'RORLEIIAS Y SECRETOS MARAUILLOSOS l)E LAS IMIIAS PRIMERA PARTE Y IDP'nAO »JI n I IITT I AOAO de: las indias COMPUESTA POR EL DOCTOR lUAN DE CÁRDENAS Dirig'ida, a.1 lUvistrissimo Señor Don I_uys c£e "Velasco, Virrey cíesta Nueua. España. CON LICENCIA En México, En casa de Pedro Ocharte Año de 1591. Scgiiuda Edición MÉXICO IMP. DEL MUSEO N. DE ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y ETNOLOGÍA 1913 La presente obra fué, entre las de su género, una délas po- cas que produjo el arte tipográfico en México, en el curso del siglo XVI. El Museo Nacional, al proceder a reimprimirla, lo ha he- cho tanto por ser un documento que con grande originalidad nos presenta de una manera patente el estado en que se ha- llaban las ciencias naturales a raíz de la conquista española, como por ser sumamente escasos los ejemplares que de ella se conocen. Escribióla el Dr. D. Juan de Cárdenas, quien, según él mis- mo lo expresa, fué originario de Constantina, en Andalucía, donde vio la primera luz el año 1563. Siendo casi niño pasó a la Nueva España, donde hizo sus estudios, habiendo tenido por maestros al P. Antonio Rubio, S. J., en humanidades; al Dr. IV Horiiaiido ( )rtiz de Hinojosa, y a Fray Juan de Contreras, re- ligioso agustino, en ñlosofía, y al Dr. D. Juan de la Fuente en medicina. I'^ié catedrático de Vísperas en la Universidad de México, y segvín lo refiere en su obra, ejerció su profesión tanto en dicha Capital como en Compostela y en Guadalaja- ra. A la edad de veinte y seis años compuso su ol)ra, la cual, por contratiempos diversos, no pudo presentar impresa sino hasta cinco años después. Esto es cuanto sabemos acerca del Dr. Cárdenas, pues, por falta de documentos, ni aun hemos logrado averiguar la fecha de su muerte, la que debe de ha- ber acontecido en los primeros años del siglo XVII. El Museo Nacional, deseoso de ilustrar la publicación de esta ol)i"a con algún estudio acerca de sucontenido, encomendó al 8r. Dr. D. José Terrés dicha tarea. El distinguido ga- leno, cuya competencia en la materia es reconocida, galan- temente se sirvió escribir las páginas preliminares que a con- tinuación siguen. t¡STS3^^ w ISAGOGE Al reimprimir el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, ahora bajo la dirección acertada del señor licen- ciado Genaro García, la obra del médico Juan de Cárdenas, hace labor útil a la Historia, necesitada siempre de documen- tos genuinos en que basar sus relatos y donde enraizar sus in- ferencias. Cuando los pensamientos de los hombres no son referidos por ellos mismos, es sumamente común su adulteración y muy difícil de evitar, sea porque los narradores no se dan cuenta precisa de tales pensamientos, sea porque involunta- riamente los modifican acercándoles a los del historiador, sea, finalmente, porque de modo deliberado los truecan, ya para levantar a los hombres y sus épocas, ya, al contrario, para de- primirlos y, por contraste, magnificar y ensalzar a otros in- dividuos, a determinadas naciones o a períodos de la vida de los países por los que se tiene más simpatía. Y como el trastrueque de las ideas y de los hechos se ad- Indias. — II. VIH vierte con deslumbradora claridad en los cronistas, y se sabe que en las aserciones de éstos se apoya en gran parte la His- toria, de sobra se justifica cierta desconfianza con que a veces son recibidos los relatos, máxime si se apartan mucho de nues- tra manera de sentir, pensar u obrar. Al recorrer las páginas del opúsculo de Cárdenas, abasta- do el espíritu con los conocimientos adquiridos ahora y con la fuerza que proporciona un criterio bien educado, se asom- bra el lector de mucho de lo que ahí consta, y la primera im- presión que recibe le inclina a no admitir la posibilidad de que un catedrádico de la Universidad poseyera creencias que aho- ra sólo son admisibles en los niños párvulos ; pero con exa- men algo más detenido, el cual necesariamente debe hacerse partiendo del conocimiento de que los de cada individuo han de hallarse en armonía con el tiempo en que vive y el medio social en cpie se ha formado y en el que actúa, se absuelve al autor de mucho de lo que con estudio superficial se le había condenado, se substituye la curiosidad al desdén, y el obser- vador trata entonces de aprovechar las narraciones falsas, los asertos absurdos y las inferencias inadmisibles, para con todo ello adquirir idea del grado de civilización de la época. Los individuos, las naciones, la humanidad toda, ha pro- gresado con desigual rapidez. Esto es de sobra conocido e in- discutible ; pero no se halla en el propio caso algo que voy a recordar y tiene conexión con ello. Fecunda en consecuencias de diversa índole ha sido la com- paración del crecimiento intelectual y mejoramiento moral de los individuos y de la humanidad, naturalmente sólo en lo que atañe al orden de sucesión de las fases ; pero es indudable que en el aumento ordenado y grachial de la inteligencia del niño no existen, ni en bosquejo, períodos que en la civiliza- ción humana han sido largos e importantísimos, lo cual puede ciertamente ser debido a la beneficiosa acción de la herencia, como se ha afirmado ; pero sin asomo de duda, y en mi sen- IX tir con más vigor aún, es consecuencia de la influencia educati- va del medio en que se vive. Y hay también otra diferencia interesante, al menos en apariencia, entre ambos crecimien- tos, que consiste en que el espíritu del niño gana al principio muchísimo más que poco después y, en cambio, los primeros avances de la humanidad fueron muy más lentos y penosos que los que les siguieron. Así se explica que hace poco más de tres siglos (lo que en la historia de la humanidad es bien poco) Cárdenas, médico y profesor de la Univesidad, admitiera por cierto que «En el rio de esta misma ciudad de Goa, es cosa notoria que nasce, y se cria un árbol, a las riveras de este rio, que sus hojas caen dentro del agua, se convierten en pescados, y si sobre la are- na se buelven en paxaros que son al modo de mariposas» (pág. 12), y otras cosas de parecida índole, que harían reír a un niño de la época actual. Empero, antes de fallar sobre es- to hay que recordar que en ese siglo se admitían muchas creencias absurdas, y en él fué organizada por Fonce de León una formal expedición para buscar la fuente en donde, ba- ñándose, se recobraban el vigor y la belleza de los primeros años. En todo el libro de Cárdenas se refleja el vicio que domi- naba en la educación de su éi)oca. Hijo sumiso fué de la lógica aristotélica, avezado a razonar siempre deductivamente, pero sin preocuparse de comprobar la exactitud de las premisas en ([ue se apoyaba, ni de las consecuencias que obtenía ; en suma : pésimo observador, pero infatigable especulador, extendía a todas partes sus explicaciones ; se complacía en fingirse tro- piezos y dudas, para vencerlos y aniquilarlos siempre, en su concepto, contradiciéndose a menudo en sus triunfos, llegan- do a conclusiones falsas y perdiendo el tiempo en pretender llevar luz a obscuridades imaginarias, no ciertamente porque faltasen las reales, sin(j porque no se hallaban en donde él las creía. No hay que culpar a Cárdenas por exagerado apego a las prácticas del filósofo de Estagira y por necesitar, como él, se- gún se dice que aseguraba su maestro Platón, freno constante en la creación de sus lucubraciones ; pues el citado Cárdenas tenía que ser víctima de los ingentes vicios de educación de su época, vicios que todavía hoy se advierten, pues muchos de los que pretenden pasar por hombres de valer se aventuran a razonar sobre lo que no conocen, se contradicen, embrollan los asuntos, se ponen en franca oposición con la experiencia, 3", a pesar y después de todo esto, se consideran héroes del pensamiento. Y, ahogándose en Caribdis por huir de Scila, se ven también gentes que, dominadas en realidad por el em- pirismo, aunque juzgándose partidarios de la sana y fecunda observación, todo lo quieren encerrar dentro de los vallada- res de ella, desdeñando el razonamiento deductivo y aun ig- norando y no queriendo comprender en qué consiste. i Triste situación la de casi todos los hombres y de muchas épocas de la vida de la humanidad, que de un extremo van al otro, y pocas veces se cobijan con la sombra bienhechora del electicismo ! El vicio de razonar sin cerciorarse de la exactitud ele las premisas, llevó a Cárdenas a las veces a conclusiones cuya falsedad es notoria, aun a los ojos más indoctos, como cuan- do llegó a decir que es provechoso a la salud de los mozos, y más si son coléricos, pasearse toda la noche ; con más frecuen- cia le hizo incurrir en contradicciones ; así, después de haber asentado que la media región del aire es donde hay menos calor del sol, la más fría de toda la atmósfera, «en tan sumo grado, que todos aquellos vapores que de la tierra y agua se levantan, en subiendo a ella se cuajan, y convierten en llu- via, y granizo, etc.» (pág. 24), aseguró que «entre otros va- pores que el sol entre día, de la humidad de la tierra, levan- ta juntamente cierto sutil y delicado vapor, que de día le te- nemos entre nosotros mezclado con el mesmo ayre, y es tan- XI ta su delicadeza, que si subiesse a la región media del ayre, al punto el mesmo calor del sol le consumiría y le convertiría en ayre» (pág. 57). En otro lugar (pág. 167) escribió que el indio es flemático, la flema natural hace salir el cabello y no se ponen calvos «porque no ay bastante sequedad en la ve- jez, que cerrar y apretar pueda los poros de la cutis o pelle- jo ; )) pero he aquí que las flemas engendran canas, y sin em- bargo el indio a pesar de flemático, no encanece, y el espa- ñol sí y pronto, y además, el indio que, por flemático, hasta en la vejez tiene pelo, carece de barba y en cambio el espa- ñol la posee. Cárdenas no se arredró ante tamañas contradic- ciones, todas las dificultades las venció siempre apoyándose en asertos no comprobados ; mas lo único necesario era dar forma a una explicación, siquiera no hubiese en ella idea ad- misible, y con decir que el indio es flemático por naturaleza, pero no accidentalmente, contestó a lo primero, sin decir ni aclarar nada, y a la última contradicción respondió diciendo en resumen que el cabello es humo que sale del cerebro para arriba y no tiene la misma fuerza pasa salir de soslayo, y ade- más, los huesos de la cara son más duros que los del cráneo y en la mujer más que en el hombre ; con todo lo cual, sobre haber asegurado mucho sin probar nada, dejó en pie la du- da, ya que admitiendo tamaños errores quedaba viva la con- tradicción que se requería desvanecer. La obrita de Cárdenas puede servir de espejo a algunos modernos, para ver las lamentables consecuencias de aplicar a tontas y a locas la deducción, pues este útilísimo medio de inferencia no sólo antiguamente fué viciado y mal compren- dido, sino que ahora lo es a veces por ciertas personas que se sueñan de genio a pesar de cometer tan grandes errores. Por eso se ha llegado a mostrar una máquina que hace silogis- mos, como se podría exhibir una que escribe discursos, sin comprender que el buen éxito, cuando le hay, no reside en la máquina sino, en parte, en la habilidad de quien la mane- Indias. — III. XII ja, y principalmente en el que elabora, ordena y viste las ideas que la ciega máquina escribe. Todavía ahora hay personas ilustradas que creen que ha- blar en forma de silogismo es deducir, sin tener en cuenta que no todo silogismo, considerado sólo en su forma, es de- ducción, ni todas las deducciones se hacen construyendo si- logismos : éstos son la expresión simple de aquélla ; pero así como existen cuerpos que sin valer tienen forma de moneda, hay silogismos sin deducción ^ y hay inferencias de lo más general a lo menos, que, por lo mismo, son deducciones, y no están arregladas en forma de silogisiuos. Todavía ahora hay personas que ignoran que el verdadero mérito de la de- ducción estriba en saber encontrar todas las premisas necesa- rias para la inferencia, en asegurarse de la exactitud de ellas y en combinarlas con acierto. Todavía hay ahora quienes ignoran que para deducir bien se requiere saber observar, y que la observación correcta es requisito indispensable de cualquier inferencia, ora de lo par- ticular a lo particular, ora de lo general a lo particular o al contrario. La máquina ciega que troquela monedas de oro no es la que les da todo su valor, a lo sumo le aumenta algo ; de ella pue- den salir con igual facilidad pesos de plomo, carentes de va- ler; y en cambio el oro, siquiera no esté amonedado, le ten- drá siempre. Así la máquina de hacer silogismos les arregla lo mismo con premisas falsas o mal planteadas, que con las que se hallan en condiciones opuestas ; luego el mérito del resul- tado no está principalmente en la ciega combinación sino en el material con que se trabaja, es decir, en el pensador que dispone las premisas. Allende de esto, si no se toman en 1 Los que contienen premisas falsas, los que no encierran en ellas todos los elementos requeridos y los que son viciosos en su forma, por ejemplo, cuan- do son particulares las dos premisas. xiir cuenta todos los elementos para inferir, la deducción fracasa, por eso no llega a la meta el astrónomo si al calcular la órbi- ta de un astro fundándose en las leyes generales de atracción, no tiene en cuenta todas las fuerzas atrayentes, y por eso desacierta el juez que aplica los principios generales de De- recho a un caso concreto cuyas circunstancias desconoce en parte. Los que todo o parte de esto ignoran, adulteran la deduc- ción, y abusan estérilmente de ella, como Cárdenas, o la de- turpan sin justicia. Es de lamentar que en observaciones haya sido parco en exceso y no haya mostrado desprendimiento de prejuicios al hacerlas, porque exhibir hechos ciertos, aunque incompletos, sería el mayor provecho que ahora podríamos cosechar de obras de la índole del opúsculo de Cárdenas. Tal cual vez se encuentra ahí una buena observación, como cuando advirtió la influencia de la altitud sobre la temperatura y cuando no- tó que la amalgama de plata deja perder una cantidad fíja de mercurio con relación a la de plata. Cárdenas no podía saber que dicha amalgama se hace en relaciones fijas si las condi- ciones son iguales, y como él vio, sin duda, únicamente los hechos en idénticas circunstancias, infirió generalizando so- físticamente, pero de modo en cierto sentido perdonable, que es invariable la cantidad de mercurio que se volatiliza o pier- de por cada peso fijo de plata. Lástima grande que no pueda contribuir la obra de Cár- denas a ilustrarnos sobre si el cocoliztle era realmente el ta- bardillo, pues aun cuando al hablar de ambas dolencias las consideró distintas, según se creía entonces, en contra de lo que ahora suele pensarse, ni hay señal segura en la obra de que Cárdenas observara la enfermedad personalmente, ni sería dis- creto fiarse de la observación realizada por un hombre domi- nado por prejuicios y que tomaba por buenos los más trivia- les absurdos que vulgar observación destruye ; por un hombre XIV que sin vacilar creía y decía «que se sustenta vna muía por mucho tiempo sin tener hambre con solo tascar el freno en la boca» (pág. 123) ; que «el mantenimiento que vna vezpasso al estomago, raras vezes o ninguna buelve a la boca, sino es echándolo con vomito, como hazen los perros, y esto no po- dremos dezir que hazen los animales que rumian, pues jamas tal avenios visto en ellos» (págs. 123 y 124); que en lo ge- neral es aquí agria la miel de abejas (cap. XV) y que hablan- do del humo de tabaco, la hierba más santa y medicinal que crió la naturaleza [pág. 147], aseguró: «Muchas personas ay, que toman quatro o seys tragos del dicho humo en acabando de comer, a íin de ayudar a la digestión, y hallanse también con el, que afírman muchos que aunque ayan comido vn car- nero, en tomándole quedan sin genero de empacho en el es- tomago, como si no uvieran comido nada» [pág. 149]. Es curioso ver en la obra Cárdenas cuántas clases de ato- le se hacían en su época y con qué se confeccionaba el cho- colate, al cual ponían cacao, canela, pimienta, anís, ajonjolí, mecasuchil, tlixochitl, achiote y gueynacaztle, ^ y aun otros ingredientes. A la última planta, que es la que ahora se co- noce comúnmente con el nombre de parota, atribuía propie- dades importantísimas, cuales son las de contribuir a hacer la bebida aromática, cordial, reconfortante de la virtud vital, agra- dable al gusto, confortativa del hígado, digestiva, destirpadora de ventosidades y malos humores, diurética y emenagoga. ¡ Qué desencanto sería para Cárdenas saber que ahora só- lo los animales comen el fruto de la parota, al cual también llaman los indios cuetla ! Contribuir a enseñarnos lo que se hacía y cómo se pensa- ba aquí en la postrimería del siglo XVI, constituye la utili- 1 Los nomljres técnicos de las últimas cuatro plantas, son estos: l'i]>er uinalayu, Linn., Piperáceas; Vnnüla sativa, Schiede, Orquídeas; Bixa oreüana, Linn., Bixí- neas; y Enterolobhim c¡iclocarpmn, Griseb, Leguminosas. XV dad que rinde el opúscido de Cárdenas, quien, sin duda al- iíuna, no era en su época un adocenado, sino, por el contra- rio, uno de los ((ue guiaban el avance intelectual de nuestro j)aís. José Terrés DÉLOS PROBLEMAS, y íccrctos maiauíÜofos de las iüdus. Corppucftapor el Do« ÜQí luán de Cárdenas Medico. Dirigida al lüufTriísjmo Señor Don Luys de Vcl^fco, Virrey dlla nncua Efpaña. Con Licencia. Fn México, tn cafa de Pedro Ocharte. Año S i ^ 9 h SUiMMMA DE LO QUE EX EL DISCURSO DESTE LIBRO SE TRATA. Tratase en el Libro primero, del sitio, temple, y constellacion desta tierra, dando la razón y causa de estrañas propiedades, que en ella sncccden, como es temblar tan a menudo la tierra, aver tantos Bol- canes, tantas Euentes de agua caliente, llover en verano, y no en hin- vierno, dar fe a cada breve espacio de tierra, vna parte de tierra fria, y otra de nniy caliente, &c. Y con esto otras nnichas curiosidades. En el Libro segundo, se trata copiosamente del beneficio de los metales, dando la razón, i)orque se echa sal en los montones de me- tal, pai'a sacar la plata, y porque se pierde tanto azogue, quanto se saca (le plata. Ponqué assi mesmo vnos metales dan mas presta la ley que otros, con otras muy galanas preguntas. Tratase también en este mesmo Libro, de algunas [)lantas de las Indias, como es del Cacao, del ^layz, del Chile, de las Tunas, y del Tabaco &c. Declaranse assi mesmo muy en particular las propieda- des del Cliocolate, las del Atole y las del humo del Piciete. En el Libro tercero, se trata de las propiedades, y qualidades délos hombres, y animales nacidos cu las Indias, como es dezir (pie porque los Es})añoles que en esta tierra nacen son a vna mano de bivo y deli- cado ingenio, y si es verdad (pie biven menos que los nacidos en Eu- ropa, y porque encanecen tan prcstresion entiendo que .sera muy provechosa. De S. Domingo de México, a 2o de Noviembre de 1590. Frai/ A(/iisl¡ii Jhirila. Examine este libro délos Problemas, y secretos maravillosos de las Indias, porcomission del Doctor don Sancho Sánchez de Muñón, Maestrescuela déla Cathedral desta ciudad. Provisor, y Vicario gene- ral (leste Arzobispado, y Governador del, y Comissario general déla Santa C-ruzada, y hall(^ ser obra de nuicha erudición, y vtilidad para todos, porque su author descubre en ella con verdad, Philosophica y medicinal, con claridad, y resolución las causas próximas de los effec- tos misteriosos, que por diff érente estilo obra naturaleza en esta nue- va España, y provincias délas Indias, no tiene cosa mal sonante, ni que contradiga a nuestra Santa fee catholica. Puédese inq)rimir. Fe- cho en México a 4 de Henero de 1591. El Doctor Oiiiz (le llliiojom. CARTA XVNrAl\4T0RIA. AJ Illiisfr'iss'i uto ,sT/7o;' Itoii Jjiiy>^ de IV/r(.sTo, llrrcí/ iJc hi Nueva España. LOS PROBLEMAS délas Lidias se ponen a los pies de V. S. Illustrissima, pidiéndole favor >; amparo al que lo ha sido, y es de to- das ellas, qiiando no se acordara (como se aenei-da toda esta tierra) del Illiistrissimo S. Don Luys de A'elasco de gloriosa memoria, padre de y. S. que con tanta paz y prudencia la governo, hasta que Dios le llevo al cielo, basta va solo V. S. con sus obras de padre (aun des- de antes que fuesse Principe, como agora lo es mericissimo) a que todo lo que lleva titulo y nomljre de Indias, y Nueva España, se offreciese debaxo de tal auxilio y amparo, y assi no (piiero yo habla]* de mi obligación, pues quando no fuera mas que hombre ]>articular como todos los desta tierra, devia dedicar mis obras y vida al ser\-icio deV. S. Illustrissima, de quien espero (como suplico) el favorable rostro, que cosas de letras en Y. S. siempre hallaron, para que yo cobre animo de acabar otras que traygo entre manos. La Illustrissi- ma de V. S. nuestro señor guarde para am])aro de virtud y l(4ras. etc. El J) covVc^s'^o^ a\AstS 3^. 26 (le ser heridos estniído al sol, eon la fuerza y vigor de sus mesnios ra- yos, lo (jue no puede suceeder á la sombra pues alli solo se goza del resplandor, pero ver coiuo enlas indias venios, y esperimentamos de que en quakjuiei' tiempo (|ue sea del año: si vn li()m])re esta á la sombra paresce (pie se yelu de frió, y si luego de alli se sale al sol lees inzufrible el calor que le imprime, pues paresce realmente que le quema, y abrassa: esto es lo que la primera duda nos pide. A lo qual con mucha facilidad se responde con sola la noticia de lo (|ue atrás queda dicho, es á saber que el suelo, y centro de las in- dias es todo el en si vn inmenso piélago, y tremadal de agua, y te- ri'iltle liumidad : también sabemos por otra parte como el sol por he- rir enlas indias con derechos rayos alcanza, y tiene terrible fuerza en (juanto es de su parte en calentarnos : formo pues agora la respuesta, si estamos á la sombra elamonos de frió, poniue alli reyna la frialdad, é inmensa humidad del centro, pero si déla sombra nos mudamos al soL abrásanos el calor del sol, por herirnos con dereclios, y perpen- dieulares rayos, y si esto que digo no succede con tan notal)le excesso en otras provincias del mundo, la causa esta ya dada, y es (pie es- sas provincias por no ser en lo interior de su eentro cavernosas, no abundan en tan copiosa frialdad, y humidad de agua, ni menos son heridas del sol con derechos rayos. Lo (juela segunda difticultad desteea[>. pregunta es, sal)er la cau- sa, y origen de do proceden tan súbitas, ie})entinas, y nota])l('S mu- danzas,como cada día vemos suceeder en los tiempos desta tierra, (pie es como dezir qual sea la causa de que veremos vnos dias en las in- dias tan serenos, ai)azibles, y templados, (pie paresce (|ue toda la vi- da ha de durar a(]iiella serenidad, y templanza, y dentro de vn mo- mento veremos toda la región del ayre rebuelta, el cielo añublado, y aini seguirse tras esto bi-ava tempestad, aguaceros, y frió, otras ve- zes es al revés, que veremos un tiempo nublado, triste, y tan meti- do en agua (pie parece jamas ha de aver serenidad, y sin pensar buel- ve vn (lia, y dias tan claros, sossegados, y serenos como si nunca uviera i)recedido lluvia, ni viento en toda la vida : esto (pie digo des- tas mudanzas de temples, y tiempos, no me haze mas que sea In- vierno (pie verano, otoño, estio, a})enas en tiemjx) alguno sabe hom- l)i'c á tales destemplanzas tomar tino, jtues no digo yo enti'e los (pia- tro tiempos ay estas terribles y sul.)itas mudanzas, })ero en un mes- 27 mo mes, v en vna mesnia semana, y aun en vn mesmo dia se vee, y experimenta toda esta súbita variedad en el tiempo, y esto es lo que enla segunda pregunta se demanda. A esta diííicultad res})ondo, que toda esta mutabilidad, y repen- tina variedad de temples, que ay en los tiempos, se deve atribuyr á los muchos, y continuos vientos, que de ordinario corren por todas estas ])rovincias. (pie se encierran dentro de la torridazona. los qua- les assi como son frequentes, y ordinarios assi es natural, y muy or- dinario aver estas súbitas mudanzas á frió, calor, serenidad, y nu- blado, pongo vn cxemplo délo que digo, supongamos que agora ha- ze calor en qualc[uier pte. délas indias, y (jue assi mesmo esta el tiem- po apazible, y sossegado en medio desta serenidad, y templanza, se le- vanta vn norte, y este súbitamente comienza á destemplar el ayre y aun los cuerpos, y á levantar terribles polvaredas, y remolinos cpie paresce que en muelios dias no ha de bolver tiempo sossegado, y en menos de quatro horas, y á lo mas de vna noche succcde cessar esse viento, y quedar tan apazible el ayre como si jamas uviera precedi- do viento, á esta tranquilidad se sigue luego vn viento austral, que enturbiando y añublando el ayre lo dispone á lluvias, y á caso suc- cede luego vna bi-isa (pie las impide de suerte que siempre los ordi- narios vientos traen alborotada, y divertida de su natural temple la región, y esto casi succede en todos los tiempos del año. Pero podria preguntar alguno, qual f uesse la causa ]»orciue mas enlas indias que en oti'as partes del mundo sean tan continuos, y or- dinarios los vientos, á esto respondo que como los vientos (según que Aristo. nos enseña) procedan de las (exhalaciones que el calor del sol levanta déla tierra, avenios de entender (pie assi como el sol ca- lienta estas indianas provincias con mucho mas fuerza (pie otra nin- guna délas del mundo por herirla con derechos rayos, assi levanta de- la tierra sin comparación mas exhalaciones, y por el consiguiente son muchos mas los vientos enlas indias, y muy mas ordinarios que en parte ninguna de las del mundo, y realmente j)aresce que prove- yó Dios milagrosamente destos vientos para refrigerio y templanza de muchas partes délas indias las quales no se pudieran habitar si los continuos, y ordinarios vientos que enlas indias corren no las Imana- ran, como se vee en todas estas hirvientes y calurosas costas, y ])Ucr- tos de mar en esta tierra. 28 CAPTTrLO Vil. Pon/ne c<(iix(í todas las codas y puertos de mar cn las i ndias son por extremo calientes. Es tanto, y tan excessivo el calor que en todas estas costas, y puertos de mar en las indias reyna, y predomina que apenas por el gran calor que en ellas haze se pueden habitar si las costas, ó puer- tos fueran moderadamente calientes pudiéramos dezir que por la misma razón c|ue son calientes en grado templado las indias, lo son también las costas, pero ver tanto fuego y ardor en la costas, y tanta templanza en todo lo restante de la indiana tierra (dexo las tierras baxas) esto es lo que nos haze mucha diíflcultad, y délo (jue al pi-e- sente procuramos saber la causa. Responden algunos á esta pregunta que el reynar tan excessivo calor en las indianas costas, se deve atribuyr á los muchos arenales que ay en ellas, los quales por sei' el arena sujeto denso, y capaz de recebir en si mucho calor, lo reciben del sol, y con el abi'asan y en- cienden todo el ayre de las dichas costas, como se muestra }>or los grandes arenales del puerto de la Vera Cruz en la Nueva España, los quales en siendo calentados del sol, paresce que lanzan de si lla- mas de fuego, con que abrasan la tierra : no es mala esta razón si por entero satisfaziera a nuestra duda, pero podríamos dezir (¡ue otras playas también ay en el mundo que tienen grandissimos arenales, y no por esso es inzufrible el calor que en ollas reyna. vltra de que también ay muchas costas en las indias, que carecen de arena y no por esso dexan de tener en si hirviente, y estuoso calor, de do se co- Uige ser otra la causa del gran calor, y esta se dará en el discurso del capitulo. Solo quiero que presupongamos un muy imj)ortantc' notable, ó fundamento, sin el qual sera impossible entender la i-azon de lo (jue se pregunta, y sea este auncpie es verdad (]ne todo este globo, ó ma- china del inundo compuesta de tierra, y agua liazen, y (•oiislituy(Mi vn cuerpo tan ygual, y exactamente redondo, que en qualquier parte déla tierra, o del marque el hombre se ]iongn. dista ygualmente del 29 cielo, que es oran indicio (como dizen los astrólogos) de ser toda esta bola de tierra, y agua niiiv ygnaL y vniforine sin qne la tierra sobrepuje en altura al mar ni el mar á la tierra; con todo esso de- xando este orden, y respeto á la celestial sphera, y haziendo sola- mente comparación, acá entre la tierra y el agua, ?iallaremos por ra- zón de los altíssimos montes de la tierra, y los muy profundos luga- res, en (|uien el mar está ])uesto, y situado, ser muy más alta la tie- rra (pie el mar, y esto pruévolo evidentemente. Si el agua (piando se mueve de suyo no puede subir sino baxar, y vemos que natural- mente ella de suyo corre, y desciende al mar, luego según esto siem- pre va baxando, y si baxa y desciende de la tierra, sigúese que la tierra es muy mas alta que el mar, y sino hechen de ver en ello, y hallarse ha por experiencia que jamas se camina de la tierra al mar, (pie siempre no se vaya baxando, a lo menos acá en las indias es co- sa averiguada que de parte ninguna de la tierra que queramos ca- minar á la costa de Cj[ualquier mar, dexamos deyr baxando, lo (pial (^s claro y manifiesto indicio de ser muy mas alta la tierra (pie el mar, y si esto es ansi verdad como realmente no se puede negar, no se yo por cierto como el agua del mar laiede subir otra vez á la tie- rra, de donde una vez baxo (como algunos dizen) (jue buelve á su- l)ir, y cevar los rios, y fuentes de la tierra: lo que yo v('0 por exi)e- riencia es que en tierra llana, y muy apartada de sierras, y lugares altos, janias nacen rios, ni fuentes, sino siempre estos toman su ori- gen y corriente de las sierras, y si los rios se cevaran del agua del mar, con mas razón avian de nacer los rios en tierra llana (pie jun- io á los montes, y pues nacen, y descienden de los mont(^s, mas se ha de presumir (pie se engendran y toman su origen del agua (pie por via de condensación se forma y produze del ayi'c contenido en K» interior de las mesmas siei-ras. y de allí baxa y coire, que no dezir que del mar sube á la tierra, y engendra los dichos rios, seguirse ya de ay que jamas, aunque no lluviera se agostaran las fuentes, pues tie- nen su origen del mar. Pero pregunto yo al (pie esta opinión tiene, si quando echan agua sobre la tierra, ella de suyo se hunde, y de- ciende naturalmente al centro, como es possible (pie tam])ien natu- ralmente del centro pueda subir ari'iba? seguirse ya de ay (jue el agua sube y desciende naturalmente, cosa que jamás se pudo dezir con verdad de vn mismo cner]io. sino es moviéndose á henchir vazio : 30 ansi (|np lo qnc yo para mi tengo es, qno dentro de los poros de la tierra, se contiene gran suma de íiyre y vapor, y este con la gran frialdad del abismo, se condensa y convierte en agua y assi vemos qno donde quiera que caven muy hondo hallara n agua, y digo nmy hondo, porque en la superficie de la tierra no se halla agua porque gaste el sol toda la humidad de lo superior de la tierra. Esta agua que dentro de la tierra se engendra, si es tierra llana (juedase den- tro, porque no puede subir í.rriba, y assi no ay fuentes en los lla- nos que están muy apartados de los montes, pero si el agua se en- gendra en las entrañas de las sierras, puede como cuerpo grave yr destilando por los venéreos de las propias sierras y dar origen á las fuentes, y rios, y esta tengo por mas cierta opinión que la otra. líol- viendo pues á mi proposito digo, que si es verdad como avernos probado que las costas son tierras baxas, esta clara la razón de lo ([ue en el problema se pregunta, al (|ual digo que de la misma suerte que todas las tierras baxas de las indias por herirlas y calentarlas el sol con rayos derechos, son por estremo calientes, por esse mismo respecto las dichas costas, y playas de indias (supuesto que son muy mas baxas que todo el resto de la tierra) tienen en si grandissi- mo calor, lo (pie no ha lugar en otras costas de otros mares, por no herirlas el sol con derechos rayos. Ayuda también al crescimiento deste calor el ser, muy rodeadas y pobladas de espessas arboledas, y arcabucos, los quales impidiendo la libi-e corrida ñ los vientos, ayu- dan mas á encender la tierra. CAPITULO VI II. (^iKil i<((i hi (■(nii\hala el natural calor (pie las conserva y vivifica: se- 31 giiii esto muy conforme era á razón, que todas estas tierras que en las indias llamamos calientes, por el gran calor que siempre en ellas reyna, estuvieran por tiempo de Invierno, no verdes viciosas ñori- das, y frutiferas, como entonces lo están sino secas y hechas un as- pero eriazo, y esto por tres muy bastantes causas. T^a primera por la gran sequedad y falta de agua que por tiempo de hivierno ay ge- neralmente en todas las indias. La segunda, por aver en ellas tanto calor, el qual junto con la sequedad destruye, y dissipa la humidad de la i)lanta. La tercera, por ser hivierno pues (como dize Arist. ) j)or la misma razón que por tiempo de hivierno se aparta el sol de vna región, es bastante causa, á que toda planta se seque y marchi- te. Pues como todas estas causas aya enlas tierras calientes de in- dias por el hivierno, })ara hazerlas estériles, y las veamos tan fér- tiles y viciosas, por esse mesmo tiem})0, pidese agora con razón dello la causa. Pai'a mejor satisfazerá este })roblema, me pareció advertir dos co- sas (jue no hazen poco á la solución, y respuesta del, de las quales es la primera, saber como déla mesma suerte (jue la vida del hombre, ó del animal, consiste y se conserva en calor y humidad, en caloi- por quanto este es el principal instrumento con que todas las poten- cias del cuerpo viviente obran, y executan sus actos y obi-as de vida, y en humidad por quanto esta es el pasto y sustento del natural ca- lor, assi y casi por esse propio modo, todo genero de planta eu (plan- to es cuerf&o viviente y vegetable, pide las mesmas dos calidades de calor, y humidad para poder vivir, crecer, y frutiticar. La propia experiencia nos testifica por mu}'- cierto lo que digo, bien vemos en España por tiempo de verano, que assi con el calor del sol, que va creciendo por el tal tiempo, como con la humidad que de las llu- vias ha quedado en la tierra del ya passado hivierno, crecen y fruti- Hcan en tal colmo y abundancia los dichos arboles y ¡llantas que parece bolver entonces de inievo á renacer: de donde se collige bien claro, (jue el retoñecer, y Horecer las plantas por tiempo de verano en Europa, no procede de ser verano, pues esto haze bien poco al caso, sino de aver (como he dicho) en el tal tiempo, bastante calor y humidad, para la vida y augmento délas plantas: aunque también digo que po:lria ser tanto y tan excessivo el calor, ó tan demasiada la humidad que el excesso destas qualidades destruyessen la mesma planta, coniu vemos que el estuoso y hirvieute calor del estio las so- ca, Y la mucha humidad bis ahoga. Lo segundo, sera uescessario advertir, que aunque es verdad que los astrólogos dividen el año en 4 tiempos, es á saber hivierno, ve- rano, estio, y otoño, y esta división liazen mediante los dos solsticios, y dos equinocios, que el sol haze dentro de doze meses, que es el tiempo que gasta de yi- y bolver del vn trópico al otro, con todo esso esdifferente esta (hvision, no ([uiero dezir(|ue en todo el mundo no aya J tiempos divididos por los dichos solsticios, y equinocios, pues realmente los ay, lo que digo es que no es s^iempre, y á vn niesmo tiempo vn mesmo verano, ó vn níCsmo Invierno en todo el mundo, sino que si ])ara los que viven en la liluropa es verano desde marzo hasta junio por yrseles acercando el sol hazia su polo, en esse mesmo tiempo sera hivierno para los que viven enel líeyno de Chile, y l'iru, que caen ala vanda del polo antartico, por quanto en essos mesmos me- ses se les aparta el sol, y al revés quando enlos lieynos de Chile y Pi- ru, fuere verano, sera para los déla Europa hivierno, jmes enton- ces se les aparta el sol, y se les acerca á los otros: ansi que de lo di- cho se collige aver en todo el mundo quatro tiempos del año, (aun- que por differentes meses á los vnos y á los otros) pues quando para los c|ue biven desde la linea equinocial á la vanda del norte es vn tiempo es el contrario ])ara los que biven de la otra parte déla linea ala vanda del sur. También se intiere délo dicho, (|ue tod(js estos reynos<¿e la Nue- va España, (iuatemala, Yucatán, Honduras, y todas estas yslas, y tierra ñrme, que caen en las indias á esta vanda del norte, tienen el mesmo verano, y aun niesmo tiempo que en P^spaña, Asia, África, y Ivuropa, (que caen también ala vanda del norte) y es assi realmente que si en España es verano desde Marzo á Julio, también lo es en la Nueva l'^spaña á esse mesmo tiempo, y si alia es el estio de Junio á Setiembre, también lo es acá, y lo mesmo es en los demás tiempos, salvo que ay esta differencia, que como en estas provincias occiden- tales son las aguas en verano, y no en Invierno como en España, suelen muchos de los que de alia vienen, llamar al verano hivierno por las aguas, y engañanse porque el llover ó no llover no haze ni deshaze el verano, sino la llegada del sol a nosotros, y si esta es en vn mesmo tiempo para nosotros, y para los de España, luego aun- 33 que llueva en verano, no j)()i-esso lo dexa de sertanto para los (jue en las indias vivimos ala vanda del norte, como para todos los de aque- llos reynos de la l'Airopa, y con esto entiendo que queda quitada la confusión que el vulgo trae acerca del differenciar de los tiempos, pues realmente se deven contar en todas las indias que declinan ala vanda del norte, [)or el mesmo tiempo, y en los mesmos meses que en F.spaña, siendo al contrario para todos los que viven a la otra vanda de la linea en essos reynos de Ch'úe y Piru, los quales por estar hazia polo contrario quentan y distinguen los tiempos en meses differentes. El fin para (juc todo esto he dicho aun no lo he tocado, y cierto no importa poco a nuestro })roposito, y es que no obtante que los que vivimos en las indias desta vanda del norte, tenemos los dichos quatro tiempos en los mesmos meses (|ue en la Europa : ay vltra de la diíl'erencia (|ue dixe de las aguas, otra no pequeña y es, que por quanto caemos dentro de la torridazona no muy apartados de la li- nea, puede el sol apartarse mucho de nosotros en tiempo de Invier- no, y a esta causa es el Invierno de indias muy templado, y aun en algunas tierras no solo no es frió pero aun declina a mucho ca- lor, como se vee en las tierras calientes de las indias. Todo lo quai supuesto, entra muy a cuento la solución de nues- tra pregunta, a la cual digo que el ser todas las tierras calientes, y costas de las indias fértiles, viciosas y muy frutiferas, por tiempo de hivierno mucho mejor que en verano consiste, en tener por el tal tiempo todo lo nescessario que se requiere para el frutificar, y pro- ducir de las })lantas, es a saher calor, v humidad bastantes y en gra- do tem])la(lo, y proj)Oi'cionado. Primeramente tienen las tales tie- i'i-as templado el calor por hivierno, porque si de suyo el calor por ser en tierras baxas es excessivo, corrígese y tiemplaseel tal excesso con el apartamiento que el sol haze de nosotros al polo contrario, y assi queda muy mas dispuesto para produzir en el tal tiempo que en verano: también la humidad es muy sufficiente que las tales tierras tienen en hiviei-no, porque aunque es verdad que por entonces fal- tan las lluvias, sobrales de otra parte la humidad, y es que como son todas tierras baxas, corre a ellas grandissima copia de rios, que bastan a regar toda la dicha tierra, vltra de la humidad que de los propios montes por debaxo la tierra se destila, todo lo qual haze fertilissima la tal tierra en hivierno. Indias. — (i. 34 De iUjui 80 ¡iifiei'c la causa porque en tierra caliente esta por tiempo (le hivienio seca la yerva del campo, y los arboles grandes están muy viciosos, lloridos, y IVuliferos: la cansa desto es que los arboles grandes alcanzan con la rayz a la hnmidad, que por debaxo de la tierra coi're, y destila, y ])or esso están verdes, lo que no puede liazer la yerva, por quanto no tiene rayz con (¡ue ¡dcanzar la humi- dad dé adentix) y assi solo la tal yei'va aguarda á nacer al verano, quando vienen las aguas, y esto baste })ara el problema. CAPlTrLO IX. (^iHil .svY? ¡(I (■(inx.d. porque nilaí^ ¡ii(Ii(i>< ficiic ii /o.s- orholcx l(i>i raij'.o^ sobre la fierra. y\M\ de las cosas en que mas advierten, y reparan los lucubres (piando passan a las indias, es ver en esta occidental tierra, (pie to- dos los arboles assi grandes como peipieños de cpialquier (.