) de Cuba mostraron la alta variabilidad de los caracteres considerados, así como la ineficiencia de los mismos como factor discriminante para la determinación de categorías espe- cificas en este género.

Fuentes, V. R., M. Rodríguez, M. Poucheaux, L. Cabrera, y Y. S. Lara. 1985. Estudios en la medicina tradicional en Cuba. II. Rev. Pl. Med. (La Habana, Cuba) 5: 13-40).

Se realizó una encuesta a adultos en residencias de ancianos y asilos de La Habana, Cuba. Se reportaron las plantas (161 especies) utili- zadas como medicina, la forma de uso, vía de administración, parte utilizada, propiedades atribuidas, y su clasificación de acuerdo a los criterios de la dicotomía “frío-caliente”. El artículo anterior es publicado en Rev. Pl. Med. (La Habana, Cuba) 2(1): 25-46 (1982).

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360 Moscosoa 5, 1989

Se presenta un breve bosquejo historico y consideraciones sobre geología, clima, suelo, y el estado de la vegetación de la parte sureña de la Isla de la Juventud, Cuba. Se describen las formaciones vegeta- les, la ecomorfología, y la distribución geográfica de las especies. Se incluye una lista de las especies.

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El híbrido espontáneo Rauvolfia x ivanovii (Apocynaceae) de R. viridis y R. ligustrina surgió bajo cultivo en Cuba, con dibujo.

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Se reportó sobre la germinación de especies nativas de Bletia, Phaius, Cattleyopsis, Cyrtopodium, Epidendrum, Encyclia, Polystachya, y Scaphyglottis y varias especies exóticas.

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Wiss. Z. Friedrich-Schiller-Univ. Jena, Naturwiss. Reihe 33: 759—764 Se distinguen entre Cyclolejeunea y Prionolejeunea. Dentro de Cyclo- lejeunea, hay dos especies en Cuba. Se incluyen notas taxonómicas sobre los subgéneros de Cyclolejeunea.

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Se recolectó Acanthocereus pentagonus (Cactaceae) en Cuba, con unos dibujos.

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Se analiza la distribución de 85 especies de macromicetos a través de las Antillas y regiones vecinas de México, EE. UU. A., Bermuda, y América del Sur, basada en observaciones personales y en la biblio- grafía.

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El estudio de la morfologia floral y la anatomia de Picrodendron baccatum indicó que esta especie está más relacionada a las Euphor- biaceae; un género endémico al Caribe.

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Un reporte sobre el estado de los manglares de Puerto Rico. Entre un cuarto y un tercio de los manglares desaparecen desde los anos de 1960. La pérdida mas grande es entre los habitats de Avicennia, Laguncularia, y Conocarpus. La regeneración de los manglares varía mucho después de su destrucción.

Helmecke, K. & L. Menéndez. 1986. Oekologische und physiologische Aspekte des Serpentinbodens und seiner Pflanzengesellschaften. Feddes Repert:"97: 43-47.

Se describen los factores ecológicos importantes en el desarrollo de la vegetación sobre el terreno serpentino de Cuba. Entre los factores están la deficiencia de nitrógeno y otros nutrientes, las relaciones entre los ¡ones en el suelo y las plantas, el alto nivel de metales pesa- dos, las condiciones en los complejos de absorción del suelo, y la influencia de magnesio.

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ciudad de La Habana, Cuba. Acta Bot. Cub. 52:1—23. Con el fin de conocer y valorar el área “Loma de la Coca”, se realizó un análisis de la vegetación y la flora teniendo en cuenta la diversidad y afinidad florística, el endemismo, las plantas amenazadas o en peli- gro de extinción, y la importancia económica de las especies. Se des- criben las formaciones vegetales y se presenta una lista de las especies encontradas con indicación de sus valores.

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Una guía ilustrada de las plantas silvestres (medicinales y ornamenta- les) de las Antillas (mayormente de las Antillas Menores). Con los

362 Moscosoa 5, 1989

nombres técnicos y comunes, los dibujos y las descripciones cortas, y los usos medicinales y otros. Se incluyen las plantas sin usos conoci- dos. Con unas listas de los quimicos de interés medicinal en varias plantas, de los usos medicinales genéricos, de las plantas de forraje, y de las plantas meliferas.

