> ora = AS AS Fisico d 1931 HARVARD UNIVERSITY. LIBRARY OF THE MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY 3d TÍ loo Oprl $ 1916 Ebano 7 1924. A a : EA > . | FEB / 1924 POAY nilo REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES TOMO Ll BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA ((CONI » 684 — CALLE PERÚ — 68% 1919-1916 SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIONES DIRECTIVAS Período 1915-1916 Presidente : Martíx Dorio-Jurabo ; Vicepresidente : Enbuanbo Canerte; Secreta- rios de la Sociedad : Juan José NácerA y José J. CarboNELL ; Secretario de la Revista : Cantos Lizer; Tesorero : Evías PeLos1; Administrador de la Revista : Frasco PastorE; Bibliotecario : Eneimuta Morrota ; Vocales : José M. me La Rúa y Cartos A. MarE- 11; Comisión redactora : M. Doruo-Jurano, C. Lizer, E. Carerre, F. PastorE y J. M. DE La Rúa. Período 1916-1917 Presidente : José M. be La Rúa ; Vicepresidente : Franco PastorE ; Secretarios de la Sociedad : Fraxcisco Criverri y Luis F. BornaLÉ; Secretarios de la Revista : Enuarbo Carerre y Peoro Serié; Tesorero : Evías PeLost; Administrador de la Revista : JosÉ J. CarsoxeLL; Bibliotecario : EbeLmira MortoLa ; Vocales : Martíx DorLLo-Jurano, Josí M. SorraL y Luis DeLéraxG; Comisión redactora : J. M. ve ta Rúa, Frasco PastorE, Ebuarno Carerre, Peoro Serió, José J. CarboxeLL y Luis DeLÉTANG. Exrkracro pe tas BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE IQII Y MODIFICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 16 DE AGOSTO DE 1915 Esta Sociedad, fundada el 1% de Julio de 1grr con el nombre de Sociedad PHYSIS, tiene por fines principales : 1” Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Naturales en la Argentina ; 2% Publicar una revista científica, que a partir del II tomo lleva el título de PHY- SIS. A esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; 3" Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio; 4? Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de leyes que protejan a la fauna y flora del país; 5" Propender a que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- yente y práctica, a fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- raleza ; 6” Empeñarse por que el estudio universitario de estas materias, y especialmente el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde a su im- portancia como factor de la cultura nacional. Dirección y Administración : PERÚ 222, BUENOS AIRES Sumario del tomo ll > (Nos 9-12, 1915-1916) No 9, Noviembre 10 de 1915. C. M. Hicxey, Plantae Fischerianae. Contribución al conocimiento de la flora del EDAD A eS ia Ro E LE A C. Brucn, Descripción de dos himenópteros mirmecófilos pertenecientes a los Bethy- RCA O ES E a ia lios TAN Acera ba iraciosymreptiles della istenia Bayas F. Pasrore, Rocas basálticas de la región de Valcheta (Río Negro) (con 3 figs.). COMUNICACIONES CarLos ÁmeEGHIxO, Sur un fémur de Toxodon chapalmalensis du Tertiare de Mira- mar, portant une pointe de quartzite introduite par "homme (con 1 fig.) M. DorLLo-Jurano, Nota sobre el animal de Ampullaria megastoma. Juas José Nácera, Sobre una Helicops carinicauda de Buenos Aires Pebro Ser1£, Nota sobre un batracio ápodo de la Argentina, Chthonerpeton indis- tinctum Pepro Serié, La Amphisbaena fuliginosa en la Argentina... Carros Lizer, Une nouvelle variété de Discolomide de DP Amerique méridionale : CDEaaiES CUA Da Do o aaa so ooo ooo o ale ale DB debe es Luis DeLéraxG, Sobre dos casos de teratología en insectos hemíipteros (con 3 figs.). Eucemo GracomeLti, Sobre la vitalidad del bicho de cesto Fraxco Pasrore, Sobre una roca vítrea del Neuquén. M. DorLLo-Jurabo, Anotaciones sobre algunas aves de Buenos Aires. CRÓNICA 41 42 43 43 44 h4 54 El 2? Congreso Científico Pan-Americano (Washington, Diciembre 27 de 1915). Las relaciones intelectuales entre Norte América y Sud América según el Dr. Casper Branner, 49. — Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Universidad de Buenos Aires), 53. — Homenaje al Profesor Dr. Holmberg, 55. — Aniversario de la muerte de Florentino Ameghino, 56. -— Sociedad Científica Argentina, 57. — Universidad de Tucumán. Conferencias del Prof. Dr. Gallardo, 58. — Museo Na- cional de Historia Natural de Buenos Aires, 5g. — Dirección General de Minas, Geología e Hidrología, 61. — Las Ciencias Naturales en la América Latina, 61. — La guerra europea y el movimiento científico. Naturalistas muertos en el campo de batalla, 65. — Richard Lydekker q, 70. — «Nature » y el Piroterio, 72. — Viajes y exploraciones, 74. — Protección y estudio de las aves, 77. — Los parques natura- (1) Además del sumario, cada tomo lleva un índice alfabético para colocar al fin del mismo. La fecha de cada artículo es la del número en que ha aparecido. 1v PHYSIS les en el extranjero y en la República Argentina, So. — Reuniones periódicas de sociedades científicas, 82. — Donaciones para investigaciones científicas, 84. — So- ciedad Argentina de Ciencias Naturales. Revista « Physis ». Resumen del balance general de recursos y gastos en 1911-1915. Nómina de los socios, 83. BIBLIOGRAFÍA Anales de la Sociedad Química Argentina, Vol. I-II. 1913-1915, 88. — Revista del Centro Estudiantes de Ingeniería, 88. — Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires. T. XXVI. 1915, 89. Índice de los tomos I-XX. 1864- 1g1t, 90. — Zeitschrift des deutschen wissenschaftlichen Vereins zur Kultur und Landeskunde Argentiniens. Heft 1. 1915, 90. — Revista do Museu Paulista. Vol. IX. 1914, yo. — Notas preliminares editadas pela Redaccao do Museu Paulista, 91. — Revista Chilena de Historia Natural. Año XIX. 1915, 92. — Moluscos del Alto Paraguay y de Matto-Grosso (Comissáo de Linhas telegraphicas estrategicas de Matto-Grosso ao Amazonas, Annexo N* 5, Molluscos), g3. — Doctrinas y descubri- mientos, 93. — La Geología y Minería argentinas en 1914, 94. — Los yacimientos minerales de la Puna de Atacama, 94. — La lucha contra la langosta por medio del cocobacilo de d'Herelle, 94. — Expedición a la laguna Iberá, 95. — La Pros- paltella berlesei, y7. — Nuevas especies de Coleópteros hidrofílidos, g7. — Algunos datos sobre el desarrollo postembrionario de un crisomélido, Chelimorpha variabilis, 98. — Coléoptéres exotiques en partie nouveaux, 98. — Observaciones sobre algu- nas hormigas de la República Argentina, 98. — El instinto de las hormigas,Q9. — Sur la Prospalangiá platensis et sa biologie, 99. — New neuropteroid insects native and exotic, 99. — A further contribution to the knowledge of the Orthoptera of Argentina, 99. — Descriptions and records of Goccidae, 99. — Descripción de un género nuevo y una nueva especie de Tisanóptero de la República Argentina, 100. No 10, Febrero 12 de 1916. Cristrópan M. Hickex, Plantae Fischerianae. Contribución al conocimiento de la oraldeliRio Negro (conclasion) o a N 1OI José M. SosraL, On a granite of Hemsón (Sweden) ooo 122 ÁxceL Gartarpo, Fauna mirmecológica de Tandil y la Ventana. 128 Ricarno Wicumann, El estado actual de Monte Hermoso (con 1 fi8.)........... 131 Eric Boman, ¡El Pucará de Los ¡Sauces (com Des). A 136 Carros Lizer, Quelques données préliminaires sur une nouvelle mycocécidie de Sa= gitlaria montevidensis (con IláM.). ua 146 Wi ¿El Hubson, Biografía de la Vizcacha so A 140 COMUNICACIONES RoBerto Dabmexe, Una subespecie aparentemente nueva de Neophloeotomus Schulzi..... e es tl tt rs AN 167 Canos Amecuixo, Sobre Ceratodus Iheringi de la formación guaranílica de Pata- AA AR NE AR O os 169 ExrIQueE DE Cartes, Breve noticia sobre sedimentos cuaternarios con restos huma- nos y animales extinguidos del Río Dulce, Santiago del Ester0. ooo... 169 Prebro SeriÉ, Sobre tres supuestos nuevos Trigonocéfalos del Paraguay. 17 Juas Brirnes, Notable caso de precocidad en el naranjo común 7) Sumario del lomo Il y TAN BRERIES A nop reles ta Duarsis (CONIL A E A IE 175 Carros Lizer, Un cóccido asiático nuevo para la República Argentina, Chrysompha- VE MAREA NAS A E eo EISLAA DAME db oa lo og iald: 177 (AREOSIO PEGAZZIN ONO (QUSIRONUNICUA a A A O 177 M. Dortto-Jurabo, Una nueva variedad de Potamopyrgus : P. Scottii var. delticola. 178 MovimIENTO Socrar : Personería jurídica. — Los nuevos socios correspondientes. M S Pers d Los nu lient — La revista Physis. — Excursiones de estudio de los alumnos del doctorado... 170 CRÓNICA Orville A. Derby +, 181. — Facultad de Ciencias. Escuela de Ciencias Naturales, 182. — Museo de Historia Natural de Buenos Aires, 184. Colección de Roedores, Qui- rópteros y Marsupiales del Museo de Buenos Aires, determinada por Oldfield Tho- mas, 185. — La correspondencia de F. Ameghino con el Dr. H. von Ihering, 187. — Excursiones del Museo de La Plata, 188. — El viaje del Dr. Bluntschli a la Ar- gentina. Sus impresiones sobre nuestra actividad científica. Florentino Ameghino y sus colecciones paleontológicas. Los primates fósiles de la Patagonia. Las antiguas conexiones continentales australes, 19889. — Estudio de la fauna marina en las costas de la provincia de Buenos Aires y del Chubut, 195. — Exploración arqueológica en la provincia de La Rioja. Expedición Boman. 1914, 200. — Viajes y exploraciones, 203. — Reuniones periódicas de sociedades científicas extranjeras, 204. — Las cien- cias naturales en la América latina, 205. — Una carta inédita de Don Félix de Aza- ra, 206. — Donacicnes para investigaciones científicas en el extranjero, 207. — Los parques naturales, 208. — Protección y estudio de las aves, 208. — Conde Hans von Berlepsch +7, 210. — J.-H. Fabre >, 211. — Eberhard Fraas -p, 212. — La guerra europea y el movimiento científico. Naturalistas muertos en el campo de batalla, 213. — El hombre fósil en Inglaterra, 215. BIBLIOGRAFÍA Anales de la Zoología aplicada. Tomo 1, N* r, Chile. 1914, 217. — Boletín de la Aca- demia Nacional de Ciencias en Córdoba. Tomo XX. 1g15, 221. — Memorias do Instituto Oswaldo Gruz. T. VII. fasc. 1. Rio de Janeiro. 1915, 222. — «Filogenia » de Florentino Ameghino, 222. — Algunos trabajos entomológicos de Embrik irand, 225. — A propósito de la nota del Dr. Fernando Lahille sobre Prospalte- lla berlesei How., 223. — A new species of Chirothrips from South America, 224. — Description d'un genre nouveau et d'une nouvelle espece de Mantidae de la République Argentine, 224. — Contribución al estudio de los Anofelinos argen- tinos, 224. — Formicides d'Afrique et d'Amérique nouveaux ou peu connus, 225. — El Río de la Plata desde su génesis hasta la Conquista, 225. — La gruta sepul- cral del Cerrito de las Calaveras, 225. — Las provincias del Norte en 1825, 227. — Los Petróleos Subandinos y sus relaciones geo-químicas, 227. — Suplemento al Catálogo sistemático de los coleópteros de la República Argentina, 228. No 11, Agosto 14 de 1916. ** Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales... Carros SpeGazzixt, Una nueva especie de Cachiyuyo del Perú (con 1 fig.) Aya Mancaxaro, Notas sobre diantomorfismo y dicarpomorfismo (con 3 figs.).... AxcEL GaLtarDo, El mirmecofilo sinfilo Fustiger elegans (con 1 fig.) v1 PHYSIS Ricarbo Wicumany. Las capas con dinosaurios en la costa sur del Río Negro, ¡frente a General Roca (coni3 fgsi) 1 CEA IA O A EA 258 Luis DeLéraxc, Votas hemipterológicas (con 6 figs)... 263 FéLix E. Ovres, Sobre el hallazgo de un arpón de hueso en la región de cabo Blanco (Gobernación de Santa Cru con 272 COMUNICACIONES Rorerro Danese, Lasos de albinismo y zantoismo en aves de la Argentina. ..... 277 Fraxco PasroreE, Sobre un pórfido de Puerto Deseado (Patagonia)... 257 CarLos Lizer, Une leltre du professeur Trotter au sujet du champignon de la mycocecidiendenSagultaniamontevidensis. A OR 278 Canos Porter, La Blepharipoda occidentalis de Mar del Plata (con 1 Ls.) OA 279 C. SpEGazziNr. Aceitunas de manantial (Nostoc pruniforme var. andicola Speg. n.var.). 282 CarLos Amecuixo, Dolicavia nov. gen. de Caviidae del Chapalmalense de Miramar. 283 Cantos Amecmxo, La fórmula dentaria del género ArctotheriM. ooo... 285 M. DorrLo-Jurabo, El yacimiento de conchilla de Lomas de Zamora mencionado AAN A A A ao oa 286 M. Doerto-Jurabo, ¿ Cuál es la serpiente mencionada por Darwin con el nombre de “Trigonocephalusy crepltans 2 ii a a A 287 José M. SosraL, Sobre cambios de nombres geográficOS.......ooooooocooooo..os 290 RoBerto Damrexe, Dos Rapaces de la fauna argentina ooo 291 RoBerro DabreExE, Sobre la distribución de Muscisaxicola macloviana ......... 292 C. Brucn, Descripción de un nuevo Tenebriónido del Ghubut Calymnophorus pata- gomcos Bruclensp: (COM TAS) a A E EN 292 Eucemo (GracomentI, Sobre una nueva aberración de Cyanohipsa Stefanellii.... 293 Eucexo GracoMELLI, A propósito de una Piérida del género Hesperocharis...... 294 MovimiexTO Social : Renovación de la Comisión Directiva 1916-1917. — Esta- tutos de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales... 295 CRÓNICA Las obras completas de F. Ameghino editadas por el gobierno de la provincia de Bue- nos Aires, 303. — Profesor Pedro Scalabrini 7, 304. — El XIX Congreso de Ame- ricanistas : Washington 1915-1916, 306. — Museo de Historia Natural de Buenos Vires. Su reaperlura. Algunas adquisiciones, 3og. — Exploraciones geológicas en el territorio argentino, 311. — Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires, 312. — Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, 314. — Primera reu- nión de experimentadores agrícolas, 314. — Museo Paulista. Retiro del Dr. H. von Ihering, 315. — Viajes y exploraciones, 315. — Comunicaciones referentes a la historia natural de la América del Sur, 315. — Las Ciencias Naturales en la Amé- rica latina, 317. — Correspondencia inédita de Humboldt y Bonpland, 319. — Un L bo — Domingo Lovisato 7, 323. — Ernst Ule +, 323. — John Wesley Judd -;. Algu- pez-luna de Mar del Plata, 319. — René Zeiller -p, y sus trabajos paleobotánicos, 320. nos datos sobre la vida de Carlos Darwin, 324. — Reuniones periódicas de institu- ciones científicas extranjeras, 326. — La guerra europea y el movimiento científico, 327. — Protección y estudio de las aves, 329. — Nuevamente sobre el hombre de Piltdown (Eoanthropus). BIBLIOGRAFÍA Proyecto de ley de Bosques y Yerbales, 332. — Anuario del Instituto Geográfico Mi- Sumario del lomo 1Í vil litar de la República Argentina. Vol. 1-11. 1912-1914, 399. — Trabajos del Insti- tuto de Botánica y Farmacología. 1904-1915, 393. Amales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires. Tomo XXVII. 1915, 333. — Los primitivos habitantes del Delta del Paraná, 334. — Biblioteca Centenaria, publicada por la Universidad Nacional de La Plata. Los yacimientos de los minerales de wol- fram en la República Argentina, 339. — Informe sobre las causas que han produ- cido las crecientes del Río Colorado en 1914, 340. — Los yacimientos minerales de la Puna de Atacama, 340. — Expedición al valle y a las fuentes del río Nirihuao y al cerro Colorado en el valle de Pichileufú, 341. — Contribución al conocimiento de los « Cerros de Rosario » con sus yacimientos de mica, 3/1. -— Hyménopteres parasites de l'Amérique méridionale, 341. — Suplemento al catálogo de los formí- cidos argentinos, 342. — Catálogo sistemático de los coleópteros de la República Ar- gentina. Parte II, 342. — Un nuevo gorgojo del Prosopanche (Oxycorynus parvu- lus, Bruch), 342. — Description des clavicornes nouveaux de la République Argen- tine, 343. — Un nouvel orthoptére de la République Argentine, 3/3. — Algunas novedades de lepidopterología argentina, 343. — Neurópteros nuevos o poco cono- cidos (sexta serie), 344. — Suplemento a la fauna erpetológica argentina, 344. — Laboulbeniales italianas, 344. — Note sur les Joncacées des petits genres andins, 345. — Les Alismatacées Argentines, 345. — Note sur Hydromystria stolonifera, 346. — Bemerkungen zu einigen von M. Gandoger neuerdings von den Falkland- Inseln beschriebenen Pflanzen, 347. — Tetrachondra patagonica n. sp. und die systematische Stellung der Gattung, 347. — Om Litorella australis Grieseb. och dess betydelse for tolkningen af blomstaellningen hos slaektet Litorella, 348. — La vegetación del lago Nahuel Huapí y sus montañas, 348. No 12, Diciembre 30 de 1916. Pero JórGENSEN, Zoocecidios argentinos (con 1 MB.) ooo 349 F. Sawrscm1, Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus (con 15 figs.) ... 365 (Guipo BoxareLt1, La mandíbula humana de Bañolas (con 2 8)... ..0....... 399 Jeay Brermes, Le genre Xylocopa Latreille dans l' Argentine (con 1 fi8.)....... 407 COMUNICACIONES Epuarpo CARETTE, Sinostosis entre huesos del carpo en Equus... 422 CarLos Lizer, Un cóccido nuevo para la Argentina : Saissetia hemisphaerica..... 422 Juas Brermes, Un caso anormal en Polistes canadensis, var Ferreri (con 1 fig.).. 423 Juas Brermes, Sobre la variabilidad de algunas Crisomélidos : caso de Chalcopha- IS SN A aloe a A Na ULA AS 4214 Pebro Serié, Ovoviviparidad de la culebra Thamnodynastes Nattereri.......... 425 CarLos AmecHiso, Sobre un canino de Machaerodus tallado por el hombre del pam- PERITO II MEN EANA ANT NO ROO 08 A AO A 425 Carros AmecHIxo, Sobre una punta de flecha o de lanza del pampeano de Luján... L27 Roserto Dansexe, Dos Rapaces nuevas para la Argentina occ 428 Carros Brucu, Tipos de nidificación en Formicidos...... occ 428 CarLos AmrcHixo, Observaciones sobre una cabeza de Tetrastylus de Catamarca... 429 Juas Brirmes, Description d'un nouveau genre et d'une nouvelle espece de Staphy- Ida ne cop lle (CONE O 431 Carros Lizer, Presencia del Chrysomphalus paulistus en el Delta del Paraná .... vin PHYSIS Epuarbo Carerre, A propósito del canino de Machairodus ensenadensis......... 433 Arturo G. Frers. Variabilidad en la coloración del crisomélido Lema Orbignyi (comes)... A A A 433 CanLos Auecmixo, Sobre la dentadura superior de Arctolherium en edad juvenil... 435 Cantos Lizer, El Ceroplastes grandis, nuevo para la Argentina. ooo 438 Epuarbo CarerrE, ¿ Hay una sola especie pampeana de Equus? oo 438 Sesión especial en honor del Dr. Fraxk M. Cmabrman: Palabras del Dr. A. Gallardo. Discursodel DAR: Dabbene”. AN A A 439 Frayk M. Cuabman, Las exploraciones zoológicas en Sud América y el interés de los estudiostornitalonicas ano 1 dd A 442 Eric Bomax, Estaluitas de aspecto fálico de la región diaguita (con 5 figs.)...... 448 CarLos Brucn, Misceláneas coleopterológicas (con 3 É8S.).....ooooooooooo.o.. 456 CarLos Brucn, El macho de Phocaena dioptrica (con 2 figs.)........... RN 461 CarLos Brucn, Dos curiosos crustáceos de San Luis (con 2 Í18S.).............. 462 Juas BrirHes, Descripción de un nuevo Carábido de la Argentina ............. 464 Sesión especial en honor del Dr. Bruwo LoBO .................o.ocoooonon 465 Recepción en honor de Sir ErxesT SHACKLETON... o... ooooooooo 467 MovmmexTO Social : Primera Reunión Nacional de la Soc. Argentina de Ciencias Naturales. — Nuevos socios correspondientes. — Facultad de Ciencias Exactas, EistcassyaNaturales. 0 A E APA 470 CRÓNICA Sociedad Ornitológica del Plata, 473. — El Museo de la provincia de Tucumán, 474. — Museo Educacional de. la provincia de Mendoza, 475. — Museo Nacional de Bue- nos Aires, 475. — Instituto Nacional del Profesorado Secundario. Departamento de Ciencias Biológicas, 476. — Conferencia del Prof. Ángel Gallardo sobre la heren- cia biológica, 476. — Quinto aniversario de la muerte de Fl. Ameghino. El lugar de su nacimiento, 479. — Coronel Benjamin García Aparicio y, 482. — Explora- ciones geológicas en el territorio argentino, 482. — Ciencias Naturales en la Amé- rica latina, 485. — Opiniones norteamericanas sobre el petróleo argentino, 485. — Protección y estudio de las aves, 487. — Sir William Ramsay 7, 488. — La guerra europea y el movimiento científico, 488. — El servicio geológico de Suecia, 489. — Levantamientos fotográficos, 489. BIBLIOGRAFÍA Descripción de Tucumán por Germán Burmeister. 1916, 490. — Anales de Zoología Aplicada. Año HH. N* 1 y 2, Santiago de Chile, 4go. — Revista Chilena de Historia Natural. Año XIX. N* 3-6 de 1915 y Año XX, N* 1-3, 4g1. — Sur un gisement d'euxénite au Brésil, 491. — Informe preliminar sobre las riquezas minerales de la República Oriental del Uruguay, /4g2. — Contribucao para o conhecimento da flora orchidacea da Serra do Itatiaya, 492. — Clave universal para la determinación de las familias de las plantas, 492. — Bemerkungen zur Systematik der Gattung * Myzodendron, 493. — Die Gattung Bolax Commerson, 494. — Ett par fall af heterostyly 1 Patagoniens flora, 494. — Las hormigas de la República Argentina. Subfamilia dolicoderinas, 494. — Notas complementarias sobre las dolicoderinas argentinas, 495. — Contribución al estudio de las hormigas de la provincia de San Luis, 495. — Contribución al conocimiento de los Bethylidae (Hym.) argentinos y descripción de una nueva especie, 496. RAR 5 1016 o EN O Tomo II Buenos Aires, Noviembre 10 de 1915 N? 9 AY REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES: SUMARIO Plantae Fischerianae. Contribución al conocimiento delo orde le nNegro nica o G. M. Hicken: (RUS do AS eo Descripción de dos himenópteros mirmecófilos per tenecientes á los Bethylidae.. 0.0.0.0... = A . . E . 2 MO TNA RAS oe Ea Batracios y reptiles de la Sierra Baya.......... OS RSTORE IE A Rocas basálticas de la región de Valcheta (Río INERTES O O LE e cd Comunicaciones (CARLOS AMEGHINO. od Sur un fémur de « Toxodon chapalmalensis » du Tertiaire de Miramar, portant une pointe de quartzite introdutte par UhomMe ooo... Sobre el animal de « Ampullaria megastoma»... Sobre una « Helicops carimeauda » de B. Altres. Martíx DozLo-JurAbo Juas José NÁGERA PEDRO Ear a Nota sobre « Chthonerpeton indistinctum»..... PEDRO ERTE Ae co a La « Amphisbaena fuliginosa » en la Argentina... (MARTOS PIAR Une nouvelle variétlé de «Coccidophilus citricola ». Sobre dos casos de teratología en insectos hemipteros. Sobre la vitalidad del bicho de cesto Sobre una roca vitrea del Neuquén ......... z Anotaciones sobre algunas aves de Buenos Aires... Cróxica : El 22 Congreso Científico Pan-Americano. Las relaciones intelectuales entre Norte América y Sud América según el Dr. Casper Branner. — Facul- tad de Ciencias (Universidad de Buenos Aires). — Homenaje al Dr. Holm- berg. — Aniversario de la muerte de F. Ameghino. — Sociedad Cientifica Argentina. — Universidad de Tucumán. Conferencias del Dr. Gallardo. — Museo Nacional de Buenos Aires. — Dirección General de Minas, Geología é Hidrología. — Las Ciencias Naturales en la América Latina. — La querra europea y el movimiento cientifico. Naturalistas muertos en el campo de bata- lla. — Richard Lydeleker. — « Nature » y el Piroterio. — Viajes y explo- raciones. — Protección y estudio de las aves. — Los parques naturales en el extranjero y en la Argentina. — Reuniones periódicas de sociedades científicas extranjeras. — Donaciones para investigaciones cientificas. ....... E Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. — Revista « Physis ». — Resumen del balance general de recursos y gastos en 1911-1915. — Nómina de los AUTOS o e ro ala yE IN a A MA ON AER SN A A e A o IO HAZ BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 685 — CALLE Perú — 68L 1919 49 VERADOS CIO y . ae INIA MAD Es PA PA P; ol Maná Dorsno-Junano: 20 ds Er I 8 Agr Canuos Lazo. E EN EE SAD Epuaxpo Canero. o Pa ES Re DE Franco Pasrone. “Dr. José M. vr ta Rua.. P É ó A y PLA . A - o y TO Según los estatutos aprobados en la asamblea del 16 de Agosto de' 1915, sión Redactora está constituída por el Presidente de la Sociedad - como Dircotor PHYSIS, por el Secretario de Redacción, el Vicepresidente, el Administrador revista y un vocal á elección de la Comisión Directiva. Todos los artículos publicados en la revista, deben ser aprobados pOr h Com Redactora. a ES Esta revista aparece en números ó entregas, sin fecha fija, pero con intel de den bres meses, aproximadamenle. -Á partir del año entrante (1916) se o public al menos cuatro números anualmente. , nd Está consagrada á las Ciencias Nalurales, de preferencia en lo que se relacionan co, la República Argentina y países vecinos. ; * z Con el fin de contribuir á uno de los propósitos Eno: en sus Bases, la Sociedad de distribuye gratuítamente su revista á todos los Colegios a de la República -á muchos otros establecimientos de educación. y PS El eo a de esta Aló o 1-8, 1912- a ha a can A De ¿: moneda nacional. - 1 El precio de la subscripción anual es de 8 pesos aondda nacional y El de mero 2 pesos. , Dirección y Administración : a col pe a an AE ES lA o REVISTA DE LA E SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SECRETARIO DIRECTOR ADMINISTRADOR CARLOS LIZER M. DOELLO-JURADO FRANCO PASTORE No 9 La fecha va al final de cada número Tomo II Plantae Fischerianae Contribución al conocimiento de la flora del Río Negro. or CRISTÓBAL M. HICKEN Profesor de botánica de la Universidad de Buenos Aires Á fines del año 1913, el Sr. Warrer Fiscuer me presentó una trein— tena de plantas de los alrededores de Kio Negro, estación de la línea férrea de Bahía Blanca al Neuquen. Á pesar de ser tan reducida esta colección. pude encontrar dos especies nuevas, una Frankenia y una Malpigiácea, familia esta última aun desconocida para esas latitudes. Las otras plantas, aunque ya conocidas científicamente, eran también muy interesantes, porque habían sido mencionadas ó sólo de las regiones pró- ximas al litoral ó sólo de las cordilleras. Estos hallazgos tan importantes para el conocimiento de fitogeografía, me indujeron á incitar al Sr. Fiscuer para que extendiera sus explora ciones todo lo que le fuera posible, y esta incitación, hallando la mejor acogida, dió un resultado altamente satisfactorio. Es así como puedo presentar á los interesados un catalogo de unas 300 especies. con algunas novedades cientificas, entre plantas que conceptúo desconocidas para la ciencia, plantas nuevas para la república y plantas que ensanchan su área de habitación. El Sr. Fiscuer ha coleccionado todos sus ejemplares en las proximi- dades de la Escuela Experimental de Agricultura, de la que era director entonces y lo fué hasta su clausura; pero extendió sus investigaciones en una zona más ó menos de 5 km..de ancho por un largo tendido entre PENSE - I PHYSIS to barranca y barranca del río, comprendiendo sus faldas y algo del plano alto. De este modo, y dada la prolijidad del coleccionista, este catálogo representa con muchísima aproximación un verdadero perfil transversal llorístico de esa zona. Me hubiera agradado añadir algunas consideraciones geológicas y me- teorológicas de aquellos parajes, pero la premura con que debo presentar la lista, me inhibe de esa larea, remitiendo al lector para lo que al primer punto se refiere á las publicaciones hechas por la sección de Hidrología y Minas de esa misma comarca (1) y para el segundo, á las realizadas por la sección Meteorología ambas de nuestro Ministerio de Agricultura. La Botánica ha de quedar muy reconocida al Sr. Fiscuer, por su va— liosa cooperación en el conocimiento de nuestra flora y es para mí muy satisfactorio poderle presentar de ello testimonio, dedicándole algunas especies nuevas y le agradezco personalmente desde estas líneas, el obse— quio que ha hecho de la colección á mi herbario particular. OBSERVACIÓN En la exposición. he seguido el sistema de ExcrerR y Prawri en lo que se refiere al orden sistemático y á la nomenclatura, por ser éste el más difundido y estar ya generalmente admitido. Las observaciones que se refieren al habitat, son debidas al Sr. Fiscmer. El mes, indicado por una cifra romana, es el de recolección del ejemplar y debemos admitir que la época de su floración se extienda un cierlo tiempo prudencial antes y después del señalado. He creído útil indicar el área hasta ahora conocida para cada especie, utilizando para ello las publicaciones más importantes y mis apuntes pro- pios, aun inéditos, de la zona del valle por mí visitada, comprendida entre las islas Choele-CGhoel y la confluencia del Limay con el Neuquen, y entre este punto y la estación Zapala, al pie de la cordillera. Las abreviaciones usadas deben interpretarse como sigue, donde para mayor facilidad las he colocado por orden alfabético y no por regiones geográficas : (1) Wixbnausex, A., Contribución al conocimiento geológico de los lerrilorios del Rio Negro y Neuquen, en Anales del Ministerio de Agricultura, sección geología, mineralogía y minería, tomo X, n* 1. Buenos Aires, 1914. Crisróga M. Hicken : Plantae Fischertanae 3 BA. = Buenos Ajres. | Pat. = Patagonia (en general). GC. = Córdoba. R. = La Rioja. Ch. = Chaco (incl. Formosa). RA. = República Argentina. Chub. = Chubut. | KN. = Río Negro (territorio). Corr. = Corrientes. SIS alta Ct. = Catamarca. SC. = Santa Cruz. ER. = Entre Ríos. SF. = Santa Fe. Fueg. = Tierra del Fuego. Sgo. = Santiago del Estero. la = JU SIMS Juan: M. = Mendoza. SÉ. = San Luis: P. = Pampa. T. = Tucumán. La F. seguida de un número arábico, indica el que lleva el ejemplar en la colección de FiscHEr. PTERIDOPHYTA Salviniaceae 1. Azolla filiculoides Lam. — En las lagunas de la zona irrigable. — No es abundante. California hasta Tierra del Fuego. En toda la RA. — (F. 233; I.) GYMNOSPERMAE Gnetaceae 2. Ephedra ochreata Miers. — Arbusto, frecuente entre la arena y en el suelo guijarroso de los terrenos altos. Sólo en la RA. : R., SJ., M., P., SL., Bahía Blanca, RN., Puerto Madryn. — (F. 15.) ANGIOSPERMAE Monocotyledoneae Typhaceae 3. Typha domingensis Pers. — Á orillas de los canales y en los charcos de la zona de irrigación. Desde N. América hasta la Patagonia boreal. — (F. 201; XII.) h PHYSIS Potamogetonaceae h. Potamogeton filliformis Pers. — En los canales y lagunas con corriente mansa. Europa, Asia, África, Australia, América boreal. En la RA. hasta ahora sólo conocida de Tucumán y Salta. — (F. 232; MII.) Gramineae 5. Andropogon saccharoides Sw. — Perenne, frecuente en los terrenos altos, areno-arcillosos; al borde de los torrentes y en las quebradas. América tropical y templada. En casi toda la RA. — (F. 206; XII.) 6. Andropogon Sorghum Bror. — Perenne, en la zona cultivada. Cultivada en la RA.; pero suele hallarse subespontánea en varias localidades, p. ej., en T., Sgo., C., BA. — (F. 216; XII.) 7- Paspalum disticham L. — Anual ?, en jardines y campos, introducida con las semillas. América del Sur; enla RA. desde J. hasta el Río Negro. —(F. 257; 1-11.) 8. Panicum crus-galli L. var. vulgare DoerL. — Anual, frecuente en la zona de cultivo. Brasil, Uruguay. Parte central de la RA. : €. — (F. 274; I.) y. Panicam Urvilleanam Mr. — Perenne; abunda en los médanos. Desde California hasta el Río Negro. — (F. 187; XI.) 10. Setaria villiglumis Hrckex nov. spec. — Perenne. Frecuente en los médanos que bordean al Río Negro y al pie de las barran- cas del lado norte del valle. — (F. 42; X1-IIT.) Rhachis, rhachilli, yqlamaeque villost. Culmu caespitosi 20-40 em. altt, nodi annullo villoso donatt. Folioram vagina striala, hispida, marqgine ciliato, superne villoso : ligula transversa brevissima fere nulla sed densissime ciliata: lamina plana, linealis sensim acutata, 3-4 mm. lat. <8-15 cm. long. stria- ta, utrinque hispida vel scabriuscula, marginibus scabris. Panicula erecta, angusta, spiciformis 5-S cm. long.: axe communi molliter villoso: ramis brevissimes, villosis, ad spicularum basin in selas invo- luerum 1-2 setaceum formantes partitis, setis aculeolis sursum spec- tantibus scabris spicula longioribus. Spiculae brevissimae pedicellatae, pedicellis villosis. Gluma infima, ovata, apiculata, irinervts, solemni- ter hispida aut villosula, spiculae ultra dimidiam partem subaequans : ol ristópan M. Hicken : Plantae Fischerianae (0 intermedia ovato-elliptica, apiculata 5=nervts, spiculae apicem apiculo attingens, margine villoso: suprema plantuscula, elliptica, rotundata, parte suprema, hispidula, spathellam hyalinam aequilongam, culiatam in axilla fovens. Valvulae nitidae, glabrae, papyraceae, longitudina- liter punctatae. Os. Habitu ad S. commutatam (Scribx.) Hack. accedens, sed involu- cro 1-2 selaceo et glumis villosis facile distinguitur. Tallos cespitosos de 20-40 cm. altos. glabros con excepción de los nudos donde existe un anillo muy piloso. Las vainas de las hojas son estriadas, hiíspidas, con el borde ciliado, cuyas cilias aumentan en tamaño hacia arriba, donde llega á ser velloso. Hay una lígula ape- nas perceptible pero cargada de abundantes y largos pelos; la lámina es plana, lineal, se va estrechando paulatinamente en punta aguda. Tiene 3-4 mm. lat. por S-16 cm. long.. es híspida en ambas caras, sobre todo en la ventral y hacia la base, los bordes son algo escabro- sos. La inflorescencia es erecta, estrecha, aspecto de espiga cilíndrica, de 5-8 cm. long.; está sostenida por la caña que es casi glabérrima, con excepción de la parte próxima á la espiga, donde está cubierta por abundantes y largos pelos blandos, que cubren densamente á todo el raquis de la inflorescencia como también á los brevísimos pedúnculos de las espiguillas. Éstos llevan 1 ó 2 setas largas, ásperas, por diente- citos dirigidos hacia arriba. La gluma inferior es aovada, 3-nervia, apiculada y densamente cubierta de pelos sedosos, alcanzando á cu- brir algo más de la mitad de la espiguilla; la intermedia es aovado- elíptica, también apiculada, 5-nervia, con el margen velloso y tam- bien la parte superior próxima al apículo, con el cual alcanza hasta el extremo de la espiguilla ; la gluma suprema es aplanada, elíptica, re- dondeada y con escasos pelillos en su extremidad, llevando en su axi- la una membrana, la espatilla, que es hialina, de sa misma longitud y visiblemente ciliada. Las válvulas son brillantes, glabérrimas, pa- piráceas, con líneas longitudinales formadas por pequeños puntos. Por el aspecto se parece mucho á la S. commutata (Scrisx.) Hac- KEL, pero se diferencia fácilmente por el involucro 1-2 setáceo y sobre todo por la vellosidad de las glumas. Según referencias del Sr. Fiscmer. esta planta es perenne y abunda en los médanos que bordean al Río Negro y también en las tierras arcillloso-arenosas que hay al pie de las barrancas del valle. 11. Phalaris angusta Neus ab Es. — Perenne; suele hallarse en las tie- rras cultivadas y fértiles próximas á los canales. América tropical y templada. — Ch., ER., C., BA. — (F. 268; XII-L.) 16. N pa N No 57 ) Do PHYSIS Stipa Clarazú Bart. — Perenne; frecuente en los terrenos altos arci- llosos, entre los conglomerados, al borde de los zanjones, etc. Desde Salta hasta el Río Negro. — (F. 47 (1); XI.) 3. Stipa Neaer Nees. — Perenne; con la anterior. Desde el río Santa Cruz hasta Mendoza. — (F. 475 XL) . Stipa patagonica Sera. — Perenne; también con las anteriores. Conocida de la Patagonia austral : río Santa Cruz y Gallegos. — (F. 46; XI.) . Stipa speciosa Trix. et Ruer. v. major SrrG. — Perenne; idéntica distribución. Territorio del Neuquen y Mendoza. — (F. 47 (3); XL.) Stipa tenuis Pm. v. argentina SreG. — Perenne; en campos altos y Secos. Río Negro y Mendoza. También en California. — (F. 47 (2); XI.) . Phleum pra!ense L. — Perenne; en la región de las chacras y quintas. Europz, Siberia, América septentrional. — Pat., Tierra del Fuego. — (F. 197; XI.) . Sporobolus arundinaceus (GriseB.) Hack. — Perenne; en suelos arci- llosos, pobres en humus; también entre la arena de los médanos. Chile. — BA., G., J., Pat. — (F. 219;.X1P-XIUL.) . Polypogon elongatas H. B. KrmH. -— Anual; en la zona cultivada, cerca de los canales. Brasil, Urug., Chile. — BA., M., Ct., C., T. — (F. 53; XIL-XIL.) . Polypoyon monspeliensis Dese. — Anual; suele encontrarse en la región irrigable. Europa meridional, África, Chile, Urug. — Pat., BA., M., J. EF. 54; XXI.) . Agrostis exarata Trix. var. mutica Hicken nov. var. — Glu- mella mutica: qylumis glabriusculis. — La glumella carece de arista y las glumas son glabras. Perenne en la zona de los cultivos. — (F. 199; XI.) . Agrostis verticillala Viux. — Perenne; en la región de los cultivos, introducida con otras semillas. Europa. — €. — (F. 256; MILI.) . Holcus lanatus L. — Perenne; no escasea en los terrenos cultivados é irrigados. Enropa, América septentrional. — Introducida en Europa y subespontánea en varios puntos cl == (010 196: A () Ms () [dl —i ($) (9,9) (5) (95) Os A Curisróna M. Hicken : Plantae Fischerianae 5] Danthonia sp. — Anual; por toda la zona alta y seca; también en las barrancas y quebradas. Debido á la escasez del material disponible, no he podido determinar la espe- cie. — (F. 50; XI.) . Pappophorum mucronulatum Nees. — Perenne; en las tierras altas y arcillosas. Brasil austral, Uruguay. — C., R., M., SL., Carmen de Patagones. — (F. 43; XIL) . Cortaderia argentea (Nees) Sraer. — Perenne; en las orillas del Río Negro y de los canales con agua permanente. Brasil, Uruguay. — En casi toda la RA., desde J. hasta el Chubut. — (F. 2075 21) . Phragmites phragmites (L.) Karsr. — Perenne; abunda en las ori- llas de los canales. Uruguay. — Chubut, M. — (F. 97; 1.) . Diplachne fusca (L.) Beauv. — Anual; en la zona de los cultivos y en lugares algo húmedos. Asia y África. — Chaco, Formosa, BA., C., R., Ct. — (F. 49; MI-IT.) . Eragrostis eragrostis Mac. Mm. — Anual; en campos al borde de los caminos y en orillas de los canales. Europa central, África boreal, América del Norte. — Por toda la RA. — (FP. 248; 1.) . Distichlis scoparia (KrmH.) Arecn. — Perenne; en tierras arcillosas, secas y algo saladas. Brasil austral, Uruguay. — BA., C., SL., Pampa. — (F. 96; XIL-XITL.) . Dactylis glomerata L. — Perenne; en tierras cultivadas. Europa, África, Asia, Uruguay. — BA. — (F. 198; XII.) . Poa annua L. — Anual; en tierras fértiles y cultivadas. Cosmopolita. — ln toda la RA. — (F. 120; IX-X.) . Poa bonariensis Krum. — Perenne; por todas partes, con excepción de la zona irrigada, inundable y de las tierras alcalinas. Uruguay, Chile. — BA., Chaco, SF., T., C., Pampa. — (F. 41; X.) . Festuca tenella W:uib. — Anual. En todos los terrenos altos, arci— llosos y secos. Brasil austral, Uruguay. — ER., BA. — (F. 45; X.) 8 PHYSIS 35. Bromus unioloides (Wn.:1b.) H. B. Krn. — Anual; frecuente en los campos fértiles, en jardines y rastrojos. América boreal, central y meridional. — Desde J. hasta Tierra del Fuego. —= (F. 51 y 52; XI-1.) 36. Lolium italicum A. Bx. — Anual; abunda en la zona de cultivos, en jardines, rastrojos, en alfalfares, cerca de los canales, etc. Difundida por los cultivos en casi todos los países. — C., T., M., SL., BA., ER., Pampa, RN. — (F. 48; X-1.) . Hordeum murinum L. — Anual; en caminos, campos altos, tierras —] arcillosas, etc. Europa, Brasil austr., Urug. — BA., C., P. —(F. 55, p. pt; XI). 38. Hordeum pusilam Nurr. — Anual; en todas partes, principalmente en tierras secas, arcillosas y aun en las zonas inundables. América boreal. — BA., C., P. — (F. 44; XI.) 39. Hordeum sp. — Anual; planta erecta con cañas hasta de 60 cm. de alto. La espiga es de 5-6 cm. long. y las tres florecillas de la espi- guilla son hermafroditas. La central es sentada, con una arista de unos 19 mm. long., las laterales son pedunculadas hermafroditas, y con arista de 5 mm. long. Las glumelas de las tres florecillas son setáceas, no ensanchadas en la base y de unos 20 mm. long. Debido al poco material no me ha sido posible establecer si se trata de una especie introducida ya conocida Ó de una especie nueva. — Según Fiscner, se halla en los mismos parajes que el //. murinum L. (E. 55 p. pt. — 14, MU, 1913.) ES (o) . Elymus antarcticus Hook. f., forma agroelymoides Hickew nov. forma. Spiculis binis in parte infera, solitarts in supera; aris- fis quam typo brevioribas. Las espiguillas están de á pares en la región inferior de la inflo- rescencia y solitarias en las dos terceras partes de la superior. Las aristas de las glumas son más breves que en el tipo. Perenne; rara y sólo observada en los campos sometidos al riego. — (F. 228; NET) 41. Elymus erianthus Pm. var. aristatus HickeN nov. var. — Perennis, elatus, glumae et paleae arístis 10-15 mm. longis donatis. Planta perenne. elevada, 50 á 60 cm. alta, glumas y páleas con aristas de 10 á 15 mm. long. No es muy abundante; pero se halla en todos los terrenos altos, en las barran= cas y en el valle, exceptuando la zona del riego. — (Y. 170; MI.) Crisróran M. Hicken : Plantae Fischerianae 9 Cyvperaceae 2. Cyperus vegelus WinLb. — Perenne; en terrenos húmedos y fértiles próximos á los canales y al Río Negro. California, Ghile, Uruguay. — C., T., S., BA., Ghub. — (Y. 200; XII.) 43. Seirpus maritimus L. — Perenne; en tierras bajas y húmedas. Europa, Siberia, Egipto, Indias, Colonia del Cabo y en América desde Mé- jico hasta Patagonia. — BA., P.. RN. — (F. 176; XI-I.) 44. Seirpus ripartus Presi. — Perenne; á orillas de los canales, de la- gunas y en el borde del Río Negro. Desde California hasta Magallanes. — (F. 159; XII.) 45. Heleocharts palustris (L.) KR. Br. — Perenne; al borde de charcos, lagunas y en campos pantanosos. Europa, Siberia, África austral, América boreal y meridional. — BA., Pat., Malvinas. — (F. 160; XI-[.) «Juncaceae 46. Juncus balticus Winrb. v. mexicanas (Wirto.) OK. — Perenne; en la zona irrigada, en campos bajos y húmedos. Desde Méjico hasta Tierra del Fuego. — (F. 177; XI.) 47. Juncus microcephalus H. B. KrH. — Perenne; ¡junto con la anterior. Méjico y América meridional. — T., C., ER., BA., Pat. — (F. 178; IX-IT.) Liliaceae 48. Nothoscordum euosmum (Lx. Orto) KraH. — Perenne; muy rara (en enero !) en los campos cultivados y fértiles. Brasil austr., Urug. — ER., C., BA. — (F. 272: 1.) Amarvllidaceae 49. Hippeastrum pallidam (Here.) Pax. — Anual; en los campos altos y secos tanto del valle como del alto plano. Chile meridional. — Chubut. — (EF. 154; XI-XII.) DO Gt [8] = 9 dy 3D) 96 9” PHYSIS Dicotyledoneae Salicaceae Salix chilensis Mor. Arbol; á orillas del río. Desde Venezuela hasta el Río Negro. — J., ER., BA., Pampa, Pat. boreal. == (1, (og Aa) Urticaceae Parietaria debilis Forsr. — Anual; no es abundante, pudiendo ha- llársela casi en toda clase de terrenos, excepto en los muy bajos y salados. Casi cosmopolita y en toda la RA. — (F. 146; X.) Santalaceae Arjona tuberosa Cav. — Perenne; frecuente en tierras altas, secas, duras, entre guijarros ; en la parte alta y entre arena. Chile. — M., Pampa, toda la Pat. — (F. 30; X-XI.) Polvgonaceae Rumezx crispus L. — Perenne; frecuente en las tierras fértiles y cerca de los canales, zanjones y á orillas del Río Negro. Casi cosmopolita. — En toda la RA. — (F. 164; XI-XIT.) Rumez maritimus L. En tierras arcilloso-arenosas próximas á los canales y al río. Europa, América boreal. — BA., Pat., Fueg. — (F. 262; XII.) Polygonum aviculare L. — Anual; á orillas de caminos y de canales: en jardines. chacras y tierras de cultivo. Europa, África boreal; América. — Casi en toda la RA. — (F. 162; XI-UT.) Polygonum maritimum L. — Anual: al borde de caminos y ori- llas de los canales. En las costas europeas, Egipto, Canarias y en el litoral atlántico de N. Amé- rica. — Nueva para la RA. — (F. 252 ; I-111.) Polygonum spectabile Max. v. patagonica SreG. — Anual; en la zona cultivada y próxima á los canales de riego. Chubut. — (E. 269 ; P-II.) Dit 62. Ó7 O» 68. 69. Cristróra M. Hicken : Plantae Fischerianae 11 Chenopodiaceae . Chenopodium ambrostoides L. — Anual; próxima á las viviendas en tierras de cultivo. Casi cosmopolita. — En toda la RA. — (F. 240; MILI.) . Chenopodium hircinam Scmrad. — Anual; como la anterior. Brasil merid., Uruguay. — En casi toda la RA. — (F. 243; EII.) . Chenopodium murale L. — Anual; en tierras arcillosas y en rastrojos. Europa, África, Méjico, Chile. — ER., BA., P. — (F. 276; 1-IIT.) Monolepis chenopodioides (Nurt.) Moo. — Anual; en tierras gipsosas del plano alto y en las arcilloso-saladas del valle. Desde Méjico hasta el Chubut. — (F. 136; X-L.) Atriplex Ameghinor SrecG. — Anual; frecuente en las tierras arcilloso- salitrosas. Chubut, Puerto Madryn. — (F. 35; XIII.) . Atriplex arenicola H. Mx. — Anual; en tierras arcilloso-saladas. Bahía San Blas; valle del RN. — (F. 263; I-II.) . Atriplex hortensis L. — Anual; en tierras algo saladas y en rastrojos Persia, Europa merid. — Chubut, RN. — (F. 259; 1-IIL.) . Atriplex lampa Gu. — Arbusto muy abundante en todo el valle, en los torrentes, quebradas, etc., de suelo arcilloso-salado. M., C., SL., P., Bahía Blanca, RN., Puerto Madryn. — (F. 3; XI.) . Atriplex montevidensis SprexG. — Perenne >; en campos pobres de tierra vegetal y entre cultivos. Brasil austral; Uruguay. — BA., RN., Chubut. — (F. 103; XII.) . Atriplex roseum L. — Perenne; en tierras saladas. De vasta distribución en Europa, África, Asia, Australia; introducida en N. América. — Nueva para la RA. — (F. 227; XI.) Atriplex sagittifolia SeeG. var. heterophylla SrrG. — Mata leñosa muy común en todos los campos salados del valle. Desde RN. hasta Río Gallegos. — (F. 4 g eth Q 536 Q 5 XI-V.) Atriplex undulata (Moo.) Hieroy. — Mata leñosa, muy frecuente en las tierras algo saladas del valle. Bahía Blanca, Viedma, RN. — (F. 247; XIEIA 12 PHYSIS 70. Bassia hyssopifolia Par. — Anual; en tierras algo saladas y próxima á caminos, al borde de canales, etc. Persia, Mar Caspio. — Planta nueva para la RA. — (F. 283; JI-III.) 71. Halophytum Ameghinot SeeG. — Anual; en tierras arcilloso-saladas de pantanos desecados. Lago Viedma, Chubut. — (F. 111; XI.) 72. Suaeda divaricata Moq. — Mata leñosa, alta, muy abundante en el valle en los campos salados. Chile. — M., SL., P., RN., Chubut. — (F. 5; XI.) 73. Suaeda fruticosa (L.) Forsr. — Mata leñosa, en el valle y al pie de las barrancas en campos algo salados y gipsosos; también entre los rodados. Europa, África, California. — SL., BA., RN., Pat. — (F. 117; XL.) 74. Salsola Kali L. Europa, Chile. — Bahía Blanca, Necochea, RN. — (F. 250; 1-11.) Anual; frecuente en tierras arenoso-saladas. Amarantaceae 75. Amarantus crispus (Lesp. Tuev.) Terraz. — Anual; en la zona im- termedia y en las chacras. BA., RN., Chubut. — (F. 106; XIL-'1.) 76. Amarantus deflexus L. — Anual >; maleza del borde de los caminos y rastrojos. Europa merid., Afr. sept., toda América. — BA., SF., C., RN., Chubut. — (EF. 224; XL) Nvctaginaceae 77. Bougainvillea spinosa (Cav.) Hem. — Arbusto; frecuente en los te rrenos altos y en las faldas de las barrancas. R., SJ., SL., M., P., RN., Chubut. — (F. 18; XI.) Portulacaceae 78. Calandrinta trifida Hook. Arx. — Anual; en la falda de las barran— cas entre los finos guijarros. Chile central. — Cordilleras del Chubut. — (F. 169; XI.) 1 (le) w (99) [So] 0 > S6. 88. . Portulaca oleracea L. Cristróra M. Hicken : Plantae Fischerianae 13 Anual; en jardines y rastrojos. Casi cosmopolita. — BA., P., RN. — /F. 275; -TL.) Carvophyllaceae . Silene antirrhina L. — Anual; en todos los campos fértiles del valle. América sept., Uruguay, Chile. — Desde J. hasta Pat. — (F. 143; X-XI.) . Cerastium valgatam L. — Anual; en toda clase de terrenos cultiva- dos y en prados inundables. Cosmopolita. — En toda la RA. — (F'. 127; X.) . Spergularia grandis (Pers.) Camb. — Anual; en el valle en tierras cultivadas, próximas á los canales y sobre las barrancas. Brasil austral, Uruguay. — ER., BA., P., RN. — (F. 65; XI.) . Spergularia platensis (Camb.) FexzL. — Anual; en las tierras de irri- gación. Uruguay. — BA., P., RN. — (F. 166; XI.) Ranunculaceae . Clematis diowca L. v. campestris (Sr. Him.) OK. — Perenne, trepa- dora; en el valle, tanto en tierras arcillosas como en suelo arenoso próximo al Río Negro. M., P.., BA., RN. — (F. 104; XII.) . Ranunculus cymbalaria Pursu. — Anual; en campos húmedos pró- ximos á los canales y á orillas del Río Negro. Desde J. hasta Pat. austral. — (F. 175; XI-XII.) Cruciferae Lepidium bonariense L. — Anual; abunda en las tierras de cultivo. en campos próximos al río y á orillas de los caminos. Brasil austr., Urug., Bolivia, Chile. — En toda la RA. desde J. hasta el RN. — (F. 226; XII.) . Lepidium spicatam Desv. — Anual. Común en todos los campos. tanto del valle como del alto plano. En la América austral desde el RN. hasta Tierra del Fuego. — (F. 37; 1.) Lepidium spicatum Desv. f. microcarpa Hickex nov. f. — Si- liculis minoribus, segmentis foliorum filiformibus, ut tota planta, go. 91. PHYSIS glaberrimis. — Communis in valle necnon in altoplano prope vico Rio Negro. Esta nueva forma se distingue del tipo muy fácilmente por ser glabérrima en todas sus partes, aun en los pedícelos fructíferos que son filiformes y notablemente más largos que las silículas. Estas tienen 1,75 mm. long. por 1,25 mm. lat. Las hojas son pinadas y sus segmentos filiformes. Es muy común en los campos próximos á la estación Río Negro y se halla tanto en el valle como en el alto plano, donde crece mez- clada con el tipo. (23m IX.) . Sisymbrium obtusangulum Scmtricn. — Ánual; en campos, cami- nos y al borde de los canales. Planta de Europa austral. — Chubut. — (PF. 182; XI.) Sisymbrium sophia (L.) WrsB. — Anual; frecuente en todos los terrenos incultos, no inundables ni salados. Planta europea; Chile. — BA., Chubut. — (F. 121; IX-X.) Brassica napus L. — Bianual; en todas las tierras cultivadas, al bor- de de caminos y orillas de los canales. En casi todos los cultivos de Europa, América, ete. — Frecuente en casi todo la RA. — (F. 244; 1.) . Brassica nigra L. —Anual en la zona cultivada, en jardines y rastrojos. Europa meridional y ahora casi cosmopolita. — En toda la RA. — (F. 213; XII.) Nastartium phalippianum (Pum..) Spec. — Anual; en las tierras de cultivo, entre los rastrojos. Chile central. — BA., RN., Sta. Cruz. — (F. 126; IX-X.) . Capsella bursa-pastoris (L.) Moexcu. — Amual. Abunda en todos los terrenos cultivados. Cosmopolita. — En toda la RA., desde J. hasta Ushuaia. — (F. 125; IX-X.) . Draba australis Hook. f. var. Ameghino! (SrEG.) SpEG. — Anual; en tierras arcillosas de las barrancas. Chubut, Sta. Gruz. — (F. 129; IX.) . Descurainia canescens (Merr.) Prayrr. — Anual; en la zona del valle en tierras arcilloso-arenosas. Desde California hasta Magallanes. — Desde J. hasta Sta. Cruz. — (F. 62; MI.) 9175 gs. Cxrisrónan M. Hicken : Plantae Fischerianae 15 Capparidaceae Atamisquea emarginata Miers. — Arbusto que vive solitario, dis— 1 1 ginata M Arbusto q lit 1 perso en el valle y no abundante. También en la zona alta. Cos Ros oo Milos loo llos L9 59 MN => (18 27/8 DA Lo) Rosaceae Margyricarpus setosus KR. P. — Perenne; semileñosa, en tierras arcillosas del plano, también al pie de las colinas entre los guijarros y conglomerados. América meridional andina. — J., S., C., M.. BA., P., Chubut, Sta. Cruz. — (F. 147; 2.) Leguminosae 99. Prosoptis jaliflora DC. — Arbusto; entre el pedregullo y al borde de 100. IOIL. 102. los cauces torrenciales. Desde California hasta el RN. — (F. y; XII.) Prosopis striata Bru. — Arbusto; en suelo arcilloso y en las que- bradas de las barrancas. Sierra de la Ventana, P., RN., N. — (F. 2; XI-XIT.) Prosopis strombulifera Bra. — Arbustito muy bajo, de las tierras arcillosas y también algo saladas. Chile (Tarapacá). — M., P., SL., Bahía Blanca, RN., N. —(F. 72; XILI.) Cassia aphylla Cav. — Arbusto de la zona alta, donde crece entre guijarros, en suelo denudado y seco; también se halla en la región intermedia entre colinas y en suelo arenoso. Too Oliss Mos Los sy Mlop lle des == (Ud 29 8 IL) 3. Ho[fmanseggía falcaria Cav. — Perenne. Zona alta entre guijarros y también en el valle en las arcillas sueltas. Méjico, Chile. — C., SL., M., P., RN., Chubut, Sta. Cruz — (F. gr p. pt.; MELXIL.) . Hoffmanseggía trifoliata Cav. f. glandulosa SeecG. — Perenne; vive mezclada con la anterior. RN. — (EF. 91 p. pto; XI-XIL) . Hoffmanseggia trifolata Cav. var. pentaphylla SeecG. Con las ante riores. Confluencia del Limay y Neuquen. — (F. gr p. pt.; XI-XIT.) 16 1O6 y. Ir / 108. 100. 112. o O TIA. LrÓ. PHYSIS . Caesalpinia Gilliesú (Hoox.) War. — Arbusto. En el valle, en campos arcillosos y aun algo arenosos; también en la falda de la barranca. G.. Mi, ¡SL Bo ¿ANS (BIS IE . Caesalpinia praecox R. P. — Árbol pequeño que se halla en los terrenos altos entre conglomerados, en las quebradas y al borde de los torrentes. ES PM: AN (E 20: AXIS) Lupinus microcarpus Sims. — Anual?; en el valle, en campos so- metidos al riego; suelo á menudo arenoso. Chile central. — Mendoza, Limay y Neuquen, Chubut. — (F. 280; 1-11.) Medicago denticulata WiLb. — Perenne; muy común en todos los campos de cultivo. Chile. — En casi toda la RA. — (F. 79; XI.) . Medicago lupulina L. — Perenne; junto con la anterior, pero pre- fiere campos algo más secos. Europa. — C., BA., P. — (F. 76; XME-XIT.) . Medicago orbicularis Az. — Perenne; como las anteriores, pero más escasa. Europa merid., Chile. — BA., ER. — (F. 78; XI.) Medicago sativa L. — Perenne; subespontánea en el valle, en tie- rras cultivadas y próxima á los canales. En muchas partes de 'a RA. — (F. 204; XI-111.) Melilotus alba Lam. - - Perenne; rara y sólo observada cerca de los canales. Europa, Uruguay. -—— 3A. — (F. 231; XII.) Melilotus indica ALL. Anual ó perenne; frecuente en la zona de los cultivos, al borde de caminos y también en los médanos que hay al pie de las barrancas del lado norte del valle. Europa merid., Chile. — BA., RN. — (F. 77; XI-XII.) Trifolium pratense L. — Perenne. En campos cultivados próximos a los canales. Europa, Chile. — BA. — (F. 260; XILI.) Trifolium repens L. — Perenne; en los campos fértiles, huertas y chacras. Planta europea y casi cosmopolita. — En toda la RA. — (F. 286; XI-IIT.) Cnistrónan M. Hicxen:: Plantae Fischerianae 17 117. Astragalas Bergi HieroN. — Perenne. en los médanos al pie de las barrancas del lado norte del valle. (E-99 p- pts 11) 118. Astragalas carinatus (H. Ary.) Reicne. — Mezclada con la anterior. Chile central. —M., €. —(F. 99 p- pt.; 17, ,X, 1914; 12, XL, 1914.) 119. Astragalus Cruckshanksi (Hook. Ary.) GriseB. — Anual, en suelos arcillosos. Chile central. — M., Pat., RN. — (F. 145; X-XI.) 120. Glycyrrhiza astragalina Gir. — Perenne, en la zona inundable y también en los arenales próximos al río. M., Neuquen, C. de Pat., Chubut. — (F. 63; XI.) 121. Adesmía canescens (A. Grax) Bru. Hook. — Semileñosa y perenne, propia de las tierras altas y sobre las laderas de las barrancas. RN., Chubut. — (F. 139; X-XI.) 122. Adesmia Fernandezi Puu.. — Anual ó perenne? En la arena húme - da de las playas ó riberas del Río Negro. Nabuel-Huapí. — (F. 18€; XI.) 123. Adesmia filipes A. GraY. — Anual, en los terrenos altos, barran- cas, al pie de las colinas y entre los conglomerados. Chubut, RN. — (F. 141; X-I.) 124. Adesmia filipes A. Gray var. obcordata Hicken nov. var. — Foliolis obcordatis, imperspicue mucronatis, distantibus; racemi laxi vexillo extus glaberrimo. Las hojuelas son obcordiformes, terminando en una pequeñísima puntita sólo visible con lente, planas, sedosas en ambas caras, de 5 mm. long. por 31mm.en su parte más ancha y colocadas en el raquis bastante separadas. Los racimos son mucho más laxos que en el tipo. El estandarte es glabérrimo del lado exterior. sin la pu= bescencia apical del tipo. Anual, en los médanos próximos al Río Negro. Río Negro. — (F. 87 p. pt.; 25, XII, 1913.) 125. Adesmia muricata (Jaco.) DG. — Junto con la anterior. Brasil austral, Chile. — M., ER., C., BA., RN. — (E. 87 p. pt.; 1.) 126. Adesmia rafaelensis (Cmob. et Witez.) Hicken. — Patagonium ra- faelensis Cmon. et Witez., im Bull. Herb. Boiss., 2 ser. 1 (1902), 483. 0 Sólo conocida de M. — (F. 87 p. pt.;I.) PHYSIS. — T. II 2 IS PHYSIS 127. Adesmia trifoliolata Gu. — Las legumbres todas tienen 2 artícu— los, están incluídas en el cáliz y el indumento no es negro-glanduloso sino blanco. — Perenne en las tierras arcillosas y pobres de humus. M., RN. —(F. 140; X-XI.) Ops. SrrecazziM en An. Mus. Nac. Bs. As., VIl (1902) 277, propone el nombre de Patagonium triphylluam (Pmwx..) Srec. en vez de P. tri- foliatam (Pum.) Rercne, alegando ya existir un homónimo de G1LLIES con prioridad al nombre específico dado por Purrirrr. Este cambio de nombre no tiene razón de ser, pues GrLLieS no bautizó su planta con el nombre de Adesmia trifoliata como dice SrEGAzZI« (l. C., p. 276, n* 905) sino con el de trifoliolata, como puede verse en Hook. Bot. Misc., UIT (1833) rg4 6 en WaLrers, Repert., 1 (1842) 728. 128. Vieta graminea Sims. — En los alfalfares, no siendo tampoco rara en los jardines. Ct., BA., Nahuel Huapi. — (F. 168;-XI.) / Geraniaceae / 129. Erodium cicutariam (L.) L'Herrr. — Anual y frecuente en todos los terrenos, tanto del valle como altos. Casi cosmopolita. — Desde J. hasta Sta. Cruz. — (F. 75; IX-X.) Tropeolaceae 130. Magallana porrifolia Cav. — Perenne, en los médanos que se hallan del lado norte del valle. EN., Patagonia. — (F. 130; IX-X.) (Continuará.) Carros Brucn : Descripción de dos himenópteros mirmecófilos 10 Descripción de dos himenópteros mirmecófilos pertenecientes á los Bethylidae PoR CARLOS BRUCH. Al examinar recientemente algunos nidos de nuestra 4 /ta ú hormiga ne- gra (Acromyrmex Lundu Guér.), encontré entre un sinnúmero de hués- pedes varios curiosos himenópteros. Por su forma se asemejan muchísimo a otras hormigas, de las cuales se distinguen ya á primera vista, por su manera de caminar, llevando las antenas en continuo movimiento vibra- torio, sin duda, reemplazando con ellas sus órganos visuales, adaptados para la vida oculta. Mis individuos todos eran hembras, diminutas y apteras, de cuerpo alargado y patas relativamente cortas, por lo que van arrastrando algo el abdomen. Su clasificación no ofreció mayor dificul- tad, desde que poco antes me había ocupado de otro mirmecófilo (1), si bien de costumbres distintas, por lo que recordé a los betilidos, á los cuales pertenecen también los himenópteros en cuestión. Siguiendo la clave que KierFER (2) da para los géneros de la subfamilia de Bethylinae, pude llegar al género Ecitopria WaAsmanx:; la descripción del mismo (pag. 285), excepción hecha de algunos detalles, corresponde también con mis ejemplares, que resultan dos especies distintas y nuevas para la ciencia. Las diferencias indicadas, se refieren a las dimensiones de los artículos antenales; á las tibias, algo estrechadas en su porción proximal, al espolón de las cuatro tibias posteriores, muy finamente ciliado y á las uñas denta- das en la base. En el abdomen de mis individuos se distinguen solamen- te los segmentos 2-6 de mayor é igual largura. La descripción del tipo genérico (E. crassicornis Wasm.), que reproduce también KIEFFER (3), no menciona la organización de los palpos maxilares y labiales, y de las mandíbulas dice que son « probablemente simples ». Greo, que estos órganos no fueron detenidamente observados por ambos autores, razón porque me he esmerado en su preparación y ofrezco de ellos los dibujos para ampliar ciertas características de tan interesantes insectos. (1) C. Brucn, Contribución al conocimiento de los Belhylidae (Hymenoptera) argentinos y descrip- ción de una nueva especie. Revisla del Museo de La Plata, t. XIX, 2* serie, 1915, p. 442, fig. 1-4. (2) Kierrer, Das Tierreich, Hymenoptera Bethylidae, vol. 41, Berlín, 1914, p. 231. (3) Kierrer, Anales Museo Civico Genova, 1905, p. 377. 20 PHYSIS Ecitopria attaphila n. spec. Long. : 1,7-2,7 mm. Plus minusve pallide flavido-castanea, abdomine nonnilul obscuriore petioloque nigro. Caput tenuler relticulatam, qrosse laxeque punctatam, pilis pallidis ad- spersum: ocull punctiformes pusilll. Thorax quam capul impressius reticulatam. Petiolas trisulcatus, sulco mediano lato atque transverse striato.. De un color flavo-castaño más ó menos pálido, el abdomen algo más obscuro y más brillante, el peciolo negro. La cabeza es moderadamente convexa, poco menos del doble más ancha que el pronoto y casi la mitad más larga que ancha. Su forma es subrec- tangular, atrás algo más estrechada, Jos ángulos posteriores son pronun- ciados, el borde posterior es truncado, en ejemplares grandes ligeramente escotado, y en éstos también los costados más arqueados (fig.). Toda la cabeza está cubierta de un reticulado muy tenue, de gruesos puntos im- presos, bastante esparcidos y de pelillos ralos, cortos y claros. Los ojos están representados por dos pequeños puntos negros, situa- dos muy adelante, algo más arriba y no perfectamente laterales. El clipeo presenta una finísima carena longitudinal, á sus lados nacen las antenas bastante engrosadas hacia el ápice. El escapo es grueso, tan largo como los 7 artículos siguientes juntos ; el 2” artículo es poco más delgado que el 3%, que es obcónico, los artículos y-12 son más largos que los anteriores, el terminal es oviforme. La mandíbula es delgada, arqueada, subparalela, vista desde adelante; termina en 3 dientes, de los cuales el superior apenas visible, el mediano triangular y el inferior más largo y agudo; en ambos lados de la mandí- bula se destacan setas finas. La maxila lleva su lóbulo terminal alargado, erizado de setas en el cos- tado externo y ápice, y lleva también un mechón de finas setas en la re- gión antero-interna. Los palpos maxilares son muy diminutos, formados por un solo artículo oblongo, con algunos pelos y una seta en la punta. Los palpos maxilares son biarticulados, el artículo basal es ovalado, el terminal oblongo, más fino en el ápice y también provisto de pelos. El tórax está cubierto de un reticulado parecido al de la cabeza, pero mucho más pronunciado; lleva también algunos pelillos aislados y pun- Los Impresos. El pronoto es subcuadrado, adelante bien redondeado, atrás truncado y anguloso. El mesonoto es muy corto, la cuarta parte del largo del pro- Cantos Brucn : Descripción de dos himenópleros mirmecófilos 21 noto. El metanoto es rectangular, adelante escotado, atrás redondeado; el segmento mediano ligeramente estrechado en el medio y separado de las meso y metapleuras por una finísima carena lateral, casi imperceptible. El pecioloes tanlargo como ancho, adelante más estrechado; presenta tres surcos longitudinales, el mediano más ancho y transversalmente estriado. Ecitopria attaphila Brucn (30 veces aumentada) Ecitopria attaphila Brucn. 1. antena ; 2-3, mandíbu- Cabeza de Ecitopria platensis Brucn la de arriba y de costado; 4, maxila; 5, palpo (30 veces aumentada) labial; 6, pata anterior; 7, tibia posterior; 8, unas. El abdomen es apenas más ancho que la cabeza, no tan largo como el resto del insecto, pero bastante convexo y dispersamente pubescente; sus segmentos 2-6 son subiguales y el 4 y 5 segmentos en la parte anterior finamente reticulados. Las patas son dispersamente pubescentes y muy tenuemente reticula- das. Las tibias estrechadas en la base, llevan algunas setas en el ápice. El espolón anterior es bien desarrollado, encorvado y largamente ciliado; 22 PHYSIS en las otras tibias es más débil y más corto, y siempre muy finamente ci- liado. El primer artículo tarsal de las patas anteriores es tan largo como los siguientes juntos, en su lado interno es encorvado y finamente setoso. Las uñas en la base son dentadas. Como lo he mencionado al principio, he conseguido varios ejemplares en junio de 1905 de tres nidos de Acromyrmex Lundú Guér. procedentes de La Plata. Ecitopria platensis n. spec. Long. : 2,6 mm. Praecedenti simiuis sed facile dignoscenda colore nigro ad castaneum leniter vergens, antennis, partibus buccalibus pedibusque pallide castanets. Caput, subquadratum, reticulatione tenut, punctuatione magis grossa el crebra, parva areola postmediana excepla. Thorax impresstus reticulatam, metathorax rugulose punctatum. Pelio- lus bicarinatus atque reticulatus. Esta especie es semejante á la precedente, pero fácil de distinguir por su coloración de un negro ligeramente castaño ; las antenas, partes bucales y patas son de color castaño claro. La cabeza es casi cuadrada, los ángulos posteriores bien redondeados. E. platensis tiene cabeza y tórax subopacos, la primera es finamente reliculada y cubierta de gruesos puntos, poco impresos, pero muy arrimados, los que faltan en una pequeña área postmediana. El flagelo de las antenas es bas- tante grueso en la base; en las mandíbu- las se distingue un cuarto diente, es decir, dos contiguos, muy diminutos en el borde ántero- superior. Ecitopria platensis Buuca (15 El tórax es también reticulado, más fuerte- a O mente que la cabeza; los dos segmentos ante- riores llevan algunos puntos y pelillos aisla= dos, mientras que la puntuación del metalórax es más pronunciada, sub- rugulosa, sobre todo en sus costados. El segmento mediano está limitado por una finísima carena lateral. El peciolo es linear, poco más largo que ancho, apenas bicarenado y reti- enlado. El abdomen es muy lustroso y todo lo demás como en £. altaphila. He conseguido varios ejemplares de un nido superficialmente explorado Juan José Nácera : Batracios y reptiles de la Sierra Baya 23 y ve (La Plata, 15, VI, 915), y otros más de Quilmes (25, VII, 915), y de La Plata (VII y IX, 915) algunos más claros que los típicos, pero en los demás detalles idénticos. Batracios y reptiles de la Sierra Baya PoR JUAN JOSÉ NÁGERA. En el verano de 1913-1914 realicé una excursión á la Sierra Baya (par- tido de Olavarría, provincia de Buenos Aires) con el objeto de practicar estudios geológicos, por encargo de la Dirección General de Minas, Geolo- gía é Hidrología, que dirige el Ing. D. Exrrque Hermrrre. Los resultados de esta investigación constan en un trabajo que apare— cerá próximamente y del cual daré un extracto en uno de los números si- guientes de esta revista. En los momentos que aquella tarea me dejó libre, hice colecciones de anfibios y reptiles de la región, de los cuales me ha parecido oportuno ofrecer esta lista, por tratarse de una localidad cuya fauna herpetológica no ha sido suficientemente estudiada. He creído también que esta enumera ción podría prestar alguna ayuda á los profesores y alumnos de los esta blecimientos de educación de Olavarría y ciudades vecinas, quienes cono- ciendo las especies existentes, podrán con más facilidad identificar las que recojan en sus excursiones. Los ejemplares recogidos son 74, comprendiendo 18 especies reparti- das en la siguiente forma : batracios 5, saurios 5 y ofidios 3. Los batracios están representados por : 1. Atelopus Stelzneri (Wexrews.) Bior. Tres ejemplares. Ninguno tiene manchas blancas. Las del dorso son amarillas; las de la parte ventral son rojas en uno de los ejemplares; y en los otrosestos colo- res están combinados pero predomina el amarillo. Lo mismo sucede en las extremidades, siendo de notar que uno de los últimos, tiene la planta de los posteriores rojas. Este sapito negro lo he visto en las aguas estancadas de la sierra, á distintas alturas y su presencia se advierte debido á su canto muy fino. 2 PHYSIS 2. Ceralophrys ornata (Brin) Grun. Nombre vulgar : escuerzo Dos ejemplares. Escaso. 3. Leptodactylus ocellatus (L.) Gun. Nombre vulgar : rana Cuatro ejemplares. Abunda. 4. Bufo marinus (L.) Scaxrip. Nombre vulgar : sapo Dos ejemplares. Abunda. 5. Hvla raddiana Frrz Nombre vulgar : rana de zarzal Tres ejemplares. Dorso verde (no he visto de otro color). No es escasa. Los saurios ó lagartos (Lacertilia vera) son : Fam. IGUANIDAE Gen. SACCODEIRA Gir. (1857) 6. Saccodeira pectinata (D. B.) Brer. Nombre vulgar : lagartija Ocho ejemplares. El mayor mide : Long. total : 155 mm. Id. caudal : So mm. Cabeza y dorso con escamas fuertemente carenadas; las de la parte ven- tral casi romboidales y lisas. Muchos ejemplares presentan los caracteres señalados por el Sr. Pebro Serié. (Votes d'Erpetologie: Pnxsis, t. 1, pag. 444-445; 1914). Muy abundante. Fam. ANGUIDAE Gen. OPHIODES Ware. (1828) 7- Ophiodes vertebralis Bocourr Doce ejemplares. El mayor tiene : Long. total : 256 mm. Id caudal : 163 mm. Juan José Nácera : Batracios y reptiles de la Sierra Baya 5) [$1 Este saurio se conoce por su color blancuzco, estando el dorso cruzado por líneas de color pardo de distinta anchura, pero simétricas. La parte ventral es más clara y puede verse á los costados de la cloaca, los rudi- mentos de extremidades. Muy abundante. Fam. TEJIDAE Gen. TUPINAMBIS Daun. (1802); Brer. (1885) S. Tupinambis teguixin (L.) Bror. Nombre vulgar : lagarto Dos ejemplares. El mayor mide : Long. total : 684 mm. Íd. caudal : 72 mm. Sus cuevas se ven con frecuencia en las barrancas de los arroyitos y en las canteras abandonadas. Tiene relativamente una fuerza enorme. Abunda. Gen. CNEMIDOPHORUS Ware. (1830); D. B. (1839) o. Cnemidophoruas lacertuides D. B. Nombre vulgar : lagartija Diez y seis ejemplares. El mayor mide : Long. total : 185 mm. Íd. caudal : 115 mm. Unos de los caracteres — además de la forma general del cuerpo — que la diferencian á simple vista de la lagartija 6, es el tener placas en la ca- beza y la ausencia de verdaderas escamas en el dorso del cuerpo, siendo las de la parte ventral rectangulares. Un ejemplar de los guardados vivos, puso 5 huevos; la cubierta de estos es blanca, su forma elíptica y las di- mensiones máximas : 13 mm. >< 8 mm. Muy abundante. Fan. AMPHISBAENIDAE Gen. AMPHISBAENA L. (1758) 10. Amphisbaena Darwini D. B. Nombre vulgar : víbora de dos cabezas Dos ejemplares. El mayor tiene : Long. total : 214 mm. Íd. caudal : 18 mm. 26 PHYSIS Este saurio ápodo se distingue fácilmente por el color rojizo de la piel y por sus ojos muy poco visibles. Escaso. Los ofidios : culebras, víboras, etc. (Ophidia), están representados por las especies siguientes : ¡a Fam. GLAUCONIIDAE Gen. GLAUCONIA Grax (1845) 1. Glauconia albifrons (Warc.) Bron. Dos ejemplares. a) Longitud total : 134 mm. b) » Íd. caudal : 7 mm. / HO » 1 Este pequeño ofidio de aspecto lumbricoide, se reconoce por su color gris plateado, estando su cuerpo cruzado de líneas pardo obscuras y más claras en la parte ventral. Escasa. Fam. COLUBRIDAE. Serie A. AGLYPHA Subfam. COLUBRINAE Gen. LIOPHIS Waza. (1830); Ber. (1894) 12. Liophis poecilogyrus (Wien) Jas Dos ejemplares. a) Escamas ventrales = V : 150. Id. subcaudales = Se : 46. Long total : 606 mm. Id. caudal 102 mm. b) Escamas ventrales = V : 155. Id. subcaudales = Sc : 46. Long total : 740 mm. Id. caudal 190 mm. a, dorso negro, cruzado por bandas paralelas y semibandas alternas de color verde oliva; parte ventral amarillo claro, con manchas negras en dos filas. Placas de la cabeza con manchas amarillo parduzcas. bh, dorso negro, con manchas amarillas y amarillo oliva, que forman — puede decirse — líneas longitudinales ; las bandas trasversales como en a, [5] | Juan José Nácera : Batracios y reptiles de la Sierra Baya pero muy poco visibles ; parte ventral amarillo con manchas negras. Pla- cas de la cabeza como en a. La he visto siempre en los arroyitos. No es escasa. Gen. LYSTROPHIS Corr (1885) 13. Evstrophis D'Orbignyi (D. B.) Core Tres ejemplares. Sc. 36 Long. total : 736 mm. Íd. caudal : 100 mm. 1 970 » 9 » » 94 » =] a y b. ojo rodeado de / placas; parte ventral con bandas trasversales ne- gras y rojas. color este último más acentuado en la cola y que se conserva por lo general más tiempo en el alcohol. Guando se intenta cazarla com- prime su cuerpo y ataca. De otro ejemplar que he reservado para hacer algunas observaciones anatómicas, saqué 16 huevos sin terminar su desarrollo ; — estos son de forma elíptica, siendo sus dimensiones de 32-29 mm. >< 10-8 mm. — y otros tantos más pequeños. No es escasa. Gen. RHADINEA Core (1863-1868) 1. Rhadinea anomala (Grur.) Buer. Un ejemplar. a) V. 149 $Sc.68 Long. total : 630 mm. Íd. caudal : 160 mm. Escasa. Serie B. OPISTOGLYPHA Subfam. DIPSADOMORPHINAE Gen. OXYRHOPUS Waza. (1830); Brer. (1896) 15. Oxyrhopus rhombipher D. B. Un ejemplar. a) V. 136 Sc. 47 Long. total: yromm. Íd. caudal: 117 mm. a, dorso con bandas : las más anchas negras y romboidales ; las angos- 28 PHYSIS tas coloradas; las escamas tienen en la parte posterior un punto negro ; parte ventral amarilla, muy punteada de negro. Muy escasa. 16. Oxyrhopus rusticus Cove Esta culebra de color café obscuro es muy escasa. Cacé un ejemplar que más tarde se escapó ; pero conservo parte de la camisa, incluso la de la ca- beza. Gen. PHILODRYAS Waza. (1830) 17. Philodryas Schotti Guyrn. Nueve ejemplares. DNA Long. total : 256 mm. — Íd. caudal : 53 mm. b) V. 169 ds Qí » 360 » » 93» IO ASCO E 280 » » 68» IINAIOS SCSS ) 665 » » DY NACO ASCO O » SO » 223 159 NO Sc. 93 » 866 » » 246 » a) Sc. 98 » SO » 2 h) Y. 17 Sc. 88 » 876 ») ) 218 » DOS At 7) » LIA > E 2524 » a, b,c, d, f, 1, 7 labiales superiores; 3* y 4* tocan el ojo. e, 4, h, 8 labiales superiores; 4* y 5* tocan el ojo. a, dorso amarillo oliva ; parte ventral con una raya negra débil. b, e, d, dorso amarillo oliva. e, dorso pardo; escama subcaudal 5, entera. f, dorso pardo. y, dorso pardo oliva. h, dorso pardo; dos loreales en el lado derecho; las ventrales, 147. 148 y 159-164, divididas; las subcaudales 4, 5, 10 y 15 enteras. ¿, dorso pardo oliva. En todos los ejemplares las escamas del dorso, tienen dos tipos de se- ries de rayitas, blancas y negras. Las primeras forman líneas á lo largo del cuerpo; las segundas, líneas oblicuas que se unen á la altura de la co- lamna vertebral; caracteres que se acentúan en los ejemplares jóvenes. La parte ventral es amarilla, á veces blancuzca ; las e, Je 1, presentan escamas con una raya negra en la parte posterior, más ó menos marcada. Las su— Juan José Nácura : Batracios y reptiles de la Sierra Baya 20) turas de las placas de la cabeza y de las labiales superiores é inferiores son negras; las primeras se notan más en los ejemplares jóvenes y lo mismo sucede con las manchas de la cabeza, aunque en el ejemplar c, no se dis- tinguen. Del ejemplar z, he sacado 42 huevos sin terminar su desarrollo ; — son de forma elíptica, miden de 1g mm. >< 10 mm. — acompañados de unos 19 más pequeños. Es la culebra más común en la Sierra Baya y casi siempre se veenros- cada al lado de las cortaderas, al parecer, amparándose del viento. Sus cuevas son relativamente profundas. Fam. VEIPERIDAE., Serie D. SOLENOGLYPHA Subfam. CROTALINAE Gen. LACHESIS Daubn. (1803) 18. Lachesis alternatus (D. B.) Bicr. Nombre vulgar : víbora de la cruz; yarará Un ejemplar. a) Te 10. tee fi llong- folle gor mun. 10. cauces 10 rn: a, parte ventral blanco amarillento, con una raya negra en el cuello, la que continúa ramificada ó en líneas paralelas hasta la cloaca; los espacios están punteados con el mismo color. Esta elegante víbora venenosa — que no ataca si no se la molesta, según he observado hasta ahora — no es escasa; se encuentra sobre todo en la cima de los cerros, los días nublados, y su cueva, que es grande, la he vis- to siempre al lado de los bloques de cuarcita, etc. Bere y KosLowsky en sus trabajos de ofidios, no mencionan el nombre de yarará, muy común en nuestro país. En mis excursiones por el Chaco Austral, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires, he podido com- probar que yarará y víbora de la cruz, es la misma cosa. Hay personas que suelen confundirla con algunas especies de los géneros Xenodon y Drimobius, ó con ejemplares grandes de Lystrophis D*Orbignyt (D. B.) CorPE; pero todos están de acuerdo en que se trata de un animal cuya pi- cadura es en extremo venenosa. Ultimamente me ha remitido de Gualeguaychú, mi amigo ANroxio Maya — á quien mucho le agradezco — el cuero completo y bien prepa- rado, de un ejemplar enorme de esta especie. 30 PHYSIS V..J80o . Sc. 42 Long. total : 1732 mm. ld. caudal : 186 mm. La parte ventral es amarilla clara, con 4 á 6 filas de manchas semicir— culares, más ó menos iguales y de color pardo obscuro; la manchas al- ternas del dorso en forma de (a) se encuentran en su mayoría divididas asi : | Agradezco á mi amigo el Sr. Penro Serié. su buena voluntad y ayuda, de que he dispuesto, cuando he llevado mis colecciones al Museo Nacio= nal de Historia Natural de Buenos Aires, con el objeto de clasificarlas ó compara rlas. Rocas basálticas de la región de Valcheta (Río Negro) '" POR EL Dr. FRANCO PASTORE. Las rocas basálticas que constituyen la cubierta protectora de las interminables mesetas patagónicas, han sido muy poco estudiadas, por lo que me parece útil presentar la descripción de algunas muestras pro- cedentes de Valcheta, que es, puede decirse, el extremo norte y orien- tal de su propagación. Estas muestras pertenecen á una colección de rocas eruptivas y metamórficas que ha reunido mi colega, el Dr. Ku- caro WicHmannN, en su exploración de esa parte del Río Negro; acep- tando su ofrecimiento, he hecho el estudio microscópico de dicha colección, y probablemente éste se publicará dentro de poco, unido á su informe, por la Dirección General de Minas. Los siguientes datos geológicos, relativos á los basaltos, me los ha comunicado el Dr. Wicumann. Yoda la comarca que se extiende desde Valcheta hacia el sud, está ocupada por numerosas y extensas mesetas, cuya elevación pasa á veces de cien metros. El basalto tiene un espesor generalmente com- prendido entre diez y veinte metros; se presenta más ó menos dislo- cado en bloques, pero no tiene grietas de división columnar. En los bordes de las mesetas forma paredes verticales y allí se nota común- (1) Estudio hecho en la Dirección General de Minas, Geología ¿ Hidrología. Franco Pasrore : Rocas basállicas de la región de Valcheta 31 mente que el manto se compone de una capa inferior delgada, amig- daloide ó cavernosa, y de una superior de espesor mucho mayor y de pasta granosa densa. Debajo del basalto se halla la formación patagónica (molasa patagó- nica de WiLckenNs; tobas patagónicas de RorH). Esta formación cons- tituyo todo el resto de las mesetas y se continúa más abajo del mivel de las depresiones ó cañadones, cubierta apenas por algunos aluviones y arenas basálticas grises. MUESTRA I Roca basáltica muy fina, de color negrusco, que en las fracturas frescas permite ver su textura afieltrada. Está muy llena de poros y cavidades redondeadas (fig. 1), ocupadas á veces por amigdalas de calcita y más raramente por algunas masas verdes amarillentas, cuyos caracteres corresponden á materiales serpentinosos ó cloríticos. Fig. 1. — Basalto olivínico amigdaloide Al microscopio muestra una masa muy menuda constituída por plagioclasas densamente entrecruzadas, cristales de olivina y gran can- tidad de óxido de hierro. En el feldespato se reconocen con bastante claridad dos generacio- nes. Los cristales mayores que corresponden á la primera, son tabulares estrechos y con frecuencia presentan cortes transversales casi cua- PHYSIS Os » drados, envueltos en un margen negrusco lleno de partículas de óxido, ó conteniendo un núcleo central obscuro de la misma naturaleza. ln general, están bien frescos y finamente maclados, según las leyes de la albita y del periclino. En secciones perpendiculares á a, con direc- ción de vibración de la luz paralela áx.”, el ángulo de extinción es igual á /-30*,á contar desde la traza de M. En las secciones perpendicu- lares á a, que tienen maclas del periclino, haciendo la dirección de vibración paralela á +y', el ángulo de extinción, medido desde Ja traza de dichas maclas, es igual á +- 41. Ambos valores corresponden á un labrador que contiene un 53 por ciento de anortita (1). Los feldespatos de la segunda generación constituyen finas tablitas de tamaño bastante variable, y su extinción en secciones perpendicu- lares á a, siendo la dirección de vibración de la luz paralela á z', tiene una oblicuidad de +21”, lo que indica que se trata de una andesina ácida. El único componente esencial que acompaña al feldespato es la olivina:; sus pequeños cristales, muv abundantes, son generalmente bien idiomorfos, pero están siempre muy alterados, habiéndose trans- formado en serpentina fibrosa (crisotilo) y tomado por la oxidación un color amarillo rojizo claro. Algunos granos de olivina parecen hha- ber sufrido una serpentinización total; se ven formando áreas verde amarillentas muy pálidas, muchas veces fragmentadas y envueltas en vidrio. El óxido de hierro se halla en enorme cantidad, y es idiomorfo úni- camente constituyendo pequeñas inclusiones en la olivina: por lo demás, el vidrio intersticial, algunas zonas de los feldespatos y la periferia de la olivina, aparecen sembrados de minúsculos puntos ó bastoncitos negros que, donde no obscurecen completamente la masa, muestran una distribución ordenada, según las condiciones del mi- neral que los contiene. Esta roca es un basalto olivínico de estructura intersertal. MUESTRA 2 Corresponde á la misma roca basáltica, también muy llena de agujeros, pero su masa tiene un color rojo de ladrillo demasiado cocido. (1) Según las tablas de F. Brcke para la medición de los feldespatos. Do os Frasco Pasrore : Rocas basálticas de la región de Valchela En la preparación microscópica presenta igual composición que la anterior, siendo su estructura intersertal más perfecta, debido al me- jor contraste entre las dos generaciones de feldespatos. Hay, sin em- bargo, una diferencia notable en el estado del óxido de hierro; ella contiene también las contadas inclusiones idiomorfas de magnetita en la olivina, pero todo el resto del material ferrífero es de color rojo pardo. Este constituye las zonas interiores de los pequeños cristales y microlitas feldespáticas, y atraviesa en todas direcciones el vidrio intersticial con sus finos raquis y formas esqueléticas características. MUESTRA 3 Tiene el aspecto de un basalto de grano algo grueso, su color es gris, su pasta es finamente cavernosa, y en la fractura áspera, se ve el re- flejo de las menudas tablitas de feldespato. En la preparación microscópica se observan los siguientes compo- Fig. 2. — Basalto augítico, muestra 3 (dibujo esquematizado) nentes : plagioclasa, augita, olivina, magnetita, vidrio intersticial y apatita. El feldespato es un labrador básico, la mayor parte de sus seccio- nes son bien idiomorfas, tabulares largas, finamente macladas, y están en asociación ofítica (fig. 2); pero hay también algunas más anchas, que casi no muestran maclas, que muchas veces se ven zonales y tie- PHYSIS. — T. 11 3 31 PHYSIS nen una extinción irregular. Estas últimas, que dan á la masa un as- pecto gabbroide, son secciones más ó menos perpendiculares á la bi- sectriz y. Los cortes perpendiculares á a, tienen con dirección de vibración de la luz paralela á a, un ángulo de extinción de 4-30”, á contar desde la traza de M. En los que son perpendiculares á a, haciendo la direc- ción de vibración paralela á y”, el ángulo de extinción, medido desde la traza de la macla del periclino, es igual á +-41”. Ambos valores de la extinción indican que el contenido de anortita es de 55 por ciento próximamente. El piroxeno es muy abundante, sus grandes secciones de color ama- rillo verdoso sucio, muy pálido, están casi siempre rotas y dislocadas, y aparecen con frecuencia atravesadas ó cortadas en fracciones angu- losas por las plagioclasas, teniendo á ambos lados de ellas extinción uniforme, porque constituyen por grandes extensiones un mismo in- dividuo cristalino, alotriomorfo respecto del feldespato. El ángulo yc, mide en término medio 41”, é indica que se trata de una augita diopsidica. La olivina es bastante escasa; sus pequeños granos amarillos ó ro- jizOS, poco óÓ mada idiomorfos, están contenidos en la augita, de la cual se distinguen con bastante dificultad, ó en el feldespato. Las secciones de magnetita, muy numerosas y bastante grandes, son raramente algo idiomorfas. - El vidrio aparece principalmente en masas intersticiales angulosas de color pardusco claro, llenas de diminutas agujas de apatita, finas pero muy largas, que las cruzan en todas direcciones, penetrando tam- bién en los cristales de plagioclasa. Se trata, pues, de un basalto augítico, con poca olivina, sin mine- rales microlíticos y de estructura casi diabásica. Como se ve, las rocas basálticas que acabamos de describir tienen dos tipos bien diferentes. El primero (muestras 1 y 2), que constitu- ye la parte inferior del manto, es sólo olivínico, y su estructura indica que ha tenido una gran fluidez y un abundante y fuerte desprendi- miento de gases. La fotografía (fig. 3) de otra muestra de esta parte del manto, hace ver que las burbujas gaseosas han subido muchos centímetros á través del magna fluido, dando lugar á la formación de innumerables canales paralelos, gruesos, como un lápiz. El otro tipo (muestra 3), que es el basalto de la parte superior, (32) al Frawco Pasrork : Rocas basálticas de la región de Valcheta corresponde á una emisión principalmente augítica, la cual, debido á la cristalización intratelúrica de todos sus componentes, produjo Fig. 3. — Basalto olivínico muy poroso una corriente de fluidez muy limitada, siendo al mismo tiempo su desprendimiento de gases más escaso, dividido y uniforme. 36 PHYSIS COMUNICACIONES SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES Sesión del 3 de Septiembre de 1915 Carlos Ameghino, Sar un fémur de « Toxodon chapalmalensis » du Tertiaire de Miramar, portant une poínte de quartzite introduite par Phomme (présentée par le Président, accompagnée d'un moulage) (1). Cette piéce est déja connue parmi nous, et sa description, publiée dans les Anales del Museo de H. N. de Buenos Atres (XXVI, 433-450, 1915), est résumée dans le présent article. Cet os a été trouvé par l'auteur un peu au Sud de Miramar (prov. de Buenos Aires), sur la cóte de l'Atlantique, a l'étage qu'Amecnixo a appelé chapalmaléen (An. Mus. B. A., (3), X, 343. 1908). Cet étage (de la for mation araucanéenne), posséde une faune tres semblable á celle de Monte Hermoso (étage hermoséen), et différente de celle du pampéen (au sens strict), quí repose sur lui en discordance (cf. Roverero, An. Mus. B. A., XXV, 1914). Il n”y a pas lieu d'entrer ici dans de plus longues considé- rations a cet égard ; mais il faut cependant faire remarquer que l'áge ter tiarre des dépóts du chapalmaléen est suffisamment démontré par les travaux de Rorn, F. Auecnixo, Roverero, etc., que le lecteur peut con— sulter. Le fémur dont il s'agit ici est sans doute contemporain du terrain ou il se trouvait, puisqu'il appartient a une espéce (peut-étre á un genre) quí est propre de cet étage et quí ne se trouve pas dans le pampéen (en— senadéen, bonaeréen et Ilujanéen). En outre. l'os n'était pas isolé. Au contraire, 1l faisait partie d'un membre postérieur droit articulé, com- prenant jusqu'aux os du tarse. Il convient de rappeler aussi qu'a ce méme étage, et a peu de distance, on avait trouvé antérieurement plusieurs objets de pierre travaillée par "homme. Le gisement d'ou 1ls provenatent fut examiné par une commission (1) L'auteur, qu'une maladie retient chez lui á La Plata, nous envoie en communication cette intéressante piéce et l'autorisation pour faire un extrait de Varticle cité ci-dessus. (La Direction.) ComuNICACIONES (0) a] de géologues, composée par MM. les docteurs S. Rorm, W. Scmiuer, L. Wrrrkeet M. Kawyror, quí fut accompagnée, dans ses études sur le ter- rain, par M. le Prof. Torres et par P'auteur de cette note, lesquels avaient dirigé les investigations. Or cette commission vient de publier son rapport (Anales Museo B. Atres. XXVI, 417-431. 1915), ou elle déclare (p- 428): «que l'inspection oculaire de lPendroit ou ont été trouvés les objets mentionnés, n'a pas donné lieu de sup- poser qu'ils arent été enfouis d'une facon quelconque a une époque postérieure a la formation de la couche : qu'ils se trouvaient en position primaire et que, par conséquent, on doit les considérer comme le produit de l'industrie hu- maine de l'étage géologique ou ils se trouvaient déposés »; et a la page 429 : «que les objets d'industrie humaine se -f trouvent á cet endroit dans des dépóts de loess caractéristique de 1'horizon éopampéen, quí forme la base de la «barranca »; que le rapport stratigra- phique se présente dans de telles condi- tions qu'on peut établir d'une facon certaine qu'il n'existe pas ici de juxta- position ». De facon que quoique la présence de lhomme á cette époque ait deja été démontrée, la découverte á laquelle a trait cette communication sufliraitá dis- siper les derniers doutes. Fémur droit de .Torodon chapalmalensis En effet le fémur de ce Toxrodon AmecuH. montrant dans son grand tro- P z y ci chanter une pointe de quwartzite. Réduit présente, enclavée dans son grand tro- A 1)¿. (Eot. S. Pozzr, Museo B. Aires.) chanter, une ponte de quartzite, qui a été sans doute introduite par l'homme tertiaire, son contemporain. Le morceau de pierre, vu sa parfaite adhérence actuelle avec los, doit avoir pénétré dans celui-ci quand il était frais. Ce morceau a la forme bien connue des archéologues sous le nom de « feuille de saule ». Il s'agit vraisemblablement d'une pointe de lance. Gelle-ci a été probablement en- chassée dans un morceau de bois et introduite par le cóté postérieur externe, c'est-áa-dire, obliquement par derriére, comme on le comprend 38 PHYSIS aisément rien qu'en regardant la photographie et en s'imaginant la posi- tion que Pos avait lorsque l'animal était vivant. On ne doit pas se surprendre du pouvoir de pénétration d'une pareille arme, surtout si l'on tient compte qu'il s'agit de la partie spongieuse de Pos. La revue Vature de Londres a dit (7 janvier 1915), en s'occupant de cette découverte, que la pointe de quartzite était enclavée dans le tronc ou diaphyse de l'os ; mais ce n'est pas exact, comme on le voit. L'auteur de Particle n'a probablement pas bien compris ce que disait la chronique du journal La Nación de Buenos Aires (22 Novembre 1915) auquel il emprunte ses renseignements. La photographie ci-jointe montre le fémur vu par derriére et permet de se rendre compte de sa vraie conformation, puisqu'il a été débarassé du loess qui entourait sa partie inférieure dans la photographie (pl. 25) de l'article publié dans les Anales del Museo. En comparant ce fémur avec celui des Toxodon du pampéen, on re- marque d'abord ses dimensions moindres. En eflet, 1l a seulement 47 em. de longueur, tandis que dans les autres espéeces elle est d'environ 60 cm. en moyenne. Mais les différences les plus importantes sont celles qu'offre sa confor- mation générale. Le fémur de Miramar est dans son ensemble plus gréle. La téte articulaire est plus détachée et son col mieux défini, et de mé- me que le grand trochanter, moins saillante dans le sens transversal, ce quí donne á l'os, dans sa partie proximale, une moindre largeur propor- tionnelle. Le petit trochanter est un peu plus développé. La diflérence la plus remarquable de l'extrémité distale, est celle que présente la tro- chlée, dont les bords sont plus semblables entre eux que dans les To:xo- don du pampéen. ou le labre interne est plus saillant et plus élevé, ce quí donne a la trochlée toute entiére une disposition plus oblique par rapport a Paxe du fémur. D'autres différences encore peuvent étre facile- ment mises en évidence rien qu'en comparant cette photographie avec, par exemple, les dessins de P. Gervais (Mamnmuf. foss. Amér. mértd. pi. 9» fig. 6, 6a) ou W. B. Sorr (Princeton Uniwers. Exped. Patagonia, pt. VI, Palaeontol., IL, p. 166, fig. 29). Ces différences sont peut étre plus grandes que celles d'ordre purement spécifique. On pourrait donc admettre qu'il s'agit d'un genre diflérent de Toxodon Owen du pampéen, et plus semblable aux genres de Monte Hermoso ; mais malheureusement il n'y a pas de fémurs de ces derniers pour en faire la comparaison. Il est trés vraisemblable qu'une étude com- parative détaillée conduirait á cette conclusion. COMUNICACIONES 30 La piéce sur laquelle F. Ameemivo a fondé son 7. chapalmalensis est un fragment de máchoire d'un individu encore jeune, tres mal conservé. La détermination générique ne pouvait donc étre tres exacte. 1l est encore possible que dans ce cas il ne s'agisse pas d'un vrar Zoxodon, mais en tout cas 1l y a lieu de croire qu'il est de la méme espéce que l'animal au- quel appartient ce fémur. Le nom de Toxodon chapalmalensis donné á celui-ci ne peut donc étre consideré définitif. Il est inutile d'insister sur l'importance de cette découverte, peut-étre la plus intéressante que Von ait faite dans ces derniéres années au sujet de l'homme fossile sud-américain. Il serait a souhaiter que les paléontologues et les anthropologistes de Pétranger veuillent bien prendre ces faits en considération et émettre leur opinion á cet égard. Le Musée de Buenos Aires a envoyé au « Royal College of Surgeons » de Londres un moulage de la piéce originale, sur la demande de M. le Prof. KrrrH. Martin Doello-Jurado, Nota sobre el animal de la « Ampullaria me- yastoma » Sow. En mayo del corriente año hallé en el Río Uruguay, cerca del CGarme- lo (Depto. de la Colonia, R. O. del Uruguay) el ejemplar vivo de la Am- pullaria megastoma SowerBY que aquí presento, y que era uno de los objetos que buscaba en aquella excursión. Este gran caracol de agua dulce es muy fácil de distinguir entre sus congéneres por su gran abertura muy dilatada y por su espira completa— mente achatada, lo que le vale entre entre el pueblo, en aquel lugar, el nombre de « caracol ñato ». En su distribución geográfica, está limitado a la región del Río Uru- guay, con la particularidad de que hasta ahora no se le ha hallado sino en la margen izquierda ú oriental de este río y nunca en la costa argen— tina. y En la citada excursión encontré varias cáscaras vacias en los pantanos cerca de la playa, pero una sola con el animal. Este se hallaba en el río mismo, a pocos metros de la costa y bajo un pie de agua aproximada- mente, sobre la arena donde procuraba enterrarse girando sobre sí mismo. A pesar de que la especie ha sido descripta por SowerBY en 1825 con el nombre que lleva (y más tarde por D'OrsienY con el de A. nerttoides, Voy., Moll., p. 368, pl. 4g,f. 1-2) hasta la fecha no se conocía el animal. 40 PHYSIS Por eso voy a dejar constancia, por ahora, de sus principales caracteres. En su aspecto es semejante al de las otras Ampularias, pero los tentá- culos son más cortos. El color general es plomizo-azulado obscuro, con pintitas amarillento-doradas. La principal diferencia que he podido comprobar, es el escaso des- arrollo del sifón, tan rudimentario que puede considerarse ausente. En esto A. megyastoma se diferencia mucho de A. gigas Seix (= A. insula- rum b'Orb.) cuyo largo sifón es bien conocido, y se asemeja en cambio a A. Platae (Maron), que por carecer de sifón ha sido colocada en un género distinto, Asolene D'OrB. Es dudoso, sin embargo, que A. mega- stoma deba por esto ser asignada al mismo género. Para esta especie, Grax había propuesto ya el nombre Pomella (como sección de Ampularia s. str., según Fiscuer, Manuel, p. 737, que esta- ría caracterizado, precisamente, por tener el sifón muy desarrollado...). La ausencia de sifón en A. megastoma demostraría que en Ampularias de muy distinto tipo puede faltar aquel órgano, y que por consiguiente no se debería quizá dar a dicho carácter valor genérico, sino solamente subgenérico. D"OrbrcxY (2b1d.) describe bien el opérculo de A. megyastoma diciendo que es semicircular y córneo, pero el que dibuja presenta el ángulo supe- rior interno demasiado agudo, asemejándose más bien a la forma del opérculo de A. gigas, sí la figura no engaña. Es curioso que estando re presentado en ella un ejemplar con el opérculo, no se diga nada del ani- mal al cual debía estar adherido. Hasta la fecha nuestro ejemplar se conserva vivo en el acuario del Ga— binete de Zoología. Juan José Nágera, Sobre una «Hlelicops carinicauda» (Wied) Wagl. de Buenos Altres. Esta bonita culebra fué recogida en febrero del corriente año, en el parque 3 de febrero (lugar próximo al edificio de la toma de aguas corrien- tes). Como se trata de una especie conocida del Chaco y Corrientes, no es extraño que haya llegado á nuestras playas con los camalotes que traen las aguas del río Paraná. El Sr. Penro Serié me comunica que la ha recogido por los mismos lugares. Según Bremm, esta especie llega en el Uruguay hasta la boca del río de la Plata, pero las manchas del abdomen del ejemplar figurado en su obra (t. VIL, p. 329, ed. italiana) no coinciden con los del nuestro. COMUNICACIONES UN Tuve vivo este ejemplar unos quince días, durante los cuales no tomó ningún alimento. Guando se intenta tomarlo, ataca y muerde. La tercera placa labial superior toca el ojo; el abdomen es de color gris negruzco con manchas amarillas más ó menos elípticas ú ovaladas, colo- cadas en pares ó alternas, siendo su longitud por lo general de una á dos escamas. Las dos series de escamas inferiores son : sus mitades superio- res (fila superior) amarillas; la mitad en contacto con las ventrales, gris negruzco y las otras pardo oliva. La mancha negra de la cola, ocupa la tercera parte anterior aproximadamente. Long. total : 482 mm. Id. caudal : 157 mm. Y : 120. Sc. 82. Pedro Serié, Nota sobre un batracio dpodo de la Argentina, « Chtho—- nerpeton indistinctum » (R. L.) Ptrs. (presentada por Juax José Ná- GERA). Debo á la amabilidad del joven coleccionista Sr. ArtURO G. Frers, el haber podido observar en el Museo Nacional un ejemplar vivo de este cecilido, bastante escaso y poco conocido en estado viviente, aun por los mismos naturalistas. Es confundido generalmente con los ofidios vermiformes Glauconia y Typhlops, y más á menudo con la llamada « víbora de dos cabezas », saurio apodo muy común del género Amphisbaena. Así ha ocurrido en la importante obra Atlas del cerebro de los mamiferos de la República Ar— gentina, de CHr. Jakob y C. OneLLr, que presenta en la Tabla I, bajo el nombre del batracio ápodo Caecilia lumbricoides (sinónimo de €. gracilis, propia del norte del Brasil), la fotografía de una Amphisbaena. El ejemplar examinado fué recogido en el Tigre, en una zanja de aguas estancadas. y El cuerpo, desnudo y enteramente liso, subcilíndrico, más grueso en el medio, disminuye gradualmente hacia las extremidades, distinguién— dose apenas, visto desde arriba, la cabeza de la cola, y más por el hecho de arrastrarse, lo mismo hacia adelante que hacia atrás. Cuando está en movimiento el cuerpo aparece algo comprimido, y el dorso levemente pronunciado. Visto de perfil, la cabeza se distingue bien de la cola. Ls aplanada, y desde la nuca cortada en bisel hacia el hocico, que es algo redondeado y saliente. Ojo pequeño, visible debajo de la piel. El tentá— culo 6 sifón, situado entre la abertura nasal y el ojo, pero más cerca de éste y un poco más abajo. La cola, que apenas existe, por estar situada la cloaca á un centímetro de la extremidad, es gruesa y redondeada. Aun- (2 PHYSIS que de piel exteriormente lisa, cuando se mueve resaltan á lo largo del cuerpo como pliegues regulares ó anillos incompletos y poco definidos, más visibles en las partes cóncavas de los flancos. Coloración : por encima uniformemente gris obscuro ó negruzco, api- zarrado brillante, con reflejos verdosos ó azulados. Vientre gris ceniciento, pigmentado con puntitos blancos visibles por transparencia. Una línea clara señala exteriormente el contorno de la mandíbula inferior. El Chthonerpeton nada con soltura en plena agua, pero prefiere el con- tacto del barro. El individuo observado ha sido conservado vivo durante cerca de diez meses, alimentándolo con lombrices terrestres. Largo total : 445 mm. Diámetro máximo del cuerpo : 16 mm. Anillos incompletos ó pliegues en derredor del cuerpo : 77. Pedro Serié, La «Amphisbaena fuliginosa» L. en la Argentina (pre- sentada por Juax José NÁGERA). Esta especie, de vasta distribución en el norte de la América del Sur (Guayanas, Amazonas, Perú, Ecuador) existe también en la Argentina. El Museo Nacional ha recibido un ejemplar como obsequio del Sr. Juax José NÁGERA, procedente de Las Palmas (Chaco Austral). No habiendo sido esta especie señalada todavía en el país, creo opor tuno, al incluirla en la fauna argentina, anotar algunas observaciones sobre dicho espécimen. Esta Amphisbaena, que se distingue por tener la cabeza deprimida, el hocico ancho, truncado y redondeado, la superficie del cráneo aplanada delante del frontal y levantada hacia atrás, con un surco medio longitu— dinal que se prolonga sobre el dorso, y la cola más delgada que el cuerpo, ofrece, además, una coloración que la hace inconfundible con las demás especies. Presenta dos colores bien definidos: pardoscuro ó negro lustroso y gris amarillento. Por encima predomina el primer tinte obscuro, alter nando pequeños segmentos transversales irregulares del tinte claro. La región ventral es á la inversa, siendo el fondo amarillento con estrías transversales negruzcas que abarcan á veces completamente varios seg mentos ó anillos; de modo que el negro en la parte ventral es más abun- dante que el amarillento en la dorsal, en donde rara vez cubre un anillo completo. La cabeza es por encima de un negro menos intenso, con algu— nas manchas claras irregulares. La nuca presenta una faja ó collar ama- ms O COMUNICACIONES rillento, siendo de este mismo tinte uniforme, la garganta. labiales superiores, inferiores y hocico (estos últimos de un amarillento más pronunciado). | Largo total : 383 mm. Largo de la cola : 52 mm. Diámetro del cuer- po: 14 mm. Anillos alrededor del cuerpo: 217. Anillos alrededor de la cola : 29. Poros preanales: 7. Carlos Lizer, Une nouvelle variété de Discolomide (Col.) de LAmérique méridionale : « Coccidophalas citricola» Breth. v. nov. «rufus. » A typo elytris castanets vel lentter rufo-castaneis differt. Typus : in collectione mea. Bonaria, X-1910. Différe de la forme typique par la couleur chátaine ou chátain-rougeá- tre des élytres. Il y a quelques jours, j'al trouvé plusieurs exemplaires de cette nou velle variété sur un pécher atteint de Diaspis pentagona TarG., aux envi- rons de Buénos-Ayres. Luis Delétang, Sobre dos casos de teratologíau en insectos hemipteros. En enero de este año he cazado en Palermo unos cincuenta ejemplares de Anasa guttifera Berc, hemíptero muy común en Buenos Aires. Entre estos ejemplares se hallaba el que presento (fig. 1): su antena eh Fig. 2 Fig. 1 Fig. 3 derecha es normal; en cambio la izquierda lleva tres artejos en lugar de cuatro. El segundo artejo tiene una longitud mayor que la normal y no muestra ningún indicio de sutura, por lo cual parece equivaler á los dos artejos medios de la antena derecha. hh PHYSIS El otro caso se refiere á un Membrácido del género Cyphonia (C. bo- naerensis Ber6) que he recogido en San Isidro, á orillas del Río de la Plata, en marzo del corriente año. Este género se caracteriza principal- mente por su protórax en forma de tridente de puntas finas, como se ve en la figura 2, que lo representa en forma esquematizada. El ejemplar leratológico, sumamente deformado, presenta sólo dos puntas en el pro- tórax, el cual resulta asimétrico, como lo muestra la fig. 3 (también esquemática). Eugenio Giacomelli (La Rioja), Sobre la vitalidad del bicho de cesto (presentada por el Ing. Carros Lizer). Las observaciones que el autor comunica en forma sucinta, demues- tran que la mariposa del bicho de cesto (Oeceticus platensis BERG, ) tienen una vitalidad sumamente grande, pues pueden vivir durante mu— chas horas después de haber sufrido el total aplastamiento del tórax y varias otras mutilaciones. Lo mismo ha observado en la especie congé— nere, Oeceticus Geyert BERG. Franco Pastore, Sobre una roca vítrea del Neuquén. El autor presenta una muestra de una perlita recogida en Chachil, Territorio del Neuquén, por el Ing. VeLarDE. Hace observar en una pre— paración microscópica de esta roca volcánica, la estructura perlítica y fluidal de la masa vítrea, llena de triguitas y esferolitas, curiosas formas características de la consolidación brusca de un magma ácido fundido, en el cual apenas se habían individualizado algunos pocos cristalitos de feldespato, y más escasos y diminutos granos de cuarzo. Luego hace ver algunas muestras y preparaciones de basaltos de las masetas patagónicas de la región de Valcheta (Río Negro), cuya descrip- ción va en otro lugar de esta revista. Martin Doello-Jurado, Anotaciones sobre algunas aves de Buenos Altres. Desde hace algún tiempo he prestado atención, durante las breves excursiones dominicales por los alrededores de Buenos Aires, á las cos- COMUNICACIONES = Q tumbres de las aves que he encontrado. He ido anotando lo que me pare- cía interesante Ó curioso, sin ninguna pretensión de originalidad y más bien como un pasatiempo, agradable por tratarse de estos séres por tantos conceptos preciosos y admirables. Cuando ha sido necesario, he cazado algún ejemplar para poder identificar la especie y referir á ella lo obser- vado. Así he reunido unos cuantos cueros que ahora están en el Gabinete de Zoología de esta Facultad. Á cada especie le he asignado un número, sin seguir ningún orden sistemático, y luego otro número á cada ejem- plar de la misma especie. Á estos números me refiero en estas ligeras anotaciones, á fin de que en cada caso se pueda, si se desea, comprobar la exactitud de la referencia. Como no ha sido mi intención hacer una obra de sistemática ni de biografía completa de las aves de la región, me ha parecido oportuno presentar de cuando en cuando á los señores socios algunas de aquellas anotaciones, acompañadas de los respectivos ejemplares, más bien como un medio de despertar en otros la curiosidad por estos estudios tan poco cultivados aún entre nosotros, que como una contribución personal. Únicamente he tenido cuidado de cerciorarme, antes de publicarlas, de que la observación no está registrada en la abundante y dispersa lite- ratura del tema. Esto me ha sido facilitado por los excelentes libros que tiene reunidos en el Museo Nacional de Buenos Aires el Dr. Rorerro Dabbexe, el cual los ha puesto siempre á mi disposición con toda ama- bilidad. Existen en diversas publicaciones ornitológicas, naturalmente extranjeras, una porción de artículos muy interesantes, que algún día será útil reunir y traducir. Son esos artículos los que, en cada caso, he revisado para confrontarlos con estas insignificantes observaciones. 1. Dendrocopus misxtus (Bonb.) (El «Carpintero chorreado » de Azara.) Este pequeño carpintero, que es el más común en los bosques ribere- ños del Río de la Plata, en los alrededores de Buenos Aires, ha sido obser- vado y cazado en Punta Lara y Río Santiago en diversas oportunidades. Frecuenta mucho los ceibos (Erythrina crista-galli) y continuamente se le ve recorriendo rapidamente de abajo arriba cada una de las ramitas secas de este arbol. Con el pico va golpeándolas sucesivamente y cuando su oído le muestra que están huecas, se detiene breves instantes y con unos pocos golpes las perfora. Adentro anidan ciertas hormigas. Esto es lo que busca en su operación continuamente repetida. Con la lengua extrae larvas, huevos y adultos, que parecen constituir la parte principal de su alimentación. En el estómago de un ejemplar (N* 44, ejempl. 1) que cacé en Punta Lara (Dbre. 1”, 1912) hallé, efectivamente, numerosos 46 PHYSIS restos de hormigas, juntamente con algunos fragmentos de coleópteros. Los restos de hormigas eran muy incompletos, pero el Dr. GaLLarDo, que los ha examinado, ha podido reconocer los géneros Pseudomyrma y Wyrmelachista. Dos especies de estos géneros (P. mutica y M. gallicola) han sido señaladas recientemente por este autor (Anales Museo Bs. Aires, l. AXVIL, p. 7 y 25) en los mismos lugares y anidando en los mismos ceibos, de modo que es probable que se trate de aquellas especies. No sólo de estos insectos conoce el carpintero la habitación. También conoce las agallas del molle (Duvaua dependens), causadas por la oruga de una pequeña mariposa (Cecidoses eremita) y sabe que ésta se oculta adentro. En Punta Lara lo he visto varias veces perforar con el pico estas agallas, cuyas paredes son leñosas y gruesas, para extraer la larva. El carpintero no la saca por la abertura natural que la agalla posee y que, como es sabido, está tapada por un pequeño opérculo mientras la oruga se halla adentro, sino que abre un nuevo agujero en una parte cualquiera de la agalla. Es probable que el ave ignore aquel detalle; pero hay que tener en cuenta que el opérculo se halla fuertemente adherido á la agalla mientras ésta está verde, y sólo empieza á desprenderse cuando ella co- mienza á secarse, facilitando así la salida de la mariposa. Así, pues, no sería probablemente más fácil sacar el opérculo que abrir un agujero nuevo. En esta forma el carpintero extraerá sin duda otros insectos, pues las agallas, una vez vacías, son á menudo ocupadas por otros huéspe- des. Hace algunos años hallé en Palermo una de ellas, que tenía la aber- tura tapada con barro endurecido y adentro estaban unas larvas que no eran las de Cecidoses. Se las dí al finado M. Aurrax y éste me dijo algún tiempo después que se trataba de Himenópteros del grupo de los Véspi- dos, pero no supe nada más de ellas. Es curioso considerar cómo habrá llegado esta ave al conocimiento de la habitación tan particular de estas larvas, pues las agallas podrían con- fundirse con frutos. Quizá sea ésta precisamente la causa, pues el animal conocerá tal vez algunas larvas de las que viven sobre verdaderos frutos, y creerá que se trata de la misma cosa. También es verosímil que el hábi- to, á que me he referido anteriormente, de golpear con el pico sobre las ramas para ver cuáles están huecas, le haya hecho descubrir los habitan- tes de las agallas. El hecho es que en la actualidad lo sabe muy bien, pues muchas veces lo he visto dirigirse sin la menor vacilación hacia los molles, en los cuales las agallas forman á veces especie de racimos, y agujerear siempre aquellas que estaban habitadas. En Buenos Aires, el carpintero anida principalmente en el ceibo, como ya lo indica Vewrurr. He tenido oportunidad de comprobarlo en Río San- COMUNICACIONES 47 tiago (Noviembre 11 de 1910). El nido se hallaba en una rama gruesa é inclinada, á unos 2 m. del suelo. Tenía / cm. de diámetro en la boca y 25 cm. de profundidad. No observé los huevos. Como se ve, la vida de este animal está ligada, en estos parajes, de un modo bastante estricto á la del ceibo, pues encuentra en él la parte quizá más importante de su alimentación y además el alojamiento. Á su vez, la existencia de las hormigas citadas también depende en gran parte del cebo, pues dificilmente encontrarían otro árbol que les proporcionase mejores condiciones para sus hábitos de vida. En nuestra latitud, la ma- yor parte de los retoños que con tanta profusión da el ceibo en prima- vera, se secan con los primeros frios del otoño, y de ahí la abundancia de ramitas cuya medula seca y blanda es fácilmente perforada por las hor- migas. El «carpintero chorreado » es una especie bien conocida, que no nece- sita ser descripta. Diré solamente, para los que no la conozcan, que mide unos 16 cm. desde la punta del pico á la de la cola, y que su coloración puede describirse de un modo somero, diciendo que por encima es par- doscuro con manchitas claras y por abajo claro con manchas obscuras. El ejemplar de Punta Lara á que me he relerido, es un macho joven, que muestra desde la frente hasta la mitad de la cabeza, unas pintitas rojas. En los machos adultos, esta coloración se halla sobre la nuca y no en la frente. Lo mismo se observa en otros carpinteros. El Dr. Darrewxe lo ha - señalado hace poco en una especie semejante del Paraguay (Anales Museo Bs. As., t. XXI, p. 301). En el Catalogo de este autor (p. 276. 1910) nuestra especie figura con el nombre que aquí le damos, pero DabreneE me informa que en la actualidad los ejemplares de esta región se distin- euen como la subespecie típica, Dendrocopus mixtus mixtus. 2. Agelaius thilius (MoL.) (El «Tordo negro cobijas amarillas » de Azara.) Respecto de este ictérido, vulgarmente conocido por «tili» ó «ala amarilla », me limitaré á anotar que en el estómago de un ejemplar del sexo femenino (N* 31, ejemplr. 2) cazado en Monte Grande, F.C. $. Prov. de Bs. Aires), el 23 de Octubre de 1910, encontré una enorme cantidad de afidos ó pulgones. Todos los ejemplares estaban destruídos y en parte digeridos. Según un cálculo aproximado, había alrededor de 500 de aquellos insectos en el estómago de este ejemplar. Como ellos deben ser digeridos con gran rapidez, al cabo del día se encontrará mul- tiplicado varias veces aquel número; y como estos pájaros andan en bandadas de varias docenas, hay que admitir que suman muchos milla- res los pulgones que los tilis devoran en un día. Además de estos pul- PHYSIS ys) gones, había uno que otro resto de coleópteros (probablemente crisomé- lidos) y algunas semillitas de ciertas cariofiláceas. He encontrado estas mismas semillas en el estómago de un tordo, Molothrus bonartensis (Gm.). cazado el mismo día en la misma localidad. El tili debe, pues, ser considerado como un pájaro útil para la agri- cultura. CRÓNICA £9 CRÓNICA El 20 Congreso Científico Pan-Americano (Washington, Diciembre 27 de 1915). Las relaciones intelectuales entre Norte América y Sud América según el Dr. Casper Branner. El 4* Congreso Científico Latino-Americano (1” Pan-Americano) se celebró. como es sabido, en Santiago de Chile en Diciembre de 1908. En él se resol- vió que el siguiente tendría lugar en Washington cuatro años después, esto es, en 1912. Por razones que se ignoran, han pasado tres años sin que la co- misión norteamericana designada para la organización de dicho congreso die- ra cumplimiento ásu cometido, hasta que en los últimos días Junio del corriente año (1915), se ha recibido en Buenos Aires un opúsculo en que se anuncia que la reunión se celebrará en Washington el 27 de Diciembre de este mismo año, y que los trabajos deberán remitirse antes del 1? de Noviem- bre. Quedan, pues, apenas cuatro meses para la repartición de las invitacio- nes á los posibles adherentes, para la composición de sus trabajos y su remi- sión á los Estados Unidos, plazo demasiado breve, dada la lentitud de las comunicaciones con aquel país. Pero lo más notable en este congreso es el programa que contiene el opúscu- lo á que acabamos de referirnos. Según este programa, el congreso comprenderá nueve secciones que son, según se especifica allí: I, Antropología ; II, Astronomía, meteorología y seis- mología ; HI, Conservación de las fuentes de riquezas naturales, Agricultura y selvicultura; IV, Instrucción ; V, Ingeniería: VI, Derecho internacional, Derecho público y jurisprudencia; VII, Minería y metalurgia ; Geología eco- nómica y química aplicada ; VII, Salubridad pública y medicina ; IX, Trans- portes, comercio, finanza é impuestos. Tal es la distribución de las ciencias que hace este congreso científico. Como se ve, no figuran las matemáticas, la física, la química pura (hay sólo química aplicada) ni las ciencias naturales : biología general, botánica, zoolo- gía, paleontología, mineralogía, geología (hay sólo una «geología económica »). Parece deducirse de esto, que los organizadores han querido dar cabida en esta reunión solamente á las ciencias aplicadas ; pero si así fuera, mo se com- prende por qué figuran en ella la astronomía y la antropología. Pero si se dejan de lado estas dos asignaturas y se lee el programa detalla- do de cada sección, se advierte fácilmente el carácter utilitario que se ha dado á este congreso. Se trata, efectivamente, salvo muy pocas excepciones, de cuestiones de interés práctico, y en general, comercial. Todos los problemas PHYSIS. — T. 11 h 4 50 PHYSIS teóricos que aquí se encaran, lo son desde el punto de vista de posibles apli- caciones económicas, y en particular, del desarrollo de las relaciones comer- ciales entre los Estados Unidos y la América Latina. Esto salta á la vista casi en cada página de las cincuenta de este folleto. Así vemos, por ejemplo, en la página 26, en la sección de Instrucción Pública: «todos los hechos auguran C una expansión sin precedentes en las relaciones comerciales entre estas repú- blicas y una aproximación mayor en sus intereses mercantiles... ». En otras partes el mismo tema se presenta en una forma que da al progra- ma de este congreso el carácter de un prospecto de una casa de comercio. Por ejemplo, en la sección de Ingeniería, aparece tres veces en la página 29 y dos en la 3o, esta frase bien clara: «Se desean especialmente informes acerca de la mano de obra, material y gastos de explotación ». Así pues, parece que los de- legados y miembros del congreso quedan reducidos á la categoría de commis vOyagenrs. Los ejemplos análogos abundan, pero es inútil repetirlos. Hay que hacer una excepción con la sección de Antropología, á cuyo frente se advierte ense- guida la presencia de un hombre de ciencia como Hormes, de la Smithsonian Institution, y con la de Astronomía, etc. No cabe duda de que las cuestiones que en este congreso se tratarán, den- tro del programa acordado, son de la mayor importancia para los intereses de ambas Américas ; pero parece que deben existir otras oportunidades para tratarlas. Conferencias económicas se han celebrado hace poco tiempo en la Unión ; tienen todos los países sus cónsules, que son delegados para estas im- lormaciones, y existen por fin los medios de propaganda privada, las exposi- ciones, etc. ¡Era necesario, pues, transformar ésta que debía ser, de acuerdo con la tradición de las anteriores, una reunión científica, en una reunión eco- nómica ? Es bien sabido que en los congresos científicos pueden tratarse cuestiones de ciencia aplicada, pero siempre supeditadas á la ciencia pura, que, por defi- nición, debe tener en ellos la primacía. Aquí no solo no se la han dado, sino que la mayor parte de las ciencias han sido, como vemos, suprimidas. Así, pues, los matemáticos, los físicos, los naturalistas, los químicos, que desearan adherirse no podrán hacerlo, por la sencilla razón de que no tendrán sección donde inscribirse. El carácter de las asambleas que la Sociedad Científica Argentina inició en Buenos Aires en 1898, como primera reunión del Congreso científico latimo americano, ha sido, pues, completamente desnaturalizado. Cabe preguntarse á que razón obedece esta alteración injustificada. Sería pueril creer que se debe al escaso desarrollo de la cultura científica en la Unión, pues todos los que se ocupan de especialidades científicas saben muy bien que está á este respecto á la altura de cualquiera de las naciones europeas. Parti- cularmente en materia de asambleas de este género, están sumamente adelan- tados, pues las celebran todos los años, tanto de carácter general, como las de CRÓNICA 5 la American Association for the Advancement of Science, como de carácter espe- cial, sobre geología biología, botánica, física, etc. Es claro que ninguna de las naciones de Sud América, mi todas ellas jun- tas, podrían presentarse á la par de los Estados Unidos en un torneo cientí- fico ; pero por la misma razón ésta hubiera sido para ellas la oportunidad de aprender lo que ignoran : aquí el bien entendido panamericanismo... Sin embargo, es quizá más lógico suponer que el curioso programa de este congreso se debe á que sus organizadores, no son, con muy pocas excepcio- nes, hombres de ciencia sino funcionarios puramente administrativos, como puede comprobarse con sólo ver la nómina. El error ha sido poner en sus manos la organización de un congreso científico. Ellos han creído de su dere- cho hacer un congreso estilo «South America », es decir, adaptado á la capa- cidad científica de la América del Sur. Por pequeñas que sean las pretensiones de estos países en asuntos de cien- cia pura, era fácil suponer que podrian tomar aquello como una falta de con- sideración. Á este respecto resultan casi proféticas las palabras del ilustrado Rector y profesor de geología de la Universidad Stanford (San Francisco, California), Dr. Jony Casper Branner, jefe de la importante expedición científica que la misma universidad envió al Brasil (1911). Por esa razón las transcribimos á continuación, convencidos de que la exacta comprensión de tales ideas, pro- piciadas por un hombre de ciencia norteamericano, han de evitar en lo suce- sivo comentarios de la índole del presente, que después de todo son desagra- bles para unos y para otros. La unión de los pueblos americanos, que todos deseamos y esperamos, debe tener por base el mutuo respeto y consideración en todo orden de ideas. « Patronizing [ «patrocinando » ó «ejerciendo patronazgo sobre » | the South American Republics » — se titula el citado artículo del Dr. Brawwer, publica- do en la conocida revista Science (12 de febrero de 1915). En él comenta el informe presentado por el Sr. H. E. Bar sobre su viaje á Sud América (1). Literalmente lo traducimos aquí, suprimiendo sólo algunas frases sin impor- tancia. Por él se verá que ideas tales como las que parecen «informar » á Mr. Bar, no son de ningún modo compartidas por la parte más ilustrada de la opinión de los Estados Unidos. «El informe presentado por Mr. Barp á los miembros de la «Dotación _Carnegie para la Paz » da cuenta del viaje 4 Sud América hecho por una do- cena de jóvenes de nuestras universidades, y es natural preguntarse qué es lo que la comisión se proponía hacer en pro de la paz internacional. Los fines (1) Intellectual and Cultural Relations between the United States and the other Republics of Ame- rica by Harry Erwiy Baro. Publ. N* 5, Carnegie Endowment for International Peace ; Division of Intercourse and Education. 35 pp. Washington, 1914. Da PHYSIS de la expedición parecen haber sido múltiples — y mucho, á la verdad, — aunque nada se dice en particular sobre la paz. Se deduce que los fines pacífi- cos eran buscados por el cultivo de las relaciones amistosas en general y por el desarrollo del comercio entre Norte y Sud América. Todos los que tienen un conocimiento personal del pueblo sud-americano y de sus condiciones están interesados, necesariamente, en tales viajes. «Es cosa completamente sabida que ni las personas ni los pueblos pueden ser amigos si no tienen algún conocimiento recíproco, y por lo tanto debemos acoger bien cualquier esfuerzo que tienda al mejor conocimiento de nuestros vecinos latinos. Pero el descubridor de un país debe siempre ser modesto en sus pretensiones, y, en tanto que sea posible, mirar las cosas desde el punto de vista del país y del pueblo así descubiertos. Y en realidad, la tarea de des- cubrir pueblos es un poco arriesgada, por la razón de que éstos pueden no ser enteramente desconocidos, mi el descubrimiento resuliar del todo halagador para el pueblo descubierto. Hace un tiempo que Mr. Jomx Doz, distinguido ciudadano norteamericano, hizo un viaje á Sud América, donde fué cortes- mente recibido y magníficamente tratado, y cuando regresó á su país anunció solemnemente que Sud América se estaba despertando... Un caballero que había vivido en aquellos países muchos años. hizo entonces esta prudente ob- servación : «Sospecho que es Mr. Joux Dor el que se está despertando ». «Pero el descubrimiento de Mr. Dor no es el primero ni será el último. Varias sociedades para la promoción de toda clase de cosas y comisiones de comercio de todas partes, han hecho el gran viaje 4 Sud América, visitando las mismas ciudades, siendo recibidos por la misma gente, viendo las mismas vistas, y todos han vuelto con la misma historia: «Sud América se está des- pertando! » «Cuando una institución de propósitos tan serios como la « Carnegie End- owment for International Peace », hizo su entrada en Sud América, se espe- raba que habiendo llegado á la madurez, habríamos abandonado las cosas im- fantiles. Pero aunque esta expedición se toma á sí misma muy en serio, el programa, tal como aparece en el citado informe, es sumamente parecido al antiguo ». Describe luego el autor las «aventuras » de aquella « junketting » expedición, los agasajos, recepciones, banquetes, discursos de que han sido objeto en todos los países sudamericanos y agrega : ... (y todas estas mani- festaciones de la hospitalidad cordial, cortés y generosa de los pueblos latinos, son consideradas por nuestros representantes como la mejor prueba del « des- pertar » de Sud América y como tributos á nuestra superioridad, nuestra sa- gacidad y nuestra « super-humanidad »... «¿Debemos maravillarnos, — agre- ga más adelante, — de que se ponga en duda la eficacia de tales expediciones? ... Esta de que nos ocupamos pasó ocho días en el Brasil, tres en la Repúbli- ca del Uruguay, seis en la Argentina, nueve en Chile y uno en el Perú — es decir, veintisiete días en todo el Continente sudamericano. El autor insiste, sin embargo «en la experiencia y conocimientos adquiridos en este viaje»... (51 o. Crónica «Nuestra profunda ignorancia de la América latina, apenas si recibe con estos procedimientos un barniz superficial. Aquellos pueblos no son de los que pueden conquistarse con un puñado de cuentas de vidrios de colores ni con vanas lisonjas. » «Hay unos pocos principios fundamentales que deben ser tenidos muy se- riamente en cuenta por aquellos que emprenden esta clase de excursiones... 1? Las relaciones con Sud América se desarrollarán lentamente, como las re- laciones de cualquier clase con cualquier otro país; 2% No debe despreciarse ó descuidarse la opinión de las personas que han residido largo tiempo en aque- llos países, y que tienen de ellos un conocimiento real; 3? Si se pretende ejercer un patronazgo sobre los pueblos de Sud América, ó tratarlos con alti- vez, nuestros esfuerzos para ganar su confianza y establecer relaciones cordia- les jamás alcanzarán un éxito duradero. » Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Universidad de Buenos Aires). El 50% aniversario de su fundación. — Esta Facultad fué fundada el 16 de Junio de 1865 por decreto del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, con el nombre de « Departamento de Ciencias Exactas ». En el corriente año ha cumplido, pues, medio siglo de existencia. Durante este tiempo la Facultad ha experimentado, como es lógico, un des- arrollo considerable, más ó menos paralelo al de las demás instituciones del país después de la reorganización nacional. Hasta ahora, su influencia se ha hecho sentir casi exclusivamente por su Escuela de Ingeniería Civil, pues á ella pertenecen la casi totalidad de los graduados. Desde su fundación hasta la fecha son muchos los egresados que, en una ú otra forma, han puesto sus conoci- mientos y su trabajo al servicio de diversas obras públicas ó privadas, y aun- que la colaboración del personal extranjero ha sido importante, hay que re- conocer también la participación que ha tomado el elemento nacional. Es grato recordar que los ingenieros argentinos se han distinguido en di- versas Ocasiones, pasadas y presentes, no sólo por su capacidad técnica, sino también por un alto grado de honorabilidad personal. Basta mencionar á este respecto al antiguo decano de esta Facultad, Profesor Luis A. Huer6o, cuyo -nombre constituye para las muevas generaciones un verdadero programa pro- fesional. Esta tradición de honestidad remonta hasta su mismo fundador, Dn. Juan María GuriérrEz, á quien la Universidad de Buenos Aires no ha pagado aún el homenaje que debe al que fué el más ilustre de sus rectores. Fué Guriérrgz quien proyectó la creación de esta Facultad, y con la inteligencia y el celo que ponía en todas sus obras, caracterizadas por su noble desinterés y su aus- tero y discreto patriotismo, trazó el primer plan de estudios, buscó los profe- sores competentes y trabajó con ahinco durante largo tiempo hasta que vió realizada su obra. 34 PHYSIS No podía escapar á su exacto criterio y á su clara comprensión de las nece- sidades de la república, el papel importante que en el programa de la nueva institución debían ocupar las ciencias naturales. Así se ve que, al tratar de los profesores que debían implantar la nueva enseñanza, dice : «Ellos... fun- dando las escuelas de alta enseñanza y aclimatados en nuestra sociedad, con- tribuirán á generalizar el gusto por el estudio de las ciencias, y nos darán á conocer en sus trabajos aquellas riquezas y recursos que la naturaleza no re- vela sino á aquellos que saben interrogarla. » Y de acuerdo con estas ideas hace venir, juntamente con los dos primeros profesores de ciencias exactas contratados en Italia, SpeLuzz1 y Roserrr, á un naturalista, D. Periecrrvo SrroBEL, cuyo nombre ha quedado perpetuado, no solo por varias publicaciones científicas de valor, sino también por el pre- mio que él fundó y que lleva su nombre. D. Juan María Gurrérrez se preocupó, no sólo de la redacción de los pla- nes y de la elección de los profesores, sino también de determinar de la mejor manera posible las funciones de éstos. El profesor de Historia Natural debería ser el Director del Jardín Botánico que la Universidad debía fundar, y ten- dría la obligación de realizar excursiones de estudio con sus alumnos. Así pro- porcionaba al profesor campo propicio para el desarrollo de su actividad fuera : de la cátedra. La única de estas excursiones que se ha realizado, lo fué bajo la dirección de StroBEL en las vacaciones de 1866-67. Las vicisitudes por que han pasado las Ciencias Naturales, y en particular la Zoología, en esta Facultad, están relatadas por el actual profesor de esta asignatura, Dr. GaLLarpo, en un artículo publicado en la Revista de la Uni versidad (YT. VIL, 1907). El estudio de estas materias ha ocupado durante largo tiempo un puesto muy secundario, ó casi nulo. La existencia de las Ciencias Naturales como carrera univesitaria ba sido hasta hace poco pu- ramente nominal. Hace sólo diez ó doce años que empieza á notarse un in- cremento apreciable. Puede decirse que en la actualidad se está solo al comien- zo del verdadero desarrollo, después de un largo período de incubación. Todo hace suponer que el progreso es ahora positivo y que será fecundo, realizán- dose así, al cabo de medio siglo, uno de los propósitos del antiguo Rector de la Universidad de Buenos Aires. Gabinete de Zoología. — Este gabinete se ha instalado á principios del año actual, en un local independiente del de Historia Natural. Aunque es bastan- te reducido, presenta grandes ventajas, en cuanto á luz y aereación, respecto del que antes ocupaba. Hace poco se ha adquirido una buena colección de animales marinos en alcohol procedente de la Estación Zoológica de Nápoles. Comprende represen- tantes de todos los grupos más importantes, unos como ejemplares de exhibi- ción y demostración, y otros, duplicados. para disección en las clases prácticas del curso. 5] (61 CrónicA Últimamente se ha adquirido también una colección de aves armadas y al- gunos mamíferos, que constituyen un conjunto interesante para la ilustra- ción de los cursos teóricos y como ejemplares de museo. Ha sido hecha por los hermanos M. y D. Robrícuez en las provincias del noroeste de la repú- blica. Hay en ella algunos grupos naturales muy bien dispuestos, como el de los caranchos y la corzuela. Para las clases prácticas han sido adquiridos diez excelentes microscopios de fábrica norteamericana, con buena combinación óptica, que da, con inmer- sión, hasta 1900 diámetros. Gabinete de Botánica y Geología. — El gabinete de Historia Natural, en que hasta el año pasado funcionaban juntas todas estas asignaturas, está ocupado ahora solamente por la Botánica y la Mineralogía y Geología. Así han podido p ) Sa y fo) distribuirse las vitrinas con mucho mayor comodidad. El local ha sido inte- y riormente refaccionado. La sección de Botánica se ha enriquecido con una colección de plantas, de q ! la misma procedencia que la de aves que acabamos de mencionar, muy bien E [ 1 y preparadas y con todas las anotaciones necesarias. Los trabajos prácticos de mineralogía se realizan en un local aparte que provisoriamente ha sido habilitado al efecto. A causa del retiro del Prof. Dr. Hormrere, se ha hecho cargo de la cátedra de botánica general que él dictaba, el Dr. CrisróñaL M. Hicken. Laboratorio de Microbiología. — También esta asignatura, que se estudia en los cursos de Ciencias Naturales y de Química, cuenta desde hace dos años con un pequeño laboratorio independiente, que ha sido dotado con los elementos indispensables. Para reemplazar al ayudante de este laboratorio, Dr. Luis M. Leseuxe, muerto recientemente en forma trágica, ha sido designado el Dr. Narciso LAcLaAu. Cátedra de Química Biológica. — Se ha creado una cátedra de esta asignatu- ra, Obligatoria sólo para el Doctorado en Química, y para desempeñarla ha si- do designado el Dr. GuiLrermo ScHAEFER. Homenaje al Prof. Dr. Holmbherg. El 29 de Septiembre pasado se realizó en el «Prince Georges Hall » el homenaje proyectado en honor del Dr. Enuarpo Labistao HoLmBer6 con mo- tivo de su retiro de la enseñanza, que por espacio de cuarenta años ha ejer- cido en la Escuela Normal y en la Universidad de Buenos Aires, según hemos informado ya en esta revista (t. I, p. 469). En esta oportunidad le fué entregado, por el presidente de esta sociedad, el diploma de socio honorario que le fué acordado por aclamación el 15 de No- viembre del año pasado y cuyo texto publicamos en aquella ocasión. El presi- 56 PHYSIS dente hizo constar, en nombre de los miembros de esta sociedad, el profundo sentimiento de cariño, de respeto y de admiración que los naturalistas argen- tinos abrigan para con el Dr. HoLmBeErG, y su satisfacción al ver con cuánto ánimo y con cuánto vigor se retira de la cátedra, para dedicarse á sus trabajos científicos. Igualmente le fué entregado el diploma de socio honorario de la Sociedad Científica Argentina, por su presidente Ing. N. Besto Morexo y el del Centro de Estudiantes de Ingeniería por su presidente D. Arruro B. SosraL, quie- nes pronunciaron oportunas palabras. En nombre de las alumnas de la Escuela Normal N” 1 de Profesoras de la Capital, la Dra. Grecia Griersox le hizo entrega de un pergamino, como recuerdo del instituto donde el Dr. HormBer6G comenzara, en 1875, su bri- llante carrera del profesorado de ciencias naturales. Luego el Prof. Dr. Hickex leyó una interesante conferencia sobre la obra del Dr. HorubBeré tanto en el terreno estrictamente científico como en el filosófico de la difusión de las ideas liberales en el país. Especialmente invitado, el Sr. Leorornbo Lucones pronunció un hermoso discurso que dió al homenaje, por su belleza literaria, un sello de espirituali-- dad muy digno de quien era objeto de él. Finalmente, el Dr. HoLmber6 hizo uso de la palabra por largo rato, rela- tando interesantes anécdotas de su larga carrera científica y expresando sus firmes deseos de continuar siendo un hombre útil al país. Habló de la necesi- dad de proceder á la redacción de una gran obra, cuyo programa había esbo- zado hace tiempo, que debería contener la descripción física de la República Argentina, y que según su cálculo no comprendería menos de 120 volúme- nes, naturalmente con la cooperación de diversos especialistas. Manifestó que en la actualidad se ocupa, juntamente con otros botánicos designados en comisión especial por el Ministerio de Agricultura, de reunir los materiales para la Flora Argentina. Diversas instituciones científicas y docentes, además de las mencionadas, concurrieron por medio de sus delegados á esta ceremonia. La presencia del Sr. Ministro de Justicia é Instrucción Pública de la Nación y la del Inten- dente Municipal de la ciudad de Buenos Aires dieron al acto mayor solemnidad. Los discursos de las personas que hemos mencionado se publicarán próxi- mamente en los Anales de la Sociedad Científica Argentina (1), á cuya inicia- tiva se debe la realización de este justo homenaje. Aniversario de la muerte de Florentino Ameghino. Ya hemos tenido oportunidad de recordar en estas páginas los homenajes tributados á la memoria de Amecuino en años anteriores, con motivo del ani- (1) Acaban de ser publicados en la Revista del Centro de Estudiantes de Ingenieria, B. Aires, Septbre. 1915. CRÓNICA 97 versario de su fallecimiento. Estos homenajes se han repetido ahora, con mo- tivo del 4” aniversario (6 de agosto, 1915) en una forma aún más elocuente que en los anteriores. Numerosas sociedades é instituciones científicas y docentes han celebrado diversos actos públicos en aquella fecha. La Sociedad Científica Argentina tuvo á su cargo el acto más significativo, que fué presidido por el Intendente municipal de la Capital. El Presidente de la Sociedad, Ing. NicoLAs Besto MoreNO, pronunció un discurso inspirado y lleno de ideas elevadas, y á continuación el Prof. Dr. Gartarpo disertó en forma familiar sobre la vida y las obras del sabio extinto. Al final presentó á los concurrentes un modelo en yeso del fémur de Toxodon chapalmalensis des- cubierto por GarLos AmeGHINO, haciendo notar los principales caracteres de la pieza y su gran importancia para la historia del hombre fósil americano, por cuanto como es sabido, lleva un fragmento de un arma de piedra introducida por éste. Diversas escuelas, de Buenos Aires y La Plata, concurrieron en corporación al cementerio de esta última ciudad donde descansan los restos de F'. Amr- cHino. Este homenaje fué iniciado por el centro estudiantil quelleva su nom- bre, y en él pronunció un discurso, en nombre de la Sociedad Científica Argentina, el Prof. Vicror Mercante, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata. En algunas escuelas normales y sociedades de educación se dieron conferen- cias especiales, á cargo de los profesores SaLvaDOR DeBENEDETT1, RopoLro Se- NET, Doctora ALicia Morkau y otros. Sociedad Científica Argentina. Esta Sociedad ha resuelto crear con carácter permanente una « Academia de la Sociedad Científica Argentina» constituída por las siguientes secciones : 1? Filosofía científica ; 2? Matemáticas ; 3” Ciencias físico-químicas ; 4? Cien cias Naturales ; 5 Enseñanza y bibliografía ; 6” Historia y Geografía : 7” Cien- cias sociales ; 8” Técnica de ingeniería : 9” Técnica de medicina ; 10” Técnica agraria. Cada sección tendrá como objeto el fundamental de la Sociedad, á saber, el fomento del desarrollo de las ciencias y sus aplicaciones. Entre sus funciones figurarán las de: establecer cursos de seminario para los socios adherentes : responder á las consultas que éstos les dirijan ; fijar el vocabulario científico y técnico definiendo sus términos y relacionándolos con sus equivalentes en los principales idiomas extranjeros; efectuar publicaciones y dar conferencias. Podrán formar parte de esta Academia los socios activos que lo soliciten, quienes podrán inscribirse en una ó varias secciones. No cabe duda de que con esta medida la Sociedad Científica dará á su acción un vuelo considerable. 