CA ¿E ERA acuda. 5 SII LIBRARY 8F CONGRESS.$ $ ( [SMITHSONTAN DEPOSIT.] ó X <= 0 ) Hb Y 3 IG y E ; NITED STATES OF AMERICA. $ ES seso pl 20 Bo 0 0 0 10 G 0 CG 7 U SS € S es) ld E AA Co CE A EE E É AGA A ACES GETS E EN ¿AC O "¿ME 7 4 EXC Es a Ed E E É cc _ | .. ES 5 cs E za ESE Lo ceso E E LoS E CO S ES Ed dd sz «E (ad aC G Hao caro cs LEL : CER ac e ES cda o Es REPERTORIO FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA. DIRECTOR FELIPE POEY. TOMO 1. Ye 5% Coi AÑ, A (AAA : | % ] 4 E! SU | o co y A a > ALS => | A” JUN 23 1935 LA 2fj pad 2d nal Zoqtegica HABANA. Imprenta del Gobierno y Capitanía genoral por M. M ABRIL 1865 — SETIEMBRE 1866. A 4 JIWIY, 7 Y1 RAZL as pola | INDIOE DE MATERIAS. Brologo::: idas dia A A TN Í La Historia Natural en Cuba, por Manuel J. Presas:. 3 El Corojo (Gastrococos armentalis Mor), por Sebas- tian Alfredo. de Morales. ..-....... LIDIA VE 97: Gordius aquaticus, Culebrita de la crin, por Felipe Poevyíl slo dejarlas A e 65 Informe sobre el Hormiguero, por Felipe Poey.... 66 Descripcion de tres moluscos terrestres de la Isla de Cuba, por DelibesBéeyol ¿ia IST ao ILLA DA Ba 69 Catálogo de los Moluscos terrestres y fluviales de la isla de Cuba, por Rafael Arango... 0o.....-.. 71, 123 Tol: Peces ciegos; por Felipe Poey: 020 0 ¿2 113 Aná'isis de un cuarzo jaspe de la mina Sta. Maria de Begoña, “por Joaquín: Barmet. 000 116 Diptera Americae septentrionalis indigena, descrip> sit H. Loew, Berolimi, 1861, in 8 A dica: SL 149 Cráneo de un indio caribe, por Felipe Poey...-... 150 ' Monografía de los Ampelideas de Cuba, por Sebas- $ manrAlitedo de Morales: e el 159, 204 Revista y Catálogo de las Aves cubanas, por Juan CUR E a oO al SAS Y. Peces nuevos de la isla de Cuba, por Felipe Poey 181, 409 Revista de los tipos Cuvierianos y Valenciennianos correspondientes á los Peces de la isla de Cuba, por Felipe Po O e 193, 265, 308, 369, 410 Descripcion de una nueva especie de Molusco terres- tre cubano, por Manuel): Presas: alada ia le ea 220 Chimaera monstrosa, por Felipe Poey.......... 242 Revista de “Notes on the Sphingidae of Cuba, by Augustus Radcliffe, Grrote, por Felipe Poey...... 243, 411 Moluscos terrestres y fluviales encontrados por Gun- dlach y Presas en una excursion al Pan y Palenque, por Manuel Jesbresas ias side a ala do a 264 Descripcion de una nueva especie de Mariposa diur- na Cubana del género Papilio, por Juan Gundlach....... Informe sobre los árboles que conviene plantar en las vias ferro-carrileras, por Emilio Auber........ Ad Remarks on the Sphingidae of Cuba, and Descrip- tion of a New Species of Ambulix from Brazil, by Aug. R. GrObe aio ao iaa e le la atea a A E Peso específico de algunas maderas de la isla de Cu- ba, por Francisco A. Sauvall6..oooooooromooco.o--- A syuonymical Catalogue of North American Sphin- gidae, with notes and descriptions, by Aug. R. Grote et Coleman T. Robinson, por Felipe Poey-..ooooom....- Destruccion de las Bibijaguas, por Felipe Poey.... Notes on the Bombycidae of Cuba, by A, R. Grote, Arbolado por Felipe Poeyacioaccsh da Notes upon some Odonata from the Isle of Pines, byos: E Scudderas. ta la Ea Apéndice. deca o A ol e qe El tomo va acompañado de cinco láminas.. 279 302 335- 339 363 365 384. 404 406: 408. PROLOGO. AA or Mucha falta ha hecho hasta ahora á la Isla de Cuba una publicacion especial, destinada á revelar al mundo científi- eo sus tesoros naturales. Privadas de este recurso, las per- sonas que se han dedicado al cultivo de la ciencia, se han visto obligadas á remitir sus escritos á periódicos extranje- ros, ó á conservarlos manuscritos sin esperanzas de lograr el fruto de sus desvelos. El Repertorio físico-natural que damos á la prensa , será para ellos una grata nueva y un aliciente en medio de sus trabajos!. Los artículos que sal- gan á luz, serán producciones originales de sus autores; sin perjuicio de reproducir algunos de los que interesen alta- mente á la Isla de Cuba, y se hallan esparcidos en compila- ciones de costosa adquisicion . 1 El Repertorio se presenta hoy como un núcleo alrede- dor del cual se agruparán los descubrimientos é ideas útiles; y no dudamos de que la constancia de los colaboradores, fa- vorecida por el público ilustrado , llegue á levantar un mo- numento digno de ser consultado por todos los sabios que se ocupen de los fenómenos físicos de Cuba y de sus riquezas naturales. RUPERTORIO FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA. LA HISTORIA NATURAL EX CUBA. POR MANUEL J. PRESAS. El Repertorio necesitaba una Introduccion, y hinguna era mas natural que un artículo dedicado á dar 4 conocer el desenvolvimiento, en otros términos , la historia de las cien- cias naturales en la Isla de Cuba. Esta es la causa de que este trabajo venga á ocupar las primeras páginas del perió- dico; á esto, y no á otro motivo, se debe que mi firma apa- rezca antes de las distinguidas de Poey y de Guundlach, de Morales y de Fernandez de Castro. La Historia Natural de Cuba entra en una nueva era con la publicacion de este periódico ; y justo es manifestar á sus lectores cómo nacieron, cómo se desarrollaron y cómo llegaron á su virilidad las Ciencias naturales entre nosotros; tributando al mismo tiempo á cada uno el honor que merece por haber llevado la Ciencia por sendas de rápido adelanto. La Zoología, la Botánica, la Mineralogía y la Geolo- gía nos ocuparán exclusivamente. La Agricultura , la Quí * mica y la Física entrarán incidentalmente , en cuanto nos proporcionen materiales para la mayor inteligencia de algu- É nos puntos que tratemos. Queda á plumas mejor cortadas que la nuestra la tarea de relatar el desarrollo de esas Cien- cias. Ahora nace nuestra Agricultura; poco hay pues que decir de la madre del comercio y de la industria. Nuestra Química ya ha alcanzado un grado notable de desenvolvi- miento; y merece un trabajo aparte, la ciencia en que se ostentan los,nombres de Aguilera, de Aenlle y de Reinoso, sobre cuyas huellas camina hoy tan ventajosamente el señor Vargas Machuca. Y nuestra Física, y nuestra Astronomía. tambien necesitan un trabajo especial, encomendado ya al Sr. Andrés Poey, nombre que por sí solo es una garantíz: de buen éxito. Que no es corta ni fácil la tarea que nos hemos impues- to, se desprende de la simple enunciacion de las ciencias que trataremos de historiar. Todas y cada una de ellas, re- quieren algunas páginas para solo narrar su evolucion, sin salir de lo que interesa 4 Cuba. Un siglo á siglo y medio de vida cuentan estas hijas predilectas del Progreso, y ya brin- dan ancho campo al historiador. No es únicamente en nues- tro suelo donde tenemos que seguirlas, tambien iremos tras ellas á la pensadora Alemania , la científica Francia, la Es- paña , que hace causa comun con estas dos naciones , la In- glaterra y los Estados-Unidos , tan adelantados en todo, y á otros muchos países ; porque allí han ido nuestros tesoros físicos y naturales , y en el gabinete de sus sabios se han es- tudiado, y de sus prensas ha brotado la palabra escrita en caracteres universales, que los revelaron, y sacaron el nom- bre de Cuba y el de sus hijos del olvido en que estuvieron. Dediquémonos con tan buenos ejemplos al estudio de las ciencias naturales; dediquémonos á la construccion de: unos cuantos eslabones de esa gran cadena que constituye la. verdadera Filosofía ; y llegaremos con la division del traba- jo, con la union, con la constancia á toda prueba, á la me- ta que han alcanzado otros pueblos con elementos semejan- tes á los nuestros. En el siglo próximo pasado nada se sabía de la Isla de 5 Cuba bajo el aspecto fisico-natural, como no fuesen las ob- servaciones consignadas por Gonzalo Fernandez de Oviedo que publicó en 1520 una obra realmente superior á su épo- ca, en la cual condensó todo lo que habia notado sobre la historia natural de las Antillas y Tierra-Firme del mar Océa- no , especialmente de la isla Española y Cuba; y por algu- nos historiadores como Fray Bartolomé de las Casas , Her- rera y otros, que al hablar de las Américas citaban inciden- talmente sus riquezas físicas y naturales. Ni Linneo ni La- marck citan una sola vez la Isla de Cuba; las obras en que aparecen muy conocidas y nombradas las Antillas francesas y Santo Domingo nada dicen de nuestra Isla. A fines del siglo XVIII se presenta á nuestra considera- cion D. Antonio Parra, que llegó á las playas cubanas co- misionado por el Gobierno y por el Jardin Botánico de Ma- drid, para recoger objetos y remitirlos al Real gabinete de Historia natural. Parra, lleno de entusiasmo y de perseveran- cia, se dedicó á cumplir su comision, y después de formar un museo , el primero que hubo en la Habana, escribió y publicó en 1787 una obra sobre los Peces y Crustáceos de la Isla, con numerosas láminas grabadas por su hijo. Esta obra pasó casi desapercibida hasta los tiempos modernos, en que Cuvier, en cuanto á los peces, y Milne-Edwards, por lo que toca á los Crustáceos, la han dado suficientemente á conocer, pues aunque Bloch supo de ella después de publi- cada su grande obra, muy poco partido ha sacado de este trabajo en su Sysiema sobre los peces que salió á luz después de su muerte. D. Baltasar Manuel Boldo , que formó parte como bo- tánico de la comision de exploracion del conde de Mompox, en una epístola sobre una planta del género Villanova, di- rigida á D. Tomás de Villanueva, profesor de Botánica en Valencia, publicada en la Habana en 1798 , promete una Plantarum Cubensium Historia; pero indudablemente de * esta obra solo se publicó la promesa de darla á luz, pues no ha sido posible conseguir noticias de ella. 6 De esa misma Comision del conde de Jaruco fué miem- bro D. Antonio Lopez, áquien cometieron el levantamien- to de un plano de la Isla, y de paso reunió hechos y obser- vaciones, redactando una obra sobre Cuba, que remitió á España en 1800, y cuyos borradores ya habian desaparecido doce años mas tarde; quedando únicamente algunos apuntes de Historia natural. El baron de Humboldt consiguió una copia de esta obra , y la cita ventajosamente en su Ensayo. En el Patriota americano , tom. 22 p.156, 284, se publicaron algunos artículos del citado Lopez. Mencionaremos tambien á D. J oaquin José Navarro, que en 1812 se ocupaba en Santiago de Cuba de nuestra ciencia; que así lo acreditan sus trabajos insertos en las Me- morias y Actas de la Real Sociedad Patriótica, conocida hoy con el nombre de Real Sociedad Económica de Amigos del país. Uno de sus escritos, quizás el mas notable , es la Me- moria sobre el cultivo de la Cochinilla en esta Isla, y el esta- blecimiento de nopalerías , publicada en 1831 , que fué asun- to de un favorable informe del Sr. la Ossa. D. José Antonio de la Ossa merece despues de estos se- ñores ser citado, y citado con honor, porque sus conoci- mientos en Botánica le hicieron acreedor á la Direccion del Jardin Botánico de la Habana instalado en 1817. Muy poco, pues, se habia escrito sobre la Historia na- btural de Cuba; muy pocas personas habian cultivado ese campo , cuando apareció el verdadero iniciador de la nueva era, D. Felipe Poey , 4 quien el espectáculo de la naturale- za cubana convidó desde muy temprano al estudio de la His- toria Natural, alcanzándole mas tarde el nombre de Cantor e de Atalaya, sin embargo de que describió en prosa esa bella - ninfa de la mar. Cuando se instaló el Jardin Botánico ya Poey recogia objetos, y los estudiaba, y hacia sus remesas á Francia, estando en correspondencia con algunos sabios de aquella nacion. Desde entonces Poey se ocupó con empeño de todos los ramos de las Ciencias naturales con un éxito y una fama que no necesitan de nuestros elogios. 7) En 1824 llegó á la Habana D. Ramon de la Sagra , y se encargó de la Direccion del Jardin Botánico , puesto des- empeñado con general aplauso por el Sr. la Ossa, que se vió precisado á dejarlo por lo explícito de los términos en que estaba redactada la Real órden: que concedia el empleo al Sr. de la Sagra. Este Profesor, que habia empezado en Galicia sus estudios de Historia natural, se dedicó con perseverancia al desempeño de sus. atribuciones, publicando multitud de memorias y artículos dirigidos principalmente al fomento de la Agricultura. La Isla le es deudora de la magnífica obra a Historia fisica , política y natural de Cuba, que publicó en Paris á expensas del gobierno español , en 10:to— mos en folio acompañados de láminas muy correctás, sobre todo las de Invertebrados, que son intachables: Sagra tiene el mérito de haber suministrado los primeros materiales, y confiado el texto á hombres de reconocida competencia. La obra española debe ser considerada como una traduccion; y no completa , del texto francés que se imprimia con alguna. anterioridad, y es el generalmente citado por los autores ex- tranjeros. Entramos ya en lo que llamaremos segunda época de la Historia Natural en Cuba. En nuestro concepto podria: dividirse la historia de estos ramos en tres períodos; corress pondiendo el primero, caracterizado por la obra de Parra, hasta Poey y Sagra, ó bien hasta la fundacion del Jardin Bo- tánico. El segundo . simbolizado por las Memorias de Poey, la Historia de la Sagra, y los escritos de Gundlach , termi- naria en nuestros dias; y la publicacion del Repertorio mar- caria el principio de la tercera. época; pues en realidad la: aparicion de este Órgano de publicidad es de por sí un hecho altamente satisfactorio y significativo. | Al comenzar la historia de la segunda época , o mos el inconveniente de no poderla hacer á grandes rasgos, como la de la primera : ella requiere una metodizacion , una division de las materias que deben tratarse; pues al mismo tiempo se desarrollan distintos ramos, y al mismo tiem- l 8 po brillan diversos autores. Ningun plan mejor para lle- nar nuestro objeto que recorrer los ramos segun su clasi- ficacion metódica ; y principiando por la Zoología, bajar á la Botánica y terminar con la Mineralogía y la Geología. Pero las Memorias sobre la Historia natural de la Isla de Cuba , por D. Felipe Poey , 1851-1861 , que como hemos dicho , simbolizan este período , se ofrecen á nuestra consi- deracion, abrazando en trabajos separados todas las clases zoológicas ; lo que nos obliga á tratar de ellas en este lugar, para encerrarnos después en las especialidades. Daremos cuenta á su tiempo de las descripciones de animales: por ahora nos limitamos á decir que hay Memorias que versan sobre la filosofía de la Ciencia, consideraciones originales so- bre clasificacion y nomenclatura , como son el Sistema alario de los insectos y su distribucion por el régimen alimenticio; hay trabajos nuevos, puramente anatómicos, sobre la res- piracion y circulacion del Cocodrilo, y sobre los huesos que entran en la composicion de la cabeza del pez llamado vul- garmente Manjuarí, perteneciente al género Lepidósteo. Hay artículos instructivos y amenos, al alcance de todos los lectores, como son los titulados Culebrita de la crim y Avispa de la Jía; hay palabras nuevamente introduci- das, cuya importancia es mayor de lo que á primer aspec- to se piensa , una de ellas es la denominacion de ostiacinos, dada á los moluscos de agua salobre en la desembocadura de los rios. No debemos pasar en silencio dos aforismos, sobre materias controvertidas, formulados en latin con una precision Linneana , necesaria para que puedan ir á la pos- teridad. El primero :es Nomen auctoris ad speciem perpe- tuam refertur, nec ad variabile genus; el segundo dice: Descriptio manca interdum prioritatem servare queat, er- ronea autem descriptio sub jugum synonymie mitienda. Ulti- mamente, llamamos la atencion sobre una idea original acer- ca de los colores, que tiene sólida aplicacion á las causas finales y á las creaciones sucesivas de Lamarck. ZOOLOGIA. Voivamos ahora sobre la senda que nos hemos trazado, y demos una ojeada por la Mamalogía ó sea la Ciencia que de los Mamíferos se ocupa. Los autores del tiempo del descubrimiento y conquis- ta, hablan de los mamíferos cubanos , entre los cuales no citan los Murciélagos ; tal vez.por olvido, ó tal vez porque los consideraban aves; lo que no es de extrañar en aquella época, pues aun en nuestros dias hay textos de Geografía que,.al enumerar los Mamíferos de Cuba, guardan el más completo silencio acerca de estos animales, colocados por. Linneo en sus cuadros de clasificacion en el lugar que les corresponde , esto es, inmediatamente después de los Cua= rumanos. Colon en las noticias relativas á sus viajes, Ovie- do y las Casas en sus Historias, son, los escritores que tie- nen originalidad en las citas; los demás contemporáneos que trataron el mismo asunto , así como los que escribieron con posteriores fechas, no han hecho más que agregar conside- raciones más ó menos acertadas que les sugerian los párra- fos de aquellos historiadores. Por esto pasaremos rápida- mente por los nombres de Gromara , Herrera, Torquemada y Otros. El primer trabajo mamalógico cubano es una Memoria sobre un género nuevo de Roedores nombrado Capromys , por A. G. Desmarest , publicada en Memoires de la Société d' Histoire naturelle , vol. 1, p. 43, en la cual describe nues- tra Jutía conga, Capromys Fournier. La Academia de Ciencias naturales de Filadelfia y su periódico, Journal, t. 4. p. 11, son testigos de la comuni- cacion que en 15 de Junio de 1824 hizo el naturalista ale- man Eduardo Poeppig sobre las especies cubanas del géne- ro Capromys ; pues á la ya conocida agregaba nuestra Jutía carabalí , descrita bajo el específico prehensilis ; pero con ca- racteres erróneos, que dieron motivo á Guuérin para no co- 10 nocerla y describirla como nueva, en el Magasin de Zoolo- gíe, 4.2 ann, t. 1.er , nombrándola Capromys Poeyi. Guillermo Sharp Mac-Leay en el Zoological Journal de Londres, t. IV. p. 179, y Ricardo Owen en los Proceedings de la Sociedad Zoológica de Londres, t. IL. p. 68, citan las Jutías cubanas y se extienden en consideraciones especiales. P. Gervais tuvo á su cargo la descripcion de los Mamí- feros en la obra de la Sagra; y aunque menciona cinco es- pecies de Murciélagos, dos de. ellas no son de Cuba. Estas se aumentaron poco después con la descrita por Gray, y otras que Gundlach dió á conocer en el Wiegmann's Archiv en 1840. Los trabajos incesantes de este naturalista, y sus publicaciones en el Monatsbericht de Berlin, han ele- vado el número de Murciélagos á veinte; muchos de ellos. nombrados y descritos por él. D. Felipe Poey en 1851, tomo l. p. 23, lám. 1 de sus Memorias, tiene una larga disertacion sobre un carnicero insectívoro del Departamento Oriental perteneciente al gé- nero Solenodon , al cual creyó conveniente imponer el nom- bre de Almiqur. Poey fué el primero en revelar su existen- cia en Cuba, declarándolo igual al us se encuentra en San- to Domingo. En 1862 el Sr. Pbro. D. Rafael Toymil publicó en Cu- ba Literaria la descripcion de una nueva especie de Jutía, error que el Sr. Francisco Juan Vilaró , alumno distinguido de la Universidad de la Habana, se encargó de refutar; lo- que hizo satisfactoriamente, probando] que la especie en cuestion era un albino. El año 1863 vió salir una Memoria sobre el Almiquí,, publicada en el periódico de la Academia de Ciencias de Berlin , por el Dr. Guillermo Peters , director de aquel Mu-- seo de Historia Natural. En dicha Memoria se hace la com- paracion del Almiquí de Cuba con el de Santo Domingo , y encontrando diferencias suficientes para constituir otra espe- cie, le nombra Solenodon cubanus. Aves.—El nombre de Gonzalo Fernandez de Oyiedo. 11 asoma siempre que comenzamos un capítulo. Después de él los historiadores y compiladores nada nuevo agregaron , y las Aves de Cuba yacían en el mas completo olvido, euando N. A. Vigors en 1827 , Zoological Journal, t. TIL. p. 432, publicó un Catálogo comprendiendo 45 especies que le fue- ron remitidas de la Isla por su amigo Mac-Leay. Vigors dió sels especies como nuevas; pero en realidad no lo son más que cuatro , porque dos ya estaban nombradas. El Duque Pablo Guillermo de Wurttemberg, en su Viaje á América , visitó nuestra Isla y recogió datos sobre nuestra fauna , que vieron la luz en 1835 en la relacion de su primer Viaje. Su Catálogo de las aves cubanas se compo- ne de 89 especies, no siempre bien determinadas. En los Archivos de Ornitología de Noaumannia , dirigidos por Baldamus, y publicados en Stutgard algunos años más tarde , se encargó el Dr. G. Hartlaub de hacer las correccio- nes necesarias al catálogo del duque de Wurttemberg., y redactó observaciones muy buenas acerca de 34 especies. Antes de esta publicacion ya habia salido en 1839 , el tomo de Ornitología de la Historia de Sagra, trabajo des- empeñado por Alcides D'Orbigny, y que como todos los su- yos revela al verdadero naturalista : 129 especies comprende la obra, 9 de ellas nuevamente descritas , presentando 3 Eos láminas bellamente grabadas é iluminadas. Esta es una de las columnas que sustentan el monumento alzado á la His- toria Natural de la Isla de Cuba, á alain del Sr. D. Ra- mon de la Sagra. En el año 1889 comenzó una nueva y próspera época para la Ornitología cubana. El 5 de Enero de dicho año sal- taban en tierra los Dres. Luis Pfeiffer, Eduardo Otto y Juan Gundlach, sabios todos muy distinguidos en Malacología, Botánica y Ornitología. Pfeiffer permaneció dos meses en- tre nosotros para bien de nuestro ramo conquiliológico. Ot- to herborizó en nuestros campos, encontró en Vuelta-abajo un Murciélago nuevo que no ha sido hailado segunda vez, y siguió á Venezuela por la vía de los Estados-Unidos. Gund- de 12 lach quedó en Cuba; y Poey que representaba la ciencia natural le abrió sus brazos, saludándole con la expresion de: Horacio : Anime pars dimidia mee. Entraron en correspon- dencia, y sus ardorosas investigaciones y su propaganda han llevado la Historia Natural por la via que hoy recorre. La. Ornitología fué el ramo predilecto de Gundlach , así como la Ictiología fué el de Poey ; pero las publicaciones del prime-- ro no aparecieron hasta algunos años después : antes que él los Sres. Andrés Poey y Juan Lembeye, eontando con su: eficaz cooperacion , porque Gundlach brinda su amistad y su ciencia con verdadera voluntad, publicaron trabajos de que inmediatamente nos OCuparemos. Corresponde la prioridad al señor Andrés Poey que en 1848, á instancias de D. Miguel Rodriguez Ferrer insertó en las Memorias de la Real Sociedad Económica un Catálogo metódico de las Aves de la Isla de Cuba , que contiene 208 es- - pecies. Tuvo á su disposicion, además de sus investigacio- nes personales , las notas de su padre D, Felipe, y las de D. Juan Gundlach. Esta parte de la Historia Natural culti- vada en aquella época , principalmente por el Dr. Gund- lach , por su discípulo D. Ramon Forns, y por D. Juan Lembeye , no habia llegado al grado de adelanto que alcan- zó después; así no se extrañará que muchas de las determi- naciones presentadas por A. Poey hayan sido mas tarde cor- regidas. D. Juan Lembeye , natural de Galicia, fué uno de los más aficionados á la Ciencia que hemos tenido en nuestro gre- mio: guardaba coleccion de insectos , empezó á formar un herbario, pintaba en su álbum las mariposas cubanas, y buscaba cuidadosamente las orugas, publicaba artículos amenos sobre lepidópteros; pero en lo que mas empleó su actividad fué en completar su coleccion de Aves , aumentada hasta el punto de venderla en mil pesos, á unos generosos amigos del Museo de Oviedo , en cuyos estantes existe hoy ese valioso regalo. Imprimió el Catálogo de las Aves observa- das en lu Isla de Cuba hasta Octubre de 1850, clasificadas 13 segun el sistema adoptado por Mr. Alcides d' Orbigny en la His- toria física, política y natural de Cuba de D. Ramon de la Sagra. Comprende 222 especies repartidas en 99 géneros y 36 familias pertenecientes á los seis órdenes ornitológicos. En la redaccion de este catálogo se valió el autor grandemente de los conocimientos del Dr. Gundlach , siempre dispuesto á revisar el trabajo de sus amigos para el mejor provecho de la Ciencia. Adolece de la manía que tuvo su autor de inven- tar nombres triviales con muy poca felicidad para las espe- eles que el vulgo habia dejado sin denominacion propia : afor- tunadamente aparecen marcados con un asterisco para que el público sepa á qué atenerse en su uso. Este catálogo puede considerarse como el registro de una obra publicada en la Habana, el mismo año, bajo el título Aves de la Isla de Cu- ba, acompañada de láminas, casi todas copiadas de Audu- bon's birds of Ámerica , sin citar la fuente que le proporeio- nara tan bellas ilustraciones y gran número de descripciones; reticencia tan grave que me obliga á acusar por ella á un sujeto tan digno de todas mis simpatías. Ocho especies nue- vas se describen en este libro : cuatro por el Dr. Gundlach, cuatro por el Sr. Lembeye; de éstas, dos han pasado á la sinonimia , y entre las legítimas se ostenta el Ruiseñor del país, Muscicapa Elisabeth. Volvamos á ocuparnos de Gundlach para dar cuenta de sus publicaciones ornitológicas. Sus observaciones remitidas al Sr. Sezekorn de Cassel y comunicadas por este al Dr. Jean Cabanis vieron la luz en el Journal fiir Ornitholegie acompañadas de notas críticas por Cabanis. Estas observa- ciones forman un Catálogo de las aves encontradas por Guund- lach en número de 251 especies , varias de ellas nuevas. La fecha de estas publicaciones corresponde á los años 1854 á 1857. En el mismo periódico, V Jahrg Nr. 28, 1857, se in- serta un trabajo del Dr. T. A. Ludw. Thienemann referente á noticias sobre huevos enviados por Gundlach. Hácia el año 1855 entró Gundlach en relaciones con el 14 Sr. G. N. Lawrence, de Nueva-York , y publicó en Annals of the Lyceum of Natural History de aquella ciudad , la des- cripcion de algunas especies nuevas y de otras ya conocidas, en los volúmenes IV y VI, de dicho periódico. El Sr. Lawrence describió especies y redactó considera- ciones sobre aves recibidas e Gundlach y Forns en los mis- mos Anales. Paso á paso 218 Oioitolózta cubana , iba progresando cuando apareció en el Journal ir Ornithologie, IX Jahrg N. 53, 1861, una Synopsis de todas las especies que con le- oítimos derechos deben estar en los catálogos cubanos ; bra- bajo que se aproxima á la perfeccion, pero que necesita aun algunas correcciones, que el Sr. Gundlach, su autor, se ocupa de verificar para darlo á los suscritores del Reper- torio. ) RepriLeEs.—Cristóbal Colon , en la relacion de sus via- jes, Gonzalo de Oviedo, en sus obras, disertan acerca de los Cocodrilos y las Iguanas ; principalmente el último, cu- ya descripcion de la:iguana es exactísima. Mr. Descourtils , en Voyage d'um Naturaliste, tom. 3, se extiende largamente sobre la organizacion y costumbres del Cocodrilo de Santo Domingo, que es la misma especie que habita nuestras aguas, nombrada acutus por Cuvier , é impropiamente Caiman por el vulgo. El baron A. de Humboldt, en su Ensayo, diserta igualmente sobre nuestros Cocodrilos ; pero como obra cien- tífica, la primera que merece citarse es el tomo Reptiles de. la obra de Sagra , que lleva en la edicion francesa la fecha de 1838. Encomendada la redaccion de este trabajo al Dr. Juan Teodoro Cocteau , médico y erpetologista notable , tu- vo que recaer por su muerte en el Sr. Bibron , ayudante del Museo de Historia Natural de Paris. Describen 34 especies correspondientes á los cuatro órdenes naturales de Quelo- nios , Saurios, Ofidios y Batracios ; 14 de las cuales son nue- vas , ó al menos consideradas allí como tales. Dumerll y Bibron algun tiempo antes habian publicado 15 varias especies en su Erpétologic générale ; y algun tiempo despues el Dr. Kaup, en Wiegmann's Archiv , á nombre del Dr. Gundlach , una supuesta especie nueva que ya Cocteau y Bibron citaran en Sagra. Gundlach remitió lo: Reptiles cubanos á Sus COr- responsales de Alemania; pero el prolongado silencio de es- tos dejaron estacionaria nuestra Erpetología; hasta que el Sr. Carlos Wright, botánico americano , remitiendo ejem- plares á la Institucion Smithsoniana de Washington , pro- porcionó á Mr. E. D, Cope, modo de estudiarlos y descri- birlos ; lo que ha hecho en los Proceedings de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia desde 1861 hasta nues- tros dias , en diversas Ocasiones. Al mismo tiempo entraba Gundlach , siempre infatiga- ble, en correspondencia con el Dr. Peters, quien tomó á su cargo la comparacion y publicacion de las especies; anotan- do y dilucidando las ya conocidas, describiendo y figurando las muevas en el Monatsberich , ó sea Hopriones mensuales de la Academia de Berlin. Con tan competentes corresponsales , el Dr. Gundlach se congratula y promete un Catálogo de las especies verda- -deramente cubanas, redactado bajo el mismo plan que los de Mamíferos y. Aves, pros á aparecer en este pe- riódico. Peces.—El primer autor que ha. tratado de Peces, es - D. Antonio Parra en su obra titulada .Peces y Crustáceos de la Isla de Cuba, ó Descripcion de diferentes piezas de Histo- ria Natural, las más del ramo marítimo , impresa en la Ha- bana en 1787. Describe y figura en ella 71 especies de pe- ces , con una correccion rara en su tiempo, aunque no sa- tisfactoria para nuestra época. Es tanto más digno de ala- banza , cuanto que aparece no haber leido ningun autor de los que le han precedido, incluso Linneo; pero se conoce que leyó con bastante acierto, segun la expresion del Sr. Poey , en el gran libro de la naturaleza, Esta obra fué estudiada y apreciada en su justo valor 16 por los Sres. Cuvier y Valenciennes, en la Histoire genérale et particuliére des Poissons , asignando nombres científicos á los vulgares de Parra; no sin algunas equivocaciones que D. Felipe Poey, en mejor posicion para conocer los peces de Cuba , ha corregido en su artículo titulado, Enumeracion de los Peces descritos y figurados por Parra, publicado en los Pro- ceedings de la Academia de Filadelfia, 1863. Igual trabajo aparece en las obras de D. José Antonio Saco. Allí viene reproducida una carta confidencial de Cor- nide, en que nombra los peces de Parra ; pero estas determi- naciones científicas carecen completamente de exactitud, porque refiere las especies Americanas á las de Europa. Saco corrigió esta nomenclatura de Cornide, en vista de la obra de Guichenot , sin haber añadido nada de su parte ni enmenda- do á sus antecesores. Adolece además su trabajo de los de- fectos inevitables á un hombre que trataba un asunto tan age- no de sus ocupaciones ordinarias, las cuales lo han hecho dignamente célebre entre nosotros, y que trabajaba sin te- ner á la vista la obra de Parra, ni la de Cuvier y Valencien- nes, á quienes se refiere Guichenot. : - Los Sres. Cuvier y Valenciennes, en presencia de la obra de Parra y de un centenar de especies ictiológicas cu- banas que les fueron regaladas, en 1827, por DP. Felipe Poey , dieron á conocer un número considerable de especies; pero que no pasan de 140, aun incluyendo las que agregó el Sr. Guichenot, y eliminando las que no son de Cuba. Este apreciable ictiólogo no llevó mucho mas adelante, en la obra de Sagra, el trabajo de sus predecesores, porque no lo permitió el corto número de peces llevados á Paris, los cuales se perdieron casi todos en los barriles de alcohol donde se condujeron. Afortunadamente quedaba el Album del Sr. Sagra, dibujado y pintado por él en la Habana con ánimo de conservar los colores ; por lo que omitió muchos caracteres esenciales que podian leerse en los originales. A este álbum se refiere Guichenot, y tambien á los escritos de Cuvier y Valenciennes. D. Felipe Poey agradece al Sr. D. 17 Ramon de la Sagra el regalo que le ha hecho del Album mencionado ; y lo estima como necesario para el completo conocimiento de los peces cubanos. En la obra de Gúnther , Catálogo de los Peces Acantop- terigios del Museo Británico, escrita en inglés , y que ha lle- gado al 4% tomo , se encuentran muchos peces con la indiea- cion de Cuba, pertenecientes á la Sociedad Zoológica de Londres : son probablemente los mismos que remitió D. Fe- lipe Poey hace muchos años, siendo el Sr. Bennet secreta- rio de dicha Sociedad. Desde Parra, Cuvier y Valenciennes, Sagra y Guiche- not, hasta la fecha, el aumento de peces cubanos ha sido .exhorbitante , por haberse dedicado D. Felipe Poey con es- pecialidad á este ramo en sus Memorias, donde describe 236 especies nuevas , y presenta un Conspectus, en el cualel nú- mero de todos asciende á 640 , componiéndose hoy su colee- cion , ya en pieles, ya en alcohol, ya en dibujos, de más de 700. yl Las descripciones de Poey en las referidas Memorias son bastante completas. Ha introducido en ellas un dato cons- tante , frecuentemente omitido por los autores que le han precedido, y es la indicacion del tamaño del pez descrito, sin lo cual es en extremo dificultoso reconocer un pez; por- que muchos caracteres varian con la edad, principalmente el tamaño y posicion relativa de los ojos y de la boca. Las especies nuevas que han quedado por describir se darán á conocer en una série de Décadas en este Reper- torio. ARTICULADOS.—Llegamos ya á la clase más numerosa del reino animal, á la más complexa, y tambien á la que más ha sido objeto de investigaciones por parte de los natu- ralistas cubanos y extranjeros. Imposible seria tratar en glo- bo todos los órdenes que encierra esta cohorte que ha mere- cido el aforismo Natura maxima miranda in minimas. Por es- to las trataremos separada y metódicamente. Coleópteros.—-Mr. Augusto Chevrolat fué el primero ' 5) 18 que publicó un trabajo sobre Coleópteros cubanos; insectos de elitros duros , encubriendo las alas verdaderas. La Revue Zoologique de 1838 , pág. 279 , trae la des- cripcion de 20 especies, 7 de las cuales tienen por autor á Guérin , remitidas todas por el ingeniero civil D. Alejo Hel- vecio Lanier. El Sr. Chevrolat posee en París una de las co- lecciones más completas de coleópteros que existen. Amigo de Poey desde el año 1832 ,'en que ambos, unidos á un corto: número de aficionados , fundaron en aquella capital la Socie- dad Entomológica de Francia: desde entonces no ha cesadu Poey de enviarle insectos de la Isla de Cuba. Ultimamente el Dr. Gundlach le ha mandado en comunicacion su colec- cion casi entera , con cuyos materiales ha emprendido la des- cripcion de todos los Coleópteros de Cuba en los Anales de dicha Sociedad. Estos artículos siguen apareciendo con gran contentamiento nuestro por ver los Coleópteros en tan bue- nas manos. Entretanto Gundlach no olvidaba á sus amigos de Ale- mania; y remitía á Cassel muestras de todas las especies que encontraba : allí recibian la determinacion ó la confirmacion de sus nombres específicos , y se publicaban en el periódico de Berlin y en otros. El Dr. E. Suffrian, de Munster, dió á luz en la Lin- neana Entomológica, tomos VI, VII, XUL, los Cryptocefa- lidios norte-americanos , y por consiguiente los de Cuba, que habia recibido de («undlach. Actualmente se ocupa en estudiar el resto de la familia Crysomelina y la f. Curculio- nidia, que Gundlach le ha proporcionado ; y en breve tiempo completará su trabajo con la publicacion de las especies. Cuando Suffrian concluia en la Linneana la impresion del volúmen VII, aparecia el tomo de Insectos. de la obra de Sagra , cuya parte Coleopterológica fué confiada á Jac— quelin-Duval. Este libro bastante completo ofrece multitud de especies nuevas , muchas cuyos nombres manuscritos re- cibieron su derecho de prioridad. Algunos claros se notan en la obra, pero fáciles de comprender si se advierte que hue) Jacquelin solo tuvo á su disposicion las especies que existian en las colecciones de Paris, y esto sin haber tenido ocasion de consultar la de Chevrolat, que es la más numerosa en especies cubanas. El Dr. M. E. Candéze, en su excelente Monographe des Elaterides, publicada en Liége, describe todas las especies cubanas que Gundlach le ha comunicado. Poey, en sus Memorias , inserta un trabajo completo acerca del Anobio de nuestras bibliotecas. Bland, de Filadelfia, teniendo á la vista una hermosa coleccion remitida por Poey , y los escritos de Chevrolat, se propone dar un impulso á este ramo, uno de los mas intere- santes de la Entomología. Ortópteros.— huérin-Meneville, en Sagra, es el prime- ro que ha dado un trabajo especial sobre estos insectos , de elitros membranosos, y alas dobladas longitudinalmente. El número de especies descritas es corto, pero en cambio están bien estudiadas. El Dr. Enrique de Saussure adquirió la coleccion de Poey , traspasada al Jardin de Plantas de París; y comenzó un estudio sobre las Blatas ó Cucarachas , continuando con las demás familias , que va imprimiendo bajo el título Orthop- tera nova americana , en la Revue et Magasin de Zoologte, 1859, 61, 62. | En la actualidad se ocupa en Boston, Mr. Scudder, de estos insectos; esperamos que sus publicaciones puedan dar alguna utilidad á este grupo. Neurópteros. —Los Neurópteros , vulgarmente llama- dos Caballitos de San Vicente , han sido tratados por autores de reconocido mérito. El baron de Selys-Lonchamps , en la obra de Sagra, dió muchas especies muy bien determinadas, la mayor parte remitidas por Poey. El Dr. Hagen, de Kanisberg , ha publicado en las Mis- celáneas de la Institucion Smithsoniana de Washington una Synopsis of Neuróptera , 1861, en que vienen citadas y des- eritas 61 especies cubanas, inclusas las de Selys y las que 20 posteriormente adquirió de Poey. De presente, el Dr Hagen tiene multitud de individuos que Gundlach y Poey le han enviado en consulta. Más adelante se propone imprimir sus observaciones sobre la Fauna neuropterológica cubana en la Gazette entomologique de Stettin, segun dice en una de sus últimas cartas. Himenópteros.—El número de especies descritas por Lucas, en Sagra , en el órden de los Himenópteros 6 Avispas, no pasa de 50, muchas de ellas nuevas. El Sr. Saussure, miembro de una familia que se ha: distinguido en la Física y en observaciones Alpinas , en su viaje á Méjico, pasó por la Habana y recibió generosamente del Sr. Poey un ejemplar de cada especie de Himenópteros cubanos , que va describiendo paulatinamente cuando les lle- ga su turno, en la Revue de Zoologie ó en publicaciones es-- peciales. Las Memorias de Poey traen un trabajo completo sobre: la Abeja de la tierra (Trigona fulvipes). El Dr. Julio Roger, de Rauden , ha estudiado , clasifi- cado y publicado en el Periódico entomológico de Berlin, VII, p- 131-214, todas las especies de Hormigas que Gundlach le ha remitido. Este trabajo , de un mérito superior, no es el único que saliera de Alemania; tambien el Sr. Mayr, en Tratados de la Sociedad Zoológico-botánica de Viena , de 1862, describe algunas especies cubanas. El Sr. E. T. Cresson , de la Sociedad Entomológica de- Filadelfia, teniendo á la vista una numerosa coleccion pro- porcionada por Poey , así como las especies únicas del Dr. Gundlach , redacta una interesante Synopsis , en la cual pre-- senta ya 331 especies, la mayor parte nuevas. Lepidópteros.—Poey es el autor más antiguo ; su Cen-- turie , de la cual solo se publicaron dos décadas, es una obra que le hace mucho honor , por las buenas descripciones y la importante modificacion de dar á conocer las orugas. Cator- ce años mas tarde, 1846 , dió en las Memorias de la Socie- dad Económica, tomos2? y 3% de la 2? série, un Catálogo 21 metódico y descriptivo de las Mariposas de la Isla de Cuba, que abraza solamente las diurnas : allí están descritas en es- pañol , con la sinonimia completa y los caracteres de familia y de género , todas las especies diurnas conocidas en aquella época , mejor dicho , todas las citadas ya por los autores, pues Poey hubiera creido cometer un delito de lesa zoología si no hubiera reservado para un periódico ó publicacion ver- daderamente científica las especies nuevas que más tarde vie- ron la luz en las Memorias sobre la Historia natural de Cuba. Después viene Lucas , que en la obra de Sagra ha des- rito gran número de Mariposas diurnas y crepusculares; pero desgraciadamente Lefebvre, que tuvo antes que él la comision de redactar la obra, confundió los individuos cu- banos con los de las otras Antillas; y así tuvo la primera culpa de que el Sr. Lucas citase como de Cuba, especies que jamás han volado en sus praderas. Las nocturnas están allí en cortísimo número. Queriendo Gundlach borrar de una vez pará siempre , las especies que sin derecho figuran en el Catálogo de Lu- cas, ha enviado muestras de todas las Mariposas diurnas y crepusculares al bien conocido Lepidopterólogo de Ratisbo- bona, Dr. Herrich Schaeffer para su exámen y publicacion. La Hoja de correspondencia de la Sociedad Zoológico-minera- lógica de Regensburg ha comenzado en 1862, á insertar las observaciones del Dr. Schaeffer, que ya ha descrito trece especies nuevas y analizado algunas de las conocidas. Poey tambien ha tomado parte activa en esta cruzada contra los errores de Lucas; y su coleccion, hoy en poder de los se- nores Grote y Blake de Filadelfia, ofrece á estos distingui- dos entomólogos ancho campo para describir las nocturnas que han tomado á su cargo , viendo las diurnas y crepuscu- lares en manos tan hábiles como las del Dr. Schaefter. Hemíipteros.—Buena suerte ha cabido á las chinches de monte en la obra de Sagra; habiéndose encargado de descri- birlas el Sr. Guérin, sirviendo muchos ejemplares suminis- trados por Poey y Gundlach. 22 La coleccion de Poey ha pasado á Mr. Uhler de Cam- bridge, que con sus esfuerzos nos pondrá al corriente de las modificaciones que deban introducirse y de las nuevas espe- cies que han de aumentar nuestros catálogos. Dípteros.—Bigot, en Sagra, trabajó las Moscas y des- cribe diez y seis especies nuevas. Poey en sus Memorias se ocupó del Jejen, lo encontró nuevo como género y como especie, le adjudicó el dictado de Oecacta furens, que tan bien recuerda su naturaleza ; é hizo brillantes estudios microscópicos que han elevado el je- jen , de las marismas donde habita , á las Iucidas ad de - la Historia natural. El baron Osten-Sacken en el Catalogue of the described Diptera of North América, 19858 , cita treinta y ocho espe- cies cubanas. El Dr. H. Loew de Mescritz, Alemania, recibia ejem- plares de Poey y Gundlach, y bajo el título de Diptera ali- quot in insula Cuba collecta , describió veinte especies nuevas en las Relaciones entomológicas de Viena, y otras en Diptera Americe septentrionalis indigena. Loew sigue en correspon- dencia con Poey y Gundlach para el adelantamiento de este ramo. Apteros.—De esta clase no podemos citar documen- tos, si se exceptúan algunos artículos de los historiadores referentes á la nigua, Pulex penetrans. Arácnidas. —Mac-Leay , durante su permanencia en Cuba, se dedicó á estudiar con prolijidad las Arañas; y más tarde publicó muchas especies en Annals of Natural history or magasin, vol. II, p. 6, 1837. Poco tardó Lucas, en la obra de Sagra, en dar á cono— cer algunas especies nuevas. Crustáceos. —Parra describió y figuró veinticinco especies de Cangrejos y otros Crustáceos en la misma obra sobre Pe- ces que hemos citado en capítulos anteriores. Milne-Edwards utilizó los datos que le suministraba es- te libro, y en Historia Crustacea publicada en 1857, nom- 23 bra científicamente con mucho acierto, las especies de Parra. Guérin-Meneville redactó este, importante ramo en la Historia de Sagra , describiendo varias especies nuevas. Nada se ha publicado después sobre los Crustáceos cu- banos, sin que por esto su estudio se encuentre abandona- do. D. Felipe Poey se ocupa de estos compañeros de los Peces; y la ciencia logrará algun dia el fruto de sus elucu- braciones. MorLuscos.—Hasta el año 1539 ningun autor habia tra- tado en particular de los Moluscos cubanos; algunas espe- cies marinas que son cosmopolitas, y otras comunes á las Antillas, eran las únicas citadas. El Dr. Luis Pfeiffer, de vuelta á Alemania, publicó en Wiegmann's Archiv, 1839, p. 349, el Catálogo de los Moluscos encontrados durante su estancia en Cuba, los cuales llegaron á 62, casi todos ter— restres y de agua dulce, entre ellos 40 nuevos. En el mis- mo periódico insertó después otros artículos; y desde entón- ces en todos sus libros consagra algunas páginas al adelanta- miento de la Malacología cubana. Sus obras por órden cro- nólogico son: Symbole ad historiam Heliceorum , Cassel» 1841-46 . Zertschrift fur Malakozoologie, publicado en union del Dr. Menke, de 1846-53 ; y desde entonces bajo el nue- vo título de Malacozoologische Blaetter, l-XIl, 1854-65, Monographia Heliceorum viventium , Lipsiae, MT, 1848, TI 1853, IV 1854. Conspectus Cyclostomaceorum emendatus et auctus, Cassel, 1852. Monographia Pneumonopomorum vi ventium , Cassel , 1852; Supplementum 1, Cassel , 1858. No- vitates conchologicae, Cassel, 1854-60. Monographia AÁuri- culaceorum viventium, Cassel , 1856. El Suplemento IE á los Operculados estaba en prensa segun la última carta de Pfei- fer y debia aparecer este año. : En 1841 apareció el tomo de Moluscos en la Historia. de la Sagra: su autor es el gran geólogo Alcides d” Orbigny, que extendió su estudio á los Moluscos marinos, fluviales y terrestres; describiendo un gran número de especies nuevas,, 24 acompañando con láminas iluminadas las descripciones. Es- ta parte de la Historia natural de Cuba, es de las más im— portantes por el material y por la ejecucion. El Dr. Gray , año 1854, publicó en Londres un folleto titulado Last of the Shells of Cuba in the collection of the Bri- tish Museum , described by Prof. d* Orbigny ; que se reduce á un registro de la citada obra , con la adicion de algunas cor- recciones , en vista de la coleccion del naturalista francés, adquirida por el Museo Británico , visitada tambien por el Sr. Pfeiffer , que imprimió su informe. El Dr. Augustus A. Gould, ventajosamente conocido por sus Otía conchológica from 1830 to 1860, describió en el Boston Journal, IV 1842 , nueve especies terrestres de la Is- la de Cuba; y en el mismo periódico , año de 1844, publicó notas á 54 especies de dicha Igla. El Conde Arturo Morelet, en los años de 1849 y 1851, dió á luz una obrita titulada Testacea novissima insulae cuba- nae el Americae centralis , en la cual describe varias especies no conocidas de la Isla de Cuba. El Sr. Shuttleworth , con un tino no inferior al del Sr. Pfeiffer , ha dado algunas descripciones y notas críticas acer- ca de Moluscos cubanos , en cinco folletos titulados Diagno- sen neuer Mollusken , Berne, 1852 ; y tambien en un catálo— go sobre los Moluscos de San Thomas , publicado en el Liceo de Historia natural de Nueva-York , año de 1854. El Sr. Shuttleworth ha descubierto la curiosa perfora— cion que ofrece el perítrema de algunos Ciclóstomas. Los dos tomos ya citados de Memorias de Don Felipe Poey, son ricos en especies nuevas de Moluscos terrestres cubanos, llegando próximamente á ciento el número de las descritas por el autor, con láminas y pormenores anatómicos; muchas descritas por el Dr. Gundlach, algunas por los Se— ñores Gutierrez y Arango. El nombre de D. José María Ve- lazquez se encuentra en algunas especies; no porque haya publicado por su cuenta , sino porque se han aceptado des— pués de su fallecimiento algunos de sus nombres manuscri- ' 11, 196%, Mera 25 tos. Además de las descripciones , tiene el Sr. Poey capítu- los científicos , principalmente acerca del género Cyclostoma, revelando las costumbres de los animales, y dando sólidas razones para que este género se ponga á la cabeza de los Moluscos , como más adelantado en organizacion ; superior no solamente á los terrestres pulmonados sin opérculo , sino tambien á los marinos pectinibranquios operculados : lo que antes no se observaba por los autores de más nota. Una de .las Memorias de la citada obra, trata de los Caracoles terres- tres de la Isla de Pinos, explotada por el Dr. Gundlach, visitada anteriormente por el Sr. Velazquez, primer descu- bridor de las Helicinas constellata y stellata. En las Hojas malacozoológicas del Dr. Pfeiffer han publi- cado especies los Sres. Gundlach, Wright, Arango , Gutier- rez, Jimeno y el que suscribe. Los trabajos del Dr. Gundlach no solo versan sobre las testus , sino que tambien se extienden á la descripcion de los animales. El Journal de Conchologie , periódico de Paris, que estu- vo algunos años bajo la inteligente direccion del Sr. Petit de la Saussaye , y hoy bajo la de los Sres. Bernardi , Crosse y Fis- cher, ha insertado especies cubanas, tres de las cuales fue- ron descritas en el IV volúmen ,1862, por D. Rafael Arango. El Sr. Tomas Bland fué el primero que llamó la aten- cion acerca de la columela , ó eje del caracol, en los molus- cos del género Cylindrella; carácter importantísimo para el - reconocimiento de las especies. En los Anales del Liceo de Nueva-York vieron la luz sus escritos, siendo más notable el titulado On the Geographical Distribution of the Genera and species of Land-shells of the West Indian Islands. Sobre Moluscos marinos muy poco se adelantó el traba- bajo de D'Orbigny. El único que publicara observaciones es el Dr. Guillermo Dunker, profesor de la universidad de Mar- burg, y corresponsal de Gundlach y Poey desde el año 1854. Estas noticias han salido en Novitates conchologicae, Malal- Blitter, y en un folleto impreso en 1855, con motivo de una solemnidad de aquel instituto. Dunker sigue ocupándose en 4. 26 la clasificacion de nuestros marinos y fluviátiles ; y por mou. mentos esperamos el resultado de sus estudios. VERMES Y ZOÓFITOS.—Ya hemos citado la Memoria de Poey sobre el Gordius acuaticus , ó Culebrita de la erin. Nadie se ha ocupado por escrito de los Equinodermos , ó Erizos de la mar , siendo tan ricos en este ramo los mares que bañan á Cuba; como se infiere de las muestras y dibujos que conserva D. Felipe Poey. Esta es la ocasion de recomendar la recoleccion y estudio de estos animales y de sus fósiles, que ofrecen abundantemente varios distritos de la Isla; con tanto mas empeño , cuanto que el Profesor Luis Agassiz , que hace de ellos un estudio especial, y posee en Cambridge (Mass.), una coleccion bien ordenada, ha ofrecido nombrar los individuos cubanos que se le remitan para ese fin. Tambien se le enviarán, lo mismo que al Sr. Verrill, los Pólipos, calcáreos y flexibles , muy comunes en las Antillas. Actualmente colocan los naturalistas en las últimas di- visiones, los animales descritos con el nombre de Foraminí- feras en la obra de Sagra por el Sr. D”Orbiguy, que hizo de ellas una Monografía completa, acompañada de numerosas. láminas. BOTANICA. La ciencia de los vegetalestambien tiene sus glorias que narrar ; tambien el progreso ha dejado su santa huella en el campo de esmeralda que forma la vegetacion exhuberante de los trópicos; y por esas huellas nos lanzaremos para historiar- la, como antes hicimos con su hermana la Zoología. El nombre de Gonzalo Fernandez de Oviedo se presenta una vez más á nuestra consideracion ; porque su Historia ge- neral y natural de las Indias contiene interesantísimos capí- tulos descriptivos. Después de él nada nuevo, nada impor- tante ofrece la serie de historiadores y compiladores que e€s- cribieron sobre cosas de América. Pasan dos siglos, y en este lapso de tiempo las plantas 27 de Cuba duermen el sueño del olvido.—Nicolás José de Jac- quin, durante su cortísima permanencia en esta Isla , recojió algunas especies que vieron la luz en su Selectarum stirpium americanarum historia, publicada en Viena, 17360. Olavi Swartz en Tcones pluntarum incoghitarum , quas Y India occidentali detextit, 1794, y en su Flora Indiae occiden- talis, 1797-1806, tambien describe especies cubanas ; lo. mis- mo que R. de Tussac, Descourtils y Chaumeton en las Plo- ras de las Antillas que publicaron algunos años después : pe- ro en estas obras vienen citadas muchas plantas nuestras, porque se encuentran igualmente en aquellas islas que sir- vieron de asunto á dichos trabajos; mas no porque sobre nuestra Flora se haya escribo algo con anterioridad á la carta de Boldo que recordamos en el primer capítulo , y á la memo- ria de don Antonio Parra, titulada Discurso sobre los medios de connaturalizar y propagar en España los cedros de la Habana y otros árboles, así de construccion , como de maderas curiosas y frutales, impresa en Madrid, 1799 ; trabajo nada científico, pero sí exacto, que termina con una lista de 287 especies de árboles. | Este es el contingente de materiales que el siglo pasado legó al presente , sobre la Botánica. cubana. Afortunadamente en los primeros anos del actual, no faltaron en la Habana per- sonas que, como Calvo , encomiasen la utilidad de estudiar es- ta ciencia; y que como D. Mariano Espinosa, se ocupasen de ella solicitando con ardimiento la creacion de un Jardin botá- nico; y entre los gobernantes de la espresada época , el Inten- dente D. Alejandro Ramirez, que oyendo la voz de las nece- sidades intelectuales de los pueblos, hizo levantar entre n0S0- tros un monumento digno de su poderosa iniciativa. Este monumento esel Jardin botánico de la Habana, inau- gurado el 30 de Mayo de 1817, en el terreno que hoy ocupa el paradero del ferro-carril de Villanueva. Nombróse director al Sr. D. José Antonio de la Ossa, botánico Linneano muy distinguido, que estaba en correspondencia científica con Au- gusto Píramo De Candolle, al cual remitia plantas , que este 28 célebre autor incluia en su Prodromus , haciendo referencia al local y nombre del remitente, citado más de una vez en la grandiosa obra , continuada hoy por su hijo Alfonso y por los más eminentes botánicos. Eran tan numerosas é interesantes. las remesas, y tal el mérito del Sr. la Ossa, que el botánico de Ginebra le dedicó un género, Ossea, en la familia Me- lastomáceas. No solo se ocupaba la Ossa, de enviar ejempla- res á su amigo, sino que tambien recojía materiales y redac- taba una obra titulada Ensayo de una Flora habanense, Ó sea Noticia de las plantas que se encuentran en las inmediaciones de la Habana. No terminó su publicacion, llegando únicamente hasta la hexandria monoginia; describe 409 especies distri buidas en 153 géneros. No pretendemos asegurar que los fragmentos de la Oxsa sean acabados; pero tampoco dejare- mos de recomendarlos como un trabajo de mérito, que indi- ca al menos que su autor habia bebido la ciencia en fuentes verdaderas. El Dr. Morales posee los manuscritos del Sr. la Ossa , así como los de su padre, D. Sebastian María, amigo íntimo de este botánico y aficionado á la misma ciencia. El se- ñor Morales , padre, ha dejado algunas descripciones inéditas de plantas medicinales por el método Linneano , que han ser- vido de base á la Flora Cubana, que nuestro colaborador el Dr. Morales hace mucho tiempo viene redactando. Siete años estuvo la Ossa al frente del Jardin, y su esta- do de prosperidad patentizaba las brillantes dotes científicas que le distinguian, cuando llegó D. Ramon de la Sagra, por- tador de una Real órden, que interpretada á su favor, bastó á. desalojar al antiguo director, convirtiendo el Jardin en Escue- la de botánica agrícola, desde 18 de Febrero de 1824. Sagra continuó el mejoramiento del Jardin botánico, y le hizo conocer al mundo científico por la correspondencia que entabló con diversos sabios. A este movimiento se debe que Mercier, Moricand, Adrian de Jussieu, Adolfo Brongniart, Decaisne, Moquin—-Tandon, Bentham y otros describieran plantas de Cuba, en diversas obras y publicaciones. En la - Isla misma (parecerá estraño), logró Sagra multitud de cor- 29 responsales por todas las comarcas , y así pudo montar el es- tablecimiento bajo un pié floreciente y digno de la Habana. D. Antonio Reinoso, Valenzuela , Lanier , Alvarez, Gutierrez Jaquez , Baffi, Paz y Morejon, Oliver , Palacios, Montever- de, Cisneros , Betancourt y tantos otros contribuian con plan- tas, semillas y noticias al mejor cumplimiento de las tareas del Director, que con la mayor actividad atendia á todos sus deberes y publicaba memorias, folletos y periódicos destina- dos al adelanto de la Botánica aplicada á la agricultura. Llega la época en que Sagra concibe el proyecto de pu- blicar una Historia física, política y natural de la Isla de Cu- ba; recoje materiales, avisa á sus amigos y corresponsales, y con datos numerosos adquiridos en todos los ramos, marcha á ' Europa dejando la direccion del Jardin encomendada á don Pedro Alejandro Auber. Encontró en las colecciones europeas to que en esta Isla no pudo de por sí recolectar. El ramo de Botánica es acreedor á una mencion especial ; porque el señor Sagra llevó consigo no solamente las plantas que personalmen- te acopió con la actividad y laboriosidad que le son propias, sino tambien el herbario de D. Pedro A. Auber, agrónomo muy distinguido, segun lo comprueban sus excelentes artí- culos publicados en los periódicos de la Habana. Sucedióle en la direcion del Jardin su hijo D. Emilio, catedrático de Mineralogía, Botánica y Geología en nues- tra Universidad, donde su padre ocupara algunos años la cá- tedra de Física. El Sr. E. Auber utilizó los recursos que en aquella fecha tenia dicho instituto á su disposicion. En vida de su señor padre, la especulacion superando á la ciencia hizo que el Jardin se trasladase en un término dado de horas al pedazo de terreno que hoy ocupa. Este fué un golpe de pos- tracion, de que no se ha levantado del todo desde aquella fe- cha, á pesar de los esfuerzos de ambos Auber y de Layunta. D. Emilio Auber ha publicado en El Artista un escrito titulado Revista Botánica, mas bien destinado á popularizar ciertos conocimientos y dar el nombre botánico de las plantas citadas , que á revelar novedades científicas. 30 La salida del Sr. Auber fué reemplazada con el A miento de D. Fernando Layunta, Jardinero que habia sido durante la direccion de Sagra y de los Auber. Elevado La- yunta 4 ocupar el primer puesto del Jardin, siguió las mejo- ras iniciadas, introdujo otras nuevas, pero siempre lamen- tando la exigitidad de los medios que se ponian á su disposi- cion. Layunta ha hecho varias excursiones en busca de plan- tas vivas con que enriqueció el Jardin; y en 1862 dió á luz un folleto , publicado por la Real Sociedad Enonómica , con el título de Catálogo de las plantas del Jardin Botánico segun el sistema de Mr. Decandolle , arreglado por familias naturales y acompañado de nombres vulgares; probada en muchas par- tes incompleto y defectuoso. , En 1864 fué agregado el Jardin á las Escuelas profesio- nales, quedando Layunta en un puesto secundario. En resumidas cuentas, la súbita traslacion del Jardin á un rincon de la Quinta de los Molinos, la escasez de los re- cursos, y tal vez la falta de un hombre de elevada ciencia han convertido en campo escasamente culto el plantel que en otros dias sonrió á la imaginacion de D. Alejandro Ra- mirez. ' Concluida ya la historia del Jardin Botánico, que no hemos querido interrumpir para seguir el rigoroso órden cro- nológico, tócanos ahora citar á los autores botánicos que han dedicado á nuestra Flora algunas páginas de sus obras. El baron Alejandro de Humboldt en su Ensayo físico y político sobre lu isla de Cuba, le consagra algunos capítulos ya que no bajo el esclusivo aspecto botánico , sí como objetos . de aplicacion á diversos ramos y principalmente á la Agrícul- tura y Geografía botánica. Carlos Segismundo Kunth en Nova genera eb species plan- tarum, y en Synopsis plantarum cequinoctialium orbis nova, describe 156 especies, muchas nuevas, pertenecientes á las floras de Regla y Guanabacoa ; entre ellas nuestras preciosí- simas palmas. Poeppig en su excursion por la Isla recogió plantas, que 9l mas tarde publicaron él y su amigo el Dr. Schlechtendal en - Linnea de 1833. Lindley en sus obras acerca de las Orquideas , y especial- mente en Genera et species orchis y Orchis Lindeniana deseri- be multitud de ellas recojidas en el Departamento Oriental por Mr. Linden. La Flora Cubana en la Historia de Sagra fué desempe- ñada por dos botánicos de nombre esclarecido. Las Plantas vasculares, 6 Fanerogamia, encomendada al Sr. Aquiles Ri- chard forma una obra voluminosa , con 101 láminas perfecta- mente grabadas. En ella se describen 1018 especies (en 626 géneros y 114 familias), de las cuales 324 son nuevas, inclu- sas algunas que han pasado ya al campo de la sinonimia. Es- ta parte de la Flora es incompleta, porque el herbario lleva- do á Paris lo era tambien ; es erronea en algunas citas por que las tarjetas de las plantas iban cambiadas en muchas de ellas; y no revela el mismo autor de la intachable Flora de Abisima , porque Richard murió sin poderle dar la correccion necesaria. SA No se ostenta ninguno de esos defectos en las Plantas celuvares ó Criptozamia trabajada por Camilo Montagne , cu- yo elogio está hecho con solo dar su nombre : 306 especies describe en su obra, y de ellas 118 nuevas. Sus descripciones exactas y severas, y sus disertaciones completamente cientí- ficas, colocan este volúmen de la Historia física, política y natural de Cuba en el primer puesto entre sus compañeros, pues hasta las láminas corren parejas con el texto. Los Helechos habian sido olvidados en Sagra , pero el colector botánico Mr. Carlos Wright hizo conocer en los Es-. tados Unidos 186 especies que pronto salieron enumeradas y- descritas en una Disertacion inaugural , leida por Daniel C, taton en la Universidad de Harvard, y publicada en las Me-. morias de la Academia Americana de Ciencias y Artes de- Cambridge, 1860. * Las remesas de Wright no se limitaron á los helechos: tambien enviaba Musgos á Columbus, Ohío , donde el señor 32 Guillermo $. Sullivan publicó en 1861 un cuaderno , en que describia y nombraba 131 especies, algunas nuevas. Con la misma fecha y en el mismo periódico que el tra- bajo de Eaton vió la luz la primera parte de Plantae Wrigh- tranae e Cuba Orientala por Asa Grisebach, y en 1862 la par- te segunda. En estos artículos el Sr. Grisebach clasifica y describe multitud de especies con la referencia á los números del herbario colectado por Wright. El mismo eminente botá- nico en su obra titulada Flora of the Bristish West Indian Islands, London, 1861-1864, describe y cita todas las plantas cubanas que Mr. Wright le ha remitido. Muchas especies nuevas introduce el botánico de Góttingen, y muchas corree- ciones hace á la Flora de Richard. Nuestras maderas han sido objeto de estudios especiales, ya bajo el aspecto puramente botánico por D. Francisco Adolfo Sauvalle, que trata de dar á luz su Silvia, ya bajo el de las aplicaciones á la industria en todas sus fases. Son dignas de mencion las listas ó catálogos publicados por Sa- gra en los Anales de Ciencias, 1828; Memorias de la Institu- cion agronómica 1834 , y en la Historia económico-política y estadística de Cuba, 1831, obra que precedió á la gran His- toria de que nos hemos ocupado más de una vez. En ellos vienen acompañados los nombres vulgares, de las determina- ciones científicas ; lo mismo que en la Relacion de los objetos presentados en la exhibicion de Londres de 1851, con motivo de haber figurado un lote de maderas cubanas en la célebre exposicion del Palacio de Cristal, Una nota extensa y circunstanciada relativa á todos los árboles, bejucos y plantas de la Isla de Pinos, con especifica- cion del tamaño á que llegan las maderas , grueso del tronco, parajes donde se hallan , clase de tierra donde vegetan , épo- ca de su florescencia, y usos á que se aplican, por el inge— niero civil D. Alejo Helvecio Lanier, que la añadió como apéndice á su Geografía de la Isla de Pinos, se encuentra en el tomo 2%, pág. 200, 1836, de las Memorias de la Sociedad Económica. a 33 El Capitan de fragata D. Juan Tirry y Lacy formó par te de la tantas veces citada comision del conde de Mompox. Esta comision compuesta de ingenieros y naturalistas , salió de la Coruña en 3 de Diciembre de 1796, y llegó á Cuba después de algunas penalidades corridas en aquellos tiempos de pira— terías. Ya hemos dicho que Lopez, Boldo y otros tomaron á su cargo diversos ramos para estudiarlos; y agregaremos que Tirry fué encargado de averiguar si los pinos de la Isla de Pi- nos eran exportables para mástiles ó como fuentes de produccion para alquitran y brea. Redactó en 1797 una Memoria sobre dicha Isla, interesante por las observaciones que consigna, aunque no por su ciencia : en ella deslinda su cometido, y se extiende en datos geográficos , geológicos , agrícolas etc. ; ter- minando por consideraciones sobre los bosques de la Isla y so- bre los pinos, que juzga inútiles para arboladuras de buques, Esta Memoria viene impresa en el tomo 32, pág. 147, 1838, de las citadas Memorias. La Relacion de las maderas que se emplean frecuentemen- te en la Isla de Cuba, con expresion de sus nombres, cali- dad , color, usos comunes, y en el ramo de Artillería, altura y grueso regular de sus troncos, fuerza ó resistencia y peso específico, por el teniente Coronel D. José María Calleja, - comprende 48 maderas ; y en verdad que sería deseable fuese mas extenso un trabajo bastante completo , para el comienzo de nuestro siglo, época de su redaccion. Se reprodujo en las Memorias de la Sociedad , 4? série, 5% tomo, pág. 113. Los tintes preciosos que se extraen de algunas maderas fue— ron objeto de una lijera nota enumerativa por el presbítero D. Ramon de la Paz, publicada en el tomo 17, 1843, de las Me- morias de la Sociedad Económica. Sobre todos los estudios acerca de nuestras maderas apa- rece como mas completo el que en la obra titulada Manual del Ingeniero, pág. 502, ha dado el Sr. Coronel D. Nicolás Valdés. Este ilustrado señor, uno de nuestros colaboradores, ha seguido estas investigaciones con una constancia esquisita, lle- gando á ofrecer'en su último trabajo inédito aun, pero que e y 4 pronto se publicará, tal vez en este Repertorio, el estudio, más completo que sobre maderas se haya hecho no solo en Cuba sino en todos los paises. Valdés experimenta la resisten- cia á la tension, presion y torcion de todas las maderas por medio de ingeniosos aparatos de su invencion ; averigua el pe- so específico de cada una, y con el nombre vulgar dá el cien- tífico, acompañado de una breve pero exacta descripcion de la madera y de la especie vegetal. - Todas las plantas cubanas susceptibles de alguna aplica cion están citadas con sus determinaciones botánicas , copiadas de los autores, en la Topografía médica , del Dr. Piña ; y en el tratado de Agricultura del Sr. Bachiller y Morales , economis- ta distinguido. El Diccionario provincial de Vozes cubanas y la Geografía de la Isla de Cuba, obras de D. Estéban Pichardo y el Diccionario geográfico , estadístico , histórico de la Isla de Cuba por D. Ja— cobo de la Pezuela, traen la mayor parte de las plantas cuha— nas, todas las que llevan nombres vulgares, al lado de los cua- les luce la clasificacion científica copiada de algunos autores, suministrada ya por verdaderos naturalistas , ya por personas incompetentes ; por lo que los errores menudean en las cita- das obras. La misma enumeracion hacen de todos los objetos naturales de nuestro pais y en todo aparece la falta de método y el poco tino en la eleccion de fuentes que copiar. En lo que no se refieren á Historia natural las obras de Pichardo y Pe- zuela son dignas de las mayores alabanzas. Un práctico francés, el Dr. Renato de Grosourdy, ha publicado en Paris, 1864, una obra titulada El médico botá— mico criollo. Los cuatro tomos de que se compone tratan de varias materias , bastante interesantes , pero que en nuestro concepto no han salido muy bien manejadas por el citado doctor, aunque en su apoyo venga la opinion emitida por dos personas entendidas , que sin duda más por benevolencia que por conviccion dieron tan favorable parecer. Un compen— dio de botánica ; la clasificacion y descripcion de las plantas por el método dicotómico , en lo que hay sobrada confusion; 95 las aplicaciones terapéuticas que segun el voto de un ilustra- do amigo son incompletas y defectuosas ; un catálogo de ma- deras , en el cual notamos con sentimiento que no se introdu- ce novedad científica alguna á pesar del ancho campo que hay para ello; y disertaciones agrícolas, es lo que contiene un texto que más pulido y sin un título bastardo , como el que lleva, lograria acercarse más al elevado puesto que pretende. De presente no recordamos como trabajo químico al ser- vicio de la botánica más que el publicado por el maestro de nuestros químicos, D. José Luis de Casaseca, sobre la Picram- ma pentandra de Swartz , Aguedita de nuestros campesinos. El Sr. Alvaro Reynoso, Director del Instituto de Inves- tigaciones químicas , ha impreso una obra titulada Cultivo de la caña . Tiene el mérito de haber reunido en un cuerpo todos los procedimientos conocidos en Cuba, y de haber indicado y probado la necesidad de mejorarlos , lo que el autor aplaza para tiempos más oportunos. Sabemos que para el cultivo de la caña y extraccion del azúcar trata de imprimir un magnífi- co Atlas sobre la germinacion y crecimiento de la caña, dia por dia , acompañado de observaciones de alto interes para la fisiología vegetal y la agricultura. Aunque no es nuestro ánimo tratar de agricultura , cita- remos la obra del Sr. D. Francisco de Frias, Conde de Pozos Dulces, que merece un lugar principal en nuestras bibliote- cas agronómicas. El Dr. Sebastian Alfredo de Morales ha publicado , en los periódicos Revista Habanera y Cuba Literaria , descripcio- nes de plantas cubanas , acompañadas de observaciones acerca de sus usos y propiedades y de sus derechos como especies, trabajos que nada dejan por desear al botánico más exigente. Morales se distingue por la elegancia y exactitud de las des- eripciones, así como por la tolerancia científica: prefiriendo corregir y adicionar un género , una especie , al prurito de presentarlos como nuevos, cuando son pocas las diferencias que los legitiman. Las plantas dadas á luz en esos periódicos eran ya conocidas ; pues él, como Poey y Gundlach, cree que 36 las nuevas encuentran y tienen su verdadero lugar en las pu— blicaciones científicas. La Academia de Ciencias de la Haba- na, que expontáneamente le llamó á su seno , ha recibido una Monografía de las Ampelideas de Cuba que pronto verá la luz en este Repertorio. Antes que ese trabajo aparecerá la des- cripcion de una Palma , género y especie nueva. Así es que nos abstenemos de ulteriores calificaciones acerca del botáni- co cubano ; debiendo sus propias obras hablar en breve con voz más alta y elocuente. MINERALOGIA Y GEOLOGIA. Inseparables estas ciencias en el campo de la práctica, necesitan ser tratadas en conjunto ; y lo hacemos gustosos , con tanto mas motivo cuanto que nada se ha escrito exclusiva= mente respecto á una sola, sin que hayan entrado considera— ciones acerca de la otra. Bajo el punto de vista de la filosofía positiva , que es lógico y racional , no corresponde este lugar á la Mineralogía : la escuela de Comte no la admite como par- te integrante de la Historia Natural, sino como parte conere- ta de la Física y de la Química. Seguimos la costumbre más bien que nuestras convicciones al ocuparnos en este capítulo de la Mineralogía. : Gonzalo Fernandez de Oviedo, Antonio de Herrera, Pe- dro Martyr de Angleria, á quien Humboldt llama el más doc-. to de los autores de la conquista, y Fray Bartolomé de las Casas hablan con bastante extension y veracidad de las minas de oro y cobre de la Fernandina. El baron Alejandro de Humboldt en la gran obra titula- da Voyage aux regions equinoxiales , vol. XI, pág. 221, ed. in. 82, y en su Ensayo político sobre la isla de Cuba, dedica mu— chas páginas al estudio geológico de nuestro suelo , principal- mente los alrededores de la Habana, donde permaneció casi todo el tiempo de su estancia entre nosotros , estancia que di- cho sea de paso , proporcionó á la Ciencia bellísimas conquis- tas; porque el genio investigador de Humboldt con datos pe- 31 queños y al parecer insignificantes, sacaba consecuencias im- portantes , y redactaba capítulos dignos del autor del Cosmos. Sus opiniones geológicas sobre la formacion de nuestra Isla, si bien no son las más acertadas , tienen el mérito de haber si- do las primeras, y las que han servido de base á ulteriores estudios , así como á ulteriores copias por algunos escritores que le han sucedido. La inspeccion de la serpentina de Guanabacoa, impelió al Baron á escribir la Noticia mineralógica del cerro de Guana- bacoa, comunicada al Sr. Marqués de Someruelos en 1804, publicada en el Patriota americano , tomo II, pág. 29, 1812, y en las Memorias de la Sociedad Económica , tomo 19, 1845, página 233. Sobre esta pauta escribió el Sr. D. Ramon de la Sagra en 1828 en el periódico Anales de Ciencias, Agricultura, Comer- cio y Artes, y en 1888 en la Historia física, política y natural de Cuba, tomo 1, pág. 60, ed. esp., vol. I, pág. 109, 1842, ed, franc., trad. de Berthelot. Se limitó á repetir lo que ha- bia dicho ya su ilustre predecesor, agregando datos históricos é industriales sobre las minas de hierro, cobre y oro. Trae igualmente en su obra la clasificacion que los Sres. Cordier y Berthier hicieron de 105 muestras mineralógicas de los distri- tos de la Habana, Bahía Honda, Cuba, Holguin, Baracoa, - Villaclara , Cajálbana y Guajaybon , así como una tabla ana- lítica de 17 tierras de cultivo, Algunos años ántes, 1810, un Sr. Cortés, segun vemos citado en D'Archiac, en una Memoria sobre la Geología de las Antillas , inserta en Journal de physique, vol. LXX, pág, 129, divide las Islas en 4 grupos bajo el aspecto de su consti- tucion geológica; y en el primero, ó Islas compuestas en parte de materias primitivas y en parte volcánicas y calcáreas, coloca 4 Cuba y á las grandes Antillas, ó sea Trinidad, Puer- to Rico, Santo Domingo y Jamáica, La muerte sorprendió al hábil naturalista Alcides D'Or- bigny cuando redactaba la Paleontología cubana para la obra del Sr. Sagra; habiendo quedado únicamente ocho láminas de 38 fósiles, las cuales traen dibujadas perfectamente 57 ete nombradas por él. Ricardo C. Taylor y T. Clemson , en Transactions of the American phalosophical Society of Phaladelpiia , vol. VI, pág. 191, 1836; en Philosophical magazine, vol. X, pág. 162, 1887; y en Bibliotheque universelle de Genéve 1837 , publicaron un trabajo, original por las ideas geológicas que apunta sobre nuestro suelo, titulado Noticia sobre una vena de hulla bitu— MINOSA. H. Galeotti se ocupó tambien de las relaciones geognósti- cas de este carbon, asignándole caracteres distintos á los da- dos por Taylor y Clemson, en su Memoria Apercu géonos- tique des environs de la Havane, publicada en Bulletin de '' Académie royale de Bruxelles, vol. VI, núm. 6. La opinion de Galeotti que refiere las calcáreas entre las que aparecen capas bituminíferas á la formacion jurásica , no parece la más probable , ni la mejor demostrada. Para terminar con lo que sobre las minas de carbon se ha escrito, citaremos un artículo publicado en el Diario de la Habana , 7 Agosto 1841 y en American Journal, vol. XLIT, pág. 388, 1842, en que se exponen las ideas del 1 ingeniero inglés Mr. San Richard. Mr. Ehrenberg , American Journal, vol. XLVI, pág. 297, 1844, trata de los bancos de infusorios que hay en Cuba ; y re- fiere numerosas especies , una de las cuales vive buin en las costas de Long Island , frente á New York. El eminente geólogo francés A. D'Archiac, en su magní- fica Histoire des progres de la Géologie, tomo V , pág. 526 , de- dica un Apéndice á la Isla de Cuba, para dar cuenta de los autores que han escrito antes que él, y exponer sus ideas acerca de nuestra constitucion geológica. El geólogo francés refiere á la formacion cretácea las rocas magnesianas no extra- tificadas que envuelven las serpentinas con dialaga y asbesto " de los alrededores de la Habana , y cuya edad es aun indeter- minada, Por otra parte considera como calizas madrepóricas “mezcladas de arenas y conchas marinas é íntimamente ligadas 39 á los bancos de políperos , las rocas que se alzan en las costas de nuestra Isla. Además habla de las acumulaciones detríti- cas y erráticas de caracteres muy diversos y de edad muy du- dosa. | El mismo Taylor ántes citado , publicó un trabajo leido en la Sociedad Filosófica Americana de Filadelfia el 30 de Ma- yo de 1843 é inserto en el vol. IX, 1846, de sus Transacciones. Este escrito, titulado Caracteres y porvenir de la region cu— -prifera de Gibara, y ojeada sobre la Geología del noroeste de la isla de Cuba, es uno de los más completos que existen res- pecto á nuestros conocimientos geológicos. - Las Memorias de la Real Sociedad Económica de la Ha- bana traen algunos artículos sobre estas ciencias , como son: Resultado de la excursion hecha por el ta D. Toribio Zancajo por varios puntos de esta Isla, ó sea Descripcion mi- neralógica y geognóstica de los minerales recojidos en la excur- sion , tomo 9%, 1839, p. 9. El trabajo del Sr. Zancajo es sin duda el más importante que en aquella época viera laluz en- tre nosotros: describe y nombra 52 especies recogidas en Ghii- nes, Cano , Pozas, Cacarajícaras y Bacuranao. El mismo tomo 9? en la página 354, copia una Noticia que contiene un manuscrito antiguo hallado entre los pape- les de D. Mateo Echevarría sobre un arroyo de Mayarí que arrastra oro. D, Félix Fernandez de la Maza dió en el tomo 17, año de 1843, la descripcion de 11 especies