-al ¡dad (pie sean, arrojan y disparzen las i'ayzes sobre la baz déla tierra, y a las vezes es de fuerte que yendo contra su [)roi)ian aturalc/a las ra- mas se caen y desgajan liazia baxo, y las rayzes suljcn ai'ril)a. V assi cuenta la clironica desta tierra, que la primera y no poco admirable j)ropiedad, que aquel famoso Almirante J)on Cbristoval (\)lon contó yendo desta tiei'ra á. los Keyes catbolicos, fue esta de dezii' fpie los arboles no abondan con las rayzes al centro como los de la lairopa, sino que como se lia dicbo las desparzen, y derraman por la su{»er- Heie de la tierra: de la qual mai-avillosa, o }>or mejor dczir dcfe- (no.sa pi-opiedad se pide al presente la cansa. i\ la (pial i'espondo, que dos cosas son la causa deste tan pcre- giii o ( llecto, vna dellas es la impei'fecion de los tiempos, (jnc por dilfei-entc modo se lian en este nuevo mundcj de las indias, de lo (pie es y succcdc en la l'^uropa, y la otra es la varia disposición desta in- diana tierra; Lo que acerca de los tiempos succede, es en esta ma- nera : cosa natural es en las plantas, y en todo genero de ai'boles, ((ue con la fnciic, intensa é rigurosa fi'ialdad del Invierno, se re- foge toda la fuci-za y virtud a la i-ayz y entonces lo que taml)ien la liumidad grande assi déla tierra, como de las Ihivias, (|ue son en ve- i'ano liazen revenir, y relaxar el ])ropio y natural sabor, assi déla fruta como de todo mantenimiento, no dexando (pío cosa alguna \enga á su perfecta sazón y madurez. La segunda cansa que dixe ser la disposición déla tierra, se devc entender en esto modo, toda la tieriM délas indias esta formada desta suerte, que la superficie della es y\\ migajou o costra de tierra íirme, solida, maciza, y xugosa, muy a])rupiada assi par;\ la firmeza como para el sustento de la planta al contrario desto se veo en ahon- dando deste buen pedazo de ti(a'ra, y es (pie toda la tierra (pie se si- gue es fofa, floxa, y porosa, sin genero de xugo ni firmeza, como se vee en todo el terruño y suelo de essas tierras de la mie\-n (ializia bazia ( ¡nadalaxai'a, donde por el eolor pi-o])io déla tiei-ra, se conore ser vei'dad lo (pie digo, jxii'cpie la costr¿i de encima es negra, y lo de mas ca\'ando adentro es l)lanco y á modo de ]»iedra |)i)m(v., pues di- go agora (jue como toda la planta bus(pie con la rayz sustento, xugo y firmeza, y esto todo lo halle enla su])('rficie déla tiei-ra indiana, \- al conti'ario no halle sustento ni íiniieza (ai lo interior della, no es mucho (lisi)ai'/.aii y díMa^anuai las plantas sus rayzes \)í)v la haz dein tica-ra. y liuygan de arronjarlas al clantas, (pie son naturales de indias, i)ara mejor i)lantarse frutificar. y i»i-()(luzir, y assi mesmo (]ue temple requieran las de Es])aña, y lo segundo, referir y decla- i'ar las causas (pie secan y lia/.en caer las liojas délos ai'boles. Acerca délo pi'imero digo, (pie los arboles (pie enlas indias lla- mamos de la tierra, [)or ser propios y naturales della, por la iiiay(tr }»arte nacen, y se ci'ian sicMnpre en tieri'as calientes délas indias, y esto podi-iamos vei- si xiio á vno t'uessemos discui'riendo por todos, pero no (|uei'aiii()S n)as nmesli-a y certidund)re de lo (pie digo, (1(> \-er (pie en tanto es mejor la fruta indiana (planto es mas caliente la tierra en (pie se c-ria, dixe })or la mayor })art(M-riase en tierra calien- te, porque entendamos, (pie también ay algunos arl)oles, que se crian en tierra fria, como son el aguacate, los za]wtes Illancos, el capuli, y los xocotes, ó manzanillas de la tierra, ])ei-o lo común y mas ordi- nai'io es criarse (como 1k' diclio) todas en calidissimas tieri'as, y pi'ovincias: y es mas de notar en estas indianas ])lantas. ({ue todos poi- la mayor parte son salvages, (piiero dív.ir (pie ellas d(> suyo na- cen y se crian por los canqios y zavanas, como s(^lo la industria y beneficio de naturaleza, (U^ donde eiitendei'emos (pie por la misma 38 i'a/.oii (\uo son rusticas _v ag"restes de suyo estas ])laiit:is, son tani1)i('n duras y rezias, porque en esso ditHeie el arhol o planta salvaiíe déla (pie no lo es, en que la salvage es rezia y dura, siendo la domestica tierna, y muy delicada, y esto es en (planto toca á la común pi'opic- dad de las plantas de la tierra. Los arboles y frutales castellanos, se han bien en contra de todo esto, porque su propia naturaleza es plan- tarse, y frutificar en tierra fria huyendo todo lo possible déla calien- te, y assi niesmo criarle con todo regalo y IxMíeficio humano, y tanto mejor mas sazonado, y de mas perfecto sabor es la fruta de España, quanto es mas fria la tierra donde se cria, y quanto es mayor el l)e- neticio con que se cura y lal;)ra la tierra, y assi vemos que son todas las plantas de España tiernas, y delicadas á causa de ser domesticas, y no agrestes como las déla tiei-ra : y advierta el lectoi' y considere la providencia de Dios, y el cuydado (pie siem])i'e tuvo, y tiene, en regalai- estas estrañas y barbaras naciones, pues les viste, y enrriípie- ce estos campos de frutas y mantenimientos, (pie en tanto son mej(t- res y mas sa])rosos, en (planto menos se cultivan y benefician, lo (pie no tienen las de España. El segundo notable sera saber, que según la j^hilosophia y medi- cina nos enseñan, tres suelen ser las causas que hazen caer la hoja (lelos arboles, la primera es el ausencia, y apartamiento (pie el sol haze en liem])o de Invierno, apartándose de vna región al polo contrario, como se vee en España })or los meses, que corren de oc- tubre hasta fin de marzo, enel qual tiem])o, por la misma razón (pie dexa el sol de calentar aquellas setentrionales regiones, se caen las hojas de los arboles, faltando el calor vivifico de aípiel celestial ])laneta, (pie les dava vida y las cons(>rva : la segunda es la mucha scípiedad. o falta de liumidad, (pie suek' aver enla tierra, por razón de la ((ual no hallando xugo, y sustento las rayzes de las |)lantas enla tierra, se suelen caei' y secar, y aun se seca y perece todo el ár- bol, como perecería y moriria el animal (pie le faltasse el manteni- miento: la tercera, y no menos j)i'inci))al. es el gi-andissimo fuego, é incendio con (|ue el furioso y aidiente sol del estio, suele calentar, y abrassai' toda la tiíM'ra sobre (piien derechamente anda, y (Miton- cesdigo (puí se cae la hoja, poi' (|nantoel excessivo caloi' de los sola- res ray(»s consume y dc^seca la Immidad substancial, con (pie se con- ser\"a la hoja ciimo mas tierna, v esta uastada es fuerza, se caN'U'a v 39 j)ic'r(l;i. T;niil)i('ii ixidrianios añedir por vltiina causa, el áspero y ri- i^uro.so frió, (jiie á las tiernas y delicadas hojas, ñores, y retoños, sue- le (pieiuar y abrassar (como dize el vulgo) y esto^aze apagando el calor natural con que vive y se conserva la dicha hoja y })lanta. To- do lo (jual sui)uesto, es fácil satisfazer alo que enel problema se pre- gunta, y assi res])on(liendo por orden «ligo, cjue los arboles desta tierra jamas pierden la lioja, por res escoger })ara su lial»itae¡on mas apazil)le, deleytosa, y regalada, que la délas in- dias, pues gracias sean dadas á Dios, siempre en ellas vemos paz. y no guerras, y pestilencia, como })or nuesti'os })ecados jamas falta enla iMu-ojia, sicm])re assi mesmo vemos hai'tura, y jamas hambre, y lo (pie mas es (pie puede hombre escoger el temple de tierra sin andar muchas h^u'uas como mas gusto le diere, pues en breve spacio (según (|ue a\cmos dicho) se dan temples fi'ios, calientes, secos, húmidos, y templados, }■ esto mas o menos según (|ue cada vno mas ap(,'tece. Pues parecei'a con esto (pie he (bebo algo délo naicho y muy bueno queay enlas indias (dexo el oro, la ]ilata, y las riquezas tan cojáosas clestas provincias) ((ue mayoi- grandeza se ])iiede contar de tierra, donde todos los tiempos del año se siendjra, se siega, se li-jlla. y se coge todo genero de trigo, cevada, mayz. y otros mil gé- neros de semillas, y legumbres, engrandissima abundancia, ycidmo? (jue mayor excellencia qu(> vei- no digo yo en verano, sino en medio del hivierno servirse á nuc^stras mesas riquissimos melones, peras, alberchigas, y membrillos acabados de coger del árbol. Pues como todo est<^ (lelas cosechas parezca negocio tras ordinario, y aun casi repugnai' al estilo (pie suele guai'daí- la naturaleza enla prodiicion 41 de los frutos, me pareció oii este cap. buscar la razón y causa de todo ello dexando para otro tiempo las demás grandezas. Para lo cual quiero que primeramente adviítamos, y nos pre- vengamos de la noticia de dos cosas, vna de las cuales sera declarar muy mas en particular que hasta aqui se ha declarado, la variedad délos temples, que toda esta tierra tiene en su ancho, y spacioso dis- trito, la 2. sera saber, como se entienda esto que dezimos de coger- se todos los tiempos del año, todo genero de fruta, y semillas Digo pues acerca de lo primero (pie no obstante (como atrás avernos dicho) que las indias en general son calientes \ húmidas, y no obstante assi mesmo que también se ha dicho, a ver á cada breve spacio de tierra desigualdad de temples calientes y frios, lo qual re- duximos assi a la situación de la tierra en orden ala linea, como ala desigualdad de los lugares altos y baxos, aj untándose á esto la ve- zindad que en las indias tiene la media región del ayre con la tierra. En agora necessario advertir de nuevo, que considerando los temples de cada tierra, y provincia, estendiendonos hasta salir los limites del zodiaco á otras muchas provincias, que también se llaman indias, son muchissimos los temples bien differentes los vnos délos otros, ({ue en todas estas regiones se liallan : porque aunque solo deziamos a ver tierras frias, calientes, y tem})ladas ay en cada tierra destas mas y menos, ponjue entre las provincias y tierras calidas, unas ay re- missamente calientes, otras que son calientes en inzufrible grado, y destas vnas secas y estériles, y otras liumidissimas y muy viciosas. La misma división se puede liazer de las tierras frias, (pie hay tierras (le frialdad reiuissa, y otras muy mas frias (|ue lo es Flandes \)oy tiempo de hivierno, y destas vnas secas, y otras poi- extremo Immi- (las, taml)ien si enlo templado se da mas y menos, podemos dezir ({ue hay vnas tierras muy mas templadas que oti'as, de todo lo (|ual podemos yr dando exemplos, con ([ue verificar lo (pie se ha dicho. Primeramente todos los })uertos, y costas de las indias son en gene- ral nuiy calientes y húmidos, y en algunos es tanto el calor que apenas se puede habitar la tierra, y esto por experiencia se vee en todos essos puertos d(4 mar del norte, como es la vera Cruz, nombre de Dios, Sancto domingo, y lo mesmo succede en las costas del mar del Sur, quales son essas costas de Colima, zacatula, Guatulco, y Acapulco donde visibleinente se abrassan los hombres de calor, rey- indias.— 7. 42 nandú juntamente con este calor, gran luiniiclad en las mas destas tieiTas (|ue se han dicho. Provincia caliente y seca se puede llamar toda esta de Yucatán (aunc[ue no de tanto calor como las que se han noinhrado) menos caliente (jue todas estas, se puede dezir el mar- (juesado, (pie llaman en la Nueva españa, y es este calor con alguna humidad, del (pial projdo temple podeuKW dezir (pie es toda essa tie- rra de Giiadalajara eida nueva Galizia, y muchas |>artes déla miste- ca alta y baxa, tierra (pie })roj)iamente se pueda entre frió y calor lla- mar templada: es esta ciudad de México é verano, por cjuanto parti- cipa, y esta en medio de dos estreñios, es á saber entre la tierra ca- liente del inai'(piesado, (pie es ala vanda del medio (ha, y entre las ^tierras frias que declinan al norte, siguiendo la derrota hazia las za- catecas, pero esta templanza de calor es con grandissimo excesso de humidad, ]K)r (planto esta México fundado en ciénega, lo (pie no dire- mos de la ciudad de los angeles, ni menos déla provincia de Mechoa- can, las (piales vltra de ser entre frió y calor templadas, son secas respecto de México. Tierra fria y seca se puede llamai' zacatecas, y el sombrerete, assi como fria y seca en estremo grado se j)odra dezir el mazapil, y el nuevo México, Cjuecaen hazia la xanda del norte, y el Potosi ala otra vanda del Sur en tierras del Piru. (pie también es por estremo frió y seco. Podremos llamar tieri-a fiia y húmida á Mé- xico, en tienijM» de Invierno, húmida ])or la humidad (pie de suyo tiene, y fria porque el calor templado C[ue en verano tiene, le falta en liivierno })or ai)artarsele en alguna manei'a el sol. Assi que a este modo podremos yr señalando, á cada tierra su pro- })io y distinto temple, según es la diversidad (jue en todo este ancho distrito se halla, no obstante (|ue como se ha dicho, lo mas general en toda esta tierra es calor con humidad. Lo segundo (pie sede^•(.' notar con (pie se da solución ;il ])rol)lema es saber, (pie (piando dezimos cogerse todos los tiempos del año tri- go, mayz, y todo genero de fruta, enlas indias, no se deve entender (pie esto succeda en cada tierra ('• particulai-. sino tomar v\ sentido disjuntivamente en esta forma (pie assi como son differentes los tem- j)les, assi en differentes tiempos son differentes las cosechas, con los exemplos se declara mucho mejor lo (pie digo, en toda tierra fria ago- ra, esta frialdad proceda de estar a])artada déla toi'iiilazona. como lo están cssas proA-incias (jue coi'ren de zacatecas hazia el polo ártico. 43 agora le provenga la tal frialdad de estar sitna arduo y difficil j)roblema de las lluvias, (|ue tan solici- tos trae á muchos philoso})hos, ninguna razón me parece mas cf)n- cluyente (]ue dozir (|ue el ser las lluvias por tiempo de verano, y no en Invierno, procede de que el sol por tal tiempo hiriendo con te- rrible fuerza, esta occidental tierra levanta de la mucha hnmidad (jue en si tiene, grandissima co])ia de húmidos y lluviosos vai)ores, los (¡nales con la misma presteza, é im])eiu (jue los levanta los sube (sin aAer lugar de consumii-los) á la media, y frigidissima región del ayre, donde con su mesma frialdad se condensan, y convierten en lluvia, de lo (|ual no puede aver lugai' en hi\iei'iio, ])or(|ue como el sol entonces se apai'ta poi-algunos grados de la i'egion, no hiere con tanta fuerza, y assi no })ue(ie con tanta presteza levantar, ni su- bii' a la dicha media región del ayre tanta copia de va])ores, sino que como \a poco á poco levantándolos va consumiéndolos, antes de Uegai' á ella, y á esta causa faltan las lluvias jíor el hivierno, n(j so- lamente en la nueva España, sino también en los reynos del Piru, 49 no obstante que como ya avernos dicho, no es por vn mesmo tiempo el verano en Piru, y en la nueva España, por declinar estos Reynos cá polos contrarios. Esta razón de las indianas lluvias me parece tan buena, y tan conforme á buena philosophia, que para mi llanamen- te no tenia necessidad de buscar otra : pero porque podria alguno re- plicar diziendo, que como ay tierras en las indias, donde todos los tiempos, y dias del año llueve en ellas, y aun algunas donde se pas- san dos, y tres meses sin poderse con lluvia, y neblina ver el sol, aviendo assi mesmo tierras en indias donde no llueve en verano si- no en hivierno, todo lo qual parece contradezir a la razón dada: por esta causa me movi, á alargar vn poco mas el cap!, buscando a las replicas o objeciones alguna solución y respuesta. Ymaginando pues en la solución de toda la propuesta difficul- tad, me pareció c{ue si dezir se puede, es milagro que todos los dias del año, assi de verano como de hivierno no llueva en las indias, y esto probare evidentemente, porque las lluvias (según doctrina de Aristo. y de todos los pliilosophos) proceden de los húmidos, y llu- viosos vapores, ([ue el sol levanta de la humidad de la tierra, los quales subiendo a la media región del ayre se condensan y convier- ten en lluvia, pues formo agora mi razón, todas estas causas y condiciones requisitas, para las dichas lluvias se dan, y hallan to- dos los dias, y tiempos del año en indias, luego milagro es que cada dia no lluueva: assi como seria milagro que el fuego puesto junto á la leña, o a vn manojo de estopa no lo quemasse pues que aya en las indias siempre todas las causas, y condiciones necessarias paralas lluvias, pruevolo porque humidad bastantissima de donde los vapo- res se levanten, esta liay mas en indias que en otra región del mun- do, assi por estar cavernoso, y lleno de agua el abismo de la indiana tierra, como por los infinitos mares, rios, ciénegas, y lagunas que le bañan, y rodean, pues calor siemprelo ay bastantissimo, porque quan- do quisiésemos dezir que no tiene el sol fuerza en hivierno para levan- tar los sobredichos vapores, á esto diria yo que harto menos fuerza tiene por hivierno en la Europa, y vemos que los levanta, y llueve en hivierno, pues frialdad en la media región que convierta en llu- vias estos húmidos vapores : en este mesmo libro se prueva bastante- mente como por ser las indias de temple calido, es por estremo fria la media región del ayre, y quando quisiessen dezir que el calor del Indias. — S. 50 sol consume en Invierno los tales vapores, por levantar pocos: á es- to respondo, que el calor reniisso como lo es el calor de hivierno en indias, antes tiene proj^iedad de consei'varlos, que de consumirlos: ansi que si todas estas causas para la generación, y producion de las lluvias sobran siempre en las indias, de necessidad avia de llover to- dos los dias y tiempos del año en ellas, y pues no llueve sino en ve- rano, señal es que deve de aver algún impedimento en hivierno, que las impida y estorve, y este quiero yo dezir en el resto del capitulo. Solo nos prevendremos primero de vn fundamento y sea este, saber que aunque es verdad (como otras vezes se lia dicho) que en este nuevo mundo de las indias son ordinarios, y muy coutiiuTos los vientos todos los tiempos del año, avernos assi mesmo de entender, que el viento que mas ordinario, y casi sin cessar corre por tiempo de hivierno en estas provincias de la nueva España, y reynos decli- nantes al polo ártico (y después diré del viento que en hivierno co- rre en los de Piru) es vn fuerte, é impetuoso viento norte, cuya ve- nida es tan infalible, y cierta, quanto es cierto el apartarse el sol en el tal tiempo dehivierno de nosotros, y de que el tal viento jamas por tiempo de hivierno falte en estas provincias del norte, buen testimo- nio nos dan dello las flotas, que aboca de hivierno por nuestros pec- eados suelen venir de España á las indias, las quales de ordinario viniendo en el tal tiempo, se suelen anegar en esta mar, con el Ímpetu de los fuertes y rigurosos nortes, que las echan á fondo, como le suc- cedio a la mitad de la desdichada flota, que este año de noventa nos vino, que no viniera, según fue la multitud de los que en ella se ahogaron, solo por partir tarde ele España, y llegar acá en hivierno, que no se yo como tan gran descuydo no se remedia : ansi ({ue saque- mos en limpio, como son ciertos, é infalibles en mar y tierra los nor- tes por el hivierno. La propiedad deste viento norte, o achilon, es (como dizen los auctores) , impedir totalmente las lluvias, lo vno deshaziendo, y desbaratando las lluviosas nubes, y lo otro desecan- do totalmente la región del ayre, y todos los húmidos vapores, y fi- nalmente cerrando los poros de la tierra, impidiendo con esto la ele- vación de los sobredichos vapores. Según esto, fácil nos sera agora de responderá la duda diziendo, que si en todos estos reynos de las indias declinantes á la vanda del norte no llueve, assi en hivierno como en verano, haviendo bastan- 51 te razón, y cansa para ello, y ann mucho mejor en Invierno, la cau- sa desto digo que se deve atribuyr a los nortes fuertes, y muy conti- nuos, que corren en las tales tierras por tiempo itehivierno, casi sin jamas faltar, y es cierto bien de notar, quan de veras ahuyentan es- tos nortes las lluvias, pues en el mesmo punto que ellos comienzan a correr por tiempo de hivierno, se alzan totalmente las aguas, y en tan- to mas duran las aguas, quanto se tardan los nortes : y buelvo a dezir, quesi los baquianos que bivimos a la vanda del norteen indias, repara- mos en ello veremos como el tiempo de seca, sigue perpetuamente la venida de los nortes, que son los que por las causas arriba dichas impi- den totalmente las lluvias, las cuales si los nortes no las impidieran, fueran mas ciertas aun en hivierno que en verano, y assi vemos si en hivierno llueve en las indias del norte, es o bien quando corre vien- to austral, que es el (|ue las acarrea y produze, o bien porque por muchos dias dexa de correr el dicho viento achilon, y esto es quanto toca a las provincias del norte, como la nueva España, y toda essa tierra firme. Vamos agora a los Reynos del Piru, que declinan a la vanda del Sur, en estos digo que también no llueve en hivierno, a causa de que en apartándoseles el sol de su hemispherio hazia el nuestro, co- mienza a reynar el viento Sur o Austral, el qual dissipa también las lluvias en aquellas partes del Sur como acá el norte en las del norte, y es esta la razón, el viento norte dissipa las lluvias por ser frió, y seco, é impetuoso, pues digo agora : que assi como el norte es frió y seco, y fuerte en las tierras del norte, assi el viento Sur es frió, seco, y muy fuerte en las del Sur, y por el consiguiente os ene- migo de lluvia. Pero si dixese alguno, que como si en el Piru es fi-io y seco el austro, le llaman los auctores caliente, y húmido, respondo que el viento toma las calidades de la tierra por donde passa, v. g. quan- do el noi-te que es frió, y seco passa a la vanda del Sur, ya no es frió y seco, sino caliente y húmido, y lluvioso, porque passa por debaxo de la linea donde cobra calor, y humidad y assi es el viento Sur, que halla en su nascimiento es frió y seco, y enemigo de lluvias, pe- ro en passando acá á nuestro polo por debaxo de la linea, se hace ca- liente y húmido, y assi es realmente que si en las tierras del norte lluevo con viento austro, v so alza con el el norte, alia en las del aus- 52 tro, ay seca con el mesmo viento austro, y llueve con el norte: de donde se infiere nuestro proposito, y es que como en tiempo de hi- vierno en el Piru, reyna el viento Sur, que es el que alia dissipa totalmente las lluvias, como acá el norte, por esse respecto, dexa también alia de llover en los meses que para ellos es hivierno : ansi que concluymos diziendo, como el no llover en hivierno, es por par- te del viento asperissimo y seco, que las impide, y estorva. Pero podria dezir alguno, qual fuesse la causa, de que en apar- tándose de nosotros el sol por hivierno, tiene lugar de reynar el norte : assi como en la vanda del Sur el austro, la razón desto es muy clara, quando el sol se aparta del vn polo hazia el otro, pongo por exemplo que se aparte del polo ártico, entonces por apartarse el sol, no tienen fuerza sus rayos de gastar, y consumir las exhalaciones que se levantan de hazia el dicho polo, que son las que causan el viento de aquella vanda, y assi tiene entonces lugar de correr con Ímpetu, pero quando en tiempo de verano se va acercando el sol al polo, consume las exhalaciones, y cessa el viento, y assi vemos por expe- riencia, que no luego que comienza el verano, comienzan las lluvias, sino hasta tanto que se acerca el sol en tanto grado hazia el polo passando por sobre nuestras cabezas que tiene fuerza de consumir y gastar las dichas exhalaciones que causavan los vientos, y assi estas gastadas cessan los nortes, o los austros si es en el Piru, y luego son ciertas las lluvias. Solo resta saber agora, por que ay tierras en indias donde suele llover todos los dias del año respondo que en todas las tierras que son cercanas a la linea, mayormente si son tierras altas, llueve todo el año, porque si bien miramos quando el viento austro, o el norte (que son los que las pueden impedir) llegan a la linea, ó junto a ella, llevan ya perdida la fuerza, con el gran calor que en las tierras de la linea (como no sean tierras altas) predomina, el qual calor que- brantando al viento su frialdad, y fuerza, es parte á que el viento no impida las lluvias. También en sierras y lugares muy altos, como la sierra de Capira, y los andes en Piru es ordinario llover todos los dias, á causa de que como son tierras altas, y cercanas a la media región, á penas se ha levantado el vapor quando esta convertido en lluvia. Las tierras donde llueve al tiempo que en España, caen fue- ra de la tórrida como es en Chile. 53 CAPITULO XIIII. Porque causa en algunas provincias de las indias caen grandissima copia de rayos, y en otras por milagro se Jian visto caer. No dexa de causar terrible admiración ver que aya en las indias al- gunas tierras, o provincias tan combatidas, afligidas y assaltadas de continuos rayos, que pone grima, y temor bivir en ellas, y otras al contrario tan libres de esta temerosa plaga, que jamas en ellas se ha visto caer vn tan solo rayo, el exemplo desto tenemos bien en la mano : la ciudad de los angeles (que es vn lugar de los mejores mas ricos y ennoblecidos de la nueva España, y aun de las indias) es de ordinario tan combatida de rayos, que succede no digo con tor- menta y aguaceros, sino en medio del dia claro, y sereno caer sin pensar terribles rayos, y esto es casi de ordinario. Lo contrario pode- mos affirmar de toda esta tierra de zacatecas en la nueva Galizia, o de todos essos llanos del Piru, donde jamas o muy por milagro tal se ha visto caer. Acuerdóme de vna señora nacida en lima en los Reynos del Piru, que viniendo de aquella tierra á esta le cupo por suerte bivir en la puebla de los angeles, y como ella estava hecha a tierra donde jamas avia visto, no digo yo caer rayos, pero ni aun llover en toda la vida, (que es en lima) y vino á tierra de tantos rayos, tempestad, y aguaceros, fue solo estoparte paradexar la nue- va España, y bolverse al Piru, ansi que es notable la differencia que acerca desto de caer rayos mas en vnas tierras que en otras se vee, y succede en las indias : por razón de lo qual uve de hazer este pro- blema, declarando en el la causa de tan notable differencia. Para solución de la qual, sera nescessario dezir, y specificar el or- den por do se engendran los rayos, y assi mesmo que condiciones pida la tierra, sobre quien de ordinario caen muchos rayos. Digo pues que según la mas cierta opinión de los philosophos el rayo se engendra de aquellos calidissimos humos ó exhalaciones, que el sol levanta de la parte mas seca, adusta, y requemada de la tierra, los quales subiendo a la media región del ayre, si acaso aciertan a ence- rrarse en alguna frigidissima, y muy espesa nube, por defenderse 54 della, y de su gran frialdad, se aprietan y condensan en tanto grado, que por aquella demasiada condensación se vienen los dichos humos a convertir en fuego, y como es propio y natural del fuego, quando se halla assi encerrado salir con gran Ímpetu a fuera, rompe con te- rrible fuerza la dicha nube, y aquel fuego que sale llamamos rayo, y al resplandor o lumbre que causa relámpago, y al stallido que da al romper de la nube llamamos trueno, y esto es en suma el modo con que el rayo se engendra. Pero off récensenos aqui dos no pequeñas dudas, vna de las qua- les es saber si es verdad, lo que comunmente se dize en el vulgo, que el rayo es una guija, ó piedra durissima que dentro de aquella nube se engendra, la qual cayendo en la tierra hazegrandissimo daño destrozando todo lo que delante de si halla, y al cabo se viene a es- conder en la tierra. Lo que a esto se me off rece responder, es dezir que lo essencial del rayo es aquel fuego que se emprendió de aque- lla exhalación, y este mismo quando es mucho en cantidad, y suffi- ciente para llegar a la tierra, sin gastarse en el camino baxa con grandissima violencia, y como es de naturaleza tan sutil, y fuerte pe- netra, y rompe por todo aquello do halla resistencia, supuesto que el cuerpo que no lo liaze, no es capaz de recibir algún daño del, sino es quemarlo. De donde podemos inferir tres cosas por muy ciertas, la pri- mera que jamas ay trueno sin que aya rayo, supuesto que el rayo es llama, y sin esta jamas se puede rasgar la nube, y causarse el trueno. Lo segundo que no todas vezes este rayo llega a la tierra, auncjue llegue su resplandor, y es la causa de que muchas vezes se acierta a romperla nube hazia arriba, o a vn lado, y entonces dispara la lla- ma arriba o a los lados, y no hazia la tierra: también puede ser rom- perse hazia baxo, y no poder llegar por ser tan poca la llama, o es- tar muy lexos de la tierra la media región del ayre. Lo tercero que se infiere es que assi como avenios dicho ser lo essencial del rayo, o ser el mismo rayo, no otra cosa sino aquel fuego que se formo de la exhalación encerrada en la nube, assi tengo, y juzgo por negocio muy accidental, esto de que dentro de aquella nube se fraguase aquella durissima piedra, o guija, y que esta sea el rayo : no niego yo si no que pudo de la parte mas gruessa, y terrestre de la exhala- ción, con la fuerza de aquel gran calor fraguarse piedra, pero di- 55 go que esto raras vezes o ninguna succede: porque bien sabemos que quando algo se quema en el fuego, lo que queda no se haze piedra sino ceniza, vltra de que no es possible aya tante-spacio en el ayre, para estarse tan de proposito fraguando la dicha piedra, ansi que esto destas guijas llamadas rayos, yo para mi tengo las por mera ymaginacion . La segunda duda que se nos of frece, es saber como pudo de aque- lla calidissima exhalación, o humo encerrado en la nube engendrar- se fuego, porque la razón que para esto dan de dezir que aquella ex- halación se viene á apretar, y condensar tanto en si huyendo de la frialdad de la nube, que se viene á convertir en fuego, esto bien mi- rado es falso, porque assi como vna cosa mientras mas se adelgaza mas se dispone á convertir en fuego, por quanto el fuego es sutil y de delicada naturaleza, por el contrario mientras mas se spessa, y condensa mas agena, y remota esta de convertirse en fuego, y es- to acá lo vemos por esperiencia, que mientras mas espessoes el hu- mo que sale de alguna hoguera, menos llama hay, por quanto es el dicho humo tan spesso, que no se puede convertirán llama: ansi que no se puede dezir, que la condensación le disponga á convertir en fuego : por huyr pues deste incon viniente, dizen algunos que alia por via de antiparistasis se convierte en fuego, que es co- mo dezir, (]ue el frió de la nube recogendo el calor déla exhalación lo acrecienta, esto lleva vn poco de mas camino, pero por no darnos el tiempo lugar, no quiero detenerme en declarar el modo, con que se engendra este fuego, que llanamente es muy curioso, aunque no haze á nuestro proposito. Sabido pues el modo con que el rayo se engendra, y que sea lo essencial de esse rayo, no i-esta mas de declarar lo segundo que es saber en que consista, o de do proceda caer sobre A'ua tierra mas rayos que sobre otra, porque á esto mira toda nuestra difticultad, á lo qual respondo, que de tres cosas o condiciones procede fraguarse so- bre vna tierra o provincia mas rayos que sobre otra, lo primero de ser la tierra mas caliente, porque mientras mas calor uviere en ella, mas frialdad reynara en la media región del ayre, donde avenios di- cho que con la fortissima frialdad del ayre, y de la nube se fragua el rayo, otrosi que mientras mayor calor uviere en la tierra, mas hu- mos o exhalaciones se levantaran della para fraguar los dichos ra- 56 vos. La segunda es el aver en lo interior de la tierra, muchissima materia, de que se levantan los tales humos, o exhalaciones, como si dixessemos, aver muchos bolcanes, o calidissimos minerales, porque dellos es muy natural levantarse las tales exhalaciones. La tercera es estar la media región muy cercana a la tierra, y esto también im- porta mucho porcjue muchas vezes el rayo, si la media región estu- viesse muy remota de la tierra, dexaria de llegar a ella y si esta cer- ca llega, y esto bien se A'ee ser ansi, pues de ordinario las torres y altos edificios, son los que mas daño reclinen de los rayos, no porque los rayos sean amigos de torres, sino porque llegan hasta lo mas alto de la tierra con Ímpetu y de alli para baxo los mas dellos la })ierden. Con la noticia de lo que se ha dicho, respondo a la pregunta del problema, digo que el caer en algunas provincias, y lugares de las indias grandissima copia de rayos, esto procede por tener las tales tierras algunas de las tres condiciones, o todas de las que arriba de- ziamos : es á saber ser muy caliente, porque con el calor déla tierra se levanta gran copia de calidissimas exhalaciones, las quales subiendo a la media y frigidissima región del ayre, por el modo arriba decla- rado se convierten en rayos: o bien por tener junto a si alguno o al- gunos bolcanes, de los quales sale grandissima copia de humo, o exhalaciones (que todo es vno) y estas dan bastante materia a los dichos rayos : á la qual causa atribuyo yo los infinitos rayos que so- bre toda essa tierra circunvezina a la Puebla caen, por quanto esta junto a ella, esse grande, y poderoso bolean de guaxocingo, de donde perpetuamente sale tanto humo, que se ha de presumir ser el tal humo materia de tantos rayos : y assi me acuerdo aver visto passando por aquellas altissimas sierras de aquel bolean, casi todos los arboles partidos por medio de rayos, ñnalmente ayuda para caer muchos rayos sobre las tierras calientes de indias, el tener muy cercana a si la media región del ayre (que como arriba deziamos) es muy impor- tante condición para esto, la tal vezindad supuesto que tan cercana podria estar, que apenas se engendrase rayo rompiéndose la nube ha- zia baxo, (|ue no llegase a la tierra. Si en toda essa tierra de zacatecas poi' el contrario, no se vee caer jamas vn tan solo rayo, esto procede, lo vno de ser tierra frigidissi- ma, lo otro de no tener en toda ella vn solo bolean, y assi mesmo de tener muy alta, y apartada de si L; media región del ayre, como se 57 conoce de no aver en toda ella, por mas fria c{ue es, vna tan sola sierra nevada: de lo que toca al Piru tratarse ha en otro lugar. CAPITULO XV. Por que musa el scrrno de lan Indias es wurlio mas enfermo que el de otras provincias. FxtíS en este problema me ha cabido tratar del sereno, justo sera por curiosidad siquiera declarar que sea esto, que comunmente se llama sereno, porque mil vezes oyremos tratar de los daños, y effec- tos que en nosotros causa, y apenas ay enfermedad, de la qual no le agamos inventor, si a qualquiera destos que tan de ordinario le nombran le fuesse preguntado, que es sereno, o que entienden por el, no sabrían dar razón délo quesea : vnos por el sereno entienden el frió de la noche, otros por ventura la humidad della, pero ningu- no como digo, sabe discernir, ni determinar si esse sereno sea algún cuerpo o calidad en el depositada, y assi por preámbulo del proble- ma declarare en particular su ser, y naturaleza, y assi digo que. Entre otros vapores que el sol entre dia, de la humidad de la tierra, levanta juntamente cierto sutil y delicado vapor, que de dia le tenemos entre nosotros mezclado con el mesmo ayre, y es tanta su delicadeza, que si subiesse a la región media del ayre, al punto el mesmo calor del sol le consumirla y convertirla en ayre : llegada pues la frialdad de la noche, este delicado vapor comienza con la frialdad a yrse poco a poco engrossando, y condensando hasta que viene la madrugada, con cuya intensa frialdad aquel c|ue primero era vapor, se convierte en roció, y a las vezes si es mucho el frió, se convierte en pruina. Supuesto lo qual digo, que el sereno no es otra cosa sino aquel sutil y delicado vapor, que aviendose levantado de dia con el calor del sol, viene con la frialdad de la noche a condensarse. Tiene este vapor, o sereno por propias y naturales cualidades frialdad, y humi- dad con gran sutileza, y penetración de partes, las quales aun des- pués de convertido en roclo, le haze ser purgativo, de donde se in- Indias. — 9. 