A Y AAA e e A DUREN Cage! e y 14 » AN RO G ln 02 idz = E e AAA o ra e E ceo » EN AAA DIA. ES e TT UN y E TOA DU REO AA : DDN AAA) IN k IR AIN 14) " A ñ p , A a $ y ¡ ' , Ú ' A m y . e a $ Ñ pl . ' y Y e. | a , ' 7 í ; p ÍN mí LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS ñ E A e, IA A NCAA UNIVERSIDAD DE LA HABANA REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS VOLUMEN XXII, 1916. DIRECTOR: Dr. EVELIO RODRIGUEZ LENDIAN, REDACTORES JEFES; DEFARISTIDES. MESTRE. Dr. JUAN MIGUEL DIHICGO. COMITÉ DE REDACCION: Dres. GUILLERMO DOMINGUEZ ROLDAN, SERGIO CUEVAS ZEQUEIRA, CARLOS DE LA TORRE, CARLOS THEYE, ALFREDO M. AGUAYO, LUIS PADRO, ALEJANDRO RUIZ CADALSO, FRANCISCO HENARES Y BUENAVENTURA RUEDA. BOB Mind hn * mA BUuTARILA. papis IMPRENTA” EL SiaLo XX” DE AURELIO MIRANDA TENIENTE ReY 27 HABANA Í / e] d ] p DN 7] N A ) Do ' ' Ta No d p e J ; Á e » ' i 4 J , y Ll l 1 " » h 1 ñ NA f h í SU MA DM " EN 7 gi e il “ A $e ¡ AN I/O We y ie UN CANA INDICE DE LAS MATERIAS DEL VIGESIMO SEGUNDO NUMERO 1, ENERO La Universidad de la Habana (con diez y ] siete grabados) (continuación) .......... ) Bibliografía de Luz y Caballero (conclu- _— — La persecución de la ninfa en la poesía cas- ] vellama de los siglos de OrO...... .. 2... j El método funcional Milanés, Luaces y la Avellaneda como poe- 0 A A O Exposición crítica de los métodos actuales ] en práctica en la enseñanza de la geogralía ) MirrelBrecalos clics des Dr. Manuel Gómez de la Maza.......... La elección del Rector Noticias oficiales . TOR O IO IR OI ECO Sr. Domingo Caneda .... Sr. Martín L. D; Di Di D; La Redacción La Redacción ....oo..o... -. VOLUMEN Juan M. Dihigo.... Figarola Guzmán. AM A QUAYO a . Salvador Salazar... ", Rafael Fernández... ', Juan M. Dihigo.... nooo...» Páginas 102 144 vI INDICE Pávinas NUMERO 2, MARZO La Universidad de la Habana (conclusión) .... Dr. Juan M. Dihigo.... 145 Milanés, Luaces y la Avellaneda como poe- Ndo- Dr. Salvador Salazar... 237 tas dramáticos (continuación) ........... Exposición crítica de los métodos actuales en práctica en la enseñanza de la geogra- + Dr. Rafael Fernández . 245 HA (CONTI CON ISS | La rasociación dede ca Srita. Esther Fernández. 258 Brblioarala. coc dota ceca oa SE Sed a I Resumen de los bastones perforados de la provincia de Santander por O. Cendreror taa a se ce II Noticias de dos nuevos yacimientos prehistóricos de la provincia de San- fander'pur0.¡Cendrero3 ea eitiete II Interpretación de un adorno en las figaras humanas masculinas de Alpera y Cogul por I. del Pan y P. Wernert. IV” Hallazgos prehistóricos en tres cuevas de la Sierra de Cameros por I. del Pan. V La cerámica halstattiana en las cue- vas de Logroño por P. Bosch Gimpera. VI Instrumento neolítico del corral de Caracuel por A. Blázquez........... VII Sobre los instrumentos neolíticos del corral de Caracuel por A. Cabrera .. > Dr. Arístides Mestre... 269 VII Geología y Paleontología del Mioceno de Palencia por E. Hdez. Pacheco y J. Dantin Cereceda...... ra IX La mandíbula neandertaloide de Ba- ñolas por E. Hdez. Pacheco y H. Ob ia IS X El problema de la cerámica ibérica por P. Bosch GiMpera.............. XI Estratigrafía de la Sierra de Levante de Mallorca por B. Darder Pericás.. XII Guadarrama por C. B. Quirós y J. Carandal e AI AEROS le Lo (oo XII Monografía geológica del valle de Lozoya por L. Fdez. Navarro ..... XIV Anales del Museo Nacional de elos ria Natural de Buenos Aires ........ INDICE VII Páginas MEA o o a IRA EA 270 Contererencias Universitarias. chaoo a a ; EE 270 NUMERO 3, MAYO Arbitros y amigables componedores........... Dr. Francisco Lastres .. 273 Síntesis estadística de la población de Cuba.... Dr. Fernando Ortiz.... 280 La asociación de ideas (conclusión)........... Srita. Esther Fernández. 284 Exposición crítica de los métodos actuales en práctica en la enseñanza de la geogra- ¿ Dr. Rafael Fernández.. 338 tía (continuación)........... OE ¡ EA A. NS A A a ETA I Florilegio de sentencias griegas entre- sacadas de autores áticos y santos pa- dres, por P. Antonio Guasch, $, J. , Barcelona, 1915.......... II Filosofía de la civilización, Didáctica NOR JUANMA escolar, por Francisco Félix Bayón, AN IM Words of Speaking and Saying in the Indo-European Languages, by Carl DiiBuek Baltimore, 10 a.m... MA ' ya PITT A ' ] o ñ e ' y U ' — p i y ' > y | 1 . * . ' ie E j ' ¡ a VoL. XXII UNIVERSIDAD DE LA HABANA. . Núm. 1. REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS y CIENCIAS DIRECTOR: Dr.. EVELIO RODRIGUEZ LENDIAN. REDACTORES JEFES: Dr. ARISTIDES MESTRE. Dr. JUAN MIGUEL DIHIGO. COMITÉ DE REDACCION: Dres. GUILLERMO DOMINGUEZ ROLDAN, SERGIO CUEVAS ZEQUEIRA, CARLOS DE LA TORRE, CARLOS THEYE, ALFREDO M. AGUAYO, LUIS PADRO, ALEJANDRO RUIZ CADALSO, FRANCISCO HENARES Y BUENAVENTURA RUEDA. ENERO DE..1916 SUMARIO: —LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA (con diez y siete AOS COMRENMUACIÓN) ccoo Dr. J]. M. Dihigo. —BIBLIOGRAFÍA DE LUZ Y CABALLERO (conclusión)... Sr. Domingo Figarcla-Caneda. —LA PERSECUCIÓN DE LA NINFA EN LA POESÍA CASTE- NA RD E LOS: SIGLOSDE ORO. .0olo coi Sr. Martín Luis Guzmán. PEE LODO FUNCIONAL: ¿oia Dr. A. M. Aguayo. —VILANÉS, LUACES Y LA AVELLANEDA COMO POETAS O E lado a Une aeoa elsa Busto e oa Dr. Salvador Salazar. — EXPOSICIÓN CRÍTICA DE LOS MÉTODOS ACTUALES EN PRÁCTICA EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA.... Dr. Rafael Fernández. A DF. Je M: Dihigo. —DR. MANUEL GÓMEZ DE LA MAazaA............. E La Redacción. ERECCIÓN DEL RECTOR .0..coo..o «oo .oo.ooo.o..» La Redacción. NS EICTAT ES cos e e IMPRENTA" EL SIGLO XX” DE AURELIO MIRANDA TENIENTE ReY 27 HABANA ENSEÑANZA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, Decano: Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Secretario: Dr. Juan Miguel Dihigo. l. ESCUELA DE LETRAS Y FILOSOFIA. Lengua y Literatura Latinas (3 cursos)........ Profesor Dr. Adolfo Aragón. Lengua y Literatura Griegas (3 cursos)....... 5 Dr. Juan F. de Albear. e UA OO A / : Qs Y A y Ze Dr. Juan Miguel Dibigo, Historia de la Literatura Española (1 curso). SE % Dr. Guillermo Domínguez y Historia de las literaturas modernas extranjeras Roldá n E oldán. AAA A A ESA RIO, UR Elistoría de América (Lo curso) Es Dr. Evelio Rodríguez Len- Historia moderna del resto del mundo (2 cursos) / dián. PSicotopta (1 Curso). et Eruosoña Moral (L curso): lA No Dr. Sergio Cuevas Zequei- Sotiología (Ll CHPSO). ca as da ra (Aux.) Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Sergio Cuevas Zequeira para el grupo de Historia y Ciencias Filosóficas; Dr. Ezequiel García y Enseñat para el grupo de Literaturas y Dr. Sixto López Miranda para el grupo de estudios de Lenguas, los cuales dan conferencias sobre sus respectivas materias. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. Salvador Salazar. " Ei Laboratorio de Fonética Experimental tiene por Director al Profesor titular de Linguística. 2. ESCUELA DE CIENCIAS. [a] Sección de Ciencias Físico-Matemáticas. Análisis matemático (Algebra Superior) 1 curso) Análisis matemático (Cálculo diferencial éinte- ; Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) A AA RE Po A Geometría superior y analítica (1 curso)....... - : Geometría descriptiva (1 curso)............... ; Se Dr. Claudio Mimó. as opometria lc) a i Física Superior e CUESO) A o e ) Dr. Plácido Bin SICA SEpenioL(a" CUAL E És Química general (1 curso)........ ie o E Sr. Carlos Theye. Biología (1 curso) a O a O AS » Dr. Carlos de la Torre. Zoología (1 curso)........ O A IA > 2 Dibujo biueal EL curso ains de dat ICI S Dibajo Natural (Y curso toa na h aa, 5 Pere Córdoga: Essmologta (1 chrso); e rt E Mecánica Racional (1 curso) .................. ch Dr. Victorino Trelles. Astronomia (cnt io ea ea AR : Geodesia (dubdrso) ot as rata, eN E Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. Mineralogía y Cristalografía (1 curso)... ... En Dr. Santiago de la Huerta. Botánica general (Licurdo) ir a ES Dr. Manuel Gómez de la Maza. [b] Sección de Ciencias F ísico-Químicas. Análisis Matemático (Algebra Superior)....... Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.,) Geometría Superior (sin la Analítica ......... m Di Clatidio AR Trigonometría (plana y esférica) .............. J S j E : Física Superior (ler. curso). ade e Dr Plácido BiosH Pisica Superior (2% curan OO AR e , a Química Inorgánica y Analítica (1 curso)...... ) Se“ Barlos THevB Onímica Orgánica (1 cursod. sar na Be : y Dibujo Tineal. (L curso). a AN / > a ] J PUSar Ll CUESO) 0 o o epa IR AE 4 : dr rd 12. Dibujo Natural (1 curso) e A EDT $ dd PE: RETO COriova Mineralogía y Cristalografía (1 curso)......... > Dr. Santiago de la Huerta. DIOJOBTA (Lucro A JS , Zoología (1 curso). noo E AR E 4) A Dr, Carlos dela “forte Botánica general (1 curso)... .. ooo mmocon. -p Dr. Manuel Gómez de la Maza. Costnología (1 curso). o e E E ; en Dr. Victorino Trelles, [c] Sección de Ciencias Naturales. Análisis Matemático Algebra Superior) 1 curso Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) Geometría Superior (sin la Analítica) ......... / Dr. Claudio Mimó Trigonometría (plana y esférica).............. $ Ze ; i Química general (1 curso)......... O se Sr. Carlos Theye. Dibujo Lineal “¿1 euro). ias e O / Dibujo. Natural (Demo) f dl Sr. Pedro Cófdona: Eísica general (1 curso)... OS Dr. Plácido Biosca. ineral lografía (1 e Mineralogía y Cristalografía (1 curso)..... add Geología (1 curso).. e , j je pr: SantiaeQiós Botánica general (1 curso), ... 0... .ooiooia / >> Dr. Manuel Gómez de la Maza. 1 1VW' DUAL Mol: FO ENERO DE 1916 : Núm. 1 REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA ?! BOSQUE O HISTORICO POR EL DR. JUAN M. DIHIGO Profesor de Lingiúástica y de PFiloloyía (Continuación) La Escuela de Pedagogía comprende los cursos«que a continua- ción se indican: Psicología Pedasógica, Metodología Pedagógica, Historia de la Pedagogía, Dibujo Lineal, Dibujo Natural e Higie- ne Escolar. Por resolución de la Secretaría de Instrucción Pú- blica y Bellas Artes los alumnos de esta Escuela sólo estudiarán el Dibujo Lineal. Lo mismo que pasa en la anterior Escuela ésta tie- ne agrupadas sus materias en tres años en los que también se cur- sarán y aprobarán la Historia de la Literatura española, la Histo- ria de América, la Historia moderna del resto del mundo, la Psi- cología, la Filosofía Moral, la Biología, la Antropología y la Cos- mología, que es potestativa. Las incompatibilidades y precedencias quedan señaladas en el Reglamento; los exámenes se efectían lo mismo que en la Escuela de Letras y Filosofía con más el examen práctico de Metodología que se realiza ante el mismo Tribunal y en la Escuela Práctica anexa a la de Pedagogía. Esta Escuela, fundada a tenor de lo dispuesto en la Orden nú- mero 266 por la que deberá acreditar el alumno que ha profesado en la Escuela Práctica durante un año por lo menos, se compone - 1 Véaseel No. 3 deltomo XXI, Noviembre, 1915, LIBRA 32 y NEW YOxx BOTANICAL QARDEM, 2 : JUAN M. DIHIGO de cinco aulas debidamente graduadas y bajo la dirección de maes- tros expertos, donde se enseñan las materias del Curso de Estudios de nuestras escuelas públicas y donde semanalmente, todos los sá- bados, hacen sus prácticas los alumnos del segundo año de Meto- dología, recibiendo del profesor las observaciones que creyese opor- tunas. Junto a la Escuela Práctica hállase el Museo de Pedagogía, bajo la dirección del Profesor de Metodología Pedagógica de la Escuela y donde se efectúan ejercicios de Psicología Expe- rimental iniciados estos estudios por primera vez, y cor competen- cia singular, por el doctor Alfredo Aguayo, titular de la Escuela de Pedagogía. Los ejercicios para el grado de Doctor son iguales a los de la Escuela de Letras y Filosofía, pero la lección oral ha de ser precisamente de aplicación de los métodos pedagósicos a alguna de las materias de la enseñanza en las Escuelas Públicas. El dis- cernimiento del título de Doctor en Pedazogía se hace en la misma forma que en la precedente Escuela y en las otras Facultades. La Escuela de Ciencias ha sufrido algunas modificaciones des- de su reorganización por la Orden número 266 hasta su modifica- ción en la época de la segunda Intervención Americana. Posee esta Escuela un Gabinete de Astronomía, otro de Física, un Laboratorio de Química, un Museo Antropológico, otro de Historia Natural y un Jardín Botánico. * Cada Gabinete y Laboratorio tendrá su Jefe y Ayudantes necesarios, el Museo de Historia Natural, un Conser- vador con su Ayudante, como lo tiene el de Antropología cuyo Director es el Catedrático de dicha asignatura. El Jardín Botáni- co tiene su Director y un Ayudante y existe además un Laborato- rio y Museo de Mineralogía con sus Ayudantes al frente de los cua- les está el profesor de la materia. Dieno de todo encomio es el es- fuerzo realizado por el Catedrático de Antropología dotando a la Universidad de un Museo puramente didáctico, en el que se en- cierran objetos de mérito y se destaca el buen gusto de su estante- ría, la riqueza de su biblioteca y la excelente distribución del ma- 1 La creación del Jardín Botánico fué una gran preocupación de la Real Sociedad. En los últimos días de 1795 D. Joaquín de Herrera y D. Tomás Romay, am'bos socios, recibieron el encargo de examinar un terreno contiguo a la Casa de Beneficencia sien- do el informe negativo; después, por gestiones del Intendente Sr. Ramírez se obtuvo del Capitán General permiso para establecer el Instituto en la orilla Norte de la Zanja Real poniéndose el jardín bajo la dirección del Sr. Josó Antonio de la Osa. El Sr. Ra- món de La Sagra, nombrado Catedrático de Ciencias Naturales, se encargó de la direc- ción del Jardín y cuando se indicó posteriormente la conveniencia de ensanchar la Agri- cultura en Cuba, tomándose en consideración la enseñanza de la Botánica, se señaló co: mo sitio el enclavado en la falda del Castillo del Príncipe, hoy Quinta de los Molinos. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Aula de Sloyd.. , 1SOQ1A. € 1 de Ped ” pa wmexa a la Escuel m c bica, Áá cuela Pr Es A JUAN M. DIHIGO terial encerrado en las vitrinas. La Facultad, queriendo premiar la obra altruísta del doctor Montané, propuso al Rectorado, que acogió la idea con aplauso, de dar a dicho Museo el nombre de Museo Mon- tané. El Museo de Zoología—Museo Poey—empieza a enriquecerse con material para la enseñanza y es su Director el eminente zoólogo doctor Carlos de la Torre, honra de la Universidad y de Cuba, como ¡igualmente pasa en la difusión de los estudios de Biología cuyo des- envolvimiento en nuestra patria se debe principalmente a la compe- tencia y entusiasmo del doctor Arístides Mestre, iniciador feliz de las prácticas de zootomía y de biología general. La asignaturas de esta Escuela son las siguientes: Análisis Matemático, Geometría Superior y Analítica, Geometría Descriptiva, Trigonometría plana y esféri- ca, Cosmología, Mecánica Racional, Astronomía, Física General, Física Superior, Química General, Botánica General, Zoología, Biología, Mineralogía y Cristalografía, Dibujo Lineal, Dibujo Na- tural, Geodesia, Química Inorgánica y Analítica, Química Or- gánica. Los exámenes se rigen por lo acordado por la Facultad respecto de esta Escuela y los ejercicios para el grado de Doctor se verifican a tenor de los dispuesto en la Orden que modificó la primera organización de la Escuela de Ciencias, restableciendo las Secciones de Físico-Matemáticas, Físico-Química, y Ciencias Natu- rales, Por decreto n.” 737 de 29 de Junio de 1907, la Escuela de Cien- cias que tenía por la Orden número 266 un solo doctorado, fué dividida en tres secciones: Ciencias Físico-Matemáticas, Ciencias Fisico-Químicas y Ciencias Naturales. Los estudios propios de la Sección de Ciencias Físico-Matemáticas son: Análisis Matemático (Algebra Superior) 1 curso; Análisis Matemático (Cálculo Dife- rencial e Integral) 1 curso; Geometría (Superior y Analítica) 1 curso; Geometría Descriptiva, 1 curso; Trigonometría (plana y es- férica), 1 curso; Cosmología, 1 curso; Mecánica Racional, 1 curso; Astronomía, 1 curso. s Los alumnos que hayan aprobado todos los cursos y tra- bajos prácticos y además los estudios siguientes: Física Su- perior, 2 cursos; (Química General, 1 curso; Botánica Gene- ral, 1 curso; Zoología, 1 curso; Biología, 1 curso; Minera- logía y Cristalografía, 1 curso; Dibujo Lineal, 1 cursoy Di- bujo Natural 1 curso, serán admitidos al grado de Doctor en Ciencias Físico-Matemáticas. Los ejercicios para este gra- do de Doctor consistirán: 1., en presentar una tesis sobre un LA MADE 0 UNTVERSIDAD A ES E AR cl DE LA HABA S 1008. Mecáni "10S 1er y Laboratori 0 1N . aenieros: Escuela de In 6 JUAN M. DIHIGO tema de libre elección y contestara las observaciones que sobre ella le haga el Tribunal de examen; 2.*, en resolver un problema de Fí- sica y dos de Matemáticas, propuestos por el Tribunal y en el tiem- po que el mismo acuerde; 3.”, en dar una lección oral que dure tres cuartos de hora después de cuarenta y ocho horas de preparación libre. Los estudios propios de la Sección de Ciencias Físico- Químicas son los que siguen Fisica General, 1 curso; Fí- sica Superior, 2 cursos; Química General, 1 curso; Química Inorgánica y Analítica, 1 curso; Química Orgánica, 1 curso. La Facultad admitirá a los ejercicios para el grado de Doe- tor en Ciencias Físico-Químicas a los alumnos que hayan apro- bado todos los cursos y trabajos prácticos de esta Sección, excep- tuándose la Física General y la Química General y, además, los estudios siguientes: Análisis Matemático (Algebra Superior 1 cur- so; Geometría (Superior, sin la Analítica) 1 curso; Trigonome- tría (plana y esférica) un curso; Cosmología, un curso; Dibujo Lineal, un curso; Dibujo Natural, un curso; Botánica General, 1 curso; Zoología, 1 curso; Biología, 1 curso; Mineralogía y Crista- lografía, 1 curso. Los ejercicios para el grado de Doctor en Cien- cias Físico-Químicas consistirán: 1. en presentar una tesis origi- nal sobre un tema de libre elección y en contestar a las observacio- nes que sobre ella le haga el Tribunal de examen; 2.” en practicar tres análisis: uno de substancia mineral, otro de substancia orgá- nica y otro de substancia industrial, alimenticia, ete., explicando los procedimientos empleados; 3.” en dar una lección oral que du- re tres cuartos de hora, después de cuarenta y ocho horas de pre- paración libre. Los estudios de la Sección de Ciencias Naturales, son los que siguen: Biología, 1 curso; Botánica General, 1 curso; Fitografía y Herborización, 1 curso; Zoología, 1 curso; Zoografía, 1 curso; Mineralogía y Cristalografía, 1 curso; Geología, 1 curso; Antropología General, 1 curso. La Facultad admitirá a los ejer- cicios para el grado de Doctor en Ciencias Naturales a los alumnos que hayan aprobado todos los eursos y ejercicios prácticos de esta Sección y, además, los siguientes estudios: Análisis Matemático (Algebra Superior) 1 curso; Geometría (Superior sin la Analí- tica) 1 curso; Trigonometría (plana y esférica) 1 curso; Cosmolo- gía, 1 curso; Física General, 1 curso; Química General, 1 curso; Dibujo Lineal, 1 curso; Dibujo Natural, 1 curso. Los ejercicios pa- ra el grado de Doctor en Ciencias Naturales consistirán: 1.*, en LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA í éct Taller El "10 y s: Laboratori genieros suela de In 8 - + + JUAN: M. DIHIGO presentar una tesis original sobre un tema de libre elección y en contestar a las observaciones que sobre ella le haga el Tribunal de examen; 2. en clasificar tres ejemplares: un animal, un vegetal y un mineral, explicando los procedimientos que haya seguido; 3.” en dar una lección oral que dure tres cuartos de hora, después de cuarenta y ocho horas de preparación libre. En la Escuela de Ingenieros, Electricistas y Arquitectos se cur- san los siguientes estudios: Dibujo topográfico, estruetural y arqui- tectónico, Estereotomía (sombras, perspectivas, dibujo de máqui- nas, corte de piedras), Geodesia y Topografía, Agrimensura, Ma- teriales de Construcción, Resistencia de Materiales y Estática Grá- fica, Construcciones Civiles, Hidromecánica, Maquinaria, Calles y Carreteras, ' Puentes, Ferrocarriles, Arquitectura, Historia de la Arquitectura, Contratos, presupuestos y legislación especial apli- cada a la ingeniería y arquitectura, Enseñanza especial de Electri- cidad y, además, Análisis Matemático, Geometría Superior y Ana- lítica, Trigonometría, Geometría Descriptiva, Física Superior, Quí- mica Inorgánica y Análítica, Mineralogía y Cristalografía, Mecá- nica Racional, Geología, Astronomía, Dibujo Lineal y Dibujo Na- tural. La Escuela tiene anexos un Laboratorio y taller mecánico, un laboratorio y taller eléctricos con sus respectivos Jefes y Ayu- dantes y además máquinas destinadas a prácticas de resistencia de materiales. El Congreso oportunamente, y al efecto de que la en- señanza fuese completa, votó un crédito de $20,000 distribuidos entre las cátedras de Maquinaria, Electricidad y Dibujo topográ- fico, permitiendo así montar convenientemente los laboratorios así como un salón de dibujos. También la cátedra de Geodesia posee un Gabinete rico en material científico que permite hacer todas las experiencias propias a la enseñanza. Los estudios para Ingeniero Civil están agrupados en cinco años, en cuatro los de Ingeniero Electricista y los de Arquitecto en cinco. La Escuela ha determinado las incompatibilidades y prece- dencias de sus materias, así como la forma de verificarse sus exá- menes. Aparece agregada a la Facultad de Letras y Ciencias la ca- rrera de Maestro de Obras, distribuidos sus estudios en cinco años. No se explica uno la existencia de esta carrera habiendo la de Arquitecto que es superior y la diferencia en los estudios es muy poca. Es seguro que en breve habrá de desaparecer, pues hace dos años, no hay matrícula en ella. El título de Maestro de Obras lo expide el Decano de la Facultad en tanto que los de la Escuela de AD DE LA HABANA TD4 NIVERS r J TrASgl *sOJ91ruo Q O ul 9 p Y [ 30 US C Ñ TAR [ 9p *¡ny 10 JUAN M. DIHIGO Ingenieros lo son por el Rectorado, de acuerdo con la ley vigente. También la Escuela de Agronomía, existente en la Orden 266, fué modificada en tiempos del Gobernador Magoon, por Deere- to de 30 de Enero de 1907. * Sus estudios son: Fabricación de Azú- car, Química agrícola e Industrias rurales, Agronomía, Fitotecnia, Zootecnia, Economía Rural y Contabilidad agrícola, Legislación Rural y Formación de proyectos. Estas son las asignaturas funda- mentales de la Escuela; pero como en ella existen dos carreras, la de Perito químico-agrónomo y la de Ingeniero agrónomo; los que estudien la primera deberán cursar Fabricación de azúcar, Quí- mica Agrícola, Física Superior, Química Inorgánica y Analítica, Química Orgánica, Mineralogía y Geología, Zoología, Botánica Ge- neral, Topografía y Agrimensura, Fitotecnia, Agronomía, Zootee- nia y Dibujo Lineal y los que estudien la segunda, Análisis Mate- mático, Geometría Superior y Analítica, Trigonometría, Geometría Descriptiva, Física Superior, Química Inorgánica y Analítica, Zoo- grafía, Botánica General, Fitografía y Herborización, Topografía y Agrimensura, Dibujo aplicado, topográfico, estructural y de máquinas, Hidromecánica e Hidráulica, Materiales de Construe- ción, Resistencia de Materiales y Estática Gráfica, Construcciones Generales y Dibujo Lineal. La Facultad ha determinado los ejer- cicios de grado de cada una de estas dos carreras. La Escuela de Agronomía tiene anexos un Laboratorio Químico para análisis im- dustriales y agrícolas y un campo de Experimentación Agronómi- ca con los Jefes, Ayudantes y trabajadores necesarios. La carrera de Perito Químico Agrónomo consta de tres años y de cuatro la de Ingeniero Agrónomo. No se ha concretado el desenvolvimiento de esta Facultad a la mera enseñanza de las materias que comprende cada una de sus carreras y ha hecho más; pensando que la Universidad no debe re- ducirse a difundir la ciencia solamente dentro de su recinto ha organizado series de conferencias que vienen efectuándose con re- gularidad en cada curso académico, tomando parte en ellas pro- fesores de las distintas Escuelas y procurando siempre que la vul- garización científica sea en alto grado beneficiosa a los maestros públicos para quienes están especialmente dedicadas. No se necesi- ta gran esfuerzo para demostrar el éxito obtenido, el bien propor- cionado. Por la tribuna del Salón de Conferencias han pasado los más valiosos elementos de nuestra Facultad, se han esclarecido du- 1 Actualmente hay un proyecto de ley en el Congreso sobre nueva reorganización de esta Escuela. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 11 Sl mn = a] pa = = eronomía.—Quí 17 1 Escuela de A , Cc le 1] atorlo « Labor 12 JUAN M. DIHIGO das en el terreno pedagógico, se han dado a conocer personajes de relieve en el campo de la Historia de la Pedagogía casi desconoci- dos por lo menos en sus detalles interesantes, se ha hecho por exte- riorizar el interés grande que la ciencia agronómica debe tener pa- ra el cubano indicando las ventajas que de esos estudios puedan derivar los niños de las escuelas rurales y cuál debe ser el verda- dero programa de su enseñanza, se ha hablado de los laboratorios de 'paidología y las clínicas psicológicas, del sistema nervioso y su educación, de historia, literatura, etc., ete. Esfuerzo grande es és- te que ha contribuido a que despertara la Universidad de su pro- longado letargo en que la mantuvieran los que vivían dentro de un horizonte no poco estrecho. No se limitó la vulgarización únicamente a lo dicho; se ha reali- zado algo más, por virtud de iniciativa de uno de los Secretarios de Instrucción Pública: la Facultad de Letras y Ciencias y la Facultad de Derecho dieron conferencias a los obreros en las distintas escuelas públicas de la capital y éstas fueron después continuadas en año posterior por nuestra Facultad enla Escuela Pública núm. 37, de la ciudad de la Habana. Sensible es decirlo, pero a fuer de hon- rados no podemos callarlo, la falta de armonía entre los distintos erupos de obreros no ha permitido una organización pedagógica de la enseñanza que pretendió dar nuestra Facultad, ya que a la ele- vación de la cultura mental no habrían de contribuir con éxito las conferencias aisladas que se dieran por interesantes que fue- sen y por brillante que fuera el conferenciante. Y ya que de la Universidad tratamos, debemos asimismo con- signar que el material científico de la Facultad de Letras y Cien- cias se ha enriquecido y nuevas enseñanzas por causa de ello se han establecido, que contribuyen a demostrar que la Universidad de la Habana no es ajena al progreso de la enseñanza científica. Merced a ello, y gracias al decidido interés del Secretario de Obras Públicas, Sr. José R. Villalón, profesor muy distinguido de la Es- cuela de Ciencias, el Laboratorio Eléctrico se ha aumentado con el valioso material que ha transferido al mismo. Merced a ello y por gestiones del Profesor de Lingiística y de Filología, se ha estable- cido el Laboratorio de Fonética Experimental—Laboratorio Di- higo—el mejor sin duda, de América, contando con los me- jores aparatos para la realización de las experiencias, con la Sirena de Ondas construída por Koenig permitiendo hacer múltiples experiencias con la serie de las 16 primeras armó- IVERSIDAD DE LA HABANA IN J LA 1 "STO 9P PtUAIS “eyuemtaiodx cux , se 13 QUO T—¿ ¿ OBMTIT y ) OOYBIOqerT 14 JUAN M. DIHIGO nicas hasta producir el sonido de una vocal dada o la re- producción de aquellos sonidos vocálicos que hubiesen hecho los fonetistas. La Facultad, en su sesión de 1. de Julio de 1908, acordó dar a este Laboratorio el nombre de Laboratorio Dihigo por las razones que hubo expresar en el acta correspondiente. También se ha fundado un Museo de Arqueología greco-romana destinado a la enseñanza de la respectiva disciplina filológica habiéndose ad- quirido los modelos de escultura principales de cada uno de los diversos períodos de su desarrollo. Y para terminar cuanto con- viene decir respecto de esta Facultad como esfuerzo hecho en pro de la cultura preciso es mencionar la RevIsTa de la misma sosteni- da sin interrupción desde hace algunos años habiendo llegado al volumen XXI. Esta Revista, exponente de la enseñanza de las dis- tintas Escuelas, y que circula al través de los distintos países, ha sido muy bien apreciada en el extranjero, donde tienen cuidado es- pecial en la conservación de todos sus números, como lo revela el afán con que lo solicitan cuando suponen puedan haberse extra- viado. La Universidad ha progresado mucho en su parte material, so- bre todo desde que entró en la Secretaría de Obras Públicas el Sr. Villalón. Aunque en otros órdenes pudiera decirse que siem- pre preocupó al Gobierno su mayor auge, justo es que afirmemos que nadie en el orden material ha hecho por ella lo que el actual Secretario de Obras Públicas, pues a él se debe el que la Universi- dad posea un elegante edificio para Observatorio Astronómico, con todas las exigencias del caso y el que se hayan levantado los dos so- berbios edificios destinados a los Laboratorios de Física y de Quí- mica. No serán estas reformas las únicas que se efectúen; a veces la falta de numerario contribuye a la paralización, pero es un he- cho que dentro de poco habrá de arreglarse la entrada de la Uni- versidad y tras esta obra vendrá la del edificio de Administración, ya trazados los planos, que habrá de contribuir con las anteriores a darle un aspecto majestuoso a la entrada de nuestra Alma Mater. Ya el Departamento de Construcciones Civiles se preocupa de los otros edificios que habrán de levantarse y si se obtiene un buen pre- cio con la venta del que ocupaba la Universidad, no será un mero sueño, sino una realidad altamente beneficiosa. La Universidad no olvidará nunca lo que ha sido el señor Villalón para ella. No he- mos de pasar a otro asunto sin consignar que al Dr. Leopoldo Be- rriel se ha debido la edificación de la actual Aula Magna obtenien- do gracias a sus gestiones el crédito necesario por una Ley del UNTVERSID AD DE LA HABANA LA [equal dx" vol ¡Quo J— (10) Q ño rua» OLLOJB1O0QB'T 16 JUAN M. DIHIGO Congreso, revelando el amor grande que siempre tuvo por nuestra casa su Rector nunca olvidado. La Facultad de Medicina y Farmacia se compone de la Escuela de Medicina, con los siguientes estudios: Disección, Fisiología, Física Médica, Terapéutica, Farmacología, Patolo- gía General, Patología de afecciones intertropicales, Patología Médica, Trabajos de Análisis de Microscopía y Química Clí- nica, Clínica Médica, Enfermedades de la laringe, oídos y fosas nasales, Patología y clínica infantiles, Ginecología con su Clínica, Patología Quirúrgica, Clínica Quirúrgica, Obste- tricia, Higiene, Medicina Legal y Toxicología, Bacteriología, Pa- tología experimental, Histología normal, Anatomía e Histología patológica, Anatomía Topográfica, Enfermedades de la piel y sí- filis, Enfermedades de los ojos, Patología y Clínica de enfermeda- des nerviosas y mentales. La Escuela tiene anexos un anfiteatro anatómico, un gabinete histológico, un laboratorio bacteriológico y las clínicas instaladas en el Hospital Nuestra Señora de las Mer- cedes. Tiene además un Departamento de Rayos X, y de Finsen, creado por Decreto de 28 de Marzo de 1907. Los alumnos además de las anteriores asignaturas deberán aprobar los siguientes estu- dios: Química Médica, Física General y Química General. La ca- rrera de Medicina consta de cinco grupos y los ejercicios para el erado de Doctor son los acordados por la Facultad y consienados en su Reglamento. Aparecen como carreras agregadas la de coma- dronas y enfermeras, con su reglamento especial, expidiendo el De- cano los títulos correspondientes. La Escuela de Farmacia comprende: Prácticas de Química apli- cada a la Farmacia, Análisis especiales, Farmacografía, Farmacia Práctica, Química Médica y además Física General, Química In- orgánica y Analítica, Química Orgánica, Botánica General y Fi- tografía y Herborización. La carrera consta de cuatro grupos y la Escuela posee tres laboratorios anexos: uno para análisis, otro de Farmacografía y otros de Farmacia con su Jefe y Ayudantes necesarios. Por la Ley de 3 de Marzo de 1913 se creó en esta Escue- la la enseñanza de la Bacteriología Farmacéutica y Botánica apli- cada a la Farmacia con determinción de plantas medicinales, que- dando excluídos sus alumnos de cursar la Botánica General y Fi- tografía y Herborización. Los estudios de la Escuela de Cirugía Dental son: Histología anormal de la hoca, Prótesis Dental, Patología especial de la boca, LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA *RIOBUIIB A DP OTLIOJBAOQBT "BIO0BUIIP DP P[Onos 18 JUAN M. DIHIGO Operatoria Dental. Junto a la Escuela hay un Laboratorio dental y una clínica dental con los Ayudantes necesarios. La Facultad admitirá a los ejercicios para el grado de Doctor en Cirugía Dental a los alumnos que hayan aprobado los estudios de esta Escuela y los siguientes: Anatomía, Disección, Histología Patológica, Bacte- riología, Terapéutica y Materia Médica. La agrupación de los es- tudios es en tres años. Es de advertirse que por la Orden número 266 no hay más grado de Cirujano Dentista, pero en la época de la segunda Intervención se estableció el Doetorado en esta carrera, por Decreto de 12 de Abril de 1907. Por último, la Escuela de Medicina Veterinaria, no organizada en la Orden número 266, lo fué durante el mando del Gobernador Magoon, por Decreto de 27 de Enero de 1908, disponiendo fuese incorporada a la Universidad de la Habana, distribuyéndose sus estudios en tres años, que son los que a continuación se expresan: Anatomía Descriptiva, Disección de los animales domésticos, Exte- rior de los animales domésticos, Fisiología y Mecánica animal, Te- rapéutica y Materia médica, Patología general veterinaria con su clínica, Patología médica veterinaria con su clínica, Patología quirúrgica veterinaria, Clínica quirúrgica veterinaria, Operacio- nes, Teoría y práctica del forjado y herrado, Obstetricia ve- terinaria, Inspección de carnes y policía sanitaria, Medicina legal y Legislación veterinaria, La Escuela de Medicina Ve- terinaria tiene anexos un salón anatómico, un laboratorio, un taller de forjado y herrado y las clínicas necesarias con su Jefe y Ayudantes. Para que el alumno pueda optar al grado de Doctor en Medicina Veterinaria deberá, además, aprobar Física General, Quí- mica General, Zoología, Botánica General, Zootecnia, Histología normal, Bacteriología, Anatomía Patológica, Higiene, Toxicología. La incorporación de título en la Escuela de Medicina Veterinaria se hace mediante la realización de los ejercicios. La Facultad de Derecho se compone de las Escuelas de Dere- cho Civil, Derecho Público y Notariado. Los estudios de la primera son: Derecho Romano, Derecho Civil, Derecho Penal, Derecho Pro- cesal, Derecho Mercantil, Redacción de instrumentos públicos y, además, Historia Moderna, Filosofía Moral, Sociología, Antropolo- gía jurídica, Derecho Administrativo, Derecho Internacional Pri- vado. Las materias están agrupadas en cinco cursos. Los de la se- gunda son: Economía Política, Hacienda Pública, Derecho Admi- nistrativo, Derecho Político, Derecho Internacional Público, Go- LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA a ia 19 al. /Xperiment Laboratorio de Bactereología y Patologia + 20 JUAN M. DIHIGO bierno Municipal e Historia de las instituciones locales cubanas, y también la Historia moderna. Psicología, Filosofía Moral, Sociolo- gía, Antropología Jurídica, Derecho Penal. Los estudios se hacen en cuatro cursos. Los de la tercera son: Derecho Civil, Derecho Penal, Derecho Procesal, Derecho Mercantil, Redacción de instru- mentos públicos, Derecho Internacional (privado), Derecho Ad- ministrativo. La carrera consta de cuatro cursos. Así como en otras Facultades hay su parte experimental, la de Derecho tiene sus Aca- demias en las que se dilucidan puntos de vista prácticos de la cea- rrera. En cuanto al Profesorado diremos que se compone de Titulares, Auxiliares, Auxiliares Jefes de Clínica y Auxiliares Jefes de La- boratorio. Los titulares tienen cada uno su cátedra, profesando to- dos los cursos de la asignatura, cobrando por el primero el sueldo íntegro, por el segundo una gratificación del 40 por ciento del suel- do y por el tercero el 20 por ciento del sueldo. A los catedráticos que tengan clínica anexa a la cátedra el medio curso se le abonará como curso entero para los efectos de la gratificación; a los que desempeñen un solo curso con clínica anexa, se les abonará una gra- tificación del 10 por ciento, y a los que desempeñen dos cursos con clínica anexa una gratificación del 10 por ciento. El sueldo de los Catedráticos titulares es de $ 2,400. Cada Escuela tiene el núme- ro de Auxiliares necesarios; los que no tengan funciones anexas tienen que dar dos conferencias semanales sobre materias de estu- dio propio de su Escuela. El sueldo de los Auxiliares con funcio- nes anexas es de $1,800, $1,200 sin ellas y $1,000 el de los Ayudantes y son nombrados por el Rector a propues- ta de la Facultad. Cuando el primer Ayudante substituya al Je- fe, se le aumentará la gratificación. Los sueldos consignados son los de la Ley de 11 de Julio de 1906 que modificó en este extremo la Orden número 266 de 30 de Junio de 1900 como en la forma de hacerse las oposiciones de las cátedras de Gobierno Municipal e Historia de las instituciones locales cubanas y otras de la Ecuela de Medicina. La Secretaría de Instrucción Pública declaró potesta- tivo el estudio del Gobierno Municipal. A semejanza de lo que re- sulta en otras Universidades, los graduados en la nuestra, o que es- tén legalmente incorporados, pueden abrir cursos en ella, de acuer- do con el Decano de la Facultad. Las cátedras que vaquen se proveen mediante oposición, según la prescripto en la Orden número 266, y en el Reglamento redacta- do para esos ejercicios. Ha sido motivo de modificación el ingreso LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 1Cina. ón de la Escuela de Medi isecci . Sala de D 22 JUAN M. DIHIGO en la Universidad señalado en la Orden a los 18 años y rebajado a 17 por el Congreso en su Ley de 29 de Mayo de 1912, como asi- mismo el importe de la matrícula que de $80 bajó a $60 y ahora por otra ley del Congreso de 14 de Mayo de 1914 a $30 al año, pa- gaderos en los plazos señalados en los Estatutos de la Universidad. Para el ingreso en ésta, basta el Título de Bachiller en Letras y Ciencias de aleún Instituto de la Isla o uno similar, debidamente acreditado, de Colegio extranjero o el título de Maestro Superior para hacer los estudios en la Escuela de Pedagogía, como el de Maestro de Obras de la extinta Escuela Profesional, el de Agrimen- sor de la misma Escuela y el diploma obtenido en la Escuela de Artes y Oficios. Hay también otra forma de ingreso: mediante examen, si el que ingresa no tiene título; tal forma se exige para las Escuelas de Ingenieros, Agronomía, Medicina Veterinaria y Pedagogía, habiendo indicado la Secretaría de Instrucción Pública las asignaturas de que han de examinarse. ? Ha sido motivo de estudio serio los resultados del derecho que da la matrícula a la asistencia a todos los cursos y puede afirmar- se que, aunque a primera vista parece ventajosa, los hechos de- muestran todo lo contrario, pues impiden que las agrupaciones se hagan bien y que los alumnos la sigan sin cambio. La lucha gran- de que se nota en las Facultades por impedir la acumulación de gran número de asignaturas en un solo alumno, no tendrá nunca remedio mientras el precepto de la. Orden n.” 266 no resulte modifi- cado. Dieno de todo encomio es el establecimiento de becas de viaje en cada Facultad, pues permiten al alumno ensanchar sus conocl- mientos; mas hay que confesar que no se aprovechan de este premio extraordinario los alumnos como debieran y sin que deje de haber excepciones honrosas, muchos no saben o no quieren sacarle todo el fruto que pudieran. : Esta es la organización actual de la Universidad de la Haba- na; felices nosotros que hemos podido ver el cambio radical que tanto bien le ha hecho, ya que otros pensaron en esas cosas y no les fué dable contribuir a una modificación tan saludable, pues como 1 El examen de ingreso en la Escuela de Ingenieros y Agronomía será de las materias siguientes: Dibujo Lineal, Aritmética razonada, Algebra hasta las ecuaciones bicuadradas, Geometría, Trigonometría rectilínea, Física, Química y Mineralogía. Para el ingreso en la Escuela de Medicina Veterinaria: Gramática, Aritmética, Algebra, Geometría, Trigonometría, Geografía, Historia, Elementos de Física, Química, e Historia Natural. Para el ingreso en la Escuela de Pedagogía: Lectura explicada, Gramática castellana, Nociones de literatura preceptiva, Aritmética teórico-práctica y Algebra hasta ecuaciones de primer grado, Nociones de Geometría y Dibujo Lineal, Geografía Universal, Nociones Historia Universal, Nociones de Lógica, Psicología y Etica, Nociones de Física, de Quí- mica, de Historia Natural, de Fisiología e Higiene y de Pedagogía. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 23 ina Legal y Toxicología. 10 , Med igiene . Laboratorio de H 24 JUAN M. DIHIGO hemos dicho al trazar la biografía del inolvidable cubano doctor José Ignacio Rodríguez, cúpole la honra de redactar un luminoso infor- me por encargo de la Universidad, de exponer las reformas que debían introducirse en el Plan de Estudios entonces vigente, pro- poniendo en él muchas de las cosas que vemos en el actual. Esta es, en síntesis la obra de la Secretaría de Instrucción Pú- blica en cuanto se relaciona directamente con la Universidad. Im- posible sería nevar el progreso que ha habido y los beneficios que se han derivado de las iniciativas del Gobierno, que ha concedido frecuentemente créditos para sus laboratorios y para exhibir en el extranjero su obra, como casi aconteció en la Exposición de Buffalo, También el Congreso por su parte con sus resoluciones, ha per- mitido regularizar cuanto se refiere a profesores con títulos ex- tranjeros que quisiesen ejercer sus profesiones en este país, como cuanto hace relación a los cubanos que hubiesen obtenido títulos profesionales en Universidades españolas hasta el año de 1902, o que hubiesen aprobado hasta 1902 inclusive, en Universidad e Institutos españoles, los ejercicios que habilitan para la obtención de un grado académico. La primera Intervención ocupóse en su Orden 90 de 23 de Ju- nio de 1899, de todo lo que atañe a la incorporación de títulos ex- tranjeros y la Secretaría de Instrucción Pública de la segunda Intervención dictó, asimismo, disposiciones a tal respecto. * Pero no podríamos callar a fuer de universitarios al enumerar las reformas, el regocijo grande que hubimos de experimentar con motivo de con- sagrarse en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo la autonomía de nuestra casa, que tanto se había anhelado y en cuya obtención ha tenido parte muy principal, al lado del buen interés de la Comi- sión Consultiva, el Dr. Leopoldo Berriel, dienísimo Rector que fué de la Universidad. Por virtud de tal concesión se determina que ésta constituye un organismo superior docente, de carácter nacional, con uso de sello propio y autonomía en todo lo que se contrae a su régimen interior, según lo declara en los artículos 260 y 263, la Ley Orgánica a que antes se ha hecho referencia. Por causa de ello se substituyó el Reglamento que la rigiera y que aprobara la Se- cretaría de Instrucción Pública en 23 de Febrero de 1901, por los actuales Estatutos, en cuyos artículos se consigna cuanto se rela- ciona con el gobierno y administración de la Universidad, su ense- ñanza, faltas contra la disciplina académica, administración eco- nómica y servidumbre de la Tnstitución, 1 Por Decreto No. 1774 de 22 de Diciembre de 1915 se ha puesto en vigor el Regla» mento, LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA le Materia Médica y Farmacología. “10 ( 1borator € a L 26 JUAN M. DIHIGO Nada más hemos de agregar; con lo dicho hasta para apreciar lo que ha sido este Centro Superior desde que se fundara en 1728; lo hemos visto desenvolverse eu medios enteramente diversos y bajo la influencia de cireunstaneias muy distintas. El gran interés revelado por los dominicos que lo concibieran y fundaran es el que se ha mantenido siempre por los elementos de su Claustro que tanto se ha afanado por su bienestar. La enseñanza se modi- ficó; así tenía que ser, pues los tiempos no han sido los mismos. El deseo por su mayor progreso, el ahineo por que constituye- ran su Claustro profesores competentes, el afán por la solemnidad de todos sus actos y todo cuanto pudiera contribuir a su mayor au- ge, han sido actuaciones que hablan muy alto del espíritu de sus hombres. * Como la acción del tiempo hace variar las cosas de la vi- da, su función no ha podido ser la misma, no ha podido resistir teniendo que tomar nuevos rumbos para su mayor bien, porque ella, como ha dicho el gran pensador doctor Varona, en memorabi8 ora- ción inaugural, “será el seminario de la juventud escogida; de la que dirigirá en su día, para aumento del procomún, el trabajo so- cial; de la que llevará con mayor tino la representación de sus con- ciudadanos; de la que tendrá las riendas del poder público, y lo en- caminarán a la prosperidad y al engrandecimiento material y moral de la patria””. Universidad de la Habana, Julio 20 de 1915. BULA DE CONCESION D. Francisco Amatrian, Secretario de S. M., Oficial mayor de la Secre- taría del Consejo, Cámara y Junta de Guerra de Indias de la negociación de las Provincias de Nueva España: Certifico, en virtud del acuerdo de los Sres. del referido Consejo del 27 del presente mes, proveído y en vista de un memorial de Fr. Juan de Sotolongo y Arechaga, de la orden de Predicadores, se dió paso a un Breve de Su Santidad, y el tenor de su traducción original, que queda en esta Secretaría, es como sigue: Inocencio XIII, Papa ad futuram rei memoriam, habiendo sido exaltado, aunque sin méritos por la disposición de la Divina Sabiduría, al régimen de la Iglesia Católica, extendida por todo el ámbito de la tierra, de muy bue- na gana ponemos toda especial solicitud de nuestro Oficio Pastoral en favo- recer (cuando se nos pide, y segun despues de haber considerado maduramen- te todas las cosas, hallamos convenir saludablemtne en el Señor) a los loables estudios, que conducen a la institución y erudición en Santa Doctrina de los fieles de Cristo y particularmente aquellos que viven en partes muy distantes de esta Santa Sede; y siendo así que poco ha nos hicieron hacer relación los 1 Por Decreto No. 175 de 21 de Febrero de 1914 se creó una Comisión para que estudie y proponga al Ejecutivo las obras de edificación que convenga llevar a cabo y las reformas que exijan la enseñanza. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 27 As EN Departamento de Rayos X y de Finsen, (Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, ) 28 JUAN M. DIHIGO amados hijos, los religiosos de la Provincia de Santa Cruz de la Orden de Predicadores, en las Indias Occidentales, que por cuanto en su Convento de San Juan llamado de Letrán, del lugar llamado de la ciudad de la Habana, de la diócesis de Cuba en dichas Indias, se hallan de muchos años á esta parte instituídos estudios con muchos aplausos y notable progreso de dife- rentes ciencias, a saber: de Gramática, Filosofía y Sagrada Teología, de los cuales por el gran cuidado, aplicación y desvelo de los dichos religiosos, se han sacado muy colmados frutos según consta por la experiencia; y aunque se pudiera esperar en lo venidero semejante copiosa mies, los dichos exponen- tes se ven (con su dolor) frustados de conseguir el premio en dicha Ciudad por defecto de Academia y Universidad de estudio general, pues la Megicana, que es la más cercana, dista trescientas leguas de dicho lugar de la Habana, y que no se puede llegar a la otra que es la Isla Española, donde la tiene y goza el Convento de Santo Domingo de dicha orden, sino con muchísimo peli- gro de la vida por la larga y penosa navegación: desean sumamente los di- chos, para que dichos estudios se mantengan en el antiguo fervor y se resti- tuya la juventud a su primitiva aplicación, se conceda por Nos la facultad a los religiosos de dieho Convento de San Juan de Letrán, de conferir los di- chos grados con los mismos privilegios, honores y gracias de que goza el di- cho Convento de la Isla Española, por lo cual nos han hecho humildemente súplicas gue por la Benignidad Apostólica nos dignásemos de proveer ceon- venientemente acerca de lo arriba referido: Nos, pues, queriendo hacer es- peciales favores y gracias a los dichos exponentes y por tenor de las presentes absolviendo y dando por absueltos a las singulares personas de los religiosos del primer dicho Convento de cualquier excomunión Superior y entredicho y de otras cualesquiera Eclesiásticas sentencias, censuras y penas impuestas in re vel ad hominem, por cualquier ocasión o causa si en algunos y en cualquier menera han incurrido para conseguir solamente el efecto de las presentes, — inclinados a dichas súplicas con acuerdo de muestros Venerables Hermanos. los Cardenales de la Santa Romana Iglesia, Diputados para los negocios y consulta de los Obispos y Regulares, los cuales honran las relaciones del Ve- nerable hermano el Obispo de Cuba y del Procurador general, entonces exis- tente de la dicha órden, hechos sobre esto a dichos Cardenales,—por la Au- toridad Apostólica y tenor de las presentes, concedemos para siempre a los Modernos religiosos y por tiempo existente del dicho convento de San Juan de Letrán, la facultad de conferir los grados de aquellas ciencias y facul- tades que en dicho Convento se enseñen y leen según y de la misma manera aue los confiere la Academia y Universidad de el susodicho Convento de Santo Domingo de la Isla Española de dicha órden y con los mismos privilegios, honores y gracias de que el dicho Convento de Santo Domingo también ahora coza y usa, salvo empero siempre en lo susodicho la Autoridad de la Congre- gación de los dichos Cardenales; —mandando que estas presentes letras sean y hayan de obtener sus plenarios y enteros efectos y que cuando y por. todo: sufraguen plenamente a los que toca y por tiempo tocase, y que así y no de otra manera se haya de juzgar y definir lo arriba referido por cuales- quiera jueces Ordinarios y Delegados, también Auditores de las causas del Palacio Apostólico, dando por nulo y de ningún valor todo lo que sobre esto aconteciere, ser atentado por cualquiera de cualquiera autoridad que sea, sa- biéndolo o ignorándolo: no obstante las Constituciones y Ordenaciones Apos- tólicas en cuanto fuere necesario los Estatutos y costumbres de dicha orden, LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 2 IA VANA RDA CRAN y idad. A AA NÓ Bandera de la Univer 30 ] JUAN M. DIHIGO aunque se hayan arrogado con Juramento o Confirmación Apostólica u otra cualquiera firmeza, y sin embargo así mismo de los Privilegios, indultos y le- tras Apostólicas, que en cualquiera manera se hayan concedido, confirmado, ignorando contra los arriba referido: a todas las cuales cosas y a cada una de ellas, uniendo sus temores por plena y suficientemente expresados y de ver- bo ad verbum inserto en las presentes, quedando para los demás en su fuerza y vigor por esta vez solamente: y para conseguir el efecto de las presentes, especial y expresamente la derogamos y todo lo demás en contrario. Quere: mos empero que a los trasuntos de estas presentes letras también impresas, firmadas de manos de algún Notario público y selladas con el sello de perso- na constituída en Dignidad Eclesiástica, se les aprecie y fuera dé la misma fe y crédito que se diesen a las dichas presentes, si fueran exhibidas o mostra- das. Dada en Roma en Santa María de debajo del Anillo del Pes- cador el día doce de mes de Diciembre de mil setecientos veinte y uno, de nuestro Pontificado año primero.—Fray Cardenal Oliveri. Lugar del Anillo del Pescador. »a Traducido del latín por mí D. Francisco Gracian del Consejo de S. M. su Secretario y de la Secretaría de Lenguas.—Madrid 26 de Enero de 1722, Y para que conste donde convenga doy la presente en Madrid 29 de Abril de 1722.—D. Francisco de Amatrian. APROBACION DE LA ERECCION CON EL TITULO DE REAL Y PONTIFICIA EL REY Por cuanto habiéndoseme representado por Fr. Diego de la Maza, del Orden de Predicadores, que en el Convento de su Orden de San Juan de Letrán de la Ciudad de San Cristobal de la Habana, habia muchos años se tenian estu- dios generales de Gramática, Artes, Teología y Sagrada Escritura adonde acu- día gran concurso de toda la Isla de Cuba, y se seguian colmados frutos en los naturales de ella, saliendo aventajados sugetos en Letras y Predicación que ocupasen y sirviesen los Curatos y demás Prevendas: ponderando el descon- suelo que les asistia de no poderse graduar los que coneurrían a los referidos estudios, por no haber Universidad en aquella Isla y ser las mas próximas las de Mégico y Santo Domingo, que la una distaba trescientas leguas y la otra mucho más, con larga y penosa navegación: suplicándome fuese servido interponerme con su Santidad, para que concediese al expresado Convento de San Juan de Letrán facultad de dar Grados perpetuamente en la forma que se concedió al que su Religión tenía en la Ciudad de Santo Domingo de la Isla Española; y en su vista, y de lo que al mismo tiempo me informaron los Ca- bildos Secular y Eclesiástico de la Habana, la Audiencia de Santo Domingo y Universidades de aquella ciudad y la de Mégico, expresando las favorables consecuencias que se seguirian de la referida facultad de dar Grados: tuve por bien de ordenar por Despacho de quince de Febrero de mil y setecientos al Duque de Uzeda, mi Embajador en la Córte de Roma, pasase oficios con su Bea- titud, a fin de que concediése al mencionado Convento de San Juan de Letrán la facultad que solicitaba; y por no haber tenido efecto, fui servido, a instan- LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 31 SELLOS QUE HA USADO LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA DESDE SU FUNDACION. | 32 JUAN M. DIHIGO cia de Fr. Bernardino de Membrive, de la mismo Orden de Predicadores, de rogar y encargar, al Cardenal Aguaviva, por otro de nueve de Febrero de mil setecientos y diez y siete (con inserción del antecedente) pasase en mi nombre oficios con su Santidad a fin de que se dignase conceder la referida gracia por las favorables consecuencias que resultarian al servicio de Dios y mio: en Cuya virtud, y de lo que en este asunto informó a su Beatitud el Reve- rendo Obispo de la Iglesia Catedral de la Ciudad de Santiago de Cuba, se dignó la Santidad de Inocencio Decimo tercio, por su Bula de doce de Se- tiembre de mil setecientos y veinte y uno, dispensar para siempre a los Reli- giosos del mencionado Convento de San Juan de Letrán de la Habana, que ahora son, y en adelante exístieren la facultad de erigir Universidad y con- ferir los Grados de las ciencias y facultades que en él se enseñaban y leían, según y de la misma manera que lo hacia la Universidad de Santo Domingo de la Isla Española, y con los mismos privilegios, honores, y gracias que goza- ba y usaba, a que se dió el Pase por mi Consejo Real de las Indias en veinte y siete de Abril de mil setecientos y veinte y dos, y se suspendió su egecución con motivo de haberme representado el referido Obispo de Cuba en cartas de veinte y tres de Enero del año de mil setecientos y veinte, y diez y seis de Enero del de mil setecientos y veinte y dos la donación que hizo al men- cionado Convento de una casa é iglesia que fabricó a su costa, a fin de que sirviese para Colegio y Universidad donde se diesen los Grados, con permanen- cia de Cátedras de Gramática, Artes, Prima y Vísperas de Teología y Moral; suplicándome fuese servido de aprobar la expresada donación y conceder li- cencia para la fundación del referido Colegio, en la forma que contenian las escrituras de dotación y donación que acompañaba, con declaración de que en el caso de haberse alcanzado la Bula de Universidad, se entendiese para el citado Colegio: en cuya inteligencia y de los antecedentes de la materia, tuve por bien de encargar por Despacho de trece de Setiembre de mil setecientos y veinte y dos, asi al mencionado Obispo como al Prelado del mismo Convento, me informasen lo que se les ofreciese con remisión de los Estatutos que habian de poner en el citado Colegio, como la egecutaron en cartas de diez y siete y veinte y uno de Mayo de mil setecientos y veinte y tres, conviniendo en la trasla- ción de la Universidad y en la observancia de lo estipulado, con la dotación de las Cátedras propuestas por el Reverendo Obispo; y por haber considerado des- pues que los doce mil y cuatrocientos pesos de principal que a este fin ofrecía imponer, no era cantidad suficiente, para que con sus réditos se pudiesen man- tener los Religiosos que habían de regentar las Cátedras, ni las demás perso- nas que debian existir en el Colegio: manifesté al mencionado Obispo, por cé- dula de veinte y uno de Febrero de mil setecintos y veinte y cuatro, seria muy propio de su ardiente celo la imposición de la referida cantidad, con la mayor brevedad, a favor del expresado Convento de San Juan de Letrán, así para que con sus réditos pudiese subvenir a la cortedad de medios con que se hallaba, como para que se fomentase la Universidad que en virtud de 3reve de su Santidad y aprobación mia estaba para fundarse. Y ahora por Pr, Francisco Caballero, del Orden de Predicadores y apoderado del mismo Convento, se me ha presentado con diferentes instrumentos, que habiéndose suspendido por algun tiempo la Fundación de la dicha Universidad sin ha- ber tenido efecto su traslación al Colegio, por ciertas condiciones grabogas LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 35 Inocencio ALLI autor de la Bula de Concesión para establecer la Real Universidad Pontificia. 34 JUAN M. DIHIGO y otros motivos que ocurrieron: se erigió, fundó, y estableció en cinco de Enero de este presente año, en su Convento de San Juan de Letrán (para don- de estaba concedida) a instancia de la referida Ciudad de la Habana (sin embargo de la contradicción que hizo el Reverendo Obispo) con asistencia de mi Gobernador y Capitán General de élla (como mi Vice-Patrón) y de su Ayuntamiento, nombrando e incorporando Doctores Religiosos Graduados en la de Santo Domingo para las Cátedras, y lo demás que se requeria: supli- candome que en su inteligencia, fuese servido de aprobar y confirmar la re- ferida erección, respecto de que todos, se alentarian a los estudios por haber yá sugetos que sin estipendio alguno entrasen a leer Cátedras de Cánones, y Leyes, Medicina y Matemáticas, demás de las de Gramática, Teología y Fi- losofía que habia. Y habiéndose visto en mi Consejo de las Indias, con lo que últimamente me han representado, así el Obispo de Cuba, como Fr. José Po- veda Prior del expresado Convento en cartas de veinte y ocho, y veinte y nueve de Noviembre del año pasado de mil setecientos y veinte y siete, veinte de Enero y primero de Marzo del presente, sobre que se diese por disuelto el contrato, y aprobase el apartamiento hecho de las obligaciones contraídas para la referida traslación, y asimismo los informes de mi Gobernador y Oficiales Reales de la Habana, Comisarios y Procurador General de su Ayun- tamiento, Priores del Convento de San Agustín, y Hospital Real de San Felipe y Santiago de aquella Ciudad, y el Rector y Claustro de la Universidad yá fundada en ella, en cuanto al común beneficio que resultaba a los moradores de toda aquella Isla, con lo que en inteligencia de todo expuso mi Fiscal: atendiendo a que las mismas partes que celebraron el contrato para la tras- lación de Universidad al Colegio que donó el Obispo, se han disuelto y apar- tado recíprocamente de las obligaciones en que se constituyeron, y á que la referida Universidad se há fundado en el citado Convento de San Juan de Letrán, en virtud de la Bula concedida por la Santidad de Inocencio Déeci- mo tércio, en conformidad de la expedida por la de Paulo tercero a favor del de Santo Domingo de la Isla Española en veinte y ocho de Octubre del año de mil quinientos y treinta y ocho, la que se erigió con los mismos privile- gios, indultos, inmunidades, exénciones, libertades, favores, y gracias que se concedieron a las de Alcalá, Salamanca, y otras de estos Reinos, y que de esta Fundación se seguirán provechosos efectos a los naturales de la de Cuba y Ciudad de la Habana, mayormente cuando de la generalidad de Cátedras de todas facultades le resulta el mayor lustre y beneficio: ha parecido de- elarar (como por la presente declaro) por ninguna la donación que tenia he- cha el expresado Obispo de Cuba al Convento de San Juan de Letrán de la Ha- bana, de la casa e Iglesia que fabricó a su costa para que sirviese de Cole- gio y se trasladase a él esta Universidad: aprobando (como asimismo aprue- bo)el apartamiento que despues hicieron unos y otros para que quedase rescindido el contrato y obligaciones contraidas: y confirmando en todo y por todo (como confirmo) la erección, fundación y establecimiento de la referida Universidad en el Convento de San Juan de Letrán, Orden de Pre- dicadores de la Ciudad de San Cristóbal de la Habana, con las Cátedras de Cánones, Leyes, Medicina y Matemáticas erigidas, demás de las de Gramática, Teología y Filosofia que habia, y las diligencias que a este fin precedieron, sin embargo de la contradicción que hizo el expresado Obispo, suponiendo los LA UNIVERSIDAD DE LA HABAN/ V lipe e F ficia. a Ponti ul se Real a la B a ., que concedió el P 36 JUAN M. DIHIGO graves fundamentos que para ello tenia y haria presentes. Por tanto, mando á mi Gobernador y Capitan General de aquella Ciudad, al Gobernador y Ca- pitan á Guerra de la de Santiago de Cuba, Cabildos Seculares, y otros cualesquier Ministros, Jueces, y Justicias de aquella Isla; y ruego y encargo al Reverendo en Cristo Padre Obispo de la Iglesia Catedral de la referida Ciudad de Santiago de Cuba (de quien espero dejará intentar y mover cua- lesquiera discordias, y embarazos en este asunto) al Cabildo Eclesiástico, Pre- lados de las Religiones, y a todas las Comunidades Eclesiásticas de aquella Diócesis, la tengan y hagan tener por tal estudio general y Universidad, se- gun y en la misma conformidad que se tiene, la del Convento de Santo Do- mingo de la Isla Española, sin que se ponga en éllo ni consienta poner em- barazo, ni impedimento alguno, y ántes bien la fomenten, ayuden, y auxílien en todo lo que necesitase, pidiese, y condugese al puntual cumplimiento de esta mi deliberación, y es mi voluntad, se le guarden y hagan guardar, como también a todos los que se graduaren en élla, los mismos honores, privilegios, y gracias que goza y debe gozar la de Santo Domingo, sin diferencia alguna, respecto de haberse concedido y erigido segun esta, y deber haber y observarse sus Estatutos, en todo y por todo: en cuya conformidad prevengo a los Pre- lados de la Religión y Claustro de la referida Universidad que ahora son, y adelante fueren, procuren siempre elegir para la Regencia de sus Cátedras Maestros doctos y literatos (sobre que advierto por Despachos separados de este día, a los mencionados Gobernador y Capitan General de la Habana, y Reverendo en Cristo Padre Obispo de la Iglesia de Cuba, estén a la mira de lo que se practicare en este asunto) y asímismo mando, no se asigne, ni lleve por los Grados, que se dieren en élla, más derechos que los que acos- tumbra llevar la Universidad de Santo Domingo, pues de lo contrario, no solo se dejará de conseguir el beneficio y aprovechamiento de aquellos naturales, sino que tomaré la providencia conveniente a su remedio, y este Despacho se sentará y notará en las partes que convenga para que se tenga siempre pre- sente su puntual observancia. Fecha en Madrid a veinte y tres de Setiembre de mil setecientos y veinte y ocho. —YO EL REY—-Por mandado del Rey nuestro Señor— Andrés de Elcorobarruhá y Cupide—Cuarenta reales—Se hallan tres rú- bricas—V. M. confirma y aprueba la erección y establecimiento de Universi- dad y estudio general, hecho en el Convento de San Juan de Letrán, Orden de Predicadores de la Habana, en la forma, y por las razones que se expresan,— Acordado—Queda tomada la razón del Real Despacho de S. M. eontenido en las siete fojas antecedentes a continuación del Cabildo celebrado este dia donde fué presentado, obedecido, y mandádosele dar puntual y debido cum- plimiento por los Señores Gobernador y Capitan General de esta Plaza e Isla: de Cuba y la Justicia y Regimiento que de él parecerá.—Habana y Diciembre diez y seis de mil setecientos veinte y nueve años—Miguel de Ayala—Eseri- bano Mayor de Gobierno y Cabildo. REAL CEDULA PARA QUE SE FORMEN LOS ESTATUTOS EL REY.—Por cuanto mi Real Cédula de veinte y tres de Setiembre de mil setecientos veinte y ocho, tuve por bien de aprobar y confirmar la erec- ción, fundación y establecimiento de Universidad que se hizo en el Conven- LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 387 to de San Juan de Letrán, del Orden de Predicadores de la Ciudad de San Cristobal de la Habana, en virtud de Bula que a este fin concedió la Santidad de Inocencio Décimo tercio en doce de Setiembre de mil setecientos veinte y uno, con facultad de conferir Grados en las ciencias que en ella se leian y enseñaban, segun y de la misma manera que se hacia en la de Santo Do- mingo de la Isla Española que fué erigida por Bula de Paulo Tercero expedida en veinte y ocho de Octubre de mil quinientos treinta y ocho con los propios privilegios, indultos, inmunidades, exenciones, libertades, favores y gracias que las de Alcalá, Salamanca, y otras de estos Reinos, previniéndose al mismo tiempo a los Prelados de la Religión, y al Claustro de la expresada Univer- sidad de la Habana, procurasen siempre elegir Maestros Doctos y literatos para la Regencia de sus Cátedras, y que no se asignasen, ni llevasen por los Grados mas derechos que los que acostumbraba la de Santo Domingo; y en en su consecuencia se me ha representado por el Prior Provincial del referido Convento, que habiéndose procedido a buscar las reglas y Estatutos con que se regía la de Santo Domingo para la formación de los que debia tener la de la Habana, y no encontrándose egemplar alguno, a causa de las repetidas invasiones y tempestades que se habian experimentado en aquel país: se pasó a ordenar, formar, y establecer los convenientes para el mejor y mas preciso perpetuo régimen y gobierno de ella, arreglandose a lo prevenido en la citada mi Real Cédula, y a lo dispuesto por las Bulas Apostólicas, Estatutos de la Universidad de Alcalá y costumbre del Claustro de la de Santo Domingo, procurando atemperar o modificar en algunos puntos a proporción de la parti- cular urgencia y circunstancias de la Isla de Cuba y Ciudad de la Habana, y dando las demas reglas que podian facilitar la mas universal y cómoda ense- ñanza y común utilidad de sus naturales, como constaba de los instrumentos que se presentaban; y que estando para publicarse los referidos Estatutos se ocurrió a mi Gobernador y Capitan General de la Habana por diferentes Eclesiásticos y seculares, suponiendo con afectados pretestos la incompatibilidad que tenian con el estado Religioso los empleos de Rector, Consiliarios y Escribano Real de la Universidad, por deber ser todos seculares, y los perjuicios que se se- guian a mi Real Patronato, Jurisdicción y Regalía, al estado Eclesiástico, y a la causa pública; pidiéndole aplicase el remedio conveniente, disponiendo que para el empleo de Rector se nombrase por alternativa en Eclesiástico y Secu- lar y jamas en Religioso, y para los de Vice-Rector, Consiliarios, Diputados y demás Oficios, en Clérigos y Seculares, de que se siguieron las controver- sias que constaban de los autos formados en este asunto, queriendo abrogarse mi Gobernador de la Habana, el contencioso conocimiento de causa y materia que nunca podia corresponderle, mediante no haberse opuesto en el modo, forma, y orden de las Constituciones a las regalias de mi Real Patronato: suplicándome que en inteligencia de todo lo referido desestimase las pretensio- nes de los mencionados opositores Graduados; y que examinando los refe- ridos Estatutos fuese servido de aprobarlos y confirmarlos en todo y por todo. Y habiéndose visto esta instancia en mi Consejo de las Indias con los citados Instrumentos, los antecedentes de ella, lo que al mismo tiempo me repre- sentaron en cartas del año de mil setecientos y treinta, así mi Gobernador y Capitan General de la Habana econ remisión de los autos formados en este asunto, como el Cabildo Secular, los Oficiales Reales, D. Diego Rubí de Celis, 9S JUAN M. DIHIGO D. Francisco Theneza, diferentes personas particulares, y los Prelados de las Religiones de aquella Ciudad, sobre las utilidades que resultarían del es- tablecimiento de la mencionada Universidad y sus Constituciones, con lo que en inteligencia de todo expuso mi Fiscal; y reconocídose que por ahora no se puede resolver en lo principal de esta materia, así por haberse formado los Estatutos sin tener presentes los de la Universidad de Santo Domingo para reglarlos a su semejanza, en consecuencia de la Bula concedida por la Santidad de Inocencio Décimo tercio, como por haber sido sin la solemnidad y esenciales requisitos que debian preceder para su mayor firmeza y valida- ción, excediendo también, en pasar a dar Grados, llevar propinas adnutum, y en negar a mi Gobernador la autoridad y Jurisdicción de intervenir como Vice-Patrono a la formación de los referidos Estatutos, sin reparar así mis- mo en que los Doctores que había eran miembros del Claustros, que como tales debian concurrir a este acto, para que de comun asenso y consentimiento se procediese a su publicación y confirmación de mi Gobernador para obtener despues mi Real aprobación, por cuyos defectos, no solo no debió egercer acto de Universidad ni llamarse así formalmente, sino cuanto se obró sin Estatutos debiera ser nulo; no pudiendo perjudicar esta circunstancia a los graduados por no estar de su parte el defecto: ha parecido conveniente se vuelvan a formar las enunciadas Constituciones, Reglas y Estatutos con que debe re- girse y gobernarse la expresada Universidad de la Habana, con la so- lemnidad y circunstancias que se requieren para su mayor firmeza y va- lidación. Por tanto quiero y es mi voluntad que por el Rector y Conci- liarios de la mencionada Universidad, se dispongan, formen y orde- nen de nuevo las Constituciones, Reglas y Estatutos con que se deberá regir y gobernar en lo futuro, y que sea con asistencia de los Doctores y Maestros de que se compone el Claustro así regulares, como Seculares graduados en la misma Universidad, a fin que instituidos y establecidos de comun asenso y consentimiento segun y conforme a lo dispuesto por las citadas Bulas de Paulo tercero y Benedicto Décimo tercio, y las Constituciones de la de Santo Domingo de la Isla Española, a cuya semejanza se deben reglar y formar las de la Habana, se publiquen con asistencia e intervención de mi Gobernador y Capitan General de aquella Ciudad, (como Vice-Patrono) para su confirma- ción, y se remitan despues al expresado mi Consejo para su examen y aproba- ción, con advertencia de que los Religiosos del referido Claustro, no puedan ni hayan de pasar a conferir Grados algunos hasta su determinación así en orden a la aprobación de los Estatutos que se formaren, como por lo respeeti- vo a la elección de Rector, Vice-Rector, Consiliarios, Diputados, y demás Oficios de la enunciada Universidad, cuya decisión queda pendiente para enton- ces, sin que tampoco se pueda cesar en el interin en el egercicio de las Cá- tedras por los Catedráticos que las regentan para la enseñanza de las Letras y pública utilidad que cede en beneficio del común: a cuyo fin mando el men- cionado mi Gobernador y Capitan General de la Isla de Cuba y Ciudad de San Cristobal de la Habana, al Cabildo Secular de ella, y a otros cuales- quier Ministros, Jueces y Justicias de cualquier estado y calidad que sean; y ruego y encargo al Reverendo en Cristo Padre Obispo de la Iglesia Catedral de la Ciudad de Santiago de Cuba, al Cabildo Eclesiástico, Prelados de las Religiones, y a todas las Comunidades de aquella Isla, que cada uno en la LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 39 parte que le correspondiere, cumpla con esta mi deliberación, sin poner ni consentir se ponga embarazo mi impedimento alguno por convenir así al ser- vicio de Dios y mio y al comun beneficio de los naturales. Fecha en Sevilla a catorce de Marzo de mil setecientos treinta y dos.—YO EL REY.—Por man- dado del Rey nuestro Señor.—D. Miguel de Villanueva.—Duplicado.—Un real y medio.—Se hallan cuatro rúbricas.—Para que en la Universidad erigida en el Convento de San Juan de Letrán de la Habana, se formen los Estatutos con que se debe regir y gobernar con las calidades y cireunstancias que se expre- san, —Corregido.—Se halla una rúbrica. LISTA DE LOS RECTORES, CONCILIARIOS € DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 1728 Rector Cancelario: Fr. Tomás Linares. Conciliarios: Fr. Juan Salsedo, Fr. Francisco Sotolongo, Fr. Melchor So- tolongo y Fr. Martín Oquendo. 1733 Rector Cancelario: Fr. Melchor de Sotolongo. 1735 Rector Cancelario: Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo. Vice-Rector: Fr. Diego de Escobar. Conciliarios: Fr. Tomás Linares, Fr. José Poveda, Fr. Martín Oquendo y Fr. Francisco Martínez. Tesorero: D. Lorenzo Tinoco. Maestro de Ceremonias: Pbro. José M. Mayorga. Comisarios de año: D. Luis Fontayne, D. José Arango y Barrios. 1736 Rector Cancelario: Fr. Tomás Linares. Vice-Rector: Fr. José Lucas Arancibia. Conciliarios: Fr. Juan del Rosario, Fr. Francisco Fleytas, Fr. Cipriano Alverro y Fr. Melchor Sotolongo. Tesorero: D. Felipe Acosta. Maestro de Ceremonias: Fr. José González Alfonseca. 1737 Rector Cancelario: Fr. Diego de Escobar. Vive-Rector: Fr. Martín Oquendo. Conciliarios: Fr. Tomás Linares, Fr. José Poveda, Fr. Bernabé Borges y Fr. José González Alfonseca. Maestro de Ceremonias: Fr. Nicolás Sotolongo. Tesorero: D. Justo José Alvarez Franco. 1738 Rector Cancelario: Fr. José Ignacio Poveda. 40 JUAN M. DIHIGO Vice-Rector: Fr. Francisco Fleytas. Conciliarios: Fr. Tadeo Linares, Fr. Martín Oquendo, Fr. Melchor Soto- longo y Fr. Diego Escobar. Tesorero: D. Cristóbal Sotolongo. Maestro de Ceremonias: Fr. José González Alfonseca. 1739 Rector Cancelario: Fr. Martín de Oquendo. Vice-Retor: Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo. Conciliarios: Fr. Tomás Linares, Fr. José Poveda, Fr. Bernabé de Borges y Fr. Fco. Fleytas. Tesorero: D. Gabriel de Santa Cruz. Maestro de Ceremonias: Fr. José Velasco. 1740 Rector Cancelario: Fr. Melchor de Sotolongo. Vice-Rector: Fr. José G. Alfonseca. Conciliarios: Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo. Fr. Bernabé de Borges, Fr, Martín Oquendo y Fr. Nicolás Sotolongo. Tesorero: Dr. Gabriel Santa Cruz, Conde de Jaruco. Maestro de Ceremonias: Pbro. Dr. José Mayorga. Fiscal: Dr. Juan Peñalver y Angulo. 1741 Rector Cancelario: Fr. Francisco Martínez. 1742 Rector Cancelario: Fr. Tomás Linares. Vice-Rector: Fr. José González Alfonseca. Conciliarios: Fr. Melchor Sotolongo, Fr. Bernabé Borges, Fr. Tadeo Lina- res y Fr. Juan Chacón. Fiscal: D. Bernardo Urrutia y Matos. Tesorero: D. Pedro José Calvo. Maestro de Ceremonias: Pbro. José Sotolongo Esquivel. 1743 Rector Conciliario: Fr. Melchor Sotolongo. Vice-Rector: Fr. Tadeo Linares. Conciliarios: Fr. Tomás Linares, Fr. José Poveda, Fr. José G. Alfonseca, Fr. José Velasco. Fiscal: D. Francisco Gamarra. Tesorero, D. Pedro Calvo, Conde de Buenavista. Maestro de Ceremonias: Pbro. José M. Mayorga. 1744 Rector Cancelario: Fr. José González Alfonseca. Vice-Rector: Fr. Juan F. Chacón. Conciliarios: Fr. Melchor Sotolongo, Fr. Bernabé Borges, Fr. Tadeo Li- nares y Fr. Miguel de Cárdenas. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 41 Tesorero: Dr. Pedro Calvo, Conde de Buenavista. Fiscal: Dr. Lorenzo Tinoco. Maestro de Ceremonias: D. Francisco J. Nápoles. Comisarios: Dr. Juan Peñalver y D. Francisco Gamarra. 1745 Rector Cancelario: Fr. José Lucas Arancibia. Vice-Rector: Fr. José González Alfonseca. Conciliarios: Fr. Juan B. del Rosario, Fr. José Velasco, Fr. Miguel de Cárdenas y Fr. Juan F. Chacón. Tesorero: Dr. Pedro Calvo, Conde de Buenavista. Fiscal: Dr. Gabriel de Santa Cruz, Conde de Jaruco. Maestro de Ceremonias: D. Agustín Sanabria. Comisarios: Pbro. José Manuel Mayorga y Dr. Cristóbal Sotolongo. 1746 Rector Cancelario: Fr. José Poveda. Vice-Rector: Fr. Nicolás de Sotolongo. Conciliarios: Fr. Juan Chacón, Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo, Fr. Bernabá de Borges y Fr. José Velasco. Tesorero: Dr. Pedro Calvo. Fiscal: D. Manuel Felipe Arango. Maestro de Ceremonias: D. Joaquín Zayas Bazán. Comisarios: Dr. Pedro Calvo y Dr. Manuel Felipe Arango. 1747 Rector Cancelario: Fr. José González Alfonseca. No constan los nombramientos de los otros Oficios. 1748 Rector Cancelario: Fr. Juan B. Sotolongo. Vice-Rector: Fr. Martín de Oquendo. Conciliarios: Fr. Feo. Martínez, Fr. José Poveda, Fr. Nicolás Sotolongo, y Fr. Juan Chacón. Tesorero: D. Julián Recio de Oquendo. Fiscal: D. Antonio Barrera. Maestro de Ceremonias: Fr. Ubaldo de Coca. Comisarios: Dr. Agustín Sanabria. 1749 Rector Cancelario: Fr. José González Alfonseca. Vee-Rector: Fr. José Velazco. Conciliarios: Fr. Bernabé Borges, Fr. Martín Oquendo, Fr. Nicolás So- tolongo y Fr. Ubaldo Coca. Tesorero: D. Juan Alvarez Franco. Fiscal: Pbro. Juan Miguel de Castro Palomino. Maestro de Ceremonias: Fr. José G. Ozeguera. Comisarios: D. José Alemán y Salgado, D. Pedro Alonso de Zayas. 49 UNIVERSIDAD DE LA HABANA 1750 Rector Cancelario: Fr. Juan F. Chacón. Vice-Rector: Fr. Ubaldo Coca. Conciliarios: Fr. Francisco Martínez, Fr. José Poveda, Fr. José González Alfonseca y Fr. Nicolás de Sotolongo. Tesorero: D. Lorenzo Menocal. Fiscal: D. Santiago Echevarría. Comisarios: Dr. José Alemán y Salgado, Dr. Pedro Alonso de Zayas. 1751 Rector Cancelario: Fr. Martín de Oquendo. Vice-Rector: Fr. Juan Fco. Chacón. Conciliarios: Fr. Tomás Linares, Fr. Juan B. Sotolongo, Fr. Bernabé de Borges y Fr. Miguel de Cárdenas. Tesorero: D. Pedro de Cárdenas. Fiscal: D. Pedro Alonso de Zayas. Maestro de Ceremonias: D. Félix Piñeiro. Comisarios: Dr. Manuel Martínez Oropesa y D. Nicolás A. Manzano. 1752 Rector Cancelario: Fr. José González Alfonseca. Vice-Rector: Fr. José Velazco. Conciliarios: Fr. Francisco Martínez, Fr. José Poveda, Fr. Martín Oquendo y Fr. Miguel de Cárdenas. Tesorero: D. Matías Cantos y Medina. Fiscal: D, Ignacio Zenea. Maestro de Ceremonias: D. Félix Piñeiro. Comisarios: Dr. José Alemán y Salgado y D. Nicolás Quiñones. 1753 Rector Cancelario: Fr. Juan Feo. Chacón. Vice-Rector: Fr. Ubaldo Coca. Conciliarios: Fr. José González Alfonseca, Fr. José Poveda, Fr. Martín Oquendo y Fr. Tadeo Linares. Tesorero: D. Matías Cantos. Fiscal: D. Matías Boza y Lima. Maestro de Ceremonias: D. Agustín Aparicio. Comisarios: D. Nicolás Manzano, D. Bernardo Pico. 1754 Rector Cancelario: Fr. Miguel de Cárdenas. Vice-Rector: Fr. Tadeo de Linares. Conciliarios: Fr. Tomás de Linares, Fr. Juan Feo. Chacón. Fr. José Ve- lasco y Fr. Ubaldo Coca. Fiscal: Dr. José Fernández de Velasco. Tesorero: Dr. Manuel Felipe Arango. Maestro de Ceremonias: D. Antonio Medina. Comisarios: D. Gaspar Fernández de Velasco, D. José Francisco Castro. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 3 1755 Rector Cancelario: Fr. José Velasco. Vice-Rector: Fr. Ubaldo Coca. Conciliarios: Fr. José Poveda, Fr. Martín Oquendo, Fr. Tadeo Linares y Fr. Miguel de Cárdenas. Fiscal: Dn. Juan Miguel de Castro Palomino. Tesorero: Dr. Manuel Felipe Arango. Maestro de Ceremonias: D. José Gregorio García. Dr. Gabriel de Santa Cruz, Conde de Jaruco y Pbro. Claudio A. de la Luz. 1756 Rector Cancelario: Fr. José González Alfonseca. Vice-Rector: Fr. José G. Ozeguera. Conciliarios: Fr. José Velasco, Fr. Tadeo Linares, Fr. Ubaldo Coca y Fr Antonio Morales. Fiscal: Dr. José Fernández de Velazco. Tesorero: D. Antonio Mirand.a Comisarios: D. Juan José Alvarez Franco. Maestro de Ceremonias: D. Antonio Dámaso Acosta. 1757 Rector Cancelario: Fr. Nicolás de Sotolongo. Vice- Rector: Fr. Antonio Morales. Conciliarios: Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo, Fr. Martín Oquendo, Fr. José Poveda y Fr. Juan Fco. Chacón. Fiscal: Dr. Nicolás J. Quiñones. Tesorero: Dr. Antonio Miranda. Maestro de Ceremonias: D. Juan Andrade. 1758 Rector Cancelario: Fr. Tadeo Linares. Vice-Rector: Fr. Rafael Miranda. Conciliarios: Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo, Fr. José Poveda, Fr. Mar- tín Oquendo y Fr. Antonio Morales. Fiscal: Dr. Francisco Esteban Tamayo. Tesorero: D. Juan García Barrera. Maestro de Ceremonias: Dr. José Vicente Arango Barrios y Prado. 1759 Rector Cancelario: Fr. Antonio Morales. Vice-Rector: Fr. Martín de Oquendo. Conciliarios: Fr. Juan Franco. Chacón, Fr. Tadeo Linares, Fr. Nicolás de Sotolongo y Fr. José G. Ozeguera. Fiscal: Dr. José Fernández de Velazco. Tesorero: D. José Felipe Barreta. Maestro de Ceremonias: Fr. Bernardo Hidalgo Gato. 44 JUAN M. DIHIGO 1760 Rector Cancelario: Fr. José Velazco. Vice-Rector: Fr. Antonio Morales. Conciliarios: Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo, Fr. Nicolás Sotolongo, Fr. Tadeo Linares, Fr. José González Ozeguera. Fiscal: D. Pedro Ignacio Acosta. Tesorero: D. José Barreta. Maestro de Ceremonias: D. Manuel Serrano. Comisarios: Dr. Juan Miguel de Castro Palomino y Dr. Pedro A. de Zayas. 1761 Rector Cancelario: Fr. Tadeo Linares. Vice-Rector: Fr. Antonio Morales. - Conciliarios: Fr. Juan B. del Rosario Sotolongo, Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. José Velazco y Fr. José González Ozeguera. Fiscal: D. Pedro Ignacio Acosta. Tesorero: D. José Barreta. Maestro de Ceremonias: Pbro. Cristóbal Ramírez. 1762 Rector Cancelario: Fr. José González Ozeguera. Vice-Rector: Fr. Antonio Morales. Conciliarios: Fr. Juan Francisco Chacón, Fr. José Velazco, Fr. Tadeo Linares y Fr. Rafael Miranda. Fiscal: D. Francisco de Aguilar y Mendoza. Tesorero: D. José Barreta. Comisarios: D. José Ignacio Rodríguez, Pbro. Domingo J. de la Barrera. > 1763 Rector Cancelario: Fr. Antonio Morales. Vice-Rector: Fr. José González Ozeguera. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. José Velazco, Fr. Tadeo Linares y Fr, Bernardo Gato. Fiscal: Dr. Gaspar Fernández de Velazco. Tesorero: José M. Barreta y en su ausencia Dr. José V. Arango Barrios. Maestro de Ceremonias: D. Manuel Serrano. 1764 Rector Cancelario: Fr. Juan Francisco Chacón. Vice-Rector: Fr. Rafael Miranda. Conciliarios: Fr. José Velazco, Fr. Antonio Morales, Fr. Bernardo Gato y Fr. Diego de Soto. Fiscal: D. Jacinto Santoyo. Tesorero: Pbro. José de Sotolongo Esquivel. Maestro de Ceremonias: D. José Antonio Barca. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 45 Rector Cancelario: Fr. José Velazco. Vice-Rector: Fr. José González Ozeguera. Conciliarios: Fr. Juan Francisco Chacón, Fr. Antonio Morales, Fr. Rafael Miranda y Fr. Bernardo Gato. Fiscal: Dr. José Fernández de Velazco. Tesorero: Dr. José Sotolongo Esquivel. Maestro de Ceremonias: Fr. Juan González. Comisarios: Dr. Gaspar Fdez. de Velazco y D. Franco. X. Conde. 1766 Rector Cancelario: Fr. Ubaldo Coca. Vice-Rector: Fr. Bernardo Gato. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. Miguel de Cárdenas, Fr. José Velazco y Fr. Antonio Morales. Fiscal: D. José Riera. Tesorero: D. José González del Alamo. Maestro de Ceremonias: Fr. Miguel Morejón. Comisarios: Pbro. José Sollozo y Pbro. Carlos Sánchez. 1767 Rector Cancelario: Fr. Juan Feo. Chacón. Vice-Rector: Fr. Ubaldo Coca. Conciliarios: Fr. Nicolás Sotolongo, Fr. Miguel de Cárdenas, Fr. Anto- nio Morales y Fr. Bernardo Gato. Tesorero: Rafael Castillo y Suere. Fiscal: Pedro Echevarría. Comisarios: Pbro. José V. Arango y Dr. José Riera. 1768 Rector Cancelario: Fr. Tadeo Linares. Vice-Rector: Fr. José González Ozeguera. Conciliarios: Fr. Nicolás Sotolongo, Fr. Miguel de Cárdenas, Fr. Antonio Morales y Fr. Bernardo Gato. Fiscal: Dr. Gaspar Fernández de Velazco. Tesorero: Pbro. D. Rafael Castillo y Sucre. Comisarios: D. José González Carvajal y D. Gaspar Fdez. deVelazco. 1769 Rector Cancelario: Fr. Antonio Marín. Vice-Rector: Fr. José González Ozeguera. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. Antonio Morales, Fr. Félix An- drade y Fr. Mariano Iguérregui. Fiscal: Pbro. Antonio J. Ferrera. Tesorero: Pbro. José Vicente Arango y Barrios. Maestro de Ceremonias: Fr. Feo. Sánchez. Comisarios: Pbro. José V. Arango Barrios y D. Ignacio Ponce de León. 46 JUAN M. DIHIGO 1770 Rector Cancelario: Fr. Bernardo Hidalgo Gato. Vice-Rector: Fr. Diego Sotolongo. Conciliarios: Fr. Nicolás Sotolongo, Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. Tadeo Linares y Fr. Félix Andrade. Fiscal: Pbro. Esteban Conde. Tesorero: Dr. Juan M. de Castro Palomino. Maestro de Ceremonias: D. Luis Hidalgo Gato. Comisarios: Pbro. Teodoro Henríquez y Pbro. Rafael Castillo y Suere. nl fTó8l Rector Cancelario: Fr. Miguel de Cárdenas. Vice-Rector: Fr. Nicolás Sotolongo. Coneciliaris: Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Antonio Morales, Fr. Mariano Iguerregui y Fr. Francisco Sánchez. Fiscal: Dr. José Fernández de Velazco. Tesorero: D. Juan M. Castro Palomino. Maestro de Ceremonias: D. Julián Campos. 1772 Rector Cancelario: Fr. Diego de Sotolongo. Vice-Rector: Fr. Rafael Miranda. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. Tadeo Linares, Fr. Félix Andrade y Fr. Miguel Morejón. Fiscal: D. José Antonio Hechavarría. Tesorero: Dr. Julián Campos. Maestro de Ceremonias: D. José Vicente Valdés. Comisarios: Dr. José Fdez. de Velazco y D. Carlos del Rey; por renuncia de ambos se nombraron a D. Luis Hidalgo Gato y a D. Diego Moya. / - 1773 Rector Cancelario: Fr. Félix Andrade. Vice-Rector: Fr. Miguel Morejón y Biedma. Conciliarios: Fr. Miguel de Cárdenas, Fr. José González Ozeguera, Fr. Bernardo H. Gato. y Fr. Diego Sotolongo. Fiscal: Dr. Julián Campos. Tesorero: Pbro. Rafael del Castillo y Sucre. Maestro de Ceremonias: D. Nicolás Quiñones. Comisarios: Pbro. Domingo Mendoza y D. Ambrosio de las Cuevas. 1774 Rector Cancelario: Fr. Bernardo Hidalgo Gato. Vice-Rector: Fr. Félix Andrade. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. José González Ozeguera, Fr. Ma- riano Iguerregui y Fr. Francisco Sánchez. Fiscal: Pbro. José Antonio Ferrera. Tesorero: Dr. Julián Campos. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 47 Maestro de Ceremonias: Fr. Juan González. Comisarios: Dr. Julián Campos y D. Luis Hidalgo Gato. 1775 Rector Cancelario: Fr. Tadeo Linares. Vice-Rector: Fr. José González Ozeguera. Conciliarios: Fr. Miguel de Cárdenas, Fr. Bernardo Hidalgo Gato, Fr. Félix Andrade y Fr. Pablo García. Fiscal: Dr. Julián Campos. Tesorero: Dr. Julián Campos. Maestro de Ceremonias: Dr. Nicolás Quiñones. Comisarios: Dr. Gaspar Fdez. de Velazco, Pbro. José V. Arango Barrios. 1776 Rector: Fr. Mariano Iguerregui. Vice-Rector: Fr. Francisco Sánchez. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. Miguel de Cárdenas, Fr. Rafael Miranda y Fr. Pablo García. Fiscal: D. Francisco X. de Soto. Tesorero: D. José Ignacio González de la Barrera. Maestro de Ceremonias: Fr. Melchor Camejo. Comisarios: D. Pedro Tadeo Acosta y Dr. Nicolás Quiñones. 1777 Rector Cancelario: Fr. Antonio Morales. Vice-Rector: Fr. Francisco Sánchez. Conciliarios: Fr. Juan Francisco Chacón, Fr. Félix Andrade, Fr. Mariano Iguerregui y Fr. Pablo García. Fiscal: D. Francisco X. de Soto. Tesorero: D. José Ignacio González de la Barrera. Maestro de Ceremonias: Fr. Melchor Camejo. Comisarios: Los del año anterior. 1778 Rector Cancelario: Fr. Rafael Miranda. Vice-Rector: Fr. Melchor Camejo. