/ y UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA ' MUSEO DIRECTOR DE PUBLICACIONES: FÉLIX F. OUTES REVISTA DEL DIRECTOR Dr SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO, M. A. (Cantab.) TOMO XVII 0WÍm (SEGUNDA SERIE, TOMO IV) BUENOS AIRES IMPRENTA de coni hermanos 684, PERÚ, 684 1910-1911 ■ ■ $¿kÍ$ : 1 \* j ;'V A ' ?í v V-, .r ■; PUBLICACIONES DEL MUSEO DE LA PLATA ‘ . . . ■ - • igéc&Pmk--'^ ■ .: .vT ■ . •.i — - ■ 3 ' * ■ ¿¡MIA ' ' 1 • ''' • SEGUNDA SERIE É»»:^ riW-A'- <>$•.«*:»;?& r vi -f ? > ¡M&P .-;. • * /V T o n*nV.»ffli * ¿vÍIa ,1 - lno .„U!.. J „1 Hf«D/ t La segunda serie de las publicaciones del Museo de La Plata, com- prende los siguientes grupos i] ■ P¿v'-':4P ' ';Hil Í3>'fe¿ ANALES i vV En entregas en 4° mayor, y en las cuales se publican las memorias ori- ginales del personal científico idel Museo, que á causa de las planchas de gran formato que las acompañan, no pueden incluirse en la Revista. •• .' >, ' V " 3i' ' • ■■■ ■' , ■ ¿V." : ?■■' ■:> . ' BIBLIOTECA REVISTA en 8® mayor de 25 pliegos por lo menos, y en los cuales se ) publican, también, las memorias originales del personal científico del Museo y las de los colaboradores tanto del país como del extranjero. v '*■ Í:jvj¡jj¡¡¿.h^KP %k. % , b ’! • ’-’v’. ' Volúmenes en 8° menor de 25 pliegos por lo menos, que contienen tra- ducciones de obras y estudios publicados en el extranjero, relacionados con asuntos que sean tema de investigaciones en el Museo; lo mismo que series de artículos de vulgarización científica. \ . . ' CATÁLOGOS i ?>} En volúmenes en 8° menor, en los que se incluyen los inventarios ra- zonados ó simplemente enumerativos de las diversas colecciones del esta- blecimiento. JÉ '•> 4P‘ Uí> V:'v. hVüwsátt&wSiíiV.ív iV ' f '. > ■. "s-‘ UNIVERSIDAD NACIONAL DE DA PLATA REVISTA 1>BL MUSEO DE LA PLATA MUSEO DE LA PLATA (X )NS UJ ( ) ACA 1 )It)MICO Presidente : doctor Samuel A. Lafone Quevedo, M. A. (Cantal).). Consejero titular : ingeniero Nicolás Besio Moreno. — doctor .Juan Carlos Delfino. — doctor Enrique llenero Diicloux. doctor Roberto Lelnnann-N itsclie. — - doctor Santiago Rotli. — señor Guillermo Salom. Consejero sapiente: señor Carlos Brucli. — doctor Enrique J. Poussart. Secretario : señor Félix F. Cutes. AÜAJ ) AMIGOS HO A 0 11 A RIOS Y CORRESPONDI UNTUS NACIONALES ESCUELAS DE CIENCIAS NATURALES ACADÉMICO HONORARIO Doctor Angel Gallardo (Buenos Aires), 1907. ACADÉMICOS CO R R KSI’ON D I KNTUS Doctor Juan B. Ambrosetti (Buenos Aires), 1907. Doctor Francisco Latziua (Buenos Aires), 1907. Doctor Miguel Lillo (Tucumán), 1907. ingeniero Francisco Seguí (Buenos Aires), 1907. ESCUELA DE CIENCIAS QUÍMICAS ACADÉMICO HONORARIO Doctor Juan J. J. Kyle (Buenos Aires), 1907. MUSEO ÜE LA PLATA ACAJDÉM I (JOS I K INORA RK )S Y (JORRES PON 1)1 UNTES EXTRANJEROS ESCUELAS DE CIENCIAS NATURALES ACA OEM reos MONOICA RIOS S. A. S. Albert I de Monaco, 1910. Doctor Eligen Bülow Wanning (Dinamarca), 1907. Doctor Albert Gaiulry (Francia), 1907 f. Doctor Ernest Haeckel (Alemania), 1907. Doctor Théodore Jales Ernest Ilamy (Francia), 1907 f. Doctor Enrico Ilillyer Giglioli (Italia), 1909 f. Profesor William II. Ilolmes (Estados Unidos), 1907. Doctor Otto Nordenskjold (Suecia), 1907. Doctor Santiago Ramón y Cajal (España), 1907. Doctor Joliannes Ranke (Alemania), 1910. Profesor Eduard Sness (Austria-Hnngría) , 1907. Profesor Frederic Ward Pntnam (Estados Unidos), 1909. ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES Doctor I Ion i v Fairlield Osborn (Estados Unidos), 1907. Doctor Hernia, nn von lliering (Brasil), 1907. Doctor Yoshikiyo Koganei (Japón), 1907. Doctor Albert Angoste de Lapparent (Francia), 1907 f. Doctor Abraham Lissauer (Alemania), 1907 f. Doctor Richard Lydekker (Inglaterra), 1907. Doctor Rudolf Martin (Suiza), 1910. Doctor Stanilas Meunier (Francia), 1910. Doctor Gitisoppe Sergi (lia, lia), 1907. Doctor Gustav Steinrnann (Alemania), 1907. Doctor Paul Vidal de la Blaclie (Francia), 1907. Profesor J. Wardlaw Kedway (Estados Unidos), 1907. ESCUELA DE CIENCIAS QUÍMICAS ACA DÉM ICO MONOICA Ul< > Profesor VVilhein Ostwald (Alemania), 1907. ACA DÉM ICOS CORRESPONDI ENT ES Profesor Armand Gautier (Francia), 1907. Profesor José Rodríguez Carracido (España), 1908. Profesor Ilarvey W. VViley (Estados Unidos), 1907. MUSEO DE LA PLATA PERSONAL DIRECTIVO Y CIENTÍFICO DOCTOR SAMUEL A. LAFONE QUE VE DO, M. A. (Cantab.) Director DOCTOR ENRIQUE HERRERO DUCLOlJX Vicedireclor SEÑOR FÉLIX F. OUTKS Secretario, bibliotecario y director «lo puhl¡ca«'ioiie4 DOCTOR I’. AREL SANCHEZ DÍAZ ESCUELAS DE CIENCIAS NATURALES DOCTOR SANTIAGO RUTH .Ule de sección y profesor «le (;e«d»g¡& y Paleontología DOCTOR GUALTERIO SCHILLEK Jefe «ie sección y profesor de Mineralogía DOCTOR CARLOS SPEGAZZINI Jefe de sección y profesor do Botánica DOCTOR EMILIO 1‘. MKINKCKK Profesor suplente do Botánica SEÑOR AUGUSTO SOALA Profesor adjunto de Botánica SEÑOR CARIAIS BKUC1Í Jefe do sección y profesor de Zoología DOCTOR MIGUEL FERNÁNDEZ Profesor adjunto de ZmdnglH y «lo Anatomía comparada DOCTOR LUIS l'.of-.ul K'ljlMI SEÑOR HORACIO ARDI TI Profesor suplente «le Zoología DOCTOR SAMUEL A. LAFONE QUEVKIIO Profesor de Lingüistica DOCTOR ROBERTO LEHMANN-NITSOHE Jefe de sección y profesor «lo Antropología SEÑOR FÉLIX V. OUTKS Profesor suplente de Antropología SEÑOR FÉLIX F. CUTES Profesor adjunto de fcluografia SEÑOR VALENTÍN BERRÜNDO Profesor do Googiafiu política y económica INGENIERO N. 1IESIO MORENO ProfeMir «le (‘arlografia MARÍA TORRES .1 ,!.■ Ai.|„ri.l.Wi» ESCUELA DE CIENCIAS' QUIMICAS DOCTOR ENRIQUE HERRERO DUCLOUX Director y profesor «le Química analítica DOCTOR FEDERICO LANDOLVII Profenur .io Quimil. ..rgai.ic» DOCTOR ENRIQUE J. I’OUSSART Profesor do Química general SEÑOR GUILLERMO SAI.OM Profesor do Farmacología y Farmacia practica SEÑOR KDELM1RO CALVO Profesor adjunto de Química orgánico farmacéutica INGENIERO ALEJANDRO BOTTO Piofcsor adjunto de Química analítica cuaülutuu geuoial DOCTOR ALEJANDRO OVUELA Profesor «le Terapéutica DOCTOR JUAN C. DELFINO Profesor «lo Higiene DOCTOR GUILLERMO F. SC1IAKKEU Profesor «le Química analítica especial DOCTOR PEDRO T. VIGNAU Profesor adjunto de Química analítica SEÑOR LEOPOLDO HERRERO DUCLOUX Profesor suplente de Química analítica cuantitativa DOCTOR P. ABEL SÁNCHEZ DÍAZ Profesor suplente do Química general DOCTOR ATILIO HADO profesor atíplenle «le Química analítica especial DOCTOR SEGUNDO J. TIEG1II Profesor suplente de Química orgánica ESCUELA ANEXA DE DIBUJO SEÑOR E. COUTARET Profesor de Dilmjo geométrico y do perspectiva SEÑOR A. BOUOHON V 1 LLE Profesor «le Dibujo carlográlico y de ieli"'e SEÑOR M. ROSSO Profesor «le Dibujo nuluml SEÑOR M. MALHARRO Profesor de Dibujo de arlo y pintuia ..SEÑOR R. BERGHMANS Profcoor de Caligrafía DOCTOR ROBERTO LEHMAN N NITSCI1E Profesor de Anatomía mlíslic» UNIVERSIDAD NACIONAL DE UA PLATA MUSEO DIRECTOR DE FUIJLICACIONES : FÉLIX F. OPTES REVISTA DICE MUSEO DE LA PLATA DIRECTOR í)' SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO, M. A. (Cantal».) TOMO XVII (segunda serie, tomo iv) BUENOS AIRES IMPRENTA I>E PONI HERMANOS (584, PERÚ, (584 1910-1911 LAS LENGUAS i>!<; Tiro (¡ II A Y (4 II R Ú V CHIQUITO COMPARADAS1 Pulí 1:1. Piíok. SAMUEL A. LAEONE CpJEVEIM) M. A. (Canta». ) l)ira El contacto geográfico; 4a La casi identidad do la raíces pronominales; 5a La existencia de esta, identidad de raíces pronominales entre mu- chas otras naciones de indios que no son ni (luaycurú ni Chiqui taños por su tipo, pero que son más ó menos limítrofes; (¡a Que la, voz «Agua» sea. Nctagat en Toba, flvat/ayacca en Mocoví, Niof/odi en Mbayá, linó pe en Abipón; voces (pie no se entroncan así no más en una, sola radical ; ' 7a La, existencia en lengua (Jhiquitana, del plural inclusivo y exclu- sivo de primera persona,, es decir, del (pie admite igualdad con el que oye ó que lo desprecia. El Chiquitano era más culto que el Guaycurú y por ésto aquel se valía, de este recurso gramatical, mientras (pie éste no lo hacía preciso, porque una, vez admitido en su nación, cualquier indi- viduo gozaría, de perfecta, igualdad. 10 II Procediendo, pues, en vista, de las consideraciones (pie se acaban de enumerar no lie trepidado en hacer el estudio comparativo de las len- guas dichas (¡uaycurú y Chiquitana sobre la base exclusiva de los pro nombres y articulaciones pronominales de velación personal. Los vocablos indígenas por lo general, y en especial en estos idiomas < le (pie se trata, no pasan de ser temas complejos formados de una ó más raíces significativas con una ó más partículas que llamaremos alijos gra- maticales: estos alijos si se anteponen á la raíz verbal se dicen prefijos, sufijos si se posponen y si el lugar que ocupan en el tema completo es interior pasan entonces á. llamarse infijos. Dada, pues, esta calidad compleja de las palabras indias, y las dificul- tades (pie so nos presentan al querer reducir estos temas á sus verdade- ras raíces simples y articulaciones de mero valor gramatical, he prefe- rido excluir esta prueba de mi investigación. Los vocabularios en los más de los casos son deficientes, y aunque no lo fuesen representan a los idiomas en su última y no en su primera época, de suerte que las raíces de origen rara vez ó nunca suelen destacarse. Hay otra dificultad: no siempre el nombre de una sola cosa en varios idiomas, aunque sea de la misma familia, representa el mismo concepto : ejemplo gráfico, en una lengua la oreja se designa como « hoja de la cara», (pie puede no ser el concepto del codialecto. 10n el caso ya citado de (pie la voz (pie dice « Agua » se expresa de cuatro diferentes modos en los cuatro codialectos de la familia. Guaycurú, tenemos que buscar una raíz común que justifique la idciPtidad de procedencia; en seguida daremos el cuadro de equivalencias ¡i los efectos de la comparación fácil : Agua 1 . Toba : Natuf/n/at. (¡uaycurú general 2. Moco vi : i’J €<((/<( i/acca . .'i. Mbayáy (¡uaycurú : Nioijodi. (¡uaycurú especial: 4. Abipón: b'nópc. ICn los primeros I res ejemplos hay una raíz AGA, vel, 0G0 (pie parece ser común entre sí, y que yo emparentó con la otra OCCO del Quichua (pie dice « mojar» y también con el nombre de ciudad Cuzco, a parla1 de muchas voces que dicen « agua » en varias lenguas del interior de nues- tra América. (Véase Martius, 1 Yo vienta m m l u ng lirusilimixcher Spracheu, pág. ¡¿74-284.) 11 Patente está que la tal miz OGO, sea cual fuere su pronunciación, forma, parte de un tema, complejo «pie responde si aeree, iones extrañas á la raíz; pero ¿qué diremos de la equivalencia Abipona? Aquí no cabe la raíz OGO, y sin embargo nadie lia dudado jamás, ni se duda boy, que el Abipón sólo difiere en su fónetismo del más puro tipo «le lengua, ( ruayeurú. En el cuadro 1 podrán compararse varios otros vocablos de conocida importancia, y allí s Quichua; mas como s muy distinto tiene que clasificarse como lengua, también muy de otra, filiación. Nombres Quichua: Ñoca, yo; (Mm, tú; /'«//, él. Aymará: Naya, yo l; Huma, tú; ¡lupa, él. Quichua: Mama- y, mi; Mama-yqni , tu; Mama n, su madre. Aymará: ’JIilá-ha mi; ’Hilá-ma, tu; ’líHá-pa., su hermano. Verbos Quichua: Muna-ni, yo; Mnna-nqni, tú; Mana n , él ama. Aymará: Chura-’ta, yo; Chura-ta, tú; Glmr-i, él da. He omiten las plurales en «pie asoman aún mayores discrepancias, pero basta con la nuestra. Oportunamente, pero , t iraje aparte 2.) 1 Samuki, A. IjAKoni.; (¡iiuvudo, Heeista del Museo de La ríala, lomo V, etc. Tirada aparte se cita siempre. ISiIS. * lioletín del Instílalo f/eo¡irdjioo anjcniiuo, tomo XXI, etc.. MiineiiFuio Singular l’lurnl Mío Y-ogygot. Vóolcté. Tuyo A-ogygot. Aokoté. Suyo Ijo-ogygot. Lolcoté. Nuestro . . . Codo-of/yf/ot. Codolí ote. Vuestro Codo-ogygochi . Codohtchidii. Suyo Lo-ogygot. Lolcoté. Femenino Singular l’lurnl Mía Yolcté. Yoktfíl. Tuya Aolclé. Aolclcl. Suya Loolctó. Loolclcl. Nuestra Codoldé. Codolctd. Vuestra Codolccli idn. Codolctel-dn. Suya Lolcté. Lolctcl \ lín este cuadro con toda facilidad se pueden aislar los prefijos típicos de relación personal, notándose a la ve/- algunas otras partículas más que. sirven para, precisar el concepto del tema léxico. Tenemos, pues : 1° Las seis partículas iniciales (pie determinan la relación de persona, en todos los cuatro casos, á saber : a) « mi », « nuestro », etc. ; b) « mis », «nuestros», (de.; o) «mía.», «nuestra»; d) «mías», « nuestras », etc., son : Singular l’lurnl i. r. 1. Cod. 2. A. 2. Cod-i 3. l. 3. L. 2o Para los casos del plural simple y complejo de segunda persona adoptan un recurso gramatical muy ingenioso: el sufijo T á secas deter- 1 En este paradigma se observa : Io Que la T final es termina, eión de masculino en singular; 2° (pie la E en igual colocación lo es de femenino en el mismo número; 3o (pie como la, E así colocada, es de femenino, puede serlo de plural en ambos góneros ; 4o (pie la L final es de plural fe, menino. 14 mina masculino, si se le sulija una E aguda (es decir acentuada), y se substituye por K el sonido GRG ', producimos el plural complejo « mis », «nuestros», etc.; toda confusión que podría resultar en la segunda per- sona de los plurales se evita, muy sencillamente por medio de unas par- tículas finales que fijan la diferencia, entre temas con prelijos KOD de primera y segunda estos sufijos son : CHI para «vuestro», CHIDII para « vuestros » ; y CHXDII para «vues- tra» con LDII para «vuestras», El primer CHI resulta del «chicheo» de la T final característica de este masculino al herir la I, sufijo indis- pensable de segunda en plural, mientras que DII aumentado en el plural complejo «nuestros» responde á un demostrativo TI, degenarado en DI, que encierra un sonido TE óDE, terminación femenina, y representa una sincopación de este DE con el sufijo característico del, así : DEI — DEI por asimilación DII. Se repite una vez más que las formas plurales siem- pre se inclinan á las del femenino, como se puede deducir del paradigma (pie estamos analizando. El infijo L aquí determina el plural más sencillo que conocen las len- guas de esta, familia, y siempre se usa para decir « mis», «tus», etc., en las posesivaciones de nombres substantivos. El oído (¡uaycurú -Toba no podría tolerar una partícula, final CHI de segunda con relación «á. sexo ó género femenino sin calificarlo con ese DII pro DEI que ponía las con- cordancias en su propio lugar. El poder asimilativo de esta I final en el Mocoví es una. de las especialidades de su fonología, y si alguien duda, de S. A. Lakonio Cpinvnno, Mocoví, tirada aparto, páginas 7 y s. (Ver nota 2, pá- gina 7.) varias I (Mi^Míis americanas, y que hasta sirve para verbo substantivo. De todas las radicales pronominales ó demostrativas ninguna ofrece más interés que la. que se representa por el sonido L, por el papel tan importante (pie desempeña, no sólo en los idiomas de la gran familia Guaycurú, sino también en las del grupo Mataco, y aun del Tonocoté ó Lule de Maehoni, etc. Á lo l sufijo usual de masculino. Halám (Toba, 1000), Al-lam .(Moeoví), Talo (Mbayá), Elay Lela { Abi- pón), son todas cuatro diferentes formas de «él » ó «ella », de las que fácilmente se extracta la L que les sirve para la partícula pronominal de que tanto uso hacen estos idiomas en su posesivación de tercera. 101 sonido L encierra muchos misterios; porque en los idiomas de la estirpe Mataca podría intercambiarse con R, como lo mismo en Gua- raní; pero la R en los idiomas de tipo Guayctirú es más bien inter- cambiable con D: los cambios fonológicos desde el Mataco hasta el Gua- raní vía. el Chaco Guaycurú merecen un estudio especial. La última raíz pronominal que asoma en esta, familia, de idiomas es la S, que según parece indica, movimiento. Hasta aquí no se lia podido lijar en el dialecto Mbayá, porque las fotografías aun están sin transcribirse en lo (pie es el vocabulario. Dsó, Asó , « ésto ó ésta., etc., (pie se va », Toba, 1900; Ksosandy, « aquél caminando», 1000; Eso, «moviéndose», Moeoví; Míala í, «visto que anda», Abipón, todo es uno, porque las ecuaciones H — S y A — O explican la forma, Elialiá de este último idioma. Conviene comparar el suíijo Ha en muchos de los temas del Toba de Barcena, v. gr. : Itá, «padre», I-tahá, Ada-ta-liá, Le-tha-lm, «mi, tu, su padre», donde se ve que Itá es en realidad « mi padre» y no «padre», y (pie el sufijo Ha es una redundancia. 4. Nota á la primera persona del plural. — En el plural observamos casi la misma identidad (pie resulta en el singular, pero hasta donde alcanzan las variantes no dejan de ser curiosas. En la primera persona el Toba, de las dos épocas (1(500 y 1900) omite ' lineo algún tiempo que so ha demostrado «pío un idioma, dif'ícilmonto puedo ser á la voz Lulo y Tonocoté : la carta del padre üárccnn en el tomo 11 de las Relacionen (rcot/váfican de Ximénoz do la Espada., etc., lo lian puesto en evidencia. 2 La, partícula L no falta indirectamente como final do plural. REV. MUSEO !.A I* LATA. — T. IV. (VIII, Jll, 1010) ¡I 24 el prolijo O dol Moooví y Mbayá, A -t y tío, donde se establece el intercambio y degeneración de los sonidos H, J, S, etc. Allí constan las interequivalencias que existen entre estos sonidos, y si se desea entrar mas en detalles ocúrrase al Mocoví 4 del mismo autor, páginas 12 y Id. La propensión déla gente de Cata-marca, Santiago, etc., aun hoy de con fundir los sonidos H y S es notoria, y aun la. gente culta cae en la inco- rrección de decir vojotroj por «nosotros», y así en Quichua tme por Inte, « uno », sucha por hacha , « silvestre», « del monte ». Así se explica, pues, ese A por HA que en Abipón hace las veces de prefijo SA de primera persona; y ello se comprueba con la forma alargada AJA, porque éstas siempre obligan á reaparecer sonidos' ocultos en cada lema sincopado, como en Mocoví cuando á un tema de singular se suíijan las partículas adicionales de. posesivo ó de plural. La E es un recuerdo del Mbayáylo mismo el caso de prefijo Y verbal (véase pág. 183 de la obra citada). La E como la EJ es probable que naz- can de una sincopación del diptongo AY. Los prefijos ÑI, RI, GRI, LI no hacen más que seguir la norma del Mocoví, como que este idioma y el Abipón, no obstante sus variantes fonéticas, se hallan íntimamente ligados. (Ja.be aquí preguntar ¿de dónde sacarían el Mocoví y el Toba su incli- nación á. expresar la relación personal de sus verbos con el sonido S y el Abipón con la letra que vocaliza la sibilante y que en esta combina- ción nunca es I1 *? Téngase presente que en Ay mará 3 HA es «yo» ó «mi» y SSA, «nosotros», en las combinaciones verbales. (Ion tacto con las gentes del i 8. A. r.A L.'ONK Qukvkik», Idioma Abipón, páginas citadas. 4 8. A. Lakonk Quuviído, Mocoví, manuscrito del padre fray Francisco Tavolini de la Orden franciscana, lugar citado. 8 Véanse las gramáticas do llortonio y do Middondorf. Perú lia, habido como so irá, demostrando, y a -j . . . CAD A CAD, etc. A, etc. L. ETE L ó N, etc. ETE, etc.1 2 5. Nota á la set/unda persona del plural en la articulación verbal. — El sonido resaltante de esta persona, y número en el Toba, es el déla C, que al fin no pasa de ser un refuerzo demostrativo de primera en plural y de segunda persona en ambos números. La partícula CAN puede ser la primera y segunda, pero el sufijo I en este caso determina el sentido de la persona respectiva; en igual caso se halla la partícula. CO; pero CAU (en 1(500 y en 1900 :l) es propia de segunda persona, y es una expansión reforzada del AU del singular; y como AU se lia derivado por degene- ración fonética de AM, CAU se derivará de CAM, mediante formas HAM ó JAM = AM = AU. En cuanto al Mocoví valga, lo dicho en la articulación del singular; y otro tanto por lo que respecta, al Abipón, previniéndose que el sufijo I de este idioma se dobla, en el plural, mientras que en aquel idioma pare- ce que basta con intensificar el acento agudo. Siempre se insiste en que los prefijos de refuerzo GR del Abipón deben identificarse con el ARD del Mocoví. 1 «Se llama la atención ;í esa H do tercera persona,, singular y plural, que se en- cuentra en el Toba y que responde ¡í, la, A sin H de primera persona en el Abipón. 2 lite, equivale á, las partículas de pluralidad que hay que sulijar al teína, óste se introduce mitre el prefijo y el dicho sufijo. 2 1(100. Manuscrito dicho del padre Barcena, >S. J.; 11)00. Toba de Taceaijalé del padre Ducei. :ís lín Mbaya tanto el prefijo A cuanto el otro CAD llevan una partícula final de pluralidad, DIGUAYI. En este idioma desaparece del todo la I final de segunda persona, sin duda porque no líate falta, desdi- que los prefijos de relación personal son claros sin presentar riesgo alguno de confusión. (i. Nota á la toreara persona del plural en la articulación corlad. — Los prefijos éstos son los del singular ya suficientemente explicados, faltán- doles sólo las partículas que deberán su fijarse en razón de pluralidad, las que no es del caso enumerar; baste «píese diga que en el Mbaya ésta es el mismo DIGUAYI de la segunda persona. Vil RliSUMlíN DIO LA ARTIDULAIUÓN PRONOMINAL TIPO (¡PAVlUIRl'l Ya se lia discutido suficientemente el valor de las partículas de reía ción personal, tanto en la posesivación de los nombres cuanto en la con- jugación délos verbos, así que podremos proceder á establecer un esque- ma pronominal que revista ciertos caracteres generales en su base, sirviéndonos así para instituir parangones con las demás lenguas cir- cunvecinas: lenguas éstas con lasqué los idiomas de la gran familia Uuayeurú de los Chacos tuvieron ó pudieron tener contactos étnicos, y desde luego lingüísticos. En el Toba los cuadros de las partículas pronominales nos dejan estos sonidos radicales : Afijos de posesivación Singular 1. I ó Y (prefijo con refuerzo ó sin él). 2. A (prefijo con refuerzo ó sin él). 3. Ló N (con afijos fonéticos, etc.). Plural ' 1. O y A (con refuerzos demostrativos). 2. A (con refuerzos y sufijo i). fi. LóN (con afijos fonéticos). — 39 Afijos de verbos Singular 1. S ó I (I cuando precede refuerzo). 2. A (con refuerzo ó sin <51). 3. Y, N, D, H. Plural 1. S, I (cuando se refuerza): O y A (con refuerzo). 2. A (con refuerzo 1 y afijo i). 3. Y, N, D, H. He aquí la articulación Toba en su forma más simple. 151 M.ocoví, como idioma más afin del Toba, se considera en seguida, y su articulación en sus elementos más simples se reduce á lo siguiente: Afijos de posesivación Singular 1 . I ó Y (prefijo con refuerzo ó sin él). 2. A y sin A (pero con refuerzo), Q 2 (siempre sufijo I). 3. L, D, N, R. Plural 1. O (con refuerzo), A (con refuerzo especial). 2'. A (con refuerzo), siempre sufijo I. 3. L, N, D, R. Afijos de verbos Singular 1. S ó I (éste con refuerzo que precede). 2. O ', A, lo general es simple sufijo I, á veces refuerzo inicial sin vocal. 3. Y, D, N. • (¿no á voces produce por sincopación O, como por ejemplo CAU — CO. (Véase página 24, nota 3.) 2 Esta O resulta de sincopación de A con refuerzo U = M, así : AM = AU = O. TiEV. MUSEO LA PLATA. — T. IV. (VIII, 11, 1010) 4 — 40 — Plural h O (con refuerzo), A (con refuerzo especial). 13. A y O siempre con sufijo I, á veces lleva refuerzo inicial sin vocal. X Y, D, N. La fonología’ respectiva del M baya, Mocoví y Toba nos obliga á reu- nir estos fres codialectos en un mismo grupo, y parece que sobre ésto no cabe la menor duda; lie aquí lo que nos da el Mbayá : Afijos de posesivación Singular 1. 1 ó Y (prefijo con refuerzo ó sin él). 2. A (con refuerzo uno ó más sin sufijo I), a. L ó N. Plural 1 . O (con refuerzo ó refuerzos). 2. A (con refuerzo, sin sufijo I). a. L ó N. Afijos verbales Singular 1 . YA ó I (prefijo). 2. A (con refuerzos pero sin la I final), a. L ó ETE. Plural 1. YA y O (con refuerzo) b 2. A y A (con refuerzo) sin I lina! b 3. L y ETE b El Abipón por el estado en (pie se baila su articulación pronominal se resiste ¡j, la simplificación á (pie hemos reducido los otros fres codia- lectos : 1 Pili primera .sufijo do pluralidad AGA. 4 Pn segunda sufijo de pluralidad DIGTJ A YX. 3 En tercera, sufijo de pluralidad DIGUAY1. — 41 Afijos de posesivacion (Ungular 1. I ó Y (prefi jo con refuerzo ó sin él). 1!. A (ó sin A pero con refuerzo), sufijo I. L, N, GR (con refuerzo eufónico ó sin él). Plural 1. Refuerzo demostrativo, A con refuerzo especial. 2. A (con refuerzo ó éste sin A), sufijo I. •'!. L, N, GR (como en singular). Afijos verbales Singular 1 . J pro S, Y, I (siempre con refuerzo). 2. A (ó sin A, pero refuerzo), sufijo I. • >. Y, GR, N, L, Y (con refuerzo eufónico). lia ral 1 . J pro S, 0 (con refuerzo), I (con refuerzo), GR. 2. A (todo como en singular), sufijo I. ;>. Y, etc. (como en singular). VIH ÁBRESE LA COMPARACIÓN CON LOS PRONOMBRES DE TIPO CHIQUITO (Jone, luida nuestra reducción de los afi jos pronominales en estos cua- tro idiomas á sus formas más elementales, cabe esta pregunta : ¿Qué otra gran familia de lenguas existe más ó menos inmediata, geográfica- mente hablando, á las ya dichas, que nos presente iguales ó aun mayores complicaciones en sus series de partículas con relación personal ? La contestación se impone : ella no puede ser otra que los varios codialectos de esa gran agrupación de naciones ó tribus de indios á que los Espafio- — 42 -- lea aplicaron por nombre el apodo de Chiquitos, por la puerta pequeñí- sima (pie daba entrada á aus runchos ó bohíos Para el estudio siguiente nos liemos servido del excelente Arte y Vo- cabulario (le la lengua Chiquita, publicado por loa señores L. Adam y Y. llenry (Maiaonneuve. París, 1880) y de los cuadros que figuran en las páginas 12 y .'11 . Antes de pasar adelante establezcamos las siguientes interequivalen- eias fonéticas : X -- SS ó X Gallega, Catalana ó Portuguesa y Sch Alema na, es de- cir que es una S gruesa. Z — ts, sonido complejo muy común entre los idiomas de la región Chiquitos y Alto Perú. Página 1 de la obra citada. Según se ve en los cuadros Y y VI, cinco son las declinaciones y otras tantas las conjugaciones, con arreglo á sus articulaciones de relación personal : en la posesivación de los nombres la «Ia, 4a y 5a se dividen en tres subclases; en la conjugación las mismas .'Ia, 4a y 5a sufren dos modi- ficaciones en cada caso. Con los dichos cuadros á la vista resulta que los afijos de relación personal simplificados se reducen á lo siguiente: Afijos de posesivación Siiii/idar 1. I ó Y (con refuerzo ó sin él), Z (id.), prefijo. 2. A (con refuerzo ó sin él); en la 5a también sin id. 3. I ó Y (con sufijo: stii, y refuerzo ó sin él, varonil); basta también en la 5a con el sufijo. 3. I (con sufijo: s, mujeril), lo demás como en el varonil. Plural 1. (Incl.) O vel U, Z (con refuerzo ó sin él), prefijo; (ICxcl.) O vel U (con refuerzo especial y Z inicial), id. 2. A con refuerzo siempre. 3. I ó Y, con refuerzo ó sin él, siempre con sufijo SMA, varonil. 3. I ó Y, O vel U, con refuerzo y sufijo mujeril S. 1 Según la tradición vulgar, ipie será ó no será bien fundada, siendo esto lo más probable. — 43 Afijos verbales Singular 1.16 Y, X, Z, prolijos con refuerzo 6 sin él y el sufijo CA. 2. A, Y (una vez), AU, con refuerzo ó sin él, sufijo CA. 3. I, B, M, U, con refuerzo 6 sin él, sufijo varonil TU, en dos casos CATTI : puede faltar el prolijo. 3. Mujeril como el varonil, sin sufijo, y en los mismos casos sin prefijo. Plural 1. (lucí.) O vel U (B, M), Z, con 6 sin refuerzo, sufijo CA ; (líxel.) O vel U, refuerzo especial con prefijo Z; sufijo CA. 2. AU ó A con refuerzo especial y sufijo CA. 3. Sin prefijo ó con I ó B, M, U, los últimos tres con refuerzo, todos con sufijo MA varonil. 3. Serie de demostrativos prefijados, sin sufijo alguno para modo mu- jeril. JCXPblOAOiONKS At l’AltADKfMA (¿UN ANTNOKJMC La prueba de que la reducción de las partículas pronominales á su forma más radicalmente sencilla se lia efectuado con fundamento se des- prende del siguiente dato: Pronombre prepositivo de genitivo (Obr¡» citada, página 22) Singular Veza ó Iza, « mío » ó « de mí » ; Acza, « tuyo » ó « de tí » ; Izastii ó Izatii, « de él » ; Izas 6 Iza., « de ella ». Plural Oeza, «de nos», inclusive; Zobéza, «denos», exclusive; Aubeza, «de vos » ; lizas i»a ó liza, nía, « de ellos » ; 1 'abozas 6 Yobeza, « de ellas ». - u A 1 ) VE UT ION 01 AS Ia Conviene estudiar el capítulo I de la primera paite déla obra cita- da, (pág. 4-8); 2a Tener en cuenta que en estas lenguas de habla compleja (varonil y mujeril) tienen significación prelativa las de primera, y segunda persona del singular sobre todas las demás, aun cuando pueda hacerse extensiva esta prclación en importancia también á la primera del plural; porque esta última con su distinción entre la forma exclusiva é inclusiva, (del tpie oye se entiende) establece objetivamente el « nosotros» de arrogan- cia y de desprecio relativamente; 3a Advertir siempre que la partícula final Ti i es de hombre ó mascu- lino, y (pie lo significativo está en la T; 4a Que un sufijo M indica, varón ó masculino, S, mujer ó femenino 5a Que son formas acusativas : a) TU, pl. Ma (v.); pl. Iño (m.) ’; b) lotii, pl. loma (\\); lo, pl. Yapa (im); c) I...tii, ph L..ma (v.) ; /..., pl. Yopi (m.) s (>a « La, mujer jamás usa el TY (ó TU), ni el MA ó la O, y habla siem- pre del varón, como el varón habla de ella, ó de animal ó de cosa. » (Ma- nuscrito inédito.) IX ANÁLISIS DE LA A ÍITICUÍ LACÍÓN DE POSESIVO OIIKJUITANA Primera persona del siutjular . — a) En las cinco declinaciones :l con sus once subdivisiones sólo un caso ocurre en que parezca que falta, el sonido I, á saber, en la quinta número I, en que figura una Z (= TS) como único prefijo de primera, y sin constarnos que en este sonido pueda incluirse una I oculta, como sucede en el prefijo que sigue Ñ del número II; porque ya- so ha explicado como la Ñ no es sino un «niñeo» 4 de una N (pie precede á una I; b) Del examen resulta, pues, que la I ó Y basta para determinar pose- • Ultra (-¡tilda, parto 2a, capítulo 1. a El varonil lleva un CARI intercalado; el mujeril lo sulija á la partícula. 