*-- ■ NOTICIAS AMERICANAS: ENTRETENIMIENTOS PHISICOS - HISTÓRICOS , SOBRE La América Meridional ^y la Septentrianal Oriental, COMPARACIÓN GENERAL J}e los Territorios , Climas , y Produciones en las tres especies , Vegetales , Animales , y Minerales'^ CON RELACIÓN PARTICULAR J}e las 'Petrificaciones de Cuerpos Marinos de los In-* dios naturales de aquellos Paises^ sus costum-^ bres , y usos: DE LAS ANTIGÜEDADES : X)iscurso sobre la Lengua , y sobre el modo en qtiQ pasaron los primeros Pobladores, SU AUTOR Don Antonio de Ulloa , Comendador de Ocana , en el Orden de Santiago , Gefe de Esquadra de la Real Armada, de la Real Sociedad de Londres, y de las Reales Academias de las Ciencias de Stockolmo , Berlín , &c. EN MADRID: En la Imprenta de Don Francisco Manuel de Mena, Calle de las Carretas. M.DCC.LXXII. Con las Licencias necesarias^ r AL REYNr S, R SEÑOR. aj6á»vfeáísteá)^5jsífess S obligación de la lealtad tributar al Señor lo que le pertenece 5 y es ley inviolable ^2 del del vasallage ofrecer al Sobera- no , que nos colma de benefi- cios 5 el fruto de las propias ta- reas : estos dos preceptos se ha- llan tan recibidos en mi fideli- dad ^ que no cumpliera con ellos si dexase de poner á los Reales Pies de V. M. las pequeñas pro- duciones de mis tareas , en los ratos menos ocupados de mi principal atención. La materia de esta Obra es tomada de los Países que pertenecen á V. M , cuya grandeza estiende, sus vas- tos Dominios por todo el Mun- do j sin que se encuentre Región donde no se hallen,baxo del sua- ve jugo de su soberanía , Impe- 1 . rios ríos dilatados : á correspondien- cia de ello son varias las gentes que los habitan , y maravillosos los Fenómenos que se obser- van : su relación es por conse- cuencia de las cosas raras que contienen los mismos Dominios de V. M 5 por cuya razón, ofre- ciendo á sus plantas lo que lo pertenece ^ no es mas que des- empeñar la parte mas esencial de la obligación: deseando manifes- tar ai mismo tiempo los mas ar- dientes deseos de que subsista colmada de felicidades la gran- deza de V. Al 5 y que la Divina rrovidencia conserve su pre- ciosa vida para beneficio y con- sue- suelo de sus Pueblos los mu- chos años que á todos nos im- porta, &c. SEÑOR, A los Reales Pies de V. Magestad su mas humilde y fiel Vasallo Antonio de Ulloa. IN- INTRODUCCIÓN. C4L deseo de hacer comunicables las no- ticias de las bidias ha sido el objeto de esta Obra , fundándose en la escasez de Auto- res que traten de lo mucho que encierran aquellos dilatados territorios ; pues á cor- respondiencia de su extensión ministran materia sobre que hacerlo abundantemente. No ha sido el intento formar una descrip- ción general y completa que lo abrace to- do , porque á tanto empeño sería necesa- rio componer una Obra que correspondie- se á lo vasto del objeto , y haberlos exami- nado enteramente coa este fin en sus largas distancias , cuyo asunto pide la vida de va- rios que se ocupasen en formar memorias, de las particularidades que fuesen encon- trando. Esta se reduce á las noticias gene- rales que sirven para el conocimiento de aquella parte de Mundo, y de la Física na- tural ,, con las correspondientes á lo que se registra en ellas de mas particular ; siendo esto lo que parece mas conforme al intento y á la comprehension de las raras producio- nes nes de la naturaleza. Estes asuntos han merecido en todos los tiempos la aplicación de los hombres, tomando' por principi. s fundamentales de sus luces el estudio de aquella sabia maestra , y la comparación de sus obras con otras, pues en ellas se encuentra quanto hay de raro y admirable en el Mundo , hasta los términos á donde puede llegar la comprehension humana. Los Pueblos que no conocen cukura,y son de alcances limitados , puede decirse que lo son por carecer del conocimiento reflexivo de las obras de la naturaleza , cu- ya falta los tiene sumergidos en el estado infeliz de la barbarie; y la distancia que hay de ella al discernimiento racional hace h diferiencia entre las dos constituciones mas opuestas de los hombres : los unos cultos y Q\ estado de discurrir , y los otros cer- canos á equivocarse en muchas cosas con los brutos : aquellos , con el conocimiento de las obras de la naturaleza , comprehen- den lo que son en sí , saben darle > el grado de estimación que corresponde , y usar de los medios de discurrir, de pensar , de re- flexionar, y producir : los otros, ignorando los principios de las cosas , lo miran t ;:do con con igualdad , lo estiman con indiferien- cía , no perciben las particularides de cada una , y no sintiendo la diferencia , ni esti- man lo bueno , ni desprecian lo que no lo es. El Mundo para estos es igual en to- dos modos , y su cuidado solo se ocupa en aquello que es indispensable para la sub- sistencia de la vida , al modo que los irra- cionales que buscan la amenidad de 1 s pra- dos para la necesidad , sin conocimiento de la hermosura que les comunican los ma- tices que los adornan : acudiendo á los lu- gares abrigados para no perecer con los in- temperies, ó con el fuerte calor que comu- nica el Sol con sus rayos , sin que su instin- to alcance á discernir la diferiencia que hay entre lo llano y lo escabroso. La tierra pro- íiqua ofrece á esta especie de gentes todo lo necesario , sin conocer ellos la causa pri- mera que le comunica la virtud para que sea abundante , y no detienen la considera- ción sobre las propriedades ^ l^s efe(ftos , y k) raro de las cosas en sí , porque no llegan á tocar con el entendimiento el mérito que encierran , y la diferiencia que hay de lo uno á lo otro. Las gentes mas sabias son asimismo las mas cultas ; cuya ventaja ad- ## quie- quieren por medio de la instrucción , síen-^ do sus rudimentos el estudio que hacen del Mundo por sus partes. A medida que se ale- jan mas de estas luces , se acercan á la ig- ncrancia hasta degenerar en la barbarie. Pe- ro si se mira la vida como puramente rús- tica, no es. necesario mas conocimiento que el que corresponde al instinto de la ir- racionalidad ; y asi lo acredita , no solo lo que sucede con les hidlos^ que permanecen en su primitivo estado , sino también con distintos Puebles Europeos , acia lo mas re- tirado del Norte , del Asia , y del África , en algunas, partes, que discrepan poco entre sí, con la diferiencia en que los de las Indias , hasta el término en que entraron lo& Espa- ñoles , eran quasi todos bárbaros , apartán- dose peco de esta esfera ccn les escasos ru- dimentos que adquirieron, por medio de los Soberanos que con mas luces que el resto pudieron levantarse con la soberanía; y que en las, otras partes hubo Naciones y Pueblos cultos , que siempre se diferencia- ban de los que , subsistiendo en el primi- tivo estado, vivian en la mayor tosque- dad ; y aun todavía hay bastantes en estas partes civilizadas , que no conocen mas re- glas que las de la vida animal. El El conocimiento que se adquiere de las Naciones rústicas incultas dá reglas para comprehender lo que se debe á la instruc- ción, y que sin ella se carecería de los prin- cipios que distinguen sensiblemente á los hombres de los brutos. Esta instrucción, quanto se halla mas adelantada , despierta mas los entendimientos , y les enseña á pensar y discurrir ; por cuyo medio se dis- tingue lo mejor de lo que no es tan bueno, y se hace justicia al mérito , que consiste en el modo de pensar y discernir las cosas mas conformes , y arreglado á razón. £1 que carece de tales principios no puede f er- cebir los ápices de perfección que concur- ren en les objetos que se le presentan ; y graduándolos por un modelo, los iguab en su opinión , sin que los unos le causen mas novedad en la eitimacion que los otros. Este modo de pensar es el que se advierte en los Indios que están reducidos á lo retira- do de las seibas, siguiendo á tiempos las fieras para vivir, ó embarazados en una ca- noa persiguiendo el pescado , al modo que las aves del Mar lo hacen, ccn el fin de sus- tentarse. Tales gentes no conocen pudor : se dexan arrastar enteramente de las pasio- =^# 2 nes. ñes , y no se alteran por las cesas del Mun- do , porque no las conocen ; sucediendoles lo mismo que á los irracionales , que co- men porque la necesidad les oprime: duer- men porque el exercicio de comer y de di- gerir les inclina á ello , y no adelantan mas las funcioaes , porque tienen sin uso las po- tencias para poderlo hacer. Las noticias del Mundo , y de lo que contiene en sí, no se adquieren sin el de las partes que lo componen , pues una sola no dá idea de lo que encierra en todo el res- to. Este desvelo es el que adelanta las gen- tes al termino de elevarse sobre los que sa- ben menos , y por grados vá subiendo de punto desde lo Ínfimo hasta los términos mas altos á donde puede llegar la compre- hension. Los que mas se aplican á ello son los que consiguen la superioridad , median- te las luces que el entendimiento les minisr tra para hallar los recursos que no pueden conseguir los limitados. Si los Indios hubie- sen sido igualmente instruidos que los Espa- misino hubieran sido sojuzgados con tanta facilidad, ni se les hubiera hecho estraño ver gentes blancas,y con barbas,ni otras muchas. COS.ÍS que les sorprendieron. Esta compara- ción clon es como de lo máximo á lo mínimo, entre cuyos términos caben otros muchisi- mos , y en todos ellos es principio seguro^ que el que tiene la superioiidad en las luces del entendimiento , la tiene igualmente en el modo de pensar y discurrir con suje- ción á la razón. Después del Descubrimiento de las 7?/- dias no se ha trabajado con la aplicación -que se requería en conocer lo que encierran de raro , haciendo poco aprecio de esta par- te , comiO menos apetecible , siendo pocos los que han parado la consideración en ella, fuera de aquellas primeras noticias que se adquirieron en los tiempos inmediatos á la Conquista : no se han repetido , ni se han hecho especulaciones para adelantarlas ; por esta razón son mas extrañas , y con parti- cularidad las que pertenecen á la Física ter- restre , á las antigüedades , á las costum- bres , y al carácter , genio , é inclinaciones; de aquellos habitantes, en su estado natu- ral , y en el que tienen después de haber entrado baxó de otra dominación, ofre- ciendo cada uno de estos asuntos no pocas particularidades en que ocupar el juicio, que son otros tantos documentos- para el cono- cí- cimiento del Mundo y de las variedades que encierra. La Física terrestre descubre allí unos Fenómenos que no son comunes en las otras partes , siendo tales , que si la idea se los figurase , sin haberlos visto , se persuadiría no ser posible que existiesen, sin que el orden natural dexase de seguir las precisas reglas de la uniformidad , porque es repugnante á la comprehension lo que dexa de acomodarse á los sentidos. Sin em- bargo de esto queda convencido el entendi- miento, y persuadida la razón , quando ad- vierte , que en los preceptos de la Creación usó la Omnipotencia de sus maravillas , y sin interrumpir el orden general que impu- so á las cesas creadas , varió los accidentes por una de aquellas providencias reservadas á la Sabiduría , con lo qual mudó entera- mente los efeótos , conservando en rodo su vigor las causas , á fin de que el juicio hu^ mano tuviese mas que alabar , admirando el orden y método con que las coordinó. Este conocimiento, que ministra mayores motivos para adelantar el del Supremo Au- tor, no amplificaría las luces que franquea si permaneciesen sepultadas en la ignorancia aquellas particularidades ; y asi quando de ello ello no se sacase otro adelantamiento mas, que este , bastaría para arrastrar el desvelo y la aplicación de los hombres. Los fósiles, y petrificaciones, Marinas son el conocimiento demonstrativo de los acaecimientos del mundo , cuya parte no es la que menos interesa , aun separando la que pertenece á la instrucción , considerada como mera curiosidad. En ella se descubre, que aquella diferiencia sensible que varía ios territorios , no fue impedimento para que participasen coa igualdad de unos mis- mos accidentes, conservando señales que lo testifican, sia dexar de ella equivocación. Estos monumentos llenan de. confusión la incredulidad , siendo bastante motivo para que merezcan ea todos tiempos la mayor aceptación , y el aprecio de los hombres sabios , que apoyando en ello las verdades, mas recomendables de la Fé ,, haa conse- guido combatir con señales palpables, que no admiten interpretación , la temeridad de los impíos , reduciéndolos á confesar la realidad , contra lo que la malicia les ins- piraba.. El conocimiento de los diversos Pue- blos de la tierra , sus usos , costumbres , é in- inclinaciones , ilustra elentendimiento^dan- doluz de loque se diferiencian entre sí: unos inclinando á la mayor cultura , y al adelan- tamiento de las luces naturales , y de la ra- zón ; otros declinando al estado de la ma- yor ignorancia en la vida inculta y animal, al trato torpe y tosco, semejante al délos brutos , y á la impropiedad en tedas las ac- ciones.De esto se sica el provecho de saber estimar la instrucción , de percibir lo que se debe á las reglas de la enseñanza en el conocimiento de lo bueno, y la abomina- ción de lo malo , y que sin tales documen- tos el entendimiento no sabría usar de sus facultades , como les sucede á los Ináios^ que se mantienen en el estado de la barba- rie , haciendo vida de fieras , sin conoci- miento de Dios , y sin señale de raciona- lidad. Estas noticias proporcionan también el conocimiento de la dispariedai que hay de unas gentes á otras , y que no son todas iguales , aunque en la total estruélura son parecidos , con la diferiencia de algunas alteraciones que se notan. Enseña á cono- cer las providencias del Supremo Criador, que habiéndoles dado un mismo origen, las ha diversificado después por unas causas . . tan tan ocultas que no alcanza á penetrarlas el entendimiento humano , obstentando mas en ello su grandeza , y lo inmenso de sus providencias, á fin de que se distingan se- gún los varíes parages, regiones , y lugares que habitan ; y dando á conocer ai mismo tiempo, que de un principio único dimanan cosas distintas en los accidentes, sin que se cambien,ó se altere la esenciaial me do que en lo reducido de las familias no se verifica semejanza perfe6la,saliendo los que la com- ponen de un mismo tronco. Estas noticias animan el entendimiento, le sacan del letar- go de la estupidez , le enseñan el modo de discurrir por comparaciones , y mantienen en exercicio sus facultades ; pues de no ser asi se hallarían tan reducidas y limitadas, como las de aquellas otras gentes que no tienen mas conocimiento que el de las co- sas presentes y forzosas para la vida. Las memorias de la antigüedad son las demostraciones verídicas de lo que fueron las gentes en los tiempos á que se refieren : por ellas viene á averiguarse lo que alcanza- ron , el modo en que se manejaron , su go- bierno , y economía ; y á este respeño , lo que han adelantado, ó perdido , lo numero- ### so so de sus gentíos , la industria , el valor , y las máximas de manejarse , sin los monu- mentos,que , sin embargo de la ruina de los tiempos, se conservan en alguna parte, no habría documentos formales por donde in- ferirlo. De ellos se comprehende la seme- janza que tubieron unos Pueblos con otros, y por este medio llega , en aquella forma que es posible, á desentrañarse su origen, que es una de las particularides que mas in- citan el deseo , como sucede con los Indios^ que por estar separados de las otras tierras , y por tener disonancia en el color , y eti otros accidentes de la contestura , dificulta el juicio el modo de haber transitado á po- blar, y el origen de donde salieron. Es- tos asuntos serían de la mayor confusión para el entendimiento si no se les encontra- se una solución regalar en los vestigios de las cosas , en los usos , las costumbres , y las demás particularidades que descubre la investigación , ayudada de la inteligencia. Estas son las ventajas que se adquieren con las noticias de la antigüedad, con las relaciones de lo que produce la tierra , con el conocimiento de sus regiones, ó tempe- ramentos, y con las luces de la forma y ex- truc- truíbura de las partes qué constituyen el globo total , siendo los medios , como se ha dicho , de que aprendiendo á compre- henderlo se sepa discurrir y discernir , sin que las confunda la falta de luces , como les sucede á los que carecen de ellas , pues no acertando á darles sentido no tienen faculta- des para hacer distinción de ellas ^ y darles el grado de aprecio que les conviene según sus utilidades» Si hay gentes que conserven parte del primitivo estado de los hombres, deben ser los Indios ; y es la razón, porque habiéndose mantenido en una situación que les sepera- ba del comercio y comunicación de las de- más , es natural que mantuviesen entre sí algunas cosas de las que llevaron los Pobla- dores , mayormente no manifestando dis- posición ni talentos para inventar , ni para hacer novedades,en las que son regulares al uso preciso» de la vida ; y asi puede inferirse de lo que se reconoce en ellos , hablando de los que subsisten en la total incültura,lo que serían los hombres en lo primitivo , antes que empezasen á civilizarse con el exercicio de las ciencias naturales, por cuyo medio consiguieron el adelantamiento que se ha di- ### z cho cho de las cosas de la tierra , de los Astros, y por el conjunto de todas , del Criador , de sus providencias infinitas, y del orden y coordinación con que todo lo dispuso : co- nociendo igualmente lo que se debe á estos rudimentos y luces particulares, sin lasqua- les el entendimiento sería como una joya encerra la en las canteras profundas de la tierra, sin lucimiento , ni provecho. La presente Obra está dividida en Eiw tretemmkntos , cuyo titulo se les ha dado por interesar la curiosidad, al paso que dan ins- truccion : siendo regular esto en los asuntos que tratan de materias de Física , y de la Historia de los Pueblos, las quales se ha- cen gratas á los Lectores por las luces que les ministran de las cosas poco conocidas ; pero con particularidad quando se recono* ce sobresalir en ella el estilo de la verdad ,. con preferencia al de admiración que causa lo raro , cuyo defeólo suele experimentarse tratándose de regiones distantes, mayor- mente si ha faltado el escrúpulo con que se deben examinar las que son poco comunes:, sucediendo no pocas veceserrarse el concep- to que se forma de ellos , ó dar demasiada valor á las exposiciones de la vulgaridad , y de de incurrir en uno , ó en otro defeíto se si-- gue sorprender al Publico , llenándole de es-^ pecies inciertas , que admite gustoso por la propensión que tenemos á lo que dá mas golpe en los sentidos. Aquí se han procura- do salvar estos defectos, haciéndole una pintura exáíta de las cosas , y discifrando lo que representan de extraordinario , con el juicio de las causas , de donde procede la disigualdad , para que en este modo, al pa- so que divierta su leñara , se registren en aquellos Países retirados la diversidad de los territorios , las distintas especies de climas, y temperamentos, las producciones, con todo lo demás que encierran , y quede sa- tisfecho el entendimiento,encontrando la ra- zón de todo ello : reconociendo al mismo tiempo que las diferencias sensibles que tie- nen , á lo que es regular en el conocimien- to común de las gentes, es preciso que sean asi , por hallarse conformes á los accidentes que ocasionan la variedad. Solo resta desear que el Público , sien- do el interesado , por haberse escrito á su beneficio, la reciba como prueba de los fi- nes que han movido á hacerlo, franqueán- dole las noticias que por sí no puede alcan- . / < zar. 2ár, y el medio de que registre otros Países distintos de aquellos que cada individuo co- noce, ó otros fenómenos, otras gentes, otros animales,y otras producciones: si con estos fines selogra tener su aprobación , se- rá una recompensa muy apreciabje y cor- respondiente al trabajo que se ha impendi- do en escribirlas , y á los afanes de la apli- cación en el cuidado de observar con prcli- gidad las cosas mas notables del Mundo , y las obras maravillosas de la Naturaleza. TA- TABLA DE LO QUE CONTIENEI4 los Entretenimientos de esta Obra. I. T~? Ntretenimiento : Sobre las varias dis- posiciones que tienen los territorios en E diferentes partes de la tierra , y los efectos que esto ocasiona en los temperamentos , no menos que en las producciones^ pag. i . ÍI. Entretenimiento : Ed orden y disposición en que están los terrenos de las Lidias Occidenta- ' ¡es , y de la notable variedad que hay en ellos^ pag. 12. 411. Se explican los temperamentos y climas de los diversos territorios de aquellas partes del Mundo , pag. 40. IV. Continúa sobre los varios temperamentos^ pag. sr- • V. Sobre los distintos temperamentos de la parte . de la América , efeCtos que producen , y causas de lo que alli se experimenta contra el orden ge^ neral de las otras partes ^pag.'^S, VI. De las producciones vegetables de los varios territorios^ pag.97'. VIL De los animales y sus particularidades j pag. 122. VIÍÍ. De hs particularidades de los volatiles^par- , gina 1 49' IX. Sobre los Pescados particulares ^pag. 161. X.S(H X. Pcf los Lagos y de hs Rios^ dando rotkia de la que cotitienen de pívl^^icnlar^ pag.í;75. 3¿L De las dolencias que son particulares ^segun la ''■ variedad de los clinias^y su concpar ación ^ P» 1 9 S • XII. De los Minerales^ y principalmente de los de Plata^ydel modo de entablar su trabajo^p.2id, XIII. Continúa el asunto de los Minerales^ y se explican quales son las principales Caxas , y ío que se funde de Plata en ellas ^ pag.233. XIV". Sobre el estado aClual de las Minas , y las que se benefician por elfuego^ópor el azogue^ p.248» XV. Se trata del Azogue ^y de laSal^materias pre* visas para el beneficio de la Plata , y de las Mi' ñas de estas dos especies^ pag. 27- 1. XVI. Trata de los Fósiles , y particularmente de las Petrificaciones^ pag. 286. XVII. De los Indios naturales de las dos Améri^ cas , de sus costumbres y usos^ pag. 305. XVIlí, Continúanse las noticias del caraüer y costumbres de los Indios , con la comparación de unos con otros , pag. 322, XIX. Tratase de la Religión de los Indios , de sus entierros , de su disminución , y de las castas de Mestizos^ pag, 335, XX. Dase noticia de las antigüedades de los Indios, y de las cosas que se conservan de ellos .¡^di^.-^^o, XXI. Expli canse algunas obras de los Indios pare sus precisos menesteres , y de algunas figuras a manera de ídolos^ ódixecillos^ pag. 369. XXII. Sobre la lengua de los Indios , y juicio de ' modo en que se pudieronpoblar las Indias jp.^d^ . <: ^/o)c-A /oi(r^ rt-;>)o^^oír^V;>e^' 4 ENTRETENIMIENTO que en todas se vive con regularidad 5 y la vida, que es la prerrogativa mas principal de las cria- turas, no tiene ventajas en los Países, que logran una Primavera continua, sobre los otros, en don- de entre el Estío , el Otoño , y el Invierno, com- ponen las tres quartas partes del año. En todos subsisten las gentes y los animales ^ y las parti- cularidades de los climas benignos no tienen pri- vilegio para alargar la vida , respedo de los que habitan en otros llenos de molestias y pen- siones. Los rigores del calor sor» tan propios á los que se habitúan á ellos , como los destemples del frió á los que están acostumbrados á sobre- llevarlos 5 y como si la naturaleza hiciese jípego de sus accidentes , iguala entre sí los tempera- mentos mas distantes dentro de una misma re- gión , colocando en los ardores de la ^ona cala- rosa ks frialdades de las partes glaciales. Esta sola circunstancia basta, para que no cause repug- nancia lo que parece menos conforme; pues á vista de unir los dos extremos mas opuestos, que- da persuasible todo lo demás: si los propios he- chos no lo demostrasen, no se creería ^que podrían estar unidos baxo de un mismo distrito el calor y la frialdad \ el fuego y el hielo ; las Ilubias abundantes y la esterilidad de las nieves , sin mas distancia que los separe , que la elevación 5 pero la naturaleza , maestra de los mayores pro- digios, se gobierna por leyes tan sabias, y tan próvidas , que lo abraza todo. 3 Los Países remotos , y particularmente los de las I«¿//jj- , ministran cosas bien raras al juicio de PRIMERO. f de hs que las registran de lejos ,• y se harían re- pugnantes, si ella misma no ensenase el convenci- miento de la posibilidad. Debemos llamar aque- llos Países el Mundo moderno , á distinción de las otras partes , que estaban conocidas , en lo que alcanza la memoria áe los hombres ^ pues aunque las partes Orientales del Asia , y las Meridiona- les del África- lo fueron por los Europeos .^ n.u- - cho después que el resto , hay sobradas noticias de que en los mas retirados siglos se traíicaba á ellas ; siendo regular , que^hallandose contiguas, ^ , ó unidas entre sí las Naciones, de unas en otras penetrasen hasta lo mas retirado;^ no sucediendo lo mismo con las Indias Qmmtí^^^ porque me- diando un ámbito de Mar bien dilatado , que las separa del África y de la Europa por la parte Occidental , y del Asia por la Oriental , no ha- bla para con eHas la misma proporción , que tie- nen las otras. Ni hary memoria alguna,que indi- que con bastante seguridad esta comunicación , aunque se quiera buscar su noticia en las histo- rias mas antiguas. De aqui viene , que quanto se reconoce en ellas es nuevo, causando tanta estra- ñeza , como si en realidad se hubiese pasado de un mundo á otro. Nace de aqui el nombre que se le dio desde luego de Nuevo Mundo ^ porque de un modo era nuevo para los que habitaban en tas otras partes^ y de otro lo era por las parti- cularidades,que encierra en todo genero de co- sas , como se reconoce en la forma ,y disposición : de los terrenos ; en las diversas produciones que tiene , según, la naturaleza de los temperamentos; en o ENTRETENIMIENTO en los temples varios , que no son semejantes en« ; tre sí ; en los animales de la tierra f y en los vo- látiles del ayre, no menos, que en las otras cosas. Esto llega á ser tan extraordinario , que en aquel Nuevo Mundo se deben considerar dos , el uno dentro del otro, como lo indican las dos regiones opuestas , que se experimentan en un mismo espa- cio: la una calidísima, y la otra muy fria,sin de- xar de participar ambas de una propia dirección de los rayos del Sol ^ y como si estuvieran apar- tadas de una quarta parte del Globo , se experi- mefitan Climas , Phenomenos , y efedos entera- mente diversos y encontrados : pues se vén los de las parte^%ed1aS d^l África^ y los de las mas Septentrionales de la Europa^ que es quanto pue- de observarse de mas raro en la naturaleza. 4 Muchos hombres sabios y curiosos se han dedicado con aplicación al conocimiento del Mundo, por el de sus produciones^ con cuyo de- signio han formado Gavinetes prolijos y abun- dantes de quanto se produce en sus distintas Re- giones, y se cria en los particulares Territorios de ellas : cuyo trabajo dá solo conocimiento de una parte de lo raro , sin extenderse á dar luz de las principales particularidades, que consisten en la física de la corteza, ó parte exterior del Globo, que es en la que reside la propiedad y causa pri- mitiva de las produciones. Estas se hacen reco- mendables por su particularidad al juicio de los que no tenian noticias de ellas , y quedan preocu- pados de la misma novedad , sin penetrar el ori- gen. Ínterin que no lo desentrañan: para ello se re- PRIMERO. 7 requiere una aplicación prolija , y examinar las causas , que son el fundamento de quanto se ob- serva de masestraño.Lasproduciones, en las tres clases en que los Físicos dividen la naturaleza, dan luz de lo que puede formar la convinacion y concurso de los climas^ pero dexa en confusión la parte mas principal , que es la matriz en donde se imprimen sus influjos , para que resulten de ello las produciones : esto es lo que debieran ha- ber explicado^ pero escasos de noticias no han podido pasar adelante con sus deseos. 5 Los Gavinetes de Historia Natural son sin duda los Archivos de la naturaleza , en donde la curiosidad registra lo admirable , y lo raro que se encuentra en diversas partes del Mundo : esta especulación no es suficiente para dexar satisfe- chos los designios del entendimiento en el empe- ño de conocer fundamentalmente la causa de la variedad. La naturaleza es admirable en sus pro- duciones , y tal se reconoce generalmente ^ pero el confesarlo asi, no la hace mas comprehensible. Descubrense los efedros en la diversidad sin al- canzarse el origen ^ y hay infinidad de maravi- llas que las perciven los sentidos , sin que el en- tendimiento se detenga á considerarlas : del mis- mo modo en otras cosas se detiene poco la refle- xión, por no poder encontrar lo que encierran de raro , ó de particular : naciendo de esto, que con- tinuamente se trabaja en investigaciones , por cuyo medio se adelantan los descubrimientos , aunque sin llegar á ver el fin. 6 El Mundo nuevo tiene muchas cosas es- tra- 8 E NTRtTENlMÍENTO trañas para Jos de las otras partes , y entre ellas hay algunas tan escondidas al juicio , que no se pueden explicar sus causas de un modo que con- venza : de este numero son los Minerales de pla- ta, que siendo especial patrimonio de aquellos Países, son raros en lo restante del Mundo , sin que la circunstancia de haber montañas elevadas^ ni la del calor y el frió , ó la humedad y la se- quedad sean las únicas de donde dependa, por^ que en las otras hay los mismos accidentes , sin ser comunes como allí los Minerales de este me- tal. Otras cosas hay que parecen particulares de aquellas Regiones , pero en correspondiencia fal- tarán en ellas algunas , que lo son en las que no participan de las suyas: para ello no hay mas ra- zón física que lo ensene , que la de haberlo dis- puesto asi el Autor de la Naturaleza, no siendo posible penetrar sus arcanos mas allá de lo que alcanza la comprehension del entendimiento ^ pues aunque se quieran hacer composiciones de temperamentos y de terrenos , de vientos y de humedades , nunca llegaremos á formarlas con tal precisión , que no se encuentre alguna seme- janza en los que carecen de esas produciones 5 y se reputan por raras, nacido de estar acostumbra- dos á otras que se diferencian de ellas. Algunos Físicos trabajaron mucho en explicar la causa de la corpulencia de unas Naciones respeto de otras , que son pequeñas : del color negro de los que habitan la mayor parte del África^ y de la blancura de las que viven en las mas Septentrión nales^ó Meridivnales del Globo; y después de pa- re- PRIMERO. p recerles haber adivinado las leyes ocultas de la naturaleza , se vén precisados á conocer que con qualquier accidente se desvanece lo mas esen- cial del sistema, demostrando, que quanto se es- tablecía como seguro, se halla desacreditado por la experiencia : continuamente se palpan estos desengaños con los quales se viene en conocimien- to de la facilidad que acompaña los juicios,quan- do se separan de ella ^ y que para acertar no hay otro camino que el de llevarla por guia , y razo- nar con la misma. ^ Las causas primitivas de quanto se regis- tra sobre la tierra , se explican bastantemente por las reglas comunes , pero luego que se encuentra nueva observación que desdiga , varían entera- mente los principios ^ y de aqui se origina , que el juicio mas bien fundado se hace falible. 8 La dirección de los rayos del Sol sobre la tierra d^be ser causa del mas, ó menos calor ^ y nos fundamos en la propiedad que tienen de ca- lentar, y el modo de penetrar la athmosphera para hacer su impresión : sin embargo de ser es- te un principio innegable, alguno de los acciden- tes del segundo orden , como sucede en las In- dias Occidentales , hace que varíe en parte ^ y no solo dexan los rayos direélos, ó perpendiculares de causar el calor que correspondía , sino que se experimenta frialdad, con todos los efedos, que son consecuentes á ella^ de cuyo modo aquel principio, tan seguro á nuestro juicio,' muda con la casualidad de concurrir otra causa accidental, que modifica su fuerza. A este simil sucede con B los lO ENTRETENIMIENTO ios vivientes de todas especies en los vegetales y en los minerales , siendo preciso para no errar en los juicios , gobernarse por la observación , sin atender á los principios de la theórica, que deter- minan lo que debería suceder , según las reglas generales , pero sin el total acierto en los efedos que son correspondientes á los accidentes casua- les que intervienen. 9 En las partes que se hallan fuera de la T^ona calurosa se observa, que quando el Sol está mas inmediato al Zenitb^ se experimentan los ca- lores grandes ^ y quando está mas apartado, los frios y los hielos. Este principio , y la circuns- tancia de suceder lo contrario en el ámbito de la tierra , en donde debia experimentarse el mayor calor , son la señal mas convincente de que allá existen otras causas, que apartan la naturaleza de su orden común ^ y que su Autor quiso subordi- nar los entendimientos de las criaturas , limitan- dolos para que no pudiesen penetrar enteramente los arcanos de la Providencia , aun en las cosas mas palpables. I o Es reparable que los mayores entendi- mientos, después de un trabajo constante de toda la vida, se hallen de este modo contenidos por uno de los accidentes extraordinarios que sobre- vienen , sin que el discurso , acostumbrado á tra- bajar sobre las cosas de la naturaleza , les minis- tre las luces necesarias para el acierto ^ y que quando discurrian tener baxo del dominio de sus ideas la clase general de las cosas del mundo, se hallen engañados , careciendo aun en muchos ca- sos PRIMERO. II SOS de la comprehension de lo mas trivial. Causó novedad á varios sabios del primer orden el ver que se podia vivir sin mayor incomodidad en donde el ayreera tan ligero, que discrepaba muy poco de la mitad del peso que tiene en la super- ficie total del Globo, Las razones en que funda- ban esta opinión , se hallaban apoyadas sobre principios regulares de física , con varios experi^ mentos 5 pero no tenian presente que la naturale- za se sirve de otros medios distintos de los que alcanza la comprehension humana para obsten- tar sus providencias. También admira , y no sin sobrado fundamento , que en la "Lona Tórrida , inmediato á la Equinocial^ haya parages en don- de las gentes sean de una blancura y hermosura, de colores tan particular , que no tengan que em- vidiar en ello á los Países mas señalados de la 'Europa^ ó del Asia ; y que los accidentes del temperamento no influyen en ellos , como sucede en otras partes en donde son de color menos blan- co: los que concurren en unos hacen variar la re- gla general de los otros , y estas son las provi- dencias admirables de la naturaleza. Muchas otras cosas se notan en aquellos parages , que no son menos estrañas que las antecedentes^ y si has- ta aquí no se ha tenido puntual conocimiento de ellas , es por no haber habido quien se dedicase á observarlas , y hacerlas comunicables con la extensión y prolixidad que merecen , desprecián- dose este genero de noticias en aquellos parages, porque la principal atención la arrastran unos in- centivos que lisongean la inclinación de las gentes. Ba EN- ■M— ^— ^MtMÉ— ^ipaM^ii iiiBi—^— ■¿sa;^^— ^— ■^M^wi^,. ENTRETENIMIENTO II. El orden y disposición en que están los Terrenos de las Indias Occidentales y y de la notable variedad que, hay en ellos. I E reconocen de ordinario, por las particularidades que se notan en los efedos , los atributos de las causas : asi sucede en la na- turaleza, que por las obras se hacen perceptibles las singularidades de su provi- dencia f y lo confirma la variedad que reyna en. ellos , sin apartarlas de las leyes precisas para la subsistencia. Si las cosas fuesen en sí iguales, sin discrepancia,no habria motivo para quetubieseque admirar la especulación, ni para hacer comparación de unas con otras. La uniformidad es de ordinario, poco recomendable á Iossentidos,porque no se dis- tingue en ella cosa que sobresalga y llame la aten- ción : por el contrario , la variedad suspende la atención á la primer vista de los objetos , que no siendo semejantes tienen una misma perfección, sin ser dable discernir qual sea mas completa en. su especie. Una montaña y un valle son dos co- sas diferentes^ y si en la primera admira la espe- culativa la corpulencia y las desigualdades de que se com.pone, no se recrea menos en la llanu- i;a é igualdad del segundo 3 pero qn llano dilata- do SEGUNDO. 13 dGr, donde se pierde la vista , molesta tanto como una serranía continuada ^ y parece que en ésta y en aquel hace falta la variedad , para que los objetos se diversifiquen ^ y no sean siempre unos mismos. En la tierra dispuso la naturaleza lla- nuras, montanas , valles, desigualdades, riscos, lagunas , rios caudalosos , arroyos , fuentes , y aun dio á la tierra varios coloridos para que no fuese todo una misma cosa , y que la alternativa de unas con otras hiciese mas completa la obra. A esta semejanza no hizo las partes de la tierra con rigorosa igualdad i pero le dio á cada una cierta forma en su estrudura, ó en las produciones que le señaló, por donde se distinguiese de las demás. Esto lo hizo sin apartarse de las reglas generales que guardó con todas, cuya circunstancia es otro aditamiento muy recomendable. La parte Meridional de las Indias Occidentales , conocida por América Meridional ^ se diferencia de las otras sensiblemente en sus dilatadas llanuras , y en sus elevaciones considerables , que tienen el nombre de Cordilleras , siendo tan espaciosas , ^ue parece haberse dispuesto un pedazo de mun- do superior al otro , en bastante altura , y dentro de él , tan desemejantes entre sí , que quasi no se parecen ; porque lo miaterial de los territorios , la disposición , y simietría de sus partes, las estacio- nes del año ^ los temples , las produciones, y los animales , todo es diverso , ó se halla encontra- do: siendo muy particular ,. que en un propio continente , y no á muchas leguas de distancia, «ea Verano en una parte,. mientras es Invierno en otraj 14 ENTRETENIMIENTO Otra ^ y al contrario , que los arboles que produ- ce el un territorio , sean tan distintos de los del otro 5 como si entre ellos mediasen centenares de leguas, y que en los frutos, animales, y aves su- ceda esto mismo.De aquí resulta poderse concep- tuar, según queda dicho, como dos Mundos dis- tintos dentro de uno. 2 El ámbito de la T^ona Tórrida^ que es el que hay desde el un Trópico al otro, coje toda la Isla de Cuba^ldL át Santo Domingo ^ con otras ^ y la Ciudad de la Habana se halla á muy corta dife- rencia debaxo del de Cáncer^ estendiendose has- ta Morro-Moreno , cerca de la Bahía de Mexillo- nes , al Sur , cosa de un grado del Puerto de Cobija^ en las costas del Mar del Sur , y Países del Reyno del Perú. Los climas que se recono- cen en estos 47' grados , son muchos , y la varia disposición de los territorios lo mismo : á cuyo respedto son las produciones , sin que esto siga un orden preciso , por el qual los que se acercan mas á la Equinocial sean los mas cálidos : ni por el contrario mas moderados de las influencias del Sol los que se hallan mas próximos á los Tropi^ cos'^ cuya disonancia no la alcanza la especula- ción de la física, sin el auxilio de la experiencia, mediante que en el orden natural correspondia, que el calor mas intenso estubiese en la medianía del espacio que anda el Sol en el discurso del año, y que fuese moderándose , á medida que se aparta de aquel punto : esta contrariedad hace rara la cosa, originándose de ello el deseo de averiguar la causa , porque lo estraño , según el or- SEGUNt)0. 15 orden natural de las cosas , mueve la curiosidad á descubrir el origen que tiene , y á penetrar los secretos de que se sirvió la naturaleza para apar- tarlo de las reglas comunes de su providencia. 3 No son todos los territorios del espacio del Glo- bo, según se ha dicho, semejantes: hay en él Países muy baxos , otros que son alguna cosa altos, res- pedo de aquellos , y otros que son altísimos : de estas diversas graduaciones procede después la variedad de temperamentos , que son la causa ac- cidental, ó segunda de la dispariedad que se ex- perimenta en ellos. La Isla de Cuba , considera- da por sus Costas , es en mucha parte baxa , y en parages tanto , que parece estar igual con el Mar, lo que se nota particularmente en los que llaman Cayos, Por lo interior de ella se vén mon- tes y alturas^ pero no son estos de una elevación, com.pa rabies con otros, que hay en distintas par- tes de la tierra. La Isla d^Jamayca, que dista poco de la de Cuba , y está á la parte del Súr^ es alta en forma de montañas , desde las orillas del Mar , para su interior ^ haciéndose reparable, que en un ámbito tan corto como el que las divi- de se encuentre esta dispariedad , pues en días claros se vé desde la primera la átjamayca. Las Costas de la América Meridional^ que miran acia el Norte , son en lo general de una altura regu- lar, descubriéndose en ellas acia lo interior mon- tañas medianas , y en ciertos distritos serranías tan altas, que se dexan ver de mucha distancia : siendo tanto lo que se elevan , que hallándose poco apartadas áQhEquinocial , están cubiertas de t6 entretenimiento de nieve , excediendo aquel punto de la athmos^ phera , en donde se forma la congelación. En las partes Occidentales de la América Meridional ^ que es de las que se ha de tratar principalmente , se vé de todo 5 pero las tierras que se reputan por J3axas, no lo son tanto , como se ha dicho de la Isla de Cuba y Golfo Mexicano, Las Costas que siguen por el Occidente del Mar de Cartagena^ desde Honduras^ por Tucatán^ Golfo de México^ dando la buelta por la L'dsiana y Florida^ y las que corren acia la Nueva Inglaterra por el Canal de Bahama^son igualmente baxas,y rasas en tan- to grado, que parecen á un nivel con el Mar, asi como los Cayos de la Isla de Cuba. 4 Esta parte de la América Meridional y Occi- dental es principalmente la que representa el par- ticular fenómeno de la disigualdad en territorios, y consequente á ellos en los climas y producio- nes , debiéndose mirar como dos Países diversos en uno mismo. El ámbito que mira acia el Mar del Sur es baxo-, formando como una faxa , que corre desde el Chocó en ^, ú 8 grados de la parte del Norte de la Equinociál , hasta los 26, ó 28 de la del Sür^ cuya anchura es con variedad des- de 8 hasta 20 leguas , ensanchándose en unos parages mas que en otros. Desde donde fenecen estas llanuras baxas empiezan las serranías que llaman Cordilleras^ elevándose tanto, que parece ir á rematarse con las nubes. Allá en lo alto for- man otro País, interrumpido en lo dilatado de sus distancias de varias montañas y quebradas^ y éste se estiende en lo largo , todo lo que tiene aque- o / SEGUNDO. 17 aqúelh^América , pero en lo ancho es con varie- dad de 30 á 50 leguas : al fin de ellas , por el lado del Oriente , buelven á descender las serra- nías para formar otro País baxo , que es el que corre desde su pié hasta las orillas Orientales de ^ . / la misma América en el Brasil 5 siendo ésta á la -^ ¿V^^ -/^ ^ que allá se le dá el nombre de Montaña de lo^i^^^^^^^^^"^'^ Andes ^ nacido de dos razones: la una , porque^/<¿*^^. y^^^4*v/^^-m^ ' aunque es País baxo, no faltan en él montes, n^^V/j;^^^;^^^^^^ dexa de ser escabroso y desigual en partes : la j. , , / . otra, por ser poblado de bosques espesos , que es ^^-./^^^*^^ á lo que por allá dan el nombre de montaña, aun'^'' "^^^"^ #<^^=«*«^^*^ €n lo ancho. ' 9 La tierra está en aquella parte alta entre- cortada de aberturas , ó quebradas, según allí las nombran , de una anchura muy grande ^ siendo estas el ámbito que dexan entre sí unas llanuras , ó serranías , con las del lado contrario ^ y son ta- les, que tomadas por el ayre tienen algunas dos le- guas, ó mas de anchura: éstas van estrechándose tanto , quanto son mas profundas , y por lo mas hondo es por donde corren los rios , llevando su cauce á corta diferiencia por la medianía^ y en la parte baxa de los Quebradones, por los dos lados, dexa otras llanuras de competente extensión. Lo notable es, que las bueltas y tortuosidades que hacen los rios, corresponden á las que forman las 12 ENTRETENIMIENTO las alturas de los dos lados ^ de tal modo , que si se llegasen á juntar, se ajustarian exadamente la una con la otra , y formarían un territorio se- guido , sin rotura alguna. Estos ríos van conti- nuando su carrera siempre por entre aquella ca- xa de montañas hasta salir al terreno baxo , y de allí al Mar ^ pero el cauce que forman en esta se- gunda parte es de poca profundidad , hallándose á corta diferencia como en la superficie de ella : de esto se puede colegir, para formar verdadera idea , que quanto son mas elevadas las cordille- ras , los cauces de los rios son mas profundos : la abertura de las tierras es mas ancha por la parte de arriba, y en lo profundo son asimismo mas es- paciosas las llanadas que acompañan al rio,que es á lo que allí dan el nombre de valles, á imitación del que tienen los Países de la parte baxa de la ■Aniéricú , que los distinguen con el propio nom- bre, á distinción de la habitada alta , que llaman ^Sierra. 10 En la Provincia de Angaraez^ entre los muchos juegos de la naturaleza, que son tanto mas varios y maravillosos , quanto son los Paí- ses mas espaciosos y dilatados , se observa una cosa bien particular : consta aquella Provincia , que es la que pertenece al Gobierno de Guanea^ 'vélica , de varias dodrinas , ó partidos : en una de ellas, que se llama de Conaíca^ hay un Pue- blo pequeño , llamado Viñas : en la distancia que corre desde éste hasta el principal Conaica , que es de 9 leguas , se pasa á las 5 de ellas un cerro, nombrado Corosunta : baxase de éste , y se entra en CT: 5 E G UITDO. 23 en una abertura, por donde corre el rio que lla+ nian Chapllancas ; éste , por espacio de media le* gua, vá encallejonado por una caxa, cuya ancha-* ■ra es de 6 , á 8 varas , y mas de 40 de altura , sin ensancharse sensiblemente por la parte supe-» rior mas que por la de abaxo : por este suelo , que en donde se angosta ocupa el rio todo su an- cho , vá el camino que conduce al Pueblo de Co- naica^ y solo en los ámbitos donde la anchura es de las 8 varas que quedan dichas , se transita por la una de las orillas y y se atraviesa 9 veces, bus- cando aquella en donde se aparta del murallon que forma la caxa^ lo qual sucede principalmente en donde hace bueltas , ó recodos , porque en donde vá derecho no tiene mas anchura que la precisa para darle paso al agua. Esta caxa, ó cau- ce está cortadKen peña viva con tanta precisión,, que las desigualdades del un lado entrantes , cor- responden á las del otro lado salientes , como si aquella altura se hubiese abierto expresamente, €on sus bueltas y tortuosidades , para darle trán- sito á 1^ aguas por entre los dos murallones que la forman ^ siendo tal su igualdad , que si llega- sen á juntarse se endensarían uno con otro , sm/'^'^i^ ^^^^a*^ dexar hueco. El caminar por allí no tiene peli-^-í^z^^"- ^é^^ i^^orv gro , porque siendo peña sólida no hay el de que j'¿^ se desprenda alguna parte al tiempo de andarlo, "^ y el agua no lleva tanta rapidez que ocasione pe- ligro : con todo esto causa horror , y se estreme- ce el cuerpo de verse encerrado en aquella estre- cha caxa , cuya elevación , y la perpendicular guardan no menos que la correspondiencia de par- 24 ENTRETENIMIENTO , partes salientes del un lado, y entrantes del otro, que parece indican quererse juntar en cada ins-« tante para bolver al primitivo ser que tubieron. 1 1 Esta abei tura es un modelo de las gran-< des quebradas , dando á entender lo que fueron en los principi )s , quando su profundidad no era may.)r que la que tiene ella , y que entonces los costados , que al presente están con regular declivio , serían perpendiculares , ó poco menos, como sucede con ésta ; pero que á medida que el curso del agaa fue profundándolos , y haciendo^ los mas hoiidos , se han ido derrumbando por lo alto , no pudiendj mantenerse perpendiculares , en cuyo mod ) han ido buscando la inclinación que tienen. A esta semejanza es regular , que con el curso del tiempo , y el efedo que las Ilubias, ios hielos, y el Sol hacen en los cuerpos mas du- ros y recios , vaya desmoronándose la de Chap^ llancas , y pierda la igualdad de anchura que ahora tiene de alto á baxo, habiéndola conservado mas que otras por la circunstancia de ser de pie- dra dura , y no hallarse interpolada con l^tas de tierras, fáciles á moverse; pero asi como debe- mos persuadirnos á que solo la frotación del agua ha socabado aquella madre hasta el punto en que al presente se vé , el tiempo que reduce á arenas los peálaseos mas compaélos y duros , irá haciendo el proprio efedo. para ensancharla por la parte de arriba , de lo qual se ven bastantes señales en los pedazos menudos de piedra que hay en el cauce, y en los que se encuentran en la planicie quando el arroyo sale de la montaña á territorio mas ancho. Sea SEGUNDO. 1$ 13 Sea por efedo de la frotación de las aguas 5 que se haya formado aquel cauce pro- fundo , hasta el estado que tiene al presente, ó por el de algún terremoto que abrió la mon- taña, para que el arroyo, que antes iba por otra parte, entrase por allí , no tiene duda que esta abertura es posterior á la disposición en que que- daron las tierras después del Diluvio ^ y que á su exemplo , las quebradas disformes que hay en aquella parte alta de la América^ las ha formado el tiempo con la frotación que hace la rapidez de las aguas , pues se observa , que en la fuerza con que corren quasi todos los rios de aquella parte , arrastran peñasquerías extraordinarias de grandes, y en parages dexan en medio del cauce vestigios de lo que profundizan , á modo de da- dos , de un tamaño excesivo , por no haberlos podido dividir con la misma facilidad que el res- to. En el Rio de Iscuchaca , cerca del Lugar del mismo nombre , hay uno de estos, cuya figura es precisamente como la de un dado , teniendo fue- ra del agua , quando el rio está baxo , de J^ á 8 varas, y por cada lado, enquadro, como 125 para que este , y otros menores , que hay en los rios , de diferentes figuras , quedasen asi , es pre- ciso , que el agua haya ido descarnando las pie- dras y arenas que estaban contiguas á ellos , y arrastrándolas los hayan dexado desmerrbrados por todas partes , en cuya forma se mantendrán, hasta que profundizando mas , encuentre por su raíz algunas betas de materia endeble , las pene- tre , deshaga , y debilite su subsistencia: después :.^ij:\ D de a(5 ENTRETENIMIENTO de tenerlo vencido en una de las grandes crecien- tes , en que de las 8 varas solo queda fuera co- mo una, lo arrancará, y hará correr, con cuyo movimiento, y el choque que hace contra otras peñas menore§, se irá rompiendo, y se reducirá á partes mas pequeras que rueden con menos dificultad : á esto debe atribuirse verse aquellos ríos en todo su cauce , y en las orillas mas cerca- nas al agua llenas de peñasquería suelta, y de ta- maños tan disformes , que no es posible mover- las con las fuerzas humanas. Para que se pueda formar idea de la profundidad que tienen aque- llas quebradas , respedo del territorio , ó suelo habitable de la parte alta de la América , será bien citar algunas experiencias que lo manifiesten.. La Villa de Guancavelica se halla fundada en una quebrada, que forman varias cordilleras de cerros: en ella se mantiene el Mercurio dentro del tubo del Barómetro en i8 pulgadas, i? línea, siendo el medio entre i ^ y i ^ , que es la mayor va- riación que se experimenta allí : según ésta , es su altura sobre el nivel del Mar 1949106535, ó 45361 varas. En lo alto del cerro de la Mina de Azogues^ que todavía es habitable, habiendo otros inmediatos que le superan otro tanto , como él supera á Guancavelica , se mantiene el Mercu- rio en 16 pulgadas: su altura sobre el nivel del Mares 233^^ toesas, ó 5448 varas , con que desde la planicie alta del cerro de la Mina , has- ta el suelo en donde está fundada Guancavelica^ hay 9i2f varas, que se han profundizado por los varios rios que baxan por aquel cerro des- pués SEGUNDO, 27 pues del Diluvio , los quales van á juntarse con el de Guancavelica , que lleva su origen de otra parre que llaman el Tcho^ 13 En el Pueblo de Iscuchaca , que dista cosa de una legua del de Conaica (y es del pro- pio partido , ) Y <^^ Gumicavelica 8 , la altura del Mercurio es 19 pulgadas, y 10 líneas, que cor- responden á 15^5 toesas, respedo del Mar , ó 3668 varas: aquel suelo está mas baxo que el de Guancavelica 85^^ varas ^ y el Rio de Iscuchaca^ en su quebrada , ha profundizado toda esta can- tidad 5 pero el de Guancavelica entra en él , y €n el parage en donde se hace la unión está mu- cho mas baxo que en Iscuchaca : con que allí la cscavacion de las aguas ha sido desde lo alto del cerro de la Mina 1^691 varas, y además todo lo que se halla mas baxo que en Iscuchaca, 14 El terreno, ó planicie, en donde está el Pueblo de aquel nombre , es mas alto que las aguas del rio , quando éstas se hallan en su altu- ra regular de 10 á 12 varas, siendo desigual en extensión, como después se dirá: con que las aguas han hecho esta segunda escavacion suce- sivamente , hallándose sobradas señales de ello, y lo son el que por la parte que está cercana al cauce del rio se halla la misma peñasquería suelta que hay en aquel, no dexando duda, que corrieron por su nivel en otros tiempos , y que á fuerza de desmembrar las partes del suelo lo han ido profundando, 15 Como abundan aquellos territorios de rios , no habiendo abertura de tierras, ó de mon- D 2 ta- 8 ENTRETENIMIENTO itañas por donde no corra alguno, sucede, que en los parages en donde hacen unión, la lla- nada de su cauce es mas dilatada que en los otros, rporque el cerro, ó en:iinencia que se halla en él -con curso , parece haberse disminuido en la par- • te donde habia de formar la punta , á efedo de -lo que las aguas han ido robándole por uno y 't)tro lado, á medida que le han profundado. Es- tas llanuras están en forma de graderías , unas .mas altas que otras, como que se fueron dispo- -niendo con casualidad , á medida que las que- \bradas fueron haciéndose mas profundas. Al con^ -trario sucede en las partes donde los rios llevan í el curso algo derecho, que quasi no tienen ex- tensión las orillas altas^y siendo en estas en don- •de ios caminos se hallan cortados, en el poco de- clivio de ias pendientes j son muy estrechos y -peligrosos, pues apenas tienen la anchura precisa 'para que pueda sentar los pies un animal. En donde el rio hace vuelta tiene mas capacidad la llanura dé la orilla alta , pero no tanta como en donde hay unión de rios ^ y es la causa , porque -al dar vuelta las aguas se esplayan mas que -quando van línea derecha , y comen la punta de las eminencias por el lado que rodean, ó que ha- ce como centro á la vuelta que toman. 1 6 De lo que queda dicho se puede colegir toda la elevación que tiene la parte alta , ó ser- '•ranía de la América^ respedo de la baxa-^ y que en ella misma hay parages profundos , á modo de senos, que tienen , como se ha explicado , 1769^ -varas perpendicularmente, y mucho mas, con es- ^ ten- '^ SEGUNDO. 2p 'tensión suficiente para poblaciones, y sembra- dos de muciías especies, pero se halla entre- icortada con estas aberturas , ó quebradas dis- formes , unas mas profundas y anchas que otras : debiendo entender , que á imitación de lo que queda explicado, es toda aquella parte del Mundo , que se particulariza en ello. 17- Para el asunto presente es indiferente que aquellas grandes quebradas , ó aberturas sean ia obra de los rios , ó formadas por otra causa : lo que se intenta explicar es , que al respedo de la •mucha elevación que tiene aquella tierra , son nías profundas , y mas anchas^ no siendo compa- rables con ellas las de las otras montañas que se ■conocen en las demás partes del Mundo , porque •exceden á las mas afamadas en altura , y en mu- 'chas leguas en la extensión de lo ancho. 18 Dexemos ahora las altas Cordilleras de -aquella parte de la América^y pasemos á examinar algunos de los Países que van acercándose acia la Equinocialy y desde allí se dilatan por el Emis- 'ferio del Norte , en los quales , aunque se en- cuentra alguna semejanza, no dexan de tener bas- tante disparidad. En la parte de Guayaquil , que está en 2 grados, 11 minutos Súr^ poco mas, cuyo rio es uno de los caudalosos de las costas 'de la América del Mar del Sur , son las tierras tan llanas y baxas , que se inundan, por espacios dilatados de muchas leguas en el tiempo de las Ilubias, que es lo que llaman Invierno^ y em- pieza allí en el mes de Diciembre , quando el ^Sol está en el Trópico de Capricornio , por cau- sa 50 ENTRETENIMIENTO sa de la llanura del terreno: los ríos no tienen pendiente sensible , y con las Ilubias , que son muy copiosas, crecen saliendo de madre, y con poco que se levanten sobre el nivel regular , es suficiente para que cubran la tierra en el modo que vá dicho , y asi se camina en cabalgaduras por dentro del agua , dirigidos de los que son prádicos, sin que exceda la altura en unos pa- rages mas que en otros. La tierra es limosa , y está pobladisima de árboles , que con la abun- dancia de la humedad y el calor -^ crecen, y se hacen fornidos en corto tiempo. En los otros ter- ritorios baxos , que siguen de allí para el Súr^ no es tanta la igualdad , y la poca elevación , que den lugar á que se inunden las tierras, que por lo general son de arena 5 de modo que se di- ferencian en estas dos circunstancias de la mas , ó menos altura, y en la calidad. 19 Las altas Cordilleras siguen quasi hasta la vecindad del Mar del Norte , en las Costas que corren desde Cumaná acia Portovelo , y dan la vuelta por d Golfo de Honduras ^ pero los parages adonde concluyen , hasta las orillas del Mar , el territorio es baxo en bastante distancia, en partes anegadizo , y en otras con alguna mas elevación que les liberta de ello ; pero general- mente los de las cercanías de los Rios caudalo- sos , como el Orinoco , Madalena , el Sinú , el Chocó y los demás , las llanadas tienen mas le- guas de extensión , y sus orillas empiezan por ser tierra muy baxa , que en algunos se mantiene mas que en otros , sin salir de aquel nivel : no fal- SEGUNDO, 31 faltan Naturalistas que piensen que los rios cau- dalosos, van extendiendo la tierra con el limo , y las otras materias que arrastran , depositándolas en las orillas del Mar por su desembocadura , y que alejan el Mar de las orillas antiguas f origi- nándose de esto , que la parte mas inmediata á él es la mas baxa, y que entrando algunas leguas á lo interior, vá levantándose el nivel alguna cosa. Otros han pensado diversamente f pero de qualquiec modo que suceda , es constante que los grandes rios de aquella parte , antes de salir al Mar, corren grandes distancias por parages muy llanos 5 y que en las inmediaciones á él son tan baxos 5 que luego que crecen los cubren entera- mente coa sus aguas. _ 2Q Otro tanto sucede por la parte del Orien^ te de aquella América , desde el Orinoco , hasta el Rio de la 'Plata 5 y asi , la parte alta de que se habla está rodeada de una faxa de territorios baxos 5 los que por este ultimo lado aun tienen mas anchura que por el Occidente^ pues corres- ponden á él las Pampas de Buenosayres , que son dilatadísimas, y las del Paraguay ^ y el Tucúman-^ pero como estos Países se hallan distantes del Mar, no. se inundan , y su nivel es de alguna mas. altura. '21 La Isla de Curazao ,. que ocupan los Ho- landeses , es alta , al modo de un pan de azúcar: la de Jamayca es de serranía bien elevada f y estando cerca de la de Cuba , sus inmediaciones al Mar son baxas y rasas por la parte del Sur, y se anegan muchas en los aguajes que ocasionan ,.. los 3^ ENTRETENIMIENTO los temporales. Las tierras montañosas y altas están acia el centro de ella , y no son muy ele- vadas: la parte del Poniente^ por el lado del ISIorte-^ es baxa, y la del Oriente alta, haciendo montañas , aunque tampoco son éstas compara- bles en la altura, con mucha diferiencia, alas de la América Meridional^ según se dixo antes. La Isla de Santo Domingo es alta, en la mayor par- te, y acia el lado del Occidente escarpada ^ y asi se vé, que la naturaleza parece que no guardó regla iixa en las disposiciones que les dio , para que no hubiese uniformidad , pues en distancias cortas varió las cosas de una misma especie. 22 La F/or/i^íí , y las tierras que corren des- de ella acia el Norte , en lo que ocupa la Nueva^ Inglaterra , hasta llegar al Rio San Lorenzo , son Países, por lo general, llanos, dilatándose en esta forma acia lo interior algunas leguas, hasta las- Montañas de Apalaches ^quQ corren del Sur para el Norte , y están apartadas de las costas de Fir^ ginia y Carolina de 25 á 30 leguas. Lo mismo sucede con las que corresponden al Seno Mexi- cano en toda su circunferencia ; y las tierras altas se hallan por lo común distantes de la Marina , de m.odo , que parece que la naturaleza quiso co- locar las que tienen elevación acia el centro de los espacios de tierra , haciendo tan rasas y igua- les las que se aproximan al Mar , que en muchas se representasen como que empiezan á salir de él, pues no son pocas las que por largos espacios quedan sumergidas en las crecientes, y solo se descubren en las menguantes. En las costas de la SEGUIDO. 3 3 ía Habana^ por la parte del Sur ^ es bastante co- muñen los que llaman Gíj^j"^ pero donde se hace mas perceptible es en la Ensenada de VanzKola^ y la Luisiana , cuya circunstancia dá motivo á detenernos en su explicación. 23 Son tan baxas las tierras de la desembo- cadura del Rio Misísfpi , que mucha parte de ellas están anegadas , y solo se conocen por los carrizales que sobresalen : por esta razón aque- llas , y quasi todas las costas contiguas son di- fíciles para llegar á ellas, porque el Mar las con- funde, no pudiendo reconocerse estando algo apartados: otras quedan sobre el agua en las menguantes , y debaxo en las crecientes : esto sucede hasta 15 leguas mas adentro de la boca 5 y de allí para adelante es tan corta la diferiencia, que para embarazar que el agua las bañe , quan- do el rio está crecido , levantan diques, ó mura- llones de tierra de toda la altura que toman aque- llas , según lo tiene enseñado la experiencia de muchos años. A corta diferiencja/ sucede esto en quanto aquel rio corre^^&-el: Norte, pasando de 550 leguas las conocidas. Esto no obstante , se vé que el País mas diñante del Mar es algo mas alto que el que está inmediato^ de la propia can- tidad que el rio tiene su pendiente , resultando de ello no ser tan ordinario el anegarse : pero es poca cosa lo que quedan mas'aitas que el agua en las crecientes. 24 A esta semejanza aquel dilatado espacio, que corre acia el Poniente y el iVíjríc?, es de llanu- ras muy grandes, entrecortadas de rios , que jun- E tan- 34 ENTRETENIMIENTO tandose unos con otros van al fin á descargar las aguas al Misisipi^ y de algunas montañas salpi- cadas en la larga extensión. En este modo siguen hasta ir muy al Poniente á encontrar las monta- ñas elevadas de la América Septentrional , que corresponden acia el Mar de California^ y por el l^orte de esta , siendo centenares de leguas de tierras baxas y llanas las que se cuentan desde las Serranías de Apalaches , hasta donde empie- zan aquellas montañas Occidentales :. en esta con- formidad puede mirarse la parte de América^ que corre desde los 25 grados de latitud para el Norte , dividida en dos partes : la mas dilatada del Sur al Norte , y del Oriente acia el Occiden- te , llana en ámbitos espaciosos , muchos de es- tos de territorio baxo , y dividida por muchos rios 5 y por montes salpicados ^ y la otra , que corresponde al Mar Occidental de la California alta, de terreno elevado, al modo del de el Perú^ siendo ésta la que compone los Rey nos de Nueva-' España , Nueva-Galicia ^ y Nueva-Vizcaya ^ y aunque estos son bien anchurosos , no tienen comparación con la parte que vá desde sus pen- dientes hasta la Serranía Occidental de los Apa-' laches , y desde la Oriental de ésta al Occeano , por las costas de la Nueva-Inglaterra, 25 Aquella parte de territorio elevado acia el Mar de California , del qual no se tiene cono- cimiento para poder hacer juicio de su altura so- bre el nivel del Mar, ni tampoco délo que se es- tiende en lo ancho de Oriente á Occidente , es la continuación de la América Meridional ^ que des- pués SEGUNDO, 35" pues de haberla ocupado en su medianía desde el Sur acia el Norte , hasta cerca de las costas de Caracas^ Santa Marta , y parte del Dariél^ se comprimen : pasan por el Reyno de Tierra-Fir- me y Ismo de Paiamá^ en donde van reducidas á una cordillera estrecha , y no muy alta , y des- pués, siguiendo por la Provincia de Goathemala^ vuelven á estenderse , y tomar elevación , conti- nuando asi por las Provincias de los Reynos de Nueva-España , hasta perderse en los Países del Norte de aquella América , que están desconoci- dos por no haber llegado á ellos los descubrid mientos. 30 En esta América dominan mas las llanu- ras y territorios baxos que las tierras eleva- das , lo que no sucede en la Meridional ^ no obs- tante de las muchas que tiene desde Buenos- Ayres^ hasta el Tucumán , y por la parte de los Rios Grande Marañon^ Orinoco , y otros, que son cau- dalosos , y de bastante anchura , pues las tierras altas se estienden todo lo que se ha dicho, y ocu- pan la parte interior y centro de aquel dilatado espacio de Mundo. 27' El Rio Misisipi no tiene conocido ori- gen , ni se sabe el curso que trae hasta los 43 grados 5 pero por las relaciones de las Naciones de Indios , que habitan aquellos territorios mas in- teriores , se deduce que viene de las partes deOí;- cidente , y que nace en las cordilleras de Monta- ñas, que corresponden acia el Mar , mas arriba de California , cuyos Países , aunque son conti- nente con los Reynos de Nueva-España , no E2 se 3^ ENTRETENIMIENTO se han reconocido bastantemente , y asi son conr fusas Ja? noticias que. se han adquirido en este asunto. Se ofreqe una reflexión bastante curiosa, yes, que en el Perü^ los parages á donde menos SiC ha internado el empeño de los Descubridores, son los Países llanos que hay desde las faldas 0)'ientales de la Cordillera acia el Occeano , por- que entre ellas y los del Brasil hay territorios muy estendidos , que se mantienen en el primiti- vo estado que les dio la naturaleza , habitados át Indios ^ t^n incultos y distantes de la civili- dad , que viven como las. fieras ,. y solo se dife- rencian de ellas en la figura. En la América Sep^ tentrional son conocidos los dilatados espacios de llanura , que corren desde las límites Occi^ dentales del Occeano en la Nueva-Inglaterra,^ has- ta las Montañas de Apalaches^, en los que conti- núan desde estas hasta el Rio Misisipís^ y en los que van desde este Rio hasta las que forman la cordillera de la parte Occidental ^ pero las otras que corre;sponden á estas llanuras , y á las Pro- vincias de la Nueva-Inglaterra , hasta la latitud del Canadá^ se hallan tan desconocidos com.o las llanuras del Peni, entre los Rios Orinoco y Marañon : entre éste y el Rio Grande^ y siguien- do hasta Buenos- Ayres.) y el Sur , no encontrán- dose mas motivo para lo uno que para lo otro^. porque si en la Septentrional se quisiere atribuir á lo frígido de aquellas montañas, por hallarse, desde los 3^ grados hasta los 46: en la Meridio- nal los ámbitos desconocidos corren desde lasin-. qiediaciones de la Equinocial hd^sta. Buenos- Ay res,. y SEGUNDO, 37 y Estrecho de Magallanes ^ y no ofreciéndose el impedimento de lo frígido , ni el de lo áspero- y escabroso de las cordilleras , no hay otra mas que la de no haberse cumplido el término que hay en todas las cosas , para que se penetre á unos y á otros para- que se conozcan. 