de minerales de las Pozas, y otras particularidades ; trabajo á la verdad nada científico. No así la Memoria sobre el beneficio de los minerales de co- bre en Swanseá y otros puntos, sobre la conveniencia de que los de la isla de Cuba se beneficien en ella ó en la Península, - y medios que podrian adoptarse para conseguirlo , redactada de Real órden por el ingeniero-del cuerpo de Minas D. Poli- carpo Cia , impresa en los Anales y Memorias, tomo 1%, p. 211 y 315, 1849. El mismo Sr. Cia dió á luz otro trabajo no menos inte- resante y tambien uno de los más notables , titulado Observa- 40 ciones geológicas de una gran parte de la isla de Cuba, citado ventajosamente por el Sr. Castro , con lo cual nada tenemos que agregar en su abono. El Diario de la Habana de 1844, inserta el informe fa= cultativo dado en 12 de Abril de 1840, por el profesor de minería D. Manuel Coltman , subre la mina de San Juan Bau- tista en la jurisdiccion de Holguin. El ingeniero D. Diego Lopez de Quintana dió, en Ene- ro de 1855, un buen informe sobre el estado de la minería en la isla de Cuba; dato que como el anterior tomamos de una Memoria del Sr. Castro que nos ocupará en breve. : Antes debemos dar cuenta del mforme presentado por la Comision compuesta de los Sres. D. Manuel Fernandez de Castro, D. Nicolás Valdés, D. José Ruiz de Leon, Dr. Don Joaquin Fabian de Aenlle, y D, Pedro Salterain, sobre el Canal de Isabel Segunda proyectado, y encaminado á su cons- truccion con ardor é inteligencia, por el Sr. Coronel D. Fran- cisco Alvear, con el objeto de conducir ála Habana las aguas de los manantiales de Vento; impreso en Madrid, 1864. Es- te informe muy bien redactado trae un capítulo geológico y otro de hidrología, únicos que deben ser citados aquí. Los Anales de la Real Academia de Ciencias de la Haba-- na, 1864, tomo 12,p.17, 54, 96, insertan una Memoria del Sr. Fernandez de Castro, titulada De la existencia de grandes mamiferos fósiles en la isla de Cuba; trabajo al nivel de los co- nocimientos modernos. En ella apunta que sería conveniente agregar una familia más á las cinco que constituyen el órden de los Edentes , si hubiere , como parece haber, en la quijada de un mamífero fósil hallado en los baños de Ciego Montero, caracteres que no permitan clasificarlo entre los Roedores ; y si tuviere, como parece tener, algunos que lo acerquen á es- tos, á los tardígrados y á los gravígrados sin convenir absolu- tamente con ninguno de ellos: de la misma manera que se creó la familia de los gravígrados con los primeros perezosos antediluvianos que no podian incorporarse á ninguna de las cuatro en que se dividian los Edentes que viven en la actua- 41 lidad. Dicha familia podria comprender además del género en que se colocara el fósil de Ciego Montero, los del Megalonyx y Gnathopsis, si se decidiere, como creen algunos naturalis- tas que son verdaderos caninos sus primeros molares , y se eonfirmara la opinion de Leidy, quien niega sean incisivos los del fósil de Ciego Montero, que clasifica como un Mega- lonyx. En cuanto al diente fósil del género Equus, mencionado en la memoria, diremos que hay razones posteriores para du- dar, y aun para eliminarlo completamente . El mismo señor Castro , en la reimpresion de su escrito hecha en la Revista minera de Madrid rectifica esta equivocacion. Un folleto publicado este año en la Habana por el Ins- pector general de Minas, cuyos trabajos nos vienen ocupan- do, comprende lo siguiente : Estudio sobre las minas de oro de la isla de Cuba, y muy particularmente sobre la de San Blas de las Meloneras , en el partido de Guaracabuya , juris- diccion de Remedios. Sobre las minas de oro de Holguin , y Existencia probable de aluviones auríferos entre los cayos y el litoral de la region central dela isla de Cuba. Esta obra re- vela el mérito indisputable y los profundos conocimientos que en estos ramos posee el Sr. Castro. Datos históricos, consideraciones geológicas, geográficas é industriales y la ex- posicion de la nueva teoría de las corrientes electro-telúricas que ya habia anunciado en una Memoria sobre la formacion de la tierra colorada en la isla de Cuba , impresa en 1860 en la Revista Habanera, y reimpresa en 1864 en las Memorias de la Junta de Fomento , es en resúmen lo que el geólogo español expone en su Estudio. Por dicha teoría , que satisface las exi- gencias de la Ciencia, se explica en efecto la presencia de los nódulos de óxido de hierro en la caliza compacta que cubre una parte de la superficie de nuestra Isla , y en general de la existencia de las vetas en los mármoles, la estructura fajeada de las ágatas, los núcleos silíceos en la creta, y todos los agrupamientos de minerales en el interior de las rocas y de otros minerales de naturaleza mas heterogénea : esta teoría 6 42 explica tambien, con más acierto que ninguna otra, la for- macion de los criaderos metalíferos, cualquiera que sea su forma y extension, cosa imposible con la teoría platónica más generalmente admitida para los criaderos regulares. Pasemos ahora á la Hidrología, que de propósito deja- mos, aunque venia llamada cronológicamente , para tratar de ella en un solo capítulo y no interrumpir el hilo de la narra- cion. D. Francisco Remirez y D. José de Estevez son los pri- - meros que de nuestras aguas se ocuparon. Aquel formó parte de la comision del conde Mompox , y escribió una Análisis de las aguas de lu fuente de Madruga , vulgarmente llamada la Par- la, publicada en la 4? série de las Memorias de la Sociedad Eco-- nómica , tomo 4, 1859. Estevez hizo los análisis de las aguas de San Diego y del rio Almendares, esta última en 1828. El Dr. Mialhe de París , tan conocido por su obra Cha-. me appliquéz á la Physiologie et á la Therapeuthique , publicó una Memoria sobre las aguas sulfurosas de San Diego de los Ba- ños , consideradas como las mejores de esa clase que tenemos en la Isla. Don José Luis Casaseca ha publicado varias análisis de las aguas de Guanabacoa y una de las de Almendares y Ven- to, que es de las más completas y escrupulosas. Este exce- lente trabajo se insertó en el tomo 12, Seccion Científica, p- 63, 1854, de las Memorias de la Sociedad Económica. El Dr. D. Antonio Caro, catedrático de Física de la Universidad de la Habana , ha impreso dos Memorias sobre aguas minerales, en 1860 ; una acerca de las de Guanabacoa y otra sobre la Paila de Madruga, manantial que el ilustrado. Doctor considera el superior entre los sulfurosos cubanos, segun se desprende de sus análisis , sin embargo de que en su concepto tienen el mismo orígen geológico que las de Sam Diego. El Dr. D. Joaquin Fabian de Aenlle, catedrático de Far- macia-química orgánica é inorgánica en nuestra Universidad, se ha ocupado asiduamente de las aguas minerales de Cuba. Ha suministrado una análisis de las de San Diego impresa en. 43 un folleto destinado á estudiar los baños de aquel punto bajo todos aspectos. En 1861 dió un luminoso informe al gobierno en el que trascribe las análisis de las aguas de los manantia- les conocidos por el Tigre, el Templado y la Paila , y las del rio Caiguanabo , que por allí pasa, mezclando á veces sus lin- fas con las célebres aguas medicinales. Las consideraciones del Dr. Aenlle elevan las aguas ci- tadas á las clase de las termales estudiadas geológica y tera- péuticamente , pero á la de sulfurosas sulhfidratadas bajo el punto de vista médico-químico de la exacta clasificacion de Herpin . Para el Informe sobre el acueducto, ha contribuido la ciencia del Dr. Aenlle con la análisis de las aguas de Ven- > to. En la actualidad se ocupa de las análisis de todas las aguas minerales de Cuba, y tal vez los suscritores del Re- pertorio sean los primeros en apreciar los trabajos, siempre interesantes del químico cubano. Algunas apuntaciones más, y coñcluiremos este capí- tulo. / Por lo que se relaciona con la Geología, citaremos la Me- moria sobre los huracanes en la isla de Cuba, por D. Deside- rio Herrera, 1846, y dos de nuestro colaborador D. Andrés Poey; de las cuales una se titula/Breve ojeada histórica, hidro- gráfica y topográfica de la isla , /de “Pinos, Habana, 1850, en que el autor trata aunque someramente, de las aguas mine- rales de Santa Fé, tan recomendadas por el Dr. D. José de la Luz Hernandez , y sobre los betunés y algunos otros pro- ductos naturales de aquella Isla. La otra , Cuadro cronológico de los temblores de tierra sentidos en la: isla de Cuba desde 1651 hasta 1855, publicada en francés en Nouvelles Annales des Voyages, 1855, y traducida al español en las Memorias de la Sociedad Económica, tomo 22, 1855, p. 741: es un traba- jo interesante , justamente estimado. No terminaremos sin lamentar la falta de un escrito se- rio , científico, sobre las cuevas de Bellamar, esa maravilla que Matanzas tiene '4 sus puertas , y que causa el asombro de todos por el grande y majestuoso aspecto de sus salones 44 y galerías decoradas con las mas bellas y caprichosas crista- lizaciones del espato calizo. A A , g Ep Eos COLECCIONES Y AFICIONADOS. " Una vez terminada la relacion de lo que se ha escrito so- bre los tres reinos de la naturaleza debemos , para completar la historia del desenvolvimiento de esos ramos en Cuba , ocu- parnos de las colecciones , de los aficionados y de los corres- ponsales. En primer término vienen los Museos públicos; pero desgraciadamente Cuba no cuenta con establecimientos de tal clase : el espíritu mercantil ha predominado siempre en nues- tra patria. Mudo aseverador de esta verdad es el Museo de la: Real Sociedad Económica de Amigos del pais. D. José María Zamora, Director de la Sociedad , fué quien en 1835 promovió la instalacion de dicho Museo; idea que se abandonó completamente hasta el año 1838, en que D. Felipe Poey volvió de nuevo á presentarla, apoyándola con su palabra siempre oida con gusto. Aquel mismo año se estableció en uno de los salones de la Sociedad , con escasos fondos y con las donaciones que muchas personas ilustradas hicieron al naciente gabinete. Aumentadas sus colecciones, arreglados y clasificados debidamente los objetos , iba nave— gando el Museo con alguna esperanza de engrandecimiento y esplendor lejano , cuando la asignacion anual le fué suprimi- da, y los gastos de conservacion imposibilitados : en cuanto á la direccion fué desempeñada gratuitamente por el Sr. Poey. Muerto el Museo de la Sociedad , vino una órden superior á: salvar los objetos allí guardados , del naufragio que los ame- nazaba con la retirada del Director y del Conservador. El Gabinete de Historia natural de la Real Universidad de la Habana, recibió todo lo que en los estantes del Museo se encontraba , y con este refuerzo se aumentaron las coleccio-- nes .propias , adquiridas desde 1842 ; sin que por esto haya. jogrado colocarse á una altura digna de la capital de Cuba y de: 45 su ilustrada Universidad. La reforma de 1863 ha disminuido los recursos de este Museo de tal suerte , que temeríamos ver- lo morir de consuncion si el Dr. Duran y Cuervo , actual Rec- tor, no hubiera dado evidentes pruebas de que ha compren- dido la urgente necesidad de restaurarlo y vigorizarlo. El gabinete de la Universidad cuenta con una buena co- leccion de minerales exóticos y cubanos, con una excelente y numerosa de fósiles característicos de los terrenos , y otra de rocas regalada por el último Rector, Sr. Valdés Fauli, quien tambien ha hecho pedir 800 tipos cristalinos , en made- ra, para donarlos al Museo, y dejar allí grabado un nombre que todos eonservamos con agrado. La coleccion de moluscos exóticos es regular y nada más ; la cubana apenas esiste ; tam- poco existen colecciones de mamíferos , aves, reptiles , peces é insectos , á no ser que se quiera llamar colecciones á un pe- queño número de ejemplares deteriorados en su mayor parte. Un mal radical ha venido padeciendo el Museo desde su insta- lacion ; causa de que hayan llegado los objetos á desaparecer á los rigores del tiempo y del abandono. Y no podia ser de otro modo , con un Reglamento que no deslinda las atribucio- nes del Conservador , y que no da la responsabilidad al Cate- drático , el cual por otra parte es considerado como Director. Un Museo bien situado , con muebles apropiados, bajo la direccion y responsabilidad del Cátedratico , y con un Ayu- dante Conservador bien remunerado , elegido y libremente re- movido por aquel entre las personas que se dedican á la His- toria natural, son las modificaciones que necesita el actual gabinete. El Profesor responsable , ocupado en los deberes de su cátedra , estará doblemente interesado en dar su confianza á un Ayudante capaz de ordenar, clasificar y trasladar á los catálogos todos los objetos; como se vé en los Museos de la Península y de los demás paises. Los Institutos de Segunda enseñanza y Aplicaciones de la Habana , Santiago de Cuba, Matanzas y Puerto-Príncipe, están para recibir colecciones que pueden llamarse simple- mente de estudio. 46 Para este fin poseen ya cierto acopio de objetos cuba- nos y exóticos, las Escuelas Profesionales, los Colegios de los Padres Escolapios y Jesuitas, y los de los.Sres. Toy- mil y Guiteras. Los Padres Escolapios son dignos de citarse por el bri- llante estado de su Museo , que el P. D. Francisco Clerc se ocupa activamente en conservar y aumentar con frecuen- tes escursiones por los alrededores de Guanabacoa , donde está situada la Escuela regentada por el P. Collazo , quien no pierde ocasion de inspirar á sus alumnos el amor á la Ciencia. Tambien D. Antonio Guiteras, Director del Colegio La Empresa de Matanzas, merece particular mencion por el- empeño que toma en dotar su bien montado establecimiento, uno de los mejores de la Isla, de un gabinete en que predo- minen los ejemplares cubanos. Las colecciones y gabinetes particulares son numerosos y variados, D. Felipe Poey ha recolectado objetos cubanos en los tres reinos ; y viendo la dificultad de abarcarlos todos , ha li- mitado actualmente sus colecciones y sus estudios predilectos á los Peces , Crustáceos , Neurópteros y Hormigas : su Atlas de Peces es muy completo y muy notable por la exactitud científica y la eleccion de los individuos figurados. El Dr. Juan Gundlach se ocupa en colectar objetos zoo- lógicos cubanos , exceptuando los Peces marinos. Su coleccion de Aves, armadas por él con la mayor habilidad , es la mejor que existe ; lo mismo que las de Insectos de todos órdenes, y Moluscos terrestres, Este gabinete perfectamente conserva- do, ha pasado ha poco al ingenio La Fermina (Bemba) de la propiedad de los Sres. Cárdenas. D. José Cayetano Iradi conserva en Cienfuegos un Mu- seo exótico y cubano , de mucho mérito ; pero que no puede consultarse, por residir su dueño en un punto distante de la misma jurisdiccion. D. Ramon Forns, digno discípulo del Dr. Grundlach, 4 posee en la Habana una hermosa coleccion de Ayes de la isla de Cuba, preparadas por él. El Dr. Nicolás José Gutierrez tiene en lujoso amuebla- miento una bella coleccion de Moluscos exóticos y cubanos. D. Rafael Arango, de decidida y constante vocacion, ha concebido el árduo proyecto de formar en la Habana un Mu- seo cubano; entre tanto ostenta una excelente coleccion de Moluscos terrestres de la Isla, igual á la de Gundlach por el número de las especies y por los ejemplares escojidos. Las variedades tan estimadas de la Helix picta , no sufren compe- tencia con las de ningun otro gabinete. Don Francisco de Jimeno va reuniendo con ilustrada ac- tividad una coleccion, tanto exótica como cubana, la cual merece el nombre de Museo, y puede citarse como uno de los monumentos que más honran á Matanzas: en él se halla una bella serie de cristalizaciones sacadas de las cuevas de Bella- mar. El Museo de Jimeno nos trae á la memoria á nuestro buen amigo D. Félix García que lo ha aumentado con nume- rosas Aves y Peces preparados por su mano, Don Juan Antonio Fabre posee con habilidad los dife- rentes ramos de la Taxidermia , sobresaliendo en la conser vacion de los Peces, y mostrando en el ordenamiento de va- rios objetos que colecta una minuciosidad de muy buen gusto. Don Carlos Jeanneret, relojero suizo, que habita en Santiago de Cuba, ha formado á impulsos del Dr. Gundlach un gabinete de Moluscos terrestres en el cual se admiran mul- tiplicadas especies descubiertas por él en sus frecuentes ex- cursiones por el Departamento oriental. El Doctor D. Francisco Javier Coronado estudia con provecho la Malacología; y hace mucho tiempo que procura enriquecer su coleccion general con todas las especies cuba- nas: le auxilia su aventajado hijo D. Francisco, que reside actualmente en Barcelona, donde se conserva la coleccion, que segun noticias de su mismo dueño no tardará en trasla- dar á la Habana. La señora Condesa de Romero, ha dadu á las personas 48 de su sexo y de cuantiosos bienes, un ejemplo digno de imi- tacion. Sus salones brillan tanto por las galas zoológicas co- mo por las decoraciones del lujo : el principal adorno está en las Aves, la mayor parte cubanas. La señora viuda de Crespo no ha dado menos pruebas de su aficion, lo mismo que los Sres. D. Simon y D. José María de Cárdenas que presentan con las Aves de la Isla un espectáculo tan bello cuanto ins- tructivo. Tambien D. Vidal Morales se ha entregado á la con- servacion de ellas, y D. Luis Le Riverend que tiene un gus- to decidido por la Historia natural, y muestra en su casa ejemplares escogidos en muchos ramos. | La ciudad de Matanzas nos ofrece á D. Joaquin Barnet, químico estudioso y profesor-conservador en el Colegio La Empresa; á D. Ricardo James Cay no menos aficionado que el Sr. Le-Riverend; y á los jóvenes alemanes D. Rodolfo Gat- gens y D. Ernesto Suffert, que con empeño dedican sus ratos de ocio á la recoleccion y estudio de los insectos , principal mente las Mariposas. En Matanzas tambien reside el Dr. Sebastian Alfredo de Morales, que posee las colecciones más completas de plantas, semillas y maderas. Hasta la vuelta del Dr. Morales á Cuba recojía Poey objetos de este ramo; pero desde que se unie- ron con los lazos de la amistad más fraternal , Poey regaló á Morales todo lo que habia acumulado de Botánica abando- nando estos estudios, como antes habia hecho con la Ornito- logía , para dejarla en las hábiles manos del Dr. Gundlach. Mis propias colecciones principian á desarrollarse y se- extienden á todos los ramos ; pero mis estudios se limitan á la Botánica y á laMalacología. En la Habana D. Francisco Adolfo Sauvalle tiene una buena coleccion de plantas secas; mientras que D. José Blain tiene por herbario la sierra de Rangel, en la cordillera de los Organos. Ambos estudian con asiduidad su ramo, en el cual debemos citar como aficionados á D. Rafael Madrigal, de Sancti-Spíritus, D. Manuel de Monteverde «le Puerto-Prínci- pe, D. José Eduardo Ramos y D. Francisco Entralgo en la 49 Habana. Ya hemos hablado anteriormente de D. Nicolás Val- dés, D. Emilio Auber y D. Fernando Layunta. La muerte nos arrebató al Dr. D. Angel José Cowley, decano de la fa— cultad de Medicina, que se ocupaba de la Botánica cubana aplicada al arte de curar , segun los manuscritos que conserva su hijo D. Rafael. El colector infatigable D. Carlos Wright es digno de to- - da nuestra consideracion por su constancia en la recoleccion de vegetales, y últimamente de Moluscos. Sus excursiones han dado brillantes productos á la Ciencia y á los gabinetes. Las muestras de plantas por él recogidas forman herbarios bastan- tz completos, de los cuales posee uno el Sr. Jimeno y otro el Sr. Cay. El Sr. Inspector de Minas, D. Manuel Fernandez de Cas- tro, reune á su ciencia un empeño decidido en formar un ga- binete geológico cubano, material que ha de servirle para es- cribir una Hhastoria, que ya tiene grandemente adelantada. Sus ejemplares son numerosos y de bastante mérito. D. Pedro Salterain , ingeniero de minas en este Departa- mento, puede serle de gran utilidad por sus conocimientos y su habilidad en el dibujo; no menos que D. Diego Lopez de Quintana que ejerce igual empleo en el Departamento Oriental. D. José Ruiz de Leon, nuestro amigo, y compañero del Sr. Castro, ofrece á todos un apreciable recurso en los sólidos conocimientos mineralógicos que le distinguen. El Pbro. D. Ramon de la Paz y Morejon, cura de Gua- mutas, ha merecido general reconocimiento por los regalos de objetos naturales en todos ramos hechos á la Sociedad Econó- mica, á la Universidad de la Habana, y al Museo de Cien— cias de Madrid. Llaman altamente la atencion los fósiles de Equinodermos y los dientes de Escualos antediluvianos que por sus esfuerzos han venido á conocerse. Colocado en la lista de los colaboradores á este Repertorio , ha correspondido dig- namente con la remision de dos dientes de dichos animales, completamente nuevos para nuestras colecciones. 7 50 El Dr. D. Ramon Zambrana no se ha dedicado con espe- cialidad al estudio de nuestras especies; pero debemos men= cionarlo por la propaganda científica que ejerce con sus artí- - culos de Historia natural que ven la luz en la Revista del Pue- blo, y por haber comenzado á publicar un Atlas acompañán- dolo de un texto explicativo, en el cual no pierde la ocasion de presentar ejemplos cubanos. -D. Juan Copieters, capitan del bergantin españa! Diego de Leon, es digno de la mayor estimacion por su espíritu ob- servador, tanto en Historia natural como en fenómenos me- teorológicos, que comunica á D. Andrés Poey, Director del Observatorio físico-meteórico de la Habana. Tambien le cos munican sus observaciones D. José Delmonte, de Matanzas, actualmente en Puerto-Príncipe, y D. Benito José Riera, de Santiago de Cuba: ambos dirigen con aplauso los Institutos de sus respectivas localidades. Por no hacer un capítulo especial acerca de las Biblio- tecas y Corporaciones científicas, las incluimos en este lu- gar. Además las Bibliotecas son en realidad verdaderas co- lecciones. | La Biblioteca de la Universidad de la Habana, y la de la Sociedad Económica , no encierran más de 4 á 6000 volúme- nes, y son bastante pobres en libros de Historia natural. A ellas hemos acudido en busca de algunos datos para redactar esta Memoria; lo mismo que á la Biblioteca Domingo Del Monte, de los Sres. D. Leonardo y D. Miguel Delmonte , que con suma complacencia pusieron á nuestra disposicion su es- cojida y valiosa librería. En la Habana son acreedoras á men- cion la del Sr. Conde de Fernandina y la del Sr. D. Antonio Bachiller y Morales. Las bibliotecas de D. Alvaro Reynoso y de D. Andrés Poey se distinguen por sus numerosas obras científicas. | La única Corporacion que podemos citar, es la Real Aca- demia de Ciencias médicas, físicas y naturales de la Habana, Instalada hace cuatro años, se ha sostenido con bastante ani- macion bajo la presidencia del Dr. Nicolás José Grutierrez. 91 Sus contribuciones á las ciencias físico-naturales han sido has- ta ahora cortas, por causa de la inmensidad de materiales que las cuestiones médicas acumulan en sus actas, informes y di- sertaciones. CORRESPONSALES. El corto número de naturalistas y aficionados que bajo nuestro cielo se dedicaran á los estudios que nos ocupan, y la necesidad urgente de clasificar los objetos encontrados , así como la nv menos perentoria de entrar en relaciones con otros sabios, y dar movimiento y vida á los conocimientos adquiri- dos, hizo que la lista de los corresponsales científicos se forma- ra de individuos entendidos; y que su número haya ido cre- ciendo más, y más, hasta que hoy compongan una brillante pléyade que vamos á enumerar y juzgar someramente. —. En la clase de los Mamíferos tenemos por único corres— ponsal al Dr. Guillermo Peters , Director del rico Museo de la Universidad de Berlin; su ciencia le ha alcanzado una repu- tacion universal, no solamente en el ramo indicado sino en otros muchos , principalmente en el de Reptiles. La Ornitología cultivada predilectamente por el Doctor Gundlach, cuenta mayor número decorresponsales. Estos son el Dr. Jean Cabanis de Berlin, director del periódico Jowrnal _fúr Ornithologie ; el Sr. Sezekorn de Cassel ; Spencer F. Baird, segundo Secretario de Smithsonian Institution de Washington; G. N. Lawrence de New-York y el Dr. Bryant de Boston. Además del Sr. Peters, tenemos en cuanto á los Reptiles al inteligente erpetologista E. D. Cope de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia. | Los Profesores del Jardin de Plantas de Paris, A. Valen- ciennes y Augusto Dumeril, lo mismo que el Sr. Guichenot, Ayudante en dicho establecimiento, han tenido la bondad de suministrarnos datos importantes en la clase de Peces. Nues- tro más eminente y activo corresponsal es Teodoro Gill, em- pleado en la Institucion Smithsoniana ; no se ha limitado á es- 92 tudiar los Peces de los Estados Unidos, sino de todo el Orbe; trabajando en las clasificaciones , y mereciendo por sus nume- rosos artículos insertos en los Proceedings de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia, ver su nombre inscrito á continuacion de los de Cuvier, Valenciennes, Bonaparte, Muller, Bleeker y Gúnther. El Profesor Luis Agassiz ha ofre- cido las instrucciones que brinda el gran Museo de Zoología comparada de Cambridge , inmediaciones de Boston. Este Mu- seo que apenas cuenta diez años trascurridos desde su funda- cion', ha progresado prodigiosamente bajo la direccion del dis- tinguido naturalista. Basta decir que hoy posee 7.000 espe— cies ictiológicas representadas por mas de 100.000 individuos; mientras que la coleccion del Jardin de Plantas y la del Mu- seo Británico ascienden cada una á 4.500 especies, y el nú- mero de individuos á 25.000. Agassiz ha pedido á Poey á cual- quier precio , todos los Peces cubanos, de los cuales ha teni- do ya 5 remesas, Han sido para Poey sumamente apreciables las relaciones establecidas con el Sr. Carson Brewort de New- York. Tambien agradece buenos servicios á los Sres. T. W. Putnam y E. Girard, Los Insectos coleópteros han sido constantemente remi- tidos por Poey al Sr. Augusto Chevrolat de Paris; y por el Dr. Gundlach á los Sres. F. Riehl, Dr. Erichson, Dr. Klug, Dr. H. Schaum y Dr. E. Suffrian, todos de Alemania, y al Dr. M. E. Candeze de Bélgica. El Sr. Bland de Filadelfia tie- ne á su disposicion en la Sociedad Entomológica de dicha ciu- dad la coleccion original de Poey , la más completa después de la que posee Gundlach , y nos comunicará todas sus ob- servaciones. El Sr. Enrique de Saussure es nuestro más antiguo cor- responsal respecto de los Ortópteros ; actualmente se ha agre- gado en este ramo Samuel H. Scudder de Boston. El Dr. Hermann: Hagen de "Koenisherg, íntimamente unido al Baron Selys-Longchamp , es uno de los corresponsa- les que más estimación y afecto nos ha inspirado por su cien= cia y sus noticias neuropterológicas. 53 En los Himenópteros ha sido el Sr, Saussure el primero que nos ha brindado su amistad y su útil correspondencia; más tarde hemos tenido relaciones con el Dr. Sichel de Paris. Porlo que toca á la familia de Formicide ú Hormigas, el Doc- tor Julio Roger de Rauden, amigo y corresponsal de Gun- dlach, nos ha satisfecho completamente. Por último E. T.. Cresson , Secretario de la Sociedad Entomológica de Filadel- fia, la cual adquirió la coleccion de Poey , es hoy nuestro exce- lente corresponsal en todas las familias himenopterológicas. Los Sres. Herrich Schaefter de Múnster, y €. Felder de Viena, están en comunicacion directa con Gundlach; y los Sres. Grote y Blake de Filadelfia con Poey , sobre el órden de los Lepidópteros. P. R. Uhler corresponde con Poey acerca de los Hemíp- Leros. En cuanto á los Dípteros, hemos tenido la dicha de cono- cer de paso en la Habana al Baron Osten-Sacken, Secretario de la Legacion Rusa en Washington, el cual nos ha sido su- mamente útil para la clasificacion de estos insectos, y nos ha puesto en comunicacion con el eminente Dr. H. Loew de Ale- mania. i -El Sr. Eduardo Guérin-Meneville , antiguo amigo y com- pañero de Poey en la Sociedad Entomológica de Francia', es nuestro buen corresponsal en el ramo de Crustáceos. Pensa- mos aprovechar los ofrecimientos que en los Estados-Unidos nos ha hecho el Sr. Stimpson. La clase de los Moluscos, estudiada por un gran número de naturalistas, presenta muchos corresponsales . El primero de todos es el Doctor Luis Pfeifter de Cassel, cuyas obras, ya nombradas, han sido escritas todas con profundo conoci- miento de la lengua latina, y con aquella elegancia que Fa— bricio legó 4 sus sucesores, la misma que generalmente se no- ta en los autores alemanes. El Dr. Guillermo Dunker de Mar- burg ha sido para nosotros acerca de los Moluscos marinos y fluviátiles lo que Pfeiffer para los terrestres . D. Patricio de la Paz y 1. Laureano Perez Arcas son nuestros amigos y Corres- 54 ponsales en Madrid ; así como D. Francisco Coronado lo es en Barcelona, y nos ha puesto en comunicacion con los señores Comendador y Martorell. El Sr. Petit de la Saussaye , en Pa- rís, es el antiguo y constante corresponsal de Poey en los Moluscos marinos y terrestres. Nuestro colaborador D. Rafael Arango se ha puesto últimamente en correspondencia con el señor Crosse, uno de los continuadores del Journal de Con— quiliología. El Conde Morelet ha tenido la bondad de escri- birnos algunas cartas. Debemos á R.. S. Shuttleworth, natu- ralista suizo , comunicaciones importantes. Si exceptuamos E señor Pfeiffer, ninguno ha recibido mayor número de Molus- cos terrestres cubanos que el Sr. H. Cuming, que posee en Londres la más hermosa coleccion que en el mundo existe. Los otros corresponsales son de los Estados-Unidos del Norte Amé- “rica; entre ellos los señores Redfield y Bland de New-York, Newcomb de Albany, Binney y Lea de Filadelfia, Anthony de Cincinnati, hoy en Cambridge, y Gould de Boston. Para los Equinodermos vivos y fósiles contamos con los profundos conocimientos del Sr. Agassiz; y para los Pólipos, con el Sr. Verrill, ambos residentes en los Estados de la Union Americana. El Sr. Asa Grisebach de Góttingen ha ofrecido su coope- racion en el reino vegetal. | Esperamos entablar con la intervencion de D. Ramon de la Sagra otras correspondencias útiles en Europa. Mucho es- peramos de la buena voluntad del Dr. D. Mariano de la Paz Graells, que tiene á su cargo en Madrid la direccion del Jar din Botánico , y juntamente la del Real Gabinete de Historia natural. Y ya que hemos hablado de este rico Museo , termina- remos esta larga historia participando á los amigos de la cien- cia que habiendo el gobierno de España asignado en el presu- puesto 500 pesos anuales para aumentar con objetos cubanos las colecciones de Madrid , han empezado á remitir ejemplares interesantes en todos ramos los Sres. comisionados D. Felipe Poey y D. Juan Antonio Fabre. Hace años que el Museo de Madrid se encuentra en posesion del estimado Gabinete de 55 Peces y Crustáceos formado en la Habana por D. Antonio Parra, cuidadosamente conservado , y que pronto se verá re- novado con las remesas que recibirán de Cuba. En lo presen- te existe en manos del Sr. Fabre, para ser enviado en breve tiempo, un herbario de 2.200 plantas cubanas colectadas por Wright y nombradas por Grisebach. Los Peces que remite Poey tienen la ventaja de ir bien preparados y bien clasificados. En Mineralogía contamos con los buenos servicios del se- ñor Tomas Egleston de Washington, que se ha brindado para el adelantamiento del ramo á que se dedica. Otros muchos naturalistas han tenido con nosotros rela- ciones de cambios en varios ramos. Para Aves y huevos, N. Bishop de San Juan de los Remedios ; para Insectos , en pat- ticular Lepidópteros, Tryon Reakirt de Filadelfia. En los Mo- luscos el número es más considerable: Elizalde de Cádiz ; Grateloup , Terver, Tissot, Dubreuil y Ferrari en diversas localidades de Francia; Chitty en Inglaterra; E. C. Bolles de Portland ; Haines, Temple Prime y Roberto Dunwiddie en Nueva-York ; George W. Tryon de Filadelfia; el obispo Elliott y Postell en Savanah; Ravenel de Charleston ; C. B. Adams y Cooper en otras ciudades de los mismos |Estados Unidos. El Dr. Kaup , director del Museo de Darmstad ha cambiado objetos de diversos órdenes. El Dr. Bland de Was= hington y el Dr. W. Robbins de Uxbridge comunican sobre Botánica y piden muestras de plantas cubanas. Si en la enumeracion de los autores, colectores , aficio- nados y corresponsales he omitido algun nombre digno de fi- gurar en esta Historia , no ha sido voluntariamente , sino por ' olvido ó ignorancia : si asi fuese suplico se me ilustre para en- mendar mi falta. Por lo pronto recuerdo que he callado los siguientes da- tos , que me apresuro á transcribir. El geólogo R. C. Taylor publicó , en London's Magazin of Natural History , vol. IX, 1836, unos Apuntes de las es- pecies observadas durante su permanencia en Cuba. Juan Eduardo Gray , valiéndose de las noticias que le 56 eomunicara su amigo Mac Leay, dió el año 1840 en los volú- menes 4 y 5 de los Annals de Historia natural , dos interesan- tes trabajos ; en uno describe varios Quirópteros, y en el otro forma el catálogo de los Reptiles encontrados por Mac-Leay, de quien citaremos una memoria inserta en el tomo XVI de las Transacciones de la Sociedad Linneana de Lóndres,, 1833. Se titula Remarks on the comparative of certain Birds of Cuba. El Sr. Desmarest imprimió en las Memorias de la Linnea- na de Paris, t. 11, 1822, una Década ictiológica sobre especies cubanas nuevas é imperfectamente conocidas. Los Sres. Húbner y Geyer, en el Samlung ó Coleccion de Lepidópteros exóticos, y en el Zutraege ó Apéndice, pre- sentan muchas Mariposas de Cuba. Tales son los frutos que silenciosamente maduraban en Cuba, cultivados por personas modestas llenas del fuego sa- grado que reclaman estos estudios , tanto mas meritorios cuan- to que carecian, como carecemos aun , de los recursos pode- rosos que las Academias de Ciencias y Bibliotecas públicas ofrecen al naturalista de otras regiones civilizadas ; con pocos testigos , pocos compañeros , con quienes comunicar ideas y descubrimientos nuevos; en medio de un público tibio apre- ciador de semejantes ocupaciones, que traen consigo mucho trabajo y poca utilidad pecuniaria ; más bien sacrificios de to- da clase, compensados á la verdad con los placeres puros que acompañan á la más inocente de las aplicaciones del ánimo. Ha llegado empero el dia en que tanto amor á la ciencia, tan- tos sacrificios, tengan una digna recompensa en la estimacion de los contemporáneos ; y ese dia ha empezado con la publi- cacion del Repertorio, el cual por contener constantemente trabajos originales sobre los intereses científicos de la Isla de Cuba , alcanzará proteccion , no lo dudamos, no solamente de los que hacen de estas materias sus estudios favoritos , sino tambien de los que lanzados á otras especulaciones , den su óbolo en favor de una empresa que puede traer honra y pro- vecho á la patria. 51 EL COROJO, GASTROCOCOS ARMENTALIS. POR SEBASTIAN ALFREDO DE MORALES. Classis.—PRINCIPES. Endl. Gen plant. 244. Ordo.-—Parma. Endl. Gen plant. 244. Palmee.—Linn. Method. sexual. edit. 1737. p. 22;—Pre- lectiones edit, Gisele, p. 21-122.—Jussieu , Gen., 37.—Vente- nat, Tabl. 2. p. 118.—R. Brown, Prodr. 266.— Martius, Palm. fam; Palme brasil ;—Bartling, Ord. nat. 63.—Du- mortier, Fam. 55.—Kunth, Enum. pl. 3, 168. —Spach, Veg. phan. 12, 57. Palmacea.—Lindley Introduct. edit. IL. p. 343. Pheenicoidese.—Ad. Brogniart, Enum. Gen. Hort. Par. p. XV et 15. Tribu.—Cocorma. Mart. Synops.—Endlicher , Gen. plant. 244.—Kunth , Enum. pl. 3, 258.—Spach, Vegt. phan. 12, 62 et 113 Sectio.—ÁCULEATA. Genus Gastrococos Morales. Flores monoici in eodem spadice; spatha simplici, lan- - ceolata, seu oblongo-acuminata , lignescente , extus dense aculeata , 14—2 pedalis , ventre tandem aperta. Masc. in summitate ramulorum foveolis sessiles, sub- bracteati. Calyces duo; exteriore minuto, monophyllo , co- riaceo , angulis carinatis, subacutis ; interiore 3-sepalo , se- palis membranaceo-coriaceis, erectis vel eonniventibus, pris- matico-trigonis, lineare-oblongis, apice subobliquis , intror- 8 E 58 sum fornicatis, intus marginatis, uno obtusiore. Stamina 6, € toro basilare, plerumque inclusa; filamenta subulata , com- pressa, sub «*quilonga; antheree oblongo-lineares, subsagit- tatee, erectee , basifixee, biloculares, apice dissimiliter obtusee. Ovarii rudimentum minimum tricuspidatum. Torus carnosus, brunneus, subtrigonus , piramidalis. Fem. in inferiore parte ramulorum , numero minore, ses- siles , fere foveolatee , subbracteatee (bracteis minimis). Calyx corolla minore, concavo-rotaceus , subtrilobus , velsubrotaceu trifidus fere tricarinatus . Corolla gamopetala, trifida : urceo- lus (corolla adnatus) 6-dentatus , amplectens ovarium , apice excluso . Ovarium ovatum vel pyramidatum , subtriangulare, extus tomentosum , uniloculare , uniovulare ; stylus brevissi- mus vel nullus ; stigmata 3, oblongo linearia , revoluta, vel trifido-revoluta. Drupa globosa, magnitudine ovi columbini, 1-sperma; epicarpium cartilagineum , aureo-viride ; sarcocarpium muci- laginosum ; putamen globoso , nigro, osseo , durissimo (la- pideo) ; testa reticulato-venosa , lateribus triporosis (poris eequatorialibus); porus unus embrionarius, duobus aliis pseudo-foveolatis ; albumen amygdalinum ; embryo intrapo- rum lateralem , basilare. Palma cubana procera (pedes 15 ad 20 ) in campis siccis; caudice seepius medio ventricoso , aculeato (aculeis coriaceis, rectis, 2-3 pollicaribus) , annulato . Frondibus pinnatis , pe- tiolis et rachide spinosissimis ; foliolis lanceolato-linearibus, apice crispis . Spadicibus basi spinosissimis , intra basim fron- dum exteriorum sessilibus , patentibus ; rachide teretiuseu= lo, scorbiculato , in ramos plurimos simplicis diviso : spatha densissime aculeata, infra longitudinaliter fissa : floribus fla- vescentibus, minimis ; masculinis superioribus , numero ma- Joribus. Genus inter Cocos et Acrocomiam colocandum. Gastrococos armentaliass Morales. ¿Cocos? crispa Kunth? Enum. plant. 1.3 p. 287. Synop. 59 plant. equin. t. 1. p. 304; ¿n Humb. et Bonpl Nov. gen. et sp. t. 1. p. 302,—A Richard, Flor Cub., ed. esp. t. 2. p. 280. Corojo, Palma Barrigona: Vulgo cubano. Flores monóicas, masculinas y femeninas en un mismo espádice todas sesiles , las masculinas menores que las feme- ninas , de cuatro ó cinco milímetros de largo , ocupando toda la parte superior de los ramos ; las femeninas globosas , de seis - 4 ocho milímetros, sesiles en la parte inferior de los ramos; más distantes entre sí, menores en número que las masculi- nas , asentadas sobre escamas ó bracteolas trilobadas (un ló- bulo mayor y más agudo) íntimamente soldadas á las foveolas ó nichos, que son cicatrices alternantes situadas en las már- genes sinuosas del ramo. Espádice de dos ó tres ps. oblong go-piramidal , racimo- so, cabizbajo, con los raquis ó racimos parciales de un palmo hasta un pié ; base del espádice de 14—2 pulgadas en diáme- tro, profusamente sembrado de espinas hórridas de 3 pulgada de largo. Espata simple , que en la infancia encierra todo el es- pádice, oblongo-abarquillada, adelgazada en ambas extremi- dades, correoso-leñosa , seca y exteriormente sembrada de agu- jas numerosas, abriéndose longitudinalmente por la cara inferior. Flores masculimas.—Cáliz doble, 3 y 3: el exterior cua- tro veces más corto que el interior , triangular, aparentemen- te gamosépalo , lampiño , pergamino-coriáceo , ángulos aqui- lados y agudos; el interior, prefloracion semi-imbricante, valvar, prismatico-subtriangular ; sépalos lampiños, linear- oblongos , y un tanto oblicuados en los ápices , uno más ob— tuso que los otros dos, y los tres semi-encapuchados en la parte apicilar interna. Estambres 6, libres, lampiños, un tercio menor que los sépalos , hipoginos ; filamentos correo— sos, complanado-aleznados , soldados entre el torus y los sé- palos; anteras más largas que los filamentos, oblongo-lineares, semi-asaetadas , basifijas, biloculares, ápices obtusos, des iguales, dehiscencia longitudinal postanthésica ; pólen hiali- no, bruno, semitrígono. Ovario abortante , tricuspidado . To- rus carnoso bruno , subtrígono piramidal, 60 Femenmas.—Cáliz tres veces menor que la corola , per- gamineo , gamosépalo , rotáceo-semitrilobo , ó semi-triangula- do, ángulos obtusos , márgenes adelgazadas y confusamente rugosas. Corola gamopétala, urceolada, lampiña , limbo-estre- chado y trífido. Cúpula urceolada, soldada á la corola hasta dos tercios de su magnitud, pergaminea, encerrando com- pletamente el ovario excepto su ápice, limbo con 6 dientes ó piececillos lineares que fingen filamentos sin anteras. Ovario sesil, obovato, subtriangular en su base, ó semi-trígono-pira- midal, unilocular, uniovulado y externamente vestido de borra tomentosa plateada : estilo nulo ó cortísimo, cuando le hay ; estigmas 3, abiertos , linear-oblongos y revueltos en el adulto. Fruto.—Drupa globosa de la magnitud de un huevo de tórtola , monosperma ; epicarpio cartilaginoso , lampiño, ver- de pálido ; sarcocarpio mucilaginoso : nuez globosa, negra, durísima , lapídea , reticulado-venosa , con tres poros latera- les equidistantes, situados precisamente en el vientre ó ecua- dor, uno que lleva el embrion, y los otros dos falsos no ]le- gando á perforar toda la testa: albúmen amigdalino ; embrion basilar y alojado en uno de los poros. Palma cubana, de 15 á 20 piés de elevacion, que crece en los campos secos: ástil con vestigios de anillos, donde an- tiguamente se insertaron las frondes, ventrudo en su tercio longitudinal , profusamente guarnecido de espinas coriáceas, derechas, negras, muy punzantes y de 2 43 pulgadas de longitud. Frondes pinnadas con los peciolos y raquis espino- sos ; hojuelas lanceolado-lineares con' los ápices suavemente encrespados. Este género viene á colocarse entre el Cocos de Linneo y el Acrocomia de Martius. Los caracteres esenciales que esta palma presenta la ex— pulsan cumpletamente del género Cocos de Linneo, donde porinferencia la colocó Carlos Segismundo Kunth en Humb. et Kth. Nov. Gen. I. 302. Estamos seguros de que hasta hoy 61 no se han observado bien las flores y fruto de esta especie, y que los autores, posteriores al citado botánico, que de ella han escrito debieron copiarse alternativamente. Por otro lado, ya Kunth salva su error colocando nuestra palma entre las espe- cies imperfectamente conocidas del Cocos (Species imperfecta cognite. Vide Enum. plant. t. IM. p. 257: Stutgardie 1841.) La descripcion es imperfecta, muy escasa , y de dudosa justificacion; hízola con referencia á un solo individuo que acaso existió , segun su propia cita, entre la Habana y Regla, lugar en donde nunca hubo corojales ; y por tanto, con las textuales frases del autor hemos de justificar nuestra opinion. Dice así el botánico (1. c.) “Caudice ventricoso, inerme; frondibus pinnatis ; foliolis lanceolato-linearibus , approxi- matis , apice erispis, Ia Insula Cuba, inter Havana et Regla. CAUDEX 4-6 PEDALIS. Spadix semiorgialis. Calix 6 partitus, laciniis 3, exterioribus majoribus. Drupa SPHARICA, DEPRES- sa, flava, 1-locularis, 1-sperma , NUCE TRIGONA , SUPRA AN- GULOS PERFORATA.” i En vista de tan defectuosa descripcion hemos llegado á sospechar que Kunth observó un individuo mal conformado ó que no habia arribado á su perfecto desarrollo. Supone que el ástil es de 4 á 6 pies de altura, y no existe en Cuba especie de Corojo que afecte esa escasa talla, áno que sea en su infancia en cuya época no florece: supone asimismo que el dicho ástil es ¡nerme, y esto está en contradiccion con la magnitud que asigna al tronco , que por ser jóven, segun la talla, debia de ostentarse erizado de largas y aceradas espinas. Es tambien apócrifo el carácter ó forma que dá á la drupa; pues esta es siempre globosa y nunca deprimida. Nuez trígona , añade, perforada sobre sus ángulos , y tambien son falsos estos signos; puesto que la nuez (putamen) de nuestro Gastrococos es globosa (nunea trígona) y perforada en su vientre ó ecuador. Reina asimismo grande indecision respecto al lugar le- gítimo que esta palmera debe ocupar, y esto depende de la incierta determinacion del género, que resulta ser nuevo se- gun acusa nuestra descripcion. Di 62 Sprengel (Sist. veg. Linn. 11. 141) confunde el C. cris- pa de Kunth con el €. oleracea de Martius ; siendo así que la descripcion del oleracea no conviene absolutamente con la del nuestro , lo cual patentiza los atributos especiales que Mar- tius asigna á su especie , donde dice: “Tronco de 60 á 80 piés, espeso en la base, cicatrices anulares poco salientes.” (Palm. p. 118; tab. 84, y 73 D. fig. 3). Por nuestra misma descrip- cion se verá que Gastrococos tiene dilatado ó espeso su ástil en el centro, no en la base ; y que son demasiado ostensibles los siguientes caracteres especiales para que Martius dejase de citarlos:—Astil erizado de espinas largas , ora en toda su longitud (cuando jóven), ora solamente desde el tercio longl- tudinal hácia el ápice (en el adulto) : espata erizada : peciolos erizados. Y nótese además que la flor femenina del olera- cea de Martius, la cual es cónica, tampoco conviene con la de nuestro género. Aquiles Richard en su Flora Cubana (ed. esp. en la His- toria física, política y natural de la Isla de Cuba por D. Ra- mon de la Sagra, tomo II pág. 280) copiando á Kunth, y guiado á más por malos informes, dice al referirse 4 nuestro Corojo: Caudice ventricoso , inerme; que son las palabras tex- tuales de Kunth, l. e.; y con tal motivo hacemos notar otra vez que el atributo inerme no conviene de ningun modo á nuestra palmera. Más por otro lado ya este sabio botánico sos- pechaba que el Corojo no debiera pertenecer al género Cocos. Los caracteres universales que distinguen ánuestro Gastro- cocos lo alejan enteramente del Cocos ; pues distintas son sus trazas , desemejantes sus frutos y diferentes los caracteres de las lores. El endocarpio del Cocos se halla constituido por una sustancia fibrosa 4 manera de estopa, mientras en el Corojo la forma una mase- mucilaginosa ; la nuez (putamen) del Co- cos es obovata, semitrígona en la base, con tres fosetas acer- | cadas en su ápice, de las cuales una es embrionígera y falsas las dos restantes. Nuestro género lleva drupa globosa con tres fosetas equidistantes en su ecuador, una embrionada, y rudimentadas las otras dos. Haremos notar que las flores mas- 63 ¿ulinas de entrambos Cocos y Grastrococos son semejantes hasta el pseudo-estigma donde los caracteres empiezan á separarse: no así las flores femeninas cuyos caracteres son totalmente diferenciales , puesto que Gastrococos lleva corola de' un so- lo cuerpo semigloboso, y en su ápice hendida en tres lacinias, á la cual se suelda íntimamente una cúpula ó nectario 6-den- tado, en forma de urceola y que cerrándose incluye el ovario, dejando desnudo nada mas que el estigma. Estos caracteres esenciales tan ostensiblemente desemejantes vienen á justificar la creacion de nuestro género, que hemos llamado Gastroco- cos, de dos palabras griegas que significan; la una ventrudo ó barrigon , y la otra Coco ó palmera, consignando así su nom- bre vulgar de Palma barrigona, á más de que el fruto se ase- meja un tanto al verdadero Coco. Esta palmera crece espontánea en casi toda nuestra Isla y prefiere los terrenos llanos y áridos, ocupando á veces grandes espacios, que el vulgo denomina corojales. Sus fru- tos sirven de sabroso y nutritivo pasto al ganado de cuerno y de cerda. Abundan con profusion en las sabanas del interior de la Isla comprendidas entre Trinidad, Villaclara, Santo Espíritu y Puerto-Príncipe en una zona de más de 100 le- guas á la longitud y entre los grados boreales 19 y 22. El cañon de esta palma es muy ventrudo en su centro, y contie- - ne una médula constituida por un filamento fibro-carnoso, blanco , azucarado , abundante enmucílago , que en el rigor de la seca sirve al ganado de refrigerante alimentacion , y de la cual puede hacerse vino y aguardiente de propiedades medici- nales contra algunas formas de asma, y aun extraerseazúcar. El corojo crece á la altura de 15 4 20 piés en su com- pleta edad adulta , florece á los 6, S y aun 18 años de su na- cimiento , y verifica una ó dos fructificaciones anuales. La in- florescencia principia en los meses de Julio y Agosto para perfeccionar su fruto en Octubre y Noviembre. Otras veces florece en Setiembre y madura sus frutos en Febrero y Marzo del subsecuente año. Cada espádice , ó racimo de los 6 ú 8 que arroja cada vez, podrá contener unos dos ó tres mil 64 frutos de la magnitud de un huevo de tórtola; el cual ton- tiene una albúmina delicada, comestible que apenas puede suministrar una gota de aceite. El sabor de la almendra fres- ca se asemeja algo al del Coco; pero no posee propiedades purgativas. Los peciolos, los raquis de las frondes ó pencas, las espatas , ó envolturas leñosas de los racimos, y aun el tronco cuando muy jóven, se ostentan siempre revestidos de agujas punzantes (mayores las del tronco) , que los campe- sinos usan como mondadientes y pasadores de pelo. Los raquis de estas frondes ó pencas, contienen unos filamentos fuertes y elásticos que el vulgo beneficia , por me- dio de la maceración , para confeccionar sogas y aparejos ó tendidos de pescar al anzuelo ; estos tendidos son de mucha resistencia y duracion; y con el nombre de pita de Coroja se ' venden en las ferreterías de nuestro pais para hacer redes de pescar y para Otros usos. Atendiendo á que el género donde colocó Kunth esta pal- ma, tiene muchas especies de hojas crispas , y á que por otro . lado este nombre específico pudiera asímismo convenir á cual- quiera otra especie que en lo sucesivo pueda incorporarse á este género, pues la descripcion de Kunth es tan defectuosa que en realidad no se la debe asignar al Corojo, como tampo- co á ninguna de las palmeras cubanas que conocemos hoy, hemos decidido sustituirle el de armentalis, que sin equivo- carse con ningun otro , expresa tambien la propiedad utilita- ria de esta preciosa palma ; pues ya se sabe que armentalis, en latin , indica lo perteneciente al ganado. Además viene en nuestro apoyo el aforismo de Poey que dice Deseriptio manca interdum prioritatem servare quaat, er- yonea autem sub jugum synonimie mittenda ; aforismo cuya legítima aplicacion á este caso, nadie podrá poner en duda, puesto que las frases diagnósticas de Kunth nos autorizan pa- ra no ver en su descripcion el Corojo. Por esto colocamos el específico de Kunth con signo dubitativo en la sinonimia de nuestro Gastrococos armentalis. Mayo 30 de 1865. F_——— ES E ql 3 y Ns AE NAL (ep Oy GORDIUN- AQUATIOCS, CULEBRITA DE LA CRIN. POR FELIPE POEY. En el tomo segundo de mis Memorias sobre la Historia natural de la Isla de Cuba, página 73, he dado la historia del Gordius aquaticus , que el vulgo llama Culebrita de la crm, porque cree equivocadamente que procede de las crines de un caballo caidas en los charcos de agua dulce, donde se ha bañado este mamífero. Remito á la Memoria para los porme- nores : mi ánimo en este Repertorio es dar á conocer el ani- mal por medio de la lámina primera que acompaño, y á la cual pueden referirse las palabras siguientes que en dicho tomo he impreso. “El Gordio acuático merece ser estudiado en un vaso de agua , en cuyo fondo se deja precipitar el fango. Pónga- se en el agua un pedazo de madera, una ramita donde el ani- mal pueda enroscarse , atarse, desatarse, como acostumbra, echando siempre la cabeza fuera del nudo. Admira lo intrinca- do de sus ataduras y la facilidad con que las deshace, pasan- do de un nudo á otro. Nada puede compararse con este juego admirable: ni las sinuosidades del Meandro entre los rios de la Grecia asiática, ni el enroscamiento de las serpientes en sus nidos, ni lo inextricable del nudo de Gordio, que Ale- jandro cortó de un golpe de su espada.” La lámina representa del tamaño natural , este helminto en diferentes posiciones. El individuo es macho ; lo que indi-" a la extremidad posterior del cuerpo, que es bifurcada. La 9 66 cabeza, desprov:sta de ojos, y sin boca visible, no está abul- tada y es de un color algo blanquecino. Puesto en un vaso con barro , y dentro un paliso, como indican algunas figuras de la lámina primera, se enreda alrede- dor con movimientos lentos; la parte anterior siempre fuera, la posterior enroscada. Parece nocturno; porque de dia se mue- ve poco, y de noche se agita constantemente. El exceso de luz lo inquieta.mucho , de tal suerte que basta ponerlo dos mi- nutos al sol, para hacerle mudar de posicion. Fuera del agua , se aplasta y muere. Algunos autores creen que el Grordio nace en el cuerpo de los insectos , y se desarrolla despues en los charcos de agua dulce, por lo que sería muy interesante erlar ambos sexos en un vaso para saber si allí se reproducen bajo la misma forma en que los encontramos en tierra. Invito á los aficionados á que hiagan el experimento , y comuniquen los resultados. INFORME SOBRE EL HORMIGUERO. POR FELIPE POEY. (Leido en la seccion de Agricultura de la Real Sociedad Económica de la Haba» na, en 7 de Octubre de 1855.) He tomado conocimiento por encargo de V. $. S. de un oficio anómimo , pues firma Un Giinero, el cual recomienda la introduccion en esta Isla del Tamandua Guacú, para la destruccion de las vivijaguas. 67 El animal citado en el anónimo pertenece al género Myrmecophaga, que traducimos en español por Hormiguero. El carácter principal de este género consiste en el defecto total de dientes; pero ea compensacion existe una lengua larguísima y glutinosa, que sirve al animal para buscar su alimento en los nidos de las vivijaguas y otras hormigas , no menos que en los huecos y rendijas donde se esconden otros insectos, pues sería un error el creer que se alimentan ex-. clusivamente de hormigas. Buscan con preferencia las casi- llas de los comejenes, las cuales perforan para introducir la lengua y extraer sus habitantes. Las especies conocidas de bhormigueros habitan la América del Sur, séase el Brasil, el Perú, el Paraguay. La especie mas notable por su tamaño, pues alcanza á cuatro piés de longitud es la que indica el Grúinero, llamada vulgarmente Tamandua Guacú , y por Linneo Myrmecophaga jubata. Vive en parajes bajos, y aun húmedos , sale de no- che á comer insectos y no trepa sobre los árboles. Tiene enatro dedos delanteros, uno de ellos armado de una uña po- derosa que encoge hácia abajo . Es animal inocente , si no es atacado; pero fuerte, valeroso y peligroso, si teme por su vida. Hay otra especie de dos piés de longitud y de cola pre- hensil, la cual vive sobre los árboles ; es el Myrmecophaga Tamandua de Cuvier. Hay otra del tamaño de. una rata , que tambien tiene la cola prehensil, y es trepadora ; tiene solamente dos dedos delanteros , por lo que se llama en la ciencia Myrmecophaga didactylus de Linneo. Estas tres especies pueden destruir muchas hormigas: veamos hasta que punto pueden ser útiles, El gran Tamandua tiene el inconveniente de habitar pa- rajes bajos y húmedos, de los cuales se apartan las vivija- . guas , las cuales buscan terrenos secos: sus costumbres no son sociables , ni su inteligencia adelantada , para que pueda domesticarse y prestar servicios voluntarios bajo la depen- 68 dencia y compañía del hombre, Sueltos por los bosques fre— cuentados , serian prontamente presa de cazadores ó de ham- brientos que no respetan la utilidad pública; y en los bos- ques no frecuentados serían de ninguna utilidad : pueden ser peligrosos, sj se creen atacados . No olvidemos que á falta de comejenes, se alimentan de toda suerte de insectos, sin ir en busca exclusivamente de hormigas y vivijaguas. No creo por lo tanto que su introduccion deba ser objeto de la solici- tud económico-agrícola de esta Seccion. Solamente conven- dría en un jardin, donde viviera encerrado , y pudiera andar suelto de noche ; pues de dia se queda dormido. La segunda especie no tiene el inconveniente de vivir en parajes húmedos, y tiene la ventaja de ser mas inocente , y de poder hacer la guerra á las vivijaguas, ya en tierra , ya en los árboles; pero si se extendiere por el Departamento Oriental, destruiria seguramente las abejas, y con ellas el comercio de cera blanca y de cera prieta, que es ya conside— rable en la Isla. Por su tamaño , no se libraria de la perse- cucion de los cazadores, y no pudiéndose domesticar, no hay esperanza de que permanezcan en una finca donde pu— dieran apreciarse sus servicios, ni menos en terrenos cultiva dos que no les ofrecen habitaciones frondosas. La tercera especie está en igual caso, aunque por su pequeñez puede multiplicarse más fácilmente , pero hará el mismo daño á las colmenas, y sl tiene otros insectos á su disposicion no se empeñará en buscar vivijaguas. En cuanto á la destruccion de los comejenes, que ha- brá indirectamente llamado la atencion de V, S. S. es de ad- vertir que la especie que más interesa á los Mirmecófagos es la que levanta pirámides en los troncos podridos; y noes la misma que destruye las habitaciones en las ciudades y fincas rurales. Por lo dicho creo que es de poca utilidad, y de mucho riesgo la introduccion propuesta. 69 DESURIPOLON DE TRES MOLUSCOS TERRESTRES DE LA ISLA DE CUBA. POR FELIPE POEY. Los nombres de los tres Moluscos que siguen aparecen impresos en varias obras ; sin embargo de no haber sido aun descritas. Debo llenar esta falta , antes que el Sr. Arango pu- blique su Catálogo que ha formado para el Repertorio. Helix gracilis Poey. El mejor modo de describir esta especie es comparándo- la con la H. Boothiana Pfr., tomando para esto un individuo del mismo tamaño. Difiere por el color, que es blanco lige- ramente bañado de córneo y mate; procediendo este último carácter de las irregularidades de la epidermis, que le dan, visto con un fuerte lente, un aspecto tomentoso sin serlo en realidad: la Boothiana, al contrario, es blanca, lisa y lus- trosa. Las vueltas de espira son mas deprimidas, la abertura es menos alta. El ombligo, más abierto, dejando ver en su interior las vueltas de espira. Diam. 3 mil. altura 1% (en Boot- hiana, 2): vueltas de espira , en ambos, 4. Es rara. Se encuentra en San Juan de los Remedios y en el Bayamo. 70 Cylindrella modesta Poey. Próxima á C. Camoensis Pfr. de la cual difiere por más ventruda , menos. estriada y marcada con flámulas blancas y pardas. Do Habita en los paredones del Pan de Matanzas. Véase mis Mem, tom. II, pág. 93. Paludinella helicoides Grundl. Testa umbilicada, semi-trasparente , ténue, blanca, ti- rando á córnea, algo lustrosa , dejando apenas ver algunas es- trias sutilísimas de crecimiento; con 4 vueltas de espira re- dondeadas, sutura profunda; abertura semilunar, casi tan alta como ancha; perítrema agudo, borde columelar separa- do del ombligo , y unido en los ejemplares adultos al borde externo por un callo delgado. Opérculo , córneo liso. —Diam. 12, alt. 1. mil. | Se encuentra en las tierras, inmediatas al mar , en com- pañía de algunas Auriculáceas; no sumergidas pero ocultas bajo de la hojarasca en parajes húmedos. Hallada en el lito- ral de Cárdenas, por el Dr. Gunlach. 5 Este molusco ha quedado sin nombrar hasta ahora , por- que ha parecido dudoso á nuestros corresponsales, que no han visto el opérculo, y se inclinaban á creer que es una Helix. Mayo 30 de 1865. 71 CATALOGO DE LOS MOLUSCOS TERRESTRES Y FLUVIALES DE LA ISLA DE CUBA. POR + RAFAEL ARANGO.. Con Introduccion y notas de Felipe Poey. / INTRODUCCION. Mientras que la ciencia que nos ocupa llevó la denomi- nacion de Concología ó Conquiliología , en latin Conchología, Conchyliologia , los que entonces se decian caracoles terrestres no llamaban altamente la atencion de los curiosos de la natu- raleza ; porque su humilde epidermis rara vez podia lucir á la par del lujoso manto de los caracoles marinos. Pero después que Blainville, precedido por Adanson y Cuvier, mudó aquella denominacion en Malacología , 6 Malacozoología , el es- tudio de los animales que segregan su habitacion calcárea ha hecho rápidos progresos; y los terrestres, más fáciles: de ob- servar , han sido objetos de particular predileceion. Los afi- cionados que moraban á largas distancias del mar, explora- ron su distrito, y lo dieron á conocer; acopiaron numerosos duplicados, con los cuales establecieron cambios con sus her- manos de todas las naciones , y aumentaron la riqueza de sus Museos: digo hermanos, porque la Ciencia es cosmopolita. Esto mismo se verifica entre nosotros en la extension de la is- la de Cuba. Cito como ejemplos álos Sres. D. Francisco Adol- fo Sauvalle y D. José Blain, que han formado sus colecciones 72 | cubanas con la circulacion de las especies de Rangel y puntos inmediatos ; y D. Carlos Jeanneret , con las especies recogi- das en Santiago de Cuba. Dos moluscos que se crian en las inmediaciones de Baracoa, bastarian solos, el primero por su importancia , el segundo por sus variados colores, para adqui- rir en cambio una culeccion completa. La fauna malacozoológica terrestre de la isla de Cuba es exclusiva, quiero decir que es totalmente diversa de las que se encuentran en el próximo Continente, en Jamaica, en Puerto Rico y otras Antillas, Hace tiempo que C. B. Adams, á quien tanto debe la fauna jamaicense , ha formulado algunas leyes sobre este particular: nos ha enseñado que la region marina en que nos encontramos tiene la vasta extension que abraza desde las islas Bermudas hasta Rio Janeiro , de tal suerte que donde quiera que se colecten conchas y caracoles marinos, en las costas de los Estados Unidos, Bahama , Golfo Mejicano, Honduras, Panamá, Caracas, playas Brasilianas y en cual— quiera de leas Antillas, 90 por 100 son comunes á todos estos parajes, 10 por 100 propios del lugar explotado ; mientras que las regiones de caracoles terrestres se hallan tan estrechamen- te circunscritas, que el cómputo se ha de hacer al revés, á saber, un 10 por 100 que se encuentran en todas partes, y 90 por 100 propios de la explotada region. Por otra parte , es- tos centros de creacion son muy limitados, aun en las comat- cas continentales ; y con respecto á las islas, está averiguado que toda isla separada de otra por el espacio de 10 leguas, forma una region aparte , no solo con distintas especies, sino frecuentemente con grupos de distinto aspecto. En virtud de esta ley , presenta la isla de Cuba una fiso- nomía propia, siendo pocas las especies comunes á otras Islas; y aun estas no pasan de ser las de menor dimension , esparcl- das en todas partes, á consecuencia del movimiento comer- cial, exportadas ó introducidas en el lastre de las embarca- ciones , con las macetas de plantas vivas , en los tercios de ta- baco y otros bultos. Como todas las Ciencias están íntimamente io el 13 conocimiento de estas leyes viene á ser fecundo en resultados científicos. En primer lugar se deduce que desde la remota época en que la vida actual apareció en las Antillas , existen estas separadas del Continente; así como el reconocimiento de grandes Mamíferos fósiles en los terrenos cubanos, revelan que anteriormente á la vida actual la Isla de Cuba, unida al Yucatan, formaba parte del Continente americano. Por la “misma razon , vista la semejanza de las faunas erpetológicas y: malacológicas de las islas de Bahama , Cuba é isla de Pinos, deducimos que en época más reciente formaban estas tierras una sola y vasta region. Sirvan estas consideraciones para res- ponder á los que perennemente preguntan: ¿Para qué sirve esto? Y si no gradúan de loco al estudioso amante de la natu- raleza, le distinguen con la equivoca denominacion de curio— so. Tal es ú veces la menguada suerte de los estudios litera- rios, siempre que las letras no pasen á ser ingredientes far- macéuticos , ó no puedan inmediatamente reducirse á letras de cambio. El aspecto de la fauna cubana ha merecido los mayores elogios del príncipe de la Macolozoología moderna , Dr. Luis Pfeiffer, muestro constante corresponsal : las prefiere á las vis- « tosas , pero monótonas producciones de Ceylan. Las remesas de nuestro amigo Gundlach , de diversos puntos de esta Isla, le han hecho prorrumpir en exclamaciones de gozo, que han tenido eco en nuestros corazones. Cuando recibió las especies de la Vuelta-abajo, que ponian en su coleccion los deseados tipos Orbignyanos y Moreletianos , escribió que aquel dia ha- bia sido para él el dia más feliz de su vida. Al ver por prime- ra vez el Señor Morelet la Helicina regina, afirmó que no hay enla rica India oriental cosa que se le iguale en el mismo género ; no solo en tamaño, sino tambien en la belleza de los colores y en lo extraordinario de la forma, En cuanto al tama- ño, hay otras Helicinas de Cuba, la Titánica , la Briarea, la ocrácea, la Sagraiana que no tienen rivales en el orbe. El dia que distribuí á mis corresponsales la Cylindrella E lliotti, reci- bí mil parabienes por haber sido el padrino de tan portentosa ) 10 74 especie. Otros grupos de Cilindrelas , lindamente labradas por fuera y por dentro , halló el Dr. Gundlach , en el Departa- mento oriental; y las ha dado á conocer á los naturalistas. Los erizados Cyclostoma hystrix y Cyclostoma echimus llenaron de admiracion á cuantos los recibieron. ¿Y qué diremos de las variedades que presentan algunas de nuestras Hélices? En ninguna parte del mundo se podrá hacer una coleccion más numerosa ni más linda, que la que ofrece una sola especie denominada Helix picta. La Helix alauda es casi tan numerosa en sus variedades: lo mismo decimos de la Achatina fusciata y de la Helix Sagemon, que por su tamaño es tambien muy apreciada ; bien que no puede competir bajo este último as pecto con la Helix Petitiama, ni con la Helix imperator, que puebla los bosques de la jurisdiccion de Baracoa. Algunas de nuestras especies se hallan esparcidas en to- da la superficie de la isla de Cuba; pero no es el caso más co- mun. La Isla, en su dilatada extension , ofrece ordinariamen- te regiones menores , con Moluscos especiales que en vano se buscarian en otra parte. Apenas hay localidad nueva que no alimente sus tipos exclusivos, como lo ha demostrado la ex- periencia. Un viaje á Rangel, un viaje al cerro de Guane, una excursion á las Lomas de Trinidad, á Manzanillo, 4San- tiago de Cuba, á Guantánamo , á Baracoa, han dado en cada estacion 10,15, 20 especies nuevas. Sin salir veinte leguas “alrededor de la Habana , hemos encontrado especialidades va- rias en Managua, San José de las Lajas, Lomas de Candela, Pan de Matanzas. En el corto tiempo que ha trascurrido des- de el viaje de Pfeiffer hasta la fecha, ha ascendido el número de especies conocidas á 644, quedando la mayor parte de las localidades sin explorar, lo que nos hace creer que no conoce- mos aun la mitad de los Moluscos terrestres cubanos. En el estado en que hoy se encuentran las colecciones, experimentamos la necesidad de hacer un llamamiento á los habitantes de esta Isla, para que busquen y recojan, ca- da uno en su localidad, los Moluscos que están á su alcance, en la espesura de los bosques, sobre la tierra cubierta de ho- 15 Jarásca , bajo las piedras en lugares sombreados, principal- mente después quese haya humedecido con las lluvias. Im- porta cojer el caracol con el animal vivo, para tener la epi- dermis intacta; siendo así que pierden su valor los que muer- tos han rodado al sol, blanqueados y calcinados por sus ardo- rosos rasos. Si por todas partes hay amigos de la Ciencia y del Pais, que cumplan en su estrecho círculo con esta poco eno- Josa mision , tendremos en breve una fauna malacológica com- pleta de la isla de Cuba; y la Redaccion del Repertorio, no menos que sus colaboradores, agradecerán sus esfuerzos, con- signando en sus páginas el nombre de sus favorecedores. LOA ADVERTENCIAS DEL AUTOR. Este Catálogo está ajustado al Conspectus molluscorum pu- blicado por el Sr. Poey en las Memorias sobre la Historia na— tural de la isla de de Cuba, en el tomo 11, página 3 con al- gunas modificaciones. Téngase presente que Pfeiffer, en su Monographía Helicecrum ha puesto los géneros Melantella, Pi- neria, Pupordes , Balea, Pseudobalea, Stenogyra en el género Bulimus ; Subulina, Cecilianella en el género Achatina; Eus- , pirazxis, Streptostyla en el género Spiraxis; y Vertigo en el gé- nero Pupa. ¡ Los Moluscos de Cuba nombrados hasta la fecha apare- cen en el catálogo con numeracion completa, por estar ocu- pados los números 1—644, sin lugar vacío. La numeracion es la misma que ha usado el Sr. Poey en sus Memorias , salvo en ' algunos casos en que he suprimido un número, por haber re conocido que una especie es sinónima de otra; en cuyo caso se ha dado dicho número á una nueva especie. Hemos recono- cido que esta mudanza perpetua de números introduce duda y confusion en nuestros manuscritos y en los de nuestros cor-, ¡ 76 : responsales ; por lo que hemos resuelto de comun acuerdo los que formantos colecciones en Cuba, de no volver á emplear en lo futuro ningun número ; á no ser que la especie que dió lugar á la supresion , y. separada por haber sido juzgada igual á otra , pareciere después buena y digna de ocupar su antiguo puesto. El órden de las especies en cada género no es alfabético ni numérico. No es rigurosamente metódico , porque las difi- cultades son insuperables : con todo he procurado formar gru- pos naturales, aproximando las especies por sus formas, y ar- reglándolos en cada grupo por órden de tamaño. Todas las especies que han sido citadas como de Cuba, y que no aparecen en este catálogo , han sido repudiadas por conocerse ya la patria verdadera de ellas. Por el contrario las que en él se hallan, puedo asegurar que son de la Isla, pues han sido recojidas unas por mí y otras por mis amigos Gund- lach, Poey , Presas y alguno que otro de los cuales no dudo. Por no sobrecargar este catálogo, he citado para una so- la especie una obra sola de Pfeiffer; y es la primera en que dió á conocer la especie. El lector acudirá á las subsecuentes bien conocidas en la República malacozoológica , para mayo- res datos, y rectificacion de la sinonimia. Hé eliminado de la sinonimia los nombres manuscritos» que abundan en las obras del Sr. Pfeiffer , para no autorizar con nuestro ejemplo una práctica que siempre me ha pareci- do abusiva, y perjudicial á la Ciencia, aunque útil á los con- temporáneos. | Bueno es advertir que una gran parte de los sinónimos no lo son rigurosamente hablando, sino variedades elevadas á especies por los autores que los nombraron, algunos de ellos puestos mas tarde en la sinonimia por los mismos que antes los separaron. En este caso , por ejemplo, está la Acha- ima Blaimiana Poey : no se infiere que Poey no conociera la fasciata en cuya sinonimia se pone ahora. La paginacion aqui citada de la obra del Sr. Sagra, se refiere á la edicion española, | A 40 Las notas críticas que acompañan este Catálogo quedan á cargo de mi amigo D. Felipe Poey, y muchas observacio- nes sobre los Moluscos dle Cuba pueden leerse en las Memo- rias de dicho Sr., tom. IL, pag. 40—68. Admito y practico el axioma Nomen auctoris ad speciem perpetuam refertur, nec ad variabile genus, formulado por Poey en vista de la sentencia de Pfeiffer, que dice así: No- men auctoris adjeci absque ullo respectu generis. Genera envún sunt artificialia et sententie auctorum de eorum extensione val- de discrepantes ; species autem naturales , quare ie allius qui primus im scientiam eas mtroduxit. La dificultad de establecer los límites entre las especies y variedades se toca cada paso en el estudio de los moluscos terrestres de Cuba. Si se fuera á aplicar la regla de las tran- siciones , que ha parecido tan importante al sabio anotador de Lamarck , el Sr. Deshayes, habrian que refandirse en una sola especie innumerables formas , que hoy son consideradas como especies, y llevarian entónces el nombre de variedades locales. Por un lado se dice que la especie es invariable ; por otro se admite la influencia de las localidades : ¿4 qué debe- mos atenernos? Preciso es confesar que la ciencia moderna, fluctuando entre las opiniones de Linneo y de Geoffroy de St. Hilaire, de Cuvier y de Lamarck , no ha resuelto el gran problema ; y que el orígen de las especies es y será para el . hombre un misterio superior á su inteligencia. Y sin embar— go , no podemos negar que toda la ciencia reside en la ilus- tracion de esa gran dificultad; porque la especie es la unidad zoológica, y porque los que no están de acuerdo con su defi- nicion , “no lo están en ninguna de las cuestiones que consti- tuyen la verdadera filosofía de la naturaleza. Se han multiplicado demasiado las especies, principal- mente en estos últimos tiempos. Muchas mantengo separadas por no ir en contra del Sr. Pfeiffer, que consideramos como nuestro maestro. Pero debemos manifestar nuestra opinion acerca de otr as que hemos puesto en la sinominia : de esto se encarga el Sr. Poey en las notas. 78 ] En otro trabajo indicaré las especies desechadas por no ser cubanas ; sin embargo de que han sido presentadas como tales por algunos autores; y las que conservamos, bien que no hayan sido encontradas de nuevo por los colaboradores de es- te Periódico. Diré tambien cuáles son las especies marinas que indebidamente aparecen cómo terrestres ó fluviátiles. Daré la lista de las especies manuscritas de que ya he habla- do ; indicaré las introducidas y las que habitan al mismo tiem- po otros puntos fuera de Cuba. Además de las especies que encierra este catálogo , que- dan por nombrar muchas que están en poder de nuestros cor- responsales , y que tal vez habrán ya descrito. Nos abstene- mos de hacerlo para no esponernos á aumentar la sinominia. En su oportunidad darémos cuenta. | Sin pretensiones de ninguna especie aparece este traba- jo, enel cual si á alguna pudiera aspirar sería á la de ser útil á la Ciencia, ámis amigos, y al inagotable vergel de ri- quezas naturales en que me cupo la suerte de nacer. Es in- completo , pues quizá á estas horas hayan sido descritas por Pfei'fer, algunas especies que le han sido enviadas para ese objeto, por haber carecido nosotros de un periódico á propó-. sito para esta clase de trabajos. 117. 163. 624. 532. 272. 79 TERADSTRIA, FAM. CYCLOSTOMACEA. GEN. CYCLOSTOMA. . O. PERCRASUM Wr. Licina, in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p- 157. Hallado muerto en la cima de las lomas del potrero Luis Lazo en la jurisdiccion de Pinar del Rio. Es el mayor de todos los que se encuentran en esta Isla. C. RANGELINUM Poey, Mem. I. p. 98. 106. tab. 8. f. 13-19. Habita entre la hojarasca de la Sierra de Rangel en la cordillera de los Organos. C. MAJUSCULUM Mor. Test. nov. 11. p. 19. n? 119. C. mactum Poey , Mem. 1. p. 97. 144 tab. S. f. 6—-12. Hab. los paredones , troncos de árboles y el suelo entre hojas caidas en la Sierra de Rangel, Rancho Lucas, Gua- jaibon y otras localidades de los Organos. 5. C. SHUTTLEWORTHI Pfr. in Proc. Zol. Soc. 1851. p- 246. C. verecundum Poey, Mem. I. p. 102. 106. 444. tab. 7. OS Hab. en los paredones de toda la cordillera de los Or- ganos. C. GUNDLACHI Arango, in Journ. conch. 1862 p. 408. Chondropoma solare Ptr. in Proc. Zool. Soc. 1852, p. AA Hab. en los paredones de la Sierra de Guane. C. INCRASSATUM Wr. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 182. Hab. las piedras del Hato Sumidero en los Organos. C. EGREGIUM Gundl. in Poey , Mem. II. p. 13. tab. L f. 13. : Hab. los paredones de Hato Caimito, Viñales, Pan de 574. 638. 578. 625. 608. 43. SU Azúcar , en la cordillera de los Organos. C. FOVEATUM Grundl. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 185. Hab. los paredones del cauce del rio Santa Cruz de los Pinos. C. ECHINULATUM Wr. Chondropoma, in e Mal. Bl. X. 1863. p. 184. Hab. la hojarasca de Viñales en los Organos. C. CANALICULATUM Grundl. Chondropoma, in Pír. Mal. Bl. X. 1863. p. 183. Habita los paredones de Guajaibon y Hato Caimito. C. sinuosum Wr. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 185. Hab. los paredones de Vinales cerca de Pinar del Rio. . C. IRRADIANS Shuttl. Chondropoma, in Pfr. Monogr. Pneum. p. 294. Hab. los paredones del Pan y Palenque de Matanzas. C. PRESASIANUM Grundl. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 188. Hab. los paredones del Palenque y Canasí, jurisdicción de Matanzas. . €. Hystrix Wr. Choanopoma, nm Pfr: Mal. Bl VIE 1861. p. 221. Hab. los paredones de la Hacienda Cayo del Rey en Ma- yarí. . C. ECHINUS Wr. Choanopoma , in Pfr. Mal. Ea X. 1863 p. 102. Hab. los paredones en los despeñaderos de Viñales. . C. LATILABRE Orb. in Sagra p. 142. tab. 21: £ 12. Hab. en los paredones de Guajalbon, Sierra de Grira, ete. . C. SAGEBIENI Poey , Mem. II. p. 33. Hab. en lcs paredones de Guane y Sumidero. . C. VIGNALENSE Wr. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 189. Hab. en los paredones de Viñales, (. LIMBIFERUM Menke, Pfr. in Zeitschr. 1846 p. 45. 644. O) Pa 90) 626. 462. 406, 411. SU. 215. Sl O. catenatum Gould, in Proc. Bost. Soc, I. 1843 p. 138 (ex parte). C. interrumptum Gould, in Post Journ. IV. 1844. p. 494. Choanopoma semiproductum Gray , Cat. Cyeloph. p.54. (1850). Hab. bajo de las piedras en Matanzas , Limonar , etc. O. JIMENOL Arango, Cistula, in Pfr. Mal. Bl. XI. 1854. pie Hab. los paredones del ingenio San Luis en Jaruco. . O. AGASSIZIL Charp. Cistula, in Pír. Monogr. Pneum. p, 262. C. catenatum Gould, in Proc. Bost. Sel I. 1843 p. 138 (ex parte). Hab. las piedras y hojarasca del paradero de la Union. (. DISCOLORANS Wr. Chondropoma , in Pfr. Mal. Bl. X. 1863 p. 189. Hab. los paredones de Viñales. C. GUTIERREZI Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858 p. 46. Hab. los paredones de Guisa en la jurisdiccion de Ba- yamo. C. orronis Pfi. in Zeitschr. 