3 Véase el cuadro V. 1 Efecto producido cuando una N lucre á una I. — 45 sivaeión de primera persona, y que sólo valen como refuerzos, más ó menos demostrativos de persona y sexo las partículas afijas 1 A, N A, XA (X — S), U, N U, XU, N, XO, N-A, siguiendo el orden del cuadro. De la, Z como anomalía, se trató en el § a : esta Z = TS. iSpgunda persona del singular (posesiva). — c) Aquí los refuerzos, don- de los hay, son sufijos y suenan I ó U, pero desaparecen tanto la A pro- nominal de segunda, como todo otro refuerzo, en las tres subdivisiones de la quinta declinación. Acerca de la U hay que notar que en la, cuarta declinación á (pie correspondo es común á todas las tíos personas de los dos números, lo que hace comprender que es algo como nuestro «el» en las combinaciones « el mi padre », « el tu padre », « él su padre», etc., como lo sería también el otro sufijo I d) La falta de todo afijo de esta persona en la quinta declinación es curiosa ; pero es anomalía que se encuentra también en los idiomas de tipo (luaycurú, como por ejemplo en el Mocoví (obra citada, p. 11), etc.); mas en estos casos se prefija el refuerzo y no falta el sufijo caracterís- tico I. Alguna explicación racional se le ha de hallar á la omisión, (pie después de todo es excepcional y propia de la quinta declinación. Tercera persona del singular (posesiva). — c) La partícula (pie verda- dera y universalmente determina tercera persona es el sufijo Stii, en lengua varonil, y S en mujeril; f) Las fres primeras declinaciones llevan el prefijo I ó Y, sólo ó refor- zado con A ó N. Ln la cuarta aparece en los números L y III, pudiendo ser reemplazada esta, letra, poruña A; poro en todos tres números el pre- fijo lleva el refuerzo U, característico de esta cuarta declinación, siem- pre (pie la dicha U no forme el único prefijo, como en los números í y II, del habla varonil y mujeril; g) En la quinta declinación tenemos la misma anomalía que hicimos notar en la, segunda persona, á saber, la falta total de prefijo; mas ello aquí se subsana, con el sufijo infaltable de segunda, lo que evita toda duda, ó confusión acerca de la persona ó su sexo; h) Lo dicho para el habla varonil basta para la mujeril; porque la única diferencia es la substitución de *S 'tii por S. Primera persona de posesivación en plural (inclusivo). — i) Este idioma como tantos otros de los principales de toda la América (pero no todos) se vale de dos formas del plural de primera, una que incluye á la per- sona á quien se dirige la palabra, y otra que la excluye; j) Las letras ó sonidos característicos del plural inclusivo son O vel U en todas las cinco declinaciones, menos en la tercera que requiere cierta aclaración. La U es un sonido muy curioso, y cuando asume la guisa de Afijas, porque varía su colocación. consonante fácilmente se nimia en B ó M. En la región Calchaquí el valle de Ilualfín (l Jal fin) llamábase en el siglo xvn « Mal f ni »; la l’niita. de Balasto era de Halaste, la cariosa plaza fuerte de Batungasta en Tinogasta era de IJatungasta. No cuesta mucho conceder «pie B y M no ] lasan de ser corruptelas de U y tal vez de O como equivalente de AU = AM; le) Los refuerzos de esta persona, muy curiosos y dignos de toda aten- ción, son : I liara la segunda declinación; A para la tercera; U para la cuarta; Z (= TS) ó N (= NI) para la quinta. La Z en este caso se sufija á la O vel U característica, y otro tanto sucede con la N y aun con la U, cuando en vez de sonido característico pasa á asumir el rol de sim- ple refuerzo; l) Téngase siempre presente (¡orno la O es el sonido radical que en los idiomas de tipo Guaycurú determina primera persona de plural, sin referencia á limitación alguna en el sentido, como que hasta aquí no se conoce que exista en el habla de estas naciones el plural doble, uno exclusivo y otro inclusivo del que oye. Primera persona de posesi ración en plural (exclusivo). — m) En cuanto al sonido radical de esta persona y del modo de decir valga lo apuntado acerca del «inclusivo»; pues sólo es en los refuerzos que consiste la diferencia. (Jomo en el modo « inclusiva) » no aparece el sonido Z como prefijo, mientras que en el exclusivo su uso y empleo es universal en todas cinco declinaciones, está claro que la Z es hi partícula, inicial determinante y radical de superioridad. (Jomo la Z no es letra sino más bien un sonido complejo, mixto de T y S, siendo (pie T es letra varonil y S la mujeril, se comprende que desde el primer momento se establece por el refuerzo la superioridad de los aludidos en ese «nosotros» de vencedores ó mejores; n) La I ocurre tres veees como sufijo de una O medial, como en ZOI (Ia), ZOPOI (IIa) *, ZOIXA (1 1 Ia). Esta I posterior de otras partículas ó afijos parece que no es del mismo valor pronominal que la I prefijo de primera persona, pues la vemos reaparecer como final de. la partícula en segunda, ex. gr, : API, « vuestro », y también en el singular AI, « tuyo ». Esta letra ó sonido en algunas lenguas del Chaco, y como sufijo, soporta cierto sentido do pluralidad. ZOIXA se explica porque es el plural más ó menos lógico de IXA, « yo » ; o) La segunda, tercera y cuarta declinaciones se valen para, su infijo de refuerzo de un sonido P con sufijo I, A, U óUU, según si la. declina- ción vocaliza, su articulación por cada una de estas letras respectiva- * En la edición citada está ZOPI, perecí manuscrito de Parodi da la forma de arriba, que es la lógica. — 47 mente. De sospechar es que las finales B y M «le la quinta declinación no sean más que modificaciones «lo aquella P en razón de los sonidos que siguen en el tema que hay que posesivar. Esta misma P, en todas sus complicaciones reaparece en la segunda persona., y también en la tercera del habla, mujeril. Lo que falta que averiguar es si esta P es un demostrativo simple «le tercera como en Ay mará, Lule-Tonocoté, Qui- chua, etc., ó si tiene algo que ver con la P de segunda persona en len- guas de tipo Nu -Arnaco \ La B y la M en la quinta, declinación no pasan «le ser degeneraciones do la original P y quedan sujetas á la mis- ma interpretación ; ¡i) De todo esto resulta que con « inclusivo », « exclusivo » y todo, son ios sonidos radicales de primera persona, en plural la O y la U, es desir, que hasta en esto hay comunidad «le significación en la O entre el idio- ma Chiquito y los del tipo Cfuaycurñ. ffofjunda persona de posea ivación plural. — q) Aquí el prefijo A «le seguíala es universal y en todos los casos con uno ó más sufijos de refuerzo, á saber: U en la. primera declinación; PX en la segunda PA en la tercera; PXT ó PXJXJ en la cuarta; B, M, B en la quinta. La voca- lización de estas articulaciones finales en todos los casos responde al refuerzo vocal de origen, es decir, «pie en la segunda declinación es I, en la tercera A; en la cuarta. U; y en la quinta más bien sin vocal alguna su lijada. Esta partícula PA, como se hizo notar ya es bastante curiosa., su presencia, empero, en primera, y segunda persona, le quita todo valor determinante de persona y sólo le deja el de número; equivale esto á decir que es un pronombre demostrativo, desde luego «le tercera perso- na, y por lo tanto afín délos «le igual clase y sonido en las lenguas Lule- Tonocoté, Aymará, Quichua, etc. Tercera persona de posesivación en plural (varonil y mujeril). — r) Va- ronil : Para empezar tenemos el sufijo SMA universal en todos los casos, tenga ó no prefijo «le tercera persona, siendo de advertirse que éste falta sólo en la quinta declinación, falta observada también en la segunda y tercera personas del singular en la misma. El prefijo es la misma I ó Y que presta servicio en el singular, con refuerzo ó sin él, pero siempre con el sufijo de regla en singular y plural, que determina tercera perso- na, ya sea ella varonil, ya mujeril, en aquel caso STII y SMA respeeti- 1 En los manuscritos del misionero inglés Hunt relativos sil idioma, do los Lengua. Mascoy ó Macliiouy del Chaco Paraguayo veo qne la P es índice de segunda y ter- cera personas «n la articulación pronominal; tenemos, pues, que en CIi i«|iii t.ntio la P es refuerzo do. primera, segunda, y tercera personas ; en Moxo-Maijniro, 6 sea, Nn Arnaco, de segunda; en Quichua, Aymará y Tonocotó ó Lulo do torcera; y en Lengua Moderno de segunda y tercera. De notarse es también que el sufijo pi linee plural de multitud en las lenguas de tipo Guayeuní . - 4K Vilmente; en éste, S pañi los dos números. Estas partíenlns de toreen» persona, i. e., prefijo y sufijo propios de la misma, se abren para recibir el nombre formando así el nuevo tema posesivado, ex. gr. 1 : Po pez, « el |ti(* » Siiu/uhir 1. ¡ó Y -pope,, mi pie. 3. A-pope, fu pie. 3. I-popez-iii (— ty), su pie de él; I-popez, su pie de (día. Plural 1. O-popo (inelus.), nuestro pie; Zoi-pope (exelus.), nuestro pie. 2. A u -pope , vuestro pie. 3. Y ó T-popcz-ma (vel o), su pie de ellos; Yo-popez, su pie de ellas. s) La S y Z que preceden al TU ó MA, parecen ser las partículas aquellas que se sufijan ¡i la forma abstracta del nombre sin referencia alguna a I sexo, no así cuando es final en tema posesivado de tercera, porque en este caso es de femenino. En la tercera declinación la A y la N son refuerzos de la I, sonido «pie en la Ñ yace oculto por razón del signo castellano empleado para, representar esta partícula. La A es refuerzo vocalizante, propio de la cuarta declinación pero las variantes AU y U reproducen algo como el prefijo de segunda persona, pero con esas partículas finales del tema posesivado que hacen desaparecer toda «luda acerca de la persona de «pie se trata; es decir, pues, (pie un prefijo de segunda persona puede hacer las veces de la tercera si se comple- menta con una partícula final (pie la determine \ Esta, cuarta declina eión vocaliza con el refuerzo U, como la anterior lo hizo con A. Esta AU con Til ó con MA de tercera tiene ó no algo que ver con el AU de segunda persona; pero es muy «lela índole de estos idiomas que un « el " sea expresado por medio de este rodeo « otro tú » ; u) Mujeril : liemos visto (pie en el habla varonil esta persona, emplea siempre la articulación final SMA, ó sea, el sufijo abstracto S con más el agregado del MA masculino ó viril : en el habla, mujeril el tema de ' La S y la Z mi intercambian .según ni vocablo, v. gr. : en Pao, «casa», se. usa S. * Confusión de segunda y tercera personas que se reproduce «ni los idiomas de tipo Lengua-Mascoy. 4!) -- esta persona terminal con la dicha. S La Ió Y inicial, libre ú oculta en una Ñ por niñeo, se usa en las cuatro primeras declinaciones, (altando del todo en la quinta, que es siempre la de las formas anómalas; t) Mujeril : Aquí entra lo curioso: en la articulación de la segunda, tercera y cuarta declinaciones entra un infijo P con la. vocal caracterís- tica de cada una de ellas, i. e., I, A, U, respectivamente, así : PI, PA, PU ó PUU, partículas éstas idénticas á las que se suftjan a la A de segunda, persona en plural, lín el singular ya. se advirtió cierta inclina- ción :í. reproducir formas de la segunda persona (véase 4a declinación, cuadro TV), mientras que aquí se observa esta misma tendencia en la segunda, tercera y- cuarta, declinaciones, pero cada cual con su vocaliza- ción característica. Hay otra particularidad más y es esta : la misma P se usa como infijo también en las dichas tres declinaciones para el plu- ral exclusivo de primen!, persona; h) Iíl hecho de. que la P, sea cual fuere su vocalización, reaparecí1 en tres personas del plural de las declinaciones segunda, tercera y cuarta da mucho que pensar, y más desde que en la primera, persona se trata del plural exclusivo; pero todo ello se simplifica, si sólo atribuimos á esta. P un valor de refuerzo demostrativo, como que en realidad tiene liaeión de pronombre personal de tercera en muchas lenguas de esta gran zona, en nuestra América ; v) Los misioneros hablan deque la tercera persona, se forma déla pri- mera con los afijos determinantes y parece como si así fuese; ahora si pudiésemos decir que la P de igual modo nace de la segunda, persona, sería un jalón importantísimo para buscar eslabones que unan esta len- gua con las de carácter Nú-Arnaco : véase la nota al § o; x) La B y M pueden eonsiderarse.eomo modificaciones de la P, debi- das á exigencias fonéticas propias del mismo idioma. Afijos personales de conjugación Los afijos de relación personal para verbos son tan una sola cosa con los que sirven para producirla, posesivación de los nombres substantivos (pie con muy pocas palabras de explicación bastará para establecer la realidad de las cosas en cuanto al valor relativo de las diferentes series de partículas. 1 En Mocoví, idioma típico Guaycitrú, la s determina forma femenina de una pala- lira; así pues, Mocoilcc, «paisano», hace MocoUuskó, «paisana.». Kn esto idioma T y C son sufijos de masculino. 50 (Jomo en los nombres, la articulación pronominal de los verbos sé divide por los autores respectivos en cinco clases ó conjugaciones, la tercera, cuarta y quinta de ellas con dos ó más subdivisiones. En este caso, al ejemplo de los nombres, hay partículas y giros que son generales, como ser esa partícula, final CA, entre, la cual y el prefijo pronominal (con una. sola excepción, la. 2“ de la 5a) se coloca, la raíz ver- bal en la primera y segunda, persona de singular y plural : las terceras personas de ambos números siguen otro mecanismo, pero en todos los casos desaparece la S lina] de los nombres que, como artículo que es, estaría, fuera, de lugar en combinación con un verbo. La sufijaeión de CA en primera y segunda persona, de ambos números es universal en todos los verbos. Haremos un rápido repaso de cada persona: Singular, primera persona : Falta la forma IXXJ Segunda persona : En un caso sobra el prefijo Y (5a conjugación). Tercera persona varonil : Desaparece siempre la S que precede á la partícula, final de masculino TU, y en la primera conjugación el prefijo I de tercera. En la. tercera conjugación los prefijos YA y NA se substi- tuyen por BAyMA; mientras «pie en la quinta conjugación, en un caso, se prefija la partícula. CA, propia de primera y segunda, persona á la final característica. TU. Ternera persona mujeril: Como la varonil sin TU final. Se ve también que BA y MA, siendo prefijo personal, pueden determinar sexo, feme- nino en singular, masculino en plural 1 * 3. Plural, primera persona inclusiva : Como Os primera el CA forma, final de tema verbal en todos los casos, con el cual agregado queda consti- tuido el mecanismo articular verbal, «pie encierra la raíz para, formal' el nuevo tema completo. De sospechar es que en la quinta conjugación, clase segunda., el IM sea error por UN. Las partículas en sí son las de las declinaciones posesivas. Primera persona exclusiva : Valga lo «lidio en el caso anterior con la advertencia que es constante la prefijación del sonido Z «le superioridad ó desprecio. La partícula verbal CA se sufija siempre. Segunda persona : Las mismas «pie sirven para las declinaciones de posesivo, y siempre con CA al final «leí tema verbal. Tercera persona varonil : Se reproduce el mecanismo del singular con 1 Sin que falto la partícula GA como final «le toma verbal en esta, persona «lo sin- gular y plural. . ‘‘ Esta aparento confusión entre las «los hablas puede resultar quo no es ninguna, por«iue sabido es que en lenguas americanas ciertos plurales afectan formas femeni- nas ó mujeriles. 51 el agregado final MA 1 que determina habla varonil, siendo posible la eombinaeión MA ... MA estableciéndose así con toda claridad (pie MA prefijo puede ser común á los dos sexos, mientras que MA sufijo es pro- pio del varón únicamente. Como en el singular, con prefijo I ó sin él, MA final determina forma, varonil. También en el singular faltan los prefijos YA, ÑA, YU, y se suplen con las otras BA, MA, faltando el equivalente de YU. Tercera persona mujeril : En este caso, así como en el anterior, des- aparece la S artículo del nombre. En la primera clase los prefijos YO, YU, ÑO, ÑU se convierten en BO, BU y MO, MU respectivamente; en la segunda clase el prefijo es idéntico, y otro tanto sucede en las cla- ses tercera y cuarta, sólo que las partículas Y y Ñ desapa recen sin subs- titución alguna. Para, concluir esta parte conviene apuntar aquí los pronombres demos- trativos, y son los siguientes: Varoniles Mujeriles Raqui, este hombre. /iaama, estos hombres. Xuquii, aquél. A mina, aquellos. Ouzaquii, éste. Manuqui, Maniquí, ése. Manuma, ésos. Xa, esta mujer, esta cosa. Baa, estas mujeres ó cosas. Cu, N'n, aquella. Amiño, Amia ó A m, aquellas. C vza , Za, ésta,, ésto. Mana, ésa, éso. Maniño, manió, ésos. Este, cuadro sirve para establecer la diferencia en valor de la misma partícula, pronominal según su colocación en el tema combinado; con él también se explican muchas de las articulaciones iniciales y finales de las declinaciones posesiva, das y conjugaciones de los verbos. Del cuadro que antecede se desprende: 1° Que Qui ó Qnii es terminación masculina de singular, y Ma de plural ; 2o Que Xa, Baa, Cu, Nu, Am, Caza ó Za, Ma, Mana ó Maní son demos- trativos de, uso femenino, pero (pie se vuelven masculinos con la sulija- ción de las partículas del número anterior; .‘3° Que la partícula prefija Ma tan puede, ser Ma como Am. Habiéndose establecido ya (pie lo más importante en la articulación pronominal de nombres y verbos son las personas primera y segunda de ' Véase adelanto el cuadro do los demostrativos; allí so establece claramente que el género depende del sonido final. singular y primera, de plural, como que la .segunda de este número sigue por lo general al singular y la tercera muchas veces tiene algo en común con las otras dos, pasaremos ahora á comparar estas dos grandes fami- lias «le lenguas, la Guaycurú y la Ohiquitana: Singular Guaycurú : l“Ió Y; 2a A ó AU ; 3a Y, L, N, D, R, prelijos; C ó K, DI (mase.), DO (fcm.), sufijos. (’hiquitano: Ia I ó Y ; 2a A ó AU; 2a (var.) I ó Y con sufijo TU (muj.) I ó Y con sufijo S. Plural Guaycurú : Ia O, I ó Y, S ; 2a A ó AU; 2a I ó Y, N, D, H, L. Ohiquitano: Ia O inclusivo; ZO exclusivo; 2a A ó AU; 2a I ó Y con sufijo TU (var.), con sufijo S (muj.). lín cuanto tí la tercera, persona lo más importante es el sufijo de mas- culino Til, porque se compara bien con el otro DI del Guaycurú, con igual valor gramatical, constante en Mbayá ', pero usado también en los demás eodialectos, v. gr. : el Mocoví. lili el cuadro que antecede de demostrativos vemos que la partícula final 0 determina, género ó sexo femenino, y así también en los idiomas Guaycurú DI es de masculino y DO de femenino; siendo común la D, quedan libres la Iy la 0 tilos efec- tos de la comparación. Que la gran familia Guaycurú abunde en partículas ó afijos pronomi- nales de tercera con carácter alófilo j poco importa, porque ellas en mu- cha parte resultan de mezclas de idiomas, cosa que en América no se puede poner por un momento en duda, y mínime en la nuestra, desde • pie tí cada paso tropezamos con grandes familias lingüísticas con un habla del varón y otra de la mujer. Aun no se ha hecho el examen de los respectivos vocabularios, por- que el que corresponde, al Mbayá recién se está copiando de las fotogra- fías 1 * 3 4 : este idioma que se, halla más inmediato al Ghiquitano, geográfi- camente hablando, puede darnos más puntos do contacto léxico con aquél que. el Toba, Mocoví y Abipón, cuyas aproximaciones pueden inclinarse más bien en otras direcciones, como so desprende de sus por- 1 lía osle ¡(liorna existo también la forma ITI, «esto», mostrándolo. - l,a L, por ejemplo, que es tan eminentemente propia del .Mataco, idioma en el enal no se emplean las demás partículas de tercera tan comunes en Guaycurú. 3 F,1 cuadro I contiene un paradigma de voces en varios idiomas, en que se verán las semejanzas y las desemejanzas. pias articulaciones de relación personal, por ejemplo esa. L de tercera persona, (pie arrastra, á estos idiomas á, emparentar con el Mataco y hasta cierto punto aun con el Lnle-Tonocoté, lo que no sucede en el caso del Oliiquitano. 101 problema, so nos presenta, en esta forma: ciertas lenguas con con- tacto etn ico-geográfico entre sí ostentan ciertas semejanzas extraordina- rias en cuanto á su articulación pronominal, semejanzas éstas que hasta aquí no se han podido confirmar por la prueba léxica en general. ¡¡ lOs entonces ésta razón suficiente para que desechemos la. prueba en favor de interparentesco étnico como resultado de la identidad de los pronom- bres ó afijos pronominales'? Para mí no es razón suficiente, sobre todo cuando se trata, de naciones en contacto étnico geográfico, El Mbayá, y el (Jhiquitano lian sido convecinos y se han batido por siglos de siglos; unos y otros se han interineorporado, con lengua y todo, quedando el varón y la mujer cada, cual con la suya. IJna cosa, empero, resalta en el pequeño cuadro de más atrás y es, la identidad absolvía que so observa entre las articulaciones pronominales de primera y seqnnda personas, identidad que selia.ee extensiva á muchas de las que son inopias de la tercera. Esta identidad ó semejanza adquiere aun más importancia al descubrirse que se puede vincular también con otras lenguas en contacto, ó casi contacto, étnico y geográfico con las dos ya. nombradas, como ser : la, Guaraní, algunas de las de la cuenca del Paraná y Paraguay, la. Quichua, la, Puelche Pampa, ó Patagó- nica, etc. Las analogías de tercera persona encerradas en las partículas IT ó ITI ó TI se dejan para mejor ocasión, porque son de transcendencia, tanto por el sonido T cuanto por el otro I; sin embargo en uno y otro grupo de idiomas determinan género masculino, lo que es muy signi- ficativo. Para concluir se llama especial atención al hecho de que el sil fijo S es terminación de femenino en lengua (Jhiquitana, mientras que en el Mocoví ocurre lo siguiente : Véase el Mocar i citado, página 45 del ma- nuscrito. Pineal da ambón, forma femenina l’hmd, forma femenina Criollo, Eddo-voléelc. Paisano, Mocoillck. Criolla, Eddo-colassé. Paisana, Mocoilasé. Se advierte que en los idiomas de tipo Guaycurii las partículas demos- trativas determinan género masculino con el prefijo E, y femenino con oí otro A; y como K es sufijo de masculino y E en la misma colocación, — ñi de femenino, resulta que en el masculino se duplican y en el femenino se triplican las determinantes de género. Al propio tiempo advertimos como la plural i /.ación de ciertos temas léxicos se realiza á base de la forma, femenina, algo como ai piel si a ale- mán que en singular dice «ella» y en plural «ellos». < !()JS'< U.USIONKS Considerando: Io Que las grandes familias étnicas llamadas « Guay- curú», y «Chiquita» son, geográficamente hablando, vecinas, como lo demuestra el mapa etnográfico del P. Joaquín Oamaño, üC J., publicado por el P. José Jobs, de la misma. Compañía, en su obra sobre el Chaco, y que han tenido durante siglos contactos étn ico-políticos, según ello cons- ta en las relaciones de viajes del P. Sánchez Labrador y otros autores; 2o Que tanto las lenguas de tipo Chiquit.ano (en mayor escala) como las otras de tipo Guaycurú (en escala menor) hacen uso de la doble habla, la varonil y la mujeril, en su conservación diaria; J° Que ambas familias de lenguas, la Uuaycurú y la Chiquitana, emplean mecanismos complejos de articulación pronominal, para expre- sar la relación de persona, en sus posesivaeiones de los nombres y con- jugación de los verbos; -1" Que reducidos los pronombres primitivos y partículas de relación personal pertenecientes á dichas dos grandes familias de lenguas á sus raíces de origen, resulta que hay semejanza, cuando no identidad abso- luta entre los sonidos de ambas serias ; 5° Que á las diferencias léxicas que existen entre las lenguas de tipo Guaycurú y Chiquitano no debe dárseles demasiada importancia, visto (pie no son ni insignificantes ni pocas las que se observan como existen- tes ent re sí en los varios co dialectos de tipo Guaycurú ; O" Que siendo Di, como lo es, terminación de masculino en Guaycurú, como lo es S de femenino en Chiquitano, lógico es conceder que las voces (pie sufijan Di correspondan á un habla viril, como á una mujeril las otras que terminan en S ; bastando todo (dio para explicar cuales- quiera diferencias léxicas entre lenguas de estas dos familias; Concedidos estos considerandos se llega á las siguientes conclusiones: Ia Que en las dos grandes estirpes étnicas conocidas con los nombres Ia, de «Guaycurú», y 2a, de «Chiquita», se descubre un elemento lingüístico común entre ambas, representado por sus esquemas prono- minales ; 2a Que concedida la conclusión anterior, se deduce el siguiente coro- — 55 — lario: que sometidos muchos otros idiomas, más ó menos circunveci- nos, á la misma forma de análisis lingüístico, podrán ser ellos emparen- tados entre sí de un modo tan inesperado como sorprendente ; .‘Ia Que el parentesco lingüístico podrá ser más ó menos estrecho según sea. la importancia, relativa de las raíces pronominales que se parezcan unas á otras y el número do tales interequivalencias; pero atendiendo siempre á que más importa la primera que la segunda, y ésta que la, tercera persona, á los efectos de la comparación ; y como Con- el unión ¡jcneml : 4a Que es conveniente, tratándose de Lenguas Americanas, y por ahora, adoptar el método pronominal para dar principio á la clasifica- ción general de las mismas, debiéndose incluir en una. sola, agrupación todas las que se valgan del sonido I ó Y para decir el « yo » ó «mío »; el parentesco lingüístico será tanto más cercano cuantas más sean las semeja, nzas ó identidades que se observen en los demás pronombres ó sus partículas. 1IEV. MUSEO LA PLATA. — T. IV. (VIII, 1], 1910.) — 50 — i’Aimc.s Dioi. Mitineo Toba MlK'.OVi M lmy¡l 1. Nii-hue- sec. Nquihí. Ntjlti. N ¡galgo. 2. 1 Yn-pozei, pul o Ñateó. Nueva. Navltag liega , pelos. .'5. Nu-huapú, sup. 2. Nava. Nibáágadi , 4. Nu-caj. Nap. Natap. Yoladi. 5. Nu-huolé. Ñateé. Yevda, mi c. Nainodi. (>. Nu-j-ldej. Ncatc. Ncaíh. Naquilo. 7. No-tialú. Nashik. Naschih. Natobi. 8. Nn-catá. Novoti. Neo gao. Negó moque. 0. Lo-quu, cuello. NotiomH . N annraogá . N ¡git ¡gáyete , cuello /‘. 10. Nu-tzan. Noók. NunnovI. Nibolcdi. 1 1 . Nu-cu-css. Ncralta. Npul-I acaté. Nlbááyalcdi, «le mano !1. 12. Nu-zntei. Noué. Nové. Nogúe. 13. Nu-liuól. Nal- tacó. Nal-liáh. Negáagi. 14. Pinék. Npinneh. Nibitagi. 1 5. Nu-jatoj, superior3. Laplayel. Anappí. N achila , superior r>. 1 0. Nu-ca-jlo-jié. Laehagat. Nol-legarbonat. Noqueligi. 17. No-tkuay. Lotéale. Nquel-lagát. Nibáágadi. 1 < ) (conclusión) N» I (lili) 1 Castellano i Altijión Chiquita Lule-Tonocotó 157. Pierna. Niichi. Piri-s. Ysé. 158. Rodilla. Niliouquetc. lii-iclias. Acg. 29. Sangre. Ñañiga. Otos. Ene. .'50. Tripas. Cama. Aatiriris. Epoca. .'51. Vientre. A cám. lié. .'¡15. Agua.. Etiope. Tuu-s. 7 Vi. l'Ultí SON AMOS í lastella.no i Alo pon Chiquita l.uhj-Tonocot/t ijnlar - ! Yo. Aym. Ax-ñí. Quis. • Tú. A lea mí. Ax-rí. Üé. i 101 ó aquél. Erá, parado. Ax-tii. Mimó. rol 1 Nosotros. Alcam. Ax-oñi (incl.), Ax-Zami (excl.). Ud. Vosotros. Altamyí. Ax- año. Mil. Ellos. Deest. Ax- ma. Meotó. demostrativos que se incorporan en los temas. CUAD1K) 1)10 1‘KONOMMtICK l'IOHSONAMO.S Y DKMOS1 1! A Castellano Toba (Dücei, 1000 Toba (Márcena, 1000) Sin Yo Ayem. A y en (Ay en). Tú Am. A han (Ham, Am). Él Pdd, parado. Pdd (Jledayo). JMasó, aquél parado. 101 la Ada, id. Peda, Yddii , éste echado. Adi i, ésta id. lili 6 lila, él, ése sentado. Añi, ella id. Pinta só, éste. Éste, aquél, ése Ése Puna, que viene. Anua, ella id. Él Peed, que no se ve. Hieo (yo), aquél caminando. Ella Aceá, id. Él ó ella, llaldm. Éste, aquél, ése Pisó, éste, que se va. Asó, ésta, id. Psosnnay, aquél caminando. rin Nosotros ('omi. Gom i. Vosotros Cami (Gami, .1 olis, 1750). Cami. Ellos Pdavá. Pdavá. Ellas Pedavá, Pava. Iddivái. líiied. Pintará. Mnavasó, ésl os : isl i. Peeavót. Pso ed. VIVOS KN i.os idiomas TOBA, MOCOVÍ, MI1AYÁ Y A IIirÓN N° II (51 — Mocoví (Tnvolini 1850) Mbayft (S. Labrador, 1750) ilii lar A ¡vi. A ccami. ttddá, ése [lavado. E (vav.); Eo, Eovi (muj.). A cavii (var.) ; Am, Ami (muj.). Teda, por él. Iddi, acostado. Ata. Iti, mostrando. ínni, sentado. Ani, éste, ésta, etc. Ini, id. Enna, á ése parado. Ina, éste. Ynni, él. Lccá, aquél. ¡yo, él y ella. Ayo, ése, ésa, ni. y f. ¡coate, éste. Al-lavi , , C, N, I, lid, (Ir , etc. sin A pero con sufijo i. Ca, Can ó Cad. Ar, Caeh, prefijos con sufijo /.Refuerzos (ir, N, (inó (ilion, L ó di, etc., iniciales sin A pero con sufijo i. L, N. L, N, D, fí, prefijos; T, C ó K sufijos de mas- cnl. E prefijo de id. Do, E y A ,sno sufijos de f'ein. A prefijo de femenino. L ó N. L, II ó M, Yl, N, (ir. 1‘rcjijus de posesivaeión (plural) Co, Cal , Cad A rd, Co, Ood, Ar, Arn, Arl, Rd, Ydiord, (Ir. Co, Con ó Cod. (ir, Ar, (luou. Ca, Cad. A rd, Ca, Cad, A r, Arn, A rl, con sufijo i ó i i ; refuerzos iniciales Rd, Yd, (ir sin A pero con sufijo i. Ca, Can ó Cad, diguayi. A r inicial con sufijo i i; refuerzos prefijados fír, (iuon, etc., sin A pero con i i finales. L. L, N, 1), R. E y Asno, sufijos de ambos gé- neros en plural. L, N, diguayi. I, 11, ó NI, N, (ir. — 68 — i'EHSONAL EN EOS GUATEO IDIOMAS N» III Toba (Ducci, 1900) Toba (Iirtrcena, 1000) Moco vi (Tavolini, 1850) Mbayá Abipón (Dolirix y Biigii., 1750) Prefijos dfí conjugación (* inguiar) 8, A. n, Ñi. 8 (i). 8 ó As ó Es, Ys, .Ni Ya, Y. A, E ó Y, Aja ó Ej, ó Ñ, ])i, Ldi , Y, Ey. Ñi, JU, Gri, Ll A, An, An, Co. (c). O, (Jad, prefijos con A, Cad., Ají. A, E, iniciales con sufijo i ; refuerzos sufijo i ; refuerzos E, Yi, i), Ñ, Lil , Y, N, Gr, L, etc., sin A pero con su- prefijados, sin A fijo i . pero con sufijo i. Y, 1) (e), H, K 1) (e). m E ó Y, N, L, El. Ete, L. G r ó Y, ó Ey, N, R, L. Prefijos de conjugación ( plural) 8? Can , Co, Ñi. «(i)* 8 ó As ó Es, Ys, Ni Ya-aga , Cod-aga. A, E ó Y, Aja ó Ej, ó Ñ, Ard , Cod. Ñi, Ri ó Gr, Ll C, (Jan, Can , Co, Can con i ó O, A r, Cad, prefijos A-diguayi, Cad, etc. A, E, iniciales con con i final. e final. con sufijo i i,- re- sufijo i; refuerzos fuerzos iniciales 1), Y, N, R , Gr,L, etc., N, Y, con sufijo i i. prefijados sin A pero con sufijo ii. T, Ñ, i) (o), JL J) (e). Y, E, Ey, N, ]), El Etc diguayi, L, etc. Oró Y,() Ey,N, R, L. — <¡-l — — G5 — 2Tota. — Los puntos suspensivos ocupan el lugar del tema que se posesiva ó conjuga. — 67 CUADRO SINÓPTICO DE LOS PRONOMBRES PRIMITIVOS EN LAS LENGUAS DEL CUACO Y SUS AFINES (S. A. L. Q., Mocoví en Tavolini, t. I, p. 42) Singular n° vn« Castellano Yo Tú El Payaguá ..... Yam (A). Hani. 1 )ittl. Corviflo 1 2 Yam. Hat». Yopjas (Z). (luaycurú .... E vvl Fo (A). Acami , A vt. Alfolíale. Mocoví Ah» (T). A coa ») í. Invi. Al lipón Ay ni (D). A hanií. Varios. Toba Ayin (B). Ahat». Fdá. Ayeni (C). Hat». A ni ( A ). Iledayo. Mataco Nochhm (PJ. A ta, llavi. Varios. ! Nujlam (C). Fin, J'acni. JYuslam (B). A»). La»i. Quichua. Koltlia N-Y-olelca A Khani . Fay, etc. A = Adklung, Milhri dales. 15 — I’. Iíáhcena, MS. HibUoleea Mitre. (J = I’. (Jar- dos, Miñones Franciscanas. I) — P. Dobrikiioeffk, l)e Abiponibus. I’ — Peli.es- ciii, (Uto mee i nel < tinco. K = P. Remedí, Apuntes sobre el Choco. '!' = T. R. Ta- volini, MS. Iliblioteea Mitre. A — Cervino, MS. HibUoleea Mitre. Plural Castellano Nosotros Vosotros EUoh Payaguá Lengua Guaycurú .... Oco. Acami diyuayi. Ayobati diyuayi. Mocoví Occorm. A coa») i. Yyyod. Abipón Alcdm. A Jcamyi. Toba Comí. Ca ví i. Edard. Hedagiioo’. NdaclialAo. Ailcm. Mataco Noel) lami l. Canil. Amild. Nbsleenmei. l'Jmei. Acmei. Nmlamil. A mil. Lamil. Quichua Ñokhaycu Ñolehmchic. Khavichic. Fay cuna. Khamcuna. ( Khanikicliic. 1 Erróneamente llamado « Lengua ». 2 Forma supuesta en razón de otras analogías. OlJADllO SINÓPTICO l>IC I.OS PHONO.MitUICS PKIMITIVOS KN I.AH I.1CNGUA.S CAliíltiCAS Y SCS ANIMOS (S. A. G. l¿., Miicuvi, lug. cit.) Castellano Yo Tú El Caribe ¡. varonil. Amanle. Lilia. Inara ) • Likira. Oumanagoto TJre. A m uere. Muele. Ohaima Uelie . Amuere. Mace. Galibí Ah. A more. Mase. Tamanaeo Uro. A mure. Macice. Ihjá (á mi, etc. Auyá. íteuyá. Plural Castellano Nosotros Vosotros Ellos Caribe Cumanagoto Ohaima Amna. Cuche \ 1)1. Amna ' Ex. Ouehelon (¡en. Holcoya. Amiamorcom. Amiareom. Amiamorcom. Nhamlcia. Muida ma. Muida m. Mulciama. Galibí A u. Amare. Nace. Tamanaeo Iuuinr Tumna-uyá. luiima (Ex.). Rice. Riineiiw (Lim.). Amgnamóro. Anyac-ne. Muckiamo. Tteuyae-ne. V. : habla varonil; Gen. : Nos, todos; DI. : Dual, tú y yo; Ex. : Nos sin Vos; Liin. : Nos, algunos. ~iíi~ 314- >[■$ *•& *r -fe "£ ~J¡-'5-S s. > y- -y'X >- f - ■ ' u fefex VX fe *S” . , « % íX 4^> I S.Cuore TV O 4 9 á <*£. 1 ^ Sjánazio X 'i fe fefeonóS rfe fe S'iisSlfev is feSlUnt. Vc Tanonos. ' I Clt/t chas fe ~fe.fei-v d ■} X - ■ j |-i "'■ 9> 1 a-muco*?.1 * - j $ c/<¿ !_j$ rXiminahas -non. c? i rí .irMuan !¡Ü ° Qh> ancora ridotti. ,-v ^ ns 1 v .: nt Corrientes. fe* : * ^«X ,n i -v . 3 ir i/fe § o fe 0 íW •¡y v tt \ 1 ’ IOU- de//, í -jJ V..,«Í"J í « "4, -W- cXffel’ü " V, . f -ví£, xccóaiíií«. °¿- fefe N‘1Z’C ^ * fe '/ciVYecoa V / . C Ocoles. X- o\ .vfe ", i P* 1 /¿feQ ' Cj ¿S.*' fe , O ...fev 2 fe o \N S.feP.iz n o fefefefeX V)£ \ fX mor°fev.- ^ feMfeafes' 0 .^6. (llUÍCppC . fefe i fe i M 'S,Michek. . I O, X a . fe\V c0,V feA'fe M 4 s j 7 : \ fe> -v ■N'^-Cfe-fe ^ ■ * I V! 'V •'fe-'-fe-í -4. .Anc0,Txa \' &W^ ■; fe , 4^» , . í'fefe / >• Xfe'" cpSSanm«ot¡el P 3 ‘fe£ftero- vida 2£ll Fomi" ..fevIWfedinr^r . c^- . .; -V.» . .. v] T , ;AÍiXta^Tcl p 4- ^ SlU?i% ^ " i 'w$hbk\ / «. i ^ „o ¿feafe« 4 Gtiana^afta. x ,«*< <> . fe%t/ i» » «U ¿^SilÍncwV |...Aoí ; : fe" ^R'Oxa, .Í^.V , ví :<>" 5í? ° , o^r~^W Aísunzioiie i" ^Mawlkíj ra Q : ?-^v í fe.X . 4 Vi 9 i ^ ' $ rtt'PVMoco1”1' 4 x ^ Concfzíorre fe, fe<¡^, . /X ^cf"5 fl n ^ yt i jy&u# Sfe¿ d&a -x — 5 -~r- fes» ,- /ffeXV S.Giaamo. fe„ rr , ' tofm Matará,. ?_ ¿o fefefefeX l í-’ X’ 4 Ó : § w- 'í. Oratoria | y ^ s - s j»CoAcczione,. <5^ ^ <^iu tnampa j fi ■, ulffWr . cFcrdm/^rCorncnteí,- F a fe- ■? ' M?\9mv 0 FL£?ra' roffe - - pz. 28 25- fe |a , «r < • Concez', '■+ant. r*™— CARTA' b— A Xdel gran chaco,», O n r r* r ■ S^: 0< S, A -t. :He¿oncla ^ O -íto_ XTama.-^ *0 -^Olla. L -.x {i\fuaáita, 4^ Totoral - a;- ■ . fefe. , ^ Rio 5?CC>. /•■’•' <> 5 feX tumba.. ^ Quilina-^ /í $ e Paeíi Confinan ti. Spicgazione delle Note áfíú Co/o nía Spagmiola. con titolo di Cuta r-* / ■ < v .f. ‘ ' II! fo-TetTignCsa,0 Colonia, con titolo di Villa ^U> ” : x r*. .