28 Las cordilleras de los AndeSyen la. Amé- rica Meridional ^ estaban habitadas por gentes cultas , y según sus leyes y costumbres, civiliza- das 5 por esto se entró en ellas , y se conquista- ron con facilidad. Las llanuras que desde aquel Mundo alto corren hasta el Brasil^ lo están por Naciones barbaras y feroces , que no conocen ningún genero de civilidad , y por esto ha sido difícil introducirse en ellas,. establecer algún tra- to sociable, y llegar á conocer lo que son. Esto mismo sucede en las montañas déla Septentrio-- nal ^ y permanecerán asi unas y otras, hasta que corriendo mas el tiempo se vayan insensiblemen- te abriendo caminos por donde se facilite la co- rrunicacion, y se venga á saber con certeza lo que contienen en calidad de gentes, de animales, de plantas , y de otras cosas particulares , que no sean comunes á las demás partes del Mundo. 29 Debaxo de las aguas parece que el sue- lo, ó fondo de ellas imita en lo llano, y en las desigualdades la disposición que tienen las tierras, que se hallan fuera de ellas- ^ y asi en aquellas partes, donde los territorios son muy rasos, ba- xos , y que siguen con igualdad largos espacios, los. que están contiguos á ellos debaxo del agua son en la misma forma , y esto es á lo . que en la Ñau- 38 ENTRETENIMIENTO Náutica se llama Sonda ^ porque en bastante dis- tancia de la tierra visible, ó superior á las aguas, se encuentra el suelo , ó fondo , y la cantidad de agua se vá disminuyendo poco á poco hasta la ori- lla. Asi se experimenta en las costas de la FlorU da , en la Ensenada de Vamacola , y en todo lo que se conoce baxo de el nombre de Seno Mey^i^ cano ^ que comprehende las costas de Campeche ^ hasta las de Honduras, No es asi en donde hay tierras elevadas inmediatas al Mar, ó poco dis- tantes , porque en sus orillas se halla mucha pro- fundidad , y asi en las del Mar del Sur no se en- cuentra sonda , siendo preciso estar á la vista de tierra, y algo cerca para hallar el fondo. Las lla- nuras del fondo del Mar son tan iguales como las de la tierra , enseñándolo asi los Placeres , que son par.-^-ges donde hay poca profundidad: el de la Víbora se atraviesa por la parte del Oeste del Cascavel^ y se andan sobre él 12 leguas del Sur al Norte ^ siendo tal la igualdad del suelo , que en esta distancia no baxa de 12 brazas, ni llega á completar 13 ; pero luego que se sale de él se conoce , y se aumenta de repente la profundidad en tanto grado , que no se encuentra el fondo coa 50 brazas. De esto puede colegirse , que si las aguas baxasen de toda la cantidad que lo cubren, se descubriría una llanada , que tendría de largo del Norte para el Sur las 1 2 leguas que se han dicho, pero ésta se hallaría al modo de las tier- ras altas de la América Meridional ^ en lo alto de unas eminencias , respedlo de las profundidades que la rodean. Na- SEGUNDO, 3p 30 Navegando desde la Trinidad al Bata^ baño , se hace la mayor parte de este camino por Placer de poca profundidad , por cuya causa so- lo pueden k por alJí Embarcaciones pequeñas. Entre las varias profundidades que se vén en él, hay un tramo , que llaman el quebrado de C¿jyo Cacao y sobre el qual solo hay 11 pies: las Em- barcaciones , que necesitan agua de este , van ar- rastrando la quilla sobre él ^ y si no fuese tan igual no sería pradicable , porque habiendo de hacer camino por espacio de hora y quarto, que- darían estancadas, si hubiese en su distancia al- gunas desigualdades donde el agua disminuyese: en sus inmediaciones es la profundidad desde 1 2 hasta 20 pies , y sin aumiento siguen asi dis- tancias de 3 5 ó 4 leguas. A la semejanza de es- tas llanuras , que están debaxo del Mar , son las de la misma Isla de la Habana , hallándose tan iguales , que se anegan con las Ilubias , por no tener pendiente alguna para que corran las aguas. 31 De las alturas y llanadas dilatadas que hay sobre las tierras altas de la América , ó de aquel Mundo empinado, se ha venido con la idea á dar una noticia de las que están cubiertas de un piélago dilatadísimo de aguas , para que se adirire la providencia del Autor Supremo en el orden de semejanza que guardó en ciertas co- sas, al paso que en otras quiso que no se parecie- sen , y tam.bien que la variedad no fuese regla ñxa que hubiese de prevalecer en todo. EN^ 40 ENTRETENIMIENTO IIL Se explican los temperamentos y climas de los diversos territorios de aque- llas partes del Mundo. .1 ^.^^^^^ N el conjunto de partes que W TT^ W constituyen este Globo , era jí £^4 lil consiguiente que se correspon- 4f m diesen unas á otras, y que la ^^^^^^;^ variedad fuese participa ble á cada una de ellas. Asi se otn serva en los temperamentos que en sus desigual- dades imitan las que tiene la tierra. Los ardores de la Tiona Tórrida Mmiétsmi se encuentran en ella, pero no en todos parages^ y se reconocen también en Xdíjtempladas^ en la estación del Estío, Los frios y hielos de ésta/, ^n lo rígido de los Inviernos , son naturales en ella.^ y sin parecerlo, en la calurosa se experimentan tan excesivos co- mo donde mas incomodan: no solamente se -ha- cen naturales allí , sino que á imitación de aque- llas partes en donde por el retiro del Sol son me- nos estraños los efedos de la frialdad , se vén continuados, con corta intermisión , en»© las dos estaciones mas opuestas. Los tiempos siguen or- dinariamente la regla de los rayos del Sol, y por esta causa en a?|uellos parages , en donde hieren mas perpendicularmente,se impregna la tierra de mas TERCERO. 41 tnas partículas ígneas : la reflexión es mas sensi- ble quanto es mas eficaz , y quanto los rayos re- flexos están mas próximos á ser coincidentes con los de inflexion:de donde dimana, que la impresión que hacen sobre los cuerpos es mas fuerte , y se dexa sentir mas el calor, incomodando, á pro- porción que es mas grande. La varia dirección de los rayos, mas obliqua , ó mas cercana á la perpendicular , causa las divisiones del año , se- gún todos saben : por esta regla tan generalmen- te recibida , el calor debería ser mayor , que en I ninguna otra parte, en los Países que están deba- xo de la Eqmnodal. Asi se creyó en lo antiguo^ y que á este respedo sería mas sensible en los que están cerca de ella , que en los que se van apartando 5 pero no sucede asi , porque hay otras causas que interrumpen esta regla, que sería segu- ra,si las circunstancias fuesen iguales en todas par- tes^ pero como no sucede asi, dimana de ello, que en algunas partes cercanas á la Eqiiinocial , y baxo de ella misma se experimenta un clima fri- gidisimo , como -^ el de las "Zonas templadas en las proximidades de \diS frias'^ y por la contraria, en los extremos de la Zona Tórrida , y en la tem-^ piada hay otras parages en donde los calores son tan incómodos, como ^^^ los que mas molestan cerca de la Equinocial ^ y en ella misma. 3 La primer causa del calor es sin dificul- /o^^y^^^^^yra^ ^-^a^^*^^ tad la adividad de los rayos del Sol sobre la su- ^^^^..^ tÍu^t^^ ^^^ perficie de este Globo 5 pero luego hay otras cau-^ y sales, que pueden llamarse secundarias, las qua-^"* y ^t^*^^^^^»^^ les lo modifican , interrumpen todo el efedo , y^-*'^=>^''-'^^''<^^^"^ J- <>u^ 970/ ^gd-^Orz^-- ¿2¿¿; X/^¿-, 42 ENTRETENIMIENTO ocasionan contrarias influencias. Una nube inter- puesta entre el Sol y una parte de la tierra , es un pavellon que , no dexando tránsito á sus ra- yos , estorba que pasen hasta ella ^ y debiendo ser caluroso con exceso aquel espacio , lo es con moderación , tanto mas , quanto la nube fuere mas permanente. La elevación de un parage, respecto de otro , hace el ayre mas sutil y míe- nos pesado : los rayos del Sol^ subdivididos en partículas mas menudas que quando la athmos- phcra es densa , reflexan con la misma sutileza, y no tienen lugar para unirse : siendo consequen- te, que el grado de calor debe ser menos que quando penetran por un ayre mas pesado y den- so, el qual une las partículas ígneas , se impreg- na de ellas, y las refleda con mas adividad. En los -lugares elevados , por lo común , no falta al- gún movimiento en el ayre, que en los baxos, por el contrario, no es tan común , y éste esparce las partículas ígneas en diferente dirección de la que llevan en la inflexión de los rayos , y con la que retroceden en la reflexión. La' elevación de los parages y sus desigualdades no permiten que el número de rayos que caen sobre ella sea tan cre- cido como en el nivel general del Globo , y ésta es otra causa que altera su efcdo para el dema- siado calor. 3 A las razones antecedentes , que se hallan sostenidas con la experiencia ,se agrega otra muy poderosa , y es , que según los Naturalistas , el áccido nitroso es, de los tres que se conocen en la naturaleza , volátil y muy ligero , atribuyen- . . ¿o- I T E R C E R o, 43 dose á su concurso la formación de la nieve , el granizo 5 y el hielo, lo qual sucede en una re- gión algo elevada de la aíhmosphera iquanto los territorios estuviesen mas altos en ella, tanto mas cercanos se hallarán de esta región , y los efec- tos serán contrarios al calor : por esto se experi- menta , que en las cumbres de las montañas altas hay nieve quando en su pié no se vé , y por el contrarióse experimenta calor, cuyo fenómeno es tan común , que no hay País en donde dexe de verse ^ y si la montaña se figurase ser de una altura tan excesiva como los terrenos altos de la América Meridional ^ y de la extensión que tie- nen aquellos , se comprehendería mejor ser na- tural en ellos, aunque se hallan debaxo de la Equinocia/ , ó en sus cercanías , lo mismo que en las montañas de la Europa : con la diferencia de que lo que acá se experimenta en una altura de. 1 500 , ó '2000' vkras , allá necesita que sea de 4,0 5g, ó tal vez mas^ según las otras circuns- tancias que concurren en él. 4 Por estos términos la naturaleza ha forma- do un juguete tan particular de sus obras , que por medio de un accidente ha variado enterair.en- te los efectos , apartándolos del orden en que de- berían estár,si se ciñesen á la causa general. Esto mismo sucede por el orden contrario , pues en los Países que debieran ser menos cálidos , y apro- ximarse á ser frios , no sucede asi ^ y la continua- ción de las llanuras dilatadas y baxas , el poco movimiento que el viento tiene en ellas, y la den- sidad y gravedad de la athmosphera , concurren F 2 pa- 44 ENTRETENIMIENTO para que el efedo de los rayos del Sol sea mas sensible^ y estando en los ámbitos de la T^ona templada se experimentan los efedos , que son proprios de la ardiente, d calurosa. 5 Por lo común es temible el atravesar la ILqidnocial en las navegaciones , donde es preciso hacerlo , á causa de los accidentes que se atribu- yen al mucho calor , y á las enfermedades que son de este número : en realidad sucede asi , pe- ro los calores no son tan excesivos, como se cree^ />¿ úa^ufr /i^ ^ />7t^ aunque es cierto que sobrevienen enfermedades de ^a^xn^^rvti, Já^<^L^a PU^^^^^^^^i ^^e son las que ocasíona el calor, pera . . esto se verifica quando concurre la circunstancia '^^e^AcAf. //^ '^■^'^^de ser en navegaciones largas. El calor, es mas ?j^éJ •^ ¿^/^^^^^^■'''«^rande que en el Mar debaxo de laZ/?«^^,en tier- ^ r^^ c^íu^^^^^ apartadSí de ella, y aun fuera de la 7.ona Tor- . » rida^ y con todo no es regular que ocasione es- é^üv ^íU4¿4 /í^MTi' corbutos ^ aunque sí otras enfermedades propias de la dilatación de las partes c£3k--a^4^^gB de los fluidos, y de la corrupción de la sangre 5 con- cluyéndose de ello, que el calor excesivo puede contribuir á que el escorbuto se declarase mas pronto, sin ser la causa primitiva de él. Esta de- be considerarse en el ayre que se respira en las Embarcaciones , en los alim.entos mal sanos que se usan , en el agua corrompida, y en la athmos- phera que circunda las personas , distinta de la de tierra ^ y asi se vé , que en las navegaciones largas, el frio; excesivo ocasiona tanto el escorbu^ to como el calor^ y que esta enfermedad no es tan- temible al pasar por la Línea , quando no hace mucho tiempo que se ha salido del Puerto, como- quan- TERCERO» 45 quando se navega por parage muy frío, como el Cabo de Hornos, ó el de BuenaEspei^arm ^ después de haber estado largo tiempo en el Mar sin refrescar los víveres en algún Puerto , y re- poner la naturaleza en su estado natural con los ayres propicios de tierra. 6 En el Mar del Sur se atraviesa frequente- mente la Línea, pasando del Callao^ó de Guaya- quil á Panamá , y al contrario , sin experimentar- se efedo alguno perjudicial á la salud , y es sin duda por ser de cortos dias estas travesías : sien- do natural , que si fuesen largas sucedería lo mis- mo que en las otras en donde hace destrozos las- timosos contra los navegantes^ y asi parece , que no deben atribuirse tanto al demasiado calor, que se supone, como á las otras causas que son inse- parables en los viages largos por el Mar. 7 Para comprobación de no ser el calor, ba- xo de la Lhiea en el Mar y tan grande- como en los parages que están fuera de ella^se hará rela- ción de los que se han observado en varias par- tes 5 cuya noticia podta servir de convencimiento. El año de i/^sB, cortando la Equinocial , según la frase que se acostumbra en la Náutica, en el mes que el Sol debía hacer todo el efedo de sus ardores , por ser en Marzo quando hace su trán- sito por ella, el dia g , teniendo de declinación Meridional 6 grados , 42 minutos , y estando la Embarcación en 7' grados , 4^ minutos Septen- trional, el termómetro de Mr. d'Reaumur señaló á las 2 de la tarde 20 grados \ de calor. Desde este grado fue aumentando poca cosa. El dia 14 1^ ^6 ENTRETENIMIENTO la declinación Meridional era 2 grados, 35 mi- nutos: la Embarcación se hallaba en 31 minutos al Nortead la Equlnocial^y el termómetro marcó expuesto al ayre á las 6 de la mañana 23 [ gra- dos, á las 2 de la tarde 25, y á las 11 de la noche 24. El viento que reynaba era muy floxo, porque la Embarcación , quando mas andaba , era una milla , y en algunos intervalos solo me- dia , y venía del Nordeste, El dia 16 quasi fue todo él de calma , pues en las 24 horas solo se andubieron 5 millas : el Navio se halló por la observación en la Equinocial : la declinación del Sol fue un grado , 38 minutos Meridional^ y el termómetro marcó constantemente 25 grados á las 6 de la mañana , á las 2 de la tarde , y á las 1 1 de la noche, habiendo habido variedad en el tiempo , porque hubo nubes rasgadas en ciertos tiempos , en otros estubo despejado , y á las 9 de la noche hubo aguaceros. 8 El dia i^ fue calma, como el anteceden- te: la Embarcación se hallaba en 35 minutos Sur : la declinación del Sol Meridional un grado, 14 minutos: el termómetro á las 6 de la ma- ñana 25 grados , á las 2 de la tarde 26 , y á las II de la noche 25. Durante el dia, el Sol estubo fuerte: á ratos hubo nubes ^ desde las 9^ de la noche aguaceros fuertes , relámpagos , truenos , y turbonadas de viento. Este fue el dia de mas calor que hubo en el paso de la Línea, 9 El 18 la declinación del Sol gor minutos Meridional ^ la latitud un grado y 13!- minutos, el termómetro á las 2 de la tarde 24 grados. El 19 TERCERO. 47 19 en 2 grados, 6 minutos de latitud : el termó- metro á las 2 de la tarde 24 grados. El 20 el Sol quasi en la Eqtilnocia/: la Embarcación en 3 grados, 2 minutos Meridional: el termómetro á las 2 , 25^ grados, habiendo tenido el viento Esueste ^como el día antecedente moderadamente recio» Tres, ó quatro días se mantubo el calor en el mismo tenor , á diferencia de un grado, ó de medio ^ pero desde el 26, en la altura de 11 grados , empezó á disminuir á 23' , y con la misma, lentitud que habia. aumentado, bolvió á ser menos., 10 En el año de 64, en el mes de Noviem- bre, atravesando la Equinociíil en el Mar del Sur el dia 28, la Embarcación se hallaba en 52 minutos Sur : á las 5 de la mañana , el mismo termómetro marcaba 21 grados,á las 2 de latar^ de 23' , y á las 11 de la noche 22; : el viento V ario , floxo por el Sur , Sueste , y Sudueste : la athmosphera opaca mucha parte del dia. 11 El dia 29, á las 5 de la m.añana, 22 grados , á las 2 de la tarde 24 , y á las 1 1 de la noche 23! : el viento y la athmosphera lo mismo que en el dia antecedente : la latitud 35 minutos Septentrional'^ de suerte , que en el inter- medio de un dia al otro se hizo la travesía de la Línea, . 12 Por este término se mantubo el calor to- do lo que duró el viage , hasta Panamá , sin ex- ceder á las 2 de la tarde de 23 grados, y á las 5 de la mañana de 21 ,. siendo su mayor alteración con las calmas y el tiempo cargado un grado, en cuya disposición duraba poco. En 48 ENTRETENIMIENTO 1 3 En Panamá no señaló el termómetro mas calor , que en el Mar , y en el tránsito de la L/- nea. Desde el dia 4 de Diciembre hasta el 18, á las 5 de la mañana , marcaba 2 1 grados , á las 3 de la tarde 23 1 , y uno, ú otro dia llegó á su- bir hasta 24. En aquella ocasión es quando ce- san los vientos Sures ^ y empiezan á recalar algo las Brizas ^ pero esto no sucede todos los dias, ni en todos los años es en un propio tiempo,acon- teciendo , que en unos se adelantan mas , y en oíros se retardan : en aquel se adelantaron , y desde el dia 8 hasta el 12 recaló á las 2 de la tarde : el 1 3 fue floxa , y el termómetro estubo en 24: el 14 no la hubo , y estubo en 24= : el 15 la hubo, y el termómetro estubo en 23. En esta forma siguió aquellos dias. En el año de i;736,losdias 5 y 6 deEnero,el termómetro mar- caba á las 6 de la mañana 201 , á las 12 del dia 0.^1 , y á las 3 de la tarde 25. Esta corta dife- riencia , que rigorosamente es de medio grado, proviene de que en aquel año se retardaron mas Isis Brizas^ no habiéndose experimentado hasta entonces , y también de no ser el termómetro el mismo que el que sirvió el año de 64 : también pudo concurrir á ello la disposición que tenia en cada uno de estos dos tiempos. La latitud de aquella Ciudad está determinada de 8 grados, 58 minutos Septentrional^ por las observaciones que se hicieron el año de 36. 14 Podría escusarse la repetición de noticias del calor en Portovéio y Cartagena no teniendo sensible diferiencia á los que se expresan en la Obra TERCERO. 4p Obra de Observaciones , hechas de orden de S. M. 5 y impresas en Madrid en el año de 48 , pero como ésta yá es rara , no se dexará de ha- cer memoria de ello , tanto mas que se tendrá la serie de los grados de calor , sin la necesidad de irlas á buscar á aquella. 15 Desde el dia 23 de Diciembre, hasta el 29 del propio año de 64 , el termómetro es- taba á las 5 de la mañana en Portovélo en 21 grados , á las 2 de la tarde en 221 , y á las 1 1 de la noche en 22. En la Obra de Observacio- nes, el 4 de Diciembre de 1^735 , á las 6 de la mañana marcaba los mismos 21, y al medio dia 23, la diferiencia es medio grado , que pue- de consistir en haber sido entonces las Brizas mas endebles, y no haber refrescado tanto la tierra, como quando están mas entabladas. La latitud de aquella Ciudad , determinada por las Observa- ciones del año de 35 , es de 9 grados, 34= mi- nutos Septentrional» 16 En Cartagena de Indias estaban entabla- das las Brizas j y con bastante fuerza en el mes de Enero de if 65 j y desde el dia 10 hasta el 14 constantemente el termómetro marcaba á las 6 de la mañana 22 grados, á las 12 del dia 24, y á las 2 de la tarde 24Í. El año de 35 , el 19 de Noviembre , tiempo en que las Brizas no es- taban entabladas , el termómetro marcaba de 24 á 26 grados, que en rigor es grado y medio mas que lo que se observó en el ultimo. La latitud de aquella Ciudad es , por las observaciones , 10 grados ,25+ minutos SeptentrionaL G No 50 ENTRETENIMIENTO 1*^ No se hace mención por ahora del tempe> f amento de Lima ^ cuya Ciudad está en 1 2 gra^^ dos 5 2: minutos en el E-misferio Austral y porque aquel sigue otro régimen distinto de el de las partes, de que se vá tratando , y se irá desde lúe-» go á ver el de la Habana^ en las extremidades de la Xoria Tórrida ^ y vecindad de la templada. En este parage se encontrará un efedo contrario al orden que, se debia esperar. En algún modo sería regular que en la Habana el calor foese menos^ que en los parages que quedan citados y por ha- llarse mas apartado que ellos de la Equinocial^ pero si se atiende al mas tiempo que el Sol se mantiene perpendicular en el Zemtb ,0 inmedia^ to á él , el calor deberá ser mas fuerte que en los lugares que se hallan en la Equitiocial y ó cerca de ella f suponiéndose igualdad en altura de los terrenos , que es , con toda precisión, lo que aere- dita la experiencia.. 18 El calor de la Habana y en los meses que el Sol se halla de la Equinocial para el Nortey es mas fuerte que en Panamá^ PortovélOy Cartagena^ y que debaxo de la Linea y en el Mar del Sur 5 y en el tiempo que corren los 6 Signos AustraleSy es igual al de aquellos. La Ciudad se halla en 23 grados , 10 minutos de latitud Septentrionaly en una bella disposición de terreno^ por el un la- do tiene la Bahía, por otro el Mar grande, y por el resto País llano, en el qual, aunque hay algu- nas eminencias , es á larga distancia , y no son de mucha altura , con que los vientos la bañan sin embarazo. Las observaciones del tempera^ men- TERCERO. 51 mentó se hicieron unas allí, y otras en Guana*- hacdu , Lugar que dista dos leguas , y se tiene por mas sano y menos caluroso que la Ciudad, por estar situada en una mediana altura , donde le bañan los vientos , que templan el calor del Sol< 19 En la Ciudad, el 7- de Febrero de 12^65, á las 6 de la mañana , marcaba el termómetrtj i8l , á las 12Í 20 , en la tarde hubo turbona- das de viento, y algunos aguaceros. Asi perma- neció hasta el dia 19, que fue mayor el calor , y á las 6 de la mañana estubo en 20 grados, y á las 12 del dia en 22 y medio : de las 3 de la tarde á las 4 mudó el tiempo con aguaceros , y calmó -el viento : á las 5 empezó á correr por el Norte , y refrescó el tiempo , de suerte , que en el si- guiente dia 20 , á las 6 de la mañana , estaba €n ijr grados , continuando sin aumento el resto del dia, y en los dos siguientes. 20 El Verano fuerte empieza allí en Mayo: en aquel mes , á las 5 de la mañana , el termó- metro señalaba 22 ^ grados, á las 12 del dia 25Í , y á las II de la noche 22'. En Junio 23 grados, 26' , y á las 11 de la noche 23'^ En Agosto y Septiembre sucedió lo mismo< En Oc- tubre se reconoce algo moderado el calor , por no mantenerse constante el termo Tietro, pero no por eso faltan dias en que se vé el licor hasta 25 grados, siendo lo regular de 237 á 24. En No- viembre es lo regular á las 2 de la tarde desde 21 í á 23^- Esto propio sucede en Diciembre y Enero , que son los meses del Invierno , en los G a qua- 52 ENTRETENIMirrTO quales se dice, que se siente fiio, con que la dl- feriencia entre estas dos estaciones es de 3 gra- dos. Debe entenderse , que este grado de calor en todos tiempos es , situando el termómetro en alguna pieza abierta , donde reciba las impresio- nes del ayre, sin que el resplandor del Sol le hie- ra , pues quando se coloca en parage donde par- ticipe de él , se dilata el licor hasta 30Í grados. 21 En los meses de Invierno siempre vie- nen los vientos del Norte , se comprime el licor, y es quando se siente mas frescura. En los de Ve- rano, aunque llucba, como sucede de continuo, Ro se modera el calor , porque de ordinario so- breviene á la Uubia algún intervalo de calma , y después vuelven los vientos á la parte del Súr^ que son calurosos. No es lo particular el grado en que asciende el licor del termómetro , sino la permanencia que tiene en él , y k) poco que varía de una estación á la otra , pues en la Zona tem- plada , y bien al Norte de ella sube á los mis- mos grados , pero esto es por espacio de un mes, ó poco mas, en algunos dias , y después vuelve, á descender por los mismos términos que fue su- biendo. En Diciembre , quando el Sol está en el Trópico de Capricornio , dista del Zenith de la Habana /\*j grados , lo mismo que dista del de las partes Meridionales de la 'España En 20 de Odiubre , acabado de pasar el Verano ^ y en 20 de Febrero, quando vá terminando el Invierno, en el primero de estos dos tiempos el termóme- tro , á las 6 de la mañana, señala en Cadi% 141 grados 5 á las 2 de h, tarde \(y\ , y á las 11 de la TERCERO. 53 la noche de 15 á i6. En el segundo, á las 6 de la mañana, señala de 12 á 13 grados, á las 2 de la tarde de 14 á 1 5 , y á las 1 1 de la noche de 13 á 14, y asi hay de 8 á 9 grados menos ca- lor , que allá quando el Sol dista del "Lemth el propio número de grados, según queda explica-' do. Por estas experiencias se reconoce , que aun- que la Habana está distante de la Eqiñnocial to- do lo que el Trópico^ esto no es suficiente causa para que el calor se experimente menos fuerte que en los lugares que están cercanos á ella , guardando igualdad en quanto á la forma de los terrenos , porque, en las partes que quedan anota^ das, son baxos, llanos , é inmediatos al Mar. í22 La causa de esto es, como queda dicho, la dirección perpendicular de los rayos del Sol, que en la Habana es mas permanente que en los otros parages que se hallan mas cerca de la Equino- cial^ porque el movimiento del Sol en declina- ción es lento quando se acerca á los Trópicos , y acelerado quando está inmediato á su medianía^ y por esto permanece mucho mas tiempo en las cercanías del "Lenith de aquella Ciudad , que en la de los otros parages , á cuyo respedo calienta mas la tierra, y la penetra con mas actividad que en donde pasa acelerado sin detenerse. Desde el 21 de Junio, hasta el 12 de Julio , está el Sol sobre el T^enith de la Habana , á diferiencia de un grado: Qstt intervalo es de 22 dias^ pero en las dos estaciones , que pasa por el de Panamá en Abril y en Agosto, solo está 11, 5' en cada una, esto es, desde que se acerca el grado inmediato , 54- ENTRETENIMIENTO antes de llegar , y después de haber pasado por él , con que viene á ser la mitad del tiempo ^ su- cediendo esto con la intermisión de 6 meses , en la qual se ha temperado el calor que se impri- mió en la tierra en los 5 ' dias primeros , al re- petirse los segundos : con que aun es menos de la mitad de la influencia la que recibe el territo- rio de Panamá^ de la que percibe el de la Hiba^ 7ia^ en donde los 22 dias son continuos. Para la mejor inteligencia se ha de suponer, que un gra- do de calor igual , repetido en varios dias en la tierra que lo recibe, se aumenta en cada uno de ellos mas de lo que fue en el antecedente, porque como la encuentra impregnada de las particulas ígneas que recibió en las antecedentes, quanto mas se repita el grado de calor, tanta mas dis-« posición encuentra en ella para conservarle. 23 Otro exemplar convencerá mas esta ra- zón. Supóngase que la aítividad sensible de los rayos del Sol se experimenta dentro del espacio de 10 grados, antes de llegar el Sol al T^enith ^ y hasta bolverse á apartar de él la misma canti- dad: desde 20 de Abril empieza el Sol á entrar en los 10 grados próximos al Zenlib de la Haba-- na^ y hasta el 21 de Agosto no sale de ellos , siendo 4 meses continuos. En el primer tránsito, por el Zem'tb de Panamá , está desde 29 de Ju- lio hasta 20 de Septiembre, oue es un mes y 21 dias: en el segundo, viniendo del Emisfirio Austral^ desde 20 de Marzo hasta 10 de Mayo, que son otro mes y 20 dias , y aaibos tránsitos componen 3 meses y 11 dias, asi está 20 dias mas TERCERO. 55r mas dcntra del espado de los lo grados inme»« diatos al "Lenith , en el de la Habana , que en el d€ 'Panamá , siendo estos últimos interrumpidos de 2 meses y lo dias,. corriendo el Sol Signos Septentrionales , y de 6 meses , con corta dife- riencia ^ quando anda por los del Emisferio Me^ ridionalj con que por precisión el calor ha de ser mas sensible en la Habana , estando quasi en el Trópico , que fuera de allí en los parages que están cercanos á la Equinocial'^ y los efedos de la Zona Tórrida deben ser , y son mas percepti- bles en aquel , que en estos otros* '- 24 Para perder la tierra el calor que ha per^ cibido por espacio de 4 meses continuos , necesi- fea mucho mas tiempo, que si estos 4 meses hu- biesen sido interrumpidos de un espació de tiem- po en que el Sol hubiese estado mas apartado: del 7£nith que los 10 grados y y por esta cau- sa , aun después de estar fuera de ellos , perma- nece el calor , que es lo que se vé en Septiembre y muchos dias de Odubre , en cuyo tiempo el grado es el mismo , que quando está dentro de los 10 grados próximos al Zenith. Se siente allí el efedo que hacen los rayos diredos , ó perpen- diculares del Sol'en las aguas subterráneas , pues quando en todas parres se hallan frias y. respedo del ayre exterior de los meses de calor, allá se reconocen mas calientes : sucediendo asi con la de los aljives , y de las fuentes que salen de la tierra 5 pero en las que corren sobre ella no es lo mismo , porque estas están iguales con el ayre exterior. La causa de esto no es otra ,. sino que el ^6 ENTRETENIMIENTO el calor del Sol , con la continuación , vá ca- lentando la tierra , y éste calor penetra quanto mas dura, tardando después otro tanto, como lo que ha estado en penetrarla, en desvanecerse. Las aguas , después que salen de los senos de la tierra , participan del ambiente exterior ^ y aun- que sacan el calor que han percibido , lo pier- den , y se ponen en igualdad con el mismo ayre. 25 Los vientos, según la parte de donde corren , contribuyen al mas , ó menos calor : si es del Norte , en aquellas partes lo moderan sensi^ blemente ^ pero al contrario , si van de la región del Sur lo aumentan. En la Habana reynan los primeros , aunque no son continuos , desde No- viembre hasta Marzo , pero lo rigoroso es hasta Febrero: en las costas de Cartagena , Portoválo^ y en Panamá les llaman Brizas , y no son preci- samente del Norte ^ inclinando acia el Nordeste , que es entre el Norte y el Levante , como todos saben : allí empiezan en Diciembre , y duran hasta Mayo , sí bien , como queda dicho, en P¿í- tiamd se retardan algo mas. 26 Contribuye también al mayor calor la es- tada del Sol sobre el Orizonte ^ pues en Panamá^ el dia que se halla en el Ze«/í/7,alumbra doce ho- ras y 1 2 minutos , y la noche tiene 1 1 horas y 48 minutos ^ pero quando en la Habana llega al %enith^ alumbra 13 horas y 26 minutos, y la noche es de 10 horas y 34 minutos 5 con que ca- lienta una hora y 14 minutos mas, y esto mismo dexa de temperar la tierra y el ayre en la noche, respecto del otro parage, cuyos efedos son sen- sibles. EN- 57 ENTRETENIMIENTO IV. Continua sobre los varios tempera- mentos* i ^^íííp5l¿ííP?íB A variedad que se observa en g ,^ 5 ^^^ temperamentos, sin sujetar- £ X-^ 3 ^^ precisamente á la regla de lo ■p ^ mas , ó menos apartados que se lis^ífc^íífe^ hallan los territorios de la Equi" nodal ^ no sería persuasible, si la experiencia no lo convenciese. La Provincia de la Luisiana es uno de los que mas se distinguen en ello , pues que hallándose en 30 grados , y minutos de la- titud su Capital , el Nuevo Orleans , los calores de los 4 meses de Verano , desde Junio hasta Septiembre, son mas fuertes que en la Habana^ y que en los otros parages que están mas cerca de la Equinocial : á este respedo , en los meses de Invierno se alternan los frios y los calores con tanta repetición , que después de 3 , ó 4 dias de fuertes hielos, siguen otros en que el calor es po- co menos que en los regulares del Verano 5 pero aun mas extraordinario es,que con el mismo viento que hiela en el Invierno , se experimenta en el Verano el mayor calor. Estas variedades , que no son regulares en otras partes, hacen particular aquella, y parece contra lo natural, que en el ri- gor del Invierno , quando reynan las nieves y los hielos 5 se vean alternados dias calurosos , H CQ- 58 ENTRETENIMIENTO como si los rayos del Sol cayesen diredos sobre aquella región. Los vientos están allí en conti- nuado gyro, siendo raro que permanezcan dos dias por la misma parte. En el Invierno Iluebe con los del Sueste y Súr^ y en la misma hora que cesa de llover hace la vuelta al Norte^ y em- pieza el frió : quando sucede que se detiene en esta parte mas de un dia, y que aumenta de fuer- za 5 es seguro que hiele ^ pero quando sigue la vuelta sin permanecer , y que llega á pasar del Norte para el Levante, aunque sea cosa muy cor- ta, el frió no es grande: siendo cosa cierta, que no ha de durar constante , y que pasando pronta- mente al Levante, y de allí al Sur y Sudueste se repite la Ilubia, la nieve, y buelve á hacer nue- vo gyro como el primero. 2 Los vientos del Noroeste y Norte son los que allí causan el frió en el Invierno, hasta el término de helar fuerte. Estos mismos vientos ocasionan el mayor calor en Verano , hasta tér- minos de sofocación ^ pues es tal , que si su dura- ción pasase de dos , ó tres dias , moriría mucha gente de no poderla resistir. La razón de los frios , que causan en el Invierno estos vientos , es 2a misma que se conoce en todo úEmisferioSep^ tentrional ^ pero no hay otra para el calor , que el venir de aquellas dilatadas llanuras , de los bos- ques espesos, y pajonales dilatadisimos, les qua- les , con la humedad y el calor intenso de los rayos del Sol , exalan vapores ardientes , y ad- quiriendo el ayre su misma qualidad , en lugar de refrigerar , sof jca en tanto grado , que es mas I CLU ARTO. 5p sensible este ayre, que el calor que se siente quan- do hace calma. 3 Para el convencimiento de estas sensibles desigualdades, será bien congeturarlas con las observaciones hechas en el termómetro. Los dias de mas calor, en el Nuevo Or le ans , el año de 6jr fueron el 12,13, y 14 de Agosto. El primero de estos , á las 5 de la mañana , el termómetro se- ñalaba dentro de una sala , que estaba rodeada de ventanas y puertas , todas abiertas, 23? , y expuesto al ayre al resguardo de una galería es- paciosa , y cubierta 22 í 5 á las 3 de la tarde, en la sala 2^, y fuera 32 ^ á las 13 de la noche, dentro 26Í , y fuera 26: todo el discurso del dia y noche estubo claro : por la mañana no habia viento : á las 3 lo hubo floxo Oessudueste , y en la noche Oesnoroeste, 4 El dia 13, á las 5 de la mañana, 24 den- tro , y lo mismo fuera: á las 2I de la tarde, den- tro 27-1 , y fuera 33+ : á las 3Í de la tarde 28 y 32; : á las 5 28; y 32; : á las 12 de la no- che 2^5 fuera, y igual dentro: el viento era flo- xo Norte. 5 El dia 14, á las 5 déla mañana, esta- ba en la sala en 251 , en la galería abierta 25 , la athmósphera clara , el viento floxo Norteicn las siguientes horas del dia, como se vé: A las 9 en la Sala 26*. Galería 30^. a las s de ia mañ.ma el baróme- á la I delante 27' 32Í. "^ ^^^^^'^ ^'^ 27 pulgadas 7j i las 3i 28Í 32^. ""'"= ^ '^^ 3í de la^tarde 27 alas 5'. 29' 32^. pulgadas, 7|: á las 5^ , 27 pul- álasi2delanoche27'i .'.*... 28. ^'"''^ ^f^^ias '^^i^ianoche ' 27 Piil^-adas, 7^ lineas. H 2 Des- 6o ENTRETENIMIENTO Desde las 9 del dia , con la fuerza del calor , cesó el viento , y solo á ratos se experinrientaron ventolinas del Norte por la parte del Este : la athmósphera estaba ofuscada, y en la noche hu- bo algunos relámpagos, efedo proprio del mu- cho calor. 6 El siguiente dia 15 se experimentaron al amanecer los efedos que habia dexado en la athmósphera el calor del dia antecedente 5 y á las 5 de la mañana estaban por consecuencia ios termómetros en 26 grados mas altos que en igual hora el dia antecedente , lo qual anunciaba ma- yor calor que «n aquel , pero el viento habia yá corrido por el Nordeste al Esueste 5 y asi , á las 4I de la tarde, que fue el mayor calor de aquel dia , el termóm.etro estaba en la sala en 2'¿r gra- dos: en la Galería 29^ á las 12 de la noche den^ tro 24, y 24; fuera. El barómetro estubo á la primera hora en 2^ pulgadas , f ^ líneas : en la segunda 8^ líneas, y en la tercera gl líneas : la athmósphera con algunas nubes altas y rasga^ das , y el viento , desde las 5 de la mañana , fue por el Sueste algo recio. jr Según el juicio de aquellos naturales , fue el calor de los 3 dias mayor que el que se expe- rimenta en años regulares^ y en efedo, en los de 66 y 68 no llegó á tanto , y en el ultimo , el 18 de Agosto era 26 grados dentro de la sala á las 3!- de la tarde ^ y en la galería 305 : el viento estaba floxo Noroeste , la athmósphera algo em^^ panada con celages , y el barómetro señalaba 2/ pulgadas , ij líneas. En Q^U ARTO. 61 8 En el año de 66 se experimentó el mayor calor en los dias 17" , hasta 25 de Julio ^ pero el mayor fue el 2 1 , que á las 4 de la tarde el ter- mómetro estaba en la sala en 27^ grados , y el de la galería en 3 1 , el tiempo claro , y el vien- to Noroeste floxo. Los otros dias se vio desde 26 hasta 26^ 5 y en la galería desde 29 hasta 31 , siendo el viento totalmente ninguno , ó por el Noroeste, ., ^ . 9 El Verano es allí largo , pues desde me- diados de Mayo se experimentan calores recios, subiendo el termómetro, en lo pesado del dia, á 3^3 i grados en la sala, y á 2f en la galería, aun- que esto no es en todos ^ y en Odubre , en el año de 67 , los dias 7 , 8, y 9 subió en la sala de 24 hasta 25 grados, y expuesto en la gale- ría, á 28 y 29, que es el grado de calor fuerte en España'^ y asi dura el Verano fuerte cinco me- ses completos , srn contar los meses que le prece- den, desde Marzo hasta Mayo, en que empieza á sentirse alguno, y hay dias en que ]a hace muy competente : ni desde Odubre hasta Noviembre, en que vá dexando de ser tan fuerte , para cam- biarse á la estación del Invierno. 10 Se sienten allí los efedos de este gran calor por unos modos que no son regulares en otras partes. Caminando en tiempo de Verano , después que el Sol se ha puesto , se entra de re- pente en un clima mucho mas caluroso que 4^sst^ el que se llevaba : dura esto por una distancia de 20, ó 30 pasos, y con la misma prontitud se sale de él 5 buelve á darse en el primero, como si hu-= bie- 02 ENTRETENIMIENTO biese faxas , ó Zonas de un temperamento que fuese mas caluroso que el resto , y en el distrito de un quartode legua suelen experimentarse 3, ó 4 de estas mutaciones. La causa de esto no es fá- cil determinarla , aunque puede atribuirse á va- rios accidentes , porque allí no tienen cabimen- to las quemazones de los campos , después de recogidas las cosechas , que es lo que suele ca- lentar el avre , mas en aquella parte para donde \ít que en otras. El territorio es igual en qua- llaad y forma , y no puede juzgarse que el ca- lor de los rayos del Sol se fixe mas en unos ám^ bitos que en otros. Solo puede tener verosimili- tud,que en las colunas de ayre, consideradas Ori"' zontales , unas quedasen paradas después de ha-» berse puesto el Sol , y otras se moviesen mudan- do de lugar 5 y en esta forma , las primeras se sentirian con el calor que tenian quando el Sol hería en ellas, y las otras lo perdiesen con el movimiento de un ayre miUy floxo que las agita- se : con esto conviene la circunstancia , de que quando se experimentan estas mutaciones es quando no se percibe viento. Otro efecto raro de los rayos del Sol son los que se llaman gol^ pes de e7, ó mas propiamente asentarse el Sol: allí sucede con tanta fuerza y prontitud , que se quedan muertos los hombres de repente , con se- ñales no equívocas de haber sido la adividad del Sol la que les quita la vida. En la gente de trabajo , que para hacerlo están parados en una parte, es en los que mas comunmente se vén es- tas desgracias , y es raro el año en que no se ex- perimente alguna. Por QIJARTÓ* 6^ '■ 1 1 Por las observaciones , que quedan citadas, se comprueba , que aunque el Nuevo Orleans es- tá en algo mas de 30 grados de latitud , y que el Sol no llega á estar nunca con diferiencia de- 6 i grados en su Zenith^ es el calor en el Verano mas fuerte que en la Habana , y que en los otros lugares que están cerca de la Eqmwcia/. La ra- zón de esto es la igualdad de aquel País , y los bosques espesísimos de arboledas altas que hay en él ^ y siendo por lo general floxos los vientos en aquella estación , no les dá entrada á los si- tios en donde están las poblaciones. A esto se agrega, que hallándose distante del Mar con di- ficultad penetran hasta éllá^los que reynanallá, y es muy común no sentirse ayre en lo rigoroso del Verano. Si corre del Norte^ biene sobre la tierra, atravesando las dilatadas llanuras y bosques en donde contrahe la misma propriedad que tienen los vapores que se levantan de ella , resultando de todo , que contra la regla que parece regular de la mayor distancia del Sol al Zemth^ en aquel territorio es mas adivo que en los que distan me- nos , y que se experimenten los raros; efedos que- quedan referidos. 12 Aunque en el Verano es allí el calor como queda dicho , no sucede como en la Ha- bana^ que se concentre tanto en la tierra, duran- do sus efedos en las partes subterráneas algún tiempo : por el contrario se vé , que las aguas del Misisipi , aunque por arriba están calientes , sa- cadas de la profundidad se encuentran frias, yen bastante grado , lo qual indica , que el calor del Bol 6:^ ENTRETENIMIENTO Sol no puede penetrar hasta lo mas profundo t siendo la que tiene , por el parage de la Ciudad, de 20 á 25 brazas, porque aquel es un calor ac- cidental , aumentado de la falta de viento , y de la calidad de los vapores que exalan las arbole- das, y tierras húmedas , los quales se agregan al natural de los rayos del Sol. 13 En un País donde el calor llega al gra- do que allí, y que es de tanta duración, no pu- diera presumirse que en el Invierno , por el con- trario, fuesen los frios y hielos tan grandes, como se experimentan, que es otro fenómeno,pro- pió únicamente de aquel clima. 14 El temperamento de Noviembre , por 1í> regular, es de 17' á 18 grados á las 6 de la ma- ñana: de 19 á ao á las 2 de la tarde ^ y de i^ á 1 8 á las 1 1 de la noche. Hay días que repen- , tinamente baxa 7, ú 8 grados , y con la misma prontitud buelve á subir la misma cantidad en el siguiente. El año de 68 empezó á helar desde el dia 8 de Enero ; pero los mas fuertes fueron en los 17 y 18. En éstos el termómetro baxó del término de la congelación, dentro de la sala, cerradas puertas y ventanas , á las 6 de la maña- na 2 í : en la galería '^l : á las 2 de la tarde su- bió del término de la congelación 3+ grados: á las 1 1 de la noche estubo mas baxo que ella 2 grados : en la galería de 5 á 6 : las orillas del Misisipi se helaron de 6 á 8 varas por cada una dentro del rio , en agua corriente : es por demás decir que el agua de las basijas, que estaban den- tro de la pieza donde se hallaba el termómetro , se QJJ A R T O. 6^ S^e heló enteramente. Los dias 19 y 20 helo también , pero con moderación: el 21 se sintió calor ^ y ei 22 , á las 6 de la mañana , el termó- metro, en la sala, estubo en 12 grados de calor, en la galería ii: : á las 4 de la tarde 16;. y 1^1 , y á las iií de la noche 15- y 14' ^ pero el dia 29 subió , en la sala , á iT'j , y en la ga- lería á 2 1 1 : con que en el corto intervalo de 3 , ó 4 dias se experimentaron los temperamen- tos contrarios de Países frios y cálidos , en hie- los fuertes, y calores sensibles. Estas alternativas de frió y calor son allí muy comunes, aunque no todas tan grandes como la que queda referida , siendo lo regular entre 8, ó 10 grados de un dia frió á uno caluroso. Aquel año anunciaban lo» arboles la Primavera en el Invierno , porque en fines de Diciembre habían cesado los grandes frios , y hacía calor: se hablan vestido de ojas y flores , con particularidad los naranjos , y este adelantamiento que tenian fue su perdición^ por- que sobreviniendo los hielos quando estaban en la fuerza de los brotes , los secó , cuyo accidente se suele repetir allí con alguna frecuencia , por la desigualdad que tiene el temperamento. De esto nace que, hasta que pasa el mes de Marzo , y es entrado Abril , no hay seguridad de haber cesa- do el Invierno , no obstante que se experimenten calores de Verano. 15 El año de 66^ el dia 14 de Marzo , á las 6 de la mañana, el termómetro estaba en 2J; grados mas alto que la congelación : el 8 había estado á la misma hora en 165 , y el 16 estubo I en 66 ENTRETENIMIENTO en i6| 5 pero el if bolvíó á estar en i j : el 22; subió á la propia hora á 13! , de suerte, que en el discurso de 14 dias hubo tres Veranos, y dos Inviernos , acaeciendo esta novedad por la varie^ dad de los vientos , frios quando ventaban del Norte , y calurosos quando venían del Sur, Es- tas alteraciones , que no las alcanza el discurso con la precisión que ellas son sin el auxilio de la experiencia , son mas extraordinarias por cau- sa de no haber montañas en aquellas inmedia- ciones , ni en algunos centenares de leguas , y consiguientemente no hay mas nieves que enfrien el ayre, que las que caen en aquellas dilatadas llanuras , donde no permanecen , porque luego que los vientos cambian á la parte del Sur se derriten enteramente. La razón de estos frios tan repetidos , y variados con el calor no puede encontrarse en otra causa que en los hielos de los lagos espaciosos que están acia la parte del Norte del Misisipi^ desde los 42 grados en ade- lante : estos se hielan , y corriendo los vientos por ellos , contrahen la frialdad que van á co- municar á la Luísiana: siendo esta la causa , es accidental el frió, experimentándose qu.ndo cor- ren aquellos contrario á lo que sucede con los del Nordeste , Levante , y partes del Sur , que por ir del Mar son calientes.. 16 En el corto distrito que hay desde P^;7¿i- má y Portové/o hasta la Luísiana se han visto temperamentos diversos , y que no corrcspotiden á la distancia que tienen de la Eqtdnocial: siendo extraordinario , que fuera de la Zona Tórrida , don- CL.U ARTO. ^7 donde los rayos del Sol nunca llegan á ser per- pendiculares , los calores sean mas adivos que en los parages que se hallan con mas inmediación á ella 5 y por el contrario mas fuertes los frios que en otros de lasZoHa/temp/ad¿u^ en donde de- ben hacerse sentir con exceso. Ahora toca pasar del Emisferio Boreal 2i\ Austral ^ para comparar otros temperamentos de la Xona Tórrida con los que quedan explicados, reconociendo en ellos, no con poca admiración , los fenómenos estraños de la naturaleza , que por el contrario, de los ex- tremos en frió y calor que se vén en la Luisianji contra el orden rigoroso de las reglas de los cli- mas, es templado lo que debia ser cálido, y con exceso frió lo que parece que indica efedos del mas insoportable calor. i'^ El temperamento de aquella faxa de ter- reno baxo , que corre lo largo de la América Me^ ridional^ en el Mar áti Sur ^ está explicado en la Obra de Observaciones con la individualidad que pide la materia ^ pero para comprobación de aquello , y continuar la comparación que se vá haciendo , será conveniente renovar aquí las no- ticias con las observaciones del termómetro, que siendo siempre el mismo de que se usó en las que van explicadas , será mas segura la consecuencia que se saque de ellas. 1 8 A la parte del Sueste de Lima^ 7 34' 1^" guas de aquella Capital,hay un valle bien dilata-» do , que forman dos colinas de montañas , y es conocido por el nombre de las Capillas ^ y aun- que su latitud no está determinada por observa- 1 2 ció- 6S ENTRETENIMIENTO Clones, se puede corr putar por la de Liwa , y á corta difericncia será de 13 leguas. El día 23 de 06ubie del año de 58 , á las 6 de la mañana , estando el tern ómetro expuesto al ayre, marcaba 1 1 grados , y á las dos de la tarde 18 : debiendo advertirse dos cosas, Ja primera, que el Sol se ha- llaba quasi en tlZernth de aquel parage, pasando al Trópico de Capricornio: la segunda, ser aquel un valle entre dos colinas de serranía , donde el calor es por lo regular mas intenso que en los pa- rages abiertos f pero estas observaciones harán BTias convincente la iroderacion de aquellos. 19 Desde el dia 8 hasta el 23 de Odubre del año de 64, en el Lugar de Bella-vista^ pró- xim.oá las Ruinas del Cí./Aíí?, el termómetro, puesto á la sombra, dentro de una sala espaciosa, umareo constantemente , á las 5 de la mañana, de 15 á 15' grados f y la mayor diferiencia , en el ■disturso del dia, era de un grado, que subía en las horas desde las once á las dos de la tarde , cuya poca alteración procedía de que el tiemipo era nublado. En los mas de los dias se experi- mentaban todavía lo que llaman Garúas de In- vierno, que son llubias menudas, ó mas propia.^ H:ente niebla, que llega á reunirse, y se preci- pita : el Sol se descubría muy cortos intervalos en el dia, que no pasan de una, ó dos horas , volviendo á encubrirse con las nubes, que con igualdad ocupaban todo el ámbito de la athmós- phera. En estos ratos que el Sol aparecía, era quando se sentía aquel poco de nías calor , que en el teni óm.etro causaba la diferiencia de un grado 5 como queda explicado. Des- QJJ A R T O» 6^ 20 Desde el 23 de Odubre hasta el 5 de Noviembre aumentó el termómetro un grado , y en lo mas caluroso del dia hasta 2=5 de modo , que á las 5 de la mañana estaba en 16,0 i6¡ ,y á las 2 de la tarde subía hasta 18 , ó 18^ , sub- sistiendo todavía la athmiósphera ocupada de nubes altas y contiguas, que tenian cubierto el Sol lo mas del dia: solo desde las 10, ó lo- has- ta las 2x de la tarde se disipaban , y se sentia al- gún calor. 21 Estos meses de Odubre y Noviembre son allí los de la Primavera , que empieza á re- conocerse desde Septiemibre , causando la distin- ción de tiempos aquelía obscuridad de laathmós- phera , que comio si fuese un velo , que se le pu- siese ai bol , no permite, que con la eficacia de sus rayos, penetre hasta la tierra; y siendo igual la privación en todas las horas del dia , quanda no se rompe , sucede serlo el grado de calor , sm que haya causa que lo aumente mas en las del dia que en las de la noche : de esto nace , que las miananas, que regularmente son frias respecto del dia en todas partes , allí sea muy corta la di- feriencia que se nota. En las Capillas era algo mayor , por ser aquel valle cerrado , y por ha- ber estado el termómetro mas expuesto al res- plandor. 22 La Primavera del Nuevo Orleans em- pieza , como en el Emisfeno Septentrional , en Marzo : Abril y Mayo son los meses que corres- ponden á los que quedan citados de Bella-vista y las Capillas, Desde el 20 de Abril del año de "JO ENTRETENIMIENTO de 68 en adelante, era el calor , á las 6 de la mañana, en ti Nuevo Orleans ^ de ijr grados para arriba, y á las 3 de la tarde de 21 , estan- do el termómetro en la misma situación que en Bella-vfsta -^ con que hallándose este parage en 30 grados , y minutos de latitud , y el otro en 1 2 , era mayor el calor en el Nuevo Orleans de 5 grados , con la variación de 4 desde la maña- na al medio dia , y con la diferiencia de que el Sol distaba del Tucnith del Nuevo Orleans en Abril i8í grados, y en Odubrede el áeBe/Ia^ vista grado y medio solamente. A la verdad, son necesarias las experiencias para convencer una disparidad tan notable como esta , la qual disue-» na, según el orden regular de la naturaleza , y las reglas comunes de sus disposiciones^ pero asi como el que estuviese cerca de una grande ho- guera,resguardado de algún antemural que le de- fendiese de los efedos del fuego, percibiría me- nos calor que otro, que sin esta providencia, es- tuviese algo mas distante , la naturaleza dispu- so que, en sus tiempos , el antemural de las nu- bes no dexase paso para que los rayos del Sol penetrasen hasta la tierra , y que hiciesen menos impresión en ella , moderando el calor en el pri- mer tiempo que hace curso por el "Lenith de aquel parage, concediéndole este privilegio , deque no participan los otros. Siendo la principal causa del mas , ó menos calor la dirección de los rayos del Sol, tubo la naturaleza providencia reservada para que allí no molestase con la adividad que parecía regular. Esto mismo sucede en lo que cor- re Q^U ARTO. 71 re aquella faxa de territorio baxo , desde los 3 grados , en la parte Meridional , hasta el Trópico del mismo lado , ó con corta diferiencia 5 y en quanto se extiende en anchura. 23 Es conveniente pasar después de lo que queda dicho á explicar la variedad que hay en- tre la faxa, ó mundo inferior en el Perú^ y el al- to , porque en estas distintas situaciones se reco- nocen efedos no menos particulares que los que quedan dichos ^ y se verá , que los frios excesivos del Nuevo Orleans , iguales á los de otros para- ges que están en mas latitud , son los mismos que los de la medianía de la 7.ona Tórrida , entre la Equinocia/^ y el Trópico de Capricornio , y que los calores mas adivos de aquellos parages , en donde la respiración se sofoca , y dilatados los poros del cuerpo , se disipan las fuerzas , se en-- cuentran en tan corta distancia , que en lo que puede andarse en un dia sin violentar el paso , se vén aun tiempo los dos opuestos temperamen- tos ^ siendo necesajio , que los resortes del cuer- po,pasando aceleradamente por los grados inter- medios , las dilaten y compriman , para acomo-- darse al grado que les conviene.. 24 Son los temperamentos de aquellas dos distintas partes encontrados , no regulándolos la vulgaridad con atención á la posición del Sol, si- no á los accidentes ^ y asi , en la parte alta lla- man Verano al tiempo en que no Iluebe , sin em- barazarse en que sea entonces quando hiela y ha^ ce mas frió 5 y llaman Invierno al llovioso, aun- que el Sol haga su carrera por aquel Emisferio. Ea ^^ ENTRETENIMIENTO En la parte alta empieza el Verano en Mayo, siendo éste mes en el que se prepara la entrada del Invierno en la baxx. Dura hasta Noviembre, que van cesando los hielos en aquella , pero en ésta cesan entonces las G.iruas^ y se disipa el toldo que tiene escondido á el Sol, y formaba el Invierno de ella. Empieza éste en la parte alta en Diciembre , y entonces es quando desembara- zado el Sol comunica su calor á la tierra en la otra. De este modo , quando es Invierno arriba, es Verano abaxo, y al contrario, sin que medie mas distancia entre ellas , que lo que se tarda en subir aquella escala que conduce á los pináculos- del Mundo. 25 Será notable, que allí, donde el calor están escaso, que propiamente son grados de hielo los que se experimentan quasi todos los dias, las mieses tomen la perfección á que pueden lle- gar con estos mismos hielos , supliéndose con ellos lo que le falta de fuerza al Sol para comple- tar la obra de la reproducion 5 pero este asunt© será de otro lugar , dexandolo suspenso por aho- ra , para continuar el del temperamento que va tratándose. 26 El Verano se distingue allí del Invierno, en que es el tiempo en que toman las mieses el ultimo grado de madurez, no obstante de ser en- tonces quando reynan los hielos, y el frió es mas constante: también en la circunstancia de ser los dias claros , el Sol está despejado, y no es regu- lar llober , nevar, ni granizar: los vientos no son violentos , y los que reynan son de la parte de la eos- i CLU ARTO, 73 costa 5 tocando algo del Sur con moderación. En el Invierno sucede todo por el contrario, los dias son nublados y obscuros , cesan los hielos , y el frió 5 aunque no es tan grande , es mas molesto, introduciéndose con las humedades de las nie- blas congeladas en el cuerpo , porque entonces son frequentes : estas caen unas veces en copos grandes, y otras en particulas muy pequeñas, que penetran por los intersticios rrias sutiles : entonces graniza, Iluebe, truena , y-vionmcon variedad, sin que haya hora segura en que no sobrevenga alguno de estos incidentes. Los vientos son va- rios , y por lo ordinario de las partes de tierra : cesan enteramente los que corren del lado del Mar , las Ilubias copiosas, y no pocas veces se vé ilober y granizar á un mismo tiempo , mezcladas las gotas de agua con los granizos. 27" Es regla general allí , que en el Verano, qüando se suspenden los hielos dos dias , se si-* gue inmediatamente Ilober , pero luego que falta la Ilubia, buelven á continuar aquellos. Del mis- mo modo , quando quiere cesar el Invierno , se suspenden las Ilubias, y inmediatamente hiela, de suerte , que alternándose estos con aquellos , es raro el dia en que no hiela mas, ó menos fuerte , ó que no Uueba , nieve , ó granice ^ por este tér- mino es mas visible que en otras partes la agita- ción continua de los tiempos en la repetida mu- tación, que tienen quando se interrumpen las Ilu- bias, pasando el clima al opuesto extremo de hielo : cesan los vientos de las partes de tierra, y dominan los de la costa , penetrando hasta allá , K y 74 ENTRETENIMIENTO y asi los vientos siguen el orden de las estaciones* 28 Aquel temperamento varía muy poco en las distintas horas del dia : lo mismo sucede en el Verano , que en el Invierno : de las 2 de la tarde á las 6 de la mañana, ó á las 11 de ía no- che 5 es la diferiencia I de grado, ó ^ , y rara vez llega á medio grado : por una serie de obser^ vaciones de cerca de 6 años , desde Noviembre de 1758 , hafta Agosto de 1^64, está compro- bada esta igualáad , sin que en unos años hubie-- se mas diferiencia que en otros», -¿^^29 El Invierno empieza en Diciembre, como queda dicho:el temperamento es en las piezas ha- bitables de 8; grados de calor hasta 9: expues- to á el ayre , pero sin recibir el Sol, ni su refle- jo , es de 5. grados hasta 6, debiendo eatenderse por piezas habitables las que tienen precaución de vidrios , ó lienzos que las resguardan del ayre exterior. Este temperamicnto dura hasta Abril , y desde Mayo empieza el Verane con los hielos, segua se ha dicho ^ entonces es lo mas com.un señalar el termóuietro , expuesto al ayre, el tér- mino de la congelación , y lo mas que baxa es 3 grados de hielo ^ pero estando en el resguardo de jas viviendas se conserva en 8 grados, ú 8í , sin que en ellas haya fuego que las caliente. Estos grados.de frig no. son ala verdad considerables^ pero siendo quasi continuos, y corta la diferien- cia que hay entre el Verano y el invierno , pues consiste la mayor en 9 grados , resulta , que los hielos son permanentes en los parages que no baña el Sol. Allí no es extraño mantenerse el ter- QJJ ARTO. 75 termómetro constantemente 15, ó 20 días en el término de la congelación 5 y á la hora que sube de él es indicio de que se suspenden para llober en la forma que se ha explicado. 30 Comparando , pues , aquel temperamen- to con el de la Luisiana^ se vé la diferencia no- table que hay entre uno y otro. En una parte, entre el Invierno y el Verano, solo hay 9 grados de diferiencia,queerripiezan en 3 grados de hielo, ó congelación , y terminan en 6 de calor. En el x)tro es 41+- grados , desde ^í mas baxo que el término de la congelación hasta 33];. En la Lui" ■siana es interrumpido el Invierno por dias calu- rosos lo que vá de "^i grados de hielo á ii\ de calor : en la parte alta del Verú el Invierno lo está por dias de hielo y frialdad ^ y aunque el Verano lo es también , por otros de nieve y Uu- bia 5 rigorosamente es mudanza de voz , por la corta diferencia de 4 , ó 5 grados , que es en lo que varían , y en la especie del frió , que el uno €s húmedo , y el otro seco. 31 El Verano de aquella parte alta será re* parable sobrevenir en los mismos m.eses que en 'Europa^ porque empieza en Mayo , y finaliza en Odubre, ó Noviembre , contra lo que debia 5er si se arreglase á la mayor inmediación del Sol á el Xenith '^ pero allí no se sigue esta regla, y en su lugar se toma la de estar el Sol descu- bierto , y que caliente la tierra , lo qual sucede en los meses que se han señalado , y no en los otros. El decirse que calienta las tierras , parece contra lo que se ha explicado antes de la friáis K 2 dad y^ ENTRETENIMIENTO dad de aquel clima en todos tiempos 5 pero no es asi 5 porque en efedo calienta el Sol en Vera- no, y quando mas calienta es quando son mas completos los hielos. Este Verano, y el calor de él no sobrevienen quando el Sol corre los seis Signos de la parte Austral^ como queda dicho, sino quando corre los Septentrionales , hallándo- se mas apartado del T^enüb. 32 Llaman de ordinario allí Sol de Puna ál Sol que se siente en los meses de Verano^ y quan- tos conocen aquellas tierras saben que es muy ac- tivo, porque quando dá de lleno calienta tanto que no se puede tolerar , y causa dolores de ca- beza fuertísimos , con otros malos accidentes. Es tal su fuerza, que parece hacer mas impresión que en los Países que son calientes por naturaleza , siendo allí expresión general decir que el Sol abrasa , y la sombra hiela. Varias veces se ha hecho la experiencia, estando en un ámbito cer- rado por todos quatro lados , á la una del dia , puesto á la distancia de dos pies fuera de la línea de la sombra no se podia tolerar el calor , y pa- sando otros dos pies mas adentro de la sombra no habia resistencia para el frió. La causa de esto es la sutileza del ayre, que ño retiene en sí los corpúsculos ígneos que refledlan en la parte ilu- minada , y asi no hay allí resplandor : la parte donde el Sol no hiere , es verdadera sombra en quanto al temperamento , y la otra es parecida á un bolean : por esta razón , el calor que la tierra contrahe en el discurso del dia es casual , per- diéndolo desde luego c^ue se oculta, y desde esta - - mis- Q^U ARTO. 77 misma hora empieza á helar , porque la athmós- phera no conserva las quaüdades del calor como en las partes donde el ayre tiene otra densidad. 33 En el Invierno acontece muy diverso de esto, los dias son nublados, el Sol quando se descubre es por pocas horas , los vientos son re- cios y varios , las Uubias quasi diarias , según que queda dicho, y las tempestades de truenos les acompañan por lo común. En la entrada del que allí tiene lugar de Otoño , el frió , aunque no es de hielo , es mas molesto , porque penetra , y no hay Sol que caliente 5 pero entre todas estas co- sas , la que distingue con mas propiedad las dos estaciones , es la vegetación , que al igual de Eu" ropa hace sus progresos desde Noviembre hasta -Abril, renovándose entonces las simientes y plan^ tas. Sigue después el Estío desde Mayo hasta Otlubre , en cuyo intermedio todo está secó y árido : de aquí procede la particularidad de que las estaciones sean encontradas al orden regular del curso del Sol , determinándolo por los efec- tos y accidentes , y por el orden de la repro- ducion. EN- 78 ENTRETENIMIENTO V. Sobre los distintos temperamentos de la parte alta de la América ^ efeBos que producen y y causas de lo que allí se ex^ perimenta contra el orden general délas otras partes. -^ O son iguales los temperamen«« tos en aquella parte elevada de la tierra : hay en ellos de todas clases, según la altura y dispo- sición de los territorios. A pro- porción de aquella son los hielos mas constantes en el Verano , y las nieves y granizos mas comu- nes en el Invierno^ y quanto mas se desciende van siendo mas calurosos , y menos regulares los frios. Aquellas grandes profundidades por don- de corren los rios, que por allá llaman que-r bradas , y dice el nombre lo que en realidad se representa , son lugares que tienen todos los ac- cidentes de la Zona Tórrida. El ayre tiene mas densidad que en los otros , y el calor del Sol 1#^ imprime en él con mas eficacia que en donde es- tá mas ligero: el abrigo de las eminencias^ que forman aquellas concavidades ,. contribuye á que la reberveracion sea fuerte 5 y de una y otra cau- sa resulta , que los calores son sensibles, y que la tierra lo dé á entender en sus produciones. La I QUINTO.. 7p 2 La profundidad , ó quebrada de Iscucha^ ca^ de la que se ha dado yá alguna noticia , no es de las mas profundas y. y consiguientemente su temperamento no es tan cálido como en otras. En los meses de Verano , el termómetro, coloca- do dentro de las viviendas , está en 1 1 grados, y su mayor variación en lo mas entrado del día es il grados, subiendo hasta 12;. En el Invierno se halla desde 14 hasta 16, sucediendo esto cons- tantemiente en todos los años. Esta diferiencia , que tiene del temple de Guancaveh'ca^ aunque no es grande , causa efeélos muy sensibles en ani- irales y vegetales , de tal modo , que al llegar á la mitad de la cuesta por donde se baxa , se sienten los movimientos de la dilatación, sensible- irente, porque no correspondiendo todas las par- tes de la organización con igual prontitud , hay alguna sofocación rras , ó menos grande , que se Oíanifiesta en zumbido pronto de los oídos, y tor- peza de este sentido, en el hormigueo de las ex-' tremidades del cuerpo , yo en otras señales seme- jantes, no dexando dud^focedeade lo que se dilata la sangre , sin dar tiempo á que los vasos tomen la correspondiente extensión.. La ropa que se lleva del otro temperamento pesa , é incomo-^ da^ y á este respedo^ parece haberse salido de un Invierno, y^cútar en un Verano repentino. Es-' •ta mutación, sucede 'en el espacio de 8 leguas , que son las que hay de un parage á el otro, y se andan, en otras tantas horas, ó en menos tiempo: con que no es menester mas tiempo que este para transferirse de los hielos al calor , ó de un In-- -:'i vier- 8o ENTRETENIMIENTO vierno de frios rigorosos á un Verano , cuyos calores , aunque en realidad son moderados , no dexan de ser sensibles para los que se hallan ha- bituados al clima frígido del otro parage. 3 Las produciones de la tierra son el termó- metro y regla de aquellos temperamentos. En los frígidos , como GuMcavdica , solo se crian Pampas , que es lo que en Europa llaman Bata^ tas de Irlanda. La Cebada crece, pero no dá gra- no , y allí no prevalecen los Arboles frutales de ninguna especie. En Iscucbaca grana la Cebada^ se produce el Trigo , y también el Mí/z, que re- quiere temperamento de mas calor que aquel grano : allí subsisten los Sauces , y los Cedros : hay otras especies de Arboles , y las faldas de. aquellas pendientes están pobladas de Arbustos^ que no so. encuentran en los territorios altos, 4 A esta semejanza, en otras profundidades mas baxas que aquella, el calor se aumenta tanto, que se cria la caña del Azúcar , cuya planta re- quiere mucho calor para madurar ^ y los Arboles de climas cálidos dan todo genero de frutas , propias de ellos , como los Plátanos , las PifiaSy Aguacates , ó Paltas , Guabas , por otro nombre Pacaes^ y todo genero de raíces y legumbres. En estos lugares profundos no falta la división de tiempos, pero la diferiencia de unos á otros no es grande: sin embargo de ello, las maña-, ñas antes de salir el Sol son frias mas de lo que corresponde á un temperamento de Primavera re-: guiar ^ y en el Verano no dexa de sentirse el hie- lo alguna vez , que aunque no es grande , es su- fi- QJJ I N T o. 8 I ficiente para no dexar de hacer daño á las plantas. 5 Dentro de un territorio de cortas leguas se vén alli los quatro Tiempos del año constante- mente : en uno, los frios rigorosos del Invierno : en otro, las delicias de la Primavera , sin las mo- lestias del Otoño 5 y en otro, los calores fastidio- sos del Verano , y las produciones de la Xona Tórrida. Esto sucede siendo notable el tenerlas trastornadas , mediante que quando el Sol se ha- lla mas distante del Zemtb , se experimenta el Verano, como queda prevenido ^ y quando está mas próximo , y que debería calentar mas , es el Invierno. De esto sacamos que la naturaleza no se sujeta á reglas precisas , y que tiene reserva- das providencias para invertirlas , sin interrumpir el orden necesario para la subsistencia. 6 En la corta distancia de lo leguas , que es todo lo que puede mediar entre el territorio baxo y el alto , se vé el extraordinario fenómeno de estar encontrados los tiempos. Parece deberse mirar esta circunstancia como una de las mas ra- ras particularidades que hay en aquellos Países. La diferencia de altura , y las profundidades en- caxonadas y abrigadas pueden ocasionar , como se ha explicado, el mas , ó menos frió , y el gra-? do de calor mas aélivo , pero la contrariedad de tiempos es cosa mas singular. El Invierno es en el terreno baxo en los meses de Junio , hasta No- viembre, que es en el que corresponde, por la carrera que lleva el Sol en aquel tiempo en los Signos Septentrionales ^ pero que en este propio tiempo sea Verano, cuya estación es diametral- L men- 52 ENTRETENIMIENTO mente opuesta en la parte alta ^s'm que medie en- tre las dos mas distancia que la que hay desde el uno al otro por aquel tránsito inclinado de las montañas por donde se vé , parece repugnante á la comprthcnsion , no menos que el que la natu- raleza los distinguió tan por entero , que no hu- biese cosa en ellos que tubiese semejanza. Las nubes continuas y las Gamas causaa el Invierno en la parte baxa : las nubes con las Ilubias, nie- ves, y granizos lo causan igualmente en la alta^ sucediendo lo contrario en el Verano ^ y asi es consiguiente, que quando abaxo el tiempo es cla- ro , lo sea arriba obscuro , y á este modo andea opuestas las estaciones. 