58 PHYSIS Es digno de notarse el propósito relativo á la formación de un vocabulario científico, cuya falta en nuestro idioma se hace notar diariamente. Sila nue- va Academia lograse realizarlo, habría prestado un positivo servicio á nuestro desarrollo científico y la Sociedad habría agregado un título más á la conside- ración y gratitud del país. Premio Ameghino. — La misma sociedad ha instituído, además de un pre- mio AcustíN ÁLVAREZ para trabajos sociológicos, un premio ÁmEGHINO para el mejor trabajo sobre geología, paleontología, antropología 6 etnografía argen- tinas que le sea presentado. El premio consiste en una medalla de oro y diploma. El trabajo premiado será publicado en los Anales de la Sociedad y al autor se le entregará una tira- da aparte de 100 ejemplares. Las monografías no excederán de 30.000 pala- bras. Los interesados en los demás detalles del concurso pueden solicitar el pliego de condiciones en la secretaría de la sociedad, Cevallos 269, Buenos Aires. Esta es una nueva y laudable iniciativa de la Sociedad Científica, con la cual honra en la mejor forma la memoria de uno de sus más ilustres socios hono- rarios y contribuye á despertar el interés por la ciencia que FLoreNrixo Áme- cuixo cultivó con tanto éxito. El concurso parece ser completamente libre, pues el reglamento no indica ninguna condición respecto al carácter de los concurrentes. Universidad de Tucumán. Conferencias del Prof. Dr. Gallardo. En el mes de Septiembre pasado el Prof. AxcrL GaLtarpo dió en la Uni versidad de Tucumán una serie de conferencias sobre herencia biológica, en el local de la Escuela Pedagógica SARMIENTO. Éstas fueron cinco, y se realiza- ron de acuerdo con el siguiente programa : 1” Generalidades sobre la herencia biológica, Base física de la herencia, Gé- lula, Multiplicación celular, Teorías de la división celular ; 2" Gérmenes sexuales, Fecundación, Herencia y variación, Evolución, He- rencia de los caracteres adquiridos, Selección, Neolamarkismo y neodarwinis- mo, Mutación : : 3" Estudio estadístico y experimental de la herencia, Biométrica, Ley de he- rencia amistral de Galton Pearson, Hibridación, Leyes de Mendel ; /* Polémica entre biómetras y mendelianos, Determinación del sexo, Teo- rías generales de la herencia, Teorías evolucionistas, micromeristas y organi- cistas : 9" Weismannismo y neolamarkismo en los países americanos, Genética, sus limitaciones, Eugenia. Acción disgenésica de la guerra europea, Conclusiones. En la Sociedad Sarmiento dió después de éstas, una conferencia sobre la vida y costumbres de las hormigas. Crónica 59 Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires. Entre las adquisiciones hechas últimamente en la Sección de Zoología figu- ran en primer lugar varias colecciones de aves. En los dos últimos años han ingresado al Museo más de 2000 ejemplares de diferente procedencia, pero la mayor parte son de la Argentina. Una colección de 280 ejemplares fué re- galada por el Sr. Awrowo Núñuz, y de ella ya se ha hablado en esta revista (t. I, pág. 435). | Entre las que han sido hechas por los empleados del Museo, hay que men- cionar en primer término la del preparador D. Awronto Pozzi. Consta de L1S ejemplares, que representan 72 especies, y proceden todas de las costas del Chubut. Fué adquirida la del Sr. Gorbox Bowmaxx, 171 ejemplares, del Neuquén. Muy importantes son también las colecciones del Sr. PabLo GIrarD : una de 186 ejemplares, de Tucumán y Santiago del Estero, y otra de 8%4o huevos y 37 nidos de la misma procedencia. E Los viajeros y coleccionistas ManueL y Demerrro Roprícuez vendieron, una buena colección de 32/ ejemplares, con unas 200 especies, procedentes todas de la Sierra del Cajón. Gobernación de los Andes, de donde no se conocía casi nada. Al Sr. Juan MocexseN le fué comprada otra colección de 236 ejem- plares con unas 100 especies, procedentes de Tucumán y Misiones. Del Paraguay (colecciones Fosrékr y Poswer) han ingresado 206 especies de aves, unas por canje y otras por compra. También ha sido adquirida una, co- lección de 237 ejemplares procedentes de Guatemala. Con esto la colección ornitológica del Museo Nacional se ha enriquecido considerablemente. La casi totalidad del material nuevo tiene que ser encajonado á causa de la falta de edificio. Lo mismo sucede con los numerosos esqueletos de mamíferos, fósiles y, ac- tuales, que han ingresado últimamente ; casi todos deben ser encajonados, de modo que no aprovechan á nadie. Aun los que han sido armados, no pueden, por falta de espacio, ser colocados en forma apropiada de exhibición. Por esto la Dirección del Museo nos ha autorizado para dar periódicamente en las páginas de Puys1s las fotografías ó dibujos de algunas piezas interesan- Les, para que siquiera los lectores de esta revista puedan informarse de ellas. Damos aquí la fotografía del esqueleto del perezoso (Bradypus tridactylus), procedente del Brasil oriental, que vivía hace unos años en el Jardín Zoo- lógico. Una buena colección de modelos en yeso de mamíferos fósiles de la Argen- tina, hechos en los talleres del museo por el hábil modelador D. Axcer L. Raprce, colección que fué enviada á la Exposición de San Francisco (Califor- nia), pasará, después de clausurado el certamen, al Colegio de Amherst, Massa- chusetts, en calidad de obsequio. En ella se hallan representados los princi- bo PHYsI: 104) Esqueleto de perezoso (Bradypus tridactylus), procedente del Brasil oriental, armado hace poco en el Museo de Buenos Aires por el señor Sawriaco Pozzr (Fotografía del mismo). Reducido á un poco menos de 1/, del tamaño natural. Sus dimensiones son las siguien- tes : longitud total, desde la cabeza hasta la punta de la cola, 56 cm.; pata de adelan- te, 45 cm.; pata de alras, 30 cm.; cola, 8 cm. CrónICA 61 pales géneros del Terciario antiguo de Patagonia, modelados según las piezas originales de la colección Amrenixo. Gon esto la sección de paleontología cum- ple con el ofrecimiento hecho en esta revista (t. I, pág. 460), agregando va- rios otros calcos interesantes, entre los cuales se debe mencionar el del fémur de: Toxodonte descrito en las Comunicaciones de este número de Pnysis. Dirección General de Minas, Geología é Hidrología. Ha regresado al país el Dr. José María SobraL, de cuyos estudios geológi- cos en Europa se ha informado en esta revista (tomo 1, p. 477). Se ha incor- porado á la Dirección General como geólogo de primera. En esta misma repartición, ha sido promovido á geólogo de primera el Dr. Frasco Pastor, y en su reemplazo ha sido nombrado geólogo ayudante el Sr. GUILLERMO SENILLOSA. El Dr. Pasrore ocupará el puesto que desempeñaba el Dr. Warrer Pexck, quien ha regresado á Alemania. Las Ciencias Naturales en la América Latina. El Museo Paulista. — El Museo de Sáo Paulo (Brasil) dirigido por el Dr. Hermasx von InerivG, es sin duda uno de los pocos que en Sud América pue- de ser llamado un museo científico de historia natural. El tomo IX de su Revista, recientemente publicado, y del cual damos un extracto en la sección bibliográfica, nos hace ver que el alto grado de adelanto alcanzado, se man- tiene firmemente. Este museo, fundado y sostenido por el gobierno del Estado de Sáo Paulo, tiene desde hace años un hermoso edificio construído expresamente, que se levanta en Ipiranga en conmemoración de la independencia: nacional. Tiene también un parque y Jardín Botánico anexos, y una Estación Biológica en el Alto da Serra. Según el informe sobre la marcha del museo en los últimos años, que sirve de introducción al citado tomo:de la Revista, todos estas sec- ciones anexas se hallan en estado próspero, y han prestado excelentes servi- cios, tanto al museo mismo como á otros institutos científicos del Brasil. La mencionada estación se halla en medio de un espléndido bosque que provee de plantas ornamentales al Jardín Botánico, y en ella el Director ha practi- cado observaciones interesantes sobre insectos, tales como hormigas y cochi- nillas, y sobre ciertas mariposas del género Myelobia que acuden en cantidades enormes á las luces de las ciudades. Este laboratorio (pág. 16) ha sido atendi- do desde su fundación (1909). por el Director. quien luego lo ha ofrecido al Gobierno estadal ; pero éste no lo ha aceptado. Las adquisiciones hechas por el museo son numerosas é importantes, y la actividad de su personal científico muy considerable. Además de su Revista, el Museo publica los Catálogos da Fauna brazileira, ña PHYSIS de los cuales han aparecido cuatro volúmenes sobre Aves, Miriápodos, Cócci- dos y Grisídidos, estando en preparación, según se anuncia, los de avispas so- ciales y los de abejas sociales y solitarias. Será, pues, para nuestros lectores una sorpresa, saber que este instituto, que refleja honor sobre la América del Sur, ha estado á punto de ser clausurado, según lo informa su misma Revista (pág. 328). Efectivamente, tanto en el Senado como en la Cámara del Estado, algunos de sus miembros han puesto en duda, ó han negado, la utilidad de esta clase de establecimientos, y han dicho que sería mejor cerrarlos... Verdaderamente, hay que convenir con el mismo von luerisc (2b1d.) en que « nuestra cultura se halla en el período in- fantil en que la ciencia sólo es respetada según los resultados prácticos inme- diatos que proporciona á la vida diaria ». Instituto Oswaldo Cruz. — Esta institución, que consagra en vida el nombre del renombrado médico brasileño, está ubicada en Manguinhos, Río de Janei- ro, en un edificio de extraordinaria suntuosidad y dotado de los más amplios medios de investigación, tanto en lo referente al personal científico como en instrumentos y bibliotecas. Publica desde 19g0g sus Memorias, en donde todos los artículos aparecen á doble columna, la de la izquierda con el texto en portugués y la de la derecha en alemán, francés ó inglés, según la voluntad del autor. Aunque el instituto es de carácter médico, sus investigaciones abarcan un amplio terreno biológico, experimental y descriptivo. Han aparecido allí va- liosos artículos sobre insectos parásitos ó vectores de gérmenes patógenos, so- bre helmintología, sobre protozoos de diversos órdenes, sobre microbiolo- oía, etc. Á diferencia de otras publicaciones médicas en las cuales los asuntos pura- mente biológicos, principalmente los zoológicos, son tratados, en general, con deficiencia y á menudo con falta de información, las Memorias do Instituto O. Cruz demuestran en sus autores un dominio equilibrado de los diversos as- pectos de los temas que tratan. El tomo VI (1914) de esta publicación contiene trabajos importantes sobre: hongos y protozoos parásitos (Trypanosomas, Ciliados), Insectos (Culícidos, Tabánidos, Hemípteros, Curculiónidos, Sifonápteros, etc.), Nematodes (Ascá- ridos), etc., debidos principalmente á Marques pa Cunua, ApoLeno Lurz, An- "Hur Nerva, Lauro Travassos, Da Costra Lima, H. BeaurepAarRE ARAGAO, etc. Todos los trabajos contienen buenas figuras, muchas de ellas en litografía y en colores. Museo Nacional de Río Janeiro. 7 Juan B. de Lacerda. — El 6 de Agosto del corriente ha fallecido en Río el Director del Museo Nacional, Dr. Joíio Bar- tisra be Lacerpa. El extinto era un médico de mucha figuración científica y social, y su nombre se había hecho conocer ventajosamente en el extranjero. CróNICA 63 Era conocido principalmente por sus estudios sobre los efectos del veneno de las víboras y los medios de contrarestarlos. Á él se debe el procedimiento tan conocido del permanganato de potasio, sobre cuyo empleo presentó una comunicación á la Academia de Ciencias de París en 188t. CALMETTE, en su libro Les Vénins (p. 273, 1907) reconoce que las inyecciones de esta sustancia en solución al 1 */, en el punto mordido, dan como resultado indudable la des- trucción del veneno que no ha sido absorbido. También ha publicado observaciones sobre plantas venenosas. En los Ar- chivos del Museo de Río Janeiro, t. XV, el lector encontrará-estos y otros es- tudios de Lacerba sobre fiebre amarilla, beri-beri, etc. Fué profesor de la Facultad y presidente de la Academia de Medicina de Río. En los citados Archivos, viene publicando buenos trabajos sobre peces el naturalista del mismo Museo ALipro be MiranDa Ribeiro, sustituto de la sección de zoología. El tomo XVI (rgrt) está totalmente dedicado á la parte IV de los Petxres du fauna brazilewra de este autor. Parece ser que un acciden- te sobrevenido cuando esta obra estaba en prensa, ha ocasionado muchas im- perfecciones en su impresión ; y á causa de estar ausente el autor mientras se imprimía, numerosos errores se han escapado á la corrección. En un artículo anterior (Archivos, IX, p. 173) hace algunas anotaciones sobre Lepidostren paradoxa, y recuerda que en 1886 el Dr. E. L. HormberG la había encontrado en el Chaco. [El nombre de este autor aparece en la bibliografía como « Hro- HUBEY » ]. Museo Goeldi. — El Museo de Pará (Brasil) ó Museu Paraense, que desde hace algunos años lleva el nombre de su fundador y primer director, el ilus- tre GorLpr, es otro de los establecimientos científicos serios del país vecino. De algunas de sus importantes publicaciones tendremos oportunidad de ocu- parnos en otra ocasión. Hemos sabido con pesar, por la Revista del Museo Paulista (IX, p. 91), que su director, el Dr. Jacoues Huber, ha fallecido á fimes del año pasado, Huber era un botánico sobresaliente, que durante veinte años consagró toda su actividad á la investigación de la historia natural del Brasil. Es ésta una de las pérdidas más sensibles que las ciencias naturales han experimentado en la América del Sur en los últimos años. Estudios zoológicos en Chile. — En la vecina república, los estudios de zoo- logía aplicada han entrado en un período de franco progreso. El Instituto Agrícola, bajo la dirección del Sr. Rosas Huxweus, desarrolla su acción den- tro de un plan científico y práctico. Recientemente ha comenzado á publicar, unos Anales de Zoología aplicada, dirigidos por el Prof. Dr. C. E. Porrer, de los cuales nos ocuparemos en la sección bibliográfica del próximo número. 64 PHYSIS Sociedad Cubana de Historia Nataral « Felipe Poey ». — Con este nombre se ha fundado en la Habana una sociedad científica que recuerda al naturalista Free Porx (1799-1891) considerado como el fundador de las ciencias natu- rales en aquella república. Este autor, conocido por su Repertorio Fisico-Na- tural de la isla de Cuba, ha escrito también una gran obra sobre los peces, /e- tiología cubana, que según parece fué adquirida por el gobierno español y depositada, junto con sus laminas, en el Museo de Madrid, donde permanece inédita. Esta sociedad ha comenzado á publicar sus Memorias, que aparecerán bimes- tralmente y de las cuales se han dado á luz los números 1 y 2, correspondien- tes á Enero-Abril 1915. Los estudios arqueológicos en el Perú. Clausura de Museos. — Vemos por las revistas científicas extranjeras (Nature, Junio 10, 1915) que el gobierno pe- ruano, debido al mal estado de sus finanzas, ha ordenado la clausura del Mu- seo de Lima, que es reputado como uno de los mejores en lo que se refiere á arqueología sudamericana. Es curioso que, según el corresponsal en Lima del diario La Nación de esta ciudad (Septiembre 11, 1915, Riquezas arqueológicas) la economía que con esta medida se ha logrado representa sólo unos 285 pesos mensuales. El mismo corresponsal informa que una dama argentina de paso por aque- lla ciudad, la Señorita Vicrorra ÁcurrrE. ofreció una importante suma de di- nero para facilitar la exploración arqueológica del territorio del Perú. No se dice á cuanto ascendía la donación, ni si ésta fué aceptada. Las notables investigaciones que con este mismo objeto realiza allí el Prof. Bixcuam, de la Universidad de Yale (Estados Unidos), gracias á la donación de la suma de 100.000 pesos hecha para este fin por la misma universidad, están dando resultados sumamente importantes desde el punto de vista arqueológi- co y etnográfico. Gon este motivo la prensa de Lima se ha mostrado alarmada ante la posibilidad de que todas las riquezas descubiertas fueran acarreadas á los Estados Unidos. El gobierno ha intervenido para impedirlo, y esto ha mo- tivado por parte del Sr. Bivenam la declaración de que no llevará aquellos objetos, sino que por el contrario formará por ellos, como dependencia de la Universidad de Yale, un gran museo que se instalará en la capital del Perú. Según Science (Abril 2, 1915) en Méjico el gobierno del Sr. Carranza ha ha ordenado la clausura del Museo Nacional, y aun la de varios estableci- mientos de educación, entre ellos la Universidad. La citada revista dice que tiene estas noticias por información privada. Museo de Historia Natural de la Asunción (Paraguay). — La dirección de es- le museo, á cargo del Dr. Canos FiesrrG, ha desarrollado desde hace unos res años, una acción eficaz para el adelanto del establecimiento. Aunque se oponen á ello grandes inconvenientes materiales, se han reunido ya buenas Crónica 65 colecciones de animales, especialmente vertebrados é insectos. La mayor parte han sido reunidas por el reducido personal del museo, otras se han obtenido en canje con el de Buenos Aires. La sección de zoología está á cargo de un naturalista suizo, el Dr. Luo Zún- CHER, quien se ha ocupado activamente en secundar la acción del Director. Se ha hecho venir de Europa un excelente preparador. Gon estos elementos, y otros que naturalmente deberán ir agregándose, el Museo de la Asunción podrá llegar á desempeñar un papel importante, no sólo en la cultura científica del país sino para el provecho de las ciencias na- turales en general. Efectivamente, este museo ocupa una posición admirable para las investigaciones sobre el terreno, en medio de una enorme región aún poco explorada y que ofrece una riqueza incalculable. Sería sensible que por razones de mal entendida economía se detuviera aho- ra la marcha del establecimiento, según sabemos se ha pensado hacer. Parece que el gobierno, que hasta ahora lo ha apoyado con decisión, piensa suprimir el puesto de jefe de la sección de zoología, con lo cual haría probablemente una economía semejante á la del gobierno de Lima, malogrando los útiles re- sultados reunidos hasta ahora. Es realmente dolorosa la comprobación, que se desprende de varias de las noticias contenidas en esta crónica, de que en la mayor parte de los países latino-americanos, los institutos puramente cientílicos no logran aún cimen- tarse sólidamente, sino que por el contrario están, salvo pocas excepciones, sujetos á las fluctuaciones de diversas circunstancias accidentales. La guerra europea y el movimiento científico. Naturalistas muertos en el campo de batalla. La guerra que desde hace catorce meses azota toda la Europa, hace sentir sus efectos en todo orden de actividades. Aquellas que, como las ciencias, re- «quieren una colaboración internacional, han sido particularmente afectadas. No puede medirse exactamente por ahora la importancia de la lesión que los intereses científicos han sufrido y es probable que ella se acentúe todavía durante un tiempo, aun después que haya sido hecha la paz. Pero desde ya pueden apreciarse algunos de sus efectos inmedialos. Particularmente aquellos servicios que necesitan de observaciones ininte- rrumpidas como en astronomía, seismologia y meteorología, han sufrido im- terrupciones cuyos perjuicios son considerables, porque las observaciones que faltan no podrán suplirse jamás. En algunos casos, se ha podido felizmente, remediar o prevenir el daño. Así, por ejemplo, la Oficina central de telegra- mas astronómicos de Kiel que publica las Astronomische Nachrichten, suspen- «lió sus servicios en seguida de declarada la guerra; pero en vista de los per- juicios que esto ocasionaba a todos los países, se consiguió que su funciona- miento fuera reanudado en noviembre, estando desde entonces á cargo del + a PEYESIS. — TE, IL 606 , PHYSIS Prof. SrrómcrexN, del Observatorio de la Universidad de Copenhague, que servirá de intermediario para este importante servicio. En el mar, no sólo la pesca, sino también los estudios oceanográficos su- frirán considerablemente. Las investigaciones que se proseguían desde hace doce años en el mar del Norte, bajo la dirección del Consejo internacional permanente para la exploración del mar, según un plan acordado entre todos los principales países, han sido completamente abandonadas. Las observaciones continuadas durante este tiempo sobre la física y la biología del mar, sufrirán con esto un daño irreparable y de imporlancia práctica, en relación con los estudios de pesquerías. Otro ramo científico que también sufrirá mucho, es el de bibliografía. Esta tarea hoy en día tan importante y tan difícil, á causa de la inmensa multiplicación de las revistas y demás publicaciones científicas en todos los países, hace necesario un continuo é íntimo contacto entre los trabajadores de todas las naciones. Según la Revue (rénérale des Sciences, el importante Ca- lálogo internacional de la literatura científica que se publica en Londres, ha de sufrir un retraso considerable y deberá encarar un difícil problema económico para poder continuar. Efectivamente, esta clase de obras, por lo dificultoso de su confección y por su difusión limitada, resultan sumamente costosas. Se calcula que la suspensión de las subscripciones á este catálogo en Alemania y Austria solamente, representa una diminución de 25.000 francos en las ren- tas con que se costea dicha publicación. La citada revista agrega que se espera que la Royal Society ha de sufragar esta diferencia para evitar que la publica- ción sea suspendida. En cambio, otros presentan la misma cuestión desde un punto de vista más optimista. Así, por ejemplo, el Dr. F. A. Barner, del Museo Británico, dice en el Museums Journal de Londres (febrero de 1915), que las relaciones científicas entre los países en guerra continuaban bastante bien, aun entre Alemania é Inglaterra. Afirma allí que los colaboradores germánicos del Ca- tálogo Internacional, siguen enviando sus manuscritos a la oficina central de Londres y que los miembros de la comisión internacional de la nomenclatura zoológica continúan registrando sus votos sin distinción de nacionalidades. El gobierno británico permite la entrada de cierta cantidad de libros de Ale- mania. Es lo cierto que las revistas alemanas traen siempre extractos o noti- cias de libros ingleses y viceversa; pero sin duda en menor proporción que antes. a aparición de las revistas científicas en Inelaterra y Alemania parece no haber sufrido en general una interrupción apreciable. Si las de esta último país llegan á Buenos Aires con gran retraso, ésto se debe mas bien á los tre= piezos de las comunicaciones. CrónIcA 07 En cambio las revistas francesas han experimentado, casi todas ellas, serias irregularidades, sobre todo en la segunda mitad del año pasado. Para no men- cionar sino aquellas que se publican con periodicidad fija, diremos que la Revue Générale des Sciences (una de las que más se leen entre nosotros) si- guió apareciendo, después de declarada la guerra hasta el 15 de agosto, pero entonces se suspendió para reaparecer sólo en noviembre, desde cuya fecha ha seguido con regularidad. El conocido semanario La Nature de París fué también suspendido en agosto del año pasado y mo reanudó su publicación hasta diciembre. La Revue Scientifique (probablemente la más difundida en la Argentina, entre las revistas científicas extranjeras), suspendióse igualmente en agosto y reapareció hacia noviembre, publicando después todos los núme- meros correspondientes á diciembre; pero desde comienzos de 1915 parece que se ha suspendido definitivamente, pues no ha llegado á Buenos Aires ningún número en todo el corriente año. En cambio los Comptes-rendus de la Academia de Ciencias de París han con- tinuado apareciendo con su regularidad de siempre, semanalmente, aun en los críticos días de fines de agosto y comienzos de septiembre del año pasado. Los perjuicios que la ciencia ha recibido por la clausura de los laborato- rios, gabinetes, etc., en las universidades ú otros institutos, son sin duda im- portantes en los diferentes países. Vemos en la revista Serence de Norte América (enero 29 de 1915), que la Universidad de Harvard (Mass., U. S. A.) ha destinado la suma de cien mil pesos oro para los profesores belgas que han salido ó han sido expulsados de su país y que deseen seguir dictando sus cátedras en aquella universidad. Va- rios han sido ya inscriptos. Pero todos estos perjuicios, por grandes que sean, son insignificantes cuan- do se les compara con las pérdidas de vidas. Hombres jóvenes, ilustrados ¿ inteligentes están muriendo á centenares todos los días, y el daño que con esto reciben todas las manifestaciones de la cultura humana no necesita ser co- mentado, pero sí lamentado del modo más profundo. Las revistas europeas y norteamericanas nos traen en cada correo la noti- cia de que numerosos hombres de ciencia de todas las nacionalidades, han muerto en el campo de batalla. Sólo entre los que cultivaban las ciencias naturales, son ya muchos los que figuran en aquellas fúnebres enumeraciones. Es imposible dejar de experimentar una viva emoción cuando se encuentra en ellas algún nombre conocido, de cuyos autores hemos leído á veces los tra- bajos ó conocemos referencias personales. Se trata en general de jóvenes hombres de ciencia que con el entusiasmo y el amor inherentes á su condición, habían empezado á trabajar con éxito en diferentes especialidades. Quién sabe cuanto más podía la ciencia esperar aún GS PHYSIS de ellos ; quién sabe cuántas ideas que han muerto con ellos habrían sido el germen de algún descubrimiento útil para la humanidad. La pérdida que ésta experimenta con ello es realmenle incalculable. Cuando se piensa que ellos han debido tener, como hombres de ciencia, un profundo sentimiento de la solidaridad humana y de los deberes que impone (pues sin ella, hoy más que nunca, no habría ciencia posible), es realmente emocionante el conside- rar que hayan sido impulsados á matarse mutuamente en nombre de lo que cada cual cree su deber. Se puede ser neutral, pero no se puede ser indiferente ante este aspecto, que de seguro no es el menos trágico y doloroso de esta guerra. Por eso nos inclinamos con respeto ante los nombres de los caídos, sean ellos morts au champ d”honneur, gefallen fiúrs Vaterland ó killed in action, como dicen los encabezamientos de las respectivas publicaciones. La siguiente lista ha sido tomada de diferentes revistas alemanas, france- sas, inglesas y norteamericanas, y se indica en cada caso el nombre y la fecha de ellas y un extracto de los datos biográficos, cuando existen. Naturalmente que no es, ni pretende ser, compléta. Por desgracia, la lista no está termi- nada. Joseen DicueLerre, nacido en Roanne el 8 de enero de 1862, director del Museo arqueológico de esa ciudad, autor del Manuel d*archéologie préhistori- que cellique et gallo-romaine, inconcluso, pero cuya parte publicada ha sido juzgada «un monumento único en su género y en las literaturas especiales de todos los países » y de otras obras y más de ciento veinte memorias. El 5 de octubre de 1914. al frente de la compañía que capitaneaba, fué alcanzado por un obús en pleno pecho y al día siguiente falleció sin herida externa apa- rente. Por el testamento que tenía hecho, lega todas sus colecciones al Museo de Roanne, juntamente con la suma de cien mil francos para la construcción de un edificio para el mismo (L”Anthropologie, AXV, pág. 581). El capitán Maurice BourLox, nacido el año 1975, era otro arqueólogo fran- css, conoc do como colaborador de las principales revistas del ramo (1bwd.). El capitán Resé AveLor, autor de obras apreciables sobre etnografía afri- cana (tbud.). El capitán Maurice Corrtier, explorador y coleccionista en el norte de África, autor de algunos volúmenes sobre el Sahara (1908) y de una memo- ria sobre la prehistoria de la misma región que recién empezaba á publi- carse (ibid.). Dr. Fraxz Prerzker, geólego de la Oficina prusiana de geología de Berlín, 28 años, muerto el 1” de octubre de 1914 en Tbiepoal (Somme) como tenien- te del regimiento 180 (Zeitschrift fir praltische Geologie, 23. Jahrg. 1915, p. 25). Dr. Siuccrkieo Marrixs, ayudante de mineralogía del Instituto de la Uni- versidad de Bonn, muerto el 23 de octubre de 1914 (cbud.). Dr. Frrebricn L. honnrauscm. profesor de radiología en el Instituto del CrónICA z 69 Radio de Fre1berg 1. S., muerto á los 3D años de edad en los campos de ba- talla de la fronterá occidental (ibid). Dr. iurr VockL von Farkensteix, Privatdozent de geología de la Universi- dad de Giessen, muerto en noviembre del año pasado en el oeste (1budl.). Dr. Eseruaro Warrer, ayudante geólogo de la Oficina geológica de Alsa- cia-Lorena, muerto el 6 de de enero (¿bud.). Prof. Dr. F. Seemaxn, jefe de la sección de mineralogía y geología del Mu- seo de Aussig, caído el 16 de agosto de 1914 en Serbia (ibrd.). Dr. H. Krauss, ayudante de la Oficina geognóstica de Munich (ihid.). Dr. Aporr Rieper, geólogo de Munich. Dr. Enwst Fiscner, geólogo, caído el 16 de agosto de 1914. GONTRAN DE La Baume PLuvineL, de 3o años, muerto el 31 de octubre de 1914. Trabajaba en el Laboratorio de evolución de los seres orgamizados de París y había publicado en colaboración con Krrrrx, trabajos sobre himenóp- teros parásitos. (Bull. Scientifique France et Belgique, t. 48, fasc. 3). Joseen Virirux, de 25 años, licenciado en ciencias naturales de la Univer- sidad de Besancon, ayudante en la estación marítima de Wimereux, autor de un trabajo en prensa sobre el plankton de los lagos del Jura, que debe aparecer en los Annales de biologie lacustre de Bruselas (1b1d.). Dr. Joux WiLrreED JexkrxsoN, de 4/4 años de edad, muerto en la península de Gallípolis el 4 de junio del corriente año, siendo capitán del cuerpo de voluntarios de Oxford, en cuya universidad era prolesor adjunto (lecturer) de embriología experimental y comparada. Era autor de importantes memo- rias sobre la segmentación del huevo y desarrollo de los mamíferos, publica- dos en Quarterly Journal of Microscop. Science, Biometrika y Archiv fúr Entwick- lungsmechanik d. Organ. (1900-1914), pero es más conocido por sus excelentes tratados : Vertebrate Embryology (1913) y sobre todo Experimental Embryology (1909). (Nature, junio 24 de 1gr3.) Raxumoxb Morcon y Axoré VurmLer, dos conocidos entomólogos franceses, autor el segundo, de importantes trabajos sobre los microlepidópteros y sus parásitos. (Science, enero 15 de rgrb.) Ro. DouviLté, joven paleontólogo que acababa de publicar una memoria sobre los Ammonites (Bull. soc. géol. France, (4). MUI). Era hijo de Henri Douviré, miembro del Instituto de Francia y una de las primeras autorida- des en la especialidad en que su hijo había empezado á trabajar (Revue cri!. paléozool., XVII, p. 177). S Dr. karL Múrren, del Instituto oceanográfico de luiel, muerto de fiebre tifoi- dea contraída mientras prestaba sus servicios como médico en el ejército alemán. Joseen Bruckmoser, joven geólogo de Viena, muerto en los Cárpatos en noviembre de 1914 (Tschermak?s Miner. Petrograph. Mittetl. t. 33, n” 3). CuarLes Marrix, de Abergavenny, muerto el 3 de mayo del corriente, á los 33 años. Era conocido por sus investigaciones sobre los Protozoos. (Science, junio 4 de 1915.) 0 PHYSIS Léon GarreTTA y Jean CHaTaNay, naturalistas franceses conocidos por sus publicaciones e :ntomológicas. (Science, enero 20) de 1910.) Dr. Feiix Hana, conocido geólogo alemán, profesor de la asignatura en la Universidad de Munich. (Science, febrero de 1915.) Dr. Max Braxbr, botánico del Museo botánico de Berlín. (Science, lebre- ro 9 de 1gr5.) El capitán S. A. Mac MintawN, que se ocupaba en hacer exploraciones zo0- lógicas en Burma, para el Museo británico. Cuando estalló la guerra, se in- corporó á su regimiento y fué muerto poco después. (The Museums Journal, NV SOLO.) Dr. Jomawxes Scmtunck y Dr. Erico Meer, geólogos del departamento prusiano de geología. (Science, junio 25 de rgr5,) Richard Lydekker. Interesará sin duda á nuestros lectores conocer algunos datos sobre la vida y las obras del paleontólogo Ricnaro Lvypekker, fallecido en Londres el 16 de abril próximo pasado, por tratarse de un autor cuyo nombre está ligado al estudio de nuestra fauna fósil. Extractamos de la revista Nature (N* 2374. abril 29 de 1915) la siguiente noticia que dicho semanario dedica «al que fué hasta pocos días antes de su muerte, uno de sus más constantes colabora- dores ». LyoekkeR era de origen holandés. y había nacido en Inglaterra el año 1849 Se graduó en Cambridge en 1871, y en 187% se incorporó á la (Geological Survey de la India, estrenádose con éxito en la exploración geológica de las montañas de hashmir donde estudió también los mamíferos y las aves. Pronto despertó su interés la gran colección de mamíferos terciarios del museo de Calcutta, que sirvió para su obra Palaeontología Indica. «Pero el material de comparación de que disponía en la India era insufi- ciente, por lo cual Lypekxker resolvió trasladarse á Londres, abandonando su puesto (1882), y consiguió que los ejemplares de Calcutta le fueran remitidos allí para su estudio. En 18857 concluyó su hermosa obra en que describió no sólo aquellos vertebrados terciarios de Siwalik sino también los vertebrados preterciarios de la India. (Al mismo tiempo, Lypekxer preparó el catálogo de los mamiferos fósiles (en cinco partes) del Museo Británico, el cual fué seguido por catálogos seme- jantes de los reptiles y batracios (en cuatro partes, 1888-1890) y de las aves fósiles (1* parte, 1891). Aunque esta obra representa sólo una exposición algo apresurada y superficial del asunto, fué en aquella época de real utilidad, y digna de mencionarse por ser la primera tentativa sistemática para correla- cionar los mamíferos fósiles europeos con los recientemente descubiertos en América. «En 1893 y en 1894, Mr. Lyoekxer visitó la República Argentina, y em- Crónica 71 pleó varios meses en estudiar la maravillosa colección de Vertebrados fósiles del Museo de La Plata. Su obra fué publicada en dos volúmenes hermosamen- te ilustrados (Anales del Museo de La Plata, tomos II y MM) y en ella dió el primer informe satisfactorio sobre varias formas extinguidas particulares de Sud América. » «Sus descripciones de los Getáceos antiguos del Terciario y de los restos de Dinosaurios del Gretáceo son de especial mérito. Las visitas de LypekkerR á la Argentina le indujeron á considerar más detenidamente la necesidad de tener presente los datos paleontológicos al tratar los problemas de la distribución geográfica, y en 1896 publicó su Historia geográfica de los Mamiferos, que es desde diversos puntos de vista su obra más importante y original .» Hasta aquí la Nature. Por nuestra parte debemos agregar que, tratándose de la obra de Lybekxker sobre los fósiles de la Argentina, es imposible dejar de mencionar las publicaciones que F. Amremixo dedicó al estudio y crítica de dicha obra. El que hoy desee consultar la obra de Lybekker no podrá pres- cindir de las observaciones críticas de AMEGHINO. La citada obra de Lyvekker consta de dos volúmenes. El primero(An. Mus. La Plata, t. IL, 1893) comprende : 1? Los Dinosaurios de la Patagonia ; 2? Grá- neos de Cetáceos de Patagonia ; 3? Estudio de los Ungulados argentinos extin- guidos. El segundo (1bud., t. UI, 1895) comprende : 1? Los Edentados extingui- dos de la Argentina : 2” Observaciones suplementarias sobre los Ungulados extinguidos. Además, publicó sobre los mismos temas varias notas breves en algunas revistas inglesas ; pero las principales son las que quedan citadas. Las críticas de F. Aumecurxo referentes á los Ungulados aparecieron en la Revista del Jardín Zoológico de B. Awres, que dirigía entonces el Dr. HoLm- BERG (t. IL, 219-303, 19 tig., 1894). La de los Edentados apareció en la misma revista (t. MI, p. 97-198, 1895), pero quedó incompleta. En efecto, D. Juay Amecnixo nos informa que la mayor parte de esta crí- tica está inédita, pues la parte publicada representa sólo un cuarto ó un tercio del total del manuscrito. Una porción de éste se extravió, y esta fué la causa aparente de la suspensión de la publicación. Hay un apéndice sobre los Car- niceros fósiles, también inédito. Continúa Nature : «Mientras se ocupaba en tareas puramente científicas, Lxypekkek no descuidó la conveniencia de los estudiantes, aficionados y sports- men, y durante sus últimos años la mayor parte de sus numerosos escritos fueron destinados para este objeto. Ya en 1889, contribuyó con el volumen sobre Vertebrados á la 3* edición del Manual de Paleontología de NicnoLson, y en 1891 cooperó con Sir WiLtram Frowex en la Introducción al estudio de los llamiferos. Entre 1893 y 1896 dirigió la edición de le Royal Natural History y personalmente escribió la parte de Vertebrados. Obras de esta naturaleza, le fueron de fácil confección á causa de hallarse entonces ocupado en el arreglo de las colecciones de mamíferos y reptiles del 72 PHYSIS Museo Británico, en el cual estuvo empleado desde 1896 hasta su muerte. No sólo dispuso allí las colecciones de un modo admirable, sino que redactó va- vias guías valiosas. Su última obra fué un Catálogo de los Ungulados del Mu- seo Británico, del cual se publicaron tres partes, y la cuarta, que completaba los Paridigitados, quedó á su muerte cast lista para ser publicada. Lypekkek fué electo miembro de la Royal Society en 1894 y la Sociedad Geológica de Londres le acordó en 1902 el premio LweLz. » «Nature » y el Piroterio. La revista Nature de Londres se ha ocupado en dos ocasiones del artículo de D. Cantos Amecnixo, Le Pyrothérium, Pétage pyrotheréen et les couches « Votostylops : une réponse 4 Mr. Loomis, publicado en el N* 7, t. I, p. 446-460 (1914) de esta revista. Nos interesa dejar constancia en estas mismas páginas, de aquellos artícu- los, particularmente del primero, por cuanto contiene un error de informa- ción, como veremos en seguida En el N* 2373 (Abril 22, 1915) dice Vature : «Cuando el finado Dr. F. Aurcuiso dió el nombre de Pyrothertum á un Ungulado gigantesco de dientes algo parecidos á los de Dinotherium, que proce día del Terciario inferior de la Patagonia, él lo consideró como Proboscídeo. Tal opinión no fué aceptada, empero, por la mayoría de los paleontólogos, y el Dr. Axprews, en el sumario sobre la evolución de los Proboscídeos de su «Guía de la colección de Elefantes del Museo Británico », no menciona aquel vénero. Durante una reciente expedición á la Patagonia enviada por el Gole- gio de Amherst, U. S. A., el Prof. Loomis obtuvo un par de cráneos de Py- rothertum que ha descripto en un volumen publicado por dicho colegio, con el título de The Deseado Formation of Patagonia. Llega á la conclusión de que el Piroterio es realmente un Proboscídeo ; pero su opinión (que es apoyada por el Sr. Cartos Amrenixo, en Puvsis de Diciembre 1914) es relutada por Mr. R. S. Lurz en una crítica publicada en el vol. AXXVIIL, p. 482, del Ameri- can Journal of Science, donde afirma que los caracteres en que se funda Loomis no son de valor taxonómico, y que el Piroterio no puede ser colocado entre los Proboscídeos. La cuestión tiene un importante significado, no solo para la filogenia y la «irradiación » de aquel grupo, sino para la distribución de los mamíferos en general. » Ahora bien, el que no haya leído el artículo de Carnos Amecuino, ó no lo recuerde bien, creerá lógicamente, según el suelto transcripto, que con poste- rioridad á su publicación ha aparecido una refutación por KR. S. Luz, la cual abarcaría también el trabajo de C. Amrenixo. Sin embargo esto no es así. No sólo la crítica que apareció en el American Journal of Science, firmada pork. S. L., es anterior al artículo de C. Amremxo, sino que éste ya lo menciona y á su vez lo refuta, como puede verse en la extensa nota (tomo I, p. 447 de Cronica Pnvsis). Allí hace notar muy claramente €. Amrenixo, que la crítica de R. 5. L. (iniciales que ahora sabemos por Vature que corresponden al paleontólogo norteamericano Mr. LurL) no tiene valor como prueba del carácter no-pro- boscídeo del Piroterio, puesto que no toma en consideración los argumentos de Loomis quien por primera vez ba descripto un cráneo completo, sino que se basa en una opinión de W. B. Scorr, anterior al descubrimiento de Loomis. La autoridad de Scorr en lo que se refiere á los mamiferos antiguos de Pa- tagonia (especialmente á los del santacruceño, que son los que investigó la Expedición de la Universidad de Princeton) es incontestable: pero sería una cxageración suponer que ella puede abarcar los puntos que aquel autor no ha estudiado de un modo especial. Es cierto que se conocían varios restos de Pyrotherium con anterioridad á los de la expedición Loomis. Hay que mencionar de un modo especial los re- cogidos por Tourxouér y estudiados por Gaubry en los Annales de Paléonto- logie (t. L, 1906). y hay que decir también que, basándose en ellos, el ilustre paleontólogo francés llegó á la conclusión de que los Piroterios mo eran Pro- boscídeos ; pero también es cierto que este autor conoció sólo los huesos de las extremidades. Sería sumamente interesante que el Prof. Scorr examinara los cráneos re- cogidos por Loom1s, y diera sobre ellos su opinión : entonces sí podría ésta ser invocada, sea en pro ó en contra de la de Loomas. El otro argumento de R..S. Luz, era que, si la suposición de Loomis fue- ra exacta, habría que admitir una conexión continental entre el África y la América del Sur en el Cretáceo superior, y cree que ésta es una edad dema- siado antigua para la existencia de tal conexión. Á esto también ha respondi- do C. Awrcuixo en la nota citada, demostrando su falta de consistencia. Hay en ello un grave error de lógica, desde que si se probase que los Piroterios eran realmente parientes de los elefantes, habría que admitir aquella unión continental. Negar, pues, lo primero, apoyándose en la imposibilidad de lo segundo, es, como se ve, entrar en un círculo vicioso. El segundo artículo de Nature (N* 2381, Junio 17 de 1915) dice así: «La expedición de Mr. F. B. Loomis, del Colegio de Amherst, dió por resultado el descubrimiento, publicado en rgr4, de que el Pyrotherium era un Proboscí- deo. Loom1s ha referido las capas en que se encontró al Oligoceno. D. Can- Los AmecHIiÑNO (Bol. Soc. Physts, L, 446), afirma que ciertas arcillas arenosas blancas que están debajo de las capas de Pyrotherium y reconocidas por Loo- mis como cretáceas, son las que contienen Notostylops, Notopithecus y otros mamíferos. (. Amecuixo acepta la edad cretácea de esas capas y cree que cl Pyrothertam es un género del Eoceno antiguo. S1 esto se probara, los antepa- sados de los Proboscídeos tendrían que buscarse, como Aurcuro lo dice, en Sud América más bien que cn el África. » 7% PHYSIS Viajes y exploraciones. Probablemente una de las instituciones que en la actualidad está costeando mayores exploraciones con el fin de reunir material de Historia Natural, es el Museo de Nueva York (American Museum). Hace ya muchos años que envía á sus naturalistas no sólo á las regiones inexploradas de Wfrica, Sud América, etc., sino también á Europa, donde es- tudian los ejemplares originales conservados en los más célebres museos. Es- pecialmenteen mamiferos y aves, este Museo aspira á hacer una revisión com- pleta del material de todo el mundo. La expedición de RooskeveLr á la América del Sur fué enviada por el Ame- rican Museum. Leemos en el American Museum Journal (la interesante revista mensual se- mi-popular que este instituto publica además de sus Anales) de Abril 1gr5, que acaba de regresar á Nueva York la expedición enviada por aquel museo, bajo la dirección de Lana y J. P. Cuarrx, al Congo belga, donde ha perma- necido seis años. Han reunido allí una enorme colección, que consta, en cifras redondas, de 16.000 ejemplares de vertebrados solamente, de los cuales 6000 aves y 5000 mamíferos. Los ejemplares vienen acompañados de unas 000 páginas de descripciones y 6000 fotografías. Hay varios especímenes de los cuadrúpedos raros del África Central, tales como el Okapi, el rinoceronte blanco, etc. Hay también abundante material antropológico. Esta colección de aves es la más grande que ha obtenido hasta la fecha el Museo de Nueva York. Anteriormente una gran expedición había explorado una parte del África con idéntico objeto, trayendo también un gran material; pero ésta fué en- 8 viada por el Museo de Washington (U. S. National Museum) y Lué dirigida por RooseveELr. Vemos por la revista anteriormente citada, que Leo E. MtLrerR, uno de los acompañantes de Rooseverr en la última expedición áSud América, ha vuel- to á Colombia, donde ha hecho nuevas adquisiciones. Desde allí ha empren- dido viaje á Bolivia (en marzo de rgr5) donde se propone hacer colecciones zoológicas semejantes á las que ha hecho en Colombia durante cinco años. Con esto, las investigaciones del Museo de Nueva York van á adquirir un ¿nterés más directo para nosotros, pues se extienden á un país cuya fauna es ca gran parte igual á la del N. O. de la Argentina. Hasta ahora se habían li- mitado á la parte central y septentrional de Sud América, de modo que la fauna de la América austral está pobremente representada en aquel musco. Según se nos informa en el Museo de Buenos Aires, el jefe de la sección de Ornitología del de Nueva York, Dr. F. A. Cuarman, se ha dirigido al de esta ciudad pidiendo hacer canje de ejemplares de aves de la Argentina con los ob- tenidos en aquellas expediciones. Este canje ha sido aceptado. —] [S]] CRÓNICA Según vemos en el Geographical Journal de Londres, otra expedición cien- tífica, al mando del Mayor Fawcerr, ha recorrido también recientemente el lerritorio de Bolivia. La misma publicación anuncia (vol. 46, p. 5) que la expedición antártica sueco-Inmglesa, que estaba ya preparada, y que debía zarpar dentro de poco, ha sido suspendida á causa de la guerra. No así la otra expedición antártica, al mando de Sir Ervesr SHAckLETON, quien como se recordará, pasó por Buenos Aires el año último con rumbo á Sud Georgia. El célebre expedicionario, aunque estuvo muy breves días en- tre nosotros, visitó el Museo de Historia Natural de esta ciudad y prometió enviar á él como obsequio duplicados de algunos animales marinos. Según informa la revista Science (Enero 22 de 1915) el Prof. Russuerr D. SarispurY decano de la Escuela de Ciencias Ogden. de la Universidad de CGhi- cago, ha dado en dicha institución una conferencia titulada «En y sobre la Patagonia », reliriendo las observaciones de una estadía de dos meses en aque- lla región. La mencionada revista agrega que el viaje tuvo por objeto ciertos estudios relacionados con la «Geological Survey of Argentina». Nuestra Dirección General de Minas, Geología é Hidrología (á la cual se alude en la frase ante- rior) nos informa que el viaje del distinguido geólogo norteamericano no ha tenido ninguna relación con esa repartición. Debe entenderse, probablemen- te, que se trata de los estudios del Ministerio de Obras Públicas, hechos bajo la dirección de Barzer WiLrts, para servir de base al trazado de los lerrocarri- les patagónicos. No conocemos ninguna publicación que contenga los resultados de los es- tudios de R. Sarissury, los cuales probablemente deben encerrar conclusiones interesantes, según se desprende del reportaje publicado por el diario La Na- ción de ésta (Noviembre 27 de 1912). Según lo que en esa ocasión manifestó, había hecho observaciones que consideraba de importancia sobre la geología de los Andes, en lo referente á su edad y á sus relaciones con las cordilleras del Norte. Habría comprobado asimismo los vestigios de tres períodos glacia- les distintos en los Andes patagónicos. En otro orden de ideas, el explorador se ha manifestado maravillado de la belleza de la región de los lagos del Neu- quén, y convencido de la necesidad de convertirla en un gran parque natural que la proteja contra su inminente destrucción, de acuerdo con el proyecto á que hacemos referencia en otro lugar de esta revista. Resultado de la exploración del Dr. Barrey Wirris que acabamos de men- cionar, es un grueso volumen, £l Norte de la Patagon:o (1914) editado por nuestro Ministerio de Obras Públicas, é impreso en los Estados Unidos, en español. Es una obra llena de referencias interesantes, del punto de vista geo- gráfico deseriptivo y económ'co, acompañadas de buenas fotografías y cartas ; 6 PHYSIS pero no comprende las observaciones de historia natural, por cuya razón no nos detenemos en su análisis. En cambio interesará á nuestros lectores saber que en el citado viaje, el Dr. Barney WiLtis y sus acompañantes coleccionaron una buena cantidad de lósiles de dilerentes formaciones de la Patagonia septentrional. Cuando á su regreso se disponían á transportarlos á Norte América, había aparecido ya la ley nacional sobre yacimientos arqueológicos y paleontológicos (véase Pnvsrs, tomo Í, p. 207). De acuerdo con el artículo 5% de dicha ley, había que dar in- tervención á la dirección del Museo Nacional de Buenos Aires. Esta autorizó la salida de aquellos fósiles para que fueran estudiados en los Estados Unidos, con la condición de que serían devueltos después al Museo Nacional. Hasta ahora no se tiene conocimiento de que el estudio se haya hecho, y por consi- guiente no se conocen las novedades científicas que aquella colección con- tiene. El jefe de la sección de paleontología del Museo de Buenos Aires, D. Garzos Amecnixo, quien fué encargado de examinar los fósiles citados, pudo com- probar la presencia de algunos restos de mamiferos de la fauna del Piroterio. El dato tiene interés por tratarse de una localidad que está situada sobre la línea del ferrocarril que sale de San Antonio y en la actualidad llega á Ma- quinchao, en un punto más ó menos intermediario entre estos dos. Lo que da importancia á este yacimiento piroteriense, es el hecho de hallarse situa- do, en cuanto á latitud geográfica, en una región comprendida entre los ya- cimientos vecinos del Río Chubut y aquellos próximos á la confluencia del Neuquén, de donde proceden los primeros restos conocidos del Pyrotherium. Es verosímil que las condiciones estratigrálicas del yacimiento, explorado por un geólogo como Bare Witris, han de contribuir á dilucidar el debati- do problema de la edad de aquella fauna extinguida. Todo esto hace que se espere con vivo interés la publicación de estos hallazgos. i mediados del mes de agosto próximo pasado llegó á Buenos Aires el re- nombrado botánico, especialista en CGactáceas, Dr. J. N. Rose, adscripto á la Smithsonian Institution de Washington, con el objeto de hacer estudios rela- cionados con su especialidad. Visitó nuestros principales institutos de historia natural con el objeto de conocer el material de Cactáceas que poseían. Encon- lró ejemplares particularmente interesantes en el Instituto de Botánica y Far- macología de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, en la colección part cular del Dr. Srecazzint, en La Plata, y en el gabinete « Darwinion » del Prof. Hickex. En el primero le fueron cedidos varios ejemplares vivos para que los llevara á los Estados Unidos para su estudio, y en el último obtuvo diversos duplicados de Cactáceas conservadas en formol. Entre éstas ha halla- do especies que le eran desconocidas y otras nuevas para la ciencia. También realizó una corta excursión á Mendoza, coleccionando durante una semana en Potrerillos, camino de Uspallata. En Córdoba pudo revisar los CrónICA =] ejemplares de la colección GrisepacH. El Dr. Rose regresó á su país á media- dos del mes de septiembre próximo pasado. ] Protección y estudio de las aves. Entre nosotros es muy poco lo que se ha hecho ó se hace para evitar la desaparición ó diminución de multitud de especies de aves que por alimen- tarse de insectos en general nocivos, son útiles auxiliares de la agricultura y horticultura. Los reglamentos vigentes sobre la caza, se limitan á prohibir en una época del año, la matanza de aves, pero se la permite casi sin limitación en la otra época. Un corto número de especies se enumeran entre aquéllas cuya caza está prohibida en toda época; pero lo más sensible es que no se vigila el cumpli- miento de estas disposiciones, que son sólo letra muerta. Más de una vez he- mos visto, casi á las puertas de la ciudad, en Barracas y en Quilmes, perso- sonas que con sus rifles y en los meses de verano, se entrelenían en matar pájaros de los más útiles (y casi diríamos respetables) como los Horneros (Furnarias rafus). Estas violaciones flagrantes gozan de la mayor impunidad, pues ni la autoridades ni los vecinos se preocupan de ellas. Recientemente ha sido reformada la ley de caza en la provincia de Buenos Aires. Hasta ahora se permitía cazar desde el 1” de abril hasta el 1? de sep- tiembre; pero en vista de que en el mes de abril hay aún varias especies cu- yos pichones no han alcanzado el completo desarrollo, se ha resuelto incluír dicho mes entre los de veda. pero en cambio permitir la caza en el de sep- tiembre; es decir que ahora la veda es desde el 1” de octubre al 1” de mayo. Esta enmienda ha sido inspirada en un buen propósito: pero á nuestro modo de ver es poco acertada. Efectivamente, en el mes de septiembre hay ya mu- chísimas especies que han anidado y han puesto, y es poco oportuno, permi- tirse que las cace en estas condiciones. Hubiera sido preferible que se dejara la ley como estaba ó bien que se incluyera el mes de abril entre los de veda, pe- ro dejando también el de septiembre, esto es, prohibir la caza desde el 1% de septiembre hasta el 1 de mayo. Según esta ley, la caza de los pájaros queda prohibida en toda época, pues lo anterior se refiere 4 «aves de caza ». La municipalidad de Buenos Aires ha dictado una ordenanza para el permiso de venta de aves muertas, de acuerdo con la modificación que acabamos de citar. (Véase el Diario de sesiones de la Comisión Municipal, n* 36, julio 23 de 1915.) Una prueba de lo que acabamos de decir se ha presentado en estos días. En una rotisserte de la calle Florida fueron puestos en venta como una novedad unos huevos de color de verdoso ligeramente azulado que según aseguraban eran excelentes para comer. Examinados en el Museo Nacional por el Dr. 58 PHYSIS Daebexe, resultaron ser del «cuervo de la cañada » (Plegadis quarauna) y pro- cedían de una de las islas del Delta del Paraná, cerca de Campana (provincia de Buenos Aires). La persona que los traía desde allí aseguraba que abunda- ban extraordinariamente. Los primeros ejemplares habían sido recogidos el 1” de septiembre, y el ave había empezado á poner, pues, en los últimos días de agosto. No deja de tener interés la comprobación de la nidificación de esta especie, en esta latitud, en una época tan temprana; pero sería más intere- sante interceder para impedir la destrucción de los huevos. Felizmente el en- sayo gastronómico parece que no prosperará. Leyes adecuadas para la protección racional de las aves, deben tener por base el conocimiento de sus costumbres, migraciones y régimen alimenticio. Sobre este punto la ignorancia en lo que se refiere á nuestras especies es aún muy considerable. Si bien algunos investigadores aislados han proporcionado informaciones útiles y á veces preciosas, falta aún por hacer una investiga- ción sistemática. Esta no ha de ser obra mi de las oficinas del gobierno ni de simples particulares, sean especialistas ó aficionados, sino de las asociaciones de unos y otros para lograr los conocimientos deseados. Sólo mediante la reu- nión de los esfuerzos comunes, en sociedades de investigadores desinteresados y amantes de las aves, se podrá llegar á reunir una suma de datos digna de tomarse en consideración. Lo que en este sentido se ha hecho en Europa y Norte América, es en su mayor parte obra de los aficionados, field-naturalists, ó simples cazadores, de entre los cuales han salido algunos de los primeros ornitólogos. Estas sociedades, con sus miembros distribuídos en todos los puntos del país, se hallan en situación de poder recibir las más variadas informaciones referentes á las migraciones, costumbres, etc., en las diversas localidades ; im- lormaciones que si fueran á obtenerse por vía oficial requerirían la inversión de sumas ingentes. Los clubs ornitológicos de mayor ó menor importancia, son numerosos, sobre todo en Inglaterra y en los Estados Unidos. Según vemos en el Smith- sentan Report for 1913 (p. 469), se ha constituído en este último país una sociedad con el nombre de American Bird Banding Association. Tiene por ob- jeto el estudio de las migraciones de las aves, no ya en el sentido específico, que es sulicientemente conocido, sino en el individual. Esto es, se proponen averiguar en una forma metódica y para las diversas regiones del país, si son siempre los mismos individuos de una determinada especie de ave los que vuelven á un lugar dado después de su emigración. Para esto se les ata en la pata un cartelito especial en forma de anillo, que lleva una inscripción que dice abreviadamente : «Notifíquese al Museo de Nueva York », para que lo haga el que encuentre al ave portadora del cartel. En el año 1912 (á que se refiere el informe citado) no menos de 7500 de estos cartelitos fueron repar- CrónICA 79 idas entre los miembros de la asociación y las personas que lo solicitaban. Así se han obtenido ya algunos resultados interesantes, aunque por ahora insuficientes, pues será necesario proseguir la tarea por unos cuantos años. Asociaciones ormitológicas con idéntico objeto, existían seis en Europa, y la Country Life de Londres ha sido la que ha servido de modelo para este caso á los norteamericanos. El mismo volumen del Smithsonian Report trae un artículo de Mr. Buck- LAND, The value of Birds to Man, en que se expone en forma sencilla y con- cisa todos los beneficios que, directa ó indirectamente, el hombre recibe de las aves. it menudo alguna especie de ave es inculpada de ocasionar ciertos perjui- cios y sin mayores averiguaciones se emprende una lucha contra ella, que concluye por hacerla desaparecer de la región. Más de una vez este procedi- miento ha dado lugar á equivocaciones lamentables. En Nature (julio de 1915) vemos uno de los casos más notables. El cormorán (Phalacrocorar sp.) era acusado en Australia de devorar la cría del salmón. Se entabló la persecución del cormorán y cuando se le hubo hecho desaparecer por completo, se vió con sorpresa que el salmón también habia desaparecido. Entonces se realizaron estudios minuciosos (como lo de- bían haber hecho antes) y resultó que el cormorán no se alimentaba del sal- món, sino de ciertas anguilas y cangrejos que á su vez devoraban los desoves del salmón y he aquí explicada la desaparición de éste junto con la del cor- morán. Una cuestión completamente análoga se presentó después en el Ga- nadá, donde el Phalacrocoraz auritus era acusado del mismo delito; pero en- lonces se-tuvo en cuenta la experiencia adquirida en Australia. En la Revista do Museu Paulista (t. IX, p. 316-338) el Dr. H. vox Inerine á quien se deben algunos de los más importantes trabajos sobre ornitología del Brasil, que hoy continúa en colaboración con su hijo Roporro, se ocupa de este importante asunto, la protección á las aves. Hace un estudio somero de la legislación de los diversos países en esta cuestión y concluye poniendo de relieve el atraso en que los países sudamericanos se hallan desde este punto de vista. Es muy interesante el artículo que el mismo autor publica en la citada Revista (p. 371) sobre las costumbres del ave que los brasileros llaman « Sacy » (Tapera naevia Bob.) y que en la Argentina se conoce por erispin. Esta espe- cie pertenece á la familia de los Gucúlidos ó cuclillos que, como es bien sabi- do, tienen la costumbre de poner sus huevos en los nidos ajenos como nuestro tordo común (Molothrus bonariensis Gm.). el cual pertenece á una familia dis- tinta (Ictéridos). Se sabía ya que los Cúculidos de Norte América no son pa- rásitos, pues se conocen los midos que todos ellos construyen: pero hasta PUYSIS hace poco nada se conocía de las especies sudamericanas de esta familia. El Dr. vox Iuerixé ha podido comprobar que en Sáo Paulo, el crispín pone sus huevos en el nido de Synallaxis Spiet Ser. (pequeño pajarito que vive tam- bién en Buenos Aires). Quiere decir, pues, que los cuclillos sudamericanos tienen los hábitos de los europeos y no los de los norteamericanos. Esta ob- servación viene á confirmar las que ya había hecho Vewrur1 en la Areentina (cf. Harrewr, Novitates Zool., XVI, 159), pues este eximio coleccionista y ob- servador había dicho que nuestro erispín ponía sus huevos, en el Chaco, en los nidos de Synallaxis eonmamomea, y al mismo tiempo anunciaba que Dixerr1 los había hallado en Tucumán en el nido de Syn. superciliosa. El hecho tiene esta particularidad curiosa, de que los cuclillos son considerablemente ma- yores que las Synallawis y seguramente no pueden entrar por la boca del nido (que está hecho al estilo del del leñatero), de modo que no se sabe bien cómo hace para introducir el buevo. lurrive supone que destruirá una por- ción de la pared del nido y por ahílo hará entrar, auxiliándose con el pico y dejando luego á cargo del dueño de casa, la reparación del desperfecto (y además, por supuesto, la incubación del huevo y la cría del pichón). Un censo de las aves en Estados Unidos. — Otro aspecto de los estudios im- tensivos de ornitología, se revela en los datos que sobre este tópico trae The. Auk (AXMIIL, 267), la importante revista que se publica en Cambridge, U. S. A., destinada exclusivamente á esta especialidad. Se trata de un censo que dé en cifras aproximativas el número de indivi- duos de las diversas especies de aves que viven en el país. Un estudio preli- minar en este sentido fué emprendido por el Bureau of the Biological Survey (una oficina especial que tiene á su cargo los estudios de biología*aplicada) en la primavera de 1914, con resultados bastantes satisfactorios. Ahora esta misma oficina solicita la ayuda de los lectores del Auh para que le suminis- tren los informes necesarios. Unos formularios especiales se reparten en todos los distritos de cada estado. Los observadores deben recorrer cada uno, una extensión limitada de unos cuantos acres, y anotar el número de ejemplares que ven en cada recorrida. El firmante del artículo de que tratamos, Mr. E. W. Nerson, espera que para el año próximo se podrán reunir ya los datos principales para este interesante censo. Los parques naturales en el extranjero y en la República Argentina. La conveniencia y utilidad de las reservas de territorios vírgenes, que se co- nocen como «parques naturales », es un asunto que, lo mismo que el de la protección á las aves y mamiferos silvestres, preocupa mucho á los gobiernos, las sociedades y particulares en diversos países extranjeros. Ya no se piensa sólo en tales reservas en sitios más ó menos próximos á las poblaciones, si- no también en tierras lejanas é imhabitadas. Crónica , Si Los lugares elegidos, lo son en general por razones estéticas y cientificas. Así vemos, por ejemplo, que el Prof. H. Gowwewrz manifiesta la convenien- cia de pensar en reservas de tierras aún en las regiones polares, pues asegura que su naturaleza (especialmente su fauna) está alterándose considerablemente á causa de las incursiones de barcos balleneros y otras exploraciones comercia- les. Hace tiempo que viene publicando con ese objeto una serie de memorias sobre la «conservación de los monumentos naturales » (Naturdenkmalpflege). En Nature (Julio 23, 1gr4) el Prof. G. A. J. GrenviiLE acoge calurosa- mente la idea de convertir-en un parque natural las lejanas islas de Spitzberg (en el océano glacial ártico,) cuyas bellezas naturales han sido alabadas por todos los viajeros. Á pesar de esto, ha de ser aquel un parque poco atrayente á causa de sus condiciones meteorológicas ; pero según los geólogos son muy interesantes por presentar en la actualidad un aspecto sumamente parecido al que ha debido ser el de la Europa en la época glacial. El Prof. Joux M. Crarke anuncia en Science (Marzo 12, 1915) la fundación de un nuevo parque natural en Green Lake, cerca de Jamesville, N. Y. El si- tio es sumamente interesante desde el punto de vista geológico, y había sido objeto de estudios especiales por parte de varios geólogos norteamericanos. Durante la época glacial un gran manto de hielo ha cubierto aquel lugar, y luego que éstese retiró, se formaron enormes cataratas que deben haber igua- lado á las del Niágara. El fondo de la antigua cuenca está hoy ocupado por el lago (que da su nombre al lugar), de unos 3o metros de profundidad, y ro- deado por acantilados de unos 60 metros de altura. Aparte de su interés cien- títico, el panorama es de una gran belleza, y posee interesantes especies vege- tales. Ha sido donado á la Universidad del Estado de Nueva York por la Sta. Mary CrLark Tuourson en memoria de su padre Myrow H. Crark, antiguo goberna- dor del estado, con la condición de que será conservado en estado natural co- mo sitio de estudio y de recreo. Este es uno más de los varios parques análogos que posee la Unión, aparte del gran parque nacional de Yellowstone, que puede considerarse como uno de los más grandes monumentos que aquel país legará á la posteridad. Uno de los que más ha trabajado por ellos es Jonx Muir, cuyo fallecimien- to, ocurrido cl 27 de Diciembre pasado, lamentan todos los periódicos cientí- licos de N. América. Murk era conocido como naturalista, explorador y escritor, y recibió por sus méritos títulos honorarios de varias universidades de su país. Su libro Our National Parkes es una de las obras que más contribuyó á la creación de aque- llos parques. Estas ideas han ganado tanto terreno en los Estados Unidos, que existen ya varias docenas de sociedades para su difusión y su realización. Reciente PHYSIS. — T. II 6 S2 PHYSIS mente ha celebrado una asamblea nacional la « Asociación de Sociedades para la conservación de los sitios naturales. » Este espíritu contrasta de una manera notable con la despreocupación ó desdén que en la América latina se tiene por estas cosas. Hasta ahora no han pasado de proyectos todos los que al respecto se han formulado en la Argentina. Lo único positivo que hasta el presente existe, es la cesión, hecha por D. Francisco P. Morrno, de tres leguas de campo de las que el gobierno le había adjudicado como recompensa por sus servicios en la cuestión de límites con Chile, para que sirvieran de base á la fundación de un pargue natural en Nahuel-Huapi. Parece ser que posteriormente el gobierno nacional reservó otros lotes en las inmediaciones. En el viaje á que nos hemos referido en otro lugar, el geólogo Barney Wi uLIS tuvo encargo del Ministerio de Agricultura de proyectar la creación de un gran parque en aquella región. Barney WiLis se ha ocupado mucho, en los Estados Unidos, de estas mis- mas cuestiones, en las que su autoridad es reconocida. Á él se debe, en efecto, la creación de dos grandes parques llamados « Mount Rainier National Park » y «Glacier National Park. » El proyecto que presentó á nuestro ministerio (Dirección General de Agricul- tura y Defensa Agrícola, Boletín N* 2, 14 pág. y un plano, Bs. Aires, 1913) es realmente grandioso, como se comprenderá inmediatamente si decimos que las tres leguas primitivas han sido aumentadas á 440 (cuatrocientas cuarenta le- guas cuadradas). Esta extensión, con ser tan grande, es sólo la mitad del de Yellowstone, U. S. A., y no es, seguramente, exagerada. Incluye por el Nor- te, los lagos Villarino y Falkner, el lago Traful, todo el enorme lago Nahuel Huapi con sus diferentes brazos, los lagos Gutierrez, Mascardi, etc., hasta los de Martín y Steflen por el Sur, cuyo límite sería el río Manso. Por el Este alcanzaría hasta el Limay y por el Oeste hasta el Jímite con Chile. Se exten- dería así desde los 40”22' hasta los 1*36', más ¿ menos, de latitud sud y des- de los 71*3' hasta cerca del 72” de longitud oeste de Greenwich. Juntamente con su proyecto, Bare Winis presentó una hermosa serie de fotografías panorámicas que se exhibieron en el hall del Ministerio de Agri- cultura. Corresponde ahora esperar que esta idea se lleve á la práctica. Reuniones periódicas de sociedades científicas extranjeras. La Association francaise pour l*avancement des sciences (que celebra reuniones anuales en diversas ciudades de Francia desde 1870) realizó su 43* asamblea en el Havre en los últimos días de julio del año pasado. Diversas comunica- ciones importantes han sido presentadas, habiendo concurrido varios delega- dos ingleses. CRÓNICA 83 El presidente de esta reunión, M. Arman Gaurier, disertó sobre el estudio de la oceanografía y su importancia práctica sobre todo desde el punto de vista biológico. Hasta ahora no se tiene noticia de que la reunión correspondiente á 1910 piense celebrarse. La British Association for the Advancement of Science (que celebra sus reu- niones desde 1831), se reunió el año pasado en Australia. Ha sido uno de los más importantes congresos celebrados hasta ahora por esta asociación, aunque el programa quedó en parte trunco á causa de la guerra, que estalló en esos días. El hecho de celebrarse fuera del territorio del Reino Unido le dió un atrac- tivo mayor. Anteriormente se habían verificado otras en Canadá y en el Cabo. Actualmente hay una South African Association independiente de ésta. Se organizaron durante la última reunión diversas excursiones en el terri- torio australiano, para estudiar sobre el terreno varios puntos de su historia natural. Se verificó una excursión á la vecina isla de Tasmania, pero la que estaba proyectada á Nueva Zelandia y que prometía resultados interesantes, se supendió por la causa antes mencionada. El discurso presidencial estuvo á cargo del Prof. Baresow, quien disertó sobre los problemas generales de la evolución y de la herencia orgánicas. Se leyeron varias comunicaciones interesantes referentes á la fauna, flora y geo- logía de Australia en relación con otras regiones del hemisferio austral y par- ticularmente con la Antártica. Entre éstas pueden citarse las de SewaArD y Hrebrex. El primero señaló el hecho notable de la presencia de los Glossopteris paleozoicos en los 85” de latitud sur. Respecto de la reunión de la British Association para el corriente año, mu- cho se discutió sobre la conveniencia de suspenderla por causa de la anómala situación internacional; pero finalmente se ha resuelto celebrarla. Tendrá lugar (á la fecha probablemente ya habrá tenido lugar) en Manchester, pre- sidida por el Prof. Scmustrr, secretario de la Royal Society y su programa será muy reducido. La American Association for the Advancement of Science tuvo su penúltima reunión en Filadelfia en diciembre de 1914, en unión con muchas otras so- ciedades científicas de Estados Unidos. La disertación presidencial estuvo á cargo del Prof. Ebmuxb B. WiLsox, quien habló sobre «algunos aspectos del progreso de la zoología moderna » (Science, enero 1” de 1915); pero en reali- dad trata de temas de biología general. La última reunión debe haberse celebrado em agosto próximo pasado en San Francisco (California), coincidiendo con la exposición que allí tiene lugar. Esta asociación viene celebrando sus reuniones anuales desde 1848. La American Philosophical Society realizó su asamblea anual en Filadelfia 8% PHYSIS en abril 22-24 del corriente año, presidida por W. W. khurrex. El Prof. Wi- Liam Mornis Davis pronunció una conferencia sobre las nuevas pruebas apor- tadas en favor de la hipótesis de Daxwix sobre el origen de los arrecifes de coral. El año pasado (1914) se han dado á la publicidad los resultados de la 85" reunión de los naturalistas y médicos alemanes (Verhandlungen der Gesell- schaft deutscher Natarforscher und Aerzte) que tuvo lugar en Viena el año an- Lerior. Son dos gruesos volúmenes, el primero consagrado á las ciencias médicas y el segundo á las ciencias naturales (en un sentido muy amplio, pues com- prende matemáticas, astronomía, geodesia, física, química, ciencias agrícolas, geografía, mineralogía, geología, botánica, zoología, antropología, etc.). En este tomo, página 121-124, el Sr. R. Haurnaz, antiguo geólogo del Museo de La Plata, se ocupa de los fenómenos glaciales en la Patagonia. También en 1914 han sido publicadas las actas de la 96* reunión anual de la Société helvétique des sciences naturelles, celebrada en Frauenfeld el año an- terior. Contiene, entre otras cosas, la relación del viaje del Prof. Fumrmanx á la parte septentrional de Sud América. La Société Helvétigue celebrará su 97* reunión del 12 al 15 de septiembre del corriente año. Esta reunión coincide con el primer centenario de la fun- dación de esta sociedad. La 13* reunión anual de la South African Association for the Advancemenl of Science debe haberse celebrado en Pretoria del 5 al ro de julio próximo pasado, bajo la presidencia del astrónomo R. T. A. Ixxus. Donaciones para investigaciones científicas. Las donaciones que para diferentes empresas científicas y técnicas se hacen en el extranjero, y especialmente en los Estados Unidos, llegan anualmente á muchos millones. La generosidad de los particulares provee para este fin una fuente inagotable, que viene á descargar al estado de una parte considerable de sus COMPpromisos. Sin referirnos á las obras de caridad ni á aquellas destinadas á favorecer el desarrollo de las ciencias aplicadas, de la medicina, de la agricultura, etc., se encuentran todavía innumerables donaciones para fines de investigación cien- tífica pura. Aun dentro de éstas, las destinadas á las ciencias naturales son frecuentes y cuantiosas. Como ejemplos, damos á continuación noticia de al- gunas de ellas. La señora M. k. Jesue ha dejado en su testamento al Museo de Historia Natural de Nueva York, según vemos en Nature de Londres, la enorme suma de 1.000.000 de libras esterlinas. Para otras instituciones deja 690.000 libras, de las cuales 60.000 para la Universidad de Yale. El esposo de esta señora, que fué en 1882 presidente del citado museo, le donó en vida 200.000 libras Crónica, 5) y á su muerte le legó otras 200.000. Así pues, el Museo de Nueva York ha recibido, sólo de los esposos Jesur, alrededor 16.000.000 (dieciséis millones) de pesos de nuestra moneda. Parecería que difícilmente podría igualarse esta mu- nificencia ; y sin embargo, son ya varias en los Estados Unidos las donaciones que se le aproximan y á veces la exceden. El Dr. Lurmer Daya Warerman ha donado á la Universidad de Indiana 100.000 dólares para investigaciones científicas. Mr. Joy KR. LixocreN, de Chicago, ha hecho donación de la milad de su fortuna, que representa 1.090.000 pesos oro, á la Universidad del Noroeste. (Science, Junio 18, 19109). El Instituto Técnico de Massachusetts ha recibido últimamente de los seño- res CuarLes Haven, T. Coeman Du Ponr y S. Pierre pu Por la suma de 229.000 pesos oro para la construcción de un pabellón de minería. El prime- ro de estos señores había donado anteriormente 900.000 pesos oro para la ad- quisición del terreno en que se construyó el edificio del instituto (Science, Ju- n1O, 1910). Muchas veces estas donaciones son anónimas, lo cual demuestra la falta de vanidad de sus autores. Así por ejemplo, el mismo instituto ha recibido hace poco, en forma anónima la suma de 10.000 pesos oro para la fundación de un laboratorio de físico-química, más 10.000 pesos amuales para el sosteni- miento del mismo. Este establecimiento, que parece ser muy favorecido, ha recibido, lambién en forma anónima dos donaciones más: una de 190.000 y otra de 100.000 dólares para la construcción de habitaciones de los pupilos. (Science, Junio 18, 1910). Una persona que no ha dado su nombre, ha regalado á la Universidad de Cornell 85.000 dólares. Se sabe únicamente que es el mismo que anterior- mente donó 230.000 dólares á la misma universidad. Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. — Revista « Physis ». — Resumen del balance general de recursos y gastos en 1911-1915. — Nómina de los socios. Esta sociedad, fundada el 1* de Julio de 1gr1 con el nombre de Sociedad Puvysis, ha resuelto en la asamblea celebrada el 16 de Agosto del corriente año, adoptar el nombre de Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, reser- vando el nombre de Puvsis para esta revista. Del balance general presentado por la tesorería, extractamos los datos si- guientes. que muestran la marcha económica de la sociedad desde su fundación hasta el 15 de Septiembre próximo pasado. s6 PHYSIS ENTRADAS (hasta Septiembre 15 de 1915) Pesos moneda nacional Guotas socIospactivos qui. a 247.00 » » A o aa ao: 447.00 » » O ota lo NA e 901.00 » » OA O e o 883.00 » » A o agas 886.50 Cuotas socips contribuyentes (IQIA4-1g91D).....ooooooooooooo o. 105.00 Donacion +Hremio atrobel Dr: MARELDE. 0 109-44 » » DESDE ma dRNUA: dura AA 109-44 » ) Dra. DieckmANN DE KYBURG.......... 109.44 Donacion DE HorMBERC a 29.00 ) DERGALLARDO ld dl 90.00 Venta un ejemplar Chloris platensts, obra donada á la Sociedad poricllDa: Ercrrn atao sacra ARA 9.00 Riesmibolso/portrelmapresiones il cod AI 467.00 Subscripción de la Facultad de Ciencias (Universidad de Buenos Aires) á 20 ejemplares de los Nos. 1-8 de Puysts............ 320.00 Patadas varas rata e a 39.7 Venta deímumeros de Puxsista los socios 96.60 Venta'al público en la: Librería del Colegio... 16.50 E AE AN A oo 4714.12 SALIDAS (hasta Septiembre 15 de 1915) Pesos moneda nacional Abonado á Gon Hxos. por impresión de Puxsis : 1912......... 790.45 » ; » MA e. 600.00 » » LOMA A 939-90 » » oo 1360.48 Gastos de franqueo 19g12-I919..... A A NE ao 130.42 Inopresiones diversas IL 93.00 Am ticulos Ade escrito Lo ga A A 64.30 Muebles o A 170.00 Sueldos delicobrador gr 189.00 OOO io e o 38.10 Total. e. is Ao AA 4291.65 (9/2) Y Crónica RESUMEN Pesos moneda nacional Entradas ALO a A a a dd allen ne BA 474.12 SAS TOA o e AI E > 4291.69 Saldo Snca a e A 422.47 Adeudado á la imprenta por impresión del N* 8 de Pnxsis..... 976.80 ERE ie O S 422.47 A o a oo o al 994.33 A continuación damos la nómina de los socios actuales. SOCIO HONORARIO : EbuarDo L. HoLmBere SOCIOS ACTIVOS (1): Briaxcur Liscuerri, Ángel. E MareLtr, Carlos A. * Boxbarerr, Ida. MortotLa, Edelmira. BorbarLÉ, Luis. Nicera, Juan José. * CaArBoNELL, José J. * NierseN, Juan. * Caretre, Eduardo. * PasrorE, Franco. * CriveLLI, Francisco. : Perost, Elías. * DeLÉrTanNG, Luis. Perroccmt, Juana. DeL Poxre, Eduardo. Pouyssícur, Hipólito. * DieckMANN DE KybuRre, Juana G. Rua, José M. de la. * DoeLLo-Jurabo, Martín. * SenNILLOSA, Guillermo. Hormber6G. A. Dago. SobraL, José María. Hosskus, €. Gurt. Sono1s, Ernesto M. Krause Arxiu, Otto. Torres, Luis María. Lizer, Carlos. * -—Varruone, Ildefonso CG. * LLoveras, Carlos. SOCIOS CONTRIBUYENTES : AMBROSETTI, Juan B. GALLARDO, Ángel. Amecntxo, Carlos. Hicken, Cristóbal M. Dasbexe, Roberto. Lio, Miguel (Tucumán). (1) Los fundadores están señalados con un asterisco después del nombre. 88 PHYSIS BIBLIOGRAFÍA Anales de la Sociedad Química Argentina, vol. 1-111, N'* 1-10. Bs. As., 1913-1910. Esta sociedad, fundada en 1913, representa un nuevo aspecto del desarrollo cientí- fico del país. Dado el gran incremento que han tomado los estudios superiores de química en las universidades de Buenos Aires y La Plata, se comprende el estado próspero de la nueva asociación, que cuenta ya varias docenas de miembros. De la actividad de ellos da cuenta la importante revista que aquí mencionamos y de la cual han aparecido ya diez Números. Varios de los arlículos contenidos en ellos interesan más ó menos directamente á la mineralogía ó á la biología, y los naturalistas encontrarán en ellos útiles informaciones. Vemos con el mayor placer la acción útil que, tanto desde el punto de vista leórico como práctico, han empezado á desenvolver nuestros colegas de las escuelas de química. El vasto campo de aplicación que les está reservado dentro de la actividad económica del país, asegura á esta sociedad una importancia cada vez mayor, y su prestigio cien tífico ha de representar dignamente á la República en el extranjero. Revista del Centro Estudiantes de Ingeniería. (Universidad de Buenos Atres.) Tenemos á la vista los N* 155 y 156 de esta Revista, con los cuales se termina el año XV y se inaugura el XVI, respectivamente. Ambos números dan una idea exacta del grado de adelanto á que ha alcanzado esta publicación. Desde los últimos tiempos, cada número comprende de 150 á 200 páginas, y por lo tanto, tres, forman un volu- men. Los quince años de existencia de la revista, representan 31 volúmenes. Esto, en cuanto á las proporciones materiales. El contenido puede calificarse de excelente. Se equivocaría el que, juzgando por el título, supusiera que esta revista es de importancia secundaria, como cosa puramente estudiantil. Su material está notablemente seleccio- nado, obedeciendo ante todo al criterio de la mayor utilidad de sus lectores. Los apuntes de las clases forman una parte importante de cada número. Dichos apuntes se publican por entregas y luego se recopilan en volúmenes que sirven de texto. « Con este siste- ma de los apuntes (dice la misma Revista, N* 156, p. 4) viene á cumplirse en parle los propósitos de una antigua disposición de la Universidad que establecía que cada cale- drático debía formar su texto, debiendo el gobierno publicarlo á sus expensas y ponerlo á la venta, hasta que, cubiertos los gastos, pasaba á ser propiedad del autor. » Los beneficios que de este modo los estudiantes de ingeniería prestan á su propia ense— ñanza, no necesitan ser encarecidos. Además de esta sección, la revista tiene permanentemente otras de temas generales, sección lécnico-cientifica, crónica, varias, etc. El conjunto constituye una publicación de primer orden, no sólo en comparación con otras revistas de estudiantes universitarios, BibLIOGRAFÍA lí) sino con cualquiera de las publicaciones de la misma especialidad. Sus autores, que saben lo que dicen, se expresan así en el informe que la anterior comisión directiva presenta á la asamblea general (No 155, p. 867): «Si hay dentro de la administración que fenece algún capítulo que realmente sea acreedor á vuestro aplauso incondicional y justiciero, es, sin duda alguna la Revista del centro. Ésta ha dejado ya de ser útil y agradable, y es más, mucho más que eso : es imprescindible. Es, sin mengua: y sin modestia, la primera revista técnica del país. » Podemos agregar que esta opinión es compartida por muchos técnicos ajenos á la Facultad. Aparte de su mérito intrínseco, las páginas de la revista muestran una excelente impresión, tipo claro y papel muy bueno, además de abundante, y excelentes dibujos ú fotografías. Como detalle pintoresco y simpático, se nota, intercalada de cuando en cuando entre las fórmulas algebraicas y los dibujos geométricos, alguna composición poética, por ejemplo, la Inmortal de ALmaruerte en el No 155. Este mismo número reproduce, como una interesante curiosidad, el sistema de taqui- grafía de F. AmecHixo. Otro aspecto digno de consideración es la parte administrativa. Leyendo el informe de la comisión directiva á que nos hemos referido anteriormente, se puede apreciar el estado próspero de las finanzas del Centro y su sabio manejo. Hablando con estricta justicia, puede decirse que esta revista hace honor á la Uni- versidad de Buenos Aires, y que sus autores pueden sentirse legítimamente orgullosos. de su obra. Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires. t. XAXVL, 512 pp., 26 láminas y 92 figuras en el texto. Buenos Aires, 1915. Este grueso volumen encierra 21 artículos, la mayor parte de los cuales hemos men-. cionado ya en Puysrs cuando aparecieron las respectivas tiradas aparte. Entre los que no han sido citados figuran los siguientes : FF. Lamure, Apuntes sobre las lampreas argentinas y los acraniotas, p. 361-382, varias figuras. En esta publicación el autor hace una revisión de todos los ciclóstomos que han sido encontrados en muestras aguas y llega á la conclusión de que todas las especies deben reducirse á tres: Myxine glutinosa L. (= M. australis y M. olivacea), Geotria chilensis” = Velasia chilensis, Macrophthalmia ch. y Dionisia patagonica) y Geotria australis (= Exomegas macrostomus). Es muy interesante el hallazgo, hecho en uno de los viajes del crucero Patria, del anfioxo, en las costas de la Provincia de Buenos Aires, á unas 20 millas al E. de Mar del Plata, por 31 y 45 metros de profundidad. Este animal había sido encontrado sola- mente por el Challenger frente á la desembocadura del Río de la Plata y se extiende hasta las costas de los Estados Unidos; pero hasta ahora nunca había sido señalado por los investigadores del país. El autor cree que no es específicamente distinto de Bran- chiostoma lanceolatam (el anfioxo común de Europa), á pesar de que ha sido descripto por SuxpevarL como B. caribaeus. Se inclina á creer que sea una simple variedad de aquél, B. l. var. caribaeus; pero de esto mismo no parece muy convencido, pues dice (p.- 382) que los caracteres diferenciales señalados no serían suficientes para justificar la creación de una especie ni de una variedad, de donde resultaría que ni aún ésta liene razón de ser. 90 PHYSIS Fénix F. Outes, Los asuntos decorativos bíblicos en los objetos de ceremonial pagano Payaguá, pp. 383-401, varias figuras. El autor da á conocer unos objetos arqueológicos curiosos : se trata de unas pipas de madera que:los jefes de los indios Payaguás usaban para fumar, y que llevan dibujos referentes 4 leyendas bíblicas. Estos objetos pertenecen al Museo Británico y al de Montevideo: =— M. D. J. Anales del Museo N. de H. N. de Buenos Aires. Índice de los tomos LXX, 1864-1911. (1914.) Este índice, que constituye un folleto de 32 páginas, será un valioso auxiliar para la consulta de los Anales. Comprende un índice por autores y otro por materias para los veinte primeros tomos. Todos los que hayan tenido que servirse de él habrán podido apreciar su utilidad, y también la pesada tarea que representa su confección. Zeitschrift des deutschen wissenschaftlichen Vereins zur Kultur- und Landeskunde Argentiniens. Heft 1, Buenos Aires 1915 [Junio]. La Sociedad Científica Alemana de Buenos Aires ha comenzado la publicación de esta revista, destinada, como lo indica el título, al estudio de la cultura y del territorio argentinos. La entrega primera contiene dos memorias, una de R. Kraus sobre el cocobacilo de la langosta voladora, y otra de J. KrwbeL sobre el petróleo y su distribución en la Ar- gentina (primera parte), y diversos artículos de crónica y bibliografía, entre ellos uno de W. Krerrer sobre el Instituto Nacional del Profesorado, del cual hace la historia acompañada de los planes y programas, y presenta varias fotografías. En la bibliogra- fía, H. Seckr hace una reseña de esta sociedad y analiza la mayor parte de los artícu- los contenidos en los N* 1-7 de Puysrs. Revista do Museo Paulista. Vol. IX, 533 pág., IA lám. Sáo Paulo, 1914. Este volumen contiene los siguientes artículos : El Museo Paulista en los años 1910, 1911 y 1912, por la Dirección. Necrología : el Dr. Euceso Hussax, por H. voy IneriscG. El extinto era un minera- logista y petrógrafo muy competente, que ha publicado memorias muy importantes. La primera fué sobre las augitoporfiritas de Paranápanema, y en ella demostró que las llamadas « terras róxas » no son más que una descomposición de aquéllas. La prin- cipal parte de su labor fué hecha como miembro de la Comisión geográfica y geológica de Sáo Paulo. La bibliografía que aquí se da (p. 46) comprende 67 números. También fué autor de obras didácticas : su Katechismus der Mineralogie contaba en 1896 cinco ediciones. Necrología : el Dr. Teovmoro PreckoLr, por H. vox ImerixsG. PrckoLr, muy conocido por sus estudios de botánica farmacéutica, nació en Silesia en 1822 y vino al Brasil en 1847 y allí ha permanecido hasta su muerte (»1 de septiembre de 1912). Ha trabajado allí, pues, 65 años y ha pasado los go de edad. Fué un trabajador infatigable, y su obra es reconocida como de primera importancia en la materia. Desde 1863 había recibido los más altos honores académicos en el Brasil y en Europa. Colaboró en las principales revistas de la especialidad. Son célebres sus estudios sobre las plantas me- dicinales y útiles del Brasil. Su bibliografía (p. 79) comprende 12/ números. BinuioGrAría l 91 Otros artículos de H. voy Ineriv6 contenidos en este volumen son : Sobre los monos del género Alouatta (monos carayaes). Distinción de las especies por la forma del hioides, con figuras de este hueso y un mapa de la distribución geográ- fica. Según esto, habría en Sud América cinco especies : Alouatta palliata, desde Co- lombia á Centro América; A. straminea, Colombia y Venezuela; A. senicula, centro del Brasil, Guayanas, parte de Venezuela y Colombia; A. belzebul, mordeste del Bra- sil; A. fuscus, costa atlántica desde Río Grande hasta más allá de Bahía; y A. caraya, parte central sur, extendiéndose bastante hacia oriente y occidente hasta Perú y Ecua- dor. [Según el mapa, A. caraya llega apenas hasta Misiones; pero es sabido que exisle también en Corrientes, como lo dice el autor en el texto.] Sobre los gambás (Didelphys) del Brasil. Existen cuatro especies de comadrejas : PD. marsupialis, D. aurita, D. paraguayensis (= D. Azarae), D. albiventris. Constan la sinoni- mia y bibliografía de todas ellas. La comparación con las especies argentinas ha de dar resultados interesantes. El autor establece, basándose en la forma del tercer premolar superior, una distinción subgenérica : Didelphys s. str. (para D. marsupialis como espe- -cie típica) en que aquel diente es ancho y corto; Leucodelphis, subgénero nuevo (para D. paraguayensis como especie típica) en que el cilado diente es estrecho y comprimido. Es interesante la comprobación de la presencia de D. marsupialis en Pará, al sur del rio Amazonas. Biología y clasificación de los cucúlidos del Brasil y protección á las aves (que ya hemos citado en la Crónica de esta revista). Contribuciones para la ornitología del Brasil (en colaboración com KRonorro vox THeErIx6). De este último autor son los siguientes artículos : Tres Calcídidos parásitos del «bicho del café » (Leucoptera coffeella); mariposas que viven sobre el perezoso: Bra- dypophila Garbei, nm. g. n. sp. (fam. Pyralid.). Diagnosis de una Eucoila (Himenópt.), parásita de las moscas de las frutas; el género Parachartergus (avispas sociales); las especies brasileras de Nilionidos (Coleópt.); JoraGe Marccrave, el primer sabio que estudió la naturaleza del Brasil; dos especies muevas de peces de la familia Cichlidae ; notas entomológicas : una nueva especie de Nilio y un octavo parásito de Leucoptera; bibliografía zoológica del Brasil, 1QL1-1G13. Curr ScmrorrkY contribuye con una valiosa monografía de las Megachile (abejas solitarias) del Brasil. ApoLrHo Ducke publica dos artículos: uno sobre Plerombrus (Himenópt.) y otro sobre enmiendas al Catálogo de los Crisídidos del Brasil del mismo autor. Frascisco IcLesras se ocupa de los /pidae (Coleópt.) del Brasil, con descripción de nuevas especies de Xyleborus. H. LurDerwatLr trata de la biología de varias especies de Pinotus (Coleópt.). Notas preliminares editadas pela Redaccáo do Museu Paulista, por el Dr. H. von Imertwa. Vol. I, fasc. 3%, Sáo Paulo, 1914. El presente folleto de 148 páginas y 3 láminas, comprende dos partes. La primera contiene un catálogo detallado de la colección de moluscos fósiles de la Argentina, de propiedad del autor. Es la gran colección que ha servido de base á la obra del Dr. vox Imerive publicada en los Anales del Museo de Buenos Aires en 1907, cuya importancia no es necesario recordar. En el presente catálogo incluye la descripción y figura de 12 especies muevas de los 92 PHYSIS géneros Myochlamys, Cardium, Marcia, Caecella, Arca, Pododesmus, Mactra, Panopaea, Gibbula, Calliostoma, Siphonalia, Cominella. Este catálogo, dispuesto por orden sistemático, será de gran ulilidad para todos los que se ocupen de estos estudios, pues contiene la procedencia de todos los ejemplares de cada especie, con la indicación geográfica y estratigráfica. Por un error, que el autor nos pide indiquemos, los moluscos fósiles de la forma- ción de Roca, figuran como recogidos por CarLos AÁmecnixo, cuando en realidad lo fueron por el Sr. Tte. Coronel A. A. Romero, como ya lo hizo constar vox ÍuerisG en su obra de 1907. La segunda parte contiene una exposición de los « resultados generales de las inves- ligaciones sobre los terrenos cretáceos y terciarios de la Argentina, su carácter y su edad geológica, como asimismo una exposición sobre las migraciones del mundo ani- mal en el continente americano », escrita en alemán. Esta exposición es muy interesante, pues el autor presenta algunas modificaciones á las ideas anteriormente expuestas por él mismo, y anuncia (p. 144) que es probable- mente la última vez que, en base á sus estudios sobre los moluscos fósiles, se halla en situación de poder contribuír á la solución de los problemas de la geología cemozoica de la Argentina. En el cuadro (p. 147) aparece un error que el Dr. vox lmerivG mismo nos indica : donde dice « Tehuelchien » debe leerse « Puelchien » ó « Puelchense ». Las consideraciones que llevan al autor á su nueva apreciación, son extensas y pro- bablemente han de suscitar nuevas discusiones entre los geólogos. Posteriormente á la publicación de esta obra, el autor ha dado á luz en Zeitschrift f. Ethnol., (B. 46, p. 249) otro extenso artículo, Das Alter des Menschen in Súd-Ameri- lea, en el cual, á pesar de su título, de lo que más se ocupa es de la fauna de mamífe- ros y de sus migraciones en el continente americano y llega á la conclusión de que el hombre ha llegado á Sud América, viniendo del norte, en el Pleistoceno. — M. Doe- llo- Jurado. Revista Chilena de Historia Natural. Año MIX, N” 1-2. Santiago de Chile, Enero-Abril 1915. En la presente entrega, con que el Sr. Porter inicia el tomo 19 de su Revista, se publica el retrato del Dr. HorueerúG y los discursos pronunciados por él y por el Dr. Garrarbo con motivo de la entrega al primero del título de Doctor honoris causa en Ciencias Naturales, aparecidos en el N* 7 de Pnxsrs. El sumario contiene los siguientes artículos : F. Lamure, Apuntes sobre unos peces chilenos. C. E. Porter, Galería de Naturalistas de Chile [Joux A. Worrrsomx]. J. Brirmes, Description d'un nouveau genre el d'une nouvelle espece de Pliliidae du Chili. C. E. Porter, Los Heliasteridae de Chile. A. Horst, Observaciones sobre la biología de la « Tetilla hydrocotylifolia » DC. J. Tuérior, Sur quelques mousses recueillies au Chili par M. Porter. C. E. Porter, Materiales para la fauna carcinológica de Chile, X : el género Pilum- noides. C. Sirva F., Un nuevo microlepidóptero chileno que causa perjuicios ú las papas. Vícror Derrixo, Biología : Transplantaciones de los órganos, cultivos de los tejidos y automatismos viscerales. BinLIoGRArÍíA 93 Moluscos del Alto Paraguay y de Matto-Grosso. (Comissáo de Linhas telegraphicas estrategicas de Matto-Grosso ao Amazonas, Annexo N*5, Mollus- cos, pelo professor Dr. H. vox lueriwG, pp. 1-14, 3 pls., Rio de Janeiro, IQ10.) El autor ha estudiado una pequeña colección de moluscos hecha por el distinguido explorador brasileño Coronel Cáwbibo Roxpox en la región citada. Aunque poco nume- rosa (20 especies), la colección es importante. Contiene la descripción de tres especies nuevas : dos de la familia Achatinidae, Corona Riberoi y Corona Duclei; una Ampulla- ria, A. meta; y dos subespecies nuevas : un Bulimúlido, Drymaeus nigrogularis Riberoi y una Mutelidae, Fossula Balzani mattogrossensis. Todas las formas nuevas van acompa- ñadas de buenos dibujos en colores. Aparte de la comprobación de datos interesantes sobre distribución geográfica ya conocidos por otras publicaciones del Dr. vos ImerivG, es digna de mencionarse la presencia de una Melania (Hemisinus brasiliensis bicinctus) en el sistema del Alto Para- guay, primera que se conoce de esa región. — M. Doello-Jurado. Doctrinas y. descubrimientos, por Frorexrivo Amecuino. Un vol. 265 p.. edición de La Cultura Argentina (textos revisados por ArrreDO J. TorcrLtt). Buenos Aires, 1915. Esla empresa editorial, dirigida por el Dr. IxcemeEros, ha reeditado una serie de obras argentinas, en su mayor parte de carácter sociológico, histórico ó históricocien- tífico (como la de J. M. Ramos Mejía, Las neurosis de los hombres célebres de la histo- ria argentina). El presente volumen comprende tres publicaciones cortas de F. AmecHixo, que es muy cómodo tener reunidas en forma manuable y económica. Entran aquí : la sinopsis geológico-paleontológica publicada en el número extraordinario de La Nación del 25 de mayo de 1910; las conferencias de Paleontología para los profesores de enseñanza secundaria, publicadas por la Universidad de La Plata en 1904 (pero sin las figuras) y el Credo (1906). Además se ha incluído el resumen sobre origen y migraciones de la especie humana, que hemos mencionado en el número 8 de esta revista. El artículo de 1gro es un precioso resumen de las ideas de AmecHivo en su última fase, y es de felicitarse de que se presentara la oportunidad que lo obligó á escribirlo, el año antes de su muerte. Particularmente interesante es la forma en que presenta, desde su punto de vista personal, la sucesión de los pisos y de las faunas desde el cre- táceo hasta la actualidad en la Argentina. La rapidez y la agilidad del estilo demues- tran que el autor está exponiendo opiniones que han llegado á su plena madurez y sobre cuya total exactitud no abriga la menor duda. Esta condición, que en la parle “citada agrega á la exposición un atractivo especial, se vuelve excesiva en la primera parte. Efectivamente, la narración de los primeros períodos, especialmente del paleo- zolco, es quizá demasiado sumaria y algo precipitada. Á esto debe atribuirse probable- mente el que diga, hablando de los tiempos silúricos (pág. 20 de esta edición y pág. 5 de la edición original) : « ... peces primitivos del extinguido grupo de los ganoideos... ». pues es claro que AmecHixo no ignoraba que los ganoideos no son extinguidos, y es sólo una confusión de palabras : ha querido quizás referirse á los Placodermos ó peces aco- razados. Otro lapsus del autor se nota en la página 31: «formación chubutiana ó de las areniscas rojas ». Quiere decir « ó de las areniscas abigarradas ». — D. gA PHYSIS La Geología y Minería argentinas en 1914, por E. Hermrrre, Ingeniero Civil de Minas, Director General de Minas, Geología é Hidrología, 110 pp., numerosas fotografías, dos mapas geológicos esquemáticos, uno de las rocas explotables y uno de los minerales de aplicación. Este trabajo, que es una contribución geológica al Censo Nacional de 1914, se ha publicado con anticipación á la obra general de que forma parte, en virtud de la im- portancia é inlerés actual de los datos que contiene. En la primera parte, el autor hace una reseña histórica del progreso de las investi- gaciones geológicas en el país, que divide en cuatro períodos desde las exploraciones de Darwixy y D'OnnicaY hasta 1910; en esta historia señala claramente el desarrollo y las modificaciones sucesivas que han experimentado las distintas teorías sobre la for- mación de las grandes unidades geológicas sudamericanas, En el último período (1905- 1910) y en un subperíodo actual, caracterizado por el aumento del personal técnico y recursos de la institución, el ingeniero Hermrre nos da un bosquejo general de los conceptos actuales, sobre la constitución geológica del suelo argentino y países limí- trofes, bosquejo que permile percibir con rapidez el conjunto y la asociación de las estructuras del continente. ' La mayor extensión del trabajo se dedica, como es natural, á la industria minera. Enumera y señala en los mapas adjuntos todos los yacimientos minerales de alguna importancia conocidos en el país, y describe los principales, dividiéndolos en no meta- líferos (grupo en que figuran la hulla, el lignito, el petróleo y sus derivados, las sales, y las rocas de aplicación) y metalíferos (estaño, wolfram, oro, plata, plomo, zinc, cobre, vanadio, elc.), para los cuales estudia sus relaciones genéticas con las rocas y con las estructuras geológicas. La presente monografía, sobre cuya importancia nos parece inútil insistir, se com- pleta con una estadística de la producción y una buena bibliografía minera. Los yacimientos minerales de la Puna de Atacama, por el Ing. Juan J. BarxaBé, de la Dirección General de Minas, Geología é Hidrología de la Nación. Boletín del Ministerio de Agricultura, T. MX, N* 3-4, pp. 2834 320, 1915, con numerosos dibujos en el texto. El trabajo consta de tres partes; en la primera el autor describe ligeramente la for- ma geológica de la Puna y estudia el proceso de formación de los yacimientos de sal y borato. : La segunda parte trata de la hidrografía, clima, efectos de la puna sobre el organis- mo, recursos para la vida, y comunicaciones. La tercera parte es una reseña sobre las principales borateras y minas de oro, plala y cobre de la región, y contiene muchos datos interesantes, si bien que casi todos se refieren á la historia y á las condiciones económicas actuales de las explotaciones. Llama la atención el hecho de que en el texto de este trabajo se invita repetidas veces al lector á observar el mapa geológico y.un transparente adjunto, y que ambos faltan en la publicación. La lucha contra la langosta por medio del cocobacilo de d'Hérelle. Conocemos por fin el informe de la comisión nombrada el 21 de Enero de 1914 para dictaminar sobre la eficacia del cocobacilo de vb'HéreLtE en la lucha contra la lan- A A A BisLIo0GRArÍA 03) gosta voladora (Schistocerca paranensis). Dicha comisión estaba presidida por el Prof. Dr. R. Knaus, jefe del Instituto Bacteriológico del Departamento Nacional de Higiene, é integrada con los Dres. F. Lammtr, C. E. Maccio y D. Morarrs. Las experiencias de laboratorio y las comprobaciones sobre el terreno se llevaron á cabo en los meses de enero, febrero y marzo del año pasado. El actual informe, publicado en los Anales del Depto. N. de Higiene (vol. XXII, No 3, pp. 267-291, que lleva la fecha « Mayo y Junio de 1915 », pero que ha sido repar- tido en Julio ó Agosto) es francamente adverso. Sus resultados están sintetizados en las siguientes palabras : «1% El:cocobacilo de nD'HéreLLeE se encuentra normalmente en el intestino de la lan- gosta sana; el bacilo cultivado de langosta sana se ha mostrado también virulento en las inyecciones abdominales y su efecto es mortal dentro de las 24 horas. «22 En el intestino de las langostas muertas espontáneamente también se encuentra el mismo cocobacilo. «30 No es posible la infección de la langosta por ingestión de este cultivo. «4% Los experimentos en el campo resultaron negativos. » Á los mismos resultados llegaba la memoria publicada poco antes aisladamente por el Dr. Kraus en Zeitsch. d. deutschen wissensch. Vereins de Buenos Aires (Heft 1, $. 5-13); pero el autor dice en las últimas líneas que aunque los resultados obtenidos han sido negativos, sería quizá posible «llegar por este camino » á poder combatir la langosta. — D. Expedición á la laguna Iberá, Prov. de Corrientes. Informe del natu- ralista Hipólito Pouysségur.: En los Anales de la Sociedad Científica Argentina, tomos 78 y 79 (1915), se ha publi- cado un extracto de la extensa memoria presentada por el naturalista D. HriróLrro Pouys- SÉGUR, agregado á la expedición que por iniciativa de aquella sociedad se envió á la laguna Iberá en el invierno de 1910, con el objeto principal de estudiar las condicio- nes hidrográficas de la región. Sobre este punto ya ha informado el Sr. Mayor Unanr, jefe de la expedición, en los mismos Anales (t. 72, 1911). Las difíciles condiciones materiales en que la expedición se realizó, han hecho impo- sible, según lo manifiesta el autor, reunir colecciones de historia natural de alguna importancia. Varios cajones debieron ser arrojados al agua á causa de la estrechez de la embarcación. : Transcribimos á continuación las conclusiones á que llega el Sr. PouxssÉcur al final de su informe : « Conclusiones de interés inmediato. — En este orden de conclusiones entran las res- puestas á las preguntas formuladas por la Sociedad científica, conclusiones que son las siguientes : «1% Un estudio mucho más detenido y pacientemente preparado se impone sobre la base aproximada de un proyecto de nueva exploración que presentaremos en opor- tunidad ; «2% La región entendida generalmente por Iberá no es otra cosa que una hoya muy chata, de naturaleza impermeable, alimentada por las precipitaciones atmosféricas. Are- nas cuarzosas saturadas, que descansan sobre los asperones rojos de Itatí-Rincón hasta el Rincón del Socorro y que pertenecen á la formación geológica que hemos llamado 96 PHYSIS mecela mercedeña, y los gres ferruginosos del oeste correntino forman el plato donde se depositan las aguas; «3% Las aguas del Iberá desagótanse desde el extremo norte (el pueblo de Ituzaingó) al Paraná sur por el río Corrientes por una parte y al Uruguay por el Miriñay por otra. Esta disposición es notable; «4* En el estado actual de los conocimientos geológicos del suelo correntino y vistas las discrepancias entre sabios como D"OrniúGyY y Amecuivo y en las precarias condicio- nes en que se llevó á cabo nuestra exploración, queda en suspenso la cuestión del ter- ciario en el Iberá. Nos limitamos á señalar la barranca de Caá-Guazú y la del Aguará- Buguay como puntos de interés en el estudio de ese posible terciario iberano; «5% Respecto á la cronohidrología ó geohidrología la cuchilla de areniscas fuscas que cortan el río Corrientes entre Santa Rosa y Salamanca nos parecen necesitar muy espe- cial estudio. Es posible que ese estudio abone la opinión de que el río Corrientes es reciente con relación al Iberá y que ésta no es sino el resto de una antigua hernia cuya estoma estaba en la región de Ituzaingó; «6% El Iberá es una vasta turbera en formación ; «7" La pobreza de fauna de toda la región del Iberá se explica, después de nuestra comprobación, por su naturaleza misma. «La exploración, á la que le fué casi imposible traer colecciones, ha aumentado el grupo de los moluscos del género Bulimulus con el B. Pouysseguri con que nos ha hon- rado el Dr. E. L. HormberG; «S* Se ha comprobado la existencia de ombúes, pero la exploración nada puede decir sobre la cuestión del centro de dispersión de esta Phylolacacea ; « q" Todos los problemas generales que suscita el Iberá, especialmente los de su fauna y su flora han menester del estudio in situ por muchos especialistas que dispon- gan de comodidad y de tiempo. « Conclusiones de importancia mediata. — Estas conclusiones interesan en alto grado á la geografía económica de las repúblicas del Brasil y del Uruguay tanto como á la nuestra y son problemas que habían de resolverse de común acuerdo. Para la claridad de las deducciones es necesario tener presente que : : « 1% Las aguas del Iberá, cuya cota es de 10 metros superior á la del Paraná en estiaje, en Muzaingó, descienden por el Iberá y luego por el Corrientes por una parle y por el Miriñay por otra, desagotándose en el bajo Paraná (Esquina) y cl Uruguay. (Este segundo desagote es particularmente interesante); «2% Sin poder precisar la profundidad á la que se encuentra el fondo impermeable «ue forma el Iberá, las arenas y sedimentaciones y embalsados convertidos en lurberas alcanzan potencias de dos metros y más, lo que da una constitución que permilirá una canalización ; «3% Las crecientes ó avenidas de los ríos Paraná y Uruguay no coinciden, es decir, que cuando el Paraná crece el Uruguay suele estar en estiaje. « Conclusión. — Libramos á la reflexión de los gobiernos brasileño, uruguayo y del muestro y al estudio de sus ingenieros el proyecto siguiente : « Aprovechando las condiciones excepcionales geográfico hidrológicas de los ríos Pa- raná y Uruguay, del Iberá y de los ríos Corrientes y Miriñay, resolver, en el sentido económico de la navegación de mayor calado del Uruguay y de la evitación de las cre- cientes del Alto Paraná, el problema de la canalización del Iberá. « Ese problema que somos los primeros en indicar y que deducimos del estudio del Iberá, justifica la misión con que nos ha honrado la Sociedad científica argentina. BIBLIOGRAFÍA 07 «Al terminar este informe expresamos el deseo de no morir sin ver realizada esta obra. » La Prospaltella berlesei How. (Nota sobre Prospaltella berleser How. por F. Lamure. An. Mus. Hist. Nat. Bs. Atres, t. XXVII, p. 111-126. 1915). La debatida cuestión de si es ó no la Prospaltella berlesei How. la que ataca á la Diaspis pentagona Tar6.-Vozz. en el país, parece no haber terminado, pues en el pre- sente trabajo el autor saca á luz nuevamente el tema, llegando á la conclusión de que es aquel afelino el endoparásito específico del terrible cóccido nombrado, en contrapo= sición á las opiniones vertidas en otras publicaciones aparecidas últimamente. Dice que en noviembre de 1908 introdujo en el país la avispita benefactora, crián- dola y luego repartiéndola en los alrededores de La Plata é islas del delta del Paraná. Da las descripciones originales y los dibujos correspondientes de algunas Prospal- tellas semejantes á la berlesei y hace la crítica de la separación de P. berlesei How. y P. auranti How., las cuales se diferencian « únicamente por simples y pequeñas dife- rencias en el grado de esbeltez de las antenas y de las alas y por un tinte ahumado apenas perceptible de una pequeña región del ala anterior », caracteres éstos que, según el autor, si « resultasen constantes y sin valores intermedios » autorizarían á creer que se trata únicamente de una variedad. » Más adelante da una descripción de P. berlesei, así como las medidas de las alas, artículos de las antenas y patas. Aquí el Dr. Lamure, refiriéndose al número de arte— jos de las antenas, dice que son nueve y no ocho como afirman los especialistas que se han ocupado de este grupo. Agrega luego, que de las ramas prospaltelizadas á él remitidas por el Prof. BrrLese, nacieron los parásitos á pesar de lo largo del viaje y del pasaje del ecuador. El subs- cripto participa enteramente de esta opinión por haberle ocurrido lo propio el año próximo pasado. En efecto, el Dr. MarceLo Cowrr, delegado á la exposición de Milán, de regreso al país. trajo algunas estacas de morera con Diaspis pentagona prospaltelizadas, estacas que fueron mantenidas en perfectas condiciones durante la travesía. Al poco tiempo nacie- ron aquí 40 insectos, que no difieren absolutamente en nada de los que se obtienen en los alrededores de Buenos Aires. Se deduce de esto, lógicamente, que la P. berlesei, introducida en el país hace algu- nos años, se ha ido difundiendo, sin que por ello se haya observado una diminución sensible de la Diaspis pentagona. Concluye el trabajo haciendo otras consideraciones que giran alrededor del mismo asunto y, en resumen, parece desprenderse de ellas que el autor es un tanto pesimista en cuanto á la eficacia absoluta de la P. berlesei para la destrucción de la D. pentagona. = Ue zer, Nuevas especies de Coleópteros hidrofílidos, por CarLos Brucu. Rev. Mus. La Plata, t. XIX, 2* parte (2* serie, t. VI), pp. 447-470. 1gr5. Las pocas especies que de esta familia se conocían de la Argentina, aumentan de número con las nuevas que describe el Prof. Brucn en este trabajo. La mayor parte de ellas han sido recolectadas por su autor en los charcos de los alre- dedores de La Plata; unas pocas provienen del interior de Ja República. PHYSIS. — T. IE | 98 PHYSIS i continuación van los nombres de las especies nuevas : Hydrophilus longus, Tropisternam dilatatam, T. obesus, Helochares atratus, Fl. ventri- cosus, H. gravidus, Philhydrus obsoletus, Ph. circamcinctus, Ph. scutellaris, Ph. brevius- culus, Paracymus rufocinctus, P. graniformis, Helopeltis cossyphoides, Derallus argentinen— sis, DD. spegazzinii, Spercheus fimbriicollis, Fydrochus corruscans, H. richteri, Ochthebius Franchi, Phaenonotum argentinense, P. spegazzinil, P. régimbarti, P. puneticolle, Pelosoma meridionale, Oosternum sculptum. Acompaña á cada descripción un bien acabado dibujo, ejecutado con la prolijidad que le es característica al autor. — Lizer. Algunos datos sobre el desarrollo postembrionario de un crisomé- lido, Chelimorpha variabilis Bon., por Frekxannbo Tuibox. An. Mus. Vac. Hist. Nat. Bs. Atres, t. XXVII, pp. 83-87. 1915. Da el autor breves datos sobre el desove y «desarrollo de la larva de Chelimorpha variabilis, siendo de lamentar que por muerte de los ejemplares en estudio no haya podido continuar sus observaciones. Agrega al texto algunos dibujos de conjunto y detalle. — Lizer. Coléoptéres exotiques en partie nouveaux, por M. Pic. L'Echange, N> 360, pp- 79-80. 1914. Entre los coleópteros nuevos que el autor describe en este trabajo, aparece una nueva variedad de antícido procedente de la provincia de Mendoza. El Anthicus bruchi Pic v. nov. mendozanus, que con este nombre ha sido designado, se distingue de la forma tipo por la coloración del protórax y élitros. — Lizer. Observaciones sobre algunas hormigas de la República Argentina, por ÁxcrEL GaLLarDO. An. Mus. Hist. Nat. Bs. Aires, t. AXVIL, pp. 1-39. 1910. El director del Museo de Historia Natural, que desde tiempo atrás se viene ocupando del estudio de las hormigas de la Argentina, da en este trabajo el resultado de las obser- vaciones que sobre tales himenópteros ha llevado á cabo durante estos dos últimos años. Las hormigas de las cuales se ocupa son : Ecilon spegazzinii Emery, E. strobeli Maxn, Pseudomyrma mutica Maxr, Pheidole cavifrons Em., Pogonomyrmezx naegeliúi ForeL, Cre- mastoyaster quadriformis Ros., Solenopsis geminata (F.), S. pylades For., Acromyrmez lundi (Guér.), A. lobicornis Em., Cryptocerus iheringi Em., Azteca alfaro: ForkL, Dory- myrmezx exanguis For., D. pyramicus (Rocer), Forelius nigriventris For., Iridomyrmex humilis Maxr, Myrmelachista gallicola Maxk, Brachymyrmez patagonicus Maxr,'Prenole- pis silvestrii Em. var. Kunzleri For., Camponotus mus Roc., C. punctulatus Maxk. El autor hace la descripción del macho de Eciton (Acamatus) spegazzinii Em. y de la hembra de Myrmelachista gallicola Maxk, agregando los dibujos correspondientes. Cryptocerus iheringii Em. ha resultado nuevo para la Argentina. Concluye el trabajo con una clave dicotómica para la determinación genérica de las obreras de hormigas del país. — Lizer. BibLIOGRAEÍA 09 El instinto de las hormigas, por ÁAxceL GaLtarDo. Revista de Filosofía, Año I, N” 4, pp. 1-20. Buenos Aires, julio de 1915. Es un interesante resumen de los conocimientos modernos sobre este tema in- agotable. Agrega varias observaciones propias referentes á especies de muestro país, que están consignadas en el trabajo anterior (Observaciones, etc.). Sur la Prospalangia platensis (n. gen. n. sp.) (Hymén.) et sa biolo- gie, por J. Brermes. An. Soc. Cient. Arg., t. LXXIA, entregas V-VI, pág. 314-320. Mayo-junio 1910. Este nuevo género y especie de calcídido fué encontrado por su autor parasitando las pupas de la mosca doméstica, Stomoxys calcitrans y otras. Además de la descripción morfológica del adulto, da al final del trabajo algunos datos biológicos y varios dibujos de conjunto y de detalle. — Lizer. New neuropteroid insects, native and exotic, por Narman Banks. Pro- ceedings of the Academy of Natural Sciences of Philadelphia, vol. LXVI, p. 608. 1914. Entre los neurópteros nuevos descriptos en este trabajo, se encuentra uno proce- dente de la Argentina, capturado en Chacras de Coria (prov. de Mendoza). Su nombre es Chrysopa chacranella y según su autor es muy parecido á C. nosina Navas. — Lizer. A further contribution to the knowledge of the Orthoptera of Argen- tina, por James A. G. Remy. Proceedings of the Academy of Natural Scien- ces of Philadelphia. Abril 1915. El autor estudia en este trabajo una serie de ortópteros que le fueron remitidos por” los Sres. Essex Perersey, Peoro JÓRGENSEN y por el que subscribe. Es una continuación del que diera á publicidad en los mismos Proceedings el año 1913 y cuya correspondiente nota bibliográfica fué hecha en esta revista. De las 114 especies que trata, 3 son nuevas para la ciencia y 19 nuevas para la Ar- gentina. Los nombres de las primeras son : Ceratinoplera puerilis; Latindia argentina y Nemo- bius [Argizata) hebardi, provenientes de Misiones y Buenos Aires. — €. Lizer. Descriptions and records of Coccidae, por T. D. A. CockereLL y Etiza- BETA Rosixsox. Bull. of the Am. Mus. of Nat. History, vol. XXMII, p. 327. 1914. Describen los autores en este estudio, entre otros cóccidos, el Lecanium perinflatum b. sp., procedente de S. Ana (Misiones) y enviado por el Dr. F. Lamuze. No se indica la planta huésped. — Lizer. 100 PHYSIS Descripción de un género nuevo y una nueva especie de Tisanóptero de la República Argentina, por J. Brérnes. An. Mus. Hist. Nat. Bs. Avres, t. XXVII, pp. 89-92. 1915. Para este nuevo Tisanóptero ha creado el autor el género Austrothrips con la especie A. verae, recogido sobre una basidiomiceta proveniente de Córdoba y hallada por la Sta. Rosario Vera PeñaLosa. — Lizer, Puxsis, N* y, tomo II : Buenos Aires, ro de noviembre de 1915 Nora. Á fin de hacer coincidir exactamente la aparición de cada número con la fecha que lleva, ésta ira siempre al final y en la cubierta de cada uno. Como constancia, queda depositado en la misma fecha, un ejemplar de Puxsis en las siguientes instituciones : Biblioteca de la Facultad de Ciencias E. F. N. (Universidad de Buenos Atres). Museo Nacional de H. N. de Buenos Aires. Museo de La Plata. Sociedad Cientifica Argentina. Biblioteca Nacional. La Dirección. SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIÓN DIRECTIVA (19 151910) Presidentes a SIA Martíy DorrLo-Jurano. VICEPRESTAC E No ERAN: EbuarDo CARETTE. | Juas José Nácena. Secretarios de la Sociedad... É / José J. CarBoNELL. E Secretario de la revisla...... CarLos LizeR. 5 MESOLCRO ES SAA Erías Prost. Administrador de la revista. . Frayco Pastorr. LO OTECANLO A A a d EpeLmmraA MóRrTOLA. Vocal y José M. De La Rua. cales REA AI O a SE / Carros A. Mareunz. Exrracro pe Las BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE IQ IT Y MODIEICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 16 DE AGOSTO DE 191) Esta Sociedad, fundada el 1? de Julio de 1grr con el nombre de Sociedad PHYSIS, tiene por fines principales : : 1? Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Naturales en la Argentina; 2* Publicar una revista científica, que á partir del II tomo lleva el título de PHY- SIS: Á esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; 3" Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio ; 4? Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de leyes que protejan á la fauna y flora del país; 3 Propender á que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- yente y práctica, á fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- raleza ; 6* Empeñarse por que el estudio universitario de estas materias, y especialmente el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde á su 1m- portancia como factor de la cultura nacional. SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES Dirección y administración : Perú 222, Buenos Aires SUMARIO DEL N* 5 (romo 1, pác. 221-292, SEPTIEMBRE 30-19 13): Guido Bonarelli........ Epirogenia y Paleogeografía de Sud América» Roberto Dabbene....... Distribution des oiseauz en Argentine d'apres U'ouvrage de Lord Brabourne el Chubb The Birds of South Ámerica. Luis Maria Torres ..... y Investigaciones antropológicas y geológicas en el litoral ma: Carlos Ameghino...... (-—rítimo sur de la provincia de Buenos Aires. A Angel Gallardo-........ Dos palabras más acerca de la hormiga invasora Trido- myrmex humilis Mayr. Exdmen anátomo-comparativo del encéfalo de a ca y peruanum Meyen, en relación con el de algunos roedores. F LOU AN. v cráneo cerebral. > SUMARIO DEL N* 6 (tomo 1, PAG. 293-390, MARZO J1-1914) Roberto Dabbene....... Distribution des oiseaux en Argentine dL'apres Pouvrage de Lord Brabourne et Chubb The Birds of South. Amo- rica (suite et fin). Carlos A. Marelli....... ¿Enristen nuevas bandas sin tubérculos penriger os correspon- dientes 4 las apierias, en los embriones de Preoseró - adeliae Hombr. y Jacq. ? Carlos A. MarelMi....... Otros datos acerca de los huesos fontanelarios y tale HEUER Outes. Sobre algunos objetos de piedra de forma insólita proce- dentes de Eta Carlos Bruch ........... Descripción de la hembra de Anoploderma (Pathocerus) Wagueri Waterh. Cristóbal M. Hicken .... Dos plantas nuevas y una nueva variedad. SUMARIO DEL N* 7 (romo 1, bác. 398-498, ERE 331-1914) E. Guglialmellic....-.. ) Acción de los colorantes iminos y fenólicos nitrados sobre José J. Carbonell....... y el Paramaeciom caudatum Ehr. pa Carlos A. Marelli. ...... Variaciones de los:huesos del cráneo facial de la alpaca ; (Lama huanacus pacos Linn.). Carlo EA is lo Nota biológica sobre un coleóptero galicola. Roberto Dabbens....... Una ave nueva para la Argentina. Cristóbal M. Hicken.... Algunas plantas de la región del Nahuel- Huapi. Paro: Serie eto ee Notes «V'Erpétologie. Carlos Ameghino...... Le Pyrotkerium, Pétage Pyrothéréen el les couches ió Notostylops. Une réponse 4 Mr. Loomis. M. Doello-Jurado....... Une expérience de laboratoire a prORSS da développement. ' du poulet. SUMARIO DEL N* 8 (romo 1, pá. 499-614, JUNIO 1O=-1QHÓ)'' Observaciones referentes ú los huesos supernamerarios del, y Guido Bonarelli....... - Epirogenia y Paleogeografía de Sud América (conclusión). Eranea Pastarer. 4. bis Estudio geológico y petrográfico de la Sierra del Morro (San Luis). y Roberto Dabbene....... Otras especies de aves nuevas para la Argentina. C. Curt Hosseus........ Algunas plantas de Cabo Raso (Chubut). Carlos A. Marelli....... La capacidad del cráneo de los aborígenes de la Argentina. Carlos IZ eje Trois insectes parasites des plantes nouveaux pour P'Ar- gentine el leur distribution géographique. : Pedro Serié............ Nolas sobre la erpetología del Paraguay. ds uan Brethes mica te cu Nolas entomológicas. A Martín Doello-Jurado.. Nola sobre dos Mycetopoda del Río de la Plata. Martín Doello-Jurado.. Algunos moluscos marinos terciarios procedentes de un vRosg surgente cerca de La Plata. EG A A PIS e a a a a a ol e a 74 PR 7 A E e Eo 4 ¿E + a +3 ra Ty ATEO E EZ E q AS As A E os mí 4 S > e APR 5 1916 Tomo DN Buenos Aires, Febrero 12 de 1916 N* 10 SUN y - PHYS 5 REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SUMARIO | EnisróBal: Mo HlrerEn 00 Plantae Fischerianae. Contribución al conocimiento ; : de la flora del Río Negro (conclusión). José M. SoBraL ..... od Un a granile of Hemsón (Sweder). 0... a ANGEL GALLARDO 7 RA a - Fauna mirmecológica de Tandil y la Ventana... Ricarbo. WICHMANN 2. El estado actual de Monle Hermoso... AR AS Para rd de LOSA o ES CARLOS LEE ed at E Quelques données ea es sur une nouvelle E : mycocécidie de Sagiblaria montevidensis...... ; LAVAR mad NOTO SIO le RLOgra jua dela VEZ as aa % : : E is Comunicaciones >> Rogerro DiBBENE......... Subespecie nueva de Neophloeotomus Schulzi ... (IAREOS FÁMEGHINO e in ro Ceratodus Iheringi de la formación vguaranilica de z AA A SAA OS . CN ENRIQUE DE CARLES Noticia sobre sedimentos cuaternarios con restos hu- manosede lo lc IS AER 3 PEDRO ES ER Ie idas Tres nuevos supuestos Trig igonocé falos Ud qe pS e Juan IBREDHES IS 0 o Caso de precocidad en el naranjo ooo IuaN BRETHES IS El Anopheles anna palprst idolo A AROS ZERO E Ra ES Cantos SPEGAZZINI Cóccido asiático nuevo para la A. a Nola sinonimica E - Movyimewyro SocraL : Personería jurídica. — Los nuevos socios correspondientes. — > La revista Physis. — Excursiones de estudio de los alumnos del doctorado. e Cróxica : Orville A. Derby. — Facultad de Ciencias. — Museo de Historia Natu- Dos ral de B. Atres. — Colección de Roedores, Quirópteros y Marsupiales del Mu- =H40 seo de B. Aires. — La correspondencia de F. Ameghino con H. v. Ihering. E y — Excursiones del Museo de La Plata. — El viaje del D* Blunisehli a la Ar- : gentina. — Estudio de la fauna marina en la provincia de B. Aires y Chubut. — ; o Exploraciones argueológicas en La Rioja. — Viajes y exploraciones. — Reu- niones periódicas «dle sociedades cientificas extranjeras. — Las ciencias naturales TEE .en la América latina. — Carta inédila de F. de Azara. — Donaciones para in- E tivesgaciones cientificas. — Los parques naturales. — Protección y estudio de E las aves. — Conde von Berlepsch. — J.-H. Fabre. — Eberhard Fraas. — La A guerra europea y el movimiento científico. — El hombre fósil en Inglaterra. . 2 A RA A A O O Ss ES =D BUENOS AIRES 2 ds z IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONIL HERMANOS 3 so 1681 — CALLE PERÚ — 084 E > | 1gr6 A AA gu =-1 $ al A ' / HON ¿A * COMISIÓN REDACTORA , yy A . . , . A ¿ E > uE, DE LA REVISTA PILYSIS po NE JS: Prof. Marríx DorLto- Junapo. ios: ER $4 rad » EA q Ing. Agr. Cantos LizeR.- os E A RA Dr. EpuarDo CARETTE. Ne edo). ' 0 Dr, Franco Pastor. RS 3 ) au Dr. JoséiM. pe La Rua. :- ESA ¿A * y ; : > ds 4 4 0 o $ «da e ss ; ; e" UA los estalutos aprobados en la asamblea del e de. caja de o E EN sión Redactora está constituída por el Presidente de la Sociedad como Di PHYSIS, por el Secretario de Redacción, el Vicepresidente, el Admi Ñ revista y un el a pIeEción de la Orión Directiva. eS O ] A A >) “Redactora. PES: y Ñ " Esta revista aparece en números ó ci sin Acha o hi pero, on de menos cuatro números eN o Ad Está consagrada á á las Ciencias Walolas de pre en lo. que O pArgedtina y paises vecinos. el 1 títo ci Boletín de la Sociedad PHYS SIS. Dicho. tomo S e balla « en y venta: a precio, moneda gerona: A AN e LS Ñ A A Dirección y Administración ; PR O: MS 40 y , E Pci e a , BUENOS AIRES. E eS ENS REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SECRETARIO DIRECTOR ADMINISTRADOR CARLOS LIZER M. DOELLO-JURADO FRANCO PASTORE No 10 La fecha va al final de cada número Tomo II Plantae Fischerianae Contribución al conocimiento de la flora del Río Negro. (Conclusión) : POR CRISTOBAL M. HICKEN Profesor de Botánica de la Universidad de Buenos Aires Zygophvllaceae 131. Larrea cuneifolia Cav. — Arbusto muy abundante en los campos altos y también en el valle. SMS SAN O Axe) 132. Larrea divaricata Cav. — Arbusto, muy frecuente en todas partes, tanto en el valle como sobre las barrancas. R., SL., M., P.; Puerto Pirámides. — (F. 1; XI.) 133. Larrea nitida Cav. — Arbusto, menos frecuente que el anterior, pero más abundante en el valle. R., M., SL., Neuquen, Puerto Pirámides. — (F. 58; XI.) Malpighiaceae Gallardoa Hickex nov. gen. Pyramidotorae, Hiraeeae, Mascagntinae. Staminibus decem alternatim fertilibus sterilibusque: glandulis calycinis sessilibus, petalis fimbriatis, stylis tribus fertilibus, omnino liberis: fructu ala dorsale breve laterale hippocrepumorpha praecincto. PENSE 7 > pa PHYSIS Genero Gaudichaudia satis affinis, sed numero stylorum et fabrica staminorum necnon fructu bene distincto. Species unica adhuc cognila in valle Rio Negro incola. Genus cl. A. GALLarDo, muse directorí bonaérensis dicatum. . Gallardoa Fischeri Hicken nov. sp. Frequens in alto plano neenon in decliveis prope Rio Negro. — (F. 10; XMI-XMII.) Lignosa, 50-60 em. alta, ramis opposilis aetate glabrescentibus 3-4 mm. crassts, cylindricis, rectis, in angulo acuto orientibus, novel- lis arcuatis, pilis flavescentibus bifurcatis, ramis aequalibus dense sericeis. Folus lanceolatis, acutis sessilibus vel vix petiolatis, utrinque sericeis, margine revoluto, 8-20 mm. long. 3-5 mm. lat.: sensim angustatis nervo medio inferne emergente: stipulis interpetiolaribus, subulatis, 3 mm. long. vix 1/2 mm. lat.: floribus solitarús pedicells $-12 mm. long. et 1 mm. diam. suffaltis, in apice ramulorum latera- lium articulatis. Floribus 2 cm. diam., calyce 5-sepalo : uno tantam sine ylandulis, reliquis biglandulosis. Glandulis sessilibus, ellipticis, purpureis, 1,5 mm. longis ; sepalis flavescentibus exctus sericels, intus parce pilosis lanceolatis 6 mm. long. 2 mm. lat. Petalis 5, aurantia- cis, unquiculatis, spathulatis, 10-11 mm. long. 2-2,5 mm. lat., mar- gine fimbriato. Androeceo decem filamentis in parle infera tubum stamineum formantibus constituto; fertilibus 5, quam religuis duplo majoribus crasstoribus, regulariter alternantibus. Thecis dorsifizts, ellipsoideis 2 mm. long.; ovario sericeo, ovoideo, 3 mm. alto, in 3 stylis pilosis cylindricis desinente omnino liberis, crassis, D mm. longis, superne paulo incrassatis stigma bilobatam laminare ferentibus. Fructu trinuculato, toro pyramidale, nuculis alatis. Ala seu crista dorsale 4 mm. alta et 9 mm. longa, ab ala marginale fere omnino circumcincta, hippocrepimorpha, longitudinaliter sulcata, superne aperta, 2,5 mm. in parte maxima diametiente ; ramis hippocrepidets 13 mm. longis et $ mm. distantibus. . Cl. WaLrerio Fiscemernio multis meritis botanicis ornato hanc speciem dico. Planta leñosa, de 50-60 cm. alta, ramificada con ramas opuestas, las viejas glabrescentes de 3-/ mm. diám., cilíndricas, rectas, for- mando un ángulo agudo con el eje principal; las nuevas arqueadas, muy sedosas, con pelos amarillentos de dos ramas iguales, Las hojas son lanceoladas, sésiles ó apenas pecioladas, sedosas en ambas caras con el borde doblado, de 8-20 mm. long. y 3-5 mm. lat.; con Cxrisróran M. Hicken : Plantae Fischerianae 103 nervio central saliente por la cara inferior, gradualmente estrechadas en punta aguda. Estípulas interpeciolares aleznadas de 3 mm. long. y apenas 1/2 mam. lat. Flores solitarias, sobre pedículos de 8-12 mm. long. y 1 mm. diám., articulados en la parte terminal de las ramitas laterales, simulando á veces inflorescencias axilares. Flores de 2 em. diám. Gáliz con 5 sépalos, de los cuales / llevan 2 glándulas purpu- rinas sésiles, elípticas, de 1,5 mm. long.; sépalos seríceos exterior- mente, amarillentos, parcamente pilosos del lado interno, lanceolados, de 6 mm. long. y 2 mm. lat. Pétalos 5, unguiculados, espatulados, de 1o-11 mm. long. y 2-2,5 mm. lat., borde fimbriado ; anaranja- dos. Androceo constituído por ro filamentos unidos en la parte inferior en un tubo estaminal. Los 5 fértiles son doble más largos y gruesos que los otros 5 estériles con los que alternan con toda regu- laridad. Anteras dorsifijas, elipsoideas de 2 mm. long. Ovario serí- ceo, ovoideo, de 3mm. alto, terminado en 3 estilos pilosos, cilíindri- cos, libres desde la base, robustos, de 5 mm. long., algo ensanchados hacia arriba, donde llevan un estigma bilobado laminar algo saliente. Fruto de tres núculas insertas sobre una emergencia piramidal. Cada núcula lleva emergencias laminares constituidas del modo que sigue : una cresta dorsal central que emerge unos 4 mm. en una extensión de y mm., que está rodeada incompletamente por una expansión alar lateral. Esta expansión tiene la forma de una herradura abierta hacia arriba por donde pasa la cresta dorsal. Un poco abajo de sus extre- mos se ensancha hasta 2,5 mm. presentando un surco longitudinal. Esta disposición procede de que la herradura está constituida por dos alas que se sueldan hasta más allá de la mitad, separandose después para simular una superficie con surco longitudinal, con excepción de sus extremos donde quedan soldadas hasta arriba. La herradura tiene unos 13 mm. long. por 8 mm. lat. exterior; es de color rojizo, lustrosa y glabrescente. Dedico esta especie al Sr. Warrer Fiscuer, quien se ha conquis- tado méritos botánicos por la valiosa cólección de plantas obtenida en aquellos lugares. Polygalaceae . Polygala Hieronymi Cuob. — Perenne, frecuente sobre las barran- cas y al pie de las colinas. AS ISA) 10 h PHYSIS 136. Polygala Rosei Hickex nov. spec. Frequens in valle. — (F. 258, XI.) Orthopolygala, Pterocarpa, Australes: annualis, ylaberrima. Radix verticalis laevis, feresimplex, flavescens : rami ad collam ra- dicis caespitost, arcuatt, adscendentes, teretes, ad 10 cm. longt, 0,75- l mm. diam. simplices v. superne parce ramulosi; folia dispersa ad ramorum apicem usque, alterna, subcarnosula, glabra, epunctata, uninervia, linearia, 12-20 mm. long. 1-1,5 mm. diam.. apice rotun- data, margine incrassata, basin versus atlenuata. Racemi axillares, ses- siles, pauciflori, 1 cm. long., rachide tenue, glabro, bracteolis ovatis, hyalinis, acutis, 0,5-1 mm. long. caducis ornatt. Flores flavescentes parvi, 3 mm. long. pedicellis brevissimis alternis glabris su/faltt; sepala externa margine hyalina albida, lateralía obtusa elliptica 0,754 mm. long., superum lanceolatim acuttusculum 1-1,25 mm. long.: sepala interna, seu alae, alba, macula longitudinali media flava ornala, elliptica, trinervia, nervo centrale ramificato, lateralibus simplicibus, 2-2,5 mm. long. et 1-1,25 mm. lat.: petala superiora lineari-lan- ceolata 2,75-3 mm. long. hyalina alba, tubo stamineo adnata, care nam superantia: carinae limbus quam ungula alba duplo longior, Jlavidalas, crista duplicr multifida flava. in dimidio antico trifida in postico integra v. vix lobulata, lobulis obtusis: antherae flavae fila- mentorum parte libera dimidio breviores tubo stamineo hyalino gla- bro: ovarium ovatum glabram, stylo arcualto, stigmate dilatato, an- tice paulo concavo tuberculo munito, postice tubere globoso ornato. Capsula sepalis persistentibus paulo accreta, late elliptica, 3 mm. long. et 2,5 mm. lat., viridis, glabra, marginata; semina ellipsoidea 1,5 mm. long. linea ventrale piosa excepta, pilis paucis adspersis munita, apice obtuse rotundata, per aetatem atra, nilida, caruncula nulla v. visx evoluta, vittis stirophiolaribus subhyalinis, linearibus, semina aequilongis vel vix brevioribus, integris vel apicem secus 1-2 denticulatis aut fidis. Ops. Species P. subandinae Puurerr afinis sed folis haud aciculari- bus, racemis axillaribus, alis quam petala superiora brevioribus, crista, capsula alis majore, praecipue discrepat. Claro J. N. Rose in rebus botanicis bene cognito species dicata. Planta anual pequeña glabra de unos ro cm. de altura. La raiz vertical es lisa, amarillenta, casi sin raicecillas laterales. Del cuello salen muchas ramitas cilíndricas delgadas que alcanzan apenas á 1 mm. diám., sencillas ó poco ramificadas hacia la parle superior; hojas alternas y distribuidas laxamente por todo el tallo, Crisróma M. Hicken : Plantae Fischertanae 10) subcarnosas, glabras, no puntuadas, uninervias, con el nervio difí- cilmente visible, lineares, de 12-20 mm. long. y 1-1,9 mm. diám., redondeadas en el ápice y con el borde algo engrosado. Se estrechan paulatinamente hacia la base simulando un breve peciolo. Los raci- mos que apenas tienen 1 cm. long. son axilares, sésiles, con pocas flores; el raquis es muy delgado, glabro y lleva bracteolas aovadas, hialinas, agudas, de 0,5-1 mm. long. y muy caducas. Las flores pequeñas apenas de 3 mm. long. son amarillentas y están sosteni- das por un pedicelo brevísimo; los sépalos son amarillentos con un borde hialino blanco ; los laterales son obtusos, elípticos, de 0,75 á r mm. long., el superior es lanceolado, algo agudo y de 1 á 1,25 mm. long.; los sépalos internos ó alas son blancos, con la parte cen- tral amarillenta, elípticos y aun espatulados, alcanzan de 2 á 2,5 mm. long. por 1 á 1,25 mm. lat., llevan 3 nervios, de los cuales el cen- tral se divide en varias ramitas hacia la parte superior, permane- ciendo indivisos los laterales. Los pétalos superiores son lineares, blancos, hialinos, mayores que las alas, pues alcanzan de 2,7543 mm. long., están soldados en su parte inferior al tubo estaminal y superan en mucho á la carena. El limbo de ésta es amarillo y sobre- pasa en el doble á su uña que es blanca. La cresta es doble, amarilla, multifida, presentando en la mitad anterior tres lóbulos profundos obtusos y la posterior casi entera Ó apenas lobulada. Las anteras amarillas están sostenidas por filamentos, cuya parte libre es doble de la longitud de las tecas y el resto se suelda en un tubo estaminal hialino. El ovario es elipsoideo glabro, terminado en un estilo arqueado que remata en un estigma ensanchado, presentando en su parte anterior una depresión, sobre la que aparece un tubérculo y en su parte posterior otro sésil. La cápsula es anchamente elíptica de 3mm. long. y 2,5 mm. lat., algo más larga que las alas del cáliz que es persistente y lleva en todo su alrededor una estrecha mem- brana marginal; las semillas son elipsoideas de 1,5 mm. long., negras con la edad, lustrosas y con muy pocos pelos, salvo en su parte ventral donde existe una línea pilosa bien manifiesta. El ápice es redondeado y más estrecha la parte de inserción, donde hay una carúncula muy pequeña que puede también faltar. Las cintas de la estrofiola son lineares, de la longitud de la semilla ó apenas meno- res, de borde integro ó con 1 Ó 2 dientecillos ó incisiones hacia el ápice. Es bastante afine á la P. subandina Purieer, de la que se distingue por sus hojas no aciculares, por los racimos axilares, por las alas más 106 PHYSIS breves que los pétalos superiores, por la forma de la cresta, por la cápsula que es algo más larga que las alas, etc. Me complazco en dedicar esta especie al Dr. J. N. Rose, bien conocido por sus estudios sobre las Cactáceas y á quien la botánica argentina debe valiosas contribuciones. 2») 137. Bredemeyera microphylla (Gr1seb.) Hierox. — Mata leñosa, de las barrancas y conglomerados. Ct., M., C., Río Colorado, Río Negro. — (F. 26; XI.) 138. Monnina dictyocarpa GrisebB. — Mezclada con las anteriores. C.. Pampa, RN. — (F. 209; XII.) Euphorbiaceae 139. Croton ? malpighipilus Hickex nov. spec. — Arbustito que no escasea sobre el altiplano, entre los conglomerados. — (F. 190; EEN) Dioica, rigide lignosa usque ad 30 em. alta, rama principale 15 mm. diam. altingente, cortice plusminusve fissa, cicatricosa, mox ramificata: ramulis novellis foliatis, folus alternis, ellipticis, sessilibas, acutis, plicatis, parum arcuatis, 5-7 mm. longis et 2-2,5 mm. latis, margine integerrimo et glandula apicale elliptica sat magna donata: ulrinque sericets, densissime pilis malpighiacets bifarcatis, ramis inaequalibus obtectis. Floribus masculis deficientibus, Q* brevissime pedicellatis, fere sessilibus, axillaribus, solitarus vel binis. Calyce profunde 5-partio: lobulis lanceolatis, acutis ad 1,5 mm. longis, extus pilosissimis. Pelalis 5, sepalis duplo longioribus, lineari-lanceo- latis, integerrimis, pagina externa hispida, flavicante, interna glabra: 3 mm. long. et 0,75 mm. lat. Sine vestigio staminale. Ovario setosts- simo, tribus stylis omnino liberis ornato: stylis laminaribus, parum plicatis, breviter bifidis, glaberrimis. Loculis uniovulalis, ovulo pen- dulo, capsula tricocca ellipsoudea. Poseo tres ejemplares bien desarrollados de esta euforbiácea que es muy abundante en la meseta, donde se desarrolla, ya achapa- rrada sobre el suelo, ya erecta en forma de arbustito. Es posible que observando los ejemplares masculinos. se hallen diferencias más acentuadas aun con el género en que provisoriamente la he colo- cado y pueda crearse con ella un género propio; mientras tanto doy la descripción de la planta femenina. Planta dioica leñosa hasta 30 cm. alta; con el tallo principal hasta 1/42. Lia! Mo ES Crisrópan M. Hickey : Plantae Fischerianae 107 15 mm. diám., ramificado desde muy cerca de la base, con la cor- teza muy resquebrajada, cicatricosa ; ramitas nuevas con hojas alter- nas, elípticas, sésiles, agudas, plegadas sobre el nervio. medio y arqueadas, de 5-7 mm. long. y 2-2,5 mum. lal., borde integro y con una glándula apical relativamente grande; entrenudos muy cor- tos. Ambas caras muy sedosas, plateadas, cubiertas como las ramas y ramitas con pelos bifurcados de ramas desiguales. Flores mascu- linas desconocidas; las femeninas brevísimamente pediculadas, casi sésiles, axilares, solitarias ó de á 2. Cáliz profundamente 5-partido con lóbulos lanceolados, agudos de 1,5 mm. long. exteriormente muy pilosos. Pétalos 5, del doble largo del cáliz, por fuera híspidos, lineal lanceolados, integérrimos, amarillentos, por dentro glabros; de 3 mm. long. por 0,75 mm. lat. No existe vestigio de androceo. Ovario muy setoso, con tres estilos libres desde la base; estilos lami- res algo plegados, brevemente bifidos en el ápice, glabérrimos. En cada lóculo hay un óvulo colgante; fruto tricoco, elipsoideo. . Aonikena patagonica SPEG. — Anual; frecuente en la arena que hay al pie de las barrancas del lado norte del valle. Chubut, Sta. Cruz. — (F. 148; X.) . Euphorbia ovalifolia ExceLM. v. argentina MúLL. ArG. —Anual; no es rara entre la zona alta y la llanura aluvional en suelo arenoso y de guijarros finos. Cos alas 1%. == (116 1098 QQ) Euphorbia peplus L. — Anual, frecuente en las tierras fértiles y en toda la zona irrigable. Europa. — BA., C., SL. — (F. 255; L.) , Euphorbia portulacoides SpreNG. — Perenne; entre la arena de los torrentes, en las quebradas y en los médanos. Urug., Chile, Bolivia. — Desde J. hasta la Patagonia austral. — (F. 31; ISI) Anacardiaceae . Schinus dependens OrteGa. — Arbusto; no escasea al borde de los torrentes, en las barrancas y esparcido por el valle. Perú, Bolivia, Parag. — M., SL., C., P., RN., Pat., Sta. Cruz. — (F. LIS: A) 108 PHYSIS Rhamnaceae 145. Condalía lineata A. Grax. — Arbusto, frecuente en las tierras arci- llosas del valle. (Co loo loo 1950 UNO = (139 1105 JlMlelloy Malvaceae 146. Sphaeralcea bonaeriensis (Cav.) GrIsEB. var. laciniatla K. Scnm. — Perenne, frecuente por todas partes. COSMO SIBAS ER 120 (E AXIQUT) 147. Sphaeralcea mintata (Cav.) Space. — Perenne, igual distribución que la anterior. Brasil austr., Urug. — BA., €. — (F. 74; XLIII.) 