‘^ v-s¿v'C^fe\ ^ , /í A. Altrc Colonie minon.o íenza titolo. ^ 0 A ^ \,Okü®| ^ ^ /w ^ Paefetto=ó Áltn luoghiz& Forttcello. ^ ~ a>T cj írw /# éPacfctti d'Indiani con oto/o di Miísioni fe ;• . ,'•-' ^ l c^V ^7 Í? ¥ : £/ k \ *: í JO¡ X Citti dútmtta - + Miísione dilhutta F Fiumcr M Monte = V Valle Ñ7 •, v El Tío dí//a Neo Cord Univerftlá Lc^Ke co m.di Spagna. di 2$i al Grado [- / \? ■ ^P„w if°., „ S.P., ^f3 Giu/eppe Ballan.tr tnciíe tn. F aenzl r<¿, 32 NOTA PREVENTIVA SIJL DIPROTHOMO PLATENSIS Amkghino Del Dottokh ALDOJJRANDINO MOGTII Del Musco Nnzionalc (l'Aii tropología di Fi ronzo Ho avuto agio «li studiare nel « Museo Nacional >-• di Buenos Aires l’esem piare su eui e stata fondata la speciein questione, e di applioarvi quelle risorse di técnica che pin mi sono sómbrate opportune; e tutto ció per la sonima cortesía del lo stesso Pro I'. Ameghino, direttore del Museo e sapiente illustratore dolPesemplaro \ Prossi mámente pubblicheró intorno alPargomento una apposita me- moria. Ora mi píeme solo di esporre in riassunto il método seguito nel mío studio ela conclusión e genérale a eui sono giimto. Fino dal principio dello mié ricerche mi convinsi che lamaggior parte dei earatteri attribuiti aquesto nuovo genere, dipendono strettamente dal modo di orientare il frammento adottato «la Ameghino e basato solo su un complesso di aprezzamenti soggettivi. Yolli quindi tentare un’o- rientazione nuova della. interessante calotta, índipendente da ogni aprío- ristiea preoccupazione teórica e fon dato solo su caratteristiche morfolo- giche del fossile. Per ottenere tale intento mi sono valso della parte che ancor sussiste nel fossile del le volte orbital i e sono ricorso al seguente método. lio scelto uno tra i eran i umani recen ti del « Museo Nacional », che per la eonformazione della volta orbital e non si allontana troppo dal Diprothomo ; lio oriéntalo questo cranio amano sul piano alveolo-condi- loideo, lio introdotto nel la sua cavitá orbitale sinistra una stecca di legno 1 Amkghino, Le Diprothomo platensis mi précurscnr de l’homme du pliocéne inférieur de Bnénos .-tires, en Anales del Museo Xacioiuil de Buenos Aires, XIX, 107-209. Buenos Aires, 1909. 70 (muí coimme l iga da disegno), larga circa centimetri 2,5 , dello spessore di quasi 2 inillimitri e langa tanto da spórgere parecehi centimetri fuori dell’orbita ; lio lissato la stecea a livello della ¡sutura fronto-malare, in modo elie le sue superfici maggiori ¡si presentassero orizzontali, cioe pa- rallele al piano di orientaniento ; lio fatto poi prendere, col gesso, il mo- dello interno di tutta quella parte dell’orbita (pie rimaneva al disopra della ¡stecea e si trovava situata lateralmente al forame sopraorbitario. La forma in gesso eosi ottenuta, nientre nella sua parte superiore ri- produce il negativo della corrispondente parte della volta, orbitale, ter- mina inferiormente, con una superficie la (piale lia la stessa direzione delle superlici maggiori della stecea, ossia risulta orizzontale (piando il cranio o oriéntalo sul piano alveolo-condiloideo. lio fatto poi eseguire anche il modello interno della omologa sezione della volta orbitale del .. IUprotkomo , e quest’ultimo modello lio disposto e lissato su una colonnetta rigida, in modo chela superficie di esso rap- presentante il negativo della volta, assumesse una direzione ed un anda- mento simili a quclli del modello ottenuto ncl cranio umano allorché questo modello di confronto hala sua superficie interiore orizzontale. Cosí prepárate le cose, lio applicata la volta orbitaria, della discussa calotta sul suo negativo in gesso ed in tal modo lio ottenuto di orientar- la, quasi direi nieccanicainente, secondo uno dei piani usuali della cra- niologia. íSmi/.a entrare in dettagli, di ró que il tVammentn cosí orieulato acqui- sta una lisiononiia prettainente iiinana. Inl'atti il vértice si avvicinaal bregma, il misión discende al disolto del margine sopraorbi tale, la. super- li(¡ie frontal c della sutura fronto-nasale viene a formare con l’orizzonte un angelo possibile verificarsi anche nell’uomo, ecc. Nonostante cid questa calotta presenta sempre dei caratteri, come l’estrema bassezza della volta, la forma delle arcate orbitali e della gla- bella, forse la direzione della sutura corónale, la poca sporgenza. verso il basso dell’apolisi nasale del frontale, ecc., che possono larla considerare como rappresentante un tipo umano assai ]>artic.olare, e tanto pió inte- ressante in quanto (fino a. pro va contraria) e da considerarsi proveniente da un orizzonte geológico ben piíi antico di quelli a cu i appartengono tutti gli altri resti umani oggi conosciuti. buenos Aires, 7 giugno 15110. DESCRIPCIÓN DE DOS NUEVOS LAMELICOBNIOS D 13 l,A FAUNA A U (} ENTINA Por CAELOS BltUCII ile la Sección Zoología del Museo de ha Plata Entre los insectos reeol cotudos lúteo años por .1 ensen- Ilaarup en la provincia de Mendoza, merece mencionarse un interesante latnelicornio, perteneciente al género Phacnognatlia *, cuyo representante único se conocía hasta entonces solamente con procedencia do Australia (Ph. Prichftoni II ope) . Más tarde el doctor Oltaus señaló otra especie 2 de dicho género, pro- cedente de San Luis, que le fué comunicada por el señor J. Richter, á cuya amabilidad debo otros ejemplares de una tercera especie de nues- tra fauna, que habían sido coleccionados á la vez por el señor Traub en Viedma, gobernación del Río Negro. Nuestras especies son entre sí muy homogéneas, pero fácil á recono- cer por los caracteres siguientes : Phaenognatha Richteri Ohaus difiere de Ph. Jenseni Hcllcr, por su pe- queño tamaño, su forma más ancha, relativamente más convexa; ante- nas, partes bucales y patas más espesas; cabeza, pronoto, cuerpo y palas negras, lo mismo la. pubescencia, del insecto. MI dibujo elitral es negruzco en el ejemplar que tengo á la vista, y aquel existe también, aunque más apagado, en los individuos de Ph. Jenseni que poseo. Iín cuanto á nuestra especie del Río Negro, he ahí su descripción: ; K. M. Hkixhr, Kin neucr Aclopidc mis Argcntinicn, Dcuisch. cnt. Zcitsclir. 1908, !>• »-r>, ñs?. 1-3. * F. Oiíaus. Ph. Richteri, Dcuisch. cnt. ZcUsc.hr. 1900, p. 117, nota. RHV. MURRO LA PLATA. — T. IV. (IX, 15, 1910.) (i 72 IMim-nognatliu iniiioi* liiuicn (n. sp.) Vhaenoynatha miliar lirucli Species Pli. Jenseni Heller próxima, cor- poris par vítate, elaugatiane et convexi- tate majar i distinota . Calor abscure castaueus, nitidulus ; eapite pronotoque nigris, elytris melléis margine suturali atque macula apieali fuscid u I is ; pubescentia calare el distribu done plañe ut in Ph. Jenseni. CUjpeus obsolcte transverseque impressus, laevis margine antico leniter rugulosus et non punctulatus. Long. 6 ; lat. 3,3 mm. Gab . del Rio Negro. lista especie es también muy vecina de Rh. Jenseni, pero mnclio más pequeña, y distinta por su forma más alargada y poco más convexa. Cabeza y pronoto son negros, brillantes; élitros amarillentos, con el borde sutural y una mancha apical parduzca; pubescencia, rubia, mientras el cuerpo y las patas son de color castaño obscuro. El clipeo presenta una impre- sión transversal muy obsoleta, no es puntuado y apenas rugu- loso en el borde anterior. El labio adelgazado en el ápice, sobresale bastante á las mandí- bulas; del lado interno tiene una carena mediana longitudinal. Las mandíbulas son como un ter- cio más largas (pie anchas, para- lelas en los costados y en el bor- de externo un poco arqueadas; el molar esta, muy poco desarro- llado. Los palpos labiales y ma- xilares son aún más delicados, las patas también más delgadas y distintamente erizadas (pie en la especie arriba citada. Phaenognatha minur Brucli. — Fig. 1, antena; 2, palpos labiales; 3, mandíbula; 4, mnxila; 5, oiga- no de copulación. L, Y Cü PHOiV TE S BiJCCii (u. gen.) o’ clypeus latas , margine leniter prominulo, antice truncabas plus mi- nas-ve bilobatus, angulis lateralibus dilatatis. Cornu ceplialicum crassum breve antrorsum et bifidum. Mandibulae robustae subtriangulares, dentibus duobus validis eur milis Lycnphonte.s Jocrgenscni Bruch marginan clt/pei conspicuo su pera-atibas donatae ; dente molar i sub- quadrato laevi. Lobulum mandilare externum anguiforme, vix arcuatum, inerme, ápice glabrum. Labitim convexum elongatum, antrorsum angustatum, i n parte lingula- ri rotundatum. Antennae breves crassae , clava ovata latere- interno gibbosa. Pronotum in disco tubérculo subconoüleo obtuso ornutum. Elytrao convexae longitudine latitudinem vix superantes, costulis et callis humeralibus atque praeapicalibus parum evolutis. Pedes validi ; tibiis pedum euatuor posteriorum ápice externe bispinosis, latero interno spinulis duobus queque armatis ; taréis aequilongis, in pedibus medianis tantum lenissime longioribus, articulo tarsali extre- mo nec non unguibus in ntroque sexu isomorphis , ómnibus inermibus. 9 major, mari simillima vix ómnibus partibus magis robusta , distincta tamen fronte tuberculis duobus minutis contiguis tantum ornata, pro- notoque inermi , abdominis segmento ultimo tangiere, rotundato-snb- triangulari. Gemís Lycomedi de Ereme proximum, notis citatis habituque pcculiari omnino recedens ; superficies totius corporis nitens, punctato-rugulo- sa, tota tenuiter ciliolata, inferné dense villosa . Typus : Fj. «f ocngenseni Buucir (n. ap.) Fuligineus fere niger, nitens, punctato-rugulosus, ciliolis murinis bre- vissimis adpressis vestitus , maris eornu cephalico , tubérculo et protho- racis linea postmediana glabris, punctulis magis minutis et sparsis donatis. Corporis parte infera, fémur ihus tibiisque queque, tenuiter den seque vil- losa, abdomine pilis abbreviatis adpressisque ventilo. Maris longitudo totalis 30-34 mm ; 9 0.40 mm. Patria : Argentinia, Cordubae, Mendozae nec non Santiagi del Estero Provinciis. El nnevo género puede colocarse próximo de Lycomedes de Ereme, del cual difiere sin embargo notablemente, por los caracteres que acabamos de enumerar. Por otra parte se encuentra en aquél también caracteres que so aproximan mucho á Megas orna Kirby. f El clipeo es ancho, su borde ligeramente levantado, apareciendo como truncado, más ó menos bilobado adelante y oblicuamente recortado en los costados; sus ángulos laterales son poco redondeados, bastante pronunciados delante la lámina ocular. El cuerno frontal es corto, ancho y comprimido en la base, dirigido hacia adelante, poco arqueado, bifurcado, correspondiendo el espacio éntrelas despuntas á su largo total. El labio superior está escondido debajo el clipeo y ribeteado con una densa franja de pelos leonados. Las mandíbulas son robustas, subtriangulares ; llevan dos dientes fuertes, divergentes y algo encorvados hacia arriba, sobresaliendo del bor- de anterior de la cabeza ; el molar es subcuadrado, no estriado. Las inaxilas son alargadas, sn galea afecta la forma de una garra poco encorvada, que es larga y densamente ciliada en la base, pero glabro é inerme en la. punta. El segundo «artículo de los palpos maxilares es grue- so, obcónieo, adelante oblicuamente truncado; el tercero corto, obcónico Lycnphontes Joergenseni Jíruch. — Fig. 1 y 2, mnmlilmla; 3, mnxila; 4, labio inferior ; 5, antena muy encorvado en la, base, ostenta el artículo terminal que es largo, oblongo-ovalado. El labio inferior es convexo, alargado, «adelante estrechado y como el mentón erizado ; su parte Ungular es saliente, redondeada y ciliada en el ápice. Las antenas son cortas, bastante espesas, formadas de diez artículos : el primero piriforme, provisto de «abundantes cerdas, debajo plano y gla- bro ; el segundo artículo pequeño, subgloboso, mientras los tres siguien- tes son cilindricos; los artículos sexto y séptimo son más anchos (píelos precedentes, delante oblicuamente truncados, subtriangulares. La maza antenal es espesa, ovalar, compuesta de tres artículos, siendo el inferior giboso. El protórax es convexo, más enangostado adelante (pie atrás, ligera- mente bisinuoso en la base, sus ángulos laterales son anchamente redon- deados; sobre el disco lleva un cuerno tuberculiforme, subcónico y ob- tuso, dirigido hacia adelante. El escudete es triangular, en la base truncado, los costados apenas curvilíneos. Los élitros son muy convexos, poco más largos que anchos, su margen lateral ligeramente alzado, los callos humerales y preapicales, lo mismo que las costillas son poco manifiestos. Las patas son fuertes, mediocremente largas. Las tibias anteriores tridentadas y llevan una- espina apical interna; las cuatro tibias poste- riores terminan del lado externo en dos dientes agudos, del lado interno están armadas de dos espinas fuertes. Los tarsos son todos subiguales, solamente los de las patas medianas apenas más largos; el primer arte- jo de los tarsos medianos y posteriores concluye en espina; el último de los anteriores es algo más largo que los demás, y en todas las patas, en ambos sexos, los últimos artículos tarsales, lo mismo que las ga- rras (interna y externa) son iguales y completamente inermes en la baso. La superficie del coleóptero es lustrosa, rugosamente puntuada, cu- bierta de cilias muy diminutas y apretadas. La única hembra que conozco, es de tamaño mayor y en todas sus partes más robusta, pero formada como el macho, exceptuando la frente, que en vez de cuerno presenta tan solo dos pequeños tubérculos conti- guos; el protórax completamente inerme; y último segmento abdominal más largo, subtriangular y curvilíneo. Nuestro nuevo dinástido, que á la vez viene á formar el tipo genérico, es un coleóptero robusto, de forma ovalada y convexa. Socolores fuligi- noso, casi negro, pero las diminutas cilias pálidas le dan cierta colora- ción gris ratón, principalmente debajo del cuerpo, que es también lino y densamente pubescente. En los machos, el cuerno frontal y tubérculo del pronoto son glabros, linos y dispersamente puntuados, pero lisos en el ápice; lo mismo (pie una estrecha línea postmediana del pronoto. Este es grosero y rugosa- mente puntuado, con la puntuación irregular y más gruesa en los lados, y los bordes laterales ligeramente alzados. Los élitros son como el protórax, pero algo más finos y más rugosa- mente puntuados. 77 En la hembra sobresale el pigidio un tanto á los élitros y la insición anal está erizada. De los cuatro ejemplares que poseo de esta interesante especie, un par o" y 9 me fueron comunicados por mi amigo F. Jocrgensen, quien los coleccionó en Alto Penooso, provincia do San Luis, sobre troncos deai- gorrobo. Los otros ejemplares proceden de Córdoba. (E. Piotti) y de Qui- inili, provincia de Santiago del Estero (L. Steiner). Al agradecerá estos señores el obsequio lo bago también á mi estimado colega doctor F. Oliaus, por el lindo Lycomedes Ohami Arroto , el cual me lia servido de comparación. SUR LA STRUCTURE i> 10 s SC ORIES ET «IERRES CUITES TUOUVÉK8 i>AX8 I.A .S1ÓK1H 1'AMI'IÓHNNH, HT QUISI.ÍjUliS ÉI.KMUNTH Dli COMl’AUAISON Pah Félix f. outes Secrdtuire et directeur des publicatioiio du llusdo do La Plata profesaum1 aux TJuiveisltés do liuenoe Aires et La Plata AVKC LA COLLABOltATlON DlJ DOOTKUIt II. 1IÚOKING Dlioctour du riustitut inlnóraloatqiio ot pétrognudiiquo du rilulvorsitd do Sli'usboui'£ Frobably some independeat worker will al- timately arrice upon tbe ¡¡cene, and we vea ture to think that he will confina the views of Steinmann, Gatee and Jhtcloux. [Ci(moN- vil. uc) A. .1. O(oi.ic), Direetour du (leoloyi- cal Survey ot prol'ossour do UóoIoj>io au li. Oollege of Science d’Iilaudo, iu Matare, t. XXXI, 5¡!5. Lmuloii, 1009.) C’est dans le but unique de fournir aux spécialistes en pétrographie Poccasion de se forraer un jugement objectif sur la nature des scories et «terres cuites» trouvées dans les sédiments de la série pampéenne, et, en outre, eomme coinplément au mémoire que j’ai publié il y a quelque teinps, sur les mémes matériaux, que jodonne á la publieité la présente plaquette, contenant les dcscriptions et microphotographies d’un groupe d’óchantillons choisis parini une série nómbrense et également illustrée queje ferai connaitre opportunómont. Bien que réduite aux termes énoncés, eette ]>ublieatiou su Hit pour mettre en évidenee, d’abord Pidentité parfaite de structure mitre les scories en question et les laves andésitiques, en suite la. relation inti- me ex i s tan t entre le loess et les prétendues «terres cuites», laque- lie nous démontre qu’il s’agit de roches deutérogénes, a Pétat fran- cliement clastique le premier, et agglutinées ou concrétionnées les secundes; enfin que les scories artiíicielles obtenues au laboratoire, les scories naturelles provenantde la fusión du terrain et des végétaux qui servaient de combustible, efc celles produites par bi combustión de cer- taines graminées, etc., ue ressemblent pas bous le point de vue de la strueture aux seories volcaniques trouvées á Cliapadmalal, General Al- varado, Jíecoehea, Monte Hermoso, etc. Je crois inutile pour le moment d’entrer dans de plus ampies détails; les eoncltisions form idees dans mon mémoire de 1908, publié avec la collaboration des doeteurs II. Bücking, directeur de l’Institut miuéralo- giquo et pétrographiquo de l’Université de Strasbourg et Henri Herre- ro Ducloux, professeur de Chinde aux Universités de Buenos Aires et La Blata ', n’ont souffert aucune atteinte substantielle, malgré la criti- que unilatcrale dont elles ont été l’objet. Quant aux di vera argumenta opposés a mes aílirmations, je les ai analysés dans trois études, déjsY terminées et qui verront le jour, je le répét.e, quand je le jugerai oppor- tun, n’ayant aucun intérét a entreprendre la défense immédiate d’une plateforme quel conque. Je me propose seulement d’appliquer á la réso- lution d’un point eontroversé, des procedes rationnels et méticuleux d’investigation : « L’apparition de l’étude que sur le méine sujet ont publiée MM. Untes, Herrero Ducloux et Bücking vers la moitié del’an- née 1 DOS — dit une publieation récente — marque le commencement d’une nouvelle époque, car elle a provoqué de nouvelles reclierches, surtout ex péri mentales » 1 2 ; et A vrai dire, je suis plcinomcnt satisfa.it d’a- voir determiné cette évolution absol ument nécessaire. Dans le présent trovad, je no discute pas; je no fais qu’oll'rir quelques éléments de preuve objeetive, alin de permettre a dJ antros — ni xinc vi et míe bello velint rapta tradcrc — de pondérer le fond de la question et d’évaluer et anal y ser dans de meilleures conditions certains argu- ments que j’ai développés antérieurement. L’ examen pétrograpldque des diiíérentes préparations de laves volca- ñiques de la cordillére des Andes, d’échantillons du matériel di senté ou destiné a la comparaison, est dfi a M. le professour docteur Bücking; quant anx préparations et microphotograpliies, sacliant qu’il n’ existe a Buenos Aires ni les éléments nécessaires, ni le personnel compétent pour leur exécution nette et satisfaisante, je me déeidai a. confler les premieres ¡i. la maison bien connne de Yogt y ITocJigesang de Güt- 1 Fiíux F. Octus, Kniíuu'k Hkriuíuo Ducloux ct II. HOckíno, Estudio de las Hit)) ucutas « escorian » y « tierras cocidas » de la serie pampeana de la República Argen- tina, i n Revista del Museo de La I’lata, XV (segunda novio, II), 138-197, avoo 4 plan- chos el, (> ligaros dans le texto. Buenos Aires, 1908. * Florentino Amuc.iiino, íinumóralion ehromlogiquc el critique des no tices sur les Ierres cuites el les seories avthropiques des terrains sédimentaires ncogbxcs de V Argentino, pames jusqu’d la fin de l’annéc 1908, in Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, XX, 78.^ Buenos Aires, 1900. so fingen, et les secundes a VTnstitat fiir Wisscnsclta/'tlicltc I'hototjraphie «le (reorg ilausmauu, «l«‘ la «lite ville. A. ROCHES PROTOUHNJSS Les inicrophotographies réunies sous ce titre dans la planche, eoni- preiuient une, préparation «le lave du volcan Osorno (ti y. 1) et «leux «la matériel en «liscussion provenant «le Monte Hermoso (íig. 1 í et 3). 1. Lave da volean (horno (n° 5 «le la, nuinération spéciale «lu matériel ét adié ; íi^’. 1). — Le volcan Osorno se trouve situé daos la province chilienne de Llanquihué (o = 41' 0!)', a 72° .10 '), a 40 kilométres nordest de Puerto Montt. 11 n’est plus en activitó depuis de longues années; niais ses tlancs sont couverts d’épaisses conlées de laves se di nocaut a Pouest et au sudouest vers le lae Llanquihué et, a Test veis celui de Todos los Santos. Les échantillons ont été obtenus a ICnsenada, petite bale située sur le rivage du premier de ees lacs et aux environs duquel existen! «Pénormes accumulatioiis de lave. II s’agit ici (.Pune lave oxtrémement rude au toueber, (Pune cou- lenr gris-noirátre ou ardoisée, et, parléis, rocouverte «Pune conche rougeatre, franchcment rouge ou rosacée. La description pétrograplii- qne dit ce qui suit : «Roche porpbyrique, andésite. Structure typique porphyrique; grands eristaux de plagioclase a Pintérieur «Pune masse fundaméntale constituée préféreininent par des listons de plagioclase, íér magnétique, et base, etc. Les listons de plagioclase sont disposés dans la dite masse, en forme Huidale» (Riicking) L 2. Matériel disenté de Monte Hermoso (n° IY de la nuinération spéciale du matériel étudié; fig. 2). — Oet écliantillon fait partí e des collections du Musée de La Plata, et ses caracteres maeroscopiques ont été dccrits antérieurement \ Bien que j’aie déjA, publié leur examen pétrographupie dans un nié- moire précédent, je le reproduis cependant ci-aprés pour ¡Ilustrar la microphotograpbiecorrespondante. «Lavespongieuse, andésitique. Quel- ques-uns de ses pores remplisde calcite. Structure un peu ])lns grossiére (jiielll1. Dans un magma , brunatre, Pon trouve de noinbreux plagio- 1 M. lo doctour Waltlior Scliillor, elief do la sootion «lo Minóralngic «lu Museo «lo La Plata, a lait la révision «les tnuluctions «los diagnosos pétrograpliiquos dn doctour Biicking. * Oírnos, Iíiciuuoko Duei.oox ot: BOckinu, Ibitl., Má ot salvante. 8 Lo «loctour Biicking s’on r«5 (ovo a Péchantillon «Pun grand lVagmont «lo sonrio, provonant do Monto Ilormoso, <;t, «lont Pexameu pétrographique pnldió antérlenro- SI clases, courts, en forme «le lisfons efc «lis]>osés évidcmment sousla. forme Huidale. Eli nutre, eristaux de magnétite, quelques-uns petits et. d’autres plus grands. La base est moins apparente quant aux formations cris- tallines, et, des lors, moins notable que dans III» (BUcking). 3. Maté riel disenté de Monte Hermoso (n° Y de la nuiuération spéciale du matériel étudié ; lig. 3). — Oet écliantillon se trouve dans les memes eonditions «pie le préeédent ’. Je reproduis égalcment sa description pé- trograpliúpio. a Lave andésitique, a-ugitifere, spongieuse et méme écu- menso. Un grand nombre des espaees ereux, spéeialement A la. surfa.ee du fragment, sont revetus de ealcite qui remplit oompletement. les plus petits. Structure eneore plus grossiere; abondancc plus notable de for- mations cristalinos «pie dans IV. Les plagioclases mesurent jusqu’á une quart de millimétre de long, sur un liuitieme de millimetre de large. L’on y reconnait également la présence de la magnétite et «piehpies eristaux isolés d’augite, courts gros et de eouleur vert-brunatre. Semblable, d’ailleurs, a Pécbantillon LY. La base en general moins notable que diez IV ; peu transparente, du au grand nombre de petits eristaux de magnétite qu’eile eontient» (BUcking). A propos des deux óeliantillons IV et V, dont la description pétro- graphique précéde, le doeteur BUcking me fait observer que «l’on n’y trouve ni cristallisations secondaires, ni refonditions posté- rieures». lie méme, ilion savant collaboratciir ajoute : «Gomme je inont (Ootk.s, Hiíiuuau) Ducnoux ot HUckino, Jbid., 185) dit. co «pii suifc : « Lave grisc, spongieuse, avoc de nombroux vides, prosquo tous sphériques ct d’tuie gran- deur qui atteint parfois un centimbtro. II eorrespoiul it uno audésito avee plagiocla- ses visibles formant quelquefois dos eristaux courts et gros (qui conticnneut du verre) ou de longs niicrolithos en formo d’aiguillcs. Cos dorniers so présontont. prosque tou- jours associés on formo do eomplox radio-librcux romplissant la baso qui ost «Puno conloar foncéo, et brun demi transparont soulomont dans los partios plus milicos. On observo en nutre dans lo méiuo baso des produits sphérolithiquos do dévitrilícation. » A propos du fragment de scorio numéro III, d’oñ provient l’échantillon dont je viens de transcrire la description, fragment volumineux, de formo irrégulibre, de eouleur gris foneé, pourvu de cellules presque toujours spheroídales, la critique suivante a été formulée dans uno publication récente : « C’est un óchantillon cons- ituant un caillou roulé, noiríltro, dbxn aspect différcnt de la généralité dos scories aiitliropiques et sur lequol jo n’ai pu voir lo moindro vostigo de loess. Ha proven anco rosto égaloment. doutouso. » (F. Amrgiiino, Examen critique dn mémoire de M. (hilen sur leu scories el lee ierren cuites, in Anales del Museo Nacional de Hítenos Aires, XIX, 464, note 8. Buenos Aires, 1910). Jo forai observer, pour lo moment, ¡\ propos de cettc objection, que le fragment contesté par Balitear cité, présente la méme struc- turo ot. les rnémes élémonts minéralogiquos des antros scories oneastrées dans le loess do Monto Hermoso, d’un eortain nombro dosquellos jo publio les diagnoses ot los mierophotographies dans la présente noto, ot quo cellos trouvéos in sita Necochoa, Chapadmalal, General Alvarado, ote., quo je publiorai opportunémcnt. 1 Oütks, Hkkkkko Uijcloox ot BUcking, Jbid., 185 et suivante. 82 vous l’ai déjh écrit dans le temps, IV, V ni méme III ne sont des produits artificiéis, ni des formations prodnites par le fen ordinaire ; ce sont de véritables roches volcaniques comme 5 (lave du volcan Osorno), et, par conséquent des andésites. » B. nooiins DEUTÉltOGKNES Les trois mierophotographies presentóos dans la planche aceompag- nant cette note, eomprennent une préparation de l(»ess de Monte Her- moso (lig. I), ainsi (pie deux du matériel en diseussion («tenes cuites»), pro venan t de Chapadmalal (fig. 5 et (>). 1. Loess do Monto Hermoso (n° 3 de la numération spécialedu matériel étiulié ; fig. 4). — L’écliantillon cnvoyé au docteur Bücking a été separé d’un bloc de loess eontenant un fragment de seorie : « Olastique, struc- ture pélititpie etun tant soit peu plus grossióre que celle du numero 1 '. Formé de pctits grains anguleux généralement de un dixiéme a deux dixiémes de millimetre de grandeur, deplagioclase,quartz(etfeldspath-sa- nidine), augite,quelquepeu deliornblende, petitesboulesd’andésite[petits lapillis ou petits cailloux ronds (abejeroUte (¡enchiche) d’une grosseur jusqu’á de trois quarts de millimetre], et d’un eément. pulvérulent rela- tivement rare. La roche appartient done par sa. composition a un tu I' andésitique » (Biicking). 2. Matériel discuté (« terre cuite ») do Ghapadmalal (n° Vil de la numéra- tion spéciale du matériel étudié; fig. 5). — La diagnose correspondan t. a cet échantillon a été également publiée, elle est. conyue dans les termes suivants : « Roche poreuse, molle, de couleur qui varié du brun-rougeatre au rouge brique. Strueture clastique, pélitique; elle contient dans un eément- ferrugineux, compacte, rouge-brnn (hydroxyde de fer et hy- droxyde d’aluminium, ou bien argüe), quelques petits grains de la gros- seur jusqu’a de un cinquiéme de millimetre, surtout de quartz et plagio- clase, peut-étre aussi de sanidine, mais certainement de magnétite, augite, ]>lus rarernent d’arnphibole; et, en outre, petits lapillis d’andé- site, comme les précédents de la grosseur jusqu’a de un cinquieine de millimetre, eontenant des plagioelascs inclus dans une base de couleur foncée ou bruñe. La roche «loit done étre considerée comme un tuf, ou une roche pélitique tres riche en materiel volcanique (éventuellement 1 Lo doctour Biicking so libero ¡\ l’óchantillmi ilc loess do (Jhapadmalal, ipi’il a examiné, ot don t jo reproduis la diagnose pétrograpliiqno ¡\ propos d’uno dos scories obtenues artificiollonient au laboratoirc do PÉcolo do Chiinie ct 1‘harinacio du Muséo do La Plata (voir page 84 de la présente mítico). cendro volcaniquc). Un examen ultérieur, dirá si les granules consideres (■«mine quartz, sont réellement de quartz, ou si ellesne sont pas en par- tió ou peut-otre total ement des feldspaths » (Biicking) \ 3. Maté riel discute (« terre cuite ») de Chapadmalal (n° XIX de la mimé- ration spéciale du matériel étudié ; fig. 0). — Au sujet de cct écluintillon le docteur Biicking dit : «Boche friable de couleur rouge-brique qui produit au touclrer Pimpression du sable fin. Totalement identique a VI'l par sa composition, avec la différcnce (pie le céinent retrograde davantage et parait composé en grande partió de limonite » (Biicking) s. Dans amaine de ces roches, dit lo docteur Biicking, Pon n’obscrve de « traces d’influence de fusión ». MATÉ HIEL DE (JOMl’AH A1SOJN Une des trois microphotographies gronpées sous ce titre dans la plan- che, est le produit de la combustión du foyer de la chaudiére d’une fabri- que (fig. 7); une autre a été obten ue au laboratoire de l’École de Oliimie et Pharmacie du Musée de La Plata (fig. 8) et la troisiéme est le pro- duit d’un incendie allumé intcntionnellement dans la cam pague (fig. fi). 1. 8 'coric de rujies de víais (n° XXII de la numération spéciale du maté- riel étudié ; fig. 7). — Les échantillons de cette scorie m’ont été fournis par le professeur docteur Santiago Koth, chef de la. section do Paléon- tologie du Musée de La Plata, qui se les procura dans une crémerio de dunin (provincc de Buenos Aires), laquelle emploie ou employait les ralles de mai's comme combustible pour chauftér la chaudiére. C’est une scorie ampoulée et spongieuse, ])résentant des collules irro- go! i eres grandes et petites, parmi lesquelles i>rédominent cependant ces derniéres. Tant A. Pextérieur qu’A, Pintéricur des cellules, on observe un éclat vitreux. La coloration est en général gris-verdatre, sans étre cependant uniforme, puisque dans certaines parties, peu nombreuses, il est vrai, elle présente des taches grisatres. L’on y observe également des impressions nitides des rafies employés comme combustible, des res- tes carbonisés de ces inémes ralles, et (Pautres adhérences particulieres de diverse nature jirovenant du foyer. Un fragment ]>lus grand que j’ai sous les yeux (00x08 millimétres) pese 151 grammes. A propos de ce matériel, le docteur Biicking, s’exprime comme suit: « Scorie écumeuse, de constitution purement vitreuse et sans formations cristallines de grandeur notable. Xe peut étre (íomparée avec les roches ' OUTKS, lll4KRF.RO DUCI.OUX ofc llÜCKINO, Ihid., 180. s Outkh, Iliauiniu) Ducr.oux ot HUckino, Ihid., 1H(¡. SI volíüiiiiques 111 oí. IV (tig. 2 do la. planche jointc a eotte noticé) et V (lig. .‘¡) » lCn mitre, le docteur Biicking me fait observer (jue Féchanti- llou ¿níquel je me refere présente des «ineliisions clastiques man i lestes ». 2. Scorie produite au laboratoire (n° (> de la. munération spéciale du matériel étadié; ti g. 8). — Quand, en 1908, le docteur Herrero Ducloux, aecédant gracieusement si ina demande, s’oceupadeFétude eldmiquedu matériel en diseussion, il voulut connaitre Faction des hautes tempéra- tnres sur le loess, les scories et les terres cuites qn’il avait analysées; dans ce Imt il organisa une serie d’essais au four de moutle, ehautté par le gaz d’édairage, m es tiran t en meme temps les températures au moyen de montres fusibles de Segcr. Les essais référents au loess se lirent sur des matériaux provenant de la falaise de La Lobería (loess éolique de la base et des niveaux supérieurs; loess obtenu en ni eme temps qu’un fragment de « terre cuite» et loess retiró d’ une strate de scories tres décom posees); au moyen de mames d’une formation lacustre qni existe également dans le méme endroitj et mélant le loess éolique i'i des cen- dres de Se ir pus aspar. Les résnltats de ces expériences sont en partió coimas, pour avoir été antérieurement publiés % Quant á Féchantillon dont la microphotograpbie est incluc dans la planche (fig. 8), il fut préparé au moyen du loess éolique de la base de la falaise dont les caracteres pétrographiques sont les suivants : « Olas- tique. Structure pélitique. Constitué par de nombreux petifs grains an- guleux de quartz et de feldspatli, plagioclases, hornblende, augite, éj>i- dote, etc., recouverts d’une minee pellicule (apparemment de calcite) et cémentés par une substance terrease tiñe. La roche est, par conséipient, formée spécialement de matériel volcanique (cendre) » (Biicking). Le loess auquel je tais allusion, simplement désagrégé, fut soumis á Fessai pyrognostique. La eouleur brun-havane qu’il présentait dans les condi- tions indiquées antérieurement se maintint jusqu’a 950 si 1000°C. ; mais Féchantillon prit un aspect légérement aggloméré; puis, quand la tempé- raturearriva si L‘130-l..*lf>0°C., la eouleur passa augris-verdatre foncé,sivec taches rougesitres, et Fon obtint une scorie poreusede surtace vitreuse, dont les cellules, de forme irréguliére sont de diiférentes grandeurs L’oxsimen mieroscopique de cette scorie artiticielle, produite avec les éléments et dans la forme quej’ai décrits (voirla microphotographie, lig. 8 déla planche jointe si ce, mémoire), présente les caracteres suivants: « 1 lyaline (vitreuse), avec structure lluidale marquée, originée par sé- 1 Oírnos, IIisKincHo Ducr.oux et Hücking, Ibid., 18(i et suivante. 2 Oírnos, II i: limo ku Ducr.oux et Hücking, Ibid., 173 et tablean do la pago 182. 