7' La floxedad de los vientos Sures ^ y tal vez la suspensión de ellos , por intervalos de al- gunos dias 5 causa la nube que encubre el Sol en la costa y parte baxw^ porque no habiendo vien- to que las mueva , están los vapores húmedos , que se kbantaa de la tierra , parados. Esta nube no se pone tan alta , como lo está la parte supe- rior de la tierra , deteniéndose á una determina- da elevación. Los vientos Sures , que son los continuos en aquellos Mares, llamándose asi aun- que toquen algo del Sudoeste^ pierden la fuerza en la parte baxa de la athmósphera , mantenién- dola en la que está mas alta^ y corriendo por un espacio superior á las nubes , igualan con el ni- vel de la tierra alta^ y corren por ella sin emba- razo. En este modo , no solo no dan lugar á que se formen allí nubes , sino que siendo constantes las disipan, haciéndolas coirer para la parte opues- Q^UINTO. S3 Opuesta. Por el contrario , en el Verano de la tierra baxa , los vientos corren con fuerza inme- diatos á su superñcie, disipan las nubes y los dias son claros. Estos vientos no se levantan entonces á toda la elevación que necesitarian para bañar la alta^ y dominando entonces con variedad los de tierra, dan lugar á que se formen las nubes, que se hagan densas , y que ocasionen Ilubias j pero como en la rarefacción que el ayre tiene allí , agregada á la abundancia de partículas ni- trosas, que por su sutileza se levantan hasta aque- lla altura , ocasionan el frió , que es común en todo tiempo : nace de ello , que lo que habia de ser agua se congela unas veces en granizo , otras en nieve , y no pocas mezclado esto con el agua. Los vientos Sures ^ en aquellas partes, son lo mismo que los Nortes en el Emisferio Septentrio- nal: limpian la athmósphera , son frios , porque corren de las partes Meridionales ^ytX Sol se halla en aquella estación en la mayor distancia del Ze- Vith : todas estas causas concurren para que se experimenten hielos , siéndolo también para que estando en la sombra se sienta frió , y pasando al Sol calor : con los hielos se endurece la tierra , comprimiéndose sus poros : la reflexión del Sol debe ser mayor entonces , que quando sus rayos hieren una superficie esponjosa ^ y á esto se debe atribuir , que el Sol de Puna sea mas adivo é in- soportable que el de los territorios templados , ó cálidos en donde todos los cuerpos están dilata- dos , y sus porosidades son mayores que en el otro caso. Del mismo modo , los poros del cuer- L 2 po '84 ENTRETENIMIENTO po se hallan cerrados con el frío: laaétividad del Sol no encuentra disposición para la transpira- ción , y el efedo del calor es mas sensible en las, partes exteinas, que las quema , ó achicharra , que los de temperamentos que son verdadera- mente cálidos. Otra particularidad tiene ú Sol de Pima^ y es, que aunque parece que abrasa , y estando parados es inaguantable, no causa sudor, ni es suficiente para ello el que se agite el cuer- po 5 regularmente la causa es por la frialdad que conserva el ayre , la qual comprime los poros , no dándoles lugar á que transpiren con facilidad^ de suerte , que de una parte se siente el calor por la reflexión de los rayos del Sol, por otra el frió, que es natural en la ligereza de aquella athmós- phera^ y en esta contrariedad de climas, aun mismo tiempo padece la naturaleza , y sobre- vienen las incomodidades que quedan dichas, pues si pudiese desahogarse descansaria,asi como sucede en los temperamentos cálidos. 8 Sin otra causa mas que los vientos Sures , y la forma en que reynan , parece estar explica- da la de las estaciones encontradas en aquellos parages, y la de los Inviernos fríos en la media- nía de la Zona Tórrida^ entre laEqm'nocíal^ y el Trópico de Capricornio^ contra lo que debia suce- der si solo se atendiese á la proximidad del Sol, pero su influencia se modera con las otras causas, y en donde el calor debia ser continuo es mode- rado , respedo del que hay en otros parages. La diferiencia de alturas , y el abrigo de las abenu- ras, ó quebradas son causa, aun allí mismo, pafa la Q^U I N T o, 85 la variedad en los climas^ bien que las estaciones no son encontradas , como sucede respeda del País baxo, 9 El temperamento de la Luisiana^ en el Verano, es nrucho mas cálido, sin comparación, que el del territorio baxo del i'erú , y que el de las profundidades del alto'^ y no obstante este mas calor, la Caña de Azúcar prevalece en él coa dificultad , quando en estos otros se cria regular- mente : la causa de ello es, que en los meses de Verano, en la Luisiana ^no tiene todo el tiempo que necesita para completar el periodo de la ve- getación , interrumpiéndola los frios y hielos al- ternados del Invierno.. En el otro País no sufre estas alteraciones, porque la desigualdad del temperamento entre el Invierno y Verano no es grande, y necesitando allí el término de tres años para ponerse en estado de madurez , no le perjudica el temperamento de lo^^el Invierna que intervienen : lo que en la Luisiana no puede ser, mediante que entre dos Veranos median hie- los que la secan y detienen el curso de la vegeta- ción , siendo preciso que crezca y tome madurez en el tiempo que dura el Verano ► 10 Por medios opuestos sigue la naturaleza cierto régimen de semejanza , y parece confor- ffíarse unos climas con otros, aunque estén muy apartados. En la Luisiana alternan en el Invier- no días de tanto calor , que pudieran tomarse por Verano de otras partes ^ pero en el Verano no al- ternan dias de hielo , y los tiempos , según que- da dicho, están en continua variación de frió y ca- 82 ENTRETENIMIENTO calor. En el Verano de la parte alta del I^erú sucede lo propio. Los dias de hielo , que son los de Verano, están interrumpidos con otros de In- vierno , al modo de aquel País, porque suspen- diéndose la fuerza de aquellos , siguen inmedia- tamente las Uubias, nieves, y granizos, que son señales de Invierno, y el temperamento se halla igualmente en la misma agitada alternación que la que tiene allá. Lo que esto tiene de particulac no es la cesación de un temperamento , para que le suceda otro mas moderado en su especie, sino el exceso de pasar repentinamente del uno al otro en extremos opuestos. 11 El Verano de la parte alta del Perú da la ultima sazón á los frutos, pero si se adelanta los pierde enteramente. Puestos en sazón, duran-» te el Invierno , con las Ilubias y la moderación del frió, luego que empiezan los hielos , desde el primero se agostan, y al tercero están entera- mente secos , haciendo el hielo y el Sol de Puna lo que habia de resultar solo del calor del Sol : de esto nace , que quando sobrevienen los hielos, antes que hayan tomado toda la madurez que conviene , se secan fuera de tiempo , y quedan sin sustancia. Los efedos del hielo son mas pron- tos que los del Sol, porque en el término de uno, ó dos dias hacen con las mieses lo que el Sol por grados en el discurso de muchos. 1 2 En las profundidades no son los hielos los que perfeccionan las cosechas , porque aun- que alcanzan algunos, según queda explicado, no son fuertes , ni continuos^ pero quando empie- za I QJJ I N T o. 87 za la estación de ellos en lo mas alto , siendo los dias claros está el Sol descubierto , y calien- ta lo bastante para que se perfeccionen , y por esto su total madurez la tienen del calor del Sol. De este modo se vé alli el raro fenómeno de que en una parte se hace por efefto del frió , lo que en otra procede del calor , siendo en todas á un mismo tiempo. 13 Los efefíos del hielo y de la sutileza del ayre son tan sensibles, que se perciben igual- mente en los cuerpos y en los metales., Los ayres son secos y sutiles , estos causan tal aridez , que las partes delicadas del cutis se rajan , y parti- cularmente los labios 5 poniéndose doloridos , y brotan sangre :. las manos se ponen ásperas y es- camosas , y en las articulaciones de los dedos, por la parte superior de ellos , son las escamas mas gruesas que en el resto , tomando un color renegrido, que permanece , sin que el lavarse de continuo lo quite ; á esto llaman Chuño , que es palabra de la Lengua de los Indios , y significa, cosa arrugada y curtida con el frió. Observase en los metales la penetración del hielo en aque- lla athmósphera , y lo manifiestan las campanas, que generalmente se rajan ,, sin que las liberte de este mal la precaución de darles mas grosor que el que se acostumbra de ordinario. Esta, que no se vé tan común como allí en otras partes donde hay hielos mas fuertes , prueba que con- curre á ello á demás la sutileza del ayre, ó su menos densidad. '14 La frialdad del clima en el Verano pre- cave 88 ENTRETENIMIENTO cave alli de corrupción , siendo de tal modo, que los pescados que se cogen en el Mar de 50, 6 60 kguas , se llevan y se comen tan frescos y bue- nos,como si se estuviese en la misma orilla de él. No solo se usa de ellos quando llegan ^ después de haber hecho viage largo , sino que se guar- dan el tiempo que se quiere, y se encuentran siempre en aquel mismo estado que tuvieron al principio. Para esto tienen la precaución de ha- cer las pescas de parte de tarde , y luego que llegan con él á las Playas lo abren para sacarle las tripas , y puesto en las banastas caminan por el País baxo la primer noche , de modo que al amanecer hayan llegado á las primeras alturas de la Puna : estando allí no tienen peligro de que se dañe , porque recibiendo la primer helada del nuevo temperamento , queda asegurado para conservarse todo el tiempo que se quiere. El pes- cado en esta forma está endurecido 5 quando se quiere usar de él se ponecn agua por espacio de media hora , lo qual se hace para que se des- hiele , y buelva á su estado natural, en cuyo modo buelve á quedar como si se acabase de sa- car del Mar. La diligencia de deshelarlo es tan precisa , que sin ella no se le puede separar la escama , ni cuece , quedando siempre duro y empedernido ^ pero puesto en agua fria , que es la del tiempo , se liquidan las partes que están coaguladas , y queda flexible y dócil : en agua tibia, o caliente no se deshiela como en la del tiempo. Lo mismo que con el pescado sucede con las carnes y las frutas : las primeras duran quan- QJJ I N T O, Sp tjuanto se tarda en consumirlas, sin que dismi- nuyan su bondad : las segundas se conducen de las profundidades , ó de otros territorios baxos^ que llaman calientes, y con el beneficio del hielo se mantienen sin sobrevenirles corrupción. Lo- grase la ventaja de que no habiendo en las partes a/tas fruta alguna , se consiguen las mejores, por- que todas ellas están heladas naturalmente. En el Invierno no disfrutan de esta comodidad aque- llos Países, embarazándolo la abundancia de las Ilubias' , que son frequentes , como queda dicho. 15 Aunque en el Invierno es aquel País tan Ilubioso , que son raros los dias en que no suce- da , es el ayre seco en todos tiempos : suelen las paredes de las casas estar manando agua, que se introduce por las porosidades de los materiales, y los suelos estar húmedos durante el tiempo de las Ilubias , sin que por esto se reconozcan los efeclos de ella, ni en la salud , ni en los metales, que uno y otro se conservan sin alteración. Al contrario sucede en el territorio baxo : las Ilubias son cortisimas , pues consisten en aquellas menu- das que no llegan á formar gotas sensibles, y sin embargo es el ayre húmedo con exceso , no pu- diéndose conservar las cosas de hierro , ó acero sin que desde luego los entre el moho , á cuyo respedo sucede con las demás. Los Países cali- dos son por lo general llobiosos, y se experimen- tan todos los accidentes de ello.Esta diferiencia que hay con el territorio alto no puede proceder de otro principio, que de la diferente densidad de la athmósphera,que en donde lo es mas,tiene dis- M po- pO ENTRETENIMIENTO poscion para contraher las partículas menudisimas del agua, y al contrario no las adnnite en donde es mas ligero. Esto procede de no tener bastan- te cuerpo para mantener las fluduantes , y asi sucede que se precipitan convertidas en Ilubias, dexando el ayre libre de ellas. Asi como el ca- lor del Sol en aquellas elevaciones se siente de distinto modo que en los Países baxos , el frió se hace sensible de otra suerte que en los climas que naturalmente lo son , por la obliquidad de los rayos del Sol. Luego que se sube del País baxo y siente el cuerpo un desconsuelo tan ex- traordinario , que es mayor que el frió : ningún abrigo es suficiente para moderarlo f el calor del fuego no lo corrige, ni el abrigo de la cama mas bien preparada y mejor mullida basta para miti- garlo. Esto 5 que dura algunos dias , hasta que la naturaleza se acostumbra , molesta aun mas en la noche que en el dia ^ y los efedos de la frial- dad , sin embargo de los abrigos exteriores y de las precauciones: que se toman , se hace sentir en lo interior del cuerpo á semejanza del frió , que precede en las calenturas tercianarias. La razón de ello puede ser la mudanza repentina de un clima templado á otro frió ^ y no habiendo te- nido en tan breve tiempo el suficiente para que los poros se compriman en la correspondencia que conviene , las partículas frígidas se introducen con libertad , y hieren las fibras delicadas de los nervios, causando una sensación extraordina- ria,que ocasiona la displicencia del cuerpo^ y por esta causa ni basta el abrigo , ni el calor , ni la agi- QJJ I N T o. p I agitación para evitarlo. Esta incomodidad dura 20, ó 30 dias , hasta que poco á poco se dismi- nuye , y la naturaleza se habitúa al clima. La misma novedad en los principios buelve en lo succesivo por el lado opuesto. Acostumbrada la naturaleza á aquel temperamento,no se le hace después tan sensible el frió , como sucede en las partes donde entre el Verano y el Invierno hay muchos grados de diferiencia. Las casas tienen poquisimas precauciones. En el vestuario, aunque regularmente se trahe el de Invierno , no es con la duplicación que parece pedirlo la destemplan- za del ayre. No se usa de fuego para calentarse, y á este respeto se vive como si se estuviera en una Primavera , sin faltar aquellas señales que convencen lo contrario en el chuño de las ma- nos , en las aberturas de los labios , y la aridez del cutis, verificándose en ello la disposición que tiene la naturaleza para acomodarse sin mo- lestia á los distintos temples quando son conti- nuos. 1 6 Por lo que queda explicado debe enten- derse variar aquellos temperamentos á proporción de la mayor elevación en que se hallan , ó de la profundidad en que están , y que en esta parte se diferiencia la tierra alta de las restantes , pues las reglas , que son comunes , se vén totalmente va- riadas en tanto grado, que las estaciones, los tiem- pos, y los efedos son diversos : allí es Invierno, quando correspondía ser Verano : reinan los vien- tos contrarios á los del País baxo : llueve mucho, y es el ayre seco : hiela , y entonces es quando se M2 ma- p2 ENTRETENIMIENTO maduran las mieses , ó á lo menos toman el ulti- mo grado de perfección, aunque son pocas las es- pecies que pueden prevalecer : y últimamente, el frió y el calor se sienten de distinto modo que en las demás partes , el uno abrasando > y el otro obrando en lo mas interior del cuerpo. 17- Las personas que no están habituadas á traficar por allí, además de la novedad que expe- rimentan en los primeros dias de frió , están ex- puestas á otra mas molesta y extraordinaria ^ es- to es, el Mareo de la Puna , siendo raros los que se libertan de él. Consiste en un mal tan incómo- do y penoso como el del Mar , guardando el or- den délos accidentes^ que son comunes en aquel. La cabeza se desvanece, y se acalora con fuertí- simos dolores : á esto acompañan nauseas y fa- tigas, que producen vómitos viliosos, el cuerpo descaece y siente la falta de fuerzas , que es re- gular , y también suele acarrear calentura : el ali- vio que hay en ello es el vómito, pero algunos llegan á ponerse tan abatidos , que dieran cuida- do, sino se tubiese certeza de que todo el mal no es otra cosa que Mareo. Dura esta incomodi- dad uno , ó dos dias , y después quedan buenos. No es en todos igual^ según la disposición de las personas es mas , ó menos grave , pero es raro el que no lo padece. Después de haberlo pasado una vez no es regular que repita quando se buel- ve á transitar por Puna , yendo á ella del País baxo , ó de otras partes , cuyo temperamento es pálido. Este accidente no puede atribuirse alfrio^ porque si solo fuese esta la causa,, sería común en to- QJÜINTO. P3 todos los parages donde lo hace, y es preciso que proceda de Ja qualidad del ayre , bien sea por su ligereza, ó por otra que no está bien conocida. En el territorio alto de la parte de Quito^ que no lo es menos que el de la parte del I^erú^ no se re- conoce tal mal , siendo distinto de el de en P^- ramarse^ ó á lo menos no se experimentó quando se hicieron las Observaciones , y por esto no se trata de él ^ pero en la parte que conduce á aque- llas otras es general , observándose también que las personas que son propensas á él en el Mar, lo son en las 'Punas^ y al contrario no lo padecen las .que allí no lo han experimentado , bien que nun- ca dexan de tener novedad. En las altas monta- ñas de la 'Europa , y en las de las otras partes de la sierra , no dexa de sentirse algo que se pare- ce á esto , particularmente por las personas de- licadas ^ pero no son los efedos tan sensibles y graves , ni tan generales como allá, procedien- do en estas partes de la rarefacción del ayre y el frió que se experimenta en las alturas , cuyas dos circunstancias es preciso que causen algunas al- teraciones. . 1 8 Otro accidente se observa con los ani- males en aquel clima , y es , que quando suben de las planicies á los cerros , ó Fuñas , como del parage en donde se halla alguna Población , á los que le circundan , es tanto lo que se \q.s com- prime la respiración , que sin embargo de hacer varias pausas para que tomen aliento , suelen de repente caerse , y quedar muertas» Las gentes de allí llaman á esto pasarles la veta , pretendiendo que P4 ENTRETENIMIENTO que generalmente por todas aquellas Serranías no faltan vetas de minerales de algún metal , y que de ellos se exhalan,por las porosidades de la tier- ra , partículas de Antimonio , de Azufre , de Ar- sénico y otros , atribuyéndoles estos accidentes. Semejante opinión tiene en su contra , que si fue- se asi , los que van montados en las bestias ex- perimentarían el mismo daño , y también aque- llas quando están paradas , pero no sucede esto, porque ni los unos , ni los otros reciben mal , y es de creer , que la causa sea la sutileza del ayre, ayudada de algún otro cuerpo que se halle esparcido en él,sin salir inmediatamente de los po- ros de la tierra. Hay para ello también lacircuns^ tancia de no tener probabilidad que se encierren minerales en lo interior de todas las alturas , ó montañas en donde sucede esto , por no recono- cerse señal exterior que lo indique , y que para que fuese asi , sería preciso que todo aquel terre- no alto en muchos centenar-es de leguas estu- viese contaminado de ellos , sin que hubiese cer- ro, ó eminencia en donde no se hallase alguna. 19 Hay también otra razón que se opone, siéndolo que , si los minerales causasen este ac- cidente , sería común en Europa en los muchos parages que los hay, sin que por ser de plata^ de azogue^ ó de otro metal dexase de suceder , pues se encuentran de todas especies. Mirada la opi- nión por otro sentido, no es tampoco persuasible, porque aquellas gentes son muy escasas de luces en estas materias , no teniéndolas de la densi- dad, ó ligereza del ayre, ni conociendo los efec- tos QJJ I N T O. p 5 tos que de ello pueden seguirse , y faltándoles estos principios mal pueden determinar la causa con certeza ^ y asi lo executan en lo que está mas aparente á su comprehension, que es las Mi- nas , persuadiéndose á ser tan comunes , que no se puede romper la tiera por alguna parte en donde dexen de encontrarse. Sus conocimientos de phísica subterránea , no obstante ser el exer- cicio de muchos las Minas , son tan escasos, que por lo general carecen aun de los mas vulgares principios ^ y asi para ellos el ayre de aquellas elevaciones, y el déla parte baxa es uno mismo en propiedades , sin pasar de aqui : no conocen lo que es elasticidad , densidad , ni gravedad. También los racionales experimentan , quando son nuevamente entrados en aquellos climas,aIgo, que tiene semejanza con lo que queda diclio de los animales , porque al andar sienten una fatiga á modo de sofocación que les molesta mucho, obligándoles á hacer largas pausas , y esto su- cede aunque sea por terreno llano , para lo qual no hay otra causa que la sutileza del ayre ^ pero á proporción que los pulmones se van habituan- do á aquella athmósphera , vá siendo menos, bien que siempre que se intenta subir alguna cues- ta se encuentra la dificultad , no siendo posible pra£licarlo,como se hiciera en otra parte,en don- de la athmósphera tuviese la densidad regular. 20 Por la misma razón de ser el ayre ligero es propicio para los Asmáticos , que contrahen la enfermedad en otra mas densa. Conocen allá ésta por el nombre de Ahogos , y es bastante común: por C}6 ENTRETENIMIENTO por esto los que la padecen en el País baxo pro- curan irse al a/to , en donde , aunque no sanen del todo , viven sin molestia. Por el contrario, los que la padecen en el País a/to se hallan bien pasando al /?axo , y asi la mudanza de athmós- phera de mas á menos densa , y de menos á mas , es medicamento seguro para este genero de achaque, cuya noticia podía ser útil en la Me- dicina 5 embiando los enfermos de unos parages á otros,aunque la diferiencia de altura no fuese tan considerable como aquella. 21 Alguna cosa de esta dificultad en la res- piración , se reconoce en los territorios altos úq la Provincia de Quito , pero no es tanto como en la otra parte , debiéndose atribuir á la circuns- tancia de estar la una en la Equinocial , ó muy cerca , y la otra no : de esto nace la opinión común , de que las Punas del Perú son mas rí- gidas y fuertes que las otras 5 debiéndose enten- der, que lo que se dice de las de Guancavelica es general en todas las otras que corren acia el Sur, 22 Para la mejor inteligencia , antes de con- cluir este 'Entretenimiento ^ es conveniente adver- tir , que lo que llaman Puna en el Perú , es lo mismo que Páramo en el Reyno de Quito^ y que todo aquel País frígido descampado , en donde no se habita , ó no hay poblaciones , tienen el propio nombre , bien que hay unas Punas mas altas que otras , según se hallan mas elevadas. De aquí proviene darles á los Soles fuertes la> denominación de Soles de Puna , la misma que ■ á ios vientos fríos, desapacibles, é incómodos. EN- 97 ENTRETENIMIENTO VI. De las Froduciones vegetables de los varios territorios. '^^^^1^^ O es particular que en climas di- ferentes , y donde los tempe- ramentos son tan diversos , las producciones de la tierra sean distintíi^ entre sí. El calor y la humedad son los medios sensibles de la vegeta- ción ^ y á proporción que es mayor el grado de cada una de estas dos causas, hallándose unidas, la vegetación es mas pronta y vigorosa en aque- llas especies que lo requieren 5 y del mismo modo, otras que necesitan de menos calor , y aun de al^ gunos grados de frialdad prevalecen en donde la encuentran , sin que se vean en los terrenos cáli- dos, ni en los parages que abundan de humedad: de aqui nace , que tan favorable es para las unas el calor en grado excesivo , como para las otras la frialdad mas, ó menos grande , entendiéndose lo mismo de la humedad, ó sequedad. Con todo esto es mas común que los campos se vistan de toda suerte de plantas en los climas cálidos y húmedos, que en los frios 5 y son muchas las es- pecies que prevalecen en aquellos respeóto de las pocas que visten la tierra en estos otros , su- cediendo que los unos son naturalmente frondo- sos , y los otros se miran como áridos : en aque- N líos p8 ENTRETENIMIENTO líos vé renovarse la naturaleza por instantes , y en estos , aun quando quiere dar señales de su mayor vigor , se registra desnuda la tierra ,. y que miseramente dá algunas señales de no ser del todo estéril. Esta proporción con los tempe- ramentos es necesaria para la variedad , que es la hermosura de la naturaleza^ pues por su me- dio se vén m.ultiplicadas las especies en tanto grado , que se requiere mucho estudio y aplica-- cion para conocerse^las mas comunes.. 2 La naturaleza liberal en todas sus provi- dencias distribuyó los «"dotes de su generosidad con proporción á los climas , á los territorios , y á las propiedades del ayre : hizo comunes entre todos , ó en los mas , ciertas cosas , y reservó otras para distinguir con ellas aquellos que le vi-- Kiiese mejor.. 3 Entre la parte boxa del Terú , y la altai^ entre estas y las que están cerca de la. Eqm'no- €ial ^ y entre unas y otras , y las que están deba- xo del Trópico , se reconoce tanta diferiencia, que parece variada la naturaleza , porque lo que i se vé en la una, no se encuentra en las otras^pero ' lo notable es , que en la Luisiana se hallan al- gunas cosas de las que son comunes en la cerca- nía de la Eqidnodal^y otras diferentes de ellas é iguales á las de Europa^ no faltando también al- gunas que son estrañas de uno y otro País. La par- ^yr^¿?/rp^2¿^r>f^f ^t te ham del Pí?n/,que llaman FíiHes^YSon llanadas 7 r y y/ ^ dilatadisimas en lo lar^o, de Norte á Súr^ produ- cen de sí mismas muy poco , por ser territorio de arena , pero ayudadas del ayre , y fecundadas con SEXTO, pp con humedad , brota con vigor aquellas plantas que son adequadas al clima ^ pero esto es solo en los sitios por donde corre algún arroyo, ó rio, donde se vén arboles y cultura , como que te- niendo el grado de calor que se requiere , solo le falta el de la humedad, la qual se le ministra por ¿tcequiones que se hacen , y de unos campos es- tériles se disponen otros , cuya fertilidad no tie- ne que embidiar á los mas pingues. Allí prevale- cen el Maíz , las Batatas , que llaman Camotes^ y en otras partes Moniatos , Tucas , y muchas especies de simientes, granos, y raíces , como la Caña de azúcar , ácuyo simil crecen también ar- boles frutales 4e aquellas especies , que son re- gulará ^f^íLÍfesta clase entran los Chirimoyos^ Aguacates^ ó Faltas , Guabas^ ó Pacaes , Níspe- ros 5 Guayabos , Lúcumos , Palmas , y Plátanos^ con otros que no dan frutas de exquisito gusto, como los Algarrobos ^ Guarangos , S apote s sil- vestres , y otros varios. También prevalecen los frutales de Europa , como Naranjos -, Limones^ Limas , Manzanas , Nogales^ y Higueras ^ y de los de fruta de hueso , Duraznos , Priscos , Me^ iocotones , Ciruelas^ y Olivos ; pero entre unos y otros no se vén Encinas , Alcornoques , ni Cis ta- ños , y si de estos hay algunos es acia las par- tes del Reyno de Chile , cuyo clima es totalmen- te igual al de España , con las quatro Estaciones del año bien distinguidas. 4 Es necesario también hacer distinción de la parte baxa con atención , no á la mayor in- mediación de la Equinocial , sino á los vientos N2 que loo ENTRETENIMIENTO que reynan. En aquel dilatado espado , en don- de los vientos Sures son perpetuos, que es desde los 26 5 ó sagrados al Sur de la Linea , hasta los 3!- grados del propio lado donde está el Pue- blo, de Tumbes ^ prevalecen con mas , ó menos abundancia las plantas , que quedan dichas , y además de ellas hay también las Farras y Cepas de ubas^ pero desde los 3!- grados Sur hasta pasar la Línea , y todo el ámbito que hay desde ella hasta el Trópico de Cáncer , abunda solo en arboles silvestres y frutales , no prevaleciendo en plantas menores otras mas que las que son pro- pias de Países de mucho calor y humedad ^ y asi los Cedros de distintas castas, los Caobos , los Ceibos , las Marias , los Evanos , GranadilLoSj las ¥almas de muchas especies , y otros diversos se encuentran tan tupidos , y son tan corpulen- tos , que no pueden penetrar por entre ellos los rayos del Sol , texiendolos una infinidad de vejucos mas , ó menos gruesos , y las plantas pe- queñas, con tanto enlace, que es difícil desemba- razarse de su confusión. La parte del País baxo, donde los vientos Sures son continuos , carece de Uubias , y aunque tiene el grado de calor que conviene á aquellos otros arboles , les falta la correspondencia de humedad que es esencial para el brote de la vegetación. En los parages donde ésta se halla por la industria del riego, que losjequiones distribuyen , sacándose de los rios , no dexan de prevalecer ^ pero son arboles plantados expresamente, y no producidos por sí, y sin cuidado, como sucede en los otros. Des- SEXTO, lOI 5 Desde la parte baxa hasta la alta , cuyos, temperamentos y el ayre son enteramente opues- tos 5 se siente por grados la diversidad de pro- ducciones. En las quebradas profundas , y en los parages menos altos se produce con vigor la C¿?wíz de Azúcar , no tanto con el beneficio del riego^ quanto por la abundancia de las Ilubias, y á este respedo los arboles y frutas que crian son las de los climas de la parte ba::í^a ^ pero como el gra- do de densidad de la athmósphera no es el mis- mo que allá , quanto esta es mas ligera y son las vegetaciones menos prontas , pero los frutos na son de inferior sazón. En los parages que no son quebradas profundas y ni tampoco de los mas al- tos , prevalecen especies que son regulares ea "Europa , y que requieren temple frió , como el Trigo , la Cebada y y otras simientes ^ pero en ar- boles es muy escasa y no hallándose allí losP/- nos y Robles , Castaños , 'Encinos , AlcornoqueSy cuyas, especies son desconocidas , y solo de los Finos se dice , que se encuentran en la parte Me-' ridional acia el Reyno de Chile , no habiéndolos en lo demás de la Cordillera y desde la Equino^ cial y hasta los 23^ ó 24 grados. \uQ^ Sauces son, muy comunes en aquellos temperamentos medios,. y los Cedros no dexan de prevalecer en ellos^aun- que con. lentitud. 6 Los parages elevados, que verdaderamen- te son frios y crian tres especies de arboles parti- culares á ellos, estos son los Quinuales^ EspeciaSy y Casis : todos indican en su estrudura , y en el colorido de las hojas la desapacibilidad del tem- pe« I02 ENTRETENIMIENTO •peramento. Son los Quínuales ^ 6 por otro nom- bre Quisuales de regular altura y corpulencia, poblados de ramazón competentemente , y com^ á la altura de dos varas se divide el tronco en distintos brazos. La hoja es menuda y gruesa al modo de las Encinas , 6 mas propiamente al de las Carrascas : su color es opaco , de un ver- de obscuro macilento : su corteza es particular en circunstancia del quantioso número de capas de que se compone , con el que parece haber in- tentado la naturaleza hacerle á el tronco otros tan- tos abrigos para defenderlo de la rigidez de los climas en donde prevalece : es está en el gro-. sor de una pulgada poco mas, compuesta de cre- cido número de capas , que estando pegadas en- tre sí se separan con facilidad, y no es fácil ave- riguarlas , pues habiendo contado mas de 150, faltó la paciencia á vista de no haber llegad ) á la mitad. Estas capas son muy delgadas, aun mas que el papel, lisas , suaves al tado , y de un co- lor que tira á roxo claro. Al arrancar del tronco un pedazo de corteza empiezan á dividirse de sí mismas^ y debaxo de aquel pedaz), que pare- ce ser el tronco , se saca otro de innumerables capas, y mas delgadas, tersas, y jugosas que las exteriores. Al fin de todas está el tronco , que es de una madera obscura, dura , compada , y pesada. El fruto es una especie de grano menu- do en forma de racimos,del que no se conoce uso alguno. 7" Se podría equivocar el árbol que llaman 'Esp¿cia con el Quinual ^ mirado de repente, si SEXTO. 103 SÍ SU corteza no fuese enteramente diversa. La de éste es del grueso de dos á tres líneas , bastan- te dura, y aunque tiene algunas pequeñas grie- tas , en el total es unida , dura , y se halla tan adérente al tronco , que no se dexa separar con facilidad.. La hoja es algo mas grande que la del otro , pero del mismo color , y la frutilla que dá es igualmente mayor. La flor de estos arboles es al modo de los Olivos , pero de color obscuro, de modo que es preciso mirarlos con cuidado para distinguirla de la hoja.. 8 En alturas mas elevadas , cuyo clima es asimJsmo mas frió , se crian los Casis , cuyo ár- bol es menor que los antecedentes , y á propor- ción el tronco menos grueso : al símil de aque- llos dá m.uestras del rígido y continuado Invier- no , á el que resiste con su dureza : la madera es obscura, y la corteza delgada, y muy unida con el tronco : es de mucha dureza y peso , y no te- niendo nada de vidrioso , la prefieren para las obras que se hacen en lo interior de las Minas. Fuera de estas tres^ especies de arboles no se crian de otros por allí , lo qual conviene con lo que se ha dicho , de ser escasa, de produccio- nes naturales. 9 Aun en las yerbas hay también notable diferiencia.. Desde que se sube á temperamento algo frió se empiezan á ver Pajonales ,. que en nombre proprio son letales , porque, á la paja que crece allí se llama Icho : el de temperamen- to menos frió es mas largo que el de mayor frialdad , y también mas espeso , y la hoja mas fuer- 104 ENTRETENIMIENTO fuerte , pareciéndose al Esparto , del qual se diferiencia en ser mas endeble. 10 En la parte baxa la yerba común es la Grama ^ y no se encuentra entre ella IchodXgn-^ no ^ de modo que cada clase de terreno tiene por yerba común una distinta del otro. Además de estas , que son las de abundancia , no faltan de otras varias especies , lo qual sucede en las cercanías de los arroyos, ó rios, en las partes donde el frió reyna menos , y en las quebradas. El Trevol es entre todas de las mas comunes ea aquellos parages donde no prevalece el ícho, 1 1 En los lugares donde el frió no es de lo mas excesivo, hay una planta que brota un bás- tago como de una vara , ó vara y media de alto, y al fin de él hace como un penacho : el grueso de éste bástago es como pulgada y media de dia-^ metro: introducense en él ciertos gusanos, como de dos pulgadas de largo , y grueso algo menos que el dedo pequeño. Quando el bástago se po- ne seco , los gusanos están en su mayor vigor , y son de un color ceniciento. Estos comidos tienen la propiedad de hacer venir leche á las mugeres, aunque no estén en positura de tenerla. El modo de usarlos es cocidos, ó fritos 5 no tienen gusto fastidioso , ni malo, consistiendo su carne en una crasitud , al modo de tocino. Es experiencia he- cha varias veces , no de casualidad , sino con in- tento determinado , y nunca han faltado los efec- tos. Estose hará repugnante por no ser común, pero allá es tan corriente, que en pidiendo gusa- nos para la leche , luego los trahen en sus básta- gos, SEXTO, lOjT gos, que son al modo de cañas, y usan de ellos las mugeres que los necesitan para facilitársela, ó hacer que abunde. Igual virtud tiene la yerba llamada Nuñu-quehua. El nombre Nuñu signi- fica los Pechos 5 y de él deriva el de el Ama que dá de mamar. 12 Otra Planta hay de una rara virtud pa- ra curar y cicatrizar toda suerte de llagas ^ 11a- manla Terba de mataduras ^ en la lengua de los Indios Huallhua , por ser con la que curan las de las bestias : es tan eficaz , que en cortos dias las pone buenas 5 y el modo de aplicarla es molida, aplicando sus polvos sobre la parte que se ha- lla mala , sea llaga , herida grande , ó peque- ña 5 y lo que hacen los ingredientes , de que usa la Cirugía en mucho tiempo , facilita ésta sin auxilio de preparación , ni de otros simples , y con la ventaja de la brevedad. 13 Si no son muchas las especies en plantas grandes y pequeñas de aquel País , tienen la excelencia de hallarse en ellas alguna virtud buena 5 al contrario de lo que sucede en los ter- ritorios de climas calientes. La Cascarilla^ ó Quina es de temperamento frió , perteneciente al territorio alto , y no es en el de Loxa en donde únicamente se cria , participando de esta venta- ja otros muchos: sus virtudes son bien conoci- das y apreciadas , á correspondencia del bene- ficio que por su medio consigue la salud. En los temperamentos calientes de la Xona Tórrida hay incomparablemente mas fecundidad en espe- cies 5 y mas hermosura en los Arboles 3 pero en- O tre lo6 ENTRETENIMIENTO ire los muchos buenos , y de maderas exquisitas no faltan algunos que sean nocivos , como suce- de con el Manzanillo , que es bien común , cuya sombra hincha á los que se acogen á ella con- tra los fuertes calores que alli reynan. El Guao^ 6 Guau es una planta en forma de Arbusto , cu- ya malignidad parece no le dexa levantarse al igual de los otros. Su veneno es tan pronto , que solo con el contado hace hinchar la parte del cuerpo en donde toca, y la indispone de tal suer- te , que necesita de alguna curación para resti- tuirse á su ser. Esta mala calidad de las plantas no quita que en la muchedumbre haya algunas con virtudes particulares , pues vemos que , aun las que son venenosas , se aplican con conoci- miento y buen éxito á ciertas enfermedades. En- tre las de la Isla de Cuba hay con particularidad una , que merecía ser m.as conocida de lo que está. Esta es el Árbol que llaman Ocuge , el qual destila una resina tan adecuada para las re- lajaciones y que las suelda enteramente. Asegu- ran las gentes de allí , con el fundamento de la experiencia, que es de tanta adividad, que puesto el parche de ella en donde encuentre articula- ción , la une y consolida , quitándole totalmente el movimiento; y por esto es necesario, al tiem- po de ponerla , cuidar de que no se extienda á parte donde pueda resultar daño. Dicen tam- bién que su virtud es igual para relajaciones an- tiguas , como para las recientes , y lo propio en las personas de mayor edad , que en los jobenes. 14 No basta la resina sola para esta cura- ción. SEXTO, 107 clon, pues es sola una parte del medicamento, y para que sea completo , se le agregan los pol- vos de Mates ^ que se ponen sobre ella después de hecho el parche. Estos Mates son unas pepi- tas del tamaño de avellanas , pero chatas de los dos lados , duras , tersas , de un color rojo , her- moso , y por el uno de los dos lomos tiene una raya negra : los produce un arbusto pequeño , y los Montes se hallan llenos de ellos , siendo tan comunes , que sirven para el entretenimiento de los muchachos. Convendría el uso de este medi- camento , siendo lastimoso que no se difunda su conocimiento como importante , contra un ge- nero de accidente , que inhabilita á muchas per- sonas, poniendo en riesgo sus vidas, sin liber- tarse de tal peligro las de la mayor gerarquía. ^j 1 5 Entre las muchedumbres de plantas que dá aquel clima cálido y húmedo se singulariza una , que es de la especie de los Solanos , cono- cida por el nombre de Fraylecillo , cuyas hojas sirven de purgante eficaz , sin causar incomodi- dades á la naturaleza : es también Emética ^ y sobre el modo de operar hay en aquellas partes la vulgaridad , de que según el modo con que se arrancan las hojas , asi operan ; si se desgajan, tirándolas acia abaxo , pretenden que obre por la cámara , precipitando los humores que disuelve^ ■y si es tirándolas acia arriba , por el bomito. La tienen por eficaz desostruyente , y la atribu- yen además la propiedad de ser buena para la fecundidad en la mugeres estériles, sobre cuya virtud se refieren algunos casos. Dicen los que O2 la lOó ENTRETENIMIENTO la han usado por purgante, que no pide- resguar- darse el dia que se usa de ella , con-.o se pradíca con otras medicinas , y que el efedo que causa es grande. El modo es , cocidas dos ó tres hojas, bebería , ó comer las mismas hojas, ó echarlas en almivar al modo de conserva , ó también toma- da en polvos. Después de seca , es tarda en ope- rar , y por esto la toman de parte de noche , pa- ra experimentar los efedos en el siguiente dia. Dá una frutilla del tamaño de una avellana , con tres divisiones , en las quales contiene otras tan- tas almendras largas redondas, formando arri- ba como una coronita ; siendo de aqui de donde toma el nombre de Fraylecillo. Asimismo es co- mún fuera de aquella Isla en los demás Países calientes de aquellas partes. 1 6 Los Fiñoncillos^ cuya planta es también muy común en los climas cálidos , sirven de pur- gante eficaz ^ pero estos son demasiado adlivos, y suelen ocasionar malas resultas. 1^ Los campos de aquella Isla en muchas partes , y con particularidad los que están acia la Habana^ abundan naturalmente en la yerba de Añil'^ pero las gentes de allí no la aprovechan, sin faltarles el conocimiento de su utilidad , pues tienen el exemplar de haber enriquecido á cierto Estrangero , que se estableció en aquella Ciu- dad , el qual con mas aplicación que los Natura- les estableció una manufadura , donde no tenía dueño, y era silvestre, y haciéndola cortar de los campos le frudificó sobresalientes utilidades. Este Añil es de mejor calidad que el que dá la SEXTO, I Op la Luisiana , sin embargo del cuidado con que se siembra y cultiva. En aquel clima dá tres cortes, que se hacen en el Verano : la silvestre de la Ha- bana se siembra en el tiempo caloroso, y se repro- duce en el de las lluvias. 1 8 La Cala guala , y la Canchalagua , mas conocidas yá por sus virtudes en Europa que ahora veinte años , son producciones de aquellos inhabitables pináculos de la cordillera , donde la nieve raras veces en el año dexa descubrir la tierra. Hay otra yerva llamada Culén , que crece en las alturas del Reyno de Chile ^ cuyas virtu- des no son menos recomendables que las ante- riores. Esta es una planta de hojas piqueteadas, al modo de las del Teregíl^ de un color verde obscuro : sus virtudes son tan generales , que la aplican con buen éxito á diversas indisposicio- nes : es estomacal sudorífica , pero con particu- laridad es muy favorable para las dolencias or- dinarias de las mugeres ^ siendo tal su eficacia, que las que padecen retenciones periódicas , fla- tos, y otros accidentes histéricos, curan feliz- mente , y por esto allí hacen mucho caso de ella. 19 Ha hecho notable pérdida la Botánica en la retardación del regreso á Europa del Pro- fesor de la Real Academia de las Ciencias de París Don Joseph de Jusieu , que en el año de I7'35 pasó , en compañía de los Académicos de ambas Naciones , con el cargo de examinar las Plantas particulares de aquella parte del Mundo^ pues hubiera podido ilustrar la Historia Natural con noticias muy nuevas y útiles , habiéndose es- lio ENTRETENIMIENTO esmerado con la mayor aplicación y penalidad en correr de un cabo al otro el Perú en sus dila- tadas distancias ^ pero un conjunto de accidentes imprevistas malograron las esperanzas, que de- bían fundarse en su sobresaliente aptitud y dili- gencia ^ pues habiendo determinado, con el de- seo de acrecentar sus observaciones , y el motivo de las Guerras que sobrevinieron desde los años de i7'4o en adelante con la Inglaterra, pasar de Lima , donde se hallaba , á Buenos- Ayres , pa- ra de allí transferirse al Brasil^ y hacer su buel- ta á Europa baxo de vandera segura : hecho yá la mayor parte del viage , le sobrevino , que un sirviente que le habia asistido mucho tiempo , y de quien tenia confianza , por robarle el dinero, y las cosas de algún valor que llevaba ^aprove- chando la ocasión mas oportuna , se le desapare- ció con la Petaca^ que contenia el principal te- soro de su trabajo , consistiendo en los Herbarios que habia formado , y los Quadernos de las des- cripciones de Plantas y otras cosas que tenía observadas : y aunque desde luego se dieron efi- caces providencias por los Governadores y Jue- ces para descubrirlo , no se pudo encontrar luz de él , dexandose inferir , que tomaría el camino para alguna parte del Brasil, Viéndose despoja- do del fruto de sus tareas , y que era vergonzoso venirse á Europa sin las noticias que se espera- ban , que su naturaleza se hallaba cansada , y no estaba capaz de bolver á emprender el trabajo que habia hecho antes para formar nuevas rela- ciones de Historia Natural ^ resolvió retroceder a SEXTO. III i Lima ^ donde se mantuvo haciendo vida priva- da 5 entregado á la ledura y examen de algunas Plantas que se le proporcionó ^ pero al tiempo de estarse escribiendo esta Obra se supo haberse re- gresado por la Habana^ y que habia llegado á Madrid^ con lo qual debe esperarse que hará pu- blicar las noticias y observaciones que pudo pradicar en el tiempo que se demoró. 20 La Coca es planta muy com.un en los ter* ritorios altos de aquella parte : el m.odo de usarla es con la tierra llamada Toccra , ó Ll.'pta^ que es una pasta que componen á manera de bollos de chocolate, aunque algo mayores , y del mismo color : estos son preparados con las cenizas de la mazorca del Maíz sin granos , y la de algunas otras plantas silvestres, abundantes de sales, lo qual amasan junto , y queda duro quando está seco. Las Coqueras , que son por lo regular In- dias^ ministran graciosam.ente este ingrediente en proporcionada cantidad á los que se la compran, como que sin él le falta la mejor sazón á la yer- ba. El aprecio que los Indios hacen de ella es extremoso , y no trabajarían con gusto si los fal- tase: antes de dar principio se sientan á preparar- la, á lo que llamian Acullicar , y poniéndose en la boca una buena porción, con un pedacitodela Toccra^ la van humedeciendo y reduciendo á una pelota : quándo la tienen bien amasada , la sacan y ponen en la bolsa , ó saquillo en donde guardan la Coca , y tomando otra porción hacen con ella lo que con la primera : esto lo repiten hasta tener 5 5 ó 6 bolas , que son las que consu- men 112 ENTRETENIMIENTO men en 2 , ó 3 horas de trabajo. Luego que se les acaban , buelven á Acullicar para seguir ade- lante con la obra : cada bola la mantienen en la boca todo el tiempo que sienten el gusto áspero y fuerte de la hoja^ y quando le falta la arrojan, y toman otra. Usan de unas bolsas hechas del pellejo entero de algún animal pequeño , cof- mo de "Zorrillo , ú otro equivalente , y en este trahen la Coca y la Toccra pendiente de la cin- tura , al modo que en Europa los que usan del tabaco , trahen el de polvo en caxas , y el de hu- mo en bolsas proporcionadas para él. 21 Es muy común allí la yerba que llaman Hedionda , cuyo nombre dice bien con su propie- dad, porque el olor que despide tocándola, ó moviéndola es muy fastidioso é incómodo: es una de las muchas especies de Solano que hay^ y esta de que se trata crece en arbusto bastante grande. Usan de ella para varios medicamentos ^ y en la Luisiana , donde también es muy común , para matar las Lombrices^ siendo eficaz para ello. Esta no prevalece en los temperamentos mas frios , pero sí en los que son moderados y cá-« lidos , y asi viene á ser común en ambos. 23 Parece, por lo que la experiencia enseña allá, que el Jijo es natural del temperamento frió: en aquellos parages altos no se cultiva , y es una de las yerbas nocivas que inficionan las tierras, porque en las que empiezan á nacer propagan tanto, que se inutilizan para producir otras cosas: aun la vecindad es incómoda por el olor fuerte que exalan 5 asi este genero no cuesta allí mas g^ue el trabajo de cogerle. La SEXTO. 113 23 La naturaleza tiene reservadas sus prer- rogativas para distribuirlas en distintos Países , y no á todos los hace igualmente participes de unas propias cosas. Los de la Luisiana , acia la par- te de su medianía , son abundantes á^ Viñas na- turales , y crecen con tanta lozanía y perfección, como si se hubiesen plantado á mano, y estuvie- sen cultivadas. En este modo se reconocen en el territorio que media entre los Opelusas y los Nat~ chitochas^ cuya distancia es de 40 leguas. Las Vi" ñas forman á modo de cepas , estendiendo los sarmientos con sobresaliente vigor. En principio de Mayo se hallaban cargadas de racimos de uba en algo mas que esquilmo , y señales de dar buen fruto , y abundante 5 pero no llega á ma- durar, porque la muchedumbre de Venados^ Ga- mos^ y Osos que hay en aquellas partes las consumen antes de tomar sazón. 24 Las plantas de Fresas son igualmente naturales en aquel territorio , y el fruto es tan bueno como el que se coge en los jardines , dán- dole la cultura regular. En el Reyno de Chile , en las Campanas de la Concepción , que están en poca mas altura Meridional que los campos expresados de la Luisiana , son igualmente na^- turales estas dos plantas , hallándose esparcidas por ellas en la misma forma que allá. En esto se vé la igualdad que tienen los dos Países , sin embargo de la mucha distancia que media entre ambos 5 pero no se vén en el territorio de la par- te alta del Perú , donde reyna el temperamento frió 5 ni en la que goza mas templado , sin ex- P ce- 114 ENTRETENIMIENTO ceder en estos dos extremos : debiéndose colegir de ello , que estas plantas no solamente necesi- tan de un grado de calor moderado , que alter- ne con el frió del Invierno , y lo mas cálido del Verano , sino una athmosphera proporcionada, cuyo ayre no sea tan sutil y ligero como el que reyna allí. 25 Los campos de la Luisiana son muy fér- tiles y abundantes de plantas: circunstancia que debe experimentarse en ellos , porque el clima les favorece , y las alternaciones de Ilubias y Soles los fecundizan. Son asimismo vírgenes, no habiendo tenido cultura alguna , y con esta circunstancia crian lozanamente aquellas plantas, que son proprias de ellos. 26 El TLarzafrás es árbol muy común, y de aquellos que contribuyen á hacer espesos é impe- netrables los bosques. El Capiler^quQ vulgarmen- te llamamos Culantrillo , se produce abundante- mente acia las partes altas del Misisipi , por los Ilinoeses , y mas acia el Norte , y el de allí es estimado con particularidad por la eficacia de sus virtudes. 2^ En las partes mas al Norte de la huisia^ na , acia lo interior del Rio Misuri , que vá á confinar con Santa Fe,en el Reyno de Nueva Es^ paña^ y por el Norte de esta Provincia, se halla la planta llamada por los antiguos Mandragora^ de la qual hablan bastante los Historiadores de aquellos tiempos , haciéndolo con particular es- timación. De ésta, dicen los Tratantes de la mis- ma Luisiana , que son los que se introducen por aque- SEXTO. 115 aquellos parages , observarse en ella, no solo la semejanza que tiene á la figura humana , sino que se distinguen los dos sexos 5 y aunque con- ducen algunos trozos , no se percibe por ellos la semejanza que pretenden atribuirle. Hay Au- tores que aseguran haberla en el Canadá , lo que no tiene dificultad , porque los dos parages se dan la mano uno con otro ^ y de haberla en al- guno de ellos , es regular que participe el que se halla contiguo. En la Provincia de Pequin , en la China , las hay , bien que , según la opinión mas acertada , no es allí donde se cria , llevándose de la Tartaria. Llamanla los Chinos Ginsengs aludiendo á la figura de hombre que tiene , y los Tártaros Orhota , que significa la primera de las plantas , dándole este nombre por razón de las excelencias de sus virtudes. Son tantas y tan particulares las que se le atribuyen , que se mira entre ellos con el mayor aprecio. Las principa- les consisten en restablecer los espiritus vitales , y vigorizar las fuerzas quando se hallan desfalleci- das por alguna fatiga del cuerpo^y entre otras mu- chas que se le apropian, dicen que prolonga la vida en los ancianos, y la renueva en los que padecen achaques. Sin embargo de ser cara en donde se coge , por venderse á peso de plata, no loes tanto como corresponde á las grandes virtudes que se refieren. El primer descubrimiento que se hizo de ella en la Luisiana , fue en el año de 1^68. Aunque no se dé crédito á todo lo que ponderan las relaciones Chinas , y las que ha- cen los Tártaros , sería muy digna de que se P 2 man- H^ ENTRETENIMIENTO mandasen recoger algunas porciones para hacer experimentos en la Medicina , pues con uaa par- te que se verificase, de lo que se relaciona y. sería bastante para deberla estimar entre las cosas mas. preciosas. 28 Lo que falta de frondosidad á los terrí* torios de la parte a/taáci Perú , tiene de abun- dancia la Luisiana en Arboles de muchas espe* eies : la tierra está tan cercada de ellos,, que la hacen impenetrable : son de una elevación muy alta , y en todo lo que corre a^el Riq^no se des- cubre espacio que no esté pobladisimo de ellos, y por bastante distancia acia lo interior. Como esto sucede en las orillas de los rios , y sus inme- diaciones , y son tantos los que corren por aque- llos dilatados Países , dando el caudal de las aguas al Misisipi , se propagan á correspondien- cia los bosques, y solo algo retirados de los rios es donde las tierras parecen descubiertas,, formando praderías dilatadas^ 29 Los Arboles mas comunes son los que llaman Siples ^ cuya madera es muy semejante á la del Fino del Norte , y por lo tanto la aplican á hacer tablazón y viguería , el Laurel , el Robky el Álamo , el Sauce y el Fino , siendo varias las especies eaque se divide cada una de estas. Otras dos especies de Arboles se encuentran allí , que parecen ser particulares de aquel País : la una de estas llaman Pacanos , que es un genero de Nogal de mas corpulencia que ellos , pero en madera y hoja muy semejante : El fruto es en el gusto pa- recido al de la Nmz , mas delicadü y fino , con me- SEXTO. 117 menos partes aceytosas : en la figura es diferen- te, y se parece á los Dátiles , siendo en el tama- ño quasi el mismo , ó poco menor ^ la cascara es muy delgada y lisa y sin las escabrosidades que tiene la Nuez, El otro es el Árbol de Cera 5 éste es mediano , acopado, y dá una semilla en forma de racimos, que es con la que se hace la Cera. El modo es , quando tiene la madurez regular , her- virla en agua , con la qual se extrahe una parte grasosa , que recogida , se coagula , y es la Cera:^ su color es verdoso obscuro , y la luz que hace tira á éste , no siendo tan clara y viva como la de Cera de Abejas , ó la de Esperma , de que se fabrica mucha en la Nueva Inglaterra. Le dan el nombre de Cera por la consistencia que toma , sin derretirse , ni ablandarse con calor moderado, como sucede con el sebo ^ propiamente no es Ce- ra , sino una materia oleosa crasa , que toma con- sistencia , y forma cuerpo duro , diferenciándose en esto de los otros aceytes de que abundan cier- tas semillas , como la del Lino , la del Cáñamo^ del Navo , del Colsac , y otras distintas. Suelen beneficiar esta Cera^ extrayendo de ella con repe- tición de evoluciones las partes mas impuras, con lo qual pierde el color verdoso en mucha parte, pero siempre conserva algún viso , que no dexa equivocación de ser materia vegetal, 30 Los Arboles del Misisipi en la "vigorosa frondosidad que manifiestan , al igual que se vén vestidos de hojas , se reconocen poblados de una producción , ó planta estraña , que en la estación del Estíoj quando se despojan de aquella, queda mas Il8 ENTRETENIMIENTO mas visible , y los afea , representándolos como viejos y en el ultimo estado de decadencia. Esta planta , que allí conocen por el nombre de Bar^ ba-Española ^ se compone de un conjunto de fila- mentos delgados de color ceniciento obscuro , y dividida en multitud de ramificaciones flexibles parece como una maraña de hilos que cuelgan de las ramas en tanta abundancia que lo pueblan por todas partes : quando se hallan vestidos de la hoja , y adornados con el verdor de ésta , no se percibe tanto^ pero luego que con el Estío se des- pojan de ella , se vén las ramazones , y hasta el tronco desfiguradas con ellos , manifestando tris- teza. Esta planta se arrayga en la corteza del Árbol, y vejeta: sus semillas, llevadas por el ayre, van á los otros , siendo este el modo de propa- garse, y de hallarse tan cundida. Sirvense de ella para hacer colchones y otros reenchidos , á cuyo fin la ponen á secar y la varean^ y con esta dili- gencia despide la cortecilla , y queda el corazón, que es de un color negro : en esta forma engaña, porque parece cerda rizada , no distinguiéndose de ella ni en el color , ni en el grueso , y los que no están hechos á verla la equivocan fácilmente. En esta y otras particulares producciones se reco- nocen los juegos de la naturaleza, que entre la distante variedad de sus dotes imita con ellos lo que parece mas disonante. En varias partes de los Países calientes de América , el Árbol llama- do Ceibo^ imita con su fruto la Lana de los Ani- males , y sirve para muchos usos de los que se aplica aquella. El Algodón es una especie de se- da SEXTO, IIp da finísima y suave. La Tina de Indias es en la figura parecida á la que dan los Finos , y en la sustancia totalmente diversa, los Arboles de Cera ia dan, como se ha dicho , semejante á la que laborean las Abejas , y la que llaman Barba : siendo una producción vegetal , se toma por las Clines de los animales. 31 Entre la diversidad de plantas que son comunes en aquel clima , puede mirarse com.o especial , la que llaman Viperina : esta es de la clase de las menores , y se encuentra acia las partes altas del Misisipi : su virtud es muy cono- cida para libertar de malas resultas á las m.ugeres después que han parido, y la usan en estos casos con buen éxito ^ no menos que para purificar la san- gre y corregirla en el retroceso que hace la Le^ che al tiempo de extraviarla el curso natural , pa- ra que se les seque. A esta semejanza hay otras muchas que conocen los Naturales , adequadas para varias enfermedades , y asi se vé que se cu- ran con ellas aun de las mas peligrosas y difíci- les. Sería muy conveniente que en cada País se hiciese un catálogo de las Plantas y sus virtudes con el modo de aplicarlas, para que las cono- ciesen y se aprovechasen de ellas en los que no las hay. 32 Otra Planta menor hay no menos rara que las antecedentes: ésta, quando se halla en sa- zón, que está florida , tiene la propiedad de coa- gular el agua, al modo que el quajo, ó la flor del Cardo lo hacen con la Lecbe^ quedando aque- lla con la misma consistencia que ésta , y coagu- la- I20 ENTRETENIMIENTO lada no es perjudicial á la salud : es bastante abundante por aquellos campos. 33 El Añil^ como se ha dicho, es de las plantas que se cultivan en los territorios de la Luisiana : del mismo modo lo son el Tabaco y la Caña de Azúcar ^ el primero de estos hace mejo^ res progresos en su vegetación que la segunda, bien que su calidad no iguala con mucha distan- cia al de la Isla de Cuba , ni tiene la fortaleza y olor que el de la Española. El Azúcar es de in- ferior calidad , y por la misma razón que abun- da de humedad el País , y que sus ¿flores son repentinos , no quaxa á proporción de lo que abunda en jugo la caña. Esta se siembra de un año para otro , y no tiene mas que un corte , ori- ginado de sobrevenir los fríos grandes del In- vierno después de haberse hecho : en esto es di- ferente de lo que sucede en la parte baxa del Pe^ rú , llamada Valles , y en las quebradas de la al^ ta^ pues en ambas tarda desde que se siembra con brevedad, dos, ó tres años , hasta que se cor- ta en madurez , y después de este primer corte dá otros dos en los años consecutivos : siendo el tercero el que llaman Soca , que sirve para bol- verla á plantar. Por esto en aquellas haciendas de caña , que en unas partes llaman Trapiches , y en otras Ingenios , con alusión á la máquina don^ de se muele , tienen quatro suertes , que plantan en distintos años , y cortan en cada una lá que corresponde estar madura , de cuyo modo nunca cesan de moler , ni de fabricar azúcar. Contribu- ye á ello la poca diferiencia que hay en el tem- pe- SEXTO. 121 peramento entre el Invierno y el Verano , y por ello son igualmente favorables para que el Azú- car quaxe. No sucede asi en la Luisiana , en la Habana , ni en los otros parages donde son gran- des las diferiencias de los dos temperamentos , ó donde reyna con exceso el calor , porque enton- ces no quaxa con perfección , y solo muelen en aquella coyuntura que es favorable á el in- tento. 34 El Tabaco , sin ser de la mejor calidad, es regular. El consumo que tiene es en Andullos^ 6 Rollos para hacer Rapés , y en hoja para fu- mar : no tiene mucha extracción , y por esto son moderadas las cosechas : es no obstante superior al de las colonias de Virginia y resto de la Nue^ va Inglaterra , y al que se cultiva en Holanda^ y en las Provincias Septentrionales de Alemania: por esto si se le procurase dar salida no dexaría de tener aceptación , y pudiera ser uno de los ramos de comercio considerables de aquel País, al modo que lo es el de Virginia , Brasil^ y otras partes. !^^^^ /oír^ (^P^ ^oJr^ EN^ laa ENTRETENIMIENTO VIL De los Animales y sus ^particularidades. ^^fe^j^ Espues de haver explicado lo cor- DH respondiente á plantas , es consi- ¡I guiente seguir con los Animales, ^s=^=^ cuya materia ministra un campo sobradamente extenso , si se hubiese de tratar con la expecificacion correspondiente 5 pero se ceñirá su noticia á lo mas particular y digno de ser sabido , para que sirva de ilustración á el co- nocimiento mas completo de lo que se registra en el Mundo. La curiosidad no siempre se con- tenta con la relación de las cosas que están fuera de los límites de nuestra vista , sino que desea conocer sus circunstancias particulares , los mo- dos de que pueden ser útiles , y los usos á que las destina- la industria en cada País :. por esto, quantas mas luces puedan adquirirse de ellas, serán, mas auxilios para el logro de estos fines , y el de comprehender las obras de la naturaleza ea quanto alcanza el entendimiento. 2 Entre los Animales particulares de la tier- ra alta del Perú son los mas comunes las Vicmas^ Alpacas^ y Llacmas , tres especies , que en la ex- trudura se diferiencian poco , pero se distinguen en el tamaño, en las propiedades, en el color, y en lo largo de la lana. Sobre estos Animales hay varias cosas que decir. <'j Las SÉPTIMO 123 3 Las Alpacas son en la especie semejantes á los Guanacos ^ y la mayor diferiencia consiste en la lana , que la de este ultimo es tosca , de co- lor pardo , y de poco uso , lo que no sucede con la de Jas Alpacas, Estas y las Llacmas , que tam- bién llaman Carneros de la tierra , se domesti- can , lo que no sucede con la Vicuña , que siendo de las tres la de menos cuerpo, de figura mas ventajosa, mantiene siempre con lo arisco la pro- pensión á buscar la libertad ; suele por curiosi- dad tenerse alguna en las casas , que por no ser animales dañinos , no hacen mal , pero no se su- jetan á la carga como los otros , ni se olvidan de los campos que la naturaleza les dio para correr sin sujeción, . 4 Andan en tropas , ó manadas, mas , ó me- nos crecidas , pero no lo son tanto , que pasen de 20 , ó 30. Su mansión es en las Punas desiertas y frias , donde crece el Ichú , ó Pajón , de que se alimentan : es animal muy sentido , que no dexa se le acerque la gente : corre con tanta , ó mas li- gereza que los Gamos -^ y no viéndose persegui- do, está con sosiego paciendo lo mas del dia. El son que hace con la boca es agudo , á modo de silvido , no correspondiente al cuerpo 5 y es- tando en su libertad, lo repite á menudo, tenien- do mas semejanza al silvido de algún Pajaro, que al ruido de animal quadrupedo. No es fácil cazarlo con la escopeta , ni detenerlo con los Ver- ros , por la ligereza con que corre. Es ayroso de todos modos , pero en su libertad mas , por la disposición y señorío con que lleva la cabeza le- Q 2 van- 124 ENTRETENIMIENTO yantada , y haciendo con el cuello como una S, sin descomponerla aunque corra velozmente. Lo que se aprovecha de él es la lana por su fineza y suavidad : sino tuviera el defeélo de ser floxa, pudiera sacarse mayor ventaja de ella para dis- tintos tegidos y sombreros , cuyo defedo le quita parte del valor que tendría. 5 No siendo fácil cazarlas con la escopeta, ni con Perros , hay otro medio , que es causa de su destrucción : este es el de hacer Chacos , voz que en la lengua de los Indios , ó Inca significa unión , ó compañía de muchos para alguna cosa. Es la Vicuña animal muy tímido , qualquier rui- do lo azora , y con facilidad se espanta : con este conocimiento disponen cerrar una cañada con al- guna cuerda que la circunde , dexando un corral bastante espacioso , y con una sola entrada : la cuerda la ponen en altura proporcionada , de mo- do que corresponda á la medianía del pescuezo de las Vicuñas , y en pequeñas distancias ponen unos colgajos de lana colorada , ó de otros colo- res , para que se muevan con el ayre. Antes de disponer este cerco tienen examinado el sitio don- de pacen algunas manadas , y lo mas cercano á ellas lo forman. Estando preparado hacen una especie de batida , ayudándose la gente de algu- nos Perrillos que tienen industriados para el in- tento , y llevan acosadas las Vicuñas , hasta que logran entrarlas en el cerco : ellas , viéndose en- cerradas , procuran escapar , pero advirtiendo los colgajos , se espantan , sin determinarse á saltar por encima de la cuerda, ni á humillar el cuello. SÉPTIMO. 125 para pasarla por debaxo. En esta forma entran los hombres que las enlazan y matan , desollán- dolas para conservar la lana en los pellejos. Por lo común son Indios los que se ocupan en este exercicio , ó algunos Mestizos: es duro y penoso por hacerse en las Fuñas rígidas, cuyos parages son despoblados, sin que en la inmediación, ni en algunas leguas se encuentre población , ó al- bergue donde recogerse. Necesitan estar meses en él para hacer cacería de algún fundamento: la carne de las Vicuñas y el Maíz que llevan les sirve de alimento ^ y quando el tiempo es malo, que nieva , ó que los vientos son muy recios , se albergan al respaldo de algunas peñas , ó en lo abrigado de alguna cañada. 6 Entre las manadas de Vicuñas suelen en- contrarse algunas Alpacas 5 pero también se vén otras de estas , aunque no en tanto numero como aquellas. Estos Cazadores no separan la lana de los pellejos, porque si lo hicieran, no se los com- prarían , á causa del fraude que se ha solido ha- cer en mezclar la de Alpaca con la de Vicuña^ siendo fácil por ser esta de un mismo color , aun- que mas larga , y no tan suave y fina. Los Tra- tantes que la compran en pellejos , la mandan se- parar , y después la empaquetan para remitirla á España, 7 Por esta causa matan quantas entran en el C^^rrí? , hembras y machos, de donde resulta la diminución de la especie , y esto sin necesidad, porque estando encerradas podrían trasquilar las hembras, y minorar el numero de los machos, se- lió ENTRETENIMIENTO según se hacia en tiempo de los Incas , con cuya providencia se multiplicarían , y cada vez habría mas abundancia de lana, quando al presente cues- ta trabajo encontrarlas. Las Alpacas , y los Gua^ nacos son de las tres especies la mayor , y con- servando una semejanza á la Vicuña , son feas: su pescuezo largo y grueso , pero no en figura de S como la Vicuña , sino quasi derecho , levanta- do arriba , perpendicular á las espaldillas : la ca* beza y parte alta del cuello poblada de lanas largas y espesas, lo que no sucede á la Vicuña ^ y el resto de las lanas también es largo , particular- mente en los brazuelos, y acia el vientre. Se do- mestican como las Llacmas y la Alpaca: sirve para cargar, pudiendo llevar á proporción del cuerpo mayor peso que ellas , pero el Guana-- co no. 8 El animal mas útil para los Indios , y que se acomoda mas á su caráder es la Llacma , ó Carnero de la tierra : con él hacen toda suerte de carguíos , no solo en las minas , sino para trans- portar lo que se ofrece de unas partes á otras. La estimación con que le miran pasa los términos de la racionalidad , y manifiesta su natural ignoran- cia. A todos los animales domésticos tienen un genero de afección, que no se vé en otras gentes, pero es mayor con las Llacmas , y asi lo dan á entender por las demostraciones que hacen. 9 Antes de empezar á servirse de ellos para la carga hacen un festejo , que á lo que indica la exterioridad , es como celebrando tenerlos por compañeros. Este se reduce á traerlos á el cer- ca- SÉPTIMO. 