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Se describen las especies nuevas de Acalypha elizabethae, Bernardia laurentii, y Calliandra slanae, de la isla St. Lucia.

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Notas sobre la sinonimia de las Miconia y Melastoma de las Antillas Menores. Se incluyen especies referidas a Conostegia, Clidemia, Cha- rianthus, Graffenriedia, Henriettea, Melastomastrum, Nespera, Tetra- zygia, y Tibouchina.

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Mark Catesby (1682-1749) recolectaba en los SE. Estados Unidos y en las Islas Bahamas. Escribió “The Natural History of Carolina, Florida, and the Bahama Islands”, obra consultada por C. Linnaeus. Se indican los nombres actuales de las plantas citadas por Catesby y los tipos de los nombres basados en la misma obra.

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Se trata la mortalidad de los árboles de mangle de Puerto Rico, la Florida, y Panamá. La mortalidad individual está relacionada a la densidad de los árboles y la madurez del bosque. La mortalidad masi- va del bosque resulta de los cambios ambientales, especialmente los causados por el hombre.

Judd, W. S. 1986. Taxonomic placement of Calycogonium squamulosum (Melastomataceae: Miconieae). Brittonia 38: 238-242.

La especie de Puerto Rico debe ser considerada como Henriettea

Moscosoa 5, 1989 363

squamulosa (Cogn.) Judd. Kellogg, E. A. & R. A. Howard. 1986. The West Indian species of Phoraden- dron (Viscaceae). J. Arnold Arbor. 67: 65—107. Las descripciones, la sinonimia, y las distribuciones de las Phora- dendron (Viscacece) de las Antillas Occidentales. Entre las especies excluidas del Phoradendron estan los taxones referidos a Dendroph- thora y Phthirusa. Con una clave. Kelly, D. L. 1985. Epiphytes and climbers of a Jamaican rainforest: vertical distribution, life forms and life histories. J. Biogeogr. 12: 223-241. En el bosque pluvial de las montañas del nordeste de Jamaica, se encuentran 107 especies de plantas epifíticas y lianas; las más co- munes pertenecen a los helechos, las Orchidaceae, las Bromeliaceae, y las Araceae. Koehler, E. 1984, Zur Blattnervatur der neotropischen Buxus-Arten und ihre Bedeutung fuer die Systematik (Buxaceae). Flora 175: 345-374. Sobre la venación de las hojas de las especies del Buxus en el Nuevo Mundo. Esta característica fue útil para reconocer la diferenciación sub-genérica, especialmente en combinación con el estudio del polen. —— . 1985. Arbeitstagung zur Flora von Cuba. Biol. Rundschau 23: 329— 330. Un resumen del taller sobre “la flora de Cuba”, en Berlín, Alemania, del 4 al 7 de octubre de 1984. . 1985. Vorstellungen zur Evolution und Chorogenese der neotropis- chen Buxus-Arten. Feddes Repert. 96: 663-675. Un estudio sobre la distribución geográfica, el polen, la anatomía del peciolo y del sistema vascular del género Buxus (Buxaceae), especial- mente en relación a las especies del Nuevo Mundo. Komárek, J. 1984. Sobre las Cianofíceas de Cuba: (1) Aphanizomenon volzii; (2) especies de Fortiea. Acta Bot. Cub. 18: 1-30. . 1984. Sobre las Cianofíceas de Cuba: (3) Especies planctónicas que forman florecimientos de las aguas. Acta Bot. Cub. 19: 1-33. La Caro, F. & R. L. Rudd. 1985. Leaf litter disappearance rates in Puerto Rican montane rain forest. Biotropica 17: 269—276. Se estudió la descomposición de la hojarasca de seis especies arbóreas del bosque pluvial de las montañas de Puerto Rico; entre las especies eran las del bosque de climax y del bosque secundario. Se reportaron las diferencias en la velocidad de descomposición, y la estructura de las hojas (lignin y fibras). El nivel de nutrientes dentro la hoja no afectó la velocidad de descomposición pero afectó la calidad de la hojarasca en relación a los nutrientes disponibles y el ciclo de los

364 Moscosoa 5, 1989

elementos.