3 Oírnos, Ilioiiinoito Ducr.oux ot Hücking, Ibid., 182; voir dans le tablean les essais pyroguostiques do Piichantillon 1 du loess do Lobería, qni est eoliil-niCnio auquel je me role re dans lo t.exle. Rev. Museo de La Pi.aI Au. te Augite; Q. i: P. = Fig. 7. Scoric di T. XVII Ser. II. T. I ROCH PR O TO GENE Au. — Augite; Q. ar Qtrartz; Air. = Andésite; P. = Plagioclase C. =s Calcita; P -m Plagioclase U r É R O G E N E S P. = Plagioclase; H. = Hornblende; Q. =r Quartz; An. = Andésite Q. = Quartz: H. := Homblemle: P. ** Plagioclase. F. M. = Fer magnétique M Q. =■ Quarta; P. = Plngiocla.se Rev. Museo de La Pi.ata, T. XVII (Ser. II. T. IV.) Fig. 2. Scorie de Monte Hermoso ,w i , Fig. 3. Scorie de Monte Hermoso ,60/, MATÉRIEL DE COMPARAISON Fig. 7. Scorie de raíles de maís ,60:¡ Fig. 8. Scorie produite au laboratoire avec du loess de Monte Hermoso fa/l erétions de cristal lites (ferrite), et les oonleurs dilíérontes ar les cul- tiva,teurs dans le but de dépouiller leurs champs de la végétation herba- cée et ligneuse qui les couvre. Derniérement, j’ai visité la localité en «piestion, tres voisine «le La Plata, en compagnie du docteur Roth et du professeur Charles Brueh, chef de la section de Zoologic du Musée de La Plata; j’eus Pocasion «le m’entretenir avec un agriculteur établi, da, ns le «lit endroit. lis amoncellent, me dit-il, «le grandes quantités do gr.nninées, tronos et branches de Ccltis tala, Acacia sp., lodinia sp., etc., et y mettent le feu. L’ incendie alimenté conti nuellement par les paysans, dure sur la memo place, «leux trois et méme quatre jours; le feu éteint, le sol apparait partiellement transformé en brique et en scorie, que, plus tard, la citarme dósagrogo et les eaux éparpillcnt complótcmcnt. La scorie produite daos «le telles oirconstances est soufflée et ampou- leuse, a,vec col lulos «le «I i lloren tes grandours, mais toujours potitos; sa couleur est gr isa, tro ou gris-verdatre; elle porto «le nombreuses em- preintes vegetales. L’examcu microseopiquo de Péohantillon «pie je publie aujourd’lmi, «lit ce «pii suit : «Yerro pur, aven*, de nombren, sos bulles d’air. Bpougicusc; pas la moindre production de cristanx » (Bücking). Musée <1(\ L¡i Plata, aofit lí)10. L A J\I P Y H 1 D E S DE MISIONES NOMMKS KT 1> ICC HITS Par ERNEST OLIYIER CorrespomlíiJit clu Muséum d’IIistoire naturelle de París M. C. Brucli, Se distingue elief de la. section zoologique du Musée de lia Plata, a bien vouln me comnmniquer une intéressante séric de Lam- pyrides captures par M. Joevgensen dans la Gobernación de Misiones (Bonpland). Je viens luiré cornial tro le résnltat de 1 Vitado que j’ai faite de eette collection oü se trouvaient pbisiours espee.es nouvcdles remarquablos, qu’avec une grande amabilité M. Brindi a bien vouln me ceder ot je le remercie cordialement de son extréme géneros i té. Lamprocera flavo fasciata 15c. Décrit de Chiquitos. Aussi ¡\ Sao Paulo, Santa (Ja.fha.rina, Mon- tevideo. Kviih flabellata Kaiui. var. deiilieoi'nis Gichm. Bspéce tres variable dont j’ai fait connaitre les variations et établi la synonymie (liull. 8oc. Ent. Franco, p. 222, 1909). Répandue uu Brésil : Santa. Catharina, Thérézopolis, San Leopoldo. J’en posséde dans ma collection des cxemplaires portant lVtiquette de (Justa Rica et. de Movi- da.; mais ces indica tions me semblent erronées. — 87 Ludo blattina Pbrty var. Protliorax taché de fauve an sominet; élytres noirs avec un minee liseré fia-ve autour de l’angle humera! et sur la suture sur une longueur de quelques millimétres A. partir de l’écusson. 'Un sen! individu 9 de petite traille. Répandu, du Brésil remonte jusqu’á la Guyane; lesindivi- dus de cette derniere provenance sont beaucoup plus grands. Uoilocles duliiinns nov. hji. Mongatm , niger, prothorace aurantiaco , margine crebre punctato , ma- cula magna , discoidal i? nigra, laevi ; scutcllo triangulan , nigro ; ely- tris prothorace vix latioribu® , clongatis , parallelis, dehisccntibus, aurantiacis, macula apicali , nigra ; abdo mine nigro , pygidio triloba- to, d-uabus maculis flavis ornato ; ultimo ventrali segmento atrinque puncto flavo notato ; pedibus nigris. Long. 14 mm. Voisin do J). emisms Ern. 01 i v., inais bien distinct par sa tai lie plus avantfígcuse et sa coloration. Les antennes, lo protliorax, le dessous du corpa et les jambes sont entiórement dhm noir brillant; la tflclie noire du prothorax est plus developpée, mais les élytres sont uniros sur leur fiera a-pical seulement. ^íítlira axillaris Motscii. Aussi a-u Brésil : Bio de Janeiro, Petropolis, Espirito Santo. dEthra decorata Ern. Olí?. Décrit sur un exemplaire du Brésil (Petropolis). Afüilirn rufitliornx nov. sp. Oblongo-elongata , adra, nítida; prothorace aurantiaco, pygidio et ultimo ventrali segmento atrinque flavo maculatis ; prothorace rotundato , margine crebre punctato, disco laevi; elytri® prothorace hand latió n- bus , clongatis, rugosulis . var. prothoracis disco macula b runnea juxtabasali ornato. Long . 10-11 mm. REV. MUSEO I,A PLATA. — T. IV. (IX, lfi, 101 0) 7 Alto Paraná (Col. Bertoni). Entierement tl’uii noir brillant, sauf'le prothorax qui est orangé aveo le disque d’un jaime plus rouge. Le pygidium etle dernier sogment ven- tral sont marqués, cliacun, d’une táehe Have á chaqué cóté. .Lllira invlda 114) V • Sp. Elongata, subpar alíela, nigra; antennis nigris, quatuor primis art ¡culis extus Jlavidis ; prothorace ogivali, jiavo, «triga lata nigra , atrinque rosca, ornato ct in dimidia parte basali longitudinal iter J'ossulato ; scutello triangular i, crcbrc punctato , nigro, extremo ápice Jiavo ; elg- tris prothorace haud latioribus, parallelis, rugosis, nigris, Jiavo mar- ginatis; coxis, Jemorum basi et duobus ultimis ventris segmentis Jlavis. Long. 11 mm. Se rapproche de JE. cervina Ern. Oliv.; mais les autennes sont moins longues et plus trapues, la coloration du prothorax et des élytres est tout autre, etc. ... Aucune femelle du genre JEthra n’est connue. I.iuddota appi'o.Yimans Ehs. Oi.iv. Espéce coinmune au Brésil, difiere de L. Jlabellicornis Fabr., égale* ment répandue, par son pygidium noir et son prothorax moins large- ment bordé de jaunátre. Pyractoncina nigripenne Sol. Décrit du Ohili : e’est une espéce des liantes altitudes, (xobernación del Neuquén. Ceatomorplius líesckei Kits. Ouv. La tache du prothorax est d’un rose plus vif et le disque des élytres est d’un noir plus foncé que sur mes exemplaires typiques provenant de Kio de Janeiro. Ceatomorplius lilfcnestratiis Goitu. Décrit de Bahia (Brésil). J’en posséde des exemplaires de Rio do Ja- neiro et de Yatahy. — 89 — Aspisoma g’entile Ern. Oliv. var. Deux exemplaires oftrant une tache noire oblongue, attenant A. la margo latérale du protliorax, au-dessus et pros de l’angle postérieur qu’elle n’atteint ]>as et qui reste llave. IMiolinus fiiscus Gbiul Paral t trbs eommun. l'lioünus succensus Ern. Oliv. Bolle espéce décrite de Yatahy. Photinus Joergenseni uov. sp. Oblongo-ovalis , ater, nitidus; antennis brevibus, prothorace vix longio- ribus ; prothorace scmi-lunari , rugóse punctato, margine erecto, costu- lato, flavo, macula discoidali quadrata aurantiaca et vitta basali nigra ornato; elytris prothorace latioribus, apicem versus attenuatis, rugosis. cf tribus ultimis ventris segmentis p icéis, ultimo brevi,recte truncato. 9 prothoracis vitta nigra basali, atrinque interrupta; 5o et 6o ventris segmentis plaga lucida in medio ornatis, ultimo nigro, triangulan, ápice truncato. Long. !) mm. Entiérement d’un noir brillant, a l’exception du protliorax llave avec une tache discoidale orangée et míe bande basilaire noire. Ohez la femelle, cette bande est plus étroite : elle n’existe qu’au-dessus de l’é- cusson et s’interrompt pour reparaitre aux angles. Je dédie cette potito espoce a M. Joorgensen qui l’a découverte <1 Misiones. Elle est remarquable en ce que l’appareil lumineux semble plus développé diez la femelle que diez le male : diez ce dernier, les derniers segments du ventre n’offrent qu’une nuance plus claire, tan- dis que diez la femelle, les deux avant-derniers sont munis dans leur milieu d’unc plaque brillante d’un blanc jaunfitre. Elle se place pros de Ph. perbrevis Ern. Oliv. dont la taille n’est pas plus avantageuse et dont les élytres sont également noires; mais la colo- ration du protliorax est tres dift’érento. Mnceoluinpis ? 9 Oblonga, brunnea; prothorace antice paulum anguloso, flavo, disco nigro, atrinque miniato; clgtris rugóse et crebre punctatis, brunneis, flavido marginatis, dehiscentibus, ahdominis segmentmn tertium non ultra prolongatis ; pygidio obconico; áptera. Long. 13 mm. Les femelles aptéres soiit ñires dans le groupe des Pliotinini et c’est avee la plus grande incertitude queje rapporte eelle-ei ¡m gen re Macro- lampis. I*yeog’aster intestus Giíüm. Espeee tres répandue et tres variable. L’exemplaire capturé par M. Joergensen est entierement d’un noir brillant, sauf les troclianters et le sommet des han el íes qui sont blancliútres. Pyi'ogastei* l'iedus nov. sp. Oblongo-elongatus, ater, pubescens; capite Ínter aculas et antennarum articulo primo flavido-rufis ; prothorace antice rotundato, flavido, disco picea ; scutello picea ; clgtris obscuris, rugosulis, sutura te-mia- dme et margine externo latías flavo marginatis, coxis et femorum has-i piceis, tarsorum unguiculis iutegris; ventri píceo; o* quatuor ultimis segmentis cereis, ultimo brevi sat longe mucronato. 9 quinto et sexto segmentis cereis, ultimo triangulan, ápice inciso. Long. 14 mm. Misiones, Córdoba. La eoloratiou bruñe des ólytres, tres oliscare diez eertains individus, s’éelaircit eliez quelques nutres; de ménie la bordare margínale est de dimensión variable inais est toujours beaneoup plus large «pie le liseré sutural. Je possédais dója plusieurs individus de eette espeee provenant de Porto Alegro (Brésil). lMioturis lugulu-is Gome Déerit du Mexique. Je ne peux pus trouver de dilférence entre les exemplaires typiques de eette provenanee et ceux du Brésil, si ce n’est 5)1 que, elie/, eos derniers Féeusson est testacé et les Lanches le sont aussi sur une longueur plus ou nioins grande. IMioluris innenliei'iis nov. sp, Oblongas, pubescens ; mandibulis palpisque piceis ; capite flavo; anten- nis ciliatis , nigris , articulorum basi flava; prothora-ce snbogivali, crebre punctato , angulis posticis parum prominulis, flavo , macula discoidali nigra purpurcum punctum atrinque includentc et basim att ingenie, ornato; scutello triangular!, flavo ; clytris elongatis, bruñ- iréis, untura, vitta mediana et margine externo pallide Jlavis ; pectore nigro ; pedibus nigris, coxis , femorum basi et ápice, genubusque Jla- vis; ventris segmento primo flavo, 2o et 3o bruñiréis, 4o in dimidio postico flavo, tribus ultimis chuméis, ultimo triangular! ; tarsorum unguiculis flavis, externis flssis. o* ignotus. Long. 16 mm. Cette jolie espéce est remarquable par le dessin de son protliorax et la colora tion bigarróe de son corpa et de ses jambes. Les derniers seg- inents supérieurs de l’abdomen sont llaves; je id ai pu voir les premiers, craignant d’endonnnager Fuñique exeniplairo 9 dont M. Brucli a bien voulu enriebir nía. eollection. ISieellonyclia lividipennis Motsch. Parnit eonmiun dans tonto la región. ISieelIonyclia ISruchi nov. sp. Oblongo-clongata, piceo-flava, pubescen-a; capite flavo, mandibulis piceis ; antennis piceis, articulo primo flavo ; prothorace antice att en nato et rotundato, flavo, disco gibboso, picea, Ion gitudinaliter flavo linéalo; scutello triangular! flavo ; elytris prothorace latioribus, oblongis, ain- pliatis et apicem versus attenuatis, rugosis, bruñiréis, sutura tenuissi- me, margine latina et duobus vel tribus strigis longitudinalibus flavis ; ventris priinis segmentis ncbrtlosis, tribus ultimis roséis, Incidís; ultimo brevi, sal longo mucronato ; larsis obsenris, duobus unguiculis flssis. 9 ignota. Long, !2 14 mm. 92 — Province de Corrientes. D’un jíiune depoix; protliorax llave avec le disque brun chargé d’une gibbosité traversée par une étroite ligue llave; les élytres bruns sont ínarginés de llave assez largeinent a leur marge externe, tineinent a la suturo et offrent en outre deux ou trois cotes llaves longitudinales, bien accentuóes á partir de Pépaule, mais s’effayant en arrivant a l’anglo apical. Cette espece se distingue bien de ses voisines a protliorax gibbeux pai la eoloration de ce protliorax et les cdtes llaves des élytres. C’est avec plaisir que je dédie cette espece á M. Brucb, coimne un faible tómoignago de, nía reconnaissance. SUR LA FORME 00 URBES DE REFROIDISSEMENT oes m Ulano es bina i res Par E. RENGALE í’hcf do Travaux pratiqucs fi la Faculté des Sciences de Paria Par mi Jes diff'érentes métliodes permettant d’entreprendre l’étude des al lingos métalliques, ou plus généralement des mélanges binaires, Pune des plus genérales et des plus fecundes est sans contredit cello qui con- siste si. Biiivre, avcc la composition des mólanges, Isi variafcion des points de sol idifi catión et de transformation do ces mólanges ; métliode aujour- d’hui universellement connue sous le nom iVanalyse thermique que luí a donné le professeur Tammann. Or la pratique de l’analyse thermique repose sur la détermination préalable des courbes de refroidissement des différents m él auges étudiés, courbes dans lesquelles les températures sont portees en ordoimées et les durées de refroidissement en abscisses. Ces courbes, que Fon obtíent soit par pointage, soifc, mieux, par enregistremcnt photographique direct au moyen d’un galvanométre enregistreur, ne sont pas en réalité des cour- bes continúes au sena mathématique du mot : chacune d’elles se compose de plusieurs portions distinctes qui, au moins théoriquement, ne se rae- cordent pas ; par exemple, dans le cas le plus simple ou les coinposants du mélauge, que nous appellerons A et B, sont complétoment miscibles á Pétat liquide et ne donnent á Pétat solide ni oombinaison, ni cristaux mixtos, on aura une premióre b ranche descerníante XM reprósentant le refroidissement du liquide, une portion á vitesse ralentie ME correspon- 1 Co mémoire fnfc présenté A la Section des Sciences Pliysiqnes ct Mathématiqnes du Congrios Scientifique International Américain de Buenos Aires (10-25 juillet 1910). dant a la cristalisation du composant A, nn judiar horizontal EE' cor- respondant a la formation du mélange eutectique Al», enlin une derniére branclie E ' Y représentant le refroidissement du mélange solidiíié. D’une maniere générale, si compliqué que soit le diagramme d’équili- bre du systóme, les courbes de refroidissement serón t toujours divisées en un certain nombre de portions distinetes, que Pon pourra répartir entre trois catégories : 1) Les unes, telles que XM ou E'Y, représentent le refroidissement d’un liquide homogéne ou d’un solide sans transformation. Ce seront des courbes exponeutielles si Pon admet la loi du refroidissement de / Newton ; elles se confondront sensiblement avec des ligues droites si Pon suppose la température de l’air ambiant beaucoup plus basse (pie celle du mélange étudié, et Pintervalle de refroidissement relativement petit. C’est ce que nolis ferons toujours dans la suite, en admettant que la chulear rayonnée est simplement proportionnelle au temps, q = X/. U) D’autres portions, telles que EE', correspondent a une transfor- mation invariante (transition, eutexie, transformation allotropique). Ce sont les jialiers horizontaux, dont la mesure exacto sert de base ¡\ la méthode d’analyse thermique. 3) Enlin les branches telles que ME représentent la cristalisation Pro- gressive (Pan liquide, ou la transformation graduelle d’un mélange de cristaux mixtes. Ces branches ne sont pas rectilignes, Pexpérience le montre suílisamment. Miles se déforment graduellement, quand varié la composition du mélange étudié, et il serait intéressant de déterminer la forme corréete de ces courbes et d’étudier la loi de leur déformation. 95 — C’est cette étude, que Fon n’avait pas entreprise jusqu’A présent, qui fait Fobjet de ce méinoire. Olí verra (pie les résultats trouvés sont inté- ressants en ce qu’ils rendent compte d’une maniere tres nette et tres simple de nombreuses particularités experimentales. Le probléme se divise naturellement en deux, suivant que duran t la solidilication graduelle représentée par la branclie ME: L° 11 se (lépose des cristaux purs ; 2o 11 se depuse des cristaux mixtea. I. OAS DES OR1STAUX Í’ITRS Supposous-nous places daña le cas le plus simple oíi les eomposants A et l> ne sont pas miscibles ¿Y Fetal, solide et nc fbrment pas de combi- A naison. Considérons le diagramme représentant F equilibre tliermiqne en fonction de la concentration molécnlaire. 11 se compose de deux blan- dios AE, EB se con pan t au point eutectiqne E. Nous ferons les bypo- tlieses suivantes qui, sans étre absolument rigoureuses, se rapproclient néanmoins beaucoup de la réalité : a) La branclie AE du liquidus, lien des points de solidilication du constituant A, est une droite (ce qui revient a dire que Fabaissement cryoscopique est proportionnel á la concentration molécnlaire) ; b) La chaleur spécifxque de la pliase liquide se calcule par la métliode des mélanges a partir des clialeurs spéciflques m, et m2 des deux consti- tuants A et B á Fétat liquide ; c) La quantité de cbaleur L dégagée par la solidilication de A A. par- — !)(! — til* du mélange liquido est ixulépendante de hi composit ion do ce mélan- ge (en d’autres termes, la chaleur de dilution est nulle). Oonsidérons un mélange liquide de conoentration c renfermant 1 — v molécules de A etc molécules de B. 11 eoinmeneera de cristaliser á une teinpérature 0 correspondan! au point M du liquidas. A la température 0,, il se sera déposé s molécules de A, et la concentraron du liquide sera devenue o,, le point représentatif étant venu en Mr On a par définition : (1) (1 — ti) 6‘, ~ tí. D’autre pavt e, — c = (0 — 0,) tg a ou, en posant 0 — 0, = y et tg a — le (2) tí, — o — ley. Des égalités (1) et (2) on tire .n = k>l ky + o Pour représenter la combe de refroidissement cliorehéo, nous pren- drons comino origine Míe point de solidificaron commeneante; nous porterons en abeisses le temps t et en ordonnées, de liaut en bas, les dittérences 0 — 0, — y. La quantité de chaleur dq rayonnée pendant le temps dt pour une chute de température dy se compuse : De la chaleur perdue par le liquide (1 — .s) [(1 — o,) ml + OjwJ dy ; de la chaleur perdue par la partie deja solidifiée sm ' {d y , en désignant par m ' , la chaleur spécifique des cristaux A. Eníin, de la chaleur dégagée par la solidification, L ds. On a done : dq — (1 — a) ((1 — <;,) m{ +- tí^n^dy -}- N)i) ' , dy -f L da = \dt 97 ou, 011 remplajant et c, par lema valeurs 011 fonction do o et >/. et réduisant : Xdt = cm , + lem ' i ^ % + o ce que Fon peut écrire dy -f- c (vi., — m,) 4 20 °/0 Sí». . . ' s’incline davantage, par suite de la tempéra- Y. P b + 40 °/0 S n. . . . j tuve tvop voisine de‘ cello de Pair ambiant. Ou constate également bien dans la pratique que Ies liquidas presque horizontaux correspondent s\ des points de solidification commcnoante extremement nets, tandis qu’il est fort difficile de détermincr les liqui- das tres inclines, le point anguleux M dovcnant dans ce cas a pea pies invisible (Uís que la concentvation o augmente quelque pea. Si Pon suppose maintenant que les chaleurs spécifiques des deux constituants ml et vi, soient différentes, en admettant toujours mi = m ' ,, Péquation (3) devient aprés intégration (5) \t = [(1 — o) vi, 4- cui, ) y — + L. K V "r c On retrouve iine byperbole analogue á (4) mais dans laquelle l’asy mp- tote NP n’est plus lixe: elle tourne autour da point fixe N quandlacon- centration c varié, en méme temps d’ailleurs que la droite XM qui lui est parallele, tourne autour da point M. Enfin dans le cas ou Pon suppose ml — vii - m ' n on trouve en inté- grant Péquation (3) : lt — [(1 — c) vi, 4- cm,\ y — .p L 4- c(vi, — m' ,) log j^i 4 • La courbe la plus genérale s’obtient done en ajoutant, pour chaqué va- leur do y , aux abscisses de Phyperbole (4) celles de la courbe logarith- mique t = °r (vi, — m ' ,) log ^1 4 qui admet méme asy raptóte horizontale que Phyperbole et présente, au voisinage du point M, une aliare analogue. En sorte que les conclusions formulóos précódeimnent no sont pas sensiblement modifiées. Remarquen. — 1. Nous avons suppose dans ce qui precede que les mólanges successifs dont on étudiait le refroidissenient contenaient en tout 1 moléculo (ou le méme nombre de molécules) ; et d’autre part nous avons admis que la quantité de chaleur rayonnée dans Pañi té de temps était la méme pour toas ces mélanges. La premiére de ces conditions est également nécessaire si Pon veut 101 que les longucurs des paliéis horizontaux qui représenteut le dé])6t i — ley + c y — y c Y = j (% + o) le2 y le — le' ley -f- c Pour un abuissement inflniment petit dy de la température ¿i partir de 0„ la masse inoléculaire des cristaux mixtes augmento de ds, et la composition de ces cristaux devient y, + dy, ; ils contiennent done (s -f- ds) (i — y, — dy,) molécules de A. Or les s molécules de cristaux de composition y, eontenaient, á la température 0„ s (1 — y,) molécules UEV. MUSEO LA PLATA. — T. IV. (IX, 30, 1010) 8 -■ + », + w - MI y - T^jTT, + Mj' ou bien (7) (% 4* c) ) [ (7í — le')mJ -f lele' (L2 — L,)]^ — (le — le ' ) \t -\- leh.\=lccLr 105 — On reconnait Péqnation d’une liyperbole clont une des asymptotes XP est ñxe et dont Pantre se déplace en restant paralléle a XP. La portíon utile de cette courbe est limitée au point M par son intersection avec la droitoXM d?équation \t — mpj = 0, représen tan t lo refroidissoment du mólange liquide, et au point ¡a par sa roncontre avec la parallble ¡j,Y A. MX, correspojidant au refroidissement de la masso solidifico. Les an- gles que font ces deux droites avec les tangentes á l’hyperbole aux points M et ¡j. sont les point* angulcux de solidijication covimengante et de solidijication complete. Si nous supposons un moment L2 = L,, on voit <|ne Pnsymptoto lixe XP est paralléle a MX. On retrouve dans ce cas une hyperbole tout a fait semblable á l’byperbole (4) trouvée dans le cas des cristaux purs (p. 97) et conduisant aux remarques suivantes, dont les deux premieres avaient déjA> ét 6 énoncées a cet endroit : a) Pour e — 0, l’liyperbole so réduit A> ses asymptotos MX et XP. On pause done par une déformation continué du palier de solidijication du composant par A au point angulcux de solidijication commengante du mé- lange. b) L’angle XMp. s’ouvre progressivement quand on fait croitre la con- ccntration c: Le point angulcux de solidijication commcnyanlc devicnt de nioins en nioins net á mesure qn’ augmente la concentra, tion du corps B. c) Enfin Pangle YgM est toujours plus ouvert que l’angle XM¡¿. De sorte que le point de solidijication compldte est toujours nioins visible que — lOfi le point de solidification commengante , la différence de netteté étant d’au" tant plus grande que le solidas s’éloigne davantage du liquidas. Oefcte derniórc remarque explique la difííoulfcé que présente Inobserva- • tíon des points de solidiil catión compléfce, qui sont presque toujours invisibles sur les courbes de refroidissement. Mais en général L2 — Lt íFcat pus nul. Si Lá >■ Ll? 011 voit que Fa- symptote iixe NP est moins indinée que XM, ce qui a pour effet de rendre moins obtus les angles en M et ¡a, et par suite de rendre ces points plus fácil ement observables. Si au contraire L2 •< L1? l’asymptote NP est plus indinée que XM. Les angles en M et ¡a s’ouvrent davantage, et Fon volt que, pour des valeurs convenables de c, le second de ces angles d’abord, pnis le pre- mier, peuvent devenir égaux á %. Les points correspodants ne sont alors rigoureusement plus observables. Pour les valeurs de c supérieures á ces valeurs critiques, les angles deviennent >> x» 2. Dans Fliypotliése w, — m2, avoc ml = m\ et m., = m ' Féquation différentielle devicnt m - au [las la forme rectiligne. Paria, 15 juin 1010. PLUSIEUUS NOUVEAUX COLÉOPTÉHES DE LA RÉPUBLIQUE ARGENTINE l'Ait MAURICE PIC Ih'omaiil luis inlntoenlis n. h|>. tíubpamllelm, nitidus, griseo-pubcsccns, nigro-metallicvs, capitc antice, thorace (in medio disco nigro notato), antennis ad basin ct abdomine lateralitcr testaceis ; epipleuris élytrorum antice tcstaceis. Subparalléle, peu lar ge, brillant, médiocrement pubescent de gris avee quelques poils redressés clairs, imperceptiblement ponctué sur Pavant-corps qui est en partí e noir, en partió testacé, irrégulierement etsubmguleusement ponetués sur les élytres qui sont entiérement fon- cés avee seulement les épipleures legéroment testuces antérieurement. Tete noire en ar riere, testacée en avant a partir du milieu des yeux ; an- tennes coartes, dentées sur leur milieu, noires avee les premiéis articles testacés en dessous; protliorax court et large, testacé avee une macule médiane diseale foneée qui n’atteint pas les bords; élytres d’un noir métalliquc, un peu plus largos que le protliorax, presque paralléles, pas tres longs, obliquement termines au sommet; pygidium dépassant un peu les élytres; pattes foncées. Long. 4 mui. Han Luis. (Jommuniqué par M'. O. Itrueli. «Je sépare provisoirement de eette espéce á titre de variété, (4 sous le nom de var. discoidalis, un exemplairo dont le disque des élytres est en partie testacé, le rebord élytral nettement testacé antérieurement, et qui difiere, en outre, de inlateralis par la tete entiérement foneée sauf les partios buccales. Long. 4,5 mm. — 109 — Province de Córdoba. Coimnuniqué par M. C. Brucb. Yoisin de lateralis Pie, en difiere, en outre de la coloration, par la for- me plus robusto et le pygidium saillant. Silis líruehi n. sp. o' Satín latos, postice sobdüatatus, nítidas, (¡risco pubescen#, probarte testáceos (thorace, seutello pedí bosque ; taréis ohscuris) pro parte nifjcr, aliquot rnfescens (capite, élytris antennisque) ; thorace breve, in disco imp resso, lateraliter antice tubercnlato, postice appcndicu- lato spinoso. Assez largo, un peu élargi en arriero, brillanb, pubescent de gris, noir, eette coloration devenant en partió roussatre diez les exemplaires un peu immatures avec le prothorax, l’écussonet les pattes testuces, tarsos obscurcis. Tete foncée coarte, impressionnée entre les yeux; antennes assez greles, idus ou nioins foncées; prothorax testacé, court, impres- sionné sur le disque, inuni sur les cotes antérieurement d’un tubérculo dentiforme large et postérieurement d’un appendice lojig, sinué, spini- forme a l’extrémité; écusson testacé; élytres folíeos, distinctement plus 1 urges que le prothorax, pas tres longs, un peu élargis en arriere, expla- nes latéralement, assez fortement ponetués sur leur milieu et en arriero, presque lisses antérieurement; dessous du corps plus ou moins foncé; pattes testacées avec les tarsos obscurcis. Long. 0 mm. (Job. -Misiones (C. Brucb). Aussi in collection Pie. Yoisin de inwquaiis Pie, milis, en outre de la structuro diferente du prothorax, en difiere par la forme moins robaste, les élytres non mar- qués de elair sur les cotes, etc. Aitlliieus parvus n. sp. Minutos, satis elonqatus, nítidos, (¡risco pubescen# et pilis pallidis hirsu- tos, rufo-testáceos, capitc plus minusve brunncscente, elytris obscuritf; capite postice subtmneato ; thorace satis elonyato, antice dilatato: elytris satis anyustatis. Petit, assez allongé, brillan!, médiocrement pubescent de gris et hé- rissé de quelques poils clairs, roux testacé, la tete étant plus ou moins brunatre, avec les élytres obscurcis. Tete grosse, subtronquée postérieu- 110 — remeut, assez fortement et éparsémenfc ponctuée; antennes assez eourtos, épaissies a Pextrémité avcc lo demier article plus long que le pvécédent ; protliorax ponctué comme la teto, un pon plus long que largo, ólargi en avant et subarrondi sur eette partie; élytres un peu plus larges que le protliorax, á épaules marquées, courfceinent rétréeis postérieurement, á ponctuation espacéo, bien plus forte antérieurement ; pattes assez ro- bustos. Long. prés de 3 mm. Province de Buenos Aires (C. Bruch.) Aussi in eollection Pie. Eessemble beaueoup ¡\ notre espéce paléarctiquo Stenidins femoralis Desbr., inais s\*n distingue t\ prendere vue par les épaules niarquées. Peut se placer prés de holoxauthm Prm. qui a une coloration genérale testaeée palé. S|M!rino|}liug‘iis «•auyoliopiíorniis ». «p. Satis, angustatus et elongatns , subnitülus, sat dense gríseo pubescen#, nigro-piceus aut rufescens, antennis pedibusgue pro parte nifescenti- bus; elytris distincte striatis ; thorace satis angustato. Assez étroit et allongé, un peu brillant, assez densément pubeseent de gris, noir de poix, parfois roussfitre (ex. iinmatures), antennes et pat- tes en partie rousssltres. Tete assez longue, carénée entre les y en x, ecux- ei grands; antennes plus ou inoius roussatres longues, dentées á partir du 4e article; protliorax transversal, plus étroit que les élytres, presque droit sur les cótés, i rrégu 1 i ér em ent et assez fortement ponctué, orné anté- rieurement á l’état frais de petites macules discales pubescentes jaunsV tres; écusson long et étroit; élytres plus larges que le protliorax, longs, subparal 1 él os, courtement rétrécis ¿\ Pextrémité, fortement striés; pygi- dium entiéroment roux ou obscurci et plus elair sur son pourtour, sans macule foncée ni macules pubescentes distinctes. Long. 7,9 mm. Province Córdoba., San Luis (C. Bruch) : Chaco do Santiago (coll. Pie). Par sa forme cette espéce ressemble á cortains Caryoborus d’oú son nom; par sa forme allongée elle rappelle longissimus Pie, inais s’en dis- tingue, á prendere vue, par le protliorax distinctement plus étroit que les élytres, les stries élytrales plus profondes, etc. VOCABULARIO CHOROTE O SOLOTE (CHACO OCCIIMCNTAI.) Pou ROIIERT LEHM ANN-NI TSl) 1 1 E Á los problemas lingüísticos del Chaco pertenece la posición del idioma de los indios Chorote ó Choroti ó Solote ó Soloti, completamente desconocida por falta de suficientes materiales. Sin embargo, en 1890, fray Doroteo Gionnecchini explica 1 la distribución y los nombres do las tribus alrededor de las cuencas del Bermejo y Pilcomayo de la manera siguiente: «Los Noctenes, los Matacos, los Yejoses, los Guisnais, los Cliulupies, son una sola nación, que hablan todos una sola lengua, y todos tienen las mismas costumbres. «Tales naciones se diferencian por el nombre, y por términos que yo llamaré provinciales ó locales. « Pronto ó la colonia Crcvaux, en la margen izquierda al norte, hay otra tribu llamada Chorotis que han de haber sido antiguamente una parcialidad cautivada por» los Noctenes: pues su idioma es un verdadero dialecto del Mataco ó Nocten ; y muchas palabras son iguales á las de los Noctenes. « Esos Chorotis viven en tribu aparte sí, pero se hallan emparentados y en continua relación con los Noctenes. » En cuanto á las diferentes tribus recién enumeradas, hoy día, gracias 1 IjA fonk Qukvrik), Introducción á Grupo Mataco-Mata guayo del Chaco, Dia- lecto Nooten, Valer Noster y apunten, por el V. Inocencio Manuel. Boletín del Instituto Geográfico Argentino, XVI, sop. p. 4. 189(5; Lafonu Qukvkdo, Introducción íí Los indios Matacos y su lengua, por el Ing. Juan Vcllcschi. Boletín del instituto Geográfico Argentino, XVII-XVIII, Hop. p. 53. 1897. á los estudios del señor Samuel A. Lafone Quevedo, sabemos que los Noctenes, los Matacos, los Vejóse», y, agregaremos, los Mataguayos, forman el gran grupo lingüístico Mataco-Mataguayo. ICn cuanto a los G-uisnais, el explorador señor Herrmann (véase más abajo) comprueba que pertenecen al grupo Mataco. Los Clmlupies, citados por el padre Gfionnecchini, y citados también con el nombre de Ohunupies, por el padre José Cardéis no deben confundirse con los Chunupí, Oliulupí ó \rilela de Hervás, Pellesclii, Pontana y Ambrosetti y sobre ¡os cuales se fundan estudios lingüísticos especiales del señor Lafone Quevedo - que demues- tra (pie estos últimos representan un grupo especial 1 * 3. Restan, pues, los Ohorotis, y las siguientes páginas contribuirán en algo para discutir la afirmación del padre Gionneecbini que «su idioma es un verdadero dia- lecto del Mataco ó Nocten». Muy pocos son los datos que sobre estos indios bailamos en la litera- tura. El padre Lozano 4 * 6, en 1788, los llama Xolotm, cuando dice: «Todas estas naciones, que aquí liemos puesto con sus poblaciones, conviene á saber, Taynuycs, Tontas, Mataguayos, Agoyas, Xolotas, Tobas, Moco- bies. Yapi tataguas, y también Aguilotes, (pie viven entre Mocobios, y los Palomos, (pie casi soban acabado, todos tienen unas mismas costum- bres, y son semejantes en todo, que por eso los hemos juntado para, hablar sin distinción de unos á otros. » Recién en nuestra época volvemos á encontrar los Ohorotis. Creo inú- til perder mucho tiempo en buscar y citar cuidadosamente todas las obras de los viajeros y exploradores «pie apenas mencionan su nombre sin dar detalle alguno. Así por ejemplo, los hallamos mencionados, en el libro de Baldrich :i (1890), en las Exploraciones del señor Thouar 11 (1891) y últimamente (1908), en las dos conferencias del ingeniero Jíerr- munii 7 * *, sobre la región del Pilcomayo. 