148. Malva nicaensis AL. — Perenne; abunda al borde de los caminos y en la zona de cultivo. Europa merid., Urug. — J., C., RN., P., ER., BA. —(F. 223; X-XI.) 149. Sida leprosa (Ort.) K. Scam. — Perenne; frecuente en tierras algo saladas. Méjico, Antillas, Urug. — BA., RN. — (F. 210; XU-1I1.) 150. Sida linoides (HieroN.) SpeG. — Anual ó perenne; en los médanos ribereños, del pie de las barrancas y en la zona intermediaria entre los campos altos y los de la zona cultivada. EN., Chubut. — (F. 93; X-XIT.) 1591. Cristaria helerophylla (Cav.) Hook. Arx. — Perenne, abunda en el altiplano y en el lecho de los torrentes. Atacama. — M., R., Neuquen. — (F. 193; XMI-XII.) Frankeniaceae 152. Frankenia Fischeri Hickex nov. spec. — Mata subleñosa, que abunda en los terrenos altos entre conglomerados y al pie de las co- linas. — (F. 21; XII.) Planta fruticosa, erecta usque ad 40 cm. alta: ramis oppostls, cylindricis 2 mm. diametientibus, puberulis, punctatis. Internodus 15-25 mm. longis. Folis paucis, caducis, linearibus 6-8 mm. longis, 1 mm. latis, revolutis, ut petiolo 1 mm. longo vaginaque puberulis, nervo centrale unico pagina inferiore emergente. Inflorescentia pauci- Ot Qi Crisrópat M. Hicken : Plantae Fischerianae 109 Jlora, terminale, dichotoma 15 mm. alta, floribus 3-0, sessilibus, her- maphroditis. Calyce gamosepalo, tubuloso 7 mm. lonyo, 5-dentato, dentibus brevissimis, sulcato, fusco, puberulo. Corolla 5-petala, peta- lis liberis, quam calyce paulo majoribus, ligulatis, albís. Stamini- bus sex, longe exsertis, filamentis ad basin dilatatis, paululum in tubo brevi connatis, antheris fuscis. Ovario unidloculare, ovulis tribus, fila- mentis longissunis ad placentationem basilarem centralem insertis. Stylo unico terminale, trifido, stigmatibus sphaericis. Planta erecta hasta o cm. alta, con ramitas opuestas cilíndricas hasta de 2 mm. diám., pubérulas, puntuadas. Internodios de 15-25 mm. long. Hojas opuestas, caducas, lineares, de 6-8 mm. long. y 1 mm. lat., sostenidas por un peciolo de 1 mm. long. que se ensan- cha en vagina semiabrazadora. Borde de la hoja muy plegado, cara inferior pubérula, con nervio central saliente, superior glabriúscula. Inflorescencias en cimas paucifloras dicótomas terminales de 15 mm. de alto. Flores sentadas, hermafroditas; cáliz gamosépalo tubular de 7 mm. long. 5- dentado, surcado, rojizo, pubérulo, dientes brevísi- mos. Corola de 5 pétalos libres algo más largos que el cáliz, ligulados, blancos. Estambres 6, largamente exsertos, filamentos ensanchados hacia la base y débilmente soldados en tubo, libres hacia arriba, anteras rojizas. Ovario unilocular, placentacion basal central con 3 óvulos sostenidos por filamentos larguísimos. Estilo largo partido hacia arriba en tres ramas terminadas por estigmas esféricos. Obs. Esta planta difiere notablemente de todas las especies de Franke- O > nia hasta ahora citadas para la Argentina y no puede compararse con ninguna de ellas por su aspecto casi afilo, por sus ramitas rígi— das algo flexuosas y por su inflorescencia laxa y pobre. Loasaceae . Mentzelia albescens Gr1seB. — Perenne; en suelo arcilloso al pie de las barrancas y también entre las arenas ribereñas. Méjico, Chile. — Ct., M., C., SL. — (F. 61; XMI-XIT.) Cactaceae . Echinopsis melanopotamica Spec. — No es abundante; se halla en en la meseta y en las partes áridas del valle. Neuquen, Río Negro. — (F. 217; XII.) 110 PHYSIS 155. Opuntia Darwinúu Messi. — No muy frecuente; vive en los mismos hagares que la anterior. Río Sta. Gruz, Pto. Deseado, Ghub., RN. — (EF. 218; XIL.) 156. Pterocactus Kuntzet K. Scam. — Perenne; frecuente en las barran- cas al borde de los torrentes y en las dunas septentrionales del valle. Andes de M., valle del Río Negro. — (F. 153: XI.) Lythraceae 197. Lylhrum hyssopifolia L. — Anual; abunda en la zona de irrigación y en tierras algo saladas. Casi cosmopol., Urug. — BA., C., RN. — (F. 167; XMI-XI[.) Onagraceae 158. Oenothera chilensis (Bert.) Drerr. — Anual; frecuente en todos los campos arcillosos. Chile central. — Nahuel-Huapi, Limay, Chub. — (F. 85; IX-X.) 159. Oenothera odorata Jaco. — Anual; entre las arenas y en la zona inundable. Chile central austral. — BA., C., P., M., RN. — (F. 86; XI-1.) MHalorrhagidaceae 160. Myriophyllum elatinoiwdes Gaub. — En lagunas y en los canales de corriente mansa. Tasmania, Méjico, Chile, Bolivia. — Pat., Malvinas, Fueg., Chub. — (F. 9702 AQUEL y Umbelliferae 161. Hydrocotyle umbellata L. var. bonariensis (Lam.) SrrexG. — Peren- ne; en proximidad de los canales en toda la zona irrigada. Perú, Chile, Urug. — En toda la RA. — (F. 251; 1.) 1692. Bowlesia tenera Serexo. — Anual; muy frecuente en los jardines, rastrojos y cultivos. Perú, Chile, Brasil austr., Urug. — ER., BA., C., S., Chub. — (F. 119; X-XIL.) 163. Asterisciam fimbriatum Sec. — Perenne; sobre las barrancas. 166. 107. 168. 169. Crisróran M. Hickex : Plantae Fischerianae EN Hasta ahora sólo se conocía de regiones mucho más australes próxi- mas al Lago Argentino. — (Y. 171; XI.) . Mulinam spíosam Pers. — Subleñosa; abunda entre los conglo- merados, en las quebradas y al borde de los torrentes. Chile. — Sierra de la Ventana, Pat., Sta. Cruz, Neuq., €., M. — (F. 189; XI.) . Sanicula patagonica See6. — En todos los campos arcillosos y tam- bién entre arenas al pie de las barrancas. Limay y Neuq., Río Color. — (F. 82 y 149; X.) Eryngtum Kurtz Hicken. — Anual; en la zona de irrigación en tie- rras húmedas y al borde de bañados. RN., BA. — (F. 234; MU.) Contum maculatam L. — Bianual. Es rara y sólo junto á los cami- nos de las chacras. Europa, América boreal y merid., Chile, Urug. — En casi toda la RA. — (E XIEL.) Apium ammt (Jaco.) Urb. — Anual; en campos próximos al río y canales. En toda la América merid. — Toda la RA. — (F. 267; 1.) Foeniculum vulgare Miux. — Anual; al borde de caminos y orillas de los canales. Europa merid., Chile, Urug. — ER., BA., G., Ct., R., SF., P. — (F. 281; HM-IIL.) . Daucus carota L. — Bianual; en rastrojos. Originaria de Europa y Asia. — Espontánea algunas veces en la RA. — (F. 242; MILL.) . Daucus pusillus Micux. — Anual; abunda en todos los campos y especialmente en rastrojos. América del N., Brasil, Urug., Chile. — BA., ER., C., RN. —(F. 83; XI.) Primulaceae . Androsace Salasí Kurtz. — Anual; en el plano alto, entre los con- glomerados, en suelos duros y expuestos. M., Pat. — (F. 133; IX.) —] — - | (9/9) 180. PHYSIS Oleaceae Menodora integrifolia (Guam. ScmL.) Sreub. — Arbustito, de las tierras bajas, arcillosas y pobres de humus. Río Color., RN. — (F. 221; XII.) . Menodora robusta (BrH.) Asa Grax. — Arbustito, de las tierras altas en suelos denudados. Ghub == (E. 083 X.) Loganiaceae . Buddleia globosa Lam. — Arbusto algo frecuente en el valle y á ori- llas del río. Nahuel-Huapi, Neuq., Chub. — (F. 179; XI.) Asclepiadaceae Turrigera inconspicua Decsxe. -— Anual; en caminos, campos y á orillas de los canales. P., Bahía Blanca, Río Color. — (F. 107; 1-1.) . Oxystelma Gulliest (H. Ary.) Scam. — Perenne; abunda mezclada con la anterior. Urug. — BA... (:, P., M., R., Ct. J.,4S., Pat: — (ESO pp cin) . Tweediía Brunonis H. Ary. — Perenne; no escasea en los suelos arenosos próximos al río. Bolivia. — Sgo., SL., C., Ct., M., Bahía Blanca. — (F. 110 p. pt.; I-II.) Convolvulaceae . Cressa australis KR. Br. var. petiolata MuissN. — Perenne; no es. abundante, hallándose en los terrenos arcillosos del alto. BA., Bahía Blanca. — (F. 239; XII.) Convolvulus arvensis L. — Perenne (2); frecuente en toda la zona cultivada, en campos y jardines. Europa, Méjico, Chile, Urug. — En casi toda la RA. — (F. 214; XII.) Ju [0/) Ln) = (9/9) N 186. 190. Cristóran M. Hicken : Plantae Fischerianae 113 Polemoniaceae . Gilia crassifolia Bru. — Anual; muy frecuente en toda la zona explorada. Atacama, Chile central. — M. — (F. 134; X.) . Gilía laciniata KR. Pav. var. erecta (Hieron.) Brawb. — Anual; en la región alta en tierras arcillosas, también en la parte intermediaria con las tierras del valle. Ct., RN., Chub., Río Deseado, SC. — (F. 142; X-XI.) . Gilia valdiviensis Griseg. — Anual; en todos los campos. Atacama, Valdivia. — Río Gallegos, RN. — (F. 57 y 128; 2.) Hydrophvllaceae . Phacelía artemistoides GriseB. -— Anual; por todas partes, tanto en el altiplano como en el valle. S., C., M., BA., Sierra Ventana, Sta. Cruz. — (F. 39; IX-X.) Borraginaceae . Heliotropium chrysanthum Pam. — Perenne; en los médanos que se hallan al pie de las barrancas septentrionales. Ct., M. — (F. 101; XII-IT.) Heltotropium curassavicam L. — Anual; planta rara que suele hallarse en tierras algo saladas, al borde de caminos y orillas de canales. América central y merid. — Mis., C., BA., RN. — (F. 230; XIL-IIL.) . Heliotropium paronychioides DC. — Anual; en tierras arenosas pró- ximas á las barrancas. Chile central. — Nahuel-Huapi, Chub. — (F. 264; XU-IMI.) . Pectocarya chilensis DC. — Anual; en todos los campos. Chile central. — Patagonia austral, KN. — (F. 123; IX-X.) . Echinospermum Redowshkuú (Hooke) Leum. — Anual; por todas partes. Siberia. — M. — (F. 124; IX-X.) Allocarya uliginosa (PuL.) GreeNE. — Anual; en bañados y á ori- llas del río y canales. Chile central. — Nahuel-Huapi. — (F. 135; X-XI.) 102. 0) 199. 194. 190: 196. 197. 199. 190: PHYSIS Imsinkiia angustifolia Lema. — Anual. En todas partes y también en los médanos. Chile central, Magallanes. — T. del Fuego. — (F. 81; IX.) Imsinkia angustifolia Lemm. var. microcarpa SreG. — Anual; en todos los campos. Por toda la Patagonia. — (F. 131; IX-X.) Verbenaceae Verbena aspera Gir. et Hook. — Mata leñosa; muy abundante en la zona alta en suelos arcillosos y entre los conglomerados. Perú. — M., Pat., RN. — (F. 25 y 8g; X-I.) Verbena bonariensis L. — Bianual (?); se halla en la zona de irri- gación. Chile, Brasil merid., Urug. — BA. ER. Ct, TM ANS XII.) Verbena connatibracteata OK. — Mata leñosa; al sur del río entre pedregullo y al borde de los torrentes. Wo, Clavos = (e 1083 IX.) Verbena crithmifolia Gir. et Hook. — Semileñosa; en suelos arci- llosos altos y entre los conglomerados. AC PANTEON) Verbena flava GaLL. et Hoox. — Perenne; no es rara en tierras are- nosas y en los médanos próximos al río y al pie de las barrancas. M., Neuq., RN. — (F. 59; XE-XI.) Verbena qracilescens Cuam. — Perenne; en la zona de irrigación y al borde de los canales. Bolivia, Chile. = BAS ER Co DS RAN: (E02005 MI.) Verbena seriphioides GarL. et Hook. — Leñosa. Tanto en los suelos arcillosos de la zona irrigada como en los médanos. Antofagasta. — J., M., P., RN., Río Color. — (Y. 24; X-XIL.) . Lippia nodiflora (L.) Ricn. — Perenne; busca las regiones húme- das, borde de canales y lagunas. En toda la zona trop. y subtrop. — Toda la RA. -— (F. 105; MIL-UL) - Lippia trifida Remy. — Leñosa; en tierras duras y denudadas del alto plano. Tarapacá. — M., SL., RN. — (ss IE Curistóran M. Hicken : Plantae Fischertanae 11) Labiatae 202. Marrubium vulgare L. — Perenne; noes abundante y vive en la zona cultivada, al borde de caminos, canales y corrales. Europa. En toda la RA. — (F. 114; IX.) 203. Mentha piperila L. — Perenne; próxima á los canales y en campos sometidos al riego. Europa, Asia templada; América boreal y merid. — BA., P., RN. — (F. 2775 UIT.) Solanaceae 204. Grabowskia Ameghinol (SrEG.) SpPeG. — Arbusto de toda clase de tierras, aun de las saladas, y tan frecuente en el valle como en el alto plano. Patagonia central. — (F. 132; X.) 205. Lycium floribundam Dux. — Arbusto; común en todos los campos, hasta en tierras algo saladas. Voy Cliso Milos Silos UN = (18 E0s IM) 206. Lycium pubescens Miers. — Arbusto; muy frecuente en todas partes. Bahía Blanca, Río Colorado. — (F. 17; IX.) 207. Lycium Wilckesú Barr. — Arbusto no abundante y que suele crecer solitario en todos los campos. Sierra de la Ventana. — (F. 112; V-IX.,) 208. Solanum eleagnifolium Cav. — Perenne; en la meseta y al pie de las colinas; no es frecuente. Méjico, Chile, Urug. — En casi toda la RA. — (F. 238; MILI.) 209. Solanum enacantham Pu. — Anual; en los suelos arcillosos entre la zona alta y las tierras del valle. Hasta ahora sólo conocida de Mendoza. — (F. 100; XII-[.) 210. Solanum marttimum Mex. — Anual; muy abundante en todos los médanos y también en las tierras arcillosas de las barrancas y orillas del río. Chub., RN. — (F. 215; XL) 211. Jaborosa andina Kukrrz — Anual ó bianual; abunda en los méda- nos ribereños. Sólo se conocía de los Andes de Uspallata. — (F. 34; IX.) 116 212. 218. 210) e 220. 2212 PHYSIS Trechonaeles leucotricha Sex. — Bianual ó perenne; no es abun- dante, hallándose en suelos arenosos al pie de las barrancas. Limay y Neuquen; Pto. Madryn. — (F. 195; IX.) 3. Fabiana patagonica Serc. — Arbustito. Vive en la meseta en tierras arcillosas y entre los conglomerados. RN., Chub., SC. — (F. 116; 152; XM-XI.) . Nicotiana monticola Dux. — Anual; no es rara entre la arena al pie de las barrancas y á orillas del río. Tarapacá, Chile central. — Toda Patagonia. — (F. 84; X.) . Peltunia parviflora Juss. — Perenne ?; suele criarse á orillas del río y en tierras próximas á los bañados. América trop., Urug. — BA., ER.. SF., Ct. — (F. 265; XIL-1IHT.) Scrophulariaceae . Einaria canadensis (L.) Dum. — Anual; vive en los médanos que se hallan al pie de las barrancas sobre la margen izquierda del valle. Urug. — BA., ER., €. — (F. 40; IX.) . Mimulas parviflorus Liso. — Perenne?; no es abundante y se la puede hallar en campos fértiles próximos al río y a los bañados. (E. 266; XIII) Monttea aphylla (Miers) Gar. — Mata leñosa; muy común sobre la meseta, prefiriendo tierras arcillosas y conglomerados. Ct., M., Neug., Chub., RN. — (F. 14; IX.) Bacopa flagellaris (Cuam. ScuL.) Werrst. — Anual; frecuente en los prados húmedos próximos á los canales de riego. Chile, Urug., Brasil austr. — BA., ER., C., T., RN. — (F. 66; 1.) Veronica anagallis L. — Anual; no escasea á orillas de los canales y acequias. Europa, Japón, América boreal, Chile. — M., Neuq. —(F. 165; XI.) Veronica peregrina L. — Anual; frecuente en los campos de cultivo y en jardines. América septentr., Urug. — En toda la RA. — (F. 161; IX.) Bignoniaceae Irgylia trifoliata DC. — Perenne; sobre la meseta. Los ejemplares CristónaL M. Hicxes : Plantae Fischerianae tienen hojas enteras apenas lobadas, trifoliadas y también 5-fo- liadas. Uspallata, Limay y Neuquen. — ( ¡dr IA 1) Plantaginaceae 223. Plantago lanceolata L. — Perenne; en tierras de cultivo. Europa, América boreal, Australia. — BA., ER. — (F. 260; XMIU-L.) 224. Plantago macrostachys DMuicsx. — Perenne; en el valle al margen del río y canales. Urug. — ER., BA., Ct., Chub. — (F. 205; XIL.) 225. Plantago patagyonica Jaco. — Anual; muy común en todas partes. tanto en el valle como en la meseta. Pat.. P.. BA. —(F..6; X-XI> 226. Plantago Rocae Lwz. — Perenne; próxima al río, canales y en tie— rras sometidas á la irrigación. Río Negro. — (F. 211; MI.) Rubiaceae 227. Relbunium Richardianam (Gu...) Hicken. — Perenne; en el valle, donde se halla en tierras con poco humus, en la zona del riego y á orillas del río. — (F. 220; XII.) Dipsacaceae 228. Dipsacus fullonum Mur. — Bianual. Al borde de caminos y canales. Chile. — M., Neuq., Tandil. — (F. 241; XILP-1.) Calvceraceae 229. Boopis anthemoides Juss. var. rigidula Miers. — Semileñosa; muy común en todos los campos de la meseta y del valle. — (F. 33; INXMIT.) 230. Boopis yracilis Pu. — Anual; en el valle, en los médanos que hay al pie de las barrancas septentrionales. M., Neuq., Chubut. — (F. 38; M.) 231. Calycera crassifolia (Miers) Hickex (comb. nov.). — Anual ó bi- 8 Prrxsis. = Tr. uu 118 PHYSIS anual; entre la arena al borde de los torrentes y en los médanos de las barrancas. Mar del Plata, Bahía Blanca, RN., Puerto Pirámides. — (F. 32; XI.) Compositae 232. Eupaloruum patens Dox var. «qracilior Lor. Arbusto del valle, donde busca la zona de cultivo, pudiendo hallársele aun en tierras arenosas próximas al río. RrolColor ANT (Ao EI 233. Grindeliía brachystephana GriseB. — Perenne: en el valle en tierras arcillosas y también alcalinas. Es de la RA. — BA., ER., C., P. — (F. 69; XI-I.) 234. Grindelia speciosa LixbL. et Paxr. — Perenne: en la mesela y en el valle, sobre todo entre arena. Chub., P., M.. RN. — (E. 70; XI-XIL.) 239. Hysterionica jastonoides Winb. — Perenne; común en todos los campos arcillosos algo secos y al pie de las barrancas. Urug. — BA., P., M., SL., C., RN., Pat. — (F. 208; XII) 236. Gutierrezia Gilliesit GuriseB. —- Leñosa y abundante en la meseta. Neuq., RN. — (F. 29 p. pt.; XII) 237. Gutierrezia spalhulata (PmrL.) Pm. — Leñosa; vive mezclada con la anterior. Hasta ahora sólo conocida de Mendoza. — (F. 29 p. pt.; MIL) 238. Solidago microglossa DC. — Perenne; abunda en el valle, al borde de caminos y en los rastrojos. Chile, Brasil, Urug. — BA., ER., SF., Corr., P., Neuq., Pat. MB: 109; HI.) 239. Aster squamatus (Srrexc.) Hieron. — Perenne; en todos los cam— pos sometidos al cultivo. Brasil, Uruguay, Chile. — BA., ER., C., P., Pat. — (F. 278; 1-11.) 2ho. Erigeron sp. — Anual; en caminos, chacras y jardines. No he podido determinarla aún, — (F. 225; MI-XII.) 2/1. Heterothalamus spartioides Hook. Ary. — Arbusto del valle, en tie- rras pobres de humus. Macama. Chile central. — RN., Chub. — (FP. 56; 1.) N > 89) Crisróran M. Hickes : Plantae Fischerianae 119 2. Heterothalamus tenellus (Hook. Arx.) OK. — Perenne; en los sue- los arcillosos y secos del valle. Sta. Cruz, Chub., RN. — (F. 157: XI.) . Baccharis angulata Grisee. — Semileñosa; en la meseta y en el valle, buscando arcilla y á veces la arena al pie de las barrancas. (., SL., P. =(E. ga; XI.) . Baccharis ¡juncea Desr. — Perenne; próxima al río y á los canales. Urug., Chile. — BA., M., Pat. — (F. 71; XII.) . Baccharis sagillalis DG. — Mata leñosa del valle, donde busca tie- rras pobres en humus. Chile, Urug. — BA., M. Nahuel-Huapi1, Chub. — (F. 222; MI.) . Baccharis salicifolva Pers. — Arbusto; en el valle á orillas del rio, de los canales y aun en las dunas ribereñas. Desde J. hasta el Río Negro. — (F. 191; XI-XII.) . Baccharis serrulata Pers. var. Pingraea (DC.) Bak. — Perenne; en el valle, donde busca tierras arcillosas. Urug., Chile. — BA., ER., C., M., SL., P., Chub. — (F. 67; XMU-L.) . Tessaria absinthivides DC. — Perenne; en el valle al borde del río y Canales. Perú, Chile. — Desde J. hasta el Neuq. — (F. 98; TI.) - Facelis apiculata Cass. — Anual; frecuente en todos los campos. Chile, Brasil austr., Urug. — BA., ER., €., RN. — (F. 151; XI.) - Gnaphalium cheiranthifolium Lam. — Anual ; común en todas partes. Chile, Brasil, Urug. — BA., C., R., T., M. — (E. 156; XEXII.) . Gnaphaltum falcatum Lam. — Anual; común en todos los campos. Chile, Urug. — Patag., BA. — (F. 155; ME-XII.) . Ambrosia tenuifolia SerenG. — Anual; muy frecuente en todos los campos cultivados, al borde de caminos y rastrojos. América central y merid. — BA., C., ER., RN. — (F. 245; ML) . Xanthium spinosum L. — Anual ; en todos los campos. América boreal, Europa, Chile. — En toda la RA. — (F. 108; XII.) . Xanthium strumarium L. — Anual; maleza de todos los campos de cultivo. Por toda la RA. — (F. 279; 1-11.) PHASIS 120 9290. Verbesina encelioides Brun. Hook. — Anual 9; á orillas del río y de los canales con agua permanente. Desde Méjico y California hasta Chile central. — BA., M., RN. — (F. 282; H-HH.,) 2396. Thelesperma scabiosoides Less. — Perenne; al borde de los torren— les, en las barrancas y en tierras altas arcillosas y secas. Urug. — C., M., BA., Pat. — (F. 207; XII.) 257. Flaveria contrayerba Pers. — Anual; en el valle, en tierras algo saladas y también á orillas del río. América merid., Perú, Chile. — En toda la RA. — (F. 24g; 1.) 298. Garllardia meyapolamica (Serexc.) Bar. var. scabiosotdes Bak. — Perenne; común en la región de los cultivos. Brasil austr., Urug. — SI., BA., C., SL., P., Pat. — (F. 68; XII.) 2399- Dysodia beleniduum (DC.) Horem. — Perenne; entre los conglome- rados de la zona alta. ME, RN. (E. 88; MIEL.) 260. Anthemis cotula L. — Anual; muy común en la zona de cultivo. Europa, Brasil, Urug. Chile. — BA., ER., SF., C., M., P., RN. — (F. 163; XIZXIL.>) 261. Senecio albicaulis Hook. Arx. var. pinnatifidas Hook. Ary. — Pe- renne; en la zona intermediaria de la meseta y del valle y también en las dunas septentrionales. — (F. 95: ML-XMII.) 269. Senecto mendocinus Pu. — Arbusto; muy común en el valle, sobre todo en tierras saladas. — (F. 19; XI.) 263. Senecio pinnatas Por. — Frecuente en el valle, en tierras arcillosas y en los médanos ribereños. — (F. 94; MEXI!.) 264. Senecio pratensis Pm. — Semileñosa; en la meseta y faldas de las colinas. Valdivia. — Nahuel-Huapi, Neuq. — (F. 174; XI.) 265. Senecio vulgaris L. — Anual; en jardines, chacras y rastrojos. De origen europeo, hoy casi cosmopolita. — BA., M., Ushuaia. — (F. aa lo) 266. Cirsium lanceolatum (L.) Scor. — Bianual; en el valle junto á los caminos, en chacras y borde de canales. Europa, Siberia, Persia, América borcal, N. Zelandia, Urug., Chile. BN SA E ita 1 => 100 0093 AMEN y NN 89) Crisrórnan M. Hicken : Plantae Fischeriuanae 121 . Centaurea melitensis L. — Anual; en toda la zona de cultivo. Planta de Europa merid., Urug., Chile. — BA., ER., C., M., RN. — (F. 189; MIEL.) . Chuguiraqua erinacea Dox — Arbusto. Al pie de las barrancas y en el valle donde prefiere tierras arcillosas. TS MA SE Ghub ANA ss ETE) . Chuquiraqua hystric Doy. — Arbusto; en la meseta y faldas de las colinas. Wes Ciso NA = (18 2985 Jo) - Chuquiragua ulieina Hook. — Arbusto que vive en la meseta. Atacama, Chile central. — SJ., Neuq. — (F. 11; 1-11.) . Duseniella patagonica (Horem.) K. Scam. — Anual; en el valle, donde busca las tierras algo saladas. SES Chub: — (E. 1735 XL) . Doniophyton andicola Webb. — Anual; en la meseta, falda de coli- nas y en las dunas del valle. Atacama, Chile central. — M., RN., Puerto Madryn. — (F. 7; MI.) 3. Cyelolepis genistoides Gar. — Arbusto de las barrancas y del valle, donde busca las tierras secas. Limay, Neuq., RN. — (F. 13; MI.) . Plazia argentea (Doy) OK. — Perenne; en los torrentes de las ba- rrancas entre la arena. M., SL., Bahía Blanca, P., RN. — (F. 8; XMEL.) - Cichoruum intybus L. — Bianual; en campos, jardines y al borde de canales. Europa meridional, Asia templada, Chile, Urug. — BA., ER., C., M. — (F. 284; EMT.) i . Hypochoeris aparqioides Hook. Ary. — Perenne?; en jardines y chacras. Chile, Urug. — BA., ER. — (E. 180; XI.) 7- Hypochoeris glauca (Pum.) Bru. Hook. — Perenne; al borde de caminos, en chacras y jardines. Cordilleras de Atacama. — M. — (F. 64; XII.) . Malacothriz Coulterí A. Grax. — Anual; por todas partes, excepto en las zonas de cultivo y sometidas al riego. California, Chile. — Limay, Neuq., Chub. —— (F. 144; X.) 122 PHYSIS 279. Tarazacum officinale (Wirn.) Wic6G. — Perenne; en todos los campos sometidos al cultivo. Casi cosmopol. — En toda la RA. — (F. 253; XMIETT.) 280. Sonchus asper Mur. — Anual ó bianual; en toda la región culti- vada y á veces en las arenas ribereñas. Casi cosmopol. — lín toda la RA. — (212; XMI-111.) 281. Sonchus oleraceus L. — Anual ó bianual; muy común en el valle, en todas las tierras fértiles. Casi cosmopol. — En toda la RA. — (F. 181; XLIII.) 282. Lactuca scariola L. — Anual ó bianual; en tierras de cultivo. Europa, Asia central, América boreal, Urug. — BA, — (F. 246; 1.) 283. Pierosia longyifolia Dox — Anual; en tierras de cultivo próximas á los canales de riego. Ecuador, Chile, Parag., Urug. — BA., C., M., T., RN. — (F. 64 a; XULI.) 2814. Crepis setosa DC. — Anual; en el valle, en la zona de irrigación; es rara. Suropa, BA. — (F, 271; 1.) On a Granite of Hemsón (Sweden) vY JOSÉ M. SOBRAL. During the summer of 1910 when studying the limiting regions of the Nordingra district, 1 came to Hemsón (1), an island close to the north of Hernósand (Vesternorrlands Lán, Sweden), in a fishingboat, and camped at Nordanó. 1 went southward along the way from Nordanó to Utanó and from this place Í continued to Stora. From Stora Í went northeastward following the track to Utanóviken, and some meters from the shore, from the slope looking towards Utanóviken, 1 took a specirren of the granite which is here described. For the determination of the optical properties of the minerals 1 use the Fenororr methods. However, for the classification of the feldspars 1 employed the data of Micmer-Lévy because 1 did not have the diagrams of Nikrriw at hand. (1) Berggrunden inom Vesternorrlands Lún «af HMismar Lusoronm. S. 6. U. Ser. €. N* 177, pág. 8. Stockholm 1899. José M. Sorrar : On « Granle of Hemsón (Sweden) 123 For these investigations 1 used the Société Genevoise Universal Mi- croscope which is specially adapted for the Febororr methods. I wish to express my sincere thanks to Dr. Robert MauzeLtus ol Stockholm For his excellent chemical work. Special thanks are also due to Mr. Leste Lomax for his indness im reading through the manuscript, and makimg the necessary co- rrections in it as regards grammatical errors. ALASKOSE (POTASH-SODA-GRANITE) SOUTHERN REGION OF UTANOVIKEN (UEMSÓN NEAR HERNÓOSAND) (Analyst, Robert Mauzerrus) Per cent. Mol. Mol. per cent. Ode: 74.80 1.2467 Sr.S% UD A 19.70 O. 1343 8.82 O NE 0.47 0.0020) — ECO e o.b69 0.0096 1. O1 O O. 41 O.O1O2 o.67 COS o.63 O.OTI2 0.79 Nas Ode retad ed y 1 0.0502 SO Oca e 4-79 O.ODIO 3.00 H,0(+1059) ..... 0.90 = da H,O(—105) ..... 0.05 == == COPAS eS 0.00 — a MOTA ed O.1I 0.0014 0.09 A 0.02 0.0002 O.OI (A E 0.39 0.0023 OL 15 A 0.08 0.0042 == A id 0.02 0.0006 = MO ato 0.02 0.0003 0.02 AA O.OI 0.0001 O.OL 100.13 10002 100.00 QUANTITATIVE CLASSIFICATION Norm Quant 37.20 Hypersthene.. ... na Orthoclase .... 28.36 Ilmenite....... 0.21 Albir 26.30 Magnetite...... 0.67 Anorthite..... 0.33 pate Di Corundum.-... LO Eli OT Zircon 0.04 Pica 0.04 12) PIXYSIS Class 1 Order 3 Sal = PAD RO OR el Fem” 1 ( Persalane ¡olumbare Kang 1 Subrang 3 K.¿O'=ENaO” = O) ION do —— >= (Peralkalic) Na O 3 5 (Sodipotassic) sal I Na, h do ó Maskase Mashose OSANN'S CLASSIFICATION s=82.09 n= 4.96 A= 6.65 a=14.64 ñ C : k=1.84 == 91 f= 4.57 jp == 0327 f= 0.09 Fhe rock has a pale reddish-grey colour. 1t is holocrystalline, phanerocrystalline and millimeter-grained. The essential minerals are discernible with the naked eye. They are : microcline, albite, quartz, muscovite and biotite. The accessory minerals are apatite and magnetite. More over haolinite and muscovite occur as secondary constituents. Al the minerals show signs of mechanical deformation. It appears however that the deformation is in its first stage. The feldspars are somewhat bent, the quartz shows a developed undulose extinction and finally the micas are distorted but I have not observed a sure peri- pherical granulation. There are however accumulations of quartz eralns of variable magnitude from sections of 1 mm. in diameter and more, to those with a diameter below o,1 mm. which makes one sus- pect that a kind of granulation has taken place. The quartz grains are quite irregular and not only do they show undulose extinction but they appear sometimes divided in small fragments in the periphery, the fragments holding together with the crystal. Microcline. — After the quartz, this mineral is the most common in the rock. In thin sections the colour is white. The area of the measured sections of microcline varies generally between 12 mm? and 1 mn?. The largest sections seem to be those parallel to (oor), then follow those according to (010). The crystals appear to be somewhat elongated in the direction of the edge (001), (Oro). Polysynthetic twinning according to the albite and pericline laws always present. The lamellae are very fine. Cleavage (001) good, (110) not so good, (oro) distinct but not good. The shapes of the crystals are generally anhedral and somewhat prismoid. José M. Sogran : On a Granite of Hemsón (Sweden) 125 In a section nearly parallel to (oro) [ found the position ol the axes of the ellipsoid as follows : Np[N = 1%1; UH = 7% right]; Nm [N= 268%; H = 12% right]; and the position of (oo1) : [N 82%; ESAS eo (Eo) SS Br O Oleo plis cal axes was 5/28” forward, he other axis 39% backwards. From these data we have: —2V=86%23", <[Ng Np (001)] = 110, 37:56". Or (010) =27 0%), == 100 cad 77290'. (OO) [[N= 265907 090 right] forms are generally irregular but sometimes in sections para- lel to (cor) elongated rhombic contours appear in the direction (oro) (oo1). In this case the Face (010) disappears. The rhombic section 1s not regular and the largest diagonal is para- llel to Ng. The crystals always show undulose extinction. Yhe lamellae are generally bent. I have not observed any other cleavage but (001). The muscovite sometimes encloses a lamellar opaque mineral which is nearly black. Perhaps 1t 15 hematite. The lamellae are intercalated wiih the flakes of muscovite, parallel to (oor). It includes moreover smail crystals of apatite. Twinning with (001) as composition face is common. Phe muscovite appears together with quartz in accumulations of this mineral and as inclusion in the feldspars in flakes situated along the cleavage planes and in other directions as well. The greatest section | observed in the slices was of about >,2 mm?. José M. Sorrar : On a Granite of Hemsón (Sweden) 127) Macroscopically 1t seems that there are crystals which can show greater sections than this, but that 15 probably because sometimes se- veral crystals cluster together in a way, that macroscopically 1t gives the impression of a single individual. Below that maximum area occur sections of extreme microscopical minuteness. The sections of greatest and least dimensions being connected by a series 01 transitions. As muscovite, lepidolite and paragonite cannot be distinguished optically I used the micro-chemical method of Boricky for its final determination and 1 found that the mineral was the first named mica. Biotite. — The crystals are irregular and tabular according to (001). Cleavaga perfect, parallel to the basal pinacoid. The lamellae are always bent. The dimensions of the crystals are about the same as those of muscovite. Ng = Nm = green > Np =brownish yellow. This mica is uniaxial and the birefringence relatively low. It ap- pears to be somewhat below 0,03. Ferrugineous inclusions are common. Pleochroic halos around in- clusions are common. The pleochroism being more pronounced in tlie kalos than in other parts of the crystal. Biotaia appears in less quantity than muscovite. Sometimes both mica varieties occur together with parallel orientation. Apatite. — The crystals are generally irregular but sometimes they show crystal! faces. Their dimensions are variable. There are relatively large crystals, the optical properties of which I have determined and there are very small ones, acicular in shape, included in the other minerals, the optical constants of which are impossible to ascertain, and consequently their classification is not sure. In a section parallel to the axis of one of the greater crystals I found that the dimension in th> direction of the axis was 0,38 mm. and perpendicularly 0,45 min. consequently 1t was somewhat flattened in the direction of the axis, but generally the elongation is negative. The section was limited by (0001) and (toro) and cleavages according to these faces were ob- servable. The best cleavage was that according to (0001). The bire- fringence Ng — Np =0,0027. The negative sign of the mineral was also ascertained. Hematite and Magnetite. — These minerals occur as microscopica! inclusions in the feldspars and micas. It is the hematite which gives the reddish colour to the feldspars occurring as very small flakes generally arranged parallel to cleavage planes. 128 PHYSIS Fauna mirmecológica de Tandil y la Ventana vor ÁNGEL GALLARDO. En Diciembre de 1912 y Enero de 1913 pasé una breve temporada en el Tandil y en la Sierra de la Ventana, durante la cual me ocupé de reco- ger hormigas. Mi querido maestro el Dr. Cantos Bera había coleccionado hormigas en el Tandil, publicando los resultados en su Enumeración sistemática y sinonímica de los Formicidos argentinos, chilenos y uruguayos (1). Más tarde el Prof. Fermer Suvesrír también recogió formicidos en el Pandil, que fueron publicados por Emerx, Fornuche raccolte dal Profe- sore FF. Suvestri nel Argentina e nelle regioni limitrofe dell Uruguay, del Paraguay e del Chile (2). Esta localidad es, pues, en cierto modo, clásica para nuestra incipiente mirmecología. La fauna mirmecológica de la Sierra de la Ventana es muy análoga en su conjunto á la de Tandil. Me ha parecido de algún interés dar la lista de mis colectas comparati- vamente con las de mis predecesores, siguiendo el orden del Catálogo sistemático de los Formicidos argentinos de Brucn (1). Sublamilia PONE RINAJTE Ectatomma Sun (1858) (Parectatomma) triangulare (Maxx). Señalada por Emery, se eún ejemplares recogidos por SiLvesrrt. No la he encontrado á pesar de ser muy común en la Provincia de Buenos Aires. Ponera Larnemir (1802) En la huerta del Club Hotel (Sierra de la Ventana) encontré una pe- queña Q alada, de color claro, que pertenece sin duda á este género, pero que no me ha sido posible determinar especificamente. (1) Anales de la Sociedad Cienlifica Argentina, t. XXIX, p. 5 y siguientes. 1890. (2) Bolletino de la Socielá entomologica italiana, €. AXXVIL, pp. 107-194. 1909 (1) Revista del Museo de La Plata, t. XIX, pp. 211-234. 1914. AxcrL GarLarDO : Fauno mirmecológica de Tandil y la Ventana 129 Subfamilia DOR YLIN AE IEsciton Lumneuir (1802) (Acamatus) Spegazzinii Emery. Señalada de Tandil por Emery. No la he encontrado allí. siendo común en la Provincia de Buenos Aires, (Labidus) Strobeli Mar. Algunos machos eran atraídos por las luces artificiales en el Tandil y la Ventana. Subfamilia MW IR MI CINAE Acromyrmex Maxx (1865) Lundi (Guértm). En el patio del Hotel de Roma del Tandil, en las quintas del mismo pueblo y en la huerta y jardines del Club Hotel de Sierra de la Ventana. Señalada para Tandii por Bere y Emery. DLundi (Guérix) var. bonariensis Emery. indicada por Emery de Tandil. He podido reconocerla al pie del Gerro del Manantial de los Amores. lobicornis Emery. Un gran nido con cúpula, cubierta de abundantes formas aladas, encontrado el y de Diciembre de 1912 al pie del Cerro del Manantial de los Amores (Tandil). Á este nido me he referido en mis Observaciones sobre algunas hormigas de la República Argentina (1). Trachvmvrmex Foru (1895) pruinosus Emery. El tipo de esta curiosa especie de Emeny fué ha- llado por SiLvestri en el Tandil. No la he encontrado allí, reconociéndo- la últimamente en Bella Vista, B. A. P. Cvphomyrmex Marx (1862) El 16 de Diciembre de 1912 encontré en el Cerro del Piro Federal del Tandil un ejemplar único de una especie de Cyphomyrmex, de 1,8 mm. de largo, de color ferrugíneo, cabeza negra, patas castañas amarillentas y antenas de color castaño. Lo he enviado al Prof. W. Morrox WnerLekR para su determinación especifica. (1) Anales del Museo Nacional de Buenos Altres, t. XXVI, p. 18. 1910. 130 PHYSIS Pheidole Wesiwoov (1841) Bergi Mark. En las quintas del Pandil. cavifrons Emery. En el Cerro del Manantial de los Amores (Tandil) y en el Cerro del Golf, cerca del Club Hotel (Sierra de la Ventana). Me he ocupado de esta especie en mis Observaciones, loc. cil., p. LO-11. cordiceps Marnr. | dra Movediza (Tandil). obtusopilosa Mak. Un nido con numerosos yg" debajo de una l lormigueros con cráter al pie del Cerro de la Pie— piedra en el Cerro del Manantial de los Amores (Tandil). spininodis Mark. Señalado por BerG de Tandil. No lo he encontrado personalmente, pero en la colección del Museo hay un % de esa proce— dencia. triconstricta ForeL var. nitidula Eurrx. Señalada por Emery pa= ra Pandil, no he podido reconocerla. Monomorium Mark (1855) pharaonis (L.). En el Hotel de Roma (Tandi)). Solenopsis Wrsrwoo» (1841) geminata (F.) Maxr. Señalada por BerG y Emery, probablemente debe ser : Pylades ForeL y sus variedades. Muy abundante en la República Argentina, no faltando en el Tandil y la Ventana. Westwoodi ForeL var. platensis Emery. Indicada por Emery para Tandil. Pogonomyrmex Maxx (15808) coarctatus Mark subesp. Bruchi lForrL. Abundante en los albar= dones de los Arroyos en Sierra de la Ventana. cunicularius Maxr. Señalado por Bere del Cerro de las Ánimas (Tandil). No lo he encontrado. Subfamilia DOLICHODERINAE Dorvmwvrmex Mayn (1866) (Conomyrma) pyramicus (Rocex). En las calles de las quintas del Pandil y en la huerta del Club Hotel (Sierra de la Ventana). Ricarnvo Wicnmann : El estado actual de Monte Hermoso 131 lridomyrmex Mixx (1862) humilis Maxkr subesp. platensis ForeL. En sitios húmedos, bajo piedras, cerca del Manantial de los Amores (Tandil). Subfamilia CAMPONOTINA E Brachymyrmex Marx (1868) patagonicus Mar. Cerro de la Movediza' y calles de las quintas (Pandil). Camponotus Mark (1861) mus Rocrer. Abunda en los valles de la Sierra de la Ventana, anidando á veces entre las hojas del esquisto pizarreño que forma la parte más baja de esa Sierra. punctulatus Maxr. Muy abundante bajo piedras, tanto en el Tandil como en la Ventana, así como la subesp. ¿mberbis Emery y la var. andi— gena Emery. Lo han señalado Ber y Emrrv. Especialmente en el Tandil, casi no se puede levantar una piedra sin encontrar un nido de estos Camponotus. Además el Dr. Bere indica para Tandil Camponotus (Myrmotur- ba) maculatus l. subespecie bonariensis (Mar) y Emery la subes pecie luteolus Emery y la especie Camponotus (Myrmamblys) tenuiscapus Rocrr, que no he encontrado. El estado actual de Monte Hermoso ror RICARDO WICHMANN. En ocasión de mis estudios geológicos é hidrogeológicos de los alre- dedores de Bahía Blanca, realizados en el año de 1913, por orden de la Dirección General de Minas, Geología é Hidrología, tuve oportuni- dad de visitar la localidad de Monte Hermoso, afamada por su rica y característica fauna fósil. Está situada á unos 6o kilómetros al sudeste de Bahía Blanca, en la costa, que desde Puerto Militar está formada por una cadena de médanos, detrás de la cual se levanta poco á poco 13» PHYSIS á lo lejos la pampa alta. A ambos lados de la vieja lorre señal, ya en ruinas, se extienden hasta corta distancia las capas del hermosense, presentando el aspecto de una cúpula ancha y muy deprimida, cuyos bordes desaparecen debajo de la arena de los médanos. El mar roe permanentemente durante la marea alta esta abrupta barranca, destruyéndola y dividiéndola en bloques, y esto explica las notables diferencias que presentan los datos relativos al espesor y cualidades de las capas, según los autores que han observado el corte en tiempos diferentes. Darwix (1), que ha visto la barranca en su viaje de los años 1832-1836, la describe como un perfil que tendrá muy bien unos Jo metros de altura y consta de cuatro capas que á primera vista parecen horizontales, pero que hacia el noroeste son algo más gruesas. La capa superior está formada por cerca de 7 metros de arenisca blanda estratificada en dirección oblicua (entrecruzada), que contiene mu- chos rodados de cuarzo y que en la superficie pasa á arena suelta. La segunda capa, de sólo 15 centímetros de espesor, es una arenisca dura y oscura, la tercera es un limo pampeano de color pálido, y la cuarta es de la misma naturaleza, pero más obscura y contiene en su parte inferior capas y líneas horizontales de concreciones no muy compactas de tosca rosada. Bravarb observó, casi 20 años después, 17 metros de arena estrati- ficada y debajo de ésta 19 metros de limo pampeano, pero lateralmente apenas á 200 metros de este lugar, halló solamente 7 metros de limo pampeano y 2 de arena y rodados estratificados, estando todo cubierto por 2 metros de formaciones recientes de médanos. En el año 1887, : para el limo pampeano, y 6 á 7 metros para la arenisca estratificada. > , Auecuixo constataba un espesor de 19 á 20 metros Veintidós años más tarde, vió reducidas las capas del hermosense á unos 8 á 10 metros y las de arena del puelchense apenas eran recono- cibles debajo de los médanos. En diciembre de 1913 yo he podido apreciar en la parte media del corte un espesor de cerca de 10 metros del limo pampeano. Este puede dividirse por su color en dos partes : la superior tiene un tinte pardo, muentras que la inferior es de color rojo obscuro. Todo es bastante compacto y resistente y contiene en algunas partes una notable pro- porción de cal. Algunas muestras disueltas en el ácido clorhídrico, dejan ver al lado de los constituyentes arcillosos muy poca arena y (1) Geological notes made during a survey of the East and West coast of South America. Ricardo Wicumann : El estado actual de Monte Hermoso ie además partículas de vidrio volcánico. Entonces no veo que corres- ponda á estas capas lo que Ámecnivo (1) dijo sobre el hermosense : «Es un depósito de naturaleza muy distinta [de la del chapalmalense|, pues consta principalmente de arena fina endurecida y no comprendo cómo algunos autores puedan calificar ese depósito con el nombre de loes, con el cual no tiene en realidad el menor parecido. ln algunos puntos el elemento arenoso es tan predominante que puede conside- PJ Aspecto de la barranca de Monte Hermoso. //, hermosense; P, puelchense rarse la masa como una verdadera arenisca », aunque es verdad que en publicaciones posteriores el autor llama á las capas arcillas are- nosas con una fuerte proporción de cal. H. Búcxixe (2), por otra parte, llega, después del estudio micros- cópico de una muestra del loes de la parte inferior de la barranca, á la conclusión siguiente : « Clastique, structure pélitique, constitué par de nombreuz petits grans anguleuzx de quartz et de feldespath, pla- gioclases, hornblende, augite, épidote, etc., recouverts d'une mince pel- licule (apparemment de calcite) el comentés par une substance terreuse fine. La roche est, par conséquent, formée spécialement de matériel (1) Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, t. XVIL, 3* serie, X, p. 412. (2) Sur la structure des Seories el « Terres cuiles » trouvées dans la série pampéenne el quelques éléments de comparaison. Revista del Museo de La Plata, t. XVIL, 1910-11. PHYSIS. — E. LIE 134 PHYSIS voleanique (cendre).» En cuanto á la composición de la muestra de loes, lo descripción de Búckix6G no es muy clara, porque á pesar de que considera sus materiales como volcánicos y emplea la palabra ceniza, no dice que entre sus componentes contenga también partícu- las de vidrio. Se encuentran en esta arcilla pampeana, particularmente en la parte inferior, concreciones irregulares, de tamaños variables, de una tosca rosada muy dura. A ambos lados estas capas van disminuyendo paulatinamente su espesor y desaparecen debajo de la arena y del nivel del mar. Du- rante la marea baja se las ve en varios puntos sobresaliendo de la arena de la playa y corroídas por el trabajo de las olas. Ya Darw1x ha constatado por muestras sacadas con el ancla, que en esta región el fondo del mar hasta una distancia de varias millas de la costa, está formado por el limo pampeano y la tosca. Arriba de este conjunto siguen cerca de $ metros de arenisca fuer- temente entrecruzada, de grano mediano y de color pardo hasta gris azulado. Es poco compacta y friable y pasa en parte á verdadera arena. Se hallan intercaladas en ella varias capas de toba de 3 hasta ro centímetros de espesor, que debido á su mayor resistencia sobre- salen de la arenisca en forma de placas. Hacia el oeste estas tobas tienen mayor espesor, llegando á 5o centímetros; se componen de vidrio volcánico, más ó menos triturado, incoloro, transparente y lleno de finos poros; su color es blanco ó gris claro, y contienen ade- más una cierta proporción de arena. Dentro de la arenisca se encuen- tran también de vez en cuando pedazos de arcilla, de tosca y de toba. En el límite superior de la arenisca se ve en algunos lugares, una capa de unos do centímetros de rodados de varios tamaños, más 6 menos redondeados y constituídos principalmente por cuarcita con algunos raros trozos de tosca. En esta capa encontró AMEGHINO mu- chos fragmentos de cuarcita de formas irregulares, todos ó casi lodos angulosos y cortantes, los cuales ha descripto y dibujado en su folleto «La industria de la piedra quebrada en el mioceno superior de Monte Hermoso ». Yo también he observado tales fragmentos, notando que todos tenían una gran parte de su vieja superficie de rodados, pero no pude encontrarlos en la capa de rodados misma, sino que los he ha- llado sólo en el desmoronamiento. Como el corte en esta parte está ahora muy cubierto por la arena de los médanos y las plantas que crecen en ellos, no he podido establecer con seguridad sí esta capa (571 Ricarbo Wicnmann : El estado actual de Monte Hermoso 13 de rodados pertenece todavía en realidad á la misma arenisca puel- chense. En el limo pampeano rosado de la barranca é igualmente en las capas de la zona de flujo y reflujo, encontré varios restos de verte- brados, pero ya nada he podido ver de los vestigios de fogones anti- guos, tierras cocidas y escorias, á pesar de buscar minuciosamente. AmecuHio dice (1): «ln Monte Hermoso los estratos del hermo- sense presentan una superficie sumamente irregular, producida por una denudación muy profunda en una época geológica muy antigua. Esta superficie denudada es cubierta por la formación arenosa imen- cionada, que reposa sobre el hermosense en completa discordancia. » Hoy día por el contrario, como se ve en la fotografía, la superficie del hermosense se presenta completamente llana. No se puede reco- nocer si existe discordancia entre el hermosense y el puelchense, es- tando la arenisca tan entrecruzada y hallándose todo cubierto por los médanos. Según ÁAmecHixo, falta entre estos dos horizontes el chapalmalense, después un horizonte hipotético con una fauna de transición, y el hiato postchapalmalense. Todos estos horizontes, inclusive el puel- chense, los ha colocado como formación araucana en el mioceno su- perior; además, después del puelchense, ha supuesto él un largo pe- ríodo de denudación (hiato postpuelchense), pasado el cual, han debido depositarse las capas pampeanas de la meseta remota; pero es necesario tener presente que en el mismo Monte Hermoso las rela- ciones directas no se pueden establecer; que no sabemos tampoco cuál es, en las localidades típicas, el yaciente, tanto del hermosense como del chapalmalense, y que Amecnixo ha compilado su esquema valiéndose en gran parte de observaciones hechas en varios lugares. Lo cierto es que en el transcurso de menos de un siglo, las condi- ciones de observación geológica se han ido haciendo en este paraje cada vez más desfavorables. 136 PHYSIS El Pucará de Los Sauces. Una fortaleza de los antiguos diaguitas en el departa- mento de Sanagasta, provincia de La Rioja (Repú- blica Argentina). vor ERIC BOMAN. Durante la expedición arqueológica que en 1914 efectué en la pro- vincia de La Rioja, por encargo del Ministerio de Justicia é Instruc- ción Pública y por cuenta del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, tuve ocasión de estudiar una interesante fortaleza prehispánica, de la que ahora daré una descripción preliminar, de- biendo su estudio definitivo formar parte de la obra que tengo en preparación, sobre mis investigaciones arqueológicas en dicha pro- vincia y que se publicará en los Anales del Museo. Esta fortaleza, Ó pucará, para emplear el término quichua, en uso en las provincias andinas, é igualmente consagrado por la literatura arqueológica, ha sido ya objeto de una bella página literaria del ilustre escritor y estadista argentino Dr. Joaquíx V. GowzáLtz, quien á ella dedica un capítulo de su hermosa obra Mis montañas. El Pucará de Los Sauces (1) está situado en la quebrada formada por el río cuyas aguas riegan la ciudad de La Rioja y sus alrededores. Esta quebrada empieza en el centro del cordón principal de la Sierra de Velazco, donde se hallan, en un alto valle, el pueblo de Sanagasta y sus cultivos, á 963 metros sobre el nivel del mar. Desde este lugar hasta Los Sauces (80/ metros de altitud). la quebrada es en gene- ral relativamente ancha, de */, km. ó más en algunas partes, y tiene pocos recodos, siguiendo por largos trechos líneas casi rectas. La fotografía (fig. 1) presenta una vista de esta parte de la quebrada, tomada desde el cerro fortificado hacia el morte. En Los Sauces la quebrada se ensancha, dando lugar á una población compuesta de media docena de ranchos, con unos pequeños cultivos de maíz. Desde (1) No hay que confundir este lugar, Los Sauces en el departamento de Sanagasta, con el departamento de Los Sauces, 6 San Blas de los Sauces, el antiguo Valle Vicioso, en el norte de la provincia de La Rioja, limitrofe con la de Catamarca. Exc Bomax : El Pucará de Los Sauces 13 5] allí hasta su desembocadura de la sierra (672 metros sobre el nivel del mar), es mucho más estrecha que en su parte superior y Forma innumerables vueltas. Las paredes de la quebrada las forman mon- tañas altas, estériles, casi siempre á pique, compuestas, como las de la mayor parte de la Sierra de Velazco, de rocas muy friables que di- ficultan el ascenso aún en las pocas partes donde la pendiente lo per- mutiría, si las rocas fuesen más sólidas. En la parte superior de la quebrada la vegetación es pobre, los árboles y arbustos especialmente son muy escasos. Pero en Los Sauces hay un pequeño bosque del lado de la quebrada opuesto al cerro fortificado, y desde allí hasta la boca de ésta la vegetación arbórea es bastante frondosa. El curso de las aguas es subterráneo desde las inmediaciones de Sanagasta hasta Los Sauces; recién en este lugar brotan á flor de tierra y se ha construído allí la boca-toma de un canal en cemento, cubierto, que las lleva hasta la ciudad de La Rioja (498 metros sobre el nivel del mar), donde la lluvia es sumamente escasa, proveyendo ese canal á sus habitantes con toda el agua necesaria para ellos y sus cultivos. Después de la construcción del canal sólo las aguas produ- cidas por las crecientes siguen su curso natural por el lecho del río que desde Los Sauces serpentea por la quebrada hasta la llanura de 138 PHAYSIS La Rioja. Actualmente se proyecta la construcción de un dique en Los Sauces que anegaría una parte de esta localidad. Un camino carretero, construído hace unos años, conduce desde Sanagasta hasta La Rioja, siguiendo la quebrada. La distancia de Sanagasta á Los Sauces es de 11 km., de allí á la boca de la quebrada hay 6.9 km., y de este punto á la ciudad 9.6 km.; total 27.5 km. En línea recta, Los Sauces no dista más que 3.8 km. de la boca de la quebrada, lo que se explica por las muchas vueltas de ésta. El cerro fortificado (véase el plano fig. 5, A4), es una loma de unos So m. de altura, 240 m. de longitud y de ancho que varía entre 50 y 10 m. Está situada en sentido casi transverso, en cuanto al eje de la quebrada, siendo su dirección sudoeste-nordeste aproximadamente. Arranca de las montañas que limitan á la quebrada hacia el ¡sud (D, EE), pero la erosión la ha separado por completo de ellas. La loma es inaccesible por todos sus costados; especialmente al lado sudeste sus laderas son casi perpendiculares. En el extremo sudoeste la pendiente es un poco más suave. La única subida practicable la ofrece el espolón BB que se desprende del extremo nordeste de la loma y también aquí el ascenso es difícil; las rocas se desmoronan á cada paso del que lo ensaya. Yo tuve que emplear, como alpenstocl, un jalón de agrimensor puntiagudo y forrado de hierro para subir allí. La superficie de la loma es casi plana. Fuera de las pequeñas pro- minencias y y e y otras ondulaciones aún más insignificantes, no pre- senta el terreno accidentes ningunos, excepto la torrentera de poca profundidad f, la que sirve para desagúe de la planicie en las escasas ocasiones de lluvia. La figura 2 da una vista del cerro fortificado, tomada desde el bajo de la quebrada. Atrás, en el fondo, aparecen las montañas designadas con D y EE en el plano. Los bordes de la planicie superior del cerro están defendidos por murallas en todas partes, donde las laderas casi perpendiculares no hacen innecesaria esta defensa. Estas murallas, designadas en el pla- no por medio de gruesas líneas negras, están construídas de piedra bruta, sacada de los cerros vecinos, y colocada sin argamasa, pero tan bien elegida y combinada, que dichas murallas resultan muy só- lidas, lo que prueba su buena conservación desde los tiempos ante- riores de la conquista hasta nuestros días. Esta clase de muralla lleva en quichua el nombre de pirca, nombre siempre en uso en las pro- vincias andinas. Las murallas de nuestro pucará conservan actual- Eric Boman : El Pucará de Los Sauces 130 mente una altura de 1 1/, m., en algunas partes un poco menos. El ancho es de unos 70 cm. En la parte de la Fortaleza accesible por el espolón BB hay una puerta de entrada a. Las murallas se dirigen de ambos lados de esta puerta hacia adentro, formando curvas, desde el interior de las cua- les los defensores con facilidad podían defenderla contra un asalto de enemigos que hubiesen subido por el espolón, disparándoles flechas y lanzas de un lado y de otro. Esta entrada está también defendida Fig. 2. — Pucará de Los Sauces. El cerro fortificado visto desde el camino carretero por tres reductos interiores, b, c, d, formados por murallas semicir- culares, colocadas en pequeñas prominencias del terreno que dominan la puerta. La fotografía, figura 3, tomada desde la parte superior del espolón, casi frente á la puerta, muestra las murallas que dan en- trada á ésta. El pequeño morro e está también defendido por una muralla imte- rior más elevada que el muro general y paralela con éste. En el extremo sudoeste del cerro, en hh, donde, como ya dijimos, la pendiente es un poco más suave, hay una defensa algo distinta de la muralla general. lís un muro de una longitud total de 14 m., por 1 m. de alto y 1 m. de ancho. Es recto en el extremo de la loma, pero la parte sud forma con el resto un ángulo de unos 45%. El muro tiene tres 140 PHYSIS aberturas, que alcanzan hasta el suelo, de, respectivamente, /5 cm., 359 cm. y 1 m. 8o cm. de ancho. Del lado interior tiene este muro una especie de escalón saliente de unos do cm. de ancho por ho em. de alto. El muro está construído con más cuidado que las demás mura- llas del pucará, de piedras planas, mejor elegidas. Por fin, hay en dos partes, donde la naturaleza de la pendiente lo ha aconsejado, defensas avanzadas, las murallas í y /. situadas á unos 15m. abajo del borde de la planicie. Fig. 3. — Pucará de Los Sauces. Entrada principal al recinto fortificado (a en el plano) A 200 ó 300 m. (1) al nordeste del cerro fortificado existe una me- seta CC, de forma irregular, y de 10 á 12 m. de elevación sobre el suelo de la quebrada. Su longitud, en el costado más cercano al ca- mino carretero, es de 150 m., su ancho máximo de 87 m., los bordes casi á pique. La meseta está completamente rodeada de una muralla “pirca), muy parecida á las del cerro fortificado, pero hecha de pie- dras elegidas con menos cuidado, generalmente redondeadas ú oblon- gas, de un diámetro de 4o á 50 cm. La figura / muestra la estructura de esta muralla. lsta fotografía está tomada cerca del punto /, única parte donde la meseta es accesible por medio de un pequeño espolón (1) Esta distancia, por razones de formato, se halla bastante reducida en el plano. Eric Boman : El Pucará de Los Sauces 141 desprendido de la misma. La superficie de la meseta es plana. En va- rias partes de ella, especialmente al este, se encuentran unos círculos de piedras puestas directamente sobre el suelo, ahora bastante dis- locadas. Son probablemente restos de antiguos hogares, como lo de- muestran la ceniza, fragmentos de huesos, etc., que se hallan debajo y en las inmediaciones de ellos. ín el punto k, sobre la meseta, se observa una roca horizontal, de poca elevación sobre el suelo, de unos / m. de largo por 2 de ancho, en la que hay excavados tres morteros de los diámetros y profundi- dades respectivas de 20 y 25 cm., 20 y 20 cm., 13/y 2 cm. Los diá- metros son medidos en la boca de los morteros; en el fondo éstos son un poco más estrechos. El último, de solamente 2 cm. de profundidad, es probablemente un mortero recién empezado. Estos morteros eran usados por los indios prehispánicos para moler granos. En algunas partes son empleados para este objeto todavía hoy día, como tuve ocasión de observarlo en Amushina, en el departamento de San Blas de Los Sauces, al norte de La Rioja. Lo mismo sucede en las regiones occidentales de Norte América (1). La meseta cercada, aunque naturalmente no es una fortaleza in- expugnable como el cerro fortificado arriba descripto, sin embargo, gracias á sus laderas casi á pique y á sus murallas, debe haber posi- bilitado una resistencia bastante eficaz contra asaltantes que por ar- mas llevaban flechas, lanzas, hondas y hachas de piedra. Los restos de hogares y los morteros fijos en la roca indican que la meseta ha servido de campamento permanente ó temporario de los indios, que probablemente en tiempos de guerra y de inseguridad se retiraban al pucará, donde sólo por medio de un sitio prolongado podían ser reducidos. Faltan ruinas de habitaciones sobre la meseta; éstas deben haber sido construidas de madera y paja, como lo son muchos de los ran- chos actuales. El agua, tanto en la meseta como en el pucará, liene que haberse traído del río cercano, y, en el caso de sitio, debían los defensores acumular en la fortaleza provisiones suficientes de este líquido imprescindible, probablemente guardadas en grandes cánta- ros de barro cocido. Los nacimientos del río están situados al otro lado del camino ca- rretero, á unos 300 m. de la meseta y cerca del muro de altas mon- (1) Véase Handbook of American Indians. Bulletin of tbe Bureau of American Ethnology, N* 30: Washington, 1907; p- gh. 142 PHYSIS lañas que limitan á la quebrada del lado opuesto al pucard, las que no aparecen en el plano. ¿ntre la meseta y el pucará se encuentran unos pequeños morros FFFF, de poca altura, más bajos que la meseta, constituídos por par- tes más duras de la roca, que ha dejado en pie la erosión al formarse el suelo actual de la quebrada. Tanto el cerro fortificado como la meseta cercada, me proporcio- naron muy pocos objetos arqueológicos : unos cuantos fragmentos de alfarería antigua y una sola punta de flecha en silex constituyen Fig. /. — Pucará de Los Sauces. Parte de la muralla de la meseta cercada (cerca del punto / en el plano) todo lo recogido. Practiqué mumerosas excavaciones en varios puntos de los alrededores, pero sin otro resultado que unos restos de fogones y unas sepulturas humanas completamente destruídas por las aguas y la presión de la tierra, sobre una loma al norte de la meseta cerca- da. Los habitantes de uno de los ranchos de Los Sauces, me contaron que de tiempo en tiempo se habían encontrado restos humanos y ob- jetos de alfarería en varios lugares de las cercanías. Siguiendo la quebrada hacia La Rioja, hay en dos partes, en las faldas de los cerros que la limitan á la derecha, fortificaciones for- madas por murallas análogas de las del Pucará de Los Sauces, pero de importancia mucho menor. Una está situada cerca de la boca de la A le VE Y AN 1 A / Met) h Ii / AIDA) 14) ATA Ñ 0 1 1 Ue il 2007) 0 O / 0 " N | a YN 1 // NV Vi E Y NN CO / yA 7 11 e NN IV) 01) /) UN Va Y = UN NN A N SS SM N5 UN NN === MESS ==>, ==, = IN O SUS e === S< IN ===. E SS NM 5= NS UNT A N == NS CEI MM AV NS = AÑ MIN ll PIN IN Fig. 5. — Pucará de Los Sauces. Plano. Escala 1 : 3000 / 1 UN) A) O) NN UV WIRE /l th RN NAAA all Uach ] 7 TV e TV 1) WI 00 PHYSIS quebrada, la otra á mitad del camino. Son indudablemente fuertes avanzados del pucard. En la misma boca de la quebrada, en el bajo, existe una construc- ción antigua de adobe, á la que en La Rioja se da el nombre de la « Casa de San Francisco ». Según la tradición, San Francisco SoLavo la habría habitado durante una temporada que pasara en La Rioja, al curse de las vastas peregrinaciones que se supone á este santo hu- ber realizado por el continente sudamericano. Me inclino más bien á creer que se trata de las ruinas de un fortín construído por Don Jr- RÓNIMO Luis DE CABRERA, para vigilar la entrada de la quebrada é im- pedir la salida de allí de las hordas de indios que podían poner en pe- ligro á la nueva ciudad de La Rioja. Así hace pensar la existencia de una especie de bastiones en las esquinas de dichas ruinas, y de la construcción del fortín da cuenta un documento inédito en el Archi- vo de Indias (1), del que una copia obra en mi poder. El Pucará de Los Sauces es fuera de toda duda construído por los antiguos diaguitas que, como lo he demostrado en mi obra general sobre las antigúedades prehispánicas de la región andina de la Repú- blica Argentina (2), en la época de la conquista española y durante muchos siglos anteriores, habitaban toda la parte montañosa de las provincias de La Rioja, Catamarca, sud de Salta, oeste de Tucumán y (1) Carta del Gobernador de Tucumán Don Friwe be Abrornoz 4 S. M. dando cuenta de los alza- mientos de indios que ha habido en aquella provincia, del estado de la guerra, de lo que por su parle ha hecho en servicio de Su Majestad y del agravio que ha recibido de la Audiencia de La Plata en habérsele quilado el ejercicio y manejo de las armas. Santiago 1% de marzo de 1633 años. (Archi- vo General de Indias, Sevilla, Est. 74, Ca]. 4, Leg. 11.) Los párrafos referentes al fortín en cuestión, son los siguientes: «(Don Jerónimo Luis de Cabrera) para su mayor seguro y defensa del agua hizo labrar en su mayor argostura y boca de sierras por donde el enemigo acostumbraba á salir un fuerte capaz de quince soldados para su reparo que la experiencia ba mostrado la importancia de su prevencion »... « (Por) tercera vez volvieron los famatines á La Rioja con gran junta y número de indios acometiendo al amanecer el fuerte de sobre la toma con quienes estuvieron peleando hasta mediodía sin saberse en la ciu- dad y pasando de esta otra parte mataron seis negros que hallaron en la campiña llegada la voz del caso salió don Jerónimo á ellos y llegando al fuerte distante una legua de la ciudad los retiró hiriendo y matando muchos de ellos los enemigos enviando en su alcance al capitán don Leandro Ponce de León que con treinta españoles y cantidad de amigos (si algunos se pueden llamar así) se arroja la quebrada adentro y los siguió por lugares ásperos y fragosos y dando de repente en su alojamiento los desbarató y puso en huida con más de treinta y mucho despojo de caballos mulas y piezas con que se volvió á la ciudad con número de siete cabezas que se pusieron en la plaza para terror y espanto de los demás. » Quizás el «alojamiento» donde el capitán Poxcr ve Lróx encontró á estos indios fuera justa— mente el Pucará de Los Sauces. (2) Enric Bomax : Anliquilés de la région andine de la République Argentine el du desert l'Alaca- ma. París. Imprimerie Nationale, 1908. Eric Bomax : El Pucará de Los Sauces 140 muy probablemente también San Juan. Si la fortaleza data de los si- elos que precedían á la conquista y ha desempeñado un papel en las guerras entre las diversas tribus diaguitas ó contra los Incas del Perú, ó bien si fué levantada para la defensa contra los invasores españoles, es imposible decidir. Los demás pucaráes conocidos de las provincias andinas he descrito en la obra mencionada, y después de su publica- ción no se ha hecho ningún estudio importante sobre ésta ú otra clase de ruinas de esta región más que el de CarLos Brucn (1), del Museo de La Plata. La importancia estratégica del Pucará de Los Sauces es evidente. Como hemos visto, domina el camino de La Rioja á Sanagasta, que por Huaco continúa al través del departamento de Castro Barros á Aimogasta, de donde por el gran campo abierto denominado antigua- mente el Valle de Paccipas, se puede pasar á cualquier punto del oeste de Catamarca. Nuestro pucará domina también la entrada de dos que- bradas más, la de Chilecito, cuya boca, como se ve en el plano, está situada inmediatamente abajo del extremo sudoeste de la fortaleza, y la Quebrada del Alumbre, cuya entrada también está á la vista de ésta, á menos de 1 km. de distancia. La Quebrada de Chilecito conduce al Valle de Famatina, de donde hay pasos para Vinchina y Guandacol, y la del Alumbre sube al llamado Potrero de Bazán, parte pastosa de la Sierra de Velazco, donde morteros en las rocas y restos de pircas antiguas demuestran que en la época prehispánica ha habido población bastante numerosa. Todas estas quebradas, antes de que existieran los ferrocarriles, eran caminos forzosos para llegar á las regiones adonde conducen. Puede decirse, por consiguiente, que el Pucará de Los Sauces dominaba la encrucijada de los principales caminos de la Sierra de Velazco. (1) Cartos Brucm, Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca. (Revista del Museo de La Plata, t. XIX. Buenos Aires, 1913.) 146 PHYSIS Quelques “données préliminaires sur une nouvelle mycocécidie de la Sagittaria montevidensis Cham. et Schl. bar CARLOS LIZER. On peut dire que l'étude des mycocécidies de la République Argentine est nulle encore. Mon ami le docteur €. SPEGAZZIM, quí a tant fait avancer la science mycologique de ce pays, a décrit quelques champignons cécidogénes, mais sans parler des galles que tres sommairement ou pas du tout. M"” A. MaxGANaRO (1) s'est occupée derniérement de deux mycocé- cidies déja citées par SPEGAZZIM et produites par Ravenelía papillosa SpEG. et R. platensis Sex6., sur Albizzia julibrizzin Durazz. et Ertthrina crista- yallí L. (2) respectivement et d'une troisiéme causée par Uromyces novis- símus SpE6., sur Cayaponta podantha Cocx. et €. ficifolia Cocx. Voilá á peu prés tout ce qu'on connait au sujet des mycocécidies ar gentines. Lorsqu'en 1910 ¡e commencai l'étude de la coléoptérocécidie des raci- nes de Sagitlaria montevidensis (3) produite par la larve d'Anchonoides bonariensis Britn., 'observai une fois un petit renflement sur la feuille d'une de ces plantes; ne voulant pas distraire mon attention par de nou- velles recherches, je me contental de garder l'échantillon dans mes collec- tions pour m'en occuper plus tard. Excepté cette fois lá, jamais plus je ne pus alors rencontrer cette galle foliaire nonobstant l'avoir cherchée partout oú je voyais des sagittaires. C'est pendant l'été 1914-1915 que j'eus le bonneur de la retrouver, mais alors je l'observai, non seulement sur les feuilles, mais aussi sur les pétioles; le nombre d'exemplaires que je trouval était malheureusement tres restreint. Á la fin de l'année derniére ¡'eus plus de chance, car je re- (1) Apuntes cecidiológicos. Anales del Museo de historia natural de Buenos Aires, XXV, página 145. 1914. (2) Fungi argentint novi ». crilici. Anales del Museo de historia natural de Buenos Aires, t. VI, pp. 228 el 229. 1999. (3) Nola biológica sobre un coleóplero galicola. Boletín Sociedad Physis, t. L, p. 432. 1914. Carros Lizer : Vouvelle mycocécidie de la Sagittaria montevidensis 1/7 trouval au méme endroit plusieurs plantes — tros ou quatre, pas plus- qui avalent sur elles, aux pétioles et aux feuilles, la mycocécidie en question. Voilá histoire de la galle dont je me propose de donner ic1 un bref apercu, laissant pour une autre fois, l'étude de l'anatomie des tissus hypertrophiés, etc. Lieux ou se trouve la galle. — Comme il a été dit ci-dessus, cette cécidie est bien loin d'étre abondante et on peu méme dire qu'elle est tres difficile á distinguer. La meilleure preuve de cette assertion, est donnée par le fait qu'aucun des auteurs qui se sont occupés spécialement de l'étu- de de S. montevidensis, ne parlent des hypertrophies foliaires ou pétio- laires. Ni Bucnexau, le monographe des alismatacées, ni Haumay, qui vient de publier un travail sur les représentants de cette famille en Ar- gentine (1) ne disent un mot sur celle dont je m'occupe ici, quoiqu'ils aient cité la galle radiculaire que j'ai fait connaitre. En outre, d'autres botanistes. Specazzix el Hicken pour ne citer que ces deux qui habitent dans la région des sagittaires et quí ont eu l'occasion de la voir et de létu- dier ¿n vivo pendant des années n'en parlent pas plus que les autres á ce sujet dans leurs publications. Dans la bibliographie cécidologique argentine que ¡'al passée en revue, je n'al rien trouvé non plus sur la dite mycocécidie. Les échantillons que je possede ont été recueillis au delta du Parana et procedent tous d'un méme endroit, oú les sagittalres sont d'une abon- dance telle, que dans une extension de pres d'un kilométre on peut en conter des milliers. Je croyais tout d'abord que c'étalt seulement sur les plantes du Delta que se trouvait cette mycocécidie, ne l'ayant jamais vue allleurs. Cependant, M'"” Maxcaxaro m'a fait savoir année derniére, qu'elle l'avait observée aux environs de La Plata. 1 faut donc en conclure que tout au long de Pestuaire du Plata oú il y a des sagittaires 1l y a aussi de ces galles. agent cecidogene. — Hors de doute, le producteur des hypertrophtes des tissus est un champignon. A vrai dire, je ne me suis pas occupé de lPétudier. Dans les nombreuses coupes que j'al faites par les tissus gallaires, je n'al jamais vu de mycéliums, mais en échange on trouve toujours dans les cellules de sortes de spores, arrondies, hyalines. de di- mensions variables, les plus petites de 3 ¡., d'autres de 8 p.; les plus gran- des divisées en deux, trois ou quatre parties. Toutes ces formes sont (1) Les alismatacées argentines. Anales del Museo de historia natural de Buenos Aires, t. XXVII, pp. 307-324. 1915. r48 PHYSIS .> représentées dans le dessin n” 1 de la planche ci-joimte que ¡'ai fait á la chambre claire, avec un grossissement de 325 diam. Dans les ¡eunes galles elles sont tres peu nombreuses, dans les plus agées le tissu cellulaire en est plein. C'est aux mycologues a nous dire le nom de Vespéce cécidogéne, qui pourrait bien résulter nouvelle pour la science. Morphologie exlerne: galles folvaures. — C “est uniquement sur la face inférieure du limbe des feuilles que font saillie les galles, toujours isolées. de formes et dimensions variables : arrondies, ovales. allongées, etc.. allant de quelques millimétres á tros ou quatre centimétres de gran- deur. ll va sans dire que du cóté opposé á la convexité il y a une concavité correspondante. Leur nombre sur chaque feuille varie aussi, ¡'en ai conté usqu'a huit. Les feuilles des sagittaires, qui ont tres peu de consistance, sont défor- mées par suite de l'hypertrophie des tissus; on les voit tordues, repliées sur la face supérieure et il arrive des fois que les bords du limbe viennen! á se toucher sur toute son étendue. Tout ce que ¡e viens de dire peut étre observé sur la photographie y relative, que j/al faite sur un exemplaire bien caractéristique tout nouvel- lement cueilli. Le tissu gallaire est plus épais, charnu, de consistance plus résistante et de surface plus lisse que celui de la feuille. La couleur dans les jeunes cé- cidies est le vert propre á la plante, dans celles plus agées elle devient légerement vert-violacée ou bien vert-rougeátre. Galles pétiolaires. — On les trouve tout au long du pétiole; elles font une saillie tres prononcée et peuvent tordre cet organe quelque peu, com- me on le voit sur la photographie n* 3. La seule diflérence qu'elles ont avec les galles foliaires c'est qu'ic1 11 ne se forme pas de concavité. Quelques caractéristiques communes aux deux sortes de cécidies. — Les jeunes galles sont bien attachées á la plante; a mesure qu'elles vieillissent cet attachement devient moins résistant, et 1l arrive un moment ou elles s'en détachent tout-a-fait. Les tissus vieillis, mous et désorganisés, mettent les spores en liberté lesquelles vont súrement se développer sur d'autres plantes pour donner naissance a de nouvelles galles. On trouve des fois, et á certaines époques, une espece de résine blan= chátre ou blanc-jaunátre. quí suinte des cécidies. Toute nouvellement sortie elle est onctueuse au toucher; plus tard, et probablement par suile du contact de Pair, elle devient plus épaisse el finit par se solidifier. Je ne connais pas Porigine de cette sorte de résine el ne puis rien avancer sur sa composition chimique, car c'est tellement peu ce qui suinte, ql faudrait 1. — Les spores qu'on trouve dans le tissu gallaire. (Gross. 325 Diam.) Dessin de l'auteur. 2. — Galles foliaires. (Moitié de la grandeur naturelle). Fot. de Pauteur. 3. — Galles pétiolaires. (Moitié de la grandeur naturelle). Fot. P. Schouboe. > Lám. W. H. Huvsox : Biografía de la Vizcacha 1/0 un bon nombre de galles pour faire cette sorte de recherche, circonstance quí, comme on lV'a vu plus haut, ne se présente pas facilement. Je crois avoir consigné 1ic1 tout ce quí peut étre renfermé dans une note préliminaire; j'espére la compléter avec de nouvelles observations, comme il a dejá été dit au commencement. Biografía de la vizcacha '” por W. H. HUDSON (*) La vizcacha es tal vez el más característico de los roedores de Sud América, mientras que sus hábitos son, bajo algunos aspectos, más interesantes que los de cualquier otro roedor conocido. Es además el mamífero más común en las pampas de la Argentina. Todas estas con- sideraciones me han inducido á escribir un relato bien detallado de sus costumbres. Debo agregar que, después que han sido escritas las siguientes páginas en mi casa, en la pampa, se ha librado, por parte de los estancieros, una gran guerra de exterminio contra este animal, campaña que felizmente (Ó desgraciadamente, si las simpatías están del lado de la vizcacha), ha tenido mejor resultado que la de los australianos contra su roedor importado, más pequeño y más prolí- fico, el conejo. En las pampas del Plata, las vizcachas viven en sociedades que cuen- tan treinta ó cuarenta miembros. La aldea, que se llama vizcachera, está compuesta de unas doce ó quince bocas, pues una entrada sirve á menudo para dos ó más cuevas distintas. Frecuentemente, cuando el terreno es blando, hay veinte ó treinta ó más bocas en una vizcachera vieja: pero en terreno pedregoso ó de tosca, puede, aunque sea anti- gua, no tener más de cuatro ó cinco bocas. Las cuevas son profundas y de entrada ancha, colocadas muy cerca unas de otras, cubriendo la aldea entera una superficie de 10 á 20 metros cuadrados de terreno. Las cuevas varían grandemente en extensión, y habitualmente en una vizcachera hay varias que, á una distancia de un metro y medio, aproximadamente, de la entrada, se abren en amplias cámaras circu- lares. Desde estas cámaras, otras cuevas divergen en todos sentidos, (+) Traducción del inglés por Marrís Dorro-Juravo. Véanse las notas al final del capítulo. DHNESIS: ELE 10 150 PHYSIS unas dirigiéndose horizontalmente, otras oblicuamente hacia abajo á una profundidad máxima de unos dos metros. Algunas de estas ga- lerías comunican con las de otras cuevas. Así se extrae una gran can- tidad de tierra suelta, que forma un amontonamiento achatado y muy irregular, de más ó menos un medio metro de altura sobre el nivel! del suelo. Se podrá tener una idea del número de vizcacheras que existen en las partes habitadas de la pampa, cuando diga que, en algunas direc- ciones, una persona puede cabalgar quinientas millas sin dejar de ver, á lo sumo cada media milla, una ó más. En los parajes en que, tan lejos como alcanza la vista, las llanuras son tan niveladas y suaves como una cancha de bochas, especialmente en la época en que el suelo está pelado y el rudo y gigantesco cardo asnal [Silybum marianum]| no ha brotado aún, aquellas elevaciones aparecen como manchones pardos ú obscuros sobre una superficie verde. Son las únicas irregularidades que atraen la mirada, y constituyen por consiguiente un rasgo caracte- rístico del paisaje. En algunos sitios están tan próximas, que el jinete puede desde su caballo contar hasta cien sim moverse de su lugar. Los sitios que la vizcacha elige invariablemente para trabajar, así como su manera de excavar, la adaptan de un modo particular para vivir y prosperar en campo raso. Otras especies excavadoras parecen establecerse siempre en algún accidente del terreno — barrancas ó depresiones bruscas del suelo — ó donde haya algún vigoroso herbaje, 6 arbustos ó árboles, sobre cuyas raíces comienzan sus cuevas : son enemigas de empezar á excavar en superficies limpias y llanas, sea porque no tienen nada sobre qué apoyar la frente mientras escarban, Ó porque poseen un cauteloso instinto que las impulsa á poner á cu- bierto su cuerpo mientras trabajan, asegurando así, además, un sitio oculto para su cueva cuando esté concluída. Tan cierto es esto, que en. los lugares de la pampa donde se han-plantado arboledas, acude una multitud de comadrejas, zorrinos, hurones, armadillos, etc., y ha- cen allí sus guaridas; y donde no hay tales árboles, todas estas es- pecies hacen sus agujeros al pie de los matorrales del cardo perenne, ó donde hay algún reparo de otra clase. La vizcacha, por el contrario, escoge un sitio abierto y llano, el más limpio que puede encontrar. La primera cosa que llama la atención del observador, cuando mira de cerca uma vizcachera, es el enorme tamaño de la entrada de las cuevas, ó por lo menos de algunas de las del centro; porque generalmente en la parte externa hay otras más chicas. La abertura en forma de hoyo de algunas de ellafs, es á W. H. Hubson : Biografía de la Vizcacha 151 menudo de un metro ó metro y medio en la boca, y á veces bastante profunda como para que un hombre alto pueda meterse hasta la cin- tura. Cómo pueden hacer estas anchas aberturas en una superficie plana, es lo que se ve cuando construyen la primera ó primeras cuevas de la vizcachera. No puede decirse qué es lo que induce á una vizcacha á formar una: nueva comunidad, pues se reproducen muy lentamente y además son aficionadisimas á la sociedad de sus semejantes; y es invariablemente un solo individuo el que abandona su aldea natal para formar una nueva é independiente. Si fuera para tener pasto abundante á mano, se retiraría ciertamente á una distancia considerable, mientras que sólo se aparta á unos cincuenta metros para comenzar la nueva obra. Asi es que en los lugares desiertos, donde estos animales son raros, nunca se ve una vizcachera sola, sino que hay siempre varias juntas, aunque por otro lado no se encuentre ninguna en varias leguas á la redonda. Cuando la vizcacha ha hecho su primera habitación, ésta consiste en una sola cueva, con ella por único habitante, tal vez por muchos me- ses. Sin embargo, más tarde Ó más temprano, otros se le juntan, y éstos serán los padres de innumerables generaciones. Porque estos animales no construyen viviendas temporarias, como hacen los arma- dillos y otras especies, sino que su descendencia continúa en la tran- quila posesión de su heredad por largos años. Cuántos, no es posible decirlo. Hombres viejos, que han vivido toda su vida en los mismos parajes, recuerdan que muchas de las vizcacheras de los alrededores ya existían cuando eran ellos chicos. Invariablemente es un macho el que comienza la nueva aldea, y hace su cueva del modo que voy á describir, aunque no siempre sigue el misma método. Comienza por excavar bien derecho en la tierra, un agujero de unos treinta centímetros de ancho, pero no tan profundo, y formando un ángulo de unos 25” con la superficie. Pero después que ha avanzado unos pocos pies hacia adentro, la vizcacha ya no se siente satisfecha con esparcir simplemente la tierra suelta que levanta, sino que la va limpiando en una línea recta desde la entrada hasta una larga distancia; y escarba tanto en esta línea (aparentemente para hacer más suave el declive), que bien pronto forma un foso de unos treinta centímetros de profundidad, y á menudo de un metro de largo. Su objeto es, según he podido deducirlo, facilitar el acarreo de la tierra tan lejos como sea posible de la entrada de la cueva. Pero des- pués de un tiempo, el animal ya no quiere que aquella tierra se acu- 1502 PHYSIS mule, ni aún en la extremidad de este largo pasaje. Entonces procede á hacer dos fosos adicionales que forman un ángulo agudo, y á veces recto, al converger en el primero; de modo que cuando el todo está terminado toma la forma de una Y mayúscula. A medida que la cueva progresa, los fosos son profundizados y alar- vados continuamente. El segmento angular de tierra que queda entre ambos, es destruído, hasta que poco á poco se encuentra completa- mente desparramado, y en su lugar se ve la gran boca asimétrica y profunda que ya he descrito. Hay suelos que no permiten que el ani- mal trabaje de este modo. Donde existen bancos de tosca cerca de la superficie, como en muchas localidades de las pampas del sud, la vizcacha hace su cueva lo mejor que puede, y sin aquellos fosos regu- lares. En las tierras muy deleznables —cascajo ó arena — también tiene que trabajar en condiciones muy desventajosas. Los mejores sitios son las tierras negras y rojas de la pampa; pero aun en estos suelos las aberturas de acceso se hacen de diferentes modos. En al- gunas, el foso central falta ó es tan corto que parece que hubiera sólo dos pasajes convergiendo directamente en la cueva; ó estos dos Fosos son tan curvos hacia adentro que figuran un segmento de círculo. Pueden notarse también varias otras formas; pero generalmente pa- recen no ser sino modificaciones de la más común en forma de Y. Como he hecho notar que este modo de excavar implica una adap- tación singular de la vizcacha á la naturaleza de las pampas, puede preguntarse qué ventaja particular posee una especie que hace una cueva de amplia boca, sobre las que excavan del modo habitual. En terrenos inclinados, ó en la base de las rocas ú de los árboles, no ha- bría ninguna; pero en las pampas completamente llanas y desam- paradas, la duración de la cueva — circunstancia favorable á la pre- servación del animal — depende tanto del modo especial de cons- truirla, como del hecho de construir varias juntas. Los dos fosos exteriores divergen tanto de la boca, que una mitad de la tierra es arrojada atrás de aquélla, formándose de este modo un montón de una altura igual alrededor de la entrada, á la cual resguarda así del agua en la época de las grandes lluvias, mientras que el ganado evita pisar sobre aquellas grandes entradas en forma de hoyo. Al contrario, las cuevas de la liebre de la Patagonia, de los armadillos y de otras especies, cuando se construyen en terreno perfectamente llano, bien pronto se ven pisoteadas y deshechas por el ganado; en verano son cegadas por el polvo y los terrones; y habiendo amontonado toda la lierra extraída de un solo lado, no hay barrera para el agua que en e) W. H. Hunsox : Biografía de la Vizcacha MON cada lluvia la inunda, tapando la entrada, y ahogando ú obligando á salir á los moradores. He sido minucioso al describir las habitaciones de la vizcacha, porque estimo este asunto de gran interés para la vida amimai do esta parte de América; porque no sólo la vizcacha misma aprovecha de este modo, tal vez único, de construír su cueva. Este hábito ha re- sultado asimismo tan ventajoso para varias otras especies, y, sobre todo, para dos de nuestras aves [aparte de la lechuza], que éstas figu- ran entre las más comunes de la región, mientras que sin la existencia de aquellas madrigueras hubieran sido, sin duda, rarísimas, puesto que las barrancas ó superficies verticales en que generalmente anidan, son muy escasas en las pampas : me refiero á la Minera (Geositla cuni- cularia), que excava en las barranquitas de la vizcachera los agujeros donde hace su nido, y á la Golondrina chica (Atticora [Pygochelidon| cyanoleuca'), que á su vez nidifica en aquellos agujeros, cuando la Minera los abandona. Pocas vizcacheras viejas se ven sin alguna de aquellas cuevitas parásitas. Y no son los pájaros los únicos seres cuya existencia se halla liga- da así á la de la vizcacha. El zorro y el hurón de las pampas viven casi siempre en sus cuevas. Muchos insectos, que rara vez se encuentran en otros sitios, también las frecuentan. De ellos, los más interesantes son : una gran chinche nocturna, insecto de presa, de color negro reluciente y de alas rojas; una Cicindela nocturna, hermoso insecto de élitros estriados de verdescuro y patas rojo pálido; también varias avispitas sin alas [Mutilas >], de las cuales he contado hasta seis especies, Casi todas teñidas de negro. blanco y rojo, en vivos contrastes. También se ven otras avispas [Pompiílidos] que hacen presa de las arañas que andan por ahí. Todos estos insectos son tan numerosos en las vizcacheras, «ue pueden recogerse por docenas en los días de verano; pero si se les busca en otros parajes se encontrará que son sumamente raros. Si estos montones de tierra seca y blanda que la vizcacha eleva en medio de un desierto de pastos húmedos que crecen á su alrededor, no son absolutamente indispensables á la existencia de aquellas especies, al menos les proporcionan una condición ventajosa, favoreciendo así, sin duda, grandemente su incremento. Estas especies, además — rapa- ces Ó víctimas — tienen tantas relaciones con otras especies de afuera, y estas á su vez con otras, que no sería una mera fantasía alirmar que centenares de especies están ligadas. en su lucha por la vida, á la existen- cia de las vizcacheras, tan abundantemente diseminadas en las pampas. 15% PHYSIS En invierno, rara vez la vizcacha deja sus cuevas antes de que obscu- rezca: pero en verano salen antes de la entrada del sol. La vizcachera es entonces un espectáculo realmente interesante. Generalmente el pri- mero en aparecer es uno de los machos viejos, ó « vizcachones » que se sienta tranquilamente en algún sitio prominente, al parecer sin mayor apuro por comenzar su comida de la tarde. Cuando una persona se le aproxima de frente, no se mueve de su lugar, pero clava en él la mi- rada, á la vez audaz é indiferente. Si uno pasa á su lado, ni siquiera se digna volver la cabeza. Bien pronto comienzan á aparecer otras viz- cachas, tomando cada una sosegadamente su posición en la boca de la cueva. Las hembras, conocidas por su tamaño mucho menor y por su pelaje de un gris más claro, se sientan sobre sus patas traseras como para poder ver mejor, indicando por diversos gestos y sonidos que el temor y la curiosidad luchan en ellas; porque son siempre más turbu- lentas y vivaces en sus movimientos que los machos. Con sus ojos fijos en el intruso, á intervalos sacuden la cabeza, emitiendo á la vez con gran vehemencia una nota interna; y súbitamente, como el peligro se aproxime, se precipitan simultáneamente en sus cuevas, con un grito de terror. Pero en algunas la curiosidad es la emoción más fuerte, porque, á despecho del contagioso ejemplo de sus compañeras, y ya con la mitad del cuerpo adentro, se alzan de nuevo de su cueva para escudriñar con la vista al que se acerca, y entonces suelen permitir á menudo que éste se les aproxime hasta cinco ó seis pasos Parada sobre la vizcachera está generalmente una pareja de le- chuzas (Speotyto cunicularia). Estas aves construyen generalmente ellas mismas las cuevas en que anidan; pero á menudo toman posesión de alguno de los agujeros menores de la parte exterior de la aldea. Como quiera que sea, su residencia favorita, cuando no están ocupadas en empollar ó en criar, es la vizcachera. Allí estará la pareja todo el - día, y á menudo he observado que, estando al lado mismo de la boca, al salir la vizcacha por la tarde, no se mueven de su lugar, ni la viz- cacha para atención en ellas, á pesar de hallarse á un palmo de dis- tancia, tan acostumbrados están estos animales á la mutua vecindad. Habitualmente un par de mineras se hallan también presentes. Son animalitos vivaces, que corren con gran rapidez por la vizcachera y los espacios pelados que la rodean, deteniéndose súbitamente y me- neande la cola de un modo lento y deliberado, emitiendo á veces su voz, una especie de trino, ó serie de rápidas, cortas y claras notas, que se asemeja á la risa aguda y excesiva de un niño. Entre las graves é inmóviles vizcachas, de quienes poco se preocupan, se ven además [57] W. H. Hubsox : Biografía de la Vizcacha 155 unas seis Ó más golondrinas chicas, ya como si se hubieran quedado adheridas á los costados de la cueva, ya revoloteando sobre ella á la manera de mariposas, como indecisas sobre dónde han de descender, volviendo á emprender de nuevo sus vuelos circulares, pero sin dejar de hacer oír sus notas bajas y tristes. La vizcachera, con esta reunión de habitantes heterogéneos, es para el extranjero uno de los aspectos más novedosos que ofrece la pampa. La vizcacha parece ser una especie más bien común en todo: el ex- tenso territorio argentino; pero es particularmente abundante en las regiones llanas habitadas por el hombre, y relativamente tan rara en los lugares desiertos donde yo he estado, que al principio me extra- naba mucho verla tan desigualmente distribuída. He dicho ya que la vizcacha es un animal manso y familiar; pero esto es en las regiones de pastoreo, donde nunca se la molesta. En las regiones inhabitadas, donde escasea, es muy arisca, saliendo de su cueva mucho después que ha obscurecido y metiéndose en ella á la menor alarma, de modo que es difícil poder contemplarla. La razón es bastante clara : en los lugares desiertos la vizcacha tiene en varios mamíferos rapaces otros tantos enemigos mortales. De éstos, el puma es el más abun- dante, y también el más activo, más astuto y más voraz; porque, en cuanto á esto, el jaguar es inferior. Para el insaciable apetito sangui- nario de aquel animal, nada le parece malo. Agarra por sorpresa al avestruz macho y mata en su propio nido á ése, el más cauteloso de los seres vivientes (*); atrapa los pajaritos con la destreza de un gato, y caza los armadillos diurnos; sorprende al ciervo y al guanaco, y cayendo como rayo sobre ellos, les quiebra el pescuezo antes de que sus cuerpos hayan tocado el suelo. Á menudo, después que los ha matado de este modo, abandona sus cadáveres intactos para que el carancho y el buitre se regalen con ellos : tan grande es el placer que tiene en destruír la vida. La vizcacha es, pues, una víctima fácil para aquel astuto animal. No es de maravillarse por lo tanto que se haga arisca hasta el exceso y muy rara en las regiones frecuentadas por semejante cazador, aun cuando todas las otras condiciones sean favo- rables á su incremento. Pero tan pronto como esas regiones son po- bladas por el hombre, el puma se ve exterminado, y el único enemigo (*) «No hay animal más gaucho que el avestruz, dicen los mismos gauchos; con cuya frase expresan cuán avisado es este alerta centinela de nuestros campos.» F. J. Muñiz, «El ñandú ó avestruz pampeano.» (Vida y escritos del coronel Francisco J. Muñiz, por D. F. Sarmtenro, pág. 140.) — D. dE 156 PHYSIS que le queda á la vizcacha es el zorro, enemigo relativamente insig- nificante. El zorro establece su residencia en una vizcachera, y consigue, después de algunas querellas (manifestadas por rezongos, eruñidos y otros gritos de guerra subterráneos), expulsar á los legítimos posee- dores de una de las cuevas, que desde entonces queda como suya. Ciertamente, las vizcachas mo se perjudican mucho con abandonar uno de sus agujeros durante una estación — Ó permanentemente, pues si la localidad le agrada, el zorro se queda allí para siempre. Bien pronto los habitantes de la aldea llegan á acostumbrarse al mal recibido extranjero. Ls sosegado y sencillo en su conducta, y suele por las tardes ir á sentarse á la puerta de la casa en compañía de los dueños, hasta que éstos concluyen por mirarlo con la misma imdife- rencia que á la lechuza. Pero en primavera, cuando: las vizcachitas están bastante grandes como para poder dejar la cueva, entonces el zorro hace presa de ellas; y si es una zorra con una cría de ocho ó nueve zorrillos para alimentar, se vuelve tan audaz que persigue á su presa indefensa de cueva en cueva, y librando batalla con los padres, se apodera de los hijos, de tal modo que, á veces, en una aldea todos los animales jóvenes resultan exterminados. Á menudo, cuando los zorrillos están en condiciones de poder seguir á la madre, toda la fa- milia volpina abandona la vizcachera en que ha ejecutado tan crueles estragos, y van á establecerse en otras para continuar allí sus depre- daciones. Pero el zorro tiene siempre en el hombre un enemigo impla- cable que lo persigue sin fin; es por lo tanto mucho más abundante en los parajes desiertos ó escasamente poblados que en los populosos, de modo que en estos últimos la vizcacha tiene poco que temer de él. La abundancia de ganado en la pampa ha hecho innecesario apro- vechar la vizcacha como alimento, y en cuanto á su piel, no tiene valor (2). De modo que el hombre, destructor de sus enemigos, ha sido hasta aquí el más grande benefactor de esta especie. Así, le ha sido posible multiplicarse y difundirse en una proporción asombrosa, tanto que el ganado semidoméstico de la pampa no es tan familiar con el hombre, ó tan intrépido en su presencia, como la vizcacha. Y no es porque no le perjudique, sino porque lo hace indirectamente, que ha gozado tanto tiempo de la impunidad. Es divertido ver á los dueños de haciendas, que son los que más sufren por la vizcacha, mirarla con tal indiferencia, como para permitirle multiplicarse á su gusto, y aun construír sus cuevas al alcance de una pedrada de las W. H. Hubsox : Biografía de la Vizcacha 197 habitaciones, mientras que por otro lado es capaz de recorrer varias cuadras para perseguir con una animosidad irrazonable á un zorro, un zorrino ó una comadreja, por el daño comparativamente pequeño que pueden ocasionar en su gallinero. Que la vizcacha no tiene condiciones adversas com qué luchar en cualquier parte en que se ha establecido el hombre, resulta un hecho evidente cuando consideramos la baja relación de su incremento, y la vemos, sin embargo, en número incalculable. La hembra no tiene más que una camada por año, de dos, á veces de tres, lujos. Se preña á fines de abril, y pare en septiembre; el período de la gestación es, creo, un poco menor de cinco meses. La vizcacha tarda unos dos años en desarrollarse. Un macho adul- to mide desde la base de la cola 56 centímetros, y pesa unos siete Kilos: la hembra mide alrededor de 47 centímetros y su mayor peso alcanza á cuatro kilos y medio. Probablemente vive muchos años, y es con seguridad un animal fuerte, robusto. Donde hay cualquier subs- tancia verde que comer, nunca bebe agua; pero después de una larga sequía de verano, cuando por varios meses se ha alimentado sólo con unos bocados de cardo seco y de pastos marchitos, si cae un aguacero saldrá de su madriguera aun á mediodía para beber ávidamente en los charcos. Equivocadamente se ha dicho que la vizcacha vive de raíces. Su alimento es pasto y semillas: pero suele también comer raíces, pues el terreno se ve á veces escarbado alrededor de la cueva. ln marzo, cuando los tallos del cardo de Castilla [Cynara cardunculus| están secos, las vizcachas los derriban royendo sus raíces y luego des- hacen sus grandes alcachofas para extraerles las semillas, que parece les gustan mucho. Á menudo se encuentran en los cardales grandes espacios de plantas que han sido utilizadas en esta forma, y los alre- dedores del terreno completamente blancos con la pelusa plateada que har esparcido. Esta manera de cortar grandes plantas para obte- ner las semillas que están en la extremidad, es muy semejante á un acto de pura inteligencia; pero el hecho es que la vizcacha corta cual- quier planta alta que puede. He visto hectáreas enteras de maíz des- truído por ellas, aunque las plantas habían sido dejadas intactas. Si se clavan palos en el suelo dentro del radio que recorren en sus andan- zas nocturnas, los roerán hasta que los hayan derribado, á menos que la madera sea bastante dura para resistir á sus incisivos como escoplo. El más fuerte instinto de este animal es el de desbrozar completa- mente el terreno alrededor de sus cuevas; y este hábito destructor es 198 PHYSIS el que obliga á los agricultores á perseguir á las vizcachas de sus cam- pos y de la vecindad. En la pampa inhabitada, donde crecen los pastos altos y duros, á menudo he admirado la vizcachera, pues es allí el centro de un espacio limpio, á veces de cerca de un cuarto de hectárea de extensión, en el cual el pasto ha sido cortado á raz del suelo; este limpión está rodeado por los habituales yuyos y pastos gigantes. ln lales sitios, el hábito de desembarazar el terreno les es eminentemente ventajoso, porque les proporciona un lugar relativamente seguro para comer y retozar, y en el cual pueden, sin encontrar obstáculo, volar á sus cuevas á la más pequeña alarma. Naturalmente, el instinto continúa obrando donde ya no presenta mayor ventaja. En verano, cuando los cardos están verdes, aún cuando crezcan cerca de la cueva, y el cardo asnal brota exuberantemente sobre la vizcachera, las vizcachas no lo tocan, sea que les desagrade su Fuerte jugo astringente, ó que las molesten las espinas de que están armados. Pero tan pronto como se secan y las espinas se vuelven que- bradizas, son arrasados; y después, cuando el animal comienza á arras- trarlos y á despedazarlos, como es su costumbre, accidentalmente des- cubre las semillas y se regala con ellas; porque las vizcachas son muy aficionadas á ejercitar sus dientes sobre cualquier substancia dura, como palos y huesos, del mismo modo que los gatos á «afilar las uñas » en los troncos de los árboles. Otro hábito notable de la vizcacha, el de acarrear y amontonar alre- dedor de la boca de su cueva cualquier tallo que corta, y aún todo objeto portátil que á veces á duras penas puede arrastrar, ha sido mencionado ya por Azara (3), Darwix y otros. En las llanuras iguales, es un hábito útil; pues como las vizcachas están continua- mente profundizando y ensanchando sus cuevas, la lierra arrojada cubre aquellos materiales y, consolidándose, contribuye á realzar los bordes. En las pampas de Buenos Aires, cantidades de vizcacheras se- rían destruídas anualmente por las lluvias, si fueran más bajas. Pero ésta es una ventaja sólo en los terrenos perfectamente llanos y sujetos á lluvias torrenciales; porque donde la superficie es desigual, estos ani- males prefieren invariablemente los sitios altos á los bajos, hallándose así asegurados contra las inundaciones; sin embargo, en lales posi- ciones el instinto es tan fuerte como en los llanos parejos. Lo más que puede decirse de este hábito aparentemente tan obscuro en su ori- gen y objeto, es que parece formar parte del instinto de desbrozar el terreno alrededor de la aldea. Cada tallo más ó menos alto que la vizcacha derriba, cada objeto portátil que encuentra, debe ser remo- W. H. Huvson : Biografía de la Vizcacha 159 vido para hacer la superficie más limpia y lisa; mientras se halla car- gada con ellos, mo se aleja más de la cueva, sino que se vuelve hacia ella y los deposita encima. Tan conocida es esta costumbre, que cual- quier objeto perdido por la noche en el campo — un rebenque, una pistola, un cuchillo —el dueño tiene la seguridad de encontrarlo al otro día en la vizcachera. Los paisanos suelen también visitarla para recoge» palos para leña. Las vizcachas son muy aseadas, y aunque con un fuerte olor á tierra, conservan su piel muy limpia. La pata y el pie traseros ofrecen un hermoso ejemplo de adaptación. Sostenidas por su gruesa cola encor- vada. se sientan erguidas, y tan firmemente apoyadas sobre los gran- des discos callosos de la parte inferior de sus patas posteriores, como puede estarlo el hombre sobre sus pies. Y --- cosa curiosa —en el dedo del medio de dicha pata, la piel se engrosa hasta formar una es- pecie de almohadoncito redondeado, en el cual se insertan las cerdas corvas y de aspecto de dientes, y tan bien graduadas en longitud, que cada pelo puede ponerse en contacto con la piel cuando el animal se rasca Ó se peina. En cuanto al empleo de este apéndice, no puede ha- ber diferencia de opiniones, como la hay respecto de la uña aserrada de algunas aves [por ejemplo, nuestras garzas brujas|. Es claro que el animal no puede rascarse con su pata trasera (como hacen todos los mamíferos), sin hacer uso de aquel peine natural. En consecuencia, todo el pie se ha modificado, de modo que la rasqueta de cerdas esté bien protegida, y no se halle impedida en el desempeño de su función. Así el dedo interno está como pegado al del medio, y tan deprimido que viene á quedar debajo del almohadoncito de piel, y no puede probablemente alcanzar más allá que las cerdas, ó meterse entre ellas mientras rascan la piel, como sucedería ciertamente si ese dedo in- terno fuera libre como el exterior. Además, las vizcachas parecen construir aquellos fosos profundos de que hemos hablado, escarbando la tierra con gran fuerza hacia atrás, mediante las uñas posteriores. Ahora, estas uñas como dagas, rectas, filosas, y especialmente la del medio, son tan largas, que la vizcacha puede llevar á término su ruda labor sin que las cerdas es- tén en contacto con el suelo, ni sean gastadas por la fricción. Los indios tehuelches de la Patagonia, peinan sus cabellos con unos « pei- nes-cepillos » muy semejantes á los de las vizcachas; pero allí éstos no llenan completamente su objeto, ó los salvajes no hacen mucho uso de ellos. Las vizcachas tienen un modo curioso de revolcarse en el polvo. 160 PHYSIS Repentinamente, el animal se echa de lomo, y levantando sus patas posteriores hacia la cabeza, las baja luego hasta que sus pies tocan el suelo. En esta extraña postura, escarba y desparrama la tierra con oran velocidad, levantando una pequeña nube de polvo, y entonces se endereza de un salto, para volver á comenzar después de un in- ltervalo. HOZ Y veces excavan un agujero donde depositan sus excrementos. Una vez, mientras abría una de las cuevas exteriores que no tenía comu- nicación con las otras, descubrí en el extremo un gran depósito de su bosta (tan grande que debe haber estado acumulándose durante años). Pero no sé si éste será un hábito constante ó accidental; para averl- guarlo sería necesario abrir un buen número de vizcacheras. Cuando una vizcacha muere en su cueva, la osamenta, después de algunos días, es sacada y depositada sobre la madriguera. El lenguaje de la vizcacha es maravilloso por su variedad. Cuando está comiendo, el macho se interrumpe frecuentemente para emifir una serie de gritos muy fuertes, percusivos, y un tanto discordantes: éstos los emite de un modo reposado, y en seguida sigue comiendo; pero á menudo su grito adquiere un tono bajo, y como de gruñido. Una de sus más comunes expresiones se asemeja al ruido violento de un hombre que se compone el pecho. Otras veces estalla en voces penetrantes, que pueden oírse á una milla, y que comienzan como los chillidos excitados y rápidamente repetidos de un chanchito, y que se van volviendo más largos, más débiles, y como trinados hacia el final. Después de retirarse alarmada á su cueva, repite á intervalos un pro- fundo gemido interno. Todos estos y varios otros sonidos indescripti- bles — guturales, suspirantes, agudos, profundos — varían de mil mo- dos en fuerza y entonación, según la edad, el sexo, ó las emociones del momento en el individuo: y dudo de que pueda haber en el mundo ningún otro cuadrúpedo tan locuaz, ó con un dialecto tan variado. Me gusta mucho ir á los lugares donde son abundantes y sentarme tranquilamente á escucharlas : toda la noche se la pasan en una per- petua discusión, que la presencia de un ser humano no interrumpe. Por la noche, cuando las vizcachas andan afuera comiendo, en los sitios en que abundan mucho — y en algunos verdaderamente pululan — cualquier sonido fuerte y súbito como el disparo de una escopeta ó el estallido inesperado de un trueno, les produce el efecto más ex- traordinario. No bien el estruendo ha roto la calma de la obscuridad, cuando un verdadero torbellino de gritos invade toda la comarca. Á W. H. Hubsox : Biografía de la Vizcacha 161 los ocho Ó nueve segundos, hay una pausa momentánea en aquella eritería; y entonces comienza de nuevo, aparentemente más eslrepitosa que al principio. Hay tanta diferencia en los tonos de voz de los di- versos animales, que los gritos de los individuos que se hallan próxi- mos, pueden ser distinguidos entre el griterío confuso que llega desde una distancia. Aquello suena como si cada uno de esos miles y millares de individuos, procurase expresar sus emociones en el más alto tono de su voz; de modo que el efecto es indescriptible, y llena de asombro al extranjero. Si se dispara una escopeta varias veces, sus gritos se hacen más y más débiles: y después del tercer ó cuarto tiro ya no pro- duce ningún efecto. Tiene una nota de alarma particular, aguda, repentina, y de gran alcance, que dejan oír cuando ven un perro, y que todas las demás repiten, produciendo un pánico instantáneo que hace volar cada viz- cacha á su cueva. Pero aunque manifiestan tal terror por los perros cuando andan pastando por la noche (pues el perro más lerdo puede alcanzarlas), en cambio, por la tarde, cuando están sentadas á la puerta de las casas, los tratan con gran desprecio, á la vez que les hacen pasar el suplicio de Tántalo. Si el perro es novicio, en el momento en que la divisa, se lanza violentamente hacia ella; la vizcacha espera la carga con calmá imperturbable hasta que el enemigo está á dos ó tres pasos, y entonces desaparece en su cueva. Después de haber sido chasqueado de este modo varias veces, el perro recurre á una estratagema : se agacha bien, como si se hubiera convertido para el caso en un, felino, y se desliza con pasos notablemente cautelosos y lentos, el pelo erizado. la cola colgante, los ojos clavados en la supuesta víctima inmóvil, y cuando está á unos ocho ó diez pasos de distancia, da un salto súbito sobre ella, pero invariablemente con el mismo resultado negativo. La persistencia con que los perros prosiguen contra toda esperanza de éxito esta caza tan poco provechosa, en la que siempre hacen el papel del zonzo, es sumamente divertida, y muy interesante para el hombre observador, pues muestra que los perros nativos de la pampa han desarrollado un instinto muy notable, y que puede ser perfeccionado por la selección artificial; aunque perros con hábitos de caza felinos serían, me parece, de poca utilidad para el hombre. Cuando se necesita adiestrar perros para la caza del peludo ó armadillo nocturno, enton- ces aquella pasión profundamente arraigada (y, podría agregar, here- ditaria), por las vizcachas, es sumamente fastidiosa para el cazador, 162 PHYSIS y á menudo es necesario administrarles unas cuantas docenas de azo- les para obligarles á seguir el rastro de un armadillo sin abandonar á cado instante la pista para correr inútilmente detrás de sus antiguos enemigos. El siguiente ejemplo mostrará cuán poco desconfían del hombre estos animales. Hace unos pocos años anduve cazándolas durante tres tardes consecutivas. Marchaba dentro de un círculo, volviendo á visitar constantemente las mismas vizcacheras, sin alejarme nunca de las casas una distancia mayor de la que se puede caminar en unos cinco minutos. Durante las tres tardes maté sesenta vizcachas, y probable- mente otras tantas se escaparon heridas á sus cuevas — porque son duras para morir, y aunque mal heridas, si se hallan próximas á su cueva, es casi seguro que lograrán huir hasta ella. Pero en la tercera tarde no estaban por eso más ariscas, y pude matar tantas como en la primera. Después de lo cual suspendí la caza con fastidio : era un sport bastante insípido, y exterminarlas ó ahuyentarlas con una escopeta parecía una imposibilidad. Comer vizcacha, es una cosa que no se acostumbra. La mayor parte de la gente, y especialmente los gauchos, tienen contra su carne un prejuicic tan tonto como inexplicable. Yo siempre la he encontrado muy buena, y mientras me ocupo en escribir este capítulo, he cenado de ella, preparada de varios modos. Los animales jóvenes son más bien desabridos, los machos viejos muy duros; pero las hembras adultas son excelentes : la carne es tierna, sumamente blanca, de muy buen olor, y con un delicado gusto á salvajina. En estos últimos años, tantas tierras nuevas han sido aprovechadas por la agricultura, que los colonos se han visto obligados á destruir un número increíble de vizcachas. Muchos grandes estancieros han se- guido el ejemplo de los agricultores y las han exterminado en sus posesiones. Ahora, todo lo que Azara refiere de oídas sobre las vizcachas que perecen en sus cuevas cuando éstas son tapadas, pero que pue- den soportar la vida así encerradas durante diez y doce días, y de que durante ese tiempo vienen otras de las aldeas próximas y las des- entierran, á menos que se las espante con los perros, es estrictamente cierto. Los paisanos conocen tan bien estos hechos, que suelen frecuen- temente emprender la destrucción de todas las vizcacheras en un esta- hlecimiento por una suma tan modesta como diez peniques en moneda inglesa (unos cincuenta centavos) por cada una, á pesar de lo cual W. H. Hubsox : Biografía de la Vizcacha 163 están seguros de ganar en esta tarea el doble que en cualquier otra. De día las pican en parte con la pala, luego las tapan con gran cantidad de tierra, y por la noche las recorren con los perros para ahuyentar las vizcachas procedentes de cuevas aún abiertas, y que vienen para destapar á sus amigas enterradas. Después que se ha hecho lo mismo con todas las vizcacheras de la estancia, generalmente los paisanos, por previo acuerdo, se obligan á vigilarlas por un espacio de ocho á diez días, antes de recibir su paga : pues para entonces se supone que todos los animales enterrados han muerto. Algunos de estos hom- bres cor quienes he hablado, me aseguraban que han encontrado viz- cachas vivas después de catorce días, lo que prueba su gran resistencia. Me parece que no hay nada de extraño en el hecho de que la vizcacha sea incapaz de salir, cavando hacia afuera, cuando se halla enterrada, pues, por lo que sé, cualquier otra especie debe perecer del mismo modo cuando se le cierran así sus cuevas. Pero es ciertamente muy notable que otras vizcachas vengan desde lejos á abrir las cuevas de las compañeras que han sido enterradas vivas. lín esta caritativa tarea son extraordinariamente celosas : frecuentemente las he sorprendido, después de la salida del sol, á una distancia considerable de sus pro- pias cuevas escarbando diligentemente en las que habían sido tapadas. Las vizcachas son, como hemos dicho, muy aficionadas á la mutua sociedad, y viven apaciblemente juntas; pero sus buenas disposiciones no están restringidas á los miembros de su pequeña comunidad : se extienden á toda la especie, de modo que cuando cierra la noche, muchos dejan la propia casa para ir á visitar á los habitantes de la aldea cercana. S1 uno se aproxima á una vizcachera por la noche, en general algunas vizcachas escapan precipitadamente hacia cuevas dis- tantes : éstas son vecinas que han venido simplemente á pagar una visi- ta amistosa. Tales comunicaciones son tan frecuentes, que llegan á for- marse senditas estrechas de una vizcachera á otra. Las cordiales relacio- nes entre miembros de distintas comunidades, hace parecer, pues, me- nos extraño el hecho de que se socorran recíprocamente — sea que el deseo de ver, como de-costumbre, á sus vecinos se haga tan intenso, como para impelerlas á cavar el trayecto necesario para llegar á aquéllos que han sido enterrados —ó que los gritos de angustia de los prisioneros, llegando hasta afuera, las inciten á emprender su li- beración. Muchas especies sociales se sienten así fuertemente afecta- das por los gritos de desesperación de sus compañeros; y algunos llegan hasta tentar el rescate frente al mayor peligro —el hurón y el pecarí, por ejemplo. PHYSIS Bondadosas y sociales como son las vizcachas unas con otras, cada una es, sin embargo, extremadamente celosa de cualquier intromisión en su cueva particular, y en verdad que venga semejante ofensa á la disciplina con furia extraordinaria. Varios individuos pueden residir en los compartimentos de la misma cueva; pero excepto ellos mismos. ni aún al vecino de al lado se le permile entrar : su hospitalidad ter- mina donde comienza, en la entrada. Es muy difícil obligar á una vizcacha á meterse á una cueva que no es la suya; aun perseguidas de cerca por los perros, se resisten á hacerlo. Y si se las llega á hacer entrar por fuerza, así que sus enemigos se retiran un pequeño espa- cio, salen precipitadamente, como si considerasen este refugio muy poco menos peligroso que el campo abierto. He visto muchas veces á una vizcacha acosada introducirse en las cuevas ajenas; pero las de adentro las expulsan inmediatamente; aunque á veces la intrusa no escapa sino después de haber recibido unos cuantos mordiscos por su contravención. Ya he expuesto, pues, los hechos más interesantes que he reunido respecte de la vida de la vizcacha. Guando otros vuelvan á escribir su historia, podrán hacer, sin duda, algunas adiciones á ésta, según las oportunidades de observación de que disfruten; pero probablemente no será mada de mayor importancia. Yo he observado esta especie en la Patagonia y en la provincia de Buenos Aires solamente; y como he notado que sus hábitos se modifican considerablemente según las cir- cunstancias, en las localidades donde las he visto, estoy seguro de que: otras variaciones ocurrirán en las regiones más lejanas, donde las condiciones cambian. La conclusión más curiosa que puede deducirse de lo dicho hasta aquí, es que la vizcacha, considerada por Mr. Warernouse y por otros que han estudiado sus afinidades, como uno de los roedores más imfe- riores, exhibiendo marcados caracteres de marsupial, resulta ser, es- ludiada ev vida, más inteligente que muchos otros roedores no sólo de los de Sud América, sino también de los de un tipo más elevado de los otros continentes. Un caso semejante es tal vez el que puede en- contrarse en el peludo, animal extremadamente versátil é inteligente aunque es sólo un desdentado. Y entre las aves, el ypacahá (Aramides ypacaha). puede también citarse como «un ejemplo de lo que no debe- ría ser», pues es un ave audaz é inteligente (4), serio rival de las vallinas, tanto por su coraje como por su astucia; y, sin embargo, lorme parte de una familia [Rálidos] que el profesor Parker — del W. H. Huvsox : Biografía de la Vizcacha 105 punto de vista del anatomista — caracteriza como «un grupo de ani- males cobardes y de escasa inteligencia ». ANOTACIONES DEL TRADUCTOR (1) Este artículo apareció por primera vez, con el titulo de On the habits of he Vizcacha (La- gostomus trichodaclylas), en los Proceedings of lhe Zool. Sociely of London, 1872, pp. 822-833, en forma casi idéntica á la presente. Fué reproducido más tarde con-el titulo actual, Biography of dhe Vizeacha, en el libro The Vataralist in La Plata, del cual tuvimos ya oportunidad de ocu parnos en Puvxsis (bt. 1, p. 205). Bunuristea, en la Description phys. de la Rép. Argentine (1, 247, 1879) dice, al ocuparse de este animal, que la mejor descripción de sus costumbres es la de Hubsox, y hoy, después de más de cuarenta años, puede repetirse Jo mismo. Sin embargo, esta interesante narración no ha sido traducida nunca, y es por lo tanto, poco conocida entre nosotros. Hemos respetado el título dado por el autor, traduciéndolo Broyrafía de la Vizcacha, aunque el empleo de la palabra «biografía » en este sentido pudiera ser eriticado, si nos atenemos á la acepción corriente del término. Pero creemos que tal empleo está justificado, y más aún, es útil, pues tiende á substituir en parte el empleo abusivo del término «biologia», cuyo uso excesivo é ilimitado ha concluido casi por hacerle perder su significado. Por lo demás. las razones que podrian aducirse en contra del uso que aquí hacemos de la palabra « biografía », valen lo mismo en inglés que en castellano, ó que en cualquier otro idio— ma, pues en cualquiera de ellos el término significa lo mismo, y aparte de que se ha empleado siempre con referencia al hombre, se ha aplicado á la descripción de la vida de un solo indivi- duo, mientras que aquí se refiere á la de todos los individuos de una determinada especie. Ls este, pues, un sentido más ó menos traslaticio, pero no por eso menos recomendable, á nuestro modo de ver. El nombre cientifico que corresponde á la vizcacha ofrece un ejemplo admurable de la imper= lección de la nomenclatura zoológica. Lamurre ba dedicado á la dilucidación del punto un artículo especial (Anales Soc. Cientif. Argentina, t. 62, p. 39. 1906) llegando á la conclusión de que el nombre de Lagostomus trichodactylus, el más generalmente usado, debe ser substituido por el de Lagostomus maximus (Biv.), y no Viscaccia viscacia (Mora). Esta última designación ya había empezado á generalizarse, pero parece corresponder en realidad á la ««vizcacha de la sierra », cuyo nombre aceptado era el de Lagidivm peruanum Mrxex... Recientemente, N. Horister (Proceed. Biol. Soc. Washington, XXVIL, 57-60, 1914) ha des- eripto, con el nombre de Lagostomus maximus petilidens, una nueva subespecie ó variedad geo= gráfica, que parece ser la que habita el Sur de Buenos Aires y Norte de Patagonia (desde Neco= O CRÓNICA 201 dieron una buena colección de alfarería antigua. Alrededor de Aimogasta la población prehispánica ha sido especialmente densa. Allí se halló también un cementerio de niños de tierna edad, enterrados en urnas de barro cocido. Al norte de Aimogasta la expedición tuvo duranie un tiempo su campa- mento establecido á las orillas del Río Bermejo ó Salado que viene de Tino- gasta y atraviesa el inmenso campo que se extiende entre las sierras de Am- bato, Aconquija, Belén, la Gordillera y las ramificaciones septentrionales de la Sierra de Velazco. Este campo antiguamente cubierto de frondosos bos- ques de algarrobos que á los indios proporcionaban su fruto, por ellos tan codiciado, ahora está seco é invadido por la arena movediza. El mismo Río Salado lleva agua solamente en la época de los deshielos de la cordillera y el país es tan desierto que los expedicionarios tenían que traer el agua de dos leguas y media y el forraje de las mulas de siete leguas de distancia. Pero an- tes era un campo fértil y bien regado, donde en 1634, en una batalla contra los indios se empantanó la caballería de don Jerónimo Luis pe CABRERA, quien allí fundó un fuerte que por este motivo llamó el Fuerte del Pantano. En el lugar existen tres morros de roca sedimentaria que geológicamente pueden considerarse como penitentes, es decir, restos del suelo antiguo que por su du- reza relativa se ham quedado en pie cuando la erosión ha rebajado el suelo á su nivel actual. Uno de estos morros, de diez metros de altura, presenta en su cúspide una excavación cilíndrica de tres metros de profundidad por siete de diámetro. la que ha sido techada con tirantes de algarrobo, de los cuales aún quedan restos. Probablemente es el primer caso conocido de un penitente empleado como habitación humana. No puede provenir esta obra de los im- dios y nada aventurado es identificarla con el fuerte español. En las inmedia- ciones se hallaron un crucifijo, espuelas de cobre y otros vestigios de los anti- guos españoles. Cerca se encontraron los cimientos del pueblo más tarde fundado por éstos, atravesado por calles rectas. Del otro lado del río se halla- ron los paraderos de los indios que primero fueron los enemigos de CaBrERA y después reducidos por los españoles, probablemente abaucanes y famatines, tribus de la gran nación de los diaguitas. Estos paraderos, restos de sus al- deas, son grandes espacios cubiertos de fragmentos de alfarería, morteros de piedra, etc. Se excavaron cuatro paraderos, de los cuales el de mayor exten- sión comprendía unas diez manzanas de terreno. La alfarería allí hallada era de diferentes categorías, como la negra grabada, la llamada de « tipo draconia- no », la del « tipo Santa María ». etc., lo que demostraría que estos diferen- tes tipos de alfarería no pueden tomarse como base para distinguir épocas diferentes, como lo han sugerido algunos arqueólogos. En otras partes tam- bién se encontraron todos estos tipos de alfarería mezclados in situ. Entre los objetos hallados en El Pantano se destaca una preciosa colección de estatui- tas de barro, que dan una idea muy precisa del traje y del peinado de los antiguos diaguitas. Á una legua al norte del Fuerte del Pantano fueron estudiadas y fotogra- 202 PHYSIS fiadas las ruinas de una iglesia medio cubierta por la arena, seguramente una de las más antiguas de la República. Durante el presente año la comarca de El Pantano ha sido devastada por una gran inundación que debe haber arra- sado todos los vestigios antiguos que allí habían, de manera que el Sr. Bomax ha legado justamente á tiempo para poder hacer su descripción. En Lorohuasi, Alpasinche, Chaupihuasi, Salicas, San Blas de los Sauces, Chaquí, Suriyaco, Tuyguvil, etc., se practicaron numerosas excavaciones en paraderos y cementerios. Estas excavaciones han dado una gran colección de objetos de alfarería, piedra esculpida, hueso, cobre, etc. Algunas piezas son verdaderos objetos de arte; muchas muy originales y únicas entre el material arqueológicotconocido. Hay muchas figuras fantásticas grabadas en los vasos, entre otras una casi idéntica al hombre armado á hacha que se ve sobre el famoso fragmento del Río del Inca, en Tinogasta, publicado por el Dr. La- FONE QUEVEDO. Una colección de pipas de fumar, en barro cocido, es notable. Los horni- llos forman cabezas humanas y animales fantásticos, modeladas algunas se- gún una técnica que mucho se parece al «cubismo » de algunos escultores y pintores modernos. En dos de las pipas se encontraron residuos cuyo aná- lisis tal vez dará á conocer la materia que fumaban los indios prehispánicos. En San Blas de los Sauces se excavó prolijamente un gran cementerio de párvulos y fetos. Cada uno está enterrado en una gran urna funeraria, de las que la mayor parte son decoradas y provistas de tapa. Habían en el cemente- rio veimtiséis de estos enterratorios. Fuera de los esqueletos de niños, de los que algunos conservaban todavía fragmentos de sus vestidos, contenían las urnas calabazas y pequeños recipientes de barro que habían sido depositados llenos de comida y bebida para los pequeños muertos. En Hualco se excavó un cementerio análogo y en Aimogasta, como ya lo hemos dicho, otro. Estos cementerios de párvulos, que no contienen adultos, ban sido antes conocidos solamente del norte de Catamarca y sur de Salta. Su presencia en La Rioja es sumamente interesante, pues confirma la teoría de la unidad de la civili- zación antigua de nuestras provincias andinas. En la Quebrada de Suriyaco estudió el Sr. Bomax el antiguo Pucará del Uturunco, análogo al de Los Sauces, antes mencionado. Levantó planos y sacó fotografías de estas ruinas. Unos petroglifos merecen mencionarse. Contienen cruces, lo que á los pai- sanos les ha sugerido la idea de que son lugares santos y ellos los adoran, ha- ciendo allí frecuentes peregrinaciones, encendiendo velas y rezando. Tienen fama estos petroglifos de curar enfermedades y producir otros milagros. Hay uno en Chaqui, otro en Alpasinche y el tercero entre Mazán y Aimogasta. Á todos se da el nombre de «El Señor de la Peña» y los adoradores de cada uno rivalizan, atribuyendo al de su pueblo una fuerza milagrosa superior á los otros. En Chilecito estudió el Sr. Bowman la antigua minería del cerro de Fama- CRÓNICA 203 tina y un gran campo fortificado de los indios prehispánicos que se halla en las cercanías de esta ciudad. Por fin, ha traído varios documentos antiguos, como padrones de indios, etc., que ha encontrado en los archivos de las iglesias de la región estudiada. Las colecciones de la expedición Bomax ocupan dos salones del local provi- sorio del Museo Nacional. Viajes y exploraciones. En diciembre último, vino á Buenos Aires el conocido coleccionista y ex- plorador D. José Srerxsacn, quien reside en la provincia del Sara, departa- mento de Santa Cruz (Bolivia) donde se ocupa en hacer colecciones de histo- ria natural para los museos extranjeros, á los cuales ha hecho ya en diversas oportunidades, importantes remesas. Anteriormente había enviado sólo al Carnegie Museum (Pittsburgh, U. S. A.), 60.000 ejemplares de diversos ór- denes de insectos y 2000 aves. Esta vez ha traído también grandes colecciones, la mayor parte de las cua- les estaban ya destinadas al mismo museo. Encierran éstas 21.000 ejemplares de lepidópteros, con unas 2000 especies de nocturnos solamente, 1400 pieles de aves y 120 mamíferos. Felizmente, esta vez una parte de las colecciones ha sido adquirida por el Museo de Buenos Aires. Entre ellas las más ricas son las de insectos, que comprenden cerca de 5000 ejemplares (1800 hemípteros, 1400 dípteros y cerca de 1200 himenópteros). Vienen también los reptiles de que hemos ha- blado al ocuparnos del mismo Museo algunos objetos arqueológicos y unos cuantos moluscos terrestres. El Sr. Sreixbacn hace también colecciones botánicas destinadas á algunos botánicos argentinos. El naturalista del Museo de Nueva York, Lio E. Mier, quien, como informamos en el número anterior, había estado coleccionando en Bolivia, se halla actualmente en Rosario de Lerma (provincia de Salta), donde hace colecciones de aves y mamíferos. En compañía del Sr. hekmr Rooskverr, visitó el Museo de Historia Natu- ral de esta ciudad M. Ebmunp HeLLekR, uno de los miembros de la «Yale Expedition » al Perú, de regreso para los Estados Unidos. Con el objeto de hacer colecciones de Roedores y Quirópteros para el Museo Británico, vino á la Argentina en noviembre pasado un ayudante del renom- brado especialista de aquel museo, Dr. Ororiero Tuomas. Este viaje parece haber sido sugerido por el conocimiento de la colección de aquellos mamífe- ros que se le envió del Museo de Buenos Aires (de la cual damos la lista en 204 PHYSIS otro lugar de esta revista), colección que ofrecía algunas novedades y muchos ejemplares de especies raras. El citado ayudante ha empezado por coleccionar en Córdoba. Reuniones periódicas de sociedades científicas extranjeras. La reunión de la American Association for the Advancement of Science que tuvo lugar en San Francisco (California), como anunciábamos en el número anterior de esta revista, ha sido una de las más brillantes que se han celebra- do hasta la fecha. Es la primera que se realiza en la costa del Pacífico, y tiene por lo tanto un significado especial dentro de la vida científica nacional én la Unión, pues co- mo es sabido, cierto distanciamiento ha existido siempre entre los estados de ambas costas. La disertación presidencial estuvo á cargo del Dr. W. W. CamebeLz, quien pronunció un hermoso discurso sobre La ciencia y la civilización (publicado en Nature, Diciembre 2, 1915). El discurso es un alegato en pro de la adopción de los métodos científicos en los asuntos de la vida, tanto en el orden individual como en el nacional ó internacional. El orador no cree sin embargo, en la panacea de la ciencia y se pone en guardia contra la exageración de aquellos principios que harían de la ciencia una nueva idolatría. «Una vida — dice — que pretendiese some- er todo á ecuaciones, que quisiese resolver todo por «dos y dos son cua- tro»... sería necesariamente una vida sin elevación. estrecha y desgraciada. » «El método científico por el cual clamamos, es aquel que toma en cuenta todos los factores que actúan en un caso determinado »... El objeto último de la ciencia debe ser el de buscar la verdad y hacer que ella aproveche al pueblo en una forma ó en otra. La falta de egoísmo es, pues, una condición esencial en la investigación científica. «Las múltiples actividades del mundo contribuyen al adelanto de la civilización en la proporción en que contienen un desinteresado ideal. Lo que es puramente práctico, lo que no contiene algún elemento de idealismo, puede subsistir y aun ser útil, pero no civiliza. Es el idealismo en todo orden de actividades, lo que hace avanzar las fronteras de la civilización. » Celebróse, como anunciábamos en el número anterior, la reunión de la Société Helvétique des Sciences Naturelles conmemorando el primer centenario de su fundación. Esta es la y7* reunión nacional y ha tenido lugar en Gine- bra el 13 de septiembre pasado. M. Morra, presidente de la República, pronunció un discurso en el que puso de relieve la acción científica y patriótica de la Sociedad helvética : ella ha contribuído á hacer de la Suiza una república fraternal en que todos los ciudadanos viven en buena armonía á pesar de las diferencias de raza, de lengua y de educación. CRÓNICA 209 M. Yune trazó la historia de la sociedad, fundada en 1819 por un sabio farmacéutico, HexrecAreerr Gosse, que estaba en relación con Lamarck, Jussigu y Fourcrox. Guvizk fué uno de los primeros miembros honorarios de la sociedad. La principal disertación científica fué la de A. Prierer sobre la estructura molecular de la vida. (Revue Scientifique, 93" année, N* 19). En los Estados Unidos, los mumerosos museos existentes han constituido hace tiempo (lo mismo que en algunos países europeos) una asociación para la prosecución de todos aquellos fines que pueden ser de interés común. Esta es otra de las sociedades que celebra anualmente reuniones naciona- les. La última se celebró en San Francisco, y en ella Mr. O. CGuumixes Fa- RRINGTON disertó sobre la historia general de los museos de historia natural, mencionando los del Brasil, Ghile y la Argentina, y prestando especial aten- ción á los museos para niños como el de Brooklyn. La American Ornithologists? Union celebró su 33* reunión en San Francisco, California, el 17 de Mayo de 1g15. La asociación cuenta en la actualidad con 1196 socios, de los cuales 935 son miembros activos, y los demás honorarios, correspondientes, etc. En la citada reunión, fué designada en carácter de correspondiente la Se- ñorita Emmra Sxermuace, del museo Gorror, Pará, bien conocida por sus 1m- portantes exploraciones y publicaciones sobre la avifauna del Brasil. La Reunión de la British Association for the Advancement of Science de Sep- tiembre último, en Manchester. ha tenido, según parece, un éxito superior á lo que era dado esperar á causa de la situación porque atraviesa la Europa. El número de miembros y adherentes se considera bajo, y ha alcanzado sin embargo á 1438. La sesión se ha limitado á la consideración de los trabajos científicos, habiéndose suprimido las excursiones y otros festejos de carácter social. La disertación presidencial estuvo á cargo de Sir Tuomas H. Horranb, quien habló de la conveniencia de la organización científica desde el punto de vista nacional. Se refirió especialmente á la falta de apoyo material que el gobierno británico presta á las instituciones científicas y de la necesidad de dar á la acción de la Sociedad Real de Londres un desarrollo mayor y más eficaz. Las ciencias naturales en la América latina. Juseo de Montevideo — Este establecimiento ha perdido, con la muerte de don Juan H. Ficueira, ocurrida el 3 de noviembre del año pasado, un cola- borador laborioso y meritorio, que prestaba sus útiles servicios como encar- gado de la sección de zoología del museo. El Sr. Frcuerma, hermano del conocido arqueólogo y escritor uruguayo don 206 PHYSIS Josí Figueira, se había formado como ayudante científico al lado del Dr. €. Bere. cuando éste fué director de aquel establecimiento, y era muy apreciado no sólo por su competencia, sino también por sus condiciones personales. Museo de Rio de Janeiro. — En reemplazo del Sr. J. B. Lacerna, cuya muerte anunciamos en el número anterior de esta revista, ha sido designado el Dr. Bruxo Lobo. Museo de la Asunción (Paraguay). — Contrariamente á las esperanzas que manifestábamos hace poco en estas páginas, el puesto de jefe de la sección de zoología ha sido suprimido y el Sr. Zúrcner ha regresado á Suiza en diciem- bre pasado. Es de lamentar esta resolución, que priva á este establecimiento de un em- pleado cuyos servicios eran indispensables. Una carta inédita de D. Félix de Azara. Una carta inédita de D. Férix be Azara ha sido publicada por F. DE Las Barras be Aracón (Boletín R. Soc. Españ. de Hist. Nat., XV, N* 7, p. 361), quien la halló en el Archivo de Indias de Sevilla. Según este documento, el 13 de Noviembre de 1787, D. Joaquíx Arós, gobernador del Paraguay, da cuenta al ministro de los trabajos científicos que realiza el « capitán de fragata D. Fí- LIX DE Azara... quien se ha dedicado de continuo á descubrir y observar cuan- tos objetos se le han proporcionado sin dispensarse la fatiga de salir 4 campaña, como lo ha verificado muchas veces, y como se halla dotado de un entendi- miento nada vulgar y posee los conocimientos físicos, según lo ha acreditado, ha logrado hacer análisis, observaciones y examen de varias cosas, deseoso de aumentar la historia natural ». El mismo Sr. ALós se interesaba, según parece, en tales estudios, y anun- cia en la misma comunicación haber extraído del Paraná «un árbol petrifi- cado que á mi entender parece ser sauce por su configuración... » que ofrece remitir al Gabinete de Historia Natural de Madrid. Adjunta á esta comunicación se halla la carta de Azara dirigida al minis- tro, en la que después de anunciar el envío de una carta geográfica, añade : «Ahora dirijo á V. E. para ese Real Gabinete, por mediación que he soli- citado del Sr. Virrey, un cajón que incluye 'S/ aves sumergidas en aguar- diente, con sus descripciones hechas por mí, y pienso continuar las remesas de esta especie y mientras me hallo, por día. Tengo ya descriptas 2// especies de pájaros con bastantes cuadrúpedos. En esto ocupo mi tiempo y en perfec- cionar los conocimientos geográficos y físicos de estos países. ínterin se me manda otra cosa; lo único que me estimula es el amor á mi patria y el que no se me tenga por holgazán y el adquirir concepto con V. E. para que me ocupe en todo lo que guste. » La carta lleva fecha 13 de Julio de 1788. CRÓNICA 207 Según un legajo del archivo citado, aquel envío, así como otros que com- prendían « 108 avecillas con 87 especies, 82 con 76 y 190 con 193 especies » llegaron á su destino y pasaron al Gabinete de Historia Natural. Nada dice el actual editor sobre el destino ulterior de aquellas colecciones, y si ellas se encuentran en alguno de los institutos científicos de España, punto que sería de interés, pues por lo que se sabe, los ejemplares típicos de las especies de Azara no han sido vueltos á estudiar por ningún otro autor. Donaciones para investigaciones científicas en el extranjero WiLriam Erasmus Darwin, fallecido el 8 de septiembre de 1914, era el hijo mayor de CarLos Darwin. Á él se refería éste en su autobiografía (Life and Letters, p. 47), cuando dice: «Mi primer hijo nació el 27 de diciembre de 1839. y en seguida comencé á tomar nota de las primeras manifestaciones de sus varias expresiones, pues ya en aquella temprana época, estaba yo conven- cido de que los más complejos y finos matices de expresión, deben todos ha- ber tenido un origen gradual y natural». Estas notas fueron las que des- pués se publicaron en su libro La expresión de las emociones. Á este mismo niño se refiere la carta de Darwiwá Fox, en julio de 1840 (1b1d., p. 149), por la cual se ve que no sólo lo miraba con espíritu de observador, sino también con cariño de padre. Á diferencia de sus hermanos Grorer y Francis, W. E. Darwiw parece no haberse dedicado á ninguna ciencia. Por su testamento, deja á la Royal Society de Londres una suma equiva- lente á 15.000 pesos de nuestra moneda. Varios objetos que fueron de uso particular de su padre, quedan en poder de la familia. M. Pierre-ÉmmueE GounernLe, el conocido entomólogo francés cuya muerte se anució en esta revista (t. I, p. 607) ha dejado por su testamento 10.000 francos á la Sociedad Entomológica de Francia, juntamente con su biblioteca (Bull. Soc. Entomol. France, p. 445, 1914). Mr. Jusrus S. Horcnxiss ha dejado un millón de pesos oro á la Universi- dad de Yale (Nature, 16 diciembre 1915). Por la última voluntad de Miss Awwa YarwarL se ha hecho entrega de 25.000 pesos oro al Jardín Botánico de la Universidad de Pensilvania (Science, 15 octubre 1915). El Dr. Dunuexy P. Arregx, antiguo profesor de cirugía de la Western Reserve University ha donado 200.000 pesos oro para la biblioteca de dicha universi- dad (Science, 8 octubre 1915). 