127 cadíto de su choza , engalanarlos , poniéndoles muchas cintas y colgajos de seda , ó lana en la cabeza : preparan porción de Chicha , de Aguar- diente 5 y de Maíz tostado , y convidando á . los Indios y sus amigos , concurren todos con sus mu- geres é hijos en el cercado ó corralillo donde están las Llacmas : tocan sus tamborilillos y flau- tillas, y empieza la danza, que dura un par de dias , continuándose en la noche como en el dia por intervalos. Quando están fatigados lo sus- penden , y buelven á seguir luego que toman nue- vos brios y ó que los vapores de la bebida se di- sipan.. De tiempo en tiempo van á los animales, que por lo ordinario se hallan recogidos en uno de los rincones del corral , y los abrazan , ha- ciéndoles mil agasajos : les presentan las Totu- mas , ó calabazas de Chicha y de Aguardiente ^ y aunque no las beben , se las aplican al hocico, quedando satisfechos con esta demonstracion: también les hablan en su lengua, diciendoles mil cosas de amistad y cariño , asi como pudiera ha- cerse con una persona con quien se tratase de al- gún genero de alianza : concluido este festejo, que es como anuncio de la amistad , empiezan á servirse de ellos, pero sin quitarles los adornos y galanerías que les pusieron. 10 Antes de haberlos puesto á la carga los tratan con tanta moderación , que no es regular ni apurarlos en las marchas , ni castigarlos, aco- modándose al paso de ellos , y se sirven del sil- vido para gobernarlos. Con facilidad se hacen á la carga, aunque no dexa de haber algunos aue lo IlS ENTRETENIMIENTO lo resisten , pero esto es de un modo que se co-" noce no inclinarse á hacer daño , y que su resis- tencia es por no sujetarse á llevar el peso que les intentan poner. No come este animal mas yerba que la que coge del campo , y se puede pasar sin alimento dos dias , y aun mas tiempo quando no trabaja. Si llega á cansarse, y se tira en el suelo, sea por haberle dado mas camino del que puede sobrellevar, por estar necesitado de alimento , ó por haberle puesto mas carga de la que sus fuer- zas permiten , no buelve á levantarse mas , y allí se queda hasta que muere , siendo inútiles quan- tas diligencias hace el Indio para ponerlo en pié j cuya particularidad es bien rara , por no ser re- gular en los otros animales , como tampoco el que, domesticándose en el modo que se ha dicho, no coma mas que la yerba que pace : por esta ra- zón caminan tanto de noche como de dia , y van cogiendo la yerba que encuentran en las inmedia- ciones del camino ^ pero sin embargo de ello les dan descanso en distintas horas , y en ellas, des- pués de haber pasteado, se echan en el suelo pa- ra rumiar y recuperar nuevas fuerzas , mante- niendo siempre la cabeza alta y el cuello derecho acia arriba. El modo de echarse también es par- ticular , diferenciándose de los otros animales : para ello se hincan lo primero de rodillas , y en- corbando las piernas las acomodan debaxo del vientre , una por cada lado^ en esta forma queda el cuerpo derecho, lo mismo que los que están en pié, el espinazo en medio, y no se les vé pierna ni brazo , porque las encubren enteramente con el cuerpo. Quan- SÉPTIMO. lip 1 1 Quando empiezan á cansarse , ó que se encolerizan , hacen un chillido agudo , distinto de el de las Vicuñas , á modo de quexido , pero diferente quando es por cansancio, de quando están embravecidos. Yendo cargados , sin tener cansancio , llevan en continuo movimiento la ca- beza , mirando con señorío á uno y otro lado, como para registrar la campaña. La lana es bas- ta respeílo de las Vicuñas y Alpacas , y la apli- can á ciertos usos, en que no se requiere fina: tie- nen variedad en los colores , porque hay algunas manchadas de blanco y acaneladas: otras ds blanco y negro , sucediendo á los Guanacos lo mismo 5 pero lo mas regular es el color de cane- la , menos subido que el de las Vicuñas, En los tiempos presentes no hay de estas Llacmas mon^ taraces , siendo manadas domesticas las que se encuentran en las Fuñas , en cuyos parages las tienen sus dueños para que procreen con libertad en el clima y pastos que son propios para ellasj de suerte, que estando allí sin encierro, ni suje- ción , no se hacen ariscas , como lo son siempre las Vicuñas, 1 2 Asi como las plantas tienen sobre la tier- ra sus distritos particulares para vegetar sin pro- pagarse por toda ella con igual generalidad, tie- nen igualmente los animales sus domicilios seña- lados por la naturaleza para procrear y mantener la especie sin pasar á otros territorios distintos de los que les destinó. Las Llacmas son comu- nes en el Reyno de Quito'^ y las Vicuñas son par- ticulares de este ultimo , en el del Perú , sin ha- R llar- 130 ENTRETENIMIENTO liarse en el otro, no obstante ser todo un conti- nente,ser muy uniforme el clima en la sutileza del ayre y en los pastos, habiendo en uno y otro País Punas con el mismo grado de frialdadjsien- do la yerba común el Ichu , y la qualidad del ayre, en quanto alcanza á percibirse, la misma. Asi hay motivo de creer que concurra alguna causa no perceptible á los sentidos por donde se distingan las Tunas , y parte alta de aquella tier- ra 5 en la Equinocia/^ y grados inmediatos de la otra , que está mas apartada, y que ésta es la le- gitima razón de que los animales, que son natu- rales de la una , no puedan prevalecer en la otra. 13 Tal vez aquella causa que ocasiona el Mareo en las Punas del Perú, cuyos efedlos no se experimentan en las del Reyno de jQulto , pue- de variar lo esencial del clima en tanto grado que sean diversos , sin embargo de ser iguales en la dilatación del ayre , en la frialdad , y en las yerbas. 14 Al contrario sucede con la casta de Co- nejos silvestres : el haberlos con abundancia en el Reyno de Quito , siendo de la misma especie que los de Europa en todas sus circunstancias , de tamaño, figura, color, y gusto^ y en el Rey- no del Perú no los hay , porque aunque no dexa de verse la raza de los que llaman Caseros , es distinta de la otra , y estos solo se vén en las ca- sas donde la curiosidad los mantiene. En corres- pondiencia de los Conejos que faltan en el Perú hay otra casta de animales, que llaman Viscachas^ de que el Reyno de Quito carece enteramente: son SÉPTIMO. 131 son en la figura y en el color del pelo lo mismo que el Conejo , y se diferiencian de él en que tie- ne rabo largo, poblado de pelo esponjoso , al modo de las Ardillas : acia el nacimiento es muy ralo , y acia la punta espeso y largo : no lo tra- ben iDuelto acia la cabeza como la Ardilla , sino tendido quasi orizontalmente : las articulaciones son menudas y escamosas. Se esconden en los agugeros de las peñas, y en ellos tienen sus ma- drigueras , no haciéndolas en la tierra como los Conejos : allí están juntas muchas , y lo mas del tiempo se les vé sentadas sin comer : se alimen- tan de las yerbecillas , y de los arbustos que se crian entre las mismas peñas : son de mucha vi- veza ^ su escapada no la tienen en la carrera , si- no en la prontitud de buscar la concabidad , y meterse en ella : de ordinario lo executan quando se sienten heridas , y por esto el modo de matar- las es tirándoles á la cabeza , pues aunque reci- ban el golpe en otra parte , y les hagan mucho daño, no dexan de ir á morir á lo interior de la madriguera. Tienen la particularidad de que lue- go que mueren se les cae el pelo , y por esta ra- zón , aunque es mas suave , y algo mas largo y fino que el del Conejo , no se pueden aprovechar sus pieles para los usos comunes. La carne es •blanca , pero no de buen gusto , por ser fastidio- sa , con particularidad en algunos tiempos , en los que del todo repugna. 15 La casta de losConejos parece ser una de las que están mas cundidas en la tierra , siendo raro el País en donde no se encuentren de un R a mo- 132 ENTRETENIMIENTO modo, ó de otro. En la Luisiana los hay, y aun- que de la misma especie que los de Europa , son algo mayores , como en un medio entre la Lie* bre y el Conejo : no hacen madrigueras en la tier- ra, y en su lugar buscan los arboles viejos que tienen el corazón podrido , y si hallan huecos en ellos se recogen , internándose hasta lo mas alto que pueden penetrar ^ por esto , el modo de co- gerlos es haciendo humareda en la parte inferior y cerrando las correspondencias de arriba para que la fuerza del humo los sofoque , y despren- diéndose caygan. Los perros con que se les per- sigue , dan indicio del árbol á donde se acogen los que han sido perseguidos. Puede inferirse de aquí , que la propensión de hacer madrigueras debaxo de tierra no es general en todos los Paí- ses, y que varía según las circunstancias. La abundancia de Arboles de la Luisiana , en la es- tension de aquellos bosques,proporciona muchos, que con la vegéz están huecos , y este animal se aprovecha de ellos para su guarida , evitando la humedad de la tierra , y las inundaciones , que son regulares allí por la gran llanura del terreno y la poca elevación que tiene 5 respedo de los Ríos. 16 La parte alta de la América Meridional es poco abundante en especies de animales silves- tres ; pero las que hay no se sabe que sean comu- nes á las restantes del Mundo. Las Vicuñas ^ Al-- -pacas , y Llacmas no las hay en la Luisiana , ni '1 'Cn todo lo que se estienden los Reynos de Nue- m va-España y ni fuera de la América , pero en el SÉPTIMO, 133 Perú no se vén Ciboros , Martas , Castores , y otros de pelo fino : en ambos Países hay Conejos^ Patas montesas , Corzos ^ Gamos , y Osos^ aun- que con algunas diferiencias , que las ocasionan los climas , y asi hay unos animales que son co- muñes , y otros particulares á cada territorio, sin que se tengan noticias de que la falta presente proceda de haberse extinguido con la sucesión de ios tiempos los que no hay , teniendo ei cuma proporción para mantenerlos. 1^ El Ciboro es animal proprio de la Xw/- siaua y de las partes Septentrionales de Nueva^ España : comunmente le dan el nombre de Baca sjivestre^y los Franceses le llaman Buey silvestre. Es parecido al Toro ó Baca domésticos en la fi- gura, tamaño, y sabor de su carne, diferencián- dose en tener una lana fina rizada y corta, en lu- gar de pelo.. Hay mucho consumo de su carne , y la usan salpresada , no pudiéndose conducir de otro modo , á causa que las cacerías se hacen lexos. 1 8 En los Países de Buenos-Ayres^ cuyas es- paciosas llanuras son abundantísimas de pastos, hay , como se sabe , crecidas tropas de Bacas silvestres , que no reconocen mas dueños que los que van á matarlas; pero estas son de la misma especie que las de Europa , sin que se reconoz- ca la de Ciboros , cuya falta no puede atribuirse á la calidad de los pastos , ni al ayre , porque en donde se mantienen las unas con tanta abun- dancia , desde que se hizo la Conquista , po- dían haberse hallado los otros , como sucede ea íMir las 134 ENTRETENIMIENTO las partes del Norte, Débese admirar en esto, co* mo en otras cosas, las providencias del Supremo Autor , que dispuso no fuesen comunes unas mis^ mas produciones en todas las partes de la tierra, para que cada País tubiese,en las que le son pro- pias , el dote que le correspondía , y con el in- centivo déla variedad se hiciesen comunicables. 19 Uno de los animales comunes es el Oso ^ que lo hay en la parte alta del Perú , y en la América Septentrional , y en otros muchos Paí- ses del Mundo antiguo , pero en la Luisiana abunda mas que en otras partes : allí se hacen crecidas matanzas de elIos,y elAceyteque se saca de sus mantecas es el que se gasta para condi- mentar los alimentos. La carne se aprovecha; pero lo principal son las piernas y brazuelos , de que hacen jamones al modo de los del Puerco, 20 Es también ordinaria en aquellos bosques la Ardilla , que no solo se encuentra en los pa- rages montuosos de la América , sino en las de- más partes de la tierra. En la Luisiana hay una casta enteramente negras , sin exceder en el cuer- po á las del color regular: estas se hallan acia la parte alta de Misisipi^y no son comunes.Las mas particulares , y que no se vén en otros Países, son las voladoras , las quales hacen un vuelo co- mo de la distancia de 20 varas,ayudandose para ello de dos membranas que les salen por los cos- tados del vientre , y se unen con las piernas y brazos : para volar las estiende , y asi pradíca los tránsitos de unos arboles á otros , midiendo lo que puede sostenerse sin caer con la distancia que SÉPTIMO. 135 que hay entre ellos. Son algo mas pequeñas que las ordinarias , pero parecidas á ellas en el pena- cho que forma la cola , en la extraétura de la cabeza y cuerpo , y en la agilidad y prontitud de estar siempre en movimiento. 21 En la parte baxa de la América Meridio- nal^ conocida con el nombre de Valles^ no se vén sabandijas , ni animales ponzoñosos. Tampoco los hay en la parte alta. La primera goza de un calor moderado en Verano, sin participar dellu- bias^ la segunda de un frió mas, ó menos gran- de , llobiendo con abundancia ^ pero hay parages intermedios en donde , sin ser los calores de los mas fuertes , ni participarse de las Ilubias de la parte alta , abundan las sabandijas ponzoñosas , y particularmente las Víboras , cuya adividad es tanta , que su mordedura es mortal , como suce- de en 'Europa, Esto se observa en los valles y cañadas que están al pié de la serranía, entre ella y los Países baxos inmediatos al Mar. A 34 le- guas de Urna , por la parte del Sur y del Ej-íe, están los Valles de las Capillas , de Huaquina , Huanca-conacbi^ yátl Topara, quQ confinan unos con otros, y en ellos abundan mucho las Fiboras^ pero á la corta distancia de 4 leguas, sea subien- do la serranía , ó dirigiéndose á el País llano, DO se vén , sucediendo lo mismo en el Valle de Luna-Guana, cuy 2í situación es como la de los antecedentes, á el pié de la serranía, y distante de ellos cosa de 1 2 leguas , en el que no hay ta- les sabandijas ^ de que se debe inferir , que en la tierra hay alguna qualidad que no se percibe pa- l'^ó ENTRETENIMIENTO para que prevalezcan en los unos,y dcxen de ver- se en los otros. 2 2 Quál sea ésta en los Países que no son montuosos y húmedos como los de Guayaquil^ Panamá , ó Cartagena , no es fácil de averiguar, pero puede atribuirse á que el criarse las Fworás y otras sabandijas ponzoñosas en determinados parages , dimana de ser la naturaleza de la tier- ra algo pedregosa , y no de arena pura , como lo es la de los valles en general. 23 Ostenta la naturaleza por todas partes sus maravillas en la extraña variedad con que colo- có las cosas , sin dexarnos penetrar las reglas de su providencia. En la Isla de Cuba hay abun- dancia de Culebras , pero su picada , ó mordedu- ra no causa daño de consideración , como acaece en los otros climas cálidos y pluviosos de la Ame- rica , y en ella no se vén las Culebras^ Corales^ y las Cascabeles , no obstante que son tan frequen- tes en Cartagena y Tierra- Firme ^ y que también son comunes en la Luisiana , donde se vén de unos tamaños disformes : fuera de estas dos espe- cies hay allí otras varias : las mas ordinarias son de color negro , siendo rara la que no sea ponzo- ñosa y del mayor peligro. Durante el tiempo frió del Invierno no se vén , siendo opinión muy va- lida , que se mantienen dormidas enterradas en el lodo , pero al calentar el tiempo salen del lecho en donde están , siendo entonces peligroso an- dar por donde hay yerba , por lo abundantes que son. 34 La circunstancia de ser Isla la de Cuba no SÉPTIMO, 137 no parece suficiente motivo para que falten en ella y en las otras sus confinantes los animales ponzoñosos , que pudieron haberse propagado en ellas, como los que no lo son. Allí son comu- nes 5 entre esta clase de Reptiles , las Culebras de tamaño disforme , que llaman Bobas , al modo que las de los Rios Orinoco.^ Marañon^ y otros de la América. El InseCto^ tan general en las Indias^ llamado Nigua , ó Pique , cuya incomodidad es frecuente, como el peligro que se corre después de la extracción , si por casualidad se moja el pié en la Isla de Cuba , no le hay en la Luisiana, Por el contrario , se encuentran en la Provincia de Quito , no obstante la pureza de su ayre , que no permite animales ponzoñosos , ni de Insedos molestos á la vida. 25 La parte ¿?/í¿? del "Perú logra esta prerro- gativa mas de no participar de su molestia 5 y aunque la casualidad haga que alguno las lleve, sin haberlas sentido , luego que llega á aquellas partes , se mueren , y la naturaleza las hace salir sin diligencia , por separarse ellas mismas de la carne. Posible será que en los valles de las Que- bradas , cuyos temperamentos son calientes , no falten , pero saliendo de ellos para las partes al- tas ^ perecen. Los frios grandes de la Luisiana en ios intervalos de Invierno pueden ser causa de que no subsista allí este Insedo , sí bien hay otro tanto , ó mas pequeño, y no menos incómodo que las Niguas, 26 Las yerbas de aquel País , al paso que son viciosas , producen con abundancia un insec- S ti- 138 ENTRETENIMIENTO tillo de los mas molestos que se puedan discur- rir ^ basta el pisarle , para que se pegue á las piern as : llamanle los Franceses^ bete rouge , ani^ mal rojo : es tan pequeño , que se necesita tener una vista muy perspicaz para distinguirlo , y con la ayuda del Microscopio se reconoce tener la fi- gura de un Cangrejo^ y que es colorado: se intro- duce por el cutis , y causa una picazón tan viva, que parece fuego : si se rasca en donde se siente, se imposibilita después el sacarlo , porque se in- terna en el cutis ^ con cuya advertencia se procu- ra sufrirla , y se extrahe con la punta de un alfi- ler ^ luego que sale cesa el ardor : éste ocasiona ampollas, que se llenan de agua , y llegan á ha- cer materia , ccmo sucede con las quemaduras, ó con los cáusticos , lo que es bastante prueba de la adividad que tiene en la mordedura. Parece imposible que un animalillo tan pequeño, que lo es como la punta de un alfiler, pueda hacer mal tan sensible. No es solo en las piernas en donde se introduce , sino en todo el cuerpo , no habien- do parte reservada para él. El rem^edio para miti- gar el ardor es labar con vinagre la parte donde está 5 y repitiéndolo , se muere , pero nunca es tan pronto , que no dure algunos dias. 27- Aquel País es de los mas pensionados de Insedos m.olestos , que puedan verse : las Moscas cantáridas son muy comunes , y las Garrapatas de mjonte,que llaman los Franceses^ Pou de bois^ Piojos de bosque-^ con dificultad puede andarse por entre ellos sin encastarse. No son estas Gar^ rapatas de las grandes que se conocen en otras par- SÉPTIMO. 139 partes. Su tamaño es como la quarta parte de un grano de trigo , pero los efedjs no son menos que los de aquellas : al arrancarlas de la parte di)nde se pegan es necesario tener la precaución de aplicar aceyte y sebo , ú otra cosa , para que suelten , porque de lo contrario se rompen por el cuello , y quedando la cabeza dentro de la piel, causan el propio mal que si el animal estuviese entero , y dura por muchos dias , hasta que á la continuación de aplicar cosas untuosas, llega á perder la fuerza. La cabeza , separada del cuer- po, se siente morder á ratos 5 de donde se infie- re , que no muere del todo , ni pierde la adivi- dad , que es lo mismo que se observa en el Pí?//- po de Agua, 28 Entre los varios Insedos,que abundan en la Luisiana^ hay Mosquitos de distintas especies, cuya incomodidad es tanta , que no le excede la de los Ríos y climas mas calorosos y húmedos: en parte alguna se puede estar , que no se experi- naente el ardor de las picaduras ^ y además de los comunes que llaman Mosquitos ^ 6 Zancudos ^ y Gegenes hay los llamados Fraps dábor , pega de repente , Damoise/es , Moscones , cuya picada es sin ardor , y hace saltar la sangre , de modo, que son inumerables en especie y cantidad. Por esta razón es un mueble muy común el Mosqui- tero de lienzo , y generalmente usan calzón lar- go , que cubra toda la pierna ^ pero la cara y ma- nos , que no pueden estarlo , se hinchan con el veneno que introducen las picaduras ^ siendo mas insoportable quando se viaja por los Rios , que: V - -. .... ..-. ... ^2 ei 140 ENTRETENIMIENTO es el modo mas ordinario de transitar allí. 29 La humedad excesiva de aquel País, los charcos y lagunillas que se forman en su plani- cie 5 y el calor del Verano , que es bien grande, según queda explicado, son suficientes motivos para que abunden los Sapos. Portove/o^ donde son tan comunes , no es comparable en esto con la Luisiana ^ los hay de diversas castas y tama- ños , siendo una tan disforme , que solo el cuer- po, sin comprehenderse las piernas, tiene de diá- metro una tercia , ó algo mas , y extendidos casi tres quartas : el ruido de estos , en lo bronco y recio , parece al de una Ternera de un año. La circunstancia de mantenerse en el agua de conti- nuo dá lugar á que las gentes los tengan por Ra^ fias ; pero el c^lor de un verde obscuro , y lo re- dondo del cuerpo persuade á lo contrario. Quan- do cantan muchos sobresalen en la voz á los de las otras especies , como haciendo los báxos , y es tal el ruido , que incomoda bastante. 30 Entre los Insedos abunda el Ciervo Vo-* lante , con cuernos largos , y varias puntas en ellos , al modo de los de Venados : son peligrosos por el daño que pueden causar en los ojos , me- diante que se lanzan contra la cara con mucha violencia : su color es negro , y el tamaño como el de los Escarabajos grandes. 3 I Las Cucarachas , que son comunes en la Habana y en los otros climas cálidos , no lo son menos en la Luisiana., con la circunstancia de ser allí de peor calidad ^ 1 lámanles Ravers 5 son mayores que las de Cartagena^ ó de Cuba , ^de SÉPTIMO. 14-^ fastidioso olor, y tan perjudiciales, que hacen ios estragos que los Ratones ^ porque no hay co- sa que no roán y destrocen con mucha ligereza, y por esto es necesario gran cuidado para con- servar papeles de importancia , ó la propia ropa: son muy sentidas y astutas , y huyen con gran li- gereza á el mas leve ruido. 32 Entre las especies de animalillos que hermosean la tierra en distintas regiones , debe mirarse como rara y vistosa la de los Cucuyos^ que abunda mas en la Isla de Cuba , que en las otras inmediatas. Estos son de la clase de las Lu- cernas , que se vén volar de noche , pero muy diferentes de las comunes , y distinguiéndose de ellas en la viveza y claridad de la luz que dan, y el no ser él animal de la de gusanos con alas, á manera de Mariposas, Su extrudura es al m.o- do de las Curianas , ó de las Cucarachas , tenien- do quatro alas , que desembuelven de la concha, ó costra que las cubre por la parte superior. En medio de la barriga tienen dos depósitos á cada lado el suyo , por los quales despide la primer luz, siendo del grandor de dos pequeñas lentejas. Otros dos tiene en la cabeza en el lugar donde corresponden los ojos , y estos son algo menores que aquellos \ asi entre todos quatro hacen una luz bastante grande y luciente. El animal la des- cubre por intervalos á su voluntad, manteniendo- la bastante tiempo , y quando quiere la oculta. Po- niéndolos en agua se alegran y vivifican^ aclaran- doseles la luz si están opacos , ó adormecidos, basta moverlos para que la den quando por sí no lo 1^2 ENTRETENIMIENTO lo hacen. Dexase comprehender abundar mucho en mateúsí phorforosa '^ debiendo notarse, que los parages luminosos son de color baxo amarillo quando muere , ó retira la luz. En el tiempo de Verano , que es en el que llueve , y de mayor calor, es quando se vén en abundancia, no encontrándose en el de Invierno. Su alimento es el jugo de laG?- ña de Azúcar , que crece y toma sazón en la mis- ma estación^ y por esto es en los Cañaverales donde se hallan con mas abundancia. No los hay en la Lídsiana^ sin embargo de la cercanía en que está, y de cultivarse la Caña-^ como tampoco en los pa- rages donde ésta planta prevalece. Pueden man- tenerse en jaulas pequeñas , que se hacen para el intento, quasi dos meses,dandoles de comer terro- nes de azúcar, cuya sustancia chupan, y es la que les conviene, como extrahida de la Caña. 33 Siendo de noche quando este animalillo se dexa ver , y que esto sucede por causa de la luz que despide estando volando , no sería fácil cogerle si propenso á la hermosura de su brillan- tez, no se engañase con las asquas de fuego , á las quales acude luego que se le presentan , aunque buele en larga distancia, y acercándose á ella se dexa coger. Esta propensión procede de parecerle ser otro animal de su propia especie , y venirlo á buscar: asi se vé, que luego que vén la brasa acuden á ella quantos hay por allí , no sucedien- do lo mismo con la luz de la vela. 34 En el tiempo que parecen estos Cucuyos ^ quando la Luna no alumbra , es una hermosura ver los campos poblados de tan brillantes Lucer-* ñas. SÉPTIMO, 143 fias» Las gentes se divierten en cogerlos para ponerlos en jaulas^ sueltan algunos en una pieza obscura para que la llenen de claridad , sien- do entretenido ver gyrar las luces por varias par- tes en todo su ámbito. Las mugeres , quando se pasean de noche buscando el fresco, suelen ador- narse las cabezas , el cuello , y los brazos con sartas de ellos , colocándolos de varios modos, y van resplandecientes como si llevasen coronas y collares de luces naturales. 35 En los otros Países de temperamento cá- lido , donde se produce la Caña , y en muchos donde no las hay, no faltan Lucernas ^ pero estas son de la especie de Mariposas nodurnas-, y la luz que dan no es comparable con la de losCucU" yos^ pues con uno de estos en la mano se lee m^uy -bien qualquiera letra. 36 Parece que este animal se sirve de su propia luz para dirigir el buelo , con el qual se rem;onta bastantemiente para distinguir los cogo- llos de la Caña , de donde se ha de alim.entar. De dia está adormecido , y entonces es quando tío dá luz, sucediendo lo contrario en la noche. 3^ También es común á la Luisiana la Mu~ can:uca , ó Chuca : llamanle Ráfrde^ois , Rata de Bosque , y tiene las propias particularidades que las de los otros Países : asi se vé ser este uno de los anim-ales que se hallan esparcidos en las dos Américas. 38 Parece que los rigores de los frios y hie- los del Invierno no debian permitir allí ciertos animales que son como naturales de los tempera- men- 144 ENTRETENIMIENTO mentos cálidos , y de esta clase es el CaUnám pero no sucede asi , siendo tantos los que hay en aquellos Rios , que no cede su abundancia á la que se nota en los de la T^ona Tórrida^ y se en- cuentran de disforme tamaño : diferenciándose los de allí de los de Guayaquil^ Cbagres , y otros Ríos , en que son de un color obscuro , tirando á negro , á contraposición de otros que tienen el color de tierra parda. Danles el nombre de CocO" arillos 5 y son dañinos con los animales , y con las personas quando se hallan hambrientos. Su tra- gadero es tan amplio , que tragado el cazonete de media vara de largo , y el cebo con él, lo en- gullen hasta su vientre , y al tiempo de llegar cerca de la orilla , tirado por la cuerda á que es- tá asido, lo suelen vomitar, quedándose con la carnada , de lo que hay experiencias repetidas, 39 Los animales que se juzgan dañosos por la inclinación que tienen á mantenerse á costa del tra- bajo de los hombres,no dexan de participar de al- guna particularidad , por donde se remunera lo que causan de perjuicio. Las Hormigas son noto- riamente de esta clase, por lo que disminuyen las semillas recien sembradas en la tierra , para pro- veer sus graneros. Las plantas mas útiles y bien cuidadas se aniquilan con el estrago que hacen en ellas, royéndoles sus raíces y cortezas, siendo temibles quando abundan , y particularmente las castas que hay de tamaños grandes. En las casas no son menos perjudiciales , porque se proveen para su sustento á costa de muchos daños. Este animal , que por todas partes es destruidor y mo* les- SÉPTIMO. 145^ lesto en los Ancks d^bPerw', es un grri^de.auKf; Jio contra las sabandijas venenosas. E$ ;de\supo-^ ner, que aunque la pa.nQ a¡ta Úq aquel dilatado País se denomina Cordillera Real de los Andes^ aliase entiende por Mnntams de los Andes los Países montuosos de las vertientes Orientales de la Cordillera, cuyo clima es cálido y húmedo, porque Uifbe mucho en él , y viene á correspon- der en altura á la parte baxa Occidental^ llamada Valles , donde no Hube. Es abundante en Cule- bras de las especies venenosas mas activas , co- rno Corales v% armonioso ^ parece que la cir- cunstancia de ser el clima frió, es causa de no ha- berlos. Al contrario sucede en los cumias calien-r tes de la T^ona Tórrida : la Luisiana , que parti- cipa de uno y otro en los Veranos, é Inviernos, no tiene la variedad y hermosura que hay en la Habana , Cartagena , y demás parages semejan- teé ,. pero logra algunas especies de los^pluma bien m.atizada , cuyo gorgéo es divertido y agra- dable. El Sinsonte en la pluma no tiene cosa par- ticular , pero en la armonía del canto y en la variedad de sus trinados es de un enveleso sin- gular quando se halla en libertad : su modo de cantar no es estando parado , sino revoleteando y haciendo mil juguetes con las alas en el ayre, como dexandose caer cerca de algún bástago de árbol, en el qual se posa, y levanta prontamente cosa de 4 , ó 6 varas : entretanto que permane- ce en este genero de revoleteo no cesa de cantar, y muda de tonos con la misma ligereza que de po- situra : luego que se posa enteramente entra en silencio^ por esta razón ^ estando encerrado nose- ' par- I 50 ENTRETENIMIENTO participa de toda su melodía. Los Franceses le llaman Moquenr , burlador , porque arremeda á quantos animales oye; en lo que, y en la varie- dad del canto , é inquietud que le acompaña ma- nifiesta su alegria y viveza natural. Esta es cau- sa de que en viéndose encerrado , se entristezca, y que muera prontamente ; á lo que también con- tribuye el ser delicado para mantenerse en jaula: sin dificultad puede mirarse como el Rey de los Tajaros por el canto : su alimento son los Mos^ quitos , Moscas , y otros Insectos , y por esto tie- ne el pico largo y delgado , dispuesto para co-»- gerlas. : I -i. 3 Son igualmente propios de aquellos Paí- ses otras tres especies de Pajaras , cuyo canto es divertido y particular : los Franceses , atendien- do á los matices de los colores , los nombran á los unos Papas , á los otros Cardenales , y á los terceros Obispos ; unos y otros abundan mucho; los que llaman Papas son los que en Español se nombran Mariposas , aludiendo á la perfección de los coloridos que tienen sus plumas tornasola- das : los Obispos son los que llamamos Azulejos: estas dos especies son menores que la de los Car" denales , y todas tres tan delicadas para mante- nerlos encerrados , que mueren muchos antes de conseguirse alguno que resista. 3 Asi como los Cardenales tienen la pluma de todo el cuerpo colorada , hay otros Pájaros del propio tamaño , que tienen parte amarillo el cuello, y los encuentros de las alas negros, y son los Turpianes , cuyo canto es también éntre- te- OCTAVO. 151 tenido : otros , que son de un color rosado her- moso, y á este naodo mucha variedad ^ todos ellos son de paso , mediante que en el Invierno no se vén por ninguna parte , y sin duda van á buscar clima mas benigno , adequado á su natu- raleza. 4 En las partes altas del Ferú , los Pájaros mas particulares son los Pkbes , muy comiunes en todas las Indias^ y tienen buen canto: también hay GilgUcTOS , y en las quebradas no faltan Pe- riquitos , ó Cotorritas de casta pequeña ; y al pié de la serranía , que son las cabeceras de Valles^ ce vén en abundancia Cotorras ^ de la especie re- gular de los Países cálidos 5 siendo reparable, que en la parte que se denomina Valles , no las hay. Aun mas digno de notarse es , que siendo abundante la Isla de Cuba y costa de Campeche ^ Pájaros grandes de plumage , matizados de colores vivos, como Guacamayos , de distintas ^especies , y Cotorras 5 ni estos , ni los Periquitos se vén en la Lirisiana, La razón que puede en- contrarse para ello es , que estos necesitan de temperamento , que constantemente sea cálido, por no ser capaces de resistir los frios del Invier- no ^ y no siendo de tránsito , que con el buelo puedan atravesar el Mar como otros , no pueden subsistir allí , donde los hielos del Invierno los anijuilarían. En el territorio baxo del Perú no dexa de haber Invierno, aunque el frió es mode- rado , procedido de mantenerse cubierto el Sol por espacio de algunos meses , y de experimen- tarse las Garúas. En las quebradas de las cabe- ce- 152 ENTRETENIMIENTO -ceras, que están lexos del Mar, no son tari per- manentes ^ y á correspondiencia aun es mas mó^ derado el grado de frió ; resultando de ello , que en alguna parte se hallan las aves de tempera^ mentó cálido , y en la otra no. 5 En las Cotorras y Guacamayos se observa^ que se posan sobre las Palmas , ú otros arboles, en crecido numero , en cuya forma se les tira , y caen quantos puede abrazar la munición ^ entre ellos no dexa de haber algunos que solo están lastimados ; estos , viéndose sin facultades para volar , graznan sin cesar , y al ruido acuden los que espantados al tiro salieron volando ^ y revo*- leteando al rededor del caído , se les tira ^ coij cuyo arbitrio es considerable la mortandad que se hace de ellos, que es un modo divertido para los Cazadores. . > 6 Las aves de agua parece que se acomodan mejor á todo genero de temperamentos ; las espe- cies de Patos ^ que son distintas, se hallan con abundancia en los R ios de la parte alta del Perú , y en Lagunas que están sobre los cerros de mas ele- vación ,ciiyo grado de frialdad es bastante : sien- do las especies mas comunes las que llaman Pan- torras ^ que son de los mayores, Labancos ^ Pa-- tillas , y Gallaretas. De estas propias especies se encuentran en los Valles ^ los hay en Guayaquil^ en todos los Países de la T^ona Tórrida , en la -Habana , en la Luisiatia , y en las partes mas aí Norte de la América Septentrional ^ de modo , que es entre las aves la mas difundida y abun- dante. Esto propio se observa en las partes mas frí« OCTAVO. 153 frígidas acia dSur, lo qual confirma su gene- ralidad. ^ ^ Son muy crecidas las matanzas que se ha- cen de ellos en la Luisiana : diariamente se vén Cazadores cargados de ellos quanto pueden so- portar 5 siendo la carne mas ordinaria que se con- sume desde Noviembre hasta Marzo , y por lo regular las familias tienen un Indio , ó Mulato Cazador , que saliendo por la madrugada , buel- ve á hora competente con porción necesaria para el gasto del dia. 8 En las Lagunas de la parte alta del Pera hay una especie semejante á la Gallareta , que llaman Jujui : ésta es de pluma negra 5 y engaña con el eco de la voz , imitando en ciertas sylabas la de las personas , con tal propiedad , que los Cazadores se equivocan , creyendo ser los com- pañeros que los llaman : no levantan vuelo , y su defensa es zambullirse al sentir el rastrillo de la escopeta : esto propio sucede con los "Zambulli-^ dores , que tampoco lo levantan , y es otra espe- cie diferente de la de Fatos : en el tamaño son como Palomos 5 la pluma blanca , y á manera de pelo 5 el pico agudo , sin paletas : las Gallaretas son comunes á todos temples , encontrándose con abundancia en las lagunas que son fecundas de aves. - 9 Son vistosas y particulares entre las aves aquátiles las Perionas por el color , siendo en el cuello , pecho , y hasta la medianía del lomo de un rosado muy vivo , y tan hermoso , que se viene á los ojos ; desde allí va disminuyendo, V y I 54 ENTRETENIMIENTO y termina en blanco por la parte de la rabadilla; su cuello es largo y encorbado , al modo del de las Garzas-^ el animal es del tamaño de las Ahi~ tardas , y vuela en vandada , manteniéndose de los animalillos del agua , y de las raíces de plantas que se crian en ellas: después de muerto se apaga sensiblemente el color , perdiendo la vi- veza , y queda amortiguado : por esta razón es el ave en donde propiamente se distingue la vitali- dad de la pluma. En la Luisiana hay de estos Tajaros , y en otras partes de las Indias , como en los Cayos de la Isla de Cuba por la parte del ISIorte : danles también el nom;bre de Flamencos^ y tienen un olor fuertísimo de Mariscos , que los hace insoportables, bastando solo tocarlos, para infeccionarse. El pico es largo y grueso , ade- quado para cortar las raíces de las Eneas y Jun-' eos, 10 En los valles de la parte baxa del Perú son mas abundantes las Garzas , que en la alta'^ y en sus especies hay variedad : en la Isla de Cu- ba los hay con mayor frecuencia^ y en la Luisia- na son igualmente comunes. En esta clase hay una especie , que no se encuentra en la parte ah ta^Y si en la baxa del Perú ; llamanla "Espátula^ porque su pico es precisamente en figura de ella^ su largo es de 3 á 4 pulgadas , una , ó poco me- nos de ancho , y en la extremidad hace una figu- ra circular , siendo mas ancho que el resto. Es al mismo tiempo muy delgado , consistiendo en dos hojas finas y lisas ; de suerte , que no tiene diferiencia á la Espátula : el modo que tiene de pes- OCTAVO. 155 pescar es particular , haciendo un medio círculo con la Espátula , tanto de un lado como de otro^ y usa de ella con tanta destreza , que no se le es- capan los Pescadillos quando la dirige acia ellos: en el tamaño del cuerpo y en el color es como las Garzas pardas de la casta pequeña. Es la Luisiana mas abundante de Pájaros de agua que los demás Países : la casta de Amares silvestres es -{«as- crecidísima^ la de Grullas y Abut ardas igualmente , y la carne de estas aún es mas gus- tosa que la de los Patos , sin el defedo de sentir amarisco , como sucede con estos, particularmen- te desde Febrero en adelante , en cuyo tiempo sobresale de tal modo , que no se pueden comer sin fastidio. 1 1 Allí son de paso estos Pájaros de agua, viniendo de las grandes lagunas que están acia la parte del Norte : en el Verano no se vén , y en los dias que hace hielo es en los que son mas fre- cuentes las vandadas 5 pero si al frió acompaña alguna niebla y viento, entonces vuelan mas cer- ca de la tierra, y se pueden tirar mejor : de aque- lla costa de la Luisiana y Florida pasan á Cuba, y á las otras Islas , y nunca se les vé bolver á buscar los Países del Norte en tiempo de calor. 12 Otra especie de Pájaros hay en la parte alta del Perú , que no entran al agua , y andan siempre á las orillas de las Lagunas : su tamaño es como el de una Gallina : el color obscuro , ti- rando á negro , la zanca larga , y el pico largo, encorbado, y delgado , al modo de la Gallineta-^ vuela regularmente , y su carne es buena : de es- V 2 ta ^ \<)6 ENTRETENIMIENTO ta especie no se encuentra en la parte baxa , ni los hay en la Luisiana , porque necesitan temple frió para mantenerse. 1 3 Los Sarapicos y los Chorlitos son de la especie de los comunes á distintos temperamen- tos : con igual generalidad se vén en aquellos destemples de la parte alta , como en los de la bax^ del Verú ^ y en la Luisiana no son menos abundantes. 14 Lo propio sucede con otra casta, que lla- man Frayletes ^ y algunos les dan el nombre de Gritadores : son en algo parecidos á las Aves frias. De ordinario están en la parte en donde hay humedad , siendo los enemigos de los Caza- dores , porque luego que los sienten se levantan gritando con un graznido agudo y penetrante, que sirve de aviso á la caza 5 y espantada antes de tiempo , alza el vuelo , sin dexar proporción para tirarle. 15 La parte alta del Peru^ por razón del cli- ma frió, y la baxa , por la de no llober , son di- ferentes de los territorios cálidos en donde llue- be , y del de la Luisiana : en aquellos la tierra se halla desnuda , y los arboles están esparcidos , á excepción de las quebradas, en donde el temple y accidentes varían ^ y estos otros se hallan tan po- blados de ellos , que convidan á las aves para que vayan á anidar entre la frondosidad de sus hojas , y mantenerse con la diversidad de sus producciones. Estas circunstancias facilitan que haya en ellos las que son propias de monte. Las Pabas mantesas es una de las especies que alli se crian OCTAVO. 157 crían con bastante abundancia , cuyo tamaño eá mayor que las de otras partes , y que las domés- ticas : su carne es gustosa ^ y es tan poco lo que se diferienclan unas de otras en la figura , que se equivocan. Tienen el vuelo ligero como otras aves , siendo esto en lo que mas se distinguen de aquellas. 16 En correspondiencia de esto , la parte alta del Perú logra tener Perdices,, y criarse Al- eones muy finos , con los quales se hace una de las cacerías mas gustosas y entretenidas que pue- de verse. Las Perdices se encuentran en los Icba^ les^ que son parages frios , y no se vén en las quebradas , cuyo temperamento es mas benigno, ni se juntan en vandadas , como en Europa : allí andan apareadas , ó solas, y esto es causa de que no sea tan fácil su caza : los Países son doblados, y lo que llaman Llanadas , son Lomas , mas , ó menos pendientes , y baxos , ó cañadas , que con la frequencia de cuestas , y la fatiga que causa en la respiración la sutileza del ayre , no per- miten hacerla con escopeta, y por esto se usa de los Aleones insdustriados por los Indios , en cuyo modo la Perdiz que lebanta el buelo, acosada por los perrillos , baxa precipitada entre las garras de aquellos que van en su seguimiento. AWi jtiim.Aaj sin comparación mas que en el Reyno de Quito, En los cerros de la parte baxa las hay tambien,sin embargo de que el clima no es con mucha dife- riencia de la frialdad que el de la alta. En la Isla de Cuba , que es temperamento cálido , las hay asimismo , aunque en algo diferentes. Las 158 ENTRETENIMIENTO 17' Las Becasinas se encuentran -al-síiBik^s las antecedentes en lo destemplado de aquellas eminencias , no siendo menos comunes en la Lui- siana ^ suelen encontrarse también en la parte éaxa , aunque no con abundancia. 1 8 Los Condores , cuyas singularidades me- recen no pasarse en silencio, son sin duda de las aves que vuelan , la mayor que se conoce, sir- viéndonos de esta frase para distinguirla de los Avestruces , que aunque se sirven de sus peque- ñas alas , no son suficientes para el vuelo. Estos otros, por el contrario , son de los que mas se re- montan en aquella athmosphera, cuya densidad desde luego se puede asegurar sin error ser la mi- tad de la que tiene en el nivel de la Mar. El es tan propio de los climas frios como de los ca- lientes, encontrándose en lo alto de las Punas del mismo modo que en los Valles 5 pero no los hay en las partes que están pobladas de arboles , ó ■son montuosas como Guayaquil^ Panamá^ y otras: su pluma forma un entretexido tan bien prepara- do , que no lo penetra la bala de fusil , ni el ani- mal se inmuta al recibir el golpe. Ha sucedido tirarle 8 , ó 10 tiros seguidos , oyendo dar las balas sobre él, y caer éstas al suelo de rechazo sin haberle hecho daño alguno : por varias veces repetida esta experiencia en la parte alta del P,^«u*7»/í'x/íí33elgadas, cristalinas, y muy puras: naturalmen- \ * 1/ ^ ^te siempre están frias, conservando esta qualidad del cuma de donde provienen \ pero es bastante ¿fi^¿í^^/A*-.«/»*j'*^ regular incorporárseles otras de ciertos Veneros riA ^2^i7t i'tntra^L^^ las viciau : allí llaman á estas Colpales^ sien- ' '^ do propiamente Vitriolicas : esta qualidad la to- man de los minerales por donde pasan 5 de ello se origina , que tanto quanto son saludables antes de la unión , son nocivas después de ella , y no solo se distinguen en el gusto , sino en el coloi que DÉCIMO. iSl que comunican á las peñas que bañan , y á las orillas , poniéndolas roxas anaranjadas, procedi- do de la costra que van formando en elia$. La abundancia que hay de este genero de aguas in- dica ser bastante común el Vitriolo y los betu- nes en aquellas tierras^ por esto varios Rios gran- des, que en el origen tienen aguas buenas , des- pués de haberse engrosado son malas , y de gus- to salobre 5 pero éstos mjismos , juntándose antes de salir al País baxo con otros de igual , ó ma- yor caudal , que no participan de tal defeíto , buelven á mejorar perdiendo la malignidad. También concurre á disminuirla el sedimento que dexa por donde pasa , no míenos que aquella costra que forma en la peñasquería que vá laban- do ^ por esto en la parte del territorio haxo , que corre desde que entran en él , no se percibe el mal gusto , y son útiles para el regadío , y para beberse. 1 5 Hay ciertas aguas con la propiedad de petrificar las cosas que caen en ellas , como las r>r^¿^ ^^rr^^^'-^ hojas de los arboles , las maderas ,. los huesos ? u¿^¿y^5¿//7a^í- otras , especialmente si abundan en porosidades: la causa de ello es que contienen mucha parte de limo sutil , y algún decido mineral , que al paso que se para aquel , se une y endurece , fixan- dose en los remansos , ó en el mismo suelo del eauce^ pero es particular que la misma agua pier- da la fluidez, siendo una de las qualidades esen- ciales de ella , y que se fixe , formando canteras como las de qualquiera otra piedra. Es común el concepto de decirse que la Villa de Guancavelica iSz ENTRETENIMIENTO . está fabricada con Piedra de agua-^ y que allí la de ciertos manantiales que están inmediatos se convierte en piedra , que después cortada y la- brada se emplea en los edificios. Si lo anteceden- te es tan estraño , no deberá serlo menos la cir- cunstancia de que esta agua, de que se forma la piedra, es tan cristalina , transparente , y pura que parece no contener cuerpo estraño. Aquella Villa está rodeada de estos manantiales, y en ca- da uno de ellos hay canteras de la misma piedra: el agua es caliente en tanto grado , que de con- tinuo humea , pero particularmente al salir de la tierra , de tal modo que aunque no llega al gra- do de herbir , no se puede tener la mano mucho tiempo en ella. Reposada en un grande estanque cortado en la misma piedra, que está inmediato á uno de estos mismos ojos , ó manantiales , no se reconoce que haga incrustación en los costados , ni que por el suelo deponga la materia, que petri- ficada disminuya la profundidad. En el se crian aquellas yerbas que son regulares en donde está el agua retenida. Los derrames del estanque, ba- ñando la tierra por donde corren , sin haber per- dido del todo el calor , hacen, en quanto hume- decen, una costra delgada , que tira á color ama- rillo, y ésta, con el transcurso del tiempo, vá engrosando y tomando cada vez mas cuerpo : en los principios no es dura , pero á medida que vá quedando mas profunda adquiere mas consisten- cia. Las yerbas que no están arraigadas , las as- tillas, ó ramas que se quedan paradas en algún remanso se petrifican igualmente , y se encuen- tran DÉCIMO. 183 tran incorporadas con las mismas costras. Esta piedra es ligera , aunque no tanto como el agua, porosa y blanda para cortas , cuyas qualidades conserva aun después de haber pasado tiempo de estar al ayre. La hay de dos especies , una ce- nicienta clara , y otra naranjada: la primera es de mas consistencia que la segunda , siendo diversas las canteras ^ de lo qual debe colegirse , que se- gún la especie de la tierra que baña el agua , asi resulta la piedra distinta en el color y solidez. 16 El gusto del agua es malo, por ser grue^ sa y salobre , pero los efedos son peores , y por esto los animales no la beben aunque estén preci- sados de la sed. En el olor no se le percibe cosa estraña , y usan de ellas para baños , sin que se haya reparado haber ocasionado malos efedos. ijr Inmediato á Guancavelica^ y por su fren- te , hay un cerro de regular altura , que llaman Pctoccbe : del pié de este, á cortas distancias, sa- len varios ojos de agua ^ los unos las dan en ex- tremo saludables y delicadas , y los otros noci- vas en el mayor grado : las primeras salen en el grado de frialdad , que es regular en aquel tem- peramento^ las otras con humadera tan abundan- te y densa , particularmente en la estacioa de los hielos , que forma nube sobre ella : de las unas á las otras habrá medio quarto de legua, y en esta corta distancia se encuentra repetida esta gran diferiencia.. Las calientes son las que , como vá explicado , formaa la piedra : de lo que se dexa inferir, que aunque se hallan tan cercanos entre sí los surtideros por lo interior de la montaña, si- 184 ENTRETENIMIENTO siguen distintos conduótos , que no se comunican; siendo muy particular , que alternándose unos ojos con otros, y siendo varios los que hay de cada especie, no se crucen por adentro, ni salgan sus aguas mezcladas. 18 Estas aguas calientes petrificantes son muy regulares en la parte alta del Perú .^tucontran-! dose en muchos parages, pero en ninguno son tan abundantes , como en aquel territorio de Guanea-- velUa, Sobre la formación de la piedra se ofre- ce un reparo , y es , que los parages que baña donde se reconocen las incrustaciones , no se vé que con el transcurso de los tiempos hayan cre- cido sensiblemente en altura , mas que las tierras contiguas, hallándose iguales con ellas ; y las canteras de donde se saca la piedra , están desde aquella superficie profundando para abaxo 5 de modo, que se hacen, hoquedadas hondas en don- de se abre cantera , lo mismo que sucede con las de otras especies : esto dá lugar á creer , no que el agua , como cree la vulgaridad , se convierta en piedra por un modo de coagulación , sino que tiene la propiedad de unir las partes de la tierra, y darles la dureza que se vé en la piedra : de no ser esto , era preciso que el estanque que se ha dicho , después de los años que existe , se halla- se macizado de la misma piedra ; que las tierras que baña el agua , creciesen sensiblemente en al- tura, respedto de las otras inmediatas que no ba- ña; y Que los surtideros, que están al igual de ella, se tapasen y succesivamente se abriesen por oíros parages mas altos de la montaña , pero no hay DÉCIMO. IÓ5 hay tradición de que haya sucedido , y asi no hay indicios de la mutación del agua en piedra, no obstante las incrustaciones que se vén de ella. 19 La parte haxa es sumamente escasa de manantiales , y los que hay están en las pendien- tes de la alta. La falta de lluvia y de congelarse hielos no permite que haya depósitos de ella : la igualdad del País es otro impedimento : y asi se diferiencian también en esto , pues lo que mas abunda en la alta es lo que mas escasea en la ba' SQa 5 la qual no podria subsistir sino le contribu- yese la abundancia de Rios de la otra que la ba- ñan para fertilizarla. 20 En los territorios cálidos como 'Panamá, y costas de Cartagena , que son baxos , no son frecuentes los manantiales , y los que hay dan el agua en el mismo grado de calor que tiene el ay- re , sin que la circunstancia de haber corrido por io interior de la tierra las haga algo mas frescas, procediendo de que los Veneros no están á mu- cha profundidad , y el calor del Sol penetra has- ta ellos , que es lo que se dixo tratando del tem- peramento de la Habana, V-ortovelo está rodeado de montañas de bastante altura , siendo los ra- mos de las cordilleras que pasan por el Ismo : allí hay abundancia de arroyos , cuyas aguas son muy delgadas , puras , y cristalinas ^ y son asi- mismo algo mas frescas que el temperamento del ayre , aunque la diferiencia no es m.ucha : la mis- ma causa que concurre para que los manantiales de terrenos baxos en aquellos climas se hallen en el grado de su temperamento , contribuye por el Aa con- lS6 ENTRETENIMIENTO contrario para que en Vortovelo sean diferentes en las montañas de alguna altura 5 no hace tanta impresión el calor como en las llanadas baxas. A proporción de la altura son los Veneros mas pro- fundos , y alcanza menos parte de calor 5 y por consecuencia el agua lo percibe menos \ y quan- do sale de ellos se siente con alguna frescura, que no llega á ser frialdad. 21 Las aguas del Rio Misisipi ^ á la vista, parecen las mas impuras y nocivas ^ pero en rea- lidad no lo son : de continuo están turbias , y tan sobrecargadas de Limo , que al tomarlas en urs baso empiezan á hacer asiento , y se vén mover- se las partículas terreas en el agua en tanta abun- dancia , que repugna á la vista : en el tiempo de las crecientes son muchas las palizadas que ar- rastra , trayendolas de distancias muy dilatadas, unas de arboles, que tienen algo de verdor, otras de troncos grandísimos, secos y podridos en par- te : esta abundancia de arboles y troncos no pue- de dexar de darle al agua muchas partes de la sustancia que en sí contienen 5 pero no solo no se percibe en ella , sino que la experiencia tiene acreditado ser saludables y benéficas para la na- raleza. Entranle también arroyos y Rios , cuyas aguas están mezcladas con materias estrañasj otras salobres , pero la porción considerable de las suyas, no dá lugar á que sobresalga la mala calidad de las que recibe, predominando siempre la parte saludable. En el Verano, quando se ha- lla en su mayor menguante, están algo claras, y entonces no son tan buenas como quando está ere- DÉCIMO. 187 crecido, siendo la causa por que le entran las de el Mar á alguna mas distancia con las mareas, y hacen rebalso las dulces , sin que por esto sean perjudiciales para la salud. Entonces se sienten calientes por la superficie, pero en lo profundo mantienen la frescura. 22 Siendo tan limosas como se ha explicado, no engendran piedra , debiéndose suponer , que por mas clarificada que esté , siempre dexa mues- tras de contener algún limo : de ordinario se lle- nan varias vasijas para que tenga tiempo de asen- tarse , y se bebe de la mas antigua : esta misma, después de reposada y aunque sea por tiempo de un año , tomada en algún baso , no se le descu- bre á la vista señal de cuerpo estraño , porque se reconoce tan diáfana y pura como el cristal mas transparente, y dexada allí uno, ó dos dias, se vé en el asiento un limo sutilisimo,que parece jabón, el qual se nota también sobrenadar en las vasi- jas grandes donde se pone , para que se aclare. La gente común , y la que trafica por el Rio la bebe turbia como viene naturalmente , y no hay exemplar de que les haya ocasionado mal , aun usándola quando se hallan fatigados y sudosos del trabajo de remar. 23 La qualidad fría que tiene, puede proce- ceder de venir de las parfees del Norte , y de las muchas nieves que se derriten en ellas , que son, según lo que puede juzgarse , las que le dan ori- gen : desde ellas sigue recogiendo las de aque- llas dilatadísimas llanuras , que tiran acia el Po- niente y Norte de los 45 grados en adelante , en Aa 2 cu- l88 ENTRETENIMIENTO cuyo largo curso , y en el que hacen los otros Ríos que lo engruesan y se carga de las partes li- mosas de aquellos territorios , y á fuerza de man- tenerlas agitadas en el movimiento de tanto via- ge y las adelgaza y sutiliza en los términos que se vén 5 pues miradas en el baso parecen como un humo que ocupa su capacidad. Esta misma sutileza del limo , siendo de tal modo ligero , es sin duda la que comunica al agua la qualidad sa- ludable para que facilite la digestión , avive el apetito , y mantenga la salud sin las intercaden- cias que se experimentan con las que no son taa buenas. 24 Observase allí con las aguas de las Ilu- vías una particularidad , que no se oye de otras partes , y es , que en ciertos tiempos , quando son mas abundantes, se vé sobre ella una nata amari- lla , que parece Azufre ^ esta la hay en los char- cos y en las vasijas de madera que usan para re- cibirla ^ es en bastante abundancia , recogiéndo- se acia los bordos , en la que está detenida. Aquella athmósphera parece que abunda de par- tículas sulfúreas , y lo acreditan las fuertes tem- pestades que se experimentan , siendo muy raro el que llueva , sin que acompañe alguna con for- midables truenos, que hacen estremecer los edi- ficios. Según lo que dida la experiencia , trahe el origen de los bosques espesos de arboles , que abundan en resinas , los quales exhalan lo mas sutil , y en estas materias van mezcladas las par- tes azufrosas sutiles , que siendo en mucha abun- dancia, se incorporan y precipitan con la nu- be DÉCIMO, l8p be que dá el aguacero y tempestad. Esta na^ ta^ 6 azufre es tan ordinaria, que desde luego está visible , y en unas ocasiones se nota mas abundante que en otras, procediendo de aqui la vulgaridad allí esparcida , de que llueve Agua y Azufre , aunque no pueda tomarse mas que por la parte oleosa sutil de éL 25 El Rio , cuyas aguas quando crece se ponen mas altas que el territorio vecino , y lo inundan en las partes donde no tiene Malecón^ ó "Dique que las contenga , sirve de mucho benefi- cio en aquel País donde toman las que necesitan; y conducidas por cequiones, ó canales, las apro- vechan para los Molinos , ó Sierras de aserrar Madera , siendo una de las principales industrias que tienen aquellos vecinos. Aunque es tan cau- daloso y ancho el Rio Misisipi , se repara con- tra lo regular de otros no hacer mayores estra- gos en las orillas, lo qual se atribuye á la pro- fundidad que tiene , y que por esta razón lleva la mayor fuerza su corriente por la parte baxa del Cauce ^ como que allí es en do "«de concurre todo el peso y rapidez : por esto los Diques , ó Malecones que hacen, para evitar que se explaye, no son anchos, ni se les dá mas altura que la qu-e toma el agua en su mayor creciente. 26 Estas aguas que se toman del Rio , y las que se juntan con las lluvias, van á dar á los Lagos en la extensión que tiene la Isla donde es- tá situado el Nuevo Orleans , que desde la embo- cadura del Rio hasta el caño que llaman im- pro- IpO ENTRETENIMIENTO propiamente Rio de Ivervila , es- de 68 leguas' del Sueste al Norueste^ contando las bueltas que hace. El declivio que las tierras tienen llevando los desagües para el lado de los Lagos ^ hace perceptible , que el limo que el Rio depone , le- vanta con la continuación las tierras que baña , y juntamente su cauce 5 de donde procede aquella inclinación para la parte que está mas distante. Parece por las señales , que el cauce se levanta al igual que las tierras de su inmediación , dan- dolo á conocer la circunstancia de necesitar siem- pre de un Malecón , ó Dique que lo contenga pa- ra que no inunde las poblaciones , ni los lugares que se desmontan para el cultivo , no conocién- dose diferiencia de la altura que tenia en los tiem- pos pasados , á la que tiene en los presentes. 2^ En la desembocadura al Mar hay tam- bién alguna señal de levantarse el cauce ^ y con- siste, en que ahora 50 años tenia 24 pies de agua la Barra , y al presente solo tiene 1 2 en las ma- reas llenas , conservando por la parte de adentro la misma profundidad que tenia entonces. Bien pudiera suceder , que la Barra , en las distintas desembocaduras que tiene el Rio, creciese en al- tura , siii que el cauce se levantase 5 pero siendo uno mismo el volumen de agua que llevaba en lo antiguo, que el que lleva á el presente, y con- siguientemente igual la fuerza de esta contra los embates de las olas, parece que no hay razón para que ahora se detengan las arenas sobre aquel nivel en mas cantidad que entonces ^ y parece mas DÉCIMO, ipi mas regular que sea el cauce el que se haya le- vantado , lo qual contribuye á que estén mas es^ tendidas , y que lleven menos fuerza que quando salian por canales mas reducidos y profundos. 28 Llama la atención sobre las aguas, de que se ha dado noticia , y de sus qualidades, una cu- riosa comparación entre las calientes de la parte alta delPerú^Y particularmente en el Govierno de Guancavelica , y estas de que acaba de tratarse: aquellas son cristalinas, transparentes, y puras á la vista , y no obstante esto que manifiestan en la apariencia , forman canteras de los territorios que bañan , reduciendo á la misma especie las cosas que caen en ellas : estas otras son turbias , sobre- cargadas de limo, de tierras,y de las partes gomo- sas de los arboles , y no ocasionan piedra á los que la beben , ni resulta otro algún mal , pues se ha dicho ser saludables y buenas. Estas dos opuestas propiedades , que recaen sobre acciden- tes encontrados , no pueden proceder de otra ra- zón , que de contener las primeras , en partes im- perceptibles á la vista , unas materias propias á unir y endurecer la tierra luego que se detienen en sus porosidades , y que el limo de las segun- das , por el contrario , subsiste en partículas muy menudas , que sobrenadan , y no se unen , ni for- man concreción^ pero siempre es particular por el engaño que causan á la vista unas y otras. 29 Aquellos Lagos Borgne^Pontchartrain^ y Maurepas , que por la parte del Norte y Levante circundan la Isla del Nuevo Orleans^ son la en- tra- ip2 ENTRETENIMIENTO trada del Mar , entre ella y la tierra firme , cuyo paso llaman el Rigole, y su anchura es compe- tente para que puedan entrar toda suerte de Em- barcaciones: acia la parte del Mar tiene de i6 á 1 8 pies de agua, pero en todo su largo hay de 10 á 12 brazas: de esta profundidad se buelveá disminuir á 1 1, ó 12 pies, que es la que tiene el Lago Pontchartrain : después de éste el Maure-^ pas , á donde se entra de él^ de suerte que la dis- tancia que hace aquella garganta , cuyo largo es de tres leguas , hace un pozo que excede en pro- fundidad á su entrada y salida en 50 pies por lo menos. El primero de los tres Lagos , llamado Borgne , ó Tuerfo , es menos profundo que los otros dos, no teniendo mas que de 6 á 8 pies sus aguas acia el lado átl Levante, y aunque son dul- ces, son gruesas, de mal olor, y gusto, de un color verdoso, al modo que lo están las encharcadas: desde la medianía para el Poniente son del color de las del Rio, y buenas para beber. Esta dife- riencia viene de que por este lado no le entran caños, ó esteros que vicien la calidad de los der- rames del Misisipí , y por el opuesto sí. De este Lago se sale al Mar , é inmediato á su emboca- dura está el Rigole, que es la entrada á los otros dos Pontchartrain y Maurepas : sus aguas son sa- ladas, mezcladas con las dulces que caen en ellos por varios esteros, ó caños que les entran, donde se recogen las de la Isla del Nuevo Orleans» 30 Descúbrese Orizonte en todos tres^ y aun- que su profundidad es poca , se agita el agua lo bas- DÉCIMO. ip3 bastante quando sobreviene tormenta de viento.^ Las Embarcaciones que los navegan son peque-. fias, con cubierta , no permitiendo las de mayor parte la agua y las barras5que tienen los caños de S.Jwm Tiguyu y otros que- van á dar cerca del Nuevo Orleans , en las quales solo hay de uno y, medio á dos pies : son muy abundantes de pescan dos de varias especies y buenos , con particulari- dad los que llamam Feges colorados^qüe son gran- des: de estos Lagos se provee el Nuevo Orleans y aquellos habitantes que están en las orillas del Misisipi, 3 1 Cada País tiene sus costumbres y usos particulares 5 sucediendo lo mismo con las di- versidades de las gentes. En el Nuevo Orleans , molestados sus habitadores de los grandes calo- res,y convidados de las proporciones que ofrecen los Lagos en la bondad del suelo y poca profun- didad de sus orillas, es uno de los entretenimien- tos que practican ir á bañarse y pescar. Para esto van á ellos en Barquitos pequeños , y sin despo- jarse de la ropa se meten en el agua , por la qual corretean y juegan, "haciéndose varias burlas, co- mo si estuviesen en tierra. La ropa no les inco- moda por ser delgada la que usan ^ y pueden pa- searse hasta larga distancia de la orilla sin que les moje mas arriba de la cintura , porque hasta estar bien apartados de ella es el fondo lo-ual , / • Siendo después de esta distancia quando empieza a reconocerse la profundidad. Tendiendo las redes los Pescadores, se divierten las personas que es- tán d.e paseo en tirarlas hasta la orilla y ver salir Bb el /^/^¿^ ^^^f¿¿i^ZC.¿.^A- ^ ip4 ENTRETENIMIENTO el pescado que vá en ellas; esto se repite las ma« ñañas enteras, sin que resulte daño. Después se retiran á las casas de los mismos Pescadores, que hay allí , donde mudan de ropa , y concluyen la función con la comida que se prepara en mucha parte de los pescados que se han cogido. El La- go Pontchartrain está en buena proporción para estos paseos, que se concluyen en el mismo dia pasando á él por el Caño de S, Juan, EN- íps ENTRETENIMIENTO XI. De Ids dolencias que son particulares, según la 'variedad de los climas y su comparación* S regular que la naturaleza de Wl^ las gentes y los animales par-» j]^ W. ticipe de las distintas quaÜda- ^^\ des de los temperamentos , y que, según la variedad de es- tos , sea la disposición de los humores, y propen- sión á las dolencias que predominan en ellos. Los temperamentos frios están preservados de mu- chas de las enfermedades que reynan en los cáli- dos , y en estos son comunes las contrarias á las que allá son ordinarias: en unos proceden de la constipación , de la falta de transpiración , de la coagulación de los humores, y de la demasiada tensión y entumecimiento que sufren las fibras: en ios otros de la mucha disipación de laxitud de estas : de la agitación de los fluidos ^ y de la x:orrupc4on puede decirse , que en el primer caso la naturaleza se halla demasiado comprimida , y que en el segundo peca por muy relaxada. Los territorios que están fuera de la Una Tórrida participan de ambas intemperies con otro exceso distinto , procedido de pasar de un extremo al otro, pues en el Verano se experimentan los efec- Bb 2 tos Jp6 ENTRETENIMIENTO tos del calor, y en el Invierno los del frío , sin mas intermedio que la Primavera y el Otoñojque son los. que preparan para pasar á ellos» 2 La diferiencia de temperamento del In- yierno al Verano en^ las cercanías de la Equino^ cial y aun en lo que coge la 'Lona Tórrida , no son considerables , y asi se observa en la parte alta , como en la baxa del Perú ^ de aqui nace y que las intercadencias de la salud son quasi las Biismas en todas estaciones, con la diferiencia de ser en unas mas repetidas que en otras ^ pero la naturaleza trabaja m.enos , porque no pasa de una especie de temple á otro enteramente opuesto. La juventud está muy expuesta en los climas cálidos por la disposición que tiene á la fenjientacion de los humores. La vejez se mantiene bien y ad- quiere otras fuerzas distintas de las que tendría en donde el clima no guarda estabilidad : unos y otros viven sin mayores incomodidades en los que son frios , porque una vez connaturalizados á ellos n.Q tienen que fatigarse en acomodarse á las extremosas desigualdes de las dos estaciones opuestas. 3 En la parte a/ta del Perú se dice común- niente,que el que vá sano se "mantiene en el mis^ nio estado^ pero que el que lleva enfermedad pa- dece mas que en el parage de donde la sacó: esto no sucede con todas, pues hay algunas que secu- tan solo con la mudanza del clima. En la baxa no es asi, porque hay enfermedades, que quando el grado de calor aumenta, sobrevienen á los que están saaos , del mismo modo que á los que oa- de- UNDÉCIMO. ipy decen males habituales. Hay no obstante una di- feriencia entre estos climas calurosos y los que pasan de un extremo al otro, y es, que habiéndo- se habituado á ellos con la larga residencia no viven tan expuestos^ y asi, todas las incomodida- des se sobrellevan , y nunca son tan penosas co- mo el salir de un*Invierno crudo , y entrar en un Verano caluroso , exercitando la robustez con pruebas de enfermedades y epidemias encout» tradas^ . rj 4 Son las enfermedades ordinarias de la par- te alta las que provienen de Constipaciones ^Afec^ tos de Pecho ^Pieuresias , y algunos Reumatismos, Estas son mas, ó menos graves, según la dispo- sición en que encuentran lossugetos^ y quando están bien humorados no es regular que les so- brevengan. 