1846 p. 45. C. petricosum Mor. Tes. nov. II. p. 19. (1851). Hab. las piedras en Cayajabos, Almendares, Trinidad, etc. . C. RADULA Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1851. p. 256. (1). Localidad desconocida. UC. PALLIDUM Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1851 p. 248. (1). Localidad desconocida. . C. ASSIMILE Gundl. Chondropoma, in ap Mal. Bl. X. 1863. p. 186. Hab. los paredones de la falda Sud de alo C. Excisuxm Gundl. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863 p. 187. Hab. los paredones de la falda Norte de Guajaibon. C. TENEBROSUM Mor. Test, nov. 1. p. 23. 11 289. 166. 300. 433. 258. 105. 5953. 7 313. 385. 419. 310. 82 Hab. los paredones de Rancho Lucas en los Organos. C. SERICATUM Mor. Test. nov. XI. p. 20. ('). C. pudicum Orb. in Sagra p. 144. tab. 22.f. 6-8. Hab. los paredones del monte Guajaibon. C. CLAUDICANS Poey, Mem. IL. p. 100, 444, 454, tab. 7.. Ep. ES. Hab. los paredones de Ranjel. C. BLa:NI Gundl. Choanopoma in Pfr. Mal. Bl. X. 1868. po 19l: ' Hab. los paredones de la Sierra de Gúira, Pan de Azú- car, Sumidero, etc., en los Organos. (. AURICOMUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859 p.71.. Hab. debajo de las piedras en la Caimanera de Guánta- namo. C. PUrRE. Gundl, Choanopoma, in Pfr. Mal. Bl. X 18563 p. 193. Hab. debajo de las piedras de la Boca de Yateras en. Guantánamo y en Jojó al Sud de Baracoa. C. EBURNEUM Gundl. Pfr. in Mal. Bl. V. 1858 p. 188. Hab. los paredones de Ramon, en la jurisdiecion de S. de Cuba. C. ARCTISTRIA Pfr. in Mal. Bl. X. 1863 p. 195. Hab. debajo de piedras en Jojó. C. YATERASENSE Pfr. in Mal. Bl. VI. 1859 y. 71. Hab. los paredones de Yateras en Guantánamo. C. INTERSTITIALE Gundl. in Pfr, Mal: Bl. VI 1859 p. 74.. Hab. los paredones de la Jitisdicolos de Guantánamo y en Cayo del Rey en la de Mayari.. C. MACKINLAYI Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. b; SE Hab. los paredones de Yateras. C. FRAGILE Grundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 70. Hab. debajo de las piedras de Monte “Foro en Guantá- namo. ] C. DECOLORATUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 70. Hab. los paredones de Monte Toro. 410. 642. DAL. 594. 371. 604. 523. | 83 CU aLaTUM Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1851. p. 250. ' Hab. los paredones ertre Guantánamo y Holguin. C. HeYneMANTPfr. Cyclostomus, Pfr. Mal, Bl. XL 1864 p. 105. Hab. al pié de paredones bajos, en la Punta de Maisí. C. Rormert Pfr. Cyelostomus, in Mal. Bl. XI. 1864. p. 105. Hab. los paredones de la Boca del Yumurí de Baracoa. C. CUMULATUM Pfr. Cistula, in Mal. Bl. X.1863. p. 194. Hab. con el anterior y tambien la costa de la poblacion de Baracoa. C. YUNQUENSE Pfr. in Mal. B1. VII. 1860. p. 26. Hab. los paredones de la cima del Yunque de Baracoa á 1200 vrs. de altura sobre el nivel del mar. - C. LATUM Gundl. in Prr. Mal. Bl. V. 1858 p. 190. Hab. los paredones y piedras en la costa de S. de Cuba. . C. REVOCATUM Grundl. in Mal. Bl. 1V. 1857, p. 178. Hab. bajo de las piedras en Cabo Cruz. . C. PRETREI Orb. in Sagra p. 145. tab. 22 fe 9115 Hab. en los paredones de Guajaibon y Rancho Luca s. . C. PICTUM Pfr. in Wiegm. Arch, 1.1839. p. 356. (. Sagra Orb. in Sagra p. 147. tab. 22. f. 21-23. (1841). C. Mahogam Gould, in Bost. Journ. IV. 1842. p. 494. C. Gouldianum Poey. Mem. I. p. 419. (1854.) C. semilabre Poey , nec typus , Mem. IL. p. 45.(1857). Hab. en las piedras del Departamento occidental desde Cárdenas hasta el Cabo de San Antonio. . C. PFEIFFERIANUM Poey, Mem. I. p. 419. 1. p. 44. Hab. en gran parte del Departamento occidental. .« C. DISSOLUTUM Pfr. in Mal. Bl. 1. 1854. p. 158. Hab. en los paredones de las Sierras de Isla de Pinos. C. Yucayum Presas, Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 190. Hab. en los sohoruenles á una milla de Matanzas, C. Ernest Pír. Chondropoma, in Mal. Bl. IX. 1862. p+5: 4 609, 296. 124, 346. 18) =J S 84 _Hab. el partido de Seboruco en Mayar. . C. LAETUM Grutz. in Poey Mem. IL.p. 33. tab. 4. £ 1.. Hab. en Gibara. y €, SEMICANUM Mor. Test. nov. II. p. 20. Hab. cerca de la Bahia de Carapachivey en Isla de Pi- nOs. i . C, VIOLACEUM Pfr.in Proc. Zool. Soc. 1851. p: 245. Hab. las piedras y e de la Jurisdiccion de Tri- nidad. C. BebBINI Arango, Choanopoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 191. - Hab. en las palmas de los primeros cafetales que se ha- llan en el camino de Candelaria á las Lomas del Cuzco. . O. DILATATUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1860. p. 75. Hab. en ¡os árboles de toda la jurisdiccion de Guantá- mo y tambien en Piloto-arriba en la de Mayarí. C. ARANGIANUM Grundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 177. - Hab. en los árboles y piedras del Cafetal Buenavista y de otras localidades al O. S. O. de Bayamo. C. MARGINALBUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VL 1859. p. 715. Hab. debajo de las piedras de los cayos de la playa de la Caimanera en Guantánamo. 3. U. PERLATUM Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p.41. Hab. en las piedras del Ingenio Union en Limonar. . O. TEXTUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 192. Hab. en las piedras y arbustos de la vecindad de San- tiago de Cuba. C. TRACTUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 45. Hab. debajo de las piedras y hojarascas de Gruisa en Ba- yamo. . C. SALEBROSUM. Mor. Test. nov.I p.23. (1849) (3). C. bilabiata Orb.in Sagra p. 144. tab. 22. f. 3-5 (1841). C. Orbignyanum Petit, in Journ. conch. 1850. p. 46. Hab. los paredones y piedras en toda la cordillera de los. Organos. 468. 4707. 133. 85 (. MoRELETIANUM Petit, in Journ, conch. 1850. p. 46. (4) j C. disjunctum Mor. Test. nov. Í. p. 23. (1849). Hab. los paredones de la sierra de Casas en Isla de Pi- . nos. . O. ARCHITECTONICUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 73. Hab. los paredones de Yateras y otras localidades de Guantánamo. C. PUPOIDES Mor. Test. nov. Í. p. 23. (1849). C. ovatum Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1851. Hab. los paredones y piedras de las Sierras de Isla de Pinos. . C. EXCURRENS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 3) Hab. debajo de las piedras de la poblacion de Nuevi- tas. . C.RECTUM Gundl. Cyclostomns, in Pfr. mi Bl. X. 1863. p. 194. Hab. debajo de las piedras en la jurisdiccion de Puerto Príncipe. . €. NEGLECTUM Gundl. in Pfr, Mal. Bl. V. 1558 p. 46. Hab. las cercanias de Cabo Cruz. . €. DENTATUM Say, in Philad. Journ. V. 1825. p. 125. G. lineolatum Anton. Verz. d. conch. p. 54. (1839.) O. crenulatum Pir. im Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 356. (ex parte.) CU. Auberiana:Orb. im Sa p- 145. tab. 22..f. 12-14. (1841.) C. lumulatum Moórch. Cat. conch. 1850. p. 8. Hab. las piedras y árboles de la zona comprendida en- tre Cienfuegos y el Cabo de San Antonio. C. INCULTUM Poey , Mem. 1. p. 98. tab. 8. f. 4. Hab. en las plantas y piedras al rededor de la Vigia de Trinidad. 209. C. REVINCTUM Poey , Mem. I. p. 99. tab. 5. f. 24-27. 167. 213. 39, 431, 447, 311. 566. 65. 86 Hab. en las plantas y piedras de Manzanillo, Mayarí, etc. C. CANESCENS Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1851. p. 245. C. confertum Poey, Mem. I. p. 39. tab. 8. f. 1-3. Hab. los arbustos de Nuevitas, Jibara, Sagua de de namo , etc. C. Wr1cHt1. Pfr. Tudora , in Pfr. Mal. Bl. IX. 1862. p. 4. tab. I. f. 4-5. Hab. en la jurisdiccion de Holguin. C. DELATREANUM Orb. in Sagra, p. 146, tab. 22. f. 18-20. C. Dutertreana Orb. 1n el p. 262, Hab. los árboles y piedras de las cercanias de la Haba- na, Cienfuegos y Trinidad. C. ILLUSTRE Poey , Mem. II. p. 33.89. C. crenulatum Pfr. in Wiegm. Arch. I. p. 356. (ex parte). , Hab. los árboles de las cercanias de Matanzas y Trini- dad. C. JIGUANENSE Pfr: in Mal. Bl. VII, 1860. p. 223. Hab. en Jiguaní. C. ERECTUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 189. Hab. bajo de las piedras en las cercanias de S. de Cuba. . C. AGRESTE Gundl. Cistula, in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 216. tab. 3.f. 14-16. Hab. en el Pico de Turquino, montaña de 2900 varas de altura sobre el nivel del mar. C. LURIDUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 45. Hab. los árboles y piedras de Gruisa en Bayamo. . €. Arianum Pfr. Tudora, in' Mal. Bl. IX. 1862. p. 4. Hab. el Saltadero y Yateritas en Guantánamo. . C. PERPLICATUM Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 177. Hab. en las piedras de las cercanías de Cabo Cruz. C. PoryaNum Orb. in Sagra. p. 147. tab. 22. f. 24-27. (1841). 309. 237. 168. 568. 87 C. tenuliratum Pfr. in Mal. Bl. II. 1856. p. 48. 133. Hab. en las piedras de la cercanía de la Habana. . C. ELONGATUM Wood, Turbo. in. Ind. Suppl. p. 36. tab. 6. f. 10. (5). Chondropoma argutum Pfr. Monog. Pneum. Suppl. 1. p. -138. C. MOESTUM Shuttl. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. IL. - 1854. p. 97. (6). C. decurrens Poey , Mem. IL. p. 23. Hab. las piedras y paredones desde Punta Gorda hasta Punta de Sabanilla en Matanzas. C. OBEsSUM Menke, Truncatella, in. Syn. IL p. 137 Hab. en Punta de Maya y Sabanilla de Matanzas. C. CANDEANUM Orb. in Sagra. p. 146. tab. 22. f. 15-17. (1841.) C. truncatum Pfr. in Zeitschr. 1847. p. 105. Hab. en las piedras de Guantánamo , Trinidad, Gua- ne, etc. 2. €. CRENIMARGO Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 192. Hab. Hallado muerto en la boca del rio Guaurabo de Trinidad. + €. ABNATUM Grundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 191. Hab. las piedras de las cercanías de S. de Cuba. . C. MINIUM Grundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 45. Hab. los árboles y piedras de Guisa en Bayamo. . O. scoBINA Gundl. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 189. | Hab. los paredones de la Sierra de Guira en los Organos. - O. HARPA Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1851. p..247. (1). Localidad desconocida. . €. UNILABIATUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p- 31. Hab. los paredones de Baracoa y de Mata, puerto 4 leguas mas al Oriente de Baracoa. C. OXYTREMUM, Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VIL 1860. p. 29. 5541. 88 Hab. en los paredones de Jibara. C. SOLIDULUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 30. Hab. las piedras de la costa de Baracoa y Sagua de Tá- namo. 555. C. RUFOPICTUM Gundi. in Pfr. Mal. Bl. VIL 1360. p. 358. 307. 316. 474. 498. 30. Hab. los árboles en la costa de Baracoa. C. SAUVALLEI Gundl. Chondropoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 192: Hab. las piedras en la orilla del Rio de S. Diego de los Baños. C. sSORDIDUM Grundl. in Poey , Mem. Il. p, 14.89. tab. arpa Hab. en las piedras de S. Diego de los Baños. C. ECHINATUM Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 176. Hab. las piedras en las inmediaciones de Cabo Cruz. C. TORQUATUM Gutz. in Poey, Mem. II. p. 34. tab. 4. as Hab. en Cienfuegos. . C. ENODE Grundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 27. Hab. las piedras de Baracoa y Jibara. . C. STorCHI Pfr. Choanopoma , in Mal. Bl. VIIL. 1861. p- 122. Hab. los paredones de Cayo del Rey en Mayarí. . C. LAKNERI Pfr. in Mal. Bl. VI!IL, 1861. p. 223. Hab. en los paredones de Sagua de Tánamo. . C. SCULPTUM Grundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 176. Hab. las piedras en las inmediaciones de Cabo Cruz. . C. DAUDINOTI Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 69. Hab. las piedras de Monte Toro en Guantánamo. . C. NIGRICULUM Grundl. in Pfr. Mal. Bl. VIT. 1860. p. 28. Hab. en los árboles de Mata, el Yunque y el pueblo de Baracoa. C. JEANNERETI Pfr. in Mal. Bl. VII. 1860. p. 2253. Hab. los paredones de Monte Líbano en Guantánamo. 307. €. CHORDATUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 189. 407. 069. 7 647. 59 Hab. las piedras de Corralillo y Enramada en Santia- go de Cuba, Yateras en Guantánamo y Picote en Ma- yarí. . €. SEMICORONATUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1860. p- 28. Hab. las piedras de toda la costa Norte de Baracoa y en el Yunque. . C. DEFICIENS Grundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 42. Hab. las piedras del ingenio Union en Limonar. . €. DENEGATUM Poey , Mem. Il. p. 23. 45. Hab. las piedras de las cercanías de Cárdenas. . U. RUGULOSUM Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1839.p.356. (7). Hab. las piedras de la jurisdiccion de Vende . C. NODULATUM Poey, Mem. l. p. 104. tab. 5. f. 21-23. Il. p. 45. Hab. las lomas de Candela en Gruines, y en Managua. C. IMMERSUM Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 42. Hab. las piedras en Matanzas. C. GARRIDOIANUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VIT. 1360. p. 26. Hab. los paredones del Yunque de Baracoa. . €. ROTUMDATUM Poey , Mem. 1. p. 419. tab. 34. f. 19- 21. 11. p. 89. Hab. las piedras de Rangel y Guane en los Organos. C. HONESTUM Poey , Mem. 1. p. 103. tab. 7. f. 1-4. Hab. las piedras de Almendares. C. TroscHeLI Pfr. Choanopoma, in Mal. Bl. XI. 1864 p. 103. Hab. los Cayos de $. Felipe, hato de la Vuelta-abajo. 2. €. CORONATUM Poey , Mem. IT. p. 24. tab. I. f. 11-12. Hab. las piedras del monte, en las Tetas de Managua. . €. PULVERULENTUM Wr. Ctenopoma, in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 103. Hab. en Isabel Maria, hato de la Vuelta-abajo. . C.unposux Gundl. Ctenopoma, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 193. 12 382. - Hab. en las piedras de Piloto-arriba en Mayarí y Enra 476. 434. 948. 14. 90. 13. 15. 94) Hab. las piedras de la Sierra de Guira. . C. PERSPECTIVUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1859. p. 72. Hab. en las piedras de Yateras, Monte Toro y Monte- Líbano en la jurisdiccion de Guantánamo. C. NOBILITATUM Gundl. in Poey, Mem. II. p. 87. mada en $. de Cuba. C. muro Pfr. Ctenopoma?, in Mal. Bl. XI. 1864. p. 104. | Hab. la cueva de Malaño en Guantánamo. GEN. CYCLOTUS. C. PERDISTINCTUS Gundi. in Pfr. Mal. Bl. 1858. p. 192. Hab. debajo ae la hojarasca en Enramada (S. de Cuba), Monte Líbano y Monte Toro (Guantánamo) y en Pilo- to-arriba (Mayarí). C. minimUsS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 68. Hab. en la hojarasca y sobre palos podridos cubiertos. de musgos en el Yunque de Baracoa. | GEN. MEGALOMAS TOMA. M. BITUBERCULATUM Sow. Cyclostoma, Thes. Suppl. p. 164. n. 192. tab. 31 A. f. 290-91. M. complanatum Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1856. p. 36. Hab. la hojarasca de Banao, en Sancti-Spiritus. M. VENTRICOSUM Orb. Cyclostoma, in Sagra. p. 142. t. ES. Hab. las car y hojarasca del monte Guajaibon. M. PROCER Poey , Mem. I. p. 404. Hab. la hojarasca de las Sierras de Isla de Pinos. M. TorTUM Wood , Turbo, Ind. Suppl. t. 6. f. 32. M. ungula Poey , Mem. 11. p. 5. 24.89. t. 3. f. 1-4. (se- nior). 243. 244. 157. 160. 391. 957. 3144, 482. 91 Hab. la hojarasca en varias localidades de Bayamo, Ma- yarí y Guantánamo. M. AURICULATUM Orb. Cyelostoma, in Sagra. p. 145. t. 22. f. 1.2. (1841). | Cyclostoma bicolor Gould. in Proc. Bost. Soc. 1843. 9 138. M. solenatum Poey , Mem. IL. p. 402.4. 7. f. 17.18. Hab. entre la hojarasca en la jurisdiccion de Cárdenas. . M. ALUTACEUM Mke. Cyclostoma, la Pfr. Zeitschr. 1846 p. 55. M. digitale Gundi. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 114. (8). Hab. la hojarasca de Gruinía en Trinidad. M. apertum Poey, Mem. Í. p. 405. IL p. 46. Hab. la hojarasca en casi todo el Departamento occi- dental. M. SEMINUDUM Poey, Mem. I. p. 405. IL. p. 46. Hab. la hojarasca en el Yunque de Baracoa, Trinidad, S. Juan de los Remedios y Pinar del Rio. | M. Mant Poey, Mem. I. p. 404. t. 7. f. 19-22. t. 13. f. 23-24. ; Hab. la hojarasca de toda la cordillera de los Organos principalmente en Rangel. M. LEONIMUM Pfr. in Mal. Bl. III. 1856. p. 48. Hab. la hojarasca en Rangel. M. GuNDLACHI Pfr. in Mal. Bl. III. 185 6. p. 48. Hab. la hojarasca en Rangel. - FAM. TRUNCATELLIDZ. GEN. TRUNCATELLA. T. Carmmaeysis Sowb. in Pfr. Zeitschr. 1846. p. 152. T. succinea Ad. in Proc. Bost. Soc. 1845. p. 12. Hab. en el litoral dela Habana, Cárdenas, etc. T. SUBCYLIDRICA Gray, Man. p. 22. £. 6. Hab. el ditoral de la Habana, etc. 334. 13: 121. 509. 350. 329. 467. 211. 227. 170. 92 'T. PULCHELLA Pfr. in Wiegm. Arch. 1. 1889. p. 356. T. scalariformis Ad. in Proc. Bost. Soc. 1845. p. 12. T. Adamsi Pfr. in Zeitschr. 1846. p. 119. Hab. el litoral de Matanzas , Cárdenas, Cabo Cruz, etc. T. BILABIATA Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1840. p. 258. Hab. el litoral de Matanzas , Cabo Cruz, Cárdenas , etc.. T. SCALARIS Mich. Descrip. du Gen. Rissoa , p. 21. t. 1.. A T. costata Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1839. p. 356. T. Cumingi Ad. in Proc. Bost. Soc. 1845. p. 12. Habita el litoral de Matanzas, Cabo Cruz , etc. T. CAPILLACEA Gundl. in Mal. Bl. IX. 1864. p. 128. Hab. en la Caimanera de Guantánamo. T. LIRATA Poey , Mem. II. p. 29. S5. 417. (9.) Hab. entre la hojarasca en Yateras , Monte Toro , Bara- jagua, etc. T. ELONGATA Poey, Mem. 11. p. 25. 89.t.2. f. 23.24. Hab. en el Cabo Cruz. T. FILICOSTA Grundl. in Mal. Bl. VIT. 1860. p. 32. Hab. debajo de la hojarasca en o , Baracoa y al pié del Yunque. WRIGHTI Pfr.in Mal. Bl. IX. 1862. p. J27. Hab. en el Departamento Oriental. FAM. HELICINACEA. GEN. HELICINA. H. BrIArEA Poey, Mem. 1. p. 108. 119.413. tab. 11. f. 9-12 TT. p. 48. Hab. los paredones y La de las cercanías del Rio Ca- llero en Trinidad. H. Trranica Poey, Mem. I.p. 110. 119. 413. tab. 11. f- 13-16, Hab. los árboles de Mata y Barigua, en Baracoa, Ur 304. 5989. 12» 374. 60. 347. 445. 93 H. ochracga Poey, Mem. IL. p. 112.119. 414.tab. 11.f. 1-4. (10). H. silacea Mor. Test. nov. 1. p.20. Hab. los árboles del Yunque de Baracoa, principalmente en las matas de café. H. SAGRAIANA Orb. in Sagra. p. 132. tab. 18. f. 12. 13. H. Sagra. Sowb. Thes. conch. p. 3. tab. 1. f. 10. H. Catalinensis Pfr. in Mal. Bl. TIT. 1856. p. 49. 142. Hab. los paredones, piedr ay árboles de toda la. cordille- ra de los Organos. H. JEANNERETI Pfr. in Mal. Bl. 1x. 1862. p- 6. Hab. en Mayarí. H. ciLraTa Poey, Mem. I. p. 109.119. 414. tab. II. £.5-8. IT. p. 48. H. fossulata Poey, Mem. Il. p. 25. Hab. las piedras, hojarasca y árboles de Sagua de Tána- mo, Bayamo y Trinidad. H. BAYAMENsIS Poey, Mem. p. 415. tab. 33. £ 8-10 (11). HA. Bastidana Poey, Mem. I. p. 415. tab. 33.f. 11. 12. Hab los árboles de Buenavista en Bayamo, Yateras, Mon- te Toro y Cayo del Rey. 29. H. SUBMARGINATA Gray, in Zool. Journ. I. 1824. p- 68. tab.6.f. 11. H. rubra Pfr. in Wiegm. Arc.h L. 1839. p. 335. Hab. las piedras y hojarasca de toda la Isla. . H. crassa Orb.in Sagra, p. 134. tab. 19.£.5. 6. (12). Hab. las piedras en Manzanillo. H. MAYARINA Poey, Mem. I. p. 417. tab 34.f. 6-8 Hab. en MayarÍ. H. PULCHERRIMA Lea, Observ. I. p. 161.tab. 19. f. 57. H. RUBROCINCTA Poey, Mem. L. p. 417. tab. 33. f. 16-19. Hab. en las piedras de varias localidades en las jurisdic- ciones de Guantánamo, $. de Cuba y Bayamo. H. SUBUNGUICULATA Poey, Mem. II. p. 34. Hab. los paredones de la Sierra de Guane y del Sumidero. 169. 39. d8. 317. 125. 255. 179. 178. 155. 470. 94 H. REGINA Mor. Test. nov. I. p 19, Hab. la mayor parte de la cordillera de los Organos. H. ADSPERSA Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1839. p. 354. H. variegata Orb. in Sagra, p. 134.tab. 19. f. 1. 4. (1841) H. marmorata Orb. in Sagra, p. 135. tab. 19. f. 9-12, H. Lameriana Orb. in Sagra. p. 136. tab. 19. f. 13-14. H.tenuilabris Pfr. in Proc. Zool, Soc. 1848. p. 124. Hab. los árboles de la mayor parte del Departamento oc- cidental. H. SLOANEI Orb. in Sagra, p. 137. tab. 20.f. 4-6 (1841). Trochatella Gouldiana Pfr. in Zeitschr. 1850, p. 131. Hab. las piedras y paredones de Managua, Pan y Palen- que de Matanzas, etc. H. DILATATA Poey, Men. IT. p. 26. Habita en Trinidad, segun Lavallé. H. PETITIANA Orb. in Sagra. p. 137. tab. 20. f. 1-3. Hab. los paredones en los cafetales Puriales de Trinidad, y en Banao. H. CHRYSOSTOMA Shuttl. Trochatella, in Pfr. Monogr. Pneum p. 330. Hab. Localidad desconocida. H. CONSTELLATA Mor. in Revue Zool. 1847. p. 144. Hab. los paredones de la Sierra de Casas en Isla de Pi- nos. H. sTELLATA Velz. in. Poey Mem. I. p. 117. tab. 5. f. 18-20 Hab. los paredones de las Sierras de Casas y Columbo en Isla de Pinos. H, COLUMELLARIs Gundl. in Poey, Mem. II. p. 14. tab. 1.f. 16. Hab. los paredones de Rangel, Sierra de Guúira y hato Caimito en los Organos. | H. REMOTA Poey, Mem. IL. p. 87. tab. S.f. 26. Habita los paredones de Guane, Viñales, Pan de Azúcar y otras localidades de la cordillera de los Organos. 220. H. BLANDIANA Gundl. in Poey, Mem. 11. p. 15. tab. IT. f. 19. 174. 628. 499, 417. 175. 224. 588. 208. 281. 176. 276. 95 Hab. en los paredones de Ss. Diego de los Baños. H. ACUMINATA Velz.in Poey. Mem. 1. p. 112. 119. tab. 5. f. 13-14. Hab. en S. Diego de los Baños. H. WrictHr Pfr. in Mal. Bl. X. 1863. p. 195. Hab. las piedras de Viñales, Pan de Azúcar ete. en los Organos. H. JUGULATA Poey, Mem. IT. p. 34. tab. 4.f. 3. 4. Hab. los paredones de Guane y Sumidero en los Orga- nos. . H. JUCUNDA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 197. Hab. los paredones de monte Guajaibon. H. CHRYSOCHASMA Poey, Mem. I. tab. 25.f. 17-19. II. p- 26. Hab. los paredones de el y Viñales en los Or- ganos. _H. ELONGATA Orb. in Sagra. p. 139. tab. 20. f. 16-18. Hab. los árboles en muchas localidades del departamento Occidental. H. RUBELLA Wr.in Pfr. Mal. Bl, X. 1863. p. 107. Hab. los paredones en los cayos de $. Felipe, hato de la Vuelta-abajo. H. NoDz Arango, in Joura, conch. 1862. p. 409. Hab. los paredones de a Guajaibon, Sierra de Gii- Ta ebca H. SCOPULORUM Mor. Test. nov. 1. p. 20. Hab. los paredones de las Sierras de Isla de Pinos, H. RUBROMARGINATA Gundl. in Poey, Mem IL. p: 15. tab. I. f. 17.18. Hab. las piedras en el monte Guajaibon. H, STRAMINEA Mor. Test. nov. 11. p. 18. H. exacuta Poey, Mem, 1, p. 114.120, tab.5. £ 7-9. Hab. las piedras cubiertas de musgos en Rancho Lucas y Callajabos. H. PoLITULA Poey, Mem. 1. p. 113. 120. tab. 5. f. 4-6. Hab. las piedras cubiertas de musgo en el monte Rangel. 282. Mo 135. 97. 212. 439. 30. 173. 96 H. PYRAMIDALIS Sowh. Thes. conch. p. 9. tab. 3. f. 104. (1842). (13). H. conica Orb. in Sagra, p. 138. tab. 20. f. 7-9. (1841). Hab. los paredones de Rangel. H. conica Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1859. p. 355. H. elegans Orb. in Sagra, p- 139. tab. 20. f. 13-15. (1841) Hab. los árboles de muchas localidades del Departamen- to Occidental. ' H. mans Poey, Mem. I. p. 113. 120. tab. 5. f. 1-3. Hab en Trinidad, segun Lavallé. H. canLosa Poey, Mem. 1. p. 430. tab. 33. Í. 13-15. Hab. los paredones de las Sierras de Isla de Pinos. H. LUTEO-APICATA Poey, Mem. I. p. 394. 446. H. luteo-punctata Poey, Mem. I. p. 115. 120. tab. 5. Í 10-12. Hab. con la precedente. H. RUBICUNDA Guundl. Trochatella, in Pfr. Mal. Bl. IV. 1857.p. 111. Trochatella capillacea Pfr. in Mal. Bl. IV. 1857. p- 111. Hab. los paredones y piedras de Letran en Trinidad. H. ruscuLa Gundl. in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 197. Hab. los paredones de Guajaibon, Sumidero ete. en los Organos. -H. ROTUNDA Orb. in Sagra, p- 140. tab. 21. f. 1-3. (1841) H campanula Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1548. p. 120. Hab. en los árboles de la mayor parte de la Cordillera de los Organos. H. Neesrana Pfr. in Mal. Bl. IX. 1862. p. 8. Hab. la hojarasca de Mayarí, Cayo del Rey y Monte Toro. ea H. eLoBuLosa Orb. in Sagra, p. 141. tab. 21. 6101 yo: Hab. varias localidades del Departamento occidental, en los árboles. H. BELLULA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI.1859. p- 79. Hab. los arbustos, de la ¡urisdiecion de Guantánamo, y en el Yunque de Baracoa. 27) 196. H. sPECTABILIS Gundl.in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 48. 308. 41 Hab. en los árboles y arbustos de Buenavista en Ba- yamo. A H. ExserTA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. Y. 1858. p. 194. Hab. los árboles y arbustos en las cercanías de las forta- lezas de S. de Cuba. . H. CONCINNA Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 178. Hab. los árboles y arbustos de Cabo Cruz. . H. GUNDLACHI Pfr. in Mal. Bl. I. 1854. p. 110. Hab. los arbustos en las inmediaciones de Cabo Cruz... . H. LITTORICOLA Grundl. ir Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 25: Hab. sobre los arrecifres de la costa de Baracoa. . H. Pory1 Pfr. in Mal. Bl. VI. 1859. p. 78. Hab. los árboles y arbustos de la jurisdiccion de Guan- tánamo. . H. suBGLOBULOSA Poey, Mem. L p. 115. 120. tab. 12. f. . 17-21. 106. Hab. en los árboles de Buenavista en Bayamo y en gran parte de las jurisdicciones de Guantánamo y Santiago de Cuba. H. SUBDEPRESSA Poey, Mem. I. p. 420. tab. 34. f. 22-26. Hab. las plantas he Manzanillo, Cabo Cruz, Bayamo, Tri- nidad, etc. . H. LemBEYANA Poey, Mem. l[. p. 420. tab. 33. f. 20-24. Hab. los árboles de la Punta de San Juan de los Perros. . H. Reeveaxa Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1848. p. 123. Hab. las plantas del partido de Maisí en Baracoa, los de Sagua de Tánamo, Mayarí, Gibara, etc. 17L. H. Ornienyi Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1848. p. 123. Localidad desconocida. | . H. peEcLIvIS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 24. Hab. los árboles de Mata y el Yunque en Baracoa. H..pDISssIMULANS Poey, Mem. II. p. 35. tab. 4. f. 8-9. Hab. las piedras en Guane y $umidero. 497. H. VELUTINA Poey, Mem. II. p. 35. tab, 4. f. 6-7. -Hab. con la precedente. ; 13 98 451. H. GONOSTOMA Grund:!. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 194. Hab. las piedras y hojarasca de Letran en Trinidad. 506. H. INCRUSTATA Gundl. in Mal. Bl. VI. 1859. p. 80. Hab. la hojarasca y piedras de Yateras y gran parte dela jurisdiccion de Baracoa. . 189. H. mispIDA Pfr. in Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 355 H. dentígera Orb. in Sagra, p. 140. tab. 21. f. 4-6. (1841.) Hab. las piedras y árboles de gran parte del Departamen- to Occidental y de Brazo de Cauto en $. de Cuba. 191. H. RETRACTA Poey, Mem. I. p. 116. det tab. 12. f. 22-26. Hab. en Callajabos. 194. H. nIitIDA Pfr. in Wiegm. Arch.I. 1839. p. 335. Hab. las piedras y hojarasca de casi todo el Departamen- to Occidental. 215. H. GLABRA Gould, in Proc. Bost. Soc. 1. p. 138. Hab. las piedras en Managua. 362. H. PROxIMA Gundi. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 49. Hab. las piedras y hojarasca de Buenavista en Bayamo. 20, H. minima Orb. in Sagra, p. 141. tab. 21. f. 7-9. - Hab. las piedras y hojarasca de muchas localidades en ambos Departamentos. 205. H. CONTINUA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 49. Hab. las piedras de Guisa en Bayamo. 660. H. MONTANA Wr. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. ? Hab. en Luis Lazo, potrero en la Vuelta de Abajo. 190. H. rucosa Pfr. in Wiegni. Arch. I. 1839. p. 355. Hab. las piedras en toda la Isla. 448. H. CAPAX Gundl. Alcadia, in Pfr. Mal. B!. IV. 1857. p.113. Hab. las piedras de Sitio (Quemado y Letran en Trinidad. 330. H. GrRANUM Pfr. in Mal. Bl. TIL. 1856. p. 49. Hab. los arbustos de Buenavista en Bayamo, y de Lagu- nas en Santiago de Cuba. 545. H. GRANULUM Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p.? Localidad desconocida del ara Oriental. 440. H. PETROSA Gundl. Trochatella, in Ptr. Mal. BJ. TV. 1857. p 111. 964. E 315. 102. 103. 42. 75. 399. 99 Hab. las piedras y paredones de Magua en Trinidad. H. MeTHFESSELI Pfr. Trochatella, in Pfr. Mal. Bl. IX. 1862. p.8. Hab. los arbustos de Sagua de Tánamo y el Yunque de Baracoa. H. RUPESTRIS Pfr. in Viena Arch. I. 1839. p. 355. Hab. en las piedras de Managua, Almendares, etc. EmmMERLISGI Pfr. in Mal. BJ. IX. 1862. p. 130. Hab. los arbustos de Monte Toro en Guantánamo, y del Yunque de Baracoa. FAM. PROSERPINACEZ GEN. PROSERPINA. P. pePrESSAa Orb. Odontostoma, Orb. in Sagra, p. 131. tab. 18. f. 4-7. Hab. las piedras y hojarasca de muchas montañas en com la Isla. P. GLOBULOSA Orb. Odontosma, Orb. in Sagra, p. 132. tab,-18. f. 8-11. Hab. con la precedente, FAM. AURICULACEZ. GEN. MELAMPUS. M. corrEUs L. Bulla, Syst. ed. X.p. 729, Voluta minuta Gml. Syst. nat. ed. 13. p. 3436. Ellobium Barbadense Bolt., doc. Pfr. Bulimus coniformis Brug. Dict. n. 72. Hab. todo el litoral de la Isla. M. GUNDLACHI Pfr. in Zeitschr. 1853. p. 126. Hab. en Cayo Blanco, cerca de Cárdenas. M. rLavus Gml. Voluta, p. 3436. Auricula monde Lamk. Pfr. Wiegm. Arch. 1830. M. coronatus C. B. Ad. Contrib. to conch. p. 41. 320. 206. 73. 86. 100 M. coronulus H.et A. Ad. in Proc. Zool. Soc. 1854. p. 10. Hab, el litoral de Matanzas, Cabo Cruz, etc. M. PusiLLUS Gml. Veluta, p. 3436. Bulimus ovulus Brug. in Encycl. méth. I. p. 339. Auricula nitens Lamk. tab. 6. 2. * part. p. 14). Voluta triplicata Donov.,*doc. Pfr. Hab. en el Quebrado de Cabo Cruz. M. CINGULATUS Pfr. Auricula, in Wiegm. Arch. I. 1840. p. 251. Auricula oliva Orb. in Sagra p. 100. tab. XII. f. 8-10. (1841). M. Poeyi Pfr in Zeitschr. 1853. p. 126. Hab. el litoral] de la Habana, Cárdenas, Manzanillo, etc. GEN. PEDIPES. . P. MIRABILIS MIf. in Mag. Ges. nat. Fr. Berl. VIII. p. 8. tab. 12. £ 13 ab. (1818). P: quadridens Pfr. in Wiegm. Arch. 1839. p. 357. P. tridens Pfr. in Proc. Zool, Soc. 1854. p. 122. P. ovalis Ad. Contrib. to conch. p. 41. Hab. el litoral de la Habana, Cárdenas, Cabo Cruz, etc. GEN, PLECOTREMA. (14). P. CubensE Pfr. in Mal. Bl. 1. 1854. p. 153. Hab. el litoral de la Habana, Matanzas, Cárdenas, etc. GEN. BLAUNERIA. B. HeETEROCLITA Mont. Voluta, in Test. Brit. Suppl. p. 469, (1808). Achatina pellucida Pfr.in Wiegm. Arch. I. 1840. p. 252. Tornatellina Cubensis Ptr. Symb. H. p. 130. Hab. el litoral de la Habana, etc. 284. 101 GEN. LEUCONIA. L. OCCIDENTAL!S Pfr. in Mal. Bl. 1. 1854. p.155. Hab. el litoral de Cárdenas, Matanzas, Cabo Cruz, etc. 100. L. succinea Pfr. in Mal. Bl. I. 1854. p. 156. 140. 24. 141. 99. Fab. el litoral de la Habana, Cárdenas, Cabo Cruz, etc. FAM. HELICEA4. GEN. HELIX. H. IMPERATOR Montf. II. p. 155. tab, 39. Hab. la hojarasca al pié de los árboles en la jurisdiccion de Baracoa. H. PaLUDOSA Pfr. in Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 350. H. lingulata Fér. in Desh. Hist. p. 6. tab. 69 D. f. 1. H. Ramonis Orb. in Sagra, p. 74. tab, 8. f. 1-4. Hab. las piedras de lugares húmedos en muchas localida- des del Departamento Occidental. H. NOTATA Poey, Mem. 11. p. 434. H. Johannis Poey, Mem. II. p. 36. tab. 4. f. 15-17. Hab. las piedras de Guane, Sumidero y otras localidades de los Organos. HELIX SAGEMON Beck, Caracolla. Ind. p. 31. (1837).(15). H.marginata Miil. Orb. in Sagra, p. 79. tab. 4. f. 11-13. H. marginatordes Orb. in Sagra, p. 80. tab. 5. f. 8-10. H. marginelloides Orb in Sagra, p. 154. tab. 9. f. 14- 16. H. rostrata Pfr. in Zeitschr. 1847. p. 12. H. Mina Pfr. in Zeitschr. 1852. p. 92. H. Pazensis Poey, Mem. L p. 410. tab. 33. f. 23. (1854). H. Arangiana Poey, Mem. I, p. 410. tab. 33. £ 17-20. H. Gutierrez Poey, Mem. 1. p. 411. tab. 25.f. 5-8 H. transitoria Pfr. in Mal. Bl. IL 1855. p. 99. H. jactata Grundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 175. H. Charpenteriana Bland, in Ann. of the Lyc. of. Nat hist. p. 135. (1861). 549. 63. 493. 247. 62. 117 :360. -340. 102 H. Schwartziana Pfr. in Mal. Bl. XI. 1864. p. 125. Hab. los árboles y piedras de la mayor parte del Departa- mento Oriental. | H. ApoLLo Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 13. Hab. la hojarasca y los troncos delos árboles, en la cima del Yunque de Baracoa, á 1200 varas de altura sobre el nivel del mar. H. PeriTIANa Orb. in Sagra, p. 75. tab. 9.f. 1-3, Hab. las piedras cerca del nacimiento del Rio Caballero en Trinidad. H. GuANENsIsS Poey, Mem. IT. p. 35. tab. 4. f. 11-14. Hab. en las piedras de Guane, Sumidero, etc. en los Or- ganos.: H. CRASSILABRIS Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1846. p. dde, (16) H. sobrina (Helicogena) Fér. Prod. 84. Hist. tab 43. f. 6. Hab. la hojarasca de varias localidades en las jurisdiccio- nes de Guantánamo, S. de Cuba y Mayari. H. scaBROSA Poey, Mem. I. p. 421. tab. 34. f. 1-5. IL. p. 57. Hab. los árboles y piedras del Rio Caria en Trinidad. H. AURICOMA Fér. (Helicogena) Prodr. S0. Hist. tab. 46. £.01=9. (437). H. microstoma Lam. 23. p. 72.ed. Desh. p. 39. : HB. Bonplandi Val. in Hibn. Zool. IL. p. 239. tab. 56 £.3. H. noscibilis Fér. tab. 46 A. f. S Hab. las piedras y árboles de muchas localidades del De- partamento Occidental. H. TrINITARIA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 176. Hab. las piedras y árboles de la jurisdiccion de. Trinidad. H. RANGELINA Pfr. in Mal. Bl. I. 1854. p. 157. Hab. las piedras y hojarasca de Rangel, Guajaibon, etc. 341. 339. H. Bayamensis Pfr. Pachystoma, in Mal. Bl. I 1854. p. 189. Hab. los ásboles y piedras de Bayamo, S. de Cuba y Ma- yarí. H. PROBOSCIDEA Pfr. in Mal. Bl. III. 1856. p. 44. 103 ' Hab. las piedras de la jurisdiccion de Guantánamo. 512. 338. 510. 622. 345. . H. GUANTANAMENSIS Poey, Mem. II. p. 27. tab. 3. f. 8-9, Hab. lás piedras y árboles en Yateras y Sagua de Tá. namo. H. LAMELLICOSTA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1861. p- 220. Hab. las piedras y hojarasca de Piloto-arriba en Mayarí. H. BARACOENSIS Gutz. in Poey , Mem. Il. p. 26. Hab. las piedras y plantas de la jurisdiccion de Guantá- namo y ae Piloto-arriba y Picota en la de Mayarí. H. PROVISORIA Pfr. in Mal. Bl. VI. 1859. p. 85. Hab. las plantas y piedras de Baracoa, Cabo Cruz, Giba- ra, Mayarí, Bayamo, etc. H. EMARGINATA Gundl. in Pfr. in¿Mal. Bl. VI. 1859. p. 86. Hab. la hojarasca de Mayarí-abajo y en la Caimanera de Guantánamo. H. SUBTUSSULCATA Wr. in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 119. Hab. al pié de los paredones entre hojarasca. La var. mayor en Viñales y Pan de Azúcar, y la var. menor en la Guira de Luis Lazo. H. SAGRAIANA Orb.in Sagra, p. 75. tab. 7.f. 4-6. Hab. los paredones del monte Guajaibon. 142. 502. 331. 46. 36. H. PARRATrAaNa Orb. in Sagra, p. 76. tab. 7. f. 7-9. Hab. los paredones, piedras y árboles de muchas locali- dades en la Cordillera de los Organos. H. PARALLELA Poey, Mem. IT. p. S8. Hab. las piedras y «plantas de la Sierra de Guane. H. PrryoNesica Pfr. in Mal. Bl. 1. 1854. p. 156. Hab. las piedras y árboles en las sierras de Isla de Pinos. H. MULTISTRIATA Desh. in Encycl. meth. p. 248. H. circumtexta (Helicogena) Fer. Hist.tab. 27 A.f.4. 5. H. bienicta Menke, Synops. ed 2. p. 127. H. vesica Lea. Observ. I. p. 168.tab. 19.f..67. Hab. las piedras y hojarasca desde Cárdenas hasta el Ca- bo de S. Antonio. H. PoryYr. Petit, in Guérin mag. tab. 74. 3 131. 137. 251. 346. 145. 104 Hab. los paredones y árboles de la jurisdiccion de Tri- nidad. . H. BONPLANDI Lam. 26. p. 72.ed. Desh. p. 40. Hab. los árboles y cercas de madera en el Departamento Occidental. . H. SUPERTExTA Pfr. in Zeitschr. p. 158. Hab. los árboles de Zarabanda en la Ciénaga de Zapata. H. DEFLEXA Pfr.in Zeitschr. p. 155. Hab. los cactos y curugeyes de la costa S. de Baracoa. H. ALAUDA Fér. (Helicostyla) Prod. 319. Hist. tab. 103. f. 2. 3. (18). H. strobilus Fér. ( Helicostyla ) Prod. 317. Hist. tab. MOS cub. l, H. avellána Fér. (Helicostyla) Prod. 318. Hist. tab. 108. t. 4.5. H. Hebe Desh. in Fér. Hist. I. p. 211. tab. 37 A. £.5. H. purpuragula Lea, Observ. I. p. 149. tab. 9.f. 8-10. H. manilla Lea, Observ. 1. p. 166. tab. 19.f.64. H.pudibunda Beck, Ind. 1837. H. bizonalis Grat. in Act. de laSoc. Lin. de Bord. XI. p 412. tab. 1.f.7. Hab. los árboles de muchas localidades del lA Oriental, principalmente en Baracoa. H. DeNNISOM Pfr. in Zeitschr. 1853. p. 56. H. Juliana Poey, Mem. 1. p. 208. tab. 25. f. 13-16. Hab. en las plantas de Cabo-Cruz. H. OVUM-REGULI Lea, Observ. I. p. 164. tab. 19. f. 61. Hab. las plantas de junto al Morro de S. de Cuba y de varias localidades en Guantánamo. H. BROCHERI Gutz. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 124... Hab. los arbustos en la Punta de Maisí. H. vERSICOLOR Born. Mus. p.386. tab. 16. f. 9. 10. H. globulosa Pfr. Symb. Il. p. 29. H. cincta Perry, doc. Pfr. H, pictoria Perry, doc. Pfr. Hab. las plantas, principalmente la Cardona, en la costa 76. 250. 105 del Sud, desde Yateras en Guantánamo hasta cerca de la Punta de Maisí. H. MUsCARUM Lea. Observ. 1. p. 163. tab. 19. f. 59. H. globulosa Fér. (Helicogena) Prod. 17. Hist. tab. 25. f. 3-4. tab. 25 A. f. 7-8. | H. carmicolor Orb. in Sagra. p. 82. tab. 10, f. 5-8. Hab. las plantas en la costa del norte desde Nuevitas has- ta la Bahia de Sagua de Tánamo. H. Liwbex1 Pfr. in Proc. Zool, Soc. 1846. H. immersa Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 41. Hab. los árboles de Guisa en Bayamo. 552 H. MELANOCEPHALA Grundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p- 88. 409. 426. 144. Hab. las plantas de Monte Toroen Guantánamo y Cayo del Rey en Mayarí. H. BARTLETTIANA Pfr. in Zeltschr. 1848, p. 83. H Gossei var. Reeve, doc. Pfr. . Hab. los árboles de Buenavista y Brazo de Cauto en Ba- yamo. . H. ComTA Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 172. H Gallopavonis (Val.) Poey, nec typus. Mem. II. p. 91. 405 Hab. los cactus en Cabo Cruz y las cercanías. H. picTa Born. Mus. p. 386. tab. 15. f. 17. 18. H venusta Gaal. 114. p. 3650. H. cortex mali citrei Chemn. TX. P. 2. p. 128, tab. 130. f, 1162-85. Limazx tiara Martyn, doc. Jay. Hab. los árboles de las jurisdicciones de Bayamo, $. de Cuba, Mayarí y Baracoa, siendo las mas hermosas por su tamaño las del Yunque de Baracoa y por sus bellísimos colores los del Partido de Maisi en esta jurisdicion. H. SULPHUROSA Mor. Test. nov. 1. p. 8. Hab. en Gibara, segun Morelet. 252. H. PEMPHIGODEs Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1846. p. 110. Hab. entre los despojos de los árboles en Baracoa, Guan- tánamo, S: de Cuba y Bayamo. 528. H. LaseviLLE1 Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VUL 1861. p. 220 14 106. Hab. los arbustos de la montaña Gran Piedra. 514. H. LescALLEI Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 89 Hab. las plantas de Yateras y Monte Líbano en la juris- £ diccion de Guantánamo. 527. H. PROMINULA Pfr. in Mal. B1.V. 1858. p. 181. Hab. entre hojas secas de mona en Monge, lugar en la costa de Cabo Cruz. 564. H. AMPLECTA Grundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 17. Hab. las plantas de Nuevitas y la Punta de Maisí. 50. > GILVA Fér. (Helicogena) Prod+36. Hist. tab. 21 E 1. (19) ' corrugata Pfr. Symb. I. p.41. Hab. en los árboles y arbustos de Trinidad. 230. H. TEPHRITIS Mor. Test. nov. 1. p. 8. Hab. los arbustos de la Vigia de Trinidad. 139. H. RUFO-APICATA Poey, Mem. IT. p. 29. 52. Hab. las plantas en Gibara. - 479. H. CESTICULUS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 179. - Hab. las plantas de las cercanias de S. de Cuba y de la Caimanera en Guantánamo. 92. H. LUCcIPETA Poey, Mem. 1. p. 447.1. p. 51. H. picturata Poey, Mem. 1. p. 209. 212. tab. 26.f. 1-5. H. lepida Poey , Mem. 1. p. 209. 212. tab. 26. f. 6-10. H.bellula Poey , Mem. IL. p. 7. H. penicillata Poey , Mem. 11. p. 27. tab. 1. f. 6-10. H. Newcombiana Poey, Mem. II. p. 28. H. Velasqueziána Poey, Mem. IT. p. 28. tab. L. f. 1-5. Hab. las plantas de Manzanillo, Guantánamo, Bayamo, Trinidad, etc. 129. H. FUSCOLABIATA Poey, Mem. II. p. 29. 51. H. subfusca Poey , Mem. 1. p. 210.tab. 26. f. 11-15. Hab. las plantas de Manzanillo, Santiago de Cuba y Hol- guin. 32. H. CuBENsIsS Pfr.. in Wiegm Arch. I. 1840. p. 250. (20). H. Lanieriana Orb. in Sagra, p. 83. tab. 7. f. 17-20 1841. H. penicillata Gould, in Boston Journ. 1842. ¿ 4365. 107 Mycrocystis trifasciella Beck, doc. Pfr. pictella Beck, doc. Pfr. Hab. los arbustos desde Cárdenas hasta el Cabo de $. . Antonio. 99. H. comes Poey , Mem. Il. p. 29. Hab. las piedras y arbustos de las Sierras de Isla de Pinos. H. Lerraxensis Pfr. in Mal. Bl. 1V.1857. p-105. Hab. los árboles y piedras en Trinidad y en los Organos 81. H. Auserr Orb. in Sagra, p 82. tab. 7. £. 13-16. 130. 138. 149. 22. 438. 264. 308. Hab. las plantas en la Habana y Banes. H. NAEVULA Mor. Test. nov. I. p. 7. Hab. las plantas de la costa en Nuevitas. H. MACULIFERA Gutz. in Poey, Mem. Il. p. 28. tab. 2. f. 1-5. Hab. en Santa'Cruz. H. morBIDA Mor. Test. nov. 1. p. 8. Hab. las plantas del Cayo Santa Maria, frente á San Juan de los Perros y en Baracoa. H. sTIgGmaTICA Pfr. Symb. 1. 1841. p. 40. Hab. las piedras desde Matanzas hasta el Cabo de San Antonio. H. suavis Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 105. Hab. en las piedras de la jurisdiccion de Trinidad. H. RARIPILA Mor. Test. nov. II. p.S. Hab. las piedras de Guajaibon, Rancho Lucas y Sierra de Gúira en los Organos H. EUCLASTA Shuttl, Diagn. n. Moll. p. 130. 1852. H. Swiftha Pfr. in Proc. Zool. Soc.1854. p.51. Hab. en las piedras de la jurisdiccion de Manzanillo. 147 H. DeBILIS Pfr. Patula, in Mal. Bl. I. 1854. p. 179. 108. 326. H. fragilis Pfr.in Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 350. Hab. en muchas localidades de ambos Departamentos H. INCRUSTATA Poey, Mem. I. p. 208. tab. 12.f. 11-16 H. incrassata Reeve, n. 2 972. tab. 150. Hab. los árboles en la Habana, San Cristóbal, etc. H. PAUCISPIRA Poey, in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 41. 108 Hab. las piedras de Baracoa, Guantánamo, S. de Cub Bayamo, Holguin, etc. 148. H. TICHOSTOMA Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1839. p. 351. Hab. Muerta en la Habana, Matanzas, etc. 79. H. VORTEX Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1839. p. 351. H. selenina Gould, in Proc. Bost. 1848. p. 38. Hab. las piedras de muchas localidades de ambos Depar- tamentos. 565. H. TRANSLUCENS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1860. p. 17. Hab. los arbustos del Yunque y Barigua en Baracoa. 109. H. BootHiasa Pfr. in Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 351. Hab. las piedras de muchas localidades en ambos Depar- tamentos. 566. H. MONTETAURINA Pfr. in Mal. Bl. VI. 1859. p. 91. Hab. los forallones de Monte Toro y el Yunque. 348. H. eraciLis Poey, Rep. Fis. nat. 1865. p. 69. Hab. las piedras y hojarasca de Buenavista en Bayamo. 82. H. OTTONIS Pr. in Wiegm. Arch. 1. p. 251. Hab. las piedras en varias localidades de ambos Depar tamentos. 547. H. NITENSOIDES Orb. in Sagra, p. 84. tab. 10.f. 9-12.(21).. Hab. en Monte Líbano. 238. H. GunbLacut Pfr. in Wiegm. Arch. 1840. p.250.(29).. H. pusilla Pfr. in Wiegm. Arch. I. 1839. p, 351. - H.simulans Ad. contrib. to. conch. 1349. p. 35. H. egena Gould, in Binn. Terr. Moll. IT. p, 245. tab 22.. de i Hab. muchas localidades en ambos departamentos, en las piedras y hojarasca. 74. H. saxicoLA Pfr. in Wiegm. Arch. 1840. p. 251. H. Maurinana Orb. in Sagra, p. 85. (1841). Non in tab.. H. Lavalleana Orb. in Sagra, tab. 8. f. 16--19. Non in textu. Hab. las piedras y palos podridos en Magua, Letran,. Brazo de Cauto y el Yunque de Baracoa. 501. H. JEANNERETI Pfr. in Mal. Bl. V. 1858. p. 181. 109 Hab. la Ho mtaaLd de Yateras y Brazo de Cauto. 983. H. mivuscuLa Binn. in Bost. Journ. II. p. 435. tab. 22. f. 4. -H. Lavalleana Orb. in Sagra, p. 84. Non in tab. H. Mauriniana Orb. in Ta tab. 8. f. 20-23. Non in texbu. H. minutalis Mor. Test. nov. II. p. 7. Hab. en las piedras de terrenos húmedos en la Habana, Guantánamo, etc. 401. H. rurmIviromts Pfr.in Wiegm. Arch. I. 1839. p- 350: H. subpyramidalis Ad. in Bost. Proc. 1845. p. 15. H. Mac-Nabiana Chitty, doc. Poey. Hab. los troncos de los árboles en Yateras y en el Cale tal Fundador de Matanzas. GEN. BULIMUS. 71. B. MarieLinos Poey, Mem. L. p. 204. tab. 12. f. 32, 33. Hab. los arbustos de Manzanillo, Trinidad, Mariel, etc. 98. B. seruLcraLIs Poey, Mem. 1. p. 204.447. tab. 27.f. 29.. Hab. las piedras de las cercanías de la Habana. 45. B. PorYaNus Pfr. in Mal. Bl. 1854. p. 157. tab. I. £ 1-3- Achatina (Glandina) Pazensis P. Arcas, in Journ. a 1857. p. 282. t. 10. f. 8-9. Hab. en los árboles y piedras de las Sierras de Isla de - Pinos. GEN. MACROCERAMUS. 430. M. CLAUDENS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859: p. 93. Hab. en las plantas de la Calmanera, de la Boca del Ya- teras y del Ocujal en Guantánamo. 524. M. aroBE1 Pfr. in Mal. Bl. IX. p. 1862. p. 181. Hab. en Picote, jurisdiccion de Mayarí. 342. M. Pazri Gundl. in Mal. Bl. V. 1858. p. 43.182. 110 Hab. las plantas y piedras de Aguadores y Ramon en $. de Cuba y de Guisa en Bayamo. 516. M. NOTATUS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1857. p. 92. Hab. en los árboles y arbustos de Yateras y Monte Lí- bano en Guantánamo. $15. M. CATENATUS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. IV. 1857. p. 92. Hab. en las plantas de Monte Toro, Monte Líbano y Ya- teras. 113. M. UNICARINATUS Lam. Pupa, 10. p. 107. ed. Desh.p.173 Bulimus Canimarensis Pfr. in Wiegm. Arch. I. p. 351. - Hab. en las plantas de muchas localidades de la Isla. 580. M. picrus Gundl.in Pfr. Mal Bl. VI. 1859. p. 93. Hab. las plantas en los paredones de Yateras. 475. M. PUPOIDES Pfr. Mal. Bl. XL 1864. p. 15. " M. Poeyi Pfr. Mal. Bl, XI. 1864. p. 126. Hab. las plantas de S. Antonio é Imias, haciendas de la costa S. de Baracoa. 220, M. GunpLacHI Pfr. Bulimus, in Zeitschr. p. 174. tab, T. f. 29-33. Hab. en las plantas de los Cayos de Cárdenas, en Guisa y en Holguin. 294. M. JEANNERETI Gundl. in Mal. Bl. V. p. 1858. p. 182. Hab. las plantas en las cercanías de las fortalezas en la costa de S. de Cuba. 505. M. reEsTUS Gruundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 94. Hab. las plantas de los cayos de la playa la Calmanera en Guantánamo. 504. M. COSTULATUS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI 1859. p. 94. Hab. las plantas de la Caimanera de Guantánamo. 592. M. CRENATUS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI, 1864. p. 16. Hab. en Juragua, lugar del Departamento Oriental. 377. M. vArIaBILIS Pfr. in Mal. Bl. XI. 1864. p. 15. F" Hab. en el Ocujal y la Cueva de Malaño en Guantá- namo. 314. M. Larus Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI 1864. p. 17. Hab. los paredones de Guajaibon. | 596. 607: 123. 268. 978. 193. 632. 591. 40. 111 M. ELEGANS Grundl. in Pfr. Mal. XI. 1864. p. 18. Hab. los paredones de Gruajaibon. M. PaLENQUENSIS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1864. p. 18. Hab. los paredones del Palenque de Matanzas. M. TURRICULA Pfr. Bulimus, in Wiegm. Arch. 1839. p.351 Pupa Petitiana Orb. in Sagra, p. 95. tab. 12. f. 6-8.(1841) Hab. los paredones y piedras de Matanzas, Managua, Trinidad, Cabo Cruz, etc. M. ANGULOSUS Gundl. Bulimus, in Pfr. Mal. Bl. IV. 1857. p. 107. Hab. las piedras de Magua y Sitio Quemado en Trinidad. M. AMPLUS Gundl. in Mal. Bl. V. 1858. p. 44. Hab. las piedras de Guisa en Bayamo. M. GossE1 Pfr. Bulimus. in Proc. Zool. Soc. 1845.p. 137. Cylindrella Hydeana Ad. Contrib. to couch. p. 23. concisa Mor. Test. nov. 1. p. 12. Hab. las plantas de la Punta de S. Juan de los Perros, Cabo C1uz, Gruuisa y Nuevitas. A —— -M. INERMIS Gundl. in Mal. Bl, V. 1858. p. 183. Hab. las plantas de Ea y Lagunas en 5. de Cu- ba y de la Caimanera en Guantánamo. M. COSTELLARIS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1864. p. 16. Hab, en los paredones de Viñales. - M, INFRADENTICULATUS Wr. in Pfr. Ma). Bl. 1864.p. 127. Hab. en los cayos de S. Felipe, hato de la Vuelta-abajo. . M. DENTICULATUS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1864. p. 17. Hab. la Punta de la Jaula en Guane. - M. nicroPIcrus Gundi. in Pr. Mal. Bl. 1864.p. 17. Hab. los portales de Guane y Luis Lazo, en paredones. M. simPLEX Pfr. in Mal. Bl. XI. 1864. p. 19. Hab. la Boca del Yateras. GEN. PINERIA. P. TEREBRA Poey, Mem. 1. p. 429. tab. 34. f. 19-16. Hab. los paredones dela Sierra de Casas en Isla de Pinos. 112 44. P. BEATHIANA Poey, Mem. I. p. 430. tab. 34. £ 17-18. Hab. los paredones de la Sierra de Caballos en Isla de Pinos, GEN. PUPOIDES. 115. P. MARGINATUS Say, Cyclostoma, in Phil. Journ. H. 1821. p. 172. (24). Pupa fallax Say, in Phil. Journ. V. 1825. p. 121 Bulimus nitidulus Pfr. in Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 352 Pupa Parraiana Orb. in Sagra, p. 96. tab. 12. f. 9-11. Bulimus exiguus Reeve, Conch. Icon. tab. 88. Pupa ALO: Ad., doc. Pfr. Hab, las piedras en muchas localidades del Departamen- to Occidental. GEN. MELANIELLA. 89. M. ACUTICOSTATA Orb. Bulimus, in Sagra p. 93. tab. 11 f. 15-18. Hab. los paredones y árboles de la LEO de los Or- - ganos. 590. M. PICHARDI Ar. Bulimus, in Journ. conch. p. 409. 1862. Hab. en las piedras de Gruane. 441. M. MANZANILLENSIS Gundl. Bulimus, in Mal. Bl. IV. 1857. p. 172. Hab. los árboles y piedras de Manzanillo?, Trinidad, Guantánamo y Baracoa. 398. M. TUBERCULATA Gundl. Bulimus, 3 in Pfr. Mal. Bl. IX. 1862. p. 133- Hab. en los árboles de Buenavista y la Loma del Gato en Bayamo. 84. M. GrRACILLIMA Pfr. Achatina, in Wiegm. Arch. 1889. p. 152. Bulimus striaticostatus Orb. in Sagra, p. 93. tab. 11. £. * 19-21. (1841). 115 PECES CIEGOS, POR FELIPE POEY. En mis Memorias sobre la Historia natural de la isla de Cuba, tomo 2.9, página 95-114, láminas 9-11, está la des- cripcion é historia de dos Peces ciegos de las cuevas de Alquí- zar. Desde aquellas fechas se han aumentado nuestros cono— cimientos científicos é históricos con respecto á estos anima- les; y estamos en la obligacion de comunicarlos á nuestros lectores. Estos peces fueron puestos por mi en la familia de los Gadidios , lo mismo que la Brótula de estos mares, llamada por otros Moya. Pero mi corresponsal y amigo Teodoro Gill, de la Institucion Smithsoniana de Washington ha creido con- veniente formar con ellos la familia de los Brotulidios, sub- familia Brosmophycinos, que cuenta en Cuba tres especies, á saber, la Brótula barbuda (Brotula barbata , Bloch), espe- cie marina provista de ojos, y las dos de agua dulce que vi- ven en cuevas , siendo la primera el Lucífugo subterráneo , y la segunda el Lucífugo dentado, para el cual ha hecho el Sr. Gill el género Stygicola , nombre tan significativo como el de Lucifuga. La diferencia entre los dos últimos géneros consiste prin- cipalmente en que el Lucifuga carece de dientes palatinos , y el Stygicola los tiene. Por lo demás, la forma del cuerpo es la misma, la aleta dorsal, corrida hasta la extremidad de la cola , se une á la aleta anal; la parte posterior del cuerpo comprimida y flexible, las pectorales de tamaño normal , las ventrales yugulares y reducidas á filamentos delgados: ojos, no tienen. El tamaño es de cuatro pulgadas para el Lucífugo subterráneo , y cinco para el Estigicola dentado. 15 114 Las novedades que hoy traemos no se reducen á la nue- va familia y al nuevo género propuesto por el Sr. Gill, sino tambien á nuevas localidades. Los primeros que se dieron á conocer fueron sacados de los subterráneos de Alquízar , en distintos lugares que sospe- chábamos tener comunicacion unos con otros; y no ha sido poca nuestra sorpresa, cuando los hemos encontrado en pa- rages bien distantes y en otras aguas, bien que siempre en aguas dulces. El Estigícola dentado existe en un pozo del potrero La Carbonera , tambien llamado Palmasola, de la propiedad de los señores Garcia y Chavez, situado á una legua de la Pun- ta de Maya, que está al E. de la bahia de Matanzas. El pozo es de mucho diámetro , de poca profundidad, bien alumbra- do; no le conozco aberturas con ningun curso de agua, ni creo que puedan los peces salir de este recinto, así como ig- noro cómo hayan entrado. Aquí están contra sus costumbres, pues son peces que huyen de la luz. La misma especie se ha encontrado en un pozo inmedia- to á Bemba, ocho leguas S. E. de Matanzas. Es probable que estos peces vivan en otros puntos de la. vasta extension de la isla de Cuba: llamo sobre ellos la aten- cion de los favorecedores del Repertorio. La remision puede hacerse en un pomo con aguardiente. Pongo á continuacion algunos pormenores de la Corres- pondencia de D. Tranquilino Sandalio de Noda impresa en el Liceo de la Habana , año 1858. Por el año de 1831 estaba yo en la Gúira de Melena. Supe que allí cerca, en las cuevas de Cajío , habia unos pe- ces sin ojos, y procuré verlos; pero no hallaba quien quisie- ra guiarme á reconocer una cosa 2útil. Me convidaron á un bautismo, á un sitio en el potrero de Torres, al Oriente del ingenio La Morenita, en el cual habia cuevas y peces de los dichos. La cueva se hallaba situada á 300 metros de la casita en que estábamos. A ella me dirigí con una alegre comitiva de 115 jóvenes de ambos sexos. Descendimos bien y sin molestia. Un gran salon con troneras por el techo , cinco metros más bajo que el nivel del suelo, hacía de vestíbulo á la caverna. Juanillo, guagirito muy oficioso , se me habia aficionado , y ebtivirtióndose en guia, dijo: Por aquí, y se arrojó á una abertura tenebrosa que teníamos delante. Habia que tirarse con el vientre por el suelo ,pues apenas tenia la entrada me dio metro de altura. Las jóvenes se resistieron á seguirle , co- mo era consiguiente , y antes que se me opusiesen , me arro- jé al suelo, me arrastré como un caiman y pasé al otro lado. Juanillo y otros dos fueron los únicos que me acompañaron. Ya dentro , escaseaba la luz. Encendimos velas de cera, y adelantamos , hallándonos pronto en tinieblas densísimas. Descendimos nuevamente por peñas húmedas y mohosas, sin precipicios. La caverna se ensancha , se abate, se subdivide: bóvedas negras como tinta nos cubrian. Ya es enorme la cue- va, baja la temperatura , el oxígeno escasea , la respiracion se oprime , comienza un sudor frio. Teníamos que ir juntos para no extraviarnos; porque las luces , "además de haberse Í vuelto pequeñitas como avellanas , no alumbraban á un me- tro de distancia; y teníamos que defenderlas para que no las apagasen millares de murciélagos , que alborotados con nues- tra invasion , revoloteaban y huian, soplándonos sin cesar en las caras con sus alas. Al fin, Juanillo gritó: El agua! Llegamos sudando , pero con frio. Una enorme bóveda se aplastaba en el fondo como una decoracion fantástica , hasta cerrar en el agua. Creo que estábamos 20 ó 30 metros bajo del suelo superior ; pero no lo aseguro. Allí, á la débil luz de nuestras casi extinguidas velas, columbré varios peces blancos entre aquellas aguas frígidas y purísimas. El pez en cuestion le tomé en Cajío en una cueva del potrero de Torres , dos leguas al Sur de la Giiira de Melena, cerca del ingenio la Morenita. Dubrocá, á quien he visto hace poco tiempo, me acaba de decir que sacó los suyos cin- eo leguas al Oeste , de una cueva de la Industria, entre la Economía y la Paz, entrando por esta. última finca. Este pun- 116 to está á dos leguas al Sur de Alquízaren direccion á los Ba- ños de Guanímar, y viene á quedar dos leguas distante del mar. Puede irse en carruaje hasta cien metros de la cueva , y debe llevarse un farolito , porque los murciélagos apagan las velas; y un cordel de 200 metros , para encontrar la salida, pues la caverna es inmensa y tortuosa. La entrada es un agu* jero y se baja á plomo por un palo de 4 metros de largo. Adentro hay una grandísima laguna cubierta de una mate- ria que Dubrocá no ha reconocido , por lo que no sabe si es yerba. Se aparta esa materia con un palo, y se ven los peces y tambien cangrejos ó camarones. Si se agita mucho el agua desaparecen los peces. En el potrero de Torres iban los negros los domingos á las cuevas á pescar guavinas ciegas (así las llamaban) para comerlas. Metian canastas dentro del agua, colgadas de un palo ; y al otro dia, 6 á algunas horas iban y las suspendian de improviso. El agua se iba por las cañas , y los peces que- daban dentro.” ANADISIS DE UN OUARZO JASPE DE LA MINA SANTA MARIA DE BEGOÑA, POR JOAQUIN BARNET. Antes de pasar á la exposicion de la análisis del mineral y de sus resultados debemos hacer una reseña histórica de él; para lo cual nos aprovecharémos de los datos que nos sumi- nistra nuestro amigo el Sr. Presas, que paso á paso, por decir- lo así, ha detitido el mineral desde su aparicion en nuestro horizonte científico hasta su ocaso, como fuente de produc- cion cúprica. Léjos del punto donde se debatia la cuestion del mineral , pocas noticias habian llegado á mis oidos cuan- do el Sr. Presas lo trajo á la Seccion de Ciencias del Liceo de Matanzas, donde se empeñó una animada discusion en vista de su informe verbal, discusion que terminó con el encargo 117 que se me hizo de analizar la muestra presentada , que tenía todos los carectéres de autenticidad , pues mi amigo la habia recibido del Sr. D. Rafael Saavedra , dueño de los terrenos en que existe la mina de cuarzo jaspe. Al dar cima á mi trabajo, se acordó publicar un estracto de él en el periódico oficial del Liceo , precedido de algunas consideraciones debidas á la pluma del Sr. Presas. De estas consideraciones tomo los da- tos, así como de posteriores informes que me ha suministra- do, y de una carta que el Sr. D. Felipe Poey ha tenido la bondad de mostrarme con la autorizacion de hacer de su conte- nido el uso que creyese más conveniente. La mina titulada de Santa María de Begoña, en el parti- do de Rancho Veloz, jurisdiccion de Sagua la Grande , es muy rica en un mineral clasificado por entendidos mineralogistas de cuarzo jaspe teñido de óxido de hierro con láminas muy delgadas de per-óxido de mangeneso. Algunas personas que estimamos en alto grado por su ciencia y conciencia, afirma- ban por experiencia que contenia cobre ¡en notable propor- cion; y otras no menos distinguidas y verídicas negaban tal aserto : entre estas podemos citar al Sr. D. José Ruiz de Leon, que en un artículo publicado en el Diario de la Marina á fi- nes de 1864 clasifica la piedra como hemos dicho ántes. Esta opinion , dice el citado artículo , es tambien la del Sr. Inspee- tor de Minas D. Manuel Fernandez de Castro y la del Inge- niero de Minas del Departamento Occidental D. Pedro Sal— terain ; y fué formulada después de repetidos y concienzudos ensayos. Pero como por otra parte se hacian ensayos por el dueño de la mina, arrojando bellos botones de cobre las más de las veces, la duda asaltó á los testigos ocula-— res de esta experiencia; y el Sr. Presas siguiendo dia por dia las investigaciones, asistiendo á muchas de ellas, no pudo menos que dudar, y en esa alternativa trajo el mineral á nuestra seccion. La piedra resistia á la indicacion del cobre cuando la ciencia con todos sus adelantos la interrogaba en el crisol, en el soplete, en los tubos y probetas, y cedia fá- cil, pronta y sencillamente á la mano del industrial, que la 118 tostaba, la reducía 4 menudo polvo , la mezclaba con su b-bo- rato de soda, brea y sal comun, la sometía en un crisol de - barro á la accion del fuego por30 460 minutos, agitaba la mezcla con una cabilla de hierro, y enfriando repentinamen- te el crisol por la sumersion eu agua , obtenia un hermoso bo- ton que revelaba un 25 áun 50 p. S de proporcion de cobre. ¿Porqué se resiste á la análisisdel químico? ¿porqué obe- dece á la análisis del industrial? preguntaba el Sr. Presas en presencia de esta anomalía. La misma pregunta nos hicimos nosotros al comenzar nuestro estudio , y nos vemos en el ca- so de contestar que la análisis industrial carece de las condi- ciones que se necesitan para considerar la experiencia como aceptable. Químicamente , siguiendo todas las reglas del arte, animados del mejor deseo, ha faltado el cobre, luego nues- tra opinion no debe vacilar; la balanza se inclina ¿favor de : lo sostenido públicamente por los Sres. Ruiz de Leon, Fer- nandez de Castro y Salterain. Mi débil voz se une á tan respetables Sres. para negar el cobre, como se unió en nuestras discusiones á las de Mo- rales, Suffert y Presas. Gracias debo dar álos Sres. de la Seccion del Liceo por el parecer que emitieron de mi análisis, y á los Sres Castro y Clerch , que se han adherido á mis conclusiones; el primero en conversacion tenida con los Sres. Poey y Presas, y el se- gundo en una carta que transcribo á continuacion. La «earta dirijida al Sr. D. Felipe Poey dice:—Muy Sr. mio de toda mi consideracion : he leido detenidamente el ma-. nuscrito. El análisis del mineral está conforme con el que hi- ce al principio del presente año. Analicé tres variedades que escogí en la mina: una de color amarillento , otra pardo os- curo, que es la misma á que se refiere el manuscrito , y la tercera de color rojizo ; todas son variedades de jaspe man- chado con los sesquióxidos de manganeso y hierro hidrata- dos. En la primera predomina el sesquióxido de hierro , en la segunda y tercera el de manganeso, y la última contiene además óxido de cobalto en pequeña cantidad. Conservo al- 119 gunos ejemplares de braunita y de dialogita cristalizadas, especies abundantes en esta mina. El análisis químico hecho con la mayor escrupulosidad - no ha descubierto la presencia de la plata, del cobre, delzinc ni del plomo en ninguna de las variedades mencionadas, me- tales por otra parte fáciles de descubrir y de separar de todas sus combinaciones, Su atento y afmo. s. s. q. b. s. m. Francisco Cterch, Escolapio. Escuelas Pias de Guanabacoa 20 de Mayo de 1865. Dijimos que los Sres. Castro y Clerch se habian adhe- rido á mi informe y debo hacer una advertencia. El Sr. D. Manuel Fernandez de Castro aseguraba que el mineral con- tiene sesquióxido de hierro hidratado, cuando yo por nin-: gun medio habia logrado determinarlo ; lo mismo admite el Padre Clerch segun se vé de su carta. Sinembargo , á pesar de mis deseos , empleando los procedimientos más admitidos, no logré al principio el resultado que dichos Sres. indicaban; pero al fin conseguí variar los medios de investigacion, con lo que separé del modo mas evidente todo el óxido de hierro del de manganeso. Hago aquí esta aclaracion porque en el estracto de este informe publicado en el periódico oficial del Liceo , en el número del 1.9 de. Abril del presente año, ne- gaba terminantemente la existencia del citado óxido. La pre- sencia del cobalto indicada en la carta anterior, no pudo ser demostrada por mí , pues la muestra que analicé pertenece á la segunda variedad. Al pasar á exponer mi análisis debo repetir con e : Presas : “Aunque es cierto que las teorias no pueden resistir el embate de los hechos ; tambien lo es que cuándo un hecho bien observado viene en apoyo de una teoría racional esta se eleva á la certidumbre.” ANALISIS . Caractéres físicos y quimicos de la muestra.—Color pardo rojizo amarillento en algunos puntos de su superficie ; opaco, 120 mate , compacto, con vetas negras. Densidad 2,7 . Insoluble en los ácidos inorgánicos más concentrados ; infusible al so- plete , algo fusible á un fuerte calor de forja. | - Está formado por la sílice teñida por los sesquióxidos de manganeso y de hierro hidratados; este último en proporciones menores. Puede clasificarse como un cuarzo jaspe coloreado por los óxidos ya citados. | La sílice es la especie más abundante en este mineral. Reducido á polvo impalpable, y calcinado en un crisol de platino con el carbonato doble anhidro de potasa y sosa , se funde y da por enfriamiento una masa vitrea, negra, que disuelta en ácido clorhídrico diluido, filtrada la solucion , evaporada hasta sequedad en baño-maría , y redisuelta la ma teria seca en ácido clorhídrico concentrado , deposita copos de color pardo, solubles en una solucion caliente de potasa cáustica, é insolubles en todos los ácidos tanto orgánicos como minerales , á excepcion del fluorhídrico. Estas dos últimas reacciones no dejan la menor duda acerca de la especie reconocida. Probemos ahora que el mineral , objeto de esta nota contiene sesquióxido de manganeso hidratado. El líquido se- parado por filtracion de los copos producidos por el ácido clo- rhídrico , precipita, mediante la presencia de los hidratos y carbonatos alcalinos, unos copos voluminosos de color par- do oscuro. Examinada otra porcion del líquido se presenta pardo oscuro, y manifiesta sensiblemente olor á cloro; si se diluye cn una gran cantidad de agua , se deposita el óxido con su color pardo característico. El citado líquido no origina en presencia del ferrocianu- ro amarillo de potásio un precipitado azul intenso; ni en la del tanino se colora de negro azuloso : pero si lo tratamos por el sulphidrato de amoniaco se produce sulfuro de hierro con color negro, que por refraccion aparece verdoso. Si se desea separar el sesquióxido de hierro de la muestra mineralógica sometida á nuestra investigacion basta tratar otra porcion E 121 del líquido por carbonato de barita en polvo y hervir la mez- cla, por enfriamiento el hidrato de sesquióxido de hierro se deposita con su color amarillo característico. Se disuelve este depósito en el ácido nítrico y la solucion presenta todos los caractéres de las persales de hierro. | Supónese que el mineral de Santa María encierra cobre, plomo , bismuto y cobalto ; y decimos que se supone, pues- to que las análisis no nos los han presentado , sin embargo de usar los medios mas recomendados y los mas sensibles reacti- vos, unidos siempre á nuestros mejores deseos. La existencia del cobre es una de las mas fáciles de ave- riguar ; basta que en un líquido exista 180,000 avos de co- bre para que el ferrocianuro de potásio lo revele formando un depósito rojo parduzco. Cuando es rico el líquido cuprígero no hay mejor reactivo que el amoniaco , que al momento se- para el óxido, lo disuelve y colora de un bello azul índigo. Es así que el cuerpo ensayado dió resultados negativos ; lue— go el mineral de Rancho Veloz no contiene ni siquiera una mínima proporcion de cobre. Podria objecionarse que no se encontró por estar unido á la sílice formando un silicato de cobre , sal muy rebelde á las reacciones ordinarias; pero habiendo logrado separar la sílice por el ácido clorhídrico y losmedios indicados, claro e- que no pudo quedar tal silicato de cobre. Por otra parte el cloruro de cobre, que en tal caso debió formarse ; obedece á los procedimientos usados ; y esto es precisamenté lo que no se vé en el mineral examinado. no Teóricamente puede demostrarse la carencia del co bre en el presente caso , comparando las densidades del min eral y del cobre nativo con el peso de una cantidad dada de aquel: lo que nos conduce al siguiente resultado.—Densidad de es- te cuarzo-jaspe 2,7; densidad mínima del cobre nativo 8,5. Peso del primero sometido á la análisis, 214,5 gramos; peso de un volúmen igual de cobre 675,28 gramos. Suponiendo ahora que nuestro cuarzo-jaspe arroje un 25 p. S de cobre tendrémos que rebajar de su peso real la cuarta parte, y agre- gar al resíduo la cuarta tambien del peso de cobre. Esto da- 16 122 ria al jaspe un peso de 329,7 gramos; pero no ha pesado mas de 214,5 gramos, y su densidad no ha pasado de 2,7. La práctica y la teoría ; la análisis y el raciocinio vie- nen juntos á demostrar que no hay en el mineral de Santa María de Begoña cantidades apreciables de cobre. No he podido encontrar plomo ni en la proporcion exígua de 1170,000 avos , pues loslíquidos existentes, tratados por el ioduro de potásio y el cromato neutro de la misma base, no presentan depósito amarillo. Las sales de bismuto , tanto ácidas como neutras , deposi- tan otra muy básica é insoluble cuando son diluidas en gran- des proporciones de agua , carácter no presentado por los resí- duos del ejemplar que analizamos. Las soluciones de las sales neutras y ácidas de cobalto pre- cipitan una sal básica de color azul cuando se les agrega potasa ó amoniaco. El precipitado será rosado intenso si la adiciones de carbonato de potasa ósosa , ó de bicarbonato de potasa. En la solucion del mineral nose verificaron estos fenómenos quí- micos , lo que demuestra la falta del cobalto. Las vetas negras que manehan el mineral de Rancho Veloz fueron tambien asunto de mi exámen. Reduje una de ellas á poi- vo fino, que tomó un color pardo negruzco ; disuelto el polvo en ácido clorhídrico desprende éloro , fácil de reconocer por su olor característico , y por los vapores blancos que produce en presencia del gas amoniaco. La-solucion clorhídrica del polvo toma.el mismo color pardo oscuro, y precipita copos pardos con los álcalis. Estas reacciones indican que las chapas están formadas por el sesquióxido de manganeso, compuesto que no debe confundirse con el bi-óxido que se presenta en polvo negro y queno produce vapores de agua “cuando se calienta en un tubo de prueba. En resúmen , nuestra opinion, fundada en la análisis que referimos , es que el mineral de Rancho Veloz viene á ser sim— plemente un cuarzo jaspe qne contiene sesquióxidos de man- ganeso y de hierro hidratados , y que no revela ningun otro de jos componentes que se le han atribuido. 1293 Le CONTINTACION AL CATALOGO DE LOS MOLUSCOS. VEASE PAG. 112. 445 151. 228. 231. 132. 616. 615. Hab. las plantas y piedras de muchas localidades de am- bos Departamentos. GEN. BALEA. . B. CANTEROIANA Gundi. in Pír. Mal. Bl. 1857 p. 107: Hab. las piedras en la jurisdiccion de Trividad. GEN. PSEUDO-BALEA. .P. astra Pfr. Bulimus, in Mal. Bl. II. 1866. p. 45. Balea Dominicensis Pfr. in Proc. Zool Soc. 1851. p. 148 P. lata Gundl. in Pfr. Mal. Bl. V. 1858. p. 43. Hab. las piedras y palos cubiertos de musgos, en varias localidades de las jurisaicciones de Baracoa, Guantána- mo, Mayarí y Bayamo. | | GEN. STENOGYRA. S. MAXIMA Poey, Mem. I. p. 422. tab. 34. f. 9-11. S. gigas Poey, Mem. 1. p. 395. Hab. en las piedras de Guantánamo, Mayarí y S. de Cuba. S. HOMALOGYRA Shuttl. Bulimus, in Pfr. Monogr. Hel. IV. p. 453. Hab. las piedras de la jurisdiccion de Trinidad. S. sreicra Poey, Bulimus, Mem. 1. p. 205. 212. tab. 26. f. 16-18. | | Hab. las piedras en Isla de Pinos, Manzanillo, Bayamo. Ss. Gunpracm Arango, in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 246 Hab. - las piedras y hojarasca en Sumidero, Viñales, etc. S. microsroMa Gundl. in Pfr. Mal. Bl. X. 1868. p.246. Hab. el Ingenio Esperanza en Pinar del Kio. S. qGonostova Ciuudl in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 247. 405. 370. 25. 292, li 267. at. 446. 124 Hab. en Lagunillas de Consolacion. S. TEREBRASTER Lam. Bulimus, Hist. IV. p. 124. Hab. las piedras y hojarasca en Baracoa, Guantánamo y Bayamo. S. BACILLUS Pfr. Bulimus, in Mal. Bl. 1861. p. 221. Hab. las piedras de Guantánamo y Baracoa? S. SUBULA Pfr. Achatina. in Wiegm. Arch. 1839. p. 352 Bulimus octonoides Orb. in Sagra, p. 94. tab. 11. f. 23-24 -— procerus Ad. in Bost. Proc. 1845. p. 13. -— hortensis Ad. Contrib. to conch. p. 168. Hab, en las piedras y tierras de muchas localidades en | ambos Departamentos. EN S. ANGUSTATA Gundl. in Poey, Mem. H. p. 15. tab. IL ANTAS Hab. enterrada en el humus de Rangel. . S. OCTONOIDES Ad. Bulimus, in Bost. Proc. 1845. p. 12 Bulimus coutractus Poey, Mem.I. p.205 tab. 26: f. 19-21 Hab. las piedras de muchas localidades en ambos De- partamentos. ANA e S. LUCIDA Poey, Achatina, Mem. 1. p. 207.212. tab. 12. 1430: 31.0 p ae ] Hab. las piedras de la Habana y S. de Cuba. S. GOODALLI Mill. Helix, in Ann. of. Phil. VIT. p. 381 (1822). [25]. | 5. ascendens Poey, Mem. L y. 442. [1854]. Bulimus assurgens Pfr. Vers. p. 156. Hab. las piedras en la Habana, Matanzas, Trinidad, ete. S. pUMILA Pfr. Bulimus, in Wiegm. Arch. L. 1840. Je 252. (26). Hab. en $. de Cuba. GEN. SPIRAXIS. 5. MELANIELLOIDES. Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1858. p. 184. Hab, sobre palos podridos cubiertos de musgo en Brazo de Cauto, jurisdiccion de S. de Cuba. 298. 372. 432. 47. 363. 125 S. PAUPERCULA Ad., Bulimus, Con trib. to conch. p. 97. (27). Hab. entre la corteza de la palma Yuraguano de la ba- hia de Tánamo. GEN. ACHATINA. * . A. FASCIaTA Múll. Buccinum, in Verm. IT. p. 145. (28). Bulimus vexillum Brug. in Encycl. meth. I.-'p. 362. A. lineata Val. in Hubn. Zool. II. p. 248. tab. 55. Í. a A. pallida Swains. Zool. III. tab 42. A.crenata Swains. Zool. IL I. tab. 58. A. solida Say, in Phil. Journ. V. p. 122, A. lutea Ant. Mus. Berol. Ant. Vetz. p. 44. A. Anais Lesson. Revue Zool. 1840. p. 356. A. picta Reeve, doc. Pfr. A. prurrea Reeve, doc. Pfr Á. hepatica Bolt, doc. Pfr. A. testa ovi Bolt, doc. Pfr. A. Blainiana Poey, Mem. I. p. 206. tab. 12. f. 4-6. (1893.) Hab. los árboles en toda la Isla, la var. Blainiana solo en la Sierra de Rangel. | A. Poeyana Pfr. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 73. tab. 4. CINE Hab. Hal lada muerta en las cercanías de Cabo Cruz. GEN. OLEACINA. O. CYANOZOARIA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1V 1851. p. 108. Hab. en las piedras de la jurisdiccion de Trinidad. O. OLEACEA Fér. Helix. (Cochlicopa). Prodr. 360. Hab. en las piedras de lugares húmedos en toda la Isla. O. STRAMINEA Desh. Pina in Fer. hist. 1. p. 172. tab. 123. f. 11. 12. (29). Hab. como la an terior en la cordillera de los Organos é Isla de Pinos. 263. 126 0. Linboni Pfr. Achatina, in Proc. Zool. Soc. 1854. p- 116. . - Hab. en las piedras de la Caimanera de Guantánamo. ole 396. 114. 222. 232. 95. 455. LSO: 436. 88. O. ORYSACEA Rang, Poey Mem. IT. p. 59. (30.) Glandina regularis Grundl. in Pr. Mal. Bl. 1857. p 109. Hab. las piedras po hojarasca de la jurisdiccion de Tri- nidad. O. TRANSLUCIDA Grundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1860 p. 18 Hab. en las piedras de Yateras. O. soLIDULA Pfr. Polyphemus, in Wiegm. Arch. I. 1840 p. 252. Glandina folliculus Gould, in Bost. Journ. IV. 1844. p. 489. Glandina paragramma Mor. Test. nov. L p. 15. (1849). Hab. en las piedras y hojarasca de toda la Isla. O. siciLts Mor. Glandina, Test. nov. I. p. 13. Hab. en Guajaibon, segun Morelet. O. SUBULATA Pfr. Poliphemus, in Wiegm. Arch. p. 352. Hab. las piedras y hojarasca de toda la Isla. O. FOLLICULARIS Mor. Glandina, Test. nov. Ip. 14 (31) Hab. en isla de Pinos. O. SATURATA Gundl. Glaudina, in Mal. Bl. 1867 p. 174. Hab. las piedras en los Colorados de Cabo Cruz. O. Orronis Pfr. Cochlicopa, Symb. I. 1841. p. 47. Glandina semistriata Mor. Test. nov. 1. p. 16. [1849]. Hab. las piedras de la Cordillera de los Organos. O. TRINITARIA Gundl. Achatina, in Poey Mem. II. p. 36. tab. 2. f. 11. IL p. 92. tab. 8. f. 27. Hab. las piedras y hojarasca de Trinidad, etc. GEN. STREPTOSTYLA. MN S. CUBENSIS Orb. Achatina, in Sagra, p. 87: Achatina Cubaniana Orb. in Sagra, tab. 10. f. 17-19. Glandina Cubana Pfr. Symb. H. p. 135. 187. 300. 360. 161. 127 Hab. las piedras y hojarasca de la Cordillera de los Or- ganos. S. EPISCOPALIS Mor. Glandina, Test. nov. I. p. 13. Hab.-con la precedente. S. SUTURALIS Pfr. Polyphemus, in Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 353. Hab. las piedras de lajurisdiccion de Cárdenas y la Cor- dillera de los Organos. E GEN. SUBULINA. .S. OCTONA Chemn. Helix. IX.P. 2. p. 190.t. 136. f. 1264. Achatina novenaria Ant. Verz. p. 44. n. 1601. Hab. las piedras de toda la Isla. S. SUCCINEA Grundl. in Pfr. Mal. Bl, V. p. 1858. p. 185. Hab. los piedras de Buenavista, Brazo de Cauto, Monte Líbano y Monte Toro. - S.ELATA Grundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 173. Hab. las piedras de los Colorados en Cabo Cruz. . S. SUBULATOIDEs Orb. Achatina, in Sagra, p. 88. tab. 1 e Eje Localidad desconocida. . N. ABDITA Pocy, Mem. IT. p. 29. tab. 2.f. 15.16. Hab. las piedras de Almendares y $. de Cnba. +9. S. Ex1LIS Pfr. Achatina, in Wiegm. Arch. p. 352. Achatina Michaudiana Orb. in Sagra, p. 90. Non in tab. consobrina Orb. in Sagra. tab. 11. f. 7-9. Non in textu. Hab. las piedras y hojarasca de Rangel, Matanzas, ete. GEN. ¡EUSPIRAXIS. E. PALUDINOIDES Orb. Achatina, in Sagra, p. 171. tab. 11. f. 13-15. (1841). 128 Bulimus pallidus Ad. in Proc. Bost. Soc. 1845. p. 12. Hab. las piedras en Matanzas, Rangel y S. de Cuba, GEN. COECILIANELLA. 83. C. GUNDLACHI Pfr. Achatina, in Zeitschr. 185 0. p. 80. Hab. entre raices de plantas en la Habana, Cárdenas, 266. 26. 186. 68. Guantanámo, etc. C. PYeMaEa Pfr. Achatina, in Zeitschr. 1847. p. 148. [327 Achatina Michaudiana Orb. tab. 11. f. 10-12. Non in textu. Hab. la hojarasca del Cafetal Fundador cerca de Ma- tanzas. GEN. PUPA. (33) . P. INFANDA Shuttl. in Poey, Mem. II. p. 29.60. (34). Pupa decumana Fér. Poey Mem.I. p. 296. nec typus. Hab. las plantas desde Punta Gorda hasta Punta de Gruanos en Matanzas. P. Muuta Brug Bulim., in Encyel. meth. 1. p. 348. n. 87. P. mamica Desh.in Encycl. meth. IL. p. 401. P. striata Shum. Essai p. 230. P. sulcata Sowb. Gen. of. Shells. p. 41. Helix chrysalis var, Fer. Hist. tab. 153.f. 1-3. Cerion vulgare Bolt. Mus. p. 90. n. 1164. P. Mumiola Pfr. in Wiegm. Arch. 1. p. 353. (34). P. sculpta Poey, Mem. IT. p. 30. tab. 2. f. 29. Hab. las plantas de las costas en muchas localidades del Departamento Occidental. P. sSCALARINA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 19. Hab. en Gibara,. P. SAGRAIANA Pfr. in Zeitschr. 1847. p. 15. Hab. las piedras de los cayos Galindo, Piedra y Blanco de la Punta de Hicacos. 38. P. IOSTOMA Pír. in Mal. Bl. I. 1854. p. 204. EI RS AA a PRO la NA 129 Localidad desconocida. 180. P. MARMORATA Pfr. in Zeitschr. 1847. p. 83. Localidad desconocida. á 265. P. VULNERATA Kuúst. Monogr. ESA p- 161.£. 19.f. 46-48. Hab, en Gibara. 234. P. martTima Pfr. in Wiegm. Arch. 1. 