208 PHYsIS Los Parques Naturales. La Dirección del servicio geológico de los Estados Unidos ha publicado una preciosa guía del Parque Nacional « Glacier », en el estado de Montana, con el título de The Glacier National Park : a quude to its geology and scenery, by Marius R. Camemrii (U. S. Geol. Survey, Bulletin, N* 600, 1914). Es un folleto de Bo páginas, con hermosas ilustraciones y un mapa geológico, en donde con toda claridad se exponen los caracteres fisiográficos del famoso parque, cuya belleza lo ha hecho célebre. Se comprende sin esfuerzo la utilidad de esta guía, por medio de la cual el simple turista que acude al parque por diversión está capacitado para com- prender la razón de ser de los rasgos del paisaje que se ofrece á su vista, con lo cual éste adquiere un encanto más. Leyendo este opúsculo, escrito en la forma más llana á la vez que riguro- samente científica, se piensa en las palabras que hace poco pronunciaba el eminente director de aquel servicio, Mr. Grorek Oris Surra, cuando decía : « Aspiro á que las publicaciones de la « Geological Survey » de la Unión sean entendidas por todo el mundo. » La comisión del parque Dallas (Texas, U. 5. A.), conocido por « Turtle Creek Park », ha resuelto, según informa Mr. O. €. CuarLroN, en Science (Agosto 13 de rgr5), darle el nombre de Parque Revercnon en honor del botánico francés de este apellido (1837-1905), quien publicó importantes contribuciones á la flora de Texas y cuyas colecciones fueron adquiridas por el Jardín Botánico de Missouri. En la revista alemana Kosmos (N” 8, 1915) publica el Sr. Arturo Bas un artículo de divulgación, La Patagonia y sus selvas virgenes, en el que anuncia que el Gobierno Argentino ha declarado parque nacional un área de d300 ki- lómetros cuadrados alrededor de Nahuel-Huap1, «de modo — añade — que no hay que temer que la industria y el comercio destruyan este trozo, particu- larmente precioso, de la naturaleza ». Por desgracia, debemos declarar que la información del Xosmos es inexacta. Protección y estudio de las Aves. Según Science (Agosto 13 de 1915) se han dictado leyes en las colonias holandesas de la Península Malaya para proteger á las aves del paraíso. Se ha prohibido la exportación de las plumas de estas aves, con excepción de tres especies. En algunas de las islas la caza ha sido totalmente prohibida. Se espera que dentro de poco en toda la India oriental holandesa se habrá obte- nido la sanción de leyes que protejan á las aves. El 1? de Enero de rgr5 se ha puesto en vigor en el Canadá una ley que Crónica 200 prohibe la importación de plumas de aves con fines comerciales. Así, pues, estas leyes rigen ahora en toda la América del Norte con excepción de Méjico. «El pueblo de las aves ». — Así ha merecido ser llamada la aldea de Meri- den, N. H. (Estados Unidos) á causa de la amplia protección que allí han encontrado las aves silvestres. No sólo protección sino hospitalidad, pues se las atrae por diversos medios (suministrándoles alimento, abrigo, etc., sin privarlas de su libertad) y consiguiendo que se aclimaten en los paseos públi- cos, donde por lo demás prestan excelentes servicios limpiando á las plantas de toda clase de insectos dañinos. Sobre los diferentes métodos que para este fin conviene poner en práctica, Mr. E. Haroro Baxxes ha escrito un libro de 326 páginas (Wild birds quests), resumiendo los resultados de su experiencia personal en el citado pueblo de Meriden. Al comentar esta publicación, la American Review of Reviews (Septiembre 1919) dice que sí los métodos en ella preconizados se generalizaran en la Unión, bien pronto estaría resuelto el problema de la «wild-bird conserva- tion » en aquel país. Un capítulo de este libro, destinado al estudio de los baños para los pája- ros, fué publicado, acompañado de lindas fotografías, en el American Museum Journal (AV, N* 4). Pequeños estanques de poca profundidad (5 á ro centí- metros), hechos de portland, con guijarros y valvas de moluscos, se colocan en los lugares más apropiados de los parques públicos, y aun en los jardimes de los chalets, para comodidad de los pajaritos. Sería muy bueno ensayar estos procedimientos en el bosque de Palermo, donde aún se suelen ver algunos pájaros silvestres que convendría atraer en vez de perseguir. Uno de los más infatigables y enérgicos campeones en la lucha en pro de las aves silvestres en la Unión, fué Wi.rram Durcmer. Para proteger á los pájaros, Durcner inició una campaña de veinte años en contra de los trafi- cantes en plumas para adornos de sombreros de señoras. Según Mr. Enww L. Sunuuas (American Magazine, Septiembre 1g15), á él se deben todas las leyes de los diferentes estados, y finalmente las dos leyes federales : la que prohibe terminantemente la importación de plumas de aves y la que prohibe la matanza de las mismas con aquel objeto. La realización de las ideas de Durcuer fué posible por el apoyo que le prestaron diversas sociedades de naturalistas, especialmente la Unión Ornitológica Americana, la Sociedad Zoológica de Nueva York, y las diversas «Sociedades Aupuon », nombre “genérico con el cual se designan las diferentes asociaciones para la protección de la vida silvestre. La primera de ellas fué fundada por Groreke Bro GriyneL en 1886, y en la actualidad existen treinta y cinco en los Estados Unidos. | O) PHYSIS Conde Hans von Berlepsch. Con la muerte de Pure LurLiey Sctarer (27 de Junio de 1913) y con la más reciente del conde Haxs vos Berieescn (27 de Febrero de 1915), han desaparecido en estos últimos años, dos de los más grandes ornitólogos que contribuyeron con valiosos trabajos al conocimiento de la avifauna argentina. Todos los que se han dedicado al estudio de las aves de nuestro país, cono- cen la obra Argentine Ornithology publicada por Scrarer en colaboración con W. H. Hubsox en los años 1888-89, la cual, aunque incompleta en lo refe- rente al número de especies mencionadas, siempre servirá de base para el estudio de nuestra avifauna. El conde Haxs vox Berieesca se había dedicado especialmente á estudios sistemáticos sobre las aves de Sudamérica en general y no ha publicado como ScLarér ninguna obra exclusivamente sobre aves argentinas. Sin embargo en sus numerosas contribuciones á la ornitología del Paraguay, Bolivia y Brasil y en la revisión de varios géneros ó en el estudio de ciertos grupos, se ha ocu- pado también de especies que tienen relación ó que pertenecen á nuestra avi- fauna y ha descripto varias otras peculiares á la Argentina. Entre éstas citaré las siguientes : Erionotus caerulescens Dinellú (Berteesca), Bull. Brit. Ornáth. Club, XVI, p- 99 (1906 : tipo, Santa Ana, Tucumán). Siplornis striaticeps heterocerca (BerLeesca u. LeverkúmN) Ornis, VI, p. 22 (18go : tipo, Cosquín, Córdoba). Siptornis sordida affinis BrerLerscH, Bull. Brit. Ornith. Club, XVI, p. 98 (1906 : tipo, Los Vasques, Tucumán). Siptornis Baeri Berierscn, Bull. Brit. Ornith. Clab, XVI, p. 99 (1906 : tipo, Cosquín, Córdoba). Agriornis livida fortis BerLerscn, Proc. Fourth Intern. Ornith. Congr. Lon- don, 1905, p. 392 (1go7 : tipo, Valle del Lago Blanco, Chubut). Myiotheretes striaticollis pallidas Berverscn, Bull. Brit. Ornith. Club, MVL, p. 98 (1906 : tipo, Norco, Tucumán). Ochthocca leuophrys tucumana BerLerscu, Ball. Brit. Ornúth. Club, AVI, p. 98 (1906 : tipo, Norco, Tucumán). Poospiza hypochondriaca affinis Berieesca, Bull. Brit. Ornidh. Club, AVI, p. 97 (1906 : tipo; Tucumán). Dos especies argentinas : Leptasthenura aegithalowles Berlepschi Harrerr, Vovit. Zool., XVI, p. 210 (1909: Jujuy) y Merganetta Berlepschi Harrerr, loc. cit., p. 244 (1909 : Tucumán) han sido dedicadas á este ornitólogo. Entre los numerosos trabajos del conde H. v. BerLeescH mencionaré úni- camente los que tienen especial interés para el estudio de la avifauna argentina. 1. Systematisches Verzeichniss der von Hern Ricardo Rohde in Paraguay gesammelten Vogel : Journ. f. Ornith., 35, 1887, p. 1-37, 113-134, tab. r. CRÓNICA 211 2. On the Genus Cyclorhis; Ibis (5), VI, 1888, p. 83-92. 3. (En colaboración con P. Leverkúnx), Studien úber einige súdamertkanis- che Vogel nebst Beschreibungen neuer Arten; Ornas, VI, 1890, p. 1-92, tab. EII. 4. Diagnosen neuer súdamerikanischer Vogelarten; Orntth. Monatsber., 1 1893, PP- 11-12. i >. (En colaboración con G. E. HerLmarr), Studien úber wenig bekannte Ty- pen neotropischer Vógel; Journ. f. Ornith., 53, 1909, pp. 1-93. 6. Deseriptions of seven new neotropical Birds; Bull. Bra. Ornmth. Club, XVI, Mai 1906, pp. 97-99- 7- Deseriptions of new Species and Conspecies of Neotropical Birds; Ornts, 14 [=Proc. IV. Internat. Ornith. Congr. London 1905) y) Y » = 2%=_3-1-+ Febr. 1907, pp-.347-971 S. On the Genus Elaeniía Suxbev ; ibidem, pp. 37 Fe -448. 9. Studien úber Tyránniden ; ibidem, pp. 463-493. 10. Revision der Tanagriden; Bericht V. Internat. Ornith. Kongr. Berlin, 1910, Febr. 1912, pp. 1001-1161. — R. DassexeE J.-H. Fabre. En el mediodía de Francia, lejos de la metralla y de la sangre, en la serena quietud de la aldea donde pasara tantos años de su vida anacorética, Juan Exrioue Fabre, esta gran figura de la ciencia francesa, se ha extinguido dul- cemente, poco tiempo antes de cumplir un siglo de existencia. Nacido en Saint-Léons, en 1823, pasa sus primeros años en la soledad de las montañas. Sus padres, labradores ignorantes, pero excelentes personas, no disponían de recursos para costear la educación de aquel niño que desde tan temprano demostraba un gusto nada común por todo aquello relacionado con la observación de la naturaleza. Sin embargo, algún tiempo más tarde, su familia abandona la campaña para trasladarse á la ciudad, donde el joven naturalista ingresa por primera vez en el colegio de Rodez. De aquí pasa á Tolosa, prosiguiendo siempre sus estudios y luego se traslada 4 Montpellier. En esta ciudad los negocios paternos sufren un descalabro y Juan Enrique se ve obligado á ganarse la vida; mas ello no le impide continuar estudiando en las horas robadas al trabajo. De este modo obtiene una beca de la Escuela Normal Superior, recibiendo al poco tiempo el diploma correspondiente. Luego le nombran institutor en Carpentras y más tarde rinde con todo éxito su bachillerato en ciencias. Casado á los veintiún años, pobre y sin recursos, le ofrecen para ayudarle una cátedra de física en Ajaccio. De regreso á su patria, debido á una enfermedad contraída en Córcega, se propone dedicarse á la enseñanza superior y para ello rinde su licenciatura en ciencias naturales. Nombrado profesor en Avignon con un sueldo mezquino de mil seiscientos francos anuales, debe dar por la noche lecciones particulares para poder aten- der las necesidades más apremiantes de su familia. Á pesar de todo y siempre 212 PHYSIS que sus ocupaciones le dejan algunas horas de libertad, las aprovecha diri- viéndose al campo donde continúa sus observaciones sobre los insectos, las plantas, la naturaleza toda. Esta vida azarosa y ruda acaban por cansarle; un buen día abandona la Universidad y sin inguietarse por el porvenir se dirige á Orange, donde se instala y comienza otro género de vida más tranquilo, sin las obligaciones inherentes al cargo de profesor desempeñado en Avignon. Aquí gánase la vida Souvenirs escribiendo libros de enseñanza y el primer volumen de su obra entomologiques — que le consagró maestro. Siete años permanece en Orange, hasta que en 1878, contando ya con algu- NOS recursos, compra una casa en Sérignan y allí permanece, lejos del bullicio del mundo, dedicado única y exclusivamente al estudio de la vida, instintos y costumbres de los insectos. Además de los otros nueve tomos que de la obra citada escribe en esta villa, publica otras de vulgarización : Les auxiliares, Lectares sur la botanique, Lec- tures sur la zoologie, Le ciel, La terre, etc. Hé aquí esbozada en síntesis la modesta vida de este ilustre entomólogo, 4 quien V. Durux hiciera caballero de la legión de honor, en tiempo de Naro- Lrón HI, mucho antes que comenzara á escribir la obra que le ha immorta- lizado. Muere el sabio en su aldea querida en estos momentos de barbarie euro- peizada, después de haber «maldecido la guerra y los bárbaros que la han desencadenado ». No es en una nota necrológica el lugar de hacer la apología de un grande hombre como Fabre, mi de analizar su obra, pues ambas han menester del contenido de un libro para ponderarlas y juzgarlas. == (E llista. Eberhard Fraas. Á la edad de cincuenta y dos años ha muerto, el 6 de marzo de 1915, en Stuttgart (de cuyo museo de historia natural era director) el conocido pa- leontólogo alemán Esernaro Fraas, cuyo hijo único, de veintidós años, había fallecido cinco días antes en el campo de batalla, en Argonne cerca de Vau- quois. Fraas era considerado como uno de los más inteligentes discípulos de harr VON ZtrTEL y en la actualidad uno de los mejores paleontólogos europeos, so- bre todo en lo referente á reptiles fósiles. Había explorado personalmente, no sólo una parte de su país natal, sino el África oriental, en cuyo viaje adqui- rió una seria dolencia de resultas de la cual ha venido á morir. ; H. Farmrieco OsborN le dedica en Science (N* 1059, abril 19, 1915) un elo- gioso artículo. Según éste, Fraas deja como su obra más importante las gran- des colecciones de reptiles del museo de Stuttgart. Entre las más valiosas de rl OIE A AAA A RA SP e de. ER Ap, JPA Crónica 213 sus publicaciones, deben mencionarse las primeras, sobre los Labirintodontes del Pérmico y las últimas sobre los Dinosaurios carnívoros del Triásico, así como su narración geológica de su viaje al África oriental. Todas sus obras están animadas. según OssorN, por una penetrante comprensión de la impot- tancia de la adaptación y de su significado en los diversos tipos de estructura siendo en este sentido una de sus principales contribuciones la referente á la adaptación de los Ictiosaurios de la vida terrestre a la vida acuática. Durante su citada expedición á las colonias alemanas del África oriental fué cuando Fraas descubrió los restos de los grandes Dinosaurios Saurópodos que describió en su publicación Ostafriskanische Dinosaurier (Palaeontographi- ca, t. 99, p. 105. 1908) con el nombre de Gigantosauras (Fraas, nec SEELEY |). Agregaremos que la expedición de 1909-1912 á la misma localidad descu- cubrió otros Saurópodos más gigantescos aún, pertenecientes según parece al genero Brachiosaurus, ya conocido de los Estados Unidos, pero mucho mayo- res que todos los Dinosaurios hasta ahora conocidos. Son los que Jaxexscu y Braxca han dado á conocer recientemente en Archi fúr Biontologie (MI, 1. 1914). El húmero de una de estas especies mide 2.13 metros de largo. Com- parado con el Diplodocus (que mide unos 25 m. de longitud y cuyo húmero tiene solamente 0.9) m.) este animal resulta ser de 1.5 4 2.2 veces mayor, según cuales sean los huesos que se comparen. Deben, pues, haber tenido en- tre ho y 30 metros de longitud. La altura es más difícil de apreciar, pues de- pende de la cuestión tan discutida, del modo de sustentación de estos anima- les. Gomo quiera que sea, es indudable que aquellos Braquiosaurios han sido los más gigantescos de los animales terrestres hasta ahora conocidos. Uno de ellos lleva el nombre de B. Fraast. Fraas era conocido además como autor didáctico. Á él se deben, entre otras cosas. los excelentes mapas paleontológicos tan usados en las clases, y de los cuales se ha publicado una edición en español. La guerra europea y el movimiento científico. Naturalistas muertos en el campo de batalla. Erróneamente hemos dicho en el último número de Puvsis que la Revue Seientifique había dejado de aparecer en 1grb. En realidad ha seguido publi- cándose, aunque con irregularidad; pero la casi totalidad de los subscriptores de Buenos Aires, inclusive las instituciones científicas, no la habían recibido en todo el curso del año. á causa de la deficiencia del servicio de subscrip- ciones. Con placer hemos vuelto á ver, pues, las conocidas tapas rosadas de este semanario científico, que parece haber asegurado su existencia á pesar de la guerra. En cambio, dos de las más importantes revistas médicas han dejado de apa- Puxsis. — 7. 1 14 214, PHYSIS recer, según Science (octubre 8. 1915), á saber : Allgemeine Wiener medizi- nische Zettang, que contaba sesenta años de existencia y Prager medizinische Wochenschrift, que se publicaba desde hace cuarenta años. y GuiLLerRMO DeLnars. Entre los caídos en la guerra tenemos esta vez el pesar de registrar el nom- bre del doctor Gun.ermo DeLnmars, joven geólogo alemán que estaba al ser- vicio de la Dirección general de minas de la Argentina y que se incorporó al ejército de su país poco después de declarada la guerra. Hace algún tiempo se supo que había sido herido y ahora llega la noticia de que ha sucumbido á sus heridas. El Dr. Deruars había hecho ya algunas publicaciones científicas, entre ellas la referente á la presencia del Rético en la costa sur de la Patagonia, en San Julián (Boletín n” 1, Dirección general de minas, 1913) deducida de la presencia de un crustáceo bivalvo, la Estheria mangaliensis, en una perforación en aque- lla localidad de So á 100 metros de profundidad. W. W. Kxarecuruni-Houcessen, tercer barón de Brapourne, ha caído en la guerra, á los 29 años de edad. Lord Brasñourwe había dedicado sus energías y su fortuna al estudio de las aves, especialmente de Sud América, donde había hecho dos viajes, uno al Paraguay y otro al Perú. Reunió una gran colección que sirvió de base á la importante obra que había empezado á publicar en colaboración con Chusb, The Birds of South America (1912). Á pesar de algunas omisiones, minuciosa y detalladamente señaladas por DaBsBexe en Puvsts (t. I, p. 241), este libro prometía revestir grandes proporciones, y es desde ya, como dice DaABBENE, «una de las principales obras que se hayan publicado sobre la ornitología sudamericana » (Ibis, MIL, 1915, p. 617). El Dr. Cuariou, jefe del departamento antirrábico del Instituto Pasrrur, biólogo muy apreciado, ha caído en el cumplimiento de su deber. «El 21 de abril (1915) pidió y obtuvo la peligrosa misión de ir á desinfectar el campo de batalla cerca de las trincheras enemigas... El 2/4, en la obscuridad de la no- che, llegó á unos cinco metros de ellas y cayó muerto » (Nature, 1” julio 1915). Dr. G. C. M. Marmisox, conocido por sus investigaciones sobre la fisiología de la respiración, falleció en Alejandría el 20 de mayo de 1915, á consecuen- cia de heridas recibidas en los Dardanelos (Nature, 1” julio 1915). Dr. Erica Scnorz, geólogo que había hecho investigaciones en el África alemana (Zeitschrift f. prakt. Geol., XXIL, p: 418). Los entomólogos franceses Jacours Bossiox, Grorcrs DE Burrévenr, GroR- ces pe Bar, Xavier Rooues, Gaston Rocnk y el abate L. Vouaux, han caído en el campo de batalla (Ball. Soc. Entomologique de France, nm” 1, 5, 8, 1915). CRÓNICA 210 Erwesr Lee, joven botánico, profesor de la Universidad de Leeds (Inglate- rra) (Natare, 22 julio 19109). Teniente Ervesr Macowan Hareer, ya conocido por sus investigaciones Co- menzadas hace poco, sobre los compuestos nitrogenados (Nature, 2 septiem- bre 1915). Capitán €. F. Barteiwe, miembro del Exeter College, Oxford, conocido por sus trabajos arqueológicos, muerto en Bélgica el 2 de junio de 1915. (Science, 28 agosto 1910). Dr. Heirica Muúnier, geólogo de la olicina prusiana de geología (Zewschrift f. prakt. Geol., XML, p. 418). ALBERT DE Roweu, mineralogista y petrógrafo francés, conocido por sus tra- bajos sobre las rocas filonianas no graníticas de los Pirineos, muerto en el campo de batalla á los 4o años. M. Lacrorx le dedica un sentido artículo en la Revue Scientifique (27 de febrero-6 de marzo 1915), haciendo notar cuánto podía esperarse de su sólida preparación, que sólo había dado los primeros frutos. G. Hrmany, de Berlín, uno de los pioneers de la eugénica. H. Prern, del Instituto de fisiología de Berlín, conocido por sus investiga- ciones sobre los sentidos. El hombre fósil en Inglaterra. El Museo Británico acaba de publicar una guía ilustrada muy interesante, que contiene las figuras y descripciones de todos los restos del hombre fósil que existen en aquel Museo (A Guide to the fossil remains of Man... British Museum, 1919), editada por Mr. Smrra WoopwarD. Lo de mayor importancia en esta publicación es lo que se refiere al ya famoso «hombre de Piltdown », descubierto, como se sabe, en Inglaterra misma, en 1912, por Mr. CuarLes Dawson. Estos restos son considerados como pertenecientes á un género humano distinto del actual, bautizado como Eoanthropus, correspondiéndole á esta especie el nombre de E. Dawson. Pro- ceden del Pleistoceno más inferior, en el límite mismo del Plioceno. Se halla- ban juntos con restos de mamíferos extinguidos, algunos de ellos pliocenos, como Mastodon, Stegodon y Rhinoceros; pero se supone que éstos corresponden en realidad á un depósito más antiguo, del cual han sido arrastrados y rede- positados junto con el Eoanthropus. Además, hay otros restos de mamíferos del Pleistoceno antiguo, realmente contemporáneos de aquel hombre primi- tivo, como por ejemplo Hippopotamus, Castor, Cervus elaphus. 216 PHYSIS También se hallan allí numerosos instrumentos de piedra toscamente tra- bajados, y ellos son de dos clases : unos, los más toscos, son idénticos á los así llamados «eolitos ». que se supone sean obra del hombre, aunque no es seguro : éstos son también pliocenos, como los restos de Mastodon, ete. Además, hay otros instrumentos característicamente paleolíticos y contem- poráneos del Eoanthropus, que no se duda sean obra del hombre. Ustos están ligurados en la fotografía página y del opúsculo, y se ve que han sido traba- jados de un solo lado, presentando el otro un simple plano de fractura. Hé aquí las palabras con que la Guía encabeza el estudio del hombre de Piltdown (p. S): «El verdadero hombre, aunque de un desarrollo muy infe- rior, ha llegado ciertamente á Europa al final del Plioceno ó al comienzo del Pleistoceno. Habría alcanzado hasta la parte sur de Inglaterra (entonces unida con el continente) como lo prueba el notable cráneo y mandíbula de Pilt- down », etc. Las palabras que hemos subrayado, verdadero hombre (« true man »), aplicadas á estos restos, podrían inducir en error, pues parecerían indicar un Homo, lo cual no es el caso desde que se le llama KEoanthropus; pero significan sin duda que se trata de un verdadero Hominídeo, muy seme- jante al género actual. Como quiera que sea, resulta de la presente publicación que «el hombre » llegó á Europa en el Terciario superior 6 el Cuaternario inferior, y que por consiguiente debe haber existido ya en el verdadero Terciario, allí mismo 6 en otra parte del mundo. BiBLi0GRAFÍA [5] = =] BIBLIOGRAFÍA Anales de Zoología aplicada. Tomo 1, N” 1, y6 pp., numerosas Ilustracio- nes. Santiago de Chile, 1914. Hace pocas semanas ha llegado á Buenos Aires esta nueva publicación que su fun- dador y director, el Dr. Porrer, había anunciado hace tiempo. El primer número contiene buen material científico; la revista está bien impresa y bien presentada. Es seguro que ha de prestar útiles servicios á todos los que en Sud América se ocupan de entomología agrícola, veterinaria, parasitología, etc. El presente número trae artículos de: F. KxabB, sobre Simuliidae de Chile; A. pa Marra, sobre Trichocephalus em Manaos, Brasil; (. Brucn, sobre un nuevo Ipido de Chile; C. E. Porter, sobre un pez comestible de Chile; J. Brérnes, sobre un nuevo Prionomitus de Chile; A. be W. Berroxt, sobre mamíferos útiles y nocivos del Para- guay; E. Morixa, fórmula para destruír cochinillas y otros insectos; €. E. Porter, notas de parasitología; (. Towxskexp, sobre Phebotomus verrucarum del Perú; C. E. Porter, Entomología económica de Chile. Además, notas sobre novedades científicas, bibliografía, etc. El director del Museo de Buenos Aires, Dr. A. GaLLarpo, ha escrito un prólogo para estos Anales, que á continuación transcribimos : « Desde el mes de Enero de 1914, aparece una nueva revista científica sudamerica- na : los Anales de Zoología aplicada, dedicada principalmente al estudio biológico y sistemático de los zooparásitos de la región neotropical. El fundador y director de la nueva publicación es el Sr. Prof. CarLos E. Porter, catedrático de Zoología general y Entomología aplicada del Instituto Agrícola de Chi- le, y á cuyo Laboratorio de Zoología vam á servir de órgano estos Anales. Es garantía del buen éxito de esta revista el solo nombre del Prof. Porrer, escritor y propagandista infatigable, con cerca de veinte años de experiencia en la redacción y dirección de publicaciones científicas. como lo ha demostrado en los diez y siete to- mos aparecidos de la Revista Chilena de Historia Natural, sostenida por él con infati- gable tesón, en medio de toda clase de dificultades, desde las pecuniarias, comunes á todas las empresas de esa índole, en esta parte del mundo, hasta los efectos destructo- res del terrible terremoto de Valparaíso, que al aniquilar el Museo que dirigía el Sr. Prof. Porrer y los archivos de su Revista, mo lograron con todo contener Ja pas- mosa actividad de este fecundo publicista, capaz de sobreponerse á todos los obstáculos y hasta á los mayores cataclismos naturales. No hay, pues, que dudar por un instante que el Sr. Prof. Porter, con ayuda de los numerosos colaboradores que ha comprometido en todas partes del mundo, ha de llevar á buen fin esta nueva tarea que viene á agregarse á la dirección de la Revista Chilena de Historia Natural, que continuará apareciendo conjuntamente con la presen- te y á la hercúlea empresa de la publicación de la Fauna de Chile, obra por sí sola ca- 218 PHYSIS paz de agotar las actividades todas de cualquier trabajador que no tuviera las prodi- gjosas condiciones del Sr. Porter, que hacen de él un caso único en la historia cien- bífica. Agréguese la atención de sus cátedras, el desempeño de un cargo en el Museo Na- cional, la redacción de las Actes de la Société Scientifique du Chili, la realización y pu- blicación de sus investigaciones personales y el cuidado preferente con que atiende su abundante y profusa correspondencia científica, con centenares de especialistas, y se convendrá en que no exageramos al calificar de prodigiosa la actividad de que da prue- bas el Prof. Porter. La aparición de los nuevos Anales de Zoología aplicada lega en un momento oportu- no, cuando las aplicaciones de la Zoología á la medicina, á la higiene. á la veterinaria, á la agricultuta, adquieren cada día mayor importancia y todos los pueblos cultos de- dican preferente atención á estas investigaciones, - cuyos resultados se traducen en in- calculables beneficios económicos y sociales para la humanidad, evitando enfermedades y sufrimientos, permitiendo la explotación de regiones hasta ahora vedadas por las enfermedades que en ellas reinaban, que el hombre no sabía evitar ni prevenir, y sal- vando enormes riquezas agrícolas ó gamaderas de la destrucción ocasionada por las plagas. Dificil es trazar límites á las aplicaciones posibles de la Zoología. Muchas de ellas han sido imprevistas y del mismo modo pueden surgir mañana otras fecundas aplica- ciones igualmente inesperadas. Muchos minuciosos trabajos que parecían de simple curiosidad científica han venido á ser la base de utilizaciones prácticas de trascendental importancia. Así, cuando Fix Lywcu ArriBárzaGaA realizaba sus estudios sistemáticos, morfoló- gicos y anatómicos sobre los mosquitos argentinos, que publicó en el primero y segun- do tomos de la Revista del Museo de La Plata mo se conocía aun el papel vector de estos dípteros, de los gérmenes de algunos de los más terribles flagelos de la humanidad, como el paludismo, la filariosis y la espantosa fiebre amarilla. Esos trabajos, realizados pacientemente por un joven sabio argentino, sin auxilios oficiales, que debía fabricar sus propios instrumentos para la delicada disección de esos frágiles insectos, vinieron poco tiempo después á servir de base al estudio moderno de los peligrosos dípteros, que tanta importancia ha tomado hoy día, y á reflejar una tar- día gloria póstuma sobre el nombre del modesto investigador, aislado de los grandes centros intelectuales, que no había podido resistir la falta de ambiente para sus traba- jos, y había sucumbido á una muerte trágica, antes de tener la satisfacción de conocer la trascendencia que sus estudios iban pronto á tener en todo el mundo científico, el cual se apresuraría á perpetuar su nombre en géneros y especies, mientras el hombre había muerto en la desesperación y el desamparo. No se sabe exactamente cuando se hace ciencia pura y cuando ciencia aplicada. Los métodos de investigación son los mismos y la casualidad tiene siempre papel impor- tante en todos los descubrimientos. La diferencia es más bien subjetiva que objetiva, pues se halla principalmente en el ánimo de quien realiza las investigaciones, según las haga con absoluto desinterés ó persiguiendo un fin práctico. Pueden clasificarse también por sus resultados, según se presten á desarrollos teóricos 6 produzcan bene- ficios materiales. Así vemos con frecuencia que investigaciones de ciencia pura resul- tan las más fecundas en aplicaciones y muchos estudios emprendidos con un propósito interesado no conducen á ningún resultado práctico ó suelen provocar en cambio con- siderables adelantos en las ideas teóricas. BibLtoGRAríA 210 Algunas propiedades matemáticas de las secciones cónicas, halladas por los geóme- tras griegos. han aguardado 2000 años para venir á encontrar aplicaciones en la está- tica gráfica que permiten utilizarlas en la construcción de puentes y armaduras me- tálicas. En cambio, gran número de elementos químicos han sido encontrados por alqui- mistas que perseguían la piedra filosofal, con un propósito eminentemente interesado. Los filósofos antiguos tenían desprecio por las aplicaciones utilitarias de sus descu- brimientos. Un famoso matemático griego se indignó al saber que sus estudios geo- métricos habían sido utilizados en Sicilia para construír una máquina destinada á ele- var el agua de los pozos. Hoy día, por el contrario el público quiere que los estudios sirvan para algo y de la manera más inmediata posible. Cuantas veces la gente pregunta al saber que un in- vestigador se desvela en la solución de un problema que lo apasiona: «¿Y eso para qué sirve >». No pueden explicarse que una simple satisfacción del espíritu compense los más arduos y prolongados esfuerzos, llevados á veces hasta el sacrificio. No se comprende lodavía que el sabio debe investigar porque sí y que todo lo de- más le será dado por añadidura. Los gobiernos siguen la tendencia estrictamente utilitaria del público y cuando fun- dan un instituto de investigación, quieren que sus resultados se palpen de inmediato. En uno de los países vecinos, un ilustrado legislador dijo, al discutir el presupues- to, que en estos tiempos de crisis debían suprimirse los gastos que ocasionan estable- cimientos de mero entretenimiento como el Museo de Historia Natural. El buen legis- lador encontraba que era un despilfarro estudiar animalitos que apenas se ven y otras cosas por el estilo. Esto no sucede sólo en la América del Sud. Como dice el mayor Sir Rowarp Ross, que tan brillante papel desempeñó en la comprobación de la llamada Teoría del mos- quito en la propagación del paludismo, en un reciente artículo publicado en la exce- lente revista inglesa Valure, cuando las autoridades han votado una suma para un instibuto científico, llaman á un investigador y le dicen: « Descubra Ud. esto » y se consideran defraudadas si el pobre sabio no descubre nada en el plazo otorgado. Á ve- ces sucede también que descubre otra cosa, pero eso no se le tiene en cuenta. La investigación marcha al azar y sus éxitos no guardan estricta proporción con los elementos materiales de que disponen los investigadores, ya sea en instrumentos de laboratorio ó en dinero destinado á experiencias. No es investigador quien quiere y las mediocridades en lujosos laboratorios no ob- tienen los descubrimientos del genio en la pobreza. Los grandes descubrimientos geográficos se hicieron com modestas carabelas y no con dreadnoughts mi palacios flotantes. Pasteur, desconocido en el paupérrimo labora- torio de la Escuela Normal Superior en la calle Ulm, en París, halló el mundo desco- nocido de los microbios, y al lado de sus hallazgos no merecen ni mencionarse los des- cubrimientos subalternos que pléyades de investigadores, con todas las comodidades del instrumental moderno y con recursos inagotables de dinero á su disposición, han realizado después en la vía que tan triunfalmente inaugurara. Esto no quiere decir que debemos reducir á los sabios á la miseria para que pro- duzcan. Si los genios hubieran tenido recursos, mucho más y con menos esfuerzo hu- bieran producido. Pero desgraciadamente, en general, sus vistas geniales parecen de- masiado revolucionarias, por chocar con las ideas admitidas en el momento en que actúan y se les niegan los recursos más indispensables para prodigarlos más tarde en 220 PHYSIS experimentos de menor trascendencia, pero en los cuales los pueblos y gobiernos creen encontrar una utilidad Ó una ganancia inmediata. Los genios no se producen todos los días ni pueden procrearse á voluntad. Los perfeccionamientos de detalle que requiere generalmente una idea genial para poder entrar en el terreno de las aplicaciones útiles, son generalmente muy largos y costosos y pueden colaborar en ellos muchos obreros de aptitudes medianas, siempre que tengan los recursos necesarios. Hay pues que dotar de elementos de trabajo á los investigadores más modestos y no impacientarse porque los resultados tarden en llegar. Tal vez sus beneficios no al- cancen á palparse sino después de mucho tiempo, pero habrán contribuído á acrecen- tar el caudal de conocimientos de la humanidad. Y-un investigador de buena fe siem- pre encuentra algo; hasta sus fracasos sirven de experiencias negativas demostrando la esterilidad de ese camino. El minero que encuentra la veta aprovecha la lección de los esfuerzos infructuosos de sus predecesores menos afortunados. Los restos de un naufragio señalan al navegante el escollo peligroso y le permiten evitarlo. Déjese sobre todo al investigador la tranquilidad de espíritu necesaria para su tra- bajo, reconózcase su derecho al descanso en el cual elabora, tal vez, inconscientemente la solución del problema, y no se le acose con la imposición de alcanzar resultados á plazo fijo, bajo la amenaza de privarlo de recursos, pues sólo se consiguen con ese procedimiento trabajos apresurados é incorrectos, ó lo que es peor, de mala fe, en los cuales el investigador, perseguido y temeroso de perder su situación, simula resulta- dos que no ha obtenido, para no perder el pan de su familia. Con nada sufre más la ciencia. que debe ser toda verdad y sinceridad, que con estas falsas investigaciones de encargo que confunden las cuestiones, extravían el criterio de trabajadores de buena le y arrojan un desconcepto pesimista sobre toda la obra científica, pues el público pronto generaliza á todos los sabios las mistificaciones de los falsos profetas, aunque rara vez sean espontáneas sino más bien provocadas por quienes disponen de los recur- sos para los trabajos científicos sin tener una idea clara de lo que son estos estudios. En esta parle de América comenzamos á ensayar los trabajos de investigación expe- rimental, aplicada á las necesidades sanitarias ó económicas de la humanidad. El Brasil cuenta con su grande y lujoso Instituto Osvaldo Cruz, el Instituto sero- terápico de Butantao, laboratorios de investigaciones agronómicas en el museo y ¡ar- dín botánico de Río de Janeiro y diversos estados. En el Uruguay se hallan muy adelantados los estudios agronómicos y médicos. La República Argentina tiene varias instituciones dependientes de los Ministerios de Instrucción Pública, de Agricultura, del Departamento Nacional de Higiene, de las Universidades de Córdoba, Buenos Aires y La Plata y de varios gobiernos provin- ciales ó Municipalidades de ciudades importantes, los cuales realizan investigaciones por trabajadores argentinos ó extranjeros, contratados 6 no para ese objelo. El Instituto agrícola de Chile, así como su Universidad, son famosos en toda la Amórica y los nuevos Anales constituyen una prueba más de los adelantos que allí han alcanzado las ciencias aplicadas. Servirán también estos Anales como órgano internacional que difundan la produc ción científica en esta materia en otros países sudamericanos, como el Perú, Bolivia, Paraguay, ete., cuyos estudios son poco conocidos en los países vecinos, en gran par- le por la falta de una revista del carácter de la que ahora aparece. En sus páginas encontrarán amplio campo donde manifestarse todos los naturalis- tas sudamericanos, y especialmente los chilenos, quienes tienen que continuar la tra- to BinLIOGRAFÍA 2: dición en las ciencias naturales representada por Mortxa, Gay y los Purrrerr para sólo mencionar á los más ilustres de entre los muertos. Especialmente en zoología aplicada son bien conocidos los trabajos publicados en Chile por F. Laraste, F. Puga Borxe, F. T. Derrín, C. E. Porter, M. J. Rivera, A. Pourrx, €. S. Rero, J. A. Worrrsomw, L. Casriiro, etc., que son garantía de nuevos y mayores éxitos. Invitado por el Prof. Porter para escribir unas líneas de introducción para estos nuevos Anales, lo hago con el mayor gusto por el afecto y reconocimiento que me unen á Chile, donde tengo muchos y muy buenos amigos y donde recibí una frater- nal hospitalidad durante el viaje que hice en 1910 para representar á la Universidad de Buenos Aires con motivo del glorioso centenario chileno. Nunca olvidaré los agradables días que pasé en Chile, rodeado de las más finas ma- nifestaciones de la cultura de su distinguida sociabilidad, admirando sus imponentes ó graciosas bellezas naturales, la perfección de sus instituciones civiles y militares, la hermosura y distinción de sus mujeres, y el carácter serio y laborioso de sus hombres, comparable con sus montañas por su solidez y elevación. Sirvan, pues, estos Anales de nuevos lazos de unión y de vinculación intelectual y alectiva entre los pueblos de esta parte austral de nuestra América que acudirán á lle- var á ellos las ofrendas de su inteligencia y de su labor, guiados como los antiguos reyes magos, por la Estrella solitaria del Pacífico. » Boletín de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba (R. Argen- tina), tomo AX. Bs. Aires, 1gr5. La Academia de Ciencias de Córdoba ha completado, con el presente, los veinte volúmenes de su Boletín, que es la única de sus publicaciones que continúa apare- ciendo, pues, como es sabido, las Actas in-4? dejaron de aparecer desde el volumen 62 (1889) que comprende la memorable obra de F. Awmecnivo sobre los mamíferos fósiles de la Argentina. Vemos por el contenido de los últimos tomos del Boletín, que los sabios (+. Bobrx- BENDER, F. Kurrz y los hermanos Aporro y Oscar DoerivG. mantienen con altura la tradición del venerable instituto fundado por SarmieNro, el cual ha continuado, en medio de la indiferencia pública y de la despreocupación de los gobiernos, esforzándose por llenar los fines para los que fué creado. El tomo XX contiene trabajos meteorológicos de Oscar Doertve (obser iaciones mag- néticas efectuadas fuera de Córdoba); de Anorro Dorrrve sobre la composición quí- mica de algunas plantas ricas en saponinas, de la Flora Argentina, á saber: Nierem- bergia hippomanica (vulgarmente « chuschu »); Cestrum pseudoquina (vulg. «duraznillo » [lo mismo que otras solanáceas]); Baccharis articulata (vulg. « carqueja ») y Caesalpinia Gilliesii [para la cual el autor consigna el nombre vulgar, repugnante é inaceptable de «lagaña de perro » (sic !), pues podría haberse eligido otro de los varios con que se la designa]; de F. Kurrz sobre la bibliografía botánica, 2* parte, puesta al día y con un indice analítico sumamente útil; de R. Lenmasx-Nrrscue sobre cuestiones de folklore; de C. C. Hosseus sobre la distribución geográfica de la Araucaria imbricaía, etc. Al final aparecen reunidos los sumarios de los tomos Í-XX. 222 PHYSIS Memorias do Instituto Oswaldo Cruz, t, VII, fasc. I. Río de Janeiro, 1910. Hemos recibido esta importante publicación, cuya primera entrega del tomo VII, constituye un folleto de 138 páginas con numerosas láminas. Como introducción, la dirección de la revista dedica un caluroso elogio al ilustre protozoólogo Prof. Dr. S. voy Prowazkk, recientemente fallecido, á quien califica de « experimentador filósofo ». Como es sabido, Prowazek fué uno de los más sabios dis- cípulos de Semaubis y maestro ásu vez de varios de los biólogos del Instituto O. Cnuz. Un largo capítulo está destinado á la narración, ilustrada con fotografías, del viaje por el Río San Francisco y por algunos de sus afluentes entre Pirapora y Joazeiro, efec- tuado por los señores A. Lurz y A. Macmano y publicado por los mismos (p. 1-50, lám. 1-18). Contiene la mención de diversos animales y plantas de la región y al final algunas enumeraciones especialmente de Dípteros y Hemípteros. Á. pe Miraxpa Ri- BEIRO, describe uno nueva Lachesis, L. Lutzi, de Bahía. El Dr. H. voy lurriscG enu- mera seis especies y dos géneros de moluscos fluviátiles y terrestres. Hay también la descripción de una supuesta nueva especie de esponja de agua dulce (Espongilla?). [En este capítulo se han deslizado varios errores de imprenta : Odontostoma, p. 24, en vez de Odoutostomus, p. 48; Streptocheilus, en la enumeración de ImerIsG, p. 48, ew' vez de Strophocheilus, Bulimula, ibid., Bulimulus; Uranotoaenia, p. 47, en vez de Uranotaenia; Corimatus, p. 49, en vez de Curimalus, etc.]. El Dr. Anoremo Lurz publica (p. 51-119, lám. 19-21) la segunda parte de sus va- liosas contribuciones al conocimiento de los Tabánidos del Brasil y países vecinos, ilustrada con excelentes litografías coloreadas. Menciona tres especies del Río de la Plata : Acanthocera extincta, Dichelacera rubricosa y Stibasoma thiotaenia (esta última se- ñalada como de « Montevideo en el Brasil» (!) por Wiebemax; el Sr. Lurz duda de que se halle verdaderamente en el Plata). Todas estas especies están figuradas. Concluye esta entrega con estudios biológicos de M. Toxres sobre las vinchucas (Triatomas). — D. Filogenia, por Frorexrixo Amrenixo. 1 vol., dra pág., edición de « La Cul- tura Argentina ». Buenos Altres, 1910. : Ha sido una feliz inspiración la de reeditar la obra de F. AmecHtxo, cuya primera edición, publicada en 1884, se hallaba agotada hace tiempo. Para muchos esta obra era conocida sólo por referencias, y resultará para ellos una novedad; los que ya la habían leído, la volverán á leer con placer. Preceden á esta edición, lo mismo que á la primera, las dos conferencias de 1882 : la una sobre la edad de piedra y la otra sobre Darwxw, con motivo de su muerte. Esta última fué pronunciada en el Instituto Geográfico Argentino y publicada en el Boletín del mismo. De ella fué que Sarmiewto dijo, al hacer la crónica en El Nacional del 13 de Julio de 1882 : «... bellísimo discurso que este joven estudioso ha pronunciado en aquella sociedad ». (Cf. Obras completas, vol. 46, p. 128.) Es una lástima que esta obra haya sido tan poco conocida en el extranjero, por Ds BIBLIOGRAFÍA 2) hallarse escrita en castellano y no ser su lectura absolutamente indispensable á los especialistas, como en el caso de las obras descriptivas de ÁmeGHIiNO; y es muy de lamentar que no se llevara á efecto la edición francesa que hubo de hacer la casa Ha- cuerre, de París, poco antes de la muerte de Amrenio. — PD. Algunos trabajos entomológicos de Embrik Strand. Este conocido naturalista nos ha remitido una serie de sus publicaciones en su ma- yoría entomológicas y entre las cuales un buen número se refieren á insectos de la región neotrópica. Damos á continuación la lista de los trabajos que contienen especies muevas prove- nientes de la República Argentina : Sechs neue Gelechiidae aus Argentinien, Berl. Entomol. Zeitsch., t. LV, pp. 167-173, IQIO. Describe en este trabajo los géneros y especies nuevas siguientes: Tecia con dos especies, mendozella y Kifferi, ambas provenientes de Mendoza, la segunda tiene como subgénero nuevo á Lata. Fapua, con la especie albinervella, también de Mendoza. Para el gén. Gnorimoschema Busck. ha creado el subg. Tuta, teniendo como tipo á G. (T.) atriplicella, de la cordillera de Mendoza. Mapa, especie cordillerella de la misma pro- cedencia que la anterior. Cecidolechia, especie maculicostella del mismo paraje. Neue und wenig belcannte exotische Arten der Chalcididengattungen Megastigmus Darm., Mesodiomorus Stranb (nm. g.), Polychromatium D. T. und Leucospis F., Wiener Ent. Zei- tung, XXX, entregas 4 y 9, IQLI. Entre las especies nuevas descriptas figuran dos, Leucospis formosifacies y L. denticoxa, halladas por el Sr. Jexses-Haarur, en la provincia de Mendoza en 1906. La £. denti- coza tiene como variedades á pedata y melanosa. Ueber einige exotische (exlelus. astatische) Syntomididen des Deutschen Entomologischen Museums, Deutsch. Ent. Zelischr., 1915. Describe el autor en este trabajo, entre otras especies nuevas de sintomidos, á Poe- eilosoma (2) missionum y Gtenucha subsemistria, ambas halladas en Misiones. — Lizer. Á propósito de la nota del Dr. Fernando Lahille sobre « Prospal- tella berlesei » How., por J. Brerumes. An. Mus. Hist. Nat. Bs. Altres, t. XXVIL, pp. 353-398, 1915. Al poco tiempo de haber publicado el Dr. Lamure un trabajo — analizado en el número anterior de esta revista — en el cual trataba de dilucidar qué especie del gé- nero Prospaltella es la que tenemos en el país, ve la luz esta nota, donde el autor aporta nuevas observaciones de diversa índole y concluye sosteniendo — como en otras publicaciones lo ha hecho — que la Prospaltella que se encuentra en la República es la aurantii y no la berlesei como piensa el Dr. Lame. — Lizer. 22% PHYSIS A new species of Chirothrips from South America, por €. B. Wizutams. The Entomologíst, vol. XLVIL, n* 609, p. 91, 1914. Describe el autor una nueva especie de Tisanóptero, el Chirothrips frontalis, encon- trado por el Sr. W. O. Backouse en Buenos Aires, en enero de 1913, sobre una planta que supone sea la conocida vulgarmente con el nombre de « cepacaballo ». Lizer. Description d'un genre nouveau et une nouvelle espece de Mantidae de la République Argentine, por L. Cuoraro. Ball. Soc. Ent. de Fr., DS DS Este ortóptero, procedente del Gran Chaco, no ha encontrado cabida en ninguno de los géneros conocidos, lo que ha motivado la creación de uno nuevo, Plesiacanthops, el cual, según su autor, determina un pasaje entre Acanthops Serv. y Pseudacanthops Sauss. Ha denominado á nuestra especie Plesiacanthops rehni, dedicándosela al conocido especialista en el orden, Mr. Renx, de la Academia de Ciencias de Filadelfia. Además de dos dibujos de detalle y uno de conjunto que ilustran el trabajo, da el autor una clave para la distinción de las dos especies de su nuevo género, P. tubercu- lata Sauss. y P. rehni Cuor., y otra para la determinación de los géneros Acanthops y vecinos. Lizer. Contribución al estudio de los Anofelinos argentinos, por el Dr. Ar- ruro Nerva. La Semana Médica, N* 1142, año AXMIL 1915. Este es el primer trabajo que produce en el país el conocido parasitólogo brasileño Dr. Nerva, contratado por el gobierno argentino para dirigir una de las secciones del Departamento Nacional de Higiene. Versa él sobre el Anopheles annulipalpis, culícido descripto en 1878 por Fix Lywcu Arribárzaca y que desde esa fecha mo ha vuelto á ser encontrado, por cuyo motivo tanto el autor de esta contribución como así también otros entomólogos autorizados la tenían por especie dudosa ó irreconocible. Á lo que parece el Dr. Nerva halló en Octubre ppdo., aquí en Buenos Aires, un ejemplar hembra del precitado culícido; con éste y otros tres capturados en La Plata por el Prof. Brucn ha hecho una nueva descripción en español que coloca en seguida de la latina de Lyxcn para que sirva de comparación. Además agrega que A. annulipalpis presenta algunas analogías con Chagasia fajardoi Lurz, del Brasil y que es probablemente frecuente en los alrededores de Buenos Aires y hasta en el sur de la República, mas no en el norte donde aún no ha sido hallada. == Liar. E BiBLIOGRAGÍA 22) Formicides d Afrique et d' Amérique nouveaux ou peu connus, par Á. Foruz. 1" partie. Bulletin de la Société Vaudoise des Sciences naturelles, Bo, 189, 1915 (Il Amérique), pp. 391-364. En este opúsculo el Prof. ForeL publica una nueva serie de hormigas del país, que para su estudio le habíamos enviado. Las especies recientemente descriptas son : Stru- migenys Hindenburgi y Prenolepis Bruchi. Nuevas razas : Ectatomma edentatum Roc. r. Mac Donaghi y Eciton (Acamalus) pseudops For. r. grandipseudops. Nuevas variedades : Pogonomyrmex vermiculatus Em. var. Jórgenseni, Solenopsis Wasmanni Em. r. transfor- mis For. var. innocens, Pheidole lignicola Maxk var. Bruchella, Cremastogaster Sleinheili Fox. var. argentina, Dorymyrmex (Conomyrma) tener Maxx, r. Richteri For. var. depili- tibia, Prenolepis (Nylanderia) falva Maxx, var. famatipennis y Camponotus (Myrmotarba) punctulatus Maxr, r. hybridus For. var. Wittel. C. Bruch. El Río de la Plata desde su génesis hasta la Conquista, por ÁniBaL Carboso. An. Mas. N. de Bs. Aires, XXVII, 193-284. 1910. Es un tema interesante, sobre todo del punto de vista histórico, el que el Sr. Can- poso encara en esta extensa monografía, pues intenta la reconstrucción del estado natu- ral del Río de la Plata en la época del descubrimiento y la Conquista de los españoles. Muchos pasajes tienen además interés geológico ó botánico, por cuanto muestran algu- nas transformaciones curiosas experimentadas por la naturaleza desde aquella época, por ejemplo, la presencia de palmeras en la isla Gorriti señalada por los conquistado- res, etc. La Gruta sepulcral del Cerrito de las Calaveras, por Féxix F. Oures, con un examen anátomo-patológico por Axckz H. Rorro. (Anales Mus. N. Bs. Atres, XXVII, 365-400, láminas VIMIL-XIV. 1915.) Se trata de varias piezas arqueológicas encontradas por el que subscribe el 1? de Marzo de 1915 en el cerrito llamado « de las Calaveras », en Golfo San José (Chubut) donde se ocupaba en hacer estudios y colecciones de fauna marina y de moluscos fósi- les para el Museo de Buenos Aires. El citado cerrito está coronado por un banco de calcáreo conchillero duro, de unos o.3o m. de espesor, que contiene en general sólo fragmentos de moluscos, entre los cuales he podido, sin embargo, recoger ejemplares enteros de Ostrea Alvarezii D'Or». y de Pecten (Chlamys) paranensis D'OrB., que son suficientes para demostrar que se trata de la formación entrerriana marina (paranense). El resto del pequeño cerro hasta su base está formado de un material menos calcá- reo y más blando, donde no ví restos de moluscos, porque éstos son en general mucho más escasos en las capas imferiores que en las superiores, en toda aquella región, y porque además los flancos están en gran parte cubiertos de vegetación (jarillas, « qui- llimbar » (Chaquiragua sp.), gramíneas, etc.). 220 PHYSIS Sin embargo, es indudable que las capas inferiores pertenecen también á la forma- ción entrerriana. En una localidad distante apenas un kilómetro — el puesto de Dn. Aeusrís Exis Ó ErLis, más conocido por « el padentrano » — se pueden ver, á un nivel equivalente al de la base del Cerrito, ejemplares de Ostrea patagonica d'Orb. De esto lengo un recuerdo personal muy vivo, pues el piso de la habitación de aquel puesto, donde fuí recibido con la hospitalidad espontánea y sobria de aquella gente, estaba constituído en parte por un banco de las grandes ostras fósiles citadas, las cuales for- maban desigualdades salientes y duras, particularmente sensibles cuando se debe dor mir sobre ellas sin más que la interposición de unos cueritos de carnero bien esqui- lados. Siendo, pues, el material de la base del cerrito más blando que el que lo corona, la erosión los ha desgastado desigualmente, y el banco calcáreo forma cornisa. Debajo de ésta, se halla, hacia el extremo sudeste, una cavidad reducida donde han sido enterra- dos unos esqueletos de indios. La mayor parte de éstos habían sido removidos con anterioridad á mi visita, en parte por la erosión y en parte por manos extrañas, de tal modo que algunos cráneos habían rodado al pie del Cerrito, pero habían vuelto á ser colocados en su lugar por algunos pasantes, pues el cerro queda muy próximo al camino carretero. Los visilantes han escarbado el suelo de la cavidad aquella, proba- blemente en más de una oportunidad, en busca de los objetos curiosos que allí pueden hallarse, ó bien con la esperanza de encontrar algo de valor intrínseco, según me cousla por relato de algunos de ellos. Tales cráneos estaban, pues, blanqueados por la intem- perie, y eran visibles desde cierta distancia, de donde el nombre con que se suele designar á aquel cerrito. Pero había además de éstos, otro esqueleto in sita al que no faltaba sino algunos huesos (entre ellos el cráneo) y que no había sido removido, quizás por hallarse en la parte baja y estrecha de la sepultura, donde la excavación era incómoda. Estaba cu- bierto por una capa de tierra suelta, y debajo de ésta, otra capa formada de matas secas de gramíneas bastante uniformemente distribuidas y de unos diez centímetros de espesor. Las diversas partes del esqueleto se hallaban dispuestas en una forma grose- ramente semejante á la natural. Este esqueleto presentaba varias particularidades. Las vértebras (hallé sólo 14) esta- ban ensartadas en una varita de calafate (Berberis sp.), fraccionada en tres partes : el orden de sucesión natural estaba alterado, y además algunas de las vértebras estaban invertidas en sí mismas. Según el autor (pág. 381), esto viene á constituír la prueba definitiva de que una segunda inhumación era practicada por los antiguos habitantes de Patagonia. Es curioso que esta costumbre (que viene á ser la misma que se prac- tica bajo forma algo distinta en la actualidad, en casi todos los pueblos civilizados) haya existido también en razas tan diferentes y de una cultura tan inferior. Entre los Pata- sones la exhumación y segunda inhumación seguían al primer enterramiento mucho más de cerca (un año, y á veces sólo dos meses, según Farkwer). Como se comprende, los cadáveres debían ser privados de sus partes blandas (« esqueletizados ») y Oures ha hallado en éste, signos evidentes de tal operación, bajo forma de raspaduras hechas con instrumentos de sílex para desprender los ligamentos, particularmente en las apó- fisis coronoides de la mandíbula, etc. La mandíbula en sí es notable por sus enormes dimensiones, pues el ancho entre los cóndilos es de 143 mm., mientras que en otros grupos étnicos oscila entre 103 y 135 mm. El tipo poseedor de tan formidable mandíbula debe haber alcanzado «un desarrollo gigantesco y en cierto modo excepcional ». El autor opina que él ha sido un BIBLIOGRAFÍA 22 =J representante de las agrupaciones netamente patagónicas que vivieron en los territorios situados al Sur del Río Negro, mientras que los cuatro cráneos y demás huesos blan- queados serían de Araucanos ó de éstos mestizados con Patagones. El húmero, y sobre todo la tibia de este mismo individuo, presentan alteraciones patológicas notables. La tibia está enormemente ensanchada en su mitad superior, lle- gando á tener hasta 74 mm. de diámetro, y afectando la forma de una masa ó clava. El Dr. Rorro hace aquí un examen anátomo-patológico, llegando á la conclusión de que se trata de una hiperostosis de origen probablemente sifilítico. Finalmente, enterradas junto con este mismo sujeto, se hallaban tres armas arroja- dizas de silex, flechas ó jabalinas, que conservaban aún sus astiles (hechos de la « ta- cuarilla de Chile », Ghusquea coleu) y parte de la substancia con que habían sido pegadas (probablemente la resina del molle de Patagonia, Duvaua dependens var. patagonica). Después de una prolija investigación en las fuentes históricas, Oures llega á la con- clusión de que la sepultura del cerrito de las Calaveras es, por lo menos, anterior al año 1840. Acompañan á esta publicación hermosas fotografías en excelentes grabados y admi- rables radiografías de los huesos enfermos. — M. Doello- Jurado. Las provincias del Norte en 1825. Un folleto de 93 páginas editado por la Universidad de Tucumán, República Argen- tina, 1915. El presente opúsculo contiene una traducción, muy bien hecha, por el Sr. J. A. Saaré, de unos capítulos del libro del Capitán Awbrews, Journeys from Buenos Aires through the provinces of Córdoba, etc. (1825), precedida de un prólogo por el Dr. Juan HruLLEr. Las páginas de Awbrews presentan una narración animada y pintoresca de las cos- tumbres de aquellas provincias, en la época en que fueron visitadas por el viajero inglés, quien se ocupaba ante todo de la posible explotación de minas. La historia de las negociaciones entabladas á este respecto con el gobierno de Tucu- mán, está relatada en el prólogo del Sr. HerLer. Es sorprendente la forma brusca en que ellas fueron cortadas, á raíz del advenimiento del gobierno retrógado del general La ManriD. Junto con ésta ha publicado la Universidad de Tucumán la traducción de una breve carla de James TweebrE, el conocido botánico y viajero, cuyo nombre llevan varias de las más comunes especies de muestra flora. Esta nota ofrece escaso interés; pero parece ser mayor el de las que se publicaron en Annals of Nat. Hist., 1 (1838) y IV (1840), citadas allí mismo, y que existen en la biblioteca del Museo de Buenos Ai- res. — D. Los Petróleos Subandinos y sus Relaciones Geo-Químicas, por el Dr. E. Loxcomaror. Anales Soc. Química Argentina, t. WI, p. 423 (12 pp.). 1915. En esta interesante comunicación que ha presentado el autor á la Sociedad Química Argentina, establece la concordancia que existe entre la calidad de los petróleos y la composición geológica del lugar de que provienen. 228 PHYSIS Estudiando los petróleos de la región subandinma, los divide en dos tipos : 1% los petróleos claros y flúidos, ricos en aceites de iluminación, que provienen del Devónico, que es el horizonte más antiguo de esta formación petrolífera, según los estudios del Dr. BowareLLr, y cuyos componentes litológicos son rocas esquistosas, pizarrosas y micáceas. Ñ El 2% tipo lo constituyen los pebróleos obscuros y densos, conteniendo gran cantidad de aceites lubrificantes y que corresponden á los horizontes más modernos, constituí- dos por areniscas, margas, arcillas arenosas. etc. Á la vez establece la importancia que tiene la constitución del suelo que atraviesan los petróleos cuando no surgen directamente de estos horizontes. — J. J. G. Suplemento al Catálogo sistemático de los coleópteros de la Repú- blica Argentina, | (addenda, corrigenda y resumen), por €. Brucn, Rev. Mus. La Plata, t. XIX, 2* parte (2* ser., t. VI), pp. 039-079 10quor Á pesar de la prolijidad y paciencia de benedictino con las cuales el autor prepara todos sus trabajos, se le han deslizado algunos errores y omisiones, muy dignos de dis- culpa teniendo presente lo delicado y engorroso que resulta la catalogación de un orden de insectos tan vasto como el de los coleópteros. Con objeto de salvar tales deficiencias, el autor ha creído oportuno dar á publicidad un primer suplemento, en el cual además de las preciladas correcciones agrega las especies nuevas últimamente descriptas, dis- pone los géneros según la colocación sistemática que trae el Coleopterorum Calalogus que publica Jusx y da al fin una tabla en la cual hace el resumen del número total de géneros, especies, etc., de cada familia. El número total de formas de los coleópteros argentinos hasta ahora registrados es, según dicha tabla, de 4212, distribuídos en 1328 géneros, 136 subgéneros, 115 espe- cies y 97 subespecies y variedades. Fuerza es congratularse por la terminación de este catálogo, el cual, como ya lo dijimos, es el único que hasta el presente registra en una forma completa nuestros coleópteros é indica con certeza las localidades donde han sido hallados. — Lizer. Puvsts, N* ro, tomo II : Buenos Aires, 12 de febrero de 1916 Nora. Á fin de hacer coincidir exactamente la aparición de cada número con la fecha que lleva, ésta irá siempre al final y en la cubierta de cada uno. Como constancia, queda depositado en la misma fecha, un ejemplar de Puxsis en las siguientes instituciones : Biblioteca de la Facultad de Ciencias E. F. N. (Unwersidad de Buenos Aires). MVuseo Nacional de 11. N. de Buenos Atres. Museo de La Plata. Sociedad Cientifica Argentina. Biblioteca Nacional. La Dirección. OS IA A AAA A e... cd. Esta Sdeiedad: fundada el 12 de Julio de 19g1T COn el nombre JE Sociedad PHYSIS, LN SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES 7 COMISIÓN DIRECTIVA (1915-1916) Presidente e ar A Martí DorLLo-Jurano. Vicepresidente oa a -. EDUARDO CARETTD:. y Juan José Nácrra. Secretarios de la Sociedad... - , a / José J. CarBOoxELL. Secretario de la revisla...... Cartos Lizer. PESORCETO TARA OSO EA, Ernfas Prost. Administrador de la revista... Frasco PastoRE. Bibliotecario... .. AA “— EbeLmira MóRTOLA. Vocales SR A e José M. be za Rua. / Cantos A. MarrLur. Exrracro pE Las BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL TO DE AGOSTO DE 19 FU Y MODIFICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 10 DE AGOSTO DE 1919 _liene por fines principales : 1% Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Vararales en la Argentina ; z 2 Publicar una revista científica, que á partir del. II tomo lleva el título. de PHY- SIS. Á esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; 30 Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio ; 4? Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de leyes que protejan á la io y flora del país; 5 Propender á que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- - raleza ; yente y práctica, á fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- 69 Empeñarse por que el estudio universitario de estas malerias, y especialmente el -del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde á su 1m- portancia como factor de la cultura nacional. ¿A SN SUMARIO DEL N* 6 (romo 1, PÁG. 293-396, MARZO ¿ayi E Roberto Dabbene:...... Distribution des oiseauzr en pe a d apres Foairdhe : qe Lor nd Brabourne el Chubb The Birds. A AQUIE, Ame A Carlos A. Marelli....... A misten nuevas Dandas! sin tubérculos pennigeros correspon dientes á las apterias, en los embriones es E rOS adeliac Hombr. y Jacq. ? Carlos A. MareMi..:.... Otros datos acerca de los huesos rancia Y suturales. ES: Fon P.OUtestd Sobre algunos objetos de piedra de forma i insólita qe y denles de Patagonia. pao" Carlos BRUeh nie, Descripción de la hembra de Anoploder ma (Patb cor Wagneri Waterh. | Cristóbal M. Hicken .... Dos planfas nUEVas y una nueva var iedad. dr 15%) Eealacia IA ) Acción de los colorantes iminos y sabia cil José J. Carbonell... y el Paramaecium caudobtum Lhr. Carlos A. MareMi.. 2... Variaciones de los huesos del cráneo facial de la alpaca (Lama huanacus pacos Linn.). Po Catlds Ligera in: Nota biológica sobre un coleóptero ATi «Roberto Dabben»....... Una ave nueva para, la Argentina. ASA Cristobal M. Hicken....- Algunas plantas de la región del Nate Huapi PELO LIA Notes «"Erpetologie. Laa Carlos Ameghino...... Le Pyrotheriuna, Vélage Pyrolhércen el. les' conchas : Notostylops. Une réponse d Mr. Loomis... X M. Doello-Jurado.-....- Une expérience de laborataire d propos da dóvelo PS du poulel. e ' Guido Bonarelli..... e Enivogenia y AN de Sud a Franco Pastore.....-:.: - Estudio geológico y petrográfico de la Sierra del y (San Luis). y S dl Roberto Dabbene....... Otras especies de aves nuevas para la Argentinas C. Curt Hosseus ..:.... Algunas plantas de Cabo Raso (Chubut). Carlos A. Marelli ...... La capacidad del cráneo de los aborígenes la ÍA Arg tina CAROS VOR atado 14d Trois insecles parasites des plantes nouveaux pol y gentineet leur distribution géographique. POdTO Serie al aser is Nolas sobre. la erpetología del Par aguaY. te Juan Brethes 0. Noltds entomológicas. A Martín Doello-Jurado. . “Nola sobre dos Mycetopoda del Río de la: Plala. É Martín Doello-Jurado.. Algunos moluscos marinos terciarios procedentes: ed un, : surgente cerca de La Plata. reja E C. dra del Río Ni O (a e E Deseri ipción de dos himenópteros mira PENA el tes ú los Belhylidae.. A NE Batracios y reptiles de la Sierra Baya. eS , ES DASUIBO o de ¿Rocas basálticas de la región de Valcheta crio ajo si MAR 8. 1917 Le | Tomo 1I Buenos Aires, Agosto 14 de 1916 NOdd sa SN Mer lo REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SUMARIO a Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argen" imarde Crencias Natorales io ada aa 220) CarLos SPEGAZZINI....-... Una nueva especie de Cachiyuyo del Perú...... 2/1 Aya MANGANARO. 00.000. Notas sobre diantomorfismo y dicarpomorfismo.... 24% IN NGEL (GALLARDO 3.0 coo El mirmecófilo sinfilo Fustiger elegans Raffray.. 25% Ricarbo WICHMANN ........ Las capas con dinosaurios en la costa sur de Río Negro, frente 4 General Roca... 258 MS BETA 6 ad Notas hemipteno lógicas paa a ala ale 203 E O UTE oo ai Sobre el hallazgo de un arpón de hueso en la re- gión de cabo Blanco (Gobernación de Santa Cruz). 272 Comunicaciones Roserro Dabmexe, Casos de albinismo y wantoismo en aves. — Frawco PastorE, Un pór- fido de Puerto Deseado. — CarLos Lizer, Le champignon de la mycocécidie de Sagit- taria montevidensis. — Carros Poster, Blepharipoda occidentalis de Mar del Plata. — C. SreEcazzim, Nostoc pruniforme var. andicola Speg. n. var. — CarLos ÁMEGHINO, Dolicavia nov. gen. de Caviudae del Chapalmalense de Miramar; La fórmula dentaria del Arctotherium. — Manrríx Doero-Jurabo, El yacimiento de conchilla de Lomas de Zamora; ¿Cuál es la serpiente mencionada por Darwin con el nombre de Trigonocepha- lus crepitans? — José M. Sosrar, Sobre cambios de nombres geográficos. — Roberto DammexeE, Dos Rapaces de la fauna argentina; Sobre la distribución de Muscisaxicola macloviana. — CU. Brucm, Descripción de un nuevo Tenebriónido del Chubut. — Eucr- vio G1acoMELLI, Sobre una nueva aberración de Cyanohipsa Stefanellii; A propósito de DE AA a A A O de erase loan MESS NUERA dede o Ia NE 7) MovimiewtO SociaL : Renovación de la Comisión Directiva 1916-1917. — Estatutos de la ocean genia, de Ciencias INatrales oa ee nds as lo e O a Uh: 295 Cróxica : Las obras de F. Ameghino. — Pedro Scalabrini. — El XIX Congreso de Ame- ricanistas. — Museo de Historia Natural de B. Aires. — Exploraciones geológicas. — - Museo Etnográfico de la Universidad de B. Aires. — Academia Nacional de Ciencias de Córdoba. — Primera reunión de experimentadores agrícolas. — Museo Paulista. — Viajes E y exploraciones. — Comunicaciones sobre historia natural de Sud América. — Las Cien- cias Naturales en la América latina. — Correspondencia de Humboldt y Bonpland. — Un pez-luna de Mar del Plata. — René Zeiller. — Domingo Lovisato. — Ernst Ule. — J. W. Judd. — Reuniones de instituciones cientificas. — La querra europea y el movi- miento científico. — Protección y estudio de las aves. — El hombre de Piltdown. 303 A a ae il DR ARCANO BUT eto a 332 398 O A Ds BUENOS AIRES de IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS y 681 — CALLE PERÚ — 684 P 1916 Y SAS | AE y 3 4 dl COMIS IÓN REDACTORA DE La revista PHYSIS Prof. Martín DorLLo-Jurapo. - Ing. Agr. CarLos Lizer. Dr. Epuarpo CaARETrtTE. Dr. Franco PasrorE. , Dr. Jos M. pe La Rua. e Según los estatutos aprobados en larasamblea del 16 de Agosto de 1915, la Ce sión Redactora está constituída por el Presidente de la Sociedad como Director de. PHYSIS, por el Secretario de Redacción, el Vicepresidente, el Administrador de la revista y un vocal á elección de la Comisión Directiva. Todos los artículos publicados en la revista, deben ser aprobados por la Comisión Redactora. , | Esta revista aparece en números ó entregas, sin fecha fija, pero,con intervalo de tres meses, aproximadamente. Á partir del año entrante (1916) se procurará publicar la menos cuatro números anualmente. Está consagrada á las Ciencias Naturales, de preferencia en lo que se relacionan con la República Argentina y países vecinos. Con el fin de contribuír á uno de los propósitos enunciados en sus Bases, la Sociedad distribuye gratuítamenle su revista á todos los Colegios Nacionales de la República y á muchos otros establecimientos de educación. : El primer tomo de esta revista, N** 1-8, 1912-1915, ha aparecido con el título. de: Boletín de la Sociedad PHYSIS. Dicho tomo se halla en venta al precio de 10 pesos. moneda nacional. El precio de la subscripción anual es de 8 pesos moneda nacional y el de cada nú=. mero 2 pesos. : AE Dirección y Administración : PERÚ 222, BUENOS AIRES. Agencia para la venta y subscripción : Librería del Colegio, BOLÍVAR y ALSINA, BUENOS AIRES. ; PRLNCSES REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SECRETARIO DIRECTOR ADMINISTRADOR CARLOS LIZER M. DOELLO-JURADO FRANCO PASTORE No 11 La fecha va al final de cada número Tomo II Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales QUE TENDRÁ LUGAR EN LA CIUDAD DE TUCUMÁN ES SEPTIEMRRE DE 1910 ANTECEDENTES Cumpliendo con uno de los fines consignados en sus Bases ($ 3%), esta sociedad ha venido realizando, desde su fundación en 1911, y con más ó menos frecuencia, reuniones científicas, que á partir del presente año se han hecho quincenales. Desde poco después de tomar su forma actual, y á raíz de la aproba- ción de los estatutos vigentes (asamblea del 16 de agosto de 1915), se propuso, en el seno de la Comisión directiva, la idea de celebrar reu- nicnes Ó asambleas científicas más amplias, dando participación en ellas á personas ajenas á la sociedad, pero que se interesaran por las ciencias naturales. Se pensaba que estas reuniones tuvieran carácter nacional esto es, que dieran cabida á todos los naturalistas residentes en el país, argentinos ó extranjeros, y que se celebraran cada cierto tiempo y sucesivamente, en diversas ciudades de la República. Lá idea fué aceptada en principio por la Comisión directiva en la fecha indicada, y después de haber consultado la opinión de varias per- sonas de autoridad científica, fué formalizada por dicha comisión en su reunión de 19 de noviembre de 1915. En consecuencia, se resolvió consultar la opinión de todos los so- cios, para lo cual se convocó á una asamblea extraordinaria, que tuvo lugar el día 3 de diciembre. En ella se aprobó el proyecto de la Comi- sión, se resolvió que las Reuniones Nacionales tendrían lugar cada dos PHYSIS. — T. 11 15 230 PHYSIS años y se eligió como sede de la primera la ciudad de Tucumán, y como fecha la primavera de 1916, como una adhesión á la celebración en ese año del primer centenario de la independencia de la nación. A la vez, la citada asamblea resolvió encomendar á la Comisión directiva lodas las gestiones preliminares tendientes á la realización del proyecto, con cargo de dar cuenta de dichas gestiones en una nueva asamblea. La Comisión dió cumplimiento á su cometido, entrevistándose al efecto con los representantes de las autoridades nacionales y con los de la provincia de Tucumán. EJ] señor Ministro de Instrucción Pública de la Nación, Dr. CarLos SaaveDra Lamas, no sólo propició la idea y aseguró la participación oficial, como se verá más adelante, sino que prometió asistir á la pri- mera reunión y presidir la sesión inaugural. El señor Ministro de Agricultura, Dr. Horacio CALDERÓN, accedió al pedido de la Sociedad para que autorizase la colaboración de las repar- ticiones científicas de su dependencia y le facilitó su generosa ayuda. El señor gobernador de Tucumán, Dr. Erwesto E. PabILLa, quien desde el principio había acogido el proyecto con simpatía, le concedió su decidido y valioso apoyo y aceptó la presidencia honoraria de la Comisión local. Asimismo prestaron su adhesión la casi totalidad de los miembros de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales y muchas otras per- sonas de reconocida competencia científica. Con esta base, la Comisión procedió á trazar el plan de la primera Reunión Nacional, estudiar la división en secciones y redactar las bases generales. ón esta tarea ocupó los primeros meses del corriente año, y cuando estuvo terminada, convocó á una nueva asamblea extraordi- naria, la cual tuvo lugar el 10 de mayo. En ella dió cuenta de las ges- tiones realizadas, que fueron aprobadas, y presentó el proyecto de Bases para las Reuniones Nacionales, que va inserto más adelante, el cual fué igualmente aprobado en general y en particular. En seguida se procedió, de acuerdo con dichas Bases, al nombramiento de las comisiones especiales, con el resultado que se consigna más abajo. Finalmente, se resolvió que la Comisión directiva continuaría con las gestiones iniciadas, hasta su renovación reglamentaria, en el 1% de julko próximo, fecha en que entraría en funciones la Comisión orga- nizadora que acababa de crearse. La Comisión esperaba la aprobación de esta última asamblea para hacer pública la iniciativa, razón por la cual ha retardado hasta ahora la publicación de este proyecto. Primera Reunión Nacional : Tucumán, 1916 231 OBJETO Y CARÁCTER DE LAS REUNIONES NACIONALES Antes de presentar las Bases generales, la Comisión quiere decir al- eunas palabras para explicar cuál es el objeto que la Sociedad persi- gue con la realización de estas reuniones, cuáles el carácter y plan de las mismas y también cuáles las esperanzas que en ellas se cifran. El objetó primordial de las Reuniones Nacionales es el de favorecer y estimular el desarrollo de las ciencias naturales en la República, reuniendo periódicamente á la mayor parte de los que en ella las cul- tivan, á fin de que puedan estrechar sus vinculaciones científicas y cambiar ideas é impresiones respecto de sus investigaciones. En estas reuniones, los adherentes presentarán sus colaboraciones, discutirán los temas de interés más general y podrán plantear las cues- tiones científicas cuya resolución se considere de mayor impor- tancia. La Sociedad atribuye especial valor al hecho de que estas reuniones sean nacionales, pues limitando así el radio de acción dentro de nuestro territorio, todos los asuntos cobran un interés mucho mayor para cada uno de los concurrentes. Además, ello hace posible el dar á las Reuniones un carácter estric- tamente científico y proporciones modestas, exentas de toda aque- lla parte de convencionalismo que suele acompañar á los congre- sos científicos, pues en realidad no se trata sino de una gran reunión familiar. Se busca con esto evitar una pérdida inútil de energías y de recursos. Limitadas, por otra parte, á las ciencias naturales (aunque tomando á ésta: en una acepción un poco más amplia de lo que generalmente se hace entre nosotros), las Reuniones adquieren un objetivo más con- creto, como que quedan directa y materialmente vinculadas al terri- torio cuyo estudio se proponen. El hecho de que las Reuniones sean alternativamente en diferentes ciudades del país, resulta de este modo un atractivo mayor. Otra de las ventajas de esta doble limitación, es la de que así podrán realizarse con provecho é interés para todos los concurrentes, excur- siones científicas por los lugares próximos á la ciudad donde se cele- 132 PHYSIS bre la Reunión, para estudiar su terreno, su vegetación, su fauna, de acuerdo con un programa que previamente se hará conocer. Se ha resuelto que las colaboraciones presentadas con destino á ser publicadas, no excedan de cierta extensión, á fin de poder reunirlas luego en un volumen único, de manera que á cada Reunión correspon- derá uno. Se desea que dichas colaboraciones contengan, en lo posible, resul- tados generales, conclusiones ó síntesis de investigaciones más exten- sas, Ó bien trabajos particulares sobre los diversos puntos de la natu- raleza de la región donde se celebre la Reunión. El volumen referente á cada una de las Reuniones irá precedido de una reseña somera de la historia natural de dicha región, ilustrada con croquis, dibujos ó fotografías. La Sociedad se interesa particularmente porque las reuniones re- sulten provechosas para la enseñanza de las ciencias naturales, y se ha empeñado porque asistan á ellas los señores profesores de historia natural de los colegios nacionales y escuelas normales. En este sen- tido se ha dirigido al Ministerio de Instrucción Pública de la Nación, y desde ahora tiene la satisfacción de poder anunciar que éste ha re- suelto favorablemente la solicitud de la sociedad, autorizando oficial- mente la mencionada asistencia y otorgando á los profesores que con- curran, de cualquiera de los establecimientos de educación de su dependencia, la necesaria licencia. Para el mejor éxito de esta idea, la Comisión ha establecido una sección especial de « Enseñanza é his- toria de las ciencias naturales », donde los señores profesores podrán tratar los asuntos didácticos, sin perjuicio de participar en las delibe- raciones de las otras secciones. Es de esperarse fundadamente que la asistencia periódica de los profesores de historia natural de todos los colegios de la República á una ciudad distinta y su participación en las excursiones que se realicen, ha de ser muy provechosa para el progreso general de la enseñanza científica. La Sociedad quiere realizar asambleas que sean ante todo de ciencias puras, pues entiende que son éstas las que en nuestro país y en la época actual tienen necesidad de mayor estímulo y apoyo, por haber sido durante mucho tiempo las más descuidadas; pero desea también dar cabida á una parte de las ciencias aplicadas, para lo cual ha esta- blecido la sección VIT. Se desea que los temas aquí tratados no sean pu: Primera Reunión Nacional : Tucumán, 1916 233 aquellos exclusivamente técnicos, que sólo pueden interesar por su aspecto práctico, sino aquéllos que plantean cuestiones de interés cien- tífico, en las cuales la colaboración ú opinión del botánico, del zoólogo ó del geólogo, pueden ser necesarias ó útiles. Para esta sección, la contribución de los médicos, farmacéuticos, agrónomos, veterinarios, etc., sería muy bien recibida. Igualmente se ha creído oportuno establecer una sección de Ciencias físico-químicas (VII) para que puedan ser presentados en ella los trabajos de física, química, físico-química, que tengan relación con la geología, la biología general, la botánica ó la zoología. Del mismo modo, se ha deseado dar cabida, en la sección 1, no sólo á los trabajos de geología y de geografía física Ó descriptiva, sino á los que se refieren en general á la física del globo, como meteorolo- ía, oceanografía, etc., y á aquellas cuestiones astronómicas Ó cosmo- ráficas que tienen relación con los problemas generales de la geolo- ía Ó de la biología. En cuanto á las demás secciones, sus títulos expresan suficientemente Ñe ro) o O E ro) cuál es la naturaleza de los trabajos que á ellas corresponden. Temas especiales serán fijados por las comisiones, á razón de uno por cada sección, para ser sometidos á la consideración de la Reunión Nacional. Si en ésta no se llega á un acuerdo respecto de ellos, serán postergados para la siguiente reunión, y se nombrará una comisión especial para que informe en su oportunidad. Sin perjuicio de éstos, otros temas podrán ser señalados por otras instituciones, las cuales se encargarán, en tal caso, de designar un relator. Estos temas podrán referirse, sea á cuestiones particulares de la historia natural de la República ó en general de la investigación cien- tífica de su territorio, como á asuntos generales de las diversas ramas de las ciencias que comprende el programa de la Reunión. La Sociedad procura así implantar en la Argentina esta forma de colaboración científica que en los países más adelantados realizan desde hace muchos años sociedades similares. Basta citar aquí á la Société Helvétique des Sciences Naturelles, que celebra sus reuniones desde hace cien años; á la British Association for the Advencement of Science. á la American Association, á la Association francaise pour lPavancement des Sciences y á la Gesellschaft deutscher Naturforscher und Aerzte. 231 PHYSIS La Comisión se ha inspirado en los principios de ellas, y ha estu- diado sus estatutos, pero sin adoptar completamente los de ninguna de las asociaciones citadas. Nuestro medio físico y social y el estado actual de nuestra cultura científica son, en efecto, demasiado distintos de los de cualquiera de aquellas naciones para que sea posible copiar la organización de sus instituciones científicas. Después de meditar sobre este punto, la Comisión ha llegado á la conclusión de que la constitución de las Reuniones Nacionales debía, ante todo, tener la mayor amplitud posible, á fin de que pueda, en lo sucesivo, amoldarse al desarrollo de nuestra investigación científica y reflejarlo lo más fielmente posible. Será, sin duda, interesante ver cuál es el rumbo que toman en el futuro las distintas ramas de las ciencias naturales, ahora que el país se halla casi en el comienzo de su desenvolvimiento intelectual. Una agrupación social nueva, con ele- mentos étnicos distintos, debe tener cierta tendencia científica propia, que conviene desde luego estimular, dejando que se manifieste libre- mente, pero ofreciéndole periódicamente una ocasión de concretarse. A esto se reduce, pues, en síntesis, el papel de nuestra Sociedad en la presente iniciativa. Sería ociosa cualquier apreciación anticipada: sólo el futuro nos dirá el resultado. No se pueden hacer sino conjetu- ras sobre el carácter que asumirán en la República Argentina las dis- tintas disciplinas científicas; pero, cualquiera que sea, no podemos menos de formular un voto, hoy más que nunca justificado, porque ellas se encaminen en el sentido de armonizar de más en más los inte- reses de la ciencia con los de la humanidad. EN [95] [5] Primera Reunión Nacional : Tucumán, 1916 230 BASES DE LAS REUNIONES NACIONALES (1) APROBADAS EN LA ASAMBLEA DEL 10 DE MAYO DE 1916 1. La Sociedad Argentina de Ciencias Naturales realizará cada dos años, á partir de 1916, y en distintas ciudades de la República, Reunio- nes Nacionales, á las que podrán concurrir todas las personas que en el pais se ocupen de estos estudios. 2. Las Reuniones Nacionales comprenderán nueve secciones, á saber : I. Geología, Geografía y Geofísica. IT. Paleontología. II. Botánica. IV. Zoología. V. Biología general, Anatomía y Fisiología. VI. Antropología, Etnografía y Arqueología. VII. Ciencias físico-químicas. VIII. Ciencias naturales aplicadas. IX. Enseñanza é Historia de las Ciencias naturales. Temas gene- rales. 3. La organización y realización de las Reuniones Nacionales, que- dan encomendadas á una Comisión honoraria, una Comisión organi- zadora y una Comisión local. 4. La Comisión honoraria estará constituida por los presidentes de sección y su presidente será el presidente de la Reunión Nacional. Cada uno de ellos deberá pronunciar, al iniciarse las sesiones, una disertación científica sobre un tema á su elección. 5. La Comisión organizadora, á la cual corresponden las funciones ejecutivas, estará formada por socios activos de la Sociedad, que serán los secretarios de las respectivas secciones, y será presidida por el secretario general de la Reunión Nacional. 6. La Comisión honoraria y la Comisión organizadora serán ele- (4) Estas Bases quedan sujetas á las modificaciones que para lo sucesivo sugiera la primera Reunión Nacional. 236 PHYSIS gidas en asamblea de la Sociedad con anticipación de un año, por lo menos. á la celebración de la Reunión Nacional. Ambas comisiones du- rarár en sus Funciones hasta la terminación de las publicaciones co- rrespondientes á la misma reunión. 7- La misma asamblea que elija las Comisiones honoraria y organi- zadora, designará la ciudad de la República en que tendrá luzar la 8 Reunión Nacional. 8. La Comisión organizadora designará, con aprobación de la Comi- sión directiva de la Sociedad, una Comisión local en la ciudad donde deba realizarse la Reunión Nacional. 9. La Comisión local se encargará, de acuerdo con la Comisión or- ganizadora, del programa de excursiones científicas, de recibir las adhesiones locales y de los asuntos referentes á la marcha de las se- siones de la Reunión Nacional. 10. Todas las personas que en cualquier forma participen en las Reuniones Nacionales, tendrán el carácier de adherentes á las mismas y deberán abonar una cuota única de $ 10 (diez pesos) moneda na- cional. La Comisión organizadora inscribirá en tal carácter á las per- sonas que lo soliciten. 11. Los adherentes deben ser personas residentes en el país; pero la Comisión directiva, de acuerdo con la Comisión organizadora, podrá excepcionalmente invitar á concurrir á los sabios extranjeros que es- tén vinculados á la investigación científica de la República Argentina. 12. Los adherentes tendrán derecho á presentar y discutir trabajos científicos y á participar en las sesiones y en las excursiones. 13. Las colaboraciones que hayan de publicarse deberán ser acep- tadas por la Comisión honoraria, de acuerdo con la Comisión orga- nizadora. Ellas no deberán exceder de 25 (veinticinco) páginas im- presas del formato y letra común (como Physis). 1/,. Todas las colaboraciones deberán estar escritas en español, pero llevarán un resumen en un idioma extranjero (de preferencia el fran- Primera Reunión Nacional : Tucumán, 1916 23 =1 cés). La Sociedad podrá publicar íntegramente, en español y francés, los documentos ó artículos que crea oportuno. 15. Todas las colaboraciones aceptadas y los demás documentos re- ferentes á cada Reunión Nacional, serán publicados en un volumen Único, que irá precedido de una reseña somera de la historia natural de la región donde se haya celebrado la Reunión. 16. Las tareas referentes á la publicación de que trata el artículo an- terior, estarán á cargo de la Comisión organizadora. 17. El nombramiento de los miembros de cualquiera de las comi- siones que renuncien ó se hallen ausentes, será hecho por la Comisión directiva de la Sociedad, de acuerdo con la Comisión organizadora. 18. Corresponde á la Comisión directiva de la Sociedad autorizar la inversión de fondos, como asimismo la resolución de los asuntos refe- rentes á las Reuniones Nacionales que no estén especificados en las presentes Bases. 238 PRYSIS PRIMERA REUNIÓN NACIONAL Presidente honorario S. E. el Señor Ministro de Justicia é Instrucción Pública Dr. D. CarLos SAAVEDRA Lamas COMISIÓN HONORARIA CONSTITUÍDA POR LOS PRESIDENTES DE SECCIÓN Dr. ÁxceL GALLARDO, presidente de la Comisión y de la primera Reunión Nacional. Ing. Exrique HermtrrE, presidente de la sección Geología, (reogra- fía y Geofísica. Sr. CarLos AmeEGHIxO, presidente de la sección Paleontología. Dr. CrisróBaL M. Hicken, presidente de la sección Botánica. Dr. Epuarno L. HoLmbeEr6, presidente de la sección Zoología. Prof. Juan NreLseN, presidente de la sección Biología general, Ana- tomía y Fisiología. Dr. Juan B. AmbroseErTTI1, presidente de la sección Antropología, Et- nografía y Arqueología. Dr. Enrique HerreRO DucLoux, presidente de la sección Ciencias lísico-químicas. Ing. Agr. Tomás AmaDEo, presidente de la sección Ciencias naturales aplicadas. Prof. Vícror MercanNrE, presidente de la sección Enseñanza é His- toria de las Ciencias naturales. COMISIÓN ORGANIZADORA CONSTITUÍDA POR LOS SECRETARIOS DE SECCIÓN Prof. Marríx DoeLLo-Jurapo, presidente de la Comisión y secre- tario general de la primera Reunión Nacional. Dr. Juan José Nácera, secretario de la sección Geología, Geografía y Geofísica. Dr. Ebuarbo Carerre, secretario de la sección Paleontología. Primera Reunión Nacional ; Tucumán, 1916 230 Dra. Juana G. DIECKMANN DE KyBurG, secretaria de la sección Bo- tánica. Ing. Agr. CarLos Lizer, secretario de la sección Zoología. Sr. José J. CARBONELL, secretario de la sección Biología general, Anatomía y Fisiología. Dr. Caros A. MareLLi, secretario de la sección Antropología. Sr. ÁxceL Brawcur Liscuerri, secretario de la sección Ciencias Físi- cO-quÍmICAS. Sr. ApoLro D. HoLmbERG, secretario de la sección Ciencias natura- les aplicadas. Prof. ILberoxso €. VATTUONE, secretario de la sección Enseñanza é Historia de las Ciencias naturales. COMISIÓN LOCAL EN LA CIUDAD DE TUCUM UN Presidente honorario S. E. el Señor Gobernador de la Provincia Dr. D. Ervesto E. PapiLLa Dr. MicueL Lito, presidente. Prof Lkeawbro Rivas JorDÁN, secretario (1). LA LOCALIDAD ELEGIDA PARA LA PRIMERA REUNIÓN De acuerdo con lo que acaba de leerse, tenemos, pues, la satisfacción de anunciar que la primera Reunión de los naturalistas de la Argen- tina, se efectuará en Tucumán en los últimos días de septiembre ó pri- meros de octubre próximo, con una duración de una semana. La fecha exacta será fijada y comunicada oportunamente. La Reunión cuenta ya con un número de adherentes que presentarán trabajos científicos y muchos de los cuales concurrirán personalmente, de modo que desde este punto de vista la realización del congreso que- da asegurada. La lista de adherentes será publicada dentro de poco. Una feliz concurrencia de circunstancias ha favorecido en la (1) Faltan por designar los demás miembros de la Comisión local. 240 PHYSIS presente ocasión esta iniciativa. La naturaleza de la localidad elegida ofrece especiales atractivos para el estudioso, por su rica vegetación, la variedad de su fauna y por diversas particularidades interesantes de su constitución geológica. Varias excursiones se realizarán, durante la Reunión, á los lugares próximos, para estudiar sobre el terreno los aspectos más típicos de su naturaleza. El programa de estas excursiones, cada una de las cua- les durará un día, se dará á conocer oportunamente. Pero desde ya podemos adelantar que entre las localidades que se visiten, figurarán el Cajón del Cadillal, para el estudio de su estructura geológica, y las localidades vecinas sobre la línea del ferrocarril Central Norte, para la observación de la vegetación; el parque Aconquija, la Quebrada de Lules y villa Nougués, para estudios de fauna y flora, y, si es posi- ble, algunas de las localidades afamadas por sus yacimientos arqueo- lógicos. Una circunstancia particularmente favorable es el ambiente intelec- tual de la ciudad de "Tucumán, que en la actualidad, bajo el inteligente impulso de sus gobernantes, el influjo de su Universidad, de reciente creación, de sus museos y demás institutos de investigación y experi- mentación y de algunos estudiosos que con su esfuerzo particular han conseguido realizar obra científica, debe ser considerada como uno de los primeros centros de cultura de la América del Sur. Bajo tales auspicios no es, pues, infundado el optimismo con que miramos este primer congreso. La Sociedad espera que en las reuniones sucesivas se podrán ir co- rrigiendo los errores ó deficiencias que sin duda contiene este primer ensayo d una obra cuyas dificultades sus iniciadores conocen perfec- tamente. Impeñada en que estas asambleas lleguen á adquirir un carácter verdaderamente nacional, la Comisión solicita para ellas la adhesión de las personas, residentes en cualquier parte del país, que se interesen por el progreso científico y simpaticen con la presente iniciativa. La Comisión Organizadora. MA PM Carros Sercazzint : Una nueva especie de Cachiyuyo del Perú 2/1 Una nueva especie de Cachiyuyo del Perú. vor EL Dr. CARLOS SPEGAZZINI. Durante mis ausencias en Europa en los años 1912, 13 y 14 llegaron á mi casa múltiples remesas de ejemplares botánicos, enviados por varios interesados de diferentes partes. Este año. habiendo quedado en La Plata. pasé en revista el material acumulado y efectué su determinación. Una de las especies más interesantes hallada es un A triplex que me fué remitido por el Sr. NicoLás E. EspPosto, ayudante de botánica en la Es- cuela Nacional de Agricultura de Lima. El A triplex en cuestión está acompañado por la nota siguiente : « Que- nopodiácea que cría cerca del mar, siendo necesariamente muy halófila. » La especie sometida á mi apreciación resultó ser nueva para la Ciencia y me hago un deber de dedicarla á su descubridor en agradecimiento de habérmela enviado. Atriplex Espostoi SEG. (n. sp.) Drac. Obione, tota cinereo-incana suffruticosa, dioica?, ramosa, iner- mis, ramulis tetragonis, aristis eximie nervoso-marginiformibus acutius- culis, folús alternis, limbis majusculis suborbicularibus basí truncatis v. subcordatis. margine praecipue dense undulato-plicatis petiolo triplo bre- viore su[faltis, thecis sessilibus, earum bracteis tertús duobus superis sub- membranaceis flabellato-subsemidiscoideis qrosse aculeque 3-5-dentatis, inter se liberis, dorso utrimque callis majusculis 3-pluri-cristato-dentatis ornatis, achaenio loculo minuto subgloboso-compresso baseos callosae arcle incluso. Oñs. Este cachiyuyo, según las ramas que tengo á la vista, parece que debe alcanzar un tamaño notable, pues varían entre 30 y 4o cm de largo con un diámetro de 2 á 6 mm, conservando, sin embargo, siempre una naturaleza herbácea ó cas1, lo que hace suponer que puedan constituir una buena forragera halófila. Las ramas son siempre cuadrangulares y los ángulos son muy salien- tes, bajo forma de gruesas nervaduras ó casi alitas longitudinales; ofrecen 242 PHYSIS al interior una pared verde de 0,25-0,75 mm de espesor y lo demás es- tejido medular blanco; las caras entre los ángulos son plano-convexas á Más o menos doble tamaño : «a, b,c, d, frutos maduros vistos de frente; e, los mismos visto, de costado; f, los mismos visto, de arriba; gy, los mismos cortados longitudi- nalmente mostrando la cavidad aquenífera. Tamaño natural : í, /, hojas normales; h, inflorescencia. veces recorridas (especialmente debajo de los nudos) por una quilla más ó menos marcada; la corteza delgada y verde pálida está toda sembrada de pelillos vesciculares escamiformes, separados y ralos en las partes más A RS Carros Srrcazzist : Una nueva especie de Cachiyuyo del Perú 25 viejas bastante tupidos y acercados en las nuevas y en las extremida- des, comunicando un color ceniciento-blancusco á todo el órgano. Las hojas son alternas (rarísimas veces en ramitas jóvenes falsamente opuestas). separadas por internodios muy variables en longitud (34 7 em); se observa con frecuencia en ciertas ramas que los internodios alternan, sucediendo á uno largo otro corto y á uno corto otro largo; los pulvínulos de inserción foliar son bien marcados y bastante salientes. Las hojas todas son firmemente membranosas, casi rígidas pero flexi- bles, todas cubiertas de un revestimiento ó costrita muy adherente y fina, que da á las partes dorsales un color blanco-ceniciento (no brillante) y á las ventrales color verde-ceniciento; su tamaño disminuye paulatina- mente desde la base al ápice de las ramas; los pecíolos miden en longitud más ó menos la tercera parte de la de los limbos (7-15 mm de largo por 09-1,90 mm de grueso) y son casi cilindricos aunque algo comprimidos por los costados, ofreciendo una angosta canaleta en la superficie supe- rior; las láminas son de circunscripción casi orbicular (15-50 mm de largo por 20-60 mm de ancho), al ápice muy obtusas, ancha y ligera- mente escotadas, con un pequeño mucrón ó dientecillo donde muere la nervadura central, en la base redondeado-tronchadas ó más ó menos sinuadas, de bordes enteros muy ondulado-plegados, con nervaduras poco ó nada visibles al epifillio y muy salientes en el hipofillio, con parenqui- ma homogéneo sin puntos translúcidos. Supongo que esta planta debe ser dioica, pues todas las ramas fértiles que poseo son femeninas. Las inflorescencias son apicales y están constituidas por una espiga central mayor, acompañada (formando panícula) por espigas laterales tanto más largas cuanto más bajas, estas últimas acompañadas por hojas pequeñas sentadas ó muy cortamente pecioladas; dichas espigas florales son irregularmente nudoso-cilíndricas (1-5 cm long. por 2-3 mm diám.) amarillento-cenicientas y formadas por pequeñisimas flores femeninas (0,75 mm diám.) muy apretadas y de las cuales sale un estilo con dos largas y delgadas ramas plumosas (1,5 mm largo). Las panículas fructíferas son bantante grandes, de circunscripción más ó menos ovalada (5-10 cm largo por 2-5 cm diam.), formadas por mu- chas ramitas ascendentes y poco divergentes que llevan frutos por grupos, de 3 45, más ó menos separados. Los frutos (parte característica y necesaria en la clasificación de los Atriplex) son sesiles horizontales Ó verticales y cuando maduros bastante grandes (6-8 mm largo por 6,5-8,9 mm ancho), formados por dos gran- des brácteas membranosas firmes lepidoto-cenicientas de circunscripción 5d PHYSIS semidiscoidal, con 5 dientes bastante agudos y más ó menos profundos. soldándose completamente en su base para formar un cuerpo leñoso (tipi- camente semigloboso) muy irregularmente cilíndrico, que contiene en su interior una reducida cavidad, en la que se anida el aquenio solitario ver- tical y pequeño; las brácteas en su punto de conección con la parte basal ostentan cada una de ellas en el dorso dos grandes callos tuberculiformes provistos de 3 4 5 dientes ó púas irregularmente unidas en crestas. La forma y estructura del fruto aleja completamente esta especie de cualquier otra conocida, sin posibilidad de confusión, tanto más cuando se consideran los caracteres de sus lindas y grandes hojas. Breves notas sobre diantomorfismo y dicarpomorfismo. vor ANA MANGANARO. No son raros los vegetales que brindan al botánico á veces flores y otras también frutos de forma y estructura diferentes sobre un mismo in- dividuo. no ya como caso teratológico sino como un hecho normal, casi podría decirse característico de la especie. Mencionaré como ejemplo la Lil:eea subulata HBK. tan común y abun- dante en todos los pantanos y zanjas durante los meses de septiembre y octubre y cuyo dimorfismo ha sido ilustrado con tanto acierto por Hrero- vymus hace ya muchos años. Los casos de cleistogamías, intimamente ligados a las variaciones me- teorológicas del año son harto frecuentes : tal sucede en el Malvastrum Garckeanum Scmm., antes muy difundido en toda la isla Santiago, hoy ya bastante escaso, el cual en ciertos años produce solamente flores cleis- tógamas en su totalidad. mientras que en otros son en su mayor parte chasmógamas. e He observado casos bien definidos de diantomorfismo con cleistogamía en las siguientes plantas : Stipa hyalina Nrrs, flores radicales. Oryzopsis bicolor (VamL) Spr6., flores radicales. Oryzopsis tuberculala (Ds.) Srr6., flores radicales. Melica papilionacea L., flores radicales. Axa Mancaxaro : Breves nolas sobre dianlomorfismo y dicarpomorfismo 20 Hypoxts decumbens L.. flores radicales. Emex spinosa Cmrb., Hores radicales. Silene yallica L., flores caulinas. Stellaria media (L.) Gxr., flores caulinas. Cerastium humifusum Cmab., flores caulimas. Coronopus didymus (L.) Sm., flores caulinas. Capsella bursa-pastoris (L.), flores caulinas. Lepidium cardaria L., flores caulinas. Cleome spinosa L., flores caulinas. Geranium dissectum L. flores radicales. Sida rhombifolia L., flores caulinas. Sida hastata Sr HiL., flores caulinas. Cuphaea fruticosa SPrex6., flores caulinas. Cuphaea glatinosa Cum. y Scubr., flores caulinas. Epuobium brasiliense Hausskx., flores caulinas. Spigelia Humboldtiana Can. Scurr., flores caulinas. Bouddleia thyrsoidea Lmx., flores caulinas. Los frutos anormales son mucho más raros, sin embargo en los pocos casos que se presentan tenemos ejemplos sumamente interesantes. La anomalía más frecuente se reduce al geotropismo positivo ó mejor dicho á una edafofilia como la ilustrada por el Prof. L. Haumas para la Pontederia rotundifolia L. y la Eichhornia azurea Krum. He tenido la suerte de confirmar muchas veces las observaciones del autor citado, habiendo notado una pequeña diferencia en lo que respecta ala Pontederia rotundifolia L. Un ejemplar de esta especie crecía en un charco desecado, sus escapos fructíferos no constituían un arco inclinado hacia el suelo, pero algo más abajo de su parte media se doblaban brus— camente, replegándose sobre sí mismos en sentido paralelo á la porción ascendente para dirigirse verticalmente hacia el suelo; la edafofilia en arco es común y constante también en la elegante plantita flotadora que hace años abundaba en Río Santiago : es decir, en la Hydrocharis stolonifera (Mex.) O h. Otro caso espléndido de edafofilia se-observa en el Hydro- colyle eryptocarpa Sere. que puede observarse con frecuencia en todos los charcos y zanjas. En esta breve nota voy á tratar de algunas plantas que además de pre— sentar dimorfismo floral y frutal ofrecen también el caso de edafofilia absoluta algunas veces y en otras parcial. Tales plantas son las siguientes : Ranunculus Hilaire: HieroN. Cardamine chenopodufolia Pers. Trifolium argentinense SEG. PHYSIS. — T. 11 y 16 246 PHYSIS Ranunculus Hilairei Hierros. Casalea sessiliflora Sr. Hu. [= Ranunculus sessiliflorus (Sw. Hu.) Webb.] Planta anual frecuente en todas las praderas de los alrededores de La Plata durante los meses de septiembre y agosto, período en que cumple su ciclo vital. Varía muchísimo su tamaño : en los lugares sin abrigo y secos alcanza a penas a 15 mm de altura, queda simple para producir Ranunculus Hilairei *|,. Se ha vetirado una porción de tierra para mostrar los frutos hipogeos de 3-5 hojas; en las regiones más fértiles, abrigadas y especialmente al amparo de las matas de cardo de Castilla puede alcanzar hasta 10 cm de altura, produce de 5 á 20 hojas radicales y de 1-5 ramas que al principio son enderezadas luego se arquean para asentarse en el suelo tornándose estoloniformes pero no radicantes con 3 6 5 nudos. La raíz en cabellera está compuesta de 3-15 fibras cilíndricas, simples, verticales, blanqueci- nas, más Ó menos carnosas; las hojas ofrecen un pecíolo más ó menos e EP Me ANTAS: De NO e RES Ob Ava Maxcanaro : Breves notas sobre dianlomorfismo y dicarpomorfismo 247 largo, enderezado que sustenta en el ápice una lámina verde, tripartida, cuyos lóbulos inversamente triangulares son más ó menos trilobados ó trifidos, siempre regularmente vestidos de un vello algo ralo y bastante erosero; los estolones son cilíndricos y en los nudos ofrecen hojas total- mente ó casl sésiles de cuya axila sale una flor. Las flores superiores son sentadas. las medianas muy cortamente pedunculadas y las inferiores sostenidas por un pedúnculo más ó menos largo de 5-10 mm; su tama- ño es siempre bastante pequeño de 3-5 mm, con 3 sépalos empizarrados, hirsutos, verdes : 3 pétalos elíptico-lineales, amarillos que circundan una doble hilera de pequeños estambres blanco-amarillentos que á su vez en— cierran una agrupación de más o menos igual número de carpelos verdo- sos, lampiños, chatos, y casi discordales. Los frutos constituyen unas ca- bezuelas más ó menos sentadas que contienen de 3-12 aquenios, verdes, lampiños, casi discoidales con lados apenas ligeramente convexos. La antesis de las flores dura de 3-5 días pero no me ha sido posible observar insectos prónubos Las flores cleistógamas son contemporáneas de las normales, nacen en la axila de las hojas radicales externas, permaneciendo ocultas en los pe- ricladios ; son muy pequeñas (1,5-2 mm de diámetro), globosas, lampi- ñas, blanco-amarillentas y sostenidas por un corto pedúnculo; los sépa- los permanecen empizarrados y contienen en su interior de 2-3 anteras sésiles y un número doble de carpelos iguales por su forma a los norma- les; la polinización se efectúa por la germinación de los gránulos polínicos en los mismos sacos anteridianos que sólo se abren para dar salida á la cabellera de tubos polínicos que se dirigen hacia arriba donde se hallan casi en contacto con las papilas estigmáticas de las prominencias retrorsas en forma de gancho de los ovarios. En algunas flores, sin embargo, he hallado las anteras totalmente abortadas y aunque había desarrollo com- pleto de todos los ovarios sospecho que algunas veces podría darse el caso de apogamia. Efectuada la fecundación el pedúnculo se encorva rápidamente é im- vierte la flor, entonces crece con rapidez, se vuelve grueso y carnoso para enterrarse verticalmente, venciendo la resistencia á veces notable que le presenta el suelo compacto y duro; al mismo tiempo los carpelos crecen, desgarran y pierden la envoltura floral y constituyen así una cabeza glo- bosa de 5-6 mm enterrada hasta 10 y 15 mm de profundidad donde permanecen hasta las primeras lluvias de agosto óÓ septiembre época en que se efectúa su germinación. En las flores rameales de los nudos inferiores que ofrecen un pedúnculo más ó menos desarrollado se observa igualmente que después de la ante- 248 PHYSIS sis dicho pedúnculo se dobla hacia abajo, tratando de alcanzar el suelo y á veces de esconder la cabezuela de aquenios en el polvo ó en la hojarazca. Cardamine chenopodiifolia Prs. Especie anual, que se halla con frecuencia en casi todas las praderas cenagosas también en los últimos meses de invierno ó en los primeros de la primavera, es decir, desde agosto hasta octubre; su estatura varía mu- chísimo, en los lugares muy arcillosos y algo salados sólo produce 3 6 / hojas radicales y en medio de ellas un escapo floral simple de 3-6 cm con que sustenta un pequeño racimo de 3 ó / flores, en los campos humiífe- ros y de agua dulce constante produce tallos enderezados algo ramifica- dos de hasta 30 cm. de altura; por lo general las plantas son de color verde y lampiñas, pero he observado con frecuencia que en ciertos luga- res la cara inferior de las hojas y los tallos toman un color caoba más ó menos intenso observándose esparcidos en las diferentes partes pelos rigi- dos y erectos más ó menos tupidos. La raíz es áxil, recta, simple, con pocas barbas, blanquecinas y ligera- mente carnosa con una longitud de 1-5 cm. En el cuello de la raíz al principio se forma una roseta de 3-5 hojas radicales con largos y delga-— dos pecíolos inferiormente ensanchados en un corto pericladio mientras en su parte superior sostienen un limbo ovalado, trasovalado ó elíptico de 2-4 cm de largo por 15-30 cm de ancho, en la base son á veces cu- neiformes, otras más ó menos cordiformes, obtusas y redondeadas en el ápice, de bordes enteros ó irregularmente redondeados; estas hojas al aparecer los escapos florales se secan y desaparecen; los escapos á veces enderezados, otras arqueados hacia arriba. ya simples Ó alternadamente ramosos suelen presentar de 2-6 nudos, cada uno de ellos provisto de una hoja, las inferiores pecioladas, las superiores sésiles ó casi, con limbo entero ó más ó menos lobulado sostienen en el ápice un corimbo de pe- queñas flores las que después de la antesis por el rápido alargamiento del eje floral van apartándose y formando un racimo de silicuas. Las flores normales son pequeñas (2 mm) con los sépalos naviculares elípticos lampiños verde-amarillentos caducos, 4 pétalos espatulados blancos casi de doble largo que el de los sépalos también caducos, 6 estambres didínamos blanco-amarillentos algo más largos que los sépalos, con un ovario cilíndrico verde que termina en un estilo muy corto rematado por un pequeño estigma tronchado hemisférico. Las silicuas que suceden á Axa Maxcaxaro : Breves nolas sobre diantomorfismo y dicarpomorfismo 2h9 las flores enderezadas y paralelas al eje floral sostenidas por pedúnculos del doble más cortos y algo arqueados y apartados, son lineales de 20 a e ) | | Hg 2 Cardamine chenopodiifolia */,. Se pueden ver los botones florales subterráneos 25 mm de longitud por 2 a 2,5 mm de ancho, vistas de lado son casi planas, en ambos extremos, pero mucho más en la parte superior, cunei- 2590 PHYSIS formes, lampiñas, contienen 18-16 semillas (5-8 en cada cavidad) discoi- dales delgadas lisas ligeramente rojizas. Las flores anormales se desarrollan antes que las comunes en la axila de las hojas que constituyen la primitiva roseta en el cuello de la raiz, al principio en forma de hilos delgados blancos, pero algo carnosos aun- que rígidos, que se doblan bruscamente en la base para buscar una direc— ción geocéntrica absoluta, enterrándose con fuerza casi paralelamente al eje radical; una vez que han penetrado en el suelo su ápice se hincha y toma la forma elíptica progresando en su camino descendente hasta los 25639 mm de profundidad, mientras el botón apical por el roce que sufre en contacto con la tierra pierde la delgada y membranosa envoltura floral dejando desnudas las silicuas. Si se practica un corte por los botones florales al principio de su for mación se ven constituidos por un pequeño ovario elíptico de lados apla— nados con ancho estigma sentado y 2 anteras rudimentarias que contie- nen unos cuantos gránulos de polen lisos incoloros de forma más ó menos geométrica determinada por la mutua presión. Á estas flores suce- den unas silicuas elípticas ú oblanceoladas de 5-10 mm. de largo por 3-4 de ancho que sólo contienen 2 6 4 semillas (1-2 en cada cavidad) iguales por su forma á las normales, pero un poco más grandes y de co- lor algo más obscuro. Trifolium argentinense Spec. Planta perenne que se halla en cantidad al borde de todos los zanjones y en las praderas inundables y cenagosas. La raíz es áxil, casi simple, ligeramente napiforme y carnosa, su parte superior engrosada mide de 15 á 25 mm de largo por 5-6 mm de diámetro prolongándose en una parte delgada y provista de barbas 3 6./ veces más larga que la anterior; la porción napiforme ofrece pequeñas cicatrices y con frecuencia nume- rosos y grandes tubérculos, 6 agallas bacterianas, por lo general chatos, semidiscoidales de bordes festoneados y rugosos; del cuello de la raíz principal que alcanza la superficie del suelo parten de 2 á 5 estolones ras- treros y radicantes simples 6 ramificados que sólo quedan libres y se ar quean hacia arriba en su extremidad. Estos estolones cuyo largo varía de 104359 cm. por 10 1,9 mm de diámetro, ofrecen internodios alejados unos de otros en una extensión de 15-40 mm; los internodios más pró- ximos á la raíz central están revestidos de un pericladio brevemente vagi- Axa Maxcaxaro : Breves nolas sobre dianlomorfismo y dicarpomor/ismo 201 nante, membranoso. ancho, que termina en un apéndice ó pecíolo abor- tado más ó menos largo, mientras los otros producen una hoja normal; cada nudo además en su parte inferior desarrolla una raíz secundaria, al principio filiforme, más tarde ya engrosada Ó napiforme y más ó menos ticamente tuberculífera. Las hojas completas tienen un pecíolo verde cast cilíndrico de 5-8 cm de largo. que en la base está soldado á las estípulas que envuelven el tallo sobre el nudo y sólo libres en las puntas que son Trifolium argentinense */,. Obsérvense hacia abajo y á la izquierda las flores subterráneas enteras, agudas y sustentan en el ápice 3 hojuelas, las dos laterales infe- riores casl sésiles, la apical un poco más largamente peciolada sin estipu- las ni glándulas; las hojuelas son membranosas herbáceo-rigidas, tras- corazonadas, casi enteras ó irregular y ralamente denticuladas en los bor- des, intensamente verdes, sin manchas, ostentan una nervadura principal más fuerte de la cual salen, en ángulo de 45% más ó menos, á cada lado, 10 nervaduras pequeñas, simples, rectas y paralelas; cada hojuela mide más Ó menos 15 á 16 mm de largo por un ancho igual. Los nudos de la parte media anterior, además de hojas en los meses de octubre y no- viembre. si el año es muy seco, producen en la axila de las mismas una 252 PHYSIS inflorescencia normal aérea sustentada por un pedúnculo cilíndrico, recto, de 10-20 cm de largo por 1 4 15 mm de diámetro. que lleva un capí- tulo de 10 á 30 flores de suave perfume. erguidas antes de la floración, luego péndulas; estas flores de 546 mm de largo están sostenidas por cortos pedunculillos (1-1,59 mm de longitud) que tienen al pie una brac- leola lineal casi de doble largo, el cáliz verde, casi cilíndrico con 1o ner- vaduras está hendido hasta la mitad en 5 dientes agudos y angostos casi de igual largo entre sí, los dos superiores están algo más soldados que los demás: la corola amariposada dobla la longitud del cáliz, es amarillenta ó ligeramente rosada, con estandarte trasovalado algo más largo que las alas que apenas sobrepasan la quilla; de los estambres uno es libre, los demás entresoldados hasta su parte media ofrecen filamentos delgados, incoloros y anteras arriñonado-discoidales, exapendiculados de color amarillento, los gránulos de polen son globosos de 30 y. de diámetro, li- sos; el ovario fusiforme, verde, salpicado de cortos y ralos pelitos. en su parte superior se adelgaza en un estilo cilíndrico-conoideo casi de su mismo largo, para rematar en un estigma poco visible apenas hinchado, semiesférico, dicho ovario contiene de 3 á 4 óvulos campilótropos. La legumbre queda siempre encerrada en las envolturas florales que se secan y toman un color tabaco más ó menos intenso; son más Ó menos trasovalado-cilíndricas, ligeramente achatadas en los lados y coronadas por un largo estilo filiforme persistente; su color es rojizo y contienen siempre dos semillas anátropas, ovaladas de 1 mm de largo lampiñas y verdosas. Las flores radicales y cleistógamas nacen en manojos de 5 á 8 en las axilas de las brácteas que cubren los nudos de la mitad inferior de cada estolón y desde su comienzo son geocéntricas. Al principio tienen forma de un pequeño cono cilíndrico, más tarde puede distinguirse en ellos una parte apical ó botón separado por un pequeño adelgazamiento de la parte posterior o pedúnculo; pronto la parte apical va engrosandose, hasta me- dir 2 mm de largo por otro tanto de ancho. mientras el pedúnculo-recto 6 flexuoso llega a medir de 5-10 mm de longitud por 0,5 mm de diá- metro conservando todas las partes un color blanco más ó menos sucio. El botón apical al principio :agudo, después obtuso, no ofrece partes distintas externas, hallándose simplemente revestido de una delgada mem- brana incolora lampiña que sólo á la madurez del fruto se desgarra late ral y longitudinalmente para secarse y tomar un color pardo sucio más ó menos intenso. En el interior de la membrana, sólo se hallan 2 estambres y un ovario; los estambres tienen un delgado filamento hialino libre y una antera triangular cordiforme blanca que termina en un piquito eiii Axa Mancanaro : Breves nolas sobre dianlomorfismo v dicarpomorfismo 23 muy corto doblado hacia arriba; los granulos de polen son globosos, li- sos y miden de 15 á 18 ¡p.; el ovario es trasovalado muy velloso, algo verde y termina en un corto estilo cónico doblado casi en ángulo recto y cubierto en su tercio superior de papilas estigmáticas irregulares; con= tiene en su interior > óvulos. Los frutos que suceden á las flores son casi elobosos algo irregulares y lampiños, quedan luego profundamente en- terrados. Las semillas anátropas algo verdosas, quedan libres por la putrefacción de las envolturas y su diseminación debe efectuarse por las aves acuáticas, especialmente por los palmipedos que con su pico remueven el barro al buscar en él insectos y semillas de plantas palustres comestibles. Cabe preguntarnos ahora ¿qué fin persiguen estos vegetales al produ- cir dos clases de frutos) Debe tomarse en consideración el hecho de que estas plantas parecen ser hidrófilas, es decir, especiales de los lugares inundables ó inundados, por lo tanto en otros lugares que no respondan a sus exigencias de vida deben poner en juego otros resortes que aseguren la fructificación y ma- durez de las semillas. Las flores y frutos hipogeos de esta última especie son anteriores á los aéreos ; de ahí que estén más seguros de poder llegar á madurar. pues se desarrollan durante el período de lluvias primaverales (septiembre y oc- tubre) que probablemente en otras épocas habían de ser más constantes y marcadas. Las flores aéreas más tardías en un clima más bien seco como el pampeano, sujeto á las circunstancias meteorológicas podrían secarse antes de semillar y entonces son las hipogeas las encargadas de conservar la especie. Podría también suponerse que las semillas hipogeas respondiesen á un fin dispersivo de mayor extensión, yá sea por medio de su transporte por las corrientes acuáticas, pero tal vez mucho más por medio de las aves palustres que chapalean el barro de los charcos para encontrar alimentos vegetales y animales transportando así a largas distancias en su tubo di- gestivo. las semillas del vegetal en cuestión. Cualquiera que sea la explicación que se dé a este dicarpomorfismo tan bien marcado, siempre asegura la conservación de la especie, contra las condiciones hostiles del medio ambiente y ya sea el suelo húmedo cual lo prefiere el vegetal ó seco y muy abierto á las inclemencias atmosféri— cas, de cualquier modo podrá llevar á una madurez segura los frutos, con la ventaja consiguiente de alcanzar una mayor área de dispersión por me- dio de las aves que de sus semillas se alimentan. 234 PHYSIS El mirmecófilo sinfilo Fustiger elegans Raffray. vor ÁNGEL GALLARDO. Uno de los capítulos más interesantes de la mirmecología es sin duda aquel que se ocupa del estudio de los numerosos y variados huéspedes de las hormigas 6 animales mirmecófilos como en general se les llama. Se comprende que los hormigueros con su temperatura casi constante, humedad moderada y las abundantes substancias alimenticias de sus bien provistas despensas, constituyen un sitio muy buscado por varios anima- les, aunque deban desafiar la hostilidad y agresividad de las hormigas hacia todo intruso. Sólo los animales que han desarrollado estructuras ó costumbres que les permitan soportar impunemente estas condiciones especiales de exis- tencia, pueden aprovechar las ventajas que les ofrece el hormiguero. Pronto se cumplirá el primer centenario del estudio de los mirmecófi- los, pues éste comenzó con la memoria de J. P. W. Múnruer sobre el Cla- viger testaceus, publicada en 1818. Hoy día los que más se ocupan de estos curiosos animales son el Padre Waswmaxx y el Ing. Jaxer, especialmente el primero, quien ha publicado sobre ellos más de 150 trabajos y á quien se debe tanto como a todos los demás autores juntos, según dice Wnekrer (1), del cual extractamos estos datos. Se conocen actualmente más de 1500 especies de Artrópodos mijrme- cófilos, de los cuales un millar de Goleópteros (Estafilinos, Pseláfidos, Clavigéridos, Páusidos, Toríctidos, Histéridos, etc.). Los quinientos res- tantes comprenden representantes de otros órdenes de insectos y algunos arácnidos y crustáceos mirmecófilos. Son tan variadas las relaciones de los mirmecófilos con las hormigas que voluntaria ó involuntariamente las albergan, que su clasificación eto- lógica ofrece notables dificultades. Wasmaxx ha adoptado una acertada división en cuatro categorías que es generalmente aceptada. [. Sinectranos ó intrusos perseguidos. — Se alimentan ordinariamente (1) Anls, 1910. ol Áxcrr Gartarbo : El mirmecófilo sinfilo Fustiger elegans Ra/ffray AN: de las larvas y ninfas de las hormigas ó de hormigas adultas enfermas ó solitarias que asesinan Ó bien de hormigas muertas por cualquier otra causa. Las hormigas los tratan con marcada hostilidad y los sinectranos huyen de ellas, sobrepasándolas generalmente en agilidad. En los nidos artrfi- ciales que ofrecen menos anfractuosidades y refugios que los naturales, ordinariamente las hormigas dan cuenta de los intrusos en poco tiempo. II. Sínecetos ó huéspedes tolerados. — Éstos viven en los nidos sin que las hormigas parezcan percibir su presencia, ya sea por su pequeñez 6 por cualquier otro motivo. Guando los encuentran los tratan con indiferencia. III. Sinfilos, mirmicoxenos 6 verdaderos huéspedes. — Los miembros de esta categoría privilegiada son amistosamente tratados por las hormi- gas, que los acarician, lamen, alimentan y aun los crían. Es el caso más extremo y más curioso de mirmecofilia. IV. Ecto y endoparásitos. — Que se alimentan de los jugos de las hor- migas, alojándose en el exterior ó en el interior mismo de su cuerpo. Comprenden insectos, ácaros, nematodes, etc. Los sinfilos actualmente conocidos no alcanzan a 500 especies, los demás mirmecófilos se reparten en las otras categorías, especialmente en la de los sinecetos, que es la mas numerosa. Los sinfilos atraen á veces tan desordenadamente el afecto de las hor- migas, con las cuales viven, que determinan en el hormiguero una espe- cie de obsesión social, comparable con el alcoholismo 6 la morfinomanía en las sociedades humanas. Casi todos los sinfilos son coleópteros, de color rojo peculiar y con la superficie del cuerpo aceitosa. Llevan en muchos casos mechones de pelos rojos 6 de color amarillo dorado, en varias partes de su cuerpo. Estos pelos son avidamente lamidos por las hormigas y Wasmawy los considera como la estructura más característica de los sinfilos. Ha comprobado que en"la base de los mechones de pelos se abren racimos de glándulas unice- lulares que producen una secreción probablemente aromática, que para WAsmaxx es un éter volátil de la serie grasa. Wasmaxx dice que las hormigas gustan del perfume de este éter como un buen fumador del aroma de un excelente habano. Para animales exquisitamente olfativos como son las hormigas, este perfume les produce una voluptuosidad tan fuerte que descuidan por dis- frutar de ella las exigencias más imperiosas de su instinto social, que se desvía hacia sus favoritos. Los sinfilos son así alimentados por las hormigas por regurgitación, 136 PHYSIS como lo hacen con sus propias larvas y las piezas bucales de los huéspe- des se han adaptado á este género de alimentación. En algunos sinfilos las antenas son parecidas á las de las hormigas, lo que les permite ejecutar movimientos suplicatorios en el lenguaje antenal. En otros casos tienen formas extrañas como en los Páusidos y parecen servir como una especie de manijas, por las cuales los toman las hormi- gas para transportarlos. Pueden ser también las antenas fusiformes ó claviformes alargadas como en ÁAdranes, Rhynchoclaviger y Fustiger (figura). Fustiger elegnas Rarrr. **/ El sinfilo mejor y más antiguamente estudiado es el Claviger testaceus europeo, que vive en los hormigueros de Lasius flavus, al cual se parece en la coloración. He tenido oportunidad de observar un bonito sinfilo argentino en una colonia de Solenopsis Pylades ForkL que trajo de Luján en agosto de 1913 mi antiguo alumno el actual Dr. Juax J. NáGera. Esta colonia estaba fuertemente infestada por un hemíptero sineceto, bastante común en los hormigueros de Solenopsis Pylades. Para instalar la colonia en un nido artificial de yeso del tipo Jawer- FieLoe fué colocada en una arena de ForgnL. Los hemipteros siguieron á las hormigas en su viaje al nido y éstas trasladaron á él, llevándolo entre las mandíbulas, un pequeño Pseláfido clavigérido que lamían frecuentemente. El sinfilo, mucho menor de tamaño que las hormigas, ocupaba siem- Áxcei Garrardo : El mirmecófilo sinfilo Fustiger clegans Raffray 297 fo) o pre el centro de un grupo compacto de hormigas y éstas lo transportaban cuidadosamente en sus mandíbulas á lugar seguro, á la menor alarma. según he referido en mis Observaciones sobre algunas hormigas de la Re- pública Argentina (1). El Sr. Juas Brernes, conservador de las colecciones entomológicas del Museo Nacional, lo ha determinado como Faustiger elegans Rarrrax y ha ejecutado también el dibujo que acompaña esta nota. Puede verse en la parte de arriba, á la derecha de la figura, las dimen- siones reales del pequeño coleóptero (1,9-2 mm.) y con el aumento de 25 diámetros la curiosa forma del animal y sus estructuras sinfílicas, espe- cialmente los penachos de pelos perfumados de los angulos externo-pos- teriores de los élitros y las antenas claviformes alargadas, con la mayor parte de sus artículos fusionados. Posée también la coloración rojo anaranjado y la superficie brillante aceitosa de los mirmecófilos. El Fustiger elegans ha sido descripto por Rarrrax en 1908, en la [Re- vista det Museo de La Plata (2), según ejemplares hembras, enviados por el Dr. Brucn á dicho especialista. Aun cuando no indica sus costumbres, la estructura lo denunciaba ya como mirmecófilo sinfilo, lo que es frecuente entre los Pselafidos, que para muchos autores comprenden á los Glavigéridos como subfamilia. Ahora puede asegurarse que Fustiger elegans es huésped sinfilo de So- lenopsis Pylades ForrL, especie de hormiga muy común entre nosotros, por lo cual el Fustiger debe ser también relativamente abundante, aun cuando hasta hoy sólo lo he observado una sola vez y en un ejemplar ÚNICO. (1) Anales del Museo Nacional de Historia Natural, t. XXVIL, pp. 1-35. 1915. (2) Psélaphides de la République Argentine. Rev. Mus. La Plata, t. XV, pp. 70-83. 1908. 258 PHYSIS Las capas con dinosaurios en la costa sur del Río Negro, frente a General Roca "”. vor EL Dr. RICARDO WICHMANN. Si se va en tren de Bahía Blanca á Neuquén, llaman la atención del viajero naturalista, en la barranca, por lo demás de muy monótona colo- ración, las capas coloradas cerca de la estación « Río Negro », que apare- cen en el lado sur del río. Se ve aquí elevarse la barranca en tres terrazas principales en forma de escalones. La terraza superior, que compone el borde de la barranca, consiste en cerca de yo metros de areniscas y mar- gas tufáceas blandas de color blanco-amarillento, sin fósiles, pues hasta ahora solamente se encontraron madera petrificada y agregados en forma de racimos o estalactíticos de psilomelano. WixbHausex (2) las refiere á sus «capas del Jagiel » que pone en la base del piso rocanense, fun- dándose en sus observaciones en la región situada más al noroeste. Pero su aspecto petrográfico tiene gran semejanza con las capas de Chichina- les, del lado norte del Río Negro, y con la molasa patagónica (WILCKExS). Desde el pie de esta barranca se extiende con gran amplitud la planicie de la segunda terraza que está cubierta por una capa de rodados y arena. Termina en una pendiente brusca que permite ver bien los diferentes estratos que la constituyen. Esta barranca tiene una altura de cerca de ho m. y está dividida por la erosión actual en un laberinto de cañadones y gargantas. Muchas veces la erosión ha surcado estas capas muy pro- fundamente, de modo que han quedado solamente conos aislados, pare- des, torres y formas parecidas. Se ven aquí las típicas formaciones de «Bad-Lands ». Nos encontramos en las capas con dinosaurios, que dan al paisaje, tanto por sus formas como por los diferentes colores vivos de sus estratos, un aspecto muy pintoresco. Se componen con preferencia de margas y arcillas con areniscas intercaladas. (1) El viaje que motiva este artículo lo he realizado en 1912 por orden de la Dirección Gene ral de Minas. (2) Contribución al conocimiento geológico de los territorios del Rio Negro y Neuquén. Anales del Min. de Agricultura. Sección geología, etc., tomo NAO Ricardo Wienmany : Las capas con dinosaurios en la costa sur del Rio Negro 20 En el corte mejor he podido observar las siguientes capas, de arriba hacia abajo : -6-S m.: arenisca colorada de grano fino, en parte dura y calcárea, hacia arriba estratificada en bancos gruesos, hacia abajo en bancos más delgados, con Ripple marlis y estructura entrecruzada. 1 mM.: margas y arenisca de color violeta y blanco. 0,23 m.: arcilla arenosa amarilla, conteniendo moldes internos de bi- valvos y gastrópodos mayores mal conservados. Capas con dinosaurios. En la extremidad derecha se hallan, en el segundo escalón, las capas con Corbicula, x=; más abajo en la barranca, lugar en que se encontraba el Titanosaurus, y 2 m.: arenisca gris clara muy arcillosa conteniendo sales. 1 m.: arcillas laminadas, bien amarillas, llenas de innumerables mol- des de bivalvos de agua salobre (Corbicula), contienen sales y se descom- ponen muy fácilmente; en parte son arenosas y hacia arriba pasan á arcillas violetas. Se observan aquí muchas veces fenómenos de fricción (Druckharnische). 1,50-2,00 Mm. : arenisca blanda gris-sucia muy arcillosa. 4,50 m.: arenisca colorada calcárea. 20.00 m. : alternancia de margas, margas arcillosas, arcillas y arenis- cas arcillosas de color blanco y violeta obscuro, poco resistentes, que 260 PHYSIS fácilmente se disgregan en polvo fino, de modo que se puede excavar hasta 1 m. antes de llegar á la roca firme. Estas capas son muy ricas en yeso, que existe en placas grandes y en agregados compactos fibrosos. Además se ve en los surcos chicos de los declives, lavadas y reunidas por las lluvias, grandes masas de ópalo en formas esféricas, arriñonadas y estalactíticas, de diferentes colores, blanco, amarillo, verde, rojo y prin- cipalmente azul. El ensayo de pulirlos no ha dado buen resultado. En la parte superior de este último complejo, encontré una gran por- ción del esqueleto de un dinosaurio, que consiste en una parte de la ca- beza. las extremidades, vértebras diversas, costillas y otros huesos. Fuera de estos restos, hallé en otros lugares muchos huesos sueltos. Según las vértebras, se trata del género Titanosaurus que ha creado LxbEkkER, quien describió algunos huesos de este animal encontrados en la con fluencia del Río Negro y Neuquén (1). El estado de conservación es variable, la mayor parte de los huesos tienen fosilización calcárea dura, algunos otros son silicificados y otros arcilloso-calcáreos é impregnados por sales fácilmente solubles, así que sin preparación apropiada se des- truyen muy rápidamente. Los restos que yo pude extraer de la roca viva (1) Anales del Museo de La Plata. Paleontología Argentina, LI. Ricardo Wicnuany : Las capas con dinosaurios en la costa sur del Rio Negro 261 no muestran ningún signo de transporte largo, como lo comprueba tam- bién la mandíbula con los dientes delgados bien conservados. Entonces no es muy verosimil la opinión de WiwbnauseN (1), de que los dinosau- rios de aquí sean alóctonos. El color de estos huesos es azulado. gris-blanco y negro; otros que estaban en la superficie de las margas multicolores tenían un color rojo. Más al este de aquel lugar pude observar un corte de la barranca que dejaba ver arriba : a) 3 m. : arenisca roja blanda estratificada; b) 1 m.: margas y areniscas Margosas de color violeta y blanco; C) 2,00 M. : arenisca roja; d) 0.30 m. : marga violeta obscura; e) 2,00 Mm. : arenisca roja; f) 4,00 m. : margas y areniscas margosas de color blanco, rojo y vio- leta obscuro de fácil disgregación, formando un declive suave debajo de la arenisca roja; 4) 0,50 m.: banco de cal blanca, dura, con innumerables moldes de un bivalvo ¿Corbicula): (1) Einige Ergebnisse zweier Reisen in den Territorien Río Negro und Neuquén. Neues Jahrbuch fúr Mineralogie, etc., Beilage Band XXXVITI. PHYSIS. — T. 11 2 202 PHYSIS -h) Margas violetas y multicolores, en parte arenosas. La capa f contiene en sus 3o centímetros superiores un sinnúmero de fósiles bien,conservados y como están transformados en sílice amorfa, fá- cilmente se puede separarlos disolviendo la marga en ácido clorhídrico diluído. Hay aquí diferentes especies de Corbicula, una pequeña Hydro- bia (véase fig. 1 y 2) y otros gastrópodos grandes; además, en gran can- tidad, ostrácodos y fructificaciones de charáceas. Los ostrácodos pertene- cen á diferentes géneros hasta ahora no determinados (fig. 3, 4 y 5); tampoco es posible determinar si en las charáceas, se trata del género Chara 6 Nutella, pues falta la « Corona ». Las charáceas fósiles son raras y poco conocidas hasta ahora. Los ha- llazgos más viejos proceden del « Muschelkalk» de Moscu y del cretáceo inferior (Wealden) de Neufchátel en Suiza. Este género ha sufrido poca modificación desde su primera presentación conocida hasta ahora, como se ve también: por la confrontación de los esporangios provenientes de las capas dinosaurianas (fig. 6-9) y de los depósitos de arroyos del post- pampeano de Bahía Blanca (fig. 10 y 11), á lo menos en cuanto se trata de las fructificaciones, pues restos del talo no se han encontrado aqui. Las figuras 7, 9 y 11 muestran el esporangio visto del punto de inser- ción de su «corona », y las 6,8 y 10, de lado con sus espirales. Las charáceas, á pesar de vivir con preferencia en agua dulce, crecen muchas veces también en agua salobre, de manera que tenemos aquí en este complejo de capas reunidas, una fauna y una flora de agua salobre que han vivido á poca profundidad. Wixbmausex (1) hace corresponder estos estratos al principio de la transgresión rocanense. En los « Purbeckkalke » (Cretáceo más inferior del noroeste de Ale- mania) (2), en el « Middle Purbeck » de Inglaterra y en las « Couches saumátres supérieures et Couches nymphéennes du Jura (3) (capas limi- trofes del jurásico al cretáceo) se encuentra un conjunto muy parecido de fósiles. También aquí preséntanse fructificaciones de una charácea (Cha- ra Jaccardí Meer), que no pude comparar con las especies de (General Roca por falta de literatura; además ostrácodos (Cypris purbeckensis, Cypridea punctata etc.), Hydrobia, Bylhinia, Cyrena y Corbicula. (1) Loc. cil. (2) Koert : Grenzschichlen zwischen Jura und Kreide. Góttingen. 1898. (3) Mamraro : Monographie des inverlébrés du Purbeckien dans le Jura. 1884. Luis DeLéraxc : Nolas hemiplerológicas 263 Notas hemipterológicas '.. vor LUIS DELÉTANG. APUNTES SOBRE LOS GÉNEROS ARGENTINOS BE CERCÓPIDOS Desde la época en que BerG dejó de ocuparse de los Cercópidos argen- tinos, varios trabajos hemipterológicos de alto valor cientifico han visto la luz : Disrawr, FowzLer, JacoBy, LALLEMAND y varios otros autores han creado nuevos géneros y nuevas especies y han transformado completa mente la clasificación de los Hemípteros en general. Los Cercópidos descriptos ó señalados por Bere en la República Argen- tina y que forman la base de estos apuntes, comprenden doce especies, re- partidas, en la clasificación actual, en cinco géneros. Ocupandome actual- mente del estudio detallado de los homópteros argentinos, creo oportuno dar la descripción y clasificación de los géneros de Cercópidos admitidos hoy día, representados en nuestra fauna, ¡juntamente con la enumeración y repartición, en estos géneros, de las especies de BerG, reservando para un trabajo de mayor aliento, el estudio detallado de estas últimas. Los Cercopidae (2) se dividen en tres subfamilias : Machaerotinae, Aphrophorinae y Cercopinae. Los caracteres diferenciales de estas tres subfamilias pueden resumirse en el siguiente cuadro : Escudete comprimido y prolongado posterior 1 mente con una larga espina apical. Machaerotinae. Escudete de forma normal, sin espina apical. 2. Pronoto con el borde anterior redondeado ó Y anguloso. Ojos transversales (fig. 1). Aphrophorinae. y) a ¿ / Pronoto con el borde anterior derecho. Ojos tan largos como anchos. Cercopinae. (1) En estas notas hemipterológicas que principio con el presente trabajo me propongo estudiar, paulatinamente, algunos aspectos de la fauna hemipterológica argentina. El estudio de esta fauna, ilustrado con rara competencia por el Dr. Carros BerG, ha sido casi completamente abandonado después de la muerte de este sabio. (2) La clasificación seguida en este trabajo es, en sus rasgos principales, la misma que expone Laremanb en su obra Cercopidae, aparecida en el Genera Insectorum de VVxrsmMax, fasc. 143. (1912). 26% PHYSIS Sublamilia MACHAEROTINAJNE, Scumvr. Esta subfamilia, que tiene por patria el continente Africano, el Asiático y la Oceanía, no tiene ningún representante fuera del Viejo Mundo. Subfamilia APHROPHORINAJE, Disraxr Aphrophorides, Am. Serv., Hem., 563 (1843). Aphrophorida, Stat, Hem. Afr., YV, p. 55 et 66 (1866). Aphrophorina, Star, Ofv. Vel. Al. Forh., XXVII, p. 722 (1870). — BerG, An. Soc. Cient. Arg., p. 219 (1879). Aphrophorinae, Disrawr, Fauna Brit. Ind. Cey. el Bur., 1V, p. 85 (1907). ES Lartemanb, Cercopidae (Gen. Íns.), p. 18 (1912). Plyelinae, Fowrer, Biol. Centr. Amer. Hom., 1, p. 174 y 190 (1897)- Cercopinae, KirxaroY, Rep. Exp. Stat. Haw. Plant. Ass., 1X, p. 380 (1906). Ojos transversales. — Pronoto con el borde anterior redondeado. Escu- dete normal triangular, sin prolongación posterior. Esta subfamilia comprende tres géneros representados, hasta ahora, en la Argentina por otras tantas especies. CUADRO DICOTÓMICO DE LOS GÉNEROS ARGENTINOS Clavo (clavus) redondeado en su extremi- | dad, muy obtuso. Clastoptera, GERM. E | Clavo terminado en punta aguda en su ex- tremidad. De ¡ Frente sin carena longitudinal. Ptyelus, Lee. Serv. A Frente con una carena longitudinal. Cephisus, STAL. Clastoptera, Geru. Geru., Zeilsch. Ent., 1, p. 187 (1839). — Warx., Hom., MI, p. 842 (1851). — Fowter, Biol. Centr. Amer. Hom., 1, p. 1go y 198 (1897). — LaLLemanD, Cercopidae (Gen. Ins. ), p. 92 (1912). Cabeza más estrecha que el pronoto, más ancha que larga, transversal- mente convexa, lisa en su parte superior, redondeada en su borde anterior, frente convexa y redondeada, lisa ó estriada. Antenas bastante largas. Rostro extendiéndose hasta las patas intermedias. e e el 7 238 Luis Derérac : Nolas hemipterológicas 205 Pronoto cuadrangular o hexagonal, más ancho que largo, borde ante— rior redondeado, el posterior cóncavo. Escudete largo, triangular, convexo en su base, terminado en punta aguda en su vértice, con una carena lon- eitudinal. Tégminas coriáceas, casi en su totalidad, hialinas cerca del vértice, con un nódulo en la extremidad. Nervaduras poco visibles. Glavo (clavus) re- dondeado en su extremidad, con dos nervaduras; sobre el clavo la nerva- dura radial cambia de dirección, la nervadura media y la cubital se reunen sobre el tercio anterior. Las nervaduras forman dos celdillas discoidales y tres apicales. Tibias posteriores biespinosas : una espinita situada en la base y otra más robusta hacia el medio. En la extremidad se encuentra una corona de espinitas. El clavo redondeado en su extremidad, caracteriza, ampliamente, este género. Una sola especie argentina. C. secunda, Bere Considia secunda, Bera, Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., VII, p. 213, 282 (1879), Clastoptera secunda, BerG, Com. Mus. Nac. Bs. As., 1 (5), p. 159, 2 (1899). Hab. Buenos Aires. Piyelus, Lrr. Serv. Cuerpo variable en su forma, punctuado y velloso en su parte superior. Cabeza de la misma anchura, más ó menos, que el pronoto, más ancha que larga; llana en su parte superior, la cual se halla separada, por un surco, de la parte frontal. Ocelos próximo uno de otro, colocados cerca del borde posterior del vertex. Frente estriada transversalmente, poco so- bre los lados, con un surco longitudinal. Rostro de dos artejos, extendién- dose hasta las patas intermedias. Pronoto algo rugoso, más ancho que largo, sin carena ; borde anterior redondeado 0 anguloso, convexo, el posterior cóncavo, los bordes latera= les anteriores cortos, algunas veces ausentes. Escudete llano, triangular terminándose en punta. Tégminas coriáceas, más largas que el cuerpo ; borde externo convexo, estrechándose hacia la extremidad que es puntiaguda ó redondeada. Ner- 166 PHYSIS vaduras poco visibles. Clavo con dos nervaduras. La nervadura radial cambia de dirección sobre el corión, un poco antes del medio. La nerva- dura media y la cubital se reunen sobre el tercio anterior. Las nervaduras forman cuatro celdillas discoidales y cinco apicales. Tibias posteriores biespinosas, una espinita cerca de la base y una más robusta hacia el medio; una corona de espinas robustas en la extremidad. Una sola especie argentina. P. xanthaspis, Bere Philaenus zanthaspis, Bera, Add. Emend. Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., p- AO ). Ptyelus xanthaspis, LarLemaxb, Cercopidae (Gen. Insec.), p. 38 (1912). Hab. : Buenos Aires. Cephisus, Starz. Aphrophora, Waxck., (part.) List Hom., 1, p. 697 (1851). Cephisus, SraL, Hem. Afr., IV, p. 67 (1866); Berl. Ent. Zeitschr., X, p. 684, Hem. Fabr. 1, p. 18 (1869). — Fowrer, Biol. Centr. Amer, Hom., ML, p. 190 y 192 (1897). — Lartemano, Cercopidae (Gen. Ins.), p. 3g (1912). Cabeza más estrecha que el pronoto, convexa, con el vertex de superficie Fig. 1 (*/,) Fig. 2 (*/,) desigual. Ocelos alejados uno de otro de la misma distancia que la que los separa de los ojos. Rostro extendido hasta las patas intermedias. Pronoto más ancho que largo, redondeado; borde anterior CONVEXO, redondeado, el posterior con una escotadura bastante profunda, en forma $ Th Luis Deréraxe : Notas hemiplerológicas 267 de media luna; bordes laterales anteriores convergentes hacia adelante más cortos que los posteriores que son algo sinvados. Escudete más largo que ancho (fig. 1). Tégminas bastante largas. Clavo con dos nervaduras paralelas y longi- tudinales : la radial cambia de dirección antes de llegar al medio del co- rion, la media y la cubital se reunen sobre el tercio anterior dibujando dos largas celdillas discoidales y cuatro apicales. Alas con la nervadura peri- férica ondulada entre los sectores internos (fig. 2). Tibias posteriores biespinosas : una espina cerca de la base y otra hacia el medio. Las especies de este género son caracterizadas por la abundante espuma que segregan las larvas. La especie argentina se halla comunemente en el Ceibo, « cuya ramas se encuentran, según observaciones de Bera, carga- «das de su secreción espumosa en la primavera y a principios del verano ». Una sola especie argentina. C. siccifolius, Wark. Aphrophora siccifoeia, Warx., List of Hom., ML, p. 698.3 (1851). Aphrophora occidentalis, Warx., l. c., IM, p. 699.4 (1851). Aphrophora diminuta, Warx., l. c., MI, p. 699.5 (1851). Plyelus variolosus, Wark., l. c., Sup., p. 188 (1858). Ptyelus siccifolius, SraL., Stett. Ent. Zeit., p. 65 (1864). Cephisus siccifolius, SraL., Hem. Fabr., p. 18 (1866). — Bere, Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., VI, p. 219.291 (1879). — Fowuenr, Biol. Cent. Amer. Hom., 1, p. 192 (1897). Hab. : Berg señala esta especie de todas las provincias argentinas ; en mi colección existen ejemplares de Buenos Aires. Misiones y Jujuy. Subfamilia CERCOPINAL, Fowuer Cercopida, SraL, Hem. Afr., 1V, p. 55 (1866). ¡ercopina, Star, Ofv. Vet. Ak. Forh., XX VIL, p. 718 (1870). — Bere, Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg..VUIL, p. 213 (1870). Cercopinae, FowLex, Biol. Centr. Amer. Hom., ML, p. 174 (1897). — Disrawr, Faun. Brit. Ind. Ceyl. et Bur., IV, p. 109 (1897). — LarLemanb, Cercopidae (Gen. Ins.), p. 73 (1912). Rhinaulacinae, KirkaLoY, Rep. Exp. Stat. Haw. Plant. Ass., 1X, p. 386 (1906). Frente transversalmente estriada. Ojos tan anchos como largos. Pronoto con el borde anterior redondeado. Tégminas muy coriáceas. Tibias pos- teriores con una ó dos espinas. 