1 .losé CaiuuIs, ¡ais misiones franciscanas de Bolivia, p. linrrnlnna, 1SS(!. v Lakonk tJllUVKDO, Introducción ;í Los indio» Malucón y na lengua, por el iug. .loan Pelleschi. Boletín del instituto Geográfico Argentino, XV1I-XV111, sep. p. 12, nota y p. 52. 1 81)7 . 3 La COMO Quicviído, La lengua Hiela ó Chula pí. Untadlo de filología cliaco-argcntlna fundado sobre Ion trabajan de Ifervas, Ailclnng y Pelleschi. Boletín del instituto Geográfico Argentino, XVI, p. 80-12L 1805. J Lozano, Descripción chorogru pírica del terreno, ríos, árboles, y animales de lan dilatadísimas provincias del tiran Chaco Gualamba, p. 77. Córdoba, 1722. 6 Oaí.okicii, Lan comarcas vírgenes. El Chaco central norte, l’annim. lineaos Aires, 1800. ü Tiiouak, Explorationn dann VAmórique da Sud, p. 271. París, 1801. 7 llcHHMANN, Dio clhnoyraphinehcu Ergcbnisse der Dcutnchcn l'ilcomayo- Expedilion. Zeitsehrifl fiir Ethnologie, X L, p. 120-127. 1008; IIiokkmann, Dio Deutsche Pileonia- yo- Expedilion. Zeitsehrifl der (Icncllnchafl fiir Erdkunde, p. 520-528. 1008. 113 — Debemos la primera monografía científica al conde E. von Rosen l;de la que nos interesa, solamente lo que dice del idioma de estos indios : « El idioma de los Chorotes parece distinguirse esencialmente de los idio- mas de las tribus indias alrededor de ellos. Voy á. dar algunos ejemplos : Chorotes Matacos Tobas Sol Jcileh iclmala tahigua Fuego . . . hoát eitach dóllo Oreja .sitóte untjaté JianéJctclá Nariz.... Hitnethné mhnun Iwdimíak» Cuando yo, en agosto de 11)00 y por orden del Museo de La Plata, me ocupaba, en San Pedro de Jujuy, de la antropología física de las tribus autóctonas del Chaco occidental, aprovechó la oportunidad para hacer- me dictar por dos indios Chorotes, relativamente hábiles para estas cosas, un vocabulario de su idioma, y en seguida me convencí que, casual- mente, se trataba de dos dialectos algo diferentes que llamaré Chorote Ay Chorote 1>, no habiéndome sido posible averiguar la verdadera deno- minación de cada tribu respectiva. Una comparación preliminar de mis apuntes con los idiomas chaqueños me hizo convencer que se trata de « un grupo lingüístico especial ó aislado, con un vocabulario parecido en muchas de sus voces al Mataco», y así lo manifesté en la obra que trata de los resultados de aquel viaje 2. Ahora que me ocupé detenida- mente de este problema, al entregar mis materiales lingüísticos á la im- prenta, ya no me parece fundada tal afirmación, algo categórica por cierto; creo más bien que la marcada afinidad del idioma Chorote con el Mataco no se interpreta de otra manera que considerando ambas len- guas como codialeetos; los datos necesarios con respecto al Chorote, todavía son insuficientes y creo proceder prudentemente limitándome á lo antedicho. Restan tantos enigmas á resolver en el tohuwabohu lingüís- tico del Chaco, que sería absolutamente impropio averiguar ya por ahora las correlaciones mutuas entre los idiomas Mataco y Chorote. Debo indicar acá que he oído pronunciar Chorote, Ciioroti y tam- bién Solote, Soloti, si u que me hubiese sido posible averiguar si se trata de subtribus, etc., y recuerdo que esta designación coincide en un grado notable con la forma Xolota, como escribió el padre Lozano en 1733. 1 von Rosiín, The Chorotes Indiáns in the ¡Solivión Choco, p. 13. Stockholm, 1904; ídem en: ¡nternationaler Amerikanistcn-Kongress, XIV, p. 657. Ktnttgart, 1904. 5 Lhiimann-Nitsciik, Estudios antropológicos sobre los Chiriguanos, Chorotes, Matocos ¡I Tobos (Chaco occidental). Con 50 láminas según fotografíes tomadas por Carlos I’rnrlt. A nales del Musco de ¡ai ¡'loto, 2a serio, I, p. 5(5-57. 1908. Gracias á una rara coincidencia me es posible intercalar á mi manus- crito otro vocabulario Chorote que fué apuntado en Leilesma, provincia de Jujuy, en junio de 1909, por el señor Salvador Debenedetti, estu- diante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y asistente en el Museo Etnográfico de la misma, quien fué comi- sionado á la región del Chaco jujeño en viaje de estudio. En esta oca- sión, el señor Debenedetti pudo reunir, entre otras cosas, ana colección ergológica bastante notable de los Chorotes la que describirá en las publicaciones de la Sección antropológica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, y yo he puesto á su disposi- ción el material análogo de (pie hablé en los ya citados Anales , pági- na 50. El vocabulario Chorote del señor Debenedetti corresponde al dialecto A de mis apuntes. Para facilitar las comparaciones del Chorote con las ramificaciones del idioma Mataco, he agregado las palabras correspondientes según un vocabulario Mataco apuntado por mí y otro apuntado por el señor Debe- nedetti, como también aquellas (pie se encuentran en la obras de I’elles- chi, Remedí, Massei y (l’Orbigny y que deben su publicación á los esfuerzos infatigables del lingüista americano señor Samuel A. Lafone Quevedo. VOCABULARIO CHOllOTE Para apuntar las palabras del idioma indígena me lie servido de la Tabelle zur Aufnahme südanierilcanischer ¡Sprachen que el Peal Museo Etnológico de Berlín entrega á cada interesado. Es un cuaderno muy práctico que contiene las palabras más necesarias, en alemán, español y portugués, y además hay espacio en blanco para los vocablos americanos. Conservamos en el siguiente texto, por lo general, el orden déla materia y de las palabras como lo observa la citada Tabelle. No es el orden alfa- bético; se trata de un arreglo natural de las palabras, según la materia (pie indican. La ortografía del siguiente vocabulario es la castellana; un apostrofe después de una ¡i, o, ü, a, e, o, significa el acento en el diptongo ó vocal respectivo. CLAVE A = Chorote, individuo A. Apuntado por nosotros en ¡San Pedro de dujuy, agosto de 190(5. B = Chorote, individuo B. Apuntado por nosotros en Han Pedro de Jujuy, agosto de 1900. 115 — C = Chorote, lenguaraz Luis. Apuntado por el señor Salvador Debe- nedetti en Ledesma, provincia de J tijuy, junio de 1909. El lenguaje de los individuos A y C es casi idéntico. Mat. L.-N. = Mataco, hombro adulto. Apuntado por nosotros en San Pedro de J tijuy, agosto de 1900. Mat. Del). = Mataco, cacique Cuchi-Toro. Apuntado por el señor Sal- vador Debenedetti en Ledesma, provincia de J tijuy, junio de 1909. Mat. Poli. = Mataco (ex Pellesciii, Los indios Matacos y su lengua. Con una introducción por S. A. Lafone Quevedo. Boletín del Instituto Geográfico Argentino , XVII-XVIII, ed. especial. 1897). Mat. Item. = Mataco (ex Remedí, Los indios Matacos y su lengua. Con vocabularios ordenados por Samuel A. Lafone Quevedo. Boletín del Instituto Geográfico Argentino , XVII, ed. especial. 1890). Noct. = Nocten (ex Massei, Lenguas argentinas. Grupo Mataco-Mata- guayo del Chaco , dialecto Nocten. Pater Noster y apuntes. Con introducción y notas por Samuel A. Lafone Quevedo. Boletín del Instituto Geográfico Argentino , XVI, ed. especial. 1890). Yej. = Vejoz (ex d’Orbigny, Lenguas argentinas. Grupo Mataco-Ma- taguayo del Chaco , dialecto Vejoz. Vocabulario y apuntes. Con introduc- ción, notas, etc., por Samuel A. Lafone Quevedo. Boletín del Instituto Geográfico Argentino, XYII, ed. especial. 1890). PAUTES DEL CUERPO, ETC. Lengua : A, niilc’áj; P>, su-pájnet. — Mat. L.-.N, : no-lcajlctsháii. — Mat. Del). : no-Jcgjlioj. — Mat. Poli. : nu-ca-jlo-jié. — Mat. Item. : haj-lc-chá. — Noel. : caj-likiu. — Vej. : no-cagliguiu. Boca: A, sáai; B, si-lcihue ; C, sái. — Mat. L.-N.: nb-k’aj. — Mat. Deb. : no-lcáj. — Mat. Pell. : nu-caj , no-caj (ef. Lengua!). — Mat. Item. : kaj. — Noct. : caj. — Vej. : no-lagni, no-lani. Labio: A, si-pásat; B, ídem. — Mat. Deb. : no-pasét. — Mat. Pell. : nu-jatoj (labio superior), nu-pozet (labio inferior). — Noct. : caj taj. — Vej. : no-paset, no-paste. Diente : A, sáhue; B, si-kíinta ; C, sájhué. — Mat. L.-N. : no-tsoté. Mat. Deb. : tsolét. — Mat. Pell. : nu-zutéi, no-chotéi. — Mat. Item. : tzotei. - — Noct. : zotté. — Vej. : nochetc. Nariz : A, si-sniétehuc ; B, si-snétue ; C, se-jnátoo. — Mat. L.-N. : no-snés. — Mat. Deb. : ojnóz. — Mat. Pell.: no-cncss. — Mat. Item. : mis. — Noct. : ñus. — Vej. : no-nns. Ventana de la nariz : A, si-snatooké ; B, si-snetehna. Ojo: A, si-statéi; B, si-süeia ; C, si-late. ■ — Mat. L.-N. : no-tejlüi. — — 11 (i — Mat. Deb. : otéjlo. — Mat. Dell. : no-téi, uo-tee-luí. — Mat. Item. : teijlói. — Noet. : tosió. — Vej. : no-tolo. Párpado : C, si-tatétaj. Oreja : A, si-lcóote; B, si- le iota ; O, shi-keoté. — Mat. L.-N. : no-choté. — Mat. Del).: no-tkiotá. — Mat. Bell.: no-chotéi , nu-quiotéi. — Mat. Item.: chotéi. — Noet. : Mote. — Vej. : no-quiote. Agujero de la oreja : A, si-kduiike; B, si-kiotliíla. Frente: A, si-stiókose ; B, ídem. — Mat. L.-N. : no-tüjloa. — Mat. Del). : otálcio. — Mat. Pell. : nu-jletéj. — Mat. Item.: téi-chá. — Vej.: no-ta- ehio. Cabeza : A, Hétele; I i, ídem; 0, jlólek. — Mat. L.-N.: nojleték. — Mat. Del). : slétak. — Mat. Pell. : ótée, nu-jletéj, jletéc. — Mat. Item. : lotee. — Noet. : etck. — Vej. : titeo. Cráneo : A, sónie. Cabellos : A, si-uóle; 0, si-uole. — Mat. L.-N. : no-ueléi. — Mat. Del). : ólei. — Mat. Pell. : nu-huolé. — Mat. Item. : huoléi. — Noet. : yuolé. — Vej. : no-olee (pelo). Cejas : A, si-tólcose ; A, si-tietloli ; C, shi-toMosé. — Mat. L.-N. : nu-tojli- léi. — Mat. Deb. : otákio uolé. — - Mat. Pell. : no-taquiosej. Pestañas: A, si-tásej ; B, si-tictá; C, ski-tapé. — Mat. Deb. : tejuís. — Mat. Pell. : no-tecuiss. Barba (pelo) : A, s i-póse j ; B, si-pósij ; C, sM-póusc (bigote, barba). — Mat. L.-N.: no-posé. — Mat. Del).: n-paséi. — Mat. Pell. : nu-pozéi. — Mat. Item. : peséi. — Vej. : lepasot, paso. Vello del pubis: A, so-pnsej ; B, ídem [«o = penis, B|. — Mat. l’ell. : nujlu-hueléi. Mejilla: A, si-kiiló ; B, si-kiólo. — Mat. Pell. : mi-Máluss. Barba (mentón): A, sck’ ; B, tsü-lcat. — Mat. Deb. : ojióle. — Mat. Bell. : no-jlecq. — Vej. : no-use. Hombro: A, si-léue ; B, si-níhue ; C, shi-leue. — Mat. L.-N.: no juapao. — Mat. Deb. : ojoapó. — Mat. Bell. : nu-huól, nu-lmúl. Brazo: A, shi-huó’po ; B, ídem; C, si-juópo. — Mat. Deb. : oleató. — Mat. Bell. : nu-huapú. — Mat. Item. : juapó, — Vej. : no-ti, nojtuvpo (hom- bro). Antebrazo: A, shi-kioi ; B, si-lció. — Mat. Bell. : nu-tcuéi. Codo: A, ski-lcatóki; B, si-kátoki. — Mat. L.-N.: no-katúo. — Mat. Deb. : oleató. — Mat. Bell. : nn-catú. — Vej. : no-cato, no-cachito. Mano: A, si-leiói ; B, si-huúki ; C, si-kioiéi. — Mat. L.-N. : no-t’leiioiyi. — Mat. Deb. : otleoaqot. — Mat. Pell. : cuéyi, nu-tcuéi. — Mat. Item. : cuéi. — Noet. : cuoi (brazos! error!), cueileió. — Vej. : no-quei. Dorso de la, mano : A, si-kio-óskaki ; B, si-leió-hnó. Palma de la mano : A, si-ieio-ot; B, si-leió-tot. — Vej. : no-cuceho. Dedo: A, si-yésoki; B, si-huúki; C, si-ésiki otés. — Met. L.-N. : no-juoj. 117 — Mat. Del). : no-jós . — Mat. Poli. : nn-cunj, liotc-liotí, hotécnoaji. — Mat. Kem. : juj. — Noct. : cuj . Pulgar: A, si-yéselci-kosoki. — Mat. Pell. : nu-cuuéj lu-cué. índice : A, s hi-julci. Uña,: A, si-yeseldip-ot ; 13, si-huúküt-á ; C, shi-ósilcipotó. — Mat. Del). : njvj-jaj. — Mat. Pell.: thoj, no-húhodog (ver cuero). — Yej. : no-jugtag. Muslo : A, sálciisna; 13, ídem. — Mat. L.-N. : no-jlechéi. — Mat. Pell. : elajp-hu. — Noct. : Icié. — Yej. : no-lcgm'c , leche. Pierna: A, sakásiin / C, salciojmnií. — Mat. Deb. : slalcjiálc. — Mat. Pell. : nu-tlequió. — Mat. Item. : camcheté. — Noct. : calá. Canilla: (3, shlcojlótilci. — Mat. Del). : n-lclalc. — Mat. Pell. : tcolói , coloí. — Yej. ; no-lilé. Rodilla: A, sa kofsléhehi; B, so-lco’jski ; C, inéjshut. — Mat. L.-N. : no- Icamchctéi. — Mat. Deb. : no-ploják. — Mat. Pell. : num-camlcióte. — Noct. : kenkieté. — Vqj. : no-canguicte. Pie : A, saleóla; C, s alcalá. — Mat. L.-N. : no-pach-doj. — Mat. Poli. : nu-pakuí. — Mat. Rem. : /coló. — Noct. : pekió. — Vej. : no-pachio. Dorso del pie : A, si-shiet. Planta del pie : A, si-polco. — Mat. Pell. : nu-polcé (talón). Tobillo : 13, su-polció. — Mat. Pell. : nu-lcasup-hd. — Yej. : no-casopa. Talón : A, asasnáta; 13, si-etehuó. — Mat. Pell. : nu-polcó. — Noct. : catun. Dedo del pie: A, slii-juki ; B, si-húlci. — Mat. Rem.: juj (dedo). — Yej. : no-jug (dedo). Uña del pie: A, shi-kiip’ót. — Mat. Pell. : thoj , nu-húhodog. — Yej. : no-jugtag. Cuerpo : A, ts’aj ; B, ts’á. Cf. piel. — Mat. Pell. : nu-tzan. Cuello : A, tsólo; B, tsiuó. — Mat. L.-N. : no-posní. — Mat. Pell. : lo- (¡uu. — Noct. : guólilé. — Vej. : no-panne. Pescuezo : A, shi-uóslcat ; 13, si-uosléli. — Mat. Deb. : no-lmólc. — Mat. Pell. : nu-poni. — Mat. Rem. : ponní (garganta, cuello). — Noct. : panni. — Yej. : nabo, nahotes , pagni. Garganta: A, shi-palcji; B, si-d’nakji. — Mat. L.-N.: no-lcotsóo. Sobaco : A, shi-juópolci-lcejóij ; 13, si-juópolci. — Mat. L.-N. : no-élüs ahoa. — Yej. : nu-bilicho. Omóplato : A, lceldlientd. Costillas: A, si-slésis ; B, si-slis; C, slú-lés. — Mat. L.-N. : no-sejliilai. — Mat. Deb. : oséjilá. — Mat. Rem. : sislilé. — Yej. : no-isiglile. Pecho : A, ts’ot; B, ts’ot léleki. — Mat. L.-N.: no-t?oh’k¿iü. — Mat. Pell. : nu-tucué. — Mat. Rem. : tuccuó. — Noct. : tocué. — Yej : no-tolce, no-tugue. Teta: A, Uñate ; B, tsahatc ; C, tute. — Mat. Deb.: aulcuó , n-tatá. — Yej. : no-tate. 118 Barriga : A, si-tsa; B, ídem ; C, si-páa. — Mat. L.-N. : no-tsda. — Mat. Del). : no-tzhd — Mat. Bell. : tsetaj. — Noct. : zé. — Vej. : no-che. Ombligo : A, si- lo} ; B, si-lju. — Mat. Bell. : nu-tzdc. — Vej. : no-chac. Costado: A, si-kidi ; B, ídem. Espalda: A, leli ; I», si-hias-leli. — Mat. Deb. : ojoapó. Culo: A, hi-níi; B, si-hnii; O, si- hité. — Mat. C.-N.: no-qj chalés. — Mat. Deb. : no-jqjlijdj. — Vej. : logueg. Penis : A, so; 13, ídem. — Mat. L.-N. : no-sloo. — Noot. : slo. Scrotum : A, si-kénisis ; B, si-kiónis. Testículos: A, si-sléilci ; 13, si -letones tale. — Mat. Bel!. : nu-kiónis (hue- vos genitales). Vulva: A, léishu ; B, ndshiu. — Mat. Bell.: nessé (concha), los-sóc (vulva). — Noet. : sttj. — Vej. : lenkictag (concha chiquita), leñec (concha grande). Piel : A, ts’aj; B, ts’a. Cf. cuerpo. — Mat. Bell.: tdoj , tdock (cuero). Hueso: A, shi-udlalc; B, si-ndli. — Mat. L.-N.: no-jliiiléi. — Mat. Deb. : slélaj. — Vej. : lite. Sangre: A, shi-uoiis; B, ídem; C, shi-uóis. — Mat. Del).: n(ois). — Mat. Pell. : huíis. — Vej. : voys. Vena : A, shi-sataye; B, si-sjótald; C, she-táiek. — Mat. Deb. : n-sat. — Mat. Bell. : nu-zóte. — Vej. : no-sat. Pulso: A, shi-iiósoki. — Mat. Bell. : nut-cue linó. Carne : A, uakeché ; B, tisia. — Mat. L.-N.: chiuasetáj. Mat. Deb.: (n)san. — Mat. Bell. : nu-tzan (carne, cuerpo). — Vej. : ysam, {lítasela. Nervio (tendón): A, shi-shatalci; B, si-siátaki. Corazón : A, sójtale; 1>, 1 sáfale ; C, sotihuólae. — Mat. L.-N. : nó-totl¿ia. — Mat. Del). : n-tokuá. — Mat. Pell. : hotlé, hétele, totlé , la-tú-dlé. — Mat. Rem.: inflé. — Vej.: no-togtle. Pulmón : C, shi-kiei. — Mat. Bell. : pe-cuéss, pe-ju-éss (bofes). Estómago : A, sakásili; 13, sokósili. — Mat. Deb. : n-tanák. Saliva: A, sá-tsilis; B, sakilis. — Vej. : laguiel, no-lachil. Orina: A, tsojliu; 13, tseliu; O, sojliu. — Mat. Deb. : n’tolój. — Mal. Bell. : oel-l, nothél (mear). — Vej. : tuul (mear). Excremento: A, shi-lcootej ; B, si-kióte. — Vej. : ramuc’V aca. Líigrima : A, shi-tdsej; B, si-tiásc. — Mal. L.-N. : sanas. — Vej. : no-tet-ii. Aliento: A, shi-yel; 13, si-i/cjl. — Mat. Bell.: nu-yidl. — 119 ELEMENTOS Y NATURA Agua : A, andt’ü; B, ñot; O, annát. — Mat. L.-N. : inót. — Mat. Deb. : Téulco (rio Bermejo! L.-N.). — Mat. Bell. : inót. — Mat. Item. : lmáj. — Noct. : innat. — Vej. : guag. Río : A, Mújuine ; B, tduk ; C, téhualci. — Mat. L.-N.: juiyát. ■ — Mat. Deb. : petaj, teóTc. — - Mat. Bell. : Teutáj, Tcuctá (río Bermejo). — Yej : tccta. Laguna : O, teulclíue. — Mat. Bell. : c’lcmchitá, hlá-pút. Fuego: A, éite; B, huát. — Mat. L.-N.: itój. — Mat. Deb.: itáj. — Mat. Bell. : itoj (cf. humo!). — Mat. Item. : itoj. — Noct. : yttaj. — Yej. : itag. Humo : A, tójsa; B, tdjse. — Mat. Deb. : nujuapó. — Mat. Bell. : te-tsaj. — Vej. : tucliag. Ceniza : A, tajlat; B, tiijlát. — Mat. Deb. : maotaj. — Mat. Bell. : itój mulc. — Mat. Item. : itoj-mulc , mulc, lutzej-muk. Leña: A, ala’ a; B, alá; C, ala (madera). — Mat. L.-N. : haslói. — Mat. Bell. : Idahan. — Yej. : la. Cielo: A., poTdlcc ; B, pólc ; C, pule , púla pu (tiempo). — Mat, L.-N.: judala. — Mat. Deb. : pold. — Mat. Bell. : póélé, lipé-lé, plié-lé. — Mat. Item. : puU. — Noet. : pillé. — Yej. : pule , yopulei, ytal ppc-lé. Lluvia : A, pelaiyójmene ; B, análcji. — Mat. Deb. : npejlaí. — Mat. Bell. : pejldi , umMó, iguumhió (llueve). — Noct. : iguomlcia pczlci (llueve). - — Vej. : yhongutla (llover). Viento : A, Idju ; B, idem. — Mat. L.-N. : isnuólcj. — Mat. Bell. : in- huoclce. — Vej. : ynjuac. Nube: C, péjla. — Mat. Deb. : npejldi. — Mat. Bell. : pe-lé. — Vej. : pule, calata. Sol : A, Midi ; B, Mié ; C, Midi. — Mat. L.-N. : ijudalad. — Mat. Deb.': judia. — Mat. Bell. : ijuala, liuála. — Mat. Rem. : judia. — Noct. : ijuela. — Vej. : yjuaba, yjuala, ytal icuala. Sombra : A, pé’liulc; B, pala. — Mat. L.-N. : hdpdjl. — Mat. Bell. : peíale. — Vej. : na, nupel. Luna : A, ua’dla; B, udld; C, uela. — Mat. L.-N.: huddlil. — Mat. Deb. : njuald. — Mat. Bell. : tsimini, hucldoj, igiielajj. ■ — Mat Rem. : huéla. — Noct. : igiiela. — Vej.: guela, ytal igueldch. Estrella: A, lcatés; B, idem; C, lcates. — Mat. L.-N.: Icatds. — Mat. Deb. : lcatés. — Mat. Bell. : calés. — Mat. Rem. : lcatés. — Noct. : leetes. — Vej. : catés. Suelo : A, asndt; B, idem. — Mat. L.-N. : husndti. — Noct. : onnet (tierra). — Vej. : setag , siteg. REY. MUSEO LA PLATA. — T. IV. (X, 3, 1910) 9 120 — Tierra : O, ut. — Mat. Pell. : hunati, liunát. — Mat. Item. : ujudt. — Noet. : onnet. — Yej. : gognet. Barro : O, isdtt. — Vej. : ygnat, aset. Monte (montaña): C, alea. — Mat. Deb. : ntajñi. — Mat. Pell. : tacnij, tacnii, tachu. — Yej. : — teigji. Piedra : A, nopói ; B, sesd. — Mat. L.-N. : tdntaci. — IVIat. Pell. : thun- thé , ténteh. — Vej. : tuunte. Oro : C, kilaijikíe. Plata : O, otáj. — Mat. Pell. : leckiinat-thój. — Vej. : colgué. Sal : O, shijuóni. — Mat. Deb. : nisólc, — Mat. Pell. : nisói. — Mat. Item. : nisói. — Vej. : núpa. OASA, UTENSILIOS Pueblo : C, eshi. — Mat. Deb. : no-ukátj. Oasa : A, sauu; B, ukj; O, sluíuo , sduo. — Mat. L.-N. : no-uatü. — Mat. Pell. : no-huéte, hauéte. — Mat. Item. : huétte. — Noct. : gugué. — Vej. :: lobulte, lioet. Pared : O, shauo isat. — ■ Mat. Deb. : no-ulcd. — Vej. : ygñat. Acequia: O, inálcsclc. — Vej. : guagnaig , nolechenec. Olla: A, taájs; B, taójs ; O ,tadsut (olla de fierro), tadislci (olla de barro). — Mat. L.-N. : tmuij. — Mat. Deb. : olatdj. — Mat. Item. : tuéj. — Vej. : tobeg. Hacha : A, alai; B, ald. — Mat. L.-N. : hdsdn’n. — IVIat. Pell. : husdn (cast. 1). — Vej. : etetoitay. Arco: A, loji; B, Ibjsia; O, lushi. — Mat. L.-N.: no-letscij. — Mat. Deb. : no-locháj. — Mat. Pell. : letzej, letzeg. — Vej. : jucliag (?), gris lobo. Flecha : A, sci’taa; B, ideui; O, sétaaj. — Mat. L.-N. : hítale. — Mat. Deb. : no-tojiáj. — Mat. Pell. : lutéc. — Vej. : lotee. Hueso puntiagudo para abrir fístulas de pus : A, intéle. Anzuelo: A, iishílmenet ; B, siikiús. — Mat. Pell. : hac-lej, timec. — Mat. Item. : timéc. — Vej. : kinag chog non. Juego de cuatro palos : A, sjúkel; B, siúke. Estuche de caña para guardar la papeleta: A, ehi-tid; B, xi-xá. VESTIDOS Faja: A, isliuét; B, kdmak. — Mat. L.-N. : nu-kauálc. — Vej. : no- cañiacu. Pulsera: A, impdala. — Vej. : no-cuc, opiata. — 121 Sombrero: A, liuo’onta; B, huonta; O, uónta. — Mat. L.-It. : no-kahue- nü. — Mat. Deb. : okabonáj. — Mat. Pell. : cagona , no-cahuoná , guucná. — Mat. Rem. : cahuoná. — Vej. : no-cabona. Camisa : A, hopii tió’ jichi ; B, hopü tidjisi. — Mat. L.-N. : no-liayctsliaa. — Mat. Pell. : i ciclé, no-kaiékc, nojyélcié. — Mat. Item. : caiché. — Vej. : mgal. Pollera de hombre : A, uájale. — Mat. Pell. : huesáj (frazada). Pañuelo : B, natiipót. — • Mat. Pell. : é-tcc-plmt . — Vej. : no-cagidec- tag Ida. Poncho : A, semlapáuke ; B, lótakinc. — Mat. L.-N. : no-lcapontsó. — Mat. Pell. : no-güei. Bolsa : A, inéshi; B, nélitsi. — Mat. Deb. : jilo (bolsa), sikidt (bolsa grande). — Vej. : no-cagni. Collar : A, kiñühila. — Mat. Pell. : lot-zi-cass. Collar hecho de disquitos de concha : A, Idslehuéshe. Ocre para pintarse : A, shé’lci ; B, óotc. FAMILIA, ETC. Varón: A, Iciilái; B, agíne ; C, kilai (hombre), kilai tiposc. — Mat. L,-N. : hütnúo. — Mat. Deb. : n’chejuáj. Macho : C, male kiahiuc. — Mat. Deb. : asnák. — Mat. Pell. : asnaj. Hembra : C, male lcehiju. — Mat. Deb. : atsinálc. — Mat. Pell. : tsiná, tziná, atzina. Padre : A, pái; B, pá’yü (cast. ?, de Padre [religioso] í); C, páapa. — Mat. L.-ÍT. : nochiáj. — Mat. Pell. : nojkia. — Vej. : yzláa, y sida, ysthia. Madre: A, asín’ leu "t ; C, mente. — Mat. L.-íT. : no-lcoj. — Mat. Pell. : no-cote, no-có(a)clda, noj-ldá. ■ — Mat. Item. : Ico. — Vej. : jacob, lacoo. Hijo : C, ies. — Mat. Pell. : lotsé, lo-csé. — Vej. : yas. Hija : C, (j)láse. — Mat. Pell. : leetzá. — Vej. : gasa. Hermano : C, eni. — Mat. Deb. : injndj. — Mat. Pell. : leclcila, ickiilá. — Vej. : hila, no-guinig. Hermana: C, eijni. — Mat. Del).: ncliinij. — Mat. Pell.: clcinno. — Vej.: hite, no -guita. \ Tío : C, tótiu. — Mat. Pell. : uitot. — Vej. : lay. Tía : C, iéie. — Mat. Pell. : uidóje. Cuñado : C, ikiat iot. — Mat. Pell. : quayenéclce, nu-láoti. — Vej. : no-calag. Cuñada : C, ikiat jiot. — Mat. Pell. : ticlcié. — Vej. : no-cátog. Primo : C, no existe este parentesco. — Mat. Pell. : nolmalá, huoclá, nogiiitugui. — 122 — Prima : O, no existe este parentesco. — Mat. Pell. : hualaniss. Muchacho : O, nijienni. — Mat. Del). : onjlds. — Mat. Pell. : mam secuaj. — Mat. Item. : anajuáj. — - Yej. : magse, mansi, nuches . Muchacha : A, iniél; B, kidle ; C, ahuk. — Mat. L.-N. : onjlasé. — Mat. Pell. : atsildt-ha. — Yej. : lucha (moza). Mujer: A, ajoct ; B, kiildiki ; O, kilaiki. — Mat. L.-N.: etsejnao. — Mat. I)eb. : ejuáj. — Mat. Pell. : chécuá, kiécud, — Mat. Item. : cisná (mujer, hembra). Yiejo : B, kijié. — Mat. L.-N. : chisñelo. — Mat. Deb. : ojiót. — Mat. Pell. : nochoht , nikiéhte. — Mat. Item. : iehót. — Yej . ; ehiut. Amigo : O, méjua. — Mat. Poli. : ejiuitoek, na-aguuéjk , nu-güeck. — Vej. : yjua, yojua, jumenec. Salvaje (montaraz) : O, eshemhíue. Soldado : O, tukis. — Mat. Pell. : ni-huu-taj. — Yej. : ajalag. Dios : O, nakajikiut. — Mat. Deb. : ntienáj. — Mat. Pell. : a-hót. — Mat. Item. : ho’jotoj. — Noct. : tupa. — Vej. : tupa. ANIMALES Mono: A, ala’jicnaki; B, ala’jinaki. — Mat. L.-N.: hotojni. Tigre: A, aya’ ; B, kiúnia; O, ahiéj (tigre), ijíju (tigre, hembra). — Mat. L.-N. : haiyoj. — Mat. Deb. : njaidj, snalcj, aschindkj (tigre, hem- bra). — Mat. Pell. : aii’ój, ayiój. — Mat. Item. : hayój, ouitúk. — Noct : eyaj. — Vej. : yag. León : C, ijuájla (león), ijíju (leona), ijuajla niet aló (leones). — Mat. Deb. : oaldj (león), aschindkj (leona). — Mat. Pell. : boaiaj, od-láj. — - • Yej. : ogualag. Ciervo : A, sauuiitó’k; B, sohutiólc. — Mat. L.-N. : chihuasiia. — Mat. Pell. : chiuasset , kiuasset. — Mat. Item. : yoasé. — Vej.: guase. Anta : A, alinó; B, liua’kje. — Mat. L.-N. : ycidlá. — Mat. Pell. : yélaj, ielaj. — Mat. Item. : yeld. — Vej.: hiclag. Jabalí: A, kísnie; B, kínie; C, kijmée (chancho del monte). Caballo : O, alcuta (caballo), ijíju (yegua). — Mat. Deb. : ialataj (caba- llo), asohinakj (yegua). — Mat. Pell. : iielatdj (caballo), yelataj tzi-ná (ye- gua). — Mat. Item. : yelatdj (caballo), yelataj cisná (yegua). Toro (vaca) : C, uake (vaca). — Mat. Deb. : sndkj (toro), aschindkj (vaca). — Mat. Pell. : kiuas-setdj (vaca). Chancho: A, nisatók ; B, nisatió ; C, nisatólce. — Mat. Pell. : nitzetdj. — Vej. : nichag , satay , abúohag. Perro: A, nó’u ; B, aléino; O, nóo (perro), ijíju (perra). — Mat. L.-N.: sidnoj. — Mat. Deb. : sinakj (perro), asohinakj (perra). — Mat. Pell. : — 123 — sinoje , sino]? aginó] . — - Mafc. Rem. : sino]. — Noct. : esinaj . — Yej. : signag. Gato: A, ámaa ; B. kalménole. — Mafc. Pell. ; miche. — Mafc. Rem. : mitzi. — Yej. : silacay (gato montés). Tatú : A, islii’o; B, tíslüó. — Mafc. L.-M. : hmnatój (quirquincho). Pájaro: A, ajnasnaki / B, ajuana / C ,’juéjuaki. — Mafc. L.-N, : challjü- táj . — Mafc. Beb. : ousáj. — Mafc. Pell. : cuentiéi , huentiéi. Huevo : A, sléilci; B, ajuma-símil . — Mafc. L.-N. : itój. — Mafc. Pell. : let-lúél. — ■ Yej. : liguiu. Ala: A, piní. — Mafc. Del). : onákdle. — Mafc. Pell. : lamias , jlc’ju-is. — Vej. : leg. Pluma: A, amjla. Of. avestruz. — Mafc. Deb. : otzjuéz. Loro : A, ii’lti; B, idem. — Mafc. L.-N. : alad. — Mafc. Pell. : elé. — Mafc. Rem. : helé. Avestruz : A, amhla; B, huajla. Of. pluma. - — Mafc. Deb. : uánla j (suri). — Mafc. Pell. : hualc-loj , huanc-loj. — Yej. : guanlac. Paloma : A, ójuo ; B, olmo. — Mafc. L.-ÍI". : chilayü’. — Mafc. Deb. : okui- natdj. — • Mafc. Pell. : hocuinathe , ueuinatá] , cuinatdj. — Mafc. Rem. : jucuiná. — Yej. : oachitag. Pez : A, shiuüijs ; B, sikiujs; 0, shikinst. — Mafc. L.-N. : huahdta. — Mafc. Pell. : iuhuis, i-guum, i-huuíss (vieja, pez). • — Nocí;, 5 zikius. Pez blanco : B, atsá. — Mafc. Pell. : tzutás (víbo, pez), — Mafc. Rem. : huaját. — Vej. : yagset (pescado). Otro pez : B, asJciune. Víbora : A, toja; B, iislá, — Mafc. L.-N. : jotsój. — ■ Mafc. Deb. : mar- ida], amia], sluanój. — Mafc. Pell. : chasldetáje, lmátsáje. Bicho (coleóptero, etc.) : A, tójsana; B, tósene. Araña: A. sliiuálak; B, mulla. — Mafc. Pell. : clan, ldúhut. — Vej. : suguanlocuc. PLANTAS Árbol : A, Idslaildtólc ; B, melelcetiók; 0, ahí. — Mafc. L.-N. : hodlóo. ■ — Mafc. Deb. : ajld. — Mafc. Pell. : há-ló. Hoja : A, hiñóla ; B, simia, — Mafc. Pell. : huoléi, lo-huóléi , la-huuléi. Raíz : A, juiPtishil; B, alajuaHühi. Maíz: A, liop; B, piata. — ■ Mafc. L.-N. : siiputWo. — Mafc. Pell. : tzi- pót-ca. — Mafc. Rem. : sipóca , sipócai. — Nocfc. : yjpct. — Vej. : yspet. Mandioca : A, uásosne ; B, niialcoa. — Mafc, L.-N. : chamó. — Mafc. Pell. : man-nioca. 124 — Banana : B, atas. Batata : B, utiii’. — Mat. Pelh : batata. Tabaco : A, ina’uüt ; B, uhuú. — Mat. L.-N. : yokuásn. — Mat. Dcb. : i oíais. — Mat. Bell. : iú-cuuás, yucuass, iujuás . — Mat. Kem. : yocuás, tapai, tapaijñc, tapaijñc- ité. — Vej. : yocos, yocuas. Cigarro: A, nauiitís; B, látíhua. — Mat. Poli.: no-tzéck iúcu-as. — Vej. : chati. NÚMEROS Uno: A, ijiéntni ; B, ijiéle; C, jieujli. — Mat. L.-N. : hotejiii. — Mat. Pell. : otejji, hoteji , hotecoaji. — Noct. : attejuegei. — Vej. : befagla. Dos : A, iinták ; B, Mimes ; C, njtak. — Mat. L.-N. : hotejusW. — Mat. Pell. : hotéjoasí, notejoasí. — Noct. : nitacues. — Vej. : tácuas. Tres : A, yccIUMala; B, nahope; C, ietséla. — Mat. L.-N. : liijtüjaieel. — Mat. Pell. : laticuaiél , lajetihuaiel-l. — Noct. : letujueyel. — Vej. : tacuya. Cuatro : A, páujlitse ; B, csnuhesle; O, páujitlisi. — Mat. L.-N. : ijuá- liise (hiihü). — Mat. Pell. : hualiss si’je, hualiss i’je, tdi-cua-les’higi. — Noct. : tumbigiiek. — Vej. : nocuepogec. Cinco : A, jicntskiotíhuc ; B, yeleskiénoe ; C, jientsi lcotíjihua. — Mat. L.-N. : iintólcjo. — Mat. Pell. : nchene, ¡acató. — Noct. : noj nocuei él. — Vej. : y pe befagla , ypebeta , ijuantesii. Seis : A, ijientni-topnhée ; B, yele-topnhíe. — Mat. L.-N. : nojuntnojuUs’n. — Vej. : todajinta . Siete : A, iintah-topnhóc ; B, timcs-topcnhíc. — Mat. L.-N. : ihituntno liotejojí. — Noct. : noj nocuei el, nitacues nicas iñaj . — Vej. : loosi. Ocho: A, y echa’ ala-topnhée ; B, nahope-topnhíe. — Mat. L.-N. : ijálesi peel. — Noct. : noj nocuei el, letujue yel nocas inaj. — Vej. : najada. Nueve : A, páujlitse-topnhée ; B, esmihesle-topnhie. — Mat. L.-N. : mi- junt nujiis. — • Noct. : noj nocuei el, tumbigiiek nocus iñaj. — Vej. : naya. Diez : A } itíhuop-nishiJeoye ; B, sileiotihuc ; O, itijuonsi Icioiei. — Mat. L.-N. : nujunt nujiis (i). — Mat. Pell. : hoténi. — Noct. : noj nocueyai. — Vej. : lagelapleza. Veinte: C, hiepliopasikioiei. PRONOMBRES Yo : A, kiilai ; B, kiilai; C, iem, ion kilai . Cf. varón. — Mat. L.-N. : sihua’iila. — Mat. Del). : ot-lá, ntat-laej. — Mat. Pell. : nojlan. — Mat. Item. : mi, nuslám. — Noct. : noslem. — Vej. : yaan. Tú: A, y olma1 a; B, yoliuaá; C, am, am kiláyam. — Mat. L.-N.: t 125 — hiitnóo. — - Mat. Del). : tiáj, iam-lej. — Mat. PelL : am, ham. — Mat. Rem. : am, ame. — Noct. : en. — Yej. : aam , apam, japeem . Él : 0, shüna ejilce , shüke , iem Tiu. — Mat. Deb. : iahél, iel. — Mat. PelL : tój. ■ — Mat. Rem. j lam. ■ — Noct. : slem. — Ye|. : atagdehi, jape. Nosotros : 0, (sam) ijiet , sam , sámneje. — Mat. Deb. : tákiepáj , noinej. — Mat. PelL : no-j-lcm-il. — Mat. Rem. : nuslamil. — - Noct. : inneemel, nosleemel. — Yej. : lemeil , namil. Vosotros : 0, ámejliu, amél , ámneje. — Mat. Deb. : nlcasét , nochilá. — Mat. PelL : am-él. — Mat. Rem. : amil. — Noct. : emei. — Vej. : amey, ychi. Ellos; 0, shunopoojló, uénoue. — Mat. Deb. s iék , nochilá. — Mat. PelL: toj-éss. — Mat. Rem. : lamil. ■ — Noct. : s Iceme-i, — Vej. s tajeslechi, naani. Mío : 0, iem. — Mat. PelL : no. — • Mat. Rem. : nu, nuca. ■ — Vej. : no- eátag , nocay , ycayguet, nocatagi ■. Tuyo : 0, nahíem , am. — Mat. PelL ; a, ha. — Mat. Rein. : a. — ■ Vej. : ya, acaiguet , acatag. Nuestro : 0, samjié. — Mat. PelL : mi. ■ — Mat. Rem. : na, nu . — Vej. : nemil , ycaguet, nocayguet. Vuestro : C, aniel . — Mat. PelL : a, ha. — Mat. Rem. : a, au. Éste : (3, shúna. — Mat. PelL : toj. — Mat. Rem. : toj, toja-, toja-hué. Éstos : C, shílne atójhuéna . — Mat. PelL : toj-ess. Aquél : C, atójlmé. — Mat. PelL : toj-Kcné. ■ — • Mat. Kem. : toj-linni . Aquéllos: C, shunopo atojue aló. — • Mat. Poli. : toj-ess-licné. — Vej. : tajoslecM. ADJEOTITOB Grande : A, itiói; B, itiü / G, itiói. — Mat. L.-N. : pitáj. ■ — Mat. PelL : toj locuéita , toj Iméhu, huéju, güe-ju, hí-cué. — Vej. : ucag. Chico : A, heetiói ; B, sámllee. — Mat. L.-N. : nojój. — Mat. PelL : cai- nu-jualá (frío hace). — Ve). : lasag (pequeño). Alto: C, itió. — Mat. Del). : ontjpetaj. — Mat. PelL : atúplio. Frío : A, y ajine; B, tatsiha; C, inip. — Met. L.-N. : fuyéte. — Mat. Deb. : juiet. — Mat. PelL : huiéte, teleioje , nui cncuá. — Mat. Rem. : juyétte . Caliente : A, kiújseene ; B, kióhue ; C. Jciúsat (calor). — Mat. L.-N. : chiój . — - Mat. Deb. : nkiaot. — Mat. PelL : chucúoitaj , Meúj (calor hace). — Vej. : eliagu. Seco ; A, yíliee ; O, yila. — • Mat. L.-N. : nelupén . — Mat. PelL : tam- lciói-nhiá, hiá, yá, iá. — Vej. : teenhiac (secarse), ynguag (secarse ó cor- tarse el agua). Enfermo: A, héetses; B, heés; O, jéest. — Mat. L.-N. : no y él. — Mat. Pell. : iel-l. — Yej. : nisía, yol. Muerto : A, yül; B, yda. — Mat. L.-N. : tipotnupeé. — Mat. Bell. : iel-l, tilocnó, locnó , hót. — Mat. Rem. : yél. — Noct. : yil (morir). — Yej. : ylneen, ajaat. Ciego (tuerto í) : A, talóle; B, talóle’. — Mat. Pell. : asnam. — Mat. Item. : asndm. — Yej. : ténuc, aznam. Lindo : O, éis. Rico : O, nleáji. — Mat. Pell. : tselátha. Pobre : O, taileapaneijopi. — Mat. Pell. : huenidé. Blanco : A, llimi; B, liime ; C, lemi, — Mat. L.-N. : Upela jt — Mat. Deb. : n’pelaj. — Mat. Pell. : pe lá ta, pélaj. — Vej. : pelag, pelag leietag. Negro : A, itiula; B, isióhua ; C, itiula. — Mat. L.-N. : ichaliij. — Mat. Deb. : ntialdj. — Mat. Pell. : Málata. — Mat. Rem. : chaláj. — Vej. : chalag, chalagita, chelag. Colorado: A, ishci’t; B, isiót; C, udjaló (rojo). — Mat. L.-N. : ialeiót . — Mat. Deb.: n’leidt. — Mat. Pell ; icleiót. — Mat. Rem. : ichót. — Yej. : ychato, yleiat. Azul : A, lasaj ; B, Idsasi. — Mat. L.-N. : yetetWj. — Mat. Pell. : iit-tit- taj. — Mat. Rem. : ytiitáj. — Vej. : y ti. Verde : A, ledasetiu; B, hiíuáso. — Mat. L.-N. : leateta’j. — Mat. Pell. : huaolidne, caté, yitd. — Vej. : guachan (verde yerba ó planta). Amarillo : A, lami-opa’U ; B, lU’mopa. — Mat. Pell. : yd-ca-tde. — Vej. : catutag. TIEMPO Ayer: A, noójti ; B, noóti; C, pola. — Mat. L.-N. : achenojholenii. — Mat. Deb. : leeljuála. — Mat. Pell. : nahalee, ioudla-náji, icudlannalec , ihuála nají. — Mat. Rem. : una’ja’je. — Vej. : yonag-agi. Mañana : A, leudóme- 1 i nata ; B, leaslómata ; O, leajlóma liguatd. — Mat. L.