1839. p. 353. -P. alveare Wood?, doc. Pf. Hab. las plantas de la Punta de Maya en Matanzas. 333. P. INCANA Binn. Terr. moll. I. p. 109. III. tab. 68. Localidad desconocida. 120. P. srrIaTELLA Fér. Pfr. Mon. Hel. II. p. 324. Hab. en las plantas de Cabo Cruz. 217. P, venusTA Poey, Mem. Il. p. 30. Localidad desconocida. 306. P. muLticosTa Kúst. Monogr. Pup. p. 77. tab. 11f. 6-7 Localidad desconocida. 336. P. microsTOMA Pfr.in Mal. Bl.I. 1854. p. .207.. tab. 3. f. 15-16. Hab. las plantas de Cayo Galindo, Blanco y Piedras y las de Punta de Bicacos. 192. P. ercnosroma Kúst. in Chemn. ed. II. ps 6, tab. I f. 5-6. P. Kústeri Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1852. p- 69. Hab. en Gibara. 122. P. CUMINGIANA Pr. in Proc. Zool. Soc. 1852. p. 68. Localidad desconocida. 219. P. GUNDLACHI Pfr. in Zeitschr. p. 175. tab. 1. f. 39- 42. Hab. en las plantas de la Punta de S Juan de los Perros 259. P. ProreUS Gundl. in Pfr. Mal. Bl. 1860. p. 19. (35). P. dimidiata Pfr. in Zéeitschr. 1847. p. 16. Hab. en Gibara. - GEN. VERTIGO. 260. V. PELLUCIDUS Pfr. Symb. 1841. p. 46. Pupa servilis Gould, in Bost. Jonrn. IV. p. 356. t. 16. f. 14. 17 130 Pupa Rissei Pfr. in Zeitschr. 1852. p. 151. Hab. las piedras en la jurisdiccion de la Habana, Trini- dad, Guantánamo, etc. 6. V. MARGINALBA Pír. Pupa, in Wiegm. Arch. 1840.p. 253 - Hab. las piedras de Cojímar. 327. V. OVATA Say, in Phil. Journ. Il. p. 375. Pupa modesta Say, in Long”s sec. exped. App. IL p. 259. tab. 15.£ 5. Pupa ovulum Pfr. in Kúst. t.14.f. 1. 2 V. meglecta. Ar. in Poey, Mem. II. p. 30. tab. 2. 241. 184. 10 249. 253. 611. 158, 153. f. 17. 48 Hab. en Cárdenas. GEN. CYLINDRELLA. . C.ELLIoTT1I Poey, Mem. Il. p. 37. 93.tab. 5.f. 1-4. Hab. los paredones espuestos al sol en la Sierra de Guane, : E SAUVALLEANA Gundl. in Poey, Mem. II. p. 16. tab. es y ER los árboles de Rangel. C. TORQUATA Mor. Test. nov. 1. p. 10. Hab. en los árboles de Rangel. C. ARCUSTRIATA Wr. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 3. Hab. en las piedras y árboles de Pan de Azúcar y Viña- les en los Organos. C. IRRORATA Gundl. in Poey, Mem. HH. p. 16. 4.2.£.12 Hab. en las piedras de San Diego de los Baños y de la Sierra de Guira. . ' C. CRENULATA Gundi. in Mal. Bl. TI. 1856. p. 42. Hab. en los paredones y árboles del munte Guajaibon. C. DECOLORATA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 4. Hab. los árboles en Santa Cruz de los Pinos. | C. acus Pfr. Symb. L. p. 47. Hab. en los árboles de las lomas de Candelaria. C. PRUINOSA Mor. Test. nov. 1. p. 31. 269. 131 Hab. los paredones y piedras en las Sierras de Isla de Pinos. C. SOwERBYANA Pfr. in Proc. Zool. Soc. 1846. p. 116. Hab. en los paredones y piedras de Monte Toro y Mon- - +e Líbano. 352. 154. C. Ovieporaxa Orb. Pupa, in Sagra p. 97. tab. 19. f. 15-17. Hab. las piedras de ll cercanías de San José de las Lajas. C. HUMBOLDTIANA Pfr. in Wiegm. Arch. 1840 p. 252. Hab. las piedras en Managua. . C. STRIATELLA Wr. in Pfr. Mal. Bl. XL. 1864. p- 2. Hab. las piedras de la Punta de la Jaula en Guane. dos a Poey, ss TI. p. 31. tab. I. 2: Hab. las piedras « en Managua. . C. SCAEVA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. X. 1863. p. 248. , Hab. las piedras en Ceiba Mocha. . C. STRANGULATA Poey, Mem. II. p. 31. tab. 1. f. 20-22. ' Hab. la Loma de Candela en Guines. $40. 491. . C. FABREANA Poey, in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 96. Hab. el Seborucal en $. Antonio de los Baños. . O. VigNaLENSIS Wr. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 3. Hab. en los paredones de Viñales. . C, NUBILA Poey, Mem. II. p. 38. tab. I. f. 25. Hab. en Paso Real de Cane: . C. COERULANS Poey, Mem. IL. p. 37. ld IT. f. 14. Hab. las piedras en la Sierra de Guane. . C. VIOLACEA Wr. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 12€. Hab. los paredones y piedras de Isabel Maria, hato en la Vuelta-abajo. : C. TRILAMELLATA Pfr, in Mal. Bl. XT. 1864. p. 128. Hab. las piedras y paredones de la Guira de Luis Lazo. C. PLUMBEA' Wr. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 129. Hab. las piedras en Isabel Maria. C. VENTRICOSA Gundl. in Mal. BL. IV. 1857. p. 175. a A 132 C. abnormis Gundl. Poey, Mem.II. p. 61. 92. Hab. las piedras en Manzanillo y Bayamo. 542. C. OBLIQUA Pfr. in Mal. Bl, XI. 1864. pt Hab. las piedras en Puerto-Príncipe. : 559. C. FASTIGIATA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p: 20. Hab. las piedras y paredones de la Iron de Ba- racoa. 520. C. UNCATA Gundl.. in Pfr. Mal. Bl. IV. 1857. p. 97. Hab. en las piedras de Yateras en Monte Líbano. 563, C, LATERARIS Paz, Pfr. Mal. Bl. VII. 1860. p. 21, Hab. las piedras y paredones en lo alto del Yunque de Baracoa. ; 159. C. CoroNaDoI Ar. in Pfr. Mal. Bl. XL 1864. p. 15. Hab. las piedras y hojarasca de Puentes Grandes y la Chorrera. 489. C. INTERRUPTA Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 175. Hab. las piedras en las jurisdicciones de Manzanillo, S, de Cuba y Bayamo. , 456. C. INTUSMALLEATA Gundl. in Mal. Bl. V. 1858. p. 186. Hab. las piedras en las Jupiiccignes de S. de cuna Hol-- - guin y Mayarí. 531. O. SCABROSA' Gundl. in Pfr. Mal. Bl. IX. 1862. p. 131. Hab. las piedras en Yateras. 236. C. CRISPULA Pfr. Clausilia, in Wiegm. A p- 353.. Hab. las piedras del cafetal Fundador en Matanzas. 240..(C: LIRATA Jimeno, in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 12.. Localidad desconocida. 521. C. ORNATA Grundl. in Pfr. Mal. Bl. VL 1859. p- 97. Hab. en las piedras de Yateras. 522. C. PERLATA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. vL. :1859. p. 97. Hab. las piedras en Yateras y Monte Toro. 454. C. LAVALLEANA Orb. Pupa, in AP 97. tab. 12. f. 18-20. Hab. las: P-BIgEnR de Sitio Guginada y Guinia en Tri- - nidad. 539. C. LABVIGATA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859..p. 96. dede 498. 444, 06 496. | 133 Hab. las piedras en Monte Toro. C. PoryANa Orb. Pupa, in Sagra p. 98. tab. 12. f. 24 26. (37). C. variegata Pfr. Symb. Il. p: 60. Pupa lactaria Gould, in Bost. J gun. IV. p. 491.tab- 24. 1. 18. Hab. las piedras en la mayor parte sl la Isla. C. PRODUCTA Gundl. in Mal. Bl. IV. 1857. p. 110. Hab. las piedras en Trinidad, Banao y Manzanillo. - C. ANGULIFERA Gundl. in Mal. Bl. V. 1858. p. 187. Hab. las piedras en varias localidades de las jurisdiccio- nes de Bayamo, S. de Cuba, Holguin, Mayarí y Baracoa. C. INTEGRA Pfr. in Mal. Bl. IL. 1856. p. 47. Hab. las piedras en S. Diego de los Baños. C. piscors Poey, Men, Il. p. 38. . Hab. las piedras y paredones en la Sierra de Guane. 645. 617. 116. 987. 605 606. C. AFFINIS Pfr.in Mal. Bl, XI. 1854. p. 127. Hab. las piedras del Sumidero, hato en la Vuelta abajo. C. ALBOCRENATA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI 1854. p. 7. Hab. en Catalina de Guane. | C. ELEGANS Pfr. Clausilia, in Wiegm. Arch. p. 355. C. nobilis Stenz, doc, Pfr. C. (Siphonostoma) lituus Gould, in Bost. Journ. IV. 1842 Balea truncatula Villa, disp. syst. p. 25. Pupa Auberiana Orb. in Sagra, p. 98. tab. 12. ñ 21-23. Hab. las piedras en muchas localidades del Departamen- to Occidental. C. Artemisa Gundl. in Pfr. Mal. BL. pan 1864. p. 6. Hab. en la Artemisa. ' . C. Fortis Gundl.in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 5. Hab. las piedras en Ceiba Mocha. C. FUMOSA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p.5. Hab. las- piedras del Ingenio ' Caunabaco, cerca del Pa- _lenque de Matanzas. 156. C. PLANOSPIRA Pfr. in Mal. Bl. 11.1855. p. 99. tab. 65. f 4-5. 2 134 C. subita Poey, Mem. IT. p. 32.61. t.3.f. 12.13. Hab. en las piedras y paredones de Managua y Bejucal. 221. C. saxosa Poey, Mem. II. p. 31.4. 3.f.10, 11. ILp. 61. Hab. en las piedras de Rangel. 541. C. voLuBILIS Mor. Test.nov. L. p. 11. (38)... Hab. en Guajaibon, segun Morelet. 584, C. VINCTA Gundi. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 7. Hab, en Hato Sagua, al pié de Guajaibon. 583. C. BRUNNESCENS Grundl. in Pr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 8. Hab. en Hato Caimito cerca de Guajaibon. — 582. C. GUIRENSIS Pfr. in Mal. Bl. XI. 1864. p. 11. Hab.en las piedras de la Sierra de Guira. 585. C. BLAINIANA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 13. Hab. los parédones en Guajaibon. 634. C. FUSIFORMIS Wr. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 12. Hab. al pié de los paredones en los Portales de $. Die- go de los Baños. 620. C. ADNATA Pfr. in Mal. Bl. XI. 1864.p. 129. Hab. las piedras del Sumidero. 631. C. ILLAMELLATA Wr. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 130. Hab. la Palma en Vuelta-abajo. 636. C. SOLUTA Pfr. in Mal. Bl. X. 18683. p. 6. Hab. los paredones entre Guajaibon y la Chorrera en la Vuelta-abajo. 618. C. CONCRETA Gundi. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 8. Hab. las piedras de Sitio nuevo y Punta de la J aula en Guane. o 646. C. anqusrior Wr. in Pfr. Mal. Bl. XL. 1864. p- 130. Hab. en las piedras de los Cayos de $. Felipe. 581. C. NOTATA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. XI. 1864. p. 10. Hab. en Rangel y S. Diego de los Baños. 637. C. CAPILLACEA Pfr. in Mal. Bl. X1. 1864. p. 9. - Hab. al pié de los paredones en Viñales. 573. O. HiLuER1 Pr. in Mal. Bl. IX. 1862. p. 182. Hab. Picote en Mayarí. 248. C. PORRECTA Gould. Pupa, in Bost. Journ. 1 Y. p. 490. 135 Hab. las piedras en las cercanías del paradero de Cao- bas. 18. C. PmiLieprana Pfr. in Phil. leon. 1. 10. p. 50. tab. 2. 323. 333. as (99) C. aculeus Mor. Test. nov. I. p. 12. Hab. las cercas de piedra en S. José de las Lajas y en el Ingenio Union. C. CAMOENSIS Pfr. in Mal. Bl. 1855. p. 100. tab. 5 2819. y Hab. las piedras en el Ingenio $. Luis y en Camoa. C. MODESTA Poey, in Rep. Fis. nat. 1857. p. 70. Hab. enel Pan de Matanzas. 5. C. GUNDLACHIANA Poey Mem. II. p. 9. C. Adamsiana Poey, Mem. I..p. 458. Localidad desconocida. . O. SEXDECIMALIS Jimeno, in Pfr. Mal. Bl. 1864. pr Hab. las cercas de piedra en Vieja Bermeja. . €. SAGRAIANA Pfr. in Zeitschr. 1846. p- 120. C. perplicata Pfr. in Wiegm. Arch. 1840. p. 41. Hab. en el Cafetal Fundador cerca de Matanzas. - C. RucELI Shuttl. in Bern. Mittheil. p. 287. Hab. las piedras del Pan y Palenque de Matanzas. . C. MARMORATA Shuttl. in Bern. Mittheil. p. 297, Hab. el Valle del Yumurí en Matanzas. . C. CINEREA Pfr. in Zeitschr. 1850. p. 76. Localidad desconocida. . C.minuTA Gundl. in Pfr. Mal. Bl. VI. 1859. p. 99. Hab. en las piedras de Yateras, Monte Líbano y Monte - Toro. . C. PLICATA Poey, Mem. 11. p. 31. tab. 2.£.9. 10. Hab. las piedras dé la Loma de Candela en Guines. C. SCALARINA Shuttl. in Bern. Mittheil. p. 297. Hab. en el Valle del Yumurí de Matanzas. C. GRACILLIMA Poey, Mem. 1. p. 202. 448. tab. 12. fo jl a 3 14 | Bylvidae....ooooooooorrrrrrrrrre fer. 5k8 o 1 3 23 > Tanagridae...ooooorrorrrrrrrr ner ferro. | 1 2 GA A DO aa E E | 1 3 | | Muscicapidat....o.ooo==ooorocrrrro forro. AT y lado ad llesróne 3 1 iz | | AA A A SES Se Se 1 7 IA lr 280 | 5 | Oypselidac..ooooomooooo romo ...> 1 E A A ol ts | E: ANNA naaa ¿ Caprimulgidac......--=---. A o 2 (¡MR a Eee 1 E | ¿104 Fringillidac.oooooomoomorororrrrreferrns ol A RA E 1 DAANIALO | | Stumidal........---- o ia 4 A sta ata 1 4 11 | Domidacri sa la laa (AN lb Sl |feimies ia] [states [Tasio 2 2 SIRIA es ee A SA SAS AA A A O ca SS l | | Mrochllidaei tios oie [alle 1 A A A 9 3 Aleyonidae .....oooor=ocrrommno.. | A , ldbrbcc loves E BE NEERNd | a MA A A (RS 1 UA SAA PASS A al y Porra PA e A ANA Al A Sl a e ISR dy 6 >, Mirar dar os e a E ERA 9 VAN A E y 4 | SCANSOTOB... o... | Crotophagidal o. .oooooooo..o------ Pornos A A A A A l 15 o E A A A. ¡A A lesa AA 3 Trogonidac....orsoonooroooooromallenoo.a A A A [Ets 1 1 | | A lo e Columbidae.......+ a 1 E PO A 9 1 12 hi Galimas ; eta adidao 7d. ro cedo a (IS O || las iateils |le, ajo jos AN 1 1 ES Gruidal,..-.o< +. - SeglopacidaO nde des cao a ao A al a A or ER 25 dE Y Obaradnadac usar a Sra 3 2 2 NO 1 9 l Pda ld a 2 5 PE AMA pa 1 1 q 12 | | Peace e RA CA 1 E "0d UA a A 2 2 natidat........ A ta | a E IN a Natatores..... E | he AO ESPA LO pe le +3 E ar dal ue en ME EPR, POcoroAA Dan OO 8 uns Ll tom Lo Rs C XTOCClAaridal...oooooooonosarsoroor frena] LL frnconoofoo.-.. [oa IIOIL: > HL 1 y [257 Narros 3 Corresponde á la página 168. Y » Ja e B , DA 0 A IAE ASE Ud | 4 A a > $ 4 do a * . AOS Ne Eee ce > ADA ' AA 14 e pea da det e q p e A EN ey + Ade Po 169 llegaron al extremo oriental , sino después que el Sr. Dean de la Catedral de Santiago de Cuba D. José Vazquez, na- tural de Santo Domingo las pidió á la Habana y soltó £ su costo en aquellas inmediaciones, habrá de esto unos 70 años. , Yo estaría muy conforme con esta tradicion, tanto más que en mi viage por la parte oriental de la isla he observado y me lo han dicho, que desde pocos años va aumentando su nú- mero por el Bayamo, adonde antes no se encontraba. Pero hay una razon muy poderosa para no aceptar ciegamente esta noticia, y para no quitar la especie del catálogo cubano, pues la Codorniz de Cuba no se conoce en otra tierra. Es verdad que la especie de los Estados-Unidos norte-américanos es muy parecida, pero no igual; y lo mismo sucede con la Codor= niz de Tejas, Mr. John Gould en Londres, reconociendo en ella la diferencia de la de los Estados Unidos, la describió bajo el nuevo nombre de Ortyx Cubanensis. Fin los Apéndices que saldrán á continuacion de esta Re- vista, daré á conocer los nombres y el número de las especies introducidas : y tambien indicaré las especies anotadas erró- neamente en catálogos anteriores como cubanas. Llamaré ahora la atencion de los lectores sobre las espe- cies interesantes por su utilidad en general, por la carne que suministran como alimento, por el daño que causan al hombre, por el canto con que nos alegran, por las costumbres que ad- miramos, etc. Como pájaro útil me atrevo á poner en el primer lugar al Aura, pues desembaraza las poblaciones y ei campo de tan- tasinmundicias nocivas ála salud. El es acreedor á la pro- tección general, y apenas habrá quien le mortifica, á no ser un ocioso que le coge y suelta después con un cascabel, coa trapos ó papeles amarrados como prolongacion de la cola, y. que hacen huir con desesperacion al Aura hasta que se acos- -tumbra y pierde el miedo. Utiles son tambien las especies insectívoras, porque ma- tau el gérmen de tantos destructores de maderas, de labran- 22 170 zas y de los frutales: bien que no las considerará útiles el na- turalista, porque comen tambien los insectos raros. -—Alos estimados lectores parecerá un disparate, si me erijo en defensor de la Lechuza, tan aborrecida del públi co. Acons:jo registrar el dormitorio de esta ave; y estoy seguro de que la mayor parte de los restos de sus presas consistirá en huesos de ratas y ratones. Es verdad que ella come tam- bien algunos pollos y pichones, pero este daño es en compa- ración á la utilidad que presta insignificante: y los mismos ra- tones matados por ella, hubieran acaso matado igual número de pollos, si hubiesen quedado vivos, En Alemania los cazadores no matan á las Lechuzas, Mochuelos, etc., aunque sí á los Buho, que forman una ex-- cepcion. Por la carne tiene la mayor fama la Perdiz, mal nom- brada por el vulgo, pues las verdaderas Perdices en Europa son de la familia de la Codorniz, y nuestra especie es de la fa- milia de las Palomas. La carne de esta especie forma un pla- to muy apetecido, pero ta”bien muy caro en las mesas de la Habawa y otras poblaciones. Lístima es que la especie vaya escaseando cada año más y más por la persecución continua- da. Casi tan buenas carnes dan las otras palomas del suelo, el Barbiquejo, el Boyero y el Camao. La simpática Tojosa, inocente y vo arisca, tiene. tam- bien una carne excelente; pero á muchas personas causa, y con razon, lástima matarlas por solo tener un buena bucado. Las otras palomas, Sanjuanera ó Guanaro, Rabiche y Ali- blanca (de la Vuelta-arriba) tienen tambien buena carne, pe- ro no son tan grandes cmo las 3 especies de 'Torcazas, cabe- cl-blanca, morada y boba d cenicienta. La Cabeci-blanca suele: tener la carne amarga. : Carne excelente y abundante da la Codorniz, que tiene: además la buena calidad de dejarse criar fácilmente, para po- derla matar cuando uno quiere, loque no sucede con las Gra- laretas, las Gallinuelas, el Guareao, la Becasina, los Sarapi- cos, los Cocos, la Sebilla, los Guanabaes, la Grulla, la Ya- 34740 guaza. las Guananas y los diferentes Patos etc. Todas estas especies formau el principal objeto de las cacerías. Se aprecia la carne del Judío y del Arriero como buena comida para los convalecientes; pero el olor á lagartijas y la poca carne en proporcion rebajan su mérito de tal manera que los negros de los cafetales en Cuba y en Guantánamo no quieren comerlos. Las esecies de pájaros del monte ó de sa- bánas v. g. Zorzal, Sabanero, Chambergo (en la primavera volviendo del Sur) P:tirre (antes de su emigracion al Sur en Oc- tubre) dan tambien buena carne: pero ellos son de poco bulto. Hay pájaros de abundante carne que no se estiman por el gusto á mariscos v. g. el Fiamenco, el Alcatráz, las Corúas la Marbella, las Gaviotas, los Gallegos ete. Á otras v. g. los ya nombrados Cocos, Sevilla etc. se quita el pellejo para que pierdan el gusto á mariscos. Paso álos pájaros nocivos. Los Gavilanes suelen diez- mar las aves domésticas además de las silvestres. Otros Gavi- lanes no matan pájaros sino caracoles fluviátiles y terrestres y tambien cangrejos; como el Caracolero, el Gavilan sonso y el Batista. El Guincho aunque de cuerpo bien grande, no da- ñifica al hombre, pues se alimenta de peces, La Caraira, por lo regular útil como el Aura, se envicia á veces y destruye en- tonces lechones recien nacidos, aves y pájaros. Para el labrador son muy perjudiciales los llamados To- tí, Chichinguaco, Mayito, Chambergo, porque no comen sola- mente el arroz y agujerean las mazorcas de maiz para comer el grano en leche, sino que 'aposándose en las espigas aun tiernas del arroz, quebrantan estas éimpiden la madurez. La Gullareta azul, si vive en arrozales, causa mucholdaño, pues diariamente quiebra matas para formar su dormitorio. Las Cotorras,los Carpinteros jabados, los Caos atacan las arboledas y los platanares para comer las mejores frutas. Los Pitirres dañan á las colmenas. e | Es casi regla general, que los pájaro: mejores cantores sean los menos bonitos por sus colores: así resulta en la isla de Cuba. | A 172 El Ruiseñor cuya voz se asemeja á los sovidos de una ca- jita de música, es del mismo géuero que el Clarin de las selvas de Méjico, y no tiene parentezco, ni por su canto con el Rui- señor de Europa, que pertenece á otra familia. No tiene co- lores vivos, 111 movimientos lijeros, hi forma esbelta, y tiene su morada enlos tiscos y paredunes solitarios en las montañas de los extremos de'la Isla, pero'no se encuentra en las monta- ñas del centro 6. sea las de Trinidad. Aunque el canto de un individuo 'enjaulado merezca nuestra admiracion, mayor aun es esta oyéndole en el estado silvestre, principalmente si algu- nos individuos habitan los mismos paredones que bordan un rio con aguas ruidosas por sus cascadas. Po: este cauto suave le dieron entre los habitantes franceses de Cuba y Gruantána- mo el nombre músico y su vida en los parajes aislados hizo llamar á una especie muy semejante en Jamaica solitario. Mi amigo el Sr. Lembeye le did un nombre científico, dedi-- cando la especie á la memoria de la inmortal Isabel la Católica. El canto del Ruiseñor es siempre igual en melodia y suavidad: el del Sinsonte varía á cada momento, es muchas veces imitacion del canto de otros pájaros y de la voz Ú grito de animales. Este mismo esá véces más bien desagradable que sonoro. El Sinsonte tiene además forma esbelta, movi- mientos lijeros y una voz más penetrante. Los cayos desde Caibarien al Este tienen otra especie mayor y “sin mancha blanca del ala. Después de estas especies numbraré al Negrito,. propio para criarle en jaulas. Otras especies, que cantan bien conviene cirlas en estado silvestre, pues allí se esmeran en cantar, V. Y. el Solibio, el Sabanero, el Zorzal real, el Canario del manglar y el Sinsontillo, que frecuenta solamente las sa- bánas y la costa de la parte oriental de la Isla. Hay además varias especies de buen canto, pero cuando empieza la época del amor, se retiran al Norte y nos dejan con la persuacion de que allá caotarán bien. Son v. g. varias Bijiritas, el Zorzal gato, el Chambergo, el Degollado, e-c. Aun queda por nombrar la Cotorra, no por su canto,. 173 pues no lo tiene, sino un grito desagradable; pero sí por la fa- cilidad de aprender, imitando palabras humanas 4 veces tan bien como los Loros de Amér ca y Africa. Cuando la utilidad, el daño «4 el canto no hacen notable - á una especie, su forma particular, sus colores d sus costum- bres pneden hacerlo. En las formas particulares cito v. g. el Flamenco, por supico estraño (la parte inferior mayor que la superior) y sus patas larguisimas; el Zancudo, porsus patas igualmente larguisimas; la Avoceta (Recurvirostra) por su pico encorvado 'hácia arriba, al revés de los picos de los otros pájaros; el Al- catraz por la membrana en forma de saco debajo su pico gran de, sirviendo á manera de tarraya, cuando se deja caer de ca- beza sobre una mancha de sard nas; los Guabairos por su pi- co pequeño, pero boca enorme hendida más allá de las orejas, y aun provista de cerdas tiesas en ¡os bordes para aumentar el tamaño de la boca con la cual cojen volando de noche ma- riposas y otros insectos en.el aire, Las plumas pueden formar tambien particularidades, aun- que la ¡Isla no ofrezca ejemplos sorprendentes. Diferentes Garzas, Guanabaes y el Garzilote poseen plumas largas á veces rizadas colgantes de la nuca, del lomo ó de la parte in- ferior del cuello, de las cuales algunas han servido ó sirven aun sara adorno. Ei Rab:junco, verdalero marino, parece un meteoro cuando vuela en alta mar bajo del cielo azul, por su/plumaje blanco y sus dos timoneles intermedias largas y anzostas como juncos. Las plumas escapulares y timoneles de la Marbella forman en sus barbas ondulaciones transver- sas como las olas que rompen en las playas. Tenemos tambien casos en que la falta de plumas nos sorprende: v.g. en la cabeza desnuda del Aura, de la Sevilla adulta y de la Cayama, que en su edad adulta tiene la parte su- perior del cuello igualmente desnuda pero. cubierta cun cos- tra casposa. Hablando de plumes, debo llamar la atencion sobre el vuelo tan variado en las diferentes especies. Pero nu es aquí 174 el lugar para tratar de las diferentes modificaciones sino pa- ra elogiar el vuelo del Aura. Habrá otros pájaros en el mun- do, que vuelen del mismo modo: pero creo que ninguno vuele más admirablemente que el Aura. Con alas extendidas, sin movimiento le vemos cruzar el alre en todas direcciones, su- bir y bajar, con y contra el viento. El Rabihorcado se le parece en su vuelo, pero aletea de cuando en cuando y se eleva de nuevo por evoluciones en espiral para seguir en direccion recta. El Rabihorcado tiene fama por su vuelo y el nombre de fragata que tiene en el idioma aleman, inglés y francés in- dican no solamente lo suave de su vuelo sino tambien sus ex: cursiones á muy largas distancias sobre la mar. Algunos Gravi- lanes vuelan tambien girando con alas tendi:las, pero de cuan- do en cuando aletean para cobrar nuevas fuerzas. Otras especies dejan oir sonidos en su vuelo, v. g. la Ra- biche, con fuerte silvido, la Torcaz, con ligero palmoteo al em- pezar su vuelo: los Gavilanes, con zumbido cuando descien- den rápidamente de una altura, y el Zunzun en su' vuelo ordi- narlo: los Crequetec con susurro debido al descenso rápido y cambio repentino hácia arriba: la mayor parte vuelan sin rui- do notable. Colores brillantes se encuentran en muy pocas especies; y estas pertenecen por la mayor parte á géneros representa- dos en abundancia en la Ornitología de la América meridio- nal. Me refiero al Tocororo, notable por sus timoneles escota- das en la punta, formando en conjunto casi una cruz. La Amé- rica setentrional y la central tienen numerosas especies, á ve- ces brillantísimas y eon ornato de plumas prolongadas, como el Trogon y Calurus resplendens de Méjico. Tambien merefiero al Aparecido de San Diego ó mejor llamado Azulito, nombre que lleva en Santiago de Cuba: por- que el no apareció precisamente en San Diego de los Baños, encontrándose en los terrenos algo bajos ó con muchos Cu- peyes subre todala Isla. La América meridional tiene algnnas especies lindísimas. Cituv tambien la Pedorrera que en la parte occidental de » 175 la Isla debe su nombre al ruido que produce al volar de una rama á Otra: nombre no tan bel'o como el que lleva en la parte oriental de la Isla, donde le llaman Cartacuba. Nombraré tambien al Carpintero r-al cuyo vestido aunque no brillante, parece de luto en la hembra, pero que en el macho además del coler negro y blanco tiene el mas vivo de escarlata en las puntas de las plumas blancas de su moño, probando que es vestido de gala y no de luto. Menciono ahora las tres especies de Zunzunes, de las cuales una es el Colibrí, con una garganta del color del rubí, Trochilus colubris de Linneo. La garganta de otra especie refleja la esmeralda Chlorestes Ricordir. La ca- beza y cuello de la tercera especie cuyas plumas laterales se prolongan en forma de barbas, presentan segun la luz refle- jada los colores del rubí, del amatista, del oro ó de la esmeral- da Calipte Helenae. Las costumbres son tan variadas como los grupos de que se compone la Ornitología: y á veces las diferentes especies: de un grupo pueden tener las propias. De ellas no trataré aquí sino en otros artículos mas especiaies. En esta Revista anotaré solamente particularidades que se alejan de lo co- mun. Especies que forman nidos curiosos no faltan en la Isla, aunque no lleguen al grado de perfeccion que ofrecen algunas aves del Africa d de la India oriental, v. g. del género Plo- Ceus. E] Solibio forma su nido generalmente bajo de una pen- ca de palma, empleando las hebras de las hojas de la misma. Para fijarlo es menester que uno de los padres esté encima, el otro debajo de la penca. Mútuamente agujerean la hoja, echan la punta de la hebra, que el compañero atrae y trasmite al otro por un nuevo agujero hecho no en direccion longitudi- nal, porque así rajaria la hoja, sino en la trasversal. Habien- do fijado asi las primeras hebras como cimiento, pasan ambos. padres á formar el verdadero nido, enredando otras hebras de un modo muy admirable. El nido queda asi colgado como hamaca bajo de un'techo de guano.—El Mayito de Ciéuaga » 176 ! d Chirriador tejejuncos ú otras plantas de la ciénaga entre las ramitas de un arbusto ó planta, ofreciendo así el aspecto de un tejido de canasta. El interior es forrado de sustancias muy suaves. El Bienteveo asegura su nido bajo de una hor- queta de una ramita horizontal envolviendo con materiales las ramitas al rededor.-—El Bobito construye un nido pareci- do, pero no sabe colgarlo, sino lo pone encima de la horqueta de una rama más gruesa, forrándolo luego por fuera con líque- nes conocidos con el nombre de Casaisaco, que le dan el as- pecto de corteza.—Los Zunzunes saben construir tambien un nido de materiales muy suaves, v. g. de lava de Ceiba, de la Flor de Calentura y otras especies de Asclepiadeas. Por fuera lo forran tambien con líquenes, con la telita del tronco de al- mácigo y con sustancias parecidas. Ponen el nido generalmen- be encima una horquetica ó ramificacion fina, mecida porel viento y protegida contra el sol, 426 4 varas del suelo. —Una Golondrina pequeña de rabadilla blanca, ó sea una especie de Vencejo, Tachornis Iradi, no sabe aposarse, sino vuela con- tinuamente y cuando quiere descansar ó dormir sube con vuelo rápido entre los pliegues de una penca colgante de la Palma-cana ú otras, y se agarra allí á las costillas de la hoja. Cuando viene la época de la propagacion, pega lana vegetal contra las paredes de la penca en uno de sus pliegues, aumen- tando este material hasta que tenga el nido la forma de una relojera, que colgamos en la pared para guardar el reloj.— Los Tomeguines, el Negrito y el Sabanero forman un nido globoso con entrada lateral, los primeros en árboles, el últi- mo en el suelo contra una planta.—£El Judio anida en socie- dad, aunque no cor la perfeccion del Plocews socius de Afri- ca. Eles más bien torpe, pues he encontrado nidos en que ha= bia algunos huevos cubiertos por las hembras, que tardaron, en anidar, con material nuevo, y así huevos en dos ó tres Ca- madas. Se comprende que los huevos más inferiores no reci- birán el calor de las madres cluecas y que se pisrden.—Los Carpinteros taladran árboles ó palmas muertas ó enfermas pa- ra formar en el interior del tronco un hueco bastante grande dea 'para el depósito de los huevos. Después de haber salido la cria, se aprovechan otros pájaros de esta habitacion, porque no tie- nen habilidad para formar un nido. Estas especies son V. g- el Cernícalo, Sijú, Cuco, Tocororo, Cotorra, Periquito, etc. Con estos no se debe confundir al Pitirre bobo que construye en una rama hueca ó en el canuto abierto de una caña brava un nido con buenos y suaves materiales.—Las especies aun más torpes son las que ponen sus huevos en el mismo suelo sin preparacion alguna, v. g. el Crequetec, el Guabairo, los Frailecillos, muchas Gaviotas, etc., y con poca paja ó ramitas la Codorniz, la Grulla, los Sarapicos, etc. El Gallito pone sus huevos sin preparacion sobre uva hojade Ova, sobre Lechu- guilla d sobre Júntate-luego, plantas que cubren la superficie de las lagunas, sin que la humedad por debajo y los rayos del sol per encima los echen á perder.--El Flamenco forma ua ni- do cónico de fango no para echarse, lo que le seria molesto, y así queda sentado cuando empolla. Concluiré con llamar la atencion acerca del nido de los Saramagullones. Estos acumu- lan plantas muertas pero ligeras que no sumergen, una encl- ma de la otra hasta formar una isla flotante. Hl centro de este disco queda algo concavo y allí deposita los huevos; pero cu- briéndolos cada vez que se aleja con yerbas podridas, para no ser vistos 0 para que el sol los caliente por este imier- medio. y Si contemplamos la coleccion de los hu=vos vemos varie- dad en colores, en forma, en calidad de la cáscara y en tama- ño relativo. Les pormenores pertenecen á otro artículo futu- ro. Me contentaré aquí con decir, que la mayor parte de ellos se presentan manchados ó salpica.fos de carmelita gris, oll- vado, etc., en fondo blanco ó teñido de verdoso. Pero los hay tambien unicolores, blancos con viso ocráceo, azulosos, verdo- sos y totalmente blancos. Los unos tienen forma redonda v. g- los del Coco; otros son largos con extremos iguales v. g. los del Zuuzun; otros con un extremo redondo y el otro agudo, v. g. el de la Codorniz, de los Frailecillos, etc. La mayor par te tiene la forma que se comprende con la palabra oval.— La W 23 178 cáscara es á veces lisa, lustrosa, v. g. los huevos de los Cars pinteros; otras veces al contrario e lustre, v. g. los del Al- catraz, ó con una costra calcárea encima de un fondo liso, v. g. los de la Corúa y áveces cubriendo un hermoso color, v. g- ios del Judío. Por lo que se refiere al tamaño del huevo com- parado con el tamaño del pájaro, ejemplos sorprendentes dan. los Frailecillos, las Gaviotas y tambien el Zunzun siendo el huevo en proporcion muy grande; y el Alcatraz, un ejemplo contrario. El huevo del Frailecillo griton, ave conocido de to- dos, tiene una longitud de 1 pulgada 7 líneas y el del Alcatraz: una de 3 pulgadas 4 líneas; pero el Frailecillo entero no tiene el tamaño de la sola cabeza (sin contar pico y¡saco) del Alca- traz, teniendo el huevo, salvo una sola línea de difereneiós la mitad del otro. Es de sentir queen proporcion pocas especiestengan nom-= bres verdaderamente vulgares. Las que lo tienen son las que ofrecen utilidad, causan daño, ó interesan al hombre de uno ú otro modo. Pero muchos de estos nombres vulgares no lo son. en verdad, porque pertenecen áun género, á un grupo ó una familia. Si decimos Gavilan, Pitirre, Bijirita, Carpintero, Sa- rapico etc., no hablamos de una sola especie. Cuando el Sr.. Lembeye publicó sus Aves de la Isla de Cuba inventó nom- bres para cada especie que no tuviera nombre vulgar: ha sido: en ellos poco feliz. Como yohe tratado en esta Revista solamente de espe- cies notables, que tienen nombres vul gares, he podido usar de ellos, y no he hecho mencion de los nombres cientificos. que se verán en el Catálogo. No he admitido los. nombres inventados. Si alguno de los lectores conoce otros nombres vulgares, estimaré que me los notifique. En todas tierras resulta que un animal ó planta tenga varios nombres vulgares ó provinciales. No es pues de estrañar queen la isla de Cuba se encuentren tam- bien iguales casos. A veces tiene una especie en la parte occi- dental de la Isla un nombre, y en la oriental otro. Antes de concluir esta Revista, séame lícito quejarme de: Ml cal 179 la guerra 2nnecesaria contra los pájaros. Sé que hay leyes que protejen estos seres, pero pocas veces se observan. El mismo público debia velar sobre ellas. No solamente los muchachos y Otros que no lo son, destruyen los nidos de cualquier pajarito como Tom>guin, etc., llevan los huevos ó polluelos á casa para juego delos niños, y para cuidarlos al- gunos dias solamente y á veces con comida contraria á su na- turaleza; sino tambien hay quien recoja huevos para romper- los, v. g. de Cocos, Gaviotas, etc. Si estas personas recojiesen solamente los huevos frescos, no diria yo nada: pero ellas lle- van cuantos huevos encuentran, y luego abriéndolos tiran los que tienen sangre por estar empollados. Se debiera igual- mente respetar el tiempo de la propagacion. Se matan no so- lamente por millares las Torcazas de cabeza blanca en tiem- po de la cria, sino se tumban tambien los nidos en los palo- mares (lugares adonde las Torcazas anidan en número m uy crecido y casi en sociedad,) para co ger los pichones. Muchos nidos tienen entonces pichoncitos tiernos ó hue- vos que por la caida perecen. De este modo vemos dis ninuir- se de año en año el número de pájaros; y llegará el dia en que ciertas especies apenas existan. ¿Quién de los Cubanos de alguna edad no recuerda ha- ber visto, cuando jóven, una abundancia de ciertos pájaros que hoy han desaparecido? Los Carpivteros reales que no ofrecen utilidad ni causan daño, han sido destruidos por el solo deseo de matarlos, pues ya son pocos los ¡ugares en que se ensuen- tran, cuando antes no eran raros. Hace años se encontraban Caralras en muchos parajes y en abundancia: hoy es un pá- Jaro mas raro, y no ha dado motivo, por daños inferidos para su destruccion. Esta misma disminucion de: individuos en ciertos para- jes, sea por el cultivo y desmonte, sea por el furor de des- truir , hace casi imposible decir de una especie si es rara Ú comun. Todo es relativo al paraje, al terreno y á la épaca dei año. Yo he dado en una columna del Catálogo una indicacion tomando por norma el tiempo de mis observaciones (25 años) 180 en la isla entera y no un solo punto. Si v. g. digo que la Carai- ra es comun, quiero decir, que la he obsarvado muchísimas: veces y en los diferentes parajes de la isla. Puede haber sin embargo parajes donde nunca d rara. vez se la haya visto, pe- ro esto no influye.-=-Si digo que la Grulla es comun, no quie- ro. decir que se e ncuentra en todos Jugares sino que Jlegando: á parajes propios de su naturaleza, que son sabánas cenago- sas, se la verá en bastantes individuos. En este punto admito que cada uno tenga otra opinion que yo, y yo mismo no que- do bien satisfecho con la mia. [Es El Systema naturae de Linneo que se cita en el Ca- tálogo, es la edicion duodécima reformada de 1766; yla edi- cion de Gmelin tes la décimatercia del año 1788: ambos to- mo primero. Cuando se cita á Orb., se entiende la edicion española de la obra de la Sagra, parte. Ornitológica, 1839. El nombre vulgar aparece al fin del renglon de la es- pecie. La clasificacion es la que se ha usado en el Catálogo pu- blicado por mí en Cabanis Journal fúr Ornithologie 1X. ' Jahrgang, número 53, 1861. (Véase este Repertorio, p. 14). [Contimuará.] Anales de la Real Academia de Ciencias medicas fisicas y naturales de la Habana. pe Periódico mensual dirijido por los Dres. A. Mestre y J. J. Muñoz. Estos anales principiaron en 15 de Agosto de 1864, y han continuado sin interrupcion con general aplauso ; por lo que nos complacemos en darles en este Repertorio un lugar merecido. _E-->>-—————— 181 PEOES NUEVOS DE LA ISLA DE CUBA POR FELIPE POEY. NMycieroperca calliura, Poey. ¡ - Vulgo Abadejo. Los peces llamados en la Habana .Abadejos están muy lejos de pertenecer á los que en España se denominan de es- ta suerte: son del grupo de los Serranos de Cuvier, género Tricotropis de Gill; distinguiéndose de los otros Tricotropos por el color amarillo-verdoso de sus labios. El que aquí describe es notable por las aberturas nasales, en que parece haber fundado el Sr. Gill su género Mycteroperca, y por la forma de la aleta candal. Individuo descrito, 500 milí- metros. La altura está contenida tres veces y cuatro quintos en la longitud total, tomada desde la extremidad de la mandíbu- la. inferior hasta la terminacion de los lóbulos caudales; la cabeza, medida de la misma manera hasta la extremidad membranosa del opérculo, entra tres veces y dos quintos en la misma longitud; el ojo es bastante alto, contenido su diá- metro seis veces en la cabeza, desde el extremo de la mandí- bula superior; su aproximacion al mismo extremo es de un diámetro y dos tercios de la órbita; á la distandia de dos quintos de este diámetro están las narices, que forman una ancha abertura dividida por una membrana vertical, la parte anterior más pequeña, comunicando con la posterior, la cual contiene las dos aberturas olfatorias, una encima de otra la superior en una concavidad, la inferior en una eminencia. . El maxilar, con la boca medianamente abierta, acaba en la 182: vertical del medio del ojo, y medido con el compás alcanza á la parte posterior de la órbita; la mandíbula inferior está mucho más adelantada que la superior. Los dientes arriba son exteriormente cónicos, apartados, con uno ó dos caninos por delante, medianamente largos; en lo interior hay un liston velutino, y en la parte delantera un espacio en cardas: abajo hay un pequeño canino, al que sigue un liston de dientes fi- nos, en cardas, los internos algo más largos, y probablemen- te movibles. Los dientes de la bóveda palatina tienen la for- ma ordinaria; lengua lisa. El preopérculo tiene la rama as- cendente curva, finísimamente denticulada, forma un ángulo entrante antes de sacar hácia afuera un ángulo pronunciado, con denticulaciones fuertes. El opérculo tiene la espina inter- media grande, las otras muy pequeñas. Las armaduras de la espalda no se presentan hácia fuera. D. 11, 17; A. 8, 11; P. 17. La dorsal es más baja que la anal; el 5.2 y 6% radio, empezando á contar por el fin, son en ambos los más largos. La primera espina dorsal es casi la mitad de la 2.*% que es casi igual ála 3.* siendo la penúltima de la longitud de la 1.9 y la última más larga. La caudal es trunca, con dos puntas más prolongadas; los demás radios acaban en punta, dejando entre unas y otras una escotadura profunda. Las es- camas son pequeñas y ciliadas, como 130 en la línea lateral, que es paralela al lomo; unas 25 arriba, y de 40450 abajo. Hay escamas sumamente pequeñas entrelos radios delas aletas verticales. Las tiene en toda la cabeza menos en loslabios, pero síen los maxilares, todas muy pequeñas pero mayores sobre el opérculo, subopérculo é interopérculo.—El color es de un pardo algo morado, con manchas redondas amarillosas, que no se distinguen bien en todos los ejemplares, ni en la piel seca; labios amarillosos, iris aceitunado. Aletas pardo-oscu- ras, más intensas en la extremidad de las verticales, con ri- bete claro en la dorsal blanda y en la anal; la caudal tiene una bella faja verde que precede las denticulaciones de su extremidad; la pectoral es hácia el centro amarillosa, sigue un color negro proveniente de la coloracion de los radios, y 183 toda la orilla posterior es verde.—El intestino tiene las cir- cunvoluciones ordinarias : pero en su primera vuelta sobre sí mismo, procede con media docena de pequeñas circunvolu- ciones; apéndices pilóricos en número dé 12, largos y firmes; vejiga de la hiel azul; vejiga natatoria delgada.—Número de mi coleccion, 65. Epinephelus fuavolimbatus, Poey. Vulg. Mero de aletas amarillas. Nunca he visto este pez en la Habana: existe en Matan- zas, en uno de ¡os puntos más profundos de la bahia 150 á 200 brazas. Crece hasta alcanzar el peso de 15 libras: el que des- cribo tiene de longitud 705 milímetros; su altura entra tres veces y dos tercios en la longitud total; y la cabeza tres ve- ces y un sexto. El ojo es alto, contenido 6 veces en la cabeza, si se cuenta desde la extremidad superior de la boca, y ocupando el tercer sexto. Las naríces aproximadas al ojo. El preopérculo denticulado tiene el borde ascendente recto, y fuertes espinas en su ángulo; la tercera espina oper- cular no es notable. La extremidad posterior del maxilar, to- mada al compás desde la punta anterior del hocico, alcanza hasta el borde posterior de la órbita. La mandíbula superior tiene caninos cortos, dos de cada. lado, el 2.9 mayor una se- rie externa de dientes cónicos, y otros internos muy peque- ños, los cuales se acumulan más largos en la parte anterior y son movibles. La mandíbula inferior tiene un solo canino de cada lado, y dos filas de dientes agudos de regular tama- ño, los internos movibles. Hay dientes en la bóveda palatina. AIR DM TASAS OP. ISI O Uat. La primera espina dorsal es corta, y corresponde á la punta mem- branosa del opérculo; la 2.% es casi tan larga como la 8.9; la 2. * anal es robusta, entrando 54 veces en la longitud de la cabeza. — La aleta caudal es más bien redondeada que trunca.—Las escamas son pequeñas y ciliadas, subiendo muy diminutas entre los radios de las aletas verticales: las del 184 opérculo, del tamaño de las del tronco, las de los cachetes me- ¡nores, las otras en toda la cabeza muy pequeñas, aun más menudas por debajo y sobrezos maxilares. No asoma el hue- so escapular.—El color es de un morado suave, ó cenizo-pet- lado; iris aceitunado; rasgo verdoso á manera de bigote. La dorsal y las aletas pares son de un violado pálido, la primera con la extremidad de un amarillo canario vivo, empezando anchamente desde la parte anterior espinosa, disminuyendo hasta el 5.9 radio blando: la pectoral es tambien bordada de amarillo en todo su contorno, principalmente en el borde superior; la anal y la caudal son más oscuras que el fondo del cuerpo.—Los intestinos dan las circunvoluciones ordi- narilas; los ciegos son 7, cortos y firmes; la vejiga natatoria es de regular consistencia. Núm. 696, El género Epinephelus de Bloch, desmembrado del gé- nero Tricotropis, ha sido modificado por el Sr. Gill, distinto por la caudal y por el número de radios anales. Hiotocentrus brachypteraus, Poey. Vulg. Matejuelo. Bajo de este nombre vulgar inventado por Parra para disimular otro poco decente, hay muchas especies en la Ha- bana. Describo un indiuiduo.de 195 milímetros de longitud. Carece de la faja blanca que tiene en la cabeza el H. Mate- Juelo Bl. descrito en mis Memorias, 15, p. 155; las aletas ver- ticales son mucho más cortas. La altura es igual ála longitud de la cabeza, y entra tres veces y medio en la longitud total; el ojo entra tres veces en la cabeza; la distancia que lo separa de la extremidad del ho- cico, es las tres cuartas partes de su diámetro. La boca me- dianamente abierta, deja ser la extremidad posterior del maxi- lar en la vertical que:baja del centro de la órbita. La espina preopercular es larga; la del opérculo es doble, de poca lon- gitud, la inferior casi igual, unidentada; las denticulacio— nes de otros huesos, en la cabeza, son poco más ó me- 185 nos como en las otras especies del género. Escamas gran— des y fuertemente ciliadas, como 40 en la línea longitudinal. La ventral es corta y no aguda entrando una vez y me- dia en la altura del cuerpo, y su punta muy distante del anos La dorsal y la anal en la parte blanda no son agudas, y tienen la misma prolongacion. La caudal tiene los lóbulos iguales, redondeados en su extremo, es igual en longitud á la pectoral; la distancia que media entre su punta y la terminacion de la aleta dorsal es igual á la altura del cuerpo. D. 11, 13; A. 4,8; —Su color general es carmin; vientre rosado, en el tronco al- terna este color con el rosado, formando fajas longitudinales iguales al número de escamas, las rosadas pasando por el cen- tro. La extremidad anterior de la ventral es pálida, lo mismo que un espacio estrecho á lo largo de los radios dorsales es- pinosos, posteriormente ; iris rojo. Núm. Has: Pseudoscarus simplex, Poey. Vulg. Loro. Daré á conocer esta especie con los caracteres usados tan hábilmente por el caballero Bleeker en su Atlas ictioló- gico; los cuales marcan en la familia de Escaridios un pro- greso en parte desconocidos por el Sr. Valenciennes en su Historia de los Peces. El individuo descrito se pescó cerca de la Punta de Maya, por Matanzas; tiene de longitud, inclusas las puntas de la aleta caudal, 728 milímetros, La altura está contenida tres veces y más de un tercio en la longitud total; la cabeza, tres y dos tercios. El ojo es pequeño, alto, contenido nueve veces en la cabeza, distante más de cuatro diámetros de la extremidad del hocico. Las na- rices no están acompañadas de un tubo. Las mandíbulas tie- nen dientes aglomerados con irregularidad, mostrando sola- mente las cabezas, no angulosas en *u parte posterior, las erenulaciones bien marcadas: la inferior es menos adelantada + que la superior, la cual tiene una pequeña punta cerca de la /186 comisura. El hueso faringeo inferior que no alcancé á ver, es probablemente menos largo que ancho, y el superior con tres filas de dientes. El labio no 'es doble en totalidad. D. 9, 10; «A. 3, 9. Los radios espinosos de la dorsal son flexibles, no punzantes; la caudal, trunca en el centro, ofrece dos puntas: prolongadas, la inferior más larga. Las escamas vistas con lente son en parte granujosas y en parte estriadas; las de la línea lateral tienen en lugar de arbúsculos un tallo sin rami- ficaciones ; las de la cabeza son algo más chicas, y en dos se- ries en el espacio que media entre el ojo y el borde inferior del preopérculo : no las hay en la base de la dorsal. La cabeza no presenta poros, ni hay vénulas suborbitarias. Color azul de Prusia pronunciado ; la parte inferior del cachete es azul más claro de Ultramar , lo mismo que la faja contigua á las mandíbulas, realzada posteriormente por otra faja de azul oscuro. Aletas azules, con uniformidad. Las mandíbulas son. azules, blancas en el centro. Hubiera creido que es el Scarus: coelestinus de Valenciennes, si este autor no dijera que las. escamas de la línea lateral tienen ramificaciones; carácter su- ficiente para distinguir esta especie. El autor nos deja ¡igno- rar si tiene radios punzantes, dos series de escamas en el ca- chete, tubo en las narices, etc., por lo que no sabemos si es del género Scarus, como parecen indicarlo las ramificaciones de la línea lateral. La especie de Valenciennes difiere además por el color no uniforme de las aletas ventrales, y segun Pley,. que describe el individuo fresco, por su colÓR gbneral azul celeste. Núm. 465, Phyciculus HMaupt, Poey. Lámina 4. figura 1. Este pez se ha encontrado una sola vez, pescado en la bahia de Matañzas, regalado por mi amigo D. Cirilo Dulzai- des. Pertenece al género Phisiculus de Kaup, entre los Gadi- di os citado en estos términos por Grinter, pero que creo de- o | ns | ) E ) / E /) SS <= Plyacadas Kaupr Fo MN A E 1 a a 27 58 q 4 es 187 ber escribir Phyciculus que es un diminutivo de Phycis, gé- nero próximo. Hasta ahora se conoce una sola especie de las islas Madera, con la cual se puede comparar la presente. Una diferencia notable consiste en que se indican para el primero cinco radios ventrales, teniendo el individuo de Matanzas ocho bien contados: acaso los Sres. Kaup y Gúnther no ha- brán examinado este carácter con bastante detenimiento; por lo que no me atrevo á formar un género. Individuo descrito, 255 milímetros. La cabeza y el vien- tre que es corto, son abultados; pero del ano á la extremidad de cola se comprime insensiblemente, al paso que disminu- ye de altura. Encima del ano que está situado , debajo de la base de la pectoral, la altura es tal, que entra al- go menos de cinco veces en la longitud total , la cabeza es la cuarta parte de esta longitud; el ojo es alto, y gracias á la depresion de la parte anterior de la cabeza dista del ojo opues- to un diámetro entero, estando á otro diámetro de la extre- midad del hocizo, y entrando cuatro veces y medio en la longitud de la cabeza; las narices son aproximadas entre sí y al ojo, provistas de vályulas. El hocico es romo, la mandíbu- la inferior más atrasada; el maxilar acaba en la vertical que baja del borde posterior de la órbita; tomado al compás, al- canza más allá. Ambas mandíbulas tienen un liston de dien- tes en cardas; no los hay en la bóveda palatina ni sobre la lengua. El maxilar se esconde en parte bajo la piel del ca- chete. El menton tiene un tentáculo un poco más largo que el diámetro del ojo. Los huesos operculares son apenas visi- bles, cubiertos por la piel, que es en toda su extension muci- laginosa; opérculo sin espinas. La nuca no presenta armadu- ras. La membrana branquióstega se prolonga bastante, y se une á la opuesta sin atarse-el istmo. Los arcos son cuatro sin pseudobranchias y cow fisura posterior. La línea lateral, al principio paralela al lomo, baja súbitamente frente á la mitad de la aleta anal, y continúa en derechura hasta la cau- dal. Las escamas son pequeñas, no ciliadas, difíciles de contar pasan ciertamente de ciento en una línea longitudinal; en- 188 tre la primera dorsal y la línea lateral hay 15 en un sen- do, 12 en otro: las hay en toda la cabeza, menos en los labios. las aletas están tambien envueltas en escamas pequeñas; la ventral es difícil de, estudiar por la membrana que une los ra dios, pero no están en un estuche como en el género Pseudo- phycis. La primera aleta dorsal es tan alta como larga, em- pieza casi sobre la base de lo pectoral, muy poco distante de la segunda, que adelanta poco sobre la punta de la pectoral; es mucho mas baja que la primera, casi ten alta como la anal, ambas separadas dela caudal, que es pequeña y redondeada. La pectoral] bastante alta, viene á ser la sexta parte del cuerpo; la ventral es yugular, compuesta de 8 radios, el 12 corto, los otros dos prolongados en filamentos que van hasta el principio de la anal, los otros cortos. Br. 7; D. 10-60; A. 60; P.30. V. 8; C. 17. Los radios de la primera dorsal son flexibles; van de menor á mayor hasta el tercero; los de la segunda dorsal y de la anal se han contado próximamente, son simples. El colores pardo amarilloso; hay un tinte azu- loso en la region axilar y bajo el vientre. La segunda dorsal y la anal orilladas de pardo más oscuro. Núm. 728. Autennarius corallimus, Poey. Vulg. Pescador. El Pescador ó Martin Pescador (nombre que tambien se da á un ave) es un género de Peces chicos pue se esconden en la arena, dejando fuera el primer radio dorsal situado en la extremidad del hocico, convertido en una caña de pescar porque es movible y termina en un fleco que remeda una lombriz. Hay varias especies en nuestras costas, formando el género Chironectes de Cuvier, que se ha arandonedn porque: el que pongo arribastiene la prioridad. Individuo descrito, 95 milímetros. En estos peces, la piel cubre de tal suerte los radios dorsales que difícilmente se pue- den contar. Después de la caña, que es contiguo al labio vie- 189 ne un radio encima del ojo , 4 manera de cuerno, luego otro más alto en la nuca; 4 mayor distancia aparece la parte blanda compuesta de 12 radios; anal, 7: Ventral, 6: C. 17. La forma de las pectorales y ventrales, legitiman la denominacion de Pediculados que se ha dado á los animales de esta familia. La abertura branquial es un agujero en la base inferior de los pectorales. La forma general, inclusa las aletas es casi globu— losa, la boca hendida verticalmente, la lengua marmoreada de blanco yynegro : caudal redondeada. Ojos muy pequenos. La pectoral es baja, empezando en la mitad del cuerpo, ex- cluyendo. la caudal: la.ventral es corta, yugular: el ano aproximado á la anal. Los demás caracteres, como el no tener escamas, y muchos de los expresados son propio del género. Lo que distingue esta especie, además del primer radio, que remata en un filamento corto y único, es el color, el cual es de un rojo punzó muy encendido con manchas negras. Dos de ellas pueden llamarse oculares, formadas por una pupila bas- tante grande negra, el iris del color general bordado por un cerquillo negro. Una de estas manchas está situada en la ba- se de la dorsal blanda, á los dos tercios de su longitud, la otra en la base de la anal. Hay además entre la primera y la aleta. pectoral, tres pequeñas manchas oculares poco notables, cu- ya pupila es un punto breve. En la mitad del cuerpo se ven espacios oscuritos. La dorsal, la anal y la caudal tienen pun- tos negros. En cuanto álos tubérculos que se notan en mu- chas de estas especies en las inmediaciones del ojo y en el ca- chete, aquí se encuentran, pero de una naturaleza no espino- sa. Núm. 301. Harenguia Jaguana, IPoey. Vaulgo Sardina, Conocemos tres.sardinas del género Harengula; y son la Sardina de ley. la Sardina escamuda, ambas muy comunes en la Habana, y además una especie'que solamente he hallado en. 190 la bahía de Jagua, costa del sud, llevada al mercado de Cien- fuegos : es la que voy á describir. La que llamamos con ine- sactitud Sardina de España pertenece á un grupo distinto, y no puede equivocarse con ninguna de las otras. La Sardina de ley se aproxima á la H. humeralis Val; es la H. Sardina de mis Memorias, 11. p. 310. La.Sardina escamuda se aproxi- ma mucho á la S. Clupeola Val., si no es la misma. : Individuo descrito, 150 milímetros. La forma es compri- mida, y la carina ventral bastante aguda. La altura es la cuar- ta parte de la longitud total, si se toma desde la extremidad de la mandíbula inferior, la boca sin esfuerzo abierta. La ca * beza, desde la extremidad superior del hocico, entra cuatro veces y medio en dicha longitud. El ojo es alto, bastante grande, entrando dos veces y dos cuartos en la indicada lon— gitud de la cabeza, y distante de la extremidad anterior las tres cuartas partes de su diámetro. El maxilar “alcanza á la vertical del borde anterior de la pupila, y con el compás al borde posterior de la misma :su borde inferior es finamente denticulado. La mandíbula inferior es muy adelantada. Los dientes son pequeños en ambas mandíbulas, y una capa áspe- ra cubre los palatinos, los pterigoideos y la lengua. La cabeza es desnuda: las escamas del tronco son tan adherentes como las de la Sardina escamuda, y presentaná la vista el mismo aspecto; hay 40 en la línea longitudinal; 25 espinitas corren á lo largo de la quilla ventral. La primera dorsal empieza en el primer tercio de la longitud total; la ventral corresponde á la mitad de la longitud de la. dorsal, y tiene una escama lar- ga en la base, la pectoral es baja, su borde superior en parte alojado en una especie de ranura, entrando cinco veces y me- dio en la longitud total, y su punta muy aproximada á la ba- se de la ventral, de la cual la SENAa la distancia de 2 4 3 mi- límetros, segun el estado más ó menos íntegro de sus radios. La anal es como en las otras dos Sardinas, y la bifurcacion de la caudal. D. 14; A. 18; los dos primeros dorsales, muy pe- queños.—El color es blaneo, el lomo azuloso, con las series longitudinales visiblemente curvas, pues bajan al pasar por 191 delante de la dorsal y suben después sobre la nuca. Detrás del opérculo hay venitas anaranjadas. Las aletas son pálidas; el borde interno de los lóbulos caudales, azuloso. Núm.. 580. > Isogomphodon macutipinnis, Poey. Vulg. Tiburon. Tibuwron es una expresion vulgar que se aplica:á la ma- yor parte de los Escualos: algunos tienen nombres especiales, como Alerin, Cornuda, Dentudo, Galludo, Pez-zorro, Cañabo- ta 6 Boca-dulce y Gata; pero otras numerosas especies conoci- das en nuestras costas llevan el nombre genérico de T- buron. Individuo descrito, 1715 milímetros. La mayor altura está contenida S veces en la longitud total. El diámetro trans-. verso de la cabeza, frente al ángulo posterior de la boca es de 195 mil.; la vertical tomada sobre esta base hasta la extremi- dad del hocico, es de 225 mil.; de tal suerte que viene á ser el hocico agudo, distante su punta de la mandíbula superior, 135, y algo más en línea oblicua. Las narices son muy obli- cuas, cayendo la linea que parte del ángulo anterior, á la mi- tad de esta distancia, pero por el ángulo inferior están mu- cho más aproximadas á lo boca: su longitud es igual al diá- metro del ojo, su distancia entre sí, por el ángulo inferior es 90 mil.; el lóbulo es muy pequeño, muy aproximado al ángu- lo inferior, cubriendo solamente la mitad de la hendidura. Los ojos son laterales, provistos de membrana nictitante, em- pezando apenas más atras del nivel anterior de la mandíbula; su diámetro es de 12 mil. pupila vertical. Los poros de la cabeza son numerosos en la parte superior, en las inmedia- ciones del ojo; y en la cara inferior hay grupos de ellos entre las narices, delante de las mismas y en la extremidad del ho- cico; una línea de poros se dirije á los lados de la boca, doble cerca de la comisura. Las dos últimas aberturas branquiales 192 están situadas encima de la pectoral, y terminan á una dis_ tancia triple de la que hay entre la extremidad del hocico y el ojo. Los dientes (lámina 4, fig. 2, 3) en seis series, presen- A O o do oi an la fórmula siguiente 16+1+16 tiene pues ar- riba de cada lado 18 filas, de las cuales la anterior es de dien- tes pequeños, la última rudimentaria. Los dientes de la man- díbula superior son de punta aguda sobre una base ancha, to- talmente denticulados; los de la mandíbula inferior tienen la punta más y más recta, bordes enteros en totalidad: la cara interna presenta la hendidura nutritiva bien pronunciada. Las escamas son de estrías iguales, por lo que no ofrecen la ' aspereza propia del género Eulamia. La aleta pectoral es agu- da 280 mil. de largo la primera dorsal empieza 30 mil. después de la extremidad del lóbulo posterior, su borde anterior tie- ne casi 200 mil. de largo. A una distancia de una vez y media la altura del cuerpo. empieza la ventral que presenta aquí una hembra, y que en los machos lleva apéndices bastante prolongados. La anal es apenas más adelantada que la 2.* dorsal; ambas son de mediano tamaño, la primera mucho más escotada que la otra: entre el principio de la primera dorsal y la parte posterior de la base de la 2,* hay 200 mil. El tronco caudal tiene las ranuras acostumbradas; la caudal es de forma ordinaria, con el lóbulo anterior largo de 440 mil., y el inferior 200, contando desde las ranuras.—El color es por encima pardo-oscuro; por debajo, amarilloso ó blanco sucio: tiene de negro intenso la punta de la pectoral, el bor- de superior de la primera dorsal, el lóbulo anterior de la, se- gunda dorsal y de la anal en su extremo anterior, y la punta del lóbulo inferior caudal. He visto dosiguales. Núm. 572. 1.“ de Octubre de 1865. 193 REVISTA «de los tipos Cuvierianos y Valencienmianos correspon- dientes á los Peces de la isla de Cuba. POR FELIPE POEY. Más vale ignorancia que errof : es mi divisa. El movimiento del siglo en Historia natural, conduce á la publicacion de especies nuevas ; y para lograr la prioridad, muchos toman posesion en los periódicos científicos, por me- dio de cortas diagnosis, contra las cuales se rompen la cabeza . las generaciones futuras. No es esto lo que más importa á la ciencia; sino la mayor exactitud en las descripciones, la acla- racion de la sinonimia, y la correccion de los errores. La Historia general y particular de los Peces por los se— ñores Cuvier y Valenciennes, revisada en todo lo que hace re- lacion con los Peces de la isla de Cuba, será el objeto del ¿presente trabajo; donde procuraré aumentar y corregir todo lo que esté á mi alcance ; Seguro de que toda aclaracion que ilustre una obra tan importante, será bien recibida de los sabios de todas las naciones, y particularmente de los Cuba- nos, á quienes interesa más de cerca. Es menester confesar que antes de Cuvier y Valencien: nes, la Ictiología estaba envuelta en grande oscuridad, sin em: : bargo de haber principiado con buenos auspicios en tiempo de Artedi. Bloch, en su grande Ichthyologwa, y posteriormente Lacépéde en su Historia de los Peces, contribuyeron á la confusion; el primero por sus falsificaciones, el segundo por su corto eriterio nacido de su credulidad. : Los Sres. Cuvier y Valenciennes trajeron la luz en me- dio de las tinieblas ; y perfeccionaron los fundamentos de una «clasificacion natural : sus láminas son bastante satisfactorias. A 25 194 Los elogios que merecen son por lo tanto muy elevados; pero nosin límites. Gran número de sus descripciones pecan por demasiano breves, insuficientes para conocer el pez; á lo que se agrega la duda en que nos dejan con frecuencia sobre el tamaño del individuo descrito, lo que inutiliza las medi- das tomadas por medio de la magnitud y posicion de los ojos. Esindudable que los Peces varian mucho con laedad : los co- lores tambien suelen variar en el aguardiente ó en la piel se- ca. De paso nada omitiré para fijar la sinonimia, sin faltar al respeto que se debe á la prioridad. . Seguiré en esta Revista la clasificacion y el órden esta— blecidos por Cuvier y Valenciennes. Bl. Schn. alude al Systema Ichthyologiae de Bloch, publi- cado por Schneider ; obra póstuma. Gúnther es el autor del Catalogue of the Fishes of the British Museum. ' (7 Para la inteligencia de la fórmula empleada en el núme- ro de radios delas aletas de los Peces, traduzco aquí la guientes B. 7D; 44,173 P.47, Verlo 53 0. 07.04 saber: siete radios branquióstegos; once radios dorsales espi- nosos y diez y siete blandos; tres radios anales espinosos y On- ce blandos; diez y siete radios pectorales; un radio ventral es- pinoso y cinco blandos; diez y siete radios caudales. D. 7-1, 23. Significa una dorsal anterior compuesta de siete radios or- dinariamente espinosos, y de otra aleta dorsal con un radio espinoso y veinte y tres blandos. Familia Percidi. Centropomus undecimalis Bloch, Sciaena; Cuvier, II. p. 102. tab. 14. Cuba (Poey), Jamaica, Santo Domingo, Puerto-Rico,[Cayena, Rio-Janeiro,—Esta especie no es cu- bana : á ella refiere Cuvier equivocadamente el Robalo que más crece. en esta Isla, pero que difiere por los apéndices que á manera de brazos acompañan anteriormente la vejiga natatoria;]por lo que ha sido por mí nombrada Centropomus 195 .appendiculatus, en mis Memorias, 1. p. 119, tab. 13, fig. 1. Cuvier,'al describir la vejiga, no menciona los apéndices, y yo no los he hallado en el reconocimiento de un individuo de Santo Domingo, comunicado por el Sr, D. Manuel Fernan- dez de Castro, igual en lo demás á los individuos de Cuba. El Centropomo undecimal, lo mismo que el apendiculado, crece hasta 25 libras. Cuvier ha omitido señalar el tamaño del individuo figurado : parece indicar un pez muy jóven. Pa- _rala comparacion, véase lo dicho en mis Memorias, sobre la Historia natural de la isla de Cuba. ] ' Serranus bivittatus Valenciennes; II. p. 241. Habana (Poey), Martinica. —Bien descrito, pez insignificante por su pequeñez, pues no pasa de cinco pulgadas, por lo que no tie- ne nombre conocido, bien que algunos pescadores lo Jlaman Serrano, denominacion comun á algunos :otros peces de este tamaño. Lleva equivocadamente el nombre de Cabrilla en la Historia fisica, política y natural de D. Ramon de la Sagra. Pertenece al género Haliperca de Gill. Serranus fascicularis Val. TI. p. 245, tab. 30, Brasil.— No es raro en la Habana, donde los pescadores lo llaman Ser- ramo, lo mismo que al anterior, del cual se distingue por los dos fascículos espinosos desu preopérculo, carácter que ha bastado al Sr. Holbrook para formar su género Diplectrium. El Sr. Valenciennes no menciona las numerosas fajitas azu- les que adornan la cabeza y se extienden sobre el cuerpo; probablemente, porque estarian apagadas en el ejemplar des- crito. Alcanza en longitud nueve pulgadas. Serranus creolus Val. II. p. 265. Habana (Parra), San- to Domingo, Martinica. —Su nombre vulgar es Rabirubia de lo alto; pez bien diferente de la otra Rabirubra que pertene- ce 4 otro género, como veremos más abajo. No llega Ú un pié de longitud, su forma es elegante, la caudal profunda- mente: bifurcada con el lóbulo superior un poco más largo, las tres. puntas del opérculo bien visibles, la inferior más pe- queña. El maxilar medido al compás alcanza hasta el centro «del ojo, que es rojo. Los dientes son cardosos; pero tiene 196 arriba y abajo de cada lado un canino muy corto y muy fuer= te: los de la bóveda palatina son cortos. Las escamas son: pequeñas y ciliadas. D. 9, 19; A. 3, 9. El color es de un: hermoso carmin, un poco pálido por el vientre. A lo largo del. lomo hay tres manchas poco visibles y dos á cada lado del tronco caudal. Las aletas participan del mismo color: la dor- sal tiene en medio una faja indecisa de verde ya claro, ya su-- bido y la orilla blanda anaranjada; la pectoral tiene en la ba- se una mancha de un rojo más pronunciado.—Me asiste algu-- na duda acerca de la denominacion de este pez, porque Va-— lenciennes dice que 16 618 rasgos paralelos bajan oblicua- mente del dorso á los costados del tronco; lo que no aparece en losindividuos cubanos: tambien dice que la mancha de un rojo más encendido ocupa la region axilar, debiendo ser la ba- se de la pectoral. La figura puesta por el Sr. Valenciennes en la edicion ilustrada del Reino animal de Cuvier, lám. 8, £..1, bajo el nombre de Serranus creola, deja mucho que desear. El. Sr. Valenciennes escribe mal Rabirubbra. - Serranus filamentosus Val. VI. p. 508. Islas de Francia: y de Borbon.—Este pez tiene la mayor semejanza con mi Mesoprion vorax. Jl. p. 151, vulgarmente llamado Voraz en la Habana. El Sr. Giúnther, I. pp. 91, 502 ha co- nocido sus verdaderas afinidades, cuando lo pusoal la- - do del Serranmus oculatus, que es nuestro Cackucho, á quien se aproxima al primer aspecto, y porla forma del esqueleto craneal: es probable pues, que pertenezca al género Platyinúus de Gill. Puede ser igualmente el Serranus macrophihalmus M. et Tr.; pero no debemos hacer caso de esta descripcion he- cha sobre un individuo de una pulgada; por lo que Gúnther lo deja entre las especies dudosas, No lo refiero decididamen- te al Voraz de Cuba, por la region africana en que se encuen- tra; y porque sus caracteres no coinciden en todo. Valencien- nes dice que tiene dos espinas chatas en el opérculo; en mi ejemplar no hay más que una. Gunther indica el ojo un ter-- cio de la cabeza; en mi Voraz, de 350 mil. entra tres veces y medio. ¡ ' 197 Serranus oculatus Val. II. p. 266, tab. 32. Martinica.- Lleva en la Habana el nombre vulgar de Cachucho; y en Ma- tanzas ha llevado hasta ahora el de Salmonete de lo alto, lo que repugna en extremo por ser de una familia muy distinta: es- peramos que los entendidos aficionados D. Cirilo Dulzaides, D. Francisco Jimeno y D- Felix Garcia, que habitan esa ciu- dad, contribuirán con sus esfuerzos á que se admita con pre- ferencia la denominacion establecida en la Habana. El Sr. | Gill ha reconocido que pertenece al género Etelis de Cuvier y Valenciennes del cual son sinónimos los géneros Elastoma Sw. Macrops Dum. Hesperanthias Lowe; y apenas puede distinguir- se del Etelis carbunculus Val. de las Indias orientales. ¿La lá- mina 18, que : representa esta última especie, muestra los dientes algo distintos; pero no :inspira confianza, porque no está en todo de acuerdo con el texto, puesto que se cuentan en ella 48 escamas sobre la línea lateral en vez de 60.—Este es uno de los peces más hermosos por sus colores, más sanos y exquisitos por su carne, y quese pescan áÍmayor profundi- dad. Los ojos son rojos. El Sr. Gúnther pone con duda en la si-- nonimia de está especie el Serranus oculatus de la Fauna del Japon, y de Richardson, Ichthyología de la China. , , : Serranus Morio Val. 11. 285, Nueva-York, Santo Do- mingo.—Parece igual á la Cherna de vivero, que traen á la Habana con grande abundancia de la.costa de Florida y de Campeche ; adquiere grandes dimensiones, 20 á 25 libras, y es poco estimada por su carne, bien que sana. Los individuos de vivero tienen generalmente el cuello y vientre rojizos, por lo que Dekay:ha dado á la especie el nombre de Serranus ery- throgaster; los que se cojen al cordel en las costas de Cuba, son de un color uniforme, y se han propagado en pequeño: número. Las once espinas dorsales y la caudal trunca ó lije- ramente escotada aproxima este pez al Trisotropis Gill; pero la anal (3, 9) y la forma del cráneo, observada por el Sr. Gill lo colocan más bien con la especie que sigue en el género Epinephelus de Bloch enmendado por Gill. La primera espi- na dorsal es menos que la mitad de la segunda, la cual iguala 198 . casi á la tercera. Considero que la anal (2, 10) en Dekay es una anomalía ó una equivocacion : en Holbrook Tchth. of Sud Carolina, se cuentan 3, 9. Serranus striatus Bloch, Anthias. Val. Il. p. 288. Ha- bana (Parra, Poey), Méjico, Santo Domingo, Puerto-Rico.— Vulgarmente llamado Cherna criolla, para distinguirla de la anterior; tiene mejor carne, y crece casi tanto. Espez comun. No está expuesto al envenenamiento llamado en la Isla ci- guatera. Tiene encima del tronco caudal una mancha negra muy pronunciada. Además de la fajas verticales, tiene dos- longitudinales en la cabeza; la que pasa por los ojos le for- ma una corona desde la nuca. Los tres primeros radios espi- nosos de la dorsal son como en la especie anterior. Debe co- locarse en el género Epinephelus Bl. - Serranus tigrinus Bl. Holocentrus; Val. Il. p. 514. In- dia oriental?—Es el mismo que he descrito en mis Memorias tomo 1. p. 58, t. 2. f.2. con el nombre Serranus praestigiator, habiéndome inducido en error la patria indicada, y el tama- ño de la figura de Bloch, que es triple de lo natural. Los pes- cadores lo llaman Serrano, Su longitud es de tres á cuatro pulgadas; sus colores lindísimos. Es raro. Pertenece al género Haliperca Gill. Serranus inermis Val. IX, p. 436. Antillas.—No tiene nombre vulgar; notable por su color negro manchado de blan- co. Alcanza media vara de longitud. Está en mis Memorias, tomo I. p. 54; tab. 4, f. 2. No es comun. El Sr. Gill lo ha puesto en su género Lioperca. Serranus coronatus. Val. IL. p. 371. Martinica.—JIla- mado vulgarmente eun la Habana Enjambre. Valenciennes ci- ta en la sinonimia la Perca guttata de Bloch; debia haber di- cho de Linneo, citado por el mismo Bloch. El nombre Linnea- - no tiene la prioridad. En efecto, hallamos en el Serranus: 12 La Perca guttata L.S. N. p. 485, que es la misma que la de Bloch tab. 312; 2. el Bodianus guitatus Bl. tab. 224, que Valen- ciennes pone en la sinonimia de su Serranus guttatus, YI. p. 357, de las Indias orientales; 32 El Johnius guttatus Bl. Schn. e 199 | p- 77, que Valenciennes refiere á su Serranus Rardinalis, II. Pp. 379, y la variedad al Serranus Arara, 11. p. 377. El nom- bre de Bl. Schn. ha sido mudado con razon, puesto que Lin- neo tiene la prioridad; el de Bl: y Val, de las Indias orienta- les debe ser mudado por la misma razon ó bien llevará el nom- bre de $. Argus Bl. Schn. p.5311, tab. 61, que segun cartas del Sr. Peters corresponde á la misma especie. Por otra parte el Sr. Gúnther refiere el S. guttatus Val. al Serranus cyanostig- matoides Bleeker, distinguiendo el Bodianus guttatus Bl. que dice igual al Serranus myriaster Val. Moo Bs) 365 Pero en este caso debiera á mi entender el Sr. Gún- ther haber puesto el Bodianus guttatus Bl. en la sinonimia del S. myriaster Val. y el $. coronatus Val. en la sinonimia de Perca guttata L. y Bl. Vemos en su Catalogue of Fishes of British Museum, Vol. 1. pp: 119, 124, que ha procedido ásla inversa. Entre los sinónimos de la especie cubana, pone el Sr. Ginther el Serranus nigriculus Val.; lo que no puedo ad» mitir, por la razon de queel Sr. Valenciennes senala 4 este último D. 11, 17; A. 3, 9; y al S. coronatus, D, 9, 15; A. 3, 8. —El Sr. Valenciennes omite un carácter que presentan los individuos de la Habana, y que suele desaparecer en la edad avanzada; y consiste en tres manchas más pronunciadas colo— cadas á lo largo del lomo, proximamente á la aleta dorsal: no tiene manchas en el tronco caudal. En mis ejemplares todo el cuerpo tiene manchas pequeñas, aproximadas, iguales, ro- jizas sobre un fondo bruno claro; lo mismo en las aletas, me- nos notables en las pectorales. La caudal es redondeada; el Iris rojo; su peso es ordinariamente una libra, especie comun y de buena carne. Pertenece al género Petrometopon Gill. Bueno será consignar aquí que el Sr. W. Peters me escribe de Berlin que el Bodianus guttatus Bl. y Val. es la misma espe- cie que el Serranus Argus, TI. p. 360; véase Bl, Sehn. p. 311 tab. 61. Serranus Arara Val. Il. p. 377: Habana (Desm, Parra). El Sr. Valenciennes refiere á esta especie el Bonací Arará de Parra, tab. 16, f. 2: que es mi Serranus Bonaci, Memorias, 11. 200 p- 129, distinto del Serranus Arara Poey, Mem. IL, p, 152: véase lo dicho en la p. 130 de aquella obra. Agrego aquí que segun informe manuscrito del Sr. Guichenot, el ejemplar de Paris tiene D. 11, 16; A. 3, 8; no creo que sea una equivoca- cion, porque el $. Ttaira con quien el Sr, Valenciennes com- para tiene D. 11, 15; A. 3. 9. No puede ser por lo tanto la especie de Parra, que cuenta D. 11, 17; A. 3, 12. No sabe- mos lo que viene á ser la especie de Valenciennes, sin em- bargo de que sea cubana, pues la recibió de Desmarest: la lá- mina que este autor puso sin texto en el Diccionario clásico de Historia natural tiene figurada bajo el nombre de $. Arara Desm., la anal con 3,8 y la caudal redondeada: esto viene bien con la especie de Valenciennes, pero no con el Bonaci A- rara de Parra (Bonaci Poey) que tiene A. 3, 12 y la caudal trunca, con las puntas un poco prolongadas. | Serranus Cardinalis Val. II. p. 378. Habana (Parra).— Nombre vulgar en la Habana: Bonací Cardenal. El Sr. Va- lenciennes no habia visto este pez; lo describe por la obra de Parra; y así no será extraño que lo haya descrito posterior- mente con el nombre de Serranfs rupestris, IX, p. 457, de San Bartolomé. Véase lo que digo sobre su color variable con la edad, en mis Memorias 11. p. 136, con motivo del Serranus petrosus Poey, que ahora creo pertenecer á la misma especie En esta última variedad, desaparece enteramente el color ro- - Jo; lo quees debido á la profundidad en que se cria: es nota— ble que todos los peces de esta region tropical adquieren co- lores tanto más encendidus cuanta es la profundidad en que se encuentran, lo que pugna con la idea de que los colores más brillantes sean debidos á la influencia de los rayos solares. Lo que distingue bien el Bonaci Cardenal es el ancho borde ana- ranjado de sus aletas pectorales, carácter menos pronunciado en los jóvenes. Es pez tenido por sano. Pertenece al género Trisotropis Gill. | Serranus rupestris Val. 1V. p. 437. Véase la especie anterior. Serranus lunulatus B!. Schn. Lufianus; p, 829, 6. Val- | 201 TI. p. 379. Habana (Parra). —Bloch y Valenciennes, sin ha- ber visto el pez, describen por Parra, Es una de las especies vulgarmente llamadas Cabrilla en la Habana, distinta de la Cabrilla mora por sus manchas rojas con un punto central negro, y por la ausencia de manchas en las aletas ; tiene ade- más la parte blanda de las aletas verticales y la caudal ancha- mente bordadas de negro. Por la caudal redonda, la forma del cráneo y los números (D. 11, 16; A. 3, 8), es un Epine— phelus Bl. y Gill.—Bl. Schn. tienen en la misma página 329, con anterioridad, otro Lutianus lunulatus de Sumatra; pero es la Perca lunulata de Mongo Park, que COuvier coloca entre los Mesopriones, IT. p. 477. En la sinonimia del $, lunulatws debe ir el S. catus Val. UI. p. 373, de la Martinica, referido por él á la Perca maculata Bl. tab. 813, la cual pertenece á otra especie, que es el Serramus impetiginosus M. et 'Pr., dis- tinto del S. capreolus Poey por sus manchas mayores y menos numerosas y por las manchas oscuras de todas sus aletas. La Perca maculata Bl. tiene la prioridad sobre el S. ¿mpetiginosus. Es probable que el Holocentrus maculatus Bl. tab. 242 sea del mismo grupo, pues tiene el mismo número de radios espino- sos dorsales, y otros radios blandos anales. En este caso, te- niendo la prioridad sobre la Perca maculata Bl, valdrá con preferencia el nombre de impetiginosus ; y el Holocentras albo- fuscus Lac.irá á la sinonimia del Holocenirus maculatus Bl. al revés de lo practicado por el Sr. Gúnther en Vol. I. f. 108. Las especies cubanas de este grupo, indicadas con los núme- ros de mi coleccion, bajo el nombre vulgar de Cabrillas, son / las siguientes: 164. Epinephelus impetiginosus M. et. Tr. Serranus. History of Barbados, by Sir Scomburgk; Perca maculata Dl lo Pongo con duda este sinónimo, porque el dibujo de Bloch tiene manchas rojas con un punto central oscuro. Vulgo Cabra mora. Crece 6 libras. Con la edad pierde el lomo sus manchas. 