'LsLS Fiebres intermitentes y las pútridas no reynan allí^ pero se nota en ellos que los que van de la parte baxa las llevan , y aunque parez- can sanos, á cortos dias de llegados, se manifies- tan , causando accidentes penosísimos , que en algunos son de peligro , pero no se comunican á otros, ni transcienden á las gentes que están acost- lumbradas al País.. 5 En las quebradas profundas de aquella misma parte, donde se produce la Caña de Azu- car^ sucede por el contrario^ las Fiebres intermi^ tentes son comunes^ siendo tal el estrago que causan , que llegan á despoblarse las haciendas por la mortandad que ocasionan en los Indios y y demás gente que las habita. Esta enfermedad es maligna 5. á distinción de las fiebres de la parte ba- ip8 ENTRETENIMIENTO haxa^ que aunque sean molestas por la duración, no suelen ser de peligro; sin ser remedio suficien- te salir de allí, y pasar á curarlas al tempera- mento frió 5 porque esto prueba en unos , y en otros no. 6 En algún modo tiene semejanza con la intemperie de algunas partes de Italia , quanto á contraherse con facilidad , y á reynar por tiem'- pos, dexando de molestar en otros. Quando está en vigor basta hacer mansión en la Quebrada para contagiarse^ y si llega á dormirse en ella, sea de dia , ó de noche , es infalible contraher el mal ^ por esto los que caminan no escusan rodear algunas leguas , yendo á buscar la cabezera de las quebradas para evitar el tránsito por ellas \ y los que mas se arriesgan lo hacen sin detenerse en el camino, procurando atravesarlas en ho- ras que sea lo menos nociva que se pueda. De continuo se padece este mal en tales parages, pe- -ro no son malignas en lodo tiempo : hay algunos en que se declaran tales, lo qual dura uno, dos, ó mas años , en cuyo término se despueblan, mu- riendo la mayor parte de la gente , y huyendo la poca que queda, después de haber visto los es- tragos y su permanencia ; de suerte, que hacen al fin lo que deberían pracflicar en el principio. Pa- sado algún intervalo de tiempo vuelven á quedar habitables , y se pueblan de nuevo con aquellos restos que salieron fugitivos , y otros que se les agregan , si embargo de no ser nunca sanos. La causa de esto es natural : aquellos lugares están profundos , no se ventilan : los vientos corren se- gún UNDÉCIMO. Ipp gun las quebradas van , unas veces de un lado, otras del contrario , y asi los vapores que se le- vantan del Rio , los que salen de las tierras hú- medas y movidas para la cultura de los Cañave^ rales , y los que esta misma planta exála, y la reberveracion del Sol en aquellos sitios encerra- dos se junta todo para inficionar el ayre, y hacer el temple enfermo. Después que se despueblan cesan la cultura y labranza de las tierras : los plantíos de Cañas , los humos del caldo de ésta, en las oficinas donde se reduce á Azúcar , los bagazos , y las heces de aquel , que todo se cor- rompe , y ayuda á inficionar el ayre ^ por esto , después que pasa algún tiempo de la despobla- ción, cesa el mal ayre y buelve el temperamento al estado regular de un clima caluroso , propenso á las enfermedades que son ordinarias en los de su especie.. 7" En la misma parte alta\, fuera de las que- bradas , siendo las enfermedades comunes del Fecho , suelen ocasionar Asmas , pero viven con ella los que las padecen mucho tiempo; allí le dan el nombre de Ahogidos, El remedio mas pro- pio que se conoce es ir á la parte baxa , asi como los que la contrahen allá convalecen mudando de ayre á la alta: en los unos el demasiado resorte y compresión de las fibras , y la sutileza del ay- re ocasiona la enfermedad : en los otros procede de un ayre muy denso, pesado, y de la debili- dad de las fibras f por esto , mudando de clima los unos á donde el ayre es mas pesado y cálido, y los otros á donde es sutil y frió consiguen me- loo ENTRETENIMIENTO joría , y que no les moleste tanto el accidente. 8 Dos causas hay en aquella parte aita , pa- ra que la naturaleza se debilite , sin que le apro- vechen las prerrogativas del clima : una es el mal Venéreo que está muy propagado 5 otra el uso in- moderado de las bebidas espirituosas : sin ellas vivirían las gentes con mucha robustez, y sin ex- perimentar las indisposiciones y achaques que padecen : asi se vé , que las Pleuresías , los Abo- gidos 5 y las Fluxiones de pecho sobrevienen re- gularmente á los que están tocados de aquel mal, yá los que usan con desorden las bebidas. 9 Esto se advierte mas bien en el tiempo de los hielos , y se confirmó en el año de iT'SQ en una epidemia general que sobrevino, en la que perecieron los que estaban con mala disposición; y al contrario , de los que no padecian de aquel mal, ni estaban habituados con exceso á las bebi- das, aunque lo padecieron, no peligraron, 10 El estrago que hizo en los Indios fue con- siderable, ayudándose á esto la demasía con que se entriegan á la embriaguez : á estos sucedía, que desde los principios del mal se aparataban de muerte , y duraban pocos días : conocido este daño , se prohibió la venta del Aguardiente , y luego se sintió el beneficio , cesando la mortan- dad ^ y aunque la epidemia continuó, no eran tan fatales sus estragos. 1 1 Pudiera tomarse por anuncio de este mal, si se reputasen por seguras las ideas antiguas, la aparición del Cometa que se vio entonces, con corta diferiencia de meses : este apareció en aque- UNDÉCIMO. 201 aquellas partes desde 25 de Abril, llevando sa curso de las partes Meridionales á las Septentrión nales : la epidemia se declaró en Guancavelica^ acia los fines de Julio, y corrió toda aquella bas- ta extensión de País ^ empezando igualmente en ias partes Meridionales , de donde fue succesiva- mente siguiendo á las Septentrionales 5 y como si fuese cosa viagera , pasaba de unas Ciudades á otras , conociéndose por la distancia de estas , á corta diferiencia , lo que tardaría en llegar á las de mas adelante : su principio fue , como vá di- cho , en las partes del Sur 5 pero como aquellos Países son de tanta extensión , quando se tuvo ía noticia en las mas cercanas á la Equinocial fue al tiempo que estaba en Potosí y Cbuquisaca : de allí pasó á la Paz , á Oruro , Chucuito , el Cuzco^ Guama nga^ Guancavelica , Xauja , y Lima y y fue siguiendo después por los territorios alto y baxo acia Quito y demás Provincias. Sus progre- sos eran rapidisimos, de tal forma , que si hubie- se tenido la malignidad á correspondiencia de la generalidad , sería bastante para la extermina- ción del genero humano , en quanto comprehen- dio , pues en el termino de 5 , ó 6 dias no que- daba persona grande, ni pequeña, que no adole- ciese de ella , manifestándose en unas con mas ri- gor que en otras : las calles quedaban desiertas, siendo raras las personas que en ellas se veían: las casas solitarias, y postrados quantos vivian en ellas : las plazas de la provisión totalmente yer- mas , sin haber ni quien vendiese , ni pudiese ir á comprar j y en este conflido faltaba la regular Ce asis-f ZOZ ENTRETENIMIENTO asistencia , porque todos estaban en el caso de necesitarla. La Providencia de Dios permitió que lo fuerte del mal durase á las personas bien com- plexionadas solo por dos , ó tres dias ^ y aunque quedaban con una debilidad extraordinaria , po- dian en algún modo dar auxilio á las que se ha- llaban mas agravadas. 12 El mal consistía en un gran desvaneci- miento y pesadez de cabeza , flaqueza en todos los sentidos, y dolores fuertes en el cuerpo, indis- tintamente en las partes de él ^ calentura no muy violenta , lasitud general , sangre por boca y na- rices , sordera y un gran abatimiento , con total inapetencia : á los que padecían males habituales, particularmente del pecho , se les agravaban ^ y alargándoseles la enfermedad , morían : los que no estaban en aquel estado mejoraban usando de sudoríficos y de abrigo para mover la trans- piración : después de pasado lo fuerte del mal se sentían en la convalecencia los efedos de él, siendo larga y penosa , porque quedaban débiles ios cuerpos , la vista perturbada , el aspedo tris- te , y el animo abatido , necesitándose mas de un mes para disipar estas reliquias. 13 Observóse entonces , que los Perros par- ticiparon del mal epidémico : en las calles se veían tendidos , sin poderse poner en pié ^ algu- nos murieron , pero se observó , que también fue benigno para con ellos. 14 Asi como fue rápido en empezar y en propagarse en los vecindarios de las poblaciones,, donde picaba, fue pronto en terminarse , cesan- do UNDÉCIMO. lO'^ do en cosa de un mes. En las partes por don- de empezó fue mayor la mortandad , por faltar el conocimiento de la curación ^ observándose, que el uso de las sangrías era pernicioso y aun mortal , con cuyo antecedente , sin embargo de los grandes aparatos que le acompañaban , se re- ducía después la curación al método que se ha dicho. 15 En aquellas partes no conocen la enfer- medad de la Peste , ni tienen en lo común idea de ella ^ con esta escasez de noticia , le aplicaron el nombre de tal , como lo hacen en todas las en- fermedades epidémicas , las quales se experimen- tan por tiempos , y son mas comunes en la parte baxa 5 que en la alta. La causa del mal , según toda apariencia , estaba en el ayre ^ y entre las señales que lo persuaden , lo es el que en aquel mes, y desde fines de Abril reynan los vientos Sures arriba , y la epidemia corría , como ellos, del Siír al Norte ^ porque sino fuese asi , y la co- municación procediese solo del contagio de unas personas á otras , no las comprehenderia tan ge- neralmente como sucedia , y menos á los irracio- nales que van expresados. 16 En los parages cálidos de la parte baxa es enfermedad común la de las Tercianas^ ó F/V- bres intermitentes 5 duran muchos tiempos en las personas á quienes dan , pero sin la malignidad que las de las quebradas de la alta ^ y aunque no dexan de morir algunos , es quando se les com- plican con otros males , ó después de largo tiem- po de padecerlas , sin hacerse cura formal que lo Ce 2 ex- a04 ENTRETENIMIENTO extinga ^ y asi acaece á muchos, que viviendo en aquellos campos esparcidos , y lexos de las po- blaciones principales , no tienen proporción para ella. ijr Este genero de enfermedad es sin duda el mas común en los parages que por naturaleza son cálidos , ó participan de Veranos calurosos, y en los primeros son tenaces y difíciles de extin-» guirse. La gente del campo , en la Isla de Cuba^ tiene una observación particular , y es , que quan- do se mojan , yendo de camino , si el agua les eae sobre la ropa , aunque sea en poca cantidad, juzgan por seguro que les han de sobrevenir Tt?r- ciarías >i pero no asi recibiéndola sobre las carnes^ y que quanto mas copioso es el aguacero , menos riesgo hay de que les haga mal : por esto , luego que empieza á llover , se quitan la ropa que lle- van , que es bien ligera , y quedan de la cintura arriba en cueros , afirmando ser esto lo mismo que bañarse ^ y que lavándose el cuerpo por igual, no experimentan el daño que percibiendo la hu- medad de la ropa , durante el tiempo que cam-í- nan , y el calor que comunica quando está mo- jada. 1 8 El País de la Luisiaria es propenso á la misma dolencia en tiempo de Verano : quando los calores son fuertes , y las lluvias á turbiona- das, ó borrascas pasageras, muere bastante gen- te de ellas, á causa de que algunas son malignas,. lo que procede también de la falta de curación, pero luego que se declara el frió con los prime- ros ISoí tes en Noviembre , cesan y se convalece de UNbECIMO, 205 de ellas, la mayor parte sin otro medicamento mas que la mudanza del temperamento. 19 El mal que llaman de Skte-dias en las criaturas recien nacidas , es general en ambas Amé- ricas ^ y no menos peligroso en la parte alta^ que en la baxa: muchas de las que nacen perecen coa él 5 y sin tener antecedente para sospecharlo, ha- llándose, al parecer, sanos y robustos, les sobre- viene acompañado de Alferecía : es muy raro el que escapa si llega á darle. Aunque en Europa se conoce igualmente, no es tan general, ni tan grave com.o en aquellas partes ^ y por esto acos- tumbran resguardarlos del viento, hasta que pase aquel termino , fuera del qual quedan libres : de aqui viene , que le llaman de Siete-dias , porque dura el peligro este tiempo, 20 En Guancavelica hay otra enfermedad en los niños , bien rara : salidos del peligro de los Siete-dias , se crian regularmente hasta que tie- nen 3,04 m.eses ^ entonces empiezan á padecer de Tos y Afeüo al pecho , que llaman alli Pechu- guera 5 van agravándose , sin que los m.edica- mentos que se les aplican les alivien : á esto sigue el incharse, y á poco de estarlo, mueren. Este estrago se experimienta con los Blancos , hijos de 'Españoles^ no sucediendo lo mismio con los Indios y Mestizos , cuya resistencia es mayor. El modo de precaverlos es , sacarlos de allí antes que pasen de los dos meses, y llevarlos á climas mas benignos en alguna de aquellas quebradas, que están á poca distancia : la vulgaridad atribuye esta poca resistencia á la frialdad, é intemperie del 20(í ENTRETENIMIENTO del clima : en mucho puede contribuir , pero tam- bién es parte de ello el estar los padres mal hu- morados , y los humos azufrosos que se respiran de continuo , procedidos de los hornos en donde se extrae el Azogue^ los quales son en tanta abun- dancia , que en tiempo de Verano con los hielos forman nube densa , que cubre el ámbito de la población. 2 1 Las Lombrices , en toda suerte de perso- nas grandes y pequeñas , es enfermedad muy co- mún en la Luisiana , y de las diversas castas que hay de ellas se padecen las mas , quando no sea de todas , sin excluirse el Toenia , ó Solitario : la causa que esto tenga puede ser las grandes hu-* medades de aquel territorio, la abundancia de semillas de insectos y reptiles que allí hay , y la calidad de los alimentos , pues se observa con la fruta , particularmente con las de hueso , y con las legumbres , que no duran 5 y á los dos dias de cortadas se empiezan á podrir y se corrom- pen , procedido de ser de un terreno enguachar- nado , y de una athmosphera siempre húmeda: con esta enfermedad sobrevienen fuertes calen- turas , mucho descaecimiento , languidez , y me- lancolía : la curación que se tiene mas conocida es el zumo de la yerba llamada Hedionda , ó de Lombrices , que ya se ha nombrado. También usan el Aceyte de Nueces ^ que en algunos hace buen efe¿lo ^ pero se nota , que no todas las per- sonas curan radicalmente , repitiéndoles después de pasado algún tiempo. 22 Las Viruelas^ enfermedad tan conocida por UNDÉCIMO. doy por lo muy propagada que está en el Mundo , no menos que por los lastimosos estragos que causa, tiene sus tiempos. En todo el Perú , no siendo annuales, como sucede en Europa , se pasan va- rios años sin haberlas 5 pero quando reynan oca- sionan mucha mortandad , no solo en los Blan^ eos ^ que allí llaman 'Españoles^ sí también en los Indios y Negros: el año de 64 las hubo en la parte baxa^ y pereció mucha gente de todas eda- des , experimientando este quebranto las principa- les familias de aquel Reyno. Aunque los climas son tan diversos, no puede hacerse juicio de que sean mas malignas las de la parte alta , que las de la otra , mediante que en una y otra fue creci- do el numero de los que murieron. En la alta suelen usar un método de curarlas , muy contra^ rio á las precauciones que se han acostumbrado en Europa , porque las Indias no'resguardan del ayre á sus hijos quando las padecen, y los tienen junto á sí acostados sobre alguna zalea , con el poco abrigo que usan ^ pero aunque aquel clima es tan frió , no mueren mas de este modo, que de los que se resguardan con las precauciones mas escrupulosas : á esto se junta no usar ellos el au- xilio de Medico , ni de medicina , dexando á la naturaleza que haga toda la costa : quando mas, se valen de algunas yerbas que conocen , y éstas se las aplican, como si fuera sanalotodo, á quan- tas enfermiedades les sobrevienen. Quando las Viruelas les cogen grandes, son pocos los que es- capan , porque teniendo el cutis grueso , encuen- tra el humor impedimento , y no se hace con re- gu- 2o8 ENTRETENIMIENTO gularidad la erupción : por esta razón son mas te- mibles en ellos , que en las otras gentes , causán- doles horrible desolación. No lo serían tanto, ni tan generales sus extragos si las hubiese anual- mente , pues entonces las pasarian de poca edad, y no morirían tantos , acreditándolo asi la expe- riencia en los que encuentra pequeños. 23 Sobre este particular imprimió Monsiur de la Condamine, de la Academia Real de las Cien" cias^y de la de Bellas Letras^ en el año de 1764 cinco Cartas que escribió al Doctor Macy , de la Sociedad Real de Londres , dándole noticia del estado en que se hallaba la controversia sobre la utilidad de la Inoculación en aquella Capital, y los fundamentos del partido que la sostenia. En -estas Cartas desvanece los recelos que hasta en- tonces se tenian del peligro á que voluntariamen- te se exponían los que se Inoculaban^ y el concep- to de no quedar preservados , para no bolverlos á padecer por contagio ^ cuyos exem piares son los mismos que han dado lugar á los de la Nue^ n)a Inglaterra , para hacer general esta operación, que se halla no menos puesta en uso en la Vieja, 24 En los territorios cálidos de la Zona Tor^ rida no son tan perniciosas 5 pero quando median algunos años sin haberlas , causan bastante mor- tandad : esto mismo se observa en la Luisiana^ concluyéndose de ello , que no es felicidad el que intervengan 10, ó 12 años sin sentirse sus efeoos , si al cabo de ellos es mas sensible el da- ño : sin duda ha contribuido este conocimiento en la Nueva Inglaterra para el uso público de la U N D E C I M o, %Op h Inoculación establecida allí , por cnyo medio se precaven desde la edad pueril , quedando para en adelante sin los temores de peligrar en las Fi^ ruelas-^ y es tan corriente , que hay casas públi- cas y Hospitaks , donde se pradlícan con el ma- yor acierto en toda clase de personas. Con este motivo acuden también de fuera, y de la Luisia- na ha habido varias, que en una edad crecida se han hecho Inocular allá. Muy conveniente sería que de los Países, donde no se conocen bastante- mente las grandes ventajas de esta providencia preservativa , se diputasen Médicos hábiles para que fuesen á examinar las resultas que tienen los Inoculados durante €l curso de la operación : que se asegurasen por el quantioso numero de los que la han pasado , si quedan con el mismo peligro de padecerla en las grandes Epidemias'^ y en ca- so de esta reincidencia de qué calidad son, si benignas, ó perniciosas ^ si con la providencia de estar Inoculados todos , ó los mas , se extingue la causa Epidémica 5 el método de preparar , y in- troducir la semilla : Ja elección de la que usan, las precauciones que se guardan durante sus efec- tos, la estación del año mas propicia, el t-empe- ramento, y aquellas otras circunstancias que con- ducen al pleno conocimiento de este asunto 5 por donde pudiera preservarse de perecer la mitad, ó la tercia parte de las criaturas que nacen en ca- da estado , grande , ó pequeño ^ y lo que es mas que todo , las cabezas de los Imperios , y sus fe- lices succesiones , pues con unas observaciones, practicadas por sugetos de conocida reputación, Dd sa^ 2IO ENTRETENIMIENTO sabiduría y concepto , se desvanecerían los re- paros y contradiciones que ofrece la novedad de esta invención, que se hace repugnante por recaer ea un mal , cuyas consecuencias son fatales. 2 5 Asi como los Afe&os de pecho son comu- nes en la parte alta , lo es también el arrojar san- gre por la boca , lo qual sucede en los parages mas fríos. En Guancavelica es bastante ordinario, y viven con ella algunos años : suelen los que lo padecen sanar enteramente pasando á otro tem- peracrerto menos rígido, pero otros mueren, sin que haya regla fija en quanto á la duración. Aquel no es temperamento de éticos , sin embargo de lo que se padece del pecho y siendo raro verse al- guno ^ por el contrario , el territorio baxo es pro- penso á ellos , no siendo común el arrojar San-^ gre. En la Luisiana se padece bastante de ambas enfermedades , abrazando en esta parte los dos males mas peligrosos de los territorios alto y ba^- xo del Perú, 26 El accidente del Pasmo es temible en la parte baxa del Perú por la facilidad que hay de contraherlo , y por ser mortal : lo primero suce- de con muy ligero motivo , no siendo capaz de tenerlos presentes para precaverse de todos ^ bas- ta salir algo caluroso de una pieza , y que dé el ayre , para que se siga el Pasmo, Esto no sucede siempre , pero es una de las causas : otra es salir al ayre, ó ponerse en donde haya correspondien- cia acabados de beber el Mate , que es al modo del Té: en la parte alta no se conoce tal enfer- medad : y siendo como inevitable quando ha ha- bi- UNDÉCIMO. 2ir bido alguna picadura en las plantas de los píes, que sin reflexión se mojan , ó se humedecen , no corre este peligro en la otra. En la Isla de Cuba y en todos aquellos temperamentos cálidos es igualmente peligroso , sin que se conozca cura- ción segura contra ello , siendo raro el que esca- pa. En la Habana no obstante se citan m.odera- damente algunos exemplares de haber curado^ pero el método no se halla tan entablado , que no sea siempre arriesgado. De esta enfermedad participa algo la Lm'siana en los casos de pica- dura , pero sin ella no la hay. 27 Goza también la parte alta del Perú el beneficio de no ser comunes en ellas las Perle- sías , que allí llaman Ayre 5 y aunque del todo no faltan , no son tan frecuentes como en la baxa: esto procede de la igualdad del temperamento y de ser siempre frió , sin mutación de Invierno , ni de Verano , y de estar los poros del cuerpo cer- rados 5 en disposición de resistir la introducción del ayre 5 asi quando sobreviene semejante acci- dente , es en personas de abanzada edad , que ya se sienten achacosas. Los insultos Apopléticos son rarísimos 5 y en este particular no es menos favorecido el un País que el otro : en el discurso de muchos años no se oyen estos casos , cuyo be- neficio debe también atribuirse á la poca varie- dad en el temperamento entre las dos estaciones opuestas , pues los humores se conservan en un mismo ser , los alimentos no varían , y el ayre que se respira es, á corta diferiencia, el mismo. Asentados estos principios , es necesario que en Dd 2 la 212 ENTRETENIMIENTO la athmósphera haya cuerpos desconocidos im- perceptibles 5 qu€ son la causa de los Pasmos , pues de otro nnodo podría sobrevenir una consti- pación de aquellos ligeros descuidos ^ pero no una contracción tan terrible como la del Pasma , y la muerte que se sigue á ella en término de cor- tos días. 28 Siendo, como queda dicho, las Pleure- sías el mal peligroso de aquellos climas frios de la parte alta , no son estas muy comunes en las personas bien complexionadas , pero sí en las que se hallan mal dispuestas de las enferme- dades venéreas , ó de la fuerza de los licores es- pirituosos. Se conoce por remedio eficacísimo contra ellas el hígado del 'Zorrillo tomado por la boca, y se vén curas prodigiosas. No es de el caso que sea fresca , ó viejo , porque de todos modos son seguros sus efeétos , y dicen , que ha- biéndolo usado quedan asegurados para que en lo succesivo no repita el mismo mal. 29 En la vida desarreglada de hs Tn dios ^que tienen por único deleyte la embriaguez , y pasa toda comparación lo que beben de aguardiente , no se vé que sean propensos é Pleuresías , ni á otras enfermedades del pecho , cuya particulari- dad debe atribuirse á la fortaleza de su comple- xión , y á ser muy raro en ellos el mal Venéreo» 30 Es bastante común en los climas cálidos el mal de la Lepra , conocido por mal de S. Lá- zaro : en la parte alta del Perú no se conoce^ en la baxa , aunque lo hay , no es en abundancia: en las costas de Tierra-Firme , que corresponden al Ñor- UNDÉCIMO, '213 Norte 5 se propaga lo bastante , y en la Habana es una de las partes donde se vén sus estragos con lastimosas consecuencias. Allí juzgan proce- der de la calidad de la carne de Puerco , que se gasta con abundancia , pretendiendo que el fruto de una especie de Palma, distinguida con el nom- bre de Real^ á que llaman Palmiche^ y come mu- cho este animal , aumenta la causa. La carne que se ha mantenido con él se distingue en ser mas abundante de glandulillas que la otra , sien- do estas de color negro , y desde luego son per- ceptibles en toda la parte del pescuezo. Aunque tal opinión corre por segura , debe mirarse como principal en el origen la introducción de Negros Africanos , en cuyas partes es muy antigua y y como natural.Contra semejante accidente, que por Itodos motivos es de los mas horrorosos, se debe- rjan duplicar las precauciones, y emplear el ma- ^yor cuidado en que se fuese extinguiendo, para que sus estragos no fuesen comunicables. En la JLuisiana no se conocía , y de poco tiempo á esta -parte ha empezado á padecerse. 3 1 La enfermedad de la Culebrilla , muy conocida en aquellos climas cálidos, es otra, que se cree haberse introducido en ellos por los Ne- gros de África, Puerto del Principe y su territo- rio experimentó con mas generalidad que otros parages , aun de la misma Isla de Cuba^ los efec- tos de este mal ^ pero habiéndose convencido de que se adquiría por contagio , tomaron providen- .cia para contenerlo, y fue la de quemar los tra- pos que servían para las curaciones , de los qua- les, "114 ENTRETENIMIENTO les, después de secos, resultaban infinidad de in- sedillos, que esparcidos por el ayre la hacían co- municable á los que estaban buenos 5 y con solo esta precaución , y la de curar á los Negros re- cién llegados de su País quando se reconoce es- tar con ella , ha sido bastante para que no sea tan común. 32 Es cosa sabida que no se conoce en aque- llas partes el mal de Rabia en los Perros , ni en algún otro animal ^ y esto sucede , no solo en la América Meridional , sino también en todas las Indias-^ pero en su lugar padecen otro que es ge- neral , y del que resulta mucha mortandad en ellos. Este entra en la clase de los que llaman Teste', de ella no resulta la propensión á morder, que la rabia les dá, ni el daño de comunirla. En algún modo es un equivalente de las Viruelas en los racionales. Empiezan por ponerse tristes , no querer comer, enflaquecerse , é írseles la cabeza, de modo que se caen , y no pueden andar: en es- ta forma están por espacio de 15,0 20 dias, resis- tiendo unos mas que otros, y al fin la mayor par- te muere. Les acomete de ordinario en el primer año, siendo Cachorro^ pero habiéndolo pasado una vez no les repite. Los Perros estimados para la Caza , se procuran curar , que es el modo de que escapen algunos mas : los medios que se po- nen para ello es cortarles la punta del rabo , ó de las orejas , á fin de que desangre , y darles á comer los higados de las reses cocidos y mez-« ckdos con buena porción de flor de azufre : se les unta el lomo con manteca de Puerco, y se tie- ne UNDÉCIMO. ai5 ne cuidado de sobarlos acia el rabo,con cuya di- ligencia se les vé expeler por la cortadura, hecha en él, porción de podre, á modo de filamentos, lo qual parece ser la causa del mal. El año de 6'/ hubo en la Luisiana una epidemia de estas , que los exterminó quasi del todo,, habiendo sido muy pocos los que escaparon. > 33 Otra enfermedad particular padecen las Muías y que llaman mal del Bazo» Las crecidas tropas de este ganado, que se conducen del T//- cuman por todo el Perú anualmente, y constan de millares de ellas , suelen tener pérdidas crecidi- simas, procedidas de ella. El mal es en los cas- cos , sin tener semejanza con el Hormiguillo : se les inchan las ranillas , pasa el mal á lo interior de las piernas y mueren : su contagio es tan efi- caz , que aseguran los que hacen este trato , que solo de pisar por donde han andado las que lo tienen , se comunica. Esto procede sin duda de dexar entre las yerbas algunos insedillos, que sean la causa del mal. Esta crecida porción de Muías sale de los territorios del Tucumán , en tropas de dos, ó otres mil, en tiempos determina- dos , para hacer el largo viage de 600 , y aun hasta 1000 leguas desde allí á la Tablada á^Tu- che , en la Jurisdicción de Guancavelica , que es donde se hace la Feria de ellas , y pasan algunas partidas hasta el Rey no de Quito. Para caminar tanta tierra eligen ir por las Punas menos frias aprovechando los pastos , y regularmente siguen unas tropas á otras, siendo el cuidado de los que van posteriores informarse si ha picado el mal en las ^l6 ENTRETENIMIENTO las que preceden para extraviar víage, y no ir por sus huellas en los pasos precisos, evitando asi que se comunique el contagio. En cada tropa obser- van el mismo cuidado, separando las que se re- conocen picadas, y llevándolas por sendas extra- viadas para que no se inficionen las buenas. 34 No llegan estas crecidas partidas en todo su número á la Tablada de Tuche , porque antes de salir del Tucuman tienen hechos tratos sus dueños con los Corregidores de Provincias de las cantidades que necesitan , y al tránsito las van dexando ^ y asi solo entran aquellas que no han tenido salida hasta aquel término , y son las que después pasan á las Provincias de ios Falles ^iCa- xamarca , y hasta Quito. 35 En las Mugeres se experimenta con bas- tante frecuencia en el Perú el mal temible del Cancro^ que, según la opinión allí admitida, se di- funde por comunicación: sus estragos van en au- mento , haciéndose mas común cada vez : en es- te modo se ha propagado á la parte alta, en don- de 20, ó 25 años hace no se conocía. Algunas observaciones han dado indicios de que el origen sea de África , por ser en las Ndgras y en sus generaciones mas ordinario 5 y que siendo estas lasque sirven de Amas, comuniquen con la le- che á las personas blancas la disposición á él. Esta opinión tiene dos contras: la primera el no ser regular en los otros Países de las Indias , en donde la mayor parte de las Poblaciones se com- ponen de Negros y de gente de castas: la segun- da 5 el que las Europeas que pasan ^ allá no es- tán UNDÉCIMO. 217 tan libres de él , de lo qual hay exemplares muy autorizados. Lo que se sabe de seguro es , que sobreviene de resultas de algún grave pesar , de algún quebranto sensible que indispone el animo, y lo mantiene en continuo disgusto , y que en las doncellas no es regular, como en las casadas. Muy en los principios suele contenerse el progre^ so con frequentes baños, con cosas humedantes, con diversión , y poco exercicio 5 pero es muy ra- ro que llegándose á formar se contenga , siendo lastimosos y fatales los fines,que terminan con do- lores y accidentes cruelísimos 5 y con la vida. Ee EN- ^i8 ENTRETENIMIENTO XII. De los Minerales j principalmente de los de Plata jf y el modo de entablar su trabajo. íj^fe^fe^ L incentivo mayor de las Na- Em ciones ha sido en todos tiem- j[{ pos las riquezas y nnetales pre- W ciosos , que son los medios de ^^^^^';^ adquirir las demás cosas. El Oro y Plata tienen en sí tanta recomendación , que sin fixarles valor seguro se miran en el mayor aprecio aun entre las Nacio- nes que menos los necesitan para sus tratos. Estos metales dan la l^y en el Mundo, y los Principes, según el estado adual de las cosas , no pudieran hacerse respetables , si careciesen de ellos , y no se hallasen en proporción de sostener los gastos indispensables de la Soberanía. Asi como dan la ley , dan el valor , arreglándose las demás cosas por la abundancia, ó escasez en que ellos corren: con que son verdaderamente la balanza general entre los menesteres de la vida, que se regulan por partes pequeñísimas de ellos. En esta clase entra , como principal, el trabajo de los hombres: desde el mas alto al mas humilde no hay quien dexe de recibir la recompensa de su mérito , de su habilidad , ó de sus fatigas , en las mismas partes de ellosjproporcionadas á la entidad de las obras D U o D E C IMO. 2Ip obras de cada individuo. Los Chinos trabajan incesantemente para adquirir Plata , que no dá su País , siendo una de las Naciones que menos la necesita. Los Europeos afanan mucho para ad- quirirla 5 con el fin de servir á los Chinos , lle- vándoles lo que apetecen. Los Moros Africanos hacen continuas piraterías , anhelando á adquirir Flata^ y se valen del medio de esclavizar hom- bres , para tener prendas que se la proporcionen, aun siendo las Naciones mas bárbaras y que trafi- can menos de quantas se conocen. Los Europeos se exponen á toda suerte de peligros para abas- tecerse de estos metales 5 y llenos de una emu- lación interminable , se aniquilan reciprocamen- te en las guerras que suscitan , por el deseo de poseer la mayor porción de ellos. Los America" ms desentrañan la tierra , introduciéndose por sus profundos senos, con la esperanza de ser mas felices con el dominio de semejantes ídolos ^ pero son los que menos gozan de ellos , porque insen- siblemente se les desaparecen , y en brevísimo tiempo los encuentran haber hecho la mitad del gyro de la tierra , pasando sin detenerse de las manos de varios poseedores, á los que se hallan mas distantes. Su poderío excede en cierto modo á las ideas de los hombres , y los precisa á que se traten unos con otros , pues sin este atradivo serían incomunicables las Naciones , mantenién- dose cada una en el distrito de su territorio , sin incomodarse en ir á buscar las mas remotas , y menos conocidas. Con las partes diminutas de ellos se mueven las voluntades á quanto se in- Ee 2 ten- ^^0 ENTRETENIMIENTO tenía ^ y acrecentándolas á medida de ías difi-« cultades , se allanan los caminos de lo que pare- ce im.posible , y se hace fácil lo mas arduo. - 2 Por esta razón pueden tenerse la Plata y el Oro por unas materias , que sirven de medida común entre las gentes , y estas con su incentivo se mueven á distribuir el' tiempo en las ocupacio- nes, trabajos, y desvelos de la vida humana^ con- curriendo á este destino la disposición de la mis- ma naturaleza en no haberlas hecho tan comunes, que se consiguiesen facilm^ente , pues á serlo , se dismiinuiría su aprecio , y tamibien en no haber- las depositado con igualdad en toda la tierra , á fin de que los parages donde faltasen se valiesen de los medios correspondientes para atraherselos á expensas de la mayor industria y de la cons- tancia en la aplicación. En todas las partes del Mundo suele haber algunos débiles indicios de estos estimados metales ^ pero la misma escasez con que se encuentran en las mas , ó la suma difi- cultad que hay para conseguirlos , los hace mas apetecibles, sirviendo aquellas cortas reliquias de muestra para que se conozcan , y que el deseo se esfuerce á lograr con abundancia lo que la suerte les repartió con escasez, 3 Las Indias Occidentales , que gozan por privilegio de las minas de Plata y Oro en mayor abundancia que las otras partes de la tierra jun- tas , tienen unos naturales , quales son los Indios^ Nación de suyo la mas desidiosa y míenos apli- cada á todo genero de trabajo. de quantas se co- nocen 5 y quando hacen alguno los qu€ se tieneo por DUODÉCIMO, 221 por civilizados , es á fuerza de muchos cuidados y de precisarlos á ello ^ pues si se les dexase en- teramente á su voluntad , se pasarían los dias sin moverse de un lugar , como lo pradícan los no reducidos : por esto la Plata y Oro que ellos mis- mos poseen los primeros se les desaparecen de en- tre las manos , y van corriendo de dueño en due- ño, sin hacer miucha mansión en ellos. 4 ISio solo está la dificultad de adquirir es- tos dos metales en su extracción de las entrañas profundas de la tierra , sino que parece haber de proposito separado el Supremo Autor de lo cria- do , de las otras partes de ella , con Mares dila- tadisimos , la que habia de lograr el privilegio de tenerlos con mas abundancia ^ y sobre la re- gular altura de su redondez hizo aquella tierra elevada , que predomina á todas las restantes, como indicando cierta analogía lo physico con lo moral ^ pues asi como el terreno no reconoce otras elevaciones , que puedan comparársele en la al- tura 5 no se conoce tampoco miateria alguna que sirva de medida al poder , á la autoridad , al do- minio 5 á la dignidad , al gusto , al porte , á la decencia , y descendiendo por todas las gradua- ciones desde la buena suerte hasta la m.as des- valida mendicidad de los preciosos metales que en él se contienen. 5 Antes del descubrimiento de las /«¿^/¿/j-, y en lo que alcanza la memoria del Mundo , habia Oro y Flata , que en todos tiempos han servido al destino que vá expresado ^ pero después de aquel famoso suceso , han venido á ser el pode- ro- 111 ENTRETENIMIENTO roso incentivo de mantener á todas las Naciones en movimiento , y de inducirles á un continuado empeño y emulación para adquirirlos. La solici- tud de estos metales ha sido causa de civilizarse las gentes entre sí con el trato 5 de poblarse los Mares de flotas numerosas , que navegan sobre las aguas , como si fueran Repúblicas enteras^ ha adelantado las Artes , sutilizado la industria^ ilustrado las gentes , y les ha proporcionado el conocimiento de la tierra , que antes estaba muy incompleto , ignorándose muchas de sus produc- ciones propias, y sus particularidades. 6 Es cierto , que en correspondiencia de es- tas utilidades , el descubrimiento de los tesoros ha ocasionado otras malas consecuencias , y par- ticularmente para la Nación, en cuyo seno na- cen , siendo las principales su propio descaeci- miento y las guerras repetidas que se le originan por la embidia que resulta á las demás en la pre- tensión que cada una tiene sobre la preferen- cia para disfrutarlas 5 bien que estas , es de creer no faltarían , aunque cesase la razón del incenti- vo que añaden las riquezas 5 porque siempre ha- bria los otros que acredita la experiencia haberlo sido entre las Naciones , en quienes el uso de es- tos metales no se halla introducido por lo difícil que es contenerse los anhelos del corazón huma- no dentro de los limites de lo que cada qual go- za y posee, jr El Reyno del Perú es uno de los grandes depósitos del Mundo , donde están los metales: allí los hay de todas especies , de Phmo , de Co- DUODÉCIMO, 2-23 hre , de Estaño , de Azogue^ de Tlata^ y de Ora; los hay igualmente de los que se llaman Semime^ tales 5 y los hay particulares de Sal común , de Azufre^ y de Betunes-^ pera se llevan la principal inclinación los de Plata y Oro , como mas pre- ciosos , y como tales apetecidos con igualdad de las gentes , y aunque en los otros también se tra- baja 5 sacando el regular fruto , no es con tanta aplicación. 8 Parece que aquella tierra elevada fue dis- puesta expresamente para que sirviese de caxa, ó receptáculo de la Plata , siendo particular á ella las iVIinas ^ y aunque en las cabeceras de la baxa no dexa de haber algunas , son pocas y de corta entidad. La experiencia enseña , que este metal se halla en las Punas y parages mas frios, asi co-i mo es lo ordinario estar los de Oro en los mas. cálidos , aunque suelen encontrarse algunos en territorios que no lo son tanto* Los Minerales de Plata no son en el crecido numero que se persua- de la vulgaridad , imaginándose haberlos en ca- da cerro , y que solo se necesita abrirlos , y des- enterrarlos para que se haga patente. Este error es provechoso , pues sirve con el engaño de in- centivo para empeñarse á buscarlos por todas partes , y si unos fallan otros se aciertan. 9 La misma preocupación que se figura ser tan comunes los Minerales de Plata , los supone todos ricos , y conviene también este segundo er- ror^pues en tanto que se encuentra la abundancia, que la idea se promete , se saca alguna Plata , no obstante de ser con duplicado, ó triplicado eos-, to 224 ENTRETENIMIENTO to de su valor ^ la pérdida en estos casos es para los que hacen los gastos ^ pero la cantidad se au- menta y en el público se goza. No hay entrete- nimiento mas agradable para los que se entriegan á él , ni asunto en que se gasten los caudales con mas franqueza , sin quedar el remordimiento de haberlo malogrado. Embelesados los Mineros en las señales de su veta , que es el nombre que dan á la Mina , en la distancia que llevan trabajada, en las calidades de tierras que han ido encon- trando, en la clase de metales que pintan , (asi llaman á la tierra , ó materias que sacan de ellas) á los visos de Plata que suelen reconocerse de tiempo en tiempo , y á las Historias que les re^ fierenlosque se ocupan en este exercicio , lo úni- co que sienten quando se les acaba el caudal es no tener á su disposición otro tanto como el que han consumido, para continuar la empresa, y asi, aunque gasten mucho y recojan poco , no se con- sideran perdidosos , contando por mas pingue el que esperan que les produzca la Mina. Algunos en el crecido numero lo consiguen ^ y el exem- plar de pocos mantiene á los demás gustosos y satisfechos de su alhaja , embelesados en conti- nuar la obra , para encontrar con el tesoro. Es de tal modo la pasión que se contrahe con las Mi- nas , que el hombre que llega á mezclarse en ellas , aunque sea ligeramente y por modo de en- sayo , queda viciado y dispuesto á hacer el sa- crificio de quanto caudal posee por el deseo de disfrutar sus riquezas, siendo el exercicio único en que no se conocen los económicos y míseros, por- DUODÉCIMO. 225 porque en el empeño de llegar á lo rico de la veta donde esperan cortar la Plata á cincel , y poseer un tesoro sin límites , no escasean el di- nero , ni se acortan Ínterin que les dura , por cre- cidos que sean los gastos. No es lo mas notable en este asunto que gasten en Minas de crédito, que prometen esperanzas , sino que lo hagan en las que después de haber sido la destrucción de otros, estaban abandonadas, y en el embeleso que tienen de ocuparse en buscarlas, haciendo varias aberturas en los cerros , movidos para ello de ciertas señales exteriores que encuentran , y del concepto que forman de que debe haberlas con precisión. Para el primer empeño siguen la opinión de que las riquezas son depósitos que Dios tiene reservados para los que los destina ^ y que aunque muchos hayan empobrecido buscan- dolos , no siendo para ellos para quien estaban, no se llegaba el termino de que se hiciesen pa- tentes. A lo segundo les mueve la disposición y forma de la peñasquería del cerro , la dirección que lleva , la positura de las Lajas ^ el ancho que tienen , la figura del cerro en su total , su magni- tud, y aun hasta las yerbas que se crian. El con- cepto de estas señales se vigoriza con el juicio de los que tienen opinión de inteligentes, y sobre cada circunstancia forman un pronostico , y exa- geran como infalible la mejor pintura de la ri- queza que debe haber : para ello usan de un len- guage particular de Minas , que tiene la virtud de apartar de la imaginación todo otro asunto , y de recrearla. Con estos preparativos el hombre Ff mas 1l6 ENTRETENIMIENTO rnas apretado se hace generoso, el mas indiferen* te se dexa poseer de la persuasión, y creyendo de dia en dia , y de hora en hora que se cumple el instante de tener baxo de su dominio la rique- za mayor , se entriegan á su solicitud con tal empeño , que ni piensan , ni tratan , ni entienden de otra cosa , reduciendo todas sus conversacio- nes y negocios á éste. 10 El incentivo de la Plata llega hasta el termino de que claudiquen los homibres de mas peso , madurez , y juicio , sin que haya desen- ganos , ni razones que los persuadan , una vez que se empeñan en ello. Todas sus conversacio- nes se reducen á tratar de los asuntos de las Minas , de las dificultades vencidas , ó que faltan por vencer , de las señales que prome- ten su abundancia , de los medios de su habilita- ción , y de los exemplos de las grandes fortu- nas de los famosos Mineros , y felices descubrid mientoSt 1 1 No siempre , ni aun por lo común , los que se ocupan en este exercicio son hombres de posibles y ricos : los mas de ellos son pobres sin recurso , y no pocos los que se pierden en la mercancia. Estos se agregan de compañia con algún Cateador , y pasan á denunciar una de las Minas que tienen reconocidas , ó á pedir la ad- judicación por compra al Rey de alguna de las que se hallan despobladas, cuyo valor es de muy poca monta. También suelen negociar con el dueño de otra de las Corrientes , que les cedan veta en ella : de qualesquiera de estos modos so- lí- DUODÉCIMO. 227 licitan la posesión, y afianzan en la Caxa Real, adonde toca dársela, pagar al Rey el Diez no de la Plata que sacaren , y el importe del Azogue^ que necesitaren para el beneficio.Este es el prin- cipio , y los débiles fundamentos que tienen los trabajos considerables de desentrañar cerros enteros para extraer la Plata, Con la posesión no basta quando falta lo princial , que es el caudal que se ha de emplear en ello , y en esto es en lo que entra la industria , la persuasión , y el in- fluxo , que la riqueza tiene aun para vencer á los mas cautos y reservados. 12 Con las muestras de los metales ricos, que suponen ser de la suya , se dirigen á algún sugeto de caudal , y haciéndole manifestación de ellas con gran mysterio y mucha reserva, le ha- cen observar los filamentos de Plata que la atra- viesan : le ponderan la bondad de la veta , su grueso, con las demás señales que tiene favora- bles, dándole á entender ser de los Pallacos que están fuera,y que solo con la diligencia de poner- la corriente se descubrirá el metal, suponiéndole, que de resulta de cierto derrumb3 se abandonó; pero que sacados los escombros,y llegado á lim- piarse,quedará clara: áesto añaden no ser necesa- rio mucho caudal para conseguirlo; y formándole un Plan de lo que hay que hacer , le van sabo- reando para que entre en el empeño, con una no- ticia muy prolija de lo que se sacó en otro tiem- po , antes del accidente del derrumbo; reducien- do al fin el discurso á persuadir, que con un gas- to moderado como de 500 pesos, de 1000, ó por " ^--^ Ff 2 este ^^b ENTRETENIMIENTO este tenor de una cosa de poco momento , está facilitado todo. Para acabarlo de vencer, le ofre- cen que será de su quenta toda la Pina que se sa- que , y que no se necesita del dinero en especie, sino en Ropa , Aguardiente , Hierro , Acero , y otros efedos que se distribuyen entre los traba- jadores. Aunque á la primera diligencia no sur- ta el efedo que se pretende , queda sembrada la semilla para que labre en el ánimo , disponién- dolo á facilitar la primer cantidad. 13 Con este método hacen tentativas en dis- tintos sujetos , procurando que no sepan unos de otros , para lo qual tienen la facilidad de ele- girlos en Lugares distantes como en Lima , y en Guamanga^ ó el Cuzco , la Paz , Guacavelica , ú otra de las muchas Ciudades y Villas de aque- llas partes. Con estas persuasivas no dexa de ha- ber alguno que se anime mas que los otros , y no pocas veces son dos, ó tres los concurrentes, que se ofrecen administrar para los gastos. Con- sumido el primer caudal, es forzoso ampliar nue- va cantidad por no perder aquella , porque estos que son los que llaman Aviadores no tienen de donde hacerse pago , hasta que la Mina lo pro- duzca. Los Mineros , mirando siempre el fin de que los desembolsos sean menos violentos , les presentan nuevas señales de irse logrando el in- tento ^ y aun suelen llevarles á los Aviadores algún Piflonciiio de pocos marcos que se lo con- firme. En este modo se gastan cantidades 50, ó ó 60 mil pesos insensiblemente, sin adelantamien- to conocidoc .. obBioLo ri jj Es- DUODÉCIMO. ^^p 14 Estos grandes expendios , que no tienen mas límite que lo que duran los caudales , á me- nos de que la fortuna sea favorable , ofrecen dos cosas notables : la primera , que los dueños que los franquean queden tan satisfechos de haberlo hecho , que no conociendo la flaqueza en que han incurrido , no les resulte sentimiento contra quien les induxo , y que los que son escasos para otros expendios , no lo manifiesten en el de esta especie , de lo qual se vén muchos exemplares: lo otro , que corrida largo tiempo de estarse trabajando sin sacarse fruto de entidad , nunca falta en su inteligencia mas obra para encontrar la veta rica que la que se puede hacer en un dia, cuyo término, al parecer, corto, no tiene fin, por- que siempre sobreviene nueva dificultad que la dilata otro tanto , y de este modo pasan muchos,' y se cumplen años sin verse el éxito que tiene presente la im.aginacion. 1 5 Quando sucede que el trabajo se hace en Mina antigua , que estuvo abandonada , ó en veta áe mina corriente ,' no dexa de sacarse al- guna F/ata ^ pero es tan poca , que no tiene com- paración con lo que se ga^ta , y el marco sale por tres, ó quatro tantos de su valor : al contra- rio , si después de muchos afanes , y expendios se logra la felicidad de dar con la riqueza , se recupera en breve tiempo lo consumido , y quan-; tos tienen partéenla mina se enriquecen, QlAvia^* dor , el Minero , y el Cateador , que de ordina-; rio es el capataz , y quien dirige los trabajos. Lüs buenos éxitos , quela casualidad proporcio- --- na 230 ENTRETENIMIENTO na á una parte de los que se dedican á este exer- cicio , animan á muchos á que permanezcan con constancia ^ pero siendo todo casualidad , es aun mas seguro el riesgo de perder , que el de ade- lantar. 16 De esto proviene decirse comunmente entre los Mineros ser ellos los que hacen un ser- vicio distinguido al Rey , porque á no entrar con tanto empeño y facilidad en el trabajo de las Minas , exponiendo caudales considerables, no se sacaría la Plita ,que constituye la riqueza de la Monarquía. En algún modo van fundados, porque en realidad sucede asi ^ pero si se mira bien el fin que en ello llevan , no es enrique- cer la Monarquía , sino hacerse ellos poderosos con la posesión de mucha Plata , cuyo deseo es el que los enagena á los términos que se han ex* pilcado, 1 7" De ordinario hay junto á las Minas, que han estado abandonadas , montones de dssco.n^ bros , siendo los que quedaron allí por inútiles, quando se trabajaban : los que se dedican á po- nerlas corrientes, hacen escoger en ellos aquellos pedazos de mineral que manifiestan buenas pin- tas , y los benefician , con cuya diligencia sa- can alguna Flata , y en ocasiones les din mas que el Mineral recientemente sacado. A estos pedazos llaman Pallacos , y la diligencia de es- cogerlos Pallaquear : de esto ha nacido la opi- nión , de que la Plata se cria con el tiempo , y que la piedra , ó tierras de la veta son el vehí- culo tn donde se fixan las seipillas^ que. prepa- ra ra- DUODÉCIMO. 231 radas con las varias materias que contiene , se vá perfeccionando y creciendo : para ello suponen, que quando los abandonaron fue por no contener parte alguna de Flata , pues á no ser asi no las huvieran despreciado. Este didamen pudiera tener la réplica , de que , en el tiempo que los abandonaron , los miraban de poco provecho, respedo de la mayor ley que tenia el Mineral que beneficiaban ^ pero es tan común hallarse Plata , en razonable cantidad , en los Pallacos antiguos, que no está totalmente desnuda de fun- damento la idea, hallándose apoyada del exem- plarde suceder lo mismo en las Minas de Azogue^ y de experimentarse dentro de las mismas vetas que lasque seabandonaron,porno sacar de dlasP/ata alguna , vueltas á trabajar, después de 6o,ó mas años la dan, y tal vez con regular abundancia, 18 Corrobora lo antecedente , el que en tanto que la Mina mantiene señales de P/ata^ y que no falta dinero para sus gastos, no se aban- dona , subsistiendo la esperanza de encontrar la riqueza que se solicita ^ y asi quando estaba abundante no era regular hacerlo , y quando es- casea se aprovecha todo , con la consideración de que aunque sea poco lo que rinda, siempre ayuda 5 con que no puede suponerse como cier- to, que los Pallacos tuviesen PlatadX tiempo que se extraxeron de la Mina , y que se desperdi- ciasen , por haber otros que rendían mas, 19 Quando se trabaja en vetas que no han declarado la Plata , ó quando la que rinden es poca 5 se procura Pallaquear 5 si se encuentran des- ■Zl,'!. ENTRETENIMIENTO descombros en que hacerlo ^ y fuera de lo que .contribuyen para los gastos , sirven los Piñones^ y ias piedras sobresalientes que se encuentran, para sostener el concepto con los Aviadores á quienes las presentan , en apoyo de las noticias que les dan sobre los progresos que se van ha- ciendo, y asi mantienen las esperanzas de que irá siempre en aumento : con estos convencimientos abren la mano , y franquean caudal para . llevar la obra á su perfección. 20 No hay satisfacion que iguale á la de un Aviador , ó dueño de Mina , que la hace tra- bajar por medio de Administrador , quando le presentan algún Piñón , ó Pina por premio de sus expendios , entregándole una , ó varias pie- dras donde se dexa ver la señal de la Plata en algún filamento. El gusto que en ello reciben, hace olvidar la memoria de quanto ha costado, que suele ser por cada marco , uno , ó varios miles de pesos. Esta complacencia , adquirida á tanta costa , dexa descansado el ánimo , no solo por la esperanza que confirma del logro total, sino por la circunstancia de ver el parto de la tierra en el metal precioso , cuyas señales , como principio del triunfo , las ponen con cuidado en el principal lugar de la casa donde esté paten- te á todos,y á quantos concurren se las muestran, para que ayuden á la celebridad y á los plácemes: entonces se repiten las relaciones ,que el Minero, ó el Capataz han hecho sin faltar señal alguna; y se embelesa la imaginación , prometiéndose ver multiplicadas las Piñas^ á correspondencia de los deseos. EN- ^33 ENTRETENIMIENTO XIIL Continua el asunto de los Minerales y y se explica quales son las principales caxas y y lo que se funde de Fiat a en ellas, -^ N el anterior Entrefenimfento se hadado noticia de los déviles fundamentos con que se dá prin- cipio al trabajo de las Minas,y que emprendidas muchas de ellas por hombres que no tienen caudal alguno,auti para la propia subsistencia,se gastan por sus manos crecidos miles en solicitud de la Plata, En este se seguirá , dando la de los Minerales , y del modo en que se manejan ^n ellos, por no ser esta de menos industria y habilidad, que el conseguir fondos con la vana idea de multiplicarlos en las cosechas abundantes de Pzña^quQ se proponen sacar de ellas : para esto es preciso dar idea del modo en que se ministra el Azogue , por ser el principal agente , que facilita el laboreo de las Minas, 2 El Azogue es la medida de la Plata , ó el mas seguro testigo de lo que se extrahe de las Minas , porque beneficiándose generalmente por el método de la Amalgama , no puede separar- se del Mineral sin el auxilio de este metal. Hay Gg no 254 ENTRETENIMIENTO no obstante algunas Minas que se trabajan por el fuego ,, pero son pocas , y adeiTiás concurre el in- conveniente de no haber con abundancia la leña en donde están , ni el Icho , que es un equivalen- te para suplirse : por esta razón , aunque algunos Minerales podrían, rendir mas por este segundo método , que por el. primero , no es pradicable.. Asentado pues que la mayor parte se hace por medio del. Azogue , conocido el consumo de este, puede averiguarse , con alguna corta diferiencia,, Ib que se saca de aquellas.. 3 Es opinión corriente por allá, y muy com- probada , que las principales Minas de creditO' en lo antiguo han ido en descaecimiento 5 allí lo han sido las de Potosí , j en realidad no rinden al presente , ni á mucha distancia con la abun- dancia que en otros tiempos^ esto procede de dos causas , la una de hallarse en tal profundidad parte de sus vetas , que el costo de desaguarlas^, con el de las obras que necesitan para que se mantengan , y el de atraher los metales , son ma- yores que las utilidades que rinden : la otra , por- que á fuerza de haber sacado lo mas pingue de ellas por largos años , han descaecido , y aunque esto; no suceda en todas, se experimenta en las mas , considerándolas por lo que vá corrido de este siglo: parece que al paso que unas van en decadencia , se descubren vetas algo sobresalien- tes eo otras,. resultando que en el total de aquel dilatado País no se extrahe menos Plata al pre- sente , de la que se sacaba ahora T'o , ú 8o años, con la diferiencia de haber mudado de lugar. El DECIMOTERCIO. 235 4 El cerro de Potosí debe considerarse co- mo un panal de Abejas en las inumerables bocas que tiene , y en las concavidades y minas que hay en su interior , y asi lo dá á entender la monstruosa cantidad de material que se ha saca- do de sus entrañas-, para lograr la parte del Mi- neral , que al modo de venas se halla repartido en él , siendo de este del que se saca después la I^lata ^ y asi , si fuese dable registrarlo de una vez , quitada la capa exterior., se descubriría un sin fin de caminos y calles subterráneas., condu- cidas sin regularidad en las direcciones, según la disposición en que van las vetas. Aquellos Mi- nerales , que en el lenguage común llaman Meta- les , después de los primitivos tiempos inmedia- tos al descubrimiento , en que fueron muy ricos, quedaron de poca ley ^ siendo tal , que sino tu^ vieran la ventaja de ser dóciles para extraherse, y para el beneficio, no se podrían aprovechar^ pero con esta circunstancia viene á ser la docili- dad compensativo de la falta de riqueza. Otros Minerales hay en distintas partes , que siendo de mas Plata son menos proporcionados para el tra- bajo por la dureza , por los gastos que de ella se siguen, o por la mezcla de Antimonios y de otras varias materias , que no dan lugar á que se pon- gan en punto de que el Azogue obre en ellos. Aun con estos inconvenientes €s tal el atradivo de unos y de otros, que no falta quien «e dedi- que á probar suerte , sin reparar en la baxa ley, en la dureza , ó en la dificultad de acertar con el método del beneficio que requieren. Gg 2 Ha- \ Z^6 ENTRETENIMIENTO 5 Hallanse repartidas las Minas de Plata en varias Provincias , y parece que en esto guardó- la naturaleza un orden correspondiente al de los Animales y Plantas y na haciéndolas comunes á. todos los Países , aun del mismo Continente , co- mo lo acredita el que siendo Punas de quasi igual altura y frialdad , las que corren desde la parte del Norte de Lima hasta el paralelo de Po-» íojz, y de allí hasta Chile ^ es en el ámbito que hay desde el de Lima al de Potosí donde abun- dan , y en los que corren desde el mismo parale- lo de Lima acia la Equinocial van siendo menos, como lo confirman las pocas que se conocen en el Reyno de Quito ^ y de allí acia la parte de Santa Fé , en cuyo ámbito son mas regulares las- de Oro<) bien que estas están en los climas calien- tes, siendo muy raro que las haya fuera de ellos.. Lo mismo sucede desde Potosí acia el Sur , en cuya larga extensión por gran casualidad se sabe de alguna. La physica mas sutil no facilita re- glas seguras para explicar de un genero que sa- tisfaga este raro phenómeno , mediante que al parecer concurren unas mismas circunstancias en todos ellos. 6 Habiéndose de beneficiar los Minerales de Plata por medio del Azogue^ tomó el Estado en sí el cuidado de ministrarlo , para que este principal ingrediente , sin el qual no podian ser útiles aquellos , no estuviese expuesto á contin- gencias , y que sin embarazo pudiesen dedicarse los Mineros á las labores , con seguridad de te- nerlo siempre que lo necesiten. A.este fin se es- ta- DECIMOTERCIO. %^J tableeieron varias Caxas en aquellos parages donde habia mas abundancia de Minerales, sien- do estas otros tantos depósitos de él , y por con- secuencia los lugares determinados á donde debe llevarse á fundir lo que se saca de Vlata para sa- tisfacer al Rey el derecho del 'Diezmo y el valor de los Azogues , que se franquea á cada indivi- duo en el discurso del año. ^ Entre estos Depósitos , ó Caxas Reales se halla una principal , que ministra á tudas las otras el Azogue , y es la de Guancavelica , si- guiéndose luego por la parte del Norte , 'Jauja^ Tasco ^ Lima^ y Trugillo : por la del S¿ir el Cuz-> C0 , Chucuito 5 la Paz , Cay liorna , Carangas , Oru- ro^Y Fotosi , de suerte que en todas vienen á ser 1 2 ^ pero no en los distritos de todas hay abun- dancia de Minerales , pues en algunas son tan es- casos, que apenas hay indicios de ellos. De es- tos Depósitos sacan sus provisiones los Mineros que están en cada jurisdicción , y se les submi- nistran fiados por termino de un año , para faci- litarles que puedan trabajar , sin hacer de pronta desembolso , por ser uno de los mayores costos que tienen. El método que se sigue en esto es acudir los Mineros á la Caxa Real , y afianzar el Azogue que necesitan para el uso de los metales que deben sacar de la Mina en el discurso del año , con obligación de tenerlo pagado al tiem- po de cumplirse. Este año se cuenta empezando por un antiguo uso , el primer dia de Mayo^ y finalizase el ultimo de AbriL Observase asi no solo en lo perteneciente al Azogue ^ sino en todos. r*. :;, los 238 ENTRETENIMIENTO los Ramos de la Real Hacienda , porque en aquel dia deben concluir todas las cuentas de las Caxas Reales , y empezar otras nuevas , que lla- man cerrar las Cartas-Cuentas, 8 Es de mucho alivio , como se dexa com- prehender, para los Mineros la proporción de tener el Azogue , sin hacer de pronto el desem- bolso de su valor,, usando de este caudal por el discurso de un año 5 y con la misma Plata que les facilita , lo pagan ^ pero aun todavía no basta para que se sostengan , acaeciendo con bastante frecuencia hallarse, sin cumplirse el año, sin fon- dos para salir de este empeño , que es consecuen- te, ó á la poca ley que tiene el metal, ó á los gastos que se les aumentan , bien sea por su du- reza y dificultades que hay para sacarlo , ó por las obras y trabajos que necesitan hacer dentro de la Mina. De aquí se origina , que se abando- nan aquellas que no sufragan para sostenerse quando los dueños no poseen caudal propio , ó tienen Aviadores que se lo subministren. Las Mi- nas se deben considerar como un juego de fortu- na , que para el que está favorable le enriquecen, y por el contrario destruyen y aniquilan al que íes es contraria. 9 El que dexa de corresponder á la paga del Azogue de un año , no puede prometerse tenerlo en lo succesivo ; y careciendo de este principal agente, se inutiliza la Mina y se aban- dona , bolviendo á ponerse en aquel primer es- tado en que la halló el que emprehendió su tra- bajo : se hacen derrumbos considerables , las aguas DECIMOTERCIO. ^^p aguas se aumentan aunque fuesen pocas 5 se cie- gan las calles^ y al cabíí de tiempo , quandootro la emprehende de nuevo , tiene que hacer el mismo trabajo que eL antecesor con- mucho es- pendió, 10 AI ver las considerables porciones de F/ata ^qne se conducen todos los años de las In- dias á España , no es fácil de concebir la difi- cultad que cuesta de conseguirla en su propio origen , y que se logra á expensas de muchos caudales , y de la infatigable pasión de los que se dedican á este exercicio , que es la que los empeña , según se dixo en el Entretenimiento an- terior 5 para no abandonarla , Ínterin que se les proporciona el modo de tener Azogue , aunque sea muy poca la Plata que saquen de ella ^ y asi esta providencia es uno de los mayores auxilios, que tienen para promover su trabajo. b rr Sin duda fue fundada en este conocí» miento la disposición en aquellos Reynos de franquear el Azogue al costo que tiene 5 contri- buyendo también la circunstancia de ser bastan- te crecido j-respecto del regular en España ^ por cuya regla no es igual en todas partes, proporcio- nándose á las distancias ^ y asi en Guancavelica es á 5^9 pulgadas iZi 5 en Jauja á 85 £i ^ en Tasco á 84 J±_y tn Lima á 84 _ZL, en Truxi- TOO loo ' lio se les carga el mas costo que tiene su conduc- ción desde Lima allá ; en el Cuzco á 95 ^Zl, en ■^ 1 00 Cay^ %^0 ENTRETENIMIENTO Cay liorna á 86^, en Carangas á 94.^5 en üruro á Q'7 10 \ en Potosí á 99 llLf siendo del cargo de los Mineros la conducción después desde las caxas hasta los asientos de las Minas. 12 El Erario gozaba los dos derechos que le correspondian en el quinto del Azogue ^ que se sacaba, y en el de la Plata: este ultimo se rebaxo al décimo en el año de i7'3^ , en fuerza de reiteradas representaciones que hicieron los Mi- neros , y de serias justificaciones : por donde se aberiguó , que la situación de ellas no permitía tanta contribución ^ pues por no sufragar á ello, se abandonaban muchas, y el Estado padecía el detrimento de su pérdida. Con iguales fundados motivos se libertó á los Mineros, en el año de 61, déla contribución del quinto del Azogue por tiem- po de dos años,reservando ala voluntad de S.M. y á lo que la experiencia enseñase , el dexarlo asi para lo succesivo, ó que espirados bolviesen á contribuir ^ pero parece que hasta el presente vá corriendo en la misma forma , que es convincente prueba del descaecimiento de su respectiva Mina, y que mirado este asunto, como el mas importan- te para la subsistencia de las de Plata , se ha te- nido por menos inconveniente perder la Real Ha- cienda aquel ingreso , que mantenerle con el me- noscabo de que se arruinasen las otras ^ con que la única utilidad que ha quedado á su beneficia es el Diezmo de la Plata que se saca, bien que siri disfrutarlo integramente. Las DECIMOTERCIO, l^-l 13 Las Minas en su generalidad subsisten en regular estado Ínterin que se trabaja en ellas, por- que á medida que se adelantan en lo largo y profundidad , se tiene cuidado de irlas aseguran- do con Empotrados , dexando además los cor- respondientes Estn'vos de distancia en distancia para la fortaleza, á cuyo fin hay Ordenanzas y Le-* yes que lo previenen ^ pero quando les sobrevie- nen aguas en cantidad, y que no hay advitrio para hacerles Socabones por donde desagüen , es preciso abandonarlas , aunque se hallen en el tér- mino de la abundancia de la Flata, El trabajo que se pra6:íca en ellas es continuo, haciéndose tanto de noche como de dia , y lo mismo el be- neficio de Metales en todas sus funciones, pues por una parte se muelen los que se sacan , hasta convertirlos en polvo muy menudo , y por otra se preparan los cuerpos para la Amalgama , y se laban los que tienen disposición para ello. De es- to resulta ser preciso que el Azogue esté pronto, sin lo qual experimentarían grandes pérdidas los Mineros j y una de las mas considerables sería el hallarse precisados á suspender las manipula- ciones. Por esto es necesario mirarlas como un encadenamiento en donde los eslabones están en- lazados el uno al otro, siendo el principal el Azo-* gue^ sin el qual quedan divididos los demás* 14 A proporción que los metales son mas ricos , necesitan de mas Azogue para la Ama/ga^ ma ^ y al respedo que la Mina es mas opulenta de metales , por estar sus vetas mas pujantes , se saca mayor porción de ellos , que es lo que los Hh due- 1^2 ENTRETENIMIENTO dueños apetecen , pues aunque la ganancia sea corta 5 la hace crecida la abundancia : por esta razón , los consumos del Azogue do pueden ser iguales , ni tener regla la distribución^ pero cada uno sabe á corta diferiencia, según las vetas que trabaja, su grosor y riqueza, lo que puede necesi- tar para darles el ultimo beneficio^ eii el discurso del año , y procura proveerse de él con antict* pación. 1 5 Por las cantidades de Azogue expendi- das en el discurso de varios años , en 1 1 de las caxas que se han nombrado,y son las principales, no incluyendo la de Lima , se podrá venir en conocimiento del estado presente de los minera- les de Plata de aquel Reyno ^ y para la mejor claridad se pondrá por su orden: CAXAS. Guancavelica. Jauja ...,. Pascoé.. Triixil/o........ Cuzco d/acnito., La Paz.. ..... Caylh'ma Caramr.as..,^.. Oniro. ......... Polos/., , Año de 1759. de 1-60. Qs. lib. oiiz. Qs, lib. onz, 2(pH. 39 o O. 130. 00. 500. 00. 00. 14. 27. 00. 733- 58. 2. 32. 20.. 9. Sumas. 23,0. 6. 1253. 75. 1544- ■2-1' 4~2"- 5» 242. 00. 00. 140. 00. 00. 650. 00. 00. 5. 88. 00. 740. 00. 00. 64. 3^- 4. 396 (K). 00. 191. 27. 00. 1251. 60 n, de 1761. Os. lib. onz. 234- 50- «o- 200. 00. 00, 373. 53* 5' 7- 6. 2.'l'^Ml. 21. I. 9. 40. 00, 437. 74. 12. 49. 94. 3' 288. 50. 00 420. 31. 1. 14-^2 54. 00 1814. 28. 14 -295;. -6. 3. 5195. 41. 74 de Qs. ] 200. 237* 455- 128. 6. 548. 292. ln6l. 1903. 1762. \ de 1763. ib. onz Os. lib. onz. 00. 00. 50. 00. 46. II. 42. 8. 49. 75. 50. f'O. 38. 53- 142. 18. ». 247. 42. 00. 729. 00. 00.. 131. 17. 00.. 13. 50. 8. 369. 34-- 4« 30. 25. 10.. 374. 59» 8. 150. 4. I, 1264. 63. 10» 1792. 86. 12. 5245. I. 13. 16 El consumo del primero de estos 5 años está incompleto , faltando Jo correspondiente á las caxas áeTrux/llo y de Cay ¡loma: en el segundo y tercero falta el de la primera, y aumentándolo de lo correspondiente por el de los años de 62 y 6^y vendrán á completarse , y serán el aik> de 59 5155 DECIMOTERCIO. 