208 PHYSIS Esta subfamilia, con solo dos géneros representados en nuestra fauna, posee, ella sola, la mayor parte de las especies de Cercópidos argentinos. Los dos géneros representados en nuestra fauna, aunque afines entre sí, se distinguen, sin embargo, facilmente uno de otro. CUADRO DICOTÓMICO DE LOS GÉNEROS ARGENTINOS Parte superior de la cabeza separada, por | un surco transversal, de la parte frontal (fig. 3). Kanaima, Distanr. Parte superior de la cabeza no separada, por un surco transversal, de la parte frontal (fig. 4). Tomaspis, Am. SERV. Kkanbaima, Disrawr Disrawr, An. Mag. Nat. Hist. (S), p. 212 (1909). — LarLemanD, Cercopidae (Gen. Ins.), p. 107 (1912). Cabeza grande ancha; la parte superior separada de la parte frontal por un surco transversal ; parte frontal redondeada, rodeada por una eminencia Pig. 3 ("/,) Fig. 4 (/,) que la hace parecer excavada. Clipeo extendido hasta las patas intermedias que el rostro sobrepasa un poco (fig. 3). Pronoto más ancho que largo, parte anterior fuertemente excavada; borde anterior más ó menos recto, el posterior recto sobre los lados, cón=. cavo en el centro; bordes laterales anteriores convexos, oblicuos y conver- Luis Deréraxc : Nolas hemiplerológicas 269 gentes hacia adelante. Kscudete casí tan largo como ancho en su base, disco llano, estriado y puntuado transversalmente, su base redondeada, bordes laterales proeminentes hacia adelante. Tégminas más largas que anchas, estrechándose hacia la extremidad que es redondeada ; la parte apical posee una red fuerte y prominente ; clavo con dos nervaduras paralelas ; la nervadura radial cambia de direc- ción sobre el corión, la media y la cubital se reunen por medio de una nervadura transversal. Tibias posteriores biespinosas, una espina robusta cerca de la base y otra más grande hacia el medio. Tarsos con el primer artejo tan largo, á los menos, como el segundo y tercer reunidos (fig. 5). La única especie que posee este género es originaria de la República Argentina. K. Katzensteinii, Bere Tomaspis Katzensteini, Bera, Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Argentina, VU, p. 214 (1879)- Kanaima Katzensteinit, Distant, Ann. Mag. Nat. Hist. (S) dy De DNA (1909). — Laremaxb, Cercopidae (Gen. Ins.), p. 108 (1912). Hab : Esta especie es sumamente común en los alrededores de Buenos Aires, hallándose también en Corrientes y Entre Ríos. Tomaspis, AM. Serv. Am. Serv., Hem., p. 560 (1849). SraL, Hem. Afr.. IV, p. 55 et 66 (1866). Bere, Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., VI, p. 214 (1879). — LaLLEMAND, Cercopidae (Gen. Ins.), p. 89 (1912). Cabeza redondeada, más corta que el pronoto vertex generalmente ca renado. Ocelos más cerca uno del otro que de los ojos. Frente variable con ó sin depresión, carenada en el medio, lisa ó estriada lateralmente, más ó menos alargada hacia adelante. Rostro llegando hasta las patas inter medias. Pronoto más largo que ancho, convexo, poseyendo, algunas veces, ras- tros de carena; bordes laterales anteriores convexos, los posteriores rectos ó cóncavos (fig. 4). Escudete un poco más largo que ancho, generalmente puntiagudo pos- teriormente; bordes laterales sinuados formando la continuación de los bordes del pronoto. 270 PHYSIS Tégminas finamente puntuadas, más ó menos paralelas en sus bordes, extremidad redondeada ; la nervadura radial cambia de dirección sobre el corión. la cubital se une sobre cierta extensión con la media. En la extre- midad de las tégminas se halla una red más ó menos túpida. Las nerva— duras son poco visibles ó bien marcadas. Patas anteriores é intermedias casi del mismo largo, sobresaliendo, poco ó mucho, de los costados del insecto, las posteriores más largas, los tibias con una ó dos espinas; una corona de espinitas en la extremidad (fig. 6). - Ma (0) Exc (eN) La clasificación de las especies de Tomaspis, deja, todavía, lugar á mu- chas dudas. Mientras algunos autores dan como sinonimia de él varios otros géneros de Auyor y ServiE; Monecphora, Triecphorca, etc., otros rechazan esta sinonimia y restablecen dichos géneros. Jacosy aboga por la división de las especies según el número de espi- nitas de los tarsos posteriores. : Larnemano desecha esta base y divide los Tomaspis según su distribu— ción geográfica. ; Ninguna de esta divisiones resuelve, según mi opinión, la clasificación de los Tomaspis y solo un estudio prolijo hecho con material abundante y variado puede dilucidar este problema. Las especies de Tomaspts argentinas son : T. entreriana, BerG Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., VIIL, p. 215, 284 (1879). Hab. : Entre Ríos. T. correntina, BerG Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., VI, p. 215, 285 (1879). Hab. : Corrientes. Luis Derévana : Votas hemiplerológicas 271 T. Aguirrei, BrrG Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., WIIL, p. 216, 286 (1879). Hab. : Buenos Aires. T. Perezii, Bere Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., VII, 217, 287 (1879). Hab. : Buenos Aires. T. terrea, GErM. Cercopis terrea, GeErmM., Mag. der Ent., 1V, p. 46, 17 (1821). Tomaspis argentina, Bera, in Hem. Arg., An. Soc. Cient. Arg., VUIL, p. 21 288 (1879). Tomaspis terrea, Berc, in Add. Emd. Hem. Arg. = 1) Hab. : Buenos Aires, Córdoba. T. Knoblauchi, BrerG Hem. Argentina in An. Soc. Cient., WIIL, p. 218, 289 (1879). Hab. : Tucumán, Catamarca. T. tristis. (F.) Srar Cercopis tristis, F. Syst. Rhyng, p. yo, 11 (1803). Comaspis tristis SraL, Hem. Fabr., 1. p. 13, 3 (1869). Bera, Add Emd. Hem. Arg. Hab. : Buenos Aires. T. platensis, Bere Add. Emd. Hem. Arg. in An. Soc. Cient. Arg., p. 196. Hab. : Buenos Aires, (Chacabuco). 272 PHYSIS Sobre el hallazgo de un arpón de hueso en la región de cabo Blanco (Gobernación de Santa Cruz). vor FÉLIX F. OUTES. Ll Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, ha adqui- rido recientemente una pequeña serie de objetos arqueológicos reu- nidos en las proximidades de cabo Blanco (goberna- ción de Santa Cruz; véase el mapa que acompaña esta nota), que comprende algunas hermosas piezas (1). La más interesante entre todas ellas es, sin duda algu- na, un pequeño arpón de hueso, cuyo descubrimiento, en el litoral continental de la extremidad meridional de la República, reviste singular importancia. Se trata, como lo he dicho, de un objeto de tamaño reducido, pues sólo alcanza á 162 milímetros de lon- gitud; tallado, al parecer, en un fragmento de costilla de Otaria (fig. 1). Ofrece un solo diente, excavado profundamente un poco por debajo de la mitad de la longitud de la pieza; y su extremidad inferior muestra una expansión discoide bien pronunciada. Una de las superficies es plana y la otra convexa; mientras el dorso de la pieza es rectilíneo y la arista comprendida entre la saliente del diente y el ápice es suavemente CÓncava. En la base propiamente dicha, se nota un corte neto en bisel. El ancho máximo del objeto coincide con la ex- Fig. 1. — Número pansión de la base y alcanza á 32 milímetros; y el es- 1817 del inventa- vio del Museo Na- Pesor, igualmente máximo, no excede de 17 milímetros. cional de Historia La pieza que acabo de describir, no es la única de Natural de Buenos . A A esa clase obtenida en cabo Blanco : la misma per- sona que la cediera en venta, manifestó haber recogido otras semejantes y en iguales condiciones, las que forman parte, en la actualidad, de las colecciones del Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, pero cuya (1) La serie de objetos á que me refiero en el texto fué comprada á la señora doña Maura VerGara DE CHARRIAD. Fénix F. Oures : Sobre el hallazgo de un arpón de hueso en la región de cabo Blanco 273 =1 descripción no puedo incluir en esta nota por causas ajenas á mi vo- luntad. A pesar de haber sido recogido en la misma playa marina, el objeto en cuestión ofrece una hermosa pátina amarillenta, muy semejante á la de los huesos Fósiles procedentes de ciertos niveles de la serie pam- peana. Esta circunstancia, como también el hecho de que la pieza no presente rastros de haber estado largo tiempo á la intemperie, ni de haber sido acarreada por las aguas, ni expuesta al trabajo destruc- tor de las arenas impelidas por el viento, evidencian que no fué obte- nida en un yacimiento primario. Recordaré, con este motivo, algunas informaciones interesantes so- bre los yacimientos de cabo Blanco que me fueron comunicadas, en 1904, cuando escribía mi obra La edad de la piedra en Patagonia, por el Dr. D. FLoreNriv0 AMEGHINO. Según sus observaciones, existiría, justamente en las proximidades del promontorio que forma el verda- dero cabo, «sobre el mismo borde del mar », «un depósito sedimen- iario de rodados, arcillas y conchas traídas ó arrojadas por el hombre, con numerosos instrumentos de piedra » y «restos de lobos marinos, pengúines, avestruces, huanacos, etc. », cuyos huesos largos aparecen partidos longitudinalmente. Se trataría, conviene hacerlo notar, de un depósito denso, cuya porción superior «puede tener un espesor de dos metros ». Asimismo, por ambos lados del promontorio, en las bahías abiertas que forma la costa, existen «albardones de cascajo de 12 á 15 metros de espesor », detrás de los cuales el terreno forma una depresión pronunciada y donde, debajo de la capa de rodados referi- dos, se presentan «arcillas estratificadas amarillentas, que probable- mente corresponden á la formación pampeana». El Dr. Amecniwo encontró en las faldas del bajo aludido estaciones indígenas « muy an- tiguas. con tipos de instrumentos muy particulares ». Por último, las sepulturas que por allí se encuentran no son todas del mismo tipo, ni guardan restos semejantes. Unas son simples tchenkes, como los que se descubren con frecuencia en aquellas regiones, que contienen esqueletos bien conservados y pintados de rojo, de individuos de pe- queña estatura; otras son sepulturas ubicadas en las grietas de las rocas traquíticas, en las cuales se hallan depositados restos humanos muy descompuestos, pertenecientes á individuos de elevada estatura, fuertemente platicnémicos, que no fueron pintados de rojo, y cuyo ajuar funerario consiste en «instrumentos groseros », acompañados de restos de «lobos jóvenes, avestruces, etc. » Sea como fuere, y á pesar de la relativa abundancia con que se han PHYSIS presentado á sus descubridores, es indudable que los arpones en cues- tión son objetos raros, desde que no existe ejemplar alguno en las numerosas colecciones reunidas en las gobernaciones de Río Negro, Chubut y Santa Cruz, ni los he visto, tampoco, en las riquísimas series a Ch3sMslal N. : í U 1 1 1 í J ú be 1 Sor O C.Blanco S 13 formadas por el Sr. D. AxceL Frorixí durante su larga permanencia en cabo Blanco. El arpón de que vengo ocupándome, representa á una forma fran- camente austral, sin afinidad alguna morfológica con las armas de igual clase descubiertas ó usadas en otras regiones del continente ame- ricano. Férix E. Oures : Sobre el hallazgo de un arpón de hueso en la región de cabo Blanco 275 Sin corresponder exactamente al tipo que podría llamarse fueguino, resulta una variedad del mismo. En efecto, el arpón monodentado de los Yamanas y Alacaluf es de mayor tamaño, pues sus longitudes más usuales oscilan entre 300 y 200 milímetros; su dorso, lo mismo que la arista comprendida entre el ápice y la saliente del diente, son casi siempre rectilíneos; su extremidad inferior es francamente cu- neiforme; y, por último, la abertura determinada por la excavación del diente es de gran amplitud (1). Según parece, el arpón, igual- mente monodentado, que usan los insulares que habitan en la porción del litoral pacífico, comprendido entre el golfo de Penas y el estrecho de Magallanes, ofrece los mismos caracteres morfológicos que el de los Alacaluf y Yamanas (2). El arpón de cabo Blanco se diferencia, asimismo, de las armas de aquella misma clase, pero fijas, usadas por los Shelknam del sudeste de la Tierra del Fuego. Los arpones empleados por razones de habitat por los indígenas referidos, están formados, al parecer, por un largo vástago que se adapta al asta de madera, vástago que luego se ensan- cha en forma de hoja de cuchillo, cuyo dorso es más ó menos rectilí- neo y convexa la arista comprendida entre la saliente del diente y el ápice (3). (1) Douexico Lovisaro, Di alcune armi e utensili de Fueghint, e degli antichi Patagont, en All della R. Accademiía det Lincet, serte terza, Memorie della classe di scienze morali, sloriche e filolo- giche, XI. 198, figura 5 de la lámina. Roma, 1883; Giacomo Bove, La spedizione antartica, en Bolletino della Societa geografica italiana, XX, 10. Roma, 1883; G. Bove, Expedición austral ar— gentina- Informes preliminares presentados a S. S. E. E. los ministros del Interior y de Guerra y Marina de la República Argentina, 132, véase la figura incluída en la lámina intercalada entre las páginas 148-149. Buenos Aires, 1883; G. Bove, Patagonia. Terra del Fuoco. Mari australi, 136, figura 2 de la lámina intercalada entre las páginas 124-125. Génova, 1883; Domenico Lovisaro, Appunti etnograficr con accenni geologici sulla Terra del) Fuoco, em Cosmos, VIII, 135. Torino, 1884; [Frawz] Hrcer, Ethnographische Gegenstánde von den Feuerlándern, en Verhandlungen [der Anthropologischen Gesellschaft in Wien], [1884], 33, figura 36. [Wien, 1884]; A G.. CoLix1, Grona- ca del Museo preistorico-etnografico dí Roma (1884), en Bolletino della Socteta geografica italiana, XXI, 159 y siguiente. Roma, 1891; P. Hyaves y J. Demmxrr, Mission scientifique du cap Horn, 1882-1883, VIL, lámina xxx1, figuras 6 y 7. Paris, 1891; Owris Turroy Mason, Aboriginal ame— rican harpoons : a study on elhnic distribution and invention, en Annual report of the Boards of Re— genis of he Smithsonian Institution... for the year ending ¡une 30, 1900, Reportof the U.S. Natio- nal Museum, lámina 2 y figura 12 intercalada en el texto. Washington, 1902; Roberto Dabbene, Los indigenas de la Tierra del Fuego, en Boletín del Instituto geográfico argentino, XXV, 184, figu- ra 3, número 3. Buenos Aires, [1911]. (2) CarL SxorrsbeErG, Einige Beobachtungen úber die Eingeborenen Westpatagoniens, en [mer, 1910, 269. Stockholm, 1910; C. SxorrsBerG, Observations on the Natives of the patagonian Chan- nel Region, en American Anthropologist, XV, 604. Lancaster, Pa., 1913. (3) Rauóx Lista, Viaje al país de los Onas, en Revista de la Sociedad geográfica argentina, V, 137. Buenos Aires, 1887; Carros R. GarrarDo, Los Onas, 203 y siguientes, figura intercalada 276 PHYSIS Puedo asegurar que no existe información alguna de carácter his- tórico-documental que nos permita inferir en qué momento fueron usados arpones de hueso por las agrupaciones indígenas del litoral atlántico patagónico. E, igualmente, los viajeros que á partir del si- glo xy1 verificaron estadas más ó menos largas en los puertos de nuestro lejano sur, no vieron en manos de los indígenas las armas referidas. El Dr. CorLixr, en la publicación que he citado, refiriéndose á los arpones Yamanas y Alacaluf, manifiesta que sono simili a quelle dei Patagont figurate dal Wood (1). La verdad es que The natural history of man, publicada en Londres en 187/ y á que se refiere CoLINr, es una Obra de segunda mano, de muy escaso valor científico y cuyos informes no tienen la importancia de los reunidos por los descubri- dores y por los exploradores llegados el litoral patagónico en los si- glos posteriores. Es muy probable, pues, que los arpones hallados en cabo Blanco sean objetos prehispánicos, quizá aún más antiguos; pero, esta pre- sunción sólo podrá confirmarse cuando se inicien investigaciones sis- temáticas en los riquísimos yacimientos arqueológicos de nuestras go- bernaciones australes. Buenos Aires, junio de 1gró6. en la página 204. Buenos Aires, 1910; Dabsexe, /bid., 250, figura /, figura 6, número 1. Sin embargo, en una obra reciente, cuyo autor se encuentra en una situación excepcionalmente ven- tajosa para realizar sus investigaciones, se registran informes vagos que no coinciden con los de los dos últimos autores citados; y el arpón figurado de los Shelknam es bidentado y de tipo y factura netamente fueguina (Yamana ó Alacaluf) (Confr. [José M* Brauvorr|, Los Shelkinam. In- digenas de la Tierra del Fuego, 201; véase la figura 12 comprendida en la lámina intercalada en- tre las páginas 200-201. Buenos Aires, 1915). (1) Cormi, £bid., 160. COMUNICACIONES to 5] “Y SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMUNICACIONES Sesión del 6 de mayo de 1916 Roberto Dabbene, Casos de albinismo y xantoismo en aves de la Argentina. Puedo señalar, como casos de albinismo, los de los ejemplares que aquí presento. Ellos pertenecen á las siguientes especies : Speotyto cunicularia (MoL.), vulgarmente lechuza de las vizca- cheras. Asto flammeus (PowroreiDaN) [| =Ásto accipitrinus Patas], vul- garmente lechuzón. Anumbtus anumbi (VrerLL.), vulgarmente leñatero. Procedencia, Buenos Aires. Brachyspiza capensis (P. L. S. MúLt.), vulgarmente chingolo. Pro- cedencia, La Plata. Este otro ejemplar del loro común, Amazona aestiva (L.), presenta como anomalía una coloración amarilla casi completamente uniforme, debiendo por lo tanto ser considerado como un caso de xantoismo ó « xantocroismo ». Franco Pastore, Sobre un pórfido de Puerto Deseado (Patagonia). El autor presentó algunas muestras de pórfido cuarcifero procedentes de Puerto Deseado (Santa Cruz), que llaman la atención de los observa- dores porque muestran en la superficie alterada gran cantidad de agu- jeros y cavidades estiradas paralelamente que hacen creer á primera vista que se trate de rocas volcánicas cavernosas que se extendieron con gran fluidez y fuertes desprendimientos gaseosos, notandose luego con sor— presa que no es así por el peso y la estructura interna compacta que poseen. Hizo observar en las fracturas frescas y en las preparaciones micros— cópicas, que la roca tiene en general una pasta compacta, microcris- talina, fluidal, con fenocristales de cuarzo y feldespato alcalino y llena de agregados granofíricos más ó menos finos, formando masas lenticu— PHYSIS. — T. 1 189 278 PHYSIS Y, lares ó alargadas, que son las que desaparecen por la alteración super- ficial de la roca dejando los citados agujeros. La extrema división del feldespato en hojuelas ó fibras alternantes con el cuarzo que dan al mi- croscopio, á estos agregados, aspectos comunmente plumosos ó esfero- líticos, es la causa de que ellos se destruyan mucho más fácilmente que la pasta del pórfido. Carlos Lizer, Une lettre du professeur "Trorter au sujet du cham- pignon de la mycocécidie de « Sagittaria monlevidensis ». Monsieur le professeur A. TrorrER, savant cécidologiste italien, á qui j'avais envoyé ma publication sur la mycocécidie de Sagittaria montevidensis (1), a eu l'amabilité de m'écrire sa maniére de voir au sujet du champignon producteur de la galle. Je transcris ci-apres la lettre de Mr. Trorrekr et ma réponse en- suite : « Je vous remercie pour votre envoi. Le champignon des galles de Sagittaria montevidensis me parait bien une ustilaginée et dans ce cas 1l se peut trés bien qu'il soit a rapporter a Doassansia sagittariae (Wesr.) FiscH., et quí a été déja signalé en Argentine sur Sagittaria montevidensis par Mr. SpeGazzim (Fungi argentint, Pugill. quartus, no 95). «Sur Sagittaria sagittifolia existe aussi au Japon Doassansia ho- riana P. Henn. également cécidogene. « En outre, il faut ajouter Doassansia a/finis, D. deformans, D. opa- ca, D. obscura, toutes espéces qui vivent sur les sagittaires dans 1'Amé- rique du Nord, comme le genre proche Burrillia, avec B. pustulata qui vit sur S. variabilis. « Voilá le sujet pour une trés intéressante monographie systématique sur les Doassansta quí vivent sur les sagittaires. » J'ai recu avec la plus vive satisfaction votre honorée du 20 mars dernier, que j'ai lue avec l'attention qu'elle mérite. Votre communication m'est d'autant plus agréable, qu'étant la pre- miére que je recois ayant trait á mon travail, elle a été faite par un maitre. Je dois vous dire au sujet des champignons dont vous parlez dans votre estimée, que, connaissant toute l'ceuvre de Mr. SPEGAZZINL, je savais qu'il avait signalé la Doassansia sagittariae pour l'Argentine, (1) Physis, t. M, n* 10. COMUNICACIONES 279 premiérement dans la publication que vous citez et, plus tard, dans Fungi Arg. novi v. critici, n* 4o2, 1889. Mais je dois aussi vous faire remarquer que, ni dans l'une ni dans l'autre des dites publications, Vauteur ne dit que l'espece en question est cécidogéne sur notre sagit- talre. Or, comme je ne m'étais pas arrété a étudier le champignon proprement dit, je ne pouvais pas faire cas des diagnoses, et, en con- séquence, je táchai seulement de voir quelles étaient les espéces signa- lées par les auteurs comme produisant des cécidies sur Sagittaria mon- tevidensis, mais je n'y suis pas arrlvé. En outre, je connaissais aussi l'existence des autres espéces des gen- res Doassansia, Doassansiopsis et Burrillia car elles sont citées dans Die natúrlichen Pflanzenfamilien, exception faite de Doassansia ho- riana quí m'était inconnue. Dans cet ouvrage, il n'est pas dit non plus que l'espece en question produise des galles mais seulement : « D. sag- gitlariae tritt in gelben, spáter braunen Flecken auf, die bis 1,5 cm. breit werden. » Comme vous le voyez, avec ces uniques données, et sans tenir compte du champignon dont les seules spores que j'avais vues étaient insuffisantes pour le déterminer, je ne pouvais pas m'aventurer a signaler Doassansta sagitiariae comme producteur des cécidies de notre sagittalre. Si j'avais su, tout au moins, que D. horiana était cécidogéne au Japon, il se peut que par analogie, j'eusse donné — avec un point d'interrogation, bien entendu — D. sagittariae comme probable agent de la mycocécidie de S. montevidensts. Carlos Porter (Santiago de Chile) La « Blepharipoda occidentalis » de Mar del Plata (1). La fam. Albuneid:e esta constituida por crustáceos anomuros muy re— lacionados á los Galatéidos y que tienen la costumbre de cavar agujeros en la arena de las playas, para lo cual tienen sus miembros especialmente adaptados. El cefalotórax es deprimido y sin expansiones que cubran los miembros. El primer par de pereyópados provistos de una pinza más ó menos per= fecta. Los maxilípedos externos subpediformes. El último segmento ab= dominal, no muy alargado, es oval y laminoso. La familia está representada en la costa de la República por un solo gé- nero monotípico. (1) Sobre este mismo tema el autor publica una nota en Rev. Chil. de Hist. Natural, año XIX, p- 78. [1916]. NV. de la D. 280 PHYSIS Gen. BLEPHARIPODA Raxbarr Blepharipoda Raxbart (1839); Albunhippa Evw. et Lucas (1841); Abrote Pr. (1857); Blepharopoda Srimeson (1858), Bouvier (1898). Pedúnculos oculares delgados, alargados, cilíndricos, articulados en el medio. Antenas sin espina movible. Antenas y anténulas largas. El género está representado por la especie : Blepharipoda occidentalis Rabat He aquí ante todo la sinonimia de la especie según la literatura que poseo en mi biblioteca particular : 1839. Blepharipoda occidentalis Raynarí, Journ. Acad. Nat. Se. Philad., VI, Pleno: 18/1. Albunhippa spinosa Enw. et Lucas, Arch. Mus. Hist. Nat., Paris, Il, p. 477, pl. 28, figs. 1-13. 1852. Albunhippa spinosa Daxa, U. S. Explor. Exped., Crust. 1, p. 406. 1857. Abrote spinimana Pux., Arch. fir Naturg., XML, 1, p- 129, pl. $. 5 / 1857. Blepharopoda occidentalis Srimeson, Journ. Nat. Hist. Boston, VI, p. 486. 1858. Blepharopoda spinimana Stimeson, Proc. Acad. Nat. Se. Philad., X, p. 238. 878. Blepharopoda spinimana Miers, Journ. Linn. Soc. London, Zool., vol. XIV, p. 335. 1896. Blepharopoda occidentalis Orrmany, Zool. Jahrb. Suppl., Abth. f. Syst., PEAD 1898. Blepharopoda (Abrote) spinimana Pur. Bouvier, Ann. Soc. Entom. Fr., 1 p. 342. 1900. Blepharipoda occidentalis Hormes, Synops. Cal. Stalk-Eyed Crust., p. 104. 1900. Blepharopoda occidentalis BerG, Com. Mus. Nac. B. Aires, tomo Í, p. 225. 1910. Blepharipoda occidentalis RarmBun, Proc. U. S. Nat. Mus., vol. XXXVII, p- 594. E 1911. Blepharipoda occidentalis Porter, Bull. Mus. Nat. Hist. Nat. (Paris). Economizo el describir aquí el crustáceo anomuro tan interesante mo- tivo de la presente nota, en vista de que la figura, tomada de fotografía. que aquí se acompaña, bastará para reconocerlo. Diré sólo que el animal tiene su cefalotórax liso y reluciente, de color lila en sa mitad anterior el que va haciéndose rosado hácia atrás, color este último que presentan dorsalmente los anillos abdominales. Los pereyópa- dos lila 6 rosado. Los pedúnculos oculares son de color lila en su mitad basal y el resto blanco. La cara ventral del crustáceo así como los pleópa- COMUNICACIONES 291 dos, blancos, color que tienen también las espinas del cefalotórax y las de las pinzas. Los pelos son amarillentos. He podido dar indicaciones respecto al colorido, gracias á un ejemplar fresco tomado en noviembre 1915, en la playa del puerto de San Antonio (Prov. de Santiago, Chile) por el agrónomo Sr. Rafael Barros V.. de quien á lo solicité para el Museo Nacional, pues la sección de Invertebrados mi cargo — poseía, desde hace años, sólo dos ejemplares desteñidos (com- Blepharipoda occidentalis RawbaLr pletamente blancos), en alcohol. El largo del cefalotórax, en el ejemplar de San Antonio, es de 43,5 milímetros y el ancho 32 milímetros. Distribución geográfica. — La especie fué descripta sobre ejemplares encontrados la primera vez en la costa occidental de los Estados Unidos de Norte América. Años después, la encontró en Chile el Dr. R. A. Pa LIPPI, describiéndola como nueva y creando para ella el género Abrote, en 1857 (véase la sinonimia) por desconocer los trabajos de RaxpDALt, Muxe-Enwarbs y Daya publicados respectivamente en 1839, 1841 y 18592. De este modo, quedó extendida enormemente el área de la Blepha- ripoda occidentalis desde 1857, pero limitada á la costa occidental de América. 282 PHYSIS Hacia fines de 1900, el Dr. José B. LLaxos obsequió al Dr. Cantos BerG, director entonces del Museo Nacional de Buenos Aires, el primer ejemplar de Blepharipoda occidentalis RaxbatL, encontrado en la costa del Atlánti- co (1). Dicho ejemplar fué depositado en el Museo Nacional y tuve ocasión de verlo, al poder examinar la colección carcinológica de dicho Instituto, gracias á las facilidades que me diera, para ello, el distinguido jefe de la sección zoológica, Dr. Rogerro DabBene, en julio de 1g10, á mi paso para Europa. Á propósito de la distribución geográfica del crustáceo en cuestión, en- contrándome en el Museo de París en 1911, publiqué en el Boletín del Establecimiento, á indicación del Dr. E. L. Bouvier, una nota intitulada Répartition géographique d'un crustacé décapode (Blepharipoda occiden— talis). Según nuestros conocimientos hasta el momento, puede decirse que Blepharipoda occidentalis RaxbaLL existe en la costa de América : en el Pacífico desde California hasta Magallanes y, en el Atlántico desde el Es- trecho hasta Mar del Plata. Santiago de Chile, diciembre de 1915. Sesión del 20 de mayo de 1916 C. Spegazzini, Aceitunas de manantial (« Nostoc pruniforme » C. A. Agard var. «andicola » Speg. n. var.). Con este nombre se conocen en la Cordillera de Mendoza ciertos cuerpos de la forma y tamaño de las aceitunas verdes, que crían y crecen con cierta abundancia en los manantiales de la serranía de Pi- cheuta, de Santa Isabel y también en los remansos de los recodos del Río Mendoza, desde Cacheuta hasta el Valle de la Cumbre. En el año 1901 tuve la suerte de hallar por primera vez este curioso vegetal en los charcos, á lo largo del muevo camino carretero entre Punta de Vacas y Puente del Inca; en 1910, volví á hallarlo en cantidad en los bordes de la lagunita que existía á la entrada de la Quebrada de los Horcones, al pie del Aconcagua. Las «aceitunas de manantial » se presentan como cuerpos globosos elípticos ú ovalados, de cerca de dos centímetros (varían entre 1 y 3 centímetros) en su mayoría, de un lindo color verde-oscuro vivo, de (1) El ejemplar fué tomado por un bañista de Mar del Plata (BrrG, /l. c., p. 226.) COMUNICACIONES 283 consistencia gelatinosa, pero firme, homogéneos, semitransparentes, lisos y casi brillantes, á veces libres, pero por lo común adheridos al substrato (arena, piedras, algas, musgos, palos, etc.), por un punto muy pequeño y frágil, por lo cual se desprenden con la mayor faci- lidad; sometidos á la desecación, natural ó artificialmente, se contraen, reduciéndose al tamaño de un grano de maíz, pierden toda forma y se vuelven pardinegros. Prefieren los bordes de las aguas tranquilas, aún las con regular corriente, hallándose á veces casi del todo emergi- dos, otras veces sumergidos hasta 5 y 10 centímetros de profundidad. Examinados estos cuerpos en delgada sección ecuatorial, al micros- copio, se muestran constituídos por una pulpa gelatinosa anhista, im- pregnada de pigmento clorofílico difuso, en la cual se hallan aisladas, Ó por grupos más ó menos numerosos, cadenas ó rosarios de pequeñas células globosas. ] Se trata, pues, de una alga perteneciente al género Nostoc, y preci- samente del Nostoc pruniforme C. A. ÁGarD, especie cosmopolita, conocida de Europa, Asia y Norte América, pero cuya existencia en la América del Sur aún no había sido señalada. La forma argentina di- fiere de los ejemplares europeos que yo he visto, por una uniformidad mayor en su tamaño y especialmente por un color más vivo, sin refle- jos, ni pardos ni azulejos. Parece que las « aceitunas de manantial » sean comestibles; así lo he comprobado sin inconvenientes con las cabras; por mi parte, las he ensayado, encontrándolas insípidas ó ligeramente saladas, gomosas y poco apetecibles. Carlos Ameghino, « Dolicavia » nov. gen. de « Caviidae » (Roedo- res) del Chapalmalense de Miramar (Prov. Buenos Altres). Entre los valiosos restos de mamiferos fósiles de Miramar, remiti- dos últimamente al Museo de Buenos Aires por D. Lorewzo ParoDr, se encuentran varias partes del esqueleto y una mandíbula izquierda del roedor que FL. Amecuino (Form. sedim. M. del Plata y Chapal- malán, in Anales Mus. N. B. Atres, XVII [serie 32, X], p. 425. 1908) llamó « Dolichotis minuscula n. sp.; el más antiguo representante conocido de este género y de talla muy diminuta, comparable á la de una especie de Cavia. » Posteriormente, G. Roverero representó esta especie (Los estratos araucanos, in Anales Mus. N. B. Atres, XXV, p- 201. fig. 77. 1914), sin agregar nada á su descripción, pero con- servando el nombre dado por FL. ÁmEGHIxNO. 284 PHYSIS Hasta ahora no se conocía sino un fragmento mandibular con los molares, mientras que ahora se ha hallado una mandíbula casi com- pleta, que conserva íntegra la rama posterior hasta el cóndilo. Esta pieza notable viene á demostrar que no se trata de una verda- dera Dolichotis, pues su conformación general es sumamente distinta, aunque sus dientes son completamente iguales. Comparada con PD. patagonica actual, se observa desde luego que D. minuscula tiene la mandíbula, en su porción horizontal y ascendente, de forma muy di- ferente : el cóndilo está situado al nivel del borde alveolar, mientras que en las verdaderas Dolichotis está mucho más arriba; la escota- dura sigmoidea desciende aún más abajo de dicho borde, y en Doli- chotis, por el contrario, está situada mucho más arriba de él. Además, la cresta lateral horizontal externa es más saliente y, sobre todo, deli- mita una fosa mucho más excavada y profunda que en Dolichotis. Por todos estos caracteres que, como digo, la aproximan más á Cavia, creo que Dolichotis minuscula Amen. debe ser considerada como el tipo de un género nuevo, al que doy el nombre de Dolicavia, nov. gen. He aquí las dimensiones de la mandíbula de que me ocupo : Milímetros Longitud desde el borde del alvéolo del incisivo hasta el cón- dilo mandale aid Ea A A Lo Longitud de larsenerdentaria OS ON 17 Altura de la mandíbula debajo del primer molar.......... 10 Altura de la mandíbula debajo de la escotadura sigmoidea .. 10 Para comparación doy aquí las mismas medidas de una mandíbula de Dolichotis patagonica : Milímetros Longitud desde el borde del alvéolo del incisivo hasta el cón- ooo ado a aaa So Pousada clase IS E 28 Altura de la mandíbula debajo del primer molar.......... 20 Altura de la mandíbula debajo de la escotadura sigmoidea.... 30 Tal como queda definido, el nuevo género Dolicavia parece propio del Chapalmalense. En Monte Hermoso no se encuentran verdaderas Dolichotis, simo Orthomyctera Amecn. En cambio, en el pampeano se hallan verdaderas Dolichotis, como D. major GErv. et ÁmecH. Esto tiende, pues, á acentuar la diferencia entre el piso chapalma- lense y el hermosense, por un lado, y entre el chapalmalense y el pampeano por el otro. [5] (9/9) (51) COMUNICA CIONES Carlos Ameghino, La fórmula dentaria del género « Arctothertum ». Un cráneo con mandíbula y varios huesos de una especie de oso fósil de talla gigantesca, del género Arctotherium (1), ha sido hallado hace poco en unas excavaciones hechas por las Obras de Salubridad en esta ciudad, y regalada al Museo de Buenos Aires por el director de dicha repartición, Dr. CAnDIotTt. El terreno donde se hallaba, corresponde á la parte superior del piso ensenadense (pampeano inferior de FL. ÁmEGHIO). Estos restos, de los cuales se presenta aquí la cabeza, pertenecen á una especie semejante á Arctothertum bonaériense P. GeErv., pero de tamaño aún mayor. El cráneo tiene las siguientes dimensiones, que pueden compararse con las de la especie citada (F. Amecutxo, Los Mamiferos fósiles (1889), vol. L, p. 318) : Metros Longitud del cráneo desde la cresta occipital á los alvéolos AEROSOL a ae ade o.450 Altura máxima (desde la frente al borde inferior de la man- HU A ROS de 0.29 Difiere también por su conformación : la frente es más arqueada y convexa que en Á. bonaériense, en el cual es llana y más bien deprimida. Se trata probablemente de una especie nueva, cuya descripción deta- llada aparecerá oportunamente. Por ahora voy á dar á conocer solamente una particularidad refe- rente á la serie dentaria. El presente ejemplar, que conserva todos los dientes del lado derecho, muestra claramente que hay cuatro premola- res y no tres como hasta ahora se creía que era la regla en los Arcto- therium. El error procede de que se había creído que los tres alvéolos que se hallan delante del último premolar, correspondían á sólo dos premolares, uno de los cuales sería biradiculado, de modo que en total serían sólo tres. Este ejemplar hace ver, en cambio, que á estos tres alvéolos correspondían en realidad tres premolares, cuyas coronas son perfectamente distintas. Es seguro que lo mismo habrá sucedido en las otras especies del género, en las cuales generalmente los premolares faltaban en los ejemplares estudiados. (1) Según M. Scntosser, en su nueva edición de ZirreL (1, p- 391), Arctolhervum Bravaro, sería sinónimo de Arctodus Lriny. 286 PHYSIS Así, pues, la fórmula dentaria de Arctotherium debe modificarse del siguiente modo, que es el general de los Ursidae : 0) I 4! 9 NI 0) Martin Doello-Jurado, El yacimiento de conchilla de Lomas de Za- mora mencionado por Juan Valentin. Ocupado en el arreglo de las colecciones de moluscos fósiles del Museo de Buenos Aires, he tenido oportunidad de estudiar los ejemplares del yacimiento de Lomas de Zamora (prov. de Buenos Aires) mencionado por el antiguo geólogo de dicho museo Dr. Varenris (Anales Museo Nacional Buenos Atres, t. Y (ser. 2%, t. II), pag. 227-231, 1897). La mayor parte de las especies citadas por VaLeNTIx (pág. 230) están representadas en el pequeño lote que aquí hago ver. He podido com- probar que las determinaciones (debidas, según VaLenrix, al Dr. Oscar BoertcER) no están, en general, correctamente hechas ó lo están sólo de un modo aproximativo. Sin entrar en la parte puramente geológica del artículo de VALENTIN (lo que no es de mi competencia), diré solamente que las especies que he podido examinar son : Pilar rostratum (Kocn), Anomalocardia bra- siliana (Gm.), Chione portesiana b'OrB., Mactra isabelleana vD'OrB., Car- dium muricatam L., Ostrea parasitica Gm. (y quizás también otra especie de Ostrea). En cuanto a Tagelas gibbus SpenGL. y « Mytilas cf. platensis D'Orb. », citados por VaLeNTIw, no he hallado los ejemplares. Finalmen- te, debo agregar que el gastrópodo mencionado como « una especie del género Murex » no es más que Purpura heemastoma L. Aunque pequeño, como se ve, este conjunto es bastante significativo. La presencia de Chione portesiana, Ostrea parasitica y Purpura heema- stoma indican, en un yacimiento de la margen derecha del Río de la Plata, que se trata de la transgresión marina belgranense de F. AmecGHixo ó pam- peano marino, pues son especies que, por lo que hasta ahora sabemos, caracterizan á los depósitos de dicha transgresión, y faltan en la que le siguió, ó sea la guerandina (ó post-pampeano marino). Además, el aspecto del calcáreo conchillero que forman y su estado de fosilización es completamente igual al que presentan en un depósito belgranense que he explorado en las proximidades de Tolosa. F. €. 5., cuya existencia me fué señalada por Carros AmeGmHiNO y del cual pre- sento también algunas muestras. Queda así explicado el hecho que llamaba la atención de VALENTIN, de COMUNICACIONES 287 que estos depósitos estuvieran cubiertos por una capa de loess pampea— no, y probado, que se trata, en efecto, del belgranense, lo cual a Va- LENTIN le parecía improbable. Hay que agregar en su descargo que en aquella época se iniciaba recién el estudio sistemático de los moluscos marinos cuaternarios, con las primeras publicaciones de H. vox luer1x6, que datan de la misma fecha. Esta aclaración me ha parecido necesaria, pues á pesar de tratarse de un geólogo tan justamente apreciado como lo fué en su corta existencia el Dr. VaLeyris, ni InerisG, ni F. Ameemiso tomaron nunca en conside- ración esta nota suya, hasta el punto de que lneriwe ni siquiera la cita en la bibliografía de su obra de 1907, Les mollusques fossiles, etc. Sesión del 3 de junio de 1916 Martin Doello-Jurado, ¿Cuál es la serpiente mencionada por Dar- win con el nombre de « Trigonocephalus crepitans » ? Hace tiempo que, leyendo el Viaje de un Naturalista de Cu. Darwin, me había intrigado saber cuál era la serpiente que menciona en el ca- pítulo V, página 96 (1). Se trate de una vibora « del género Trigonocephalus », que tiene la particularidad de hacer vibrar la punta de la cola, produciendo, al chocar con el pasto seco y la maleza, un ruído particular que se oye claramente á la distancia de unos dos metros, y que D)»kwIx compara al sonido de un cascabel. La expresión de este animal parece haber impresionado á Darwin, pues dice que nunca ha visto nada tan repulsivo y feroz. « Las mandí- bulas — dice — eran anchas en la base y la nariz terminaba en una proyección triangular... Me imagino que su aspecto horrendo deriva del hecho de que las facciones están situadas las unas respecto de las otras, en una posición semejante á la del rostro humano, lo cual pro- duce el colmo de lo repulsivo. » El capítulo en que se pueden leer estas palabras, es el que se titula « Bahía Blanca », pero la localidad exacta en que observó aquella ví- bora no puede precisarse, pues hay que tener en cuenta que Darwin llegó por tierra á Bahía Blanca desde Carmen de Patagones y que habla en el citado capítulo de los animales observados en el trayecto, entre ambas localidades. De todos modos se trata de la parte sur de (1) Journal of Researches, ete., 2* edición (Murray's Colonial and Home Library, Londres, 1845). 288 PHYSIS la provincia de Buenos Aires, probablemente en los actuales partidos de Carmen de Patagones ó Villarino, ó de la parte norte del territorio de Río Negro. Al final del mismo libro hay una nota que dice : « La serpiente des- cripta en la página 96, que posee el curioso hábito de hacer vibrar la cola, es una nueva especie de Trigonocephalus, que M. Bimrox propone llamar Trigonocephalus crepttans. » Esta nota ha sido agregada por Darwin á la citada 2* edición de 18/45, pues no existe en la de 1839 (Frrz Roy, Varrative of the surve- ying Voyages, etc., vol. II, Journal, by Cu. Darwin). En cambio, continúa figurando en la que puede llamarse 3* edición, cuyo texto es idéntico al de la 2*, pero que lleva un Postscript por el autor, fechado en 1” de febrero de 1860; y aparece igualmente en todas las numerosas ediciones recientes (Everyman's Library, 1910, etc.), lo mismo que en las diversas traducciones que he visto. A esta misma víbora se refiere finalmente Darwin en su libro The Expression of the Emotions (pág. 107, edición 1904), pero sin mencio- nar el nombre anteriormente usado, sino el de «un Trigonocephalus venenoso », pero no hay duda de que se trata de la misma especie, pues menciona el citado pasaje de su Voyage. La Zoology of the Beagle, que, como se sabe, contiene la descripción sistemática del material recogido por Darwix, no trata de las ser- pientes. Al ocuparse de los Reptiles (parte V, prefacio, 1843), Tn. BELL dice que los ofidios serían estudiados por M. Brmrow, quien los incluiría en la gran obra sobre los Reptiles, que en aquella época es- taba escribiendo; pero en la Erpétologie Générale no figura ninguna especie bajo el nombre que, según Darwix, M. BimrON había dado al Trigonocephalus por él recogido. Más aún, el nombre de «Trigonocephalus crepitans » no vuelve á repetirse más en la bibliografía zoológica, como es fácil cerciorarse con sólo revisar los índices de las diversas publicaciones hechas desde aquella época en el país ó en el extranjero. Ahora bien, dada la localidad, y la particularidad mencionada de que es un Trigonocephalus con la extremidad del hocico en forma de « proyección triangular », no cabe duda de que debe tratarse de la especie descripta por LeyoLp (1) en 1873, como Bothrops ammody- loides y que hoy se conoce como Lachesis ammodytoides á causa de (1) F. LexgoLo, Escursión ú las pampas arjenlinas. Hojas de mi diario, febrero de 1871, 1 vol., 107 páginas. Santiago de Chile, 1873. E COMUNICACIONES 289 la substitución del nombre genérico. En efecto, esta es la única especie de ese género que se conoce en aquella región, extendiéndose hasta la Patagonia y las provincias andinas : el ejemplar de LeysoLp procedía de Mendoza. Es indudable que las palabras « proyección triangular », hablando de la nariz de esta víbora, se refieren á la protuberancia dirigida hacia arriba que posee aquella especie, y que le da cierto parecido con la Viper« ammodytes de Europa, de donde su nombre. Aquellas palabras no parecen muy adecuadas para describir dicha particularidad, pero hay que tener en cuenta que en su Viaje, Darwin no hacía descripeio- nes sistemáticas, las que quedaban para la parte especial de la obra, la Zoology of the beagle. CarLos Beré dedicó un artículo especial á la dilucidación de la sinonimia de esta especie (An. Soc. Cientif. Argent.,t. XIX, pág. 236, 1885); pero el nombre « Trigonocephalus crepitans » le pasó también inadvertido. ¿ Cuál es la causa por la cual este nombre no había sido hasta ahora recordado por los zoólogos > Probablemente Brbrox dió el nuevo nom- bre á Darwix por carta, pensando publicar después su descripción, y posteriormente el ejemplar se extravió. De ahí que no aparezca en la Erpétologie Générale, ni por consiguiente en ninguna de las obras posteriores. : ¿Debe el nombre de Bribrox ser considerado como un nomen nu- dum ? Lo que acabo de señalar respecto de la localidad y del carácter morfológico (teniendo en cuenta que se trata de un género determi- nado). hacen la respuesta afirmativa algo dudosa, á mi modo de ver. En todo caso, sabemos ahora que la especie mencionada por Darw1ix es la misma de LeyBoLp, sea que debamos considerar el nombre de aquélla como sinónimo de ésta, Ó viceversa. La presente observación ha sido motivada por un ejemplar de £a- chesis ammodytoides que en junio de 1910 me trajo vivo desde Como- doro Rivadavia (Chubut), el Sr. Marraxo F. Jurapo, y cuya vista me recordé en seguida el pasaje de Darwix de que me ocupo. Este ejem- plar fuí entregado en aquella fecha al laboratorio de toxicología de la Facultad de Medicina y se encuentra ahora en el Museo de Buenos Aires. El nombre específico de crepitans dado por Brisrow se refiere, como se comprende, á la particularidad mencionada por Darwin de hacer vibrar la punta de la cola produciendo un ruído al chocar contra las hierbas secas. Darwr: compara este ruído al de la víbora de cascabel (Crotalus ) y YY 2(0 PHYSIS llama la atención sobre el hecho de que perteneciendo ambas á géneros próximos, posean una particularidad que demuestra cómo también se asemejan por sus hábitos. Evidentemente, la idea de Darwrn, aunque allí no está claramente expresada, es la de que Crotalus desciende de una forma que primitivamente ha debido ser semejante á aquel « Tri- gonocephalus crepitans ». Es curioso que en aquella lejana época (1839). ya haya expresado una opinión en que, por decirlo así, Dan- wix se adelanta á sí mismo. En realidad, el hábito de hacer vibrar la punta de la cola es común á varias serpientes, entre ellas á especies inofensivas, como lo dice Ep. D. Cork (1); pero, según este mismo autor, el hábito tiene su ex- presión morfológica particularmente notable en el género Lachesis. Por otra parte, N. S. SmaLer, en un artículo sobre la víbora de cas- cabel y la selección natural (American Naturalist, vol. VL, 32. 1872), comparte la opinión de Darwin. En la revista que acabo de citar y en el mismo tomo (Amer. Nat., VI, p. 260), J. G. HexDersoN transcribe, ocupándose de este mismo asunto, el pasaje de Darwix de que aquí trato y llega á la misma conclusión que SHALER, pero ninguno de ellos menciona el nombre «T. crepitans ». No hay dutda de que esta especie estaba ligada en la mente de Darw1x con sus primeras ideas sobre la evolución orgánica, pues en una nota (n* 31) puesta al final de su citada obra T'he Expression of the Emo- tions, en donde menciona la publicación de SmaLer, á que acabo de referirme, sobre el probable origen del « cascabel » del crótalo, agre- ga : « Yo siempre he tenido esta idea desde que observé aquel Trigono- cephalus en Sud América. » Así, pues, esta víbora, cuyo nombre era hasta ahora un enigma, viene á tener su-papel en la historia de la ciencia. José M. Sobral, Sobre cambios de nombres geográficos. El autor ha pasado á esta sociedad una nota en que comunica su modo de ver respecto de los cambios de nombres geográficos que se realizan en nuestro territorio. Sobre este mismo asunto piensa publicar más ade- lante un artículo en que lo considerará más detenidamente. Por ahora se especializa con los nombres propuestos para la nueva (1) Cove, The Method of Creation of organic Forms. Proceed. Amer. Philosoph. Soc., XII, 248. Ll 1979. > COMUNICACIONES a 291 subdivisión de los territorios patagónicos, haciendo notar que la idea de asignar á una de las divisiones proyectadas el nombre de Patagonia le parece de todo punto de vista inaceptable. « El nombre de Patagonia — dice — no hay por qué cambiarlo; el lugar que tiene lo ocupa desde que empezó nuestra historia. Sea cual fuere su origen, es bien cierto que las cuatro gobernaciones del sur de la república han sido siempre desig- nadas con él, y que manteniéndolo así, como es nuestro deber, se con- servará perfectamente bien y no hay razón que haga temer su desapari- ción... Patagonia es un nombre que tiene un sentido geográfico y geo- lógico, tomando estas palabras en su significación más lata... El nombre original es un documento de historia que se debe cuidar con esmero, pues el estudio de los nombres puede enseñar, entre otras cosas, la dis- tribución y extensión de los diferentes pueblos en las épocas pasadas, y en muchos casos recuerdan hechos históricos que de Otra manera pasarían desapercibidos. » Considerando que el hecho de cambiar tales nombres debe interesar al botánico, al geólogo, etc., cree que la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales debería contribuir á impedir tales cambios. Concluye sugiriendo la idea de la fundación de una « Comisión de nombres geográficos » formada por personas competentes (1). Roberto Dabbene, Dos Rapaces de la fauna argentina. El Museo de Buenos Aires ha adquirido hace poco un ejemplar de Leptodon palliatus (lemm.) [ = Leptodon cayennensis (Gm.)|, ave que no se conocía dentro de los límites de la República, pero que es común en Sua América hasta el Paraguay. El presente ejemplar es un O” adul- to, y fué obtenido en Loreto (Misiones), por F. M. RoprícuEz, en di- ciembre de 1910. La otra rapaz es el Cooperastur poliogaster (Temm.). El presen- te espécimen fué obtenido por el mismo coleccionista en Santa Ana (Misiones), el 21 de agosto de 1912. Es un S' inm. Se trata, sin embargo, de una especie muy rara en las colecciones, pues aparte de éste, sólo se conocen tres especímenes : el tipo, obtenido por Nat- TERER en Ipanema (Sáo Paulo), que se conserva en el Museo de Ley- den; otro del valle del Amazonas (colección SaLviN-GoDMaAN) y el otro del Paraguay (colección BErTOM1). (1) En la misma sesión, la Sociedad, aprobando las ideas contenidas en esta comunicación, resolvió dirigirse al Señor Ministro del Interior solicitando que quede sin efecto lo referente al nombre de « Patagonia » en la subdivisión territorial propuesta por ese ministerio. adn PHYSIS Roberto Dabbene, Sobre la distribución de « Muscisaxicola maclo- viana » (Garn.). Merece señalarse el hecho de que esta especie, hasta ahora conocida sólo de las islas Malvinas y de la Patagonia (y de aquí hasta Chile y el Perú), haya sido cazada en Quilmes (Buenos Aires), el 20 de mayo de 1916. Este ejemplares Q, y fué obtenido por el mismo Sr. RoprícuEz. C. Bruch, Descripción de un nuevo Tenebriónido del Chubut (« Ca- lymmophorus patagonicus », Bruch n. sp.). CALYMMOPHORUS PATAGONICUS 1M. Spec. Long. : 5,5-6 mm. Lat. : 3,2-3,5 mm. Fusco rufescens, antennis pedibusque di- lutioribus atque magis rubescentibus, corpo- re toto sparse hirsuto. C. ursino Lac. similis, sed ab eo magnitu- dine conspicue minore, corpore convexiore. punctatione tenuiore recedens. Melasternus atque abdomen dense granulosi, latera abdo- minis punctis nonnullis impressis tantum donata. Chubut, Puerto Madryn (Max BriraBÉN legit.). Colonia 16 de Octubre (Bruen legit.). Parecida al GC. ursinus Lac., del cual se distingue por su pequeño tamaño (la mitad de éste), por su cuerpo re- lativamente más convexo y por la puntuación mucho más fina y menos rugulosa. Pecho y vientre son densamente granulados; en los costados del vientre la granulación es esparcida, formada solamente de unos cuantos puntos impresos. Esta especie es probablemente aún más pequeña que €. dasypoides Lac., que según la descripción (1) tiene los puntos más gruesos que en €. ursinus. C. patagonicus es de color moreno, apenas rojizo; órganos bucales, antenas y patas son más claros y más rufos. Todo el insecto está cu- bierto de pelos largos, hirsutos, blanquecinos y flavos y mucho más densos en la región anterior del pronoto. (1) N. dasypoides Lac. «Tres voisin du précédent (ursinus) mais plus court et plus fortement ponelué. » COMUNICACIONES 203 La cabeza es groseramente punteada; entre ojos y antenas es fuer- temente dilatada en forma de ancha carena, destacada de la frente por una concavidad apenas marcada y no por el profundo surco, como en las demás especies. El pronoto lleva una puntuación regular, bastante apretada, pero los puntos son más separados sobre la línea mediana. El borde ante- rior es espeso, subcarenado, anchamente arqueado y algo menos sa- liente que en €. ursinus ; el posterior, por el contrario, es más saliente. Los pelos que cubren la región anterior del pronoto son acostados y dirigidos hacia atrás. Los élitros son más opacos que el pronoto y presentan cuatro aristas ó costillas bastante agudas. Los espacios llevan puntos pilíferos, mucho más finos y más esparcidos que los del pronoto. El pre y mesosterno son gruesa y rugosamente punteados. 1l me- tasterno y abdomen llevan una granulación regular y apretada, que es más abierta en los costados del abdomen, donde sólo se distingue unos pocos puntos pilíferos, mientras que éstos son abundantes y grue- sos en las especies congéneres. Las patas, como en aquéllas, tienen puntos pilíferos, las tibias son hirsutas y fuertemente espinosas. Las especies del género Calymmophorus hasta ahora conocidas, pro- ceden de Mendoza y San Luis, de provincias cuya fauna coleopteroló- gica ofrece muchas afinidades con la de Patagonia, principalmente en- tre los coleópteros heterómeros. Eugenio Giacomelli (La Rioja), Sobre una nueva aberración de «CUyanohipsa Stefanellii » Giac. (presentada por el presidente). El ejemplar á que me refiero tiene la particularidad notable de la des- aparición casi completa de las manchas blancas en la página superior de las alas del primer par. La mancha superior, que mira hacia el borde anterior, ha desaparecido ya, la inferior subsiste aún, como un vesti- glo punctiforme de ella, de menos de 1 mm. de diámetro, y que pre- senta er este curioso ejemplar la anomalía de ser más grande en el ala izquierda que en la derecha, siendo en esta última apenas visible. Todo lo demás concuerda perfectamente con C. Stefanellii típica, tanto el color azui marino negro fundamental como las tres manchas anaran- jadas del cuerpo y hasta la segunda mancha blanca subsiste en la super- ficie inferior de las alas, faltando sólo la anterior. No se trata, pues, de una nueva especie, como á primera vista pudiera suponerse, sino de una PHYSIS. — T. II, 19 94 PHYSIS Forma aberrante, quizá puramente individual, como lo induce á creer la asimetría de los puntitos blancos de la superficie anterior de las alas. IZ] tamaño es normal. No hay ninguna variante en las antenas, ni en otros órganos que la puedan hacer suponer una forma sexual. Á juz- gar por el simple examen del abdomen, mi ejemplar sería un d, de aspecto anormal, quizá solamente melanótico. Sería interesante re- coger y estudiar otros ejemplares para ver si existen formas de tran- sición entre éste y los ejemplares típicos de mi colección. Fué cazado en La Rioja (ciudad) á la luz eléctrica, por el jovencito Lucio Araba, que me lo trajo, en el mes de febrero de 1916. Desgra- ciadamente está un poco mutilado, pero susceptible de perfecto estudio. Eugenio Giacomelli (La Rioja), Á propósito de una Piérida del gé- nero « Hesperocharis » Feld. (presentada por el presidente). Hace muchos años que, durante mis excursiones entomológicas, tuve la suerte de cazar tres ó cuatro ejemplares de una Piérida muy singular, y localmente muy escasa, que después de repetidos estudios pude clasificar como Pieris lactea Burm. No me cabe duda en cuanto á la exactitud de esta determinación, pues la descripción de Burmrrs- ter (Atlas de la Descr. Phys. de la R. A., texto, pág. 13), concuerda matemáticamente con los caracteres de un ejemplar que acabo de cazar en la chacra del Sr. Seeuyno Lucero (La Rioja, lado Este), y que en mi concepto sería una Q, como la única que al parecer tuvo Bur- MEISTER, proveniente de Novo Friburgo (Brasil). Este ejemplar ha ve- nido á disipar las últimas dudas que yo aún tenía sobre la exacta de- terminación de esta especie, constatando, además, que los ejemplares que yo cacé anteriormente son, como yo creía, todos d''. BURMEISTER parece no haber conocido nunca á éstos, lo que explica bien la perfecta concordancia de su descripción con sólo el último ejemplar Q que yo cacé. Los 'g' presentan, pues, leves diferencias, es decir, que son todos blancos también en la pág. inf., mientras que la Q, como ya lo señaló Burmerster y lo compruebo ahora yo, está provista de vestigios de coloración negra en la pág. sup., y en mi ejemplar aparecen en la inf. líneas ó señales semisagitiformes como en las otras especies aná- logas á ésta. Es necesario hacer ante todo notar que esta especie no pertenece absolutamente al género Pieris, en que la incluyó Burmrister. Como descubrí yo y verificó mi distinguido colega Sr. (. ScmroTTKY, tras de una insinuación mía, esta especie debe ser incluída en el género Hes- COMUNICACIONES 209 perocharis Frerp., de lo que no cabe duda examinando prolijamente la nervulación. Desde luego, el mismo BURMEISTER parece que sospe- chara vagamente su falsa posición genérica, pues en el trabajo y pág. citados. la compara á Pieris anguitia Gobt., á la cual es, en efecto, muy parecida y es bien sabido que esta especie anguitia está ahora modernamente incluída en el citado género Hesperocharis. De manera que Pieris lactea, deberá llamarse Hesperocharis lactea (Burm.) Grac. ó simplemente £/. lactea Burm., siendo éste el único nombre que res- ponde perfectamente á las exigencias de la actual nomenclatura. Esta especie es hasta ahora bastante rara; se presenta sólo esporádi- camente en diversas estaciones, á veces en primavera, otras en otoño, sobre plantas de géneros diversos : Verbesina, Medicago y Prosopis. Su vuelo es sumamente débil, por lo que pude observar. Nada se sabe hasta ahora sobre estados preparatorios del :mago. Algunos ejemplares se encuertran en la sierra, pero parece ser menos rara en la llanura. La comprobación de mi determinación específica con el tipo de Bur- MEISTER. sería conveniente, aunque la creo innecesaria por la perfecta concordancia de la descripción, que ninguna duda deja al respecto. La Hesperocharis paranensis Scuaus, de Castro, Paraná, descripta en Entomol. News., pág. 215, á juzgar por la descripción, es muy pa- recida á la de Pieris lactea Burm.; dado que se tratara de la misma especie, lo cual es difícil verificar, el nombre de BurmerstER es el más antiguo. MOVIMIENTO SOCIAL Renovación de la Comisión Directiva para el período 1916-1917. De acuerdo con sus estatutos, la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales procedió en la primera quincena de junio á la renovación de su Comisión Directiva, con el resultado que á continuación se expresa : Presidente : Dr. José M. ve La Rua. Vicepresidente : Dr. Franco Pas- TORE. Secretarios de la sociedad : Sr. Lurs F. Borparé y Sr. Francisco CuiveLL1. Secretario de redacción : Dr. EpuarDO CARETTE. Tesorero : Sr. ELías PeLost. Administrador de la revista : Sr. José J. CARBONELL. Bibliotecario : Srta. EneLmira MórtoLa. Vocales : Dr. José M. SorraL y Sr. M. DorLLo-Jurabo. El presidente, el vicepresidente, el secretario de redacción y el admi- nistrador, constituyen la Comisión Redactora de Prvsrs, integrada con el Dr. José M Sobraz. 96 PHYSIS ESTATUTOS DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES APROBADOS POR DECRETO DEL GOBIERNO NACIONAL DE FECHA 8 DE ENERO DE IQ16 " POR EL CUAL SE CONCEDIÓ Á ESTA SOCIEDAD LA PERSONERÍA JURÍDICA Art. 1%. — La Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, que se ha constituído en Buenos Aires el 1? de julio de 1911 con el nombre de Sociedad Pnysis, tiene por objeto principal el que consignan las si- guientes BASES a) La Sociedad estimulará y facilitará la producción científica del país en el ramo de Ciencias Naturales, mediante la asociación amistosa de los que las cultivan desinteresadamente; b) La Sociedad editará, sin sujeción á forma periódica, una revista titulada Puysis, en que se insertarán los trabajos de sus socios ó de las personas que deseen colaborar en los fimes de la asociación. Indepen- dientemente de esta serie de publicaciones, la Sociedad emprenderá la traducción Ó adaptación de obras científicas extranjeras que juzgue interesantes, como asimismo la reimpresión de obras agotadas; c) El fondo social, constituído por las cuotas mensuales de los miem- bros y por los medios que se resuelva arbitrar, se destinará principal- mente á costear las publicaciones de la Sociedad; d' La Sociedad efectuará reuniones periódicas con fines de mutua aproximación y de intercambio de opiniones entre sus miembros; dará conferencias públicas sobre temas de vulgarización de Historia Natu- ral, y procurará realizar excursiones científicas en el territorio ó fue- ra de él; e) La Sociedad tendrá como uno de sus fines principales, el de pro- pender á la creación de parques naturales y á la sanción de disposi- ciones que protejan á la fauna silvestre (particularmente á los verte- brados), y el divulgar el conocimiento de la utilidad de estas cues- tiones; Esraruros 0 207 f) La Sociedad, empeñada en la difusión de las Ciencias Naturales, intercederá por los fines que sean más adecuados, á fin de que la en- señanza de estas asignaturas en los establecimientos de educación, se dé, dentro del lugar que los planes les señalan, en la forma más apropiada para despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la naturaleza, cuyo» contacto directo puede proporcionar tan altas enseñanzas esté- ticas y morales; yg) Sin desconocer todo lo que el esfuerzo individual aislado puede hacer en provecho de estas ciencias, la Sociedad, convencida de que una enseñanza superior, metódica y práctica, es altamente provechosa al adelanto de ellas, y como constituída, por otra parte, en su mayoría por personas que han hecho estudios en la Escuela de Ciencias Na- turales de la Universidad Nacional de Buenos Aires, procurará contri- buir en lo posible á la formación de un cuerpo de naturalistas argen- tinos, suficientemente preparados en su carácter de investigadores científicos, y con la justa conciencia del papel que les está asignado dentro de una civilización armónica, como encargados de conservar y acrecentar el inapreciable patrimonio constituído por las conquistas seculares de la filosofía natural y deducir de ellas las posibles aplica- ciones á los intereses generales. , SOCIOS . Art. 2%. —La Sociedad se compone de. socios honorarios, activos, contribuyentes y correspondientes : : a) Los socios honorarios serán propuestos por diez socios «activos ante la Comisión directiva. La Comisión directiva convocará á asam- blea extraordinaria con diez días de anticipación y se requerirá para su aprobación el voto de más de la mitad de los socios activos; b) Podrán ser socios activos todas las personas que se interesen por el estudio de las Ciencias Naturales; c) Las personas que quieran ingresar á la Sociedad en esta categoría, deberán inscribirse en secretaría y su aceptación será resuelta en la primera reunión de la Comisión directiva; d) Abonarán la suma de cinco pesos moneda nacional en concepto de ingreso y una cuota mensual de tres pesos moneda nacional. El hecho de no pagar seis de ellas, será motivo para quedar cesante. Los que deseen contribuir con una cuota suplementaria fijarán al comienzo 298 PHYSIS de cada semestre el monto de la misma, y á él deberán ajustarse du- rante ese tiempo; e) Cuando tengan que ausentarse de la Capital Federal deberán co- municarlo á la secretaría; f) Los socios activos no podrán ser separados de la Sociedad, salvo lo dispuesto en el inciso d) de este artículo, sino á pedido de diez socios activos, y la resolución se adoptará en asamblea extraordinaria, requiriéndose el voto de más de la mitad del total de los mismos; yg) Los socios contribuyentes serán nombrados por la Comisión di- rectiva á propuesta de dos socios activos; h) Abonarán una cuota mensual mínima de cinco pesos moneda nacional ; 1) Podrán proponer por escrito las medidas que crean conveniente y participar en las deliberaciones de las asambleas; 7) Las personas que residan fuera de la Capital Federal, podrán ser nombradas socios correspondientes por la Comisión directiva, á pro- puesta de dos socios; lc) Abonarán una cuota anual mínima, equivalente á la subscripción de Pnuysis. l) Todos los socios recibirán la revista de la Sociedad, serán cola- boradores de la misma, tendrán derecho á consultar la biblioteca, co- lecciones y al uso de instrumentos. ASAMBLEAS Art. 3%. — Las asambleas serán ordinarias y extraordinarias. a) En la primera quincena de junio tendrá lugar una asamblea ordi- naria, con el objeto de proceder á la renovación de la Comisión direc- tiva, requiriéndose para formar quorum la presencia de la mitad de socios activos residentes en Buenos Aires. Sí no se obtiene quorum, se citará nuevamente para siete días después y la asamblea se verificará con el número de socios que concurran; b) En la primera semana de julio, tendrá lugar otra asamblea ordi- naria en que la Comisión saliente dará cuenta de su cometido y pon- drá á la entrante en posesión de su cargo; c) Las asambleas extraordinarias se realizarán toda vez que lo dis- ponga el presidente, de acuerdo con la Comisión directiva, ó á pedido de cinco socios activos. Se requerirá la asistencia de la tercera parte de los socios activos residentes en Buenos Aires para que se verifiquen; Estaruros 209 d) No habiendo el quorum que marca el inciso anterior, se citará nuevamente para siete días después y la asamblea tendrá lugar con el número de socios que concurran; el Las citaciones para asambleas ordinarias Ó extraordinarias, se harán por circulares que se remitirán por correo, con una anticipa- ción de siete días; /) Le Sociedad celebrará, además, mensualmente Ó con más fre- cuencia, reuniones sociales de carácter científico; 9) Las resoluciones de las asambleas, excluyendo las disposiciones especiales de estos Estatutos, se adoptarán por simple mayoría. COMISIÓN DIRECTIVA Art. 4. — La Comisión directiva estará formada por socios acti- vos, teniendo la siguiente composición : Un presidente. Un vicepresidente. : Dos secretarios. Un secretario de redacción. Un tesorero. Un administrador de Pnysrs. Dos vocales. Un bibliotecario. aj La Comisión directiva se renueva anualmente. Ningún socio podrá ser elegido para el mismo cargo, por más de dos períodos consecu- tivos: | bj Las reuniones de la Comisión directiva se verificarán dos veces por mes y cada vez que alguno de sus miembros lo pida á la presi- dencia; requiriéndose la asistencia de seis de ellos para que sean vá- lidas sus resoluciones. Estas se tomarán por simple mayoría y el pre- sidente decidirá en caso de empate; ; c; Todo miembro de la Comisión directiva que falte sin causa justi- ficada á cuatro sesiones consecutivas, quedará cesante; d) La Comisión directiva regirá el funcionamiento científico, social y ecorómico, de acuerdo con estos Estatutos; e) Tomará las medidas de urgencia que considere necesarias, con cargo de dar cuenta en asamblea extraordinaria convocada al efecto. 2 00 PHYSIS PRESIDENTE Art. 9%. — El presidente representa á la Sociedad en todos sus actos. a) Es director de Pnuysis; b) Dirige las discusiones y decide las votaciones en caso de empate; c) Autoriza con su firma los gastos; d) Puede ceder su puesto al vicepresidente para tener voz. VICEPRESIDENTE Art. 6%. —El vicepresidente reemplaza en sus funciones al presi- dente en caso necesario. En su ausencia, la Comisión directiva desig- nará el vocal que ha de substituirlo. SECRETARIOS Art. 7”. — Los secretarios refrendan con su firma la del presidente, bastando que lo haga uno de ellos. a) Llevan los libros de actas y de domicilio de los socios; b) Redactan la correspondencia de la Sociedad. TESORERO Art. 8%. — El tesorero llevará la contabilidad de la Sociedad. a) Estará encargado de la percepción de las cuotas y demás entradas; b) Pagará las cuentas autorizadas por la presidencia; c) Deberá depositar el dinero recaudado — conservando lo necesa- rio para gastos ordinarios —en el banco oficial, á nombre de la So- ciedad y á la orden conjunta de presidente y tesorero; d) Informará trimestralmente á la Comisión directiva sobre el mo- vimiento de tesorería. BIBLIOTECARIO Art. 9%. —El bibliotecario será encargado del canje de las publica- ciones, fomento y conservación de la biblioteca. Trimestralmente, pre- > 2 Esraruros DOI sentará á la Comisión directiva un informe sobre la marcha de la sección á su Cargo. «(PHYSIS >» Comisión de redacción Art. 10.-—La Comisión redactora estará constituida por los si- guientes miembros de la Comisión directiva : Presidente. Vicepresidente. Secretario de redacción. Administrador de Pnysis. Vocal designado por la Comisión directiva. a) Las resoluciones se tomarán por simple mayoría y el presidente decidirá en caso de empate; b) Esta Comisión decidirá la aceptación de los trabajos destinados á Puysis y los asuntos relativos á su impresión; c) Confeccionará la lista de las instituciones Ó personas á quienes se remitirá Puysts, en concepto de canje Ó gratuitamente. Esta lista de- bera ser aprobada por la Comisión directiva. Secretario de redacción Art 11.— Será secretario de la Comisión redactora y hará las actas de la misma. Administrador de Puys1ts Art. 12. — Será encargado de la subscripción, venta y remisión de Pnysis. a) Hará el control de las cuentas de imprenta. Adquisición de bienes Art. 13.— Lo Sociedad podrá adquirir los bienes muebles é in- muebles que considere necesarios. 302 PHYSIS Reforma de los Estatutos Art. 14. — Para resolver cualquier modificación á los Estatutos, se requerirá el voto de más de la mitad de los socios activos residentes en Buenos Aires. o. a) Para decidir los puntos en discusión se necesitará la simple ma- yoría del quorum que marca este artículo. Disolución de la Sociedad Art. 15.— En caso de disolución de la Sociedad, su biblioteca y archivo pasarán al Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires; los demás útiles y bienes, á los laboratorios de ciencias natu- rales de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Art. 16. — Estos Estatutos regirán desde la fecha de su aprobación. , D9 CRÓNICA 303 CRÓNICA Las obras completas de F. Ameghino editadas por el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Como ya informamos en esta revista (t. L, p. 209), el gobierno de la pro- vincia de Buenos Aires resolvió, en diciembre de 1912, hacer imprimir las obras completas del Dr. Amrentvo, y encomendó su compilación y edición al Sr. D. Anrrebo J. TokceLt1. Tenemos ahora la satisfacción de poder anunciar que la obra se halla muy adelantada y que prosigue con éxito. Están terminados é impresos cinco vo- lúmenes. El primero comprende varios artículos biográficos, discursos, etc.. incluyendo uno del Sr. TorceLt1, referentes á la vida y la obra de F. Auk- GHIxo. y constituye así una excelente introducción para los volúmenes siguien- tes. El segundo contiene las primeras memorias de AmeGniNo, cast todas bre- ves. Todas ellas son anteriores á la Antigúedad del hombre, y muchas habían llegado á ser excesivamente raras. Entre ellas hay una inédita, sobre el Hom- bre cuaternario en la Pampa, que su autor creía perdida. Es la que figura con el N* 4 en la bibliografía publicada por AmBroserrI. También se publica aho- ra la memoria presentada al concurso de la Sociedad Cientifica Argentina en 1876, y que permanecía inédita (N* 5 de la citada bibliografía). Así, pues, este volumen encierra verdaderas novedades. El tercero comprende toda la Antigúedad del hombre, completa en un volumen de unas 820 páginas, con la reproducción, en forma inmejorable, de sus ilustraciones. El volumen cuarto incluye varios trabajos geológicos y paleontológicos referentes á Paraná y á Monte-Hermoso (1884-1889). El quinto es la reproducción de Filogenia, jun- tamente con algunos artículos anteriores á la primera publicación de esta obra. Estos son los cinco volúmenes que están ya totalmente impresos, fal- tando sólo su encuadernación. Además de esto, se halla va compuesto y listo para ser impreso, el texto que formará los volúmenes 6”, 7? y 8”, que son la reproducción de los Mamiferos fósiles. El atlas de la misma obra formará el tomo 9”, y pronto se empezará á componer el volumen 10”. Se calcula que las obras completas comprenderán 20 volúmenes de unas boo á 600 páginas cada uno. Todas las memorias que Ámecnixo publicó en idiomas extranjeros apa- recerán en el mismo idioma, pero acompañadas de su traducción en español. Esta importantísima obra, que editorialmente representa muchas decenas de miles de pesos, se ha hecho posible por la generosidad del gobierno de la provincia, que ha dispuesto su impresión en los talleres oficiales. El actual ministro de obras públicas, Don Ebuarpo Araxa, prosigue con todo empeño la realización de tan útil trabajo. Una vez terminado, será éste, como decía- 304 PHYSIS mos anteriormente, el mejor monumento que podía haber erigido á AmeGHi- vo su provincia natal. La publicación de las obras completas de F. Aurcuixo, viene especialmente bien ahora que nos llega desde diversos puntos del extranjero el eco de la 1m- presión que allí ha producido su desaparición en los centros científicos, jun- tamente con el deseo de poder conocer mejor su vida y sus escritos. Bastante significativas eran ya las palabras que le dedicaba el Prof. Bruwrscnir en la Sociedad Anatómica Alemana, que hemos transcripto en el número anterior de esta revista. Ahora podemos ver en las obras de dos de los más reputados paleontólogos anglo-americanos, W. B. Scorr y W. D. Marraew, palabras igualmente elo- giosas. Scorr, en la introducción de su gran obra History of Land Mammals in the western Hemisphere, dice, después de hacer referencia al viaje de estudio que en 1900 hizo á la Argentina y á las atenciones que aquí recibió de algu- nos hombres de ciencia : «Á todos estos caballeros la historia científica de la vida antigua de Sud América debe muchos capítulos, y especialmente al Dr. AMEGHINO, cuya prematura muerte fué una gran pérdida para la ciencia. Es de desear ardientemente que la heroica historia de su carrera científica sea dada al mundo bien pronto. » Por otra parte, Marruew, en su interesante estudio sobre el clima y la evo- lución, publicado el año pasado en los Anales de la Academia de Ciencias de Nueva York (Ann. WN. Y. Acad. Set. vol. XXIV), se expresa de AMEGHINO y de su Obra en términos igualmente justicieros, aunque difiere de él en algunos puntos. Así, por ejemplo, en la página 196 puede leerse que Marruew en- cuentra natural que las opiniones de Amecnivo hayan conquistado tanto te- rreno, «no sólo en Sud América, sino en todas partes, en vista de la grande y bien merecida reputación del Dr. Auremxo y del inmenso cúmulo de datos que ha reunido para edificar sus teorías de correlación estratigráfica y de filo- genia. » Prof. Pedro Scalabrini. Tenemos el pesar de anunciar el fallecimiento, ocurrido el 24 de Abril pa- sado. de este meritorio naturalista y antiguo profesor de la Escuela Normal de Paraná. SCALABRIM era italiano de nacimiento, pero residía desde joven en la Argen- tina. Su pasión por los estudios de historia natural le llevó, siendo profesor de la asignatura en la citada escuela, al terreno de la paleontología, tan fecundo, como es bien sabido, en aquella localidad. Logró así reunir colecciones nota- bles, tanto de mamíferos y reptiles como de moluscos de aquellas interesantes faunas extinguidas y dedicó á ellas largos años de paciente é inteligente la- bor. Su natural modestia, y también la falta de medios de investigación me- CróniCA 305 tódica y científica como los de que se dispone en los grandes centros, le 1m- pidió consagrarse á aquella tarea como un verdadero paleontólogo. Sin embargo, su conocimiento de la materia no era superficial, y aun llegó á ha- cer algunas publicaciones que siempre serán leídas con interés. Á base de las ricas colecciones de ScaLABRINI y á instancias suyas, fué fun- dado el Museo de Paraná (1), que no tuvo desgraciadamente más que una corta existencia, desapareciendo como institución autónoma á raíz de la crisis del año 18go. El precioso material reunido por SCALABRINI pasó á ocupar unas viejas habitaciones inadecuadas en la Escuela Normal, donde aún se conserva parte de ellas. Actualmente el gobierno de Entre Ríos piensa apro- vechar estas colecciones y establecer nuevamente un museo de historia natu- ral en la ciudad de Paraná. Muchas piezas de las colecciones de ScALABRIMI pasaron, en vida de éste, á algunos paleontólogos. BurmerstekR describió varias de ellas que se hallan actualmente en el Museo de Buenos Aires. Igualmente Fr. Amecnixo estudió muchos ejemplares y fundó sobre ellos géneros y especies nuevos, como el curioso Scalabrinithertum, Litopterno que es uno de los antepasados del géne- ro típico descubierto por Darwix, la Macraucheníta del pampeano. Algunas de aquellas piezas típicas se conservaban en poder de ScaLaBrINI en su colección particular. como el raro Arhinolemur de AmeGHiNo, y asimismo conservaba una numerosa colección de moluscos fósiles. Sería de desear que estas colec- ciones, actualmente en poder de sus deudos, fuesen adquiridas por algún es- tablecimiento oficial. SCALABRIMI, ya anciano, jubilado é incurablemente enfermo de la afección cardíaca que lo ha llevado á la tumba. no abandonaba las preocupaciones di- dácticas de toda su vida, y se atareaba en hacer, con sus duplicados, coleccio- nes escolares que luego regalaba á las escuelas primarias, ó se entretenía en disponerlas cuidadosamente por orden sistemático, en el Museo « Sarmiento » de esta capital. Últimamente, había expuesto una numerosísima serie de ostras fósiles de Paraná. No permaneció ajeno á nada de lo que se publicaba sobre aquella que fué, por decirlo así, su parroquia de Selborne. Asílo vimos costearse, pocos meses antes de su muerte, al Museo Nacional, para ver los ejemplares de una conchilla cuya descripción había leído y que le era desco- nocida porque de esa especie no había encontrado ninguna en Paraná. Su orientación en materia científica era netamente filosófica, y esta filoso- fía, positivista y comtiana, tenía un tinte de misticismo que hacía de él un especie de sacerdote laico. Poseía, en realidad, la médula del apóstol y un ex- celente corazón, de modo que es perfectamente explicable el gran influjo que ejerciera sobre sus discípulos. Éstos conservaban de él un recuerdo cariñoso 6 (1) En los Anales del Museo de Buenos Atres (t. XXVII, 1916) publica el Dr. J. B. Amsro- serrr, colaborador y amigo de Scaramrixr, una biografía de éste, acompañada de un retrato, á la cual puede acudir el lector que desee más datos. 306 PHYSIS imborrable, como lo expresó, en el sepelio de sus restos, uno de ellos, el Prof. Leoropo Herrera. Así hizo en nuestra democracia obra buena y útil este hombre respetable y generoso, ante cuya memoria la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales rinde el homenaje de este recuerdo. El XIX Congreso de Americanistas: Washington, 1915-1916. Este congreso, cuya celebración se venía postergando desde más de un año á causa de la guerra europea, tuvo lugar en Washington juntamente con la sección 1 del 2” Congreso Científico Panamericano, pero constituyendo una reunión independiente. Á este último asistieron como delegados oficiales del gobierno argentino y de algunas instituciones científicas, los señores Juan B. AmBroserri, Crisró- Bal M. Hickey, Acustrín Mercau, Ernesto Quesapa y otros. Por lo que hasta ahora se conoce respecto de los resultados del Congreso Panamericano. no hallamos nada que nos pueda hacer modificar la opinión expresada por esta revista (N” 9), respecto de las ciencias puras y especial- mente las ciencias naturales. Esperamos, sin embargo. la publicación de las actas para poder juzgar con mejor conocimiento. Refiriéndonos por ahora, pues, sólo al Congreso de Americanistas, damos á continuación, como la mejor información que pudiéramos presentar, un extracto de la interesante disertación del Prof. Aubroserri en el Instituto Po- pular de Conferencias de La Prensa el 30 de junio, en cuya oportunidad se ocupó también de los otros aspectos del citado congreso. Transcribimos, pues, á continuación las palabras de AmbrosETTtI : « Asistieron alrededor de doscientos cincuenta miembros, en su mayor par- te norteamericanos, y algunos extranjeros, procedentes de los numerosos mu- seos y universidades de aquella nación. faltando. como es natural, todos los miembros residentes en Europa, á quienes la guerra impidió asistir, con excepción de la señorita Anera Brerox, conocida americanista, que cruzó el Océano en representación del «Royal Anthropological Institute of the Great Britain and Ireland » de Londres. «La falta de los americanistas europeos fué muy sensible, no sólo por el prestigio de sus nombres, tan vinculados ya á ese congreso. sino por el apor- te científico y su concurso personal. grato á los colegas: sin embargo, con los elementos reunidos hubo material en exceso. «Se presentaron 164 memorias, muchas de las cuales tuvieron que leerse sólo por título, ya por no estar presentes sus autores ó por haberlo así reque- rido la falta material de tiempo, dadas las 50 horas divididas en 1/ sesiones en que funcionó esa parte del congreso y que fueron también ocupadas por discusiones y demás trabajos inherentes al mismo. «Me cupo el honor de ser nombrado por quinta vez vicepresidente hono- CRÓNICA 307 rario del Congreso de Americanistas y de presidir la primera sesión el mismo día de la apertura. «El material discutido fué muy variado, sin embargo, como acontece fre- cuentemente ; la región Maya Quiche de Yucatán y Centro América, tan rica en portentosas ruinas, fué la que ocupó mayor tiempo, gracias á la abun- dancia del material gráfico y proyecciones luminosas con que se ilustraban las conferencias, y éstas por el interés mismo que imspiraban excedíanse del tiem- po preseripto. Tenía que ser así; las atrayentes vistas de las ruinas, sus deta- lles, la evolución de las excavaciones y los materiales arqueológicos exhuma- dos, absorbían demasiado la atención y estimulaban mayormente la curiosi- dad. como para exigir una interrupción reglamentaria. «Entre las varias memorias presentadas sobre esta antigua cultura, mere- ce citarse la del Dr. Enisworta HunriscroN de la Universidad de Yale, en la que atribuye á los cambios de condiciones climatéricas el desarrollo y derrum- bamiento de la civilización Maya. Este fenómeno, tan importante en la his- Loria precolombiana, ha sido general en todas las culturas del Oeste de Amé- rica, y ya el Dr. Fraxcrsco P. Morgxo y el que os habla lo han señalado en lo que se refiere á la región calchaquí, donde existen signos evidentes de estos cambios, aunque, á la inversa, entre nosotros los cambios se han producido por desecación, el agua ha faltado y con ella el riego y, por consiguiente, el alimento; en la región Maya el agua ha aumentado y ha transformado los lagares sanos, secos, en zonas húmedas y palúdicas que trajeron la imposibi- lidad de los cultivos. el enervamiento y la muerte. «La arqueología mejicana que tantos trabajos aportaba á los congresos de americanistas, se presentó este vez muy escasa. debido á la larga y cruenta guerra que tanto mal ha causado moral y físicamente á la república herma- na, entre otros la interrupción sine die de los trabajos de la Escuela Interna- cional de Arqueología, que tan eficazmente se habían iniciado antes de que estallara el doloroso conflicto. «En cambio, el Perú ocupó su lugar, gracias. entre otros, á los estupen- dos descubrimientos del profesor de Yale, Dr. Hiram Bivcram, de las ruinas Machu Pichu. magníficamente ilustradas con impecables proyecciones de co- lores y una hermosa colección de ampliaciones fotográficas de todo su viaje que la Vational Geographical Society invitó á examinar á los miembros del congreso, ofreciéndoles al propio tiempo un lunch donde estuvieron presentes sus más prominentes miembros, incluso el célebre descubridor del Polo Nor- te. almirante Peary. «No menos interesantes fueron los trabajos presentados por el Dr. Evcr- so Teno, del Perú, sobre la curiosísima cultura de Nazca, frutos de la últi- ma exploración realizada gracias á la munificencia de nuestra compatriota, la señorita Vicrorta ÁGUIRRE. «El Dr. Teo expuso valiosísimos objetos "recogidos allí, como ser, telas con figuras bordadas, vasos pintados, objetos de oro y, sobre todo, una cabe- 308 PHYSIS za humana preparada para servir de trofeo de guerra igual á las que usaron los Mundurucus del Amazonas, una de las cuales, muy raras ya por cierto, puede verse. en el Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras, que tengo el honor de dirigir. «Este hallazgo, unido al símbolo de Yaguar, que es el más común en Naz- ca y que estudió con acopio de datos en toda su evolución y estilización, in- ducen á suponer una influencia muy importante de las tribus de la región central y oriental de América en la cultura del valle de Nazca. «El Museo Nacional, donde nos reuníamos, había preparado una serie de exhibiciones interesantes, y entre ellas muy notable es la que se refería á la trepanación en el Perú. «Esta curiosa operación quirúrgica. tan frecuentemente usada como ele- mento curativo de heridas, y quién sabe si también de la epilepsia, tenía tres métodos diversos, ya fuera por perforación. rascado ó corte en líneas rectas o curvas, á fin de extraer la redondela craneana. Simultáneamente usábanse sendos métodos en una misma operación, y muchos cráneos demuestran que los enfermos sanaron con nuevas formaciones de hueso en las partes elimina- «das. Lo curioso es que cuando la abertura era muy grande se cubría después con fragmentos de mates ó placas de plata. para evitar el contacto del cerebro con el exterior. «El cómo sufrió el paciente esta tremenda serruchada en la cabeza es un problema aún no resuelto; me he permitido inmsinuar la posibilidad de ha- berse insensibilizado la parte operada con alguna preparación de coca, que sería la antecesora de nuestra moderna cocaína. ú otra sustancia anestésica, cuyo secreto no conocemos. «La cuestión del origen del imdio americano fué uno de los puntos que pudieron haber tenido mayor importancia en el congreso, si se hubieran aportado nuevos elementos. Conocidas eran ya las opiniones del Dr. Hrpricka, después de las publicaciones de su libro, fruto de su último viaje á Buenos Aires en 1910. «Una exhibición especial de restos humanos, y algunos calcos mostrando diversas fases de fosilizaciones y petrificaciones que se habían considerado como del hombre primitivo, pero que resultaron ser según su opinión, de indios actuales, así como también el original del famoso cráneo de Laxsix6, se hallaba en una sala para el examen de los especialistas. « Con estos argumentos, el Dr. Hrouicka sostuvo que el hombre america- no es de origen asiático, y que en numerosas migraciones sucesivas invadió el continente americano, cuanto más durante y después del período neolítico, siendo también ésta una de las razones del por qué el indio americano mues- tra tanta homogeneidad en cuanto á su estructura física y similitud de len- guas, cultura y mentalidad. «Para los que seguimos las teorías de Amecuixo, hallamos la crítica de los hallazgos hecha por el Dr. Hrbuicka excesiva, y precisamente fundamos tam- CRÓNICA 300) bién nuestras opiniones sobre el autóctono americano, no sólo en la unidad de la raza india, sino también en su parecido con los restos que consideramos fósiles, los que, á ser muy distintos, nunca habrían podido dar origen á tipos actuales, como no consideramos que el tipo europeo actual haya resultado del tipo del hombre de Neanderthal. Los antagonistas á la teoría de Ámrcm- No no están satisfechos con los elementos reunidos hasta ahora: es también un argumento. Sigamos investigando nuestro suelo, y ya seguiremos hacien- do hallazgos que con toda seguridad han de hacer la luz; mientras tanto, en vez de discutir apasionadamente, trabajemos y busquemos « tranquilamente » la verdad, aceptando todas las opiniones, porque son muy respetables, ya que ellas buscan lo que nosotros también buscamos. «Por otra parte, los mismos americanos del Museo de Nueva York persis- ten en sus trabajos sistemáticos de excavaciones en Trenton, New Jersey, don- de tantos trabajos en este sentido ha efectuado el Sr. Amor, y sobre cuyo ya- cimiento durante muchos años cifraba tantas esperanzas el decano de los ar- queólogos americanos, Feberico W. Purmax, recientemente fallecido. «Un largo informe firmado por los señores Crark WissLer, €. A. Reebs y Leste Serer, sobre los hallazgos en el « Drift Amarillo », de Trenton, de- muestra que éstos son ya suficientes para diferenciarlos' culturalmente de los que dejaron los indios Delaware en la superficie, y por la forma de su yaci- miento están en íntima relación con la estructura geológica del mencionado «drift », de manera que este hecho vendría á estar en contradicción con las teorías de la escuela contraria. «El actual director del Museo Etnográfico de Santiago de Chile, Dr. Aurr- LIANO OYARZUN, envió una descripción de un material hallado en Taltal, de tipo paleolítico, que actualmente está estudiando en ese lugar el americanista Dr. Max Unze. « Varias memorias de carácter local sobre distintos yacimientos brasileños fueron leídas por el Dr. Simoews DE SiLva ; y el que habla, después de rese- ñar los trabajos que se efectúan actualmente en nuestro país, se ocupó de la interpretación de un tema mitológico desarrollado en las esculturas de made- ra de la región Calchaquí. » Museo de Historia Natural de Buenos Aires. Su reapertura. Algunas adquisiciones. En vista de que la construcción del nuevo edificio demorará aún mucho tiempo (dado que, como es de esperarse, se realice alguna vez), la dirección ha resuelto reabrir al público dos veces por semana, el antiguo local de la calle Perú 208. La biblioteca, el despacho del director, las secciones de botánica, entomo- logía, malacología y arqueología (en parte), han sido trasladadas á locales pro- visorios en las calles Lima, Moreno y Bernardo de Irigoyen. Con esto, el an- PHYSIS. — T. IL 20 310 PHYSIS tiguo local ha quedado un poco más despejado, y las piezas han podido dis- ponerse en condiciones mejores para la exhibición. Todas las salas, así como la entrada y el exterior, han sido pintadas de nue- vo, de modo que el conjunto ofrece actualmente, dentro de su pobreza y ve- jez, un aspecto mucho más agradable. Un arreglo general de las colecciones (especialmente mamíferos y aves) ha sido efectuado por el jefe de la sección de zoología, Dr. R. DabBrexe, con la asistencia de los ayudantes preparadores. Se ha empezado la confección de etiquetas nuevas que se imprimen en los talleres de la Dirección general de Minas y Geología. 8 8 « Pichi-ciego » (Chlamydophorus truncatus) del Museo de Buenos Aires. Muy poco reducido Igualmente se continúa la confección del catálogo sistemático de las diver- sas secciones. Las hermosas piezas de paleontología, bajo la dirección de CarLos AmrGHi- xo, han sido dispuestas por grupos afines y constituyen por ahora uno de los mayores atractivos de los visitantes. Continuando la publicación de los esqueletos de edentados actuales, damos en este número la fotografía del «pichi-ciego» (Chlamydophoras truncatus), pieza antigua en las colecciones del Museo. Entre las adquisiciones hechas últimamente, merece mencionarse un Sar- cophilus satanicus Tuomas (= S. ursinus Harris), marsupial carnicero conoci- do vulgarmente como «el diablo de Tasmania ». El ejemplar de esta especie rara (cuero y esqueleto) procede del Jardín zoo- lógico de Buenos Aires. CróxniCA 311 Exploraciones geológicas en el territorio argentino. En esta sección daremos periódicamente noticias Ó extractos de los viajes realizados ó á realizar por los geólogos de la Dirección General de Minas, Geología é Hidrología de la Nación, según los datos que á pedido nuestro esta repartición ha tenido la deferencia de suministrarnos. En el territorio del Neuquén. — El Dr. Juay Kerur realizó, desde principios de Agosto hasta fines de Septiembre del año pasado, un viaje por el centro y parte del Este del territorio del Neuquén, con el principal objeto de averiguar el origen de las manifestaciones del petróleo en aquella región. Fueron estudiadas algo detenidamente la zona del Cerro Negro (Curru Mahuída) entre Covunco y el Cerro Mesa, y la región comprendida entre la Barda Negra (al SSE. de Zapala), el Cerro Lotena y la Sierra de Portezuelo. El resultado principal ha sido la comprobación de que el petróleo sale de los estratos del Kimmeridgiano superior y del Titoniano inferior, y que estos se- dimentos, de facies nerítica, se han extendido en transgresión desde la zona andina hacia el Este, traspasando en la región estudiada un ancho umbral constituído por capas del Jurásico inferior, medio y superior, con núcleo cristalino (granito paleozoico ó más antiguo) y decapitado por la denudación en la época del Cretáceo medio. Fueron constatados en este anticlinal el Liásico medio hasta superior (capas con Vola alata), estratos de la transgresión del Liásico superior hasta el Dogger inferior (zona de Ammonites opalinum), y sedimentos de la zona con Ammonttes concavum. De cierta importancia es la existencia de varias discordancias. La primera se encuentra entre los estratos de Amm. opalinum y los sedimentos, en parte terrestres, del Dogger: la segunda, entre éstos y areniscas continentales del Oxfordiano; la tercera, entre éstos y el kimmeridgiano-Titoniano y la cuarta, entre capas del Neocomiano superior (Hauteriviano-Barremiano) y las arenis- cas abigarradas del Cretáceo superior. Estas discordancias comprueban que en la misma zona se han repetido va- rias veces movimientos tectónicos en la época mesozoica que se pueden con- siderar como precursores de los movimientos del Terciario en la región andi- na. Pero se ham amoldado á líneas de estructura antigua, explicándose de este modo, el rumbo SO.-NE., que diverge del rumbo N.-S. general en los Andes. Las aguas subterráneas de Tucumán. — Como resultado del viaje del Dr. STAPPENBECK para estudiar este asunto, pueden mencionarse las siguientes observaciones : El cono de deyección sobre el que se halla la ciudad de Tucumán, está compuesto de material grueso (ripio, cascajo, grava, arena) y de material fino (arcilla, marga, más raras veces de loess), que aparece sólo en las partes más superficiales. El material más grueso se halla acumulado en el rumbo del eje del cono de deyección, que corre desde NO. SE., es decir, desde Tafí Viejo 312 PHYSIS hacia Pacará, pasando hacia el sudoeste y hacia el noreste lateral y paulatina- mente á arcillas y margas, y lo mismo sucede hacia la profundidad, pudien- do situarse á 250 m. el límite práctico para perforaciones. De modo que la parte más permeable corresponde más ó menos á la parte central del cono. El rumbo del agua subterránea, tanto de la primera napa como en las más profundas, es aproximadamente perpendicular al curso de las curvas de nivel y por consecuencia dirigido hacia el río Salí. Aguas surgentes, no se puede esperar de encontrar en el cono ; pero casi todas las aguas subterráneas son buenas y en ciertas zonas tan abundantes que bastan para abastecer a la ciudad de Tucumán. Las perforaciones efectuadas en Muñecas han tenido completo éxito, confirmando las observaciones expuestas. Además se trataba de delimitar la región de aguas surgentes de la misma provincia. Esta región comprende casi todo' el sur de Tucumán, desde el pie de la sierra y desde la misma ciudad, pasando el límite de la provincia de Santiago del Estero y abarcando también una gran parte del departamen- to de Burroyacu. Un número de perforaciones ya ejecutadas sirve de base para esta delimitación. En la precordillera de La Rioja. — El Dr. Juay Rassmuss, exploró durante los meses de Octubre á Diciembre de 1915 la parte norte de la precordillera con el objeto de estudiar su terminación septentrional y sus relaciones con las sierras vecinas. Entre los resultados obtenidos pueden mencionarse los siguientes. Ha ob- servado que las cadenas acaban en forma de correderas producidas por fallas transversales de edad terciaria, mientras reaparecen en la parte occidental de la sierra de Umango constituidas por esquistos y calizas cristalinas metamor- fizadas por la intrusión de granitos. Respecto de la edad de los macizos gra- níticos del oeste de la región referida, llegé á la conclusión de que han pene- trado en los estratos ya plegados, si no en el período pérmico, probablemente á continuación de los movimientos orogenéticos, y de que están en conexión con la fase extrusiva de los pórfidos y porfiritas. La intensidad de los movi- mientos tectónicos se puede observar en el múltiple sobreescurrimiento y aplastamiento de la caliza silúrica, de los esquistos con Graptolites y del conglomerado glacial, como también en zonas de intensísimos movimientos en la cadena devónica. Gomo dato de interés minero, puede mencionarse la inspección de los yacimientos de talamina (que se encuentran en la galena argentífera de la caliza silúrica), por ser raros en el país los minerales de zinc explotables. Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires. El Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, cuyo próspero estado, bajo la acertada dirección del Prof. Dr. Aubroserri, es bien conocido, va á recibir bien pronto un gran impulso O CRÓNICA 31 con la construcción de un extenso salón, que será destinado á la sección de arqueología argentina. Se espera que la nueva sección, ya adelantada, podrá inaugurarse para el año próximo. Vemos por la memoria correspondiente á 1915, presentada por el director al decano de la Facultad, con fecha 28 de abril del corriente, que el museo ha efectuado importantes adquisiciones. El número de objetos ha aumentado en 2062, que agregados á los anterio- res, hacen un total de 22.000. Se estima, calculado en dinero, en 10.000 pe- sos moneda nacional, el valor de lo adquirido en el año pasado, que sumado á lo existente, ascendería á unos 300.000 pesos moneda nacional. En unión con el Museo de La Plata, fué adquirida la colección del Sr. SALVATIERRA, de objetos arqueológicos del valle de Santa María de Catamarca, que suman 446 piezas, la mayoría de importancia. El Museo ha encomendado en diversos lugares de la república y aun fuera de ella, diversas misiones á título gratuito ó modestamente subvencionadas, que han dado excelentes resultados. El Sr. Teoporo FseLsTruP, joven universitario ruso que había venido con otros colegas en viaje de estudio al Río de la Plata, realizó por encargo del Museo un viaje á bordo de la fragata-escuela de la armada nacional Presiden- te Sarmiento, y coleccionó numerosos objetos en Chubut, Tierra del Fuego y Pachacamac (Perú). El mismo viajero había entregado al museo, como re- sultado de su viaje anterior á Matto Grosso, 66 objetos de los indios caduveos. Otro de los viajeros rusos, D. Exr1que ManisseEr, envió de su viaje al Bra- sil, 43 piezas de los indios botocudos del estado de Espíritu Santo. El viaje del Sr. Serero GeErMaIN á Chile, dió como resultado el envío de una serie de 82 objetos de los araucanos. Valiosos objetos de los indios del Chaco argentino han sido desinteresadamente aportados por los señores Exk1- Que Lyucó ARRIBÁLZAGA y Luis GonzáLez Lerva. De la misión del Dr. Juax Ascuer se obtuvieron una gran serie de cráneos de Sillustani, del Perú; varios objetos de Lipez, Bolivia, y valiosos materiales del Chaco salteño, entre ellos un esqueleto de indio Pilagá, que tienen el rito fúnebre de depositar los cadáveres sobre los árboles. La expedición anual que costea la Facultad de filosofía y letras, fué reali- zada con todo éxito á la provincia de San Juan por el Dr. SaLvapbor DeBENE- DETTI, siendo su producto más de /4oo objetos y un gran caudal de notas y observaciones, algunas de gran interés, que han motivado la publicación que está apareciendo en la Revista de la Universidad (año MID. Todos los objetos del Museo Etnográfico están prolijamente catalogados, llevando cada uno su número. Además, se prosigue la confección de un catá- logo gráfico, esto es, una serie de dibujos coloreados, hábilmente ejecutados por el dibujante D. Juan Marriw, quien ha terminado con una hermosa serie de vasos de Nazca. 314 PHYSIS El Dr. Ausroserrr, en su viaje á Estados Unidos (véase, en este mismo número, Congreso de Americanistas) ha traído, por compra ó donación, nu- merosas é interesantes piezas de Centro América, Perú y Chile. Academia Nacional de Ciencias de Córdoba. El año pasado se ha acogido á la jubilación, después de treinta años de ejercicio de sus funciones como profesor de botánica, el Dr. Feoerico Kurtz, bien conocido por sus importantes investigaciones sobre la flora actual y fósil de la República Argentina. El distinguido botánico, á quien enviamos con este motivo nuestros salu- dos, continuará residiendo y trabajando en la ciudad de Córdoba. Esperemos que será aún por mucho tiempo, pues con sus sesenta y dos años,se halla en pleno vigor. Ultimamente esta institución ha aumentado el número de sus académicos con el nombramiento de los señores Martín G1L, Leororno Lucones, R. Len- MANN-NrrscmE y Joaquín V. GoNzÁtEz. Primera reunión de experimentadores agrícolas. Patrocinada por la Dirección general de enseñanza é investigaciones agrí- colas del ministerio correspondiente, se celebró la primera reunión de experi- mentadores, — dependientes en su mayor parte de aquella repartición, — en los días 27, 28 y 29 de Abril próximo pasado. El presidente de la reunión, Ing. Tomás Amabreo, en su discurso inaugural puso de relieve la importancia que para el país y para los mismos técnicos revisten tales reuniones, extendiéndose luego en consideraciones de diverso orden tendientes á demostrar la bondad de esa iniciativa que por primera vez se lleva á cabo entre nosotros. Puede asegurarse que la reunión inicial de este año ha tenido su éxito y que las sucesivas irán de bien en mejor. Ya que sería demasiado largo dar el programa completo de los temas tra- tados en las sesiones, mos limitaremos á señalar aquellos que merecieron ma- yor aprobación por parte del numeroso público que los escuchaba. Aborto ToxweLter, Producción de forraje verde durante todo el año; W. O. JACKkHoUsE, Mejoramiento de los trigos ; RoBerto GonoY, Epoca en que deben sembrarse en La Pampa las diferentes variedades de trigo : barletta, rieti, etc. : José Atazraquí, La viña y la vinificación en la Argentina; Domixco Smo1rs, La industria azucarera en la provincia de Tucumán; MH. RosexreLo, Sobre chacras experimentales; Ramón Durán, El cultivo del anana en Misiones ; José NArra Macrioxe, Informe sobre experiencias en el cultivo del algodón; Siuwio Span- GENBERG, Eoperiencias sobre ensilaje. O = [>] CRÓNICA Museo Paulista. Retiro del Dr. H. von lhering. El director del gran museo sostenido con tanta constancia por el estado de Sáo Paulo y de cuya importante labor científica hemos debido ocuparnos en estas páginas tan á menudo (especialmente en el N* 9, pág. 61, de Prvsrs). piensa acogerse á la jubilación después de treinta años de servicios prestados á la investigación científica del territorio brasileño. El Dr. vox luerisG ha realizado durante este tiempo una obra científica brillante, que le coloca hoy, muerto Ámrcmio, como uno de los primeros naturalistas sudamericanos. Porque puede llamarse. en efecto, sudamericano, á este ciudadano que ha adoptado al Brasil como patria, no sólo ante la ley sino también ante la ciencia. Pero la obra de lurerivé no se refiere sólo al Brasil, sino á casi toda la Amé- rica del Sur, y muy especialmente á la Argentina. Vinculado estrechamente con casi todos nuestros sabios y sobre todo con FLorexTivo ÁmrcmiNO á quien lo ligaba sincera amistad, luerive ha producido diversas memorias de impor- tancia fundamental para nuestra historia natural y en particular sobre los moluscos cenozoicos y actuales de la Argentina. En este sentido, su obra es el complemento necesario de la de F. Aurenmo: y si bien le han separado de éste algunas divergencias de opinión, son muchos más los puntos que les unían. Aunque Inerix6c se retira de la dirección del Museo Paulista, al cual ha consagrado lo más fecundo de sus energías, continuará sin duda, con el cau- dal de sus observaciones y su experiencia, prestando sus servicios á la ciencia y particularmente á la historia natural del Brasil. Actualmente tiene en pre- paración una gran obra sobre las leyes fundamentales de la Biogeografía (Bio- geographische Grundgesetze) en que resumirá todos sus trabajos é ideas sobre la zoogeografía sudamericana, uno de los capítulos más originales de su múl- tiple labor científica. Viajes y exploraciones. El Sr. Kurr Hosskus nos comunica que ha realizado un viaje de ex- ploración á las provincias de La Rioja y San Juan, en los meses de Sep- tiembre á Diciembre (1915). Durante esta excursión ha podido hacer colec- ciones y observaciones botánicas. También ha reunido muestras de mine- rales y rocas, y algunos interesantes datos etnográficos en el Valle del Río Blanco. Comunicaciones referentes á la historia natural de la América del Sur. La American Association, que celebró su reunión anual en Columbus. Ohio, en los últimos días de Diciembre de 1915 y primeros de Enero de 1gr6, 316 PHYSIS tuvo, en los días 3 y 4 de este último mes una sesión especial en Washington, en relación con el 2? Congreso Científico Panamericano. Una media docena de comunicaciones fueron presentadas allí por investi- gadores de la naturaleza sudamericana. De ellas aparecen extractos en Science (Febrero 18, 1916), entre los cuales podemos ver los siguientes : CarL H. Ercenmann, sobre algunas fases del origen y evolución de los peces de agua dulce de Sud América. Este conocido ictiólogo presenta un brevísimo resumen de sus estudios al respecto. Según éste, la fauna de peces de agua dulce de la América tropical es completamente diferente de la de la Patago- nia por el sur, y de la de Norte América. Los peces de la Patagonia tienen sus mayores afinidades con los de Australia y Nueva Zelandia. La fauna tro- pical no se extiende más al sur del Río de la Plata. Dicha fauna tiene sus más próximos parientes en África, de los cuales muchos pueden ser sobrevivientes de especies que han vivido en áreas mucho más extendidas ó pueden haber derivado independientemente desde el océano. Los Characidae y los Cichlidae parecen requerir agua dulce para sus migraciones de un lugar á otro; y como estas familias no están representadas en Europa y lo están evidentemente sólo como inmigrantes en Méjico y los Estados Unidos, ellas parecen hacer nece- saria la admisión de una conexión continental en cualquier forma entre Sud América y África. En el resto de su comunicación, el autor hace una ligera reseña histórica de los estudios ictiológicos en la América del Sur. Hex Sreemens WasmincroN, sobre la distribución de las rocas igneas en Sud América.Una breve correlación entre la distribución de las provincias petrográficas en ambas Américas. Nuestro conocimiento de la petrografía quí- mica del continente del sur es muy imperfecta, pero suficiente para dar una idea aproximada de algunos rasgos principales. Las lavas á lo largo de la línea de los grandes volcanes andinos pertenecen casi sin excepción á tipos muy comunes y ampliamente distribuídos, — daci- tas, andesitas y basaltos, — que están químicamente agrupadas alrededor de - las rocas ígmeas de tipo medio, sin dominancia notable de ninguno de los constituyentes químicos. Estas corresponden á, y son una continuación de, las rocas volcánicas de los Montes Rocallosos y de las Gordilleras de Alaska á Pa- namá. La parte central de Sud América es escasamente conocida, pero en ella, como en Norte América, parece haber pocas rocas ígneas. Cerca del lado oriental, como en el Brasil y el Paraguay, hay rocas altamente sódicas corres- pondientes á una zona similar paralela á la costa oriental de Norte América, de Ontario á Texas. Hay también en el Brasil, indicaciones de ciertas rocas de un tipo químico muy distinto como algunas que se hallan en Ellesmere Land, Nueva York y Ontario. Parece según esto que los dos continentes se asemejan mucho entre sí por la distribución general de las rocas ígneas. , o Crónica 31 ES Joseen N. Rose, sobre sus exploraciones botánicas en Sud América. Se re- fiere á las colecciones de cactáceas hechas por el autor. de cuyo viaje á la Ar- gentina hemos dado cuenta en Puwsis (Crónica, Viajes y exploraciones : tomo IL, p. 76). Hace breves consideraciones al respecto. Fraxk M. Cuabman, sobre la distribución de las aves en Colombia. Ligeras observaciones sobre la distribución según las altitudes. WirLrreo H. Oscoob, sobre algunos aspectos generales de la exploración zoo- lógica en Sud América. Consideraciones generales, al parecer de escaso inte- rés, sobre la importancia, teórica y práctica, de las investigaciones sobre la fauna sudamericana. Thomas Wawynawo Vauenan, sobre los corales y arrecifes de coral en el golfo de Méjico y el mar Caribe. Las Ciencias Naturales en la América latina. La « Biología Central: Americana ». — La terminación, en 1910, de esta fa- mosa obra, marca una época en el estudio de la Historia Natural del conti- nente americano. Su publicación comenzó en 1879, y sus autores creyeron entonces que abarcaría 12 volúmenes de 500 páginas para la Zoología, y cuatro para la Botánica ; pero el resultado real ha sido de 63 (sesenta y tres) gruesos volúme- nes in-/”, cada uno con numerosas ilustraciones, incluyendo uno de Mauns- LaY sobre la arqueología de Yucatan. Constituye, pues, en conjunto, la obra más importante que se ha escrito sobre la naturaleza de la América Central. La Biología fué ideada por dos jóvenes ornitólogos ingleses, O. SaLvix y IF. D. Gobmax hacia mediados del siglo pasado, — la misma época en que, según Nature (N* 2408), fué fundada por aquellos dos naturalistas en compañía de varios colegas, la Ornithological Union, que desde 1858 publica The /bis. La base fué constituída por las colecciones de insectos y aves que GODMAN y Sar- vix llevaron á Londres después de los primeros viajes á Guatemala, coleccio- nes que fueron sucesivamente aumentadas con las de peces, reptiles, mamí- feros, moluscos, etc. Estas grandes colecciones (solamente de aves reunieron 0.120 ejemplares) fueron donadas al Museo Británico. Los volúmenes más notables, después de los dedicados á las aves, son los de Coleópteros y Lepi- dópteros. De los primeros se enumeran más de 18.000 especies, representa- das por 85.920 ejemplares (sin incluir los Curculiónidos ó gorgojos que figu- ran con 22.793 ejemplares, ni los Estafilínidos é Hidrofílidos, con 9474). Los Lepidópteros suman 30.712 especímenes. Un volumen entero está con- sagrado á los moluscos terrestres y de agua dulce, siendo su autor E. v. MARTENS. 318 PHYSIS Es digno de notarse que una obra tan costosa como ésta, haya sido publica- da casi sólo con recursos particulares, y debidos en su mayor parte al mismo Mr. Gobmax. Este ha tenido. como recompensa, la satisfacción de ver termi- nada su obra, mientras que su colega SaLvix falleció mucho antes. Mr. Gon- max ha contribuído personalmente con el último volumen publicado, que es, en número de orden, el primero de la serie, constituyendo una introducción general y una historia de toda la obra. Museo de Zoología aplicada en Santiago de Chile. — Con satisfacción he- mos recibida la noticia de que el gobierno de Chile ha fundado, por decre- lo de marzo del corriente año, un Museo de Zoología aplicada, cuya dirección ha sido encomendada al Prof. C. E. Porrek. Este museo funcionará como anexo de la cátedra del mismo profesor en el Instituto Agrícola, de cuyos progresos hemos tenido ya oportunidad de ocuparnos en Pnysis (IL, p. 63). Mucho puede esperar el nuevo museo de la actividad y celo de su director, quien, para enriquecer sus colecciones, nos pide hagamos saber á nuestros socios y á todas las personas que se ocupan de estos estudios, que aceptará complacido envíos de parásitos de los animales ó de las plantas, en cambio de los cuales retribuirá con ejemplares á elección del remitente. Museo de Antropología de Santiago de Chile. — Por renuncia del Sr. Max Unir, ha sido designado director del Museo Antropológico de Santiago de Chile el Dr. AureLiano Oyarzún. Este museo de reciente creación y que aún no ha desarrollado sino una mínima parte de su vasto programa, ha de reci- bir seguramente, bajo su nueva é inteligente dirección, un impulso considera- ble. Se nos informa que el gobierno chileno piensa reunir en él todo el ma- terial antropológico que estaba disperso en diferentes establecimientos, y dotarlo de un edificio propio y adecuado. Este es el hermoso y útil plan que le tocará realizar al Dr. Orarzúx y debemos felicitarnos de que así sea, por tratarse de un hombre de estudio laborioso y competente, vinculado por re- laciones intelectuales y amistosas á los círculos científicos de Buenos Aires, donde estuvo con motivo del congreso de 1910. El nuevo director del Servicio Geológico del Brasil. — Vemos por una noticia necrológica sobre O. A. Derbx publicada en Science (Abril 28, 1916) por J. Casper Branner, que el sucesor de aquel distinguido geólogo como director de la correspondiente repartición en Río de Janeiro, es el Dr. L. F. Goxzaca DE CAMPOS. El nuevo director ha de mantener con altura la tradición de su antecesor, pues es, según la autorizada palabra de BraxxerR, «uno de los más capaces y serios de los geólogos brasileños y ha sido durante muchos años uno de los mejores auxiliares de Derby». Este nombramiento contribuirá, pues, á re- sarcir á la geología sudamericana de la pérdida sufrida con la trágica muerte de Deray, y merece por ello las más francas congratulaciones. Crónica 310 Correspondencia inédita de Humboldt y Bonpland. Una serie de cartas inéditas de ALesanbro DE Humor á Amé BoxeLanp, en admirables reproducciones facsimilares, ha sido editada por el Instituto de Botánica de nuestra Facultad de Medicina (1). Ya se tenía noticia por algunas publicaciones fragmentarias, de la existen- cia de estas interesantes y valiosas piezas, pero es la primera vez que ellas apa- recen reunidas, gracias á los esfuerzos del director de aquel instituto, Prof. Juan A. DomMINGUEZ. Es de desear y esperar que, como éste lo manifiesta en la introducción, la publicación continúe y puedan todas estas cartas reunirse después, (quizá co- mo un apéndice, reproducidas en tipografía común á fin de facilitar su lectu- ra á la generalidad de los lectores, para quienes será difícil, sin duda, el des- cifrar la edición facsimilar, que tiene, por otra parte, su insubstituíble valor documental. Un pez-luna de Mar del Plata. El Museo de Buenos Aires exhibe un ejemplar del pez-luna (Mola mola) capturado el 6 de marzo de 1g13 en Mar del Plata (prov. de Buenos Aires) por el pescador José Siwacra, y remitido al Museo por el director de dicho instituto, Dr. GALLARDO. Damos aquí una fotografía tomada por el Sr. S. Pozzr, sobre el ejemplar todavía fresco. Éste descansaba de plano sobre el suelo, y la consiguiente di- ficultad de enfocarlo perpendicularmente desde arriba y á una distancia con- veniente, explica la pequeña asimetría que puede notarse en esta fotografía. Según ella, en efecto, las aletas dorsal y ventral aparecen como de diferente tamaño, aunque en realidad son iguales. El presente espécimen mide 2,20 m. de altura por 1,80 m. de longitud (dimensiones del ejemplar armado). Pocos días después (26 de marzo de 1913) fué remitido, de la misma pro- cedencia, un segundo ejemplar de la misma especie, de dimensiones menores. Recientemente, el American Museum Journal (vol. AVI, pág. 212) anuncia haberse capturado en Santa Catalina (California), un ejemplar de esta especie, que es relativamente común en el Pacífico. El espécimen más grande de esta procedencia medía 3,00 metros. Anuncia la citada revista que el pez-luna es mucho menos frecuente en la costa atlántica de América, por lo cual su cap- tura en la Florida llamó hace algún tiempo la atención. Se trataba de un ejemplar de 2,25 por 2.40 m., según el mismo Journal. (1) Archives inédiles de Aimé Bonpland. Tome 1, Leltres inédites de Alexandre de Humboldt. avec préface de Henri Cordier. Trabajos Inst. Bot. y Farmacología, N* 31. Buenos Aires, 191/. 320 PHYSIS Hace poco apareció en Piriápolis, República Oriental del Uruguay (entre Montevideo y Maldonado) un pez que, á juzgar por los telegramas de los dia- a al di Pez-luna (Mola mola) de Mar del Plata, armado en el Museo de Buenos Aires Más ó menos '/,, de su tamaño natural rios (La Prensa, Buenos Aires, 22 de mayo de 1916) debe pertenecer á esta misma especie. No se daban sus dimensiones, y se asegura que el ejemplar no fué conservado. René Zeiller y sus trabajos paleobotánicos. ra El 27 de Noviembre de 1915, ha muerto en Paris Rexú Zermuer, uno de los primeros representantes en nuestros días de la paleontología vegetal. ZeEILLER había nacido en Nancy el 1/ de Enero de 1847. En la sesión del 29 de Noviembre, el Presidente de la Academia de Ciencias de París, M. Ebuoxo Perrter, hizo su elogio, que aparece en los Comples ren- dus de la misma reunión (tomo 161, pág. 637). r o CRÓNICA 321 ZerLER egresó con el número uno de la Escuela Politécnica, y luego, como ingeniero de minas, se interesó en la hulla y en los terrenos carboniíferos y de ahí se originó su dedicación constante al estudio de los vegetales fósiles sobre los cuales debía producir trabajos tan originales é importantes. Su pri- mera publicación (1879) se refiere a las plantas fósiles de La Ternera, en Chile. Más tarde dio á luz su obra sobre los vegetales fósiles de la China, mostrando cómo allí aparecían juntas en el carbonífero, formas propias de la Europa, con otras de la flora de Glossopteris y sugiriendo que aquél debía ser un puente entre los continentes boreal y austral de aquellos tiempos. Pero las principales investigaciones de ZerLer son las consagradas á la cuenca hu- llera de Francia, para las cuales dispuso de los admirables materiales de ApoLrme BroxcnNarT y de BervarD Renaurr en el Museo de París, y de todas las grandes colecciones de la Escuela de Minas. Desde 1878, había empezado á dictar un curso de paleobotánica en esta Es- cuela, curso que se oficializó en 1888. Para la generalidad de los estudiosos, ZerLLeR es conocido por sus Eléments de Paléobotanique (1900) tan valiosos por su contenido como por la forma en que están presentados. En el Progressus Rei Botanicee (1L, 1907) publicó un resumen sobre los progresos de la paleobotánica de la era de las gimnos- permas. ZueILLER era miembro de la Academia de Ciencias y correspondiente de la Sociedad Linneana y de la Geológica de Londres, etc. El lector podrá hallar mayores datos, y apreciaciones autorizadas sobre sus obras, en el citado ar- tículo de Perrrer, y en el del especialista inglés A. C. Sewarb, en Nature (Diciembre 9, 1915). Según este último, ZriLreER era un sabio tan capaz de las minuciosas y prolijas descripciones sistemáticas, como de las síntesis com- prensivas, y tan seguro y lúcido en unas como en otras. Por nuestra parte agregaremos sólo algunos datos sobre sus publicaciones referentes á la América Austral. La primera de ellas, Note sur les plantes fossiles de la Ternera (Chili), pu- blicada en el Bulletin de la Soc. Gréologique de France [(3), UL, 572, 1875). estudia un pequeño conjunto de plantas fósiles de un depósito de carbón de piedra de Atacama, que refiere á la época jurásica. Las especies eran : Jean- paulia múnsteriana Prest. sp., Angiopterum Múnstert Gokrr. sp. y un Pecopte- ris nuevo, que ScuimeEr había nombrado, pero sin descripción, P. Fuchst. ZemLter lo describe por primera vez y lo figura. Además, había especies de Dictyophyllum, Podozamites y Paltssya. : En su Note sur la flore fossile des gisements houiliers de Rio Grande do Sul (Brésil meridional) (1) estudió los importantes restos de la flora permo-carbo- nifera ya estudiada por Narm, Prawr, Carrurmers y Harrr. Hizo un estudio histológico de varias de las especies, y describió una nueva, que llamó Dado- (1) Bull. Soc. Géologique de France, XXI, p. 601-629, pl. VIMEX. 1896. 322 PHYSIS wylon Pedrot, en honor de Don Prbro HH. Casi á la vez F. Kurtz publicaba su contribución a la paleofitología argentina (Rev. Museo La Plata, t. VI) en que señalaba la presencia de una flora análoga en San Luis (Bajo de los Velis), Zemuer llegaba á la conclusión de que los yacimientos de Río Grande corresponden al comienzo de la época pérmica ó á lo sumo al fin del carboní- lero, y que presentan una asociación notable, no observada en otra parte. de las especies de la flora hullera ó pérmica del hemisferio boreal y de las de la flora de Glossopterts, tales como, especialmente, Gangamopteris cyclopteroides. En sus Remarques sur la flore fossile de l'Altat (2) (á propósito de los des- cubrimientos paleobotánicos de BonexBENDER y Kurtz en la Argentina), Ze LLER llegó á la conclusión de que los depósitos con Neuropteridium validam, etc., de nuestro territorio, deben referirse, como lo han hecho Kurtz y Bo- DENBENDER, al comienzo del Pérmico, y, los más septentrionales de entre ellos, los de Trapiche, parecen marcar el límite común entre las dos grandes pro- vincias de aquella época. Para informar sucintamente sobre las ideas generales de Zemrer en pa- leontología vegetal y en general, en evolución orgánica, no podemos hacer nada mejor que traducir la última parte de sus Lecciones (pág. 383): «Se ve, en resumen — dice — que la interpretación de los documentos recogidos es, al menos dentro de ciertos límites, y en particular en lo que concierne á la cuestión de la variabilidad ó de la permanencia de la especie, cuestión de apreciación personal. Pero si se encara la especie en un sentido más amplio, si se examinan particularmente las extinguidas, de las cuales se pueden seguir las variaciones en toda su extensión, se ve que aquellas variaciones se detienen en ciertos límites, sin franquear los intervalos que las separan de las especies más vecinas. Sucede lo mismo con los géneros; y cuando se procura seguir las formas, genéricas ó específicas, que se han sucedido en el tiempo, — aproximándolas á aquellas que parecen, tanto por su edad relativa como por sus afinidades más acentuadas, susceptibles de ser consideradas como vinculadas genéticamente, — la serie se muestra siem- pre más ó menos discontinua, por completas que sean nuestras informacio- nes sobre la flora de la época á la cual pertenecen las formas estudiadas ; las analogías. en ciertos casos, son bastante marcadas como para que la idea de una filiación se imponga á nuestro espíritu; pero si tenemos fundamentos para suponer el pasaje de una forma á otra, las fases intermediarias reales de tal pasaje escapan á nuestra comprobación. La discontinuidad es, como he- mos visto, más acentuada cuando se trata de grupos de orden mayor. En efecto, si algunos jalones nos ponen sobre la pista de las afinidades entre tal ó cual de aquellos grupos, 6, intercalándose entre ellos, vienen á disminuir su distancia relativa y hacen presumir su convergencia hacia un origen común, los términos de transición faltan, ó los presuntos antepasados nos escapan. (1) Bull. Soc. Géol. Fr., XXIV, 466. 1896. O Crónica 32 «No podemos, sin embargo, por disyuntos que nos aparezcan los eslabones de la cadena, desconocer la significación y el alcance de las diferentes indica- ciones que vienen en apoyo de la idea de una evolución progresiva; pero pa- rece que en lugar de verificarse gradualmente, las transformaciones que ellas sugieren y gracias a las cuales han podido constituirse las formas nuevas, casi siempre se hayan operado, sino súbitamente y por modificación brusca, al menos demasiado rápidamente para que podamos encontrar sus rastros. En todo caso, los orígenes de los más grandes grupos permanecen envueltos en la más profunda obscuridad, no solamente en lo que se refiere á aquellos para los cuales sería necesario remontarnos a una edad mayor que la de los más antiguos documentos existentes, sino aún para los que, como el de las Dicotiledóneas, parecía que hubiesen aparecido bastante larde como para per- mitirnos comprender, por la observación directa, las condiciones en que han surgido. » Tales son las palabras finales del excelente tratado de ZemLER, que será probablemente durante mucho tiempo un libro clásico, al que no habrá sino que agregar lo que en los últimos años ha sido investigado, especialmente so- bre las Cicadofilicíneas y las Bennettitales. Obras semejantes, son el fruto de todo un estado de cultura científica, y se comprende que ZemLerR pueda ha- berla escrito si se piensa que sin salir de la ciudad de París donde trabajaba, pudo frecuentar, como maestros ó como colegas, dentro de su especialidad, á BRONGNIART, SCHIMPER, RexauLT, SaporTa, Marion. — M. D. J. Domingo Lovisato. En Marzo pasado falleció en Cagliari el Prof. Domixéo Lovisato, geólogo y paleontólogo italiano. oriundo de Trieste, que desde 1903 ocupaba la cátedra de geología en la Universidad de Cagliari. En 1882, tomó parte en la expedi- ción italo-argentina dirigida por el teniente Bove á la Patagonia Austral y Tierra del Fuego; un año después publicó el resultado de sus estudios en esa región en el Bolletino della Soc. Geogr. Italiana (t. XX, 1883). En el tomo IV (Geología) de la Mission Scientifique du Cap Horn (1882-1883), el Dr. Hyapes incluyó en un apéndice la descripción de las colecciones petrográficas que Lo- visaro hizo en la Isla de los Estados y Tierra del Fuego, con láminas panorá- micas y un mapa topográfico de la Isla de los Estados. Últimamente este malogrado geólogo trabajaba sobre equinodermos fósiles. Ernst Ule. Con pesar he tenido conocimiento de la muerte del profesor Dr. Erwsr Une fallecido el 15 de Julio de 1915 en Berlín. El citado sabio era el mejor conocedor de la flora de la región boscosa del Brasil, especialmente de los bos- ques de la Hylaea. 324 PHYSIS Ue ha trabajado un tiempo en el jardín botánico de Río de Janeiro; ex- ploró en 1goo-1g03 desde Manaos, el río Amazonas superior hasta el Perú, donde navegó los ríos Huallaga, Cainarachi, Jurua, etc. Aquí estudió princi- palmente la Hevea brasiliensis y otras especies muevas del mismo género y encontró una nueva planta de caucho llamada en su honor Cestilloa Uler. De regreso en Alemania, estudió en el herbario de Daumiem (Berlín) las plantas coleccionadas en el Brasil. En el año 1906 hizo nuevamente un viaje á los estados de Bahía y Piauhy, ocupándose aquí especialmente de las dife- rentes especies de Manihol. En esta expedición en las zonas secas del Brasil hizo Ure grandes colecciones y estudios botánicos y geológicos. En su último viaje (1908-1912) estuvo nuevamente en los bosques de Hylaea, donde estu- dió principalmente las montañas de Roraima, ocupándose también de la pes- te de la planta de caucho de Ceara. Vuelto á su patria, se dedicó á sus colecciones y á la botánica aplicada. Con la muerte de Ure la ciencia pierde uno de sus afamados trabajadores y sus amigos perdemos un excelente colega y leal compañero. — Hossgus. John Wesley Judd. Algunos datos sobre la vida de Carlos Darwin. El 3 de marzo de este año falleció en su residencia de hew el renombrado seólogo inglés J. W. Junp, nacido el 18 de febrero de 1840. Desde 1867 á 18971, formó parte de la Geological Survey del Reino Unido, y en 1873 publicó una serie de trabajos importantes como resultado de sus investigaciones en las montañas de Escocia. Según estos datos. que extracta- mos de Nature (Marzo Q, 1916), desde esa época comenzó su amistad con CuarLes LyecL y con Darwin, á quienes llamaron la atención las publicacio- nes de Jupp. Posteriormente realizó excursiones en el continente europeo para estudiar los volcanes actuales y extinguidos, en Italia, Francia, etc., y después publi- có varios trabajos estratigráficos sobre el Gretáceo de las islas británicas y del continente, etc. Una lista de sus publicaciones se halla en Geological Magazi- ne, 190). En 1896 fué nombrado decano del Royal College of Science, del cual se re- tiró, acogiéndose á la jubilación, en 1905, y con el grado de profesor hono- ratio. Fué sucesivamente miembro, secretario y presidente de la Sociedad Geoló- gica de Londres, y en 1892 premiado con la medalla Woraston por dicha sociedad. Aparte del mérito de sus trabajos científicos, el nombre de Jubb será siem- pre recordado por su vinculación con CarLos Darwix de cuya intimidad fué uno de los pocos que gozó. En el interesante librito de Juno, The Coming of Evolution (Cambridge, 1912), el autor relata varias particularidades curiosas respecto de aquellas re- (Sai CRÓNICA 32 laciones, que poseen el cautivante interés de todo lo que se refiere á la vida y la obra del autor del Origen de las espectes. Es ya bien sabido, por la biografía que escribió su hijo Fraxers, cuán abru- madora fué la existencia de Carros Darwrw, á causa de la enfermedad que no dejó jamás de hacerse sentir, desde más ó menos 1840, poco después del re- greso dela Beagle, hasta su muerte en 1882. «Si se quiere comprender, — dice su hijo, —el carácter de la vida de mi padre, hay que tener presente la condición de mala salud en que siempre trabajó... Durante cuarenta años, él no conoció nunca un día de completo bienestar como puede tenerlo un hom- bre cualquiera... » En estas condiciones es, pues, que Darwin ha escrito to- das sus obras. Es admirable la resignación con que soportó siempre sus achaques, que le obligaron á vivir casi absolutamente aislado de la sociedad, y sometido á un régimen de vida muy estricto. Sus horas de labor estaban rigurosamente con- tadas, pues cualquier exceso en el trabajo mental le imhabilitaba por largo tiempo para continuar sus tareas. Trabajar en estas condiciones hubiera sido una imposibilidad para cualquiera que no hubiera tenido su paciencia y su resignación. Su carácter, naturalmente bondadoso y simpático, no se agrió jamás con tan continuados y molestos sufrimientos; más bien al contrario, su tolerancia para con las defectos del prójimo y aun para los ataques de que fué víctima, y su interés en la obra de los demás, se acentuaron cada vez más con los años. No hay una sola persona entre las que le conocieron, que no haya sido profundamente impresionada por el vivo sentimiento de simpatía que revelaba en sus palabras y sus modales. Pero aun así la vida le hubiera sido probablemente insoportable, si no hu- biera tenido en su esposa, Emma Wencwoob, la más fiel y abnegada compa- ñera, que vigilaba cariñosamente y del modo más celoso, la vida y las tareas de su marido. Á este respecto refiere Jubp que cuando iba á visitar á Darwin, acostumbraba retirarse, después del lunch, á «charlar un poco de geolo- gía» ; pero el tiempo que conversaban de continuo no podía exceder, por prescripción, de tres cuartos de hora. Si transcurrido este tiempo, Darwin no había salido de la babitación, entraba en su busca su esposa, sonriendo pero sin pronunciar una palabra. Darwix ya sabía lo que eso significaba, y en se- guida se levantaba, dirigiendo á su acompañante algunas palabras de discul- pa y rogándole que esperase un momento, salía á tomar un descanso. Al cabo de media hora volvía á entrar, y la conversación era proseguida en el lugar en que había sido dejada. Hasta ese punto debía medirse en su trabajo. En cuanto á la enfermedad que tantas molestias causó á Darwtx, parece ser que munca se ha puesto en claro su causa; pero es verosímil que los conti- nuos mareos de que padeció en su largo viaje alrededor del mundo hayan in- fluído en su malestar consecutivo. Así parece desprenderse de lo poco que al respecto dice su hijo (Life of Ch. D., p. 127). Jubp puso prólogo á cada una de las partes de la última edición de las (Greo- PHYSIS. — T. 11 21 326 PHYSIS logical Observations de Darw:1x, y finalmente contribuyó con un capítulo so- bra geología al precioso libro Darwin and modern Science, publicado con motivo del cincuentenario, en 1909, de la aparición del Origen de las especies. — M. D. J. Reuniones periódicas de instituciones científicas extranjeras. Academia de Agricultura de Francia. Una sesión extraordinaria. —El 23 de Febrero de este año tuvo lugar en: París una de las reuniones anuales de la Academia de Agricultura, que ofreció extraordinario interés. Se trataba de hacer entrega al ilustre químico M. Scmorsix6, decano de aquella Academia, del gran premio Barorre, discernido al sabio que por el conjunto de sus tra- bajos ha hecho mayores servicios á la agricultura. Se considera que el prin- cipal mérito de los trabajos de ScnroesiyG (quien ha llegado á los ochenta y dos años), reside en sus investigaciones clásicas sobre los fermentos nítricos, que causaron una revolución en la ciencia agrícola. Á la vez se inauguraba en la misma Academia un busto de Pasteur, de quien ScuLorsinc fué condiscípulo en las clases del célebre Sarwre-Crarre De- viLLE. Allí les conoció á ambos Gaston Bown1er, el distinguido botánico, quien asistía al presente acto y dirigía la palabra á ScnLorsinc al hacerle en- trega de su premio. Por otra parte, la Academia de la lengua francesa había sacado á concurso su gran premio anual de poesía proponiendo el tema « Á la gloria de PAsTEUR ». Hecha la elección entre numerosas composiciones presentadas, el autor de la que obtuvo el premio resultó ser el célebre fisiólogo CmarLes Ricner, á quien se debe el principio de la seroterapia y'el descubrimiento de la anafi- laxia. La composición poética del sabio fué leída por Boxer en la misma ocasión. Por lo que podemos juzgar, la composición de RKicuer (publicada íntegramente en la Revue Scientifique, 11-18 Mars 1916) es una bella poesía, llena de entusiasmo, vehemencia y virilidad, en que el autor no ha temido abordar la exposición en verso de los grandes descubrimientos de Pasteur, llegando, por ejemplo, á sintetizar el principio de la vacuna en un verso : Tout microbe ajfaibli devient un défenseur ! Asociación francesa para el adelanto de las ciencias. — Una asamblea reduci- da tuvo lugar en Montpellier el 27 de octubre de 1915 bajo la presidencia de M. Paun Distére. Parece ser que esta reunión se ha celebrado sólo para cum- plir con una prescripción reglamentaria; pero no se piensa publicar el volu- men que anualmente se editaba. Una serie de conferencias dadas en París en febrero, marzo y abril del co- rriente año, reemplazan á la asamblea de 1916. Todo ello debido, como se comprende, á los acontecimientos de la guerra. La American Philosophical Society celebró en abril pasado una reunión es- Crónica 327 pecial, destinada á tratar del estado actual de nuestros conocimientos sobre el estado físico del interior de la tierra. Las tres disertaciones presentadas, pu- blicadas en el Boletín de la sociedad (vol. 54, p. 279), se deben á T. €. Crram- BERLIN, H. Fieroin6 Rem y J. F. Hayrorb. El primero encara la cuestión del punto de vista geológico : el segundo, del seismológico, y el tercero, del geo- físico. Los tres están de acuerdo en que aún no pueden deducirse conclusio- nes definitivas; pero creen igualmente que todo tiende á demostrar que el interior de la tierra es no sólo sólido, sino también elástico-rígido, y que las lagunas viscosas, si es que existen, deben ocupar proporciones muy pequeñas. Vemos por el Scientific American (Abril 29, 1916) que á raíz del meeting de la Asociación Americana en Columbus, ha quedado constituída una nueva agrupación científica con el nombre de The Ecological Society of America, para el estudio, como lo indica su nombre, de las relaciones de los organismos con el medio ambiente. Su presidente es el Prof. Vicror E. SurLrorp, de la Uni- versidad de Hlinois y su vicepresidente el Prof. W. M. Wurezer. La nueva sociedad celebrará también sus reuniones anuales. Cuenta ya con más de 200 miembros. La guerra europea y el movimiento científico. Según una noticia remitida por el corresponsal en Berlín del Journal of the Amer. Medical Assoc., de los 66.000 estudiantes varones inscriptos en las uni- versidades é institutos superiores del imperio alemán, sólo 12.000 siguen los cursos, de modo que 54.000 ó sea más del 81 por ciento están prestando ser- vicios en la guerra. Según Science (Febrero 8, 1916) el número de los matriculados en el pre- sente curso universitario en Cambridge ha descendido á 665, contra 1227 en el anterior y contra 3600 que tiene en tiempo normal. Existen actualmente 11.000 miembros (de todas las categorías) de dicha universidad en los servi- cios de la guerra. Desde el comienzo de ésta, ha habido 697 muertos y 892 heridos. La Asociación francesa para el adelanto de las ciencias, en su última re- unión (Octubre 1915), da cuenta de que veintiuno de sus miembros han muerto en la guerra. Entre ellos, se cuentan varios cuyos mombres hemos mencionado ya en esta revista. La Estación Zoológica internacional de Nápoles, que había suspendido sus trabajos á causa de los acontecimientos europeos, va á reanudarlos de nuevo, según anuncia el señor MoxriceuL1 á la Academia de Ciencias de París. El teniente Jeay DavteL, muerto en la Champagne el 24 de Septiembre de 1g15, acababa de presentar á la Facultad de Ciencias de París, su tesis sobre la histología de la raíz y del tallo de los árboles y de las plantas herbáceas. (Rev. Scientif., 54* année, N” 1). 328 PHYSIS En la distribución anual de premios hecha por la Academia de Ciencias de París en su sesión del 27 de Diciembre de 1grb, varias de las recompensas han recaído en trabajos cuyos autores habían ya muerto en la guerra. Entre éstos se encuentran (según vemos en Comptes rendus de l? Académie des Sciences, tomo 161, N* 96): ArgerT be Romeu (Puxsis, IL, 215) á quien se ha discernido el premio De- Lesse de mineralogía y geología. AENÉú Troxquoy, laureado póstumamente con el premio Joskeen Lanbr, jefe de trabajos de mineralogía en el Museo de París y en la Sorbonne, caído el 20 de Febrero de rg1d en Eparges. Trowquoy obtuvo este premio por su Contribución al estudio de los yacimien- tos de estaño. ln el informe presentado. en nombre de la comisión, por M. Lacrorx. se halla un extracto interesante de aquellas investigaciones. «El mé- rito principal de ellas, — dice, — ha sido el de demostrar que bajo la influen- cia del relleno de los filones, el granito vecino ha sido recorrido por solucio- nes alcalinas, ricas sobre todo en soda, que han producido una albitización intensa, mientras que en el contacto de los esquistos se ha producido princi- do principalmente turmalina. » Los estudios sobre el terreno se habián reali- zado primero en los yacimientos de Villeder en el Morbihan, pero luego se habían extendido á Bohemia. Sajonia y Cornwall, y de todos ellos Trowquox llegaba á generalizaciones de alto interés en el campo muneralógico y petro- gráfico. Jean CuaranaY (Puvsis, 1, p. 70) ha sido agraciado con el premio Fanny Empey por sus trabajos entomológicos. M. Bouvier publica en los citados Comptes rendus un juicio sobre sus investigaciones. La preciosa colección de Tenebriónidos, familia de coleópteros en que Cuaravay era especialista, ha sido adquirida por el Museo de París. Prof. Dr. Fureorica Brixcmarer, caído frente á Verdun. á la edad de 3g años. Era conocido por sus trabajos de geofísica y magnetismo terrestre en el observatorio de la universidad de Munich. (Bull. Amer. Geogr. Soc., vol. 47, p. 286). Kewvern R. Lewix, protozoólogo de la Estación experimental de Rothams- ted, muerto en Francia el y de Marzo del corriente año. Se le conocía espe- cialmente por sus interesantes investigaciones recientes sobre la fauna de pro- tozoos del suelo, hechas en colaboración con G. H. Marrrx, una parte de las cuales aparecieron en Phalosoph. Transactions, 1914. (Nature, Marzo 3o, 1916). Prof. Dr. Arrreb Grunb, geógrafo, caído el 11 de Noviembre pasado. (Geol. Zentralbl., vol. 22, N* 3). A. S. Marsn, joven botánico inglés, muerto el 5 de Enero de 1916. Había publicado, entre otros, un importante trabajo sobre la flora de los pantanos salados cerca de Hunstanton. (Nature, Febrero 17, 1916). Dr. Fraxz Marrmiesen, nacido el 5 de Junio de 1878 en Sablons, cerca de Metz, director del Tropenpflanzer, órgano del kolonial Wirtschaftliche ho- O [5] Crónica mitee, conocido por sus trabajos botánicos de las colonias alemanas, falleció á consecuencia de las heridas recibidas en Rusia el 5 de Noviembre de 1914. Dr. Herxz MicumartseN, nacido en 1882 en Meldorf, caído el 28 de Octubre de 1gr4 en Flandes, asistente del «Institut fúr Meereskunde ». (Der Tro- penpflanzer). Dr. Kurr Aros HawteL, profesor de geología y paleontología de la uni- versidad de Bonn, caído en la guerra á principios del año de 1910. (Peter- manns Geogr. Mitt.). Dr. Frrrz Wewbecke, geógrafo, caído en la batalla de St. Quentin el 19 de Agosto de 1914. (Petermanns Geogr. Mitt.). Dr. Feroivaxo ScunabL, geógrafo, caído como teniente de la reserva á fines de 1914 en Galitzia. (Pelermanns Geogr. Mitt.). Protección y estudio de las aves. Extractado de su libro Les Jardins voliéeres, M. Awbré Goparo publica en la Revue Seientifique (29 de Enero 1916, p. 78) un capítulo interesante sobre la utilidad de las aves en Francia y en general en Europa. «La cuestión de la utilidad de la avifauna es más compleja de lo que á primera vista parece. Desde luego, ciertos pájaros se vuelven perjudiciales desde que el hombre rompe el equilibrio natural de las especies. Importa, pues, al apologista con- cienzudo de la fauna alada, distinguir las especies en útiles, dudosas y perju- diciales ». Entre las útimas, incluye sólo las águilas, halcones, buho «grand duc ». esparvero, milano (sólo rapaces, pues). Entre las dudosas hay unas 3o especies, que á su vez se distribuyen en tres categorías : 1* especies alternati- vamente útiles y nocivas (entre las cuales se encuentra el gorrión) ; 2* especies útiles en ciertos cultivos y perjudiciales en otros : 3* especies mucho más úti- les que nocivas, como por ejemplo, el cuclillo, el pico-verde, etc. Todas las demás son «absolutamente útiles y de ningún modo perjudiciales ». Sigue una enumeración larga, pero desgraciadamente sólo con los nombres vulga- res franceses, lo que obliga al lector extranjero á una larga compulsa para cerciorarse de las equivalencias científicas de aquellos nombres. En la Revista del Centro de Estudiantes Unwersitarios de Tucumán, cuyo primer número acaba de aparecer (Mayo 3o, 1916) el Prof. CarLos Diaz pu- blica una traducción del trabajo de BuckLaxb, editado por la Smithsonian Instilution, sobre la utilidad de las aves para el hombre, que mencionábamos hace poco en Paysis (N* 9). Es de felicitarse de que se difundan así esta clase de conocimientos, tan necesarios en nuestro país. PHYSIS Ds 3 Nuevamente sobre el hombre de Piltdown. (« Eoanthropus »). Al mencionar en el número anterior de esta revista (1, p. 215) la Guía del hombre fósil publicada por el Museo Británico y redactada por Smira Woon- wakrb, se hacía motar la importancia del hallazgo de Piltdown, el famoso « Eoanthropus Dawsoni», que ha suscitado tantas discusiones en cuanto á la interpretación de las diversas reconstrucciones propuestas; pero ahora las di- vergencias de opiniones entre los autores han alcanzado una amplitud mu- cho mayor. El profesor Kerrn, en su reciente libro The Antiquity of Man (1915), vuelve, según la noticia que de dicha obra publica la revista Nature, sobre su anterior interpretación, de tal modo que la capacidad craneana del « Eoanthropus » se encuentra reducida á 1400 cc., mientras que la mandíbula aparece ahora esencialmente idéntica á la de la reconstrucción de SmrrH Woobwarkb. Se le reprocha á Krerrn, el que en sus investigaciones se haya guíado sólo por los métodos del anatomista humano, mientras que en casos como éste es necesario el concurso del paleontólogo de vertebrados. Es curioso que se haya hecho á F. Amecuixo el reproche precisamente inverso, de que los restos del hombre fósil deben estudiarse con el criterio del anatomista y no del pa- leontólogo. Ya desde el principio, muchos dudaron de que la mandíbula de Piltdown fuera del mismo hombre de Piltdown (dado que haya sido hombre el del crá- neo). Mr. Gerkrr S. Miner, de Washington, que es considerado como un autor competente en cráneos y dientes de mamíferos, dice (Smilhson. Miscell. Collect., vol. 65, N* 12, Novbre. 