58 fiero que tanto mas sera el sereno, a lo monos mas frió, y húmido (juanto mas fuerte entrando la noclie, y mientras mas fria fuere: y assi elevemos entender, que el sereno de las noches de Invierno, y mas en regiones frias, es mas fuerte, intenso, y penetrativo que el de las regiones calidas y mas en verano. Infiérese assi mesmo, que mientras mas humidad u vi ere en la tioi-i-a como aya fuerza en el sol para levantar el dicho vapor, mas sereno abra en cantidad, porque en fin ay mas materia de que el sereno solevante. Sabido pues que sea sereno, y sabidas assi mesmo sus qualidades, yrenios por orden satisfaciendo, a algunas dudas, que acerca del sereno so nos off recen . Y para mejor satisfazer a la primera, en que se pregunta, qual sea la causa de ser el sereno de las indias mas enfermo que el de otras provincias, es necessario advertir primero, de c{ue modo o en (pie manera se deva entender, ser dañoso, y nocivo el sereno, y assi digo, y pongo por fundamento: cpie en la medicina jamas se pudo dezir absolutamente, esto es bueno, o malo, es dañoso, o provechoso, sin que primero se specifique y declaro para que sea dañoso, o de provecho alguno : pongamos por exemplo, que vn mantenimiento sea por extremo colérico, que bien colérica deve ser la miel, no po- dre yo con verdad dezir que la miel por ser colérica os absoluta- monte mala comida, porque ya que lo sea para el colérico, y para el (^ue es mozo y por extremo calido, es sana para el viejo, para el fle- mático, y sin discrepar para toda enfermedad fria. Otrosi suponga- mos, (pie el mantenimiento sea carne de vaca, no diré bien, que la baca de todo punto es mala, y dañosa, porque ya que lo sea para el viejo, para el melancólico, y para el flaco de estomago, no sera para vn hondjre rezio, y mas si pecca en humidad de estomago, y se exerci- ta mucho, antes digo que a este tal, mas ayna se le deve dar seme- jante mantenimiento gruesso, y pesado para que el estomago rezio, y calido tenga bien que gastar, y no vn manjar delicado, que con nnicha facilidad lo requeme, y convierta imi mal humor: ansi que siemi)re llevemos este presupuesto, de que no ay cosa en el mundo, por mala que nos parezca, que sabida bien aplicar no sea de al- guno, o de muchos provechos. Según esto no nos devenios admirar quando viéremos que vna cosa tan reprobada y tenida por mala co- mo el sereno, hiziere, y fuere causa de conseguirse por olla, muchas 59 vezes salud, quantas vezes pregunto abra succedido estar vn hombre raviando de dolor de cabeza, vsando de cien mil sahumarios, y cosas calidas, y de puro desesperado, quitarse de todo aquello, y salirse al sereno, y frió de la noche, y de lo que pensó rescebir mas daño, conseguir gran alivio, y salud, y quantas vezes esta vn miserable en- fermo, abrasándose de calentura toda la noche, estor^•andole todos los de casa que no le de ni por pensamiento el sereno, y si acaso le aciertan a abrir de madrugada las ventanas, assi como comienza a gozar de aquel apazible, y regalado sereno déla madrugada, parece que sana y se alivia de todos sus males : que es como cuando vno to- ma con gran calentura vna purga que le abrassa las entrañas, j pien- san todos los de casa que esta su vida y salud en quitarle el agua, no teniendo mayor remedio, y refugio que beverla, y apagar con ella el fuego de la ardiente, y venenosa purga. Pero esto solo incuml)e el con- cederla, al sabio y bien experto medico que conoce el daño, o pro- vecho que le puede hazer. Buelvo pues al sereno, pregúntenle a vn mozo (y mas si es co- lérico) , que quando se siente con mas salud, dirá quequandose pas- sea toda la noche, y al contrario comiéncese este tal a hazer a ence- rramiento parece (jue esso solo le trae, y pone entecado, y es porque dexa ya de gozar de aquello que era su medicina y salud, que es el refrigerio, y humidad del sereno con que se templava el incendio, }• calor de sus hirvientes humores: de suerte que sacamos en limpio de lo dicho, que no juzguemos al sereno por tan enfermo y daño- so, que sabiéndose cómodamente aplicar, no sea de mucho jirovecho, quanto suele ser de malo, y enfermo no aplicándose devida, y có- modamente a nuestras enfermedades, achaques, y complexiones. Supuesto lo qual, entra agora muy a quento, síiber por que causa siendo el sereno á muchas occacionessano, y medicinal, o a lo menos no siendo tan notable, y generalmente dañoso, en otras provincias, vemos en estas de las indias, que apenas ay persona que no se quexc del sereno, y es esto de suerte que muclios vienen de España, donde aun por el pensamiento no les passava saber, o oyr dezir del sereno, y en passando a esta tierra sienten notablemente sus daños, y assi se guardan del, como de vn mortal enemigo, desto pues es toda nues- tra duda y difficultad. A lo (pial brevemente respondo, que el sereno desta tierra es en 60 general muy mas dañoso que el de otras provincias por dos cosas, lo primero por ser mucho en cantidad, y lo segundo por estar los cuer- pos de los que en las indias bi vimos, llenos y muy abundantes de humidad, la qual notablemente se acrecienta, y dobla con el sereno, que el sereno sea mucho en demasía, veese por experiencia, y ra- zón manifiesta, porque no es possible que de tierra tan húmida, y tan dispuesta a que della se levante el sobre dicho vapor, que es sereno, y donde assi mesmo reyna bastante calor, (¡ue levantarle pueda, dexe de aver sereno en grandissima cantidad, y assi ya por es- ta parte de ser mucho masen cantidad que en otra alguna provincia del mundo es muy mas dañoso. Pues vamos agora a la otra occasion , o causa , la qual fue dezir que por ser tanta, y tan copiosa la humidad desta tierra, con la qual están los cuerpos humanos muy mas dispuestos, por esso el dicho se- reno daña mas que el de otras provincias del mundo, esto pruevase desta suorte : por experiencia vemos que cuando vn cuerpo peca en vna destemplanza, tanto mayor daño recibe, quanto mas cosas se- mejantes a la tal destemplanza le aplicamos, pongo por exemplo, pe- ca vn hombre en demasiada frialdad, clara cosa es Cjue mientras mas cosas frias le aplicaremos, tanto ma^'or daño sentirá con ellas, y es- to es por aquella regla que dize, omne simile facUíiis pat'ihir á,sim¡- li, pues lo mismo digo del sereno desta tierra y de los daños que en nosotros causa, que por quanto el de suyo es humidissimo, y por otra parte halla los cuerpos llenos de humidad, acreciéntase la vna humi- dad con la otra, y lo que primero por ventura no se sentia, ni daña- va por ser menos, en llegando la frialdad y humidad del sereno, que es mucho mas en cantidad que en otra región ninguna, hazc nota- ble daño, y esta es la causa por que mientras mas húmida la región, mucho mas dañoso es el sereno, es á saber por que en esta tal el se- reno es mas en cantidad, supuesto que es mas la materia, y porque assi mesmo halla los cuerjDos dispuCvStos con mucha humidad, por cu- ya occasion, con mayor facilidad los daña, y si este daño se siente primero en el celebro que en otra parte del cuerpo esto procede de que el celebi'o es de suyo humidissimo, y como tal le haze mucho mas daño el sereno que es húmido. Preguntase lo segundo, qual sea la causa, porque es mas dañoso el sereno de prima noche, que el de todo el resto de la noche, y ay 01 en esto mucha razón de dudar, porque bien mirado, si el sereno es dañoso por ser frió y húmido, mucho mas frió y húmido sera mien- tras más fuere entrando la noche, y por el consiguiente mas dañoso, lo qual es contra la experiencia pues vemos ser de ordinario mas dañoso el de prima noche : lo que a esto se responde es dezir, que el sereno de prima noche, causa mayor daño por aquella repentina mudanza que el cuerpo haze de calor a frió, esta va el hombre caluroso, ansi con el calor del dia como con el del exercicio ordinario que de dia se haze, entra luego el frió del sereno de prima noche, halla los poros abier- tos, como el de suyo es sutil, y delgado penetra de repente por los dichos poros, y haze con aquella repentina, y nueva mudanza grandis- simo daño: pero después que va entrando y cerrando mas la noche, y los poros del cuerpo se van cerrando, y apretando, ni bien da lugar a que la frialdad, y humidad penetren, ni menos se da aquella re- pentina mudanza de vn contrario a otro como se da a prima noche. De aqui se infiere la respuesta, de otra tercera duda, es a saber por que causa andand(í vn hombre por la calle al sereno, no le haze tanto daño, como si se pusiesse a la ventana, o de repente saliesse a la calle. A esto respondo que quando vn hombre anda toda la no- che por la calle, no siente daño ninguno, porque trae con el frió ce- rradas las carnes y poros del cuerpo, y assi no da lugar a que el sere- no con su sutileza le penetre: otrosi que estando abrigado, y salien- do luego al sereno, necessariamente se lia de dar repentina mudanza de vn contrario a otro, todo esto es causa de mayor mal, y con esto se da fin al problema. CAPITULO XVI. Por que causa ^¡iccede en las Indias, temblar tan a menudo la tierra. Si mi intento fuera hazer mención de la destruycion, y grandes estragos que con los terremotos han succedido, en las indias de las ciudades y famosas poblazones que con ellos se han asolado, de los poderosos edificios que se han aruynado, de las cavernas que se hanabiertoen la tierra, v de las maravillosas fuentes que por ellas han 62 salido, bastante materia se me avia offrecido para poder alargar la pluma, pero porque es mas mi intento dar solución, y causa de estos tan prodigiosos eft'ectos, que mas en las indias que en otra parte del nmndo succoden, me pareció remitir lo que es historia a curiosos scriptores, que por mejor stilo, y mas de proposito los puedan decla- rar, y dexar en memoria. Pretendo pues solamente tratar, no de las causas de que proceden los terremotos, porque aunque es verdad que temblar la tierra, caer espantosos rayos, aparecer cometas en el ayre, obscurecerse el sol, y reventar montes de fuego, son cosas de tanto horror y espanto que solo el nombrarlas atemoriza, con todo esso, supuesto quesoneffectos de naturaleza, y que como tales tienen sus causas ciertas, y deter- minadas sabemos que ya todas ellas están scriptas specificadas, y de claradas por los auctores tan amplia, y copiosamente que no ay acer- ca deltas necessidad de añedir vn punto, de suerte que no tratare- mos tanto de las cosas de semejantes eñ'ectos, quanto de saber que causa o razón aya, porque si en otras provincias del mundo succede temblar vna vez en cien años la tierra, es en las indias tan al revés, que hay tiempos en que tiembla en vn año cien vezes, y es ya esto de suerte, que assi como en otras regiones se admiran de verla sola vna vez temblar en toda la vida, assi acá nos admiramos quando se passan algunos dias que no tiembla : pidese pues agora la causa des- ta dift'erencia. La causa destos continuos temblores atribuyen algunos a los vientos fuertes, y muy ordinarios que siempren corren por estos rey- nos del Occidente, diziendo que aquel ayre se encierra en las caver- nas de la tierra, y procurando salir afuera, la remueven, y hazen estremecer, y no consideran en esto el desatino que dizen, como si las cavernas de la tierra estuvieran de antes vazias, y el ayre que corre por el mundo, fuera nescessario entrarlas a hencliir, y quando entrara no erapossible que este mismo hiziera temblar la tierra, poi'- que assi como entro en el lugar (pie esta va vazio, se avia de es- tar quedo sin salir, para que no se diesse vacuo en la naturaleza, porque esso tiene el cuerpo que entra a henchir algún lugar vazio, que con la misma inclinación que se movió a henchirlo, procura es- tarse quedo, y no desampararlo: aiisi que esta razón va bien fuera de camino, y no queramos mas muestra de ser esto assi, de ver que 63 millones de vezes corren fuertes vientos, y no por esso se siguen temblores. Otrosi en toda essa tierra que desde la nueva^^alizia comienza acorrer hazia el polo ártico, jamas faltan por el Invierno fortissimos vientos, y no por esso tiembla, ni perpetuamente tal se ha visto tem- blar la tierra : ansi que esta opinión, y la que dizen algunos, que estos temblores proceden de la constelación de la tierra, corren pa- reja en no dezir nada. En dos cosas me parece que consiste la solución y respuesta des- ta duda. La primera es en declarar la sentencia del philosopho acerca délos terromotos, y la segunda en declarar las qualidades, y con- diciones que esta indiana tierra tiene, las quales le liazen ser mas dispuesta que otra ninguna de las del mundo para temblar a menudo. Acerca de lo primero digo, que Aristo. en el primero de los Me- tehoros, dando la causa del terromoto dize, que el temblar la tierra procede de los vapores, ayre y exhalaciones que están encerrados en las cavernas de la tierra, las (guales moviéndose de vnas en otras buscando salida afuera hazen estremecer la tierra : pero es esta la manera. Ya sabemos según buena philosophia, que de vna parte de tierra se hazen diez de agua, y de vna de agua diez de ayre dichos vapores se levanten, porque como el centro desta Occidental tierra es cavernoso y lleno de agua, de la mesma agua con qualquier calor, y fuerza del sol, se evaporan y resuelven infinitos vapores, los qua- les assi como van creciendo, se van estrechando y apretando en las mesmas cavernas, hasta reventar, y respirar por alguna parte, assi como rebienta vn guevo, o vna castaña quando con el calor del fue- go se engendra vapor de la humidad que dentro de si tiene, y este haze reventar la caxcara lo qual no hiziera si los poros de la mesma caxcara estuvieran abiertos, como lo están quando el guevo, o casta- ña se cueze en agua. Vltimamente tiene esta tierra sufíiciente dis- posición para estos ordinarios temblores, y esta disposición se ha de entender ser las cavernas que están en el centro de la tierra , donde se vayan poco a poco recogiendo los sobredichos vapores, y assi mes- mo densidad en la superficie de la tierra, quiero dezir que tanto quan- to es de porosa, fofa, y cavernosa la indiana tierra en el centro, tanto es de apretada, y densa en la superficie, por la qual causa dixe 64 que los arboles no arrojan sus rayzes al centro, sino que las dispar- zen por la haz de la tierra, por quanto esta es firme, densa y maciza, lo que no es la parte interior, y por esta mesma causa los edificios que en indias se labran, no ahondan en cimientos, sino antes se fundan sobre la tierra, atento a que en el centro no ay firmeza, co- mo en la superficie. Pues digo agora que como el indiano abismo es cavernoso, y la parte superficial de la tierra ínuy densa, y apretada succede que los vapores que con la fuerza del sol se resuelven de la humidad del centro, muchas vezes no pueden salir afuera, por quanto con mucha facilidad se cierran, y aprietan los poros de la tierra, por donde avian de salir, y a esta causa buscando salida, y respiradero hazen muchas vezes temblar, y estremecer la tierra, y esto se responde al problema . De lo dicho se infiere la causa porque en toda essa tierra de za- catecas, ni en toda essa provincia de Campeche jamas se vio temblar la tierra. La causa desto es, que el centro o abismo destas provin- cias no es cavernoso, y assi ni ay materia de agua de que se resuel- van vapores, ni menos ay lugar donde ayan estos vapores reco- giendo, y apretando, y que el centro destas provincias sea firme, y macizo, y no cavernoso como el centro de las tierras que tiemblan, veese claramente, porque en las sobredichas provincias no se halla vn tan solo bolean, y en no aviendo bolean, tanpoco ay ca^ernas en la tierra, porque (como diremos en el cap. siguiente) aquella tierra es mas cavernosa, que mas bolcanes tiene, y al contrario essa tiene mas bolcanes, que es mas cavernosa, y por el consiguiente essa tiembla mas la que junto a si tiene mas bolcanes, de suerte que la que no tuviere bolcanes, ni cavernas en el centro como zacatecas, ni campeche no las beremos raras vezes, o ninguna temblar. También de lo dicho se infiere la causa, ponjue haviendo corri- flu fuertes vientos se suelen seguir temblores de tierra, la causa des- to es que con la frialdad de los vientos se cierran y aprietan los po- ros de la tierra, y cerrados no pueden salir, ni respirar los vapores, y assi entonces se siguen los sobredichos temblores. 65 CAPITULO XVII. De que procede aver en los Indias tantos bolcanes. Si los hombres se udmiran de ver temblar, y estremecer la tie- rra, (por ser el terremoto vno de los terribles, y espantosos effectos de naturaleza) con quanto mayor razón se deven admirar, qnan- do vean vn monte lanzar de si llamas de fuego, y espessas nubes de liumo, y ceniza, y esto á vezes con tanta furia, é Ímpetu que verda- deramente parece estar demonios dentro del monte o bolean. Y si es- to no admira a los comarcanos de las indias, por ver bolcanes a cada passo, admirarse han quando vean abrirse vn monte destos, y echar de si arroyos de fuego, que asuelan, y abrassan todo lo que delan- te de si hallan, como muchas vezes succede en las indias que todo esto sea negocio de mucho mayor admiración que los terremotos, es muy puesto en razón, porque assi como es propio a la tierra baxar á su centro como cuerpo pesado, assi lo es al ayre, y vapor subir arriba á buscar su sphera, y para esto si le es impedida la subida hazer es- tremecer la tierra. Pero quien diremos que enciende el fuego que perpetuamente arde en los bolcanes, supuesto que el fuego elemen- tar no baxa de su sphera a encenderlo, y quando demos que aya agen- te natural que lo encienda, que materia se puede imaginar dentro de vn monte, que baste por tanto numero de años á sustentar aquel fuego, sin acabarse jamas: y quando todo esto aya entra luego la principal dubda del problema, en que se pregunta, por que causa mas en las indias que en otras provincias del mundo se halla tanto numero de bolcanes. De suerte que ya de aqui tenemos tres dudas no poco difficultosas, es a saber qual sea la causa que enciende fuego en los bolcanes, que materia sea bastante a sustentarle por tantos años sin jamas acabarse, y vltimamente, por que aya tantos bolca- nes en las indias. Pudiera a este proposito hazer historia de algunos grandes y famo- sos bolcanes de las indias, y de las maravillosas propiedades que ay en ellos, como se hallan en aquel poderoso bolean de Mazayas en la Indias. — 10. 66 provincia de Nicaragua, dentro del (|nal se vee perpetuamente vna gran laguna de fuego, que hierve, y haze ondas a modo de vn pro- fundo lago y es tanto el fuego, y resplandor que de si arroja que mu- chas leguas a la redonda se ])ueden leer cartas a media noche con solo su resplandor. Pudiera assi mesmo dezir de aquel inacabable é insigne bolean que se muestra entre Quito, y la ciudad de los Reyes en el Piru, con cuya ceniza, y humo se ha visto muchas vezes aho- garse los hombres, como le succedio á Plinio 2 yendo a contemplar los mysterios del monte Etnat. Pudiera otrosi hablar de aquella des- truycion que succedio a la antigua, y noble ciudad de Guatemala quando vn bolean á ella circunvezino rebento, y la anego, aunque según la mas cierta opinión se entiende que aquella destruycion fue hecha por agua : pues quando por no enfadar dexasse de tratar en particular de tanto numero de bolcanes como ay en las indias, y de sus prodigiosas maravillas? que historia pregunto se pudiera ha- zer de los estragos, y perdidas que a muchos pueblos circunvezinos a los mismos bolcanes han succedido, hechas con piedras ardiendo arroyos de fuego, rayos, ceniza, y humo, y aun con horrible y te- meroso struendode truenos, y stallidos, que parece en semejantes por- tentos, y })rodigios cumplir ya Dios nuestro Señor su promesa de abrassar, y asolar el mundo con fuego: yo se dezir que en las indias no es necessario caygan copos de fuego, para abrasarlas, sino solo que alce Dios su divina mano, y permita se abran estos almazenes de fuego que hay en todas estas tierras, que con esto bien en breve pe- recera todo. Dexo pues tantas y tan largas historias, supuesto que no liazen a nuestro intento, y passo adelante procurando ventilar, y rastrear las causas de las tres dudas que en este capitu. prometí de- clarar. A la princi])al duda, y por (jue del ])robl('ma responderá bien fá- cilmente quien entendiere la razón que se propone en el siguiente si- llogismo, o argumento, y es esta, los bolcanas i)roceden del fuego que perpetuamente arde en los mineros de azufre: en las indias ay gran suma de los tales mineros, luego de fuerza es aya por el consi- guiente muchos bolcanes, entendida la razón esta clara la respuesta, pero |)odria replicar alguno diziendo (jual fuesse la causa de aver tan- tos minerales de azufre en las indias. La razón y causa desto se de- clara mejor y muy mas a quento en el capitulo 3. deste libro. 67 En qiianto a la segunda digo, que el fuego de los bolcanes casi se emprende por el mismo modo, que el que dentro de vna nube se engendra en la media región del ayre, y es esta iarman era, de la mis- ma suerte que quando alguna o algunas calidissimas exhalaciones que de la tierra suben a la media región del ayre, si acaso se encie- rran dentro de vna frigidissima nube, o bien por via de conden- sación, o bien por la presencia de su contrario que es el frió, vienen las dichas exhalaciones a convertirse en fuego, de do procede el relámpago y el rayo, deste mismo modo se ha de presumir que el fue- go do los bolcanes se enciende, y produze : porque según la experien- cia nos muestra, el bolean no puede ser monte baxo, sino tan alto, y levantado que con su cumbre toque en la media región, mayor- mente en las indias, donde la dicha media región esta (como en los precedentes capítulos se ha pfobado) muy cercana a la tierra, pues como el calor del sol levante muy calientes exhalaciones de aquellos mineros de azufre, estas procurando subir hazia arriba por el propio bolean, la grandissiraa frialdad de la media región las buelve con Ímpetu a rebatir hazia baxo, y entonces se ha de presu- mir, que o poi- via de condensación (como algunos dizen) o reco- giéndose la virtud y calor de la exhalación mediante la presencia de su fortissimo contrario (pie es el frió, y cobra tantos grados de calor, quantos se requieren para introduzir forma de fuego: en conclusión el frió grandissimo es el principal agente que aqui engendra el fue- go por via de Antiparistasis, y que esto sea ansi veese clara, y abier- tamente por todas las experiencias que agora diré. Lo primero, por- (jue el bolean mientras mas alto y cubierto de nieve, mas fuego arro- ja de si por la propia cumbre. Lo segundo, por que en tiempo de hivierno, hecha de si mas fuego que en verano, y lo tercero, por que este fuego sale mas en abundancia de noche, ya la madrugada que no de dia, y es desto la causa, de que mientras mas alto el bolean, mas cercano se halla de la frialdad de la media región, y mien- tras mas frió fuere el tiempo, mas fuerza alcanza para produzir fuego, haziendo con mayor vigor recoger, y vnir la fuerza de las exhalacio- nes, y esto sirva de solución a la segunda duda. Acercándonos a la tercera, digo que la materia que por tantos años ceva, y sustenta el fuego de los bolcanes, sin falta es el azufre, y el asphalto, o betún (que también es mineral que de suyo arde,) 68 pero no se repara en esto tanto quanto en lo que primero deziamos, de que no es possible que el azufre de vn solo monte, pueda por tan- to numero de años cevar el dicho fuego sin jamas se acabar, por este respecto han querido dezir algunos que el fuego de los bolcanes se acaba en acabándose el azufre, y assi dizen que esta piedra colorada, con que en México labran los edificios llamada de los indios tezon- tetl, sale assi colorada, y sponjosa, porque es sacada de alguna sierra, o sierras, las quales fueron primero bolcanes : esto tengo yo por muy falso, por que los bolcanes (como arriba dixe) necessariamente de- ven ser sierras altissimas, y estas de do se saca el tezontetl, sonmon- tezillos pequeños, respecto de los bolcanes, vltra de que ni en ellas ay rastro de hedor de azufre, ni de ceniza : y sobre todo que las pie- dras que lanzan de si otros bolcanes, son cenizientas, y tan livianas, que él ayre por grandes que sean las trae rodando, como se vee en aquellas que echa de si el bolean de Guatemala. Aveinos pues de dezir, que el fuego de vn bolean no se sustenta con solo el azufre de aquel monte sino que necessariamente se ceva de otros muchissimos minerales de azufre de otros montes y sierras, y esta comunicación se haze mediante las cavernas que ay dentro de la tierra, porque como toda la tierra donde ay bolcanes es caver- nosa y gueca, vase emprendiendo el fuego de vnos minerales de vnas sierras en otros, y lo que de vn mineral va gastando, se va de nuevo emprendiendo de otros, y mientras estos cevan el fuego, buélve de nuevo el sol á produzir otros infinitos minerales y assi es impossible jamas falte materia de que el dicho fuego se ceve: por donde yo no me admiro de que por tanto numero de años aya du- rado el monte Etna, sin acabarse, y el mesubio de Ñapóles, y este fa- moso bolean que a vista de México tenemos, y otros infinitos que abinitio dizen los indios, duran en esta tierra. CAPITULO XYUI. De que procede aver en las India>í fanfo numero de calidissivio.'i fv.eiiies . De proposito deviera tocar esta materia, quien u viera de dar razón, y causa de que proceden aquellas estrañas. o por mejor dezir fingí- 69 das, y fabulosas fuentes de que hazen mención los antiguos, llamó- les fingidas porque dexando aparte que en nuestros tiempos no vemos ni o^nnos dezir á hombres fidedignos, que ayaiTvisto ninguna de las que aqui nombrare, va tan fuera de camino el averias, que total- mente implican, y repugnan a las obras de naturaleza. En que razón ni entendimiento cabe dezir que ay vna fuente llamada Epiro, que si meten vna candela apagada dentro se enciende, y si va encendida se apaga, bien creo yo que si va encendida se apagara, pero que apa- gada se encienda, hazeseme difficultoso de creer, sino es que quie- ren dezir que con el agua de aquella fuente viene mezclada alguna parte de fuego : pero esto tengo por mas impossible, por quanto dos contrarios tan grandes como el agua y el fuego jamas pudieron an- dar juntos, sin que el vno corrompiesse, y dissipasse al otro. Ansi (jue semejante fuente deve ser tan verdadera, como las dos fuentes de merlin, de que haze mención el Ariosto, vna délas (jutiles engen- drava amor y otra terrible aborrecimiento. También dizen de otra fuente que tiene tal propiedad, que si dentro della liechan piedras andan nadando sobre el agua, y si echan palos, se van a lo fondo: lo que yo entiendo desta fuente es, que si las piedras son tan li- vianas como la piedra pómez, o como las que hedían de si algunos bolcanes, y los palos son tan pesados como el Evano, y el Linaloel, en tal caso podra ser que las piedras naden sobre el agua, y los pa- los se hundan abaxo, de otra suerte pongo gran duda en ello. Pues quentan de otra fuente llamada Eleusida, tan amiga de músi- ca, estruendo, y ruydo, que si junto a ella cantan, o tañen, o hazen otro qualquiei' sonido, no solamente se mueve, pero aun reboza hazia arriba, y no cessa este movimiento y hervor en el agua liasta tanto que callan, o dexan de tañer, y hazer struendo : lo que en esta fuen- te puede aver de verdad, y que lleva algún camino, es que el agua puede ser tan delgada, y sutil que la percussion real del sonido, la haga mover, pero que ella tenga propiedad de rebosar, y hervir con la música, creerlo he como he creydo lo que de las otras fuentes di- zen. No niego yo aver Dios criado en el vniverso, fuentes de exce- llentissimas, y admirables virtudes, cuya agua, y medicinal liquor sa- biéndose cómoda y devidamente aplicar, haze admirables effectos assi en nuestra salud, como en otros casos particulares en que se ex- perimentan. Cosa es notoria y muy sabida lo que quenta Galeno del 70 lago llamado por otro nombre el mar muerto deSodoma, el qiial tie- ne tal propiedad, que jamas cosa biva que echassen en el se fue a lo fondo, y assi dizcn, que si vn hombre se arroja á nadar en este la- go, aunque en su vida aya otra vez entrado en el agua, anda sobre ella como vn corcho sin poderse hundir, pero esto va fundado en razón, y es que aquel agua por la mucha sal que tiene, es tan por estremo gruessa, y i:)esada que cjualquier cosa biva que le hecheii dentro, le es liviana para poderla sustentar sobre si, que podemos de zir ser como el azogue cuya gravedad, y peso es tanto que aunque le hechen dentro pelotas de plomo, es impossible hundirse en el. Des- te mismo mar se quenta que jamas so pudo hallar, ni criar cosa biva en el, antes si algún pescado de otro qualquier mar hechan dentro, al momento se muere, y esto también lleva camino, y es que el agua con la demasía que tiene de sal, es tan amarga, que aquella amar- gura terrible Cjuita la vida a todo animal que en el hechan. Tam- bién lleva camino el aver fuentes, dentro de las qualos por discurso de tiempo se convierte en piedra, lo que en ellas hechan, como se quenta de vna fuente que esta en Yllirico, y del rio llamado Silaro, cuya agua haze el eft'ecto que tengo dicho, y realmente se ha de pre- sumir, que tiene consigo tanta grossedad, y mezcla de partes terres- tres esta agua, que comunicándolas, y encorporandolas con la mis- ma cosa que dentro della hechan, las endurece, y convierte en pie- dra: y no digo yo a lo que en ella hechan, pero olla mesma se sue- le convertir en piedra por su mucha corpulencia y grossedad : como se quenta del agua de aquella fuente que en los reynos del Piru, junto a Guancavalica se vee, y sabe de muchos que la han visto que en acabándola de sacar del rio, se convierte en vna blanca y du- ra piedra, que siendo real y verdaderamente agua lo sutil se exhala y evapora con gran facilidad, y se convierte lo demás en piedra. En los arenales de los desiertos de Chile, se vee correr otro rio Cjue de media noche para baxo hasta medio dia, corre muy caudaloso, y desde medio dia hasta la media noche, se seca tan deveras que ni aun rastro, ni señal de que por alli aya passado rio (jueda. Deste rio ])or ser negocio certissimo, y muy verdadero darse ha la razón, y causa en la segunda parte de los problemas, (pie tocan las grandezas de Piru. Ansi que bolviendo a mi ])roposito llanamente no se ])uede ne- 71 ,£^{ir, sino que ay admirables, y peregrinas fuentes, cuyas aguas tie- nen en si grandiosos efectos, entre las quales podemos contar las me- dicinales fuentes, que los médicos suelen llamar snlphureas, bitumi- nosas, aluminosas, y otras deste jaez, que realmente son dotadas de ^ grandissimas, y muy particulares virtudes, con las quales obran es- traños eífectos, según orden natural, y en esto no se pone genero de duda sino que las aya pues a cada passo la propia experiencia nos las enseña. Entre las admirables, y medicinales fuentes, de que con bastan- te experiencia se baze certissima mención en el mundo, vn genero dellas es, el de las (pie de si arrojan agua caliente, a estas si llamo yo verdaderas fuentes, porque dexando las que ay en esse mundo orien- tal, de la Asia, África, y Europa, tenemos en estas indianas provin- cias a cada passo tanto numero dellas que uve de tomar por thema ^ deste capit. saber é inquirir la causa porque en esta tierra son sin comparación mas las que ay de stas fuentes (jue en otra ninguna provincia de las del mundo, y porque parece estar la respuesta desta duda en la mano con solo dezir que ay tantas fuentes por ser casi in- finitoslos minerales que ay de azufre de quien las dichas fuentes resciben el calor me páreselo auctorizar mas el problema, declarando la causa y modo por donde sin aver fuego en los mineros de azufre por donde el agua passa, puede salir tan caliente que a las vezes suc- cede en muchas fuentes poderse muy bien cozer vna vaca dentro de la propia fuente, y como digo sin aver genero de fuego en el azufre que dio calor a esta agua , vltra desto procuraremos declarar quien dio calor actual al azufre, para que el lo comunicase al agua. Para noticia de todo lo (pial, quiero que primero supongamos dos cosas, vna de las quales es, tener por máxima certissima é infalible, que en los minerales de azufre por do passa el agua de las calidissi- mas fuentes, no ay genero ninguno de fuego, y esto probare yo ago- ra con bastantes razones, lo primero porque si en el mineral uviera fuego al mismo punto que passa por el agua le avia (ie apa- gar, lo segundo porque essa agua avia de sacar vna vez que otra al- guna ceniza o piedras quemadas hediendo a azufre, lo qual jamas tal se ha visto, lo tercero, porque la propiedad del fuego doquiera que esta, mayormente si esta encerrado debaxo de la tierra es pro- curar reventar, y salir arriba el propio, o su humo como lo haze en 72 los bolcaiies, pues dezir que do quiera que ay fuente de agua calien- te ay por alli a la redonda rastro de humo, o fuego que salga de la tierra, y a esto mil vezes se ha esperimentado no averio, porque como dixe en el capitulo passado, nunca sale fuego de la tierra si no es por los altissimos bolcanes, y vemos aver fuentes calientes en donde por muchas leguas a la redonda no se halla vn solo bolean, ansi que ya no hay genero de duda sino que realmente el azufre que da calor a las sulphureas aguas, no tiene fuego. Lo segundo que quiero que por muy cierto presupongamos, es que aquel calor con que el azufre, o asphalto calienta el agua, no entenda- mos que otro cuerpo, se lo conumica al azufre, porque si otro cuerpo caliente se lo diera y comunicara, también se lo diera, al agua y assi fuera bien impertinente, para aver de calentar el agua, calentar primero el azufre, otrosi que luego preguntara yo de esse cuerpo que da calor al azufre, quien le da va calor a el, y era la misma duda, avemos pues de confessar forzosamente que todo aquel fortissimo ca- lor con que el azufre calienta el agua, lo tiene en si, pero ay esta dif- ferencia entre el azufre que esta en las entrañas de la tierra, y el que esta ya acá fuera, que el de acá fuera, como esta siempre rodeado de ayre frió, que perpetuamente le enfria, esta siempre actualmente frió, y assi tiene violentamente perdido su proj^io y natural calor, con que fue criado, lo que no tiene el que esta encerrado en las en- trañas de la tierra porque como este esta alli libre de todo contrario que le pueda enfriar, y conservado en su lugar natural, estase siem- pre con aquel mismo calor natural con que fue criado, y assi jamas se enfria hasta que sale acá fuera, esto aun acá lo vemos en vn montón de trigo, o en vno de estiércol, que lo que cae a la parte de afuera que esta essento y patente al ayre esta frió, pero mientras mas aden- tro van cavando deste montón, mas calor so halla, y es porque alli parece que se conserva el calor, no aviendo contrario que lo corronqia, pues si esto succede en lo de acá fuera, y mas en cosas que de suy^o no son tan calientes como el azufre, que sera en el propio lugar don- de el propio azufre fue criado, y adonde jamas pudo correr ayre, que podamos dezir que lo enfria y mas tan intenso 3alor como es el del azufre, por este respecto hablando Cíale, de los medicamentos y co- sas que siendo de su3^o calientes están frias dixo, que si las tales cosas calidas estuvieran en parte donde ni el ayre ni otro cuerpo frió las pu- diera enfriar, estuvieran siempre conservadas en sn natural y actual calor, como lo tiene el animal mediante el pulso del corazón y de las arterias. — -^ Vltimamente digo dos cosas, lo vno que entendainos que por- que estando el azufre en su minei'o le rodea la tierra, que por esso essa mesma tierra que le cerca y rodea le enfria, antes por estar es- sa mesma tierra caliente con el propio calor del azufre le ayuda a con- servar en el, y no le enfria, y lo otro quiero que también entendamos que aunque es verdad C|ue el azufre quando esta actuado con todo su calor natural, como lo esta en la mina, tiene vn grado menos de ca- lor que el fuego, con todo esso tiene tanta fuerza en calentar como el mesmo fuego, por causa de ser el azufre materia densa fornida, y compacta, y esto acá lo vemos en vn hierro muy caliente suele que- mar mas que el mismo fuego de la estopa, a causa de ser el hie- rro materia mas densa. Todo lo qual presupuesto, esta bien clara la solución de la pro- puesta dubda, a la qual respondo, ciue el salir calidissima el agua de las sulphureas fuentes sin aver fuego en los mineros de azufre, procede de estar el dicho azufre actuado, y conservado con su natu- ral calor, el qual es casi tan intenso como el del fuego, a lo menos es en calentar tan fuerte como el del mesmo fuego, por la densidad de la materia, y assi al tiempo que passa el venero del agua por el, le imprime muy terrible calor sin que en el aya fuego alguno. Y si alguno dixesse, que como al tiempo que el agua passa por la mina del azufre, no enfria, y apaga el calor del azufre, respondo que no avernos de entender que el agua passa ygualmente por todo el azufre, sino que passa por un lado de la mina, y si por aquella par- te rescibe el azufre alguna frialdad, las demás partes de azufre buel- ven a calentar de nuevo, al que con el agua se enfria, y assi esta per- l)etuamente calidissimo el dicho azufre sin jamas enfriarse del todo, pues lo que por vna parte se enfria, se calienta por otra. Podrían vltimamente preguntar, que si todo el azufre es ygual- mente caliente, como vemos que sale el agua de unas fuentes muy mas calida, y ardiente que de otras, a esto respondo que el salir mas ca- liente consiste en que puede estar mas o menos apartado el mineral de azufre del manantial de la fuente, y mientras mas apartado, esta claro que ha de traer mas perdido el calor, porcjue como el calor es Indias. — 11. 74 accidente violento en el agua, tanto mas seyra perdiendo quanto mas se fuere apartando el agua del cuerpo calido ({ue le imprimió el calor, también podria ser que el venero del agua passasse mas apartado del mineral de azufre, y assi no le pudiesse imprimir tanto calor, o que el mineral no fuesse azufre sino alumbre, o asphalto los quales por ser menos calientes no pueden imprimir tanto calor en el agua, y con esto se da fin a este libro primero de los Problemas. FIN. I /o LIBRO SEGVNDO DESTA Historia natural, en que se declaran estrañas curiosida- des, QUE acerca del BENEFICIO DE LOS METALES DE AZOGUE SE OFFRECEN, Y ASSI MESMO SE DECLARAN VARIAS PROPIE- DADES, DE PLANTAS, FRUTAS, Y BEVIDAS DESTA TIERRA, DE QUE NO RESCEBIRA POCO GUSTO EL LECTOR. PRÓLOGO DEL SEGUNDO LIBRO. Sí ESTE MI PEQUEÑO tratado fuere por ventura despojado de aque- lla erudición, perfecion, y hornatoque la delicadeza de tan ardua ma- teria requeria, muchas causas puedo alegar, que del tal effecto bas- tantemente me disculpen. Por primera disculpa alego, la falta que en Indias lie tenido de maestros, poniue aunque es verdad que por muy dichosa suerte mia alcance por maestro al sapientissimo doctor luán (le la Fuente, Catredatico de Prima déla facultad de Medicina (hombre por cierto a quien todo este Reyno deve juzgar, y tener por padre pues realmente lo es casi de todos los que esta facultad profes- samos) con todo esso siendo el solo nuestro maestro, no podemos los (liscipulos, gozar tan por entero, de acpiel bien que gozan los es- tudiantes, que en essas vniversidades de la Europa professan la Me- dicina: donde assi de la copia, y multitud que oyen desiciones, co- mo de las continuas conferencias, y actos públicos que ven cada dia, sacan galanas, y no poco curiosas dubdas, de que quando vienen a escrevir, adornan, y hermosean sus libros. Por segunda disculpa traygo, lo poco que para escrevir libros de cosas tan differentes me ayuda la odnd, porque si es verdad (como todos sabemos) quanto 76 importa, pam aver de sacar libros a luz, el curso, y larga experien- cia de muchas cosas, para con ellas adornar lo que se escrive: ca- reciendo yo desta tan importante calidad, no es possible lleve perfe- cion mi libro: }' que desta tan importante qualidad yo carezca, es negocio llano, porque yo compuse este libro siendo de edad de veyn- te y seys años, y por mi poco possible, y muchos trabajos, no lo pu- de imprimir hasta los veynte y ocho, destos la mitad bivi en Castilla, y la mitad en Indias, y los que bivi en Indias, no hazia poco en buscar lo nescessario a mi sustento, como hombre desamparado de (piien le favoreciesse, y assi harto tenia que entender en cuydados mios, sin anclara escudriñar historias agenas: de suerte que de In- dias ni de España puedo aun tener esperiencia de cosas tan notables como en estas provincias se encierran. También traygo por discul- pa, los pocos auctores que tengo de quien sacar o cjue escrivo, por- que como esta es materia jamas escripia, ni ventilada por otro, el dechado que tengo para dar estas respuestas es sola mi pobre ima- ginación, y ella es la que me pone a riesgo de que muchos (y por ventura de mi officio) tengan que murmurar, y detraer de mi: pero al fin me consuelo que malo o bueno con ser ellos nacidos y cria- dos en Indias, y tener mucho mas possible, edad, y experiencia cjue yo, no han sido para otro tanto: estimando en mas la pompa y hor- nato de sus personas, que el predicar y sacar a luz las mysteriosas grandezas desta fértil, grandiosa, y opulenta tierra, de la qual aviendo yo con mi bronco stilo declarado el sitio, temple y constela- ción, passo al segundo, donde tratare de minerales, y plantas, co- menzando primeramente del Oro. CAPITULO I. En que He declara la causa, porque criándose el Oro en las profundas minas, y occ altas entrañas de las muy alfas sierras de Indias, se viote a Judiar después en los riejs, y cosf.