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. Miguel de Cárdenas, Fr. Tadeo Linares y Fr. Diego Sotolongo. Fiscal: Dr. Pedro Tadeo Acosta. Tesorero: D. Juan de Dios Santelices. Maestro de Ceremonias: D. José Vicente Valdés. Comisarios: Dr. José Ignacio González de la Barrera y D. Pedro Antonio Ayala. Ve, Rector Cancelario: Fr. Francisco Sánchez. Vice-Rector: Fr. Miguel Morejón y Biedma. Conciliarios: Fr. Antonio Morales, Fr. Diego Sotolongo, Fr. Félix Andrade y Fr. Juan González. JUAN M. DIHIGO e 192) Fiscal: D. Nicolás Campos. Maestro de Ceremonias: D. Rafael González Ozeguera. Comisarios: Dr. Gaspar Fdez. de Velazco y Dr. Francisco X. de Soto. 1780 Rector Cancelario: Fr. Bernardo Hidalgo Gato. Vice-Rector: Fr. Francisco Sánchez. Conciliarios: Fr. Mariano Iguerregui, Fr. Antonio Marín, Fr. Pablo Gar- cia y Fr. Juan González. Tesorero: Dr. Juan de Dios Santelices. Fiscal: D. Dionisio Vicente Matamoros. Maestro de Ceremonias: Fr. José María Rivas. Comisarios: D. Jacinto Castellanos y Dr. Juan de Dios Santelices. 1781 Rector Cancelario: Fr. Miguel Morejón. Vice-Rector: Fr. Francisco Sánchez. Conciliarios: Fr. Diego Sotolongo, Fr. Antonio Morales, Fr. Melchor Ca- mejo y Fr. Juan González. Viscal: Dr. Nicolás Campos, Conde de Santovenia. Maestro de Ceremonias: Fr. José María Rivas. Comisarios: Dr. Dionisio V. Matamoros y Dr. Rafael González. 1782 Rector Cancelario: Fr. Francisco Sánchez. Vice-Rector: Fr. Mariano Iguerregui. Conciliarios: Fr. Diego Sotolongo, Fr. Antonio Morales, Fr. Miguel More- jón y Fr. Juan González. Fiscal: Dr. Nicolás Campos, Conde de Santovenia. Tesorero: Dr. Juan de Dios Santelices. Ñ Maestro de Ceremonias: F Comisarios: Dr. Dionisio V. Matamoros y D. Luis Hidalgo Gato. r. José María Rivas. 1783 Rector Cancelario: Fr. Juan Francisco Chacón. Vice-Rector: Fr. José María Rivas. Conciliarios: Fr. Miguel Morejón, Fr. Mariano Iguerregui, Fr. Francisco Sánchez y Fr. Manuel Casaverde. Tesorero: D. Diego del Pozo. Fiscal: D. Nicolás Campos, conde de Santovenia. Maestro de Ceremonias: Fr. Manuel Casaverde. Comisarios: D. Nicolás Quiñones y D. Ignacio de Urrutia y Montoya. 1784 Rector Cancelario: Fr. Miguel Morejón. Vice-Rector: Fr. Juan Feo. Chacón. Jancelarios: Fr. Antonio Morales, Fr. José María Rivas, Fr. Juan Gon- zález y Fr. Manuel Casaverde. Fiscal: D. Domingo S. Alemán. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 40 Tesorero: Dr. Gaspar Fdez. de Velazco. Maestro de Ceremonias: Fr. José Ignacio Calderón. Comisarios: Dr. Nicolás Quiñones, Dr. Nicolás Campos. 1785 Rector Cancelario: Fr. Francisco Sánchez. Vice-Rector: Fr. Juan González. Conciliarios: Fr. Diego Sotolongo, Fr. Félix Andrade, Fr. Miguel More- jón y Fr. Manuel Casaverde. Fiscal: Dr. Domingo José Alemán. Tesorero: Juan de D. Santelices. Maestro de Ceremonias: D. Tomás Romay. Comisarios: Fr. Juan Nepomuceno Pérez y D. Andrés Rojas y Sotolongo. 1786 Rector Cancelario: José González Ozeguera. Vice-Reetor: Fr. Mariano Casaverde. Conciliarios: Fr. Juan Feo. Chacón, Fr. Antonio Morales, Fr. Mariano Iguerregui y Fr. José Ignacio Calderón. Fiscal: José Miguel Hernández. Tesorero: Juan de D. Santelices. Maestro de Ceremonias: D. Tomás Romay. Comisarios: José María Sanz y Dr. Francisco Ponce de León. 1787 Rector Cancelario: Fr. José María Rivas. Vice-Rector: Fr. José Ignacio Calderón. Conciliarios: Fr. Tadeo Linares, Fr. Diego Sotolongo, Fr. Miguel More- jón, Fr. Manuel Casaverde. Fiscal: Francisco Pascual. Tesorero: Juan de D. Santelices. Maestro de Ceremonias: D. Tomás Romay. Comisarios: Dr. José Miguel Hernández y Pbro. Esteban de Elosúa. 1788 Rector Cancelario: Fr. Francisco Sánchez. Vice-Rector: Fr. José María Rivas. Conciliarios: Fr. Antonio Morales, Fr. Ignacio Calderón, Fr. Tomás Pas- cual y Fr. Félix Andrade. Fiscal: Dr. José María Fdez. de Velazco. Tesorero: Pedro Esteban de Elosúa. Maestro de Ceremonias: Fr. Rafael Rioentero. Comisarios: Fr. Antonio F. Ferrera y Dr. Dionisio Matamoros. 1789 Rector Cancelario: Fr. José Ignacio Calderón. Vice-Rector: Fr. Tomás Pascual. Conciliarios: Fr. Bernardo Hidalgo Gato, Fr. Miguel Morejón, Fr. José María Rivas y Fr. Rafael Rioentero. 50 JUAN M. DIHIGO Tesorero: Dr. Juan de D. Santelices. Maestro de Ceremonias: Dr. Tomás Romay. Comisarios: Dr. José María Fdez. de Velazco y D. Sebastián Noriega. 1790 Rector Cancelario: Fr. Tomás Pascual. Vice-Rector: Fr. Rafael Rioentero. Conciliarios: Fr. Tadeo Linares, Fr. Antonio Morales, Fr. Juan Gon- zález, Fr. José Ignacio Calderón. Fiscal: D. José González Ferregut. Tesorero: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Maestro de Ceremonias: Dr. Tomás. Romay. Comisarios: Dr. José Miguel Hernández y Fr. Ambrosio Pérez. 1791 Rector Cancelario: Fr. Miguel Morejón. Vice-Rector: Fr. Tomás Pascual. Conciliarios: Fr. Antonio Morales ,Fr. Bernardo Hidalgo Gato, Fr. Ma- riano Casaverde y Fr. Rafael Rioentero. Fiscal: D. Francisco Pascual. Tesorero: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Maestro de Ceremonias: Fr. Félix Rivas. 1792 Rector Cancelario: Fr. José Ignacio Calderón. Vice-Rector: Fr. Tomás Pascual. Conciliarios: Fr. Bernardo Hidalgo Gato, Fr. Félix Andrade, Fr. Miguel Morejón y Fr. Ambrosio Pérez. Fiscal: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Tesorero: Pbro. Antonio José Cardoso. Maestro de Ceremonias: Fr. Félix Rivas. Comisarios: Dr. José González Ferregut y Dr. Tomás Romay. 1793 Rector Cancelario: Fr. Tomás Pascual. Vice-Rector: Fr. Rafael Rioentero. Conciliarios:Fr. Félix Andrade, Fr. Antonio Pérez, Fr. Liberato Gar- cía y Fr. Félix Rivas. Fiscal: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Tesorero: Antonio J. Cardoso. Maestro de Ceremonias: Fr. Félix Rivas. Comisarios: Pbro. José Anselmo de la Luz y Francisco Sánchez. (Continuará.) BIBLIOGRAFÍA DE LUZ Y CABALLERO POR EL SR. DOMINGO FIGAROLA-CANEDA Director de la Biblioteca Nacional (Finaliza.) APÉNDICE 1 BIBLIOGR AFÍA 1332 945.—Señor Consuscriptor.—Del suscriptor al Diario de la Haba- ma. (D. d. l. H.. Habana, 10 Noviembre 1832.) Sexto artículo de la polémica sobre el método de enseñanza en el Colegio de Carraguao. 946.—Sr. Suseriptor del Noticioso y Lucero.—“*Commisisse cavet quod mox mutare laboret.*”—Horacio.—el suscriptor al Diario de la Habana.—Octubre 23 de 1832. (D. d. l. H., Habana, 25 Octubre 1832.) Tercer artículo de la polémica sobre el plan de enseñanza del Colegio de Carraguao. 947, Señor suscriptor al Noticioso Lucero.—*¿Quousque tan- dem?*”—El suscriptor del Diario de la Habana.— (Octubre 28 de 1832.) —(D. d. 1. H., Habana, 30 Octubre 1832.) Cuarto artículo de la polémica sobre el método de enseñanza del Colegio de Carraguao. 52 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 948.—“*“Utor via.” —Señores Redactores del Diario.—Habana 24 de Setiembre de 1832. (D. d. 1. H., Habana, 1. Octubre 1832.) Anónimo. Primer artículo de la polémica sobre el método o plan de enseñanza del Colegio de Carraguao. - 1834 Exámenes generales á que han de presentarse desde el día 23 de Noviembre hasta el 4 de Diciembre los alumnos del Co- legio de S. Cristóbal de la Habana, sito en la quinta del Señor Presbítero Doctor D. Manuel de Echeverria, dirigido en la parte literaria por D. José de la Luz, bajo la inspeccion del Se- ñor Licenciado D. Blas Oses. Habana, Imp. del Gobierno y Ca- pitanía General por S. M. 1834. 8.*, 26 p. 949, Componen este elenco dos páginas de introíto y la relación de clases y alum- nos. En una nota se advierte que ya ha sido publicado el elenco de proposi- ciones para los exámenes de la clase de Filosofía. (V. núm. 15.) 1339 Al articulista estrellado.—Salud.—el Otro. (S. a. D. d. 1. H., Habana, 10 Diciembre 1839.) 950. Con motivo de la polémica sobre el Camino de hierro. 951. Camino de hierro.—A los Sres. Noda y Herrera.—(Al gra- no) —El otro.—Diciembre 7 de 1839. — (Continuará). (S. a. D. d. l. H., Habana, 8 Diciembre 1839.) 952.—Camino de hierro.—““A las cuatro palabras otra media y no mas del Mismo.” —El Mismo. (S. a. D. d. l. H., Habana, 8 Di- ciembre 1839.) 253.—Una sola preeunta...—El Otro.—Diciembre 9 de 1839. ($. a. D. d. 1. H.. Habana, 10 Diciembre 1839.) Con motivo de la polémica sobre el Camino de hierro. Or Ju) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 1358 954.— “Hablo, Sres., para decir que no puedo hablar””...— [José de la Luz y Caballero.] (Exámenes del Colegio del Salvador, dirigido por D. José de la Luz Caballero, por Nicolás Azcára- te, Habana, 1858, p. 4.) Breve discurso pronunciado por Don Pepe en los exámenes del año citado. 1361 955.—[D. José de la Luz...] (Academia [de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana]: R. H., Habana, 1861, t. IL, pr 91) Citación del siguiente pensamiento de Don Pepe: ““La virtud debe ser el fin de nuestras acciones, y el deber consiste en marchar por la línea recta á nuestro propúsito, sin volver la cabeza á derecha ó izquierda para ceder á las tentaciones que por uno y otro lado nos llaman.?? 1366 956.—Pensamientos y aforismos.—José de la Luz. (La Colmena, Sagua la Grande, 23 Septiembre 1866.) 1369 957.— “Bienaventurados los que conocen las señales de los tiem- pos y las siguen.?*”—José de la Luz. (La Revolucion de Cuba ú Don José María Zayas. [Habana], 4 de Enero, 1869, p. 3.) 958.— “No basta concebir, es necesario dar á luz un feto viable.?”” —José de la Luz. (Contestacion al opúsculo titulado “Cuba. su porvenir?””, por J. M. Zayas.—El Condor.—N. York, [1869], Pp. 12.) Los dos ejemplares de este folleto que hemos consultado carecen de porta- da, y aun de cubierta, habiéndonos tenido que valer para la procedencia de es- ta citación, del título que aparece al comienzo del texto, y para la firma y el pie de imprenta, de las líneas finales de dicho texto. 4 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 959,—“*Quien sabe leer, escribir y contar, lleva consigo fusil, pól- vora y balas.*”—José de la Luz. (La Revolucion de Cuba á Don José María Zayas. [Habana], 4 de Enero, 1869, p. 15.) 1875 Las corporaciones, el Gobierno, la patria, tienen un derecho á que se les hable siempre la verdad, sobre todo en la causa de la ilustracion. ¡ Pluguiera á Dios que jamás empuñara la plu- ma el hombre que no tuviera valor para decirla! —José de la Luz y Caballero.—(Preguntas varias.—IT.—M [anuel] A[nas- tasio] A[guilera.]: El Correo de Nueva York, Nueva York, 23 Enero 1875.) 960, 9%. La verdad, y sólo la verdad, nos pondrá la toga viril.—José de la Luz y Caballero. (Asociacion.—M [anuel] A[nastasio] Aguilera: El Correo de Nueva York, Nueva York, 30 Enero 1875.) 1876 Testo de lectura graduada para ejercitar el método esplica- tivo.—Libro 1”.—Reimpresion.—Habana, Imp. de la Botica de St.” Domingo, 1876. LS LOAD: 9672, Sólo conocemos el primer pliego de impresión, el cual contiene la portada que acaba de leerse y el juicio que de dicho Testo publicó Manuel Costales (v. núm. 393). No fueron muchas las obras publicadas en esta imprenta, y Cree- mos que la mencionada reimpresión no pasó de este pliego. 1880 ““Las ciencias son ríos que nos conducen””...—José de la Luz y Caballero. (El cerebro ante la ciencia moderna, por Joaquín Dueñas: Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, Habana, 1880, t. VÍ, p. 631.) 963. an Or BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 1392 Mientras se piense en la Isla de Cuba, se pensará en quien nos enseñó primero á pensar. (José de La (sic) Luz, carta de 20 de Abril de 1840.) (Filósofos españoles de Cuba, por J. M. Guardia.: L. H. L., Habana, 1892, año Il, p. 99.) 964. Alusión al Padre Varela. [1900] 965.—Máximas.—José de la Luz Caballero. (Libro Segundo de Lectura, por Sarah Louise Arnold y Charles B. Gilbert, New York—Boston—Chicago, [1900], p. 66, 97.) Son los aforismos que siguen: ““El trabajo es la roca??”... ““Sembremos fe?””... ““¡Ay de la juventud?”... ““Hay una fuerza más prodigiosa?”... “Escribir es escoger?”?... 1902 “Educar no es solo?”...—**Instruir puede cualquiera. ..*— José de la Luz y Caballero. (Curso elemental de gramática cas- tellana, por Miguel Garmendia, Matanzas, 1902, p. 72-73.) 1909 967.—“Educar no es solo””...—*“Instruir puede cualquiera... — — José de la Luz Caballero. (Carlos Martí, Eduquemos, Bar- celona, 1909, p. 5, 162.) 966. Sólo la verdad nos pondrá la toga viril.—J. de la Luz Caba- llero. (Discurso de apertura por su Director Leandro Gon- zález Alcorta, Pinar del Río, 1909, p. 3.) 968. (Instituto Provincial de Pinar del Río.) 56 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 969.—'*Un Instituto cubano, debe ser una especie de Escuela de Artes y Oficios y una Escuela Normal.””— J. de la Luz Caba- llero. (Discurso de apertura por su Director Leandro Gonzá- lez Alcorta, Pinar del Río, 1909, p. 3.) (Instituto Provincial de Pinar del Río.) 1915 Aforismos y pensamientos de Luz Caballero. (Página de Educación. Dirigida por el Dr. Luis A. Baralt: H. d. C., Haba- na, 31 Diciembre 1913. 970. Entre ellos se han añadido por el Dr. Baralt, unos párrafos de una carta de Luz dirigida al Marqués de Montelo y publicada en la Revista de la Bi- blioteca Nacional (Habana, 1909, t. 1, p. 22-24), y además, algunos de aqué- los están comentados. 1914 “Educar no es dar carrera””...—J. de la Luz Caballero. (Nuevos horizontes, por F. Córdova: H. d. C., Habana, 11 No- viembre 1914.) 975. 972. ““El espíritu de nuestra enseñanza es hacer la ignorancia. ?” —José de la Luz. (“Fundación Luz Caballero?”, por Francis- co G. del Valle.—Novbre. 16 1914: H. d. C., Habana, 18 No- viembre 1914.) Por omisión de imprenta falta la palabra sentir después de hacer. 973.—““Hay una fuerza motriz más poderosa””...—José de la Luz. (“Nuestra inercia*”, por Francisco G. del Valle.—Octubre 20 de 1914: H. d. C., Habana, 21 Octubre 1914.) 1915 Aforismos.—Luz y Caballero. (La literatura cubana.—N e- cesidad de su enseñanza. Por el Dr. Guillermo Domínguez Rol- dán: R. d. l. F. d. L. y C., Habana, 1915, vol. XX, p. 178.) 974, BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO : 5 Son los que siguen: ¡Ay de la juventud... La Religión es el Alma... Sembremos fe... Es la verdad fuego tan tenaz... Hay una fuerza motriz... Buscar el remedio... Antes quisiera yo... Rep. en Bohemia, Habana, 14 Febrero 1915. 975.—Educar no es dar carrera para vivir bien, sino templar el alma para vivir honradamente.—José de la Luz Caballero. (Lo que Dicen las Estatuas—Pierre Leblanc |[M. Múzquiz Blanco]: £. P., Habana, 29 Abril 1915.) 976.—Educar no es sólo...—José de la Luz Caballero. (Bases y reglamento de la “Fundación Luz Caballero”?, Habana, 1915.) Aforismo que figura en la portada de este folleto. 977.—*“Libertad que no habla inglés, no es libertad.””—José de la Luz. (La libertad inglesa, por A[ntonio] Zambrana: L. De Habana, 1.” Febrero 1915.) 978. Pensamiento.—José de la Luz Caballero. (L. N., Habana, 30 Mayo 1915.) Es aquel que comienza: *“Antes quisiera yo ver desplomadas??... 979.—Pensamiento.—José de la Luz Caballero. (L. N., Habana, 7 Junio 1915.) Comienza de este modo: “Primero se desploman, no digo reyes y empera- dorey??... 980.—“Renegar de la filosofía””.. .—'“¡Ay de la juventud””...— “Más se piensa””...—(Glorias Cubanas.—Luz y Caballero.— F. Domínguez Pérez: Alpha, Habana, 21 Marzo 1915, año I, núm. 4, p. 1.) Breve semblanza de Don Pepe, en la cual se han incluído estos aforismos. 981.—Sólo la verdad... (Estadística sanitaria de Cuba.—Estudio de su población.—Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (C. C., Habana, Mt. MIL p. 374.) 98 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 982.— “Sólo la verdad””...—José de la Luz y Caballero. (2 millo- nes más a disposición del Ejecutivo —Enérgico discurso del D. Maza y Artola... : H.d. C., Hubana, 13 Marzo 19155) TI ICONOGRAFÍA A.—- RETRATOS [15604 [José de la Luz y Caballero.] (Escuela de Niñas Núm. 12, Habana. ) 983. B. 75 Xx 48. Yeso. Anónimo. [186...] Este busto formó parte de la biblioteca del distinguido escritor cubano José María de Cárdenas y Rodríguez (Jeremías de Docaransa), y pertenece a la Directora de dicha Escuela, Dra. Carolina Poncet y de Cárdenas. 1907 José de la Luz y Caballero. (Primeras lecciones de lenguaje, por Carlos de la Torre y Huerta, Habana, 1907, p. 69.) 984, B. 5X 4. Fotóg. Anónimo. 1914 El insigne Maestro, José de la Luz Caballero. (H. d. C., Ha- bana, 20 Diciembre 1914.) 985, B. 7% Xx 5. Fotog. Anónimo. 986, J. de la Luz. (R. d. l. F. d. L. y C., Habana, 1914, vol. XIX p. 128-129.) B. 10 Xx 94. Fotog. [Lacalle Gutiérrez]. Rep. de la Revista de la Biblioteca Nacional. BIBLIOGRAFIA DE,LUZ Y CABALLERO 59 987. T. e. 1.75 Xx 94. Ol. J. Rodríguez Acosta.—30-9-1914. Sentado. El brazo izquierdo descansando sobre una mesa provista de re- cado de escribir, y en la mano izquierda un libro en marroquín rojo cuyo lo- mo está apoyado sobre la misma pierna. Al fondo, y también a la izquierda, un estante con libros, y a la derecha una cortina color violeta. [José de la Luz y Caballero. ] 988.—D. José de la Luz Caballero. (Revista del Este, Habana, 1.* Marzo 1914.) M. c. 9% X 51%. Fotog. Anónimo. Don José de la Luz Caballero.—Oleo por el Doctor José Rodríguez Acosta.) (B., Habana, 11 Octubre 1914, p. 495.) 989, T. ec .12 Xx 91%. Fotog. Anónimo. 990. Havana: Luz Caballero Monument.—Monumento a Don Jo- sé de la Luz Caballero. 13% x 171%. Lit. Pub. by Harris Bros. Co. Havana, Cuba [1914]. Tarjeta postal en cuyo anverso se lee después de la inscripción que antece- de: ““Famous Cuban educator. He devoted his whole life to the cause of edu- cation, and was also active in the cause of Cuban liberty, being regarded as an outlaw by the Spanish authorities. His memory is greatly beloved by his countrymen, and they erected this beautiful monument by popular subscrip- tion to perpetuate his memory.?? 91, Obra de arte cubano.—Retrato al óleo del gran educador Jo- sé de la Luz Caballero. (E. D., Habana, 5 Octubre 1914.) T. e. 12 x 91%. Fotog. Anónimo. SJ José de la Luz Caballero. (L. D., Habana, 22 Junio 1915.) 992, Cabeza. 124 X 91%. Fotog. [Federico Gibert.] 993, [José de la Luz y Caballero.] (“Pinos Nuevos?”, Habana, 1.? Enero 1915.) B. 7 xXx 51%. Fotog. G. Campo Hermoso. Cubierta alegórica. 60 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 994, Don Pepe de la Luz Caballero, mentor de la juventud estu- diosa... (La Semana, Habana, 14 Febrero 1915.) B. 111% Xx 91%. Fotog. Anónimo. B.— MASCARILLA 1915 99%5.—La mascarilla de Luz Caballero.—La mascarilla de Don Pe- pe.—Se encuentra en poder del Sr. Alvazzi, el cual aseguró ser auténtica. (L. D., Habana, Y7 Marzo 1915.) 15% Xx 103%. Fotog. [Federico Gibert. | En la relación que acompaña a este grabado, se diee que al padre del señor Alvazzi **se le comisionó cuando el fallecimiento de Luz y Caballero, para que sacara la mascarilla del venerable anciano, de la cual una reproducción es la 9 ls) que hoy posee el Sr. Juan Alvazzi D.—-LÁPIDA 1914 La lápida colocada en la casa Teniente Rey número 39... (Revista del Este, Habana, 15 Mayo 1914.) 9%, 144% x 114%. Fotog. Anónimo. 997. Habana.—Lápida colocada en la casa de la calle de Tenien- te Rey... (Fot. remitida por José R. Ruiz.) (Cuba en Ewropa, Barcelona, 30 Junio 1914, año VI, p. 2.) 10% x 7%. Fotog. Anónimo. E.—EsTATUA 1913 José de la Luz Caballero. (Geografía elemental de la Isla de Cuba, por el Dr. Isidro P. Martínez, Habana, 1913, p. 92.) 998, 9 x 14. Fotog. A. Corral. Fot. Vista de la estatua colocada ya en el Parque Luz Caballero. BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 61 Monumento a Luz Caballero. (Geografía elemental de la Is- la de Cuba, por el Dr. Isidro P, Martínez, Habana, 1913, p. 92-93.) 999, Breva noticia sobre el monumento. [1914] [Monumento a Don José de la Luz Caballero. ] $000. 19 Xx 24. Fot. [Publicado por Harris Bros. Habana, Cuba. 1914.] 1915 1001.—|...estatua de Luz y Caballero...] (Isidoro Corzo, Entre sorbo y sorbo, Habana, [1915], p. 10.) 1002.—José de la Luz y Caballero. (Lo que Dicen las Estatuas. — Pierre Leblanc [M. Múzquiz Blanco]: L. P.. Habana, 29 Abril 915;) Estatua de Luz y Caballero: 221% Xx 151%. Fotog. Anónimo. 1003.—Lo que debe alumbrarse.—Un aspecto de la estatua del sa- bio Maestro Luz y Caballero cuyos alrededores permanecen a obscuras... (Ornato público. Sección redactada por Mario Guiral Moreno, Julio Villoldo y Carlos de Velasco. COLIV: L. D., Habana, 7 Mayo 1915.) 7 Xx 134. Fotog. Anónimo. 1004.—Lo que debe respetarse.—Otro aspecto de la estatua de Don José de la Luz y Caballero, cuyo pedestal... (Ornato públi- eo. Sección redactada por Mario Guiral Moreno, Julio Villol- do y Carlos de Velasco. CCLIV.: L. D., Habana, 7 Mayo 1915.) 1% Xx 13. Fotog. Anónimo. 62 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA Jal REFERENCIAS 1832 J005.—Educacion.—| Comunicado. ]—Sobre los últimos ecsámenes del colegio de San Cristóbal de la Habana, sito en Carraguao. —Diálogo. (El Noticioso y Lucero de la Habana, Habana, 18 Septiembre 1832.) Anónimo. 1335 1006.—|[El director del Colegio de S. Cristóbal, sito en Carra- guao...] —EL. EE. (E. N. y L., Habana, 9 Febrero 1835.) Refutación al comunicado de Luz. (V. núm. 21.) En el núm. 22 contesta Don Pepe. 1007.—Sres. Redactores del Noticioso y Lucero.—El observador. (E. N. y L., Habana, 2 Febrero 1835.) Elogio de los exámenes celebrados en el Colegio San Cristóbal (Carraguao) a que se refiere Luz. (V. núm. 21.) 1838 1008.—Moral relijiosa.—Domingo del Monte. (El Plantel, Haba- na, 1838, t. TI, p. 82-86.) 1009.—|Sacado por el comunicado de la Gaceta última del olvido en que yacía... ]—Puerto Príncipe y Mayo 14 de 1838.—Ru- milio. [Ldo. Manuel Castellanos Mojarrieta.] (Gaceta de. Puer- to-Príncipe, Puerto-Príncipe, 23 Mayo 1838.) Artículo a que se refiere Don Pepe. (V. núm. 29.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 63 1840 1010.—Alcance á la contestacion de ayer.—Habana y junio 27 de 1840.—El Bayamés. (N. y L., Habana, 28 Junio 1840.) 1011.—Artículo ecléctico.—De nuestras obligaciones para con los demás.—El Frenólogo. (N. y L., Habana, 5 Junio 1840.) 1012.—Comunicado.—Fábulas cubanas.—El Prenólogo. (N. y L., Habana, 7 Junio 1840.) Con motivo de la fábula del Diario de la Habana del día 1.*. 1013.—Comunicado.—“La filosofía de Filolézes consiste en pre- dicar a sus alumnos que la filosofía de los puramente metafí- sicos no es ni merece el nombre de tal.—Pilolézes. (Diario de la Habana del 10 de Abril””.)—El Fray Gerundio habanero. (N. y L., Habana, 15 Abril 1840.) 1014.—Contestación al Diario de la Habana de hoy 26 de junio.— El Bayamés. (N. y L., Habana, 27 Junio 1840.) Con motivo de la polémica sobre frenología. 1015.—que lo diga Filolézes. (Sociedad.—El que era.) (N. y L., Habana, 28 Mayo 1840.) Último de unos versos octosílabos incluídos en un artículo de la polémica sobra Cousin y el eclecticismo. 1016.—Dilema.—Habana 24 de julio de 1840,—El Bayamés. (N. y L., Habana, 27 Julio 1840.) 1017.—Al duende habanero, por su fábula primera titulada: El Filósofo y el Fabulista, publicada en el Diario de la Habana del 28 de abril.—El Frenólogo. (N. y L., Habana, 30 Abril 1840.) 1018.—Sres. Editores del Noticioso y Lucero.—Un suscriptor al N.yL. (N. y L., Habana, 22 Octubre 1840.) Remitiendo para su publicación un artículo sobre Cousin, traducido de un periódico de Hamburgo. 64 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1019.—Escena frenológica.—El Frenólogo. (N. y L., Habana, 29 Mayo 1840.) 1020.—La Esperimentacion en tercería o el divorcio Filosófico.— El Tiempo. (N. y L., Habana, 21 Octubre 1840.) 1021.—Estrategia.—Filosofía.—P. [Nicolás Pardo Pimentel]. (N. y L., Habana, 10 Abril 1840.) 1022.—De la fábula.—Jesús del Monte 15 de julio de 1840.— (Traducido por el Frenólogo.» (N. y L., Habana, 20 Julio 1840.) 1023.—Fábula 1V.—El Chango.—Un Frenólogo.—(N. y L., Haba- na, 27 Abril 1840.) Apéndice a la fábula.—El mismo Frenólogo. 1024. —Fábula V.—La Bandera.—Un Frenólogo. (N. y L., Haba- na, 29 Abril 1840.) 1025.—Fábula sesta.—La flor de muerto y el Ramillete.—Irim de- misit Olympo.—Un Frenólogo. (N. y L., Habana, 2 Mayo 1840.) Así termina: ““ Empero, su débil luz No ha de oscurecer el brillo De Coussin (sic), que ya en el mundo, Aun luce mas que el sol mismo.?” 1026.—Fábula séptima. bana, 11 Mayo 1840.) El Pintor.—Un frenólogo. (N. y L., Ha- 1027.—Fábula novena.—Las Estrellas y el Sol.—Un frenólogo. (N. y L., Habana, 20 Mayo 1840.) 1028.—Fábula X.—Los Menestrales y la Justicia.—El Frenólogo. (N. y L., Habana, 21 Mayo 1840.) 1029. —Fábula XI.—Los Ríos y el Mar. Habana, 28 Mayo 1840.) El Frenólogo. (N. y L., BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 65 1030.—Fábulas cubanas.—El Frenólogo. (N. y L., Habana, 7 Ju- nio 1840.) Crítica a la fábula La yegua, el potrito y la mula, publicada en el Diario de la Habana del 1.2 de dicho mes. 1031.—Sr. Filolézes.—Domingo de Leon y Mora.—Habana 22 de abril de 1840.) (N. y L., Habana, 25 Abril 1840.) Respuesta al artículo de Luz publicado en el Diario de la Habana del 13 de Abril. 1032.—Señor Filolézes.—P. [Nicolás Pardo Pimentel] (N. y L£., Habana, 12 Abril 1840.) 1033.—Señor Filolézes.—Domingo de Leon y Mora.—Abril 28 de 1840. (N. y L., Habana, 1. Mayo 1840.) Respuesta al artículo de Luz fecha 27 de Abril. V. núm. 76. 1034.—Señor Filolézes.—Habana y julio 7 de 1840.—El Frenólo- go. (N. y L., Habana, 10 Julio 1840.) Respuesta al artículo de Luz del Diario del día 7. 1035.—Señor Filolézes.—Habana y julio 22 de 1840.—El Frenólo- go. (N. y L., Habana, 25 Julio 1840.) 1036.—Filosofía: Á cada uno lo suyo. (N. y L., Habana, 24 Junio 1840.) Traducción extractada de un sermón predicado en Boston por el Rev. M. Young. 1037.—Sr. Fisiólogo de mi corazoncito —El Bayamés. (N. y L., Habana, 3 Julio 1840.) 1038. Frenología. “Vana esperanza”? gritará fruncido De Epicuro brutal el vil rebaño, Y el hablador que disecando muertos Vió el alma vegetar en una esquina, Del cerebro descrito novelmente. (La Martine traducido por el marqués de casa Jura.) —El Trinitario. (N. y L., Habana, 23 Junio 1840.) Artículo precedido de los versos citados, 66 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1039.—Frenología.—Flamante, famoso y estupnedo descubrimien- to.—El Bayamés. (N. y L., Habana, 8 Julio 1840.) 1040.—Frenología.—Diálogo 2.”—“*Solo Dios, puede resucitar á Lázaro.*””—El Trinitario. (N. y L., Habana, 6 Julio 1840.) Falta el Noticioso y Lucero del día 1.%, donde debe estar publicado el Diálogo 1.* 1041.—Frenología.—Diálogo tercero y último.—Habana y julio 29 de 1840.—El Trimitario. (N. y L., Habana, 2 Agosto 1840.) 1042.—Sr. D. José Z. G. del Valle.—£El Trinmitario. (N. y L. Haba- bana, 5 Julio 1840.) Entre otros particulares relativos a la polémica sobre eclecticismo y fre- nología, se hace constar que González del Valle declara en su comunicado del 29 del mes anterior (no lo he hallado) que él no es El Frenólogo. 1043.—Panteismo.—Habana y julio 13 de 1840.—El Prenólogo. (N. y L., Habana, 21 Julio 1840.) 1044. —Poesía.—Al Aprendiz de Gall del Diario de ayer 24 de abril.—(De te fabula narratur.) —Fábula 111.—El Loro y el piano.—Un Frenólogo. (N. y L., Habana, 25 Abril 1840.) Ataque a Luz. 1045.—Poesía.—Fábula primera—El Leon y el Aguila.—Un Pre- nólogo. (N. y L., Habana, 19 Abril 1840.) Ataque a Luz y Caballero. Termina de este modo: ““Donde Coussín (sic) cual brillador lucero, Astro de luz, filósofo inmortal, Alumbra con su ciencia el mundo entero, En política, física y moral.?” 1046.—Poesía.—Fábula segeunda.—La carreta y el carro de vapor. —Un frenólogo. (N. y L., Habana, 23 Abril 1840.) 1047.—Poesía.—Fábula octava.—El viejo Regañon y el joven F- gurin.—Un fremólogo. (N. y L., Habana, 15 mayo 1840.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 67 1048.—Sr. Prosaico Rezagado. ““ Aunque mas escondido Vengas de noche, Quien te tiene en el alma Ya te conoce.?” El Trimitario. (N. y L., Habana, 30 Junio 1840.) Con motivo de la polémica sobre frenología. Los versos citados preceden a este artículo. 1049.—Quien calla, piedras apaña.—El mismo? del otro día. (N. y L., Habana, 12 Octubre 1840.) Gontra la Impugnación. El impreso de donde tomamos este número, pre- senta las dos primeras palabras del pseudónimo del autor perforadas por la obra destructora del comején, y de tal modo, que nos obliga a no poder repro- ducirlas sino preguntando: El mismo? 1050.—AÁ la segunda fábula del Duende Habanero titulada: Los dos viageros: publicada en el Diario de la Habana del 30 de abril.—Un Frenólogo. (N. y L., Habana, 3 Mayo 1840.) Versos, 1051.—;¡ Don Simon mantente tieso! —Yo. (N. y L., Habana, 9 Oc- tubre 1840.) Contra la Impugnación a las doctrinas de Cousin. 1052.—Sobre la biografía de Mr. Cousin.—£Lira. (N. y L., Habana, 18 Julio 1840.) 1053.—Señor Trinitario.—Vindex. (N. y L., Habana, 11 Agosto 1840.) 1054.—Me temo en comenzando.—Habana y octubre 11 de 1840.— Tú y Yo.—(N. y L., Habana, 15 Octubre 1840.) 1055.—Por última vez.—Sres editores del Noticioso y Lucero.— Habana 22 Octubre de 1840.—Un suscritor al N. y L. (N. y L., Habana, 24 Octubre 1840.) Con motivo de la comunicación publicada en este diario fecha 22 de Oc- tubre, 68 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA J056.—Vindex, al Señor Trinitario.—Salud.—Vindez. (N. y L., Habana, 24 Julio 1840.) 1057.—Al Señor Vindez. Salve.—El Trinitario. (N. y L., Habana, 18 Julio 1840.) 1058.—El Yo.—El Frenólogo.—(N. y L., Habana, 23 Mayo 1840.) 1341 1059.—|Nolite affectare quod vobis non est datum, escojió por epígrafe de sus escritos no ha mucho tiempo un seudónimo ilustrado aunque adversario nuestro.] (Uno como sermon: una como pastoral.) —Blas. | Juan Antonio Soriano.] (N. y L., Habana, 18 Enero 1841.) Alusión a Don Pepe. 1060.—Poesía.—Gall.—Blas. [Juan Antonio Soriano.] (N. y L., Habana, 3 Enero 1841.) Con motivo de la polémica sobre frenología. 1853 1061.—[...Luz... (El Padre Varela: L. V., Nueva York, 20 Marzo 1853, p. 50.) 1854 1062.—[...D. José de la Luz y Caballero. ...] (Varela, por Ra món Zambrana: KR. d. 1. H., Habana, 1854, t. III, p. 13.) 1858 1063.—|[El estudioso habanero D. José de la Luz...] (Informe sobre el estado actual de la enseñanza primaria en la Isla de Cuba, en 1836, su costo y mejoras de que es susceptible, por Domingo del Monte: Anales y Memorias de la Real Junta de BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 69 Fomento y de la Real Sociedad Económica, Habana, 1858, se- rie IV, t. I, p. 97, 100, 102, 105-106, 132.) 1064.—Exámenes del Colegio del Salvador, dirigido por D. José de la Luz Caballero. Habana, Imp. del Tiempo, 1858. So: p: Firmado: Nicolás Azcárate. Relación de los exámenes celebrados en Di- ciembra de dicho año. 1065.—[...la Luz...] (Biografías de Cubanos Distinguidos. Por P[edro] de Agúero.—I.—Don José Antonio Saco, Londres, 1858, p. 6-7.) 1859 1066.—[Don Pepe...] (4 trip to Cuba [por Julia Ward Howe]: The Atlantic Monthly, Boston, 1859, vol. IV, p. 459-460.) Rep. al año siguiente en la obra de la autora A trip to Cuba. V. núm. 410. 1860 1067.—Al Señor Don José de la Luz Caballero. Su discípulo JJ. M. Z. (Nociones elementales de gramática castellana, por D. José María Zayas. Seeunda edicion. Habana, 1860.) Dedicatoria de esta obra. 1861 1068.—[...José de la Luz Caballero...] (Sobre la educacion. Discurso por Gonzalo Peoli, Matanzas, 1861, p. 8.) 1365 1069.—[...ese inolvidable D. José de la Luz...] (Instituto de Se- gunda Enseñanza.—José María Zayas: E. S., Habana, 26, 27 Julio 1865.) Citación de un párrafo del Informe de Luz sobre el Instituto Cubano. 70 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1070.—|...don José de la Luz...] (Contestacion á dos artículos que suscritos por D. José María Zayas, vieron la luz en los nú- meros 175 y 176 del ““Siglo.”? —F. A. Llorens. (£. S., Habana, 5 Agosto 1865.) 1071.—[|...D. José de la Luz Caballero...] (Discurso pronuncia- do por el Sr. D. José Silverio Jorrin: en la sesion solemne de la Real Sociedad Económica de amigos del pais, en la noche del sábado 8 de Julio de 1865: Memorias de la Real Sociedad Eco- nómica y Anales de Fomento, Habana, 1865, serie 5.2, t. X, p. 447.) Rep. El Siglo, Habana, 11 Julio 1865. 1072.—De (sic) José de la Luz, (sic) Caballero. (De la ciencia de Lavater.—Primer sistema del lenguaje uniwersal, fistognómoni- co de los ojos... por D. Mariano Aguirre de Venero, Nueva York, 1865, p. 287.) ““La mirada penetrante, investigadora y fría de la presente semblanza, así como la elevacion de sus cejas en sus ángulos externos; como tambien la ondulacion baja de las mismas en los internos, ayudado por su parte intelee- tual, nos presentan al filósofo contemporáneo, cuya educacion le debe una parte de la juventud Cubana. ?”” 1073.—[...D. José de la Luz y Caballero. ..] (Contestacion á Don José María Zayas.—José García de Toledo.—Habana y Agosto de 1865: E. S., Habana, 1.%, 4 Agosto 1865.) 1074.—['**De Luz y de Zambrana.””] (4 mi señor.—En su partida. —Máximo Hero de Neiva (sic). [Ambrosio Echemendía]: E. S., Habana, 13 Julio 1865.) 1075.—-[...venerable cuanto modesto filósofo cubano Sr. D. José de la Luz y Caballero.] (Artículo 1. Falta de ¿imparcialidad del Sr. D. J. M. Zayas en las cuestiones que ha suscitado contra el Instituto de la Habana.—Antonio M. Tagle.— Julio 28 de 1865. (£. $., Habana, 30 Julio 1865.) 1366 1076.—[...el sabio D. José de la Luz...] (Lectura de novelas, por Guillermo Valdés Lanz: Ejercicios Literarios, Habana, 1866, p. 59.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 71 1868 1077.—[...D. José de la Luz...] (Estudios jurídicos.—Enrique Piñeyro: El Ateneo, Habana, 1.” Septiembre 1868.) 1869 1078.—|[...Don José de la Luz y Caballero...] (La Revolucion de Cuba á Don José María Zayas. [Habana], 4 de Enero, 1869, p. 9.) Anónimo. 1872 1079.—[...José de la Luz...] (El Pueblo, Nueva York, 18 Enero 1872.) 1875 1080.—Al Excmo. Sr. Capitán General D. Francisco Serrano con motivo de los decretos expedidos para el órden del entierro de don José de la Luz Caballero.—José Fornaris. (Las insurrec- ciones en Cuba, por D. Justo Zaragoza, Madrid, 1873, t. II, p. 681-683.) Es la conocida poesía del autor. 1875 . 1081.—[...gran padre de la traicion separatista, José de la Luz Caballero...] (El colmo de la farsa.—R. [Rafael de Rafael]: L. V. d. C., Habana, 14 Enero 1875.) Ataque de este diario al artículo Una sesión espiritista, publicado en El Correo de Nueva York. 1082.—[...José de la Luz Caballero...] (La Voz de España. [Por José de Armas y Céspedes]: El Correo de Nueva York, Nueva York, 6 Febrero 1875.) Réplica a La Voz de Cuba, por su ataque al artículo Una sesion espiritista, publicado en El Correo de Nueva York. 72 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1083.—[...D. José de la Luz Caballero...] (La Voz de la verdad: L. V. d. C., Habana, 19 Febrero 1875.) Respuesta al artículo de El Correo de Nueva York del 6 Febrero del mismo año, titulado La Voz de España. 1034.—Una sesion espiritista.—Nueva York, Diciembre 25 de 1874, —Medium Sra. A.—J. de la L. Caballero. (El Correo de Nueva York, Nueva York, 2 Enero 1875.) Preceden a la comunicación que se dice dada por Don Pepe, las siguientes líneas: ““En una reunion familiar de espiritistas convencidos, y que de bue- na fe se hallaban seguros de estar recibiendo el fluido de espíritus elevados, se suplicó al que más espontáneamente se prestase, a dar una comunicacion ins- truetiva, y en seguida escribió el Medium. ?? STO 1085.—[...Luz...] (Los propaganderos. [Por Juan Martínez Vi- llergas] : Don Circunstancias, Habana, 4 Mayo 1879.) 1086.—Más sobre aquel buen señor. [Por Juan Martínez Villergas. ] (Don Circunstancias, Habana, 1. Junio 1879.) 1087.—Don Pepe. [Por Juan Martínez Villereas.] (Don Circuns- tancias, Habana, 18 Mayo 1879.) 1088.—[...Don Pepe...] (Paliladas. [Por Juan Martínez Viller- gas.]: Don Circunstancias, Habana, 29 Junio 1879.) 1830 1089.—|...José de la Luz Caballero...] (Estudios y conferencias de historia y literatura, por Enrique Piñeyro, Nueva York, MDCCCLXXX, p. 168-169.) 1385 1090.—Un discípulo de Don Pepe. (Aurora del Yumurí, Matanzas, 2 Septiembre 1883.) > Ataque a la memoria de Luz y Caballero. -] [Su] BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 1091.—|[...los discípulos de Don Pepe y de Morales Lemus... ] (“Cuba Industrial.””?: Don Circunstancias, Habana, 28 Octu- bre 18853.) 1092.—Gacetillas.—Contestacion á Nicanor.—Un Yumurino. (Au- rora del Yumurí, Matanzas, 13 Septiembre 1883.) Soneto, contestando al del señor Nicanor A. González a Luz y Caballero, y publicado en el Diario de Matanzas del 9 de Septiembre. 3093.—Justo desagravio. (Diario de Matanzas, Matanzas, 9 Sep- tiembre 1883.) Publica, después de una introducción, un soneto del señor Nicanor A. Gonzá- lez, titulado: 4 don José de la Luz.—Ante su tumba, y que es una protesta del ataque a la memoria de Luz y Caballero publicado por la Aurora del Yumurí del 2 de septiembre, 1094.—Dos sonetos.—( Aurora del Yumurí, Matanzas, 14 Septiem- bre 1883.) Reproduce los respectivos sonetos del señor Nicanor A. González y Un Yumu- rino relativos a Luz y Caballero, en un suelto en que ataca el primero de dichos sonetos. 1886 1095.—|...inolvidable maestro...] (José Manuel Mestre, [por Ri- cardo del Monte.]: E. P., Habana, 31 Mayo 1886.) Rep. Vida del Doctor José Manuel Mestre, por el Dr. José Ignacio Rodrí- guez, Habana, 1909, p. 275. 1887 1096.—[...D. José de la Luz Caballero?...] (R[aimundo] Ca- brera, Cuba y sus jueces, Habana, 1887, p. 66, 97, 140, 175.) Y en las ediciones octava y novena de esta obra, publicadas ambas en Fi- ladelfia, en 1895, p. 237-274. 1097. —[...Luz...] (El Conde de Pozos Dulces.—Ricardo del Monte: E, P., Habana, 26 Octubre 1887.) 14 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1098.—[...el Sócrates de nuestra juventud...] (Discurso pronun- ciado en la Real Universidad de la Habana, por el Dr. D. Fede- rico Hortsmann y Cantos... en la solemne inauguración del curso académico de 1887 a 1888. Habana, 1887, p. 16.) 1890 1099.—[...'“José de la Luz y Caballero””...] (Un discurso del Sr. Sanguily —F. Otero: E. P., Habana, 24 Agosto 1890.) 1100.—Obras de Luz. (£. P., Habana, 4 Julio 1890.) Noticia sobre la próxima publicación de estas obras editadas por el señor Alfredo Zayas. 1101.—Las obras de Luz.—Habana, Junio 6 de 1890.—Alfredo Za- yas. (E. P., Habana, 8 Junio 1890.) Con motivo de la próxima publicación de las Obras de Don José de la Luz Caballero. 1102.—Las obras de Luz.—Sr. D. Alfredo Zayas.—Manuel Sangui- ly.—Junio de 1890. ( E. P., Habana, 9 Julio 1890.) Respuesta al artículo del señor Alfredo Zayas, publicado en El País del 8 de unio. 1391 1103.—D. José Agustín Caballero y D. José de la Luz.—Alfredo Zayas. (E. F., Habana, 5 Julio 1891, año VII, p. 2-3.) Corto fragmento de la conferencia del Dr. Zayas sobre el Padre Caballero. 1104.—|...D. José de la Luz y Caballero...] (Influencia del cla- ma sobre los escritores cubanos, por Justo de Lara. [José de Armas y Cárdenas]: Lunes de La Umión Constitucional, Haba- na, 3 Agosto 1891.) ] 1105.—Premio Luz Caballero. (E. P., Habana, 16 Mayo 1891.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 1392 1$06.—[...Luz...] (Cromitos Cubanos, por Manuel de la Cruz, Habana, 1892, p. 19, 100, 102, 127-128, 163-168, 249, 381, 385- 386, 393, 405, 408.) -] Qt 1893 1107.—|[...D. José de la Luz y Caballero...] (El Papa Leon TIT (poeta latino), por R. P. Zoéll (Prellezo), Habana, 1893, p. WALT.) 1394 1108.—[...D. José de la Luz...] (Vicolás Azcárate, por Manuel Sanguily: Hojas Literarias, Habana, 1894, t. 1V, p. 215.) 1109. —[...Luz...] (La autonomía en la historia de Cuba, por Alfredo Zayas: E. P., Habana, 27 Febrero 1894.) 1399 1110.—[...Luz Caballero. ..] (Cosas del “Diario?” [por el Dr. Rafael Fernández de Castro.]: El Nuevo País, Habana, 5 Fe- brero 1899.) Rep. Rafael Fernández de Castro, Para la Historia de Cuba, Habana, 1899, ip. 900. 1111.—[...Luz Caballero...] (Máximo Gómez, [por el Dr. Rafael Fernández de Castro]: El Nuevo País, Habana, 15 Febrero 1899.) Rep. Rafael Fernández de Castro, Para la Historia de Cuba, Habana, 1899, Ip: o06. 1901 1112.—Ante el cadáver de Don José de la Luz.—F' [rancisco] de Zayas. (Cuba.) (Libro de lectura N. 2, por Luis F. Mantilla, París-México, 1901, p. 310-312.) DOMINGO FIGAROLA-CANEDAa 1905 Don José de la Luz. (L. D., Habana, 22 Junio 1905.) 76 $113. Conmemoración del 43.2 aniversario de la muerte de Don Pepe. 1114—[...Luz...] (Nuestro esfuerzo científico. Discurso del Dr. Juan Santos Fernández: A. d. l. A. d. C. M., F. y Nod HS Habana, 1905, t. XLIE p. 9.) 1115.—Luz-Caballero, (sic) (The New International Encyclopaedia, New York, 1905, vol. XII, p. 562.) 1907 1116.—|... José de la Luz Caballero.] (La Semana, por Oscar Fer- nández Folch: El Mundo Ilustrado, Habana, 23 Junio 1907, t. IV, p: 290;) Conmemoración del 45.2 aniversario de la muerte de Luz. 1117.—[...Luz y Caballero...] (Alocución del Dr. Juan Santos Fernández...: A. d. 1. A. d. C. M., F. y N. d. Ll. Hoblabaner 07% TAI Ap: 162) 1908 3118.—Al Capitán General del Ejército Español D. Francisco Se- rrano.—Con motivo de los decretos expedidos para el orden del entierro de D. José de la Luz Caballero.—Por José Fornaris. (E. Md. 1., Habana, 8 Noviembre 1908, t. V., p. 973.) 1119.—[...José de la Luz y Caballero...] (La Semana.—Chari- vari [Aurelio Miranda]: E. Md. I., Habana, 28 Junio 1908, A NS) Conmemoración del 46. aniversario de la muerte de Luz. 1120.—[...don José de la Luz...] (Enrique Piñeyro, por Justo de Lara [José de Armas y Cárdenas] : E. F., Habana, -1.? No- viembre 1908.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO ad 1125.—|...Luz...] (Domingo Delmonte y Aponte: E. Md. 1., Ha- bana, 2 Agosto 1908, t. V, p. 689.) Anónimo. 1122.—[...Luz Caballero...] (José Fornaris: E. Md. I., Habana, 8 Noviembre 1908, t. V, p. 973.) Anónimo. 1123 —[...Luz Caballero...] (Rafael María de Mendive: E. Md T., Habana, 6 Diciembre 1908, t. V, p. 1049.) Anónimo. 1124,.—[...maestro Luz y Caballero...] (Ramón Zambrana: E. Md. I., Habana, 13 Diciembre 1908, t. V, p. 1069.) Anónimo. 1909 1125.—|...don José de la Luz...] (Galería de Patriotas.—Gaspar Betancourt Cisneros: E. Md. I., Habana, 10 Enero 1909, t. NIE Dp25.) Anónimo. 1126.—[...D. José de la Luz Caballero...] (Discurso de apertu- ra por su Director Leandro González Alcorta, Pinar del Río, 12097p: 9, 21, 28.) (Instituto Provincial de Pinar del Río.) 1127.—|...don José de la Luz y Caballero.] (Antigúedades de la Habana.—La Estación de Luz.—I. [Alvaro de la lelesia]: E. MAST Eabana, 11 Julio 1909, t. VI, p. 562.) 1128.—[...Luz Caballero...] (Carlos Martí, Eduquemos, Bar- celona, 1909, p. 102.) 1129.—[...la Luz Caballero...] (La Semana.—Artemio: E. Md. T., Habana, 28 Febrero 1909, t. VI, p. 169.) 1130.—Pro Luz Caballero.—Oscar Ugarte. (E. Md. T., Habana, 7 Febrero 1909, t. VI, p. 109.) Breve noticia de la inauguración de la lápida conmemorativa en la casa del Cerro donde estuvo el Colegio El Salvador. 78 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1911 1131.—Un aniversario.—[Dr. Jesús Saiz de la Mora.] (C., Haba- na, 23 Junio 1911.) Conmemoración del 49, aniversario del fallecimiento de Don Pepe. 1132,—[El gran maestro cubano don José de la Luz Caballero. ..] (Piñeyro: D. d. 1. M., Habana, 12 Abril 1911.) 1133.—Informe favorable .a la solicitud de D. José de la Luz y Ca- ballero para la erección de un Colegio General de Estudios.— “Habana 31”” de Julio de 1.839.—(B. d. A. N., Habana, 1911, año X, p. 389.) 1134.—[...D. Pepe...] (Enrique Piñeyro, por Leopoldo Cancio: El Tiempo, Habana, 13 Abril 1911.) 1912 1135.—Apuntes y reflejos.—Un libro sobre ““D. Pepe””.—Jesús Saiz de la Mora. (L. Q., Habana, 18 Mayo 1912.) Alude al libro, entonces en preparación, del señor Luz y Duarte. 1136.—Apuntes y reflejos. Cincuentenario fúnebre.—Jesús Saiz de la Mora. (L. O., Habana, 22 Junio 1912.) Con motivo del 50. aniversario de la muerte de Luz. 1137.—José de la Luz y Caballero. (Bibliografía Cubana del Siglo XIX, por Carlos M. Trelles, Matanzas, 1912, t. II, p. 58, 81-82, 92, 99-100, 111-112, 126, 228; t. III, p. 8, 34, 262-264. ) 1138.—[...Luz Caballero...] (Cuba Heroica, por Enrique Colla- zO, Habana, 1912, p. 32, 44-45.) 1139.—Lo vil es incompatible con lo noble.—Vicente Silveira. (L., Habana, 25 Agosto 1912, año VIII, p. 379.) Soneto. BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 79 1915 1140.—[...don José de la Luz...] (Ignacio Agramonte, por An- tonio Zambrana, Habana, 1913, p. 3, 10.) 1141.—Don José de la Luz y Caballero. (L. E., Habana, 28 Febre- ro 1913, año II, p. 125-128.) Con motivo del libro de Luz y Duarte. 1142.—Mascarilla y busto de Don José de la Luz. (L. D., Habana, 2 Junio 1913.) , Concediendo franquicia arancelaria '“a una maquette y varias estatuillas de bronce, de don José de la Luz Caballero, que vienen para la Sociedad Eco- nómica de Amigos del País. ??” 1143.—-|[...virtuoso mentor de la juventud Cubana Luz y Caba- llero...] (Compendio de la Historia General de América, por Carlos Navarro y Lamarca, Buenos Aires, 1913, t. II, p. 872.) 1914 1144. —Estudio sobre José de la Luz Caballero, por Alfonso E. Páez.—Imp. “Cubana.””—Habana, 1914. 240 páginas.—Artel. [Bernardo G. Barros.]| —Diciembre, 1914. (E. F., Habana, 13 Diciembre 1914.) Juicio de este libro. 1$145.— |...“ Himno Escolar a Luz y Caballero””...] (Reglamento de la Asociación Nacional de Escolares Públicos, Habana, 1914, Pp3.) 1146.—[...D. José de la Luz.] (El porvenir de la literatura. Dis- curso de recepción por el Dr. Guillermo Domínguez: Academia Nacional de Artes y Letras.—Trabajos de la Corporación, Ha- bana, 1914, p. 88.) Después, en la edición aparte, p. 10. 1147.—[...don José de la Luz...] (Gálvez, su vida pública, por Ricardo del Monte: C. y A., Habana, Mayo 1914, año XVIII, segunda época, p. 65.) 80 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1148.—[...don José de la Luz Caballero...] (La nota del día: E. D., Habana, 19 Diciembre 1914.) 1149.—[...don José de la Luz Caballero...] (Conferencia leída por el Académico Sr. José Mauri en la sesión solemne celebrada a la memoria del Académico fallecido Sr. José Marín Varo- na...: Academia Nacional de Artes y Letras.—Trabajos de la Corporación, Habana, 1914, p. 42.) 1150.—[...José de la Luz y Caballero...] (José Antonio Saco, por el Dr. Evelio Rodríguez Lendián: C. C., Habana, 1914, t. V, p. 174-175, 179-180, 182.) Después en la edición aparte de José Antonio Saco (Habana, 1914, p. 11- 12, 16-17, 19.) 1151.— José de la Luz y Caballero. (Bibliografía Cubana del Siglo XIX, por Carlos M. Trelles, Matanzas, 1914, t. VIT, p. 196.) 1152.—Dr. José Rodríguez Acosta. Notable abogado y autor del cuadro del Maestro Luz Caballero... (B., Habana, 11 Octu- bre 1914, p. 495.) 1153.—|...inmortal Maestro Cubano...] (Reglamento de la Aso- ciación Nacional de Escolares Públicos, Habana, 1914, p. 18.) 13154.—Invitación.—14 de Mayo de 1914.—La Redacción. (L. F. C., Habana, Compañía Litográfica de la Habana, [1914.]) 16., 4 p. Invitación para inaugurar la lápida en homenaje a Luz y Ca- ballero, en la calle del Teniente Rey. 1155.—[...Luz y Caballero...] (El primer observatorio meteoro- lógico de Cuba. Por el Dr. Eduardo F. Plá, Director del Ins- tituto de 2.? Enseñanza de la Habana: R. B. C., Habana, 1914, vol. TX, p. 403.) 1156.—En memoria de Luz y Caballero.—R. P. González. [Fran- cisco de la Luz y Duarte.] (J. C., Habana, Abril 1914, año I, p. 4.) Con motivo de la lápida de la calle del Teniente Rey. BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 81 1157.—Nuestro culto a D. Pepe.—Angela Landa.—Escuela N.” 8. (Revista del Este, Habana, 1. Marzo 1914.) 1158.—El rasgo del Dr. Sarrá. (L. F. C., Habana, 30 Mayo 1914, p. 2-3.) Con motivo de la lápida de la calle del Teniente Rey. 1159.—Real orden de fecha 31 de Enero de 1839, mandando que el Gobierno General de Cuba informe acerca de la solicitud del sabio cubano José de la Luz y Caballero, para establecer una Cátedra de Filosofia.—Madrid 31 de Enero de 1839.—Chacon. (B. d. A. N., Habana, 1914, año XITI, p. 314.) 1160.—La revista “La Farmacia Cubana”? y Don José de la Luz Caballero.—Discurso leído por el Dr. Abdón Tremols, en el Segundo Congreso de la Prensa Médica de Cuba, celebrado en la Habana, en la Academia de Ciencias, los días 28 y 29 de Noviembre de 1914. (L. F. C., Habana, 15 Diciembre 1914, p. 2-4.) 1161.—Sobre los biógrafos de Luz Caballero. (Capítulo II del tra- bajo inédito sobre Luz Caballero, premiado por el Colegio de Abogados de la Habana con medalla de oro y $ 500.) —Medardo Vitier.—Matanzas, 1914—(H. d. C., Habana, 20 Diciembre 1914.) 1915 1162.—Bases y reglamento de la “Fundación Luz Caballero”? y una circular dirigida a las delegaciones. Habana, Imp. y Pap. de Solana y C.?, 1915. 8.”, 15 p. 1163.—La Calle de Luz.—El origen de su nombre.—Francisco de la Luz Duarte. (R. H., Habana, 30 Enero 1915, p. 279.) Dice el autor que no debe dicha calle el nombre que lleva a Don Pepe, sino a “Don Antonio de la Luz y Docobo, natural de Portugal y de origen francés?”, quien ““fué el primer Luz que vino a la Habana””, y llegó a ser bisabuelo de aquél. Además, Piñeyro nos dice que Luz y Caballero nació: ““en la antigua casa solariega que ya entonces daba nombre a la calle donde estaba, La calle se llama siempre de Luz, pero en el solar se eleva una vasta DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 00 [8] hostería, que ocupa toda la manzana de casas e incluye el terreno del anti- guo Teatro Principal*”... (Hombres y glorias de América, por Enrique Pi- ñeyro, Paris, 1903, p. 158.) 1164.—Lo que dicen las estatuas.—El sabio y dulce educador José de la Luz Caballero.—Mañana jueves 29. (L. P., Habana, 28 Abril 1915.) Anuncio de la publicación de un trabajo de Pierre Leblanc [M. Múzquiz Blanco. ] 1165.—Lo que Dicen las Estatuas.—José de la Luz Caballero.— Pierre Leblanc [M. Múzquiz Blanco]: (L. P., Habana, 29 Abril 1915.) 1166.—Discurso pronunciado al pie de la estatua de Luz y Caba- llero, por acuerdo y a solicitud del Primer Congreso Pedagó- gico Nacional, el 18 de Mayo de 1913. (Antonio S. de Busta- mante y Sirvén, Discursos, Habana, 1915, t. II, p. 128-136.) 1167.—Editoriales.—Cuestiones trascendentales.— “Fundación Luz Caballero?” y la “enseñanza privada”? en Cuba. (L. D., Haba- na, 21 Julio 1915.) 1168.—Fiesta trascendental. (Arte, Habana, 30 Abril 1915, p. 5-6.) Con motivo de la fiesta de cultura que organizaba entonces la Fundación Luz Caballero. 1169—Fundación Luz Caballero.—Delegación en Matanzas.—A los matanceros. [Matanzas], Imp. La Pluma de Oro, [1915]. 4 p. a 2 cols. 3170.—Fundación Luz Caballero.—Delegación en Matanzas.—A los matanceros.—| Matanzas], Imp. La Pluma de Oro, [1915]. Fol., 4 p. 1171.—[...“Fundación Luz Caballero””...] (La Nota del Día: E. D., Habana, 2 Junio 1915.) 1172.—La fundación Luz Caballero.—R. P. González. [Francisco de la Luz y Duarte]: (La Semana, Habana, 14 Febrero 1915.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 83 1173.—La Fundación Luz Caballero. (4 través de la enseñanza.— Sección a cargo de Carlos Valdés Miranda: L. D., Habana, 23 Enero 1915.) 1174—La Fundación “Luz Caballero””.—Importante sesión de ayer en la Cámara.—Un gran núcleo de prestigiosos profesiona- les y hombres públicos discute elevadamente sobre las escuelas normales. (L. D., Habana, 17 Enero 1915.) 1175.—En honor de Luz y Caballero.—Discurso del Sr. Francisco de la Luz Duarte, leído por la niña Petra Piniella Vázquez, en la fiesta celebrada el 19 del corriente en la escuela pública de la doctora María de los Angeles Landa, en conmemoración del santo del Sr. José de la Luz y Caballero. (R. H., Habana, 10 Abril 1915., p. 308-309.) 1176.—Honrando la memoria de Don Pepe (E. M., Mabana, 23 Ju- nio 1915.) Con motivo del homenaje en el aniversario de la muerte del Maestro, ce- lebrado en la noche del 22 por la “Fundación Luz Caballero'” en la Aca- demia de Ciencias. 1177.—José de la Luz. (L. N., Habana, 22 Junio 1915.) Conmemoración del 53.2 aniversario de la muerte de Luz. 1178.—[...José de la Luz...] (El “Heraldo”? en las provincias. — De Cárdenas.—Interesante visita al Museo.—Castellanos. (H. d. C., Habana, 24 Febrero 1915.) 1179. —[...don José de la Luz...] (“El Ejecutivo necesita de- fensa:?””? H. d. C., Habana, 10 Marzo 1915.) 1180.—[...José de la Luz Caballero...] (Dr. Alejandro María López: H. d. C., Habana, 2 Febrero 1915.) 1181.—[...don José de la Luz Caballero...] (Los restos mortales de José Manuel Mestre.—J [esús] Saiz de la Mora: E. C., Ha- bana, 17 Abril 1915.) Rep. en José Manuel Mestre, por el Dr. Jesús Saiz de la Mora, Habana, 1915, p. 15-16. 84 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1182.—[...don José de la Luz Caballero.] (Actualidades, [por Ni- colás Rivero]: D. d. 1. M., Habana, 22 Junio 1915.) 1183.—[...José de la Luz y Caballero...] (Próceres occidentales, por Emeterio S. Santovenia, Habana 1915, p. 5.) 1184.— José de la Luz y Caballero. (El Criollo, Habana, 22 Junio 1915.) Conmemoración del 53. aniversario de la muerte de Don Pepe. 1185.—[...José de la Luz y Caballero.] (En la carroza di tutti.— Nix.: E. M., Habana, 20 Junio 1915.) 1186.—|...José de la Luz y Caballero...] (Honremos a nuestros grandes hombres.—La estatua de Saco.—José María Tagle.— Ornato público.—Sección redactada por Mario Guiral Moreno, Julio Villolddo y Carlos de Velasco.—CCLX: L. D., Habana, 1. Julio 1915.) 1187.—[...José de la Luz y Caballero...] (El sacrificio incalifica- ble del Museo Nacional: L. D., Habana, 8 Octubre 1915.) 1188.—[...José de la Luz y Caballero...] (Ornato Público.—Sec- ción redactada por Mario Guiral Moreno, Julio Villoldo y Car- los de Velasco.—Los postes del Paseo de Mart%: L. D., Habana, 27 Octubre 1915.) 1189.—José de la Luz y Caballero.—22 de Junio de 1915.—R. P. González [Francisco de la Luz Duarte]. (H. d. C., Habana, 22 Junio 1915.) Conmemoración del 53. aniversario del fallecimiento de Don Pepe. 1190.—[...don José de la Luz y Caballero...] (Discurso de con- testación leído por el Académico Sr. Aniceto Valdivia...: Aca- demia Nacional de Artes y Letras.—Trabajos de la Corpora- ción, Habana, 1915, p. 43, 46.) 1191.—[...Don José de la Luz y Caballero...] (A través de la enseñanza.—Sección a cargo de Carlos Valdés Miranda.—A la memoria de Alejandro María López.—La sesión solemne de la Asociación de Maestros y la Junta de Educación: L. D., Ha- bana, 19 Abril 1915.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 85 1192.—[...don José de la Luz y Caballero...] (La portada y el programa, por el Dr. Núñez Gallardo: **Pinos Nuevos””, Haba- na, 1.” Enero 1915, p. 12.) 1193.—|...don José de la Luz y Caballero...] (José Antonio Saco y la educación nacional, por Ramiro Guerra: C. C., Habana, io tt. Sp: 40157 10=11.) 1194—|[...Don José de la Luz y Caballero.] (En el Senado.— La sesión de ayer.—Un aniversario: L. D., Habana, 24 Junio SO: El senador señor Juan José de la Maza y Artola, consagra un recuerdo en el 53.2 aniversario de la muerte de Don Pepe, poniéndose de pie el Sena- do en pleno al terminar el orador. 1195.—Junio 22.—1862. (Efemérides de la Revolución Cubana, por Enrique Ubieta: L. D., Habana, 22 Junio 1915.) Con motivo del 53. aniversario del fallecimiento de Luz y Caballero. 1196—|[...Luz...] (En la Sociedad de Conferencias.—'“Rafael M. Merchán””, por el Dr. Juan M. Dihigo. (L. D., Habana, 9 Marzo 1915.) 1197.—[...Luz...] (De otros tiempos: Pedro González Llorente. —Alejandro Muxó. (E. F., Habana, 21 Febrero 1915, año XXXI, p. 110.) 1198.—Luz Caballero.—Camaño de Cárdenas.—(E. T., Habana, 22 Junio 1915.) Homenaje en el 53. aniversario de la muerte de Don Pepe. 1199.—|...Luz y Caballero...] (Biografía del Sr. Francisco Cal- cagno, por Manuel Fernández Valdés.—Habana, 30 de Agos- to de 1915: Letras Giineras, Gines, 31 Octubre 1915, p. 6.) 1200.—[...Luz y Caballero...] (La literatura cubana—N ecesidad de su enseñanza. Por el Dr. Guillermo Domínguez Roldán: R. del Ed. LE, y C., Habana, 1915, vol. XX, p. 173, 176.) Rep. La Discusión, Habana, 7 Febrero 1915. s6 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1201.—[...Luz y Caballero...] (£l Pbro. José Agustín Caballe- ro—(1771-1835.) [Por el Dr. Jesús Saiz de la Mora]: R. H.. Habana, 10 Abril 1915, p. 303.) 1202.—[La Luz...] (Rafael M. Merchán, por el Dr. Juan M. Di- higo, Habana, 1915, p. 22.) 1203.—In memoriam. (£. M., Habana, 22 Junio 1915.) Conmemoración del 53. aniversario de la muerte de Luz y Caballero. 1204.—1800.—Nace en la Habana... (Efemérides de la Revolución Cubana, por Enrique Ubieta: L. D., Habana, 11 Julio 1915.) 1205.—[...nuestro sabio don José...] (La Masonería en relación con el anhelo de nuestra Independencia.—Pedro Pablo Bas.: L. D., Habana, 15 Febrero 1915.) 1206.—[ .. .nuestro venerado don José de la Luz...] (La vida no- ble, por el Dr. Mariano Aramburo y Machado: C. C., Habana, 19154. VIUL p. 195) 1207.—[...Don Pepe...] (Dr. Alejandro María López: E. Ma., Habana, 2 Febrero 1915.) 1208.—[...'“Don Pepe””...] (Algo sobre la guerra europea.—Lon- dres, 28 de diciembre de 1914.—$Sr. Dr. J. S. F.—G[abriel] Zéndegui.: C. y A., Habana, Febrero 1915, año XIX, 2.2 ép., p. 1719.) 1209.—[...Don Pepe de la Luz Caballero. ..] (Una interesante ob- servación.—Sr. Director de Cuba y América.—Clotilde Díaz de Peláez. (C. y A., Habana, Abril 1915, año XIX, 2.* ép., vol. TV, p. 24.) Rep. La Discusión, Habana, 29 Abril 1915. 1210.---|... Don Pepe de la Luz Caballero...] (La nueva fachada de la Universidad...: L. N., Habana, 5 Junio 1915.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 87 J[esús] Sáiz de la Mora. 1211.—Un recuerdo.—Luz y Caballero. “ (L. N., Habana, 22 Junio 1915.)- Necrológico en el 53. aniversario del fallecimiento de Don Pepe. 1212.—Más respeto a Luz y Caballero. (Ornato público.—Sección redactada por Mario Guiral Moreno, Julio Villoldo y Carlos de Velasco: L. D., Habana, 3 Febrero 1915.) 1213.—[...sabio mentor de la juventud cubana...] (Cosas del Municipio. —Ornato público.—Sección redactada por Mario Guiral Moreno, Julio Villoldo y Carlos de Velasco: L. D., Ha- bana, 2 Junio 1915.) 1214.—La sombra de Don José de la Luz.—Medardo Vitier.—Ma- tanzas, junio 24 de 1915. (L. D., Habana, 5 Julio 1915.) ADDENDA I BIBLIOGRAFÍA 1832 1215.—Señor Suscriptor del Noticioso Lucero (1).—Ins (2) ens factus sum... sed tu me coegisti.—Habana 6 de Octubre de 1832.—Un suscriptor al Diario de la Habana. (D. d. 1. H., Ha- bana, 12 Octubre 1832.) Segundo artículo de la polémica sobre el plan de enseñanza del Colegio de Carraguao. 3216.—Sr. Suscriptor del Noticioso Lucero.—...'“Quod si non con- tingat, altius tamen ibunt qui ad summa nitentur, quam qui praesumpta desperatione quo velint evadendi, protinus circa (D) Luz y Caballero, en varias de las ocasiones que cita el Noticioso y Lucero, lo hace su- primiendo la conjunción copulativa de dicho título. Y como él, otros escritores de la misma época. (2) En el impreso que tenemos delante, y a causa de una rotura del papel, ha desapare- cido el complemento de esta palabra, DOMINGO FIGAROLA-CANEDA (0 00 ima substiterint.””—Quintiliano.—El suscriptor al Dirio de la Habana. (D. d. 1. H., Habana, 6 Noviembre 1832.) Quinto artículo de la polémica sobre el método de enseñanza en el Co- legio de Carraguao. Rep. Revista de Cuba, Habana, 1879, t. V, p. 401-418.) 1901 1217.—Lo más difícil del mundo es ser imparcial. —Luz y Caballe- ro. (Antonio Miguel Alcover, El periodismo en Sagua, Haba- na, 1901, portada.) 1907 1218.— “Sólo la verdad nos pondrá la toga viril.'”—Luz y Caba- llero. (Francisco Figueras, Cuba y su evolución colomal, Ha- bana, 1907, p. 1.) AA 1219.—Fragmento. (De José de la Luz Caballero.) (Poesías selec- tas... Coleccionadas por Manuel Fernández Valdés, Habana, 1911, p. 14.) Trozo de la poesía que, bajo el título de: Ternura que debemos á las ma- dres. (Imitación de un anónimo inglés,), figura en las p. 43-47 del Testo de lectura graduada. V. núm. II. 1915 1220.—Educar no es sólo... (Carlos de Velasco, Aspectos nacio- nales, Habana, 1915, p. 98.) 1221.—La Libertad.— José de la Luz Caballero. (H. d. C., Habana, 18 Octubre 1915.) Bajo este título se reproduce el grupo CXX de aquella parte de los aforis- mos que figuran en Obras, (t. I. p. 68) clasificados así: Libertad y Tiranía. 13222.— “Sólo la verdad nos pondrá la toga viril.””—don José de la Luz Caballero. (Notas de Colón.—¡¡¡Caray, qué miedo!!! L. L., Habana, 27 Septiembre 1915.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 89 HI ICONOGRAFÍA A.— RETRATOS [ES65:.] 1223.—J. de la Luz. B, 15x 12%. Lit. F[rancisco] Cisneros.—Lit.—Lit. de Peña. Aguila 146. [186...] De los distintos ejemplares de este retrato que hemos visto, ninguno ha sido tan completo ni en otras buenas condiciones de conservación, como éste que pertenece a la colección iconográfica cubana del señor F. de P. Coronado, y por estas razones, el único ejemplar que nos permite incluir dicho retrato sin omisión ninguna. 1887 1224.—D. José de la Luz y Caballero. (L. H. E., Habana, 19 Junio 1887.) B. 5X 315. Fotog. Anónimo. letal 1225.— “Galería de Cuba y sus jueces”. (E. F., Habana, 15 Agos- 1891, año VIL, p. 3.) B. 111% x 81%. Fotog. Anónimo. Es el retrato publicado en Cuba y sus jueces. Y. núm. 219, 1902 1226.—José de la Luz y Caballero.—Illustre educador cubano.— Fallecido el 22 de Junio de 1862. (E. Md., Habana, 22 Junio 1902.) B. 20 Xx 18, Fotog. S[antiago] Quiñones. 90 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1907 1227.—José Cipriano de la Luz y Caballero. Fallecido 22 de Junio de 1862. (E. Md. I., Habana, 23 Junio 1907, t. IV, p. 291.) B. 11144 x 101%. Fotog. Anónimo. 1915 1228.—4. El famoso pedagogo cubano D. José de la Luz y Caba- a llero. (Impresiones de la República de Cuba en el Siglo Vein- te, por Reginald Lloyd, Woking and London, 1913, p. 146.) B. 5Xx 31. Fotog. Anónimo. 1914 1229.—¡ Luz! —(Reglamento de la Asociación Nacional de Escola- res Públicos, Habana, 1914, portada.) B. 21% x 216. Fotog. Anónimo. Prescribe este reglamento en su artículo 4.2: **El distintivo consistirá en un botón de 1 pulgada de diámetro, orla azul, con el retrato de Luz Caballero y la palabra ¡Luz! debajo; todo negro sobre fondo blanco. Y el sello será igual; pero con orla, palabra y dibujo negro.?? 1230.—Una sorpresa artística. Obra pictórica de un abogado y po- lítico cubano. (B., Habana, 11 Octubre 1914, p. 495.) Con motivo del retrato de Luz pintado por el Dr. Rodríguez Acosta. 1915 1231.—José de la Luz Caballero.—Nació en la Habana en 1799. (sic.) —Murió en 1862.—(Retrato por Valderrama.) (B., Haba- na, 21 Noviembre 1915.) (Cubanos Ilustres.) B. 28 x 20%. Fotog. Anónimo. Copia del retrato mandado hacer por Aro- Z2rena, BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 91 C.—SEPULCRO 1390 1232.—Carta del Sr. Cabrera.—Raimundo Cabrera.—S.[e., 9 de Julio de 1890. (E. P., Habana, 11 Julio 1890.) Con motivo de la alusión al sepulcro de Luz hecha por el señor Sanguily en su carta al Dr. Alfredo Zayas, publicada en El País del 9 de Julio. D.—LÁPIDAS 1909 1233.—Pro Luz Caballero. (E. Md. [., Habana, 7 Febrero 1909, t. Nito: 109.) 1. Momento de ser descorrido el lienzo que cubría la lápida. 13 Xx 11. 2. El Vicepresidente de la República señor Alfredo Zayas, haciendo uso de la palabra en conmemoración del acto. 5 X 5. 3. Aspecto que presentaba la casa Calzada del Cerro 797 donde fué colo- cada la lápida. 9% Xx 15. Fots. Henos. Camino.—Fotog. Anónimo. 1234.—El señor Zayas, Vicepresidente de la República, colocando flores en la lápida que existe en la casa donde nació (sic) don José de la Luz y Caballero, contigua a la del general Bruno Zayas. (E. Md. I., Habana, 1. Agosto 1909, t. VI, p. 621.) 12% Xx 7. Fotog. Anónimo. E.—ESTATUA 1911 1235.—El Ayuntamiento de la Habana y la estatua á Luz Caballe- ro. (D. d. l. M., Habana, 29 Noviembre 1911.) Con motivo de la elección del parque para emplazar la estatua de Don Pepe. 92 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA IDA 1236.—Algo sobre la estatua de Luz y Caballero.—R. P. González [Francisco de la Luz y Duarte.] (L. O., Habana, 12 Enero 1912.) 1237.—La estatua de D. Pepe de la Luz Caballero.—Raimundo Ca- brera. (L. O., Habana,... (?) Septiembre 1912.) Carta fecha: New York 21 de Septiembre de 1912, dirigida al General Jo- sé Miguel Gómez con motivo de los trabajos preparatorios para la colocación de la expresada estatua. H.—-_ISOGRAFÍA [ba 1238.—J. de la Luz. [186...] Firma. Aparece al pie del retrato de la colección del señor F. de P. Coro- nado. V. núm. 1223. J.——MUEBLES 1915 1239.—El pupitre usado por Don José de la Luz y Caballero. (Im- presiones de la República de Cuba en el Siglo Veinte, por Regi- nald Lloyd, Woking and London, 1913, p. 147.) 9 x 111%. Fotog. Anónimo. 148 REFERENCIAS 1831 1240.—Viage por Egipto y Siria. (De un periódico de N.-York.) » (D. d. 1. H., Habana, 14 Julio 1831.) Es un juicio de esta traducción de Volney, debida a la pluma de Luz y BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 93 Caballero, y como se ve, sin la firma del autor ni el título del periódico de procedencia. El Diario de la Habana añadió al juicio la advertencia que si- gue: “Se halla de venta esta obra en la botica de la calle de Mercaderes, frente al escritorio de Seull, Storey y compañía.” ” 1340 1241.—Fábula 1.—El Filósofo y el Fabulista.—El duende habane- ro [Luis Costales] (D. d. 1. H., Habana, 28 Abril 1840.) 1242.—Fábula I1.—Los dos viajeros.—El duende habanero [Luis Costales]. (D. d. l. H., Habana, 30 Abril 1840.) 1243.—Fábula.—El pianista fanático y el loro.—El Duende haba- nero [Luis Costales]. (D. d. 1. H., Habana, 6 Mayo 1840.) 1862 1244.—Corona poética en loor del sabio cubano D. José de la Luz Caballero. (L. A., Madrid, 8 Agosto 1862, año VI, núm. II, DE L6.) Bajo el título que antecede se publicó el suelto siguiente: **El director de La América, que cuenta ya con algunas excelentes composiciones poéticas para dicha corona, que verá la luz pública en nuestras columnas, haciéndose además una edicion que se repartirá entre sus autores, se ha dirigido á su querida ami- ga y colaboradora la Sra. D.* Gertrudis Gomez de Avellaneda, á fin de que, invitando á sus paisanos, los poetas cubanos, elija el número de composicio- nes que estime conveniente, para que alternen con las de los peninsulares. Es- peramos que la eminente poetisa cubana embellecerá las páginas de la colec- cion con magníficos versos. ?? 1245.—D. José de la Luz Caballero. (Murmurios del Cauto, [San- tiago de] Cuba, 1862, p. 248.) Necrología. 1246.—Dos palabras á la memoria del Sr. D. José de la Luz y Ca- ballero.—Fabriciano Rodríguez.—(Junio: 1862.) (Murmurios del Cauto, [Santiago de] Cuba, 1862, p. 249-251.) Con motivo del fallecimiento de Luz. 94 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1863 1247.—[...Sr. Don José de la Luz y Caballero...] (El Correo Ha- banero, Habana, 22 Noviembre 1863.) 1865 1248,—|...Pepe de la Luz...] (Ramón Francisco Valdés, por Gil Blas [José Socorro de León] : Camafeos, Habana, 1865, p. 166.) LAS, 1249, —Mocion.—Obras de D. José de la Luz. (Anales, Habana, 1879, t. XVI, p. 281-282.) En la sesión pública ordinaria celebrada el 26 de Octubre de este año por la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, a moción del Secretario Dr. Antonio Mestre, se acordó dar al Presidente un voto de confianza para que estimulara el celo de los encargados de publicar las obras de Luz y Caballero. Rep. en El Triunfo, Habana, 31 Diciembre 1879. 1883 1250.—Carta del Sr. Millet.—Sr. D. Raimundo Cabrera.—Habana, G[abriel] Millet.—Madrid, Marzo 8 de 1883. (La Umión, Gúi- nes, 1.” Abril 1883.) Con motivo de la traslación de los restos de Luz y Caballero. 1251. Gacetillas.—En Cienfuegos. (L. U., Gúines, 4 Marzo 1883.) Con motivo del movimiento iniciado en dicha ciudad, en apoyo de la sus- eripción para el traslado de los restos de Luz y Caballero. 1252.—José de la Luz Caballero. (L. U., Giines, 26 Abril 1883.) Jon motivo de la traslación de los restos de Don Pepe. 1253.—[...Don Pepe...] (Contrastes: L. U., Gines, 2 Diciembre 1883.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 95 1254.—Don Pepe.—Un liberal-autonomista. (L. U., Gúines, 3 Ju- nio 1883.) 1255.—Suscricion para la traslacion de los restos mortales de D. José de la Luz Caballero al Cementerio de Colon y construe- cion de un mausoleo. (L. U., Giúines, 18, 23 Febrero; 4, 11, 25 Marzo; 3, 10, 17, 24 Junio; 1.”, 8 Julio 1883.) Relaciones parciales. 1256.—Variedades.—Al Excmo. Sr. Capitan General D. Francisco Serrano, con motivo de los decretos expedidos para el orden del entierro del Sr. D. José de la Luz y Caballero.—(1862).— José Fornaris. (E. T., Habana, 22 Junio 1883.) V. núm. 422. | 1334 1257.—Una deuda piadosa.—Sr. Director de El Triunfo.—Raimun- do Cabrera. (E. T., Habana, 21 Septiembre 1884.) Con motivo de la traslación de los restos de Don Pepe. 1885 1258.—La patria de La Luz y de Varela. (D. José Gúell y Renté.— Con motivo de la inesperada muerte de este mi bueno y querl- dísimo amigo.—A [ndrés?] García Calderón.—Madrid, 21 de Diciembre de 1884.: E. T., Habana, 22 Enero 1885.) Soneto. Rep. de un periódico de Madrid cuyo título no se expresa. 1259.—El proyecto del Sr. Millet. (£. 7., Habana, 11 Marzo 1885.) Con motivo del Premio Luz Caballero fundado por el señor Millet. 1260.—|[...sabio educador de la juventud cubana, el inolvidable, virtuoso ciudadano, José de la Luz Caballero.] (Proyecto.— Señor don Raimundo Cabrera.—Gabriel Millet.—S.[e. Enero 15 de 1885. (E. T., Habana, 30 Enero 1885.) En esta carta propone el señor Millet que, en vez de los mausoleos a Luz y Cortina, se reuniera el producto de estas suscripciones como base para cons- truir un panteón nacional, 96 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1886 1261.—Susericion popular.—Sr. Director de El País.—Raimundo Cabrera.—S.|c. Galiano 79.—Habana, 19 de Agosto de 1886. (E. P., Habana, 21 Agosto 1886.) Con motivo de la suscripción: para trasladar los restos de Luz del Cemen- terio de Espada al de Colón. 1887 1262.—José de la Luz.—A Francisco Zayas y Alfonso.—Pedro Rodríguez. (L. H. E., Habana, 19 Junio 1887.) Soneto. 1263.—D. José de la Luz Caballero.—José Silverio Jorrín.—(E. F., Habana, 10 Noviembre 1887, p. 4.) Es la semblanza escrita por el autor. V. núm. 610. 1264.—D. José de la Luz y Caballero. [Dr. Ramón Meza y Suárez Inclán.] (L. H. E., Habana, 19 Junio 1887.) Conmemoración del 25. aniversario (22 de Junio) de la muerte de Don Pepe. 1265.—El mausoleo de D. José de la Luz. (L. H. E., Habana, 13 Febrero 1887, p. 7.) 1266.—[...sabio educador y patricio D. José de la Luz y Caba- llero...] (De interés patriótico—Washington, Octubre 9 de 1887.—Sr. D. Raimundo Cabrera.—Habana.—José Ignacio Ro- dríguez.—(E. P., Habana, 20 Octubre 1887.) 1267.—El sepulero de D. José de la Luz.—Habana, 9 de Febrero de 1887.—R[aimundo] Cabrera. (E. P., Habana, 10 Febrero 1887.) Con motivo de la suscripción para el mausoleo de Don Pepe. BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 97 1268.—El sepulero de Luz.—Sr. Director de El País.—R[aimun- do] Cabrera.—S]|e., 18 de Marzo de 1887. (E. P., Habana, 23 Marzo 1887.) Relación parcial de donativos para terminar el sepulero de Luz. 1269.—El sepulero de Luz.—$Sr. Director de El País.—Raimundo Cabrera.—S|e. Abril 1 de 1887. (E. P., Habana, 5 Abril 1887.) Nueva lista parcial de donativos para la terminación del sepulero de Don Pepe. 1388 1270.—Homenaje al Maestro. (L. H. E., Habana, 3 Junio 1888.) 1275.—[...D. José de la Luz...] (Enrique Piñeyro, por Manuel Sanguily : L. H. E., Habana, 11 Noviembre 1888, año VI, p. 5.) 1272.—A D. José de la Luz y Caballero.—Aurelio Mitjans.—Junio 22 de 1882. (L. H. E., Habana, 24 Junio 1888.) Soneto. 1890 1273.—D. José de la Luz y Mr. J. M. Guardia. (L. H. E., Habana, 16 Noviembre 1890, p. 4.) Con motivo de una carta de M. Guardia dirigida al señor Manuel Sanguily, y la cual se inserta. 1891 1274.—D. José Agustín Caballero y D. José de la Luz.—Alfredo Zayas. (E. F., Habana, 5 Julio 1891, año VII, p. 2-3.) Extracto de la conferencia del Dr. Zayas, sobre el Padre Caballero. 1900 1275.—[...D. José de la Luz...] (Martín González del Valle, La poesía lírica en Cuba, Barcelona, 1900, p. 16, 332.) 98 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1901 1276.—[...don José de la Luz Caballero...] (Aurelio Melero: E. Md., Habana, 17 Agosto 1901.) 1277.—[...Luz Caballero... ] (11L.—EI1 Jardín Botánico en ma- nos de la Hacienda.—Ramón Meza. (E. Md., Habana, 28 Abril 1901.) 1902 1278.—En honor de Luz y Caballero. (D. d. 1. M., Habana, 17 Ju- nio 1902.) Reseña de la velada conmemorativa del Liceo de Guanabacoa. Pronunció el discurso sobre Don Pepe el Dr. Marcos García. 1279.—José de la Luz y Caballero. (E. Md., Habana, 22 Junio 1902.) Conmemoración del 40. aniversario de la muerte de Luz. 1280. Relación de la velada conmemorativa del fallecimiento de Don Pepe. En el Liceo de Guanabacoa. (L. L., Habana, 17 Junio 1902.) 1281.—|Luz...] (La Biografía, por Emilio Sánchez. 1902.: L. E. M., Habana, 1902, año IV, p. 229.) Noviembre, 1282,—El Premio Luz Caballero. (C. y A., Habana, 1902, año VI, p. 331-334.) Da 1283.—[...el sabio maestro Luz Caballero...] (El Liceo de Gua- nabacoa.—Rectificación.—Guanabacoa y Abril 23 de 1902,— Sr. Director del Diario de la Marina.—José E. Entralgo.— (D. d. l. M., Habana, 26 Abril 1902.) 1903 1284.—El premio Luz Caballero. (C. y A., Habana, Enero 1903, año VIT, p. 184.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 99 1905 1285.—Un monumento a Luz Caballero.—Gabriel de la Campa y Cuit (EE Me Habana. 1909 año VIL+p. 123-124) 1907 1286.—[...Luz Caballero...] (Francisco Figueras, Cuba y su evo- lución colonial, Habana, 1907, p. 323, 326, 330, 336.) 1287.—Luz y Caballero.—Ramón Zambrana. (Home Review, Ibor Ciiy Tampa, Florida, 1907, vol! Ep: 92.) Fragmento del Hlogio (v. núm. 479), el que no se halla reproducido aquí con toda la exactitud de las distintas ediciones que ya hemos citado. 1903 1288.—Coneurso de premio “Luz Caballero”” abierto para el año de 1908, entre las escuelas gratuítas del Centro Galleso.—Ha- bana, junio 20 1908.—Raimundo Cabrera. (C. y A., Habana, 27 Junio 1908, vol. XXVII, p. 2.) 1289.—El monumento a Don Pepe.—New York, Mayo 5 de 1908.— Ramón Luis Miranda. (C. y A., Habana, 16 Mayo 1908, año AM: Carta con motivo de la suscripción para la estatua. 1909 1290.—José de la Luz Caballero. (Letras, Habana, 10 Enero 1909, p. 18.) 1291.—José de la Luz Caballero.—Mariano Riera Palmer. (C. y A., Habana, 1909, vol. XXX, p. 48.) Poesía. 100 DOMINGO FIGAROLA-CANEDA 1292.—Medardo Vitier. (Reflejos, 1909, Matanzas.) En la cubierta se lee como primer título: Cosas de la Escuela y de la Patria. Es un libro del que fuera indispensable citar la mayor parte de sus V-80 p. a fin de presentar reunidas las citaciones referentes a Don Pepe. Por eso debe- mos limitarnos a incluir el índice: Capítulo I.—Que evoca a José de la Luz Caballero. Su memoria es poco. Capítulo 11.—Tres biografías. (Las de José Ignacio Rodríguez, Manuel Sanguily y Enrique Piñeyro.) Capítulo I11I.—El Maestro. Capítulo IV.—De mi experiencia. Ideas pedagógicas de José de la Luz. Capítulo V.—Un aforismo. Capítulo VI.—La patria. I91t 1293.—Don José de la Luz y Caballero.—M. V. (C. y A., Habana, 19 Diciembre 1911, vol. XXXIII, p. 6-7.) 1294,—El monumento a Luz Caballero.—Sra. Dolores Valcárcel.— Raimundo Cabrera, Presidente. (E. Tp., Habana, 22 Enero 1911, p. 23.) Con motivo de la suscripción para el monumento. 1295.—Por el monumento a Luz Caballero. (E. Tp., Habana, 19 Febrero 1911, p. 3.) TZ 1296.—El Premio Luz Caballero. (E. Tp., Habana, 21 Enero 1912, Pp. 9107) 1913 1297.—Don Pepe. (Capítulo de una novela cubana.—(Inédita.) — Capítulo X.—[José Salgado.]: R. H., Habana, 20 Octubre 1913, año 1, p.. 2-5.) BIBLIOGRAFIA DE LUZ Y CABALLERO 101 1298.—[...José de la Luz Caballero...] (Cuba y Hawax, por José Sixto de Sola.—Habana, 16 Noviembre 1915.: C. C., Habana, IO tAEX Sp: 39.) 1299,—[...Luz y Caballero. ..] (Biografía del Sr. Francisco Cal- cagno, por Manuel Fernández Valdés: C. y A., Habana, 1915, año XIX, p. 50.) Rep. de Letras Giineras. 1300.—[...Luz y Caballero...] (Elogio del Dr. Ramón Meza y Suárez Inclán, por el Dr. Evelio Rodríguez Lendián, Habana, MCMXV, p. 10, 32.) LA PERSECUCION DE LA NINFA EN LA POESIA CASTELLANA DE LOS SIGLOS DE ORO POR MARTÍN LUIS GUZMÁN Ex-Director de la Biblioteca Nacional de Méjico Entre las poesías de Don Juan de Jáuregui, publicadas por vez primera en Sevilla en 1618, una hay, el ““Acaecimiento amoroso””, que no ha corrido con mala suerte: a propósito de ella alabó Tick- nor la admirable dicción del poeta sevillano y encareció la maes- tría en el arte encantador de trasladar al lienzo las bellezas de la naturaleza; Don Marcelino Menéndez y Pelayo la tuvo por verda- dera composición pictórica trasladada con pluma fácil y risueña. Pero, cualidades estéticas aparte, la composición aludida tiene, para el historiador de las letras castellanas, otra vena de interés en la cual hasta hoy no se ha separado. Da asunto al '*Acaecimiento amoroso”” la persecución de una dama esquiva por su amante, desarrollada en los siguientes epi- sodios principales: A.—El amante sorprende en el campo a su dama en un momen- to de abandono; B.—Ella se percata y huye medrosa; C.—A voces trata él de detenerla y la persigue; D.—Ella escapa dejando rastros de su persona; E.—El amante se consuela con los despojos, a los cuales apos- trofa finalmente. Ahora bien, el ““Acaecimiento amoroso”? así analizado, tiene varios antecedentes en la lírica castellana: la silva del Licencia- do Luis de Barahona de Soto que comienza Cual llena de rocío... — Impresa por primera vez, según parece, entre las Flores de poetas ilustres de España, de Pedro Espinosa (Valladolid, 1605)—, es un desarrollo del propio asunto exactamente con los mismos epi- sodios principales. Además entrambas poesías coinciden en todos los siguientes detalles de primera importancia : a) Al sorprender a la dama, el amante se goza sensualmente en su contemplación; LA PERSECUCION DE LA NINFA 103 b) El argumento empleado por éste para detenerla es que ha de huirse de los enemigos, mas no de quien sigue por amor: c) El amante se duele de los daños que su amada se causa en la carrera, por lo fragoso del camino; d) La cabellera desempeña papel muy importante; y e) Uso de imágenes de caza. Asimismo, una de las canciones amorosas de Góngora, la que empieza Corcilla temerosa..., impresa en 1627, trata el motivo de la persecución de la dama; si bien Góngora toma el asunto ini- ciada ya la carrera y lo suspende súbitamente, poseído de verda- dera fatiga. Pero, dentro de estos límites estrechos, las semejanzas saltan a la vista, y éstas y el curso del pensamiento hacen suponer las restantes. Coincide la canción de Góngora con las dos anterio- res: 1.-—En el asunto: 2.-—En los dos episodios principales, únicos comprendidos en- tre los límites cercanos que el poeta cordobés se impuso, a saber: la huída de la ninfa y los esfuerzos del amante por detenerla; y 3.—En los detalles importantes: ec) Sufrimientos del amante por el daño que se hace la dama al correr; d) Papel importante de la cabellera, y e) Uso de imágenes venatorias. Además de estas semejanzas comunes, la poesía de Góngora tiene particulares puntos de contacto con la silva de Barahona de Soto: (1) la falda, sacudida por el viento, se alza y deja ver la pierna; (2) lo cual es un incentivo para el que la persigue. La fuente común de las tres poesías anteriores se adivina fá- cilmente, y aun hay en la de Góngora alusiones directas que nos llevan de la mano a su origen; todas derivan del clásico motivo de la ninfa perseguida por el amante desdeñado, tan frecuente en Ovidio, cuya fábula de Apolo y Dafne se constituyó en tema de la línea castellana desde que Garcilaso lo tomó en su manos al des- cribir, pensando en el poeta latino, entre las escenas que van te- Jiendo en su labor las ninfas del Tajo, la huída angustiosa de la virgen deseada por Apolo. Sin contar las varias traducciones de las Metamorfosis hechas en verso en la segunda mitad del siglo 104 MARTIN LUIS GUZMAN XVI 1, fué éste asunto que trabajaron no pocos ingenios de los Siglos de Oro, quienes siguieron a Ovidio más o menos servilmen- te; 2 y dentro de la corriente de influencia producida por la fábu- la ovidiana de Apolo y Dafne están las tres composiciones castella- nas que venimos estudiando. Todo aquello en que, según hemos visto, coinciden éstas, ya se las considere simultáneamente o por separado de dos en dos, se encuentra también en el original latino: el mismo asunto fundamental, los mismos episodios principales, los mimo detalles. Hay más, surgen nuevas semejanzas si a cada una de las tres poesías castellanas se la somete a un cotejo aislado con el texto latino; veámoslo: 1 Góngora: “* ..corre tan ligera, que al viento desafía... ”” Ovidio: “*...Fugit ocior aura Maderas 2 Góngora: ““El viento delicado hace de sus cabellos mil crespos nudos por la blanca espalda,” Ovidio: ' ““Et levis impexos retro dabat aura capillos?” 1 Barahona de Soto: “De los hermosos bracos, que aun se vian sobre el codo desnudos?” ) 1 Los Quince Libros de los Metamorphoseos, de el excelente Poeta Lati- no Ovidio. Traduzido en verso suelto y octaua rima por Antonio Pérez.... En Salamanca, en casa de Tuan Pernier... 1580, Otra.—Del Metamorfoseos de Ovidio, en Otaua Rima traduzido por Fe- lipe Mey. Siete Libros con... En Tarragona, por Felipe Mey, 1586. Otra.—Las transformaciones de Ovidio. Traduzidas del verso latino, en tercetos, y octauas rimas, por el Licéciado Viana. En lengua castellana... Valladolid, 1589. 2 Gregorio Silvestre: La Fabvla de Dafne y Apolo, en Obras del fa- moso poeta, etc., Granada, 1582. Quevedo: De Dafne y Apolo, fabula, en las Flores de Poetas ilustres de Pedro Espinosa, Valladolid, 1605. Alonso Gerónimo Salas Barbadillo: en La Sabía Flora Malsabidilla, Ma- drid, 1621. Conde de Villamechana: Fabvla de Apolo, y Dafne (en octavas), y Fa- bula de Dafne y Apolo (romance), en sus Obras, Caragoca, 1629. el Jacinto Polo de Medina: Fabvla de Apolo y Daphne, Burlesca, LA PERSECUCION DE LA NINFA Ovidio: ““Brachiaque, et nudos media plus parte lacertos”” 2 Barahona de Soto: ““Mas tanto se apresura El diestro miedo y el desseo a porfia,”” Ovidio: ““Sic Deus et virgo est: hic spe celer, illa temore.?” 3 Barahona de Soto: ““Deten que no soy toro, Ni fiera... Un alma soy sedienta... Ovidio: ““Nympha, mane. Sic aena lupum, sic cerva leonem, Sie aquilam penna fugiunt trepidante columbae; . . Amor est mihi causa sequendi.?”” 4 Barahona de Soto: “*Deten el passo agora Y vuelve a conocerme...” Ovidio: ““Cui placeas, inquire tamen : 1 Jáuregui: ““reporta la huída, ue yo te seguiré, mas poco a poco.?” p) Ovidio: *£* .. .moderatius, oro, curre, fugamque inhibe; moderatius insequar ipse.?” 2 Jáuregui: ““En cuanto assi la voz... convierto,... ella, esforcando el coracon medroso, penetra el bosque,...?” Ovidio: ““Plura locuturum timido Peneia cursu Rugit 2 105 106 MARTIN LUIS GUZMAN Finalmente, el *““Acaecimiento amoroso”? de Jáuregui, con ser, de las tres composiciones, la mejor acabada con el concurso de ele- mentos originales, y aquella en que el modelo latino dejó menos huellas aparentes, es, sin embargo, la que se ajusta de modo más estrecho al modelo, de la fábula clásica imitada; y el poeta, que halló medio hasta para dar personalidad al árbol y terminar sus versos encarándose con él, como Apolo con el laurel recién creado, no logra emancipar su imaginación de las influencias del escenario mitológico, de cuyo sabor están impregnados hasta sus añadimien- tos más personales: el episodio inicial del baño, tan llena de suti- les observaciones (Dejóle—el vestido—al fin compuesto en el are- na) y rico en colores y acentos de una musa graciosa y juguetona; el espectáculo, sugerido apenas, del hermoso bulto de la mujer des- nuda, prendida por los cabellos rubios a las verdes ramas del sau- ce, en el corazón del bosque inculto. EL METODO FUNCIONAL 1 POR EL DR. A. M. AGUAYO Profesor de Psicología Pedagógica Im Anfang war die Tat. Goethe, ““Fausto””. 1. Introducción. Se ha dicho muchas veces que la ciencia es un proceso de investigación de la verdad. Ninguna disciplina jus- tifica tanto esta definición como la pedagogía general, en su doble aspecto filosófico y científico. Como ramo, o mejor dicho, como aplicación de las doctrinas filosóficas, la pedagogía se transforma a medida que cambia la concepción del mundo y de la vida. Como sistema de conocimientos positivos, la ciencia de la educación no cesa de avanzar conforme progresa la paidología, o sea el estudio científico del niño. Y tan radicales, tan gigantescas han sido las transformaciones del pensamiento pedagógico, sobre todo en los tres últimos decenios, que sólo los profesionales, los hombres de ex- periencia que han seguido paso a paso el curso de esa evolución, pueden explicarse la lógica interna de la misma. No intento reseñar la historia del desarrollo de las ideas peda- gógicas. Lo que me propongo es explicar y resumir las tendencias actuales acerca del método de educación, completando con mis pro- pios estudios los que la ciencia debe a los grandes paidólogos con- temporáneos. Y al hablar de mis estudios, quiero hacer una acla- ración. No pretendo ser original en el sentido de considerarme au- tor de un método nuevo. Las teorías didácticas que son objeto de esta conferencia se están elaborando en el crisol del pensamiento humano, por lo menos desde la publicación del Emilio de Rousseau. Pestalozzi, Froebel, los filantropistas, Meumann, Claparede, María Montessori y sobre todo John Dewey y sus discípulos han formado paulatinamente un concepto nuevo de la educación, que ha reci- bido el nombre de pragmático o funcional. Este concepto, extra- ordinariamente fecundo, está eristalizando ya en un robusto cuer- 1 Conferencia pronunciada en la Universidad de la Habana el 4 de di- ciembre de 1915. 108 A. M. AGUAYO po de doctrinas acerca del método. Voy a sintetizarlas brevemente. Ya que no puedo como los floricultores geniales, crear especies nuevas, haré como el humilde jardinero, que cultiva y mejora lo que otros, más afortunados, supieron producir. 2. Concepto del método. Es opinión hoy difundida que el problema del método ha sido mal planteado por los pedagogos. Cuando preguntamos a uno de éstos lo que entiende por método didáctico, contesta casi siempre que método es la manera de ense- ñar, es decir, de transmitir conocimientos. Sin embargo, todos los educadores están de acuerdo en que la escuela no debe limitarse a enseñar, sino que ha de educar, ha de dirigir el desarrollo del ni- ño y su adaptación al ambiente. La práctica de la enseñanza confirma esta creencia general. No obstante el concepto intelectualista del método que entre los maestros prevalece, casi todos procuran servirse de la enseñanza co- mo de un instrumento de disciplina normal e intelectual. De donde resulta que la definición ya apuntada del método es antipedagó- gica, porque parte de un supuesto falso, la posibilidad de enseñar bien sin educar los poderes mentales del alumno. 3. Función pedagógica del método. Para comprender lo que es el método, precisa mirarlo desde un punto de vista funcional. ¿Cuál es el fin que el método persigue, qué significación tiene, qué necesidad satisface ? Dice un refrán muy conocido que todos los caminos conducen a Roma. En educación, como en todos los demás aspectos de la vida, ese truismo es evidente. Para obtener un resultado pedagógico, se pueden seguir innumerables vías; pero no todas son buenas y econó- micas. Unas resultan largas y cansadas; otras son buenas, mas sumamente dispendiosas; otras muy breves, pero del todo inefica- ces. Ahora bien, el ideal de todo trabajo humano es la eficacia y la economía del esfuerzo. La actividad pedagógica no puede ser extraña a tal aspiración. El educador se propone realizar su obra con el mayor acierto y perfección posible y con el menor gasto de energías y de tiempo. Para conseguirlo se vale del método. Los métodos son para el maestro lo que las curvas de navega- ción para el marino. Ni unos ni otras son indispensables para los fines del educador y del marino, pero es indudable que sirven para realizarlos mejor. Podemos, de consiguiente, definir el método di- EL METODO FUNCIONAL 109 ciendo que es la manera de realizar los fines de la educación con la mayor eficacia y cconomía posible. E De esta definición se deduce que el método realiza dos funcio- nes: dirigir las actividades del maestro y alcanzar los fines peda- gógicos con economía y eficacia. Lo primero exige dos cosas: un es- tudio exacto y científico del niño, de la materia que el educador in- tenta modelar, y un conocimiento de los fines o valores perseguidos por la educación. El maestro es un obrero que aplica su actividad a una cosa, con un fin o propósito determinado: si no conoce aqué- lla ni tiene conciencia de este último, no puede desempeñar su cometido. La segunda condición del método, la eficacia y economía del es- fuerzo, constituye la parte técnica de la educación, la función es- pecífica del método, asunto de esta conferencia. 