245 5155 quintales, 94 libras y 2 onzas: el de i^'óo, 5503 uintales , 63 libras y 9 onzas;y el de 17-61, 5424 quintales, 18 libras, y 8 onzas : en esta forma , tomando un medio entre todos cinco , es 5304 quintales y 84 libras. i^ Son varias la opiniones sobre la cantidad del consumo que se experimenta en el Azogue que se emplea en Isl Amalgama de la Plata: unos lo fixan á 14 onzas por marco , otros á 12 , y otros lo ponen en algo menos , pero'generalmen- te convienen, en que el preciso y verdadero con- sumo es el equivalente al peso de la Plata que se saca 5 por cuya regla , el marco de ésta debe consumir media libra de Azogue , y á todo el exceso llaman pérdida. Hay metales , según la opinión de los Mineros , que por su calidad con- sume mas que otros , y de estos dicen tener mas pérdida , contándola en lo que excede al peso de ia Plata ^ y asi la Mina que necesita para cada marco 1 3 onzas de Azogue , sin bolver á reco- gerse, tiene de pérdida 5 onzas 5 la que necesita 14 onzas, 6 ^ y por este término , otros metales hay que pierden menos, pero no se conoce algu- no que poca , ó mucha no la tenga. Sin hacer ■quentas imaginarias puede terminarse el consa- mo y pérdida del total de la^ Minas , unas con otras , por 1 2 onzas el marco , y en esto convie- nen los mas^ en cuyo caso , los 5304 quintales y 84 libras que se gastan en el año deben pro- ducir 7oj7y3 1 2 marcos de Plata de Pina , que son 5.658^496 onzas de la misma Plata, A esta cantidad debe aumentársele la que corresponde Hh2 al 244 ENTRETENIMIENTO al menos Azogue que las 1 2 onzas por marco de consumo , y la que se saca por fundición , cuyos dos puntos son inaveriguables^no siendo fácil con^ seguir, que con ingenuidad digan los Mineros en lo que consiste su verdadero consumo- y pérdida. 1 8 Es mysterio tan reservado la noticia fija de la cantidad de marcos de Piata que cada Mi^ ñero saca del Az&gue que consume , que la mas eficaz diligencia no es suficiente para conseguir- la ^ pero averiguado esto del mayor número de las caxas, podrá formarse el computo de la Plata que sacaron, y la que faltó para completar la que correspondia al Azogue que consumieron. 19 El año de i7'63 la caxa de Guancavelíca dio por consumidas 13^448 libras de Azogue menos que lo expendido: fundió i8g:o2i marcos, por los qoales contribuyó por el Real derecho de Diezmos y Cobos i7'y7'43 pesos y 3 reales. Se- gún la regla délas 12 onzas , debia haber fun-» dido solo 1^930 r , y asi tubo de aumento 901 marcos , que no son de consideración en el todo de la cantidad. Será reparable que los consumos de Azogue para esta cuenta de marcos , no son iguales á los expendios de él en el año ^ y esto procede unas veces de no fundir todos los Mine- ros la Pina que sacan en el corriente del mismo año que recibieron el Azogue , y otras de aumen^ tarse las fundiciones con los que dexaron de ha- cerlas en el año antecedente. 20 La de Jauja consumió 2 6y7'42 libras mas que lo expendido: fundió 14^565 marcos , por lo que solo contribuyó de derechos 14^340 pe- sos DECIMOTERCIO. ^45 SOS y 3 reales: debia haber fundido 35^656 marcos , y haber contribuido 35^105 pesos y 4 j reales ^ con que le faltaron para la cuenta í2iyo9i marco 5 y dexó de contribuir 20^^65 pesos. 21 La de Chucuíto consumió 42^:962 libras, fundió 48^063 marcos y 3 onzas , pagaron 4^^322 pesos y 3 reales: su fundición de Plata debió haber sido de 5^7^282 \ , le faltaron 9^219 y 3 onzas , por los quales dexó de contri- buir 9^06^ pesos y 3 reales. 22 La de la Paz tubo de consumo de Azo^ gue 3^025 libras, fundió igóoi marcos , por ios quales contribuyó iy:57'i pesos y 5 reales: debería haber fundido 4^034^ marcos: vino á ser diminuta la fundición de 2^:43 2 ¿ n^arcos , á ios quales corresponden 2^395 pesos y 2 reales, que dexaron de contribuirse. 23 La Caxa de Cay/loma consumió 49^059 libras de Azogue :st fundieron 28go297 marcos, cuya contribución de derechos fue 27-^5 9 6 pe- sos , '/I reales , pero la fundición debía haber sido de 65^412 marcos , y hubo de menos 37^:382+ marcos^ y el importe de los derechos disminuyó de 36^:805 pesos, ^\ reales. 24 L,a dQ Carangas consumió 15^004,5 li- bras : fundió 22^304 marcos y una onza^ por los quales contribuyó de derechos 22^05^6 pe- sos: su fundición excedió, al respedo de las la onzas, en 2^299 f^^^cos y una onza. 25 La Caxa de Orwo consumió 125^463! libras de Azogue ; su fundicioa fue de 121^856 mar- ^^6 ENTRETENIMIENTO marcos, 4 onzas,por los que contribuyó 1 19^9^5 pesos, 7I reales^ pero según el Azogue consumi- do debió haberse extendido la fundición á- i6j7'g284 marcos, mayor que la que se hizo de 45^:42^.' marcos , cuyos derechos corresponden, ser 44y7'26 pesos y ^^ reales. 26 En las cinco Caxas que quedan nombra- das hubo de menos en fundición de marcos y de derechos Reales como se sigue. CAXAS. Falta en la fun- dición. Disminncion de dere*j clios Reales. La de Jauja... La de Chucuito... La de la Paz La de Cay liorna... La de Oruro Total disminuciou de marcos 21. 091.7- 9. 219. 2. 43¿-«- 37' 382..Í 45- 42^- 20. ^65. 2. 9. 065. 3. 2. 392. 5. 36. 805. S'h 44. 726. f.i 115- 552.^ ii3-r55.p.ni 2f El importe de los derechos que el Rey sacó de las Minas de la pertenencia de las siete Caxas que quedan nombradas fue : De las de Guancavelica.. i^". ^'43. 3. De las de Jauja 14. 340. 3. De las de Chucuito 47". 322. 3. De las de la Paz i. 57^1. g. De las de Caylloma i"/. 596. T"! De las de Carangas 22. o^'ó. De las de Oruro 119. 975» í^» Suma« 250. 626. 3+ 28 De rrüdo , que de las siete Caxas recibe la Real Hacienda la quarta parte de un millón de ; pe- DECIMOTERCIO. ^^¡.J pesos, á corta diferienc¡a,ydexa de percibir mas de la decima parte del miillon. 29 Las quatroCaxas restantes son Pasco ^ en la Provincia de Tarma ^quQ es de consideración: la del Cuzco , jue no funde Plata: la de Truxillo^ que es mediana ^ y la de Poto^í^ que es la mayor, pues excede á la de Ortiro en 54^ libras de Azo- gue de consumo ^ y haciendo un juicio prudente oO llegará á medio millón todo lo que reditúan á S-M. ea cada año las Minas del Pen/.que usan de ék 'MiA ;; u i 30 La cantidad de marcos qué dexan de fundirse en sus respetivas Caxas , respedo del Azogue que se les ministra , y la mas porción que benefician quando el consumo y pérdida no llega á las 12 onzas por marco , no menos que toda \2í que se saca por fuego, tiene tres destinos : una parte se extravia , otra se funde para convertirla en vaxilla, y otra pasa á fundirse á la Caxa d^é Lima ^OT especial gracia que se les concede^ pero rigorosamente debería llevarse á la Caxa que mi- nistra ios Azogues^ que es la del distrito,asi por ser Ja mas inmediata , como para satisfacer los dere- chos con ella, y hacer constar haberse hecho el uso que corresponde con el que se les ha minis- trado. EN- ENTRETENIMIENTO XIV. Sobre el estado aBual de las Minas y las que se henejician por el fuego, ó por el Azogue» ^^^^^ A jurisdicción del Cuzco es li- [h mitada ^ en su distrito no hay ^g. I Minas, y por esto allí no se í| funde Plata : el corto Azogue éí=:^^=^=^ que se consume , es para las manifaduras , de las quales hay bastantes en aquella Ciudad , siendo sus ve- cinos industriosos en obras de mano. 2 En los tiempos pasados fue rica la Pro- vincia de Castro Firreyna por las muchas y so- bresalientes Minas de Plata que se trabajan en ella^ de modo que tenia fama en esta parte ^ pero ha venido á tal decadencia , que es al presente de las mas pobres , y solo se trabajaba escasa- mente en una , ú otra por sugetos de pocos arbi* trios , que lo mas que hacen €s Pallaquear , y ha- cer las cortas fundiciones que les permite est€ ar- bitrio j es dependiente de la Caxa de Guancave^ Uca. 3 La de ViJcas-Gumtan tiene algunas Mi- nas , aunque solo se trabaja en una con buenas muestras de dar riqueza : en la de Guanta se sa- caba Plata de otra ^ pero ésta habia arruinado al que la tenia por su cuenta , gastando en ella ua cau- DÉCIMO Q^U ARTO. 249 caudal bastante crecido , en cuya correspondien- cia le daba algunos marcos de Pina de tiempo en tiempo lo suficiente para mantener las esperan- zas , mas no para poder enteramente costearse. 4 En la de Angaraez hay algunas que estáa abandonadas ^ una de ellas , de mejor señal que las otras , la tomó á su cargo un sugeto de cono- cido caudal , que lo consumió en ella, contentán- dose con sacar algunos Piñones de poco valor , y algunas piedras de Plata blanca , que también llaman Machacado , cuyas muestras servian de embeleso al amo y de dar por bien empleado el caudal que consumía en los trabajos emprehendi- dos hasta conseguirlas, porque con estos indicios se prometía lograr la riqueza grande , que supo- nía en la Plata. 5 Quasi todo el Azogue que se expende por ia Caxa de Guancavelica vá á la Provincia de San Juan de Lucanas^ que es donde hay algunas Minas de consideración , y particularmente una que tuvo bastante crédito ^ pero como en ellas son regulares las altas y baxas ^ descaeció á tér- minos de no sufragar á sus costos : no obstante, con la fama que tenia por la riqueza que habia dado, se continuaba su trabajo con constancia, esperanzados que la veta bolviese á su primer es- tado de mayor abundancia. 6 La Caxa de Pasco se halla en la jurisdic^- cion de la Provincia de Tarma , y no está en la principal Población , por haberla situado en la inmediación á las Minas para la mejor propor- ción de proveerse de Azogues , y de conducir las li P/- 250 ENTRETENIMIENTO Tinas que se deben fundir. De algunos años á. esta parte han tomado incremento , prometiendo que se hará allí uno de los Minerales pingues del Reyno : son varias las Minas que se trabajan con utilidad conocida , acreditándolo asi el con- sumo del Azogue , que un año coa otro sale por 500 quintales á corta diferiencia.. ^ Las del distrito, de Chucuito se mantienea en regular estado en lo presente 5 y aunque en el consumo de Azogue se repara que en los dos pri- meros años de la comparación subía á ^33 I y 740 quintales , y en los tres siguientes sale uno con otro á 450 quintales con la disminución de cerca de 300 5 no procede esto de haber descae- cido , en el termino de estos cortos, años ; la fla- queza de sus Minas viene de tiempos mas distan- tes, originada , ó de la mucha profundidad, que tienen, unas, ó de los impedimentos que se en- cuentran ea otras , para llegar á sacar el metal de buena ley.. 8. De las Caxas de Trugillo se proveen aque-- lias Minas que hay en la serranía que corre des- de donde terminan las jurisdicciones de las de 'Jauja y Tarma para el Norte , yendo acia el Reyno de Quito , en donde están las de Caxa^ marca ,. Chachapoyas ,. con otras : por el consumo que tiene anualmente se comprehende su corte- dad , proveyendo desde allí quantas hay en un espacio de mas de 200 leguas , hasta los térmi- nos de las Caxas de Fiura y Cuenca , adonde no. se hacen remisiones de Azogue. 9 Reconócese , que la Caxa de Carangas fun- DÉCIMO QJT ARTO. 25I fundió 2299 marcos de Plata tnas de lo que cor- respondía al Azogue que expendió 5 y parecerá por este aumento haber habido en los Minerales de su distrito menos pérdida que en los de las otras Caxas , pero no sucede asi , y tal vez será mayor en ellas , de que hay bastantes indicios. En la pertenencia de aquella Caxa se hallan las famosas Minas de Humitajaya , y tanto en estas, como en el mayor numero de las de su jurisdic- ción , se benefician los metales por fundición, sin necesitar de Azogue'^ con que siendo el menor nu- mero y las de menos riqueza las que gastan las 150004 jV libras de aquel metal, debería ser la fundición de Marcos mucho mas quantiosa , y no faltan pruebas que lo convenzan. 10 Entre los grandes descubrimientos de Mi-^ nerales de Plata que se han hecho en el Reyno del Perú , ha sido famosísimo el de Huantajaya en los tiempos modernos , porque en su riqueza fue tal , que quanto cogia el ancho de la veta era de Plata maciza , que se cortaba á cincel , de modo que verdaderamente le decia el nombre de Mina de Plata , por estar visible este metal en quanto se descubría 5 y tuvo parages , donde for- mando nudos la veta se sacaban pedazos muy gruesos de ella. Esta famosa Mina ha tenido, como sucede con todas , sus variaciones ^ y aun- que no ha seguido en la abundancia de riquezas con que empezó , se sostiene , y trabajaba sin descaecimiento, dando siempre buenas porciones de aquel precioso metal. 1 1 Confirmase con la situación de esta Mi- li 2 na 2^Z ENTRETENIMIENTO na la singularidad que la naturaleza guarda con los metales preciosos de colocarlos en la tierra tan resguardados , que no sea dable desentrañar- los sin mucha penalidad y costos ^ pues siendo tan abundante de ellos , son excesivos los costos que se ocasionan. La naturaleza eligió para ha- cer aquel rico deposito de Plata el País mas so* litarjo y mas estéril de quantos hay en aquellas partes , en un despoblado retirado de las playas del Mar alguna distancia , y en un terreno de arena muerta : entre cerros difíciles de transitar por lo pesado del piso , que es de la misma are- na , tan desproveido de todo , que no se produce cosa alguna ^ siendo necesario que hasta el agua que se ha de beber , por no haberla allí , ni en las inmediaciones, junto con los víveres para ali- mentarse racionales y animales , se conduzcan de afuera en Embarcaciones , y que puesto en tier- ra 5 buelva á transportarse por aquel País dificiJ, hasta el sitio donde está la Mina. A este respec- to es costosísimo el beneficio de los metales, por- que igualmente carece de lena aun para prepa- rar el mantenimiento , siendo forzoso llevarla de lejos. Allí se reparte todo por ración del mismo modo que se hace en las navegaciones largas ^ y aseguran los que han estado ser tan escaso , que en ocasiones cuesta una botella regular de agua un peso. Se han pradicado muchos Pozos , se ha reconocido el País , y ni en los unos se ha en- contrado agua , ni en las exploraciones se han visto indicios de algún manantial , ó arroyo, no menos que de plantas , de donde pudiese sacarse le- DÉCIMO QJJ ARTO. 253 leña para los grandes consumos que se hacen en la subsistencia de la gente , y en el beneficio de los metales : hallándose este parage en la Pro- vincia de Arica ^ y es el Puerto mas inmediato que tiene para los embarcos y descarga de cosas el de Iquique, 12 De este modo la abundancia y riquezas de tan especiales vetas se consume en el propio costo de trabajarlas ^ y empleado en ella misma lo que dá , no es mayor la ganancia de sus due- ños que las de otros , cuyas Minas , sin iguales inconvenientes, son de ley muy inferior, igualán- dose por este termino la mas rica y abundante, con la que no lo es , para que asi se mantenga en equilibrio la estimación de la Plata por las pena- lidades que se superan para conseguirla , en unas partes de la escasez , y en otras de la dureza de la piedra en donde se halla incorporada , ó bien por la demasiada profundidad , por la abundan- cia de agua que las anega , por los metales extra- íios que están interpolados con ella , ó por las di- ficultades de los lugares dofide están , como su- cede con la de Huantajaya, 13 En las Minas de Potosí^ famosas en lo antiguo , sucede lo contrario .que en las antece- dentes : su ley es tan baxa en los tiempos presen- tes , que no podrian aprovecharse , si las propor- ciones que ofrecen para el beneficio , no lo faci- litasen 5 son dóciles para sacarse y molerse, no tienen mayor dificultad en las operaciones que deben practicarse con ellos hasta sacar la Piña^ iogran la comodidad de la célebre Laguna , qu-e a.' 2 54 ENTRETENIMIENTO á gran costo se dispuso en el espacio que forman entre varios cerros , donde se recogen las aguas llovedizas, que saliendo después por un Rio, sir- ven para los ingenios en que se muelen los me- tales , cuyos ahorros recompensan en mucha par- te lo que les falta de Plata. Aquel cerro ha da- do en otros tiempos metales bien ricos , de don- de procedió su gran fama : aun todavia subsisten en algunas vetas señales de su primitiva riqueza, pero por lo general son de escasa ley los que se trabajaban. Fuera de las muchas vetas que tiene el ámbito del cerro, hay otras distintas Minas en las Provincias de sus contornos , que han tenido fama en lo antiguo , pero al presente las mas de ellas han descaecido á semejanza de las de aquel: estas se proveen de Azogue de las mismas Caxas, debiendo hacer en ella la correspondiente fundi- ción de Plata , y generalmente ha sido la parte mas abundante de ellas en todo el Perú, 14 Dudariase de la gran riqueza de aquel cerro en lo antiguo , si se hubiese de congeturar por la de sus Minas en el tiempo presente , y no tratasen de ella Autores de toda fe 5 porque es tanta la distancia que hay de unos á otros , que no tienen comparación , y á éste simil sucede con las otras Minas famosas de aquel Reyno^ pero para que se comprehenda esto , se hará una bre- ve comparación entre lo que se dice en el libro Pretensiones del Potosí ., que imprimió el Procu- rador General de aquella Villa Don Sebastian de S ando-val y Guzman en el año de 1634 , y lo que al presente manifiesta el consumo de Azogues , de que se ha dado noticia. El DÉCIMO QJJ ARTO. 2 ^ ") 15 El descubrimiento de aquellas Minas se hizo en el año de 1 545 , tan reciente á la con- quista , que solo habian pasado 19 años de la entrada de los Españoles en aquellas partes , ha- biendo sido en el de 1526, que es buena prueba de estar vírgenes los cerros , brotándose la Flata por ellos con abundancia» En aquellos principios se beneficiaba por fundición , siendo en tal gra- do la riqueza , que de cada quintal de metal se sacaba la mitad de Plata , con cuyo atradivo se establecieron mas de seis mil Guairas , ó Horni- llos en donde se fundía. Esta abundancia no dur ró mucho, pues en el año de 1571 , que habían pasado 26, se hallaban bastante disminuidas^ y no siendo suficiente el método de fundir para ex- traher la Plata y se entabló el del Azogue por Pe^ dro Fernandez, de Velasco , bien que no con la perfección que al presente se pradíca , pues á medida que los metales han ido descaeciendo de ley, se ha sutilizado el modo de aprovecharlos y de sacar de ellos la mayor utilidad que pueden dar , trabajando mucho en descubrir el miétodo de beneficio que necesita cada uno. 16 En aquel tiempo el quintal de metal da- ba , según lo que queda dicho , 50 libras de Pla- ta , que son cien marcos , y venía á salir á marco de Plata por libra de metal. En el presente , se- gún noticias muy seguras , la Mina de aquel cer- ro , que dá quatro marcos de Plata por cajón de metal, es buena y dexa competentes utilidades á su amo : se trabajan muchas que no llegan á esta ley , y las que dan de quatro marcos para ar- Z^6 ENTRETENIMIENTO arriba se consideran sobresalientes. El cajón de metal , en las Minas de Plata , es de 50 quinta- les 5 que en el pié de los 4 marcos corresponde á 2 \ adarmes de Plata por cada arroba de metal, y sale la proporción como i á 1250^ esto es, que de la cantidad de metal que en aquel princi- pio se sacaban 1250 marcos , se saca ahora solo uno. Esta disforme disminución sería increíble sino se hallase verificada por la autenticidad de la obra que queda citada, y fue dispuesta para, presentarla á S. M. ^ bien que no es la misma es- ta proporción en la disminución que han tenido ios Quintos. if Desde el año de 1545 , que fue el des- cubrimiento de la Mina 5 hasta el de 1564 dio de Quintos aquel cerro fó millones de pesos ern sayados de 131 reales de Plata : corresponden en cada uno de los 19 años á 4 millones de pesos. 18 Desde 1564, hasta 1585 dio 35 millo- nes ; corresponde á cada uno de los 21 años 1.666^6(56 pesos ensayados y %. 19 Desde 1585 , hasta 1624 se pagaron de derechos 52 millones, y habiendo sido 39 años, corresponde á cada uno i'333y333 pesos ensa- yados y \ 20 Desde 1624, hasta 1633, que fue el antecedente al en que escribió , se pagaron 6 mi- llones 5 y habiendo corrido 9 años , corresponde á cada uno 666^666 \ pesos ensayados. 21 En el año de i7'63 Potosí consumió en las Minas de su cerro , y en las de las Provin-^ cias DÉCIMO QJJ ARTO. 257 cías comarcanas 1^9^286 l libras de Azogue:^ por la regla de las 12 onzas de consumo en cada marco de Plata corresponde haber sacado 239^049 marcos, á los quales pertenecen por 5* y cobos, á corta diferiencia, 42 6^463 pesos de á 8 reales , que reducidos á los ensayados de 1 3 j reales son 252^/19 , y viene á ser como i , á 15 ¿. La gran diferiencia que hay en esta pro- porción de lo que contribuye , á la que resulta de la ley del metal , nace de dos causas ^ la pri- mera de hallarse comprehendidos en los marcos que se funden al presente , los que proceden de todas las otras Minas que se proveen de Azogue de aquella misma Caxa^ la segunda, de que la cortedad que la ley tiene al presente , obliga á sacar incomparablemente mayor numero de caxo- nes de metal , que los que se sacaban quando és- te era abundante en Plata ^ y asi suple al presen- te en parte el mayor trabajo á lo que falta de ley. 22 Esto se confirma con el cómputo de los que debieron sacarse en cada uno de los 19 años primeros , y los que se sacan al presente : los 4 millones de pesos ensayados de Quintos que con- tribuyeron al Rey aquellas Minas anualmente en el tiempo primitivo corresponden á 20 millones de los mismos pesos de total saca de Plata , que hacen 33.^50^:000 pesos de á 8 realesjú onzas de Plata ^ y siendo la mitad de lo que se sacaba en metal , venían á ser 4.2i8y7'5o libras de éste, que componen 42^187' f quintales. 23 Al presente 3- suponiendo que la ley del Kk me^ 25S ENTRETENIMIENTO metal sea , tomándola por un medio , á 4 marcos por caxon , para sacar los 239^049 marcos, se necesitan 59y7'62j caxones , que hacen 2.988^ 100 quintales , y entonces se conseguía la misma Flata con solo 2^390 quintales de Metal, en lo que se vé la gran diferiencia que hay de aquellos tiempos á los presentes^ y si á esto se junta la porción de desmontes que se necesitan sacar aho- ra para lograr los 59^7-62 caxones de Metal, iría la quenta incomparablemente mas larga : debien- do suponer, que este número de caxones se saca de todos los Minerales de la jurisdicción de aque- lla caxa , como antes se dixo. 24 Desde el año de 1633 hasta el tiempo presente ha tenido de disminución la Tlata que se saca de solo aquel cerro algo mas de las dos tercias partes , sucediendo esto en el discurso de 130 años: á cuyo respecto , si continuase la mis- ma disminucion,se inutilizarían aquellas Minas en otro tanto tiempo, ó en menos^y por esto es muy conveniente en aquellos Países el fomento de los nuevos descubrimientos , con lo qual se recom- pensa en el modo posible el descaecimiento que tienen las mas antiguas con las modernas. 25 La gran riqueza de las Minas antiguas está confirmada en la circunstancia de sacar P/¿z- ta de ellas los Indios^ porque estos no conocían otro beneficio que poner al fuego , en tiestos , el Metal donde la Plata estaba visible y abundan- te , y derritiéndose la recogían : en cuyo modo sencillo, solo la que estaba limpia de otros me- tales podia fundirse. De esto ha nacido conser- var DÉCIMO QJJ ARTO. 2 59 var el nombre úeCayana los hornos en donde se hace la fundición de la Piíia-^ porque en la Len- gua de los Tacas significa tiesto. De esta grande abundancia se participó en los tiempos primeros de la Conquista ^ y aun en los presentes sucede , que las Minas que por alguna rara inclinación manifiestan los Indios á los Españoles , cuyas no- ticias conservan de sus antepasados , tienen la Plata visible , siendo desde luego perceptible su riqueza. 26 El Azogue que distribuye la Caxa de la Paz es en corta cantidad , como queda visto: par- te de él tiene su consumo en las Minas de La- recaxa^ Jaraca^ y otras que hay en su jurisdic- ción : estos van á quintar á las Caxas de Lima , teniendo permiso del Virrey para hacerlo asi. Las de Plata que están corrientes no son mas , ni de la abundancia que tubieron en los tiempos pa- sados. 2^ Los Minerales de Cay liorna se sostienen con regularidad , sin ser de los mas abundantes 5 pero hay opinión de que mas bien han aumenta- do que disminuido. Entre todos los de aquellos dilatados Reynos,son ahora los mas sobresalien- tes los de Oruro^ á cuyo parage parece irse trans- firiendo las riquezas que gozaron en lo pasado las Minas del distrito de Potosí: por el consumo de Azogue se vé lo que vá acercándose , pues un año con otro consumió quasi 1^300 quintales,y se ase- gura por varios sugetos inteligentes y dignos de fe , que la ley de los Metales , en la mayor parte de los Minerales , era buena , respedo de las de Kk 2 otras l6o ENTRETENIMIENTO Otras Minas , y que se reconocía ir en aumento. 28 De la noticia que queda dada se conclu- ye , que en el total de aquellos Reynos no han disminuido sensiblemente las Minas de Plata de lo que fueron en el principio de este siglo , ó en las cercanías de entrar en él; pues si en unas par- tes han ido á menos , en otras se ha reconocido aumento , como sucede en Pasco , Oruro , y C¿z-i rangas , de que es prueba la regularidad de sa-^ tisfacer el importe del Azogue los Mineros: al con-. trario de aquellos que trabajan en vetas pobres , que quando llega el fin del año es forzoso proce- der contra ellos y sus fiadores para hacer efec-^i tivo el Entero en Caxas, á que están obligados. 29 En el año de 60 solicitaron los Vecinos de la Provincia del Tucumán que se les proveye- se de Azogue^ por tener esperanzas de ciertas Mi- ■ ñas que empezaban á descubrirse, y por carecer i de él no podian darles el beneficio necesario , ni averiguar lo que producirían 5 y siendo en aque- llos Reynos uno de los principales asuntos el fo- mento de las Minas de Oro y Plata ^ obtuvieron 50 quintales , pero parece que no correspondie- • ron á lo que se pensaba^ porque hasta el de 63. no habia muestras de ello. Quasi lo mismo suce- dió en el Reyno de Chile ^ donde se creyó que se hablan descubierto del mismo metal, y que pro- metían abundancia 5 pero las que alli se han ha- llado no son de la entidad y firmeza que las del Perú^ y por lo común consisten en Mantos^ que son superficiales, y llegadas á profundar pierden^ no sucediendo lo mismo con las Minas que van en D E C I M o QJJ A R TO. z6 1 en vetas entre Caxas formales ^ pues aunque hay muchas , que la mayor riqueza la tienen en la su- perficie , siempre conservan alguna parte en lo profundo, sucediendo en otras al contrario, que hasta llegar á las humedades no manifiestan toda su ley. 30 La Pina y los Texos de Oro , quando na están quintados, llevando en los sellos que se les imprimen la marca , son coiitravando en todo el Ferú , y solo es permitido conducirlos via reda desde los Minerales á las Caxas á donde perte- necen, para fundirlos allí , y pagar al Rey los derechos que le pertenecen del Diezmo y Co¿yos^ pero en aquellos Países dilatadísimos , donde las Poblaciones están apartadas unas de otras, y que se anda por lo regular por los despoblados para buscar los Pastos , hay facilidad de conducirlas extraviadamente , y por esto no se verifica fun- dirse en las Caxas toda la que se saca de las- Minas, - 3>i Los Establecimientos de fundición están en las Caxas Reales donde hay depósito de Azo- gues'^ y á estas fundiciones llaman Cayana^ como queda explicado. En estas Oficinas se convier- ten en Barras , y se van numerando desde uno en adelante, empezando con el año y concluyen- do con él : se les pone el año en que se han fun- dido , el peso que cada una tiene en marcos,on- zas,y adarmes,y la ley;á cuya noticia se agregan los Sellos Reales: con esto quedan convertidas á una moneda del valor de 2, ó 3 mil pesos, y aun solían pasar. En esta forma se tragína á donde se quie- ZÓZ ENTRETENIMIENTO quiere dentro del Reyno , porque llevan los re- quisitos que manifiestan quantas circunstancias son precisas para la buena fe , y la de haber contri- buido al Rey sus Pveales derechos. Las Barras yá selladas , y lo mismo los Texos , iban á parar después á las Casas de Moneda de Lima: allí se bolvian á examinar de peso y de ley , para ver si habia equivocación , ó descuido en la que se fundieron , cuya diligencia se pradíca con pre- sencia de los interesados, y se convierten en Mo- neda. Las de Potosí no hacían este curso , por- que en atención á ser allí donde están las Minas mas antiguas y acreditadas del Reyno , hay es- tablecimiento de Casa de Moneda: modernamen- te se han hecho enSantiago de CbileyOruropsLra. evitar la incomodidad de conducirlas hasta Lima^ 32 La Plata ^ como se ha visto, sale de las Minas á expensas del trabajo de los Mineros : corre desde ellas á las primeras Caxas Reales, quando no se extravía , ó se convierte en baxilla, y sigue después á la Casa de Moneda. Conver- tida allí en pesos duros viene á Kspaña , para re- partirse por todo el Mundo , sin que le sirva el signo que lleva mas que para la primer venta , porque después se admite , y es apetecida como materia sin respedo al signo. 33 No son siempre los Mineros los que con- ducen de su cuenta las Viñas á las Caxas Reales para fundirlas y pagar los derechos. Esto solo se pradíca por los acaudalados que las trabajan sin empeñarse , pero los que no se hallan en este ca- so pagan con ella á los Aviadores , que los fo- men- D E CI MO Q^U A R T o. 2(^3 mentan, ó la dan á los Rescatadores en pago de los efe(ítos que les llevan á las Minas para el con- sumo de los trabajadores, y para la habilitación de los menesteres, siendo ellos los que las presen- tan en las Caxaspara que se fundan. También en- tra en parte de la habilitación el Azogue , á cuyo fin los mismos Aviadores y Rescatadores lo soli- citan , á fin de que no haya motivo de que cese el trabajo , ni el beneficio , por ser esto en lo que tienen la utilidad. El negocio de ir á comprar 'Pina á las Minas , llaman rescatar , y de ello to- man nombre de Rescatadores los que llevan cosas que vender. 34 Los Mineros acomodados, siendo asi que es de la Mina de donde consiguen las riquezas , no son continuos en ellas: unos van de tarde en tarde, y otros rara vez, ó ninguna, haciendo con- fianza de los Capataces que dirigen los trabajas, y cuidan de los gastos. Esto nace de que por lo regular están en parages desabridos y muy incó- modos por el frió, y por la intemperie que reyna, pero desde allí hacen conducir los Metales al Asiento, siendo en él donde se benefician, en cu- yo modo los tienen á la vista para presenciar las Labas , que es la ultima diligencia que se hace para sacar la Plata, 35 Los Metales se conducen de las Minas á los Asientos en Llacmas , ó Carneros de la tierra^ y en Alpacas , siendo estos los animales mas pro- pios para ello por lo escabroso de los caminos , cuya aspereza es tal , que los de otras especies se maltratarían mucho , y no podrían traficar. Esta es 2(^4 ENTRETENIMIENTO es una de las grandes providencias que tienen aquellos Rey nos, asi como en la Laponia son los Renes los adequados para manejarse en la des- igualdad de las montañas , y en los hielos. El carguió se hace en costales , cuyo ramo , y el de las cuerdas con que los atan sobre los animales , es la entrada mas segura y quantiosa que tienen los Indios del Pueblo de Juli en el Gobierno de Chucuito ^ por ser allí donde se hacen y se llevan á la mayor parte de los Minerales del Reyno. 36 No es bastante que las Minas sean de buena ley para que sus trabajos se costeen con lo que rinden, ó que produzcan utilidades á los dueños : hay en ellas varios accidentes que in- terrumpen sus progresos : estos son las pérdidas de las vetas , dividiéndose en ramificaciones muy delgadas , hasta que enteramente no se descubre metal en ellas , en cuyo caso es precisa mucha destreza y buen acierto para bolverlas á encon- trar en el Ínterin se trabaja sin recoger prove- cho , y con la duda de lo que durará la suspen- sión de los metales. Los toros que se encuen- tran , y son unos nudos de piedra durísima que inturrumpen la veta, ignorándose lo que tendrán de magnitud, ni qué partido convendrá mas , si el de atravesarlos con la Mina, que se vá abrien- do, 6 el de pasarlos rodeando por alguno de sus lados. Lo que se sabe de cierto es , que vencido el toro buelve la veta á continuar con igual , ó mayor riqueza que la que tenía antes. Los terre- nos de naturaleza falsos , que necesitan muchos empotrados, y obras de materiales para sostener. los DE CIM o QJJ A R T o, 2(5^5 los derrumbos, y las aguas, quando son abundan- tes, y están muy profundas las Minas , cuyo in-» conveniente suele equiponderar á sus mas so- bresalientes riquezas , obliga á pradicar so- cabones á mucho costo por donde se facilite el desagüe , cuya diligencia no en todas tiene pro- porción, por no permitirlo la disposición del cer- ro. Estos y otros varios embarazos minoran sen^ siblemente las utilidades en tales términos , que ponen á lo^ Dueños mas próximos á la pérdida que á las ganancias. 3^ El trabajo se hace con Indios y Mestizos , unos voluntarios y otros de obligación: estos últi- mos son los Mitayos: la diferiencia que hay en estas dos clases es , que los primeros son contin- gentes , y los otros seguros , pues en quanto á los jornales son iguales , siendo muy competente el que se les dá, y es arreglado á Arancel, por cuya regla nunca es menos de 4 reales de aque- lla moneda , aunque hay Minas , como sucede en Potosí , que ganan un peso los dias que traba- jan» Es vulgaridad muy errada la de que el tra- bajo de las Minas es recio , y que aniquila estas gentes, porque ni uno, ni otro sucede: siendo buena prueba la de acudir los Mestizos y otro$ Indios , á quienes no toca la Mita , á ofrecerse voluntariamente , y que los mismos Mitayos^ con- cluidas las horas de su trabajo, se convidan á do-* blarlo , que es trabajar noche y dia , para ganar mas , ó todos los dias seguidos. Los trabajos que allí se ofrecen unos son subterráneos, y otros fuera , que consisten en acarreos de Metales , y Ll de ^66 ENTRETENIMIENTO de materiales en las varias manipulaciones para el beneficio , sin que se reconozca que por causa de ellos enfermen , ni les sobrevenga mal de consi-» deracion. En este destino logran la mejor y mas puntual paga de quantas pueden tener ea las otras ocupaciones^ y asi, al exemplo de. los voluntarios,, se quedan varios de la otra clase después que concluyen el tiempo preciso de la Mita,. 38 Los Mitas duran seis meses , y concluí- dos se cambian , haciéndose asi para que se res- tituyan á sus Pueblos , y cultiven las tierras que les pertenecen : después tienen dos , tres , ó mas años libres , sin bolverles á tocar turno , según son mas , ó menos crecidos de vecindario los Pueblos. Ademas de los Mitayos siempre nece- sitan de gente libre las Minas , pues la que goza 6, ú 8 de aquellos , ocupará 15 , 20 , ó mayor número , á proporción de las vetas que se traba- jan. Por razón de la mucha frialdad de aquellos parages no se acomodan á ellos los Negros , que luego mueren , lo que no sucede con los Indios^ cuyas naturalezas son propias para tales climas , y asi los resisten sin pensión. 39 Se dixo antes que el consumo de Azogue es la cantidad de este Metal equivalente á la Pinta que se saca , y que lo que excede de esto es lo que llaman pérdida. Por esta regla puede sacarse Plata sin pérdida , pero no sin consumo^ y asi , el que saca cien marcos de ella, ha de con- sumir en el beneficio por la Amalgama 50 libras de Azogue por lo menos : de esto ha nacido la opinión de que se convierte en Plata este metal , es- DÉCIMO QJJ ARTO. 2 é"/ esforzándola con la circunstancia de no ser visi- ble la Plata en la mayor parte de los Metales, co- mo sucede con los que llaman Pacos , que son de color de tabaco , y los que mas abundan : supo- nen para ello , que el Mineral contiene materias propias para fijar el Azogue , y purificarlo de los cuerpos estraños que tiene, y que los Metales don- de la Plata es visible , que son los que llaman Machacados^ se hallan en esta forma , porque en su Mina abundaron las materias primitivas del Azogue en tanta cantidad, quanto es su abundan- cia ^ pero que además de esta , que es sensible á los sentidos , la restante materia que está con ella convinada con el Azogue que se le incorpora , lo fija y reduce á Plata. Esta opinión , según el sentir de los mas bien instruidos entre ellos , es efedo de la ignorancia, porque hay otras distin- tas causas para el desperdicio del Azogue^ sin que sea preciso ocurrir á que mude de especie , por razón de la mixtura con las partículas metálicas de la Mina : concluyendo , que si las operacio- nes hubiese arbitrio para hacerlas en otra forma se bolvería á recoger todo el que se incorpora en las Amalgamas '^ y en efedo, los grandes Meta- lúrgicos de Europa , que tienen conocimiento prádico de ellas , se admiran del desperdicio ex- cesivo de Azogue que se hace en las Minas de In-» días , atribuyéndolo á no valerse de los métodos mas seguros é industriosos para evitarlo. 40 En realidad , después del largo tiempo que el mejor y mas pingue patrimonio de la Es' paña son las Minas de Plata y Oro de los dos Im- Ll 2 pe- ,Í8 ENTRETENIMIENTO perios de las Indias , hubiera sido conveniente establecer Elaboratorios de ensayos , donde la aplicación adquiriese el conocimiento prádtico ,y especulativo á cerca de el modo de beneficiar los Metales, con aprovechamiento del Azogue , y de los de Plata y Oro^ pues á todos se estienden las pérdidas en muchas ocasiones por faltar la inte- ligencia para separarlos de los cuerpos extraños que los perjudican , como el Vitriolo , el Antimo- nio , el Arsénico , Alumbre , Azufre , Oropimente^ y otros varios , que de ordinario acompañan á la Plata , y es forzoso apartarlos antes de hacer la incorporación con el Azogue , pues de no prac-^ ticarse esto con la exaftitud que conviene, resul- tan dos daños : uno el de no sacarse toda la Pla-^ ta que contiene el Mineral por estorvar la inter- posición , ó mezcla át alguna parte de estas ma- terias , que el Azogue se una bien , y abrace to- das las partículas de quella , que están conteni- das en el Mineral : otro , que absolutamente no se consiga la Amalgama , siendo esto á lo que lla- man disparar los cuerpos , porque subdividido el: Azogue en partículas minutísimas y ligeras, se es- capa con el agua , y la Plata^ no habiéndose lle-< gado á juntar , también se desaparece. - 41 Logrado el fin de purgar los metales de Plata de las materias estrañas que le dañan , y el de hacer las incorporaciones del Azogue sin la fuerza de repasos que se les dan, se trabajarla en evitar los consumos de él ^ y quanto mas se apro- vechase tendría menos costo la Plata : los Mine- ros escusarian este gasto , y se harían útiles mu- chas DÉCIMO QJJ A. R T O. I^íp chas Minas que se abandonan por no alcanzar la ley de sus metales á los costos del beneficio^ pues en el supuesto de consumirse 12 onzas encada marco , al respedo del precio que tiene en Potosí^ son 6 reales lo que importa solo el coste del Azo- gue. Además , habría también la ventaja de no estar pendientes del Azogue para tener la Plata-^ pues siempre que faltase aquel cesaría la extrac- ción de esta , y las Minas quedarían inútiles. Por el contrario , si el Azogue no tuviese consu- mo 5 ó á lo menos este fuese corto , con una can- tidad moderada habría bastante para algunos años , y en ningún caso sería sensible la falta de su abundancia. El descaecimiento de la Mina del Almadén , que puede suceder de lo qual ha- ya exemplar , es un peligro que amenaza á la subsistencia de las de P/jí¿7. Las guerras que pue- den sobrevenir es otro , y todo se salvaba con el medio que se ha dicho. Los Mineros se aplican en quanto pueden al conocimiento de sus meta- les, y al modo de aprovecharlos, pero recayen- do en unas personas que nunca tuvieron princi- pios de ello , ni conocimiento de la facultad de Minas y Metales , á quienes la falta de otra ocu- pación les inclina á este exercicio , y el parecer- Íes que para sacar Plata vasta mover las tierras, nunca pueden adelantar cosa de sustancia, y quan- do lo consiguen es después de bastantes pérdi- das , quedando siempre con sobradas imperfec- ciones los métodos que descubren. Los Beneficia- dores son asimismo gente de pocos alcances, que aprehenden lo que vén hacer á otros , y al paso -í'ill que I^O ENTRETENIMIENTO que son hábiles en esto,no tienen la mejor dispo« sicion para adelantar ni discurrir por ú , ni para mudar de método en las operaciones: conocen bien el Mineral que contiene Vlata , pero no los medios de separarla con perfección de las otras materias á que está unida , cuyo punto es esen- cialisimo como se ha dicho. Ño saben discurrir modos de aprovechar q\ Azogue^ que es otro muy principal. No ha faltado Autor grave, y Minero hábil de aquel Reyno que lo ha conocido asi 5 y que es de opinión que puede hacerse el beneficio sin consumirse , ni desperdiciarse Azogue alguno. Este invento, en que debiera pararse mucho la consideración, valdría tanto á la Monarquía como las Minas de PiataquQ le proporcionan las rique^ zas que posee , y se las asegurarla para lo succe- sivo, disfrutándolas sin desperdicios. A fin de que esto sea mas perceptible será bien decir que se reconocen Minas , cuyos metales en los ensa- yos pequeños manifiestan una riqueza increíble , y trabajados en grande nunca dan la ley , y mu-» ches disparan en el beneficio. EN- ayi ENTRETENIMIENTO XV. Se trata del Azogue y de la Sal y mate- rias precisas fara el henejicio de la Flata y de las Minas de estas dos esj^ecies. I "k^Ck^^'^ L beneficio de los metales nece- ^ .jj*^ ^ sita dos ingredientes csencia- t^ J¿jd \k ^^^ ' ^"^ ^^" ^^ Azogue y la ^ ^ '^^^- ^'^^ ^^ios no podría tener ;^^^^^^^ lugar la Amalgama , siendo el primero el que los une , de ¡donde nace , que su obra se llame Incorporación'^ la segunda los dispone^ para que aquel pueda obrar , á cuyo fin los purifica de las muchas par- tículas estrañas que tienen. Además de la Sal hay otros , de que también se usa para el mismo efedo , según lo requieren las distintas materias que se hallan interpoladas con ellos. De este tra- bajo están libres en parte los metales que se be- nefician por fuego 5, pera son pocas las Minas que tienen disposición para ello. 2 El Reyno del Perú fue privilegiado res- pedo del de Nueva España en la conveniencia de tener una Mina abundante de Azogue , con cuya proporción no ha estado dependiente de España para el que necesita, y en ocasiones ha contribuido al otro con algunas porciones, cuyo au- 272. ENTRETENIMIENTO auxilio ha sido muy importante , pues á habgr faltado , era preciso que hubiesen padecido mu- cho sus Minas. 3 La Mina de Azogue se halla en el distri- to de Guanca'ueUca , nombre corrompido de Huan- ca Vilca , que son dos de la lengua de los Indios^ propios de Naciones entre ellos ^ el cerro don- de está se halla distante como legua y media de la Villa 5 que tiene el mismo nombre , la qual es- tá á su pié : los que le han reconocido y visto, igualmente que el de Potosí^ aseguran guardar mucha semejanza el uno con el otro. 4 No guardan igual semejanza en la dispo- sición interior, porque el de Potosí consta de mu^ chisimas bocas , que dan entrada á otras tantas Minas de distintos dueños , hallándose por todo él difundidas las ramificaciones de vetas, y el de Guancavelica solo tiene quatro entradas por lo mas alto , que es la cumbre del cerro , y tres so- cabones , que sirven para darle viento y desa- güe , no porque tenga manantiales , sino para la que le entre de las goteras. 5 Esta Mina no tiene extensión á lo largo, y consiste en un gran Pozo, bien que cerrado •por la parte superior , sin mas abertura que las puertas de entrada que se han dicho , cuyo cir- cuito es de 180 varas su extensión, ó diámetro de 60, y su profundidad de 513 ^ en éste ámbi- to han estado contenidos los metales que han producido el Azogue^ con que se abasteció aquel Reyno desde los principios , y fuera de él no lo hay 5 en lo antiguo fue abundante , pero faltan- do- DÉCIMO QJJINT o. 273 doIe extensión , está reducida oy á un esqueleto de palizadas , y algunos retazos , que habiéndo- se dexado con el fin de sostener la Mina y preca- ver sus ruinas , han podido escapar de la astucia de los Mineros : les dan el nombre de Estrivos'^ estos se disminuyen sensiblemente todos los dias por sacarse de ellos principalmente el Azogue para el abasto regular. Pertenece á la Corona , y esto ha contribuido no poco á su mala conserva- ción , por la circunstancia de estar cedida á un numero de personas que la trabajan por compa- ñía 5 siendo la mayor parte hombres destituidos de posibles5y forasteros que se recogen allí á ten- tar fortuna , sin principios , ni conocimiento del exercicio. El Rey les paga un tanto por cada quintal de Azogue que le entregan , y les adelan- ta caudal para que empiecen á trabajar : en otros tiempos, que la capacidad de aquel gran Pozo, ó Deposito se hallaba en mucha parte macizo , lo- graban sobresalientes utilidades, sin perjudicar á la Mina 5 pero no asi al presente por la falta de ley á que han venido los metales. La Villa, que es bastante grande , se mantiene de la Real Hacienda por las utilidades que dexa el Azogue, 6 Se trabaja como las de P/ata con Indios de Mita , pero además de estos exceden los vo- luntarios , asi de la misma casta , como de Mes- tizos. La ley del metal en el dia es baxisima, correspondiendo á cada caxon , que se regula allí de 6 arrobas , siendo distinta esta medida que los de, las Minas de Pl7ta , desde menos de libra, hasta 2^,03. Las débiles señales que han í--^ Mm que- 2 74 ENTRETENIMIENTO quedado de estrivos, tienen la de 8, ó lo libras; pero quando estaba en su fuerza la habia de 25- á 30 libras , que llamaban Metal de Apunchao, palabra India , que significa metal rico. Veese allí repetida una particularidad semejante á la de los metales de Plata sobre la regeneración de ellos ^ pues en los parages que han estado aban- donados por largo tiempo , como de 60 , ú 80 años 5 bueltos á habilitarse , se encuentran en sus superficies unas costras, ó capas mas, ó menos gruesas , cuya ley es sobresaliente , y quitada buelve á quedar la piedra de una calidad metáli- ca , pero sin contener Azogue , ó tan poco , que es despreciable. Esto hace creer , que la mejoría de ley que se halla es posterior al tiempo del abandono 5 porque quando se hizo fue por no contener cosa de sustancia ^ habiéndose aprove- chado con codicia los metales de ley regular en todos los tiempos , sin escusar trabajo para solici- tarlos. A esto se agrega no ser natural que los abandonasen quando \ts quedaba el grosor de una vara, poco mas, ó menos, habiendo hecho grandísimas escavaciones en aquellos mismos si- tios para extraher otros, que tal vez no serían tan buenos como estos que se encuentran en los tiempos presentes. Si esto solo se viese en una parte, podría atribuirse á casualidad, pero ex- perimentándose en todos los que se encuentran, cuya memoria está quasi perdida , hay bastante motivo para discurrir, que la ley fue posterior al abandono ^ lo que comprueba también el poco grosor de las capas. La DE CI MO QJJ I N T o. 275 ^ La piedra donde el Mercurio se fixa es de un color y gran particular 5 y aunque no lo con- tengan, se conoce por ella, que en nnas profun- didad, ó sacando algunas capas, se encontrará el cinabrio natural , que es la misma Piedra , el Azogue y el Azufre unidos y misturados. A esta piedra llaman Metal de Awgue , á distinción de la otra en donde nunca lo hay, á la qual dan el nombre de Desmonte , y es al modo de 'Pizarra, Esto asentado , se puede concluir , que después de sacado el metal útil de un parage lo abando- naban y quedaba macizado con los esco hombros que echaban en el de los otros cercanos. Los efluvios y partículas primitivas que constituyen el Azogue , subiendo de lo mas profundo , cir- cundan por las porosidades de la Piedra Metáli- ca^ que tiene disposición para recibirlos, y al llegar á la superficie se detienen , no teniendo matriz por donde continuar la circulación ^ y unidas con la piedra mudan su color obscuro, dándole el que tira á rubicundo mas , ó menos vivo , según son abundantes las partículas mer- curiales , y los Azufres que les acompañan , de cuyo modo aquella piedra estéril vá sobrecar- gándose de ellos, y reduciéndose á cinabrios : de esto resulta , que á proporción que ha corrido mas tiempo desde el abandono , ó que la memo-; ria de él está mas perdida hasta el descubrimien-: to , es mas , ó menos espesa la capa que se en- cuentra de la que contiene Azogue, Suelen ser tan abundantes en algunas extremidades de la Piedra Metálica las partículas del Awgue ^ que Mm 2 no 1^1 6 ENTRETENIMIENTO no pudiéndolas mantener fijas , é incorporadas en sí , se vén en su propia forma ^ y sacudiendo la piedra contra una cosa dura despide glóbulos de Azogue ^ al modo que la pina de Vlata quanda está en pasta , y se comprime, despide el Azogue superabundante, sin otro auxilio: las piedras que contienen el Azogue en su forma metálica tienen un color de Vlomo brillante , que tira á rubicun- do , y en donde él está hace briscado semejante á las cristalizaciones menudas que se suelen en- contrar en las Minas. >.,§]:; También entre los escohombros antiguos que'han pasado por el fuego , se encuentran al- gunas piedras que contienen Azogue , de lo quál ha nacido , como en las Minas de Vlata^ persua- dirse á que la piedra por su calidad es la matrír donde el Azogue se fija, comparando su propie- dad á la de la Esponja que recibe el Aguw^ y que comunicándosele con el ayre las partículas sutilísimas del Azufre , j de las partes que for- man el Azogue , buelven á adquirir en parte la unión que tenían en la Mina con este metal. Que sea esto , ó el no haber quedado totalmente des- pojadas de él quando se hizo la operación, la cierto es haber Mineros , que se dedican quanda la Mina no les produce con regularidad á esco^ ger , ó pallaquear , y aprovechan lo que encuen- tran para sacar Azogue, 9 Los lugares profundos de la Mina , que después de largo tiempo de haber estado ciegos con los escohombros, se abren, tienen un ayre de naturaleza 5 que mata de improviso si se respira, ob- D E CIM o CLUINT o. 277 observándose en esto varias particularidades. Llaman á esta especie de ayre Umpé ; en su pesa y elasticidad no se conoce circunstancia por don- de pueda venirle esta propiedad , pues introdu- ciendo un Barómetro con industria donde lo ha- bla 5 no mudó al Mercurio sensiblemente de si- tuación de como estaba á la parte de afuera don- de no lo habia , siendo tan eficaz y pronto , que al presentar tres velas de sebo unidas y encendi- das 5 cuya luz era bien grande , luego que entra- ron en el Umpé se apagaban, sin dexar señal de haber estado encendidas en los Vábilos : tampo- co en el Termómetro se reconoció mutación , ni en las demás qualidades de húmedo y seco , ó las que pueden percibirse por el olfato ^ y na obstante esto , quando falta precaución en los Trabajadores , al llegar á romper alguna antigua concabidad suelen quedarse muertos y no bol- ver con ninguna diligencia : para experimentar estos raros accidentes no es necesario que el agu- gero que se abre sea grande , basta el que hace la punta del pico, ó de la palanqueta con que trabajan. Precavense de este peligro con el cui- dado de no respirar al dar los golpes , quando sienten estar próxima á romperse la comunica- ción , y luego que se abre presentan una luz , la que introducen por toda la abertura en un pala quanto éste puede alcanzar^ sino se apaga es se- ñal de no haber Umpé^ pero por el contrario ex- tinguiéndose lo hay , y el término es todo el es- pacio en donde sucede esto. 10 De esta qualidad tan rara del ayre , que '"'"^ no ayS ENTRETENIMIENTO no consiste en su peso , ni en su elasticidad , es muy difícil asignar la causa , pero se nota que se reproduce y se mueve en el mismo ayre , dándo- lo á conocer la circunstancia de sobrevenir en al- gunos parages donde no se habia advertido ^ y sin esperarlo ^ ni haber antecedente para ello , se vé que las luces se quieren apagar , lo qual se in- dica de un modo raro. La luz entera se separa del pábilo ^ y sube acia arriba con mucha pron- titud 5 bolviendo á baxar hasta el mismo pábilo, donde se mantiene un breve rato ^ y buelve á re- petirse el mismo salto , hasta que en alguno de ellos se desparece enteramente : en estos saltos, sube como media quarta , sin dexar en el pábilo señal alguna de haber estado encendido^ pero quando sube demasiado es señal de que el Umpé tiene fuerza , y entonces al segundo, ó tercer sal- to se apaga. Estando en este término aun puede resistirlo por breve rato la vida de los hombres, pero quando de repente se apaga sin dar estos saltos, con la misma prontitud instantánea caen muertos. II La propiedad de moverse se percibe , en que unas veces se mantiene en aquellas conca- vidades donde se descubre ; otras se adelanta á la calle por donde se hizo la entrada ^ y diaria- mente abanza alguna cosa : y se observa , que teniendo una luz en la mano donde no se perci- ben los efeétos , y alargando el brazo á donde son sensibles , la luz se queda apagada 5 enton- ces con la que está en la otra mano se buelve á encender ^ y quantas veces se repite el introdu- cir- DÉCIMO Q^U I N T O. 27^ cirla 5 tantas sucede el apagarse. 1 2 Las personas que impensadamente se haa encontrado donde empieza á haber Umpé^ que no esté en toda su fuerza , sienten un hormigueo grande por el cuerpo , pero con particularidad en las extremidades , en la cara, y en la cabeza; sordera y mucho sonido en los oídos ; los ojos hinchados, como que se les quieren salir del cas-í co , que son los efedos que ocasiona la extrac- ción del ayre dentro de la Máquina Pneumática, Para conocer si los del Umpé eran provenidos de igual causa de rarefacción de este ayre , se han hecho repetidas experiencias en dos parages di- versos donde lo habia , y no podian subsistir lu- ces encendidas: para esto puso unos lienzos al rededor de las narices y boca la persona que se preparó para entrar , y reteniendo el resuello, llevó el Barómetro montado 4 varas mas adentro de donde se apagaban las luces, y colocado allí, salía y entraba para ver si hacía movimiento , lo reconocía distintamente con la claridad que co- municaba una luz puesta del lado de afuera 2 varas del límite del Umpé, En esta forma obser- vó mantenerse el Mercurio en i^ pulgadas , i \ lineas; sacado a fuera y puesto en el lugar don- de estaba la luz , que era al mismo nivel , estaba en 17" pulgadas y 2 lineas, la diferiencia era me- dia linea , que nunca podia causar éste particular efedlo. En el segundo parage donde se hizo la experiencia que igualmente el Umpé no admitía luz , y es lo mas hondo de la Mina llamada Ho- yo Negro y estuvo el Mercurio en 17 pulgadas, 2 a 8o ENTRETENIMIENTO 2 I lineas. Al mismo tiempo se introduxo unTí^r- mométro^ y tampoco tuvo alteración , respedo de como estaba del lado de afuera ^ sacándose de aquí , que la qualidad nociva de aquel ayre no procede de una gran rarefacción , ni de ser mucho menos pesado que lo que corresponde á la athmosphéra de aquella altura. En estos para- ges no habia mas que una entrada sin tener cor- respondiencia* 13 El modo de disipar el Umpé es haciendo otra abertura al parage donde lo hay, y que el ay- re tome movimiento ^ de cuya circunstancia pue^ de inferirle venirle aquella qualidad de estar sin él algún tiempo enteramente. Si esto contribuye, o no á que pierda la elasticidad en el todo , ó en alguna parte, no es fácil averiguarlo, pero se dexa conocer le adquiera alguna propiedad par- ticular dañosa á la vida, indicándolo asi la pron- titud con que ésta se termina donde lo hay. 14 Esta propiedad singular del ayre se co- noce igualmente en distintos parages de Europa^ en algunos Pozos no muy profundos , y en la Gruta del Perro , según la llaman en Italia ^ pero- no basta la sola circunstancia de estar parado el ayre , pues son raros los Pozos en donde se vé, lo que también sucede en las Minas ; pero se nota, que donde hay metal de algún provecho , ó lo ha habido , es mas expuesto que donde no lo hay 5 de lo que se colige , que los efluvios de éste pueden comunicarle algunas partículas , que son contrarias á la vida. No sería estraño , que la materia ígnea , ó la EleClrica , que se hallan es- V, DE CIMO Q^U I K T o. 28 I esparcidas por el ayre, las absorviesen en sí los metales , y que por esto la luz no tenga subsis- tencia , faltándole en el ayre partículas corres-^ pendientes para animarla, pues entonces, sin ha- ber mutación en el peso , ni en la elasticidad po- dría producir los efedos que se vén. No sucede en aquella Mina azogarse la gente que trabaja ea ella , como se cree comunmente : en lo arrtigua se dice era nfas frecuente este daño , y se atri- buía á dos causas ^ una la porción mayor de Azo^ giie que contenía el Mineral 5 otra el modo de desprenderlo de la Mina con el pico, entonces el polvo que despedía introduciéndose por la respi- ración en la sangre , les causaba el mal. Los que presente se azogan son pocos , y estos lo contra- hen en los Hornos al tiempo de cargarlos , por entrar en ellos quando están todavía calientes ; pero siendo los metales de poca ley, ni aun asi es común. 1 5 Los que se azogan pradícan allí un re- medio fácil , con el qual se ponen buenos en po- co tiempo , quando no pueden resistir mas , por-f que se vén en continuo temblor de todos Ios- miembros. Estenuados y macilentos se transfie- ren á alguna Quebrada de temperamento cálido. En ella se aplican á labrar la tierra , con la qual sudan mucho y espelen el Azogue^ poniéndose del todo buenos 5 y después que lo consiguen, buelven á tomar el antiguo exercicio , sin que ks violenten á ello. 16 Creyóse un tiempo , que las Minas de Azogue eran en el Perú tan comunes como las de Nn P/a- aSa ENTRETENIMIENTO Tlata. 5 y con escrupuloso cuidado se dispuso que no, se trabajase en donde al parecer se habían en- contrado indicios, de ellas para estorvar que en Azogue y en Plata se le defraudase al Rey los derechos Reales ; pero.quando llegó el caso de necesitarlas,por el descaecimienta de la de Guan- cavelíca , se halló ser engaño, del; poco conoci- miento; y aunque se praQiicaron quantas diligen* cías diñaron el deseo y la importancia , solo se encontraron desengaños y el convencimiento de que las que eu lo antiguo, se tenían por Minas de Azogue , lo eran de Hierro y de otras materias de esta naturaleza , cuyo color tira á rojo ,, como lo manifestaron muchos y prolijos ensayos que se han hecho. Las que se denunciaroa ea distintas Provincias , y las. del Reyno de Chile no han da-« do mas iadicios de Azogues, que las otras.. En es-» ta escasez que se nota de tales Minas y se recono- ce la Providencia del Criador , que como menos útil que los otros metales por su rara qualidad de ser fluido , é inestable ^ aun siendo tantas las de los metales, preciosos de Plata y Oro que distribu- yó en todo el Mundo , y de que hizo, ostentación en aquellas dos Americas , son tan raras las que se conocen de Azogue ,, que se hallan reducidas á la de Guancavelica en el Perú , la del Amaden en 'España , y la de Trieste en el Fruíli f pues de. haber otras , son de poca reputación , y no las hay en la América Septentrional^ cuyas Minas de Plata no son menos pingues que las del Perúy como lo tiene acreditado la porción que se saca, de ellas todos los años.. £1 T> E C I M OCt.U I N T o. 283 . 17 El Azogue se emplea también en Amal- gamas de las Minas de Oro quando éste se halla en partículas tan diminutas, que no se puede re- coger por la fundición , ni por las habas. De al- gún tiempo á esta parte se usa de él en Vortové- lo con motivo de haber encontrado en los cerros inmediatos Minas de este rico metal , las que al dictamen de los inteligentes prometen aumento, á medida que se vayan adelantando sus trabajos; pero como allí no ha sido regular hacer consuma de Azogue^ padecen escasez, y esto perjudicaba á los progresos que deseaban sus dueños. 1 8 Proveense las Minas de la Sal que nece- sitan ^ unas de la que se coQ;e en el Mar , y otras de la que se saca de las Minas que hay propias de ella, según la proporción en que están, sien-» <Ío uno de los renglones de expendio que tienen, y en las que se hallan muy retiradas es bastante eóstoso. Goza en este particular aquel País la ventaja dé no ser necesario que intervenga el tra- bajo, ó industria de los hombres: se forma la Sal^ ó la congela la naturaleza de sí misma , sin trias pensión , que irla á coger. En el distrito del Pueblo de Chílca^ que es del Corregimiento de Cañete , baña el Mar con las crecientes algunos -Valles , entre alturas de poca elevación , dexan- do en lo mas hondo Lagunas , que se renuevan de continuo. Este agua , por la calidad del sue- lo , se congela en Sal^ siendo tanta su abundan^ cia, que se abastece con ella mucha parte del País , pero no tienen facultad para extraherla de allí otros mas que los Indios de aquel Pueblo^ Nn2 y 284 ENTRETENIMIENTO gjr son estos^ los que se ocupan en conducirla á los demás parages donde se necesita. A esta seme- janza hay en aquellas costas otros lugares , que son Salinas naturales. 19 En la parte alta del Perú , que parece haberla proporcionado la Providencia para de- pósito de toda suerte de Minerales , los hay de Sal, y son en la misma disposición y estruÓura que las de los metales: en ellas hay las entradas, regulares , y la Sal se halla en cuerpo duro , ma-* cizo, y continuo como la piedra ise corta á fuer- za de pico, en pedazos proporcionados y para que las bestias de carga puedan llevarla , y asi se conduce á las Poblaciones y á los Minerales ^ á la vista es engañosa^ teniendo semejanza de pie-» dra de color morado , que tira á obscuro ,. con vetas al modo del Jaspe ^ y la venta no se hace por peso ,^ ni por medida, sino por piedras, .en cuyo tamaño es poca la diferiencia. De estos Mi-» nerales de Sal se encuentran en casi todos aque^ líos Países , y su especialidad consiste en la dun reza , en el color , y en estar en aquellos cerros de tanta elevación al igual de los de Plata y de Mercurio , cuya variedad contribuye á hacer ad- mirables en todo las obras de la Providencia» 20 Puede ser digno de repararse , que ha- biendo sido tantas las riquezas , especialmente del Oro que se sacaba en las Islas de Santo Do- mingo y de Cuba en los tiempos cercanos á sa Conquista , al presente se encuentraa tan cortos indicios de ello. En la de Cuba subsisten vesti- gios de antiguas Minas con solo el nombre.^ á po- DE CI M o CLU I N T o. ^S ^ poca distancia de la Habana^ por la parte de Bacuranao^ hay unos cerros de poca elevación, y allí un parage que llaman la Mina , por haber- la , aunque ni está corriente , ni parece haberlo estado de mucho tiempo á esta parte , sucedien- do lo mismo á las otras. Hay noticia no obstan- te , de que lavando las arenas del arroyo Escaño brdy , que está tres leguas de la Villa de Santa Clara ^ en el hato de Manicaragua y en algunos otros de la jurisdicción de la Trinidad^ se saca algún Oro en polvo y pajillas , refiriéndose otro tanto de los que están acia la Ciudad de Holguin^ pero son muy cortas estas señales, para comparar- se con 1^ famaide la riqueza antigua. En la Isla fie Santo- Domingo no son tampoco de mas enti- dad que en aquella , y á esta semejanza sucede lo mi^moen las otras de donde se sacó algua CÍ2;(?ceo los tiempos de sti descubrimiento, r.;?2J i'Eíi; la huisianííi'i uno 'de los incentivos que. tuvieron los Franceses Tpava. poblarla , á costa d^ muchas vidas que perdieron en los principios, fue la esperanza de encontrar Minas de metales ricos , guiados por la congetura de ser un mismo Continente con la, Nueva 'España-^ y aunque en sü solicitud y descubrimiento han pradicado al- gunas diligencias , y en efedo han logrado des- cubrir algunas de J^lemo y de Cobre ázia la parte denlos llinuese^s , perp ninguna de Gr ni Plata^ ovpoíwhiioo inuoiio h oiotig^ mluv Yfiri o\ . ... : p.vrjiúuz Juv : : . . , .;>& Bmí'un íá i. -h.: ' EN- 8(í ENTRETENIMIENTO XVL Tratase de los Fósiles ^y farlicularmenle de las Vetrijic aciones. I ^í^:^^ A sido siempre uno de los des- velos de los hombres el averi- \ guar lo pasado , y descubrir !« testimonios visibles que locon- ^/oio^.otr>v^ venzan^ y quanto mas remotos son los asuntos , mas eficaces y mayores son las diligencias para conseguirlo. Con este de&ignio no ha quedado cosa que no registre la diligencia, ni ha habido obstáculos que no venza k constan- cia á costa de las mayores fatigas. Los hombres se han repartido por el Mando con el objeto de examinar por sí lo que refieren las Historias sin dexar Región esenta de sus especulaciones , ni lugar adonde no les haya introducido este deseo de saber. Este mismo fin es el que ha dado lu- gar al estudio de las AntigUedades,en el qual la inteligencia,alumbrada d^ los descúbrimientoéjusa de sus facultades para descifrarlos testimonios dé lo pasado desfigurado con el tiempo ^ y por su medio vienen á descubrirse convencimientos ds los mas prodigiosos aca¿<í:imÍentos -áfel Mánd^.'^ 2 No hay quien ignore el circulo continuo que hacen las cosas , decayendo después de haber llegado al punto mas alto de su auge , y pasan- do con la misma aceleración que subieron al mas - I in- DECIMOSEXTO. 2.S7 Ínfimo de su ruína^cuya alteración es el testimonio mas irrefragable de la inestabilidad á que están sujetas.. Los Imperios mas famosos se han des- hecho y desvanecido , lo mismo que el humo se disipa en. el ayre. Las Ciudades mas opulentas, populosas y y ricas se han aniquilado, deshacién- dose los marmoles y los bronces que las adorna- ban y. como SI sus fundamentos hubiesen sido aprehensiones de la fantasía : y hasta las Nacio- nes se han extingido y como si se hubiesen des- aparecido de entre las gentes.. El Mundo mismo por partes tiene variedades , y las montañas que representan mas corpulencia , y parecen incapa- ces de mutación , experimentan con el transcur- so de los tiempos , y los acaecimientos que so- brevienen, novedades muy sensibles , y disminu- ción de sus alturas. Los Rios mudan de cauce ^ y unos pierden la profundidad que antes tenían, al paso que otros se abren distintos caminos para di- rigirse al Mar. En este no son menos sensibles las mutaciones, como lo testifican las Playas , los Puertos , las Ensenadas, los Promontorios , y las Islas, unas que se rompen y se disminuyen , otras que aparecen de nuevo como si creciesen desde lo profundo del fondo 5 y en este modo con el curso de los tiempos todas las cosas corren, ha- ciendo un periodo continuo de variaciones. 3 Este convencimiento induce á indagar los acaecimientos mas notables del Mundo para sa- ber lo que fue en su primitivo estado , y conside- rar las mutaciones que ha tenido hasta llegar á la disposición en que se halla al presente , pasando por 288 ENTRETENIMIENTO por grados de una positura á otra, sin que se n¿H' ten las variedades , hasta que el intermedio de" muchos años , y de siglos las hacen sensibles. No se satisface el gusto con las relaciones que se adquieren de la antigüedad, yá sea por no hallar- se con la extensión , ó claridad convenientes , ó por sospecharlas desfiguradas con interpolación de las fábulas que vician lo que está enlazado en ellas ^ á que se agrega la particular recomenda- ción de afianzarse con señales visibles , que des- vanezcan todo genero de duda en lo que se ad- quiere de la tradición ^ y la de ver que en medio de las grandes alteraciones que han sobrevenido en el Mundo, se conservan reliquias de los acae- cimientos mas grandes y remotos. No hace mu- chos años que la liberalidad del Rey de Dina^ marca despachó varios Sabios de aquella Na- ción , para que pasasen al Asia^ y parte del Afri-' ca , y corriéndola por todas partes , examinasen, prolijamente una serie de asuntos de la Antigüe- dad , cuyo catálogo componía un volumen de bastante bulto 5 y para amplificarlo mas en ob- servaciones de entidad , fueron combidadas las Academias y Congregaciones de Sabios de E«- ropa , para que propusiesen los puntos y asun- tos que les pareciesen convenientes, á fin de eva- cuarlos con igual exaílitud. Esta expedición, que tenia en expeétacion á los Sabios y Curiosos , no llegó á perfeccionarse , por haber experimentado la desgracia de morir en ella los comisionados, á excepción de uno que pudo escapar del rigor de las intemperies , y de las grandes fatigas que ex- pe- DECIMOSEXTO. 