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Se presenta el análisis de las especies glabras del Dendropemon (Loranthaceae) de Cuba. Se describe una especie nueva, descartán- dose la existencia en Cuba de otra, se reducen dos otras especies a sinonimia, y se presenta una clave para la determinación de las espe- cies cubanas del género.

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Con los cambios en nombres de Rheedia a Garcinia (Clusiaceae) y varias especies nuevas en Calyptranthes, Calyptrogenia, y Eugenia (Myrtaceae) y Matelea (Asclepiadaceae, para Puerto Rico y la Espa- nola.

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El reporte de Cneorum trimerum (Urb.) Chodat de Cuba se refiere mejor a Cneorum tricoccon L., una especie del Mediterráneo, en base a las características de anatomía vegetativa y floral y del polen.

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Se puede observar que Calophyllum rivulare, C. antillanum, y C. pinetorum son muy semejante y probablemente tienen un origen común. Calophyllum utile parece ser muy diferente a los otros tres especies.

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Las investigaciones del instituto sobre un bosque de palmeras en un valle inundable de la cordillera y sobre el crecimiento de kadam (Anthocephalus chinensis, Rubiaceae) introducido en plantaciones en Puerto Rico. Véase Frangi & Lugo (1985) para la publicación mas completa.

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El resumen de los trabajos sobre el bosque seco del bosque de Guani- ca, Puerto Rico. Véase Lugo & Murphy (1986) y Murphy & Lugo (1986) para los reportes mas completos.

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Se estudia durante un ano la biomasa en una comunidad herbacea. Se comparan los valores de la biomasa viva y muerta fija a las plantas, asi como el aporte de hojarasca en el suelo. La biomasa mayor se producen en mayo y octubre, lo que coincide con el comienzo o el fin del período más lluvioso.

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Se realizaron las obeservaciones e hicieron las mediciones de las plán- tulas y las plantas jóvenes, las lianas, las hierbas, y los arbustos en el bosque, durante dos años. El bosque ha mantenido un banco de plantas durante un período largo.

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Se describe los granos de polen de Amaranthus, Achyranthes, Cha- missoa, Goerziella, Gomphrena, Guilleminea, Lithophila, Philoxerus, Iresine, Celosia, Woehleria, y Alternanthera, de las especies cubanas.

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Se describen los granos de polen de Suriana (Surianaceae), Simaru ba, Castela, Picrasma, Picramnia, y Alvaradoa (Simarubaceae), de las especies cubanas.

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Se analizan aspectos como la flora, la vegetación, y el endemismo, así como las especies amenazadas o en peligro de extinción, y aque- llas que puedan resultar de utilidad al hombre de la reserva natural en la Isla de la Juventud, Cuba. Se publica una lista de la flora y un mapa de la vegetación actual.

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Se describe el bosque seco de Guánica, Puerto Rico (precipitación 860 mm anual), su estructura y biomasa. Es decíduo en la estación seca del invierno. La mitad de la biomasa está bajo tierra.

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Se publican las combinaciones nuevas de Chromolaena impetiolaris (antes Eupatorium impetiolaris) y C. macrodon (E. macrodon).

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Se determinó el efecto de de los cortes sobre la biomasa aérea y subterráneo de Typha. Los cortes se realizaron a dos niveles y cua- tro frecuencias. Los cortes a nivel del suelo produjeron más efecto sobre la biomasa aérea y subterránea. Se recomienda realizar experi- mentos a mayor escala con vista al uso de este método en el control

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Se determinó la cantidad de serrín producida por el insecto en peda- zos de madera de Matayba apetala, Licaria triandra, y Cinnamomum triplinervis. Se encontró que la actividad del insecto estaba relaciona- da al contenido inicial de agua, y la densidad de madera. Se hacen proyecciones sobre la duración de la madera en el bosque.

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Por medio de estudios de morfología, cromosomas, e híbridos arti- ficiales en el campo y en el jardín experimental, se distingue entre Lantana depressa, L. ovatifolia, y los híbridos entre estas especies y L. camara. Se describe L. depressa var. sanibelensis nueva para la ciencia.

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