429. E. capreolus Poey, Mem. Il. p. 145. Crece menos 89. E. lunulatus Bl. Lutianus. $. Catus Val. 26 202 137. E. cubanus Poey. Esta especie solamente difiere del. E. lunulatus por la pequeñez de los ojos, 15 milímetros en vez de 19, en individuos de 245 mil.; las manchas más chicas sin ser más numerosas ; el color del cuerpo es de tierra sombra, siendo rosado en la otra especie, y apenas se distingue el cerco claro que acompaña el punto cen- tral de cada mancha.—Ver 8. Pixanga. Serranus niveatus Val. Il. p.380 ; Brasil. —Se encuen- tra raro en las costas de Cuba, sin nombre vulgar, un pez de cinco á siete pulgadas de largo, que he descrito en mis Me- morias 11. p. 139, con el nombre de Serramus conspersus: difie- re del S. miveatus por una mancha grande bien pronunciada sobre el tronco caudal por unrasgo negro supramaxilar á ma- nera de bigote, y por el color de las manchas, que no son de un blanco puro, sino de azul celeste. Pero al ver que el Sr. Gunther, 1. p. 130, ha puesto en la especie de Valenciennes un individuo figurado por Castelnau, tab. IL. f. 2, que tiene la mancha cuadrangular de la cola, y lasmanchas azules, me in- clinó á creer que mi 5. conspersus puede pasar por una varie- dad del niveatus. En otra variedad de Matanzas, que carece de mancha caudal, larga de siete pulgadas, se presenta la aleta dorsal bordada anchamente de verde y econ doce espinas dor- sales. En todos los individuos cubanos, el ángulo del preo- pérculo se distingue por fuertes espinas dirijidas unas há- cia atrás, otras hácia delante, casi en dos haces. Dos de ellos con mancha caudal tienen las manchitas del cuerpo de un blanco puro. La abertura posterior de las narices es una hen- didura delgada, vertica!, tocando casi al ojo. El número y disposicion de las manchas varía un poco. Pertenece al gé- nero Epiephelus. Serranus ouatalibi Val. II. p. 381. Habana (Parra), Puerto-Rico, San Thomas.—Vulgarmente, en la Habana, Guativere; y es la especie más roja, con manchitas azules cercadas de negro, pez de carne muy lijera y sabrosa, princi- palmente frita, más fácil de entrar en putrefacción que la Ca- brilla, que tiene la carne más dura. Los Guatíveres son pe= | 203 ces comunes, de una cuarta de vara en longitud, cuando más de tuna tercia; pertenecen al género Enneacentrus Grill., tie- nen nueve espinas dorsales, dos manchitas negras sobre el tronco caudal, y otras dos en la extremidad de la mandíbula Inferior. Esta especie corresponde segun cartas del Sr. Peters, al Holocentrus auratus Bl. tab. 236, Val. IL. p. 364; y segun Gunther, al Gymnocephalus ruber Bl. Schn p. 346, tab. 67, de que Valenciennes ha hecho'su Serranus Carauna, 11. p- 334.—Hay otro Guatívere tan comun como el anterior, par- do oscuro, con las mismas manchas sobre el cuerpo : los pes- cadores no creen que forma especie, ni que sea diferencia sexual, sino que debe su color á la poca profundidad de las aguas en que se pesca : me inclino á creer que tienen razon, sin embargo de que noto una diferencia en los ojos, que son oscuros en este, y rojos en el Oxatalibi. Esta especie parduz- ca viene á ser la Pexca punctata L. p. 485, figurada en Catesby, y citada en Val. II. p. 386: Bloch, lam. be , figura led este nombre el individuo rojo. ¿uto Ll e bald Serranus Guativere Val. II. p. 383. HH (Entro). —Vulgarmente: Guativere eanario, del mismo subgénero que el anterior. Serranus 'Pixanga Val. II. p. 383; Brasil. —El Sr. Va- lenciennes no ha visto este pez, que describe por la obra de Marcgrave y por un dibujo de Bloch, tab. 24, donde lleva el nombre de Holocentrus punctatus. El Sr. Gunther lo pone con razon en la lista de las especies dudosas.—Segun Valencien- nes , pertenece al grupo de los Guatíveres ; pero si se atiende á que sus números, segun Bl. Schn. son D. 11. 13, A. 3,9, en lugar de ponerlo en la sinonimia del Serranus Ouatalibi, lo pondria en la del Serranus lunulatus, que es una de nuestras Cabrillas. (Continuará.) 204 MONOGRAFIA DELAS AMPELIDEAS DE CUBA POR SEBASTIAN ALFREDO DE MORALES. Contimuacion.- Ver. p. 159. Ampelideae. H. B.K. Nov. gen. am.5.—D.C. Prod. 1. 627, Ordo CLXV. Endlich. Gen. plant,—Ordo L. Benth, et Hook. Gen. plant. Vitaceae.—Lindl, Veg. Kingd. 439. Vites.—Juss. Gen. plant. 267. Sarmentaceae.—Vent. Tabl. 3. p. 167. Viniferae.—Juss. Mem. Mus. 3. p. 144. Vitis Linn. Gen. n. 284 (et Cissus 1bid. Gen. n. 147).—Benth. et Hook. Gen. pl. 387. DC. Prod. T. 627,633.—Walp. Rep. I 441,437; 11. 817: V. 377: Amn. L. 136,964; II. 229,231; IV. 391.—Harv. et Sond. Fl. Cap. I. 248.249 — Benth Fl. Hongk. 53. —Miq. Fl. Ind. Bat. 1 pars II 601, et Suppl. L. 514.—A. Gray, Gen. 111.t. 161. Inter Cissum et Vitem nullum, ne see- tionale quidem, est discrimen. Ampelopsis, Michaux. Fl. N. Am.I. 159, ex pario D.C. Prod. I. 663; A. Gray, Gen. Ill. t. 165. Adenopetalum, Turcz, in Bull, Mose. 1858, 1. 417. Botria, Lour. Fl. Coch. 153. 205 Selanthus, Forsk, Fl. Ag. Arab. 33; Ic. t. 2. 4. Columella, Lour. Fl. Coch. 85, Calyx brevis, integer v. 4-5-dentatus v-lobatus. Petala 4-5 libera v. apice calyptratim coheerentia. Discus varius v-. obsoletus. Stamina 4-5, infra marginem disci inserta; anthe— re libere. Ovarium ovoideum v. subquadratum, 2-loculare (interdum imperfecte), rarissime 3-4-loculare; stylus o v. brevis, conicus v. subulatus ; ovula in loculis 2. Bacca ovoidea v. globosa, 1-2-locularis, loculis 1-2-spermis. —Frutices cir- rosil, sarmentosi, sepe alte scandentes. Folia simplicia y. com- posita, rarissime 2-pinnata, foliolis integerrimis serratis y, dentatis, nunc pellucgido-punctata. Pedunculi oppositifolii v. rarissime axillares, seepissime versus apices ramulorum siti. Flores parvi, umbellati cymosi paniculati racemosi v. spicati, ebracteati, non raro polygami. . Species ad 230, plereque tropice et subtropice, in Amé- rica tropica rariores. Vitis et Cissus Linneo.—Descripcion del género. Cá- liz pequeño, íntegro, ó 4-5-dentado, ó 4-5-lobulado. Pétalos 4-5-libres, ó coherentes y con los ápices en forma de capu- cha (calyptratim). Disco variante, ora manifiesto, ora muy confuso, ó casi imperceptible. Estambres 4-5, insertos bajo la márgen inferior del disco (torus); anteras libres. Ovario ovoi- deo, ó semicuadrangular, 2-locular, y algunas veces imper- fecto ó sea abortante en una celda; raramente 3 ó 4-locular: estilo, ora nulo, ora muy corto, y más generalmente apa- rente; cónico ó aleznado, cilindráceo: cuando el ovario no es abortante y ostenta sus dos celdas perfectas, hay dos óvulos en cada celda. Baya constantemente en todas las especies, ovoidea ó globosa, de una ó dos celdas, y 162 semillas en cada una. Arbustos que llevan cirros ó zarcillos, constantemente sarmentosos, volubles ó escandentes y trepadores por medio de sus zarcillos ; hojas simples ó compuestas, y raramente 2- pinnadas, hojuelas enterizas, aserradas ó dentado-ciliadas, y 206 con puntos translúcidos. Pedúnculos opuestos á las hojas, Ta- ra vez axilares, y comunmente situados en los-ápices de las ramas. Flores hermafrodíticas, en las más de las especies, y rara- mente polígamas, con brácteas pequeñas, y dispuestas en cl- mas paniculadas racimosas umbeladas, y. algunas veces en es- pigas. Reunidos los dos géneros, resultan para el Vitis, hasta hoy, 230 especies que nacen generalmente entre trópicos y abundan más en el Asia, Raras son las extratrópicas, aunque se encuentran algunas en la América Boreal. Europa:no tiene legítimos representantes nativos de este género; pues la vid ó uva es originaria de Asia, y la época de.su descubrimiento se pierde en la oscuridad de los tiempos, disputado entre Osiris ó sea el Bachus de los Griegos y Noé, tipo bíblico de aquel. Nuestra region cubana no es escasa en especies de este género, todas muy apreciables por sus virtudes medicinales: Cuéntanse entre ellas el Vitis labrusca y el Vitis indica (que más adelante describirémos), cuyos troncos guardan en sus se- nos agua salutífera. Seicion 1, Sycioidea, Morales. Hojas simples. 1. . Vitis sycioides, Morales. Sinonimia.—Cissus sycioides Linn.sp. 170.—Jacq. Am. p: 22.4. 15.—Amer. Pict. 20 —Slon. t. 144.—P. Brown, Jam MTI. p. 147.4. 4. £. 1. 2—Desc. Fl. Ant. 5. t. 309.811;-7:4.' .-481.—Spreng. Syst: I. 447.—Lunan, Hort. Jam. l. 56. Il. 316.--D.C. Prod. 1..628.—A. Rich. Fl. Cub. I. 127.—A. Gri- seb. Fl. B. W. Ind. 102.—Oissus ovata Lam. Ill. 1619.—D. € Prod. I. 629.—Cissus smilacin a Kth. in H. et B. Nov. g. V. p 224.--D:C. Prod. 1. 628.—(., venatorum et latifolia Desc.— Spondylantha: aphwylla Prl. Pl. Heenk. 2.4. 53.—Cissus producta Afz. in Spr. Syst. € 207 Vulgo, Ubi. Perenne. Florece en Mayo, Junio y Octubre. Descripcion.—Tallo escandente, comunmente terrestre, herbáceo, fibroso, nudoso, del grueso de un dedo, lampiño, redondo, verrugoso en. la adultez suprema; sumidades herbá- ceas y teñidas de morado: zarcillos opuestos, bífidos, largos y resistentes. Hojas simples, alternas, pecioladas, base 3-5-nerves lampiñas, semi acorazonado-ampliovales, correosas, márgenes con aserraduras remotas y semicrenadas, óÓ casi festonadas; limbo de 5 pulgadas por 4, variante, nervios coloridos en las hojas nuevas ; las hojas viejas mucho más correosas que las nuevas, algo carnosas y punteadas en la página superior; pe- clolos casi tan largos como las hojas, herbáceos entre cilíndri- cos y complanados, lampiños, con estípulas opuestas, escamo- sas y caducas. Flores pequeñas, hermafroditas, pediceladas y dispues- tas en umbelas dicótomas opuestas á las hojas, terminales ó axilares, y calzadas de escamas quemadas y decíduas; pedice- los cortos, cilíndrico-tetrágonos, lampiños y carnosos.—Cáliz gamosépalo, urceolado ó cupuliforme, lampiño, confusamen- te 4-escotado, y otras veces escasamente 4-dentado.—Corola algo mayor que el cáliz, blanco-pajiza, carnosa, de 4 pétalos decíduos con los estambres, é insertos en el borde del recep- táculo, elíptico-lineares, cóncavos, y con los ápices doblados hácia adentro en forma de capucha, lampiños, y en la infan- cia Ó ante-anthesis reunidos hasta el ápice formando un cuer- po piramidal.-Estambres 4 más cortos que los pétalos é inser- tos en las 4 escotaduras del torus, filamentos carnosos, linea- res; anteras biloculares, dorsi-fijas, incumbentes, ora cónico- elípticas, ora linear-oblongas, y dehiscentes en longitud mar- ginal; póten globoso, hialino, acuoso.—Ovario, hasta sy mi- tad ceñido por el cáliz, algo carnoso, bilocular, y unilocular por aborto, celdas biovulares, y por aborto comunmente uniovulares; torus carnoso marginal, anillado, confusamente cuadrilátero, y con 4 escotaduras ostensibles que dan inser- 208 cion á los estambres; estilo corto, cilíndrico, aleznado ; estig- ma obtuso y confuso. 4 Baya globosa, de la magnitud de un garbanzo, lisa, lu- ciente, verde en la madurez, y negra'en la adultez, pulpo ge- latinosa, acre-azucarada, generalmente unilocular y de una sola semilla sumergida en la pulpa, hácia el centro, y conte- nida en una placenta membranácea; semilla única, pétrea, obovato-aguzada, rafe látero-longitudinal ; endosperma cór- neo y con dos fositas á un lado de la base; embrion cortísimo homótropo. Planta escandente comun en nuestros campos. Prospera en las margenes de los bosques, orillas de los caminos reales, serventías, malezas y cercas de piedra de las fincas rústicas. Suele crecer echada en tierra; pero más comunmente gusta de trepar los árboles y altas rocas, agarrándose á ellos por medio de sus zarcillos. El tallo en la vejez puede alcanzar hasta dos pulgadas de diámetro ; y á trechos de un palmo se cubre de nudos hinchados. Las flores son pequeñas como un anís y no tienen olor notable. Las uvas ó frutos, y toda la planta, poseen jugo cáustico que inflama la mucosa de la bo- ca produciendo sensacion abrazante é ¡nsoportable. Basta aplicar á la piel una hoja machacada ó un fruto, para sentir al punto los efectos de su causticidad, que es á veces tan ac- tiva como la de la cantárida. El vulgo la distingue, lo mismo que á todas las varie- dades y congéneres, bajo el nombre indio de Ubi, y la usa en cataplasmas como derivatorio para curar los dolores reu- máticos ; y en la misma forma, para hacer abortar las ede- masias de los hidrópicos. Las raices machacadas se aplican con buen resultado contra los bubones para resolverlos en poco tiempo. Las hojas secas reducidas á polvo son buenas para deterger las úlceras sórdidas. La virtud casi específica de esta especie, lo mismo que la de sus congéneres y variedades, contra el muermo de los caballos es de todos conocida. Yomo soy afecto á hacerme - 209 responsable de las preocupaciones del vulgo, ni á sancionar aplicaciones de plantas que no estén por la experiencia con- firmadas. Puedo responder de la certeza de esta casi especi- ficidad ; pues hechos prácticos han venido á acreditarla verí- dica. Ja curacion se efectúa rápidamente; y de diez casos, los ocho son favorables. Declarado el mal, se acude á colocar al cuello de la bestia un collar formado de las ramas frescas de la planta, que se deja permanente mientras el mal dure, y al mismo tiempo con un buen hisopo, formado de estopa ó de trapo, se hacen friegas á toda la boca y fáuces con el zumo reciente mezclado con agua y vinagre. Como entonces las bestias no pueden mascar, se las da harina con agua ó afrecho humedecido en agua ligeramente saturada de sal comun. Bas- tan á veces 5 úS dias para obtener la completa curacion, siem- pre que la asistencia sea prolija. Esta especie, y las otras dos sus congéneres, á continua- cion descritas (Y. trifohata y V.acida), son útiles para curar los tumores escirrosos que aun no han llegado 4 interesar to- “do el órganismo, constituyendo lo que se entiende por diá- tesis. ; | Todas las especies de Ubí son dignas de aplicarse en los jardines para emparrados, por la perenne frescura y lozano verdor de sus hojas. Cuando se las necesite para usos medicinales puede ele- jirse con preferencia esta que dejamos descrita, 6 la llamada Ubi de tres hojas. Todas son comunes en las cercanías de Matanzas. Crecen igualmente en las islas de Bahama, en Jamáica, en Méjico, en Nueva Granada, en lasislas Caribes, en la Gua- yana y en lasislas Filipinas. La presente especie tiene ford anormales debidas á la localidad en que prospere; y además posee las siguientes va- riedades . e.—hojas carnosas, lampiñas, base acorazonada. +.—hojas membranosas, menos carnosas que la variedad a, base íntegra, y algunas con pocos vellos. 37 210 e.—hojas gruesas, no acorazonadas, algo tomentosas en la infancia por la página inferior.— Cissus smilacina Kth. C. ovata Lamk. : 2. Vitis quadrangularis, Morales. Sinorimia.—Cissus quadrangularis Linn.—.Spre ng. Syst. 1.-D.C. Prod. 1, 628.-Blanco, Fl. Filip. 2. * edic..--Selanthus quadragonus Forsk. Fl Ag. Arab. p. 33. Vulgo, Ubí de vejigatorios-Ubí de 4 lados-Uvas moras Perenne. Florece en Mayo, Junio y Octubre. Descripcion.—Tallo escandente, trepador, articulado, 4- gono alado, ó seaíde 4 lados alados acanalados, de los cuales dos, en la su prema adultez, son más anchos y dilata dos que los otros dos. Zarcillos opuestos á las hojas. Hojas alternas, pecioladas, lampiñas, carnosas, ovado-a- corazonadas, aserrado-dentadas. Flores pe queñas, pajizas, hermafroditas, cortamente pe- diceladas y dispuestas en cimas dicótomas. Cáliz, corola y de- más como en la especie anterior. Baya de color pálido trasparente, de la magnitud de una wva parra; azu carada, refrigerante, pulposa, y con 244 semi- llas pétreas. | Planta no tan comun en nuestros bosques como las otras. especies aquí descritas; pero se encuentra con frecuencia en los contornos de Gúines y caminos de Santiago de las Vegas. Yo en otros tiempos la ví por primera vez cultivada en un jardin en Pueblo-nuevo de Matanzas, y la creí exótica ; pero despues la he hallado silvestre en los lugares indicados, orillas de los caminos, y sobre las cercas de piedra. El fruto es de la magnitud de una uva de parra, azucara- do, nada acre ni cáustico, y puede comerse sin riesgo alguno, pues es de agradable sabor. Algunos curiosos suelen cultivar- la en sus jardines bajo el nombre de uvas moras y creer sin fundamento que vino de fuera. Ello es cierto que esta espe- 211 | cie se produce silvestre en la Arabia; más tambien es comun en la América, en la India oriental, y en las islas Filipinas en cuyos bosques la he hallado en abundancia, y comido, co- mo aquí, sin mal resultado. Los indios salvajes la llaman matang-diablo, y dugdungahas (ojo de diablo, y alimento de culebras) y pretenden que estos reptiles se curan con ella las heridas. nd Acá usa el vulgo las hojas frescas para hacer purgar las úlceras de los vejigatorios. Segun Merat y De Lens (D ct. univ. de Mat. med.) es-. ta especie, comun en la Arabia, contiene en sus tallos agua que se destila por las cortaduras é incisiones que se le hagan. Ni aquí ni en Filipinas hemos observado este fenómeno, y por tanto sospechamos sea un error tomado de Forsk. Los árabes, dicen los citados autores, aplican las hojas enteras á lo largo de la «olumna vertebral en los dolores de esta re- gion. Sospechamos sea en el lumbago, ó acaso en el cólico nefrítico. | Ainslie (Mat. ind.) dice que en la India muchos de sus habitantes comen cocidas en agua las hojas y tiernos retoños de esta planta, y que las hojas secas y reducidas á polvo pue den prescribirse á la dosis de dos escrúpulos por dia, como al- terante en ciertas afecciones de los intestinos (7). 3. Vitis cordifolia, Morales: non Michaux, A. Gray. Sinonimia.—Cissus cordifolia Lin. Spreng. Syst. veg. 4. 447. Vuleo, UWbí de hoja ancha. Florece en la misma época que las otras especies. Descripcion.—Tallo voluble, simple ó dicótomo, lampi- ño, del grueso de un dedo. Hojas alternas, pecioladas, 1 ampiñas, Carnosas, ácorazo- nadas, semi-aguzadas; márgenes íntegras, ó sea no aserradas nidentadas. Flores en corimbos trífidos opuestos á las hojas. ' 210 Baya lampiña Juciente, globosa, acre, cáustica y de co- lor azulado. ») “ayy: "afñiay e 1 Es trepadora, prefiere las márgenes de los caminos y ma- lezas, y gusta de echarse sobre las cercas de piedra. Los fru— tos son muy cáusticos. Usase tambien para hacer supurar las úlceras de los veji- gatorios. | Hojas compuestas : de 3 ó de 5. 4. Vitis trifoliata, Morales. Smonimia —Cissus trifoliata Lin.—C. microcarpa et obo— vata Vahl.--D.C. Prod. 1. 630.—C. cáustica Tuss.—O. alata et obtusifolia Lamark.—C. intermedia A. Rich. Fl. Cub.—C. tri Joliata A. Griseb. Fi. B. W. Ind. Vulgo, Ubí de tres hojas. n Perenne. Florece en las mismas épocas que las ante- riores. A Descripcion.—Tallo y ramas escandentes. generalmente trepadores y prolongados; ora cilíndricos, ora semi-alados, ó, sea de 4 ángulos confusamente dilatados; zarcillos opuestos, bífidos y fuertes. Hojas ternadas, pecioladas, alternas; hojuelas 1-2, la su- perior mayor, ovales, lanceoladas, ápice agudo, base ora oblicua, ora atenuato-cuneada, lampiñas, carnosas; margenes íntegras hácia la base, y desde su mitad al ápice con denta- duras remotas y setáceas. Flores pequeñas, hermafroditas, pediceladas y dispues- tas en umbela bífida algo vellosa; el pedúnculo universal opuesto, terminal, y tan largo como las hojas.—Cáliz, ora en- terizo, ora de 4 dientes pequeñísimos.—Corola de 4 pétalos ora sueltos, ora reunidos en su cima en forma de cofia.—Es- tambres 4.—Estilo algo mayor.—Torus anular, carnoso, 4-látero y 4-escotado. 213 Baya ovoidea ó globosa (3'””—-2””) cáustico-az ucarada, luciente, hegra en la madurez, pulposa. Trepa los árboles más elevados, es menos comun que la anterior especie, y gusta de agarrarse á las rocas elevadas, por medio de sus fuertes zarcillos. Es tambien muy cáustica y se aplica á los mismos usos que la especie sycioides. Puede suplir para emparrados en los jardines; pues sus hojas e frescas son capaces de for- mar un manto impenetrable á los rayos del sol. Crece igualmente en Jamáica y en la Cochinchina. 5, Vitis acida, Morales. Sinonmia.—Cissus acida Lin. Syst. 255.—Spreng. Syst 1. 448.—D.C. Prod. 1. p. 630.—Plum,—Desc.—Lun. Hort. -Jam.—A. Griseb. Fl. B. W. Ind. isl. Vulgo, Ubí agrio. Florece en los mismos meses que las anteriores. Descripcion.—Tallo voluble, casi 4-látero. sembrado de puntos y con zarcillos simples, axilares, ó en las hojas. Hojas alternas, pecioladas, ternadas ó sea de 3 en 3; ho- juelas « ora ovales, ora obovatas, carnosas, verde luciente, lam- piñas las viejas, y las nuevas algo vellosas; márgenes ínte- gras en la base y desde su mitad al ápice cromado: peciolo comun largo, estriado, y con dos estípulas caducas en la base; los propios muy cortos. | Flores pequeñas, estipuladas, dispuestas en umbelas axilares trífidas: piecesitos propios cortísimos. —Cáliz gamo- sépalo, lampiño, menudamente 4-dentado. Corola de 4 péta- los coloridos, cóncavos, mayores que el cáliz, y ápice encapu- chados. Estanibres 4, más cortos que los pétalos, y caducos con ellos, insertos bajo del borde del torus, que es poco no- tabl e; anteras oblongas, dorsifijas, incumbentes, biloculares. Ovario deprimido, ceñido por un torus 4-escotado, confuso y de 4 lados: celdas abortantes entre 1 y 4. 214 Baya globosa negro-violácea en la madurez, pulposa, y con jugo violáceo tintoreo, de sabor acre y cáustico. Semillas desde 1 hasta 4. obovato-3-anguladas. No es tan comun como las otras especies. Sus hojas son agradablemente ácidas, y algunos las usan para corregir las esfervecencias de la sangre, y moderar la sed morbosa. Puede comerse en ensalada. Rumphio dice (Amboinensis her.) que las hojas de esta especie son útiles para debilitar los accesos del causon Ó ca- lentura fuerte. Merat y De Lens citando á Ainslie (Mat. ind. tom. 2.9) dicen que las raices bulbosas de esta planta se aplican machacadas para resolver los bubones; y en forma de cataplasma simple para corregir las hemorroides. En mis excursiones por los bosques de las islas Filipinas he hallado con mucha frecuencia esta especie cuyas hojas usan los indios en lugar de vinagre para sazonar sus guisados; es de ellos conocida con el nombre de Calit-calit; y en forma de cataplasma se la reputa maravillosa para curar los tumo- res escirrosos. No sé si esta virtud se halla comprobada por la experiencia ; más el indio que frecuentemente me acom- pañaba en estas excursiones me aseguraba que él habia visto muchas curaciones obtenidas por medio del Calit-calit. ' 1 Seccion 2, Vitisea, Morales. Hojas simples, ó integras. 6. Vitis labrusca, Lin. Syst. v.-—Spreng;, Syst. 1. p. 7718—D. O. Prod. 1. p. 634. Vulgo, Parra cimarrona. Florece en Octubre y Noviembre. : Descripcion.—Tronco leñoso, tortuoso, esponjoso-fibroso. 215 : escandente, muy largo, repleto de agúa en su interior ; ramas trepadoras por medio de zarcillos dicótomos. Hojas alternas pecioladas, acorazonado-angulosas, algu- nas 3-5. lobas, semi-trílobas, venosas, delgadas, papiráceas; márgenes dentadas ; página superior lampiña y verde oscu— rescente, dorso albo-tomentoso ; peciolos de 3 del largo de la hoja, delgados, lampiños, acanalados y coloridos de rojo par- duzco, ápice á veces acuminado. Flores dióicas, pequeñas, pediceladas, con estípulas ca- ducas, y dispuestas en cimas racimosas dicótomas.—Cáliz, corola, y demás, como espresa el género. Baya globosa, mayor que un garbanzo, pulposa, lúcido- lampiña, oscuro-rojiza en: la madurez, azucarada y remota- mente acerba. Planta trepadora que por medio de sus zarcillos escala los árboles más altos de nuestros bosques sombríos y fértiles; á veces su tronco se hace muy largo, de 6 y 8 pulgadas de diámetro, y contiene en su seno gran cantidad de agua lim- pia y fresca, de sabor un tanto estíptico. Cortado un pedazo del tronco, ó de las ramas viejas, á distancia de una ó dos varas entre ambas extremidades, arroja agua en cantidad su- ficiente para saciar la sed de un hombre. Esta agua fortalece las fibras relajadas del estómago, anima el apetito, corrije las. dispepsias, y hace fluir los menstruos suprimidos ó tardíos para lo cual tiene entre nuestras gentes de campo virtud muy acreditada. Los enfermos extenuados é inapetentes buscan en el campo el agua de este interesante vegetal, y cuando no pueden ir á beberla al pié : de la planta, se contentan con to- mar la decoccion de su leño que produce igual resultado. Esta misma decoccion se usa para correjir 1 acritud de la sangre. Las mujeres amenorráicas beben la decoccion, y ba= jo su influjo se obtienen maravillosas curaciones. El líquido abundante y fresco de este vegetal inspiró á nuestro poeta ,Delio (Iturrondo) un bello rasgo, bien conocido. Hemos comparado las dos especies de Parra cimarrona h 216 que crecen en los bosques de esta Isla, y su atento exámen nos ha convencido de que no deben de confundirse en una sola; pues grandes diferencias las separan. Las hojas del la- brusca son acorazonadas y casi de tres lóbulos, y densamente plateadas en su dorso; mientras que las de la especie caribea de Decandolle, ó sea indica de Linneo, son orbieulo-acorazo- nadas, aguzadas en su ápice, con dientes rigidos en sus már- genes, y lanosos los peciolos. ¿Serán acaso estas formas deri- vadas de la sexualidad variable de la especie? No lo cree— “mos asi; pues aunque ambas son dióicas, hemos podido con- vencernos de que la forma de cada una no varía de la planta masculina á la femenina. Por estas razones no seguimos la opinion de Achiles Richard en su Flora de Cuba, ni la de Asa Grisebach en. su Flora of the Brithish West Indian Islands, que consideran como una sola la caribea ó indica, y la labrus- ca. Crece tambien en Canadá y la Florida. 7. Vitis indica, Linneo. Flor. Zeyl.—Plum. Ic. 59.--Slon. Hist. 2? p. 104.--- Rheed. Hort. Ind. Mal, 7.--Vicq. d'Azir, Lin. franc, 1. 383.-- Swartz, Obs.--Lun. Hort. Jam. I. 394--Kunth, Nov, gen. V.-- Desc. Fl. Ant, 5%--Spreng. Syst. veg, 1.—D.C. Prod. 1. p. 634. Sinonima.-- Vitis cordifolia Both. Cat. Bot.-- Vitas cari- bea D.C. Prod. 1.—Ach. Rich. Fl. Cub. 1.28 (ed. españ.)-A. Griseb. Fl. B. W. Ind. Is], 102. Vulgo, Parra cimarrona. Florece en Octubre y Noviembre. Descripcion.-- Tronco leñoso, escandente, largo, trepa- dor, corteza pardo-acanelada, de tres 4 cuatro pulgadas de diámetro en su vejez, entre cilíndrico y comprimido. Ramas altas, trepadoras, duras y ahorquilladas. Hojas pecioladas, alternas, orbiculado- acorazotiadas, á ápi- ce aguzado; márgenes con aserraduras exser tas, agudas y rÍí- jidas; página superior lampiña, verde claro; dorso venoso ve- 217 lloso, nervuras coloridas il peciolo róseo-tomen- toso. - Flores en panículas pendientes, + racimosas, zarcl- llosas ó sea cirríferas. Baya globosa de la magnitud de un grueso garbanzo, lampiña, negra en la madurez, pulposa y con jugo azucarado y violáceo. Crece como la anterior en los mismos lugares, y siem- pre escalando los altos árboles. Su tronco tambien contiene agua fresca y salutífera cuyos usos medicinales son iguales á los de la especie labrusca. Los frutos Ó uvas pueden comer- se cuando están bien maduros, pues no tienen sabor acerbo ni son cáusticos. La industria puede extraer de ambas especies yino, aguardiente y vinagre, de regular calidad. La descripcion que hacemos de esta planta le asigna ca- racteres diferenciales que acreditan nuestra opinion de no dejar confundidas en una sola las dos especies. Hemos preferido dar á esta, por derecho de prioridad, el especial indica que Linneo le impuso en su Flora Zeilánica impresa en Holmia, año de 1747. Nuestro parecer se ajusta á la autoridad de los autores que en su lugar dejamos anota- dos; y puesto que la especie caribza de DeCandolle no difiere en nada de la indica de Linneo, la colocamos en sinonimia, su primiendo así la especie que aquel antor describió en su Pro- dromus tomo 1? pág. 634. Hojas compuestas, 3-5-foliadas.: 3. Vitis hederacea, Ehrh.---Spreng. Syst. I. 778 Sinonimia.— Hedera 5-folia Lin. Sp. 292.-Vitis 5 Solía Lamk. 111. 2815.- Vitis hederacea Wild.-Cissus hederacea Pers. - Cissus 5-folia Pursh. Fl. Bor. am.-Ampelopsis 5-folia Michaux Fl. N. am. IL 159.-V. hederacea D.C. Prod. 1. 633.-As. Gray, Gen. ill. t. 165.-Ach, Rich. Fl. Cub. 1. 128 (ed. españ.) 28 215 Vulgo, Parríta címarrona.—Ubí de eínco hojas. Florece en Junio. ) Descripcion..—Tallo sarmentoso, trepador, entre articu- lado y nudoso en la insercion de las hojas, cilíndrico y Jam- piño en la vejez; zarcillos bífidos. Hojas alternas pecioladas, digitadas, ó sea de 5 en 5 so- bre un comun peciolo acanalado delgado y ferrugíneo vello- so: hojuelas ovales, acuminadas, remotamente dentadas des: de su mitad al ápice, nítidas, delgadas, lampiñas, y casi se- siles. Flores pequeñas pediceladas, hermafroditas, estipuladas dispuestas en racimos corimbosos, opuestos, dicótomos y tan largos como las hojas.-Cáliz pequeño, libre, persistente, ga- mosépalo, 5-escotado, lampiño y colorido.--Corola de 5 péta- los coloridos hipoginos, ó insertos en el receptáculo entre el cáliz y el torus, oblongos ápices encapuchados, y en la an- - te-anthesis adheridos por sus márgenes formando pirámide.- Estambres 5-hipoginos y alternantes con los pétalos; filamen- tos aleznados, erguidos; anteras medi-dorsi-fijas, incumbentes versátiles, oblongado-lineares, biloculares y dehiscentes en longitud marginal: pólen globoso hialino húmedo.-Ovario li- bre, sesil, piramidal, confusamente 5-angulado, bilocular, y por aborto 1-locular y 1-spermo: óvulos 1 ó 2 en cada celda, anátropos : estilo casi nulo; estigma confusamente bilo- bado. Baya globosa lúcido-lampiña, azucarado-pulposa, algo acre y cáustica, negra en la madurez y de la magnitud de un garbanzo; semillas 1-4-erectas; episperma espeso y semi-arl- lado; endosperma córne o; embrion basilar, corto y erecto. Planta sarmentosa que sube y se agarra á los árboles más altos de nuestros bosques fértiles; prefiere terrenos secos y elevados, y aunque no es muy comun en los caminos ni male- zas, suele encontrarse en las cercas de piedra. Los frutillos son negros en la madurez, acídulos, muy semejantes á.los de la uva parru, aunque mucho menores, y pueden producir vi- . 219 no regular. Ignoro si aquí tiene aplicaciones medicinales, más los Sres. Merat y De Lens (Dict. mat. med. 2.2298) hablan- do de esta especie bajo el nombre de Cissus 5-folia dicen que á Causa de sus propiedades vexicantes promueve ¡por inme- diato contacto con la piel erupciones y ardor violento; por cuya razon se la emplea como derivatorio contra la sciática, y en los dolores reumáticos. Esta especie crece asimismo en la América septentrio- nal, y se emplea en emparrados y retretes de jardines de re- creo. Hoefter (Dict. de Bot.) dice que esta planta, aclimata- da hace mucho tiempo en Francia y conocida allá con el nom- bre de viña vírgen (vigne vierge), se aplica para hacer som- bra en los jardines. Yo la he hallado en los bosques de la isla de Luzon (Fili- pinas) en donde como acá crece trepadora sobre los árboles corpulentos: los indios la nombran ayo y usan los frutos ma- duros para hacer tomar color violado al algodon que tiñen con el jugo del Nino (Morinda ligulata D.C.). Otros usan la decoccion de las raices como diurético y algunos curan la sarna con la decoccion, que administran en forma de locio- nes ó baños; más esto no debe de hacerse sin grandes precau- ciones. Noviembre 1.9, 1866. La Emulacion. Periódico mensual de Farmacia y ciencias puras y apli- cadas. Directores : J. F. de Aenlle, M. J. Melero y F. V. Aguirre.—El nombre de los directores y el tiempo de vida que cuenta (tomo III. entrega 31), son la mejor recomenda= cion que lleva consigo este periódico. No versa solamente so- bre la ciencia pura, sino tambien sobre todo lo que corres- ponda al interés profesional. Por lo que merece su anuncio en nuestro Repertorio un lugar preferente, —Sale una entre- ga cada mes. 220 DESCRIPCION DE UNA ESPECIE NUEVA DE MOLUSCO TERRESTRE CUBANO, POR MANUEL J. PRESAS. Cylindrella Garciana, Wright, mess. Testa truncata, subeylindrica, tenuis, cornea, plicata; plicis parum elevatis, obliquis, distantibus, 28 in anfractu uno; anfractus superstites 9 (in testa integra 15), planiusculi, ultimus teres, plicis confertis, parum protractus; sutura pro- funda; apertura circularis; peritrema undique expansum, re- flexiusculum. Axis simplex, subtilissime contortus. Long. 11-12 mill; diam. 3. Ap. diam. 2. | Cyl. Poeyana differt costulis confertioribus, anfractibus superst. 11, último retracto. A Habita en el potrero Palmasola, cerca de Matanzas, don- de ha sido recojida por D. Carlos Wright; y se ha dedicado á uno de sus dueños D. José Garcia y Chavez. Se encuentra á una milla próximamente de la costa, y si bien no es muy abundante, tampoco escasea; se esconde en los huecos de las piedras, ó diente de perro, bajo la hojarasca. Noviembre 1.9 1865. 221 REVISTA Y CATALOGO DE LAS AVES CUBANAS. POR JUAN GUNDLACH. Continuacion.- Ver. p. 165. ORDO 1. ACCIPITRES. Familía 1. Vulturidae. Genus Cathartes Filig. Aura L. Vultur, pág. 122.— Aura ó Aura tiñosa. -— Sedentario muy comun y muy útil por la destruccion de tantos restos orgánicos en descomposicion, nocivos á la salud. En lugares donde estos hay en abundancia, se reune un gran número de Auras, que entonces llevan el nombre colectivo de Aurero. El Aura prefiere los animales muertos en descom- posicion, y la especie siguiente en estado más fresco. Esta circunstancia dió orígen á que llamase el vulgo á la Caraira rey de las Auras, diciendo que las Auras dejan comer prime- ro á su rey, y satisfecho éste, comen después. Anida en Mar- zo, no tiene voz. Serie TIT. Familia 2. Falconidae. Gen. Polyborus Vieill. tharus Molina, Falco, Sagg. Stor. Nat. Chili, 245, 1782. —Caraira, 5 222 Falco cheriway Jacq. 1784.— F. brasiliensis Gm. P. vulgaris Vieill. 1816, Orb. 1539, Lemb. 1850,—P. cheri- way Gundl. 1854. Sedentario, comun en ciertos parajes, á veces dañino; anida en Noviembre hasta Marzo. Serie 111. Véase Aura. Gen. Regerhinus, Kaup. Wilson Cass. Cymindis, Proc. Acad. of Nat. Sc. Phil. April 1847.—En vecindad de Cienfuegos nombrado Gavilan s3onso Ó enano, en Bayamo Caguarero, porque come los Ca- guaraes (caracol) Cymindis cayennensis A. Poey, 1848, nec Gm.-—.C. uncinatus Lemb. 1850, nec lllig.—R. uncimatus Gundl. 1854, nec 1llig. Sedentario, raro, observado en las jurisdicciones de Co- lon, Cienfuegos, Bayamo, Guantánamo y Gibara; no dañino, , alimentándose de babosas; tiempo de anidar peon Se- rie e Gen. Rostrhamuus, ex Less. sociabilis Vieill. Herpetotheres, Nouv Dict. XVIII, 318, 1817.—Gavilan caracolero y no Guincho como se lee en la obra de la Sagra. ) - Cymindis leucopygius Spix 1824. bl viger Less. 1831. —Falco hamatus Illig. año de publicacion?—k. hamatus Gundl. 1854. | Sedentario, comun en ciénagas y lagunas grandes, vive de caracoles (Ampullaria), no dañino; tiempo de anidar des- conocido. Serie III. Gen. Pandion, Sav. carolinensis Gn. Falco, p. 263.— Guincho, Aguila piscatrix Vieill 1807.—P. americanus Vieill. 223 1825.—Falco haliasgtus Wils.1812 et Aud. 1831, nec L.—P. haliaétus A. Poey 1848 et Lemb. 1850. Parece ser por excepcion sedentario y por norma de pa- so en Setiembre, en los cayos, en la costa y desembocaduras de rios, no raro, vive de peces, no dañifica al hombre; hay noticias que anida á veces en los Cayos de la isla de Cuba. Serie IT. Gen. Iypomorphnus, Cab. Gundlachi Cab. Journ.f. Orn. IL. _—Jahrg. p- LXXX 1354.—Batista. Orubitinga ' brasiliensis A. Poey 1848. A Uru- bitinga Lemb. 1850, nec L. et Cuv. Sedentario, contínuo habitante de los manglares, donde se le ve algunas veces, vive de crustáceos y acaso tambien vertebrados, no dañifica al hombre; debe á su grite su nom- bre vulgar; tiempo de anidar desconocido. Serie VII. Gen. Buteo, COuv. borealis Gm. Falco, p. 266.—Una de las especies de Ga. vilan en la parte occidental de la Isla, ó de Grúaraguao de la oriental. Falco jamaicensis et Leverianus Gm. (jovenes) —B. fer- rugineicaudus Vieill, 1807.-Accipiter ruficaudus Vieill. 1807 —B. fulvus et americanus Vieill. 1816. Sedentario, principalmente en montañas ó lomas, donde es comun muy dañino á las fincas de campo por la destruccion de las aves domésticas; útil por su carne, que muchas persona estiman tanto como la de una gallina, vuela en círculos para buscar comida que arrebata en vuelo rápido; su grito solo ate moriza las aves; anida en Marzo. Serie 1]. penns ylvanácus Wils. Falco, Am. Orn. VI, 92, 1812.— Nombrado más bien Falcon que Gavilan, aunque se le apli- que ambos nombres. 224 Falco latissimus Wils. 1812.—Sparvius platypterus Vieill. 1823.—F. Wilsonii Bon. 1824. Sedentario, se encuentra muchas veces en veredas y orl- llas de los montes, vive principalmente de reptiles: no causa daño al hombre, más bien lees útil por su carne. Vuela como la especie prezedente en círculos, con gritos que no causan ' temor á las aves; tiempo de anidar desconocido. Serie 11. Gen. Accipiter, Br. Gundlachi Lawr. Ann. N. Y. Lyc. 1860. May, p. 6.— Gavilan, Nisus pileatus Lem. 1850 et Astur pileatus Gundl. 1854 nec Pr. Wied. (el adulto). —Astur Cooperii Lemb. 1840 et Gundl. 1854, nec Bon. Sedentario, algo raro pero en todos terrenos, uno de los Raptores más dañinos, ataca y persigue su presa con vuelo rá- pido; anida en Marzo. Serie VII. fringilloides Vig. Zool. Journ. II. 1827, p. 435.—No conozco un nombre vulgar propio. Astur fuscus Lemb. 1850 et Gundl. 1554, nec Gm. Sedentario, raro; pero en todo terreno, no causa daño al hombre, es la especie la más chica de nuestras aves de rapi- ñas diurnas, y más que ninguna otra de la América setentrio- nal; tiempo de anidar desconocido. Serie VII. Gen. Circus, Lacep. hudsonius L. Falco, y. 128.—Una de las especies de Ga- vilan Falco uliginosus Gmel.—F. cyaneus Aud. 1831, nec L. C, cyaneus Orb. 1839, A. Poey 1848 et Lemb. 1850, nec L. De paso durante los meses de 1 invierno, comun, hahitan- te de las llanuras desmontadas y sabánas, dañino por la des- truccion de aves domésticas, útil por su carne; no anida en la isla. Serie II. a! no E oe as ula Lar ¿Uy 8 Y 225 Gen. Vauclerus, Vig. furcatus L. Falco, p. 129.—Carece de nombre vulgar. Visitador accidental de la isla de Cuba'en raras Ocasio— nes, pero entonces en cierto número de individuos asociados sobre lagunas, ciénagas ó en las costas. Observado en Cárde- nas, Hanábana, Cojímar y Morrillo (Pozas). Serie IV. Gen. Fatco, L. anatum Bon. Compt. rend. List., p. 4, 1838.—FPalcon y Falcon de patos. El nombre Gavilan no se le aplica. F. peregrinus Wils. 1812, Aud. 1831, Lemb. 1850, nec Gm.—F. communis A. Poey 1848, nec Gm. | De paso durante los meses de invierno, compañero de los patos de paso, que arrebata con vuelo aun más veloz, desistien- dode la persecucion, sisu ataque falló y esperando desde una rama aislada y alta un nuevo vuelo de los patos. No es raro en las ciénagas, morada de los millares de patos; no causa daño al hombre, es útil por su carne ; no anida en la isla. Serie TE. Gen, Hypotriorchis, Boie. columbarius L. Falco, p. 128.—F'alconcito. Falco temerarius Aud. 1831. De paso durante el invierno, raro; por su tamaño Evo no daña al hombre, ni le presta utilidad por su carne; no ani- da en la Isla. Serie UI. Gen. Tinnuncutas, Vieill. dominicensis Gm, Falco, p . 285. —Cernícalo. Falco sparverius Vig. nec L. et sparverioides Vig. 1827, lo mismo Orb. 1839, A. Poey 1543, Lemb. 1850.—F. spar- verius Dux Wúrtt., nec L.—F, ferrugineus Sauss. 1859 (la hembra de sparverioides). Sedentario, muy comun en todos los terrenos desmonta- dos; para el hombre, ni dañino ni útil; anida en Marzo y Abril. Serie VI. 29 226 Add Familia" 3. Strigidae- Gen. Gtus, Cuv. Siguapa Orb. in Sagra, p. 40, lám. 2.—Siguapa- Sedentario, raro, observado por mí solamente en la par- te occidental de la isla; habita los bosques; para el hombre ni dañino ni útil; aborrecido por el vulgo por su aspecto y grito que asemeja al voceo de un hombre ; anida en Febrero. Serie VII. Gen. Brachyotes, Gould. Cassini Brew. Proc. Bost. Soc. N. H.—Carece de nom- bre vulgar. ) Strix brachyotus de los autores americanos, nec Gm. — Otus brachyotus Lemb. 1850, nec Gm.—B. palustris Gundl. 1854, nec Gould. Visitador accidental de la isla de Cuba, observado hasta ahora solamente en la parte occidental v. g. Cárdenas, Gua- nabacoa, Camoa. Vive entonces en el. suelo entre yerba ó en arbustos lejos de los bosques; tiempo de la observacion en Diciembre y en Marzo. Serie Il. | Gen. Glauciódrnum, Boie. Sijú Orb. Noctua in Sagra, Hist. Aves, p. 41, tab. 3.— Sijú ó Sijú platanero. | Sedentario, muy comun en todo terreno, no daña al hombre, pero tampoco le es útil; caza de dia y de noche; su voz á veces monótona, otras veces subiendo en una escala - de sonidos; anida en Marzo y Abril. Serie VIT. Gen. Gymnogtavwr, Cab. nudipes Daud. Strix, Tr. Orn. 1, p. 199, 1800.—Cotrna- to ó Sijúá cuco, acaso tambien Cucubá (ver Pichardo Dic.) Sedentario, comun en bosques ; para el hombre, ni dañi- no ni útil; caza solamente de noche ; su voz comun es profun- da y consiste de la sílaba cá muchas veces en compas acele- rado repetida ; anida en Abril y Mayo. Serie VII. aj] 227 Gienm. Strix, L- furcata Temm. Pl. col. 432.—Kechuza. S. flammea Vig. 1827, nec L.—S. perlata A. Poey 1848 nec Licht. Sedentario, comun en poblaciones, cuevas y bosques; caza solamente de noche; útil al hombre por la contínua guerra á ratas y ratones, pero tambien á veces dañino por la destruccion de pollos y pichones; ave aborrecida del vulgo por creencias supersticiosas, y saludada con las palabras sola vayas ó mal acompañada cuando pasa volando y dejando oir su evito desapacible; anida en Noviembre y Diciembre. Serie VIg ORDO II. PASSERES. Familia 4. Laniidae. Genus IPhyllomunes, Cab. barbatulus Cab. Journ. tf. Orn. MUI Jahrg. Nr. 18, Nov. - 1855, p. 467.—Predicador ó Bien-te-veo, en depart. occid., Chinchiguao en Cabo Cruz (ver. pag. 229). Vireosylvia altiloqua Cass. 1851, nec Vieill.— Vireo olivaceus Lemb. 1850, nec L. (ver la especie siguiente). De paso durante los meses del verano desde fin de Mar- zo, de consiguiente una de las pocas especies, que huyen al frio de la Isla; muy comun en bosques, arboledas y mangla- res; su canto contínuo le dió su nombre vulgar de predicador y la semejanza de sus tonos á las sílabas indicadas bien-te-veo, este otro nombre ; forma en Abril y Mayo su nido curioso colgado. Serie II. olivaceus L. Muscicapa, p. 327.-Carece de nombre vulgar. Visitador accidental muy raro. Conozco solamente un ejemplar matado en ésta Isla, y este en la Habana en Abril por mi amigo D. Ramon Forns. Serie 1. 228 Gen. Vireo, Vieill.. solitarius Wils. Muscicapa, Am. Orn. IL 143; pl. 17, e 6, 1810.—Este y los dos siguientes no tienen nombre vulgar. Visita la isla de Cuba accidentalmente, lo que prueba. un solo individuo matado por mí en Marzo 1844. Serie II. flavifrons Vieill. Ois. Am. I, 85, 1807. Muscicapa sylvicola Wils. 1810. Queda en duda si es sedentario ó de paso, habiéndolo yo ob- servado, aunque raras veces, en diferentes épocas del año.Me inclino á creer que sea de paso durante el invierno. Serie TIL. noveboracensis Gm. Muscicapa, p. 947. V. musicus Vieill. 1807.—Muscicapa cantatrix Wils. 1810. - - De paso en la primavera (Abril) del sur al norte, obser- vado en algunos años, nunca comun. Serie II. Gundlachi Lemb. Aves de Cuba p. 29, tab. 5, f. 1, 1850. —Juanchiví en la jurisdiccion de Cienfuegos, Ojon en la de Matanzas, Chínchíguao en el Cabo Cruz (ver pág. 227), en otras parece no tener nombre vulgar, confundiéndole con el. Bobito que es muy diferente. Sedentario, muy comun en malezas y bosques llenos de bejuqueras, aumenta la alegría de los bosques con su canto, cuya imitacion es su primer nombre vulgar, mientras el segun- -do alude á sus ojos grandes negros ; anida en Abril. Serie VIT- Fam. o. Turdidae. Gen. Turdus, L mustelinus Gm. p. 817.—Esta y las siguientes especies de este género no tienen nombre vulgar. T. melodus Wils. 1808.—T. densus Bon. 1853. De paso, observado rara vez en algunos años en Abril. Serie IL. | Juscescens Steph. Shaw's Gen. Zool. Birds, X, 1, 182, 1817. 229 T. mus telinus Wils. 1812, nec. Gm. (ver la especie pre- cedente).—T. silens Vieill. 1823.—T. Wilsonii Bon. 1825, Gundl. 1855.—T. minor Orb. 1839 et Lemb. 1850.—T. minor Gm. in parte. (Véase la especie siguiente). | De paso, observado durante Muchos años en varlos 1n- dividuos, al principio de Abril. Serie 111. Swainsont Cab. Tschudi, Fauna Peruana 188, 1844—-46. T. minor Gm. in parte (véase la sinonimia de la esp. precedente). —T. olivaceus Giraud 1843, nec L.—T. mini- mus Lafr. 1848.—T. Pallasii Gundl. 1854, nec tipo. De paso en Abril, observado muy rara vez. Serie V. Aliciae Baird, Birds. N. Am. 217. pl. 81, f. 2, 1858. Un solo individuo en su paso en otoño. Serie II. . Gen. Planesticus, Bon. migratorius L. Turdus, p. 292.—Carece de nombre vulgar. Visitador accidental; una bandada numerosa llegó en 1860 á la Vuelta-abajo en Abril y quedó meses enteros, des- apareciendo insensiblemente. Individuos cazados se vendie- ron entonces en el mercado de la Habana. No anida en la 1s- la. Serie IT. Gien. Mimocichta, Sel. rubripes Temm. Turdus, Pl. col. 409.—Zorzal real ó de patas coloradas. Sedentario, muy comun en todo terreno, útil por su car- ne, no causa daño, alegra el campo con su canto variado en la primavera ; anida desde Febrero hasta Junio. Serie VII. sehaistaceus Baird. Review of. Am. Birds, I, p. 37, July 1864.—No tiene nombre vulgar. | Hasta ahora se conocen solamente 3 individuos de esta especie, dos de ellos preparados por mi amigo el conocido bo- tánico Mr. Wright en el mes de Mayo en Yateras de la ju- 230 risd. Guantánamo, y mandados á la Institucion Smithsoniana en Washington, el tercero perteneciente al museo de Filadel - fia. Nada se sabe sobre su propagacion. Serie VII. Gen. Gatleoscoptes, Cab. carolinensis L. Muscicapa, p. 328.—Zotrzal gato. Turdus felivox Vieill. 1807. —T. lividus Wils. 1810, nec Licht. De paso durante los meses de invierno, muy comun en malezas y bosques espesos, no dañino, útil por su carne, no- table por su grito semejante, al de un gato; no anida en la is- la. Serie IT. Gen. MWMimows, Boie. polyglottus L. Turdus, ed 10? p. 169, 1758.—Sinsonte. Sedentario muy comun en ciertos parages v. g. costa de la Ensenada de Cochinos, vecindad de Trinidad, de Bayamo, de Cuba, Caimanera de Guantánamo; en otros puntos apenas observado; amigo de sabánas ó parages estériles, no dañino, estimado por su canto tan variado; anida desde Marzo á Junio. Serie II. Gundlachi Cab. Journ. f. Orn. III Jahrg. Nr. 18, Nov. 1855, p. 470.—Sinsonte prieto. Sedentario, observado en los Cayos al Este de chibands y aquí conocido con el indicado nombre vulgar para distin- guirle del Sinsonte comun nombrado allí Sinsonte blanco, aunque ambos adjetivos no sean propiamente aplicados; tiem- po de anidar desconocido. Serie VII. Gen. Sialia, Swain. sialis L. Motacilla, ed 10% p. 187, 1758. —Carece de nom- bre vulgar. Sialis Wilsonii Sw. 1827. De paso accidental, pero entonces en número mayor, v. g. en Abril 1859, no dañino, no útil. Serie LI. 231 Fam. 6. Sylviidae. Gen. Polioptita, Sel. caerulea L, Motacilla, p. 337.-.Rabuita. Motacilla cana Gun. De paso anual, uno de los primeros visitadores, llegando yaen Agosto algunos individuos, volviendo al Norte á fines de Marzo ; en todos terrenos y comun. Serie II. -Lembeyei Gundl. Culicivora, Ann. N. Y. Lyc. Feb. 1858, p. 7.—Sinsontillo. Sedentario, comun en la vecindad de Bayamo y de Cuba, en la costa del Cabo Cruz y E Guantánamo, notable por su canto agradable que en union á su forma y su colorido le dió su nombre vulgar;anida desde Abril hasta Junio; forma nido curioso. Serie VII. | Fam. 7. Sylvicolidae, El nombre más usado para casi todas especies de esta fa- milia es B ijirita, en unos lugares v. g. Ciénaga de Zapata, Cienfuegos Chinchilita, en Trinidad Mariposa galana, en Cuba Cabrerito giro, y tambien Chocho ó Chochito. Gen. Protonotaria, Baird, y citrea Bodd. Motacilla, Tabl. p!. enl. 704, £ 2. 1783.— No tiene nombre vulgar. Motacilla protonotarius Gm. Visitador accidental y entonces en Abril, observado muy pocas veces. Serie II. Gen. Parulea, Bon. americana L. Parus, ed. 10? p. 190, 1758. - Motacilla ludoviciana Gm.—Sylvia torquata Vieill. 1807. —Sylvia pusilla Wils. 1811. De paso durante los meses del otoño y del invierno, muy . 232 comun en todos terrenos ; cambia notablemente en el colori- do hácia la primavera. Serie IT. . Gen. Muiiotilta, Vieill. varia L. Motacilla, p. 333. Certhia maculata Wils. 1811. De paso, llega ya en Agosto y se retira en Abril; muy comun en todos terrenos, excelente trepador en todas direc- ciones. Serie III. en. Helminthophaga, Cab. chrysoptera L. Motacilla, p. 333. Motacilla flavifrons Gum. , Visitador accidental, muy raro, cazado en Cojímar por mi amigo D. Ramon Fornsen la primavera. Serie LIT. Bachmani Aud. Sylvia, Orn. Biog. 11.483, pl. 183, 1834. De paso durante el invierno; raro, en la costa y en ori- llas de rios donde abunda la Majagua. Serie II. peregrina Wils. Sylvia, Am. Orn. IV, 83,'pl. 25, f. 2, 1811. Sylvia Tennessael Vieill. 1825. De paso accidental, observado solamente dos veces, en A bril. Serie JLI. Gen. Helmitherus, Raf. vermivorus Gm. Motacilla, p. 951. Vermivora pennsylvanica Bon. 1838.—V. fulvicapilla Sw. 1837. : De paso, en ciertos parajes no raro, visita y examina con- tinuamente las bejuqueras, principalmente las secas, en bus- ca de su alimento que son gusanos y pequeños insectos. Se- rie 11. Swainsoni Aud. Sylvia, Orn. Biogr. 11, 563, pl. 198, 1334. 233 Observado una sola vez en Abril por D. Ramon Forns en la vecindad de la Habana. Serie Il. Gen. Perissogilossa, Baird. ' eigrina Gm. Motac:lla, p. 985. Sylvia maritima Wils. 1812, A. Poey 1548, Lemb. 1850. — Rhimamphus maritimus Gundl. 1855. Visitador anual durante el invierno de las costas, que tienen Majaguas, Majagúillas ú otros árboles con mars y de las arboledas donde hay azahares. serie 11. Gen. Dendroica, Gray. virens Gm. Motacilla, p. 985. De paso durante el invierno, observada muy pocas veces. Serie II. caerulescens Ga. Motacille, y. 960. Motacilla canadensis L. p. 336, Nr. 42, nec p. 334, Nr. 27 (vea la sinonimia de la esp. o pusilla Wils. 1812 (el jóven).—S. leucoptera Wils. index.—S. ma-— cropus Vieill.—S. sphagnosa Bon. 1826 (la hembra).— pannosa Grosse 1847 (la AO e de aa caerulescens Gund!. 1855. De paso anual durante los meses del Soba é invierno, muy comun en malezas y bosques; notable por la desigual- dad sorprendente del colorido de ambos sexos. Serie 11. coronata L. Motacilla, p. 333. Motacilla canadensis L. p. 334, Nr. 27, nec p. 336, Nr. 42 (vea la sinonimia de la esp. precedente). —Parus virginia- nus L.—Mot. umbria, cincta et pinguis Gm.—Sylvia xantho- pygia Vieill. 1807. De paso anual durante el invierno, llegando hácia fines del año y retirándose hácia fines de Marzo; llega en número crecido, muy comun entonces en arboledas, potreros, tenda— les de los inyenios ete., gusta vivir en sociedad. Serie IT. 30 234 caerulea Wils. Sylvia, Am. Orn. II, 141, pl. 17, f. 5. 1810.. S. rara Wils. 1911 (la hembra).—5. azurea Steph., Bon. et Aud.—8. populorum Vieill. 1823. De paso, pero accidental, pues ha sido observada rarísi— ma vez. Serie III. striata Forster, Muscicapa, Phil. Trans. LXI, 383, 428. De paso, pero no regular anual, puesen unos años apa- rece en otoño y primavera en bastante número; en otros no se le ve. Serie III. Gundlachi Baird, Rev. of Am. Birds, L,p. 197, 1805 April. Canario de manglar. ' ?Motacilla albicollis Grmel.—Dendroica albicollis Lawr. 1560 et Rhimamphus albicollis Gundl. 1861.—Sylvia aestiva A. Poey 1843, Lemb. 1850 et Rhim. aestivus Gund!. 1855, nec Gm. Sedentario, muy comun en los manglares de los cuales no se aleja;su colorido unido al canto, aunque este sea corto, causaron su nombre vulgar;anida en Marzo y Abril. Serie VIT. maculosa Gm. Motacilla, p. 984. Sylvia magnolia Wils. 1811. De paso accidental, observada rara vezen Abril. Serie TIL palmarum Gm. Motacilla, p. 951. Sylvia petechia Wils. 1812, Bon., Aud., A. Poey 1848 eb Lemb. 1850, nec L.—Sylvicola ruficapilla Bon. 1838 et Rhimamphus ruficapillus Gundl. 1855, nec Gm. De paso, muy comun desde Setiembre á Abril en todos parajes desmontados, prefiriendo buscar la comida más bien en el suelo, que en los árboles. Serie IT. pityophila Gundl. Sylvicola, Ann. N, Y. Lye. IV, Oct. 1855, 160. | | Sedentaria, observada solamente en los pinares de Vuel- 235 a-abajo; canta agradablemente, no es rara; tiempo de ani- dar desconocido. Serie VII. dominica L. Motacilla, p. 334. Mot. supereiliosa Bodd. 1783.--M. fiavicollis (Gm. et pensilis Gm.—-Sylvia pensilis Orb. 1839, A. Poey 1848,: Lemb. 1850.—Rimampbus pensilis Gundl. 1855. De paso anual; la primera especie que llega, á veces antes del fin de Julio y se retira tarde, muy comun en todos terrenos aunque prefiere arboledas y árboles aislados á bos- ques cerrados, suele colgarse para buscar comida. Serie 11. discolor Vieill. Sylvia, Ois. Am. Sept. IL, 37) pl. 93; 1807. Sylvia minuta Wils. 1811. De paso anual regular durante otoño é invierno, comun en todo terreno. Serie 1. Gon. Seiurue, Swain. enurocapillus L. Motacilla, p. 334. Turdus coronatus Vieill. 1807. De paso anual regular, llega á la Isla á fines de Agosto y se retira en Abril, vive comun, pero no en sociedad, en lu- gares sombrios, buscando su comida en el suelo; anda elegan- te con la cola levantada y movida en cada paso. Serie II. noveboracensis Gm. Motacilla, p. 958. Turdus aquaticus Wils. 1811.--Sylvia authoides Vieill. 1817.— Seiurus (y no Sciurus) sulphurascens Orb. 1839, Lemb. 1850.—.S. Gossei Bon, 1850.— Henicocichla sulphu- rascens et noveboracensis Gundl. 1856. Parece ser de paso anual regular, aunque yo he observa- do individuos en Julio; visitante comun y continuo de luga- res húmedos sombríos, principalmente á orillas de arroyos y de lagunas en los bosques, anda lentamente por el suelo, bus- cando su comida, levantando la cola y bajando el cuerpo en cada paso. Serie III. 236 ludovicianus Aud. Turdus, Orn. Biog. I, 99, pl. 19 1832. ¿Turdus motacilla Vieill. 1807,—Henicocichla motacilla Gundl. 1857. | De paso, raro, de las costumbres de la especie prece- dente. Serie IT. Gren. Oporornis, Baird. Jormosus Wils. Sylvia, Amer. Ornith II, 85, pl. 25, f. 3, 1811. | Sylvia aequinoctialis Vieill. 1807, nec Gun. De paso en otoño y otra vez (volviendo al norte) en Abril ; observado pocas veces. Serie MI. Gen. Geothiypis, Cab. trichas L. Turdus, p. 293. Sylvia marylandica Wils. 1808, A. Poey 1848 et Trichas velata A. Poey 1848, nec Vieill.—Trichas personatus Sw. 1827.—8ylvia roscoe Aud. 1832 (macho jóven). De paso anual regular; muy comun en maniguas, caña- verales y otros lugares de vegetacion baja; es característico que tenga levantada algo su cola. Serie IL. Gen, Teretistris, Cab. Fernandinae Lemb. Anabates, Aves de Cuba, 66, tab. 5, f. 2, 1850.—Chillina. Sedentaria, comun en los bosques y malezas con muchas bejuqueras, principalmente secas, en las cuales busca tre- pando su comida ; solamente observada en la parte occiden- tal de la Isla; anida en Abril y Mayo. Serie VIT. Fornsi Gundl. Ann. N. Y. Lyc. Feb. 1858, p.8.--Pechero. , Sedentaria, las costumbres iguales á la especie preceden- te ; observada solamente en la parte oriental de la Isla; ani- da en Mayo. Serie VIT. Este género se encuentra solamente en la isla de Cuba. 237 Gen. Setophaga, Swain. ruticilla L,.. Muscicapa, ed. 10%, p. 186, 1755. Motacilla flavicauda Gm. (la hembra). De paso anual regular ; aunque no sea la primera espe- cie que llega de paso es la última que desaparece en Mayo, muy comun en todos terrenos; ambos sexos difieren mucho por su colorido. Serie 1IT. Gen. Miyiodiocies, Aud. mitratus Gm. Motacilla, p. 293. | Muscicapa cucullata Wils. 1811, nec Sylvia cucullata Lath.—Muscicapa Selbyi Aud. 1831 (el jóven). De doble paso, pero no regular anual, pues observado solamente en algunos años; y entonces no es raro en bos- ques sombríos y principalmente en manglares. Serie Il. Familia $. Tanagridae. | Gen. Spindalis, Jurd. et Selby. Pretres Less. Tanagra, Centurie pl. 45 et Lafr. en Rey. zool. 1847, p. 277.—Cabrero; en Cuba Cabrero de costa para distinguirlo del Cabrero giro (ver pág. 231). Tanagra zena Orb. 1339, A. Poey 1845, nec L.-Tanagra Pretrei (Less.) Lemb. 1850. Sedentario, comun en terrenos con vegetales, que pro- ducen bayas; su canto es agradable, pero de poca fuerza; por su colorido variado de vivos colores es buscado para criarlo en jaulas ; anida en Abril y Mayo. Serie VIT. Gen. Pyranga, Vieill. aestiva Gua. Tanagra, p. 889. —Una de las especies nom- bradas Cardenal. Loxia virginica Gm. (macho en muda).—Tanagra mis- sissipensis Gm.—P. mississipensis A. Poey 1848. De doble paso casi regular anual, más comun en Abril, : 238 hasta ahora observado solamente en la zona desde la Habana hasta Cárdenas, y allí en parajes desmontados. Serie II. rubra L. Tanagra, p. 314. P. erythromelas Vieill.—Una de las especies nombra- das Cardenal, Lo dicho en la especie precedente vale tambien en esta, salvo que pertenece á la serie III. Fam. 9. Tyranninae. Las especies mayores tienen:sel nombre vulgar Pitirre,, las menores el de Bobito. Gen. Melittarchoans, Cab. magnirostris Orb. Pyrannus, in Sagra, hist. Aves, p. 69 lam. 13, 1839.—Pitirre real. Sedentario, comun en orillas de montes, cayos de las sabánas y potreros; á veces dañino á los colmeneros por la destruccion de abejas ; anida en Abril y Mayo. Es de la Se- rie VILÓ VI, si efectivamente se encuentra en la isla de Santo dei como indica Orbigny. griseus Vieill. Tyrannus, Ois. Am. a 1.76, 1807.— Pitirre abejero. Lanius tyrannus var. b. Gm.—Melit. dominicensis Cab. 1856. Gundl. 1861. Una de las pocas especies que huyen de la Isla al aproxi- marse los frios ; llega á fines de Marzo, del Sud para anidar y desaparece al fin de Setiembre, muy comun en todos para- jes desmontados y hasta en las arboledas y jardines de les po- blaciones ; por esta razon y por el gran número de indivi- duos causa daño á las colmenas cuyo abejas diezma ; es la es- pecie cuyo grito Pitirre dió el nombre á las especies mayo- res de esta familia, gritando las otras de otro modo; contí- nuo ndo de las aves de rapiña y pájaros mayores que 259 llegan ála vecindad de sus nidos ; anida desde Abril hasta Julio. Serie Il. : Gen. Tyrannus, Uuv. pipiri Vieill. Ois. Am. sep. NS SOTA. Tyrannus intrepidus Vieill. 1824.—Muscicapa animosa Licht. 1823. : De paso doble, llega á fines de Setiembre para iral Sud y vuelve en Abril para pasar al Norte; observado pocas ve- ces. Serie LL. caudifasciatus Orb. in Sagra hist. Aves, p. 70, lam. 12, 1839 .—Guatíbere en la Vuelta-arriba. Sedentario, comun en parajes desmontados, en arboledas y en la proximidad de las habitaciones; nO es dañino, es me- nos pendenciero que el Pitirre abejero ; anida desde Abril hasta Julio. Serie VÍ. Gen. Contopus, Cab. virens L. Muscicapa, p. 327. Muscicapa querula Vieill. 1807, nec Wils. (ver más aba- jo Empid. acadicus).—M. rapax Wi's. 1810. Visitador azcidental de la Isla, observado en otoño y primavera. Serie Il. Gen. Mayiarchas, Cab. stolidus G+osse Myiobius, Birds of Jamáica, p. 168, 1847. Tyrann us phoebe Orb. 1839, A. Poey 1848, et Lemb. 1850, nec L. -— Sedentario, bastante comun en los bosquos y arboledas, no causa daño, ni presta utilidad al hombre; anida en Abril y Mayo. Serie VI. crinitus L. Muscicapa, p. 325. Muscicapa ludoviciana Gmel. Observado solamente una vez por D. Ramon Forns en la vecindad de la Habana. Serie II. 24.0 Gen. Blacicus, Cab. | caribaeus Orb. Muscipeta, in Sagra hist. Aves, p. 77, 1539. Sedentario, muy comun en todos terrenos; anida en Abril. Serie VII. Gen. Empidonax, Cab. acadicus Gm. Muscicapa, p. 947. Muscicapa querula Wils. 1810, nec Vieill. 1807. (ver arriba Contop. virens).—M. pusilla Lemb. 1850, nec Sw.. Visitador accidental en otoño ó primavera, muy raro. Serie II. Gen. Aulanax, Cab. Lembeyei Gundl. mss. Muscicapa fusca Lemb. 1850, nec Gm.—A. fuscus Cab. et Gundl. 1856. Observado solamente por mí, y un solo par en la ori- lla de una laguna en Cárdenas en Febrero 1846. No se pue- de indicar la serie á que pertenece, hasta que se conozca su verdadera patria. Fam. 10. Muscicapidae - tren. Miyiadestes, Swain. Elisabeth Lemb. Muscicapa, Aves de Cuba, p. 39. tab. 5, f. 3, 1850.—Ruiseñor. Sedentario, en las montañas de los extremos de la Isla, donde es comun pero no abundante; cantador excelente, poco gracioso en sus movimientos, parece más bien triste ; tiempo de anidar desconocido. Serie VII. Gen, Almpelis, L. * cedrorum Vieill. Bombycalla, Ois. Am. sep. 1. 88, 1807.— Carece de nombre vulgar. | A. garrulus var. b. L.—A. carolinensis Br. Aud. 1531.— A. americana Wils. 1808. 241 Visitador en su paso al Norte 'en Mayo, pero no en cada «año, no observado en otoño, cuando llega se ven bandadas, principalmente al pié del castillo del Principe en la Haba- na. Serie 1. Fam. 11, Hirundinidae. Todas las especies de esta familia tienen el nombre vul- gar de Golondrina. Gen. Progmne, Boie. eryptoleuca Baird Rev. of. Am. birds 1, p. 277, 1865. Hirundo purpurea de los autores sobre Ornitología cu- bana, pero no el tipo. De paso en verano, pues llega para anidar en obadeo y desaparece en otoño, en ciertos parajes comun v. g. en las tor- res de las iglesias de la Habana, en Matanzas, Bayamo, en cot- tes de leña de las fincas, en sabánas que tienen palmas muertas y en algunas costas v. g. Cabo Cruz, anidando allí en Abril y Mayo, en los huecos de los paredones. Serie 11. Gen. HMirundo, L horreorum Bart. Fragm. N. H. Penn. 17, 1799. Hirundo rufa Vieill. 1807 et Gundl. 1856, nec Gm.— “H. americana Wils. 1812, Lemb. 1850. —H. rustica Aud. 1834, nec L. » cido De doble paso, en Agosto desde el norte al sur y en Ma- yo en direecio: cpuesta, entonces abundante en las llanuras desmontadas. K erie IT. Gen, Petrorhelidon, Cab. fulva Vieill. Hirundo, Ois. Am. sep. L 62, pl. 30, 1807. Hirundo coronata Lemb. 1850, nec Licht. No estoy seguro si es sedentaria ó de paso. Si es lo pri- ' mero, entonces se retira á lo menos en invierno de ciertos lu- gares á otros volviendo en la primavera á los mismos; muy comun en unos parajes y desconocida en otros; anida en ca- 31 242 sas de Matanzas, de Navajas, de Cuba, en cuevas del Pan de Guajaibon, en las de Santa Cruz de los Pinos, en la de Coti-- lla de la loma de Candela, en unas de Matanzas, del Cabo Cruz, Cuba etc.; tiempo de anidar de Marzo á Mayo. Serie VI. Gen. Tachycineta, Cab. bicolor Vieill. Hirundo, Ois. Am. sep. 1. 61, pl. 31, 1807. Hirundo viridis Wils. 1812, A. Poey 1848.—H. leuco- gaster Steph. 1817. De paso durante los meses frios, en llanuras y ciénagas á ciertas horas del dia en numerosísimos individuos. Serie II. Gen. Cotyle, Boie. riparia L. Hirundo, p. 344. Hir. cinerea Vieill. 1817. Visitador accidental muy raro, observado en la prima- vera de 1843 en pocos individuos sobre una laguna de Cár- denas. Serie IV. (Continuará). Chimaera monstresa. Se ha descubierto este año en Matanzas la Chimaera monstrosa de Linneo, Pez llamado por Cuvier CA. arctica, de los mares de Europa. Es la primera vez que tenemos noticia de la existencia de esta (Quimera en estas regiones de Améri- ca. Adviértase que es la única especie de este género : consi- dero su adquisicion como'un dato muy importante de Geo- grafía ictiológica. Es un Condropterigio de branquias libres, piel del-- gada y sin escamas, y dientes soldados en cuatro piezas; dos superiores y dos inferiores; el hocico es muy adelantado, la boca pequeña é inferior, la primera aleta dorsal alta y con una espina delantera, la segunda dorsal y la anal prolonga- das hasta la extremidad de una cola flageliforme, como la de las Rayas, la aleta pectoral muy desarrollada, el ano y las ale- tas ventrales á la manera de los Tiburones. ¡ ; Felipe Poey. : 243 REVISTA DE NOTES ON THE SPHINGIDAE OF CUBA. BY AUGUSTUS RADCLIFFE GROTH.. POR FELIPE POEY. El opúsculo. del Sr. Grote, á cuyo cargo está el depar- tamento de Entomología de la Sociedad de Ciencias natura- les de Buffalo, forma parte de los Proceedings de la Sociedad Entomológica de Filadelfia, en los Estados Unidos, Vol. 5, 1865 ; y versa sobre la familia de las Mariposas crepusculares que llevan el nombre de Esfinges, todas de la isla de Cuba; conservándose los originales en la coleccion de la referida Sociedad Entomológica, que la adquirió de mí, gracias á la generosidad del difunto Dr. Thomas B. Wilson. Pongo á continuacion la lista de las especies; advir- tiendo que las que se dan por nuevas están descritas minu- ciosamente, é1lustradas con buenas láminas iluminadas : las ,¿Otrás traen observaciones muy instructivas. El folleto consta de 51 páginas de texto y 2 láminas, que representan 10 espe- cies, entre ellas S nuevas. Los números que se citan son de mi coleccion. Las letras H-Sch. significan Herrich-Schaeffer, naturalista aleman que ha escrito mucho sobre los lepidópte- ros cubanos, suministrados por nuestro colaborador D. Juan Gundlach. Agrego algunas observaciones y un aumento de sinóni- mos que empiezan después de estampado el número de mi coleccion. Advierto que no he seguido el ejemplo de aque- llos que en materia de sinónimos se copian unos á otros, per- petuando á veces las erratas: he compulsado todas las citas, inclusas Linn. Mus. Lud. Ulr., Clerck etc., menos los que in- dico en su lugar. 244 Pongo aquí algunos autores, con el objeto de evitar re- peticiones; indicando desde ahora el tomo y el año corres- pondiente.—Merian (señorita holandesa), Dissertatio de ge- neratione et metamorphosi Insectorum Surinamentium, anno 1705.—Linné, Systema Naturae, editio 10, 1759.— Clerck,. leones Insectorum rariorum. Pars. 1, 1759; IL, 1764.—Limeé, Museum Ludovicae Ulricae, Reginae Suecorum. 1764.—Seba, Locupletissimi rerum naturalium thesauri deseriptio. Tom. IV. 1765.—Linné, Systema Naturae, ed. 12. 1767.—Drury, Illustration of Natural History. Pars. 1, 1770; 11, 1773; 111, 1782.—Drury, editio Westwood, 1837.—Fabricius, Systema Entomo!ogiae, 1775.— Fabricúus, Species Insectorum, 1781.-- Cramer, Papillons Exotiques (Lep. Exot.) Tomo I, et II, tab. 1.—192,1779 ; tom. III y IV, tab. 193.—400, 1782.—Fabri- cius Mantissa Insectorum, tom. 11, 1781.—Gmelin, Systema Naturae, 1788.—Fabricius, Entomologia Systematica, Tom. III, Pars. I, 1793.—Lucas in Sagra, Invertebrata, editio his-- pana, 1856. En Linneo y Gxaielin, no ha sido necesario citar el tomo, sino la paginacion, que es continua; en Cramer, bastan las láminas, que siguen sin interrupcion. Por regla general, cuando cito una lámina, no he creido necesario citar el texto, que es fácil de encontrar. Nótese que al presentar la Lista que sigue, he adoptado un término favorable al autor de. la especie, el cual tiene el derecho de conservar su nombre en la nomenclatura ; digo esto contra la falange de usurpadores queno están por mi aforismo Nomen auctoris ad. speciem perpetuam refertur, nec ad variable genus. El Sr. Grote usa una forma muy prudente, dando el nombre genérico y el específico sin acompañamien- to de autores, los cuales presenta después en la sinonimia por órden cronológico. Así evita un¡abuso que favorece la ' vanidad de algunos con graves inconvenientes para todos. Aellopos Titan Cramer, Sphinx,—Macroglossum anuu- losum Swains.—N? 191 . 245 -Adde : Macroglossa Titan, Lucas in Sagra, p. 2 88. Especie comun. Aellopos Tantalus Linné, Sphinz.—Sph. Zzonata Drury, —N? 125. Adde : Sphinx Tantalus Linné, Syst. Nat, ed. 10, p. 493. n. 23, docente L.—Idem Linné, Mus. Lud. UÚlr. p. 361, n. 21.—Sesia Tantalus, Fabr. Syst. Ent. p. 547, n. 1.—Idem, Fabr. Mant. p. 98,n. 1—Sphinx Tantalus, Gmelin, p. 2386, n. 25.— Macroglossa Tantalus, Lucas in Sagra, p. 288. El Sr. Grote acostumbra citar el año 1766 para la edi- cion 122 del Systiema Naturae de Linneo : esta es la fecha del primer tomo; debe citar constantemente 1767.—S8u cita de Fabricius, Sphinx Tantalus, no esexacta : debe ser Sesia Tantalus. | Especie rara. Eupyrrhoglossum Sagra Poey, Matroglossum! —N? 543. Adde: Macroglossa Sagra Lucas in Sagra, p. 288.--Idem H-Sch. Corr. Blatt. 1865, p. 56, n. 3. Especie muy rara. Eny0 lugubris Linné, Sphinx.—Sph. Fegeus Cramer— N9 541. Adde: Sphinx lugubris Linné, Mantissa, pag. 537, do- cente Fabr. —Idem, Fabr. Syst. Entom. p. 537 n. 2.—Jdem, Fabr. Spec. Ins. p. 140, n. 3.—Idem, Gmelin, Syst. Nat. p. 2372, U. 50.—Idem, Roemer, Gen. Ins. tab. 36, f. 1 (1789).— Idem, Swainson, Zool. Ulust. I series, Vol. 1; docente Lucas. e lugubris, Lucas in Sagra, p. 290. Especie muy comun. Enyo Camextus Cramer, Sphinx.—N? 98. Especie comun. Enyo Danum Cramer, Sphinx.—N9 99. Especie comun. Hemeroplanes pseudothyreus Grote, tab. I. f. 1.— N?2 124. Especie muy rara. Perigonia lusca Fabr. Splinz. —N9 444. 246 Adde: Sphinx lusca Fabr. Gen. Ins. Mant. p. 272, n. 2-3.—Idem, Gmelin, p. 2372, n. 51.—Macroglossa lusca, Lucas in Sagra, p. 289. Especie rara. Perigonia Lefebvrii Lucas, Macroglossa.—N? 120. Adde: Macroglossa Lefebvraei Lucas, in Sagra, p. 289. Especie rara. Calliomma Lycastus ex Cramer, Sphinx Licastus.—Sph. Galianna Burmeister.—N? 90. Adde : Callionima Parce ex Fabr.; Lucas in Sagra, p.291, taba dt a : Es probable que se encuentre una errata en el nombre genérico repetido en la lámina y en el texto español del Sr. de la Sagra. Difícilmente podremos referir la Sph. Parce de Fabricio á la especie cubana ; porque el texto la presenta con alas in- maculadas, con solo un punto plateado en las alas supe- riores. A mi entender esla misma especie; pero tan breve é - Insuficientemente descrita, que debe ir con duda á la sino- nimia, descriptione manca. En este concepto pongo á conti- nuacion : Sphinx Parce, Fabr. Syst. Ent. p. 543, n. 24—Idem Fabr. Sp. Ins. p. 148, n. 42.—Idem Fabr. Mant. p. 96, n. 46. —Idem Fabr. Ent. Syst. p. 372, n. 50. ds Gmelin, Syst. Nat. p. 2382, n. 30. Especie rara. Pergesa Thorates Hibner, Oreus.—N? 76. Adde: Choerocampa Thorates, Lucasin S agra, p. 294. El Sr, Grote cita Sphinx thorates Hibn. ; pero es Oreus Thorates. Creo que involuntariamente escribió el nombre es- pecífico con letra minúscula, contra su laudable costumbre; pues no puedo aprobar la del Dr. H-Sch. y otros modernos, que escriben los nombres a sin letra mayúscula. Especie rara. Choerocampa Nechus Cramer, Sphinx.—NO? 81. Adde: Sphinx Nac hus (sic), Enc. meth. tab. 67, f. 1.— Choerocampa Nechus, Lucas in Sagra, p. 294. 247 Los Sres. Grote y H. $. escriben constantemente Chaero- campa. Me tomo la libertad de sustituir Choerocampa, conforme á su etimología, como lo escribió su autor Duponchel, y como lo escriben los Sres. Lucas y Agassiz. Especie comun. Choerocampa Gundlachi Herrich-Schaeffer.—N? 97. Especie rara. Choerocampa irrorata Grote, tab. 1, f.2, mas.—N? 1003. Adde ; Choerocampa n. 6, H-Sch. Corr. Blatt 1865, p. 58, Especie rara. Choerocampa Porcus Húbner, Orenus. —N0 94. Especie rara. Choerocampa Robinsonii Grote, tab, I, f 3, mas.— N?2 946. El Sr. Grote dice que el Dr. H-Sch. atribuye errónea- mente esta espe cie á la Sph. falco Walker ; cita el Corr. Blatst. 1863, p. 148. Podemos agregar 1865, p.58, n. 2. Especie comun. ' Choerocampa Tersa Drury, Sphanz.—N S 512. Adde ; Sphinx tersa Linné, Mant. p. 358, docente Fabr. (17677).—Drury-Westw. Ex. Ent. I. tab. 28, f 3; doc. Lu- cas.—Idem, Fabr. Syst. Ent. p. 547, n. 36.—Idem, Gmelin, Syst. Nat. p. 2379, n. 71. Especie muy comun.—Se encuentra en Europa y en los Estados-Unidos. Deilephila Calverleyi Grote, tab. I, f. 4, mas—N9 954. El Sr. Grote compara esta especie con las Esfinges li- neata y Euphorbiae; pero debiera haberla comparado más bien con la Sphimx Galí de Linneo, especie europea, que tambien parece distinta, principalmente por las antenas. Fabricio, en su últimaobra, escribe Gallis. Deilephila lineata Fabricius, Sphimx.—Sph. Daucus Cramer.—N £ 513. Adde : Merian, Surin. tab. 47, Y. 1 2—Seba, thes. IV, tab, 55, f. 5, 6.—Sphinx lineata Fabr. Sp. Ins. p, 147, n. 34.— 248 _ Idem Fabr. Mant. p. 96, n. 37.—Idem Fabr. Ent. Syst. p. 368, n. 39. —Idem Gmelin, Syst. Nat. p. 2383, n. 83.—Le Sphinx rayé, Ent. Meth. tab. 66, f. 5 (ex Cramer). —Sphinx - lineata, Shaw, Nat. Misc. tab. 724,—Deilephila Dau cus, Lucas in Sagra, p. 295. He dejado de citar á Petiver, Seba, Samentel, Múller, Herbst y Hibner, por mo haber anotado si los individuos de que tratan pertenecen á la especie de América ó á la livor- nica, que el Sr. Grote considera como distinta y propia de la Europa. ? Especie comun. Philampelus Vitis Linué, Sphinz. Especie muy comun. El Sr. Grote trae en su opúsculo dos especies de este gé- nero bastante próximas ; una de colores generalmente oscu- ros, cuerpo y alas, min.? 83; y otra de colores más claros, mi 217. Inscribe mi número 217 en ambas especies, supri- miendo el número 83, contrariamente á lo que he consigna- do en la Coleccion y en el Catálogo manuscrito remitidos á Filadelfia ; dando con esto á entender que yo he confundido las dos especies, las cuales, hace Mnc nOs años conozco muy bien. Del mismo modo, citando en las dos especies el Corr. Blatt. 1865, p. 58, sin distincion de números, deja creer al lector queel Dr. H.-Sch. no ha conocido la diferencia que existe entre las dos Esfinges. La especie que el Sr. Grote refiere aquí á Sph. Vitis Linné no lo es en realidad, y debe llevar el nombre de Sph. Jasciata Sulzer, y vice-versa, como lo demostraré hácia el fin de esta Revista, Philampelus fasciatus Sulzer, Sphinz. Especie muy comun.--Véase la especie anterior. Philampelus Lycaon Cramer, Sphinx.—N.* 84. Especie no comun. Y] Sr. Grote se inclina á creer que la especie cubana no es la Sph. Eycaon ; y en la duda, en lugar de abstenerse, pro- e 249 pone el nuevo nombre Sph. posticatus. Yo estoy convencido de que corresponde al Lycaon de Cramer, tab. 55, f. A; porque esta especie varía mucho; mi amigo Gundlach la posee de un fondo general oliváceo claro, y de fondo pardo cenicien- to, como la Sph. Vitis L.; ambas variedades con mancha y sin mancha ose ura sobre el borde posterior de las alas ante- riores.—En cuanto á la Sph. Satellitia de Linneo, si es cier- to que consta en Drury que es de la América del Norte (Fa- bricio la indica de Jamáica), el Sr. Grote es mejor juez que otro cualquiera para decidirlo, y acepto que sea distinta por ¡as razones que ha d ado. ' Philampelus Labruscae Linné, Sphinx.-—N? 218. Adde; Merian, Surin, tab. 34, doc. L.—Seba, thes. [V. tabula. 55, £. 12,13; tab. 56, f. 10, 11. Sphinx Labruscae Linné, Syst. Nat. ed. 10. p. 491, n. 12, doc. L..—Idem, Clerck, Icon. 1ns. tab, 47 f.3 (5, 6). —Idem Linné, Syst. Nat. ed. 12. p. 800, n.14. -Sphinx Clotho, Drury, Nat. Hist. IL tab. 9 f. 1.—>5phinx Labruscae, Fabr. Syst. Ent. p. 546. n. 34.— Sphinx Clotho Fabr. Syst. Ent. p. 540, n. 12.-Idem, Fabr. Sp. Ins. p. 153.—Sphínx Labruscae, Fabr. Mant. p.93,n. 63.— Idem, Enc- meth. tab. 67, f. 2.---1Idem, Gmelin, Syst. Nat. p. 2380, n. 11--Idem, Shaw, Nat. Misc. tab. 668.-Eumorpha La- bruscae Hibner, Samm!. Ex. Sehm. I. f. 1, 2.—5Sphinx La- bruscae, Lucas in Sagra, p. 292, tub. 17, f. 3. | Fabricio puso en su Spec:es la Sphine Clotho en la sino- nimia de Sph. Labruscae sin citar a Drury, cuya figura es ma- la; y la retiró eu si Mantissa, aplicaudo el mismo nombre á otra especie distinta del Cabo de Buena Esperanza. Los nombres específicos sacados del género de las p'an- tas, deben, á mi entender, escribirse con letra mayúscula, como el Sr. Grote !o ha practicado en Sph. Ficus, sin embar- go de que aquí cita Sph. labruscae. De todos modos, cuando se construye una columna sinonímica, se deben escribir los nombres como los escribieron sus AE de lo contrario, se les hace una traicion. Especie muy comun; de un epa muy hermoso, que 2 Da 250 : en poco tiempo se vuelve pálido y amarilloso después de la muerte. Gundlach refiere que este lepidóptero deja oir un sonido parecido al que emite la Acherontia Atropos de Europa. Pachylia Ficus Linné, Sphinx.—N. * 239. Adde : Merian, Surin. tab. 33.-Seba, tab. 56, f. 12, 13, 14.—Sphinx Ficus Linné Syst. Nat. ed. 10. p. 491, u. 13; doc. L.—Idem Linné, Mus. Lud. Ulr. p. 353, n. 15.—Idem,, Fabr. Syst. Ent. p. 540, n: 13.—Idem, Mant. p. 95, n. 29.— Idem, nt. Syst. p. 366, n. 31.--Idem, Gmelin, p. 2380, n. 15.—Idem, Shaw, Nat. Misc. tab. 739.-—Pachylia Ficus, Lu- cas in Sagra, p. 295. Especie muy comun. Pachylia inornata Clemens.—N. 391. Especie comun: Pachyiia resumens Walker. E specie comun. Ambulyz strigilis Linné, Sphinx.—N. > 542. _Adde : Sphinx strigilis, Drury-Westw. Ex. Ent. L tab. 28, f. 4; do:. Lucas.-Idem, Fabr. Syst. Ent. p. 539, n. POE AA Fabr. Mant. p. 95, n. 25. —Idem, Gmelin, Syst. Nat- . 2377, n. 66. —Ambulyx strigilis, Lucas in Sagra, p- 291. Especie comun. Ambulyx Gannascus Stoll, Sphinx.—--N. * 96. El Sr. Grote escribe Ganascus ; he creido que debia res- tablecer la ortografía de Stoll; escribinedo como el Sr. Lucas. Pseúdosphinxz Tetrio Linné, Sphinmx.—Sphinx Hasdru- bal Cramer.—Sph. Asdrubal ex Cram. Poey.—N. 9 537. Adde:; Merian, Surin. tab. 5, larva. —Sphinx Tetrio Fabr. Syst. Ent. p. 540. n. 14.—Idem, Gmelin, Syst. Nat. p. 2375, n. 61.