289 perímentaron en este encargo. No obstante este sensible contratIempo,apetece el deseo de ver las resultas de lo que habían adelantado , aunque se crea haber quedado incompletas las averi- guaciones. 4 Otros muchos han tomado por objeto ave- riguar por sí mismos las cosas de la Antigüedad para hacerlas comunicables al público , contri- buyendo á que se determinen á ello , sin reparar en los peligros , ni en las incomodidades , igua- les motivos á los que van expresados. Las Indias Españolas no han estado en el caso que las otras partes de la tierra , concurriendo para ello dos causas : La primera , ser unos Países modernos en el descubrimiento: La segunda, la total igno- rancia que tenia de ellos antes de descubrirse, sin haber Autor antiguo de quien seguramente se pueda decir , que diese ni aun confusa luz de sus particularidades 5 y hallándose separados en- teramente de las otras tres partes , según lo que se tiene reconocido hasta aquí , no participaron en ningún modo de los acaecimientos , y grandes revoluciones que han sobrevenido en estas otras, después de la renovación total de la tierra con el Diluvio , manteniéndose por espacio de tantos si- glos con entera independiencia. Se agrega á esto ser tan reducidas las memorias que se han halla- do de las suyas particulares , que no pasan por lo tocante al Perú de los 13 Incas , que se sabe haber reynado antes del descubrimiento y Con- quista , los quales dándoles lo mas que pueda re- putarse 5 será en cada uno 30 años de reynado, Oo que ^pO ENTRETENIMIENTO que no llegan á 400 5 los que rebaxados de los 1525 , que se contaban quando se ennpezó la ^ Conquista,vienen á ser 1 125 de la Era de Chris^ 10 5 con que los sucesos y alteraciones de aque- lla parte se reducen á 6 siglos y medio : Época la mas antigua , en que puede considerarse ser extensiva su Historia. De esto se vé haber subsis- tido como en lo confuso de un caos , mediante no saberse cosa alguna de lo que fuese , ni de lo que sucedía entre sus habitadores en el largo es- pacio de mas de 4y años ^ y aun en los 4 prime- ros de los 1 3 Incas tiene mas parte el discurso de los Historiadores en lo que se refiere, que las ver- daderas Historias fundadas en los Quipos. Por esta causa son escasísimas sus noticias , no ha-" liándose señales que dirijan el discurso de los tiempos mas retirados , ni aun con el defedo de la confusión, 5 La total reforma del antiguo Mundo,y su renovación , completa con el Diluvio Universa/^ fue como una segunda creación. Rara será la Na- ción de Gentes que no conserve alguna idea de ellojaunque en muchas se mezcle parte déla fábu- la con lo verdadero^ y aun entre las Bárbaras no dexan de alcanzar confusamente sus especies. Por lo tocante á los Indios , hay Autores que asegu- ran haberse encontrado, al tiempo de la Conquis- ta, algunas noticias de este famoso acaecimiento, aunque desfigurado y confuso. En los tiempos presentes no se halla en ellos indicio alguno que lo convenza, sucediendo esto con los civilizados, ó que fueron conquistador, como con los que han sub- DECIMOSEXTO. 2pl Subsistido en su plena libertad. Esta falta de no- ticia puede nacer de la indiferiencia con que mi- ran el curso de la vida , como se explicará en su lugar ^ y asi no saben lo que fue Diluvio , ni tie- nen idea de sus portentosos efedos , no siendo capaces de comprehenderlo aunque se les quiera explicar , no debiendo parecer extraño mediante no descubrirse en ellos mas luces que las de la vida animal , y la memoria de los Incas sus Soberanos , de cuya Época no pasan sus mas antiguas noticias. 6 Entre las ocupaciones de los Historiado- res y Antiquarios ha sido de las que mas han lle- nado su atención el descubrir señales del Dilu- vio , que no se puedan equivocar con otros aca- sos posteriores, y son tantas las que ha encontra- do la aplicación que no tienen número , sacando de lo alto de las montañas mas elevadas , y de la dureza de sus entrañas Peces del Mar , embuti- dos y engastados en el macizo de las peñas , al- gunos de ellos , en tal disposición , que aun se conserva la espina principal y la cabeza , estan- do lo restante del cuerpo y las escamas señala- das , y con el lustre que tienen quando están en el animal. Por este término se sacan Conchas pe- trificadas de distintas especies , y de las mismas que solo se crian en el Mar , á diferiencia de los Caracoles de tierra , y de las Conchillas que sue- len encontrarse en algunos Rios. También se sa- can Arborizaciones Marinas , caracoles blancos y roxos , y toda suerte de plantas que se crian en el fondo del Mar , las quales están encer- Oo 2 ra- 2^2 ENTRETENIMIENTO radas en el corazón de las piedras , sirviendo de señal incontestable de haberlas dexado allí las aguas, 7 Las montañas de la parte alta del I^erú^ según se ha dicho en el segundo Entretenimiento y exceden en elevación áquantas se conocen en las otras partes del Mundo. Las diligencias que se han repetido en estas , no habian tenido propor- ción en aquellas , dudándose si también se halla- rían las mismas señales , procedido de ser poco frecuentadas de personas inteligentes. La parte correspondiente al Reyno de Quito , fue recono- cida quando se praíticó la medida de los grados de Meridiano , para averiguar lajfigura y magni^ tud de la tierra ^ pero aunque con este motivo es- tuvieron frecuentadas sus montañas, no se descu- brió en ellas señal alguna de las que indican la estada de las aguas allí ^ y siendo lo largo del espacio que entonces se anduvo de 90 leguas, empezando algo al Norte de la Equinocial hasta el Sur de la Ciudad de Cuenca , se creyó que en lo restante de la tierra alta^que corre por elPerú^ sucedería lo mismo, cuya circunstancia si se lle- gaba á verificar sería particularidad de aquel País, respedo de lo que se advierte en los otros, y tanto mas digna de reparo , quanto son mas dilatadas aquellas eminencias que corren desde el Ismo del Panamá, hasta el Estrecho de Maga~ ¡lañes , ó cerca de él un espacio de 60 grados de Norte á Sur , que es la sexta parte de la redon- dez de la tierra. 8 En el Reyno de Chile , por las cercanías de DECIMOSEXTO. 2p3 de la Concepción , se hablan visto Minas de Con-- chas en cerros algo elevados , pero su altura apenas llegará á ser la séptima parte de la que tiene el territorio alto ^ de modo que el encon- trarse allí, no concluye que las debiese haber en él. Además de esto , las que se encuentran en Chile no son petrificadas, ni unidas haciendo cuerpo con los peñascos , sino sueltas en Bancos^ 6 capas enteras de ellas , rodeadas por todos la- dos de tierras según la calidad de la de aquellos Lugares. 9 Esta duda se halla yá del todo desvane- cida con las Petrificaciones que hay en la parte alta , en los cerros que se elevan cerca de Giian- cavdlica , y aun en el mismo donde está la Mina de Azogue , donde las hay en abundancia y con diversidad de especies , cuyo exemplar conven- ce que las debe haber en otros muchos parages de aquellos dilatados y altos Países. 10 En los peñascos que aparecen en aque- llas montañas, quando la continuación de las llu- vias descarnan la tierra que los encubrían , se vén embutidas las Conchas enteras petrificadas^ y haciendo cuerpo , de tal modo, que la parte que fue Concha siempre se distingue en el color, en la estrudura , y en la qualidad de la materia, de la piedra que las rodea , y de la que maziza el hueco interior entre sus dos tapas ^ asi rompién- dola, se reconoce en ella cada cosa distintamen- te , sin que pueda padecer engaño , ni equivoca- ción la vista : la mayor porción de ellas es de la especie de Bibalbos , y en quanto a los tama- ños 2p4 ENTRETENIMIENTO ños no hay regla fixa , encontrándose pequeñas como de una pulgada , y aun algo menores , y grandes hasta dequatro pulgadas por su mayor largo , con 3 i de ancho : otras hay medianas 5 las chicas son por lo común de figura convexa en las dos tapas , sin discrepancia la una de la otra ; y las de los otros tamaños son de la espe- cie que comunmente llaman Concha de Peregrino .y teniendo la una tapa convexa , y la otra planaj todas son estriadas , y derechas las estrías , en- cajando las de una tapa con las de la otra per- fedamente» 1 1 Estas Conchas dan á entender haber pa- decido algo con el movimiento pronto y fuerte de las aguas, y con los choques que tuvieron en- tre sí , pues se encuentran algunas en que las dos tapas se hallan desquiciadas , y no obstante es- tán cerradas , pero sobresaliendo la una de la otra alguna cosa, y sin ajustarse las estrías entre sí ^ dexandose percibir , que el nervio , ó tendón que las juntaba por la articulación, se relaxó, y dio lugar á que perdiesen la igualdad. No sería tampoco irregular , que la compresión que hacia en ellas la materia , quando se iba endureciendo y petrificando ,no siendo igual , y el animal, ha- llándose yá muerto, precisase la una de las tapas á resbalar sobre la otra la cantidad que permi- tiese la relaxacion del tendón. 12 Por la circunstancia de estar completas las dos tapas y cerradas , se dá á entender , que el animal estaba vivo , quando la materia que las contenia se endureció , porque lo regular, quan- DECIMOSEXTO. 2^5 quando este muere , es perder la fuerza del ten- dón , y abrirse la Concha , y asi parece sin duda fueron llevadas desde los abysmos del Mar á aquellas grandes eminencias,yse mantuvieron vi- vas , Ínterin que la materia de las piedras estaba líquida ^ pero luego que empezó á endurecerse, faltándoles la humedad con que se mantenían, murieron los animales , y ellas no pudieron abrirse porque la compresión de la materia que rodeaba , y se iba endureciendo , no les daba las libertad para apartarse, 13 La materia lapidifica donde están las Conchas no es en todo igual , unas se sacan de color negro , cuyo grano es muy fino , y á cor- respondiencia su peso y dureza : otras de color ceniciento obscuro , no tan dura y pesada como aquella ; y otras en piedra blanquecina porosa, sucediendo esto según la calidad de las canteras, ó de los cerros , cuyo interior ocupan. Hay al- gunas en peñascos tan duros , que no ceden al pedernal , y cuesta dificultad sacarlas enteras^ pero al pradicarlo se reconoce que la piedra y la Concha no hicieron unión perfeda , pues á la fuerza de los golpes , dados con alguna maza de hierro , se separan , quedando la Concha con sus estrías dividida de la piedra , y señaladas en ésta las mismas estrías en toda su profundidad, 14 Además de las Conchas de las especies que han explicado, se encuentran bastantes de otras diversas : estas son llanas univalbas , de la clase de hongos , cuyas estrías salen de un pun- to que no está precisamente en el centro de su am- 2^6 ENTRETENIMIENTO ámbito , y hacen tres ó quatro curbaturas , en- contradas hasta llegar á los bordos de ella,sien-. do estas en figura de S repetida : el ta nano es vario , pues llegan las mayores á tener 5 pulga- das de diámetro por donde mas se estienden, en una figura quasi obal : su grosor es de una linea en poca diferiencia , y se distingue como en las otras de la piedra donde está, notándose la mis- ma , circunstancia que en las otras , de romperse aquella separándose la Concha, y dexando las estrías enteras como que nunca tuvieron cuerpo, ni formaron perfedla unión con ella. 1 5 Supuesta la grande altura que tienen aque- llos parages respeólo del Mar , y la particula- ridad de hallarse estas en el corazón de aquellos peñascos que forman el corazón , ó interior de los cerros , se hace preciso inferir que no eran piedra quando las aguas las depositaron allí , y que su dureza es adquirida después , siendo en- tonces la materia tan líquida , que penetraban por ella sin impedimento los varios mariscos que se encuentran , pues de otro modo era imposible^ siendo pues líquida la materia , que ahora es la mas dura , pesada^ y compacta , parece que las otras menos compactas y recias lo serían igual- mente , siguiéndose de ello la precisa conclusión de que toda aquella tierra elevadisima debía ha- llarse en la misma disposición. 16 Aqui se ofrece una dificultad bien rara sobre el estado liquido de la materia en los tiem- pos inmediatos después del Diluvio , y es , que en esta disposición no podía mantenerse elevada, sin DECIMOSEXTO. 2p7 sin ponerse á nivel con las otras partes que esta- ban inferiores. La solución que esto tiene , es su- poner 5 que lo mas interior de las altas serranías no experimentó las grandes mutaciones que hubo en las partes mas próximas á la superficie , y que hirviéndoles de apoyo las que no se liquaron , se sobstuvieron y fueron agregando á ellas las que lo estaban , y por esto no corrieron á buscar la igualdad ^ á lo que se agrega , que antes de di- vidirse en Quebradas profundas de mucha an- chura , eran territorios poco menos que iguales, donde se mantenían sin notable desigualdad, las que al presente son montañas : esto es lo mas natural y verosimil , pues solo en este modo se puede comprehender , que las Conchas del Mar estén embutidas en las Peñasquerías , y que se sabstuviese la materia adonde alcanzó la liqui- dación 5 formando aquella altisima eminencia de tantos centenares de leguas en lo largo que hace la parte alta de la America MeridionaL i^ Es natural , que asi como quedaron Cotí" chas en lo interior de las Montañas y de sus Ban- cos , ó Canteras , se detuviesen muchas en la parte exterior de su superficie , pero como menos arraygadas y fixas fueron las primeras que cor- rieron á buscar su primer centro , siendo ésta la causa de no encontrarse sueltas y esparcidas so- bre la tierra , ni sin estar petrificadas. La dismi- nución que tienen las montañas , sin embargo de su solidez y de la dureza de la materia que en- cierran , llega á ser perceptible en algunas de es- tas mismas Conchas petrificadas que se encuen- Pp tran ac^8 ENTRETENIMIENTO iran en los Ríos que descienden de ellas. Estas se vén separadas enteramente de la piedra, donde estaban contenidas algunas tan perfectas en sus Estrías 5 que no les falta cosa alguna , y otras conservando algún pedazo pequeño de la piedra exterior , como testimonio de haber sido des- jmeirbrada de ella: todo lo que con las lluvias, los soles , los hielos , y las nieves se separa de aquellas Montañas , hasta descarnarse lo interior de sus canteras , y dividirse las Cenchas que es- taban embutidas en ellas, es diminución que tie- nen de su primitivo estado , y á proporción fue mas fácil que las que no se hallaban tan sólida- mente retenidas , siguiesen con las aguas , sin de- xar indicios de haber estado allí , á menos de suceder lo que se vé en la Concepción de Chi'/e^ de quedar baxo de tierra , cubiertas con un grue-^ so banco de ella , cuyo volumen en los tiempos inmediatos del Diluvio no es fácil determinar. Otra señal no menos convincente de haber esta- do las aguas en aquella vasta eminencia , y de la liquacion de la materia exterior de la tierra se hace perceptible en las concreciones de varias piedras , que en canteras considerables se en- cuentran igualmente en los cerros. Estas consis- ten en una porción grandisima de Guijos menu^ dos , unidos por medio de otra materia lapidifi- ca , y el todo forma una argamasa durísima , que es lo que corresponde á la naturaleza de la ma- teria que las incorporó : al paso que con la dimi- nución de la capa exterior que cubre las monta- ñas, van descubriéndose en ellas los Bancos con-. si- DECIMOSEXTO. 2pp siderables de canteras, aparecen igualmente los de esta especie , siendo de una magnitud bien grande , pues por espacio de un quarto de legua, y aun á mas distancia , se reconoce extenderse lo que de ellos se manifiesta á la vista. La piedra, ó guijos que hacen la concreacion , es , como queda advertido , pequeña , del tamaño de nue- ces, y menores^ diversas en las figuras, unas cha- tas , otras ovales , y también mas redondas que largas : la materia que las une es de color de ce- niza blanquizca , con grano , pero durísima y pe- sada. 1 8 Estos guijos en sí son como las Conchas precedentes al Diluvio , y la concreción se for- mó de sus resultas , mediante que para ello era preciso que la materia que las unió estuviese lí- quida para que pudiese llenar los intersticios que habia entre ellas , consideradas en montón , pues de lo contrario se hubiera hecho la concreción perfecta en las partes exteriores , y en lo interior habría quedado solo con la presión que se comu- nicaban unas á otras. Corroborase esto con la circunstancia de que en aqu-ellos Mares es muy común en lugar de arena , ó de Lama ser su fon- do cerca de las orillas de este genero de guijos, lo qual se vé asi por ámbitos de bastantes leguis, de suerte , que lo que en otras partes es arena en estas es guigería , sin mezcla , ni unión de aque- lla. Los embates disformes que las aguas ten- drían durante el Diluvio , con el mismo poder que llevaron las Conchas á aquellas eminencias, ílevaron sin duda la guijería , haciéndose enton- Pp2 ees 300 ENTRETENIMIENTO ees una mezcla de las cosas que antes estaban di- vididas , unas como propias del elemento del agua, y la otra como perteneciente al de la tierra. Puestas allá , y embuchas en una materia que se hallaba líquida , se incorporaron con ella : las que encontraron la que era propia para petrificar^ se formaron concreción 5 las que no quedaron sueltas , y por esto se encuentran también otros Bancos donde la guijería no la forma y hallándo- se suelta y mezclada con distintas especies de tierras^ pero como las de esta clase se hallan mas expuestas á rodar con las aguas, no son subsisten- tes como aquellas después que pierden la capa exterior que las mantenía , siendo en tal modo las concreciones que salen de la tierra , que al modo que los picachos de la demás peñasquería^ se levantan de ella á proporción que se van des- carnando de tierras. 19 En estas concreciones se vén, como en las Conchas ^ dos materias distintas, que se ha- llan incorporadas , ó unidas la una con la otra* Esta circunstancia obliga á conocer , que la una fue primero que Ja otra 5 y que la que hizo la unión se hallaba líquida quando la que se unid se introduxo en ella , cuya obra no pudo perfe- cionarse en otro tiempo , que quando con las aguas experimentaron la mayor alteración todas las cosas de este Globo. 20 En las peñas que contienen Conchas pe- trificadas se encuentran también otros cuerpos, que indican ser maderas, persuadiéndolo asi la disposición de las fibras y porosidades en la qua se DECIMOSEXTO. 3OI se distingue la corteza de las otras partes leño- sas. Esta circunstancia aumenta la particularidad por no criarse Arboles grandes , ni pequeños en las eminencias, bien que en algunas distancias de ellas , acia las partes menos rígidas hay los Ca- sis , Especias , y Quinuales , de que se ha dado noticia ^ y asi en el cuerpo de un mismo peñasco se descubren las señales de las cosas del Mar y de las producciones de la tierra antes del Dihi- vio. De esta no es posible congeturar si entonces era mas fecunda de plantas mayores que lo que se vé después^ pero sí, que para que succediese sin salir del orden natural de las cosas , e:a pre-; ciso que el clima fuese mas benigno , y para ello aquella parte de Mundo habia de ser menos ele- vada de lo que se halla , respedo de que de su mayor elevación resulta la menos densidad del ayre , y de ésta la frialdad y congelación. ; 21 De esta mayor elevación que tiene aque- lla parte de la tierra , comparada con las otras, se saca por consecuencia , que aunque se le llama Nuevo Mundo , con atención á su descubrimiento por los Europeos ^ es verdaderamente el Mundo Viejo , ó mas antiguo ^ porque fue el primero que salió de las aguas después del Diluvio^ y aunque no fuesen mas que instantes los que precediesen de la aparición de las tierras mas altas á las que no lo eran tanto , basta esto para que tuviesen la antelación. 22 Suele descubrir la casualidad ciertas co- sas, que hacen titubear el juicio, sin acertar á darles una interpretación adequada , y tal , que no 302 ENTRETENIMIENTO no dexe dudas y dificultades. Esto sucede con unas Pirámides que se hallan en el Llano de Pau- cara , las quales al parecer son obra de la natu- raleza , aunque por otra parte no se conforman con ello las circunstancias que en sí tienen. El Pueblo de Paucara es uno de los que componen la Dodrina , ó Curato de Acobamba en la Pro- vincia de los Angeles , del Govierno de Guanea-^ vélica. El clima es de lo mas frió de aquellos en donde no granan las simenteras , allí las serra- nías se apartan y dexan espacio bastante dilata- do para una llanura , que hace algunas pendien- tes en forma de Lomas. En esta llanura se vén sembradas unas piedras, en forma de Piramidesy' redondas , cortadas con toda perfección , siendo cada una de una pieza : en su altura hay varie- dad por serlo unas mas que otras : algunas llegan á lo varas, otras á 8, y otras mas pequeñas^ pe-* ro sus superficies son seguidas , é iguales , yendo á rematar en punta \ y muy pocas se hallan trun- cadas por arriba , lo que debe atribuirse á la rui- na que causan los tiempos ^ en quanto al numero no se puede determinar , estando repartidas por aquellas Lomas , sin que en sus inmediaciones se encuentren otras piedras de diferente figura : el color de estas es blanquecino , y no se reconoce en ellas grietas, ni rajaduras. Algunos han pen- sado ser obra artificial de los Indios , teniendo por muy estraño que pueda serlo de la naturale- za 5 á la verdad se hace dificil de concebir qoá- les fuesen los moldes de que ésta se valió para dexar en lo espacioso de aquel llano unas obras tan DECIMOSEXTO. 303 tan admirables , en figura de tanta perfección , y que fuese á poner allá los modelos de lo que el Arte había de imitar después en las que eligie- ron los Egypcios con el fin de inmortalizarse. 23 A que sea sola obra de la naturaleza, in- clina el crecido número que hay de ellas. La circunstancia de ser de una sola pieza la altura y magnitud , y la dureza de la piedra , dá mo- tivo para discurrir bastante sobre las que erigie* ron los Egypcios , cuya idea pudo haber sido he- redada por la succesion de los tiempos ^ pero si por el contrario se atribuyen á obra de los hom- .bres 5 es forzoso pensar haberla llevado de don- de la tomaron los Egypcios : en este caso se abre camino con alguna mas facilidad para discurrir sobre el origen de los Indios , y el modo en que se poblaron aquellos Países, sobre que se ha pen- sado tanto , sin acertar á determinarlo de un nrodo que satisfaga á la razón, ^í 34 En el Rey no de Quito se vén las Guacas^ que servían de monumento donde se enterraban los Indios ^ y aunque no son precisamente en fi- gura de pirámides tienen semejanza con ellas en quanto lo permite la tierra , que es el material de que las hacian , y la precisión de darles la pendiente necesaria para que se sobstuviesen. En la parte dcGtiancaveiica^ y por aquellos Países que corren en adelante , no se encuentra este ge- nero d>e monumentos, porque en cada País varían los usos , aunque generalm.ente eran propensos á conservar la mem.oria de los cue morían : hay además de esto tradición , de que en el llano de Pau- 304 ENTRETENIMIENTO Taucara era el parage á donde se iban á enter- rar los Curacas y Caciques de aquellas Comar- cas 5 que sobresalían en poder, y eran de la pri- mer consideración ^ y asi no sería irregular que hiciesen erigir las pirámides , que ahora se vén asi como en el Reyno de Quito. Establecían las Guacas^ que era obra no menos grande , por la cantidad de tierra que entra en ellas , siendo unos cerros artificiales , hechos en forma de Fan de Azúcar de bastante altura.Esto no se opone á que en otras Provincias del Perú sean igualmente re- gulares las Guacas^ como sucede en la parte baxa^ que también son comunes ^y el nombre lo indica en su generalidad. 25 Las piedras monstruosas de la fortaleza del Cuzco , han hecho dudar de la posibilidad de su conducion á los parages donde están colo- cadas,dando campo á discurrir que pudieron po- seer los Indios el arte defundirlas,como se supone en los Antiguos : solo considerándolas esta ha- bilidad pueden vencerse las difioultades que se ofrecen sobre la formación de las Pirámides^ que por qualquier medio que se elija no se les encuen- tra solución ^ y si se les concede á los Indios Qste Arte,será fácil deducir su origen en donde lo tu- vieron los Egypcios^ mediante ser una misma la obra 5 y las dificultades para hacerlas. EN- 3^^ ENTRETENIMIENTO XVII. De los Indios naturales de las dos Amé- ricas ,y de sus costumbres , y usos. I ^^te^te^Ntre los asuntos que principal- mente llaman la curiosidad de los hombres , es uno el conocimiento de las gentes ^=¡^=^^;^ de varias regiones ^ el de sus costumbres , usos , y propen- siones 5 nacido de que teniendo todas un mismo origen , es tan extraordinaria la variedad que se reconoce entre unas y otras, que parece á pri- mera vista difícil convinar la evidencia de aquel principio con la diversidad de propiedades que en muchas se advierte. Esta suele ser en algunas^ tan sensible , que en todo se notan diferir. Asi sucede en el color , en las facciones , en la con- textura , y mucho mas en las costumbres , en el genero de vida,y en los usos.Unas de las que mas se apartan entre sí,son las que se diversifican por los tres colores , de Blancos , Negros , y Roxos: cada una de estas se divide y subdivide después en tanto número de otras , quantas son las Re- giones , los Estados , y las Provincias. De lo blanco á lo negro hay toda la distancia que per- mite la oposición de los dos colores mas opues- tos 5 como comparar lo claro del dia con las ti- Qq nic- 30Í ENTRETENIMIENTO nieblas de la noche : el colorado es un medio entre los dos , distando tanto del uno como del otro : este es el de los Indios ^ y aunque ellos no paran la consideración en ello , los de la par- te del Norte se dominan Hombres colorados pRva. distinguirse de las otras dos especies., No ha fal- tado quien intente dar solución á la variedad de colores en el linage humano 5 pero muy dis- tante de conseguirlo , ha sido imaginario quan- to se ha explicado sobre ello , hallándose falsi- ficado el sistema con las mismas razones en que se ha fundado 5 y además de la debilidad que en él se advierte , queriendo atribuirla á lo cá- lido y frió de los climas, nunca se da cumplida, satisfacción á la diversidad de contexturas , y dispariedad de las facciones^ , en lo que hay tan- ta disonancia como la que se percibe en los co- loridos», 2 Los Indios son de un color que tira a roxo, y á fuerza de tostarse con el Sol y con el viento, toman otro que obscurece f pero es necesario ad- vertir ,, que lo frió, de los temperamentos , ni lo calurosa , no induce en esto variación sensible, y asi los Indios de la parte alta se equivocan con los de la baxa del Perú , y entre estos los del País que llaman Val/es^ con los de otros mas ca- lurosos ^ sucediendo lo mismo á los de la parte Meridional desde los 40 grados acia el Súr^y los de la Septentrional desde los 40 grados,y de allí para el Norte ^ los quales no se distinguen en el color de los que habitan acia la Equinocial ^ de modo 3 que mezclados unos coa otros no es fácil dis- DECIMOSÉPTIMO. 307 discernir qual sea de una parte , y qual de la otra ^ porque recayendo sobre el color propio, el cfedo que causa el Sol, el ayre, y el frío, vienen á quedar todos de un roxo obscuro, que es el ge^ neral entre ellos , como se asentó. En la raza de Indios se distinguen menos las diferiencias que en las otras : como por exemplo , entre los Negros hay unos J^e/fos de nariz aplanada , y ojos car- gados de carne , que comunmente se llaman Ge^ tudos , y en lugar de cabellos tienen lana. Otros, cuyo color €s tan negro como el de aquellos , y las facciones son semejantes á los Blancos ^ parti- cularmente en boca , nariz, y ojos , y el cabello es lacio , aunque grueso 5 hay algunos colorados, y otros de color claro , tirando al de los Mula- tos. En los Indios se percibe poco la diferiencia del color , y aunque en las facciones varían bas- tante , las que son propias de la raza son sensi- bles en todo ^ como es , la frente muy pequeña y poblada de cabello hasta las extremidades , ó \9. medianía de las cejas, los ojos pequeños , la na- riz delgada , pequeña y encorbada acia el labio superior , el todo de la cara ancha , las orejas grandes , el cabello renegrido , lacio y grueso, las piernas bien hechas , los pies pequeños , y los cuerpos fornidos y dobles, el ser lampiños, pues solo quando llegan á viejos tienen alguna barba, pero nunca en las mexillas^ y aunque ten- gan alguna discrepancia en esta contextura , con- servan siempre el ayre de la raza , y no se equi- vocan con los Mulatos , que son los que les acer- can algo en el color. Qq 2 Vis- 308 ENTRETENIMIENTO 3 Visto un Indio de qualquier Región , se puede decir que se han visto todos en quanto al color y contextura 5 pero en quanto á corpulen- cia no es asi , variando según los parages. Los- de la tierra alta del Perú son de mediana estatu- ra : Los de la baxa la tienen algo mayor , aun- que la diferiencia es poca. No asi los de las par- tes Meridionales desde los 36 grados para el Súr^ ni los de los Cayos en la parte de la Florida^ ni los de la parte Septentrional desde los 30 gra- dos para el ISÍorte , en quanto hay conocido por el Misisipi , el Canadá , y acia la parte de I3 Nueva España^ que son de estatura alta,bien he- chos y fornidos , cuya diferiencia no puede atri- buirse ni al frió , ni al calor , mediante que en el Perú hay de uno y de otro , en tanto grado, como en los Países de mucha latitud , ó en los que no la tienen. Poco menos que con el color" sucede por lo tocante á usos y costumbres, al ca- rácter , genio , inchnaciones , y propiedades, re- parándose en algunas cosas tanta igualdad coma si los territorios mas distantes fuesen uno mismo» Todas las Naciones de Indios han gustado mu- cho de pintarse los cuerpos de colorado, buscan- do para ello las tierras que dan este color 5 y la Mina de Guacavelica no tenia otro uso entre los del Perú ^ que servirse del Cinabrio para este fin: los de la Luisiana^ del Canadá-^ y los mas remo- tos acia el Norte , propenden á pintarse con ex- tremo, y no hay mejor mercancía para ellos que el Bermellón, Parecerá particular ,que siendo de naturaleza colorados usen tanto de este color; pe-J DECIMOSÉPTIMO. ^Op pero en esto no hacen mas que lo que se pradíca entre las Naciones mas cultas de Europa , que siendo blancas usan varios ingredientes para ha- cer sobresalir mas la blancura. Los Indios civili- zados del Perú no lo acostumbran yá , pero lo usaban antes de laConquista^y entre las Naciones que subsisten en su libertad no dexan depradi- carlo. En las de la parte del Norte es general,y para ello se sirven, además del Qoloxroxo^ que es el principal , de blanco , negro , azul^ y aun verde.- 4 La obra de pintarse en los Lidíos de la LíUisiaiía , y en los que pueblan aquellos dilata- dos Países acia el Norte^ viene á ser como en las Naciones cultas el vestirse y ponerse decentes para parecer. Llamanle ellos Madtachér , y es en lo que emplean sus talentos , practicándolo con la mayor prolixidad y delicadeza ; en lo que se dexa conocer su paciencia , siendo la única cosa ^u€ hacen 'sin pereza , y para que están siempre prontos. Ne<:esitan 5,0 6 horas, que es una ma- ñana entera, para esta operación ^ y la Dama mas delicada y prolixa no hace tanto uso del Espejo^ para tocarse, como ellos: van aplicando los co- lores con tal arte , que se requiere tener destreza par-a hacerlo : por la raíz de las Pestañas , sobre los dos Farpados , ponen dos lineas de color del grosor de un hilo : lo mismo executan en los La-^ bios ^ en las aberturas de las Narices^ y sobre las Cejas : en las Orejas también ponen , haciendo las mismas bueltas que ellas tienen. El resto de la cara lo distribuyen en varias figuras, siendo el rojo el que sobresale , y los otros sirven para real- 3IO ENTRETENIMIENTO realzarlo. También parte del Pescuezo entra en esta galanura , y de ordinario sobre las Mejillas ponen chapas bastante espesas de Bermellón. Pa- ra inventar las figuras que han de hacer, y tirar las lineas con sutileza y perfección necesitan del tiempo que se ha dicho ^ y como no siempre cor- responden á la idea que se forman , sucede el borrarlas después que están hechas para sobsti- tuír otras que les quadren mejor á su modo de juzgar. Es tal la presunción y el deleyte que tie- nen en esto , que después de estar MaCtaches no sueltan de la mano el Espejo , ni cesan de mirar- se en él , recreándose con su propia figura : el resto del cuerpo queda á lo natural , y lo mismo la cabeza, sin ropa que les cubra la carne ^ sien-» do lo común andar en cueros , y solo con lo quQ llaman Tapa-Rabo. 5 Los Indios guerreros, que son como los Capitanes de valor y crédito , se distinguen de los otros en traer pintado el cuerpo en estampa- do 5 introduciendo los colores por el pellejo que llaman Piqueteado, por hacerse á fuerza de pique- tes, y á proporción de las prohezas se extiende este modo de pintura ^ los unos no traen mas que los brazos , otros aumentan las piernas ^ en otros se estiende á los muslos , y en otros desde la cin- tura arriba , que son los principales en la guerra; de este modo, á medida que las acciones y la re- putación van creciendo , lo vá también el estam- pado. 6 Estos guerreros usan también de Pluma- ges , que ponen en la cabeza en forma de Garzo- ta. DECIMOSÉPTIMO. 3II fa^ en los brazos y en las piernas , mas arriba de los tobillos 5 al modo de Brazaletes , siendo asi- mismo distintivo de las Armas y señal de valor, asi los que no son guerreros no los traen. jr La propensión al ocio y á la desidia es la misma en los de la Luisiana y el Canadá , que en los del Ferú y partes Meridionales de la Ameri- ca 5 civilizados, ó gentiles^ y los únicos exerci- cios en que se ocupan los que subsisten en su li- bertad 5 es la caza y la pesca , lo qual sucede asimismo á las Naciones que están vecinas al Pa-^ raguay en las Pampas de Buenos Ayres : las mu- geres son las que tienea el cuidado de hacer unos cortos sembrados de Maíz , y de algunas Calabazas , las que lo muelen para prepararlo en el modo que lo> usan , y las que disponen^ las be- bidas que acostumbran, cuidando al mismo tiem- po de los hijos , porque en esto no se embarazan los padres.. Las Indias reducidas de toda la Ame- rica Meridional usan lo que llaman el Urcu , que significa el cerro, y estirarse el cabello desde la mitad de la cabeza ,. sobre la frente , y cortarlo todo al rededor, desde las orejas, por encima de los ojos , tapando con él la frente y cejas. Es- to mismo pradícan- las del Norte ^ unas y otras atan el resto del pelo atrás , haciendo coleta , y son tan iguales en ello , como si se hubiesen mo- delado las unas por las otras. Esta uniformidad hace ver venirles la moda desde la primera raza en que empezaron á esparcirse por aquella in- mensidad de Países. 8, No sucede lo mismo con los Indios en este par- 3 TI ENTRETENIMIENTO particular ; los del Perú en la parte a/ta traen el': cabello largo y tendido , sin cogerlo , siendo es*- to un genero de galanura ^ los de la baxa mu- chos lo cortan , haciéndolo asi por causa de los calores , é imitando á los Blancos ^ los de la Lui^ siana se lo arancan de raíz desde media mollera adelante , para hacer la frente grande , habién- dosela dado muy pequeña la naturaleza , y el resto de él lo cortan corto : esto lo hacen para que en la guerra no tengan los contrarios de don- de asirlos 5 ni facilidad para arrancarles las ca-. belleras, quando caen en su poder, porque es uso entre ellos llevar los vencedores por triunfo las cabelleras de los vencidos. El modo de sa- carlas es cruel : los asen por los cabellos quan- do son Europeos , que los acostumbran largos , y cortándoles el pellejo de la frente al rededor, meten los dedos por entre él y el hueso , y ar- rancan de quajo todo el pellejo de la cabeza , y el cabello que está con él : sin embargo de ser tan inhumana y dolorosa esta operación , viven algunos que han pasado por ella: quando no tie-- nen cabello los vencidos es mas difícil la tal obra , faltando de donde asirlos para tenerlos sujetos. 9 Generalmente es inhumana esta Nación, y se observa lo mismo en los del Perú^ civiliza- dos , ó libres , que con los de la Luisiana , dife- rienciandose , en que la circunstancia de estar civilizados los unos, y sujetos á leyes y govier- no, no pueden prafticar su inclinación en los ra- cionales 3 pero con los animales se les vén hacer co- DECIMOSÉPTIMO, 3I3 cosas , que no dexan duda en ella. Su gusto en las fiestas de Toros es llamarlos con 6 , ú 8 ianzones, guarnecidos de rejones anchos , y cla- várselos á la envestida á un tiempo , cada una por donde puede , bastando esto para que sin mas diligencia cayga el animal en tierra : inme- diatamente acuden á cortarle el hocico , rabo , y varios pedazos de carne de los muslos , y los co- men antes que acabe de morir ^ para qualquier cosa que sea de crueldad se les encuentra dis- puestos 5 reconociéndose en la alegría que mues- tran tener complacencia de ello. De esto se pue- de colegir , que si viviesen en toda su libertad como los de la Lídsiana , Florida , y los de las partes mas Meridionales^ harían con los racionales io mismo. Lo mas notable en estos casos es exe- cutar las crueldades á sangre fria , sin manifestar cólera, ni tener en que fundarla, al modo que hicieran qualquier otra obra que no participase de inhumanidad. 10 La particularidad de ser lampiños y no tener bello en parte alguna del cuerpo es general en toda la raza , desde las partes Septentrionales Á las Meridionales , y en esto se distinguen de las demás gentes. 11 Tienen el pellejo grueso, la carnadura recia , y menos sensible que los de las otras par- tes del Mundo , y entre varios exemplares que se pudieran referir y lo confirman , será bueno el de la Operación de la Piedra : ha sucedido en és- ta tardarse 2^ minutos en extraherla á un Indio^ sin dexar de manipular en él , quando lo regular Rr es 314 ENTRETENIMIENTO es de 3 , á 5 ^ porque estaba adérente , y al tiem- po de quererla tirar se escapaba de la tenaza: fueron muchas las veces que el Operario la intro- duxo y salía sin ella , en cuyo tiempo no se le notaron los grandes estremecimientos y sensibili- dad que regularmente causa el dolor y ni mas que un quejido lento que de tiempo en tiempo daba , al modo que quando se siente alguna leve incomodidad. Por ultimo salió la piedra al cabo de repetidas diligencias , y á los dos dias clama- ba el paciente , porque le diesen de comer , de- xando la cama antes de los 8 dias sin dolerle nada , aunque la abertura no estaba del todo cer- rada. Otro tanto les sucede en fraduras de hue- so , en heridas , y los demás accidentes , notan- se , que con facilidad curan , y que no demues- tran tanto dolor como las otras gentes.. Recono- cidos los cráneos que se sacan de las sepulturas antiguas , se vé tener mas grosor que lo regular, siendo de 6 , á 7 lineas ^ lo mismo se repara en el pellejo , manifestándolo asi las operaciones de. Cirugía y los Esqueletos que se sacan de los Se- pulcros. De esto se infiere ser en ellos la organi- zación mas tosca y de mayor resistencia ; por la qual es menos sensible. Lo acredita también la resistencia con que sobrellevan las miserias y las intemperies. Los de la parte alta del Perúy que se exercitan en ser Ganaderos, habitan en las Punas mas rígidas donde el frió y la nieve son quasi continuos ^ y siendo muy poca la ropa que usan, se acomodan á tales destemples, sin mo- lestia 5 ni experimentar los efedos que causan ea las DECIMOSÉPTIMO. 3I5 las personas de contextura mas delica.ia. Mucho puede contribuir el habito , pero éste no les li- bertaría del todo , si la disposición de los poros y el grosor del pellejo no ayudase. Los de la parte del Norte ^ semejantes á aquellos, resisten los grandes fríos y hielos del Invierno , sin de- xar de ir á cazar , y no usan ropa con que abri- garse 5 porque aunque se ponen sobre las espal- das una Manta de lana , que no ciñe al cuerpo, ó en su lugar alguna Piel de animal , mas parece que lo hacen por gala , que para resguardo ^ por- que en lo fuerte de los calores la traen igualmen- te quando las otras gentes Blancas y Negras no pueden sufrir ni aun las cosas mas delgadas de Lino , ó Seda ^ y quando están cazando no la acostumbran para hallarse mas desembarazados, y llevar menos estorvos al penetrar por aquellos Bosques llenos de ramazones y de espinas ^ sien- do de opinión , que estas resbalan sobre el pelle- jo , y sobre cosa de ropa hacen presa. 12 En todos tiempos andan con las cabezas desnudas , sin ponerse cosa alguna que los res- guarde de la impresión de los rayos del Sol , ni del efedo de los hielos , y no se vé que padez- can de las incomodidades que causan , ni en la Luisiana de los violentos efedos del Sol en Ve- rano 5 que matan prontamente á los de otras ra- zas. La costumbre y el habito desde pequeño contribuyen sin duda en mucha parte, y estas tienen mayor vigor quando recaen en complexio- nes fuertes , que de suyo son poco sensibles. En !a America Meridional se diferiencian los Indios Rr 2 en 310 ENTRETENIMIENTO en los trages modernos , no siendo general uno mismo. Los del Reyno de Quito conservan el que acostumbraban en tiempo de sus Reyes : en; la parte de Valles y tierra alta del Perú visten en parte á la 'Española , y en lugar de Som-bre- ros se sirven de Monteras de paño muy pesadas y dobles , sin que les molesten quando van á los parages calientes , ni les hagan falta en los mas irios quando no las tienen : no usándolas todos con igual precisión , andan desnudos de piernas y pies , y lo mas que suelen usar es Alpargatas de pellejo de Buey , que humedecidas despiden un olor muy malo : éstas no se las quitan de los J)ies para dormir , ni para secarlas , manteniendo-^ las hasta que se rompen , y es una de las señales de su desaseo , y de no conocer fastidio á las co- sas mas impuras. 13 Es general en esta gente la propensión á la embriaguez , y para ello prefieren siempre los licores mas fuertes. Los del Ferú usaban de la Chicha hasta de pocos años á esta parte , que por la utilidad de los dueños de haciendas en la par- te baxa , donde se crian Viñas , y principalmente en los Valles de Jca , Fisco , y Masca se ha in- troducido el Aguardiente , con el qual se, aniqui-. lan visiblemente. Igual inclinación se nota en las muchas Naciones que pueblan la América Sep-' tetitrional desde la Florida y el Misisipi , hasta los parages descubiertos mas al Norte ^ á quienes los Ingleses de la Nueva Inglaterra por una par- te , y por otra los Franceses de la Luisiana , y los que habitaban en el Canadá los han habituado á es- DECIMOSÉPTIMO. 3I7 esta bebida , siendo el medio de que se vayan exterminando , y asi se ha reconocido haberse disminuido sensiblemente cada Nación. 14 La grande afición que conservan al ocia y á la flogera les induce á ser extremosos en el uso de las bebidas que embriagan ^ siendo tal el desatino que tienen por ellas , que lo atropellan todo , arrastrando por quantos peligros pueden oponérseles , por saciar esta desenfrenada pasión. En la Luisiana se ha visto , no una sola vez , el Tjídio de mayor confianza , y al parecer de mejor cázon , matar á su Amo alevosamente acompa- ñándole á la caza , ó yendo de viage , solo con el fin de robarle una Limeta de Aguardiente que le habia notado , y esperar para hacer el golpe el instante en que estuviese dormido , beberse el Aguardiente y dexar la Limeta vacía á cortos pasos, del cadáver. En la parte alta del Perú se vé con frecuencia am.anecer muertos en las calles, de resulta de la emibriaguez , quando perdido el sentido se quedan á dormir en ella , y el hielo los enfria ^ sin que estos exemplares lastimosos y repetidos les intimiden , ni las amionestaciones continuas que se les hacen les persuadan para contenerse , ó para valerse de alguna precaución que les liberte del peligro. En Qidto era cosíum.- bre no beber las Indias , y acompañar á los mari- dos para recogerlos quando no pudiesen , á fuer- za de embriagados , con sus cuerpos. En el Perú beben las mugeres al igual de los maridos , se privan con ellos , y no pueden socorrerse uno á otro 5 pero lo que es mas particular en este exce- so 3i8 ENTRETENIMIENTO SO es , que las madres incitan á los hijos desde muy tiernos de el pecho, dándoles de lo mismo que ellas beben, y antes de dispertar á las luces del conocimiento los acostumbran á la embria- guez. 1 5 Les sucede con este vicio lo que es regu- lar en todos , que quando empiezan á beber no tiene termino el exceso , continuando hasta que^ enteramente caen , y quedan privados de senti-; do 5 y aunque se procure separarlos , fuera dé- lo mucho que lo resisten, buelven á él llamados del frenesí de la pasión. Son en esto,como en las otras costumbres, hermanos legitimos los de unas partes con los de las otras, sin que las distancias- mas dilatadas de los Países causen diferiencia.- En Guancavelica , con motivo de los muchos J«- dios que allí acuden para los trabajos de las Mi- nas 5 en Totosí , y en los otros Minerales gran- des , se toca mas que en otras partes la fuerza de este exceso : es el uso allí pagarles los Do- mingos lo que han trabajado en la semana á los que no son Mitayos , y á estos darles á cuenta la mitad , quedando el resto para satisfacérselo junto al tiempo de concluir la Mita. Este paga- mento se concluye á las 4 , ó 5 de la tarde por los Mineros , é importa en Guancavelica cosa de log pesos^ los 4y,á corta diferiencia,se beben de Aguardiente en el resto de la tarde y noche^ ori- ginándose de aqui , que los Lunes hasta la no- che es poco lo que se trabaja , á causa de no estar los Indios para ello , y asi no les queda di- nero para el gasto de la semana, y pagan el Do-í min- DECIMOSÉPTIMO. 3I9 mingo siguiente lo poco que consumen de alimen- to en el discurso de ella. Ha habido Indib que se ha bebido en aquellas cortas horas el importe de J^ pesos , que vendrá á ser lo que cabe en doce, ó trece limetas , sin que de pronto le resulte mas daño que la embriaguez , siendo bastante prueba de su resistencia. La Chicha les em^ briaga en fuerza de la gran cantidad ^ pero no les resulta- ban los daños que se vén con el Aguardierite^ cu- yo uso debería estar tan seriam.ente prchibido como si fuese veneno , mirando á la conservación de aquellas gentes,y que quanto mas se dismúnu- ya irán por precisión en mayor descaecimiiento en aquellos Reynos, siendo ellos los que se exer- C'-ían en toda suerte de trabajos recios de Minas, labranza de Tierras , Guardas de Ganados , y Qtros. .. 16 Si es perjudicial la embriaguez con los Indios por la disminución de la especie, y la fal- ta que hace á la subsistencia de aquellos Rey- .no3 , no lo son menos por los desastres que acar- rea de unos con otros, pues es ordinario dim.anar alborotos , quimeras , y acabar en tragedias, que por no ser regular permitirles armas , no son de las mas lastimosas 5 pero no dexa de correr la sangre en las lastimaduras que se hacen con piedras , ó con palos , y alguna vez con cuchi- llos ^ de suerte , que el dia de Domingo , que debia ser solemnizado con la mayor reverencia y temor , se vén las Poblaciones llenas de gen- tes sin sentido , unos con las caras ensangreura- das.a^jOtros qon las cabezas rotas , otros lastima- vjij dos 320 ENTRETENIMIENTO dos en el cuerpo , y por este término con reli- quias de la privación, hasta que rendidos se tiran por las calles á templar con el sueño las furias de los vapores. i^ Las muertes que los Indios del Norte exe-^ cutan en Blancos , ó Negros , ó con los de otras Naciones de ellos mismos , aun estando en paz con ellas , no tienen otro origen que el de la embriaguez , con la qual se enfurecen , y sotí muy ocasionados á hacer daño , no respetando, ni temiendo cosa alguna 5 y aun los mismos que les ministran la bebida, es preciso que se precau-» Clonen contra sus frenesíes , siendo esto en algún modo el principio que tienen las guerras que se suscitan entre varias Naciones : pues siendo re- gla entre ellos satisfacer el agravio con igual- dad en la pena, la cabeza del que mata es laque desvanece el sentimiento en la que se halla ofen- dida ^ y quando esto no se puede cumplir, ó hay resistencia en darla , pasa á ser la satisfacción motivo de disensión , debiendo tomar la vengan- za completa hasta la extensión de la Nación , si fuese posible , de donde fue el agresor. En el trato y comercio que estas Naciones admiten de los Europeos , es el principal renglón el Aguar-^ diente , sin el qual no apetecerían las otras co- sas por haberlos acostumbrado á ello 5 y á este respedo , los regalos que reciben han de com- prehender parte de este licor , que es el que mo- viéndoles los espíritus al partido de la alianza, les incita también á la ira , y á cometer con ce- guedad las mas inhumanas atrocidades ^ llegan- do DECIMOSÉPTIMO. 32 1 do el aprecio á tanto , que le llaman Leche de sus amigos , comparándolo con el primer nutri- mento. Otro tanto sucede con las Naciones Bár- baras del Reyno de Chile , y con quantas mantie- nen trato con los Españoles en las partes Meri- dionales del Perú : resultando de su pasión des- mesurada , no conocer amistad donde falta el regalo de la bebida 5 y siendo forzoso condes- cendreen ello , se procura minorar quanto es poi sible. Ss EN- 322 ENTRETENIMIENTO XVIII. Continúense las noticias del caraíler y costumbres de los Indios ^ con la com- paración de unos con otros^ I g^5^S^^ O son temibles los Indios por I su valor , como lo son por sus 7 alevosías y las astucias de K que se valen para cometerlas.. * Vencedores por sorpresa son inhumanos hasta el extremo, sin conocer piedad, ni compasión , y esto lo hacen á sangre fria, de- ley tandose en la carnicería. Vencidos son los mas cobardes y pusilánimes que se puedan ver : en el primer casa tienen complacencia en derramar la sangre de los infelices que han sorprehendido^ y en el segundo se hacen inocentes , se humi- llan hasta el desprecio , disculpan su incon- siderado arrojo , y con las suplicas y los ruegos dan seguras pruebas de su pusilanimidad. To- das estas son propiedades que convienen con la cobardia , y con la alevosía , que es el cara¿i:er propio de ellos: ó lo que refieren las Historias de la Conquista, sobre sus grandes acciones , es en un sentido figurado , ó el carader de estas gen- tes no es ahora según era entonces ^ pero lo que no tiene duda es , que las Naciones de la parte Si'ptentrional subsisten en la misma libertad que ''• .." siem- DECIMOOCTAVO, 323 Siempre han tenido,sin haber sido sojuzgados por algún Príncipe extraño , y que viven según su régimen y costumbres de toda la vida, sin que ha- ya habido motivo para que muden de caraíter^ y en estos se vé lo mismo , que sucede en los del Perú , y de toda la América Meridional ^ reduci- dos , y que nunca lo han estado. <. 2 No pueden , aunque se intente , atribuir- se estas propiedades en los reducidos del Pen/, á las circunstancias de haber mudado de dueño, de hallarse dominados de una Nación extraña para ellos , de la sujeción en que están , ni á las demás causas que vienen con esta 5 atento , que así como no han mudado de lengua , de usos, de propensiones , ni de costumbres , no es regu- lar que mudasen de caradler , mayormente quan- do se vé no haber entrado después de los años que van pasados de la Conquista en las de la Na- ción dominante : además, que la sujeción no es tal como se suele figurar la idea , porque ellos viven en sus Pueblos con entera libertad , sien- do gobernados pos sus Curacas y Caciques , al modo que lo estaban antes de ser conquistados 5 y lo que en este asunto se advierte de particu- lar , es la igualdad que hay en los reducidos con los que nunca lo han sido , tanto de aque- lla misma parte , como de las mas distantes de ellas. 3 No habrá exemplar de que hombre á hom- bre , ó número igual de una parte y otra, hagan frecuente los Indios á otras gentes,sean Europeos^ ó Negros Africanos , ni que los esperen aunque Ss 2 sean 324 ENTRETENIMIENTO sean superiores:son,sin embargo de su poco brío, temibles ; y sucede con bastante frecuencia , que corto número pone en derrota á otro crecido de Tropa bien arreglada ^ pero esto es tomándola por sorpresa en Países cerrados de bosques , fa- vorecidos de las ramazones que los encubran. En este modo atacan un cuerpo , haciéndole descar- ga donde se considera mas segura , y en el ins- tante se transponen, sin ser sentidos, ni dexar ras-« tro del camino que llevan : esto basta para que empiece el desorden en la que se vé insultada^ ignorando qual sea el número de los contrarios, y las emboscadas que puedan tener dispuestas: por este método repiten de distintas partes los in-» sultos , y haciendo sobre seguro las descargas, no hay tiro perdido : no encontrando objeto , los que las reciben para defenderse, al primer desor- den sigue la consternación , y la pérdida de la empresa. Para este genero de guerra son habili- simos , astutos , y sutiles ^ saben tener tanta es- pera , que para no perder el golpe , dan lugar á que se les logren las ventajas que premeditan , y la executan con quanta seguridad es necesaria para salir con el intento : se ocultan con los tron- cos de los arboles,como se dixo, y con las rama- zones ^ y quando les faltan estos efugios se ponen tendidos sobre la tierra , y cosidos contra ella , de modo que no se perciben. 4 En el parage llamado Natcbées en la Lwz- siana , que era una de las principales Poblacio- nes que los Franceses tenian , pradticaron en una noche el cruel asesinato de dar muer- te DECIMOOCTAVO, 325 te á quantos le habitaba n , executandolo sin em- bargo de la buena amistad y confianza con que vivian : en ello observaron tanto sigilo , que hasta después de dado el golpe no se tuvo noti- cia de lo que pensaban ^ únicamente pudo esca- par uno favorecido de las sorr;bras de la noche, siendo el que quedó para dar testimonio de la in- humanidad que exercitaron con los demás ; y por una particular compasión de algunas Indias^ no padeció el mismo fatal destino todo el resto de aquel País que estuvo sentenciado á ello. Las Jf/- dias eran las depositarías del secreto , y la cons- piración se habia hecho convocando la Nación Natchéea á las otras de aquellos territorios, hasta largas distancia s , para que un determinado día acometiesen á las Poblaciones Francesas , ca- da una á la que estuviere mas inmediata , y no dexasen hombre á vida : el dia estaba señalado en un manoglto de varillas que les repartieron á cada una, con la disposición de arrojar una cada dia de los que se pasasen , desde el que se dis- pusieron los manogillos,para que quando no que- dase mas que una , fuese este el señalado para la sorpresa general en lo mas silencioso de la no- che. Repartidos estos manogillos , quedó el qu€ correspondía en Natcbées , y la India que lo te- nia á su cargo, ó por sí, ó consultando con otras, compadeciéndose del fatal golpe que habia de exterminar á los Franceses , quitó del manogillo tres,ó quatro varillas en un mismo dia, y con esto vino á acortar el termino para los de su Nación , que apuradas en los siguientes dias las restantes * . ! va- '^l6 ENTRETENIMIENTO varillas ,pra¿licó el asesinato quando faltaban las mismas tres , óquatro varillas que se habían qui- tado á las otras Naciones , y por esta razón no pudo ser á un tiempo en todas; lo que dio lugar á que descubriéndose la conjuración se tomasen providencias para la defensa , y para cortarle el curso , sin cuya casualidad hubiera sido inevita- ble el premeditado intento. 5 De este modo destruyeron los Indios de la Provincia de Macas , en el Reyno de Quito , la rica Ciudad de Logroño , la Población de Guamboya , con su Capital Sevilla del Oro , que eran muy pobladas , perdiéndose la memoria de losparages donde estuvieron, y de los que daban las crecidas cantidades de oro , por donde ad- quirió el nombre : en el Reyno de Chile , la Im^ perial^ con otras de su dependiencia , por los In-» dios Araucos y Tucapeles : los Pueblos de Mi- siones de los Chunchos , en la jurisdicción del Gobierno de Tarma : los del Dariel^ en el Rey- no de Tierra-Firme 5 y otras varias que se han experimentado en distintos tiempos en aquellos Países , siendo iguales en el método de las con- vocatorias , en el disimulo con que guardan el sigilo , sin que falte por alguno de los convo- cados ; y aun en las horas que eligen para exe- cutar el golpe , no menos que en la clase de crueldades que cometen, quitando la vida á san- gre fria , y sin conocido motivo de sentimiento, á los Varones de todas edades , y conservando las mugeres, como despojo del triunfo alevoso, para servirse de ellas. No DECIMOOCTAVO. 327 6 No se trata aquí de las inhumanidades que executan en tales ocasiones , y del secreto que guardan en ellas conao cosa extraordinaria, pues estas mismas son regulares en iguales acae- cimientos en todas las gentes : lo particular en- tre los Indios es la conformidad que guardan, sin que las distancias en que viven causen variación en el método y la inhumanidad con que lo execu- tan^ sin que pueda atribuirse á tenerles oprimi- dos, pues las Naciones que pueblan los vastos territorios desde la Ltdsiana y Florida para el Norte^ no han sido sojuzgadas, ni privadas de su libertad para que pudiese atribuirse áello^ y aun- que son limitadisimos de entendimiento, y tor- pes en los asuntos en que se necesita obrar con re- flexión , en los de esta especie en que se mez- cla la inhumanidad ,, la infidencia , y el interés del pillage en los despojos de la acción ,, los de ia Luisiana , y los de Chile , los de Quito , y los de Tarma , con todos los otros ^ son hábiles y expertos y como si hubiesen tomado las leccio- nes en una misma Escuela; y como parte de ellas son tan cautos en la observancia del sigilo , que no flaquean con motivo alguno.. ^ Aquella gente no cuenta los dias nume- rándolos , ni distingue los de la semana , siendo para ellos todos como uno m.ismo : solo conocen las Lunaciones: por ser objeto visible , no gustan- do de que trabaje la memoria con semejante em- barazo, y por esto quando deben hacer alguna convocatoria con otras Naciones les embian un Diensagero y un manojillo de varillas con tantas de 328 ENTRETENIMIENTd de ellas, como días han de pasar desde el que premeditan la cosa , hasta el que se debe execu- tar , que es lo mismo qu€ decir dentro de tantos dias. 8 Es preciso advertir , que el agravio par- ticular de un solo individuo entre ellos, ó de una Nación, se hace causa común , comprehen- diendo aun á las mas distantes , y que para este caso no les detiene el pado de la amistad reci- proca en que se hallan ligados, con la que in- tentan ofender , ni el reconocimienro de los be- neficios que reciben de ella, atropellando estos respetos , y con ellos la buena fe : acreditase con ello la poca seguridad que puede haber en sus palabras , siendo forzoso vivir en desconfianza y con cautela , pues no es seguridad la amistad pa- ra estar libres de sus conjuraciones imprevistas. 9 Acometen con resolución y ferocidad á algún individuo que encuentran indefenso , por robarle lo que tiene y vestirse de sus despojos. Lo mismo hacen con astucia y prontitud en al- na casa retirada de Poblado , asaltándola por las paredes con mucho sigilo , ó introduciéndose con silencio sin ser vistos , siendo la primera di- ligencia el asesinato de los que duermen 5 y es- tando asegurados en esta parte roban lo que en- cuentran ^ pero si perciben disposición para resis* tirles,se retiran con el mismo silencio que empre- hendieron , y buelven á emboscarse hasta hallar mejor ocasión. Se observa en los de la parte del Norte, quQ quando se calientan con la bebida, y que se quiere incorporarlos con h Tropa , co- mo DECIMOOCTAVO. 1, I p mo se pradicaba en las guerras que ha habido entre Franceses é Ingleses ^ son arrestados , pero no subsisten mas que Ínterin que pasa el fervor de los vapores del licor , y que se vén bien sos- tenidos 5 pero faltando una de estas dos circuns- tancias, se separan para bolver á su modo de emboscadas, A esto alude la frase que usan los Indios civilizados del Perú , que hablan algunas palabras mal pronunciadas en Español: quando se alborotan empiezan por beber bastante Aguar- diente^ y á esto llaman animó^ pronunciado largo, que es lo mismo que decir , tomar valor. Con ellos no dexan también de experimentar alboro- tos repentinos, juntándose muchos, y á pedra- das acometen con intrepidez y gritería ^ pero con poca gente que se les opongan buelven la espal- da*, se ponen en fuga , huyendo sin tino por dis- tintos lados , para disimular haber tenido parte en el alboroto. 10 Por su ninguna fe, por su facilidad en alborotarse , y por la complacencia con que con- curren á todo lo que mira á hacer daño ha, sido una de las providencias que se han dado la mas prudente y sabia para el gobierno de las Indias Españolas no consentirles Armas á los que están reducidos y subordinados , ni darles conocimien- to de su manejo , tenerlos sujetos , y precisarlos á que trabajen en las cosas que se les ocupa , co- mo son las Mitas de Minas y de Haciendas de labor ^ porque de no observarse asi no habría se- guridad de mantenerlos en obediencia , como ío manifiestan los varios levantamientos , ó alboro- Tt tos. 320 ENTRETENIMIENTO tos , que con muy ligeros motivos suceden en las Provincias , los quales si llegaran á tisKnar cuer- po y serían temibles. Las Naciones Francesa , é Inglesa se han manejado en las partes del JVorícJ de distinto modo. Les introdugeron Armas de fuego 5 y les enseñaron á usarlas , con el fin de que hiciesen mas crecidas cacerías para que fue- se mas considerable el comercio de las Pieles , y con la máxima también de aumentar sus Tropas quando las necesitasen , para emplearlas recipro-» camente la una contra la otra 5 pero de aqui ha resultado haberlos armado y dispuesto contra sí, pues siempre que no les conceden quanto piden, buelven las Armas contra los mismos que se las han franqueado^ Cometen correrías y violencias en sus establecimientos :. les precisan á solicitar su amistad por medio de regalos y gratificacio- nes 5 sin poder contar con su amistad ^ porque en la ocasión son de quien mas les dá de pronto , olvidando contribuciones y beneficios pasados , y por esta es una de las principales máximas de aquellas partes tenerlos gratos , no darles ni aun remotos motivos de quexa , y quando la forman procurar con dones aplacarlos , aunque sean mal fundadas., 1 1 Esta gente tiene la propiedad de dormir poco y de pasar la mas de la noche en vela : sus funciones de alegría y regocijo y que son insepa- rables de la embriaguez y duran tanta de día co- mo de noche : quando se sienten cansados indis- tintamente se tienden y duermen, y á la hora que despiertan buelven á continuar , sucediendo- Íes DECIMOOCTAVO. 32I les lo mismo en qualquier tiempo , y asi quando todo el Mundo está entregado al descanso : ellos andan vagueando de un lado al otro ^ sin objeto determinado , ni serles impedimento el tener que trabajar después en los destinos que les ha im-. puesto la sujeción. Los que subsisten en su liber- tad en las partes de Chile , Pampas de Buenos Ayres^ y en los demás Países de Montaña^ y los de todo el Norte desde la Florida en adelante, tienen esta misma costumbre , no obstante la pre- cisión de buscar el alimento en la Caza , ó en la Pesca» 1 2 Por lo que queda explicado se reconocerá ser la vida de estas gentes semejante á la que hacen los brutos , sin horas determinadas para las distribuciones , y que también les parecen en ser de poco sueño , manteniéndose en vela la ma- yor parte de las Naciones : lo mismo se advierte en el modo de descansar , ó de mantenerse quan- do no se hallan ocupados : los de los Países muy cálidos se tienden en las Jamacas que ellos mis^; mos fabrican , pero los demás lo hacen en el sue- lo unos entre otros , sin distinción de sexos , ni de estados 5 de donde puede inferirse las conse- cuencias que sobrevendrán , propias de una vida brutal. 13 Ala rusticidad y barbarie , de que res- peélivamente se hallan poseídos, se sigue la cor- tedad , ó falta de nociones ^ yá se ha dicho no contar los dias , ni distinguir semanas. La Luna quando la vén les indica el termino de un tiem- po , sin embarazarse en los dias que contiene : los Tt 2 frios 32a ENTRETENIMIENTO frios en el Invierno , y los calores en el Verano^ ó la alteración de hielos y de nieves les deter- minan el periodo de un afk) , pero sin ocupar la memoria en retener el numero de Lunaciones que contiene , mucho menos las otras medidas mas pequeñas del tiempo: quasi no tienen idea de la que es año , y examinando á algunos , que mani- fiestan mucha vejez de los mas civilizados del Terú.f sobre la edad que tendrán , nunca se puede sacar de ellos mas noticia que la de los Governa- dores , ó Caciques que han conocido , y aun asi son imperfetas las que dan ^ sucediendo tam- bién 5 que conservan la de los mas antiguos , y no se acuerdan de otros que ha habido posterio- res , porque tal vez son los acaecimientos parti- culares los que se los hacen tener presentes. La mismo sucede con los que se mantienen en su primitiva libertad , sin percibirse que pongan cuidado en mantener especies de lo pasado, ni' en ampliar las ideas á lo succesiva: únicamente- se ocupa su imaginación en lo presente, y de ella en lo que tienen mas inmediato. No sería esto notable sino se advirtiese ser igual entre los que reciben documento de cultura , y los que carecen • de ella , pues los reducidos del Perú , que de continuo se están rozando con Españoles , que tienen Curas que quasi diariamente les dodrinan y les instruyen , que tratan con las gentes de to- das clases sociablemente , son en este particular tan indiferentes y torpes como los que siempre han vivido en la primitiva barbarie entre las fie- ras , haciéndose mas notable á vista de los iV 8 La materia de las paredes es de tierra , en- ferma de tapias ^ pero no las hacían al modo de las de 'Europa : las suyas seguían á lo largo, todo el que tenían las paredes ^ y quando la extensión de estas era demasiada , las hacían en dos , ó tres trozos. Los tapiales no tienen una misma altura, variando mucho en ello : el uno suele tener 3 pies 5 y el inmediato alto , ó baxo dos , ó solo uno 5 ni tampoco tienen la misma altura en todo su largo: por el un lado es de dos pies , ó algo mas de alto , y luego vá disminuyendo hasta fi- nalizar el uno en el otro ; pero esta desigualdad la suple el que está inmediato por la parte de ar- riba, ó por la de abaxo de ella. Las mas altas de estas paredes , compuestas de 4, ó 5 tapíales, Ho tienen mas que dos varas , ó dos y medía ^ y hallándose sin techos las casas , no puede saber- se todo lo que tenían^ pero juzgándolo por las puertas , y por la generalidad de no exceder en el tamaño algunas de las muchas que existen , se infiere ser ésta su altura regular : sobre ellas se levantaba la techumbre, que sería correspondien- te á la figura de las casas quadradas , ó quadrí- longas. El grosor de las paredes es algo menos de media vara^ siendo digno de reparo , que sin otra fortaleza que ésta , y sin techumbre han re- sistido desde su construcción todo lo que ha cor- rido de tiempo hasta el presente. : . 9... Estos edificios que allí hacían de tapiales -.íüi en 35<^ ENTRETENIMIENTO en otras partes eran de adoves , en otras de pie- dras brutas , ligadas con barro 5 en otras de ma- dera , y en otras de caña , correspondientes á los materiales que tenian mas á la mano ^ y á los climas que cada Nación habitaba, 10 La misma especie de casas se halla en la parte alta del Perú , en donde tenian Pueblos for- males 5 bien que en estos no faltaban de las otras mas simples , en figura redonda, al modo que to^ davia las hay en los Lugares despoblados ^ y se extiende igualmente á ellos la prádica de los Se-« pulcros subterráneos ^ pero con alguna mas pro-* ligidad que los de los Falles de que se ha trata-i do 5 porque los enlucían por adentro con un ge-» ñero de composición tan dura y lustrosa , que quedaban muy lisas, é impenetrables á las hu-í medades, no menos que á las savandijas que sue- len criarse en tales lugares ^ infiriéndose de ello el particular cuidado que tenian en la conserva-» cion de los cadáveres. II Entre los edificios grandes en que se acredita la magnificencia y poder de los Sobera^ nos del Perú , es de los principales el del Valle de Pachacamac , nombre que entre ellos significa el Dios Supremo , invisible , y desconocido ^ ó e¿ Criador, Este se halla cerca del Pueblo de Z/«- rin 5 que dista de Lima 5 leguas. Al presente so- lo existen de él ruinas, con algunos trozos que están en pié : halianse divididos en tres distintos parages, que consisten en un:Palacio^ una For- taleza 5 y un Templo , ó Adoratorio , reconocien- se en todos por aquel term.ino que les permitía la rus- VIGÉSIMO. 