4. Las actividades infantiles. La educación, en el sentido científico del término, no crea nada, no forma actividades que no existan ya, por lo menos virtualmente, en el educando. Las pala- bras forman el carácter, forman el corazón, la inteligencia, ete., tan empleadas en pedagogía, no significan otra cosa que guiar, di- rigir, encauzar los poderes o capacidades infantiles. El niño viene 2l mundo con aptitudes transmitidas por herencia. Poco a poco, van apareciendo en él, de un modo espontáneo, actividades nue- vas, que caracterizan cada una de las etapas de su desarrollo. Di- chas actividades son, por lo menos en su mayoría, plásticas, es de- cir incompletamente formadas y necesitan cierto desarrollo o dis- ciplina. Pero la educación no las crea. Lo que hace la educación es adaptarlas al medio circundante o, lo que viene a ser lo mismo, a las necesidades e intereses, del educando, ya limitándose a guiarlas, ya combinándolas en actividades más complejas y difíciles. Esto quiere decir que las actividades infantiles son de dos clases : las espontáneas, las que constituyen nuestra herencia psíquica y mo- triz, y las derivadas, las dirigidas a un fin consciente y premeditado. Las primeras no necesitan más que encauce o dirección. Las otras, las adquiridas, se valen de las actividades ya existentes para for- mar combinaciones nuevas presididas por la inteligencia. El ins- tinto de andar, por ejemplo, es una actividad espontánea que surge en el niño cuando llega a cierto período de su desarrollo. Lo mismo resulta con el instinto de emulación, el de curiosidad, el del len- guaje, etc. Todos van apareciendo, cada uno en su oportunidad, 110 A. M. AGUAYO si encuentran en el medio circundante estímulos que los provoquen suficientemente. No sucede lo mismo con las actividades adquiridas, v. gr., las de la escritura. La naturaleza no ha formado respuestas motrices ” que atiendan a esa y otras necesidades de la civilización; pero el riño las forma, con una buena guía o dirección pedagógica. La Srta. Montessori ha demostrado que cultivando ciertos intereses y desarrollando determinadas aptitudes se consigue que los niños, en cierta etapa de su evolución, escriban espontáneamente. Esta explicación de las actividades adquiridas, está de acuer- áo con la formación de los instintos. Sabido es que, según una teo- ría antigua, la de Darwin y Spencer, el instinto no es más que un grupo de reflejos formados lentamente por la evolución para sa- tisfacer una necesidad. Esta doctrina no tiene en su apoyo ningu- na prueba ni empírica ni racional. Tampoco puede resistir la eríti- ca la teoría de la degradación de la inteligencia, propuesta por Wundt. De acuerdo con la misma, es la automatización de una acti- vidad que comenzó siendo consciente y voluntaria. Esta explicación es asimismo inaceptable. No se comprende que animales de una in- teligencia limitada, v. gr., algunos insectos, hayan podido formar de un modo consciente y deliberado la multitud de impulsos y re- flejos que ciertos instintos muy complejos suponen necesariamente. La teoría de la selección orgánica, de Baldwin, resuelve la difi- cultad, haciendo idénticas la formación de los instintos y la de las actividades adquiridas. El instinto, según Baldwin, no crea los reflejos, que están ya formados por la evolución, sino que los combina inteligentemente, supliendo con la voluntad lo que les falta para producir una nueva actividad. Así se han formado probablemente los instintos de las abejas y de las hormigas, los instintos infantiles, etc. Así se forman también las acti- vidades adquiridas. Sea, por ejemplo, el estudio de la gra- mática, que no corresponde a ninguna actividad espontánea del niño, ¿Cuándo se presenta la necesidad de esta disciplina? Cuan- do el niño conoce bastante el idioma materno y encuentra difi- cultades de expresión que le mueven a buscar la regla del uso. En- tonces es cuando aprende de buena gana, la norma correcta de ex- presión. De lo que dejo expuesto se deduce que el trabajo del educador consiste en encauzar o dirigir las actividades espontáneas y en hacer que el educando forme otras más elevadas y complejas, me- EL METODO FUNCIONAL 1 vr diante combinaciones de las actividades ya existentes, completa- das por la inteligencia. 5. El interés infantil. Según la Biología, las actividades de todo organismo desempeñan una función primordial. Satisfacer las necesidades de la vida. El medio ambiente provoca en el orga- nismo cambios de diversas clases, y el organismo reacciona modi- ficando el medio en un grado mayor o menor, según las condicio- nes de la vida. Mientras más se eleva un animal en la escala de la inteligencia y más complejas y difíciles sean sus necesidades, ma- yor importancia tendrá la adaptación activa, la que modifica el medio para acomodarlo a las necesidades vitales. Lo que llamamos civilización humana no es más que un sistema de adaptaciones ac- tivas que nos permite modificar el medio natural, mediante la cien- cia y el trabajo técnico, y el medio espiritual con la obra de la cul- tura y de la educación. Vivir es actuar. Lo que importa en la vida es defendernos con- tra los peligros del medio circundante y modificar el mismo para satisfacer nuestras necesidades individuales y sociales. La sensa- ción y el sentimiento son simples medios o instrumentos para la ac- ción. La sensación no es, pedagógicamente hablando, la puerta de entrada del conocimiento, sino un estímulo para la acción, una vía que conduce del estímulo externo a la reacción motriz. Y en cuanto al sentimiento, es un centinela de la vida, un vigilante que nos di- ce si nuestras actividades pueden ser provechosas o nocivas. Un estí- mulo exterior provoca en nuestra mente ciertas sensaciones. In- terpretamos la naturaleza del estímulo con ayuda de nuestra ex- periencia pasada. En términos de psicología, lo apercibimos. Se- gún la naturaleza del estímulo y el resultado de nuestra experien- cia anterior, reaccionamos de una manera o de otra. Si la reac- ción es útil, produce placer; si es perjudicial para la vida resulta dolorosa. Biológicamente, el placer y el dolor jamás son fines, sino compañeros fieles o resultados de las actividades provechosas o nocivas. El fin de la acción es siempre el objeto que satisface la necesidad El sujeto que experimenta una necesidad busca el ob- jeto que la satisface. Esta relación, representada por la actividad qu persigue un fin, recibe el nombre de ¿nterés. Psicológicamente, interés es el sentimiento de agrado o desagrado que acompaña to- da actividad. Y como en condiciones normales las actividades útiles son placenteras y las nocivas dolorosas, se puede definir el interés 112 A. M. AGUAYO diciendo que es toda actividad placentera o dolorosa que persi- gue la satisfacción de una necesidad. La naturaleza misma se ha encargado de dotar al niño de las actividades que le son necesarias. Tales son, de acuerdo con la cela- sificación de Preyer, los impulsos, los reflejos y los instintos. To- dos tienen de común el hecho de ser hereditarios y el de perse- guir fines vitales que no son conscientes para el sujeto. Sin estas actividades espontáneas, la obra de la educación sería irrealiza- ble. Imaginemos por un momento a un niño sin impulsos, sin refle- Jos, sin instintos, es decir, a un ser posible sólo en el terreno de la fantasía. Este niño sentiría hambre, mas no podría tomar ni mucho menos pedir el alimento. Tendría músculos, pero no sabría mover sus extremedidades. Tal vez concebiría, pero no podría expresarlas. Ahora bien, con un ser humano de esa clase, si es que puede dár- sele el calificativo de humano, la educación nada tiene que ver. El educador es un lapidario de espíritus; y así como el joyero no crea las piedras preciosas sino que se contenta con pulirlas y com- binarlas artísticamente, así el maestro toma al niño tal como la naturaleza lo produce, con sus actividades espontáneas, sus capa- cidades y aptitudes, y se vale de las mismas para formar hábitos de conducta y ponerlos al servicio de los ideales de la vida. Cuenta Berlioz, el gran compositor francés, que un día recibió la visita de un señor, un rico propietario, el cual le presentó a un hijo suyo, un joven de veintidós años que, según él mismo confe- saba, no conocía una nota de música. —Ruego a Vd.,—le dijo el padre—que le dé lecciones de alta composición y, o mucho me equivoco, o el discípulo no tardará en hacer maravillas. Su primera idea fué ser coronel; mas, a pesar del brillo de la gloria militar, la de las artes le atrae con mayor fuerza, y prefiere ser un gran compositor. Berlioz se sonrió y le dijo: —¡ Oh, señor mío, qué error tan erande! Si Vd. supiera cuán- tos y cuán grandes son los obstáculos de esa ciencia!... Lo mejor sería que su hijo sentara plaza en el regimiento de que Vd. habla. —¡¿ En qué regimiento? —En el de los coroneles. El padre se retiró furioso, pero al gran músico le sobraba ra- zón. Las aptitudes del compositor, como todas las demás, nunca se crean. La naturaleza es quien las forma y la educación no hace más que dirigir su desarrollo y su adaptación al medio ambiente. EL METODO FUNCIONAL 113 Puesto que interés es toda actividad útil a la vida, se cae de su peso que es asimismo la palanca de toda educación humana. No es posible preparar para la vida del adulto sin ejercitar sus actl- vidades mismas que convienen a la vida. 6. El interés y el esfuerzo. Esta concepción del interés co- mo instrumento y palanca de la educación es relativamente nue- va. Los griegos, educadores ingeniosos, la comprendieron, sin que acertaran nunca a formularla. Los ejercicios de la palestra, com- prendidos bajo la denominación del penthathlon, era fruto admira- ble de aquella genial pedagogía. Muy diferentes los romanos, siempre desdeñaron las lucubra- ciones pedagógicas. Su educación era una severa disciplina con- sagrada por la tradición. El mismo desconocimiento de los intereses infantiles, se observa en los tiempos medioevales y del Renaci- miento. Es necesario llegar a los siglos XVII! y XVII para ha- llar en los educadores el pensamiento fecundo de los intereses y necesidades infantiles. Comenius y Locke, con sus ideas sobre la enseñanza fácil, natural y atractiva, fueron los precursores del nuevo sistema pedagógico; pero a Rousseau cabe la gloria de ha- berlo formulado claramente: El interés actual—dice en el ““Ema- lio*"—es el único móvil que conduce con certeza y va lejos. Después de Rousseau, Pestalozzi y sus discíplos, sobre todo Herbart y Froebel, ahondaron el cauce abierto por el gran peda- gogo ginebrino; Herbart desarrolló una teoría genial de los inte- reses pedagógicos y Froebel, con una intuición profunda de la na- turaleza infantil, utilizó las actividades espontáneas en la educa- ción de la primera niñez. El servicio que en este particular ha prestado la pedagogía científica es el haber estudiado con ayuda de los métodos exactos y experimentales, la evolución de los intereses infantiles y la utilidad que cada uno de ellos puede prestar a la pedagogía. De- wey y sus discípulos, y Baldwin, Claparede, Stanley Hall y de- más corifeos de la nueva educación, han establecido firmemente el principio de que todo método debe ser interesante, lo cual, como después veremos, no quiere decir placentero o agradable, sino útil y provechoso para el niño, es decir, de acuerdo con las necesida- des, aptitudes y actividades infantiles. Contra esta concepción científica se eleva todavía la antigua teoría del esfuerzo como instrumento de educación humana, 114 A. M. AGUAYO Los partidarios del sistema afirman que la educación consiste esencialmente en habituarnos a vencer dificultades, a realizar es- fuerzos, a sobreponernos a la fatiga y al dolor, y que mientras más grande, y continuado sea el esfuerzo, más eficaz y provechoso ha de ser el resultado que el educador obtenga. Esta doctrina tiene crigen en ciertas preocupaciones religiosas. El pesimismo eristia- no juzgó pecaminoso cuanto hacía agradable la existencia: los jue- gos, la música, los esparcimientos del espíritu, los placeres de la mesa y hasta el amor, los baños y el aseo del cuerpo. En este odio fanático quedaron incluídas tedas las alegrías infantiles, sobre to- do las que el juego proporciona. El mérito, para el pesimista eris- tiano, sigue al sufrimiento como la sombra a los cuerpos opacos. Cuéntase que Pedro el Grande, el creador de la Rusia moder- na, quiso aplicar a la educación de sus oficiales de marina el prin- cipio del endurecimiento, que es uno de los aspectos de la educa- ción por el dolor. Ordenóles que en adelante, mientras estuviesen navegando, bebiesen solamente agua salada. El resultado del ex- perimento fué muy instructivo. Los oficiales no se acostumbraron a beber agua salada: no tuvieron tiempo para ello; mas se endu- recieron tanto, que no tuvieron necesidad de beber, por lo menos en este mundo. En las escuelas, la educación por el esfuerzo no tiene consecuen- cias tan amargas como las del experimento que acabo de narrar. Los niños no se mueren de fatiga, pero es porque saben defenderse contra ésta. Cuando un niño se entrega a pesar suyo a una activi- dad que no le interesa, su organismo se defiende poniendo en ae- ción la menor suma posible de energías y ejecutando actividades que le son provechosas, porque están de acuerdo con las necesida- des del momento. Estas actividades reciben el nombre de reflejos de defensa. Tales son la desatención, el juego, las travesuras, el fastidio, el sueño, la fatiga, ete. Yo os hablo en este instante de cosas que a aleunos de vosotros interesan. Esos me escucharán con atención. En otros, v. gr., en los que no amen la psicología infantil, mis palabras no hallarán eco simpático. Y como no pueden permanecer inactivos, sin pensar, sin hablar, sin moverse durante una hora, no tendrán más remedio que defenderse contra mi lección. Pensarán en cosas extrañas a es- ta conferencia, bostezarán, hablarán con el vecino, y hasta agu- zarán un chiste para vengarse de la inacción que yo, sin culpa mía, EL METODO FUNCIONAL 115 les impongo. ¡Sabe Dios lo que dirán mentalmente mientras les fastidio con mis explicaciones! Si esto se observa en las personas adultas, imaginad lo que hace un niño obligado a escuchar horas y horas lecciones que no le inte- resan y a ejecutar trabajos cuyo fin y utilidad no puede compren- der. Cuéntase que un niño escribió un día a un gran poeta de su patria: “Señor, le ruego encarecidamente que no escriba más poesías. Es verdad que son muy lindas, pero ¿usted no sabe que me obligan a leerlas y hasta a aprenderlas de memoria ?”” El niño tenía razón: la educación por el esfuerzo es un absur- do pedagógico. Por esfuerzo se entiende todo gasto de energía em- pleado en vencer una dificultad. Con esta definición resulta claro que la educación no puede renunciar al esfuerzo, porque no hay trabajo, no hay actividad consciente sin gasto de energías, sin di- ficultades que vencer. Pero hay dos clases de esfuerzo: el esfuerzo fecundo, dirigido a un fin que interesa al educando, y el esfuerzo estéril, el que no está lizado a nineuna actividad interesante, ni tiene un fin que importa al organismo. El primero se realiza sin dificultad aleuna. El otro es de poca utilidad, de escaso valor, porque tiene que luchar con los reflejos de defensa. El primero, el esfuerzo provechoso y útil, es eminentemente pedagógico, siempre que no sea ni muy fácil ni muy difícil. Si es demasiado fácil, no pone en ejercicio las capacidades del alumno; si demasiado difícil, desanima al educando, le hace perder la con- fianza en sí mismo. En este caso el niño acude a los reflejos de de- fensa, O para salir del apuro aplica al trabajo las formas inferiores de su actividad. Cuando un niño, por ejemplo, se ve forzado a es- tudiar una lección que no comprende, se sirve de la memoria ver- bal, es decir, de un trabajo inferior y mecánico para realizar su cometido. Con estos antecedentes, ya podemos juzgar el sistema de edu- cación por el esfuerzo. La teoría en que se basa es absurda desde un punto de vista psicolósico, absurda moralmente y absurda co- mo criterio pedagógico. Es detestable, psicolóvgicamente hablando, porque el niño a quien se imponen actividades que no le interesan, asocia involuntariamente la idea del trabajo a la de un dolor o desplacer. De esta manera el trabajo pierde su motivo principal, el interés que nos mueve a ejecutarlo. Desde un punto de vista pedagógico, la educación por el esfuer- 116 A. M. AGUAYO zO es perniciosa, porque educa mal. El niño a quien se obliga a eje- cutar trabajos enojosos, les aplica el menor número de actividades posibles, las más mecánicas y fáciles, y deja sin cultivo las demás. De aquí resultan dos inconvenientes graves. Las actividades in- feriores, las que se ejercitan, no son las que necesitan ejercicio, y las superiores, las que se quieren educar, se dejan sin educación. Más aún: la educación por el esfuerzo es funesta moralmente. Lo honrado, lo noble, es poner en el trabajo todas las energías del cuerpo y del espíritu. Y acostumbrar al niño a trabajos de mala calidad, a actividades inferiores y flojas, es arruinarlo moralmente. Es decir, que la educación por el esfuerzo destruye el mismo fin que aspira a realizar. El joven que viene a la Universidad a es- tudiar una ciencia y que en vez de una enseñanza viva, de un tra- bajo fecundo en el laboratorio, en el taller, en el Seminario o instituto práctico, recibe una instrucción verbal apoyada en un li- bro de texto, prescinde de la ciencia, que es, como antes dije, una investigación de la verdad, y se aprende sólo el libro de texto. En vez de una disciplina mental se contenta con adquirir conoci- mientos verbales. 7. Elunterés directo y el indirecto. Hay actividades que son interesantes por sí mismas. Los juegos, v. er., las narraciones dra- máticas, las exeursiones al campo, el dibujo libre, la observación y el cuidado de los animales, y demás actividades espontáneas, son atractivas para el educando por el hecho mismo de la actividad. El interés que producen es, por consiguiente, directo o inmediato. Hay también ocupaciones cuyo interés no está en la actividad, sino en el fin o resultado que la actividad persigue. Tales son los trabajos manuales, la jardinería, los experimentos científicos, ete. Todos son atractivos, no por el ejercicio que requieren, sino por la utilidad o el interés que su fin tiene para el niño. Una vez pude ob- servar a varios niños de nueve a diez años, que trabajaban días y días afanosamente para construir un carrito de madera. Acer- quéme a ellos y les pregunté: —¡ Qué juego es ese que dura tantos días ? Me miraron sorprendidos y me contestaron : —No es un juego. Estamos trabajando para hacer un carro. La carpintería en sí no les interesaba. Lo que sostenía la acti- vidad era el deseo de poseer un carrito. Este interés relacionado con el fin de la actividad, recibe el nombre de ¿interés indirecto. EL METODO FUNCIONAL 117 Si estudiamos atentamente el desarrollo de los intereses infan- tiles, podemos advertir que el orden de la evolución está determi- nado por el paso gradual de los intereses directos o inmediatos a los indirectos. Al principio, hasta los 6 o Y años, casi todos los intereses del niño son directos. El kindergarten con sus ocupacio- nes de carácter constructivo inicia al educando en las actividades indirectamente útiles. Después viene la escuela, que no sólo encau- za las actividades espontáneas, formando hábitos de conducta, sino que las combina en actividades nuevas, cuyo interés está en el fin o resultado apetecido. Por último, la escuela secundaria cultiva intereses más remotos y elevados, como las ciencias, la literatura, la filosofía, etc., y la Universidad pone término a esta evolución mental con el cultivo de los intereses productivos: los profesiona- les y los de investigación científica. En cada una de estas fases del desarrollo humano, los intereses van siempre de lo próximo a lo remoto, de lo inmediato a lo mediato, de lo sencillo a lo comple- jo, de lo fácil a lo difícil. 8. La motivación pedagógica. Toda actividad persigue un fin, consciente o inconsciente. En las espontáneas, v. gr., los instin- tos y reflejos, el fin perseguido es ignorado por el educando. No sucede lo mismo con las adquiridas. En éstas el sujeto colabora al fin de un modo consciente y voluntario. Todo lo cual quiere de- cir que en las primeras, el motivo, el estímulo de la actividad, es la actividad misma, y que en las segundas, en las actividades ad- quiridas, el motivo es el fin o resultado interesante perseguido por el sujeto. La educación tiene que ajustarse a esta ley de motivación pedagógica, que puede formularse así: el motivo de las actividades infantiles se halla en la actividad interesante o en el fin interesan- te que la actividad persigue. Los pedagogos antiguos ignoraban esta ley, que hoy parece tan clara y sencilla. El único motivo que empleaban era el su- frimiento. “La letra con sangre entra””, tal era la fórmula de la pe- dagogía medioeval. Las consecuencias de la educación por el do- lor eran deplorables. El niño a quien se castigaba por su falta de aplicación en el estudio no asociaba la idea de la pena a la de la falta, porque aquélla no estaba en relación con ésta, sino que unía involuntariamente la imagen de un trabajo ingrato a la de un dolor más ingrato aún. Y el resultado era hacer un estudio do- blemente aborrecible. 118 A. M. AGUAYO Todos los grandes pedagogos han combatido siempre esta peda- gogía de presidio; pero muchos han tratado de substituirla con otro sistema no menos deplorable: el del placer. Los filantropis- tas, que fueron los principales teóricos de esta escuela pedagógica sostenían que toda educación debe ser agradable, es decir, pla- centera. Al niño—deciían—debe ofrecerse la instrucción como los medicamentos, con una cubierta azucarada. La escuela es una especie de jardín de Epicuro, en cuya entrada debe grabarse esta inscripción: “aquí nadie sabe lo que es el dolor””. Cuenta William James en uno de sus libros más sugestivos, los Ideales de la vida, que una vez pasó una semana en los famosos Assembly Grounds, a orillas del lago de Chautauqua. ““Tan pron- to como uno penetra en aquel lugar—dice—siéntese en una atmós- fera de bienestar. Discreción e ingenio, inteligencia y bondad, orden idealidad, prosperidad y gracia vagan por todas partes. Hay allí una ciudad de muchos miles de habitantes espléndidamente esta- blecida en el bosque, dispuesta y provista de manera que satisfa- va todas las necesidades elementales y la mayor parte de los deseos superiores, por superfluos que sean, que un hombre pueda experi- mentar. Allí existe una escuela superior de primer orden; allí una música espléndida, un coro de 700 voces en el auditorium al aire libre, el más perfecto que existe en el mundo; allí toda clase de ejercicios atléticos, y todo lo preciso para navegar a vela o a remo, nadar, pedalear, jugar a la pelota, y para todos los demás juegos especiales propios de la gimnástica. Allí jardines del sis- tema Froebel y escuelas secundarias modelo. Allí cultos religiosos y clubs especiales para todas las confesiones. Allí fuentes conti- nuas de agua de soda, y todos los días conferencias populares por personas eminentes... Nada de bacilos, ni de pobres, ni de borra- chos, ni de criminales, ni de polizontes. Sólo cultura, cortesía, buen trato, igualdad y los mejores frutos de todo aquello por que la humanidad ha combatido y sufrido en nombre de la civilización durante siglos y siglos. Allí en pocas palabras, podéis frecuentar lo que será la sociedad humana el día en que la luz penetre por to- das partes y no existan sufrimientos ni ángulos agudos en la vida. “Durante un día mi curiosidad estuvo excitada. Continué du- rante la semana encantado de la gracia y la facilidad de todas las cosas, de aquel paraíso de que gozaban las clases medias sin un pe- cado, sin una víctima, sin una lágrima. ““Sin embargo, ¡cuál no sería mi admiración al entrar de nue- EL METODO FUNCIONAL 119 vo en el mundo obscuro y vicioso y oirme decir a mí mismo sin quererlo, inesperadamente: ¡Uf, gracias a Dios! ¡Dadme cual- quier cosa primordial y salvaje, aunque sea algo terrible como una matanza de armenios, para poner la balanza en equilibrio! Aquel orden es demasiado mecánico, aquella cultura tiene mucho de se- gunda mano, aquella bondad es demasiado artificiosa. Aquel dra- ma humano sin un grito y sin un tormento, aquella comunidad tan refinada como un sorbete con agua de seltz es muy pobre regalo para presentarlo al bruto que todavía duerme en el fondo del hombre. Aquella ciudad susurrante bajo el tibio sol que templa sus rayos en el lago, aquel endulzamiento de todas las cosas, me parecían insufribles... ?” William James tiene razón. La vida es una urdimbre extraña de placeres y dolores, de sufrimientos y alegrías, de ángulos agu- dos y de redondeces, y la escuela que pretende reducirlo a uno so- lo de sus elementos constitutivos, no consigue más que envenenar as fuentes de la vida. Cuantas veces se ha ensayado el sistema de la educación por el placer, ha concluído en el fracaso. Cuenta la leyenda de Buda que el padre del gran reformador quiso evitarle los dolores de este mundo, y al efecto lo rodeó de placeres, y alegrías, de modo que viviera en un verdadero paraíso. Y el resultado de este siste- ma pedagógico fué un gran desencanto, un dolor infinito que reveló a Gantama su misión piadosa. Un día Buda subió a un carro, sa- Ló del edén en que vivía adormecido y en su camino tropezó con cuatro grandes miserias humanas. Primero topó con un anciano, y como hasta entonces había vis- to solamente jóvenes, quiso saber a qué especie pertenecía aquel ser medio ciego, vacilante y paralítico, de faz rugosa y débil de mus- culatura. El conductor del carro contestó que aquel era un viejo y que todo lo que nace tiene que llegar a la vejez. Poco después Buda tropezó con un enfermo, luego con un ca- dáver, y cada una de estas experiencias, nuevas para él, produje- ron en su alma una impresión terrible. Y cuando al cabo se en- contró con un asceta sumido en sus meditaciones, tranquilo, sere- no e indiferente a las cosas de este mundo, pensó que aquel es- tado era el menos doloroso y miserable, y la felicidad suprema de la vida consistía en renunciar a toda vida. Esta leyenda psicológica es altamente sugestiva, porque corro- bora lo que la experiencia ha demostrado, que la educación por el 120 A. M. AGUAYO placer es falsa y peligrosa, y que no sirve sino para hacer más amargas y crueles las experiencias de la vida real. Los partidarios de la filosofía cirenaica, que ponían en el placer la fuente de toda felicidad, acababan por hastiarse de la vida y abreviar su dura- ción. Fracasada la pedagogía del dolor y la del placer, los pedagogos tuvieron que acudir a otros estímulos. Locke, por ejemplo, aconseja el empleo del raciocinio y del sentimiento del honor; los jesuítas abusan del instinto de emulación y Herbart elaboró una teoría del interés, concebido, de acuerdo con sus doctrinas psicológicas, como aleo inherente a la actividad mental. Los intereses, según Her- bart, pueden ser intelectuales o sociales. Son intereses intelectua- les, el empírico, el especulativo y el estético, e intereses sociales el simpático o afectivo, el social propiamente dicho y el religioso. El error de la teoría de Herbart consiste en que casi todos esos intereses, lo mismo que el del honor, el del cálculo de las utilidades, etc., no son intereses de infantiles, sino motivos pro- pios del adulto o cuanto más del adolescente. En la vida del niño representan un papel muy limitado pues, por ser demasiado abs- tractos y remotos, rara vez se convierten en motivos determinan- tes del trabajo escolar. Hay otra pedagogía, la sentimentalista, que quiere hacer del amor, del afecto entre el maestro y el discípulo, la palanca de to- da educación. Ciertamente, que sin amor, sin simpatía entre el educador y el educando, no puede haber educación. Pero el amor, lo mismo que la autoridad no pueden convertirse en motivos de- terminantes del trabajo. La función del amor y de la autoridad consiste en poner en relación estrecha la mente del educador y el educando, de modo que los fines y propósitos de aquél sean comprendidos y aceptados por éste y los intereses de éste conocidos y respetados por aquél. Pero utilizar el amor y la autoridad para provocar actividades de carácter escolar, es un absurdo pedagó- gico, porque ni uno ni otro pueden realizar el milagro de supri- mir las necesidades y torcer los intereses infantiles. En resumen, la educación no puede utilizar otros motivos que los señalados por el interés del niño. El amor y la actividad re- fuerzan este estímulo, le añaden un interés adicional, mas no pro- veen por sí solos los impulsos para el trabajo de la escuela. 9. La apercepción en el niño. Hasta aquí sólo hemos habla- EL METODO FUNCIONAL 121 do de las actividades infantiles y del interés pedagógico. Ahora va- mos a tratar de otro asunto estrechamente emparentado con el problema del método. El niño no gusta de la abstracción, pero es capaz de formarlas cuando le interesan. Sus observaciones son torpes e incompletas, pero observa cuando le importa para la satisfacción de sus ne- cesidades. Es violento e irreflexivo, mas no por eso deja de refle- xionar cuando en ello encuentra alguna ventaja. El niño abstrae, observa, reflexiona y actúa siempre que su interés exija el ejerci- cio de estas actividades de la mente. ¿Qué se necesita, pues, para educar la inteligencia infantil? Ante todo, una cosa: tener en cuenta el estímulo de sus intereses espontáneos y adquiridos. Todos sabemos que para comprender o interpretar una ex- periencia nueva, necesitamos valernos de la experiencia ya adqui- rida. El salvaje que ve por primera vez un reloj de bolsillo, no sien- te por él admiración alguna. Cree sencillamente que se trata de un animal de una especie nueva. El hombre culto sabe que un re- loj es un instrumento mecánico que mide con mayor o menor exactitud el tiempo. Pero el relojero, con su experiencia profesio- nal descubre en el cronómetro muchísimas cosas que escapan a la comprensión del lego. El salvaje, el hombre culto y el profesio- nal tienen que interpretar lo nuevo mediante lo viejo, mas cada uno lo hace con una experiencia diferente. Esta comprensión de lo nuevo mediante la experiencia ya adquirida recibe en psicología el nombre de apercepción. El niño, como el adulto, necesita comprender las cosas, pero su apercepción recorre tres etapas o períodos: la de la primera ni- ñez, la de la segunda y la dé la adolescencia. Vamos a examinar- las detenidamente. Cuando a un niño pequeño se le pide la definición de un obje- to cualquiera, contesta siempre señalando el uso del objeto. Esto consiste en que el niño es un ser eminentemente motor, en cuya mente la percepción y la idea de la reacción motriz no se hallan claramente separadas. Sus percepciones provocan con tal energía las reacciones musculares, que la sensación y el movimiento se con- funden en su conciencia todavía obscura. El niño pequeño no comprende sino lo que ejecuta. Preguntadle a un niño lo que es un martillo, y hará el gesto de clavar un clavo. Un cuchillo es para él algo que provoca el movimiento de cortar; un caballo le sugiere el 122 A. M. AGUAYO gesto de montar, etc. Fuera de estas reacciones motrices, la percep- ción para el parvulito no tiene casi significación alguna. En la segunda niñez, de 6 a 11 o 12 años, el tipo de aper- cepción varía notablemente. La mente del niño se halla todavía dominado por las representaciones motrices; pero ya empieza a se- parar las cualidades del estímulo y las reacciones por éste provo- cadas. El niño se hace analítico y observador; forma percep- ciones claras y aprende a condensar su experiencia alrededor de ideas, cada vez más abstractas. No ama todavía el pensamiento lógi- co, más poco a poco va formando los conceptos que usará después, en el tercer período de su desarrollo mental. Al llegar la adolescencia, nueva transformación espiritual: la apercepción se hace sintética, y de carácter lógico. El joven aper- cibe las cosas con ayuda de los conceptos que ha formado previa- mente. Es razonador, reflexivo, idealista; comprende y cultiva los valores abstractos y elevados. Todo esto significa que la educación del niño pasa por tres etapas sucesivas. En la primera, correspondiente a la primera ni- ñez, la educación ha de adaptarse a los intereses infantiles, enton- ces espontáneos y motores, y al tipo de apercepción, que es sintéti- co y motor. En el período siguiente, que corresponde a la segunda niñez, el educando pasa lentamente de los intereses directos a los indirectos y de la apercepción concreta y analítica a la de carácter lógico y abstracto. La educación tiene que acomodarse a estas condiciones psicológicas. Por último, en el tercer peíodo que eo- rresponde a la adolescencia, la educación se adapta a los intereses del joven, que son ya en gran parte indirectos y remotos, y al tipo de apercepción conceptual que es propia del adulto. Vamos a ver las aplicaciones de esta teoría a los métodos de educación. 10. El método funcional en educación. Las sociedades pri- mitivas no conocen más que un método de educación: el directo o personal. El niño, mediante la experiencia individual, el jue- go y la imitación del adulto, aprende todo lo que necesita para adaptarse al medio circundante. Este sistema resulta inadecuado e incompleto cuando la socie- dad acumula un tesoro de experiencias que deben trasmitirse al educando: conocimientos científicos, ideas religiosas y morales, pre- ceptos legales, etc. Pero esta herencia espiritual es casi siempre in- EL METODO FUNCIONAL 123 comprensible para el niño, por hallarse expuesta en un idioma abs- tracto y literario y a veces en ya muerto. La única manera de transmitirla es el método memorativo y, efectivamente, es el que nos ofrecen las civilizaciones más antiguas, por ejemplo, las del Oriente . Poco a poco se echa de ver que el método memorativo, hace es- téril y muda la enseñanza. Entonces se procura explicar el texto que el niño trata de aprender. Se considera al niño como un adul- to en miniatura, se le hace meditar, se razona con él como si fuese un sujeto experimentado. El método memorativo se convierte en lógico. Sócrates fué su creador. Hasta en los tiempos de Ratke y Comenius y, sobre todo, de Pestalozzi, no pudo comprenderse bien la ineficacia del método ló- gico. El niño es un ser que evoluciona. Sus actividades mentales pa- san por una serie de etapas o períodos, cada una de las cuales difie- re, cuantitativa y cualitativamente, del tipo mental del adulto. Los educadores comprendieron que para educar era preciso adap- tar todo ejercicio al grado de desarrollo de los poderes infantiles. El método lógico cedió el paso al psicológico o genético, y la peda- gogía del adulto a la pedagogía del niño. Los progresos de la paidología han demostrado que el método genético, aunque fecundo para la ciencia pedagógica, no basta pa- ra resolver el problema del método. El niño tiene necesidades pro- pias y necesita satisfacerlas imperiosamente. La psicología nos describe los procesos mentales del niño y nos enseña las leyes de su desarrollo; pero no nos dice cuáles son los fines e intereses que el niño persigue. Sin estos intereses no hay actividad fecunda y provechosa y, por lo tanto, no hay educación. Voy a ilustrar con un ejemplo estas consideraciones. Está de- mostrado que la sensación precede a la percepción, ésta a la imagen y la imagen a la idea. De aquí parece deducirse que los conoci- mientos presentados con arreglo a este orden, satisfacen toda exi- gencia pedagógica. Este es un error en que incurrieron Pestalozzi y Herbart. Porque no basta adaptar un ejercicio al grado de des- arrollo de la mente, sino que lo primero es provocar estímulos, buscar alicientes para las actividades. En una palabra, lo impor- tante es aprovechar los intereses infantiles. El método de educación debe ser ante todo pragmático o funcional. Como los intereses infantiles cambian con el grado de la evolu- ción mental, el método funcional ha de ajustarse al desarrollo 124 A. M, AGUAYO pragmático del niño. Ha de ser sintético y motor en la primera niñez; analítico y concreto en la segunda y sintético y lógico en la adolescencia. En el primero de estos períodos deberá valerse so- bre todo de los intereses sencillos y directos; en el segundo, de los directos más complejos y de los indirectos no muy remotos, y en la adolescencia, de los indirectos remotos y elevados. 11. Los pasos formales del método funcional. La pedagogía herbartiana parte de un supuesto, que es exacto desde el punto de vista psicológico, pero falso desde el funcional: que la percepción del niño debe preceder a la apercepción y ésta a la aplicación (pro- vecho práctico) del conocimiento adquirido. Esto en pedagogía no es siempre verdadero. Para el niño pequeño percibir, apercibir y actuar son una misma cosa. Para el párvulo, repito, la sensa- ción no es la puerta de entrada del conocimiento, sino la vía que conduce del estímulo a la actividad motriz. Para el niño peque- ño no hay más que un paso formal, la actividad que ha de educar- se, y una preparación de este paso, la sugestión o disposición para la actividad. Decid a un niño pequeño: tus compañeros están Ju- gando a un juego nuevo; y ya, sin más preparación, está dispuesto para el ejercicio. El niño se ajusta sin saberlo al viejo precepto pe- dagógico: lo que consiste en hacer se aprende haciendo. De aquí se desprende una consecuencia importantísima, y es que cuando el niño manifiesta disgusto o repugnancia por una ac- tividad es porque ésta no se adapta a su interés. Y entonces una de dos: o hay que aplazar su educación para un período ulterior de desarrollo, o es necesario cultivar las actividades elementales en que la ocupación se descompone. María Montessori, estudiando la educación de los párvulos que concurrían a sus case des bambini descubrió que la escritura, ocupación desagradable para el niño, se convierte en placentera cuando se educan previamente dos activida- des de carácter elemental: los ejercicios táctiles y musculares para apreciar las formas de las letras y los ejercicios para adquirir des- treza en el manejo del lápiz. Ambos son interesantes para el niño y mediante su combinación le preparamos para el aprendizaje for- mal de la escritura. Durante la segunda niñez, la marcha de la enseñanza tampoco está de acuerdo con los pasos formales del sistema hebartiano. El niño, para apercibir, todavía necesita actuar, si bien no tan inten- samente como en la primera niñez. La actividad motriz aclara en A. M. AGUAYO 125 él las cualidades sensoriales de las cosas, mas poco a poco la percep- ción y más tarde la idea o concepto se van separando de la acti- vidad motriz. La percepción o, en su caso, la idea, viene a ser el cen- tro alrededor del cual el niño agrupa todas sus experiencias acer- ca de un objeto. Es claro que antes de actuar sobre un objeto, el niño necesita percibir del mismo, pero esta primera percepción es sintética, obscura, falta de precisión y exactitud. La percepción clara es un producto de la actividad motriz. En esta segunda etapa del desarrollo infantil, los pasos forma- les de la educación son tres: 1.%, la preparación (sugestión, dispo- sición para el trabajo) ; 2.”, la actividad misma que se trata de edu- car; y 3., la percepción clara del objeto que sirve de término a la actividad. Un niño, por ejemplo, toma un lápiz; el maestro le sugiere la idea de dibujar una fruta. El niño lo hace, simbólica- mente, sin. observar las cualidades del objeto; mas, poco a poco, a fuerza de ensayos, acaba por analizar la fruta y percibirla más o menos claramente. La percepción en la segunda niñez, es el úl- timo término del proceso pedagógico. Es la condensación, el resu- men de las experiencias del niño sobre cada objeto de su actividad. A medida que el niño forma percepciones claras y concretas, va sientiendo la necesidad de elevarse a las ideas o conceptos lógicos, y al conocimiento de las reglas o principios a que deben ajustarse sus actividades. ¿Cómo se forma esta necesidad? Se forma cuan- do el niño se entrega a actividades complejas y difíciles que no pueden ejecutarse bien sin el auxilio de una regla, de una idea clara, de un principio científico y exacto. Entonces el interés del fin perseguido extiende su influencia al proceso mental de la abs- tracción. La regla, el principio, la idea o concepto no son más que instrumentos para la acción. El niño no los ama cuando no com- prende sus ventajas. Por eso son innecesarias y antipedagógicas la mayoría de las abstracciones que se enseñan en la escuela ele- mental. Para que el niño sienta la necesidad de una abstracción, es ne- cesario que trate de resolver las dificultades que una actividad re- presenta. A la abstracción debe preceder un ensayo de ejecución de la actividad. Las dificultades de expresión hablada o escrita, sugieren la necesidad de la regla gramatical; las de los problemas de cálculo despiertan interés, por la regla aritmética; las de di- rección de la conducta obligan a investigar las normas o preceptos morales; las del trabajo técnico, las reglas del arte. 126 A, M. AGUAYO En suma, cuando el niño se aproxima a la adolescencia (desde el 9.” al 11.2 o 12. año de la vida), los pasos formales de la abs- tracción, cuando ésta es conveniente al niño, son: 1.%, ensayo de ejecución (necesidad del concepto o norma); 2.*, abstracción; y 3.”, aplicación. Vamos a ilustrarlas con un ejemplo: dos niños dis- putan sobre un incidente del juego. Sienten la necesidad de una regla y acuden al maestro para que les saque del apuro. El maestro les hace reflexionar y descubrir la solución del problema (abstrac- ción) y los niños la ponen en práctica (aplicación). Y llegamos al último período o etapa de la educación: la de la adolescencia. Y aquí, también se ha equivocado Herbart. Sus pasos formales no pueden aplicarse de un modo constante y uniforme a todas las materias de la escuela secundaria. Cada estudio tiene sus necesidades propias, sus métodos de investigación, su didáctica es- pecial. La mejor manera de ejercitar una inteligencia ya casl for- mada es hacerle recorrer de un modo sintético, bajo una hábil di- rección, las etapas o fases porque el adulto ha pasado para su des- cubrimiento. El mejor método de enseñanza secundaria es un re- sumen pedagógico del método de investigación. Este exige por lo menos tres pasos formales: 1.%, preparación o composición del problema o dificultad; 2.” el descubrimiento, bajo la guía del pro- fesor; y 3.* la versificación y explicación de lo aprendido. 12. Resumen. El ensayo de metodología que acabo de expo- ner no resuelve ni con mucho la multitud de problemas que sugie- re la pedagogía aplicada. La didáctica experimental se encargará de hacerlo de un modo científico y exacto; pero las investigaciones que ya se han realizado permiten afirmar que la educación y la en- señanza tomarán en lo futuro las orientaciones sugeridas por la pedagogía funcional. Arquímedes pedía un punto de apoyo para mover el globo terráqueo. Los paidólogos modernos lo han encon- trado: es el interés de las generaciones que han de sucedernos sobre la faz de la tierra. La frase de Goethe, en el principio era la ac- ción, debe interpretarse en pedagogía de este modo: en el prin- cipio era el interés. MILANES, LUACES Y LA AVELLANEDA, COMO POETAS DRAMATICOS +! POR EL DR. SALVADOR SALAZAR Profesor Auxiliar de la Escuela de Letras y Filosofía Señor Decano: Queridos compañeros: Señoras y Señores: Un hijo ilustre de Cuba, uno de sus más eruditos y laboriosos eríticos, muerto en tierra extranjera y nunca bien llorado por sus compatriotas, Enrique Piñeyro, señalaba dos grandes caracterís- ticas en la labor poética de un autor con el que, en otras considera- ciones, se halló a veces muy cerca de ser injusto. Atribuía Piñeyro a José Jacinto Milanés, como primera cualidad notable, la tendencia a dar un fin moral a sus composiciones y como su segunda gran característica, una extraordinaria facilidad de versificación, lo que él llama “pequeña facilidad””, para diferenciarla de la otra, de la grande, de la superabundancia de imágenes e ideas, propia de los grandes poetas. Es indudable que jamás fué Milanés el poeta impulsado a los amenos y adorados campos de las Musas por el solo anhelo de eon- templar de frente esa sirena subyugadora y tan difícil de alcanzar que se llama Belleza; que pidió al Arte el divino ropaje con que cu- brir un pensamiento siempre moral y educativo; que no conci- bió la poesía sino como un medio de engalanar, con el milagro de la rima, un descarnado principio de ética. Yo no podría decidir si tiene razón Piñeyro al señalarle como virtud esto que, para otros, valdría tanto como vicio. Sería cosa de revivir la vieja controver- sia, por fortuna medio olvidada en estos modernos tiempos en que ya no se apasionan los hombres por insolubles y ridículos debates de Retórica, entre los partidarios del arte por el arte y los del arte docente. Yo, que nunca he podido aceptar como fin del arte el viejo lema del clásico latino lectores delectando pariterque mo- nendo, no obstante ser un decidido defensor de la tesis que resul- 1 Conferencia leída en la Universidad de la Habana el 15 de enero de 1916. 128 SALVADOR SALAZAR ta invirtiendo la frase, esto es, que debe enseñarse siempre delei- tando al que aprende; yo que no encuentro más fin al arte que el arte mismo, que pienso que es su más alta utilidad enriquecernos la vida, de suyo tan monótonamente llena de cosas útiles, con esa suprema inutilidad para los hombres prácticos que se llama la Be- lleza, me estoy inclinando a creer que una de las causas determi- nantes de que la dulce espontaneidad del artista aparezca tantas veces cortada y empobrecida, fué ese afán invencible, esa verda- dera obsesión, ese equivocado concepto de juzgarse, como poeta, en la obligación oficial de ser un moralista, idea que le hace de- cir en uno de sus artículos dialogados—'*La redondilla y la oc- tava'”—esta frase que, como final, constituye una verdadera pro- fesión de fe: ““La savia es la que sostiene el árbol: no basta, pues, que el verso tenga colores, es menester que tenga savia, que encierre grandes ideas sociales?”. ¡Cuántas veces tocó en los linderos del ridículo por detenerse, en un momento de inspiración, incontenible al parecer, a metrifi- car un consejo moral o poner una máxima en verso! ¡Pobre desca- rriado, en la más honrosa y más digna de las equivocaciones, que no supo ver la utilidad suprema del arte en la magia de encender en unos ojos el fulgor del entusiasmo, en el solo prodigio de pren- der en los espíritus el amor a la vida y a los hombres, idealizados —al pasar por la mente del artista—con los fúleidos destellos de la Belleza! Más encomiable es la otra virtud que le señalaba el crítico ci- tado; y ésta mucho más amplia de lo que Piñeyro creía; me re- fiero a su espontaneidad poética, que no era sólo riqueza de ritmos que brotaban de su musa blanda y tranquilamente, como el agua fresca y pura de una fuente viva: sino exhuberancia de ideas lle- nas de candor y de sinceridad, de imágenes sugerentes impregna- das de una poesía plena de paz, de quietud, de ensueño... El alma pensativa y soñadora de Matanzas con su valle adormido en- tre cumbres como un paraíso de leyenda, con su cielo de un azul diluído y tenue, con sus dos ríos murmuradores cuyos ecos des- piertan mil rumores en el mundo interior, estaba toda entera en este desgraciado poeta cuyo cielo espiritual nublaron tan prematu- ramente los negros nubarrones de la demencia. Era un poeta dulce y tierno, de frase sencilla y verso humilde, no con la humildad del desgarbo y la falta de cultivo literario, a la manera de Plácido, sino con la del que no sabe sino de senti- MILANES, LUACES Y LA AVELLANEDA 129 mientos normales, de anhelos plácidos, de poesía de alborada, se- rena y suave. A esos dos grandes caracteres esenciales, suyos por nacimiento, propios por la propia esencia de su espíritu, hay que unir los pro- ducidos por elementos externos. Tuvo oportunidad de cultivarse con abundante y gloriosa lectura. Adoró, en consecuencia de sabo- rearlos, los ricos manjares de la centuria prodigiosa en la litera- tura castellana y Lope y Calderón le eran tan familiares como las aguas que veía correr “de codos en el puente”... Y, finalmente, en lo que al arte dramático se refiere, una cir- eunstancia ocasional. Llegó al mundo de las letras en el momento en que Zorrilla trastornaba todas las cabezas y en'que ““El Tro- vador?” de García Gutiérrez iniciaba la era del drama caballeres- co, que fué a buscar sus asuntos, hijo legítimo del romanticismo, allá entre las sombras terribles y poéticas de la Edad Media. Esas mismas características hacen que Milanés, tan admirado y tan admirable por el dulce encanto de sus versos líricos, no pue- da en verdad calificarse de gran poeta ni aun de mediano poeta dramático. Lanzado en esa senda, espinosa y difícil tanto como atrayente, por una vocación irresistible, su carácter, sus ideas, la índole de su genio poético, sus lecturas y el momento, libraron rudo combate del que salió su teatro, débil, flojo, mezquino, a pesar de los grandes ideales que a veces lo animan y de los rasgos líricos de gran belleza que esmaltan, de vez en cuando, como rojas ama- polas, la monótona llanura de sus versos en que el lector se hastía y más se fatigara el espectador, antes de que una frase cadenciosa le compensase de su larga espera. Para desarrollar un fin moral, el triunfo del honor, la virtud y amor, escribió su obra “El Poeta en la Corte””. Su argumento le hubiera dado motivo, de manejar con más bríos y con más dominio los recursos escénicos, para una eran obra. El Duque de Miranda aloja en su Palacio a Pedrarias, que se hace cómico para saldar una deuda, a su esposa Casilda y a Inés, bella e instruída doncella que aparece como hija de Pedrarias; pero que lo es de un sujeto a quien en lance de honor había muerto éste, que antes de morir el otro por su mano, le había jurado encargarse de ella. El Duque tiene malas intenciones respecto de la joven, que ama en secreto a Pereira, el poeta en la corte, el que viene de su pobre comarca, a la orilla del Sil, y entra al servicio de Miranda, con mucha rique- za de virtud, mucho afán de gloria y mucha escasez de duros. Pe- 130 SALVADOR SALAZAR reira también ama a Inés; por lo cual, cuando el Duque quiere ha- cerle cómplice de su plan para apoderarse de Inés, le apostrofa duramente y abandona su palacio y su servicio. El Duque, ame- nazándole con descubrir su secreto, trata de obligar a Pedrarias 1 que buenamente le entregue a Ines; pero éste no acepta otra proposición que no sea la matrimonial, cosa a la que el Duque, por razón de categorías sociales, no está en modo alguno propicio. En- tonces decide raptarla por la fuerza y combina un plan para que Oquendo, un paje tan bellaco como letrado que con la salida de Pe- reira asciende a Secretario, con tres estudiantes, que más parecen bandoleros, se apedere de Inés y la lleven a una quinta de re- creo haciendo recaer todos la acusación en Pereira. El plan se frus- tra, gracias a la intervención de la casualidad. Porque Oquendo que se las da, como hemos dicho, de leído, ha escrito un libro “El Manual del perfecto servidor”?”, modelo de bellaquerías que ha vendido a un su compañero de servicio, Ruiz, el que lo lleva al cen- sor antes de darlo a la imprenta, y aquél lo encuentra digno de la hoguera y al autor de la cárcel. Así lo comunica Ruiz a Oquendo en el momento crítico del rapto, con lo cual Oquendo huye, susti- tuyéndolo con su mismo disfraz, Pereira que se ha enterado de to- do oculto tras un árbol y que engaña a los estudiantes haciéndoles creer que es un emisario del paje. Llega el Duque, trata de violen- tar a Inés y Pereira la defiende, descubriéndose, con lo que le atan y amenazan de muerte. La providencial llegada de Pedrarias con diez secuaces salva la situación, terminando el drama con el anun- ciado casamiento de la niña y el poeta y el completo fracaso de los inieuos planes del Duque. Es éste bastante asunto para escenas movidas, llenas de interés y de recursos; pero en verdad, la sencillez innata del poeta, su na- tural timidez, la humildad de su vuelo imaginativo, dificultan que ascienda a su verdadero sitio. El drama es monótono, tardo, sin interés. Todo el que la obra tiene está en las últimas escenas del último acto. Sin embargo; las dos primeras cualidades literarias de Milanés, su tendencia moral y su espontaneidad de versificación, se revelan aquí como en todas sus producciones. (Continuará.) EXPOSICION CRITICA DE LOS METODOS ACTUALES EN PRACTICA EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFIA ? POR EL DR. RAFAEL FERNÁNDEZ Inspector Pedagógico INTRODUCCIÓN Entendemos que en esta época, en que un saludable espíritu de renovación pedagógica agita nuestro medio escolar, tiene una eran importancia, para los que nos dedicamos al profesorado de la escuela primaria, el estudio de los problemas metodológicos de apli- cación inmediata y constante en la práctica de la función edu- cadora. La didáctica de la geografía, tal vez sea una de las más deseui- dadas en nuestra escuela y en la que los maestros incurren en mayores errores de concepto. Estas consideraciones han pesado de tal suerte en nuestro ánimo, que nos han decidido a elegir como tema de nuestro ejer- cicio de grado, la enseñanza de la geografía, no obstante los ar- duos inconvenientes que ha de ofrecernos un asunto como éste, difícil y extenso, cuando para desarrollarlo sólo se dispone de fa- cultades tan humildes como las nuestras. Conforme al plan que nos proponemos seguir, trataremos el asunto integralmente, considerándolo en su totalidad, de modo que nuestro concepto de lo que debe ser la enseñanza de la geografía en la escuela elemental, quede expuesto con la mayor claridad que nos sea posible. Estimamos que para apreciar con exactitud de juicio el esta- do actual de la ciencia geográfica desde el punto de vista escolar y el espíritu de sus métodos, es conveniente conocer los anteceden- tes de la disciplina, exponiendo, siquiera sea sumariamente, el pro- ceso de su evolución histórica, así como las etapas que ha reco- rrido su enseñanza en su lento progreso a través de la escuela de 1 Tesis para el Doctorado en Pedagogía, leída y sostenida en la Universi- dad el 29 de Junio de 1915. Se publica por recomendación del Tribunal exa- minador, 132 RAFAEL FERNANDEZ todos los tiempos, para ocuparnos después de su aspecto pedagó- gico, estudiándolo en sus diversas fases. CONCEPTO DE LA GEOGRAFÍA Su definición.—Cuando la geografía era un estudio simple- mente descriptivo, cuando sólo atendía a la localización de los accidentes geoeráficos prescindiendo de las relaciones que los li- gaban, la definición antigua que la designaba como *“la ciencia de la deseripción de la Tierra??, correspondía con exactitud al concep- to que se tenía entonces de la materia. Pero la geografía, en su evolución progresiva, transformó su espíritu, ensanchó sus dominios y enriqueció su contenido, tras- pasando los linderos que antes la separaban de otras ciencias, que mantienen ahora con ella estrechas relaciones de mutua depen- dencia y de recíproco concurso. l Ante esa complejidad de la ciencia geográfica, surgieron di- versas definiciones, correspondientes a los distintos puntos de vis- ta en que se colocaban sus cultivadores, pero entre ellas, puede aceptarse por más generalmente admitida y porque interpreta con bastante fidelidad sus nuevas orientaciones, la que establece que la seografía es la ciencia que estudia de un modo sistemático todos los fenómenos que ocurren en la superficie de la Tierra en relación con el hombre. El muevo espíritu de la geografía.—Abandonando el estrecho campo de la mera relación de hechos, la geografía ha entrado de lleno en la fase científica a donde la condujeran los trabajos de Humboldt, Herder, Ritter, Reclus, Ratzel y otros eminentes geó- erafos, para convertirse en el conocimiento razonado y orgánico de cuantos fenómenos acaecen en la superficie del globo, así como de las relaciones que existen entre el ambiente y las condiciones físicas del relieve por una parte y los organismos vivientes por otra, los cuales se hallan sometidos en mayor o menor grado, a la acción de dichas condiciones geofísicas. La geografía enumera y describe ahora como lo hacía antes, pero al mismo tiempo, investiga las relaciones existentes entre el relieve de la superficie terrestre y las condiciones del medio am- biente; entre la topografía y la vida orgánica, así como la diree- ción que determinan estas influencias sobre las actividades del LOS METODOS EN GEOGRAFIA 133 hombre en sus diversos aspectos, en lo físico, en lo moral y en lo intelectual. Esa nueva orientación de la geografía, se debe a las investiga- ciones de los grandes geógrafos mencionados. Bajo su influencia la geografía dejó de ser una descripción de los rasgos físicos del planeta y de los lugares habitados, para transformarse en una ciencia sistematizada que en la investigación de las relaciones de causa y efecto, ha descubierto que las alternativas de la historia de la humanidad corresponde a determinados fenómenos geográ- ficos y que en las condiciones naturales del medio cireunstante, es donde hay que buscar el origen de los grandes hechos sociales. Las condiciones geográficas, determinan sin duda alguna las cualidades características de la vida de los pueblos. La llanura que el Nilo inunda con sus fecundantes aguas y la de los valles del Tigris y del Eufrates, determinaron con la be- nienidad de su clima y la fertilidad de su suelo, las civilizaciones egipcia y asirio-babilónica. Las condiciones del relieve montuoso de la Hélada y la sinuosidad del contorno de sus costas, ejercieron decisiva influencia en los destinos del pueblo griego. El carácter comercial de los fenicios, debióse sin duda a la imposibilidad de poderse dedicar a la agricultura, en la estrecha faja de tierra de que disponían en la costa. Las exploraciones portuguesas tuvieron por causa determinan. te la necesidad de buscar en otras direcciones, la expansión que le impedía al pueblo lusitano, el creciente poderío del reino de Castilla. La historia de todos los países, presenta ejemplos evidentes del constante determinismo de los factores geográficos en el desen- volvimiento de la vida de los pueblos. La formación de la nacionalidad cubana, ofrece un raro ejem- Plo de la influencia geográfica. Sin entrar, por no ser propio de la índole de este trabajo, en el examen de las circunstancias políticas que impulsaban a los cubanos a la conquista de su independencia, no puede desconocerse que en la génesis de ese ideal patriótico, influyeron las condiciones de la geografía nacional. La naturaleza de los productos cubanos, dependientes de la eau- sa geográfica, de ser Cuba un país tropical, daba lugar a su aleja- miento de la metrópoli, con quien mantenía muy escasas relacio- nes comerciales, 154 RAFAEL FERNANDEZ Esta falta de comunidad de intereses, aflojó los lazos que unían a Cuba con España, y dió impulso al ideal de independencia, for- talecido también entre otras causas, por la distancia de Europa y su proximidad al continente americano. El auxilio que los Estados Unidos prestaron a los revoluciona- rios cubanos, aparte de ciertos motivos de carácter sentimental, no estaba exento de motivos de orden geográfico, entre los cuales pueden señalarse los siguientes: los obstáculos que ofrecía el ré- gimen colonial a la expansión de sus relaciones económicas con Cuba y el peligro que constituía para la gran república america- na la permanencia de un poder europeo tan próximo a sus costas. El hombre no es, ciertamente, un instrumento pasivo de las condiciones naturales del medio. Sobre éste reacciona y logra mo- dificarlo, influyendo de este modo en la suerte de los grupos hu- manos; pero como no le es posible transformar en lo esencial, las características de ese medio, la permanencia de éstas, su inmuta- bilidad, se convierte en la causa principal de los grandes hechos sociales que labran la fisonomía de las razas y dirigen el destino de las naciones. Características que individualizan la geografía.—La geografía al acentuar sus nuevas orientaciones, al asumir el carácter de cien- cia organizada que posee principios definidos y estudia las leyes de sus fenómenos, tuvo que servirse de otras ciencias que, como la veología, la astronomía, la oceanografía y la biología, guardan con ella, inseparables relaciones y le prestan su auxilio para la ilustra- ción de sus problemas. De esta interrelación con las demás ciencias naturales, es de donde provinieron frecuentes errores de concepto, atribuyendo unos a la geografía, la condición de ciencia comprensiva de todas las otras que estaban antes comprendidas en la cosmografía, mientras que otros afirmaban que la geografía física, estaba suplantada por estas mismas ciencias. Según los primeros, la oceanografía, la as- tronomía, la biogeografía y la antropogeografía, no eran sino de- partamentos o divisiones de la geografía. En oposición a este erl- terio, los segundos reclamaban para estas ciencias la representación completa del aspecto geográfico. De esta confusión de ideas, de esta diversidad de opiniones, pudiera inferirse que las fronteras de la geografía no están bien LOS METODOS EN GEOGRAFIA 185 demarcadas y que sus límites, se pierden entre la variedad de ele- mentos de las otras ciencias afines. Mas no sucede así. Cuando parezca que el contorno de la geografía se esfuma, cuando falte precisión a las líneas que lo señalan, basta acudir a la idea fundamental de que es una ciencia cuya naturaleza ínti- ma está inspirada en la relación constante entre los fenómenos y sus causas y en la que es preciso tener presentes estos tres prin- cipios que la particularizan: el de extensión, el de la correlación de los fenómenos y el de causalidad. El primero de estos principios determina el carácter geográfico de los fenómenos, cualquiera que sea la ciencia particular a que pertenezcan. La Antropología estudia los caracteres de las razas humanas y sus diferencias y singularidades, pero cuando se trate de deter- minar las áreas que ocupan y las causas de su distribución, apare- ce el factor geográfico y se destaca la antropogeografía. La Botánica, para emplear el ejemplo propuesto por P. Barth, suministra las siguientes ideas genéricas: árboles de hojas cadu- cas, árboles de hojas aciculares, árboles de hojas perennes. La geo- erafía debe explicar cómo y porqué se distribuyen esos grupos en determinados lugares de la tierra, las condiciones en que se des- arrollan y las influencias que sobre ellos ejerce el relieve. El segundo principio, contribuye a fijar también el aspecto seográfico de los fenómenos naturales. El geólogo estudia aisladamente un terreno, para apreciar la naturaleza del mismo, particularizándolo, sin relacionarlo con otros terrenos similares existentes en otras regiones. En este caso, el estudio realizado, no ha salido de los límites particulares de la geología. Pero si además de estudiarlo coordina las observaciones hechas o las relaciona con otros fenómenos análogos, localizados en otros puntos del geoide, entonces la investigación hecha, toma sig- nificación geográfica. El estudio aislado, particular de ciertas formas de la circula- ción aérea, interesan sólo a la meteorología, pero si el hecho concreto se compara y relaciona con otros observados en otros lugares pa- ra llegar de este modo a la formulación de leyes generales, enton- ces la pesquisa realizada abandona los dominios de la meteorología para pasar a los de la ciencia geográfica. Este principio fué genialmente aplicado por Humboldt en el 136 RAFAEL FERNANDEZ estudio de las regiones, de cuya comparación de condiciones, lle- só a la conclusión de que las formas del relieve, ejercen una in- fluencia directriz en el clima, en la fauna, en la flora y en el hom- bre. Fué también ese principio el que sirvió de plan a Ritter en su Geografía Comparada para obtener, como resultado del estudio comparativo de distintas áreas del globo, el descubrimiento de los principios generales que mantienen los hechos unidos entre sí. La coordinación de los fenómenos sirvió, de esta manera, para echar las bases de la geografía nueva, dándole el carácter científico que tiene actualmente. El tercer principio, importantísimo también, determina con ¡ recisión el fundamento científico de la geografía y su espíritu moderno. No es meramente la existencia de las elevadas cadenas de mon- tañas ni la de los estériles desiertos y la de los valles fecundos lo que más nos interesa, sino las causas que les dieron origen. Lo importante no es sólo señalar y localizar los hechos y fenómenos extendidos sobre el haz de la tierra sino investigar también sus motivos causales. Es necesario saber, como dice el profesor W. J. Sutherland, por qué en unas regiones, en sucesión gradual, cre- cen los pinos y los sauces murmurantes, en otras el trigo, en otras la caña de azúcar y los bosques gigantescos. La comprensión de estas relaciones de causalidad de los fenó- menos, abre a la geografía anchurosos horizontes y nos lleva a la apreciación de los valores geográficos en relación con el hombre y a la división del estudio por aspectos. Así la existencia de un valle, tiene como determinantes los agentes del modelado que lo fueron esculpiendo y como consecuencia, la fertilidad de la lla- nura, la fundación de pueblos florecientes, el fomento y riqueza de determinadas industrias, las inclinaciones y la fisonomía psíquica de sus habitantes, su organización social y política, ete. Así comprendida la geografía, es como se destaca el abismo que hay entre lo que es hoy y lo que fué ayer. En tiempos todavía no remotos, era su estudio un árido ejer- cicio de memoria, para retener la nomenclatura de los países y de los lugares, con sus curiosidades, describiendo los detalles no- tables que podían interesar al turista. En los tiempos actuales, la geografía marcha por rumbos cien- tíficos y los valores que examina, tienen un fin de aplicación práe- LOS METODOS EN GEOGRAFIA 137 tica, en provecho del hombre, en el mejoramiento de sus condicio- nes económicas. Los pueblos triunfan y progresan cuando logran encauzar sus energías en la dirección en que la naturaleza del suelo ofrece mayores ventajas. En este sentido, el secreto del éxito, consiste en el logro de una adaptación perfecta a las condiciones natura- les del medio, que es la aspiración fundamental de la geografía, en su concepto moderno. Evolución histórica de la geografía.—En el hombre se refle- jan las condiciones del medio que le rodea. Sobre él actúan las di- versas y variadas influencias de la tierra que lo circunda. Las formas geográficas y las condiciones climatológicas determinan en el ser humano continuas reacciones encaminadas al logro de su mejor adaptación. Y estos fenómenos son tan evidentes que no pasaron inadver- tidos para los hombres de los primeros tiempos históricos. La geografía como cuerpo organizado de conocimiento, no tu- vo significación hasta el siglo VI anterior a nuestra era, pero el hecho o fenómeno geográfico, se encuentra ya en los mitos y leyen- das de la antigúedad más remota. En la historia de la geografía, pueden aceptarse las tres divi- siones clásicas de la historia general; la antigua, la medioeval y la moderna. A esta división ajustaremos el desarrollo de esta parte de nuestro trabajo. TIEMPOS ANTIGUOS Los egipcios.—No obstante el relativo progreso que alcanzaron en Egipto la ingeniería y el arte de edificar los descubrimientos he- chos hasta ahora indican que la noción geográfica del pueblo de los faraones era bastante limitada. El conocimiento de los países limítrofes se reducía al área com- prendida por el Tigris al este, por el Ponto Euxino o Mar Negro al norte, por el mar Egeo y los desiertos de Libia al oeste y por la Etiopía al sur. Pero este conocimiento, más que con otros fines, se aprovechaba con propósitos militares, para servir de guía a las expediciones y conquistas de los faraones guerreros Tutmosis y Sesostris. Este último, había dividido el Egipto en treinta y seis provin- clas o distritos. En su tiempo, en las columnas y en las paredes 1383 RAFAEL FERNANDEZ de los templos, se esculpían largas filas de vasallos de las regiones extranjeras por él sojuzgadas, que iban a rendirle homenaje al pie del trono. Cada uno, llevaba una inscripción con el nombre de su país. De esta manera, estas esculturas, venían a ser como una geografía compendiada, de los territorios del imperio. Respecto a los progresos que hayan podido realizar los egipcios en el descubrimiento geográfico, no se han encontrado testimonios escritos. Queda, como indicios de la existencia de una literatura geográfica, la lista de los cuarenta y dos libros atribuídos a Thot, entre los cuales, figuran cuatro que tratan respectivamente de la Cosmografía o descripción celeste; Geografía o descripción del mundo conocido; Corografía o descripción de Egipto, y por últi- mo, una descripción del Nilo y de su sistema de canales. Un hecho importantísimo para la historia de la geografía, es el viaje llevado a cabo por los marinos del faraón Necho o Nekao, con objeto de encontrar, dando la vuelta al Africa, una vía marí- tima que uniera el mar Rojo con el mar Mediterráneo. Fué Herodoto quien recogió en su Historia ese hecho excep- cional reputándolo como dudoso porque habían afirmado los expe- dicionarios, según la tradición, que al remontar el extremo del con- tinente africano, notaron que el sol les salía por el costado dere- cho del rumbo que seguían. Como se ve, el detalle que sirvió a Herodoto Para poner en duda el viaje, viene a ser la prueba más admisible de que pueda haberse realizado. Los hebreos.—En el capítulo décimo del Génesis, Moisés enu- mera las familias de Sem, Cam y Jafet, descendientes de Noé, y en esa tabla etnográfica, están indicadas las regiones que ocu- paban. La tabla mencionada permite reconstruir lo que ha dado en llamarse el mapamundi de Moisés, el cual comprende los países conocidos por los egipcios de la décima nona dinastía, en tiempo de Sesostris. El capítulo del Génesis citado, tiene el mérito de ser el más antieno de los documentos geográficos conocidos. A la tabla etnográfica, hay que agregar otros elementos que tienen carácter geográfico, como el itinerario de la huída a Egipto y la división topográfica de la Tierra Prometida. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 139 Los fenicios.—Los fenicios tampoco dejaron pruebas directas de sus ideas geográficas. Industriales y comerciantes consumados, conservaron durante algunos siglos el monopolio comercial del Me- diterráneo, del mar Eritreo y del golfo pérsico. Los fenicios eran excelentes navegantes. Fenicios eran los que guiaron las naves de Nekao en la cireunnavegación de Africa, y los que conducían las flotas del rey Salomón en las expediciones de Ofir. Los fenicios, aun prescindiendo del viaje que supone realizado alrededor del Africa, es indudable que por sus audaces explora- ciones, dieron- una expansión asombrosa al reducido mundo de Sesostris y de Moisés. Las naves fenicias reconocieron el Atlántico llegando por el norte a las islas británicas de Scilly, por ellas llamadas Casitérides, y quizás siguieron hasta el fondo del Báltico. Por el sur, llegaron a Cabo Verde y las Canarias. A estas expediciones, en el occidente, les servía Cádiz como base comercial, como de las de oriente, lo era Tiro. En las expediciones de Oriente navegaban el golfo pérsico y el mar Eritreo, recorriendo sus costas y extendiéndose tal vez, aunque de esto no hay prueba alguna, hasta las de la India. Esa ampliación del conocimiento geográfico, sin disponer de la brújula, obligados a la navegación costera, pone de manifiesto el carácter emprendedor y enérgico de aquel pueblo y la audacia de su marina. Los cartagineses.—Los cartagineses navegaron por el oeste los mismos mares que los marinos de su metrópoli Tiro. El suceso de más nota realizado por los cartagineses, fué la expedición del general Hannon, quien se dirigió con una flota hacia el sur del Atlántico, costeando el borde occidental de la Libia, hasta más allá de Sierra Leona, alcanzando los 6 o 7 grados de la- titud norte. Al mismo tiemPo que Hannón llevaba a cabo su hazaña, otro capitán púnico también, Himileon, efectuaba otra expedición por el oeste de Europa, hacia el norte, en la cual debe haber explo- rado, según toda probabilidad, las costas inglesas hasta las islas Seilly o Casitérides. La relación del viaje de Hannón, está hecha con claridad; re- fiere los sucesos con sencillez y concisión. 140 RAFAEL FERNANDEZ No sucede así con la expedición de Himileon, cuyo relato ori- ginal, no llegó hasta nosotros. La descripción de sus viajes, la hizo un poeta, Avieno, y en ella, la fantasía, oscurece la verdad. Los griegos anteriores a Tales de Mileto.—Las primeras teo- rías geográficas definidas, fueron desarrolladas, o al menos expre- sadas por los griegos. En sus más antiguos monumentos literarios, en los poemas de Orfeo, y Homero y en la Teogonía de Hesíodo, la noción geográfica, como la concebían en aquellos tiempos, con todos sus errores, ín- timamente unida a la fábula y el mito, aparece claramente expre- sada. La expedición de los Argonautas sirve para exponer alegóri- camente las iniciativas de exploración y de conquista de los: pue- blos helenos y para dar a conocer el reducido escenario en que se movían sus fantásticas empresas, escenario Añe a los actores, les parecía de proporciones colosales. Despojando la geografía de los poemas órficos de lo que tienen de maravilloso, queda reducido, lo que conocían del mundo, a las costas occidentales de Asia, en el Mediterráneo o sean las orientales del mar Egeo. En la Odisea de Homero, se habla de Egipto, pero es sólo para referirse a la desembocadura del Nilo. La concepción que tenían del mundo, era desde luego, errónea, como producto de observaciones imperfectas, por las cuales llega- ron a una conclusión falsa, aceptándola como verídica. La Tierra, según la concebían los héroes de Orfeo y de Home- ro, era de forma circular. Su periferia, estaba rodeada del río Océano y los mares mediterráneos que habían surcado los Argo- nautas y la expedición de Ulises, eran como brazos entrantes de ese río de grandeza colosal. La fantasía nativa de los griegos, desfiguró la verdad del he- cho geográfico, ocultándola tras el velo alegórico de la fábula. Los Argonautas de Orfeo salen por el Fasis, al fondo del Pon- to Euxino al océano, para volver a entrar en el Ponto, navegar por el río Dnieper al norte, para salir de nuevo al océano en la región hiperbórea, y regresar, costeando el Atlántico, por las columnas de Hércules y el Mediterráneo, al punto de partida. (Continuará.) NECROLOGIA MICHEL BRÉAL La prensa de París del 25 de Noviembre de 1915, nos da a co- nocer la triste nueva de la desaparición del gran lingúista Michel Bréal, orgullo de Francia y orgullo también de las naciones cul- tas que supieron apreciar su superioridad mental, el brillo de sus escritos y la influencia grande de sus enseñanzas en cuantos se han interesado y se interesan por los estudios lingúísticos. Era una re- liquia bien amada que conservaban con devoción afectuosa los que se honraron con ser sus discípulos directamente y los que lo fueron siempre al buscar en su ciencia la mejor orientación para sus estu- dios. De carácter en extremo amable y de bondad extraordinaria, atraía poderosamente su simpática personalidad cuyo cabello cano daba a su fisonomía belleza y respeto, y cuyo trato íntimo produ- cía extraordinario deleite. Lo conocimos personalmente hace siete años, porque ya hacía mucho tiempo que manteníamos con él correspondencia periódica y desde ese año de 1908 hasta que la muerte implacable nos lo arrebatara siempre sostuvimos relaciones bien cordiales. Fué un gran pensador, por eso fué grande en la es- fera de los estudios lingiiísticos; aprovechó con éxito maravilloso las doctrinas del gran Bopp, su maestro muy querido, analizó sus principios con la seriedad con que lo hace el investigador profun- do, esforzóse por realzar los méritos extraordinarios de su mentor y dejó caer en el campo que espigara sana y buena doctrina. Ahí están los prólogos admirables que redactara y pusiera a su traducción de la Grammatre comparée des langues indo-curopéen- nes de Bopp, ahí su Étude des origines de la religion. zoroastrien- ne que mereció el premio de la Academia de Inscripciones y Bellas Letras, ahí, para no desmentirnos, está su magistral tesis en op- ción al doctorado Hercule et Cacus, étude de mythologie compa- rée en la que de modo sobresaliente combate los principios de la escuela simbólica demostrando cuánto puede obtenerse de la cien- cia del lenguaje para la más exacta explicación de los mitos como 142 NECROLOGIA en Le Mythe d*(Edipe mantuvo invariable el mismo espíritu que tuviera al redactar su tesis sobre Hércules. La labor de Bréal ha sido en extremo fecunda; no hay más que abrir las páginas del Catálogo de la Biblioteca de París para ad- vertirlo desde el primer instante. Pero no fué la labor rutinaria de los que sin preparación y en medio de una fiebre inútil de tra- bajo lanzan al público sus pobrísimas producciones; la labor de Bréal, desde su cátedra, desde la Sociedad Lingiística de París, como colaborador asiduo en varias revistas, como inspector gene- ral de instrucción pública, fué siempre útil; estudió cada caso con especial interés y dejó en cada página eserita su opinión franca y honrada. Las relaciones estrechas que existen entre la filología y la lingúística permitióle en múltiples ocasiones el poder demos- trar que también sabía dominar las variadas disciplinas que inte- eran aquélla: de ahí su paciente y meritoria labor sobre las Ta- bulae Eugubinae de provecho innegable para los apasionados por estas materias y de éxito maravilloso en cuanto al estudio grama- tical del contenido de ellas si se compara con lo realizado por los que antes que él hicieron esfuerzos para precisar completamente cuanto respecto de la fonética, morfología y sintaxis se contenía en esas inseripciones. En su libro Mélanges de mythologie et de lin- gilistique reunió los artículos que escribiera en años distintos y en los cuales hizo resaltar las ventajas del método comparado aplicado al estudio de las lenguas, trató con maestría sobre la forma y fun- ción de las palabras, diseurrió con éxito acerca de las ideas latentes en el lenguaje así como sobre los progresos de la gramática compa- rada. No es posible encerrar en el reducido espacio de unas cuantas páginas el magnum opus de una vida consagrada completamente a la ciencia como fué la de Bréal; los que quieran conocer al de- talle lo que él sienificó en el movimiento lingitístico mundial, acu- dan a su bibliografía, interroguen a su discípulo amado, el eminente Profesor Sr. Antonio Meillet, su sucesor en la Cátedra del Colegio de Francia que aquél a su vez ocupara a la muerte del Profesor Hase y como información en menor escala, ofrecemos nuestro tra- bajo ““Bréal””, que publicamos en 1911, con el fin de rendir público homenaje de admiración al maestro y amigo querido. A este modes- to tributo de afecto se debe el envío que hiciera de varios ejemplares de su obra Mots Latins acompañado de las líneas siguientes: Je me suis demandé comment je pourrai me montrer sensible au magnifi- NECROLOGIA 143 que cadeau que vous m'avez fait. Pendant que j? y reflechissais m'est arrivé de chez mon éditewr un envor de mes ““Mots Latins”? (cours supérieur nouvelle édition), qui ma paru répondre quelque peu a ma question. J'ar cru, en effet, deviner en vous, un ami de l'ims- truction, et je pense, que se pourra étre une satisfaction pour vous de distribuer de ma part aux jeunes Havanais les plus méritants ce livre qui pourra leur étre utile dans leurs études. Acceptez— le donc et fartes—en un usage qui associera nos deux noms dans la memove de vos jeunes compatriotes. Sus investigaciones etl- mológicas, su delicioso libro Pour mieux connaitre Homére cons- tituyen útil labor en la que ha realizado con exceso el famoso pre- cepto de Horacio de amalgamar sobradamente lo útil con lo agra- dable. Felices los que como Bréal pasan por el mundo de los vivos de- jando tras sí una estela luminosa, magnífico exponente de una vi- da mental consagrada en un todo a la conquista de la verdad cien- tífica. Aprovechemos tan buen material para mejorar nuestra eul- tura, aprovechemos las grandes lecciones esparcidas en sus obras que ellas han de contribuir al bien de nuestro espíritu. Dr. J. M. Driuico0, Profesor de Lingúística y de Filología. DR. MANUEL GOMEZ DE LA MAZA El día 26 del actual mes de Enero ha fallecido el Dr. Manuel Gómez de la Maza, catedrático de Botánica general y de Fitografía y Herborización; p esto que desempeñaba desde 1904. Muchos años antes de esa fecha fué nombrado profesor auxiliar de la extinta Facultad de Ciencias, dedicándose siempre al estudio de la Fitografía, en cuyo dominio adquirió indiscutible prestigio científico por la importancia de sus publicaciones. Descanse en paz el ilustrado comprefesor. Su elogio fúnebre está a cargo del Dr. Carlos de la Torre. LA ELECCION DEL RECTOR El primero de Diciembre último y por reunión del Claustro convocado al efecto, de acuerdo con lo preceptuado en los vigentes Estatutos de nuestra Universidad, fué electo Rector para el trienio de 1915 a 1918 el Dr. Gabriel Casuso y Roque, Decano de la Facul- tad de Medicina y Profesor titular de Ginecología; habiendo toma- do posesión del puesto en solenine sesión del ocho del mismo mes. La Revista, que publicará en sus páginas los discursos pronun- ciados en dicho acto de toma de posesión por los Dres. Rodríguez Lendián y Casuso, desea al nueve Rector el mayor éxito en el difícil desempeño de su alto cargo. NOTICIAS OFICIALES —Toma de posesión del Dr. Luis Padró del cargo de Profesor titular de Metodología Pedagógica (Octubre 31 de 1914). —Adjudicación por el Rectorado de Beca de Viaje al Dr. Luis Baralt Za- charie (Enero 11 de 1915). —Se acuerda la forma oral en los exámenes de la Escuela de Letras y Fi- losofía (sesión del 2 de Marzo de 1915). —Toma de posesión de Profesor Auxiliar interino de la Escuela de Cien- cias del Dr. José R. García Font (31 Marzo, 1915). —Aprobación de modificaciones exámenes de Matemáticas (15 Mayo, 1915), —Toma de posesión de Profesor Auxiliar interino de la Escuela de Letras y Filosofía del Dr. Salvador Salazar (31 Mayo, 1915). —Decreto Presidencial resolviendo que el Profesor Auxiliar para el grupo de Historia y Ciencias filosóficas se considere como auxiliar con función anexa (30 Julio, 1915). —Toma de posesión del Dr. Andrés Castellá del cargo de Profesor auxiliar titular de Arquitectura (13 Septiembre, 1915). —Nombramiento de Ayudante del Jardín Botánico a favor del Dr. José Frayde (19 Noviembre, 1915). —Toma de posesión de Profesor Auxiliar interino de la Escuela de Inge- nieros del Dr. José R. Martínez (17 de Noviembre, 1915). Biología (1 CULO) Ada da ALICE AN oa ql CORSO TO O Era eos Profesor Dr. Carlos de la Torre. OO Aia (1 CUESTE Mas eo Antropología general (1 curso)............... E Dr. Luis Montané. z CONFERENCIAS Sistema nervioso: morfología y funciones. Su evolución en el hombre y en la serie zooló- + Dr. Arístides Mestre (Aux. ) A A A AE CNN q Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Arístides Mestre (Conservador del Museo Zoológico y Jefe de los trabajos prácticos del Laboratorio de Biología, ); Dr. Pablo Miquel (Jefe del Gabinete de Astronomía); Dr. Nicasio Silverio (Jefe del Gabinete de Física), Dr. Gerardo Fernández Abreu (Jefe del Laboratorio de Química); y Dr. Jorge Hortsmann “Director del Jardín Botánico). Estos diversos servicios tienen sus respecti- vos ayudantes. —El «Museo Antropológico Montané» y el Laboratorio de Antropología tienen por Director al Profesor titular de la asignatura. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. JoséR. García Font. 3 ESCUELA DE PEDAGOGIA Psicología Pedagógica (1 curso).....:..... SALE l Historia de la Pedagogía (1 curso)............ - Profesor Dr. Alfredo M. Aguayo. Higiene Escolar (1 curso).......... PERA ez Metodología Pedagógica (2 Cursos)... ......... e Dr. Luis Padró. nea CUE ac a » a EA . bujo matural (ÚCursO) occ »”» Sr. Pedro Córdova. Agrupada la carrera de Pedagogía en tres cursos, comprende también asignaturas que se estudian en otras Escuelas de la misma Facultad. El Director del Museo Peda- gógico es el Profesor titular de Metodología. Ue > 4. ESCUELA DE INGENIEROS, ELECTRICISTAS Y ARQUITECTOS Dibujo Topográfico estructural y arquitectónico. | 1 AAA A A MA AAN Profesor Sr. Eugenio Rayneri. Betereotomar (El CUESO). na la A ) Geodesia y Topografía (1 curso)............../ E ». IRIMERSUEL (AICUISO) d y pe Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. Materiales de Construcción (1 curso) ......... l Resistencia de Materiales. Estática Gráfica |l Eno Sade vab MN A OS ETA ea Construcciones Civiles y Sanitarias (1 curso).. ) Endromecánica CUCUrSsO) ira at 1 Maquinaria (1 curso)... j Se Sr. Eduardo Giberga. Ingeniería de Caminos (3 cursos: puentes, fe- / mocarkiiles, calles y carreteras)... o... y de Enseñanza especial de la Electricidad (3 cursos) SS Sr. Ovidio Giberga. Arquitectura é Higiene de los Edificios (1 curso) ] Historia de la Arquitectura (1 curso).......... Ñ Contratos, Presupuestos y Legislación especial ; y á la Ingeniería y Arquitectura (1 curso)..... A Esta Escuela comprende las carreras de Ingeniero Civil, Ingeniero Electricista y Arquitecto; y son sus profesores Auxiliares: Sr. A. Fernández de Castro (Jefe del Labo- ratorio y Taller Mecánicos); y Sr. Plácido Jordán (Jefe del Laboratorio y Taller Eléctri- cos); con sus correspondientes ayudantes. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. JoséR. Martínez. En dicha Escuela se estudia la carrera de Maestro de Obras; exigiéndose asignaturas que corresponden á otras Escuelas. 5. ESCUELA DE AGRONOMIA ” Química Agrícola é Industrias Rurales (1 curso). Rabkicación de azúcar (1 curso)... m.cin. Dr. Luis de Arozarena. Dr. Andrés Castellá. | Profesor Dr. Francisco Henares. O A 1 OEA UNCUES O pa Sr. José Cadenas. TO RES WACUES O ds tata 1 Economía Rural y Contabilidad Agrícola (1 cur- ) FO a TO A L Ss “O e Legislación Rural y formación de Proyectos Í 2 o EA: E A O ES e od ) El profesor auxiliar de esta Escuela es el Dr. Buenaventura Rueda (Jefe de los Mu- seos y Laboratorios). Para los grados de Perito químico agrónomo y de Inmgentero agrónomo, se exigen estudios que se cursan en otras Escuelas. En la Secretaría de la Facultad, abierta al público todos los días hábiles de 1 4 5 de la tarde, se dan informes respecto á los detalles de la organización de sus diferentes Escuelas, distribución de los cursos en las carreras que se estudian, títulos, grados, dis- posiciones reglamentarias, incorporación de títulos extranjeros, etc. AVISO La REVISTA DE La FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS es bimestral. Se solicita de las publicaciones literarias ó científicas que reciban la REVISTA, el canje co- rrespondiente; y de los Centros de instrucción ó Corporaciones á quienes se la remitamos, el envío de los periódicos, catálogos, etc., que publiquen: de ellos daremos cuenta en nuestra sección bibliográfica. - Para todo lo concerniente á la Revista (administración, canje, remisión de obras, etc.) dirigirse al Sr. Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, Re- pública de Cuba. Los autores son los únicos responsables de sus artículos; la REVISTA no se hace solidaria de las ideas sustentadas en los mismos. : MO TICte x The REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, will be issued every other month. E We respectfully solicit the corresponding exchange, and ask the Centres of Instruction and Corporations receiving it, to kindly send periodicals, catalogues, etc., published by them. A detailed account of work thus received will be published in our bibliographical section. Address all communications whether on business or otherwise, as also periodicals, printed matter, etc., to the Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, República de Cuba. AVWVIS La REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS parait tous les deux mois. On demande 1'échange des publications littéraires et scientifiques: il en sera fait un compte rendu dans notre partie bibliographique. ¿ Pour tout ce qui concerne la Revue au point de vue de 1'administration, échanges, envoi d'ouvrages, etc., on est prié de s'adresser au Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, República de Cuba. Les auteurs sont seuls responsables de leurs articles, et la REVUE n'est engagée par opinion personelle d'aucun d'eux. ¿A VoL. XXII UNIVERSIDAD DE LA HABANA. | Núm. 2. REVISTA DETEÉA PAÍGULTAD:DE LEPRAS Y CIENCIAS DIRECTOR: Dr. EVELIO RODRIGUEZ -LENDIAN. REDACTORES JEFES: “Dr. ARISTIDES MESTRE. Dr. JUAN MIGUEL DIHIGO. COMITÉ DE REDACCION: Dres. GUILLERMO DOMINGUEZ ROLDAN, SERGIO CUEVAS ZEQUEIRA, CARLOS DE LA TORRE, CARLOS THEYE, ALFREDO M. AGUAYO, LUIS PADRO, ALEJANDRO RUIZ CADALSO, FRANCISCO HENARES Y BUENAVENTURA RUEDA. MARZO DE 1916 SUMARIO: —LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA (conclusión)....... Dr. Juan M. Dihizc. —MILANES, LUACES Y LA AVELLANEDA COMO POETAS f DEAMÁTICOS (CONTINNMACIÓON) A A Dry. Salvador Salazar. —HEXPOSICIÓN CRÍTICA DE LOS MÉTODOS ACTUALES EN PRÁCTICA EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA (con- A E a CMS MONEDA O ASE Dr. Rafael Fernández. ATA MASOCIAELÓN DE IDEAS... dd do lr a od la de Calo de Srta. Esther Fernández. —BIBLIOGRAFÍa.—I. Resumen de los bastones perfo- rados de la provincia de Santander, por O. Cendrero. —II. Noticia de dos nuevos yacimientos prehistóri- cos de la provincia de Santander, por O. Cendrero.— TII. Interpretación de un adorno.en las figuras huma- nas masculinas de Alpera y Cogul, por I. del Pan y P. Wernert.—IV. Hallazgo prehistóricos en tres ' cuevas de la Sierra de Cameros, por I. del Pan.—V. La cerámica halstattiana en las cuevas de Logroño, por P. Bosch Gimpera.—VI. Instrumento neolítico de Corral de Caracuel, por A. Blázquez. —VII. So- bre los instrumentos neolíticos de Corral de Cara- “cuel, por A. Cabrera. —VIII. Geología y Paleonto- logía del Mioceno de Palencia, por E. Hernández Pacheco y J. Dantín Cereceda. —IX.- La mandíbu- la neandertaloide de Bañolas, por E. Hernández Pa- checo y H. Obermaier. —X. El problema de la ce- rámica iBérica por P. Bosch Gimpera.—XI. Estra- tigrafía de la Sierra de Tjevante de Mallorca, por B. Darder Pericás.—XII. Guadarrama, por CB. Quirós y J. Carandell.—XIII. Monografía geoló- gica del Valle de Lozoya. por L. Fernández Nava- rro. —XIV. Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Alréstil DA dis e leal Dr. A Mestre. —MISCELÁNEA.—Conferencias universitarias. IMPRENTA" EL SIGLO XX>> DE AURELIO MIRANDA TENIENTE ReY 27 HABANA ENSEÑANZA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS. Decano: Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Secretario: Dr. Juan Miguel Dihigo. |, ESCUELA DE LETRAS Y FILOSOFIA. Lengua y Literatura Latinas (3 cursos)........ Profesor Dr. Adolfo Aragón. Lengua y Literatura Griegas (3 cursos)... .... ae Dr. Juan F. de Albear. LR A / MI o EiolBea UCHESO as pei o a oa j Za De Juan Me Historia de la Literatura Española (1 curso)... Dr. Guillérmo. Dona Historia de las literaturas modernas extranjeras o E A DACHESOS A IT O A A q 000 Roldán. Historia del América ((ÉcUurso) os 1 Ro Dr. Evelio Rodríguez Len- Historia moderna del resto del mundo (2 cursos) / dián. BSICOlO PTA (MPCUESO O Entosotta-Morall (Micro) se Dr. Sergio Cuevas Zequei- SOCIOlosta (LUCAS) do Ao oa a ra (Aux.) Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Sergio Cuevas Zequeira para el grupo de Historia y Ciencias Filosóficas; Dr. Ezequiel García y Enseñat para el grupo de Literaturas y Dr. Sixto López Miranda para el grupo de estudios de Lenguas, los cuales dar conferencias sobre sus respectivas materias, El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. Salvador Salazar. El Laboratorio de Fonética Experimental tiene por Director al Profesor titular de Linguística. 2. ESCUELA DE +CIENCIAS: [a] Sección de Ciencias Físico-Matemáticas. Análisis matemático (Algebra Superior) 1 curso) Análisis matemático (Cálculo diferencial é inte- Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) A A AN Geometría superior y analítica (1 curso)....... Geometría descriptiva (1 curso)......c0.o..... Dr. Claudio Mimó. Eroonometría (Ud Curso) EisTea Superior (ler curso) as 1 DI PREdO Ra BASICA OH PELIOL (MARCUS e AOS Ñ , Otuíimica ¡Senerala (corso) A o de Sr. Carlos Theye. . a Ada AN A Ye Ñ Al Dr. Carlos de Ta gí O e Dibujo Pneal (Curso) NE 1 a Z y Dibujo Natural (] A ds o a ole Fabes )' 8 Sr. Pedro Córdova. Cosmología (acuso) A ] ( Wecánica Racional (Curso) o dl Dr. Victorino Trelles. ¡ASEROHO MA CHEST) e NA e 5 : : Geodestar(IOCUESO o o AS ne Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. Mineralogía y Cristalografía (1 curso)..... ... as Dr. Santiago de la Huerta. Botánica general! (11: Curso) a Ne Dr. Manuel Gómez de la Maza. [b] Sección de Ciencias Físico-Químicas. Análisis Matemático (Algebra Superior)....... Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) Geometría Superior (sin la Analítica?......... A Dr. Clandio VAMO Trigonometría (plana y esférica).............. ) de ; ñ KISICASOPeror (ler Curso o e Et 1 Dr. Plácido Biosdl Eisica o uperior 120 CON e e ¡A : j Química Inorgánica y Analítica (1 curso)...... ¡E Sr. Carlos Theye Oníuiea Degánica (1: curso) AA a J y ¿ : Dibujo mMimeal: (1 cursor ee E NS ee / Z 3 A E ; Sr. Pedro Córdova. Dibujo Natural (Licor a torta te sis y Sd > Ñ Mineralogía y Cristalografía (l curso)......... > Dr. Santiago de la Huerta. Biología CAPTCUESO. A o MA e bas e L Dr Carlos de la Torre ZOO ICO e te ol j 29 ] F 4 Botánica general (1 curso. aer aio S3 Dr. Manuel Gómez de la Maza. Cosmología (1 Carson TINEO O Ss Dr. Victorino Trelles. [c] Sección de Ciencias Naturales. Análisis Matemático/ Algebra Superior) 1 curso Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) Geometría Superior (sin la Analítica) ......... / De. Clandio Mid Trigonometría (plana y esférica).............. y de ; Onímica general (1 crol o eo se Sr. Carlos Theye. Dibujo MIEL CASO) e teo lo do [RNE / Se. Pedro Córdova: Dibujo Natural (1 currod. too e 5 E EA : RISICA Feneral Wi CASO) oa ooo er a a ae de > Dr, Plácido Biosca. o ac conoood ve PE: Santiago de la Hue; Botánica general (Curso id ae e as / Dr. Manuel Gómez dela MAN Fitografía y Herborización (1 curso).......... j de Vol. XXII MARZO DE 1916 Núm. 2 REVISTA DENEZA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA *? BOSQUEJO HISTORICO POR EL DR. JUAN M. DIHIGO Profesor de Lingúística y de Filología (Continuación) 1794 Rector Cancelario: Fr. Miguel Morejón. Este año se recuerda en los fastos ceremoniales por la supresión del ve- jamen a los Doctores. Vice-Rector: Fr. Rafael Rioentero. Conciliarios: Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Félix Andrade, Fr. Tomás Pas: cual y Fr. Ambrosio Pérez. Fiscal: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Maestro de Ceremonias: Pbro. Francisco Escavin. Comisarios: Fr. Ignacio Fernández de Velazco y Dr. Tomás Romay. 1795 Rector Cancelario: Fr. Rafael Rioentero. Vice-Rector: Fr. Ambrosio Pérez. Conciliarios: Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Félix Andrade, Fr. Juan Gon- zález y Fr. Liberato García. Fiscal: Dr. Felipe Bó y Domenech, Tesorero: Pbro. Agustín Caballero. Maestro de Ceremonias: Pbro. Francisco Escavin. Comisarios: Dr. José González Ferregut y Dr. Sebastián Noriega. 1 Véase el No, 3 del tomo XXI, Noviembre, 1915, y el No. 1 del tomo XXII, Enero, 1916. 146 JUAN M. DIHIGO 1796 Rector Cancelario: Fr. Miguel del Rosario Rodríguez. Vice-Rector: Fr. Ambrosio Pérez. Conciliarios: Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Félix Andrade, Fr. Ambrosio Pé- rez y Fr. Liberato García, Fiscal: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Tesorero: Dr. Tomás Romay. Maestro de Ceremonias: Dr. Manuel Casaverde. Comisarios: Dr. José Anselmo de la Luz y Dr. Mariano Fdez. de Velazco. 1797 Rector Cancelario: Fr. Juan González Ozeguera. Vice-Rector: Fr. José Liberato García, Conciliarios: Fr. Félix Andrade, Fr. Miguel Morejón, Fr. Tomás Pas- cual y Fr. Ambrosio Pérez. Fiscal: Dr. José Mariano Fernández de Velazco. Tesorero: Dr. Tomás Romay. Maestro de Ceremonias: Fr. Manuel Casaverde. Comisarios: Pbro. Jacinto Ruiz y Dr. Tomás Romay. ny 1798 Rector Cancelario: Fr. Ambrosio Pérez. Vice-Rector: Fr. Manuel Casaverde. Fiscal: D. José Antonio Anaya. Tesorero: Dr. Tomás Romay. Comisarios: Dr. Sebastián Noriega y Dr. José María Sans. 1799 Rector Cancelario: Fr. Miguel Morejón. Vice-Rector: Fr. Tomás Pascual. Cancelarios: Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Juan González, Fr. Manuel Casa- verde y Fr. Juan Govin. Fiscal: D. Juan José Hernández. Tesorero: Dr, Tomás Romay. Maestro de Ceremonias: Fr. Nicolás de la Parra. Comisarios: Pbro. José Antonio Cardoso y Dr. Juan José Hernández. 1800 Rector Cancelario: Fr. Juan González. Vice-Rector: Fr. Miguel Morejón. Conciliarios: Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Tomás Pascual, Fr. Manuel Ca- saverde y Fr. Juan Govin. Fiscal: D. José Mariano Fernández de Velazco. Tesorero: Dr. Tomás Romay. Maestro de Ceremonias: Fr. Nicolás de la Parra. Comisarios: Pbro. José María Velázquez y Pbro. José Rafael de los Bantos. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA , 147. 1801 Rector Cancelario: Fr. Manuel Casaverde. Vice-Rector: Fr. Juan B. Govin. Conciliarios: Fr. Miguel Morejón, Fr. Juan González, Fr. Tomás Pascual y Fr. Nicolás de la Parra. Fiscal: D. José Mariano Fernández de Velazco. Tesorero: Dr. Juan José Hernández. Maestro de Ceremonias: Fr. Agustín Royé. Comisarios: Dr. José Antonio Anaya y D. Manuel García Coronado, 1802 Rector Cancelario: Fr. Miguel Morejón. Vice-Rector: Fr. Nicolás de la Parra. Conciliarios: Fr. Tomás Pascual, Fr. Manuel Casaverde, Fr. Manuel Que- sada y Fr. Juan Govin. Fiscal: Dr. Manuel G. Coronado. Tesorero: Dr. Juan J. Hernández. Maestro de Ceremonias: Fr. Agustín Royé. Comisarios: Dr. Tomás Romay y D. José de Jesús Méndez. 1803 Rector Cancelario: Fr. Manuel Casaverde. Vice-Rector: Fr. Agustín Royé. Conciliarios: Fr. Juan González, Fr. Tomás Pascual, Fr. Ambrosio Pérez y Fr. Nicolás de la Parra. Fiscal: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Tesorero: Manuel García Coronado. Maestro de Ceremonias: Fr. Antonio Andreu. Comisarios: D. José Mariano Fdez. de Velazco y Dr. José G. Ferregut. 1804 Rector Cancelario: Fr. Bernardo Hidalgo Gato. Vice-Rector: Fr. Juan Govin. Conciliarios: Fr. Tomás Pascual, Fr. Ambrosio Pérez, Fr. Manuel Casa- verde y Fr. Agustín Royé. Fiscal: Dr. José Mariano Fdez. de Velazco. Tesorero: Manuel García Coronado. Maestro de Ceremonias: Fr. Antonio Andreu. Comisarios: Pbro. Antonio José Cardoso y Pbro. José Rafael de los Santas 1805 Rector Cancelario: Fr. Juan Bautista Govin. Vice-Rector: Fr. Agustín Royé. Conciliarios: Fr. Tomás Pascual, Fr. Ambrosio Pérez, Fr. Manuel Casa- verde y Fr. Agustín Royé. Fiscal: Dr. José González Ferregut. Tesorero: Dr. Manuel G. Coronado. Maestro de Ceremonias: D. Manuel Rodríguez Cabrera. Comisarios; Dr. Tomás Romay y Dr, José de Jesús Méndez, 148 JUAN M. DIHIGO 1806 Rector Cancelario: Fr. Manuel Caballero. Vice-Rector: Fr. Agustín Royé. Conciliarios: Fr. Tomás Pascual, Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Manuel Casa- verde y Fr. Agustín Royé. Fiscal: Dr. José Abrahán Elcid. Tesorero: Dr. Manuel G. Coronado. Maestro de Ceremonias: Fr. Dámaso Inestrosa. Comisarios: Pbro. José Rafael de los Santos y D. Francisco Benvenuto Gui- tart. 1807 Rector Cancelario: Fr. Nicolás de la Parra. Vice-Rector: Fr. Antonio Andreu. Conciliarios: Fr. Bernardo H. Gato, Fr. Miguel R. Rodríguez, Fr. Manuel Caballero y Fr. Ambrosio Pérez. Fiscal: Luis Oyarvide. Tesorero: Dr. Manuel García Coronado. Maestro de Ceremonias: Pbro. Antonio Fonte y Quintero. Comisarios: Dr. Marcos Sánchez Rubio y D. Fernando Seydel. 1808 Rector Cancelario: Fr. Agustín Royé. Vice-Rector: Fr. José María Espinosa. Conciliarios: Fr. Manuel Caballero, Fr. Ambrosio Pérez, Fr. Manuel Que- sada y Fr. Manuel Casaverde. Fiscal: D. Francisco B. Guitart. Tesorero: Damián Ramírez. Maestro de Ceremonias: D. Fernando Seydel. 1809 Rector Cancelario: Fr. Miguel Rodríguez. Vice-Rector: Fr. José María Espinosa. Conciliarios: Fr. Manuel Caballero, Fr. Ambrosio Pérez, Fr. Manuel Que- sada y Fr. Agustín Royé. Fiscal: Dr. Francisco B. Guitart. Maestro de Ceremonias: D. Manuel Rodríguez Cabrera. Tesorero: Pbro. Damián Rodríguez. Comisarios: Conde de casa Ponce de León y Dr. José G. Ferregut. 1810 Rector Cancelario: Fr. Ambrosio Pérez. Vice-Rector: Fr. Manuel Quesada. Conciliarios: Fr. Miguel Rodríguez, Fr. Manuel Casaverde, Fr. Agustín Roy6 y Fray José María Espinosa. Fiscal: Dr. Juan de Dios Zaldívar. Tesorero: D. Fernando Seydel. Maestro de Ceremonias: Fr. Mateo Andreu. Comisarios: D, Juan B. Bobadilla y Fr. Lucas Villorria, LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 149 1811 Rector Cancelario: Fr. Antonio Andreu. Vice-Rector: Fr. Miguel Rodríguez, Fr. Manuel Quesada, Fr. José María Espinosa. Fiscal: Dr. Manuel García Fernández. Tesorero: D. Fernando Seydel. Maestro de Ceremonias: Fr. Remigio de Cernadas e Hita, Comisarios: D. Francisco B. Guitart y D. Francisco Y. de Soria. 1812 Rector Cancelario: Fr. Miguel Rodríguez. Vice-Rector: Fr. Dámaso Inestrosa. Conciliarios: Fr. Manuel Casaverde, Fr. Agustín Royé, Fr. Manuel Que- sada y Fr. Antonio Andreu. Fiscal: Dr. Juan José Hernández. Maestro de Ceremonias: Fr. Remigio Cernadas. Tesorero: D. Pedro Andreu. Comisarios: Pbro. José Eduardo Fernández y Pbro. José Rafael Santos. 1813 Rector Cancelario: Fr. Manuel Quesada. Vice-Rector: Fr. Antonio Andreu. Conciliarios: Fr. Miguel Rodríguez, Fr. Ambrosio Pérez, Fr. Mateo An- dreu y Fr. Remigio Cernadas. Fiscal: Dr. José Abrahán Elcid. Tesorero: Dr. Antonio José Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. Antonio Guzmán. Comisarios: Pbro. José Eduardo Fernández y Pbro. Antonio Pérez. 1814 Rector Cancelario: Fr. Tomás Pascual. Vice-Rector: Fr. Mateo Andreu. Conciliarios: Fr. Miguel Rodríguez, Fr. Ambrosio Pérez, Fr. Manuel Que- sada y Fr. Antonio Andreu. Fiscal: Dr. José Abrahán Elcid. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. Remigio Cernadas, Comisarios: Pbro. José Fernández y Pbro. Antonio Pérez. 1815 Rector Cancelario: Fr. José María Espinosa. Vice-Rector: Fr. Mateo Andreu. Conciliarios: Fr. Tomás Pascual, Fr. Miguel Rodríguez, Fr. Ambrosio Pé- rez y Fr. Manuel Quesada. Fiscal: Dr. José Abrahán Elcid. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. Angel Reyes. Comisarios de año: Fr. Lucas Villoria y Pbro. Domingo Fdez. de Velazco 150 2 JUAN. M. DIHIGO ... :1816 Rector Cancelario: Fr. Antonio Andreu. Vice-Rector: Fr. Miguel Rodríguez. Conciliarios: Fr. Ambrosio Pérez, Fr. Manuel Quesada, Fr. José María Espinosa, Fr. Mateo Andreu. Fiscal: D. Francisco Suárez. Tesorero: D. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. Angel Reyes. Comisarios: Dr. Francisco de Calvo y Antonio Machado. 1817 Rector Cancelario: Fr. José Félix Ravelo. Vice-Rector: Fr. Remigio Cernadas. Conciliarios: Fr. Manuel Quesada, Fr. José María Espinosa, Fr. Mateo Andreu y Fr. Antonio P. Guzmán. Fiscal: Dr. Francisco Suárez. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. José de los Santos Sarmiento. Comisarios: Dr. Matías Meza y Dr. Dionisio Matamoros. 1818 Rector Cancelario: Fr. Mateo Andreu. Vice-Rector: Fr. Remigio Cernadas. Conciliarios: Fr. Tomás Pascual, Fr. Miguel Rodríguez, Fr. Antonio An- dreu y Fr. José María Espinosa. Fiscal: Dr. Francisco Suárez. Tesorero: Dr. José A. Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. José Sarmiento. Comisarios: Pbro. Antonio Pérez y Pbro. Domingo Pluma. 1819 Rector Cancelario: Fr. Remigio Cernadas. Vice-Rector: Fr. Antonio P. Guzmán. Conciliarios: Fr. Antonio Andreu, Fr. José María Espinosa, Fr. Mateo Andreu y Fr. Angel Reyes. Fiscal: Dr. Joaquín Pedroso y Echevarría. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. José Sarmiento. Comisarios: Dr. Feo: Valdés Machado y Dr. Manuel Ramos Gallo. 1820 Rector Cancelario: Fr. Antonio Pérez de Guzmán. Los sucesos políticos impidieron hacer las otras elecciones. 1821 Rector Cancelario: Pbro. José María Reina. Vice-Rector: Dr. José Pérez Bohorquez. Conciliarios: Dr. Rafael Rodríguez, Dr. Manuel G. Fdez., Pbro. Agus- tín Caballero y Dr. José Abrahán Elcid. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 151 Fiscal: Dr. Manuel R. Gallo. Tesorero: Dr. Pedro Andreu. Maestro de Ceremonias: Pbro. Rafael de Hita. Comisarios: Dr. Martin Pedroso y Echevarría y Dr. Gregorio Morán. Este Claustro fuó borrascoso; los Religiosos protestaron de nulidad el acto; el Dr. Prudencio Echevarría sostuvo la incapacidad de los frailes para desempeñar destinos públicos y la Junta Provincial acordó que debían res- petarse las deliberaciones del Claustro por ser de lugar y de derecho. 1822 Rector Cancelario: Dr. José Antonio Viera. Vice-Rector: Pbro. José Esteban de Elosúa. Conciliarios: Dr. Franco. B. Guitart, Pbro. Miguel Moya, D. Fco. Pas- cual, D. Domingo Fernández de Velazco. Fiscal: Pbro. Luis Portela, Tesorero: Dr. Pedro Andreu. Maestro de Ceremonias: Dr. Domingo Rosain y Castillo. 1823 Rector Cancelario: Francisco B. Guitart. Vice-Rector: D. Sebastián Fdez. de Velazco. Conciliarios: Dr. José A. Viera, Dr. Lorenzo Hernández, Pbro. Domingo Fdez. de Velazco y Pbro. José Eduardo Fernández. Fiscal: Dr. José Antonio Valdés. Tesorero: Dr. Pedro Andreu. Maestro de Ceremonias: Dr. José María Gallegos. Comisarios: Dr. Pedro Gordillo y D. Ignacio Crespo. 1824 En este año volvieron los Religiosos Dominicos del Convento de San Juan de Letrán de la Habana a gozar el privilegio de ser sólo ellos los que podían ser electos Rectores. Rector Cancelario: Fr. Manuel Casaverde. Vice-Rector: Fr. Mateo Andreu. Conciliarios: Fr. Tomás Pascual, Fr. Miguel Rodríguez, Fr. José María Espinosa y Fr. Remigio Cernadas. Fiscal: Dr. Ignacio Crespo Ponce de León. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Dr. Bernardo del Riesgo. 1825 Rector Cancelario: Fr. Juan Govin. Vice-Rector: Fr. Manuel Casaverde. Conciliarios: Fr. Mateo Andreu, Fr. Tomás Pascual, Fr. José María Es- pinosa y Fr. Liberato García. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Fiscal: Dr. Santiago de la Huerta. Maestro de Ceremonias: Dr. Gaspar Zeferino de los Reyes, Comisarios: Pbro. Luis Portela y Dr. Francisco Valdés, 152 JUAN M. DIHIGO 1820 Rector Cancelario: Fr. Remigio Cernadas. Vice-Rector: Fr. Juan Govín. Conciliarios: Fr. José María Espinosa, Fr. Mateo Andreu, Fr. Tomás Pascual y Fr. Liberato García. Maestro de Ceremonias: Fr. Luis del Castillo. Comisario: Dr. José María Gallegos. 1827 Rector Cancelario: Fr. José de los Santos Sarmiento. Vice-Rector: Fr. Juan Govin. Conciliarios: Fr. José M. Espinosa, Fr. Remigio Cernadas, Fr. Mateo An- dreu y Fr. Tomás Pascual. Fiscal: Dr. Ramón Francisco Valdés. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: D. Antonio Abad Arteche. Comisarios: Dr. Juan Fco. Chaple y Dr. Manuel Puig. 1828 Rector Cancelario: Fr. Juan Govin. Vice-Rector: Fr. Mateo Andreu. Conciliarios: Fr. José María Espinosa, Fr. Remigio Cernadas, Fr. Tomás Pascual y Fr. José Santos Sarmiento. Fiscal: Dr. Francisco E. Hevia. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Fr. Pedro Infante. Comisarios: Dr. Juan F. Chaple y Dr. Manuel Rodríguez Brito. 1829 Rector Cancelario: Fr. Mateo Andreu. Vice-Rector: Fr. Juan Govin. Comisarios: Fr. Liberato García, Fr. José María Espinosa, Fr. Remigio Cernadas y Fr. José Santos Sarmiento. Fiscal: D. Gregorio Morán. Tesorero: D. Pedro Andreu. Comisarios: Dr. Isidro Cordovés y Dr. Manuel Blanco Solano. 1830 Rector Cancelario: Fr. Remigio Cernadas. Vice-Rector: Fr. Vicente Buytrago. Conciliarios: Fr. Mateo Andreu, Fr. Juan Govin, Fr. José María Espi- noga y Fr. José de los Santos Sarmiento. Fiscal: D. José Antonio Viera. Tesorero: Dr. Pedro Andreu. Maestro de Ceremonias: Dr. Gabriel Peláez, Comisarios: Juan Fco. Chaple y Dr. Juan B. Valderramas. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 153 1831 Rector Cancelario: Fr. José Liberato García. Vice-Rector: Fr. Juan Govin. Conciliarios: Fr. Mateo Andreu, Fr. José María Espinosa, Fr. Vicente Buytrago y Fr. José de los Santos Sarmiento. Fiscal: Dr. Francisco E. Hevia. Tesorero: Dr. Pedro Andreu. Maestro de Ceremonias: D. Manuel C. Casado. Comisarios: Dr. Eusevio Puig y Fr. Luis del Castillo. 1832 Rector Cancelario: Fr. Vicente Buytrago. Vice-Rector: Fr. Remigio Cernadas. Conciliarios: Fr. Mateo Andreu, Fr. Juan Govin, Fr. José M. Espinosa y Fr. José Liber.to García. Fiscal: Dr. Diego J. de la Torre. Tesorero: Dr. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Dr. Pedro Horruitiner. Comisarios: Dr. José María Gallegos y D. Manuel C. Casado. Sinodales de Latin: Dr. Manuel González del Valle, Fr. Pedro Infante y Dr. Juan F. Chaple. 1833 Rector Cancelario: Fr. Remigio Cernadas. Vice-Rector: Fr. Vicente Buytrago. Conciliarios: Fr. Juan Govin, Fr. José María Espinosa y Fr. J. Liberato García. Fiscal: Dr. Juan F. Chaple. Tesorero: Dr. Pedro Andreu. Maestro de Ceremonias: Dr. Vicente Pérez Infante. Comisarios: Dr. Manuel Bustillos. Sinodales de Latín: Fr. Pedro Infante, Dr. Pedro Horruitiner y D. Juan José de Hevia. 1834 Rector Cancelario: Fr. José María Espinosa. Vice-Rector: Fr. Remigio Cernadas. Conciliarios: Fr. Juan Govín, Fr. Mateo Andreu, Fr. Vicente Buytrago y Fr. Pedro Infante. Fiscal: D. Juan José Aparicio. Tesorero: D. José Antonio Viera. Maestro de Ceremonias: Dr. Manuel Bustillos. Comisarios: Dr. José Antonio Aragón y D. Manuel de Jesús Herrera. Sinodales de Latín: Dr. Gabriel Morales, Dr. Vicente Pérez y Pbro. Ra- fael de Hita. 154 JUAN M. DIHIGO 1833 Rector Cancelario: Fr. Vicente Buytrago. Vice-Rector: Dr. Pedro Infante. Conciliarios: Fr. Juan Govin, Fr. José María Espinosa, Fr. Mateo An- dreu y Fr. Remigio Cernadas. Fiscal: Dr. José Antonio Aragón. Tesorero: Dr. Diego José de la Torre. Maestro de Ceremonias: Fr. José María Miranda. Comisarios: Fr. Luis del Castillo y D. Pablo José Humanes. Sinodales de Latín: Dr. Manuel G. del Valle, Fr. Juan Mariño y D. An- tonio Pio Carrión. 1836 Rector Cancelario: Fr. Remigio Cernadas. Vice-Rector: Fr. Juan Mariño. Coneiliarios: Fr. Juan Govin, Fr. Mateo Andreu, Fr. José María Espi- nosa y Fr. Vicente Buytrago. Fiscal: Dr. Antonio Pío Carrión. Tesorero: Dr. Fernando González del Valle. Maestro de Ceremonias: D. Antonio Abad Arteche. Comisarios: D. Manuel J. de Herrera y Dr. Antonio Gassie. Sinodales de Latín: Fr. José Miranda, Dr. Juan Feo. Chaple y D. Ma- nuel J. Herrera. 1837 Rector Cancelario: Fr. Pedro Infante. Vice-Rector: Fr. Juan Govin. Conciliarios: Fr. José Liberato García, Fr. José María Espinosa ,Fr. Ma- teo Andreu, Fr. Vicente Buytrago. Fiscal: Dr. Leandro Brito. Tesorero: Dr. Fernando G. del Valle. Maestro de Ceremonias: Dr. Vicente A. de Castro. Comisario: Dr. José Antonio Aragón. Sinodales de Latín: Dr. Diego J. de la Torre, Dr. Manuel G. del Valle y Dr. Juan Fco. Chaple. 1838 Rector Cancelario: Fr. José María Miranda. Vice-Rector: Fr. Pedro Infante. Conciliarios: Fr. Liberato García, Fr. José María Espinosa y Fr. Juan Govin. Fiscal: Dr. José Antonio Valdés. Tesorero: Dr. Fernando (G. del Valle. Maestro de Ceremonias: Dr. Pedro Horruitiner. Comisarios: Dr. Gabriel Peláez y Dr. Manuel R. Blanco. Sinodales de Latín: Dr. Angel José Cowley, Dr. Pedro Horruitiner y D. Francisco Urrutia. - LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 155 1839 Rector Cancelario: Fr. Mateo Andreu. Vice Rector: Fr. José María Miranda. Fiscal: D. Ramón de Armas. Tesorero: Dr. Fdo. González del Valle. Maestro de Ceremonias: Dr. Esteban González del Valle. Comisarios: Dr. Miguel Céspedes y D. José Francisco de Cárdenas. Sinodales de Latín: Dr. Manuel G. del Valle, Dr. Dionisio Matamoros y DD Vicente A. de Castro. 1840 Rector Cancelario: Fr. Remigio Cernadas. Vice Rector: Fr. José María Miranda. Fiscal: Dr. Manuel López Hidalgo. Tesorero: Dr. Fernando G. del Valle. Maestro de Ceremonias: Dr. Isidro Cordovés. Comisarios: Dr. Juan B. Valderramas y Dr. José Fco. Ramos Almeyda. Sinodales de Latín: Dr. Angel José Cowley y Pbro. Fco. Jorge Llópiz. 1841 Ultimo año de la Real Pontificia. Rector Cancelario: Fr. José María Miranda. Vice-Rector: Fr. Remigio Cernadas. Fiscal: D. José Navarro. Tesorero: Dr. Fernando G. del Valle. Maestro de Ceremonias: Dr. Carlos L. Bernal. Sinodales de Latín: Dr. Esteban G. del Valle, Dr. Miguel Céspedes y Dr. Vicente A. de Castro. CEREMONIAL PARA LA ELECCION DEL RECTOR EN LA REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SAN JERONIMO Reunido el Claustro general citado por cédula, ante diem, se leía el infor- me de los Sres. Doctores glosadores de las cuentas, que de antemano se ha- bían nombrado, y en vista de dicho informe se procedía a su aprobación o censura; concluído este particular, el R. P. Secretario contaba el número de votantes, y dos Doctores, por lo regular los más antiguos, en unión del Rmo. Sr. Rector y P. Secretario servían de eserutinadores. Invocada la gracia del Es- píritu Santo, depositaban cada uno de los Doctores y Maestros su cédula en una urna preparada al efecto. Terminado el eserutinio se proclamaba al nue- vo Rector, prestaba juramento si estaba presente y si no lo iban a buscar a su celda los Comisarios de año precedidos de las mazas para que lo prestase; en seguida tomaba posesión del sillón rectoral, y daba las gracias. Al con- eluir su discurso el P. Secretario preguntaba tres veces si le prometían obe- diencia y el Claustro contestaba prometemos. En posesión el nuevo Rector se echaban al vuelo las campanas de la Igle- sia de Santo Domingo, e incorporado al Claustro, la Comunidad y Escuela de Novicios, con el Regente de Estudios y Prior Conventual y Provincial a gu 156 JUAN M. DIHIGO cabeza, salían procesionalmente hasta la Iglesia, entonando un solemne Te Deum, esperándolos en la puerta de dicha Iglesia el P. Sacristán con hiso- po y agua bendita, y acompañando el órgano el resto del Te Deum. (Arrate: Historia de la Isla de Cuba, Vol 1, pág. 314.) PRIVILEGIOS DE LOS RECTORES Estimados como Dignidades eclesiásticas, tenían el privilegio de dosel, tapete, sitial y cojín, de que se le diesen candelas con arandelas de plata en ciertas Ceremonias, el poder usar carruaje con dos troncos de mulas y lle- vando dos pajes con espadas; a más de su Dignidad Rectoral, eran Cancela- rios, por cuya autoridad Pontificial conferían los grados. (R. Cowley, Breves noticias sobre la enseñanza de la Medicina en la Real y Pontificia Universidad del Máximo Doctor San Jerónimo.) RECTORES DE LA REAL Y LITERARIA PLAN DE 1842 Sr. José María Sierra, tomó posesión en 15 de Octubre de 1842. Sr. Domingo López Somosa, en 19 Junio de 1844, Sr. Manuel Gómez Marañón, en 25 de Abril de 1848. Sr. Bonifacio Quintin de Villaescusa, interino, en 28 de Febrero de 1849. El Sr. Manuel Gómez Marañón volvió a hacerse cargo en 4 de Noviembre de 1849. Sr. Francisco Hereter Izquierdo, en 9 de Febrero de 1852. s Sr. Antonio Zambrana, en 26 de Enero de 1856. Sr. José Valdés Fauli, en 21 Diciembre de 1861. PLAN DE 1863 Sr. José Valdés Fauli, 1863. Dr. Francisco Durán y Cuervo, tomó posesión en 30 de Julio de 1864, Dr. Francisco Campos, interino, en 19 de Julio de 1865. Dr. José Pelligero de Lams, en 4 de Junio de 1866. Dr. Francisco Campos, interino, en 17 Julio de 1866. Dr. Francisco Lope de Lope García, en 18 de Octubre de 1866. Dr. Francisco Campos, interino, en Noviembre de 1866. Dr. Juan Bta. Ustáriz, en 28 de Enero de 1867. Dr. Francisco Campos, interino, en Julio de 1868. Dr. Martín Alvarez Ortiz de Zarate, en 30 de Julio de 1868. Dr. Francisco Campos, interino, en 13 de Junio de 1871. Dr. José Montero Ríos, en 22 de Abril de 1873. Dr. Juan Bta. Ustáriz, en 11 de Marzo de 1875. Dr. Nicolás José Gutiérrez, en 10 de Mayo de 1879. PLAN DE 1880 Dr. Fernando González del Valle y Cañizo, tomó posesión en 14 de Enero de 1881. Dr. Joaquín F. Lastres y Juiz, tomó posesión en 1.2 de Diciembre de 1890 LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 157 REFORMA DE 1898 Dr. Leopoldo Berriel y Fernández 1, tomó posesión en 1. de Diciembre de 1898. REFORMA DE 1899 Dr. Leopoldo Berriel y Fernández, tomó posesión en 1.2 de Febrero de 1900. REFORMA DE 1900 Dr. Leopoldo Berriel y Fernández, interino, tomó posesión en 20 de Julio de 1900. Dr. Leopoldo Berriel y Fernández, tomó posesión en 19 de Abril de 1901 desempeñando el cargo hasta el 27 de Julio de 1915. VICE-RECTORES DE LA UNIVERSIDAD Dr. Fernando González del Valle. Dr. Antonio Prudencio López. Dr. Joaquín F. Laudo. Dr. Eduardo Alvarez Cuervo. Dr. José María Carbonell. DECANOS DE LA FACULTAD DE FILOSOFTA P. M. y Dr. Fr. Martín de Oquendo. Nicolás A. Manzano. . y Dr. Fr. Juan Francisco Chacón. . D. Juan Morell y Tellez. . D. José Felipe Berreta. . y Dr. José V. Bango y Barrios. . D. Luis Hidalgo Gato. . y Dr. Tomás Romay, hasta 1842. SSBASEYY REAL Y LITERARIA Dr. D. Manuel González del Valle. Ldo. D. Antonio Bachiller y Morales, hasta 1863. REFORMA DE 1871 Dr. D. Antonio Blanco, hasta 1875. Ldo. D. Felipe Poey y Aloy. 1 Por decreto superior de fecha 13 de Agosto de 1898 se declaró electivo el cargo de Rector de la Universidad de la Habana, 158 JUAN M. DIHIGO DECANOS DE LA FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS Dr. Antonio María Tagle. Dr. Valeriano Fernández Ferraz. Dr. Carlos Hergueta y Alonso. Dr. Rafael Fernández de Castro. Dr. Teófilo Martínez de Escobar. Dr. José S. Castellanos. Dr. Juan Francisco Albear. Dr. Evelio Rodríguez Lendián. DECANOS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS Ldo. Felipe Poey y Aloy. Dr. Antonio Caro. Dr. Manuel J. Cañizares. DECANOS DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS Dr. Luis Montané. Dr. Evelio Rodríguez Lendián. DECANOS DE LA FACULTAD DE MEDICINA Dr. D. Luis Fontayne. Dr. D. Ambrosio Medrano. Dr. D. José Arango Barrios. Dr. D. José Melquiades Aparicio. Dr. D. Julián Recio de Oquendo. Dr, D. Matías Canto. Dr. D. Blas Machado. Dr. D. Julián Ayala. Dr. D. José Jesús Méndez. Dr. D. Nicolás del Valle. Dr. D. Lorenzo Hernández. Dr. D. Tomás Romay. REAL Y LITERARIA Dr. D. José Lletor Castro-Verde. Dr. D. Angel José Cowley. Dr. D. Fernando González del Valle. Dr. D. Felipe F. Rodríguez. Dr. D. Juan M. Bustamante. Dr. D. Federico Hortsmann. Dr. D. Antonio Gordon. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 159 Dr. D. Joaquín F. Laudo. Dr. D. Raimundo Menocal. Dr. Manuel Bango. * Dr. Juan Guiteras. Dr. D. Gabriel Casuso. DECANOS DE LA FACULTAD DE DERECHO CIVIL Dr .D. Juan B. Zayas Bazán. Dr. D. Pedro Calvo, Conde de Buenavista, hasta 1781. Dr. D. Ignacio Zenea, hasta 1801. Dr. D. Gaspar Fernández de Velazco, hasta 1803. Dr. D. Jacinto Castellanos. Dr. D. Pedro Antonio Ayala, hasta 1830. Dr. D. Francisco Pascual, hasta 1842. LITERARIA Dr. D. Diego J. de la Torre, hasta 1870. Excmo. e Iltmo. Sr. D. Francisco Campos y López. Dr. D. Felipe Lima y Renté. Dr. D. Antonio Prudencio López. Dr. D. Leopoldo Berriel y Fernández. Dr. D. Juan Bta. Hernández Barreiro. Dr. D. José A. del Cueto. Dr. D. José A. González Lanuza. DECANOS DE LA FACULTAD DE CANONES D. Juan de Ayalde Chirino. D. Lorenzo Tinoco, hasta 1757. D. Pedro Morales. D. Manuel Martínez Oropesa. Pbro. D. Antonio Claudio de la Luz, hasta 1800. Canónigo Dr. D. Teodoro Enríquez, hasta 1801. Pbro. Dr. D. Carlos Sánchez, Provisor del Obispado. Conde de Santovenia, Dr. D. Nicolás Campos. Conde de Casa Ponce de León, Dr. D. Fco. Ponce de León. Dr. D. Manuel G. Coronado, hasta 1842. DECANOS DE LA FACULTAD DE TEOLOGIA R. P. M. y Dr. Fr. Tomás Linares. R. P. M. y Dr. Fr. José Poveda. Pbro. Dr. José Soto Esquivel. R. P. M. y Dr. Fr. Juan B, Chacón, JUAN M. DIHIGO R. P. Fr. Blas Almeida de la Orden de la Merced. Pbro. Juan Sollozo. Pbro. Dr. José V. Arango Barrios, Cura de Guanabacoa. Pbro. D. José Agustín Caballero. Pbro. Canónigo José María Reina. R. P. M. y Dr. Fr. José Liberato García, hasta 1842. DECANOS DE LA FACULTAD DE FARMACIA Dr. Cayetano Aguilera. Dr. José Francisco Sibón. Dr. Joaquín F. Lastres. Dr. Carlos Donoso. Dr. F. F, Aenlle. Dr. M. Vargas Machuca. Dr. José J. Rovira. SECRETARIOS DE LA UNIVERSIDAD. Fr. José de Cárdenas. Fr. Nicolás Núñez. Fr, Mateo de Barrios. Fr, Pedro Cabello. Fr. José González. Fr. Tadeo de Linares. Fr. Josá Velazco. Fr, Nicolás Sotolongo. Fr. Antonio Manes. Fr. Miguel de Cárdenas. Fr, Mateo Prado. Fr. Diego Astacio. Fr, Antonio Fernández. Fr, Antonio Díaz. Fr. Lucas Serrano. Fr, Antonio Andrade. Fr. Juan de Cesar. Fr. José María Verdier. Fr, Ambrosio Herrera. Fr. Tenacio Fernández de Velazco. Pedro Sanjurjo. Manuel Sanjurjo. José María Velázquez. Santiago Cantero. Laureano Fernández de Cuevas. . Paulino Alvarez Aguiñiga. . Miguel Tavira. . Francisco Comas de Ruidor. POP yyEE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 161 Dr. Pedro N. de Castro. Dr. Sixto M. de la Torre. Ldo. Pedro Cervantes y Guerra. Dr, Miguel Gastón y Gastón. D. Baldomero de Rato y Hevia. Dr. Juan Gómez de la Maza y Tejada. 1 VICE-SECRETARIO DE LA UNIVERSIDAD Ldo. D. José Miguel Santillan. AA KX] BIBLIOTECARIOS D. Rafael de Selva. Dr. Joaquín Lebredo. Dr. Felipe Lima y Renté. D. José A. del Junco. Dr. E. Valdés Domínguez. Dr. Luis Estévez. Dr. Federico Hortsmann. Dr. Rafael Cowley. Dr. V. Ruiz de Luzuriaga. Dr. Adolfo Aragón. Dr. D. Hernando Segui. Dr. Ramón Meza. Dr. O. Averhoff. Dr. E. Hernández Cartaya. Dr. Guillermo Domínguez Roldán. Dr. Ezequiel García Enseñat. Dr. Sergio Cuevas Zequeira. Dr. Sixto López Miranda. SECRETARIOS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS Dr. Fernando Páez. Dr. Antonio Rojo y Sojo. Dr. José S. Castellanos. Dr. Juan Vilaró. Dr. Nicasio Silverio. Dr. Manuel S. Castellanos. Dr. Vicente Ruiz de Luzuriaga. 1 Desde hace treinta y dos años viene desempeñando con celo y excepcional com- petencia el cargo de Secretario General de la Universidad. Su devoción por nuestra Al- ma Mater y sus condiciones de funcionario honorable lo han hecho acreedor a nuestra estimación y respeto. Por R. O. de 28 de Septiembre de 1883 fué nombrado para dicho cargo tomando posesión el 19 de Octubre del propio año, 162 JUAN M. DIHIGO SECRETARIOS DE LA FACULTAD DE FARMACIA Dr. José Francisco Sibón. Dr. Carlos Donoso. Dr. Joaquín Barnet. Dr. Miguel de la Maza. Dr. José P. Alacán. SECRETARIOS DE LA FACULTAD DE MEDICINA Dr. José Pulido Pagés. Dr. Francisco 1. de Vildósola. Dr. Tomás Plasencia. Dr. Luis Cowley. Dr. Antonio Gordon. Dr. Federico Hortsmann. Dr. Francisco Domínguez y Roldán. SECRETARIOS DE LA FACULTAD DE DERECHO Dr. José C. Arazoza. Dr. José María Carbonell. Dr. José A. del Cueto. Dr. José A. Galarraga. Dr. José Novo. Dr. Eusebio Valdés Domínguez. Dr. Fermín Calbetón. Dr. Francisco J. Urrutia. Dr. Antonio G. de Mendoza. Dr. Octavio Averhoff. Dr. Gabriel Pichardo. Dr. Fernando Ortiz. Dr. Fernando Sánchez Fuentes. Dr. Antonio Govín. SECRETARIOS DE LA FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS Dr. Carlos Hergueta. Dr. Pedro Vesa. Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Dr. Adolfo de Aragón. Dr. Guillermo Domínguez. Dr. Sergio Cuevas Zequeira. Dr. Sixto López Miranda. SECRETARIOS DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS Dr. Juan Fco. Albear. Dr, Juan M. Dibigo. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 163 SECRETARIOS DE LA FACULTAD DE FILOSOFIA Y CIENCIAS Ldo. Torcuato Artola. PROFESORADO UNIVERSITARIO Relación de las cátedras de las distintas Facultades con los nombres di- versos que han tenido y profesores que las han desempeñado : Lengua Griega Dr. Bonifacio Avila. Dr. Juan Francisco de Albear. Dr. Adolfo Valdés Acosta. Dr. Juan M. Dihigo. Lengua Griega y Lingúística General y Filología Dr. Francisco de Albear. Lengua Hebrea Dr. Carlos Hergueta. Dr. Mariano Gaspar y Remiro. Dr. Francisco Chacorren y Escuder. Dr. Guillermo Domínguez y Roldán. Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Hebreo y Arabe Dr. Guillermo Domínguez. Lengua Arabe Dr. Valeriano Fernández Ferraz, Dr. Pedro Vesa y Fillart. Dr. Víctor Fernández Ferraz. Dr. Adolfo Aragón. Lengua Arabe y Sánscrito Dr. Adolfo de Aragón. Sánscrito Dr. Valeriano Fernández Ferraz. Dr. Adolfo Aragón. Dr. Guillermo Domínguez. Metafísica Dr. Anacleto Redondo. Dr. Antonio Rojo y Sojo. Dr. Valeriano Fernández Ferraz. Dr. Teófilo Martínez de Escobar. Dr. Adolfo de Aragón. Dr. Pedro Martínez López. Dr. Fernando Sánchez Fuentes. Dr. Ramón Meza. Dr. Guillermo Domínguez. Dr. Manuel V. Rodríguez. 164 JUAN M. DIHIGO Historia de la Filosofía Dr. Valeriano Fernández Ferraz. Dr. Adolfo Aragón. Dr. Guillermo Domínguez. Lógica, Metafísica y Moral Dr. Manuel González del Valle. Dr. José Manuel Mestre. Filosofía D. Antonio Bachiller y Morales. Dr. José Ignacio Rodríguez. Texto Aristotélico Dr. José Zacarías G. del Valle. Estética Dr. Teófilo Martínez de Escobar. Dr. Adolfo Aragón. Literatura clásica latina y griega y estudios críticos sobre los prosistas Dr. Antonio María Tagle. Literatura Griega y Latina Dr. Teófilo Martínez de Escobar. Dr. Manuel Valdés Rodríguez. Dr. Adolfo de Aragón. Literatura General y Española Ldo. Domingo de León y Mora. Dr. José S. Castellanos. Dr. Guillermo Domínguez. Literatura General Dr. Nicolás Heredia y Mota. Literatura e Historia D. Narciso Piñeyro. Literatura Española Dr. Ramón Meza. Literatura Latina Ldo. Domingo de León y Mora. Literatura General, Literatura Española e Historia crítica de la Literatura española Dr. José S. Castellanos. Historia crítica de la Literatura española Dr. Teófilo Martínez de Escobar. Dr. Adolfo Aragón. Historia de la Literatura de los pueblos de origen latino e Historia de la Literatura de los pueblos de origen germánico Ldo. Enrique Piñeyro. 1 1 No tomó posesión por residir en el extranjero, LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 165 Historia de la Literatura española e Historia de las literaturas modernas extranjeras Dr. Nicolás Heredia y Mota. Dr. Guillermo Domínguez y Roldán. Lengua y Literatura latinas Dr. Adolfo Aragón y Muñoz. Lengua y Literatura Griegas Dr. Juan Fco. de Albear. Lingúística y Filología Dr. Juan M. Dibhigo. Geografía Universal Dr. Francisco Campos. Ldo. José María de la Torre. Dr. Manuel Fernández de Castro. Geografía e Historia Dr. Miguel Gener y Rincón. Dr. Antonio Rojo. Dr. Miguel Gastón y Gastón. Historia Universal Ldo. José María de la Torre. Dr. Carlos Hergueta. Dr. Rafael Fernández de Castro. Dr. Manuel Galo Muñoz. Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Dr. Sixto López Miranda. Dr. Ezequiel García Enseñat. Dr. Guillermo Domínguez. Historia General Ldo. José María de la Torre. Historia de España Dr. José María de la Torre. Historia crítica de España Dr. Antonio Rojo y Sojo. Dr. Eugenio Sánchez Fuentes. Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Dr. Guillermo Domínguez. Dr. Adolfo Aragón. Dr. Sergio Cuevas Zequeira. Dr. Manuel Pruna Santa Cruz. 166 JUAN M. DIHIGO Historia de América Sr. Rafael M. Merchán. 1 Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Historia moderna del resto del mundo Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Lógica y Psicología, Etica y Sociología Dr. Enrique José Varona. Psicología, Filosofía Moral y Sociología Dr. Enrique José Varona. Dr. Sergio Cuevas Zequeira. Filosofía General e Historia de la Filosofía Dr. Rafael Montoro. 2 Psicología Pedagógica, Historia de la Pedagogía, Higiene Escolar Dr. Esteban Borrero Echeverría. Dr. Ramón Meza y S. Inclán. Dr. Alfredo Aguayo. Metodología Pedagógica Dr. Manuel Valdés Rodríguez. Dr. Luis Padró y Rodríguez. Dibujo lineal y natural Dr. Pedro Córdova y Leake. Química General Dr. Cayetano Aguilera. Dr. Plácido Biosca. Sr. Carlos Theye. Dr. Nicasio Silverio Química General e Inorgánica Dr. Arístides Agiero. Zoología y Mineralogía Ldo. Felipe Poey. Quimica Dr. Cayetano Aguilera. Dr. Arístides Agiero. Botánica y Geología Dr. Antonio Blanco Fernández. Dr. Manuel Cañizares. Dr. Fernando Paez. 1 No tomó posesión por residir en el extranjero. 2 No tomó posesión por haber renunciado el puesto, Dr. Dr. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Química inorgánica y Prácticas de Química Inorgánica Simón Vila y Vendrell. Arístides Agúero. Química Inorgámica y Analítica y Química orgánica . Carlos Theye. Análisis químico cualitativo y cuantitativo. Electricidad. . Carlos Theye. Análisis químico y Práctica de análisis químico Carlos Theye y Lhoste. Análisis industrial, Química Industrial, Química del azúcar . Luis de Arozarena. Química inorgánica, orgánica y análisis químico . Carlos Theye. Química orgánica, Análisis químico . Carlos Theye. . Nicasio Silverio. Química orgánica Manuel Johnson. Análisis químico orgánico . Alfredo Martínez. Análisis químicos especiales (Towxicológicos y Bromatológicos) Luis de Arozarena. Mineralogía, Botánica, Zoología y Geología Ldo. Felipe Poey y Aloy. Dr. Dr. Dr. DE Dr. Dr. Dr, Arístides Mestre. Mineralogía general y descriptiva y Cristalografía y Docimasia Santiago de la Huerta. Fisica Experimental Antonio Caro. Manuel Cañizares. Ampliación de Física Antonio Caro. Nicasio Silverio. Mecánica y Física Plácido Biosca. 167 168 JUAN M. DIHIGO Física, Micrografía y Fotografía Dr. Plácido Biosca. Física General Dr. Plácido Biosca. Física D. Feliciano Carreño. Dr. Joaquín Lebredo. Dr. Nicasio Silverio. Física Superior Dr. Manuel Cañizares, Dr. Plácido Biosca. Física Superior, Física industrial, Hidrostática Dr. Nicasio Silverio. Física Superior y Física Matemática Dr. Manuel Cañizares. Física, Mediciones eléctricas y Electricidad aplicada y Meteorología Dr. Nicasio Silverio. Matemáticas D. Nicolás Garrido. Complementos de Algebra, Geometría y Trigonometría Dr. Manuel Fernández de Castro. | Geometría analítica de dos y tres dimensiones Dr. Manuel Fernández de Castro. Cálculo Diferencial e Integral Sr. José R. Villalón. Análisis Matemático Dr. Manuel Fernández de Castro. Dr. José F. Múzquiz. Sr. José R. Villalón. Dr. Victorino Trelles. Algebra Superior, Cálculo Diferencial e Integral Sr. Jos6 R. Villalón. Dr. Victorino Trelles. Geometría Dr. Manuel Fernández de Castro. Geometría Analítica Dr. Claudió Mimó. 10 LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Geometría Superior y Analítica Claudio Mimó. 169 Geometría descriptiva, Geodesia, Estereotomía, Resistencia de Materiales Sr. Sr. Dr. 1D Sr. Dr. 10) Manuel Solano. Geometría Descriptiva Manuel Solano. Claudio Mimó. Trigonometría, Topografía y Meteorología Manuel Cañizares. Dibujo Lineal aplicado Pedro Córdova. Trigonometría . Claudio Mimó. Trigonometría y Astronomía . Manuel Cañizares. Historia Natural Juan Vilaró. Santiago Huerta. Zoografía. de vertebrados, de moluscos y zo6fitos, de articulados Ldo. Felipe Poey y Aloy. 1D Arístides Mestre. Zoografía de Vertebrados, Zoografía de Zoófitos y Moluscos, Zoografía de articulados. Anatomiw Comparada. Carlos de la Torre. Anatomía y Fisiología Animales, Biología, $. . Esteban Borrero Echeverría. . Arístides Mestre. . Vicente Ruiz de Luzuriaga. Zoología y Zoografía . Juan Vilaró. Biología y Zoología . Carlos de la Torre. Dr. 1D Arístides Mestre. José I. Torralbas. Biología y Anatomía Comparada . Esteban Borrero Echevarría. 170 JUAN M. DIHIGO Biología, Zoología y Zoografía Dr. Carlos de la Torre. Antropología Dr. Luis Montané. Dr. Arístides Mestre. Antropología General y Jurídica Dr. Luis Montané. Antropología General y Ejercicios de Antropometría Dr. Luis Montané. Organografía y fisiología vegetal Dr. Fernando Paez. Fitografía y geografía botánica Dr. José Planellas. Dr. José E. Ramos. Dr. M. G. Maza. Dr. Arístides Mestre. Fitología y Fitografía Dr. Domingo Hernando. Dibujo Lineal, Dibujo Aplicado Sr. Pedro Córdova. Dibujo Lineal y Topográfico Sr. Pedro Córdova. Mecánica Racional Aplicada, Astronomía Sr. Juan Orús y Presno. Mecánica Racional Sr. Juan Orús y Presno. Mecánica Racional, Astronomía, Cosmología Sr. Juan Orús y Presno. Dr. Victorino Trelles. Mecánica Racional y Física Matemática Sr. Juan Orús. Botánica Dr. Juan Vilaró y Díaz. Dr. M. G. Maza. Fitología, Fitografía con herborizaciones y Anatomía y Fisiología vegetales Dr. Domingo Hernando Seguí. Sr. Dr. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 171 Botánica General, Fitografía y Herborización . Manuel Gómez de la Maza. E Geología y Paleontología . Carlos de la Torre. . Severo Gómez Núñez. Mineralogía . Arístides Mestre. Santiago Huerta. Mineralogía y Cristalografía, Geología . Santiago de la Huerta. Paleontología estatigráfica . Francisco Vidal y Careta. Paleontología estratigráfica y Geología . Arístides Mestre. . Santiago de la Huerta. Anatomía Comparada . Carlos de la Torre. Química Industrial con análisis, Fabricación de azúcar . Francisco Henares. Agronomía, Zootecnia, Fitotecnia José Cadenas. Química Agrícola e Industrias Rurales, Fabricación de azúcar Francisco Henares. Economía Rural y Contabilidad Agrícola, Legislación Rural y Formación de Sr. Dr. Dr. 105% Proyectos José Comallonga. Materia farmacéutica correspondiente al reino vegetal José Feo. Sibón. José Rocamora. Materia farmacéutica animal y Materia farmacéutica vegetal José P. Alacán. Materia farmacéutica correspondiente a los reinos animal y mineral . José Feo. Sibón. . Carlos Donoso. . Juan Zamora. José Rocamora. 172 JUAN M. DIHIGO Materia farmacéutica animal y mineral. Instrumentos y aparatos de Física con aplicación a la farmacia Dr. Alfredo Martínez. Farmacia químico-inorgánica Dr. Joaquín F. Aenlle. Dr. Cayetano Aguilera. Química inorgánica Dr, Carlos Donoso, Farmacia químico-orgánica Dr. Joaquín F. Aenlle. Dr. Manuel Vargas Machuca. Materia farmacéutica vegetal y Microscopía Dr. José P. Alacán. Dr. Juan Aluija. Ejercicios y prácticas de reconocimientos y clasificación de objetos de materia farmacéutica Dr. José Fco. Sibón. Dr. Carlos Donoso. Práctica de operaciones farmacéuticas Ldo. Juan Pinet. Dr. Joaquín F. Lastres. Farmacia práctica Dr. Joaquín F. Lastres. Dr. Carlos Donoso. Análisis quámico aplicado a las ciencias médicas Dr. Fernando V. Aguirre. Dr. José de J. Rovira. Historia crítico-literaria de la farmacia Dr. Joaquín F. Lastres. Dr. Fernando V. Aguirre. Dr. José de Jesús Rovira. Ejercicios prácticos y análisis quámico Dr. José de Jesús Rovira. Química orgámica Dr. Manuel Johnson. Análisis bromatológicos, toxicológicos y farmacológicos Dr. José de J. Rovira. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 173 Botánica descriptiva y determinación de plantas medicinales Dr. Alfredo Bosque. Práctica de Química aplicada a la Farmacia. Análisis especiales. Química Médica. Dr. Manuel Johnson. Botánica aplicada a la Farmacia, $. Dr. Domingo Hernando Seguí. Farmacografía Dr. José P. Alacán. Farmacia Práctica Dr. José G. Díaz. Farmacia Práctica y Legislación Sanitaria Dr. Joaquín F. Lastres. Práctica de operaciones farmacéuticas Dr. Joaquín Barnet. Bacteriología farmacéutica. Botánica aplicada a la farmacia con determinación de plantas medicinales Dr. Domingo Hernando Seguí. Química orgánica aplicada a la Farmacia Dr. Manuel Johnson. Mineralogía y Zoología aplicadas a la Farmacia Dr. Juan L. Zamora. Dr. Santiago Regueyra. Química inorgánica aplicada a la Farmacia, $ Dr. Carlos Donoso. Estudios de los instrumentos y aparatos de Física de aplicación a la Farmacia Análisis químico y en particular de los alimentos, medicamentos y venenos, $. Dr. José de J. Rovira. Análisis químicos aplicados a las ciencias médicas Dr. Fernando Valdés Aguirre. Dr. José Joaquín Sibón. Dr. José de J. Rovira. Dibujo topográfico, estructural y arquitectónico. Estereotomía Sr. Eugenio Rayneri. Geodesia y Topografía. Agrimensura Dr. Alejandro Ruiz Cadalso, 174 JUAN: M. DIHIGO Materiales de Construcción, Resistencia de Materiales $. Cons ccaonE: Civiles Sr. Aurelio Sandoval. Hidromecánica. Maquinaria Sr. Eduardo Giberga. Calles y Carreteras, Puentes y Ferrocarriles Dr. Luis de Arozarena. Arquitectura, Historia de la Arquitectura. Contratos y Presupuestos $ Dr. Antonio Espinal y Bestard. Dr. Andrés Castellá y Abreu. Enseñanza especial de la Electricidad Sr. Ovidio Giberga y Gali. Anatomía Dr. Luis Fontayne. Dr. Esteban Vázquez. Dr. Julián Recio Oquendo. Dr. Agustín Sanabria. Dr. Antonio Miranda. Dr. Carlos de Ayala. Dr. José Julián Ayala. Dr. Félix J. Gutiérrez. Dr. Diego Sylveira. Dr. Fernando Viamonte. Dr. José A .Bernal. Dr. Pedro Andreu. Dr. Antonio Machado. Dr. Bernardo J. del Riesgo. Dr. Nicolás J. Gutiérrez. Dr. Vicente A. Castro. Dr. José Benjumeda. Anatomía General Dr. Francisco Zayas. Dr. Felipe F. Rodríguez. Anatomía Descriptiva y Embriología Dr. Federico Horstmann. Dr. José A. Presno. Anatomía Descriptiva Dr. J. Manuel S. Bustamante. Dr. Pablo Valencia. Dr. Tomás Plasencia. Dr. Francisco Zayas. Dr. Felipe F. Rodríguez. Dr Dr Dr LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA . Federico Horstmann. . José Varela Zequeira. . Eugenio Molinet. Anatomía quirúrgica, operaciones, apósitos y vendajes ', Raimundo Castro. ". Federico Horstmann. Dr. Joaquín F. Laudo. ". Francisco Domínguez. Anatomía Topográfica, $. Dr. Francisco Domínguez Roldán. Dr Técnica Anatómica y ejercicios prácticos de disección, Histología e . Agustín Varona. Histoquiímica. Dr. Antonio Gordon y Bermúdez. Histología Normal e Histoquímica $ Dr. Julio San Martín. Ejercicios de Osteología Dr. José Cristóbal Durán. Dr. Pedro Martínez Sánchez. Dr. Pablo Valencia. Dr. Domingo F. Cubas. . José Pulido Pagés. . Felipe F. Rodríguez. Dr. Anastasio Saaverio. Disección Dr. Manuel Bango. . José Varela Zequeira. Ejercicios de Disección . Pedro Martínez Sánchez. . José Cristóbal Durán. Dr. Felipe F. Rodríguez. Dr Dr . Pablo Valencia. . Domingo F. Cubas. . Cándido González Conde. . José L. Yarini. . José Varela Zequeira. Disección Anatómica . Ramón Zambrana. ] Anatomía General y descriptiva, $. . Federico Horstmann, 175 JUAN M. DIHIGO Ejercicios de Osteología y Disección . Francisco Millán. Fisiología . Ramón Zambrana. . Joaquín Lebredo. . Rafael Cowley. . José González Morillas. . E. González del Valle. . Antonio Gordon y Acosta. . Miguel Sánchez. Fisiología e Higiene Pública y Privada . Antonio Gordon y Acosta. Fisiología (Prima) . Francisco González del Alamo. . Ambrosio Medrano. . Juan Alvarez Franco. . Domingo Arango Barrios. . Blas Machado. . José Caro. . Lorenzo Hernández. . Benito Morales. . Francisco Y. Soria. . Antonio Viera. . Agustín Encinoso de Abreu. . Julio J. Le-Riverend. Fisiología humana . Antonio Gordon y Acosta. Fisiología humana e Historia crítica de la Medicina . Antonio Gordon y Acosta. Fisiología. Física Médica . Miguel Sánchez Toledo. Higiene Privada . Luis Cowley. . Juan M. Sánchez Bustamante . Esteban González del Valle. . Antonio Gordon y Acosta. Higiene Pública . Ramón Zambrana. . Luis Cowley. . Antonio Oliva. . Esteban González del Valle. . Antonio Gordon y Acosta. Di LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Higiene Pública y Privada Luis Cowley. Higiene, Medicina Legal y Toxicología . Luis Cowley. Patología (Visperas) . José Arango Barrios. . José de J. Méndez. . Agustín Florencio Rodríguez Bedia. . Tomás Romay. . Juan Francisco Pachón. . Bernabé Vargas. . Nicolás V. del Valle. ". Pablo José Marín. . Agustín Encinoso de Abreu. . Nicolás J. Gutiérrez. . Vicente A. Castro. . Julio Le-Riverend. . Félix Giralt. ', Antonio Mestre. . Josó A. Reynés. Patología General con su clínica y Anatomía Patológica José González Morillas. . Esteban González del Valle. . Juan Medir y Castañer. . Domingo Fernández Cubas. Patología General con su clínica . Domingo Fernández Cubas. Patología externa . Fernando González del Valle. . Ramón Zambrana. Patología interna . Guillermo Rodríguez. . Ramón Zambrana. Patología y Clinica infantiles . José R. Montalvo. Patología Quirúrgica . Fernando González del Valle. . Rafael Moyá. . Gustavo Gallet Duplessis, 177 ==] (09) Dr. JUAN M. DIHIGO Patología Médica . Ambrosio G. del Valle. . Antonio Mestre. . Félix Giralt. . Guillermo Rodríguez. . Domingo F. Cubas. . Enrique Núñez. Patología especial médica . Antonio Jover y Puig. Patología Médica Joaquín L. Jacobsen. Patología general con su clínica. Patología de afecciones intertropicales Daz De Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Juan Guiteras. Patología intertropical con su clínica Juan Guiteres. Patología Médica. Trabajos de análisis de microscopía química Diego Tamayo. Emilio Martínez. : Ampliación de la histología normal y patológica Felipe F. Rodríguez. Enfermedades de la infancia Antonio Jover. Pedro L. de la Cámara. Terapéutica (Método) . José Melquiades Aparicio. . Gregorio del Rey. . Roque Oyarride. '. Luis Machado. . José Pérez Bohorques. . José María Pérez. . Marcos S. Rubio. . Simón V. Hevia. . Francisco Sandoval. ', Angel J. Cowley. ', Antonio Oliva. . Francisco Rivero. . Serafín Gallardo. Terapéutica, materia médica y arte de recetar . Angel J. Cowley. . Ambrosio G. del Valle. . Antonio Oliva. . Serafín Gallardo. Dr. Dr. 104% LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Antonio Caro. Rafael Cowley. Terapéutica, materia médica y arte de recelar. Farmacología . Rafael Cowley. . Abraham Pérez Miró. Cirugía Fernando G. del Valle. Obstetricia y Patología especial de la mujer y niños . José Cristóbal Durán. . Pablo Valencia. Obstetricia . Ramón Zambrana. . Isidro Sánchez Rodríguez. Obstetricia y Ginecología . Gabriel Casuso. . Enrique Fortún. . Eusebio Hernández. Ginecología con su clínica, Patología quirúrgica . Eusebio Hernández. . Gabriel Casuso. Clínica de Obstetricia . Serapio Arteaga. . Francisco Zayas. Clínica de Obstetricia y Ginecología . Gabriel Casuso y Roque. Obstetricia con su clínica . Gabriel Casuso. . Eusebio Hernández. Preliminares clínicos y clínica médica . Félix Giralt. . Santiago Regueira. . José A. Reynés. Clínica Médica . Ambrosio G. del Valle. . Ramón Zambrana. ". Raimundo Castro. . Julio Le-Riverend. . Diego Tamayo. o 180 DI Dr. Dr. JUAN M. DIHIGO Clínica Médica. Patología y Clínica Infantil . Raimundo Castro. . Manuel G. Lavin. . Enrique Saladrigas. Clínica Quirúrgica . Federico Horstmann. . Juan Babé. . Manuel Bango. . Raimundo Menocal. . Gustavo G. Duplessis. Medicina Legal y Toxicología . Ramón Zambrana. . Felipe F. Rodríguez. . Pedro Martínez Sánchez. . José Pulido Pagés. . Enrique Saladrigas. . Antonio Gordon y Acosta. w Historia de la Medicina . Ramón Zambrana. . Rafael Cowley. . Antonio de Gordon y Acosta. Historia de las ciencias médicas . Antonio Mestre. . Ildefonso Rodríguez. Histología Normal . Felipe F. Rodríguez. Histología normal. Anatomía e Histología Patológica . Julio San Martín y Carriére. . Guillermo Salazar. Histología e Histoquimia Francisco Vildósola. Bacteriología, Patología experimental . Francisco Vildósola. . Arístides Agramonte y Simoni. Enfermedades de la piel y sífilis . Raimundo Menocal. Enfermedades nerviosas José Valdés Anciano. Enfermedades de los ojos Carlos E. Finlay. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 181 Enfermedades de la laringe Dr. Emilio Martínez. Histología anormal de la boca y Prótesis dental. Dr. Pedro Calvo. Patología especial de la boca. Operatoria dental Dr. Cirilo A. Yarini. Dr. Marcelino Weiss. Anatomía descriptiva de los animales domésticos. Disección de los animalea domésticos Dr. Francisco del Río. Fisiología y Mecámica Animal. Terapéutica y Materia Médica Veterinaria. Obstetricia Veterinaria Dr. Ricardo Gómez Murillo. Patología general con su clínica. Patología Médica con su clínica Dr. Francisco Etchegoyhen. Operaciones y Teoría práctica del forjado y del herrado. Patología quirúrgica Clínica quirúrgica Dr. Julo E. Brouwer. Exterior de los animales domésticos. Inspección de carnes y policía veterinaria. Medicina Legal y Legislación Veterinaria. Dr. Honoré F. Lainé, Prima de Leyes. Dr. Manuel González del Valle. Introducción al estudio del Derecho Romano, Principios del Derecho Natural, Historia y elementos del Derecho Romano 1 Dr. Antonio Prudencio López. Dr. Diego J. de la Torre. Dr. Juan Bautista Hernández Barreiro. Derecho Natural Dr. Antonio Bachiller y Morales. Estudios superiores de Derecho Romano Dr. Antonio Prudencio López. Elementos de Derecho Natural. Instituciones de Derecho Público de los pueblos antiguos y modernos Dr. José María Céspedes. Instituciones de Derecho Romano Dr. Juan Bautista Hernández Barreiro. 1 Véase la Sátira contra la predilección del Derecho Romano en nuestras aulas por D. Prudencio de Hechavarría y O'Gavan. (9 DE: DA Dr. Dr. JUAN M. DIHIGO Introducción al estudio del Derecho . José María Céspedes. Derecho Romano. Redacción de Instrumentos Públicos . Juan Bautista Hernández Barreiro. . Octavio Averhoff y Plá. . Gabriel Pichardo. Derecho Romano . Juan Bautista Hernández Barreiro. Historia y elementos del Derecho Civil Español, Común y Foral . Francisco Campos y López. . Miguel Villanueva y Gómez. . Leopoldo Berriel y Fernández. Ampliación del Derecho, Códigos, $ . Leopoldo Berriel y Fernández. Historia general del Derecho Español . Juan Francisco O”Farrill y Chapottin. . Octavio Averhoff. Derecho Civil . Leopoldo Berriel. . Pablo Desvernine y Galdós. ', Juan F. O'Farrill. . Octavio Averhoff y Pla. . Gustavo Tomeu. Derecho Civil. Derecho Mercantil José A. del Cueto. Nociones de Derecho Civil, mercantil y penal de España José A. del Cueto. Derecho Mercantil . Bernardo del Riesgo. . José A. del Cueto. Derecho Penal . Bernardo del Riesgo. . José A. González Lanuza. . Antonio Govín. . Octavio Averhoff, . E. Hernández Cartaya. Elementos de Derecho Mercantil mM Penal Antonio González de Mendoza, Bernardo del Riesgo. DA Dr. Dr. *, Francisco Campos y Riverol. . Orestes Ferrara. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Derecho Mercantil de España y de las principales poblaciones de Europa y América José A. del Cueto. Derecho Político José D. Guerrero. José A. Galarraga. Derecho Político comparada . Ignacio Jaumandreu y Puig. . Domingo Méndez Capote. Elementos de Derecho Político y administrativo español . José D. Guerrero. . Francisco Campos y Riverol. . Manuel María Satre. Derecho Político y Derecho Internacional . Antonio Sánchez de Bustamante. Derecho Administrativo Español . José D. Guerrero. . José A. Galarraga. . Francisco Campos y Riverol. Derecho Administrativo . José A. Frías. . Antonio Govín y Torres. . Enrique Hernández Cartaya. . Orestes Ferrara. Instituciones de Derecho Canónico D. José A. Valdés. . Felipe Lima y Renté. . Pedro Ibarra. . Alvaro López de Mora. , Antonio S. Bustamante. . José A. Cueto. . Santiago Teran y Pujol. . José A, Frías. Disciplina general de la Iglesia y particular de España . Francisco Campos. . Leopoldo Berriel. . Bernardo del Riesgo. . Clemente Calero. . José Ramírez Ovando. . Antonio S. Bustamante. 183 184 JUAN M. DIHIGO Historia eclesiástica, Concilios y Colecciones Canónicos . Nicolás M. Serrano. . José Ramírez Ovando. Elementos de Economía Política y Estadística . José Ramírez Ovando. . Francisco Campos y Riverol. . José A. del Cueto. . Vicente Jústiz. . Antonio S. Bustamante. Economía Política. Hacienda Pública . Leopoldo Cancio y Luna. . Orestes Ferrara. Procedimientos civiles y criminales Ldo. Antonio Zambrana. Teoría de los procedimientos judiciales de España . José María Céspedes. '. Juan Bta. Hernández Barreiro. . José María Carbonell. Derecho Procesal '. José María Carbonell. . Ricardo Dolz y Arango. . Octavio Averhoff. . Gustavo Tomen. Derecho Internacional Público y Privado . Antonio Sánchez de Bustamante. Filosofía del Derecho y Derecho Internacional . José María Céspedes. . José M. Mestre. . José A. Galarraga. . Francisco J. de Urrutia. ". Eduardo Alvarez Cuervo. . Antonio S. Bustamante. Práctica Forense '. José María Céspedes. . Juan Bta. Hernández Barreiro. . José María Carbonell. Legislación Comparada . José María Céspedes. . José M. Mestre. . José A. Galarraga. . Francisco J. de Urrutia. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 185 Historia General del Derecho Dr. José María Céspedes. Gobierno Municipal e Historia de las instituciones locales cubanas Dr. Francisco Carrera Jústiz. Instituciones de Derecho Público y Privado de los pueblos antiguos y modernos Dr. José María Céspedes. Teoría y práctica de redacción de instrumentos públicos Dr. Francisco J. Urrutia. Dr. Octavio Ayverhoff. Dr. Gustavo Tomeu. CATEDRATICOS SUPERNUMERARIOS Facultad de Derecho Dr. José C. de Arazoza. Dr. Emilio Martín González del Valle. Dr. Miguel Villanueva y Gómez. Dr. Ramón de Armas y Saenz. Dr. Jesús Benigno Gálvez. Dr. Ricardo Dolz. Dr. José A. González Lanuza. Facultad de Medicina Dr. Tomás Plasencia. Dr. Antonio de Gordon y Acosta. Dr, Anastasio Saaverio. Dr. Manuel Aguilera, Dr, Félix Giralt. Dr. Federico Horstmann. Facultad de Filosofía y Letras Edo. Torcuato Domingo Artola. Dr. Antonio Rojo y Sojo. Dr. José $S. Castellanos. Dr. Sixto López Miranda. Dr. Juan M. Dihigo. Dr. Adolfo Aragón. Dr. Guillermo Domínguez. Dr. Fernando Sánchez Fuentes. Dr. Ramón Meza. Facultad de Ciencias Dr. Fernando Páez. Dr. Manuel Cañizares. Dr. Nicasio Silverio. 186 JUAN M. DIHIGO Dr. Santiago Huerta. Dr. M. G. Maza. Facultad de Farmacia Dr. Carlos Donoso. Auxiliar del Laboratorio de Análisis Dr. Alfredo Martínez. Dr. Teodoro Johnson. Auxiliar del Laboratorio de Farmacografía Dr. Domingo Hernando. Auxiliar del Laboratorio de Farmacia Dr. Carlos Moya. CATEDRATICOS AUXILIARES Facultad de Medicina Dr. Ignacio Plasencia. Dr. Antonio Mestre. Dr. Rafael Cowley. Dr. Serapio Arteaga. Dr. Leopoldo Yarini. Dr. Raimundo de Castro. Dr. Tomás Plasencia. Dr. Pedro Cámara. Dr. Luis Cowley. Dr. Tiburcio Castañeda. D. Miguel Núñez Rossié. Dr. Francisco Vildósola. Dr. Gabriel Casuso. Dr. Angel Diez Estorino. Dr. Antonio Jover. Dr. Gustavo G. Duplessis. Dr. Enrique Fortún. Dr. Antonio Gordon y Bermúdez. Dr. Agustín Varona. Dr. José A. Presno. Dr. Enrique Saladrigas. Dr. Ildefonso Alonso y Maza. Dr. Joaquín Jacobsen. Dr. Francisco Domínguez Roldán. Dr. Gonzalo Aróstegui. Dr. Jorge Le-Roy. Dr. Alberto Sánchez Bustamante. zDr. Gabriel Casuso y Díaz Albertini. Auxiliar de Anatomía Dr. José A, Presno. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 187 Jefe del Laboratorio de Fisiología . Rafael Pérez Vento. Jefe del Laboratorio de Terapéutica . Abraham Pérez Miró. . Antonio Valdés Dapena. Jefe de Clínica de Patología General '. Gustavo Moreno de la Torre. . Federico Grande Rossi. Jefe del Laboratorio de trabajos de Análisis de Microscopía . Emilio Martínez. . Leonel Plasencia. Jefe de Clínica Médica . Enrique Saladrigas. . Luis Ortega. Jefe de Clínica Infanta . Cecilio Reol. . Arturo Aballí. Jefe de Clínica de Ginecología . Enrique Núñez. Ausriliar para Ginecología y Patología quirúrgica . Enrique Fortún. Jefe de Clínica Quirúrgica . José Ferrán. Jefe de Clínica de Obstetricia . Alberto Sánchez de Bustamante. Jefe del Laboratorio de Higiene . Tomás Coronado. Jefe del Laboratorio de Bacteriología . Federico Grande Rossi. Jefe del Laboratorio de Histología . Guillermo Salazar. . José E. Casuso. Auxiliar para los estudios de Cirugía Dental ". Marcelino Weiss. Jefe de Clímca de Enfermedades Nerviosas . Armando de Córdova. JUAN M. DIHIGO Facultad de Filosofía y Letras ". José S. Castellanos. . Carlos Hergueta. . Rafael Fernández de Castro. '. Pedro Vesa. . E. Rodríguez Lendián. '. Adolfo Aragón. . Eliseo Giberga. . A. Valdés Acosta. . Francisco Arango y Mantilla. . M. Valdés Rodríguez. . José A, Frías. . Juan M. Dihigo. . Guillermo Domínguez. D. Enrique Hernández Cartaya. De Dr: . Sergio Cuevas Zequeira. . Ramón Meza. . Sixto López Miranda. . Juan J. de la Maza. . Salvador Salazar. Manuel Pruna Santa Cruz. Ezequiel García. Facultad de Letras y Ciencias Auxiliar para el grupo de lenguas y literaturas . Ezequiel García Enseñat. . Fernando Sánchez Fuentes. Auxiliar para el grupo de Historia y Ciencias Filosóficas . Sergio Cuevas Zequeira. Auxiliar para el grupo de estudios de lenguas . Sixto López Miranda. Auxiliar para los estudios de la Escuela de Pedagogía . Alfredo M. Aguayo. '. Ramón Meza. . Luis Padró. . José M. Soler. Facultad de Derecho . Luis Estévez y Romero. + . José A. del Cueto. . Nicolás M. Serrano. . Jesús Benigno Gálvez. . Fermín Calbetón. . Eusebio Valdés Domínguez. . Matías F. Márquez. 10% Dr. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA . José Novo. . Juan F. O'Farrill. . Tiburcio P. Castañeda. . Antonio Sánchez Bustamante. . Domingo Méndez Capote. ", Ricardo Dolz. . José A. Frías. . Miguel Gener. . Ignacio Remírez. . Manuel M. Satre. . Octavio Averhoff y Pla. . Fernando Sánchez Fuentes. . Francisco Carrera y Jústiz. . Orestes Ferrara. . Gabriel Pichardo. . Luis de Solo. . Gustavo A. Tomeu. . Fernando Ortiz. . Pedro Galbis y Solar. . E, Hernández Cartaya. . Antonio Valverde. Facultad de Ciencias . Narciso Torrás. . Manuel S. Castellanos. . Juan Vilaró. . Pedro Córdova. . Nicasio Silverio. . José Seidel. . Manuel Riquelme. . Luis Arozarena. . Lucio Pujadas. . Luis Lipa. . Santiago de la Huerta. . José E. -Ramos. . Vicente R. de Luzuriaga. . Plácido Biosca. . Arístides Mestre. ". M. G. de la Maza. . M. A. Herrera. '. Antonio Rosell (E. Ciencias). . Gerardo Fernández Abreu (E. Ciencias). . José R. García Font (E. Ciencias). Facultad de Letras y Ciencias Auxiliar Conservador del Museo de Historia Natural José I Torralbas. Arístides Mestre. 189 190 JUAN M. DIHIGO Auxiliar Jefe del Gabinete de Astronomía Dr. Victorino Trelles. Auxiliar Jefe del Gabinete de Física Dr. Nicasio Silverio. Auxiliar Jefe del Gabinete de Química Dr. Arístides Agúero. Director del Jardín Botánico Dr. Manuel G. Maza. Dr. Jorge Horstmann y Trigo. Auxiliar para los estudios de la Escuela de Ingenieros Dr. Andrés Castellá. Sr. José R. Martínez Prieto. Jefe del Laboratorio y Taller Mecánicos Sr. Antonio F. Castro. Jefe del Laboratorio y Taller Eléctricos Sr. José María Cuervo. Sr. Plácido Jordán. Auxiliar Jefe de los Museos y Laboratorios de la Escuela de Agronomía Dr. Buenaventura Rueda. Facultad de Farmacia Dr. Joaquín Barnet. Dr. Miguel de la Maza. Dr. Manuel Johnson. Dr. José Gardano y Zúñiga. Dr. José P. Alacán. Dr. Juan Aluija. Dr. Alfredo Bosque. Dr. Santiago Regueira. Dr. José G. Díaz. Dr. Arístides Agiero. Dr. Alfredo Martínez. Dr. Ernesto Aragón. Dr. Domingo Hernando Seguí. Auxiliar Jefe del Laboratorio de Farmacografía Dr. Francisco Remírez y Arriaga. Auxiliar Jefe del Laboratorio de Farmacia Dr. Atanasio Hernández. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Secciones de Ampliación Presidente Dr. Cayetano Aguilera. Secretario Ldo. José María de la Torre. 191 SEÑORES CATEDRATICOS QUE HAN TENIDO A SU CARGO LA ORACIÓN INAUGURAL DESDE EL AÑO DE 1836 Ldo. Felipe Poey y Aloy. Dr. Dr. Ldo. Antonio Bachiller y Morales: Dr. Dr. Ramón Zambrana. . José TI. Rodríguez. Joaquín García Lebredo. José M. Mestre. Ldo. Domingo León y Mara 1D Ramón Zambrana. . . . . . Ldo. Felipe Poey y Aloy. Dr. Antonio P. López. . . : Derecho. . . Dr. Fernando Valdés Aguirre. Farmacia. Dr. Antonio Oliva. Medicina. Dr. Antonio Caro. E Sec. de Moa Dr. Felipe Lima y Renté. . Derecho. Dr. Joaquín F. Lastres. Farmacia. Dr. Pedro Martínez Sánchez. . Medicina. , Dr. Antonio María Tagle. Sec. de Usa Dr. José Ramírez Ovando. Derecho. Dr. José Rocamora. Farmacia. : Dr. Antonio Caro. Sec. de Paren Dr. José M. Carbonell. Derecho. Dr. Serafín Gallardo. Medicina. Dr. José de Jesús Rovira. Farmacia. Dr. José María Céspedes. Derecho. . . . Dr. Antonio Gordon y Acosta. Medicina. ... Dr. Carlos Donoso. Farmacia. E Dr. Antonio Rojo. Filosofía y ota! SE Dr. Manuel Cañizares. Ciencias. . . Dr. Nicolás M. Serrano. . Derecho. . Dr. Federico Horstmann. . . Medicina. Dr. Manuel Johnson. Parnmnacio Dr. José Castellanos. Filosofía y Letras. .. Dr. Juan Vilaró. , Ciencias. . Dr. Eduardo Alvarez aero: Derecho. . . PrtManuel Baago. ur... 0. Medicina. .. . . Teófilo Martínez Escobar. . Cayetano Aguilera. Ciencias. . . Medicina. Filosofía y Lota! ENE Filosofía y Letras. .. Filosofía y Letras... Filosofía y Letras. .. Filosofía y Letras... Medicina. Sec. de lao Filosofía y tres Ss Ciencias. . ... 1856 1857 1858 1859 1860 1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 PD PSN ppo>o»p»>oS>yp>»yp»>pypy»)pDpDp»pps>pySsp»ppp»pPpPpPpPs y 1857 1858 1859 1860 1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 192 JUAN M. DIHIGO Dr. Alfredo Bosque. Farmacia. : 1893 a 1894 Dr. Juan F. Albear. Filosofía y Letras. .. 1894 a 1895 Dr. Carlos de la Torre. Ciencias. 1895 a 1896 Dr. José A. del Cueto. Derecho. . . . 1896 a 1897 Dr. Antonio Jover. Medicina. 1897 a 1898 Dr. Santiago Regueyra 1 Farmacia. . do 1898 a 1899 Dr. Evelio R. Lendián. Filosofía y Letras. .. 1899 a 1900 Dr. Luis Montané. CIO Letras y Ciencias. 1900 a 1901 Dr. Antonio Sánchez Bustamante. Derecho. . . SOMA L90Z Dr. José Varela Zequeira. Medicina y Farmacia 1902 a 1903 Dr. Enrique José Varona. Letras y Ciencias. 1903 a 1904 Dr. José A. González Lanuza. ¡Derechos at . . 1904 a 1905 Dr. Diego Tamayo. Medicina y Farmacia 1905 a 1906 Dr. Manuel V. Rodríguez. Letras y Ciencias. 1906 a 1907 Dr. Leopoldo Cancio. Derecho. . . . AO A OS Dr. Gabriel Casuso. : Medicina y Farmacia 1908 a 1909 Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. Letras y Ciencias. 1909 a 1910 Dr. Pablo Desvernine. Derecho. . . . Es AMO) e TAL Dr. Pedro Calvo. Medicina y Farmacia 1911 a 1912 Dr. Francisco Henares. Letras y Ciencias. 1912 a 1913 Dr. Ricardo Dolz. Derecho. . 1913 a 1914 Dr. Francisco del Río. Medicina y Farmacia 1914 a 1915 Dr. Arístides Mestre. Letras y Ciencias. 1915 a 1916 PLAN DE ESTUDIOS DE D. FRANCISCO ARANGO Y PARREÑO Año de 1828 Idea sintética de las materias de enseñanza umwersitaria En la nueva Universidad se enseñarán Gramática latina y castellana, Dibujo, Instituciones filosóficas, Física Experimental, Química, Elementos de Historia Natural, Principios de Matemáticas, de Náutica, de Agrimensura y Geometría aplicada a las Artes, Teología, Leyes, Cánones, Medicina, Cirugía, Historia, Geografía y Cosmología. Habrá también Academias para cada cien- cia y dos especiales de Oratoria y Práctica Forense. En el título referente a Lenguas se determina el estudio de la Gramática de la lengua latina con toda extensión, el estudio paralelo y comparativo con la castellana, la traducción correcta del latín al español y de éste al la- tín, un tratado de las antigiiedades romanas, otro de Mitología y otro de las acepciones figuradas de las voces. La Universidad tendrá dos Escuelas de Latinidad una en el Real Seminario de San Carlos y otra en el convento de Predicadores. Habrá una Escuela de Dibujo establecida en el Seminario de San Carlos debiendo cursar la materia los estudiantes de Matemáticas y Geometría apli- cada a las Artes. Habrá tres cursos para el estudio de la Filosofía enseñándose en ellos Lógica, Elementos de Matemáticas, Metafísica, Filosofía Moral, Física y Quí- mica. 1 No se leyó por no haberse celebrado la sesión de apertura de curso. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 193 Habrá en una de las salas del convento de Santo Domingo una cátedra de Historia Natural en la que se enseñarán los principios de Botánica, Zoología, Geología y Mineralogía. En la Cátedra de Matemáticas que existe en el Real Colegio Seminario se enseñarán en dos cursos académicos Aritmética, Algebra, Geometría Ele- mental y Deseriptiva, ambas Trigonometrías, Geometría Práctica, Aplicación del Algebra a la Geometría y Principios de Astronomía. El estudio de la Teología hasta el grado de Licenciado se hará en cinco años; en los dos primeros se enseñará la Teología Moral; probados estos cursos se admitirá al Grado de Bachiller. En los otros tres cursos se explicará la Teo- logía Escolástica y la Historia y Disciplina General de la Iglesia. La carrera de Leyes hasta el grado de Licenciado se hará en 7 años; en los tres primeros se enseñará Historia y Elementos del Derecho Romano y Patrio. En el cuarto año las Instituciones canónicas del Obispo Juan Devoto. Probados estos cuatro cursos serán admitidos los Profesores al grado de Bachiller en Leyes. En el quinto año los títulos del Derecho Civil Romano y los correspondientes de las Partidas. En el sexto y séptimo cursos se explicará la Novísima Recopilación. La carrera de Cánones hasta el grado de Licenciado se hará en siete cursos académicos. Los cuatro primeros son los que se prescriben a los cursantes de Jurisprudencia Civil. Ganados los cuatro cursos podrán los cursantes recibir el grado de Bachiller en Leyes pero para graduarse de Cánones necesitan otro curso que se ganará asistiendo a la misma cátedra de Instituciones Ca- nónicas. Se establecerá una Cátedra de Decretales a la que concurrirán los es- tudiantes del sexto curso. En el séptimo curso se asistirá a la cátedra de His- toria y Disciplina Eclesiástica, El estudio de la Medicina y Cirugía hasta el grado de Licenciado se hará en siete años y las asignaturas que se cursarán serán las siguientes: Ana- tomía, Fisiología, Patología, Higiene Privada y Pública, Materia Médica, Me- dicina Legal, Arte de formular, Afectos Internos, Clínica Médica, Bibliogra- fía Médica y Vendajes, Grandes y Pequeñas Operaciones, Enfermedades de los huesos, Obstetricia, Introducción a la Práctica de la Medicina, Deberes del Médico y Clínica Externa. Para matricularse en Medicina es preciso haber ganado tres cursos de Filo- sofía, en los cuales se incluye el de Química; también se necesita ganar uno de Historia Natural. Las Instituciones Médico-Quirúrgicas se estudiarán en cin- co años; en el primero Anatomía teórica y práctica; en el segundo Fisiología en unión con la Patología y en seguida de ésta, la Higiene; en el tercero Terapéutica, Materia Médica y Medicina Legal en la que se incluye la Higiene Pública; en el cuarto Patología especial, Nosografía médica, Obstetricia, En- fermedades del sexo, las de niños y los sifilíticos; en el quinto Enfermedades de los huesos, los afectos externos, grandes y pequeñas operaciones, vendajes; en el sexto y séptimo Clínica interna y externa. Concluídos estos años de Me- dicina Práctica, podrán los Bachilleres aspirar al grado de Licenciado. Habrá una cátedra de Historia, Cosmología y Geografía que estará a cargo del Bibliotecario. Además de la Academia Práctica habrá una de Oratoria a la que asistirán 194 JUAN M. DIHIGO los jueves y domingos los cursantes de 5.” año de Teología, Leyes y Cánones. Habrá también académicas dominicales de Filosofía, Teología, Leyes, Cáno- nes y Medicina. Habrá otra Academia de Matemáticas y Ciencias Físicas. PLAN DE ESTUDIOS HECHO POR LA UNIVERSIDAD Año de 1858 Enseñanza facultativa literaria.—Idea sintética de dicha enseñanza. Facultad de Filosofía: Literatura General, Literatura latina, Literatura griega, Literatura española, Literatura comparada, Lengua griega. Filosofía. Metafísica, Lógica, Moral, Historia de la Filosofía. Historia.—Filosofía de la Historia. Filosofía del Derecho.—Teodicea y exegética cristianas. Matemáticas.—Algebra, Geometría, Trigonometría, Geometría analítica, Secciones cónicas, Algebra superior, Cálculo diferencial e integral, Geometría descriptiva y Agrimensura. Mecánica, Astronomía, Física, Química, Mineralo- gía, Botánica, Zoología, Geología, Anatomía y Fisiología comparadas.— Bibliografía. Pedagogía. —La Facultad de Filosofía se considera dividida en tres secciones: la de letras, la de ciencias físicas y la de ciencias exactas, comprendiendo cada una las materias correspondientes. Los estudios propios de la Facultad de Jurisprudencia son: Derecho Romano: Instituciones e historia.—Derecho Español: Institucio- nes e historia.—Derecho Canónico: Instituciones, historia y Disciplina ecle- sistica.—Derecho público y administrativo. Derecho penal. Derecho mercantil. Economía política.—Procedimientos ¡judiciales.—Medicina legal.—Legislación comparada.—Derecho internacional, público y privado.—Bibliografía y Pe- dagogía. Los estudios propios de la Facultad de Medicina son: Anatomía: descriptiva, general, topográfica y patológica.—Fisiología.— Patología general.—Patología externa e interna.—Vendajes.—Higiene pública y privada.—Materia médica.—Terapéutica.—Arte de recetar.—Enfermedades sifilíticas, de la piel, de mujeres y de niños.—Obstetricia.—Toxicología.—Me- dicina legal.—Historia de la Medicina.—Moral médica.—Bibliografía y Pe- dagogía.—.—Clínicas médica, quirúrgica, de enfermedades de mujeres, de enfermedades de niños, de partos, de enfermedades de la piel, de enfermedades sifilíticas. Los estudios propios de la Facultad de Farmacia son: Historia natural aplicada a la Farmacia.—Farmacia teórica.—Materia far- macéutica.—Farmacia experimental.—Toxicología.—Farmacia químico-inorgá- nica, —Farmacia químico-orgánica.—Análisis químico.—Historia erítico-literaria de la Farmacia.—Ejercicios prácticos.—Bibliografía y Pedagogía. Los estudios de la Facultad de Teología se conservarán tales como están determinados en los Estatutos y Reglamento del Colegio Seminario de San Carlos de la Habana. En el capítulo de la enseñanza facultativa profesional se indican cuáles son las materias de las carreras de Ingenieros de caminos, canales y puertos; LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 195 Ingenieros de minas; Ingenieros de montes; Ingenieros agrónomos; Ingenie- ros industriales; Bellas Artes; Veterinaria; Comercio; Náutica; Agrimensu- ra; Maestros de obras; Maestros de enseñanza primaria; Telegrafistas; Agri- cultores. HISTORIA DEL EDIFICIO DE LA UNIVERSIDAD En 22 de Octubre de 1842, la Superintendencia General de la Isla, se di- rigió al Excmo. Sr. Ministro de Hacienda, en los siguientes términos: Excmo. Señor: Estando prevenido, por Orden de $. A., que se establezca, cual corresponde y las luces del siglo lo exigen, una Universidad, que siendo útil a la ense- fianza pública, sea protegida por el Gobierno y evite a los padres el envío de sus hijos a educarse a Norte América, el Gobierno Político y Capitán Ge- neral, reclamó de mí al intento, una localidad capaz a contener dicha Uni- versidad, y a su vez, un espacioso colegio, en edificio que correspondiese en propiedad al Estado, marcando para ello el Convento de Santo Domingo, etc. El Ministerio de Hacienda, en carta de 24 de Febrero de 1843, a la pro- pia Superintendencia de la Isla, acusó recibo de la anterior comunicación y aprobó la medida, quedando así hecha, por la sanción regia, la entrega del edificio de Santo Domingo, a la Universidad. ACTA DE ENTREGA DEL EDIFICIO CONVENTO DE SANTO DOMINGO A LA UNIVERSIDAD En la siempre fidelísima ciudad de la Habana, a 2 de Noviembre de 1842, reunidos los que abajo suscriben, en el local Convento de Santo Domingo, se procedió por el Reverendo Padre Prior del mismo, a la entrega del citado edificio a los comisionados por el Sr. Administrador principal de Bienes Re- gulares de esta Isla, para que estos lo hiciesen, en el mismo acto, a Don Tomás Caussí, nombrado por el Sr. Oidor Decano y Rector de la Universidad, D. José María de Sierra, en virtud al Decreto del Excmo. Sr. Capitán General, de 27 de Octubre próximo pasado, lo cual se verificó en el Orden siguiente: En el primer piso, Aula Magna, un almacén, una habitación que sirve de calabozo y 7 piezas más; quedando ocupada una sala, por la Sociedad Pa- triótica y una accesoria, con puerta a la calle de San Ignacio, alquilada por la Real Hacienda, a la Archicofradía del Rosario. En dicho piso se halla la parte que da a la calle del Obispo, a cargo del Real Cuerpo de Ingenieros, por cuya razón no se ha recibido. En el segundo piso, 18 piezas y el Noviciado, compuesto de once cuartos interiores altos y bajos, quedando ocupados un salón con la Biblioteca Públi- ca, úna sala con la del convento, a cargo de la Real Hacienda, y un cuarto por el R. P. Espinosa, el que manifestó permanecer allí, por concesión parti- cular del Exemo. Sr. Capitán General, otro por el Pbro. Dr. Don Francisco Lloniz, que estando en clase de arrestado, expuso se hallaba pendiente de 4 resolución del Excmo. Sr. Capitán General, a una solicitud que le tiene pre- sentada, para su traslación a otro punto; y otro por un Teniente del Real 196 JUAN M. DIHIGO Cuerpo de Ingenieros, cuyo Comandante expuso necesitarlo, por ser dicho ofi- cial el encargado de levantar el plano del edificio. $ 1,200. ,» 32,000 202 JUAN M. DIHIGO 15 Catedráticos de Entrada a $600 y $900 cada uno. . . . 1») 22,500 10 Profesores Auxiliares de a para las cinco Facultades a $750 cada uno. . . . - E IL Gratificación de $400 a ada uno de las cinco Devanasl bolas 24000 Para haberes de Catedráticos numerarios de Entrada que Aedo ser nombrados durante el ejercicio y para satisfacer las gratifi- caciones que a razón de $750 anuales devenguen los Profeso- res Auxiliares extraordinarios proporcionalmente al tiempo que desempeñen Cátedras vacantes y para Catedráticos exce- dentes ello b O 00 2 Ayudantes de Director Anatquead a $400 a UNO. eS 800 1 «Ayudante para. la Facultad de Ciencias... 20. «0 400 2 Ayudantes! para la de ¡Medicinas al a pde [a 800 1 Ayudante para la de Farmacia. . . . o 400 1 Secretario General con el haber de un ¡Gateneático de] os da más el aumento de $300 de sueldo y $450 de sobresueldo que le corresponden por los tres quinquenios en el desempeño del: Ccarzo: lanos arde need, o er a Pe Oca E Ar a alte A DO 2 Oficiales 2.2 con $800 eoda UNO. e AA 00 A a o 700 OA al e Ms A a A AN 600 3 Escribientes a $500 Ea UNO e e O 1 ¿Escribiente. 1... o 400 2 Estacionarios para de Bibhecas a 5.400. da UNO. 800 1 Bedel Mayor. . . . . Sia AI O 00 2 Bedeles Menores a $ 400. CA UNO. te 800 1. ¿Mozo desOÍcio:. 0 eS e a ica ds 1 sl O. 300 IB OLLCro EN. e E oia 400 2 Mozos de Aseo a $300. MEAR 2 A 600 1 Conserje para Departamento ao, A ad 500 2 Mozos para dicho Departamento a $300 un. . ..... +. » 600 1 ¿Mozo para la HMacultad «de Ciencias: at AS 300 1 Mozo para la Facultad de Farmacia. . . . A 1 Conserje para el Departamento de Obstetricia o O 500 1 Conserje ¡jardinero del Botánico. . . . > 500 2 Peones para las clases prácticas en el Jardín Bolédo A 600 $ 120,650 Material de la Universidad de la Habana Secretaría. General; ¿gastos escritorio... LL ON 600 Idem, imprevisto, alumbrado, gastos menores. . . . O 00 Alquileres del Anfiteatro anatómico, gastos de diseoetcal y Conser- vación, del ¡edificio. «1. Ibid loe ll e Clínica de Obstetricia: gastos menores. . . . E IS EIA 500 Para asistencia de enfermos en la referida Clínica) A LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 203 Gabinete y laboratorio de la Facultad de Farmacia, material para las clases prácticas. . . . . - iO 400 Biblioteca: gastos de material y a lquicción de bno! A 600 Gastos de apertura de curso e impresión de la Memoria Anuario. ,, 750 Para reparaciones del edificio que ocupa la Universidad. . ... » 1,000 Gastos para oposiciones a Cátedras. . . ..... <<... +0» 1,000 $ 9,300 $ 120,650 Total. 9291990 ACTUAL PRESUPUESTO DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Personal de la Universidad IRECLOL. tr IA AER e ACER 307). DARE SRA IODO 1 Secretario General TRE RT FS INEA IRTE DO 1 Oficial, clase tercera. . . A A E A as LS 2 Oficiales, clase A, a $ 900. O O E a DU 2 Oficiales, uno Es By otrorclasa Ci IS Sa 00 1 Mecanógrafo, clase B. . . . . . PR AS A E ME 600 Pablsenbientes, clase D, a $600: 3.000.000 22 a a a ad 200 1 Encargado del Material, Oficial, clase segunda. . . . . . . py 1200 $ 16,800 2 Estacionarios para la A A SLODO a III EZ 000 1 Bedel Mayor. . . . a AN Al 10 O 3 Bedel segundos, clase E, a $ 500. ER SE AS ALSO O MEORLEroOs: ame ADO ad a A A 0 800 1 Mensajero. . . O A A OE 0 ES 300 3 Mozos de Aito: $ 360. E TE ES AR Aa ga AE080 1 Mozo de limpieza para la Biblioteca, Y leia ES Lo Loy 360 INEA lo e A RS ALAS ODA bos 360 INSrdineros y. A e A 500 . 2 Peones A idilieros/| a $360. de a A AOS 720 $ 25,520 Decanato de la Facultad de Letras y Ciencias ¡Decano Nora tificación NS 600 1 Secretario, gratificación. 5 500 1 Escribiente auxiliar. Js ds SA AE OE 900 1 Mecanógrafo, clase D. . . E 720 4 Mozos de limpieza, a $ 360. z » 1,440 1 Jardinero para el Jardín Botánico. . . A 500 2 Peones jardineros para el Jardín iaaco a $360. 53 720 204 hs fal pal pad pa. poa ps ps JUAN M. DIHIGO Mecánico para la conservación y limpieza de los aparatos e instrumentos de la Escuela de Ciencias y Taller Mecánico. Encargado de la conservación y limpieza del material del Ta- Mer Eléctrico. Maquinista para la scuela dl Ingenieros Fogonero para la misma. - Sirviente para el Laboratorio y ro Amtropolégica? Decanato de la Facultad de Medicina y Farmacia Decano, gratificación. Secretario, gratificación. Escribiente, Encargado de ComtabiBdad y Dl e e de ña Facultad. MOS E E OS - Mecanógrafo, clase D. Herrero Maestro de fraguas. Palafreneros, a $500. . . . . Mozos de limpieza, a $ 360. Conserjes, a $ 500. Mecánico para atender al Matenial ad AS de senalal de Medicina y Cirugía Dental. Decanato de la Facultad de Derecho Decano, gratificación. Secretario, gratificación. Mecanógrato, clase Di 2... 2... ¿e.s. Mozos dea EIPIEza. as e Departamento de Rayos X y Finsen Electricista. ¡ENFermera graduada ts e de ES Segunda enfermera graduada. Mozarde mp Mene e Quinta de los Molinos Ayudante de Jardín, clase A. O co AS 7 Ayudante de segunda clase, clase FP. .......... 1... : Trabajadores, ai sac0 A is ds SN Carrero. . 600 900 900 400 480 8,660 600 500 600 600 1,000 1,000 3,600 1,000 600 9,500 600 500 600 360 3,860 1,800 900 800 360 3,860 900 480 1,800 360 3,540 LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Personal Facultativo 63 Catedráticos titulares a $32,400. o z 22 Gratificaciones que corresponden a 22 Catedráticos que AL empeñen 3 cursos, a $1,440. : 4 Gratificaciones que corresponden a 4 Cute destids! que dele peñan, tres de ellos dos cursos con clínica y el otro dos y medio cursos, a $1,200. : MA , 27 Gratificaciones a 27 dtaticos AnS desempeñan. dos Cursos, DO SO AO Te > : : sl 2 Gratificaciones a 2 Catedráticos por aaa uno y Eo curso con clínica, a $720. : 7 Gratificaciones a 7 Catedráticos por di id del Clos uno y medio curso, y los otros tres un curso con clínica, a $ 480 2 Catedráticos de cursos complementarios, a $600. : 30 Catedráticos auxiliares a $1,800 por tener funciones anexas. 8 Catedráticos Auxiliares, a $1,200. 36 Ayudantes Facultativos, a $1,000. . Gratificaciones que pueden devengar 6 Catedráticos lares Sn substituir a titulares, a $250. Gratificaciones que pueden devengar 10 a por pare a los Catedráticos Auxiliares que tienen funciones anexas, a $250 Material de la Universidad Efectos de escritorio y gastos menores de la Secretaría General. Para la adquisición y encuadernación de libros y para material de la Biblioteca. da : Gastos de la Apertura de curso e impresión de la Moore Abal: del discurso inaugural y del folleto Organización de la En- señanza. ¿ Efectos de semtorio y OSLO menores de ds Delanhtea y A tanaside las Facultades. 15... - Impresión de títulos y demás documentos hendémidolo y aquicición y encuadernación de libros para la Administración Universitaria Reparaciones menores, conservación y gastos menores de los edifi- cios que ocupan la Universidad y sus Dependencias. Material científico de la Facultad de Medicina y Farmacia. Material científico de la Facultad de Letras y Ciencias. Material científico de la Facultad de Derecho. Para premios ordinarios de las Facultades. : Ae Para atenciones de la Quinta de los Molinos, dqaisiciód de semi- las, herramientas y manutención de animales. Becas de Viaje de la Universidad 4 Becas de viaje, a $ 1,200. Total. 205 $ 151,200 ,, 31,680 » 4,800 » 25,920 » T440 » 3,360 » 1,200 », 54,000 » 9,600 », 36,000 » 1,5500 » 2,500 $ 323,200 $ 500 » 2,000 AO 150 ,» 1,000 » 600 » 2,000 ,, 12,000 ,, 10,000 09) 1900 ci diS00 00 00 $ 499,270 $ 4,800 .