((s dre, y assi mal podra ahogar el calor natural. Pero de que sirve quebrármela cabeza, en persuadir ni sacar a nadie de su falsa opinión, siga cada qual la que quisiere, que la mia es aíiirmar lo que la propia experiencia palpablemente affirma, de que es frió, y assi siguiendo el tal parecer, entra muy a quenta la pregunta del problema, es a saber porque siendo frigidissimo el azo- gue se curan con el enfermedades frias : y por que assi mesmo pro- voca sudor, y orina, y aun purga y llama la regla (que son los ar- gumentos C[ue alegan los de la opinión contraria) bien creo yo que si el argumento que yo truxe, para provar mi opinión fuera tan fá- cil de desatar como estos, que no tuviera yo la opinión que tengo, si- no antes aíRrmara ser calido: pero estos argumentos sabido lo que ello es, y la propia verdad, no tienen diftícultad alguna. Y assi para mas fácilmente dissolverlos, me pareció advertir dos qualidades del azogue, que ya casi las tenemos declaradas en los pre- cedentes capítulos. La primera es, que j unto con ser tan por estremo frió el azogue, es compuesto de las mas subtiles y penetrativas partes que en cuerpo alguno se pueden ymaginar, y desto no quera- mos mas muestra de ver que si con vn poco de azogue solamente mezclado con vnto sin sal, le vntan a vno el pie o la mano, viene a hechar el mismo azogue por la boca, a viendo penetrado primero por toda la substancia de los guessos, y poros del cuerpo : en esto bien se vee, que si fuera compuesto departes gruessas y terrestres como otros minerales, que no pudiera penetrar. Pero podra decir alguno si el azogue dezis que es tan frió, como puede juntamente ser frió? y coms puesto de partes tan subtiles? respondo que no contradize criar Dio- vna cosa compuesta de sutilissimas partes, y que essas partes, 96 como avian de ser calidas, sean f rias : bien vemos que el vinagre es frió, el agrio de las limas es frió, el agua es frigidissima. y muy frió el ayre que esta en la media región, pero todas estas cosas constan, y se componen de subtilissimas partes, y lo mesmo se deve presu- mir del azogue. La segunda y no poco notable propiedad que el azogue tiene, es ser compuesto de viia substancia mortal, venenosa y enemiga de nuestra naturaleza, y esta propiedad no le resulta de ser frió o ca- liente el azogue, sino que de la mesma suerte que ay venenos, que ni matan por frió, ni por calor, sino por propiedad (que llaman occulta) assi el azogue se deve juzgar, y tener por compuesto, de la dicha sustancia mortal, y perniciosa: por este exemplo se declara bien lo que digo. Los hongos no son tan frios como la lechuga, y ve- mos con todo esso que los hongos nos matan, y la lechuga nos da sustento, y es porque la lechuga es compuesta de sustancia amiga y familiar a nuestros miembros, y los hongos de mortal y enemiga. Otro mejor exemplo, el manjar nos da sustento, no por ser frió ni caliente, sino porque la substancia de cjue se compone es muy propia, y amigable a nuestra substancia: pues digo agora del azo- gue, que assi como el mantenimiento nos da sustento, no por ser frió ni caliente, sino por ser compuesto de substancia amiga a nues- tra naturaleza, assi bolviendo la razón al contrario, nos es enemigo y venenoso el azogue, no por ser frió ni calido, sino por ser (como he dicho) compuesto de perniciosa y deleteria sustancia. Supuesto lo qual, queda fácil la solución del problema. Digo que con el azogue se curan enfermedades fi'ias, no se entiende que las cura enfriando, porque esto fuera añedir frialdad a frialdad, sino evacuando, y expelliendo los humores frios, que las tales enfermedades causavan. Pei'o dirán contra esto, si el azogue es frif), como puede purgar essos humores por sudor, y por vomito y cáma- ra? Respondo que esta ha sido la causa de aver errado los auctores, llamando al azogue caliente, por no saber como siendo frío el azogue, purga los humores: piensan ellos que el azogue purga los humores atrayendo assi el humor, como lo hazen los medicamentos que lla- man expurgantes, y engañanse, porque si assi fuera devieramos vsar del azogue, no vntando con el, sino dándolo por la boca como los otros medicamentos, para que desta suerte llamara y atraxera desde 97 el estomago el humor, lo qual no haze el azogue, sino que su obra es desta suerte. Como el azogue es com})uesto de sutiles y penetrativas partes, al tiempo que lo refregamos por las coyunturas, y partes del cuerpo, })enetra con gran velocidad por toda la substancia de nuestros miem- bros, hasta los propios huessos, puesto ya y derramado este veneno del azogue por todos nuestros miembros, como de suyo es mortal y enemigo de nuestra naturaleza, despierta, é incita a la virtud expul- siva de nuestros miembros, y esta como se siente afligida e irritada de tal veneno, animase a arrojarlo y echarlo de si, y entonces es quando expeliendo de si el tal veneno, arroja juntamente el mal hu- mor y aun el bueno, y este todo lo va despidiendo la propia natura- leza por aquellas vias, que mas dispuestas halla, es a saber o bien por sudor o por vomito, o cámara, o bien echándolo en saliva y gargajos, donde palpablemente se vee salir el azogue encorporado con el pro- pio humor, que es como quando vno tiene vna cosa preciosa en la mano, que si le pusiessen vna ascua, no solo arrojarla el ascua, pero todo quanto en la mano tenia, desta suerte pues dezimos, que es purgativo el azogue siendo frió. Y a lo que dizen, que como siendo frió el azogue, inflama y lla- ga la boca, esto es mas fácil de dissolver : como el humor acude de golpe a la boca, busca por do salir (supuesto que como cuerpo grues- so no })uede salir por los poros) y entonces es quando descarna los dientes, y llaga las enzias, ayudando también a esto, el humor ca- liente, que juntamente a bueltas del frió sale a la boca. CAPITULO VII. Qual Hea la causa que siendo frió el Cacao, haga en nosotros effectos de uiuclio ccdor, fratase copiosamente del Chocolate. Si por ventura en este cap. y en el siguiente, me detuviere algo mas de lo que en otros capi. acostumbro assi en referir las calidades y efl'ectos del cacao, como del chocolate, la causa dello sera entender Indias. — lA. 98 (}Uo no es de pocii importancia, el dar aviso y noticia a todos, del modo que devan guardar en vsarle, sin perjuyzio de su salud, }'• que daño o provecho del tal vso les podra resultar, y junto con hazer esto, consiguiremos Dios mediante nuestro intento, que es de- clarar por que via y modo obre, y cause el cacao en el cuerpo huma- no, tan contrarios y no poco notables eft'ectos, como de vsarle clara y abiertamente experimentamos, los quales podemos yr contando por este orden. Primeramente el cacao de su propia naturaleza, sin tostarle ni prepararle con cosa alguna, tiene propiedad de restreñir el vientre, de detener de todo punto la regla, cerrar las vias de la orina, opilar el hígado, y mucho mas el bazo, privar el rostro de su bivo y natu- ral color, debilitar la digestión del estomago, acortar terriblemente el aliento con vn molesto cansancio, causar paroxismos y desmayos, y a las mugeres suflt'ocacion o mal de madre, y sobre todo causa y engendra vnas perpetuas ansias, y melancolías, y saltos de corazón que parece al que le ha comido que el alma se le sale, y al cabo ave- nios visto muchas personas, que se vienen a hinchar, y dar en hidró- picos: y estos son los effectos que el cacao comido por si solo haze, por otra parte vemos cjue si el dicho cacao se tuesta, y muele, aun- que no se le mezcle otra cosa que vn poco de atole (c{ue es vna co- mida bien simple) con solo este beneficio (como digo) vemos que engorda, y sustenta al hombre, dándole sano y loable mantenimien- to. Otrosi provoca la orina , es saludable remedio para toda opila- ción, ayuda a la digestión despierta el apetito, socorre y repara los males de madre, causa alegría, 3' pone fuerza al cuerpo: de suerte que podemos dezir que si por vna parte causa grandissimos daños, poi' otra vemos que los remedia tan de veras, que los convierte en contra de lo que de por si solo hazia de antes. Pidese pues en el pre- sente capitulo, que propiedades, o que misterio aya encerrado en esta pcíjueñuela fruta del cacao, para que della i'csulten tantos da- ños y provechos, y todos entre si tan contrarios. Responden algunos a esta difficultad, que el cacao de por si solo, mayormente comiéndose crudo causa todos aquellos daños que del dcziamos, pero que tostado, y encorporado con specias calientes, co- mo se mezcla en el chocolate, haze gi-andissimo provecho en todo: y en esto comparan el cacao a la bivora, (]ue ella de por si sola es ve- 99 neno mortífero, pero mezclada con sanctas y cordiales medicinas, es reparo y contrayerva de todos aquellos daños, y males que primero ha- zla : no es esta mala respuesta"'' porque realmente mientras mas corregida la malicia del cacao con specias preciosas, y muy medici- nales, tanto mayores son los provechos que causa en nuestro cuerpo. Pero porque avenios dicho que el mismo cacao tostado, y hechado por si solo sin specia alguna en vn poco de atole (cuya complexión no es ser caliente sino muy templada) haze con todo esto effectos saludables y de mucho calor, sera justo declaremos muy por entero toda la dubda, que acerca desto puede a ver. Para respuesta de lo (pial, sera necessario notar primero tres cosas, la primera sal^er que calidades, o que partes y complexión se hallan y consideran en el cacao, la segunda que sea esto que llama- mos chocolate, y que sean las cosas de que se componga, y como se devan preparar para la tal bevida, vltimamente en cap. apartado se dirá, que provechos se sigan de vsarle, que modo se deva guardar en el vso de la tal bevida, y con esto satisfaciendo al problema se dará fin al capi. Acerca de lo primero es de saber, que no obstante que el cacao al parecer muestra ser vna substancia simple, y sin mezcla de partes contrarias, hallamos por lo menos en el tres substancias distintas las vnas de las otras. Hallamos primeramente vna parte fria, y se- ca, gruessa, terrestre, y melancólica, que es aquella a quien por predo- minar y sobrepujar a las otras, se le imputan todos los daños que arriba deziamos, y esta es la que en buen romance se podría llamar tierra en el cacao, pues sus efiectos son peores que de tierra. La se- gunda })arte del cacao corresponde a la naturaleza del ayre, y esta es aquella parte azeytosa que a modo de vna grassa amarilla, nada sobre el chocolate, y esta por seguir la naturaleza del ayre (con quien se proporciona) es caliente y húmida en complexión, y en el sabor es pingue y mantecosa, en substancia es blanda, lenitiva, y amorosa , lo que no tiene la otra parte que llama vamos .terrestre, porque aquella antes es áspera, stitíca, y restringente: a esta parte menteco- sa se atribuye el dar sustento, y engordar, y tanto mas sustento dará el cacao, o chocolate, quanto mas tuviere, y participare de la di- cha gordura, |)or el qual respecto, es demás sustento el cacao anti- guo, que el recién cogido, poi- quanto el antiguo tiene, y participa 100 mas que el verde de la dicha parte azeytosa. Otrosí tanto mas crece esta gordura quanto mas se tuesta, convirtieudose con el fuego la par- te terrestre en azeytosa. Otra tercia parte tiene, que por ser calidissi- ma, y muy penetrativa corresponde, y se proporciona al fuego, y es- ta es la que da vn saborcillo amargo, comiéndose crudo el cacao, esta assi mesmo es la que causa dolor de cabeza, subiendo con gran presteza al celebro, a esta finalmente compete por ser delicada y sub- til, penetrar por todo el cuerpo, provocando a sudor, llamándola re- gla, desopilando, y aun acelerando los excrementos del vientre: sa- camos pues en limpio, ser el cacao compuesto de partes contrarias, y todas ellas de mu}^ distinctos effectos. Según lo qual pudiéramos responder al problema diziendo que si el cacao haze contrarios effec- tos, es por esta contrariedad de partes, y entiendo no estuviera mala la respuesta, porque assi como la rosa con la parte terrestre restriñe, y con la amarga purga, y con la desabrida y aguanosa enfria, y hu- medece: assi se puede dezir del cacao, que cada parte de las sobre- dichas haze su contrario effecto, ayudando también a ello otras co- sas que en el chocolate se mezclan : esto es realmente lo que al ñn se ha de responder, pero por no dexar en este punto lo comenzado, pro- seguiré adelante. De ser el cacao compuesto de partes contrarias, a buena razón, avia de tener contrarias complexiones, porque por la parte terrestre, avia de ser frió y seco, por la azeytosa caliente y hú- mido, y por la subtil y amarga caliente y seco, con todo esso no es todo el cacao, sino frió y seco, porque aunque es verdad que tiene to- da aquella mezcla de partes, la complexión y substancia solo la to- ma, de la parte que mas predomina, y por quanto jn'edomina sobre todas las demás, la parte terrestre (|ue es la fria, seca y melancólica, por esso llamamos y juzgamos al cacao, por de essa misma comple- xión : aunque también digo que la tal complexión se corrige mucho con las otras partes contrarias, como se vee en lo que agora diré, si el cacao fuera solamente compuesto de la parte terrestre y stitica, fuera seco casi en tercer grado, y no lo es sino en segundo, porque la parte azeytosa, que es la húmida, lo (juita el vn grado de sequedad, y assi mesmo si avia de ser frió en segundo gi-ado, no lo es sino en primero porque las otras partes que son calientes, le quitan vno, y assi viene a quedar todo el cacao frió en primer grado, y seco en se- gundo, y compuesto de substancia gruessa, terrestre, y melancólica. 101 Y esto es en quanto a lo primero que prometimos tratar acerca del cacao y su naturaleza . Lo segundo que prometimos, fue declarar que calidad, y pro- piedad tuviessen las s})ecias de que se compone esta bevida tan vsada en las Indias, llamada comunmente chocolate, la qual juzgo por tan importante y necessaria para la salud del hombre en las In- dias, que si se sabe vsar cómodamente, es mantenimiento admirable de bueno, y por tal lo tengan todos lo que habitan en este nuevo mundo de las Indias, no obstante que médicos de España, sin saber y escudriñar lo que es, de todo punto le repruevan : digo pues que en esta preciosa y medicinal l)evida, entran sin el cacao, species que llaman de Castilla, y otras que acá llamamos de la tierra, las spe- cias castellanas son, canela, pimienta, anis, ajonjolí, &c. de la calidad y propiedades destas no quiero hablar, que los libros de Es- paña están llenos de sus pro])iedades, y assi remito al lector a ellos, mayormente al Dioscorides, donde se tratan y declaran por el Doc- tor Laguna admirablemente: solo pues direde las Indianas specias, que calidad, que complexión, propiedades, y eft'ectos tengan, assi de por si, como mezcladas en el Chocolate. Es pues lo primero, que en la dicha bevida se hecha vna specia cjue los indios llaman gueynacaztle, assi como los Españoles orejue- las, qual sea la figura de la planta que produce el gueynacaztle, y to- das su virtudes y effectos, esto mas por extenso tengo declarado en otro ditt'erente tratado, solo aqui digo lo que mas a proposito haze, que es saber la calidad del propio gueynacaztle: esta specia digo que se echa en el diocolate muy sabia y acordadamente, lo primero por su ])uen olor, pues con el da gracia de flagrancia y suavidad a esta bevida, y como toda medicina aromática de su naturaleza sea cordial, halla- mos con justa razón, serlo esta, y assi es, que por ella esta bevida refuerza, y conforta la virtud vital, ayudando a engendrar spiritus de vida. Da assi mesmo vn muy gracioso sabor, mediante el cual en- tra muy mas en provecho lo que se beve, también ayuda el gueyna- caztle con su buena complexión, pov quanto siendo moderadamente caliente, con sequedad en segundo grado, tiene partes stiticas y con- fortativas, mediante todo lo cpial conforta el higado, ayuda a la digestión del estomago, destirpando toda ventosidad, y malos hu?no- res que en si tenga el estomago, y esto también haze con ciertas 102 partes sutiles que tiene, mediante las quales provoca el mestruo y la orina, según todo lo qual ponemos comparar el gueynacaztle, al muy precioso squinanto, en quanto a sus eñ'ectos medicinales. Al gueynacaztle se sigue segundo en orden, el mecasuchil, que no es otra cosa sino vnos palitos o hebritas pai'das y delgadas, que por tener esta figura de biliilos delgados se llaman deste nom- bre,c|ue quiere dezir rosa a modo de bebra, sino es que queramos darle mejor significado diziendo que por quanto se vende en manojitos se llame atado, o bazecico de vna cosa olorosa, y convinole cierto muy de veras el tal bocablo, pues la gracia que da vna muy bella rosa a vn ramillete, esta da el mecasuchil a toda la composición del cbocolate, es el mecasucbil caliente en primer grado, y seco en principio del segundo, es en la composición, y con textura de partes semejante al gueynacaztle, porque juntamente participa de alguna astriction con delicadeza de partes, y no carece de buen olor, de todo lo qual le re- sulta, no solo calentar y consumir las humidades flemáticas, pero amigablemente confortar el bigado con mediano calor, al modo con que le conforta y refuerza la yervabuena, y los acencios, y junto con esto da gana de comer : jior donde digo ser la mas segura medici- na o especia, y mas general que entra en el cbocolate, pues carece de todo excesso demasiado. La tercera en orden, y la primera en suave y regalado olor, es el llamado tlixochil, y en nuestro romance vaynillas olorosas, ]>orque realmente son vnas vainillas largas, y pardas, llenas por de dentro de vnos granillos negros, menores que los de la mostaza, estas (como lie dicho) son de suyo tan suaves, flagrantes y aromáticas, que en quanto al buen olor compiten con el almizque 3' ámbar: son estas de complexión caliente, y seca en primer grado, añaden al dicho chocolate vn muy apazible y suave olor y assi se aventajan a todas las demás specias, en ser cordiales y amigas del corazón, y tanto mas hazen el dicho effecto, quanto mas exceden a las otras. Tienen virtud de dar calor al estomago, cozer los humores gruesos, que en el están de ordinario, no se deve escusar esta, ni las demás species declaradas, de echarlas en el chocolate, porque como su calor es po- co, y ellas que también se echan en poca cantidad jamas hazen da- ño, aunque el que las vsa peque en calor. También se cuenta por specia el achiote, pues no es menos pre- 103 ciado en esta bevida, que lo es el cardamomo en las composicio- nes medicinales y aromáticas, y comparolo al cardamomo, porque realmente es muy semejante en quanto a la figura aunque no en la complexión porque es el cardamomo calidissimo, lo que no es el achiote, ni las otras specias, según que se ha ya dicho. Por esto se deven alabar las species olorosas de esta india occidental, que siendo calientes confortativas y aromáticas, no nos dan aquel excessi- vo calor, que las que nos traen de la India oriental. Echase el achio- te en esta bevida, assi para darle vn roxo y gracioso color, como para dar sustento, y engordar al que le heve, y esto haze el achiote, con cierta parte pingue y azey tosa, que tiene: yerran según esto todos los que affirman que el achiote es specia mala, y sospechosa, para es- ta bevida, y digo que se engañan, porque si su calor es templado, y las partes de que se compone son aereas y delgadas, que daño po- dra hazer a ninguna complexión? antes es vna délas mas saludables specias que lleva, assi para desopilar, como para provocar la regla, y el sudor, salvo que porque no de mal sabor, se deve echar en canti- dad muy templada, y deste modo junto con hazer los dichos efí'ectos, ayuda a quebrar la piedra de los riñones, y despedir por la orina todo humor gruesso, y buelvo a dezir que se persuadan los que be- ven el chocolate, que estas specias que se han declarado, jamas hazen daño a nadie, echándose mayormente poco de cada cosa . suelen algu- nas personas, por sentirse frias de estomago, o de vientre, echar al chocolate vnos chiles tostados, y vnos granos mayores que culantro se- co, llamados pimienta de la tierra, destasdos specias se trata en otro lugar, y assi no digo mas aqui de que ambas son calidissimas, y as- si se deve echar dellas, muy poca cosa, o ninguna, si el cuerpo pec- ca en demasiado calor, y este sea el remate deste capitulo. CAPITULO VIH. Eli el qiial se acaba de declarar la naturaleza, propiedades, y effectos del Chocolate. Como quiera que la prolixidad de la materia me forzase a des- troncarla y dividirla en dos partes, me pareció acabar de declarar 104 en este la vltinia eoí?a de las tres que del prometí en el precedente capí, y assi prosiguiendo con ella digo, que todas las sobredichas specias, que en esta indiana y apetitosa bevida entran, se deven buscar frescas, no quiero dezir acabadas de coger, porque essas tales (como nos enseña Gal.) abundan en humidad superfina, sino que no sean anejas, passadas de tiempo, mohosas y carcomidas, sino las mejores que en su genero hallarse puedan: solo el cacao se requiere anejo, porque mientras mas anejo, masazeytoso, y mantecoso sera, aun- que también repruevovnmuy apolillado, y carcomido que las mugeres vsan, porque este tal como cosa podrida y corrompida no puede hazer provecho : juntos pueslos dichos materiales, sera esta la dosis o cantidad ordinaria, que a cien cacaos se le heche media onza de recaudo de toda specia que hablando mas en romance, es como dezir que de cada spe- cia, assi de la tierra como de Castilla, se eche a peso de medio to- mín, aunque de la orejuela, o gueynacaztle se puede hechar peso de vno, que serán quatro o seys orejuelas, todo lo qual junto, si se pesa- se vendría a ser poco mas de la medía onza : verdad es que en esto puede aver mas y menos, quiero dezir que el que sintiere en si ne- cessidad de calor, y sobra de frialdad, podra cargar algo mas la ma- no en las dichas specias, pero el que de sí siente ser muy calido, no solo quite de la quantídad ordinaria, pero con solo el anis, que eche de las specias de Castilla y muy poquito délas de la tierra, le sobra, y sera mas sano, y otrosi le vsen las personas calidas con atole, y azúcar, porque este tal chocolate engendra menos calor que el que se beve con miel, y desatado en agua caliente, juntas pues todas las specias con el cacao, se deven tostar, aunque advierto, queporquanto el cacao zufre mas fuego que las specias, se tostara de por si solo, y de por si las dichas specias, y el termino de tostarlas sea este, que el cacao se tueste hasta quo se vaya ampollando, y de pardo parando negro, y las specias hasta que cobren vn calor roxo declinante a ne- gro, y si desta suerte se tuestan, segnirselcs ha gran bien a todas ellas, lo primero, que con la fuerza del fuego perderán la parte agu- da, y mordicativa, consumiendolay exhalándola la fuerza del fuego, y lo otro que se corrige mucho la parte cruda é indigesta del cacao, y assi vemos que el come el cacao tostado, siente mucho menos daño que si le comiera crudo, por donde se deve reprobar el maldito vso de los confiteros que confitan el cacao crudo, por que ])ese mas, y es 105 aquello enrriquecer a costa de salud agena, juntas pues todas y tos- tadas se muelan muy bien, aviendole quitado al cacao su caxcarilla, que al fin es corteza, después de bien molido todo^ay diflPerencia en formarle, porque los que quieren guardarle para mucho tiempo, le forman en tablillas, y en estas se conserva por lo menos dos años. Los que quieren yrlo poco a poco gastando, suelen cozer toda la di- cha massa con vn poquito de agua en vna oUita, y assi puede durar, no mas de ocho dias, porque luego con la humidad se enmohece: otros finalmente le hazen cada dia, mayormente si es para bever con atole, porque el formado en tabletas, es para bever deshecho en agua nuiy caliente. Otros le forman de otras mil maneras, pero lo mas común es lo que se lia dicho. Es ya costumbre antigua, al tiempo de hazer el chocolate, mo- verlo y batirlo en tanto grado que venga a levantar vna gran spu- ma, y en tanto se tiene por mejor el chocolate, en quanto es mas spumoso. Yo confiesso ser muy sano el batirlo, y quebrantarlo, por quanto con aquel continuo movimiento se adelgaza la grossedad, y crudeza del cacao: pero por otra parte juzgo por muy malo, el bever aquella spuma, supuesto que no es mas que vn poco de ayre, que avienta el estomago, impide la digestión, y aun se suele poner (como dizen) sobre el corazón, y causar terribles tristezas: haze pues antes de beverlo, deshazer la tal spuma. Acerca de lo tercero que prometí tratar del chocolate digo, que aunque es verdad cpie cada qual dama se precia hazer su nueva in- vención, y modo de chocolate, con todo esto el mas vsado general- mente en todas las indias, es el formado en tabletas el qual tomo origen de las damas guatemaltecas, y este assi mesmo es aquel que se cleshaze con su agua caliente y su puntica de dulce, que le da mucha gracia : otro ay que después de molida la massa, la deshazen y baten en agua fria, hasta que levante spuma, y después le mezclan con esta polcada hecha de mayz llamada atole, y este es el que de ordinario se gasta, y vende por todas essas plazas, y calles mexicanas : otros fi- nalmente le suelen hazer con pinole, que es como dezir, echar en lugar de atole vn polvo que se haze de mayz tostado, y aun algunas personas para mas fresco le hazen de cevada tostada, a modo de ale- xixa, y otro dia entiendo que lo harán con leche de gallinas, se- gún se vsan cada dia para madama gula de nuevas invenciones : lo ludias. — 15. 106 que de aqiii podemos sacar es, que el chocolate mas fresco de todos, y el que mas apaga la sed, y da mas sustento, es el que se heve con atole, y el mas calido es el deshecho en agua, porque no quebranta el agua también el calor de la specia, como el atole. En quanto a los daños y provechos que haze, 03'go dezir a cada vno su parecer, vnos abominan el chocolate, haziendolo inventor de quantas enfermedades ay, otros dizen que no ¡ly tal cosa en el mundo, y cjue con el engordan, y traen gana de comer y buen co- lor en el rostro, y si es muger estéril se haze preñada, y la parida beviendole con atole tiene sobrada leche : ansi que no hay cjuien en esto tome tino al vulgo : solo pues nos sacara desta confusión el di- vino HÍ230crates, con aquella cifrada sentencia que dixo, no todo en todo, sino cada cosa para lo que es, que es como dezir, que no queramos aplicar vna sola cosa a todos sugetos, a todas complexio- nes, y a todas enfermedades, sino que apliqueys cada cosa, para lo que es : cosas frias guardadlas para corregir el excesso del calor, las calientes para el excesso del frió, y las templadas para conservar lo que de suyo es templado, y desta suerte, no hallareys cosa en el mundo que no tenga su virtud, y sea de muclio pi-ovecho. vSi el cho- colate lo hazeys con mucha specia caliente, y lo days a vn mozo o moza atestada de sangre, o a vna persona que de suyo se abrasa de calor, y mas si tiene mucha demasía de colera, y se exercita mucho? que pensays que le days a bever si no vn dissimulado tabardete? pe- ro dal do a vn hombre o muger vieja, a vn frió de estomago, a vno que no puede digerir, y esta lleno de mil fiemas, y ventosidades, a este tal acarreaysle con dulce la salud: ansi (jue ni creays al que di- ze mal del chocolate, ni al que dize bien, sino al que sabe vsar bien del : sepa pues cada vno aprovecharse de lo que beve, cpiiero dezir que no por solo su gusto, procure su doblado disgusto, y no se diga de nosotros el refrán del tordo, ({ue el propio estercola su muerte: y })ara que en esto de vsar esta bevida (cosa CjUC ya tanto se vsa en las indias) no nos erremos, sírvannos de consejo estas dos reglas. La primera sea, cjue toda persona agora sea moza o vieja que en las indias tanta y mas necessidad suelen tener los mozos de calor, que los viejos pues digo que toda persona que se sintiere en si fria de complexión o falta de calor en el estomago, o fuere sugeta a ma- les de frió, como es asma, perlesía, liidropesia, cólica, yjada, sobra 107 de flemas y ventosidad todos estos con mucha seguridad le vsen , y para los tales, es mejor deshecho con azúcar en agua muy caliente, y pueden los tales añedir con seguridad, las specias calientes en mas cantidad déla ordinaria, })ero bueno es en esto, peccar por carta de menos. La segunda regla sea, que todos aquellos que peccaren en dema- siado calor de higado, o estomago, o ríñones, o generalmente le tuvieren en todo el cuerpo, y mas si al)undan en mucha sangre, o colera, y se exercitan en mucho trabajo, o si por ventura tienen ca- lentura, o otro qualquier mal de melancolía, y faltos de corazón para todos estos es la sobredicha bevida muy dañosa, y (]uando es- tos tales por la antigua costumbre no quisiessen dexarle de bever, bevanle con otóle, y échenle muy i^oca specia, y essa antes sea de la tierra, que de España, pues la de acá parece que solo fue criada para esso, y digo C[ue vsada con esta advertencia, sera de mucho pro- vecido a la salud, y es bastante a alargar los dias de la vida, porque fuera de que da buen sustento al cuerpo, ayuda a gastar el mal hu- mor evacuándolo por sudor, hezes y orina, y digo otra vez que en tie- rra ninguna de las del mundo es mas necessario el chocolate, que en esta de las Indias, porque como es húmida y dexativa, andan los cuerpos y estómagos llenos de flema, y superfina liumidad, la qual con el calor del cliocolate se cueze, y convierte en sangre, lo que no haze el vino, porcjue realmente antes se azeda con la flema, y suele ahitar mas. La llora mas apropiada para tomarle, es por la mañana a las siete, o a las ocho, y en ayunas, porque entonces el propio calor desta substancial bevida ayuda a gastar todas aquellas flemas, que de la cena y comida del diapassadohan quedado en el estomago, y sea aviso a todos, que quando se vsa a fin de medicina esta bevida, no se ha de tomar mucha, porc|ue si vno es flaco de estomago, y le hinche de chocolate andarle ha nadando en el, sin poderle digerir, y assi se sentirá aquel dia desgraciado, y ahito: solo pues tomara es- te tal tres o quatro tragos nuiy calientes, y esto entrara en provecho, y lo demás en mucho disgusto. La segunda hora de vsarle, es a las cinco o seys de la tarde, quando se presume esta hecha la digestión de lo (jue se comió a mediodía, y entonces aprovecha para ayudarlo a distribuyr con aquel calor i)ara todo el cuerpo: otrosi digo, que si y 108 alguno quisiesse en acabando de comer, bever vn trago caliente, pa- ra dar calor al estomago, podría, i)ero no lo tengo por muy bueno, 2)or quanto el calor de la specia baria salir el manjar del estomago antes de tiempo, sin dexarle digerir. Podría preguntar alguno, que es la causa que con el cbocolate engordan vnos, y otros por mas que le bevan, se están tan ente- cados como de antes, respondo que esto consiste en vna de dos, o bien en que por ser la tal persona mu}'^ caliente, no le conviene a su complexión, o bien porque ya esse tal de suyo, deve estar enteca- do con alguna enfermedad, cjuepor tenerla (como dizen) arraygaday metida en los guessos no la siente y esta le estorva a engordar, y echa la culpa al chocolate, del qual me parece cjue sobra ya lo dicho. CAPÍTULO IX. En el (jual se pregmita y declara si con el Chocolate, Cacao, y otras heridas se qiiehranta el ayuno. No obstante que la decission, y determinación destecapi. perte- nece mas a theologos que a médicos, con todo esso por la parte que fri- sa tanto con medicina, me pareció tratar algo de lo mucho que acerca desta dubda se pudiera traer, y allegar, el moverme a tocarla y ventilarla, no fue con otro intento, que refutar, y desterrar del vulgo vna ignorancia, y yerro terrible, que acerca destas be vidas de pozole, cacao, chocolate, pinole, chicha, y otras de este jaez se tiene en las indias, y es que lo mas de la gente desta tierra tiene creydo, que ni el chocolate, ni las demás bevidas que agora deziamos, agora se tomen por la mañana, agora de sobretarde, no quebrantan el ayu- no. Las razones que para esto traen son cierto muy de notar, dizen algunos que porque el cacao, y las demás bevidas son cosas que se beven, por esso no se quebranta con ellas el ayuno, y a este tono pudieran también dezir que la leche, el atole, las poleadas, y aun vnosguevos blandos, y vna pechuga de ave molida y desatada en cal- do, por ser cosas que se beven no eran parte a quebrantar el ayuno. Otros disfrazando lo mas, dizen que estas bevidas no las vsan para sustentarse dellas, sino solo para con ellas apagar la sed, como en 109 effeeto qnalqiiiera dellas la apaga : pero tampoco consideran los que esto dizen, que nuestra Sancta madre yglesia no manda se apagúela sed con brevages de tanto sustento, como estos, sino con vn simpli- cissimo elemento, qual es el agua : otros finalmente echándolo mas por lo philosophico dizen, que por quanto esta tierra de las In- dias es tan dexativa, por esso conviene desayunarse con algo por la mañana, y que no ay cosa mas aprobada para este effeeto que el chocolate, assi como para apagar la sed, es necessarissimo vsar por la tarde del cacao o pinole, a este modo son todas las razones que el vulgo trae, y con ellas biven persuadidos a que no quebrantan el ayu- no en semejantes dias de ayuno: pues como aya en esto alguna razón y manera de dubdar me pareció en este cap.specificarlo, y poner- lo por orden. Para lo qual necessariamente advertiremos tres cosas, de cuya noticia se sacara la decission de toda esta duda, la primera, sera declarar que sea esto que comunmente llamamos bevida a lo (pial en breve respondo que bevida se puede entender en dos maneras, o bien estendiendo el nombre a todo aquello que se puede tomar be- vido, 5^ en este sentido no solo el agua, pero el vino, y qualquier mantenimiento se podra llamar bevida, pues con molerlo, y desatar- lo envino, agua, o otro qualquier liquor se podra bever. De otro modo nmy mas j^ropio se puede tomar el nombre, o termino de be- vida significando por el solamente vn simplicissimo liquor, cuya propiedad (como dize ,Gal) es refrescar, y apagar el excessivo calor de nuestro cuerpo, templar la sequedad délos vasos, y miembros del, y juntamente ayudar a distribuyr el manjar, o chillo del estomago por todas las venas, y poros, y esto todo sin dar genero de susten- to a los miembros, porque si lo diera, ya no se pudiera llamar so- lamente bevida, sino también mantenimiento, según esto sacamos en limpio, que sola el agua se puede llamar, pura y propiamente bevida, por quanto es vn simple elemento, sin genero de sabor, ni mezcla alguna de cosa que le de sustancia apta para sustentarnos, lo que no diremos del vino, y de los mas liquores, o cosas que se beven . Lo 2. sera necessario saber, que assi como es officio del agua, refrescar el calor, humedecer la sequedad, y distribuyr el manjar sin dar genero de mantenimiento al cuerpo, assi es propio del man- lio teiiimieiito, darnos sustento reparando toda aquella sustancia que con el calor natural, y exercicio ordinario se gasta y consume de nues- tros miembros, de suerte que todo aquello que restaurare la dicha sustancia que de nosotros mismos se pierde, todo aquello se podra llamar mantenimiento, agora se tome en forma de bevida, agora en forma solida y mastica ble: pero es mas de notar, que de la misma suerte que es propio del manjar tomado en mediana quantidad sus- tentarnos, y conservarnos siempre en vn mismo ser, sin que nues- tros miembros y fuerzas crezcan, ni mengüen, assi es propio del co- pioso j demasiado mantenimiento, (como no ahogue el calor natu- ral) dar crecimiento y vigor a los miembros y potencias que los go- viernan, ansi como con el corto y escaso mantenimiento, se enfla- quecen, amenguan, y marchitan. Vltimamente es de notar que quando nuestra Sancta madre yglesia acordadissimamente instituyo el ayuno, miro y tuvo atención a tres cosas, lo primero a que el hombre padeciesse sed y hambre, porque como la hambre y la sed, sean cierto genero de dolor, y el pa- decer dolor sea specie de penitencia, fue muy justo padeciesse el hombre este tal dolor, en discuento de sus culpas y peccados, de suerte que según esto, aquel se dirá mas verdaderamente ayunar, que ma- 3'Or dolor de sed y hambre padeciere por Dios. Lo segundo, que la sagrada yglesia considero en el ayuno, fue reprimir el ardor, y fuer- zas de la carne, y sensualidad nuestra, que es como dezir, que pre- tendió con el ayuno macerar, y marchitar nuestros desenfrenados apetitos, y es real y verdaderamente todo esto ansi, porque como sea propio del mantenimiento copioso y abundante, no solo sustentarnos, pero acrecentar las fuerzas y vigor de nuestras potencias, assi con el sobrio, sutil jMiiuytassa do mantenimiento se enflaquecen, y mar- chitan, y por el consiguiente se refrena admirablemente el apetito sen- sual, quedando con esto nuestros sentidos, entendimiento y volun- tad mas dispuestos a la contemplación y servicio de Dios. Según esto entenderemos que la essencia y fuerza del ayuno, no tanto con- siste y estriba en comer, y bever poco, quanto en comer y bever el hombre con tal limite y medida, que las fuérzase incendio de nues- tro cuerpo se vayan templando, enfrenando y corrigiendo. Lo tercero que nuestra piadossisima madre pretendió, fue que de tal suerte consiguiessemos por el ayuno, lo que avenios dicho, de 111 padecer sed, y hambre, y macerar la carne, que esto se hiziese sin daño y menoscabo de nuestra salud corporal. Por estos exemplos se entenderá lo que digo, viendo los sacros pontífices que el creci- miento del hombre es comunmente hasta los 21 años, determina- ron que no obligase el ayuno hasta este tiempo, -pava que con la fal- ta del mantenimiento no quedassen los miembros débiles, pequeños, y afeminados. Viendo assi mesmo que los viejos constituydos en la decrepita, por la falta que tienen de calor natural, le es necessario comer muchas vezes, y cada vez poco, porque el tal débil calor no se ahogue, y apague del todo, constituyeron y tuvieron por bien, que a estos tales no obligase el ayuno. Otrosi viendo que después de cozido el manjar en el estomago, tiene necessidad de agua que ayude a distribuyrle por el cuerpo, dieron licencia se pudiesse be- ver después de aver comido, y esto no mas délo muy necessario, assi para este fin, como para impedir que con la seguridad del esto- mago, no se requcmassen en el los mantenimientos. A^lti mámente viendo que muchos por flaqueza propia de estomago, o por ser de complexión colérica, sugeta a vaguidos y otros mil achaques que se acrecientan con la hambre, y ayuno, dispensaron piadosamente con los tales, a que pudiessen vsar de alguna cosa que fuesse a modo de medicina, contra la tal flaqueza e indisposición : como dez ir agora de vn solo trago de vino en ayunas, o vn puño de anis para bever el agua, o bever el vino con alguna mezcla de agua, por la salud, finalmente vsar de aquello qvc ¡mr via ninguna se puede encusar sin daño de nuestra salud. Todo lo qual presupuesto, res¡)ondo a lo que en el cap. se l 1 (Al margen del folio, y manuscrito, dice lo siguiente): Nota, (¿ue este libro como se vee al i>rincipio de el, se remitió p.» su examen, y aproba."" al Mtro. Fr. Aug." Davila; y quando se le remitió no llevaba esta resolución de (]ue el Chocola- te, y el Vino quebrantan el aiuno, ponjue sustentan, ni aun movia la duda, y después de examinado, y aprobado le partició al Autíjr afiadirla, y se imprimió sin examinarla, como lo refiere el mesmo aprobante Fr. Aug.nDavila en el lib. 2 déla hist.íi que escrivió de la Pro.íi de S.t" Domingo de México, cap. 84, pag. mihi. 62(5, columna 2, donde añade que el A'ino, y chocolate no quebrantan el aiuno, y que siempre tuvo pena de que estubiese con su nombre acreditada esta falsedad tan grande. Y dize haber visto consulta que sobre el punto se hizo al Papa Gre- go. 13, por mano del D.i" Azpilcueta Navarro, a inst.a del Procurador de la Prov.'^ de Chiapa, donde se comenzó la bebida del Chocolate, y q. ^ con ser la rela- ción arto encarecida, respondió su Sant.'i por dos vezes que no (quebrantaba el aiuno. 