3 57 rusticidad , un ayre suntuoso y grande , que de- nota las ideas de los Soberanos que los hicieron fabricar. 12 Acia la parte del Mar, donde termina el Valle de Pacbacamac^ en un parage elevado de arena están^ los vestigios del Palacio , cuyos muros subsisten todavia hasta la altura de 4 á 5 varas , mirada por la parte exterior ^ pues por la de adentro no es tanta su altura.. Descubrense en él varias habitaciones , ó viviendas ; y á no ha- llarse comprehendido debaxo de una cerca , con la qual unen los murallones de las comparticio- nes interiores, y sin disposición de calles , podría discurrirse , que. mas bien era. Población , que Palacio , por tener mas de media legua de cir- cuito 5 pero este ámbito no componía, á lo que denotan las señales , mas que un ediñcio 5 y no jjuede. formarse juicio de las distribuciones que tenia , porque se halla desfigurado en montones considerables de adoves y que se han quitado de Jas paredes, con el fin de descubrir entierros, y aprovecharse de las riquezas , que se dice habia ocultas , incitando á ello la noticia de haberse sacado algunas de consideración. 13 Como, 600 pasos de este Palacio ,, sobre un cerro de arena como el antecedente , y si- guiendo siempre acia el Mar, está la Fortaleza y que también, es de adoves , y consta de tres mu- ros, mas anchos que los del Palacio, dispuestos en forma de gradería , de modo que el mas in- terior domina al de afuera succesivamente. Ca- da.muro tiene su terraplén bien, ancho, y la al- tu- 3 5^ ENTRETENIMIENTO tura de ellos es muy competente , excediendo ¡también la que subsiste á la del Palacio : su ca-^ pacidad es de un quarto de legua en circuito!, ¡ocupando la cumbre del cerro con parte de su pendiente al rededor de él : distinguense todavía las viviendas de los que se mantenian en ella , y los nichos, que al parecer eran Cuerpos de Guar- dia 5 del mismo modo que los que tenian en las Fortalezas de piedra que hacían los Incas en otras partes. 14 A una legua de la Fortaleza , en la me- dianía de la pendiente de un cerro bien alto , al Sur del Valle, está el Templo nombrado Pa^ chacamac , cuyas paredes exteriores subsisten eíi toda su altura , ó poco menos ^ pero en lo inte- rior se halla muy deshecho, con el mismo moún- vo que hubo en los otros de buscar entierros. Su exterior es correspondiente en lo grande á la de las otras obras , sucediendo lo mismo en quanto á la solidez. Por razón de la altura señorea loí demás edificios , descubriendo con ventajas las llanuras de aquel País. 1 5 En todo esto se ofrecen varias cosas que notar , y son , los adoves de que están hechas las obras , la elevación de los parages , la magnitud que les dieron , y las dificultades que vencieron para conseguirlas. 16 Los adobes son de distinto tamaño que los regulares , pues tienen dos tercias de largo, media vara de ancho , y una quarta de grueso. La tierra de que se hicieron fue preciso llevarla del Valle , mediante á que en los cerros donde es- VIGÉSIMO. 3 5P están los edificios no hay mas que arena muer- ta , y son totalmente áridos : su composición es tierra y arena , pero sin estar cocidos son de una dureza como piedra : se conservan sin rajarse, iri haberse deshecho con el tiempo , aun los que se hallan fuera de colocación en montones , re^ cibiendo la humedad de las Garúas ^ lo qual dá lugar á pensar que tuvieron algún particular mé- todo de trabarlos para que se endureciesen sir> abrir rajas , cuyo secreto se ignora al presente, pues los que se fabrican en estos tiempos no tie- nen esta macicez y dureza , aun siendo menor su volumen. i^ Es reparable que teniendo allí cerca el Valle de Pacbacamac^ fertilizado por el Rio del mismo nombre , y de mucha amenidad , lo de- xasen y fuesen á establecer el Palacio y el Ado- ratorio en la aridez de la arena , y en aquellos cerros donde la vista no tiene cosa que la recree. La causa de esto parece que fue el darles una si- tuación ventajosa para que no pudiesen ser sor- prehendidos , mirando la seguridad de las per- sonas de los Soberanos , con preferencia á las comodidades y á la diversión : á esto se junta ser lo mas ventilado y menos expuesto á enfer- medades 5 pues en el Valle , por razón de estar en baxo y de los vapores húmedos del Rio , no son los ayres tan puros y saludables como en las alturas , donde siempre corren los que son ge- nerales en aquellas costas. 1 8 La grandeza con que hicieron estos edi- ficios no pudo ser mayor , como lo dicen los di- Aaa la- \ 3<5'o ENTRETENIMIENTO latados recintos que ocupan el grosor extraordi- nario de los muros exteriores , que no tiene com- paración con ninguno de los que se conocen de la antigüedad , principalmente en los Palacios de mas obstentacion , y otros del uso civil , pues aun exceden al grosor que se dá modernamen- te á los muros de fortifícacian. La igualdad con que están trabajados, parece expHcaí el designio de que hiciesen resistencia á lo mas. dilatado de los tiempos, y se mantuviesen contra sus ordi- narios acaecimientos ^ como hubiera sucedido por muchos siglos , si el deseo de buscar las riquezas , que se juzgaban enterradas , no se hu- biese empleado en demolerlos y anticipando su destruicion á lo quepodian discurrir , los quales fabricaron , y quedando para memoria aquellas partes de muros , disformes en sus proporciones, que indican lo que serian en las comparticiones interiores. 19 Para su fabrica , siendo de tanta magni- tud , son sin número los adobes que se emplea- ron, y preciso conducirlos del Valle , que dista algo mas de media legua , venciendo además de la distancia las causas para ponerles en las altu- ras , agregándose al trabajo del transporte el de la precisión de llevar el aguii para las mezclas de las obras , y para el crecido número de gen- te que se empleaba en ellas , pues en sus inme- diaciones no la hay , ni indicios de que praéli- casen pozos , cuya invención parece no cono- cían , por no encontrar señales de ellos en sus poblaciones , pero aun quando no fuese asi , allí no VIGÉSIMO. 3(íl no eran de uso , por las circunstancias de los pa- rages ^ y es de presumir que la llevaban del Rio, por ser la mas inmediata. Este inconvenien- te subsistía después para el crecido consumo de aQ;uada , que debian hacer los que se aposenta- ban en aquellos edificios , que á proporción de sus capacidades vendrían á componerse en ve- cindario , capaz de formar una Ciudad, ó grande Población, por cuyo motivo se hacia preciso que se emplease un número muy quaníioso de Indios solo en el exercicio de conducir el agua ^ luego se agrega el correspondiente á los demás menes- teres , y asi hacen comprehender estas circuns- tancias el gentío numeroso que habia en aque- llos Países antes de haberse hecho la Conquista^ pues en la lentitud natural de ellos , y en la cir- cunstancia de hacer los acarreos por lo mas co- mún á espaldas de í^í/zííj', tenian abundantemen- te para perfeccionar tales obras , y superar las dificultades que parece se acrecentaban de inten- to á fin de hacerlas mas recomendables. 20 Descubrense entre las mismas ruinas y en las demoliciones que se hacen osamentas de cada- veres en bastante porción, y muchas délas calabe- ras,conservando todavia el cabello,pedazo de va- sijas de aquellas que eran de su uso, y entre estas cosas una gran red rota y consumida por -partes , que á lo que se reconoce serviría para pescar , cuyo hilo es de pita , siendo estas co- sas lo único que ha quedado después de las mu- chas piezas de alguna curiosidad, y de otras de "valor, que. han sacado los que Jaan tenido la ocu- Áaa 2 pa- '^6^ ENTRETENIMIENTO pación de deshacer los edificios , cuyo embeleso aun no ha cesado, exercitandose en él de tiem- po en tiempo algunos que se aplican á continuar la demolición. 2 1 Por las tradiciones y noticias de aquellos tiempos eran este Palacio, Adoratorio^^y Fortaleza, las mas considerables obras que se encuentran de su especie por aquellas partes ^ y asi lo dá á en- tender la extensión dilatada y solidez con que la dispusieron , haciendo obstentacion del poder que tenian , y de su aplicación á grandes empre- sas , aunque sin gusto , apartándose de la limi- tación de luces que se notan generalmente en los Indios , cuyas ideas , por lo ordinario , es- tán ceñidas á lo que piden las necesidades de la vida , sin transcender á suntuosidad , ni magni- ficencia. 2 2 No se sabe con certeza quien fuese el Autor de estas memorables obras ^ en lo co- mún se tienen por de los Incas , y hay señas que lo persuaden ^ pero esto tiene la contra de que al tiempo de hacer ellos la Conquista de aquel Valle , estaba yá en él establecido el culto al Dios Pachacamac^ y edificado su Templo , bien que este podria haber sido ampliado y mejorado por los Incas , quienes según las Historias de sus reynados no dexaban de conocerlo , y lo veneraban interiormente como una de las Dei- dades supremas ^ pero por no ser visible lleva- ban la opinión de que no correspondía hacer, respecto de él, las demonstraciones exteriores que practicaban con el Sol y con la Luna. El Señor que VIGÉSIMO. 3(5^3 que dominaba en aquel y en los otros Valles contiguos 5 llamado Ctiismancu , tenia por el primero de los Dioses á Pachacamac^ á quien re- conoció por Autor , y Mantenedor de todas las cosas , y en esta atención estaba erigido el Tem- plo en aquel Valle , y debería atribuirse á Ca- vismancu , ó á sus antecesores 5 pero la grande- za de los edificios , el método y orden en que estaban dispuestos , y su extrudura , siendo en todo iguales á los que se fabricaron por orden de los Incas , sin otra diferiencia que el mate-* rial , hace prevalecer la conjetura de que sea\ obra suya éste de cuyos vestigios se trata , al menos en la ampliación, y reedificación. . 23 Se hace preciso recordar ahora lo que se advirtió antes tocante á la aptitud , descerni- miento , y alcances de los Indios antiguos por lo que dicen las Historias , y lo que se reconoce en sus monumentos , comparándolos con las cosas de los modernos. En aquellos habia , según to- das las noticias , Religión , conocian Idolatría, daban culto, y hacían sacrificios. Los Indios aduales son totalmente indiferentes en ello en tanto grado, que no se les encuentran señales que lo persuadan , ni de seguir Rito alguno en su in- terior. Todavia subsisten Naciones dilatadisimas en el Perú que no han sido sojuzgadas, y en ellas no se vé otra cosa mas que una vida animal , sin que puedan percibirse señales que los diferien- cien 5 pero lo que se nota es , que en tratándose de culto interno de sujeción á cosas^ espirituales, deliran y lo tienen por superfíuo , al modo que aque- 3^4 ENTRETENIMIENTO aquellas cosas que se hacen sin objeto , ó fin determinado. 24 Lo que de esto puede inferiese con mas probabilidad , es , como no pocos han pensado, que la raza de los Indios fue gente que por uno de los efedos raros de la Providencia pasasen allí de otra parte , del mismo modo que conduxo los primeros Pobladores , y los de las Islas que es- tán habitadas en medio de los Mares ^ y que es- tos llevando instrucción de la Idolatría, dirigida al Sol^ la introduxeron allí , la qual no apartán- dose de lo aparente y exterior, halló disposición en ellos ^ porque son inclinados á todo genero de adiós de esta especie 5 y por aqui se propagó con facilidad, tanto mas que sus fiestas han sido siem- pre acompañadas de la embriaguez y bayles, que es lo que mas les agrada, y que aquel culto no les sujetaba á ocupar las ideas en los aélos in- ternos del alma, que miran con indiferiencia. Es- tos mismos les darían el modo de hacer grandes edificios , y abundando mucho el gentío lo de- dicaban á fabricar los que se vén , pradicandolo con la que habia de sobra, cuya máxima siguie- ron los Incas para evitar que con la ociosidad cavilasen alborotos , y se sublevasen. 2 5 En esta forma los edificios de Pachacamac^ con otros diversos que se encuentran , no obstan- te lo que dicen los Historiadores , debe creerse que concurrieron á su ñíbrica los Incas en algún modo, y por esto fueron tan semejantes á los del Cuzco , á los del Reyno de Quito , y de otras partes donde se extendió el Dominio , pues no les VIGÉSIMO. 3(5^5 les falta circunstancia ^ y asi las, comparticiones, en lo que puede alcanzarse á reeonocer,los Cuer- pos de Guardia , el orden de colocar los adobes, y los restantes requisitos son lo mismo que los, que se reconocen en aquellos, otros. Además de esto , el Señor de Pachacamac y de Rimac no po- dia ocupar un Palacio tan disforme , y solo para los líicas , con toda su comitiva , venía bien, porque no se tiene noticia que otros Soberanos^de los que habia en aquellas partes, tuviesen familia, y séquito tan crecido , que necesitasen ediñcio. de tanta magnitud para hospedarse.. ' 26 Otro Palacio algo semejante al antece-. dente hay en Herbay , que es la orilla Meridio- nal del Rio de Cañete , distando de Pachacamac. 23 r leguas : es de bastante magnitud , aunque no tanta como aquel , teniendo de largo 400 pa- sos , y el correspondiente ancho : su situación es, sobre el barranco que forma el Rio , y está cons- truido de arboles de igual tamaño á los otros: las. paredes se mantienen en pie con la regular altura que tenian ^ pero en lo interior se halla demo- lido con igual motivo al que se dixo del otro. 27' También se conservan á retazos las pare- des que acompañaban los caminos en el que con- duela del Clízco á Lima, De estas se encuentran en distintos tránsitos de aquella larga distancia, manteniéndose en pie , sin que hayan hecho me- lla en ellas los incidentes del tiempo , pues en los tramos que se han arruinado ha sido por la diligencia de deshacerlas para aprovechar sus adobes en las fabricas modernas. En ^66 ENTRETENIMIENTO 28 En la raza de los Indios es necesario dis- tinguir los aótos y operaciones del entendimien- to de los que son de pura manipulación , ó in- dustria : ó por otro modo aquellos en que traba- ja el discurso de los que solo se terminan á los sentidos: en los primeros son totalmente negados, torpísimos , y sin descernimiento, ni comprehen- sion ^ dimanando de ello no hacerles impresión aquellas cosas que se les dicen para que conozcan la razon,y la distingan de lo que se opone á ella: no alcanzan á sentir lo que puede resultar de las malas operaciones, y por esto obran sin reflexión, ni pensar mas que en lo presente. Lo propio su- cede en los asuntos de Religión , oyen con sere- nidad quanto se les dice ^ pero ni se les impri- me , ni causa en sus ánimos novedad , de suerte que con la misma disposición reciben lo que se les anuncia de la verdadera , que de qualquiera otra , porque ninguna mueve la voluntad , ni les sujeta á seguirla por razón de convencimiento, y de formar idéa,que de ello deben esperar una vi- da eterna. Si se quiere que concedan en alguna cosa , lo hacen sin dificultad^ y si aquello mis- mo se les persuade á que lo nieguen,convienen sin repugnancia. Por exemplo , se les dice , que el Diablo es malo : responden , que no les ha hecho mal alguno 5 pero asi será. Se les dice del mismo modo de uno de los Santos , que es bue- no ^ y responden igualmente que asi será. Si esto se les buelve al contrario , convienen en la mis- ma forma ^ sacándose de ello , que ni uno ni otro hace efedo en sus ánimos. De DECIMONONO. '^6'J 29 De las cosas de este Munda ni desean, ni esperan mas de aquello preciso para eldia,yen éstas el satisfacer la pasión de la embriaguez : de las del otro las ideas que puedan tener son muy débiles , y según ellas no necesitan hacer méri- tos para ir allá, porque no dan luz del modo en que la conciben , figurándose que en este Mun- do , como en aquel , todo es igual en la clase de hombres , y que el fin es uno mismo 5 con que por estas señales no puede penetrarse qual sea el fin que llevan en la Idolatría estos que son civiliza- dos, y la conservan , según el sentir vulgar, des- de los tiempos de la Gentilidad : no se les vé sa- crificar , ni hacer ofrendas, ni otros a£tos que lo acrediten , ignorándose en qué consiste la que se les atribuye. 30 Las cosas aparentes y aílos exteriores ocupan todo su cuidado , y son en algunas obras industriosos 5 pero esto no es particular , ni argu- ye las mayores luces del entendimiento : pues de los animales se vé que disponen las obras para la conveniencia con tanta delicadeza , que trabaja el discurso de los hombres en imitarlas , y nun- ca lo consiguen con la perfección que ellos las hacen. Las redes de la araña indican la mayor industria y artificios ; lo mismo sucede con los capullos de los gusanos , las casas de los castores dispuestas dentro del agua ,y sin que les entre, ni moje ésta su delicado y suave pelo 5 la varie- dad de nidos de los pájaros , que no tiene fin , ni pueden imitarse , y otras muchas cosas que les enseña el instinto, y dida la necesidad : por ►:;:: Bbb es- 3<58 ENTRETENIMIENTO esto en las de los Indios puramente exteriores,aun- que parezcan grandes no contienen cosa de dis- cursivo por donde se perciba haber trabajado mucho el entendimiento , diferenciándose en lo mas, ó menos grande , pero sin variarse , ni en- contrarse adelantamiento de unas á otras ^ y asi vista una , lo están todas. Los de la parte del 'Norte hacen pinturas en algunos cueros, que pre- paran al modo áQ gamuzas ^ ^qto en ello imitan aquellas figuras que tienen mas presentes 5 y em- pleando una lentitud y paciencia sin igual , ne- cesitan que la vista vaya corrigiendo lo que yerra el tino , y que les dé reglas que suplan por la falta de idea en lo que desean sacar, convencién- dose en ello ser en todo materiales. EN- ENTRETENIMIENTO XXL Explicanse algunas obras de los Indios para sus precisos menesteres , y de al- mnas figuras a manera de ídolos, óDixecillos. I ^^^^^^ A necesidad ha sido la primer tW TT Qa Maestra de las gentes para las ^ ^ , * cosas del preciso uso, y con la ^ ^ aplicación han pasado á las que ^^^^^^^ son de gusto, ú de convenien- cia, resultando que las mas in- clinadas al trabajo han adelantado mas que las otras. En los Indios se reconoce poca variedad en punto de obras 5 pero no obstante se advierte haber hecho algunas para la comodidad , ó para el adorno , distinguiéndose en esto las Naciones entre sí según el grado de cultura , ó de civili- dad que llegaron á tener. En una cosa han sido iguales , y sin discrepancia industriosos , que es en las Armas,pues generalmente todos usaban del arco y flechas , y los hacian sin diferiencia sen- sible de un mismo modo , imitando en ello á las Naciones de la antigüedad que poblaban el Asia^ y las otras dos partes del Mundo ^ de m.odo que siendo comunes en ello se deduce haberse deri^ vado de un mismo principio , y que fueron las primeras Armas de que usaron, aunque después fueron introduciéndose otras. Entre los Indias cU' . . Bbb 2 vi" 37<^ ENTRETENIMIENTO 'vüizados del Verá no se conserva yá memoria de ellas ^ y aunque del todo no está perdida en las Naciones del IÑorte , es muy raro el manejo que hacen de ellas , habiéndose acostumbrado á la escopeta 5 cuyo uso les han introducido las Na- cienes europeas , Francesa é Inglesa , como queda dicho : enseñan pues el del arco "^flecha á los muchachos , y son diestrisimos en él , pero después quando llegan á grandes lo dexan para aplicarse á las otras. Las Naciones que viven re- tiradas de los 'Europeos en el ISIorte , sin tener trato con ellos , y las que permanecen en su li- bertad en lo dilatado de las dos Américas , no conocen otras , sirviéndose ágilmente de ellas para la Caza , para Vescar , y para las Guerras, Los arcos los hacen de madera recia flexible ^ la cuerda es de nervio de animal \ y las flechas de otra madera recia y pesada , cuyas puntas , ó las endurecen con el fuego , ó engastan en ellas pe- dazos de pedernal para herir.Tambien usan han-^ zas de poco mas de dos varas de largo 5no grue- sas , de madera igual á la de \2ls flechas .^IdiS qua- les arrojan con la mano diestramente , y con li- gereza. Los civilizados del Perú no conocen al presente mas Armas que las piedras , y estas las despiden asimismo con la mano , sin la ayuda de hondas^ dirigiéndolas con particular acierto. Esta Nación es muy diversa al presente de lo que fue antes en quanto á la agilidad , con que hacía aquellas cosas de que se servían quando se mante- nían baxo del dominio de sus Soberanos natu- rales. En- VIGESIMOPRIMO. ^yi 2 Entre las piezas que se encuentran en las antigüedades son las Hachas de cobre '^ estas, por el un lado tienen el cortante , y por el otro una punta aguda : en el medio tienen el ojo por donde se encababan : éste cabo no era mas largo que lo necesario para el manejo con la una ma- no ^ por lo que se vé les servían á un tiempo de señal 5 ó insignia distintiva de la Soberanía , y de armas ofensivas que usaban los Reyes. Lo primero era al modo que los Cetros^ donde se indica la suprema dignidad y el poder 5 y lo se- gundo como insignia propia de la justicia. Es regular, según el numero que se suelen hallar, que además de los Soberanos las usasen los otros Gefes, en quienes substituían parte del poder, para que governasen los Pueblos. Los que esta- ban empleados en el mando para las Conquistas y guerras , y los Principes de la Sangre Real, las tenian con alguna distinción correspondien- te á la autoridad y exercicio de cada uno. 3 Igualmente se encuentran otras piezas en figura de Estrellas , cuyo diámetro , tomado de las extremidades de las puntas , es de 5 á 6 pul- gadas , y en estas las hay de dos materias , y de 4 diferentes modas : la primera es de Cobre , con el diámetro que se ha dicho : en la medianía tie- ne un agugero de pulgada y media de diámetro, para que entrase el cabo : su circunferencia está dividida con igualdad en seis partes: cinco de estas son las que forman la Estrella ^ y la sexta es el Cortante de Hacha : las puntas son redon- das 5 rematando agudas. La 37'2- ENTRETENIMIENTO 4 La segunda especie es en tamaño y figu- ra como la prim.era ; pero se di5tingue , en que no tiene cortante de hacha , constando de 6 pun- tas iguales 5 en forma de estrella , y son redon- das. 5 La tercera se diferiencia de la anteceden- te, en que las 6 puntas que hace la estrella no son redondas , sino en figura de hojas , con filo por los dos lados y por la punta, siendo su an^ cho el que tiene la estrella, que por la encabadu- ra es de una pulgada , ó poco mas , y vá dismi- nuyendo acia las puntas que no rematan agudas, sino algo circulares. 6 La quarta es como la segunda, á diferien- cia de ser piedra , y ésta es de una calidad dura y de color obscuro ^ siendo digno de reparo, que no teniendo herramientas de acero, ni de hier- ro , porque no conocian estos metales , pudiesen darles la perfección que tienen , y hacerles el agugero en el medio , en figura circular perfeda, lo qual no podia conseguirse de otro modo que con mucha paciencia , á fuerza de frotar unas con otras. 7 La primera de estas quatro especies era, según lo demuestran las señales , la que servía de Insignia á los Soberanos ^ y las otras á los que gobernaban , usándolas también como armas pa- ra la guerra , al modo que era común en la anti- güedad con las mazas, pues su antigüedad y ta- maño indican no ser para otra cosa , que para descargar sobre los enemigos ofendiéndoles. Es-* te uso se vé , que á semejanza del de las flechas lo VIGESIMOPRIMO. 373 lo llevaron desde los principios , habiéndolo ad- quirido en donde lo tuvieron las demás gentes que guarnecían con puntas las mazas de armas. 8 Los Indios de la parte del Norte usan unas hachas de mano , semejantes á las de cobre que se han explicado , con punta y corte : los Fran- ceses les llaman Casatete , y asi esta Nación , co- la Inglesa , son las que les proveen de ellas , di- feriendandose en ser de Hierro y Acero 5 pero es regular que la figura fuese tomada de las que vieron en sus principios, acreditándolo asi la cir- cunstancia de no ser arma que se acostumbra en Europa , pues aunque las pradícan en los Na- vios no dexan de tener alguna diferiencia ^ y de ello se colige , que fue común este uso entre los de la parte Meridional y los de la mas Septen- trional'^ de suerte, que en las mas de las cosas se reconoce uniformidad , sin que las dilatadas dis- tancias y el curso largo de los tiempos , que ha pasado desde que se dividieron del origen , las hayan variado aun en los accidentes menos esen- ciales. 9 Hallanse también hojas de metal de 5 á 6 pulgadas de largo , y poco mas de una de an- cho , siendo su grueso dos lineas : por la una ex- tremidad hace filo algo circular , y por la otra es la cabeza al modo de los Escoplos de hierro, indicándose ser herramienta para corte , al modo de las que usan los Carpinteros. Otra especie de Hacha se encuentra de la misma materia que las antecedentes : su grandor y figura circular es co- mo las cuchillas que usan los Turroneros 5 con la 37+ ENTRETENIMIENTO la diferiencia , que la empuñadura , para hacer fuerza , es del mismo metal que la hoja. 10 Conocían aquellos Indios las mezclas de los metales en alguna parte , y se manifiesta en los colores de las piezas que se han explicado: unas son coloradas, tirando al del Cobre natural: otras amarillas como el Latón , y entre estos dos hay variedad , unas piezas son mas parecidas al Latón que otras ^ pero en todas ellas se repara, que sin estar cubiertas de betún alguno , no crian verdín , ó cardenillo ^ sacándose de ello , que la mezcla que les ponian era tal , que mudaba en- teramente la qualidad del Cobre , ignorándose este secreto ^ pero lo mas raro es , que habiendo conservado los Indios^ por el largo espacio de muchos siglos , sus usos y costumbres , y el mo- do de hacer aquellas cosas que entre ellos eran comunes, en el corto que ha pasado desde la Con- quista han olvidado enteramente la memoria de las cosas ingeniosas , sin sucederles lo mismo con las primeras ^ y asi es un asunto para ellos des- conocido en el tiempo presente la fundición y mixtura de los metales , el modo de vaciarlos , la fabrica de las vasijas antiguas , de que se dará razón mas adelante , el modo de labrar la piedra dura , con aquellas herramientas de metales dó- ciles , y el de fabricar las armas de que se ser- vían entonces^ siendo tal este olvido , que los Civilizados no acertarían á preparar una Flecha^ engastándole el pedernal , ni á colocarle las plu- mas , para que fuese derecha á donde la encami- nase el impulso 5 mucho menos á disponer el ar- co VIGESIMOPRIMO. 375 co en la debida proporción 5 y esto mismo que para los que subsisten en la barbarie primitiva es un juguete, para los succesores, de los que fueron en un tiempo mas agües, es un imposible, sin que haya mas razón para ello que la falta de uso. 1 1 No solo en las estrellas y en las hachas se distinguian,sino que unas eran de color que tira á rojo, y otras amarillas: sucedia lo mismo en las herramientas para trabajar, lo qual dá idea de que hacían las mezclas para darle dureza al Cobre , y también para variar el color , y que fuesen mas particulares á la vista. 12 Usaban de Pinzas que hacian del mismo metal que las otras piezas , no hay duda que las diferienciarian en los tamaños ^ pero las regula- res son pequeñas , de pulgada y media de largo, y media de ancho 5 delgadas , consistiendo en una hoja de metal , doblada por la mitad de su krgo , con filo en las bocas , y alguna elastici- dad. Estas les servían para arrancar los bellos de la cara , quando con la vejez empezaba á salir- Íes , porque siendo por naturaleza lampiños , se miraría como cosa impropia dexarlo crecer quan- do la edad lo producía ^ al modo que por el contrario en las Naciones Orientales , y entre los Mahometanos es irregular cortar la barba , ó en los Europeos en estos tiempos mantenerla creci- da , á excepción de algunas Naciones del Norte, que las conservan como en lo antiguo 5 pero los Indios civilizados en el tiempo presente no lo practican. Ccc No 37^ ENTRETENIMIENTO 13 No se encuentra entre los vestiglos de aquellas antigüedades instrumento que sirviese para golpear , como martillo , ó maza , y es que estos los harían de piedra , y se hallarán desfi- gurados ^ pero siempre es reparable , que en las Hiiacas , ó Entierros no los haya. Al modo que fundían los metales para los fines que se han ex- plicado, hacían con ellos ciertas figurillas^ unas eran macizas, y otras vaciadas, sumamente delga- das y pequeñas , como para traerlas colgadas \ y no solo las disponían de metal, sino de Flata^ de Oro^ de Piedra^ y de Barro cocido. Su re- presentación era de los Indios que llaman Op¿iSy que son monstruosos, é insensatos , no recono- ciéndose que hicieran de otras menos dísÍDrmes. Esta especie de defeduosos abunda mucho entre ellos en uno y otro sexo , y parece que á la cir- cunstancia de la disformidad , es consecuente la demencia , porque no se reconoce lo uno sin lo otro. Sus figuras son horrorosas en cara , cabe-- za , y cuello , teniendo este poblada de eminen- cias , ó Paperas quasi tan abultadas como la ca- beza. Los Indios los atribuyen varías particulari- dades , y principalmente la de ser Adivinos , consultándoles en sus urgencias : los miran con veneración , y como que tienen algo mas de par- ticular que los otros hombres , por cuya razón formaban sus figuras en modelos á modo de Dz- xes , que es lo que se tiene por Ido/os , bien que no se sabe que les diesen algún culto , ó adora- ción , ni que en la antigüedad los reputasen por cosa divina. En los que viven á su libertad no se VIGESIMOPRIM o. 377 se reconoce tampoco semejante Idolatría , porque si tal fuese procurarian conservarlos y mantener- los con alguna veneración ^ de lo que puede con- cluirse , que los que estuvieron civilizados con- trageron este uso de las leyes que les impusieron los hicas 5 ó los primeros hombres que pasaron de otras partes á sojuzgarlos. 14 Las ofrendas que dirigían al Sol en sus Templos tenian por objeto el agradecimiento á los beneficios que les hacia por medio del calor que comunicaba á la tierra y á la luz con que alumbraba , porque dexandose llevar de lo apa- rente 5 aunque conocían al Dios invisible Pacha^ camac , se contentaban con venerarlo interior- mente 5 y atribuían al Astro brillante , por los efedos aparentes , lo que correspondía al Criador que lo govierna ; pero no se encuentran entre las figuras que hacian alguna que lo representase , ni otras que no sean las que se han dicho , no sien- do fácil comprehender qué fin llevaban en ello. 1 5 Reconócese en estas gentes particular in- clinación y complacencia á las figuras feas con estravagancia ^ siendo de esta especie las Masca- rillas que hacen de madera para desfigurarse \ y sin tener estas cosa de monstruoso , son tan feas, que no les imitan las de Europa , sin embargo de las varias ideas extraordinarias que hay para ello : quando llega el caso de disfrazarse toman los modos mas estraños y ridiculos que se pue- dan inventar : á este respeto no es estraño que en los Dixes , ó Idolillos copiasen á los Opas , que son los mas feos y horrorosos de quantos la idea Ccc 2 pue- 37S ENTRETENIMIENTO pueda figurarse en la especie humana. Algunos quieren que estas figuras las tomasen de aquellas en que se les aparecía el Diablo para inducirlos á que se mantuviesen en sus errores , vicios , y superstición ; pero de esta opinión es forzoso prescindir por las dudas que pueden ocurrir so- bre el modo y circunstancias de estas aparicio- nes : lo mas regular es atribuir á la grande igno- rancia el aprecio y distinción que tributan á es- tas figuras y á las personas de notable deformi- dad ^ y aun al presente en los casos de cosas per- didas, ó en los ganados extraviados acuden á ellos para que les den noticias de sus paraderos, confirmándose su inadvertencia en la flaqueza de suponer con mas dotes naturales á los dementes, que á los que tienen cávales los sentidos. Por estas cosas queda el discernimiento y la razón en ellos en el estado de la infancia , aunque lle- gan á la mayor edad , pues al simil de los mu- chachos se entretienen con aquellas figurillas^ sin que el aprecio pase mas allá de lo que es di- versión , y depositan en la estupidez las esperan- zas de sus deseos. Cierto Sabio del primer orden en Europa , tratando de los Indios , decia que era de las cosas mas particulares en el Mundo que hubiese una Nación dilatadísima , que subsistían siempre en el estado de niños , aunque tuviesen ochenta años , atento que sus operaciones eran en qualquier edad que se hallasen como sino hubie- sen salido de los 7 , ó 9 años. 16 Sacanse también de los Entierros unas vasijas de barro cocido , que tienen mucha seme- jan- VIGESIMOPRIMO. 379 janza con las que se suelen ver de la antigüedad Rom.wa , Griega^ ó Egypcia^ cuyas figuras se encuentran representadas en los Hkroglificos y en los Dibujos Mosaycos de aquellos tiempos. El tamaño de estas es de vara- y quarta , ó.algo mas:; el cuerpo de la vasija es mas largo que grueso, rematando en punta por la parte de abaxo: el cuello largo. y seguido, y la boca ancha, hacien^ do como embudo : en otros, no- es la boca, tan es- parcida, pero guarda la misma figura, y el barro se reconoce estar bien cocido. Estíos piezas, de las quales no dexa de haber bastantes , indican que la norma de hacerlas fue llevada por los prime- ros Pobladores , habiéndola- tomado del mismo. origen de donde la tuvieron aquellos Pueblos. 17 Al presente no hacen los Indios- moder- nos las que tienen para el uso en esta moda , y asi se distinguen fácilmente unas de otras. Tam- bién hacían, otras pequeñas , y algunas represea^ tando la figura de la Llacma , estando echada^ que por el medio del vientre tiene hueco , no pu^ diendo reputarse por cosa de Ídolos ^ sino que les daban aquella figura para variar la pieza , al mo- do que se hace entre las dem.ás^ gentes. Otras ha- cían algo semejantes á las Jarras Catalanas de beber ^ observándose también , que variaban en la calidad, de los barros , pues se vén algunas negras , aunque en las vasijas grandes lo común es ser blancas. 1 8 Los Indios modernos conservan sin duda el uso de las Valamas desde la antigüedad ^ las que manejan son sin fiel ^ consistiendo en dos asien- 380 ENTRETENIMIENTO asientos de calabazos chatos , suspendidos por unos hilos de un palo , con otro hilo en el me- dio para levantarla 5 las pesas son unas piedras proporcionadas á su modo , que no guardan igualdad con el marco de España. Estas les sir- ven para vender la Coca , el Algodón , y la Lana^ que son entre ellos los géneros que necesitan pe- so 5 entendiéndose en todo ló demás á ojo : en las piezas de antigüedad se encuentran Falanzas pe- queñas, cuyos platos son de Plata ^ y lo mismo la Barretina por donde se suspende, aquellos no son llanos , sino rematando en punta al modo de Conos al revés. Estas por el tamaño parece que les servían para pesar cosa de Oro , ó Flata , por- que para las de otro volumen no son suficientes: no se encuentra igual adelantamiento entre los Indios vio reducidos ^ los quales parece no necesi- tar de ello , porque en sus canvalaches se entien- den al tanteo. Los de la parte del Norte en el Canadá y Luisiana en el comercio que hacen coa las pieles de los animales que matan de todas es- pecies , tienen un genero de tarifa dispuesto por los Europeos , Ingleses , y Franceses , y con aten- ción á ella está establecido lo que se les ha de retornar de las especies que son usuales entre ellos por cada piel, proporcionado á la clase de las que venden. Otro tanto sucede con los del Sur del Reyno de Chile , y con aquellas Nacio- nes de la parte del Paraguay confinantes con los reducidos: concluyéndose por ello, que el uso del peso sería introducion que hicieron los Incas en aquellas Naciones que conquistaron. No se en- VICESIMOPRIMO. 381 encuentran medidas , pero es regular que las tu- viesen 5 las quales ^ considerando el modo de las de estos tiempos , serían algunas de aquellas va- sijas de barro que fabricaban , pues las que aho- ra acostumbran para cosas liquidas y granos son unas hollitas de barro de la misma especie que las que tienen para hacer sus comidas., 19 Esta generalidad de cosas que se vea entre los Indios , iguales á las que fueron comu- nes á las gentes de las demás partes, persuade á que los que pasaron á ser Pobladores de aquellas tierras no eran ea corto numero ^ porque para mantener las especies de miuchos asientos se ne- cesitaba que hubiese Pueblo form.al de gentes que las observasen. Los antiguos Persas^ Grie- gos y y las demás Naciones Orientales , yendo á. la Guerra , tomaban figuras particulares para ani- mar el valor y aterrorizar al enemigo: se vestían, ó se pintaban de Serpientes , de Leones , de Ti- gres , y de otros animales feroces , y se cubrían, los rostros con mascaras , que los desfiguraban.. Esto mismo han practicado los hidios y conser- van todavía las Naciones que subsisten en su li^ bertad.^ El uso de las plumas de los Pájaros para engalanarse , puestas en forma de Penachos , ó Garzotas en las cabezas , en los brazos , y en las piernas en forma de brazaletes , el de los carca- xes de flechas y de arcos engalanados para des- pedirlos , el úe las. lanzas para tirarse á la mano, y todo lo demás que se ha referido no dexa du- da en que salieron de un mismo origen las pri- meras razas. El cubrirse por las espaldas con pie- 382 ENTRETENIMIENTO pieles de animales es otra costumbre común , en- galanándolas con pinturas , y asi miradas con cuidado las cosas de los Indios y las de los Pue- blos antiguos , se hallan muy conformes , tanto, quamo son diversas y disonantes de los moder- nos» 20 En la linea de tegidos se encuentran to- davía en los Entierros las Mantas que hacian pa- ra cubrirse : estas eran de Algodón ^ lo mas co- mún eran blancas, otras hacian con listas rojas y azules, cuyos tintes daban con el Achote ^ con diversas yervas , y con una especie de papas sil- vestres , llamada Chancha , que se crian en la parte alta^ y dan el color azul : aun todavía usan de ellas las Indias. Hacíanlas también negras, y estas eran las que servían á las mugeres para Llicllas , que es una especie de manta quasi qua- drada , con que se cubren las espaldas , ponién- dola sobre los hombros , y prendida en el pecho con un punzón , que llaman Ticpe : de estos se encuentran en los Entierros algunos , y son de Plata , pero las Indias del común suelen hacerlo de madera , ó de espinas , denlas quales se crian en los campos bien largas. Por lo que se vé al presente los Indios usaban el color blanco en las vestimentas , y las Indias el negro, diferiencian- dose aquellos de los del Reyno de Quito , que acostumbraban este mismo, 21 A excepción de estas piezas de que se ha dado noticia , no se encuentran otras en los En- tierros, y de ellas se conservan pocas ^ ocasiona- do , de que las de Oro , ó de Plata las funden , y lo VIGESIMOPRÍMO. 5S3 lo mismo sucede con las de Cobre , ó Metal com- puesto , sirviéndose de ellas los Plateros para ha- cer las mezclas. Además de esto, en los tiem- pos presentes es con menos abundancia lo que se saca délos Entierros , que en los pasados, ha- biendo sido exercicio muy común desde la Con- quista hacer escavaciones en los parages donde se sospechaba que pudiese haber depósitos para aprovechar la Plata y Oro que en varias figuras encerraban ^ fundiéndolos inmediatamente , sin reparo á las ideas que podían ministrar de la an- tigüedad. Este mismo incentivo es el que ha ocasionado la ruina de los edificios , que según lá solidez con que estaban trabajados hubieran durado algunos siglos , sin mas que dexarlos al curso y accidentes regulares de los tiempo?. .0 s; V. riíf . nir^'^i Ddd EN- 384 ENTRETENIMIENTO XXII. Sobre la lengua de los Indios y y juicio del modo en que es regular que se po- hlasen.. las Indias. ^fe^fe^S opinión muy valida entre las personas eruditas, que poseen con perfección la Lengua £»/- chuá ^ traer ésta algún ori- «í ^^^^^B geti ¡lifv!o UmvtTsa/ , trabajando mucho el discurso en bus- car continuación de tierras por las partes frlgidi- simas del Norte , para que hiciesen transito por ellas , ó por las Orientales del Asia , que son las que se conocen mas próximas á las Occidentales y Septentrionales de la America : por otro mé- todo se ha pretendido imaginar un paso en la con- tinuación de tierras, desde el Cabo de Bojadór en el África y Islas de Canarias , hasta las de Bar" lovento , atravesando el Océano en 800 leguas de distancii, y que estas dilatadísimas tierras hayan ido despareciendo después , y reduciéndose á Mar todo el espacio que divide por esta parte las Américas del África , de modo que se pre- tende que los Indios fuesen Europeos ^2LrLits de ha- ber pasado á aquellas partes , por otro juicio que fuesen Asiáticos^ y por otro Africanos : de algu- na de estas partes es preciso que saliesen ^ pero en el modo se ofrecen dificultades grandísimas, que parecen insuperables al entendimiento, quan- do no se supone que hubiese navegación mas ó menos larga en el transito ^ y siendo principio constante que pasaron , es consecuente que quan- do sucedió no subsistían las dificultades que aho- ra se figura la imaginación. 8 Tenem.os por principio asentado , que las especies de vivientes de la tierra que se reserva- ban para la nueva Población , se salvaron del Diluvio 5 por disposición de Dios , en el Arca: que esta aduvo flotante sobre las aguas , hasta que disminuidas , y descubierta la tierra descan- só VIGÉSIMOS ECUND o. ^pi SO sobre ella. Sábese también , que después de estar la tierra bastante poblada , el desvaneci- miento de los hombres intentó fabricar la Torre de Babel , con el fin de conservarse si bolvia á verse la tierra cubierta de las aguas. Antes de lle- gar á esta resolución, y teniendo presente el Arc% en que ISÍoé con su familia se hablan salvado, era regular que fabricasen otras semejantes , aunque no fuesen de tanta capacidad , para el mismo intento ^ y aun separando de la idea aquel moti- vo 5 la memoria del Arca , en los tiempos y si- glos siguientes al Diluvio , dieron á los hombres la primer idea de Embarcaciones para navegar, capaces no solo de llevar personas , ó á lo me- nos para mantenerse sobre las aguas sin sumer- girse , sino también animales de todas especies. Con esta idea basta para discurrir , que aquellos primitivos tiempos fuese una de sus ocupaciones hacerlas al modo del Arca , y navegar por los Ríos y los Mares , reconociendo si al igual de las tierras, que fueron las primeras pobladas, ha- bla otras , y examinando lo que contenían : para esto no podían tener objeto mas adequado que el mismo Arca , la qual ministraba toda la luz conveniente del modo de juntar los maderos, de la figura que debían darles para que se mantuvie- sen flotantes , y de las comparticiones que con- venia hacer : en este modo , sin apartarse de lo natural , y sirviéndose de las luces que le minis- traba aquel portentoso suceso , es facilísima la Población de las lidias , escusando el recurso á los climas inhabitables de la %ona Frígida , ó de Eee que 3p2, ENTRETENIMIENTO que el Océano no lo hubiese sido antes , sino tierra que se convirtiese en Mar , después de ha-> ber dado paso á los Pobladores de aquella parte, y sin que de lo mas Oriental^ y Septentrional del Asía fuesen á embarcarse para pasar á lo mas Sep- tentrional y Occidental de las Américas. En las Embarcaciones propuestas de aquellas primeras gentes pudieron llevar cómodamente animales, fuese de propio intento , ó por casualidad ^ asi como después de la entrada de los Españoles allá se han llevado las especies que no habia , y han multiplicado con la abundancia que se vé : en todo lo qual no hay cosa que repugne á la razón. 9 Mas regular es que en aquellos tiempos los hombres fabricasen Embarcaciones grandes , y que navegasen , que el que dexasen de hacerlo entonces , y que lo practicasen muchos siglos después 5 porque teniendo el exemplar mas pre« senté , conocían lo que podia aguantar una Em- barcación , y que los mas fuertes embates de las olas del Mar agitadas no eran suficientes para deshacerlas 5 sabiendo al mismo tiempo que po- dían unirse muchas piezas de madera , en tal modo, que el agua no penetrase por sus junturas^ y en fin , tenian presente el exemplar para se- guirlo , mas bien que después de corridos mu- chos siglos ^ y no obstante de estar la memoria mas remota , se fabricaron Embarcaciones , se dispusieron Flotas numerosas, y se navegaron los Mares, cuyo arresto ha sido ordinario en todos los tiempos , como lo testifican las noticias mas distantes. Por VIGESIMOSECUNDO. 393 10 Por este modo fue fácil poblarse las Li- dias en aquellos primeros siglos después del D/- íuvio 5 no menos que la muchedumbre de Islas distantes de la Tienda Firme^ de que están llenos los Mares 5 muchas de las quales aun no están enteramente conocidas,como lo acreditan los des- cubrimientos que frequentemente se hacen , par- ticularmente en el Kmispherio Austral. 11 El tránsito á las Indias desde las partes Orientales es regular , por ser los vientos favo- rables y bonancibles para ello en todo tiempo, pues qualquiera Embarcación que se dexe cor- rer á su voluntad desde las Costas de Europa en las partes Meridionales , ú de las de África ha de ir por precisión á dar á las Indias mas ó me- nos apartadas de la Equinocial entre los Trópicos^ sin necesitar de Aguja , ni del conocimiento de las Estrellas para dirigirse , porque los vientos son de la parte del Levante desde las Islas deOz- narias en adelante , que llaman Brisas ^ y ocu- pando las Américas toda la parte del Globo , des- de las del Norte á donde han podido llegar los descubrimientos hasta los 55 grados en el Kmis- pherio Austral , era preciso que la Embarcación que se dexase llevar de ellos fuese á dar á que- lias tierras. En los tiempos que el Mundo empe- zaba á poblarse de nuevo era regular que las gentes procurasen esparcirse tanto por tierra, pa- sando de Región á Región, como en Naves, que imitasen , según se ha dicho , la que habia con- servado las especies de vivientes , dexandose con- ducir por los vientos , y de las corrientes , asi Eee 2 co- 394 ENTRETENIMIENTO como el Arca estuvo á la voluntad de estos Ele- mentos, hasta que descansó en tierra^ pues aunque esta iba gobernada de la mano de Dios, que lo te- nia dispuesto , los hombres inclinados á imitar lo que vén, tenian bastante con aquel exemplar, para no detenerse en poner por obra lo que les incli- naba la curiosidad , y el fin que les movia de ocupar toda la tierra para hacerse dueños de ella. Pasados aquellas tiempos en que se emprenderían estos viages , y visto por los contemporáneos, que no bolvia ninguno de los que iban en elloSy ni se tenia noticia de su paradero ,es natural que les entrase el temor de las resultas , y que no se determinasen á hacer nuevas tentativas : asi como no hubiera habido resolución para seguir los pa- sos de Colon , si no hubiese regresado del primer Viage , ni se hubiese tenido noticia de haber llegado á descubrir tierras nuevas felizmente. Con esta desconfianza , no solo cesaría el empe^ ño de arriesgarse , sino el motivo de hacer Em- barcaciones grandes , y asi se iría perdiendo el método de fabricarlas, hasta que corriendo los tiempos bol vería á renovarse , como sucedió por los Argonautas , en parte guiados de la disposi- ción de las Embarcaciones pequeñas , en parte de algunas luces que no dexarían de conservarse de la antigüedad , y al mismo tiempo , alentados del conocimiento de las Estrellas , del curso de los Astros^ y de las luces de la Astronomía , que yá se tenian en la Grecia , y empezaron á nave- gar y á establecer Naves , capaces de surcar los Mares con seguridad , y con conocimiento dis- tin- I VIGESIMOSECUNDO. 395 tinto del que podían tener las primeras gentes, para la dirección de sus viages. 1 2 Los que pasarían por el método que se ha dicho á las Indias^ no podian bolver de ellas por la misma razón que les era favorable para ir^teniendo los vientos contrarios: debiendo supo- nerse que entonces no poseían todo el conoci- miento necesario para el manejo de las vela« , ni el correspondiente de la A^/^/zí/V^' para hacer rum- bos contrarios á donde el viento les imipelía: por esto se hallarían precisados á permanecer en las primeras tierras que encontraron , abandonando enteramente la idea de restituirse algunos de ellos al parage donde habian salido ^ debiendo suponer , que al emprender el viage no pre- sumirían , ni que estuviese tan distante , como después experimentaron, la tierra, ni que les fue- se imposible el regreso. Llegados allá , reca- pacitarían sobre lo que habian tardado en lle- gar , y las contrariedades que se ofrecían para ia buelta : todo lo qual \t$ determinaba al par- tido de permanecer en las primeras tierras , que serían naturalmente las islas de Barlovento : irían pasando succesivamente en Embarcaciones chi- chas hasta la Tierra Firme 5 y en ella se consti- tuirían nuevos Pobladores , y dueños de una gran parte del Mundo , manteniendo los uses y modales que llevaron de donde habían salido^ unos se harían rústicos y feroces , otros mas dó- ciles y sociables : los primeros serían , como todavía se vé , los que habitaban en los Países montuosos de bosques , donde hay fieras y ani- ma- 35?^ ENTRETENIMIENTO males dañosos en abundancia : los segundos los que se establecieron en parages donde no hay bosques , ni arboles , al modo que la parte baxa del Verá , en lo que llaman Valles , y en la alta que tampoco se crian espesuras , ni la pueblan animales feroces. 13 La comunicación después de los que se establecieron en las Indias con la 'Europa , y el África^ por la parte Oriental^ era imposible, fal- tándoles el conocimiento de navegar por varios rumbos, el de la Aguja magnética , ó en su lugar el de las Estrellas , como también el de dispo- ner las velas para que las Naves hiciesen cami- no quando el viento no era favorable , porque no siendo praélicable por entre los Trópicos , se hacia preciso buscar otro camino donde constan- temente no fuese contrario como allí f y esto pa- ra unas gentes que se habian dexado llevar por los vientos , no era asequible : asi , puestos allá, quedaron aquellas tierras en la misma ignorancia que estaban antes de haberse poblado para los que habitaban en las otras partes. Por la parte Occidental de la América^ y las Orientales del Asia , las Islas de los Ladrones y Filipinas se ofrecen los mismos embarazos , necesitándose de tomar cierta altura para buscar los vientos me- nos contrarios ^ y asi por todos lados se halla- ban atajados , reducidos á subsistir en donde se establecieron , olvidando estos mismos con el tiempo que hubiese mas tierras que las que ha- bitaban. 14 Los vientos desde la Equinocial^y aun al- V I G E S I M os E cu ND o. 3^7 algo mas al Norte , hasta quanto corre la Amé- rica Meridional^ en el Mar del Súr^ son constan- tes del Sur para el Norte en todo tiempo hasta la distancia de 80 á 100 leguas de las Costas^ y desde Mayo hasta Noviembre siguen igual- mente en el espacio que hay desde la Equino cia hasta las Costas de Panamá: desde Diciembre hasta Mayo son del Norte para el Sur en este ultimo espacio , y suelen recalar asi hasta los 3 grados Siír , que llaman Brisas. » Lo mismo sucede en las demás Costas que van dando la buelta 5 y forman la América Septentrional^ que unas veces corren del un lado y otras del opues- to , pero siempre según ellos : por esto para ha- cer largas travesías es preciso forcegear con las Embarcaciones muchas veces contra el viento, y ir á buscar los que son menos contrarios á los parages donde reynan , siendo preciso para con- seguirlo Ciencia Náutica , y conocimiento de los Mares 5 de todo lo qual carecian aquellas gen- tes primeros Pobladores , y por consecuencia era imposible que saliesen de allí para ninguna par- te , porque aunque lo intentasen los habían de bolver los vientos á las propias Costas de donde habian salido , á menos que por una providencia particular de Dios se mudase el orden de los vientos del curso regular que les dio ^ de modo, que siendo natural el que qualquiera Embarca- ción que se alargase un poco de las Costas M?- ridionales y Occidentales de la 'Europa , ó de las Occidentales del África vaya á dar á las Islas de Barlovento , sería sobrenatural , que las que es- tu- 3p8 ENTRETENIMIENTO tuviesen en estas, entregándose al impulso de Io¿ vientos 5 viniesen al África , ó á la Europa ^ cu-» ya circunstancia dá motivo á admirar los secre- tos de la Providencia , que pudiendo haber de- tenido el Arca en las altas cordilleras de las Ii- días , que por ser las mas elevadas de la tierra, son , como se ha dicho , las primeras que se des- cubrieron 5 no lo permitió asi , porque en este caso era necesario obrar un segundo milagro, haciendo que el curso de los vientos que vá , se- gún el orden natural , de Oriente á Occidente en el ámbito de la "Lona Tórrida^ y Mares gran- des , y en lo restante del Globo varía según las Estaciones , sin regular fijeza : mudase á la di- rección opuesta de Occidente á Oriente , que era lo mismo que trastornar una parte de la natura- leza en aquel primer impulso que le dio su po- der 5 y asi le destinó el lugar para descansar en el vasto Continente , que comprehende tres par- tes de las quatro del Mundo 5 porque desde ellas era preciso que se esparciesen las gentes y ani- males á la otra que se hallaba enteramente se- parada de ellas , sin sacar las cosas del orden natural. 15 Cbristoval Colón fue al descubrimiento de las Indias por la noticia y los derrotaderos que tuvo antecedentemente , de donde supo que había tierras por aquella parte, siendo en la Isla de la Madera donde los consiguió del Piloto que en su casa estuvo hospedado. Este habia sido arrojado allá por los vientos ^ y aunque con cer- teza no se sabe en qué forma hizo el viage , es na- 1 VIGÉSIMOS E C U ND O. !,()(} natural que navegandose entonces de las Ter-^ ceras á las Costas de Portugal y de España , en alguno de los viages los vientos del Norte le cargasen mucho , y le llevasen á menos latitud, donde los del Este son continuos 5 y puestos en la región de ellos , lo fuesen llevando , sin te- ner arbitrio para bolver á tomar el parage 4e donde habia salido , hasta que llegó á reconocer ia primer tierra. Este exemplar , y el de Coiófiy que le siguió y sucedió en los siglos modernos, abren camino á la idea , para conocer que un acaso 5 sobrevenido en los tiempos que habia conocimiento de la Náutica enseña lo que suce- dería en los que se ignoraba 5 y que asi como fueron estos dos con Embarcaciones pequeñas, irian en los primeros siglos con otras de la mis- ma especie , ó mayores , aunque con menos co- nocimiento de la Náutica, y ninguno del método de Navegar por rumbos obliquos y extraviados á ios mismos parages. - 16 La casualidad en mucha parte, por el curso de las corrientes , ayudada de la Astrono- nomía y de las reglas de la Náutica, fueron las Maestras de estos dos célebres Pilotos para dis^ currir el modo de regresarse á Europa , desem-- bocando por los canales que forman las Islas de Barlovento , y poniéndose en altura para buscar otros vientos distintos de los que les habian lle- vado , porque yá sabían que desde los 25 á 30 grados para el Norte no eran los mismos que desde aquella latitud acia la Equinocíal , como que traficando ellos á las Islas de la Madera y Fff Ter^ 400 ENTRETENIMIENTO Terceras 5que están entre los 32 y 40, e-xperi- mcntaban ser los que allí reynaban del Norte^ del Nordeste , y del Oeste en unos tiempos , y que aunque en otros eran de las partes opuestas^ no se mantenían fixos sin cambiar , como sucedía desde la cercanía de los Trópicos en la T^ona Tor" rida : sabían el modo de tomar la altura por las Estrellas y aquellas otras reglas precisas para en- caminar las iNJaves á donde intentaban ir. Con es- tos fundamentos no fue difícil discurrir el de re- gresar desde ella , poniéndose en la altura donde la experiencia les tenia enseñado que hallarían vientos , que les conduxesen á las mismas Islas y á Turopa, Si el primero de estos dos no hubiese buelto , no hubiera tenido luces el segundo para emprender su viage ^ y si éste con sus compañe-» ros se hubiesen quedado por allá , se hubiera confirmado de temeridad su empresa , como se creyó quando la propuso , estimando por fabulo- sas las tierras que pretendía buscar , y que ha- bían perecido en los Mares , que es lo que se de- be creer que sucedería , respedo de los primeros hombres que pasaron allá , y de otros que la misma casualidad llevaría 5 de donde fue resul- tando poblarse aquellas Américas , y una parte de la muchedumbre de las Islas que hay en el Mar 5 por toda su extensión ^ pues si en el creci- do numero se han descubierto algunas que no lo están 5 es porque la misma casualidad que llevó gentes á las que se encuentran pobladas, dexo de llevarlas á las que se reconocen desiertas , sin indicios de haberlo estado. El VIGESIMOSECUNDO. 4OI i^ El uso de Embarcaciones y de navegar están antiguo, que no se le encuentra principio sino se le busca en la mysteriosa navegación del Arca : todas las gentes , y en todos los tiempos han navegado y han tenido Embarcaciones: unos se sirven de ellas en los Rios caudalosos y pe- queños , para atravesar los de una vanda á otra, y para navegarlos como corren las corrientes , no menos que haciéndoles oposición y subiendo con- tra ellos : otros las usan para surcar en los lagos y pescar en ellos : otros en el Mar exponiéndose á salir buena distancia de sus Costas , y por es- te termino cada Pueblo, según los parages en que ha hecho su establecimiento,lo pradíca ; pe- ro generalmente se repara , que los InJios han preferido las orillas del agua en Rios, Lagos, 6 Mares para establecerse , por la proporción que les ofrecen de la Pesca , que es uno de sus principales alimentos : siempre han usado Em-- barcaciones de distintas figuras y tamaños , fami- liarizándose de tal modo con este Elemento, que parecen Amphivios ^ pues se exponen sin temor en Canoas endebles , donde ninguna persona de reñexion lo hiciera : ellos no solo son Nadado- res desde pequeños , sino ágiles en el agua co- mo Pescados ^ hacen sus embarcaciones de tron- cos de Arboles , unas mayores que otras , de cortezas de los mismos Arboles , de hojas , de pellejos de Lobos Marinos , y de otras varias es- pecies : con ellas se echan al Mar , sin temor de las olas , ni desconfianza de la debilidad de la materia, y se alejan quanto quieren, sin que ha-». Fff 2 ya ya embates que se lo impidan. Sobre un solo pa-^ lo redondo, van á pescar, y guardan el equili- brio tan diestramente , que aunque el palo ruede, y aunque haga muchos tumbos , no caen , ni pa- rece que trabajan con el cuerpo ; siendo tan ági- les para pescar , como arrestados para salir al Mar : si la Embarcación se les trastorna no se alteran, y desde el agua, nadando, buelven á enderezarla , y se ponen dentro ^ observándose por regla general , que al paso que las gentes son mas bárbaras , incultas , y feroces , son mas ar- restadas y mas diestras en el agua , familiarizan^ dose mas con ellas. 1 8 Las Islas de Juan Fernandez en el Mar del Siír distan loo leguas de la Costa de Valpa-^ raiso , esto es , la que está mas inmediata ^ y los Mares de este intermedio son recios y alterados, por ventar los Sures con fuerza , y ser esto con- tinuo ; de lo qual resulta , que los Navios traba- jan bastante en esta travesía. Por los años de 38, ó 39, hallándose en ellas un Piloto de aquel Mar llamado Don Pedro Le Gu , que habia ido con el fin de hacer pesca , por ser entonces muy abundante de ella , tenia la gente de su Embar- cación ocupada en este exercicio en Canoas que habia llevado para el intento : á cada 3,04 Indios daba una , y los repartia por la Costa de la misma Isla , á fin de que pasando el dia en ello , bolviesen á la noche al Puerto , que era donde se salaba y preparaba el Pescado : en uno de los dias le faltó una Canoa , y creyó que se hubiese pasado á la Isla de Fuera ^ que dista 20 le- VIGÉSIMO SE CUNDO, 403 leguas de la de Tierra acia el Oeste ^ pero vien- do que no bolvia , al cabo de algunos días con- sintió en que se hubiese perdido : concluida su pesca , fue con la Embarcación á Fa/paraiso, pero quedó bien sorprendido al encontrarse allí con los Lidws y la Canoa , que sin mas motivo que el disgusto que tenian de hallarse en aquella Isla despoblada , resolvieron irse á la de Tierra^ Firme , y únicamente con los Canaletes para bo^ gar: sin mas agua, ni provisiones que las que habian sacado para el mantenimiento del dia , se determinaron á hacer el viage , arrostrando á los peligros, y sin embarazarse en las gruesos Ma- res que no ignoraban que debian experimentar en la travesía. De estos exemplares hay muchos que pudieran citarse , con los quales se acredita ia facilidad que tienen los Indios y las gentes mas bárbaras para hacer tales arrojos. - 19 Del mismo modo que en estos tiempos se vé el modo que tienen los Indios , y otras gentes bárbaras para hacer travesías en el Mar, es regu- lar que las hiciesen quando se poblaba el Mun-- do f pues no se encuentra mas dificultad , ni tan- to peligro en atravesar desde las Islas de Cana- rias á las de Barlovento , que en hacerlo desde la de Tierra de Juan Fernandez á Valparaíso : el espacio que hay entre la del Ferro en Canarias^ y la Martinica , es de 800 leguas , que á un na- vegar regular se pueden hacer en trece dias , y viene á ser al respeílo de 2 i leguas por hora. También puede hacerse en menos tiempo , en- contrando una coyuntura de Brisas algo mas fuer-» 404 ENTRETENIMIENTO fuertes que lo regular. Esta travesía es tan na- tural , que los Mares por lo común están sose- gados , y serenos , sin alteración 5 de tal modo, que los Navios van andando mucho , y parece que no se mueven , siendo totalmente distinto de lo que sucede de la de Juan Fernandez á Valpa^ raíso 5 y asi en Canoas puede, practicarse con menos riesgo de que se bolteen , que aquella^ originándose de esta tranquilidad , el darles á aquellos Mares el nombre de Golfo de las Damas» Supuesto esta serenidad , queda la dificultad re- ducida al modo de subsistir los que fuesen en las Embarcaciones grandes , ó pequeñas , que no habiéndose prevenido de viveres , y siendo ca- sualidad el haber ido , es preciso suponer no llevaban los convenientes. También debe adver- tirse, que las gentes bárbaras que no guardan régimen seguro en sus cosas, suelen pasarse dos y tres dias sin comer, sufriendo el hambrcpor cos- tumbre , que sus naturalezas están hechas á ello, y á desquitarse después quando tienen propor- ción , pradicandülo asi , aun estando en tierra; parece regular que un ayuno de 10 , ú 11 dias, sería en ellos lo mismo que en las que están ar-- regladas y en costumbre de comer varias veces en el dia el de 4 ó 5 , y esto se ha visto mu- chas veces en pérdidas de Navios 5 pero ni aun era necesario tal ayuno , porque si los primeros Pobladores emprendieron el viage desprofeso para buscar tierras , y ocuparlas , era correspon- diente que llevasen provisión para algunos dias; que no se necesitaba hacerla muy grande , por-. que VIGESIMOSECUNDO* 405 t[ue la gente que trabaja poco no es tan consu- midora como la civilizada,quese emplea en exer- cicios recios , y necesita alimento á proporción^ pero si se quiere que fuese la casualidad quiea los arrojó allá , es regular que acaeciese quan- do sallan á pescar , que es el único objeto que entonces , como ahora , los llevaba al Mar , y con poco pescado que hubiesen cogido les vas^ taba para mantenerse algunos dias. Además de esto , en aquellos Mares hay abundancia de Bo^ ¡adores , que en partidas , ó bandadas grandes vuelan bastante trecho, huyendo de los Dorados^ Taburones , y otros pescados que les persiguen, y en el vuelo no dexan de caer algunos dentro de las Embarcaciones : hay también de estos otros , y con poca porción que tomasen tenian suficiente para alimentarse , Ínterin que llega- ban á tierra ^ con que de qualquier modo no habia dificultad en que fuesen , y se hallasen en aquellas Islas primeras donde se repondrían de los ayunos de la navegación. 20 Los Indios , aun en los tiempos presen- tes , sin em*bargo de estar civilizados , acostum- bran comer el pescado crudo y vivo , quando está saltando en las Playas acabado de sacar con las redes , siendo esto tan común en ellos que hacen su coinida al mismo tiempo que pescan. Esta costumbre la conservan sin duda de lo an- tiguo , debiendo inferir de ello serles mas fá- cil el sustentarse en qualquier accidente , que á las personas que necesitan condimentarlo al fue- go j y en aq^uella forma les sustenta mas , y les >• al- ^06 ENTRETENIMIENTO altera menos , necesitando menos de beber , que quando el alimento está preparado con sal , con cosas grasas , ó con otros ingredientes que se le añaden para avivar el gusto. 21 Si se quiere que en aquellos tiempos las gentes no se alimentasen de cosa que tuviese vi^ da 5 y que lo hiciesen de yervas , de raices , y de frutas , es necesario que los Pobladores salie- ran de intento á buscar la tierra , porque no tenian otro motivo que les moviese á salir al Mar, faltándoles el de solicitar el pescado para ali^ mentarse , y entonces era preciso que embarca- sen los víveres convenientes para determinado número de dias, sin que embarace la mayor du- ración del viage , respedo de los que llevaban, tal vez sucedería que la necesidad les enseñase á comer el pescado que h^sta entonces no lo te- nian en uso. Otra razón hay que corrobora la idea de que la Población se hiciese transfiriéndo- se por Mar , y por tierra ^ y es el que para que se poblasen las Islas terceras , que distan de la Europa 300 leguas , las de Cabo Verde ipo , y otras varias , fue preciso que los Pobladores se transportasen por Mar , porque absolutamente no habia medio para discurrir que lo hiciesen de otro modo ^ y esto acredita que en aquellos tiem- pos era general el emprender los viages de esta especie , logrando unos encontrar las tierras mas breve que otros. Las dos Américas en total, por lo que hasta el presente se sabe, son Islas^ y quan- do esto no sea , y que tenga unión por el Norte con la Europa , ó con el Asia , será por parages ^ taa VI GESI MO S ECUNDO, 407 tan remotos, que son intratables, y no comunica- bles , por el mucho frió y nieves, siendo un cli- ma helado que no consiente quasi animal ^ y asi por todas razones parece no dexar duda , que los primeros vivientes fueron conducidos por el agua, que es lo mas natural , mayormente si se sigue el orden de la semejanza : pues habiendo Dios ele- gido para conservar las especies el medio del Arca , que era una grande Nave , y que entre- gada á la voluntad de las aguas y de los vien- tos , se mantuviese sin detrimento hasta que se re- tiraron aquellas ^ parece regular que por el mis- mo medio bolviesen á poblarse las tierras que hablan quedado sin habitantes , y estaban sepa- radas de las otras , inspirándolo asi á las gentes para que lo pusiesen en planta , y dándoles por norma el mismo Arca donde se conservaron tan prodigiosamente las criaturas y animales, cuyo portento fue , á imitación del de la Creación , la Obra de la Omnipotencia , y una de las maravi- llosas señales que dexó en el Mundo de la Sa- biduría infinita , y de sus incomprehensibles pro- videncias , con las quales reparó piadoso lo que el brazo de su Justicia habia exterminado. LA US DE O. sr THEGETTYCENTtK UBRARY ^'*¿ - *^ i ^--^. > *M^ ^^ -^ / - m