$ 504,070 206. JUAN M. DIHIGO DOCUMENTOS-QUE PUEDEN CONSULTARSE PARA LA HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD Real Cédula de 14 de Marzo de 1752 desestimando los estatutos formados con arreglo a los de la Universidad de Alcalá y no a los de Santo Domingo, como estaba dispuesto que se formasen, con arreglo a lo prevenido. Real Despacho de 3 de Noviembre de 1741, para que el Rector de la Uni- versidad ejerza igual jurisdieción que los de Lima y México. Real Cédula de 23 de Octubre de 1748 sobre asistencia a las Cátedras. Real Cédula de 21 de Octubre de 1765 remitiendo copia de la representa- ción de Fray Juan Chacón, en que propuso el establecimiento de tres Cáte- dras más en la Universidad. Real Cédula de 10 de Mayo de 1766, al Prior del Convento de Santo Do- mingo, advirtiéndole el exceso de haber recibido al Conde de Ricla, en la Universidad, en acto público, con sitial y dosel. Real Cédula de 13 de Octubre de 1767 sobre aumento y dotación de Cá- tedras. Real Cédula de 25 de Enero de 1774, sobre casos en que los estudiantes de la Universidad están exentos del alistamiento en las milicias. Real Cédula de 12 de Junio de 1774 admitiendo todos los cursos ganados en el Seminario de Cuba. El texto de estos documentos se encuentra al final del libro titulado Constitución de la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo. 1833. CONATO DE ASONADA EN LA UNIVERSIDAD EN 1781 Consulta del Intendente D. Juan Ignacio de Urriza al Secretario de Estado D. José de Gálvez sobre conmoción levantada por tres estudiantes seculares en la Universidad de la Habana. Se informa que en la visita anual girada a la Universidad halló todo con regularidad; que por estar establecida la Universidad en el convento de reli- giosos de Santo Domingo y acuartelado también en él todo el Regimiento de Hi- bernia había mucha confusión en los claustros pero que el celo del Rector Sr. Miguel de Morejón y Villma hizo que se dieran las cátedras diariamente, no dispensándose las conferencias semanarias, académicas y sabatinas, dándose a veces las conferencias por las noches para que pudieran asistir los médicos. Que después el Rector hizo se le leyese un auto que había expedido para que se estableciesen exámenes a los cursantes de facultades mayores al expirar los cursos. (Jue publicado el auto, dijo el Rector, se levantó entre los estudiantes cierta especie de conmoción contra su obedecimiento y que sabido eran tres estudiantes seculares los autores resolvió arrestarlos para que entrasen en temor y se tranquilizase la escuela, que para ello pidió auxilio al Gobernador y temiendo se pudiesen fugar dispuso que uno de los soldados del Regimiento acuartelado cuidase que ningún estudiante saliese del aula hasta que se veri- ficase la prisión de los delincuentes, lo que se ejecutó así, pero como entre los LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 207 detenidos había seis o siete ordenantes el Obispo diocesano se ofendió del pro- cedimiento negándole jurisdicción y facultad para él, y comunicándole que se reprobaba lo hecho. Que le informó al Diocesano lo ocurrido, pero que lo abo- chornó, maltratándolo con palabras y demostraciones, que no conforme con esto, ha procedido a información sumaria, a escribir al Gobernador sobre el asunto, quejarse al Rey, y que recela que proceda contra el Rector. Añade el informante que no ha pasado más que lo dicho por el Rector sin estimar tu- viese motivos el Diocesano para ofenderse. Indica asimismo que el Rector tiene jurisdicción sobre los estudiantes, que los ordenantes por ser estudiantes están bajo su jurisdicción. Dice, además, que le causó gran dolor la aflicción de los religiosos. (Rev. Cubana. 1886, t. 4.*, p. 450.) OCURRENCIAS DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA En este artículo, se da cuenta de la lucha habida con motivo de la elección de cargos dentro del Claustro universitario y haciéndola 23 maestros o doc- tores canónica a mayoría de votos en un religioso del propio claustro, con arreglo a los estatutos y por haberse declarado la misma a favor de otro ecle- siástico secular, se trató de invalidar la elección reproduciendo en el acto la excepción de que ni podía ni debía obtener el empleo y la jurisdicción de rec- tor de la Universidad quien no gozase de los derechos de ciudadano. La Redacción del periódico El Centinela hace consideraciones en defensa del criterio mantenido por la mayoría y pide para reparar errores que puedan haberse cometido se ruegue al Sr. Jefe político Vice-patrono ordene se con- voque extraordinariamente y con precisa asistencia a todos los maestros y doce- tores de la Universidad para que reunidos en el claustro se acuerde, si hay lugar a solicitar la reforma de alguna parte de sus actuales estatutos. (El Centinela en la Habana, 9 de Septiembre de 1813.) DIPUTACION PROVINCIAL DE LA HABANA Expediente No. 29.228. Año de 1813. Sobre elecciones del Rector en la Unr- versidad de la Habana. Hay un oficio de Fr. Remigio Cernada, Rector y Cancelario, dirigido al Jefe Superior Político para que reviviese la determinación en que se consagra los derechos del Convento de Santo Domingo de dar Rectores. Existe en di- cho legajo una Real Cédula de 10 de Marzo de 1815 aprobando la providencia dada por el Gobernador y Capitán General de la Isla de Cuba de San Cris- tóbal de la Habana, sobre confirmación de la elección de Rector de esa Uni- versidad a favor de Fr. Manuel de Quesada, que en lo sucesivo se guarden los Estatutos con la prevención de que en los Claustros se observe la moderación y buen estilo que exige la distinguida clase de aquella Corporación y eir- cunstancia de las personas que la deben componer. En esa Real Cédula se hace referencia a la gritería que hubo en el Claustro. También contiene el legajo lo sucedido en otras elecciones sucesivas así como un informe en que se hace 208 JUAN M. DIHIGO constar la protesta de algunos doctores sobre la elección de Rector a favor de Fr. Antonio Guzmán, protestada por el Dr. Prudencio Hechavarría y quien al ver el resultado dijo: venció la Capilla. También aparecen agregadas co- municaciones mediadas y relativas al criterio de si los religiosos podían o no elegir Rector. En 20 de Septiembre de 1813 se expidió un Decreto de la Regencia dando derechos a los Catedráticos de la Universidad para ser Diputados a Cortes. EXPEDIENTE INSTRUIDO SOBRE EXIGENCIA DE UNA UNIVERSI- DAD EN LA PROVINCIA DE SANTIAGO DE CUBA No. 23 H. Año de 1821. Refiérese este expediente a las gestiones hechas por la Diputación Pro- vincial de Santiago de Cuba para establecer una Universidad en dicha Pro- vincia. Contiene todo lo relativo al edificio y los Estatutos y Constituciones que se propusieron para la Universidad de San Basilio del Colegio Conciliar de la ciudad de Santiago de Cuba en un todo conforme con los de la Habana y de acuerdo con las circunstancias del país y sus habitantes. El título 1.” se refiere a los patronos de la Universidad, en primer término S. Basilio, des- pués a los Reyes Católicos y a sus representantes, pudiendo usar el sello y armas análogas. El título 2.2 De los oficios y nombramientos. El 3. De la elección de Catedráticos y Regentes. El 4.2 De la ausencia de Regentes y Catedráticos. El título 5. De los estudios y grados, Grado de Teología, Grado de Cánones, Grado de Bachiller en Leyes, Grado de Bachiller en Medicina. El 6. De los derechos de los grados menores. El 7. de los exámenes ¡para Licenciado en Artes. El 8. Del grado del Magisterio en Artes. El 9.2 De los derechos en Artes y demás Facultades. El 10.2 De los derechos del magiste- rio en Artes y Doctoramiento en las demás Facultades; el 11.2 de las licencias de Teología. El 12. Del Doctoramiento en Teología y sus derechos. El 13.2 Del grado de Licenciado en Cánones y sus derechos. El 14.2 Del grado de Doe- tor en Cánones y sus derechos. El 15. Del grado de Licenciado y Doctor en Leyes y sus derechos. El 16. Del grado de Licenciado y Doctor en Medici- na y sus derechos. El 17. De los que quieran incorporarse en la Universidad. El 18.” De las lecturas y ejercicios de Artes. El 19. De la lectura y ejerci- cios de Teología. El 20. De las lecturas y ejercicios de Cánones, Leyes y Me- dicina. El 21.2 De los Catedráticos de Matemáticas, Latinidad, Liturgia, Cómputo eclesiástico y Canto Gregoriano. El 22. Del Secretario de la Univer- sidad, del Maestro de Ceremonias, de los Bedeles y forma para la protestación da la Fe. TITULO DE BACHILLER EN MEDICINA EXPEDIDO POR LA REAL Y PONTIFICIA. UNIVERSIDAD DE LA HABANA Tv Del NOMINE AMEN Per hoc praesens publicum instrumentum eunctis pateat, et sit notum quod anno a nativitate Domini millesimo octisgentessimo vigesimo sexto, die vero vigesimo, mensis martii, hora nona et dimi.* in mea Secretarii, testiumque LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 209 praesentia personaliter constitutus studiosus admodum vir. D. Antomius Sua- rez peractis in facultate Philosophia cursibus, secundum estatuta hujus Pon- tificiae, Regalisque Universitatis M. D. E. D. Hieronymi in Conventu Sancti Joannis Latteranensis Ordinis Praedicatorum Habanae stabilitae peragendis, petiit ad Baccalaureatus in praedicta facultate gradum promoverii: qua prop- ter praemisso rigoroso examine in quo argumenta et allia quaesita a tribus examinatoribus seilicei D. D. D. 4ntonio Viesa, Emmanuele Gonzalez del Va- lle et B." Emmanuele Lopez Hidalgo ingeniose proposita laudabiliter resol- vit. Cumque ab omnibus per vota secreta sufragantibus fuisset approbatus nemine discrepante, de mandato Rm. Fr. Joannis Govin in Philosophia Magis- tri, Doctoris Theologi, Praefatae Universitatis Rectoris et Cancelarii, facta fidei professione, et ¿juramentis consuetis, gradum Baccalaureatus in ante- dicta facultate suscepit, a D. D. D. Thoma Romay ejusdem facultatis pro Decano, atque de istius licentia Cathedram ascendit, et cum in ea sedisset unum textum breviter explanavit: praesentibus Ant.” Valdes et Josepho Ma- ria Ynfanzon apparitoribus; et ego Fr. Ambrosius de Herrera, Magister in Philosophia et supradictae Universitatis Secretarius a Regia nominatione perpetuus,qui praemissis omnibus supra relatis, interfui, vidi et audivi, una cum enarratis, et alliis testibus, hoe praesens publieum instrumentum sigilo minori munitum manu propia suseripsi in praefato Conventu et Universitate die menso et anno quibus supra. Deus veritas est. Fr. Ambrosíus de Herrera. Reg. L.” 4.2 in fol. 52. Hay un sello con la inseripción Vicit Leo. REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD Solicitud de los doctores en Medicina aspirando a que se les declare que el asiento que deben ocupar en el Claustro sea por orden de antigúedad. (Diario de la Habana, 10 Agosto 1831.) REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD Resolución del Tribunal Supremo del Consejo de Indias disponiendo que no sean admitidos a recibir grados, ni se consienta sean matriculados los cursantes de la Universidad y el Colegio Seminario sin que sean examinados y aprobados en latinidad. (Diario de la Habana, núm. 256, 13 Septiembre 1831.) REAL Y PONTIFICIA UNIVERSIDAD Sobre el uso del latín. En la siempre fidelisima ciudad de la Habana en trece de Marzo de mil ochocientos treinta y dos, el M. R. P. M. Fr. José Liberato García, Dr. en Sagrada Teología, Maestro en Artes, Rector y Cancelario de esta Real y Pon- tificia Universidad, erigida en el convento de S, Juan de Letran del sagrado 210 JUAN M. DIHIGO orden de Predicadores, dijo: Que viendo acercarse el tiempo en que acos- tumbran los escolares aspirar á sus respectivos grados á la conclusion de sus cursos; queriendo su Sria. Rma. obviar todo motivo de queja o sentimiento á que podría dar lugar la observancia de lo proveido repetidas veces por los Esta- tutos, Reales Cédulas, y ultimamente por la Novísima, que se ha comunicado a su Sría. por la Real Audiencia del distrito, relativa a que se lleve á de- bido efecto el uso del idioma latino por los estudiantes de esta Universidad hasta prohibir la recepción á grados á los que no verificasen en aquel idioma, su Sria. Rma. previene, así á los cursantes graduados como á los Dres. exa- minadores, cumplan desde luego con lo que se previene, poniendo sus réplicas en idioma latino, sin que por esto no les sea permitido para aclarar o espli- car mas sus proposiciones, hacerlo una que otra vez en castellano, como siem- pre se ha acostumbrado en esta Universidad, con tal que todas las pruebas de sus argumentos se propongan en latin, y se resuelvan por los graduandos en el mismo idioma; pues de esta suerte, eree su Sria. Rma., podrá conciliar- se el cumplimiento de la ley, con la moderacion que le es caracteristica, y justas consideraciones que deben guardarse a los Dres. que de buena fe no juzgaron de necesidad la completa instruccion en el idioma latino, para el des- empeño de sus funciones; para cuyo efecto su Sria. Rma. debia mandar y mandó que esta su determinacion se publique por tres Diarios y Noticiosos para que llegue a noticia de los Sres. Catedraticos antes del exámen; como también a los escolares graduandos, para que prevenidos con anticipación escusen a su Sria. Rma. ponerlo en el sensible caso de contener y suspender el examen por no verificarse con arreglo a la soberana resolución y por este que su Sria. Rma. proveyó así lo mandó y firmó por ante mi de que doy fe.—El Rector.—Ante mi.—Fr. Ambrosio Herrera. (Publicado en el Diario de la Habana de 14, 15 y 16 Marzo 1832.) EXPEDIENTE NO. 4226 Sobre R. O. de 24 de Agosto de 1842 que dispone se contribuyan con los fon- dos de la Junta de Fomento a la Real Universidad, $14,000 anuales. En este expediente so ordena se proceda con sujeción al plan y reglamento do la Universidad y su colegio, que se apliquen además de los arbitrios de do- tación de la Universidad existente a la nueva que se establezca, los que tienen asignados los institutos y corporaciones; que la Junta de Fomento de la Ha- bana contribuya de sus fondos a la citada Universidad con $14,000 anuales, que de acuerdo con el total de los arbitrios se determine con relación a ellos las dotaciones de las cátedras; «ue en la organización de la Universidad y su colegio se respete cuanto sea dable y se atiendan de preferencia los dere- chos existentes; que para la provisión en propiedad de la cátedra especial de Química en el colegio de dicha Universidad, se espero al regreso del Cate- drático D. José Luis Casaseca; que la Inspección de Estudios en el ejercicio de las funciones en que se subroga a las suprimidas Juntas de Medicina y Cirugía y la de Farmacia tenga presentes en la parte que puedan ser útil los reglamentos que las regían mientras otra cosa no se determine; que la mis- ma Inspección se ocupo inmediatamente de la formación de los Reglamentos LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 211 del Colegio de la Universidad y de las demás disposiciones que se acuerden y sean indispensables para el establecimiento de la nueva Universidad, bien “sea en el local que ocupa la actual o bien en el que cómodamente se facilite por V. E. de buen acuerdo con el Superintendente delegado de Hacienda; que se apliquen a los fondos de la Universidad las dotaciones con que se han sos- tenido hasta aquí la Escuela de Anatomía Práctica situada en el Hospital de S. Ambrosio y el Gabinete o Museo de figuras de cera que existen en el mis- mo y deberán pasar a los nuevos establecimientos de enseñanza procurando que las de medicina, cirugía y farmacia se coloquen en el edificio del propio hospital o en otro contiguo para el más fácil estudio de la elínica; que plan- teada la Universidad y su colegio con sujeción al nuevo plan de estudios y a las modificaciones indicadas, instalada la Inspección de Estudios y cumpli- do por la misma lo que se previene ordene se revisen, coordinen el plan como la parte reglamentaria y verificado se remita todo para su aprobación definitiva. REGLAMENTO PARA LAS OPOSICIONES A CATEDRAS EN LA EPOCA DEL GOBIERNO ESPAÑOL DE 7 DE DICIEMBRE DE 1880 Art. 25. Los ejercicios serán tres. El primero consistirá en contestar el oposiotr a diez preguntas o cuestiones referentes a la asignatura de que es objeto la oposición, sacados a la suerte de entre cien o más que el Tri- bunal tendrá preparados de antemano. Si el opositor empleare en. contestar a las diez preguntas menos de una hora sacará otras nuevas hasta llenar este tiempo en su contestación; y si hubiere invertido una hora sin haber dado res- puesta a las diez preguntas se le concederá otra media hora para que conteste a las que le falten. El segundo ejercicio consistirá en una lección oral acerca de uno de tres te- mas sacados a la suerte de entre todos los que abrace el programa de la asigna- tura. La elección y el sorteo del tema se harán en público y terminado este ac- to quedará el opositor incomunicado por espacio de veinte y cuatro horas; pe- ro facilitándole el Tribunal los libros, instrumentos y materiales que necesi- te y de que pueda disponer. Pasado este tiempo dará su lección, que durará una hora y que pronunciará ante el Tribunal en la forma que lo haría si lo oyesen sus discípulos. En el acta correspondiente a este ejercicio se harán constar los libros, instrumentos y materiales que haya pedido el opositor y los que se le hayan facilitado. Art. 26. El tema que fuera elegido por un opositor, no podrá servir pa- ra la lección de ningún otro. Art. 27. En las oposiciones a Cátedras de Clínica, versará la lección sobre un tema que se refiera a la Patología correspondiente. Art. 28. Terminada la lección, cada contrincante hará las objeciones que estimare convenientes por espacio de media hora, y el actuante podrá dispo- ner de igual tiempo para contestar a cada uno de sus coopositores. En el caso de que no haya más que un solo opositor, podrán los Jueces, pre- via la venia del Presidente, pedir las explicaciones que ¿juzguen oportunas acerca de los puntos que les hayan parecido dudosos, para apreciar mejor el mérito del actuante. 212 JUAN M. DIHIGO Art. 29. El tercer ejercicio consistirá en un discurso oral acerca del programa presentado por el actuante, en el cual defenderá los trabajos que a su juicio tenga sobre los demás con respecto al orden, plan de enseñanza que recomiende para el estudio de la asignatura. Terminado este discurso, que no excederá de una hora, cada contrincante podrá disponer de media para hacer las observaciones que crea oportunas, y el actuante podrá emplear igual tiempo en contestarlas. Art. 30. Además de los tres anteriores ejercicios habrá otro exclusiva- mente práctico, cuando las cátedras no sean puramente especulativas, que se verificará también en sesión pública, previa la preparación que en cada caso conceptúe necesario el Tribunal y con sujeción a las reglas siguientes: Primera: Si la vacante fuera de Anatomía descriptiva, el ejercicio con- sistirá en una lección de Anatomía práctica o sea de disección, que el opositor preparará por sí mismo, explicando el procedimiento que le parezca más ventajoso y demostrando después las partes anatómicamente preparadas. Para la cátedra de Anatomía quirúrgica, operaciones, apósitos y vendajes, consistirá en una operación hecha en el cadáver, manifestando los mejores métodos y procedimientos que pueden emplearse y explicando la anatomía de la región. Segunda: Para las cátedras de Patología o Clínica, el ejercicio versará sobre un caso elegido entre los seis de mayor interés científico que haya en la enfermería a que pertenezca la clínica. El opositor examinará al enfermo todo el tiempo que ¡juzgue necesario, y después de haber coordinado sus ideas, hará la historia completa de la enfermedad del paciente y expondrá cuanto ¡juzgue a propósito acerca de la dolencia. Tercera: Para la cátedra de Medicina legal y Toxicología, el caso práctico será la averiguación experimentada de un hecho relativo a la asignatura. Cuarta: Para las Ciencias Naturales y Materia farmacéutica, consistirá el ejercicio en la determinación de objetos de Historia Natural, Quinta: En las Cátedras de operaciones farmacéuticas, en la preparación de un medicamento. Sexta: En las cátedras de Lengua en un ejercicio de traducción y de análi- sis gramatical. En los casos en que el Tribunal lo crea conveniente, la traducción no sola- mente será directa, sino viceversa. Séptima: En los de Ciencias Físico-matemáticas, en la resolución de pro- blemas. Octava: En la de Ciencias Físico-químicas, en la resolución de problemas o en el manejo de instrumentos, en la obtención de productos o en el aná- lisis cuantitativo y cualitativo de los cuerpos. Novena: En la asignatura de Práctica forense, en un trabajo propio de Juez, Fiscal o Abogado, acerea de un caso de que hubiesen conocido los Tri- bunales de Justicia y esté ya terminado. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 213 LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Una prueba más de lo defectuoso y anómalo que es el sistema colonial existente entre nosotros, la tenemos en la pretensión que acaba de elevar al Sr. León y Castillo, el distinguido Senador por la Universidad Sr. Guell y Renté. Las Universidades en la Península son centros académicos con jurisdicción sobre un distrito; pues bien, en la Universidad de la Habana, respetable, no sólo por el crecido número de alumnos que asisten a sus cátedras sino también por las lumbreras que desempeñan éstas, es todavía a la hora presente un sim- ple establecimiento de enseñanza, dependiente del Jefe de Fomento de aquel Gobierno General. Esta desigualdad, verdaderamente absurda, ha sido atacada por el Claus- tro de la Universidad Antillana, que ha elevado al Sr. Ministro de Ultramar una solicitud en demanda de que se la iguale en derechos y fueros con las Universidades peninsulares. La favorable resolución de tan ¿justa demanda es lo que el Sr. Gúell ha venido desde París a pedir al Sr. León y Castillo, quien abrigamos la segu- ridad de que se apresurará a establecer la asimilación entre establecimientos de idéntica categoría, que sólo por una aberración se rigen hoy por leyes opuestas. (La Tribuna, Madrid, 28 de Septiembre de 1882.) LA NUEVA UNIVERSIDAD El Iltmo. Sr. Secretario del Gobierno General se ha servido comunicarnos que según telegrama oficial recibido hoy, en las Cortes ha sido votada la cons- trucción del edificio para la Universidad de la Habana. A nuestro respetable amigo el Sr. D. José Giell y Renté, Senador por la ilustre Corporación y autor del proyecto aprobado por las Cortes, felicitamos por el éxito de sus patrióticas y perseverantes gestiones. (El Triunfo, Habana, 3 de Febrero de 1883.) POR LA UNIVERSIDAD Sres. Senadores: En nombre de la Universidad de la Habana, que tan mo- destamente represento, tengo el deber de dar las gracias al dignísimo presi- dente y señores de la Comisión que firmaron el proyecto de ley para la edifi- cación de la nueva Universidad de la Habana. Doy las gracias también al Sr. Ministro de Ultramar que con tanta bon- dad e interés aceptó el pensamiento de la Comisión, y al ilustre Senado que lo votó con tanta sabiduría y patriotismo. Este proyecto, reproducido hoy en el Congreso por un dignísimo Diputado, espero sea muy pronto votado. Y antes de cuatro años la madre patria tendrá una magnífica Universidad en la Habana, que será el firmísimo monumento del saber, de la conciliación y de la paz, y el medio más seguro de traera Cuba una gran población. 214 JUAN M. DIHIGO Y ya que estoy de pie voy a hacer un ruego al Sr. Ministro de Ultramar, mi respetado y querido amigo. Reunidos todos los catedráticos de la Universidad de la Habana, por una- nimidad me han dado el encargo de presentar una exposición al Gobierno pidiendo que se declare la de la Habana Universidad de distrito, como son todas las de la Península. Yo he cumplido ya con este deseo; y yo le ruego al Sr. Ministro que en lugar de mandar a informe esta exposición a la Isla de Cuba, pues allí quien la ha de informar es un oficial tercero del Gobierno, que ya ha informado que no se debe hacer ninguna variación en la Universidad, la pase, si necesita informes, al Consejo o al Director de Instrucción Pública, porque de otro mo- do jamás se resolverá esta cuestión. El expediente quedará enterrado en las oficinas de la Habana. La Universidad de la Habana está hoy asimilada con las de la Península en su plan de Estudios y en la forma de entrar en ella los catedráticos por oposición allí y en la Península, así, es justo que sus sabios profesores gocen de las categorías y entren en el escalafón del profesorado en la Península; y que no sea la Universidad de Cuba una pobre escuela relegada a la indiferen- cia, sino una parte integrante del gran cuerpo de instrucción pública de la Península. Yo le ruego al Sr. Ministro que declare Universidad de distrito la de la Habana, que se le dé a aquel respetable rector y a sus profesores, tan sabios como leales patricios, toda la autoridad que merecen y que tienen los rectores de la Península. Yo no quiero romper la unidad de acción en el Gobierno de Ultramar; pido solamente lo que el Claustro de aquella Universidad reclama con tanta justicia, lo que es necesario y lógico, si quiere el Gobierno que la Universidad de la Habana sea un gran centro de instrucción tan necesario para el bien de la Patria. Esto mismo bajo otra forma lo pidió en este augusto recinto el Marqués de San Gregorio, desde ese asiento cubierto de luto, cuando en la legislatura pasada se ocupó en el presupuesto de las Universidades de España; entonces pidió para la de Cuba las mismas ventajas que para los catedráticos de la Península. Este digno representante de la Universidad de Madrid, que ahora vendría en mi ayuda, ha cerrado ayer los ojos a la luz de la tierra para abrirlos en la gloria de los justos. La Universidad de Madrid está de luto; el Senado ha perdido un varón justo y prudente; la Universidad un sabio; su familia el conjunto de todas las virtudes y la Patria una de sus glorias. Su nombre vivirá eternamente y gus escritos los estudiará la posteridad. Yo espero que sus pensamientos y su sombra aun me ayuden a conseguir del Gobierno y del bondadoso Ministro de Ultramar, mi querido amigo, que sea declarada de distrito la Universidad de la Habana, (El Triunfo, Habana, 14 de Enero de 1883.) LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 215 DICTAMEN DE LA COMISION RELATIVO AL PROYECTO DE LEY SOBRE CONSTRUCCION DE UN EDIFICIO EN LA HABANA DONDE SE ESTABLEZCA LA UNIVERSIDAD Al Senado La Comisión mixta encargada de conciliar las opiniones de los Cuerpos Colegisladores acerca del proyecto de ley sobre construcción de un edificio en la Habana destinado a la Universidad y a Instituto de Segunda enseñanza, ha examinado este asunto con la debida atención y tiene la honra de someter a la aprobación del Senado y del Congreso de los Diputados el siguiente Proyecto de Ley Artículo 1.2 Se construirá en la Habana un edificio destinado a la Uni- versidad y a Instituto de segunda enseñanza. Art. 2. El edificio tendrá las proporciones necesarias para que en él puedan darse no sólo las enseñanzas del actual plan de estudios, sino también las demás que designe el Gobierno de S. M. Art. 3.2 Para la adquisición del solar o solares necesarios y para los gastos de la obra se destinarán: El importe de la venta del edificio y de los terrenos que ocupan la Uni- versidad y el Instituto. El importe de los solares del Estado que aún no se han enajenado y que procedan del derribo de las murallas de la Habana, y siempre que no se en- cuentren afecto a otras obligaciones. El importe de la venta de otros terrenos de aquella ciudad que pertenecen al Estado cuyo producto no tenga anteriormente aplicación determinada El importe de las donaciones y suscripciones que con este objeto promo- verá el Gobernador General de la Isla, entre Diputaciones provinciales, Ayun- tamientos, Juntas, Corporaciones civiles y personas particulares. Y por último, el importe de la cantidad que actualmente se fijará en el presupuesto de gastos de la Isla de Cuba con destino a esta obra hasta su completa terminación. Art. 4. Se autoriza al Gobierno de S. M. para que, si lo juzga convenien- te, contrate por subasta un empréstito sobre estos recursos a fin de que se emprendan y realicen las obras en el plazo más breve que sea posible. Art. 5. El edificio se construirá por medio de subasta pública y con arre- glo a las disposiciones vigentes en materia de contratación de obra o servi- cios públicos, previa la formación de los oportunos planos y presupuestos apro- bados por el Gobierno de $. M. Art. 6. Se declara esta obra de utilidad pública para los efectos que se establecen en la ley de expropiación forzosa. Palacio del Senado 29 de Enero de 1883. Manuel M.* José de Galdo, presidente.—José Gúell y Renté—Miguel Suá- rez Vigil.—Francisco Javier de Moya.— Angel Barroeta—Bernardo Portuon- 216 JUAN M. DIHIGO do.—Vicente Hernández de la Rua.—Manuel de Azcárraga —Buenaventura Car- dó—Luis Diez de Ulzurrum.—Gabriel de la Puerta—Manuel Fernández de Castro—Jaime G. Tuñón—Manuel Alcalá del Olmo, secretario. (El Triunfo, Habana 2 de Marzo de 1883.) TERRENOS PARA LA UNIVERSIDAD Cúpole el honor de haber sido el primero en pedir al Gobernador General de la Isla, en una solemnidad académica celebrada el año de 1864, en la igle- sia de Santo Domingo, que se reservara una manzana de los terrenos que de- bían quedar yermos al demolerse las murallas de la ciudad, para construir un vasto edificio donde la Universidad pudiera ampliamente instalar su pa- raninfo, biblioteca, aulas, gabinetes y museo. Reiteró poco después esta solici- tud ante el Ayuntamiento, quien acordó elevarla al Gobierno Supremo. El ilustre Conde de Pozos Dulces en un editorial de El Siglo (8 de Abril de 1864) referente a este acto, lo comentó de este modo: ““El Sr. D. José Silverio Jo- rrín, que tantas buenas ideas concibe, acaba de aumentar el número de ellas y sus títulos a la pública gratitud, con la moción que ha dirigido al Exmo. Ayuntamiento y que éste ha aprobado por unanimidad. Cuando en Marzo de 1885 eligió nuestra Universidad al Sr. Jorrín para el cargo de Senador, decía el Sr. Montoro: *“Unido por tantos lazos a la causa de la instrucción y a nuestra amada Universidad, el Sr Jorrín es el primero que concibió la idea de erigir un nuevo edificio para ella. Por esta idea se unen, a través de muchos años que separararon sus respectivos proyectos, el inolvidable Gúell y el hombre eto que está llamado a sustituirle por tantos y tan honrosos antecedentes. ? (Don José Silverio Jorrín, por el Dr. Vidal Morales y Morales. 1887.) ELECCION DE RECTOR, VICERECTOR Y DECANOS Decreto Art. 1.2 En lo sucesivo el cargo de Rector, Vicerector y Decanos de la Universidad de la Habana, serán todos electivos, debiendo recaer la elección en catedráticos propietarios en activo servicio. Art. 2. Las elecciones de Rector y Vicerector, se efectuarán el primer do- mingo del mes de noviembre, a cuyo efecto será convocado el Claustro universi- tario, por medio de citaciones particulares y por los periódicos de la Habana, con cinco días de anticipación. Art. 3.2 Para que pueda darse por constituído el Claustro, a los efectos expresados en el artículo anterior, es necesario que concurran por lo menos las dos terceras partes de los Catedráticos propietarios en activo servicio, Art. 4.2 Si no hubiere número suficiente de Catedráticos, se convocará nuevamente para el siguiente domingo; pasados los domingos del mes de No- viembre, si no se hubiere podido verificar la elección, por falta de número, continuará desempeñando el cargo de Rector el nombrado para el trienio an- terior. Art. 5. La mesa encargada de presidir la votación la compondrán el LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 217 Rector como Presidente, y como Secretario el Secretario General de la Uni- versidad y el catedrático más joven. Art. 6.2 Una vez constituída la mesa, el Presidente dará lectura de este decreto y declarará abierta la votación. Art. 7. La votación será secreta y por papeletas que contendria un solo candidato y la cual los candidatos depositarán en una urna destinada al efec- to. Terminada la votación comenzará el escrutinio, que se verificará leyendo el Rector en alta voz las papeletas que extraerá una a una y las pondrá de mani- fiesto a los Secretarios, que confrontarán el número de ellas con el de votantes. Art. 8.2 Para que la elección sea válida es necesario que uno de los candi- datos reúna a lo menos la mitad más uno de los votos emitidos. Art. 9. Si ninguno de los candidatos reuniese el número de votos nece- sarios, se reforzará acto seguido la votación entre los dos candidatos que re- uniesen mayor número de votos, decidiendo, en caso de empate, el voto del Presidente. Art. 10.2 La elección de Vicerector se efectuará en igual forma que la del Rector. Art. 11.2 Una vez verificada la elección para el cargo de Rector se procede- rá a la de Vicerector. Art. 12.2 A los tres días de verificada la elección el Rectorado elevará al Secretario de Instrueción Pública copia del acta de la misma, en la cual hará constar el número de Catedráticos propietarios existentes el día de la elección, el de los mismos que se encuentren en uso de licencia y el de los que hayan tomado parte en el acto. Art. 13.2 Recibidos estos antecedentes serán nombrados para los cargos de Rector y Vicerector a los dos candidatos, respectivamente, que hubieren sido electos. Art. 14. El segundo domingo del mes de Noviembre las Facultades pro- cederán a la elección de sus respectivos Decanos que habrán de recaer en ca- tedráticos propietarios. Art. 15. Formarán parte en la elección, todos los profesores de esa Facul- tad, quedando nombrado Decano de cada una de ellas, el que obtuviese el mayor número de votos, con la obligación de comunicar a la Secretaría de Ins- trucción Pública por conducto del Rectorado, dicho nombramiento. Art. 16.2 Los elegidos para los cargos de Rector, Vicerector y Decanos, to- marán posesión de sus cargos el día 1. de Diciembre siguiente. * Art. 17. Las elecciones para los cargos de Rector, Vicerector y Decanos, se efectuarán cada tres años. Art. 18. Quedan derogadas todas las disposiciones que se opongan al cum- plimiento del presente decreto. Habana, 23 de agosto de 1898. El Gobernador General, Ramón Blanco. El Secretario del Despacho, Francisco Zayas. (Gaceta de la Habana, 26 de Agosto de 1898.) JUAN M. DIHIGO Nm pa (9 LA UNIVERSIDAD Todas las corporaciones oficiales, con objeto de desembarazar de estor- bos la marcha y desenvolvimiento de la nueva situación, se han apresurado a poner sus puestos a disposición de las autoridades que nos gobiernan, ¿Por qué, imitando ese saludable ejemplo, no ha hecho lo propio la Univer- sidad de la Habana? En todo easo, ¿por qué no dispone su Rector, el señor Berriel, que nues- tro primer instituto docente adopte esa actitud ? La opinión pública tiene fijas las miradas en la Universidad, aguardando que se coloque en la actitud mencionada. No hay razón que justifique lo contrario. (La Discusión, 12 Enero 1899.) LA UNIVERSIDAD Nuestro distinguido amigo el señor Dr. Juan M. Dihigo, nos remite la siguiente carta que publicamos con mucho gusto como esclarecimiento de nues- tro suelto de ayer, relativo a la Universidad. Mucho nos complacen las levantadas manifestaciones de los Sres. Evelio Rodríguez Lendián y Dihigo, a quienes tributamos nuestro más caluroso aplau- so, esperando que los demás señores catedráticos imiten la actitud de los dos citados dignísimos compatriotas y notables maestros de nuestra Universidad. He aquí la carta: Sr. Director de La Discusión. Distinguido amigo: En el número de hoy de su interesante periódico se ha publicado un suelto titulado ““La Universidad” en el que se aconseja imi- te dicha corporación oficial a las demás, poniendo sus puestos a disposición de las autoridades que nos gobiernan. Sólo el no conocer usted ciertos hechos relativos a la Facultad a que pertenezco en la Universidad han podido hacer- le publicar dicho suelto y por eso tengo interés en que usted y el pueblo cuba- no sepan, que no ahora, sino un mes antes de haberse arriado el pabellón es- pañol en la fortaleza del Miorro, el 1 de Diciembre último, después de haber tomado posesión del cargo de Decana de la Facultad de Filosofía y Letras mi querido amigo Dr. Evelio Rodríguez Lendián, éste, consecuente con sus senti- mientos patrióticos de todos conocidos, dijo a todos sus compañeros allí pre- sentes que entendía había llegado el momento de reorganizar de verdad el profesorado de la Facultad, llevando a ella cuanto de más valioso existía en Cuba y que esa reorganización sería muy fácil por cuanto era su criterio que todos, absolutamente todos los catedráticos, debían cesar en sus puestos, no sólo porque lo decoroso era facilitar a la nueva situación la organización del país, sino porque con el triunfo de la Revolución y la extinción de la sobera- nía española, entendía nadie tenía derechos sobre cátedras adquiridas bajo aquélla, por lo que no se excluía él mismo, no obstante haber obtenido la suya por oposición y no deberla al favor del gobierno. Que de este modo los que nuevamento fuesen nombrados tendrían esta satisfacción, y sobre todo que creía que hoy todo cubano debía poner por encima del interés individual LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 219 el supremo de la patria, y que por este motivo lo que aconsejaba al más sano patriotismo era poner nuestros puestos a la disposición del gobierno americano para que viniesen a ocuparlos los hombres que más derechos y méritos tuviesen, debiendo ser nosotros los más interesados en que así sucediese. Estas honro- sas declaraciones que tanto honran al Dr. R. Lendián fueron acogidas sin distinción por todas las Facultades que opinaron de igual manera, y yo en mi particular no sólo me adherí al pensamiento de R. Lendián, sino que pedí constase en acta que mi puesto quedase a disposición del próximo gobierno para que fuese cubierto con quien por especiales merecimientos y condiciones intelectuales, tuviese más derecho y fuese más útil para enseñar a la juven- tud, rogando asimismo constase también era mi opinión, que el hecho de haber cooperado a la independencia de Cuba no era motivo para hallarse uno autoriza- do a explotar situación de ninguna clase, pues que ello no era otra cosa sino el cumplimiento de un deber de cubano. Sólo me resta para terminar, decirle que si hoy estamos en nuestros puestos es por haberlo así ordenado el Go- bernador General de la isla en carta oficial a nuestro querido Rector. Suyo afmo. amigo q. b. s. m. Juan M. Dihago. Enero 12 de 1899. (La Discusión, 14 Enero 1899.) LO DE LA UNIVERSIDAD Nuestro distinguido amigo el señor Ramón Meza, profesor de Filosofía de la Universidad nos remite la siguiente carta que con gusto insertamos. Sr. Director de La Discusión. Distinguido amigo: Conforme con las declaraciones de mis distinguidos compañeros los Dres, Rodríguez Lendián y Dihigo, no sé si constarán en acta las manifestaciones análogas que hice respondiendo a tan noble y levantada iniciativa. Por aquellos días, quizá un poco antes, andaba yo ocupado en di- rigir extensa carta al señor Enrique José Varona residente en New York, La noticia, comunicada por el cable, de que dicho eximio pensador venía, me proporcionó la satisfacción de entregarle mi carta al siguiente día de su lle- gada. Decíale en ella al señor Varona que opinaba que él, como Varela y como Luz y Caballero, en otra época debía ser en los presentes días quien dirigiera su voz autorizada desde la Cátedra de Filosofía a la juventud estudiosa de nuestra patria: mi puesto, en este caso, estaría entre los discípulos. Disponga de su afmo. amigo Ramón Meza. (La Discusión, Enero 16 de 1899.) ORDEN NO. 229. 3 DE DICIEMBRE DE 1899. Por esta Orden se deja sin efecto la organización de los Estudios de la Universidad de la Facultad de Farmacia, contenidos en la Orden No. 212 de 4 de Noviembre de 1899 y se la sustituye por la siguiente: 220 JUAN M. DIHIGO FACULTAD DE FARMACIA Período Preparatorio Física, Química General e Inorgánica, Anatomía y Fisiología Animales, Anatomía y Fisiología Vegetales, Mineralogía General, Química Orgánica. Período de la Licenciatura Química Inorgánica, Análisis Químico Cualitativo, Materia Farmacéntica Animal, Farmacia Práctica, Estudio Experimental de los Instrumentos de Física de aplicación en Farmacia, Análisis Químico Cuantitativo, Botánica Descriptiva Aplicada, Farmacia Práctica, Química Orgánica, Análisis quí- mico orgánico, Materia Farmacéutica Vegetal, Mineralogía Descriptiva, Bac- teriología, Análisis químicos especiales: Toxicológicos y Bromatológicos, Hi- giene Pública y Legislación Sanitaria, Química Biológica. ORDEN No. 179, de 28 de Abril de 1900. La enseñanza de cualquiera de las ramas de la carrera de Ingenieros y la de Arquitecto, constara de tres períodos. El primero que se llamará pre- paratorio durará dos cursos anuales y por su índole se estudiará por los que comiencen las carreras de Ingeniero o Arquitecto, en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Habana. El segundo que se titulará “Común?” com- prenderá dos secciones; una que lo será para los Ingenieros Civiles y Arqui- tectos y otra para los Ingenieros Mecánico-electricistas y Químicos. Cada una de las secciones de este período constará de dos cursos anuales. El tercero se denominará ““especial?? comprenderá los estudios propios de cada una de las ramas de la carrera de Ingenieros y de la de Arquitectos. Se dividirá en su consecuencia, en cuatro secciones, cada una de las cuales constará de cuatro cursos. Los cursos de estas secciones se entenderán de cuatro meses. Los estudios de la Escuela de Ingenieros y Arquitectos son los siguientes: Período Preparatorio Algebra Superior, Geometría Superior, Dibujo Lineal, Mineralogía General y Descriptiva, Física, Geometría Analítica, Trigonometría y Topografía, Me- teorología, Química, Fitología, Zoología y Geología, Período *“*Común a Ingenieros Civiles y Arquitectos Geometría Descriptiva, Dibujo Aplicado, Cálculo diferencial e integral, Física Superior, Mecánica Racional, Geodesia, Mecánica Aplicada, Astro- nomía. Período **Especial”? para ' Ingemieros Civiles Física industrial, Máquinas de vapor, Máquinas hidráulicas, Resistencia de Materiales, Estereotomía, Elementos de máquinas, Dibujo, Electricidad, LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 221 Construcción de máquinas, Arquitectura, Arquitectura industrial y legal, Cons- trueciones civiles, Economía Política, Estudio de Proyectos, Caminos de hie- rro, Trabajos públicos, Drenajes, Explotación de minas, Hidrostática, Legis- lación industrial, Período *““Especial*? para Arquitectos Física industrial, Resistencia de materiales, Estereotomía, Elementos de máquinas, Estudio de proyectos, Dibujo, Hidrostática, Arquitectura, Cons- trucciones civiles, Arquitectura industrial y legal, Economía política, Elec- tricidad, Máquinas de vapor, Historia de la Arquitectura, Drenajes, Legis- lación industrial. Período ““Común”** a Ingenieros Mecánico-electricistas y Químicos Dibujo aplicado, Física Superior, Química inorgánica, Análisis Químico Cualitativo, Bacteriología, Química orgánica, Análisis Químico Cuantitativo, Análisis especiales, Química Biológica. Período ““Especial”? para Ingenieros Mecámico-electricistas Física industrial, Máquinas de vapor, Máquinas hidráulicas, Resistencia de materiales, Elementos de máquinas, Análisis industrial, Química indus- trial, Dibujo, Estudio de proyectos, Construeción de máquinas, Electricidad, Caminos de hierro, Trabajos públicos, Economía política, Hidrostática, Ar- quitectura industrial y legal, Química del azúcar, Legislación industrial, Es- tereotomía. Período “* Especial?” para Ingenieros Quámicos Análisis Industrial, Química Industrial, Física Industrial, Máquinas de vapor, Elementos de Máquinas, Economía Política, Máquinas hidráulicas, Estudios de proyectos, Electricidad, Arquitectura industrial y legal, Legis- lación industrial, Estereotomía, Química del azúcar, Hidrostática, Construe- ción de máquinas. Habrá trabajos prácticos en Física, Electricidad, Química, Resistencia de Materiales, Estereotomía, Geodesia y Mecánica. A la terminación del período lMamado ““Común”” los alumnos recibirán el grado de Licenciado en Ciencias Físico-Matemáticas, si hubieren ganado y probado la sección correspondiente a Ingenieros Civiles y Arquitectos, el de Licenciado en Ciencias Físico-Quí- micas si la sección aprobada fuese la de Ingenieros Mecánico-electricistas y Químicos. Se suprime en la Facultad de Ciencias los períodos de las Licen- ciaturas en las Secciones de Físico-Matemáticas y Físico-Químicas. La Facultad de Ciencias. Sección Naturales. Período Preparatorio Dibujo Líneal, Física, Mineralogía General y descriptiva, Zoología, Quí- mica, Fitología, Geología, Lengua griega (ler. curso). 999 JUAN M. DIHIGO Período de la Licenciatura Cristalografía y Docimasia, Dibujo aplicado, Fitografía, Zoografía, An- tropología, Paleontología, Anatomía Comparada, Biología, Bacteriología, Mi- crografía y Fotografía. La Facultad de Farmacia: Período Preparatorio Física, Química, Mineralogía General y Descriptiva, Fitografía, Zoología. Período de la Licenciatura Materia farmacéutica animal y mineral, Instrumentos y aparatos de Fí- sica con aplicación a la Farmacia, Química inorgánica y sus prácticas, Aná- lisis Químico Cualitativo, Botánica, Materia Farmacéutica vegetal y Mieros- copía, Análisis Químico Cuantitativo, Química Orgánica y sus prácticas, Far- macia práctica y Legislación Sanitaria, Bacteriología, Análisis especiales (bromatológicos, toxicológicos y farmacológicos), Química Biológica. ORDEN NO. 266 DE 30 DE JUNIO DE 1900 De la Provisión de Cátedras Para la provisión de Cátedras que resulten vacantes y no sean cubiertas por ascenso del auxiliar, así como para las cátedras de auxiliares, se obedecerán los preceptos siguientes: El candidato ha de ser Doctor en la Facultad a que pertenezca la Cáte- dra. El título de Ingeniero equivaldrá al de Doctor. El de Profesor Normal faculta para aspirar a las cátedras de la Escuela de Pedagogía. No se requiere título para aspirar a la Cátedra de Dibujo Li- neal y Natural. El candidato exhibirá relación documentada de sus obras, trabajos y ser- vicios a la enseñanza. Presentará ante el Tribunal, nombrado al efecto por la Junta de Inspec- tores, una composición escrita sobre un asunto de la Cátedra a que aspire, elegido de una lista de temas, preparada por el Tribunal. A la composición acompañará relación de las fuentes de estudio. Dará ante el Tribunal una lección oral, de una hora de duración, después de cuarenta y ocho de preparación libre. La composición se escribirá en el término de seis horas en lugar cerrado, con las obras de consulta que sean necesarias al candidato. Los candidatos a las cátedras de Ciencias, Ingeniería, Medicina, Farma- cia y Cirugía Dental, se someterán a una serie de pruebas prácticas. Si hubiere un solo candidato, el Tribunal, apreciando la aptitud demos- trada por sus obras o trabajos y por los ejercicios anteriores, aprobará o des- aprobará su aptitud. La aprobación da derecho a la cátedra. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 223 Si hubiere más de un candidato, el Tribunal formará una lista de los aprobados por el orden de mayor a menor aptitud. El primer puesto en la lista da derecho a la cátedra. A los candidatos que hayan sido anteriormente catedráticos de esta Uni- versidad, se les tendrá en cuenta los servicios prestados y se les eximirá del primer ejercicio. REGLAMENTO DE PROVISION DE CATEDRAS Art. 1.2 Los ejercicios públicos para la provisión de cátedras vacantes en la Universidad de la Habana se harán ante un Tribunal, compuesto de cinco miembros, designados por el Secretario de Instrucción Pública mientras no se constituya el Consejo de Inspectores de la Universidad. Art. 2.2 De estos miembros, tres serán catedráticos de la Universidad y dos serán personas competentes que no pertenezcan al Claustro Universitario. Presidirá el catedrático de la Escula a que pertenezca la cátedra. Si hubiere más de uno de la misma Escuela, presidirá el de más edad. En los Tribunales para las cátedras de las Escuelas de Ingenieros y de Farmacia bastará que uno de los miembros sea catedrático. Este presidirá. Art. 3.2 Se formarán dos tribunales para la Escuela de Letras y Filo- sofía, uno para la de Pedagogía, dos para la de Ciencias, cuatro para la de Ingenieros; uno para la de Agronomía; seis para la de Medicina; dos para la de Farmacia; uno para la de Cirugía Dental; uno para la de Derecho Civil y otro para la de Derecho Público. Art. 4.2 El nombramiento de cada Tribunal se participará al Rector de la Universidad, para que ponga a su disposición cuanto sea necesario para sus trabajos, así como los empleados y dependientes que éstos requieran. Los gastos que ocasionen estos ejercicios se cargarán a la consignación pa- ra material. Art. 5.2 Tan pronto como sea nombrado cada Tribunal se constituirá en la Universidad, sirviendo de credenciales a sus miembros las comunicaciones del Secretario de Instrucción Pública en que les participe su nombramiento; elegirá un Secretario de su seno y comunicará su constitución al Secretario de Instrucción Pública. Art. 6.2 Cada Tribunal recibirá para su examen el expediente de los can- didatos que le correspondan. Formará una lista de los temas que han de ser desarrollados por escrito; otra de los que han de ser materia de la lección oral y otra de las pruebas prácticas, para las cátedras que requieren éstas. Art. 7.2 Después de terminado el examen de las obras y trabajos de los candidatos, el Tribunal convocará por separado a cada uno de éstos para el ejercicio escrito, le presentará la lista de temas para que haga su elección y procederá al encierro del candidato. Pasadas seis horas el Tribunal se cons- tituirá de nuevo y no se separará, hasta haber hecho la calificación del traba- jo del candidato. Esta se mantendrá secreta. Inmediatamente después le pre- sentará la lista de lecciones, para que el candidato haga su elección y le señalará el día y hora del ejercicio oral. Si el candidato estuviere exento del ejercicio escrito, el Tribunal se cons- 224 JUAN M. DIHIGO tituirá sólo para presentarle la lista de lecciones y señalarle el día y hora del ejercicio oral. Terminado el ejercicio oral, el Tribunal se constituirá en sesión secreta y lo aprobará o desaparobará. Inmediatamente señalará al candidato las prue- bas prácticas a que ha de someterse, concediéndole el tiempo necesario para realizarlos e indicándole las demás circunstancias del ejercicio. Art. 8.2 Terminados todos los ejercicios que requiera la Cátedra o la con- dición del candidato, el Tribunal, en sesión secreta aprobará o desaprobará su aptitud y si no hubiere más que un candidato, remitirá la calificación al Secretario de Instrucción Pública, con las actas de todos los ejercicios. El Tribunal tomará como primer elemento de apreciación de la aptitud del candidato, sus obras y trabajos anteriores. Art. 9.2 Si hubiere más de un candidato, el Tribunal se reunirá en sesión secreta, después de terminados los ejercicios de todos y formará la lista de los declarados aptos en el orden de mayor o menor aptitud. Esta lista, con las actas de todos los ejercicios se remitirá al Secretario de Instrucción Pú- blica. Las actas serán firmadas por el Presidente y Secretario del Tribunal; ex- cepto el acta de aprobación o desaprobación y la que contenga la lista de apro- bados, que llevarán la firma de todos los miembros del Tribunal. Cumplido el requisito de la remisión, puede el Tribunal hacer público su acuerdo. Art. 10. La convocatoria a que se contrae el art. 7. se hará por edictos que se publicarán en la Gaceta de la Habana y por oficio al candidato. Art. 11.2 Para reunirse un Tribunal se requiere la presencia de todos sus miembros. Si alguno de éstos faltare por causa justificada a uno o más ejer- cicios, no podrá votar para la calificación do aptitud del candidato, ni para la formación de la lista de los declarados aptos. REGLAMENTO DE LA JUNTA DE INSPECTORES DE LA UNIVERSIDAD Art. 1.2 Corresponde a la Junta de Inspectores de la Universidad de la Habana, velar por el fomento y prosperidad de ésta, y proponer al Gobierno las medidas conducentes a este objeto. Art. 2.2 Esta Junta se compondrá de once miembros, como se determina en las Ordenes números 266 y 278 de la serie de 1900. Tendrá su Presidente y Secretario, que se elegirán por mayoría. Cada uno de ellos tendrá las funciones propias de su cargo. Art. 3.2 La Junta de Inspectores de la Universidad constituye un cuer- po consultivo del Gobierno en todo cuanto haga relación con la enseñanza uni- versitaria. Art. 4.2 Cuidará, como su primer deber, del estricto cumplimiento de las disposiciones vigentes sobre enseñanza. A este efecto, podrá ejercer una acción inspectora tan amplia y eficaz como lo crea necesaria; completamente libre; ya ante cada Facultad, ante LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 225 cada Profesor, cada Laboratorio, o ya ante cada Tribunal de exámenes. De la Secretaría General, y de la de cada Facultad, podrá tomar, cuantos datos estimare necesarios para sus funciones. El Rector, los Decanos y los Profe- sores, suministrarán oficialmente, los informes que de ellos se demanden. Art. 5.2 De las inspecciones que realice la Junta de Inspectores de la Uni- versidad, dará cuenta al Sr. Secretario del ramo, proponiéndole lo que estime para cada caso. Art. 6.2 Atenderá con preferencia a cuanto se relaciones con la eficacia, la bondad o la utilidad de la enseñanza; y asimismo, a las condiciones de aptitud y prestigio de los catedráticos y del crédito, orden y respetabilidad de todas las Escuelas. Art. 7.2 Es facultad propia de esta Junta, el estudio e informe sobre todo lo que se relaciones con la remoción del personal docente. Art. 8.2 Es de su incumbencia el nombramiento de Tribunales para las oposiciones, en todas las Facultades. Art. 9.2 Dedicará especial atención al estudio de todo lo relacionado con el fomento, mejoras, administración, ete., del fondo de matrículos. Art. 10.2 Llevará esta Junta nota oficial del escalafón del personal docen- te y administrativo, informando sobre todas las dudas conflictos, ete., que se susciten o que puedan tener lugar entre las Facultades; así como cuanto se refiera a dudas sobre ascensos, sustituciones, ete., entre los catedráticos, de acuerdo con el texto de las Leyes: vigentes. Art. 11.2 Asimismo tendrá la Junta voz informante en todo lo que oecu- rriere en materia propia de la enseñanza o del personal docente, y que no estuviere previsto por las leyes vigentes. Art. 12.2 Los nombramientos de Secretario General, de Ayudantes fa- cultativos y de Bibliotecario de la Universidad, deberán ser comunicados a la Junta de Inspectores. Art. 13.2 El Rector de la Universidad, deberá mensualmente, pasar a la Junta de Inspectores, nota relativa a las faltas de asistencia de los profe- sores, a las licencias, sustituciones, enfermedades, ete., que éstos tuvieren en dicho tiempo. Asimismo de las variaciones en el servicio de Ayudantes facul- tativos. También dará cuenta de toda vacante del profesorado. Art. 14. La Junta de Inspectores se reunirá por lo menos una vez cada mes, siendo suficiente para celebrar sesión, la asistencia de cuatro vocales. Art. 15.2 La Junta de Inspectores funcionará como dependencia y cuer- po consultivo de la Secretaría de Instrucción Pública, en el local que ésta le facilite, y con un empleado a las órdenes del Secretario, para atender a los servicios que a ella corresponden, y cuidar de su Archivo, PRIMERA JUNTA DE INSPECTORES DE LA UNIVERSIDAD Dr. Francisco Zayas, Presidente. Dr, Gustavo López, Secretario. Dr. Juan Santos Fernández. Dr. Alfredo Zayas, Ldo. Rafael Cruz Pérez, 226 JUAN M. DIHIGO Dr. Vicente B. Valdés. Ldo. Rafael Montoro. Dr. Emilio Ferrer y Picabia. Ldo. Leopoldo Sola. Sr. José G. del Castillo. Sr. Fidel G. Pierra. LAS REFORMAS EN LA ENSEÑANZA SUPERIOR POR ENRIQUE JOSÉ VARONA Secretario de Seda Pública Voy a exponer, con la brevedad posible, los antecedentes de la reforma que he intentado, en nuestros estudios de Segunda Enseñanza y de Enseñanza Uni- versitaria, los principios a que he obedecido y el objeto que con ella me he propuesto, y a contestar a las críticas que se le han dirigido, en todo lo que tengan de pertinentes. Esta será mi única defensa ante la opinión del país, juez definitivo en un proceso que tanto le interesa. Antecedentes Unos son de carácter general, porque son el resultado de nuestra historia; otros responden a exigencias de la situación presente. Hace muchos años que el nivel de nuestra cultura general iba en descenso. No podía ser de otro modo, porque cada vez iba siendo más bajo el punto de partida. La enseñanza primaria elemental era más que deficiente en nuestras escuelas; la enseñanza primaria superior había desaparecido por completo. Faltaba, pues, el eslabón necesario entre los rudimentos del saber y la cultu- ra superior. Sin ninguna preparación entraban nuestros niños, en edad ab- solutamente inadecuada, a estudios que eran incapaces de comprender Sa vencía la dificultad no enseñándoles nada. A- los más despejados y de buena memoria verbal se les hacían recitar las lecciones que correspondían a las bolas del programa; y ese era un alumno so- bresaliente. Los programas estaban caleados en textos que son, por lo general, rapsodias mal zurcidas de obras que fueron aceptables hace veinte o más años. En esa estéril gimnasia de la memoria perdían nuestros niños cinco años. Ninguna de las actividades mentales superiores había sido sometida a la necesaria disciplina. Todo el horizonte intelectual de los más afortunados, de los que escapaban a la atrofia completa del cerebro, era el libro. Con esta preparación, es decir, con esta falta plena de preparación, en- traban en la Universidad nuestros estudiantes, a veces sin cumplir quince años. Allí seguían sometidos al mismo yugo del programa; su tarea había de ser devorar páginas y páginas, para poder contestar con algún despejo, al llegar la hora de la lotería del examen. Solían encontrar allí profesores elocuentes, y en ciertos estudios, como los de Medicina, las exigencias de la materia los obligaban a observar, a manejar instrumentos, a ponerse en con- tacto con el mundo y con la vida; pero en vez de continuar fortaleciendo ap- LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 227 titudes ya desarrolladas, tenían que comenzar entonces, y ya tarde, a desarro- llarlas. Son bien fáciles de prever las consecuencias. Por otra parte, la Universidad se había encerrado en un círculo demasiado estrecho, para las exigencias de la vida moderna. En puridad, de ella no salían sino abogados, médicos y farmacéuticos. Las facultades de Letras y Cien- cias sufrían aún más que las otras de la falta de preparación de sus alumnos; así es que fácilmente pueden contarse los literatos, los naturalistas, los físi- eos y los matemáticos, que han salido de sus aulas. Nos sobraría con la serie de los números dígitos. De esta suerte resultaba muy superficial la difusión de las ideas directoras en la masa social, que es precisamente por donde se mide la cultura pública. No hay una sola manifestación de nuestra existencia colectiva que no lo re- vele; así es que realizamos la vida en condiciones a que difícilmente se aven- dría ningún otro pueblo colocado dentro de las fronteras de la civilización moderna. No nos alucinemos señalando y exhibiendo las excepciones individuales. Lo que importa es el nivel de vida, material, intelectual y moral, de la genera- lidad. Los que entre nosotros saben manejar los instrumentos para medir ese nivel, no deben sentirse muy a sus anchas. Realizado el brusco cambio que ha roto los lazos de Cuba con su antigua Metrópoli, se imponía un cambio de orientación en la enseñanza pública, para preparar a las nuevas generaciones mejor que habíamos sido preparados nos- otros. Desde los primeros días la Universidad misma quiso responder a esa necesidad, y redactó un plan de reformas, que sirvió luego de base a las que implantó a fines del pasado año el Sr. Lanuza. Era un plan de proliferación. Aumentaba las cátedras y las subdividía. Pero todo dentro de las antiguas líneas y respetando el antiguo método de enseñanza. Con él se enseñaría mu- cho más en la Universidad, pero se enseñaría del mismo modo. No tenía cuen- ta que para tal lujo de cátedras faltarían primero maestros y después discí- pulos. Sin embargo, daba un paso considerable en el buen camino, porque abría campo a las nuevas carreras, que está demandando el estado del país. El Sr. Lanuza no creyó que podía llegarse a tanto, y sólo aceptó del pro- yecto la multiplicación de cátedras. La consecuencia fué el número despropor- cionado de catedráticos en relación con el de alumnos. En la Facultad de Letras había quince profesores nombrados, una cátedra vacante y siete alum- nos matriculados. En la de Ciencias había veinticineo profesores nombrados y once alumnos. La Facultad de Derecho contaba con veintiún profesores; la de Medicina con cuarenta El total de profesores en la Universidad, sin contar las vacantes, era de ciento siete para trescientos ochenta y un alumnos. Había muchas cátedras con un solo estudiante; no pocas sin ninguno. Una Administración eserupulosa no puede permanecer inactiva ante si- tuación tan anómala, y que acarrea verdadero despilfarro de las rentas pú- blicas. Es necesario fijar bien las ideas a este respecto. La tendencia const- tante de los Estados modernos es al aumento de los gastos productivos, entre los que se cuentan en primera línea los que favorecen el progreso social. Pero es un deber estricto de sus administradores no autorizarlos, sino dentro de los más rígidos principios comerciales. Desde este punto de vista la situa- ción de nuestra Universidad estaba juzgada a los ojos del Gobierno. Cada 228 JUAN M. DIHIGO alumno suyo costaba al tesoro público muy cerca de setecientos pesos (689). No basta de ninguna suerte para justificar un gasto excesivo que haya so- brantes en las areas y que se reparte lo malgastado entre los naturales del país. Con principios tan laxos no hay hacienda pública posible. El administra- dor de las rentas de la nación es un mero apoderado; y el contribuyente tiene derecho a que se saque el mayor producto de la parte que aporta al caudal común. Por otro lado el cuadro que presentaba de puertas adentro la Universidad, tenía que ser intolerable. para quien se sintiera con una parte siquiera de responsabilidad en tal estado de cosas. Todo allí es añejo e inservible; no hay aulas, ni laboratorios, ni bibliotecas. En viejos desvanes hay arrineonados algunos instrumentos comidos de herrumbre; por una escalera desvencijada se sube a una buhardilla, donde está lo que se llama el laboratorio de quími- ca; los apolillados infolios de la librería del convento de Santo Domingo son todavía los libros de fondo de la biblioteca, donde sólo de casualidad se encuentra una obra relativamente moderna. El Jardín Botánico es un pe- dazo de tierra casi baldía. Y el presupuesto anual de tan bien dotada institu- ción pasaba de 262,000 dollars. La disciplina escolar correspondía en un todo al medio ambiente. Los alumnos se concedían vacantes a su antojo; el año académico era de ocho me- ses, ellos lo hacían de siete, sin perjuicio de alargar a su guisa las vacaciones de navidad y decretar cualesquiera otras fiestas. Catedráticos numerarios había que se hacían suplir todo el año por auxiliares, se estaban en sus casas y cobraban su sueldo íntegro. Según la frase corriente, allí se vivía en fami- lia. Nuestra Universidad era la ideal abadía de Telemo. Objeto y principios de la reforma. Desde que, en los asuntos de Cuba, el Gobierno de Washington resolvió pasar de la intervención diplomática, en que se había mantenido durante lar- gos años, a la intervención material, para poner fin a la soberanía de España sobre nuestra patria, nuestra organización social ha entrado en crisis. De la vitalidad con que la resistamos y nos adaptemos a las nuevas circuns- tancias políticas, dependerá que subsista en condiciones de progreso la po- blación cubana. Tenemos que vivir de otro modo, si queremos vivir; y para ello necesitamos aprender de otro modo. Tenemos que aprender a sacar partido a las ventajas naturales de nuestro maravilloso suelo, a dirigir nuestra aten- ción a la vida de los otros pueblos y a sus necesidades, a ponernos en condi- ciones de que nuestra tierra sea morada digna de sus hijos y apetecible para los extranjeros; tenemos que pedir a la ciencia moderna sus preciosos au- xilios, para mejorarlo todo en torno nuestro y a la educación moderna sus valiosos recursos para disciplinarnos. El programa es vasto; pero condición de vida es para nosotros realizarlo. Llamado a dirigir la Instrucción Pública de mi país en esas circunstan- cias, y sabiendo que era propósito firme del actual Gobernador General re- formarla de modo que fuese más eficaz; entendí que era mi deber acometer la difícil empresa, para ecbar siquiera los cimientos de la obra. Sé que el papel del legislador, aunque al parecer tan considerable, tiene limitaciones muy LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 229 precisas; y por los mismo sólo he intentado sentar bases y hacer trazos en el terreno, dejando a la mano de los obreros levantar las definitivas construc- ciones. Desde luego he buscado un cambio radical en nuestra manera de enseñar y de aprender y en las materias de estudio y de enseñanza; pero sabía que no podía hacer más que indicar direcciones. He pensado que nuestra enseñanza debe cesar de ser verbal y retórica; para convertirse en objetiva y científica. A Cuba le bastan dos o tres litera- tos; no puede pasarse sin algunos centenares de ingenieros. Aquí está el núcleo de mi reforma. He pensado que a nuestros escolares convenía leer menos y observar más, comparar más, meditar más, experimentar más; en una palabra, interrogar más a la naturaleza que cir al maestro. He pensado que nuestros profesores debían ser solamente profesores, y serlo en el sentido moderno: hombres dedicados a enseñar cómo se aprende, cómo se consulta, cómo se investiga; hombres que provoquen y ayuden el tra- bajo del estudiante; no hombres que den recetas y fórmulas al que quiere aprender en el menor tiempo la menor cantidad de ciencia, con tal que sea la más aparatosa. Hoy un colegio, un instituto, una Universidad deben ser talle- res donde se trabaja, no teatros donde se declame. A obtener esa clase de estudiantes y esa clase de maestros, va encaminada toda la reforma. Para que los alumnos pudieran estudiar como entiendo que deben hacerlo en un Instituto, es decir, con estímulos permanentes para su personalidad, era necesario que fuesen preparados para la enseñanza primaria completa. Mientras se deje abierto el Instituto a niños que son casi párvulos, no se con- seguirá ese resultado. Exigir la edad de catorce años y pruebas rigurosas de haber hecho los estudios previos era atajar el mal en su fuente. La Escuela Superior tiene que nacer necesariamente para recibir los niños que dejan la primaria y no pueden ir al Instituto. Nuestros actuales colegios de Segunda Enseñanza, deficientes en todos sus aspectos como tales, se convertirán de un modo natural en escuelas superiores, y podrán ser tan útiles como son hoy no- civos. El programa convierte en arte mecánico todo el proceso de la instrucción. El suprimirlo devuelve al profesor la libertad para enseñar su asunto en la forma más adecuada y hasta los límites que demanden la capacidad y el tra- bajo de los alumnos. El examen, que en el plan antiguo, era el único objetivo de la enseñanza, se convierte en lo que debe ser: la prueba final de lo que se ha estudiado y de como se ha estudiado. Antes nuestros adolescentes iban a los Institutos a ganar cursos y aprobar exámenes. Irán ahora a aprender por lo menos cómo se aprende; y lo harán en el tiempo que exijan sus aptitu- des y su laboriosidad. A la sociedad no interesa que un niño sea bachiller a los quince años; sino que un bachiller, cualquiera que sea su edad, tenga los conocimientos generales que lo conviertan en un hombre de cultura moderna, y lo preparen para las profesiones superiores, y que sea capaz de continuar trabajando con facilidad y provecho en su desarrollo intelectual. Entre nosotros lo general ha sido que el profesor de Instituto o Universidad considere su cátedra como un accesorio de su profesión principal. Era un médico 230 JUAN M. DIHIGO o abogado, que dedicaba una hora diaria o una hora cada dos días a enseñar una asignatura. Con este sistema se pueden tener excelentes conferencistas sobre una materia; pero no verdaderos profesores, como los demanda la en- señanza actual. El remedio sólo se encuentra pagando al catedrático, para que pueda ser sólo catedrático. La conferencia tiene su lugar en la enseñan- za moderna; pero no el lugar de la instrucción directa al lado del alumno. Como la reforma, que se intenta, ha tenido que buscar este resultado y el de multiplicar las materias de estudio, y todo esto sin incurrir en gastos excesivos, la solución del conflicto se encontraba, confiando a un solo cate- drático la enseñanza de grupos de materias similares. En cada profesión hay asuntos de estudio fundamentales, básicos por decirlo así, que conviene man- tener separados y asignarlos a profesores distintos; pero los hay accesorios, bien por ser meramente formales, bien por exigir la carrera un conocimiento menos completo de ellos, y éstos pueden sin inconveniente capital subordinarse a los otros y ser engañados por un profesor, que dedique lo más de su inteli- gencia y tiempo a la materia fundamental. En este punto había que pres- cindir de la excesiva división del trabajo en cada cátedra; para permitir algo que importa mucho más: la división del trabajo de los estudiantes, que tu- vieran abiertas más escuelas, y pudieran por tanto contribuir mejor, ya fue- ra de la Universidad, a la subdivisión del trabajo social. Nos sobran médi- cos y abogados; nos faltan agrónomos, ingenieros, electricistas, los directores de la conquista de las fuerzas naturales. Cuba tenía que escoger entre abrir a sus jóvenes únicamente Escuelas de Medicina, Derecho y Farmacia, con muchos profesores más o menos especia- listas o llamados tales; o todas las Escuelas que les facilita el plan, con me- nos profesores, menos restringidos a un círculo estrecho de conocimientos. Tuve que decidirme por este segundo extremo, pero sin cerrar de ningún modo el camino a posteriores subdivisiones; previéndolas por el contrario. A medida que se aumente la demanda de enseñanza, cada Facultad, dentro de los derechos que se le reconocen, podrá, casi automáticamente, aumentar sus cátedras e ir a la subdivisión necesaria. Con alumnos ya preparados para ser tales y con profesores que pudieran dedicarse a serlo con toda su inteligencia y con todo su tiempo, he creído que la reforma radical de nuestra enseñanza superior podría realizarse en un corto número de años, si al mismo tiempo se dotaba a los Institutos y a la Universidad de un equipo de enseñanza totalmente moderno. Con ese fin he hecho necesario, para pasar el examen final, que la enseñanza de las ciencias experimentales y de clasificación tenga que ser puramente ob- jetiva y que la enseñanza de las ciencias obligadas al método histórico y las de pura erudición demande la consulta de las fuentes y el trabajo escrito. He marcado el número indispensable de gabinetes, laboratorios y talleres; y he exigido la asistencia a ellos. He elevado, para empezar, la consignación des- tinada al material científico de $8,900 a $18,000. Como se ve, he procurado ante todo la renovación del espíritu que ha pre- sidido hasta ahora a nuestra enseñanza superior. No me he cuidado tanto de redactar un plan simétrico en todas sus partes, para lo que sobran modelos; sino de preparar los cuadros para que ese plan fuese la obra del tiempo y LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 231 la experiencia. He querido empezar por lo posible, dentro de las circunstan- cias actuales. Por eso, conservando las Escuelas de Letras y Filosofía y la de Ciencias, como núcleo para los altos estudios especulativos, he tenido que darles el carácter práctico de institutos destinados a preparar los profesores de Se- gunda Enseñanza; y a esta consideración he subordinado su actual estructura. Por eso sólo he echado los cimientos de algunas Escuelas, como la de Agro- nomía, y ninguna tiene la amplitud a que podría aspirar, si estuviese aisla- da, y respondiese a las necesidades de una población numerosa, que puede dar nutrido contingente a todas las profesiones. Así y todo desde el próximo curso podrán comenzar a prepararse para la vida activa, en las aulas de nuestra Universidad, profesores de Letras y profe- sores de Ciencias, pedagogos, ingenieros civiles, ingenieros electricistas, atr- quiteetos, peritos agrónomos, cirujanos dentistas y publicistas, además de los tradicionales abogados, médicos y farmacéuticos. He querido que mi plan fuese amplio y al mismo tiempo económico; que llevase nuevos principios a la enseñanza, y que tuviese tanta elasticidad, que se pudiese encoger o ensanchar en cualquier parte, sin necesidad de com- prometer la organización total. Lo concebí de modo que sirviera desde luego para una Universidad modesta, como tiene que ser ahora la de la Habana, y que pudier servir para una gran Universidad, cuando tengamos más po- blación, más riqueza y más sosiego. He sembrado los gérmenes; el tiempo y la humana labor deben hacerlos crecer y desarrollar. Las fuerzas con que cuento para producir ese resultado son: la autonomía que dejo a las Faculta- des; la libertad de que disfruta el estudiante para satisfacer sus aptitudes e inclinaciones; el estímulo que ha de producir la concurrencia de los pro- fesores no oficiales, a quienes se franquean las aulas universitarias. Respuesta a las críticas Las críticas que se han dirigido al plan demuestran o que no se ha pene- trado su espíritu, o que se han olvidado las condiciones en que se encontraba encerrado su autor. El plan de Segunda Enseñanza fué muy bien recibido. A última hora se han hecho tres clases de objeciones. Se ha dicho que los exámenes son demasiado rigurosos y exigen un cono- cimiento profundo de la materia. No se ha comprendido su espíritu. Los exámenes deben sólo tender a que los ¡jueces se cercioren de que los alumnos, jóvenes ya de diez y siete a diez y ocho años, han estudiado como se debe, con los métodos apropiados, la materia del examen, y han alcanzado la suficiencia compatible con el tiempo de estudio y con su edad. No se ha de pedir a un alumno que clasifique como un profesor; pero sí que sepa clasificar objetos eo- munes, puesto que eso es lo que se ha de aprender en una ciencia de clasi- ficación. No se le ha de pedir que realice experiencias dificultosas; pero sí que realice experiencias, puesto que eso es lo que se ha de aprender en una ciencia de experimentación. No es el fin del plan que aprenda muchas cosas, sino que aprenda de verdad las que debe saber un adolescente, que se prepara para las profesiones superiores o que aspira sólo a una cultura general. JUAN M. DIHIGO 1] ya 159] La segunda objeción es que suprime el latín, y por tanto prescinde de los estudios clásicos. Es cierto. A esto sólo contestaré que hace más de un cuarto de siglo que en Cuba no se hacen estudios clásicos. El latín en nuestra Segun- da Enseñanza era sólo un peso muerto, una carga inútil. Dirán que debía res- taurarse. No lo ereo. Necesitamos recuperar el tiempo perdido; y no es ha- ciéndolo malgastar en un estudio de mera erudición, como se pone un pueblo al nivel de los que están transformando la tierra, y la sociedad, en torno suyo. Abrir caminos, muchos caminos, canalizar ríos, alcantarillar poblaciones lim- piar puertos, encender faros, desmontar bosques, explotar minas, mejorar en todos sentidos nuestras condiciones de vida material, para que se morigere e ilustre la gran masa inerte de nuestra mísera población, es lo que necesita- mos; antes de sentarnos a saborear a Virgilio o descifrar a Horacio. Ni si- quiera como disciplina del intelecto puedo admitir que debamos preferir los cubanos el estudio de las humanidades al de las ciencias. La enseñanza elá- sica preferida a la enseñanza científica significa la imitación preferida a la observación directa. Los problemas que tenemos delante son vitales; no es con la imaginación y el buen gusto con los que se abordan vietoriosamente, sino con el cáleulo, la previsión, el manejo de los instrumentos, la aplicación de las máquinas y la consulta de las tablas estadísticas. La tercera objeción al plan de Segunda Enseñanza es que suprime el tex- to. Aquí hay una interpretación antojadiza. El plan no suprime ningún ele- mento adecuado de trabajo útil. Y ninguno lo es más que un buen texto. El pedir que el alumno anote cuanto despierte su interés, extracte lo que encuen- tre difuso, y conserve lo que haya de nuevo en la explicación del profesor, no es disponer que se supriman los buenos textos. El plan de Enseñanza Universitaria también fué saludado con aplauso, hasta que se hicieron públicos los nombramientos de los profesores que perma- necían en la Universidad. Desde entonces han llovido contra él las críticas, las objeciones y hasta las imputaciones más extraordinarias. Se ha combatido ante todo el sistema de grupos; sin detenerse a pensar que las condiciones en que estaba sujeto el autor del plan se lo imponían. Se ha objetado que muchas de las materias agrupadas son demasiado heterogé- neas. En los grupos que formé atendí ante todo a la similaridad; pero en algunos casos hube de atender a no formar cátedras con materias secundarias. Entonces, cuando estaban demasiado recargadas las más afines las añadí a profesores poco recargados; partiendo del principio de que siendo un hombre perito en su profesión, no era mucho exigirle la enseñanza adicional de un asunto de menor monta que el que constituía su enseñanza principal. No es concebible que se sostenga que un abogado necesita ser especialista, para en- señar enjuiciamiento o redacción de instrumentos públicos; ni que un profe- sor de geometría analítica, no pueda enseñar geometría descriptiva o vicever- sa. Sea dicho esto, sólo como ejemplo. Si se tiene en cuenta lo que no debe perderse de vista, que ningún grupo se ha dado como definitivo, puesto que se reconocía a las Facultades el derecho de pedir su alteración, se verá que ese es un argumento más especioso que fundado. Por otra parte, la formación de grupos es siempre obra dificultosa. Basta para demostrarlo el caso de las agrupaciones de Medicina. El plan ha LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 233 aceptado las que propuso la Facultad, compuesta de personas peritas, y esas agrupaciones han sido las más criticadas. Otro ejemplo, aunque en sentido inverso. Nuestros peritos han clamado a una voz, que el plan estiraba la Estereotomía, distribuyéndola en tres cursos, pues basta con uno solo. Los peritos del Instituto Politécnico de Troy la alar- gan hasta cuatro cursos, en otros tantos años. También se ha pretendido y con gran lujo de detalles, que resultan deficien- tes las Escuelas de Letras y Ciencias; aunque, por un curioso contrasentido, se ha pretendido al mismo tiempo que las materias que exige la de Ciencias para expedir sus títulos exceden a la capacidad del hombre más inteligente y laborioso. Estas Escuelas tienen un doble objeto, pero dentro de un círculo que hoy por hoy ha de ser estrecho. No se mantienen en ellas sino las materias de predominante importancia, para que sirvan de núcleo de cultu- ra superior. Y si se exige en la de Ciencias que se cursen las Matemáticas, la Física, la Química y las Ciencias Naturales, es porque de allí han de salir los profesores de Ciencias para la Segunda Enseñanza y ese es cielo de co- nocimientos que necesitan. Aquí caben subdivisiones hasta lo infinito; pero no ha llegado para nosotros la época de subdividir. Es claro que unos estu- diantes aprenderán más Matemáticas que Botánica; y otros más Física que Mineralogía; pero si han de estar en aptitud de enseñar ciencias en un Ins- tituto, forzoso es que hayan estudiado todos esos ramos del saber. Para los es- tudios de aplicación se requiere mayor grado de especialización; es obra de los reglamentos de cada Escuela buscarla y promoverla. Se ha sestenido que, a pesar de los propósitos de economía del plan, re- sulta más caro que el anterior; y al propio tiempo se hace befa de la consig- nación para material científico por mezquina. La economía que ha buscado y que tenía el autor del plan el deber de buscar se ha realizado. Lo presu- puesto por el plan anterior para el personal docente de las cinco Facultades, catedráticos numerarios, auxiliares, jefes de laboratorio y jefes de clínica, ascendía 206,570 dollars. Lo que costará el mismo personal en las Escuelas de Letras y Filosofía, Ciencias, Medicina y Farmacia, Derecho Civil y Derecho Público, que corresponden exactamente a las cinco Facultades, será por el nuevo plan 125,450 dollars. La diferencia es de 81,120 dollars. Aún añadiendo 38,750 que costará el personal de las nuevas Escuelas, todavía la diferencia a favor del nuevo plan es de 42,370. Y conviene advertir que los grupos forma- dos por la Facultad de Medicina aumentan mi presupuesto en 9,450 dollars. _—También es pertinente hacer notar que a los antiguos catedráticos por seis horas de clase a la semana, y a algunos por tres, se les pagaban $2,400; a los actuales por doce horas se les pagarán $2.800, por diez y ocho $3,200. Respecto a la asignación para material científico, se ha duplicado contan- do con lo existente; no se ha pretendido que se atienda con ella a la instala- ción de los nuevos laboratorios, ni a su futuro sostenimiento. Por eso se pide a las Facultades que comiencen sus tareas, presentando el presupuesto de los gabinetes y laboratorios que se han de establecer según la orden de reforma. Se ha ineulpado también el plan, por este mismo aspecto económico, ale- gando que hace más caras las carreras. Resulta precisamente lo contrario. El estudiante de Medicina, por el plan anterior tenía que estudiar en ocho añor treinta y seis asignaturas, que le costaban $352. Por el nuevo tendrá que es- 231 JUAN M. DIHIGO tudiar cuatro años y pagará por todo $320. Se ahorra $32 y gana lo que puede producir en cuatro años. El estudiante de Derecho tenía que cursar en seis años veintiséis asignaturas, al costo de $280. Ahora tendrá que cursar tres años y pagar $240. Ventaja: $40 y tres años. Muy acerbamente se ha eriticado la forma en que se han hecho los nom- bramientos de catedráticos. Aquí también han perdido de vista los censores las circunstancias en que estaba colocado el Secretario, que propuso esos nombramientos. Se han sus- tentado teorías diametralmente opuestas. Hay quienes sostienen que una cá- tedra es una propiedad. Ningún catedrático podía ser desposeído. Esto es vol- ver sencillamente a la teoría feudal sobre las funciones públicas. El Estado moderno busca la estabilidad de sus funcionarios, a tenor de su capacidad, probidad y eficiencia, pero no puede, sin negarse a sí mismo, reconocerlos propietarios de su función. Dondequiera que los catedráticos sean funciona- rios públicos, tendrán que estar sometidos a las condiciones de tales. Importa a la enseñanza que la elección de estos profesores sea escrupulosa; pero hasta ahora no se ha encontrado la pauta uniforme para asegurar el acierto absolu- to. Hay la cooptación, el nombramiento, las listas de presentación, el concurso, la oposición, el ascenso y hay la posibilidad de sistemas en que se mezclen esos elementos. Otros han opinado que debían declararse todas las cátedras vacantes, y proveerse todas mediante ejercicios públicos de suficiencia. Esta es la teoría que ha tenido más partidarios. Contra ella militaba un inconveniente capital: era irrealizable, en los momentos y circunstancias en que se preconizaba. La Universidad no podía quedar desierta. Se necesitaba de momento un nú- cleo de profesores, que pudiera preparar la nueva organización. Por otra par- te no había personal para tantos tribunales como hubiera requerido la oposi- ción universal, ni tiempo material para que se llevasen a cabo los ejercicios, con la celeridad necesaria. Es fácil proponer ciertos expedientes; la dificul- tad se toca cuando se intenta realizarlos. El autor del plan tenía ante todo que hacerlo viable; y para ello necesitaba elegir determinado número de catedráticos que fuesen confirmados desde el primer momento. Se le propuso, y aceptó, que continuasen en sus cátedras los catedráticos que las hubiesen obtenido por oposición, excepto en los casos en que se hubieran agrupado cátedras antes separadas, en que se elegiría uno de los profesores. Este procedimiento le daba diez y siete catedráticos, número exiguo para organizar todas las Escuelas. Creyó, por tanto, que debía am- pliar el número, y se propuso elegir algunos más entre los catedráticos exis- tentes, fijándose únicamente en su competencia y a ser posible en sus conoci: mientos especiales. Creyó de este modo, y sigue creyendo, que prestaba un ser- vicio a la cultura de su país. Eligió diez profesores cuya reputación le pareció al abrigo de toda erítica. Todavía estaba fresca la tinta con que muchos pe-, riódicos habían pedido la entrada de algunos de ellos en el claustro univer- sitario. De otros nadie hasta ahora había negado la superior habilidad. No pretendió el Secretario resolver ex cathedra que los no designados fuesen in- competentes, ni que fuera de la Universidad no hubiese hombres doctos, dig- nos de recibir la misma distinción. Procuró escoger aquellos que, a su juicio, serían también aprobados por la opinión ilustrada del país. Y no debía estar LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA 235 tan equivocado, cuando hasta ahora se ha dicho que hay otros igualmente competentes, pero ni aún la pasión se ha atrevido a asegurar que hay otros más competentes. Pensó también que tenía el deber de respetar el derecho que habían :ad- quirido los Secretarios que eran de antemano catedráticos. Á su pericia re- unían la cireunstancia de estar autorizados por el actual Gobierno para con- servar sus cátedras, durante el desempeño de sus carteras. Esos profesores habían sido elegidos, antes de entrar en el Gabinete, por un tribunal que se juzgó apto; y no estaban en condiciones, morales al menos, de someterse ahora a los ejercicios públicos. Tampoco ha podido decirse que esta confirma- ción deje en la Universidad ningún profesor incapaz de servir su cátedra. Más peso tiene la objeción que se ha puesto a la situación de los Auxiliares en algunas Escuelas. Este es un problema muy árduo en la organización de una Universidad. Pero si se estudia el plan, se verá que su tendencia es que a cada cátedra corresponda un auxiliar. No ha podido hacerse así desde el prin- cipio en todas las Escuelas; pero si su desarrollo lo consiente, habrán de lle- gar a ese resultado, que normalizará la sustitución en las cátedras y las dota- rá siempre de profesores de larga práctica y ciencia acreditada. Poco tengo que añadir. He expuesto la necesidad premiosa que había de acometer esta reforma, el objeto que he tenido a la vista y los principios que me han guiado al dirigirirme a ese fin vital. Tengo el derecho de que a esta luz se juzguen mi obra y mis actos. Por deficiente que sea el nuevo plan—+tenía que ser- lo—lo cuerdo y patriótico consiste en ver si puede mejorarse, hoy o mañana; pe- ro no en tratar de demolerlo, para quedarnos estancados. No se puede vivir des- pacio, cuando los otros viven de prisa. Hay quien aguija y avanza, mientras nosotros queremos empezar a discutir si debemos echar a andar. Estamos en medio de un mundo que se transforma. Fervet opus. ¡Ay de los que se obsti- nan en no cambiar, o quieren cambiar a su guisa, escogiendo la oportunidad, / que para los lentos llega siempre tarde! Habana 6 de Agosto de 1900. ORDEN NO. 52 DE 7 DE FEBRERO DE 1901 Las plazas de Auxiliares en la Universidad e Institutos de esta Isla se proveerán por la Secretaría de Instrucción Pública mediante propuesta de los Claustros de las respectivas Facultades. Las plazas de Jefes de Laboratorios y de Clínicas se proveerán por la Secretaría de Instrueción Pública, mediante propuesta del Claustro de la Facultad de Medicina. Las plazas de Ayudantes preparadores de Medicina se proveerán por el Claustro de dicha Facultad me- diante propuesta que haga el Profesor respectivo de un alumno que baya ob- tenido la nota de Sobresaliente en la asignatura para la que se le propone. Los Jefes de Laboratorios y de Clínica, así como los Ayudantes de Ciencias y Farmacia deberán poseer el título de Licenciado o Doctor en la Facultad respectiva. Los auxiliares de la Universidad deberán poseer el título de Doctor en la Facultad en que fueren nombrados y los de Instituto el Licenciado o Doctor en Filosofía y Letras y en Ciencias o Ingeniero o Arquitecto. La antigúedad de los profesores en la Universidad e Institutos se deter- 236 JUAN M. DIHIGO paa) minará por la fecha de su posesión, aceptando respecto de los confirmados el escalafón aprobado en 29 de Enero de 1895, si en él figuran y en su defecto por la de su confirmación. ORDEN NO. 27. 