112 pregunta, y digo que según reglas de buena tlieulogia, y medicina, y mirando a lo que en el ayuno se pretende, y al effecto, que en nuestro cruerpo hazen las sobredichas bevidas de chocolate, pozole, cacao, chicha y todo genero devino, o Brevaje, se quebranta total- mente con ellas, el ayuno y no ayuna el que los tales dias de ayuno vsa de ellas, a ora de tarde o mañana, y esto pruevolo bastantissi- mamente, con lo que arriba deziamos, si con el ayuno pretendemos padecer dolor de sed, y hambre, y estas bevidas nos libran totalmen- te de semejante dolor, luego ya cessa el merecer, y assi no es ayuno. Lo segundo, con el ayuno (según deziamos) se j^retende macerar nuestra carne, reprimir nuestro apetito, y enflaquecer y debilitar to- do incendio, y calor que incite a sensualidad : esto no es posible al- canzar, vsando de tales bevidas, pues estas antes engordan que en- flaquecen, antes ponen fuerza Cjue la quitan, antes acrecientan el ca- lor que lo disminuyen, assi que ya es esto quebrar las reglas, y orden del ayuno. Vltra desto si almorzar, y merendar quebrantan el ayuno, que mejor almuerzo y merienda que hartarse destas be- vidas: ansi que podemos sacar en limpio, que quien pensando que ayuna y vsa destas bevidas, ¡)ecca doblado que si no ayunara, lo vno en no ayunar, y lo otro en querer engañar á Dios, y a su con- fessor, haziendole encreyente que ayuna. Y a lo que dizen que por ser cosa bevida, no se quebranta con ella el ayuno : este es vn yerro notable, como si al mantenimiento por yr molido, y desatado en qualquier liquor, se le quitase la virtud de dar sustento. Pues en lo bueno, que porfían algunos que si el choco- late no lleva atole, no se quebranta con el el ayuno, y engañanse, porque el cacao (como deziamos en el cap. passado) consta de vna parte mantecosa, y muy apropiada a dar sustento, y engordar, y so- la esta bastava a ser parte para con ella quebrantarse el ayuno. Y en quanto a dezir que vsan del chocolate, para apagar la sed, respondo que si no es mas de para apagar, la sed o para distribuyr el manjar j)or las venas, esto mucho mejoi' se haze con agua, pues es mas fria, y mas subtil y penetrativa que todas las bevidas del mundo, y si dixessen que vsan destas bevidas por ser flacos de esto- mago, respondo que si la tal flaqueza es falta de calor, como de or- dinario lo es en las Indias, a estos tales, mas sano es el ayuno, pues con el se consumen todas las flemas y malos humores que el 113 estomago flaco es iiiity natural recoger en si, y assi consumiéndose el humor superfluo con el ayuno, podra mucho mejor cozer y dige- rir el manjar de medio dia, lo que no hará almorzando, y comiendo todo junto, pues esto antes es cargar el estomago ñaco de lo que no puede llevar. Ansi que la flaqueza de estomago, no disculpa el ayu- no. Vltimamente si dixessen algunos que en dexando de vsar algu- na destas bevidas, sienten desmayo desvanecimiento o gran flaqueza, como en eílecto deve ser ansi, en tal caso digo que ay entra la pie- dad de nuestra santa madre yglesia, permitiendo que en los tales dias, no por via de mantenimiento, sino a modo de medicina, y esto no en mucha cantidad, sino en muy poca se pueda vsar de alguna destas bevidas, assi como es permitido a los tales, vn trago de vino por natural flaqueza é indisposición. CAPITULO X. Porque (Yí.íí.s'd sticccdf que el clñle y la pímioita, mientras mas se tuestan menos calor dan.. En el capitu. del cacao, prometí hazer propio y particular pro- blema, para el chile (que es lo mismo que suelen dezir en España pimientos) en el qual propuse declarar, qu;d fuesse la causa, por- que siendo el chile de naturaleza calidissima, en tostándolo pierde mucha parte deste calor, aviendo antes de cobrarla de nuevo, y pues he de tratar y ventilar esta duda, la acompañare con otras que co- munmente en el vulgo se suelen muy de veras preguntar, y aun acerca dellas dezir mil disparates, y para que en esto no nos deten- gamos, comienzo luego por la duda primera, y principal que pide el problema, es a saber por que el chile siendo tan caliente, pierde el calor con el fuego. Y para que mejor en la duda nos enteremos, quiero primero advertir, que el chile agora sea verde o seco, agora sea délos grandes o de los pequeños, en siendo chile es calidissimo y no menos que en tercero grado, y digo mas que ay chile tan fuerte que se puede lla- mar caliente casi en quarto grado, y esto que digo, si se uviera de ale- indias. — 16. 114 gar con razones y autlioi'idadt'S do graves doctores, })iidiera muy bien henchir delhis todo el capit. pero (juien sin antlioridades no lo creyere, refriegúese muy bien la boca con vn par de chiles y vera si le enfrian, ansi quequando dizen algunas maestras destas grandes ensalmadoras o lapidarias, que el chile es fresco, y otras vezes que es húmido, en lugar de darles crédito, nos reyrcmos de su locura pues en lo que dizen, no atan ni desatan, porque si crédito se de- ve dar a las razones y sentencia de Gale. el chile es de mas calor que la pimienta, y assi vemos que abrasa las entrañas y llaga las tripas, y aun suele causar cámaras de sangre, e inflamaciones de hí- gado, que no haze mas vn calidissimo veneno: supuesto pues que el chile sea tan por extremo caliente, digo lo segundo, que si este chile se tuesta pierde mucha parte del calor, y lo luisiuo succede en la pi- mienta, y en toda cosa aguda y mordicativa, y desto se pide agora la causa: porque si Iñen se mira, antes avia con el fuego de cobrar calor, pues aun hablando (üaleiio de la sal, y de otras cosas que se allegan al fuego, dize el propio que cobran con el fuego mayor calor. Lo que a esto se responde es, dezir que llanamente el chile y la pimienta, y toda cosa quepica es muy caliente, y que assi mesmo pierde el calor con el fuego, y es la causa, porque aquel calor noestava su- geto y depositado en toda aquella cosa caliente, sino en vnas partes subtiles y muy delicadas, las quales como las gasto, y consumió el fuego, quedo la cosa tostada sin calor: pongo vn ejemplo, la cebolla y el ajo, antes que los cozieran, pica van y da van, mucho calor, des- pués de cozidos, ni pican ni le dan y es la causa de que con el calor del fuego se consumieron aquellas subtilissimas partes, que eran las que da van calor a la cebolla, y assi estas perdidas y gastadas, falta y queda fria, y esto mismo le succede al chile con el fuego, por ser (como he dicho) compuesto de subtilissimas y muy calientes partes, pero la cosa fria, ni la que fuere compuesta de partes gruessas no tendrá esto, porque no tendrá partes calientes y sutiles, que le gaste el fuego, sino antes las gruessas que tuviere le adelgazara, y dexara calor en ellas. Preguntase lo segundo, f^ue sea la causa, por que sin ser purga el chile, como realmente no lo es, suele ser purgativo, y esto es de suerte que succede comerle vno de antenoche, y obrar otro dia, como si uviera tomado vna reziíu i)urga. A esta duda resi)(»ndo, queco- 115 mo el chile es compuesto de agudas, y mordicativas partes, estas yrritan é incitan a la naturaleza, para que evacué, y despida de si el humor, y es esta jarrita cion a vezes con tanta violencia, que aun la comida indigesta le provoca a echar y expeller de si, y en este modo dezimos ser purgativo ol chile. Preguntase lo tercero, qual sea la causa, que no siendo el chile mantenimiento, sino especia como lo es la pimienta, vemos que da sustento, y no como quiera sino muy mucho, pues vemos que los indios solo se sustentan con chile, y vna tortilla de mayz, y esto les da fuerza. A esto se responde, que es verdad que el chile no se quenta por mantenimiento, aunque también sustenta alguna cosa por la parte que tiene de dulce, pero el dar tanto sustento consiste en que como es especia tan caliente, ayuda con su calor a cozer las nemas que están en el estomago, y a convertirlas en sangre, y esto es lo que haze el dar sustento mayormente a los indios cuy;:, com- plexión es flemática, y por el consiguiente nuiy mantenida, porque el flemático gasta menos, y tiene mas ({ue gastar. Preguntase lo quarto, (jual sea la causa, por Cjue siendo calidissi- mo y de complexión colérica el chile, se juzga y tiene por flemoso, siendo la flema humor frigidissimo y gruesso, respondo que el chile se tiene por flemoso, no porque el mismo se convierta en flema, pues es yerro presumir tal, de cosa tan caliente, sino llamase flemoso, porque como pica, haze llamamiento de flema, y esto hablando en ri- gor, no es ser flemoso, sino incitatibo y atractivo de humor flemativo. Vltimamente se pregunta, qual sea la causa por (|ue teniendo las cosas calientes propiedad de quitar la gana de comer, vemos que el chile (cuya complexión es calidissima) antes nos la pone y despier- ta, a esto se responde, que el chile despierta el apetito por dos cau- sas, la primera por quanto con el agudeza de sus partes, corta y lim- pia las flemas de la boca del estomago, las quales tenían como em- l)alagado, y em}iacliado el apetito, y la otra, porque como el chile tiene propiedad de morder, y como si dixessemos de pellizcar, con aquel sentimiento y mordicación, parece que abiva y despierta el sentido de la hambre, y assi mientras mas chile comemos, parece que mas hambre nos da, y es la causa lo que agora acabo de dezir, de que con esto mas se abiva el apetito. 116 CAPÍTULO XI. Por que cansa las tunas restriñen el vientre, y provocan tanto la orina. Si alguna fruta de las indias, con muy justo titulo mereció re- nombre de dulce sabrosa, sana y regalada, fue la que entre manos (como dizen tenemos) llamada de los naturales nochtle, assi como de nuestros Españoles tuna, es esta vna fruta fria y húmida en segunarte del tal 123 humor al estomago, descindieiido por el agujero llamado colatorio a la gula, y de allí al estomago, y esta nema es la que bolvieudose de de nuevo a cozer por yr al higado da sustento a los mieml>ros con- virtiéndose ella misma en sangre. De aqui se infiere la causa por que a los que maxcan de ordina- rio este betún negro llamado de los indios zictli, se les quita la gana del comer, y es que con aquel continuo movimiento de maxcarle, no solamente llaman mucha nema (según avemos diclio) pero po- niéndose en la boca del estomago empalaga terriblemente el apetito, y aun embota la actividad y fuerza al calor natural, para qiie no gas- te y consuma la substancia de nuestros miembros, de cuyo consu- miento procede como dize Gale. la hambre pero ay esta ditferencia entre maxcar zictle o traer coca o tabaco en la boca, que como estas yervas son de suyo fuertes y agudas, embian cierto humo al cele- bro, los (jualcs caus.in vn genero de embriaguez, mediante el qual no se siente el cansancio, esto no haze el zictle, antes del maxcarlo de ordinario se cansan y entiaquecen los miembros del rostro, y de todo el cuerpo. De aqui assi mesmo se infiere la causa por que se sustenta vna muía por mucho tiempo sin tener hambre con solo tascar el freno en la boca, y es que con aquel continuo movimiento, llama mucha fle- ma a la boca y estomago, y esta es la (jue le sustenta y engorda, ayudando también a esto el que la muía es de complexión fria, y assi gasta respecto del cuerpo menos mantenimiento que el cavallo, (pie es animal calido. Mtimamente se infiere de lo dicho, la razón y causa i>or que todo animal que rumia se suele sustentar y estar sin comer mucho tiem- po, y es por el mismo llamamiento de flema que haze al estomago mediante aquel continuo movimiento de las quixadas, según lo qual yerro grandissimo se demuestra ser el de algunos ignorantes (jue dizen que el animal que rumia se sustenta por quanto buelve otra vez a traer el manjar del estomago a la boca, y bol viéndole a maxcar de nuevo, se sustenta con el todo esto bien se vee clara- mente ser falso, lo vno porque el mantenimiento que vna vez l)asso al estomago, raras vezes o ninguna buelve a la l)Oca, sino es echándolo con vomito, como liazen los perros, y esto no podremos dezir que liazen los animales que rumian, pues jamas tal ave- 142 mos visto en ellos, y lo otro porque quando concedamos ciue lo buel- ven a sacar del estomago y maxcarlo de nuevo, bien sabemos que de solo maxcar el mantenimiento, no se sigue sustento alguno al animal supuesto que el manjar en tanto nos da sustento, en quanto se cueze en el estomago, y de alli se reparte por las venas a todos los miembros, de suerte que el maxcarle solo sirve de prepararle, y disponerle mejor para la digestión del estomago, ansi que si el ani- mal se sustenta de rumiar, no es por traer otra vez el mantenimien- to a la boca, sino por llamar mucha flema del celebro al estoma- go, con aquel continuo movimiento de las quixadas, y bolviendola a cozer de nuevo se sustenta con ella . Por este mismo respecto, se sustenta el Osso, según dizen los philosophos seys meses del año, lamiendo solamente la mano, por quanto con aquel sabor (si alguno siente) y con el continuo movi- miento de la lengua llama flema al estomago, y esta distribuyéndo- se al liigado y convirtiéndose en sangre (según (]ue avemos dicho) le da sustento y con esto queda dada la solución al problema. Pero pues viene tan a quento, quiero aunque sea algo prolixo alargarme vn po(juito mas, yo dixe en el remate deste cap. que el manjar poi' mas que le maxcase en la boca como no fuesse al esto- mago, y de alli se dirigiesse y coziesse repartiéndose después de cozido a todo el cuerpo, no podia dar sustento, todo esto parece que contradize a la sentencia y parecer de doña Oliva sanco, que es vn libro nuevamente inventado, dize alli que mientras el manjar se maxca en la boca da sustento al cuerpo, por quanto aquellos humos que suben del manjar al celebro se reparten por todo el cuerpo, y estos le dan luego sustento como se conoce (según ella dize) por la experiencia, pues vemos que si vn hombre esta desmayado y muerto (como dizen) de hambre, en comenzando a maxcar el mantenimiento, antes de ser cozido en el estomago, se comienzan a re- foi'zai-y alegrar los miembros del cuei'po, que es señal muy cierta (le (pie los dichos humos subieron de la boca al celebro, y de alli se repai'tieron a dar sustento al cuerpo. Por cierto que si esta opinión o ymaginacion fuera verdad, de que el cuerpo humano se sustentara de humo, (¡ue me atreviera yo a sustentar con solo el olor de vna buena olla, a todo vn convento de fra3^1es quedándose la olla t'in entera como estava de ant(>s, ])oi-(]ue 125 sin comer della podiaii llegando la boca y narizes a aquel vapor, subir gran suma del tal vapor o humo al celebro y sustentarse con el, pero entiendo quedaran tan muertos de hambre como de antes, podria a esto responder doña Oliva, que para que los tales humos suban mejor al celebro, es necessario maxcar el manjar, por cierto que si solo esto bastara para sustentarse vno, que diera yo por re- medio a los que por flaqueza de estomago no pueden degerir, que maxcaran el manjar y no lo tragaran, sino que se sustentaran de aquel humo, y assi no se ahitarían, mas entiendo que si no lo tra- garan se avian de quedar tan desmayados como estavan de antes por mas humos que de maxcar el manjar subieran al celebro ansi que yo esta opinión de doña Oliva juzgo portan verdadera como otras invenciones que en su libro trae. Y a lo que dize que en comenzando el hombre a maxcar el man- tenimiento, comienza luego a sentir fuerza y vigor en sus miemln'os, en señal de aver ya passado los humos del mantenimiento a ellos, respondo ser verdad (jue en comenzando a comer el liombre se ale- gran y refuerzan .todos nuestros miembros, pero la causa desto es, que todos los miembros de nuestro cuerpo tienen tal colligancia y vnion con el estomago que si el estomago esta vazio y hambriento por mas que a ellos les solare el mantenijniento, están floxos descae- cidos y desmayados, y al coiitiario en estando lleno y satisfecho, aunque a los demás miembros les falte el mantenimiento se alegran y refuerzan con el alegría del estomago, de suerte que si en comen- zando a comer sienten vigor los miembros, no es por los dichos hu- mos, sino por la gran colligancia <|ue se ha tlicho tener todos los miembi'os con el estomago, y assi no fue sin mysterio llamar Hi- pócrates al estomago corazón, pues con sus daños y provechos se co- munican tan de veras a los demás miend^ros como si fueran del corazón, y esto baste })or este cap. 126 CAPITULO XIITI. Poí' que cav.m ."te tiene y ¡nzf/a al afole por sano ntaideni inieii'o para lodax coiirplexiones y enfennedatle.^. El famoso Hipócrates en los primeros capítulos de victiis ratione in acutis, se emplea tan de veras en alabar la pthisana (que es cier- ta pucha o atole, que se haze de cevada) que por inuy bastantes ra- zones viene a conckn'r, ser este genero de pucha o ordiate el mante- nimiento mas sano que a vn enfermo se le puede dar, las razones que para esto trae es, dezir que el ordiate es fácil de digerir, cai-ece de toda ventosidad es mundificativo, da al cuerpo vn mantenimiento frió y húmido, sale assi mesmo con facilidad del estomago, repar- \\ tiendose sin genero de pesadum])re por todas las venas, y partes del cuerpo, y en todo esto constitu)'e su bondad, pero si después de tan- ta alabanza al mesmo Hipócrates le fuera preguntado, que si seria cosa sana conceder esse ordiate a todo genero de enfermedad, a to- das complexiones en todas edades, y ac^ualquier estomago, cosa clara es que respondiera que ni por pensamiento tal convernia ni era pos- sible poder convenir, })orque si el ordiate por ser frió, es saludable j)ara enfermedades de calor, luego mal podra aprovechar a males de frió, y si por ser frió y húmido, aprovecha al colei'ico, luego mal podra hazer provecho al flemático, y si por ser purgativo yastergen- te es sano para el (pie padece retención de extrementos, luego para fluxos de sangre o de humor sera muy dañoso, ansi que de fuerz > avia de responder ser sano para esta o estotra enfermedad o com- plexión, pero dañoso para la contraria: según esto mas cumplida alabanza se le deve a nuestro atole, pues vltra de ser sano y de loable mantenimiento, seda con gran seguridad a sanos y enfermos a mo- zos y a viejos, a hombres y a nuigeies, a los de complexión calida, y a los de fria, 3' por concluyr en todo genero de enfermedad licita- monte, y con felix successo se concede, y lo (]ue mas es que por mi- lagro nadie se quexa del, sino antes aprovecha a todos, cosa (pie bien mirado causa admiración, su])uesto que por la misma razón v causa que es sano pai'a esta enfci-mcdad o complexión. (\o\\i\ ser da- 127 ñoso para la contraria, y pues la experiencia nos muestra que no lo os sino muy sano para todas, pidese al presente la causa dello. Para solución de lo qual, sera forzoso advertir tres cosas, la primera sera saber, que qualidades, complexión, y substancia tenga el mnyz, (que es la semilla de que el atole se liaze,) la segunda, re- ferir las differencias que ay de atole, y el modo que en hazerlas se guarda, y vltimamente la propiedad de cada vna con que se da solución al problema, digo pues acerca de lo primero, que el mayz es vna de las semillas que con mejor titulo deven ser estimadas en el mundo, y esto })or muchas razones y causas, la primera por su generalidad, quiero dezir por ser como es vna semilla que en tierra fria, en caliente, en seca, en húmida, en montes, en llanos, de hi- vierno y verano, de riego y de temporal, se coge cultiva y bene- ficia, lo segundo jwr su abundancia, que es como dezir que de vna lianega se cogen ciento, y dozientas, y essas no con demasiado tra- bajo, sino fácil y descansadamente no aguardando casi de vn año para otro, como se aguarda el trigo en España, que se siembra por Octubre, y se coge por Junio y Julio, lo que no haze el mayz, pues dentro de tres meses, y a lo mas largo dequatro,y aun en partes den- tro de cinquenta dias se coge y encierra: lo tercero por la faci- lidad y presteza con que se amassa y sazona, pues vemos y sabe- mos del trigo que es menester ahecharle, molerlo, cernirlo, amassar- lo, y desj)ues lindarlo, y cozerlo, y aun dexarlo de vn dia para otro, para mejor y sin menos daño poderlo comer, echándole sal, levadu- ra, agua caliente, y buscándole horno nuiy templado, y apropiado según la cantidad del pan (pie se amassa, nada desto lia mcncstín- el mayz, sobre vna piedra se muele, y sobre essa misma se amassa y haze pan sin llevar mas sal, levadura, ni liúdo, ni otro recaudo que vn poco de agua fria, y al momento se tuesta o cueze sobre vna cazuela o comal de barro, y assi caliente, se come con todo el gusto y regalo del mundo, y sobre todo con tal brevedad, que succede es- tar sentados a la mesa, y estar aun el pan por hazer, que no se yo que mayor bien se puede dezir de pan, que junto con ser de suyo tan bueno y de tanto sustento, es tan fácil y barato de sazonar. Lo quarto poi- la l)revedad y presteza con que antes como dizen de naci- do comienza a sustentar al lioml)re, porque desde el mismo [)unto que comienza a brotar la pecjueñuela mazorca, metida en vn zu- 128 i'i'ítiicillo (le linja, ((ue es lo (¡\\v llaiHaii los Tiulios giloto, y después que se fonna el grano, estando como dizen en lecho, y después do cogido, siempre sirve de sustento, y aun de apetitoso regalo, como lo es el elote verde, después de asado y cozido, de suerte que también en esto se aventaja a todas las semillas, pues ninguna es de prove- cho, antes de ser madura y sazonada, y esta lo es aun antes queso forme, y se pueda llamar mayz. Lo (juinto, se puede preciar en que ninguna parte tiene toda la planta que no sea de grandissimo provecho, la caña os de provecho después de seca, pues della se ha- zen ymagenes riquissimas de bulto, juntando las vnas con las otras, y son harto mejores que de madera, del zumo destas cañas hazen miel negra riquissima, la hoja os estremado pasto para los cavallos, hasta vna espiga que hecha esta planta en el remate, llamada de los indios miahui, tamlñen es de provecho pues hazen los indios pan della, })ues el fruto o semilla de quanto sea, a. todos es notorio. Lo sexto, se aventaja el mayz, sobre todas las semillas en las muchas y varias cosas que del se hazen y componen, porque del mayz no solo se hazen varios géneros de pan, pero se hazen ocho o diez géneros de atole y se hazo almidón, ñelon, cozcuz, arroz, y otros modos de man- tenimientos saludables y provechosos, pues por no alargarme digo, que no se puedo desear mas en el mundo que ver como sin amassarse se puede comer el mayz, solo por si tostado, como quien tuesta gar- vanzos o cozido, o molido en polvo, o deshecho en agua y bevido,an- si que si bien se considera, no ay bondad que dessear se pueda en vn mantenimiento que todo junto no se halle en esta preciosa semi- lla del mayz, })ero doxadas estas pr()})io(lados a])arto, acerquémonos a su complexión, y modo de sustancia, pues fue lo primero que pro- metimos tratar del mayz : hablando Andreas mathiolo, famossisimo herbolario, de la qualidad o complexión del mayz, en el primero so- bre Dioscorides, dixo que el mayz ora caliento y húmido de comple- xión y compuesto do vna sustancia gruossa ])ogajosa, y viscosa, como la masa del trigo, y que por osso tenia propiedad tío madurar, y re- solver, todo lo (jual hablando con su licencia, so lo levanta al mayz pues nada de todo lo dicho ni aun por pensamiento se le halla, que no sea caliente, pruevase lo primero, por el sabor, pues el mayz no tiene sabor alguno que sea indicio do calor, antes es desabrido o muy remissamonte dulce que es señal de tom})lanza, lo segundo, porque 129 el que lo come, no siente gen ero de calor después de averie comido, lo tercero, porque si fuera caliente, puesto sobre vna parte inflamada le dañara y diera mayor calor, lo qual es ageno del mayz, porque ya que no aprovecha a la parte inflamada, a lo menos no la enciende, pues dezir que el mayz madura o resuelve apostemas, esso es cosa que jamas tal se vio en el mayz, de ninguna suerte que se aplique al tumor, pues en lo que dize que el mayz es húmido, bien en con- tra desto vemos en el pan, o tortillas que del se hazen, pues apenas se han enfriado, quando de puro secas, duras no se pueden comer: dezir assi mesmo que la substancia del mayz es pegajosa y viscosa, quien tal jamas vio en el mayz, la massa del trigo haze hebra o co- rrea, y ahita, empacha, y cria humores gruessos, solo por ser su substancia gruessa, pegajosa y viscosa: pero quien oyó dezir que la massa del mayz fuesse correosa, o el atole empachasse, como las po- leadas: ansi que todo esto es realmente levantado al mayz sin tener el tal calidad ni com])lexion, por lo qual es justo que nosotros ense- ñados con la mucha experiencia (¡ue del tenemos, declaremos todo esto. Digo pues, que si en el mundocrio Dios algún mantenimiento que exactamente se pueda llamar tem jalado en complexión, en substan- cia, en dar mantenimiento, y en tener otras qualidades que a estas se siguen, es el mayz, porque realmente es ygual y templadissimo en todo, de suerte que ni bien se puede llamar caliente, ni bien frió, sino entre frió y calor templado, ni menos se puede dezir, seco ni hú- mido sino templadissimo, entre sequedad y humidad: tampoco le lla- maremos compuesto de sustancia gruessa y pegajosa, ni menos compuesto de partes delgadas y subtiles, sino formado de \n medio, y assi en todo lo demás. Por ninguna via podremos me- jor declarar todo esto, que con vn exemplo del trigo y de la ce- vada, y es en este modo, el trigo es caliente y húmido en primer gra- do, y es compuesto de substancia gruessa, pessada y pegajosa, de mucho sustento, digerese con diíficultad, cria humores gruessos, opi- la, y hinche las vias y vassos del cuerpo, al revés de todo esto es la cevada, que es fria y seca en primer grado, componese de partes subtiles, penetrantes por su frialdad, y delgadas, sustenta poco, di- gerese fácilmente, limpia las vias, y cria humores delgados, el mayz es medio entre el vno y el otro, quiero dezir que ni es tan caliente Indias. — 18. 130 como el trigo, ni tan frió como la cevada, ni tan húmido, pegajoso y gruesso como el trigo, ni tan delicado, seco, enxiito, y subtil, co- mo la cevada, no cria humores gruessos, ni empacha como el trigo, ni menos es purgativo, y mollificativo de vientre como la cevada, sino que como digo vemos palpablemente que liuyendo de los extre- mos del vno y del otro, guarda siempre el medio; y el argumento con que esto se prueva es este. La cola que de su naturaleza es templa- da, con tanta facilidad se muda y altera a frió, como a calor, Abe- mos que el mayz es de esta suerte, luego es de naturaleza templada, y pruevolo por que si el mayz se mezcla con chile, miel o Epazote, como se mezcla quando se haze con el vn genero de atole, que llaman chilatole, o necoatole, entonces vemos que se haze mantenimiento muy calido, y al contrario, con solo echar chian a la masa del mayz se haze vn frigidissimo genero de atole que llaman chianzozole, de suerte que tan fácilmente se enfria como se calienta, y esto tiene el azeyte, la cera, el azúcar y el ayre que por ser como dize Gale. de naturaleza templada, con tanta facilidad se enfrian como se calien- tan. Lo segundo se prueva desta suerte, de mantenimiento templado se engendra en el cuerpo humano, no humor caliente, ni frió, sino templado, vemos que del mayz se engendra sangre, porque el es de suyo sanguino, y la sangre es el mas templado Immor de nuestro cuerpo luego según esto se infiere, ser el mayz templadissimo mante- nimiento, pues que tampoco no tenga sustancia gruessa y pegajosa, ya lo he probado, diziendoque ni el mayz ahita, ni opila, ni engen- dra humores gruessos como el trigo, ni menos tiene partes sutiles, porque ni es purgativo, ni penatrativo de partes, ansi que según todo esto, no ay duda, sino que el mayz sea de complexión o naturaleza muy templada, y esto es en quanto a lo primero que se devia notar. Lo segundo es necessario que esto que comunmente en las Indias se llama atole, no es otra cosa sino el mismo mayz molido, y amassado con agua, y después desleydo en ella, y cozido al modo de vna pucha o poleada mu}' rala, en quanto al liazerle ay esta differencia, que algunas personas le hazen de mayz crudo, molién- dole solamente, y desatándole con agua, otras le cuezen primero con cal y después lo muelen desatan y cuezen, la differencia que ay en esto es bien i)oca, porque aunque dizen ser de mas substancia, el atole de mayz crudo engañanse, porque de cozerse primero el mayz 131 con cal se prepara, y dispone mejor para la digestión, y mientras mas dispuesto y preparado mucho mejor, y mas^presto se digere y convierte en sustancia, y por el consiguiente deve dar mas sustento al cuerpo o a lo menos es bien poca la differencia: se dezir que el mayz cozido con cal tiene esto, que fuera de que es mas fácil de di- gerir, es menos ventoso que el crudo, y assi es mas sano el atole que con el se haze, pero al fin elvnoy elotroatole, no mezclándose con co- sa fria ni con caliente, son de naturaleza templada, como el mismo mayz, y assi ni podremos dezir que engendran frió ni calor : las diffe- rencias vsuales que ay de géneros de atole, ya dixe ser ocho o diez, y pueden ser infinitas, si quieren echaren el cosas infinitas, porque de la cosa que en el atole se mezcla, o del modo con que se haze y prepa- ra, de ay toma luego la differencia, y assi haziendole de muchas maneras, o echándole muchas cosas, serán muchas las differencias, pero como digo son ocho o diez las diñ'erencias mas comunes, que del se haze. La primera es el atole común, llamado atole blanco, que se entiende ya el hecho con solo mayz cozido con cal. La se- gunda se haze de mayz crudo, llamado este atole, yoloatole, que es como dezir, alma y sustancia del atole, y estos dos modos de atole, son exactamente templados. La tercera differencia, es la que se ha- ze de la misma massa del mayz, dexada azedar por dos o tres dias, es- te es el llamado xocoatole, o atole agrio, cuya qualidad y effectos es refrescar, apagar la sed y aprovechar a todo incendio, y grandissi- mo calor que aya en el cuerpo humano. La quarta se haze mezclan- do la dicha massa con chile, y esta se dize chilatole cuya com- plexión, es muy caliente, y por el consiguiente, da calor al estomago, y consume toda frialdad, y ventosidad. La quinta se haze con la miel prieta, que llaman miel de maguey, que también es atole ca- liente, cuya propiedad es ser amigo y familiar al pecho, por quanto cura toda passion y pesadumbre de frialdad, que en si tenga: otro atole ay que se haze de ezquite, que es como dezir mayz tostado, y este es atole enxuto, pero templado, y aunque de poco sustento pe- ro en fin es provechoso en todo genero de fluxo, agora sea de san- gre agora de otro qualquier humor: también ay otro modo de atole, llamado exquiatole, que se haze mezclándole junto con la massa del atole, granos de mayz molidos, y otras vezes frisóles : también el atole hecho de almidón de mayz, se llama genero o differencia de 132 atole, cuya complexión también es templada, y de menos sustento que otro ningún atole, por yr ya mas apurado, y adelgazado, y casi sin substancia. Lo que en general se dezir de todas las differencias que ay de atole, que como el mayz de suyo es teniplado, aquel atole sera templado que el de por si solo se liiziere, y aquel caliente que I se mezclare con cosa caliente, ansi como el que se hace de massa azeda, es frió y no poco medicinal, y esto baste en quanto a lo se- gundo que prometimos notar, en lo qual si no me alargo es porque todo esto pertenece a otro lugar donde todo esto muclio mejor, y mas j por extenso se trata, supuesto lo qual entra la solución del problema ^ a la qual respondo por dos maneras. La primera es, quando dezimos que el atole aprovecha a todo ge- nero de enfermedad, puédese entender tomando el atole en toda su anchura, quiero dezir, entendiendo por atole qualquiergenero de atole, agora sea hecho con cosas frias, agora con calientes o el por si solo de solo mayz y en este sentido es verdad, que el atole aprovecha a frió y calor, y a qualquier edad y complexión que sea, porque el atole frió, es medicina saludable a toda passion de calor, y el atole hecho de co- sas calientes para todo genero de frió, y el que por no llevar mezcla de cosa alguna, es templado para conservar todo lo que de suyo con- sistiere en templanza, ansi como para enfermedades de algún fluxo, es saludable el atole de mayz tostado, y desta suerte no habrá en- fermedad ni complexión a quien no aproveche, y sea saludable el atole, y esta es la primera respuesta del problema. La segunda, es mucho mejor que esta, y es en esta forma quando dezimos que el atole es provechoso a toda enfermedad, por el atole entendemos este ordinario que se haze de solo mayz cozido con cal, llamado nexthamale, y este tal por ser de suyo tan templado, es sano y medicinal para todo genero de enfermedad, y es la razón es- ta, como todo lo que de suyo es templado, participa igualmente de (los extremos, pov la parte f[ue el dicho atole participa de frió, es medicina del calor, según aquella regla que dize: Remissum remittit intensum, y por la parte que participa de calor, es medicina del mal frío, o complexión fria, y assi sera como el azeite rosado, y como la cera, y el azúcar, que por su templanza, ni hazen daño a frió ni a calor, sino'ygualmente aprovechan a lo vno y a lo otro, y esto no podremos dezir del ordiate de cevada, que por ser frió solo aprove- 133 clia a males de calor, y es dañoso para todo genero de mal frió, por mas que Hipócrates, y Galeno nos lo alaben y encarezcan, yo se dezir que si ellos alcanzaran el mayz, no alabaran en tanto grado la ceva- (la, y esto baste por respuesta de tan prolixo problema. CAPITULO XV. Porque causa la miel de las avejas, que se coge en las Indias, es toda en general agria. Hablando Gal. en el lib. 3. de Alimentorum facultatibus,del dul- ce y precioso liquor de las avejas, hecho por el mas alto y delicado artificio de quantos se pueden imaginar en la naturaleza, dize que se differencia entre si la miel, por tres causas o razones. La prime- ra, y no poco principal, es la región donde la miel se engendra y produze. La segunda, por la variedad de las plantas y flores de que se sustentan las avejas. La tercera y vltima differencia, se toma de parte del tiempo en que se produze la miel: tiene la región tanta fuerza en quanto a calificar, según mas o menos en bondad la miel, que dize el propio Galeno, en el lugar alegado, que la miel que se coge en Lraclya del Ponto, no solo no es mantenimiento para el hombre, l)ero aun es pernicioso y mortifero veneno, Dioscorides assimesmo hablando de la miel, en el primer libro de materia medicinal, dixo que la miel de sardinia, no solo no es dulce pero aun es por extre- mo amarga. INIachiolo en el mismo comentario sobre Dioscorides, dize que la miel que se coge en Creta, en el monte Carina, ahuyenta de si tan de veras las moxcas, que en todo aquel monte no se halla tan sola vna : bien contraria a todas estas es la miel de Athenas, y de Sicilia, pues la alaba Galeno en el tercero de Anthidotis, absolu- tamente por la mejor del mundo, y toda esta variedad haze solo la diversidad de la región. La differencia que aya en la miel, por criar- se en hivierno, o verano, estío v otoño, o por pacer y chupar las avejas, esta o estotra flor esto no haze a nuestro proposito, y por esse respecto no me detengo, ni digo mas de que tanto es mejor y mas L 134 preciada la miel, quanto es mas suave, flagrante, y olorosa la planta o flor donde se coge el roció de que se haze, por el qual respecto se alaba sobre todas, la miel deaxedrea, y romero, siendo reprobada la de brezo, acensios, y xara, supuesto pues que tanta difl'eren- ciahaga el temple, o la diííerente región, y aun la diversidad délas flores donde el roció se coge, no nos devemos maravillar quando veamos y experimentemos que la miel cogida en las Indias, se diffe- rencia assi mesmo de la que en otras provincias se produze, a causa descría Indiana región de bien contrario y diff érente temple, al de otras provincias, y muy differentes assi mesmo las flores, y plantas de quien las avej as chupan y pazen el meloso roció, y es assi realmen- te que por la misma razón y causa que ay de differencia en todo lo so- bredicho, assi también se halla la miel por cogerse en Indias, esta desygualdad se nota y considera, no tanto en el color, olor, o cuer- po de la miel, quanto en el sabor que es lo principal que se deve en ella considerar, porque el sabor que generalmente tiene toda la miel desta tierra es agrio, con mezcla de dulce, y es este sabor tan cierto en toda ella, que apenas ay miel que comerse pueda sin cozerla pri- mero, para que cou el tal cozimiento pierde el enfadoso y molesto sabor agrio que consigo tiene, de lo qual pretendemos al presen- te saber la causa. Lo que acerca desta duda se me oñ^rece, es dezir que el sobredi- cho sabor agrio procede de dos causas o principios, el primero se ha de parte de las avejas, y el segundo de parte déla región, el que se ha por parte de las avejas, es en esta forma, las avejas que produzen y fabrican la miel, en las Indias son pequeñuelas, y digo peque- ñuelas porque no son mayores que moxcas, carecen assi mesmo de aguijón, y por concluyr carecen de aquella fuerza vigor, y virtud, que es propio y natural a las avejas de otras regiones, formo pues agora la razón como a las Indianas avejas les falta fuerza y calor para cozer el roció, y no es posible dexe de quedar en la miel mucha hu- midad aguanosa, del mismo roció esta humidad, supuesto que queda mezclada, y encorporada con la miel, necessariamentela ha dehazer revenir y azedar muy presto, con el calor estraño de la región, y es- to aun acá en otras cosas lo vemos por experiencia, que si vno se po- ne a cozer con agua miel, para liazer algún lamedor, o xarave, en no coziendo tan perfectamente la miel que se gaste toda la humidad del 135 agua, con mucha facilidad y presteza se a zeda, y esto como digo suc- cede a la miel de Indias, por no cozerse enteramente en el bu- chezillo de las avejas. La causa que se ha por parte de la región es desta manera, como todas las Indias sean generalmente calientes y húmidas, y la humi- dad (según que otras vezes se ha dicho) sea aguanosa, mezclase esta con la propia sustancia de la miel, y mezclada la haze baxar y reve- nir de su punto, y el calor con mucha facilidad la buelve agria o azeda, de la mesma suerte que toda cosa húmida, se suele en tiem- po de mucho calor avinagrar, y azedar, de donde se infiere que aun la propia miel trayda de España se azeda en las Indias, por quanto mezclándosele acá mucha y muy superfina humidadaquea, el calor de la mesma región le haze azedar. De lo dicho assi mesmo se infiere la causa porque muchas frutas c|ue en España son dulcissimas y muy melosas, por cogerse acá en las Indias, son agrias, como podemos ver por las uvas, por las cirue- las, y otras muchas, las quales succede por el demasiado agrio que en si tienen, no poderse comer, la causa desto es lo que arriba de- ziamos, como en las Indias reyna tanta humidad, mayormente en estio, que es quando maduran las frutas, esta humidad, lo vno por mezclarse con la propia sustancia de la fruta, y lo otro por embotar la fuerza y actividad del calor, forzosamente ha de impedir a que la fruta no pueda perfectamente madurarse, y de no madurarse perfec- fectamente, resulta que en si le quede mucha humidad agria, o acer- ba, que estando verde tenia, la qual perdiera coziendose, y madu- rándose enteramente, pero assi como no goza de perfecta madurez, assi queda de ordinario agria y desabrida . Podria con todo esto re- plicar alguno diziendo que como las frutas naturales de Indias, go- zan de perfecta madurez, y tienen perfecto sabor, lo que no hazen las de España, siendo toda una mesma región, a esto respondo que nuestro sumo hazedor cria, y planta cada cosa en el lugar mas fa- miliar, y propio que a su naturaleza, las frutas de las Indias, si echamos de ver en ello, no son quando están verdes, agrias, o azedas, como las uvas y ciruelas, y otras frutas de España, sino antes acer- bas, duras, y muy ásperas, estas qualidades todas antes se corrigen con calor y humidad, que no con sequedad, y assi gozan de perfecta madurez. 