-N. : ijudala. — Mat. Deb. -.judia. — Mat. Pell. : icudla, leiicudla, icua- Id. — Mat. Rem. : chijudla. — Noct. : lele ijuela. — Vej. : yjuata, ytal míala. Pasado mañana : (3, lealojma eiji guata. — Mat. Deb. : ni apojli juala. — Mat. Pell. : temió icudla. Hoy : A, ijientni-intosloma ; B, loma; C, tdijtaa (hoy, ahora). — Mat. Deb. : teljdn. — Mat. Pell. : icudilannd, Ornala nén-nd, icudla nén-nd. — Vej. : ldjualane, ytal, icualanna. Temprano: C, ehijnootlií. — Mat. Deb. : nélejuala. — Mat. Pell. : ind- taj (temprano es). 127 — Tarde : C, nootli. — Mat. Deb. : ojnáj. — Mat. Pell. : hu-naj (tarde es ya). — Mat. Rom. : unáj (tarde ya es). — Vej. : yonag. Siempre: O, soujtaishén. — Mat. Deb. : ouaj. — Mat. Pell. : oténi, pej. Nunca: C, taipa. — Mat. Deb. : es. — Mat. Pell : icnemid, hm-ne-mid. LUGAR Aquí : O, liaalóhue nalcii. — Mat. Deb. : ojná. — Mat. Poli. : toja, tojtzí. — Vej. : c '.liana. Allá : 1 (SO'‘II2iV), RÉSULTATS OBTENUS Platine platiné. — Pour ce métal l’électrode était constituéo par un cylindre de cuivre recouvert d’un tube de platine. La courbe ci-jointe montre que les colloides sont sans action; les points G 0,25, G01, G 05 correspondent en eflfot au remplacement de Pacido pur (A) par le méme acide contcnant 0,25 pour cent de gólatinc ou 1 et 5 pour cent do gomine. Le potentiel d’une électrodo dans ces conditions est d’ailleurs une ' Wilsmoioc, /. /. Pliysick. Clicmic, t. 36, p. 94. 1901. 134 — valeur extrémement stable et dans de nombreuses expériences nous avons pu constater qu’il demeure constant un temps quel conque sans varier de ü'Oo l . Les valenrs obtemies montrent que dans ces eonditions (A = <)A0(¡<¡, QOni-N) on a pour la pile: Platine platiné H2 * — S04II2 *A7 — Électrode nórmale, e — 0V728 1 ( t — 10°). Comine Wilsmore (loe. eit.) indique pour la pile constituée par une électrode á hydrogéne et 1’ él ectrode nórmale la valeur OvG79 á 25°, le résultat précédent correspond á une surtension de 0V05 en vi ron. Pial r ne Pía tino' p.Cm! t lena ent ñor mal a 500 A* _£ai Acide ■ A » í: n — 6 O.ÍS ~ na _- C A t o.tt >. gci8 t tina /Time 3fcQ jGccf A A * - 1 0 2 O 3 0 * O 5 0 6 0 1 0 8 0 S £ 1 10 I 0 V 0 1, o I o te Min 0 1 /les 0 l-'ig. 3 liemarque. — Le platinage semble avoir une action sur cette valeur; deux électrodes semblables donnent en eftet toujours chacune la mé.me différence de potentiel á 0V001 prós, mais entre ellos il peut y avoir une difí'érence plus grande (atteignant 0V006 pour les / o alcohol. G1 = id. + 1 °/o gdlatine. O 0,5 = id. + 0,5 o/u » G 0,25 = id. + 0,25 «/o » (Jo 1 == id. + 1 o/o G omino. n A =0,13 / Gol \A vni A = 0,035 - — 'GoS iy A c 0,0066 ~^Go5 V A = O^OOOÓÓ Gol A /' - V1A*0,0006Í — “Gol A vn A = 0,0 0 C 66 A / G,025 lili i i 1 i 1 1 1 L Í. 1 1 1 1 1 1 1 L '1 30 500 500 450 500 15 0 400 100 'IZO 50 100 150 200 Fig. 4 137 4mc lot. Oxydation et, courbe dans l’acide contena, nt, 0,25 pour cent de gél atine. Dans chaqué lot les valeurs ootenues sont tres peu différentes; leurs moyennes sont les suivantes (les chiffres représen ten t, la forcé éloctro- inotrice globale de Péléraent — Électrode — électrode nórmale) : 1er lot : lv70 ; 2mc lot : lv87 ; 3mo lot : 1 v82 ; 4mo lot : lv87 La densité de courant coinmuno était de () '(M¡(> ; chaqué oxpérience dura.it 30 minutes, lia. valeur obtenue pour los lots 2,3 et 4, montre Pac* I ion de la. gélatine et de plus met en évidonce que cetl.e actiou se pro- < 1 u i t mcnie si Pélectrodc n’est mise en eontact avec lo colloíde que pen- ( lant son oxydation. Goniine les électrodes apres leur oxydation dans Pacido avec ou sans gélatine, étaient lavóos A, Pea n chande, séehóes et resta, ient pour certa, i - nes ]*lus de 24 heares a Pair,j’ai pu constater qu’elles gardaient pendant ce temps leurs propriétés de donner des potentiels élevós méine dans Pacido pur TV; au bout de quehpies semaines il n’en est plus de méme. La densité de courant pendant V oxydation parait ógalement jouer un role. De deux series d’éleetrodes oxydées l’uneaOA2 pendant 100 minu- tes, P antro a 2a pendant 10 minutes, la prendere donne comino potentiel inoyen lv72 etlasecondc 1 v7 7 pour . Les Cortes densitós de courant pendant Poxydation agissent done comino le fait la gola, tino ou la gomme. Liles amenent la surface dans cet état particulier qui permot Pétablissement des potentiels élevós. Avant. de quitter le plomb, j’indiquerai que la valeur du potentiel électrode-solution est tres constante apros chaqué expéricnce, quand le eouraiit est intemnnpn. Lile permot de calculer pour la, pile L’b — SO'IL2JV — Électrode nórmale; la, valeur 0VS)4 A 15° '. Oette valeur est la memo qu’il y ai t ou non de la gola, tino dans le liquide. Quant A la pile constituée par V électrode oxydcc avant la réduction elle donne pour la com- bina,ison 2 : L5b O2 — SCÉIPA — Électrode nórmale, la valeur 0VG6 A 20°. Antros metaux. — Les resultáis obtenus avec le nickel, le zinc et le cuivre sont représentés par les courbes de la figure 5. Nickel. — Les électrodes de nickel massif ont été nickelées en nutre par electrolyse dans un bain de chlorure ndditionné d’un (>xcés d’ammo- niaque. * Domozaluiv (Z. f. lilcklroehemie, t. 5, j» . 538. 1899) indique pour la ínfimo eom- lunaison la, valeur 0V9G ¡\ 0o. 2 Le 11161110 auteur (Dolezaleok) indique pour cctte combiuaison 0V93. La divor- genee doit fttre dúo au modo do próparation de utos électrodes; la valeur donnfio est e.u cUbl, la, inoyonno de plus de vingf, mesures qui no dilIYíreni, pus «lo 0V0I. L’électrode I ¡i été ainsi nickelée pemlant 30m avec 0A2 et a froid; lo dépót était brillant. L’élcetrode II a été nickelée pcmlant le memo. teinps, inais avec 0A8 et a el i and ; le dépót était gris et mat. Avant expé- lienee eos deux électrodes donnent deja des valenrs di lié ven tes ¡)our la forcé éleetromotrice de la pile: Nickel — WO'II" — Electrodo nórmale. 139 I (lonne 0V70() (16°) et II ()VG(50 (10°). Cette différenoe se poursuit coima e on pent le voir pendant les expé- riences; l’électrode I donne un potentiel initial plus elevé que l’élec- trode 11. Poní- les doux, l’adjonction de gélatine produit une élévation importante; le remplaccment ultérieur par l’aeido pur provoque une diiuinution brusque pour L qui se trouve A, un potentiel tres élevé, mais n’interrompt pas la marche ascensionnelle de II que la gélatine avait a peine amenú a un potentiel plus élevé que le potentiel initial de 1. Si Fon compare ccs valeurs A. cellos de Taf'el (loe. cit., p. 7 10) on cons- tate que pour A = 0A07 la dilíeronce de potentiel est do 1 v.‘ír» ; la géla- tine améne A un potentiel beaucoup plus élevé 1 vf»í). Zinc. — L’électrode avait été recouverte de zinc par électrolyse pen- dant 30m avec 0A3 (t = 30-40°) dans un bain contenant pour 125 cm:i 1 gr. de SO'Zn et 4 gr. de C20''(NH'‘)2 ; le dépót était lnat et homo- gene. La courbe obtenue montre l’action de la gélatine; le potentiel de départ Iv44 monte aprés une heme a lv40 et brusquement la gélatine l’éléve a 1VS0, valeur qui représente bien ce qu’on peut attendre pour ce inétal qui d’aprés sa surtension se place un peu au-dessous du plomb. Guivrc . — Les oxpériences ont été plus nombreuses et ont donne nutre les résultats généraux observés avec les afutres métaux des résul- tats particnliers intéressants. Ijíi, courbe 1 de la figure 5 correspond A. une électrode cuivréc dans un bain de nitrato additionné de S04H2 et planée simplement dans lo creu- set de platine sans vase poreux. Detemps en temps, on siplionnait brus- (pxement le liquide pour le remplacer soit par de l’acide neuf (A) soit par de l’acide contenant de la gomine ou de la gélatine. Les irrégularités considérables observées dans cette expérience sont dues a l’absence de vase poreux car les courbes II et III obtenues avec vase poreux sont beaucoup plus réguliércs. Les potentiels atteints sont beaucoup plus élevés que ceux indiqués par Tafel (loe. cit.) qui pour une densité de eourant analogue donne lv40 au plus, alors que la valeur atteinte, méme aprés 15 heures (courbe III), correspond A lv56 et s’éléve par la gélatine A 1VG5 sans que rien n’indique (¡ue le maximun soit atteiut. II était intéressant de voir si les élcct.rodes euivrées dans un bain contenant de la gélatine auraient des propriétés particulieres. Les courbes ci-jointes (fig. (1) ont été obtenues dans les mémes eondi- tions exjiéri mental es (A = 0A0G6 — t = 18-19° — vase poreux) avec des éleetrodes cuivrées dans le memo bain de nitrato aoidifié par HO'Ml2 contenant en outre pour Yi et Vil 0,3 pour cent de gélatine. Les élee- trodes IV et V étaient roses comme A l’ordinaire, VI et VII au contraire polios et brillantes avaient l’aspect connu du cuivrc obtenn dans ces 140 conditions Malgrc ces diílérences d’aspect la Jorco électromotrioe do Pélément, (’n — S< )" 1 1 “ — ÍÓlectrode nórmale, était la memo ponr tontos eos oled rodos <)v40 18". Les combes montrent (¡ida l’électrolyse ces electrodos so conduisont (Pune maniere tonto di lí'órente; les Electrodos en i vi cios en présence do K¡u. (¡ gélatine ont des potontiels boanconp plus bas ( 1 ' 1 8 environ) mais boau- eonp plus stables et pratiqnement insensibles anx changements (Poleo trolyto. Les antros electrodos ont an contraire dos potontiels élevés dos le debut (1 v.‘10), qni atteignent ensnite 1 v44 environ; ces potontiels sonl facilement instables des «pie la gélatine est snppriméo mais tondent ensnite a se relever lontoment. Remarque. — 11 était intéressant de vérificr si des pliénoménes ana- ' Voir íi co propos Mullur (Z. f. fílele., t. 12, p. 317). Lo métal eontient onviron 2 poní- cent d’impurotóa (matiiiro organuiuo) duna ces conditioiis. 141 logues pouvaient étre observés quand, au lien d’électrolyser de l’acide sulfurique pur on éleetrolysait une solution de S04Cu telle que cello employée pour le dépót du cuivre. L’expériencc directe faite en niesu- rant dansdes oonditions tonta fait semblables, ladifl'érencede potentiel aux bornes de deux ólectrolyseurs reniplis de la meme solution cuivri- que contenant un peu de gélatine pour Pun d’eux, répond immédiate- ment á la question; on constate en eft'et une di flérence de potentiel de 0V2 en favcur du bain contenant. la gélatine. Les com bes (íig. 7) donnent une idee plus préeise du pliénomóno; la gélatine releve d’une maniere importante le potentiel catliodique (0V2 environ). La courbe YÍI1 montre combien le potentiel s’éléve brusque- ment quand on remplace le bain ordinaire par le méme contenant 0,25 pour cent de gélatine. La courbe IX donne une idée encore plus com- plete des faits; dans la prendere partie avant A, le bain contient de la gélatine, on le remplace par le bain pur, le potentiel s’abaisseau niveau de la prendero braneliedela courbe VIH, pour remen tor dés que le bain gélatiné est de nouveau omployé. La. composition des bains est celle employée par Mullcr (loe. cit.) 0,5 Mol. Cu SO4 -f 0,005 Mol. SOMl2. Itesumé et conclusions. — En deliors des remarques particuliéres faites au eours de ce mémoire, on peut en rasscmbler les résultats acquis dans les conclusions suivantes : Io L’addition d’un collonle comme la gomme on la gélatine provoque une élévation brusque et considérable du potentiel de dégagement de 142 l’hydrogéne dans Facide sulfurique, pour les métaux qui présentent le pliénomene de surtension : plomb, zinc, cuivre. Avee le platine platiné dnnt la surtension est imlle, cotto élévation n<*. se produit ¡tas; 2U Le véle du colloíde se borne, autant qu’on en peu t juger, a amener brusqnement le potentiel catliodique aux valeurs appelées par ,T. Tafél IJloviUionmcortc et a stabiliser ees valeurs; 3o On constate pour le euivre que la gélatine a une action tout a fait analogue sur le potentiel de précipitation du metal; 4o II semble que la cause deces pliénomencs doive étre chercliée dans le transport du colloíde a la cathode. Ce transport est mis partieuliére- ment en évidenee avee le cuivre, puisque le metal déposó en bain géla- tiné est impur et eontient déla matiére organique. Dans l’acide sulfuri- que le colloíde ne peut se séparer, mais vient augmenter la diñ'érence de potentiel catkode-solution, en agissant sur la valeur de la résistance de passage. L’étude systématique de ces pliénoménes, partieulierement en ce qui concome le dópót d’autres métaux que le cuivre, permettra je Fespére des eonclusions plus precises. Instituí de Cliimio appliquóo do la Facultó des Sciences, Paria, 20juin li)10. CATÁLOGO SISTEMÁTICO DK LOS COLEÓPTEROS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA l’ou CARLOS I5RIJCI1 .Ido ilo 1 n- Hoo.oli'ni ilo Zoología . rhytidopteroides W. llora, Deutseh. lint. Zeit. 1900, ]>. 175. nitidicollis (Dej.). Cicindela 'nitidicollis Dej. Spee. Col. I, 1825, p. 30. C. auricollis Dej. 1. c. 1825, p. 30. . nodicornis (Dej.). Cicindela nodicornis Dej. Spee. Col. i, 1825, p. 2(1. chrysochloris Mannerh. Bull. Soc. Nat. Mos- oou, pars 2, 1837, p. 0. (Río Amazonas Yene/ ii ola, Biazil). * Farinosa (Raerlo Bonvier). * Salta, Tucumán. * Chaco. ('rcpnsa l'ltti.ml . punctum (Klug). N. Argentina. Cicindela punctum Klug, «Jahrb. Insektenk. I, 1834, p. 12. Cicindela L. apiata Dej. Spee. 1, 1825, p. 80. argentata Fbr. Syst. lileuth. I, 1801, ]). 242. miscella Chaud. Bull. Moho. I, 1854, p. 121. eyaensis Tlioms. Arcli. lint. I, 1857, p. 130. tíuerini Gory, Ana. Soc. lint. Fr. 1833, p. I 78. lucorum Gistl, Syst. lint. I, 1837, p. 71. taitensis Bola Res. Mugen. 1858, p. 1. subsp. aureola Klug, Jahrbuch 1, 1834, ]». 35. alboyuttata Bill. Arela Mus. 1, 1838, p. 137, ]>1. 0, í. 0. aryy rostida Geium. et llar. Cat. Col, 1, ¡808, \). 9. cyanitarsis Roll. Ana. Mus. Wien 1, 1830, * Buenos Abes, Córdoba, San Luis, Mendoza, Tucumán, etc. * K. Argentina, Ta- cú luán, Salta, Chaco santafe- eino, Misiones. * Salta, Tucumán. p. 332. subsj). obscurella Klug, Rreisverzeichniss Borl. 1820, n° 2. tripunctata Dej. Spee. V, 1831, p. 207. # Buenos Aires, Córdoba., Tu- cuinan 149 — *ui)H|>. obsoletesignata W. Hora, Deutsch. Ent. Zeit. 1895, i». 91. cliilensis Brull. Areli. Mus. I, 1838, ]>. 133, pl. 9, 1. 1. clilorosticta lioll. Aun. Mus. Wien 1, 183(1, p. 332. ¡ibera. t. smaragdina W. Ilorn, Deutsch. Ent. Zeit. 1893, p. 198. suiisi). Staucüngeri W. Hora, Deutsch. Ent. Zeit. 1 892, p. 3(58. confluens W. Ilorn, Deutsch. Ent. Zeit. 1893, p. 197, ibid. 1894, pl. 3, f. 0. cribrata Brull. Voy. D’Orb. 1843, ]*. 9. Pcridcxia exigua Luc. Voy. Cast. 1857, p. 32, pl. la, f. 4a-//. sub.sp. argentina (E. Lyneh A.). Phyllodroma argentina F. Lynch A., Natura- lista Argent., 1878, ]). 309. Cicindela chalccola Bat. Ent. Month. Mag. VIII, 1870, p. 205. Hiiiisp. reductesignata W. Ilorn, Syst. Index Ci- cind. 1905, p. 18. Drakei W. Ilorn, Deutsch. lint. Zeit. 1892, p. 85. Hnhsp. Reedi W. llora, Deutsch. Ent. Zeit. 1895, р. 88, ibid. 1894, pl. 3, f. 5. sniisp. pseudochiloleuca W. Hora, Entoni. Wo- с. henblatt XXV, 1908, p. 1. Eugeni Cast. Etud. ICntoin. 1835, p. 30. Gormazi Roed, Ent. Month. Mag. VIH, 1871, p. 77. melaleuca Dej. Spee. V, 1831, p. 238. mixta W. Ilorn, An. Mus. Nac. Bs. As., IV, 1895, p. 1 74. ainnom W. Ilorn, Deutsch. Ent. Zeit., 1892, p. 215. morio Klug, Jahrb. Insektenk., I, 1834, p. 10. Gicindosa Motsch. Bull. Mosc., III, 1804, p. 173. egenca Chaud. Bull. Mosc., 1854, p. 123. maequalis Motsch. Bull. Mosc., 1804, p. 174. nivea Kirby, Trans. Lina. Soc., XII, 1818, p. 370. * Chaco santafe- cino. Chulmt, Patago- nia. Argentina. Argentina. Argentina. * Santiago del Es- tero, Eormosa. * ltío Negro. # Salta, Tucuinán. * Tucuinán, Chaco. * Mendoza, Tucu- inán. Patagonia. I * Tucuinán (Tafí). * Córdoba.. Clmbut, Patago- nia, * Buenos Aires, Pa- tagonia, Men- doza. * Mendoza, Cata- marca, Tucu- inán, Salta. N. Argentina. # Buenos Aires. alxir.it . conspersa Dej. Spec., 1. 1825, p. 127. subsp. Orbignyi Guér. Itev. Zool., 1885), p. 290. intricata Brull. Voy. IVOrb., 1827, |*. 7, pl. 1, f. 8. patagónica Brull. Voy. D’Orb., 1827. p. 0. subsp. Bergiana W. Horn, An. Mus. Nao. B. A., 1 895, p. 174. subsp. Cherubim Chcvr. Aun. Soc. lint. Fr., 1858, p. 215, pl. 8, f. 1. ramosa Brull. Voy. D’Orb., 1827, p. 7, pl. 1, f. 1. Ritsemae W. Ilorn, Nat. Leyd. Mus., XVII, 1895, p. 15. sinuosa Brull. Voy. D’Orb., 1827, p. 8. * Argentina. Argentina. # Buenos Aires, Patagonia. # Mar del Plata, # Buenos Aires. Buenos A i res, Pa- tagonia, ¡San Julián. # Córdoba, Cata- marca. # Entre ltíos, Co- rrientes, Misio- nes. unicolor W. Horn, Dentsch. Ent. Zeit., 1892, p. 80. * Salta, región an- dina. Géneros, 10; especies, 59. Subliim. (lAltAliliMA.1*: (¡¡«‘indis Hrueli Horni Brueli, Dentsch. Ent. Zeit. 1908, p. 497, * Córdoba. fV 1-4. Síraeliyo «milis Clniuil. concolor (Waterli). * Tierra del lluego. BrudyeoeUa concolor Waterli. Proc. Zool. Soc. London 1881, p. 80. virescens (Waterli.) # Tierra del Fuego. Mujadopa vircnccnn Wa.terli . Aun. Nat. Ilist. 1812, p. 128, pl. 2, f. 1. Dnponti Cliaud. Bull. Nat. Mosc. 1842, p. 850. (Iet.oi*o«la«‘l\ lus Guér. nebrioides Guér. Kev. Zool. 1841, p. 214. Tierra del Fuego. (¡antanma Bínele Voy. Polo Sud IV. 1852, p. 22, pl. 2, I. I. 151 IVfonoIohus Sol. testaceus Sol. Gay, Ilist. Olí i lo IV. 1849, p. 189, pl. 3, f. 5. IJssopterus Wivterh. Hyadesi Fainn. Aun. Soc. Ent. Er. 1885, p. 35. quadrinotatus Waterli. Anu. Mag. Nat. Ilist. 1 848, XI, p. 281» Anl are ton o mus C’limid. Peroni Cliaud. Bul!. Nat. Mosc. 1801, II, p. 519. liligatlops Wntorli. bimaculatus lleed, Proc. Zool. Soc. 1874, p. 52, pl. 13, íig. 7. Darwini Waterli. Aun. Nat. Ilist. 1842, p. 138. nigrocoeruleus Waterli. Aun, Nat. Ilist. 1842, p. 188. ovalis Waterli. Anu. Nat. Ilist. 1842, p. 139, pl. 3, f. 3. Ccroglossus Sol. Buqueti Lap. de Cast. Etud. Ent. I, 1835, p. 158. var. B. subv. b. de G-ennain, An. Univ. Chile 1895, p. 50. chilensis Esclisclu Zool. Atlas 11, p. 9, pl. 8, f. 7. .subsp. valdiviae Hopo, Trans. Ent. Lond. II, p. 128, var. D. de Gerinain, 1. c. 1895. gloriosas Gerst. Lbin. Ent. Soc. 1858, p. 429. var. B. subvar. j. y var. (J. subvar. f. de Gor- main, 1. c. 1895. suturalis Ebr. Syst. Eleutli. 1801, 1, p. 238. var. I). subvar. b. & e. Germain, 1. e., 1895. CJalosoma Web. alternans (Ebr.). Garahus alternam Fbr. Ent. Syst. 1 7 92, p. 21 1 . retusum Ebr. Syst. El. I, 1801, p. 174. KHV. MIISBO LA PLATA. — T. IV. (XII, 31, 1010.) * Río Negro (Na- liuel Uuapí.) # Tierra del Euego. Tierra del Euego. Tierra del Euego. Santa Cruz (Cor- dilleras. * Tierra del Euego, Patagonia. Tierra del Euego. Tierra del Euego. * Río N egro(N ab uel Uuapí.) #Neuquen (Lago Lacar.) * Río Negro (Lago Frías.) * Neuquen, Chubut (Cordilleras). Patagonia. n ir>2 antiquum Dej. Spec. Gen. Y. 1831, p. 501. Tucumán. Bridgesi Cliaud. Aun. Soc. Ent. Fr. 1809 (IV.) IX, Tucumán. p. 377. granulatum Perfcy, Del. Anim. art., 1830, p. 9, ]»1. * Dueños Aires, 2, f. 9. Patagonia N. lateralc Dej. (neo Kirby), Spec. Gen. 11, 1820, p. 199. imbricatum Brull. Voy. D’Orb. 1843, p. 42. Orbiynyi Géliin, Oat. Garab. liamiremont 1885, p. 59. (CailiHiriga) laterale Kirby, Trans. Linn. Soc. * Buenos Aires Lond. 1818, XII, p. 379. bonariense Dej. Spec. Gen., Y, 1831, p. 500 retunum Fbr. Syst. Ent. 1775, p. 237. patagoniense Ilope, Trans. Ent. Soc. Lond., II, p. 129. trapezipenne Ohaud. Ano. Soc. Ent. Fr. 1809 1Y, Mendoza. IX, p. 309. vagans Dej. Spec. Gen., Y, 1831, p. 504. Pío Negro, Cór- doba. i I.C|»(ol rae li el un Lutr. brevicollis Boli. lies. Eugen. 1858, p. 2. * Pío Negro, Neu- (¡uen. * Buenos Aires. (¿uicrifn Klir. gracilis Brull. Voy, D’Orb. 1843, ]>. 12. Paraná, Corrien- tes. Lacordairei Dej. Spec., II, 1820, p. 443. # Buenos Aires, magellanica Guér. llev. Zool. 1839, p. 290. Tierra del Fuego. Orbignyi Brull. Voy. D’Orb. 1843, p. II. La, Plata, ruflcollis Latr. Voy. Ilmnb., 11,1833, p. 120, pl. * Buenos Aires, 40, f. 10-11. Corrientes. «■(finia Dej. Spe. 81. IMciirarant luis < í rn.v Lacordairei Dej. Spec-, V, 1831, p. 404. I*liero|>so|ilms Sol. aequinoctialis (Lian.) Cent- las. 1703, p. 395. complanatus Fbr. lint. Syst., 1, 1792, p. 2L7. planns Üliv. lint. II I, 1795, p. 02, pl. 0, f. 03. obliquus Brull. I List. Nat., IV, 1835, p. 251. nwculatm Clinud. Aun. Soc. lint. Fr. 1835, p. 440. Hiaclijiius Wol». bilineatus Cast. litad, lint. 1835, p. 59. insignia Brull. Voy. D’Orb. 1843, p. 21. obliqHus Brull. 1. o., 1843, pl. 3, f. 4. fuscicornis Dej. Spec., III, 1828, p. 403. bmsiliemis Gory, Aun. Soc. lint. Fr. 1833, p. 201. mr. paohi/gaster Perty, Del. Aniin. art-, 1830. 1». 0, pl. 1, f. 15. immarginatus Brull. Voy. D’Orb. 1843, p. 20. macuUpes Waterli. Aun. Nat. Ilist., VI, 1841, p. 351. intermedius Brull. Voy. D’Orb. 1843, p. 20. marginellus Dej. Spec., 111, 1828, p. 403. marginiventris Brall. Voy. D’Orb. 1843, p. 21. nigei’ Oliaud. Mono«r. Bracli. Aun. Soc. lint. ílelj»'. 1870, p. 80. nigripes Waterli. Aun. Nat- Ilist., VI, 1841, p. 352. pallipes Dej. Spec., Ií, 1820, p. 404. vicinus Dej. Spec., II, 1820, p. 405. bicolor Brull. Voy. D’Orb., 1 843, p. 2 1 . Tucmnán. Buenos Aires. Tucainán. * Córdoba, Santa Fe, Corrientes. Corrientes. * Buenos Aires, Corrientes. Buenos Aires. * Buenos Aires. Paraná. Buenos Aires. Paraná. * Misiones. * La Plata. * Buenos Aires. * Buenos Aires. 1 54 platensis Water!). Mag-. Nat. Hist., VI, 1841, 1». 351. xanthophryus Chaud. A mi. Sor. lint, lielg., 187(5, 1». 82. x anthopleurus Chand. Aun. Soc. lint, Ilelg., 187(5, ]>• si Dcomiiis Itoncll. flavipes lírnll. Voy. D’Orb. I84.‘5, p. 13. Illiiniidroiiiiiis I »<■«•« I guttula (Sol.). Galleida guttula Sol. Gay, Ilist. Chile, IV, 1841), p. 13(5. nigrofasciatus (Sol.) Galleida ni groja sol ata Sol. Gay, Ilist. Olí i- l<‘, 1841), |). 135, ]>1. 1, f. 7 y D. Dromim nigrofanciatus Steinli. A t ti Soc. Ital. Se. Nat., XI 1, 18(51), p. 34 1 . nigrotestaceus (Sol.). Dromim nigrotastacens Sol. Gay Ilist. Chile, IV, 1841), p. 142. obscuripennis Chain!. Aun. Soc. lint. Ilelg., 187(i, X 1 X, p. 1 07. pliaeoxanthus Chaud. Aun. Soc. lint, lielg., 187(5, XIX, |). 108 (nota). Itleelirus Motscli. platensis II erg, Stett. lint. Zeit., 1883, p. 303. IMagiol <4uni Sol. irinum Sol. Gay, 1 1 i sí . ( Odie, 1 V, 1 811), p. 1 33. pl. 2, ( '. 3. Calleóla Doj. ametliystina (Kbr.). Claraban amelligsliiuis Pltr. lint. Syst., I, 1702, p. 1(50. Paraná. Argentina Argentina. Argentina, Pam- pas. # Ilío Negro, Men- doza. * Río Negro. # Río Negro. Argentina, Pam- pas. * Rueños Aires, Río Negro (Río Colorado). * Nempien (Cacar), listrecho Ma- gallanes. * Misiones, Tuca- inán, .1 tijuy. 155 Callada splcndid-a G-ory, Ann. Soc. Ent. Fr. 1833, p. 189. anricollis Cast. Etud. Ent., 1835, p. 40. festiva Bmll. Voy. D’Orb., 1843, pl. 3, I*. 7. ( Umidiata Reiolie, Rev. Zoo!. Soc. Ouv., 1842, p. 275. fusca Bmll. Voy. D’Orb., 1843, p. 15. Corrientes, obscura !)oj. Spee., V, 1831, p. 331. Buenos Aires, suturalis Dej. Spee., V, 1831, p. 888. * Buenos Aires, Co ■mentes, Tuca mÍMIe f Isillidiiia ClisHul. lepida (Brull.). * Río Negro, Men Cy miná is lepida Brull. Silben», liev., 11, doza, Tueu 1834,1». 105. mán. Cy mináis pida Dej. Spee., V, 1831, p. 323. ESiiprocliiK Sol. fasciatus Sol. Cay, Ilist. Cliile, I.V, 1 S 19, p. 182, * Río Negro, pl. 1, f. 0. quadriplagiatus (lteiehe). # Tucuniíín. q iiadriplagiatus Reiche, Rev. Zoo!., 1842, p. 309. Loxopeza Cliaud. obliquata (Dej.). * Buenos Aíres Lebia obliquata Dej. Spec., V, 1831. p. 879. Santa Fé. striata (Dej.). Buenos Aires. Lebia striata Dej. Spee., V, 1831, p. 380. Ijfílua Ln.tr. concinna Brull. Voy. D’Orb., 1.848, p. 17, pl. 2, * Buenos Aires, Co f. 9. rrientcs, Sants Fe. decora Steinli. Atti Soe. Ital. Se. Nat., 1809, XII. Buenos Aires, p. 241. flavofasciata Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 17. Corrientes, rhyticrania Cliaud. Bull. Soc. 1 mp. Fíat. Mosc., * Buenos Aires. 1870, p. 182. rugiceps Brull. Voy. D’Orb., 1848, p. 10. Corrientes. — i5<; — trisignata Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 1«S. * Buenos Aires, Oo- rrientes. violácea Oliaud. Bull. Soc. Imp. Nat. Muse., 1 iini(i¡iiH) bonariensis Cliaud. Hall. Soc. Imp. Hat. Mosc., 187(5, p. 21. l’seudoinorpha Kirby argentina Steinh. Atti Soc. Ital. He. Nat., 18(51), p. 242. Paeliyleles Perty Arecliavaletae Oliaiul. Aun. Soc. Ent. Belg., 18(58, XI, p. (51. laevigatus (Dej.). Ozaena laevigata Dej. Spec., IV, 1821), p. 518. IMiysoa líriill. testudínea (Klugj. Oza-cna testudínea Klug, Jahrb., I, 1884, p. 80, pl. 1, f. 7. Trachelizus rufas Sol. Aim. Soc. Ent. Fr., 183(5, p. (500, pl. 19 b, f. 5-9. Taeniolohus Cliaud. bonariensis Cliaud. Aim. Soc. Ent. Belg., 1880, XX111, p. 37. Disl í<‘Iiiim Al <>i Mili . ebeninus (F. Lynch A.). 8 'carites ebeninus F. Lynch A. Naturalista Argent., T, 1880, p. 338. JHstichus moestus Cliaud. Aun. Soc. Ent. Belg., 1880, ]>. 44. muticus Cliaud. Aun. Soc. Ent. Belg., 1880, p. 50. Argentina. San Luis. * Buenos Aires, Córdoba, Tu ciunán. Corrientes. * Chaco santafe- cino. Buenos Aires. * Buenos Aires. Argentina 159 — .Searitcs Fl>r. anthracinus Dej. Spee., IV, 1831, p. 491. cayennensis Dej. Spee., I, 1825, p. 384. var. elongatns Brull. Voy. D’Orb., 1 843, p. 38. Lacordairei Dej. Spee., V, 1831, p. 493. magellanicus (luór. Kev. Zool. Cuv., 1839, p. 297. punctaticeps F. Lynch A. Naturalista, Argent., I, I 878, p. 350. Oxvf» nal luis Dej. stenocephalus (Brull.). divina stenocephala Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 40. (Jampf oilonlus Dej. crenatus Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 41. AlesiiN (Jlievr. rugatifrons (Jlievr. Aun. Soe. lint- Fr., 1858, p. 317, pl. 8, f. 2. OhaUiiis Burm. insignis Burm. Trans. lint. Soe., 1875, p. 339. (jlivina Latr. bicolor PutiZ. Ann. Soe. Ent. Belg., 1807, X, p. 152. bipustulata Fbr. Syst. lint., I, 1792, p. 125. qnadrimaculata Beauv. 1 1 1 s . Air. A Amer., p. 107, pl. 15, f. G. breviuscula Putz. Ann. Soe. Ent. Belg., 1807, p. 154. Burmeisteri Putz. Ann. Soe. Ent. Belg., 1807, p. 101. dentipes Dej. Spee. I, 1825, p. 415. confusa Lee. Ann. Lyc., V, p. 198. georgiana Lee. Proe. Aead. Pliih, 1857, p. 81. * Buenos Aires. * Corrientes. Santa Pe, Co- rrientes. Tierra, del Fuego. * Buenos Aires. Corrientes. Corrientes. # Buenos Aires. Entre Itíos. Argentina, Pam- pas. * Corrientes. * Buenos Aires. San Luis, Men- doza. Corrientes. van corvina Putz. Mon. Mém. Liége, 1840, p. 010. JÍMÍ¡»m Putz. Méin. Liego, S 840, p. 007. longipennis Putz. Méin. Liego, 1803, p. 57. macularis Putz, Aun. Soe. Ent. Belg., 1807, p. 158. media Putz. Mon. M6m. Liego, 1840, p. 019. nitidula Putz. Aun. Soe. Ent. Belg., 1807, p. 109. párvula Putz, Aun. Soc. Ent. Belg., 1807, p. 170. taurina Putz. Aun. Soe. Ent. Belg., 1807, p. 140. /%.1‘tli.sloillis Putz. Arecliavaietae Putz. Arm. Soc. Ent. Belg., 1807, p. 204. semipunctata (Dej.). di vina semipunctata Dej. Spec., Y, 1881, p. 509. /\s|)itl«g;lossa Putz. crenata (Dej.). divina crenata Dej. Spec., I, 1825, p. 418. intermedia (Dej.). divina intermedia Dej. Spec., V, 1831, p. 507. St'liizogcnius Putz. costiceps Steinli. Atti Soc. 1 tal . Se. Nat., 1809, p. 242. liraehygn al luis Pci-ty angusticollis (Burin.). IUnr y noma aiu/usticolMa Bmin. Stett. Ent. Zeit., 1885, p. 829. férvidas (líurm.). I'jíi ri/Homa férvida Hiirin. Stett. Ent. Zeit., 1885, p. 882. festivas Dej. Spec., Y, 1831, p. 590. imper i alis Chaiul. Aun. Soc. Ent. Fr., 1805, p. 450. muticus Perty, Del. Aniin. avt., 1880, p. 7, pl. 2, f. 1. tJarynoma nitidipenne Dej. Spec,., Y, 1881, 1». 297. Buenos Aires. Argentina.. Buenos Aires. # Buenos Aires. Buenos Aires. Argentina 1 * Buenos Aires. Buenos Aires. Corrientes. * Buenos Aires. San Luis. * Argentina * < 'órdoha. * Córdoba., liioja. * Salta, Tucumán .1 njiiy. * Tucuinán. 161 pyropterus Bmll. Voy. D’Orb., 1843, p. 34, pl. 3, f. 5. (Iroln'iiN pubescens l)ej. Spec., V, 1831, p. G00. ( lli lacnius ltcini'll. ater Bmll. Voy. D’Orb., 1843, p. 32. lateralis Bmll. Voy. D’Orb., 1843, p. 33. oblongus Dej. Spec., 11, 1820, p. 344. platensis Waterh. Aun. Nal. Hist., 1841, 11. p. 353. villosulus Bmll. Voy. D’Orb., 1843, p. 32, pl. 3, f. 0. violatus Geinm. el Har. Cat. Col., 1808, p. 228. violáceas Waterh. Aun. Nat. Hist., 1841, Vi, p. 353. Westwoodi Waterh. Aun. Nat. Hist., 1841, VI, p. 354. Oodielhis diluid. Arechavaletae Chaud. Aun. Soe. lint. Fr., 1882, p. 325. Slenous diaud. metallicus (De;j.). Oodes metallicus Dej. Spec., II, 1820, p. 371). Stenocrepis diaud. laevigata (Dej.). Oodes lacvif/tUiis Dej. Spec., V, 1831, p. 072. robusta (Bmll.). Oodes robustas Bmll. Voy. D’Orb., 1843, p. 31. punctato-striata (Bmll.) Oodes punctato-striaim Bmll. Voy. D’Orb., 1843, p. 32. bmsilicnsis Chaud. Bul!. Soe. Imp. Nal. Moho. 1843, p. 700. * Corrientes. * Buenos Aires. ( ‘omentos. Corrientes. * Buenos Aires, Co- rrientes. * Buenos Aires. Buenos Aires. * Buenos Aires. * Buenos Aires. Argentina 1 # Corrientes. * Buenos Aires, Córdoba, Co- rrientes, Chaco * Buenos Aires, Co- rrientes, Cha- co, Santa Fe. Corrientes. 4 '.iienialohiis (¡uc't. Curtisi (Wateíii.). (Jnemamuthm Curtisi Waterh. Aun, Nat. llist. IV, 184!, i>. 857. Desmaresti (Guér.). Cnemaeanthns Desmaresti Guér. Mag. Zool., 1838, Cl. IX, ]). 9, ] >1 . 220. Darioini Waterh. Ann. Nat. llist., 1841, IY, p. 850. Waterhomi Bmm. Stett. lint. Zeit., 1870, p. 120. Gayi rutz. Stett. Ent. Zeit, 1808, p. 360. plicicollís (Faina.). Cnemaeanthns plicicoUis Faina. Ann. Soc. lint. Fi*., 1884, p. 484. striatus (Waterh,) (hlontoxcdlix xtriatux Waterh. Mag. Nal. llist, 1841, IV, p. 858. substriatus (Waterh.) Odontoscelis substriatus Waterh. Ann. Hat. llist., 1 84 í , IV, p. 859. sulcatus Ohaud. Hall. Soc. 'Nat. Moscou, 1854, 11, p. 888. (Isistrellius Curtís aeneo-niger Waterh. Ann. Nat. llist., 1841, VI, p. 250. nk/er Blnch. Voy. Pule Sud, p. 19, pl. 1, f. 18. Eydouxi (Guér.). Creobius Eydouxi Guér. Mag. Zoo!., 1838, p. 4, pl. 225, f. 2. Kiiuji Ourt. Trans. Linn. Soc,., XVI!!, 1889, ]>. 188, pl. 1 5o. Hyadesi Faina. Nat., 1885, p. II, Ann. Soc,. lint. Fr., I 885, p. 88. nitidus Waterh. Ann. Mag. Nat. llist., 4841, p. 255. Creobius Troberti Sol. Gay, llist. Ohile, , 1849, p. 201 . * Tierra del Fuego. * Buenos Aires, Pa- raná,, Córdoba. San Luis, Ba- hía Blanca. * Mendoza. Tierra del Fuego. * Buenos Aires, Ba- hía, Blanca, 1 5u- tamarca. Argentina. * Buenos Aires 1 #Neuqiu*,n, Tierra del Fuego. * ltio Negro (Na- liuel Huapí). Tierra del Fuego- *Neuquen, Tierra, del Fuego. 168 — itary|ms Dej. aequicostis Chaud. Aun. Soc. Ent. Belg., 1870, I». 124. clivinoides (Curt.). C ardió phthalmns clivinoides Curt. Trans. Linn. Soc. Lo mi., 1839, p. 185, pl. 15, f. C. Tctra.od.es lacvis Blnoli. Voy. PAle Sml, 1853, p. 3(1, pl. 3, l‘. (¡. (Uirdiophlhalm as Hlcplicmi YVatorli. Aun. Nal. Hist., 1841, p. 300, pl. 19, f. 2. longitarsis (Waterli.). * Patagonia, Santa Cardiophthalmus longitarsis Waterli. Aun. Cruz. Nal. Hist., 1841, p. 354, pl. 19, I. 1. parallelus Guér. Mag. Zool., 1838, IX, p. 12, pl. # Bahía Blanca. 227, f. 1. pulchellus Burm. Stett. Ent. Zeit., 1808, p. 225. * Buenos Aires, Córdoba, Tu- ciiinán. speciosus Dej. Spec., V, 1831, p. 703. Argentina í Slolonis Molscli. fulvostigma Bates, Ent. Montlil., Mag., VII, 1871, * Buenos Aires, p. 148. IVlccitim Kirli.v violaceum Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 34, pl. 3, * Misiones, Tueu- f. 8. nuin. Aiiisodactj'lus Dej. Argentina (Bue- nos Aires). Patagonia, Pun- ta Arenas. amoenus Sol. Gay, Hist. Chile, 1849, p. 200, pl. * Río Negro. 4, 1'. 9. ( ¡f arpólas). chalceus Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 30. (Harpalm). Corrientes, cupripennis (Germ.). # Argentina, llío Poecilus cupripennis Germ. Ins. Spec. Nov., Negro. 1824, p. 10. laevis Curt. Trans. Linn. Soc., 1839, XVI II, p. 1 94. Patagonia. ( Jlarpalus). posticus Dej. Spec., IV, 1829, p. 292. (llarpalus). * Buenos Aires, Pío Negro. 1 04 — rufas Brul!. Voy. D’Orb., 1843, p. 35 . (.Ifarpahia). tucumanus Dej. Spec., V, 1 S.'J 1 , |>. 839. (Harpa- lllfi). II arpalus Lutr. octopunctatus l)ej. Spec., I V, 1829, p. 291. silipes Doj. Spec. V, 1831, p. 843. sulcatulus Dej. Spec. IV, 1829, p. 240. ll\|»ol¡l luis Doj. puberulus Dej. Spec., IV, i 829, p. 184. (Harpalus). ✓ 1‘aranieens I)o,j. breviusculus Faina. Aim. Son. línt. ar., 1881, p. 480. cylindricus Dej. Spec., IV, 1829, p. 44. laevigatus Dej. Spec., I V, 1829, p. 45. (lylloseelis Gurí. elliptica Ouiit. Trans. lint. Soc., 1839, p. 188. Si‘l<‘iio|>lioni!4 l)cj. alternans Dej. Spec., IV, 1829, p. 80. linciUo-punvtatiis Dej., I. e., 1829, p. 80. anceps Dej. Spec., V, 1831, p. 823. antarctioides Steinli. Atti Soc. 1 tal . Se. .Nal., 1809, p. 211. barysomoides Putz. Steti. linl. Zeit., 1878, p. II. discopunctatus Dej. Spec., IV, 1829, 829, j >. 92. Lacordairei (Dej.). Pangas Lacordairei Dej. Spec., V, 1831, p. 820. lubriceps Dej. Spec., V, 1831, p. 820. lugubiis Putz. Slell. lint, Zeit., 1878, p. 38. ltío Negro, Pata gonia. Tiicuinan, Pala gonia. Buenos Aires. Tueuinán. (ponientes. Corrientes. Buenos Aires, Pa tagonia, Sania Cruz. * Buenos Aires. * Buenos Aires, Pa tagonia, Men (loza. Patagonia. # A rgentina. Tueuinán. Buenos Aires. Argentina, Pañi pas. I ‘atagonia. Tueuinán. Tueuinán. Buenos Aires. 