18 DE ENERO DE 1904. En esta Orden se determina que el nombramiento y separación del Secre- tario General de la Universidad de la Habana se hará previa propuesta de la Junta de Decanos de la misma a la Secretaría de Instrucción Pública y el nombramiento y separación de los Secretarios de las distintas Facultades y los de los Institutos corresponden al Rector de la Universidad, previa propues- ta de los Decanos y Directores respectivos. El nombramiento y separación de los Ayudantes Facultativos corresponden a la Junta de Decanos de la misma previa propuesta de los Claustros respectivos. > Nota.—No siendo posible incluir en el trabajo que hemos escrito los intere- santes datos que nos han sido proporcionados en relación con la Universidad porque el último pliego ya estaba tirado, hemos resuelto indicarlos sintética- mente a continuación a fin de que en su oportunidad puedan ser aprovechados por quien escriba la historia de nuestra Alma Mater bien amada. 1.2 En 1837 abrió D. José de la Luz Hernández un curso de Higiene en el Convento de San Ramón, hoy iglesia de la Merced. (Véase la biografía de Luz Hernández en La Clase Médica, Habana 1908.) 2. En el Archivo Nacional, Colección Vilanova, Legajo 3, No. 13, está el Decreto sobre la autorización dada a los catedráticos de las Universidades para ser Diputados. 1813. 3. Sobre el espíritu suspicaz del gobernante español, al que se hace refe- rencia en este trabajo, véase lo dicho por el Dr. José Varela Zequeira en el elogio del Dr. Federico Horstmann y la actuación del Reetor de la Universidad Sr. Martín Alvarez de Zárate. (REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIEN- CIas, 1908. Vol. 6.* >) 4.2 En el Indicador Constitucional, 1820, aparece el artículo subserito por los Dres. Prudencio Hechavarría, José Antonio Bernal y José de Aragón acerca de la debatida cuestión del rectorado de la Universidad; también aparece la composición poética firmada por Los estudiantes del Colegio y dedicada al Dr. Hechavarría *““por sus gloriosos esfuerzos en hacer libre la elección del Rectora- do de esta Universidad?”. 5. En el Programa oficial de las materias concernientes a las distintas asig- naturas de la Facultad de Filosofía de la Real Universidad hay un sello con un león en medio, una corona dentro del círculo y una inseripción que dice “Real Universidad de la Habana”?. El impreso es del año de 1845, Este sello parece una ampliación de dos de los anteriores, y deberá ser incluído en la relación de ellos cuando se haga el trabajo en forma. MILANES, LUACES Y LA AVELLANEDA, COMO POETAS DRAMATICOS !* POR EL DR. SALVADOR SALAZAR Profesor Auxiliar de la Escuela de Letras y Filosofía (Continuación.) La primera, en la pintura del amor y la virtud que triunfan con aquel joven poeta que logra vencer al vicio y la iniqui- dad, aunque éstos estén dorados por los blasones y el oro; y en los pensamientos de gran altura ética, que de cuando en cuando ha- llamos en boca de sus personajes. Por ejemplo; Pereira, indignado por las proposiciones del Duque sobre Inés, abandona el palacio y Pedrarias, tutor de aquélla, ignorante de todo lo que contra ella se trama y del motivo, por tanto, de la despedida del poeta, se sorprende: PEDRARIAS. ¿Qué? ¿Ya no sois camarero Del Duque? PEREIRA. Ni serlo quiero. PEDRARIAS. ¿Por qué? PEREIRA. Porque si el honor se quiebra, es un vil, Señor, quien lo suelda con dinero. En la escena última, Pereira e Inés, de brazo, se alejan triun- fantes; el Duque se revuelve airado frente a los diez secuaces de Pedrarias que lo mantienen a raya a él y a sus tres estudiantes. Clama iracundo, y la respuesta de uno de aquellos innominados personajes, dentro de su humildad despreciativa, es un monumen- to de alta enseñanza ética: Duque. Paradlos!... Seguidlos!... ¿Quién, sabiendo mi honor y nombre, me hará resistencia? Uno. Un hombre. que no es más que hombre de bien. La segunda cualidad de Milanés, esa facilidad de su verso que brota sin trabajo, dulce y plácidamente, tan grata al oído de los 1 Véase el No. 1 del tomo XXII, Enero, 1916. 238 SALVADOR SALAZAR cubanos, origina disereteos como éste, que algún critico que yo me sé encontrará acaso insubstancial; pero que es, en verdad, una filigrana. Hablan Pereira e Inés, cuando ella todavía no ha confe- sado su secreto cariño: PEREIRA. Sin embargo, es tal mi suerte que pienso que ha sido parte sólo el verte, para hablarte y hablarte para perderte. INÉs. Fundada es la conjetura. PEREIRA. Pues ¿por qué tanto rigor? INÉs. Porque ya me habláis de amor y no de literatura... O esta expresión de amor reconcentrado y mudo que debió ser tan familiar al poeta casto, exigente hasta lo absurdo consigo mis- mo, mientras guardaba, allá en lo recóndito del mundo interno, tesoros de ternura: INÉs. Cuando en silencio se nutre y entre obstáculos camina ¿qué no puede amor?... O este grito apasionado: INÉs. Porque lo que es el partir yo quizá lo haré con brío; mas vivir siempre ausente... ¡Ay, Dios mío! ¿No es esto más que morir? Por lo que hace a la pintura de los caracteres, el protagonista, el poeta en la corte, Pereira, no está tan bien destacado que en ver- dad resulte el personaje principal. No hay enfocada sobre él toda la claridad necesaria. Inés es un tipo poco sostenido. Al principio parece locuaz, divertida, traviesa e irónica; fustiga sin piedad los versos de la senectud rendida del Duque, llenos de gonsorismos y ridiculeces; se ríe del ansia del mismo objeto amado, y luego resulta un tipo medroso, tímido, esperando el permiso de la madre para querer al poeta. De todos los personajes de la comedia, me pa- rece el mejor, uno de los secundarios, Oquendo, el paje obsequioso con el Duque por ansia de oro, el bellaco de inteligencia culti- vada que ha jurado hacer fortuna a toda costa, sin detenerse en es- crúpulos. Sarcástico, intrigante, soez por detrás y humilde ante el amo, atento a su negocio, es una reviviscencia del pícaro, un aca- bado representante de aquella ralea de lacayos que hacían fortu- MILANES, LUACES Y LA AVELLANEDA 239 na con las pasiones viles y los sucios asuntos de honra de sus se- ñores. En un discurso pinta Oquendo a Pereira su modo de sentir, y en él se retrata de cuerpo entero. OQUENDO. Voy a rematar mi discurso dándoos un consejo. Amigo: mirad que el ser cabezudo expondrá vuestra cabeza; mirad que el honor es nulo cotejado con la plata según las cuentas del vulgo. Mirad, pues sois tan mirado, que Horacio, escritor profundo que hizo epístolas morales allá en los tiempos de Augusto, tiene entre sus graves dichos aquel de virtus post nunmos que es decir que la virtud vaya detrás de... los duros, para enseñarnos a todos que esta es la ciencia del mundo. El Conde Alarcos | es una obra horripilante cuyo asunto es dig- no de la tragedia griega, y es, sin embargo, heredera directa del ro- manticismo: un asunto del Romancero con todas las pavorosas sombras de la Edad Media; pero cuya espeluznante sencillez, pa- ra ser trasmitida al público, necesitaba de un Eurípides. Y con se- mejante argumento se atrevía el bardo matancero, a despecho de su habitual timidez! Un casto moralista que quiso siempre hacer triunfar la virtud sobre el vicio, el bien sobre la maldad; un versi- ficador sencillo que jamás se adornó con las galas imponentes de la magestad lírica; un humilde poeta cuyas concepciones nunca le ba- jan de las cumbres, escribiendo una tragedia, necesitada de toda la pompa clásica y con un asunto en que la virtud, la inocencia, el amor, la maternidad, en una palabra: los más sagrados valo- res humanos, son hollados en nombre de un falso honor y de un juramento absurdo! Por eso es más meritoria la labor de Mila- nés: por lo generoso y valiente de su impulso: por la noble ambi- ción que le llenaba el pecho. La suerte, a mi modesto entender, no le acompañó en este erande anhelo de su mente. Si la enseñan- za moral, a que no podía substraerse jamás, del castigo de la falta, 240 SALVADOR SALAZAR surge patente, y el deseraciado Alarcos paga, con una eternidad de dolor, una hora de criminal devaneo, eso es peculiar de cualquier melodrama a lo Huérfana de Bruselas, mas no cabe en un asunto que sólo es propio y adecuado en el marco, limpio de arabescos, pero magestuoso y supremo, de la tragedia antigua. El Conde Alarcos, español de nacimiento, ha jurado fidelidad al Rey de Francia, al ser salvado por éste de la muerte en una batalla contra los infieles. Amado de Blanca, hija del Rey, obtiene sus favores, y apesadumbrado por la falta, pide al Rey le permita ir en romería a Compostela, cosa a que accede el otro, sin saber el secreto de su deshonor, exigiéndole la promesa previa de retornar, a los cinco años, armado a su servicio. Allá, en la península ibé- rica, Alarcos se prenda de una sevillana, con ella se casa, y a la vuelta trae dos hijos, con lo cual la reparación del honor de la princesa es ya imposible. Blanca tiene indicios de este casamiento y de que Alarcos vive en una quinta vecina con su esposa e hijos, esperando oculto el día de cumplir su juramento de honor. En es- te momento se alza el telón y todo esto lo sabemos por la exposl- ción en las primeras escenas del primer acto. Los otros dos son una fatigosa distribución del desenlace que está ya en germen en la exposición y ciertamente falta el nudo. El Rey, al enterarse por su hija, que destinaba a esposa del héroe, de la fatal noticia que no sólo hace imposible la boda sino cierto el deshonor que ig- noraba, toma un acuerdo tan espantoso como expeditivo: Alarcos matará a Leonor y se casará con Blanca. Este tipo incomprensible, caballero sin tacha que atenta al honor de la hija de aquel a quien debe la vida; valiente y digno guerreno que viene al servicio de Francia contra su propia patria; esposo amante que sabiendo lo que le espera, trae a Leonor exponiéndola a la furia de un rey bárbaro, intenta dos veces ahogar a su pobre esposa porque ella misma se lo pide antes de tener que sufrir el vejamen de que el verdugo ponga sus manos en ella, como ha mandado el Rey para el caso de que Alarcos flaquee; pero se detiene al oir a un trovador, su amigo, cantar cierta tonada que tiene una singular coineiden- cia con el momento trágico: con lo cual el canto del juelar es más fuerte que el propio amor. Alarcos, por medio de un escudero fiel, ha preparado la fuga y trata de comprar al verdugo y sus secuaces, lo cual logra; pero llega un capitán del Rey, que no consigue sobornar, que trae a rastras al verdugo y que ordena la estrangulación en un momento MILANES, LUACES Y LA AVELLANEDA 241 en que Alarcos ha salido. El Conde, al saber su desgracia, cae desmayado y Cae también el telón. Toda la caballería, toda la Edad Media, está aquí; pero a pesar de todo, falta intriga, falta enredo porque todo está resuelto de antemano, desde la primera escena. No se dirá que están aquéllos en el deseo, no logrado, de escapar lejos del rey y de su brutal sentencia: para eso, para violar el juramento al rey en un momento y en un caso tan grave, lo de- bió violar Alarcos antes, en un caso más baladí, no viniendo al cabo de cinco años de ausencia y cuando un lazo más tierno y más sa- grado, debía retenerlo en España. Y si lo que quiso Milanés pintar fué el fanatismo de un equivocado devoto de falsas leyes de honor, a las cuales creía no poder substraerse, fanatismo llevado a la hó- rrida exageración que se ve en los personajes de la tragedia an- tigua, debió ser consecuente con la tesis y poner en la escena una cosa con la que, por otra parte, no hubiera estado de acuerdo la verosimilitud : el asesinato de Leonor por el propio Alarcos. 2? Esos horribles cataclismos, tan familiares al genio de la Grecia trágica, no podían caber tampoco en la tragedia de Milanés; porque esas escenas de horror y sangre se explican en las producciones esqui- lianas por un sentimiento de terror a los dioses más fuerte que el recuerdo, después de un lustro, de un juramento que no parece muy decisivo en su influencia cuando de él se olvida Alarcos al burlar el honor de Blanca y lo que es peor, al no casarse con ella, sino con otra. La caída del telón es, además, el deux est machina; salva al autor, por lo menos, de la necesidad de resolver el con- flicto. Y el espectador se preguntará, sin duda, que es lo que hará el desmayado Conde cuando vuelva en sí. Le sirve el drama a Milanés, no obstante, para pintar los ho- rrores de la tiranía, para estampar en 1838 estas frases de una intención acerada: LEONOR. (Al Capitán.) ¿No sabéis lo que es piedad? CAPITÁN. No; porque sirvo en palacio. Leonor quiere dar la miel de su seno por última vez, al hijo que amamanta. El verdugo mismo exclama: ¿Pues quién negará a una madre ese dón? CAPITÁN, Quien sirve al Rey. Si éstas que son las dos piezas capitales de la obra teatral de Milanés merecen este juicio a su pobre comentarista, calcularéis 242 SALVADOR SALAZAR lo que pensaré de sus otros ensayos. A buen hambre no hay pan duro es un proverbio en acción en que figura Cervantes y su espo- sa Leonor, así como un hambriento hidalgo que asalta al autor del Quijote, pistola en mano, para arrancarle el único pan que tiene para la cena. Cervantes se lo cede por compasión y come con su es- posa los duros mendrugos que encuentran en la alhacena, en tanto que aquella los sazona con la inevitable disertación moral que aquí es sobre el orgullo. Ojo a la finca, el único de los argumentos de los que conozco de Milanés, que ocurre en Cuba, es una pintura de tipos campesinos locales, sin enredo ni trama. Se ha perdido Una intriga paternal, comedia de costumbres. Por el puente o por el río aparece incompleta en la edición publicada por el Sr. Federico Milanés, hermano del bardo, y por lo que de ella queda y hemos visto se puede colegir que no se trata de una obra maestra. ? La colección de cuadros de costumbres que comprendió bajo el título de El Mirón Cubano, no pueden considerarse como obras dramá- ticas, sino más bien como artículos dialozados en que un obligado personaje, el mirón, que no es otro que el poeta, hace la erítica de la sociedad que le es contemporánea. Examinada imparcialmente-la labor dramática de Milanés, mal que nos pese, tendremos que confesar que no está a la altura de la eran afición que sintió desde sus primeros años, al género que fué, —acaso por la índole especial de su modesto carácter, propicio a des- prenderse de su propia personalidad para fijar la de los demás, — el predilecto de toda su vida. Sin embargo, como iniciador, como eultivador, apasionado y constante, que enriqueció nuestra litera- tura con un grupo bastante crecido y, aunque no perfecto, siem-. pre encomiable, de obras escénicas, debemos un recuerdo impere- cedero y una devoción apasionada al autor inimitable de La fuga de la Tórtola, de El Beso, de La Madrugada; al dulce bardo que sorprendió en nuestras sonrosadas auroras maravillosos tintes lle- nos de misterio y belleza... TI Veinte años después que Milanés, se ensayaba en el drama un escritor de exagerada modestia que a duras penas hubieron de traer sus amigos a la palestra literaria. Enfermizo cuerpo, prematura- mente malogrado, guardaba en lo interior un espíritu perpétua- mente enamorado de la más dulce de las nueve hermanas; y allá, MILANES, LUACES Y LA AVELLANEDA 243 en el silencio de su hogar, contento con el aplauso cariñoso pero limitado de un grupo de íntimos, iba construyendo Luaces el edi- ficio poético para el cual pedía Mitjans más tarde nada menos que el primer puesto en nuestra breve historia literaria. “El primero y más grande de los poetas cubanos”” le llama en su estudio, pre- miado en 1886 en las conversaciones literarias de Don José M.* Céspedes, sobre el teatro bufo. * Exagerado entusiasmo fué este que pretendió colocarlo por encima del inimitable autor de la silva al Niágara. Heredia es en nuestro cielo el más radiante sol, a cuyo lado los demás astros son estrellas de menor magnitud; pero que no alcanzara el primer puesto no es bastante razón para lanzar sobre él las severas acu- saciones que le han hecho otros eríticos; y bien pudo el Sr. Menén- dez y Pelayo evitarse en 1910 la rectificación de su criterio de 1892 que lo colocaba en el tercer lugar de nuestro Parnaso. $ Como escritor dramático, si se exceptúa la Avellaneda, Luaces es nuestra más legítima gloria, y de haber vivido más y encontrado el amplio campo que para espaciar su vuelo halló, por suerte, la feliz creadora de Munio Alfonso, no le hubiera ido muy a la zaga. Por la elevación de sus ideas, por la noble ambición de sus empe- ños poéticos que le llevaba a buscar asuntos para su lira en las más elevadas concepciones de la mente y la vida, por su cultura clá- sica, antes eriega que latina como señalaba ha poco acertadamente el Dr. Don Antonio Sánchez de Bustamante, * estaba capacitado para cultivar con éxito la tragedia helénica. Y sorprende, a la ver- dad, que este poeta cuya tendencia marcada a la moderación y al cultivo cuidadoso de sus flores líricas refrena muchas veces el ardoroso ímpetu que ha menester la oda; este excelente reformador de nuestra literatura, que vino a luchar por los fueros del buen gusto, en una época en que los cubanos se despeñaban en el abismo de la exageración y el desenfreno ilusionados por el encanto del seudoromanticismo; este paladín de la buena forma y la sobriedad clásica, a quien acusa Piñeyro de dureza, de falta de armonía, de concisión afectada y hasta de escasez de imágenes poéticas, por- que quiso mantenerse dentro de la elegante sencillez de la tragedia antigua, se haya dejado arrastrar en el Aristodemo por la fiebre de la época e introducido un asunto accesorio, en que la perfidia, la intriga y la infamia juegan el mismo papel que en cualquier dra- món romántico, en una tragedia griega, con nombre, asunto y personajes griegos, y que es griega hasta por su distribución en 244 SALVADOR SALAZAR cinco actos y el respeto a las clásicas unidades de acción, tiempo y lugar. Y, sin embargo, el más exaltado panegirista de Luaces, Mit- jans, tiene que convenir en que el autor que demuestra “haber que- rido una tragedia clásica, ha fracasado por huir de la severa senci- llez de los modelos y por desfigurar el asunto de tal modo que lo que en la historia es asombroso, aparece en la tragedia artificioso resultado de un crimen repugnante”. (Continuará.) EXPOSICION CRITICA DE LOS METODOS ACTUALES EN PRACTICA EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFIA 1 POR EL DR. RAFAEL FERNÁNDEZ Inspector Pedagógico (Continuación.) Los Argonautas de Píndaro, salen también por el Fasis al océa- no, para después atravesar las ardientes arenas de la Libia y en- trar en el Mediterráneo para regresar a Yolcos. En otro poema que trata también de la expedición argonáutica, escrito por Apolonio de Rojas, se hace pasar la nave por el río Ister o Danubio, para salir por el Adriático y regresar después al punto de salida. En todo este maravilloso tejido de fantasías, se destaca definido un concepto geográfico que no obstante sus errores, no está exento de cierta lógica. Consistía en una generalización, más aún, en una inducción a la cual condujo sin duda el hecho constantemente ob- servado de que las exploraciones realizadas por las rutas conocidas entonces, hacia el este y hacia el oeste, tomando como centro de partida la Hélada, se encontraba el Océano; en Oriente, el Eri- treo, y en occidente, el Atlántico. - PERÍODO DE LA GEOGRAFÍA CIENTÍFICA DE LOS GRIEGOS La geografía empírica de los egipcios, fenicios y cartagineses, poética en los poemas órficos, en la Odisea y en la Teogonía, en- tró en una nueva era con Anaximandro. Se cree que Tales de Mileto, fundador de la escuela jónica de Filosofía, fué el primero en exponer la teoría de la esfericidad de la tierra, teoría que defendió y dió crédito, su discípulo Anaxi- mandro (580 A C.). Sostenía éste que la tierra era un sólido es- férico que se mantenía libre en la oquedad que formaba la bóveda celeste. Los filósofos de la escuela pitagórica, partiendo de argumentos puramente metafísicos, aceptaban la teoría de la redondez, fun- 1 Véase el No. 1 del tomo XXIT, Enero, 1916, 246 RAFAEL FERNANDEZ dándose en que, siendo la esfera el más perfecto de los sólidos, es- ta forma era la única que debía tener la tierra como morada dig- na del hombre. Parménides de Elea, un poco posterior a Tales y a Pitágoras, aunque vivió en el mismo siglo VI, dividía la esfera en zonas para- lelas y señaló las consecuencias que podían obtenerse de esta di- visión. Pero estas ideas acerca de la redondez de la tierra, no fue- ron francamente aceptadas por los filósofos de la escuela jónica, quienes preferían la experimentación, por medio de los viajes y ex- ploraciones, antes que los razonamientos que se basaban en la espe- culación. Así, Hecateo de Mileto (520 A. C.), reputado como el padre de la geografía, lo mismo que Herodoto de la historia, por haber eseri- to su tratado Períodos, mo aceptaba sino la antigua teoría de la geografía órfica y homérica de la forma circular del ecúmeno o tie- rra habitada, que dividía en dos continentes, el de Asia al sur y el de Europa al norte. Hecateo escribió un tratado de geografía y construyó un mapa del ecúmeno, rodeado por el Oceano, mapa en el que las distancias estaban señaladas en estadíos. Herodoto, el padre de la historia, fué también geógrafo emi- nente. Sus relatos históricos están llenos de valiosa información geográfica al tratar de los ríos, los climas y montañas de los paí- ses extranjeros que había visitado, cuyas historias describía. Herodoto rechazaba la forma circular del ecúmeno. Sostenía que la tierra era más larga de este a oeste que de sur a norte y aceptaba que las aguas del Eritreo se unían a las del Atlántico, fundándose en el viaje dudoso de los marinos del faraón Necao. Dividía Herodoto el ecúmeno, en tres continentes, el de Europa, Asia y Africa. Herodoto fué también autor de la hipótesis, que después se convirtió en teoría llamada de la simetría. Para explicar los hechos geográficos que Herodoto no había po- dido observar directamente, sostenía que la disposición de las tie- rras y montañas y ríos de otras regiones, correspondía simétrica- mente a la de las regiones conocidas. El Nilo tenía que seguir su curso de oeste a este para dirigirse después hacia el norte a la desembocadura, porque el Danubio iba de oeste a este para desembocar por último, al sur. Esto venía a ser algo así como una anticipación hipotética, a las homologías de Peschel. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 247 Aristóteles.—Este genio de la filosofía, contribuyó en gran ma- nera a imprimir carácter científico a los estudios geográficos. Sos- tuvo la teoría de la esfericidad de la tierra fundándose en la for- ma de la sombra que ésta proyecta en la luna durante los eclipses, por la tendencia de la materia a reunirse alrededor de un centro común; por la observación de cómo al marchar de sur a norte o vi- ceversa, se nota que unas constelaciones ascienden en el cielo mien- tras se ocultan aquellas de las cuales nos vamos alejando. Definió con mayor precisión que Parménides de Eelea, la dis- tribución de la tierra en zonas de temperatura. El ecúmeno era también para Aristóteles más largo que ancho. Creía que la porción del mar que cortaba el ecúmeno entre el este de Asia y el oeste de Libia, era muy corto. Encontraba la razón de este aserto en la cireunstancia de existir elefantes en ambos extre- mos asiático y africano. Es notable el hecho aseverado por Aristóteles, de que el carác- ter moral de los pueblos, dependía de las condiciones físico-Seo- gráficas de cada región. Las expediciones de Alejandro.—Como resultado de las expe- diciones guerreras de Alejandro, se efectuaron exploraciones geo- eráficas importantes, que dieron por resultado el conocimiento del Oriente misterioso. Esas exploraciones llegaron hasta el Ganges y en Egipto, bajo los Lágidas, hasta Etiopía. Eratóstenes.—La geografía científica, que realmente había ini- ciado Aristóteles, progresó notablemente con Eratóstenes, biblio- tecario del Museo de Alejandría. Eseribió un tratado de geografía que según Estrabón, constaba de una historia del progreso de esta ciencia; de una geografía ma- temática y de una descriptiva. Midió con relativa exactitud el arco del meridiano entre Ale- jandría y Siena, tomando como hase de su cálculo, el arco del meridiano celeste que mediaba entre el cenit respectivo de ambas ciudades, arco que correspondía según sus cálculos, a la quincua- gésima parte de un meridiano celeste. El arco del meridiano te- rrestre comprendido entre ambas ciudades, estaba en la misma proporción. Multiplicando la distancia que separaba a estas ciu- dades por 50, obtuvo Eratóstenes la cifra de 250,000 estadíos de 158 metros, como la medida de un meridiano terrestre, cifra bas- 2483 RAFAEL FERNANDEZ tante aproximada a la verdad, que demuestra la pericia del ilus- tre geógrafo de Alejandría. Construyó un mapa con graduación de líneas en el sentido de los meridianos y los paralelos, sin que en rigor esas líneas, puedan ser consideradas como tales meridianos y paralelos, pero que significa- ba un marcado progreso de positiva utilidad práctica. También determinó Eratóstenes con bastante precisión, la al- tura de los trópicos. Otros geógrafos. —Entre Eratóstenes (250 A, C.) y Estrabón (63 A. C. a 23 D. C.), no hay noticia de que se hayan escrito tra- tados completos y especiales sobre geografía pero de esto no ha de inferirse que la ciencia quedase estacionada durante ese período. Hiparceo, astrónomo ilustre que enseñó su ciencia en Rodas de 165- 125 A. C. trazó proyecciones con meridianos convergentes. Quería también que las posiciones en la esfera, se precisaran con mayor rigor científico, aprovechando para esto los cáleulos astronómicos, las observaciones gnómicas y los eclipses. Posidonio el griego, cuyas exploraciones por los países baña- dos por el Mediterráneo y sus observaciones en el Atlántico, con- tribuyeron al desarrollo de la geografía física. Pretendió modifi- car el cáleulo hecho por Eratóstenes sobre la medida del meridia- no, incurriendo él mismo en otros errores. Escribió diversas obras, entre ellas una que se intitulaba El Oceano, la cual se conoce por el análisis que hizo de ella Estrabón. El historiador Polibio, cuyos viajes por Africa, España, Ga- lia y Bretaña, fueron fecundos en observaciones geográficas. Visitó esas tierras, según decía, para remover la ignorancia existente res- pecto a las mismas. Afirmaba que los viajes son necesarios así pa- ra el historiador como para el geógrafo. En sus historias, ilustró la importancia de la geografía así física como descriptiva, para las pesquisas del historiador, si éstas han de tener un carácter ra- zonado. GEOGRAFÍA DE LOS ROMANOS La grandeza de Roma, la vasta extensión de sus dominios y la perfección de su organización administrativa, había de producir, como consecuencia natural, el conocimiento de los valores geo- gráficos de los países sometidos a su soberanía. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 249 Julio César ordenó el estudio geográfico de los reinos que com- ponían el imperio. A Augusto fué a quien correspondió dar impulso a una obr de tal importancia. Agripa su ministro, fué el encargado de diri- girla. La geografía alcanzó entonces notables progresos pero carecía de ideales científicos. No tenía el carácter filosófico que le habían dado los griegos. La geografía de los romanos se inspiraba en el espíritu práctico, utilitarista, propio de los hijos del Lacio. Era una geografía administrativa, oficial, de horizontes muy restringi- dos. Y ese carácter lo conservó siempre la geografía romana pro- piamente dicha, ya que la geografía científica de Polibio y de Es- trabón, entendemos que no era latina sino griega, ya que el griego era el espíritu de estos dos grandes hombres. Estrabón.—Escribió un tratado de geografía compuesto de diez y siete libros. Siguió el plan de Eratóstenes pero dedicando mayor interés que al elemento matemático, a la parte descriptiva, al de- talle topográfico, al aspecto moral e histórico, a las costumbres Ci- viles y religiosas, a las emigraciones, etc. Los dos primeros libros los dedica a exponer los principios ge- nerales de la ciencia y a la crítica de las teorías geográficas de los tratadistas anteriores. Del tercero en adelante, tratan de los distintos países del mun- do conocido. El último libro lo dedica a la parte del Asia que había sido explorada hasta entonces, esto es, hasta la India, última región hacia el este, de la que se tenían muy vagas noticias. Estrabón aceptaba también la esfericidad de la tierra. Supo- nía a la tierra dividida por un ecuador y un meridiano, en cuatro segmentos, uno de los cuales correspondía al mundo conocido y ha- bitado, o sea el ecúmeno de los griegos. No creía Estrabón que los otros tres segmentos estuvieran necesariamente inhabitados u ocu- pados por los mares. Como se ve, esta teoría parece anunciar los grandes descubri- mientos modernos. Pomponio Mela.—Este geógrafo romano, fué el primer trata- dista realmente latino que estudió la ciencia geográfica. Escribió un tratado elemental donde describía los países conocidos desde el ex- 250 RAFAEL FERNANDEZ tremo occidental de Europa, hasta la India y desde la Libia, hasta Escandinavia. La China para Mela, como para Estrabón, no existía. Citan a los seros de un modo vago, refiriéndose a los habitantes del país productor de la seda, esto es, la Sérica de tiempos más recientes. Plimio.—Plinio fué ante todo, un eminente naturalista; pero dedicó a los estudios geográficos cuatro de los treinta libros de su célebre Historia Naturalis, obra enciclopédica que abarcaba el es- tudio de la naturaleza en todos sus aspectos. Plinio como Mela, no estableció hipótesis ni teorías trascenden- tales pero no dejó por eso de tener su obra extraordinario valor geográfico. A las nociones de Pomponio Mela agregó nuevas noticias y de- talles respecto a las exploraciones realizadas en los mares boreales de Europa. Explicó también la sinonimia de los diferentes nombres que en diversas épocas habían correspondido a un mismo lugar. Su tratado es rico en información relativa a las antigúedades y tradiciones, a la historia política y geográfica, a la organización administrativa de las distintas provincias romanas. En la parte cosmológica aceptó las doctrinas griegas y la teo- ría de la redondez de la tierra. Ptolomeo.—Claudio Ptolomeo resumió en su libro Almagesto los conocimientos geográficos de su época. En la geografía descrip- tiva siguió a su predecesor Marino de Tiro, comentándolo y sal- vando los errores de éste, incurriendo al mismo tiempo en otros de no escasa monta. En la geografía matemática, aceptó los procedimientos y doe- trinas de Hiparco. La obra de Ptolomeo pretendía ser eminentemente práctica. Se- ñaló distancias entre los pueblos y además la altura y longitud de cada uno. Este empeño, que había de realizarlo con los escasos me-. dios de información de que disponía, representaba un trabajo gi- gantesco, sujeto, por otra parte, a grandes inexactitudes. La teoría griega de la simetría, según la cual suponían la exis- tencia de otros ecúmenos para contrabalancear el ecúmeno ceono- cido, fué rechazada por Ptolomeo. En vez de aceptar la existencia de antecos, periecos y antípodas, admitía la de una terra incóg- mita que uniendo la Libia con el este de Asia, convertía en un mar LOS METODOS EN GEOGRAFIA 251 Mediterráneo al mar Eritreo o Indico. Probablemente fuera ésta la idea de Aristóteles cuando la existencia de elefantes en el oes- te de Libia y en el este de Asia, le hacía suponer que estas tierras estaban separadas por una pequeña distancia. Esta teoría de Ptolomeo, dada la autoridad de que disfrutó durante varios siglos, fué un obstáculo, en oposición a la hipóte- sis de Estrabón, que retardó probablemente la realización de los descubrimientos de los “siglos XV y XVI. Ptolomeo estableció el alcance que actualmente conservan, para los términos geografía, corografía y topografía. La geografía describía el ecúmeno de los griegos, o mundo ha- bitado; la corografía, se refería a la descripción de una región par- ticular, mientras que la topografía, estudiaba en detalle una loca- lidad reducida. Ñ A Ptolomeo se debió también el sistema solar que lleva su nom- bre. Con Ptolomeo se cierra el período de los grandes geógrafos de la antigúedad. A partir de su época hasta la del comienzo de las grandes exploraciones, los tratadistas de geografía, más sobresa- lientes, sólc alcanzaron un relieve secundario. EDAD MEDIA La geografía, como las demás ciencias, cayó en la Edad Media en el mayor atraso, especialmente entre los pueblos eristianos. No se limitó durante ese período de la historia a ser infeeunda sino que fué retrógrada y absurda. En nombre de la sagrada autoridad de la Biblia, se condenó eo- mo herética la teoría de la esfericidad de la tierra. Cosma Indicopleustes, autor desdichado de una Topografía Cristiana, pretendió explicar la forma del mundo sosteniendo que era idéntica a la del Tabernáculo. La salida del sol y su ocultación se debía a que daba la vuelta por detrás de una gran montaña para aparecer de nuevo por el Naciente. Los principios alcanzados desde Aristóteles a Ptolomeo, desapa- recieron para retroceder a la ignorancia geográfica de los tiempos de Orfeo y de Homero. Desde la irrupción de los bárbaros hasta la primera cruzada, sólo pueden señalarse dos hechos de alguna importancia geográ- fica, aunque no pueden ser considerados como trascendentales: la obra árabe de El Massudi, en la que describía los países por él re- 252 RAFAEL FERNANDEZ corridos personalmente desde España hasta China y las noticias recogidas por Alfredo el Grande, de Inglaterra, sobre los viajes de los noruegos Wulfstan y Other, este último el primero de los ex- ploradores árticos. Los relatos de estos navegantes se refieren: los del primero, a las costas del Báltico, los del segundo, a las costas septentrionales de Noruega y de Finlandia hasta el Mar Blanco. A estas exploraciones, ocurridas al final del siglo IX, hay que agregar las efectuadas por Eurico el Rojo a Groenlandia y las de su hijo Leif Ericson a las costas del Labrador, en el siglo X. Las Cruzadas.—Las cruzadas vinieron a ser como la aurora del renacimiento geográfico. Si no fueron su causa determinante, al menos coincidió con su principio una era de viajes notables en de- manda del conocimiento de los países orientales, envueltos todavía en el espeso tul de la fábula y de la leyenda. Fueron viajes notables los realizados por Benjamín de Tudela, que en 1160 salió de España y llegó por tierra a la India; visi- tó las islas de la Sonda y regresó por Egipto a los trece años de camino. Los relatos de Juan de Plan-Carpín quien fué en 1247 como embajador de Inocencio 1V cerca del jefe Batu, caudillo de los invasores mongólicos, y los de Rubruquis, enviado del rey francés Luis XI, comenzaron a dar a conocer, siquiera fuera muy im- perfectamente, aquellos países maravillosos. Marco Polo.—Este famoso viajero, escribió en 1265, durante el cautiverio a que lo tuvieron sometido los genoveses, el relato de sus viajes y de su larga estancia en Oriente, relato que le dió gran ce- lebridad, y en el que describe sus aventuras y observaciones. El fraile Odorico de Poderdonne que en 1318 visitó la India, China, el archipiélago Malayo y el Tibet. Ibm Batuta, árabe que desde Tánger, recorrió hasta China los países orientales, de los que hizo una relación pintoresca de extra- ordinario interés. Recorrió el oeste de Africa hasta el Niger, re- corriendo en sus exploraciones veintiocho años de constante acti- vidad. Fué también un viaje famoso y galantemente descrito, el rea- lizado por Ruy González de Clavijo, enviado de Enrique II de Castilla, para que visitara en Samarkanda al Gran Khan. Estos viajes, así como los de Nicolo Conti, dieron la noción vaga LOS METODOS EN GEOGRAFIA 253 y semifabulosa de la existencia hasta entonces no sospechada, de las costas orientales de Catay y de la isla de Zipango y de Suma- tra y si no lograron disipar los errores existentes, si en medio de las nociones geográficas que aportaban, mezclaban lo real con lo ab- surdo y lo maravilloso, prepararon en cambio el renacimiento de la geografía en su parte práctica, despertando la afición a las ex- pediciones a tierras lejanas. Ese espíritu de curiosidad por conocer los países lejanos, uni- do a la influencia del Renacimiento, que revivió las teorías de los antiguos geógrafos griegos, dando impulso de esa manera, a los grandes descubrimientos de los siglos décimo quinto y décimo sexto. LA GEOGRAFÍA EN LA EDAD MODERNA El conocimiento que se tuvo de los países de Oriente por los re- latos de los viajeros citados en' el capítulo precedente, la traducción al latín del original griego del Almagesto de Ptolomeo, el tenaz em- peño de los navegantes portugueses de abrirse paso hacia la India y sobre todo, el movimiento cultural del Renacimiento, constitu- yeron la serie de factores que prepararon la nueva aceptación de las antiguas teorías de la redondez de la tierra, sostenidas por Aris- tóteles, Eratóstenes y Estrabón. Toscanelli y Colón basaban en esas teorías y las medidas que atribuían a la esfera terrestre, su creencia en la posibilidad de llegar a la India navegando hacia el oeste, y al ponerlas en práe- tica, aparecieron ante la humanidad asombrada nuevos mundos que ofrecían vasto campo al espíritu de aventuras tan extendido en aquella época. El éxito de los primeros descubrimientos, produjeron una acti- vidad extraordinaria en el orden de los descubrimientos. Las naves de Vasco de Gama, de Solís, de Magallanes y Elcano, de los Cabot, Varazzani, Frosbisher, Davis, Drake, Valdivia, Quirós, Cavendish y otros no menos ilustres y audaces, surcaron to- dos los mares y dieron a la geografía nuevos y valiosos elementos. Mas esta acumulación ineente de hechos, no produjo en el or- den de la geografía científica, los progresos esperados. La forma- ción del concepto de la geografía nueva, fué desarrollándose con mucha lentitud. Los geógrafos siguieron considerando la ciencia desde sus par- 254 RAFAEL FERNANDEZ ticulares puntos de vista, sin un criterio sintético que agrupara los hechos dispersos concatenándolos por sus relaciones, para for- mar con los principios y leyes descubiertos, el cuerpo de doctrina seográfica. Pedro Apiano, en su Cosmografía (1524) basaba la geografía en las matemáticas y en las mediciones, inspirándose en el plan ptolemaico. Sebastián Munster (1544) en su Cosmografía Universalis, si- gue la direción opuesta, inclinándose al procedimiento de Estra- bón, describiendo preferentemente las divisiones políticas, las pro- ducciones, los países, los hábitos y costumbres En 1650 se publicó la Geografía Generalis de Bernardo Vare- nius, la cual constituía un tratado sistemático de la ciencia geo- eráfica, donde exponía la materia de un modo inteligente, enfocan- do su estudio desde un punto de vista moderno. Dividía el estudio en dos partes: la geografía general y la geografía especial. La primera parte, la subdividía en dos partes: la absoluta y la relativa. La absoluta, estudia las dimensiones de la tierra y de la distribución de los fenómenos; la relativa comprendía la geogra- fía matemática y la geografía comparada, en la que ““consideraba los particulares que resultaban de la comparación de unas partes con las otras??. En la geografía especial trataba de la geografía especial de los países en su aspecto físico, matemático y político. El tratado de Varenius, que no se limitaba a señalar fenóme- mos geográficos sino que estudiaba sus causas y efectos y recono- cía la importancia del relieve, marcó una nueva etapa en la evolu- ción del concepto moderno de la geografía. En 1766, Tobern Bergman, contribuyó también eficazmente con su Descripción física de la tierra, al progreso de la geografía. En la obra citada no sólo estudiaba la distribución de los fenómenos - sino también sus causas y relaciones mutuas. Con Varenius y Tobern, la geografía comienza a orientarse por la senda moderna sobre todo; recibió nuevo y vigoroso impulso, entrando de lleno en su fase científica, del filósofo Emmanuel Kant, quien la sometió a sistema, al explicar su materia desde su cáte- dra de Koenisberg. Kant consideró la geografía física como “base de todas las geografías posibles””, de las cuales él establecía cinco clases. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 255 (1) Geografa matemática; (2) Geografía moral, consistente en el estudio de las costumbres y caracteres de la humanidad, según la región que habite; (3) Geografía política; (4) Geografía mer- cantil; (5) Geografía teológica o sea la que trata de la distribu- ción de las religiones. No obstante la dependencia que establecía, haciendo que todas las ““geografías posibles”? se subordinarán a la física, Kant estudia primero la matemática. | El ilustre filósofo, al formular los aspectos del conocimiento geo- eráfico, y al tratar de la naturaleza y alcance de cada uno, esta- blece la acción recíproca de los fenómenos y la influencia de la geo- erafía física en la dirección de las actividades humanas. Daba particular importancia a las formas del relieve terrestre del que dependen, según él, las varias ramas en que dividía la seografía. Alejandro Humboldt (1769-1859) contribuyó extraordinaria- mente a fijar el verdadero carácter de la geografía, conforme a su verdadero espíritu. La multitud de fenómenos observados por los hombres de cien- cia del siglo XVIII y los recogidos por él mismo en sus pacientes es- tudios, los ordenó sistemáticamente, relacionándolos con el relieve vertical y con las formas horizontales de la superficie terrestre. Así pudo demostrar la influencia determinante que las formas de la corteza de la tierra ejercen sobre el elima, sobre la vida de las plantas, de los animales y sobre el hombre mismo. Estas ideas no eran ciertamente nuevas. Habían sido admiti- das ya por Aristóteles y Estrabón; las señalaban también Vare- nius, Bereman, y Kant les había dado forma definida, pero Hum- boldt las ilustró con generalizaciones concretas, haciéndolas cien- tíficamente evidentes de tal suerte, que fueron aceptadas sin di- ficultad como principios indiscutibles. : Ritter, contemporáneo de Humboldt, en su obra monumental Ciencia de la tierra o Geografía Comparada, expuso los principios que habían de individualizar la ciencia, convirtiéndola en factor de investigación de las relaciones de causalidad y de las influencias mutuas que ejercen entre sí los hombres y la tierra. El siglo XIX fué el siglo de las iniciativas fecundas y de los progresos extraordinarios en la ciencia de la gSeografía. - Fué el siglo que ilustraron los nombres ilustres de Peschel, Wagner, Lapparent, Richthofen, Reclus, Suess, Penck y otros 256 RAFAEL FERNANDEZ muchos que dejaron a su paso una briHante estela de luz que alum- bró con vivos destellos el campo extenso de la geografía, ya dando solución a viejos problemas, ya señalando audaces teorías cuya con- firmación está reservada al porvenir. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA En los monumentos de las civilizaciones egipcia y asirio-babi- lónica, no se ha descubierto indicio alguno que pruebe la existencia en aquellos tiempos,de la enseñanza geográfica en la escuela ele- mental. Papiros hallados en Egipto con operaciones numéricas enmen- dadas, prueban que entonces ya se enseñaba el cálculo, por lo me- nos, de un modo rudimentario. En las escavaciones de las ruinas de las ciudades del imperio babilónico, se han encontrado, como en Nippur, tabletas de arcilla cocida, en las cuales había ejercicios de escritura y aritmética hechos por niños de la escuela, pero no se ha descubierto prueba alguna que revele que la geografía figurase en el curriculum de aquellos países. En Grecia se enseñaba la geografía en las escuelas que dirigían los gramatistas o sea en las escuelas elementales, pero no se es- tudiaba ““directamente””, no figuraba como asignatura por sí mis- ma, porque como tales, sólo eran consideradas la lectura, la eseri- tura y posiblemente la aritmética, a juzgar por este pasaje de Las Nubes, de Aristófanes: —““Muchacho, tráeme las tablas de modo que pueda yo saber lo que debo y calcular los intereses. ?” La geografía se enseñaba “indirectamente?” por medio de la lectura. El libro segundo de la llíada, era uno de los textos más usados en esta última enseñanza. Figuraba en este libro el catálogo de los barcos de las diversas tribus griegas que tomaron parte en la guerra de Troya, así como una breve noticia geográfica de los mismos. Al ser explanadas las lecciones del referido libro, éste se convertía en un texto de geografía. El método empleado, no podía ser más rudimentario: la lección era copiada con el estilo en una tablilla cubierta con una capa de cera O bien era dictada para suplir la escasez de textos. En segui- da se procedía a la memorización de la lección; ésta era recitada al pie de la letra, ante el maestro, que explicaba después a los alum- nos el sentido de la lección aprendida. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 257 La Geografía en la escuela romana.—La instrucción elemental, romana, estaba limitada a la lectura, la escritura y la aritméti- ca .Al helenizarse la educación en Roma, se establecieron escuelas de gramática, en las que se recibía la enseñanza secundaria la cual consistía esencialmente, en la instrucción literaria. Se ense- ñaba, sin embargo, en esas escuelas, alguna geografía, la cual estaba incluída en la geometría. El método era imitativo y de me- moria, lo mismo que en la escuela elemental, con excepción de la explanación que, según Graves, hacía el maestro después de leída la lección. Son notables las ideas de Estrabón sobre el método. El gran geógrafo señalaba ya la importancia de la observación. Para ani- mar el estudio de la geografía, recomendaba el empleo de mitos y de fábulas, por el interés que despierta lo maravilloso. Pero esta recomendación respecto a la observación y al espíritu científico que debía seguirse en el estudio, fué desdeñado y en cambio, las fábulas con las cuales pretendía estimular el interés de los niños, fueron aceptadas como hechos reales por los adultos, a través de la época medioeval. Edad Media: los árabes.—En el obscuro y largo período de la Edad Media, los cristianos habían perdido toda conexión, todo contacto con la geografía antigua y sus teorías, para mantenerse en la más absurda de las ignorancias sobre los países lejanos, que la imaginación popular poblaba de reyes fantásticos, de magos y encantadores que realizaban las maravillas más asombrosas. Mientras tanto, los árabes alcanzaban el apogeo de su brillan- te cultura, asimilándose la ciencia y la filosofía helenas. En sus escuelas de Oriente y de España, enseñaban la geogra- fía empleando globos, esto es, tomando como base del estudio, la re- dondez de la tierra. Pero este estado floreciente de las ciencias, se sostuvo poco tiempo. El decaimiento del poderío musulmán, arrastró consigo su refinada civilización y la luz que habían proyectado sobre la geo- grafía El Edrissi, Ibm Batuta, El Massudi y otros ilustres geó- grafos y viajeros, desapareció para no volverse a encender. (Continuará.) LA ASOCIACION DE IDEAS *! POR LA SRITA. ESTHER FERNÁNDEZ Y FERNÁNDEZ Doctora en Pedagogía ““Nuestra conciencia es sólo una abstracción; nuestra asociación de ideas con sus sensaciones y represen- taciones es la conciencia misma. ?? ZIEHEN. INTRODUCCIÓN Sres. Catedráticos : Ya que el deber nos obliga a realizar un último esfuerzo para dar por terminada la labor de tres años, he querido dedicarme a un trabajo que me preste alguna utilidad en el ejercicio de mi pro- fesión. Resulta también que al cursar las asignaturas necesarias, siem- pre llega a darse un grado de preferencia a una, o unas, que por lo regular son las más relacionadas con el fin que nos proponemos en nuestros estudios. Así pues, no extrañará que desde un principio fueran mis ma- yores deseos concentrar la atención en un asunto de Psicología Peda- gógica. No obstante haber fluctuado mi decisión sobre algunos te- mas que creía muy interesantes; al fin he dado la preferencia al que desarrollaré en mi tesis y que lleva por título “La Asociación de Ideas?”. Comprendo que un sinnúmero de dificultades llevará algunas veces el desaliento a mi espíritu debido a lo abstracto que es el tema; pero espero luchar tenazmente hasta conseguir aclarar las ideas tan confusas que para mí reinan en el campo de las expli- caciones que tratan de dar a conocer el proceso de la asociación. 1 Tesis para el Doctorado en Pedagogía, leída y sostenida en la Univer- sidad, el 30 de Junio de 1914. Se publica por recomendación del Tribunal exa- minador. LA ASOCIACION DE IDEAS 259 Es natural que se produzca gran confusión ante la diversi- dad de pareceres que existe entre los muchos psicólogos y filósofos que han estudiado el asunto. Mientras unos, y entre los cuales se destacan los alemanes, consideran la asociación como una ley de la imaginación y de ningún modo como el principio del pensamien- to racional; otros, y sobre todo los ingleses, atribuían a la asocia- ción una importancia cada vez mayor hasta tal punto que conside- raban todos los actos del pensamiento como correspondientes a ella. Mientras aleunos, y entre ellos Locke, utilizan el enlace de las ideas para la formación de los pensamientos, pero sin ocuparse para nada de las leyes de las mismas por creer que nada explican; otros autores por el contrario, entre los cuales se encuentra un crecido número, creen explicado el enlace de las ideas y proceso de la asociación mediante el estudio de sus leyes. Otros psicólogos como James, buscaron la explicación definiti- va de la asociación en las funciones fisiológicas del cerebro. Ante esta balumba de opiniones, lo mejor será examinarlas de- tenidamente en el curso de nuestro trabajo para ver lo que cada una encierra en sí de provechoso, o lo que es lo mismo, para recha- zar aquellas que nos parezcan inadaptables y exponer las razones por las cuales nos decidimos en uno o en otro sentido. En síntesis, nuestro fin consiste en exponer en una forma clara y sencilla el proceso de la asociación y la conexión de ideas y co- mo consecuencia directa pretendemos deducir las aplicaciones pe- dagógicas que dicho estudio sugiera. Es muy probable que no logre mi intento, aunque si bien es ver- dad no pretendo formar una doctrina definitiva que explique di- cho proceso. Sabido es que, a pesar de los esfuerzos realizados aún no se ha llegado a conclusiones de las cuales podamos decir que nada hay que agregarles en el porvenir. Por el contrario, aún falta una labor que rompa con las lagunas infranqueables que se presentan para la completa solución del problema de la asociación. Pero es indiscutible que los bienhechores del porvenir tienen ya un camino abierto por el cual pueden continuar sin dificultades y partir desde ciertas conclusiones sin necesidad de retroceder. Estas son las conclusiones que debemos estudiar, así como tam- bién las funciones de la asociación desde sus comienzos y las ven- tajas que pueda prestar su educación a la niñez. Lo primero lo haré a la luz de los experimentos realizados 260 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ por Rusk, Ziehen, Winteler, Meumann y otros muchos que con sus investigaciones han logrado subministrar datos que nos llevan al conocimiento de los distintos procesos y funciones de la asociación. También nos valdremos para este estudio de la experiencia que a diario nos prestan los niños en la obra de la educación. Lo segundo vendrá a ser una consecuencia lógica de lo anterior- mente expuesto. II IMPORTANCIA DE LA ASOCIACIÓN Llegado a este punto resulta necesario decir algo sobre la im- portancia de la asociación; pero como aún no hemos estudiado di- cho fenómeno detenidamente, nos referiremos a generalidades. Basta, pues, para comprender la importancia de dicho proce- so decir que juega un gran papel en la vida psíquica. Sin ese poder de asociar ideas, no podríamos juzgar, ni razonar, ni comparar y nuestra vida mental estaría, por tanto, reducida a límites tan estrechos que no nos permitiría salir del círculo de im- presiones llevadas a cabo en un momento dado. ¿Qué sería nuestra mente si no pudiéramos asociar los co- nocimientos de hoy a los de ayer; los hechos de hoy a los de maña- nana y así sucesivamente? Haría el papel de un receptáculo, de un asilo susceptible de guardar allí las impresiones que recibiera a cada instante; pero de una manera aislada, sin relaciones de ninguna clase, y todo ello nos hace pensar que en caso tal, la vida de una persona no sería suficiente a alcanzar los conocimientos que gracias a la cooperación de las asociaciones se obtiene en un corto período de tiempo. De esto se deduce también que no menos importante resulta la educación de dicho proceso, lo cual demuestran claramente los es- tudios de las representaciones infantiles llevadas a cabo por Meu- mann y que estudiaremos en su oportunidad. Podemos sin temor decir que en la manera habitual de asociar un hombre sus ideas nos revela el alcance de su espíritu y su ca- rácter íntimo. También es de suma importancia para el pedagogo conocer ese proceso de asociación de ideas tan espontáneo y mecánico en la ni- ñez como racional y lógica se va haciendo en el adulto en relación con su inteligencia. LA ASOCIACION DE IDEAS 261 Ya podemos comprender porqué desde hace mucho tiempo se estudia la asociación y cuyo estudio ha dado lugar a una historia que ahora vamos a conocer. ¡00 HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN La vida psíquica la componen multitud de fenómenos y proce- sos que van haciéndose más complejos a medida que avanzamos en su estudio. Las asociaciones, uno de los fenómenos más importantes del cambio de dichos procesos, han sido cuidadosamente estudiadas desde hace mucho tiempo y los psicólogos antiguos llegaron a recono- cer que el recuerdo de una idea se debe a la presencia de otra. El primero que estudió la asociación de ideas fué Platón, el cual habló de la reminiscencia y de las ideas que muchas veces apa- recen unidas; pero más tarde se conocen las reglas de Aristóte- les, que si bien es verdad no fueron definitivas probaron ser muy importantes para la futura Psicología. Aristóteles parece haber da- do cuenta de los hechos y del prineipio de explicación y al efecto, indicó cuatro modos de asociación de las ideas: Semejanza, Con- traste, Coexistencia y Sucesión . Dice él, que cuando una idea que deseamos saber se nos es- eapa, debemos empezar por buscar una idea que se asemeje a la idea que nosotros buscamos, o que sea contraria, o que haya sido contigua en el espacio y el tiempo. A las grandes crisis sigue siempre un período de tranquilidad y he aquí que por algún espacio de tiempo permanece olvidado el estudio de la asociación hasta la aparición de Descartes y Male- branche, con los cuales recibe un nuevo impulso dicho estudio El primero comprendió perfectamente el enlace de las ideas y aunque en sus eseritos no usara jamás ese término, no por ello dejó de comprenderlo. Puede decirse que los sucesores de Descartes encontraron en precisión de sus concepciones fisiológicas una buena base donde edi- ficar sus teorías. Malebranche trata de resolver el problema de la asociación me- diante el estudio de la relación de los pensamientos del alma con las huellas del cerebro. Y agrega que en las relaciones de dichas 262 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ huellas juega un importante papel la identidad del tiempo en el cual se han impreso en el cerebro. Esta doctrina encierra ideas muy buenas y tan buenas que en su mayor parte son sostenidas por algunos psicólogos modernos. También estudió Malebranche el mecanismo de la relación por semejanza que él considera, muy equivocadamente por cierto, co- mo causa principal de la confusión que existe entre las ideas que explican la asociación Hobbes formuló por primera vez el problema de la asocia- ción de nuestros pensamientos, es decir, redujo el pensamiento a una serie de fenómenos psíquicos que encadenan, sin buscar en este encadenamiento otra causa que la asociación misma. Los principios que regulan, según Hobbes, dicha sucesión de rensamientos son las relaciones de semejanza, de espacio, de causa a efecto, de principio a consecuencia, de medio a fin, de signo a co- sa significada. Hume explica por la conexión de las ideas la noción que tene- mos de la causalidad. La idea de causa proviene del hábito de aso- ciar juntamente las ideas de dos fenómenos que siempre se han presentado simultáneamente en nuestra experiencia; el principio de causalidad se deriva del hábito de asociar la idea de causa a todos los fenómenos que se ofrecen a nosotros. Hume comparó dicho proceso con la ley de gravitación física como nos lo demostrarán las siguientes palabras de él. ““En la co- nexión de ideas hay una especie de atracción que en el mundo mental producirá efectos tan extraordinarios como en el natural y se manifestará en muchos y muy variadas formas. ?”” De semejante manera pensó James Mill, quien popularizó la noción de la asociación y creó una escuela efectiva basada sólo en la asociación de ideas. Trazó minuciosamente la presencia de la asociación en todas las nociones y operaciones del espíritu. Gradualmente va transformando en este punto la moderna psi- cología experimal los conceptos hasta ahora predominantes de la psicología inglesa. Sin embargo, cabe a ellos la gloria de haber puesto de relieve la gran importancia de la asociación en el desarrollo de la vida psí- quica, y de haberse esforzado en reducirlas a leyes simples. El mismo James Mill empleó un solo principio de asociación: el de contigúidad o hábito. Herbart y Beneke trataron de rerducir las leyes fundamentales LA ASOCIACION DE IDEAS 263 de la asociación. Las dos formas principales del contraste y de la semejanza son referidas a la Igualdad; y la de Coemistencia y Suce- sión a la de Contigiiidad que coinciden perfectamente con las que Herbart llamó directa e indirecta. Psicólogos más modernos como Baint, Hoffding, Ladd y otros se atienen a las leyes de sucesión y dicen que son las que pueden explicar el cambio de los procesos psíquicos. Señalan como prin- cipales la desemejanza y contigiiidad, llamados respectivamente externa e interna. La interna tiene lugar por coordinación y subordinación: la externa puede tener lugar entre representaciones simultáneas o su- cesivas. Cuando se efectúa por representaciones simultáneas resultan asociaciones de la parte al todo, del todo a la parte. Cuando son representaciones sucesivas resultan asociaciones de representaciones sucesivas del oído, de la vista, y de otros senti- dos. En nuestros días han ido aún más lejos y han tratado de re- ducir las dos leyes citadas de semejanza y contigúidad a una sola- mente. La mayor parte de los psicólogos se inclinan a señalar como ley fundamental de la asociación la contigúidad, y entre ellos pueden citarse Ladd y Sully. Los menos se inclinan a señalar como ley fundamental la seme- janza, entre los cuales está Hoffding. Otros, como Bain, persisten en considerar como verdaderos fun- damentos la de contigúidad y semejanza. Balwind, reduce las secundarias a una fundamental llamada de correlación, que es la ley de la consciencia y de la apercepción, según la cual toda asociación de estados psíquicos, es una integra- ción. En Francia utilizan el enlace de las ideas para explicar la for- mación de los pensamientos; pero sin tratar de profundizar en su naturaleza o en sus leyes. Rabier, según William James, trata el asunto en su capítulo de la asociación, de una manera tan vigorosa y tenaz que por ello se ha ganado uno de los primeros puestos. Hartley y Darwin en Inglaterra y Bonet en Ginebra hacen es- fuerzos para colocar la mecánica cerebral al nivel de los descubri- mientos de la física del siglo XVIII, 264 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ - De aquí la importancia que hoy se da a la contigúidad, pues es la única que puede explicar un encadenamiento físico y al cual se reducen los principios de semejanza y contraste. Bonet dice que la disposición que han adquirido las fibras en el cerebro para impresionarse juntamente, han tenido por condición la simultaneidad de las impresiones que ha recibido. En Alemania aparece Wolf y dice que todo hecho de concien- cia evoca la representación total, de la cual anteriormente han for- mado parte. De aquí se deduce la reintegración y totalización. Psicólogos contemporáneos como James y Bain, buscaron la ex- plicación definitiva en las funciones fisiológicas del cerebro. La asociación, agrega William James, no se realiza enrte las ideas, sino entre las cosas que pensamos y que se hallan asocia- das en nuestra conciencia. No existe, pues, según él, otra ley causal elemental de la asociación, más que el hábito nervioso. Y por último, otros psicólogos contemPoráneos como Stuart Mill y Spencer, se han esforzado más bien en explicar la vida men- tal por la asociación, que en estudiar las condiciones de la asocia- ción misma. Réstanos decir, que Claparéde y Ziehen se detienen en el estu- dio de las funciones fisiológicas del cerebro con las cuales estable- cen un paralelismo psíquico que explican en sus doctrinas con más c menos lujo de detalles. IV BASE FISIOLÓGICA He aquí expuesta ya, la importancia de la asociación de ideas. así como también los distintos conceptos que a su respecto han sido emitidos por los autores mencionados. Un espíritu de investigación se despierta ante la variedad de opiniones, ante la preocupación que para muchos ha consistido el querer resolver el problema de la asociación de la manera más recta y segura. Sigamos principalmente la corriente de aquellos autores que, como el astro rey en los espacios, han lanzado rayos de luz sobre las ideas psicológicas. Y se debe agregar que ya hoy no se levanta el edificio de los problemas psicológicos sin preocuparse de los cimientos, no; ya LA ASOCIACION DE IDEAS 265 hoy se atiende a buscar bases sólidas y éstas las constituyen los experimentos realizados a la luz de los procesos fisiológicos que acompañan el proceso de la asociación de ideas. Y de acuerdo con esto, procuraremos desarrollar el tema prestando gran atención a la psicología experimental y no daremos un paso sin basarnos en los procesos fisiológicos, o lo que es lo mismo, será un estudio psico- fisiológico, puesto que ello constituye el medio más seguro de lle- gar a conclusiones que permitan considerarse como verdaderas. Las funciones del organismo son concomitantes con las funcio- nes mentales y ello nos deja entrever ya que la mejor manera de principiar el estudio de la asociación de ideas es examinando mi- nuciosamente esas funciones del organismo que marchan al uníso- no con los fenómenos mentales. : Y como nuestro fin consiste en conocer el proceso de la asocia- ción, nada más provechoso que estudiarlo desde sus comienzos, es decir, estudiar los fenómenos que le preceden y que le ayudan a realizar un proceso tan complicado como es el de enlazar ideas. Y de aquí se desprende que nos veremos en la necesidad de estudiar la retentividad aunque sea ligeramente ya que sin ella no podríamos llegar a conocer la asociación. Si hemos hablado de la relación constante que hay entre las fun- ciones del organismo y las mentales; si sabemos que la actividad mental responde a los variados estímulos objetivos, será muy ven- tajoso observar primeramente la estructura y funcionamiento del sistema nervioso, del cual dicen los psicólogos que es la base or- gánica de los fenómenos mentales y como a estos últimos correspon- de la asociación, resulta indiscutible que aquí debemos empezar por conocer dicha estructura nerviosa y sus funciones, aunque sea someramente. En la estructura del sistema nervioso puede observarse una con- tinuidad morfológica completa, en la cual se nota una subordina- ción de unos centros a otros, en comunicación sistemática todos con los más elevados de la escala y encontrándose dedicados, a medi- da que ascienden en importancia, a combinar de una manera cada vez más compleja un mismo acto. Diremos con Varona, que según vamos ascendiendo en el estu- dio de los fenómenos mentales iremos encontrando que ellos for- man una organización, una especie de substrato psíquico en co- rrespondencia con el substrato físico constituído por el sistema nervioso. | , 266 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ De aquí se deduce que el funcionamiento corresponde de un modo cabal a su estructura, pues lo rige el principio de subordina- ción. También nos deja esto, casi explicado, esas asociaciones di- námicas de que nos hablan muchos psicólogos. Los estímulos objetivos se comunican a los ganglios centrales a fin de que el organismo pueda ser afectado y puedan reper- cutir en los ganglios superiores de los hemisferios cerebrales, que es donde se hace necesario el estímulo para que se tenga plena con- ciencia de él. Esto lo demuestran claramente un sinnúmero de ex- periencias fisiológicas y psicológicas bien conocidas y entre las cua- les han dado excelente resultado las llevadas a cabo por Ziehen. Sabido es que las impresiones son conducidas a los ganglios o centros, los cuales reciben una modificación y después reaccionan hacia la periferia por medio de los nervios motores. Ahora bien: si esta impresión es muy intensa se irradia y as- ciende hasta los centros superiores, de lo cual se encarga la mé- dula espinal. Si dichas impresiones no son muy intensas la médu- la puede reaccionar sin dar cuenta a los centros superiores. En- tonces se produce un acto reflejo y de aquí que el acto automático y el reflejo carezcan de correlativo psíquico, o lo que es lo mismo, se realizan inconscientemente. Es un hecho, como dice Varona, que el sistema estudiado puede considerarse como más complicado y por eso expone que en lugar de una neurona central hay un ganglio, es decir un nexus de neu- ronas que se agrupan y comunican por medio de sus cilindros ejes; lo cual hace comprender que el ganglio recibe la comunicación por el nervio aferente y se difunde por él en diversas direcciones y afecta a distintos grupos de neuronas, todo lo cual modifica la reacción o sea el impulso comunicado al nervio motor. De acuerdo con esto podemos también decir que serán más va- riadas las relaciones que se establezcan en tan complicado organis- mo y esto nos deja deducir también la riqueza de asociaciones que en él es dable establecer. No puede negarse cuán en lo cierto están aquellos que conside- ran muy complicado el sistema nervioso; pero muy estudiadas y en parte conocidas las funciones de sus componentes, podemos ade- lantar que los mismos actos reflejos van ascendiendo a través del mesencéfalo, pasando por los tálamos ópticos, cuerpos geniculados, cuerpos estriados y de aquí que una misma función tenga más de un LA ASOCIACION DE IDEAS 267 centro; pero que estos centros van haciendo cada vez más comple- jas esas funciones. Sólo nos falta agregar cómo únicamente en los hemisferios ce- rebrales, centros superiores, tiene su asiento la conciencia plena; según unos, en toda la región cortical, y según otros, solamente en los glóbulos pre-frontales. Sea lo que fuere, el hecho es que la corteza cerebral puede considerarse como asiento de aquellos proce- sos psíquicos a los cuales podemos asignarle otro proceso psíquico paralelo y a éstos corresponden, pues, las representaciones con su asociación de ideas. V LAS LEYES DE LA ASOCIACIÓN Hecho este estudio preliminar estamos mejor preparados para llegar a conocer la evolución de la asociación de ideas, o lo que es lo mismo, la evolución de ese fenómeno por el cual todos los estados de conciencia se suceden o se llaman mutuamente. Las leyes tradicionales, son después de todo, puras fórmulas descriptivas, así como también hipótesis científicas que se tratan de explanar. Resumamos aquí dichas leyes que más tarde .acep- taremos o refutaremos según lo exijan las ideas sostenidas. Una idea evoca a otra por semejanza, por contraste, por suce- sión y por contigúidad. Ocupémonos de la primera ley. Una exten- sión de agua me recuerda el mar, un retrato me hace pensar en el original, y he aquí asociación por semejanza. Si se habla de la juventud pensamos en la vejez, si se habla de alegría nos viene el recuerdo de la tristeza y es ésta la ley de aso- ciación por contraste. El nombre de Napoleón me recuerda la batalla de Waterloo, el mes de Junio los exámenes. Aquí hay asociación por contigili- dad. Si ejecutamos una pieza al piano iremos recordando las distin- tas notas que debemos tocar para que se produzcan los sonidos ne- cesarios. Esta es una asociación por sucesión. Estas leyes de la asociación no son verdaderas leyes ni pode- mos considerarlas como tales, ya que por leyes debemos entender la norma que explica la producción de ciertos hechos, de modo que no sufran excepción y se verifiquen siempre, a: penas se cumplan 268 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ determinadas condiciones. Y como ellas no llegan a explicar los hechos en dicha forma porque a cada instante sufren una excep- ción, llegaremos a decir con Wundt, que no son verdaderas leyes sino esquemas lógicos. Además, dichas leyes no explican ni la na- turaleza, ni el enlace de las ideas; ellas no pueden explicar la co- rexión de los pensamientos, sino que se refieren a las conexiones pensadas o conexiones entre ideas que se refieren más bien a las relaciones objetivas y que caen directamente en el poder de evo- cación. De aquí que, mientras unos reducen dichas leyes a la semejan- za y contigúidad, otros a la de semejanza solamente y los más, reconocen la contigúidad como la única que puede considerarse co- mo tal. Podría creerse en los primeros momentos que esta inseguridad es debida a los pocos conocimientos que se tienen del proceso men- tal de la asociación; pero examinada detenidamente puede com- prenderse que ello no es la causa. La causa realmente puede en- contrarse en los distintos puntos de vista en que se colocan dichos autores para describir el fenómeno. Algunos consideran los procesos de la conciencia desde el pun- to de vista de la representación, o lo que es lo mismo, de la copia de los objetos externos. (Continuará.) BIBLIOGRAFIA I. Resumen de los bastones perforados de la provincia de Santander; por O. CENDRERO. Madrid, 1915. II. Noticia de dos nuevos yacimientos prehistóricos de la provincia de San- tander; por O. CENDRERO. Madrid, 1915. ITT. Interpretación de un adorno en las figuras humanas masculinas de Al- pera y Cogul; por 1. DeL Pan y P. WErNERT. Madrid, 1915. IV. Hallazgos prehistóricos en tres cuevas de la Sierra de Cameros; por DEBE BAN. Madrid, 1915. V. La cerámica hallstattiana en las cuevas de Logroño; por P. BoscH G1mM- PERA. Madrid, 1915. VI. Instrumento neolítico de Corral de Caracuel; por A. BLÁZQUEZ. Ma- drid, 1915. VII. Sobre los instrumentos neolíticos de Corral de Caracuel; por A. Ca- BRERA. Madrid, 1915. VIII. Geología y Paleontología del Mioceno de Palencia; por E. Hkr- NÁNDEZ PACHECO y J. DANTÍN CERECEDA. Madrid, 1915. IX. La mandíbula neandertaloide de Bañolas; por E. HERNÁNDEZ PA- CHECO y H. OBERMAIER. Madrid, 1915. X. El problema de la cerámica ibérica; por P. Boscu GIMPERA. Ma- did OLo: | XI. Estratigrafía de la Sierra de Levante de Mallorca (Región de Felanitx); por B. DarDER Peric4s. Madrid, 1915. XII. Guadarrama; por C. B. pe Quirós (texto), y J. CARANDELL (gráficos). Madrid, 1915. XIII. Monografía geológica del Valle del Lozoya; por L. FERNÁNDEZ NAVARRO. Madrid, 1915. Todos estos anteriores estudios constituyen un grupo de impor- tantes publicaciones realizadas bajo los auspicios del Instituto Na- cional de Ciencias Físico-Naturales de Madrid; siete notas y tres memorias (5, 6 y 7), de la Comisión de Investigaciones Paleontoló- gicas y Prehistóricas, y los marcados con los números 11, 12 y 13, son trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales de la misna 270 BIBLIOGRAFIA capital española (Serie Geológica números 10, 11 y 12). Multi- tud de dibujos y fotografías acompañan a dichos estudios ilustrán- dolos debidamente, haciéndolos, si cabe, más recomendables. XIV. Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires: (a) Indices de los tomos 1 a xx (1864-1911). Buenos Aires, 1914.—(b) Tomo xxv1 (con 26 láminas y 92 figuras en el texto). Buenos Aires, 1915. Los índices relativos a los volúmenes publicados durante ese in- tervalo de tiempo de cuarenta y siete años—de 1864 a 1911—facili- tan la consulta de la colección de los Anales; y son dos, uno por or- den de autores y el otro alfabético de materias. Forman aquéllos tres series: de 1864 a 1869 (tres volúmenes); de 1895 a 1902 (cua- tro volúmenes), y de 1902 a 1911 (trece volúmenes): un total de veinte volúmenes que encierran una hermosa labor científica. Trae el volúmen 26% de los Anales bonarenses, el siguiente su- mario: El nuevo edificio del Museo Nacional de Historia Natural—A. Gallardo; —Sobre los peces MACRÚRIDOS de las costas de la provincia de Buenos Aires—F. Lahille; —Contribución a la craneología de las primi- tivas poblaciones de la Patagonia—C. A. Marelli; —Notes sur quelques DoLICHODÉRINES argentines—J. Bróthes; —Description d'un nouveau SYRPHIDE de la République Argentine—J. Brithes; —Nota sobre el me- teorito carbonoso de Nogoyá—E. Herrero Ducloux;—Fungi nonnulli senegalenses et canarienses—C. Spegazzini; —Proyecto de reorganización del Museo Provincial de Córdoba—A. Gancedo; — Apuntes cecidiológicos —A. Manganaro;—Description de six CecinomIviDez (Dipt.) de Bue- nos Atres—J. Bróthes; —Nota sobre Hemipteros del Chaco de Santiago del Estero—J. R. de la Torre Bueno y Thorne;—Les parasites végé- taux des plantes cultivées en Argentine et dans les régions limútrophes— L. Hauman Merck; —Notes d'erpétologie—P. Serié; —Sur les formes sexuelles de deux DoLícHoDbériíNes—J. Bréthes;—Apuntes sobre las LAMPREAS argentinas y los Acranioras—F. Lahille;—Los asuntos de- corativos bíblicos en los objetos de ceremonial pagano payaguá—F. F. Outes; —El género TarocHiLa Butl.—E. Giacomellí;—Nuevas inves- tigaciones geológicas y antropológicas en el litoral marítimo sur de la pro- vincia de Buenos Arres—La Dirección; —El fémur de Miramar. Una prueba más de la presencia del hombre en el terciario de la República Argentina—C. Ameghino; —Laboulbemali ritrovate nella collezioni di alcuni musei italiani—C. Spegazzini. En el primero de los estudios que aparecen en el tomo cuya BIBLIOGRAFIA 271 relación de materias acabamos de mencionar, el Sr. Gallardo, ac- tual Director del Museo, traza la historia de éste, fundado por de- creto de 1812; y describe el futuro edificio que se proyecta construir en la gran ciudad de Buenos Aires, dedicado a las Ciencias Natu- rales. A juzgar por los planos, la obra es de notoria magnificencia y bien digna de su objeto. En la relación del sumario faltó consignar la notable Contribution á Vétude des Pepsis del eminente entomólogo Bréthes, redactada des- pués de recoger observaciones durante buen número de años sobre esos himenopteros americanos, y cuyo primer objetivo fué simple- mente la clasificación del material existente en las colecciones del Museo de Buenos Aires. Para facilitar el estudio a futuros inves- tigadores, ha comenzado por las tablas dicotómicas; manifestando francamente que esas tablas «son las del Dr. Robert Lucas—a cada uno su mérito—ligeramente modificadas para la inserción de espe- cies nuevas: mis colegas juzgarán si hice bien. Eu la república de la ciencia—agrega Bróthes—es un derecho que los congresos recien- tes han reconocido y proclamado muy alto: es el derecho de priori- dad». No deben crearse nombres nuevos sin verdadera justifica- ción y siempre hay que tener en cuenta los esfuerzos de nuestros predecesores. Así lo impone, al menos, la: honradez científica. Dr. A. MESTRE, Profesor Auxiliar de Biología y Zoología. MISCELANEA De acuerdo con la costumbre establecida desde hace algu- nos años, la Facultad de Letras y Ciencias celebró en su Universitarias oportunidad la siguiente serie 11% correspondiente al curso de 1914 a 1915: la—Las bibijaguas (con dibujos y presentación de material científico); por el Dr. Carlos de la Torre. 2a— Aristófanes y la comedia ateniense; por el Dr. Adolfo de Aragón. 3a—El jardín escolar y su función en nuestras escuelas rurales; por el Inge- niero Sr. José Comallonga. 4a—Las matemáticas en el antiguo Egipto (con dibujos); por el Dr. Pablo Mi- quel y Merino. 5a—La literatura cubana. Necesidad de su enseñanza; por el Dr. Guillermo Domínguez y Roldán. 6a—Clasificación moderna de las plantas; por el Dr. Manuel Gómez de la Maza. 7a—El Sol según las teorías modernas (con proyecciones); por el Dr. Victo- rino Trelles y Esturla. 8a—La enseñanza de la Historia en nuestros Cursos de Estudios; porel Dr. Luis Padró. 9a—Una lección objetiva sobre el sistema nervioso (con proyecciones y presen- tación de material científico); por el Dr. Arístides Mestre. 10a—El carbono; por el Dr. Gerardo Fernández Abreu; y lla—El concepto moderno de la Historia; por el Dr. Evelio Rodríguez Len- dián. Además, en el Salón de Conferencias de la Universidad, el Dr. Mario G. Lebredo, Director del Laboratorio Nacional de Investigaciones y también de la Sección de Biología de la Sociedad Cubana de Historia Natural «Felipe Poey», dió a nombre de esta corporación dos conferencias (acompañadas de proyec- ciones luminosas) sobre Recientes adquisiciones biológicas. Carrel y el Instituto Rockefeller (Mayo 12 y 15 de 1915); actos que presidió el Sr. Rector Dr. Berriel. Actualmente se viene verificando la serie del presente curso; de ella dare- mos cuenta en un próximo número de la REvIsTa. Conferencias AA y O A AD O PEO. E PROL IA CA CUESO A a e fade: Profesor Dr. Carlos de la Totre. Logra CULO A aa Ayto polgata acera CU 55 Dr. Luis Montané. CONFERENCIAS Sistema nervioso: morfología y funciones. Su evolución en el hombre y en la serie zooló- + Dr. Arístides Mestre (Aux.) Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Arístides Mestre (Conservador del Museo Zoológico y Jefe de los trabajos prácticos del Laboratorio de Biología, ); Dr. Pablo Miquel (Jefe del Gabinete de Astronomía); Dr. Nicasio Silverio (Jefe del Gabinete de Física), Dr. Gerardo Fernández Abreu (Jefe del Laboratorio de Química); y Dr. Jorge Hortsmann “Director del Jardín Botánico). Estos diversos servicios tienen sus respecti- vos ayudantes. —El «Museo Antropológico Montané» y el Laboratorio de Antropología tienen por Director al Profesor titular de la asignatura. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. JoséR. García Font. 3 ESCUELA DE PEDAGOGIA Psicología Pedagógica (1 Curso)............... Historia de la Pedagogía (1 curso)............ Eraene Escolar (UL CUESO) in Profesor Dr. Alfredo M. Aguayo. a Metodología Pedagógica (2 Cursos)... ......... sn Dr. Luis Padró. imormmacal UCUTSO)-.....oooouitec es ) A y Dio A 19 Sr. Pedro Córdova. Agrupada la carrera de Pedagogía en tres cursos, comprende también asignaturas que se estudian en otras Escuelas de la misma Facultad. El Director del Museo Peda- gógico es el Profesor titular de Metodología. 4. ESCUELA DE INGENIEROS, ELECTRICISTAS Y ARQUITECTOS Dibujo Topográfico estructural y arquitectónico. ) E EA A A NA + Profesor Sr. Eugenio Rayneri. Pstereotomáa (il Curso)... oa E j Geodesia y Topografía (1 curso)..:...... A) É ; z Agrimensura úl o E z AO, A ¡ » Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. Materiales de Construcción (1 curso) ......... ] o de Materiales. Estática Gráfica ! a SPA nadal: ( e a e e Construcciones Civiles y Sanitarias (1 curso).. ) Ear mecánica (CUESO) >... rara de alado Ñ : Maquinaria (1 ON A do ISE No UA / a Sr. Eduardo Giberga. Ingeniería de Caminos (3 cursos: puentes, fe- / , orocarmiles. calles ty CArreteras).2ioocno o. j au Dr. Luis de Arozarena. Enseñanza especial de la Electricidad (3 cursos) E Sr. Ovidio Giberga. Arquitectura é Higiene de los Edificios (1 curso) ) ¿ ; AG / d | Historia de la Arquitectura (1 curso).......... ( q DE Amare Castelló Contratos, Presupuestos y Legislación especial | á la Ingeniería y Arquitectura (1 curso)..... : Esta Escuela comprende las carreras de Ingeniero Civil, Ingeniero Electricista y . Arquitecto; y son sus profesores Auxiliares: Sr. A. Fernández de Castro (Jefe del Labo- ratorio y Taller Mecánicos); y Sr. Plácido Jordán (Jefe del Laboratorio y Taller Eléctri- cos); con sus correspondientes ayudantes. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. JoséR. Martínez. En dicha Escuela se estudia la carrera de Maestro de Obras; exigiéndose asignaturas que corresponden á otras Escuelas. 5. ESCUELA DE AGRONOMIA Química Agrícola é Industrias Rurales (1 curso). ) . A z » Profesor Dr. Babiicación de azlicar (Ll curso)... 3.0. co... yl esor Dr. Francisco Henares. oro mona (CE CUESO)). ocio o aeteda o olas aleros 1 POE E A As Sr. José Cadenas. TO TEC MECUESO) 0 o ala alas j Economía Rural y Contabilidad Agrícola (1 cur- | ED) LA E NES AA t Ss 50 1 Legislación Rural y formación de Proyectos ( dd psa Eomallonga: A ET A A LO A El profesor auxiliar de esta Escuela es el Dr. Buenaventura Rueda (Jefe de los Mu- seos y Laboratorios). Para los grados de Perito químico agrónomo y de Ingeniero agrónomo, se exigen estudios que se cursan en otras Escuelas. En la Secretaría de la Facultad, abierta al público todos los días hábiles de 1 á 5 de la tarde, se dan informes respecto á los detalles de la organización de sus diferentes Escuelas, distribución de los cursos en las carreras que se estudian, títulos, grados, dis- posiciones reglamentarias, incorporación de títulos extranjeros, etc. AVISO Pm La REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS es bimestral. ' Se solicita de las publicaciones literarias ó científicas que reciban la REviIsTa, el canje co- rrespondiente; y de los Centros de instrucción ó Corporaciones á quienes se la remitamos, el envío de los periódicos, catálogos, etc., que publiquen: de ellos daremos cuenta en Sa sección bibliográfica. Para todo lo concerniente á la Revista (administración, canje, remisión de ue] etc.) dirigirse al Sr. Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, Re- pública de Cuba. Los antores son los úánicos-responsables de sus artículos; la REVISTA no se hace solidaria de las ideas sustentadas en los mismos. NOTE The REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, will be issued every other month. We respectfully solicit the corresponding exchange, and ask the Centres of Instruction and Corporations receiving it, to kindly send periodicals, catalogues, etc., published by them. A detailed account of work thus received will be published in our bibliographical section. , Address all communications whether on business or otherwise, as also periodicals, printed matter, etc., to the Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, República de Cuba. : AVIS La REVISTA DE La FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS parait tous les deux mois. /Op demande 1'échange des publications littéraires et scientifiques: il en sera fait un compte rendu dans notre partie bibliographique. Pour tout ce qui concerne la Revue au point de vue de 1'administration, échanges, envoi d'ouyrages, etc., on est prié de s'adresser au Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, República de Cuba. ES Les auteurs sont seuls responsables de leurs articles, et la REVUE n'est engagée par Y opinion personelle d*aucun d'eux. VoL. XXI UNIVERSIDAD DE LA HABANA. Núm. 3. REVISTA DE LA ¿FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS , DIRECTOR: 16: Dr. EVEEIO' RODRIGUEZ LENDIAN. ? ] REDACTORES JEFES: Dr. ARISTIDES MESTRE. Dr. JUAN MIGUEL - DIÍHIGO. COMITÉ DE REDACCION: "Dres. GUILLERMO DOMINGUEZ ROLDAN, SERGIO CUEVAS ZEQUEIRA, CARLOS DE LA TORRE, CARLOS THEYE, ALFREDO .M. AGUAYO, LUIS PADRO, ALEJANDRO RUIZ CADALSO, FRANCISCO. HENARES Y BUENAVENTURA: RUEDA. MAYO DE 1916 —ARBITROS Y-AMIGABLES COMPONEDORES............. Dr. Francisco Lastres, —SÍNTESIS ESTADÍSTICA DE LA POBLACIÓN DE CUBa... Dr. Fernando Ortiz. —ba ASOCIACIÓN DE IDEAS (conclusión). 0......0...... Srta. Esther Fernández. . —EXPOSICIÓN CRÍTICA DE LOS MÉTODOS ACTUALES EN PRÁCTICA EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA (con- A E A AN NS a Dr. Rafael Fernández. —BIBLIOGRAFÍA.—I. Florilegio de sentencias griegas entresacadas de autores áticos y santos padres, por P. Antonio Guasch.—II. Filosofía de la civilización. Didáctica escolar, por Francisco Félix Bayón. —III.— Words of Speaking and Saying in the IndoEuro- pelan Manovagesby, Carl DiBuck.. 0 eo Dr. Juan M. Dihizgo. FS p IMPRENTA" EL SIGLO XX>” DE AURELIO MIRANDA TENIENTE. ReY 27 HABANA ENSEÑANZA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS. Decano: Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Secretario: Dr. Juan Miguel Dihigo. |. ESCUELA. DE LETRAS, Y FILOSOFIA: Lengua y Literatura Latinas (3 cursos)........ Profesor Dr. Adolfo Aragón. Lengua y Literatura Griegas (3 cursos)... .... ze Dr. Juan F. de Albear. Piisuistica Curso e laos / Eiología (CIÍCUESO) e ii cla y za De. Juan Merci Historia de la Literatura Española (1 curso)... : - Historia de las literaturas modernas extranjeras a Dx. Guilléro DA (RACE ls: e a Roldán. Historia de 'América (UCUESO) 2 a a ) > Dr. Evelio Rodríguez Len- Historia moderna del resto del mundo (2 cursos) dián. Psicologta (curso) os loe todoo Enosotía Moral (curso te a o e ee Dr. Sergio Cuevas Zequei- SOCIOLOSIAN CUE) ET ra (Aux.) Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Sergio Cuevas Zequeira para el grupo de Historia y Ciencias Filosóficas: Dr. Ezequiel García y Enseñat para el grupo de Literaturas y Dr. Sixto López Miranda para. el grupo de estudios de Lenguas, los cuales dan conferencias sobre sus respectivas materias. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. Salvador Salazar. El Laboratorio de Fonética Experimental tiene por Director al Profesor titular de Linguística. 2... ESCUELA "DE. “CIENCIAS: [a] Sección de Ciencias Físico-Matemáticas. Análisis matemático (Algebra Superior) 1 curso) Análisis matemático (Cálculo diferencial é inte- + Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) era) IE CUESO ta ; Geometría superior y analítica (1 curso)....... Geometría descriptiva (1 curso)............... | E Dr. Claudio Mimó. Trigonometría curso a a tais iaa lSlens Eísica Superior (Mer Curso) ao 1 De. Plácido Riosa ESCASO PEROR IZ: ACUELSO a io Je : ' Oxiititea seneral (1 Curso) alas pl iaa ee es Sh: Carlos heye? AN A o IS ROO 5 A pa Y CAOS Als ti ) po Dr. ¡Catlos de AS DTO Late E CuESON a. loca enreda atole A 7 z Dibujo Nataral (curs Ora atte aats le att ) Y pr Elo Eo Cosmolo mt (Pl CHAS Oti too toa Wecánica Racional (CHESS)... ot es 20 Dr. Victorino Trelles. Astronomía (1 curso)....... a Escodesiar (Al, CUFSON. 2 tras A De Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. Mineralogía y Cristalografía (| curso)..... ... Ea Dr. Santiago de la Huerta. Botánica general il Curso). o o E Felipe García Cañizares. [b] Sección de Ciencias Físico-Químicas. Análisis Matemático (Algebra Superior)....... Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) Geometría Superior (sin la Analítica)......... ) De. «Claudio M6 lrigonometría (plana y esférica)... ..ooomoo.o.o.. 3 ; a i Eisica Superior [er ACUESO o. is cias Wi Dv. Plácido Biosea Fisica Superior (IZ2ACULSO y iia dio J an ñ E Química Inorgánica y Analítica (1 curso)...... ) Su Carlos Piera Ouimica Orgánica (Cs o ie de A $ AS Dibujo Lineal (AiCutsol. ao e pal / AS e , Dibujo Natural (ACUESO al roaia cios | po Ser Mineralogía y Cristalografía (l curso)......... SS Dr. Santiago de la Huerta. Brolo par (ICUESO tt ro a USO al: L De7 Carlos de la aa LOOLOLIIECUESO). ea ia Lar aia j de od E : otámica general (CU ria oia > Felipe García Cañizares. Cosmología (E CnESO) 1. e ateo 2% Dr. Victorino Trelles. [ce] Sección de Ciencias Naturales. Anál sis Matemáticol Algebra Superior) 1 curso Profesor Dr. Pablo Miquel (Aux.) Geometría Superior (sin la Analítica)........ / De Claudio Maná Trigonometría (plana y esférica)... ........... y y É , : Química general (1 curso)......... ek A >. Sr. Carlos Theye. Dibrjo Tae al cto A A ori / y z a RL RN E e EN ' Sr. Pedro Córdova. Dibujo Natural cues ul) dE y Física general (1 CUM ao ero nata alada do Dr. Plácido Biosca. Mineralogía y Cristalografía (1 curso)......... > 7 Geología UL pl 0) Sn S Dr. Santiago de la Huerta. Je y A MAR TEA AO NO QUO OIC Jotánica gener: SO Neva rabos > ME , pe otánica general (1 curso), / h Felipe García Cañizares, Fitografía y Herborización (1 curso).......... ) Vol. XXII NANO DE M9LÓ Núm. 3 REVISTA DEJA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS ARBITROS Y AMIGABLES COMPONEDORES * POR EL DR. FRANCISCO LASTRES La Ley de Enjuiciamiento Civil, rindiendo exagerado culto a textos antiguos, mantiene el arbitraje jurídico y el de amigable composición, sin reparar que el primero no ofrece ninguna venta- ja práctica, ni tiene razón de existencia, pues no vale la pena de sustraer a los Jueces ordinarios el conocimiento de un asunto pa- ra entregarlo a Letrados que forzosamente han de fallar con arre- glo a derecho, según lo alegado y probado y por los trámites que el Código procesal establece 1, reconociendo a los litigantes el de- recho de apelar del laudo y aun de interponer recurso de casación ?. Así se explica que se acuda rarísima vez al arbitraje jurídico, y como su inutilidad está ya bien demostrada, es indudable que se- rá suprimido al hacerse la reforma de la Ley de Enjuiciamiento que se prepara. En cambio, la amigable composición acrecienta continuamente su prestigio, y ya sea por la lentitud y duración de los procesos, por los excesivos e intolerables gastos que origina el Arancel vi- gente, 0 por esas causas juntas, es notorio que cada día se apartan más los ciudadanos de los Tribunales de Justicia, para someter sus discordias a los amigables componedores. Como éstos pueden ser * Remitido a la REVISTA para su publicación por conducto del Sr. Mario García Kohly, Ministro de Cuba en Madrid. 1 Artículos 804 al 816 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. 2 Artículos 818 y 823 ídem íd. 274 FRANCISCO LASTRES designados con absoluta libertad *, es posible poner al lado del ju- risconsulto al ingeniero, al médico, al industrial, al comerciante y hasta el modesto obrero, para que reunidos, sin más norma que los dictados de su conciencia, resuelvan el problema de modo definiti- vo, pues el recurso de casación no prosperará jamás contra el acuer- do, si está contenido dentro del programa y del plazo establecidos en el compromiso ?. Las dimensiones que debe tener este artículo no permiten dar al tema todo el desarrollo que merece, por lo que, a manera de ín- dice, trataremos de alguno de los aspectos relacionados con el mis- mo, empezando por fijar el carácter jurídico del compromiso ar- bitral, asunto de actualidad, pues la sentencia del Tribunal Su- premo de 10 de Noviembre último ha dado motivo a acaloradas dis- cusiones entre los profesionales y a un interesante trabajo del dis- tinguido Abogado Sr. Rodríguez ?. Algunos opinan y hasta el Tribunal Supremo, de modo indirec- to, ha declarado que el arbitraje constituye mandato *, deduciendo de tal premisa las naturales consecuencias. Respetando como es debido el criterio, sentimos no compartirlo, porque si ese concepto jurídico fuese exacto, habría que admitir que la elección de árbi- tros o amigables componedores es revocable, y nadie se ha atrevido a sostenerla; como tampoco que los jueces avenidores estén obli- gados a dar cuenta de sus gestiones, derecho aquel y deber este incorporado a todo mandato, según los artículos 1720 y 1733 del Có- digo Civil. La manera de designar los árbitros entre nosotros, comparada con lo que ocurre en el extranjero, nos ofece un apoyo más para la tesis sustentada. En la mayor parte de las naciones de Europa cada interesado elige su árbitro y con él mantiene directamente, sin intervención de su consorte, relaciones de verdadero mandato hasta el final del asunto. Si los designados no logran resolver el pro- blema, queda planteada la divergencia, y entonces es cuando se apura el tercero, que alennas veces lo nombran los mismos árbitros y otras el juez requerido para el caso. Así ocurría también en Es- paña hasta 1855, y la mudanza que sufrió el sistema para llegar a lo vigente, demuestra que el legislador quiso alejar la sombra o sos- 1 Artículos 827 ídem íd. 2 Artículos 836 y 1691 ídem íd. 3 Cuestiones prácticas. Amigables componedores, por D. Antonio Gabriel Rodríguez. Revista de Derecho privado, número 29, fecha 15 Febrero 1916. 4 Sentencias de 12 Junio 1893 y 22 Diciembre 1908. ARBITROS Y AMIGABLES COMPONEDORES 275 pecha del mandato, pues aun cuando en los preliminares del arbi- traje es evidente que cada interesado tendrá uno o dos candidatos de su confianza y predilección, eso, que es lo individual, queda disuelto y fundido al firmar la escritura de compromiso, mediante la cual los árbitros son nombrados por todos a la vez y en un solo acto *, Desde ese momento, nadie puede personalizar la elección, y como los designados reciben el encargo de todos los contendientes a la vez, en conjunto y sin ninguna diferencia, es imposible la re- vocación individual. En cambio, pueden ser recusados como todo juez sospechoso de parcialidad. El argumento decisivo contra la teoría del mandato, está con- tenido en el artículo 1719 del Código Civil que obliga al mandata- rio a seguir las instrucciones del mandante, procediendo a falta de ellas como lo haría un buen padre de familia, según la naturaleza del negocio. El árbitre español, ni puede ni debe recibir órdenes ni instrucciones de inexcusable cumplimiento, ni serían posibles, porque las de unos interesados pugnarían necesariamente con las de los demás. El árbitro y el amigable componedor, fallan con arre- glo a derecho o según su leal saber y entender, sin preocuparse del desagrado que la resolución origine, pudiendo darse el caso de que el laudo sea adverso, en parte, o en absoluto, al deseo y aspiraciones de algunos o de todos los contendientes, por donde resultaría la enormidad de que esos supuestos mandatarios habrían sido im- punemente traidores a sus mandantes, concepto absurdo e intolera- ble dentro del recto sentido de la función arbitral. Mucho de lo expuesto se podría invocar para combatir la afir- mación de que el arbitraje es arrendamiento de servicio. Los que tal opinan, no se han fijado en que los arts. 1583 al 1587 del Códi- go Civil están escritos para cosas mecánicas, manuales y muy sub- alternas, entre las que no es posible comprender el compromiso me- diante el cual uno, tres o cinco ciudadanos que merecen confianza por su honradez y capacidad, quedan elevados a la dignidad de Jueces, atribuyéndoles la función más alta que cabe dentro del or- ganismo social. Tampoco se comprende cómo ha ocurrido a algunos incluir el arbitraje entre los contratos innominados, cuando tiene su caracte- rística bien definida, que arranca del texto expreso de la ley civil, con su desarrollo en la procesal. El compromiso no cabe duda que es un contrato consensual, bilateral y oneroso, por el que dos o más 1 Artículos 791, 793 y 828 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. 276 FRANCISCO LASTRES personas se obligan a someter sus diferencias a lo que otras resuel- van y a cumplir lo que decidan. Este es el verdadero carácter del vínculo que examinamos, y afecta por igual a los que dan el encargo y a los que lo aceptan *. No hace falta injertarlo violentamente en otra modali- dad contractual para defender la ¿justicia de la recompensa, porque nadie duda que a la función avenidora alcanza el principio inconeuso de que todo trabajo ajeno es esencial- mente lucrativo, sea cual fuere su naturaleza jurídica, en tanto no establezcan lo contrario la ley o el pacto, como tiene declarado el Tribunal Supremo 2. Reconocemos que en la actua- lidad procesal sólo por el juicio ordinario pueden los árbitros o amigables componedores exigir su retribución, por lo que es de esperar que en la anunciada reforma de la Ley de Enjuiciamiento se establezca un procedimiento rápido, parecido al de la cuenta jurada. Podría otorgarse sin violencia ni peligro, puesto que el laudo ha de constar siempre en un documento público, que será bastante para demostrar el trabajo rendido, sin atrevernos a soste- ner el establecimiento de la solidaridad para el pago, porque nos parece más justo, que la carga la soporten proporcionalmente to- dos los que se han aprovechado del beneficio. : Otros puntos nos proponemos tratar relacionados con la ami- gable composición, teniendo en cuenta recientes sentencias del Tri- bunal Supremo, y para no hacer demasiado extenso este artículo, continuaremos la labor en un número próximo. II En el artículo anterior expresamos nuestra opinión contraria a que el arbitraje se considere mandato o arrendamiento de servicio, afirmando que el compromiso es un contrato independiente, espe- cial, con caracteres propios que da origen a acciones recíprocamen- te utilizables no sólo entre los que pactan someter sus diferencias a la resolución de terceros, sino también entre los que dan y aceptan el encargo. No puede ser de otro modo, porque desde el momento en que dos o más personas libres y capaces se ponen de acuerdo para dar o hacer aleuna cosa lícita, surge indefectiblemente el 1 Arts. 796 y 828 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. 2 Así lo ha dicho y con estas mismas palabras, la segunda sentencia de casación, fecha 10 de Noviembre de 1915. ARBITROS Y AMIGABLES COMPONEDORES 277 contrato, según el art. 1254 del Código Civil con todas sus deriva- ciones y consecuencias. Hemos demostrado también la legitimidad de la retribución para los avenidores, por el principio inconeuso de que toda labor en provecho ajeno merece recompensa. Sólo hemos rechazado la idea de la solidaridad en el pago, por los motivos ya expuestos, a los cuales agregamos ahora que su establecimiento podría conducir a la enormidad de que abonase íntegramente los gastos, quizás sin esperanza de reintegro, el más perjudicado por el acuer- do, verdadero sarcasmo que no puede encontrar apoyo en la justi- cia ni en la equidad. Como son tan evidentes las ventajas de la amigable composi- ción, no es de extrañar que el Tribunal Supremo, inspirándose en la conveniencia general y en el público interés, facilite su funciona- miento. Movidas por tan alto sentido podríamos señalar varias sentencias; pero ninguna de las dictadas hasta ahora ha sido tan ca- tegórica como la de 10 de Diciembre de 1912. En ella se establece la doctrina de que es eficaz y obligatorio el laudo pronunciado por personas a quienes los interesados sometieron sus diferencias, aun cuando el compromiso no se hiciera constar en escritura pública, ni se hubiesen cumplido los demás requisitos exigidos por la ley procesal. Quizá se diga que la resolución recayó respecto a un laudo pronunciado en Hamburgo, plaza extranjera donde no era posible observar la ritualidad española; mas quien tal pensara incurriría en evidente error, porque la sentencia que examinamos no tuvo en cuenta ningún aspecto internacional del problema, sino sencillamente el deseo de dar amparo a la formalidad contractual, que impone el deber inexcusable de cumplir lo pactado, cualquiera que sea la forma en que conste el concierto de voluntades, sin que por ello se entiendan infringidos los artículos de la Ley de Enjui- ciamiento civil, cuyos textos respeta siempre el primer Tribunal de la Nación, y demostrarlo nos proponemos, mediante muy poco esfuerzo, bastando para prevenir equivocaciones, señalar las dife- rencias que existen entre acuerdos que parecen contradictorios. Los laudos dictados conforme a los arts. 1820 y 1821 del Códi- go Civil y los aplicables de la Ley de Enjuiciamiento, son verda- deros fallos, con tal fuerza de cosa juzgada, que su ejecución se ajusta a los trámites de las demás sentencias, mediante la autori- dad requerida del Juez de primera instancia. En cambio, los laudos pronunciados separándose de las formas preseriptas por el Códi- 278 FRANCISCO LASTRES go Procesal, no tienen carácter de fallos, ni pueden ser cumplidos como sentencias. El documento en que conste lo resuelto, no será una ejecutoria, pero sí un título solemne y suficiente para pedir con éxito, que se obtendrá mediante el juicio ordinario y es posible que alguna vez por el ejecutivo. Dicho esto, sólo nos resta recordar que de un juicio plenario, encaminado al cumplimiento del laudo de Hamburgo, procede el recurso de casación resuelto, por la sen- tencia de 10 de Diciembre de 1912, Teniendo en cuenta las radicales diferencias señaladas y apli- cando el art. 2177 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que excusa la escritura compromisaria, se ha podido dar eficacia entre nosotros al pacto de someter un asunto español a amigables componedores de Marsella *, y hacer efectivo lo que resolvieron, sin obtener el exe- quatur ?, porque no se trataba de ningún fallo extranjero, sino de cumplir lo convenido que es obligatorio siempre, con independencia de la forma y del lugar. Cuanto va dicho conduce a examinar el problema interesantísi- mo de si los amigables componedores que actúan conformándose a la ley de Enjuiciamiento Civil, ejercen jurisdicción. A primera vis- ta parece que sí, puesto que fallan y sus acuerdos son verdaderas sentencias, mereciendo tal respeto la función, que los Tribunales ordinarios pueden y deben declinar su competencia siempre que se les demuestre que están conociendo de un asunto expresamente so- metido a compromiso ?, Para resolver el problema, importa recordar que la jurisdicción no es completa sino cuando el que falla tiene facultad y medios para hacer cumplir la sentencia, elementos negados a les avenidores, pues su misión termina en cuanto firman el laudo, correspondiendo a los litigantes gestionar su cumplimiento, para lo cual necesitan acudir al juez de primera instancia * Como los amigables compo- nedores no ejercen con jurisdicción, según se ha visto, pueden ser nombrados los extranjeros *, que en otro caso tendrían necesaria- mente que quedar excluído conforme al art. 2.” de la Constitución de la Monarquía, y el 27 del Código Civil. Después de las modestas indicaciones teóricas o doctrinales que preceden, deseamos terminar el trabajo con una de carácter práe- Sentencias de 25 de Febrero de 1902 y 10 de Diciembre de 1906. Sentencia de 1.2 de Abril de 1911, Sentencia de 3 de Enero de 1914, Artículo 838 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Sentencia de 29 de Enero de 1912. Da wn ARBITROS Y AMIGABLES COMPONEDORES 279 tico, que nos ha sugerido la experiencia profesional. El primitivo Código de Comercio prevenía que toda diferencia entre los socios fuera decidida por Jueces árbitros, hubiérase o no estipulado en el contrato social, * y aun cuando el arbitraje forzoso ha des- aparecido de la ley vigente, son muchos los notarios que inelu- yen la amigable composición en la eseritura social, por estimarla muy beneficiosa, y, sin embargo, en la práctica ocurre todo lo con- trario. Es cierto que el art. 2177 de la Ley de Enjuiciamiento Civil establece reglas para dar rapidez a la amigable composición en negocios de comercio, y también es exacto que la resistencia de un interesado a nombrar los avenidores no convierte en conten- cioso el expediente ?, pero, si pone la obligación en tela de juicio ?, no hay más remedio que resolver el conflicto mediante el proce- dimiento ordinario, y nada más fácil para quien conozca y quiera aprovechar argucias curialescas. De todos modos, con razón o sin ella, puede el asunto llegar hasta el Tribunal Supremo, con gastos de importancia, y lo que es peor, con pérdida de un tiempo pre- cioso que puede ser de muchos meses. Por el contrario, si sospechando la actitud del litigante se plan- tease la reclamación ante los Tribunales ordinarios, también podría intentar la declinatoria, alegando que el asunto de que se trata es de los reservados a los amigables componedores, según el pacto social, y por tal medio, empleando táctica inversa de la anterior, lograría producir dilaciones, que en el comercio causan siempre daño y a veces irreparables perjuicios. Por lo referido, que en más de una ocasión hemos visto prac- ticado por litigantes temerarios, abroquelados en el beneficio de po- breza, nos parece lo más prudente que en ninguna escritura social se consigne el pacto de amigable composición. Sin hacerlo obliga- torio, es seguro que los socios dignos y honrados aprovecharán la libertad para promover laudos que pongan término a sus diferen- cias o requerir la útil intervención de las Cámaras de Comercio 4, sin verse expuestos, por el rigor del pacto, a los graves riesgos de la mala fe que ligeramente hemos indicado. 1 Artículo 323 del Código de Comercio de 1829. 2 Sentencias de 25 de Abril de 1896, 10 de Febrero de 1899 y 18 de Marzo del mismo año. 3 Sentencia de 18 de Marzo de 1899. 4 La base tercera de la Ley de 29 de Junio de 1911, el art. 9.” del Reglamento de 29 de Diciembre, reconocen a las Cámaras de Comercio e In- dustria, el derecho de intervenir como amigables componedores en las difi- cultades que se susciten entre los elementos cuyos intereses representan, SÍNTESIS ESTADÍSTICA DE LA POBLACIÓN DE CUBA ! POR EL DR. FERNANDO ORTIZ Profesor Auxiliar de la Facultad de Derecho Mis aficiones a los estudios de la etnografía de los afro-cubanos, me ha hecho rebuscar datos acerca de la masa numérica de pobla- ción negra que según las épocas ha contado Cuba. Y he llegado a la convicción de que, pese a los datos oficiales de los censos, no po- drá llegarse a contar con una base segura en este orden de inves- tigaciones. No obstante, creo haber concretado un cáleulo bastante aproximado y completo, dada la deficiencia de nuestras estadísticas demográficas coloniales y republicanas. Así, he formado el cuadro siguiente, en el que podrá estudiarse la importancia numérica de la población de color en Cuba, y la conveniencia, la necesidad diría, de su intenso y constante estudio. Desde el año 1517 en que el rey Carlos I de España expidió la primera licencia para la introducción de esclavos negros en las Antillas 2, hasta el año 1880, época en que la esclavitud fué defini- tivamente prohibida, miles y miles de negros fueron arrebatados a su país natal para regar con su sudor el suelo cubano y levan- tar con su fuerza hercúlea y numérica las fortunas que un tiem- po fueron envidia de otros países y cebos de tantos inmigrantes blancos. ?* Antes de que la libertad fuese concedida a todos los ne- gros éstos constituían ya un sedimento notable en nuestra civili- zación, y ahora es y seguirá siendo el factor negro de trascendencia social no escasa. Basta para hacerse cargo de la importancia de tal componente étnico, observar el siguiente cuadro de la proporción entre las poblaciones blanca y de color en diferentes épocas. * 1. Datos del libro en prensa Los Negros Esclavos. 2 La Sagra. Historia Física, Política y Natural de la Isla de Cuba. París, 1842, Tomo I, pág. 32, nota. 3 Se calcula que el número de esclavos importados en Cuba se aproxima a un millón. J. Cooper (Un Continent Perdu. París, 1876, pág. 76), hace as- cender la importación de esclavos después de los primeros tratados prohibitivos a 1.200,000. 4 Téngase en cuenta que en algunos censos españoles se incurrió en la vulgaridad de incluir en el epígrafe habitantes blancos a los chinos y yucate- SINTESIS ESTADISTICA DE LA POBLACION DE CUBA 281 Las cifras de este cuadro proceden de fuentes diversas * y no todas, aun cuando oficiales, dignas de crédito; pero un cálculo más seguro es imposible. Podemos sintetizar el cuadro referido exponiendo el percentaje de los varios elementos étnicos de nuestra población en las princi- pales fechas. ¡EA NI 62.5 VA AO a 51.5 620: .... e 6.6 SIA Ad. 52.2 er. AS 43.8 SO arts La 47.8 UE PA E AA 43.6 160 ct DIO 48.4 ibi... LON aii 34.5 SO sto O E 43.2 11 AIN to 313) LANE A 44.6 MO E O 55.8 PSA OU: 32.2 830... ... e 56 ISS o ON 32.4 Sta... AM e 58.5 ISO: TS 32.1 MEA. ATA 52.6 LOTA (AA E 29.7 Estos datos son ya bien elocuentes; pero véanse para mayor comprensión los del cuadro que sigue: cos. En las cifras del año 1899 también los incluyo para los efectos de la comparación. El resultado final, sin embargo, apenas se alteraría si tal error no se hubiese cometido. 1 Las cifras de este cuadro pertenecen: de 1768-1879 inclusive (excep- to las de 1872) al trabajo publicado por el Sr. Antonio López Prieto en el Boletín Oficial de Hacienda y de Estadística de la Isla de Cuba. (Habana, Enero 15-30 de 1882, año II, p. 40); las de los años 1887, 1899 y 1907 a los respectivos censos de población. Las cifras de los años citados han sido compiladas por el Anuario Esta- dístico de la República de Cuba, 1914, de Orestes Ferrara. Habana, 1915, págs. 8 y 9.) Las cifras de 1532 están tomadas de la Colección de documentos inéditos de Ultramar. (Vol. IV, pág. 252.) En esa fecha había también en Cuba unos 5,000 indios. Las cifras de 1620 las copio de J. A. Saco (Historia de la esclavitud de la raza africana, ete., Vol. 1, pág. 261) quien a su vez las obtuvo de la Relación del Obispo Almendares. Las de 1872 las tomo de R. M. de Labra (La abolición de la esclavitud en el orden económico. Madrid, 1873, pág. 251.) Se notan algunas discrepancias entre los datos de López Prieto y otros autores; pero ellas no alteran en rigor, de un modo serio, los cáleulos pro- porcionales. Se debe además tener en cuenta que siempre los amos tuvieron tenden- cias a ocultar el verdadero número de sus esclavos, para evitarse las consi- guientes gabelas y para disimular más la trata clandestina. De modo que las cifras de los negros han debido ser algo mayores en aquella época, que las registradas en los censos. 282 BLANCOS Años| Varones 1792 | 72,299 1804 | 130,000 1810 | 150,000 1817 | 149,725 1819 | 131420 1825 | 175.000 1827 | 168,653 1830 | 178'423 1841 | 227'144 1846 | 230.985 1849 | 245695 1850 | 262'350 1852 | 279420 1855 | 286,079 1857 | 301,328 1859 | 328,065 1860 | 343,953 1862 | 468,107 1867 | 491,512 1869 | 423,604 1874 | 472,612 1877 | 576,272 1879 | 529,642 1887 | 507,187 1899 | 577,807 1907 | 771,611 FERNANDO ORTIZ Cuadro de los principales censos de la Total Hembras | de blancos 47,925 40,864 38,190 61,254 104,000 124.000 126,964 108,410 150,000 142 398 153.929 191 147 194 784 211,438 217,140 213,459 212,673 258,833 261,712 288,844 325,877 341,645 373,992 .oo.o.os 386,903 396,095 495,702 479,447 656,565 300 6,976 109,415 96,440 96,610 133,553 234000 274,000 276.689 239,830 325,000 311,051 418,291 425,769 457,133 479,490 492,879 498,752 560,161 589,777 632,797 793,484 833,157 797,596 764,750 856,177 963,175 925,737 1.102,889 1.067,254 1.428,176 DE COLOR LIBRES Varones ....... 16,152 15,985 26,989 32,000 60,000 70,044 62,000 63,009 51,962 59,450 75,703 72,651 79,623 84,108 86,320 96,210 88,364 84,421 91,942 113,476 121,708 116,402 128,853 141,800 275,413 237,398 303,271 Hembras 122,303 143,625 146,027 253,385 268,145 317,533 1 El Informe sobre el censo de 1899 (pág. 103) da cifras diferentes. 2 También dicho informe se equivoca en este año. Total as ea 149,226 164,410 174,733 169,316 185,444 177,824 175,274 189,848 232,433 248,703 238,927 263,420 272,478 287,827 528,798 505.543 620,804 3 En 31 de Diciembre de 1843, Lord Aberdeen escribía a Mr. Bulwer, embajador en Madrid: ““Los esclavos ahora no son menos de 900,000.?”” Esta cifra es sin duda errónea. 4 R. M. de Labra. La abolición de la Esclavitud en el Orden Económico, Madrid, 1873, pág. 251. Labra difiere algún tanto de López Prieto, aunque poco. 5 J. García Arholeya. Manual de la Isla de Cuba. Habana, 1859, pág. 114. 6 H. Piron. L?Ile de Cuba. París, 1889, pág. 312. Piron se equivoca algo. SINTESIS ESTADISTICA DE LA POBLACION DE CUBA 283 población de Cuba desde 1532 a 1907. DE COLOR ESCLAVOS Total Total Varones Hembras Total de color General Años st A Al RS 500 O 1532 a O 500 A: 1620 45,500 27,000 72,000 94,740 204,155 1768 28,771 15,562 44,333 75,180 171,620 1774 32,800 17,540 90,340 79,557 176,167 1787 47,330 37,126 84,456 140,386 373,939 1792 1 75,000 33,000 138,000 198,000 432,000 1804 130,000 87,400 217,400 326,000 600,000 1810 137,115 102,579 239,694 358,915 635,604 1871 135,000 81,203 216,203 313,203 553,033 1819 170,000 120,000 290,000 $90,000 715,000 1825 183,290 103,652 286,942 393,436 704, 487 1827 2 208,120 102,098 310.218 473,343 755,695 1830 281,150 145,245 436,495 589,333 1.007,624 1841 3 201,011 122,748 323,759 472,985 898,754 1846 4 199,177 124,720 323,897 488,307 945,440 18949 4 200,000 122,519 322,519 494,252 973,742 1850 197,425 124,422 321,847 491,163 984,042 1852 222,400 137,589 359,989 545,433 1.044,180 -1855 5 222,355 149,755 372,110 549,934 1.110,095 1857 6 220,999 143,254 864,253 539,527 1.129,304 1859 224,076 152,708 376,784 566,632 1.199,429 1860 6 218,722 151,831 370,553 602,986 1.396,470 1862 7 203,412 141,203 344,615 593,318 1.426,475 1867 217,300 145,989 363,288 602.215 1.399,811 1869 y LN SS RI 615,461 doi 1872 209,432 117,343 326,775 590,195 1.446,372 1874 112, 192 86,902 199,094 471,572 1.434,747 1877 8 89,517 81,570 171,087 458,914 1.384,651 1879 rn A AAA 528,798 1.631,687 1887 so 505,543 1.572,797 1899 053000 SANO EA MO 620,804 2.048,980 1907 9 7 Las cifras de este año las traen Piron y el Informe sobre el Censo de 15899. No obstante, el gran aumento de población blanca que en ellas se nota resulta seguramente de haber incluído en estas cifras entre los blancos a los ehinos, ascendentes a 34,834. Las verdaderas cifras son: Año 1861.—Blancos, 758,650. Por 100, 54.3. Negros, 603,046. Por 100, 43,2, Chinos, 34,834. Por 100, 2.5. Así da los datos dicho Informe, que difiere muy poco de las cifras de López Prieto. 8 También las cifras de los blancos en este año comprenden las de los chinos, que suman 43,811. Las cifras exactas son: Año 1877, Blancos, 980,188. Por 100, 64.9. Negros, 485,897. Por 100, 32.2. Chinos, 43,811. Por 100, 2.9. López Prieto difiere también algo del Informe de 1899. 9 Estas cifras, las da el Informe sobre el Censo de 1907, en la tabla de la pág. 206, si bien el texto da otras distintas, aunque aproximadas. ¡Así se han hecho nuestros cálculos de población en todas épocas! LA ASOCIACION DE IDEAS 1 POR LA SRTA. ESTHER FERNÁNDEZ Y FERNÁNDEZ Doctora en Pedagogía (Continuación.) Aquellos que buscan la causa de la asociación en la relación de los objetos nos despiertan una duda alimentada por la imposibi- lidad de que dicha relación explique la asociación. La experiencia nos dice que muchas veces no hay relación entre los objetos y no obstante, se relacionan mutuamente. Otros autores consideran que a un conjunto de sensaciones se unen siempre las propiedades del espacio que resultan de las relaciones en que se hallaban cuando la percibimos por primera vez y que tales propiedades son reprodu- cidas por nosotros. Son ellos los que toman como único principio explicativo, la ley de contigúidad. Claparede dice que el fin del problema no lo comprenden todos de la misma manera, pues mientras unos han pensado que la ley de asociación debe ser la de un mecanismo, otros piensan que debe expresar las condiciones extrínsecas (de tiempo y espacio) cuya realización es necesaria para que la asociación nazca. Y Bourdon agrega que las diferencias de dectrinas mencionadas, no tienen la importancia que parecen presentar para algunos, pues dichas divergencias consisten más bien en modos diversos de ex- poner los mismos fenómenos, que en contradicciones de importan- cia. Si queremos librar nuestro trabajo de dichas confusiones lo me- jor será exponer desde ahora que nuestro fin primordial consiste en resolver el problema atendiendo a la conexión entre los pensa- mientos que es lo que debemos considerar como «l verdadero acto de la asociación. Surge en seguida la necesidad de encontrar la causa de dichas conexiones y ellas pueden encontrarse en los procesos fisiológicos que acompañan el pensamiento, como queda indicado ya al princi- pio de este trabajo. Y para mayor claridad de la tesis estudiaremos todos aquellos 1 Véase el Vol. XXIT, núm. 2, pág. 258. LA ASOCIACION DE IDEAS 285 estados de conciencia que contribuyen a la conexión de ideas e ire- mos tan lejos como lejos pudieran encontrarse dichos primeros es- tados. Pues bien, en esas sensaciones que recibimos desde los prime- ros instantes de muestra vida es donde vamos a encontrar el pri- mer proceso de la asociación, o lo que es lo mismo, los elementos necesarios para que se lleve a cabo. Más tarde, la percepción funde las sensaciones con un cortejo de imágenes y es la encargada de dejar en la conciencia una huella que más tarde servirá para reconocer y clasificar los objetos que con posterioridad nos sean presentados. Y la percepción, sin la cual sería imposible considerar el poder de asociar, evocar y reproducir tiene imperiosa necesidad de esas impresiones que modifican el sujeto. Ya vemos aquí la relación que se establece entre la memoria y la asociación y en verdad que ambos procesos mentales marchan al unísono, no puede existir el uno sin el otro y en muchos puntos lle- gan a confundirse. Rabier, llega a decir que la evocación y asocia- ción es una misma cosa. : Otros autores, acercándose más a la verdad, están conformes en considerar como doble el concepto de la asociación y dicen: ““Es el enlace entre dos ideas y el poder de evocar que tiene la una sobre la otra?”. Por medio de la percepción las sensaciones revisten las formas de representaciones en el espacio y en el tiempo. La apercepción, según opinión de algunos autores y de la cual nos ocuparemos más adelante, establece comparaciones de seme- janza y diferencia hasta llegar a considerar al objeto como perte- neciendo a tal o cual clase, para lo cual se vale de representaciones que ya el sujeto posee de antemano. VI CREACIÓN DE LA ASOCIACIÓN Conocidos estos distintos factores o etapas de un proceso men- tal, así como sus caracteres diferenciales, podemos decir ya con Ziehen que la asociación de ideas trabaja con dos elementos: de fuera recibe las sensaciones y en la corteza cerebral están a su disposición imágenes nemónicas latentes de sensaciones anterio- 286 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ res que ella constantemente eleva sobre el umbral de nuestra con 'ciencia y asocia a las sensaciones. Podríamos establecer una regla y decir que la asociación es el principio de conexión entre ideas, es decir, se agrupan las ideas y estados de conciencia que más tarde tienden a reproducirse en el orden en que por vez primera se sucedieron, mediante las im- presiones venidas de lo objetivo. Tratemos de aclarar dicho fe- nómeno. Un estímulo cualquiera, el que nos produce el vuelo de un globo dirigible se propaga a lo largo de la vía nerviosa y finalmen- te se resuelve en una excitación en la corteza cerebral. Ya exis- te en esto algo psíquico: la sensación. Resulta que allí encuentra ciertas huellas o imágenes latentes que han dejado la pintura de un globo de la misma clase y la de un aeroplano. Entonces se produce una asociación entre la sensación del glo- bo dirigible y la imagen o disposición latente del aeroplano y de ella resulta una representación clara, es decir, se establece un estí- mulo que corresponde a las celulas recordatorias. De aquí que, aleunos autores, al explicar la reproducción di- san, que en la percepción el estímulo obra en la periferia, la co- rriente va de allí a buscar la zona sensible y en el caso de repre- sentación, el estímulo obra en el centro de evocación, que lo com- ponen las células recordatorias la corriente parte de él y hace vi- brar los centros que producen las imágenes. Este estímulo de la cédula recordatoria no existía antes; pe- ro sí una disposición, una huella que había quedado debido a sensa- ciones visuales anteriores. A esta disposición o huella no corres- pondía nada psíquico, era tan sólo una imagen latente que había quedado allí sin caracteres conscientes; pero que, mediante la aso- ciación de ideas, mediante la aparición de una nueva sensación, se han conexionado y se forma un correlativo psíquico que viene a ser una clara representación del aeroplano. De esta misma manera siguen enlazándose constantemente otras muchas representaciones y continuamente se elevan imágnes ne- mónicas latentes sobre el umbral psíquico. Ahora deberíamos estudiar el mecanismo de dichas conexiones; pero aún queda que agregar algo más respecto a la creación de la asociación de ideas. Puede ella efectuarse entre elementos dados por las impresiones LA ASOCIACION DE IDEAS 287 externas presentes, así como también entre elementos presentes de origen periférico y elementos reproducidos de origen central. A estas últimas corresponden las conexiones estudiadas ya, y aún nos falta conocer aquellos en que se realiza gracias a elementos de im- presiones externas presentes. Las relaciones de espacio comprenden la asociación entre ele- mentos dados por las impresiones externas presentes. Sin embargo, con razón dice Claparéde que no podemos consi- derar una razón puramente objetiva, ni una razón puramente sub- jetiva que explique la creación de la asociación. Ambas razones se prestan decidida cooperación y a ello prestaremos la atención en nuestras ulteriores experiencias. Hemos visto que las representaciones son el resultado de una asociación de algunos elementos simples, de suerte que la más rudimental relación de tiempo que se establece entre dos sensa- ciones es una asociación. Esta relación de tiempo es la única que pertenece a la vez al mundo exterior y al de la conciencia. Por eso decíamos al principio, que la doctrina de Malebranche encerraba muy buenas ideas, pues decía él que la causa del en- lace de las huellas, que las impresiones habían dejado en la mate- ria cerebral, es la identidad del tiempo a las cuales se les ha im- preso. Esta identidad de tiempo comprende la simultaneidad que desde ahora consideramos como la condición necesariá para la crea- ción de la asociación. James dice “que la ley de simultaneidad es la base necesaria de todos los razonamientos subsiguientes en el mecanismo de las ideas”? y Claparede agrega: “Dos hechos de conciencia simultá- neos tienden a asociarse””. En efecto, una simple auto-observación nos dice que reproduci- mos asociados todos aquellos estados de conciencia que han ceo- existido alguna vez. Los principios de esta simultaneidad parten del mundo objeti- vo que constantemente está impresionado nuestro sensorio. Las impresiones externas simultáneas, son grabadas en la con- ciencia en la misma forma y de aquí una conexión tan estrecha en- tre las representaciones que podemos reproducirla en cualquier momento que lo exija un nuevo estímulo. Esta es la explicación más sencilla de las asociaciones entre elementos de impresiones ex- ternas presentes. 288 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ Una serie de experimentos llevados a cabo por Munsterberg de- muestran que la simultaneidad es la única ley que puede explicar conexión de ideas. Sin embargo, no han faltado objeciones a esta ley de simultaneidad y entre las cuales se encuentran los enlaces de los fenómenos en sucesión inmediata y el caso de asociación por semejanza, que dicen ellos, se hace imposible explicar por medio de la simultaneidad. Munsterberg refuta la primera objeción de la manera siguien- te: “Cuando una serie de impresiones sucesivas se asocian sucede que: 1."—O bien no se ha extinguido todavía una impresión en la conciencia cuando aparece la otra y entonces se cae irremediable- mente en el caso de la simultaneidad. 2."—O bien dicha serie es acompañada de una impresión que permanece constante todo el tiempo de su evolución””. He aquí el ejemplo que él pone como resultado de sus experi- mentos: “Una serie de cuadros que se suceden ante mi vista, con- servan sin embargo, algo de constante, a través de esta diversidad; es la sensación—M— LA ASOCIACION DE IDEAS 317 preguntarle al sujeto el valor que para él tiene la actual asocia- ción. La dificultad de la clasificación de las asociaciones está en la imposibilidad de establecerla en términos puramente psicológ1- Cos. Sabido es que los fenómenos psicológicos que han logrado estu- diarse y conocerse con más seguridad son aquellos cuyo estudio se ha fundado en bases fisiológicas. Hemos llegado a la conclusión del paralelismo, a la marcha unísona y constante de ambos fenó- menos y de acuerdo con ello hemos sostenido esta tesis. Sin embargo, en la práctica es casi imposible, con los adelantos de la ciencia, establecer el paralelismo de los fenómenos psíquicos y fisiológicos en la clasificación de las asociaciones. El único que lo ha pretendido ha sido Ziehen, que como sabe- mos, no da un paso sin basar sus explicaciones en la Fisiología, o mejor aún, es un psicólogo que camina paralelamente con la Fisiología. No obstante lo dicho, no considera Ziehen que sus principios y clasificaciones son un postulado; no. El autor expone, que en lo porvenir, pueden ser modificadas y completadas las formas de asociación dadas a conocer por él; pero entiende que la base co- nocida por él será la necesaria para continuar las investigaciones “y que al fin se resolverá el problema atendiendo a las representa- ciones. Reservando al porvenir la probabilidad de establecer una cla- sificación de las formas de la asociación de una manera segura y definitiva, Ziehen expone las que le han sugerido sus experimen- tos. No podemos negar la importancia y ventaja que proporciona al psicólozo y pedagogo el estudio de dichas formas, puesto que “ellas permiten, por medio de estadísticas y comparaciones, estable- cer el tipo individual, y no menos, las diferencias profundas de la actividad mental. Esto es un trabajo muy delicado porque no podemos considerar desde los primeros momentos como tipo individual el hecho de es- tablecer dos o tres asociaciones en jeual forma. Es necesario hacer el experimento en muchos sujetos y repetir- los el mayor número de veces posible. Entonces podemos establecer comparaciones y observar cuál es el mayor número de formas asociativas en cada individuo, cuál 318 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ es la forma predominante, o tendencia en cada uno para establ>- cer la asociación. Dicha tendencia es lo que constituye el tipo psi- cológico. Si damos a una persona la palabra verano, por ejemplo, y la, asocia a la palabra calor, no por ello podemos decir que tiene una tendencia a la subordinación, pues es muy posible que en aquel momento el sujeto hubiera estado infhuenciado por el mucho calor y como tal, no juega aquí ningún papel el tipo individual. Ahora bien, si vemos que tiende a repetir con insistencia y re- gularidad dichas asociaciones subordinadas, entonces es dable lle. gar a conclusiones ciertas y verdaderas. También se hace muy importante y necesaria una clasificación de las asociaciones para la medida de la duración de los fenómenos psíquicos, y no menos para llevar a cabo los experimentos de la velocidad de la asociación, pues ambas cosas respectivamente nos suministran conocimientos sobre el mecanismo de los procesos aso- ciativos y para ellos se hace imprescindible realizarlos con asocia- ciones de la misma forma. Ziehen opina, que los ensayos de división fracasan porque han sido introducidos puntos de vista lógicos que son extraños a la psicología. Sea una cosa, sea la otra, lo que sí podemos decir es que dicha clasificación no es posible basarla en las leyes estudiadas, pues eo- mo si no fuera óbice el hecho de revestir caracteres de esquemas lógicos, la simultaneidad por ejemplo no nos puede dar cuenta del porqué de estas distintas formas, ya que en todas ellas interviene del mismo modo. Ziehen y Neumann estudiaron la parte infantil, como piensa el niño y de aquí sus clasificaciones de la forma asociativa. Ziehen llevó a cabo esto último tomando como punto de partida la mayor o menor complejidad del fenómeno, así como también el grado de valor que encierran las asociaciones, es decir, de las rela- ciones de carácter sustancial que hay entre dos asociaciones. Dividió las asociaciones de acuerdo con esto último, en libres o saltantes y unidas por juicios. Las primeras son aquellas que no están unidas entre sí por ningún juicio, sino que la constituyen palabras o ideas. sueltas. Observó también que esta forma de asociación es muy común en los niños, los cuales muestran una tendencia decisiva por las asociaciones desunidas. LA ASOCIACION DE IDEAS 319 Las asociaciones saltantes tienen su representación más genul- na en la asociación mediata. Muchos han sido los experimentos llevados a cabo con el fin de comprobar esta asociación, y todos ellos han dado resultados muy obseuros. Sin embargo, la experiencia propia nos dice que exis- ten las asociaciones mediatas. Uno de los experimentadores que ha llegado a resultados más ciertos, fué Cordes, el cual dedujo de sus trabajos que la asocia- ción mediata es como la ordinaria, una cadena de dos anillos y no de tres, como equivocadamente se considera; pero que tiene un carácter distintivo, el cual consiste en que lo inducido es un complejo de representaciones de las cuales sólo una parte de ella es observada por el sujeto. Para Ebbinghaus la evocación mediata resulta del concurso de varias asociaciones demasiado débiles cada una para que se ha- ga consciente. Aún podríamos resumir un poco más y decir que es el resultado de la acción de la constelación. Todo ello no pasa de ser más que un juego de palabras. Expondremos aquí una explicación que en- caja mejor a las ideas sostenidas y que contribuye a comprobarla. En las asociaciones mediatas lo que sucede es que un miembro medio está latente, permanece como excitación material y no se tra- “duce a lo psíquico como sucede con los miembros extremos. De otra manera diríamos que el miembro medio sí recibe modificaciones; pero tan imperceptibles que no son aptas para hacerlas plenamente consciente. Una representación—A—, puede evocar una representación —B— ,con la cual apareció simultáneamente, así como una repre- sentación—B—, puede evocar una—C—por la misma razón. ¿Cómo es posible, o cómo puede suceder entonces que—A— evoque a —C—ceon la cual nunca apareció simultáneamente? A primera vista, parece imposible responder a esta pregunta y como tal, destruída la importancia que hemos concedido a la si- multaniedad. Y por el contrario, la única manera de explicar la aso- ciación mediata es recurriendo a la ley de simultaneidad. Supongamos tres representaciones que han aparecido simultá- neamente y que permanecen en estado latente. Es excitada la pri- mera representación y también traducida a lo psíquico. Conforme a la ley de simultaneidad la excitación pasa a la segunda represen- tación; pero ésta en virtud de su débil entonación sentimental o a 320 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ consecuencia de una constelación desfavorable permanece en la región de la subconciencia sin traducirse a lo psíquico, o sea, sin ascender al umbral de la conciencia. Así pues, la excitación pasa sobre la representación segunda y se hace efectiva en la tercera, lo cual es muchas veces debido a la aceleración de las representaciones que ya estudiaremos en su opor- tunidad. No hay que considerar, sin embargo, que la representación me- dia no jugara ningún papel en esta asociación. La representación “media fué comprendida por la excitación que estaba propagándose e influyó en gran manera en el curso ulterior de la misma, así co- mo también experimentó variaciones; pero bien por que dicha re- presentación no le interesara al sujeto, bien por la acción de la constelación, estas variaciones no fueron suficientemente fuertes para convertir la excitación material a lo psíquico, o en otros tér- minos, no fueron suficientemente fuertes para sacar la represen- tación de las regiones de la subconciencia donde las excitaciones son más débiles, para hacerla ascender hasta el umbral de la con- ciencia. Las asociaciones unidas son las que se relacionan por juicios que tienen de común la afirmación hecha y expresada por un ver- bo, como por ejemplo: el niño es estudioso. Esta asociación está caracterizada por el juicio y es la forma más elevada y completa. De aquí se deduce que sean más comu- nes en los adultos que en los niños, para los cuales resulta una forma muy compleja. Claparede agrega con razón, que en muchos casos se formula el juicio y en cambio no tiene el sujeto conciencia de ello; lo ha pronunciado maquinalmente y como tal, no es dable establecer el valor de la conexión. Cabe entonces incluir dichas asociaciones en las de valor ha- bitual, es decir, en aquellas que en el momento de la asociación no tienen el sentimiento de su valor; pero que sí lo tuvieron en otro tiempo. El gran número de imágenes que han pasado a la subconcien- cia y que se han hecho habituales por el ejercicio son las que constituyen dicho valor en esta forma de la asociación que si bien es cierto no tienen gran valor en el presente, lo tuvieron en el pasado. La mayor parte de estos juicios están caracterizados por el LA ASOCIACION DE IDEAS 321 sentimiento de relación, entences cabe muy bien el valor de la asociación. Estos juicios pueden tener completa libertad como hemos consi- derado hasta ahora; pero también puede disponerse la representa- ción del estímulo o inductor de tal manera, que solamente correspon. da a ella otra representación única. Entonces se llaman asociaciones combinadas o determinadas a las cualas llama Claparede ““pre- determinadas””. Las asociaciones unidas por juicios, pueden ser fonéticas o verbales y objetivas según que se trate ya de unas, ya de otras representaciones. En las verbales no se asocian las palabras por su contenido, sino por su sonido o por el ritmo que tienen. La forma objetiva es aquella en que se representa por obje- tos que se han percibido por los sentidos y para los cuales mues- tran gran tendencia los niños porque es más fácil para ellos la objetividad que el verbalismo y muestra que este último es con- trario a la naturaleza infantil. Las asociaciones objetivas se dividen por su naturaleza en in- dividuales puras, individuales generales; generales individuales, generales puras. Se llaman asociaciones individuales puras aquellas en que la idea inductora e inducida son generales. Es tan frecuente en los niños como en los adultos. Las asociaciones individuales generales son aquellas en las cua- les la idea inductora es particular y la inducida, de carácter general. Estas asociaciones son más frecuentes en los adultos que en los niños para quienes es más fácil el paso de lo general a lo particular y más difícil el tránsito de lo particular a lo ge- neral. Asociaciones generales individuales son aquellas en las cuales la idea inductora es de carácter general y la inducida de caráe- ter individual o particular. Son las más fáciles para los niños. Las asociaciones generales puras son aquellas en que lo mis- mo la idea inductora como la inducida son de carácter general. En la misma proporción se encuentran en los niños que en los adultos. Estas. asociaciones pueden ser a su vez de un sólo sentido y entonces se llaman homo-sensoriales, como por ejemplo, las visua- les puras. ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ [do] Y y Cuando entran en ellas la vista, el oído, o más sentidos, reci- ben el nombre de hetero-sensoriales. > Las representaciones complejas de que hemos tratado anterior- mente dan lugar a ciertas asociaciones cuya relación es de carác- ter abstracto por la complejidad que encierran. Desde este punto de vista hace Ziehen una nueva subdivisión, a saber: asociaciones de semejanza, de causa a efecto, de con- dicionante a acondicionada, parcializantes y totalizantes. Se llaman asociaciones por semejanza cuando la inductora su- giere a otra semejante. Las de causa a efecto comprenden aquellas asociaciones eu- ya relación se efectúa entre la causa y el efecto producido por ella misma. El inductor representa la causa y la inducida el efecto. Las asociaciones de condicionante a acondicionada son aque- llas en las cuales expresamos el motivo que nos mueve a realizar o no realizar alguna cosa. Las parcializantes, como su nombre lo indica, son aquellas en que se va del todo a la parte y que ya hemos eonocido en el curso de este estudio cuando llegamos a la conclusión de que una representación compuesta evoca una de sus representaciones par- ciales. Se llaman totalizantes a las asociaciones cuando se va de la parte al todo, o sea, lo inverso de la parcializante y que tampoco es desconocida en este trabajo. Y por último, las relaciones lógicas que caben a casi todas las asociaciones, y que tanta importancia le han concedido mu- chos psicólogos, pueden reducirse a las siguientes: relaciones de sobreordinación, de coordinación y de subordinación. Se llama sobreordenada a una asociación cuando se parte de una idea general y se busca una de las especies que comprende. Son coordinadas aquellas asociaciones en las cuales ambas ideas, o sea, la inductora y la inducida son del mismo género. Y son subordinadas aquellas asociaciones, en las cuales la es- pecie sugiere al género que las comprende. Algunos autores consideran estas relaciones lósicas como po- sibles para estabiecer tipos psicológicos; pero es indiscutible que para llegar a dicha conclusión se harían necesarios unas series de experimentos muy delicados que requieren un grado sumo de atención, pues es sabido que las formas individuales de asocia- ción varían notablemente por los agentes que pueden acompañarla. LA ASOCIACION DE IDEAS 323 En efecto, cuando se realizan los experimentos para descubrir el tipo individual hay que tener en cuenta los agentes que pue- den hacer variar la asociación, tales como la naturaleza del test que se utiliza y que puede favorecerla o serle contraria. No menos el influjo de la fatiga, del hambre y de algunos tóxicos que ejercen una influencia destructora sobre la asocia- ción. Y a más de esos inconvenientes puede agregarse que los fac- tores que acompañan la evocación son los que gobiernan en gran parte el orden de relación y de aquí que no podamos considerar, desde este punto de vista, como tipo individual una relación ló- gica influída por los factores que la dirigen. No es nuestro objeto llerar hasta la psicología individual. Es cierto, que los experimentos que se llevan a cabo para conocer la asociación, pueden llevarnos en gran parte al conocimiento del tipo individual; pero para realizar esos experimentos se hacía necesaria una clasificación de las formas de la asociación y esto último es lo que hemos intentado realizar no econ las pretensiones de que sea definitiva, sino que la hemos presentado como la mejor y más adecuada a las teorías que aquí sustentamos. Las asociaciones pueden presentarse en forma simultánea y en forma sucesiva según que se presenten las ideas al mismo tiem- pe o unas después de otras. Es inútil insistir en explicar cómo la evocación seguirá la misma forma, pues el orden de evocación tiende a ser el mismo que el de la representación, el cual es modificado muchas veces por los factores ya conocidos. Hay que agregar, no obstante, que sólo en la forma podemos considerar la marcha sucesiva porque en lo íntimo, en lo intrínseco, la evocación simultánea implica la «sucesiva. Réstanos decir en este capítulo cómo las asociaciones de rela- ción abstracta son más comunes en los adultos. También están en relación, estas asociaciones, con el grado de inteligencia, por euyo motivo están mejor preparados, para hacer fielmente una asociación de relación abstracta, aquellos niños que tengan una clara y desarrollada inteligencia. Son más fáciles y propias a la niñez las asociaciones parciall- zantes y muy familiares las de causa a efecto. Muestran los niños un gran número, y mucha afición a las asociaciones de condicionantes a acondicionadas. En cambio, en- 324 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ cuentran grandes dificultades en las asociaciones coordinadas y las totalizantes. E XI MÉTODOS Y TÉCNICA DE LOS EXPERIMENTOS El problema de la asociación está aclarado por innumerables experimentos, de los cuales, algunos hemos expuesto en el eurso de este trabajo y que han permitido a sus autores llegar a con- elusiones prácticas. Dichos experimentos y las deducciones fisiológicas, o sea, el paralelismo, es la base que nos ha ayudado a realizar nuestro in- tento. Sin embargo, la psicología fisiológica nos ofrece todavía sobre esto un vasto campo de acción fructífera en especial para el estudio de la educación o pedagogía. Hay que recomendar no obstante, que debe evitarse la pre- cipitada valoración práctica de las investigaciones experimenta- les, de las cuales hay aleunas muy superficiales para la pedago- gía. Los métodos han tenido diversos fines, tales como dar a cono- cer el modo de asociar las ideas y mo menos para descubrir los tipos individuales, de los cuales hace un detenido estudio Tit- chener y al efecto expone los métodos usados por Galton, Krae- pelin, Scord, método de letras cuadradas de Binet, de Cohn, ete. Los métodos que miden la asociación son muy importantes y pueden reducirse a dos, a saber: el controlado y no controlado. Decimos que es controlado cuando se sugiere una idea o pa- labra y se le dice al sujeto del experimento que escriba doce pa- labras que le sugieran aquellas palabras apuntadas. Ahora bien, dicha asociación debe estar sujeta a ciertas con- diciones; tales como que sea de todo a parte, de lo general a lo particular, de género a especie, ete. Con el método no controlado se sugiere también al sujeto una palabra para ave él encuentre doce; pero sin condición aleuna, o sea, que no se sujete a ninguna regla de las formas de la asociación, sino tal como ellas acudan a su mente. Para usar estos métodos se emplean en el laboratorio un ero- noscopio o cronógrafo, o bien un reloj de pausa. Si se usa uno de los dos primeros, también se emplea una llave especial y de un mecanismo muy complicado, la cual da el índice de tiempo que LA ASOCIACION DE IDEAS 320 se ha tardado en hacer la asociación, siendo generalmente de cua- tro décimos de segundo, en los adultos. Como se ve, el objeto principal ha sido aquí conocer la velo- cidad del fenómeno psíquico, o lo que es lo mismo, medir el tiem- po necesario para efectuarse la asociación. Esto último se hace necesario para aclarar el conocimiento y también para poder llegar a las conclusiones pedagógicas. La técnica de los experimentos en esta parte de la psicología es muy rica; pero es el caso que se mide el tiempo de reacción sim- ple, en el cual está comprendido el tiempo de asociación. Sin embargo, por métodos más o menos complicados han pre- tendido los psicólogos de la época, conocer el tiempo neto de aso- elación. Y no es que el conocimiento de la duración del tiempo de los fenómenos psíquicos en sí nos preste tan sólo dicha utili- dad; también dicho estudio permite la comparación de dichas duraciones y con esta se deduce la tendencia individual, y a la vez nos lleva al conocimiento de los efectos del hábito, de la fa- tiga, del mecanismo de su complejidad, ete. Cada vez se hace más complicado el fin que nos proponemos, pues es de pensar que antes de llevar a cabo los experimentos para la medida del tiempo de asociación, se hace necesario sa- ber si los factores que es posible puedan acompañarla, realizan un efecto favorable o destructor. Sólo de esta manera se llegaría a un resultado cierto. El problema principal consiste, pues, en averiguar el tiempo que se sucede entre la presentación y el instante en que se lleve a efecto la evocación a que ha dado lugar dicha representación. Entre los psicólogos recientes, el primero que ha tratado de resolver el problema fué Galton, el cual empleó un aparato muy sencillo y después de llevar a cabo varios experimentos, llegó a la conclusión de que el término medio del tiempo de asociación importa 1|3 de segundo más o menos exactamente. Dichos experi- mentos no están exentos de inexactitud; pero es indudable que ellos encierran bastante mérito con haber sido los iniciadores. Más tarde se han empleado complicados aparatos para fijar exactamente el instante de la acción del estímulo y el instante del movimiento de reacción. Dichos aparatos reciben el nombre de cronoscopios o cronó- grafos; eran muy imperfectos al principio pero han ido mejorándo- se cada vez más y hoy se encuentran algunos que permiten medir '326 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ » el tiempo de reacción, del cual se deduce más tarde el tiempo neto de asociación. Los cronoseopios son relojes cuidadosamente construídos, los cuales presentan diferencia más o menos considerable. De todos ellos el más sencillo y cómodo en su uso lo constitu- ye el contador de segundos o cronómetro de bolsillo, el cual se hace andar o retener con la simple presión que se haga en un bo- tón. Sin embargo, tropieza con el mismo inconveniente que casi todos ellos, o sea, que no permite una determinación del tiempo absoluto de asociación. En el eronoscopio de Munsterberg se marca el tiempo en 1/100 de segundo y es acoplada la varilla que corre en un cuadrante por la vía mecánica. Titchener en su obra titulada Psicología Experimental repro- duce los aparatos destinados a este fin entre los cuales puede verse la descripción gráfica del cronoscopio usado por Munster- berg. También merece citarse el cronoscopio de Hipp y el de Ar- sonval (representados en las figuras cuarenta y uno, cuarenta y cinco y cuarenta seis en el volumen segundo del texto del mismo autor). Ambos aparatos son muy complicados y constan a la vez de otros aparatos accesorios con el fin de obtener la determi- nación de los tiempos absolutos de los procesos. El uso de ellos exige gran atención y cuidado y es propenso a dar resultados falsos cuando no se comprueba su perfecta marcha. El de Hipp es mucho más exacto, debido a la ayuda de dis- positivos electro-magnéticos y a la posibilidad de poderse regu- lar a voluntad por la abertura o cierre de la corriente eléctrica. Pero no es menos cierto que su misma complicación hace más difícil su manejo, a la vez que el tiempo que mide de milésimas de segundo es en extremo reducido cuando las condiciones mis- mas de la experimentación, deduce Claparéde, pueden ocupar más tiempo aún. El eronoscopio o cronómetro de Arsonval, dice Titchener, que es uniforme y portátil aunque no deja de ser complicado. Menos exacto y preciso que el de Hipp, tiene la ventaja de ser más fácil su manejo y de ser mayor la apreciación del tiempo que lo toma en centésimas de segundo, lo cual hace más fácil el análisis. No menos usual y exacto resulta el cronómetro de Wundt (figu- ra cuarenta de la página trescientos treinta y uno del libro de LA ASOCIACION DE IDEAS 327 Titchener) el cual, como su nombre lo indica, se diferencia de los cronoscopios ya citados, en el procedimiento gráfico de que se vale. En efecto, sobre un tambor rotador es marcado directamen- te el instante de la acción excitadora y el instante del movimiento de reacción. Hay que señalar al mismo tiempo, sobre el tambor ro- tador, las vibraciones de un diapasón de determinado número de vibraciones y el cálculo del número de vibraciones registradas entre el momento de la representación y el de la reacción, da por consiguiente el tiempo de asociación. Ahora bien, la representación del inductor puede ser desper- tada por la vía visual y la auditiva. En el primer caso se usa el aparato de excitación óptica de Alber, el cual contiene una serie de tarjetas con palabras y dibujos que hacen el oficio de indue- tores y pueden presentarse con mucha rapidez. Véase la repre- sentación gráfica en Claparéde, página 289.) En el segundo caso puede utilizarse la llave labial de Castell o la de Kraepelin (am- bos pueden verse en las páginas 158 y 327 del texto de Titche- ner). El uso de ella permite que se interrumpa la corriente eléc- trica en el momento de pronunciar la palabra. Trautschold fué el primero que realizó dichos experimentos; pero de distinto modo. El mismo nombraba la palabra y para ob- tener el movimiento se valía del mismo sujeto de experiencia, quien tenía que apretar un botón al mismo tiempo que pronun- ciaba la palabra. De sus experimentos dedujo que el tiempo total de reacción desde que se nombraba la palabra hasta el movimien- to de reacción era regularmente de 9 a 10 décimas de segundo. Estos resultados tienen un gran inconveniente, a saber: El tiempo obtenido de este modo mide la duración de otros varios fenómenos que cl proceso asociativo mismo, como son: el tiempo de reacción simple y el tiempo de percepción de la palabra o representación del estímulo. Así lo comprendió Traustcholdt y por ello trató de obtener el tiempo medio de cada uno de los fe- nómenos, los cuales restaba al tiempo dado por el experimento y la diferencia entre ambas correspondía al tiempo de asociación neta. Ziehen llevó a cabo algunos experimentos que le permitieron de- ducir el tiempo transcurrido entre el movimiento de pronuncia- ción y el de reconocimiento de la palabra o reacción, el cual es igual a 1 o 2/10 de segundo. Pero es el caso que Ziehen y Claparede consideran un mayor 328 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ número de procesos elementales comprendidos entre el estímulo y el movimiento de reacción. El primero toma en consideración cin- co tiempos parciales, y el segundo eleva el número hasta ocho. No examinaremos aquí dichos procesos elementales porque €o- mo no ha podido apreciarse hasta ahora la duración de algunos de ellos, creemos imposible llegar a conclusiones ciertas. La manera más fácil y practicable de conocer el tiempo de la asociación neta consiste en considerar el menor número posi- ble, o sea, tres procesos en el tiempo que transcurre entre el estí- mulo y la reacción. Primero: el de la conducción centrípeta de la excitación des- de el órgano sensorial periférico hasta la corteza cerebral sen- sorial. Segundo: el del proceso de asociación intercentral que tiene lugar entre los elementos de la corteza cerebral, y Tercero: el de la conducción centrífuga desde la región ceor- tical motora hasta el músculo. De estos tres procesos, sólo el segundo, el que más nos ocupa aquí, es el único que va acompañado de un proceso psíquico para- lelo según hemos demostrado ya. De aquí, pues, que conociendo aproximadamente al menos, la duración del primer y tercer proceso por los datos que nos presta la Fisiología, podemos calcular la duración del segundo proceso, de lo que llamamos asociación neta de un modo más o menos apro- ximado. Y después siguen las mismas operaciones de Trauts- choldt, restar a la reacción obtenida los tiempos de los procesos que la acompañan hasta obtener el tiempo de la asociación neta. Estos procedimientos resultan más simplificados. No obstante, sería tarea árdua y difícil querer resolver de manera exacta y definitiva el tiempo neto de la asociación, puesto que está sujeta a grandes diferencias y variaciones y nos funda- mos para decirlo en el hecho de que pueda ser distinta en dis- tintos individuos, así como también varía por la forma y por los factores fisiológicos tales como la edad, fatiga, ete. Hay que agre- gar, sin embargo, que el tiempo de asociación interesa poco en el fondo ya que las duraciones relativas de los fenómenos es lo que hace falta al psicólogo para emitir opiniones, y al pedagogo, para lle- gar a conclusiones prácticas y poder deducir las aplicaciones pe- dagógicas. También Winteler, Meumann y Rusk han hecho experimentos LA ASOCIACION DE IDEAS 329 a este respecto, o lo que es lo mismo, han tratado de medir el tiem- po que transcurre desde el momento de la emisión de la palabra excitante hasta el momento en que el niño abre la boca para pro- nunciar la palabra de reproducción. En dichos experimentos fueron utilizados los procedimientos expuestos; pero es indiscutible que fueron acompañados de obser- vaciones introspectivas que le dieron mayor validez. Winteler medía el tiempo por milésimas de segundo, mien- tras Rusk ha utilizado un reloj que marcaba quintos de segundo. Sea lo que fuere, el hecho es que ese movimiento de experi- mentos más o menos exactos han dado lugar a ciertas conclusio- nes que permiten al pedagogo ensanchar o restringir el campo de acción con respecto al desarrollo de este proceso y no menos pres- ta medios al maestro para que su labor resulte un tanto más fruc- tífera. Ha podido establecerse ya que los tiempos de reproducción en el niño son mucho más largos que en los adultos. Los datos de Rusk no están de acuerdo con esto; pero en realidad de verdad se debe esa diferencia a lo complicado de su método que en al- gunos puntos lo llevaron a establecer determinación equivocada. Meumann está de acuerdo en admitir con Ziehen que son más largos los tiempos de asociación en los niños que en los adultos y agrega que en aquellas asociaciones verbales que tan fáciles son al niño es donde únicamente se aproximan aleo los tiempos em- pleados por los niños y el adulto. Y Winteler llega a decir más, pues él afirma que es asombrosa tal diferencia de tiempo entre niños y adultos y sobre todo, cuan- do se proponen al niño asociaciones difíciles como las de relación. La mejor manera, pues, de estudiar el influjo de la edad con- siste en comparar las reacciones obtenidas en diferentes edades; pero en el mismo individuo y con la misma representación para evitar que una diferencia en esta última pueda ejercer una in- fluencia ya favorable, ya desfavorable al tiempo de asociación. Este último varía también, según hemos dicho anteriormente, con la forma de la asociación. Trautscholdt y Ziehen, opinan que las asociaciones verbales son las más cortas para el niño; pero difieren sus pareceres cuan- do el uno dice que son más fáciles para el niño las asociaciones de todo a parte, mientras el otro, o sea Trautscholdt opina que son más rápidas las de parte a todo. 330 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ . Estas y otras pequeñas diferencias que también existen entre los datos dados por Ziehen, Travtscholdt y Rusk, son más bien defectos de un análisis minucioso de que han querido revestir el asunto. Claparede dice que a cada uno de los datos puede dársele una distinta interpretación. '“Puede decirse que si el todo evoca más lentamente la parte, es porque la idea del todo evoca todas las partes y el espíritu duda antes de elegir, lo cual representa una interferencia de la asociación y ya hemos estudiado su efecto negativo. ”” Puede decirse también, que el todo evoca más pronto la parte porque la imagen de ésta, incluída en la representación del todo, estaba ya subexcitada. Prescindimos aquí de hacer un examen de cada una de las escalas establecidas según la rapidez de la asociación y sólo repro- ducimos la establecida por Ziehen y ratificada por Meumann, ya que ella es la que mayores probabilidades tiene de ser cierta, la que mejor responde a las ideas aquí sostenidas, la única en que, usando las mismas palabras inductoras, ha tenido en cuenta tan sólo la forma para llegar a establecer la escala decreciente de las velocidades medias según la forma asociativa, después de muchos experimentos. He aquí dicha escala. 1.”: Las asociaciones puramente verbales son las más rápidas; 2.2: En este mismo sentido encontramos después aquellas asocia- ciones que pertenecen a un mismo sentido y que no son otras que las homo-sensoriales; 3.: Algo más lentas son las asociaciones parcializadoras, o lo que es lo mismo, aquellas en las cuales se va del todo a las partes; 4.”: Vienen después las asociaciones hetero- sensoriales que son las que afectan distintos sentidos; 5.”: Corres- ponde ahora por el grado de rapidez a las totalizadoras, o sea, las que van de la parte al todo; 6.”: Siguen las asociaciones por sim- ple contigiidad; 7.2: Y, por último, son las más prolongadas y difíciles para el niño las de relación interna, causa a efecto, ete. En síntesis, diremos que las más fáciles, las que necesitan tiem- po más corto, son las verbales. También es fácil comprender que las del mismo sentido no requieran tiempos muy largos por la unidad que guardan. Y es también más fácil al niño pasar del conjunto a la parte que no a la inversa. Esto puede observarse en todos los momentos de la labor escolar. LA ASOCIACION DE IDEAS 331 Las de distinto sentido o hetero-sensoriales, es lógico que lle- ven más tiempo que las homo-sensoriales y las de todo a parte. Ahora bien, ellas necesitan menos tiempo que las de parte a todo. Son las más abstractas para el niño las de relación y de aquí que sean las que recesitan un mayor tiempo asociativo. Y más difícil aún de encontrar en la niñez, son las causales, de las cuales dice Ziehen que no se presentan hasta los once o doce años. Meumann agrega que de los experimentos realizados por él con niños de trece y catorce años, sólo encontró un número de re- producciones de relación en los alumnos del curso superior. Y esto se explica fácilmente, pues ya sabemos que dichas asociacio- nes son el resultado de la idea de conexión causal entre el signi- ficado de la palabra excitante y el de la palabra de reproducción. Aquí como se ve hay algo de abstracción que hace necesario cierto desarrollo de inteligencia para llevarlas a cabo. No mexos varía el tiempo de asociación por el grado de fami- liaridad que tenga para el sujeto ya la representación del ex- citante, ya la asociación misma. También las asociaciones unilateralmente determinadas y de las cuales hemos hecho mención en este trabajo, necesitan un tiem- po mucho más corto de asociación por la relación tan estrecha que guardan los contenidos de las representaciones que se han asociado. También juega un importante papel en el tiempo de las aso- ciaciones el estado afectivo que las acompaña. Si dominan la re- presentación y sensaciones que van acompañadas de sentimientos agradables, se efectúan las asociaciones más rápidamente; pero, si por el contrario, la acompaña un sentimiento desagradable, ejer- ce una influencia retardante sobre la asociación de ideas, lo cual lo comprueban las enfermedades mentales de que nos ocuparemos en su oportunidad. Y por último, en las asociaciones mediatas y saltantes se ace- leran, las ideas se suceden con rapidez; mientras en las asocia- ciones complejas necesitan un mayor tiempo, lo que ha dado lu- gar para que Claparéde diga que el tiempo de asociación crece con el número de los estados interpuestos. 332 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ Xd ; LA ASOCIACIÓN DE IDEAS Y LOS ESTADOS FISIOLÓGICOS De muy esencial influencia para la educación y no menos para conocer el tiempo de asociación, es el ejercicio o práctica, y tam- bién la fatiga. El ejercicio tiene influjo en el tiempo de asociación como en los otros fenómenos psicológicos. Cuando se repiten los experi- mentos de reacción, se observa: primeramente, una progresiva abreviación y después una prolongación creciente del tiempo de reacción. Lo primero es debido al ejercicio y lo segundo, al cansancio. El ejercicio es el que establece la diferenciación de las vías particulares de asociación y la cual aumenta de día en día hasta un máximum determinado. El ejercicio muy continuado trae como consecuencia la fati- ga que consiste precisamente en el gasto de aquellas substancias de cuya composición depende la actividad fisiológica, la cual corre paralela al acto psíquico. Se ha comprobado ya que las células nerviosas fatigadas ofre- cen grandes variaciones, y sin embargo, aún hay quien no se de- cida a reconocer los efectos destructores de la fatiga sobre la aso- ciación, fundándose en el hecho de que el principio parece acele- rar las ideas en lugar de retardarlas. Lo que sucede al principio es que el acopio de las substancias unido a las nuevas materias conducidas por la circulación sanguínea, basta para cubrir el gas- to y por eso una mayor aceleración; pero ello corresponde al ejercicio. Si se prolonga el trabajo psíquico puede observarse que llega a un punto de tiempo en que se ha gastado o se hace lenta la provisión y la circulación sanguínea es incapaz de producir com- pensación suficiente: entonces empieza la fatiga y como resulta- do la prolongación del tiempo de reacción como de cualquier otro fenómeno mental. Los tóxicos también varían el tiempo de asociación y se debe a Kraepelin la iniciativa de dichos experimentos. Aún no se ha llegado a resultados verdaderos; pero sí se ha observado que ciertas materias como el éter y el cloroformo pro- longan primero el tiempo de asociación y luego lo abrevian. LA ASOCIACION DE IDEAS 339 El alcohol, por el contrario, parece abreviarlo al principio, prolongándolo después. El período de abreviación, dice Ziehen, dura 20 o 30 minutos y cuanto mayor es la dosis de alcohol, más rápidamente aparece el segundo período, o sea, el de la prolon- gación del tiempo de reacción. Enfermedades.—No nos proponemos negar la importancia que para el psicólogo pueda tener el conocimiento de las enferme- dades mentales; pero sí decimos que las de la asociación de ideas no han logrado conocerse de manera definitiva. Es cierto que no han faltado autores que se hayan ocupado de dicho estudio y a la vez han hecho experimentos con el fin de dilucidar el problema. Entre ellos se encuentran Sonmer, Feré, ete., que indudablemente han establecido una buena base para se- guir el estudio de los estados patológicos del cerebro que afectan directamente la asociación. Y aunque los resultados expuestos por ellos son aceptables y explícitos aun están lejos de ser completos y definitivos. Los experimentos en esta parte de la patogenia permanecen en em- brión. De las perturbaciones mentales conocidas merecen citarse la me- lancolía, manía y monodeísmo. En el primer caso, en la melancolía se hace notar el predo- minio patológico de sentimientos desagradables e inmotivados. La manía, por el contrario, está caracterizada por el predomi- nio patológico de sentimientos de placer inmotivados. Con respecto al pavel que juegan en el tiempo de asociación di- chas enfermedades reproducimos aquí los resultados que expo- ne Mile. Valitsnara. *“].2 El tiempo de asociación disminuye a medida que se pro- nuncia más la excitación maniática; se aumenta en el estado de demencia paralítica y en la melancolía. ?”” Podemos decir ahora que la asociación de ideas de los melan- cólicos está retardada o inhibida; la de los maniáticos está acele- rada extremadamente. En la manía la tendencia a las ascelaciones por rima es muy conocida así como también se encuentran en los maniáticos aso- ciaciones difíciles de explicar. Y es tan ligero el pensamiento de los maniáticos que a sus reproducciones se les ha llamado “flujo de ideas””. 3391 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ En la melancolía, dice Godfernaux hay retraso gradual del pensamiento por una especie de aglutinación excesiva de las ideas. La enfermedad mental denominada monodeísmo consiste, como su nombre lo indica, en la persistencia constante de una idea en la conciencia, y no es otra cosa que la perseveración. Estas son las enfermedades mentales que afectan el proceso que estudiamos; las demás nos parece obvio sacarlas a relucir. He aquí, casi terminado el estudio que nos hemos propuesto desde un principio, es decir, recopilar de la manera más clara y sencilla y de acuerdo con la Psicología Experimental, los procesos de un fenómeno tan complicado como lo es el de la asociación de ideas. Si no he logrado el fin que buscaba, lo he intentado y luchado por conseguirlo. Ahora nos resta exponer las aplicaciones pedagógicas que este mismo estudio nos sugiera. QT CONCLUSIONES PEDAGÓGICAS Una vez examinada la creación y mecanismo de la asociación así como sus condiciones y tiempo de duración y no menos aque- llos procesos accesorios que contribuyen a completar el conoci- miento de dicho fenómeno mental, réstanos exponer aquí algu- nas de las conclusiones prácticas que se desprenden del mismo estudio. La psicología experimental, abre un ancho horizonte al educa- dor, y promete resolver de manera definitiva los problemas que hasta hoy nos han parecido indisolubles. Y aunque todavía no se han resuelto de un todo, ya que los re- sultados varían de carácter y no pocas veces encierran gran confu- sión; al menos, se han dado gigantescos pasos de avance que han logrado sacar los problemas psicológicos de la obscuridad en que yacían. ñ El problema de asociación ha descansado hasta hace poco, en las leyes que de la misma daban a conocer los psicólogos y co- mo es de explicarse nada práctico llegaba a deducirse. Una serie de experimentos llevados a cabo permitieron, no obs- tante, dar a conocer los caracteres de la asociación en la niñez LA ASOCIACION DE IDEAS 335 y, por tanto, la mejor y más fructífera manera de llevarla a la práctica. Y esas conclusiones son las que nos proponemos examinar en forma de resumen, ya que en el curso de nuestro trabajo hemos tenido oportunidad de conocer muchas de ellas cuando hacíamos el examen de la parte experimental y también de sus resultados. La asociación se desarrolla en el niño desde muy joven, pues así que sus sentidos tienen cierto grado de fijeza aparece este poder y como es natural, son incompletas e individuales. El joven piensa, sí, muchas más ideas individuales que el adulto, pues en este último se encuentran en muy poca propor- ción. En cambio, las ideas abstractas tan familiarizadas con los adultos son muy escasas en los niños y ya hemos dicho que se encuentran en relación con la inteligencia. A pesar de ello, ha podido observarse que cuando el niño se acerca prematuramente al tipo de ideas del adulto, está en rela- ción con una merma de la inteligencia. Esto nos deja demostrado ya que el maestro debe dar la pre- ferencia a las ideas individuales y posponer las de carácter abs- tracto para su oportunidad. En efecto, hasta aquí el papel del educador consistirá en acla- rar y completar las asociaciones incompletas que el niño lleve a la escuela. Representarían un grave corrosivo a la educación la perma- nencia de esas asociaciones incompletas que tanto se notan en los niños. Y después de esto, el papel del maestro consistirá en atender al fundamento pedagógico que dice: ““El niño durante su desen- volvimiento se detiene en las ideas individuales concretas??. De estas últimas debe adquirir el niño un gran acopio sobre las cuales podrá más tarde edificar las ideas abstractas. El método pedagógico debe ser gradual y de aquí que el maes- tro atienda primeramente a lo fácil y sencillo para pasar después a lo difícil y abstracto. Las asociaciones más corrientes y más duraderas en el niño son las que le han despertado mayor interés. Por eso también la necesidad de que la enseñanza se haga lo más interesante posible. Son también en la niñez, las ideas de naturaleza visual las más predominantes, por lo cual a ella se les dará la preferencia 336 ESTHER FERNANDEZ Y FERNANDEZ aunque sin olvidar las ideas de naturaleza auditiva, pues hemos dejado sentado que cuanmto mayor es el número de enlaces, mayor será la fuerza de la asociación. Es también interesante el hecho de que los niños muestran más facilidad y decisión por las asociaciones parcializantes y sub- ordinadas. No contrariemos, pues, el desarrollo sradual del proceso, ello no es pedagógico, por lo cual se irá prestando la atención en el mismo orden que se vayan presentando en los niños. Más tarde, y en relación con la edad se atenderá a las aso- ciaciones de relación, dejando para los últimos tiempos de la vi- da escolar aquellas que encierran grandes dificultades como las de carácter abstracto, de fundamento, ete. También se nota en los niños una decidida tendencia a las asociaciones afectivas, las cuales aprovechará el maestro, cuan- do el asunto que se enseña lo requiera. Los experimentos realizados con el fin de conocer el proceso de la asociación son los que han dado luz con respecto a las asociaciones características en los niños. ] Y de ello se ha podido deducir que generalmente los autores desconocen la naturaleza de la mente infantil y escriben libros llenos de errores pedagógicos debido a que usan asociaciones con- trarias a las que son habituales en el niño. En los libros de texto deben emplearse aquellas asociaciones que estén en relación con el desarrollo de la mente infantil y por lo cual un libro para pe- queños debe tener asociaciones visuales, concretas, parcializantes, subordinadas y afectivas. Las asociaciones muy abstractas no se usarán sino en los libros destinados a cursos superiores. Ahora bien, el maestro debe tener en cuenta cómo las asocia- ciones no son tan propias en los niños como en los adultos. Los tiempos de reproducción en el niño son mucho más largos toda vez que los adultos emplean una octava parte de lo que el niño necesita para el mismo proceso. El maestro debe atender a la característica de la mentalidad infantil, y por tanto, no exigir que los alumnos contesten rápi- damente, sino por el contrario dejarles tiempo suficiente pa- ra pensar, o mejor aún, dejar el tiempo suficiente para que se formen y organicen, lo cual hemos dicho que muchas veces se verifica en las regiones de la subconciencia. LA ASOCIACION DE IDEAS 3397 Las respuestas rápidas no dan otro resultado que ideas sin ilación. Ahora bien, cuanto más años tiene el niño tanto más rá- pida es la asociación. El ejercicio y la repetición favorecen la fuerza del lazo asocia- tivo, según hemos dicho anteriormente y de esto se deduce la ven- taja de los ejercicios de repetición que tanto recomienda Meu- mann, Hay que permitir espontaneidad en las asociaciones del niño, pues se ha demostrado que son más duraderas cuanto más natura- les y espontáneas sean. No menos debe tenerse en cuenta la tenden- cia que los niños tienen a la perseveración. Conocidos los funestos efectos que ella produce a la asociación, resulta indiscutible que hay necesidad de hacerla desaparecer cuando se presente. Otra característica de la mente infantil consiste en una tenden- cia a penetrar dentro de las ideas, o lo que es lo mismo, al fenómeno llamado auto-proyección. Y dicho fenómeno, así como también la fantasía pueden ex- traviar la asociación de ideas; aunque bien es cierto que la activi- dad fantástica dirige la mente infantil cuando ésta se independiza de la actividad imitativo-reproductora. Y por último, las asociaciones falsas producidas ya por efee- to de la sensibilidad, ya por la fantasía, o por el estado de fatiga deben ser corregidas por el profesor. Lo primero se consigue mediante el predominio de la voluntad, y lo segundo, esperando que pase el período de fatiga. BIBLIOGRAFÍA TITCHENER.—A Text Book of Psychology. New York, 1912. WimLiam James.—Psicología. Madrid. ELE RaBIER.—Lecons de Phalosophie.—Psychologie. Paris, 1913. BaLpwIin.—Handbook of Psychology. New York, 1890, BaLpwIN.—Elementos de Psicología. Madrid, 1907. ENRIQUE J. Varona.—Curso de Psicología. Habana 1905. TIrcHeENER.— Elementos de Psicología. Madrid, 1907. TITCHENER.— Experimental Psychology. New York, 1905. CLAPAREDE.—La Asociación de Ideas. Madrid, 1907. Z1iBHEN.—Psicología Fisiológica. Madrid, 1910. Guino VinLa.—La Psicología Contemporánea. Madrid, 1902. Enciclopedia Británica. Revista de Educación—El Proceso Representativo. EXPOSICION CRITICA DE LOS METODOS ACTUALES EN PRACTICA EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFIA ? POR EL DR. RAFAEL FERNÁNDEZ Inspector Pedagógico (Continuación.) Las escuelas cristianas. —Durante los siglos medioevales, la en- señanza cristiana, representada por las escuelas monásticas, esta- ba reducida a las siete artes liberales o sea al trivium y al cuadri- vium que comprendían respectivamente la gramática, la retórica y la dialéctica, y la aritmética, la música, la astronomía y la geo- metría. | La geometría del cuadrivium comprendía también la geografía. En los primeros tiempos de las escuelas monásticas, el conte- nido del trivium y del cuadrivium era extremadamente pobre. Más adelante, con la influencia de los clásicos, recibida por medio de los árabes que lo dieron e ecnocer, fué aumentándose poco a poco el alcance de las materias de las Siete Artes Liberales y por con- secuencia, el de la geometría y la geografía. El método de la enseñanza era el catequístico o de preguntas y respuestas después de haber aprendido la lección. La escasez de textos obligaba al maestro a dictar la lección si- guiente, que después, era memorizaúa. El profesor, al tiempo que leía para el dictado solía hacer las explicaciones que creía oportu- nas para la interpretación del contexto. Los textos generalmente usados, consistían en las enciclopedias de San Agustín, Capella, Boecio, Casiodoro e Isidoro de Sevilla. Después fueron aumentados estos textos con monografías de cada una de las Artes Liberales, escritas por diferentes autores. Edad moderna.—Con la edad moderna, comienza para la geo- grafía, como para los demás conocimientos humanos, una nueva y fecunda era. 1 Véanse los números 1 y 2 del tomo XXII, 1916. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 339 El Renacimiento primero y más adelante los grandes descu- brimientos, sacaron la geografía del atraso en que permaneció du- rante la época medioeval. Pero antes que la disciplina llegase a alcanzar en el campo cien- tífico el lugar que le corresponde, transcurrieron todavía algunos siglos. Con el Renacimiento, la geografía siguió las alternativas del humanismo y del ciceronismo que caracterizaron diversas etapas de aquel gran movimiento cultural. En los primeros tiempos del humanismo, descubierto ya el Nue- vo Mundo, en plena época de renovación geográfica, los que como Erasmo, aconsejaban el estudio de la geografía, no lo hacían porque le dieran valor a su conocimiento como ciencia sino porque en ella, como en los demás estudios ensalzados por el Renacimiento, encon- traban un medio fácil para ¡legar al dominio de la literatura de los autores clásicos. Recomendaban que procurase la comprensión del contenido de los tratados antiguos porque esto constituía un procedimiento muy superior al del aprendizaje de preceptos y reglas, para llegar al dominio de las lenguas griega y latina. Por esta época la geografía se independizó de la geometría, re- cobrando sus fueros como ciencia especial pero su enseñanza no se hacía con arreglo a nuevas teorías sino que se aceptaron las de los textos de Ptolomeo y Estrabón, traducidos al latín e impresos en el siglo XV. En el siglo XVI el espíritu de esos grandes geózrafos, conti- nuó imperando. Las cosmografías de Sebastián Munster y de Pe- dro Apiano, se fundaban en la geografía de Ptolomeo, añadién- doles los descubrimientos hechos recientemente. Pero el crédito de que disfrutaban los autores de la antigiiedad y los estudios que de ellos se hacía con tanto entusiasmo, no eran tan decisivos en el progreso de la ciencia geográfica como fuera de esperarse, porque las tendencias del humanismo, encaminadas a lo- erar que los estudiantes hablasen en el estilo de Cicerón, daban mucha más importancia al ropaje literario de las obras clásicas que su aspecto científico. Por suerte, mientras el humanismo se desenvolvía en la prác- tica y llegaba a la cumbre de sus estrechas miras, no faltaron pre- cursores de la pedagogía nueva que protestaran contra los rumbos 310 RAFAEL FERNANDEZ descarriados del humanismo y abogaran por una enseñanza más útil para la vida humana. Luis Vives, en 1523, recomendaba que se estudiase geografía por los autores antiguos, que eran Jocs únicos entonces seguidos, pero empleando mapas más modernos y estudiando *“en el oriente y en el occidente los hechos realizados por nuestro pueblo””. Para esto último, aconsejaba la lectura de las colecciones de viajes de Pedro Martir de Angleria y de Rafael Volterra. A Vives puede considerársele como el primero de los pedagogos que abogó por la enseñanza moderna de la geografía. Sir Thomas Elliot, en su libro El Ayo (The Governor Book) en 1531 recomendaba el estudio de la geografía como un medio de comprender la historia. Por la misma época (1495-1553), Francisco Rabelais sostuvo un criterio pedagógico francamente moderno en la enseñanza de la geografía, al pedir el empleo de la observación directa. “Que no quede, escribía Gargantúa a Pantagruel, mar ni río, ni fuente cuyos peces no conozcas: todos los árboles, arbustos y frutos de los bosques, todas las hierbas de la tierra”... Miguel Neander (1525-95), pedagogo alemán distinguido, dis- cípulo de Melanchthon, agregó la geografía al curriculum de su Escuela de Latín en field. Entre otros textos, publicó uno de geo- erafía intitulado Orbis Terrae. Este libro contenía una deserip- ción concisa del mundo. Fué bien recibido entre los profesores por- que estaba bien adaptado a las necesidades de la escuela de aquel tiempo. De esa obra se publicaron varias ediciones y su uso, estu- vo muy generalizado hasta fines del siglo XVII. Pero todas estas tentativas del siglo XVI en favor del estudio de la geografía, no pasaban de ser intentos laudables en el terreno de la teoría y tímidos inicios en la práctica de la enseñanza. En cuanto al método que entonces se seguía, puede decirse que era el meteorista; era el que predominaba en la didáctica general de la época. En el siglo XVIII, con el progreso general de la enseñanza, especialmente en su aspecto elemental y popular, la geografía ganó algún terreno. La necesidad de enseñar la geografía fué reconocida franca- mente por los apóstoles del realismo pedagógico, que surgió como una reacción contra el formalismo estrecho del humanismo y co- LOS METODOS EN GEOGRAFIA 341 mo una nueva dirección de la sociedad, hacia una más justa con- cepción de los ideales de la educación. Comenio, el ilustre precursor de la pedagogía de nuestros tiem- pos, establecía en su plan admirable de organización escolar, ex- puesto en su Didáctica Magna, que la geografía había de ““comen- zar en el primer año, cuando el niño comenzara a distinguir su cuna y el seno maternal””. En la escuela vernacular o sea el tipo de escuelas que por en- tonces comenzaba a extenderse, en las que la enseñanza se reali- zaba en la lengua materna, la geografía aumentaría en extensión, y se darían nociones de geografía matemática; ““se enseñaría la forma de la tierra, las mareas de los oceanos, la forma de los ma- res, el curso de los ríos, las principales divisiones de la tierra y los más importantes reinos de Europa y en particular, las ciudades, montañas, ríos y otras formas y accidentes notables del país natal.”” John Locke (1632-1704) en su libro Algunos pensamientos so- bre la educación (1693) se mostró partidario resuelto de la geo- grafía. Aconsejaba el uso de globos y mapas para que el niño *“ob- servara”” en ellos los grandes ríos, promontorios, estrechos, ba- hías y puertos del mundo y para que pueda encontrar antes de los seis años, la latitud y la longitud de cualquier punto del globo. ”"Estas cosas que él aprenderá por la “vista?” y las conservará en la memoria, no es, lo confieso, todo lo que debería saber del globo, pero ya constituirá un buen paso preparatorio que facilitará el conocimiento del resto, cuando su intelecto esté para ello suficien- temente preparado. ?”” Augusto Herman Francke (1663-1727) en su célebre Pedago- gium, en Glaucha, Halle, estableció la geografía en el curriculum de la institución, como estudio independiente. Fué el primero en emplear las excursiones escolares, aunque éstas, no eran exclusivamente geográficas. En las noches claras, hacíase que los alumnos observaran las estrellas. Combinábase la enseñanza de la geografía con la lectura de noticias para localizar en el mapa el lugar de su ocurrencia. En las instrucciones que Francke daba a sus maestros, propo- nía que el estudio de la geografía se comenzase a los seis años pero sin obligar al niño a la lectura del texto, el cual sólo de- bía ser utilizado por el profesor. Los principios pedagógicos aconsejados por Francke para la en- señanza de la geografía, eran los siguientes: (1) Sobre todo, no 312 RAFAEL FERNANDEZ estudiar demasiado y lo que se estudie, aprenderlo bien. (2) De- ben enseñarse primero las divisiones políticas. (3) El alumno aprenderá el nombre de los lugares, los repetirá en series, los señalará en el mapa y el maestro enseñará los nombres latinos y los puntos más interesantes, los de mayor importancia. (4) Después de los límites de los países, los ríos, los distritos y ciudades. (5) Finalmente, lo que corresponde a lo histórico, eclesiástico y fí- sico, puede ser estudiado en una sola hora, así se trate de los rel- nos más extensos. Estos principios pedagógicos de Franeke, se generalizaron en- tonces en las escuelas alemanas. Como se ve, el método aconsejado, distaba mucho del concepto actual de la didáctica de la disciplina y aun del espíritu filosófico de las ideas de Ratich y de Comenio. Daba importancia a la geografía, la introdujo en sus escuelas y ya era un paso definido de avance, pero en cuanto al orden de pre- sentación de la materia, no podía ser más contrario a la naturaleza del niño. Rousseau condenó severamente la memorización de esas series de nombres cuando decía: “Yo afirmo como incontestable, que después de dos años de esfera y cosmografía, no hay niño de diez años que en virtua de las reglas que se le hayan enseñado, sepa ir de Paris a St. Denis. Afirmo asimismo que no hay quien sepa se- guir con un plano sin extraviarse, las vueltas y revueltas del jar- dín de su padre. Esos son los doctores que saben a punto fijo la si- tuación de Pekín, Ispahan, Méjico y todos los lugares de la tierra.?”” En el Pedagogium de Glaucha se usaba un texto excelente de geografía que había sido escrito y publicado en 1693 por Joseph Hiibner. En el libro de Hiúbner se exponía el asunto por cuestiones numeradas, las cuales eran contestadas al pie de cada una, en es- ta forma: 1.—¿ Cuál es la posición de Portugal ? tespecto a Alemania está hacia el oeste y su región, es la más occidental de Europa. Limita por el oeste con el mar Atlántico y por el este, con las provincias españolas. 2.—¿ Cuáles son los ríos de Portugal ? El Duero arriba, el Tajo en el medio y el Guadiana abajo. No trataba de la geografía física ni establecía entre los hechos geográficos las naturales relaciones. Al final estudiaba la geografía matemática, en la que se manifestaba opuesto al sistema de Copér- nico. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 343 No obstante los defectos que presentaba este tratado, era el me- jor de los de su época, y su aparición significó un positivo adelanto en la literatura de la geografía. En el siglo XVII, la enseñanza de la geografía, no hizo progre- so alguno en la escuela elemental, ya que las tentativas por esta- blecerla en los estudios primarios, quedaron reducidas a las inicia- tivas de Francke, introduciéndola en el curriculum de sus ins- tituciones. La influencia de las doctrinas realísticas en educación, sólo se dejó sentir, en lo que se refiere a la geografía, en la enseñanza se- eundaria. En la escuela primaria de algunos estados alemanes co- mo el de Weimar, por efecto de la propaganda de Ratich y Co- menio en favor de los estudios **reales””, las ciencias naturales, fueron admitidas aunque en grado limitadísimo, pero entre éstas no figuró la geografía. El siglo XVIII fué testigo de una verdadera revolución pedagó- gica en el campo de las teorías. Con Rousseau, se manifiesta la tendencia del naturalismo en educación, cuyas teorías inspiraron la obra pedagógica de Base- dow en su Filantropium y la de Pestalozzi. Para la geografía, ese movimiento pedagógico produjo conse cuencias favorables, aunque no de resultados inmediatos. La obser- vación directa entró de lleno a formar parte de la didáctica doctri- naria de la geografía. Basedow decía en su Elementalwert o Libro Elemental destina- do a servir de texto en el Filantropium : “es conveniente comenzar por el eroquis de la alcoba, de la casa, de una ciudad de un país y así hasta llegar al trazado del del continente””. Basedow quería que se ejercitaran todos los sentidos y daba gran importancia a que se emplearan mapas, láminas y productos de las regiones que se pretendía conocer. Basedow construyó dos hemisferios de tales proporciones, que los niños podían andar sobre ellos. Al Elementalwert, agregó un libro de láminas destinado a ilus- trar las materias que se exponían en aquél. Por esta cireunstan- cia, su libro fué llamado el Orbis Pietus del siglo XVIII y resul- tó la primera geografía ilustrada conocida. Entre las láminas figu- raban también aleunos mapas grabados en cobre. A las enseñanzas del texto añadía el maestro la lectura de pe- riódicos, de libros de viajes y las narraciones de viajes imaginarios, todo lo cual, daba interés y vida a la enseñanza. 314 RAFAEL FERNANDEZ Desechó la memorización de las series de nombres y hacía notar las relaciones existentes entre el mediv y las actividades huma- nas, con lo cual señalaba ya uno de los grandes principios del con- cepto moderno de la geografía, y daba así importancia al aspecto antropológico, que más tarde, y mediante los estudios de Ritter, habrían de tener tanta trascendencia para los estudios geográficos. Salzmann, el compañero y continuador de Basedow, en su es- cuela de Schnepfental, consideraba imprescindible el estudio de los factores geográficos del distrito donde residía el niño: montes, valles y ríos, por medio de excursiones, antes de emprender el conocimiento de los países lejanos. ““La recitación, decía, hecha por un niño, acerca de los mon- tes Cárpatos y del gobierno de Francia o el de China, sin tener nociones claras de las condiciones físicas de su provincia, es al- go así como el balido de un cordero o algo peor, porque éste, al menos, no tiene ideas de ninguna clase, mientras que el niño, sí las tiene, pero erróneas, lo cual, es aún más pernicioso.?” Estas ideas de Salzmann, representaban la alborada del Heit- matskunde o sea la geografía del distrito, anunciada ya por Ra- belais y Comenio. El barón Rochow (1734-1805) contribuyó también eficazmen- te a facilitar la entrada de la geografía en la escuela elemental, con su libro El Amigo del Niño. En sus escuelas de Rechahn y Brandemburgo, se dedicaba pre- ferentemente atención al estudio de los principios de la geografía : empleaba el globo para las explicaciones y se destinaban dos ho- ras semanales a lectura de asuntos de índole geográfica. Frederick Geike, director de un seminario de maestros de 3erlín, a fines del siglo XVIII, fué uno de los pedagogos de la época que tuvieron un concepto más exacto del método en geo- grafía. Fué opuesto a que se siguiera en el estudio de la disciplina el orden lógico que atiende al encadenamiento y disposición de la materia en vez de seguir el método que mejor se ajuste a las etapas del desarrollo de las aptitudes infantiles. Herder (1744-1803) consideraba la geografía como estudio lle- no de interés. “Acusar de aridez a la geografía, es como atribuir sequedad al Océano””, decía Herder. Herder estimaba también que la geografía y la historia, son dos estudios inseparables, LOS METODOS EN GEOGRAFIA 345 Fué uno de los primeros que tomaron en consideración el fae- tor interés y por eso quería relacionar la fauna de un país, con su estudio geográfico. ““El camello egipcio, el caballo árabe, el elefante indio y el bisonte americano, son símbolos más interesantes y de permanen- cia más estable que las fronteras políticas, expuestas a sufrir cambios por unas o por otras causas. ”” El primer año de la enseñanza, Herder asociaba el estudio de la geografía al de los animales, plantas, costumbres de los habitan- tes y productos característicos de los continentes. En el segundo, continuaba el mismo estudio pero atendiendo a la geografía po- lítica y especialmente a la de Alemania. En el siglo XIX fué cuando las ideas pedagógicas lentamente elaboradas en las cuatro centurias precedentes, pudieron ser apli- cadas en la práctica, lo mismo en geografía que en las otras ma- terias de enseñanza. En ese siglo desarrolló el insigne Enrique Pestalozzi su tras- cendental sistema pedagógico, iniciado en Neuhof y en Stanza al final del anterior, pero desenvuelto, al menos en lo que importa a la geografía, en Buredorf y en Iverdún, en el siglo XIX. Pestalozzi, inspirado en las ideas de Rousseau, hizo de la geo- grafía, como Basedow y Salzmann, un estudio basado en la obser- vación. Esta idea fundamental, lo condujo naturalmente al cono- cimiento de la geografía del distrito, para lo cual, empleó las ex- cursiones. Entendía Pestalozzi que el estudio de la geografía inmediata, hecho intuitivamente, era absolutamente necesario para poder comprender la geografía de las regiones que están fuera del alcan- ce de la observación del niño. Pero en la práctica, el método de Pestalozzi en geografía, co- mo en otras disciplinas, adoleció de serios defectos. Como en las escuelas de Franeke, los discípulos de las clases de Iverdún, aprendían listas de nombres de ciudades y ríos, orde- nados en series que eran repetidas coralmente. Esta suerte de ejercicios, eran considerados por Pestalozzi co- mo un paso preparatorio de la enseñanza formal de la geografía, que comenzaba por el estudio de los puntos cardinales y las posi- ciones relativas de la orientación, la cual era aplicada en la des- eripción de un lugar conocido. El valle de Buron, cercano de Iverdún, era observado en deta- 346 RAFAEL FERNANDEZ lle y reproducido en la mesa de modelado, con arcilla traída de los lugares donde se había realizado la excursión. Hecho esto, se les enseñaba a los niños el mapa del valle y al comparar los símbolos de la carta con las formas reproducidas en arcilla, aquéllos eran fácilmente comprendidos. No obstante las imperfecciones de su método, Pestalozzi fué el inspirador del nuevo espíritu de la geografía. Ritter y Froebel recibieron en Iverdún las inspiraciores del genial maestro. Froebel aplicó en su escuela de Franckfort los principios pestalozzianos a la enseñanza de la geografía, convir- tiéndo ésta en un poderoso factor de educación, intelectual y mo- ralmente considerada. Ritter se propuso aplicar el método de Pestalozzi. Convencido como éste de la necesidad de comenzar la enseñanza por el estudio de los hechos geográficos inmediatos, comprendió la conveniencia de presentarlos a los niños unidos por los principios científicos que los rigen y de ahí que Ritter concibiera el propósito de escribir la obra La ciencia de la Tierra en relación con la Naturaleza y la historia del hombre, o Geografía Comparada, que lo ha inmortali- zado y ha servido para dar a la geografía el carácter científico que tiene en estos tiempos. Entre los discípulos continuadores de las ideas de Pestalozzi en la enseñanza de la geografía, se distinguieron Tobler y Henning. En un libro escrito por este último, en 1812, trata con extensión de la geografía del distrito, de las divisiones del agua y de la tierra, de me- teorología y de los climas, de los minerales, plantas, del hombre, de las instituciones políticas y de la astronomía elemental. Henning estimaba que el método sintético, era el que ofrecía más ventajas. Hacia notar la importancia de los factores o elementos de la geo- grafía física en relación con la vida del hombre y señalaba la ne- cesidad de investigar las relaciones mutuas que existen entre los he- chos y los fenómenos. El libro de Henning puede considerarse como el primero de los modernos métodos de la enseñanza de la geografía. La materia o contenido, lo divide en cuatro partes o grados. El primero lo dedica a la geografía de la localidad, que al formar con ella las no- ciones básicas del estudio, sirve de punto de partida para el estu- dio de los tres grados subsiguientes, en los que se pasa a conocer el aspecto físico, político y matemático del geoide. A Henning lo sucedió Finger, quien por haber vivido en tiem- LOS METODOS EN GEOGRAFIA 347 pos más avanzados, pudo desenvolver las ideas ya expuestas por el primero, con mayor amplitud y precisión. Para Finger, el Heimat es la región que puede el niño reco- rrer a pie, por medio de excursiones efectuadas en el territorio que rodea la escuela, y en las cuales, aprovechando también los días festivos, suelen alejarse hasta distancias considerables. El estudio del Heimatskunde comprende para Finger la obser- vación de todos los fenómenos de la tierra: las montañas, valles, bosques, las formas del agua, las nubes, el sol, las estrellas, orienta- ción, lluvia y temperatura y cuanto el niño pueda conocer por medio de intuiciones. Esta concepción de la geografía local, la basaba Finger sobre fundamentos psicológicos. Primero se presentan al niño hechos concretos, realidades sensibles, para desarrollar más tarde formas y actividades más complejas de la abstracción. Diesterweg ejerció también decisiva influencia en Alemania en la implantación de la geografía local y en la determinación de su alcance e importancia, considerándola como paso obligado que ha de preceder al estudio de las regiones mediatas. : Matzat contribuyó decisivamente a fijar el concepto del he2mai y el de los métodos para su estudio. En 1885 publicó un tratado acerca del método que debe seguir- se en la enseñanza de la geografía, inspirándose en las ideas her- bartianas que dominaban por entonces el campo pedagógico en Alemania. En la primera parte de su libro, expuso los fundamentos del método y en la segunda, presenta bosquejado el curso de geogra- fía, cuyo principio, está dedicado a los tópicos que comprenden el estudio del heimat, que él definía diciendo que era el territorio del horizonte visible desde la escuela. Con Matzat, cerraremos la reseña que dejamos hecha acerca de la evolución histórica de la enseñanza de la geografía. La neresidad de encerrar este bosquejo dentro de ciertos lí- mites para no darle excesivas proporciones, nos obligó a suprimir muchos detalles interesantes, que hubieran ilustrado el proceso seguido por la disciplina a través de la escuela, hasta llegar a su estado presente. También hemos omitido por las mismas razones aducidas, el relato de la importante actuación llevada a cabo, en el empeño de renovar la didáctica de la geografía, por muchos pedagogos dignos 348 LOS METODOS EN GEOGRAFIA Pero en el siglo precedente, como resultado del concepto gene- ral que el genio de Humboldt y Ritter habían impuesto, la geogra- fía entra en su fase moderna y adquiere en la escuela primaria, la categoría que le corresponde como ciencia perfectamente defi- nida, que abarca los aspectos más importantes de la naturaleza, en sus relaciones con la vida humana. La geografía considerada en su concepción actual, es una cien- cia que estudia la tierra como morada del hombre y en tal sentido, conoce y aprecia los valores económicos y sociales, para la mejor adaptación de los individuos a su medio circunstante, del cual ne- cesitan aprovechar los recursos que les ofrezca, cuya naturaleza y abundancia unidas a las formas del relieve del suelo, imponen con- secuencias de carácter histórico, político y social. La geografía escolar de nuestro tiempo, asentada sobre bases científicas inconmovibles, abandonó los viejos derroteros para acen- tuar su carácter práctico y utilitario, haciéndose más humana, cegando el profundo abismo que se interponía entre ella y las ne- cesidades de la vida real. Antiguamente se consideraba logrado el propósito de la geogra- fía recargando la memoria del escolar con datos y noticias general- mente no comprendidos y cuya importancia, distaba las más de las veces de ser fundamental. Hoy se atiende más a la enseñanza de los principios esencia- les de la geografía, a los que por depender de causas naturales y constantes, alcanzan la categoría de leyes invariables. Es mucho más importante para el alumno, como dice el pro- fesor Elwood Dodge, comprender las razones ceusales del progre- so en New York y Chicago, derivadas de las condiciones geográfi- cas de estas poblaciones, que saber el número exacto de habitantes con que figuran en el último censo o los nombres de las compa- nías de los ferrocarriles que las unen con el resto del país. Persiguiendo la investigación de los principios, tratando de descubrir la relación constante de causa a efecto, se llegará a la conclusión de que la existencia de los pueblos, la índole de sus industrias, la prosperidad o estancamiento de su potencia eco- nómica, están determinadas por ciertas condiciones geográficas fun- damentales. Se conocerán, por ejemplo, las razones que dieron origen a la fundación de la Habana, Cienfuegos y Santiago, en puertos cuyo RAFAEL FERNANDEZ 349 de nota, como Arnold Guyot y Francis Wayland Parker en los Estados Unidos, Laurie y J. S. Keltie en Inglaterra, A. Sluys en Bélgica y Kimley y E. Levasseur en Francia, los cuales contribu- yeron, cada uno desde el campo de sus actividades, a dar relieve y prestigio a la disciplina. Actualmente, el concepto justo de la geografía y el de sus métodos más convenientes, está extendido en la escuela de las na- ciones que marchan a la cabeza de la civilización y lentamente, pero con firme paso, las nuevas ideas avanzan en todas direcciones, estrechando y batiendo en sus últimos reductos, la antigua geo- erafía verbalista que carece de potencia educadora y de valor práctico. Después de algunas centurias de esfuerzos, anulados siempre por la fuerza casi incontrastable de la rutina y por las dificultades didácticas que ofrece la compleja naturaleza de su contenido, la geografía vislumbra al cabo, su triunfo definitivo. OBJETO DE LA GEOGRAFÍA EN LA FSCUELA PRIMARIA Hasta hace algunos años, la geografía conservó en la escuela elemental su carácter de disciplina descriptiva. Localizaba las formas del relieve terrestre, los hechos y fenó- menos, describía las costumbres y la organización de los pueblos pero estudiaba los hechos en sí mismos, sin establecer entre ellos las relaciones de causa a efecto, sin llegar a formular generaliza- ciones que explicasen la razón de su existencia. Los accidentes geosráficos se presentaban con profusión de de- talles pero sin que su observación y estudio particular condujera a una clasificación inteligente de los mismos, aerupándolos por su se- mejanza y descubriendo a través de la identidad constante entre los fenómenos y los resultados, los principios inmutables, que dan a la disciplina las características que la partievlarizan. Al niño se le obligaba a memorizar la nomenclatura de las ba- hías y puertos, islas, penínsulas, cabos, promontorios, ríos y cana- les y estrechos de la tierra, con fatigante prolijidad. A esta suerte de geografía se le llamó, y aún se le llama, porque no ha desaprecido del todo, ““seografía de marinero””. Su falta de espíritu científico, el carácter superficial de sus en- señanzas, la mantuvieron reducida durante siglos, a una mera en- señanza enumerativa. 350 RAFAEL FERNANDEZ acceso no está dificultado por la existencia de cayos o escollos a lo largo de la costa. Del mismo modo se explicaría la prosperidad de Cárdenas de- bida a la fertilidad de su comarca y a las ventajas que su puerto ofrece para el embarque de la producción azucarera de la parte oriental de la provincia de Matanzas; la de Gúines, por la abun- dante producción de hortalizas en sus terrenos de regadío, las cua- les encuentran fácil consumo en la Habana, a la que aquella vi- lla está unida por buenas vías de comunicación, que permiten el rápido transporte; la del Surgidero de Batabanó, cuya importan- cia comercial se debe al hecho de estar situado en el mismo meri- diano de la Habana, lo cual le da la condición de ser el puerto de la costa sur más próximo a la capital, a la que envía con facilidad y con baratura de fletes, las enormes cantidades de pescado, es- ponjas y productos forestales, procedentes de los mares y de las costas de la parte meridional de las provincias de la Habana y Pinar del Río. Ampliando el número de ejemplos, se descubre de la misma suerte la causa de la importancia de puertos como Liverpool, New York, San Francisco, Singapoore, Marsella y Barcelona, que ofrecen seguro abrigo a la navegación y ocupan posiciones venta- josas en las grandes vías comerciales del globo. Pero esta preeminencia que se asigna a los principios, no debe interpretarse de manera que signifique el abandono de la ense- ñanza de los hechos. Los hechos, aparte de la necesidad de enseñarlos como datos concretos que el niño debe conocer, requieren ser estudiados para llegar a la formación inductiva de los principios generales en unos casos y para comprobar, en otros, la certeza de esos principios por medio del razonamiento deductivo. El conocimiento de los hechos, es por consiguiente, imprescin- dible, pero su estudio, ha de efectuarse de manera que la relación de causalidad, se destaque clara y distintamente, expresada en un juicio sintético, comprensivo de los principios geográficos. La geografía, animada ahora de un espíritu más racional y fecundo, contribuye con las otras materias del curriculum de la escuela primaria, al logro de los fines generales de la educación : la mejor adaptación del individuo, a las condiciones del medio cir- cunstante. La geografía nueva, que funda sus orientaciones y propósitos LOS METODOS EN GEOGRAFIA 351 en el conocimiento de las relaciones mutuas entre el medio y la vida organizada, ha de estudiar principalmente aquellos tópicos que por su naturaleza, constituyan los elementos utilizables en el campo de acción donde probablemente haya de desenvolver sus energías el individuo. No de otra manera podría luchar con éxito el hombre, en la eterna lucha por la existencia. Para triunfar, es necesario que al ponerse en contacto con la naturaleza, de su medio, esté en dis- posición de descubrir las líneas de menor resistencia a fin de lo- erar fácilmente su adaptación a las condiciones geográficas. Estas consideraciones conducen a la determinación del alcance de la geografía escolar, cuyo objeto principal, según el profesor R. H. Whitbeck, es enseñar aquellos conocimientos que con toda probabilidad, habrán de ser útiles al niño en su vida adulta; dis- tinguir entre lo fundamental y lo incidente, y por último, fijar en la inteligencia lo esencial, de manera que se convierta en una adquisición permanente del alumno. Este concepto utilitario, es con pocas diferencias, el mismo que sostienen la mayoría de los tratadistas modernos de geografía escolar, pero este utilitarismo no ha de entenderse en un sentido tan estrecho que empequeñezca los fines de esta enseñanza, priván- dola de su aspecto cultural. La Sociedad Geográfica Comercial de París, formula los prin- eipios que persigue en la forma siguiente: 1.—Poner la ciencia al servicio del comercio, dando aplica- ción práctica a las teorías geográficas. 2.—Engrandecer a Francia, por el desarrollo de la industria y la extensión de su comercio con el extranjero. 3.—Recibir y dar información de todas las partes del mundo, de manera que los datos recopilados, sean utilizables por todos aquellos que deseen aprovecharlos, ya con fines comerciales, ya con propósitos científicos. 4. —Promover el estudio de cuanto pueda fomentar la agrienl- tura, industria y comercio, lo mismo en la metrópoli que en las colonias. 5.—Mostrar al pueblo que debe interesarse en el conocimiento de los productos propios para la exportación y los de la importa- ción, que ese conocimiento, conduce a la previsión y que ésta, con- duce al poderío. Con algunas pequeñas alteraciones de la letra el espíritu de 392 RAFAEL FERNANDEZ estas bases podría aceptarse para que en él se inspirase la geogra- fía de la escuela cubana: poner la ciencia al servicio del comercio, de la industria y de la agricultura, estudiar los países extranjeros en relación econ nuestras exportaciones e importaciones y por úl- timo, concentrar todas esas aspiraciones en un anhelo único, el engrandecimiento de la nación, en su sentido más elevado, consti- tuye el ideal más hermoso, el destino más alto que se pudiera asig- nar a la geografía. ASPECTO PSICOPEDAGÓGICO DE LA GEOGRAFÍA La disciplina formal ha caído en el mayor descrédito. Ya no se admite que el ejercicio de un aspecto de la memoria, por ejem- plo, cultive y desarrolle este poder en todas sus fases. La memorización de cantidades, no serviría, según esto, para adquirir la aptitud de aprender de memoria una composición poé- tica. Las disciplinas escolares no desarrollan, pues, otros poderes que aquellos puestos en acción al ser presentadas al alumno como asun- to de enseñanza. Conforme a esto, el número de poderes que una disciplina cual- quiera ponga en actividad, estará en relación directa con la rique- za y variedad de aspectos de la materia en ella comprendida. Esto da lugar a la determinación de ciertas diferencias de grado en cuanto al valor educador de las asignaturas que se ense- ñan en la escuela, de lo cual resulta que unas disciplinas, tienen mayor virtualidad educadora que otras. En este sentido, nineuna materia de las que figuran en la escue- la elemental, ofrece un carácter tan eminentemente educador co- mo la geografía, la cual, por la coordinación de sus principios, por la variedad de relaciones que establece entre las ciencias más de- semejantes en apariencia de la que no puede excluirse siquiera ni las disciplinas llamadas literarias y por el caudal inagotable de problemas comprendidos dentro de sus límites, que son tan am- plios, que pudiera concebírsele, según Mercante, como una sínte- sis de la vida del mundo en sí misma y en relación con el hombre en sus diferentes estados de evolución social. El estudio de la geografía, si lo inspira la acertada inter- pretación de sus propósitos y no se restringe el alcance de sus do- do] O 9 LOS METODOS EN GEOGRAFIA minios, constituye un admirable instrumento para la educación de la mente infantil. Entre los poderes que educa la disciplina geográfica, los que tie- nen ejercitación más directa y constante a través de todos los gra- dos de enseñanza, son los de observación, la imaginación y el ra- zonamiento. La observación provee la mente de nociones precisas y claras, adquiridas en el mundo real. Estas nociones de las cosas constitu- yen la base necesaria para poner en acción la imaginación repro- ductora, que es el elemento que más efectivo concurso presta a la enseñanza de la geografía. Sin la noción de la montaña o la del río, es difícil que el alum- no pueda imaginar las montañas y los ríos que están fuera del al- cance de la observación directa. El razonamiento se ejercita en la investigación de las causas y en la previsión de los efectos, en la comparación de un orden económico, político o social con otro; en la de una zona geográfica con otra similar o diferente. La ejercitación de los poderes mentales.—La enseñanza de la geografía no ha de tener sólo como finalidad, la adquisición de los tópicos en que está distribuída la materia sino que ha de atender también preferentemente, a la educación de los poderes que pone en actividad, pero esto no quiere decir que deba hacerse una clasi- ficación formal de las aptitudes mentales que se deseen educar con el fin de dedicarles ejercicios especiales a cada una. Basta que se tengan presentes al realizar la labor didáctica, considerándolos en conjunto, a fin de cultivar su desarrollo de un modo continuado a través de las lecciones. Basta que, al enseñar intuitivamente una forma del relieve o un fenómeno geográfico, sea encaminada de tal suerte la lección, que además de llenar la función instructiva, adiestre el mayor número de actividades. La observación.—La geografía ofrece constantemente oportu- nidad de ejercitar los poderes de observación, oportunidad que siempre deberá ser aprovechada por el maestro, utilizando los in- agotables recursos que le ofrece la naturaleza. El estudio de las formas de la superficie terrestre, tales como valles, llanuras, montañas, mesetas, las corrientes de agua, las la- gunas, el mar, las costas con sus sinuosidades y todos los fenóme- nos que ocurran dentro del alcance de la observación del alumno. 354 RAFAEL FERNANDEZ Estas formas las ofrece la naturaleza con frecuencia en minia- tura y con mayor facilidad para ser observadas. En los arroyuelos que en el camino o en la calle forma la lluvia, en los surcos que la erosión labra en los declives, encuentra elementos el maestro, que puede servirle para formar nociones de formas que no existan en la localidad, al mismo tiempo que logra adiestrar al niño en la obser- vación. | La observación de los cambios de temperatura en relación con la dirección de los rayos solares, el movimiento aparente de los astros, la variación de la salida y puesta del sol en relación con las estaciones del año, los movimientos atmosféricos y sus efectos, la lluvia, las nubes, la niebla, la vida vegetal en su depedencia del calor, del frío, de las lluvias y de la configuración del terreno, la organización social, política y económica observada en la fa- milia, en la ciudad, en la administración pública y en los esta- blecimientos industriales y comerciales, son todos estos factores que, bien aprovechados, sirven admirablemente como instrumen- tos para el cultivo de los poderes de observación. La imaginación.—La imaginación es, como ya dejamos dicho precedentemente, un auxiliar poderoso en la enseñanza de la geo- erafía. A su mayor o menor grado de desarrollo, se deberá que el concepto de los hechos que no estén al alcance de la observación directa, sea o no aproximado a la realidad. La noción que tengamos de Petersburgo o del lazo Baikal, de- penderá del vigor y dominio que tengamos del poder de imagina- ción, que debe ser educado de manera que reaccione con facilidad ante el estímulo pero sin caer en el peligro de lo que Mercante Mama disfautasias y de las incoherencias e inexactitudes a las cua- les puede conducir una dirección descuidada de ese poder. La imaginación reproductora se intensifica al estudiar los lu- gares lejanos a expensas del conocimiento de los próximos, conoci- dos por observación directa. La representación mental de los ríos, montañas, ciudades y ma- res apartados, la distribución de los agentes atmosféricos en las diversas zonas del globo así como las diversas manifestaciones de la vida en conexión con el relieve terrestre, forman el material abundante y apropiado para la ejercitación del poder imaginativo. Atendiendo a la facilidad con que un estímulo cualquiera pro- voca el desfile de las asociaciones más caprichosas, es necesario que la enseñanza de la geografía evite, tomando toda clase de pre- LOS METODOS EN GEOGRAFIA 305 cauciones, la formación de representaciones fantásticas, que des- naturalicen la verdad que se trata de transmitir. El empleo profuso de fotograbados y láminas que contribuyan a dar, en lo posible la noción exacta del lugar geográfico estudiado y de sus valores, los ejercicios de visualización, tan olvidados o desconocidos en nuestras escuelas, los interrogatorios hábilmente conducidos para investigar los errores y rectificarlos, serán los medios más ventajosos para lograr de la imaginación sus resulta- dos máximos, y para conjurar todos sus peligros. El razonamiento.—El ejercicio de la observación y de la ima- ginación en el estudio de la geografía envuelve el desarrollo del juicio y del razonamiento. Cuando se examinan y comparan los efectos y se investigan las causas, cuando se llega a la formación de generalizaciones y los principios así alcanzados, se aplican a la explicación de los fenó- menos, el raciocinio adquiere su grado más alto de adiestramiento. La determinación del proceso seguido para la formación de cier- tos elementos físicos de la corteza terrestre, el estudio de los agentes que los han producido, las causas de los cambios de tempe- ratura, el origen, por razones geográficas, de la existencia de al- gunas ciudades, los factores que intervienen en el crecimiento y progreso de aleunas poblaciones y del decaimiento de otras, ofre- cen abundante material para el eultivo del razonamiento. Ahora bien, no ha de entenderse que los tres aspectos mentales de cuya función y desarrollo venimos tratando, ha de considerár- seles separadamente para su educación, en la práctica de la ense- ñanza. El ejercicio de cada una de esas actividades, podrá ser predomi- nante según la índole de la lección, pero no será exclusivo. Cada uno de esos procesos, se apoya en los otros prestándose mutuo au- xilio realizando conjuntamente su educación. Pero sí habrá de tenerse en cuenta, en todos los momentos de la enseñanza de la geografía, el doble objeto que debe inspirarla: el dominio de las materias comprendidas en la disciplina y el cul- tivo de todos los poderes mentales que estimula y pone en acción. Edad del comienzo de la enseñanza de la geografía.—En estos tiempos en que la enseñanza procura ajustarse a las capacidades del escolar, no es indiferente la edad en que ha de iniciarse en el estudio de esta materia. Los niños, a los ocho o nueve años, pueden, según Mercante, 3596 RAFAEL FERNANDEZ conocer hechos aislados, pero hasta los once o doce, no están en con- diciones de emprender estudios que requieran razonamientos com- plejos, en los que haya necesidad de emplear abstracciones muy elevadas. Aplicando estos principios a la enseñanza de la geografía, no hay inconveniente en que se dé comienzo a su enseñanza sistemá- tica hacia los nueve años, es decir, hacia el tercer grado de la es- cuela primaria, con tal de mantenerla dentro del campo de la geo- grafía de observación, la cual corresponde al estudio del distrito. Ponogenia de la geografía.— Hasta ahora, de los experimentos hechos para determinar el coeficiente de fatiga producido por el estudio de las disciplinas escolares, no se han podido obtener con- clusiones definitivas. Como consecuencia de las pesquisas realizadas por Wagner, empleando el método estesiométrico y tomando como tipo de com- paración las matemáticas, a las que asignaba una cifra máxima de la ponogenia de la geografía quedó representada por una cifra de 85 puntos, la cual resultó superior a la alcanzada por tedas las ramas que fueron estudiadas, excepto la gimnasia, el griego y el latín. Sakaki, empleando el mismo procedimiento de investigación, obtuvo resultados muy distintos. La geografía sólo llegó a 13 pun- tos, de 50 que era el máximum, correspondiente al cálculo. Entre las materias cuya ponegenia investigó Sakaki por prime- ra vez, sólo el idioma inglés y el dibujo, resultaban menos fatigan- tes que la geografía. En otros experimentos efectuados por el mis- mo Sakaki, el coeficiente numérico aumentó en todas las asignatu- ras excepto en geografía, el cual continuó representado por 13. En esta nueva escala, el idioma inglés quedó encima de la geografía, y de la gimnasia. Otro experimento de Kemsies, en el que empleó el método di- namétrico, estableció este orden de materias, consideradas por la fatiga que producen: gimnasia, matemáticas, idiomas extranjeros, religión, lengua materna, historia natural, geografía, historia, can- to y dibujo. Las diferencias de los resultados obtenidos, rebajan el valor de los experimentos. Por otra parte, los experimentadores no expli- can qué fase de las asignaturas, si la elemental o la superior, fué la que sirvió de base a la investigación. Las primeras pesquisas de LOS METODOS EN GEOGRAFIA 357 Sakaki, las realizó con niños de cuatro escuelas diferentes. La se- gunda, la realizó en un colegio de señoritas. El grado de enseñanza y la edad de los escolares con quienes se haga el experimento, son detalles de los cuales no se puede prescindir. No ha de ser lo mismo, para los efectos del estudio, la fatigabilidad de los niños de 8 años que la de los de 12, ni puede presumirse que sea igual la ponogenia de la geografía de observa- ción que la de la geografía mediata ni la descriptiva puede ser lo mismo que la matemática. Esto no obstante, pueden aceptarse esos resultados provisional- mente, mientras no se lleguen a obtener otros más precisos. Según esto, resulta que la geografía ocupa una posición ventajosa respec- to a las disciplinas escolares, exceptuando el canto y el dibujo, y tal vez la historia natural, y por tanto, podría figurar indistintamen- te en cualquier parte del horario, si sólo se atendiera al aspecto de su ponogenia. Pero hay razones que aconsejan la preferencia de unas horas del horario escolar sobre otras. La geografía requiere el empleo frecuente del procedimiento de la observación, en el exterior de la escuela. Para que esas leccio- nes de observación sean provechosas y no perjudiquen la salud del niño, será conveniente efectuarlas en horas en que los rayos sola- res hayan perdido su mayor intensidad. Las horas apropiadas para lograr este resultado, serán las úl- timas de la tarde en las escuelas rurales y cualquiera de la prime- ra sesión o una de las más avanzadas de la segunda en las escuelas urbanas. El interés —“El niño, dice el Dr. Aguayo, no observa volunta- riamente sino lo que encadena su interés, o responde a una necesi- dad de su organismo. ?” Siendo el interés la manifestación de ciertas tendencias de la naturaleza del niño que favorecen el desarrollo físico y mental de éste, la enseñanza más provechosa será aquella que se desenvuelva en perfecto paralelismo con la evolución de sus intereses. Al niño le atrae todo aquello que pueda contribuir al desen- volvimiento de su personalidad y por esto, para que las lecciones alcanzaran el máximum de su eficacia educadora, cada una de- biera ser como “una respuesta?” o reacción provocada por las ne- cesidades de su evolución. La enseñanza de la geografía, como la de todas las materias del 358 RAFAEL FERNANDEZ curso de estudios, debiera adaptarse a las necesidades del desarro- llo del organismo del niño, representadas por las direcciones que siguen sus intereses, y de esta manera se lograrían los mejores re- sultados con la mayor economía de tiempo y de esfuerzo. Acerca de los intereses geográficos que suscitan la atención del niño, han hecho algunas investigaciones Sarah Young en Ingla- terra y Anna Bucklee en los Estados Unidos. De estas investigaciones, que distan de ser completas, concluye el profesor Gibbs que el interés predominante en todos los grados de la enseñanza de la geografía, es el que despierta el conocimiento de las razas humanas. Al principio, ese interés se manifiesta de un modo general pero en los últimos grados, se divide y especifica en la dirección de las costumbres, las ocupaciones, los vestidos, el arte y el gobierno. En los primeros grados nada cautiva el interés del niño como el conocimiento de las condiciones en que viven los niños de otros climas y regiones. En los grados avanzados de la escuela, las razas, las ciudades, el clima de otros países comparados con el propio del niño y compa- rados también entre sí, constituyen una fuente inagotable de in- terés pero en ese período de la enseñanza, ya el niño no se confor- ma con el simple conocimiento de los hechos: le interesa también el de las causas que determinan esas condiciones de la vida en esos países y el del proceso evolutivo seguido por el hombre desde su estado salvaje hasta alcanzar el grado de su actual civilización. Lia suposición que los animales despiertan mayor interés que las formas de la tierra y del agua, resulta errónea, al menos en cuanto al resultado de las pesquisas de las cuales venimos tratando. Más que los animales, atraen al niño el océano, los ríos y los la- gos. De las formas de la tierra siente marcada predilección por las montañas, por verlas y sobre todo, subirlas para admirar desde su cima extensos panoramas. En el quinto y sexto grados, el estudio de los mapas y la memo- rización de los hechos y detalles geográficos, son las característi- cas más salientes de los intereses de los escolares. Las plantas despiertan poco interés. Las ocupaciones de los hombres, interesan durante los grados quinto, sexto y séptimo, al- canzando su mayor intensidad en el sexto. A las precedentes investigaciones no puede concedérseles un valor absoluto. LOS METODOS EN GEOGRAFIA 359 Aparte de que necesitarían ser conformadas por otras para que pudiera aceptárseles como ciertas, el hecho de haber sido realizadas en otro medio escolar distinto al nuestro, impide que podamos to- marlas como base para la ordenación de materias en los cursos de estudios de nuestras escuelas. Pero los resultados obtenidos en la pesquisa mencionada, de- muestran bien claramente que es posible determinar con bastante precisión y mediante los experimentos necesarios, los intereses geográficos del niño y que este aspecto de la enseñanza constituye un problema importante cuya solución está reservada a la psico- pedagogía de nuestro tiempo. Demuestran también que el proble- ma del interés geográfico, es preciso tenerlo en cuenta al redactar los cursos de estudio y los programas, sin que pueda desdeñnársele en esta época de orientación científica, en la que la enseñanza pro- cura marchar de acuerdo con el desenvolvimiento de los valores psíquicos del niño. El tiempo destinado en el horario a la geografía.—El tiempo destinado a cada asignatura en el horario de la escuela primaria, han de determinarlo, entre otras consideraciones, la extensión del contenido de los cursos de estudio y las dificultades que presente la didáctica de cada una. Si examinamos cuidadosamente las materias de un curso de es- tudios cualquiera, se llegará a la conclusión de que ninguna de las asignaturas del curriculum primario, es más rica y comprensiva en su contenido que la geografía y esto aceptado, ninguna debiera disponer de más tiempo para su enseñanza. El Comité de los Quince aconsejaba para la geografía una lec- ción diaria de 20 minutos durante los grados tercero y cuarto y de 25 en el quinto y sexto, y tres clases semanales de 30 minutos en el séptimo y octavo. A ninguna otra asignatura se le destinaba más tiempo en el plan que el referido comité presentó como resulta- do de su estudio. El Comité de los Diez declaraba que la geografía tiene igual importancia que la aritmética y que debe disponer del mismo tiem- po que esta asignatura. Mercante entiende que no puede enseñarse con provecho la geo- grafía si se le dedica menos de una clase diaria. Las opiniones citadas, con otras muchas que pudieran agregar- se, prueba que entre los pedagogos se considera necesario con- 360 RAFAEL FERNANDEZ ceder a la geografía una cantidad de tiempo que corresponda a la importancia de la disciplina. En la actual organización de nuestras escuelas, a la geogra- fía se le concede dos clases semanales en los grados tercero, séptimo y octavo, y tres en el cuarto, quinto y sexto. El tiempo que se le destina representa un 5% del empleado en el horario escolar. A muestro juicio, es imposible poder enseñar los tópicos del curso de geografía disponiendo de tan poco tiempo. Calculando que cada asunto tratado requiere dos clases como mínimo, una de estudio y otra para expresar el conocimiento, por eserito o por medio del dibujo o del modelado, no puede aceptar- se para la geografía una cantidad de tiempo inferior al 10% del horario, o sea el que corresponde a una clase diaria de 30 minutos. Al tratar más adelante de los cursos de estudio, insistiremos nuevamente en este particular. MÉTODOS, PROCEDIMIENTOS Y MEDIOS AUXILIARES En la clasificación de los métodos, procedimientos y medios au- xiliares, es motivo de confusión la divergencia de pareceres que reina en los dominios de la geografía, respecto a la manera de apre- ciar ciertas formas y modos de proceder en la didáctica, los cuales unos reputan como métodos y otros como procedimientos. Otro tanto ocurre con los medios auxiliares. Si se quisiera hacer una división racional de los métodos, que diera fin a la confusión existente en este particular, tal vez habría que aceptar dos clases de métodos: una que comprendiera los que se refieren a la manera de disponer la materia de enseñanza orde- nándola gradualmente para proceder a su presentación por etapas y otra en la cual quedaran ineluídos los métodos lógicos, los que se relacionan con las direcciones que sigue el entendimiento huma- no para adquirir el conocimiento de las cosas. Establecida esta clasificación, tendríamos tres métodos para la ordenación de la materia de la geografía: el analítico, el sintético y el ecléctico, que son los únicos que merecen, según el Dr. Padró que se les considere como tales métodos. La segunda clase de métodos, que tendrían el carácter de ló- gicos, abarcaría el analítico, el sintético, el inductivo y el dedueti- vo. En realidad, estos métodos no podrían ser considerados como LOS METODOS EN GEOGRAFIA 361 métodos de geografía, ya que son necesariamente empleados en to- das las asignaturas. Los demás llamados de geografía, quedarían relegados a la categoría de procedimientos y medios auxiliares. No obstante lo que dejamos expresado, prescindiremos de hacer la clasificación de los métodos que vamos a exponer; esa clasifica- ción, carece de importancia en sí misma y con ella, es probable que sólo consiguiéramos aumentar la confusión actual. Aceptaremos, pues, las denominaciones corrientes y procedere- mos a hacer la exposición crítica de los métodos y procedimientos, comenzando por los que, por ser aplicables a otras materias de en- señanza, podríamos llamar generales: esto es, el analítico, sinté- tico y el ecléctico, siguiendo después por los que, siendo su aplica- ción propia de la geografía, llamaríamos particulares. Método analítico.—El método así llamado, comienza el estudio del globo como cuerpo celeste y termina por el conocimiento de la comarca donde radica la escuela. Su marcha es de lo complejo a lo simple, de la totalidad a sus elementos integrantes. Lo primero es la Tierra, lo último, el lugarejo o la ciudad donde reside el alumno. La enseñanza principia por el conocimiento de la geografía ma- temática, para seguir por el del conocimiento de las formas de la geografía física estudiadas en abstracto. Se pasa después a conocer las divisiones continentales en detalle hasta llegar por una sucesión sistemática, al estudio de la geogra- fía del distrito donde vive el niño. Este método es del que hablaba Locke cuando aconsejaba que se empleara en geografía “la observación”” de la figura del globo, la situación de las cuatro partes del mundo, ete. A fines del sigo XVIII apareee ya sistematizado el método en el Kinderfreund (El Amigo del Niño) de Wilmsen. Al principio fué aceptado con entusiasmo porque cautivaba la lógica de su sistema, pero a medida que avanzó la pedagogía, fué cayendo en descrédito, en cuanto se refiere a la escuela. Es contrario a los principios pedagógicos fundamentales y es- tá en oposición a las etapas del desarrollo mental del niño. No obstante la afirmación de Locke refiriéndose a un niño de 6 años que ya conocía el globo, los continentes y los países; los progresos de la psicología demuestran que es imposible, en tan corta edad, cuando los poderes mentales carecen del desarrollo ne- cesario y cuando el niño carece de ideas aperceptrices, que pueda comprender lo que significan esas nociones abstractas. 362 RAFAEL FERNANDEZ Su marcha de lo desconocido, de lo compuesto, que es el globo, a lo conocido, a lo simple, que es la geografía del distrito habitado por el niño, se opone al principio pedagógico que aconseja ir de lo conocido a lo desconocido, de lo simple a lo compuesto. El método no se adapta a la capacidad del niño ni a la evolu- ción de los intereses que lo atraen. Se le obliga a estudiar asuntos abstractos cuando lo concreto y sensible, el ejercicio de su espíritu sobre las cosas, es lo que le cautiva y seduce. Por otra parte, siguiendo el método analítico, el niño viene a estudiar su país en los últimos años de la escuela, cuando lo proba- ble, tratándose de niños pertenecientes a las clases pobres, que son los que forman el contingente más numeroso de la escuela pública, es que la abandonen antes de llegar a esa fase de la geografía. Rousseau anticipó su crítica a la aparición del método cuando decía en el libro tercero de su genial Emilio: ““Queréis enseñar la cseografía a ese niño y le vais a buscar globos, esferas y mapas! ¡Cuánta máquina! ¿Para qué todas esas representaciones? ¿Por qué no vais al objeto mismo para que al menos sepa de lo que se trata ? ““Para Emilio sus dos primeros puntos de geografía será el pue- blo donde vive y la casa de campo de su padre; luego los lugares intermedios, después los ríos de las cercanías y al fin, el aspecto del sol y el modo de orientarse.?”” Método sintético.—Este método adopta una marcha completa- mente opuesta a la del método analítico. Comienza el estudio de la geografía en el medio circundante de la escuela para seguir en gradación ascendente, al municipio, a la provincia, la nación, los continentes, y por último, llega a la síntesis del geoide. La marcha del método sintético empieza donde termina la del analítico. Primero se estudia la geografía del distrito ampliándola a la del municipio. De este se extiende a los municipios vecinos para llegar de este modo a la síntesis de la provincia. Continuando en la misma forma para las provincias próximas, se pasa al conocimien- to de la nación como unidad total. Al conocimiento de la nación, sucede el del continente al cual pertenezca el país del niño. El estudio se amplía después a los continentes más próximos y por último, se llega al conocimiento, LOS METODOS EN GEOGRAFIA 363 a la concepción sintética del globo, integrado por las partes ya estudiadas. En el desarrollo del método sintético, estudia por observación directa, examina lo que ve a su alrededor, adquiere las nociones geográficas que han de servirle de base para la comprensión de las formas y fenómenos de la geografía mediata y puede descubrir los principios más sencillos de la ciencia, adiestrando de este modo su espíritu desde el principio, a las operaciones del razonamiento y a la pesquisa de las relaciones mutuas que existen entre las causas y sus efectos. Observa las formas del relieve terrestre, el agua, los produec- tos naturales, las distintas ocupaciones de los hombres según las condiciones geográficas de la comarca, los fenómenos del aire y en una palabra, cuanto pueda serle útil para el estudio posterior de la disciplina. Este método, en relación con las necesidades de la enseñanza, es muy superior al analítico. Es educador y se ajusta a las fases del desarrollo de la mente infantil. No contraría el precepto pedagógico que aconseja marchar de lo inmediato a lo mediato, de lo simple a lo compuesto, de lo co- nocido a lo desconocido, de lo fácil a lo difícil. Los conocimientos que el niño adquiere al principio, van sir- viendo de base para la ilustración e inteligencia de los hechos que se estudian más adelante. Este método está de acuerdo con las ideas de Comenio que que- ría iniciar la geografía tomando como punto de partida la cuna del niño, el cuarto y la casa donde habitaba. Conviene también con las de Rousseau, Basedow, Salzmann, Pestalozzi, Henning, las de Diesterweg y Graser. Pero no obstante las bondades que se han enumerado, no han faltado impugnadores severos que le descubriesen defectos impor- tantes, a pesar de los sólidos principios sobre los cuales descansa. Retarda demasiado el conocimiento del globo como unidad sin- tética y el de los elementos de la geografía matemática, lo cual impide que tenga noción exacta de la posición relativa de los di- versos países y que comprenda los fenómenos astronómicos que dia- riamente se desarrollan ante su vista. Método analítico-sintético.—La importancia extraordinaria que adquirió la geografía en la escuela primaria de estos tiempos, 364 RAFAEL FERNANDEZ determinó una actividad intensa en la investigación de los métodos mejores para lograr el dominio de la asignatura con la mayor efectividad y rapidez posibles. Para obviar los inconvenientes de los métodos analítico y sin- tético, se ha ideado que participa de la índole de ambos aprove- chando sus ventajas y eliminando sus defectos. Este método, según el general consenso de los pedagogos europeos y americanos, con- forma la marcha de sus etapas con las de la evolución mental del niño. Su marcha, es sintética primero y analítica más tarde, y de ahí su denominación de analítico-sintético o ecléctico. Al aplicar este método a la disposición de los cursos de estudio y a la de las materias de los textos de geografía destinados a la escuela primaria, se observan algunas diferencias de detalle pero en las líneas generales, la armonía de las opiniones, es completa. La disposición general del método, es la siguiente: 1.—Estudio del distrito. 2.—La provincia. 3.—El globo: estudio de sus grandes divisiones, tierras, océa- nos, etc. 4.—El continente al cual pertenezca el país natal del niño. 5.—La nación. 6.—Los otros países del continente. 7.—Los otros continentes, siguiendo para el orden de su estu- dio, la importancia de las relaciones que el país del niño tenga con ellos. Como ejemplos de la sistematización de este método, pueden ci- tarse en castellano, la Geografía Elemental del Dr. Aguayo y en inglés la del profesor Richard Edwood Dodge. En la aplicación del método, unos autores retardan más que otros la introducción de la fase analítica. Frye la comienza en el quinto grado, Me Murry en el tercero, Mercante en el Sexto, después de terminar la geografía nacional, Dodge, Aguayo, Redway, en el cuarto. Mercante y Me Murry ocupan los extremos entre los tratadis- tas citados. Todas estas diferencias y otras que se observan en los cursos de estudios de distintos países, no alteran lo fundamental del método. Entre las cuestiones que se han debatido éntre los especialis- LOS METODOS EN GEOGRAFIA 365 tas de la enseñanza de la geografía, figuró la de si la enseñanza de la fase analítica había de tener por punto de partida el globo o el continente. Entre los que optaban por el contienente, estaba el Coronel F., W. Parker. Alexis E. Frye en su excelente obrita Child and Natwre, de- muestra con acopio de argumentos de una lógica irrebatible, que la fase analítica debe comenzarse por el globo. Método cíclico-sintético.—Este método dispone la materia geo- gráfica en ciclos y cursos concéntricos en los cuales se van aumen- tando gradualmente las dificultades de acuerdo con las capacida- des y la edad del niño, hasta llegar al dominio total de la geo- grafía. La materia se estudia desde el primer curso en sus líneas ge- nerales pero cuidando de presentar los aspectos más sencillos y elementales de los tópicos estudiados. En el segundo enrso o ciclo, el contenido geosráfico del primero, se repite extendiéndolo e intensificándolo. Se trata por ejemplo de las formas del relieve y este asunto figura en los ciclos sucesivos. En los primeros, se estudian los ca- racteres más simples del llano y Jas colinas; en el curso siguiente, este mismo concepto se amplia hasta conocer la llanura y la mon- taña. Como ejemplo de lo que es el método cíclico-sintético, puede presentarse el antieno curso de geografía de nuestras escuelas, que estuvo en vigor hasta el presente año escolar. En ese curso se estudian las formas de la tierra y del agua nada menos que en siete ciclos, formados por los tres períodos de cada uno de los grados primero y segundo y por el primer perío- do del tercero. Las ventajas que se atribuyen a ese método, es la que ya se ha mencionado, de poder adaptar el estudio de la materia, a la aparición de las capacidades del niño y la de ir afianzando en ca- da ciclo los conocimientos adquiridos en los ciclos precedentes, por medio de un constante repaso de lo anteriormente estudiado. Pero contra esas ventajas, esgrimen sus opositores un argumen- to incontestable: el del cansancio que produce la repetición de unos mismos tópicos a través de los diversos cielos, lo eual quita a la enseñanza interés y animación. Respecto a la ventaja del repaso constante, lo combate Me 366 RAFAEL FERNANDEZ Murry, diciendo que hay otros medios más eficaces de lograr ese resultado sin exponerse a las desventajas que ofrece la repetición enfadosa del mismo tópico, a plazo fijo, en cada uno de los cursos SUCesIvos. " Esa manera de lograr la fijación de las nociones por medio de los repasos, consiste en emplear el método típico, del que Me Curry es un entusiasta propagandista. El método cíclico-sintético fué defendido en el siglo anterior por los pedagogos alemanes Liúiken, Kórner y Oberlánder. Método constructivo. —Este método funda sus principios en la representación gráfica de los hechos geográficos. La enseñanza del maestro, pasa a ser representada en el mapa que construyen los alumnos, con objeto de lograr que se graben enérgicamente en la memoria, los hechos y los lugares que se es- tudian. Este método se apoyaba en las ideas que Ritter y Peschel te- nían respecto a la importancia de interpretación de mapas. Peschel decía: “libértese el maestro de la dependencia del libro y dirija a sus alumnos de manera que puedan descubrir en en el mapa las formas de la naturaleza de un país cualquiera””. La aplicación de este método, no afecta a la distribución de la materia geográfica, que puede estar analítica o sintéticamente dis- puesta y enseñarla sin embargo, por el método constructivo. Inspirándose en este método, en el siglo anterior se han publi- cado numerosos tratados. Eu los primeros tiempos de la aplica- ción del método, el trazado de los mapas resultaba muy complica- do. Después fué simplificándose el procedimiento, a Jo cual contri- buyó entre otros especialistas, Matzat. Este método estuvo muy generalizado en las escuelas america- nas de la anterior generación. La instrueción se trasmitía asocian- do los hechos estudiados con el mapa, procurando visualizarlos, es- to es, procurando que el niño se esforzase en representárselos co- mo si los estuviera viendo. La enseñanza daba buenos resultados cuando se trataba de ni- ños que tuvieran bien desarrollado el poder de visualizar y se em- pleaban mapas cuyas proyecciones no desfigurasen demasiado las regiones representadas, alterando desproporcionadamente su ta- maño. Los defensores de este método atribuían su eficacia al hecho de que no hay medio de grabar el contorno y la localización de los LOS METODOS EN GEOGRAFIA 367 hechos estudiados, que aventaje al del dibujo repetido de los mapas. En Alemania, sin necesidad de emplear el método constructivo, continúase dando una importancia extraordinaria a la interpre- tación de mapas y al trazado de mapas-croquis representando las formas estudiadas en el Heimatskunde. Es innegable que el dibujo de mapas es conveniente para obte- ner la noción de distancias, de localización y de las posiciones re- lativas de unos lugares con otros, pero subordinar toda la didác- tica de la disciplina a este procedimiento exclusivo, sería dema- siado. El método es dispendioso de tiempo y ese defecto en esta épo- ca, de nuevas y fecundas orientaciones en que la extensión del horario escolar, trata de reducirse a su mínimum, es muy impor- tante. Atendiendo a estas razones de la economía de tiempo, el dibujo de mapas debe mantenerse dentro de ciertos límites, empleando frecuentemente para la localización y la representación de valores geográficos, el mapacroquis impreso, como lo aconsejaba el Comi- té de los Diez. Método de los tópicos.—Este método consiste en disponer la materia geográfica en unidades comprensivas de elementos simi- lares. Al estudiar los valores de un país, se dividen éstos en gru- pos comprensivos de una serie de hechos que, o son de una misma naturaleza o están unidos por una relación fundamental. Podría agruparse, por ejemplo, bajo una misma denominación, para su estudio, la riqueza hullera del país, la industria taba- calera, la forestal o la ganadera. Cada una de estas divisiones, formaría un tópico integrado por los elementos de una misma naturaleza. El tópico podría ser ampliado, incluyendo mayor número de elementos, haciéndolo más complejo. Tal sucedería si al tratar de la riqueza mineral del país, se estudiara de conjunto, considerán- dola como una unidad integrada por todos los minerales suscep- tibles de ser explotados. Lo mismo ocurriría con las formas del agua. El tópico así de- nominado, comprendería ríos, lagunas, manantiales, mares, ete. Si por conveniencia del estudio se quisiera reducir el alcance del tópico, éste podría subdividirse en varios. Lo que dejamos expuesto, indica la posibilidad de poder agru- 368 RAFAEL FERNANDEZ par la materia de estudio en un número mayor o menor de tópi- cos. Esto depende de la mayor o menor intensidad con que se quiera estudiar el asunto. El estudio de Cuba ofrece para el niño cubano un interés má- ximo. Este estudio habrá que distribuirlo en un número tal de tópicos, que permita el conocimiento de los valores más importan- tes del país. La geografía de los Estados Unidos, requiere ser tratada en menos tópicos en las escuelas cubanas; el número de éstos será menor si trata de España y así irán descendiendo cuando se trate de naciones con las cuales nuestras relaciones sean más escasas. De esto resulta que los tópicos al ser más comprensivos, han de ser estudiados sus elementos con menos intensidad. En muchos casos, podrá combinarse con este método, el llama- do método típico o de los los tipos. Si se quiere estudiar, por ejemplo, la industria tabacalera en su aspecto asrícola-industrial, podría presentarse como tipo el cultivo y la elaboración del tabaco en San Antonio de los Ba- ños o la de Giiira de Melena. Una vez estudiado ese aspecto en una de esas localidades, ésta serviría de tipo para ilustrar y com- prender el tópico en su totalidad. La disposición de la materia por este método de los tópicos, se opone a la que le da el: método cíclico. Los tópicos se estudian manteniendo entre sí las relaciones naturales pero sin formar con un mismo asunto esa gradación de círculos cuyo alcance se inten- sifica progresivamente en cada curso. El método de los tópicos ha contribuído a dar unidad e in terés a la enseñanza de la geografía. Este método tiene su origen en las ideas de Herbart interpreta- das por Ziller que lo empleó en sus empeños de establecer la con centración de estudios. El tratado de metodología de la geografía escrito por Matzat y del cual hemos hecho mención en el capí- tulo destinado a la evolución histórica de la enseñanza, se inspi- ra en los principios herbartianos y allí presenta desarrollado, el método de los tópicos. Este método reúne excelentes condiciones pedagógicas, se presta a la correlación de estudios y promueve la actividad men- tal del niño pero su aplicación requiere maestros que conozcan bien la, materia y que tengan una sólida preparación profesional. Cuando se estudian los tópicos de una región, la compara- LOS METODOS EN GEOGRAFIA 369 ción con los de otra anteriormente conocida, se facilita y de esta manera las nociones adquiridas en lecciones precedentes, se acla- ran, adquieren mayor percisión y se fijan con mayor firmeza en la memoria. En las escuelas americanas viene empleándose con éxito en los grados superiores de la enseñanza elemental. Método de los tipos —El estudio de los hechos geográficos, particularizándolos, conociéndolos en sí mismos como unidades metódicas de la enseñanza, sería empresa irrealizable dentro de los límites del tiempo disponible para la enseñanza primaria. Ante esta dificultad insuperable, es necesario reducir la ense- ñanza de los hechos y principios geográficos, a los más impor- tantes, a fin de poner al niño en posesión de aquellos que pue- dan servir como tipo representativo de la noción genérica, el cual servirá para comprender con facilidad y rapidez, otros casos particulares cuyo estudio sea necesario. Este mismo procedimiento es el que sigue con las otras enseñanzas, cuando se las estudia inteligentemente. En gramática no se enseñan separadamente todas las palabras que expresan cualidad sino que se forma la noción del adjetivo, y a ésta refiere después el alumno los casos particulares para com- probar su identidad. Cuando en zoología y en botánica se estudia un ejemplar ti- po que ofrezca las características del género, se procede también con el mismo propósito de economizar esfuerzos a la inteligencia y ahorrar el tiempo que habría de emplearse en el examen parti- cular de todos los individuos que componen la clase estudiada. De la necesidad de abarcar el estudio total de la geografía re- duciéndola a un corto número de nociones básicas, surgió el méto- do de los tipos o método típico. Se funda en el estudio de determinadas áreas, poblaciones, in- dustrias o instituciones, que puedan servir de tipo de compara- ción para ilustrar nuevos casos de la misma naturaleza. A esas áreas-tipo, es a lo que Mercante llama lugar geográ- co. Este procedimiento permite la comprensión rápida y clara de las condiciones de otras áreas semejantes. La variedad de hechos en el campo de la geografía es enorme, pero el número de clases de hechos es reducido. El propósito del método es elegir un hecho tipo que represente la clase. “Una mina de carbón, dice Me Murry, estudiada en sí misma 370 RAFAEL FERNANDEZ y en sus relaciones múltiples con la vida del hombre, es el tipo casi perfecto de miles de minas de carbón, por no decir de todas las minas.” El estudio de los valores de una región, haciendo resaltar las relaciones causales, el estudio de la industria azucarera, el de una hacienda dedicada a la cría de ganado, el de una ciudad fabril, daría como resultado la formación de ideas-tipo que servi- rían admirablemente como un medio de interpretación no sólo de los valores geográficos nacionales sino también de los otros países extranjeros cuyas condiciones naturales, sean similares a las de Cuba. (Continuará.) BIBLIOGRAFIA I. Florilegio de sentencias griegas entresacadas de autores áticos y santos padres; por P. AxToNI0 GuascH, S. J. Barcelona, 1915. El P. Antonio Guasch, de la Compañía de Jesús, ha publica- do una colección de sentencias griegas con el fin, como lo indica en el Prólogo, de ayudar a los alumnos de la primera clase de eriego. Estas sentencias para que produzcan resultado favorable han sido graduadas cuidadosamente y en ello revela el distingui- do autor el conocimiento pedagógico que se requiere para que sea útil la obra al ser puesta en manos de aquellos que empiezan a conocer las maravillas del más hermoso de los idiomas. Divididas en tres series las sentencias que ha elegido, hace la traducción y análisis de las mismas con las oportunas indicaciones sintácticas que van fácilmente acostumbrando a los jóvenes a la construcción propia de este idioma. Siempre que resulte difícil para el alum- no darse idea exacta del sentido de una sentencia el autor la ex- plica cun claridad y a fin de que todo no sea esfuerzo personal de quien ya no tiene que aprender, suprime a veces las traduccio- nes y análisis de algunos números para que el alumno pueda, co- mo dice el P. Guasch, hacer un ensayo de traducción por su cuen- ta ayudándose del diccionario y de las indicaciones del profesor. Con cuánta razón ha dicho Maunoury que nunca volará el pá- jaro si no se atreve a confiar en sus alas. Al terminarse la segunda serie se indican las reglas de gra- mática confirmadas con ejemplos de las sentencias áticas; las re- lativas al dual, pronombres, comparativos y superlativos, adje- tivos verbales, régimen de los adjetivos, régimen de verbos, ete., ahí están señalados. Ha querido el autor una vez que el alumno se haya familiarizado con la construcción griega reafirmar sus conocimientos indicando la parte teórica, al revés de“lo que con frecuencia se hace atiborrando la mente de los alumnos de teo- rías que no dominan y por tanto no saben aplicar. La parte prác- tica en la enseñanza de las lenguas es muy esencial para su rá- pido aprendizaje; por eso es que la obra del P. Guasch ha de ser 372 BIBLIOGRAFIA beneficiosa. Indica el autor que el alumno deberá consultar con muchísimo fruto la Gramática de la lengua griega, compuesta por los Profesores de Veruela; es lógico que tal cosa se indique si se la toma como base de este estudio, mas los progresos de la cien- cia del lenguaje, demuestran que otro deberá ser el método científico de exposición que deba regir para enseñarse este idioma. Exac- tamente como ha hecho con la primera serie lo hace con la terce- ra compuesta toda ella de fragmentos de Santos Padres: los vo- cablos que pudieran presentar alguna dificultad allí aparecen in- dicados. Por último, termina su Florilegio el P. Guaseh con un apéndice en el que trata de los ejercicios para clase y tareas de composición, inspirados, como dice en las indicaciones del Ratio Studiorum por lo que la flexión de nombres y verbos ha de ser el alma de las clases de gramática y el fundamento firme y ca- mino único para poseer con perfección la lengua que se estudie. No somos partidarios en lo absoluto de este sistema que atrofia la mente mientras vigoriza la memoria de modo muy principal, mas ello no empece para que coincidamos en la importancia que para el aprendizaje del griego tiene el perfecto conocimiento de su morfología. II. Filosofía de la civilización. Didáctica escolar; por Fraxcisco FÉ1IX BaAYón. Buenos Aires, 1914. Hemos leído con mucho gusto e interés el libro que ha publi- cado el Sr. Bayón no sólo por los puntos de vista por él tratados sino por las ideas que ha querido consignar en sus diversas pági- nas. Con muchas de ellas estamos del todo conforme: revelan un concepto exacto de las cosas y una observación que le ha permiti- do defenderlas con calor. Toda enseñanza que no se ajuste a la sociedad en que ha de ser adoptada no puede producir resul- tados excelentes y ha de tropezar con múltiples escollos. Las cosas pueden ser buenas para ún medio y no encajar en otro si no se modifican y si no hay orientación fija, ni concepto de lo que la enseñanza debe ser; deficiente habrá de resultar la distribución de las materias y nulo el beneficio que se quiera obtener. Mucha razón tiene el autor al referirse al interés que debe demostrar el Estado para que la juventud adquiera desde temprano ten- dencias y aspiraciones fijas, que arraiguen profundamente en su espíritu; por falta de ellas se notan los frecuentes fracasos, el BIBLIOGRAFIA 37 [du] desaliento que se apodera del joven y lo imútil que se hace en el medio en que se desenvuelve; para evitar ésto aconseja el Sr. Bayon que se establezcan dos ciclos de enseñanza secundaria a fin de que la mente de los estudiantes se determine en una u otra ruta y así pueda alcanzar con amor los estudios que más le agraden y ser útil a la sociedad. Indica este escritor que ha habido exageraciones tanto en la enseñanza clásica como en la social por lo que debe buscarse el equilibrio, pues a la escuela se acude para instruirse y obtener nociones de utilidad práctica. Aunque en algunos casos diferimos del Sr. Bayón ello no obsta para que afirmemos que en la ge- neralidad de ellos se inspira en un criterio sano y razonable; por eso sóbrale fundamento al criticar la exageración de la ense- ñanza clásica por entender que también pueden derivarse bene- ficios de aquella que no lo sea y por que el concepto de clásico descansando en lo notable, original, superior, modelo, no debe circunscribírsele a un campo determinado, pues el derecho, como dice, tiene tanta influencia sobre el espíritu y la disciplina mental como el latín. También son atinadas las observaciones referentes a la exageración pedagógica que traen exceso de materias por es- tudiar en los planes de estudios de los países latinos, mientras que en aquellas naciones que se han dado buena cuenta de lo que a cada plan conviene sólo se hacen los estudios que sean propios dejan- do a un lado los innecesarios. Muy sanos son los consejos que da en su artículo La democra- cia en la escuela, como elevado y patriótico es cuanto consigna en el titulado Sentimiento nacional, afirmando que el culto a la ban- dera debe ir siempre unido al desarrollo del sentimiento nacional. Digno de ser tomado en consideración cuanto expresa al exponer sus ideas sobre las Universidades, señalando las dos orientaciones que en ellas se advierten: una, como Institutos administrativos dependientes del Estado y encargados de dar patentes de habili- taciones profesionales y otra como corporaciones autónomas de carácter social que educan a las personas para que puedan vivir en sociedad. El primer concepto, añade, se advierte en los países latinos sobre todo en los pueblos hispano-americanos y el segundo, es característico de los pueblos anelo-sajones para los que son las Universidades verdaderos centros de cultura social y científica abiertos a todo el mundo de acuerdo con gradaciones discretas. Tiene sobrada razón en todo lo que dice; por fortuna nuestro eri- 374 BIBLIOGRAFIA terio va aproximándose al de los anglo-sajones y así lo viene demostrando la Facultad de Letras y Ciencias desde hace años, pues quiere que la Universidad no sea un centro con planes rígl- dos cerrados, sino que salga de su recinto, se haga sentir en to- da la República, ofrezca sus servicios al bien de la Patria, y haga los esfuerzos necesarios no sólo por elevar la cultura del pueblo sino por poner al alcance de las necesidades sus valiosos servi- cios. Aulas libres y cursos para todo el mundo, donde profese el hombre competente y aprendan cuantos quieran sin obtener un título lo que necesiten, debe ser al lado de su enseñanza oficial lo que ofrezcan estos Centros de superior cultura, pues como dice justificadamente el Sr. Bayon toda Universidad que se con- crete a ser mera oficina administrativa con la sola finalidad de expedir títulos tiene que resultar un fósil que debe pasar a la his- toria. Recomendamos la lectura de este libro, que tan buena impre- sión nos ha producido. III. Words of Speaking and Saying in the Indo-Europeán Languages; by CarL D. Buck. Baltimore, 1915. El Profesor Buck de la Universidad de Chicago ha hecho un estudio tan erudito como interesante acerca de la semántica de aquellas voces que en el campo de las lenguas indoeuropeas llevan en sí la idea de hablar y de decir; y algo parecido a lo que hizo el inolvidable Bréal en la Revue des études grecques (1901) con aquellos verbos que significan hablar aunque separándose del gran lingiista en algunos puntos relativos a la historia de aque- llas palabras sobre las que hubo de discurrir. Inicia Buck su la- bor afirmando que en la esfera de la semántica ningún grupo de palabras puede ofrecer mayor interés para el aficionado a estos estudios que aquellos que llevan en sí dentro del lenguaje articu- lado la idea de hablar, decir, palabra, lenguaje. Comparadas las expresiones usuales relativas a hablar y decir en los diversos idio- mas de la familia indoeuropea nótanse las mayores diversidades a pesar de la serie de raíces afines aplicadas en cierto modo al lenguaje articulado. Observa Buck cómo la raíz ueq! adverti- da en la mayor parte de las ramas de la familia aria sólo ha pro- porcionado el verbo común que lleva la idea de hablar, decir en sólo dos: en la indo-eraniana y en la griega, y que otras raí- BIBLIOGRAFIA 315 ces como seq”,uer, bha han tenido asimismo igual significación en la lengua madre, en tanto que gran número de voces han dado las ideas de decir y hablar de modo independiente unas en tiempos prehistóricos y otras removiendo antiguas expresiones en el pe- ríodo histórico. En inglés la significación de los verbos speal y say resulta fija, por lo que raramente se advierte la mutua permutación. Indica Buck cómo en las lenguas indoeuropeas se admiten pares de voces con las mismas distinciones que en speak y say en inglés; de ahí en latín loquor y dico; en francés parler y dire, en alemán sprechen y sagen. Analizadas las lenguas modernas, se ve que hay un verbo para hablar y otro para decir, debiéndose la gran variedad de dicciones para explicar estas dos ideas, dentro de las lenguas indoeuropeas, a los cambios habidos en los vocabularios hechos en sus períodos prehistóricos. Esta diver- sidad notada en el grupo no es de carácter absoluto, pues a ve- ces reina un espíritu de conservación bien determinado en la concordancia de las existentes lenguas germánicas respecto del verbo decir, en la persistencia del latín dico en las lenguas romanas, así como en el uso continuo de Ayo y elre. Trata después Buck de aquellas palabras que indicando al- guna clase de ruido, son por lo común fuente de los verbos de hablar, transformándose unos cuantos en verbos de decir. El inglés speak y el alemán sprechenm están relacionados con voces que expresan idea de ruido; el bohemio mluviti, sánerito bru y viejo búlearo mluva denotan ruido, tumulto. Isualmente pasa con el ruso govorit, antiguo persa gaub y antiguo búlgaro govoru que llevan la misma idea y hállanse relacionados con el lituano gauju, sánscrito jóguve y griego fp como el loquor latino lo está con el griego hackw, ¿haxkov y armenio zosem. En otro capítu- lo analiza aquellos verbos que con significación de decir, tuvieron la de señalar, imdicar en su raíz: así sánscrito dic, griego Selkvvpa, alemán zeigen y aparentemente en el latín indico. Con lo dicho basta para formarse una clara idea de la im- portancia del tema en que expone de modo tan erudito su opinión el muy ilustre profesor de la Universidad de Chicago, afirmando que si las voces que denotan ruido son la fuente común de los verbos de hablar, aleunos de los cuales hanse transformado en verbos de decir, también consigna que los que llevan idea de señalar, apuntar, aclarar, hacer saber, ete., ete. como significación ori- 376 BIBLIOGRAFIA ginal de la raíz, han sido fundamento de la acepción posterior , que han tenido. Esto es prueba evidente de los maravillosos efectos de la parte subjetiva del lenguaje, de ese gran elemento que postergado por los paleogramáticos ha sido muy apreciado por los neogramáticos en el funcionamiento del lenguaje. Dr. J. M. Drinmico. Profesor de Lingúística y de Filología. Prol MCU a as ar aa . Zoología (CL CUESO) e E Profesor Dr. Carlos de la Torre. PORRA ISO ra Amro polos ener al (CU A Dr. Luis Montané. CONFERENCIAS Sistema nervioso: morfología y funciones; su evolución en la serie zoológica y desarrollo + Dr. Arístides Mestre. entelrhombre ..... A O ENERO Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Arístides Mestre (Conservador del Museo Zoológico y Jefe de los trabajos prácticos del Laboratorio de Biología, ); Dr. Pablo Miquel (Jefe del Gabinete de Astronomía); Dr. Nicasio Silverio (Jefe del Gabinete de Física), ¡)r. Gerardo Fernández Abreu (Jefe del Laboratorio de Química ; y Dr. Jorge Hortsmann “Director del Jardín Botánico). Estos diversos servicios tienen sus respecti- vos ayudantes. —El «Museo Antropológico Montané» y el Laboratorio de Antropología tienen por Director al Profesor titular de la asignatura. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. José R. García Font. 3 ESCUELA DE PEDAGOGIA Esicolooís Pedagógica (Cl Curso)... 1 Elistoma de la Pedagogía (1 curso).....0...... - Profesor Dr. Alfredo M. Aguayo. Higiene Escolar (1 curso) A E e de Ne J Metodología Pedagógica (2 cursos).. ..... E E Dr. Luis Padró. Dio MEA ) Mao atar (ICUESO) Zea a 3 Sr “Esdro¡Órdoya: El profesor auxiliar de esta Escuela es el Dr. Luciano R. Martínez. Agrupada la carrera de Pedagogía en tres cursos, comprende también asignaturas que se estudian en otras Escuelas de la misma Facultad. El Director del Museo Peda- gógico es el Profesor titular de Metodología. 4. ESCUELA DE INGENIEROS, ELECTRICISTAS Y ARQUITECTOS Dibujo Topográfico estructural y arquitectónico. , 2 CR Acida - Profesor Sr. Eugenio Ravneri. Stereo tomas (1 CUESO iaa a da a e y Geodesia y Topografía (1 curso)......... A - S a E a ) ' do Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. Materiales de Construcción (1 curso) ......... ] Resistencia de Materiales. Estática Gráfica ' S e Menéso. sa Sr. Aurelio Sandoval. ( OI a ro a CLIO Tc Construcciones Civiles y Sanitarias (1 curso).. ) ENdrontecaica (El CUISO) oe ets cielaia eso a : Maquinaria (1 curso). A ds e Ingeniería de Caminos (3 cursos: puentes, fe- ] : > Dr. Luis de Aroz ; mocarniles calles y carreteras). comimos ¡ da) A DO7ABEDe Enseñanza especial de la Electricidad (3 cursos) e Sr. Ovidio Giberga. Arquitectura é Higiene de los Edificios (1 curso) ) Historia de la Arquitectura (1 curso).......... l - z E - : E Dr. Andrés Castellá. Contratos, Presupuestos y Legislación especial ( y ss a á la Ingeniería y Arquitectura (1 curso)..... ) Esta Escuela comprende las carreras de Ingeniero Civil, Ingeniero Electricista y Arquitecto; y son sus profesores Auxiliares: Sr. A. Fernández de Castro (Jefe del Labo- ratorio y Taller Mecánicos); y Sr. Plácido Jordán (Jefe del Laboratorio y Taller Eléctri- cos); con sus correspondientes ayudantes. El profesor auxiliar interino de la Escuela es el Dr. JoséR. Martínez. Endicha Escuela se estudia la carrera de Maestro de Obras; exigiéndose asignaturas que corresponden á otras Escuelas. 5. ESCUELA DE AGRONOMIA uímica Aerícola é Industrias Rurales (1 curso). a > Q Ss ( VU Profesor Dr. Francisco Henares. Babricación de azúcar (Í CUrso)........2...... J ANO MAUCA O o oa oo pa Sa | Aootecila (| CUrSO). occ... ... O : 2 Sr. José Cadenas. Brote cota (0 C4rSO) o. ca o a leo es Economía Rural y Contabilidad Agrícola (1 cur- 0) sas AAA y E AO OO alo: Ñ > z Legislación Rural y formación de Proyectos f ” o A EA A DS ) El profesor auxiliar de esta Escuela es el Dr. Buenaventura Rueda (Jefe de los Mu- seos y Laboratorios). Para los grados de Perito químico agrónomo y de Ingeniero agrónomo, se exigen estudios que se cursan en otras Escuelas. En la Secretaría de la Facultad, abierta al público todos los días hábiles de 1 45 de la tarde, se dan informes respecto á los detalles de la organización de sus diferentes Escuelas, distribución de los cursos en las carreras que se estudian, títulos, grados, dis- posiciones reglamentarias, incorporación de títulos extranjeros, etc. : AWISO Y LA REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS es bimestral. Se solicita de las publicaciones literarias ó científicas que reciban la REvISsTa, el canje co- rreSpondiente; y de los Centros de instruzción Ó Corporaciones á quienes se la remitamos, el envío de los periódicos, catálogos, etc., que publiquen: de ellos daremos cuenta en nuestra. sección bibliográfica. ] : == A Para todo lo concerniente á la Revista (administración, canje, remisión de obras, etc.) dirigirse al Sr. Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, Re- pública de Cuba. 5 Los autores son los únicos responsables de sus artículos; la REVISTA no se hace solidaria de las ideas sustentadas en los mismos. E NOTCGE AS The REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, will be issued every other month. E We respectfully solicit the corresponding exchange, and ask the Centres of Instruction and Corporations receiving it, to kindly send periodicals, catalogues, etc., published by them. A detailed account of work thus received will be published in our bibliographical section. Address all communications whether on business or otherwise, as also periodicals, printed matter, etc., to the Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, e República de Cuba. > AVIS La REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS parait tous les deux miois. On demande 1'échange des publications littéraires et scientifiques: 1l en sera fait un O rendu dans notre partie Pihosmiphaaaz: Z Pour tout ce qui concerne la Revue au point de vue de l'administration, échanges, envoi d'ouvrages, etc., on est prié de s'adresser au Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, | Universidad de la Habana, República de Cuba. Les auteurs sont seuls responsables de leurs articles, et la REvUuE n'est engagée par opinion personelle d'aucun d'eux. - . ES += h e ] OR IA CAE 4 Ñ la IDC! UN () (1 NN dl MM PON WI MN 09 0 10 Ú ' Ñ > Ai A TO 5 00280 3649