24. 1915) que la mandíbula es de un chim- pancé fósil, y aunque él no la conoce sino por modelos de yeso, funda sobre ella una nueva especie á la que aplica el nombre de Pan vetas MiLier. Por lo demás, el carácter pitecoide de la mandíbula ya había sido señala- do por el mismo S. Woobwarb, y posteriormente Bourg (La paléont. humai- ne en Angleterre, en L*Anthropologie, XXVI. 1915) lo acepta así. En cuanto al cráneo, Bourr le encuentra ciertos caracteres primitivos que justificarían, al parecer, su separación del género Homo. GruseerE Seret es otro de los que han terciado en este debate (L”Evoluztone organica e le origint umane, 1914; La mandibula umana, en Rivista di Antropologia, XIX, 1914; Problema di Seienza contemporanea, capítulo Paleantropologia, 1916) llegando á la conclu- sión de que la reconstrucción de la mandíbula deja mucho que desear, pero como quiera que sea, no puede ser considerada como de chimpancé, aunque exhiba caracteres pitecoides. Cree que la mandíbula pertenece realmente al mismo cráneo, y que el todo indica una forma primitiva, aunque le parece inapropiado el nombre de « Eoanthropus », en lo cual coincide con Bourr. «Woobwarb sufrió la ilusión de haber hallado la forma primitiva humana » dice SerG1. Por otra parte, H. F. Ossorw en la revisión que de su obra The Age of do "bd e En dl ¿Ss A A A A E, DES AAA od CRÓNICA 331 Mammals ha hecho para la reciente edición alemana de la misma (véase Revi- sion of the Pleistocene, etc., Ann. N. York Acad. Sciences, XXVI, p. 215. 1915) coloca al Foanthropus, con el nombre de «raza de Piltdown », más arriba de la mitad del Cuaternario, en la tercera época interglacial, es decir, en aquella que precedió inmediatamente á la última época glacial. Se ve, por lo tanto, que el hombre de Piltdown sería, según éste, de edad más cercana de la actual que del plioceno superior ó pleistoceno inferior como lo han admi- tido los demás autores. Más recientemente, G. G. Mac CGuroy, en Science (vol. 43, pág. 228, Fe- brero 18, 1916) confirma las conclusiones de MuzLerR, como lo había hecho también W. D. Marruew (Science, Enero 21, 1916). Por otro lado, el cani- no que fué hallado suelto, y atribuído por Woobwarb al lado derecho de la mandíbula. sería para MinLeR (como lo era también para A. E. AxpersoN y W. K. Grecokry) el canino izquierdo de arriba. Mac Curr está convencido de que el cráneo es simplemente humano. Así pues, el hombre de Piltdown se descompondría en dos especies: un Homo Dawsoni y un mono chimpancé (Pan vetus Miner, ó bien, según BouLk, Troglodytes Dawson). «Lo único que se ha perdido después de esto — dice Mr. Mac Gurb —es el Koanthropus, pérdida bien insignificante puesto que nunca existió, » De opiniones tan contradictorias, referentes no sólo á los restos fósiles mis- mos sino también á su edad. sólo una conclusión se deduce sin discusión, y es que, no solamente en lo que se refiere al hombre fósil de la Argentina exis- ten tan grandes divergencias entre los estudiosos, y que allá tampoco parece haberse dicho la última palabra. PHYSIS BIBLIOGRAFÍA Proyecto de ley de Bosques y Yerbales. El Ministerio de Agricultura de la Nación ha publicado en su Boletín (tomo XX, p. 12) y en un folleto aparte, el proyecto de ley que elevó al Congreso en septiembre ppdo. sobre este importante asunto. Se trata de un estudio prolijo y meditado de la cuestión, que presenta por primera vez en un cuerpo orgánico el conjunto de reglamentaciones y leyes parciales que hasta ahora constituían un caos. El proyecto de ley está dividido en cinco títulos que comprenden en total 143 ar- tículos, el último de los cuales establece que « todas las cuestiones y problemas corres- pondientes á la flora dendrológica de la Nación, serán sometidos al dictamen de la Comisión de la Flora Argentina instituída en el decreto de 11 de marzo de 1913 ». comisión que, como se sabe, está constituída por varios de los mejores botánicos del país. Es satisfactorio comprobar la orientación científica que esto revela en el nuevo plan de conservación y explotación de nuestros bosques. El mensaje con que el ministro Carberóx eleva el presente proyecto y el prólogo de éste, contienen interesantes consideraciones referentes a la historia de los proyectos y reglamentos anteriores, desde «las previsoras leyes de Indias, que contenían dispo- siciones muy acertadas, algunas de las cuales podrían hoy mismo aplicarse » (pero que por desgracia no se aplicaron munca, como tantas otras de aquellas leyes). En otro pasaje se hace notar cómo D. Berwyarnixo Rivabavia, en 1825, introdujo, si no el término, el concepto, de « reserva forestal » que al año siguiente apareció en el código francés. También el presidente ÁveLLaNeEDA se preocupó mucho de estas cues- tiones, á las que dedicó estudios legales y decretos de gran importancia. El principal obstáculo con que aquellos estadistas tropezaron, y que aún hoy subsiste en gran parte, fué la falta de planos topográficos siquiera medianamente satisfactorios. Por intermedio de la Oficina de Bosques, á cargo del Sr. Enuarno A. HormberG (h.), se han levantado ya varios mapas forestales, á saber: el de Formosa, el de Misiones y el de los Andes patagónicos. Este último, como asimismo uno de los yerbales de Misiones, van agregados al folleto que nos ocupa. También contiene uno general de las regiones forestales de la república, desgraciadamente en escala demasiado pe- queña. En el artículo 4” está consignada la división adoptada á los efectos de la admi- nistración forestal, división que, como se hace notar, no coincide exactamente con la fitogeográfica, pues aquí ha debido tenerse en cuenta el punto de vista económico, además del puramente científico. Varios otros aspectos interesantes presenta este proyecto, como por ejemplo, el del fomento de los estudios forestales por medio de la fundación de escuelas de silvi- cultura, destinadas á formar el personal técnico para la repartición correspondiente. La necesidad de un instituto semejante (ya planteado ante la Cámara de Senadores el año pasado) está fuera de discusión. La importancia económica de la explotación racional y de la repoblación de los (35) (350) O) BIBLIOGRAFÍA bosques es tan grande, que resulta superfluo cualquier comentario al respecto, ni es éste, por otra parte, el punto de vista desde el cual contemplamos el problema, por no ser de nuestra competencia. Pero interesa grandemente al botánico, al naturalista en general, y aun al simple amante de la naturaleza, la conservación de esos museos vivientes e imsubstituibles, cuya destrucción irracional á nadie puede infundir más tristeza que al naturalista. Por eso nos regocijamos vivamente al ver planteado su es- tudio en la forma que el presente proyecto de ley revela. Anuario del Instituto Geográfico Militar de la República Argen- tina. Vol. I-II, Bs. Aires, 1912-1914. Hemos recibido los tres primeros volúmenes de esta publicación, que, como se in- dica en la página 1 del 1% volumen, está destinada á dar á conocer «los datos fun- damentales correspondientes á los trabajos astronómicos, geodésicos, topográficos y cartográficos, que como base de la construcción del mapa de la República, ejecuta el Instituto Geográfico Militar» bajo la dirección del coronel D. Bexyamín García Aparicio y del jefe de la sección de geodesia Dr. GuiLLerMO ScHuLz. El valor científico de este Anuario está ya reconocido por las principales autoridades en la materia y hace esperar fundadamente que tendremos por fin el relevamiento exacto del territorio argentino, obra cuya importancia y cuya necesidad es innecesario encarecer. Trabajos del Instituto de Botánica y Farmacología (Facultad de Cien- cias médicas de Buenos Átres), 1904-1915. Hemos recibido una serie casi completa de las publicaciones de este instituto, diri- gido por el Prof. Juay A. Domíxcuez. Algunas de ellas han sido ya mencionadas en esta revista. Entre las más recientes se encuentran: Contribución al estudio de la yerba- mate, por ArBertTO J. Corrapo (1915); Vegetación del lago Nahuel-Huapt, por €. C. Hosseus (1915); Contribución al estudio del quebracho colorado, por Juaw B. GGaLarza (1915). Recordaremos que entre estos trabajos se hallan varios importantes sobre botánica, por E. Aurray, GC. M. Hickes, E. Hasster (Florula pileomayensis) y los valiosos Datos para la materia médica argentina de DomíxGuEz. Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires. Tomo AXVIL, 517 pág., 15 láminas y 147 fig. en el texto. 1915. La marcha de esta publicación en los últimos tiempos revela un progreso creciente. Á partir de 1gro se editan tres volúmenes cada dos años, término medio. En el año pasado (1915) han aparecido los tomos 26 y 27. Del primero hemos dado cuenta en Puxsis (n* 9) y de algunos de los artículos contenidos en el segundo tam- bién nos hemos ocupado ya, ó mos ocupamos en el presente número ó en los si- guientes. 331 PHYSIS Ds ye) Los primitivos habitantes del Delta del Paraná, por Luis María Torres. Biblioteca Centenaria, publicada por la Universidad Nacional de La Plata, t. IV. Buenos Aires, 1grt. (617 pág., numerosas ilustraciones y planos, un mapa). El doctor Luis María Torres, con esta obra ha llevado á un feliz término, y con una rara perseverancia, los trabajos de diez años de exploraciones (1896-1906) en el Delta del río de la Plata y los consiguientes estudios de laboratorio y bibliográficos que le fué dado terminar justamente en el año del centenario de la existencia de la República Argentina. Las primeras exploraciones las hizo Torres por su cuenta; más tarde fué ayudado en ellas por los museos de Buenos Aires y La Plata (1). La obra de Torres ha llamado demasiado poco la atención : en el país, por carencia de revistas dedicadas á esta especialidad; en Europa, á causa de que sobrevino la guerra, suspendiendo el movimiento científico mundial. Éste es el motivo porque tra- taré de dar una idea de esa obra concienzuda que constituye la monografía fundamen- tal antropológica y arqueológica de una región muy interesante que antes era tierra incognita bajo estos puntos de vista. Antes de entrar en materia, Torres da una descripción general geográfica del Delta, comprendiendo los rasgos principales fisiográficos, geológicos, hidrológicos, zoológicos y botánicos de la región, reuniendo los datos dispersos de viajeros anteriores y agregando el gran acopio de observaciones personales que durante sus largas explo- raciones ha efectuado. Divide las islas y costas del Delta en tres zonas diferentes desde el punto de vista de la fisiografía general y la flora, con el fin de explicar las calidades y peculiaridades de aquel medio y su adaptabilidad para la vida de los sal- vajes que tuvieron allí sus viviendas, y para los cuales sin duda el Delta era un sitio preferido. Las condiciones especiales de los terrenos del Delta dificultaban en alto grado las excavaciones de Torres, y solamente á fuerza de mucha paciencia, aplicando métodos especiales en la formación y aereación de las zanjas, ha podido extraer de la tierra hú- meda el material óseo y los objetos arqueológicos, sin que se desmoronaran al salir á la luz del día. Las exploraciones de Torres comprenden casi todo el Delta, tanto la parle que da al río Uruguay como la que forman los numerosos brazos del río Paraná. Las exca- vaciones y hallazgos se encuentran distribuídos sobre todo este territorio, de manera que puede decirse que la región ha sido estudiada en toda su extensión. Los yacimientos principales se hallan en túmulos artificiales, bajos (de unos dos metros de altura), pero cubriendo un área considerable. De estos túmulos han sido excavados uno sobre el río Carabelas, tres sobre el Paraná Guazú, uno sobre el Brazo Gutiérrez y uno sobre el Brazo Largo, es decir, en muy distintas partes del Delta. No hay duda de que son túmulos artificiales, levantados probablemente poco á poco. con el objeto de que las viviendas allí colocadas quedaran en seco durante las grandes (1) La dirección del Museo de La Plata se expresa al respecto en estos términos : «La expe- dición del profesor Torres es, de las enviadas por el Museo en los últimos tiempos, la que mayores y más valiosos resultados ha obtenido ». (Memoria del Museo de La Plata correspondienle al año de 1906, p. 14-15. Buenos Aires, 1907). [90 (35) (51 BIBLIOGRAFÍA inundaciones. Eran también adecuados para la defensa contra un enemigo invasor, por estar situados en medio de pantanos difíciles de vadear. En una palabra, los túmulos deben haber sido un refugio permanente y punto de concentración, vivienda firme de las pequeñas tribus que pasaban la mayor parte de su tiempo cazando y pes- cando en el vasto laberinto de canales é islas del Delta. Estas tribus, como han demos- trado las minuciosas investigaciones de Torres, usaban los túmulos no solamente como viviendas, sino, lo que es muy natural, enterraban allí, al lado de su residencia relativamente fija, sus muertos en esa tierra, la única fuera de alcance de las inun- daciones. En algunas partes de la América del Sur se han descubierto antes túmulos artificiales levantados con el mismo fin, es decir, para constituir vivienda y refugio de las inundaciones periódicas de una región anegadiza, y al mismo tiempo sirviendo de enterratorios. Los que primero fueron examinados son los de las orillas del lago de Valencia, en Venezuela, publicados en 1889 por G. Marcaxo y después estudiados con detalle por K. voy DEN Sreinex (1). Más tarde, Max Sommipr (2) ha explorado detenidamente una serie de túmulos análogos sobre el río Caracara en Matto Gros- so, elevados por los indios Gruató, que todavía existen en dicha comarca. El último descubrimiento de túmulos construídos para servir de viviendas en un territorio ex- puesto á inundaciones periódicas y también utilizados para cementerios, ha sido efectuado por ErLawo NorbewskiórD (3) en las llanuras de Mojos (Bolivia) y publica- do en un bien ilustrado trabajo en el Bessler- Archiv. Estos túmulos tienen la particu- laridad de ser reunidos entre sí por largos caminos elevados en forma de vallas, por los cuales los habitantes de los diferentes túmulos podían comunicar en tiempos de inundación. En la obra que nos ocupa. cada yacimiento está tratado por separado y el capítulo correspondiente contiene primero la descripción general del yacimiento, después la del material osteológico y al fin la de los objetos arqueológicos allí encontrados. Este método tiene sus ventajas, pues da al lector una imagen clara y completa de la natu- raleza de cada yacimiento y le permite al mismo tiempo establecer comparaciones entre los hallazgos de una localidad y de otras. El material somatológico ocupa el primer lugar en la obra de Torres, lo que es de suponerse, dado el estado inferior cultural del pueblo cuyos restos estudia. El autor demuestra poseer á la perfección la literatura antropológica moderna, la que cita en una nutrida bibliografía, y ha sabido elegir críticamente los métodos de investigación osteométrica que emplea. Ha tomado en especial consideración los autores que han tratado de asuntos de antropología sudamericana. En el capítulo correspondiente á cada yacimiento se halla el estudio descriptivo muy minucioso del material óseo procedente del yacimiento, incluso las anomalías, variaciones y lesiones patológicas de los huesos. Los resultados osteométricos parciales y generales son expuestos en una «exégesis» y resumidos en numerosos gráficos y tablas de una claridad muy loable. Consigno aquí, á título de espécimen, el tér- (1) K. vox Dex Sremen, Ausgrabungen am Valenciasee (« Globus », Bd. LXXXVI, Nr. 7). Braunschweig, 1904. (2) Max Scmuor, Reisen in Malto Grosso im Jahre 1910. (Zeitschrift fúr Ethnologie, 44. Jahrg., S. 130-174). Berlín, 1912. (3) Eras NorDewskióLD, Urnengráber und Mounds im bolivianischen Flachlande (Baessler= Archiv, Bd. 11I, Heft 5). Berlín, 1913. 336 PHYSIS mino medio de los diversos índices del cráneo de los individuos masculinos de toda la colección : Indice tcetalico e A 70.49 = longitudino-vertical ............. e 78.39 — trans yerso=ventica 109.71 LAS Eso ro 67.93 = A la go.64 ÉS DANA ER 47-64 = E A O 116.71 == palatino aaa cba aia 82.86 — E E o dial na a 85.03 El término medio de la capacidad craneana de 65 individuos masculinos y feme- ninos es de 1471 centímetros cúbicos. Hay tablas osteométricas de los atlas (técnica Lemmany-Nrrscme), clavículas (íd.), húmeros (íd.), cúbitos (Fiscner), radios (íd.), pelvis (Verxeau), huesos coxales (íd.), fémures (BumiLLER). La talla reconstituída según las tablas de Maxouvrier, es en término medio de 1688 para los hombres y 1652 para las mujeres. El estudio comparativo, tomando en cuenta el escaso material publicado de los territorios adyacentes y otras regiones de Sud América, resulta interesante. Los métodos empleados por Torres son los más modernos, análogos á los de las mejores obras inmediatamente anteriores, como Schiádel von polynesischen Inseln, Berlín, 1907, por voy Luscuay, ó posteriores, como Grania HHabessinica, de SeErGI, ó Lehrbuch der Anthropoloyie, de R. Marrix. Por fundamentos principalmente somatológicos y etnográficos Torres llega á la conclusión de que los pueblos primitivos del Delta y regiones adyacentes demuestran una influencia aruac que se puede trazar al través del Gran Chaco desde el centro de Sud América. Pasando á los elementos arqueológicos de la obra, el material reunido demuestra el estado cultural inferior de los habitantes prehistóricos de los túmulos. Entre los objetos de piedra figuran raspadores, alisadores, percutores, etc., de tipos muy primitivos. Un hacha bastante imperfecta, con surco, proviene de un túmulo del Paraná Guazú (Delta superior). En cuanto á los rodados provistos con hoyuelos, tan comúnmente hallados en la República del Uruguay, son frecuentes en los túmu- los del Delta. Estoy perfectamente conforme con la teoría adoptada por Torres para la explicación del objeto de estas piedras tan discutidas, según la cual habrían servido para romper las cáscaras duras de las frutas de la palmera Cocos australis, que en gran cantidad se hallan entre los residuos contenidos en los túmulos. Por varias razones demasiado extensas para exponer aquí, encuentro inverosímil la explicación que pre- fiere el doctor Lenmany-=-Nrrscue (1), en un análisis que ha publicado sobre la obra de Torres. Entre otros objetos de piedra mencionaremos una bola esférica, de bolea- dora, con surco ecuatorial, idéntica á las que tan frecuentemente se hallan en Pa- (1) R. Lemuans-Nrrscme, Los primilivos habitantes del Delta del Paraná, por el Dr. Luis María Torres (Revista Argentina de Ciencias políticas, año 1V, tomo VIII, n* 48). Buenos Aires, 1914. BinLIoGRAFÍA 337 tagonia y en la provincia de Buenos Aires. Además, un ejemplar de esas piedras fu- siformes ó lenticulares comunes entre los vestigios de pueblos antiguos en muchas partes del mundo, las que los arqueólogos americanos subconscientemente han ex- plicado como « piedras de honda », y que en efecto, lo son, según lo atestiguan do- cumentos remotos europeos, egipcios, etc. Los objetos más numerosos consisten en útiles muy primitivos de hueso y de asta de ciervo, como puntas de flecha y de arpón, punzones, raspadores, lesnas, agujas (sin ojo), «espátulas », mangos para diversos instrumentos. En general se han utili- zado los huesos de ciervo, pero también otros, como tibias de aves. Constituyen un descubrimiento interesante los hallazgos, en dos túmulos distintos, de láminas delgadas de cobre, rectangulares, circulares ó en forma de sector de círculo. Una está provista con agujeros á lo largo de los bordes, indicando que ha estado cosida sobre una prenda de vestir; otras llevan agujeros de suspensión. Cuatro de estas láminas han sido analizadas químicamente y han dado 1.41, 0.61, 3.28 y 0.77 por ciento de estaño, respectivamente. El porcentaje de zinc es tan insignificante que su presencia tiene que considerarse como casual, debida á la impureza del mineral. Pero el estaño, á lo menos en dos casos, ha sido añadido intencionalmente, y el por- centaje bajo y variable de este metal es análogo al que se encuentra en los objetos de cobre de la región diaguita, lo que hace probable que los habitantes prehistóricos del Delta han conseguido esas láminas de cobre por intercambio comercial con los de los valles interandinos. En cuanto á la cerámica, los restos encontrados en los túmulos se componen, como siempre cuando se trata de sitios de viviendas antiguas, casi exclusivamente de frag- mentos. La ornamentación consiste en general de líneas y puntos grabados ú obte- nidos por impresión. Es la alfarería antigua común en la provincia de Buenos Aires y territorios adyacentes, y que especialmente se ha hallado en gran cantidad en la laguna de Chascomús y sus alrededores. El autor designa con el nombre de «orna- mentación geometrizada » á esa ornamentación primitiva, imperfectamente geomé- trica. Muy raros son los tiestos pintados. Dos ollas enteras. sin decoración, son figu- radas p. 391 y 410, como también dos piezas modeladas p. 89 y 406. Una pipa de fumar, de barro cocido, muy sencilla, hallada cerca del Puerto Landa, sobre el río Uruguay, es el único ejemplar encontrado en la región mesopotámica argentina y forma un eslabón entre las pipas de los estados meridionales del Brasil y las de las regiones diaguita y araucana. Los abundantes residuos de cocina contenidos en los túmulos comprenden en primer lugar una gran cantidad de caracoles y valvas de moluscos, especialmente de los gé- neros Unio y Anodonta. Además, copiosamente, cocos quemados, y también huesos partidos y quebrados de ciervo, carpincho, mutria y de peces grandes del río. Los isleños antiguos parecen haber sido más pescadores que cazadores, y sus principales alimentos eran sin duda los moluscos y el pescado. El doctor Torres atribuye los túmulos á los Chanás lo que me parece muy vero- símil. Reproduce por primera vez íntegramente el « Compendio del idioma de la nación Chaná », que forma parte de un manuscrito inédito del P. Dámaso A. La- RRAÑAGA. Á propósito de una urna funeraria encontrada hace muchos años sobre el arroyo Paycarabí, y varias veces mencionada en la literatura arqueológica, así como de varios otros hallazgos de la misma clase, desgraciadamente hechos por personas profanas á la ciencia, el autor pasa en revisión la teoría que el subscripto ha expuesto en su obra 338 PHYSIS general sobre las antigúedades del noroeste argentino (1), atribuyendo y considerando característicos para los Tupi-guaraní esta clase de entierros, cuando reunen las condi- ciones que en el caso enumero. Torres se adhiere á esta teoría y atribuye los en- tierros en urnas del Delta, antes referidos, á una raza distinta de los Chaná, una raza guaraní. Hablando de las urnas funerarias, Torres formula una clasificación, acompañada de dibujos esquemáticos de diferentes tipos de urnas funerarias. Este estudio es intere- sante. Sólo debo observar que no puedo encontrar bastante semejanza entre las urnas del cementerio de párvulos de Arroyo del Medio (Jujuy) que descubrí en 1gor y las de Cunany (noreste del Brasil), descritas por GoeLb1, para admitir, con Torres, los rastros de una influencia aruac en las primeras, aunque estoy conforme con la hi- pótesis emitida por ErLawo NorbewskióLD sobre la posibilidad de una remota influen- cia aruac en la cultura andina de la República Argentina. Pero los cementerios de párvulos enterrados en urnas decoradas son demasiado especiales para esta última región y las analogías de decoración y forma de las urnas de Arroyo del Medio con las de Cunany ó de Marajó demasiado débiles para aplicar en este caso dicha hipótesis. La obra del doctor Torres forma una monografía completa sobre una región virgen bajo el punto de vista arqueológico y está basada, como pocas veces sucede, exclusi- vamente sobre un rico material auténtico, coleccionado por sus propias manos. En cuanto á la descripción de este material, es tan minuciosa que las colecciones podrían perderse, y sin embargo, persistirían, pues el estudioso puede, con ayuda de la obra, reconstituírlas en sus mínimos detalles. — Eric Boman. Biblioteca Centenaria, publicada por la Universidad Nacional de La Plata, 6 vols., Bs. Aires, 1Q1I. Hemos recibido en mayo ppdo. los seis hermosos volúmenes editados, con este título, bajo la dirección del Prof. L. M. Torres, por la Universidad de La Plata, como un acto de adhesión á la celebración del centenario de la revolución de Mayo. Estos vo- lúámenes tratan de materias diversas, pero relacionadas todas con cuestiones de viajes, arqueología, etnografía é historia. El primero comprende una traducción con anotaciones bio-bibliográfiicas por La- roNeÉ Queveno, del viaje de Farkver á la Patagonia, obra clásica cuya edición original inglesa fué publicada en 1774, y de la cual no se conocía sino una versión castellana inccmpleta por be AvcrLis. La presente va acompañada de una reproducción facsi- milar del mapa. También incluye este volumen la traducción por A. Costa ÁLVAREZ, de la Vida entre los patayones de Musters (1873). El segundo (La enseñanza de la filosofía en la época colonial) comprende una versión castellana por J. Curabra, de apuntes latinos tomados por los alumnos de los siguientes cursos : Í, Lógica, por L. J. Cuorroaríx, en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires (año 1783); Il, Física, por el profesor fray Erías DeL Carmen en la Real Aca- demia de Córdoba (1784), y UL, Filosofía moral (anónimo). El volumen tercero encierra una traducción del latín, por Luciavo Añemue, de los (1) E. Bonax, Antiquilés de la région andine de la République Argentine el du désert ' Atacama. París, 1908, t. 1, p. 259-279. BIBLIOGRAFÍA 339 Elementos del derecho natural y de gentes del presbítero Cirraco MoreLrr, de la Uni- versidad de Córdoba (1791). Los volúmenes cuarto y quinto comprenden dos importantes obras originales una de Brucn sobre sus exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Ca- lamarca, y otra de Torres sobre los primitivos habitantes del Delta del Paraná. Ambas merecen una noticia especial. El sexto es una recopilación de adivinanzas rioplatenses por KR. Lemmayn-Nrrscue, de interés para el folk-lore argentino. Los yacimientos de los minerales de wolfram en la República Ar- gentina, por el Dr. Roserro Beorkr: Boletín de la Dirección general de Minas, Geología é Hidrología, nm” 12, serie B (Geología). 31 p., 1 plano. 1916. De este estudio comparativo de los yacimientos argentinos de minerales de wolfram transcribimos el siguiente resumen que contiene numerosos datos interesantes, sobre todo ahora que dichos minerales han llegado á una tan alta valorización. «La wolframita y la scheelita, que acompaña á la primera en ciertas partes, se encuentran en la República Argentina casi exclusivamente en filones de cuarzo con mica. La presencia en pegmatita es sumamente rara y solamente casual, como que se han encontrado en ella tan sólo algunos pequeños cristales. «Los filones se presentan en las sierras pampeanas. Éstas consisten en rocas pre- cámbricas y eopaleozóicas; preponderan los esquistos cristalinos acompañados de 1m- clusiones de batolitos de granito de diferente edad. Los filones de cuarzo con mica y wolframita que aparecen tanto en los esquistos cristalimos, como también, aunque menos frecuentemente, en los granitos, están relacionados genéticamente con las peg- matitas y éstas, por su parte, con los granitos, debiéndose considerarlas como una de las fases terminales de la intrusión de granilo. La mayor parte de los yacimientos se hallan en las partes occidentales de la Sierra de Córdoba y en las orientales de las sierras de San Luis. Las demás sierras pampeanas son relativamente pobres en yaci- mientos de wolframita. «Los minerales de wolfram están acompañados de otros numerosos minerales. La presencia o falta de turmalina separa los yacimientos en dos grupos; los filones con tur- malina y los que no la contienen, que son algo más frecuentes. Más importante es tal vez la frecuencia de sulfuros, que en ninguna parte faltan del todo, pero su cantidad relativa no es suficientemente conocida para fundar en ella una clasificación. Son prin- cipalmente sulfuros de hierro y cobre, junto con sus diferentes productos de transfor- mación. «De los minerales que acompañan al wolfram, son los más interesantes la molib- denita (San Virgilio, Los Coloraditos), como también la bismutita ó carbonato de bismuto (El Águila, El Salado). La scheelita se encuentra generalmente en pocas cantidades. Una sola localidad (Mazán) presenta también casiterita fuera de la wolfra- mita. El yacimiento de casiterita de :« San Salvador» no contiene wolframita y su formación pertenece á una fase anterior (grietas é impregnaciones; ningún filón de cuarzo y mica). « El criadero más importante lo presenta la mina « Los Cóndores » en la provincia de San Luis; los demás no alcanzan á tener importancia; muchos están abandonados 340 PHYSIS y otros aun no se han explotado. El contenido de wolframita en « Los Cóndores » es de 1-4 %/, del filón; hacia abajo disminuye la proporción (1,28 %/,). No se conoce el contenido en término medio de las demás minas. Las cantidades de mineral de wolframita exportadas han sido las siguientes : Toneladas NN O O RIO 349.64 MO e ua oe dede 753.72 (O So ei AL OEA 708.7 Os A A 585.82 PA O > A A IO Epica 239.76 «La composición química de las wolframitas argentinas demuestra cantidades de FeO y MnO aproximadamente iguales, no conociéndose wolframatos libres de hierro 6 libres de manganeso ó muy pobres de éstos (ferberita y hibnerita). El contenido de tierras raras Nb,O, + Ta,O,, es de 0,60 — 1,39 %/o. » Informe sobre las causas que han producido las crecientes del Río Colorado (Territorios del Neuquén y La Pampa), en 1914, por el Dr. Pasto GrorserR: Boletín de la Dirección general de Minas, Geología é Hidrología, n* 11. Serie B (Geología), 29 p., 1x l., 19rÓ6, El autor estudia las causas y describe la catástrofe á que dió lugar la rotura del dique natural que constituía el lago Carri-Lauquén (verde lago) situado en la alta cordillera, en el curso superior del Río Barrancas, afluente del Colorado. Dice que el enorme receptáculo que se había formado por un gran desmoronamiento que obstruyó el estrecho y profundo valle, medía 21,5 kilómetros de largo y se ha vaciado casi totalmente en el transcurso de una noche, reduciéndose á una longitud de 5,6 kiló- metros y bajando el nivel de sus aguas 95 metros más ó menos. Una apreciación aproximada de la masa de agua que se precipitó repentinamente llevándose las comi- sarías del Río Barrancas, la estancia del Paso de las Bardas, los alfalfados y toda la tierra cultivable que existía, dejando sobre las rocas desnudas extensos bancos de pe- dregullo, le da la suma de 2000 millones de metros cúbicos. Las láminas ilustran claramente la casi desaparición del gran lago andino. Piensa el Dr. Groeser que la catástrofe podría repelirse, aunque no con las mismas proporciones, y aconseja que se realicen trabajos de ensanche del cauce á la salida del lago, removiendo parte de los materiales detenidos. Siendo conocedor de la región. enumera las dificultades que tendría allí la obra y calcula después su costo aproximado. Los yacimientos minerales de la Puna de Atacama, por el Ing. Juan F. Barvabé; Anales del Ministerio de Agricultura, sección (teología, Mine- ralogía y Minería, t. X, n” 5, 1915; 63 p. con 20 dibujos, 47 fotografías y dos mapas. ¿ste trabajo del Sr. BarwarÉ apareció también en el Boletín del Ministerio de Agri- cultura (t. XIX, n* 3-4, p. 283-320). Al analizarlo brevemente en nuestro número q DATA AR Ac dns BIBLIOGRAFÍA 3h1 observamos que en el citado Boletín faltaba el mapa geológico á que el autor se refería con frecuencia. En la publicación que hace la Dirección general de Minas vemos que va acom- pañado de un mapa topográfico y uno geológico con su transparente y se completa con numerosas ilustraciones fotográficas. Expedición al valle y á las fuentes del río Nirihuao y al cerro Colo- rado, en el valle de Pichileufú, por €. Curr Hosskus. Boletín del Mi- misterio de Agricultura, 47 pág., numerosas fotografías y un mapa. Buenos Aires, 1915. En este folleto el autor hace la narración de su viaje á la región de los lagos, repro- duciendo sus anotaciones diarias. Consigna, entre otros, datos botánicos interesantes. Sería de desear que los aprovechara para un estudio más conciso sobre la fitogeografía de la región. — E. C. Contribución al conocimiento de los «< Cerros de Rosario » con sus yacimientos de mica (prov. de San Luis), por M. Kawror. Rev. Mus. La Plata, t. XXI (2* serie, t. X), pag, 164-173; con 5 dibujos en el texto. El trabajo comienza con una lista bibliográfica. Á continuación, hace el autor una breve reseña de los viajes y descripciones de investigadores anteriores, y pasa al es- tudio de la mina de mica, tratando de la constitución geológica de los Cerros del Rosario y describiendo las cualidades del yacimiento y del producto. Dedica, por último, algunas líneas á la cuestión de la edad geológica de las rocas de los cerros citados y menciona el orden de formación de ellas. En la descripción de las rocas, fi- gura el nombre de «augita andesítica », que probablemente es un error : debe tratarse de «andesita augítica ». Hyménopteres parasites de 1 Amérique méridionale, por J. Brerues. An. Mus. Hist. Nat. Bs. Atres, t. XXVII, pp. 401-430, 1915. El autor describe en este trabajo himenópteros parásitos de las familias /chneumo- nidae, Braconidae, Proctotrupidae y Chalcididae. Entre las especies nuevas de la primera de las familias nombradas figuran Polycyrtus riojanus n. sp. y Coelopimpla amadei n. g., M. sp. Entre los bracónidos, Doryctes ridiaschinae n. sp. parásito de Ridiaschina (nm. g.) congregatella (nm. sp.,; Protapanteles bonariensis n. sp.; Allapanteles cecidiptae n. g., n. sp.; Microgaster duvauae n. sp. Figuran entre los proctotrúpidos: Parasierola bonariensis n. sp.; Telenomus schrottkyi n. sp.; T. edessae mn. sp.: Trissolcus caridei m. sp.; Dissoleus paraguayensis nN. Sp.; Caloteleia basistriata n. sp.; Macroteleia platensis mn. sp.; Triclavus bonariensis n. 8., n. sp. ; Spilomicrus nodicornis n. sp. ; Scelioliria mariae n. g., N. sp. Las novedades entre los calcídidos son : Monodontomerus schrottkyi n. sp.; Pseudo- PHYSIS. — T. II 22 32 PHYSIS chalcis paraguayensis nm. sp.; Eurytoma ridiaschinae n. sp.; E. vulgata, n. sp.; Deca- toma cecidosiphaga n. sp.; Habritus bimaculatus m. sp.; Eupelmus halysidotae m. sp.; Lindesonius cecidiptae nm. g., nm. sp.; Calosoter olierae m. sp.; Rafa albitarsis mn. g., n.sp.; R. ridiaschinae un. sp. ; Minapis nigra n. g., n. sp. ; Psilomirinus flavidalus n. g., n. sp. 3 Allorhopoideus mirabilis nm. g., nm. sp.; Pachycrepoideus bonariensis nm. Sp.; Perhymenes schrottkyi n. g., n. sp.; Aphelinus argentinus nm. sp.; Tetrastichodes imi- tator nm. sp. y la descripción de la hembra de Cirrospilopsis verticillata Brirn. Además de esta larga serie de géneros y especies nuevas que en este trabajo describe el autor, dice también en él que Prospaltoides howardi Breth. ha resultado ser Aspi- diotiphagus citrinus (Craw.) How. y que la especie Trichogroammatoidea signiphoroides Breth. debe llevar por género á Aphelinus. — Lizer. Suplemento al catálogo de los formícidos argentinos, por C. Brucn, 1 (addenda et corrigenda). Rev. Mus. La Plata, t. MX, pp. 527-537, 1910. Este es el primer suplemento al catálogo que de los formícidos argentinos publicara el autor en el mismo tomo de la Revista del Museo de La Plata el año 1914 y cuya noticia bibliográfica fué dada en el tomo 1, n* 6 de esta revista. Con el actual suplemento el número total de hormigas argentinas se eleva á 353 formas entre especies, subespecies y variedades, todas ellas repartidas en 43 géneros. Además del agregado de especies nuevas ú omitidas en el precitado catálogo, el autor introduce en este opúsculo algunos cambios sistemáticos relativos á ciertas formas. — Lizer. Catálogo sistemático de los coleópteros de la República Argentina, Pars IL, por C. Brucn. Rev. Mus. La Plata, t. MIX, pp. 471-526. 1915. Con esta parte que comprende las familias: Haliplidae, Dytiscidae, Gyrinidae, Hydrophilidae y Staphylinidae, queda terminado el catálogo sistemático de nuestros coleópteros que el autor comenzara á preparar hace ya algunos años y de cuyas otras partes fué dada en esta revista, t. I, n% 2, 7 y 8 la correspondiente nota bibliográfica. Los halíplidos cuentan con 1 género y 3 especies; los ditiscidos con 24 g., 99 esp. y 1 subesp.; los girínidos con 3 g., 11 esp. y 1 subesp.; los hidrofilidos con 21 g., 75 esp. y 1 subesp. y los estafilínidos con 120 g. 24 subesp. y 402 esp. — Lizer. Un nuevo gorgojo del «Prosopanche» (Oxycorynus parvulus, Brucn), por €. Brucn. Rev. Mus. La Plato, t. XMIT (2* ser., t X), pág. ASIDUO TO) Es la descripción de un nuevo rincóforo que vive, como su congénere el O. hydno- rae Pasc., sobre Prosopanche bonacinal SEG. Difiere del ya nombrado y del O. helleri Brucn, además de ciertos caracteres im- portantes, por su menor estatura, lo cual justifica el nombre específico que le ha dado su autor. BIBLIOGRAFÍA A) Este gorgojo ha sido encontrado por el Dr. Enuarpo Carerre en Monte Hermoso (prov. de Bs. Aires) en enero del corriente año. Acompañan á este trabajo una excelente fotografía del curculiónido y nítidos dibujos de detálle. — Lizer. Description des clavicornes nouveaux de la République Argentine, por A. GrouveLe. Rev. Mus. La Plata, t. XXI (2* ser., t. X), pág. 234- 296, 1916. Esta es la tercera contribución que sobre los clavicornios argentinos publica este entomólogo francés en revistas de nuestro país. En la familia Nitidulidae describe como nuevos géneros a Teloconus con la especie T. mirificas; Macrostolops, con M. inusitatus, M. singularis. En la misma familia des- cribe las especies nuevas siguientes: Cillaeus (?) expressus; Campsopyga atricolor:; Lobiopa bruchi; Pocadius glaber ; Amphicrossus vicinus ; Cryptarcha castanescens. En los Ostomidae describe como nueva á Ancyrona argentina y en los Colydidae á Prolyctus iridescens; Lithophorus tuberosus ; Cerylon wagneri y C. patens. Si se exceptúan tres de estas especies (Macrostolops inusitatus, M. singularis y Camp- sopyga atricolor) que provienen del Paraguay, todas las demás han sido capturadas en la Argentina y pertenecen en su mayoría á las colecciones del Museo de La Plata y á la particular del profesor BrucH. — Lizer. Un nouvel orthoptére de la République Argentine, por J. Brernes. An. Mus. Hist. Nat. Bs. Aires, t. XXVIL, pp. 333-334, EgL5. Es la descripción de una nueva especie de Cephalocoema, la €. Lahillei, procedente de Córdoba y basada en un solo ejemplar, el cual, según su autor, tiene el meso y metatórax destruídos por los antrenos, asi como también la base del abdomen y los fémures meso y metatonales. — Lizer. Algunas novedades de lepidopterología argentina, por E. GracomeLut. An. Mus. Nac. Hist. Nat. Bs. Aires, t. XXVIL, pp. 399-363, 1915. Entre las novedades que trae esta publicación figura la descripción de una nueva especie del género Dryocampa Harris, que el autor llama D. floresi, habiendo sido capturada en Catamarca. Parece ser semejante á la D. bilineata de BurmerstEr, tanto en porte como en aspecto «aunque absolutamente diferente» á la aquí descripta. Sólo se conocen los machos de la especie. Otra especie nueva es Cosmophila erosoides, de lo cual, á lo que parece, no está muy seguro su autor, lo mismo que de la denominada provisionalmente Microgonia dognini. Además trae este trabajo las descripciones de dos ejemplares aberrantes de Papilio thoas L., de una nueva variedad de Terias neda sobr. y concluye con algunas obser— vaciones sobre la vitalidad de los adultos de Oeceticus geyeri y platensis BerG, cuyo resumen apareció en las comunicaciones de esta revista, t. Il, n* y — Lizer. 344 PHYSIS Neurópteros nuevos ó poco conocidos (sexta serie), por el académico correspondiente KR. P. Loxcinos Navas, S. J. Memorias de la Real Aca- demia de Ciencias y Artes de Barcelona. "Tercera época, vol. MIL, n* 7, 1919, Pp. 119-196. Empeñado en la recolección de nuestros neurópteros, conseguí reunir una nueva serie de especies, aumentada aún con la colaboración de los señores Dr. Lemmany- Nrrscuk, Dr. Carerre y M. Biranén, cuyo estudio, como otras veces, estaba confiado al distinguido neuropterólogo de Zaragoza. Menciona el autor en el citado trabajo 22 especies de la República Argentina, entre las cuales figuran también algunos géneros y las siguientes especies nuevas : Baelis virellus, Callibaetis trifasciatus Per. Q descr., Callibaetis guttatus, Callibaetis slictogaster, Callibaetis vitreus, Vluodes heterocera, Gymnocnemia leplocera (género nuevo para América del sud), Austroleon clavatus, Austroleon Lehmani, Coloma (mov. gen.) marmoratipennis BrxcH., Nomerobius (nov. gen.) psyenodoides BrwcH., Chrysopalanata Baxks. var. platensis, Nacarina (nov. gen.) furcata, Mantispa Bruchi y Rhagadochir trachelia. Como dato curioso sobre los hallazgos de los pequeños efeméridos (Baelis y Calli- baetis) hago constar que casi todos los ejemplares los he recogido sobre las esterillas delante de las puertas de mi habitación, sin haberlos encontrado jamás sobre las pa- redes circunvecinas. — €. Bruch. Suplemento á la fauna erpetológica argentina, por Proxo Serié. An. Mus. H. N. Bs. Atres, XXVIL, pp. 93-109, 1915. El autor presenta un trabajo útil, que contiene la enumeración de 25 especies que deben agregarse al catálogo de los ofidios de la Argentina hasta ahora conocidos. La mayor parte de estas especies han sido señaladas por primera vez en el país por el autor del presente trabajo, y unas pocas por BourexaekR y Wekxer. Se agregan útiles reseñas bibliográficas y datos sobre la distribución geográfica. Es de esperar que pronto tendremos trabajos análogos para los otros grupos de rep- tiles, y para los batracios, tan descuidados después de las publicaciones de BerG. Laboulbeniales italianas, por CarLos Specazzint. An. Mus. N. de H. N. de Bs. Atres, tomos XXVI y XXVII. 1915. Durante su último viaje a Italia, el Dr. Sprecazziwr tuvo oportunidad de poder es- tudiar en los museos de aquel país las Laboulbeniales que allí se conservaban. Estos estudios estaban destinados á ser publicados allá, pero á causa de los acontecimientos actuales, esto le fué imposible, por cuya razón los publicó en los Anales del Museo de Buenos Aires (t. XXVI, pág. 45, y t. XXVII, pág. 37). Son dos contribuciones dignas de las que sobre el mismo tema ha publicado ya el autor. BinLIOGRArÍA 345 Note sur les Joncacées des petits genres andins, por L. Haumax. An. Mus. Nac. de Hist. nat. de Bs. Aires, t. XXVII. pág. 289-306, 2 lám. y 3 fig. en el texto. Bs. Aires, 28 de septiembre de 1915. En este trabajo el autor se ocupa de unas pocas especies de plantas que habitan la cordillera de los Andes y se escalonan desde el Ecuador hasta el Cabo de Hornos, todas comprendidas en los géneros Distichia, Oxychloe, Patosia, Marsippospermum y Rostkowia. Habiendo revisado la descripción de una de esas especies andinas, la Oxychloe bise- wualis de KuyrzE, se ha visto obligado á estudiar todo el grupo y á modificar el cua- dro taxonómico propuesto por Bucuexau en el Pflanzenreich, en la forma siguiente : El género Distichia comprende dos especies, la D. muscoides Nees et Mexyew, de Tarija, Tucumán y Salta y la D. filamentosa (Bucnexau) de Salta. El género Owzychloe admite igualmente dos especies : O. andina Pu. (de Tucumán, Jujuy y Catamarca) y O. clandestina (PmiL.) Hauman, que era el tipo del género Pa- tosia suprimido, y vive en la Rioja, Mendoza, región del Salado superior y Neuquén. En el género Marsippospermum hay tres especies : M. Philippú (Bucuenau) Haumay, diversa según el autor de M. grandiflorum, conocida del Neuquén y del Río Negro; M. Reichei BucuHenau, de la bahía de Última Esperanza y región del lago San Martín, y M. grandiflorum (L. F.) Hoorer, que habita en la región del lago General Paz, en el canal de Beagle. De Rostkowia sólo se conoce una especie de Tierra del Fuego y del Estrecho de Magallanes, no mereciendo ser conservada la var. pumila de Arborr. El nuevo género Andesia con la especie bisexualis (Kuwrze), cuya descripción com- pleta ofrece el autor, difiere de Ozxychloe y de Marsippospermum por los caracteres de sus flores (2 bracteas membranáceas, etc.) y por el aspecto diverso de sus tallos ra- mificados formando cojines, y de sus hojas rígidas. Sigue una clave general de los géneros y especies mencionadas. — E. C. Les Alismatacées Argentines, por L. Haumay. An. Mus. Nac. de Hist. Nat. de Bs. Atres, t. XXVIL, pág. 307-324, una lámina. Bs. Aires, 3o de septiembre de 1915. No obstante haber sido las Alismatáceas objeto de varios trabajos monográficos, entre ellos el de Bucnexau (Pflanzenreich, 1903), reimaba tal confusión en cuanto á muestras especies de Sagittaria y Echinodorus — únicos géneros representados en el país — que se hacía necesaria su revisión. Haumax la ha emprendido, y propone un nuevo sistema expueslo más abajo para la distribución de las diversas especies y varie- dades ó formas argentinas. En el género Echinodorus admite 7 especies con 8 variedades : 1% E. ellipticas (Marr.): la var. ovatus Micner1 (= E. grandiflorus auct. y Sagittaria palaeifolia Nes var. elliptica (Mart.) abundante en las orillas del Río de la Plata y Delta del Paraná, se extiende hasta Entre Ríos y Misiones; la otra var. latifolius Micmetx sólo se ha hallado en la provincia de Córdoba; 22 E. grandiflorus (Cuam. « ScmLecHT.) comprende 3 variedades : la var. floribundus (Seub.) de Misiones y Córdoba llega hasta las orillas del río de La Plata, donde es escasa; la var. longiscapus (Arecu.) Haum. descripta para el Uruguay, también rara 346 PHYSIS en los alrededores de Buenos Aires, se halla en Corrientes, Formosa, Misiones y Tu- cumán. La última var. ovatus es conocida por un solo ejemplar de Buenos Aires; 3% E. Marti Micner1 (= E. subulatus NieoerLem) de Misiones, según el autor, comprende á la especie uruguayensis ÁrecuH. como variedad y quizá sea sinónima de Sagiltaria palaeifolia var. heterophylla Kuwtze; h* E. paniculatus Micnmerr tiene como habitat á Misiones, Formosa, Chaco y Pa- raguay:; su nueva var. brevifolia Haumay proviene de Reconquista (Santa Fe); más pequeña, con el panículo superando á las hojas, cuyo peciolo es casi de igual longitud que el limbo, parece forma intermediaria entre E. ellipticus y E. paniculatus; 3% E. patagonicus SvecG. primeramente hallado en las cercanías de Neuquen, también se encuentra en el territorio de Misiones; 6? E. sellowianus Bucn., conocido del Uruguay y Brasil está representado en Mi- siones por su var. minor Bucn. ; 7” E. tenellus (Marr.), ya mencionado del Uruguay, también existe en Corrientes. El género Sagittaria en la República comprende tan sólo dos especies : 1 S. chilensis Cuam. y Scmtecnr. cuya presencia en los alrededores de Buenos Aires es dudosa, parece radicada en la sola provincia de Salta. 2% S. montevideensis Cuam. y Scnecnr. tiene una área de dispersión mucho más vasta, desde el extremo norte del país hasta el Río Negro; se ha encontrado en el Chaco, norte de Santa Fe, Salta, Tucumán, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Río Paraná, de La Plata y Río Negro inferior; de Misiones y Formosa no se ha mencionado todavía, pero su presencia allí es muy probable. Para esta especie polimorfa se ha creado muchas formas que el autor propone de reducir á dos: una normalis Haum. que abunda en ríos y pantanos al descubierto y es caracterizada por sus hojas pequeñas y su inflorescencia sencilla, y otra longipedicellata O. K. de hojas mayores é inflores- cencia ramosa, propia de los lugares pantanosos abrigados por los árboles. La S. mon- levideensis es notable además por la franca protoginia de sus inflorescencias diclinas. Geográficamente, las Alismatáceas, en su mayoría de origen tropical, están limitadas á la región noreste, faltan en el sur del país y en la región andina, donde una sola es- pecie ha sido indicada, debiéndose su presencia, según el autor, á causas excepcionales. El trabajo termina con una clave para la determinación de géneros, especies y va- riedades. — E. C. Note sur Hydromystria stolonifera Mey., por L. Haumax. An. Mus. Nac. de Hist. Nat. de Buenos Atres, t. XXVIL, pág. 325-331. Buenos Aires, 28 de septiembre de 1915. Elemento constante de la flora de camalotes del río de La Plata y del Paraná, pero rara en los alrededores de la Capital Federal, Hydromystria stolonifera Mex., no había sido citada todavía, á lo menos bajo ese nombre, para la República Argentina; los ejemplares que se recojen son ordinariamente incompletos : gracias al cultivo, el autor ha podido identificar con toda seguridad esta mal conocida especie y completar su descripción. La A. stolonifera, en nuestro país, tiene una área de dispersión bastante vasta: GrisepacH la indicó de Salta (sub Limnobium Bosci) y es conocida ahora de Tucumán y Chaco; Lorewrz la nombró de Entre Ríos (como HTeteranthera limosa) y ha sido hallada en la provincia de Buenos Aires. Del punto de vista etológico, esta plantita es interesante por sus dimorfismos foliar y radicular; su polinización es anemófila é hidrófila; el autor la considera como tipo BIBLIOGRAFÍA 347 intermediario entre las Hidrocaritáceas submergidas hidrófilas y las flotantes ento- mófilas. — E. CG. Bemerkungen zu einigen von M. Gandoger neuerdings von den Falkland-Inseln beschriebenen Pfianzen, por Carr SkotrsBERG. Ex- tracto Botan. Jahrbicher f. Syst., Pflanzengeschichte u. Pflanzengeogr. 1913, Band 50, Heft 4, Beiblatt n* 112, p. 13-17. En este trabajo el autor protesta contra una nota de M. Gawnocer, Manipulus plan- tarum novarrm praecipue Americae australioris en el Bull. de la Soc. bot. de France 59 (1912) y 60 (1913), en la cual el autor describe sin permiso del Dr. €. SxorrsBErG sus plantas de las islas Falkland. Según el trabajo de M. GawnoceR, tienen estas islas ahora el doble número de plantas endémicas; un error bastante grave. El Dr. Sxorrs- BERG publicó ya las plantas en el trabajo A botanical Survey of the Falkland Islands en K. Svenska Vetenskapsakademiens Handl. 50 (1913), n? 3, pero todas como especies bien conocidas. Siguen las especies según el trabajo de SkorrsberG y de (ANDOGER : Ranunculus Skotisbergii Ger. = R. acaulis Bayks et Sor. Viola macloviana Gner. = V. maculata Cav. Drosera macloviana Gucr. (1) = D. uniflora WiLub. Colobanthus maclovianus Gber. = C. crassifolius (d'Urv.) Hoox. fil. Apium maclovianam G+oGr. = A. australe THovars. Bolax columnifer Gober. = B. gummifera (Lam.) SerexG. Hydrocotyle Skottsbergii Gncr. = H. hirta H. Br. Pernettya trinervia Gbcr. = P. pumilla (L. fil.) Hoor. Empetrum maclovianam Gober. = E. rubrum Van. Carex Skottbergi Gubcr. = Carex canescens L. var. robustior BLxrr. Deschampsia macloviana Gocr. =D. flexuosa (L.) Exxx. Cystopteris apiiformis mcr. = €. fragilis (L.) BerynH. Gleichenia macloviana Gocr. = G. eryptocarpa Hoork. Hymenophyllum Skottsbergii mer. = H. tortuosuam Hook. et Grev. Los Helechos de Srorrseeré fueron clasificados por el Dr. €. CuristewsexN (Copen- hagen) en el 4rkiv fór Botanik X (1910, n* 2) y aqui se encontraba ya el nombre Hymenophyllum Shkotisbergii C. Cur. — Hosseus. Tetrachondra patagonica n. sp. und die systematische Stellung der Gattung, por Carr SkorrspeRG, idem, p. 17-26, con 8 fig. en el texto. Durante su segundo viaje á Sud América en los años 1907-1909, halló SkorrsBerG . en medio de la Patagonia una pequeña planta, de la cual pensó en el primer mo- mento que se trataba de una pequeña Crassula del tipo Tillaea. El autor se sorprendió mucho cuando, después de un prolijo examen, vió que se trataba de una nueva es- pecie del hasta ahora monotipo género Tetrachondra de Nueva Zelandia, la cual des- cribió como T. patagónica n. sp. La planta fué coleccionada cerca del lago San Mar- tín, en la península Cancha Rayada, en suelo arenoso, á veces salitroso. La especie es muy próxima á T. Hamiltoni (Kirk, sub Tillaea !) Perrre (en Hook. Tc. Plant. Ser. 4, vol. MI, tab. 2250, 1892). Según la opinión del Sr. Skorrssere, se hallan los parientes más cercanos de Tetrachondra en la familia de las Labiatae, y no como piensa 348 PHAYSIS Harrrer de ser un género de las Serophulariaceae. Tetrachondra demuestra bastante grandes diferencias con los géneros próximos como Preslia 6 Mentha, de modo que se le puede considerar solamente como «genus anomalum » entre las Labiatae. — Hosseus. Om Litorella australis Griseb. och dess betydelse for tolkningen af blomstaellningen hos slaektet Litorella, por CarL SxorrsBerG en Svensk Botanisk Tidskript, 1gr1, Bd. 5, H. 1, p. 133-143 con fig. Litorella australis Griseb., coleccionada por el Sr. LrcmLer, es descrita por Beyrmam y Hooker brevemente. SrorrsBer6G encontró en las Islas Falkland, en el año 1908 y á las orillas del lago San Martín en la Patagonia en el año 1909, una Litorella idén- tica á la planta del Sr. Lecmrer. £. australis es.en su hábito exterior muy parecida á L. uniflora (lacustris). El autor tiene la opinión que estas dos son dos diferentes es- pecies. La dispersión de Litorella australis se limita á América del sur desde el 402 lat. S. (lago Ranco). L. uniflora-L. australis nos dan nuevamente un ejemplo de tipos bipolares, como Alopecurus alpinus-A. antarcticus y Primula farinosa-P. magellanica. En todos estos casos, los centros de distribución están separados por zonas muy extensas. El autor se ocupa igualmente de la cuestión del diagrama de L. uniflora como una cima 3-floral, y estudia también la florescencia de las especies de Plantago. — Hosseus. La vegetación del lago Nahuel Huapí y sus montañas, por C. Curr Hosskeus. Trabajos del Instituto de Botánica y Farmacología de la Fac. de Ciencias Médicas de Buenos Aires, 1” 33. Buenos Aires, 1915. El autor que, por cuenta del Ministerio de Agricultura de la Nación, ha visitado la región de los lagos, da en este trabajo, un catálogo de todas las especies de plantas r recogidas duranle su viaje, las:cuales en total alcanzan á 223; para cada una men- ciona la naturaleza del suelo en que vive y las especies que la acompañan. Están re- presentadas 42 familias de Angiospermas, de las cuales las más abundantes en especies son las Compuestas (67), Gramíneas (20), Rosáceas (13), Escrofulariáceas (12), Enote- ráceas (9), etc. Hay además, 10 especies de Helechos. El autor señala mumerosas variedades nuevas, pero desgraciadamente no se podrán tomar en cuenta mientras no dé su descripción. — E. C. Puvsis, N* 11, tomo 11 : Buenos Aires, 14 de agosto de 1916 Nora. Á fin de hacer coincidir exactamente la aparición de cada número con la fecha que lleva, ésta irá siempre al final y en la cubierta de cada uno. Como constancia, queda depositado en la misma fecha, un ejemplar de Puxsis en las siguientes inslituciones : Biblioteca de la Facultad de Ciencias E. F. N. (Unwersidad de Buenos Atres). Museo Nacional de H. N. de Buenos Atres. Museo de La Plata. Sociedad Cientifica Argentina. Biblioteca Nacional. La Dirección. | EPA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIÓN DIRECTIVA (1915-1916) Presidente NOSE MRS Martín DorLLo-Jurano. Wiceprestlentes ori Ses EpuaArDo CARETTE. ( Juan José NácERa. Secretarios de la Sociedad... / José J. CARBONELL. Secretario de la revista...... Carros LizER. TESORERO ANNA RAS ES AAA Erías Prost. Administrador de la revista... Franco PastoRE. ¡BI IOtECA ION A EbeLmirA MóRTOLA. Vemos ( José M. pe La Rua. PU SUE EE US IO ES, Exrracro De Las BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE III Y MODIFICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 16 DE AGOSTO DE 1919 Esta Sociedad, fundada el 1% de Julio de 1911 con el nombre de Sociedad PHYSIS, tiene por fines principales : 1? Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Naturales en la Argentina ; 2 Publicar una revista científica, que á partir del II tomo lleva el título de PHY- SIS. Á esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; 3” Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio ; 4? Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de leyes que protejan á la fauna y flora del país; : 5 Propender á que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- yente y práctica, á fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- raleza ; 6” Empeñarse por que el estudio universitario de estas materias, y especialmente el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde á su im- portancia como factor de la cultura nacional. ñ y / E SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES Co Dirección y administración : Perú 222, Buenos Aires “e “A. SUMARIO DEL N* y (romo 11, PÁG. 1-100, NOVIEMBRE 1O-IQ1D) CAMI WECke ata on A Plantae Fischerianae. Contribución al conocimiento de la flora del Río Negro. A. O ABTUCO soe Descripción de dos himenópteros mirmecófilos pertenecien== tes ú los Bethylidae. ] A II AI Batracios y reptiles de la Sierra Baya. % ESADASLOLO ads Rocas basálticas de la región de Valcheta (Río Negro). % ¡2 Mb a SUMARIO DEL N* to (romo 11, PÁG. 101-228, FEBRERO 12-Q116) > Lee Cristobal M. Hicken.... Plantae Fischerianac. Contribución al conocimiento de la ñ flora del Río Negro (conclusión). : FOSO AM. SOTA: On a granile of Hemsón (Sweden). Angel Gallardo......... Fauna mirmecológica de Tandil y la Ventana. ¡ EDO ES ; Ricardo Wichmann.... El estado actual de Monte Hermoso. LIO: 5 e UPC BOman El Pucará de Los Sauces. É de Carlos Lizorm o de o Quelques données préliminaires sur une nouvelle mycocéci- | 8 die de Sagittaria montevidensis : AVE EOS rd o Biografía de la Vizcacha. E E | LA E Tomo II Buenos Aires, Diciembre 30 de 1916 Na La PHYS REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES SUMARIO PebrRo JORGENSEN........:0.. ZO0Becidios (argento ae e A Ad 349 EAN TSCHE: e Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus. 365 Guipo BoxARELLT........... La mandíbula humana de Bañolas...........-. 399 ANDRE TES No dar Genre « Xylocopa » Latreille dans "Argentine. . ho07 Comunicaciones E. Carerte, Sinostosis entre huesos del carpo en Equus. — C. Lizer, Cóccido nuevo pa- ra la Argentina : Saissetia hemisphaerica. — J. Brérmes, Caso anormal en Polistes canadensis. — J. Brermes, Variabilidad del CGrisomélido Chalcophana lineata. — P. Ser1£, Ovoviviparidad de la culebra Thamnodynastes Nattereri. — €. Amecmixo, Ca- nino de Machaerodus tallado por el hombre del pampeano. — C. Amecurxo, Punta de flecha ó de lanza del pampeano de Luján. — KR. Dasmeye, Dos Rapaces nuevas para la Argentina. — €. Brucn, Tipos de nidificación en Formícidos. — CU. Amecmino, Ob- servaciones sobre Tetrastylus de Catamarca. — J. Brérmes, Description d'un nouveau Staphylinidae myrmécophile. — €. Lizer, El Chrysomphalus paulistus en el Delta del Paraná. — E. Carerte, El canino de Machairodus ensenadensis. — A. G. Frers, Va- riabilidad en la coloración de Lema Orbignyi. — CG. Amecmixo, La dentadura superior de Arctotheriam en edad juvenil. — C. Lizer, El Ceroplastes grandis, nuevo para la Argentina. — E. Carerre, ¿Hay una sola especie pampeana de Equus? — Sesión es- pecial en honor del Dr. Frayx M. Cmuaeman : Palabras del Dr. A. Gallardo. Dis- curso del Dr. R. Dabbene. — Frayk M. Cuarman, Las exploraciones zoológicas en Sud América. — E. Bomax, Estatuitas de aspecto fálico. — U. Brucm, Misceláneas coleop- terológicas. — €. Brucm, El macho de Phocaena dioptrica. — C. Bruc, Dos curiosos erustáceos de San Luis. — J. Brirues, Un nuevo Carábido de la Argentina. — Sesión en honor del Dr. Bruyo Lozo.—HRecepción en honor de Sir Ervest SHackLeTON. 422 Movmuesto Sociar : Primera Reunión Nacional de la Soc. Argentina de Ciencias Natu- rales. — Nuevos socios correspondientes. — Fac. de Cien. Exac., Fis. y Naturales. 470 Crónica : Sociedad Ornitológica del Plata. — El museo de la provincia de Tucumán. — Museo Educacional de la provincia de Mendoza. — Museo Nacional de Buenos' Aires. — Instituto Nacional del Profesorado Secundario. Departamento de Ciencias Biológi- cas. — Conferencia del Prof. Gallardo sobre la herencia biológica. — Quinto aniver- sario de la muerte de Ameghino; lugar de su nacimiento. — Coronel Benjamín Garcia Aparicio. — Exploraciones geológicas en el territorio argentino. — Ciencias Naturales en la América latina. — Opiniones norteamericanas sobre el petróleo argentino. — Pro- . — La querra europea y el movimiento cientifico. — El servicio geológico de Suecia. — Levantamientos fotográficos.... 473 4go AS Alb BIBLIOGRAFÍA BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684 1916 El >, Y 4 ' PA ed A $ 2% 6 ho ay 2 a Mi y % 3 £ Y A ú q Á as: * di A 7 y rs » “ AA, ar td S + 7 E : A . 5 A Es VA q * — a... “ MINE NOD CULUUA 2 COMISIÓN REDACTORA ó DE La rEvista PHYSIS ; (A partir del 22 de Diciembre de 1916) Dr. José M. ve ta Rua. Dr. Frawco Pasrorr. Sr. Pero SeriÉ. Sr. José J. CARBONELL. Sr. Luis Deréranc. Según los estatutos aprobados en la asamblea del 16 de Agosto de 1915, la Comi- sión Redactora está constituída por el Presidente de la Sociedad como Director de PHYSIS, por el Secretario de Redacción, el Vicepresidente, el Administrador de + revista y un vocal á elección de la Comisión Directiva. Todos los artículos publicados en la revista, deben ser aprobados por la Comisión Redactora. Í Esta revista aparece en números ó entregas, sin fecha fija, pero con intervalo de bres meses, aproximadamente. Á partir del año entrante (1917) se procurará publicar al menos cuatro números anualmente. y Está consagrada á las Ciencias Naturales, de preferencia en lo que se relacionan con... la República Argentina y países vecinos. Con el fin de contribuír á uno de los propósitos enunciados en sus Bases, la Sociedad distribuye gratuítamente su revista á todos los Colegios Nacionales de la República y á muchos otros establecimientos de educación. El primer tomo de esta revista, N* 1-8, 1912-1915, ha aparecido con el título de Boletín de la Sociedad PHYSIS. Dicho tomo se halla en venta al precio de 10 pesos moneda nacional. : A El precio de la subscripción anual es de 8 pesos moneda nacional y el de cada nú= mero 2 pesos. Dirección y Administración : PERÚ 222, BUENOS AIRES. Agencia para la venta y subscripción : Librería del Colegio, BOLÍVAR y ALSINA, BUENOS AIRES. y PH YSTFS REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES A SECRETARIO DIRECTOR ADMINISTRADOR EDUARDO CARETTE JOSÉ M. DE LA RUA JOSÉ J. CARBONELL No 12 La fecha va al final de cada número Tomo II Zoocecidios argentinos or PEDRO JORGENSEN Las formaciones anormales que en las plantas se llaman agallas, pro- ducidas por animales (zoocecidias) ú hongos (micocecidias), son muy interesantes desde varios puntos de vista. En ciertas regiones, por ejem- plo en nuestras provincias andinas, son muy comunes. Todos los natura- listas que han viajado en la Argentina, las han observado seguramente. Ciertas plantas, como los Algarrobos y las Chilcas ó Sunchos (Baccharis marginalis ó salicifolia), baten en este sentido el record : están a menudo cubiertas de agallas de varias clases en todas partes, y no es raro encon- trar plantas muertas por las agallas mismas. El ataque ha sido demasiado fuerte para el vegetal que ha sucumbido. A pesar de ser tan numerosos los cecidios en la Argentina, el número de agallas descriptas es aun: muy reducido. La causa de este abandono lamentable es seguramente debido á la dificultad que hay en criar los habitantes de las agallas y especialmente el animalito que ha producido la agalla misma, pues sabido es que una descripción de la agalla sola, sin la de su productor, no tiene mucho interés. El clima caluroso de casi toda la Argentina, hace muy difícil el criar los habitantes de las agallas. Si uno los saca de su planta, ocurre, en nuestras provincias andinas secas, que las agallas se secan en seguida y sus huéspedes también. Si se tapan bien las latas, frascos, cajas ú otros receptáculos, donde se las guarda, sucede lo mismo que en un clima cálido y húmedo, como, por ejemplo, en el de Misiones : las agallas se Puysis. — T. 11 23 350 PHYSIS llenan de moho y se pudren, conjuntamente con los organismos en ellas contenidos. Para tener éxito en la cría de agallas se precisa dos cosas importantes : tener una paciencia inagotable y disponer de mucho tiempo. Para estu- diar y criar las agallas de cualquier región se precisa por los menos dos años. Durante el primer año el investigador se hace práctico y busca las agallas en toda la localidad. Trata de criar tantas como sea posible. Pero como muchas no tienen más que una generación al año y como á menudo las encuentra todas secas y vacias, se emplea el segundo año en criar las que no se han podido desarrollar en el primero. Además, hay que seguir el desarrollo de las agallas paso á paso, porque si se las corta demasiado temprano, es decir, antes que maduren, no se logra nada. Y aun proce- diendo así no se tiene siempre éxito. Parece que muchos de los insectos que producen agallas son muy delicados. Como ejemplo sólo voy á men- cionar la agalla globosa de Schinus ó Duvaua dependens DG. (Anacar- diaceae), tan común y tan conocida por estar muy distribuida en el pais; á pesar de haber tenido esta agalla por centenares, he criado muy pocas mariposas de la especie Cecidioses eremita Ob. He cortado las agallas en el momento en que el ¿mago se encontraba dentro de la cáscara de la cri- sálida y, sin embargo, pocas fueron las que llegaron á su completo des- arrollo. Desde que llegué á la República Argentina me he dedicado preferente- mente á la recolección y estudio de sus agallas, como á la cría de sus pro- ductores. Principalmente para este fin estuve dos años en la provincia de Mendoza, después dos años en el territorio de Misiones y últimamente dos años en la provincia de Catamarca. De estas regiones tengo muy abun- dante y muy interesante material. Creo haber encontrado la mayor parte de sus agallas, y en cuanto á sus productores los he criado casi á todos. De otras partes de la República he reun:do también, en mis numerosos viajes, muchas agallas, pero casi siempre las he encontrado ya secas y abando- nadas ó verdes. Las agallas de Mendoza están descriptas en Gallen und Gallentiere aus Argentinien por el Prof. Dr. F. F. Krerrer, en Bitsch (Lorena alemana) y el Prof. P. Jórcewsex en Buenos Aires, obra publicada en Centralblatt fir Bakteriologie, Parasitenkande und Infektionskrankheiten (en su 2* sección : Allgemerne, landwirtschaftlich-technologische Bakteriologie, Gá- ringsphystologie, Pflanzenpathologie und Pflanzenschutz), Jena, 1910, tomo 27, páginas 362-444, con 61 figuras en el texto. Todo el material fué reunido por mí, mientras las descripciones son del Dr. Kirrrer, el conocido especialista en cecídios. Seis especies de Lepidoptera, todas sr ¿ADA Pebro JÓRGENSEN : Zoocecidios argentinos 3D1 representando nuevos géneros y especies, han sido descriptos por el Sr. EmsrICk STRAND, en Berliner (Deutsche) Entomol. Zeitschrift, tomo LV, páginas 167-173, 1910, bajo el título Sechs neue Gelechudae aus Argen- tinien (1). En este trabajo han sido descriptas 116 nuevas especies de insectos, en parte productores de agallas, el resto parásitos de las mis— mas. De estas 116 especies nuevas, pertenecen á las Hymenoptera 70 especies, á las Diptera 33, á las Lepidoptera 8, á las Hemaptera 3. á las Coleoptera 1 y á las Eryophyidae también una sola especie. Incluido en el trabajo, van también observaciones hechas en las vecinas provincias de San Luis y San Juan, como la descripción de una especie nueva de agalla de la provincia de Córdoba (sobre Baccharis coridifolia DC.). Muy característico es que los productores de las agallas mendocinas todos se transforman en la agalla misma y ninguna (0 sólo una especie en unos casos) fuera de ella. Y esto no se realiza solamente en las especies de la provincia de Mendoza, sino en cas todas las de la República Argentina. Por repetidas instancias de mis colegas voy á dar aquí las descripciones de las agallas de Mendoza. Son más ó menos las mismas descripciones que se encuentran en Gallen und Gallentiere aus Argentinien, traducidas al castellano, pero están aumentadas con muchas observaciones posteriores, hechas en Mendoza misma ó fuera de aquella provincia. También he corregido todos los errores que se encontraban en mi primer trabajo sobre agallas de Mendoza. Espero que las figuras que doy de casi todas las aga- llas mencionadas en este estudio, facilitarán la tarea de su determinación. Gyvmnospermae GNETACEAE Ephedra americana H. B. Lepidoptera. Mapa cordillerella StrAxD. Agalla (lam. 1, fig. 15). — Es una hinchazón elipsoidal ó fusiforme del tallo, de 12-20 mm. de longitud y de 8-10 mm. de ancho, la pared es de 2 mm:, la cavidad interna unilocular; la mariposa sale por un agu- jero de la parte superior. El exterior de la agalla es áspero, la cáscara se rompe y de ésta no quedan más que cuatro fajas longitudinales que tienen la misma distancia una de otra y que además están oprimidas en la agalla (1) Véase : Physis, tomo Il, número 10, página 223. 352 PHYSIS 5 misma, formando al propio tiempo cuatro surcos ó acanaladuras anchas. Oruga. — Es cuando adulta de 10 mm. de largo, fusiforme, blanca, con los segmentos hondamente separados, el vaso dorsal es un poco ama- rillento. La cabeza pequeña es lustrosa, parda, con las partes bucales más obscuras; arriba es un poco escotada. El gran escudo sobre el primer segmento como las patas torácicas morenas, sobre los segmentos 2 y 3 puntitos finos del mismo color, en línea transversal en la parte anterior del segmento y en total 12 sobre cada uno. Sobre el primero dos en cada lado, y sobre los tres primeros segmentos un puntito encima de cada pata. En los demás segmentos (4-11) hay primeramente dos puntitos á cada lado del vaso dorsal colocados oblicuamente hacia atrás; además hay tres en línea transversal que, juntos con el estigma también parduzco, forman una L (: ); debajo del listoncito lateral un puntito en el medio de cada segmento, fuera de esto un grupo de tres pequeñiísimos en la base de cada pata falsa que también es parduzca. Sobre el segmento 12 hay una fila transversal completa de puntos algo más grandes y además arriba un escudo terminal. Crisdlida. — Es de 10 mm. de longitud, pelada, sin espinas dorsales, cerca del estigma hay un pelo fino; los dos segmentos terminales llevan alrededor verruguitas, dispuestas en línea transversal, las verruguitas late- rales y ventrales con una cerda muy corta; el segmento anal redondeado ; la crisálida es amarilla y blanda; tiene su cabeza dirigida hacia arriba en la agalla, y la mariposa sale por un agujero situado en la parte superior. Esta agalla es común en la precordillera de Mendoza, cerca de Chacras de Coria, y la mariposa sale allá en marzo. En Andalgalá, provincia de Catamarca, donde vive sobre Ephedra Tweediana Mkx., pero estos ejem- plares son más pequeños que los de E. americana, vuela desde fin de julio hasta mediados de septiembre; la larva se transforma en crisálida desde fin de junio. ANGIOSPERMAE Dicotyledoneae SALICACEHAE Populus pyramidalis L. Aphidae (Hrm.). Pemphigus sp. ? Agalla (lam. 11, fig. 34). — Está formada sobre el pecíolo y cerca de la hoja misma, de 13 mm. de altura y 10 mm. de ancho en la base; Peboro JóRGENSEN : Zoocecidios argentinos 393 hacia arriba se adelgaza gradualmente; toda su base está unida al peciolo ensanchado y encorvado. Un corte longitudinal, transversal al pecíolo, divide la agalla hasta su fondo en dos partes, cada mitad está abierta hacia arriba y hacia adentro, y sus márgenes laterales están un poco dobladas hacia adentro. Esta agalla que es tan común en Buenos Aires y sus alrededores sobre diversas especies de álamos, la he encontrado en la provincia de Mendoza una sola vez, en Rodeo del Medio, en el mes de marzo. CHENOPODIACEAE Atriplex lampa GiLL. Lepidoptera. Gnorimoschema (subgén. Tuta) atriplicella StrAND. Agalla (lám. 1, fig. 1). — Una hinchazón globosa del tallo, de un diá- metro de 5 mm. ú oval ó elipsoidal hasta 20 mm. de longitud y 8 mm. de * ancho; la pared delgada de 1,5 mm. La oruga vive solitaria en la gran cavidad; es de y mm.; amarilla clara, con la cabeza negra y sus márgenes claras, el primer segmento tiene arriba un escudo negruzco con una línea clara longitudinal en el medio. Una línea obscura dorsal longitudinal es poco visible y á cada lado de ésta y sobre cada segmento dos papilas obs- curas, colocadas oblicuamente abajo de éstas una fila de papilas iguales que forman una línea subdorsal; además una línea estigmal del mismo color. Se transforma en la agalla misma. La crisálida que está colocada con la cabeza hacia arriba, es de 6 mm., parda, sin verrugas espinifor- mes, lisa y glabra; el segmento anal con pelos ralos, con una verruguita en la punta y con dos en la base. Esta agalla se encuentra durante todo el año, y la mariposa vuela du— rante todo el verano; las crisálidas de la última generación (del otoño) invernan y dan el ¿mago en octubre. Después sigue otra generación. La agalla es blanquizca como toda la planta y provista de hojas normales; el tallo que lleva la agalla se desarrolla normalmente. Á menudo se hallan varias agallas en la misma planta ó aun en el mismo tallo, más ó menos escondidas enla mata espesa que forma la planta. Esta agalla es común en la precordillera de Mendoza y al pie de la misma (Mendoza, alt. 767 m.; Chacras de Coria, alt. g36 m.; Blanco Encalada, alt. 1068 m.) en localidades salitrosas, donde crece la planta ; pero es probable que se encuentre en todas las provincias andinas, porque 354 PHYSIS más tarde la he encontrado en el famoso Campo del Arenal, altura 2700 metros (dep. de Andalgalá, prov. de Catamarca). Suaeda divaricata Moo. Cecidomyidae. » I. Asphondylia suaedicola Kierr. et Jónc. Agalla (lám. 11, fig. 50). — Una hinchazón de la punta de un gajo ó de un botón, globosa ú ovoide, 10 mm. de largo y 6-8 mm. de espesor, con unas hojas en la base y en el medio, verde como las hojas; la pared gruesa y carnosa; la cámara larval solitaria, elíptica, sólo 2 mm. de largo. La larva se transforma en la agalla misma, y el mosquito sale por un agujero lateral. Abundante en la provincia de Mendoza (San Ignacio, Potrerillos, alt. 1350 m., La Paz) y de San Juan (Caucete). mago en diciembre. Parásito (Braconidae) : Cecidobracon asphondyliae Karrr. et Jónc. II. Cecidomyidae sp. ? Agalla (lám. TI, fig. 51). — Una hinchazón globosa ú ovoide de una rama, de 3-4 mm. de largo y 2,5-3 mm. de ancho, sanguínea y carnosa; empiezan á formarse á fin de agosto, y el mosquito sale desde fin de octu- bre hasta mediados de noviembre; la pared es delgada. Común en la precordillera de Mendoza, cerca de Chacras de Coria. Parásitos (Chalcididae): 1. Lochites suaedicola Kierr. et JórG.; 2. Ri- leya gallicola Kxerr. et Jóre.; 3. Tetrastichus suaedicola Kierr. et JórG. ; 4. (Braconidae): Bracon suaedicola Kierr. et Jóre. NYCTAGINACEAE Tricycla spinosa Cav. Cecidomytdae. 1. Rhopalomyia tricycla Krerr. et Jórc. Agalla (lam. II, fig. 53). — Una deformación de un botón, arriba de una espina, de 3-4 mm. de altura y 3 de ancho, en forma de un barrili- llo, en la parte superior anchamente cortada, al principio amarillenta y con pelos muy cortos, al fin pardo obscuro como la corteza, con una su— perficie áspera y abollada; el agujero de salida del mosquito en el medio del área plana arriba; la pared de 1 mm. de espesor, bastante blanda; la cámara larval solitaria, al principio ovoide, después de haber salido el mosquito, alargada. Á menudo están unidas varias agallas que forman juntas una masa racimosa de 10-15 mm. de diámetro. Muy ¡jóvenes estas rn Preoro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 355 agallas están espesamente cubiertas de hojas que más tarde caen al suelo, dejando las sinuosidades de las agallas maduras. La larva se transforma en la agalla, sin capullo; antes de transformarse perfora su agujero de salida, después lo cierra con una membrana delgada, blanca. Muy común en la provincia de Mendoza (Blanco Encalada y San Igna- cio); unos arbustos estaban por completo cubiertos por las agallas; las larvas se encuentran á fin de noviembre. Probablemente se desarrolla el mosquito á fin de diciembre ó en enero. También he encontrado la agalla en el Campo del Arenal, provincia de Catamarca, altura 2700 metros. 1. Cecidomyidae. Agalla (lam. III, fig. 54). — Como abolladuras en las ramas que á menudo quedan arqueadas á causa del ataque, hemisféricas, de 3-5 mm. de diámetro, ú ovales de 1o mm. de largo y 3 de alto; en la capa leñosa hay varias pequeñas células. Con la agalla anterior en la provincia de Mendoza (San Ignacio y Gha- cras de Coria) á fin de noviembre. En la provincia de Catamarca he.encontrado las mismas agallas ó por lo menos unas muy parecidas, sobre Bougainvillea stipitata Gr. que per- tenece á la misma familia : Nyctaginaceae y de estas agallas he criado una Trypetidae. Es posible que la presente agalla de Tricycla spinosa también es de un Tripetido y no de un Cecidomy:do. Leguminosae MIMOSOIDEAE Prosopis adesmioides Gr. Coccidae (Hem.). Opisthoscelis (2) prosopidis Krerr. et Jórc. Agalla (lám. IL, fig. 35). — Ovoide, colocada en el lado de una rama y formada á costa de un brote lateral, un poco más corta que las espinas, cubierta espesamente y por completo de hojas casi lineares y pinnadas, 10-12 mm. de largo y 5-6 de ancho, los grupos de hojas de 20 mm. de largo. La pared de la agalla es gruesa y leñosa y muy dura, la cámara larval de 4 mm. de largo y 1,5 de ancho. El Dr. Krerrer ha encontrado, abriendo las agallas cerradas, ya un ma- cho alado, ya una hembra áptera del coccidae, cuyo nombre encabeza estas líneas; pero en las mismas agallas he encontrado, años después, orugas de mariposas, una en cada agalla y haciendo una perforación en medio de ésta. 356 PHYSIS Abundante en Alto Pencoso, provincia de San Luis, en diciembre-enero (con coccidae) y en Aragón, provincia de Tucumán, en junio (con orugas). Prosopis alpataco Pn. Las especies de Prosopis : alpataco, campestris. nigra, alba, etc., son muy ricas en agallas de diversas clases; es tal la abundancia que en nues- tras provincias andinas casi no se encuentra un árbol de Algarrobo sin tener por lo menos una clase de agallas. Muchísimas tienen varias, y mu- chos árboles ó arbustos están por completo cubiertos de cecidias que en ciertos casos pueden llegar á matar la planta. 1. Coleoptera. Apion prosopidis Kxerr. et Jóre. Agalla (lam. II, fig. 36). — Una hinchazón general del pecíolo de las hojas, cilíndrica ó elipsoidal, á menudo arqueada, leñosa y muy dura, al principio verde ó un poco rojiza, después obscura como la corteza de las ramas, de gran extensión : hasta 60 mm. de largo y 10 de ancho, con el ancho del peciolo normal sólo de 1,5 mm. En la punta de la agalla se ve un pedazo corto del peciolo no hinchado, y en la extremidad de éste hay casi siempre hojas más ó menos bien desarrolladas; pero cuando caen al suelo, como ocurre casi siempre en el invierno, la agalla presenta un aspecto tan parecido á la de Tetradiplosis sexdentatus que casi no se puede distinguir- las. Pero el Dr. Krerrer no está en lo cierto cuando escribe (loc. cit., pág. 18) que estas dos formas de agallas no pueden separarse. Esto es muy sencillo, porque la agalla de Apion prosopidis tiene desde su comienzo en su punta superior un pequeño agujero, y cuando se abre la agalla se ve que este agujero se continúa en un túnel de 2 mm. de ancho, lleno de larvas del pequeño coleóptero, como de larvas de moscas parásitas (estas últimas casi siempre en mayoría), hasta cerca de su base. Las larvas in- vernan en la agalla y deben salir en la primavera, pero esta agalla es tan atacada por parásitos que raras veces se da con el Apion. En Mendoza la he encontrado en septiembre; en Andalgalá, provincia de Catamarca, altura 1070 metros, es muy común sobre Prosopts alba Gr.; allá inverna. 2. Cynipidae. IT. Eschatocerus myriadeus Kierr. el JórG. Agalla (lám. 1, fig. 37). — Una hinchazón de la capa leñosa de la A IP 3 ECO TU AAA Proro JórGuNseEx : Zoocecidios argentinos 000397 rama. La agalla misma es hemisférica, del tamaño de un grano de mijo, de 1.5 mm. de diámetro, mate, blanco-amarillenta, el agujero de salida de la avispa situado en el polo superior. Raras veces se encuentra la aga- lla solitaria; casi siempre hay muchas unidas entre sí y forman así una masa irregular ó bien masas que rodean la rama, estando sólo separadas entre si por impresiones transversales incompletas. La hinchazón alcanza hasta 200 mm. de longitud, con un ancho de 13 mm., mientras la rama normal abajo de la agalla mide 3 mm. En este caso la corteza está siem— pre rota, cubriendo como con laciniaduras las agallas, ó sólo está rota en un lado, doblada para atrás ó extendida y sólo pegada al cuerpo leñoso en una línea. En una agalla de 195 mm. de longitud el Dr. KrerrerR con- taba no menos de 600 agujeros, por los cuales habían salido las avispas. Naturalmente sucumbió la rama bajo tal ataque. Muy común en la precordillera de Mendoza en agosto. H. Eschatocerus niger Kierr. et Jórc. Agalla (lam. IL, fig. 38). — Redonda irregular, colocada en el lado de una rama y formada á costa de un botón; las más pequeñas son casi globosas, las más grandes están formadas por la reunión de varias peque- ñas; su diámetro es de 8-25 mm., su superficie no tiene puntos negros como la agalla de Eschatocerus acaciae MaYk, sino es verde ó más ó me- nos colorada cuando joven, más tarde de color de arcilla; es mate y gla- bra, su parénquima es blanco, y las numerosas cámaras larvales no están bien separadas por una pared especial de la substancia que las rodea. La imagen sale en enero; al mismo tiempo que sus numerosos parásitos, pero la agalla es muy jugosa, se pudre en seguida, muriendo todos sus hués- pedes. Es muy apetecida por orugas de Microlepidoptera que la taladran. Abundantísima en la provincia de Mendoza, como probablemente en casi todas nuestras provincias andinas. En Andalgalá, provincia de Cata- marca, abunda sobre el algarrobo blanco (Prosopis alba Gr.). Parásito : (Chalcididae). Dendrosema coeruleum Kerr. et Jóno. 2. Cecidomyidae. L. Tetradiplosis sexdentatus Kierr. et JórG. Agalla (lam. II, fig. 3g). — Como ya he dicho, es muy parecida á la agalla de Apion prosopidis, pero está formada como una hinchazón de las ramas y de la base de las espinas y no del pecíolo. Es una hinchazón general de la rama, cilíndrica ó elipsoidal, rojiza, al fin más obscura, 15-40 mm. de largo y 6-10 de ancho; en la capa leñosa blanca hay nu - 358 , PHYSIS merosas células, cuyo eje longitudinal no es, como de costumbre, para— lelo al eje longitudinal de la rama, sino está colocado perpendicularmente sobre ella. Estas agallas se presentan también como hinchazones de las espinas, siendo la mitad proximal hasta ?/, de una espina hinchada, de 10-20 mm. de largo y 5 de ancho, mientras el resto de la espina tiene un espesor de 1,5 mm. Abundante en todas partes en la provincia de Mendoza, la ¿mago desde mediados de diciembre. En Andalgalá, provincia de Catamarca, es muy común sobre Prosopis alba Gr. Parásitos (Chalcididae) : 1. Dendrosema albitarse Krerr. et JórG.; 2. Calosoler cecidobius Kierr. et Jórc.; 3. Decatoma bifasciata Kurrr. el Jórc.; A. Decatoma fastigiata Kikrr. et JórG.; 5. Decatoma ciliata Kurrr. et JórG.; (Braconidae) 6. Bracon alpataco Kikrr. et JórG.; 7. Bracon prosopidis Kierr. et Jór6. II. Cecidomyidae ? Agalla (lam. IL, fig. 40). — Una hinchazón en la base de un gajo, globosa, lisa, general. durísima, de 6-12 mm. de diámetro; á menudo está deformado el gajo encima de la agalla; en este caso tiene forma de ampolla. La agalla es ya solitaria y ovoide, 2 mm. de largo y 1,5 de ancho, con una pared blanca y delgada como papel que está rodeada por la substancia por todos lados, ya agrupada cerca de la capa leñosa. Tal vez se trata de dos especies diferentes. Común en diciembre en La Paz, provincia de Mendoza, y en Alto Pen- coso, provincia de San Luis, en Andalgalá, provincia de Catamarca, vive sobre Prosopis nigra Her. Il. Cecidomyidae ? Agalla (lám. MI, fig. 41). — Una hinchazón unilateral de una rama, gruesa y en forma de una abolladura, 20-35 mm. de largo y 15-25 de ancho, con numerosos agujeros, por donde han salido los huéspedes; en el interior con numerosas pequeñas cámaras larvales ovoides. Es dura y leñosa, y de Cecidomyidae 6 Cynipidae. Precordillera de Mendoza, en agosto. IV. Rhopalomyia prosopidis Kerr. et Jónc. Agalla (lam. IL, fig. 42). — Gomo un bedeguar, esférica, de 10-25 mm. de diámetro, formada de numerosas vegetaciones espesas al princi- pio, con pelos cortos y abiertos, más tarde lineares y glabras que salen de AAA mEEzmzEE KK Prebro JORGENSEN : Zoocecidios argentinos (90) a lo) una pepita carnosa que sólo alcanza */, ó */, de la longitud de aquellas formaciones; la pepita 6 núcleo contiene cámaras larvales ovoides, de 2 mm. de ancho. ; Común en la provincia de Mendoza (Chacras de Coria, La Paz) y de San Luis (Alto Pencoso); las agallas aparecen á fin de noviembre, inver- nan y maduran en la primavera (septiembre-octubre). 3. Lepidoptera. Cecidolechia maculicostella StrAND. Agalla (lam. UL, fig. 43). — Una hinchazón fusiforme del eje de las flores, más ó menos en el medio de éste, al principio blando, áspero, al fin leñoso, con una sola, pero grande cavidad interna ; los ejemplares pe- queños son de 18 mm. de largo y 5 de ancho, la pared 1,5 mm. de espesor y el eje normal de 1,5; pero hay agallas más grandes que llegan á 25-27 mm. de largo, 12 de ancho, su pared es de 3-4 mm. y el eje normal de 3. La oruga vive solitaria; es lustrosa, fusiforme, pardoscura, con la cabeza y el último segmento muy pequeños, de 10 mm. de largo, con los segmentos bien separados, y en el dorso y sobre cada segmento con una prominencia transversal alta. Se transforma en la agalla misma en un capullo blanco (según Kierrer) ó fuera de ésta en un capullo chato y ceniciento; la mariposa sale en noviembre. Es común en la provincia de Mendoza (Pedregal, Chacras de Coria y La Paz). De una agalla completamente igual he criado otra Tenerdae, que no tiene la gran mancha negra en el medio de la margen anterior de las alas superiores de la forma típica. La agalla es común en Andalgala, provincia de Catamarca, sobre Prosopis alba Gr. en enero ; la oruga se transforma siempre fuera de la agalla, en un capullo fino, gris; ¿mago vuela también en febrero. Prosopis campestris Gr. 1. Cynipidae. I. Eschatocerus myriadeus Kikrr. et Jóra. Agallas leñosas, rompiendo la corteza como en Prosopis alpataco y en las mismas localidades. II. Eschatocerus niger Kerr. et Jóno. Agallas duras, redondas, con varias cámaras larvales, deformación de los botones. Como en Prosopis alpataco y de las mismas localidades. 360 PHYSIS 2. Cecidomyidae. l[. Rhopalomyia prosopidis Krerr. et Jórc. Agalla. — Una deformación de un botón, de una cámara, como un bedeguar. Como en Prosopis alpataco y en los mismos lugares. IL. Tetradiplosis sexdentatus Kierr. et Jór6. Hinchazones generales de las ramas, con muchas cámaras, como en Prosopts alpataco y junto con ellas. 3. Lepidoptera. Cecidolechia maculicostella STRAND. Una hinchazón del eje floral, con una cavidad interna grande, como en Prosopis alpataco y de las mismas localidades. Prosopis strombulifera Pn. Cecidomyidae. [. Liebeliola prosopides Kxkrr. et Jórc. Agalla (lam. UI, fig. 44). — Una hinchazón unilateral y hemisférica de una rama, mate, áspera, del color de la corteza y rompiéndose ésta, 6-13 mm. de diámetro; la pared carnosa, de 1,5-3 mm. de espesor; en el interior hay varias cámaras larvales ovoides dispuestas sin orden algu- no, 3 mum. de largo. La transformación se hace en la agalla, sin capullo. -Muy común en las provincias de Mendoza y San Juan; las agallas im- vernan, y los mosquitos aparecen en noviembre-diciembre. IL. Lasiopltera graciliforceps Kierr. et Jónrc. Agalla (lám. TIL fig. 45). — Una hinchazón general de las ramitas delgadas, muy dura. Los ejemplares grandes tienen 4o-60 mm. de largo y 6-1o de ancho, con la rama normal de 2 mm. de ancho. Estas hincha- zones son cilíndricas, irregulares, en unas partes ajustadas, á menudo con abolladuras; las cámaras larvales son ovales, de 2-2,5 mm. de largo, y están colocadas en el corazón de la rama, ya dispuestas en filas y bien separadas, ya sólo separadas por una pared muy fina; antes de transfor- marse la larva tiene que abrirse un camino á través de la capa leñosa de 2,5-3,5 mm. de longitud. En las ramas más delgadas, de */, hasta 1 mm. de espesor, las agallas están comunmente dispersas ó colocadas una tras . S> - Pebro JórGENSEN : Zoocecidios argentinos 3 otra, tocándose con sus extremidades, cada una de ellas es ovoide ó glo- bosa, con una ó hasta tres cámaras, de un diametro de 2-5 mm. Como la agalla anterior y en las mismas localidades. Como he confundido estas dos especies diferentes de agallas, he guar- dado juntas las dos. Por eso he criado los parásitos siguientes de ambas : Parásitos (Chalcididae): 1. Torymus prosopidis Kukrr. et JórG.; 2. Torymus superbus Kierr. et Jóre.; 3. Dendrosema albosquamatum Kikrr. et Jórc.; 4. Eurytoma sp.; (Braconidae): 5. Perenobracon stenopterus Kierr. et JónG. Gourliaea decorticans GiLL. El Chañar es muy rico en distintas especies de agallas, hasta ahora conozco siete diferentes, de las cuales cuatro de Mendoza. 1. Cecidomyidae. Allodiplosis crassus KiErE. et JórG. Agalla (lam. I, fig. 17). — Globosa, con un diametro de 12 mm., por fuera cubierta espesamente de filamentos de 3-4 mm. de longitud y 0,5 de espesor; estos filamentos con pelos blancos y espesos; á menudo están reunidas las agallas en las ramas en gran cantidad ; son botones transfor- mados; la cámara larval única, su pared muy delgada, apenas un milí- metro de espesor. Esta agalla es común en todas partes de la provincia de Mendoza, tam- bién en la cordillera. Lo mismo ocurre en Andalgalá, provincia de Cata- marca. La primera generación aparece en septiembre -octubre; después siguen otras, según la cantidad de lluvia que caiga en la región. Parásitos (Chalcididae): 1. Torymus flavocinctus Krerr. et JórG.; 2. Lochites festiva Kxerr. et JórG.; 3. Lochites testacea Kxerr. et Jór6.; 4. Eurytoma striatigena Kie". et Jórc.; (Platygasteridae) : 5. Platygaster soctabilis K1eer. et JórG. De la última avispita viven hasta 20-30 individuos en la misma larva de la Cecidomytdae. 2. Chalcididae. I. Proseurytoma gallarum Kirrr. et Jóre. Agalla (lám. IL, fig. 19) — Blanda, rolliza, de 8-14 mm. de diáme- tro, muy parecida á una agalla vieja de la especie europea Biorrhiza pa- lida PL. (sobre el roble europeo : Quercus pedunculata Emrm. y Quercus 362 PHYSIS sessiliflora Sm.). Á mi parecer está formada de un fruto, y según opinión del Dr. Kierrer, lo estaría de un botón. En la substancia interna parda y esponjosa se encuentran numerosas pequeñas cámaras ovales, sin agalla interior. Abundante en la precordillera de Mendoza como en La Paz, muy rara en Andalgalá, provincia de Catamarca. La agalla es verde ó amarillenta, y las avispas salen en diciembre-enero. Nota. — Este es el primer ejemplo de una avispa del grupo de las Eu- ryltominae que produce agallas; las demás Chalcididae que lo hacen, per- tenecen á las vecinas /sosominae y Perilampidae; también entre las Tory- midae hay especies fitófagas. ll. Chalcididae ? Agalla (lám. IL, fig. 20). — Globosa, verde y lisa como los frutos ver- des, más tarde dura, leñosa, gris como la corteza, de 6 mm. de diámetro; arriba tiene una prominencia larga, delgada y estiliforme, dos ó tres veces más larga que el diámetro de la agalla; en la substancia interna blanca y dura hay varias pequeñas cámaras larvales que están unidas entre sí. La agalla es muy rara en Pedregal, provincia de Mendoza; la avispa sale a fin de diciembre. TL. Chaleididae ? Agalla (lám. 1, fig. 21). — Una hinchazón leñosa, globosa y áspera de las ramas. Muy común en Chacras de Coria y La Paz, provincia de Mendoza; numerosas avispas criadas en abril. CAESALPINOIDEAE Cassia aphylla Cav. Lepidoptera. Agalla (lam. Í, fig. 10). — Es una hinchazón fusiforme de las ramas 6 tallos jóvenes, de hasta 4o mm. de largo y de 12 de ancho, mientras la rama normal es de 5 mm. de espesor; á menudo la agalla es algo arqueada y siempre lleva botones y ramas que se desarrollan normalmente. Des- pués de dos ó tres años no queda de la agalla nada más que una hincha- zón apenas visible y después desaparece todo rastro de ella. Adentro vive la oruga solitaria, empezando por arriba á hacerse una cueva que poco á poco hacia abajo se ensancha y es de / mm., mientras la pared de la aga- 7 Pebro JORGENSEN : Zoocecidios argentinos 363 lla es de 3 mm. La oruga que siempre anda con la cabeza hacia abajo, se transforma en la parte ancha inferior, después de haberse perforado un agujero hacia afuera, que se cierra con un tejido, formado como dos vál- vulas, blanco en el interior y negruzco en su exterior. Este color negruzco proviene de los excrementos que la larva entremezcla en el tejido. Oruga. — Adulta es de 10 mm. de longitud, blanca ó débilmente ama- rillenta, la cabeza es redonda, muy abovedada y más parda obscura que el gran escudo que cubre el primer segmento, pero lustrosa como éste. La cabeza es más ancha que alta y sus partes bucales son más obscuras. Los segmentos de la oruga son hondamente separados y provistos de pe- litos blancos muy finos; los estigmas son circulares y bordados de par- duzco. La oruga es muy agil y se mueve con gran rapidez de una extre- midad de su cueva á la otra; y si se abre con violencia la agalla leñosa y muy dura, cierra inmediatamente el agujero con un tejido blanco y fuerte. Todos los excrementos se amontonan abajo y sirven, como ya he dicho, para reforzar el tapón que cierra el agujero en la parte inferior de la agalla. Además de este tapón, que tiene una raya fina en el medio que lo divide en dos valvulas que caen, cuando sale la mariposa, la oruga cubre las paredes internas de la cueva, antes de transformarse en cerisálida, con un tejido muy fino, blanco y abierto que sirve como una escalera para la crisálida que, como la oruga, sube y baja en la cueva con una rapidez asombrosa. Crisálida. — Es de 8 mm. de largo, morena, la cabeza y el tórax rojo- morenos, las vainas alares son un poco alargadas; los dos últimos seg- mentos del abdomen muy punteagudos, los segmentos 5-7 lateralmente con una prominencia cónica, más grande en el 7”; son éstas las que faci- litan los movimientos de la crisálida en la cavidad y por medio del tejido como escalera. Como la oruga, tiene su cabeza hacia abajo; cuando se transforma, la mariposa sale por el agujero ya perforado, y el tapón cae al suelo. BRUCHIANA n. gen. Imago. — La cabeza es pequeña y redonda, en todas partes cubiertas de escamas y pelos chatos y anchos que unidas y acostadas forman una es- pecie de coraza. Se puede considerar esta coraza como un paragolpes, cuan- do la mariposa quiere abandonar su cárcel y abrirse camino al exterior. Los ojos bastante grandes y sobresalientes. El escapo de las antenas es cónico y el doble más ancho que el flagelo, que está provisto de pelos finos y pegados. Los palpos (fig. 1, c) son largos, casl tres veces más largos que la cabeza es alta; están arqueados hacia arriba en toda su longitud, el ar- 364 PHYSIS tejo medio está cubierto arriba de escamas acostadas, mientras abajo tie- ne pelos cortos y anchos, casi en forma de escamas que son más largos hacia la extremidad, de manera que todo el artejo tiene forma de maza ; el artejo final es largo y delgado y su punta es muy adelgazada, está cu- bierta de escamas finas y llega, en unos ejemplares, hasta la altura del vértice, en otros es más dirigido ha- cia adelante, pero en todo caso sus puntas son muy divergentes llegando en unos ejemplares hasta la base del == == ala; en su prolongación la trompa es muy corta. El ala superior (fig. 1, a) $ O, e es unas tres veces más larga que su A eS ab ancho mayor, es de forma de cincel, a, ala superior; b, ala posterior; c, palpo su ápice es agudo, sus pestañas más largas son del ancho mayor del ala. Tiene doce venas, las dos dorsales (1 A) están unidas desde casi la base del ala, donde forman ¡juntos una horquilla, 4 y 5 forman juntos, abajo del ápi- ce, una horquilla larga, y 7 y 8 una más corta arriba del mismo, 6 desem- boca debajo del ápice mismo. La célula es larga y delgada, de su punta salen 4,5, 6, 7 y 8. El ala posterior (fig. 1, b) tiene forma de un cincel corto y ancho, su ápice es muy agudo, y la margen exterior debajo de éste es muy escotada ; sus pestañas más largas son un poco más largas que el ancho mayor del ala ; tiene ocho venas, de las cuales ninguna forma horquilla, 7 y 6 desembocan arriba y abajo del ápice respectivamente, la célula con dos pliegues que se alargan hasta la margen exterior; el superior se parece mucho á una vena. Las patas posteriores con cuatro espuelas fuertes, de las cuales las dos inferiores son el doble más largas que las exteriores. Dedico este nuevo género a mi estimado amigo, Dr. Carros Brucn, Jefe de la Sección Zoológica del Museo de La Plata. Bruchiana cassiaella n. sp. (ig. 1) Las alas superiores arriba, como el torax, son de un gris ceniciento, sem- bradas densamente de puntitos negros, también sobre las pestañas exte- riores, las alas posteriores son arriba lustrosas, gris parduzco, como ambas alas abajo. El abdomen y el torax abajo son parduzcos, las patas en parte más oscuras.:La cabeza tiene pelos y escamas blanquizcas, los palpos tie- nen pelos y escamas blancos, entremezclados con unos negros. Las antenas is a ANS AAA : F. Sawrscmi : Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus 365 son blanquizcas, con anillos obscuros. — Expansión alar 19 milímetros, cuerpo 6, antena 6. - He encontrado la agalla una sola vez en la precordillera de Mendoza, en gran cantidad sobre una sola planta. Ahora la he vuelto á hallar muy á menudo en el campo seco alrededor de Andalgalá, provincia de Cata= marca, altura 1070 m. Es local, pero abundante donde se encuentra, por lo común con muchas agallas en la misma planta. /mago en agosto y prin- cipios de septiembre; en este mes se encuentra al lado de agallas jó- venes y blandas, unas ya grandes; estas últimas tienen orugas que han invernado y que probablemente dejan salir la mariposa, en una segunda generación, en el verano; no he observado esta generación. (Conlinuará.) Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus. Par Le Dr. F. SANTSCH!I. (Kairouan, Tunisie) La plus grande partie des insectes quí font l'objet de cette étude m'ont été communiqués par M. Brucn (1) et ont été recueillis, so1t par lui-méme, solt par MM. BiraBeEN, Dr. Carerre, Dr. HerrERO DUcLOUX, JOERGENSEN, Ing. GC. Lizer, Dr. Lemmann-NrrscHe, Prof. ScaLa, Mac DoxaGH, ScHuEL, Werser, pour la République Argentine et l Uruguay, par le Prof. Porter pour le Chili, et par les Drs. FieBriG et Zúrcner pour le Paraguay. D'autres fourmis ont été capturées par Mr. E. R. Wacxer et reques par lP'intermédiaire du Muséum de Paris et de M. Le Mourr. Enfin un certain nombre d 'intéressantes trouvailles sont dues a Mme. von SrE1IGER quí me les a envoyées directement. IT. Sous-famille PONERINMNAJE Lrvur. Acanthostichus laticornis For. +. Paraguay (Fiemric ). Uruguay : Colonia Nueva Helvecia (Mme. y. OTEIGER). - (1) Accédant tres volontiers a la demande de Vauteur j'ai tiré des nouvelles espéces et varié= tés, les quelques photos qui accompagnent le présent mémoire. Puysis. — T. 11 . 2% 366 PHYSIS Ectatomma opaciventre Roc. E. Paraguay (Zúrcuer). Ectatomma edentatum Roc. Y, Q, G. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac DoxachH). Ectatomma tuberculatum Ot. st. acrista For. . Paraguay : Santa Trinidad (Zúrcner). Ectatomma (Parectatomma) triangulare Maxk. Yreentine : Sierra de la Ventana, Estancia Tornquist (Brucn). Pachycondyla striata Sm. $. Argentine : Entre Rios, Estación Sosa (Mac Doxach). Euponera (Mesoponera) marginata Roc. $. Argentine : Misiones, San Ignacio (C. Lizer). Ponera trigona Maxk €, Q. Argentine : Buenos Aires (Mme. v. SteiGER), Monte Hermoso (Ca- RETTE) $. 11. Sous-famille DORYLINAE (Lracn.) Eciton (Labidus) apicifer n. sp. g' Long. 20-21 mm. Rouge brun. Antennes, pattes et gastre jaune brun. Sillons parapsidaux brun noirátre. Pilosité dressée, fauve dorée, courte (un peu moins longue que l'épaisseur du scape) sur le thorax, un peu plus fine et plus courte sur le scape et les pattes, plus longue au con- traire sur la téte el le dessous du gastre. Epinotum et abdomen garnis de grandes toufles de longs polls soyeux, dressés et relevés. Ces toufles sont réparties par deux sur l'épinotum et le pédicule, par quatre sur les segments du gastre, dont deux sont-dorsales et deux latérales. Les houp- pes dorsales sont plus confluentes en arriére el plus relevées que chez E. Hartigi Wesr. et bien plus longues et plus fournies que chez E. Es- senbecki Wresr. Mat; finement réticulé-ponctué en dé á coudre. Le bord des segments du gastre el l'extrémité des mandibules, lisses et trés luisants. Base de celles—ci et pattes trés finement ponctuées et submates. Sur toute la téte, la base des mandibules, le thorax et les aires d'insertion des houp- pes du gastre, se trouve une grosse ponctuation pilifére, oblique en ar riére. tres confluente sur le gastre, deux á quatre fois plus espacée sur le thorax, ou elle est aussi plus grosse. F. Sawrsem : Formicides sudaméricalns nouveaux ou peu connus 367 Téte le double plus large que longue (avec les yeux 1,8 X 3,6 mm.). Les yeux n'atteignent pas le bord antérieur. Les ocelles latéraux sont dis- tants des yeux d'environ leur grand diameétre. Le bord postérieur est droit (concave chez /fartigi et Essenbechu), les bords latéraux concaves. Un sillon postoculaire, trés distinct en dessous et en dehors des yeux, s'atténue derriére leur bord supérieur. Arétes frontales courtes, sillon frontal profond, jusqu'á l'ocelle médian. Bord antérieur de l'épistome rec- Eciton (Labiaus) apicifer n. sp. Of sie tiligne. Mandibules déprimées, fortement courbées dans leur milien, com- me chez E. Hartigi. Le scape atteimt le milicu de l'ocelle latéral. Premier article du funicule aussi long qu'épais, les suivants de plus en plus longs et moins épais. Thorax robuste, large de 4,2 mm. Sillon médian du mesonotum légérement imprimé. Epinotum bordé, la face basale pres- que aussi longue sur les cótés que la face déclive. Son bord postérieur échancré dans le tiers médian, arqué dans le tiers externe, avec les angles mousses. Face déclive concave. Face supérieure du pédicule trapézoidale de deux cinquiémes environ plus large derriére. Le bord postérieur est droit et les angles non prolongés. Les deux tiers antérieurs de la face su- périeure sont fortement obliques en avant. Segments médians du gastre larges de 4,5 mm., hauts de 4,1 mm. Le pygidium forme en arriére un 368 PHYSIS grand lobe trapézoidal plus rétréci á sa base d'insertion qu'en arriére. Stipe grand et arrondi. Échancrure de la lame subgénitale réduite á une simple fente dans sa moitié antérieure. Alles jaunátres, surtoutá leur base, nervures el taches roussátres. Aile antérieure longue de 20 mm. Paraguay : Santa Trinidad (Zúrcuer leg.). C'est une belle espéce voisine de E. Hartigi (16-17 mm.) et de E. Es- senbecht (15-16,5 mm.) mais bien plus grande. Eciton (Labidus) Schlechtendal: Maxx. Paraguay : Santa Trinidad (Zúrcher). Eciton (Labidus) praedator Sm. $. Paraguay (FreBrIG). Eciton (Labidus) coecum Larr. var. Selysi For. $. Paraguay (Frebr1G). Ecilon (Acamatus) Iheringi For. S. Argentine : Santiago del Estero (Brucn). á la lumiére. Eciton (Acamatas) Romandi Westw. . Argentine : Santiago del Estero (Brucn). Misiones (WaGxer). Eciton (Acamatus) Lieselae For. FX. Argentine : Santiago del Estero, bords du rio Salado (WAacxeR). Eciton (Acamatus) Shuckardí Em. FX. Argentine : Chaco, bords du rio Tapenaga, Colonia Florencia, et Santa Fe, Las Garzas (Wacxer). Córdoba (Mme. v. STEIGER). Eciton (Acamatus) Halidayi Suuck. S. Paraguay : Santa Trinidad (ZúrcHER). . Eciton (Acamatus) punclaticeps Sm. $. : Paraguay (FiesrIG). Brésil: Blumenau (Mme. v. STEIGER). Eciton (Acamatus) sulcatam Maxr = E. (A.) Richterí For. Argentine : Chaco (Mme. v. STeIGER); Santiago del Estero, Río Sa- lado (Le Mourr). Eciton (Acamalus) sulcatam Maxx v. modificata For. = E. (A.) Rich- lterí For. v. modificata For. ) Argentine : Santa Fe, bords du rio Las Garzas (WAGNER). Eciton (Acamatus) Spinolae Wksrtw. st. Spegazzinú Em. = Eciton Spinolae West. st. obscurum For. F. Sawrscm : Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus 369 GarLarDo dans ses Observaciones sobre algunas hormigas de la Repú- blica Argentina, décrit le gt de E. Spegazzínuú Em. lequel fut recueilli avec les ouvriéres a la sortie du nid. Or ce gf, que ¡'al pu comparer avec celui de E. Spinolae, en constitue une race, comme l'avait déjareconnu Fo- REL pour un ¡Y de la collection Guírix (Die Ametsen des K. Zoologischen Museum in Minchen 1911) nommé par cet auteur E. obscurum, lequel est identique a celui de E. Spegazzini Em. dont 1'f a été décrite en 1888. KEciton (Acamalus) latiscapum Ev. var. guyanensis n. var. S' Long.: 12 mm. Brun jaunátre, pattes un peu plus foncées. Téte, moins l'épistome, noire. L'abdomen est pubescent comme le thorax, sans longs polls dessous, sauf sous le pédicule. Ceux des pattes sont dispersés sur toutes les faces des membres, sans former de franges comme chez le type. Le funicule est moins délié a son extrémité et le dernier article plus long que le précédent. Le scape n'est pas beaucoup plus épais que la par- tie la plus épaisse du funicule, un peu moins épais que chez le type. Ailes JU tres légerement enfumées de jaunátre, avec les nervures et la tache jaune brunátres. Pour le reste, comme chez le type. Chez celui-c1, les ailes sont hyalines, et brunes chez la race Hospes Em. Guyane francaise : Nouveau Chantier (Le Mourr). Eciton (Acamatus) filicorne n. sp. g' Long.: 4 mm. Aile antérieure, 15,9 mm. Roux jaunátre, vertex roux un peu brunátre. Pilosité jaune, fine, assez abondante partout, dense et oblique sur le dos du thorax, du gastre et des pattes; plus longue et plus redressée devant et dessous la téte, sous le corps, les hanches et Vextrémité de l'abdomen ; tres courle et oblique sur le reste de la téte et les scapes. Funicule finement pubescent. Luisant, lisse, avec une ponctua- tion piligere. Téte 1 */, plus large que longue (sans les yeux) ; elle est aussi un peu plus longue que haute; sa face postérieure tronquée, les ocelles faisant légé- rement saillie en arriére. Les cótés de la téte sont entigrement occupés par les yeux. Ocelles grands. L'externe est proche de lP'oeil, d'un tiers de son diametre. Arétes frontales courtes et peu saillantes, formant en arriére un bourrelet peu prononcé (un peu plus distinct que chez E. Strobeli Maxr.). Épistome largement et peu profondément concave. Mandibules un peu moins longues que la largeur de l'épistome. Leur bord externe assez ré- 370 PHYSIS guliérement arqué, un peu plus faiblement dans sa moitié basale et pa= ralléle au bord interne, lequel est plus fortement concave dans sa moitié apicale, formant une extrémité aigué. Scape quatre fois plus long qu'épais, atteignant á peine le devant de lPocelle latéral. Funicule filiforme, pas plus aminci a l'extrémité qu'á la base (légerement plus mince entre les 4-7* articles). Premier article presque aussi long qu'épais, le suivant un quart plus long, et les autres de plus en plus longs, sauf les deux derniers qui sont subégaux et pas plus longs que le sixiéme. Thorax large de 3 mm., la bosse pronotale ne recouvre pas compléte= ment la téte. Scutellum sans échancrure ni sillon. Epinotum vertical fai- blement concave á la base. Pédicule en ovale transversal, fortement arrondi sur les cótés, sans angles. Sa face supérieure un peu convexe, le dessous sans appendices. Gastre subcylindrique, plus épais au tiers postérieur. Lame subgénitale sans dent au milieu de son échancrure. Guisses non rétrécies dans la région basale. Métatarses moyens á peine plus longs que les tibias. Ailes légérement jaunes, hyalines, á nervures et tache fauves. La récurrente atteint la deuxieme cellule cubitale dans son tiers antérieur, sans épaissir notablement le cubitus en arriére. Argentine : Chaco de Santiago del Estero (Wacxer). Voisin de /lligerí Smuck. et de Strobel: Maxr, difféere par la couleur du premier, par la pilosité et les antennes du deuxiéme. Eciton (Acamatus) Hopet Suuck. . Argentine : Santiago del Estero, río Salado (WaGxer). Eciton (Acamatus) Swainsont SHuck. Y. Argentine : Santiago del Estero, río Salado (WaAGxER). Eciton (Acamatus) Strobel: Maxr. ' = Eciton nitens Maxx $. Argentine: Chaco de Santiago et Tucumán (Wacwxer). Sierra de la Ventana $, S' (Brucn). MI. Sous-famille MY RMICINATR Marr Pseudomyrma gracilis E. v. sericata Sm. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Doxacn). Misiones, San Pedro (C. Lizer). Paraguay (FiubriG). Pseudomyrma denticollis Em. Argentine : Jujuy, Valle Grande (Scnuer); Salta, Cerro San Bernardo (BIRABEN). | AA A ASAS AAA A ANA FE, Sawtscmr: Formicides sudaméricalns nouveaux on peu connus 371 Pseudomvrma Solisi n. sp. $ Long.: 4 mm. Jaune roussátre. Mandibules et pattes plus claires. Bord denté des mandibules et yeux noirs. Pilosité dressée, rare. Pubes- cence tres courte, rare sur la téte et le thorax, plus visible sur le gastre. Finement réticulé et peu luisant, avec le thorax et surtout la téte, ponc- tués (mais moins fortement que chez P. mutica Max). Téte presque d'un quart plus longue que large, les cótés un peu moins arqués que chez mutica, le bord postérieur droit. Yeux un peu plus grands que chez mutica et placés plus en avant. Le milieu de leur bord interne est atteint par le scape. Articles 2%? á 8* du funicule aussi épais que longs. Un sillon frontal peu pro- fond atteint l'ocelle mé- dian. Lobe de l'épistome court, subdenté aux an- gles. Mandibules lisses, luisantes, avec de gros points allongés, épars; le bord terminal large, peu > Psedomprma Solisim. sp. 6; 2 y 3, P. Solisi var. Belgranoi n. var. Q oblique, de 5 dents, la base légérement imprimée. Le pronotum plus long que large, a ses cótés obtusément bordés, presque droits, falblement divergents en avant et for- mant avec le bord antérieur arrondi, un angle mousse un peu plus dis- tinct que chez P. mutica. Profil du mésonotum convexe, continuant devant celui du pronotum, dont il est séparé par une suture fortement im - primée sur les cótés. En arriére le mésonotum descend dans le sillon mé- tanotal par un plan d'abord arrondi, puis presque vertical. Ge sillon est aussi large que profond et pourrait loger l'épaisseur du scape. Face ba= sale de lépinotum a peu pres le double plus longue que la face déclive ; d'abord relevée devant, a la hauteur du mésonotum, elle oblique vers la face déclive avec laquelle elle fait un angle arrondi (comme chez P. mu- tica mais avec une face déclive plus basse chez Solisi): le dessus est plat avec des bords mousses mais distincts comme chez mutica. Pédicule plus étroit devant que chez mutica, moins que chez P. pallida Sm., avec un profil intermédiaire entre ceux de ces deux espéces. Ses cótés sont bien bordés et sa face supérieure est droite d'un cóté a l'autre. Le postpétiole est légerement plus large que long, comme chez mutica. Gastre relative- ment un peu plus large que chez cette espéce. Argentine : Chaco de Santa Fe (Mme. v. StE1IGER). 2 PHYSIS De téte plus courle que chez pallens Mar, et de couleur différente, elle est presque aussi robuste que mutica Maxr. Pseudomyrma Solisi var. Belgranoi n. var. $ Long.: 5 mm. Téte légérement plus allongée que chez le type. Man- dibules finement striolées, échancrure du métanotum beaucoup plus fai- ble. Postpétiole aussi long ou légérement plus long que large. Gastre plus allongé. Pour le reste, couleur, sculpture, elc., exactement comme chez le type. Argentine : Tucumán (F. GirarD) recue de Mr. J. De GaurLr. 1 $. Les exemplaires de La Plata déterminés par Mr. ForeL sous le nom de P. Champion: st. hayatina v. Paulina For. se rapprochent beaucoup de cette var. par sa forme et l'épaisseur du funicule, bien que la couleur soit tout autre. Pogonomyrmezx coarctatus Maxr. Argentine : Entre Rios. Estación Sosa (Mac Doxacn); río Negro, La- guna Colorada (Lemmann-NrrscHe); Sierra de la Ventana (Brucn); Mon- tehermoso (CARETTE). Poyonomyrmezx cunicularis Maxr. Argentine : Entre Rios, Estación Sosa (Mac Doxacn). Uruguay : Montevideo (Herrero DucLoux). Pheidole flavens Ros. st. tuberculata MaYr Q, %. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Doxacn). Pheidole lignicola Maxr $. Argentine : La Plata (Brucn). Pheidole obtusopiosa Mark +. Uruguay : Colonia Helvecia (Mme. v. STEIGER). Pheidole spininodis Maxk $. Argentine : Entre Rios, Estación Sosa (Mac Doxacn). Pheidole fallax Maxx st. Emiliae For. var. retifera Em. $. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Doxacn). Pheidole Bergi Maxr %, $. Argentine : Río de la Plata. Isla Martín García (Brucn). Uruguay : Montevideo (Herrero DucLoux). Pheidole Bergí Maxrk var. subparallela Em. $, %. Argentine : Provincia de Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn); Da 3E] FE. Sawrscmt: Formicides sudaméricains nouveaus ou peu connus Montehermoso (Carerre); Río Negro (ScaLa); colonia Frías (LemmAnn- (o) NrrscHE). Pheidole Rist For. %, $. Argentine : La Plata é Isla Martín García (Brucn). Pheidole Strobeli Ex. var. misera n. var. % Differe du type de l'espéce par son pédicule lisse et luisant au moins sur le devant, et le sommet des deux nceuds (réticulé-ponctué et mat chez le type) et par la face basale de l'épinotum plutót striée-ponc- tuée en travers. Le thorax est aussi foncé que la téte, d'un rouge bruná- tre assez foncé. Q Long.: 7 mm. Aussi foncé que le 2%, les ailes un peu jaunátres. Argentine : Province de Buenos Aires, Montehermoso (CarerreE), Q. — Puerto Madryn (BIrABEN), 2%, $, Q. Pheidole Strobel: Em. var. Richter For. Mr. le Prof. Emery m'écrit que Ph. perversa For., n'est pas spécifi- quement différente de Strobeli Em. La var. Richter For. differe peu de Strobelí var. misera, elle est plus clarre, avec les scapes un peu plus courts ; les noeuds du pédicule sont en grande partie lisses et la face basale de l'épinotum, tantót ponctuée, tantót ponctuée-ridée en travers comme chez misera. La Q est plus petite et plus claire. Argentine : Buenos Aires (Mme. v. StEIGER), 2%, Y, Y. Pheidole triconstricta For. %. Buenos Aires (Mme. v. STEIGER). Exemplaire sans carene médiane sur le pronotum, comme ceux -récoltés par SILVESTRI. Pheidole nitidula Em. %. Buenos Aires (Mme. v. SrercEr). Correspond exactement á la descrip- tion du type mais porte en outre une fine caréne médiane sur le pro- notum. Pheidole Silvestrú Em. st. pullala Saxrs. Cette forme doit prendre le rang de race, 1'Q est beaucoup plus petite que le type. elle fait passage a Ph. Bruchi For. dont pullula % ne différe que par sa téte plus longue et ses scapes plus courts. Chez pullula $ le scape est encore plus court que chez Silvestri et atteint a peime le bord postérieur de la téte. Ph. Bruchi est tres voissine de Ph. Sulvestru Em. 374 PHYSIS Pheidole (Elasmopheidole) aberrans Maxx. Argentine : Buenos Aires (Mme. v. STEIGER). Des exemplaires %, ¿el Q recus de Mr. SiLvestri el déterminés par Mr. Emery correspondent exactement á la description originale ; ils pro- viennent aussi de Buenos Aires. 1l y a lien de les distinguer de la forme suivante. Pheidole (Elasmopheidole) aberrans Marx var. diversiceps n. var. % Long.: 4,345 mm. Brun noirátre ou brun rougeátre, la téte est sou- vent plus rougeátre au tiers moyen qu'aux tiers externes, qui sont rem- brunis. Pattes et antennes jaunátres. La grandeur de la téte est variable de 1,4 a 1,65 mm. de large. Les arétes frontales sont assez aigués en avant et tres divergentes, plus que chez le type. Les cótés de la téte sont un peu plus élargis dans le tiers posté- rieur, surtout chez les plus grands exemplaires, plus paralléles chez le type. $ Long.: 2,8-3 mm. Noir ou noir brunátre. Mandibules roussátres, antennes et pattes brun jaunátre : le type est jaune roussátre avec le gas- tre parfois plus brunátre. Téte et gastre trés luisants. Bourrelet mésono- tal assez fort, du reste comme le type. O Gastre noir ou noir brunátre, comme le tho- rax, brun jaunátre chez le type. Argentine : Buenos Aires (Mme. v. SrricErR). La Plata et Isla Martín García (Brucn). Pheidole (Elasmopheidole) aberrans Maxr var. mutica Em. Q. Buenos Aires (Mme. v. Srricer) et Entre Rios (Mac Doxacn). Je possede, en outre, une Q dont les arétes fron- Ir 15 sal s en aso e tales sont au contralre PEO pu S Saa e vifrons var. fuscipunc'is . avant que chez le type de Pespece. (Entre Ríos, A Mac Doxacn). Pheidole (Elasmopheidole) cavifrons Ex. var. fuscipunciis n. var. o Long.: 2,8 mm. Diflére du type par ses stries un peu plus deve loppées qui s'étendent tout pres de la ride transversale du vertex, sauf un espace lisse, en croissant renversé, sur le front. La téte un peu plus allon- ete, le scape dilalé dans ses deux tiers externes. (31) 1 al F. Sawrscut: Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus ¿$ La téte est ponctuée comme chez arciruya For., mais cette ponctua- tion parait plus forte, étant soulignée par sa couleur brune qui tranche sur le jaunátre ou jaune brunátre pále du fond. Argentine : Sierra de la Ventana (Brucn). Pheidole (Elasmopheidole>) laticrista n. sp. % Long.: 3,6 mm. Jaune un peu roussátre, gastre el tarses jaune clair. Les deux tiers antérieurs de la téte passant, d'arriére en avant, du brun rou- ge au noir. Mandibules rouge brunátre, bordées de noir. Luisant, lisse, cótés du thorax un peu ridés en long, un peu réticulés vers l'épinotum. Pheidole (Elasmopheidole) lalicrista nm. sp- fe) ANN o) li Les deux noeuds de abdomen finement reticulés-ponctués. Téte ridée et finement striée. Ces stries, longitudinales sur le front, divergent en arriére vers les angles postérieurs. Le devant des yeux obliquement strié, derriére lisse. Quelques rides arquées derriére la créte du vertex et dont Pune, plus accentuée, constitue en quelque sorte une deuxiéme créte. Ponctua- tion superficielle clairsemée. Pilosité jaune, de longueur inégale, plus courte sur la téte et les membres. Assez abondante. Téte rectangulaire, environ moitié plus longue que large, a cótés subpa- 376 PHYSIS ralléles. le bord postérieur peu concave mais fortement excavé vers le cou. Créte du vertex arquée. assez forte, continue au milieu. Sillon fron- tal faible en avant, assez fortement imprimé en arriére. Arétes frontales fortement dilalées en James, formant deux lobes tronqués, faiblement é¿chancrés au milien et dirigés en avant et en dehors, de facon á ce que leur angle externe surplombe et méme déborde un peu latéralemen! angle an- térieur de la téte. Le bord externe de cette lame est presque paralléle au bord latéral de la téte. dont elle alteint le milieu. L'angle interne de la lame forme un lobe qui atteint et surplombe le bord antérieur de Pépis- tome que Von voit en dessous, par transparence. Épistome plus large que long, strié latéralement, au milieu lisse, et concave d'un cóté a l'autre; son bord postéricur est nettement triangulaire et le bord antérieur, entier au milieu. Les yeux avec une quarantaine de facettes, sont plus grands que chez cavifrons Em. et se placent un peu dans le scrobe. Le scape porte, au bord externe de son extrémité, un lobe épais et fort. Articles 2%á 7” du fu- nicule plus larges que longs. Mandibules lisses devant, striées á la base avec des points allongés, armées de / dents placées par paires espacées et a bord externe moins convexe que chez Ph. taurus Em. Thorax conformé comme chez laurus Em. avec les épines épinotales un peu plus longues. Les deux nceuds du pédicule abdominal sont un plus larges que chez cette derniére espéce; le postpétiole est un peu plus globuleux. ¿$ Long. : 2,2 mm. Jaune comme le %, dessus de la téte brunátre plus ou moins foncé, ainsi que le bord des mandibules, les articulations du funicule et les rides du pronotum. Luisante, quelques stries en avant des yeux et des rides grossiéres arquées sur le pronotum. Epinotum et les deux noeuds finement réticulés ; le reste lisse. Téte aussi large que longue, les cótés falblement arqués, les angles pos- térieurs arrondis et le bord occipital droit. Les yeux aussi grands que chez taurus. Le scape atteint le sixieme postérieur de la téte. Mandibules striées, de 6 á 7 dents. Thorax comme chez taurus, les épines épinotales plus longues, le pétiole et le postpétiole légérement plus larges. Q Long.: 7 mm. Largeur du thorax, 1,1 mm. Longueur de Paile an- térieure, 6,4 mm. Brun foncé; gastre, tibias. tarses el antennes brun jau- nátre; le bord des segments de l'abdomen plus clair. Téte ridée-striée en long, sur Pocciput en travers, quelques rides lon- gitudinales sur le mésonotum, transversales et plus faibles sur le pronotum et Pépinotum. Téte rectangulaire, presque un quart plus longue que large, á cótés droits. Yeux aussi grands que le tiers des cótés. Arétes frontales bien plus courtes que chez le %, formant un lobe comme chez Ph. aberrans Q, mais F. Sawrscmi : Formicides sudaméricains nouveau ou peu connus (90) a] 5] bien plus écarté et plus évasé. Aire frontale distinctement imprimée. Épistome moins concave que chez le 2% et un peu convexe d'avant en arriere. Funicule épais, sans lobe. Thorax un peu plus large que la téte. L"épinotum est concave entre ses angles subdentés. Postpétiole la moitié plus large que long. Gastre subeylindrique, aussi long que le reste du COrps. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac DowaGhH). Voisine de cavifrons dont elle diflére surtout par les lames frontales plus longues et plus écartées, ainsi que par son scape lobé. Crematogaster brevispinosa Maxx st. tumalifera For. var. convicta For. ?. Argentine : Entre Rios, Estación Sosa (Mac Doxacn). Crematogaster brevispinosa Mar st. sericea For. var. uruguayensis Sawrs. = Cr. atra st. uruguayensis SANTS. 1912. C'est une variété nolre un peu plus robuste. ¿ Long. : 2,5-3 mm. Sa description a paru en septembre 1916 presque en méme temps que celle de sericea For. Argentine : Río de la Plata, Isla Martín García (Brucn) +. Crematogyaster Goeldi For. $. Argentine : Entre Rios, Estación Sosa (Mac DoxaGn). Crematogaster Iheringi For. $. Argentine : Province de Buenos Atres, Monte Hermoso (CARETTE). Solenopsis metanotalis Em ¿. Argentine : Río Negro, Colonia Frías (LeuHmanN-NITSCHE). Ces exemplaires atteignent 2,5 mm. L'extrémité de la massue anten- naire est rembrunie, ce qui,n'est pas le cas chez les exemplaires de Núñez prés Buenos Aires (SiLvestri), lesquels sont, d'ailleurs, plus clairs. Solenopsis metanotalis Em. var. Emiliae SANts. $. Argentine : Río de la Plata, Isla Martín García (Brucn). Cette variété plus petite a 'épinotum plus convexe et la massue des an- tennes rembrunie a l'extrémité. Solenopsis Westwoodi For. var. platensis Em $, Q, S. Argentine: Buenos Aires (Mme. v. Sre1cer), Monte Hermoso (CARETTE). Solenopsis angulata Em. $. Argentine : Buenos Aires, . Uruguay : Montevideo (Mme. v. STEIGER). 378 PHYSIS Solenopsis angulata Em. var. dolichops Em. Argentine : Puerto Madryn (Birabex); Buenos Aires el Santa Fe (Mme. V. STEIGER). Solenopsis angulata Em. st. Caretter For. var. mendozensis For. Argentine : Río Negro, colonia Frías (LemmAnn-N1TscHE). Solenopsis angulata Em. st. nigelloides For. Argentine : Monte Hermoso (CARETTE). Les yeux sont allongés comme chez dolichops Em. (types de ForrL) mais la taille rappelle celle de Caretter For.; les exemplaires de Monte- hermoso ont le thorax un peu plus clair. Solenopsis nigella Em. Argentine : Sierra de la Ventana (Brucn). Variété un peu polymorphe. Solenopsis Shiptoni For. var. Steigeri n. var. $ Différe du type par la couleur de la téte quí n'est brunátre que vers locciput; les yeux plus grands comptent 18-22 facettes; la téte n'est pas sensiblement plus large devant que derriére. Argentine : Chaco (Mme. v. STEIGER). Solenopsis tridens For. va. Lehmann-Nitschei n. var. $ Long.: 2,9-3.1 mm. Jaune roussátre ou jaune brunátre clair. Gas- tre brun jaunátre. Thorax entiécremenl lisse, non compris la mésopleure. Téte plus faiblement retrécie derriére, chez les grands individus. Pour le reste, comme la description du type de lespéce. Argentine : Río Negro, Tehuel Malal (Lemmans-Nrrscue). Solenopsis Wasmannt For. st. lransformis For Q. Argentine : Salta, Rosario de la Frontera (Werrser). Solenopsis saevissima Sm. Cette espéce que Weezer identifie a S. Pylades ForeL me parait suf- fisamment distincte de S. geminata F. par sa téte ovale, beaucoup plus pe- tite chez le $ major, ses mandibules, etc., pour former une espéce á part. Elle est extrémement répandue dans toute l'Amérique méridionale et va- rie beaucoup. J'al essayé d'encadrer dans une clé analytique les formes déjá reconnues par ForeL avec quelques nouvelles variétés ici décrites, es- | : | | is . F. Sawrscmi : Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus 379 pérant ainsi faciliter la classification d'un groupe dont les inltermédiaires ne manquent pas. Solenopsis saevissima Sm. var. tricuspis For. Argentine : Sierra de la Ventana et Misiones (Brucn). Uruguay : Montevideo (Herrero Ducroux). Solenopsis saevissima Sm. var. quinquecuspis For. Argentine : Monte Hermoso (CArETTE): Solenopsis saevissima Sm. var. Richtert For. Buenos Aires et Montevideo (Mme. v. STEIGER). Solenopsis saevissima Su. var. interrupta n var. $ Long.: 3a5 mm. $ major d'un jaune vif un peu ambré, segments du gastre étroitement bordés de brunátre, la bordure du premier segment interrompue au milieu, les autres plus ou moins développées, $ minor d'un jaune clair, les bandes du gastre presque eflacées. Argentine : Bajo Hondo, Monte Hermoso (CARETTE). Tres voisin des var. Pylades et incrassata For. mais celles-ci sont d'un jaune plus terne et plus foncé, les bordures du gastre moins bien limitées, plus floues. S. saevissima Sy. var. Mac-Donaghi n. var. $ Long.: 3a 6,4 mm, $ major jaune roussátre, moitié postérieure du gastre noir brunátre, étroitement bordée de jaune. Parfois la base du gas- tre. le sommet des noeuds du pédicule et l'aire frontale plus ou moins bru- nátres. 3,-minor : couleur de 1'$ major mais le gastre est entiérement brun noirátre et le thorax sans taches. Épistome de 3 A 5 dents. Q Long.: 7-8 mm. Le thorax a trois bandes brunes, le reste comme chez 1% major. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Dowxacm); Río Negro, Colonia Frías (Lemuass-NrrscHe); Santa Fe et Córdoba (Mme. v. STEIGER). Différe de la variété Richterz ForeL, en ce que la couleur de la téte et du thorax est plus claire, sans partie sombre a l'occiput. 380 PHYSIS S. saevissima Su. var. Wagneri n. var. ¿ Long.: 3-5,5 mm. Rouge plus ou moins jaunátre, gastre entiére- ment brun dans toutes les tailles. Épinotum bidenté (parfois une petite dent médiane). Argentine : Santiago del Estero, environs d'Icaño (E. R. Wacxer). Diflére de la race Electra For. par son thorax concolor et sa taille plus grande. : $S. saevissima Sm. var. MOPOSA N. var. ¿$ Long : 3-4,8 mm. Entiérement brun, les pattes, antennes et le tiers antérieur de la téte plus ou moins roussátres. Épistome bidenté. Brésil : Blumenau (type) et Argentine : Misiones (Mme. v. STEIGER). Diflére de la var. Richteri For. par son gastre concolor et sa taille un peu moins variable. CLÉ ANALYTIQUE DES OUVRIERES DE Solenopsis saevissima F. Sm. 1. Téte enticrement jaune ou roussátre. 2. Téte noire brunátre ou en grande partie brunátre. o 2. Gastre jaune, jaune roussátre, concolor ou faiblement nuagé on marginé de brunátre. SY Gastre toujours noir ou brunátre chez le $ minor, parfois roussátre a la base chez le $ major. 6. 3. Roux testacé, chez le $ major... Brésil. st. saevissima Sm. Gastre de 1'% major plus ou moins faiblement taché de brunátre. 4. 1. $ major jaune, segments du gastre étroitement et nettement bordés de brunátre, épistome de 3 a 5 dents. $ minor jaune clair concolor. Argentine. var. interrupla n. var. $ major et minor jaune foncé, bordure des segments du gastre plus fondue et plus large. 5 5. Noeud du pétiole plus mince... Brésil. var. Pylades For. Nceud du pétiole plus épais... Argentine. var. incrassala For. 6. Gastre noirátre chez 1'Y major et minor. Téte et thorax rouge jaunátre, épistome bidenté. Argentine. var. Wagner: n. var. Gastre de le $ major nettement tranché á la base du méme jaune roussátre que la téte et le thorax. CGelui-ci parfois maculé de brun, 3 a 5 dents a l'épistome. Argentine. var. Mac-Donaglhu n. var. A [JE] (72) - F. Sawrscur : Formicides sudaméricalns nouveaux ou pen connus 7. Épistome bidenté. 8. 7: EP “pistor e 34a5dents, couleur comme chez la var. Richteri, sou- Epistome d vent plus foncé. 9- S. Base du gastre entiérement brunátre comme le thorax et presque toute la téte. Sud du Brésil, Argentine. var. morosa n. var. Base du gastre nettement tranche de jaune roussátre chez les $ major et média. Argentine, Uruguay. var. Richter: For. 9. Epistome de 3 dents. Argentine. var. triscuspis For. Epistome de 5 dents. Argentine. var. quinquecuspis For. La race Electra ForeL quí se rapporte á saevissima Sm. n'est pas indi- quée dans cette clé. Elle a la coloration rougeátre de la var. Wagnert mais avec des taches brunes sur le thorax et est plus petite. ? Wasmannia auropunctata Roc. var. australis Em. +. Argentine : Salta, Rosario de la Frontera (Brucn). Cephalotes atratus L. +. Paraguay : Santa Trinidad (ZúrcHEr). Cryptocerus liogasler n. sp. ¿ Long.: 4,7 mm. Noir: lames frontales, épines et joues jaunes; man- dibules, antennes, tibias et tarses rouges, plus ou moins brunátres. Mat. Gastre trés luisant. Téte et thorax et les deux nceuds du pédicule couverts de grosses fosseltes confluentes formées par un réseau de rides. Les intervalles sont rares et ponctués, spécialement sur le front. Face déclive de l'épinotum lisse, gastre tres superficiellement et finement réticulé- ponctué, presque lisse, avec de gros points piligé- res clairsemés et peu profonds. Une pilosité dres- sée tres fine, blanchátre, longue, clairsemée sur le corps etles pattes. Une pubescence dorée, épais- se, assezlongue, occupe les fossettes d'ou elle émer- ge quelquefois. Sur le gastre, cette pubescence est beaucoup plus espacée et assez relevée; sur les pattes, elle est au contraire plus courte, adjacente et aussi abondante que sur le thorax. Gryptoceras lrogastermaspa Trés voisin de €. pilosus Em. dont il différe par la largeur un peu plus prononcée de la téte, les angles postérieurs plus distinctement dentés. Les épaules du pronolum sont armées d'une dent Puysis. — T. 11 : E 25 382 PHYSIS plus longue: la dent latérale de lépinotum est précédée d'un denticule tres distinct. Postpétiole á peine plus large que le pétiole. Gastre beau- coup plus allongé que chez pilosus, d'un quart á un tiers plus long que large (*/, chez pilosus): les cótés sont tres peu convexes en avant et les angles antérieurs beaucoup plus saillants, un peu plus longs que larges á la base. ? Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Doxacn). Cryptocerus convexus n. sp. $ Long.: 3,8-/,2 mm. Rouge brunátre ou brun rougeátre, quelque fois le dessus de la téte et du gastre plus ou moins foncé. Lames frontales jaunes. Assez luisant. Trés finement et superficiellement réticulé. Des fossettes espacées arrondies, peu profondes, réticulées, habitées par une courte soie couchée, jaune, parsemant la téte et le thorax. Sur le gastre, ces soles sont le double plus longues et implan- tées sur de simples points. Celles des pattes et des antennes, trés courtes. Quelques longs poils dressés a lextrémité de l'abdomen. Téte trés convexe, rectangulaire, á peine plus longue que large (en tenant compte des crétes frontales et sans les yeux). Le bord occipital pres- que droit avec les angles postérieurs aigus, un peu saillants en arriére. Cótés de la téte sans cré- nelure, á peu pres paralléles (légerement sinueux) dans les */, postérieurs, arrondis et se rétrécissant dans le cinquiéme antérieur. Les arétes ou lames Cryptocerus convezus m. sp. */, — frontales, pas trés larges, ont le bord relevé. Yeux saillants. Épistome concave, mal délimité derrié- re. Un léger sillon frontal atteint le milicu de la téte. Mandibules rugueu- ses, faiblement denticulées. Thorax pas plus large que la téte, fortement convexe, á sutures mesoépinotales trés distinctes et un peu imprimées. Suture promésonotale peu marquée. Devant du pronotum arrondi, sans bordure distincte, les cótés bordés, formant en avant un angle fortement denté, suivis de deux légers lobes. Cótés du mésonotum anguleux, sub- dentés. Face basale de l'épinotum environ quatre fois plus large que lon- gue, élargie derriére, et passant á la face déclive par une assez forte con- vexité. Les cótés sont marqués d'un angle denté comme le pronotum. La face déclive est á peu pres la moitié plus étroite derriére que de- vant, avec une bordure droite. Pétiole légérement plus étroit que le post- F, Sawrscmi : Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus 383 pétiole, relevé et bidenté au milieu avec, de chaque cóté, une épine aplatie et fortement recourbée en arriére. Postpétiole aussi haut au milieu que le pétiole, mais á sommet acuminé au milieu, les cótés pourvus d'épines un peu plus arquées que les précédentes. Gastre ovale, moins d'un quart plus long que large, convexe, fortement échancré devant, les cótés de 16 r LA o p 2 r A ,r r A echancrure lobés et plats mais non foliacés, les cótés bordés dans leur quart antérieur. Argentine : Entre Rios. Estación Sosa, $ (Mac Doxach). Cryptocerus depressus Kuue $. Paraguay (Fiebre el ZiúrcHER). Cryptocerus (Paracryptocerus) pusillas Kuue $. Paraguay : Santa Trinidad (FreBRIG). Cryplocerus (Cythocephalus) Pineli Guír. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Doxacn). Zacryptocerus clypeatus Y. Paraguay : Santa Trinidad (FreBrI6). Mwyrmecocrypta (Wycetophylax) Emeryi For. var. argentina n. var. ¿$ Long.: 2,2 mm. Noir brunátre. Mandibules, funicule et tarses jaunes, un peu brunátres. Abdomen beaucoup moins poilu que le type de l'espéce. Épinotum mutique ou submutique. Cótés du gastre plus convexes. Argentine : Santiago del Estero, río Salado (WaGxer). Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn). Ce dernier fait passage au type de l'espéece par ses dents épinotales plus accentuées. Sericomyrmex Bruchi n. sp. $ Long.: 3,8-4 mm. D'un blond un peu fauve, vertex et milieu du gastre légerement rembrunis. Mandibules, antennes et pattes jaunátres. Un révétement pruineux bleuátre sur tout le corps, ne laissant apparaitre qu'une ponctuation pilifére plus distincte sur la téte. Mat. Quelques poils dressés sur l'épistome, remplacés ailleurs par une pubescence couchée, jau- ne, un peu plus longue sur le gastre et assez espacée partout, y compris les membres. Téte presque carrée, aussi longue que large, á cótés subparalléeles, et 384 PHYSIS tous les angles arrondis. Bord occipital échancré, mais moins fortement que chez S. Diego For. Yeux assez grands et convexes placés entre le mi- lieu et le tiers antérieur des cótés. Pas de scrobe, les arétes frontales for- mantun lobe arrondi et atteignant á peine le tiers postérieur de la téte. Arétes des joves terminées pres du bord in- terne des yeux. Épistome plat, a bord anté- rieur presque transversal. Mandibules luisan- tes, assez finement striées, dentées devant, denticulées en arriére. Le scape dépasse légé- rement l'angle postérieur de la téte. Tous les articles du funicule beaucoup plus longs que larges. Tubercules du pronotum peu élevés, les médians mousses, les latéraux dentifor- mes, aussi longs qu'épaisá la base. Le méso- notum présente : 1” une face basale presque plane, a bords latéraux á peine relevés devant et remplacant les tubercules; 2% une face dé- clive non bordée, un peu oblique et légére- O ment concave sur le profil. Face basale de Pépinotum arrondie devant, avec deux crétes peu distinctes, assez mousses devant, el quí se prolongent en arriére jus— qu'aux dents épinotales, lesquelles sont assez petites. Pédicule subrectan- gulaire, dessus plus long que large, avec les angles postérieurs marqués chacun d'une petite dent. Postpétiole prés du double plus large que long, imprimé en long au milieu de sa moitié postérieure. Gastre ovale non borde. Argentine : Puerto Madryn (BirABEN). Voisin de S. Mayrí For., par absence de scrobe, et de Burchell: For. par sa pruinosité et sa pilosité. Cyphomyrmex (Frachvyvmyemex) Fiebrigi n. sp. $ Long.: 3,8-4 mm. Roux ferrugineux. Cótés de la téte, du pronotum et du gastre un peu rembrunis. Mat. Microscopiquement rugueux, prul- neux (comme chez €. T. septentrionalis) entre les tubercules. Chacun de ceux-ci porte un poil jaunátre pas trés long, épaissi en massue et recourbé en arriére ; ces poils sont généralement plus pointus sur les an- tennes, le devant de la téte et les tibias. Téte d'environ un sixieme plus longue que large, á cótés subparalle- les dans leur quatre cinquiémes postérieurs et un peu rétrécie dans le pre- Or F. Sawrscmi: Formicides sudaméricains nouveau ou peu connus 38 mier cinquieme. Lobes frontaux arrondis et aussi grands que chez Ulrichi For. Arétes frontales divergentes jusqu'aux angles postéricurs qu'elles at- teignent. Yeux plus grands que chez €. 