—Macrosila Asdrubal, Lucas in Sagra, p. 295. Especie comun.—Aprovecho esta ocasion de corregir un error que aparece en la oruga de esta especie, figurada por mí en la Centuria de Lepidópteros que imprimí en Paris el año de 1832. En aquel tiempo, guiado por un dibujo he- cho en los primeros años de mis estudios entomológicos, he representado el último segmento ancho y distinto de lo que Na: 25 1 es en realidad. La oruga, vista ahora de nuevo, muestra el seg- mento normal , chapa triangular con dos tubérculos. Amphonyx Antaeus Drury Sphinz.—3ph. Jatrophae Fabr.—Sph. Medor Cramer. —N. 9 547. Adde : Sphinx Carica L. nec typus; Samenstel, Nat. Hist. tab. 90, f. 2 (1767).—Idem, Miller, Syst. Nat. tab. 20, f. 2.—Sphinx Jatrophae Fabr. Syst. Ent. p. 538, n. 8.—Idem Fabr. Mant. p. 94, n. 21.—Idem. Gmelin, Syst. Nat. p. 2376, n. 63.—Sph. Antaeus, Drury-W estw. Ex. £nt. II. tab. 25, f. 1;doc. Lucas.—Sph. Hydaspus Cram. tab. 118, f. A.— Amphionyx Hydaspus, Lucas in Sagra, p. 298.—Amph. Ja- . trophae, Lucas in Sagra, p. 299, El Sr. Grote cree que la Sphinx Hydaspus (corregido en Hydaspes), pertenece á otra especie; no lo creo así. Especie rara.— La hembra tiene en la extremidad del ab- «dómen una lámina grande, calcárea, perforada, cuyo uso des— conozco, y que llama singularmente la ateneion: no se en- cuentra en la hembra de la especie siguiente. Amphonyx Duponchel Poey.—N. ? 214. Adde: Amphionyx Duponcheli. Lucas inSagra. p. 299. Jenoro si en el texto francés se escribe Amphionyz. Especie muy comun, —El macho es notable por el ex- traordinario desarrollo de los ganchos genitales, carácter «que parece propio del género ; Al apéndice caudal de la larva, es corto y áspero ; erisálida con la lengua desprendida y encor- vada á manera de tr ompa.—El insecto perfecto tiene un olor p enetrante de almizele; su temperatura, cuando se coge al vuelo, es muy elevada, porque se siente inmediatamen te el calor que comunica á la mano. Amphonyz Cluentius Cram. Sphinx.—N.* 1017. El Sr. Grote cita esta especie como remitida al Dr. H- S. por el Dr. Gundlach ; mas no se halla aun en la coleccion de la Sociedad. Especie rara. Sphinx rustica Fabr. male Chionanthi, Abbot et Smith. —N. 75. y 252 Adde: Merian, Surin, tab. 5.—Sphin x rustica Fabr. Syst. Ent. p. 540.n. 15.—Idem, Sulzer, Ins. tab. 20, f. 2; doc. Fabr. (1761).—Idem, Gmelin, n. 2385, n. 93.-Idem, Lucas in Sagra, p. 296. Especie no comun. Sphinx Carolina Linné. - N.9 215. Adde : Merian, Surin. tab. 57 etc.—Browne, Jamáica, p. 438, tab. 43, f. 17 (1756).—Sphinx Carolina Linné, Syst Nat. p. 798. n. 7.—Idem, Drury-Westw. Ex. Ent. 1. tab. 25, n. 1; doc. Lucas.—Idem, Fabr. Syst. Ent. p. 539, n. 9. —Sphinx Paphus Cramer, tab. 216, f. B.—Idem, Gmelin, Syst. Nat. p. 2377, n. 7. —Sphinx Carolina, Lucas in Sagra, p- 296. Especie muy comun, vulgarmente llamada, en estado de oruga, Veguero; perjudicial al cultivo del Tabaco. Sphinx cingulata Fabricius.—Sph. Druroey Donovan.-- Nano; Adde: Seba, Thes. IV. tab. 54. f. 8, 9.—Sphinx cingu— lata Fabr. Syst. Ent. p. 545, n. 29.—Idem, Drury-Westw. Ex. Ent. T. tabi85,£. 4odoc. Lucas.—Sphinx Convolvuli L. nec typus ; Cramer, tab. 25, f. D.—Sphinx cingulata, Gme- lin, Syst, Nat. p.2378 n. 67.—Idem, Lucas in Sagra, p. 296. No comprendo como siendo la especie conocidamente de Fabricio, 1775, cite el Sr. Lucas á Drury tomo I, que es de 1770; tal vez será tomo MI, que es de 1782; á no ser que se deba suprimir esta cita, que no aparece en la sinonimia del Sr. Grote, Fabricio no cita á Drury. El Sr. Grote, guiado al parecer, por Walker, atribuye el nombre específico á Linné, Mus. Lesk. 96, 193. Tal vez provenga el error del Sr. Walker de que Gmelin, p. 2386, n. 164, trae una Sphinx cingulata, bien distinta de la de Fabri- cio citada por el mismo Gmelin. p. 2378 ; pues la de p. 2386 es una Sesia (Als fenestratis etc).—Gmelin cita el Mus. Lesk. p- 96, n. 193, que no está inscrito en las obras de Linneo. Especie muy comun, que tambien se encuentra en los Estados Unidos. 253 Sphinx Brontes Drury.—-Vide Grote, tab. I. f. 5.--N? 86. Adde : Sphinx Brontes Drury-Westw. Exot. Ent. I, tab- 29, f. 4; doc. Lucas.—Idem, H-Sch. Corr Blatt, 1863, p. 149- El Sr. Grote propone en caso de duda el nombre de Sph. cubensis. Duda, porque Drury no menciona en el texto una faja clara de las alas posteriores, faja muy bien representada en la figura ; porlo que infiere que. probablemente no existe. Esta consecuencia es demasiado aventurada, porque toda . lámina debe ser considerada como un complemento del tex- to ; frecuentemente el texto no es más que un complemento de la figura. Recuerdo aquí el extraño modo de pensar del Sr. MacLeay (s ujeto que en lo demás estimo en grado muy entinente), que dió por nula la figura iluminada de la Ura- nia * Boisduvali de Guérin, por la razon de que no tenia tex- to adjunto. Si fuéramos á aplicar este riguroso criterio á la obra de Cramer, sería menester duplicar todos sus nom- bres. La lámina peor de este iconógrafo vale más que la des- cripcion correspondiente de Fabricio, como hemos visto en Parce. No tengo el texto de Drury, pero conservo una copie: de la figura; y á mi modo de ver, esexactamente la especie cubana. El nuevo nombre del Sr. Grote irá pues á la colum- na sinonímica. - Especie rara. Sphinz afílicta Grote.—N. ? 85. Adde Sphinx n. 3, H-Sch. Corr. Blatt, 1865, p. 59. Especie rara. Erinnys Caicus Cramer, Sphinx.—N.* 95. Adde : Sphinx Caicus, Fabr. Mant. p. 97, n. 53.—Idewm- Ent. Syst. p. 375, n.57.—Idem, Gmelin, Syst. Nat. p. 2378,, 1 CAU El Sr. Walker ha mudado en Erinnys el género Erinnyis” de Hiibner ; el Sr. Grote no se ha conformado con la corree- ' cion : yo la acepto, porque Erinnys es el nombre griego de una de las Furias, y así se ha de escribir. Con este nombre: y con los de bethia, Cocytiws, Phlegethontius y Acherontia: echó Húbner algunos grupos de Esfíngides en los infiernos. ÓN No creo. que tenga razon Húbner en haber puesto la Sphinx Caricae en el mismo grupo que Oenotrus. Parece que el género Erinnys es el mismo que el Anceryx de Boisduval. Pero Boisduyal habrá dado caracteres sólidos; no así Hibner. Cuando los grupos de este insigne iconógrafo son tan nabu- rales como el género Gonodonta, entre las Pseudonoctuelitas, creo que hay razon para adoptar sus géneros; pero no suce- - deasí en la gran mayoría de los casos, por lo que hace mu- cho tiempo que está convenido Francia de no darle impor- tancia: advirtiendo que sus géneros se fundan principalmen- te en los colores, los cuales sirven á veces de guia, y por eso acierta alguna vez; pero con su sistema no sería raro colo- car el macho en un grupo, y la hembra en otro; habiendo puesto alguna vez una misma especie en dos géneros y aun en dos familias distintas. De Hibner he dicho ya (y fueron palabras oidas en bo- ca del Sr. Boisduval) que es el mejor de los iconógrafos y el peor de los sistematizadores ; agrego que es menester excep- tuar ásu continuador (Geyer, apes! ha Superado á su maestro en la iconografía. | Por último he tomado la libertad de escribir Erimays: con esta advertencia no hay traicion. Especie rara. Erinnys Ello Linné, Sphinx.—N.* 221. Adde ; Merian, Surin. tab. 61, £. 2. —Sphinx Ello Finné. Syst. Nat. ed. 10. p. 491, n. 11; doc. L.—Idem L. Mus. Lud. Ulr. p. 351,n. 11.—Idem, Drury-Westw. Ex. Ent. 1. tab. 27, f.3; doc. Lucas. —Idem, Fabr. Syst. Ent. p. 538, n. 7.— Jdem, Fabr. Mant. n. 94,n.20.—Idem, Fabr. Ent. Syst. p- 362, n. 21.—Idem, Gmelin, Syst. Nat. p. 2375, n. 13.—An- ceryx Ello, Lucas in Sagra, p. 298. | - Especie muy comun. Erinnys rimosa Grute, tab. 2, f. 1, mas.—AX2? 88, Adde : Ancery Mnechus auct? H-S. Corr. Blatt. 1863, p. 150. | úl Especie no comun. 255 Erinnys Alope Druty, Sphinx.—N? 77. Adde : Sphinx Alope, Drury-Westw. Ex. Ent. tab. 1, f. 1; doc. Lucas. —Idem, Fabr. Mant. p. 94, n. 19.—Idem, Fabr. Ent. Syst. p. 362, n. 20. —Idem, Gmelin, p. 2375, n. 62.— Anceryx Alope, Lucasin Sagra p. 298. Especie no comun. Erinnys Merianae Grote, tab. 2, f. 2. fem.—N? 78. Adde: Anceryx n.7, H-Sch, Corr. Blatt. 1865, p. 60. Especie rara. Erinnys Oenotrus Cramer, Sphinx. Vide Grote, tab. 2, en N 993: | t.specie comun.—Véase la quesigue. Erinnys melancholica Grote, tab.2, f. 4, mas.—N? 222. Bien pudiera esta especie ser la verdadera Sphinx Oeno- rus ; porque la figura de Cramer tiene una sola mancha cla- ra cerca del ángulo posterior de las primeras alas, no acom- pañada de otra más interna. Por otra parte, laanchura de las alas, dada por Cramer á su figura, se apliea más bien á la es- peeie anterior, que podemos aceptar como la verdadera Oe- notrus, conformándonos con la opinion de los Sres. HS: y Grote. Lamelancholica quedará pues como una buena espe— cie que se distingue bien del Oenotrus por la forma aguda de las alas anteriores, la falta de un espacio claro al lado del que presenta el ángulo posterior, el borde negro de las alas infe- riores limitado con menos limpieza interiormente, al mismo tiempo que no alcanza completamente al borde interno; care- ciendo además de una línea blanca dentro de este mismo bor- de negro, próximamente al ángulo anal : el abdómen tiene por debajo seis puntos negros bien visibles, tres de cada lado, Habia puesto tambien el número 222 á un individuo más claro, que debe existir en la Coleccion de Filadelfia, y del cual el Sr, Grote no hace aquí mencion alguna. He reconoci- do más tarde que es una especie nueva; y espero que el Sr. Grote la describirá bajo mi n? 1084. El Dr, H-Schaeffer en su Corr. Blatt, 1865, p. 59, n? 2, indica dos especies; la 93, que se refiere al Oenotrus, y otra 256 más cenicienta que compara á Sph. obscura, y es mi núme- ro 1084, Especie comun. Erinnys pallida, Grote, tab. I,f. 6. fem.—N? 956. Especie muy rara. Erinnys guttularis Walker, Anceryz—N. 9 S7. Especie rara. COenosanda noctuiformis Walk.—N. * 835. Adde: Idem, H-Sch. Corr. Blatt, 1865, p- 86. Especie rara. Adde. Sesia Thisbe Fabr.—N.*9 834. ) Adde: Fabr. Syst. Ent. p.5148,n.4; Sp, Ins. p. 165,n. 10; Mant. p. 99, n. 10; Ent. Syst. p. 381, n. 10.-—Pelasgus Cram. tab. 248, f. B. El Sr. Grote menciona de paso esta especie, p. 47, la- cual no se halla en la Coleccion : la tenia en Paris el Sr. Rip. pert, dada por el Sr. Coulanges ; pero como Grundlach y yo jamás la hemos encontrado, queda muy dudosa la patria. Compárese con la cimbiciformis Steph., ruficaudis Kirby. Perigonja divisa H-Sch. mss.—N. * 119. : P. n. sp. H-Sch. Corr. Blatt, 1865, p.57, línea 2. El Sr. Grote cita solamente el n.% de mi Catálogo. Existe en la coleccion del Dr. Gundlach : la mando ahora en pintura á Filadelfia, Quedan aun por describir dos especies nuevas, que Grund- lach remite al Sr. (rote: n.?9 1082 y n. 9 1083 (que es 652 de Gundlach citado por Grote en p. 47). Sphingides cubenses, ex Lucas in Sagra.—Species de- leantur novem, quae repudiandae huc non exstant : superstl- tes, 30, revera 29. De tal suerte que eliminadas 9 especies erróneamente introducidas por el Sr. Lucas, tenemos hoy noticia de 52 Es- fingidios Cubanos. En otro artículo trataré de las orugas y / 251 crisálidas, sobre las cuales el Dr. Grundlach y yo hemos reco- gido algunos materiales. En la obra del Sr. de la Sagra apare- con 30 especies, que se reducen á 29 por razones sinoní- _MICAS. Philampeli Vitis el fasciata. En vista de lo que el Sr. Grote estampa en las páginas 26, 27, 51 y 52 desu opúsculo, voy á probar que no sola- mente trocó los nombres específicos, sino que ha introduci- do alguna confusion sinonímica en la ilustracion de dos es- pecies; por lo que no extraño que haya confundido mis nú- meros.—Omito en la discusion los sinónimos de Harris, Wal- ker, Burmeister y Clemens, autores modernos que no conoz- co; ignorando si el Sr. Grote los ha citado con acierto. dl al e qa Philampelus Vitis secundum Grote. Sphinx vitis Linn., Syst. Nat. p. 801, N* 16. [1766.] Drury, Exot. 1, 60, Pl. 28, fis. 1. [1770.] —— Fabricius, Sp- Ins. II, 147, 35. [1781. ] —— Cramer, Exot. 111, Pl. 267, fig. C. (1782.) —— Fabricius, Mant. Ins. IL, 95, 39. [1787.] Ent. Syst. TI, 1,569, 41. 11793. ] ——- Abbot et Smith, Ins. Ga. 1,79, Pl. 40. [1792.] Dupo jussieuae, Hiibner, Exot. Sehm. Lep. II. Spb. 111, Leg. UI. [1806.] Húbner. Verz. Schm. p. 137. [1816.] —— Vitis Húbner, Verz. Schm. p. 157- [1816? ] - Philampelus vitis, H-S., Corr. Blatt. p. 58. [1865. ] N2 83. Phitampelus fasciatus, secundum Grote. Sphinx fasciatus, Sulzer, Ins. Pl. 20, fig. 1. [1776. ] vitis, Cramer. Exot. 1, Pl. 208 [lege 268], f. E. [1782.] j Nec Sph. Vitis. L. Drury etc. Philampelus fasciatus, H-S., Corr. Blatt. p. 58. [1865. ] Para discutir con método y claridad este punto de dis- erepancia entre nuestras opiniozes, importa fijar como tér- 33 € 258 mino de partida, cual de mis dos números corresponde á la Sphinx Vitis de Linneo, y cual á la Sphinx fasciata de Sul- zer. Para esto, lo primero que debo hacer es describir las dos especies, á lo menos presentar los rasgos diferenciales, para no . dar ocasion á ninguna duda sobre la identidad de las espe- cies- Paso á cumplir con este antecedente, advirtiendo que describo mi N? 217, fasciatus secundum Poey, y pondré entre paréntesis las diferencias que presenta mi N9 83, Vitis secun- dum Poey ; omitiendo el paréntesis cuando el término compa- rativo se explique por sí mismo. A Sphinx fasciatus.—Generalmente más claro; abdómen con los segmentos no bordados posteriormente de blanco (bordados de blanco) ; faja ancha entre las dos series de man- chas abdominales (angosta); la faja longitudinal, en parte transversa, de las alas anteriores, ancha y bien determinada (menos ancha y confusamente limitada); la línea blanca trans- - versa que divide las células abdominal y postbasilar, se pre- senta sobre un fondo tan negro hácia adentro como hácia fuera (tiene un claro hácia la base) ; sin otro rasgo encima de esta línea (encima de esta línea una mancha bordada de claro que corta oblicua y transversalmente las células basilar y costal); el borde externo de dichas alas pardo-rojizo claro (parduzco y acompañado interiormente de una línea blanca); las alas posteriores con una mancha negra redonda hácia la base, y aislada (no aislada, sino continuada por el pié por medio de una línea negra hasta el borde anterior); el borde posterior de las mismas: alas anchamente rojizo (estrechado y pardo); la faja negra longitudinal paralela al borde poste - rior ancha y aislada (más angosta y precedida de una línea negra). : Bastan estos rasgos para distinguir las dos especies y com- prender la significacion de mis números 217 y S8, por los cuales nos entenderemos en la discusion. ) Parece que corresponde ahora averiguar cual de las dos Esfinges tuvo á la vista Linneo, cuando formó su especie Sphinx Vitis. En tiempo de los Entomologistas de Upsal y 259 de Kiel las frases diagnósticas valian por descripcion, y son de ordinario deficientes. Con todo, en medio de los rasgos 'comunes á las dos especies, encontramos el siguiente que de- be interpretarse en favor de min.9 83 : alis posticis margie imteriore sunguineis (et in Mus. Lud. Ulr. posticis margine tes muiore Sanguineis). Es probable que si hubiera tenido á la vista mi 217, hubiera dicho : posticis margine interiore atque exteriore sanguineis. Además su descripcion se completa con su única cita, que es la de Merian, que representa mi nú- mero 83. Los autores que siguieron á Linneo han confundido las dos especies, tomando á veces el 217 por macho y el 83 por hembra. Sulzer fué el primero que dió nombre nuevo á 217; y aun enel caso de que la descripcion de Linneo pudiera aplicarse á las dos especies, tuvo Sulzer el derecho de elegir, y fijó la significacion Linneana. ¿Y qué es para Sulzer la Sphinx fasciata ? Es mi 2175 y para citar buenas figuras, la de Cramer tab.:267, f. O, la de Lucas in Sagra, tab. 17 f. 5. ¿Y cuál es entonces la Sph. Vitas? la de Cramer, tab. 268,f. E; la de Lucas, tab. 17 f. 4. ¿Qué son las dos especies para el Sr. Grote? Si atende- mos á su sinonimia, hay alguna confusion ; pero si atende- mos al texto, p.27, 28, es indudable que mi 83 es su fascia- tus, y 217 su Vitis; es decir que ha trocado los nombres : no extraño que haya confundido mis números. En su /asciata, ha puesto la figura de Sulzer al lado de la lámina 268 fig. E. de Cramer: las dos no pueden ir juntas. En su Vitis reun e el Dupo Vitis de Hiúbner (Cramer 268 E. segun la cita del mismo Húbner), con el Dupo Jussieuas Húbner (Cramer 267 C; Sulzer tab. 20 fig. 1). : He aquí mi sinonimia. N.2 217. Phlampelus Fasciatus secundum Poey. Sphinx Vitis L. nec typus; Drury, Exot. Ent. tab. 28, £. 1 (1170). fasciata Sulzer, Hist. Ins. tab. 20. £. 11761). 260 Vitis L. nec typus; Fabr. Syst. Ent. p. 542, n. 19 (1775). Fabr. Sp. Ios. p. 147.n 35 (1781). Fabr. Mant. p.96, n. 39 (1787). Fabr. Ent, Syst. p. 369, n. 41 [1793]. —=- — -—=-—— Cramer, Lep. Exot. tab. 267, f. C [1782]. Abbot et Smith, Ins. Georg. 1. tab. 40, [1797]. Eumorpha Jussieuae Hibner, Samml. Ex. Schm. f. 1, 2. mas. Dupo Jussieuae Húbner, Samml. Ex. Sehm. f. 3, 4. fem. ? . Verz. bek. Schm. n. 1467 [1816]. mas et fem. Philampelus fasciatus, Lucas in Sagra, p. 293, tab. 17, f. 5[1856]. ———— H-Sch. Corr. Blatt, p. 58, n. 4 [1865]. vitis ez L. nec typus; Grote, Sphingidae of Cuba, p. 26,51 [1865]. 0 | H==KÁ KÁ RNKÁú N.? 83. Philampelues vitis, secundum Poey. Merian , Surin. tab. 47,f. 1. Sphinx Vitis Linné, Syst. Nat. ed 10. p: 491,n. 14 [1758]. L. Mus. Lud. Ulr. p. 354, n. 14 [1764]. —— L. Syst. Nat. ed 12. p. 801, n. 16 [1767]. —— , Cramer, Lep. Exot. tab. 263. f. E. [1782]. —— , Gmelin, Syst. Nat. p. 2380, n. 16 [1788]. Dupo Vitis, Hibner Verz- bek. Schm. p. 137, n. 1466 [1816]. Philampelus Vitis, Lucas in Sagra, p. 293, tab. 17, f. 4. — —— —>— H-Sch. Corr. p. 58, n. 3 [1865]. —— —— fasciatus Sulz. nec typus; Grote, Sphingidae of Cuba, p- 27, 52 [1865]. Ñ Queda por colocar en su debida columna á la Sphinx Vitis, Roemer, Gen. Ins. tab. 20. f. 1 (1789), porque las no- tas que conservo no me dicen precisamente donde debe ir. En el mismo caso está la cita que nos da Fabricio del frontis- picio de Wien. Verz. Sehm. 1801 ; porque en mi edicion fal- ta este frontispicio; y la lámina de Seba, IV. tab. 55, f. 14, 15, por mala. He dado la razon por la cual he referido la especie de Linneo á mi n.?883. He citado á Fabricio en el n. 9 217 por esta expresion que no deja duda : posticis fascia nigra margi- neque rufo. Los sinónimos de Hiúbner quedan justificados por lo dicho en la página 259; y los de H-Sch. por su: corres- pondencia con el Dr. Gundlach, 261 Rectificacion. El Sr. Grote ha hecho bien eu no haber sobrecargado la sinouimia con los nombres de mi Catálogo manuscrito, en- viado á Filadelfia para facilitar las determinaciones, y no pa- ra que sele dé publicidad. Como documento confidencial, pude haber puesto allí una expresion demasiado enérgica pa- ra calificar la intervencion, en los Lepidópteros cubanos, del distinguido Sr. Lucas, que respeto como sabio, y aprecio co- mo compañero en la Sociedad Entomológica de Francia, de que soy uno de los socios fundadores. No es posible desde- cirme, ni quejarme del Sr. Grote. sobre este particular; sino llamar la indulgente atencion de mi contemporáneo diciendo: C'est lut qui 'a nommé. En lo que estoy muy quejoso del Sr. Grote, es en que haya dicho que no hu puesto en la sinonimia los nombres de mi Catálogo, porque están generalmente en desacuerdo con los su— yos ; dando con esto á entender que mis denominaciones espe=- cíficas están equivocadas. Esta aventurada y errada proposi= cion se destruye del modo siguiente. : Hay 20 especies en la Coleccion y en el O Catálogo, que estoy bien seguro de haber nombrado ; y estoy de acuerdo con el Sr. Grote, á saber: 75, 81, 93, 98, 99, 121, 125, 214. 215 216, 218, 221, 289, 4144, 512, 513, 541, 542, 543, 547.—Hay 12 especies que fueron sin nombre; por lo que no podemos es- tar en discordancia con respecto á cllas; 78, 85, 87, 91, 947 95, 120, 124, 835, 954, 956, 1003.—Hay 7 especies que si no han sido nombradas, están en el mismo caso ; y silo han sido que eslo más probable, están de acuerdo con sus nombres, como consta de mis manuscritos ; 76, 77, 84, 86, 92, 96, %7, lepidópteros conocidos por mí antes de la remision de mi Catá? logo.—Hay 4 especies queno han sido remitidas, sino indica- das ; 2 de ellas con nombre aceptado por el Sr. Grote, 2 sin nombre.—537, Sphinx Asdrubal es un sinónimo de Tetrio, y aceptado por él : esto no puede llamarse discordancia.—En 83, Phil. Vitis, y 217, Phil. fasciatus, discordamos completa- 262 mente ; y he demostrado que el error está de parte del Sr. Grote.—Quedan tres en que no estamos de acuerdo, á sa- ber: 90, Parce, que creo con el Sr. Lucas, ser vien nom - brada ; 88, Scyron, de conformidad con H-Sch; 946, Falco, presentada con duda conforme 4 Walker. Esta es la fiel relacion de lo que ha ccurrido. Sobre 25 especies, cuando menos, probablemente sobre 32, diferimos en cinco : 2 por culpa suya, 3 por la mia, casos aun dudosos para los ilustres autores que he nombrado. Pronto se aclara- rán las dudas ; habiendo pedido informe al Sr. E. T. Cresson, digno Secretario de la Sociedad Entomológica de Fila- delfia. ' | No era mi ánimo tomar la pluma para criticar una obra escrita con recursos superiorea á los mios, puesto que no ten- go á mi disposicion las obras modernas que han enseñado al Sr. Grote esa multitud de subgéneros que echa de menos en mi Catálogo ; y que hacen la ciencia inaccesible al más deno- dado campeon, entregándola despedazada á la legion de los Monografistas. Siento haber entrado en rectificaciones que puedan entibiar el afecto de mi corresponsal ; bien que los términos de la discusion sean de naturaleza á conservar rela— “ciones amistosas. Pero me he visto en la necesidad de rectifi- car el concepto desfavorable que se desprende contra mí de dos páginas de sus interesantes Notas sobre las Esfíngides de Cuba. | + Privado en la Habana de una buena Biblioteca entomo- lógica, conservo los apuntes que tomé en Paris en una época de mi vida, que el tiempo irrevocable ha dejado muy atrás; sin sospechar que me sirvieran en una ocasion tan oportun a. Quedo dispuesto como siempre á prestar mis servicios al Sr. A. R. Grote, para aumentar los materiales cubanos que so- mete á su prolijo exámen ; y consagraré para darle gusto al- gunas horas ú una correspondencia pacífica, Fallendis demus nos Papilionibus horas. (Denis.) Corramos en pos de las Mariposas fugitivas, 263 Errata et Addenda in Notes of the Sphingidae of Cuba. 12, 1.9, in Abbot et Smith, Pl. 59, lege 30. 24, 1.18, in Fabr. Syst., lege Sp. ma P. 24, 1. 21,ad Fabr. Ent, Syst, HIT. I, adde p. 378 n.79. P.24. 1 22, in Abbot. et Smith, 1791, lege 1797. P. 26,1.2,ad. Fabr. Syst. Ent., adde p. 541, n. 18. P. 30, 1- 29, in Drury, 111, lege II. P. 32, 1. 4, in Drury, 1773, lege 1770. -P. 32. 1.7, in Fabr. Exot. Syst. lege Ent. Syst. P. 34, 1. 5, in Drury III, lege IT. P. 37,1. 3, in Drury II, lege 1. P.37, 1. 9, Mandrica, lege Manduca.. P. 37,1. 22, in Fabr. Mant. n. 53, lege 52. P. 37,1. 23, ad Fabr. Ent. Syst. UIT. I, adde p. 375, n. 56. P. 37, 1,40, in Drury, fig. 3, lege fig, 4 P. 41,1. 6,in Drury UI, 1773, lege I. 1770. P. 51, 1, ultima, in Abbot et Smith, Ins. Ga. Pl. 40, 1792, lege Ins. Goorg. Pl. 28, 1797, P. 52, 1. 15, in Sulzer, 1776, lege 1761. P. 52, 1. 16, in Cramer, tab. 208, lege 268. Corrigende in Poey, Repertorio. Pag. 247, lin. 20, in Chotrocampa Tersa Drury, lege Linné.-—Sphinx Tersa Linné, Mant. IL (1767), p. 358, do- cente Fabricio. Drury, tomo IL es de 1770; Linneo tiene pues la prioridad, que el Sr. Grote da á Drury con el mero hecho de no citar á Linneo. Ignorando, cuando escribí la p. 247, si Linneo habia nombrado la especie en Mantissa 1 ó en - Mantissa altera (1771), hube de guiarme por el Sr. Grote, á quien esta correccion atañe tanto y aun más queá mí. 264 MOLUSCOS TERRESTRES Y FLUVIALES encontrados por Gundlach y Presas, en una excursion de Ceiba Mocha al Pan y al Palenque. a Cyclostoma pictum Pfr —dentatum Say—nodulatum Poey— denegatum Poey — irradians Shutt-— Presasianum Gundlach. Megalomastoma apertum Poey . Helicina submarginata Gray—Sloanei Orb.—adspersa Pfr —conica Pfr—nitida Pfr—minima Orb.—hispida Pfr— . rugosa Pfr—rupestris Pfr. Helix auricoma Fer.—multistriata Desh.—vortex Pfr- - Cubensis Pfr—Boothiana Pfr—stigmatica Pfr—debilis Pfr— Bonp!andi Lamark. ' Macroceramus Palenquensis Grundlach. Oleacina oleacea Fer.—subulata Pfr—solidula Pfr. Achatina fasciata Miller. Cylindrella elegans Pfr—scaeva Gundl.—fortis Gundl.— Rugeli Shutt.—Camoénsis Pfr—fumosa Gundlach. Limnaea Cubensis Pfr. Physa Cubensis Pfr. Discus albicans Pfr. Son 11 géneros representados por 38 especies: 33 de ellas eran ya conocidas para la Ciencia, pero las 5 restantes eran entonces desconocidas; y han sido nombradas por el Dr. Gundlach, infatigable observador de la naturaleza, que tuvo la bondad de dedicarme el Cyclostoma. | De las otras especies ya conocidas, son propias de esta localidad, no habiéndose encontrado en ninguna owra, el Cy- clostoma irradians y la Cylindrella Rugeli. : Manuel J. Presas. DT Aa cena AS e dadas ZE 265 REVISTA «de los tipos Cuvierianos y Valenciennianos correspondien- tes á los Peces de la isla de Cuba. POR FELIPE POEY. Siguen los Percidies. (Ver p. 193).. Ploctropoma hispanum Cuv, II, p. 396 Martinica.—Es tambien especie cubana, ilustrada en mis Memorias, p. 72, tab. 4, f. 1. Algunos pescadores lo llaman Brajatba de lo alto. Pertenece al género Gonioplectrus Gill. Plectropoma chloropterum Cuv. 1, p. 398. Santo Do- mingo, Martinica.—Vulg. Guaseta. El Sr. Giinther dice que el Pl. menocanthus M. et Tr. de Barbada, es otra especie, porque tiene una sola espina fuerte en el ángulo preopercular, mientras que el chlorurum tiene dos: en este caso la especie de Cuvier no sería la nuestra. Convidamos al Sr. Peters á que compare con el tipo de Bar- bada depositado en el Museo de Berlin. Debo al Sr, Peters la noticia de que el Alphestes afer de Bloch es el P. chloropte- rum. Esta especie es el tipo de mi género Prospinus y debiera colocarse en el género Alphestes, por ser la primera citada por Bl. Schn. Pero pienso con Cuvier 1, p. 486, que el género - Alphestes es de ningun valor, porque está fundado únicamen- te en el carácter tan general de tener las escamas del cache- te menores que las del opérculo, no mencionando las espinas del preopérculo. 34 266 Plectropoma Susuki Cuv. If, p. 404. Japon.—Esta es pecie, tal como la describe Cuvier, no parece ser igual 4 mi Serranus mystacinus de Cuba, descrito en Memorias, L, p. 52, tab. 10, f. 1; porque dice que tiene una sola espina; los dien- tes parecen diferentes, y no habla del vigote negro. La espe- cle cubana, por la subdivision de los intestinos.ciegos , per- tenece al g. Schistorus de Gill. El Sr. Peters me escribe que él está de acuerdo con Kaup en que el Serranus octocincius Temm. et Schleg. tambien del Japon, es el jóven del Susules. Por otra parte el Sr. (rúnther pone el octocinctus en la sinoni- mia del mystacinus , lo que es dudoso, vista la diferencia de la patria. Esto se sabrá mejor, comparando individuos de todas edades, y examinando los apéndices pi óricos. Plectropoma puella Cuv. Il. p. 405. tab. 37. Martini- ca.—Véase para la ilustracion de esta especie, mis ¿Memorias I, p. 62, tab. 9, £. 2. Es del género Hypoplectrus Gill. Plectropoma chlorurum Cuv. H. p: 406. Martinica.— Parece que es el mismo pez cubano, que en mis Memorias , 1 p. 427, he nombrado Pl. affime. Es' del género Huypoplectrus Gill. En 1851, habia señalado la necesidad de formar un gé- nero nuevo con estas pequeñas especies de Plectrepoma que tienen por tipo el Pl. puella: estaba reservado al Sr. Gill el dar cumplimiento á mis deseos. En la Habana los !laman Va- cas : no pasan de 4á 5 pulgadas. Mesoprion uninotatus Cuv. Il. p. 449, tab. 39. Santo Domingo, Martinica, Cuba (Desm).—Vulgarmente Biajaiba; pez hermoso y comun en la Habana ; los ejemplares mayores son de 124 14 pulgadas. En Cienfuegos tienen fajas oscuras verticales, debidas, segun don Serafin Aoi al fondo pedre- goso en que se encuentran. Mesoprion analis Cuv. H. p. 452. Santo-Domingo, Uu- ba (Desm.)-.Es nuestro célebre Pargo, tan abundante, tan sano, y por su tamaño digno de figurar en los festines. Cu- vier describe un jóven de 5 pulgadas, que presenta las man- chas verticales de su edad : está bien caracterizado por sus 267 «Mentes cortos, pero fuertes. Posteriormente describió Cuvier un individuo mayor de la Martinica, y le dió el nombre de Sobra. Véanse mis Memorias, 1. p. 146. Es de notar que el M. Pargus Cuv. dado por el Pargo de Puerto-Rico, no es la misma especie. Decimos una vez por todas que el Sr. Gill ha creido justo sustituir al género Mesoprion de Cuvier el de Lutjanus, que es. de Bloch. Mesoprion Scbra Cuv. Il. p. 153. Martinica.—V éase M. anats. Moesoprion Buccanella Cuv. II. p. 455. Martinica, San Thomas. —Es nuestro Sesi, que se distingue por una mancha negra sobre el tronco de la pectoral. Cuando es jóven, no pa- sando de seis á siete pulgadas, tiene el tronco caudal amari- llo superiormente. y viene á serentonces mi Mesoprion caudas notatus, Memorias, L. p. 440, tab. 3, £. 3. Mesoprion Aya Cuv. II. 457. Santo Domingo.—Este pez no es de Cuba; pero está citado por otros como de esta 1s- la, y puede grandemente confundirse con mi M. profundus, que tiene tambien el preopéreulo muy escotado y el ¡iris ama- rillo. He visto un ejemplar de Santo-Domingo, de un pié de largo, comunicado por D. Manuel Fernandez de Castro, y no le he encontrado la mancha lateral. Difiere además por las escamas de las sienes, mucho más aproximadas á las órbitas. El ejemplar tipo que existe en Paris, segun informes del Sr. Guichenotb, conserva en aguardiente los ojos amarillos. En la página 471 del mismo tomo, muda Cuvier el nombre de Aya en el de purpureus. Las cuatro espinas anales, en el Aya, es un accidente que no se ha reproducido en el individuo observado por mí. ni en los que describe el Sr. Gúnther. Mesoprion chrysurus Bloch, Sparus ; Cuvier 1, p. 459; tab. 40 Martinica, San Thomas, Puerto-Rico, Santo Domingo, Brasil, Cuba (Parra). —Vulgarmente, Rabirubia, que Parra y Cuvier escriben mal Rabirrubia. Es pez bien conocido en la Habana; de carne sana y lijera. Los mayores son de S á 10 libras. El M. aurovittatus Ag?, que Gúnther pone en la sino- nimia del chrysurus, me parece distinta especie, hallada por V 268 mí en la Habana una sola vez.—Pertenece al género Ocyu- rus Gill. Mesoprion cynodon Cuv. II. p. 465. Martinica, Santo: Domingo, Cuba (Parra). —Vulg. Cubera. La corta descripcion de Cuvier no basta para distinguir la Cubera del Caballerote;. : porque no da la longitud del hocico ni la del hueso maxilar para compararlo con la distancia al ojo. El Sr. Giinther,. contra su costumbre, no ha dado tampoco esta distancia ; y confunde en su sinonimia cuatro especies, que son los Meso-- priones cynodon, Caballerote, Jocu y analis. Cuvier refiere su: especie al Caballerote de Bl. que es el de Parra; y tendria - razon, si no fuera por lo que he manifestado en Proceedimgs of the Academy of natural sciences of. Philadelphia, 1863, pp. 185-187, donde establezco la diferencia que hay entre las dos especies. Esta diferencia es conocida de muy pocos pescado res ; y consiste principalmente en que la Cubera tiene el ho- cico más corto, y la boca más hendida, hallándose la extre-- midad del maxilar bajo la vertical que parte de la mitad ó del primer tercio del ojo; mientras que en el Caballerote, no Me- ga á la órbita. La Cubera alcanza el peso de 4 arrobas, y más;: el Caballerote no pasa de 8 libras. Ambos son peces de: mérito. Mesoprion Jocu Bl. Schn. Anthias; Cuvier, 1. p. 166.. Martinica, Cuba (Parra). —Vulg. Jocú. Este pez se podrá dis- tinguir siempre del Caballerote y del Cají, por un espacio blanco (que suele enrojecer en el aguardiente) situado sobre el cachete, en direccion del ojo á la parte inferior y anterior: del preopérculo. Un cordon azul interrumpido y longitudinal acompaña la parte inferior de la órbita : las aletas son ana- ranjadas. Tiene el hocico prolongado y la boca corta del Caji y del Caballerote, que presentan algunas veces el cordon su- borbitario. Los números son: D. 10, 14; A. 3, S (Cuvier trae 3, 9). Refiero, con el Sr. Gunther, á esta especie el M. ltura de Cuv. II. p. 467:—Habiendo escrito D. Antonio Parra en 1787, que es uno de los peces que cun más frecuencia ocaslo- nan la ciguatera, ha quedado prohibido por una serie prolon- 269 gada de años; y no es fácil que vuelva á restablecerse en la buena opinion que probablemente merece. Mesoprion litura Cuv. Il. p. 467. Cayena, San Thomas — Véase M. Jocu. Mesoprion linea Cuv. 1]. p. 468. Santo-Domingo, Cuba (Poey).—Véase el M. griseus, Cuv. Mesoprion griseus Cuy. II. p. 469. Santo-Domingo, Mar- tinica, Cuba (Desm).— Hay en Cuba dos especies bajo el nombre de Caj?, antes Cajis y se escribia Caxis. Parra ha descrito y representado p. 14, tab. 8,f.2, la especie más amarilla, que esel Sparus Caxis Bl. Schn, La otra especie es el M. griseus de Cuvier, al cual referimos como individuo jóven el M. flavescens Cuv. IL. p. 472. Ambas especies cuan- do jóvenes, llevan fajas verticales pálidas sobre un fondo más oscuro, y presentan á veces la línea suborbitaria del Jocú, principalmente en la juventud. Cuvier ha reconocido que el Lusjanus acutirostris de Desmarest esla misma quesu M. gri- seus ; pero no ha querido conservar el nombre. El M. linea de Cuvier es otro jóven del mismo M. griseus: y segun Ginther el M. Goreensis Cuv. VI, p. 540, que será más bien el Cazxas : agrega con duda el M. fu/genms Cuv. VI. q, 539, lo que nopue- de admitirse en vista de la descripcion de Cuvier.—Para fi- jar las diferencias entre el M. Caxis y el M. griseus, he toma- | do dos de un mismo tamaño, 218 milímetros; y he hallado el resultado que sigue, Mesoprion Caxis.—Colores más fulgentes, tirando el pardo á carmin ; iris vinoso-anaranjado ; seis fajas claras ver- ticales, sin la caudal, menos angostas ; altura, 66 milímetros; cabeza más larga, 73 mil. ; diámetro del ojo mayor, 16; D. 10,13; dientes mayores, preopérculo menos escotado; apén- dices pilóricos cortos ; esqueleto del eráneo, 48 mil. ; órbita en el esqueleto, 19. Mesoprion griseus (acutirosíris Desm.).—Colores apa= zados, de un pardo . verdoso; iris bruno, con cerco dorado; siete fajas verticales, sin la caudal, más angostas ; altura 65 milímetros ; cabeza menos larga, 68 mil. ; diámetro del ojo 2:70 menor, 12; D. 10, 14. dientes menores, preopérculo más es- cotado ; apéndices pilóricos largos ; esqueleto del cráneo, 45 mil. ; órbita en el esqueleto 17. Después he comparado otros en que el diámetro del ojo y la prolongacion del hocico ha variado ; detal suerte que me inclino á creer con los pescadores que no hay más que una sola especie, de caracteres variables y de color distinto segnn la profundidad en que viven. En este caso, el nombre que prevalece es el de Bloci. | El Bodianus fasciatus Bl. Sch. tab. 65, llamado en el texto siriatus, p. 335, ha sido indicado como de la India orisn- tal; pero Cuvier Il, p. 468, se inclina á creer que es el mis- mo que su M. línea : he visto en Matanzas, frente á los arre- cifes de Bellamar, individuos del M. griseus con fajas verti-. cales, linea suborbitaria y una corona formada por una faja oscura que parte de la extremidad del hocico y sube ála nu- ca pasando por los ojos ; me parecen variedad+s á que se pue- de referir la lámina 65 de Bl. Schn. Mesoprion purpureus Cuv. 11. p.471.—Véase M. Aya. Mesoprion flavescens Cuv. IL p. 472. Martinica.—V éa- se M. griseus. Centropristes tabacarius Cuv. JIIL. p. 44. Martinica.— Esta especie no pertenece al género Centropristes, porque tie- ne dos pequeños caninos ; por lo que nu se me ocurrió buscar aquí este pecesillo, que esuno de nuestros Serranos, á quien he dado en mis Memorias, 1. p. 57, tab. 2, f. 1 el nombre de Serranus Facome, que es la misma especie. Pertenece al gé- nero Haliperca Gill, : Rypticus saponaceus Bl. Schn. Anthias ; Cuvier, 11; p. 63. Martinica, Brasil, Méjico, Cuba (Parra) —El género, segun Agassiz, debe escribirse Rhypticus. Este es en Cuba el Jabon que Parra llama Jaboncillo, pez pequeño y asqueroso, cuya prohibicion no perjudica á los pescadores; pero habiendo la Ordenanza impreso Jazon, algunos Sres. el Ayuntamiento han interpretado Cazon, y prohiben el Tiburon, que nada tie- 271 | ne de ciguato : volveré sobre esto en un artículo que prepa- ro con el título de Cegualera. Centrarchus tetracanthus Cuv. VII. p. 460. Cuba[Poey]. —Este pez ha s do descrito por Cuvier en vista de un dibujo de la Viajaca de Cuba, que tuve el honor de presentarle : las cuatro espinas anales de esta especie le hicieron creer que era un Centrarchus. Es la misma especie que el Sr. Guichenot dió en la obra del S1. dela Sagra con el nombre de Chromis fusco- muculata. Pertenece en efecto á la familia de los Chromidido, véase Cichloid. género Nandopsis Gill, distinto del Acara Heck. El hueso faríngeo inferior parece de una sola pieza; pero haciéndolo hervir, se divide en dos fácilmente. Alcanza en su crecimiento un pié de largo: es de agua dulce, ya es- tancada, ya corriente ; fácil de criar á millares en tanques ar- tificiales, pues comen toda suerte de alimentos, no solo Gua- jacones, sino pa miche y otras semillas. Es creencia vulgar que la Viajaca hembra desova en una corriente, que conduce los gérmenes á sus agallas, donde los conserva hasta el nacimiento de los peces. Este es un error que mi amigo D. José Ignacio Hernaudez, excelente obser- vador, desvanece en. las cartas. que me ha escrito. Cuando la Viajara está de parto, muda de color; todo su cuerpo se cu- bre de grandes manchas y fajas negras: busca un recodo ó remanso donde no le moleste la corriente, á un pié de profun- didad, y hace un nido, esto es, un simple hoyo, donde depo- sita sus huevos, de los cuales no se aparta un momento : el macho la acompaña y fecunda los huevos. Llega el dia en que los hijos rompen su prision y salen á nadar en número con- siderable, formando una gran mancha que parece en sus mo- vimientos recibir un solo impulso. La madre no desmaya en su solicitud, obligada por instinto á defender á sus hijos con- tra los multiplicados asaltos de los Guajacones (Cyprinodontes) que no la dejan sosegar. Muchos raptores pagan con su vida su atrevimiento, muchas Viajaquitas pierden tambien la vida; y todos se perpetúan, Viajacas y Guajacones. La Viajacas, de 272 tamaño de una pulgada ó dos tienen en el tronco caudal una mancha negra redonda, y alguna otra en el cuerpo.—La vi- da de estos animales es muy dura ; porque en la seca, se ago- tan las lagunas, y se conservan encerradas donde quiera que encuentran un poco de humedad. Priacanthus macrophthalmus Bl. Anthias ; Cuvier, HL. p- 97. Brasil, Martinica, Habana (Parra).—Vulgarmente. Ca- talufa. Bloch afirma que su especie es del Japon; pero se equivoca tantas veces en la patria, que Cuvier no lo ha crei- do, y describe una especic americana. Hemos sabido por los Sres. Bleeker y Gúnther que la especie de Bloch es de las In- dias orientales, puesta en la sinonimia de P. Bloch BIk. ta! vez para respetar el P. macrophthalmus Cuv. nec Bl.; pero hu- bieran hecho mejor en respetar la prioridad de Bloch, mudan- do el nombre de Cuvier ; y es lo que he hecho describiendo la especie americana bajo el nombre de P. Catalufa, en Proc. Phal. 1863, p. 182. Cuvier creyó erróneamente que el P. Cepedia - nus Desm. es el macho de su especie. Tenemos en la Isla tres especies de Catalufas, que examinaré en este artículo. La primera y más notable por sus colores encendidos, y por el tamaño de 14 pulgadas que suele alcanzar, es imi P- Catalufa ya citado, que llama la atencion por el cuerpo com- primido y la magnitud de sus ojos. El macho difiere del P. macrophthalmus descrito por Cuvier en que la altura del cuerpo está contenida 4 veces menos 7 en la longitud total (en Cuvier, 3); la cabeza desde la extremidad superior del hocico, entra d veces en esa longitud (3) ; el ojo entra 2 ve- ces y medio en la cabeza (casi 2); abertura posterior de las narices oblicua (vertical) ; primer radio espinoso de las aletas medianas algo áspero (los radios blandos ásperos) ; 12 intesti- nos ciegos (6) ; cráneo perforado transversalmente en su ba- se (Cuvier ha examinado el cráneo y no habla de este carác— ter bien notable).—La hembra comparada con la descripcion de Cuvier presenta las diferencias que siguen: la altura está 31 en la longitud total (3) ; la cabeza, 4 (3) ; el ojo, 23 en la cabeza (casi 2) ; la punta de la ventral alcanza al primer ra- , 273 dio dorsal (al segundo) ; es probable que los ciegos y el crá- neo ofrezcan la misma diferencia que en el macho.— En vista de la descripcion de Cuvier, no podemos afirmar que la espe- cie cubana sea la misma; y aunque fuera, tendríamos que rechazar el nombre, por pertenecer áotra especie de Bloch. El Sr. Griinther pone en la sinonimia de la especie americana de Cuvier, el Pr. arenatus Cuv. TIT, p. 101, del Brasil ; lo que no admito, perque Cuvier dice que el cuerpo está sembrado irregularmente de pequeños puntos negros : siendo estos pun- cos irregulares, no pueden corresponder al centro de cada es- cama. Tambien pone Gúuther en la misma sinonimia el Pr. fulgens de Lowe, islas Canarias. No he leido la descripcion de Lowe ; y nosési su especie es exactamente igual á la de Cuvier 6 á la mia. Tomando por guia al mismo Gúnther, mi Priacanthus Catalufa difiere en los caracteres que siguen. El macho tiene la altura 32 en la longitud (en Gintker, 34); el ojo, 24 en la cabeza (23) ; la parte posterior del hueso maxi- lar, en usa vertical que pasa por la abertura posterior de las parices (un poco más allá de la órbita); aletas con algunas pintas oscuras (con borde negro); caudals algo escotada (trunca) ; ventral alcanzando á la 22 espina anal (á la 1?).— Siguiendo la comparacion, la hembra tiene la altura 3! en la longitud (34); el ojo 24 enla cabeza (25) ; aletas de un co- lor uniforme (con borde negro) ; la línea del maxilar y la es- cotadura caudal, como en el macho, y con la misma diferen- cla. Esta comparacion nos conduce á no considerar el Pr. ma crophthalmus de Gthr. y probablemente el Julgens de Lowe como iguales á la especie cubana: la línea del maxilares una diferencia notable. La segunda especié es el Priacanthus Cepedianus Desm. Difiere del Pr. Catalufa en la abertura posterior da las nari- ces, que es vertical y ancha; en la espina del ángulo preo- percular, que es grande y echada atrás; en todos los radios espinosos, ásperos por delante ; caudal trunca ; color rojo con fajas verticales oscuras, á veces imperceptibles ; aletas verti- cales con pintas negras y con bordes negros: hay tambien 35 e co O | diferencias en las dimensiones; el cráneo no está perforado en su base. Yo habia creido que el Pr. boops de Foster, cita- do por Cuvier, III, p. 103, de Santa Helena, era esta misma especie ; pero me he desengañado con la descripcion dada por el Sr, Gúnther. La tercera especie es el Priacanthus cruentatus Lac. La- brus ; que Cuvier trae en su tomo lll, p, 102, ¡uesto por el Sr. Gúnther entre las especies dudosas. Se aparta mucho del Pr. Catalufa, y se aproxima al Cepedianus, del cual difiere casi únicamente por los colores del cuerpo, que ofrece grandes manchas redondas rosadas sobre un fondo subido de almagre, más ó menos visibles segun el estado de frescu— ra del animal. Priscanthus arenatas Cuv. III, p. 401. Brasil.—Véa- se Pr. macrophiha mus. Priacanthus cruentatas Lac. Labrus; Cuvier, Il, p. 402.—Véase Pr. macrophthalmus. Priacanthusboops Forster, Perca; Cuvier, J1L, p. 103. Santa Helena.—Véase Pr. macrophthalmus. Myriptistis Jacobus Cuv. III, p. 162. Brasil, Martini-. ca, Cuba, (Desm.) —Notamos que el Sr. Agassiz corrige la. ortografía del género, en Myriopristis. El nombre vulgar en la Habana, es Candil, que alude á sus hermosos colores. A pesar de que Cuvier tuvo á la vista un individuo de Cuba, he encontrado bastantes diferencias en su descripcion para hacer de él otra especie, en mis Memorias, II, p. 159, con el nombre de M. Lychmus. Los que puedan comparar las dos especies darán su voto definitivo. Holocentrum longipinne Cuv. III, p. 185. Brasil, Marti- nica, Sana Thomas, Puerto-Rico, Jamaica, Cuba (Parra).—- Vulgarmente, usando una expresion decente, Matejuelo, Hay en la Habana muchos Matejuelos : este es el más comun, y que más crece ; tiene los colores brillantes del Candil. Es el 4Am- , phiprion Matejuelo de Bloch, nombre específico que tiene la prioridad sobre el de Cuvier; y que deve conservarse á esta especie, aun en el caso de que la especie cubana fuese distin-- ra 275 ta“de la de Cuvier; como lo he establecido en mis Memorias, IT. p. 155: el nombre de Bloch ha sido dado en vista de la lámina de Parra. El maxilar se compone de tres piezas. Beryx decadactylus Cuv. HI, p. 222.—La patria no es- tá indicada ; pero se sabe que se encuentra en lasislas Made» ras: llama la atencion por su tamaño y hermosura. Hay en Jaisla de Cuba un pez muy raro de este género, llamado por su color rojo y lamagnitud de sus ojos Catalufa de lo: alto; si no es la misma especie, es tan parecida que nome atrevo á darle otro nombre específico. Las cuatro espinas dersales están en contacto inmediato en Cuvier; y en Guérin, Iconogr. tab. 98. f. 3, se ve claramente la membrana que las une; el ojo entra dos veces y dos tercios en la cabeza 2 veces segun Cuvier, pero es de considerar que su ejemplar es más peque- ño (384 mi! segun Guérin, el mio pasa de 600), por lo que el ojo debe seren proporcion más grande, sobre todo en la piel seca ; la escama supraescapular tiene una cresta fuerte- mente denticulada.—El maxilar tiene dos piezas supernume- rarias, la del centro áspera.—£E' e splendens Lowe, se aparta igualmente de estas dos especies ó variedades. | Sphyraena Becuna Lac. ; Cuv. UL, p. 340. Brasil, Mar- tinica, Santo-Domingo, Habana (Parra).—Cuvier pone en la sinonimia de esta esp ecie la Picuda de la isla de Cuba, nom- brada por Bl. Schn. Sphyraena vulgaris varietas ó Picuda, en vista de la lámina de Parra. Pero aquí Cuvier se equivoca, porque la S. Becuna no difiere por la posicion de sus aletas de la 8. vulgaris (Esox Sphyraena L.) que se encuentra en el Mediterráneo, y que es bien diferente de nuestra Picuda. Para distinguir algunas especies de este género, bastará casi obser- var la posicion respectiva de las aletas dorsal, pectoral y ven— tral. La Splyraena vulgaris y la Becuna que parecen formar una sola especie, tienen la primera dorsal y la pectoral opues- tas, pero empezando atrás de la pectoral á una distancia igual á la pectoral misma. Nuestra Picudilla (Sphyraena Picudilla Poey) tiene tambien la dorsal y pectoral opuestas, pero em- pezando en la línea que corresponde á nna distancia igual 4 276 los dos tercios de la pectoral. Nuestra Picuda (Sphyraena Pi- cuda Poey) tiene la dorsal un poco más adelantada que la punta de las pectorales. y la ventral corresponde á los tercios. de la misma pectoral : su cuerpo tiene manchas negras toda su vida. Nuestro Guaguanche (Sphyraena Guaguancho Cuv. II, p- 342, Cuba (Poey), tiene las aletas dispuestas como la Pi—- cuda ; pero se distingue porel cuerpo fusiforme, sin man- chas, con una faja amarillosa á lo largo de la línea lateral ; la 2* dorsal y la anal tienen el último radio prolongado. La cul- pa es mia si Cuvier escribió Guaguancho, puesto que recibió de míel nombre vulgar. Con más extension distingo nues- tras tres especies en mis Memorias, 11. pp. 162-168. 1] mismo Cuvier I1l. p. 343, tab, 67 describe la Sphy- raena Barracuda ex Shaw, como la especie mayor de lás An- tillas, temible por su voracidad y sus aguzados dientes, pro- ' pensa áadquirir la enfermedad llamada ciguatera. Todas las apariencias son de quese trata aqui de nuestra Picuda, desco- nocida de Cuvier. Segun el texto ilustrado por la figura de Cuvier, la Barracuda tendria la dorsal y la ventral opuestas ambas correspondientes á la punta de la pectoral; y el cuer- po no tendria manchas. No creo en la existencia de semejante animal, á pesar de la respetable autoridad de Cuvier. Sé que nuestra Picuda alcanza dimensiones extraordinarias (un peso de 50 libras) sin perder sus manchas ni la posicion relativa de sus aletas. Es muy abundante en nnestros mares, Cuvyier laindica como de las islas de Bahama; y es probable que Sea la Barracuda de los autores antiguos, pero no la de Cu- vier, la cual á mi entenderes una especie mal constituida, to-, mando confusamente los caracteres de la Picudilla y de Picu- da para construir este monstruo. Parece que el Sr. Gúnther piensa como yo, porque ha puesto la Barracuda en la sinoni- mia de la Picuda de Parra ; pero en su descripcion pone la 1? dorsal y la ventral al nivel de la punta de la pectora!l.—La Picudilla alcanza media libra de peso; el Guaguanche tres libras. 211 Sohyraena Guaguancho Cuv. II, p. 342. Habana (Poey) — Véase Sph. Becuna. Sphyraena Barracuda Shaw, £Esox; Cuv. III. p. 343. Brasil, Santa-Cruz, islas de Bahaima.—V éase Sph. Becuna. Polynemus améericanus Cuv. III, p. 393. Cayena, San- to Domingo, Martinica.— Vulgarmente, Barbudo. Pertenece al género Trichidion de Klein : véase una extensa sinonimia * en Gill, Proc. Phil. 1861, pp. 275, 279, bajo el nombre de Trichidion Plumiera Lac. Upeneus maculatus Bl. Mullus ; Cuv. UI, p. 478. Bra— sil, Martinica, Cuba (Poey).—Vulgarmente, Salmonete colora- do. Entre el género Mulloides y Upeneus va la diferencia de que el primero tiene varias series de dientes en cada mandí- bula; y el segundo, una sola. Esta especie cubana tiene los dientes cortos, cónicos, fuertes: arriba, una serie de los más largos, unos echados hácia afuera, y otros hácia atrás; otra serie, ó mas bien un liston más adentro, que parece compues- to de dos hileras. Abajo hay una sola serie. No los hay en la bóveda palatina. Sería pues un intermedio entre los dos gé— neros. Ubpeneus balteatus Cuv. III, p. 484. Cuba (Poey).——He snprimido esta especie, que el Sr. Gúnther ha puesto con ra- zon entre sus especies dudosas ; porque viene á ser un jóven de mi U. flavo-vittatus. Es probable que la mancha descrita, cerca de la cola, fuese efecto de lacaida en aquel punto de las escamas ; pues en este caso descubre este pez una piel de un rojo muy encendido que aparece negro en el dibujo que ha servido de tipo á esta especie. No lo he vuelto á ver desde aquella fecha atrasada. —Queda ahora por decidir si, á pesar del error, ha de ir el nombre específico Poeyano en la sinoni- mia del Cuvieriano. Es de notar que la especie de Cuvier ha sido descrita en vista de un dibujo presentado por mí. 278 Familia de cachetes armados. Prionotus punctatus Cuv. IV. p. 93, Brasil, Martinica, Jamaica, Cuba (Parra). Trigla punctata et carolina Bl. —Lla- mado en la Habana Rubio volador. Es raro. Dactylopterus volitans L. Trigla; Cuv. IV. p. 117. Me diterráneo, Martinica, Brasil, New-York, Cuba (Parra).— Está en la obra de Parra con el nombre vulgar de Morciélago, debiendo haber escrito Murciélago. Sus grandes aletas pecto- “rales lo hacen notable: no es raro. Es de los pocos peces de Cuba que se ensuentran en Europa. Cuvier trae una descrip- cion minuciosa de esta especie : puede verse en Grinther una extensa sinonimia. Scorpaena bufo Cuv. IV, p. 306. Martinica, Puerto-Ri- co, Habana (Parra). —Cuvier refiere á esta especie el más notable de nuestros Rascacios : yo he creido que era distinto, y lo he descrito en mis Memorias, con el nombre de Scorpae. na Rascacio. El Sr. Gúnther ha restablecido para el búfo” el 'nombre de Bloch, 4 saber, Scorpaena Plumieri ; en cuya si- nonimia pone tambien la figura de Parra, y la Scorpaena Rascacio de Castelneau (Anmaux nouveaux ou rares de l Amé- rique du sud ; Poissons, p. 7. 1855). Importa averiguar sl la especie de Castelneau debe referirse al 8, Péumiers Ó 4 mi Rascacio. Si es lo último, tendré queir á la sinonimia; porque mi dessripcion es de 1858, Scorpaena grandicomis Cuv. IV. tí. 309. Martinica, Santo Domingo, Habana (Poey).—Esta es otra especie de Rascacio raro en la Habana : es más pequeño, y constante- mente de un color gris; la region axilar no presenta sus man- chas en fondo negro. ' (Continuará. 1. Pap. Oviedo, Gural. 2. Fap. Cresphorndes, Crant. 219 DESCRIPCION DE UNA NUEVA ESPDUIR DE MARIPOSA DIURNA CUBANA dei género Papilio POR | JUAN GUNDLACH. En Enero de 1858 encontré en la jurisdiccion de Santia- go de Cuba en el tronco de una Ayúa una erisálida que al momento reconocí por diferente de las observadas anterior- mente y de consiguiente tambien del Cresphontes Cr. Habiendo salido el insecto perfecto encontré tambien caracteres específicos que me confirmaron en la idea de que era una especie nueva; por lo que la dediqué á la memoria del bien conocido historiador Gonzalo Fernandez de Oviedo. El Dr. Herrich-Schaeffer en el Correspondenzblatt, 1864 pág. 173 (ver pág. 21 de este Repertorio), donde publica el Catálogo de los Lepidópteros cubanos, á peticion mia, men- ciona la especie, pero la considera como variedad del Cres- phontes ; en lo que yo no estoy de acuerdo. Papilio Oviedo Gundl. Alae nigrae, lunulis marginalibus et fasciis duabus fla- vis; una communi in parte apicali anticarum venis nigris di-. visa, ¡Ibique ad marginem anteriorem producta, in posteriori- bus latiore subbasali, postice valde sinuosa et angulosa; al- tera maculis lunaribus composita in anticis extus concava, in angulo anali terminata, in posticis margine exteriori paral- lela. In ultima macula marginis abdominalis, macula nigra subrotunda intus cum margine nigro praecedente juncta adest; sed squamulae rubrae aliarum specierum vix obser- vantur. In caudae alarum posticarum disco macula flava exs- tat. Caput et thorax superne nigra, flavo-bivittata; abdomen supra nigrum. Corpus totum subtus flavum. La describiré en comparacion con el Pap. Cresphontes; 280 indicando solamente los puntos en que difiere, y contando las células de abajo arriba en las alas anteriores, de adentro á fuera en las po-teriores. Véase la lámina 5, figura 1* (El individuo es macho.) | En Oviedo, la faja amarilla es más ancha y más entera, solamente cortada por las nervuras negras, quedando las manchas en forma cuadrilonga. La célula 6, carece entera- mente de mancha negra;la 8. % tiene además de la mancha semi-lunar apical, otra larga como la extremidad apical de la faja. Además de las 4 manchas lunares amarillas entre faja y borde, hay otras bien pronunciadas, aunque chicas en las células 5% y 7? En-las alas posteriores, la “aja amarilla es más ancha La orilla posterior tiene varios ángulos, y de la célula 6.9 sale una continuacion en forma de mancha y entra en la célu- la 5.% . La mancha de la célula 1.% tiene una manchita ne- gra unida con el borde azul, y le preceden muy pocos átomos rojos, faltando los azules. En Cresphontes, (lám. 5, f. 2), la faja amarilla es menos ancha y compuesta de manchas en las células 2-5 ovales ó casi triangulares ; la célula 6. % tiene una mancha negra ca- si siempre libre, y por excepcion como continuacion del fon- do negro de la 7.9; la célula 8, % tiene solamente la man- cha lunar. Faltan las manchas lunares en las células 5-7 Ó si las hay estas son débiles. En las alas posteriores, la faja es angosta; la orilla pos- terior carece de ángulo y la célula 1.% es dividida por una mancha negra quedando así 2 lúnulas amarillas, la esterior marginal y lainterior casi cubierta de átomos rojos, notándo- se más hácia la base en el fondo negro una lúnula de átomos azules. El individuo es hembra. La cara inferior de las alas, la cabeza y el cuerpo no presentan diferencias esenciales. La diferencia más notable consiste pues en la faja amarl- lla de las alas posteriores y en la crisálida. 1.2 de Enero de 1366. 281 REVISTA Y OVTALOGO DE LAS AVES CUBANAS, POR JUAN GUN2LACH. Ver p. 221. Fam, 12, Cypselid ae. Se comprenden las especies de esta familia, aunque sin razon, con las de la precedente, bajo el nombre vulzar de Gro- londrina. En España se dice Vencejo. Gen. Wechopaetes, Baird. collaris Pr. Max. Cypselus, Temm. p. col., 195. Sedentario, habitante de las montañas v. g. entre Cien- fuegos y Trinidad, y toda.la Sierra Maestra, llegando después de los aguaceros á las llanuras v. g. Cienfuegos, Bayamo, en bandadas cuyos individuos separados por el vuelo se reu- nen de cuando en cuando, mientras gritan, para trasladarse á otro lugar á seguir de nuevo sus cacerías aéreas en pos de in- sectos; no los he visto posados, pero supongo que se esconden para descansar ó dormir en grietas de rocas ó en árboles hue- cos ; tiempo y modo de anidar desconocidos. Serie I. niger Gm. Hirundo, p. 1025. Sedentario; observado solamente en la vecindad de Bayamo y de Baracoa, en número grande con hijos, y en compaña de la especie precedente ; tiempo y modo de anidar desconocido. Serie 11. 96 282 Gen. Tacharnis, Gosse. Iradii Lemb. Cypselus, Aves de Cuba, p. 5.4.7, f. 4. 1850. Sedentario, comun en las sabánas y llanuras desmonta- das ; vuela en reunion de sus semejantes, descansa y duerme entre los pliegues de las pencas de palmas, principalmente de las canas, y anida allí desde Abril á Junio; sobre el nido vea la introduccion á este artículo pag. 176. Serie VII. Fam. 13. Caprimulgidae. Gen. Chordeites, Swain.- Popetue Vieill. Caprimulgus, Ois. Am. sept. 1, 56, pl. 24, hembra, 1807.—Crequsté. Caprimulgus americanus Wils. 1812.—Una parte de Capr. virginianus Br. 1760.—Ch. virginianus Bon, Aud. etc. Faltan datos para determinar si es puramente de paso ó si llega á la isla para anidar, habiendo observado solamente unos pocos ejemplares en la primavera, sin saber si anidan aquí, Serie 11. minor Cab. Journ. f. Orn. IV Jahrg. Nr. 19, Jan. 1856, p- 5.—Crequeté. | Gundlachi Lawr. 1856.-Ch. virginianus Lembeye, 1850,, nec Brisson.—Caprimulgus semitorquatus A. Poey 1848, nec Gmelin. | 0 De paso regular en verano, del Sud, para anidar en la 1s- la; muy abundante en las sabánas y algunos cayos desprovis- tos de manglares y vegetacion alta; vuela al anochecer y después de aguaceros fuertes, á veces de dia, continuando sus eacerías aéreas en pos de insectos en las noches de luna y mientras dure el crepúsculo matutino, dejando oir á cada ra- to su yoz expresada en su nombre vulgar, y tirándose con un: yuelo velocísimo hácia el suelo, pero sin llegar á él, y vol- 283 viendo por una vuelta repentina hácia arriba, lo que produce con las remeras pór el choque contra el aire un ruido parti- cular ; pone en los meses de Mayo hasta Julio sus huevos en el mismo suelo sin formar nido. Serie VI. Gen. Antrostomus, Gould. cubanensis Lawr. Ann. N. Y. Lyc., 1860, May, p. 14.— Guabairo. Nunca he oido decir Guaraiba y supongo que se lea este nombre por errata en la obra de la Sagra. Caprimulgus vociferus de los autores sobre Ornitología cubana hasta 1860. pero no C. vocif. Wils. Creo que es de paso en verano y no sedentario, no ha— biéndole observado en los meses de invierno ; desde fines de ' Marzo se oye su voz (que le diósu nombre vulgar) en el tiem- po de los dos crepúsculos y tambien en las noches de luna; vuela y caza solamente en la oscuridad, posándose á cada rato para atisbar; es comun en los cayos de la ciénaga de Zapata, pero ha sido observado tambien en otros parajes de -la Isla; pone en Abril y Mayo sus huevos sin nido en el suelo. Serie VII, ó VI en el caso que no fuese sedentario. carolinensis Gia, Caprimulgus, p. 1028.— tao Capr. rufus Vieill. 1807. De paso anual regular durante los meses del invi erno; | algo raro; cazá en la oscuridad, en Tugares desmontadós en vé- cindad de bosques ; en la Isla apenas deja oir su v0z, bién conocida en los Estados Unidos. Serie LI. Fám. 14. Fringillidae. Gen. Passerculus, Bon. savanna Wils. Fringilla, Am. Orn. IM, 55, pl. 22, f. 2, 1811.—Carece de nombre verdaderamente vulgar. Emberiza savanna Aud, 1889.—¿Fringilla hye malis Gm. 284 De paso regular durante el i invierno ; no raro en sabá— nas producidas por ciénaga secas; se posa pocas veces en ár- boles. Serie IL. | Gen. Coturnicales, Bon, passerinus Wils. Fringilla, Am, Orn, ll, 76, pl. OIE 1811.—No tiene nombre vulgar propio. Fring:lla savannarum (Gm). Nutt. 1832.—¿Fr. caudacu- ta Lath. 1790. —¿Passerina pratensis Vieil!. De paso anual regular en los meses del invierno; comun en el suelo de Jas sabánas, potreros y campos aun no labra- “dos; vuela ó más bien corre para evitar peligro, escondiéndo- se en la yerba, Serie 11. Gien. Spizella, Bon. socialis Wils. Fringilla, Am.Orn. 1, 197, pl. 16, r 5, 1810.— No tiene nombre vulgar. Emberiza pallida Lemb. 1850, nec Aud. | Visitador accidental; he observado solamente un? ejem= plar en la vecindad de Cárdenas en una tierra baja. Serie IT. Gen. Euethi ¿ay Reich. Depa L. Fringilla, p. 320. Tomeguin en la parte: occi- dental; tambien, pero impropiamente,; Chinchilita cuyo nom- bre es sinónimo de Bijirita (vea la Fam. 7, Sylvicolidae); Viudita en la parte oriental de la isla, Pechito en Baracoa. Emberiza olivacea Gm. —Passerina olivacea Orb, tia A. Poey, 1848 et Lemb. 1850. 4 Sedentario, muy comun en el campo y orillas de los bosques, muy querido:de los Cubanos y criada en jaulas; for- ma en casi todo el año en arbustos su nido grande, globoso con entrada lateral. Serie VI. canora Gm, Lowxia, p, 858.—Pomeguin del pinar, 6 me- jor, segun le opinion de' Pichardo, del a en la parte occidental, y Senserenico en la oriental. | 985 | Pyrrhula collaris Vig. 1827'—Passerina collaris, Lemb. 1850. | -Sedentario, muy comun:en las sabánas grandes que por regular tienen muchos Espinos, aun más estimado para criar- lo en jaulas qne la especie precedente; prefiere árboles, v. g. Maboa de Sabana y lUspinos para la formacion de su nido, que se encuentra casi en todos meses . Serie VII, 6 VI si la patria indicada por Gm. no es errónea. Gen. Cyanospiza, Baird. cyanea L. Tanagra, p. 315.—Azulejo. De paso anual regular durante el invierno, no rara em malezas provistas de algunos árboles ; buscada para. criarla en jaulas; el macho tiene colorido muy distinto en el yerano. Serie II. ciris L. Emberiza, p. 313.—Mariposa. Oí nombrar ey Trinidad al macho Arco-iris, y ála hembra Verdon, pero impropiamente. CSI De paso regular anual en invierno, no raro en orillas de montes, en malezas y campos no sembrados, pero que tienen aun millo, yerba de Guinea ensemillada etc.; especie favorita para jaulas; no muda su colorido segun las Adi n es. Serie IT. | Gen . Melo P A nigra L. Locia, p- 306. — Negtito. e (NV Sedentario, muy comun en todos terrenos, exce e piuindo los manglares; buscado para pajareras principalmen te por.su canto ; anida en Abril hasta Julio entre bejuqueras y ramaje espeso. De la Serie VII, pues la patria indicada por Linnee Ame rica aus salis Ó ó por Brisson Mexico será errónea, dan Guiraca, Swain, caerulea sit Loxia, p- 306. —Azulejo real. 286 De paso accidental, observado rara vez en su paso en la primavera ; criado en pajareras, pero en individuos importa- dos. Serie II. Gen. Goniaphica, Bowa. ludoviciana ENEÓA 1a, p.306 Degollado. Fringilla punicea Gm. (el macho jóven).—Loxia obs- cura Gm. (la hembra ójóven). —Loxia rosea Wils. 1810.— Coccothraustes rosea A. Poey 1848.—Coccot. rubricollis Vieill. 1824. De paso doble, pero no anual regular ; cuando aparece se le encuentra en algunos individuos en sociedad con las Pyrangas ; observado en la zona desde Habana á Cárdenas; criado en jaulas, pero por mayor parte importado. Se- rie II. Fam. 15. Icteridae. Gén. Icterús, Briss. Las especies de este género, todas de paso, no tienen nombre vulgar,/ó si acaso, el de Trupial. : baltimore L, Oriolus, p. 162. De paso doble, principalmente en A bril, pero cat unas pocas Veces, Serie IT. spurtus L. Oriolás, p. 162. Oriolus varius Gm. et Turdus ater Gm .—Y phantes so- litaria Vieill. (el macho) et Pendulinus negricollis et viridis Vieill. (la hembra'ó jóven).—Oriolús mutatus Wils. 1908.— Xanthornús áffinis Láwr. 1851, (var. minor). De paso doble printipalmente 4 principios de Abril, ob- sérvádo en vecindad de Habana y Cárdenas, raro . Série TIL. eucullatus Swains. Icterus, Phil. Mag. I, 436, 1827. Y phantes costotolt Gundl. 1856, pero no Gm. Visitador accidental en la primavera, rarísimo. Serie IT. 287 Gen. Xanthornus, Briss. hypomelas. Solibio, en Baracoa Gruainúa.—Al fin del Catálogo se dará el autor. : Icterus dominicensis (L.) Vig.1827. Ict. flavigaster Dux, Wiirtt. 1% ed. —Xanth. dominicensis Dux. Wirtt. 22 ed.— Orb. A. Poey Lemb. et. Gundl. nec. L. Sedentario , muy comun en todos terrenos hasta en jar- dines de la poblacion, donde se alimenta de frutas > Y lame la miel de las flores , especie querida de los Cubanos como can- tor suave pájaro bonito y de movimiento gracioso, mencio- nado en décimas y otras canciones ; no causa daño ; forma su nido (vea pag. 175 de este Repertorio) desde Febrero á Junio; ambos sexos:iguales en color, pero el plumaje del adnlto di fiere enteramente del de los jóvenes. Serie VI. Gen. Dolichonyx, Swain, oryziwor us Y. Emberiza, p. 311.—Chambergo. Icterus agripennis Bon. 1824.—Psarocolius caudacutus Wagl. 1827. De doble paso regular anual, en otoño todos individuos de un mismo color y ambos sexos unidos en una misma ban - dada, en Mayo en su vuelta al norte ambos sexos en banda- das separadas y el macho en un plumaje enteramente diferen- te; entonces son muy gruesos y sabrosos 5 útil por su Carne, pero en extremo perjudicial á los arrozales que destruye por - el enorme número de individuos, que comen principalmente los granos en leche, y quebrantando en esta operacion por su peso la caña delgada del arroz tierno impiden que este cuaje y madure en primavera ; tiene un canto agradabJe, principal- mente cuando muchos individuos cantan al mismo tiempo; en otoño deja oir un solo sonido como señal de su presencia pa- ra sus compañeros. Serie II. DA 288 Gien. Agelaias, Vieill. humeralis Vig. Leistes, Zool. Journ., tom. UI, p. 442, 1827.—Mayito, en la mayor parte de laisla, pde en Ba- yamo; Conguito en Santiago de Cuba.. Sedentario, muy comun en ciertos parajes, en otros ape- nas conocido, muy dañino á las siembras de arroz ; anida en Abril y Mayo. Serie VIT. assimilis Gundl. en Lemb. Aves de Cuba, p. 64, la m. 9 f. 3. (1850). Mayito de ciénaga ó Chirriador. - Sedentario, observado hasta ahora solamente en la cié- naga de Zapata en toda su extension en donde abunda ; no causa daño porque no va á las siembras de arroz en los cam- pos, contentándose con una especie silvestre de arroz en el interior de la ciénaga ; su canto en union no es bueno, pero alegra los cayitos aislados de la ciénaga, Serie VII. Gen. Xanthocephalwus, Bon. icterocephalus Bon. [cterus, Am. Orn. 1, 27, pl. 3, 1825. —No tiene nombre vulgar por su rareza. No es Oriolus icterocephalus L. p. 163.—Ict. xanthoce- phalus Bon. 1826.—Psaracolius perspicillatus (Licht.) Wag]l 1829.—Ict. frenatu3 Licht. 1843. Observado en una sola ocasion por miamigo D. Ramon Forns, y esta en el mercado de la Habana en algunos indi- viduos entre los otros pájaros cazados, Serie IT. Gon. Siuwrnellea, Vicill. hippocrepis Wagl. Sturnus, [sis 1332.—3abanero. Sturnella ludoviciana Vig. 18527, Orb. in Sagra 1839, A. Poey 1818 et Lemb. 1850 nec L. (Sturnus). 289 Sedentario, comun en todas las sabánas y en tierras bajas usadas para potreros, no dañino, útil por su carne muy bue- na; tiene en estos parajes un canto suave agradable, que emi- te posado en un punto elevado, v. g. piedra, cúspide de un arbusto, ramo libre ete.; forma su nido globoso en el suelo en Abril hasta Julio. Serie VII. Gen. Scolecophageuas, Swain. atroviolaceus Orb. Quiscalus, en Sagra Hist. Aves, p. 95, lam. 19, 1839.—Totí en la parte occidental, Choncholi en ta oriental. | Sedentario, muy comun en casi todos los parajes, dañino por el daño que causa á los frutales, á los arrozales y otras siembras, poco útil por la destruccion de insectos nocivos v. Y. las garrapatas á las reses, que dejan posarse al Totí en todas las partes de su cuerpo, conociendo e) bien que les ha de causar. Su canto ó voz le dió el nombre que vulgarmente tiene; y es de notar que el ave mientras canta, abre la cola, deja caer las alas, y bajala parte superior del cuerpo; su carne no es estimada; anida en Mayo á veces en las mismas habitaciones con techos de guano formando allí su nido bajo del caballete, pero las mas veces entre las bases de las pencas de palmas. Serie VII. | Gen. Chalcophanes, Wagl. Barúta L. Gracula, p. 165.—Chichinguaco en la parte occidental; ignoro si en la parte oriental le comprenden con la especie precedente bajo el nombre Choncholí. En pocas ocasiones he oido un nombre español Hachuela, por la for- ma de su cola, pero ignoro tambien si este nombre es verda- deramente comun ó usado por pocas personas. No es de confundir con Chinchiguao, vea pag. 227, 228. Sedentario, aunque en cierta estacion reducido á ciertos parajes v. g. en tiempo de anidar en Abril y Mayo á lugares bajos y ciénagas ; especie muy comun, dañina á los arroza- les y siembras de maiz, abriendo la parte superior de las ma- E 37 ñ 290 zorcas sea para comer el grano en leche ó el gusano del inte- rior de la mazorca, que noperjudica al grano. La mazorca así abierta recibe muchas veces daño por aguaceros ó por insec- tos destructores ; él come tambien lagartijas, ranas e C., pero - estos animales no hacen daño, al contrario son útiles. Su can- to principalmente en union con otros individuos causa una bulla, pero no desagradable; la singularidad de su canto le dió su nombre vulgar; y es de notar. que el ave cuando canta erige y abre la cola, extraña por la direccion doble vertical, deja colgar las alas tambien entreabiertas, y levanta las plu- mas de las partes superiores del cuerpo ; el ojo es notable por: su color amarillento-blanco. Serie IL. Fam. 16. Corvidae. -Gen. Corvus, DL. nasicus Temm. Corvus, pl. col. 413.—Cao; en Vuelta abajo tambien Cao montero. Corvus jamaicensis? Vig. Orb., A. Poey, Lemb. nec Gm. Sedentario, antes muy comun en todas partes, va re- duciéndose por el desmonte y fomento de fincas á parajes vír- genes, en donde aun existe en gran número ; dañoso si acude á la vecindad de las fincas, por destruccion de plátanos, frutas,. semillas recien enterradas etc.; poco útil por su carne, que: no es estimada ; notable por su voz á veces igual á su nom- bre vulgar, otras veces parecida á voces humanas de un idio- ma desconocido ; aprende á imitar palabras, es peligroso por sus robos de prendas cuando le crian suelto en las casas; anida en Abril y Mayo. Serie VII. minutus Gundl. Cab. Journ. f. Orn, IV Jahrg. Nr. 20,.p. 97, 1256.—Cuervo, en Vuelta-abajo tambien Cao pinalero. Sedentario, algo raro en algunos parajes, v. g. observado en Vuelta-abajo, vecindad de Yaguaramas, en el valle de Tri- nidad y en Banao, desconocido al parecer en las demás par- tes; donde hay mnchos individuos pueden causar daño igual on :al de la especie precedente; su voz es simple, algo ronca y no se parece á la del Cao; tiempo de anidar no observado, pe- ro probablemente igual al del Cao. Serie VIT. Fam. 17. Dacnididae. Gen. Ardbelorhinea, Cab. cyanea L. Certhia, p. 188. Azulito en Santiago de Cu- ba, Aparecido 6 Aparecido de San Diego en la parte oc- cidental. Sedentario, no raro en tierras bajas d en terrenos con muchos Cupeyes, habitante de los diferentes puntos de la Isla de un estremo a) otro ; come fruticas, no tiene canto, pe- ro sus lindos colores causan su encarcelamiento en jaulas; donde se cria con plátanos maduros; el color lindo del macho se cambia en otoño al de la hembra, y vuelve á aparecer al principio del año ; anida en Mayo. Serie L Fam. 18. Trochilidae. Gen, Trochilws, L. cóolubris. L. p. 191. Comprendido en el nombre genérico Zunzun. Observado solamente á principios de Abril en bastante número, y casi todos los años, en la zona de la Habana á Cárdenas ; ignoro si en otros parajes. Serie TIT. Gen. Chlorestes, Reich. Ricordii Gerv. Trochilus. Sagra Hist. Aves. p. 100, lam. 21, f. 2, 1839.—Zunzun, á veces tambien Zumbador, Pi- caflores. Segun Pichardo, el Gruaní de los Indios. Sedentario, muy comun en toda lsla y en las diferentes localidades; no arisco, suele aproximarse á personas inmóvi- les y hasta á chupar flores sujetas en la mano; defiende su nido, atacando al enemigo por grande que sés ; los machos, mucho mas comunes que las hembras, viven en contínua ri- 2 ña con los otros de su especie; no tienen canto verdade ro, sino unos chillidos procunciados en la riña ; la hembra forma en Casi todo el año, pero principalmente en Mayo, su nido curioso en parajes poco frecuentados por los machos, acaso por miedo á su consorte ; deja criarse por algun tiempo en jaulas, alimentándole con miel ó almibar, y acaso quedaria vivo mas tiempo si pudiéramos darle insectos pequeños, que son además de la miel su alimento. Gen. Calypte, Gould. Helenae Gundl. Orthorhynchus, en Lemb. Aves de Cuba, pag. 70, lam. 10, f. 2,1850.—Una de las especies de Zunzun. Sedentario en la isla, al parecer cambiando de lugar por estaciones, pues no siendo conocido en otra tierra, debia que- darse todo el año en el mismo lugar, pero desaparece com- pletamente de los parajes en que vivió en los cuatro primeros meses del año. Habiéndole observado en Julio en los Cayos vecinos de Cárdenas, no me falta razon para creer que emi- gra á otros parajes de la misma isla para anidar ; hasta aho- ra observado solamente en la vecindad de Cárdenas y de Santiago de Cuba, y en bastantes ejemplares ; notable por las plumas alargadas de la garganta en forma de dos barbas ó bigotes, por su cola corta como en Trochilus colubris, y por: su canto agradable y prolongado aunque muy débil, siendo la especie la mas chica de la Isla y una de las mas chicas de las conocidas; muy mansito, no deja criarse en jaulas; Se-- rie VII. Fam. 19. Alcedínidae. Gen. Ceryle, Boie. alcyon L. Alcedo, p. 150.—Martin pescador 6 Martin Zambullidor ; llamado tambien , pero impropiamente, Pi- tirre de manglar. Ispida ludoviciana Gm. De paso durante los meses de otoño é invierno ; comun 293 en orillas de lagunas, rios, zanjas y mar; vive de pececitos, que coge tirándose desde su vigía en una rama, estaca ú otro punto á los aproximados á la superficie, tragándolos luego enteros, la cabeza por delante; no causa daño al hombre ni le presta utílidad, puessu carne tiene un gusto á marisco; no permite en su proximidad otros individuos de su especie: los ataca y persigue con gritos ; no anida en la Isla. Serie II. Gen. Todwus, E, inn. portoricensis Less. Compl. á Buffon, pag. 268, 1838.— Pedorrera en la parte oceidental y Cartacuba en la orien- tal de la Isla. Segun Pichardo, le llaman muchos en Tierra- dentro Barrancorrío. Todus multicolor Gould 1839, Orb. 1839 et A. Poey 1843, Sedentario, comun en los bosques ; se alimenta de insec- tos que coge en un corto vuelo, quedando en otro tiempo ca— s1 inmóvil y con el pico algo levantado en una ramita despro- vista de hojas, atisbando presa nueva; su voz monótona re- pite algunas veces la sílaba to que hace alusion á su nombre científico, mientras que un ruido producido al empezar su vuelo le dió el nombre de Pedorrera ; anida en Abril y Mayo, abriendo para este fin en las paredes de barrancas, cañadas, pozos etc., un hoyo de algunas pulgadas de profundidad, ó usando si el terreno no se presta troncos podridos ó huecos en ramas secas, poniendo sus 3 ó 4 huevos blancos sin formar nido de materiales. Serie VI. ORDO HI. SCANSORES. Fam. 20. Picidze. Gen. Campeplhilas, Gray. Bairdi Cass. Proc. Acad. of. Nat. *c. Phil. 1863, p. 322.—Carpintero real. 294 Picus principalis Orb., A. Poey et io nec L. As principalis Gundl. nec L. Sedentario, actualmente raro y reducido á pocos parajes: donde el hombre no ha destruido los montes vírgenes; no da- ñino ni útil al hombre; su voz parecida á una trompetica, juguete de niños, no está en proporcion conel tamaño del ave, comparándola con la de los Carpinteros jabado y churro- so ; pero la fuerza que ejerce con la punta del pico, que se parece á un cincel, es superior á la de las otras especies ; vive en parejas ó en familias de 3 45 individuos ; tiempo de anidar desconocido. Serie VIT. Gen. Sphyrapicus, Baird. varius Linn. Picus. p. 176. --No tiene nombre vulgar propio. : De paso durante los meses de frios, en bosques y arbo- ledas; no raro, no dañino ni útil al hombre ; no baja al suelo - Serie II. Gien. Chloronerpes, Swain. percussus Temm. Picus, Pl. vol. 390 (macho), 424 (hem- bra.—Carpintero verde, roan y tajá en Cienfuegos. Picus Ruppelii Wagl. núm. 29. Sedentario, muy comun en los bosques y las arboledas; no presta utilidad, pues al contrario puede á veces causar da- ño á las frutas ; anida desde Marzo á Mayo. Serie VIT. tren. Centurus, Swain. superciliaris Temm. Picus, Pl. col. 433.—Carpintero jabado. Sedeutario, muy comun en todo terreno provisto de ár— boles , en arboledas y platanares ; causa daño picando las fru- tas maduras ; anida en Abril y Mayo. Serie VII, tien. Colaptes, Swain. chrysocaulosus Gundl. Ann. New-York. Lyc. p. 7. 1858. Carpintero o 295 Colaptes auratus Vig. 1827, Orb. 1839, A. Poey 1818, Lemb.1850, Gundl 1856, nec Linn. Sedentario, en algunos parajes comun, en otros algo ra- ro; busca su comida no solamente en los árboles, sino tam- bien en el suelo; causa daño tambien .en arboledas; anida en Abril y Mayo. Serie VII. Fernandinae Vig. L£ool. Journ. MI, 1827, p. 445.