136 CAPITULO XVI. Porque vía y orden natural, se engendra la piedra Bezaliar en las entrañas déla, Cervicabra. Pves las finissimas, y muy preciosas Bezaares, tuvieron su pri mer origen de las Indias justo sera en historia de Indias tratar algu na cosa dellas, aunque no con tantos encarecimientos, como el doctor monardes, que fue el que en tanto grado las encumbro y ensalzo, que mas nos dexo que quitar, que dezir dellas, y assi dexando sus muchas virtudes aparte (si son tantas como el dize) quiero solo declarar el modo y orden que naturaleza guarda, en forjnr dentro del animal estas Bezaares, y si me movi a ventilar este problema, no fue otro el fin y causa, que refutar vn eiror terrible, que no solóla gente del vulgo, pero los muy graves authores tienen, acerca del modo con que la dicha piedra se engendra, diziendoque los venados, cervicabras, y vicuñas (que son los animales en quien las Bezaares se crian) salen por tiempo del muy caluroso estio, y metiéndose por las cuevas de pon- zoñosos animales, y savandijas, son mordidos y emponzoñados de- llas, y que en el mesmo punto que se sienten con las ansias de la ponzoña, se van a pacer el Ditamo, y otras salutíferas y medicinales yervas, y con esto se meten en vn fondo rio o fuente, \' estándose alli gozando de aquel gran refrigerio del agua, dizen ({ue en aquel l)reve spacio por orden maravilloso de naturaleza, se forja la piedra Be- zaar, assi mediante la gran fuerza y fuego del veneno, como con la gran frialdad del agua, ayudando (como ellos dizen) a esto la influen- cia de los planetas, y aun la muy preciosa virtud de la contrayerva que pacieron, y a esta causa dizen que la Bezaarsehallahecha y for- mada sobre alguna yerva, que se entiende ser aquella que el animal pació, por socorrerse contra el veneno. Este es el modo con que (según he dicho) escriven los authores engendrase la Bezaar, y no cesa aqui el yerro de algunos que también se atreven aafirmarque estas Bazaares nosecriany fraguan en el vien- tre de los ya nombrados animales, sino en los lagrimales délos ojos, 187 al mesmo tiempo que están metidos y sumergidos en el agua, y por- que no se entienda que a nadie levanto testimonio lean el tratado que de la piedra Bezaar compuso el doctor ]\Ionardes, y verán escrito y alegado alli, mucho mas de lo C|ue yo escrivo, lo cual callo pomo can- sar al lector con Mcotaciones. Notad agora como se puede dar crédito acerca de las virtudes de la Bezaar, al author que semejante opinión, o desatino nos quiere persuadir, y vender por verdad. Viendo ];)ues quan creydo, y recevido esta en el vulgo semejante yerro, me pareció con muy bastantes experiencias, y razones deste- rrarlo de losentendimientos, estableciendo en todo ello la verdad, y lo que real y verdaderamente passa, y esto no mas que para gusto y curiosidad de muchos que veo en las Indias, escudriñar semejantes secretos. Digo pues que no vnasino muy muchas veces sevee por experien- cia, que los indios assi déla india oriental como de la occidental, crian dentro de sus casas venadillos, cervicabras, que desde pequeñuelos los sacan de las madrigueras, solo a fin de sacarles quando grandes las Bezaares, que dentro de si crian, y assi doy fee que vino a mis manos vna no poco estimada Bezaar, que era de vn indio cacique de la provincia de Panuco en esta nueva España, la qual avia hallado en vn venadillo que desde chiquillo avia criado en su casa, pues digo agora, si el venado desde que nace (hagamos quenta) se cria en ca- sa, sin dexarlo salir a los montes, y cuevas, (porque de entender es que si vna vez saliesse a estos andenes, que no tornarla a bolver) co- mo podre yo entender que la piedra que en el tal venado, o cervicabra se halla, se fragua por aquel imaginario n^odo que essotros dizen. Lo segundo por experiencia vemos, que en muchas vacas, y aun en otros animales se crian piedras también formadas, y compuestas como las Bezaares pero no por esso diremos que a las vacas les succe- de lo mismo, de yrse a las cuevas de ponzoñosos animales a pacer el dithamo, y meterse en el agua, para fraguarlas. Lo tercero, si bien consideramos y echamos de ver en la forma y modo que esta formada la piedra Bezaar hallaremos que toda ella es- ta compuesta de vnas escamas, o cubiertas vna encima de otra, con tanto orden, y tan bien puestas que ponen admiración, pues dezir que todas aquellas telas o escamas se fueron forjando y componiendo en tan breve spacio como el venado, deve estar metido en el agua, Indias. — 19. 138 esto lio se yo que entendimiento se puede persuadir a creerlo, pero dexemos esperiencias, y pongámoslo en rigor de pbilosophia. Las certissimas reglas de philosopliia nos muestran que quando alguna sustancia, o cuerpo blando, en breve tiempo se ha de conver- tir en durissima piedra, (como lo es la Bezaar) o bien se lia de hazer la tal conversión con fuerza de grandissimo calor, que resuelva y con- suma lo sutil de la tal sustancia, y endurezca lo gruesso (que es el modo con que el barro dentro de vii horno se convierte en ladrillo,) o bien se ha de hazer por fortissima, y muy intensa frialdad, que cuaje, condense, y endurezca la dicha sustancia (que es el modo con- que se forja, y haze el granizo, el cristal, y muchos minerales) pues formo yo agora mi razón, si en tan breve spacio de tiempo, como se prefume que esta el venado en el agua, se fórmala Bezaar, pregunto, o esta piedra se formo, cuajo y endureció con terrible frió, o con for- tissimo calor, si dezis que con frió, pregunto, que frialdad tan fuerte puede aver en el agua, por tiempo de estio en las Indias que en tan breve spacio sea poderosa a cuajar, y endurecer viia piedra dentro de las entrañas de un animal, y quando concedamos que la aya, como es possible que frialdad que en tan breve spacio convierte en piedra lo que esta en el buche del animal no apague, y mortifique el calor natural, que el propio animal tiene en las entrañas, porque si essa frialdad passa primero por el higado al estomago, de entender es que primero elara y mortificara el calor natural del higado, que llegue a elar la sustancia del estomago, y si yela y mortifica el estomago, de entender es que el corazón (pues no esta tan escondido, como el es- mogo) que no quedara menos elado, pues si el corazón se yela no se yo como puede esse animal quedar convida: aiisi que según estopor via de frió, es imposible que la tal piedra se forme menos, pues se puede formar por calor, y pruevolo porque calor que en tan breve spacio convierte la subst;ii%cia que esta en el estomago en piedra, no es possible sino que sea calor que encienda y abrase, porque aunque es verdüd que las piedras (|ue se engendran en los ríñones, se forjan sin fuego, es porque estas están mucho tiempo en fraguarse, y lo que el calor fuerte puede en breve tiempo, puede (según buena pbiloso- phia) el débil calor en largo, ansi que iiecessariamente deve ser for- tissimo, y ardiente el calor, que dentro del agua en tan breve spacio forma la piedra Bezaar, pues agora pregunto yo, donde ay ni se pue- 139 de (lar tan fuerte calor, y quaiido digamos que por via de anthipa- ristasis se d.i, pregunto, como es possibleque esseciilor tan fuerte no abrase las entrañas del miserable animal, supuesto que la causa na- tural, (c )mo loes el fuego) no perdona a cosa ninguna que junto de si tenga : si bien esto se considera, negocio llano es que la tal Bezaar, es impossible se fragüe y componga por el modo que los sobredichos autliores ymaginan. Y a lo que dizen que con el curso de Lis estrellas y planetas, todo esto es andar por las ramas, las causas vniversales, como lo es el po- deroso Dios hazedor nuestro, y los cuerpos celestiales nunca obran en via natural, si no es tomando por instrumento estas causas inferio- res, y en cuanto a dezir que la piedra Bezaar, se forma sobre la yer- ba que pació el animal, quando fue mordido, y emponzoñado, respon- do que es verdad que la piedra Bezaar se forma en el buche sobre yervezuelas, pero no quiero yo confessar, queessas yervas sean siem- pre medicinales, sino son las propias que el animal pace para su sus- tento, las cuales vnas vezes acertaran a ser medicinales, y otras no, assi como succede formarse otras vezes, sobre polvo, que es lo que muchas vezes suele lamer el propio animal, ansi que nada desto convence nuestra opinión, la (pial diré yo agora, en lo restante del pi'oblema. Digo pues Cjue no es cosa nueva y peregrina en la naturakv.a, forjarse y formarse piedras, dentro de los animales, la esperiencia nos muestra quantas se engendren no solo en los ríñones, pero aun en el pulmón, y en los intestinos del hombre engendranse assi nies- mo en las vacas, y aun en las aves, }'■ pescados, y en otros muchos animales de la tierra, que referirlos seria nunca acabar: estas piedras no se ha de presumir, que se engendran en vna ora, ni en quatro, ni se^'s, sino lo que por mas cierto se tiene, y mas puesto es en nizon, es que el calor propio del animal excediendo algún tanto de su limi- te y medida, recueze alguna materia gruessa .como lo es el humor flemático) y resolviéndolo mas sutil y delicado della, endurece y con- vierte en piedra lo gruesso y terrestre de la dicha sustancia, y es este sin discrepar, digo que es el modo (según dizen los authores) con que se forma la piedra de los i'iñones : lo mismo pues es muy confor- me a razón, que digamos y presumamos de la piedra Bezaar, es a sa- ber (|ue se engendra, no con frió sino con calor, y no con calor que 140 abrasse, sino con algo intenso, y esto no en breve spaeio, ni menos dentro del agua, sino en largo y prolixo tiempo, agora el animal es- te dentro del agua, agora fuera, y es esta la manera. La piedra Bezaar se engendra (no en los lagrimales de los ojos, como soñaron algunos c^ue esto mas es negocio para reyr, que para escrevir, supuesto que ni en los ojos ay materia de que la tal piedra se engendre, ni menos frió, o calor con que se forme y fragüe) sino o bien se cria, y produze en el buche del animal donde se halla, o bien en la bexiguilla de la hiél : si se cria en el buche, o estomago es desta suerte, como de ordinario ay en el buche del venado o cervica- bra yerva (que es la C|ue el animal pace para su sustento) , o por ventura pelos, que también se suele de si mesmo lamer, como la va- ca, o polvo y tierra de aquel salitre que también lame de la tierra, digo que a esta yervezuela, a estos pelos, o polvo se allegan y juntan algunas flemas, de las muchas que de ordinario abundan en el esto- mago, llegadas assi estas flemas, el calor del mesmo estomago las recueze de tal suerte, que resolviendo y consumiendo lo sutil, viene a endurecer y convertir en piedra lo gruesso, y assi se forma vna tela o escama de la dicha piedra, luego sobre este pequeño cimiento se allegan otras flemas de nuevo, y estas se buelven por el mismo modo a recozer y endurecer y hazerse otra segunda escama, y luego sobre aquella otra, y otras muchas, hasta venir a cobrar notable grandeza. El mismo modo tiene en foi'marse la que se engendrii en la bexiguilla de la hiél, salvo que esta no se forma sobre yerva, ni sobre pelos como las del estomago, supuesto que en el tal lugar no los puede aver, como en el buche, y assi estas se forman sobre lo mas gruesso y terrestre del humor colérico, que de ordinario esta en la bexiguilla, y este sirve como de principio a las escamas (^ue después se van formando. Que sea verdad lo que digo, no (.[ueremos mas muestra, que ver las mesmas escamas de que es compuesta la piedra Bezaar, que ellas propias nos dizen cjue es impossible poderse formar y fraguar todas juntas, y en tan breve espacio como los otros dezian, sino que realmente se gasta largo tiempo en venirse a formar, y no todas juntas, sino vna después de otra, y esto con muchas y mm- bastantes razones lo pudiera conflrmar, pero con este silogismo me parece se ahorra camino : la piedra Bezaar se debe engendrar por vna de dos manera, la vna esta refutada bastantemente por falsa. 141 luego la otra (que es esta) es la verdadera: con todo esto ann no estoy contento con esta priieva, y assi determino^ya que no quiero alargar el problema con argumentos, dar a lo menos solución a otras dudas que acerca de la mesma Bezaar se off recen, y en ellas se aca- bara de ver la verdad desta opinión. Preguntase pues primeramente, qual sea la causa, de ser blan- (juezinas y cenizientas todas las Bczaares, que se hallan en el esto- mago del animal, y al contrario las que se crian en la bexiga de la liiel, son verdes y como aberenjenadas: respondo, que esto procede de la materia de que las dichas piedras se engendran : las que se for- man en el estomago, hazense de flema (que es el humor que de or- dinario predomina en el) y como este humor es blanco, consúmese lo subtil con el calor, y lo terrestre queda como blanquezino, y ceni- ziento, pero las de la bexiga de la hiél, como se forman de colera muy recozida, viene el mesmo color amarillo de la colera por adus- tion a convertirse en verde, y esto muy ordinario se vee en la colera, quando con el gran calor de las íiel)res,deamarillaseconvierteen verde. Preguntase lo segundo, por que causa la piedra Bezaar que es verde, es muy mas fina que la blanquezina o cenizienta: respondo que esto procede, de que la verde (según se ha dicho) se forma de colera, assi como la blanquezina de flema, y como la colera es muy mas activa medicinal, y fuerte en sus operaciones y effectos que la flema, por esso la verde (que es hecha de colera) es mas excelente y de mejores effectos que la cenizienta. Preguntase lo tercero, por que las Bezaares de la India oriental, son mucho mejores que las desta India occidental, respondo que es- to procede de ser muy mas salutíferas y medicinales las yerbas y pas- tos de aquellas felicissimas regiones que las de por acá: ayudando también a esto, que también el animal deve comunicar alguna fuer- za o virtud a la mesma piedra, como vemos que de vnos animales assi terrestres como marinos, o volátiles se sacan piedras de mas vir- tud que de otros, y assi deve ser en esto de las Bezaares, que deven en eñ'ecto de comunicar aquellas cervicabras de la India oriental, mucho mas virtud a las Bezaares, que las vicuñas, assi como las vi- cuñas comunican mas que los venados, y los venados mas que las vacas, en quien también, (según se ha dicho) se hallan piedras casi al modo de Bezaares, de suerte que también, va esto en el animal. 142 Preguntase lo quarto, por que causa las Bezaares vnas vezes se hallan formadas' sobre pelos, otras sobre alguna yervezuela, o por ventura sobre tierra y polvo, assi como otras vezes sobre nada desto, sino todo de vna mesnia suerte. A esto tengo ya respondido, de que esto succede ser conforme a la materia que avia en el estomago al tiempo que la Bezaar se comenzó a fraguar: solo aqui doy por aviso, que no entendamos que siempre la Bezaar se forma sobre alguna yer- va medicinal, que fue la que el animal pació (como el vulgo dize) para preservarse del veneno, esto bien se vee ser las mas de las vezes falso, mayormente cuando la Bezaar no se halla formada sobre yerva, y cuando se hallase, no cjuiero yo creer que siempre essa yerba sea me- dicinal y salutífera, antes si vna vez acertare a ser, millones dellas no lo sera, sino de las que el animal pace para su sustento, y assi es muy puesto en razón, que aquella sea mas fina Bezaar, que acertó a formarse sobre salutífera medicinal yerva, y como esto succede raras veces, assi raras veces vemos hazer effecto las Bezaares. CAPITULO XVII. Por que causa, para ¡¡¡aiujucar, y purificar el azúcar, se le echa encima de ht forma una pella de barro. Svelen los maestros de azúcar, después de echado y cuajado aquel meloso caldo, de que el azúcar se haze en sus pilones apretarlo y ma- cearlo muy bien por cima, y echar sobre el vna muy buena pella de barro o lodo, y cobra con este beneficio tanta blancura y lustre, que viéndolo por mis propios ojos, me dio gana de escudriñar y saber este mysterio, considerando mayormente Cjueel oíticio del lodo antes es enlodar y ensuziar, que no dar blancura y purificar, otrosi quan- do lo pudiera dar, vide yo propio que esta torta de barro siempre se (piedava encima, sin penetrar por el azúcar, no obstante que todo el azúcar de pardo se convertía en blanco: viendo pues (como digo) entre otras muchas curiosidades, (pie acerca del beneficio del azúcar se olf recen, esta me pareció ponerla por primera entre las siguien- tes, (juc al proposito se trayran en este capitulo. 143 Para dar respuesta a esta clifíieultad, me informe primero si aquel eíí'ecto de blanquear el azúcar lo podia liazer también otro cualquier barro, y respondiéronme que no, sino que solamente la greda, o otro l)arro de su misma A'irtud lo hazia, lo qual sabido halle ser fácil la so- lución, y es esta. Aquel barro que blanquead azúcar, aremos de en- tender que no solamente es compuesto de partes gruessas y terrestres, sino que también consta y se compone de subtilissimas y muy deli- cadas partes, cuya virtud es limpiar y purificar: por este exemplo se declara lo que digo, la ceniza no podemos dezir que toda ella sea tierra partes tiene subtilissimas, cuya virtud es limpiar y mundifi- car, y estas son las que la dicha ceniza da y comunica a la lexia, mediante las cuales tiene la lexia virtud de alimpiar, lo mismo pues digo deste barro, y de la greda que tienen en si partes sutiles y delga- das, y estas son de tanta virtud en limpiar y purificar, que en qualquier paño o ropa que cayga mancha la quitamos, y limpiamos con ella. Pues como este barro sea compuesto de las sobredichas partes, es muy puesto en razón, que al tiempo que se echa sobre el azúcar, ya que el no passe y penetre por toda la substancia del azú- car, passa a lo menos y penetra la liumidad del agua, con que fue el barro amassado, y como esta humidad lleva mezcladas consigo las sobredichas partes subtiles, estas son las cpie limpian purifican y emblanquecen el azúcar, y esto se ve claramente ser ansi por que si el barrro se echara seco y sin liumidad, mal pudiera blanquear el azúcar. Otra cosa de no menos curiosidad, note en los ingenios de azú- car, y fue que según me informaron aquellas formas de barro, en C{ue se hazen y forman los pilones de azúcar, suelen estarse remo- jando en el agua, no menos que ocho o diez años, para poder echar en ellas el azúcar, y es esto tan necessario que en no estando dentro del agua, todo este tiempo no se podia formar en ellas el azúcar, lo qual siendo ansi verdad, entra agora la razón de dudar, es a sa- ber qual sea la causa por (|ue precisa y necessariamente devan es- tar las dichas formas, no digo yo por tantos meses, sino aun por tantos años dentro del agua. Lo que a esta duda se me offrece responder es, que como aque- llas formas sean de barro cozido, y el barro cozido tenga esta pro- piedad que con el calor del fuego que de todo el en si poroso y spon- 144 joso, es menester que las dichas formas estén no menos que algunos años en el agua, para que en el discurso deste largo y prolixo tiem- po, pueda la humidad del agua enfiltrarse y sustanciarse de tal suer- te con el barro, que totalmente se puedan cerrar y tapar todos aque- llos poros y sponjosidad del bari-o, y ansi quando vengan a echar el azúcar, por mas hirviendo que la echen, no tenga lugar a penetrar por los propios poros del barro, y quebrarla, y aun no poderse por via ninguna despegar de la forma, según se abraza penetrando la sustancia del barro, lo qual como digo haria, si por poco tiempo es- tuviessen en remojo, pues en tan breve tiempo mal se podria natu- ralizar, y sustanciar la humidad con el barro. Preguntase lo tercero, qual sea la causa por que si poco antes de coger la caña dulce se regó o le lluvio encima, sale mas caldo y me- nos azúcar, y mayor el trabajo en hazerla, respondo que la causa des- to se atribuye, a que la caña embevio en si gran suma de agua, y todo aquello que embio de agua, multiplica de zumo, pero no por esso se multiplica el azúcar, porcpie como solo se haze el azúcar de la par- te dulce y melosa de la caña, y el agua que se embevio no lo es, ya (jue mezclada con el dicho zumo le multiplica, no augmenta por esso el azúcar, porque no es materia el agua para cpie della se haga, antes al cozer se augmenta el trabajo, porcpie mientras mas agua tuviere, mas fuego abra menester para cozerse. Preguntase lo quarto, qual sea la causa, porque si tal como oy se riega la caña, aunque no le llueva encima, se hallan otro dia aquellas coyunturas entre la hoja y la caña llenas de gotas de agua. Respondo que assi por ser la caña porosa y esponjosa, como por ser amicissima de agua, chupa con tanto desseo el agua atrayéndola assi, que después de llena toda ella de agua, se trasvina y cuela por sus mismos poros, y cae a modo de gotas en las coyunturas de la ca- ña donde se queda detenida. 145 CAPITULO XVIII. En que se declara en partienlar las propiedades, y vírtvdes del Piciete, y como se deve vsar de su humo. La excelente y famosa planta del Piciete, famosa digo, pues su nombre es ya celebrado, assi por las Españas, como por este nue- vo mundo de las Indias, comienza desde su nacimiento, a mostrar sus virtudes y grandezas, pues naciendo de vna semilla menor que el grano de la moztaza, crece tanto que olvidada de su naturaleza, so levanta y encumbra sobre las demás yervas y plantas hortenses: son sus hojas largas anchas y vellosas, muy semejantes a las del gordo- lobo o branca vrsiva, el tronco o bástago de la planta es alto, áspero, y tan gruesso a vezes como el de la moztaza, en cuyo remate nacen vnas rosadas flores no mayores que la flor del jazmin : florece esta planta por tiempo de verano, y echa su semilla alia por el otoño, y esta es vnos granitos pardos metidos en vnas cabezuelas como las de las liamapolas. Es yerro notable el que algunos tienen en pensar que el tabaco es el que comunmente llaman en España veleño, y por otro nombre j us- quiarao,engañanse en tanto grado, qunnto se engañarla el que juzga- se ser el dia noche, y la luz clara obscuras tinieblas : porque el veleño es vna planta, que aunque en su figura se parece algo al ta- baco, tiene o es tanta su frialdad que Galeno, Dioscorides, y toda h escuela de los médicos le cuenta entre los venenos que matan por frió, siendo el tabaco caliente en tercero grado, y esto baste para re- futar este yerro. Querer agora contar las virtudes y grandezas desta sancta yerva, las enfermedades que con ella se curan y han curado, los males de que a millones de hombres preserva, sera proceder en infinito: solo baste para encarecimiento, que si el tabaco por su mal olor no fuera aborrecido de muchos, ni la genciana, ni la aristolochia, ni el muy preciado eupatorio, llegaran a competir con el, porque es esta preciosa yerva tan general en todas las humanas necessidades, que a sanos y a Indias.— -'O 146 enfermos, en bayles, y regozijos, en tra})ajos, y enfermedades, causa- das de frialdad, agora se aplique por la boca, agora en ayuda, agora se tome por defuera, agora por la parte de dentro, en hoja, en zu- mo, en polvo, en cozimiento, en forma de vnguento de vntura, o de emplasto, de todas suertes, y en todas coyunturas nos socorre. Y para que con mejor methodo podamos deslindar y declarar su naturaleza, digo primeramente, que de los quatro elementos que en- tran en la composición desta planta, predomina mucho mas el ele- mento del fuego, de cuya sustancia recibió todas sus virtudes actiones y efí'ectos, de aqui le resulta el ser caliente en tercer grado, como se muestra por su agudeza y mordacidad, y por los effectos notables que haze de calor, es assi mesmo seco en grado segundo, y forjado de par- tes fortissimas, y de gran penetración, tiene con esto cierta amistad y analogía con el humor flemático, a cuya causa le purga y atrae maravillosamente, destas qualidades le resulta, que si su zumo se toma por la boca, aprovecha a toda enfermedad, (jue j)roco(la de frialdad y abundancia de flemas, como es el asma, la colera, la yjada, dolores antiguos de estomago, toda fuerte de opilación, y ventosidades: lo mismo hazesise recibe en ayuda, aunque no coiitaiita violencia y effi- cacia, puestas sus hojas sobre el estomago quita toda suerte de ahito, resuelve las supei'fluydades ventosas y deshincha el vientre: el mis- mo eñ'ecto haze su polvo amassado y aplicado en forma de vnguento, o emplasto, vntadas las vedijas, y gueso del empeyne con el azeyte en que aya hervido el dicho piciete, facilita la orina, acelera el par- to, y assi mesmo se aplica a todo genero de frió, que se aya metido en qualquier parte del cuerpo: puesto vn saquillo del sobre la cabe- za o en el almohada, provoca a sueño, otrosí no ay atriaca que ma- yor enemistad tenga contra toda fiera ponzoñosa como el, y assi los indios quando duermen de noche en parte donde se sospecha avcr bivoras, o savandijas venenosas, ponen esta sancta yerva al rededor de si, y deste modo ningún venenoso animal los onq)oce: no es me- nos presto en socorrer a la picadura del alacrán, mayormente refre- gado y aplicado sobre la parte: tiene de suyo el piciete propiedad de amortiguar dolor, y assi puesto sobre la muela que duele, la en- tumece y quita el dolor, lo mesmo haze puesta sobre el oydo que tiene dolor de causa fria, tomado su zumo por las narizes descarga efficazmente el celebro, y lo mismo hazen sus polvos, y por no en- 147 fadar me atrevo a dezir que no crio la naturaleza yerva mas sancta y medicinal, 3' assi con razón muchos le nombran la sancta yerva. Contar quiero del piciete el mas estraño modo de medicina, que en toda el arte medica jamas se imagina, y este solo he visto vsar a los naturales desta tierra, de quien los negros y muchos Es- pañoles, y aun las mugeres lo han deprendido, y es que toman esta yerva, y después de seca y molida la embuelven en vna otra hoja o cañutilio, y encendiéndola por vna parte, chupan el humo por la otra, a fin de tragarlo, que diré agora de los admirables effectos cjue de tomar este humo se siguen, díganlo los enfermos de reumas, los flacos de estomago, los sugetos y dispuestos a hidropesía, los asma- ticos, los que padecen dolores antiguos, mayormente causados del mal francés por humor frió, los soldados y gente del campo, que duerme por essos suelos, sugetos a frios y aguaceros y malas venturas, mediante el qual se alivian y descansan de sus trabajos, zufriendo con el, no digo yo las malas noches, pero la sed, hambre, y cansan- cio, díganlo los Indios y negros mineros, pues mediante el descan- san y se preservan de que la frialdad de los metales no les engrasse y penetre, digalo por concluyr toda essa gente que habita por todas es- tas costas y tierras calientes de las Indias, donde desde el menor hasta el maj'^or apenas puede bivir sin el, y es realmente importan- tissimo en las tales calurosas tierras, porque como con el calor del ayre se debilita el calor natural del estomago, padecen los hombres indigestión y empacho de estomago, y por el consiguiente engen- dran muchas flemas y crudezas, todas las quales se corrigen, des- piden, y evacúan con el humo desta bendita y medicinal yerva : y assi vemos a muchos, c|ue con el echan témpanos de frialdad, que mal íiño para aver tomado Ins vnciones, y suele quedar vn hombre después de averie tomado tan descansado y aliviado de sus males, que con aquello parece que descansa reposa, y queda contento, y assi con justa razón ay millones de gentes, que se olvidaran de lo que ha de comer y bever, y no de traer consigo la sancta yerva, que no se yo i)or cierto de que yerva ni medicina del mundo se puede con verdad dezir la mitad que se vee y experimenta desta. Quando me pongo a imaginar quien aya sido el inventor de chu- par este humo del piciete, supuesto que asta oy autlior ninguno lo ha escripto, ni hecho mención del, sospecho que algún ángel lo 148 aconsejoalos indios, o algún demonioque sea ángel, esta puesto en ra- zón, porque el nos libra de tantas enfermedades, que verdaderamente parece medicina de angeles, y que parezca ser remedio de demonios también lo esta, porque si nos ponemos a mirar al que lo esta chu- pando, lo veremos echar por boca y narizes bocanadas de vn hi- diondo humo, que parece vn bolean, o boca de infierno, pero invén- telo quien quisieren, que el me parece sabiéndose bien vsar y apli- car a nuestras enfermedades remedio del cielo tanto quanto es da- ñoso pernicioso y pestilencial, si no se sabe vsar del y assi me acuerdo aver visto a muchos, quede solo vsarlesin orden medida ni dis- creccion, les ha sobrevenido no solamente inflamación de higado, rí- ñones, y flema salada, pero muy finos tabardetes, por el cpial res- pecto me pareció poner aqui algunas reglas, que sirvan de aviso al que con seguridad, y augmento de su salud quisiere vsar del dicho humo. La primera sea, que en toda enfermedad, y occasion en que el hombre se hallare con calentura, por via ninguna se vse desta j'erva, digo de su humo, porque acrecentándose el fuego de la calentura con el de la medicina, es ayudar a mas presto abrasar el cuerpo y los humores, y lo mismo digo de toda inflamación, y calor demasiado de higado, estomago o ríñones, que procuren los que a este mal fue- ren sugetos de evitarle, porque llanamente es dañosissimo. La segunda sea, para todo hombre hético, y para todos aquellos que de ordinario tienen vna sequia y amargor de boca, y vn calor demasiado, para estos tales no tengo por seguro el vso de la tal medc- cina, })orc|ue todo esto arguye demasiado calor, y en males calientes y secos, no es possible haga provecho medicina tan caliente y se- ca como esta. Sitúa por tercera regla y aviso, el saber que este humo es daño- sissimo para todos aquellos que de si arrancan sangre por qual(|uicr via o parte del cuerpo que la echen, y es esta la causa, de que con el calor deste humo, se encienden y adelgazan mas los hombres, y se abren mas las vias, y assi ayuda a salir mas, mayormente si es en el pecho, donde con la fuerza de la tosse que causa el humo ayuda a abrir mas la vena : quitado pues destas tres occasiones, o de que el hombre no padezca alguna apostema, v otra qualquier erisipula, o inflamación podra para toda indigestión, frialdad, ventosidad, dolor 149 antiguo, reuma fria, y males deste jaez, y aun en salud para la di- gestión del manjar, y para preservarse de infinitos males, que de la y liumidad de la tierra provienen a los hombres en las Indias, con mucha seguridad vsar de dicho humo, y aprovecharse del. Pero por quanto acerca del tomarlo, se offrece también algunas (ludas, es a saber en quanto a la ora en que se deve tomar, y el ins- trumento con que se ha de tomar, y de que modo, me pareció spe- cificarlo y ponerlo aqui todo en su punto: digo pues acerca de la ora en que se deve tomar, que la mejor mas segura y apropiada de todas es, la de la mañana en ayunas, principalmente si se toma a fin de preservarse el hombre de alguna enfermedad fria de estomago, algún mal de reumas, opilación, o hidropesía, y digo ser mejor ora para esto la déla mañana, porque como todos estos males la mayor par- teproceden de flemas, estando elhombre en ayunas, tienetodas las di- chas flemas congregadas y recogidas assi en el estomago, como en el celebro, llega pues entonces el humo del tabaco, }' con su calor de- rrítelas y adelgázalas, y con su fortaleza y agudeza remuévelas y arráncalas, y la virtud expulsiva las arroja, y despide por boca, ojos, y narizes, y aun a las vezes por cámara : este efíi'ecto no puede hazer el dicho humo después de a ver comido, porque como entonces esta la flema rebuelta y encorporada con el manjar, no da lugar a que con tanta facilidad pueda salir. La segunda ora, aunque no tan apropiada es vn poco antes de ; cena, quando se presume estar ya digestos los manjares que se co- mieron a. medio dia vsandose a este tiempo, ayuda a limpiar el es- tomago de los excrementos, y flemas que le quedaron de la comida, y assi mesnio a dar calor al estomago, para que pueda h\Q\\ digerir la cena. Muchas i)ersonas ay, que toman quatro o seys tragos del dicho humo en acabando de comer, a fin de ayudar a la digestión, y ha- llanse también con el, que afirman muchos que aunque ayan comido vn carnero, en tomándole quedan sin genero de empacho en el estomago, como si no uvieran comido nada, que no se yo por cier- to deque medicina del mundo se puede contar esta grandeza, digo pues que tengo por muy acertado y aprobado el tal vso en semejante ora, y es muy puesto en razón, que haga este humo grandissimo pro- vecho si se toma en poca cantidad después de comer, y digo en poca 150 cantidad, porque tomando mucho podría embriagar, o dar dolor de cabeza, y aun hazer lanzar la comida : aprovecha, y ayuda a la di- gestión lo primero, porquantoda calóralos manjares, actuándolos pa- ra la digestión, lo segundo, por quanto da calor y fuerza al estomago, })ara que los cueza y abrace, lo tercero, por quanto haze que todo el mantenimiento baxe al fondo del estomago, donde se pueda nuicho mejor digerir, que no en la boca del dicho estomago : él modo con que este humo haze decendir el manjar, sera justo dezirlo : como el esto- mago se hinche de humo, y hincliandose se ensancha, da lugar a que el manjar que de suyo es pesado, pueda decendir al fondo, y alli con gran presteza se cueze: y tiene otro bien, que para que las telas del estomago puedan de nuevo bolverse a abrazar con el manteni- miento, el se buelve a salir por la boca o por el vientre, y assi hecho el provecho, sale por escusar el daño. También ay algunos que se huelgan de andarlo chupando cada rato, y destos digo, que si lo vsan a pura necessidad de verselibresde algún dolor, o por fatigarles algún paroxismo y fuerza de algún mal, a estos tales deveseles permitir, pero vnos mocetonazos y hombres viciosos Cj[ue de puro vicio no lo quieren dexar de chupar, y por ventura a fin de ayudarse mejor pa- ra sus maldades, estos tales son dignos de nuicha reprehensión y castigo . Acerca del instrumento con que se deve tomar, ay también duda, porcjue vnos ay que le acostumbran a tomar en vnos cañutillos de barro, o de plata, o de algún palo muy duro, otros le toman rebuelto el tabaco en vnahoja de mayz, o en vn papel, o en cañuto de caña : lo que acerca desto se me offrece es, que el humo que se toma en cañu- tillo de barro plata o madera, este tal va fortissimo, por c|uanto en el solo se quema layerva, y no otra cosa que tiemple su fuerza, pero to- mado embuelto en hoja, o en papel, o en caña, vaya mas quebran- tado el dicho humo, porque no es solo el tal)aco el (jue alli se cjuema, sino también la hoja, o caña en que se embuelve, pero sobre todos es mejor y mas seguro el que se vsa embuelto en hoja de mayz, o de otro árbol, i)orque este tal, fuera de que va templado, no atosiga, ni da aquel hedor (jue da el papel, y la caña quando se (piema. También ay duda, en quanto al modo de chuparlo, porque mu- chos le cliupan, y toman por la bocay no lo tragan al estomago, sino lo tienen en el paladar y campanilla, y de alli a un poco lo echan por 151 las narizes otros no se contentan con esto, sino también lo tragan, lo que en esto ay es, que el que le tomare para enfermedades f rias del vientre y estomago, a este le esta mejor el tragarle al estomago, el que solo le toma para la cabeza, bástale echarlo por las narizes, y el que quisiere dar calor generalmente a todo su cuerpo, y darle fuerza, puede no aviendo algún inconviniente de los arriba declarados, vsarle de todas maneras. Vltimamente digo, que de parte del tabaco ay también que con- siderar, porque aunque toda sea vna misma yerva, puede aver grandissima diíferencia en ella, según mejor o peor, y según mas o menos fuerte, y es en este modo, aquel tabaco sera mejor y mu- cho mas fuerte, que se cogiere en tierra seca y enxuta, y en tiempo enxuto, la causa desto es, porque la humidad, agora sea del tiem- po, agora del lugar, agora de la región siempre afloxa, y relaxa la virtud y fuerza del medicamento, y a esta causa el tabaco cogido en h ivierno por ser tiempo enxuto, es mejor cpie el cogido en verano, y el cogido en sierra mejor que el que se coge en valles o guertas, fres- co y muy vicioso: Otrosi la hoja de por si sola, tiene mas fuerza, que no (juando va misturada con otros badulacjues, que le suelen mezclar, por(|ue todo ello es mentira, en comparación del effectoque haze la propia yerva, si no es que acaso alguno para cjuitarle el mal olor, o quebrantarle la fuerza, lo quisiesse mezclar con romero, o alguna goma o pasta olorosa, pero el de por si solo es el verdadero, y el que crio Dios para reparo de la salud desta tierra : porque como las Indias son liumidissimas,y los hombres abundan en tantas flemas, y reumas, no ay medicamento que con menos xaraves ni guardas, y reparos, las purgue y evacúen cpie esta sancta yerva. También se suele este humo aplicar por los oydos, para quitar el zumbido y frialdad dellos, por las narizes para provocar a estarnu- dar, y descargar el celebro, y vsan assi mesmo las mugeres del tal sahumerio i)ara passiones y males de la madre, y para otras muchas mas cosas deve aprovechar, sino como es medicamento, de que poco acá se ha v&ado entre gente Española, y nadie ha escripto del, por esso se ignoran muchas virtudes suyas. Fin del Segundo Libro. Él 153 I LIBRO TERCERO. De los ProhleruGK, y orí nrlrables Secretos desta tierra. Prologo. Si al lionibro le es concedido, dczir alabanza de su tierra, con qiianta ol)ligacion, y justo derecho devo yo alabara mi dulce y que- rida patria Coustantiiia, recreación de Sevilla, jardin de España, ameno y regalado bosque de la Europa: y porcpie no se entienda, que el amor propio me fuerza a dezir esto, testigos me son los que en España biven, ser aquel abreviado rincón vn copioso y abundan- te almazen de todo el bien y regalo del mundo: aquellos felices campos sierras y dehesas de Constantina en gran colmo y abundan- cia tributan el trigo, el vino, el azeyte, y todo mantenimiento, assi al Andaluzia como a varias provincias del mundo: alli infinidad de guertas llenas de todo genero de fruta, sin faltar ninguna, pueblan y rodean las riberas de todos aquellos rios, las yervas y flores que aquellos campos visten y hermosean, son salutíferas y muy medici- nales, sin que ninguna de las muy exquisitas falte las spaciosas dehe- sas y baldíos dan todo el año suíRciente pasto a infinidad de ganado que de fuera entra en aquella villa, las fragosas sierras y espessos montes, que son? sino bosques de javalies ciervos }' terribles ossos, sin faltar en ellos todo genero de caza. De alli se saca la miel, la niu- chay buena madera, la regalada cecina, y otros infinitos regalos. Que mas podre con verdad dezir? sino que las viles y muy desechadas plantas, que pueblan aquellos valles y encumbradas sierras, son castaños, enzinos, parrales, y madroños, y aun las pequeñas matas 'Indias. — 21. 