7. septentrionalis. La créte préocu- laire se continue directement jusquía Vangle postérieur de la téte par une créte tuberculée. Bord antérieur de l'épistome échancré au milieu. Man— dibules luisantes, finement striées dans la moitié basale, étroites, leur bord externe moins concave que chez septen- trionalis, denticulées avec deux petites dents mousses au bout. Le scape, cylin- drique, non lobé, dépasse de pres d'un sixieme de sa longueur le bord posté- rieur de la téte. Sur le milieu du prono- tum se trouve un tubercule aplati, résul- tant de la fusion de deux épines. Un peu en avant, partent deux crétes tuberculées qui vont en divergeant vers les angles antérieurs. Les angles postérieurs sont marqués par des épines tuberculées plus longues que la médiane, les angles in- férieurs par une épine assez courte et mousse. Épines mésonotales antéricures placées en dedans des pronotales exter- nes, presque aussi hautes que celles-ci, Cyphomyrmez (Trachymyrmezx) Fiebrigi peu divergentes, trés comprimées et a. sp. *, crénelées. Mésonotales postérieures sou- vent réduites en une double créte tuberculée plus ou moins élevée et nettement séparée des précédentes. Face basale de l'épinotum creusée en gouttiére longitudinale qui se continue sur la face déclive. Les épines sont assez fines et pas plus longues que l'épaisseur des fémurs. Premier noeud aussi longuement pétiolé que chez Oetkeri For. et turrifex Wwekrz., aussi large que long, orné de trois arétes. Postpétiole un peu plus large que long, a cótés subparalléles, assez grossigrement tuberculé avec une longue gouttiéere médiane. Gastre bordé d'une créte tuberculée comme chez Ulricht, avec une double rangée de tubercules séparant la face dorsa- le en trois bandes longitudinales, la médiane légérement concave et pres- que privée de tubercules dans sa moitié antérieure, les latérales convexes et réguliérement tuberculées. Paraguay (FieBrIG). Assez voisin de €. 7. Oetkerí For., dont il difféere surtout par l'ab- domen. 386 PHYSIS Cyphomyrmex (Trachymyrmex) pruinosus Em. +. Uruguay : Colonia Nueva Helvecia (Mme. v. SrE1GER). Acromyrmex Lundt Guér. $, Q, E. Cette espéce est tres commune dans l”Argentine et l'Uruguay. Je l'al recue, avec tous ses sexes, de diflérentes localités voisines de Buenos Aires. et elle correspond exactement aux descriptions de Guérix et de Rocker. Je crois done pouvoir en faire une identification aussi exacte que possible. Elle est tres voisine et fait de fréquents passages aux va- riétés bonariensis Em. et Rist For., dont j'ai des cotypes, et qui sont de falbles variétés de couleur. D'autres formes du nord-ouest de l'Argenti- ne se rapportent plutót á A. pubescens Em. etá A. boliviensis Em. Je donne ci-aprés une clé analytique des diflérentes races et varictés de cette espéce. yl . Gastre noir. . Pubescence de l'occiput et du pronotum espacée, ne se touchant pas. 2. Pubescence de Pocciput et du pronotum assez dense pour qu'elle se touche, épines latérales du pronotum beaucoup plus for- tes. st. pubescens Em. . Epines mésonotales antérieures plus courtes que l'intervalle de leur extrémité. 3. Epines mésonotales antérieures bien plus longues que l'intervalle de leur extrémiteé. v. parallela n. var. . Epines pronotales médianes non développées ou réduites a un petit tubercule. lA Épines pronotales médianes développées, ou formées de dents dis- tinctes, sculpture ponctuée assez luisante á un fort gros- sissement. (OS | Gastre brun jaune, téte et thorax jaune brunátre, taille plus pe- tite. st. decolor Em. . Téte et thorax plus clairs que le gastre. 6. Téte et thorax noirs ou aussi foncés chez l'Y minor que chez 1'% major. v. bonariensis Em. . Téte et thorax brun rouge foncé. Téte plus grande. A. Lundi Guín. Téte de l'F major plus petite, méme couleurs que le type. v. Risi For. . Epines latérales du pronotum un peu plus courtes ou aussi longues que les mésonotales antérieures. si. boliviensis Em. F. Sawrscmt: Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus 387 5 ) Epines latérales du pronotum beaucoup plus longues que les méso- notales antérieures chez les grandes 3. v. Chacoensis N. var. Acromyrmex Lundi Guér. var. bonariensis Em. $. Argentine : Buenos Aires, Sierra de la Ventana, La Plata, Isla Martín García (Brucn). Uruguay : Montevideo (Herrero DucrLoux). Acromirmex Lundi Gvíx. var. parallela n. var. $ Long.: 4,6-6 mm. D'un rouge beaucoup moins foncé que chez le type, le gastre brunátre. Les épines mésonotales antérieures sont fortes et aussi longues que les pronotales latérales, mais, chez les $ major, elles sont en outre verticales, paralléles et bien plus longues que l'intervalle de leur extrémité (pas plus longues que cet intervalle chez les autres formes de cette espéce). Épines pronotales médianes réduites á de simples dents, celles du pédicule presque spiniformes surtout chez les $ minor. Rides plus marquées et pubescence trés espacée, comme chez A. Lund: l. sp. Fait un peu passage a pubescens Em. Argentine (sans localité précise) recue de M. Fortgz. Paraguay (Fiebr16). Acromyrmex Lundi Goír. st. pubescens Ex. var. chacoensis n. var. ¿$ Rouge brun. Gastre brun noir. Pubescence espacée comme chez Lundt 1. sp., un peu plus abondante sur le vertex, mais loin de se toucher comme chez pubescens Em. Épines pronotales externes plus longues que les métanotales antérieures, bien que un peu moins robustes que chez $ major de pubescens Em. (plus courtes ou aussi longues chez boliviensis Em.). Épines médianes du pronotum assez marquées, souvent réduites á de simples dents (manquent presque complétement chez pubescens et sont un peu plus développées chez boliwiensis). Ponctuation luisante, bien moins mate que chez Lund! 1. sp., avec un réticulam un peu moins appa- rent que chez parallela. Argentine : Santiago del Estero, bords du río Salado (E. R. Wacxer) ; Chaco (Mme. v. Srricer) ; Resistencia (SILVESTRI). Cette forme fait le passage entre pubescens et boliviensis Em., qui doit étre ramenée au rang de race extréme de A. Lund:. 388 PHYSIS Acromyrmex lobicornis Em. S' (non Emery 1905). Long.: y mm. Ridé, rugueux et mat comme 1'$. Gastre assez luisant, submat, et finement réticulé á la base. Gou- leur et pilosité de 1'$. Téte trapézoidale avec le bord postérieur pres- que droit et les angles algus, plus étroite devant. Mandibules striées, allongées, avec 10-12 denticules. Le scape est légerement coudé á son cin- quiéme basal, qui porte un petit lobe. Épines pronotales supéricures plus courtes que les inférieures, aigués. Scutellum biconvexe avec un sillon médian. Épines de Pépinotum fortes, longues et recourbées en bas. Ailes antérieures longues de 10 mm., enfumées de roussátre, nervures bru- natres. Argentine : Puerto Madryn (BirabeN) $, '. Río Negro, Tehuel Malal (Lenmann-N1ITScHE) $. Le Y décrit par M. Emery a la téte arrondie derriére ; d'apres ce que m'écrit M. Emery ila également un scape lobé. C'est peut étre le gt de la var. pencosensis For. Acromyrmex lobicornis Ex. var. pruinosior n. var. ¿. Diflére du type par la présence d'une pruinosité tres dense qui mas- que complétement la sculpture ponctuée, tres apparente au con- traire chez peñcosensis et assez visible chez le type de lP'espéce, sur- tout chez les petites ouvriéres. Elle est de ce fait tout á fait ma- te. Les tubercules du dessus de la téte sont un peu plus forts et Acromyrmez lobicornis var. pruinosior n. var. */, surtout plus acumi- nés. La téte a ses lobes postérieurs moins arrondis. Les épines de l'épinotum sont plus déliées et plus droites. Entre Rios : Estación Sosa (Mac Doxacn) $. Acromyrmez lobicornis Em. st. pencosensis For. $. Argentine : Río Negro, Aguada Cecilio et San Antonio Oeste (Len- = — SS MA 2Q F. Sanrscumi : Formicides sudaméricains nouveaux 0u peu connus 389 MANN-Nrrscue); Santa Fe (BirabeN); Monte Hermoso, Bajo Hondo (Ca- RETTE); Córdoba (Mme. v. STEIGER). Acromyrmex (Moellerias) siriatus Y, Q. Argentine : Isla Martín García (Brucn); Santa Fe (BirABEN). Uruguay : Montevideo (Herrero DucLoux). Acromyrmex (Moellertus) Silvestri Em. Y, Q, E. Argentine : Province de Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn); Monte Hermoso, Bajo Hondo (CarertE). Acromyrmex (Moellerius) Suvestru Em. var. Bruchi For. Argentine : Province de Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn) $; Kio Negro, Tehuel Malal (Lemmans-NrrscuE) $, Acromyrmezx (Moellerius) Balzani Em. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac DoxachH). Mr. Emery a eu la bonté de confirmer cette détermination, en compa- rant avec ses types. Acromyrmezx (Moel- lertus) fracticornis For. var. Jórgensent For. Argentine : Chaco. Bords du río Tapena- ga et Santa Fe. Bords du río Garzas (Wac- NER). Acromyrmezx (Moel- Acromyrmez (Moellerius) Balzani Emery */, lerius) Heyert Fon. Argentine : Río de la Plata, Isla Martín García, $, df, Q (Brucn); En- tre Rios, Estación Sosa (Mac Doxacn) $. Uruguay : Montevideo (Herrero DucLoux et Mme. v. STE1GER). Les exemplaires argentins ont le gastre ordinairement plus foncé et plus large que le type du Brésil. Atta sexdens L. var. rubropilosa For. $. Argentine : Misiones (Brucn). IV. Sous-famille DOLICHODERINAJE FosruL Dolichoderus (Monacts) bispinosus OL. E. Argentine : Misiones (C. LizER). 30 PHYSIS Dolichoderus (Monacis) lamellosa Maxx var. missionensis n. var. ¿$ Long.: 3,7-4 mm. Différe du type de lamellosa par les cótés non striés du mésonotum mais ponctués, comme le reste des cólés du thorax. La face basale de l'épinotum est plus étroite que le mésonotum, la caréne médiane est á peine in- diquée et non luisante. Argentine : Misiones, Iguazú (C. Lizen). Iridomyrmex humilis Maxk 3, St. Argentine : Isla Martín García (Brucn); En- tre Ríos, Estación Sosa (Mac DoxachH). Uruguay : Montevideo (Herrero DucLoux). Iridomyrmex humilis Maxx st. platensis Fon. var. breviscapa For. $, FX. g' Long.: 2 mm. Brun. Antennes et man- dibules passant au roux. Ailes roussátre clair, á Dolichoderus (Monacis) lamellosa nervures roussátres. L'% a l'épinotum assez con- Mayr var. missionensis n. var. 7 : vexe. ls: Uruguay (Mme. v. STEIGER). Argentine : Tandil (SiLvesrtrI). lridomy+rmex humilis Maxx st. angulata Ex. var. pertaesta n. var. ¿ Long.: 1,8-2,3 mm. Jaune brunátre, gastre brun jaunátre presque auss1 clair que le thorax. Mandibules roussátres, tarses clairs. Téte rec- tangulaire presque aussi large devant que derriére, á cótés peu convexes, le bord postérieur pas. ou a peine, concave. Les scapes le dépassent de deux fois leur épaisseur. Mésonotum plus droit que chez angulata (plus ou moins brusquement anguleux devant la suture métanotale, qui est plus profonde, et le bord postérieur de la téte plus concave chez angulata). Épi- notum aussi anguleux que chez angulata. g' Long. : 2,2 mm. Noir. Ailes faiblement enfumées, plus claires que chez breviscapa For., dont il a la taille. Argentine : Buenos Aires(Mme. v. Srricer). Cerro Ruinas, Tornquist (Brucn) sous les pierres. Différe de la st. platensis For. par sa couleur moins foncée. J'a1 pu le comparer avec des exemplaires cotypes de /. angulata, que je dois á M. Emery. A A 59 LO F. Sawrscut : Formicides sudaméricalns nouveaux ou peu connus 3g1 Azteca Fiebrigi For. Paraguay (Firbr16). Forelius Mac-Cooki For. st. brasiliensis For. Uruguay : Colonia Nueva Helvecia (Mme. v. Srr1GER). Argentine : Santiago del Estero, río Salado (WAGNER). Forelius chalybaeus Em. var. minor For. Argentine : Río Negro, San Antonio Oeste y colonia Frías (Leumans- NrrscmE); Province de Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn). Forelius chalvbaeus Ex. var. paucistricta n. var. ¿$ Long. : 2 24 3,4 mm. Bleu foncé métallique. Mandibules, antennes, pattes et souvent l'abdomen d'un brun grisátre plus ou moins terne. Cuisses un peu plus foncées, un léger reflet métallique sur le gastre. Téte distinctement plus large derriére que devant, surtout chez les gran- des $. Le scape dépasse de 2 */, a 3 fois son épaisseur le bord postérieur de la téte. L'épinotum plus anguleux; profil de l'impression mesoépinotale plus faible. Fait passage á la race albiventris For. Argentine : Puerto Madryn (BirABEN). Forelius chalvbaeus Ex. st. grandis Fox. var. symbiotica n. var. ¿$ Long.: 2,3-3,4 mm. Taille de la var. rubriceps For., mais couleur de la téte bleu métallique comme chez grandis For., avec les antennes, les mandibules et les tarses rougeátres (brunátres chez le type). Q Long.: / mm. Noire, moins métallique que 1'Y. Tégument du gastre bordé de jaune grisátre. Pubescence assez forte et dense. Le scape alteint angle postérieur de la téte qui est un peu convexe derriére, rec- tangulaire, presque aussi large que longue. Argentine : Province de Buenos Aires, Monte Hermoso (CaretTE) Q ; Río Negro, colonia Frías $ (Lenmany-NITscHE). Vit en symbiose avec Dorymyrmex (Conomyrmex) Wolffhiúgel: For. dont '$ imite la couleur et la taille. Les tubes provenant de ces deux localités contenaient chacun les deux espéces mélangées. Il serait inté- ressant d'étudier dans quelles conditions se développe leur union. Dorymyrmex mucronatus Em. Argentine : Río Negro, colonia Frías (Lemmany-Nrrscue). 392 PHYSIS Dorymyrmex mucronatus Ex. var. jactans n. var. $ Long.: 4-4,3 mm. D'un rouge jaunátre plus foncé que le type. Mandi- bules et pattes jaune roussátre. Dents des mandibules, dessus et cótés du gastre bruns. Parfois une bande étroite et verticale devant ce dernier, dont les segments sont étroltement bordés de jaune. Pilosité plus rare que chez le type. Épinotum plusconvexesur le profil et moins fortement réticulé. Téte entiérement lisse. Plus foncé et plus petit que le type, fait pas- sage á la race sulvante. Argentine : Río Negro, Dorymyrmex mueronatus Em. var. jactans m. var. *), Tehuel Malal (ScaLa et Lenmans-N1TsCcHuE). Dorymyrmex mucronatus Em. st. ensifer For. La présence des formes de transition entre mucronatus et ensifer ra- méne cette derniére espece au degré de race Ou sous- espéce. Río Negro, Tehuel Ma- lal (Lenmann-N1TSCHE). Dorymyrmex mucro- natus Em. st ensifer For. var. taeniata n. var. Différe de ensifer For. par la présence d'une ban- Dorymyrmex mucronatus Em. st. ensifer For. var. taeniata de verticale devant le gas- n. var. */, tre et par l'épine de I'épi- notum d'un brun plus ou moins noirátre. Plus luisant que le type, com- me la var. jactans. Du reste aussi pále et de méme taille que ensifer. Argentine : Río Negro (Scara); Puerto Madryn (BrraBE»). A ER F. Saxtscu : Formicides sudaméricalns nouveaux ou peu connus 393 Doryvmyrmex (Conomyrmex) pyramicus Ros. st. (rarbei For. var. nigriventris n. var. $ Long.: 3,2-3.5 mm. Rouge clair comme Garbeí, mais l'extrémité du funicule et les pattes postérieures brunátres et le gastre tout a fait noir. La téte est assez luisante, surtout le front. Plus petit que Garbei et plus grand que bicolor WnHkrLer. Argentine : Province de Buenos Aires, Monte Hermoso (CARrETTE). Dorymyrmex (Conomyrmex) pyramicus Roc. st. brunneus For. var. spuria For. $. Argentine : Misiones, San Ignacio (L1zer). Uruguay : Colonia Nueva Helvecia (Mme. v. STEIGER). Dorymyrmex (Conomyrmex) pyramicus Roc. st. brunneus For. var. thoracica Sants. +. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Doxachn). Dorymyrmex (Conomyrmex) Caretter For. f. Argentine : Province de Buenos Aires. Sierra de la Ventana (Brucn). Dorymyrmex (Conomyrmex) Wol/fhiúgeli For. Argentine : Rio Negro (ScaLa); Province de Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn), Monte Hermoso (Carerre) (avec Forelius chalybaeus Em. st. major For. v. symbiotica n. var.). Puerto Madryn (BrrABEx). Dorymyrmex (Conomyrmex) Steigerí Saxrs. O' Long.: 2,6 mm. Noir, mandibules, antennes et pattes el genitalia brunátres; tarses et genoux jaune brunátre. Finement reticulé, luisant. Téte lisse et luisante. Ailes hyalines a nervures d'un brun tres pále. Téte plus large que chez pyramicus, aussi longue que large, les có- tés rectilignes derriére les yeux. Les angles postérieurs droits et pronon- cés. Le bord postérieur largement, mais pas fortement échancré, est de moitié plus large que le bord antérieur. Les yeux convexes sont aussi grands que la moitié des cótés de la téte et distants de l'angle antérieur d'une longueur égale a l'épaisseur du scape. Celui-ci atteimt le tiers pos- térieur de la téte. Les mandibules lisses ont une forte dent préapicale sulvie de quelques denticules. L'épinotum est plus convexe que chez 1). pyramicus, avec une face basale plus longue. Argentine : Río de la Plata, Isla Martín García (Brucn). Voisin de Wolffhiúgeli For. La téte est un peu plus étroite et la couleur tout autre. 304 PHYSIS Dorymyrmex (Conomyrmex) bituber n. sp. $ Long. : 2,1a3,1 mm. Noir. Mandibules, antennes et paltes brun foncé. Luisante, téte tres luisante. Lisse, avec une fine ponctuation espa- cée sur la téte, plus dense sur le thorax. Gastre trés finement let espacé - ment réticulé en travers. Pubescence assez dense sur le thorax et les ap- pendices, moins serrée sur le gastre, espacée sur la téte. Quelques soies dressées sur le gastre et la téte. Psammophore á peine ébauché, seule- ment quelques ammochétes latéraux sous la téte, les mandibules et le bord de l'épistome (1). Téte d'un sixiéme environ plus longue que large, un peu rétrécie de- vant, avec les cótés un peu plus convexes que le bord postérieur, qui est presque droit. Angles pos- térieurs arrondis. Les yeux plats sont situés a peu pres au milieu des cótés de la téte, dont 1ls représentent le quart de la longueur. Épistome caréné á bord antérieur droit. Mandibu- les striées de 6 a 7 dents De Cono ME poto irréguliéres. Le scape dé- passe d'un cinquiéme ou un peu plusle bord occipital. Promésonotum un peu convexe. Mésonotum presque droit ou faiblement concave sur le profil de sa portion horizontale laquelle se reléve trés faiblement derriére pour former avec sa portion dé- clive, verticale, une espéce de protubérance plus forte et plus mousse que le cóne de lPépinotum; surtout plus large latéralement et plus étroite derriére. Échancrure métanotale large et profonde. Face basale de Pépi- notum convexe, plus courte que chez pyramicus, avec un cóne moins al- longé. La face basale est assez abrupte et lécaille bien moins haute que chez pyramicus. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac Doxacn). Voisin de D. biconis For., mais les scapes sont plus courts, la bosse mé- sonotale plus forte que l'épinotale (le contraire chez biconis) et la couleur tout autre. (1) Il faut entendre par psammophore Vappareil composé d'organes destinés á retenir le sable (p. ex. excavation sous-céphalique, macrochétes de diverses implantations, palpes, mandibules) et réserver le nom d'ammochetes (WneeLer) pour les grands poils qui contribuent plus ou moins á sa construction. F. Sawrscmt: Formicides sudaméricains nouveaux ou peu connus O O1 V. Sous famille CAMPONOTINALE ForerL Brachymyrmezx brevicornis Em. $. Argentine : Province de Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn). Brachymyrmex Cordemoyt For. var. nigricans Sants. $. Argentine : Río de la Plata, Isla Martín Garcia (Brucn) ; Entre Ríos, Estación Sosa (Mac DoxacnH). Brachymyrmex Bruchi For. f. Argentine : Province de Buenos Aires, Sierra de la Ventana (Brucn). Myrmelachista (Decamera) gallicola Maxx. Q Long.: 3,3-3,5 mm. La téte est plus faiblement striolée, son tiers postérieur presque lisse et luisant comme le reste de l'insecte, sauf les có- tés de lépinotum et de l'écaille, quí sont réticulé-ponctués comme chez 1". La téte est d'un bon quart plus longue que large, distinctement plus large derriére, avec les angles postérieurs arrondis et les cótés droits. Les yeux, presque plats, en occupent a peu pres tous le tiers médian. Métanotum et épinotum formant ensemble une courbe réguliére jus- qu'au pédicule. L'écaille est plus basse que longue et le double plus large qu'épaisse au milieu; une impression longitudinale descend le long de sa face antérieure. La couleur est généralement foncée, noir brunátre, le thorax un peu plus clair comme chez les $ les plus foncées. $ La couleur des ouvriéres peut varier, la téte est tantót brune, tantót rouge un peu brunátre, avec un thorax jaune rougeátre et le gastre noi- rátre chez des exemplaires de Buenos Aires (Mme. v. STEIGER). GS M. Forex a décrit sous le nom de M. Rovereto un Já 10 arti- cles antennaires. Or j'ai examiné 14 g' de la méme provenance que les $ ci-dessus dont les antennes ont de ro a 12 articles. Généralement, ils sont de 11, mais assez souvent de 10 et plus rarement de 12. Dans ce der- nier cas, la limite est imprécise, le dernier article étant plus ou moins étranglé á la base. 1l se peut donc que M. Roverelo: For. = M. gallicola Mark les autres caracteres indiqués par M. ForerL étant identiques de part et d'autre. Camponotus (Myrmoturba) tenuiscapus Roc. Argentine : Río de la Plata, Isla Martín García (Brucn) $; Salta, Ca- fayate (BIRABEN) Q . Camponotus (Myrmoturba) punctalatas Mar $, . 396 PHYSIS Argentine : Province de Buenos Aires, Monte Hermoso (Carerre); Ca- tamarca, Andalgalá (JOERGENSEN). Uruguay : Montevideo (Herrero DucrLoux). Camponotus (Myrmoturba) punctulatas Mak var. imberbis Em. $. Argentine : Misiones (Lazer); La Plata et Sierra de la Ventana (Brucn); Monte Hermoso (Carerre); Puerto Madryn (BirabEN). Camponotus (Myrmoturba) punctulatas Maxk st. minutior For. 6, 9), al Argentine : Salta, Rosario de la Frontera (Wr1ser). Uruguay : Montevideo (Herrero DucLoux). Camponotus (Myrmotarba) maculatus F. st. substitutas Em. Q. Paraguay : Santa Trinidad (Zúrcner). | Camponolus (Myrmosericas) chilensis Serx. Q . Chili : San Javier (PortER). Camponolus (Myrmosericus) distinguendas Se1x. st. morosus Sm. $. Chili : San Javier (PortTER). Cuamponotus (Myrmothrix) nobilis n. sp. ¿ minor. Long : 7 mm. D'un rouge grenat un peu brunátre, á reflets soyeux ou veloutés, nolr, le gastre brun rougeátre, les segments étroite- ment bordés de jaune pále. Antennes et mandibules noires, pattes brun rougeátre foncé. Mat; pattes et mandibules assez luisantes. Trés densé- ment et trés finement réticulé. Le réticulum a une tendance transversale sur Pocciput quí est un peu luisant, plus largement réticulé-ponctué sur les cótés du thorax et les pattes; tres finement réticulé-striolé sur le gas- tre. Une pilosité dressée, assez abondante, formée de sojes assez courtes, un peu épaisse, brune dans sa moité basale et plutót dorée dans l'autre moitié. Sur les pattes, elle est beaucoup plus courte, plus oblique, et n'en occupe guére que le bord interne ; elle estencore plus courte, mais plus redressée, O sur les scapes. Pubescence jaunátre, assez longue sur les joues, plus courte et tres clairsemée ailleurs, sauf sur les hanches antérieures ou elle est beaucoup plus fournie. Téte subrectangulaire, un peu plus étroite devant, d'un tiers environ plus longue que large. Les cótés faiblement arqués. Le bord occipital peu ou pas convexe á Papex, échancré derriére. Yeux au tiers postérieur, leur diamétre égale presque lP'intervalle qui les sépare du bord postérieur F. Sawrscur : Formicides sudaméricalns nouveauz.ou peu connus 397 de la téte. Grétes frontales sinueuses, le double plus écartées derriére que devant. Aire frontale petite, mate, losangique. Épistome assez fortement caréné, tres brievement lobé devant, et faiblement acuminé au milieu. Mandibules lisses avec quelques points épars de 5 (ou 6) dents. Le scape, assez comprime, dépasse d'un tiers environ le bord occipital. Thorax aussi large que la téte, assez régulicrement convexe d'un bout a Vautre. Pronotum aussi long que large, convexe latéralement, non épaulé et un peu déprimé dessus, bordé devant. Mésonotum un peu plus long que large devant, convexe d'un cóté a l'autre, non bordé. Ses cótés se continuent en ligne droite avec ceux de la face basale de l"épinotum. Celle=ci est d'un bon quart plus longue que le mésonotum, á cótés subpa- ralléles non boraés. Elle est bien quatre fois plus longue que la face dé- clive trés basse, avec laquelle elle forme un angle mousse. Écaille épaisse a peine plus haute que longue; le sommet assez épais est convexe, trans- versalement arqué, plus large que la base. La face antérieure assez con- vexe el la face postérieure verticale. Gastre court. Pattes trés comprimées, faiblement canelées, assez longues. L'extrémité du fémur postérieur atteint Papex abdominal. Paraguay : Santa Trinidad (Frebri6). Bien que ne connaissant pas l'Y major, je décris cette espéce sur Vouvriére minor, tant sa sculpture, sa couleur et sa pilosité sont caracté- ristiques. Camponotus (Myrmothrix) rufipes Y. +. Argentine : Misiones (L1zER). Camponotas (Myrmothri.c) rafipes E. st. Renggeri Em. +. Paraguay : Santa Trinidad (ZúrcHer). Camponotus (Myrmothrix) rufipes F. var. magnifica For. Q, $. Q (non décrite). Long.: 15 a 16 mm. Différe du type de l'espéce par la couleur des antennes entiérement brun noirátre, les tibias rembrunis comme chez 1'Y et les alles un peu plus enfumées. La téte est légéerement plus longue. Argentine : Entre Ríos, Estación Sosa (Mac DoxacH); Santa Fe, río de las Garzas (WAGxER). Camponotus (Myrmosphinctus) sexguttatus F. v. fusciceps Em. $. Q. Argentine : Misiones (Brucn). Camponotus (Myrmobrachys) mus Roc. $, Q, GF. Argentine : Buenos Aires (Mme. v. Srercer); Sierra de la Ventana (Brucn). Puysis. — T. nm 26 PHYSIS DS 00 Camponotus (Myrmobrachys) Cameranol Em. $. Argentine : Misiones (Mme. v. STEIGER). Camponotus (Wyrmamblys) rusticus n. sp. $ major. Long.: 7,5 mm. Noire. Mandibules et pattes noir un peu brunátre, antennes et tarses d'un brun moins foncé. Mate. Densement et finement ponctué en dé á coudre. Gastre aussi finement, mais moins fortement ponctué plutót réticulé-ponctué. Pilosité dressée, jaunátre, assez abondante partout, y compris les cótés de la téte, mais faisant défaut sur Pappendice. Elle est un peu plus clairsemée que chez €. mus mais de méme aspect. Pubescence blanc jauná- tre. assez abondante sur la téte oú elle donne un aspect grisátre, plus rare sur le thorax, assez dense sur le gastre pour former une pelisse jaune grisátre, qui rappelle celle de C. mus, mais beaucoup plus cour- te. Téte environ un quart plus longue que large (2 < 2,5 mm.). Les cótés, quí sont subparalléles dans les deux tiers postérieurs, Camponotus (Myrmamblys) rusticus n. sp. convergent sensiblement en avant dans le tiers restant. Le bord postérieur est assez échancré avec les cótés convexes. Yeux au tiers postérieur. Aré- tes frontales assez espacées. Épistome caréné, avec un lobe trés court de- vant, oú il n'est pas beaucoup plus large que derrrére. Aire frontale petile. Le scape, assez mince, atteint ou dépasse de peu le milieu de l'intervalle qui sépare les yeux du bord postérienr de la téte. Mandibules de 5-6 dents, lisses, luisantes, avec de gros points devant, mates et finement réticulées vers la base. Profil du thorax comme chez C. Silvestri Em. Épaules du pronotum arrondies et effacées. Métano- tum distinct. Épinotum convexe, non borde, les deux faces formant en— semble un arc assez régulier. Écaille assez mince, le sommet légdrement tronqué en travers, convexe devant, plane derriére. Tibias un peu comprimés, légerement canelés avec quelques courtes épines au bord interne. Diflére de €. Westermanni Maxk par sa pubescence, de €. lermitarius, C. mus et C. tenuiscapus, par son thorax, etc. Argentine : Chaco (Mme. v. STEIGER). Guipo Boxarerii : La mandibula humana de Bañolas 399 Camponotus (Myrmopomis) sericeiventris GUÉR. +. Paraguay (FiebrIG). Argentine : Misiones (Mme. v. StEIGER). Camponotas (Myrmopomis) sericeiventris GuÉr. st. rex For. Paraguay : Areguá (Zúrcher). La mandíbula humana de Bañolas POR EL Dr. GUIDO BONARELLI El estudio monográfico publicado por ScHoETENSACK (1) sobre la man- díbula pleistocénica de Mauer se puede considerar hasta la fecha, como el trabajo más completo, entre los similares, describiendo la pieza con prolijidad basta meticulosa, abundancia de recursos de todo género y competencia de verdadero especialista. En otra ocasión me ocupé de este fósil (2) y, contra- riamente á la opinión de SCHOETENSACK que lo con- sideraba como perteneciente al género Homo (s. str.), propuse para el mismo la adopción del nuevo nombre Fig. 1. —?/, tam. nat. genérico Palaeanthropus. Desde un principio me llamó la atención esa desproporción, tan típica en dicho fósil, entre las ramas ascendentes y el cuerpo dentario mandibu- lar, encontrándole más bien ciertas analogías (sobre todo en la forma de las ramas ascendentes) con las mandíbulas de los Hylobatid«e y más toda- vía con la reconstrucción ideal de la mandíbula de Pithecanthropus pro- puesta por Duño:s y MANOUVRIER (3). (1) Der Unterkief. d. Homo heidelberg. aus d. Sand. v. Mauer b. Heidelb. — Ein Beitr. z. Pa- laeont. d. Mensch., Leipzig, Engelm. edit., 1908. (2) Palaeanthrop. (n. gen.) heidelberg. Scnoer. Rivista ital. di Paleont., fasc. 1, Perugia. 1909. (3) Véase : Dexizer, Races el peuples de la terre, página 21, París, 1goo. Cabe aquí recor- 00 PUYSIS Más tarde (1), al ocuparme nuevamente del fósil, lo incluí de la si- guiente manera en el cuadro taxonómico de la familia Hominid:e : Familia HOWMINIDAJE Fiower (syn. : Anlhropidae Huxtex) Gen. Homo Lixxro. a) subgen. Anthropus (Auct.) Species l. Homo (Anthropus) sapiens Linxeo (1754) (2). b) subgen. Protanthropus Harckrn. (Syn. : Palaeanthropus Serc1I (1910, non Boxar.). Forma Í. Homo (Protanthropus) primaevus mihi (3). (Syn. : Proanthropus stapidus HarckeL (11). .— atavus HarckeL (partun). — primigenius MarckeL (nec Auct.) Species IL. Homo (Protanthropus) neanderthalensis Rasa (1864). (Syn. : Homo primigentas (Auct.) — europaeus SerG1. Gen. Eoanthropus WoobwaAkrD (1913). Species I. Eoanthropus Dawsoni Woobw. (4). Subfamilia Pithecanthropidae Bowar. (19009) Gen. Palaeanthropus Boxar. (1909). Species 1. Palaeanthropus heidelbergensis (Scuorr.). dar que poco después de publicada mi breve nota sobre el Palaeanthropus, apareció el trabajo de ScuwaLge (Zeitschr. f. Morph. u. Anthr., Bd. XUL, 1909. Die Abst. d. Mensch.) en que se llega á proponer la identificación genérica del fósil de Mauer con el Pithecanthropus de Java. « PomLt6 hat spáter dieselbe Ansicht bestimmter gehaússert. DuckwortH hat unabhángig dieselbe Móglich= keit betont». (Hiber V., Irrige Beziehung. zwisch. Eoanthr. Púthecanthr. Heidelberg, u. Neandert. Mensch., Zeitschr. f. Morph. u. Antbr. Bd. XVIl, 3. 303. 1915. (1) Le razze um. e le loro probab. affin., Boll. Soc. geog. ital., 1909, fasc. VIII y IX; Roma, página 43 del tiraje aparte. (2) Además de las diferentes razas y « variedades » humanas vivientes, deben incluirse en esta especie los hominídeos fósiles europeos empezando por el mousteriensis Hauseri Kraars., que en otra ocasión, de acuerdo con Kraarscn (Arch. f. Anlhrop. N. F., t. VI, 4, 1908), consideré sinónimo del Prolanthropus neanderthalensis KivG. A la misma especie pertenecen también todos los restos humanos fósiles descubiertos hasta la fecha en Sud América. (3) Forma hipotética. (4) En algunas partes he modificado y completado la compilación primitiva de este cuadro en base á la literatura más reciente. Guipo BoxarerI : La mandíbula humana de Bañolas ho1 Gen. Pithecanthropus Dun. Forma 1. Puhecanthropus alalus Hacker (1). Species 11. Pithecanthropus erectus Dub. Ocupado en otros trabajos, posteriormente á la publicación de los men- cionados estudios, no me ha sido posible estar al corriente de la suerte que ha tocado á mi nueva denominación genérica. Sólo me constan algu- nos hechos aislados y son los que a continuación detallaré. FL. Auecuixo quien, posteriormente á mi, había propuesto el nuevo nombre genérico de Pseudhomo (2) para el mismo fósil, reconoció más tar- de (3) que, por derecho de prioridad, debía adoptarse mi denominación. Sera (4) usó la misma denominación pero en un sentido diferente al mio, incluyendo en su género Palaeanthropus todos los llamados nean— derthaloides. | Y, finalmente, Bourg (5) en su clásica y espléndida monografía des- criptiva del esqueleto humano de la Chapelle-aux-Saints, hablando de mi nuevo género, se expresa como sigue : «BONARELL1 a créé peut-étre avec raison, nous le saurons un jour, le genre Palaeoanthropus pour la man-- dibule de HerneELBERG ». Como notas sobre mi artículo referente al Palaeanthropus, sólo conoz- co la publicada por ArssBerG (6) en el Globus y conozco además algunos juicios expresados al respecto por antropólogos italianos (MorsgLt1 (7), Grurrripa-RucGERt (8) etc.) en diferentes ocasiones. Creo, en todo caso, que no serán muchos lo que conocen mi trabajo (9), debido á su escasa (1) Forma hipotética. (2) Le Diprothomo platensis. Un precurs. de homme du Plioc. inf. de B. A. Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, serie 3*, tomo XII, 1909. (3) Observ. au sujet des notes du Dr. Mochi sur la Paléoanthr. arg. Anales del Museo Nacional de Buenos Altres, serie 3*, tomo XV, página 213. IQLI. (4) De minimis non cural praetor! No me aflige constatar que algunos dioses del Olimpo an- tropológico han confinado mi modesta contribución de estudio al rango de las cantidades des- preciables. (5) P'homme fossil de la Ch. a. S. Annal. de Pal., tomo VI-VII[; Paris, 1911-13. La frase reportada está á página 249 del tomo VIII, 1915. (6) Neu aufgefund. foss. Menschenreste u. ihre Beziehung. zur Slammegesch. d. Mensch. Globus, Bd. XCV, número 17, 6 mai 1909, página 266. (7) Lezioni su Puomo e la teoria dell” evol., Torimo, Un. tip. ed. tor., 1910, página 1118. (8) Fossili umani scimmieschi. Monit. zool. ital., a. XX, m..7, p- 214. Firenze, 1909. (9) Entre los norteamericanos, ni Mac Courpy, ni HroLicka (Smilhson. Inst. 1913) lo conocen. Osmorx, por el contrario, lo ha incluído en la biblografía de su último trabajo (Old Stone Age, 1914). 02 PHYSIS difusión, de lo cual, sin embargo, no me quejo absolutamente, puesto que á pesar de eso la Paleantropología ha progresado igualmente. Lo que no puedo comprender es que, de parte de especialistas en la materia, se hayan publicado recientemente estudios monográficos de mandíbulas fósiles humanas, descubiertas en Europa, sin tener en con sideración, ni siquiera citar, para oportunas comparaciones, el trabajo de SCHOETENSACK. Es lo que nos cabe reprochar á los señores E. Herváwbez Pacneco y profesor Huco ObermMaAtER, autores de una publicación reciente (1) sobre la mandíbula fósil descubierta, hace años, por un señor P. Azsrus en los alrededores de Bañolas, pe- queño pueblo del norte de Ca- taluña. Las únicas fuentes bibliográ- ficas de que aprovecharon los mencionados autores, al ocu- parse del fósil en cuestión, pa- recen haber sido las siguientes : un trabajo de KraarscH (2) y otro de Pucciont (3) tratando Fig. 2.—?/, tam. nat. lemas generales de craneomor- fología y además el citado tra- bajo de Boureg sobre el hombre fósil de la Chapelle-aux-Saints, sin contar la crítica de este trabajo publicada por ScuwazrBz (4). Resulta que el único término de comparación á que dichos autores se han referido para la de- terminación específica del fósil ha sido el cráneo de la Chapelle, con las numerosas figuras y detenida descripción dadas por Bouzk. Ahora, si se considera que, por tratarse de un individuo de edad avanzada, la mandí- bula de este cráneo se presenta en el último estado de reabsorpción senil, resulta haber sido poco provechoso el auxilio de esas comparaciones. (1) La mandibula neanderlaloide de Bañolas. Memoria número 6 de la comisión de investiga— ciones paleontológicas y prehistóricas (Instituto nacional de ciencias fisico-naturales). Madrid, 1915. Aparece en tal trabajo la mandíbula de Mauer, pero sólo en dos cuadros (pág. 25 y 27) transcriptos integramente del trabajo de Bourk (ob. cit., pág. 91 y 83) indicando el valor rela- tivo del ángulo mandibular y del ángulo de la sínfisis en los Hominidae y en algunos Antro- poides. (2) Kraniomorphol. u. Kraniotrigonom., Archiv. f. Anlhrop. N. F., Bd. VII, 1909. (3) Morphol. du ma.xill. inf., L'Anthropol., vol. XXV. Paris, 1914. (4) Kritische Besprech. v. Boule's Werk: L'homme foss. de la Chapelle-auz-Saints, mil ely. Unters.-Zeits. f. Morphol. u. Anthrop., Bd. XVI, Heft 3, 1914. Guivo Boxarerti : La mandibula humana de Bañolas ho3 La presente comunicación tiene por objeto demostrar : que la mandí- bula de Bañolas es perfectamente homotípica de la de Mauer, que la man- díbula de Mauer no pertenece al tipo « neanderthaloide » y que, por consiguiente, la mandíbula de Bañolas no pertenece al tipo «neander— thaloide ». La consecuencia de este silogismo lleva consigo, en forma de corola- rio, una consecuencia geológica de no menor importancia y será que el yacimiento de Bañolas, como era de-suponerse por la misma naturaleza de las rocas que lo forman, no pertenece al Guaternario propiamente di- cho (contemporáneo de una gran fase intermedia de glaciación) sino que es anterior y se debe atribuir al Pleistoceno inferior,-sincronizándolo con el de Mauer. No quisiera detenerme demasiado en tratar de las numerosas analogías existentes entre la mandíbula de Mauer y la de Bañolas ; ellas saltan á la vista al simple examen comparativo de ambos huesos, hasta tal punto que podría juzgarse superflua cualquier discusión al respecto y estoy casi seguro que, de haber ensayado esta comparación, los mismos señores H. Pacueco y OBERMAIER nos habrían dado ya conclusiones en armonía con nuestra opinión. En ambas mandíbulas son de notar : 1” El aspecto general muy fuerte y robusto del hueso (1) ; 2 La forma hylobatoide, subcuadrada (2) de las ramas ascendentes ; 3" La forma tosca del cóndilo maxilar, por tener un cuello muy redu- cido (3) ; 4” La escotadura sigmoidea (¿ncisura praecondyloidea) muy poco pro- funda (4); mucho menos entrante que en los verdaderos « neandertha— loides ». Todos estos son caracteres precipuos, distintivos, de las dos mandíbu- las y las diferencian notablemente, ya sea de las mandíbulas de los Pri- mates antropoides, vivientes y fósiles, ya sea de los « neanderthaloides » y, en general, de los otros Hominidae. Estos caracteres no escaparon á la atención de los mismos señores H. Pacueco y OBERMAIER, pero, sin atri- buirles el valor diagnóstico que poseen. Es preciso hacer notar que dichas semejanzas no tienen el valor de una absoluta identidad ; por el contrario, hay que reconocer la existencia de (1) H. Pacmeco y Ozgermarer, obra citada, página 31. (2) Ibidem, página 24; «ramas bajas y anchas ». (3) Ibidem, página 24. (4) Ibidem, página 21 (carácter hylobatoide). hoh PHYSIS diferencias proporcionales y morfométricas entre las dos mandíbulas, si bien que éstas sean más de grado que substanciales y se deben probable- mente á variabilidad individual, ó de sexo, ó de edad, ó por fin, si se quiere, á diferente estado de evolución del tipo heidelbergense. Se trata, en todo caso, de diferencias admisibles en la variabilidad de una misma «especie ». Los señores H. Pacueco y Obermater, después de haber declarado (1) que «en el fósil de Bañolas se encuentran acusados con gran claridad los caracteres propios (2) del tipo de Neanderthal », admiten sin embargo, que existen en el fósil ciertos caracteres diferenciales, pero llegan á la conclu- sión de que estos últimos «indican un grado de evolución mayor (3) que el que ofrecen ciertas mandíbulas del mismo tipo, como la de la Cha- pelle, Malarnaud, etc. ». Los caracteres « neanderthaloides », según dichos autores, serían los siguientes : a) Falta casi absoluta de barbilla ó mentón ; b) Gran abertura del arco dentario y dentición muy robusta ; c) Mandibular bajo, « redondeado » (!) y grueso ; d) Posición de la apófisis coronoidea ála misma altura que el cóndilo; e) Escotadura sigmoidea poco profunda ; /) Ángulo mandibular pequeño. Los caracteres « aberrantes » serían los siguientes : 4) Barbilla naciente ; h) Posición vertical de las ramas ascendentes, en contraste con la di- vergencia de las mismas ; ¿) Situación interna del cóndilo y no externa con relación al plano ex- terior de la rama ascendente. He aquí lo que pensamos con referencia á los mencionados caracteres : a) y y) La condición del fósil de Bañolas al cual cupo la mala suerte de haberse roto en pedazos y vuelto á recomponer en varias Ocasiones, no permite una medida certera del ángulo de la sínfisis y es del todo arbitra- ria la medida que dan los mencionados autores para tal ángulo (4). Basta mirar las láminas IV y Y de su publicación para formarse una idea del estado de desgaste en que se encuentra la parte anterior del cuerpo man- dibular. (1) Obra citada, página 33. (2) Primer error. (3) Segundo error. (4) Obra citada, página 21 Guivo Boxarertr : La mandibula humana ds Bañolas 05 En todo caso, es mi opinión que sería «un gran error decir que en la mandíbula de Mauer, lo mismo que como en la de Bañolas, falta com- pletamente la « barbilla » (mentón). Ya tenemos, por el contrario, un rudimento de ella, en ambas mandíbulas, con la proversión bilateral del borde ántero-basal del cuerpo dentario, limitada hacia arriba por la «in- cisura transversa » (1). Es verdad que tal proversión tan sólo se presenta en los bordes laterales del frente mandibular y no llega á la región (me- diana) de la sínfisis, pero no deja por eso de ser un carácter humano, co- mo manifestación primitiva del mentón. b) Les escapó á los señores H. Pacueco y OBerMAtER la circunstancia de que el arco dentario (alveolar) presenta una marcada disposición en forma de U, idéntica á la del fósil de Mauer. Todos los otros caracteres mencionados en la lista, ya sea los llamados «neanderthaloides » como también, y mucho más todavía, los « aberran- tes » los presenta la mandíbula de Bañolas en grado y condición iguales á la de Mauer (entre ellos, la « situación interna del cóndilo » con rela— ción al plano exterior de la rama ascendente. Se presenta en la mandíbu- la de Bañolas en condiciones idénticas á la de Mauer y no veo por qué razón deberían las dos mandíbulas considerarse de un tipo humano más evolucionado que el hombre de Neanderthal. Así quedaría demostrada la primera premisa de mi silogismo. Pasemos á la segunda. ¿Debemos ó no incluir el hombre de Mauer en el grupo neandertha- loide 3 Se ha discutido mucho al respecto y me llevaría mucho tiempo si qui- siera tratar aquí, aun en resumen, las diferentes opiniones sobre esta cuestión. Lo que si, podemos decir que la opinión dominante es que se trata de dos grupos muy diferentes (2) y ya sabemos que no soy el único en opi- (1) Sercr, La mandib. umana. Riv. de Antrop., XIX, 2, 1914, p. 143, etc. (2) ScuoeTexsack, obra citada. ScuwarLze, obra citada, 1909. ArsperG, M., Ein neuenideckt. foss. menschl. Unterkief. Globus, Bd. XCV, n. 3. Enero 21, 1909. Buscuan, G., Der aelt. Menschenfund. d. Erde. Die Umschau, XUL Jabrg., n. 5, Frankf. a. M. Enero 3o, 1909. Lazo, L., Mandibule fossile de Mauer. Journal médic. franc., 3 año, n. 1 (edic. españ.), p. 67. Paris. Enero 3o, 1909. Giurrriba RucceErt, V., Fossil umani scimm. Monit. zool. ital., anno XX, nm. 7, p. 220. Fi- renze, 1910. Mac Courby, Eol. and Paleol. Man.; Amer. Anthropologist, XL, 1, p. 100. 1910, 191£4. MorsezLr, ob. cit., disp. 59 (1910), Pp. 1122. Sercr, G., ob. cit. 1914, p. 169-166. 106 PHYSIS nar que se trata absolutamente de dos especies y de dos géneros distin- tos. Bastará fijarse algún instante en la figura dada por Bourk (1) en que al cráneo de la Chapelle-aux-Saints se le ha aplicado la mandíbula de Mauer, para que salte inmediatamente á la vista la diferencia esencial que no per- mite en absoluto una identificación específica de los dos fósiles. La apófi- sis coronoidea de la mandíbula de Mauer está tan distante del cóndilo ar- ticular, que en la figura mencionada se ve pasar debajo del borde inferior del malar (6 mejor dicho de la apófisis maxilo-piramidal) del cráneo que le han superpuesto, en lugar de articularse en el centro de la fosa tem-— poral como debería de ser si dicho cráneo fuera verdaderamente el suyo. Lo que autoriza á suponer que el cráneo del paleantropo, en compara- ción con el de los « neanderthaloides » debía de presentar : un hueso zigo- mático mucho más largo, una declinación proversa de las órbitas mucho más acentuada, un mayor prognatismo, etc., etc. ; en fin la forma de un cráneo muy parecido al del pitecantropo según la reconstrucción de Dusors y MANOUVRIER. En otra circunstancia, espero poder publicar los resultados definitivos de mis investigaciones al respecto. Por de pronto, sólo me queda formular la « consecuencia » de mi silo- gismo : la mandibula de Bañolas no pertenece al tipo neanderthaloide. (1) Bouze, obra citada, p. 244 (Annal. de Paléont., t. VIII, lasc. 1, 1913). Sororra, J., D. neuest. Ergebn. d. Paleont. d. Mensch,“etc. Fest-vorirg. Verdhlg. Phys. Med. Gesellsch. 1911. Sosorra, J., D. Schádel v. La Ch. a. S. u. d. Mandib. d. H. heidelb. v. Mauer. Zeitsch. f. Morph. u.:Anlhr., Bd. XV, Heft 2, Stutigart, 1912. Juas Brivmes : Le genre « Xylocopa » Lat. dans la République Argentine = (o) 5] Le genre « Xylocopa» Latreille dans la République Argentine. par JEAN BRETHES ll semble extraordinaire que s'agissant de Guépes en général trés gran- des, les Aylocopes aient été si peu étudiées. Gela est dú á plusieurs motifs et d'abord au dimorphisme sexuel si marqué dans plusieurs espéces, étant souvent presque impossible d'établir les couples respectifs; á cela s'ajoute encore une ressemblance extraordinaire entre espéces différentes, qu'il s'agisse de femelles semblables ou de máles semblables. On a taché d'établir des divisions dans le genre Xylocopa, mais il y a des gradations si insensibles de V'un a Pautre que les groupes Audinetia Ler., Schonnherria Lkr., Mesotrichia Westw., Platinopoda W+srw., et Koptortosoma Gr1B. n'ont pas méme été admis comme sous-genres ; c'est a peine siau dernier on a accordé une certaine valeur qui est loin de re— présenter un vrai jalon pour distinguer les groupes. Pour ce quí a rapport a la République Argentine, le meilleur et uni- que travail d'ensemble quí ait apparu est celu qu'a publié BurmerlstErR en 1876, dans la Stettiner Entomologische Zeitung, p. 151-159. En en re- tranchant la X. virginica auct., de l'Amérique du Nord, et deux autres que Jindique plus bas, il nous reste 6 espéces que Burmeisrer énumere de ces régions-ci. De plus, la X. brasillanorum qui, comme par tradition, a été depuis signalée comme espéce argentine, devra aussi étre rayée de la liste, á moins que de futures investigations ne l'indiquent du nord de la République : Misiones, Chaco, Formosa... L'espéce argentine quí a ap- paru sous ce nom est la X. mendozana Exb., et súrement aussi la X. or- dinariía Sm. La X. serripes Burm. est de Río de Janeiro et la X. barbata que BurmerstER dit étre de Paraná est un gí de Xylocopa subeyanea Pí- rEz, bien différente de X. barbata gd Fab. que j'al sous les yeux et quí provient de Matto Grosso. Je puis aujourd hui faire connaitre 17 espéces dont / sont nouvelles et deux variétés (nouvelles aussi) : nos connaissances ont donc triplé sur ce genre. LoS PHYSIS Xvlocopa frontalis Otiv. Celte espéce s'étend depuis le Mexique jusqu'a Buenos Aires : j'al un exemplaire de cette derniére localité; mais je crois que son extension jusqu'a la capitale de la République Argentine est un fait isolé, sporadi- que, les exemplaires que lon peut y trouver ayant été apportés du nord avec les bois que l'on y transporte. J'ai encore en mains un autre exem- plaire quí provient de Paraná : c'est un autre fait isolé, á mon jugement, á la maniére de Vantérieur. Je crois que la limite de dispersion de cette Xylocopa au sud doit étre le Chaco et Misiones. Xylocopa mendozana Eo. et Xylocopa ordinaria Sn. La X. brasilianorum que BurmersTER avait cru reconnaitre dans la Répu- blique Argentine est la X. mendozana e Exp. mélée aussi á la X. ordinaria Sm. Ces deux espéces étaient encore assez dif- RS ficiles á reconnaitre. Gráce aux études de Pérez sur la structure du clypéus, etc., --Augustt, Ey lo jal táché de profiter de ces caractéres actundiscata plastiques sur une série de pres de So 20 guaranilica 05 7 = n . E n A ab exemplaires; ¡j'aurais pu reconnaitre a cr peut-étre une demi-douzaine d'espéces O Sera différentes, me résultant un mélange des deux espéces dans tous ces groupes artifi- ciels. A la fin cependant je crois avoir - TUGLO= ha O 3 Cxuamu ol ss lie a -. -splemdidala 3 CA oi fer a o bla Profil du thorax (partie postéricur) des diverses Xylocopes décrites trouvé un caractéere — d'autres seront plus heureux que moi dans des études postérieures — quí m'a donné un résul- tat tres satisfaisant. La X. mendozana a une ligne lisse longitudinale etá peine re- levée sur le vertex tandis que la X. ordi- naria n'a pas cette ligne lisse, ou si elle existe, elle apparait légérement excavée. J'ai obtenu ainsi une série de plus de 50 exemplaires qui sont plus robustes, a ailes d'un reflet bleuátre, tandis que les autres sont un peu plus petits et avec un reflet des ailes pourpre=violacé. Je crois donc ainsi avoir obtenu la séparation des deux espéces si aflines. Jeax Brirmes : Le genre « Xylocopa » Lat. dans la République Argentine 409 J'ai été aussi assez heureux pour obtenir des caractéres diflérentiels en- tre les gt. Geux de X. mendozana sont plus grands, atteignant toujours quelques 25 mm. de longueur et avec Vabdomen dont la largeur oscille dans les 13 mm., tandis que les g' de X. ordinaria atteignent á peine 20 mm. avec une largeur de l'abdomen qui mesure á peine 1o mm. De plus, le tibia postérieur de X. mendozana a son bord inférieur avec des polls dressés a sa partie basale seulement, tandis que la X. ordinaria y a des poils dressés sur toute son extension. Pour observer ce dernier carac- tere, 1l faut regarder le tibia bien par dessous, sans quoi et dans un exa— men rapide, il pourrait arriver que ses poils latéraux fussent pris pour les inférieurs. Résumant, nous avons pour chaque espéece : X. mendozana : Q plus grande, les ailes avec un reflet presque toujours bleu, le vertex avec une ligne longitudinale lisse un peu exhaussée; plus grand, et avec une brosse basale de poils dressés sur le bord inférieur du tibia postérieur. X. ordinaria : Y moindre, les ailes avec un reflet pourpre—violacé, le vertex sans ligne longitudinale lisse ou cette ligne paraissant excavée; S' moindre, et avec des poils dressés sur tout le bord inférieur du tibia postérieur. Habitat : La X. mendozana existe a Mendoza, la Pampa Centrale, San Juan, La Rioja, Catamarca et Salta. La Á. ordinaria existe dans les mé- mes provinces, moins la Pampa Centrale ou, pour le moment, j'ignore si elle existe ; mais il faut ajouter Jujuy, Misiones, et le Brésil, suivant Smith. Xvlocopa boliviana Brirars, n. sp. Q A X. mendozana Exp. simillima, sed. tegulis ferrugineis (obscure), scutello postice haud truncato sed magis declívi, a superne viso minus ar- cuato, segmentis dorsalibus abdominis crebrius punctatis, margintbus cly- pet supra conjunctim rotundatis (in X. mendozana trapezinis), labro den ticulo medio minulissimo, mesosterno parcius punclalto, lobulis posticis me- sosterni ante metasternam minutum haud elevatis (in X. mendozana mani- Jeste elevatis), seymentis ventralibus bene carinatis. Nitor alarum purpu- reo-violaceus. Cetero plus minus ut in X. mendozana. Long. : 22 mm. Hab. Santa Cruz (Bolivia). (E. Lywcn ArrIpÁLzAGA leg.). La description qui précede montre une grande ressemblance avec la X. mendozana dont elle différe cependant par des caracteres assez saillants pour ne pas permettre la confusion. 1 Q Musée National de Buenos Altres. ho PHYSIS Xiocopa nigro-cincta Sy. Comme le soupconnait Pérez (Act. Soc. Linn. Bordeaux, LVI, 1901, p. 95), il existe la forme á abdomen sans bandes brunes, de maniére que la coloration dans le cas actuel est de peu de secours pour reconnaitre lPespéce; mais la troncature postérieure de l'écusson vient tout de suite en aide pour le cas actuel. Le y na pas encore été décrit. Je ne lui trouve pas de caractéres dis- tinctifs pour le séparer de celuide X. mendozana sinon dans la grandeur : X. nigro-cincta mesure á peine 21 mm. de long et 10 mm. pour lá lar— geur de abdomen, tandis que X. mendozana mesure dans les 25 mm. de longueur et 13 mm. de largeur de l'abdomen. J'ai en main quelques exemplaires Q qui ne me paraissent diflérer du type que par la couleur des ailes quí ont un reflet bleu violacé : j'établi- ral pour eux la var. Jujuyensis n. var. La X. nigro-cincta provient de Misiones et du Paraguay; la var. Juju- yensis est de Jujuy. Xyvlocopa ciliata Bur., artifex Su., carbonaria Su. Je tiens pour distinctes toutes ces espéces que quelques auteurs parais- sent avoir méconnues. Me trouvant á la limite américaine australe de la dispersion du genre, car seule la X. splendidula arrive jusqu'au territoire du Chubut, vers les 449 degrés de latitude S., nous avons a Buenos Ai- res, du groupe de ces Xylocopes noires et de grandeur plutót petites, seu- lement la X. artifex Sm. et X. ciliata Burm. En allant vers le nord de la République Argentine, nous trouvons la X. carbonaria Sm. et ce que l'on a appelé X. colona (nec Lep.). Cette situation me permet aussi d'attribuer les sexes aux especes correspondantes avec une súreté morale presque absolue. Ge serait un plus grand travail, et peut-étre impossible, dans une région oú les especes sont plus abondantes, comme le Brésil. 1” Xylocopa ciliala Burm. — En commencant par la X. ciliata Burm. (= X. cavicornis Pérez) dont j'ai les types á la main, elle se distingue au premier abord de toutes les autres espéces par sa caréne frontale qui est manifestement transverse, tandis que dans les autres espéces cette caréne est longitudinale. La partie supérieure de celte caréne est lisse et se conti- nue jusqu'a Plocelle antérieur en une ligne imprimée. La partie inférieure de cette cróte (vue de profil) est légérement concave jusqu'á arriver au niveau de P'écusson nasal et du clypéus, ceux-ci séparés par une ligne PRA Jean Briwmes: Le genre « Xylocopa» Lat. dans la République Argentine hr transverse lisse, non élevée. Le milieu du clypéus n'a pas de ligne longi- tudinale lisse ou, si elle existe, elle est presque indistincte. Le g' que Burmerster a attribué á cette espéece, a le bord inférieur du ti- bia postérieur tout couvert de poils plumeux et dressés, plus longs que la lar- geur du tibia. Le bord postéro-interne du tibia termine en une créte dis- tincte, mais courte, qui ne dépasse pas le niveau postérieur du méme tibia. Le Musée National de Buenos Aires a des exemplaires de cette espéce de Buenos Aires et de Misiones. 2% Xylocopa artifex (1) Sm. — Je dois attribuer lautre Xylocope S' qui aussi se trouve á Buenos Aires au que décrivit SmrrH sous le nom de Yylocopa erratica car c'est l'unique S' qui se trouvant dans celte région- ci n'a pas été encore appareillé; ce g' se distingue de tous les autres con- nus par la ligne nojre longitudinale de sa face. Toutes les Q (qui ont été peut-étre prises pour X. colona ont les ailes avec un lustre doré-cuivreux, ou quelque peu vert clair, l'extrémité pou- vant avoir un léger lustre pourpre; de plus par transparence les ailes sont d'un brun assez clair. Les poils du corps sont tous noirs, et sur le dos de l'abdomen ils sont distinctement abondants (moins cependant que sur les bords latéraux oú ils forment des houppes comme dans plu- sleurs autres especes). Le clypéus a une ponctuation assez dense avec une ligne médiane lisse oú il y a quelques points épars. Les bords supérieur et latéro-supérieurs forment ensemble au clypéus une limite trapézoide, les bords latéro-supé- rieurs étant un peu élevés, se distinguant sous une certaine incidence com- me une ligne á peine imprimée qui parcourt son milieu longitudinalement. L'écusson nasal est au méme niveau du clypéus. La créte frontale est lon- gitudinale, lisse, ordinaire. Le vertex n'a pas de ligne longitudinale lisse ou, quand elle existe, elle est pratiquement nulle. La glabelle est assez étroite, sa plus grande largeur mesurant comme le */, de la largeur du thorax. L'écusson est du type Xylocopa s. st. ; vu de profil, il se courbe peu á peu en are depuis sa base, et assez vers le */, postérieur, en laissant voir le post-écusson qui se trouve en un plan légérement postérieur et presque vertical : en général, cependant, la ligne du profil de l'écusson se rapproche de l'horizontale. La partie antérieure du premier segment de Pabdomen a une concavité qui n'est pas réguliérement excavée, sinon (1) Pour ma part, je crois que la X. artifex Sm. etla X. erratica du méme auteur sont les deux sexes d'une méme espéce quí doit donc porter le nom de X. artifez : les deux ont la méme provenance, la méme taille, le « disk of the thoraz impunctale », les ailes « fusco-hyaline, and having a brilliant coppery iridescence, their apical portion tinted with violet », (12 PHYSIS qw'elle est plus profonde au milicu longitudinalement. La partie supé- rieure de ce segment mesure comme les */, du second segment avec une ponctuation assez dense, surtout á mesure qu'elle s'approche des có- lés; le second segment (mais un peu plus espacée au milieu) et les 3-5 segments ont la ponctuation un peu plus grande et plus distinctement espacée vers le milieu oú l'on voit un semblant de quille. L'extrémité des segments a une marge lisse presque nulle, exceplé vers le milieu. Le mi- lieu du sixiéme segment a une ponctuation plus fine que le reste de sa surface. Le ventre a une ponctuation plus grosse, mais moins dense que sur le dos : la ponctuation est distinctement pilifére aussi, et la quille médiane est un peu plus forte que celle du dos, sans étre cependant com- me celle de quelques espéces, par exemple Xylocopa nigro-cincta. L'écaille tibiale est postmédiane, son extrémité anguleusement émarginée, et avec les lobes de forme subégale, le postérieur un peu plus avancé que l'anté- rieur. La 2* cellule cubitale est distinctement plus longue que la premiere sur le cubitus. Longueur : 17-13 mm. Le [est assez connu et reconnaissable. 3” Xylocopa carbonaria Sm. Gette espéce n'existe pas a Buenos Aires. Sa dispersion géographique dans la République Argentine comprend seu- lement Misiones et le nord, s'étendant ensuite au Paraguay et au Brésil. Je ne dirai pas qu'elle est tres distincte de l'antérieure, mais elle s'en dis- tingue avec une certaine facilité. Le clypéus a une ligne lisse médiane, ses bords supérieur et latéro-supérieurs lui forment une limite arquée; le vertex a une ligne lisse médiane qui parfois est assez confuse. L'écusson a un profil assez distinct de l'espéce antérieure, se rapprochant d'un arc régulier, ne paraissant pas y avoir de partic supérieure qui se rapproche de l'horizontale; ensuite le postécusson se trouve sur la verticale qu'atteint le bord postérieur de celui-láa, de maniére que, vu d'en haut, le postécus- son est pratiquement invisible. La partie antérieure de l'abdomen a une concavité comme AX. artifex, y ayant une impression médiane longitu- dinale qui se voit dans cette concavité. La ponctuation dorsale de l'abdo- men est plus ou moins comme dans l'espéce antérieure, mais la pilosité est bien plus courte, et presque nulle si on le regarde de profil, étant presque hérissée dans l'espéce antéricure. Latéralement la pilosité est pres- que identique dans les deux espéces. L'espace lisse á Pextrémité des seg- ments est aussi un peu plus large. Les ailes sont d'un brun distinctement plas obscur que dans A. artifex et avec un reflet plus ou moins violacé. La 2" cellule cubitale est plus longue que la premiére sur le cubitus. Lon- gueur : 16-19 mm. Je ne connais pas le g' de cette espece. Jean Brirmes : Le genre « Xylocopa » Lat. dans la République Argenline 41 (95) Xvlocopa bellula Brérmes, n. sp. Tota nigra, nigro-ciliata, alis modice fuscis, pone cellulas occlusas obs- curioribus, viridi-aureo-nitentibus, pone cellulas occlusas paulum violaceo- nitentibus. Long. : 14 mm. Le labre a la base trés courte et assez large, la dent médiane assez pro- noncée, rectangulaire, les dents latérales trés rapprochées de la médiane, mais dans un plan inférieur; les bords latéraux des dents externes for— ment une légére concavité, au contraire de ce qui passe dans XA. Augusti et autres. Le clypéus et l'écusson nasal sont plans, á un méme niveau. séparés par une ligne transverse lisse, une impression un peu arquéea cóté de la jonction des deux; une ligne lisse longitudinale au milieu du clypéus ainsi que sur son bord antérieur. Les lignes lisses du clypéus ne sont pas élevées. L'écusson nasal a une forme de mitre, et termine á son angle supérieur en un petit tubercule conique-arrondi ; au-dessus, la créte est presque obsoléte, se distinguant par un fin sillon lisse jusqu'a locelle antérieur. La depression derriére chaque ocelle postérieur est assez petite. Le 2* article du funicule est aussi long que les 3 —- 4 7- 5 réunis. La glabelle occupe presque toute la superficie du mésonotum, ayant seule- ment quelques points pres des écailles alaires. L'écusson se trouve sur un plan pratiquement horizontal s'inclinant d'une maniére insensible de de- vant vers V'arriére. Le postécusson se trouve sur un plan oblique, et est bien visible d'en haut. Le segment médiaire se voit aussi d'en haut, se trouvant sur un plan oblique, voisin cependant de la verticale. L'abdomen est bien voúté, la partie supérieure du premier segment avec une conca- vité un peu plus prononcée sur la ligne médiane longitudinale; 1l passe ensuite par un arc á la partie supérieure qui égale á peine les ?/, du 2" segment. L'épipygium a ses bords carénés, la créte plus aigué á la partie qui correspond aux épines; l'appendice est relativement court, mais bien canaliculé. L'abdomen n'a pas de quille apparente ni du cóté dorsal ni du cóté ventral. La patelle n'est pas uniforme dans tous les exemplaires : dans les uns elle termine en deux lobes séparés par une émargination angulaire aigué, le lobe supérieur plus arrondi et l'inférieur plus aigu et plus long; dans d'autres, le lobe supérieur parait comme tronqué, lui fai- sant salllie le lobe inférieur en forme triangulaire aigué. Les 1” et 2* cel- Jules cubitales sont égales sur le cubitus. La ponctuation est moyennement grosse et éparse sur le clypéus et la face, plus dense au niveau des antennes, moins profonde et bien plus éparse sur le vertex et derriére les yeux, assez dense sur les angles anté- Puysis. — T. 1 27 hxh PHYSIS rieurs el les bords du mésonotum, éparse sur l'écusson, ássez éparse aussi sur tout le dos de l'abdomen, étant un peu plus serrée sur le 5” segment el un peu plus encore sur le 6*; du cóté ventral la ponctuation est plus grosse, uniformément dense et pilifere. Les poils noirs sont assez abondants et plumeux au niveau des antennes, tout autour du thorax, aux angles antérieurs du premier segment de l'abdomen, et sur les bords latéraux des 5” et 6* segments. Sur les seg- ments antérieurs, les poils latéraux ont une position ventrale et sont moins abondants. Pres de l'épipygium les poils ont une teinte ferrugineuse. Le Musée National de Buenos Aires a une série d' pelas de celte espéce quí proviennent tous de Misiones. Xvlocopa Auguslti Lor. La Q de cette espéece n'offre pas de difliculté pour étre reconnue. La Xylocopa August typique ayant « les alles noires, avec un beau re- flet d'or el un léger glacé violet », et ayant observé que la X. mendozana, par exemple, a généralement les alles d'un reflet bleu, tandis que la X. ordinaria, quí lui est tres semblable, les a d'un reflet pourpre-violet, je distinguerai sous le nom de X. Augusti var. plerochloris n. var., un exemplaire de Misiones dont le reflet des ailes différe notablement de l'es- pece typique. Dans la variété pterochloris, les ailes sont franchement bleues, ayant seulement un léger reflet pourpre-violacé vers l'extrémité. Le Y de la X. August est excessivement semblable á ceux de X. men- dozana, ordinaria et de plusieurs autres sans doute, de dispersión tropi- cale : ¡usqu'aux travaux de Pérez toutes ces espéces étalent pratiquement inséparables, car nous reconnaissons tous que la couleur des poils et du tégument d'un jaune plus ou moins terne ou plus ou moins ardent ne re- présentent pas des caractéres spécifiques. J'ai été assez heureux pour distinguer et séparer les g' des espéces ar gentines que j'ai eus á la main. Le caractére principal réside dans le fé— mur et le tibia postérieurs. Le bord inférieur du fémur (de X. Augusti) a sa moité basale avec des poils relevés : cette région piliféere se continue d'un cóté jusquía Pangle postéro-externe du fémur el termine de l'autre cóté avant Vangle postéro-interne. Le tibia est plus caractéristique : son bord inférieur a vers son milieu une région oblique plus excavée et com= pléetement Jisse; vers la base il y a une région pilifére et vers l'extrémité une autre région un peu moindre garnie d'un pinceau de poils rela- tivement courls mais droits et bien remarquables. L'angle postéro-interne du bord inférieur du tibia est gonflé en une massue hémisphérique. Jean Brirnes : Le genre « Xylocopa » Lat. dans la République Argentine 415 Le paralléele 3g2 S. parait étre la limite australe de la distribution géo- eraphique de cette espece. Xvlocopa guaranitica Brirues, n. sp. AX. Augusti similis per fascias ferrugineas utrinque abdominis, sed capite thoraceque etiam ferrugineo cilvatis, scutello posticem versus magis obliquo (haud ut in X. artifex et plus minusve ut in X. ciliata). Alis obs— cure fuscis, obscure ceeruleo el purpureo-micantibus. Long. : 27 mm. Alae : 20 mm. Les poils du front sont un mélange de ferrugineux et de noir, mais ces derniers y dominent ; derriére la téte, les polls noirs dominent aussi. Au thorax, les poils ferrugineux sont plus abondants tout autour du mésono- tum et aux mésopleures : devant le mésonotum, sur l'écusson et une ligne quí unit ce dernier avec les écailles alaires, les poils noirs y sont assez abondants. Sous le thorax, l'ensemble des poils apparait brun. Les bords de Vabdomen ont la frange de poils ferrugineux comme chez X. Augustt. Aux pattes, les poils sont noirs aussi. Le labre a une conformation que je n'ai point vue dans les autres es- peces : il a une forme transverse, quadrangulaire, ses angles antérieurs arrondis. Entre la dent médiane et Jes latérales, 11 n'y a pas cette impres- sion profonde si apparente dans les autres espéces : la dent médiane est relativement courte avec sa base large et courte devant le clypéus; les impressions latérales ont les poils noirs accoutumés; le pinceau de poils dorés sous la partie réfléchie du labre existe aussi. Le clypéus est limité en haut par des crétes quí forment un arc parabolique; á sa partie inféro- latérale ces crétes sont insensibles. Il y a une ligne médiane lisse marquée de quelques points seulement. L'écusson nasal est ponctué, termine en haut a la créte frontale qui a une forme ordinaire, avec le sillon aussi or- dinaire qui s'ouvre pour embrasser l'ocelle antérieur. Les deux impres- sions derriére les ocelles postérieurs sont assez profondes; il ny a pas de ligne lisse au vertex. La glabelle occupe un peu plus du */, médian du mésonotum. L'écusson, bien qu'un peu déclive vers l'arriére, s"approche de la position horizontale, presque sans partie déclive, de maniére que le postécusson et le segment médiaire se voient bien d'en haut. Le premier segment de l'abdomen a a sa partie antérieure une concavité réguliére en calotte sphérique, son bord supérieur presque anguleux, les latéraux ar— rondis. L'épipygium est plus finement ponctué que le reste du segment, les épines aigués, l'appendice étroit, paralléle, finement canaliculé au mi- lieu. La patelle est postmédiane, avec une émargination postérieure an— 416 PHYSIS gulaire aigué, le lobe postérieur aussi de forme angulaire aigué, l'anté- rieur plus aigu et en un plan plus apical. Les deux premiéres cellules cu- bitales sont égales sur le cubitus. La ponctuation est grosse au clypéus, plus dense vers les bords, petite et éparse derriére les yeux, plus dense a Pocciput, assez dense sur les bords du mésonotum et derriére l'écusson; quelques points gros et distants sur les bords de la glabelle; oblique sur lVabdomen, assez petite et non dense au premier segment, progressive- ment plus grosse vers l'arriére et les cótés, pilifere, les poils dorsaux mo- yennement longs; une quille médiane indistincte du cóté dorsal, plus prononcée du cóté ventral. 1 Q de Misiones. Col. Mus. Nat. Buenos Altres. *Xvlocopa aurulenta Su. Le Musée National de Buenos Aires posséde deux exemplaires, de Tu- cumán. Xvlocopa eximia Péxuz J'ai á Vétude un seul exemplaire de cetle espece rapporté de Jujuy au Musée de Buenos Aires par le Dr. CarLos SPEGAZZIMI. Xvlocopa subcyvanea Prez = Xylocopa barbata Burm. (nec Fan. « auct.). = Xylocopa macrops Burm. (nec Ler.) Les exemplaires que BurMEISsTER avait en vue et que j'al sous les yeux doivent se référer a Xylocopa subcyanea Pérez. Le (non encore décrit) mérite une description détaillée. Le clypéus est pointillé de marron sur un fond jaunátre; le labre, Vorbite interne des yeux jusqu'aux antennes, l'écusson nasal, le scape par devant et deux taches triangulaires aux segments ventraux 2-5 sont jaunes. La pilosité est gris-jaunátre sur la face, derriére les yeux, tout autour du thorax, aux pleures, au premier segment de l'abdomen transversale- mént, á la marge postérieure des segments ventraux (moins abondante vers le milieu), aux bords latéraux des arcs dorsaux 5-6 (surtout au der- nier), sur le tibia et le protarse antérieurs extérieurement, á P'extrémité du fémur postérieur et au bord externe du tibia postérieur. Au segment médiaire et partie de l'écusson, au prosternum, sur les pattes en général, Jean Brirmes : Le genre « Xylocopa» Lat. dans la République Argentine h17 les poils sont d'un marron obscur. Sous les ailes postérieures, une ligne étroite derriére celle grisátre du premier segment de abdomen, sur les bords latéraux des arcs ventraux (mélés plus ou moins avec les poils gri- sátres), au bord latéral des arcs dorsaux 5 et 6, et 4 Pextrémité posté- rieure du sixieme segment dorsal (ou 1ls forment un fort pinceau) les poils sont noirs. Le reflet bleuátre se distingue assez sur le dos du thorax et davantage sur le dos de l'abdomen; sous le ventre, le reflet est violacé. La ponctuation est assez grosse sur le clypéus ou il y a un espace lisse médian, presque nulle sur l'écusson nasal, assez dense devant, sur les có- tés et derriére la glabelle, ainsi que sur l'écusson ou elle est assez éparse vers le milieu antérieur. Sur le segment médiaire et á la concavité du premier segment, elle est fine, distante et pilifére. La ponctuation de l”ab- domen est assez éparse pour que le cóté dorsal en résulte luisant : au pre- mier segment, elle est assez fine, oblique et plus dense que sur les sui— vants ; sur le second. elle est ronde, éparse, un peu plus dense sur les cótés ; sur les troisiéme et quatriéme, elle est un peu plus grosse et moins dense. Au cóté ventral elle est tres éparse, fine et pilifére. Les yeux sont convergents sur le vertex, oú 1ls sont séparés par une distance presque double de la largeur du funicule. La concavité du pre- mier segment abdominal est réguliére, limitée par un triangle curviligne, les poils du dos de l'abdomen trés courts, á peine saillants de leur point d'insertion; ceux du sixieme segment convergen! vers la ligne médiane a leur extrémité. Le tibia médian a des poils courts, tandis que le protarse correspondant les a bien plus longs. Le fémur postérieur a son bord infé- rieur glabre, lisse, divisé en deux plans qui, depuis la base et l'extrémité, s élevent progressivement jusqu'á une créte transversale obtuse située vers les trois cinquiémes basals. Le tibia postérieur a son bord inférieur tout couvert de poils plumeux, comme ses autres bords : á son extrémité, on voit léperon quí en son milieu forme un angle assez prononcé vers le dehors, et a l'angle postéro-interne un processus bilobé, formé d'un lo- bule court et arrondi a son extrémité, et un autre spiniforme, aussi long que l'éperon, arqué vers le dedans a sa moltié apicale. J'ai un Y et une Y provenant de Parana, et plusieurs Y, de Misiones. Cette espece doit donc s'incorporer a la faune argentine, tandis que la X. barbata, au moins pour aujourd hui, est seulement du Brésil. Le Mu- sée National de Buenos Aires a un autre exemplaire d' qui provient du Matto Grosso. 18 PHYSIS Xvlocopa viridis Sy. g' Le bord inféricur du fémur postérieur est couvert de poils assez longs mais non denses, de couleur en général noirátre. Le tibia est lisse 4 son bord inférieur : a son extrémité seulement il y a une petite région de poils nolrs dressés; son angle postéro-interne forme une quille qui dépasse de peu le bord postérieur du tibia. Le tiers basal du protarse postérieur a des poils noirs en dessous, les autres étant plus ou moins dorés. Une petite série d'exemplaires existe au Musée National de Buenos Ai- res, quí proviennent de Misiones. Xylocopa splendidula Luir. Cette espéce est d'une extension trés vaste, car elle existe depuis le Mexique jusqu'a la Patagonie, ne manquant en aucune province argen- tine jusqu'au Chubut inclus, vers le 44* degré de latitude $. : c'est la Aylocopa quí, plus qu'aucune autre, atteint une limite aussi australe. Le S' mérite qu'on lui signale quelques caractéres non encore pris en considération. Le fémur postérieur n'a pas son bord inférieur aussi bien limité que dans les autres espéces : aucune créte latérale ne la circonscrit. Le bord inférieur est couvert de poils hérissés non denses. Au contraire, le tibia postérieur a son bord inférieur bien délimité par les crétes latéra- les; en ses parties basale et apicale 1l a une légére impression : ces im- pressions se relévent un peu vers le milieu ou 11 y a des poils dressés et plumeux semblables aux latéraux. A Pextrémité postéro-interne du tibia, 11 y a un processus spiniforme qui a presque la longueur de l'éperon pro- prement dit. Xylocopa rotundiscuta Buirnes, n. sp. Q Nigra, nigro-pilosa, abdomine dorso sat obscure ferrugineo, segmen- tis singulis litura plus minus lata nigra. Alis obscure fuscis, purpureo-vio- laceo-nitentibus. Long. : 20 mm. Alae: 18 mm. Le labre est remarquable entre toutes les espéces que ¡'al étudiées : on lui voit seulement la dent médiane qui est grande, subcarrée, lisse, son bord antérieur arrondi; en ses angles basals, elle est accompagnée par le groupe de poils raides et noirs quí y existent toujours; quant aux dents latérales, elles paraissent ne pas exister, pas méme dans la partie réfléchie du labre. La téte est plus large que longue, aussi large que le thorax. Le clypéus a son bord antérieur lisse, ainsi qu'une petite ligne médiane, ses bords supéricur et latéraux, et les bords latéraux de lP'écusson nasal; Juan Brirnmes : Le genre « Xylocopa » Lat. dans la République Argentine 419 aucun de ces bords n'est relevé, mais bien plutót enfoncés au bord de l'é- cusson nasal et du clypéus (vers le haut). Le clypéus est á peine convexe dans le sens transversal et l'écusson nasal l est un peu plus. La ponctua- tion du clypéus est assez grosse el dense, moins vers les angles antérieurs eta Pécusson nasal ou elle est plus éparse. La caréne frontale atteint pres- que le niveau inférieur de l'insertion des antennes, a une déclivité á peu pres égale vers l'avant et les cótés; elle est lisse au milieu, et elle est assez densément ponctuée a sa partie déclive aimsi que le front jusqu'aux yeux; elle a un canalicule qui va jusqu'a Pocelle antérieur et qui se continue Jusqu'au niveau des ocelles postérieurs se continuant sur le vertex en une ligne lisse. Au vertex et derriére les yeux, 1l y a une ponctuation assez éparse. La glabelle est étroite, la suivant vers les cótés une ponctuation éparse qui est moyennement dense sur les bords mémes. Vu d'en haut, l'écusson est semicirculaire, se voyant bien derriére le postécusson qui le suit alnsi que le segment médiaire; vu de cóté, l'écusson a un profil horizontal assez court, se courbant bientót en arc vers la partie oblique (presque verticale) postérieure : les parties supérieure et postérieure ont le méme développement; la partie supérieure est presque complétement lisse, et la postérieure a une ponctuation peu dense. Le postécusson a une ponctuation peu dense. La partie concave antérieure du premier segment de Pabdomen est uniforme, avec un fin sillon longitudinal; son bord supérieur est un peu plus algu que les latéraux. L'abdomen est ovoide- convexe comme chez AX. splendidula et autres; la ponctuation est plus fine au premier segment que sur les autres, et plus dense; aux autres segments, elle est assez éparse au milieu et progressivement plus dense vers les cótés; une ligne insensiblement élevée tant au milieu dorsal qu'au milieu ventral. L'épipygium a une ponctuation petite et presque nulle; ses épines sont aigués, l'appendice étroit, paralléle et canaliculé en toute son extension. Le second arceau ventral a une ponctuation plus dense, surtout aux cótés, que les autres segments; sur ceux-ci, la ponc- tuation est progressivement plus grosse vers l'arriére; sur l'hypopygium elle est fine et serrée. La patelle est médiane et a ses deux lobes quelque peu anguleux, l'inférieur plus développé que le supérieur. Les deux pre- miéres cellules sont plus ou moins égales sur le cubitus. La pilosité est toute nolre, courte, comme dans X. splendidula. Le Musée National de Buenos Aires a trois exemplaires de cette espéce quí proviennent de Misiones. Nota. — Plusieurs autres espéces que je ne connais pas en nature et se trouvant au sud du Brésil, se sont déjá trouvées au territoire de Misiones ou s'y trouveront plus tard. Nous pouvons citer: X. frontalis var. morio 20 PHYSIS (Fab.), erotalariae Scur., chrysopoda Scur., bambusae ScHr., varians Sm., ornata Sm., anthophoroides Sm., etc. Je donne ci-aprés une clé pour la détermination des espéces argentines ¿tudices. Femelles 1. Corps entiérement noir et avec poils noirs aussi. S Corps non entiérement noir, ou avec reflet métallique, vert, bleu, ou avec poils non noirs. 9- 2. Insectes de plus de 20 mm. de longueur. 3. Insectes de moins de 20 mm. de longueur. 6. 3. Écusson tronqué en arriére. X. nigro-cincla Sm. Reflet des ailes bleu violacé. X. nigro-cincla var. jujuyensis BriTHES. Écusson non tronqué. lA h. Vertex avec une ligne longitudinale lisse a peine relevée en cróte. X. mendozana Exp. Vertex sans cette ligne, ousi elle existe, elleapparait un peu enfoncée. 5. 5. Écailles alaires noires. X. ordinaria Sm. Écailles alaires ferrugineuses. -—X. boliviana Brirmes. 6. Épine nasale distinctement transverse, spathuliforme. X. ciliata Burm. Épine nasale longitudinale ou aigué, non transversale. E 7. Dos de l'abdomen aussi lisse que le thorax, ce qui est dú a la pone- tuation fine. X. bellula Brirmes. Dosdel'abdomen plusou moins opaque, avecune ponctuation serrée. $. S. Alles avec reflets violacés. X. carbonaria Sm. Ailes avec reflets d'un vert aniline, un peu pourprés á lextrémité. X. artifex Sm. y. Abdomen avec des franges latérales de poils jaunátres. 10. Abdomen sans franges latérales jaunátres. E 10. Dos du thorax avec poils noirs. X. Augusti Lee. Reflet des ailes franchement bleu. X. Augusti var. plerochloris BriTHES. Dos du thorax avec poils jaunátres. X. guaranttica BrerHes. 11. Insectes avec un reflet verdátre ou bleuátre. 19 Insectes noirs sans reflet verdátre ni bleuátre. 1/4. 12. Insectes avec reflet vert clair. X. viridis Sm. Insectes avec reflet bleu profond. 19. 13. Insectes noirs, leur reflet bleuátre presque nul. X. subeyanea Pérez. w q . 6. lo =) Jray Brernmes : Le genre « Xylocopa » Lat. dans la République Argentine hs Insectes d'un beau reflet bleu. X. splendidula Lee. Thorax avec poils jaunátres ou ferrugineux. OR Thorax avec poils noirs. 16. Thorax avec poils jaune clair. X. aurulenta Sm. Thorax avec poils ferrugineux (ou jaune ardent). X. exuúmia Pérez. Dos de l'abdomen d'un ferrugineux plus ou moins étendu. e Dos de lP'abdomen noir. X. subcyanea Pérez. Une créte transversale devant chaque ocelle postérieur. X. frontalis OLxv. Sans cette créte transversale. 18. Ecusson a profil arrondi. X. rotundiscuta BrETHES. Ecusson a profil tronqué en arriére. X. nigro-cincia, Sm. Máles Insectes avec le thorax au moins testacé. >) Insectes généralement noirs ou a reflet métallique. 6. Tibia postérieur avec deux groupes de poils á la face inférieure. 3. Tibia postérieur avec un seul groupe de poils á la face inférieure. 4. Le tibia postérieur, vu du cóté interne, trés arqué au milieu. X. frontalis OLxv. Le tibia postérieur, vu du cóté interne, un peu arqué. X. Augusti Ler. Les poils- inférieurs du tibia postérieur se trouvent á la partie basale. De Les poils inférieurs du tibia postérieur en occupent toute la surface. X. ordinaria Sm. Insectes de + 25 mm. de long et 13 mm. de largeur de l'abdomen. X. mendozana Exp. Insectes de + 20 mm. de long et 10 mm. de largeur de l'abdomen. X. nigro-cincta Sm. Insectes noirs, sans reflet métallique. Insectes avec reflet métallique vert ou bleu. La face est jaune avec une ligne médiane longitudinale noire. X. artifex Su. (= erratica Sm. g*)- Le labre, le clypéus et le devant du scape sont jaunes. X. ciliata Burm. 0-1 Reflet général du corps vert clair. X. vtridis Sm. Reflet général du corps d'un bleu plus ou moins obscur. De Labre noir. X. splendidula Lke. Labre jaune. X. subeyanea Pérez. 22 PHYSIS SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMUNICACIONES Sesión del 15 de julio de 1916 E. Carette, Sinostosis entre huesos de la hilera proximal del carpo en el género «Equus ». La coosificación entre ciertos huesos carpales es normal para algunos ór- denes de mamiferos (carnívoros, etc.). En el caballo los huesos de la serie proximal son siempre libres y en las variaciones anotadas sobre la forma y relaciones de esos huesos, no hay ningún caso citado de perfecta sinostosis. En un individuo de Equus sp. fósil de la formación pampeana se pre- senta en ambos carpos la sinostosis casi completa del os carp radiale (escafoides) con el os carpt intermedium (semilunar) (sólo los tubérculos posteriores hacen excepción), sin intervención de proceso patológico alguno. La separación originaria de los dos huesos en ambos casos la denota la presencia de una leve gotera en donde se unen las facetas arti- culares interóseas. En otro caso, de un Equus caballus L. actual, se ha producido sinos- tosis del os carpi intermedium con el os carpi ulnare (piramidal); en este caso la coosificación es más perfecta, pues también intervienen los proce- sos de la región palmar; entre ambos huesos queda subsistente un canal de 0,5 cm. de diámetro, y sobre la cara proximal del hueso resultante de la sinostosis, también aquí una fina gotera marca la separación de ambos componentes. Tampoco en este caso hay rastro de proceso patológico causante. Sesión del 5 de agosto de 1916 Carlos Lizer, Un cóccido nuevo para la República Argentina : « Satsse- tia hemisphaerica» (Targ.). Esta característica cochinilla, cuya hembra, como su nombre lo indica, tiene forma de media naranja, ha extendido su área de dispersión hasta la latitud de Buenos Aires. 0 2 COMUNIGCAGIONES 2 He encontrado, hace algún tiempo, pocos ejemplares sobre un helecho en un jardín de esta ciudad. Además de la distribución geográfica conocida, ha sido señalada en los diez últimos años en las siguientes localidades : Japón (Kuwaxa, 1905); Argelia (Prabur, 1910); Chile (Porter, 1911) y Cuba (Carbix, 1915). Queda incorporado á las colecciones de la Sociedad Argentina de Cien- cias Naturales un ejemplar del cóccido de referencia. Juan Brethes, Un caso anormal en « Polistes canadensis», var. «Fe- rrerin Sauss. En enero 18 de 1914 cacé un Polistes canadensis var. Ferrert SAuss. en Buenos Aires, que ofrece un interesante caso anormal de que voy a dar cuenta a continuación. Este ejemplar llama en seguida la atención por su mitad anterior del corselete que está como encogida, contribuyendo mu- cho a dar esa impresión un acortamiento notable del mesonoto : mientras en los ejemplares normales, esa parte del tórax tiene una mayor longitud con respecto al ancho en la proporción de 7 a 6, en este ejemplar el largo se reduce a los */, del ancho. Además el mesonoto, que así ha que- dado tan deformado, presenta una línea longitudinal bien hundida que corre no exactamente en el medio sino un poco a la derecha. De esa línea hundida participa también el pronoto, apareciendo éste perfectamente escotado en su borde anterior. El escudete está también deformado : la línea hundida del mesonoto sigue en él de modo que está partido en dos porciones desiguales, la izquierda mayor que la derecha: además el escudete, en lugar de pre- sentarse en rectángulo perfecto, parece haber re- cibido un tajo (que representaría la línea hun- dida de que hablé) de atrás hacia adelante, de manera que el órgano escutelar hubiera seguido el movimiento del tajo hacia adelante también. SE 5 Cabeza y thorax de Polistes El postescudete también es irregular: normal- canandiensis, var. Ferreri, mente, es rectangular como el escudete; en es- “wmentados; a la isquienda E: deformados, a la derecha, te caso su borde anterior se ha redondeado un sopmales, tanto. En el resto del cuerpo, cabeza, abdo- men, patas y alas, no parece que haya ninguna anormalidad. Acompaño un esquema de la anormalidad mencionada, junto con un esquema del tórax de Polistes normal, lo que espero dará una idea más perfecta del caso que menciono. No creo que se pueda llamar esto un caso teratológico, pues parece evi- , PHYSIS to dente que el defecto apuntado sea debido tan sólo a un accidente sobre- venido al insecto cuando estaba en estado de ninfa. He creido, sin em- bargo, pudiera tener algún interés porque rara vez se ha hablado de casos análogos. Juan Brethes, Sobre la variabilidad de algunos Crisomélidos : caso de «Chalcophana lineata» (Germ.). Cualquiera que se haya ocupado en coleccionar Coleópteros habrá notado que muchos tienen una facies particular especifica que los hace reconocer muy fácilmente. Casos también se presentan en que varias especies, entendemos las especies biológicas, tienen un parecido muy marcado, siendo entonces necesario un estudio prolijo para llegar á su reconocimiento : los mosquitos, particularmente del grupo de Culex pi- piens, están en este caso. Por otra parte, tenemos á otras especies que tienen un polimorfismo, ó mejor un policroismo tan marcado, que sólo el que los ha recogido in situ y en condiciones que no pueden dejar sub- sistir la duda puede afirmar que se trata de una sola especie : este es el caso de Chalcophana lineata. No es raro, sino muy común, encontrar este Coleóptero en los alrede- dores de Buenos Aires, durante toda la estación de verano. Pero su área de dispersión se extiende, hacia el Norte, en la parte Sur del Brasil y tal vez llegue más al Norte todavía. Además cuando se le encuentra es fácil conseguir algunos centenares en unos cuantos metros cuadrados. Los hay completamente negros y relucientes, con un matiz ligeramente azu- lado-violeta; otros han cambiado el reflejo obscuro en color cobrizo muy marcado, otros tienen un reflejo verde anilina ó ese color se cambia en verde azulado, que hace pensar en el azulado-violeta de los primeros, y otros por fin tienen la cabeza y el protórax de un rojo cereza que coexiste. indiferentemente con los colores anteriormente señalados, los que quedan entonces en los élitros. La idea de que un color dado sea exclusivo de un sexo debe desecharse, pues he visto 4 macho uniformemente azulado-violeta ¿n copula con hem- bra cobriza y protórax rojo, ó viceversa. Ni tampoco podría señalarse qué colores dominan en el conjunto. En el caso actual, creo que debe desecharse hasta la idea de las varie- dades, del mismo modo como no existe Cebus carayd variedad negra, que sería el macho y Cebus carayd variedad pardiclara. que correspondería á la hembra; muchos otros ejemplos podrían citarse al caso. Creo, pues, que Chalcophana verecunda Har.. que algunos catálogos COMUNICACIONES 125 citan como especie autónoma ó variedad, debe simplemente desaparecer de la nomenclatura y escribirse: Chalcophana lineata (Germ.) = Chal- cophana verecunda Har. Pedro Serié, Ovoviviparidad de una culebra opistoglifa, « Thamnody- nastes Nattereri » (Mikan) Gthr. : Puede figurar esta especie entre las muy pocas culebras conocidas como OVOVIVÍParas. Un ejemplar Y procedente de la Colonia Popular (Chaco) y donado al Museo Nacional por la División de Ganadería. encerraba cuatro cule- britas completamente desarrolladas y á punto de nacer. Cada una, reple- gada longitudinalmente, formaba un bulto oviforme de unos 35 mm. de largo por 8 de ancho, envuelta en una membrana muy delgada y transpa- rente. Dos ejemplares extendidos dieron un largo de 141 mm. por 4 de diámetro. En su coloración y aspecto, las cuatro culebritas son idénticas á los individuos adultos. | La madre es de dimensiones reducidas (410 mm.), pudiendo alcanzar hasta goo mm.; la coloración usual y las escamas muy carenadas. Esta especie es bastante común en todas las provincias del Norte, pero en la de Buenos Aires se halla casi exclusivamente cerca de la costa del Río de la Plata. Debido á su color pardo amarillento con manchitas negras, es confun - dida á veces con la Yarard. Carlos Ameghino, Sobre un canino de « Machaerodus » tallado por el hombre del pampeano. La notabilísima pieza que se presenta fué descubierta durante la exca- vación de los grandes diques del puerto de la ciudad de La Plata y forma parte de nuestra colección particular. Ella fué descripta y figurada por el Dr. KR. Lenumas-Nrrscue en su obra Nouvelles recherches sur la formation pampéenne el l' homme fossile, etc. (Revista del Museo de La Plata, 1911). Este objeto fué encontrado por el Dr. GrisroroLerrr, médico italiano al servicio de dichas obras y regalado por él al Dr. C. SpEGAzzI«M, quien lo obsequió á su vez al Dr. FL. Amecmmo. Se trata del canino superior del lado izquierdo del gran felino extin- guido llamado Machaerodus ensenadensis Amecm., y procede de la parte 126 PHYSIS basal del piso ensenadense de la serie pampeana. En las mismas excava- ciones fueron encontrados bastantes restos de especies extinguidas de mamiferos propios de dicho horizonte, entre los cuales también el Typo- theriam cristatam Bravarb, que es un dato más que suficiente para ates- tiguar la autenticidad del nivel geológico mencionado. Presento este objeto poco conocido, sobre todo con el propósito de hacer algunas rectificaciones á la descripción anterior del Dr. L.-Nrrscme y consignar algunas nuevas observaciones, que él pasó por alto ó que quizá no supo interpretar y que atañen especialmente á la antigúedad y autenticidad de la pieza en cuanto á haber sido trabajada por la mano del hombre en aquellos tiempos; observaciones de tanta más importancia cuanto que el Dr. L.-Nrrscne en el curso de su descripción deja vislum- brar ciertas dudas de que la pieza sea realmente indiscutible, es decir : de la época del terreno yacente. Este diente, como puede verse, ha sido seccionado á lo largo casi exac- tamente por su mitad, seguramente con el objeto de obtener un arma pun- zante á la manera de un puñal. La punta anterior acuminada que sustentaba la porción esmaltada del colmillo se ha quebrado en parte y se ha perdido luego, después de ser trabajado y utilizado. Ahora bien : por el aspecto de esta fractura antigua, comparada por un lado con la superficie seccionada del diente y por otro con la otra fractura fresca que está contigua á la primera, se puede ver á primera vista que hay entre una y otra una enorme diferencia de estado y de coloración que testimonia sin apelación que el trabajo es realmente viejo y contemporáneo de la edad de la formación en que yacía. En segundo lugar y sobre el mismo plano que determinara la parte seccionada, es posible observar algunas adherencias de tosca, lo que igual- mente indica que el colmillo fué trabajado antes de ser fosilizado. Y por último, en su parte anterior esmaltada, opuesta á la raíz del cani- no y sobre la parte de lámina de esmalte que todavía se conserva, se puede ver una pequeña figura corroída de apariencia vermicular muy caracte- rística y que presentan frecuentemente muchos restos fósiles de distintas procedencias y cuya causa todavía no se ha explicado satisfactoriamente, pero que en este caso es de capital importancia, porque una corrosión de parecida naturaleza y aspecto se nota en la otra cara Ó sea en el plano liso que ha sido obtenido por el corte. Este detalle puede observarse muy bien en la extremidad actual anterior de la pieza, en el límite de la parte aserrada con la línea de fractura transversal correspondiente. Ya sea este detalle anterior á la fosilización ó bien producido du- rante la misma, no puede de ninguna manera ser posterior y es la prueba COMUNICACIONES (27 más concluyente de que la pieza es realmente auténtica y que debe con— siderarse como producida por el hombre, que en este caso sería el Homo pampaeus ÁMEGH. C. Ameghino, Sobre una punta de flecha 0% de lanza del pampeano de Luján. La presente punta de piedra fué encontrada en Luján por el Sr. Brnta- mio BiceGO, que fuera enviado por el Dr. H. v Inerivé6 para coleccionar moluscos actuales y fósiles en la Argentina. La historia de este hallazgo es, en pocas palabras, la siguiente : Recorriendo el río Luján el Sr. Biceco encontró, como á una legua hacia el Oeste del pueblo, algunos restos de Megaterio que afloraban en la base de una barranca. Estando ocupado en la extracción de estos hue- sos, que eran para él una novedad, dado su tamaño, y sin la menor idea de lo que fueran, chocó é hizo saltar con el cuchillo la punta de piedra pre- sente. Intrigado con tal hallazgo, cuya importancia no comprendía él mismo, la recogió y junto con algunos restos del Megaterio se la llevó al Dr. F. Aurecuixo, quien en ese momento se encontraba en compañía del Dr. Srrcazzixx, y les relató ingenuamente á dichos señores lo que le había sucedido. Recién entonces llegó á saber con sorpresa que lo que había encontrado era una punta de flecha del hombre fósil, del cual él nunca había oido hablar. Hizo obsequio de ella al Dr. F. Aurcmiwo y desde entonces forma parte de las colecciones que le pertenecieron á éste. Este objeto es en alto grado interesante por las dimensiones y por la perfección con que ha sido trabajado y es una prueba incontestable, si aún se necesitan más, de la gran antigiedad del hombre en estas regiones. Ella viene además á confirmar la verdad del otro hallazgo similar hecho por los hermanos Breton en el mismo río Luján hace ya muchos años y que por aquellos tiempos fué discutido y tenido por un absurdo, dadas las circunstancias que lo rodeaban. En efecto : en aquella ocasión fué encontrada una punta de piedra pare- cida á la presente, pero con la particularidad, imposible de creer por aque- llos días, de que ella estaba enclavada en un cráneo de tigre fósil (Smi- lodon). Pero si este hecho extraordinario pudo entonces ser puesto en duda, hoy no merece siquiera discutirse, en presencia del descubrimiento de los vestigios del hombre en terrenos cada vez más antiguos, hasta el reciente y sensacional descubrimiento del fémur flechado del Toxodon de Miramar. Debemos hacer notar que en los talleres prehistóricos de la edad de £28 PHYSIS piedra de la cuenca del Luján y de otros ríos centrales de la provincia de Buenos Aires, jamás se ha encontrado un objeto de tipo similar; cada vez que se han descubierto puntas de flecha, por lo demás raras, siempre han sido de pequeñas dimensiones y sin pedúnculo. La presente del pampeano de Luján es, en cambio, relativamente grande y con un pedúnculo bien definido y por esto es sólo comparable con los objetos similares que se encuentran en los talleres y campamentos prehis- tóricos de toda la Patagonia, como el ejemplar que está á la vista y que casi parece una copia del de Luján. Puede señalarse una última observación de importancia dada la dife- rencia existente entre los objetos de piedra más antiguos y los relativa- mente modernos de la misma región, en lo que se refiere á la abundancia del material lítico que implica y del correlativo problema de las comuni- caciones en las épocas correspondientes. En efecto : -nos parece posible que si en las estaciones simplemente prehistóricas el material lítico es, en general, de pequeñas dimensiones, ello es debido á que éste era más escaso y por consiguiente más difícil de conseguir para los hombres de entonces' y que en cambio siendo los implementos más voluminosos durante la épo— ca pampeana, ello significa que los indígenas más antiguos tuvieron más material á su disposición y en consecuencia más facilidad para obtenerlo. Para concluir con el arma del pampeano de Luján, diré que ella ha sido confeccionada en madera silicificada y que su antigiedad no admite la menor duda, tanto por las curiosas circunstancias de su hallaz- go relatadas, cuanto por su tipo, por cierta pátina que la cubre y por los vestigios de incrustaciones que presenta de la característica « tosca » de los terrenos loésicos de nuestra pampa. Sesión del 23 de agosto de 1916 Roberto Dabbene, Dos Rapaces nuevas para la Argentina. Asturina nitida (Larm.), de la subfamilia Buteoninae. Las Palmas, Chaco, Juas MoGEnNSEN. Spizaétus tyrannus (W1zb.), de la subfamilia Aquilinae. Santa Ana, Misiones, J. M. Robrícuez; y Bonpland, Misiones. J. MoGexsEx. Carlos Bruch, Tipos de nidificación en Formicidos. Por sus observaciones en los alrededores de la Capital y en la Sierra de la Ventana, el disertante ha podido distinguir dos tipos de nidificación en COMUNICACIONES (29 los géneros Pogonomyrmex, Henopsis y Camponotus : un tipo campestre y un tipo alpino. Las particularidades de los nidos son debidas principalmente á la natu- raleza del suelo. Carlos Ameghino, Algunas observaciones curiosas sobre una cabeza del género « Tetrastylus y de Catamarca. El cráneo y mandíbula que se acompaña, pertenecen al Tetrastylas in- termedius Roverero y proceden de los yacimientos del piso araucano de la provincia de Catamarca; es decir: del mioceno inferior de la serie arau- cana, según el sistema y la nomenclatura geológica del Dr. FLorewrivo AMEGHINO. Presento esta pieza con el fin de apuntar algunas particularidades muy curiosas que ofrece, y que son caracteres que generalmente se han in- vocado como de carácter primitivo y de inferioridad, por los cuales debe- rían de haber pasado todos los mamiferos, cuando menos en los primeros tiempos de su aparición. Es sabido que entre los caracteres de más importancia que se mencio- nan con dicho fin, figuran entre otros el ángulo mandibular invertido, que es propio de los marsupiales, y la ausencia de apófisis coronoides, ca- rácter, este último, que presentan en primer término los monotremos y luego los pangolines y los osos hormigueros de América. Ahora bien : como puede verse, la mandíbula inferior del Tetrastylus (roedor de la familia de las vizcachas) está en completa oposición con di- chas conclusiones anatómicas, puesto que ofrece un ángulo mandibular tan invertido hacia adentro como en la mayoría de los marsupiales y como este género pertenece a un orden de animales ya muy evoluciona- dos y diversificados y como por otra parte todos sus representantes tienen generalmente el mismo ángulo en la dirección normal que en la genera- lidad de los mamiferos placentarios, ello quiere decir que en este caso se trata realmente de un carácter de especialización adquirido independiente- mente de los marsupiales. El otro carácter anómalo que presenta la mandíbula es la ausencia completa del proceso coronoides ascendente de la misma. Esto, como también queda dicho al principio, es igualmente propio de los monotre- mos de Australia y de los desdentados mirmecófagos en general y por las mismas razones aducidas tampoco puede invocarse en absoluto como un carácter de inferioridad en el proceso evolutivo á partir de los monotremos hacia adelante. Puysis. — T. 1H 28 130 PHYSIS Después de hacer constar lo que antecede debo de recordar que el Dr. F. Auecnixo ya había llegado á idénticas conclusiones por lo que al as- trágalo se refiere y 4 su morfología especial en la subclase de los marsupia- les, pues llegó á demostrar que la faceta astragaliana única de éstos, no es de ninguna manera un carácter de crigen primitivo sino adquirido y que la perforación del mismo astrágalo en diversos mamiferos, no acusa- ha tampoco necesariamente un carácter de inferioridad como generalmente se admitía ; esta fué precisamente una de sus últimas y principales preo- cupaciones y á lo que dedicó toda una seric de trabajos que aparecieron en los Anales del Museo Nacional. Para concluir con las particularidades que presenta reunidas esta pie- za realmente extraordinaria, mencionaré por último el desdoblamiento de los cóndilos articulares del occipital, que es un caso que pienso que difícilmente podrá ofrecerse á la observación en otro mamífero cono- cido. Como puede verse, cada cóndilo está como dividido en dos porciones de volumen y conformación distintas. La sección más interna, que limita el agujero occipital, es la más voluminosa y representa el cóndilo normal del cráneo de los mamiferos y la sección lateral externa es mucho más reducida y aplanada, siendo evidentemente una parte accesoria destinada á reforzar el cóndilo verdadero, de manera que estas dos porciones determi- nan más ó menos, como puede verse, una figura de aspecto uniforme ; de modo que los dos cóndilos con sus correspondientes aditamentos vienen á ocupar casi todo el espacio libre comprendido entre los dos procesos para-occipitales del hueso exo-occipital. Lo repito : considero esta conformación insólita como un caso único entre los mamiferos, y 4 mi modo de ver no se puede explicar de otra ma- nera que por la desproporción en que estaba la cabeza de tal animal (en cuanto a volumen) con el resto del cuerpo del mismo. Una prueba de esta última aseveración es la relativa gracilidad de los miembrcs acusada por el trozo de fémur del mismo animal, que está á la vista; como puede verse éste no es demasiadamente más grande y robusto que el mismo de una gran vizcacha de la actualidad. Puedo agregar que los demás huesos de los que se conservan restos del mismo esqueleto guardaban las mismas proporciones y relaciones comparados con los de la vizcacha actual que el fémur que presento. COMUNICACIONES 431 Jean Brethes, Description d'un nouveau genre el d'une nouvelle espéce de Staphylinidae myrmécophale. Le Dr. AxceEL GALLARDO, ayant trouvé un Staphylin myrmécophile, parmi des Solenopsis Pylades For., a eu la déférence deme le remettre pour sa classification. Cet insecte représente une forme nouvelle, quí doit se placer dans la tribu des Paederint, et.dans le voisinage de Lypeticus Suarp, entre Medon Srern. et Scopaeus Er. Mais la languette cornée et entiére ne permet pas de rapprocher cet insecte ni de lun ni de Pautre de ces genres. Je l'appellerai donc Myrmescopaeus, d'un cóté pour démontrer en certalne maniére son genre de vie, et de l'autre pour indiquer un peu ses rapports parmi les staphylins. Myrmescopaeus Brirnes, n. gen. Corpus oblongum, modice depressum, ala- ( tam. Caput thorace aequelatum, latitudine longius, pedunculo tenu brevi thoraci affi provincia de Buenos Aires, « Lema Orbignyi » (Guer.). Presento aquí nuevas variedades de un crisomélido de la subfamilia Criocerinae, que encontré en San Pedro, provincia de Buenos Aires, el 14 de enero de 1915, sobre unas plantas de la familia de las Comelináceas, Commelyna virginica. Para su determinación, entregué mis ejemplares al señor J. BrETHES, quien tuvo la gentileza de devolvérmelos clasificados bajo el nombre de Lema Orbignyi (Guér., Icon. Regn. Anim. Ins., 1844, p. 263), cuya descripción (Lacorbarre, Les insectes phytophages, t. 1), es la siguiente : Alargada, negra, frente ferrugínea manchada de negro (sólo dos de mis ejemplares tienen una sola mancha y los demás no presentan tal carácter) protórax hacia atrás bastante deprimido, el disco con puntos muy unidos 434 PHYSIS anteriormente y en forma de fajas laterales ; élitros deprimidos, mediana- mente puntuados, estriados, la estría novena en el medio anchamente in- terrampida ; la extremidad de los élitros con una gran mancha de color azul intenso, en la sutura dilatada hacia adelante y cada uno con dos pun- tos, uno humeral y otro antes del medio. Longitud : 2 '/,á 2 */, líneas. Ancho : */, á 1 línea. Además de la diagnosis de la especie, LacorDAtrE agrega la descrip- ción de 3 variedades distintas, en esta forma : A Fig. 1 (var. Fig. 2 (var. Fig. 3 (var. Y) Lema Orbignyi (Guén.) Var. A : Cada élitro con el punto submediano unido con la mancha sutural. Var. B : Protórax enteramente de un rojo sanguíneo. Var. CG : Cabeza (excepto la boca) y el protórax ferrugíneos y mancha- dos de negro, los élitros con la mancha longitudinal mu y ancha, lacerada 4 RR Fig. 4 (var. G) 5 (var. Fig. 6 (var. Lema e (Guén.) de cada lado anteriormente y además con un punto humeral de un azul intenso. Yo he podido reconocer algunas otras variedades, que son las siguientes : Var. D (fig. 1) : Cabeza (excepto la boca) y protórax terracota, élitros ferrugíneos con una sola mancha humeral de un azul intenso. Var. E (fig. 2): Élitros ferrugíneos, cada uno con una mancha humeral, otra antes del medio y la tercera, grande, en el ápice del borde posterior. ComuNIGACIONES 135 Var. E (fig. 3): Gon una mancha negra en la cabeza; protórax azul intenso las manchas anteriores al medio unidas entre sí y con el azul del protórax. Var. G (fig. 4) : Cabeza (excepto la boca) y protórax terracota. Élitros con una ancha faja longitudinal y además con un punto humeral azul in- tenso. Var. H (fig. 5) : Élitros totalmente azules. Var. I (fig. 6) : Cabeza ferrugíneo sucio, con una mancha negra. El resto del cuerpo de un azul intenso, casl negro. Como se ve, media una marcada transición entre la coloración de los élitros de la variedad D y la I, pues las manchas azules van aumentando de número y de tamaño, hasta llegar á ser todos los élitros de este color. Y no digo la cabeza y el protórax por lo que se opone á ello el hecho de que entre las variedades E y G, las dos con el protórax de color terra= cota, se encuentra la F, que lo tiene azul y que presenta además una mancha negra en la cabeza que se pierde en la G- y H y vuelve á aparecer en la I. Y sin embargo, por la coloración de los élitros le corresponde el lugar en que la he colocado. Este dato me parece que hará desaparecer la duda de que no se trata de distintas variedades, sino de diferencias de edad entre unos y otros. Es absolutamente seguro que estos crisomélidos pertenecen todos á una misma especie, por el hecho de haberlos encontrado juntos, en una misma plantita y apareados; en algunas parejas los machos eran los más obscuros y las hembras las más claras; en otras, Jo contrario. La especie es nueva para la fauna de la provincia de Buenos Aires : ha sido señalada por el Dr. Brucn (Catal. Sistem. de los Coleópt. de la R. A., 1914, pars IX) para Entre Ríos y Corrientes y por LacorDaAIrE (Monogr. des Coleopt. subpentam. de la fam. des Phytophages, L, p. 495), como existente en Corrientes, en la Colonia (KR. O.) y probablemente en todo el Brasil. El Dr. HormBerG me asegura haberla visto en San Fernan- do ; el Sr. Brérmes posee la var. F, de los alrededores de esta capital y mis ejemplares, como ya lo he indicado, proceden de San Pedro (B. Aires). Sesión del 2 de septiembre de 1916 Carlos Ameghino, Sobre la dentadura superior de « Arctothertum » en edad juvenil. No hace mucho tiempo tuve el honor de presentar á esta simpática So- ciedad un cráneo con mandíbula de un gigantesco Arctoterio con el pro- 136 PHYSIS pósito de hacer una rectificación de importancia á la fórmula dentaria del género, que hasta ahora habría sido equivocada y mal interpretada y he tenido la honra, que agradezco, de que esta opinión haya sido consignada en las páginas de Pnysis. Dicho ejemplar procedía del ensenadense cus- pidal del mismo centro de nuestra ciudad. Mejor estudiado después re- sultó, como lo preveía, que pertenece á una nueva especie que he resuelto denominar A. Candiotti como homenaje á su descubridor y donante el distinguido Ingeniero Dr. Marcrar R. CANDIOtT tt. Hoy tengo el gusto de presentar un maxilar superior del A. bonaeren- se con la dentadura en estado juvenil, condición muy rara de conseguir y que probablemente es el segundo caso conocido en semejante estadio. Esta circunstancia, como digo, muy casual, permite estudiar los detalles de los elementos de la corona de las muelas y hacer la consiguiente compara- ción con los miembros existentes y extinguidos de la misma familia. Presento al mismo tiempo, para la comparación, un cráneo del Ur-- sus ornatus de las cordilleras para demostrar que si bien los dos animales, por el carácter del húmero perforado sobre la epitróclea, forman parte del mismo grupo, lo que le ha valido á la sección de los osos de que for- man parte, el nombre de Tremarclos, presentan en la forma y propor- ciones recíprocas de la dentadura diferencias bastante considerables que justifican sobradamente la separación de los dos géneros. En efecto : el molar intermedio ó primer verdadero molar superior, á pesar de presentar en Jas dos formas la misma construcción. general se di- ferencia á primera vista en que la de Ursus ornatus es más estrecha y alargada en el sentido longitudinal que en Arctolherium, en el cual es, por el contrario, más acortada y subcuadrada; pero en cambio se puede ver por la comparación que las dos especies concuerdan admirablemente en la construcción y dimensiones relativas del último molar, que es el se- gundo de la serie completa, por faltar en todos los osos el tercer ó último verdadero molar. Otro de los caracteres en que concuerdan las dos for- mas es en la dimensión, forma y disposición de los tres primeros premola- res superiores que hasta ahora faltaban en los ejemplares de Arctoterio conocidos, siendo la excepción el cráneo del A. Candiotti, que es el que ha permitido hacer esta interesante rectificación en su fórmula dentaria. Aparte de la sensible diferencia que presentan los dos géneros, como se ha dicho, en la conformación del molar intermedio se puede señalar una mayor complicación de la corona de los dos últimos molares en Ursus ornatus, debido sobre todo á la aparición de algunos dentículos super numerarios que faltan en la especie fósil y que contribuyen á cambiar notablemente el aspecto general de los molares correspondientes. COMUNICACIONES 197 Y por último, como diferencia notable entre los dos géneros, se puede señalar en Arctolhertum el enorme predominio del incisivo externo sobre los que le siguen hacia adentro y adelante, mientras en Tremarctos orna- tus son apenas algo más voluminosos y preponderantes. En conjunto, la mayor parte de los caracteres diferenciales enunciados en Ursus ornatus, y otros omitidos para abreviar, y que están ausentes ó atenuados en Arctolherium, deben considerarse como caracteres de espe- cialización de la primera forma y, por el contrario, como generalizados y primitivos en la segunda, lo que por otra parte está de acuerdo con la su- cesión geológica, paleontológica y filogenética. : Esta menor complicación de las muelas de Arclothertum comparado con Ursus ornatus y las cúspides más sectoriales en este último revelarían a mi modo de ver una diferencia de régimen alimenticio, siendo en este caso relativamente más carnicero Ursus ornatus que Arctolhertum, que sería, como ya se ha dicho, el más omnivoro de los osos conocidos. Pero lo realmente interesante y que se desprende de todo lo que ante- cede y que al hacer esta exposición es precisamente el fin que he perse- guido, es la posibilidad de que realmente este grupo Tremarctos se haya constituido en Sud América como ya lo había avanzado F. Amecnixo y que deriven de alguno de los subursideos primitivos de este mismo con- tinente. Esto es lo que parecerían indicar los dos molares inferiores que están á la vista y que proceden del oligoceno del Paraná. Estos dos mola- res, como puede compararse, a pesar de su parecido con los de Ursus or- natus, son mucho menos complicados que en este último y también, co- mo es natural, queen Arctoterio, acercándose por esto á la conformación que presentan en los Prociónidos americanos. Sobre estos dos molares fundó el Dr. Amecnixo su Notamphicyon pa- ranensis. Por otra parte, como en los mismos yacimientos citados del Paraná ya existían los tres tipos diferenciados (Subursideos, Notamphicyon y Pro- arctotherium), es claro que en horizontes más antiguos es dado esperar el descubrimiento de otras formas más primitivas en que los diversos carac- teres de éstos estaban todavía confundidos y que dieron origen á los osos, subursos americanos y quizá también á los de los demás continentes y cuya posibilidad ya fué pronosticada por FP. AmeGHIxo. El animal del Paraná fué primeramente bautizado como Notamphicyon paranense y luego cambiado en Amphicyon y es evidentemente un inter— mediario perfecto entre los perros y los osos y á mi ver justifica la opinión de que estos últimos juntamente con los Prociónidos descienden de la an- tigua subfamilia Amphicyoninae de la gran familia de los Cánidos. 138 PHYSIS Carlos Lizer, El « Ceroplasles grandis » Hemp., nuevo para la fauna argentina. Este magnífico Ceroplasles, que quizás sea el más grande de los hasta ahora conocidos, no tiene como patria únicamente al Brasil. En una gira que realicé el año próximo pasado por el territorio de Mi- siones, encontré en un yerbal de las inmediaciones del arroyo Garupá un solo ejemplar de este cóccido, sobre una planta de /lex paraguariensis. Con tan exiguo material no pude llegar á efectuar con exactitud la de— terminación especifica, pero por ciertos caracteres supuse que estaba en presencia del €. grandis. Al llegar á Loreto pregunté á mi amigo el Ing. Arturo OLIVEIRA SI CO- nocía esta cochinilla ; habiéndome respondido afirmativamente, le solicité me remitiese algunos ejemplares no bien los encontrase. Poco tiempo des- pués de mi regreso á Buenos Aires recibí del mencionado ingeniero varios especímenes en perfecto estado — por lo cual debo manifestarle aquí mis agradecimientos — y que me sirvieron para corroborar mis anteriores presunciones ¡referentes á la especie en cuestión. Esos ejemplares fueron recogidos en los alrededores de Posadas y en la misma planta antes citada. El autor de la especie dice haberla encontrado en Ipiranga y Sáo Paulo (Brasil), sobre diversos árboles y arbustos, entre los cuales uno del gé- nero /lex. Los caracteres de los especímenes que he examinado coinciden en to- das sus partes con la descripción original del Ceroplastes grandis, salvo en estos detalles : dos tuberculitos situados á ambos lados de la base del cuerno caudal y un largo pelo en la articulación 8* de las antenas, seme- jante á los de las articulaciones 2* y 5* (1). Ha sido incorporada á las colecciones de la Sociedad Argentina de Cien- cias Naturales, una hembra adulta del €. grandis. E. Carette, ¿ Hay una sola especie pampeana de « Equus » ? Manifiesta el Dr. Ivar Serve en Die fossilen Pferde Siúdamerikas (Uppsala, 1912) que los representantes pampeanos del género £quus se (1) Estando esta nota en curso de impresión, llegaron á mi poder algunos especímenes típicos de Ceroplasles grandis que el profesor HemveL ha tenido la gentileza de remitirme y que aquí me complazco en agradecer. Después de un primer examen he variado de opinión respecto al diagnóstico de mis ejempla- res y me inclino á creer que ellos constituyen muy probablemente una variedad geográfica del Ceroplastes grandis tipo. % En una próxima publicación resolveré este punto. 2 COMUNICACIONES 439 pueden reducir á una sola especie, Equus curvidens OwexN; para él las otras numerosas especies descriptas no tienen sino un valor sinonímico. El disertante presenta diversos huesos fósiles de las extremidades (me- tacarpos y metatarsos, falanges, radios y tibias) que pertenecen sin duda al género Equus, y cuyos caracteres morfológicos demuestran la existencia, durante la época pampeana en la República Argentina, de dos especies del género, una que correspondería al tipo de selva del Prof. Exwarr y otra que representaría el tipo de estepas del mismo autor (Ewakt, 1907, in Trans. Roy. Soc. Edinburgh, XLWV, p. 555-587, etc.). Sesión especial en honor del Dr. FRANK M. CHAPMAN, 11 de Septiembre de 1916 Encontrándose de paso en Buenos Aires el Dr. Frawk M. Cuabmas, jefe de la sección de ornitología del American Museum de Nueva York. la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, juntamente con la Sociedad Ornitológica del Plata, recientemente fundada (1), resolvieron celebrar una sesión en su honor. Acompañaba á Mr. Cuarman el Sr. Leo E. MiLLeR. conocido viajero y coleccionista, especialmente de mamiferos, de cuyas exploraciones en Sud América, como acompañante de Rooseverr, hemos hecho mención en esta revista (II, pág. 74 y 203). Mr. MiLLeER fué especialmente invi- tado para la citada sesión. La reunión se celebró por la noche y fué concurrida por la mayor parte de los miembros de nuestra sociedad. De acuerdo con el programa acordado, abrió el acto el Dr. ÁxcrL Ga- LLARDO, quien pronunció las siguientes palabras : «El Sr. Presidente de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales y el de la Sociedad Ornitológica del Plata han querido que abriera yo este acto sencillo y familiar y han deseado que lo hiciera en mi carácter de director del Museo de Historia Natural de Buenos Aires, y en cierto modo también como profesor y consejero de la Facultad de Ciencias de la Uni- versidad de la Capital en uno de cuyos laboratorios estamos reunidos. De modo, pues, que no he podido negarme á este deseo, sobre todo para honrar á tan ilustres huéspedes á quienes tenemos el placer de recibir hoy en esta Sociedad. El Sr. ChHapmax es uno de los naturalistas más distinguidos de Norte (1) Véase Crónica, en este mismo número. En su asamblea del 6 de octubre pasado, la Socie- dad Ornitológica del Plata acordó designar al Sr. Cmarmax miembro honorario. 4ho PHYSIS Ymérica y uno de los ornitólogos más notables del mundo. La presencia del Sr. Guarman coincide, por feliz circunstancia, con la fundación de la Sociedad Ornitológica que, aunque no organizada definitivamente, puede considerarse ya formada, así que esta especie de bautismo es el mejor au- gurio para dicha asociación, á la que consagra con su presencia, contri- buyendo á aumentar el entusiasmo que ella ha despertado. En cuanto á la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, que actúa ya desde hace cinco años, la presencia del distinguido huésped ha de contribuir sin duda á aumentar su prestigio. ¿Respecto de los trabajos científicos del Sr. CGmHarman, nos va á infor- mar el Dr. Dansexe, especialista en la misma materia. Á él queda, pues, la palabra. » Í continuación el presidente de la Sociedad Ornitológica del Plata, Dr. Roerro DabBExE, dijo lo siguiente : «Ll nombre del Dr. Frayx M. Cuapmay es familiar á todos los que se dedican al estudio de las aves del continente americano, y por sus traba- jos científicos es justamente considerado como una autoridad en la mate- ria, figurando entre los más eminentes ornitólogos contemporáneos. El puesto elevado que desempeña en el Museo de Historia Natural de Nueva York, como jefe de la sección ornitológica, es una prueba de su competencia y actividad en esta rama de las ciencias naturales. Tendría que ser muy extenso si fuera á analizar la labor realizada por el Dr. Cuarman durante casi treinta años. Esta labor podría ser apreciada en su justo valor únicamente por los especialistas. Los numerosisimos trabajos que ha publicado en las principales revistas de los Estados Uni- dos, especialmente en The Auk y en el Bulletin of the American Museum of Natural History de Nueva York, son de verdadero valor científico y comprenden listas sistemáticas con abundantes notas biológicas sobre aves de varias partes de América, revisiones de géneros, descripciones de nue- vas especies y subespecies, etc. No se ha limitado el Dr. Guabeman al estudio de las aves de su propio país, los Estados Unidos, sino que ha contribuido ampliamente también al conocimiento de la avifauna del Norte de la América del Sur. En esta parte del continente ha estudiado las aves de Trinidad y el trabajo que ha publicado sobre las mismas (Bull. Amer. Mus. N. H., vol. VI, 1894) es considerado como uno de los mejores que se han publi- cado, y contiene una revisión de la bibliografía existente y al mismo tiem- po discute detenidamente las relaciones faunísticas de esa isla. COMUNICACIONES 441 En distintas ocasiones ha explorado también el territorio de Golom- bia, haciendo colecciones y reuniendo numerosas observaciones. Los resultados de sus estudios sobre la variada avifauna de ese país aparece- rán en breve y formarán un volumen de cerca de boo páginas. Este tra- bajo será sin duda el más completo que se haya publicado sobre esa región, pues el material reunido solamente por él y por sus colaboradores comprende más de 1500 especies de aves de aquella República. Durante largos años, el Dr. Guarman se ha dedicado de preferencia al estudio de la biología de las aves mediante la paciente observación de las costumbres de las mismas en el estado libre. Gon el objeto de ilustrar más claramente la historia de la vida y de las costumbres de las aves, utilizó la fotografía, empleando con este objeto un método de su invención. En su libro Birds Studies with a Camera, el Dr. Cuarman expone en forma amena y cientifica á la vez, los resultados de varios años de estudio en este nuevo campo de la fotografía de las aves en su vida natural. Además de las obras de orden puramente cientifico, como The War- blers of N. America, en la cual trata monográficamente, y del punto de vista biológico, cada especie y subespecie de la familia de los Mniotiltidae de los Estados Unidos, el Dr. Cuarman ha publicado también varias inte- resantes obras de vulgarización, como Birds Lore, Handbook of the Birds of N. America, Color Key to North Amer. Birds y otras, las cua- les no sólo tienen valor científico como obras de referencia para el orni- tólogo, sino que por medio de un método claro y sencillo, el principiante puede facilmente llegar á la determinación de las distintas especies con la sola observación de aquellos caracteres en la coloración del ave que más particularmente llaman la atención en una especie cualquiera. El actual viaje del Dr. CuHapmax ha tenido"como fin principal el de hacer colecciones y recoger directamente datos biológicos sobre las aves del Perú, Bolivia, Chile y Noroeste de la Argentina, completando de esta manera cuanto es posible el estudio de la avifauna de la parte occidental de Sud América. En esta tarea, el Dr. Gmapmax ha tenido dos inteligentes colaborado- res y habiles coleccionistas ya muy conocidos por sus exploraciones en la América del Sur. « Cuando el coronel RooseveLr resolvió emprender su viaje á través del continente sudamericano, manifestó el deseo de ser acom- pañado por dos naturalistas y á este objeto se dirigió al Dr. Cuarmax, quien le indicó á los Sres. GrorGE Cuerkte, actualmente en viaje para Matto Grosso, y Leo E. MirLeEr, aquí presente. La elección no podía haber sido más acertada, dice el coronel Roosk- veLr en la introducción de su libro Through the Brazilian Wilderness; y, 442 PHYSIS efectivamente, los dos naturalistas nombrados han desempeñado brillan- temente su misión durante el largo viaje. «Ambos son veteranos de las grandes selvas tropicales de la América del Sur, que han recorrido durante largos años coleccionando millares y millares de aves y mamiferos. El Sr. CnerrtE ha viajado por Costa Rica, Guayana y explorado el valle del Orinoco. Últimamente ha viajado por Bolivia, ocupándose especialmente en tratar de establecer los límites de separación entre las avifaunas de los tributarios del río Amazonas y los del Plata. El Sr. CuerriE es también conocido por sus trabajos científicos y especialmente sobre las aves de Costa Rica, aparecidos en las publica- ciones del Field Museum of Natural History y otros en The Auk y en el Bulletin of American Museum. Actualmente tiene en prensa. un impor— tante trabajo sobre las aves del valle del Orinoco. El Sr. Leo E. Mier ha recorrido varias veces Colombia, explorando detenidamente los valles del río Cauca y del río Magdalena. Últimamente ha viajado por Bolivia y por la parte Noroeste de la Argentina. En esta última región solamente, ha reunido una colección de cerca de 2000 ejemplares de aves y mamiferos. Aunque mucho más joven que el Sr. Cuerrte, el Sr. Muzrer es tam- bién ya conocido por sus trabajos científicos, que se refieren especial- mente á la biología de las aves de las regiones que ha visitado. » Después de esto, la Sociedad tuvo el gusto de oir la siguiente diserta- ción, que su autor leyó en español : Frank M. Chapman, Las exploraciones zoológicas en Sud América y el interés de los estudios ornitológicos. « Señores : He de darles las gracias por haberme facilitado la oportunidad de pre- sentar á la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, el plan del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York para la exploración zooló- gica en la América del Sur, y si ustedes me lo permiten, desearía tam- bién decir algunas palabras sobre la popularización del estudio de la orni- togía y sobre la protección á las aves. Al fijar su atención en la fauna de Sud América, el Museo Americano se da cuenta que en este continente se halla frente á un gran laboratorio de vida. Una gran variedad de condiciones climatológicas y fisiográficas han dado por resultado factores igualmente variados en la evolución de A mn S COMUNICACIONES = 1 las especies, y en ninguna otra parte del mundo podemos encontrar cau— sa y efecto más íntimamente asociados que en la América Ecuatorial. Por todas partes encontramos los testimonios más vivos de la acción de las leyes que han producido los fenómenos existentes en la distribución, for- ma, color y habitos de los animales. El naturalista se queda deslumbrado ante la riqueza del material, y es necesario que concentre su atención en una dirección determinada, sl quiere proseguir su investigaciones con éxito. Por el momento. hemos determinado concentrar nuestros esfuerzos sobre el estudio de la distribución de los seres vivientes en Sud América. El problema consiste en llegar á determinar el origen de la interesante fauna de este continente del Sur. Este problema, sin embargo, no puede analizarse hasta que tengamos un conocimiento suficientemente completo de la distribución de cada una de las especies de las varias clases de or- eanismos. Con este objeto es necesario disponer de colecciones adecua- das de ejemplares que nos permitan determinar hasta qué grado están difundidos y relacionados. Los datos así adquiridos se usarán para la confección de una serie de mapas de distribución zoológica que revelarán las zonas naturales de la fauna de Sud América. Hasta que no tengamos á nuestra disposición mapas de esa naturaleza, no hemos de pensar en en- carar el problema de mayor importancia, del origen de la fauna sudame- ricana. Nos damos cuenta que esta es una tarea enorme á la que ha de con- tribuir el botánico como el zoólogo. Es muy probable que no se podrá llevar á cabo durante la vida de los que la han iniciado, pero la misma magnitud del trabajo hace resaltar más la importancia de no perder tiem- po en darle comienzo. Por esta razón, el Museo á que pertenezco Inauguró en el año rgro un estudio biológico de la América del Sur. Por el mo- mento nuestros estudios se limitarán á las familias de los mamiferos y de las aves. Nuestras exploraciones principiaron en Colombia, que ocupa una po- sición de importancia fundamental á causa de su topografía muy variada, pero también muy bien definida, y que se halla tan próxima al Itsmo que une los dos continentes. Durante cinco años nos hemos ocupado de dicho pais, al que hemos mandado no menos de ocho expediciones. Los viajes del Sr. MiLLeR en esa región han sido más extensos que los de cualquier otro de nuestros representantes, pero yo mismo he visitado también la mayor parte de dicha zona. Como resultado de estas investigaciones he- mos compilado cuantiosas observaciones sobre el país y las causas que influyen en la distribución de la vida, así como centenares de fotografías 44 PHYSIS y más de veinte mil ejemplares de aves y mamiferos. Estos últimos han sido entregados para su estudio al Dr. J. A. ALzex, del Museo Americano, renombrado como uno de nuestros zoólogos más versados en cuestión de mamiferos, mientras que yo me he dedicado durante estos últimos cinco años al estudio de las aves. De éstas ya he descrito más de cien formas nuevas y actualmente tengo en prensa un volumen de unas quinientas páginas en el cual se definen las zonas biológicas de Colombia y se discu- ten las causas á que obedecieron. Este volumen contendrá mapas lopo- gráficos con indicación de la fauna, así como perfiles, láminas de color, tablas de distribución, etc., y también un informe detallado sobre más de mil trescientas especies de aves, de las cuales nuestras expediciones han coleccionado ejemplares. Espero que en su oportunidad me será po- sible mandar á esta sociedad un ejemplar de este trabajo. Entre tanto, hemos extendido nuestras exploraciones á otras partes de Sud América. Es imposible estudiar á fondo las especies de una zona de— terminada si se excluyen las relaciones con las otras partes del país. Á fin de clasificar nuestras extensas colecciones de Colombia, ha sido á menu— do necesario compararlas con ejemplares de otras localidades. Con este objeto, y también en el interés general de nuestro estudio biológico, he- mos mandado expediciones á Panama, Venezuela, Guayana Inglesa, Ecua- dor, Perú, Bolivia, Brasil y parte noroeste de la Argentina, así como á la costa desde Lima hasta las Islas Malvinas y á la isla de Georgia del sur. Como director de esta empresa, encuentro ahora que será necesario hacer un reconocimiento general de Sud América con el objeto de fami- liarizarnos, aunque sea sólo superficialmente, con los rasgos más caracte- rísticos del país para poder así organizar con más acierto las exploracio- nes futuras. Este es el objeto de mi viaje actual. Acompañado del Sr. Geo. K. Cnerrte, quien junto con el Sr. MiLLeR representó al Museo Americano en la expedición al Brasil del coronel RooseveLr, salí de Nueva York el 6 de mayo de 1916. ¿n primer lugar fuimos al Ecuador, donde saliendo de Guayaquil nos dirigimos á Quito y ascendimos el Monte Chimborazo hasta el límite máximo de altura para la vida, á unos catorce mil pies. Después, fuimos navegando despacio durante dos semanas á lo largo de la costa del Perú, en cuyos parajes las cantidades inmensas de pájaros como productores de los depósitos de guano. han llegado á alcanzar una importancia económica de primer orden. Desembarcando en Mollendo, nos dirigimos en seguida á Cuzco y en nombre de la Sociedad Geográfica Nacional y de la Universidad de Yale, así como también del Museo AÁme- ricano, pasamos tres semanas en el valle de Urubamba, yendo de la re COMUNICACIONES 145 gión elevada, ó Puna, á la zona baja, ó tropical, coleccionando más de setecientos ejemplares. Luego volvimos á la región elevada cerca del lago Titicaca, donde añadimos unos doscientos ejemplares á nuestra colección. Al llegar á ese lugar el Sr. CuerrtE se separó de mí, dirigiéndose di- rectamente á Buenos Aires, vía La Paz y La Quiaca. Actualmente se halla en el norte del Paraguay, á instancia especial del coronel Roosrverr, para estudiar la vida de las aves acuáticas de esa región. Para continuar mi examen de la costa del Pacífico, me embarqué otra vez en Árica para Valparaiso y de dicha ciudad me trasladé á Santiago. En Santiago pasé algunos días que aproveché para formar una pequeña colección al pie de las colinas cercanas. El 30 de agosto crucé la cordillera hasta Mendoza, en donde encon— tré al Sr. Mmuer. Después de pasar tres días muy interesantes en dicha ciudad y sus inmediaciones en compañía del Prof. CarLos S. Rrrb, director del interesante museo de Mendoza, me encaminé á Buenos Aires. Gracias al Dr. GaLnLarDo y al Dr. DabBrxeE he tenido aquí una opor tunidad de ver en vida y también en las valiosas colecciones del Museo Nacional, los ejemplares más característicos de las aves de este pais. Pero mi viaje, señores, no tiene por objeto únicamente el estudio de Sud América y sus aves, sino que me proporcionará el gusto de conocer personalmente á-los naturalistas de aquí, después de haberlos conocido de nombre, y como muy valiosos corresponsales, desde hace mucho tiempo, y además contribuirá á establecer relaciones más estrechas entre los mu- seos de este continente y el de Nueva York. Por más cordial que sea la afiliación entre nuestros paises respectivos. como naturalistas, señores, no deberíamos reconocer fronteras políticas. En la fauna de nuestro hemisferio tenemos una herencia común. ¿Quién puede decir, actualmente, si Sud América ha derivado su vida animal de Norte América ó si el continente del norte la debe al del sur? El problema reviste igual interés para los naturalistas del sur como para los del norte y sólo podrá ser solucionado por su cooperación en el más vasto sentido de esta palabra. Por esta razón, señores, solicito su va- liosa cooperación para llevar á cabo este gran trabajo que ninguna insti- tución, por sí sola podría realizar con éxito. Es por lo tanto con inmensa satisfacción que encuentro que en la Ar- gentina mis días de investigación científica, en mi esfera especial, han sido más que realizados. Familiarizado con el trabajo del Dr. DambExE so- lamente por sus publicaciones admirables, acabo ahora de compenetrarme dle lo bien fundadas que están, sobre material adecuado. Puysis. — T. 1H - 29 446 PHYSIS En cuanto á la Argentina, me felicito de antemano de nuestra suerte si conseguimos la cooperación de los naturalistas de un país que se halla tan bien preparado para las investigaciones propuestas, y que cuenta ya con una Sociedad Ornitológica. Por nuestra parte, tendremos suma satisfacción en poner á la disposi- ción del Dr. Dassexe y de sus colegas, toda la información que hemos juntado hasta ahora con relación á la distribución de aves argentinas con el fin de que pueda incorporarla con la que ya se posee aquí y preparar así un mapa que describa las zonas en que se divide la fauna de este inte- resante país. Tales mapas tienen más que un interés puramente científico. Basados sobre factores naturales, que en sí representan en gran parte los efectos de las causas existentes, un mapa de esta índole indica á primera vista los límites de las zonas de vida apropiadas para ciertas industrias agrícolas, y tiene por lo tanto un valor práctico no sólo biológico, sino también económico. El aspecto popular y práctico de nuestras investigaciones no debería perderse nunca de vista. Ya que he hecho mención de este aspecto, de— searía añadir, con su permiso, señores, algunas palabras sobre el método que nos proponemos adoptar para poner en conocimiento del público los resultados de las exploraciones á que acabo de referirme. El sistema que nos proponemos seguir es el que hemos denominado «Grupos naturales» (Habitat Groups). Cada grupo ó exposición com- prende una superficie de unos seis metros de largo por dos de ancho con sus plantas y pájaros, al que se le coloca detrás una pintura tomada del natural que da al conjunto el aspecto de un panorama. Tenemos ya una serie de unos treinta grupos de esta clase de Norte América y oportuna— mente iremos añadiendo otros de Sud América. En Colombia he hecho estudios preparatorios para un grupo de esta naturaleza representando la cría de pájaros en el valle Magdalena. En el Ecuador, durante el viaje actual, hemos tomado notas en las las faldas del Monte Chimborazo para preparar un grupo de vida en la zona elevada, 6 Páramo, y mientras estábamos en Mendoza, hemos toma- do apuntes que nos permitirán reconstruir un grupo característico de las planicies del oeste con los Rhea y otros pájaros de esa región, mientras que detrás habrá una pintura de seis metros ó más de largo mostrando las faldas azules de las colinas y los picos nevados allá en la distancia, que ofrecen el panorama más maravilloso de los Andes que hayamos visto en ninguna otra parte. Exposiciones de esta naturaleza despiertan el interés en lo bello, inherente en todos los individuos, y atraen miles de visitantes á muestro museo. Representan por lo tanto un medio eficaz de ComuNIGACIONES h47 poner en conocimiento del público datos informativos en cuanto á las aves, y despiertan su interés en los mismos. Solamente después de haber despertado este interés es posible conseguir que se pasen y hagan cumplir leyes para la protección de las aves. En un país que se ha desarrollado tan rapidamente como la Argenti- na, el medio ambiente natural ha cambiado muy bruscamente y las es- pecies que no pueden adaptarse á las nuevas condiciones de vida han de desaparecer inevitablemente. Por esta razón, es importante que prestemos especial atención á la conservación de las que quedan. La introducción de plantas nuevas tiene por consecuencia un aumento alarmante en el nú- mero de los insectos nocivos y mayor necesidad de la vida animal que los destruye. Los más importantes de éstos son los pájaros. Tuve mucha sor- presa al enterarme de la gran cantidad de pájaros cantores que se matan cerca de Mendoza para ser usados para alimento. Esto explica sin duda por qué se ven tan pocos pajaros cerca de dicha ciudad. Al mismo tiempo observé que los árboles y arbustos de la ciudad estaban cubiertos de ca- pullos de Oecelicus platensis que el Prof. CarLos S. ReeD me informa causan grandes perjuicios á la vegetación. ¡ Quién puede asegurar que la abundancia de estos insectos no sea debida á la diminución de la canti- dad de aves en esa región |! : Confío por lo tanto que ustedes difundirán la idea de que es preciso proteger la vida de las aves en este país y como primer paso hacia ese fin, creo que lo más apropiado sería fomentar el estudio de las aves en las es- cuelas. La Sociedad Nacional Audubon de América enroló durante el año pasado más de doscientos mil niños en sus clases para esta clase de estu— dios.Cada niño pagó una subscripción de 10 centavos y en total contri- buyeron por lo tanto con 20.000 pesos en favor de la causa de la protección de los pájaros. Tendré el mayor gusto en facilitar mayores datos sobre este particular si lo desean. Hemos encontrado también muy conveniente incorporar la Fiesta del ave á la Fiesta del árbol. He leído con gran interés en la prensa diaria de- talles de la celebración por todas las escuelas de este país de la Fiesta del arbol. Si ahora, á los ejercicios sobre los árboles, se pudiesen añadir ejer- cicios relativos á los pájaros, enseñando cómo los árboles dependen de los pájaros para su protección contra los insectos, tengo la seguridad que se favorecería considerablemente la causa de los pájaros. En conclusión, señores, permitanme que les exprese una vez más las gracias por su amabilidad al permitirme la presentación de un esbozo de las varias fases de la ornitología en cuyo estudio me intereso. Tanto si nuestro objeto es la investigación técnica ó económica ó la 448 PHYSIS instrucción popular, nuestro lema debería ser en todo momento la pala bra «Cooperación ». En nombre del Museo de Historia Natural de Nueva York, al que re— presento, puedo asegurar á ustedes que en todo cuanto esté dentro de nuestro alcance, aprovecharemos gustosos de cualquier oportunidad que se presente, para afianzar nuestra vinculación con los naturalistas de la Argentina. » Después de la anterior disertación, el Sr. Leo E. Miren hizo una na- rración pintoresca é interesante de su viaje por el Gy-Paraná, durante la expedición RooseveLr-Ronnox. Al final, el presidente de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, Dr. J. M. be ta Rua, hizo entrega al Dr. Cnarman de sa nombramiento de miembro correspondiente de esta sociedad “y pronunció algunas pala- bras de despedida, expresando su convicción de que en esta forma la so- ciedad contribuye á hacer efectiva la vinculación entre los naturalistas de los Estados Unidos y de la Argentina. Sesión del 16 de septiembre de 1916 Eric Boman, Estatuilas de aspecto fálico, de la región diaguita, que no representan falos. Forma parte de ciertas religiones antiguas y actuales del Viejo Mundo (China, Japón, India, Siria, Egipto, Grecia, Roma, África. etc.) un. «culto fálico ». es decir, la adoración del falo y otros órganos genitales. como deidad, generalmente representada por ídolos faliformes ó provistos de falos monstruos. Es esencial para esta clase de culto, que sus adeptos asignen al falo un carácter hierático y sagrado. El Lingam hindú parece ser el origen de los cultos fálicos asiáticos. De Asia pasó este culto a Egip- to (Osiris con sus tres falos ; Apis). En Grecia fué introducido con los dioses sirios; en Roma encontramos falos sagrados de origen asiático y griego. En América el culto fálico es conocido solamente del antiguo Méjico, y es posible que ciertas ceremonias de los Mokis y Zuñis sean supervivencias de este antiguo culto mejicano. K. Tn. Preuss (1) ha dado un excelente resumen del culto fálico me- (1) K. Tun. Paruss, Phallische Fruchtbarkeils-Diámonen als Tráger des altamerikanischen. Dramas en Archiv fúr Anthropologie, nueva serie, t. 1, p. 129-188. Braunschweig, 1904. COMUNICACIONES 449 jicano y sus derivados, basándose principalmente en diversos códices mejicanos y en SamaGuN. Algunos de los autores iniciadores de la literatura arqueológica argen- tina han querido ver, en muchas figuras humanas ó de animales, hechas de piedra ó de barro cocido y encontradas entre los vestigios prehispáni- cos de la región andina argentina, reminiscencias de un culto fálico. Han aducido, además, como prueba de esta teoría, ciertas ceremonias, todavía en uso entre los paisanos actuales de esa región. En 1908 escribí al respecto (1) : « Hay, en efecto, unos pocos objetos, especialmente de piedra, á los que sus autores han dado intencionalmente la forma de un falo, pero este hecho no autoriza absolutamente á consi- derar como un «idolo fálico » cualquier estatuita que presente esbozados los órganos genitales. Casi todos los pueblos salvajes y muchos pueblos de una civilización avanzada, tienen un concepto del pudor muy diferente del nuestro, y encuentran muy natural indicar sobre las imágenes estos órganos tan bien como los demás órganos del cuerpo. Además, en cuanto á las piezas de piedra esculpida, muchas veces la forma natural del canto rodado empleado como material, ha obligado al escultor a dar involunta- riamente un aspecto « fálico » á su creación, que, sin embargo, según su intención no debía ser sino la representación de un hombre ó animal cualquiera. » Los principales argumentos que me inducían á considerar como inve- rosímil la existencia de un culto fálico entre los antiguos Diaguitas son los siguientes : a) Los objetos prehispánicos de la región diaguita presentados como «Idolos fálicos », se componen en primer lugar de estatuitas humanas con órganos masculinos ó femeninos esbozados, sin que de ninguna ma- nera sean exageradas ó formen parte principal ó característica de la 1ma- gen. No puedo concebir que estas estatuitas tuviesen algún significado «fálico ». Nuestros niños tienen una manera muy cómoda de distinguir el sexo de las personas que representan en sus dibujos : al hombre le ponen pantalones, á la mujer pollera, y todos comprenden de qué sexo se trata. Los habitantes prehispánicos de los valles andinos no disponían de este recurso : tenían que marcar el órgano sexual para distinguir el sexo. Los indios salvajes del centro de Sud América, hoy en día, cuando tratan de dibujar un hombre civilizado, vestido, esbozan el órgano sexual encima del vestido. En segundo lugar encontramos entre los objetos citados para (1) E. Bomax, Antiquilés de la région andine de la République Argentine el du désert d'Atacama, t Lp. 129. Paris, 1908. 