—Car- pintero churroso. Sedentario, comun en terrenos bajos y cenagosos ; pre- fiere buscar su comida en el suelo ; no útil ni dañino al hom- bre; anida en Marzo y Abri). Serie VII. Fam. 21. Cuculidae. Gen. Cociyzus, Vieill. americanus L. Cuculus, p. 170.—Primavera, en Cuba. Cuculus dominicus Linn? et Lath. 1790.—Cuc. caroli- nensis Wils. 1811 et Orb. 1839.—Cuc. cinerosus Temm. 1835. —Cocc. pyrrhopterus Vieill. (Dict.) De paso en la primavera, para anidar y dejar la isla en otoño ; raro y solamente en ciertos parajes, v. g. en Cojímar, la vecindad de la Habana, Bayamo, Cuba, pero tambien ob- servado en Matanzas, Cárdenas, San Cristóbal etc.; no causa daño ni presta utilidad ; anida en Mayo. Serie 11. erythrophthalmus Wils. Cuculus, Am. Orn. IV, 16, pl. 28, 1811.—Parece no tener nombre vulgar propio, sino igual á la especie precedente. e paso, muy raro, observado hasta ahora dolaniénte en Habana y Cárdenas en Abril. Serie HI. minor (+m. Cuculus, p. 411.—No le conozco nombre vul- gar propio. ' Cuculus seniculus Lath. 1790.—-Cocc. seniculus (?¿Lath) . Lemb. 1850. 296 Parece ser de paso, muy raro, observado en Cárdenas en Abril, en Cuba en Marzo y en Nuevitas en Agosto; para el hombre no es útil ni dañino. Serie IT. Gen. Sauwrothera, Vieill. Merlini Orb. in Sagra, Hist. Aves. p. 115, lám. 25.— Arriero en el departamento occident:l, Cruacaica en el oriental. ¡ Sedentario, muy comun en los bosques y malezas ; útil por su carne y destruccion de o: ugas que pueden causur da- ño; notable por dejar oir en la noche en cierto tiempo, á mo- do del Gallo, su voz ó canto monótono prolongado, creciendo y menguando en fuerza; tiene además una voz que parece un grito como si fuese lastimado ; pero otro sonido de dos sí- labas se parece al de los arrieros para arrear las bestias, y es- te le ha dado su nombre vulgar del departamento occidental; anida en Abril y Mayo, pero tambien en Octubre. Serie VIL. Gen - Crotiphaga, Linn. rugurostris Swains. 24 Cent. in Anim. in Menag. 321, 1838.—Judío. Cr. ani Vig., Orb., A. Poey, Lemb..et (Grundl. nec: L. Sedentario, muy comun en todos los terrenos; útil por «su carne, no causa daño al hombre, notable por la costumbre de gritar en vista de un peligro, por lo cual avisa á los otros pájaros la aproximacion v. g.de un cazador, haciéndolos huir. Esta voz se parece'á las sílabas de su nombre vulgar, pero en tiempo de los amores deja oir otras más guturales, Cuan- do descansan ó duermen, se aproximan uno al otro formando un solo bulto, y este deseo de asociarse se ve tambien en su modo de anidar (Véase pág. 176). Buscan su comida en los árboles y arbustos, otras veces en.el suelo y se posan sobre las reses para recoger garrapatas. Tiempo de anidar observa- do en Abril, Setiembre y Octubre. Serie Il. 297 Fam. 2. Psittacidae. Gen. Chrysotis, Swain. leucocephalus Linn. Psiítacus, ed. 10%, pag. 100, 1758.— Cotorra. Sedentaria, en algunos parajes aun muy comun, en otros rara y en muchos desaparecida, más bien dañina por des— truccion de frutas, que útil por su carne; buscada para criarla y enseñarle á imitar frases, cantos, risotadas etc.; la la variedad albina ó amarilla conservando el color punzó es muy buscada y pagada á un precio fabuloso (la he visto ven- der en 8 onzas de oro); anida en Abril y Mayo. Serie VI. hen. Macrorercus, Vieill. ¿ricolor Vaill. Ara, Hist. nat. des Perrog. p. 13, pl. 5.— Guacamayo. Sedentario, relucido hoy ápocos parajes, y allí en me- nor número ; su Carne no es apreciada ; puede causar daño á los frutales ; ave estimada para criarla, pero menos propia para enseñarle á hablar que la Cotorra ; tiempo de anidar no observado. Serie I. : Gen. Conuoreas, Kubl. evops Wagl. Sittace, Monog. Psitt., Denks. Kón. Bay. Akad. der Wiss. in Múnchen, 1832, p. 638, tab. XXIV, f 2. —Periquito en el departamento occidental, Catey en el oriental. Con. squamosus Dux Wiirtt. nec SAA —Con. guyanen- sis Orb., A. Poey, Lemb. et Gundl. nec Gm. Sedentario, en muchos parajes aun comun ; vive en so- ciedad y puede causar daño á las siembras de Millo y á al- gunas frutas ; no presta utilidad, pero es el favorito del hom- bre por su mansedumbre ; aprende á veces á pronunciar pa- labras ; tiempo de anidar no observado por mí. Serie VII. 38 298 Fam. 23 Trogonidace. tren. Priotelus, Gray. temnurus Temm., Trogon, Pl. col. 326.—“Pocororo y no Tocoloro ; segun el Diccionario del Sr. Pichardo era su nom. bre indio Cruatiní. | Sedentario, muy comun en los bosques; sin gracia en sus movimientos, pero con un plumaje de brillantes colores, con canto triste, igual ó parecido á su nombre vulgar; se ali- menta de fruticas, flores. y tambien de insectos, coge su comida volando ; su vuelo es corto y ruidoso; su carne no es apetecida, probablemente porque en cierto tiempo tiene un fuerte olor de almizcle ; muchas personas le protegen además por consideracion á su cola escotada en la punta y formando en conjunto una cruz; anida desde Abril hasta Julio. Serie VII. ORDO IV. GYRATORES. Fam. 24. Columbidae. tien. Chloroenas, Reich. -anornata Vig. Columba, Zool. Journ. TI. 1827, p. 446.— Torcaza salvaje ó cenicienta. Sedentaria, comun en tierras cenagosas, v. g. Ciénaga de Zapata, Santa-Fé en la isla de Pinos, alrededor de la ba- hia de Guantánamo ; no arisca, y por esta razon nombrada en Santa-Fé Paloma boba, aunque su otro nombre salvaje y' lo dicho porel Sr. Pichardo en su Diccionario parecen con- tradecir ; útil por su carne que no tiene el gusto amargo co- mo la especie siguiente; de ningun modo dañina al hombre ; anida en Mayo. Serie VI. _ Gen. Patagivenmas, Reich. leucocephala L. Columba, p. 281.—Torcaza cabezi- blanca, 299 Sedentaria, aunque la mayor parte parezca emigrar en el otoño á islas más meridionales ó al continente americano meridional ; útil por su carne, aunque comunmente es algo AMArga ; dE hacer daño á los criadores de cerdos por co- mer palmiche, cuando existe en la vecindad un palomar, ó lugar donde esta especie anida en sociedad de millares de pares; cria enjaulas bastante gravdes; anida desde Abril hasta Agosto. Serie Il. A corensis Gima. Columba, p. 783.—Yorcaza morada. Col. portoricensis Temm., Orb., A. Poey et Lemb.—€.. imbricata Wagl. 1827. Sedentaria, comun en ciertos parajes v. g. montañas de toda la Isla, bosques grandes de Hanábana, San Juan de los Remedios etc., útil por su carne buena ; 5 no dañina, ariscas anida en Abril y Mayo. Serie VI. Ger. Slarnvenas, Bon. - eyanocephala L. Columba, p. 282.—Perdiz. Col. tetraoides Gm. Sedentarta, comun en bosques; vive mas en el suelo, que posada, aunque muy arisca se aproxima á veces al hom- bre, si este se mantiene inmóvil y aun más cuando imita su voz con auxilio de un gúirito, instrumento hecho de la fru- ta de la Gira cimarrona ; llamada así, ve al ceñuelo amar- rado bajo de una red, corre hácia él y queda presa ; su car- ne es sumamente estimada y en las poblaciones hay siempre muchas perdices enjauladas para la venta á precio bastante «alto; anida en Abril. Serie IT. hen. Geolrygon, Gosse. martinica L. Columba, p. 253.—Barbequejo en el de- partamento occidental, Torito en el oriental. A gUnOS le nom- bran Boyero. Cul. montana Aud. 1834 nec Gm.—Col. mystacea A. Poey 1843 et Lemb. 1850.—Geot. chrysia Bon. 300 Sedentario, comun en bosques mayores; busca su co- mida principalmente en el suelo; útil por su carne buena ; de ningun modo dañino al hombre; arisco ; su voz engañosa como la de un ventrílocuo se parece á la expresion de un bo- yero para hacer parar los bueyes; el nombre vulgar Barbe- quejo alude ála faja blanca de la cara; anida desde Febrero á Junio. Serie 11. montana L. Columba, p,281.— Boyero en la parte 0c- cidental, Torito en la oriental de la Isla. Algunos dicen Ca— mao. Lo dicho en la especie precedente vale tambien para es- ta. Teniendo aquella ya un nombre vulgar propio, pued= qnedar el nombre Boyero para esta especie exclusivamente. En algunos parajes nombran á esta especie Camao y á la sí- guiente Boyero, pero sin razon, pues la caniceps no ¡mita en su canto la voz del Boyero ; anida en Abril, Mayo y Junio. Serie HL. caniceps Gundl. in Cab. Journ. f. Orn. IV Jabrg. Nr. 20, p. 110, 1856.—Camao; en Bayamo Azulona. Álgunos di- cen Boyero. Col. caribaea A. Poey 1845, nec Temm. Sedentario, de las mismas costumbres que las dos expe- cies precedentes; su voz consiste en las sílabas hu up mu- chas veces repetidas, mientras en las otras especies no repi- ten ; tiempo de anidar observado en Agosto. Serie VII. Gen. Chamuaecpeltia, Swaln. passerina L. Columba, p.285. —Tojosa. Segun Pichardo Biajaní de los indios. | Sedentaria muy comun en terrenos desmontados; útil por su excelente carne ¿como símbolo le inocencia y de amor figu- ra en poesia, porque vive continuamente en parejas'ó fami- lias pequeñas, siempre en paz; no es arisca, al contrario se aproxima á las habitaciones del campo y visita allí las arbo- 301 ledas, campos de café y jardines; cria en jaulas ; anida desde Marzo á Junio. Serie 11. Gen, Metopetiea, Bon. , leucoptera L. Columba, p. 281.—Aliblanca. Col. hoilotl Gm.— Col. Trudeaui Aud. 1843. / Sedentaria, no observada en la parte occidental de la Isla, es comun en varios parajes de la oriental v. g. en las orl- llas del rio Bayamo, en Cabo Cruz, en la costa de Cuba y de Guantánamo; útil por su carne; es notable que coma con preferencia las semiilas del Piñon-botija (Jatropha curcas) sin que estas le causen daño, siendo un fuerte emético y pur- gante ; anida en Abril. Serie 1. Gen, Zenaida, Bon. amabilis Bon. List, 1833.—Sanjuanera; en Vuelta-arri- ba Guanaro. | Columba zenaida Bon. 1525.—Idem Vig. 1827, Orb. 1835, A. Poey 1845 et Lemb. 1850. | Sedentaria, comun en algunos parajes de la Isla, en o- tros casi desvonocida ; útil por buena y bastante carne ; aris- ca, pero una vez cogida y en jaula se le ve mansa y procrean- do ; anida en Marzo hasta Junio. Serie Il. Gen. Perissura, Cab. carolinensis L. Columba, p. 286. —Rabiche en la parte occidental, Guúamica en la oriental. Segun Pichardo Rabu- da en Puerto-Príncipe. Col. marginata L. Sedentaria, muy comun en todos terrenos, principal- mente en llanuras y alli en potreros y campos en que abun- dan Cardo-santo y Frailecito cuyas semillas come : una de las principales cacerías cubanas ; el poco daño que causan á las siembras es bien pagado por la utilidad que prestan por su carne; cria en jaulas; anida desde Marzo hasta Julio. Serie 1. 302 Gen. Ectopistes, Swain. migratoria. L. Columba, p. 285.--No tiene nombre vulgar. Col. canadensis L. (la hembra). Hasta ahora conózco solamente ¿los individuos cazados en la vecindad de la Habana, el uno en el manglar de la bahia por Triscornia, el otro traido entre Rabiches al mercado. Es la famosa Paloma viajera de América setentrional, y noes de extrañar que haya llegado á Cuba. Serie IT. ORDO IV. RASORES. Fam. 25. Tetraonidae. Gen, Orfyx, Steph. cubanensis Gou'd Mon. Odontoph.—Codorniz. Tetrao virginianus Dux Wirtt. nec L.—0O. virginianus Orb., A. Poey et Lemb. nec L. Sedentaria, muy comun en las llanuras desmontadas de casi toda la Isla; segun tradicion especie introducida (véase pag. 168), muy útil por su excelente carne; no causa daño, no- table por su miedo á los perros en tanto grado que deja enla— zarse antes que huir de la rama á donde buscó asilo; vuela con ruido, porque las alas son chicas proporcionalmente al cuerpo ; anida desde Abril hasta Julio. Serie VIT. (Continuará.) - _-—_—_—_—— INPORME SOBRE LOS ARBOLES QUE CONVIENE PLANTAR EN LAS VIAS FERRO--CARRILERAS POR : EMILIO AUBER. Excmo. Sr.: Deseosos los que suscriben de desempeñar con la mayor brevedad posible el encargo con que V. E. se ha servido hon- 303 rarlos, por considerar que cumple así mejor á las intenciones. de V. E., se apresuran á elevar como ahora lo hacen á su su= perior consideracion las prescripcivnes que juzgan conve- nientes para conseguir más pronto y mejor la realizacion de la acertada medida proyectada por V. E. que consiste en ha- cer de manera que los.propietarios de fincas rurales en la Is- la planten en las orillas de los ferro-carriles ó caminos reales, serventías y arroyos que los atraviesan ó limitan, el número necesario de árboles capaces de evitar con su follaje los fre- cuentes incendios ocasionados en e'las por las chispas de las locomotoras ó por las imprudentes distracciones de los tran- seuntes ó personas á quienes están confiados los trabajos ne— cesarios para su explotacion. En la suposicion de que los ár- boles elegidos al efecto sean el mamey, el mango, el mamon- cillo y el manglereal (Ficus religiosa) que reunen las [condicio- nes que en este caso los recomiendan, como son la resistencia, elevacion y frondosidad precisas, los que suscriben opinan, sal - vo el mejor parecer de V. E., que deben hacerse á los propie- tarios con el expresado fin las indicaciones siguientes, cuya sencil'ez se halla al alcance de la generalidad. No siendo probable que en las fincas exista un número de vegetales de pocos años propios para trasplantar, pues esta operacion aplicada á los árboles que han llegado ya á su más completo desarrol!o, sin ser imposible exigiria una prolijidad é inteligencia sin las cuales, haciendo excepcion del mangle real de que por separado nos ocupamos, es casi seguro que se malograria, parécenos indispensable proceder primeramen- te ála formacion de semilleros observando las reglas si- guientes : 1.9% El lugar que á este objeto se destine debe hallarse á la sombra, si fuere posible,atendido que la accion directa de los rayos del sol promoveria una evaporacion demasiado rápi- da de la humedad necesaria para la germinacion de la semi- lla y que por tanto se debe procurar mantener constantemen- te, pues ella es la que ab'andando los tejidos de que el em- brion se halla cubierto, permite á este romperlos al desarro- 304 llarse, y la que pone al mismo tiempo la sustancia nutritiva contenida en el cuerpo cotiledonar en situacion de poder ser por él absorvida. 2.% Debe preferirse en este caso la tierra negra á la co- lorada por conservar más tiempo dicha humedad, eligiéndose la más suelta que se cuidará de remover muy bien antes de confiarle las semillas, á fin de que las raices delicadas de la tier- na planta no tengan que vencer ninguna dificultad al exten- derse en la direccion que más les conviene. 3.% Dichas semillas deberán provenir de frutos de árbo- les vigorosos y lozanos, en atencion á la facilidad con que las degeneraciones se trasmiten en los vegetales de unos en otros; cuidándose al mismo tiempo de que se hallen perfectamente maduras, á fin de que los órganos de que constan estén com- pletos y bien desarrollados, y de que hayan sido reciente- mente recogidos, pues algunos de los principios de que cons- " tan las semillas, particularmente las aceitosas, se hallan su— jetas á una rápida descomposicion. 4.% Preparada la tierra como se ha dicho, se colocarán en él las semillas formando series de manera que medie entre una y otra en todas direcciones la distancia cuando menos de media vara; conlo que se conseguirá que las plantas jóvenes se desenvuelvan más rápida y vigorosamente á consecuencia de la libre circulacion del aire entre ellas, de la mayor abun- dancia de luz, necesaria para la respiracion, y de la facilidad con que en este caso extenderán sus ramas imposibilitadas de tocarse y de perjudicarse con el roce mútuamente. 5.% Siendo el aire, del mismo modo que cierto grado de calor y de humedad las circunstancias absolutamente indis- pensables para el acto de la germinacion, puesto que del pri- mero es de donde toma embrion el oxígeno que necesita para su desarrollo, las semillas no deben ser colocadas á mucha pro- fundidad en la tierra, bastando en el presente caso la de seis ú ocho pulgadas. 6.% Cuandolos árboles han alcanzado la altura de cuatro ó cinco piés, se hallan en situacion de ser trasplantados. Esta 305 operacion, que es la más delicada, exige mucho esmero, pues su buen éxito depende en gran parte dal modo como se sa- quen de la tierra las posturas destinas á sufrirla. En las rai- ces que debemos considerar como los principales órganos de la nutricion, ya que por ellas toman las plantas del suelo las sustancias destinas á servirles de alimento, es donde debe fi- jarse la atencion del que la efectúe. Siguiendo la práctica con traria á la que en este caso generalmente se observa, es co- mo se puede asegurar el buen resultado; para lo cual no basta separar con el mayor cuidado la tierra que cubre dichas rai- ces, sino que es preciso procurar tambien que estas no se quiebren, ni sufran detrimento alguno, porque léjos de absor- ver esos órganos por todos los puntos de su superficie, solo lo efectuan por las boquillas aspirantes colocadas en las ex< tremidades de las más delicadas ramificaciones, motivo por el cual privándolas de ellas se- priva al vegetal de su medio principal de nutrirse. Deben por tanto esas divisiones ser sa- cadas de la tierracon el mayor cuidado procurando que na se desprenda enteramente la parte de ella que las envuelve, á - fin de que queden íntegras en vez de ser cortadas como acos- tumbra hacerlo una ciega rutina; procedimiento que solo será aplicable á las que hayan adquirido demasiada longitud. 7.% Antes de sacarlos de la tierra, en el caso de que las posturas tengan ramas prolongadas convendrá cortarlas evi- tando después el contacto del aire por medio de un lienzo con que se cubrirá la parte cortada; pues siendo las hojas los ór- gamos por donde con más abundancia se efectúa la transpi- racion, debiendo conservar esta una Justa proporcion con la absorcion que por las raices se verifica, que es casi nula in- mediatamente después de arrancado el árbol, el resultado de la operacion se comprometeria si no existiese una conveniente relacion bajo este punto de vista entre el aparato absorvente y el exha!ante, cuyos actos deben equilibrarse. 8,% Dispuestas las cosas de la manera enunciada, solo: faltará proceder á la plantacion de los árboles en los puntos 6 que se destinan, en los cuales se habrá abierto anticipada- 39 306 mente los hoyos: que deben retibirlos' 4148 “edtivenientes dis-* R tancias, Lós que suscriben son de opinion que estos deben variar segun el ancho de los caminos y la longitud « de las ra- mas qué' forman las copas que los árboles adquieren. Silos elegidos fueren ' mangos, mameyes ó ó mamoncillos, conven drá que medie entre éllos la de seis varas, y la de tres entre ellos y las" orillas de los ferrocarriles y serventías, pues en do cuanto álos caminos reales, por su mayor anchura permiten: quese “coloquen 'en'sus orillas "mismas, Si el árbol que se trata de trasplantar fuére el mangle real, á causa de su gran desarrollo'en el sentido lateral, la distancia en todos sentidos convendrá que sean mayores de dos. varas cuando menos. De esta manera se logrará que sus ramas se toquen sin perjudi- | carse; ála' par que protejan al transeunte con su sombra tan ÍA 2 PA £ a para hombres y animales en los trópicos. i Abiertos “4 las distaricias” indicadas lós hoyos que del an tener el diámétro necesario para que las raices pue- , dan conservar en ellos en cuanto sea posible su posición na- tural; después de haber depositado en su fondo úna capa der” tierra seca, y bien suelta, se introducirán los árboles sin Tas-" timar” dichas raices, que se cubrirán de úna nueva capa de tierra húmedecida discretamente, ¿pues la demasiada abun- dancia de agua en este casó perjudicaria al vegetal, convir- tiéndolo en un agente desorganizador, cuando debe ser sola-" mente 'el' vehículo disolvente que permita 4 la planta inltro-" ducir en su interior las «ustancias nutritivas. Alas capas menciónadas se ¡rán agregando otras nuevas siempre E mente humedecidas después! de haberles hecho sufrir un corto grado de presion, y así sucesivamente hasta: que el hoyo a ad completamente Meno. 10.” Plantados Tos árboles, solo será necesario para que * correspondan al'fin que de ellos se espera, tener cuidado de'* cortar las ramas laterales inferiores, con el objeto de que el tronco crezca derecho verticalmente hasta: adquirir. una altura regular. Entonces no 'se deberá poner obstáculo á su desarro- " llo, pues elos son los que han de formar la copa superior des? E F 307 tinada con sufoliaje á preservar la caña de azúcar de las chis- pas de las locomotoras. No parece necesario advertir que an- tes de que los árboles recien plantados broten con vigor, con- vendrá tributarles los cuidados conocidos de todos, como son regarlos de vez en cuando, extirpar la yerba que en torno de ellos crezca ete. etc. 11.% Siempre que para la realization de las medidas pro- puestas se elijan Mangles reales, en vez de multiplicarlos por medio de semillas, lo que seria el medio natural, se puede conseguir más pronto igual resultado poniendo en planta el procedimiento conocido conel nombre de acodo ó margullo. En tal caso como noes probable que la planta se elija para ob- tener de ella las posturas pusea ramas suficientemente bajas para ser introducidas en la tierra por su parte media, bastará para conseguir de las superiores el fin propuesto practicar á al- guna distancia de su nacimiento una fuerte ligadura queinter- rumpiendo el curso de la savia descendente, dé lugar á la acu- mulacion de esta, que promoverá el rápido desarrollo de las raices adventicias, el cual se favorecerá cubriendo la parte indicada de musgo humedecido ó tierra sujeta por una lámi- na de plomo ó de hierro arrollada sobre sí misma en forma de cono, ópor un cajon de madera. Luego que la formacion de las raices ee haya verificado, solo será preciso cortar la ra- ma por debajo de la ligadura y colocarla en el hoyo en que debe 'erecer: Las raices adventicias se convertirán entonces en ralees verdaderas, que alimen tarán al vegetal toma nd ode suelo la sustancia nutritiva. | Estas son, Excmo. Sr., las indicaciones que parecen más indispensables para la realizacion del fin que V. E. se propo ne conseguir á los que suscriben, quienes, antes de someter- las á la elevada apreciacion de V. E. han procurado redaz- tarlas con la mayor brevedad y claridad posibles, evitando cuanto fuera capaz de hacerlas de difícil comprehension para aquellos á quienes están destinadas.—V. E. resolverá ahora lo aa Js más conveniente. Habana y Setiembre 16 de 1861- “Excmo. pad Poey.—Emilio Auber. 308 LEVISTA de los tipos Cuvierianos y Valenciennianos correspondien- tes á los Peces de la isla de Cuba. POR FELIPE POEY. (Ver p. 193). Famitia Sciacnidae. Corvina ronchus Cuv. V. p. 107. Cuba (Poey).—Tam- bien se llama Corvina en la Habana. Es notable que Cuvier indique P. 10+2, 23 : yo tengo 10 + 1, 23. Pertenece al gé- nero Bairdiella Gill. Corvina dentex Cuv. V. p. 139, tab. 109. Santo Domin* go. paa otra de nuestras Corvinas ; dientes apartados, una, mancha pegra en la base de la pectoral. Es del género Odon- toscion Gall. Eques balteatus Cuv. V, p. 165. Martinica, Cuba (Par- 1a).— Vu garmente Vaqueta. El Sr. Grúnther ha restablecido el nombre específico de Línneo ; pues es su Chaetodon lanceo- latus. Exques punctatus Cuv. V. p. 167, tab. 116. Martinica, Cuba (Parra).— Es otra de nuestras Maquetas, que en tiem- po de Parra se llamaban Serranas. Eques lineatus Cuv. V. p. 169. Brasil.—Es otra Va- queia. Ya que es el Grammstes acuminatus de Bl. Schn., Cu— vier debiera haber conservado el nombre específico. La auto- ridad de un nombre célebre, como es el de Cuvier, y en En- tmolog a el de Fabricio, no, bastan para derribar los princi- 309 | pios de justicia con respecto á los predecesores : esos grandes hombres han hecho con su desdeñosa sabiduría un daño á la . ciencia ; yla recta posteridad los hace pasar sin contempla- ciones bajo el yugo de la sinonimia. Micropogon lineatus Cuv. V. p. 215, tab, 119. Bra- sil, Puerto Rico, Cuba (Desm. Poey).—Este es el verdadero Verrugato. Desmarest, citado por Cuvier, tenia la prioridad en su Umbrina Fournieri. Segun el Sr. Gúnther las tres espe- cies de Micropogones de Cuvier, pertenecen á una sola, que da bajo el nombre de Micropogon undulatus L. Perca.; con una extensa sinonimia. - Haemulon elegans Cuv. V, p. 227. Santa Cruz, Mar- tinica, Puerto-Rico, Santo Domingo.—Este pez se parece mucho á nuestro Ronco amarillo, de que he hecho en mis Memorias, M, p. 174 el Haemulor. Tuteum. Comparando con la descripcion de un individuo casi fresco hecha por Cuvier y con la lámina 30, f. 1 dada por Valenciennes en la edicion ilustrada del Reino animal, resulta que el H. Iuteus difiere en que tiene una gran mancha negra semilunar en la aleta caudal; y en que las dos primeras líneas suborbitarias están encorvadas en sentido opuesto, de manera á formar un anilio, carácter constante ; laventral es anaranjada, no rosada como en el elega,s. Si estos dos célebres naturalistas han pecado por deseripeion manca, ó por descripcion errónea, no tengo yo la culpa. Es pez comun, que crece hasta doce pulgadas. La carne de los Roncos tiene poca estimacion : hay muchas es- « pecies con este nombre vulgar. Haemulon Canna Cuv. V, 233. Martinica.—Véase H.. album. Haemulon heterodon Cuv. V, 235, tab. 121. Martini- ca, Cuba. (Desm. Poey).—Vulgarmente, Condenado. Es el: Diabasis favolineatus Desm. Dict. class. V, p. 445, tab. 98, f. 1, que tiene la prioridad. Sus lineas amarillas oblicuas en: os costados, lo caracterizan bastante. Tiene una faja amarilla á lo largo de la linea lateral, y dos más arriba: no está pues, bien representado en la lámina de Cuvier, que tiene una so-- la linea dorsal por todo. 310 Haemulon caudimacula Cuv. V, p..236. Brasil, Cuba (Desm.)—Cuvier ha creido reconocer esta especie brasiliana en unos individuos que Desmarest recibió de Cuba, y repre- sentó bien mal en su primera Década ictiológica.: Con todo, la. descripcion de Cuvier no co nviene exactamente con nin- guna de las especies cubanas que yo conozco. La que más se aproxima es mi número 166, que tiene tambien las líneas oblícuas del tronco y la mancha caudal, pero tiene además una faja longitudinal oscura que parte del ojo y termina en medio de la caudal, faja que segun informes del Sr. Gui- chenot, no existe en los ejemplares de Paris : otra especie hay con mayor número de fajas longitudinales. Haemulon quadrilineatum Cuv. V, p. 438. tab. 120. Brasil? Puerto Rico, Santo-Domingo.— Vemos en la sinoni- mia el Serranus Capeuna (ex Margr.) Licht. 1820 y. el Gram- nistes trivittatus Bl. Sch. 1801 ; pero este último nombre pue- de inducir á errror, por las tres fajas; y el Capeuna de Mar- grave no presenta más que dos. Su nombre vulgar en la Ha- bana es Boga. He rectificado los colores de esta especie en mis Memorias, IL. p. 419, donde le he dado el nombre de H. guinquelineatum ; pero á pesar de la diferencia allí notada, pienso que nose me hará agravio poniéndome en la sinoni- mia. Haemulon album Cuv. V, p.241. San-Thomas y Anti- llas francesas.—Vulgarmente en la Habana, Jallao ; algunos para recomendarlo ó para disimular lo l:aman Pargo blanco. Es la especie de este género que más crece, 124 15 libras: fuera de esta, las otras de Cuba son pequeñas, excepto el Pompon. (H. obtusum, HH. labridum, ambos de Poey), que for- ma un grupo distinto. La descripcion de este pezes dema- siado breve en Cuvier, que nada dice del tamaño de la boca ni de la posicion y diámetro del ojo. Pero por la circunstancia de que crece mucho, y por los informes con que el Sr. Gui- chenot me ha favorecido, tengo la conviccion de que es el mismo. Cuvier tiene A. 3, 9. Yo tengo A. 3, 8. La figura un poco exagerada del Jallao, en el Album del Sr. de la Sagra, 311 pudo haber inducido al Sr. Guichenot á creer que es el H. Canna de Cuvier, el cual difiere principalmente por sus lí- néas amarillas, como lo dice el autor en el tomo V. pp. 233 y 234. No sedebe confundir el H. Canna de Cuv. con el de Agassiz en Spix, puesto por el Sr. Ginther en la sinonimia del H. Chromis de Cuvier, que tomó el nombre específico de Broussonnet. La figura de Agassiz muestra por el ojo grande confirmado en el texto (oculi sat magnt), queno pertenece á nuestro Jallao, con quien temo que el Sr. Gúnther lo haya confundido, cuando dice que tiene un egemplar grande y otro de Cuba. Mucho más parecido al Jallao esel H. Schran- ki Ag. en Spix. p. 131, tab 69. Téngase presente que la edad introduce una gran diferencia en los individuos de esta es: ecie : en los ejemplares de 10 pulgadas, el maxilar acaba eu la vertical que cae delante de la pupila ; y el ojo, contenido cuatro veces y medio en la cabeza, está á la distancia de dos diámetros de la extremidad del hocico, mientras que en un ejemplar de 26 pulgadas, el maxilar cae entre las dos abertu- ras de las narices, y el ojo, contenido 8 veces en la cabeza, está á la distancia de 4 diámetros de la extremidad del ho- elco. Esta enorme diferencia obligará á los naturalistas á in- dicar siempre el tamaño del pez que describan. Tambien se dirá si la descripcion se saca de un individuo conservado en aguardiente, óde una piel seca; porque en este último caso aumenta mucho la órbita, por la contraccion de la piel. El carácter más notable del Jallao consiste en el lomo levanta- do, y la línea de la frente recta ó ligeramente cóncava. -"Haemulon Chromis Brouss. Perca ; Cuvier, V. p. 242 Jamaiéa.—Véase H. Album. 'Latilus chrysops, Val. IX, p. 496. Prsl —Los pes- cadores ignoran generalmente el nombre vulgar de este pez, que 'és conocido por Tumba de los mas expérimentados. El género' Latilus ha sido puesto por Cuviery Valenciennes en la familia de los Sciaenidae ; pexo pertenece indudablemente á otra familia (Malacanthidi) allado delos Labridi. El Sr. Gill'coloca esta especie en su género Cauolatilus. Es raro.— 312 Iré recorriendo la descripcion de la especie brasiliana, po- niendo entre paréntesis los caracteres de la de Cuba: los dos son de doce pulgadas.—D. 8, 24 (7, 24); A. 2, 22 (1, 22); el perfil asciende oblícuamente hasta la órbita, encima de la cual presenta una salida bastante pronunciada; después su- be insensiblemente á la region occipital (hace la salida antes de la órbita y no asciende á la nuca); cabeza contenida 43 en la longitud total (un poco más de 4); narices aproximadas al . ojo (distantes medio diámetro); penúltimo radio de la dorsal más prolongado (es el antepenúltimo, lo mismo en la anal); borde inferior de la órbita, con una cinta de un amarillo do- rado muy brillante, que se dilata anteriormente (es de un co- lor azul claro que no se separa mucho del color general del vientre ; dorsal morada con manchas irregulares azules [mo- rada, con la base más clara ; pero la parte espinosa es anaran- jada, color que sigue por la extremidad superior de la parte blanda, visto en dos individuos ; mancha axilar verde (negra); vejiga natatoria delgada (fuerte). Estos caracteres, princi- palmente el bello al de la aleta dorsal y el espacio suborbitario bastan para distinguir la especie cubana que nombro aquí Caulolatilus cyanops Poey. Completo la des- cripcion con lo que sigue. Cuerpo verdoso por el lomo, con una faja ancha morada més ó menos interrumpida en la par- te superior y pequeñas manchas arriba y abajo de la línea lateral ; los costados y el vientre gris de perla, lo mismo que la parte anterior de la cabeza. Las escamas son pequeñas y ciliadas : no las hay en la parte anterior de la cabeza, alre- dedor de los los ojos, en el lacrimal, en el limbo del preo- pérculo. Branquias poco hendidas, uniéndose á la altura del : ángulo preopercular. Ningun poro debajo del dentario. La mandíbula inferior tiene una serie externa de dientes cóni- cos, agudos, los intermedios mayores ; hay sobre la parte anterior, tras de los dientes cónicos, un espacio con dientes, yelutinos. El intermaxilar tiene la serie externa de dientes más fuertes que los de abajo; yan disminuyendo en forta- leza hácia atrás, donde de repente se presentan uno ó dos 313 dientes mayores que miran hácia adelante ; la parte anterior tiene tambien dientes velutinos. Estómago corto, sin apén- dices pilóricos. No hay escamas en las aletas. Radios blandos poco divididos. Sin dientes en la bóveda palatina. Caudal un poco escotada. Vertebras 12415; la primera caudal forma una concavidad á manera de cuchara, para recibir la vejiga natatoria.—Es mi número 412. Pristipoma Rodo Cuv. V, p. 274. Brasil, Martinica, Puerto-Rico, Santo-Domingo, Cuba (Poey).—-Vulgarmente Catulineta. Linneo tiene Ja prioridad con el nombre de Spa- rus virginicus: véase (ill. Proc. Phil, 1861, p. 106. Anisotre- mus virgínicus, con una extensa sinonimia. Vértebras 10+16. El primer suborbitario es redondeado y cavernoso, parece simple; vienen después tres huecesillos largos que no dan la lámina de descanso para el ojo; y otro atado exteriormen- te al postfrontal; hay dos huesos supratemporales. Crece una tercia. Lobotes Súurinamensis Bl. Holocentrus ; Cuvier, V. p. 319. Brasil, Surinam, New- York.—Vulgarmente Viazaca de la mar. Crece mucho : lo he visto de 30 pulgadas, peso 14 li- bras. He visto algunos jóvenes con la extremidad de la cau- dal blanca.—Br. 6; D. 12, 15;A.3,11;V. 1,5; P. 16; C. 17, El último radio de la dorsal y de la anal hendidos has- ta la base. Los radios espinosos dorsales entran en una ranu- ra del lomo. Los radios blandos poc oramificados. Los dientes forman una serie externa, cortos, cónicos y fuertes ; hay in- teriormente un liston de dientes velutinos ; no los hay en la bóveda palatina. El color es bronceado por todo el cuerpo; pectoral de un amarillo pálido, las otras aletas negruzcas, ¡con pequeñas escamas en los intervalos ; iris oscuro. Vejiga natatoria firme. Familia Sparidi. Sargus flavolineatus Val. VI, p. 60. Cuba.—Este es un Surgo de Santiago de Cuba : no lo he visto. 40 : 314 : Sargus rhomboides. Lin, Sparus ; Val. VI, p. 69, tab. 143. New-York, Nueva-Orleans.—Vulgarmente, Sargo ó Sa- lema. Pertenece al género Lagodon de Holbrook. El individuo de mi coleccion tiene de largo nueve pulgadas ; los de Valen- ciennes tenian de tres á cinco. El autor dice que la dorsal es de un color gris, sin mencionar las fajas amarillas, como en el ejemplar del Sr. Holbrook ; pero Holbrook no trae más que diez fajas. amarillas, y Valenciennes indica 24. En mi ejemplar son tambien bastantes numerosas. Valenciennes tiene A. 3, 10; y yo, 3, 11. Hay dificultad en contar las fa- jas amarillas ; son menores hácia la cola, se bifurcan hácia adelante : algunos contarán una en cada serie de escamas ; yo las veo en cada serie y media ; esto es, una faja poco pronun- ciada que pasa por el centro de las escamas, entre. dos más visibles que pasan por los bordes ; hay una á lo largo de la línea latera!, y tres encima ; cada una de estas suele apare- cer doble ó compuesta de dos contiguas. Los radios espino= sos son entrantes. La dorsal y la anal son de fondo azul muy claro, la primera con varias fajas amarillas longitudinales, la segunda con una medio á medio ; pectoral pálida, veutral de amarillo pálido, lo mismo que la caudal. El color general es como aplomado ; tiene las fajas verticales y la mancha hu- meral. D. 12, 11. Además de los cuatro dientes incisivos y bifidos, en ambas mandíbulas, tiene dos series de dientes mo- lares, los exteriores de base ancha y borde externo cortante, haciendo continuacion á los incisivos, aunque un poco más. adentro, y los internos mayores, enteramente redondeados. Pagellus calamus Val. VI, p. 206 ; tab. 152. Martini- ca.—Vulg. Pez de pluma. El Sr. Swainson ha hecho de esta especie el tipo de su género Calamus, admitido por el Sr. Gill, corrigiendo un carácter erróneo debido seguramente á una de esas distracciones que tenemos todos. Conozco mu- chos hombres que no se equivocan ; y son los que nunca tra- bajan. El Sr. Giúnther lo tiene en el género Crysophrys, que debe ceder el paso al género Sparus Lin. Está muy mal ilu- minado en la lámina citada: su color es dorado-verdoso ; hay 315 azul y amarillo en los labios ; y un liston ázul subocular cu- bierto de manchas redondas amarillas. Las aletas son de un amarillo sucio y bajo; la pectoral bañada de encarnado. Iris amarillo y oliváceo. La vejiga natatoria tiene el cuerpo glan- dular grande, y una membrana interna con muchos vasos. Cuatro intestinos ciegos, cortos. Pagellus penna Val. VI, p. 209. Brasil. —Vulg. Pez de pluma. Es probable que sea la especie á que he dado el nú- mero 288, cuya pluma (primer interespinoso que aloja la ex- tremidad posterior de la vejiga) es más larga que en la especie anterior. Las fajas verticales observadas por el Sr. Valencien- nes son propias de la primera edad ; no habiéndolos visto de más de seis pulgadas de longitud. Min. 288 tiene los ojos . pequeños y un cerco azul suborbitario ; A. 3, 11. Val. tiene A. 3,9; perohe notado esta variedad en otra especie de este género. Familia Maenidae. Grerres Plumieri Cuv. VI, p. 452; tab. 167. Puerto-Ri- co.—Vulg. Patao. Los Pataos son Moharras de espinas lar- gas y fuertes: son peces de cortas dimensiones, y muy buenos para comer, principalmente fritos. Cuvier trae D. 9, 10. La figura presenta debajo dela línea lateral, una faja oscura más corta que las demás. Los individuos de Cuba crecen menos, tienen las dos grandes espinas un poco más cortas; D. 9, 10; dos fajas oscuras cortas debajo de la línea lateral: las otras son sinuosas.—El suborbitario es denticulado, lo mismo que el preopérculo. Los dientes de las mandíbulas son tan peque- ños, que no se sienten. Grerres Brasilianus Cuv. VI, p. 458. Brasil, Puerto Ri- co.—Vulg. Patao. Segun Cuvier, apenas se distingue de la especie anterior : su principal diferencia está en la menor lon- gitud del 2? radio espinoso dorsal. El individuo de la. Habana difiere en esto mismo; y además en que las fajitas laterales son rectas, y hay dos más cortas debajo de la linea lateral» 316 Tengo A. 3, 8, en lugar de 3, 9; pero el Sr. Guichenot me: ha instruido de que los individuos de Paris tienen tambien 3, 8. No es fácil ver los dientes en la mandíbula inferior ; son en la superior muy pequeños y finos. La aleta ventral y la anal son anaranjadas. La vejiga natatoria tiene una bifurca- cion anterior, y una estrangulación en los dos tercios de su longitud. Grerres rhombeus Cuv. VI, p. 459. Martinica, Brasil, Cabo de Buena-Esperanza. — Véase £. pneumatophorus. Scomber vernalis Mitch. Cuvier, VIIL, p. 48. New. York. —Véase $. pneumatophorus. Thynnus vulgaris Cuv. VIII, p. 58. Mediterráneo.— Vulg. Atun. Es el Scomber thynnus de Linneo, habiendo des- aparecido su nombre de esta nomenclatura, por la injusticia de los maestros de la ciencia, tolerada por la vanidad de sus imitadores. En cuanto al genero Thynnus, ha sido desechado por el Sr, Gill, porque se habia aplicado con anticipacion á un género deinsectos ; sustituyéndole el de Orcynus Cuvier. Los egemplares destrozados de esta especie, vistos más de una vez en la pescadería, el color del vientre, las dimensiones de sus aletas y el color de sus pínulas, nome dejan duda de que es el verdadero Atun del Mediterráneo, uno de los pocos peces que de las regiones europeas han subido á estos mares. Es raro. Thynnus Thunmnina Cuv. VIII, p. 104;tab. 46, f. 1. Me- diterráneo.—Como pez de corso, lo mismo que el 4tun, no se extrañiará que esta especie haya acompañado á la anterior en su excursion á lejanos mares; por lo que debemos creer que 321 “con razon ha puesto el Sr. Gúnther el 7. brasiliensis de Cuvier eu la sinonimia de su Thunnina, entre los cuales apenas se no- tan diferenvias fuera de la patria. La especie no es rara en la Habana, en diferentes edades : los individuos jóvenes tienen fajas oscuras verticales sobre el costado del tronco. Las líneas sinuosas del lomo son algo variables. Thynnus brasiliensis Cuv. VIH, p. 110. Brasil. --Véa- se T. Thunnina. Thynnus Pelamys L. Scomber; Cuv. VII, p. 113, tab. 47, f. 2. Canarias, Riv-Janeiro, Océano Pacífico-—Vulg. Bonito. Fácil de conocer por las fajas longitudinales del vientre. No es comun. Por tener la carne sanguinea, este pez se ha de co- mer con alguna precaucion. Esto sucede á todos los del mis- mo género, y no quisiera que la noticia diera motivo para una probibicion. Es tan considerable el número de los« peces sos- pechosos por motivos leves, que si no atendiéramos más que á la salud del público, sin consideracion de ningun género en favor de la excelente industria piscatoria, seria preciso prohi- bir la pesca. ; Thynnus balteatus Cuv. VIII, p. 136. Atlántico inter- tropicol.—Algunos pescadores lo distinguen con el nombre de Merma. is de los que menos crecen en este género : la especie es comun. La breve descripcion de Cuvier ha sido tal vez cau- sa de que el Sr. Grinther lo haya dejado entre las especies du- dosas ; lo que me obliga á dar aquí obra más completa. Individuo descrito, 630 milímetros. Cuerpo grueso, redon- do, disminuyendo mucho por ambos extremos. La mayor al- “tura entra cuatro veces en la longitud total; la cabeza tres y tres cuartas. El mayor diámetro del ojo es pblícuo de adelante para atrás, y está cuatro veres y media contenido en la cabe- za; se halla á una vez y media su diámetro distante de la ex- tremidad dei hocico. Las aberturas de la nariz son dos hendi- «Juras verticales, la posterior doble más larga que la anterior. * El maxilar, tomado al compás, alcanza á la mitad del ojo. El opérculo es redondeado-; el preopérculo tiene su rama ascen- «dente sinuosa, y está más próximo del fin de la cabeza que del 41 : 322 borde orbitario. La pectoral está algo más ulta que la mitad del cuerpo 5 su punta corresponde al principio de la segunda: dorsal; la vevtral tiene en longitud la mitad de la pectoral. La segunda dorsal tiene de alto la mitad de lu «ltura del cuer- po ; la cual es más corta, y empieza casi al fn de la base de la. segunda dorsal. Los demás caracteres de orgarizacion son los del género, salvo que en esta especie ño se ve expresada la cir- cunscripcion del escudo ó corselete. DD. 1410 ?—9; A. 10?— 8; P. 35. Lomo azuloso, cabeza y vientre plateados. En cuan- to á la faja amarilla de que habla Cuvier, la cual corre desde el hocico hasta la cola pasando por los ojos, es bien visible en los jóvenes, permanece más tiempo sobre los huesos opercula- res, y desaparece totalmente con la edad, como ha sucedido en el presente ejemplar. | Cybium regale Bl. Scomber; e VIII, p. 184. San- to-Domingo.—Vulg. Pintada. Alcanza el peso de 15 libras; la línea lateral es poco quebrada y sinuosa, á no ser frente á la terminacion de la primera aleta dorsal. El ojo entra seis ve- ces y dos tercios en una cabeza de 125 mil. de largo. Tiene una línea longitudinal de un pardo dorado; y muchas manchas re— dondas de este color, principalmente debajo de aquella línea, La aleta primera dorsal es negra en su parte anterior, y más allá en sus bordes. D. 17, entrantes—3, 12—8; A. 3, 138. Cy bium acervum Cuv. VIII, p. 186. Martinica, Santo- Domingo, Cuba (Poey).— Vulg. Sierra, y cuando jóven Serru- cho. Abunda principalmente en las últimas menguantes de Ju- lio y Agosto : crece hasta 60 libras. La carne de los Serruchos es muy buena de comer. Los jóvenes tienen algunas manchas cla- ras y redondas por todo el tronco, la línea lateral es muy si- nuosa de medio cuerpo hácia atrás; el color negro dela pri- mera dorsal se pierde con la edad. El ojo es más grande que en ' la especie anterior,aun comparando una Sierra de tres cuar- tas. de vara con una Pintada de una vara. D. 13—14 entran- tes +16? 9—A. 17 2—9. Cybium Caballa Cuv. VIL, p. 187. Brasil, Puerto-Ri- co.—Lo tengo por eljóven de la especie anterior, 323 Gempylus Serpens Solander, Scomber; Cuv. VIII, p. 207. Canarias, Antillas. —Compáress con mi Gempylus ophi- dianus, Memorias, TI. p. 246, tab. 18, £ 1. Trichiurus lepturus L.; Cuvier, VI!UIL, p. 237, Brasil, Cayena, San Bartolomé, Jamáica, Puerto Rico, New-York. — Vulg. Sable. 15! género Trichiurus es de 1776; el género Lep- turus, de Artedi 1738; el Gymnogaster de Gronovio, de 1754. Es cierto que Linneo tiene un género de Coleópteros de 1735 > con-el nombre de Leptura ; pero Lepturus puede distinguirse bastante. En este caso la especie presente debiera llamarse Lepturus argenteus, ex Shaw eb Mitehill. Xiphias gladius L. Cuvier, VIIL, p. 255. Mediterráneo, Mar del Norte.—Vulg. Emperador, ó Pez de Espada, que no debé equivocarse con el Pez-Sierra del género -Pristis. Es ese mismo pez de corso que hace la guerraálos Atunes yá las Ballenas; ya noes raro en nuestros mares; distinguiéndose por la fórma de su temible espada y el defecto de aletas ven- trales, no menos que por su magnitud. | Histiophorus americanus Cuv. VIII, p. 303. Brasil, Atrica occidental.—Vulg. Aguja voladora. Broussonnet tiene la pricridad que le ha adjudicado el Sr. Gúnther por haber «sido nombrado en 1786 Scomber gladius. No es comun en nues- tras costas. Naucrates ductor L. Scomber ; Cuvier, VI, p. 312, tab. :232. Mediterráneo, Jamáica y otras Antillas. —Vulg. Piloto ó Romero. Esta especie es muy rara en la Habana: las fajas os— -curas lucen sobre un fondo blanco. Segun Gunther se han he- cho aquí nueve especies, que deben reducirse á una sola. Naucrates noveboracensis Cuv. VII, p. 325. New- York.—Difiere del anterior por el fondo amarillo. Cuvier sos- pecha que este color puede proceder de alguna alteracion del animal en el aguardiente. Yo no lohe visto en la Habana, pe- ro el Sr. Barreto y otrosme han asegurado que existe. El Sr. Guúnther lo reune el N. ductor. Elacate atlantica Cuv. VII, p. 334, tab. 233. Brasil. New-York.—Este pez es raro, y por lo mismo poto cunocido; e 324 j por lo que no se extrañará que los pescadores le den el nom-— bre tan mal aplicado de Bacallao. Cuvier cita en la sinonimia el Scomber niger de Bl. y el Gasterosteus canadus de L.; más no: por esto ha dejado de emplear otra denominacion, que alargará la columna sinonímica, sin que nos alucine la autoridad de su gran nombre. Gúnther ha reunido en una sola especie todas las que antes se conocian en ambas Indias, que ascienden á. ocho, formando once nombres específicos : entre ellas están las ciuco que describe Cuvier. En la duda creo necesario dar una descripcion de la que he visto en la Habana; la cual no concuerda exactamente con ninguna. Individuo descrito, 870 mil.—La altura entra seis veces y tres cuartas en la longitud total ;la cabeza es ancha y por “encima aplanada, entrando cinco veces en aquella longitud, contando desde la extremidad de la mandíbula superior. El ojo un poco alto, está contenido ocho veces y un tercio en la cabe-- za. Las aberturas de las narices son contiguas, áun diámetro de la órbita. El maxilar acaba en la vertical del borde ante- rior del ojo. El preopérculo es atrasado, su ángulo escotado. Tiene un ancho liston de dientes velutinos : los hay en el vó- mer y en los palatinos. Las branquias son 4 dobles y con fisura. posterior. Un hueso grande de la espalda se deja ver encima de la region axilar. Escamas pequeñas ; en la cabeza no las hay salvo un grupo de ellas en el cachete, muy pequeñas, y otro en las sienes, de donde parten estrias radiadas que se extienden. sobre el opérculo. La línea lateral es flexuosa al principio. La pectoral es baja, casi tan larga como la cabeza : la dorsal blan- da empieza un poco más adelante que su punta, tiene de alto la altura del cuerpo; la anal corresponde á la punta de la ante- rior, cuando está medianamente abierta, siendo su altura una: cuarta parte menor; la ventral, algo adelantada, es la mitad de la pectoral ; la dorsal yla anal, disminuyendo después de la punta se extienden igualmente hasta la proximidad de la caudal , que esbien escotada. B. 7. D. 8—3, 28. A. 3, 21.— Color pardo-oliváceo, abdómen blanco, lo mismo que la parte inferior de la cabeza, la base inferior d= la pectoral y la pos-- 0 325 terior de la ventral. Tenia una Raya en el estómago. Núme— ro 609 de mi coleccion. Chorinemus quiebra Cuv. VIII, p. 396. Brasil, Marti- nica, Habana (Poey).—Vulg. Zapatero. il Sr. Gúnther reune esta especie al Gasterosteus occidentalis L. que es el Ch. saltans de Cuvier: las diferencias dadas por el mismo Cuvier son car- tas. Paxó al género Oligoplites Gill. Chorinemus saltans Cuv. VIIL, p. 393. Brasil Marti- nica, Jamáica, Santo-Domingo.—Véase Ch. quiebra. Trachinotus glaucus Bl. Chaetodon; Cuvier VMIL, p. 400. Martinica, Guadalupe, Santo Domingo, Cuba, Méjico.— Vulg. Palometa. El mayor que he visto tiene de largo 400 mi- límetros. En la obra del Sr. de la Sagra, se dice que llega á: pesar 40 á 50 libras, equivocándola en esto con el T. carolinus. El género debe escribirse Trachynotus. Trachinotus rhomboides Bl. Chaetodon ; Cuvier VII p. 407.—Vulg. Pulometa. Los mayores que he visto son de diez pulgadas; nunca con las fajas negras verticales con que Bloch representa su Chaetodon rhomboides, que es un sinónimo de esta especie, cuyo verdadero nombre ha de ser 7. ovatus L. Gasterosteus. Trachinotus Pampanus Cuv. VIII, p. 415. Brasil, Méjico, Charleston.—Vulg. Palometa. Corresponde al Tr. carolinus L. Gasterosteus. malita especie crece considerablemente ; tiene el vientre y los inmediaciones de la aleta anal de un bello co- lor amarillo. Los géneros Trachynotus, Bothrolaemus, Dolio- don «on sinónimos. Debemos al Sr. Gúnther el haber ¡ilustra- do la sinonimia de las especies de este género, las cuales ¡va- rian con la edad, particularmente con respecto á los dientes, que faltan en los grandes individuos: por lo que se han mul- tiplicado demasiado las especies. Esto y lo que se ha dicho al tratar de los géneros Naucrates y Elacate servirá para que los que nos equivocamos alguna vez en la isla de Cuba, me- rezcamos indulgencia de parte de nuestros colegas de ultra- mar. Los Sres. Gúnther y Gill conservan estas dos últimas es- pecies. Como nunca he visto el T. carolinus jóven, no sabré decir si las dos han de constituir una sola ; ; pues no seria im-. posible que mudara de forma con la edad. Caranx Sanctae-Helenae Cuv. IX, p. 37. Santa He- lena, Martinica.—Es del género Decapterus Blkr. Despre- ciando pequeñas diferencias creo que mi número 202 es la misma especie que se pesca algunas veces en la costa del Nor- te. Extraño ver que el Sr. Gúnther haya puesto, aunque con duda, el nombre de Cuvier en la sinonimia del Caranz maruad- si de Temm. et Schleg. Fauna del Japon; pues aquí no se menciona la serie de puntos ó peros de la línea lateral ; de pa- so advierto que Cuvier tiene la prioridad, pues escribió en 1833, y los Sres. nombrados en 1850. Caranx punciatus Cuv. IX, p. 38. Martinica, New- York.—El pez de esta isla que más se aproxima á esta espe- . cle, es mi número 424, que se aparta tanto del anterior, co- mo del que Cuvier aquí describe : la principal diferencia con- siste en que los escudos no tienen denticulaciones en sus bordes. Es de Cienfuegos, costa del Sud. El Sr. Gúnther ha hecho presente que el Sr. Agassiz tiene la prioridad del nom- bre específico. Caranx macarellus Cuv. IX, p. 40. Martinica.—Vulg. Antonino. Género Decapterus. Es la misma especie. Caranx Plumieri Bl. Scomber; Cuv. IX, p. 65. San Bartolomé, Habana (Poey).—Vulg. Chicharro. Es tambien y con preferencia el Caranx crumenophthalmus ex Bloch. Per- tenece al género Trachar ops de Gill. Cuvier parece dudar de la mancha negra que ocupa la parte membranosa de la esco- tadura opercular : esta mancha es constante y característica. La forma elegante y el ojo grande lo dan á conocer al primer aspecto. Los verdaderos colores no han sido descritos: cuer- po plateado, reflejos dorados en la cabeza ; entre la línea del lomo y la línea lateral, hay una ancha faja de azul lustroso ; una faja amarilla corre desde el opérculo hasta la caudal. PD. 81/83. Ava (195. Caranx Blochii Cuv. IX, p.69. Méjico. — Queda algu- na duda acerca de la identidad de esta especie con mi Caranz 327 iridinus, Memorias, IL. p. 226, que es el Cidé carbonero. Por la nota puesta en dicha página se verá que si fueren Iguales no tengo yo la culpa, y no debo ir á la sinonimia. El nombre de Bloch, Scomber ruber ha sido postergado, porque encierra un error. Los números de mi Cibí son D. 7-—1—1,29;A.2 —1, 25, Segun Cuvier serian los del Chicharro, D. 8—1,26; A. 2—1, 22. Nótese que cuando hay una espina aislada entre la primera y segunda dorsal, acostumbra Cuvier anotar como yo lo hago aquí. Comparando con el Chicharro (la especie anterior) no da Cuvier la diferencia que existe entre la Jon gitud del maxilar relativamente al ojo, dando á entender que es:la misma, como asimismo lo expresa el Sr. Gúnther EL. p. 430; y sinembargo, enel Chicharro acaba más allá de la vertical del borde anterior de la órbita, mientras que en el Cibícae en la línea intermedia entre la órbita y las narices. Mi especie debe llamarse hoy Carangoides tridinus, adoptan - do el género del Sr. Bleeker. Caranx carangus Bl. Scomber; Cuvier, IX, p. 91. Bra- . sil, Cayena, Martinica, Puerto-Rico, Habana.—Vulg. Jigua- gua. Pertenece al género Carangus Grd. ex Cuv, Vamos á tra- tar consecutivamente de tres especies de este género ; tenien- do á la vista la sinonimia dada por el Sr. Gill. in Proc. Phil. 1862, p. 433. 12 Carangus hippos L. Scomber ; Cuv. ex Bi. nec typus; Caranx eryihrurus Lac.; Carana defensor Dek. Grd. El Sr. Gill dice aquí Caranx Caranmgus C. V. pt.; pero Cuvier decríbe la mancha pectoral.—Es la especie presente. 22 Carangus fallax Cuv. Caranx ; Caranx Richardi Holbr. Caranz hippos Gthr, nec L.—La cita de Gthr. queda dudosa, porque dice que el maxilar alcanza á la línea del medio del ojo ; lo que es demasiado poco.—Es la especie que sigue en Cuvier. 32 COarangus chrysos Mitch. Scomber, nec Dek. et al. Scom- ber Carangus Bl.; Caranx Carangue Lac.; Carangus esculentus Grd.—Suprimo la sinonimia de Caranez Carangus Cuv. dada por el Sr. Gill. —Esta especie es dudosa en la isla de Cuba. mí 328 42 Véase más adelante el Caranz Pisquetus Cnv. Se encontrarán otros nombres específicos en el catálogo de Gunther, tomo II. p. 443, 449. La Jiguagua difiere del Jurel por una mancha negra que tiene en el opérculo, y otra en ángulo inferior de la pectoral; tambien la distingue el color amarillo de la anal y partes in- mediatas; no menos que la garganta desnuda de escamas hasta la ventral, como lo ha indicado Cuvier. Caranx fallax Cuv. IX, p. 95. Brasil, Habana (Poey). —Vulg. Jurel. Véase la especie anterior : en aquella, lo mis- mismo queen esta, el maxilar alcanza ó pasala vertical del borde posterior del ojo, á no ser que el individuo sea muy jóven. Crece mucho. Caranx Pisquetus Cuv. 1X, p. 97. Santo-Domingo, Cuba (Poey).—Vulg. Cojinúa. Es del género Paratractus Gill no pudiendo por su forma prolongada confundirse con el gé- nero Carangus. He aquí su sinonimia, de acuerdo con el ar- tículo citado del Sr. Gul. Paratractus Pisquetus, Cuv. Caranz; Caranx chrysos Dek. nec Miteht.; Caranz hippos Holbr. nec. L.; Carangus chrysos Grrd. nec. Mitch.; Trachurus squamosus Gron. ed. Gray. Un rasgo característico omitido por Cuvier- es una gran mancha negra en el borde posterior del opérculo. Mis números son los mismos. Caranx amblyrhynchus Cuv. IX, p. 100, tab. 248 Brasil.— Compárese con mi C. heteropygus, Memorias, ÍI, p. 244. Nada dice Cuvier de la desigualdad de los lóbulos cau- dales; y en la figura apenas se nota ; no menciona la mancha de las sienes, dice que hay una mancha muy negra sobre la. base de la pectoral en su cara interna, y no menciona la externa. Caranx Ascensionis Forst. Scomber; Cuvier, 1X, p. 109, tab. 249. Isla de la Asceusion. Es del género Carangus. Al describir en mis Memorias, II. p. 222 dos especies de Tiñosas [C. lugubris y C. frontalis], he establecido compara- ciones con el C. Ascensionis. Habiendo posteriormente tenido otro individuo con los caracteres intermedios entre estas dos. 329 especies, el cual he remitido al Sr, Agassiz, Director del Mu- seo de Zuología comparada de Cumbridge, Estados-Unidos, pienso que la 2% puede unir:e á la 1% y las dos al Carango de la isia de la Ascension. Blepharis sutor Cuy. IX, p. 161, tab, 253. Martinica. —Vuly. Pámpano. El Sr. Ginther une á esta especie el Bl, major de Cuvier, y tambien el Zeus crimitus de Akerly, que parece teuer la prioridad. El Sr. Gill ha mudado el género Blepharis en Blepharichthys porque el primer nombre estaba con anterioridad empleado en Botánica. Segun el Sr. Agassiz, hay 8000 nombres que están en el mismo Caso; y aunque al principio deb'eran haberse mudado, hoy es tan grave el mal, que piensa no debe tener remedio. Tengo esta especie en tc- das edades, con f jas verticales ó sin ellas sin distincion de tamaño : los mayores son de 600 mil. sin contar los filame::- tos prolongados. En los jóvenes, las ventrales son proporcio- | nalmente más largas. La mayor parte de los individuos pre- sentan una mancha negra opercular, otra en e base de las dos aletas medianas. Blepharis major Cuv. IX, p. 163. Martinica, Guada- lupe. —Véase B. sutor. Argyreyosus vomer L. Zeus; Cuvier, 1X, DP: 177, tab. 255. Martinica, Santo Domingo, Cuba, Méj:co, New- York. —Especie muy próxima á nuestros Jorobados. Crece po- co. Cuvier confunde con esta especie la Selene argentea de Lacépede, que aparece distinta en un prolijo trabajo del Sr. Carson Brevoort, inserto en los Anales del Liceo de New- York. Vol. V. p. 68, tab. 4. El género se escribe Argyriosus. Vomer Brownii Cuv. IX, p. 189. Brasil, Surinam, Martinica, Santo Domingo, Habana, New--York.-Vulg. Joro- bado. Es el Zeus setapinnis Mitch. de que Ayres ha hecho su Vomer setipinnis. Véase la sinonimia completa en Gill, Proc, Phil. 1862, p. 436. Allí me cita para el jóven, que dice tener una mancha negra al principio de la línea lateral; pero en es- te hay dos manchas al principio de la porcion recta de la línea, una encima, Otra debajo. 42 990 Elynnis goreensis Cuv, IX, p. 195. Gorea.—V éanse mis Memorias, 1, p. 235, donde lo comparo con mi H. cu- bensis. Seriola Boscii Cuv. IX, p. 209. América del Norte. Véase S. fasciata. - Seriola bonariensis Cuv. IX, p. 211 Buenos-Ayres.— Vulg. Medregal. Bien visto en muchos ejemplares pudiera su- ceder que esta especie y las dos que he descrito en mis Me- morias, con los nombres de $. coronata y $. semicoronala, fue- sen todas una misma. Pertenece al género Halatractus Gil. Seriola fasciata Bl. Scomber ; Cuvier, TX, p. 211.' Bue- nos-Ayres.—Vulg. Medregal. Género Halatractus. Se parece mucho á la $. zonota ex Mitch. que el Sr. G+11 reune con las. S. harchus y Boscit. Seriola leiarchus Cuv. JX, p. 213. Filadelúa.—V éase S. fasciata. Seriola zonata Mitch. Scomber; Covier, IX,p. 213. New-York. Véase $5. fasciata, Seriola cosmopolita Cuv. IX, p. 219, tab. 259. Indias orientales, Brasi!, Gorea, Eto. Domingo, Habana (Por y), New- York.—Vulg. Casave. Consúltese la sinonimia en el Catálogo de Gúnther: el Scomber chrysurus L. tiene la prioridad. Pasó al género Chloroscombrus de Girard. En lo fresco, se no- ta uba faja azulosa entre la linea del lomo y la línea latera!. Nomeus Mauritii Gron. Eleotris; Cuvier, IX, p. 243.. tab. 262 (Seriola argyrcmelas). Brasil, Costa de Guinea. — Hay una equivocacion en el título que precede; porque el Eleo- tris Mauritii es de Bloch: para Gronovio, esta especie es un Gobius. Lleva en el Catálogo del Sr. Gúniher el nombre de N. Gronoví Gm. al cual refiere el N. maculatus. Val. in Cuv. R. an. ill. tab. 56, f. 2. Gúnther dice que tambien se encuen- tra en Australia : esto induce á c:eer que la especie de Cuba que he descrito en mis Memorias Il, p- 236, sea la misma 5. pero al!í se verán las diferencias, que consisten principalmen- qe en los números y en los lóbulos caudales; la aleta 19% dor- sal de la especie cubara es mucho más baja.. 331 Coryphaena hippurus L.; Cuvier, IX, p. 278, tab. 266. Mediterráneo.—Véase C. Dorado. Coryphaena dorado Cuv. IX, p. 303. Brasil.—Vulg. Dorado. Al tratar de las especies de este género, Cuvier no «da la diferencia de los sexos. Es para míinduduble que el €. Dorado es el macho, y C. dolfyn de Cuvier la hembra. El primero tiene la cabeza muy elevada, y visto de frente pre- senta sobre el labio superior un triángulo aplanado, El Sr. Gúnther ha notado esas diferencias de cabezas, y se inclina á creer que dependen de la edad : he averiguado que es carác- ter sexual. ln cuanto á la especie, el mismo Sr. Gúnther re- fiere el dorado y el dolfyn al C. hippurus la. bien conocido en Europa ; lo mismo que la Corifena virgata y argyrurus de Cu- wier. Muy abundante. Tengo á la vista ua macho de 770 mil. de largo y una hembra de 750 m'l. destinados al Museo de la Universidad de Berlin. Para que el lector pueda juzgar sies Ó no el hippurus, s en un género tan dificil. La que este estimable autor da del M. Curema conviene con los ejemplares de Cuba, salvo que dice que la abertura posterior de las narices [distantes una de otra] está á igual distaucia del ojo que de la extremi- dad del hocico: considero que es una errata; de lo contrario nuestro Plateado sería otra especie, porque tiene por punto intermedio la abertura anterior de las narices. Yi mismo autor lo poe en la sinonimia del M. Brasiliensis Ag.; pero tiene la prioridad el M. Gaimardinus Desm. La especie cubana crece menos que la otra llamada Lebrancho y se distingue por sus aleras medianas escamosas. En ambas la cabeza está mat- cada conuna línea impresa, visible sobre muchas escamas. H:+y en la presente una mancha oscura en la base de la pec- toral y una orilla azulosa en la extremidad de la caudal. Mugil petrosus Cuv. Val. XI, p. 89. Brasil, Cuba, Méjico, New-York.—Véaxse M. Curema. . Dajaus monticola Griff. Muyil; Cuv. Val. XI, p. 164, tab. 316. Jamáica, Guadalupe, Puerto Rico, Santo Domingo, Veracruz.—Vulg. Dajao. Pez de agua dulce que gusta de “remontar las coscadas. Pareve el mismo. Parece distinto del género Agonostoma de Bennet. Familia Gobidi Clinus pectinifer Cuv. Val. XI, p. 374. Brasil, Gro- rea. —Pequeños peces que se pescan en los arrecifes, y que no tienen nombre vulgar. El Sr. Guérin ha dado la prioridad á Cuvier en sv Iconografía del Reino animal. Es la hembra de la especie que el Sr. Valenciennes describe p. 377 con el nombre de Cl. capillatus. Ambas han sido reunidas por el Sr. Gúnther al Cl. nuchipinnis Q. et G. que tiene la prioridad sobre todos; aunque no ha dado la razon, me he convencido de que tuvo acierto en formar de los dos primeros una sola especie. Algunos individuos entre los machos tienen el vien- tre enrojecido. Clinus capillatus Val. XI, p. 877, Martinica.—Véase Cl. pectinifer. : 334 Opisthognathus Sonneratii Cuv. XL, p. 493. Iodias orientales. — Pequeño pez de los arrecifes, distinguido por los maxilares larguísimos. Compárese con la especie de nues- tros mares descrita en mis Memorias IL, p. 284, tab, 18, f. 7, con el nombre de O. macrognathus. que viene á ser el O. me- gastoma Gthr. Cat. Il, p. 255. Mi especie fué publicada en 19 de Julio de 1860; el tomo 11 del Sr. Gúnther lleva en el Prólogo la fecha de 12 de Junio, pero en realidad salió á luz en Setiembre; por lo que tengo la prioridad. Opisthognathus Cuvieri Val. XI, p. 5%, tab. 343. Brasil.—Este pez difiere del anterior por su maxilar. Perte- nece al género Grathypops Gill. Parece distinto de mis O. m21- aillosus y macrops descritos en mis Memorras 1, p. 336, 337. Es de notar que el Sr. Valenciennes ha figurado en la eili- cion ilustrada de Cuvier R. anim. Opisthognathus Cuvieri bien distinto de este, sumamente parecido al O. Sonneratí. Gobius soporator Val. XIL, p. 56. Martioica, Habana. —Vulg. Mapo. El Sr. Valenciennes parece haber confundido esta especie con mi (. Mapo: véase mis Memorias, Ll, DT | Gobius lanceolatus Val. XI, p. 114. Martinica, Cuba (Poey)—Vulg. Esmeralda; lamado así por el color de la lengua, tiene entre la primera dorsal y la línea lateral una mancha azul bordada de blanco, y una mancha oscura en la base de la caudal. Las narices son pequeñas y sin tubo. Es del género Gobimellus Grd., Smaragdus Poey. Gobius bacalaus Val. XII, p. 119. Brasil, Cuba (Pocy). - —Vulg. Esmeralda. Gúnther reune esta especie con la ante- rior; pero difiere por el hocico más corto y bombeado, la ca-- beza más pequeña, el ano más adelantado: los rasgos del cachete no son tan notables. Añadiré á los caracteres dados por el autor que lus dientes velutinos son más numerosos en la mandíbula inferior; no los hay en la bóveda palatina; la membrana branquióstega por su atadura, limita granlemen- te la abertura respiratoria; el estómago, slo apéndices pilóri- cos, da muchas circunvoluciones; vejiga natatoria pequeña, CN situada hácia la purte posterior del «bdómen, formando en cono cuya pur ta es interior; peritoneo negro; dientes farín- gcos muy ténues. D. 6414; A. 1, 14, último hendido hasta la bas». Escamas ctenoideas , abaniéo con vértice muy adelantado y 18 radios sin crenulaciones. Vértebras 10+16, las abdominales con apófisis laterales bien marcadas. Color verdoso con reflejos metálicos ; pectoral rojiza, ventral con or- la azulosa ; iris azul. Gobius smaragdus Val. XIL p. 120. Cula [Poey].— Vula. Esmeralda cabezona. Es del género Gobionellus, como los anteriores, diferenciando por las aberturas nasales coloca- desen una linea vertical, la superior dificil de distinguir. Es incontestablemete una buena especie, citada en mis Memoria. IL, p. 278, bajo el nombre de Smaragdus Vale: ciennesi, Poey La forma del cuerpo indicada por su nombre vulgar y los puntos amarillos que cubren el cuerpo, principalmente en los ma«hos lo caracterizan bies. CGrobius cyprinoides Pal!.; Valenciernes, XII, p. 129. Amboina?—Ver G. Crista-galli. Gobius Crista-galli Val. XII, p. 130. Habana [Poey].-— Vulg. Mapo. Género Lophogobiuws Gill. El Sr. Ginther une esta «specie á la auterior, cuya lova'idad cree haber sido equi- vocada. El Sr. Valenciennes no halla diferencia entre ellos; pero los separa por que ha recibido la avterior de las islas Molucas. Abertura branquial pequeña; dientes en cardas, los inferiores precedidos de dientecitos agudos algo más largos; no los hay en la bóveda palatina. Lengua lisa. Escamas gran- des, finamente ciliadas, 2% en una línea longitudinal; son muy pequeñas en cada lado de la nuca; no las hay en lo res- tante de la cabeza. D. 6—1,9; A. 1,8. Color negro, man-. chas irregulares en la parte posterior del tronco; manchas pequeñas y poco visibles en la caurlal. Entre los individuos cubanos los hay con una mancha anterior anaranjada en la primera dorsal, ignoro si es diferencia sexual; creo más bien que es propia de los jóvenes. Gohbioides Broussonneti Lac.; Valenciennes, XH, p. | 336 139, tab. 348. Se ignora la patria.—El Sr. Giúnther lo pone en el género Amblyopus, y cita un ejemplar de Guayaquil. En la edicion ilustrada del Reino animal de Cuvier, se indica Co- mo de las Indias orientales. Véase en mis Memorias Il, p. 232 mi Gobioides Barreto, que es nuestra Esmeralda de r'o, especie no rara, que he visto de la lovgítud de dos á tres piés. Hay en mis Memorias una frase equívoca y es la que dice: Jusque ici c'est exactement comme chez le (7. de Broussonnet. Entiéndase de esta suerte: Ce qui précede se rapporte au G. de Broussonnet décrit par Mr. Valenciennes. Habiendo estu“iado de nuevo un individuo de 550 mil. pondré á covtinuacion el resultado. La altura entra 12 veces en la longitud trtal; la cabeza, 84. El ojo es dificil de determinar, por causa del pár- pado : bajo de un aspecto está contenido 12 veces en la cabe- za 3 por otro, 21. Tomando el mayor diámetro, dirémos 12, y está 4 diámetros distante de la punta del hocico : entre ellos hay 4 diametros. La dorsal empieza sobre la pectoral, á los £ de su longitud, los siete primeroz radios son simples, y más cor- tos de un tercio de los que siguen, que son 16. La ventral es- tá adelantada; y tendida, pasa la punta de la pectoral. Cau- dal casi unida por uba membrana á las aletas medianas. Dien- tes en cardas, muy pequeños. Escamas no ciliadas ; no las hay en la cabeza. Vejiga natatoria delgada, azul.—Errata en mis "Memorias, p. 282: donde dice D. 1, 15, léase D, 7, 15. Eleotris gyrinus Val. XII, p. 220 tab. 356. Brasil, Martinica, Santo Domingo.—Vulg. Guavina-mapo. Fácil de distinguir por la depresion del hocico. Es la misma especie descrita y figurada por Valenciennes. Añado que el cachete tiene algunas fujas uscuras que parten del ojo. radiando : tam= bien 0 otros rasgos sobre el troxco. Branquias, 6. La aber- tura posterior de las narices está cerca del ojo; la anterior «toca al labio. El premaxilar tiene una faja de dientes velati- nos; el dentario tambien, pero los posteriores quedan en una sola fila. Lengua y paladar lisos. Carece de intestinos ciegos; pero tiene interiormente tres cuerpos glandulosos. Papila ge- nital posterior al ano, aguda en los machos, cuadrada en las ' 337 , hembras. Escamas ciliadas, abanico muy adelantado con 30 radios. Vértebras 10 + 15. Eleotris Guavina Val. XII, p. 223. Surinam, Marti nica, Habana (Parra). —El Sr. Valenciennes cita aquí la Gua-' vina de Parra; pero no es, como lo demuestro más abajo en el Philypnus dormitator. Vis probable que sea nuestro Guasaba- co, que difiere sin embargo en varivs puntos: Valenciennes no describe las fajas ¡jongitudinales d» la cabeza, ni el borda «do claro de la 12 dorsal ; dice que las aletas tienen puntos negros, lo que solamente es verdad en la 2% dorsal y en la «caudal, como «e veen el ejemplar de Paris, segun informes. del Sr. Guichenot. Mandíbula ioferior arqueada y más ade lantada que la superior. Se mantiene de erustáceos. Eleotris smaragdus Val. XIl, p. 231. Cuba (Poy). —Es de mi género Erotelis. Compárese con el Erotelis Valen= «ciennesí de mis Memorias 11, p. 273. Lleva en la Habana el nombre de Esmeralda negra ; pez de agua dulce. Philypnus dormitator Bl. Schn. Platycephalas ; Valen- «lennes XIL, p. 255, tab. 358. Martinica, Puerto-Rico, San- £o Domingo, Méjico.—Vulg. Guavina, Guavina de ley. Debe citarse aquí la Guavina de Parra (Ver más arriba Eleotris Guavina), cuyo texto es mejor que la figura, corrigiendo la Sorma de la cabeza, señalando la magnitud de dos pies ; la al- tura de la cola está bien figurada y nada dice en el texto de las orlas de las aletas, tan notables en el Ejleotris Guavina. Sé además por informes de mi apreciable colega D. Laureano Pe- rez Árcas, que el ejemplar depositado en Ma por el mismo Parra, tiene dientes en la bóveda, palatina. Esta es la espe- «cie más comun en nuestros rios, y laque más crece; por cuya. razon: debe llamar la atencion de los amigos de la Piscicultura. —Por ser pez de agua dulce, es más dificil que se propague .en otras regiones ; y deseo comparar cuidadosamente los in- dividuos de la Martinica y de Méjico con los de Cuba. Si la «descripcion del Er. Valencienves es exacta como es de creer, sus ejemplares presentan algunas diferencias, puesto que dice que la 2? dorsal empieza precisamente en medio del cuerpo | 43. 338 (en Cuba es 30 mil. más adelante, en un ejemplar de 525: mil.), y que es más «+lta que la primera (más bien lo con- brario). Abril 1566. (Continuará.) Remarks on the Sphingidae of Cuba, and Des- cription of a New Species of Ambulix from Brazil, by Aug. R. Girote. Las Observaciones que preceden se han impreso en los Anales del Jiceo de Historia natural de New-York, vol. VIII, 1865. Pued n corsiderarse como un Apéndice á las Notas de que se ha dado cuenta en este Repertorio, pag..243, Allí describe el autor por primera vez cuatro especies de Esfingidios, dos de ellas pertenecientes al género Erinmyis Húb. cuya ortografía he corregido con el Sr. Walker. | Perigonia divisa H. Seh. ms*s,—N. * 119 de Poey. Hyloicus Poeyi, Gundl. mss.—1082. Erimnys congratulans Grundl. mss.—1083. Erimnys cinerosa Grote.—1084. De estos númerosse trata en las páginas 255 y 256 del Repertorio. Alí tambien aparece una nuevá opinion de los Sres. Gro- te y Robinson acerca del Phrlampelus Vitis y del Ph. fasciatus, á saber, que la Sphinx Vitis de Linneo debe ser considerada como igual á la fasciata Sulzer; porlo quesehan visto obli- gados á dar ála otra especie el nombre de Phil. Linmei. En otra ocasion manifestaré lo que pienso nds la introduccion de éste vuevo nombre. Entretanto, quedamos agradecidos al Sr. Guote, por lo mucho quese afana en ilustrar la Fauna Lepidopterológica cubara. Felipe Poey. 339 PESO ESPECIRLOO de algunas Maderas dela isla de Cuba, POR FRANCISCO A. SAUVALLE. Abey. Jacaranda coerulea GUS O Abrán de Costa.—Bunchosia media DC. ..... Abrajo de la Florida.—Pereskia portulacaefolia Haw. ho .-..0..0.0.0..% 0 Acana.—Bassia albescens Gris. 2... Agalla. —Bourreria Calophylla Gris. ......-.. Ajgracejo de monte.—Casearia eriophora Gris. .. de sabana.—Ardisia cubana DC. ...- Aguacate.—Persea gratissima Gaerb. ......-. Alamo jagiiey.—Ficus religiosa Wild. .. ..... -. aller Belda espinosa RR. 10 A Algarrobo.—Calliandra saman Ghis. ...2..... Almácigo.—Bursera gummifera L. .......... Almendrillo.—Rhamnidinm revolutum Wr. ... Almendro.—Laplacea curtyana R. ..... e, ¡e Arabo.—Erythroxylum obuvatum Macf. .....». Aretillo. —Savia sessiliflora Wild. ..-......... Aroma blanca.—Acacia oonocoocoo... e Sonar». -». hembra. Atejillo. EA e Ayuda ó Ayúa.— Xanthoxylum caribaeum Lam.. Azofaifa.—Zizyphus spina Christi Wild. ...... Azulejo.Cloca virens Wi. mos das ces oleo «— de sabana.—Simplocos Martinicensis A es la Bagá.-—Anona palustris D. ....oooconccomeco. 340 Baría.—Co:dia ge:a=canthoides Ktb. ..... 2 carboñeral vo Ada a O cn Bayito.—Haeniaothus ......-- pe Bayuda ó Bayúa.—Tobisia emarginata Desv. .. Bíbona.—8Sciadophy!llum Jacquinii Gris. .....- Bija.—Bixa orellana L. ........ lc a a Bijáguara.—Colubrina ferruginosa Brongn. .. Bontatolaurel.—Nectandra Lo cae Bo1ja.—Cochlospermurn hibiscoides Kunt. .... Brasilete.—Caesalpinia crista L. ..... E Cabo de hacha.—Trichiliaspondioides Sw. Café.—Coffea arabica L. ........-.... ud Caimitillo.—Chrysophyllum oliviforme Lam. Caimito.—Chrysophyllum Caimito L. ......- Cajuela.—Hiercnyma clusioides Gris. -......- Campeche.—Haematoxylon campechianum L. Canisté.—Saputa elorgata Guert. ........- Cavb».—Swietenia mahogoni L. .......--- Cardon.—Eupborbia canariensis L. .......- Curey.— UI AR Le cs a Carne de doyncells.—Byrsonima lucida R .... Castaña de Mulabar.—Artocarpus incisa L. Casuarina.—Casuarina equisetifolia Forst. Catesbea. —Catestaea spinosa L. ........... Ced:o.—Cedrela odorata dll. ia cvacacccon Ceiba.—Eriodendron anfraciuosum DC. -.... Ceibon.—Pachira emarginata BR. .......2- Celosa cimarrona.—Duranta Plumieri Jacq. Cerillo.—Exostemma Caribaeum Don. ....... —— de costa.—Harpalyce cubensis Gris. ...-- -—— de luma.—Berberis fraxinifolia Gris. Chicharron.—Chuneoa obovata Poir. .-...... Cigua.—Nectandra ciguaR. ¿oooonccccen.... Ciguaraya.—Portesia glabra Gris. ...00........ 2. 5. 00.22... no... o2.oo- nius L. Cireus cyaneus Mont. L.—Orhb., A. Poey, Lemb.—Cir- cus hudsonius L. Falco communis L.—A. Pocy—Falco anatum Bon. Falco peregrinus Gm.—Lemb.—Falco avatam Bon. Falco sparverius L.—Vig., Duque, Orb.. A. Poey, Lemb. -—Tinnunculus dominicensis Gm. Otus brachyotus Gm.—A. Poey,¿1 Lemb.—Brachyotus Cassinii Brew., Brachyotus palustris Gonld—Gun 1.—Brachyotus Cas- sinii Brew. Strix flammea L.—Vigors—St:ix turcata Temm. Lou Gundl.-Accipiter Grund- 399 Strix perlata Licht.—A. Poey—Strix furcata Temm. Vireo gilvus Bon.—Orb.—Phyllomanes barbatulus Cab. Vireo virescens Vieill.—A. Poey—Phyllomanes barbatu- lus Cab. ? : Turdus Pallasii Cab.—Gund!.—Turdus Swainsoni Cab. : Sylvia aestiva L.—A. Poey, Lemb.—Dendroica Gundla- chi Baird. Rhimamphus aestivus L.—Gund!.—Dendroica Gundla- chi Baird. +. Tanagra Zena L.—Vig., Orb., A. Puey—8Spindalis Pre- brei Less. Ñ Tanagra multicolor Vieill.---Duque 1? edic. —Spindalis Pretrei Less. Tyrannus phoebe Lath.—Orb., A. Poey, Lemb.—Myiar- Chus stolidus Gosse. 0 Tyrannus nigriceps Swain.— Duque 1? edic.—?Melittar- chus magnirostris Orb. ' Tyranow'a pusilla Swains.—Duque 2? edic.—? Empido- nax acadicus Gm. / Muscicapa pusilla Swains.—Lemb. Gundl.—Empidonax acadicus Gm. ¡ Muscicapa fusca Gm.—Lemb., Gundl.—A ulanax Lem- beye: Gund!. mess. Muscicapa flaveola Dux mss.—Duque 12 evic.—Seto- phaga ruticilla L. (hembra). | Hirundo purpurea L.—Orb., A, Poey, Lemb.—Progne cryptoleuca Baird. aaa | Progne purpurea L.—Gundl.—Progne eryptoleuca Baird. Hirundo coronata Mus. ber.--Lemb.—Petrochelidon fulva Vieil!. , | . Caprimulgus semitorquatus L.—A. Poey.—Chordeiles minor Cab. Caprimulgus vociferus Wils. —Orb. A. Poey, Lemb., Gundl.—Antrostomus Cubanensis Lawr. Emberiza pallida Aud.—Lemb., Gundl.—Syizella socia- lis Wils. | | PR, Hedymeles melanovephala Swain.—Gund!.—Goniaphea ludoviciana L. (hembra) 2 | á - Hyphantes «costototl Gm.—Gundl.—Icterus cucullatus -Swain. » PAS SU y ET) Li - Icterus dominicensis L.—Vigors.—Xanthornus hypome- las Bon. 400 Ícterus Aubizistór= ud 1% edic.—Xanthonus hyjyo— melas Bon. Xanihornus dominicensis Br.—Orb., Duque 1% edic.,. Lemb., Gundl.—Xanthornus hypomelas Bon. - Sturnus a o TO Povey— Agelaius assimilis- Gundi. y Sturnelía ludoviciana L.—Vig., Orb., A. Poey, Lemb.— Sturnella hippocrepis Wagl. Corvus jamaicensis Gm?—Vig., Orb., A. Poey, Lemb., Gundl.—Corvus nasicus Temm. Corvus americanus Aud.2—A. Poey. Lemb. a na: sicus Temm. Trochilus gramineos —Duque 12 edic,—Chloresies Ri-- -cordii Gery. Todus viridis L.—Vigors—Todus portoricensis Less. Picus principalis L ¿Orb A. hen Lemb.