154 son romero, cantueso, xara, 3^ tomillo, tal es la clemencia y opulento influxo de aquel cielo. Dexare pues todo esto, y dexare assi mes- mo los suaves y amenos ayres que aquel lugar bañan, las cristalinas y dulces aguas que le riegan, los ingenios que le ilustran y engran- decen convirtiendo la pluma en alabanza de tierra agena: mas que digo agena, mia propia la puedo ya con razón llamar, pues desde mis tiernos años que solo y desamparado vine a ella, halle quien de ordi- nario me favoreciesse y amparasse, y aun quien me diesse todo el bien y honrra del mundo, que son las letras, y este fue mi muy que- rido maestro Antonio Rubio padre de la compañía del nombre de Jesús, que es vn varón, cuya virtud y letras con grandes ventajas florecen y resplandecen en este nuevo mundo de las Indias, mucho también devo en esto al doctor Hernando Ortiz de hinojosa catreda- tico de prima de theologia en esta vniversidad de México, y canóni- go desta Catredal, y assi mesmo el eruditissimo maestro fray Juan de C'Ontreras de la orden de Sant Augustin, todos los quales son mis maestros de philosophia, y los que de ordinario me han favorecido: ansi que donde esto ay, justo sera se muestren mi obras agradecidas engrandeciendo y levantando a lo que merece aquella tierra que tanto bien me ha comunicado, de la qual aviendo declarado el sitio, temple, y constehícion, junto con las propiedades de minerales, y plantas, sera justo digamos algo de las qualidades y proj3Íedades de los hombres y animales della. CAPITULO PRIMERO. En que ne declara, sí /o.s liomhres que nacen y se crian en las In- dias son de vida mas corta y breve, qne los de otras Provincias. He visto muchas vezes ventilar y poner en duda, si los hombres nacidos en esta tierra sean de vida mas corta, que los de España, y otras provincias, y ay acerca desto tanta confusión que hasta oy he visto cosa determinada y cierta, por que vnos dizen que en effecto biven menos los hombres que nacen en las Indias, y esto se prueva con ver que apenas llegan a cinquenta años los hombres, cuando 155 luego se mueren, y que a esta causa se veen muy pocos hombres viejos, de los que acá nacen, los que son de contrario parecer, ma- yormente si son naturales desta tierra, como no gustan mucho de la platica, dizen que en esto no ay differencia, y que todo el mundo es vno, salvo que si en las Indias ay pocos viejos de los que en ellas nacen, esto dizen que procede de que quando se conquistaron las In- dias, avia muy poca gente Española, y assi eran pocos los que na- cían, y dessos vnos ay hasta oy bivos, y los demás han muerto de enfermedad, dando en esto a entender que si acaso no les diera enfer- medad, bivieran mucho mas, y fueran de muy mas larga vida, su- puesto f¡[ue también los que en España nacen, si les da enfermedad, y mueren della mal pueden ser de vida larga : ansi que con esto prue- van, no aver differencia alguna entre los vnos ni los otros. Viendo pues la mucha razón que acerca deste problema avia de dudar, me pareció dezir lo que por mas cierto, y conforme a buena medicina siento, siguiendo (como siempre) la doctrina de Gale. y Aristo. (que son los que mas lumbre y certidumbre dan en es- tos casos) para firmeza y noticia de lo qual, sera forzoso, note- mos primero dos o tres cosas, las quales sabidas no nos sera diffi- cultoso saber la verdad, de lo que en el problema se pregunta. La primera sea saber, que sea esto que comunmente llaman los philosophos muerte natural y violenta, la segunda, qual sea la com- plexión, que mas haze alargar la vida del hombre, y aun de los ani- males, y la tercera determinar, en que sentido proceda la duda de n u est ra pregu n ta . Digo pues acerca de lo primero, que muerte natural llaman los philosophos aquella quando vn hombre sin genero de enfermedad alguna, sino de puro viejo (como dizen) viene a morir, por faltar- le ya de todo punto el calor natural, con que vivia, y se conserva- va y este le falta, por averse consumido y gastado aquella humidad sustancial, en que el dicho natural calor se conservava, que podemos compararla a la candela, quando por faltarle la humidad del sebo, o del azeyte viene ella de suyo a apagarse. Muerte violenta se en- tiende, quando vn hombre en medio de su edad (hagamos quenta) o en el discurso de su vida muere de alguna enfermedad, o le ma- tan, y llamase violenta, porque si de aquella occasion acaso no muriera, tenia calor y humidad, para alargársele mucho mas la vida. 156 Acerca de lo segundo digo, que aunque es verdad, C{ue en la es- cuela de los médicos ay muchos que tienen por opinión, que ningu- na complision entre todas nueve, liaze alargar mas la vida, que la que llaman templada adpondus, o exactamente templada, con todo esso es muy mas puesto en razón, y assi lo sienten gravissimos authores, C|ue la complexión caliente y húmida llamada de los ara- bes sanguina, es lacjue mucho mas haze alargarla vida, que todas las otras, y la razón con que esto pruevan es esta, la vida del hombre o del animal consiste en calor y humidad, luego el animal que sin ex- ceder los limites de naturaleza tuviere mas calor y liumidad, este sera de mas larga vida (como no muera de enfermedad) el exemplo de la candela es maravilloso, la candela dura y se conserva (como no la maten) mediante su natural calor, y la humidad del azeyte, y en tanto dura mas, en quanto este calor y humidad no le faltan, y en el mismo punto, quequalquiera destas dos calidades le falta, mue- re ella de suyo, y se apaga, y assi es la vida del hombre, (jue en faltándole el calor, o la humidad sustancial en que esse calor se conserva, al punto muere, sin que otra occasion le mate, luego según esto, el que mas humidad natural y mas calor proporcionado a la vida tuviere, este bivira mas, vemos pues que el sanguino (por ser moderadamente caliente y húmido) tiene y participa mas destas dos calidades, que los de otra complesion, luego los que son de comple- sion sanguina, son los que sin morir de enfermedad, tienen mas larga la vida. Lo tercero es de notar, C[ue quando en nuestro problema se pre- gunta, si los Españoles nacidos en Indias son de vida mas breve, c|ue los de otras provincias, no hemos de entender que aqui se habla de muerte violenta, quiero dezir de aquella que succede al hom- bre por enfermedad en el discurso de su vida, porque desta tal tan presto (como dizen) va el niño como el viejo, el nacido en España, como el que nace en Indias, el indio como el Español, y si no dele a vno de los de España vna enfermedad mortal, estando en la fuer- za de su juventud (como vemos que cada dia les da) y veremos si muere tan presto como el que nace en las Indias ansi que acjui no hablamos de muerte violenta, pues esta a ninguna edad, a ninguna complesion, en ninguna región que sea perdona quando viene: solo l^ues es toda nuestra duda acerca de la muerte natural, es a saber. 157 si a vn hombre de los que en Indias nacen y se crian, no le diesse ninguna enfermedad mortal, y fuesse ansi mesmo de la misma com- plesion que otro nacido en España, y que el vno y el otro vsascn de vn mesmo modo de bivir y fuessen ygualmente nacidos de padres sanos, y que (como digo) en todo fuessen yguales, y solo estuvie- sse la differencia en ser nacido y criado en Indias, o en España, si seria el nacido en esta tierra de vida tan larga, como el castellano, y esto es lo que la question pide. A la qual se me offrece responder, primeramente que si solo la vida del hombre (hablo no interviniendo muerte violenta) se alar- gara, o acortara mediante la buena o mala complexión, era certissima e infalible conclusión, que los nacidos en Indias, fueran de muy mas larga vida, que los de España, y esto pruevo yo desta suerte, la comi)lcsion sanguina (según deziamos en el segundo notable) es la que mas liazc alargar la vida de quantas ay, los Españoles naci- dos en Indias son todos a vna mano sanguinos on complision, lue- go estos son de mas larga vida que los nacidos en España, los quales como muy doctamente nos enseña Aviccna son coléricos. Pues que los hombres nacidos en Indias sean de complision sanguina, esto se vera claramente en el siguiente capit. ansi que por esta via, for- zosamente se concluye ser los desta tierra de vida mas larga, pero como ay otros inconviniontes, y menoscabos que hazen sin enferme- dad venir antes de tiempo la vejez, y muerte natural, digo que en el caso que se ha propuesto, son los Españoles que acá nacen, de mas breve vida, que los nacidos en España, quiero dezirque si de los que arriba jiropusimos, ambos viniessen a morir de muerte natural, si el castellano (hagamos quenta) biviese cien años, biviria el naci- do en Indias noventa, y esto por las siguientes causas y razones. La primera por la destemplanza de la Indiana región, la qual como de suyo es caliente y húmida, el calor del ayre consume y ex- halla el calor propio nuestro, y assi es realmente, que mientras mas calida es la tierra, menos calor tiene el hombre en el estomago y miembros interiores: la humidad assi mesmo hinche los cuerpos de excrementos, los quales poco a poco van sin enfermedad ahogan- do el calor natural, y acortando la vida. La poca virtud y sustancia de los mantenimientos desta tierra, ha- zen assi mesmo abreviar la vida, porque si el mantenimiento sirve 158 de reparar la substancia que se pierde de nuestros miembros, y en tanto se alarga mas la vida, en quanto la dicha sustancia mejor se repara, y vemos por otra parte, que los mantenimientos desta tierra la reparan tan mal, cjue succede comer vn hombre variedad de mante- nimientos y destos en cantidad possible, y aun mas de lo ordinario, y después de aver comido, le parece quedar mas sin fuerza y vigor que de antes, a causa de la poca sustancia de los mesmos manteni- mientos: que mayor muestra, c|ue ver que se levanta vn hombre de vna enfermedad, y para convalecer della, se esta dos y tres meses sin poder arribar, ni bolver en si, por aver como digo, esta falta de poca virtud y sustancia en los mantenimientos. La ociocidad assi mesmo, con que los hombres bivende ordinario, y el mucho vicio con que se crian en todo, es parte para poco a poco yr apagando el calor natural, y acortar la vida, porque con la ocio- sidad y copia de manjares, se recoge y engendra gran copia de ex- crementos, y estos ahogan el calor natural, los excessos demasiados con mugeres, que muchos en general tienen, ayudan de su parte a consumir el calor natural, y húmido radical, en que el tal calor se conserva, también el digerir mal los manjares, assi por comerse muchos, como por la común enfermedad qvie en esta tierra comun- mente se padece del estomago, todo esto ayuda a cortar la vida y madurar antes de tiempo la vejez, haziendo acercar la muerte natu- ral, ayuda vltimamente a todo esto, la delicadeza ternura y sustan- cia blanda que tienen en si todos los cuerpos en las Indias, porque como la tierra es húmida, assi la propia contextura y sustancia de que nuestros miembros son compuestos es lasa, floxa, blanda y mal compacta, y mal vnida en si, de la qual con mucha facilidad se exhalla el natural calor, no pudiendo por mucho tiempo conservar- se en ella, y esto se da por satisfacion a esta duda. 159 CAPITULO TI. Qual sea la causa de ser todos los Españoles nacidos en las Indias por la mayor parte de ingenio bivo, tracendido y delicado. Para dar muestra, y testimonio cierto, de que todos los nacidos en Indias sean a vna mano de agudo tracendido y delicado ingenio, quiero que comparemos a vno de los de acá con otro rezin venido de España, y sea esta la manera, que el nacido en las Indias no sea criado en alguna destas grandes y famosas ciudades de las Indias, sino en vna pobre y barbara aldea de Indios, solo en compañía de quatro labradores, y seaassimesmo el cachupín o rezin venido de Es- paña criado en aldea, y júntense estos que tengan platica, y conver- sación el vno con el otro, oyremos al Español nacido en las Indias, hablar tan pulido cortesano y curioso, y con tantos preámbulos de delicadeza y estilo retorico, no enseñado ni artificial, sino natural que parece ha sido criado toda su vida en corte, y en compañía de gente muy hablada y discreta, al contrario verán al chapetón, como no se aya criado entre gente ciudadana, que no ay palo con cor- teza que mas bronco y torpe sea, pues ver el modo de proceder en to- do del vno tan differente del otro, vno tan torpe, y otro tan bivo, que no ay hombre por ignorante que sea, que luego no eche de ver, qual sea cachupín, y qual nacido en Indias: pues venga agora vna muger de España, y entre en conversación de muchas damas de las Indias, al momento se differencia y conoce ser de España, solo por la ventaja que en quanto al tracender, y hablar nos haze la Española gente nacida en Indias, a los que de España venimos, pues póngan- le a dezir vn primor, vn offrecimiento, o vna razón bien limada y sacada de punto, mejor biva yo que aya cortesano criado den- tro de Madrid o Toledo, que mejor la lime, y componga: acuerdóme vna vez haziendome ofertas cierto hidalgo Mexicano, para de- zirme que en cierta forma temia poco la muerte, teniéndome a mi por su medico, saco la razón por este estilo : devanen las parcas el hilo de mi vida como mas gusto les diere, que quando ellas quieran cor- 160 tarlc, tengo yo a v. m. de mi inaiio, que le sabrá ])ien añudar. Otro ofreciéndome su persona y casa a mi servicio dixo, sirvase v. m. de aquella casa, pues sabe que es la recamara de su regalo de V. m. a este mismo modo, y conforme a esta delicadeza son las razo- nes de los hombres (|ue en Indias nacen, y esto es en quanto al ha- blar : pues en el entender y tracender, no se muestran menos aven- tajados, pues verdaderamente entiendo que a ninguna cosa de las que se ponen a intentar y hazer (si hasta el fin perseverasen en ella) nos dexan de hazer ventaja. Y esto bien claro se muestra, en los lindos ingenios que todos a vna mano muestran en estas escuelas de las Indias, donde si el premio de sus trabajos no les faltase, serian mostruos de naturaleza. Resta pues saber agora, de do proceda lo dicho, y referido de la Española gente nacida en Indias : la respuesta desta difíicultad nos pide, qual sea la propia y natural complesion, que en general tienen los homl)res nacidos en las Indias, porque como las costumbres y actos del cuerpo, y aun las operaciones del alma, sigan la comple- sion y temperatura del cuerpo, y el predominio del humor que mas reyna y excede a los otros (según nos enseña Gale. en aquel libro intitulado Quod mores animi, &c.) es justo (como digo) saber que complesion, y que humor es el que mas reyna en la gente desta tierra, porque denecessidadhan de ser las obras actos y costumbres, según la qualidad y naturaleza del tal humor, y complesion : tam- bién sera necessario saber, que actos y costumbres se sigan, y sean propias de essa complesion y con esto entiendo sera fácil la solu- ción de lo que se pregunta. Siguiendo pues el estilo, que en su hablar tienen los médicos árabes, digo que los nacidos en Indias son generalmente sangui- nos, que hablando conforme a la doctrina de Galeno, es dezir que son de complision caliente y húmida (<|ue es la complision mas apropiada y dispuesta a engendrar sangre de todas) y por csso se dize ser sanguinos, esto es en quanto a su propia y natural com- plesion, pero por ser propio de la sangre, en aviendo algún calor de- masiado a delgazarse, y despuntar en colera, })odemos dezir, que son juntamente sanguinos coléricos, que es la complesion mas alabada, y api'obada por buena entre todas nueve. Que los nacidos en Indias sean de la ya declarada complesion, ])ruevase lo primero, por la pro- 161 pia complesioii, o temple de las Indias, que es calor con humidad, o por mejor dezir, por el gran predominio que eLsol tiene sobre to- da la gente de las Indias, en quien con la rectitud de sus razos imprime gran calor, tomando de los cuerpos la humidad por parte de la tierra, y assi son calientes y húmidos, o sanguinos, y lo otro jiorque la nación Española, es de suyo colérica, pues si la sequedad desta colera partici})ada de los padres, se tiempla en los hijos con la humidad de la región, y de los inantenimientos, de fuerza es que de el calor en compañía de la humidad y assi sean sanguinos: pero (como digo) por curso de tiempo la sangre por el calor de la juven- tud, viene a despuntar y en alguna manera degenerar en colera, por donde con justa razón podemos dezir que las criaturas y mucha- chos de las Indias, son meramente sanguinos, y los adultos sanguinos coléricos, y assi vemos, que en todo dan muestra de tener semejan- te complesion, por (pie todos en general son blancos y colorados (co- mo no tengan mezcla de la tierra) son assimesmos francos, libera- les, regozijados, animosos, afables bien acondicionados, y alegres que son las propias costumbres, y qualidades que siguen la sangui- na y colérica c()nq)lesioii : sacado pues en limpio que los nacidos en Indias sean desta conqilesion, resta agora saber deque effecto y pro- })iedad sea la sangi-e y la colera, o la complesion sanguina colérica en orden a las ol)ras y actos, assi del entendimiento, como de los sentidos exteriores, y potencias sensitivas del celebro. A It) qual primeramente digo que la colera por su parte, median- te la sequedad deseca, alimpia, y enxuga el celebro y órganos sensitivos, teniéndoles libres linq^ios y desempachados de toda vascosidad y excremento, para que assi puedan mejor exercer, exe- cutar sus obras sensitivas: otrosi mediante su fuerte y activo calor actúa al)iva y (lis))icrta este humor colérico todas las dichas poten- cias, para que con mayor agilidad y presteza obren,y exerciten las di- chas operaciones porfjue esso es propio del calor, que assi como la frial- dad amortigua y embota, assi el calor aguza y despierta las potencias con gran efficacia : otrosi este mesmo humor mediante su delicade- za y sutileza de partes adelgaza y sutiliza los spiritus animales (que son el verdadero instrumento de las tales potencias,) para que con gran velocidad se muevan y penetren por todos los poros y vias de los sensitivos niervos, llevando a los órganos, do están los sentidos Indias— l!'.; 162 interioros las species de todos los objectos, teniendo juntamente me- diante el calor abiertos y patentes los tales poros y occultos caminos del cuerpo humano, finalmente digo, que la colera por ser humor seco poney añade fuerza en la memoria, haziendola por parte de la se- quedad, fuei'te y tenaz en retener las species, de todo aquello r{ue se representa, assi a los sentidos exteriores, como al sentido común que en el celebro reside, y esto es lo que por su parte el dicho hu- mor colérico haze, 3^ obra en el cuerpo humano. La sangre (que de su naturaleza es humor mas temj)lado mas suave, amoroso, y benig- no) mediante su humidad y templado calor, haze en orden a las potencias sensitivas los siguientes effectos: primeramente siendo freno de la colera, muy deveras la injpide y refrena, a (|ue no exce' da ni exorbite, haziendo por el consiguiente no desenfrenar las potencias en sus actos, assi que siempre (como dizen) leva a la ma- no, y la concierta, 3^ compone: otrosi con la humidad liaze al sen- tido común, y aun generalmente a toda i)otencia sensitiva facilissi- ma y mu3' presta en aprehender, y percebir todas las species de los objectos, que a las sobredichas potencias se les proponen, conser- va assimesmo el calor del celebro como sustancia algo mas corpu- lenta que la colera, y junto con esto mediante su purpureo alegre y roxo color, haze roxos los spiritus animales, que es un color que en- cierra forma alegra y regala las potencias del alma, assi como los negros 3' tenebrosos spiritus las entristecen, haziendo por el consi- guiente a los hombres tristes, assi como los roxos muy alegres, v es- tos son los effectos destos dos humores, en orden a las obras de entendimiento, memoria 3^ sentido. Supuesto lo qual, resta yr satisfaciendo a la pregunta, y digo que si como esta ya probado, y averiguado, que los nacidos en esta tierra son sanguinos, con mezcla de complesion colérica, no es mu- cho que siguiendo la biveza presteza y delicadeza de los tales humo- res, y sus propiedades, sean prestos en aprehender y percebir, pres- tos, y bivos en entender, 3" obrar, agudos en tracender, tenaces en retener, porque todos estos effectos son propios de la comple- sion sanguina colérica: vltra de las propiedades, que primero dezia- mos de ser affables, liberales, y bien acondicionados. &c. Esto todo (como he dicho) es lo que generalmente coiupete a todos, que yo no dudo, sino que al)ra discurriendo en particular algunos de los 168 nacidos en Indias, hechos de vna pieza, como quixada de lobo, pe- ro lo común es lo que se ha dicho, y esto me parece ser la razón y causa de lo que el problema pide. Pero es necessario advirtamos vna cosa, que acerca desto se me of frece notar y es, que entendamos que assi como es propio y natu- ral de la sangre y colera, hazer los effectos que agora acabamos de declarar, assi traen consigo otra falta no pequeña, y es que como son liumores calientes delgados y ágiles, c|ue con facilidad se mue- ven, assi causan mudanza y variedad en los hombres, haziendoles poco perseverantes en sus cosas, y assi realmente podemos dezir, que en esta tierra sobra en los hombres la biveza, y falta la constancia y perseverancia en lo que se ponen a hazer, porque con el liervor y facilidad que se comienza, no se persevera y prosigue en ella, y es- to lo haze, el faltar el peso y asiento de la melancolía, la qual es fuerza (|ue falte, con el predominio de la sangre: también como digo lo vno digo lo otro, que esto es en quanto al predominio, y calidad de los humores, pero como virtudes (según dizen) venzan señales, vencien do y yendo contra la falta que les haze la melancolía, la entendida tracendida y perspicaz gente indiana suple con su 1)ueno y delicado ingenio, la falta que en esto les pudo hazer naturaleza, y assi tengo por muy cierto para mi, ay gente nacida en indias, que no solo en su bivo y delicado entendimiento, pero que también en peso, constancia y perseverancia, se pueden aventajar a otras naciones del mundo, co- mo podríamos ver discurriendo y entrando en particular por illustres y generosas casas de muchos, cuyos famosos decendientes illus- tran y hermosean este nuevo nunido de las Indias, lo mesmo podría- mos ver por letrados sapientissimos desta tierra, a quien la cortedad della tiene sepultados, teniendo partes para resplandecer, y señalar- se en todas las vniversidades del mundo : assi C|ue podemos con- cluyr, que a la gente desta tierra les compete la biveza y delicadeza de ingenio por naturaleza, y la constancia por propia virtud, repug- nando a la complesion y composición que por parte de los quatro humores les compete, y esto los es mas de agradecer. Y la razón vltima con que se concluye el capitulo. 164 CAPITULO III. Q\tia naturaleza es flemático, la flema natural haze la sustancia de los miembros blanda, húmida y muy dispuesta a que por ella sal- gan los excrementos, de que el cabello se engendra, y assi no da lugar la dicha sustancial humidad y blandura, a que se hagan cal- vos, supuesto que no ay bastante sequedad en la vejez, que cerrar y apretar pueda los poros de la cutis o pellejo en los indios, y esta como digo es la causa de hacerze el indio calvo. Al revés es en los Españoles, los quales por la mesma razón que son coléricos, son se- cos, esta sequedad crece, y se augmenta notablemente a la vejez, por ser edad sequissima, juntándose pues la sequedad de la complesion, con la de la vejez, son ambas muy bastantes a secar y endurecer de tal suerte la cutis o pellejo de la mollera, que por via ninguna pue- de salir el cabello, y assi se hazen calvos. Podria dezir alguno, si dezis que todo el pellejo del cuerpo y de la cabeza se deseca y endurece en la vejez, que es la causa por que solo la calva se haze en la molleni, y no en toda la cabeza? y 168 por que assimesmo no se hazen todos los Españoles calvos, pues ave- nios dicho ser la nación Española de suyo mny colérica: a esta ob- jeción respondo, que el hazerse la calva en la mollera procede, de que como en la mollera esta el pellejo o cutis mas apegada y vnida al caxco, por aver allí menos carne, snccede que la propia dureza y sequedad del caxco, comunicada al pellejo, le haga endurecer, y de- secar muy mas presto, y assi es por aquella parte la calva. El no hazerse todos los Españoles calvos procede de que no son to- dos ygualmente secos y coléricos, los que mas lo fueren se harán cal- vos, y los demás no. También digo, que podria aver vn indio tan seco de celebro, tan melancólico o colérico, que esse tal alia en la decrepita se hiziesse calvo, pero lo ordinario es, lo (pie se lia dicho. l^^driase assi niesmo poner contra lo dicho otra objeción, y es esta, si dexamos dicho en el cap. passado, que los Españoles encane- cen presto, por la mucha flema que en ellos abunda, que es la cau- sa, por que dezimos agora? que el Español es muy seco, 3'^ que por esto se haze calvo? respondo que el Español es seco duro y colérico, en lo que toca a la sustancia de sus miembros, y esta sequedad y du- reza sustancial de los miembros, es la que le haze ser calvo, ]iero junto con ser tan seco, en la manera que se ha diclio, puede abun- dar en mucha flema superflua accidental y excrementicia, y esta es la cpie le haze ser cano tan presto, al contrario es el indio, que co- mo es laxo y flemático en la sustancia de sus miendiros, i)or esso no se puede hazer calvo, ni menos encanece, })orque no abunda en flema excrementicia y accidental. Llegándonos a la segunda pregunta del })rol)lenui que ])ide la sansa de no nacerles a los indios barba o muy poca, respondo que esto de nacer la barba, es accidente como el color, que sigue la cemejanza délos padres, quiero dezir, que assi como naturalmente de padre negro sale hijo n(\gro, y de blanco hijo blanco, assi es en el nacer de la barba, que si el padre eslampiño o sin barba, como lo es el indio, lo es también el hijo, y assi digo, que como estos indios de su pro- l)ia naturaleza tengan ya esta propiedad de proceder de jiadres, agüelos, y antecessores lampiños, o que son y fueron sir barba, assi lo son ellos, y lo serán en qualquiera provincia del mundo que bivan, y esta es la causa de ser y nacer sin barba. Pero podria replicar alguno diziendo. (pie esso de nacer los hi- 169 jos sin barba tiene bastante razun y causa, que es imitar los hijos a sns padres y antecessores primeros, pero estos indios primeros pre- gunto yo? como se hizieron a nacer sin barba, siendo cosa tan natural al hombre el tenerla, para hornato de su rostro. A esto respondo, que esto de no nacer barbn a los indios pri- meros, que comenzaron a bivir y habitar esta occidental tierra, les provino, de que a los principios desta habitación, bivian como ynos brutos salvajes, como agora biven los chichimecos y cari ves, que no tenian casas para repararse del sol, ni del ayre, ni menos vsaban de algún genero de reparo contra la inclemencia de las lluvias y tempestades, pues como de ordinario biviessen y anduviessen al sol, al ayre, y a las lluvias tostavaseles en gran demasía el i)ellejo o cu- tis del rostro, y esta desecada y endurecida era fuerza cerrarse los poros y vias por donde el cabello sale, y assi se hazian, y hizieron a nacer sin barba. Pero resta todavía mayor diíñcultad. que es dezir si el frió, y el ayre les impedia, desecando la cutis a que no pudiesse salir la barba porque esse mismo frió ayre y sol no les impedia la salida al cabello de la cabeza, pues también era fuerza se desecase y endureciese por vn parejo? a esto respondo, que el cabello sale con mucha mas fuerza que la barba, porque como la barba y cabello se hagan de los humos que arroja el celebro, avemos de entender que los humos que salen y brotan a la cabeza salen con grandissima fuerza lo vno porcpie es propio y natural del humo subir derecho, y lo otro por- que el caxco de la cabeza tiene muchos poros y comissuras, por don- de el dicho humo salga y evapore fuera : ansi que por todas estas causas sale con gran fuerza el cabello de la cabeza, y por esto cosa ninguna exterior puede impedir esta salida, assi como seria iinpossi- ble impedir que no saliesse humo de donde ay fuego : al contrario succede en el cal)ello o pelo de la barba, que con gran facilidad se le puede impedir la tal salida, a causa de no brotar con fuerza, los humos de que la dicha barba se cria, y el no brotar con fuerza pro- viene de muchas causas, lo vno de que la barba o asiento della, no esta en camino y subida derecha del humo que sale del celebro, si- no muy al soslayo, y el humo jamas sube a soslayo, pudiendo subir derecho, lo otro porque los guesos del rostro están durissimos y ce- rradissimos y no esponjosos como los de la cabeza, y assi con gran- 170 dissimo trabajo puede salir el cabello, por no poderse evaporar, el humo de que se haze. De aqiii no nos devenios admirar si a la miiger ni al capón no les nace barba, y les nace cabello, y e-s la causa, porque les falta fuer- te calor y vigor, con que se abran y dilaten aquellos poros de los durissimos guessos del rostro, por donde ha de evaporar el humo, de que se haze la barba : ansi que como aya tanta difficultad en el salir y brotar de la barba, y tanta facilidad y aun fuerza para salir el cabello de la cabeza, quakpiiera causa Ixista a impedir la salida de la barba, y ninguna exterior la del cabello, y poresso digo que el sol, el ayre, y frió tostando desecando y endureciendo la cutis o pe- llejo del rostro a esta barbara gente, impidió la salida a la barba, por ser tan fácil de impedirla, pero esso no fue bastante a que no les na- ciesse cabello, por las causas y razones dichas. CAPíTrLO V. De que procede a ver en las IikImh tantos enfermos, // focados desfe contagioso nial de las Bnbas. Entre las enfermedades, que por nuevas culpas, y nuevos pecca- dos nuestros nuevamente se han hallado y experimentado en los cuerpos humanos, vna dellas y no poco infernal maligna y pernicio- Síi, es esta del mal indiano, y según otros dol mal f niñees, que tan de veras aflige, apremia, y atormenta a los hombres, sin hazer ex- cepción alguna, que ya se vsa dezir en las indias, que no es hombre honrrado el que no tiene vn cierto ramillo o rastro deste achaque, y assi es tan negro de vsado vn parche de terciopelo negro en el rostro, vn chichón en vna sien, vna señal con falta de gueso en la frente, que casi no se echa de ver en ello: pues si uviessemos de discurir por menudencias, y notar en vn traer el color algo quebra- do, vn tener no se que dolorcillos en las coyunturas, o vnas postille- jas y llagillas en la boca, y mas si comenzaron con algunas secas, que no se maduraron, sino antes se envolvieron adentro, (que real- 171 mente son infalibles premisas del dicho mal) seria todo esto nunca acabar: pero en fin saquemos en limpio nuestro proposito, que es dar por cierta y averiguada conclusión, que el mundo no tiene pro- vincia ni reyno donde mas este mal aíflija, ni donde mas azogue, guayacaii, china, y zarzaparrilla se gaste, ni mas sen, epithimo, po- lipodio, y hermodatiles se consuman en xaraves, que en esta tierra: y esta duda es la que se ha propuesto en el problema, es a saber, porque causa mas en esta tierra que en otra ninguna de las del mun- do, reyne el sobre dicho mal, llamado por la nnicha vsanza que del se tiene fruta de la tierra . La satisfacion y respuesta de la pregunta propuesta, me parece consistir en vn muy impoi'tante fundamento de medicina, en el cual nos devenios primeramente enterar, y con el podremos fácilmente sa- ber la causa y razón, de lo que se pregunta, y sera este fundamento, saber que do la misma suerte que las medicinas que obran en el cuerpo humano dissipando las enfermedades que leañigenson en dos maneras o differencias, vnas que obran con calidad y virtud mani- fiesta, y otras por propiedad, que llaman occulta, como si dixcsse- mos agora, la manzanilla, la ruda, el eneldo, y la mejorana, orega- gano y poleo, todas estas aprovechan al cuerpo, y obran en el me- diante el calor, que es calidad clara y manifiesta, la verdolaga, la yerva mora, el llantén, y hi lechuga, y otras medicinas deste jaez obran mediante frialdad, que también es qualidad manifiesta, pero la piedra Bezaar, la escorzonera, el jacintho, coral, y la esmeralda, estas tales ni obran por frió ni por calor, o por otra calidad clara y manifiesta, sino por cierta calidad, que por ser occulta é incógnita a nuestros sentidos, le Hamamos occulta, que quiere en romance dezir, que nos falta sentido propio y particular, con que conocer la dicha calidad y virtud: llamamos a los colores, al sonido, al sabor, y a la luz, y a todo genero de accidente perteneciente a algún sen- tido exterior, qualidad manifiesta, por quanto tenemos sentido pro- pio por do conocerla, pero a la virtud con que la piedra yman atrae el azero, el reubarbo llama y purga la colera, la Bezaar y la pepita de la cidra destruyen el veneno, y aquella fuerza o virtud que embia la tremielga por el sedal y la caña hasta el propio celebro del pescador, con que le adormece, y la maligna calidad que vn alacrán derrama y disparze en vn instante por todo el cuerpo humano, con que le 172 causa terribles accidentes, todo esto no le llamamos virtud o acciden- te manifiesto, sino muy occulto o incógnito, pues no lo conocemos a el por si mismo por quanto nos falta sentido con que conocerlo, si- no percebimoslo y alcanzamoslo por sus eíTectos, y esto es obrar con virtud o ])ropiedad occulta, la qual aunque muchos affirman que no la ay, y (jue es desatino esto de virtud occulta, vemos por esperien- cia lo contrario, y que realmente ay propiedades y virtudes admira- bles secretas y maravillosas en yervas, piedras y animales, las qua- les, (como tengo dicho) se llaman occultas por ser conocidas, no por si mesmas sino por sus effectos, que podemos dezir ser estas virtudes occultas como las formas sustanciales de los cuerpos naturales, las cua- les ellas de por si no se conocen, y assi las conocemos y rastreamos por sus ett'ectos y accidentes propios: bolviendo pues agora a mi proposito digo, que assi como ay en las medicinas virtudes manifies- tas y ocultas o incógnitas a nuestros sentidos, assi ay enfermedades claras patentes y manifiestas, y otras que consisten en virtud o qua- lidad occulta, pongo vn exemplo, notorio es que el mal que llama- mos calentura, que no es cosa occulta, sino bien manifiesta, pues todo su ser consiste en vn excessivo y demasiado calor, que destruye y dissipa la sustancia húmida de nuestros miembros, y este tal calor bien se conoce por el tacto: vn pasmo conócese palpablemente por la vista, ser vn encogimiento de nervios, agora el tal encogimiento venga por repleción, agora por demasiada sequedad del mismo ner- vio, vn mal de asma, sabemos que es ahogamiento del pocho, por la demasiada flema, que ay en los vasos del pulmón, vna es(|uilen- cia, veese claro que es inflamación de garganta, assi como el dolor de costado es inflamación de la tela que cubre por dentro las costi- llas, ansi que todos estos males son ellos de por si claros y manifies- tos, quiero dezir, que consisten en calidad manifiesta, poro vna lan- dre o pestilencia, vn cocoliztle que da a los indios, sin tocar en los Españoles, vn cadarro o moquillo, vn endemoniado tabardillo, las viruelas, y otros que ay deste jaez, no podemos confessar, que es- tos tales sean, o consistan en calidad manifiesta, yo confiesso que la calentura que consigo traen, es qualidad manifiesta, pero vn des- mayo y angustia terrible, vnos accidentes y ansias intolerables que juntamente traen consigo essos males, pues vemos muchas veces que apenas no es nada la calentura, y ellos con terrible angustia 173 se van muriendo, y mueren con gran presteza, bien se vee que esto es mas que calentura, porque la calentura de suyo sabemos que trae ca- lor demasiado, si ella es demasiada sequia assimesmo de boca, dolor de cabeza, encendimiento de orina, pero en vna peste succede faltar la sequia, y los demás accidentes propios de la calentura, y con todo esso vemos que se van muriendo, aquesto indicio claro y manifiesto es, que alli ay mas mal que el que se ha dicho, y este no podemos dezir, sino que deve ser alguna qualidad oculta, o algún maldito ve- neno, y maligna corrupción, que aviendose asido y apoderado del corazón (como es propio de todo veneno) causa en el, no solo calen- tura, como veneno caliente que es, pero también otros malignos y mortales accidentes propios de tal veneno: porque cada veneno, assi como es dififerente de otro, iissi tiene el de por si, sus propios y par- ticulares effectos, y produze sus propios accidentes, como se vee en el veneno de la bivora, en la mordedura del perro rabioso, del ala- eran, o en el veneno de algún mineral, o ros) assi es propi(^ y natural a todo veneno, asirse y apoderarse de esse mismo miembro })rincipal, causando en el terribles accidentes, y desmayos: infiero lo segundo, que como la infinidad y variedad de venenos, y el ser specifico y substancial de cadavno sea entre si tan differente, y a nuestros sen- tidos tan occulto, no podemos ni es possible poder specificar, y decla- rar el ser propio de cada vno, diziendo claramente lo que cada vno sea, y assi nos fue forzoso, distinguirlos, y diferenciarlos por los effectos propios y essenciales, que cada vno tiene, y causa en los cuer- pos vivientes, que casi alude esto a lo que dizen los pbilosoplios de las formas specificas de cada cosa, que ellas mismas de por si no se pueden conocer, y solo se conocen por sus propios é intrínsecos ac- cidentes, conocemos al fuego por vn simple elemento y cuerpo, que tiene por propiedad abrasar, y al agua enfriar, y humedecer en su- mo grado, pero la esencia, y ser specifico de cada vno totalmente ig- noramos, y esto mismo deziamos de los males contagiosos y pestilen- ciales, que cada uno tiene su propio ser, y naturaleza distincta de los demás venenos, pero palpablemente no podemos conocer, y alcanzar el ser propio de cada vno, y assi lo conocemos, y differenciamos por sus malignos y mortales accidentes que cada vno causí en el cuerpo humano, y esso mesmo digo que se ha de entender deste mal que lla- mamos ravia, que es vn terril)le y ardiente veneno, que abrasando el humor colérico que esta en el corazón, causa los sobredichos acci- dentes, pero mal podre yo determinadamente dezir que sea este ve- neno, o que sea la caus:i porque vn desventurado cuerpo ravioso, estando abrasándose de sed, huyga del agua, y menos })odre dezir, ponjue el tocado de esse veneno, pretende morder y dañar a todo animal, y ]iond)re que delante de si halla, otrosi porque no muere luego en continenti el que padece este mal, sino limitadamente a tal tiempo, esto bien se vee que es propiedad occulta, que arguye distin- ta natui'aleza de veneno, la qual por sernos a todos nuestros sentidos occulta, solo alcanzamos sus effectos, y por ellos le conocemos y differenciamos de los demás, y por esta causa me pareció, dando la difinicion deste mal ravioso, declararla por sus effectos y accidentes. Acerca déla causa deste mal es de sal)er, que de la misma suerte, (pie la causa pi'oxima e inunediata de la ravia (como ai'iiba dezia- 201 mos) es el humor colérico encendido y envenenado con la malicia v fue.