150 PHYSIS apoyar la teoría del « culto fálico » unas figuras antropomorfas, zoomor- fas 6 dudosas, cuya forma fálica es tan vaga que se necesita mucha ima- ginación para descubrirla. En tercer lugar, han sido erróneamente consi- derados como imágenes fálicas, objetos que evidentemente no lo son, como por ejemplo la extremidad de un tubo de pipa de fumar ó el célebre « menbir » de Tafí, actualmente trasladado á un parque en Tucumán, cuya primera descripción se hizo sobre la base de un dibujo erróneo, donde los ojos han sido interpretados como senos de mujer y unas líneas no existentes como el órgano genital de ésta (1). b) En el folklore obscuro y en su mayor parte de origen peruano, toda- vía persistente en las provincias andinas, tampoco encontramos elementos de prueba en cuanto á un culto fálico prehispánico. El culto de Pacha- mama, «la Santa Tierra, madre de todos y de todo », no puede de nin- guna manera calificarse como culto fálico, á pesar de que Pachamama representa la fecundidad, especialmente en cuanto á los frutos de la tierra : animales y plantas útiles, y también la del género humano. Pero carece por completo de atributos fálicos. La figuración de ¿llas (amuletos en forma de animales) masculinas y femeninas en ciertas ceremonias re- lativas á la conservación y multiplicación de los rebaños, tampoco puede considerarse como culto fálico. En este caso se podría también consi- derar como una reminiscencia de esta clase de culto la presencia de ani- males machos y hembras, por parejas, en las « arcas de Noé » que sirven de juguete á los niños. De las ceremonias antiguas que todavía hoy día están en uso entre los paisanos de las provincias andinas, nO CONOZCO Más que una que pueda tal vez denominarse falica : un simulacro de castra— ción del dueño del rebaño, en ocasión de la hierra, después del cual se echan á rodar grandes zapallos en representación de los testículos extraí— dos. Juax B. Ambrosert1 (2) refiere esta ceremonia del Valle Calchaquí y yo la he oído describir en la Puna de Jujuy, sólo con la diferencia que allí empleaban grandes piedras redondas en lugar de zapallos. Sin embargo. puede esta ceremonia tan bien ser de origen europeo como americano, y su relación con un antiguo culto fálico me parece sobremanera dudosa. c) Si en el antiguo Perú buscamos indicios de un culto fálico, el resul- tado es igualmente negativo. La rica literatura de los cronistas de la con- (1) Véase J. B. Ambroserrí, Los monumentos megalilicos del Valle de Tafí, en Boletin del Ins- litato Geográfico Argentino, t. XVIIL, p. 107-108, Buenos Aires, 1897, y Cantos Brucn, Explo- raciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca (Biblioteca Cenlenaria de la Umi- versidad de La Plata, t. V). Buenos Aires, 1911, p. 9-7. (2) 3. B. Ambroserrí, Costumbres y supersticiones en los Valles Culehaquies, en Anales de la Sociedad Cienlijica Argentina, t. XLl, p. 68. Buenos Aires, 1896. COMUNICACIONES 451 quista no da ningún dalo al respecto. Algunos de ellos, como Cieza DE Lrón, para mencionar uno de los primeros y más fidedignos, describen perversiones sexuales de varias clases y en diferentes tribus y naciones, pero lejos de ser religiosas ó rituales, estas costumbres eran prohibidas y perseguidas por las leyes. No se trata, por consiguiente, de un culto falico. Las «instrucciones para la extirpación de la idolatría de los im- dios », como las del padre Arrraca, arzobispo VirLA Gómez y otras (1), constituyen una de las mejores fuentes de información en cuanto á la religión de las diversas naciones del antiguo Perú, pues contienen enu- meraciones prolijas de creencias, ritos y ceremonias paganas de los in- dios, cuya persecución y extirpación ordenaban las autoridades eclesiásti- cas á los curas y frailes. Estas instrucciones no mencionan cultos ó ceremo- nias fálicas, lo que seguramente sería el caso, si éstos hubieran existido. j d) Existe entre la alfarería antigua del Perú un número de vasos, de mérito artístico más ó menos notable, que representan perversiones sexua- les de varias clases. El Museo de La Plata posee una serie de estos vasos, que ha sido publicada por KR. Lenmanx-Nrrscme (2). Pero á la primera (1) Pasto Joseen De Arriaca, Exlirpacion de la idolalría del Pirú. Lima, 1621. (Edición facsi- milar Arara, Buenos Aires, 1g10.) — De la edición original de este libro, tan importante para los estudios americanistas, probablemente no quedan más que ocho ó diez ejemplares en todo el mundo, de los que la Biblioteca Nacional de París posee uno, la de Madrid otro y el Museo Británico un tercero. En dos ó tres bibliotecas particulares del Perú y, segun creo, en una de Buenos Aires hay también ejemplares. Aprovecho esta oportunidad para felicitar calurosamente al Dr. Peoro N. Arara por su bello pensamiento de festejar el primer centenario de la Revolu- ción de Mayo, editando á sus expensas el precioso facsímile citado, así como mi sincero agrade cimiento por el obsequio de uno de los 120 ejemplares en que ha sido tirada la edición. Pebro De Virra Gómez, Carta pastoral de exhortacion e instruccion contra las idolatrías de los Indios del Arcobispado de Lima. Lima, 1649. De otras «instrucciones» citaré solamente una: Confessionario para los Curas de Indios. Con la instrucion contra sus Ritos: y Exhorlacion para ayudar a bien morir: y summa de sus Privilegios; y forma de Impedimentos del Matrimonio. Com- puesto y traduzido en las Lenguas Ouichua, y Aymara. Por autoridad del Concilio Provincial de Lima, del año de 1583. Impresso con licencia de la Real Audiencia, en la Ciudad de los Reyes, por -Anto- nio Ricardo primero Impressor en estos Reynos del Piru. Año de MDLXXXV. — De este raro incu- nable hay un ejemplar en la biblioteca del Museo Mitre. Una parte ha sido reimpresa en la Re- vista Histórica, órgamo del Instituto Histórico del Perú, tomo I, página 192-231. Lima, 1906. De las supersticiones de los indios enumeradas en dichas «instrucciones» no encuentro más que una que pudiera denominarse «fálica», la de los huacanquis (Arriaca, p. 36; Vinra Gómez, fol. 47; Confessionario, etc., fol. 12), amuletos para conseguir y conservar el amor de una mu- jer, de los que se han encontrado varios en la región diaguita, afectando la forma de un hom- bre y una mujer abrazándose ó en acto de coito, en piedra. Pero tales amuletos son comunes en muchas partes del mundo y no autorizan la teoría de la existencia de un culto fálico. (2) R. Lemuana-Nrrscue, Zo den Anthropophyteia aus Alt-Peru, en Anthropophyleia, Jahrbicher fúr folkloristische Erhebungen und Forschungen zur Entwickelungsgeschichle der geschlechtlichen Mo- ral, t. VI, p- yg-100, lám. XVIIJ-XX. Leipzig, 1900. 152 PHYSIS vista de estas piezas, uno se queda convencido de que no se trata de cere- monias religiosas, sino de obscenidades vulgares, de la misma índole de las que, en forma de tarjetas postales, etc., se venden en cualquier ciu- dad « civilizada », contrariando á las ordenanzas policiales respectivas. Ú pesar de la ausencia casi absoluta de indicios de la supuesta existen- cia de un culto fálico entre los antiguos Diaguitas, ahora indicada, quedé, como lo atestigua el párrafo citado en el principio de esta comunicación, dudando, en presencia del «idolo fálico » fig. 1 (1). Es una estatuita Fig. 1. Supuesto « ídolo fáli- Fig. 2. Estatuita antropomorfa co» de piedra, de Saujil (Cata- de piedra, de Lorohuasi (La Rio- marca). — Col. Lafone Quevedo ja). — */, del nat. (Museo de la Plata). humana, hallada en Saujil, departamento de Pomán, Catamarca, y per- teneciente á la colección Larowxe-Queveno, en el Museo de La Plata. La estatuita está formada con mucho esmero de una piedra plana y lleva escul- pidos, en méplat, ojos, nariz, boca, brazos, cinturón y una especie de toca. Las piernas muy rudimentarias, separadas por una línea bifurcada hacia arriba. Á pesar de que esta manera de representar las extremidades inferiores es común en tantas otras figuras de piedra de la época y aunque (1) Reproducción lineal de la figura publicada en J. B, Ambroserri, Nolas de Arqueología cal- chaqui; XV. Idolos fálicos de piedra, en Boletin del Instituto Geográfico Argentino, t. XIX, p. 72; fig. 107. Buenos Aires, 1898. [Sy] > COMUNIGACIONES h dicha bifurcación parece indicar los pliegues inguinales, es esta estabuita muy sugerente : da intuitivamente, á primera vista, la impresión de un falo con sus testículos. Uno puede facilmente ser inclinado á creer que se trata de una figura á la que el artista intencionalmente ha querido dar la forma humana y la de un falo. Sería entonces un verdadero idolo fálico. En mi reciente expedición arqueológica á La Rioja, encontré en Loro- huast, departamento de San Blas de los Sauces de esta provincia, una estatuita (fig. 2), muy parecida á la que acabo de describir, aunque más tosca. Es hecha de un canto rodado cilindroide achatado, de esquisto tal- coso bastante blando (1) y groseramente esculpido, sin pulir. Los ojos y la nariz están bien marcados, unas líneas indican una toca parecida á la de la estatuita de Saujil y la cintura está representada por un surco poco pro- fundo. Las extremidades inferiores son rudimentarias, formadas de una manera muy análoga á las de esta última estatuita, separadas por una depresión vertical suave. En el dorso no presenta otras esculturas que la continuación de la línea de la cintura. Esta estatuita que se parece en todo lo esencial al llamado « idolo fali- co » de Saujil, es tan sugerente como éste y predispone igualmente á la interpretación- doble como estatuita humana con forma intencional de falo. Encontrándonos así en presencia de dos ejemplares de la imagen de una deidad fálica, habría que suponer que existieran otros ejemplares, y estos idolos formarían un argumento de bastante peso en favor de la teo- ría del culto falico de los Diaguitas, siempre suponiendo que la parte infe- rior de las figuras representase á la vez piernas y testículos. Pero entre las colecciones reunidas durante mi expedición, se encuen- tra una serie de figuras de cuadrúpedos, de piedra, que demuestra la esti- lización de las cuatro extremidades hasta formar una simple cruz, y por analogía puede deducirse que los autores de las estatuitas antropomorfas no han tenido ninguna intención de representar testículos, sino simple- mente de indicar las piernas de una manera convencional, conveniente por razones de la dificultad en trabajar el material de otra manera. La serie mencionada se compone de los tres objetos representados por las figuras 3, / y 5, todos de piedra. El primero de éstos (fig. 3) represen- ta una perra ú otro mamifero hembra y ha sido hallado en una quinta en Vargas, cerca de la ciudad de La Rioja. Es de esquisto micáceo color gris y bien pulido. La segunda pieza (fig. 4), de andesita color gris con cris- (1) Debo al geólogo de la Dirección General de Minas y Geología Dr. Fraxco Pasrorr, la de- terminación petrográfica de esta pieza y las demás que figuran en la presente comunicación, así como de todos los objetos de piedra de mi colección de La Rioja. 151 PHYSIS tales de minerales negruzcos, es de superficie lisa, pero no pulida, y pro- cede de Condorhuasi (departamento de Andalgalá, provincia de Cata- marca). El tercer objeto (fig. 5), también representando un cuadrúpedo, aunque extremadamente estilizado, es muy bien pulido, formado de un canto rodado de pegmatita con muscovita y gran cantidad de apatita, Fig. 3. Estatuita zoomorfa de piedra, de Vargas (La Rioja) vista de lado y de atrás. — '/, del nat. Fig. 4. Estatuita zoomorfa de piedra, de Condorhuasi (Catamarca) vista de lado y de abajo. — */, del nat. piedra bastante pesada, de un bonito color rosa violáceo. Ha sido hallado en la Sierra de los Sauces, arriba de Tuyuvil (departamento de San Blas de los Sauces, provincia de La Rioja). En cuanto al primero de estos objetos (fig. 3), el artista indio ha mo- delado el animal que quería representar, de una manera tan realista como le han permitido la dureza del material y los instrumentos primitivos de que disponía. En la segunda estatuita (fig. 4), especialmente las cuatro patas ya son más estilizadas : el escultor ha empezado por hacer dos inci- (51) Dl COMUNICACIONES 4D: siones en líneas rectas formando cruz y después ha redondeado un poco los cuatro cuarteles así formados, los que representan las patas. La últi- ma pieza (fig. 5) es rara, hasta creo única entre todas las colecciones arqueológicas argentinas. Para ella ha sido utilizado un canto rodado de color bonito y llamativo, y cuya forma natural originaria, probablemente no se diferenciaba mucho de la forma actual definitiva. Sería difícil ¡ma- einarse que se trata de la imagen de un animal, si no fuera por los ojos y la boca esbozados en uno de los extremos de la piedra; sin estos indicios nadie podría figurarse que la pequeña cruz del extremo inferior de la misma representa las cuatro patas del animal. Y, por consiguiente, la IATA AFGFGR GT Nh e A dcne NS NETAS INES E SOS S Fig. 5. Estatuita zoomorfa de piedra, de Tuyuvil (La Rioja) vista de lado y de abajo. — */, del nat. tercera punta, la queno tiene incisiones, de esta piedra más ó menos triangular, no es sino la cola de este cuadrúpedo tan raro. La serie de estas figuras demuestra cómo los escultores llegaban á la estilización de un órgano ú objeto cualquiera, á causa de la calidad del material y del método de trabajo. En la primera figura las cuatro extremidades tienen forma natural, en la segunda se ha empleado la incisión cruciforme como método más práctico para separar las patas, y en la tercera, recordándose de este método de trabajo, el escultor ha llegado á la convicción de que una pequeña cruz puede representar las patas, aunque sería imposible adivinar la presencia de éstas sino por medio de la deducción. Ahora bien : esta cruz con toda seguridad no tiene ningún significado simbólico, y entonces es lógico también suponer que las extremidades 156 PHYSIS inferiores de las estatuitas de aspecto faliforme arriba descritas, no repre- sentan testículos, sino que han tomado la forma que tienen simplemente por conveniencia en el trabajo sobre la piedra dura y por la rutina del método seguido en este trabajo. Desaparece, pues, el único argumento serio que podría servir en apoyo de la teoría sobre la existencia de un culto fálico entre los antiguos Dia- guitas. Carlos Bruch, Misceláneas coleoplerológicas. 1. Caso de leratología en un cerambicido. — Se trata de una hembra de Trachyderes variegatus PertY, capturada en La Plata y que presenta en la antena derecha la siguiente anomalía : El escapo, apenas más corto que en la antena izquierda, es bastante hinchado y termina del lado externo en ángulo cuneiforme. Los seis ar- Trachyderes variegatus algo aumentado tículos suplementarios, que caracterizan esta anomalía, corresponden á los segundo, tercero y cuarto artejos, que por consiguiente se hallan tripli- cados; á la terminación de los últimos hay un muñón ó rudimento de un quinto artejo. Los dos segundos artejos suplementarios forman con el equivalente de la antena una sola pieza ; los demás son libres y normalmen- te formados y articulados. Los dos artejos siguientes (3%), tienen la colo- ración típica, amarillo y negro en el ápice, los dos cuartos artejos suple— mentarios son de un pardo amarillento. 2. Variaciones de Calocomus Desmaresti (Guér.). — Este hermoso ComunIcAGIoNES 457 Priónido, muy abundante en las provincias del noroeste, es característico para las regiones del algarrobo, en cuya madera se desarrollan sus larvas. Lo he recogido siempre con afán, consiguiendo buen número de ejem- plares. en Córdoba, San Luis, Mendoza, La Rioja, Catamarca, Salta, Tucumán y Santiago del Estero. Examinando este conjunto, además de las diferencias sexuales y de ta= maño, observé variaciones notables, en cuanto á coloración y ornamen- tación elitral. Hay. en efecto, individuos enteramente neyros (fig. 1) con los palpos y tarsos castaños y, por lo común, el ápice de las antenas de un lindo rojo sanguineo. Este color se extiende casi siempre á los tres últimos artejos y alguna vez existe también sobre el pronoto. Otros, son menos renegridos y su color general es de un rufo castaño : en la parte inferior y las patas, moreno obscuro. El ornamento elitral es de un bello amarillo luciente, normalmente formado por una banda aco- dada : en su porción anterior es transversal, más ó menos lunular, y corre luego paralelamente al margen externo, aproximándose hacia el ápice de cada élitro (fig. 9). En muchos de los casos más extremos de variación y siempre en indi- viduos negros, esta banda se manifiesta solamente por un diminuto pun- to, que alguna vez se convierte en lúnula ó faja transversal (fig. 2, 4, 5). Raras veces se presenta aisladamente la otra mitad de dicha banda como línea submarginal (fig. 3), pero, por lo común existen ambos dibujos, más ó menos confluyentes (fig. 6, 7, 8). En otros casos y siempre en los individuos de color castaño, el orna- mento se dilata á veces de tal modo, que solamente hay una mancha trian- gular negruzca, en la región posterior de los élitros (fig. 11), la que en ocasiones desaparece también, siendo ellos entonces uniformemente ama- rillos y sólo en la región humeral castaños (fig. 12). Las antenas son en estos individuos casi del todo rojizas. Nuestras figuras representan solamente los casos más extremos y algu- nos intermedios de las variaciones conocidas. Tenemos, pues, individuos negros, con el desarrollo gradual de su ornamento elitral, mientras que la transición de este dibujo es mucho más brusca, en los individuos de color castaño. Ahora bien, si tenemos en cuenta las procedencias de las series selec- cionadas, veremos que corresponden ellas á determinadas variedades lo- cales, características para las siguientes regiones: A. Formas enteramente negras ó con el ornamento amarillo poco des- arrollado; en la mayoría de los casos se manifiesta por dos puntos ó lú- 158 PHYSIS nulas pequeñas: características de Santiago del Estero, orillas del río Sa- lado y de Tucumán. B. Formas negras con ornamento desarrollado; sin embargo, muchas veces la banda acodada es discontinua y queda representada por la lúnula 1-12. Diversas variaciones de Calocomus Desmaresti. 13. Calocomus morosus, */, del natural y la banda marginal separadas ó más ó menos aproximadas : Córdoba, San Luis, Mendoza y sur de Catamarca. C. Formas de color castaño rojizo, con el ornamento amarillo dilatado, ocupando la lúnula á menudo la región basal de los élitros; entonces la banda marginal se extiende hasta el ápice, dejando un espacio triangu- lar moreno negro sobre los mismos. Estos ejemplares son característicos de La Rioja y Catamarca, departamento de Andalgalá. COMUNICACIONES 159 D. Formas de color castaño rojizo con los élitros enteramente amari- llos, por la extensión de su ornamento; en la región humeral son obscu— rocastaños, además la esculptura en la región posterior de los élitros es mucho más fina, los puntos desvanecidos. Son peculiares de regiones más elevadas : valle de Santa María, Loma Rica (Catamarca). Sobre todo las variaciones extremas son típicas para las regiones cita- das y ¡jamás he observado formas del tipo A en la región que corresponde al tipo D ó viceversa. 3. Calocomus morosus White (fig. 13). — Esta especie se distingue de la precedente, por tener los élitros coriáceos y del todo rugosamente pun- teados, mientras que en aquella son sólo dispersamente punteados y lisos en su mitad posterior. Es ella menos abundante y los ejemplares que al- cancé á reunir ofrecen, según sus procedencias, las siguientes variaciones : A. Color negruzco, con los élitros, ápice de las antenas, palpos y tarsos de color rojo general ferrugíneo — Neuquén, Chosmalal. B. De color rojo más vivo, que se extiende casi por toda la antena ; los élitros generalmente con mancha apical negruzca de cada lado. — Mendo- za, numerosos ejemplares de Chacras de Coria (Joergensen). C. Enteramente negruzco, sólo el ápice de las antenas, los palpos y tarsos rojizos — Catamarca, Andalgala. Calocomus coriaceus descrito por BURMEISTER y FAIRMAIRE Cas1 simultá- neamente bajo el mismo nombre, es sinónimo con €. morosus Wnrrk, al cual corresponde la prioridad. A. Hibridismo en casideos. — Conservo en mi colección dos casideos del género Poecilaspis, capturados hace unos veinte años; son dos espe- cies distintas, un macho de P. macularia Bow. y una hembra de P. an— gulata Guér., que se encontraban en cópula. Á mediados de 1912, el Sr. José Husnrcn, rector del colegio alemán de Rosario, me obsequió con una interesante remesa, entre la cual venían varios pares de los coleópteros referidos, hallados también aparecidos, se gún aviso del donante. , Meses después, recibí mayor cantidad, esta vez no sólo las dos especies tipicas, sino también otras formas intermediarias, que á primera vista consideré como hibridos de ambas especies. El señor Husricu los había recogido á todos bajo corteza de árboles, y á pedido mio tuvo la ama- bilidad de mandarme como un centenar de individuos vivos. Tuve el pro- pósito de seleccionarlos con fines experimentales, pero causas ajenas á mi voluntad hicieron fracasar mi tentativa. 460 PHYSIS En los últimos días de septiembre recogí varios individuos en cópu- la, ya góde macularia con Q de angulata ó viceversa, ya mezclados con los probables híbridos. Algunas hembras depositaban pequeños grupos de huevos, completamente idénticos á los conocidos de la especie angulata. El 12 y 15 de octubre nacieron también las larvas, pero éstas perecieron por falta de alimento, desde que el convólvulo, su planta nutritiva, no ha- bía brotado aún y cual- quier otra era despreciada por ellas. Poco después murieron también los co- leópteros, y por falta de nuevos materiales queda- ron en suspenso mis inves- tigaciones. Espero, sin embargo, poder reanudar - las en tiempo no lejano, limitándome ahora á agre- gar ciertas características de nuestros híbridos en cuestión. Encontramos entre ellos las dos formas que son tí- picas para cada especie, sin que se observe formas intermedias Ó modifica ción en este sentido (figura o silueta general). La ca- racterística del hibridismo se manifiesta en la escul- d a, Poecilaspis macularia típica ; b, P. angulata típica c y d, formas híbridas. 3 veces aumentadas tura y el ornamento clitral. de tal modo, que un mis- mo individuo presenta las particularidades propias á ambas especies en grado más o menos pronunciado. En los casos más extremos de variabilidad, encontramos individuos de la forma macularia con élitros rojos y bastante lisos, sin aquella especie de - reticulado grosero que determina las fosetas de fondo negro. El dibujo consiste entonces én una banda mediana transversal, una línea sulural y otras dos longitudinales que corren de los húmeros hacia dicha banda, resultando las cuatro máculas anteriores de P. angulala. En las formas del tipo angulata tenemos también el mismo dibujo, COMUNICACIONES 461 pero una escultura semejante á la de la especie macularia : subreticu- lada, con fosetas de fondo negro y puntuación más gruesa. La mitad pos- terior de los élitros carece en todos mis ejemplares de la rama divisoria, que en angulata determina las dos máculas típicas, la acodada interna y la marginal ; áesa rama substituye ordinariamente un punto negro aislado y mal definido. Carlos Bruch, El macho de Phocaena dioptrica Lah. De esta bonita marsopa se conocen por ahora tres ejemplares, de los cuales el primero, el tipo de la especie, una Q. se conserva en el Museo Nacional de Buenos Aires; los otros dos, g' y Y, están en el Museo de La Plata. La segunda hembra fué recogida por unos pescadores en las aguas de Río Santiago el 14 de agosto de 1912, casi simultáneamente con la de Buenos Aires. y el macho, en las mismas circunstancias, pero á fines de Phocaena dioptrica Lan. Q Phocaena dioptrica Lan. OP septiembre del año siguiente. De ambas hembras se sacó un feto próximo á nacer y de sexo femenino. Cotejando los tres individuos, se observa en ellos absolutamente la misma coloración : negro puro en la región dorsal y blanco en la ventral y latero-ventral, con los demás detalles mencionados en la descripción del Dr. Lamuze (An. Museo Nac. Buenos Atres, t. XXIIL, 1912, pág. 273 y 274). Las medidas son asimismo uniformes, á no ser que el macho tiene Puysis. — T. 30 462 PHYSIS 18 centímetros más de largo; pero lo que resalta á primera vista es el gran desarrollo de la aleta dorsal. Todas las diferencias que acusan, pues, nues- tras medidas con las publicadas por el Dr. Lammzk, se relacionan con esta característica, que atribuyo á un carácler sexual de nuestras marsopas. La escasez del material bibliográfico á mi disposición, no me permite por el momento ocuparme más de este caso, limitándome á esta breve nota preliminar sobre el supuesto macho de Ph. dioptrica; reservando el estu- dio osteológico de los dos esqueletos para una próxima oportunidad. Por las fotografías que acompañan á estas líneas, el lector se dará cuenta de las particularidades expuestas; las cifras á continuación corresponden á las partes indicadas en la hembra (Lamuze, loc. cit., p. 275-276) y en el macho. Las medidas no indicadas son en ambos sexos iguales. Hembra Macho Largo en línea recta desde hocico hasta escotadura caudal.,.... 186 204 Centro de la nariz hasta el origen anterior de la dorsal....... 6o 64 Origen anterior de la dorsal hasta la punta superior de la misma (sreurento te icontarno) a A A AN 31 43 Punta superior de la dorsal hasta-la inserción posterior de la misma (colina cta e AA E NEC 15 25.5 Baserdedlafdorsale. Ln a NON 36 44.5 Inserción posterior de la dorsal hasta la escotadura caudal (si- A A A in aso e 79 83 Largo totalidelfanimalten lnea recta 1QI 209 Largo longitudinal de la inserción de un lóbulo caudal....... 14 15 Diámetro horizontal máximo de la caudal (de punta á punta)... — 47 Centro del ano hasta la escotadura caudal.................. 54.5 59 Ángulo denlaibocaMhastarelicen tro delo 12 10 Ancho horizontal máximo de la pectoral. .................. 7 11 Diámetro transverso máximo de la boca en su comisura. ..... 8.3 11 Circunferencia de la cabeza al nivel de los ojos.............. 7 61 Circunferencia del cuerpo al nivel del origen anterior dela dorsal. 108 102 — — = de la aleta pectoral, 87 81 Altura del cuerpo al nivel del origen ó inserción anterior de la pectoral ES Ire A 30 23 Altura del cuerpo al nivel del origen de la dorsal............ 43 35 Diámetro transversod elo cio mas 4.2 3.3 Centro del orificio nasal al centro del ojo en línea recta,..... 18.5 15 Carlos Bruch, Dos curiosos crustaceos de San Luis. En las Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires, t. 1, 1900, páginas 232-233, describió el Dr. Berc un nuevo filópodo bajo el nom- bre de Lepidurus patagonicus. Los dos ejemplares típicos procedían, pues, de la Patagonia y fueron recogidos en el Chubut cerca del río Corcovado. COMUNICACIONES 463 Ocho años más tarde el Sr. Pebro JOÉRGENSEN me trajo de este mismo crustáceo algunos ejemplares de Alto Pencoso (Prov. de San Luis), donde volvimos á encontrarlo en un viaje que en febrero de 1914 hicimos con el Dr. Carerte. Hubo de esta especie gran cantidad en un pequeño charco, resto de una represa de agua semiagotada, situada como unos 500 metros al oeste de la estación y próxima á la casa de NicoLÁs ALacia. Entre otros charcos vecinos que hemos explorado, no hemos hallado ningún ejem- Lepidurus patagonicus Bernc, tamaño natural Streptocephalus cervicornis WeLrsrr 5D veces aumentado plar; además, una centena de individuos que hemos traído, son todas hembras y tienen las bolsas ovígeras repletas de huevos. Esta propor- ción de sexos en cuanto a carencia de machos, como también la aparición esporádica de estos crustáceos, han sido ya mencionadas por varios autores. Basta la fecha, el Lepidurus patagonicus viene á ser el único representante de la familia en la Argentina, y su hallazgo en San Luis es una nueva prueba para la concordancia de la fauna de la Provincia de San Luis con la de la Patagonia. En cuanto á sus caracteres, los ejemplares de Alto Pencoso correspon- den perfectamente con la descripción dada por BerG, excepto lo relativo 464 PHYSIS al color. Los individuos conservados en alcohol adquieren el color verde oliváceo, pero en vida son de un lindo amarillo pálido, con las mandíbu- las, patas, un fino margen del escudo, las espínulas y los cercopodios de color ferrugíneo rojizo. En vez de transcribir la descripción, ofrecemos la fotografía del interesante apódido, si bien con el flagelo anterior de la pata izquierda mutilado. La otra figura representa al Streptocephalus cervicornis WeLrN., tam- bién un filópodo de la familia de los branquiópodos y del cual se ocupó el Dr. BerG en la comunicación referida (pág. 234-235). El mismo BerG había recogido varios ejemplares en zanjas y charcos de agua sumamente salada en la Estación Totoralejos (Prov. de Córdoba), de donde obtuvo el Dr. FrexzeL otros ejemplares por el año de 1889. Parece que después no existen noticias de otros hallazgos. Nosotros los encontramos jun— to con la especie precitada y muy abundantes en el mismo charco. Este Streptocephalus es muy singular y fácil de reconocer por el proceso frontal que hacia el ápice se divide en dos ramas de una complicación excesiva. Los individuos vivos son de un verde claro, muy transparente, los ojos son negros y los miembros rojizos. El género está representado también en las Antillas y en el sur de los Estados Unidos. Juan Bréthes, Descripción de un nuevo Carábido de la República Ar- gentina. El Dr. C. Specazzixt, habiendo encontrado Laboulbeniáceas sobre un carábido, me ha pedido su clasificación, y resultando aun desconocido pa- ra la ciencia, voy á dar su diagnosis a continuación, de modo que no que- de por más tiempo en el olvido. Forma parte de la tribu Anchonoderini y del género Ega, tan parecido a los Anthicidae. Ega argentina. Brirurs, n. sp. Por arriba es de un ferrugíneo algo obscuro; por debajo, ese ferrugíneo es más claro, aunque la región meso y metapleural es también bastante . obscura; las antenas tienen los / 6 5 últimos artejos piceos; en el meso- tórax hay dos líneas longitudinales y la cresta lateral también obscuras. El disco de cada élitro es de un ferrugíneo obscuro con un pequeño re- flejo verdoso; además, cada élitro tiene un grupo de cinco manchitas amarillas en la región de la depresión basal; esas manchas, cuando veci— nas, son separadas por las estrías; hay otra mancha amarilla y oblicua en- COMUNICACIONES 465 tre la depresión basal y la extremidad del élitro. Las patas son testáceas, con la extremidad de las tibias obscurecida. La cabeza y el tórax son completamente lisos, sin puntuación ni es- triación, carácter que distingue bien a esta especie de Eya inaequalis Br.; el protórax tiene una muy fina línea impresa longitudinal, la que es más visible en una impresión anterior. Las estrías de los élitros consisten sim- plemente en líneas hundidas: los intervalos son planos: en el medio de éstos se distingue con el microscopio una línea de puntos impresos. Las manchas anteriores amarillas se distribuyen del modo siguiente: dos en el 4” intervalo, una en el 5”, una en el 6* y otra (la mayor) en el 7”. La mancha posterior se encuentra en los intervalos 5-7. Varios ejemplares traídos de Jujuy al Museo Nacional por el Dr. C. SPEGAZZIMI (N* 7274). Sesión especial en honor del director del Museo Nacional de Río de Janeiro Dr. BRUNO LOBO 23 de septiembre de 1916 Habiendo venido á Buenos Aires, con motivo del Primer Congreso Nacional de Medicina, el Dr. Bruxo Lobo, director del Museo Nacional de Río de Janeiro, la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales celebró, el 23 de Septiembre pasado, una sesión especial en honor del distinguido huésped, á quién se le hizo entrega, con ese motivo, de su nombramiento de miembro correspondiente de esta sociedad. Después de oirse las comunicaciones de los señores : E. Boman, sobre pipas de la región diaguita ; Pero Serif sobre una serpiente, Pseudoto— modon trigonatus ; Lucien Hauman, observaciones botánicas y CARLOS Brucn, sobre insectos mirmecófilos (1) el presidente Dr. José M. be La Rua dió la bienvenida al Dr. Loo, como también á los Dres. O. Rise1- RO DA FONSECA y CHacas, presentes en la reunión. El Dr. Bruxo Loso, agradeció la demostración é hizo votos porque las relaciones de los diversos centros de estudios é instituciones científicas argentinas con sus similares brasileñas, fuesen cada vez más cordiales. Asi como, dijo, la fauna, la flora y la gea del Brasil, tienen íntimas rela— ciones y en cierto modo se complementan con las de la República Argen- tina, así también deben complementarse los estudios de los naturalistas de ambos países. Después de exponer las impresiones de su breve visita á este país el Dr. Logo hizo un interesantísimo relato de las excursiones que con fines etno- (1) Estas comunicaciones se publicarán en el próximo número de Pnys:s. 166 PHYSIS gráficos realizó el Sr. Roquerre Prsro en compañía del coronel Roxpox por la región del Amazonas. Uno de los territorios estudiados, al que se le dió el nombre de Rondonia en honor del jefe de la expedición, está habi- tado por interesantes tribus de indios, las cuales á causa del aislamiento en que han vivido, se conservan en un estado muy primitivo de civiliza— ción. Describió los medios empleados por el coronel Rowxpox para enta— blar relaciones con ellas é hizo ver que á pesar de su condición primitiva no carecen de inteligencia, pues pronto comprenden y utilizan los bene ficios de la vida civilizada, y la revelan en sus cultivos é industrias, aun- que otros rasgos podrían ponerla en duda. En efecto, no tienen habitacio- nes ó viviendas propiamente dichas, duermen sobre el suelo, viven de la caza y de la pesca, aunque suelen comer tierra y ciertos insectos, abun- dantes en la región. No construyen canoas; su alfarería es muy tosca, como también sus adornos. Las armas que usan están constituidas por hachas de piedra y flechas á veces envenenadas. Gultivan algunas legumbres y ciertas plan- tas para sus usos, y hasta parecen conocer el mejoramiento por selección, pues escogen y cultivan determinados tipos y variedades. Tienen la cos- tumbre como muchos indígenas sudamericanos de perforarse el septo na- sal y los labios. Manifiesta que los resultados de la expedición Rowbox se habían prin- cipiado á publicar, y el abundante material había sido entregado á los especialistas para su estudio y clasificación. Presentó en seguida la colec- ción etnográfica á la que se había referido en su conferencia y en nombre del Sr. Roouerre Pixro, hace donación de ella al Museo de La Plata. Siguió á la exposición del Dr. B. Loso un interesante cambio de ideas entre los directores de los museos de Historia Natural de Buenos Aires, de La Plata y Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires, Drs. A. GALLARDO, S. A. Laroxe Queveno y J. B. AmbroserTI, quienes felicita— ron al conferenciante por la interesante disertación. Á continuación el Dr. Rimemo ma Foxseca tomó la palabra y después de hablar de la misión que lo había traído á esta capital, se ocupó exten- samente de la ecología de los protozoarios parásitos, especialmente de los flagelados. Hizo ver como éstos pueden ser huéspedes de especies, géne- ros y hasta familias vecinas, y como su presencia en tales casos depende de las facilidades de infección y de ubicación, pudiendo coexistir ciertas especies con otras y hasta asociarse regularmente. La patogenia de las es- pecies, agregó, puede ser muy diversa, aun en casos de especies sistemá- ticamente vecinas y la transmisibilidad que puede ser directa ó indirecta depende en primer lugar de la localización de los parásitos. ComMuNIGAGIONES 467 Recepción pública dada por las instituciones científicas de Buenos Aires en honor de Sir ERNEST SHACKLETON 5 de octubre de 1916 De paso por Buenos Aires, después de los accidentes bien conocidos de su última expedición antártica, la mayor parte de cuyos miembros fueron salvados por el escampavías Yelcho, de la armada chilena, el célebre explo- rador Sir ErxesT SHACKLETON fué objeto de una recepción que, á iniciativa de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, le ofrecieron las princi- pales instituciones cientificas de esta capital. Con fecha 19 de junio del corriente año, y hallándose el Sr. SHack- LeroN en Puerto Stanley (Islas Malvinas), fué designado miembro corres- pondiente de nuestra sociedad. En la nota en que se le comunicó su nom- bramiento, se agregaban la siguientes palabras : «La comisión espera que se dignará usted aceptar este nombramiento como una pequeña muestra del interés con que esta asociación ha segui— do sus importantes trabajos cientificos en la Antártida, de simpatía en las duras pruebas a que usted y sus abnegados compañeros se ven some- tidos en la actual expedición, por cuyo feliz éxito la sociedad hace since- ros votos ». Participaron en esta recepción las siguientes instituciones: Sociedad Científica Argentina, representada por el Ing. NicoLás Besto Moreno, presidente de la misma; Instituto Geográfico Argentino, por el vicepre— sidente D. Leorono Lucoxes; Centro Naval, por el capitán de navío D. Horacio Barvé; Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, por su director Dr. ÁNGEL GALLARDO, quien representaba también á la Comisión Oceanográfica Argentina; Museo de La Plata, representado por su director Dr. SamueL A. Laroxe Queveno, y la Oficina Meteorológica - Argentina, por su director D. Jorce O. Wicc1x. El acto, que se realizó en el Prince George's Hall, fué presidido por el señor rector de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Dr. D. Euremio UbaLtLEs. Estaban presentes, además de los citados representantes de las socie dades y museos, el Sr. Intendente Municipal Dr. D. Arruro GRAMAJO; el Sr. Ministro de la Gran Bretaña Sir Recivao T. Tower; el Sr. Mi- nistro de Chile, Dr. Emmitaxo Ficueroa LaArrarn; el Sr. Ministro del Uruguay, Dr. Dawten Muñoz; el presidente de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Ing. Sawriaco Briax; el Director General 468 PHYSIS de Minas y Geología, Ing. Exrique HermtrrE ; el presidente de la Socie— dad Ornitológica del Plata, Dr. Rosekro DabbexeE; el presidente de nuestra sociedad, Dr. José M. ve La Rua, profesores de la Universidad y representantes de la Federación Universitaria de Buenos Aires, y de esta- blecimientos docentes, aparte de la mayoría de los miembros de las so— ciedades participantes. Cerca de mil personas llenaban la sala. Abrió el acto el presidente de la Sociedad Argentina de Ciencias Natu- rales, con el siguiente discurso : «En nombre de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales y de las demás Instituciones aquí representadas, tengo el alto honor de dar la bienvenida al ilustre e intrépido explorador que en estos momentos, in— felizmente muy breves, es nuestro huésped : Sir Ervesr SHAckLETON. Encontráis aquí reunido, señor SHAckLETON, todo lo que cientificamen- te tiene de más representativo la primera ciudad del hemisferio austral. Este es el homenaje que nuestras instituciones rinden á vuestra intre— pidez, á vuestra abnegación y á vuestros méritos científicos indiscuti— bles. Se quiere honrar en vos, no sólo vuestra enorme obra personal, sino también la de vuestros valientes compañeros de gloria y de infortunio, pues todos juntos formáis una unidad maravillosa, verdadera falange de soldados de la ciencia que habéis debido arrostrar y vencer peligros in- comparablemente superiores á los de los soldados en la guerra. El homenaje de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, insti- tución que tiene el honor de contaros entre sus miembros correspondien- tes, hubiera sido pequeño para méritos tan sobresalientes; por eso esta asociación, saliendo de sus estrechos límites habituales, quiso tributáros- lo unida con otras instituciones, y desde luego tuvo la satisfacción de ver que con absoluta y pronta unanimidad todas ellas respondieron a su lla— mamiento. | Los institutos participantes desean hacer extensivo este homenaje a la brava y brillante marina de Chile, por la hazaña del piloto Parpo y sus compañeros del Yelcho, que ha de perdurar en la historia de las explora- ciones antárticas ¡junto á la de la Uruguay, cuando el salvamento de los náufragos de la expedición Nordenskjóld. Este acto de arrojo y de abne- gación, que salvó para la ciencia y para la humanidad á vuestros heroi- cos compañeros, sujetos á una muerte segura y terrible, ha merecido la admiración y el aplauso de todo el mundo civilizado, y á nadie podía causar más regocijo entre los espectadores de aquella breve pero memo- rable empresa, que á sus hermanos los argentinos, orgullosos de ese triunfo fraternal que da lustre al nombre sudamericano y satisfechos COMUNICACIONES 469 de ver los laureles de la Uruguay, compartidos por el Yelcho, como si la Providencia hubiera querido poner en este extremo austral de la América á estos dos pueblos cuyos hombres de mar, no en balde des- cendientes de la raza de Hervanbo be MacaLLanes, debieran estar alertas y listos para lanzarse á las voces de socorro que ya varias veces han lle— gado de entre los tempanos antárticos. Así es como estos dos pueblos han ido haciendo su aprendizaje del heroismo cientifico, admirando con franca y sincera espontaneidad ese arrojo de los sabios extranjeros, mientras ellos van formando sus propios sabios que algún día han de participar con su capacidad original en las investigaciones cuyos resultados ya han contribuido á salvar para la cien— cia aprendizaje en que han revelado dos condiciones esenciales : el coraje físico y la pujanza moral. Tampoco podían nuestras instituciones dejar de recordar de un modo particular la generosa ayuda prestada por los marinos uruguayos con la intrépida tentativa en que tan abnegada y valientemente expusieron su vida y aun la hubieron de perder para demostrar que realmente lo hacían en cumplimiento de lo que entendían era su deber sagrado. Por esta razón nuestra sociedad se ha permitido invitar á presenciar este acto a los seño- res ministro del Uruguay, de Chile, como asimismo al ministro de la Gran Bretaña. «Os agradecemos, señor SHACKLETON, que hayáis aceptado nuestra invitación, hemós querido por ella efectuar un acto que refleje prove- cho sobre la cultura general, pidiéndoos que habléis á nuestro público sobre la vida intensa de explorador que acabáis de hacer y deseando que, en cambio de las rachas heladas de los vientos polares, experimentéis las cálidas brisas de la simpatía y del aplauso de estos tres pueblos her- manos ! Los oradores á quienes dejo la palabra explicarán el significado cien— tifico de este acto. «El presidente de la Sociedad Científica Argentina Ing. NicoLÁs Besto Mokexo, os traerá el mensaje de la más antigua y meritoria institución de este género en nuestro país, y nuestro consocio el Dr. José M. Sosraz, quien compartió con NorpexskJóLD los sacrificios y la gloria de aquella célebre odisea polar, expondrá con la autoridad que le confiere su triple condición de ex oficial de nuestra armada, expedicionario de la Antártida y naturalista, la importancia de las exploraciones en que tan brillante par- ticipación habéis tomado. » A continuación el presidente de la Sociedad Científica Argentina, re- (170 PHYSIS cordó las principales expediciones polares, particularmente aquellas que han pasado por Buenos Aires. El Dr. Sorrar leyó, después de esto, una disertación en que se ocupó detenidamente de los resultados geográficos y geológicos de las expedicio- nes antárticas, especialmente de la de SmackLeETON. La parte esencial de esta interesante conferencia, que no hemos podido incluir en este número por falta de espacio, aparecerá en la próxima en— trega de Prysis. El teniente SmackLeTON hizo luego una narración, en inglés, de su úl- tima expedición, deteniéndose particularmente en los detalles que más podían interesar al público, pues, según dijo, los resultados científicos sólo podrán conocerse más tarde. Finalmente, el Sr. Ministro de la Gran Bretaña, agradeció muy espe- cialmente, en nombre del teniente SHackLeroN, de sus compañeros y en el suyo propio, el homenaje tributado por las instituciones cientificas de Buenos Aires al ilustre explorador. MOVIMIENTO SOCIAL PRIMERA REUNIÓN NACIONAL DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES Al entrar en prensa el presente número de Pnxsis, agregamos estas lí- neas para anunciar que la Primera Reunión Nacional de nuestra sociedad se ha realizado en la ciudad de Tucumán en los días 23 a 3o de noviem- bre pasado. Sin tiempo ni espacio para hacer una reseña, ni aun somera, de esle primer congreso de los naturalistas de la Argentina, diremos solamente que, dentro del programa que la sociedad se había trazado, ¿los resultados pueden considerarse plenamente satisfactorios. En las entregas sucesivas de esta revista se darán noticias más detalladas,- mientras se prepara la publicación definitiva de los trabajos presentados. Cumplimos con el deber de declarar que el buen éxito obtenido se debe en gran parte al apoyo prestado por el gobierno nacional, en la adminis- tración anterior y en la actual, y por el ilustrado gobierno y los miem- bros de la comisión local de Tucumán, á quienes los concurrentes á la Primera Reunión Nacional son deudores de una hospitalidad tan cordial y COMUNICACIONES (71 franca, como honrosa, manifestada no sólo en las atenciones oficiales, sino también en Jos distinguidos círculos sociales y en la culta prensa de aque- lla ciudad. En nombre de esta sociedad, reiteramos á las autoridades y a la sociedad de Tucumán la expresión pública de nuestra sincera gratitud. Debemos también agradecer la participación tomada por todos los co- laboradores y adherentes, pero muy particularmente por los miembros de la comisión honoraria, — presidente de la Reunión y presidentes de sec- ción, — quienes en todo momento han aportado el concurso de su cien— cla, su prestigio y su consejo, de un modo tan desinteresado como eficaz. El indudable valor que la Reunión de Tucumán ha tenido como represen- tativa del progreso alcanzado por las ciencias naturales en nuestro país. debe atribuirse, en primer término, á ellos. Reconocerlo y agradecerlo, es para nosotros una obligación que cumplimos sumamente gustosos, puesto que son ellos nuestros maestros y nuestros amigos. Nuevos socios correspondientes. Últimamente han sido designados socios correspondientes de la Socie- dad Argentina de Ciencias Naturales los siguientes señores : W. H. Hubsox, Londres. Sir Ervesr SHACKLETON, Londres. Frawk M. Chapman, Nueva York. Bruwo Loso, Río de Janeiro. Penro JórGExsEx, Andalgalá, Gatamarca, R. A. Cantos S. Reeo, Mendoza, KR. A. Juas TremoLEraAs, Montevideo. Estos nombres se agregan á los publicados anteriormente (Pruvsis, n” 10, p. 180), que eran los de los señores HerMANN vox ImeriG (Sáo Paulo, Brasil); CarLos E. Porter (Santiago de Chile); CarLos AMEGHINO (La Plata, R. A.); GarLos Bruc (La Plata, R. A.); MicueL Lio (Tucumán. R. A.); Exrique Lyxcn ArrIBÁLZAGA (Resistencia, R. A.); CarLos SpeGazzINI (La Plata, KR. A.) El número de nuestros socios correspondientes se eleva ahora á ca- torce, de los cuales siete son residentes en el extranjero y siete en la Argentina. Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Las nuevas becas para el doctorado en Ciencias Naturales. — Como hemos informado anteriormente en Puysis (n” 10, p. 184) la Sociedad 72 PHYSIS irgentina de Ciencias Naturales se dirigió el año pasado al Consejo Direc- tivo de la Facultad de Ciencias, pidiendo el establecimiento de la segunda beca para el doctorado en Ciencias Naturales que, como allí se expuso, co- rrespondía de acuerdo con la ordenanza respectiva. k pesar de que esta solicitud fué'elevada con informe favorable, al Con- sejo Superior de la Universidad de Buenos Aires, no se resolvió en ningu- na forma en el año pasado ni en los meses transcurridos del actual. Por esta razón, la sociedad se ha presentado nuevamente en octubre próximo pasado ante el señor Rector de la Universidad, para exponer la conveniencia de que para el año próximo se abra la inscripción para la nueva beca, con lo cual se favorecería de un modo positivo el adelanto de nuestros estudios científicos. Subsidio á la Sociedad de Ciencias Naturales. — Esta sociedad ha sido favorecida por resolución del Consejo: Directivo, con un subsidio men- sual para ayudar á costear sus publicaciones, ayuda que ha sido debida- mente agradecida. Crónica 473 CRÓNICA Sociedad Ornitológica del Plata. Con verdadera satisfacción podemos anunciar la fundación de la Sociedad Ornitológica del Plata, que tuvo lugar el 28 de julio del corriente año. La nueva asociación se propone, según sus estatutos aprobados en la asam- blea del 6 de octubre, «el estudio sistemático, biológico y económico de las aves de la República Argentina y países vecinos », así como la protección de las especies útiles. La sociedad estará regida por una comisión científica, pero se desea darle un carácter popular, facilitando el ingreso de todos los aficionados, coleccio- nistas, etc., particularmente del interior de la república. Para este fin, se ha fijado una cuota muy pequeña. de seis pesos moneda nacional por año. La S. O. P. ha designado ya varios miembros honorarios y de entre ellos ha elegido, de acuerdo con sus estatutos, un presidente honorario, elección que ha recaído en el Dr. Enuaro L. HoLmsere, quien como se sabe ha sido uno de los primeros que entre nosotros se ha ocupado del estudio de las aves. El importante capítulo consagrado á ellas en la Fauna del Segundo censo de la República Argentina (1895), atestigua suficientemente aquella dedicación. Esta obra es, después de la de Azara, la única que contiene las descripciones en castellano de todas las especies (hasta entonces conocidas) de las aves del país. El presidente efectivo de la S. O. P. es el Dr. Ropero DabbENE y el secre- tario el Sr. Peoro SeriÉ. Los nombres de los citados caballeros son una garantía de seriedad y de progreso para la naciente institución. Contribuye considerablemente á ello, el hecho de que la $. O. P., tenga su sede en el local del Museo de Historia Natural de Buenos Aires, por autorización de su dirección. Por un acuerdo con la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, la S. O. P. publicará los extractos de sus comunicaciones, noticias del movimiento social, etc.. en Puvsis (1). Sin perjuicio de ésto, editará una revista propia que se titulará El Hornero. También realizará sus reuniones nacionales cada dos años, en unión con esta sociedad. Bajo la forma en que se presenta y con su amplio programa por llenar, se puede afirmar que la Sociedad ornitológica ha de ser de positivo provecho para esta rama de nuestra historia natural. Con motivo de la fundación de esta nueva sociedad, se han hecho desde diversos lados, algunas objeciones que merecen señalarse. Se ha dicho que (1) De acuerdo con esto, en el próximo número de esta revista se publicará la lista de socios honorarios y correspondientes, nacionales y extranjeros. 47h PHYSIS ello implica una subdivisión exagerada para nuestro incipiente desarrollo científico, pues es notorio que no existe en la Argentina un número suficiente de ornitólogos como para constituir una sociedad especial. Esta objeción que- da levantada con la admisión de los simples aficionados ó coleccionistas, y aun de aquéllos que tienen por las aves un interés puramento estético ó sen- limental, elemento muy digno de tomarse en consideración y cuyo aporte á los fines de la asociación puede ser mucho mayor de lo que generalmente SOIGEGOS Todo lo que tienda á vincular al pueblo con la naturaleza, sea por medio de la observación ó del sentimiento, debe ser aplaudido sin reserva y estimu- lado en la mejor forma posible. Esta sociedad llenará así, pues, un fin real- mente educativo, más si, como es de esperarse, encuentra entre los docentes el debido apoyo. Otra objeción, con más apariencia de fundamento, es la de que con esta nueva creación se dispersan los elementos de trabajo, se dividen los esfuerzos, apenas unidos alrededor de dos ó tres núcleos en formación. La objecion es más aparente que real. El esfuerzo se dividirá, sin duda al principio, para dar el impulso inicial; pero luego resultará que el esfuerzo se ha multiplicado. El tiempo ha de confirmar este aserto. El museo de la provincia de Tucumán. El y de julio del corriente año fué inaugurado oficialmente un nuevo mu- seo de Historia Natural en la ciudad de Tucumán, como uno de los números del programa de las fiestas del Centenario de la independencia. Este museo fué creado por ley de la legislatura de 3 de diciembre de 1908 ; pero esta ley no se ha hecho efectiva hasta el año pasado. Por decreto de 28 de diciembre de rg15, se ordenó la instalación de la sección de etnografía y y ciencias naturales, y se designó director honorario del museo al Dr. MicukL LiLLo. El Prof. LiLLo, químico y naturalista bien conocido, doctor en ciencias na- turales honoris causa por la Universidad de La Plata, era, por su constante dedicación á la historia natural de Tucumán, la persona más indicada para el cargo. Durante largos años, el Dr. LinLo ha logrado reunir, á sus propias expen- sas, grandes colecciones, especialmente de plantas y de aves, notables por la riqueza tanto en número de especies como de ejemplares. Igualmente ha formado una valiosa biblioteca casi toda ella de obras especiales de botánica y ornitología. Con todo esto, su gabinete particular supera al de muchas insti- tuciones oficiales. i base de tan rico material, el Dr. Lino ha publicado varias monografías muy apreciadas por los especialistas, y tiene otras en preparación. De algunas de ellas hemos tenido oportunidad de ocuparnos en estas páginas. Una parle CRÓNICA 4:75 de sus colecciones ha sido depositada por el Dr. Lio en el museo de la pro- vincia. El nuevo instituto posee un local propio que por ahora consta sólo de dos salas, pero que se espera será ensanchado próximamente. El museo de Tucumán cuenta ya con una buena cantidad de material ar- queológico y paleontológico, recolectado por su cuenta en excursiones envia- das con este objeto. Para ello, así como para el arreglo y catalogación de los objetos, dispone de un hábil y laborioso preparador, buen conocedor de la na- turaleza de Tucumán, el Sr. Roporo ScHreriTerR. Tenemos á la vista el Catálo- go de arqueología y paleontología (un folleto, 32 pág., Tucumán, 1916). El ma- terial arqueológico representa ya un buen conjunto, consistente en urnas funerarias, pucos, flechas, hachas, etc., casi todo de la región calchaquí. Existen también varios cráneos de indígenas adultos y niños. Los fósiles son poco numerosos pero interesantes : proceden todos ellos de los estratos arau- canos de Tiopunco (prov. de Tucumán), localidad que no había sido nunca explorada paleontológicamente. Es seguro que el estudio sistemático de este pequeño conjunto ha de proporcionar datos de interés científico. El nuevo instituto, que pasará á depender de la universidad de Tucumán, se inicia, pues, bajo los mejores auspicios. Todo hace suponer que será un buen museo regional de historia natural, y no es necesario insistir sobre los gran- des beneficios que los establecimientos de esta clase están llamados á prestar en nuestro desarrollo científico. Museo Educacional de la provincia de Mendoza. Vemos por el Boletín de la Educación (UI época, n* 43, Mendoza, 1915) que el museo de esta provincia, creado en 1911 como una dependencia de la Di- rección General de Escuelas de Mendoza, ha alcanzado un grado de desarrollo que asegura su porvenir. Come su nombre lo indica, este museo sirve á las necesidades de la enseñanza, pero posee ya un conjunto de colecciones y un personal técnico que le dan derecho á ser considerado como algo más que un museo puramente educacional. La consagración de su director, el Prof. Cartos S. Rrrbn, ha realizado esta obra meritoria y digna, en todo concepto, del aplauso y el apoyo de todos los que se ocupan de historia natural. En los números siguientes de esta revista, tendremos oportunidad de dar á conocer más detalladamente los progresos del Museo de Mendoza. Museo Nacional de Buenos Aires. El director de este museo, Dr. ÁwxceL GaLLarDO, ha sido honrado con la designación de académico honorario y miembro correspondiente de la célebre universidad de San Marcos, de Lima. (176 PHYSIS Han sido nombrados adscriptos honorarios en este museo, los señores Abr- LARDO Gao, en la sección de antropología y. Lucas KracLievicH en la de pa- leontología. Instituto Nacional del Profesorado Secundario. Departamento de Ciencias Bioló- gicas. La extensa Memoria de este establecimiento (1) hace ver que el Departa- mento de Ciencias Biológicas (p. 389-439) ha adquirido un desarrollo en estos últimos años, que le da derecho á un lugar entre los centros de estudios cien- tíficos en nuestro país. Es sabido que este instituto prepara para desempeñar las clases de los co- legios nacionales. Los alumnos que ingresan en él son bachilleres recibidos, y en general siguen cursos en otras facultades de la Universidad de Buenos Aires (en la de medicina más comunmente, en el caso de los que cursan Bio- logía). Los cursos duran cuatro años, durante los cuales se estudian, con horario variable entre tres y seis horas semanales, todas las asignaturas comprendidas generalmente bajo la designación de biológicas. Es digno de señalarse el hecho de que existen en este departamento, más cátedras especiales que en el Doctorado en Ciencias Naturales de la Universi- dad de Buenos Aires. Es sensible la falta de ayudantes ó preparadores. Igual- mente es deficiente el local por su estrechez y la disposición poco adecuada de sus piezas para las necesidades de la enseñanza, puesto que se trata de una simple casa de familia alquilada para este uso. En la actualidad este departamento cuenta con unos treinta alumnos, la mayor parte de los cuales se señalan por un verdadero interés en las materias que estudian. Este es el mejor signo, y tenemos razones para creer que de entre ellos han de salir algunos naturalistas de verdad. Su dedicación está de manifiesto por la Revista del Centro de Estudiantes del Profesorado Secundario, que han empezado á publicar desde 1914 y de la cual van aparecidos diez múmeros. Vemos en ellos, entre otros, útiles apuntes ilustrados sobre la sistemática de las plantas fanerógamas (n” 6-10) con ejem- plos de la flora argentina. Conferencia del Prof. Ángel Gallardo sobre la herencia biológica. En el Instituto Popular de Conferencias dió el Dr. GaLLarpo, el 19 de agosto pasado, una conferencia sobre las teorías de la herencia. Después de exponer á grandes rasgos las principales, hizo una breve explicación de las (1) El Instituto Nacional del Profesorado Secundario en la primera década de su existencia, 1905 á 1915. Un volumen de /89 páginas. Buenos Aires, 1916. CRÓNICA 477 de MenbeL, y se detuvo algo más en la consideración de las ideas de Aucusro Weismann, sobre las cuales hizo algunas observaciones interesantes. Transcri- bimos (de La Prensa, agosto 20, 1916) el pasaje siguiente : «La distinción profunda que establece WkismaxN entre el germen y el soma lo lleva á negar la herencia de los caracteres adquiridos. « Llámase germen al conjunto de las células reproductoras, y soma al con- junto de las demás células del cuerpo. «En los protozoarios, que son unicelulares, el germen y el soma se con- funden en la única célula que los constituye. «En los metazoarios ó animales multicelulares, aparece la distinción entre células somáticas y germinales. «Siguiendo la genealogía celular se comprueba que las células germinales descienden de las germinales precedentes y no de las somáticas, de manera que no pueden heredar de éstas sus propiedades. Pero el germen no lleva una vida autónoma, sino que es alimentado y sostenido por el soma, de ma- nera que su independencia no es tan grande como aparece en los cuadros genealógicos teóricos. «WersmaNN, que en sus primeros trabajos consideraba el germen como un legado intangible que se trasmitían unas á otras las generaciones sucesivas, á la manera de la antorcha simbólica de los griegos, aceptó en sus últimos tiem- pos, después de mucha discusión, que el germen puede modificarse al mismo tiempo que el soma por la acción de los factores externos. Sin esta concesión hasta las diferencias entre los plasmas ancestrales desaparecían, y sin ellas la evolución resulta incomprensible por más ingenio que se despliegue. Pero siempre se resistió á admitir que las modificaciones adquiridas por el soma puedan pasar al germen por falta de vehículo adecuado en su teoría. «Wersmany y los demás neodarwinistas niegan la herencia de los caracte- res adquiridos y creen que la selección natural entre adultos ó entre plasmas ancestrales basta para explicar toda la evolución. Los neolamarckianos, sin negar la importancia de la selección, sostienen que la evolución no puede concebirse sin admitir la herencia de dichos caracteres. «El ilustre Aucusro We:ismanx ha habitado casi toda su vida en la ciudad de Freiburg in Breisgau, donde era profesor desde 1867 y donde murió á los So años, el 5 de noviembre de 1914, algo después de comenzada la actual guerra europea. «En esa ciudad de aspecto medieval, se explica que haya tendencia á exa- gerar la importancia del factor hereditario, de modo que la mentalidad de Weismanx habría estado influenciada por el medio ambiente, cuya importan- cia desestima. «Si todo proviene de las variadas combinaciones de los plasmas ancestrales y la educación y el ejercicio son impotentes para modificarlos, como quiere Weirsmaxx, habrá razas predestinadas al predominio 6 á la inferioridad, según tengan el buen ó el mal plasma, y todos los esfuerzos que hagan estas últimas para redimirse del pecado original serán ineficaces. Es una teoría imperialista. Puysis. — T. 1 31 1178 PHYSIS «En América vemos la cuestión desde otro punto de vista, al comprobar diariamente la modificación que ejerce el medio ambiente sobre los inmigran- les en pocas generaciones. «Sus descendientes conservan sin duda los caracteres ancestrales, pero tie- nen todos ellos en común algo que nos permite reconocerlos como argentinos, á pesar de sus orígenes diversos. «Lo mismo se observa en los demás países americanos, y el antropólogo Boas ha comprobado en los Estados Unidos que esas modificaciones pueden expresarse numéricamente en los estudios craneométricos que ha realizado. «Nos hallamos, pues, mejor dispuestos á admitir la herencia de los carac- teres adquiridos. «Todos los criadores y cultivadores comprueban prácticamente la influen- cia del medio y de la nutrición en la calidad de sus productos. «Ningún agricultor sensato creerá que basta sembrar una buena semilla para obtener una excelente cosecha en un campo mal cultivado. ¿Qué gana- dero empleará sumas elevadas en adquirir reproductores de alto precio para economizar luego la alimentación de sus descendientes ? «No sólo hace falta buena sangre sino también buena nutrición. «Nadie niega, ni aun los neodarwinistas más exagerados, la influencia del medio ambiente en el desarrollo individual, pero todo hace creer que también influye en el desarrollo de la estirpe. Las estadísticas de los hipódromos ingle- ses demuestran que los caballos de carrera son cada vez más veloces, y esto no puede atribuirse solamente á la selección prolongada, sino también á la acu- mulación de los efectos del ejercicio en las generaciones sucesivas. «La negación de la herencia de los caracteres adquiridos, porque no se explica bien dentro de tal ó cual sistema teórico, conduce á una especie de fatalismo orgánico y resulta disimuladamente la predeterminación de las an- tiguas teorías del encajonamiento de los gérmenes, bajo un aspecto más sutil. «Aun cuando no aceptemos con los pragmatistas que la verdad de un con- cepto se mide por su utilidad, no puede negarse que el sentimiento íntimo de que cada esfuerzo realizado por mejorarnos repercute favorablemente en el porvenir de la estirpe, es un poderoso factor de progreso humano. La convic- ción de que nuestra buena ó mala conducta tiene consecuencias en el progreso ó decadencia de la humanidad constituye una forma de moral biológica que no es de despreciar en esta época llena de incertidumbres. » Más adelante se refirió álos ensayos de la moderna eugénica, respecto de la cual se mostró excesivamente pesimista, y concluyó con las palabras siguientes : «Mientras los sabios eugenistas celebraban solemnemente sus reuniones y congresos para discutir los mejores medios de impulsar y encauzar el progreso humano, se preparaba la terrible guerra actual, que, á todas sus calamidades, agrega la de ser una formidable selección negativa ó disgenésica, como se dice en la jerga científica, que troncha precisamente la vida de los más fuertes, de los más sanos, de los más nobles y de los más abnegados. «Las guerras antiguas, los combates de los héroes de Homero, pueden Crónica 479 haber sido un factor del progreso biológico del hombre, en cuanto elimina- ban á los más débiles, asegurando el triunfo de los más vigorosos ó más astu- tos en las luchas individuales. : «(De qué sirve hoy el valor, el vigor ó la inteligencia contra la explosión de la mina, de la bomba ó del torpedo? ¿Cuál es el más apto que sobrevive á los gases asfixiantes ó al hundimiento del trasatlántico ) «Los proyectiles no se sabe de dónde vienen, y aquel que los dispara ignora á quién van á herir, no sabe si mata á un sabio, á un artista, á un filántropo ó á un santo. 3 «La Europa ve hoy día sus generaciones segadas en flor por la destrucción más ciega de que haya ejemplo en la historia. «Mientras Inglaterra no tuvo servicio militar obligatorio, sacrificó la por- ción más valiente y generosa de su juventud, en provecho de los cobardes y egoístas que se abstenían de exponer su vida en la colosal hecatombe. «Desde el punto de vista biológico, la guerra actual representa la elimina- ción violenta de la porción más adelantada y perfeccionada de la humanidad. «Esta selección negativa que deja sobrevivir á los débiles y enfermos, mien- tras mata, mutila é invalida á los fuertes, se traducirá por un retroceso cuyos efectos se harán más sensibles dentro de un cuarto de siglo. «La selección guerrera, ciega en cuanto á los individuos, ¿permitirá acaso el predominio de una colectividad más perfecta «Todas estas calamidades, tantos dolores y tantos sufrimientos ¿produci- rán siquiera un progreso moral? «Ninguna teoría permite predecir cuáles serán las consecuencias para el progreso humano, de la terrible prueba que está sufriendo el mundo, cuál será el fruto de los ríos de sangre que hoy se derraman. «Ante esta trágica y pavorosa realidad, las ingeniosas especulaciones teóri- cas que acabamos de pasar en rápida revista, parecen juegos de niños al borde de un volcán. E - «Sin embargo, la silenciosa obra científica, perturbada hoy por el ciclón guerrero, ha de continuar acumulando pacientemente las observaciones, en— sayando las hipótesis, imaginando las teorías para preparar el lento avance de los conocimientos que constituye la verdadera y definitiva victoria del espíritu humano sobre lo desconocido, á despecho de los obstáculos que le oponen las fuerzas naturales y los estallidos de sus propias pasiones y de los instintos ancestrales. » Quinto aniversario de la muerte de Fl. Ameghino. El lugar de su nacimiento. Lo mismo que en años anteriores, en el presente ha sido recordada la muerte del ilustre naturalista por medio de diversos homenajes tributados por asociaciones científicas y educacionales, en el mes de agosto pasado. En la Sociedad Científica Argentina se realizó una sesión especial que fué presidida 180 PHYSIS por el señor Ministro de Obras Públicas de la Nación. Dió una conferencia el Prof. RopoLro Sexer. En diversos establecimientos de educación se efectua- ron actos semejantes. Á medida que el tiempo transcurre, se acentúa cada vez más la impresión dejada en el espíritu público, no diremos por su muerte, sino más bien por la revelación que para la mayoría fué ella : esto es, la de su vida y su obra, ignoradas por la casi totalidad de sus conciudadanos. Á las formas habituales de rememoración, se ha unido esta vez una menos común : la vida del sábio ha sido tema de una pieza de teatro. Ha de ser, creemos, uno de los pocos casos en que la vida de un naturalista haya sido motivo de un drama — ó comedia — y. á la verdad, no tenemos por qué lamentarnos de ello. Se trata de Los astros, pieza de Dn. José León Paca- No, cuyo estreno ha coincidido aproximadamente con este aniversario. — «Así como hay astros — se dice en esta comedia — cuya luz llega á la tierra cuando el astro ya ha desaparecido, así hay hombres cuyo genio se re- conoce cuando el hombre ya no es.» — Naturalmente, los nombres pro- pios y los detalles materiales están alterados, pero conservan la suficiente transparencia para que pueda discernirse la realidad. Á base de supuestas complejidades psicológicas, el autor plantea alrededor de la vida, bien senci- lla, del sabio, una serie de cuestiones filosóficas trascendentales. Señalamos el hecho como una curiosidad, que ha de interesar á los futuros biógrafos de AMEGHINO. Con motivo de este aniversario, la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, á iniciativa del Sr. diputado DickmaxN, dispuso, como un homenaje á su memoria, la adquisición de la casa en que nació FL. Amecnrxo, en la ciu- dad de Luján. Se trata de uma casita sumamente modesta, que se conserva igual á lo que era en aquella época. La Legislatura aprobó la idea, y la par- tida correspondiente ha sido incluída en el presupuesto del año próximo (1). En esta ocasión, uno de los diputados de La Plata expresó la duda, que ya había sido señalada por otros, de si Amecuino había nacido realmente en la Argentina, y se resolvió nombrar una comisión que informase al respecto. No sabemos si la comisión se ha expedido: pero nos permitiremos adelan- tar una opinión, y es que, cualquiera que sea el resultado á que llegue su informe, no debería influir de ningún modo en la decisión definitiva de la Cámara. Aun cuando la comisión no pudiera llegar á probar con documentos legales que Ámecnixo nació en aquella casa, no por eso deja ésta de ser «la casa de Amecuixo », aquella donde él habitó con sus padres desde los primeros años de su infancia. Esto último consta positivamente. Así, pues, aquella humilde morada tiene, para el caso, absolutamente el mismo significado. (1) Véase Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados (de la Prov. de B. Aires), 14" sesión ordinaria, p. 121. agosto 25 de 1916. CRÓNICA 481 La duda ha surgido por no haberse encontrado, cuando se buscó, la partida de nacimiento de Amrcnixo, que se suponía debía existir en la parroquia de Luján; pero es bien sabido que omisiones de esta naturaleza han sido frecuen- tes no sólo en aquellas épocas sino en años más recientes. La falta de este do- cumento no prueba, pues, de un modo concluyente que no haya nacido allí. Sucede que á la vez se ha exhumado en Italia una fe de bautismo que algu- nos suponen pertenezca á nuestro sabio; pero el nombre y la fecha consigna- dos en esta partida no corresponden exactamente á los de FLorenrivno Ámr- «Ho, de modo que este documento tampoco es probatorio positivamente. Parecería corresponder más bien á un hermano mayor de D. FLoreNtINO, que habría muerto poco después de nacer (1). En la duda que dejan las constancias legales, hay que optar por lo que dicen las tradiciones de la familia y de los viejos vecinos de la antigua villa, y todos están de acuerdo en que nació, efectivamente, en Luján. Además, y esle es quizás el argumento de más peso, él mismo lo ha creído siempre así, y así lo ha dicho y hecho constar en documentos legales, como su libreta de enro- lamiento en la guardia nacional (desde 1885), su partida de ciudadano, etc. Así debemos creerlo hasta que pruebas del todo fehacientes demuestren lo contrario. Por otra parte, la cuestión tiene el interés de un detalle puramente bio- gráfico. Aunque se llegase á probar que FL. Amecuino nació en Italia, quedaría el hecho positivo de que vino — mejor dicho, fué traído —á la Argentina siendo un niño, quizás un niño de pechos. Así, toda su educación fué hecha aquí, y en cuanto á su obra científica, no hay para qué decir. Dejamos constancia de un hecho notorio, pero sin que podamos enorgullecernos mucho de él, pues es demasiado sabido cuán poco debió Ameenixo en sus comienzos al ambiente aldeano y casi hostil que le rodeaba. Fuera de una media docena escasa de relaciones con otros naturalistas, no tuvo sino la aprobación y el estímulo de hombres como SarmIeNTO y MirkE en artículos publicados en los diarios de Buenos Aires. El aplauso de los dos hombres más eminentes de la república en aquella época, debe haberle compensado de muchos sinsabores. Inversamente, aunque se probara, por medio del documento original que aún falta, que AmecumIxO ha nacido en la Argentina, no dejaría por eso de ser italiano por su sangre y por su hogar materno, del cual jamás renegó, antes bien, tuvo siempre á honra. Mal podría tampoco haberlo negado, pues á no estar los hechos materiales, estarían ciertas cualidades de su genio, — la vivaci- dad de su inteligencia y de su imaginación, su temeridad, su misma precipi- tación, también el tesón incansable, — cualidades que denuncian su estirpe Italiana. (1) Véase el opúsculo La Nacionalidad de Ameghino por Arrreno J. Torcerr1 (La Plata, 1916), donde el asunto es ampliamente discutido. 182 PHYSIS Esta discusión póstuma, trabada alrededor del lugar en que Amecuixo na- ciera, tiene todo el valor de uma consagración definitiva. Coronel Benjamín García Aparicio. Tenemos que lamentar el fallecimiento, ocurrido el 12 de octubre pasado, del coronel D. Bewyamín García Araricio, director del Instituto Geográfico Militar de la República Argentina. De los importantes volúmenes publicados bajo su dirección, hemos tenido oportunidad de ocuparnos muy someramente en esta revista (Pnxsts, n* 11). Garcia Aparicio era considerado como uno de los ¡efes de mayor prepara- ción científica de nuestro ejército. Su carrera técnica relacionada con asuntos geográficos se cuenta desde 1880, época en que prestó eficaces servicios en la comisión de exploración y relevamiento topográfico de la región austral an- dina, bajo las órdenes del coronel Manurr J. OLascoaca. Fué representante de la Argentina en diversos congresos geográficos, prin- cipalmente en el de Roma (1913) y en la segunda Conferencia internacional del mapa al millonésimo (París, diciembre 1913), y delegado permanente del gobierno argentino ante la Asociación geodésica internacional de Berlín. Últi- mamente fué designado para concurrir al segundo Congreso Panamericano (diciembre, 1915); pero le fué imposible cumplir su misión á causa de la en- fermedad que lo aquejaba. Era miembro honorario correspondiente de la Royal Geographical Society de Londres y de la Real Sociedad de Geografía de Madrid : correspondiente de las de Berlín y Roma, y activo de la American Geographical Society de Nueva York. Estos títulos son la mejor demostración de sus méritos científicos y de la justa estima que de ellos se hacía en las primeras asociaciones geográficas del mundo. Exploraciones geológicas en el territorio argentino. En la provincia de La Rioja. — De mayo á septiembre de 1915, el Dr. Juan Hausex hizo una exploración geológica en la sierra de Umango, situada en la parte occidental de la provincia mencionada. Esta región pertenece geológicamente al elemento estructural de las Sierras Pampeanas, componiéndose el subsuelo de esquistos cristalinos en gran parte mezclados con granitos. La intrusión principal está ligada al gran batolito del nevado de Famatina. Los esquistos, orientados en la misma dirección que los demás de las Sierras Pampeanas, es decir, N. S., y fuertemente inclinados, se componen principalmente de caliza cristalina, esquistos micáceos y cuarcí- ticos. La caliza cristalina se encuentra con más abundancia en la parte occidental, formando la continuación al norte de la caliza silúrica de la Precordillera de CrónICA 183 Guandacol y es probable que ambas sean de la misma edad. Por falta de todos los indicios de lagunas en la serie de los esquistos en estas montañas, puede suponerse que sean paleozoicas, y es muy notable el hecho de que las mismas rocas se hallen, según BopexseNDER, en el nevado de Famatina menos meta- morfizadas (en parte fosilíferas, esquistos con Dictyonema, etc.). Contra la parte conlinante de la Cordillera en el oeste, compuesta de rocas clásticas, la región cristalina de la sierra de Umango se separa por una gran falla de rum- bo meridional, de edad terciaria. El metamorfismo plutónico del conjunto de esquistos de la sierra de Uman- go es paleozoico inferior (caledónico)), al cual pertenecería el granito de Fa- matina. En cuanto á la fase orogenética pérmica, que ha producido la faja de la Precordillera, parece que ha influído bastante poco en el conjunto de Uman- go. Los restos de los estratos inferiores de Gondwana están dislocados sola- mente por los movimientos orogenéticos terciarios, que han afectado tam- bién al basamento cristalino. Se pueden distinguir dos fases de estos movimientos andinos en la región : una anterior con fuerza tangencial, produciendo pliegues (como también en el nevado de Famatina) y otra posterior de rumbo radial (vertical) formando el relieve alpino actual. En el territorio de Misiones. — El Dr. Juan Hausey ha realizado en el mes de julio del corriente año, un viaje á este territorio, con el objeto de comple- tar los estudios hechos sobre una colección de rocas recogidas allí por el Sr. AboLro FrLossporr. Esta región pertenece orográficamente á la gran área montañosa del Brasil meridional, situada afuera de las llanuras chaqueño-pampeanas. La roca principal del subsuelo, es un basalto denso ó amigdaloide (espilita) que for- ma, según parece, capas más ó menos horizontales y que por el examen de una buena cantidad de cortes microscópicos, puede verse que todas las varie- dades de esta roca, tienen una misma composición mineralógica. Los minera- les principales son : labradorita, piroxeno basáltico y óxidos de hierro. La ansencia de olivina es completa. La estructura se modifica solamente por las variaciones del tamaño de los granos y por la presencia ó ausencia de amígdalas. El desarrollo siempre es ofítico, sin signos de aplastamiento. No se han visto fenocristales en las mues- tras examinadas. Desempeña un papel muy inferior en la composición del subsuelo, una arenisca cuarcítica colorada, formando muy probablemente el substrato de las capas volcánicas, pues aflora solamente donde está fuertemente dislocada. En su contacto con el basalto está siempre metamorfizada (vitrificada ó ge- frittet.) En cuanto á la edad geológica de la arenisca y del basalto, es probable que pertenezcan á la formación brasileña triásica, llamada por Wmrrk Formación de Sáo Bento, porque las capas en Misiones tienen con aquella una semejan- za litológica muy grande. La edad triásica de los estratos de Sío Bento se de- 48% PHYSIS duce de la circunstancia, de que las capas subyacentes son pérmicas y están separadas de las areniscas en cuestión sin una laguna evidente. En las sierras de la provincia de Buenos Aires. — El Dr. José M. SoBraL comunica los siguientes apuntes sobre excursiones en esta provincia : Aprovechando algunos días feriados de los meses de invierno hice con los señores Nácera, Tarta y DeLéraxc, excursiones geológicas á las regiones de Olavarría, Sierra Chica y Tandil, con la aprobación y apoyo de la Dirección General de Minas, Geología é Hidrología, Estudiamos la geología en general y especialmente la base cristalina de las lomas y cerros que forman las llamadas sierras Bayas, Chica y del Tandil. Mi propósito es continuar estudiando esas sierras hasta Mar del Plata y su prolongación hacia el oeste en la sierra de La China, etc. Es evidente la importancia que tiene ese distrito, lo mismo que el de la Ventana, como región de excursiones por estar relativamente cerca de Buenos Aires y ser más fácilmente accesibles para los estudiantes de petrología de esta ciudad. En la región recorrida el fenómeno predominante, en lo que atañe á la géne- sis de las rocas cristalinas, es el palingenético. En todas partes se puede observar con toda evidencia los efectos de la fu- sión y asimilación. Rocas miloníticas aparecen sólo localmente en la región estudiada. pero toda la base cristalina muestra los efectos del metamorfismo dinámico. Respecto á la forma y modo de ocurrencia de las rocas igneas se sabe muy poco. Probablemente se trata de una batolita, cuyo techo lo formaban esquis- tos cristalinos fémicos los cuales han sido parcialmente asimilados. Haurnaz (1) opina que se trata de lacolitas porque el granito aparece-en ce- rros cuyas cimas tienen forma de domos : « Der Granit, welcher die nordós- tliche, áussere Zone der bisher behandelten Gebiresgruppe bildet, erscheint háulig 1n domfórmigen Kuppen, die sich gerne reihenweise ordnen (vgh. Sierra de los Cinco Cerros de Peña). Ich habe schon weiter oben ausgefúbrt, dass ich die Ursache dieser Erscheinungsform darin sehe, dass diese Granit eruptionen intrusiver Natur, Lakkolithen sind ». Greo que Haurnaz está equivocado, aquí, como también en lo que se refie- re á la mima clase de intrusión en los Andes australes. Es muy sabido que no sólo las lacolitas tienen formas de cúpulas ó do- mos: lo que caracteriza á las lacolitas es el ser cuerpos igneos intrusivos en ro- cas sedimentarias, y que la roca ígnea, así como ha tenido ó tiene un techo de estratos, debe yacer sobre los estratos inmediatamente inferiores á los que forman el techo. HaurnaL no ha mostrado en ningún caso esa característica. (1) Beilrige zur Geologie der argentinischen Provinz Buenos Aires. Pelerm. Geogr. Mitleilungen Heft 1V, página 9. 1904. CRÓNICA 485 Ciencias Naturales en la América latina. Museo Nacional de Río de Janeiro. — Hemos tenido el placer de recibir los dos últimos volúmenes (AVI y XIX, 1916) de los Archivos de este instituto publicados bajo su actual dirección. Constituyen la comisión redactora de esta publicación los señores Bruxo LoBo, Miranpa Riserko y Roquerre Prwro. Contienen estos volúmenes estudios botánicos por A. J. be Sauraro, jefe de la sección botánica, sobre la flora de Minas Geraes (vol. XVIII) y de Matto Grosso (XIX) : este último contiene una erudita y detallada historia de todas las herborizaciones hechas en aquel estado, con plano é itinerario de cada expedición, bibliografía, etc., ¡junto con un catálogo de las plantas hasta ahora conocidas en la región. Todo esto viene á constituir una introducción á los resultados botánicos de la expedición del coronel Robos, que aparecerán más tarde. Eucexto RanceEL se ocupa del estudio delos hongos y A. pa Gosra Lima, de himenópteros (calcididos y hormigas). Sobre éstas (XIX, p. 181) trae observa- ciones interesantes respecto de la hormiga saúva (Atta sexdens) y los métodos empleados para la destrucción de esta plaga. Esto ha de ser de interés para los agricultores argentinos porque como es sabido la especie existe, represen- tada por otras variedades, em Corrientes y Misiones (hormiga minera, isaú, etc). Incidentalmente, el autor hace referencia (p. 189) á /ridomyrmex humilis Mar, adoptando para ella el nombre de hormiga argentina de los norteamericanos. GaLLaRDO ha demostrado en estas páginas (Puvsis, t. L, p. 133, 1912) que esta denominación es incorrecta. de Sociedad Cientifica de Chile. — Esta asociación ha nombrado á Sir Ernest SmHackLerox miembro honorario, en los últimos días de septiembre próximo pasado. En su honor se dió una recepción en Santiago de Chile. Opiniones norteamericanas sobre el petróleo argentino. El Sr. RarrH ArxoLp publica en la Economic Geology un trabajo titulado «Conservation of the oil and gas resources of the Americas ». Al hacer esa pu- blicación tiene por propósito mostrar el estado y posibilidades de la industria del petróleo en los países americanos y al mismo tiempo discutir brevemente cómo conservar los yacimientos petrolíferos de la mejor manera. Antes de empezar la discusión emumera los factores que gobiernan la pro- ducción del petróleo. Los divide en dos grupos: factores naturales y factores artificiales. Factores nalurales son : presión de las rocas ó presión bajo la cual el petró- leo existe en su receptáculo subterráneo; viscosidad del petróleo y espesor, extensión, porosidad y estructura de la roca del receptáculo. Los factores artificiales son : el precio del petróleo ó gas, que es el factor dominante, la profundidad de los pozos, tiempo requerido para completarlos, distancia que los separa, condición, bombas y otros equipos, adelanto en 1186 PHYSIS métodos de desarrollo, complicaciones de agua, descubrimiento de nuevos ya- cimientos, distancia de los yacimientos á los mercados, facilidades de trans- porte y costo relativo de la producción en los diferentes yacimientos. Publica una estadística de la producción mundial de petróleo en 1914 y de 1859 á 1914, compilada por el United States Geological Survey. Producción mundial de petróleo crudo en 1914, y de 1859 á 1914, con el porcentaje de la producción por paises, en barriles de 42 galones (1) 1QI4 1859-1914 País K——_— — —»É 2 ——— — — E Porcen- 7 Porcen- Producción > Producción y taje taje 1 | Estados Unidos de N. América.| 265.762.535 -| 66,36 | 3.335.457.130 | 59,63 O O aia 67.020.522 16,74 | 1.622.233.845 2(),00 Méjico: toa ol 21.188.427 5,29 90.359.869 1,62 AE, ola OR lolo 12.826.579 3,20 117.982.474 25 UL 5 | Indias orientales holandesas....| 12.705.208 (a) 3,17 138.278.392 2,47 A NAS 8.000.000 2,00 73-979-919 1,32 INGA tard ios 5.033.300 (b) 1,26 131.873.601 2,36 O A a Dai 2.738.378 (c) 0,68 27.051.158 0,48 AS o EA 1.917.802 0,18 14.306.972 0,26 no ll AMlbreant.oo. do dono a ae dd: 995.764 0,25 12.965.569 0,23 NN o aa ori, 777-038 0,19 1.086.728 0,02 at Elo oa pos alos aa 643.533 0,16 2.069.430 0,04 1 Eu dass R osea ed 600.000 0,15 600.000 0,01% Candi e 214.805 0,05 23.493.610 0,42 EAS e oia ot 39.548 0,01 $02.224 0,01 IO Otros pases 20.000 0,01 722.000 0,01% Totales ta o hoo.483.489 100,00 | 5.593.262.926 | 100,00 (a) El Borneo británico incluído. (b) Estimado. (c) Formosa inclusive. Cerca de tres cuartos de la producción mundial sale del Nuevo Mundo y teniendo en cuenta la influencia enorme que ese mineral tiene en la industria moderna, es manifiesta la posición poderosa de las dos Américas (2), El orden relativo respecto á producción de los diferentes países se ve en la tabla anterior. El Sr. Arworo publica la primera parte de su trabajo en el número 3 del volumen XI de la revista nombrada y la segunda parte en el número 4 (junio). (1) Suponemos que se trata de galones americanos : 100 galones americanos = 33,3 galones imperiales; 1 galon imperial = /,543 litros. (2) El autor podía haber dicho con más propiedad «la posición poderosa de Norte Amé- rica ». CrónicA 487 En la primera parte trata de los yacimientos petrolíferos de Norte América y en la segunda de los de la América Central, América del Sur y Antillas. Describe brevemente los yacimientos de todos los países americanos. Sólo nos detendremos sobre las opiniones del autor referente á los yacimientos ar- gentinos. Respecto á los yacimientos de Comodoro Rivadavia, hace notar que hay gran divergencia de opiniones sobre el porvenir de ese distrito, dependiendo esto de la condición singular del yacimiento. Del distrito de Salta y Jujuy, dice que la presencia de anticlinales bien de- finidos y las indicaciones petrolíferas hacen considerar como probable la pre- sencia de petróleo con importancia comercial. Considera que las exploraciones en el distrito Mendoza-Neuquén como las del área más al norte, llevaron á conclusiones pesimistas respecto á su porve- nir; pero que, como todo trabajo de pioneer en la mayor parte de los yaci- mientos petrolíferos, los trabajos han sido llevados á cabo bajo condiciones más ó menos adversas y se puede deducir que los resultados obtenidos no pue- den servir de norma para hacer conclusiones sobre esa región. Dice que, con excepción de la región de Comodoro Rivadavia, ei área entre el océano Atlántico y los Andes ofrece pocas esperanzas de que el petróleo esté acumulado en cantidades comerciales. Si el área productiva de Comodoro Rivadavia aumenta en extensión, su importancia será grande, pues el yacimiento tiene una ubicación ideal á los efectos de su explotación. Hay indicaciones favorables para el desarrollo de producción comercial en los distritos andinos, siendo probablemente las regiones boreales, las que pro- meten más. En general, los pliegues abruptos y en partes subvertidos de los distritos montañosos no indican depósitos extensos ó posibilidades de grandes pozos, pero pueden esperarse pequeños pozos produciendo petróleo de varias clases cuando se lleven á cabo perforaciones sistemáticas. J. M. S. Protección y estudio de las aves. Notas biológicas sobre gallaretas y macaes. — Interesantes noticias sobre la nidificación y los pichones de gallareta (Fulica armillata y F. rufifrons) y de macá (Podiceps americanas y Podilymbus podiceps), publica KR. DabBeExE en los Anales del Museo de Buenos Atres (XXVIIL, 183-192, fig.). Se trata de ejemplares coleccionados y observados por los hermanos F'. M. y D. Ropricuez en los montes de Juancho, provincia de Buenos Aires, en octubre y noviembre de 1915. Los mismos coleccionistas han tomado también lindas fotografías de los ni- dos de las especies citadas (excepto P. americanus), con sus huevos (láminas I y V). Todos estos nidos son hechos entre los juncos (Scirpus ripartus) y flo- tantes sobre el agua de modo que el fotografiarlos tiene sus ficultades. Pardi- 188 PHYSIS ticularmente valiosa, es la de Podilymbus podiceps, que muestra el nido sucesi- vamente descubierto y tapado, confirmando así la observación de Giesox (The Ibis, 1880), según el cual esta especie acostumbra cubrir su nido con hojas y restos de tallos cuando lo abandona, para substraerlo así á las miradas ex- trañas. Las figuras de los pichones en diversos estados de su desarrollo, son muy instructivas. Los pequeñuelos de ambas especies de gallareta están representados en una excelente lámina en colores, según admirables dibujos del natural por CAn- pIDO VILLALOBOS. Este trabajito representa en conjunto, por el valor de sus observaciones, la prolijidad de la preparación de los especímenes, las descripciones y las ilustra- ciones, una de las mejores contribuciones á la ornitología biológica hecha hasta ahora en la Argentina. Sir William Ramsay. El distinguido químico inglés murió en Hazlemere, Bucks, Inglaterra, el 23 de julio á la edad de 64 años. Entre sus más brillantes trabajos se nota especialmente el descubrimiento ¿ investigación de los gases inertes de la atmósfera : Argon. Krypton, Xenon, Neon y Helium. La Academia de Ciencias sueca lo distinguió confiriéndole, junto con Lord RayLercn, el premio NoBeL en química en 1904. La guerra europea y el movimiento científico. Según una noticia publicada por Nature de Londres (julio 20, 1916) esta- ban prestando servicios activos en la guerra 1300 miembros de la Universidad de Manchester de los cuales go se cuentan entre los muertos ó heridos. Por la misma revista (junio 1”, 1916) vemos que ha fallecido en el frente de Francia el ingeniero Pau HammonD, á los 31 años de edad. Había nacido en el Brasil, de padres ingleses, y cursado sus estudios de ingeniero de minas en Alemania. Trabajó algún tiempo en el Servicio geológico del Brasil en es- tudios mineralógicos, y después se había establecido en Londres. Según una noticia publicada por Geologische Rundschau, hasta fimes de 1915 estaban prestando servicios en los diferentes frentes, 237 geólogos y geógrafos alemanes y austriacos. De ellos habían fallecido hasta entonces 54. los nombres sobresalientes de entre ellos, que ya hemos citado en los nú- meros anteriores de Puysts, hay que agregar el de Winner Paurcke (Science, U. 5. A., marzo 24, 1916). Crónica 489 El servicio geológico de Suecia. El Dr. AxzL O. Gavezix ha sido nombrado jefe de esta institución en reem- plazo del Dr. Jonax Gunxar AnDErssoN que con permiso de su gobierno pres- taba servicios al de China. El Dr. Gaveiw es un hombre joven, nació en _1875 en una aldea de Norrland (Suecia) llamada Wilhelmina. Se ha dedicado preferentemente al estudio de las formaciones precámbricas pero se ha ocu- pado también del estudio de los fenómenos del cuaternario. Levantamientos fotográficos. En The Geographical Review, M. P. Briverano publica un trabajo titulado Levantamientos fotograficos en el Canadá. El levantamiento cuidadoso de regiones montañosas es tan difícil, cuanto interesantes. desde el punto de vista geográfico, sus resultados. Varían los métodos empleados según las regiones. medios de que se dispo- ne y carácter del levantamiento. Sin embargo, desde hace unos 4o años se van imponiendo los métodos fotográficos. En el oeste del Canadá se tropezó con grandes dificultades por el terreno y el costo, y, para vencerlas, en 1886, el Dr. Devizre adoptó el método foto- gráfico. Diferenciándose de los usados en Europa, los aparatos de que disponen las comisiones son una cámara y un pequeño teodolito que se adaptan al mismo tripode. El terreno se fotografía desde puntos previamente relacionados por una triangulación y se procede á construir el plano una vez identificados los pun- tos, por intersecciones, Se tropezó con inconvenientes debido á los contrastes de las zonas fuerte- mente iluminadas y en general, los nevados con los valles en la sombra: el uso del vidrio amarillo delante del objetivo, y placas pancromáticas, permiten obtener resultados satisfactorios. El trabajo en el terreno queda así reducido á su menor expresión: el más largo es el de oficina, pero ésta es precisamente la ventaja del método, pues se puede trabajar en todo tiempo, con mayores comodidades y obtener por ello un rendimiento mejor. El costo no es posible avaluarlo con exactitud, pues difiere con la región, la estación en que se efectúa el trabajo, el tiempo, etc. En promedio, duran- te los años 1913-1914, se obtuvo 9,50 dollars por milla cuadrada ó sean unos 8,70 pesos moneda nacional por kilómetro cuadrado. Desde el año 1886 hasta 1915 fueron levantadas así unas 31.750 millas cuadradas (unos 82.500 km”), por ocho observadores, lo que corresponde á un promedio de 343 kilómetros cuadrados por observador y por año. A.B.S. go PHYSIS BIBLIOGRAFÍA Descripción de Tucumán, por Germán Burmrister. Publicaciones de la Uni- versidad de Tucumán con ocosión del Congreso de 1816. Un vol., 113 pp- Buenos Aires, 1g16. La Universidad de Tucumán ha hecho traducir por el Sr. Cesáreo WesseL y ha editado los capítulos correspondientes á aquella provincia, de la obra de BurmeErsTER Reise durch die La Plata-Staaten (1861) Ha sido una idea digna de aplauso. En esta forma los lectores argentinos podrán conocer esta interesante parte de los Viajes del ilustre naturalista, totalmente desconocidos para la mayoría de ellos, por no estar publicados sino en alemán. La presente edición lleva un prólogo del actual director del Museo de Buenos Aires Dr. AwceL GaLLarDo, que comprende una biografía sucinta de BurmeIstER, seguida de interesantes apreciaciones sobre su vida y su obra. Anales de Zoología Aplicada. Año Il, n” 1 y 2, enero-junio de 1gr5. Santiago de Chile. É La presente entrega, á pesar de traer fecha del año anterior, ha aparecido en el actual y después de la primera correspondiente al año III. Este retardo se debe — según lo hace constar la Dirección — á la demora en la ejecución de unas láminas en colores, pertenecientes á dos de los artículos que han debido suprimirse para no re- tardar más la aparición de la entrega de referencia. He aquí el sumario que trae : F. Lamute, Notas sobre los Argásidos crilenos; €. E. Porter, Notas de Parasilo- logía : 1V. Nuevos insectos úliles y otros conocidos, perjudiciales; Jay Brirmes, Des- cription d'un Braconidae et d'un Proctotrupidae du Chili; C. E. Porter, Materiales para la Entomología económica de Chile: YV. Notas sobre los Tisanópteros ; Luis Cas- tinto, Los bancos de ostras del golfo de Quetalmahue ; Crónica y correspondencia, por la Redacción ; Bibliografía (Obras y Revistas recibidas): La Redacción. La entrega correspondiente al n* 1 del año HI (febrero de 1916) trae el siguiente interesante sumario : La Redacción : A nuestros lectores; C. H. T. Towwsexp, Descubrimiento é interpre- tación de los estados en el ciclo asexual del organismo de la verruga peruana ; Jer Briérmes, Description d'un nouveau genre el d'une nouvelle espece d'Ortalidee du Chili ; Cantos E. Porter, Descripción de un nuevo diptero chileno; A. Parmror, El gusano de las manzanas ; Jean Brérmes, Description de deux hyménopteres chiliens; Dr. R. Mo- rates, El Phlebotomus panataci transmisor de la « fiebre de tres días », en Guatemala ; Cantos E. Porter, Un pajarillo destructor de pulgones; Eucenio GracomMELLI, Lepi- dópteros de La Rioja (Rep. Argent.) que se sabe ú se supone son dañosos á la Agri- cultura ; AxceL GattarDo, Introducción de la Diaspis pentagona y lucha contra esta plaga BIBLIOGRAFÍA hg1 en la República Argentina ; Carros E. Porter, Materiales para la entomología económica de Chile : VI. El género Icerya, Sing ; Dr. Arsenio Pourrn, Inspección veterinaria muni- cipal de Santiago (Matadero). 2? semestre de 1915 ; Crónica y Correspondencia, por La Redacción ; Bibliografía (Obras y revistas recibidas): La Redacción. Revista Chilena de Historia Natural. Año XIX, n*” 3-6, diciembre de 1915. Año XX, n* 1-3, abril de 1g16. Hemos recibido estas dos entregas, la segunda de las cuales inicia el año vigésimo de existencia de la Revista Chilena de Historia Natural, que con tanta dedicación ha venido dirigiendo su fundador el Prof. Porter. Van á continuación los sumarios respectivos : J. Brermes, Description d'un hyménoptere du Chili; H. Lévemié, Un nouveau rabus du Chili; E. E. Gicoux, El Sigaretus concavus ; J. Cameo, Mousses chiliens déterminés par F. V. Brotherus et récoltés dans la province de Valdivia; C. Porter, Materiales para la fauna carcinológica de Chile. Los Hippidea; J. Brirmes, Description d'un nou- veau sous-genre de Seymnus (Col.); A. Arraro, La mariposa de la pacaya; H. Lévermt£, Les Carex du Chili; La Redacción: Crónica. correspondencia, etc. La Redacción : Á nuestros lectores; J. A. Worrrsomw, Description of a new Rodent from central Chili; J. Brerumes, Description de trois Chalcididae du Chili; E. E. Gr- soux, El Monoceros crassilabrum; CU. E. Porter, Catálogo de los Siriícidos de Chile ; F. F. Fuewres, Plantas del cajón de Tinguiririca; J. Brérmes, Description de trois hyménopteres du Chili; C. Sizva, Contribución al conocimiento del género Epinephele ; La Redacción : Crónica, correspondencia, elc. : Sur un gisement d'euxénite au Brésil, par M. Axserto Berim. Comp. rend. Académ. Sc. Parts, t. 161, p. 177. 1910. Además de la presente comunicación á la Academia de Ciencias de París, el autor, profesor de mineralogía del Museo de Río de Janeiro, publica un opúsculo en lengua portuguesa (A Euxenita do Pomba, etc., 1 vol., 20 pág., 3 lám., 1915). Se trata del mineral descubierto en 1840 por Scmeerer, en Noruega, y considerado como un niobio-titanato de tierras del grupo del Ittrio y el Uranio. La euxenita del Pomba se presenta en masas compactas, negras, á veces de varios kilogramos. El autor hace un estudio cristalográfico y químico y un análisis espectrográfico del mineral. La radioactividad de esta euxenita, atribuída al Radio proveniente de la notable proporción de Uranio, y al Torio con sus derivados radioactivos, se avalúa en 0,51 (proporción que sería quizás más baja, 0,39 según el Dr. B. Frro). El estudio de la alteración de este mineral lleva al autor á la conclusión de que habría habido una concentración de Uranio por hidratación. Continúa con el estudio de las condi- ciones del yacimiento : la región donde se halla la euxenita es toda gnéisica, un gneis sin ninguna particularidad, entrecortado por grandes diques de diabasa, y concluye con el estudio petrográfico: «la roca de donde proviene la pegmatila euxenítica (euxenita-pegmaltito) es una sienita bastante ácida con dos generaciones de feldespatos — el microclino (formado de ortosa y albita) interpenetrado además una vez por albita formando la micropertita — una hornblenda sódica, esfeno y apatita ». h92 PHYSIS Informe preliminar sobre las riquezas minerales de la República Oriental del Uruguay (Preliminary Report on the Mineral Resources of Uruguay), por Roxr Marstrawber. Boletín del Instituto de Geología y Perfo- raciones, n* 2, Montevideo, 1915. Impresión doble, en castellano y en inglés; 87 p., dos mapas. El autor ubica y describe brevemente los yacimientos de minerales y rocas explo- tables que se conocen positivamente en la República Oriental; su número alcanza á 139. Menciona, además, con la reserva correspondiente, muchos otros de existencia ó situación dudosa. Los numerosos análisis, hechos en su mayor parte por el Instituto, y los abundantes datos referentes á las dimensiones de los yacimientos, á su grado de concentración ó pureza y al comercio realizado, hacen que éste sea un trabajo útil para la minería de la vecina república. Él informa sobre hierro y manganeso, ero, cobre, plomo, pirita, mercurio, bismuto, grafito, asbestos, esmeril, carbón, turba, petróleo y es- quistos petrolíferos, mármol y cal, granitos y otras piedras de construcción, pizarras, talco, arena, arcilla, amatistas, ágatas calcedonias, etc., aguas minerales. El progreso de la exploración científica puede dar sobre esta base importantes resul- tados para el desarrollo de la industria minera en la vecina nación. Contribucao para o conhecimento da flora orchidacea da Serra do Itatiaya, por P. Camros Porro. Archivos do Jardim Botanico. 22 pág., /h cuadros. Río de Janeiro, 1915. Remitido por su autor, naturalista viajero del Jardín Botánico de Río de Janeiro, hemos recibido este opúsculo, en que hace un estudio estadístico de las Orquídeas de la sierra de Itatiaya, punto culminante del sistema orográfico brasilero. El autor ha hecho una excursión de diez meses en aquellos lugares y ha recogido mo menos de 1200 ejemplares vivos la mayor parte con flor, para las colecciones del Jardín de Río. Aquella localidad es clásica para los estudios botánicos, por los trabajos de varios autores. El Sr. C. Porro ha podido comprobar que, contra la opinión de Scuimerr, la flora epífita se extiende hasta grandes alturas (2400 metros sobre nivel del mar). Las especies recogidas en aquella sierra y determinadas por ArmerTO LórGreN, suman 110. Se cuenta entre ellas el Stenorrhynchus bonariensis Cox. Al final se agre- gan unos útiles cuadros de la distribución por alturas y de la época de florecimiento de cada especie. Clave universal para la determinación de las familias de las plan- tas, por Aucusto C. ScaLa. 1 vol., 134 pág., Bs. Aires, 1910. El autor se propone, según lo manifiesta en la introducción, suplir la falta de un trabajo de esta índole, pues la Clave del Dr. E. L. HormerrG está agotada desde hace tiempo. El método seguido en la presente es el de ExcLer y Prawre, en lo que atañe á la BIBLIOGRAFÍA 493 amplitud de las familias. Esto significa que esta amplitud es mayor, en muchos casos, de lo que otros autores aceptan : así, por ejemplo, las Fumariáceas quedan incluídas en las Papaveráceas, etc. Es de desear que este prolijo trabajo sea usado por profesores y alumnos, á fin de que pueda juzgarse prácticamente de las ventajas que presenta. El Prof. Scara ha realizado con esta clave una obra meritoria, lo mismo que con su Manual de manipulaciones de botánica, de que dimos cuenta en Pnysis (n? 4). Bemerkungen zur Systematik der Gattung Myzodendron, por Cars SkoTTSBERG, idem, p. 394-391. Después de criticar analíticamente las ideas de J. D. Hooker, van Tiecnem y Ex- GLER sobre la división del género Myzodendron, el Dr. Skorrseere estudia en la pre- sente publicación las once especies conocidas de este género que pueden ser agrupadas en la manera siguiente : Subgén. 1, Eumyzodendron Hoorx. fil.: sect. Il, Archiphyllum (v. Tiegh.) ExcLex; M. brachystachium DC.; M. oblongifolium DG.; sect. II, Angelopogon (Pocpp. mscr.) ExcLer; M. linearifolium DG.:; sect. MI, Telophyllum (v. Tiegh.) ExcLer ; M. quadri- florum DC. Subgén. Gynmophyton Hook. fil.: sect. IV, Heterophyllum SxorrsB. nov. sect.; M. macrolephys Pu. ; M. angulatam Phu. ; sect. V, Ephedranthus SxkorrsB. nov. sect.; M. Gayanum v. Tiecn; M. punctulataum Banks et SoL.; M. recurvum v. Tiecn; M. com- mersonúl v. TieGH. El autor da á conocer también algunas nuevas ideas sobre sinonimia de las dife- rentes especies de Myzodendron. Según su opinión, M, imbricatum Poker. et Ewbr. (en Hooker, Flora antaretica, p. 549) = M- gayanum van TircH. ; M. rioquinoénse O. Krkeg., Rev. gen. plant., MI, 1 (1893), p. 284 =M. punclulatum Baxxs et So; M. pata- gonicum Spegazzini en Nova add. ad floram patag., WI, p. 163 (Anal. Mus. Nac. Buenos Aires, VIl, 1902) =M. gayanam van Tiecn.; M. antarclicum GaAnDocER en Bull. Soc. Bot. de France, 51 (1904), p. 14t, plantas o y Q = M. gayanum van TiecH (planta %) y = M. punctulatum Bawxser Sor (planta Q); Angelopogon heterophyllus Porer., en Sched. coll. plant., 257 = M. oblongifolium DC.; Misodendron macro- phyllum Pumairrr en Linnaea 3o (1859) p. 190 =M. brachystachium DC. Breviter alata, lateralia ad commissuram sat angustam approximata. Vittae intrajugales bene evolutae. Herbae suffruticosae Azorellae modo densissime pulvinatae pube stellata fere ut in Boro- lesia insignes. SKOTTSBERG indica 2 especies de Bolax: gummifera (Lam.) SerenG. (1818) cuya distribución abarca las llanuras de la Patagonia y Tierra del Fuego, las zomas boscosas de la región alpina [i. e. andina !!| de Chile central, Patagonia occidental, Tierra del Fuego, Isla de los Estados, Islas Falkland, y Bolax Bovei (Spec.) Duséx (1905), distri- buída por los bosques húmedos de la Tierra del Fuego é Isla de los Estados, de las regiones alpinas [i. e. andinas !!]. (Duséx ha admitido Azorella Bovei (Srez.) entre los Bolax únicamente por los pelos. SkoTTSBERG, que pudo estudiar los frutos, constató que esa opinión de Duséx es exacta. — Hosseus.) Las plantas huéspedes de las especies de Myzodendron son, según SkorrsBERG, las hayas siempre verdes, Nothofagus betuloides, Dombeyi y nitida, las hayas con hojas PHYSIS. — T. HI 32 h94 PHYSIS caducas Nolhofagus antaretica, obligna y pumilio ; la comioniácea Caldcluvia paniculata; Aristolochia maqui y (según notas de Porvr16) Libocedrus chilensis. Solamente 2 especies de Myzodendron, brachystachium y punctulatum encontramos tanto en hayas caducas como en siempre verdes. — Hosseus. Die Gattung Bolax Commerson, por CarL SkorrsBerRG, idem, Band. XL VI, n* 107, H. 3, 4, p. 1-6, con fig. : El autor nos da una lista bibliográfica de las opiniones de autores anteriores sobre la posición de este género. En el año 1789 encontramos la primera descripción por Jussieu en Gen. plant., p. 226, en contraste con Lamarck, quién anota la especie Bolax glebaria á una Hydrocotyle. Después de muchas discusiones sobre la posición sistemática de esta planta, Rercme, Duséx y SrorrsBerG la han admitido en un género propio. En noviembre de 1907 SrorrseerG recolectó la planta en gran cantidad en las Islas Falkland y nos da una nueva descripción del género : Bolax Commers. en Juss. Gen., p. 226. Flores gynodioeci. Sepala 5 petalis simillima, petala 5, apice leviter inflexo, uninervia, aestivatione imbricata. Styli breves. Sta- mina in fl. o 5, 1n Q O. Mericarpia dorso leviter concava, juga intermedia. Ett par fall af heterostyly i Patagoniens flora, af CarL SkoTTSBERG, en Botaniska Notiser fór ar 1915, p. 195-204, con fig. El autor da á conocer algumos casos de heterostilía en la Flora de Patagonia. Él cita como primer ejemplo Cruckshanksia glacialis Porer et ExbL. (= Oreopolus citrinus ScuLecurenDaL). La heterostilía es común entre las Rubiáceas, por eso no es extraño encontrarla en Cruckshankssia glacialis. Un segundo ejemplo es el género Arjona con las dos especies tuberosa y pusilla, que el autor pudo observar en la natura- leza. Según SkorrsBerG, sería éste el primer caso de heterostilía entre las Santaláceas- Tanto Cruekshanksia como Arjona pertenecen á las Falterblumen, en donde la miel es absorbida del disco epígino. — Hlosseus. Las hormigas de la República Argentina. Subfamilia dolicoderinas, por A. GaLarno, Anales del Museo de Historia Natural de Buenos Atres, t. XXVIM, pág. 1-130, 1gr6 (con 2 mapas y mumerosos dibujos en el texto). Es ésta la publicación más importante que el Dr. GarLaro ha dado á luz en lo que va del corriente año. Todas las formas de la interesante y numerosa subfamilia Dolichoderinae, hasta ahora conocidas del país, están en ella mencionadas y distri- buídas en los cuatro géneros siguientes : Iridomyrmex, Azteca, Forelius y Dorymyrmez. De cada uno de estos géneros da el autor los caracteres de las tres castas, su eto- logía, distribución geográfica y clasificación, agregando una clave dicotómica para la determinación de las especies. BiBLIOGRAFÍA 495 Como de muchas formas se conocía únicamente una de las tres castas, el autor llena esta laguna describiendo en varias de ellas las otras dos y dando también algu- nos datos etológicos. Las formas muevas aquí descriptas son: Forelius rufus n. sp., Dorymyrmex ensifer var. laevigata n. var., y F. mac coolki subesp. brasiliensis var. carmelitana n. var., las cuales provienen respectivamante de Jujuy, Cacheuta y Carmelo (Rep. del Uruguay). Además de la bibliografía correspondiente á cada especie, variedad, etc., trae al final una lista de las publicaciones relacionadas con las dolicoderinas y hormigas en general. Numerosos dibujos esquemáticos de conjunto y de detalle ilustran el trabajo, y ade- más trae dos mapas con la distribución geográfica en la Argentina de los géneros Dorymyrmex y Forelias. Debemos felicitarnos por la aparición de este estudio que reune — como lo dice su autor — «en una forma accesible muchos datos dispersos en una extensa y políglota bibliografía », y que, puede decirse, es todo lo que hasta hoy se sabe sobre este grupo de formicidos argentinos. — Lizer. Notas complementarias sobre las dolicoderinas argentinas, por A. GaLLarDo, Anales del Museo de Historia Natural de Buenos Aires, t. XXVII, pág. 257-261. 1916. Es un complemento al trabajo anterior y en el cual se citan algunos Dorymyrmex recolectados por el prof. SiLvesrrI, en ocasión de su viaje por la Patagonia austral á fines de 1899 y principios de 1900. Las especies enumeradas con indicación de su exacta procedencia y dibujos corres- pondientes son: D. minutus, D. baeri, D. tener subesp. richteri y D. pyramicus. Además se da la descripción de una nueva especie del género aludido y que su autor ha bautizado con el nombre de D. silvestrii en honor del citado profesor. Agrega, por fin, un dibujo del Forelius rufus Gar. que por falta de tiempo no apareció conjuntamente con la descripción de esta especie. — Lizer. Contribución al estudio de las hormigas de la provincia de San Luis, por C. Brucu, Revista del Museo de La Plata, t. XXIIL, pág. 291- 397, IQI6 (con 12 láminas, fotografías y dibujos en el texto). La mayor parte de las hormigas contenidas en este trabajo provienen de Alto Pen- coso, y fueron recolectadas por el autor durante una excursión efectuada á aquellas regiones en compañía del Dr. E. Carerre, á principios de 1914. Comienza con el carácter de la región, citando los principales representantes de su flora, y luego pasa al estudio de la fauna mirmecológica. De cada uma de las especies da el autor su correspondiente descripción, agregando, además, las observaciones efectuadas in situ sobre nidificación, costumbres y otros detalles biológicos. Entre las dolicoderinas son los géneros Dorymyrmex y Forelius los predominantes en aquellos parajes, siendo la subfamilia mirmicina y la ya nombrada las que con mayor número de representantes cuentan. 496 PHYSIS Ilustran este bien presentado trabajo dibujos de conjunto y de detalle que impre- sionan gratamente al lector por lo bien ejecutados. Además van en el texto varias fotografías representando cortes de nidos de algunas de las especies citadas o detalles de los mismos. De las doce láminas que acompañan, siete se refieren también á cortes de midos y sus correspondientes cráleres, y las res- tantes son fotografías de un buen número de formas de formícidos puntanos. — Lizer. Contribución al conocimiento de los « Bethylidae » (Hym.) argen- tinos y descripción de una nueva especie, por C. Brucn, Revista del Museo de La Plata, t. MIX, 2* ser.. t. VI, pág. 442-446, 1915. El betílido descrito en este trabajo con el nombre de Gonatopus caretlei fué hallado por el Dr. E. Carerte en San Julián (Gobernación de Santa Cruz), junto con obreras de Dorymyrmex tener Mar var. Richteri Fort. Además de la descripción detallada del insecto aludido, da el autor una lista de los demás betílidos que han sido citados para el país. En la subfamilia Anteoninae están comprendidos los cuatro siguientes: Prodryinus brachycerus (Kxerr.); Cyrtogonatopus breviforceps (Kxerr.); Gonalopus silvestrii Kxerr. y G. carettei Bruch. En subfamilia Bethylinae : Rhabdepyris (Xestobethylus) pallidipes (Cameron) y Pluto- ¿bethylus flaviventris K1err. Acompañan al trabajo dibujos de conjunto y de detalle, ejecutados, como siempre, con acabada prolijidad. — Lizer. Puysts, N* 12, tomo II : Buenos Aires, 3o de diciembre de 1916 Nora. Á fin de hacer coincidir exactamente la aparición de cada número con la fecha que lleva, ésta irá siempre al final y en la cubierta de cada uno. Como constancia, queda depositado en la misma fecha, un ejemplar de Puxsrs en las siguientes instituciones : Biblioteca de la Facultad de Ciencias E. F. N. (Unwersidad de Buenos Aires). Museo Nacional de H. N. de Buenos Atres. Museo de La Plata. Sociedad Cientifica Argentina. Biblioteca Nacional. La Dirección. PHYSIS REVISTA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES ÍNDICE ALFABÉTICO DEL TOMO Il Nos 9-12, 1915-1916 a) Artículos y comunicaciones Amecuixo, Carros, Algunas observaciones curiosas sobre una cabeza del género Tetrastylus de Gatamarca................ — Dolicavia nov. gen. de Cavudae (Roedores) del Chapalma- lense de Miramar (prov. de Bs. Aires) — La fórmula dentaria del género Arclotheriuum DIO O O DIO OOO O O OD OO e... +... +... . o... pa Sobre Ceratodus Iheringí de la formación guaranítica de la Patagonia = Sobre la dentadura superior de Arctothertum en edad ju- Pr rs ass 2... ......... «<< . ..... .« 0.0.0... .«< 0. .< .< .<....0. o... 0.0.0... ..<.. = Sobre un canino de Machaerodus tallado por el hombre de pampeano e On le MUS — —— Surun femur de Toxodon chapalmalensiss du Tertiaire de Miramar, portant une pointe de quartzite introduite par homme Boman, Eric, El Pucará de Los Sauces DO O OO O O OOOO = Estatuitas de aspecto fálico, de la región diaguita, que no vepresentan alos q a o Ma o EIA. BoxareLLI, Guipo, La mandíbula humana de Bañolas.............. Bxrernes, Juax, Descripción de un nuevo Carábido de la República Ar- A E o o oa A RNA COL AA =— Description d'un nouveau genre el d'une nouvelle espece de Staphilinidae myrmécophile ... +... +... +... . o... 2... ss. a 7 _ 198 PHYSIS Brermes, Juan, El Anopheles albuarsis E: LORA A ES == Le genre Aylocopa Latreille dans la République Argentine. = Notable caso de precocidad en el naranjo común, ....... — Sobre la variabilidad de algunos Crisomélidos : caso de Chalcophana «lineata: (GERMAN => Un caso anormal en Polistes canadensis var. Ferreri Sauss. Brucn, Cantos, Descripción de dos himenópteros mirmecófilos perte- pu] necientes alos Belhylidac a de EN == Dos curiosos crustáceos de San Luis... A -— El macho de Phocaena dioptrica LAH.........oo.o.o..... o Misceláneas 'coleopterológicas. 20h. 3 —= Tipos de'midificación de formicidos. 0.0... ON SS Descripción de un nuevo Tenebriónido del Chubut (Calym- nophorus patagoniens Brucn n. sp.) Carerre, Epuarbo, A propósito del canino Machairodus ensenadensis AMECA A IS UA 0 AAA = ¿Hay una sola especie pampeana de Equus?........... -= Sinostosis entre huesos de la hilera proximal del carpo en Ele QUA S meo aa e ao eE Cartes, Exrtoue pe, Breve noticia sobre los sedimentos cuaternarios con restos humanos y animales extinguidos del río Dul- cenfantiago del Estero A Cuabman, F. M., Las exploraciones zoológicas en Sud América y el interés de los estudios ormitológicos................. Dabbexe, R., Casos de albinismo y xantoismo en aves de la Argentina. = Dos rapaces nuevas para la Árgenlina............... E —= Dos rapaces de la ttauinaarcenlma OR E = Una subespecie aparentemente nueva de Neophloeotomus SCrUIE(LAB A e o A UE A ad — Sobre la distribución de Museisaxicola macloviana (GArx.). Deriraye, Luis Notas hemipterolos cds. - Sobre dos casos de teralología en insectos hemípteros.... DorLLo-Jurabo, Maxríx, Anotaciones sobre algunas aves de Buenos ' A A SIS o =- ¿Cuál es la serpiente mencionada por Darwin con el nom- bre:de Trigonocephalas erepulans 2 a — El yacimiento de conchilla de Lomas de Zamora mencio- nado por Juan VanentiN ies e NN — Nota sobre el animal de la Ampullaria megastoma Sow... — Una nueva variedad de Potamopyrgus. Polamopyrgus Scot- tn Prise. var. dellicola DS a FPrers, Arrero G., Variabilidad en la coloración de un crisomélido de la provincia de Buenos Aires, Lema Orbignyi (Guen.).. Índice alfabético GALLARBO, ÁNGEL, El mirmecófilo sínfilo Fustiger elegans Rarrray .. =- Fauna mirmecológica de Tandil y la Ventana.......... GracoMELLI, Eucenio, Á propósito de una Piérida del gen. Hesperocha- EA A A E A AA — Sobre la vitalidad del bicho de cesto... — Sobre una nueva aberración de Cyanohipsa Stefanellit Grac. Hicken, Cristrópan M., Plantae fischerianae. Contribución al conoci- mento dela flora de io Necro e Io Hubsox, W. H., Biografía de la vizcacha. (Traduccion de M. DorLto- A e a JOBRGENSEN, PEDRO, ZOOCECId1OS ALSEDÉMOS o. Lizer, Cartos, El Ceroplastes grandis Hemr., nuevo para la fauna argen- a RA a GA O o -— Quelques données préliminaires sur une nouvelle mycocé- cidie de la Sagittaria montevidensis Guam. et Sem. .... — Sobre la presencia del Chrysomphalus paulistas Hemv. en el Delta dam A A ea o = Un cóccido asiático nuevo para la República Argentina : Chrysomphalus dictyospermi pinnalifera (Masx.) (Hem. LO a el e a A SO O — Un cóccido nuevo para la República Argentina : Saisselta REUS PROC e A E Joe — Une lettre du professeur Trorrek au sujet du champig- non de la mycocécidie de Sagittaria montevulensts..... -— Une nouvelle varicté de Discolomide (Cor.) de l'Amérique méridionale: Coccidophilus citricola Brues. v. nov. rufus. Maxcaxaro, Axa, Breves notas sobre diantomorfismo y dicarpomor- mo a a ros TS. Io ES NáGera, Juax José, Batracios y reptiles de la Sierra Baya.......... — . Sobre una Helicops carinicauda (Wikb.) WacL. de Buenos Are a o ena ada e 2 AE MUERA: : Oures, Fírix F., Sobre el hallazgo de un arpón de hueso en la región de cabo Blanco (gobernación de Santa Cruz)......... PasrorE, Frasco, Rocas basálticas de la región de Valcheta (Río Negro). =- Sobre un pórfido de Puerto Deseado (Patagonia)........ =- Sobre marca de Portex, Caros, La Blepharipoda occidentalis de Mar del Plata....... Sawrscur, F., Formicides sudaméricaines nouveaux ou peu connus... Sírté, Peoro, La Amphisbaena fuliginosa L. en la e CI — Nota sobre un batracio ápodo de la Argentina : Chthoner- petonitdis aci A A A e —- Ovoviviparidad de una culebra opistoglifa : Thamnodynas- tes-Nallezera (Midi GIRAR A Eon 495 500 PHYSIS Sérté, Peoro, Sobre bres supuestos nuevos Trigonocéfalos del Paraguay. SobraL, José María, On a granite of Hemsón (Sweden)............ = Sobre cambios de nombres geográficos ..........o.ooo... SpEGAZZINI, Cartos, Aceitunas de manantial (Nostoc pruniforme C. A. Acarp. var. andicola SvEG. N. var)... el A =— Nota SIDO ode el CUE CEDSA E ETA, A A — Una nueva especie de Cachiyuyo del Perú.............. Wicumany, Ricarbo, El estado actual de Monte Hermoso.......... — Las capas con dinosaurios en la costa sur del Río Negro frente a General ikoca. o. .m. ooo o o N b) Movimiento social Estatutos de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. .......... Excursiones de estudio de los alumnos del doctorado .............. Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturalese 0. cio. BN Personería jurídica de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales... Press lake ns ta a ARES M0 SI Renovación de la Comisión directiva para el período 1gr6-1917 ..... : Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, Pri- O SOCIOS correspondientes, LOs muevos doo 179» c) Crónica y Bibliografía Amecuino, FLorENTINO, Aniversario de su Muerte. ................ — 4. ¡Doctrinas yidescabranmentos ri ON — Flo cena ca A a eN (wm .-— Quinto aniversario de su fallecimiento. El lugar de su na- CIMICNtO AA va E MIS A o Y Baxxs, Narnan, New neuropteroid insects, native and exotic...... BarwaBé, Juan J., Los yacimientos minerales de la Puna de Ataca- A e A A A IO cho oe 94. Beber, RoBerro, Los yacimientos de minerales de wolfram en la Re- pública Argentina e A O BERDESCH. H. VON Ou talento Berim, AnBerro, Sur un gisement d'euxénite au Brésil............ Brérnes, Juan, A propósito de la nota del Dr. F. Lamute sobre Pros- paltella Berleser How: ts EN A AAA z Índice alfabético Brermes, Juan, Descripción de un nuevo género y una nueva especie =- Sur la Prospalangia platensis (n. gen., nm. sp.) (Hym.) el sa , bialog1ie is ME e o eo RAS DN — Un nouvel orthoptére de la République Argentine ...... Brucn, CarLos, Catálogo sistemático de los coleópteros de la República ¡Areentinar Las MM a 0 AMS OL -- Contribución al conocimiento de los Bethylidae (Him.) ar- gentinos y descripción de una nueva especie. ......... == Contribución al estudio de las hormigas de la provincia de ASA IA ea ISE eta IO: AA 00 — Nuevas especies de coleópteros dro == Suplemento al catálogo sistemático de los coleópteros de la República Argentina. I (addenda, corrigenda y resu- MAS a ie == Suplemento al calálogo de los formícidos argentinos, 1 ddend ate cormeenda a A AO : ES Un nuevo gorgojo del Prosopanche (Oxycorynus parvulus, BRUCE a o TE A O RO BurmelsTeR, Germán, Descripción de Tucumán........o.....o.oo.. Cameros Porro, P., Contribucao para o conhecimento da flora orchida- condesa do a E Carposo, Animar, El río de la Plata desde su génesis hasta la conquista. Cuaárman, F. M.. Sesión especial entsu honor 2. Cuoraro, L., Description d'un genre nouveau et une nouvelle espéce de Mantidae de la République An ne CockereLL € RoBrixsox, Descriptions and Records of Coccidae ....... Derbrs.OS A: Su ttaleciniento. A AE el EN e Pasre Hrs ds outalecimientor RIA TES ARCE AAA, NEL OA a Forer, A., Formicides d'Afrique et d'Amérique nouveaux ou peu COMU AA CTI IA 7 ONIL Prxas. Eo Su fallecimiento 0 PR IO NS e 20 DARE de GaLLarpo, ÁwceL, Conferencias en la Universidad de Tucumán...... = Conferencia sobre la herencia biológica................ —= EEmstitordeda Ones. a e RS = Las hormigas de la República Argentina. Subfamilia doli- COLCMaS e A LED yde Ia A E E O — Notas complementarias sobre las dolicoderinas argentinas. A Observaciones sobre algunas hormigas de la República Ar- CUA o Ie AI ES (AARETABRADPARIGIO, Du tallecimientor > e LR GracomeLLt, Eucento, Algunas novedades de lepidopterología argentina. 502 ] PHYSIS GrorBek, Paño, Informe sobre las causas que han producido las cre- cientes del río Golorado (Trios. de Neuquen y La Pampa). Grouverte, A., Deseription des clavicornes nouveaux de la République Argentine O OCIO OE OR AO LOCO ORO QUA OOO UA O, ae a a o do e a Hauman, Lucien, Les Alismatacées argentines — Notes sur Hydromystria stolonifera Muy OE ORO OOO OO == Notes sur les Joncac¿es des pelits genres andins Hexurrre, Esrioue, La Geología y la Mineralogía argentinas en 1914. Hosskeus Gurr, C., Expedición al valle y a las fuentes del río Niribuao y al cerro Colorado, en el valle de Pichileufú......... — La vegetación del lago Nahuel Huapí y sus montañas... HumsoLor € BowvLaxb, Correspondencia inédita aa aa e a a / laerixcG, H. vox, Moluscos del Alto Paraguay y de Matto-Grosso, .... — Notas preliminares editadas pela redacao do Museo Pau- A OS A A oo == Surretiro del Museo Paulista cuasi AR Junp, +. W., Su fallecimiento y algunos datos sobre la vida de Darwin. iLanror, M., Contribución al conocimiento de los « Cerros de Rosario » con sus yacimientos de mica o raus, R., La lucha contra la langosta por medio del cocobacilo de A IA E oe LACERDA, IAN BD Sale ciento A ES aho o Lame, Fernanpo, La Prospaltella Berleses How..........io..... Copo, Bruno, Sesión especial en su honor... LoxcoBarDr, E., Los petróleos subandinos y sus relaciones geo-quí- A EA A O apa Lo pl OA Lovisatro, D., Su fallecimiento ........ Al EA CARINO LYDEKER, ¿RD u fallecimiento. a a era at O MarsTrANDER, RoLr, Informe preliminar sobre las riquezas minerales de la República Oriental del Uruguay............... Navas, Loxcixos, Neurópteros nuevos o poco conocidos (sexta serle)... Neiva, Arturo, Contribución al estudio de los Anofelinos argentinos. Oures, Féxix F., La gruta sepulcral del cerrito de las Calaveras... Pra, M., Coléopteres exotiques en partie UNC Pouxssecur, HieóLrro, Expedición a la laguna del Iberá........ A Ramsar. ¡W... ¿Su fallecimiento TE A al o IS A Ruenx, James Ar. G., A further contribution to the knowledge of the -Orthoptera of Argentina........ e LS AROS A ScaLa, Aucusto, Clave universal para la determinación de las familias delas plants o O IA SCALABRINT, PEDRO + Du Tallecimiento Séri¿, Peoro, Suplemento a la fauna erpetológica arena. la) Al y ds [ola e Índice alfabético —SuackLeToN, Erxesto, Recepción pública dada por las institutiones científicas de Buenos Aires, en su horior, el 5 de octubre LE TON AAA O A IA da SkoTTSBERG, CarL. Bemerkungen zu emigen von M. GANDOGER neuer- dings von den Falkland-Inseln beschricbenen Pflanzen. — Bemerkungen zur Systematik der Gattung Myzodendron.. — Die Gattune; Bolax ComMERSON — Ett par fall af heterostyly 1 Patagoniens flora........... = Om Litorella australis Grises. och dess betydelse for tolk- ningen af blomstaellningén hos slaektet Lxtorella....... -- Tetrachondra patagonica n. sp. und die systematische Stel- uno der atun re IS SPEGAZZINE, Carnos, Laboulbeniales Italianas 2. Srranb, Embrick, Algunos trabajos entomológicos. A A: Tuiox, Ferxaxbo, Algunos datos sobre el desarrollo post-embrionario de un crisomélido : Chelimorpha vartabilis Bon........ Torres, Luis María, Los primitivos habitantes del Delta del Paraná. . Un Ernst tale citen E o RR DO UNIVERSIDAD NACIONAL DE La Para, Biblioteca centenarla........... WirLLraus, €. B., A new species of Chirothrips from South America. . ZemLLEerR, Rexé,.Sus trabajos paleobotánicos .........o.oooooo.oooo.. Academia Nacional de Ciencias de Córdoba... Manta ade EL A Eto Ciencias Naturales en la América latina..... a AD De Biología" Centrali American E Estudios arqueológicos en el Perú. Clausura de museos...... Estudios ooo cos ca E instituto COS aldo Cri A : Museo de Historia Natural de la Asunción (Paraguay) ....... Museo dela Asuncion Muscorde Montevideo lea a A US ADE RN OO dE Museo delo de lanciroR a A NU ERA ae Colección de Roedores, Quirópteros y Marsupiales del Museo de Bue- OS ¡AMES TO a A e AOS O O A A EE Comunicaciones referentes a la historia natural de la América del Sur. Congreso Científico Pan-Americano, El 2* (Wáshington, diciembre 27 de 1915). Las relaciones intelectuales entre Norte Amé- rica y Sud América, según el Dr. Casper BraxNxeR.... (SS) (Ye) Dd (Y O) VD Es 00 => OMS ¡Y (o) Y ra 50 PHYSIS Congreso de Americanistas, en Wáshington, 1915-1916, El XIA.... Correspondencia de l', Auecuixo con el Dr. H. vox luerix6 ........ Dirección de Minas, Geología e Hidrología Donaciones para investigaciones CIentifiCaS..........o.o.ooooooo..» Donaciones para investigaciones científicas en el extranjero ......... Estudio de la fauna marina en las costas de la provincia de Buenos Ai- res y ¡Gel Chubut: taria do NN Excursiones, del Museo de La Plata... a bos ds Exploraciones geológicas en el territorio argentino...... ETA 482, Exploración arqueológica en la provincia de La Kioja. Expedición Bo- NS e IA do ELA A s Facultad de Ciencias. Escuela de Ciencias Naturales.......... AE Premio Carros "BERGA. si pad TA Sa), Preto, ITROBEL ets eds eqole arado Becas para el doctorado en ciencias naturales............... Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Universidad de Bue- AAN E E A RA Guerra europea y el movimiento científico, La. Naturalistas muertos endlosicamposide batalla 65, 214, 327, Hombre de Piltdown (Eoanthropus), Nuevamente sobre el .......... Hombre fosilten Inglaterra e Instituto Nacional del Profesorado Secundario. Departamento de cien- clasublolOSicasids e AAA LEO ME 2 Pel? Devantanmentos totor See o y Museo de Historia Natural de Buenos Aires: Su reapertura. Algunas A A 39, 184, 309, Museo de la provincia de Lucia A Museo educacional de la provincia de Mendoza ...........o.oo.oo... Museo etnográfico de la Universidad de Buenos Álres......o....... Vature: y :el IPALOTELIO Ma ino ea iale deter oia a A Parques naturales en el extranjero y en la República Argentina... 80, - Petróleo argentino, Opinión norleamericana sobre el.............. Pezlunarde Mar del Plata Un Exroletción y estudlo delas a 77, 208, 329, Reuniones periódicas de sociedades científicas extranjeras ....... 82, Reuniones periódicas de instituciones científicas extranjeras... ..... Reunión de experimentadores agrícolas, Primera..........oooo..o.. ¿ Servicio geológico de Suecia, El.............. Luis e oo Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. Revista Pnysis. Resumen del balance general de recursos y gastos en 191-1910. Nomina de los soso la e A ES Sociedad. Científica Arena a ode e A Sociedad Ornitológica del Plata.................. O Índice alfabético Mardi BLU cu aa VALEN ESA E plORACIOnS ieata e 203 Anales laSociedad OU A O Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos A:res..... 89, 90 a leside Zool sia picada 2: Anuario del Instituto Geográfico Militar de la República Argentina... Boletin de la Academia de Ciencias de Cordoba Memonastido instituto Os malddoaa Broyectorde ley der bosquesiy yea Revista Chilena de Historia Natural...... AA qa Reystardel Centro Estudiante de nc E ¡ova 20 TEO A A Trabajos del Instituto de Botánica y Farmacología (Fac. de C. Méd.). Zeitschrift des deutschen wissenschaftlichen Vereims zur Kultur-und Fan desu dera a e , > rl" ) Sl p , ' . b , , 4 141 . . e « , ¡10 G * » ñ . 4 Í » , é = , . « ' 1] , pa o , . * Y ad , 4 » HE $ de. 1 A ñ ' Ey * í . y. Y . , h : va 4 ñ : i ' ye í h , be 5 , » ' É LA ” * « e y SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES COMISIÓN DIRECTIVA (1916-1917) PresidentesVos bots toda. José M. DE La Rua. Vicepresidente. oo Ass Isa. Franco PastorE. Francisco CRIVELLI. Secretarios de la Sociedad... y d : / Luis F. Borpark: X Secretario de la revisla...... PEDRO SERIÉ. ESO RETO NN AAN EN Erías Prost. Administrador de la revista. . Jos J. CARBONELL. Bibliotecario AE EneLmmraA MóRTOLA. Martí DoeLLo-Jurano. Luis DeLÉTANC. Exrtracro De Las BASES DE LA SOCIEDAD APROBADAS EN LA REUNIÓN DEL 10 DE AGOSTO DE IQIT Y MODIFICADAS EN LA ASAMBLEA DEL 10 DE AGOSTO DE 1915 Esta Sociedad, fundada el 1? de Julio de 1g11 con el nombre de Sociedad PHYSIS, tiene por fines principales : 1% Estimular y facilitar el desarrollo de las Ciencias Naturales en la Argentina ; 2 Publicar una revista científica, que á partir del II tomo lleva el título de PHY- SIS. Á esto se destinarán principalmente los fondos de la Sociedad ; 30 Celebrar reuniones científicas y realizar excursiones de estudio ; 4? Propiciar la creación de parques naturales y la sanción de leyes que protejan á la fauna y flora del país; 5 Propender á que la enseñanza de las Ciencias Naturales se haga en forma atra- yente y práctica, á fin de despertar en los alumnos el gusto por las cosas de la natu- raleza ; 6- Empeñarse por que el estudio universitario de estas materias, y especialmente el del Doctorado en Ciencias Naturales, adquiera el desarrollo que corresponde á su im- portancia como factor de la cultura nacional. SOCIEDAD ARGENTINA DE CIENCIAS NATURALES Dirección y administración : Perú 222, Buenos Aires SUMARIO DEL N* g (romo 11, PÁG. I-100, NOVIEMBRE IO-Ig15D) C.¡M. Ecko. e Plantae Fischerianae. Contribución al conocimiento de la flora del Río Negro. O BLUE 3 os ato e Descripción de dos himenópteros mirmecófilos pertenecien— tes á los Bethylidae. JT. Ti NBgera ci Batracios y reptiles de la Sierra Baya. E PEASTOIO Rocas basálticas de la región de Valcheta (Río Negro). SUMARIO DEL N* 10 (romo 11, PÁG. 101-229, FEBRERO 12-1Q16) Cristobal M. Hicken.... Plantae Fischerianae. Contribución al' conocimiento de la flora del Río Negro (conclusión). José M. Sobral......... On a granite of Hemsón (Sweden). Angel Gallardo.-........ Fauna mirmecológica de Tandil y la Ventana. Ricardo Wichmann.... El estado actual de Monte Hermoso. a El Pucará de Los Sauces. GCarlosiBazer-. ¿isis Quelques données préliminaires sur une nouvelle mycocéci- die de Sagittaria montevidensis W. H. Hudson......... Biografía de la Vizcacha. SUMARIO DEL N* 11 (romo 11, PÁG. 229-348, AGOSTO -14-1916) as Primera Reunión Nacional de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. Carlos Spegazzini ...... Una nueva especie de Cachiyuyo del Perú. Ana Manganaro-......- Notas sobre diantomorfismo y dicarpomorfismo. Angel Gallardo......... El mirmecófilo sinfilo Fustiger elegans Raffray. Ricardo Wichmann.... Las capas con dinosaurios en la costa sur de Río Negro, frente á General Roca. Luis Delétang.......... Notas hemipterológicas. Félix F. Outes........-. Sobre el hallazgo de un arpón de hueso en la región de cabo Blanco (Gobernación de Santa Cruz). > PA des 4 AS Date Due MCZ ERNST MAYR LIBRARY 1 Sd A > a. - A