165 — marginipilosus Steinh. Atti Soc. Ital. Se. Nat., 1869, p. 245. pampicola Steinli. Atti Soc. Ital. Se. Nat., 1869, p. 245. parumpunctatus Dej. Spec. IV, 1829, p. 104. promptus (Dej.). Harpalus promptus Dej. Spec., IV, 1829, p. 103. puncUilatus (Dej.) Harpalus pnnctulatus Dej, Spec.., IV, 1829, p. 91. — '? pampicola Steinli. INuigus Lee. obtusas Dej. Spec., IV, 1829, p. 130. Craloeara Lee. (Mci.-tnotua) flavipes Dej. Siiec., V, 1831, p. 700. Acnpalpii.s Luir. arcobasis Sol. Gay, Hist. Chile, 1849, p. 270. cliilensis Sol. Gay, llist. Chile, 1849, p. 271. clímitliatus Brull. Voy. D’Orb,, 1843, p. 38. erytliroderes Blnch, Voy. Pole Sud, 1853, p. 18, pl. 3, f. 14. nigronitidus Blnch. Voy. Pole Sud, 1853, p. 17, pl. 3, f. 13. testaceipes Blneh. Voy. Pole Sud, 1853», p. 16, pl. 3, f. 12. unistriatus (Dej.) Spec. V, 1831, p. 851. Stenolopliiis Dej. cinctipennis Boh. Ues. Eligen. 1858, p. 13. Ilnploltol hyntis Tsc.litseli. San Luis, Pata- gón i a. Pampas. Corrientes. Buenos Aires, Co- rrientes. Buenos Aires, Pío Negro. Bunios Aires. * Pata gón i a, Bue- nos Aires, Co- rrientes, Tucu- mán. * Clmbut, Santa Cruz. * Patagón io. Corrientes. Patagonia. Patagonia. Patagonia. * ltío Negro. Buenos Aires. paranae Tschtsch. Uev. Itusse, lint. 1, 1901, p. 43. Argentina. Argentina. — 100 — I'ik Imoii Itnill. obscura Piitz. Aun. Mus. ( Jenov., 1 . 1 1 5. inagellanica Iílncli. Voy. Póle Siul, 185.'}, p. 150, pl. 2,1.12. Fe ron Jola TMc.lit.scli. bradytoides (Fíiirm.) Antarctia bradytoides Fairin. Aun. Soc. Ent. Fr., 1883, p. 487. famélica Tsehtseh. Home Soc. Ent. Ross, 1000, p. 000. Antarctia acuca Brull. (neo. Dcj.) Voy. D’Orb. . 1 818, p. ,'} 1 . laticollis (Sol.) Antarctia laticollis Sol. (í ay, 1 1 ist. Chile, 1 840, p. 253, o". Harpalns pnnctobasis Sol. Gay, Hist. Chile, 1840, ]». 250, V- ’ F(‘i'onioiiioi'|ilia «Sol. aerea (Dcj.). Spco. 111, 1820, p. 270. ( Feronia ). Ornasen* nía rainales Ciirt. Tmns. Binn. Soc., 1830. p. 101. alata (lírull.) Platysma alalina lírull. Voy. D’Orb. 1848, p. 20. clialcea (Dcj.) / */ atj/sin a ch al cenia Dcj.- Spcc.. 111, 1820, p. 308. Río Negro, Pata- gonia. * Neuquen, Río Ne- gro. Pampas argenti- nas. Tierra del Fuego- Patagonia, Tierra del Fuego. Patagonia. Río Negro, Pata- gones. Río Negro, Pata- gones. Corrientes. ¡5uenos Aires. Buenos Aires. — I(i7 — cordicollis (Dej.) riatysma cordicollis Dej. Spec. III, 1820, p. don. lucida ((Jurfc.) Pterost-ichns lucidas Curt. Trans. Linn. Soc., 1.831), p. 102. moerens (Brull.) Fcronia (Melanias) moerens Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 20. Dcjcani Waterli. Aun. Nat. Hist. VII, 1841, ]). 12J. nebrioides (Curt.) (hnascus nebrioides Curt. Trans. Linn. Soe., 1830, i». 101. striatula (Fbr.) Platysma striatulum Fbr. Syst. lint., 1702, p. 240. ¡Molops corynthium Cerní. Ins. Spec. Nov., 1824, p. 21. l’oi'ciliis Honcll. cancellatus Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 27, pl. 2, f. 3. Guei’ini Waterli. Anu. Nat. Hist., 1841, p. 125. irinus Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 27. luridus Blneli. Voy. Péle Sud, 1853, p. 20, pl. 2, f. 0. subsulcatus Brull. Voy. D’Orb., 184.'), ]>. 20. unistriatus Dej. Spec. III, 1820, p. 232. ricrostichus prasinus Curtís, Trans. Linn. Soe. XVIII, 1830, p. 102. vagans Dej. Spec. V, 1831, p. 752. Ai’giitor Mi'ncrl. apicalis Waterli. Aun. Nal. Hist., 1811, p. 128. Audouini Waterli. Aun. Nal. Hist., 1841, p. 128. bonariensis (Dej.) Fcronia bonariensis Dej. Spec. V, 1 831, p. 750. Brullei Waterli. Aun. Nat. Hist., 1841, p. 127. confusus (Dej.) Fcronia confusa Dej. Spec. V, 1831, p. 750. posticus Brull. Voy, D’Orb. 1813, p. 28. UICV. MI SMO LA PLATA. — T. IV. l. 2, f. 12. Auf arel ia Dej. aenea Dej. Spec. V, 1.331, p. 804. andícola Dcj. Spec. V, 1831, p. 800. anodon Fairm. Aun. Soc. Ent. Fr., 1884, p. 485. annulicornis Curt. Trans. Liun. Soc. Lond., 1839, p. 193. blanda Dej. Spec. 111, 1828, p. 529. qimdricollis Sol. Gay, llist. Chile, 1849, p. 240. bonariensis Putz. ¡VI ém. Liego, 1873, p. 21. canotae Steinh. Atti Soc. Ital. Se. ¡Nat., 1809, p. 247. caudata Putz. Mém. Lióge, 1873, p. 22. chalybaea Blnch. Voy. Póle Sud, 1853, p. 38, pl. 3, f. 3. circumfusa Gemí. Ins. Spcc. ¡Nov., 1824, p. 20. coerulea Sol. Gay, llist. Chile IV, 1849, p. 240. complanata Blnch. Voy. Póle Sud, 1853, p. 37, pl. 3, f. 2. cordata Putz. Mein. Liego (2) V, 1873, p. 17. crassiuscula Putz. Mém. Liego (2) V, 1873, p. 28. cyanoidea Fairm. Aun. Soc,. Ent. Fr. 1884, p. 480. falsicolor Fairm. Aun. Soc. Ent. Fr., 1884, p. 487. v¡ ir. frígida Kolbe, Coleopt. Ilainb. Mag. Saimnel- reise, 1907, p. 40. gilvipes Dej. Spec. III, 1828, p. 532. glauca Blnch. Voy. Póle Sud, 1853, p. 39, pl. 3, f. 4. grandipennis Fairm. Aun. Soc. Ent. Fr., 1884, p. 480. laevigata Putz. Mém. Liego (2), V, 1873, p. 29. lata Guér. Itev. Zooh, 1841, p. 190. Tierra del Fuego. # Buenos Aires, Kío ¡Negro, Chubut. Andes. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. # ¡Buenos Aires, Pa- tagón ia, Tierra del Fuego. # Buenos Aires. Mendoza. Argentina. Patagonia. Buenos Aires, Co- rrientes. Tierra del Fuego. Patagonia. Argentina. Patagonia. Patagonia, Tierra del Fuego. Pata gón ia, Tierra del Fuego. Tierra, del Fuego. Buenos Aires, Pa- tagonia. Patagonia, Tierra del Fuego. Patagonia, Tierra del Fuego. Patagonia. Tierra del Fuego. 170 latigastrica Dej. Spee. III, 1 SUS, p. 528. malachita I)t“j. Spee. III, 1828, p. 554. marginata Dej. Spee. III, 1828, p. 532. nitens Rutz. Mém. Liego (2), V, 1873, p. 10. obscura Rutz. Mém. Liego (2), Y, 1873, ¡>. 20. parvicollis Rutz. Mém. Liego (2), Y, 1873, p. 24. pogonoides Faina. Ano. Soc. lint. Fr. 1884, p. 487. punctulata Rutz. Mém. Liega*. (2), Y, 1873, p. 25. Racovitzai Rousseau, Aun, Soc. lint, Relg. 1000, p. 108. — Ibid. lixped. antarct. Relg. Ims., 1000, p. 22, pl. 1, f. 3, 5, 7. subamaroides Rousseau, Aun. Soc. lint. Relg. 1000, p. 108. — Ibid . lixped. antarct. Relg., I ns., 1 000, p. 21, ]>1. 1 , f. 1 . Mclius Curtís harpaloides Curt. Trans. Lian. Soc. Lond. 1830, 1». 100. LaCIIIOülIlCIIUS ISollcll. complanatus (Dej.) Spoc. III, 1828, p. 58. Priatotnjachna chilataia (¡ory, Aun. Soc. lint. Fr., 1833, p. 232. l’lalynus lionoll. bonariensis 6cmm. et llar. Oat. Col. 1, 1808, p. 308. anf/nstatuN Dej. Spee. V, 1831, p. 723. brasiliensis (Dej.) Spee. III, 1828, p. 1 1 0. (Ancho- manta). discosulcatus Dej. Spee. III, 1828, p. 124. fuscoaeneus (icmm. et llar. (Jal. Col. I, 1808, p. 37 1 . lineatopunctatus (Dej.) Rrull. Yoy. D’Orb., 1843, p. 25. (Af/onum). quadricollis Dej. Spee. III, 1828, p. III. ltio Negro, Tierra <1(4 Fuego. Mendoza. * Rueños Aires, Co- rrientes. # Neuquen. Argentina.. Argentina. Patagón i a, Tierra del Fuego. Argentina. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. Argentina. * Rio Negro. Rueños Aires. Rueños Aires, Rio Negro. Rueños Aires. Rué, nos Aires. Rueños Aires, Rio Negro. Rueños A ¡res. 171 Agnnuni líonell. inaequale Putz.Ann.Mus. Genov., 1875, VII,]). 78(5. % AnHiomoims llonoll. semistriatns Fairm. Aun. Soo. Ent. Fr., 1884, ]>. 488. IlaltropiiN Wiilcrli. carnifex (Fbr.) Carabas carni) ex Y br. Syst. Ent., 1775, ]>. 244. Metías splendidus Guér. Eev. Zoo!. 1839, ]>. 297. OclltozclllS Clirmd. bicolor (Brull.) Peyonas bicolor Brull. Voy, D’Orb.. 1843, 1». 23. lUrriziMlim Sol. angusticollis Sol. Gay, llist. Chile IV, 1849, |>. 180, l»l. 3, f. 4. Macleyi (Bates). Copleras Macleyi Bates, Ent. Montli. Mag. VIII, p. 13. Iloinaloricra Sol. dorsigera Fairm- Aun. Soe. Ent. Fr., 1885. p. 39. limbata (Sol.) Aemalodera limbata Sol. Gay, Hist. Chile IV, 1849, p. 152, pl. 2, f. 9. suturata Fairm. Ann. Soo. Ent. Fr., 1885, p. 40. Trcuduiw (Jlairv. antarcticus Dcj. S]>ee. V, 1831, p. 20. Eosseau, Exped. antaret. Belg. Ins., 1900, ]>. 20, pl. 1. f. 4. Arechavaletae Putz. Stett. Ent. Zeit. 1870, |>. 188. Audouini Guér. Voy. Coquille, 1830, p. 00, pl. 1, f. 1 0. hornensis Fairm. Ann. Soc. Ent. Fr., 1885, p. 41. Argentina I Patagonia, Tierra del Fuego. Buenos Aires, San Luis, Córdoba, Patagonia, Tie- rra del Fuego. Buenos Aires, Pampas, Para- ná. Rio Negro. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. Argentina. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. laevigatus Boh. Bes. Eligen. 1858, p. 17. soledadinus Guér. Voy. Ooquille, 1830, p. C0, pl. h f- »• testaceus Blncli. Voy. Péle Sud, 1853, p. 45, pl.3, f. 15. Wienckei Rousseau, Ann. Soc. Ent. Belg., 1000, p. 108. — Ib id., Exped. antaret. Belg. Ins., 1900, p. 20, pl. 1, f. 2, G. liga OiiHt. inaequalis Brull. Voy. D’Orb., 1843, ]). 44. Taeliys Schaum andinus J. Hrp. Deutsch. Ent. Zeit, 1910, p. 554. bonariensis Steinh. Atti Soc. Ital. Se. Nal.., 1 800, p. 247. dromioides «J. Hrp. Deutsch. lint. Zeit. 1 9 10, p. 554. Jeppeseni «T. Hrp. Deutsch. Ent. Zeit., 1910, p. 553. mendocinus J. Ilrp. Deutsch. Ent. Zeit., 1910, p. 553. , univittatus «1. Hrp. Deutsch. Ent. Zeit., 1010, p. 553. ltcmltúlium Luir. antarcticum Fairin. N. Arcliiv Mus.Hist. Nat. Pa- ria, 1898, ]>. 107. araucanum Germain, An. LTniv. Santiago Chile, 1900, p. 021. atrum Germairi, An. LTniv. Santiago Chile, 1900, p. 024. Aubei Sol. Gay, Hist. Chile IV, 1849, p. 173, pl. 5, f. 1. bonariense Boh. (Nottvphua) Bes. Eugen., 1858, p. 18. Cliaudoiri Berg, Stelt. Ent. Zeit., 1883, p. 305. cillenoides J. Hrp. Deutsch. Ent. Zeit., 1910, p. 550. convergens Berg, Stett. Ent. Zeit., 1883, p. 304. cordillerae Steinh. Atti Soc. Ital. Se. Nat, 1809, p. 248. Buenos Aires. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. ( 'omentos. # Mendoza Buenos Aires. Mendoza. Mendoza. * Mendoza. Mendoza. Patagonia. * Bio Negro, Nahuel Huapí. Estrecho Maga- llanes. Buenos Aires. Buenos Aires. Buenos Aires, Bio Negro. Mendoza. * Buenos Aires, liio Negro. Mendoza. 173 — cliscoideum Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 45. dubiiim J. ilrp. Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 550. Duvali Steinh. Atti Soc. Ital. Se. Nat., 1809, p. 248. elegans Sol. (¡ay, llist. Chile IV, 1849, p. 104. Engelharti J. Ilrp. Deutsch. Ent. Zeit., 1910, p. 547. (iSraetcon) fuegianum Kolbe, Ilamb. Mag. Sam- mclr. Col., 1907, p. 108. Jacobseni ,1. Ilrp. Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 552. (iMiiiochtiiK) Kolbei I Irtich, nom. nov. />. ( ¡’kilochtitu) mm/cllanicnm Kolbe, 1 lamb. Mag. Sammelr. Col., 1907, p. 110. Lonae J. Ilrp. Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 547. M-signatum J. Ilrp. Deutsch. Ent. Zeit, 1910, p. 550. magellanicuni Germain, An. Univ. Santiago Chi- le, 1900, p. 010. mendocinum -I. Ilrp. Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 549. Mirasoi J. Ilrp. Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 552. Orregoi Germain, An. Univ. Santiago Chile, 1900, p. 040. pallideguttula -I. Ilrp. Deutsch. lint. Zeit, 1910, p. 540. parvarium J. Ilrp. Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 551. Peterseni J. Ilrp. Deutsch. Ent. Zeit, 1910, p. 548. proportionale J. Ilrp. Deutsch. lint. Zeit... 1910, p. 549. Reichei Gcrmain, An. Univ. Santiago Chile, 1900, p. 017. < iíi-acicon) riparum Kolbe, Hamb. Mag, Sammelr. Col. 1907, p. 108. rufoplagiatum Gcrmain, An. Univ. Santiago Chi- le, 1900, p. 031. Ryei 1. Ilrp. Deutsch. Ent. Zeit., 1910, p. 551. Stroebeli Steinh. Atti Soc. Ital. Se. Nat., 1809, p. 248. tesselatum Brull. Voy. D’Orb., 1843, p. 44. tunuyanense .1. Ilrp. Deutsch. Ent. Zeit., 1910, p. 540. Corrientes. * Mendoza. Mendoza. * Rio Negro. * Mendoza. Tierra del Fuego. * Mendoza. Tierra, del Fuego. * Mendoza. Mendoza. Estrecho Maga- llanes. * Mendoza. * Mendoza. Estrecho Maga- llanes. Mendoza. Mendoza. Mendoza. Mendoza. Estrecho Maga- llanes. Tierra del Fuego. Estrecho Maga- llanes. * Mendoza. Mendoza. Patagón i a. Mendoza. Gén : í)!l; Spoe : 343. 174 ÍNDICE ALFABETICO DIO (J ION 10 ICOS V SU 110 ION 10 ICOS DIO' l,A FAMILIA OA1CAIIIDAIO (OICI N DI0I.I N A 10, CAICA BINA 10) Aeupalpus Latr 1(15 Aoplinidius M. Loay (subgen.). . . . 158 Agonuni Bonell • 171 .1 ¡/riiiH 115 Aucliouionus Bonell 171 Anisodaotylus Dej 1(13 Autarctia Dej 1(59 Antarctobiuin Cliaud (subgen.).. . . 169 Antarctonomus Cliaud 151 Apenes Lee 156 Aphelogenia Cliaud 156 Anlistoinis Futí! 160 Argutor Mogerl 167 Argutoridius Cliaud 168 Aspidoglossa Futz 160 Jiarypus Dej 163 Bombidium Latí' 172 Blochrus Motscli 154 Braeliycoolus Cliaud 150 Brachyguatlius Perty 160 Bruohynus Web 153 Braetoou (subgen.) 173 Calleida Dej 154 Culícida 151 Callidula Cliaud 155 Callistriga Motseli. (subgen.) 152 Calosoma Web 151 Camptodontus Dej 159 Caicabidaio Fam 115 Cakabinaio Subían). 150 Cardiophthalmu » 163 Cascellius Curtis 162 Cei'oglossus Sol 151 Chilonyelia Lae 147 Clilaenius Bonell 161 Cicindela L 118 Cicin dioi.in a io Sublam 145 Cicindis Brucli 150 divina Latr 159 Caemacanthiis 162 Cnenialobus Guór 162 Cratocara Loe 165 Creobius 162 Cylloseelis Cui't 164 Cyntindidius Cliaud 156 Cym indis Latr 156 Cymindix ¡55 Cyi'totelus Tsehtseli 168 Dailndoutils líeiclie 152 Dianchomena Cliaud 156 Distiebus Motseb 158 Droinius Bonell 154 Drumius 151 Ega Csist 172 Euclmia Brull 1 66 EiiproetiiH Sol 155 l'JiirijHoma. 1 60 Eeronia Latr 166 Foroniola Tsclitscli . 166 Feroniomoi'plia Sol 166 Galerita F 152 Geobius Dej 161 llabropus Waterli 171 I laplobotliynus Tsclitsoli 165 Harpalus Latr 161 Jlelluo 152 Helluoniorplia Cast 153 Heterodaetyhis Gu6r. 150 Honialodera Sol 171 Hypolitlms Dej 161 I res i a Dej 147 Laemosthenos Bonell 170 Lebia Latr 155 Leptotrachelus Latr. 152 Lissopterns Waterh 151 Loxandrus Loo. 168 Loxnpe/.a Cliaud .155 Malisus Motseli. (snbgen.) 156 Masoreus Dej. 158 Mogaoepliala Latr 145 Melanotus 165 Mcrizodus Sol 171 Mesas Clievr 159 Metí us Gurt 170 Metriocliila. .1. Tlionis 145 Migadops Waterh 151 175 Mimodromius Roed . . . 154 Pleuracanthus Grav ... . 15? Monolobus Sol 151 Poecilus Bouell 167 Obadius Burm 15!) Polyiu/rns . . . . 145 Oohtozetu.s Chaud 171 Polyslichim 152 Odontoohila Dcj 117 Propasa Cliaud 148 Odontoscellis 1(52 Pristonychns . . 170 ()ode8 . 1(51 Psoudomorpha Kirby 158 Oodiollus Chaud 161 Pycnochila Motscli 145 Oxychila Doj 147 Sea-ritos F 150 OxygnalhuH Doj 15!) Nohizogoniim Put.z 160 l’aehytolos l’orty 15H Helenoplionis l)e| 161 Pangos Ileo. 1 65 SphcuopalpnH. 1 56 I’aramoeus Doj. 164 StonooropiM Cliaud 161 Pelccinm Kirby 163 Stenolophus Doj. .. . . 165 Peridexia 1 46 Stonous Chaud. 161 Peronoscolis Chaud. . ... 157 Stolonis Motsch 163 Phaeoxantha Cliaud .. . 145 Tachys Schaum 172 Pheropsophus Sol 153 Taoniolobus Chaud 158 Philoelitlius (subgen.). . . . . 173 Tetracha Hopo. ... 146 Phyllodroma .... 149 .Tetragonoderus Doj 157 Physea Brull . 158 Tmchclizns 158 Plagiotolum Sol 154 Trcchus Clairv. ... . 171 Platynus Bouell. . . 170 Trirhamnintus Chaud 168 Platysma. Bouell 168 ÍNDICE DE ESPECIES SUBESPECIES Y SINONIMIAS DE LA FAMILIA CARAI5XDAE (CICINDELINAE, cakabinae) aonoa Doj. (Apon.) 156 andícola Doj 1(5!)' a enea Doj. (Antarct.) 166 andinos J.-Hrp. ... 172 aenea Doj. (Antarct.) 16!) augulata Brull 166 aeneo-niger Waterh 162 anymtatus Doj. 170 aeneus Doj 157 angusticollis Bunn. (Bracliyg.) . . 160 aeqnicostis Chaud .... 163 aiigusticollis Sol. (Merizod.) 171 aequinootialis Doj. (Pliaoox) 145 annnlicornis Curt 16!) aoquinootialis L. (Phorops.) 153 anodon Fairni 1(5!) aerea Doj. antarotiouin Faino 172 afíiuis Doj. (Tctrach.) nffints Doj. (Galorit.). 146 antarcticus Doj 171 152 nntarctioidos Stoinh. 161 a lata Brull 166 anthracinus Doj. 159 nlboynttata Brull 148 antiquum Doj. 152 alternaos F. (Calos.) 151 opiata Doj. 148 alternaos Doj. (Solonoph.). . 164 apioalis Waterh 167 amethystina F 154 a.rauoanuin Gonnain 172 amoenus Sol . . . 163 aroobasis Sol 165 anceps Doj. . . . . .1 64 Areohavalotae Chaud. (l’aoliyt.) . 158 17<¡ Arechavaletao Putz. (Ardist.) Arechavaletao Cliaud. (Oodioll.). . Arechavaletao Putz (Trcch.). argéntala I1’ . argentina I1'. Lynch. A. (Cieind.) . argentina Steinh. (Pscudom.) argentinas Tschtsch urgyrostida Gemía, et i lar assimile Doj ater Brull. atrata Doj. atraía Gcrmain A ubei Sol Amlonini Waterh. (Argnt.) Audouini Guór. (Trecli.) aureola Klug auricollis Dej. (Odont.). auricollis Cast. (Calleid.) auripeunis Luc barysomoides l’utz llergiana \V. llora bicolor llrall. (Ilraehyn) bicolor Putz (Cliv.). bicolor llrall (Gclitoz.) bifasciata «1. Thoms bifoveolum Porty biliuoatus Cast biliinala .1. Thoius bimaoulatus lieed hipustulata F blanda Dej. bonariense Dej. (Calosom.) bonarionso Iloli. (Ileiab.) bonariensis Cliaud. (Masor.) bonariensis Chaud. (Taeniolob.). . . bonariensis Dej. (Argnt.). bonariensis Putz. (Antarct.) bonariensis Gemía, et liar. (Platyn.) bonariensis Steinh. (Tacliys). bradytoides Fairin brasiliensis ICirby (Tetrach.) brasiliensis Gory (Ilraehyn.) brasiliensis Chaud. (Stonoer.) brasiliensis Dej. (Platyn.). ....... brevicollis lloli. brevisulcata W. Moni breviuscula Putz. breviusenlas Faina Ilridgesi Cliaud Itrullei Waterh. bucephala W. llora Buquoti Gap. de Cast 151 Jlurmeisteri Putz. . 15Í) cancellatas llrall 1(17 eanolae Steinh. lliíl carnilex F 171 c arolinensis Kirby lili caslancus lllaeh 150 caudata Putz 160 caycnuensis Dej 150 ehalcea Dej 166 duilveola 1 lates. 140 chalceus Chaud. (Tetrag.). 157 chalceus Brull. (Anisad.). 160 ehalybaoa lllucli 160 Chaudoiri liruch (Apenes). 156 Chaudoiri Berg (Bembid.) 172 Cherabim Chevr 150 chilensis Brull (Cicind.). 140 chilensis Escliseh. (Cerogloss.) . . . . 151 chilensis Dej. (Tetragon.) 157 chilensis Sol. (Acupalp.) 165 chilensis Dej. (Argutorid.) 168 chilensis Gory (/‘ristonyeh.). 170 chlorosticta Rail 149 chrysis F 147 chrysochloris Maunerh 148 cillenoides J.-lIrp. 172 ■cinetipennis lloh 165 circumfusa Gorm 160 clandestinus Klug 152 clivinoides Curt. 163 coerulea Sol 160 c ollar is Dej. (Galerita) 152 complanata Blnch 160 complánalas F. (Pherops.) 153 complanatns Dej. (Laemosth.) .... 170 concinna Brull. 155 concolor Waterh 150 coaduens W. Hora 140 confusa Loe 150 confusas Doj. 167 eonspcrsn Dej 150 oonvergens Berg 172 cordata Putz 160 cord icol lis Dej 167 cordillorao Steinh 172 corvina Putz 160 corynthium Gemí 167 eostieeps Steinh 160 crassiuseula Putz 160 eremita Dej 160 160 161 171 118 140 158 168 148 168 161 156 172 172 167 171 148 148 155 117 164. 150 1 53 150 171 145 157 153 146 151 150 160 152 172 158 158 167 160 170 172 166 146 153 161 170 152 146 150 164 152 167 145 177 crenatus Iti'ull cribrata Brull. ernciata Westw. (Pliaeox.) eruciata Brull. (Phaoox.) crueigor Chaud cupripennis Gonn curtatus Tschtscli Curtisi Watorh cyanoa W. Ilorn oil((H¡tnrnin Roll cyanoidoa Fairm <-yl i mlricMi.s l)oj Darwini Watorh. (Migad.) Darwini Waterh. (Cncmalob.) decora Steinh. Dejeani Watorh . dontipes Doj. Dcsmarcsti Cast. (Odont.) Dosinaresti GmSr. (Cncmalob.) . . . . dilutiventris Cliaud. (Umidiala Keiche diniidiatus Brull discoideum Brull diseopuuctatus Dqj ¡ 160 longitarHÍs Watorb 163 liibricepH Doj 161 lucida Ourt 167 l licor u m Gistl 148 lugubris Putz 164 luridus Blucb. 167 Macleayi Bates. 171 macularia Putz 160 iiiaciilatus Cliaud 153 maciilipca Watorb. 153 muijellanuiu Motsc.b. (Pycnocb.) ... 145 via;icllan¡va Gudr. (Galorit.). 152 magollauioa Blucb. (Perón.) 166 magollanicum Blucb. (A utarctnb.) . 169 mugcllanicum Gcrmain (Bomb.) . . . 173 iiiaijvllanicuiii Kolbo (Bomb.) 178 magcllanicus Guér. 159 malacbita Dej 170 marginalis Doj. (Apenes.) 157 munjinalis Brull. (Cymind.) 157 mari/inaHii Curt. (Feroninrpli.) . . . 166 marginata Dej. 170 marginellus Doj 153 margiiiipilosus iStcinb. . . 165 marginiventris Brull. 153 Martii Westw 146 media Putz. 160 molalcuca Doj 149 mcndocinum .I.-llrp. (Bomb.) 173 mcndocinus , I.-llrp. (Tacbys) 172 metnllieus Doj 161 Mirasoi J.-llrp. . . .' 173 miscella Cliaud.. 148 mixta W. llorn 149 mocrcns Brull 167 momluH Cliaud. 158 murió Klug 119 M-signatum J.-llrp 173 muticus Cliaud. (Disticli.) 158 muticus Perty (Bracbyg.) 160 nebrioides Guér. (Ileterod.) 150 nebrioidcs Curt. (Feroumrpb.). . . . 167 niger Cbaud. (Bracbyn.) 153 niycr Blncli. (Cascell.) 162 nigricollis Rcicbe 145 nigripes Watorb 153 nigrocoeruleus Watorb. 151 nigrofasciatus Sol. (Mimodr.) 154 nii/roj' uncial un Stoinb. (Dromhis.) . . , 154 nigronitidus Blucb 165 nigrotcstaceiis Sol 154 nitoiis Putz. 170 n ¡ tid ¡col 1 ¡h Doj 118 nilidipoiuic Dej. 160 nitidula Putz 160 nitidus Water] i 162 nivea Kirby 149 nocturna Dej 146 nodicornis Dej 148 obliquata Doj 15o 179 — oldiquus Mrull. (Pherops.). 153 obUquus Mrull. (Mrachyn.) 153 oblitus Dej 153 obloneus Dej 151 olíseura Dej. (Calleid.). 155 obscura (líuchr) 165 obscura Putz. (Antarot.) 170 obscurclla Klug. 148 obscuriponuis Chaud 154 obsolol.cMiffr.nfiiii W. 1 1 i»i*ii M9 ohtusum Mrull 168 obtusas Dej 165 orlopunctafus Dcj 164 ■opaca Chaud 156 Orbicuyi (lucí-. (Ciciud.) 150 Orlnynyi (íéhin. (Galosom.) 152 Orbijjnyi lírull. (Galcrifc.) 152 < Irrogo i Germain 173 «valia Water b 151 oxyehiloidcs Westw 145 pnchyynster ¡’crly. 153 pallideguttula .1.-11 rp 1.73 pallipes Dej. (Mrachyn.) 153 pallipes F. (Apenes) 157 pampicola Steiuli 165 para Helas Blncb. (Splicnopalp.) . . . . 156 parallolus Guér. (Maryp.) 163 paranao Tschtscli. 165 parumpunetu.tus l)ej. 165 parvarium J.-ITrp. 173 parvicollis l’utz. 170 parvu^ji l’utz 160 patagónica, Mrull. 150 pata.c'onieus Waterb 168 patauonicn-Hfí llope 152 l’oroni Cha lid. 151 perspicillaris Cliaucl 156 l’eterseni J.-Urp. 173 pbaeoxantbus Chaud 154 pida Mrull. ( ('y mináis) 155 pictus l’erty 157 plan ns Oliv. 153 plalcmis Waterh. (Mracbyu.). 154 platensis líerjí (Mlecbrus) 154 platensis Chaud. (Apílele»;.) 156 platensis Waterh. (Chlaen.) 161 plicicollis Fairm.. 162 poc'onoides Fairm. . 170 posticus Dej. (Anisad.) 163 postieus Mrull. (Ar»ut.) 167 ¡u n si n iis (l’lrrnsl .). 167 proniptus Dej. proportionale .1 .-Hrp pseudoehilolcuca W. íforn . . psoudod¡st¡n<{uenda W. Ilorn puberulus Dej.. pubescens Dej pulcliellus Muriu.. puuctatice.ps F. Lynch A. . . . punctatostriata, Mrull. piiiiiiliiliiisis Sol. punclailata l’utz punetulalus Dej puncl'iim KIují pyropterus Mrull qimdricollin Sol. (Antarct.). . . quadricollis Dej. (Platyn.). . . qnaih'hnnoiúnta Moauv quadrinotatus Waterh quadriidafíiatus Kciche Racovit.zai Rouseau ramosa, Mrull reductesipiiata W. Ilorn . . . . Retal i W. Ilorn Roiehei Cermain repulidas Dej rclnsiim l1'. (Calosom.) rhyt ierania Chaud rhy tido]iteroides W. Ilorn... riparum Kolbc Ritsemae W. Ilorn robusta Mrull. rubricollis Solianm rulleollis I ai.tr. rnjípes Mrull rufoplajíiatum (íermain .... rufas Sol. (Tniehcl.) rufos Mrull. (Anisad.). rujíatifrons Cbcvr rnjíiceps Mrull . R.yei .J.-llrp Sckyici l’hil. sreedens F. Lynch. A securi»'era Chaud semipunctata Dej seinistriatus Fairm 165 173 149 147 164 161 163 159 161 166 170 1 65 1 48 161 169 170 159 151 155 170 1 50 149 149 173 157 151 1 55 148 173 150 161 1 53 152 152 173 158 164 159 155 173 145 117 156 160 171 sil ¡pos Dcj. ■ 164 simplex Dej 168 sinuosa Mrull. (Ciciud.) 150 si.Hiiost i W. Ilorn (Ciciud.). 149 smaraedina W. Ilorn (Ciciud.). . . . 149 smtmii/iUiui W. Ilorn (Tel.ra.ch.),.. 146 sobrina Dej soledadinus Guór. Seminen (Jliíiml s|ieciosus Ditj, aplaudida Uory aplaudida» Guér Staudingeri W. Ilorn. .... stenocephalus Brull Stcphcnsi Waterh striata Dej striatula F striatus Waterh Stroebcli Steinli suhainaroides Kouseau. . . . subinctallicuin Waterh.. . . substriatus Waterli suhsuleatus Brull. (Poecil.) succincta Eriohs sulcatulus Dej. (Ilarpal.).. silicatos Ohaud suturnlis F. (Cerogloss.) . . suturnlis Dej. (Calleida) . . suturata Fairm taitensia Iíoli. taurina Putz. tosselatnm Brull testaceipos Blnch. testáceos Sol. (Monolob.).. testaeeus Blnch. (Treeh.).. testudinea Elug. tho ruciad W. Ilorn. trapezipenne Chaud Tremolerasi W. Ilorn tripunatata Dej trisignata Brull trivialis Boh icjx trivittis Chaud. Iñli Trobcrli Sol 102 tilciiiiinmiin Dej, (PliityN,). ....... HiH tueiniianus Dej. (Anisod.) 11M tunuyancnso J.-Mrp 1715 imdatus Dej. 157 unicolor W. Ilorn 150 uuistratus Dej. (Acupalp.). 165 unistriatus Dej. (Peocil.). 167 uuivittatus J.-Hrp. 172 uruguaicus Chaud. 166 vagan s Dej. (Calosoin.) 152 vagans Dej. (Poecil.) 167 valdiviae Hopo 151 varieijata Dej. (C-ymind.) 157 variogatus Dej. (1‘eronose.). 157 vicinus Dej 153 villosulus Brull 161 violnveii líeiehe (Tetraeh.) 116 violácea Chaud. (Leída). 156 violaceuin Brull. 162 violáceas Waterh 161 violatus Geinm. et. llar. 161 virescens Waterh 150 viridis Tatmn 116 vittigera Dej 156 IVaterhousi Burni 162 Westwoodi Waterh.. 161. Wienkei Rousseau. 172 xanthomelanum Perty 156 xauthophryus Chaud 154 xanthopleura Chaud 157 xanthopleurus Chaud. 151 117 172 117 iii;i 1 55 171 119 1 59 163 155 167 162 173 170 168 162 167 145 164 162 151 155 171 148 160 173 165 .151 172 158 116 152 116 118 1 56 - 181 PAliS IV vam. uic.iMnAi: CliiaNogiialliiis Stcpli. Granti Steph. TratiH. I’hil. Soc. Catnbr., I V, 1 .83 1 , ]>• f>, !>'• 1,2. chilocmis Leas. III. y.ool. Col., 1831, pl. 24. var. affinis L’liil. Aii. Univ. Chile, 185!), p. (¡58. * Río Negro, Na- linel Huapí, Nouquen (Cor- dillera). Slreplocerus Fninn. speciosus Faina. Ana. Soc. Ent. Fr., 1850, p. 53, * Río Negro, Na- pl. 1-2, f. a-b. huel Huapí. Dcjeani Sol. Cay, J I ist. Chile, V, p. 44, pl. 13, f. 3, cf. inoplcriis Hopo erythrocnemus IRirm. ITandb., V, 1847, p. 378, * Misiones, Alto fcmomtus Thoms. Ann. Soc. Ent. Fr., 1802, Paraná, p. 397. tibialis (Klug) Nov. Act. Leop. Carol. XII, 1 825, p. 431 . paranensis Parry, Trans. Ent. Soc., 1872, p. 80, Paraná, (Argón- pl. I , I'. 4. tina í) Sclci'ognalliiis Hopo Bacchus Hope, Cat. Lucanicl., 1845, p. 26. * Rio Negro, Na- Sclerostomns Darwinl Bnvin. Uandb., V, 1847, huel Huapí, p. 424. Nenqnen (Cor- bipimclatus Pliil. An. Univ. Chile, 1859, dillera), p. 050. caelatus (Blncli.). #N cuquen, (Clios- Lucanus caelatus Blnch Voy. D’Orb., 1843, malal). p. 194, pl. 12, f. 4. ¡Scortizns vittatus Runo. Handb., V, 1847, p. 423. variolosns Hope (Westw.) Cat. Etican, 1845, p. 25. 182 •cucullatus (Bínela). *Neuquen (Cbos- Lncanus eucullatus Rlneb. Voy. D’Orb., 1843, nndal). p. 104, pl. 12, f. 10. Fairmairei Parry, Trans. lint. Soe. 1. 299. * Buenos A ires, Pa - anricollis Blncli. Voy. D’Orb., 1843, p. 158, ta-gonia. pl. 10, f. 3. chalybaea Blneli. Voy. D’Orb., 1848, p. 158. * Oa-tamaroa, Tucu- inán. picea Burm. Stett. Ent. Zeit., J874, p. 120. Argentina. punctatostriata Blncli. Voy. D’Orb., 1843. p. 159.. * Patagón ia. puncticollis Blncli. Voy. D’Orb., 1843, p. 158. # Córdoba, Cata- marca, Pat-ago- nia. violácea Blneli. Voy. D’Orb., 1843, i». 157, pl. 10, # Oa-ta marca-, Bue- f. 2. nos Aires, Pa- tagón ia, Clm- but. Canillón llofTiniiiuis. atramentarius (Burm.). Catamarón, Tueu- Ooprobim atramentarius Burm. Stett. Ent. man. Zeit., 1873, p. 415. bipunctatus (Burm.). # Córdoba. Coprobius bipunctatus Burm. Stett. Ent. Zeit. 1878, p. 412. bispinus (Gemí.). Atembas bispinns Germ. Ins. Spee. Nov., I, 1824, p. 97. coeruleicollis Blncli. Voy. D’Orb., 1848, p. 105. conformis llar. Berl. Ent. Zeit., 1808, ]>. 80. curvipes Mar. Berl. Ent. Zeit., 1808, p. 33. dives llar. Berl. Ent. Zeit-., 1808, p. 181. edentulus llar. Berl. Ent. Zeit., 1808, p. 82. fuscorubrus Blncli. Voy. D’Orb., 1813, p. 171. HBV. MI MICO l,A l’t.ATA. — T. IV. (I, 211, 1011.) * Buenos Aires, Pa- raná. Paraná. Argentina. Buenos Aires. * Salta- Buenos Aires, (Pumpa). * Comentes. i a 184 granuliceps Felselie, Deutseh. Ent. Zeit, 1910, p. 340. janthinus Blneli. Voy. D’Orb., 1843, p. 101. Lacordairei (Cast.). Jlyboma Lacordairei Cast. Iíist. Nat. Ins., 1, 1840, p. 74. (Janthon (jeminatus Blneli. Voy. D’Orb., 1843, p. 100. latipes Blnoh. Voy. D’OrI)., 1843, p. 101. lituratus (Oerm.). Atenekus lituratus Cerní. Mag. D’Entom., 1, 1813, p. 117. var. chlorophanus Mannerh. Nouv. Mém. Mose., 1, 1829, p. 38. qmdripuslulatus (Juér. Veril. Zool. 13ot. Ver. VVien., V, 1855, p. 587. lividus Blneli. Voy. D’Orb., 1843, p. 104. ctipricollis llar. Berl. Ent. Zeit., 1808, p. 44. Coprobius somicupreus Burm.Stett. lint. Zeit., 1 873, p. 4 1 3. mutabilis late. Cast. Voy. Ainériqne S., 1859, p. 100. muticus llar., Col. Hcftc., 1807, p. 78. opacus lloli. lies. Eligen., 1858, p. 40. pilosus Eelsehe, Deutseli. lint. Zeitselir., 1910, ]). 339. piluliformis Blneli. Voy. D’Orb., 1843, p. 100. plicatipennis Blneli. Voy. D’Orb., 1843, p. 104. fractipes llar. Berl. Ent. Zeit., 1808, p. 101. principalis (Biirin.). (loprobius principalis Biirni. Stett. lint. Zeit,., 1 873, p. III. quinquemaculatus Lap. de Cast. Iíist. Nat., II, 1840, p. 09. vyanoptcrus liedtb. lie i se Novar. Zool., II, ¡807, p. 53. var. (uncticollis Lúe. Voy. Cast. 1859, p. 99. * Buenos Aires. Córdoba, Santa, lie, San Luis, Paraná, Pata- gonia. * Babia Bbmea, Tu- cumán, Pata- gonia. * Buenos Aires. Corrientes, Entre llíos. * Buenos Aires. * Córdoba, Santa, Ee, Tuounián Catainarca. * Buenos Aires. * Buenos Aires, San LuiSjTueuinán. Mendoza. Buenos Aires. Patagonia. Tueumán, Cata- marón, Salta,. * Misiones. 185 •- saiijptiincollis G-itór. Veril. Zoo!, bofe. Ges. Wicn, v, :i, p, 586. Reicliei Eclsehe, Deutsoli. Enfc. Zeit., 11)10, p. 340. ruges vis Blnclu Voy. D’Orb., 1843, p. 150. tessellatm Ericlis. Wiegm. Archiv., 1847, p. 105. rutilans Cast. Ilist. y- ais, II, 1840, p. 09. s anguine oraaeiúatus (¡Iludí.). Tctraaechma nanyuineomaculata Blnds. Voy. D’Orb., 1848, p. 108, pl 10, f. 0. seminitens Har. Bevl. Ent. Zeit., 1808, p. 84. septemmaculatus (Lafcv.). Ateuchus septemmaculatus Latr. Voy. JULumb. et Bonpl. Obs., 1, 1811, p. 180, pl. 17, f. 5. Camthon coro natas Perty, Del. Anitn., art. 1830, p. 87, pl. 8, f. 1. Ateuchus fasciatm Maimerh. JSouv. Mém., i, 1829, p. 37, pl. 2, f. 1. (Joprobius histrio Serv. Enoycl. méthod., X, 1825, p. 852. speculifer Lap. «le Cast. Tlist. Nat., II, 1840, p. 08. substriatus Har. Herí. Ent. Zeit., 1808, p. 88. tetraodon Blndi. Voy. D’Orb., 1848, p. 102. tristis Har. Berl. Ent. Zeit., 1802, p. 409. opacas Lúe. Cast. Voy. Amór. Sud., 1859, p. 97. Mendoza. # Salta, Tueumán, Fatagonia. * Buenos Aires, Misiones. Patagón i a» ? Mendoza. Argentina. * Misiones, Tueu- mán, Fonnosa, Chaco. * Misiones, For- mosa. Corrientes. Córdoba. # Salta, Tueumán. xanthurus Blneh. Voy. D’Orb., 1848, p. 100. Corrientes. Uelloehilum Escliscli. cupreicolle (Blneh.). .1 tijuy. Ilyboma cupreicollc Blneh. Voy. D’Orb., 18 48, p. 157, pl. 10, f. 4. Canthon cupricollis Lúe. Cast. Voy. Amor. S., 1859, p. 99. irroratum Lap. de Cast. Hist. Hat., II, 1840, p. 74. * Cínico, Tueumán. Orbignyi (Blneh.). Corrientes. Ilyboma Orbignyi Blneh. Voy. D’Orb., 1843, p. 3 00. pygmaeum Gillet, Ami. Soe. Ent. Belg., 1910, p. * Buenos Aires, rubripenne Gory, Mag. Zool. Ins., 1881, pl. 87. # Misiones. 1 80 — valgum Bimn. Sfcet.fr. lint. Zeit., 187.'», p. 40!). * Tueuinán. variolosum Burm. Stefct. Enfc. Zeit., 1878, p. 409. * Eormosa, Cata- marón. Uroxj'S YWstw. angulicollis (Bole). «Argentina.. Choeridimn angulicollis Bole lies. Eligen., 1858, p. 41. clilaticollis (Bínele). * Buenos Aires. Choeridimn dilatietdle Blneli. Voy. D’Orle, 1818, p. 178. líroxgs slrialm llar. Col. Ilefto, III, 1808, p. 41. robustas (llar.). * Buenos Aires. Choeridimn robustmn llar. Col. Ilelte., 1808, 1». 81. Trieliilluin llnrold Heydeni llar. (Jol. Hefte, III, 1808, p. 58. * Paraná, Misiones, Tueuinán, En- tre Ilíos. Cantliiiliiini Krichíj. bituberculatum llar. Ool. Hefte, 1, 1807, p. 80. Buenos Aires, breve ((¡erm.). * Buenos Aires, Copris breve Cierm. íns. Spec. Nov., 1884, Córdoba, Tuou- p. 1 08. mán, Santa Ee. Caulhitliuin lúgubre llar. Col. Hefte, I, 1807, p. 89. moestum llar. Col. Hefte, I, 1807, p. 87 y 88. '! Argentina, prasinum (Bínele). Corrientes. Choeridimn prasinum Bínele Voy. D’Orle, 1848, p. 109. < '.lioeriiiimn Soi-v. apicatum llar. Col. I lidie., 1807, p. 10, 9* Argentina, carbonarium llar. Col. Ilelte, 111, 1808, p. 81. * Tueuinán, Salta. Otil licrus. lOiiclis. appendiculatus Mannerle Nouv. Mein. Mose., * Chaco, Santa Ko, 1 889, p. 18. Tueuinán. 187 contractas Burm. Stett. Bnt. Zeit., 1874, p. 127. # Tucumán. rotundatus (Blncli.). * Corrientes, o’ ( Jopris rotundatus Blncb. Voy. D’Orb., i 848, p. 181. 9 (Jopris Polynicc Blncli. 17_oy. D’Orb., 1848, p. 181. Ontherus quadratm Ericlis. Schoinb. Reise Guayan., III, 1848, p. 504. sulcator (Fbr.). Buenos Aires, Copris sulmtor Fbr. Syst. lint., 1775, p. 27. Fonnosa, Mi- Oopris Nisus Oast. llist. Hat., II, 1840, p. 79. sienes, Curdo Copris oualipennis Blncb. Voy. D’Orb., 1848, ba. 1». 180. PinolitM Kríolrn. anaclypticus (Mannerb.). * Misiones, For- Copris anaclypticus Mannerb. Nouv. Mein. mosa. Soe. Hat. Mosc., I, 182!), p. 42. Copris hos Blncb. Voy. D’Orb., 1848, p. 178. Copris Mannerheimi llar. Berl. lint. Zcit., 1859, )>. 