—Campephi. lus Bairdii Cass. Campephilus principalis L. vbiali —Campephilus Bair,. dii Cass. Picus ruficeps— Duque 1? edic. —Chloronerpes percus-- sus Temm. Picus radiolatus Wagl.—Duque 1? edio. —Centurns su- perciliaris Temm. 0 Colaptes auratus L.—Vigors, Orb., A. Poey, Lemb. Gundl.—Colaptes chrysocaulosus Gundl. Crotophaga ani L.—Vig., Orb., A. Poey, Lemb., Grund! —Crotophaga rugirostris Swain. Conurus guyanensis L.—Orb., A. Ben Lemb., Gundl.. —Conurus evops Bon. Trogon silenss Dux. mss.—Duque 1% edic.—Prioteles: temnurus Temm. Columba caribaea Temm.—A. Lory MN cani cepa Gundl. Ortyx virginianus L.—Duque; Orb., A. Poey Lemb. — Ortyx cubanensis Gould. Grus americana—Duque 1* edic.—Grus canadensis L. Ardea alba Belon, L.—Duque 1* edic., A... Poe y —uda= bonia occidentalis Aud. Ardea alba L.— Vigors, Orb.—Her odias egretta Gm. Ibis guarauna Licht.—A . Poey—Falcinellus Ordi Bon... Ibis falcinellus L.—Lemb.—YFalcinellus Ordii Bon, Falcinellus erythrohynch 18 Bon-—Gund 11,—Falcinellus. Ordii Bon. 401 Scolopax caltiiduo L. —Orb., A. Poey —Gallinago Wilsonii Temnm. Tringa Temminckti Leisl. a Le minu tilla Vieill. Aramus senlopaceus G m--Vigor s--Aramus gliganteus EA Aramus guarauna Gn. O Lemb AOS gigan- teus Bon. Gallinuta chloropus L.—Orb. —Gallinula galeata Licht, Fulica atra L.—Orb. ma ca americana Eu Anser albifrons B-chst.— Lemb.—Anser Gambeli Hartl. Anas crecca L.—A. Po“wy—Nettion carolimensis Grm. Sterna nigra L.—Lemb, Gua il.—Hydrochelidon fissi- pes L. Sterna argentean Pr. Max.—A. Poey— Sterna Anmtil- larum Less. Sterna minuta L.—Lewb.—Ste:na Antillarum Less. Larus ma 1uus L.—Lemb., Gundl.—Larus Smiihsonia- nus Coues. Larus argentatus Brino. —Gundl.—Larus Smithsonianus Coues. Larus zonorhynchus Rich a 22% edic. —Larusa, Smithsonianus Coues. Pelecanus Thajus—Duque 1? edic.—Pelecanus fuscus L. Phalacrocorax graculus Gm.—Orb.—-Graculus foridanus Aud. Phalacrocorax Townsendi Aud.—Lemb., Gundl,—Gra- culus mexicanusBrandt. : Phalacrocorax resplendens Aud.— Lemb., Gund!.— Graculus mexicanus Brandt. Phalacrocorax pigmaea Azara—A. EAS me- xicanus Brandt. Dysporus sula—Duque 1* edic.—Dy Sporus fiber L. Sula bassana auct.—Duque 2? edic.—Dysporus fiher L. Phaeton aethereus L. ai A. ea Lemb., Gund!l.— Phaeton flavirostris Brandt Catálogo de las Aves indicadas como pertenecientes á la Or- nitología cubana, pero indudablente por error ó falta de exámen crítico de los individuos. Strix occipitalis Temm. — Vigors, Cabanis —(como sinó- nimo de Glaucidium Siju Orb. ) 51 402 Scops asio L.—Duque 2? edic,, Cabanis. - Strix nyctea L.— Duque 2? edic., Cabanis. —Lanius carolinus—Duque 1? edic. Lanius carolinensis W:ils.—Duque 2? edic. Lanius ludovicianus L.—Cabanis como nombre correcto: del anterior. Turdus jamaicensis Gm.—Duque, Cabanis. Sylvia olivacea--Duque 1? edic.--No hay tal especie conocida. Euphone musica Lath.—A, Poey, Lemb., Gundi. Tanagra palmarum— Duque 1* edic. Tyrannus forficatus—A. Poey en la introduccion, Cabanis. Tyrannus sulphuraceus Dux—Duque, Cabanis, Tyraunus ferox—Duque 1? edic. Nyetibius jamaicensis Gm.—Duque 2% edic., Cabanis. Jacupa passerini Bon.—A. Poey en la introduccion segun. Rev. zool. Rhamphopsis fammigerus Jard. et Selby—segun Hartlaub la misma especie que la procedente. Ammodromus maritimus Wils.— Duque 2? edic., Cabanis Linaria caviceps Orb.—Orb., A. Puey, Lemb.. Cab. Dolicthonyx rufescens Vieill.—A. Poey. Agelalus phoeniceus L.—Cabanis (el ejemplar era de los E. U.) Quiscalus versicolor Vieill. —Vig., Orb., Lemb. leterus versicolor Vieill.—Duque 1? edic. (Quiscalus quiscala L.—A. Poey. Ckalcophanes quisealus L.— Cabanis. Cassicus niger—Duque .* edic, Cassicus cayanus—Duque 1? edic. Pstttacus havanensis L.—segun el Syst. nat. Conurus squamosus Lath.—Duque 2? edic., Cabanis. Columba caribaea—Duque 1? edic. “Columba jamaicensis—Duque 1? edic. Columba squamosa—Duque 1? edic. Columba dominicensis Lath.-—Duque 2? edic., Cabanis, Peristera albifrons Bon.— Cab. Ibis rubra L.—Duque, Orb., A. Puey, Lemb., Gund!. Cairina moschata L.—Duque, Cabanis. Anas bahamensis—Duque 1? edic. ', Anas eyanoptera Vieill.—Gundl. : Anas obscura Gm.—Gunadl. Clangula americana Bon.—Gundl.. 403 Correcciones de erratas esenciales. Pag. 167 lin. 29, setentrional; léase meridional. Pay. 177 lin. 33, Coco; léase Cuco. Pag. 179 lin. S, romper—; léase comer-—. Pag. 221 lin. 22. Después de haberse impreso la página, he sabido que Mr. Cassin reconoció en la Caraira de la América setentrional una nueva especie diferente de la de América meridional. Suprímase pues las dos últimas líneas y póngase Auduboni Cass. Pr. Ac. of N. Se. Phil. 1565, Caraira. Pag. 222 lin. 1-3, suprimase las tros líueas primeras y pón- gase Pol. tharus Guadl. 1S6l, uec Molina.—P, cherl- way Gundl. 1854, nec Jaeq.— P. vulgaris Orb. et Lemb., nec Vielil.—P. brasiliensis Vig. et A. Poey, nec L. Pag. 222 lin. 5, UT; léase IL. Pag. 281 lin. 16, Nechopeetes; léase Nephocaetes. Pag. 285 lin. 23, Melopy:rha ; léase Melopyrrha, Bon. [clerus, Pag. 287 lin. 2, hypomelas.—léase hypomelas Bon. Consp. 1850, 433. Pag. 287 lin. 14. VI; léase VII. Pag. 292 lin. S, añádese Serie VII. Pas. 300 lin, 17, III; léase L | Pag. 351 Un. 23, naudasson; léase Nandapoa. Pag. 357 lin. 24, II; léase ITI.' En la tabla perteneciente á la pag. 168 debe correzirse, advirtiendo que el número romano indica la columna de la serie: Fam. Falconidae se dice 5 en II y 3 en III; léase Ú en Il y 2 en III. —— L:uniadae — —- 1 — V; léase 1 — VII. - —— Sylvidae — — 1 — VI; léase 1 — VII. —— Hirundinidae.—— 1 — V; léase 1 —= 1V, —— Sturndae — —- 1 — VI y 4 en VII; léase 5 — VI. —— Picidae — 2— Il y 4 — VIT; léase 1 — Il. y 5 en VII — Psittacidae — —— 2 — VI; léase 1 — VI. y l en VII. Scolopacidae — — 5 — V; léase 1 —IV.y 4 en V. —— Sternidae .——— 5 MI ; léase. 2 — III. y 3— IV. Por estas correcciones se altera la suma de cada serie en la última linea de la tabla. Léase ahora la suma del modo si- guiente, S—119-—-51—13—6—15—45. 304 ARBOLADO. POR FELIPE POEY. En 5 de Mayo de 1856 presenté un informe á la Real So- ciedad Económica, seccion de Agricultura, acerca de los árbo- les que conviene escojer para adornar las calles y alamedas de la ciudad de la Habana. Del citado informe voy áreproducir las principales indicaciones. | La primera circunstancia que ha de presentar el arbolado sin duda' es la que recomiendan los Sres Comisionados del Excmo. Ayuntamiento, D. Miguel de Hano y Vega y D. Fran- cisco Calderon y Kessel, á saber, la de ser compuesto de vege— tales que se afirmen al suelo por medio de raices perpendicu— lares, para resistir al furor de los huracanes. Es Alamo (Picus: religiosa) usado hasta ahora, es de los que menos cumplen con este requisito, como la experiencia más de una vez lo ha de- mostrado ; sus raices horizontales causan además otro perjui- cio á las casas en cuyas inmediaciones está plantado, alzando las losas é introduciéndose en los caños en busca de la hume- dad ; como lo he yisto en la calle de la Reina á pesar de la la- titud que alli tienenlas aceras. Este inconveniente se notará particularmente en la villa de Guanabacoa dentro de pocos años, pues alliestán dichos árboles á muy corta distancia de las casas, obligadas sus raices á tomar una direccion horizon- tal por su naturaleza y por la resistencia que opone el terrgno serpentinoso de aquella poblacion ; y llegarán, no lo dudo, á pe— netrar en la sala y aposentos de los edificios. A todo lo cual se agrega que este árbol exótico pierde sus hojas una parte del año. En segundo lugar debe atenderse á- lamayor. ó menor altura de la cima ; habiendo algunos árboles que por esta causa deberán ser desechados de las calles y calzadas urbanas ; pero que convendrán en las grandes »lamedas y calzadas. rurales.. | 00406 En tercer lugar, creo conveniente dar la preferencia á los ár— boles que extienden sus ramos horizontales ; porque súu'som- bra cubrirá mayor espacio de terreno. En cuarto lugar, con> viene que la frondosidad sea suficiente para templar los rayos del sol, y no tanta que llegue á interceptarlos ; afin de que las calles y calzadas pierdan más fácilmente su humedad en' la es- tacion lluviosa. En quinto lugar, se procurará que el tronco no séa friable, sino tenaz gd flexible. En sexto lugar, se considerá-: rá que el pronto crecimiento del vegetal es una ventaja, siem- pre que pueda conciliarse con las debas circunstancias; lo que dificilmente se podrá conciliar; porque es una ley de los"se- res organizados, que aquellos que se desarrollan rápidamente, tengan una muerte natural temprana, cuando no violenta y : rematura. : 119W Considerada la ar boleda bajo un «specto científico, Circuns tancia que no desdeñarán los gobiernos ilustrados, deben las A néficas miras del Exemo. Ayuntamiento tender ásembrar el mayor número de esperles de vegetales cubanos, que tengan 'os requisitos anunciados ; y aunque la uniformidad de muchos individuos de una misma esperie presente mayor regularidad y simetría, no tienen menos atractivos para la vista los acciden- tes de la variedad, que agrada constantemente en la náturaleza y aquí con la variedad tendremos la ventaja de estudiar y co- nocer por experiencia los árboles más, útiles, facilitando al pú- blico sus si millas maduras y convirtiendo las calles y paseos en sucursales del Jardin botánico, demasiado estrecho para cons ener todos los hijos de nuestra rica Silvia. Tal vez sitva es- ta empresa á salvar del hacha impia los últimos representantes dela sabinas, de las caobas, y Otras maderas preciosas que el interés rigurosamente luerativo de los particulares amenaza sin nesar. da EN Las teorías que preseden no serian dificiles de admitir,'si tuviera la dicha de acompañarlas con la lista de las plantas que rennan las cualidades apetecidas.—Por su dureza y longevidad pueilen convenir el Acana, el Quiebra=hacha, la Caoba, el Eba- vo, el Cerillo, el Guaracan, el Júcaro, el Sabicú, el Chicharron 406 el Tamarindo etc. Menos duros pero de más pronto crecimiento son el Cedro, el Dagame. el Ocuje, el Frijolillo, la Varía, el Paraiso, la Sabina, el Jaboncillo, el Nazareno ete. Y aun más blandos el Roble de olor, el Jobo y la Majagua. Supongo que todos ó la mayor partede los árboles recomendados en este párrafo tienen las cualidades exigidas ; pero debo decir que ba tengo de ello un conocimiento seguro. Sabido es que el Acana . resiste á las fuertes tempestades; que la Majagua es flexible y crece pronto ; que el (Quiebra-hacha es de fibras tenaces ; que el Nazareno es de elegante aspecto y ramas horizontales etc. pero no conozco ninguno de ellos bajo todos sus aspectos para ofrecer con mi voto una garantia. No se perderá mucho con ensayarlos todos, y aun otras e-pecies; porque el tiempo re- velará sus buenas ó malas cualidades. Apelo, para mejor informe, á los conocimientos cientif- cos y prácticos de los Sres. D. Sebastian Alfiedo de Morales,' D. Francisco Adolfo Sauvalle y D. José Blain modesto y en- tendido agricultor de Santa Cruz de los Pinos. Notes upon some Odonata from the Isle of Pines, by Samuel H. Seudder. Hemos tenido el gusto de ver y tratar, durante su viaje $ la isla de Cuba, al Sr. Seudder, cuyos variados conocimientos en Historia natural lo han hecho á nuestros ojos muy aprecia- ble. De paso visitó la isla de Pinos, donde hizo observaciones meteorológicas, que ha tenido la bondad de comunicar á mi b1- jo D. Andrés Poey, Director del Observatorio físico meteórico de la Habana; y ha recogido varios insectos, entre ellos, los Neurópteros que pongo á continuacion, pertenecientesá la di- vision dejos Odonatos, vulgarmente llamados Caballitos de San Vicente; entre los cuales hay cinco especies presentadas como nuevas. Las especies conocidas llevan tambien su descripcion: lo 407 : que servirá para la más completa ilustracion de cada una de * ellas. Agrion Maria, Scudder.—pag. 188. Agrion (Ischuura) coecum Hagen. —p. 189, Aeschna virens Ramb.—p. 190. Macromia cubensis Seud.—p. 190. Tramea insularis Hagen.—p. 191. Libellula auripennis Hagen.—p. 191. Libellula angu-tipennis Ramb.—p. 192. Libellula vinosa Scud.—p. 192. Dythemis frontalis (Burm.) Hagen.—p. 193. Dythemis pleurosticta (Burm.) Hagen.—p. 194. Mesothemis Pueyi; Scud.—p. 194. Mesothemis Gundlachii Scud.—p. 195, Diplax ochracea (Burm.) Hagen.—p. 196. -— Diplaxjustiulana (Selys) Hagen.—p. 197. a Diplax abjecta (Ramb.) Hagen.—p. 197. Perithemis Domitia (Drury) Hagen.— p. 198. Este opúsculo del Sr. Seudder se ha publicado en los Pro- ceedimgs of Boston Society ofNatural History, vol. 10 p- 187, Febrero de 1866. ó segun cartas del Dr. Hagen, el Agrion Maria, nov. spec, es del subgénero Neoneura ; la Macromia Cubensis, nov. spec. es una Erythemis nombrada en Sus¿mss : : la anterior tambien habla recibido otro nombre mss que ya es iuútil reproducir. La Tramea insularis Hag. no es sino la T. abdominal;s Ramb. La Libellula vinosa, nov. spec. es la Dythemis rufinervis Br., una de las especies más comunes de la isla de Cuba; la Mesoihiemis Poeyi, nov. spec. es la . Dythemis dicrota Hag. ; la Mesothemis Gundiachii, nov. spec.es la M. simplicicollis Say. Todas estas especies halladas en la isla de Pinos se en- cueñtran tambien eu la de Cuba ; lo que confirma lo dicho en otra parte , y es que ambas localidades pertenecen á la misma fauna ó region geográfica. Felipe Poey. 405 APÉNDICE POR FELIPE POEY. Sr. D. Ramon de la Sagra.—En la página 7 se lec: “En 1824 (fué en 1823) llegó á la Habana D. Ramon de la Sagra, y se encargó de la Direccion del Jardin Botánico, puesto de- sempeñado con general aplauzo por el Sr. la Ossa, que se vió precisado á dejario por lo explícito de los términos en que es- taba redactada la Real Orden que coucedia el empleo al Sr. de la Sagra.” Y en la p. 28 se lee: “Siete añus estuvo la Ossa al frente del Jardin, y su estado de prosperidad patestizaba las brillantes dotes científicas que le distivguan, cuando llegó D. Ramon dela Sagra, portador de una Real Orden que in erpre- tada á su favor, bastó á desalojar al antiguo Director, con— virtiendo el Jardin en Escuela de Botánica agrícola desde Fe- brero de 1824.” El Sr. D. Ramon de la Sagra ha creido que' estos dos párrafos de nuestro colaborador D. Manuel J. Presas, encierran una inculpacion, lo que me obliga á dar algunas explicacio- r'es que no lo dudo, lo dejarán satisfecho. Es muy cierto que D, Antonio de la Ossa, antes de la le- gada del Sr. Sagra, estuvo al frente del Jardin botánico de la Habana, interviniendo en los trabajos de su instalacion, y de- sempeñando de hecho las funciones de Director de dicho Jar - din con conocimiento de la Real Sociedad Economica. Sospe- - chábamos, sin saberlo de cierto, que no tenia título real ; y asilo hemos dado á entender diciendo que elSr. de la Sagra tomó la Direccion del Jardin á consecuencia de una Real Or. den que trajo consigo, y que fué interpretada en su favor. No hemos dicho que fué mal entendida ni interpretada arbitraria- mente: la interpretacion fué necesaria para dar al Sr. de la Sagra el puesto ocupado de hecho por la Ossa ; porque la Real Orden no mencionaba la Direccion del Jardin botánico ni es- 409 CN encargo alguno; le nombraba vagamente para de- -sempeñar la cátedra de Eistoria natural que las Corporacio- nes juzgasen más últil al pais ; y estas le encargaron la enses ñanza de la Botánica, aplicada á la Agricultura; la direccion del Jardin le fué encomendada al cabo de dos años. Con estos antecedentes se «clara el sentido de los dos párrafos citados, escritos con imparcialidad y sin la menor in- vención de oscurecer el honor de! Sr. D. Ramon de la Sagra, á quien por otra parte hemos tributado grandes y merecidos elo- gios eh las páginas 7, 16 y 17, 28 y 29 de este Repertorio. Tambien se dijo (pág. 7) que la edicion española de la Historia del Sr. Sagra no es tan completa como el texto fran— cés; lo que consta en las notas de las páginas XIX y 27 del tomo de los Invertebrados. A lo que nos ha dado el Sr, Sagra la contestacion siguiente : “Es cierto que he abreviado algu= nas descripciones de los Invertebrados. - . . ... Mas esto no quie- re decir que la edicion francesa sea más completa que la es—- pañola, pues sucede todo lo contrario, atendiendo á que faltan aun por publicar en la primera la Introduccion á la Flora, de sesenta páginas, redactada hos mí en 1856, y todo el tomo 2? de lás plantas Fauerógamas, pór Richard.” Muycteroperca calliura.-—Vide p. 151. Por indicacion del Sr. Gill manifiesto que mi 14. calliura pag. 181, pertenece al género Trisotropis ; pues difiere del género Mycteroperca por la forma de las espinas dorsales, la escamacion, las mandíbulas etc.—; lo que aquí traslado sin poder decir en que consiste precisamente la diferencia. De todos modos las aberturas na- sales singularmente aproximadas lo distinguen de las otras es» pecies de Trisotropis.—En lugar de decir que el color es pardo con manchas amarillosas, será más exacto presentar el fondo de un pardo amarilloso claro, con mánchas pardas. Un indi- viduo sacado vivo del agua ofrecia encima del cuerpo de cada lado, desde la punta del hocico hasta la cola 8 fajas oscuras. verticales de poca extension las cuales desaparecieron despues de muerto. D. 11,17; A.3,12, el radio 7% blando más pro- longa lo. : z , BO 0 410 Serramus a Veáse p., 203.—S1, como lo presumo, el Holocentrus punctatus Bl. es el mismo que el Lutianus lunula- tus Bl. Schu. dibujado por Pa:ra, el primero tiene la prioridad; y valdrá el nombre de Epinephelus punctatus. Scarus coclestinus. Vide p.371.—He adquirido últimamen- te otro Loro del género Pseudoscarus, que me parece ser el yer- dadero Sc. coelestinus. Longitud total, 770 mil. Color azul de Prusia bien pronunciado, con el Dad de las escamas pardo- azul: las mandíbulas son blancas en el centro, bordes azules, base cubiertas de un musgo verdoso ; cerca de la comisura en la mandíbula superior se ven dos puntas huesosas. El hocico, al rededor d» la boca, presenta algunos espacios de azul celeste, principalmente por debajo. Las «letas medianas tienen una orilla delgaula de este último color. El antepenúltimo radio dor- sal es bastante largo, y forma un ángulo; lo mismo en la anal. Los radios espinosos de la dorsal, aparecen muy gruesos, tal vez por causa de la membrana que los envuelve. Las esca- mas de la línea lateral tienen en la base un corto tallo de don- de se desprenden numerosos arbúsculos bastante finos. Este úl- timo carácter lo distingue principalmente de mi Pseudoscarus simplex, que además tiene la mahdíbula superior más escotada y cou uta punta menos, la dorsal y la anal más bajas. Pseudoscarus simpl:x.—Veáse el anterior y lo dicho en p. 185. | Pomucanthus Paru. Vide p. 318.—Para ny confundir con el Sr. G¿únther en una sola especie el P. Paru con el aureus, me he fundad» en la presencia ó ausencia de las lúnulas ama- rillas. Digo además que el Paru tiene una faja muy notable amarlila sobre el tronco de la aleta pectoral siendo esta negra por fuera y por dentro; mientras que en el aureus no existe la faja auarilla braquial, la aleta es por dentro amarilía hasta cerca de la extremidad, y por transparencia presenta la cara externa de un pardo amarilloso con borde negro, siendo en realidad toda negra en lo exterior. Tengo el Paru de 310 y de 270 mil, y la variedad guinquecincius de 200; tengo el aureus de 411 470 y de 220 mil. El aureus adulto toma un fondo genera! amarilloso, el Paru conserva el fondo negro. Mesoprion cynodon. Vide p. 268.—El Sr. Perez Arcas, Ca- tedrático de la Universidad Central de Madrid, me ha escrito que en el Caballerote de la coleccion de Parra, la distancia entre la extremidad del hocico hasta el borde posterior del maxilar es de 59 mil. ; y hasta el ojo, 64. Ya con esto se prueba que no puede ser la Cubera. El Lutjanus Caballerote tiene el hocico largo, la boca chica; el E. cynodon tiene el hocico corto, la boca grande, El primero crece hasta 10 libras, tal vez más; el segundo pesa muchas arrobas, y vonserva euando jóven los mis- mos caracteres diferenciales. | Esfingidios descritos por el Sr. Grote.—En la p. 338 de este Repertorio he aplazado mi opinion con respecto á la Sphinx Linnei de los Sres. Grrote y Robinson; por que necesi- taba para fundarla una copia exacta de la figura de Merian, citada por dichos autores. Esta copia no ha llegado aun á mis manos, para darun fallo pormi parte definitivo; pero entretanto manifiesto que la diagnósis de Linneo, Sp. vitis, puede referirse á dós especies con más particularidad á mi - número 83 (Cramer, lámina 268, f. E; Lucas in Sagra, tab. 7, f. 4) porque indica el color rojo de la base de las alas ¡inferio- res sin indicar la faja roja del borde posterior de las mismas alas. Por otra parte, la Señorita Merian, citada por Linneo, figura su especie, segun lo afirman los Sres. Grote y Robin- son, con la referida faja catacterística de mi n? 217 (Sp. fas— ciata Sulzer, representada tambien por Cramer, lámina 267, f. C, y por Lucas in Sagra, lámina 17, f. 5). Si este último dato ha sido bien observado, como de antemano lo creo, es de aceptar el Philampelus vitis, L. para mi n? 217, poniendo en la sinonimia la Sph. fasciata de Sulzer; y entonces está bien dadoá mi n?83 el nombre de Philampelus Linnes por los Se- ñores Grote y Robinson. | Al citar á Fabricio en Sphimz lineata (vide p. 247), se me olvidó decir que este autor confunde la especie americana con la europea. | 412 En p.247 hago un cargo al Sr. Grote por haber compa= rado la Deilepiala Calverleyí con las Esfinges linsata y Eu- phorbiae, y no con la Sphinx Galii. La verdad es que su prin- cipal comparacion recae minuciosamente sobre la Detlephila Chamaenerii que es la especie americana análoga á la D. Ga- li; tan parecida, que muchos no la admiten como especie distinta. Confieso que hice mal, p. 251, en no haber dado las razo- nes en que me fundo para tener una opinion contraria al Sr. Grote acerca de la Sphinx Hydaspus de Cramer. Me he fun- dado únicamente en la analogía; pues no creo que las tres manchas posteriores del abdómen sean blancas, como Cramer las pinta, siendo las tres primeras rojas: supongo que tendria á la vista un ejemplar lastimado. Al decir, p. 254, que “No creo que tenga razon Húbner en haber puesto la Sphinx Caricae en el mismo grupo que (notrus,”” he hablado de memoria ; y ya que el Sr. Grote tie- ne á la vista el insecto, y afirma que es del mismo grupo, debo creerlo así; y desde luego me desdigo. Termino diciendo que doy las gracias al Sr. Grote por las cartas que posteriormente á mi discusion, me ha hecho el honor de escribirme ; con las cuales tengo la satisfaccion de ver que he conservado la benevolencia de uva persona tan digna de mi estimación por su saber y por su generosa cor- respondencia. AA RA 418 INDICE ALFABETICO. PAGINAS. Aiapeldeas. dela a o Md O Lo Ne 159, 204 Antennariuscorallinus, POeY---o..--.. ci dae E 188 RO O ess lo E O 404 A A AA 165, 22), 281, 347, 386, 411 Bibijaguas (Desrtuecion de las)ooooonooooo=====-=- 365 lts o. coca ES 180, 219 ODIA O ls A o 389 WMonlolarlas cyanops: PoOSya o. 312 Ciimaera montrosa, ion 2 A es ah a E A A E A e A E 57 Craneo de-un Tadio caries. E 150 ero Jsp UNS a a o IA O E Culebra dela cr. a 65 Cylindrella Garciana, Wi. 379 =- produrius! OE =2 da dejais ¿Vals er DATO 380 Epinephelus flavo-limbatus, PO8Y ----- =2=.--- E o Gastrococos armentalis, Morales. e. oo o 0 Elrengula!” Jagua rg OUEN aa SAO AL 189 "Elo praculsy. LOS) E is a a OO Elisteria natuxrale en Cuba. ya o A O 3, 408 'Hototentrus brachypterus, RosY-- 3362.22 184 Elotuicuero roads ee 20010) DU a ae 66 Fsogomphodon maculipintas, Doe ao acid A od Latilus cyanops (vide Caulolatilus) .mooorcccacro o... > - 312 Maderas: de Cubassu3 200: 21202. A do Mesoprion caudonotatus, Póey.----===- AN A 267 Moluscos terrestres y Huviales.----2..-.-. 69,771,123, 264 Tiujeteroperca calliura Loop ges IO po nee a 181, 409 Oiienata. (008: O dde MRS 2 ria a pco IP d06 PA GINAS. Papuio Oviedo: Guadlach: Le a E Dela 279 PA o eds La: PARIO CIMA ona e Lo AAA 218 REeces CECOR Aa a A o a O 113 eo Cee 181, 202, 312, 319,879, 380, 409 Phyciculus *Kaiupr, Poey-----.. 2 e a 186 Eimelepterus Havolineatus Poeyro as a oe 319 IEC Ero pomada apena PON E O eseudoscaris simples, Pueyo. o So) Ml Serranus. cubamus, Poey coccion. A e e aa 202 HECHAS OY CEE a a a e au eL Eo O 383 SprRimemlden le ocio ao. bale ao O, O, 0 E Le El E á ; ; 410 Tipos Cuvierianos y Valencieanianos 193, 265, 308, 369 $ 411 A e ol O IS 207 INDICE DE AVES CUBANAS, Aguaita caiman---- ...----- 349.350 Caraira ea a a e E 29] Alca trar A Cardenal 237,238 IE A A 0) Carpintero Churros0.......2.... 995 IA A o ele 225 estapulario. 22.22 OA IO A A 296 ——— —-jabado ooo o.o..o...- 294 NULA a A —— reales Le OOO A OO —_—z—>2>— MOD do 294 A ES ls 291... ————— lQjd. ooo ..... NAAA 294 ZU ODA a e Jeao Naa 30U MET E O a 299 Caterina aa ANA 297 Batista .ooooo---=-- io da 223 Cayama una ys dao ae Ae MA 351 A a de bae 3031 Cemento. e o A 225 A A a A A O 352 Eno yd. ooo beses labaas 227 prieto Ll. ooo... a 352 A ae 231 COdormiz cone 302 OI as aa 2380 1 Conetto ar e aa o oe 288 DON 299.300 Contramaester 395 Cabrenito Siroce == eel O OA eE 395, 396 A e Cotorta. ss co acosen tambe eo O Cacho E 3040 y NQOLUNLO Ls IO CAapyuarero me aro ae a en OE QUEtE A 282 CM e e 300 Cuehareta Lect a celote o Sd Cimáario demanglar:o pdas 234 1) Cuervo elos bes cod E A Ad AO Chamberso-... o sae ON OO coso 290 Chichinguaco..-... -. ARO E 289 —— pinaler0..ooooomocoooo.-. 290 Chillna: ue vaa SUD cede AGA 236 sc o.o:, Póss. Ghimbacal. ESE a 07 Chinchigua0---..0o..ooo..- 227.228 Chinchilla eN o OS Cia dor. AS Cao aun pS Utonchol a go Deol do ee 256 ESCUDO A SO] ALCOI A A IN 223 ASMpatos a 225 Halcon cito esa a aa UA 2253 Bamnencon SO ECN A A Sao) Galia a ISSO CAM A A A 391 Gallina de Guinea... ----...-- 397 Gallinuela rolas. 360, 361, 362 Gallo AS TNA 360 - Cane Ea e RADO e 355 Garcilota....-- 347, 348 Garza bota 348, 349 CUTE e LA NANA gON a 350 Garzon ao NETA SN 348 CEN AU 993, 224 ———— CaracolerO..ocoo noo... 222 OMA e ala 2272 SOL OIR AAA UA 92% (lio tame Ne AOS 399, 343 oa Add AA 393 ——=— MODJA. 0... .2oo .oo-o. 393 Golondrnal do EIA 941, 281 Cornon e AU eN 396 CEnúlla ro ONO a 347 Guabarro qeria A AA SS Guacalca luna al IEA OL ca 296 Guacamayo: baaa de de ao dle 297 Guaintall 220 rs e eee JOA 287 Guanica a a A e ULA 3u1 Guanabá 000.2 SA Le 330, 351 GUI A O (o ld CRA A 301 A ARES LOPES 291 GUAaTraguao...--..-.-- A 220 Guara a A 360 Guatibere so ARA 239 Guatire A OS Gunchor Jl SAN Ea e A 0 IEA A A A 396 JUNCO UA A DS TUTO aa Ao AA O Dabanco lA SS Mecha a DA A Manel ls LO e AA OO Marnpaos a... o DO OS Martin pescado 22oooocoommoo0o- 292 ——=— zambullidor.. .... 292 b Págs Wiedios Maa e IA EE 288 IE A 285 AA 228 Pájaro bobo..-....- A Pampero aaa o o o A 394 Batoldeia Blorida + o Si 399 e lolo NO a A 390 PEOR A 293 Pechero NA CUA A 236 Pechito A E AA USA Berlin AO IA AO 299 A AS 297 PICA OEA A AN 291 E as 238, 292 Predicador nao UE a AE AUD 2:27 Pruna 295 AND EE o aa 301 Rabo A OS 396 e E AS 395 Rabudamrnadn nd aUI bel e 301 abra AS el a 231 RUI en RRA A A Y 240 Sa Amero ell e ia ADA 288 Sa a a 301 Sardmacu ono AA 380 Sebiya...--.- DA gtU ces De o (a 351 SenserenitO. voce nio... 284 Seuapacioo ys e A a o e A 226 A TAU CO DNA. AA 20 platanos LA E 226 Sinsontes o AA 230 Sinsontilo a eds 231 Solibio. os A: 287 Dio UA e 355, 356, 307 —'sabanero 2204022209 0890) Tocororomn 3 0d a A A 298 Rojos asa ide y a AO OS 300 Tomesunos dq AAA 284 ——— del pinar... .o.2.. 284 Torcaza cabeziblanca........-... 298 =—— cenicienta 298 ———— MOVAÍA ooo ooo... 299 — Salvaje ooo. 2... 298 VOTO dd e eq IRA A 299, 300 AS A 289 Vado A A 284 arar a Sa 388 Zanoado loas rd add NAO A Zarapico.... 353. 354,355, 356, 397 LUZ OD a ..- ooo A lo A «Zorzal de patas coloradas....--. 2 BañO momo oooooooooo--.... ——— real........ Zumbador.-..-- ... 416 PECES CITADOS EN ESTE TOMO. Págs. 'Abadejo lecoeieore al Eimperaldoroc.o ee eo a Aguja voladora .ooooooo=o=== o. 329 Daamnpre ala 00. 00 NON A O Sl SC A AO O A E A SAS ¡Esmeralda dolo ea 337 A a AO SU Guasuan che 276 Bacaldo aaa: e UNA EA Cuasabaco Lor R A A ee 337 AA A e A 332 Guaseta..-..-.. A 265: A 266 Guay ere 202, 203 deloralio e IE 2094). Guayas e ALE 37 Oc to desiassconsyla 10 e ley o io 35 A A A MApO.e= A O O dice 1064 1862. 92 —-— 28 -—- Caballero. 93 —- 94 dive3 35, -— 309. v4 —— 96 dice Casas, Caballos. 95 — 20 -— XI, 1864. ———96 —— 21 —-— XI. 1364. 92 —— 12 dice 335 A 300: 9 — 24 A GO. — —98 —- 33 A Tos BS ———99 —- 17 ——- Odontostoma. DO 30 A SO ———10i —- 21 ——. Mill. A A dice MO 90 A OS —— bicineta. 105 —— 17. dice Bayamo—— Cuba: 105 —— 36 ——Lassevillei. -——106-— 2 Lescaillei. ———-109 —- 10 —-—-—turbiniformia. 109 —— 29 dice 181, —— J31. dias 1 1859, ——110—— 6 —— VI. 1859, ——112 —— 28 —-— Bayamo y Cuba. -——312 al pié póngase Continuará 119—— 9 —— Clerch, : 124 — 17 418 ——— coniractns: “Página 124 — 126 = 126 —= —— 126 —— 127 -— 127 —— 129 —— =— 130 ” ——- 132 —— 132 132 ——-133 133 133 134 137 —— 137 —— 139 —— 140 --— ===> === -——146 . 151 -155 -—— 160 — —10; -—— 161 — e 139 —— -— 163 — 174 —— - — 181 — 184 ———-186 ——-192 —— ——— 199 —— 199 — 200 ——= 299 — 237 — 24d —- 297 — 258 —- 286 — 302 -— 3058 —— 323 —— Se —— —_ NOTA: Véanse las Erratas sobro las Aves, en pág, 403. 25 dice 442, 1 l dice 1354 13 419 —— 492, —— Lindeni. —— p. 1864 — Arch. I. 1339, p. 352- 13 dice V.p. 1358,— V. 185%, 29 dice 17*, 33 25 9 dice en, 29 16 dice Gall, - 36 A 20 3 dice tiene 30 27 dice setentrional - 10 94 dice 15, 33 9 1 32 36 dice 6 20 9 dice 293 29 9 dice IV, 15 dicereligiosa—— laurifolia. Vulg. Laurel de la 1odiz. 19 > e) -— pellucida, — f 19. =— y de, —— lateralis, ——Gúinia. —— 1864, —-— 1864. 1062. -— anthracina. —— rugulosum. --— morfológicos. —— auditivo. — Gall. =— Cloris- —— í opernicia. —— Pisonias. —— sirve. —— fisico química meidional ——Trisotropis. — TI. —- Ginther. —— punta más angosta y -— Cardinalis. -— Argus Val ll. — b. —— Aquila. ——917. —— variabile. —— fasciatus. fasciata. Bowd—— Baird. —- Y. —— Mitch. —— Grote. 420 - ADVERTENCIA, Los artículos que hasta ahora han visto la luz pública som suficientes para formar una idea de los que daremos en lo su— cesivo, Lo primero que nos hemos propuesto es publicar los: Catálogos más ó menos historiados de las riquezas cubanas en os tres reinos de la naturaleza, habiendo terminado ya el de- los Moluscos y el de las Aves; faltan muchos, como se ve ; en-- tre ellos el de Peces que ha quedado á mi cargo; la mayor parte de los otros han sido enconmedados al Dr. Gundlachs las plantas, á lo menos las que constituyen árboles y arbustos mayores de nuestras selvas, serán presentadas en Catálogo: por D, Francisco A. Sauvalle, sin perjuicio de las especies nuevas y de las Monografias de familias vejetales que irá dan- do D. Sebastian Alfredo de Morales. Los otros colaboradores indicados en la cubierta del Repertorio, preparan igualmente trabajos originales. En medio de estos materiales celentíficos se hallan inter— calados algunos artículos que unen la amenidad á la ciencia pura, y han sido aceptados por toda clase de lectores. De- bemos sin embargo manifestar que el objeto principal de- nuestras tareas, noes divertir al vulgo con historias floreadas ni con descripciones pintorescas, sino con el sencillo atractivo que traen consigo los conocimientos humanos; y si la mejo” ría de los artículos no están al alcance detodas las personas, por ajenos de sus ocupaciones ordinarias, esperamos que to—- dos merecerán la proteccion de los amigos del pais. Terminamos con estas palabras del célebre Cuvier: “Ya las obras literarias han perdido el privilegio exclusivo que tenian de ocupar los ocios del hombre, y de fijar la atencion de los entendimientos cultos. Si la lectura de los poetas y de- los escritores eminentes seduce la imaginacion y adorna la. memoria, los libros de la “ciencia despiertan tambien ideas fe” eundas y sus májicos aspectos conmueven pura y deliciosa — mente el alma,” $ 'apitanía gener SETIEMBRE 1866. - MEMORIAS SOSRE La HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE Cua, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas ilumina- das. Habana, 1851-1858.— Precio en la Habana: 12 pesos -75 cent.; y de negro 8 pesos 50 cent. Tambien se vende en Ja Librería española de M. (, Denné Sehmitz, Paris. ÁNU¿RIO DE LA SECCION DE CIENCIAS FISICAS Y NATURA= LES bEL Licko DE Marranzas.—1866. 1 volémen de 304 pá- gihasen cuarto y 4 cuadros ; escelente impresion.—Contiene artículos in'eresantes é instructivos redactados por los Srs. Arango, Barnet, Guadlach, Lopez B -uavides, Morales, Puey, Presas, Riera y Vilaró.—Véndeseá 2 pesos 1 rl.—Habana: Lopez y Compañia, sucesores de Charlaia y Fernandez; y Spencer.—Matanzas : Sanchez y Compañia.—Cuba : Perez Dubru)!. A Ñ número ; Ó de) 16 páginas, si van e lámina. :eS FA ho El valor de la peas es de 30 centavos, tiempo de recibirla. Los suscritores que residan a de dl tanzas y Santiago de Cuba, abonarán con centavos por cada entrega; la ca les ser a Correo. Y El título, el ae y la deta de. suscriton SS tirán con la última entrega de cada TOMAS dos e | - Los que deseen suscribirse se dirigirán: é D. E calle del Aguila núm. 157, Habana; ú los. chez y Compañía, Ricla 22, do E ba, librería y agencia de po de Da Dubrall. Eo Agencia única en Paris. ea ( Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de de ] La correspondencia estará á á cargo de | SAS, Sa 150 Habana La Redaccion soli te tomo. ed - FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, sacd DON FELIPE POBY.. : — REPERTORIO lA DIRECTOR Ne Ca Sd SITO AR í ye - ENTREGA 1: HABANA: inprenta del Gobierno y Capitanía general por S. M. ABRIL—18605. 'J La publicacion del Repertorio físico-natural de la Isla de Cuba, no es precisamente una empresa de especulacion: va encaminada al bien del país y de la Ciencia. Por lo que, si la suscricion deja algun beneficio al completar un tomo, pagados los gastos de impresion, reparticion , correccion de pruebas y otros extraordinarios, inclusos los de Redaccion, si con el tiempo fuese necesario, se emplearán las sumas existentes en mejorar las condiciones del periódico ; ya emi- tiendo por el mismo precio mayor número de pliegos ó de láminas , ya bajando el valor de la suscricion. El Secretario de la Redaccion será el tesorero , y depo- sitario de los ejemplares. El Director desempeñará el oficio de Contador. 2 E COLABORADORES. A A A Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio ; Barnet, D. Joaquin = Blain, D. José : Castro, D. Manuel Fernandez de Cay , D. Ricardo James Coronado, Dr. D. Francisco J. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Ramon García, D. Félix Gundlach, Dr. D. Juan Gutierrez, Dr. D. Nicolás José - Jeamneret, D. Carlos ] » Jimeno, D. Francisco de Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez de Layunta, D. Fernando - Madrigal y Valdivia, D. Rafael Monteverde , D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio de la. - Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas , D. Laureano Poey , D. Andrés Presas, 10, Manuel J. de >> Ramos., D. Eduardo Riera, D. Benito José - Ruiz de Leon, D. José Sagra, D. Ramon de la Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás ra Y e A a o di o: y CONDICIONES DE LA SUSCRICION. La publicacion de este periódico será por entregas men- suales. | La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño» y forma de este número ;ó de 16 páginas, si van acompa- ñadas de una lámina. Si el aumento de susericion lo permite , se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entrega es de 30 centavos, pagaderos all tiempo de recibirla. Los suseritores que residan fuera de la Habana y de Matanzas , abonarán un trimestre adelantado , y un real fuer- te por cada entrega que se les remita por el correo. El título y el índice se repartirán con la última entre- ga de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- lain y Fernandez , librería , Obispo 34, Habana ; á los Sres. Sanchez y Cumpañía , Ricla 22 , Matanzas. Agencia única en Paris. —Librería española de M. C. Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pre- sas, O-Reilly , l altos, Habana. REPERTORIO FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA. " DIRECTOR PE tó de a l $ spa! : pe £ E e 8 p z gs ro A | FELIPE POEY. | | | ¡ | ENTREGA 2: : HABANA: 2% | Imprenta del Gobierno y Capitanía general por S. M. MAYO—1865. : | | | INDICE DE LAS MATERIAS. cKna—aamm—_—_— Presas, La Historia natural en Cuba. (Concluston.) mM COLABORADORES. -Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Arango, D. Rafael _Auber, D. Emilio Barnet, D. Joaquin Blain, D. J osé Castro, D. Manuel Féraailles de Cay, D. Ricardo James | Coronado, Dr. D. Francisco J. 3 Fabre, D. Juan Antonio. | : Forns, D. Ramon García, D. Félix Gundlach, Dr. D. Juan ps : Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Jeanmneret, D. Carlos: Jimeno, D. Francisco de - Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez úe Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, D. Rafael Monteverde , D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio Maria Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas, D. Laureano Poey , D. Andrés Presas, D. Manuel J. - Ramos, D. Eduardo Riera, D. Benito José Ruiz de Leon, D. José Sagra, D. Ramon de la > Sauvalle, D. PranciséfAoIto Valdés, D. Nicolás Wright, D. Carlos Zambranz, Dr. D. Ramon E ; 2% CAE A CONDICIONES DE LA SUSCRICION e E . La publicacion de este periódico s será por entr easier Smiles ; ] : La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño y forma de este número; ó de 16 páginas, si: van acompa- nadas de una lámina. de Si el aumento de suscricion lo permite , se darán las la minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entrega es de 30 centavos , pagaderos al tiempo de recibirla. Los suscritores que residan fuera de la a y le Matanzas , abonarán un trimestre adelantado , á razon de 35 centavos por cada entrega. El título, el índice y la lista de suscritores se: repar- tirán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán 4 los Sres. Char- lain y Fernandez , librería, Obispo 34, Habana ; á los Sres. Sanchez y Compañía , Ricla 22, Matanzas. Agencia única en Paris.-—Librería española de M. C. Denné Sehmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pre- sas, O-Reilly , 1 altos, Habana. MEMORIAS SOBRE LA HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE Cuba, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas. —Libre-- ría de Charlain y Femmaggsez, Habana. Librería española de M. C. Denné Sehmitz, Pai ca : > E REPERTORIO | FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA. DIRECTOR “FELIPE POEY. - ENTREGA 3: AO HABANA: Imprenta del Gobierno y Capitanía general porsS. M. - JUNIO.—1865. INDICE DE LAS MATERIAS. MokraLes. El Corojo. Gastrococos armentalas.. Pory, Culebrita de la crin, Gordius aquaticus. Pory, Informe sobre el Hormiguero.......- Por, Descripcion de tres Moluscos terrestres de la isla de Cuba a (ee ARANGO, Catálogo delos Moluscos terrestres y fluviales de laislade Cuba. (Continuará). ——_—_—_———— Lámina 12— Gordius aquaticus. 51 65 66 69 71 a li ir dis COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de - Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, D. Joaquin Blan, D. José Castro, D. Manuel Fernandez de Cay, D. Ricardo James , Coronado, Dr. D. Francisco J. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Raimon y García., D. Félix Gundlach, Dr. D. Juan Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Jeanneret, D. Carlos Jimeno, D. Franeisco de - Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez Ge Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, D. Rafael Monteverde , D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio Maria Paz , Pbro. D. Ramon de la . Perez Arcas , D. Laureano Poey , D. Andrés Presas, D. Manuel J.. Ramos, D. Eduardo Riera, D. Benito José Ruiz de Leon, D. José Sagra, D. Ramon de la Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Wright, D. Carlos Zambrana, Dr. D. Ramon CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este TA será por entregas men-- suales. j is La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño- y torma de este número ; ó de 16 pS , Si van: Ol ñadas de una lámina. ed | Si el aumento de suscricion lo DeL , Se dba án de lá minas sin disminuir el número de pliegos. i El valor de la entrega es de 30 o ade a tiempo de recibirla. ? : Los suseritores que residan fuera de la Habana y de: Matanzas , abonarán un trimestre A á razon dE 35 centavos por cada entrega. El título, el índice y la lista de suscritores se: - repar- tirán con la última entrega de cada tomo. : Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- lain y Fernandez , librería, Obispo 34, Habana ; á los Sres. Sanchez y Compañía , Ricla 22, Matanzas.- : Agencia única en Paris. —Librería española de MACS Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pr e- sas, O-Reilly, 1 altos, Habana. Pe MEMORIAS SOBRE La HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE Cua, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas. Libra ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de M. Cc. Denné Sehmitz, Paris. Dye La EXISTENCIA DE GRANDES MAMÍFEROS FÓSILES EN LA ISLA DE CuBa, por D. Manuel Fernandez de Castro; Habana, 1865.—Librería de Charlain y Fernandez —50. centavos el ejemplar sin lámina. La misma obra, gran papel y láminas fotografiadas, 6 pesos. nO REPERTORIO - FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, DIRECTOR FELIPE POEY. 3“ ENTREGA 47 : HABANA: Imprénta del Gobierno y Capitanía general porS. M. JULIO.—1865. INDICE DE LAS MATERIAS, ARANGO, Catálogo delos Moluscos terrestres y fluviales de laislade Cuba. (Contimúa).... 81 RECTIFICA CION. Para rectificar los primeros renglones de la página 7, de- cimos que el Sr. D. Rar on de la Sagra llegó á la Habana en Agosto de 1823, y en 19 de Febrero de 1824 le fué otorgada la Cátedra de Botánica aplicadaá la Agricultura, en virtud de una Real órden que le daba el carácter de Profesor de His- toria natural; y que dos años despues le fué encomendada la direccion del Jardin Botánico. Sin esta circunstancia hubie- ra probablemente alcanzado la Cátedra y Direccion (por nom- bramiento) el Sr. D. José Antonio de la Ossa por sus sólidos conocimientos y por sus méritos adquiridos en la plantifica- cion del Jardin. r COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. J vaquin F. de Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, D. Joaquin Blan, D. José Castro, D. Manuel Fernandez de Cay, D. Ricardo James Coronado, Dr. D. Francisco 3. Fabre, D. Juan Antonio Foros, D. Ramon García, D. Félix Gundlach, Dr. D. Juan (tutierrez, Dr. D. Nicolás José Jeanneret, D. Carlos Jimeno, D. Francisco de Joute, Dr. D. Manuel Gonzalez de. Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, D. Rafael Monteverde, D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz ,; D. Patricio Maria Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas, D. Laureano : Poey, D. Andrés Presas, D. Manuel J. Ramos, D. Eduardo Riera, D. Benito José Ruiz de Leon, D. José Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Wright, D. Carlos Zambrana, Dr. D. Ramon CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de es*e periódico será por entr se Mc suales. La entrega constará de 24 Páginas de me del tamaño : y forma de este número; ó de 16 páginas ES van ACOnIpa> nadas de una lámina. A Si el aumento de susericion Jo permite, se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entr ega es de 30 centavos, A al pe tiempo de recibirla. | EA AA Los suseritores que residan fuera de ls Habana. y de Matanzas , abonarán un trimestre adelantado, á razon de 35 centavos por cada entrega. El título, el índice y la lista de suseritores se repara tirán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres: Char- _lain y Fernandez , librería , Obispo 34, Habana ; á los Sres. Sanchez y Compañía, Ricla 22, Matanzas. Agencia única en Paris.—Librería española de M. (eS Denné Sehmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra EN La correspondencia estará á cargo 3 D. Manuel J. Pre-- sas, O- -Reilly, l altos, Habana. ; : MEMORIAS SOBRE LA HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE CuBa, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas —Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de -M. €. Denné Schmitz, Paris. MANUAL PRACTICO DE PISCICULTURA, por D. Mariano de la Paz Graells. Madrid. 1564. Un vol. en 42—Este es un tra-- tado completo de alto mérito, adornado con numerosas lámi- nas intercaladas en el texto: puede tener una feliz a | cion álos Inlereses de la isla de Cuba. , cabo . Se e REPERTORIO FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, DIRECTOR | EPS EN ' IE ES | FA ¡ ) | O PELIPE POEY. Pep? | ENTREGA 5: | | | | | | l Imprenta del Gobierno y Capitanía general por $. M. AGOSTO.—1865. | | | HABANA: | a | | A INDICE DE LAS: MATERIAS. PorY, Peces ciegos. 14S BARNET, Análisis de un Cuarzo-jaspe de la mi- na Santa María de begoña 146 > ARANGO, Catálogo de los Moluscos terrestres y fluviales de laislade Cuba. (Conti ma). Dn qe La Redaccion del Repertorio ha recibido una relacion del Dr. D. Manuel Gonzalez Jonte, acerca de sus trabajos científico-naturales, omitidos en la. Historia que forma el primer artículo de nuestra publicacion. Tendremos la sa- tisfaccion de mencionarlos en un Apéndice del presente tomo. e " En algunos egemplares de la 4% entrega las páginas 57 y $8 se hallan repetidas: se cambiará en la Redaccion el pliego que empie qe zon la página 87. COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, D. Joaquin Blan, D. José «Castro, D. Manuel Fernandez de Cay, D. Ricardo James Coronado, Dr. D. Francisco Y. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Ramon García, D. Félix Gundlach, Dr. D. Juan €iutierrez, Dr. D. Nicolás José - Jeamneret, D. Carlos Jimeno, D. Francisco de Jonte, Dr. D. Manuel Gronzalez Ge Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, D. Rafael Monteverde, D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio Maria. Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas, D. Laureano Poey , D. Andrés Presas, D. Manuel J. Ramos, D. Eduardo Riera, D. Benito José Ruiz de Leon, D. José: :Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Wright, D. Carlos ; Zambrana, Dr. D. Ramon CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este periódico será por entregas men- suales. La entrega constará de 24 páginas de texto del tamano y torma de este número; ó de 16 páginas ST Van 26 :'0Mpa- nadas de una lámina. a Si el aumento de susericion lo permite, se darán las Já- minas sin disminuir el número de pliegos. * El valor de la entrega es de 30 centavos, pagador os al tiempo de recibirla. Los suscritores que residan fuera de la Habana y de Matanzas , abonarán un trimestre adelantado, á razon de 35 centavos por cada entrega. ) El título, el índice y la lista de suseribores se repar= tirán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- lain y Fernandez , librería, Obispo 34, Habana; á los Sres. Sanchez y Compañía, Ricla 22, Matanzas. Agencia única en Paris. —Librería española de M. €. Denné Sehmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique) e La A a estará á cargo de D. Manuel J. Pre-. sas, O-Rellly, E altos. Habana. " MEMORIAS SOBRE LA HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE. CUBA, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas, —Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de: M. C. Denné Sehmitz, Paris. DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES QUIMICAS de la Habana, su orígen y creacion, por A. Caro. Habana. 1865. Folleto de 90 páginas en 42 Fernandez de Castro.—Estudio sobre las mivas de oro. de la Isla de Cuba. Folleto en 42 Habana. 1865. REPERTORIO FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, AT RS DIRECTOR GRE ; A Pess 7 y A Ú ns S AS e SA p O 5 FELIPE POEY. es | ENTREGA 6* HABANA: ES Imprenta del Gobierno y Capitanía general por S. M. SEPTIEMBRE.—1865. INDICE DE LAS MATERIAS. ARANGO, Catálogo delos Moluscos terrestres y fluviales de laislade Cuba. (Conclusion).. 145 Loew, Diptera Americae septentrionalis in- COLABORADORES. _Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, D. Joaquin Blan, D. José Castro, D. Manuel Fernandez de Cay, D. Ricardo James Coronado, Dr. D. Francisco J. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Ramon García, D. Félix -Gundlach, Dr. D. Juan Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Jeanneret, D. Carlos Jimeno, D. Francisco de Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez Ge Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, D. Rafael “Monteverde, D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio Maria aa eo ID Ramon de la Perez Arcas, D. Laureano Poey , D. Andrés Presas, D. Manuel J. Ramos, D. Eduardo Riera, D. Benito José Ruiz de Leon, D. José Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Wright, D. Carlos Zambrana, Dr. D. Ramon CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este periódico será por entregas men- suales. La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño y torma de este número; ó de 16 páginas, si van acompa- nadas de una lámina. Si el aumento de suscricion lo permite , se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entrega es de 30 O , pagaderos al tiempo de recibirla. Los suseritores que residan fuera de la Habana y de Matanzas , abonarán un trimestre oo , ú razon de 35 centavos por cada entrega. El título, el o y la lista de suscritores se repar- ¿irán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- lain y Fernandez , librería , Obispo 34 , Habana ; á los Sres. Sanchez y Compañía, Ricla 22, Matanzas. Agencia única en Paris.-—Librería española de M. Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pre- sas, Aguila 157, Habana. MEMORIAS SOBRE LA HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE Cuba, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas.—Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de M. C. Denné Sehmitz, Paris. ANALES DE LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA. Periódico mensual. dirigido por los Drs. 4. Mestre y J. J. Muñoz. NEPERTORIO FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, | DIRECTOR FELIPE POEY. (GE > ENTREGA Y? HABANA. Imprenta del Gobierno y Capitanía general por Y. M. OCTUBRE—18605. INDICE DE LAS MATERIAS, MoraLEs, Monografia de las Ampelideas de Cuba. (Continuacion). aaa 161 GUNDLACH, Revista y Catálogo de las aves “cubanas: (Continmard.) Taca a de a 165 PonrY, Peces nuevos de la islade Cuba... -..- 181 Nota.—La lámina 4% citada en cesta entrega, se dará 'mas tarde. COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin E. de Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, D. Joaquin Blain, D. José Castro, D. Manuel Fernandez de Cay, D. Ricardo James Coronado, Dr. D. Francisco J. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Ramon (García, D. Félix Gundlach, Dr2D. Juan Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Jeanneret, D. Carlos Jimeno, D. Franeiseo de Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez Ge Layunta, D. Fernando: Madrigal y Valdivia, D. Rafael Monteverde, D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio Maria Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas, D. Laureano Poey, D. Andrés Presas, D, Manuel J. Ramos, D. Eduardo Riera, D. Benito José Ruiz de Leon, D. José Sauvalle, D. Franeisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Wright, D. Carlos Zambrana. Dr. D. Ramon CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este periódico será por entregas men- suales. La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño y lorma de este número; ó de 16 páginas, si van acompa- nadas de una lámina. Si el aumento de suscricion lo permite , se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entrega es de 80 centavos, pagaderos al tiempo de recibirla. ¡ Los suscritores que residan fuera de la Habana y de Matanzas , abonarán un trimestre adelantado , á razon de 35 centavos por cada entrega. : El título, el índice y la lista de suscritores se repar- tirán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- lain y Fernandez , librería, Obispo 34 , Habana ; á los Sres. Sanchez y Cumpañía , Ricla 22 , Matanzas. ) Agencia única en Paris. —Librería española de M. C. Denné Sehmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pre- sas, Aguila 157, Habana. MEMORIAS SOBRE LA HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE CuBa, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas. —Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de M. C. Denné Schmitz, Paris. ANALES DE LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA. Periódico mensual, dirigido por los Drs. A. Mestre y J. J. Muñoz. REPERTORIO DIRECTOR FELIPE POEY. ENTREGA 8? HABANA. dl NOVIEMBRE—1865. FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, Imprenta del Gobierno y Capitanía general porS. M. INDICE DE LAS MATERIAS. PokrY, Revista de los tipos Cuvierianos y Va- lenciennianos correspondientesá los Peces de la islaide Cuba, Ely ao ae 193 MoraALEs, Monografia de las Ampelideas de Cubas (Conclusions taaan 20 Presas, Descripcion de una especie nueva de Mo/usco ¿$berrestre go ae alas e epa e RN GUNDLACH, Revista y Catálogo de las aves cubanas (Contiacion: A 221 La lámina 5? se dará mas adelante. Para facilitar la reparticion, se suplica á los suscritores que de- jen en sus casas una persona encargada de recibir y pagar las en— tregas, encaso de ausencia. Para mayor provecho de todos, se ofrece á los suscritores que paguen seis meses adelantados, una rebaja de 20 centavos. PQEIIAáA>kXMAX AÁ =Á El 5r. D. Juan Gundlach se ofrece á clasificar los obje- tos de Historia natural zoológica de esta Isla, sin ninguna otra recompensa que la de quedarse con las especies nuevas que falten en su coleccion; con tal que la remision de ida y vuelta sea á costa del aficionado que se valga de sus ser- vicios. Habana, calle de la Reina, n? 61. CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este periódico será por entregas men- suales. La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño y forma de este número; ó de 16 páginas, si van acompa- nadas de una lámina. Si el aumento de susericion lo permite , se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entrega es de 30 centavos, pagaderos al tiempo de recibirla. : Los suscritores que residan fuera de la Habana y de Matanzas , abonarán un trimestre adelantado , á razon de 35 centavos por cada entrega. El título, el índice y la lista de suscritores se repar- tirán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- lain y Fernandez , librería , Obispo 34 , Habana ; á los Sres. Sanchez y Cumpañía, Ricla 22, Matanzas. En Santiago de Cuba, librería y agencia de periódicos de D. Juan Perez Dubrull. Agencia única en Paris. —Librería española de M. €. Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique). . La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pre- sas, Aguila 157, Habana. MEMORIAS SOSRE LA HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE Cuba, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas. —Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de M. C. Denné Sehmitz, Paris. HoJa CLINICA.— Periódico mensual dirigido por, los Doctores F. Giralt y F. Horstmann.—Publicacion muy in- teresante destinada á ser el órgano de las salas de Clínica, médica y quirúrgica, de nuestra Facultad de Medicina. Sus- ericion, 25 centavos. Librería de Charlain. THE NEW YORK MEDICAL JOURNAL.—Periódico mensual! de Medicina y Ciencias accesorias. Susericion, 5 pesos al amo —Jesus María: 20. COLABORADORES. . Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, D. Joaquin Blain, D. José Castro, D. Manuel Fernandez de Cay , D. Ricardo Jam ¿ Coronado, Dr. D. Francisco J. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Ramon García, D. Félix Gundlach , Dr. D. Juan Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Jeanneret, D. Carlos Jimeno, D. Franeisco de Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez Ge Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, D. Rafael Monteverde, D. Manuel de : Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio Maria Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas, D. Laureano Poey , D. Andrés ' * Presas, D.. Manuel J. Ramos, D. Eduardo Riera, D. Benito José Ruiz de Leon, D. José Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Wright, D. Carlos Zambrana, Dr. D. Ramon y do FISICO: NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, > "% a E 93 E | RA Y: o ¿ E g DA SS DIRECTOR o | | FELIPE POEY. pa Ñ | Ñ UA | | ! 1d ñ ho E A Ñ Pa ENTREGA 9 Po [NE A 17 N pl E F | o] HABANA. Imprenta del Gobierno y Capitanía general por S. PE. : DICTEMBRE—1865. ] | 1 ES Y É a INDICE DE LAS MATERIAS, GUNDLACH, Revista y Catálogo de las aves cubanas. (Continuacion) caco... 222... - 225 Por, Chimaera monstrosa (Nota leida en la Seccion de Ciencias del Liceo de Matanzas.) 242 Pory, Revista de Notes on the Sphingidae of Cuba by: 4. Ro Groteraos No 243 PRESAs, Moluscos terrestres y fluviales del Pan y del Palenque . Para facilitar la reparticion, se suplica á los suscritores que de jen en sus casas una persona encargada de recibir y pagar las en tregas, encaso de ausencia. Para mayor provecho de todos, se ofrece á los suscritores que paguen seis meses adelantados, una rebaja de 20 centavos. Se suplica á los Sres. Agentes envien sus liqui- daciones á la mayor brevedad. El 5r. D. Juan Gundlach se ofrece á clasificar los obje. tos de Historia natural zoológica de esta Isla, sin ninguna otra recomperisa que la de quedarse con las especies nuevas que falten en su coleccion; con tal que la remision de ida y vuelta sea á costa del aficionado que se valga de sus ser-' vicios. Se ofrece igualmente á dar lecciones de Taxidermia, para la preparacion de Aves y otros objetos de Historia na- tural. Habana, calle de la Reina, n? 61. COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin Y. de Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, Edo. D. Joaquin Blain, D. José Castro, D. Manuel Fernandez de Cay, D. Ricardo James Coronado, Dr. D. Francisco J. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Ramon García, D. Félix Gundlach, Dr. D. Juan Gutierrez, Dr. D. Nicolás José -Jeanneret, D. Carlos Jimeno, D. Francisco de Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez Ge Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, Ldo. D. Rafael Monteverde, Ldo. D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Paz, D. Patricio Maria Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas, Dr. D. Laureano Poey , D. Andrés Presas, D. Manuel J. Ramos, D. Eduardo Riera, Ldo. D. Benito José Ruiz de Leon , D. José Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Valdés Aguirre, Dr. D. Fernando. Wright, D. Carlos : Zambrana, Dr. D. Ramon CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este periódico será por entregas men- suales. La entrega coustará de 24 páginas de texto del tamaño y lorma de este número; ó de 16 páginas, si van' acompa- nadas de una lámina. Si el aumento de susericion lo permite, se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entrega es de 30 centavos, pagaderos 5 tiémpo de recibirla.. : Los suscritores que residan fuera ae la Habana y de Matanzas , abonarán un trimestre adelantado, á razon de 35 centavos por cada entrega. El título, el índice y la lista de suseritores se repar- tirán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán ú los Sres. Char lajn y Fernandez , librería , Obispo 34, Habana ; á los Sres. Sanchez y Compañía, Ricla 22 Mas En Santiago de Suba, librería y agencia de periódicos de D. Juan Perez Dubrull. En Santo Espíritu, D. Fabian Court. Agencia Ein en Paris. —Librería española de M. €, Denné Schmitz, 2 “rue Favart (pres de 1Opér a comique). La e estará 4 cargo de D. Manuel J. P pe sas, Aguila 157, Habana. r > MEMORIAS SOS5RE La HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE JuBA , por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas. —Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de _M. €. Denné A Po Ho CLINICA. — Periódico mensual dirigido por los Docto.' Giralt y F. Horstmann. —Publicacion muy 1n- teresante a á serel órgano de las salas de Clínica, médica y quirúrgica, de la Facultad de Medicina de la Ha- bana. Susericion, 25 centavos. Librería de Charlain. Axuarto de la Seccion de Ciencias físicas y uabura- les del Liceo de Matanzas.—Saldrá á luz en Enero—1 yol. 2 pesos 1 real.—Se admiten suseritorer en la l:brería de Cbarlain. SR FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, | REPERTORIO * DIRECTOR FELIPE POLY. Jan E9n IA a ENTREGA 10? sa AA AA AA AAA E NN AR > rat AL IZ AS ON 4 / y 7 / A A E Imprenta del Gobierno y Capitanía general por $. mM = ENERO —1866. HABANA. | INDICE DE LAS MATERIAS. Pory, Revista de los tipos Cuvierianos y Va- lenclennianos. oa asas AS GuNDLACH, Descripcion de una nueva espe- cie de Mariposa diurna cubana... .-....--- 279 GUNDLACH, Revista y Catálogo de las aves cubanas. (Continuación. .moomeoo==.o-- e) AVISO. + Para facilitar la reparticion, se suplica á los suscritores que de- jen en sus casas una persona encargada de recibir y pagar las en— tregas, encaso de ausencia. Para mayor provecho de todos, ge ofrece á los suscritores que paguen seis meses adelantados, una rebaja de 20 centavos. Esta entrega lleva tres pliegos solamente; no ha- biendo sido posible imprimir el cuarto, que se agre-- gará á la entrega próxima, la cual constará de cinco pliegos. La lámina 5% se dará mas tarde. —*' El Dr. D. Juan Gundlach se ofrece á clasificar los obje- tos de Historia natural zoológica de esta Isla, sin ninguna otra recompensa que la de quedarse con las especies nuevas que falten en su coleccion; con tal que la remision de ida y vuelta sea á costa del aficionado que se valga de sus ser- vicios. Se ofrece igualmente á dar lecciones de Taxidermia, para la preparacion de Aves y otros objetos de Historia na- tual. Habana, caile de la Reina, n? 61. COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Aguilera, Dr. D. Cayetano. Arango, D. Rafael Auber, D. Emilio Barnet, Edo. D. Joaquin Blain, D. José o D. Manuel Fernandez de Cay, D. Ricardo James Coronado, Dr. D. Francisco JJ. Fabre, D. Juan Antonio Forns, D. Ramon García, D. Félix Gundlach, Dr. D. Juan Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Jeamneret, D. Carlos Jimeno, D. Francisco de Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez Ge Layunta, D. Fernando Madrigal y Valdivia, Ldo. D. Rafael Monteverde, Ldo. D. Manuel de Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de "Paz, D. Patricio Maria Paz, Pbro. D. Ramon de la Perez Arcas, Dr. D. Laureano Poey , D. Andrés Presas, D. Manuel J. Ramos , D. Eduardo : - Riera, Ldo. D. Benito José Ruiz de Leon, D. José Sauvalle, D. Francisco Adolfo Valdés, D. Nicolás Valdés y Aguirre, Dr. 1). Fernando. Wright, D. Carlos - Zambrana, Dr. D. Ramon mue CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de a e pen será por entregas men- suales. La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño: y forma de este número; ó de 16 páginas, si van acompa— nadas de una lámina. , Si el aumento de suscricion lo permite, sé darán las lá= minas sin disminuir el número de pliegos. Elvalor de la entrega es de 30*centavos, pda al. tiempo de recibirla. pd , Los suseritores que residan. fuera de la Habana y de: Matanzas , abonarán un trimestre adelantado A TARON. de 35» centavos por cada entrega. El título, el índice | y la lista de suscritores se repar— tirán con la última entrega de cada tomo. A Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- lain y Fernandez , librería, Obispo 34 , Habana ; á los Sres. San chez y Compañía, Ricla 29. Matanzas. En Santiago de: Cuba, librería y agencia de periódicos de D. Juan Perez. Dub rull. En Santo Espíritu , D. Fabian Court. " Agencia única en Paris.-—Librería española de M. €. Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de 1'Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pre- sas, Aguila 157, Habana. MunmorIas SOBRE La HistoRIA NATURAL DE LA ISLA DE Cuba, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas. —Libre-- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de: dE C. Denné a Paris. ANUARIO de la Seccion de Ciencias físicas y natura- les del Liceo de Matanzas.—Contendrá una Sistematización biológica por D. Felipe Poey, una Memoria del Dr. Dumont sobre las enfermedades epidémicas de los negros y de los. de D. sas, Aguila 157, Habana. Anuarto de la Seccion de Gi cias! EN fí les del Liceo de Matanzas. —Contendrá una E pes ¿DE o a, una Memoria. año- e 1865, en SES ¡de ab por an a os artículos instrnotivos. o los $ Sres. pi ora susritores en se , recta de de Charl NN — Mia REPERTORIO DIRECTOR FELIPE PO e EY. EAN A ARS > A a << , y PES - TS, ENTREGA 12: HABANA. * Imprenta del Gobierno y Capitanía general porS. M ABRIL—1866. - FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, | INDICE DE LAS MATERIAS. Pozy, Revista de los tipos Cuvierianos y Va- lenciennianos, (Continuacion. ).-.-....... 329 UA GRoTE, Remarks ou the Sphingidae ot Cuba. . 338. SouvaLLy, Peso específico de las maderas de ON la isla de Cuba...-....- A SN DU GuUNDLACH, Revista y Catálogo de las Aves it cubanas. (Continuacion.). A El * A pesar de los muchos materiales que tenemos á nuestra dispo-. sicion, la experiencia ha demostrado que no'es posible imprimir y repartir las entregas el dia primero de cada mes. Procuraremos que la demora no pase de mucho3 dias, para que la reparticion sea mensual. Esta entrega Res los pliegos 42, a 44 y la. lá mina 4. - El Dr.D. Júan Grindlaciós se ARES á clasificar los e E $ tos de Historia natural zoológica de esta Isla, sin ninguna e otra recompensa que la de quedarse con las especies nuevas le que falten en su coleccion; con tal que la remision de ida : y vuelta sea á Ea del aficionado a se males des sus ser- EN E para la. preparacion de po y otros objotos de e na- 3 e tural. Habana, calle de la Reina, n? 61. O E —A Layunta, D. Fern+ndo - COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Madrigal y Valdivia, Ldo. D. Rafael Aguilera, Dr. D. Cayetano Montever de, Edo. D. Manuel de Arango, D. Rafael - Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Auber, D. Emilio Paz, D. Patricio Maria Baxrnet, Edo. D. 05 quin Paz, Pbro. D. Ramon de la Blain, D. José Perez Arcas, Dr. D. Laureano Castro, D. Manuel Fernandez de Poey, D: Andrés Cay, D. Ricardo James Presas, D. Manuel JJ. Coronado, Dr. D. Fra cico J. Ramos, D. Eduardo Fabre, D. Juan Antonio Riera, Edo. D. Benito José Forus, D. Ramon Ruiz de Leon, D. José García, D. Félix Sauvalle, D. Francisco Adolfo - Gundlach, Dr. D. Juan Valdés, D. Nicolás Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Valdés. y Aguirre, Dr. D. Fernando .Jeanneret, D. Carlos Vilaró, D. F. Juan Jimeno, D. Francisco ; Wright, D. Carlos Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez de Zambrana, Dr. 1). Ramon ANAI.ES DE LA ISLA DE CUBA, Diccionario administrativo, ecunómico, estadístico y ida: por D. Félix Erévchun, Oidor de la Real Au lliencia a! de la Habana.—1858, En folio. Menortls SOSRE LA HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DE Cua, por D. Felipe Poey. —2 tomos con láminas. —Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de _M. C. Denné Sehmitz, Paris. Hoya Crinica.— Periódico mensual de Medicina y Ciru- Jía dirigido por los Des. Giralt y Horstmann.—Suscricion, 25 Centavos.—Libreria de Charlain. CONDICIONES Pe LA SUSORICION ; a z La publicacion de este periódico s será por entregas men- de suales. La entrega constará de 24 páginas de texto del a | y forma de este número; ó de 16 pastias , si van scompar E ñadas de una lámina. Mies: ¡ Si el aumento de suscricion lo Os se de rán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. : El valor de la entrega es ES 30 centavos, pagaderos al tiempo de recibirla. Los suscritores que residan fuera de. Ñ Habana N des Matanzas , abonarán un trimestre adelantado , á razon de 35 centavos por cada entrega. od Oe El título, el índice y la lista de on se repar- tirán con la última entrega de cada tomo. % Los que deseen suscribirse se dirigirán á los a Cs lain y Fernandez , librería , Obispo 34, Habana ; á los Sres. Sanchez y Cumpañía, Ricla 22, Matanzas. En Esa de: Cuba, librería y agencia de periódicos de D. Juan Perez. Dubrall. En Santo Espíritu, D. Fabian Court. de Agencia única en Paris. —Librería española. de M. E: Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra o Al La correspondencia estará á cano de un Manuel J. Pre sa Aguila 157, Habana. Anuario de la Seccion de Ciencias físicas y natura les del Liceo de Matanzas. —Contendrá una Sistematizacion biológica por D. Felipe Poey, una Memoria del Dr. e obre las enfermedades epidémicas de los negros y de chinos, un Resúmen de las observaciones meteorológicas el año de 1865, en Santiago de Cuba, por D. Benito J. Riera, y Otros artículos instructivos de los Sres. Morales, Ara ango,. s López Benavides, Vilaró, Gyssler, Gundlach, ' Presas, etc. — Saldrá á luz en Marzo—1 vol. 2 pesos. 1 real.— Se admiten: suscritores en la librería de Charlain. | 10% REPERTORIO - FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA, DIRECTOR FELIPE POEY. SN ENTREGA 13: HABANA. Imprenta del Gobierno y Capitanía general por $. M JUNIO—=1866. INDICE DE LAS MATERIAS, GUNDLACH, Revista y Catálogo de las Aves eubanas. (Continuación) aa a a GROTE, Synonymical Catalogue of North Ame- rican Sphiaidae. 1 A 363 Por, Destruccion de las Bibijaguas, .....--- 365 Pory, Revista de los tipos Cuvierianos y Va- lenciennianos, (Continuacion.)..-..-. 2 09 AVISO, A pesar de los muchos materiales que tenemos á nuéstra dispo- sicion, la experiencia ha demostrado que no es posible imprimir y repartir las entrogas el dia primero de cada mes. Procuraremos que la demora no pase de muchos dias, para que la reparticion set mensual. — : | Esta entrega lleva los pliegos 45, 46, 47 y la lá- mina 5. | | El Dr. D. Juan Gundlach se ofrece á clasificar los obje- tos de Hiscoria natural zoológica de esta Isla, sin ninguna otra recompensa que la de quedarse con las especies nuevas que falten en su coleccion; con tal que la remision de ida y vuelta sea á costa del aficionado que se valga de sus ser- vicios. Se ofrece igualmente á dar lecciones de Taxidermia, para la preparacion de Aves y otros objetos de Historia na- tural. Habana, calle de la Reina, n? 61. : US COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Layunta, D. Fern=ndo Aguilera, Dr. D. Cayetano Madrigal y Valdivia, Ldo. D. Rafael Arango, D. Rafael : | Monteverde, Ldo. D. Manuel de Auber, D. Emilio | Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de Barnet, Ldo. D. Joaquin Paz, D. Patricio Maria AS Paz, Pbro. D. Ramon de la Castro, D. Manuel Fernandez de Perez Arcas, Dr. D. Laureano Cay, D. Ricardo James Poey, D. Andrés Coronado, Dr. D. Franecic» y. Presas, D. Manue] J. Fabre, D. Juan Antonio Ramos, D. Eduardo .Forns, D. Ramon ' Riera, Ldo. D. Benito José García, D. Félix Ruiz de Leon, D. José Gundlach, Dr. D. Juan Sauvalle, D. Francisco Adolfo Gutierrez, Dr. D. Nicolás José. Valdés, D. Nicolás Jeamneret; D. Carlos Valdés y Aguirre, Dr. D. Fernando Jimeno, D. Francisco Vilaró, D. E. Juan : Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalez de Wriglit, D. Carlos MEMORIAS SO3RE LA HISTORIA: NATURAL DE LA ISLA DE - Cua, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas, —Libre- ría de Charlain y Fernandez, Habana. Librería española de M. C. Denné Schmitz, Paris. Et o ninica.—Periódico al de Medicina y Ciru- ía dirig de por lis Drs. Giralt y Horstmanu.—Susericion, 25 centavos. — Li breria de Charlain. 4 CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este periódico será por entregas men suales. ' La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño y forma de este número; Ó de 16 páginas, si van acompa- nadas de una lámina. : : Si el aumento de suscricion lo permite , se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos... El valor de la entrega es de 30 centávos, pagaderos. al tiempo de recibirla. ! Los suscritores que rasióne fuera de la Habana y de Matanzas , abonarán un trimestre adelantado , á razon ES 35 centavos por cada entrega. El título, el índice y la lista od suscritores se repar- ¿irán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á los Sres. Char- —Tain y Fernandez, librería, Obispo 34, Habana ; á los Sres. Sanchez y Compañía, Ricla 22, Matanzas. En Santiago de Cuba, librería y agencia de periódicos de D. Juan Perez Dub rull. En Santo Espíritu, D. Fabian Court. ¡ Agencia única en Paris.-—Librería española de M. ( Denné Sehmitz, 2 rue Favart (pres de Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. o J. Pre- sas, Aguila 157, Habana. A Anuario de la Seccion de Ciencias físicas y natura- les del Liceo de Matanzas, 1 vol..2 pesos 1 real. 50 dá E x E > . REPERTORIO FISICO-NATURAL DE LA ISLA DE CUBA. DIRECTOR FELIPE POEY. A ENTREGA 14: A AE A — Tmprenta del Gobierno y Capitanía general porS. M AGOSTO — 1866. | | HABANA. as | | ' | INDICE DE LAS MATERIAS, Pory, Revista de los tipos Cuvierianos y Va- lenciennianos, (Contimuacion.).-....-.. SA GroTE, Notes of the Bombycidae of Cuba..- 384 GuNDLACH, Revista y Catálogo de las Aves cubanas IMPENa:) AA 386 AVISO, A pesar de los muchos materiales que tenemos á nuestra dispo- sicion, la experiencia ha demostrado que no es posible imprimir y repartir las entregas el dia primero de cada mes. Procuraremos que la demora no pase de muchos dias, para que la reparticion sea mensual. Esta eutrega lleva los pliegos 48, 49 y 50. La demora no ha consistido en los Editores simo en las operaciones de la Im- prenta. El Dr. D. Juan Gundlach se ofrece á clasificar los obje- tos de Historia natural zoológica de esta Isla, sin ninguna otra recompensa que la de quedarse con las especies nuevas que falten en su coleccion; con tal que la remision de ida y vuelta sea á costa del aficionado que se valga de sus ser- vicios. Se ofrece igualmente á dar lecciones de Taxidermia, para la preparacion de Aves y otros objetos de Historia na- tural. Habana, calle de la Reina, nu? 61. COLABORADORES. Aenlle, Dr. D. Joaquin F. de Layunta, D. Fernando Aguilera, Dr. D. Cayetano Madrigal y Valdivia, Ldo. D. Rafae! - Arango, D. Rafael Monteverde, Ldo. D. Manuel de Auber, D. Emilio Morales, Dr. D. Sebastian Alfredo de _Barnet, Edo. D. Joaquin - Paz, D. Patricio Maria Blain, D. José - Paz, Pbro. D. Ramon de la Castro, D. Manuel Fernandez de Perez Arcas, Dr. D. Laureano Cay, D. Ricardo James . Poey, D. Andrés Coronado, Dr. D. Francisco J. Presas, D. Manuel J. Fabre, D. Juan Antonio Ramos, D. Eduardo Forns, D. Ramon Riera, Ldo. D. Benito José «García, D. Félix p Ruiz de Leon, D. José “Gundlach, Dr. D. Juan Sauvalle, D. Francisco Adolfo Gutierrez, Dr. D. Nicolás José Valdés, D. Nicolás : .Jeamneret, D. Carlos Valdés S Aguirre, Dr. D. Fernando Jimeno, D. Francisco Vilaró, D. EF. Juan -Jonte, Dr. D. Manuel Gonzalóp io Wright. D. Carlos MEMORIAS SOSRE La HISTORIA NATURAL DE LA ISLA DY Cuña, por D. Felipe Poey.—2 tomos con láminas. —ilumi- nadas. Habana, 1551-1858.—Precio 12 pesos 60 cent.; y «de negro 8 pesos 30 cent, Librería española de M. GC. Des né Sehmitz, Paris. APUNTES PARA EL ESTUDIO DE Las AGUAS MINERO-ME- DICINALES DE LA IsLA DE CUBA y relacion de todos los aná- lisis que de las mismas se han practicado hasta la 0 por el Sr. D. Ao F. de Aenlle. CONDICIONES DE LA SUSCRICION La publicacion de este periódico será por entregas men- suales. y torma de este número;óde 16 páginas, si van ACOPapa ñadas de una lámina. Si el aumento de suscricion lo permite , se darán las lá- minas sin disminuir el número de pliegos. El valor de la entrega es de 30 centavos, pagados al tiempo de recibirla. Los suscritores que residan fuera de la Habana, Ma- tanzas y de Santiago de Cuba, abonarán con anticipacion 35 centavos por cada entrega; la cual les será enviada por el Correo. La entrega constará de 24 páginas de texto del tamaño El título, el La y la lista de suscritores se po : tirán con la última entrega de cada tomo. Los que deseen suscribirse se dirigirán á D. Felipe Poey, calle del Aguila núm. 157, Habana; á los Sres. San- chez y Donna. Ricla 22, as En Santiago de Cu- ba, librería y agencia de o de D. Juan Perez Dubrull. Agencia única en Paris.-—Librería española de M. Denné Schmitz, 2 rue Favart (pres de 1'Opéra comique). La correspondencia estará á cargo de D. Manuel J. Pre- sas, Aguila 157, Habana. : ANUaRto de la Seccion de Ciencias físicas y natura- les del Liceo de Matanzas, 1 vol. 2 pesos 1 real. E E ses e o Eo E Eta < ds LS E OS «CG ELE CA E CMA E ARA Als AR d CE CA ¿ E : 3 ELE 3 <= $ E EES E AE a TAS 4 ose cu ES SS a 5 < e E ES : cc ss _o a cc << ¡ACER E ACES AN SN EEE E seo O «a ( Eco ES q E ¿ Ese : E ES ES E E A E « a ES E 3 on G 25) e EE : ese LES. EA E a ES ES S EEES E: , e < ES CE € ñ BECERROS ZAS CRA E S QA RA ; ATA A E a AA CARA FA ea - : US ELO UE AE ce E E ES es K SS: SS E a E ER a AAC a ca a Es LS ES LE a e EROS E E . 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