íio deste ravioso veneno, assi las causas remotas o exteriores son muchas, la primera y mas principal es el grandissimo calor incendio y sequedad (|ue reyna en el ayre por tiempo del hirviente y caluroso estio, o la intensissima frialdad del riguroso hivierno, (pie reconcen- trando el calor adentro, lo augmenta y aun convierte si dezirse pue- de en llama. La segunda causa es las hidiondas y podridas carnes que suelen los animales comer, mayormente si nun-ieron de algún veneno o pestilencia. La tercera dizen los authores, que es el comer los animales algunas comidas que llevan pimienta, chile, y otras ca- lidissimas specias, que tamhien ayudan a abrasar el dicho humor co- lérico, en quien este veneno (como mas amigo de calor) se ase y emprende. Verdad es que todas estas causas, ninguna es mas propia y dispuesta a causar este mal, que la destemplanza muy caliente o muy fria del ayre, junto con la disposición de parte del animal, para incurrir en este mal, y que disposición se requiera en esto, de- zirse ha quando respondamos al problema. También se podria pre- sumir, que junto con esta destemplanza de ayre, podria aver alguna manera de contagiosa o venenosa semilla, disparzida por el mismo ayre, la qual por tener mas analogía y affinidad con el perro, que con otros animales, y entre los perros mas con vnos que con otros, por esso diesse este mal mas a vnos que a otros, assi como se apega vna pestilencia mas ayna a aquellos que son de una propia comple- sion, que a los que son de diff érente, todo lo qual supuesto resta sa- tisfazer al problema. Digo pues que para averse de engendrar vn grande y notable eífec- to en la naturaleza, es necessario que a la production del tal ett'ecto concurran grandes y eminentes causas, quanto la grandeza del tal eft'ecto requiere, según esto aunque de sentencia de los authores te- nemos dicho, que la destemplanza del ayre, la sed, la hambre, fati- ga, y cansancio, y las muy calientes comidas engendran ravia en los animales, no por esto entendamos que qualquiera destemplanza de ayre, o qualquiera causa de las que se han dicho, es bastante para en- gendrar vn efí'ecto tan terrible mortal y ravioso, como este de quien vamos hal^lando, es pues necessario concurran juntamente todas las causas y condiciones, que para el dicho mal se requieren, lo prime- ro que el animal sea de suyo calidissimo y colericissimo, que sea Jnüi.is. -27. 202 assimesmo flaco y bermejo, fatigado de sed y de liainl)re, yr|ue jun- to con esto reyne en el íiyre vn estuoso y ai-diente fuego (|iie abrase el humor colérico, y si a todo esto se allegase, comer el tal animal alguna ponzoñosa comida, o por ventura guisada coii calidissimas 3pecias,y i)ara remate de todo, que después de averia comido quisiesse bever, y no bailase agua para refrescar aquel fuego, en tal caso no pongo duda, sino que incurriría en este mal de ravia, pero si estas causas o las mas dcllas faltassen , o no fuessen en aquella fuerza y vigor, c|ue la gravedad de vn tal efí'ecto como este pide, impossiblemente puede raviar animal ninguno, en qualquiera región que se imagine. Y assi respondo formalmente a la duda del problema y digo, que el no raviar jamas animal niuguuo en las indias procede de no po- der juntamente concurrir en esta tierra aquellas causas y condi- ciones, que la production deste mal requiere. Primeramente falta a(|uel bravo fuego, que en tiempo de caniculares suele reynar en otras regiones, y este digo que falta por tres causas es a saber por las lluvias que son en indias por tiempo de verano, también por la ygualdad de los dias y noches, que tanto se enfria el ayre de noche con la ausencia del sol, quanto con su presencia se calienta de dia, y vltimamente por la intrínseca o interior humidad, que dentro de si tiene la tierra, la qual embota la actividad del calor, ansi que ya tenemos que falta lo mejor, que es el grandissimo calor del ayre, que abrase el humor colérico, también falta el riguroso frió, porque en las Indias, por estar situadas dentro de la torridazona, podemos dezir que siempre es vn perpetuo verano, pues como falta lo princi- ])al, que es la destemplanza excessiva del ayre, no es nuTcho falte el etVecto. Falta assimesmo la disposición en los animales, pues por la demasiada humidad de la tierra, no tienen en si aquella estraña se- quedad, y ardiente calor, que suelen tener en otras tierras. Otro- sí que en las Indias jamas por la abundancia de la tierra se vio ani-. mal que raviasse de sed, ni de hambre, y quando queramos confessar C[ue los perros en esta tierra comen carnes podridas, o comidas gui- sadas con pimienta o chile, (levemos entender que esto solo no es ' causa bastante, porcpie semejantes comidas son el natural manteni- miento de los perros, a lo menos el comer carne |)odrida y hidionda, y assi no por esso es de fuerza (pie con ellas ravicn. antes digo, (¡ue si esto solo fuera ])artepara raviar el perro, o el animal, |)or momen- 203 tos raviamn no solo en las Indias, pero en todo el mundo, y e'nrjnal - qnier tiempo del año, y pues esto no succede, señal es que se requieren todas aquellas causas y condiciones (sin faltar ninguna) que arriba deziamos, y en grandi-simo vigor y fuerza, las quales faltan (según que se ha declarado) en las indias, por esso falta el effecto, que eses- te venenoso mal de ravia, el qual por niaravilla tal se ha visto en estas occidentales provincias, y si alguno se ha visto, al)ra sido de algún veneno o yerva ponzoñosa, que aya comido o herido con ella el tal animal, porque en tal caso la fortaleza del veneno suple la falta de las demás causas, pero también esto succede pocas vezes, porque no ay bastante disposición de parte del animal. CAPITULO XlIIl. Por qiir caiixa /o.s aul tnalcH que de xmjo ^oii ponzoñosos ;/ rnoiiife- ro.s' 1(0 lo son tanto en esta tierra, eoníO en otras provln- eias del mundo. Muy ])uesto era en razón y conforme a ella, que si en la Euro})a (con ser tierrafría) son por extremo perniciosos los animales pon- zoñosos, como son las bivoras, los áspides, las dipsadas, culebras y sapos, y otros infinitos que ay destos, si como digo alia son mortí- feros y por extremo venenosos, lo fueran sin comparación mucho mas en toda esta tierra de las indias, por la razón que agora diré, con el frió pierden los animales la fuerza del veneno, y con el calor la cobran, y est(j es de tal suerte verdadero, que dice el propio Gal. lib. de Theriaca ad i)isonem, que por tiempo de hivieruo se puede con mucha seguridad tomar con las manos la bivora, sin que haga daño su ponzoña, y al contrario en verano es peligrosissima su he- rida o mordedura, porque con el calor despierta y rebive el venenoso fuego de la ponzoña, pues si esto es ansi, y sabemos assimesmo que las Indias por estar situadas a par de la linea son de suyo muy ca- lientes, siendo frigidissima la Europa, que es la causa porque en es- 204 ta tierra no son mucho mas dañosos perniciosos y mortíferos los ani- males ponzoñosos, que no los mismos criados en la Europa? sino antes están al revés, que las culebras, bivoras, sapos, y lagartos, que tantas muertes suelen causar en otras provincias (aunque sean frias) acá no solamente no matan con su veneno, pero aun sirven de mantenimiento a los Indios, y sino traslado al Indio Chichimeca, cpie hasta oy perdono a bivora, salamanquesa, lagarto ni a otra savandija, que todas no le sirvan de sustento, y las coma mejor y con mas se- guridad que nosotros el mantenimiento ordinario, cosa bien contra- ria de lo que cuenta Gal. de aquel leproso, que de solamente bever el vino, donde se avia caydo vna bivora padeció mortales acciden- ' tes, al fin y remate de los quales casi por milagro vino a escapar con la vida, y sanar de la lepra, por quanto el vn veneno venció al otro. Pues si de los animales ponzoñosos queremos discurrir a los que no lo son, como el León, el Lobo, el Osso, el Toro, y los demás fie- ros y espantosos animales, que fuerza ni fortaleza tiene en las In- dias ningún animal destos? que todo su vigor fiereza y animo no sea sombra en comparación de aquella furia, y ro])ustas fuerzas, délos que se crian en la Asia, África y Europa? que León criado en las Indias puede competir en fuerzas, y furor con vno de los que se crian en nuestra España? y la misma comparación se puede hazer entre los Toros, entre los perros y entre todos los animales que lla- man carnívoros, quiero dezir, que en tanto grado son floxos, débiles, y afeminados todos estos animales en las Indias, quanto son de bravos y fuertes en otras provincias del mundo, ])ues como todos estos animales cobren furia y animo con el calor, y las Indias sean mas calientes que la Europa, preguntase y con justa razón, porque el veneno en los animales ponzoñosos sea floxo y remisso en las In- dias, y en las fieras o animales carniceros falte la fuei"za y fiereza, aviendo todo esto de acrecentarse con el calor cuya })ro})iedad es abibar despertar, y poner fuerza a toda causa o ájente natural. Antes que diga mi parecer acerca de todo esto quiero dezir una cosa que muchas veces he echado de ver en las indias no poco es- traña y digna de notar, que es al mismo proposito de lo que voy di- ziendo, y es que si i)or una parte avemos dicho (|ue todos los anima- les, assi fieras como savandijas ({ue tienen sangre, son fioxos débiles 205 y remissos en todos sus effectos obras y ponzoñas, por criarse en esta tierra, siiceede por otra parte, ser bien al contrario en los animale- jos C|iie carecen de sangre, como es el moxcpiito, el alacrán, la chin- che, las hormigas, arañas, y otras savandijas deste jaez, todas las quales no solamente no pierden el veneno por criarse en las In- dias (siendo ellas de suyo venenosas) pero antes le tienen mucho mas fuerte y pernicioso, que las mismas que se crian en otras pro- vincias del mundo, y si no vamos discurriendo y mirándolo por ca- da vno en particular. Bien sabemos que en toda la Europa, apenas ay moxquito por muchos que alia se crian, que de pesadumbre al hombre, y en esta tierra están al revés, que todos a vna mano son malditos y ponzoñosos, y si la moxca de suyo criara veneno, tam- bién le tuviera muy mas fuerte, criándose en esta tierra, pues de las hormigas desta tierra nos consta, que por ser tan ponzoñosas a lo menos muchas dellas, hazian los Indios aquel cruel y mortífero ve- neno, con que vntavan las flechas para matar a los Christianos, y assi cuentan de vnas hormigas que ay en esso de tierra firme, cjue su picadura trae doblados accidentes que si fuera de alacrán : tam- bién vemos por experiencia que el alacrán que se cria en las Indias, mayormente si es en tierra caliente, es sin reparo su picadura, como sea criatura a cpiien pica, y aun a las vezes succede, que también nuiera sin reparo la gente adulta, pero los accidentes, ansias, y do- lores que causa son de muerte, lo mesmo digo del ciento pies, y del araña que criándose en esta tierra son por extremo ponzoñosos y malos, y buelvo a dezir que si las moxcas, las pulgas piojos y chin- ches de su propia naturaleza tuvieran ponzoña, fuera niuclio mas perniciosa por i-riarse en las Indias, y assi vemos, que aquel genero de ladilla o arador que se cria en tierra firme, llamada en aquella tierra nigua, que llanamente deve ser genero de chinclie o liendre, es tan pestilencial y venenosa, que de solo sus picaduras, ha ávido gente que a perdido con ellas los pies : pues las chinches que llaman de compostela en esse Reyno de la nueva Galizia, mas enconosas y malas son, que las arañas, assi me acuerdo, que hablando una per- sona fidedigna destas chinches dixo, que el propio avia conocido a vn esti-angero, que devia ser bien amigo de vino, el qual yendo a b(!ver un copón do vino, hallo dentro del vna chinche destas ((pie son del tamaño casi de vna mariposa) y dixo con mucho eno- 206 jo, yo juro ti tal que pues os atrevistes a entrar dentro, que aveys de encoger las alas, y diziendo esto se la bevio con el vino, pero liizole tan mal provecho, que dentro de veynte oras murió raviando con ella, ansi que no ay sabandija ninguna destas, que carecen de san- gre, que no sea mucho mas ponzoñosa en esta tierra que en España, succediendo bien al contrario en todos los animales y fieras assi pon- zoñosas, como las que no lo son, (como tengan sangre,) las quales (según se ha dicho) son en todo bien remissas y Ínfimas a las de la Europa. Pídese pues con mucho mayor razón agora, que sea la causí de toda esta desigualdad y difi'erencía? la qual pienso dar y speeifi- car por tres muy breves conclusiones, y sea esta la primera. Esto es generalmente hablando cierto y verdadero en todas las provincias y partes del mundo, que mientras mas caliente el tiempo, o mayor calor en la región, tanto mas fuerte y dañosa es la ponzoña del animal (|uc de suyo la, tuviere, esto bien se muestra ser verdad, por lo que vemos en las bivoras, áspides, alacranes, y dipsadas, &c. cuyas picaduríis son sin comparación mucho mas dañosas en tierra ca- liente que en fria, y mas en tiempo de estio que en hivierno ni otoño, y es la causa lo que arriba deziamos, que con el calor se encienden y abrasan los humores, de que el veneno o ponzoña se en- gendra, y assi no nos adniiniremos mas, quando oyéremos dezir que los alacranes bivoras y ciento pies de viias tierras de las indias, son mas peligrosos y ponzoñosos, que de otras, y es porcpie sabremos ya la razón de que mientras mayor calor, mas fuerte y dañosa la ponzoña. La segunda proposición sea, que todas estas savandijas, que por carecer de sangre son de temperamento frigidissimo y sequissimo, como es el moxquito el alacrán la hormiga, y el araña &c. todas es- tas son mucho mas ponzoñosas y daños.as criándose en las Indias, que en otra [>i'ovincia de la Europa, y es la razón, porque con el ca- lor y humidad de la tierra indiana se corrige el excesso que las ta- les savandijas tienen de frialdad y sequedad por carecer desangre, pues como todo animal haga mucho mejor su o})oracion mientras mas co- rregido el excess) y demasiti de su temperanionto, y [)ar otra, parte el veneno sea mucho mas agudo y fuei'te, mi.cntras mayor el calor con que obra, es de fuerza (pie por todas estas causas las dichas sa- 207 vandijas que carecen de sangre, sean mas ponzoñosas y perniciosas criándose en las Indias, que en otra provincia del mundo supuesto que la falta en su temperamento se suple admirablemente con el ex- cesso contrario de la Indiana región. La tercera proposición es, que todos los animales que por tener sangre son corpulentos y carnosos, son en las Indias laxos floxos y remissos en su obrar, y es la razón, porque todos estos obran con calor y sequedad, pues como la demasiada humidad de la región afloxe y relaxe en demasía su natural sequedad consistencia y firmeza, y por otra parte el mismo calor del ayre debilite el calor natural abriendo los poros del cuerpo, y llamándolo afuera, es de fuerza que sean Ín- fimos y remissos en sus obras, por obrar (como digo) con superfina humidad, y falta de calor natural, que de fuerza y vigor a las tales obras, la qual falta no tendrán estos mismos animales criándose en la Europa, porque como es la tierra de suyo euxuta, no ay humi- dad, que afloxe y relaxe, y assimesmo con la frialdad de la región se aprietan les carnes, y se conserva mucho mejor el calor natural, y assi obran con gran fiereza y firmeza los que son carniceros y bravos, y los ponzoñosos con mas fuerte ponzoña, y es por el mayor y mas fuerte calor que en si tiene la sangre, de que la tal ponzoña se haze. Vlti mámente digo, que todos aquellos animales, que siendo de suyo sanguinos y carnosos tienen sobra de sequedad, quiero dezir (|ue son de temperamento sequissimo, estos tales no son Ínfimos en sus obras por ci-iarse en las Indias, y es la causa, de que el excesso y demasía de su sequedad se corrige y tiempla con la humidad des- ta tierní, y assi (juedan m-is aptos y dispuestos para sus actos y obras, l)or esta razón, no podremos dezir que los ciervos, gamos, y venados desta tierra sean de menos ligereza, y los tigres de menos fuerza, ni los gatos menos diestros en hazer su officio, ni los conejos, y liebres en el suyo, su})uesto (como he dicho) que se corrija el excesso de su se(|uedad. Y esto me parece dar por solución y respuesta de este no poco arduo y difficil problema. 208 CAPITULO M.TIMO. En que fíe declara muy por entero s¡ puede aver lieehh.oíí en las i/ervas, y ejite seau lieeJiízoK. Por i'eniate y vltiiiio fin deste libro y tratado de los Indianos problemas, me pareció dec]ar¿ir, y dar a entender al vulgo, que sea esto que comunmente llaman todos hechizos, }' enhechizar, o dar bocado, porque acerca desto, oygo dezir cada dia dos mil quentos, y otras tantas historias patrañas, y vanidades acerca deque eidiechiza- ron a vno, y del otro que echo vna bolsa de gusanos con vn bevedi- zo, o patle que le dieron, y nocessa aqui el negocio, sino que también os querrán hazer en creyente, que ay yervas, polvos, y rayzes que tienen tal propiedad, que con ellas puedan hazer que dos personas se quieran bien, o que se aborrezcan, y otras que son bastantes a mudar la condición, o a hazer a vn hombre dichoso, o mal afortuna- do, y no solo se persuade a creer esto el ignorante vulgo, pero tam bien creen, é imaginan (mayormente gente barbara y torpe) que se toman yervas, y bevedizos para adivinar lo porvenir, (negocio solo reservado a Dios) pues si por ventura vn hombre mirada y consi- derada la razón, se rie de todo esto, traeros han tantas historias, y acaecimientos del otro que vio, }'■ el otro que oyó, y esto con tantas apparencias muestras y testimonios de verdad, que buelven a vn hombre confuso. Visto pues lo mucho (pie acerca de todis estas di- ñicultades avia que dudar, me pareció en este capitulo declarar, y s i- car en limpio lo muclio que acerca de todo estoay que dudar, y assi mesmo dar a entender, lo que las yervas pueden hazer, y obrar en nuestros cuerpos natund mente, sin intervenir pacto con el demonio, o por ventura negocio de milagro, y permission de Dios, y esto que diré, no sera invención, ni ymaginacion mia, sino s icado de lo mejor mas verdadero y acendrado, que ay en toda la doctrina de Hipó- crates, y (ialeno, ayudándome también de las reglas y })receptos de la philoso])hia de Aristóteles, ((lue son los maestros a quien yo sigo en la declaración (Icstas dudas tocantes a philosophia y medicina) 209 y si por ventuca no me muestro (como otros hizen) grande acota- dor de lugares y authoridades es, porque el vulgo precia mas vna razón que hincha su entendimiento, que quanto se le puede alegir ni acotar. Primeramente quiero que sepamos, que en las yervas, piedras, y animales ay effectos propiedades y virtudes, las cuales re.ilmente no se pueden negar, porque vltra de que gravissimos aiithores nos las enseñan, la propia experiencia nos lo muestra tan claro, que en nin- guna manera lo podemos negar, y assi hablando Gale. muy en par- ticulai" de todas estas obras, y eííectos de las yervas y medicinas, en el 4. y 5. de simplicium medicamentorum facultatibus, los nombro el por primeras, segundas, y terceras operaciones: por primeros actos o effectos de las yervas y medicamentos, c )nto el los mas comunes y ordinarios de todos, que son calentar, enfriar, desecar, y humede- cer, que estos por quanto las yei-vas y medicinas son compuestas de quatro elementos las alcanzan y participiu. Los segundos effec- tos que las yervas produzen,son los que immediatamente se siguen de los primeros, es a saber, purgarnos del mal humor, llamar la orina, provocar a sudor, acelerar el mestruo, soldar las heridas, y otros se- mejantes. Los terceros effecLos, y que tampoco se pueden negar, son aquellos que se siguen de los primeros y segundos, como es dar buen color al rostro, fortalecer los sentidos, acrecentar la leche, des- pertar la virtud generativa, dar gana de co ner, causar buena boz, y otros muchos eff'ectos como estos, y buelvo a dezir, que estos effec- tos dependen y se siguen vnos de otros, por lo que veremos por este exemplo, vna yerva o medicina es calidissima, y de partes sutiles, mediante este c dor y sutilez i de partes calienta, penetra y abre los poros, y assi mesmo adelgaza y derrite el humor, de abrirse los poros, y adelgazarse el humor, se sigue luego el segundo effecto, que es eva- cuación por sudor, por orina, y regla, porque estas tales evacuacio- nes se executan, por la virtud expulsiva natural, quando halla el hu- mor delgado, y las venas poros y caminos del cuerpo abiertos, hechas estas evacuaciones o effectos segundos, se siguen los terceros, que son tener gana de comer, buen color, fuerza en los sentidos y virtudes del cuerpo, augmento en toda sustancia, &c. Ansi (|ue [)or via ninguna podemos negar estas tres suertes o mo dos de operaciones que las dichas yervas y medicinas, y esto fue lo Indias. -28. 210 quedixo el Ecclesiastico en aquellas palabras que suenan. Medicinara de térra creavit altissimus, que es como dezir que puso Dios virtud en las 3'ervas y cosas de la tierra para conservarse el hombre y librar- se de las enfermedades. Sin estas virtudes y effectos que claramente vemos en las jXTvas, ay otra virtud o propiedad en ellas, que llaman occulta y abscondida, por quanto no la conocemos por algún sentido propio, sino solo vemos sus effectos, como si dixessemos la piedra yman quando trae el hierro, aquello se haze por virtud que llaman occulta, purgar assi mesmo el Agárico la nema, también se haze por esta virtud occulta, aunque semejantes effectos se reduzen a semejan- za o contrariedad, pero final mente todo quanto las plantas yervasy me- dicinas naturalmente pueden obrar, se reduze y concluye debaxo des- tas quatro dif ferencias, o m )do3 de operaciones : según lo qual pode- mos sacar la conclusión en limpio, que todo lo que se dize de lasyervas como no sea obrar por vnos délos modos declarados, todo es mentira, patraña é imaginación, y assi dezir que la yerva qufí yo traygo co- migo o aplico a mi propio o al otro, puede ser pirte a que yo quiera bien, o sea querido, a que tenga buena o mala fortuna, sepi y adi- vine lo por venir, todo esto es notablemente disparate y mentira, pero grandissimo error. Pero podríanme dezir que respondeys a mil cosas que se cuentan de la Mandragora, del veleño, del solatro, o yerva mora, con las quales hazen según común opinión, las bruxas sus vn- guentos, y se vntan con ellos, y según ellas propias affirman median- te ellos veen y saben mil cosas, y aun dexando los cuerpos se van y corren por todo el mundo y buelven, vltra desto se cuentan mil co- sas de hechizos que vemos a personas que caen malos, y en el discur- so de su mal echan vna bolsa de gusanos, vna lagartija, o vn can- grejo, como el que yo vide echar a un hidrópico que cura va en Gua- dalaxara ciudad de la nueva Galizia, puédese negar sino que se dan yervas o bocados compuestos con ellas que tienen virtud de hazer semejantes effectos. Con todo esso avemos absolutamente de negar que las yervas ni medicamentos pueden hazer obra alguna que exce- da y passe el limite de obrar naturalmente, que se entiende según aquellos actos o operaciones que primero deziamos, y digo que si por ventura vemos, o oyessemos algún effecto tras ordinario, y maravi- lloso en ellos, y que este tal excediesse los limites de naturaleza, ha se de atribuyr a vna de tres, o bien a la voluntad de Dios, que haze 211 el tal effecto, y no la .medicina, como lo podemos ver en aquella so- berana cura que Christo nuestro redemptor hnor en aquel ciego, al qual solo con ponerle vn poco de lodo sobre los ojos le restituyo la vista : claro esta que aquello no lo hizo el barro, pues su virtud an- tes es cegar y dar vista, sino s3lo la divina voluntad de aquel summo medico fue la que obro. Otras cosas ay que son por arte del demonio, el qual por dissimular su maldad y engaño, aconseja vsen de tal yer- va, para que por ella se consiga el effecto que se pretende: pero real- mente solo alli sirve la yerva de vn modo de disfraz y engaño, como después mejor veremos. También muchas cosas destas o las mas dellas son invenciones del vulgo que haze, como dizen, de vna pulga vn cavallero, que no han menester mas de ver vn no se que, y sin mas mirar ni enterarse de cierto en lo que era, y como era, hazen luego sobre lo que se les puso en la imaginación, torres de viento. Pero con todo esso me parece que nuestra duda se queda tan en pie como de antes, pues no avenios dado razón para esto de los he- chizos, ni que sea esto, y vemos de cj[ue vna persona en el discurso de su mal, echa vna bolsa de gusanos de achaque de no se que comió, o bevio en casa de quien por ventura no le c{ueria bien. Lo que a esto se me offrece responder es, afñrmarme de nuevo en que yerva ni medicamento alguno ay en la naturaleza, que el de suyo tenga vir- tud de engendrar essas savandijas o essas bolsas llenas de gusanos que el vulgo ymagina, ni menos ay bocados que se dan para que vna persona se muera por otni . Del bocado que pido a Dios me guarde es, que no me den alguno que por mudarme la condición, me quiten la vida, como le succedio a vna señora, que porque era brava de con- dición, le dio vna moza suya vnos polvos con que la despacho muy en breve. Pero porque he professado dar mas clara, y entera satisf ación en todo, quiero agora declarar como, o por que via puede vn hombre echar de sus tripas, o estomago, alguna destas cosas, que el vulgo llama hechizos, porque realmente yo por mis ojos vi al otro echar vn cangrejo, y palpablemente vemos que muchas personas han echa- do no solamente bolsas de gusanos, pero cosas mas peregrinas, y es- pantosas, como las echo cierta esclava negra, que de Compostela se metruxo a Guadalaxara en mi tiempo a curar, la qual en dias diffe- rentes yva echando vnas cosas a manera de cintas, y otras como agu- 212 jas, y otras í^omo pedazos de paño, y deziaii (pie todo esto era real- mente, hechizi s que echa va por la boca. Pues si avenios dicho que no ay yerva ni bocado que esto haga? porque todo esto excede de los limites de lo que vna yerva o medicina puede, sepamos por que via y orden natural puede esto engendrarse en nuestro cuerpo? a es- to respondo, (pie no es cosa nueva en la naturaleza, sino muy ordi- naria y puesta en razón, engendrarse savandijasy animalejos de vna materia podrida, y corrompida, ayudando el c ilor del sol a vivifi- carla, quantas vezes pregunto yo succe ie acabar de hazer vn navio, o vna casa, y dentro de nonada esta hirviendo de gusanos, y quantas vezes succede que apenas ha comenzado a llover en vna tierra calien- te, quando esta toda elli hirviendo de sapos, diremos por ventura que yervas tienen alli virtud para engendrarlos, claro esta que alli no ay bocados ni hechizos deque se engendren, sino dize luego el hombre de entendimiento y razón, que de aquellas partes mas po- dridas, y corrompidas de la vascosidad de la tierra, ayudando el ca- lor de la región, o de el sol, avnirlasy encorporaslascon la humidad del agua las vivifica, y da forma, no de animales perfectos, sino de imperfectissimos, como lo es el gasino, la lombriz, y el sapo, 3^ otros deste jaez. Quien assi mesmo viere vna fruta o vna carne buena, y sin mal olor, oy y mañana la viere hidionda, y convertiija en que- resas, moxcas, y gusanos, de que se admirara que cualquier manjar podrido y corrompido se convierta en muy hidiondas y pestilenciales savandijas. Vamos pues a nuestro proposito, vn hombre enfermo, y no digo enfermo, sino vn muy sano que es, sino todo el vn saco o bolsa de gusanos, que savandija se puede en el mundo engendrar que mu- cho mejor y con mas aparejo no se engendre en el hombre. Si Avi- cena dize que de los malos vapores Cjue suben a la media región del ayre se pueden engendrar en ella animales, quanto mayor disposi- ción tiene para todo esso nuestro cuerpo, por que si buscamos materia de c^ue se formen, que mejor que trezientas immundicias que cada dia comemos, his quales si dentro de una olla las echassemos al cabo de tres dias se hallarian hechas gusanos, y savandijas, pues calor que vivifique, que mejor queel calor febril, ó estraño que trae consigosiem- preel hombre que anda malo, pues lugar aparejado, que mejor que nuestras tripas, y estomago : ansi cpie si bien lo consideramos mas occasion ay de admirarnos de lo que no engendramos en nosotros 213 misinos, que délo que eeliainos, y engendramos, como se engendran gusanos en los oydos, loiiibrizesy culebras e:i las-lripis, y animalejos bivos en las venas, como confiessa el propio Gal. averíos visto, que mucho es se engendre gusanos, sapos, y savandijas, pues la misma organización tiene un sapo, y el mismo aparejo y disposición requie- re que una culebra respondamos pues agora al caso en forma, cierta persona estando buena comenzó a e-tar mala y a secai'se y consumirse desde cierta bevida o comida que comió en una casa sospechosa, y en el discurso de su mal con algún bevedizo, langa de si vna bolsa de gusanos, que por ventura muchissimas vezes no lo es, sino algunas flemas cuajadas y recozidas, o algún humor negro, o comida asenta- da, pero supongamos que no es sino bolsa de gusanos, lo que a esso respondo es, que pudo essa comida ha/.er!e mal, como le hiziera en su casa si la comiera a ora tras ordinaria, como es tras ordinario el merendar, y usar bevidas a los hombres fuera de su casa, y ponga- mos que no fue tras ordinario, pudo comer mucho, o cogerle sobre flaca y desaynada la virtud, o por ventura no fue sino que el cuerpo no estava bueno, finalmente a esse tal se le pudo assentar en el es- tomago, o si no esso, otra cosa que antes o después coniiesse, o si no cae malo y enferma de mil ocoros del cuerpo, comienzan a escalentar, perturbar, y desordenar los spiritus animales del cuerpo, sacando a vn hombre de su juyzio, como lo haze el vino, el piciete, y jwr concluyr tod i yerva, y aun bevida, y mantenimiento fuerte y vaporoso, y este es el primer effecto natu- ral que la yerva o rayz haze de su propia virtud. El 2 effecto que la dicha yerva haze, es causar vn molesto, y penoso sueño en el hombre que le toma, y esto se causa de aquellos mismos espessos y vaporosos humos de la misma yerva, los quales aunque primero fuessen sutiles, engrossaronse con la frialdad y humidad del cele- bro, y assi vinieron a causar sueño, no suave fácil y gustoso, como el que procede y se causa de los suaves y húmidos vapores del man- tenimiento, sino vn sueño horrible y espantoso, como al fia causa- do de humos fuertes y i>enosos. P]l tercero effecto de las sobredichas yervas, o de sus penosos humos, es perturbar y desordenar las spe- cies que están en los sentidos interiores del celebro, y perturl>ando- las se representan a la imaginativa, no species y formas de cosas que alegren, y recreen la dicha potencia imaginativa, sino antes co- sas espantables y horribles y assi se representan species o figuras de mostros, de Toros, Tigres, Leones, y phantasmas, en fin cosas ho- rribles y penosas, y no es possible menos porque si li unios negros, fuertes, y pesados son los que causan el tal sueño, y los que mueven las species en la phantasia, de entender es que no representaran a la imaginativa species de cosas lindas, hermosas, vistosas, y agradables, sino antes de fieras y horribles cosas, (jual deve ser la figura del de- monio representada por vna figura de vn horrible mostró: ansi que 217 todos estos effectos de sacar de juyzio al que le toma, cansar horri- ble sueño, y representar species de cosas horribles a la imaginativa, puede hazer de su propia virtud qualquiera yerva de las que arriba deziamos, y en effecto ay razón y causa para poderlo hazer, lo que la yerva o rayz no puede hazer sin aver pacto y comunicación con el demonio, es lo que agora diré, primeramente venir el demonio al llamado del malvado hombre que le busca, esto no lo puede hazer la yerva, y es falsissimo dezir que la yerva de su virtud haga venir al demonio : lo segundo, dezir que por virtud de la yerva sabemos co- sas por venir, o secretos que han succedido, es yerro notable que el demonio lo diga y declare, esso yo lo entiendo, como en effecto lo dezia y declarava antiguamente por boca de los oráculos de aque- llos fingidos dioses de los antiguos, pero que la yerva de su virtud haga ni pueda hazer cosa alguna destas, tengolo por falsedad y mentira: lo que yo imagino acerca desto es, que el demonio quando trae ciego y engañado a algún desventurado, le deve de aconsejar que vse de alguna destas yervas, no para que con la virtud dellas le fuerze venir a su llamado, sino para que con ella se em- briague, y salga de juyzio, y saliendo pueda perder el miedo a vna cosa tan horrible, y fea como deve ser el demonio, y estando assi fuera de juizio o medio atónito, viene el demonio a comunicarle, y engañarle, diziendole o respondiéndole a lo que le pide, y esta es la causa por que los indios sacerdotes desta tierra, para aver de con- sultar al demonio, vsa van primero tomar el humo del piciete mas fuer- te que hallar podian, y assi se lo mandava el demonio, y era para que mas presto se enrbriagasen , y perdiessen el miedo con la em- briaguez: también quando lemos o oimos decir que las Sibilias, y los sacerdotes de Apolo, Júpiter y Diana, se bolbian furiosos quando querían dar las respuestas a sus dioses, deve ser que se bolbian furio- sos con alguna fuertissima Yerba de estas que el demonio les manda tomar, y vueltos furiosos con ella perdian el miedo, y venia el de- monio y desia la respuesta; y que todo lo que digo sea verdad, no queramos mas muestra y sertidumbre de ello, que el ver por espc- riencia que el Hombre que usa de las sobredichas yervas a buen fin, quiero desir, á fin de sanar de alguna enfermedad, porque también son estas yerbas mui medicinales, quando mucho lesuccede es lo que arriba decíamos, aser de su propia virtud la yerva, es a saber medio Judias. -29. 218 embriagarse con ella, y causarle la dicha yerba sueño, y quando mucho representarle entre sueños cosas molestas, y penosas: pero no que vean realmente al demonio, y sepan cosas por venir, al con- trario succede en el que con mal fin usa de las dichas yervas como lo usan algunos indios é indias c[ue llaman chichizeras, porque co- mo esas tales toman a fin de ver al demonio, y saber cosas que no sabian, á estos tales permite Dios que se les represente el demonio, }' les declare lo que les estaría mejor no saber: pero co- mo digo esto no es ya por virtud de la yerva, pues excede sus limi- tes. Y con esto me párese dar fin a este enfadoso capitulo, y aun a toda la primera parte délos indianos Problemas, a honrra y gloria de Dios Nuestro Señor y de su benditissima Madre Señora Nuestra. La segunda parte de esta obra saldrá mui pronto a luz con el favor divino. Amen. LAUS DEO. índice Págs. Advertencia iii Isagoge V Summa de lo que en el discurso deste libro se trata 1 Licencias y censuras 2 Carta nvncvpatoria 4 Prólogo al lector 5 PRIMERA PARTE. CAPITULO I. — En que se da principio á esta Historia Natural 9 CAPITULO JI. — En que se da la causa por que todo lo mas desta tierra de las indias sea de temple caliente, y húmido... 18 CAPITULO III. — Porque causa el abismo, y centro desta tierra tie- ne en si tantas cavernas, declaranse también otras cu- riosas dul )das 1 7 CAPÍTULO lili. — De que procede en las indias hallarse en pequeño espacio vna parte de tierra fria, y otra de muy caliente 20 CAPÍTULO V. — Por que causa la media regioii del ayre esta en las indias tan cercana a la tierra 23 CAPÍTULO \'l. — Por que causa si en las indias estamos a la sondara sentimos gran frió, y si al sol nos alirasamos de calor, dase también la causa de aver en los tiempos tantas, y tan súbitas mudanzas 25 CAPÍTUi>() Vil. — Por que causa todas las costas y puertos del n)ar en las indias son por extremo calientes. 2S CAPÍTULO VIH. — (^ual sea la causa de ser todas las tierras calien- tes (le indias fértiles, y viciosas por el Invierno ;>() CAPÍTULO IX. — (^)ual sea la causa, ponjue en las indias tienen los :irl)oles las rayzes sobre la tierra • •, o4 CAIMTULO X. — Por que causa los arboles que son naturales desta tierra jamas pierden l;i hoja conio los de l^spaña íL 220 CAPITULO XI. — Por tpie causa en lodos los tiempos del año se co- ge en las Indias tri<>;o, niayz, y todo u-enero de fruta y semilla. 40 CAPITULO XII. — l^or ^ue i'ausa son liaWitaMes las indias, estando dentro de la torridazona 45 CAPITULO XIII. — Por que cnusa son las lluvias en indias en tiem- po de verano y no en Invierno 4S CAPITULO XIIII. — Por que cansa en algunas provincias de las in- dias caen grandissima copia de rayos, y en otras por milagro se han visto caer 58 CAPITULO XV. — Por que causa (4 sereno de las Indias, es mucho mas enfermo que el de otras provincias. 57 CAPITULO XVI. — Por que succede en las Indias. teml4ar tan a me- nudo la tierra (U CAPITULO XVII. — De que procede aver en las Indias tantos hol- eanes ü5 CAPITULO XVIII. — De que procede aver en las Indias tanto nu- mero lie calidissimas fuentes G8 LiP.iJO SECVXDO PRÓLOGO del segundo libro. 75 CAPITULO I. — En que se declara la causa, porque criándose el Oro en las profundas minas, y occultas entrañas de las nuiy altas sierras de Indias, se viene a hallar después en los rios, y costas del mar 76 CAPITULO II. — Por que causa, o a que fin se hecha la sal, y el azogue en los montones de metal, para aver de sacar la plata 80 CAPITULO III. — Por que causa })ara aver de sacar plata por azogue, se jíierde tanto de azogue quanto se saca de plata 84 CAPITULO lili. — Por que causa dan vnos metales mas presto la ley que otros 89 CAPITULO V. — En el qual por breves razones se satisfaze a otras galanas, y curiosas dubdas que acerca del beneficio de los metales se oíírecen 91 CAPITULO VI. — Por que causa siendo frigidissimo el azogue se cu- ran con el enfermedades muy frias, tratase de la cali- dad del Azogue ^ 98 221 Págs. CAPITULO Vil. — Qual sea la causa que siendo frió el Cacao, haga en nosotros effectos de mucho calor, tratase copiosamen- te del Chocolate 97 CAPITULO VIII. — En el cual se acaba de declarar la naturaleza, propiedades, y effectos del Chocolate 108 CAPÍTULO IX. — En el cual se pregunta y declara si con el Chocola- te, Cacao, y otras bevidas se quebranta el ayuno 108 CAPÍTULO X. — Por que causa succede que el chile y la pimienta, mientras mas se tuestan menos calor dan 113 C'APÍTULO XI. — Por que causa las tunas restriñen el vientre, y pro- vocan tanto la orina IIG CAPÍTULO XII. — Por que causa el zumo de la Yuca, si se toma crudo mata, y cozido es de muy buen mantenimiento.. 119 CAPÍTULO XIII. — Por que causa la coca, y el Tabaco, trayéndose en la boca dan fuerza y mantenimiento al cuerpo 121 CAPÍTULO XIIII. — Por que causa se tiene y juzga al atole por sa- no mantenimiento para todas complexiones y enfer- medades 1 2(> CAPÍTULO XV. — Porque causa la miel de lasavejas, que se coge en las Indias, es toda en general agria 138 CAPÍTLTLO XVI. — Por que via y orden natural, se engendra la piedra Bezahar en las entrañas de la Cervicabra . 130 CAPÍTULO XVII. — Por que causa, para blanquear, y purificar el azúcar, se le echa encima de la forma una pella de barro 142 CAPÍTULO XVIII. — En que se declara en particular las propieda- des, y virtudes del Piciete, y como se debe vsar de su humo 145 LIBRO TERCERO De los problemas y admirables Secretos desta tierra. Prólogo 153 CAPÍTULO I. — En que se declara, si los hombres que nacen y se crian en las Indias son de vida mas corta y breve, que los de otras Provincias 154 C'APÍTULO II. — Qual sea la causa de ser todos los Españoles naci- cidos en Indias por la mayor parte de ingenio bivo, tracendido y delicado 159 CAPITULO III. — Qual sea la causa de encanecer tan presto los hom- /" 222 Págs. bres en esta tierra 1H4 CAPÍTULO IIII. — Por que causa por maravilla se hazen calvos los indios como los Españoles, ni les nace barba 16B CAPITULO V. — De que procede aver en las Lidias tantos enfer- mos, y tocados deste contagioso mal de las Bubas 170 CAPÍTULO VI. — Por que causa, por maravilla se veen hombres he- ticos en las Indias 177 CAPÍTULO VII. — Por que causa el Indio Chichimeco se sustenta sin be ver, dase también la causa, porque en viniendo a poder de Españoles enferma y se muere 179 CAPÍTULO VIH. — Por que causa biven los viejos en las Indias, muj' mas años que los mozos 1 83 CAPÍTULO IX. — Por que causa ay en las Indias tantos enfermos del estomago, de hidropesía, opilaciones, y cámaras... 1 30 19» a^ . o JUN 1 5 2005 SEP 30 ^ FEB 1 2ÜÜI M ^^ v-^-^T ' m 3 1 :;C02 i - • "■ ' 2003 SEP 3 0 2007