224. Haroldi Waterli. Ann. Nat. llist. ((»), VII, 1891, * ltioja, Córdoba, p. 359. Nisus Oliv. Bnt., I, 8, 1789, p. 139, pl. 2, f. 17. * Chaco, Misiones, Alto Paraná.. nobilis Waterh. Ann. Hat. Hist. (0), VII, 1891, * Córdoba, Tucu- p. 392. iná.n. semiaeneus (Cerní.). * Córdoba. (Jopris semiaeneus Ccnn. Ins. Speo. Hov., 1824, p. 101. Copris crenatipennis Blncb. Voy. D’Orb. Col. 1843, p. 178. var. Copris semicuprens Cerní, ins. Spoe. Hov., 1824, p. 102. torulosus (Jisebsob.). * Henqtien, Lago Copris torulosus Escbsch. Bntoin., 1 822, p. 29. Lacar. Copris pimctatissimus Curt. Trans. Linn. Soe., XIX, 1845, p. 444. Copris valdivianus Pbil. An. Univ. Chile, 1859, i». 004. triangulariceps (Blncb.) # Argentina, Cata- Copris triangulariceps Blncb. Voy. D’Orb., 1843, p. 177. marca. 188 Piñatas andícola Thiv. (!ol. ITeftc, TI, 1 887, 1>. 98. Gopris aricius Binch. Voy. D’Orb., 1843, p. 178. Selea«tcii|»rÍN Ituvin. bicuspis (Germ.). Tuoumán. Gopris bicuspis Cerní. Ins. Speo. Nov., 1824. p. 101. Piladas Ucichci llar. Aboillo, VI, 1809, p. 138. carbonaria (Mannerli.). # Paraná, R. Ríos, Gopris carbonarias Mannerli. Nouv. Mein. Chaco san tafo Mose., T, 1829, p. 43. ciño, Salta. Gopris opacas Blneb. Voy. D’Orb., 1 843, p. 179. crinicollis (Cerní.). Tucuntán. Gopris crinicollis Cerní. Ins. Speo. Nov., 1824, p. 100. nutans (llar.). Argentina, Rn Pinotus nutans Har. Col. Hefte, II, 1 807, tre Ríos. p. 97. Kiiernnitim Bnill. arachnoides Brull. Ilist. Nat., ÍLI, 1834, p. 289. Anomiopsis dioscoridcs Westw. Pro o. Zoo!. Soe. Bond., V, 1837, p. 13. Pachysoma Lacordairei Cast. Ilist. Nat. Ins., IT, 1840, p. 08. dentifrons (Gu6i\). Psammot rapes dentifrons G-uér. Mag. Zool., 1838, p. 40. Anomiopsis aclianas Blnch. Voy. D’Orb., 1843, p. 155, pl. 10, t. I. planicolle Burin, Boíl. Rut. Zoit., 1801, p. 01. # San Juan, San Luis, Córdoba, Mendoza, Ca- tamarón, Tueu- mán, Río Ne- gro, Patagón m. Buenos Aires, Río Negro, Pa- tagonia. # Buenos Aires, San Luis, Cliu- but. pulvinatum Burm. Stett. Rut. Zeit., 1873, p. 405. Córdoba, simplicifrons Rairin. Aun. Soe. Rut. Belg., 1893, Santiago del Rs- p. 008. tero. — 189 — Anomiopsis Himn. auritus Bunn. Berl. Ent. Zeit., 1801, p. 08, pl. la, f. 5. bilobus Bunn. Berl. Ent. Zeit., 1801, p. 03, pl. 1, f. 0. cavifrons Bunn. Berl. Ent. Zeit., 1801, p. 03, pl. i, r. 7. furciferus Bunn. Berl. Ent. Zeit., 1801, p. 04, pl. i, r. 8. lieteroclyptus Blnch. Voy. D’Orb., 1843, p. 150. San Juan, Rioja, Catamarca. San Juan, llioja, Catamarca. * Catamarca, Men- doza. Córdoba, San Luis. * Catamarca, Entre Ríos. <¿l vplioi Hatos Davus Iflrielis. VViegm. Arcliív, I, 1847, p.’107. # Buenos Aires, Córdoba, Rio- ja, Tucumán, Mendoza, Salta * Tucumán (Valle Tafí). IMianacus Mac Lcuy Acrisius Mac Leay, Ilor. Entom., 1, 1811), p. 127. Batesi llar. Col. licite, IV, 1808, j». 82. bonariensis Gnér. Icón. Regí), aniin. 1829-38, Ins. 1>. 79. ensifer Cerní. Mag. Ent., VI, ]>. 147. o* (lucalis Cast. 1 1 ist. Nat., IT, 1840, p. 79. faunus (Fbr.). Copris faunas Fbr. Hyst. Ent., 177o, |». 23. imperator Clievr. Cuér. leen, liega, aniin. Ins., 1829-38, p. 77, pl. 21, f. 8. dimidiatus Sol. Cay, Hist. Chile, V, 1851, p. 03, pl. 15, f. 8. Jasius (01 i v.). Scarabaeus Jasius Oliv. Entoin., I, 3, 1789, p. 109, pl. 7, f. 50. Milon Dej. Blncli. Voy. D’Orl|., 1843, p. 174. Mimas (Linn.). Scarabaeus Mimas Linn. Syst. Nat., ed. X, 1758, p. 347. sapliirinus Stnrni, Cat., 1820, p. 05, ]>1. 2, l‘. 15. o’. splencliclulus (Ebr.). Gopris splendidulus Fbr. Spec. Ins., I. 1781, p. 23. Metidas Cast. líist. Nat., 11, 1840, p. 82. Tncmnán. * Tncmnán, Córdo- ba, Cata marca. * Corrientes, Tucu- inán, Chaco. * Fon n osa . * Chaco (Argent. i) * Córdoba, Cala - marca, Mendo- za, Tucnmán. * Chaco, Corrien- tes, Tucnmán. * Buenos Aires. * Misiones. * Misiones, (Bom- pland). * Buenos Aires, Córdoba, Men- doza, Corrien- tes, Tucnmán. I>ciHlro|icin<»n l'c.rty bahianus llar. Col. Iíefte, III, 1808, p. 83. # Misiones, Alto Paraná. Onf liophogiiM Liil.i-. biclentatus Crup. Aun. Con. Se. Pliys. Brux., I, 1819, p. 134, pl. 7, í. 5. hirculus Mannerli. Nouv. Mém. Mosc., 1, 1829, p. 39. acucas Blncli. Voy. D’Orb., 1843, p. 183. brasilicnsis llar. Berl. Ent. Zeit., 1859, p. 224. * .1 ujuy . * Buenos Aires, Córdoba, <1 ti- juy, Tncmnán. 19 J Icliosloma Arrow Mrtum Olíaos, Dcutsch. lint. Zeit., 19.1.0, p. 1 7.‘í. Clmbut. rufum Arrow, Trans. Ent. Soc. Lond., 1904, p. 741. Patagonia. Stroebeli (Steinli.). * Buenos Aires, Orplmus Stroebeli Steinh. Atti. Soc; Ital. Se. Bahía Blanca, Xat., XV, 1872, p. 556. Patagonia. l\i/toderux Stroebeli (Steinli.) Bor'g, Stett. Ent. Zeit., 1881, p. 54. F Tdiostoma Me, don Arrow, Trans. Ent. Soc. Lond., 1904, p. 741. OrlioiInciiN Sorv . campsognatlius Arrow, Trans. Ent. Soc. Lond., * Buenos Aires, 1904, ]>. 744, pl. 36, f. 2. Santa Fe, San Luis. cornutus Olíaos, Dcutsch. lint. Zeit., 1910, p. 174. * Buenos Aires, Tueumán, San- ta Fe. (loclodcs Wostw. gibbus (Perty). # Formosa, Misio- Jlybosorus giblms Perty, Del. Anim. art., nes. 1830, p. 43, pl. 9, f. 5. Jlybosorus brasiliensis Cast. Ilist. Nat., II, 1840, p. 108. Metacliocdus «lo Borro discus de Borre, Aun. Soc. Ent. Belg., 1886, p. # Buenos Aires, 118. Chaco santa- fecino. brunneicollis de Borre, Ann. Soc. Ent. Ilelg., * Córdoba. I 886, p. 1 19. CliaclodiiH Wostw. piceus Westw. Tyans. Ent. Soc., IV, 1846, p. 166, * Buenos Aires, pl. 11, f. 4. striatus de Borre, Ann. Soc. Ent. Belg., XXX, i 1886, p. 117. Argentina ? 192 — /VI Iiyroiis Mac Leay clialybaeatus Fairiu. Ann. Seo. Ent. Fr., 1802, Argentina, p. 242. excavatus Cast. llist. Nat. Col., 1 T, 1840, p. 103. # Tucuinán,Santia- lanuginoms Klug, Berl. Arad., 1843, ]>. 28, go del Estero, pl. 2, f. 2. mexicanus Klug, Berl. Abad., 1842, p. 20, pl. 2, f. 4. flavithorax F. Lynch A. Naturalista Argont., V, * Buenos Aires, 1880, ]». 140. Córdoba, Tu- cumíin. sexdentatus Cast. 1 List. Nat. Col., 11, 1840, p. 103. * Chaco, Misiones, Formosa. tridentatus Mac Leay, HovaeEnt., 1, 1810, p. 124. * Misiones (fronte- var. castaneus Guér. Icón. Regn. anim., ra brasilera). 1820-38, p. 83, ])1. 22, 1. 7. llolhorrras Kirby (Kiicaniims) bonariensis Klug, Berl. Acad., 1843, # Buenos Aires, p. 52, n° 22. (liueanUuiH) sculpturatus Mannerh. Nouv. Mém. * Gatamarca, Mi- Soc. Nat., Mosc., I, 1820, p. 44. sienes, tucumanensis Bouoom. Bull. Soe. Ent. Fr., 1003, #Tueumán. p. 200. Tauroccrasf es l’hil patagonicus Pliil. Stett. Ent. Zeit., 1800, p. 110, * Patagón ia, Chu- pl. 2, f. 1. but, Santa Cruz. Friekius Ocrmain variolosus Cermain, An. TJniv. Chile, XCV1Í, * Neuquen, Lago 1807, p. 200. Luoar, Chubut, Santa, Cruz. Trox Fin-. aeger Guér. Icón. Regn. anim. Ins., 1.820-28, p. 85, pl. 22, f. 0. * Buenos Aires, Córdoba, Co- rrientes, Tueu- mán, Jujuy. — 193 arge ntinus Har. Gol. Hefte IX, 1872, p. 143. Borre! llar. Gol. J lefio IX, 1872, p. 84. brevicollis Eschscli. Entomogr., I, 1822, p. 12. lachrymosm Gurfc. Trans. Linn. Soc., 1845, p. 445. leprosas Bínelo Yoy. D’Orb., 1848, p. 188. bullatus Gurí,, Trans. Linn. 8oc. XIX, 1845, p. 444. paüujonieus B In el i . Voy. D’Orb., 1848, p. 18b. ciliatus Bínelo Voy. D’Orb., 1.848, p. 11)0. (Lago- pelus Burm. ) Candczci llar. Col. Hefte. IX, 1872, ]>. 113. gemmiferus Blncli. Voy. D’Orb., 1848, p. 187. var. guttifcr llar. Gol. Hefte. IV, 1808, p. 80. liemisph.aeri.cus Burm. Stett. Ent. Zeit.,' 1870, p. 253. globulatus Faina. Aun. Soc. Ent. Fr. (0) III, 1884, p. 490. pampeanus Burra. Stett. Ent. Zeit., 1870, j». 255» p as tillar ius Bínelo Voy. D’Orb., 1848, p. 187. (G besas Burra.) pedestris llar. Gol. Hefte IX, 1872, p. 128. denticulaius Blneh» Voy. D’Orb., 1848, p. 189. pilularius (Ierra. Ins. Spec. Nov., 1824, p. 113. scaber (Linn.) Silpha scabra Linn. Syst. Nat. ed. XI I, 1707, p. 573. Trox barbosas Laicli. Verz. Tyrol. Ins. I, 1781, p. 31. arenarias Fbr. Mant. I, 1787, p. 18. Scarabaeus arenosas Gmel. Ed. Linn. 1, 4, 1788, p. 1580. hispidas Payk. Faun. Suec. I, 1798, p. 81. trisnlcatus Gurt. Trans. Linn. Soc. XIX, 1845, ¡». 440. variolosas Metalo Broc. Ac. Phil. 1, 1840, p. 138. Buenos Aires, Córdoba, Tucu- mfiio Argentina. # Clmbut, Carinen de Patagones. Bio Negro, Glm- but, Sfca. Cruz. * Buenos Aires, Pa- togenia, Men- doza, San Luis. Patagonia, Men- doza. * Santa Cruz, Tie- rra del Fuego. Carmen de Pata- gones, Bio IV. * Buenos Aires, Córdoba, Men- doza, Catara ar- ca, San Luis, Bio Negro. Patagonia, Córdo- ba. Rioja. * Argentina Spec. cosmoplt. Argentina, (Buenos Aires). — 1 94 — saberosas Fbr. ¡áyst. lint. 1775, ]>. 31. (Omorgus Buriii). vnmulus Oliv. lint. 1, I, 178!), p. 7, ¡*1. 1, t. 4. (jihlniH Oliv. lint. 1,4, 178!), p. 13, ¡>1. 2, f. 13. ovalan Beauv. Ins. AtV. et Am., 1805, p. 175, pl. 4, b., f. 2. denticulatm Beauv. Ins. AtV. et Am,, 1805, p. 170, pl. 4, b. f. 8. altoruatas Say. Bost. Journ. Nat. í List. 1, 1885, p. 179. pnnctuim Leo. Journ. A o. Pliil. Vil, 0, 1854, p. 215. nobilin Wollast. Col. llesperid., 1807, p. 98. tórpidas llar. Col. 1 lefte IX., 1872, ]>. 59. Oloeolus («crin. aphodioides (Illig.) Mololoullia ap kodio ¡den Illig'. Wiedem. Areh. Zool. 1, 2, 180!), p. 109. globosas (Say.) Bost. Journ. 1, p. 179. Gemí. Mon. 1843, p. 188. Macleayi (l Yrty) Acanthocerus Mac Laai/i Perty, Del. Anim. art. 1880, p. 48, pl. 9, f. 4. pusillus Cast. Hist. Nat. Col., II, 1840, p. 114. Acanlli»r.) Syst. lint., I, 1792, p. 28. 8. vespertinas Pan/.. Kami, (¡orín., 1799, p. 07, 0. Aphodius obsoletns Fbr. Syst. Elentli., 1, 1801, ]>. 70. 8. bilituratus Marsh. Ent. Brit., I, 1802, ]>. 15. A. diucas Wiedm. Zoolog. Mag., 11, 1, 1820, p. 28. A. cincticnlns Hope, Proc. Ent. Soe. Lond., 1 840, p. 1 47. spiloptcrus Germ. Linn. Ent. ¡8oe. 111, 1848, p. 189. A. scutci Inris Bol li, Wiegm. Ardí i v, 1851, I, p. 102. A. scquens YValker, Aun. Mag. Nat. IList. (0) II, 1858, p. 207. A. maculicollis Montrouz. Aun. Soe. Ent. Fr., 1800, p. 208. 8. var. limicola Pan/,. Eaun. (¡erm., 1798, p. 58, 0. A. var. «un, choreta Ebr. Syst. Eleutli., 1, 1801, p. 74. A. limbntns Wiedm. Gerrn. Mag., IV, 1821, p. 129. reflexus A. Solimidt, Dentseh. Ent. Zeit., 1910, p. 0)57. Ricliteri A. Sclimidt, Stett. Ent. Zeit., 191 I, p. 21. rufipes Linn. Syst. Nat., 1, 1758, 050. cap i tutus (leer, Mém. Jns., IV, 1774, p. 200, pl. 10, f. 0. mu, ticas Stepli. 111. Brit. Ent., III, 1800, p. 20. capí cola llar. Berl. Ent. Zeit., 1802, p. 081 y 090. var. oblnuf/Hs Scop. Ent. Oarn., 1700, p. 8. Argentina. *Spec. cosmopol. Argentina, Chnbut, Bue- nos Aires. #Spee. cosmopol. Argentina,Bue nos A i res, Men- doza, Tiioiimíin M isiones. * Formosa. * Olinlmt. * Santa Fé, Tucu- mán. *Spec. cosmopol. Ghubut. — 1 90 — juvenilis Mills. Col. Fr. Lamell., 1 842. p. 272. rufotcstuccus Della Torre, Berieht. Ver. Nat. Oberóstr., l. 10!). niilat'lv lia Ji’Oili. flaveola (llar.). Aphodius Jiaveolm Mar. Bevl. Ent. Zeit., 1807, p. 280. * Buenos Aires, Córdoba, Men- doza, Catamar- ca. infuscatopennis A. Sehinidt, Soe. Entonto]., XXIV, * Buenos Aires, 1001)- 10 (1000), p. 12. Nofc. Leyd. Mus. Chaco santafe- XXXI, 1000,]». 112. ciño, Misiones, Ss° del Estero. I‘]ii|>ai*ia Sei'v. argentina llar. Col. lleíte, II, 1807, ]>. 00. bitubericollis A. Sehmidt, Soe. Entonad., XXIV, 1000-10 (1000), ]). 44. costnlata? llar. Col. JIcfte, T, 1807, p. 82. excavaticollis (Blneh.). Oxijomus cxcavaticollis Blneh. Yoy. D’Orb., 1 840, ]>. 184, San Luis, Men- doza. * Buenos Aires. * Chaco santafeci- no. * Buenos Aires, Catamarca, SK0 del listero, Co- rrientes, Tueu- inán. ovalipennis Llar. Col. líefte, VIII, 187L, p. 110. * Argentina, Cór- doba, .Paraná, Mendoza. AtaeniiiM Ilurolil crenatostriatns (Blneh.). Oxi/omhs crcnatostriatus Blneh. Voy. D’Orb., 1 8 I ; í , p. 18 1. crennlatns A. Seluuidt, l)euts. 72. * Catan turca. * Santa Fe. * Buenos Aires, Punta Arenas. * Buenos A i res, 197 Aphodius rubripes Boh. lies. Eligen., 1858, p. 51. flguratox’ llar. Col. licito, XI, 1874, p. 24. gracilis Melsli. Proc. Ac. Pliil., II, 1844, p. 137. Aphodius chil cusís Sol. Gay, Ilist. Gliilo, V, 1851, p. 72, pl. 10, f. J. Haroldi Steinli. Atti Sor. I la 1 . Se. Nui, XV, 1872, p. 550. imbricatoides A. Sclimidt, Soc. Entoniol., XX1Y, 1900-10 (1909), p. 30. imbricatus Melsh. Proc. Acad. Pli i 1 ., II, 1844, p. 130. Ataenius sórdidas llar. Gol. Hefte, V, 1809, p. 103. Mendoza. * Buenos Aires, Santa Fe, Mi- siones, Tucu- nián, E. llíos. * Buenos Aires. * Buenos Aires, Mendoza., San Luis, Tueu- ínan, Catamar- ca, Eorinosa» * Misiones, Buenos Aires. *Tucumón, For- mosa. laborator llar. Col. Ilefte, Y, 1809, p. 102. luctuosas (Burm.). MupaHa luctuosa Burm. Stett. Ent. Zeit., 1877, p. 41. morator llar. Col. Hefte, V, 1809, ]). 198. opacus llar. Col. Ilefte, T, 1807, p. 100. opatrinus llar. Col. Hefte, 11, 1807, p. 82. opatroides (Bínele). Oxi/omus opatroides Bínele Voy. D’Orb., 1843, p. 185. picinus llar. Berl. Ent. Zeit., 1807, p. 281. platensis (Bínele). Oxyomus platensis Bínele, Voy. D’Orb., 1843, p. 1 85,, Ataenius ivteyer llar. Col. Ilefte, III, 1808, p. 80. Argentina. Buenos Aires, Mendoza. * Buenos Aires, Córdoba. Córdoba, Entre II ios. * Buenos Aires. * Buenos Aires. # Buenos Aires, Tiieumán, Cha- co, Entre Píos, Misiones, Co- rrientes. * Buenos Aires, San Luis, Co- rrientes, Cha- la», SK0 del Es- tmo, Mendoza, Ca ta nía rea . punctato-hirsutus A. Schmidt, Soc. , Entorno]., XXIV, 1000-10 (loop), I». ao. pusillus (Himii.). Mil parta panilla Burni. Stett. lint. Zeit., 1871, p. 410. simulator llar. Col. llel'te, 111, 1808, p. 85. Steinheili llar. Col. Hefte, XII, 1874, p. 18. stercorator (Ebr.). Svarabaena sterco nitor Ebr. Syst. lint,., 1775, p. 20. Oxijomun bonaricmis Kliig, Breisverz. 1820, 1*. 4. Oxyomus Heinelceni Wollast. Ins. Mador., 1854, p. 228. Aphodius "i dcnomlnatm Clievr. Aun. Soc. lint. Er., 1801, p. 118. * Tucumán. * Eormosa, (Iliaco santaleeino, Tiicmuán. Mendoza, San Luis, Itioja. * Buenos Aires. * Argentina, Bue- nos Aires. Saprosiles Kcdt. breviusculus llar. Col. Ileí'te, I, 1807, p. 81. Entre llíos. ISiinnnohiiis licor. cruentus llar. Berl. lint. Zeit., 1807, p. 282. bidens Horn, Trans. Amer. Bnt. Soc., III, 1871, p. 20a. placidas A. Sclimidt, Ste.tt. lint. Zeit., 101 I, p. 88. * San Luis, Mendo- za, Misiones, Tucumán. Argentina. IMem-ojihoriis Muís. parvulus Clievr. Aun. Soc. lint. Fr., 1804, p. 415. # Tucumán. nanas Ilorn (nec Degeer) Trans. Amor. lint. Soc., X I V, 1 887, p. 00. 4a,Al*ll YltlíVI ,\rln|iiis Krirlis. párvulas Olmas, Deutscli. lint. Zeit., 1010, p. 175. Cata marca.. — 199 — IMianim» nal lia Hopo. Jenseni Ileller, Deutscli. Ent. Zcit. 1, 1908, p. 55, f. 1-3. minor Brucli, Rev. Mus. La Plata, t.. XY1I, 1930, p. 72, fig. 1-5. Ricliteri Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1909, p. 447, MKLOLOIVT1IINI Aslaena Kriclis. bicolor Oliaus, Dcutscli. Ent. Zeit. 1911. tridentata Ericlis. Wiegm. Avcli. I, 1847, p. ¡01. Haplmloma Ulncli. magellanica Jílncli. Cat. Coll. Ent., 1850, p. 115. Hombr. et Jacq. Voy. Póle Sud Zoo!. IV, 1842, p. I 17, pl. 8, f. 9. (liracliyi)liylla) AIa.-ro-.oma Hopo castaneum Guér. Kev. Zoo!., 1839, p. 301. glaciale (Fbr.) Mclolontha placialis Fbr. Syst. Ent., 1775, p. 35. Fnirm. Miss. Hoiontif. Gap Moni, VI, p. 82, pl. I. f. 8. Scricoidcs atricapilis Ourt. Trans. Linn, Roe. Lond., 1842, p. 451, pl. 41, f. 4. 8. Reichei Guér. Rev. Zool., 1839, p. 301. Acria Cui't. lucida Gurt. Trans. Linn. Roo. Lond. XIX, 1845, p. 454, i>l. 41, f. 0. piceaKolbe, Ilamb. Magalli. Sanunclrcise Gol., 1907, p. 111. Ala.vpa líln.li . sylvatica Germain, Mon. Aun. Roo. Ent. Fr., 1802, p. 730, pl. 18, f. 10. IIHV. MUSHO LA PLATA. — T. IV. (I, 21, 1011.) * Mendoza. * Rio Negro (Vied- raa). San Luis. # Tucunián. * Tiioumán. Tierra del Fuego, Estrecho de Magallanes. Patagón ia. # Olmbut, Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. Tierra del Fuego. * Rio Negro, Lago Nahuel lltiapi. 14 ‘200 - * Bio Negro, Lago Nal) iiel 1 1 u;t ]>i . viridis Sol. Gay, ITist. Chile Y, 1851, p. 307, pl. 17, f. 18. IjÍmI ronyx Guíír. antarcticus Brenske Aim. Soc. lint. Bel. XLIV, 1900, p. 109. — Ib id. Bxped. antarct. Belg. Ins., p. 32, pl. II, f. 1, 3. castanens Gerinain, Aun. Soc. lint. Fr., 1862, p. 741, pl. 18, f. 19 22. Faminaei Blneli. Oat. Coll. lint., 1850, p. 114. hirsutus Brenske, Aun. Soe. lint. Belg., XLIV, . 1900, ¡>. 1 10. — lbid. lixped. antai ct. Belg. Ins., p. 32, pl. II, f. 2, 4. obscuras Pliil. Stett. lint. Zeit., 1864, p. 325. testaceus (Fbr) Mdolontlia teatacoa Fbr. Syst. lint., 1775, 1». 35. ni(j>'i(xpx (’lu cir. Bev. Zool., 1839, p. 302. melanocephalus Ilombr. et Jaeq. Yoy. Péle Sud, Ins., ]>1. 8, f. 10. I-Jogeiiys Giiír. bidentulus Fairm. Ann. Soe. lint. Belg., 1892, p. 243. denticeps BIneli. Cat. Coll. lint., 1850, p. 167. morio Burin. Ilandb. TV, (2), 1855, p. 16. obesus Bnrin. Ilandb. IY, (2), 1855, p. 15. obscurus Blneli. Cat. Coll. lint., 1850, p. 167. opacicollis Fairm. Ann. Soe. lint. Belg., 1892, p. 213. pallens Blneli. Cat. Coll. lint., 1850, p. 167. paliidicornis Blneli. Cat. Coll. lint., 1850, p. 167. piliferus Biirm. Ilandb. IV, (2), 1855, p. 16. xanthocerus Mar. Col. licite Y, 1869, p. 123. Patagonia, Tierra del Fuego. # Chubut,Bio Pico. Tierra del Fuego. Patagonia, Tierra del Fuego. * Neuquen. *Cliubut, Tierra del Fuego. * líioja. * Córdoba. * Buenos Aires, Córdoba, Cha- co, Patagonia. * San Luis. * Buenos Aires, Patagonia, San Luis, líioja. * Clmbut. * Córdoba, Cata- marca, Tueu- mán. * Catamarón. Patagonia. - 201 Aplcroricma Fairin. acuticollis Fairm. Aun. Soc. Ent. Fr. ((>), 111, 1884, p. 491. Ilomalochiliis Blncli. niger Blnch. ( 5at. Col!. Ent., 1850, p. 172, puixctatostriatus Blnch. 1. «., 1850, p. 172. (lama Jtluoli. pallida Blnch. Cat. Dolí. Ent., 1850, p. 118. squaxniventris Steinli. Atti Soc. Ital. Se. Eat. Y, 1872, p. 558. Pili lucillo unía Blnch. argentina Brucli, llev. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 843, pl. 1-1 1, f. 2 a-e. centralis Bruch, Eev. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 848, pl. 1-11, f. 1, a-c. cuyana Bruch, llev. Mus. La Plata, XYI, 1909, p. 347, pl. l-II, f. 1 a-c. Oliausi Bruch, llev. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 840, pl. I-I I, f. 5«-c. Piottii Bruch, Bov. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 844, pl. I-I I, f. [\a-o. texta Hiirm. llandb. I V, (2), 1855, p. 84. tucumana Bruch, llev. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 845, pl. I- II, f. 4 a-c, Demúdenla Blnch. Aulai Bruch, llev. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 349, pl. I II, f. 7 a-c. bonariensis Bruch, llev. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 350, pl. .1-1 1, f. 8 a-c. comata Blnch. Cat. Ooll. Ent., 1850, p. 122. distincta Bruch, llev. Mus. La Plata, XVI, 1909, p. 351, pl. I-ll, f, 9ft-c. Tierra del Fuego, Punta Arenas. Patagón ¡a. Patagonía. Corrientes. San Luis, Bioja, * Buenos Aires, Córdoba ? * Córdoba. * Mendoza, Cata- marca. * Buenos Aires. * Córdoba. Misiones. * Tucumán. * Chaco san tafee i - no. * Buenos Aires. Corrientes. * Chaco santafcci- no. IsonyciiUM Mamierli. albocinctus Mannerh. Nouv. Móin. Mosa, 1, 1809, I». 08. Buschmanni Phih mus Bnrm. Hamlb., IV, (2), 1855, p. 45. * Cáenos Aires, Córdoba. * Neuquen, Rio Ne- gro. * San Luis. Macrodactj’lus Latr. pumilio Burm. Ilandb., ! V, (2), 1855, p. 58. * Salla. Hiéranla Sovv. nigriceps Gnér. Icón. Régn. anim. Tus, 1 848, ]>. 1 02. Corrientes. ri.s Sorv. lignicolor Clnch. Cal. Coll. lint., 1850, p. 120. Ceraspis Serv. * 'Cuchos Aires, Chaco santafe- cino. ? variabilis Curm. Handb., 1 V, (2), 1855, p. 94. * Misiones, Alto Paraná. Ancislrosoma Curtís vittigera lirichs. Wiegsn. Ardí i v, í, 1847, p. 108. * Tuciinián, Cata- marea. lkacrliro«lenia Hlneh. castanea Clnch. Oat. Coll. lint., ¡850, p. IOS. cuprascens Burm. Ilandb., IV, (2), 1855, ]». 200. lucida Berg, Inf. ofd. HSxpd. Rio Negro (Ca fago- nia), 1881, p. 100, pl. 2, f. 14, (sin deserip- ción). picea Non IV. lint. Nadir., XX, 1804, p. 1 15. substriata Clnch. Cal. Col!, lint., 1850, p. 185. L’atagonia. Patagonia. * Rio Negro, Sali- nas 1 ¡Ideas. Patagonia.. Cal agonía. Ijaclinostcrna llope conformis (Clnch.) A íici/Ioni/cha- conformis Clnch. ( ¡al . Coll. lint. 1850, p. 185. * M isiones platal. (Com- 208 Acugolnsia Kolbo Michaelseni Kolbe, Hamb. Maga!! i. Sammelreise Col., 1907, i». 112. LbMagoiiia. y.. Tie- rra. del Fuego. Aeyloehilus Oliaus assimilis Oliaus, Deutscli. Ent. Zeit., 1 9 LO, p. 177. curvidens Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1910, p. 177. Ottianus Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1909, p. 435. strumosus Olmus, Deutsch. Ent. Zeit., 1909, p. 4.84. Gata, marca. * Santiago del Es- tero. Santa, Fe. * Buenos Aires. liaslaiKM-hilus Olmus Bruchianus Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1909, * Santiago del Es- p. 430. tero. liu rmeistcriiíllus Berg mirabilis (Schickend.) Bnrmeistcria mirabais Schickend. Trans. Ent. Soe. Lond., 1808, p. 101, pl. 7. * Catainarca, Bil- ciao, Andalga- lá. Kliioxena Berg Bruchiana Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1009, p. 440. # í Jlmbut, Valle Corcovado. patagónica Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1909, p. 440. * Patagón i a, Pam- pa, Central. vestita Berg, Inf. ofcl. Expd. Kio Negro ( L’atago- # Fio Negro, nía), 1881, p. 100, pl. 2, f. 13. Oliaus, 1. c. 1 909, p. 439. HIJTEHIVí AiiciiiiiiIíi Samouollo Bruchiana Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1911. # Catamarca. testaceipennis Blnch. Cat. Coll. Ent., 1850, p. 188. # Buenos Aires f Chaco, Tucu- ináii, Jujuy. — 204 — SI rigodenna Burm. sulcipennis Burm. Tlandb., IY, 1844, p. 31(5. var. fulgicollis 11 reme Aun. Soc. Ent. Fr., 1844, p. 304, pl. 8, f. G. tucumana Oliaus. Stett. Eut. Zeit., 1902, p. 51. ¡llacraspis Mac Loay chrysis (Linn.). Scarabaeus chrysis Lian. Mus. Lud. Ulr., 17(54, p. 21. cincta (Dnuy), 111. oxot, Tus., 111, 1782, p. (51, pl. 44, f. 4. var. bivittata M. Leay Hor. Ent., I, 1819, p. 57. clavata Oliv. Ent. 1, p. 72, pl. 8, f. (58. — Burm. Hundí). LY, 1844, p. 355. dichroa (Maiiuerli.). Antichira dichroa Mannerli. Nouv. Mém. Muse., I, 1829, p. 50, pl. 2, f. 4. var. cribrata Waterli. Trans. Ent. Soc. Load., 1881, p. 539. tctradactyla Burm. Hundí). Ent., LY, 1844, 1». 354. festiva Burm. llundb. Ent. IY, 1844, p. 359. morio Burm. Tlandb. Ent. I Y, 1844, p. 355. brasüiensis Arrow, Proe. Zool. Soc. Lond., 1 903, vol. II, p. 25(5. Pscii(loi)in<;ras]»¡» Oliaus afíinis (Cast.). Macraspis affinis Cast., Ilist. Nat., II, 1840, p. 1 18. ItuIHa Latr. lineóla Linn. Syst. Hat. cd., X, ]>. 350. subsp. epliippium Fbr. Mant. Ins., I„ p. 29. lícspcra Drury, 111. Exot. Ins., 111, p. 71, pl. 44, f. 3. * Salta, * Tucumán, Salta. # Misiones, Alto Paraná, # Misiones, Alto Paraná, # Misiones. * La Plata, Cór- doba. * Misiones, Alto Paraná. * Misiones, Chaco santa fecino. * Misiones, Iguazú. * Tucumán, Chaco, Misiones. — 205 lloinonyx < í iu'¡\ chalceus Blnch. Cat. Ooll. lint., 1850, p. 214. *Tucumán, Cata- marca, Corrien- tes. cupreus Guér. Eev. Zool., 1889, p. 300. elongatus (Bínele) Ilútela do wj ata Blnch. Voy. D’Orb., 1842, p. 102, pl. II, f. 8. fuscoaeneus Olians, Stett. Ent. Zeit., 1905, p. 313. #Tucnmán, Salta, ? Patagonia. Sierra de Cór- doba, Tucu- nnin. # Córdoba, Santia- go del Estero, Mendoza. (’elwlnnla II ac Lea, y alliacea (Cerní.). ¡luida alliacea Cerní. Ins. Spee. Nov., 1824, p. 117. bonariensis Burni. Handb., IV, (2), 1855, p. 522. crassipes Olmas, Stett. Ent. Zeit., 1905, p. 319. liturell a (Kirby). Huida liturclla Kirby, Trans. Linn. Soc., XII, 1 818, p. 407. * Misiones, Alto I 'arañil. í Buenos Aires. * Misiones. * Misiones (Bom- pland). var. Jlavovittata Perty, Del. Anim. art., 1830, p. 49, pl. 10. f. 11. paraguayensis E. Bates, Trans. Ent. Soc. Lond., 1904, p. 200. pulcliella (Kirby). Huida pulchella Kirby, Trans. Linn. Soc., X1T, 1818, p. 405, pl. 21, f. 10. xanthof/rnmma Perty, Del. Anim. art., 1830, p. 49, pl. 10, f. 9. Sancti Jacobi Olmas, Stett. Ent. Zeit., 1905, p. 318. sórdida (Cerní.). Entela sórdida Cerní. Ins. Spec. Nov., 1824, p. 118. testaceovirens Blncli. Cat. Coll. Ent., 1850, p. 213. vitUpennis E. Bates, Trans. Ent. Soc. Lond., 1904. p. 204. *Tucumán, Misio- ne,s, Chaco. * Misiones, Cha- co santafecino, Eonnosa. * Córdoba, Tncu- míi,n, Chaco, Mi- siones, Santia- go del Estero. * Misiones, Alto Paraná, Tucu- mán. * Chaco. Ifoploguat luis Mac Leay Helmenreiohi Oliaus, Stett. lint. Zeit., 11)05, Buenos Aires. p.322. I'lalycodia Uimn. inflata Oliaus, Stett. Ent. Zeit, 1904, p. 280. * Tueumán, Cata- marca, Salta. Hub.sp. tucumana Oliaus, Stett. Ent. Zeit., 1904, * Tueumán, Tafí, p. 288. Oata, marea, limbata Oliaus, Stett. Ent. Zeit., 1901, p. 288. * Salta, Tueumán. simplicior Oliaus, Deutscli. Ent. Zeit., 1909, * Tueumán (Tafí). 1». 441. Aulacopalpiis Guér. pilicollis (Faina.). Tribostethes pilicollis Faina. Ana. Soe. Ent. Fr., 1882, p. -191. punctatus (Fairm. et Cerní.). Tribostethes punctatus Fairm. et Germ. Rev. Zool., 1 800, p. 208. # Patagonia, Oliu- but, Neuquen, Santa Cruz, Es- trecho Maga- llanes. Patagonia, Valle del Bago Blan- co, Neuquen. Itia. 110. * Buenos Aires, Oórdoba, Mi- siones, Tucu- mán. * Oorrientes, Cha- co, Tueunián. * Tuemuán, Chacó. Salta. * Oatainarea, Tucu- eumán. Oorrientes. * Misiones, Alto Baraná. * Buenos Aires, (Iliaco. * Chaco santafeei- iio. * Oórdoba, Mendo- za, Oorrientes. HiinaniiN Oliaus murinus Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit, 1909, p. 442. * Buenos Aires. (¿«‘niales Kirby Borelli Oam. Boíl. Mus., Torillo, IX, 1894, |>. 1. * Tueuinán. cylindricus Bunn. ilandb., I V (1), 1844, p. 514. * Misiones, tucumanensis Oam. Boíl. Mus., Torillo, IX, 1894, Tueuinán. ]). 3. II eíe rog^on ¡ales Oliaus bonariensis Oliaus, Deutseli. Ent. ' Zeit., 1909, # Buenos Aires, p. 444. Itliiiogcniaf «;s Oliaus antennatus Ourtis, Trans. Linn. Soc., XIX, 1845, Mendoza, Santa, p. 451, pl. 41, f. 3. Oliaus, Deutsch. Ent. Fe, Oliaco. Zeit., 1909, p. 440. Tribontetlies tcsiaceus Steinli. Atti. Soc. Ital. Se. Nat., XV, 1872, p. 559. *208 — carbonarius Oliaus, Deutsch. Ent. Zeit., 1909, * Buenos Aires, p. 440. I *s<¡- ii ilo" <‘ii i ;« I <\s Ohaim Richterianus Oliaus, Dentscli. Ent. Zeit., 1910, Buenos Aires, 1*. 180. Santa Fe. I>VIVASTlrVI < : y<*loc"««|»liala Latr. andina Bretli. An. Mus. Nae., Buenos Aires, s. III. * Tucumán. t. IV. 1905, p. 331, f. 2 a-d. laminata Burm. Handb., V, 1847, p. 57. # San Luis, melanocephala (Fbr.). * Misiones, Chaco, Melolontha melanocephala Fbr. Syst. Ent., Catamarea. 1775, p. 30. Tívar. dimidiala Burm. Ilmulb., V, 1817, ]». 57. í elegans Hora. Trans. Am. Ent. Soe., V, 1875, p. 143. métrica Steinh. Atti Soe. Ital. Se. Nat., XV, 1872, San Luis, Río p. 559. Cuarto, Río párvula Berg, luí*, olcl. ICxpcd., Río Negro (Patagonia), 1881, p. 100, pl. 2, f. 15. modesta Burm. Handb. , V, 1847, p. 38. occipitalis Fairin. Ann. Soe. Ent. Bel}*1., XXXVI, 1892, p. 244. paraguayensis Arrow, Proe. Zool. Soe. Load., 1903, p. 257. pútrida Burm. Handb., V, 1847, p. 51. scarabaeoides Burm. Handb., V, 1847, p. 39. signaticollis Burm. Ilamlb., V, 1817, p. 03. testacea Burm. Handb. V, 1817, p. 57. tucumana Bréth. An. Mus. Nao., Buenos Aires, s. III. t. IV. 1905, p. 330, f. 1 a-d. variabilis Burm. Handb. V, 1847, p. 44. verticalis Burm. Handb. V, 1847, p. 51. Negro. * Buenos Aires. Rioja. Alto Paraná. * Córdoba, Mendo- za., Catamarea, Tucumán. * Catamarea, Tucu- mán. * Buenos Aires. * Catamarea. * Tucumán. * Misiones. * Catamarea. — 20!) Erioscclis Bunn. emarginata (Manncrh.). * Misiones, Chaco. Apogonia emarginata Mannerh. Nouv. Mein. Mosc., I, 182!), p. 54. Dvst’ineliis Harold bidentatus (Bunn.). Ghalcpus bidentatus Bunn, Ilandb., V, 1847, p. 81. fuliginosus (Bunn.). Ghalcpus fuliginosus Burin. Handb., V, 1847, p. 78. gagates (Bonn.). Ghalcpus gagates Burin. Jlandb., V. 1847, p. 81. hydropliiloides (Bunn.). Ghalcpus hydrophiloidcs Bunn. Ilandb., V, 1847, p. 77. luridus (Bunn.). Ghalcpus luridus Bunn. Ilandb., V. 1847, p. 78. rugifrons (Bunn.). Ghalcpus rugif rons Bunn. Handb., Y, 1847, p. 80. Stcnocrrates Burm. cultor Bunn. Handb., V, 1847, p. 65. laborator (Fbr.). Geótrupos laborator V br. Syst. lint., 1, L80 1 , 1». 18. var. thoracicus Esehsch. Mótil. Ao. L’etr., VI, 1818, p. 453. * Biiciioh Airea, Cínico, Salta. * Misiones. * Buenos Aires. * Buenos Aires, Córdoba, Cha- co santafecino, Misiones, Tu- cuináii. * Buenos Aires, Chaco, Tucu- mán, Misiones. * Buenos Aires, Córdoba, Tucu- nuin, Misiones, Salta, * Chaco, Santa Fe. * Misiones. Tucu- iníin, Salta. Potlalgus Bunn. bonariensis Bunn. Handb., V, 1847, p. 118. globosus (Bunn.). Hetcronychus globosas Bunn. Ilandb., V, 1847, p. 91. * Buenos Aires. Buenos Aires, Tu- cuiiian. ‘210 IJgyrus Burra. bidentulus Faina. Ann. Hoo. lint. Belg., XXXVI, * Mendoza, Bioja, 1892, p. 244. Catamarca. Burmeisteri Stcinh. Ai, ti Soc. Ital. He. .Nat., X V, * Buenos Aires. 1872, p. 500. distinctus Vaina. Aun. Soc. lint. Belg., 1892, * Córdoba, Eioja. 1». 244. humilis (Baria.). * Buenos Aires, Mi- líelvronychus humilis Baria. Ilandb., V, 18 17, sienes, p. 9.1. patagonus Hteinli. Atti Hoc. Ital. He. Nat., XV, * Buenos Aires, 1 ‘a - 1 872, p. 500. ta genes, Men- doza. scarabaeinus (Perty). * Misiones, Tucn- Gyclocophala scarubaoina Perty, Del. Anim. aián, San Luis, art., 1 880, p. 40, pl. 9, f. 5. villosus (Bima.). *Tucuinan. Podalf/ua villosus Baria. Ilandb., V, 1847, p. ! 20. .'Si'aplophilus Burra. dasypleurus ((lena.). * Buenos Aires, fíeot rapes dasi/pleurus (lena. las. Hpee. Nov. Córdoba. 1824, p. 110. exaratus (Baria.). * Misiones, Tucu- Podaifjus exaratus Baria, ilandb., V, 1847, íaán, Salta, p. 124. Chaco santal'e- cino. .suiisp. argentinus Oliaas, Deatseli. lint. Zeit., 191.0, Córdoba. p.' 183. fabius Faina, liev. Mag. de Zool. (8), VI, 1878, ? La Plata. p. 204. striatellus Faina. Ilev. Mag. de Zool. (8), VI, 1878, Buenos Aires, p. 201. lia I ré R íos. validas (Baria.). # Buenos Aires, Tu- Podulj/us validas Baria. Ilandb., V, 1817, cuiuáii, Misio p. 125. nes. I'jiMMiioliof liyniis Olmas cornutus (Steinli.). Bahía Blanca. tdcaptophilus cornulus Hteinli. Atti Hoe. Ital. 211 — Se. Hat. XV, 1872, p. 501. Oliaus, Dcutsch. Bill. Zeit., 1010, p. 180. 11 ot liyniis Hopo m.i ñor Steinli. Atti Soc. Ital. Se. Hat., XV, 1872, p. 561. latifex Bimn. Hundí)., V, ¡817, p. I 15. Colacus OlimiH bicolor Oliaus, Deutscli. Bnt. Zeit., 1910, p. 181. morio Oliaus, 1. c., 1910, p. 182. Thronlsl.es Burm. niger (Blnch.) Craiocnemis niger Blnch. Voy. D’Orb., 1 848, p. 101, pl. 11, f. 1. Rouxi Burm. Handb. V, 1847, p. 177. Orycloinui'iilius (luiír. bimaculatus Guér. Voy. Cuquillo, 18130, p. 80, pl. 3, f. 3. var. variegatm Guér. Mag. Zool., 1888, p. 225. var. pictus Waterli. Newm. Entorno!, 1842, p. 281. Dilohoilerus Itoiche Abderus (Sturin) Oryctes Abderus Sturin, Cat., 1820, p. 00, pl. 2, f. 17. Mentor Guér. Icón. Ilegn. Aniin., 1830, pl. 28, f. 2. Oxylígyrus Arrow politus Oliaus, Dcutsch. Bnt. Zeit, 1910, p. 188. Goclosis Hojk- biloba (Linn.) ücaralmcm hilaba Linn. Sysfc. Nal. i, 2, p. 544. * Patagones, Cha- co. Buenos Aires. Catamarca, Salta. Tncunián. Patagón i a. * San Luis, Men- doza. * Neuquen, Cordi- lleras. * Buenos Aires, Ba- hía Blanca, K. Argentina. # Santa Fe. # Porinosa. 212 — Hippocrates Blnch. Voy. D’Orb., 1843, p. 191, * Chaco santafeei- pl. 11, 1- 3. no, Misiones, var. bicornis Burm. Ilniulb. V, 1847, p. 21 (i. Tucumán, Ju- j".y. II 4*1 ero" o iii |» luis Himii. Astyanax Bonn. Handb., Y, 1847, p. 220. * Catainarca. Duponti Burm. Ilandl). V, 1847, ]). 232. * Buenos Aires, Santa Be, Cór- doba, Chaco. inarmatus Olmas, Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 185. * Córdoba. Pauson (Berty). # Buenos Aires. Scarahueus Pauson Perty, Del. Anim. art., 1830, p. 45, pl. 9, f. 14. I'llMMIia Hopo infundibulum Burm. Ilandl»., V, 1817. p. 234. * Misiones, Alto Paraná. Pan (Fbr.) * Chaco, Formosa. Geótrupos Pan Fbr. Syst. lint., 1, 1801, p. 5. 9 Geótrupos quadrispinosus Fbr. Spec. Ins., I, p. 1 1. $ tícarahacus Titanias Perty, Del. Anim. art., 1830, p. 45, pl. 9, f. 12. Stralegiis Ilope tridens Iteiche, Ana. Soc. Ent. Fr., 1859, p. 12. # Córdoba, Tucu- var. Alocus Burm. Handb., Y, 1847, p. 138. mán. (¿olofa IIopc cochlearis Olmas, Deutsch. lint. Zeit., 1910, p. 082. * Catamarea. Pelagon Burm. Ilandl)., Y, 1817, p. 254. #Tacumán. illr^iiloNoiiia Kirli.v Janus Felsche, Deutsch. lint. Zeit., 1900, p. 352. * Salta, Santiago del listero. — 213 L>ycoplionlcs Ih'iich Joergenseni Brucb, Rev. Mus. La Plata, XVII, 1910, p. 7.3, íig. y, f. I, 5. AgSMU'epiiala Serv. Mannerlieimi Cast. Aun. Soc. lint. Kr., 1832, ]>= 404. furcala tlory, Uuór. Icón. Rógn. Anini., p. 87, 1>1. 23, f. 2. IMiíLmhiis Latr. affinis Bonn. Handb., V, 1847, p. 58. caviceps Kolbc, Aun. Soc. lint. Belg. flmbriatus Bonn, llamlb., V, 1847, p. 151. valgus (Fbr.). (icotrupcx vnlym Kbr, Syst. liloutli., I, 1801, p. 18, 02. Bonn, llamlb. V, 1847, p. 100. mr. castancus Lee. Proe. Ac. L’bil, I, ]>. 304. vervex Bunn. llamlb., V, 1847, p. 154. THoplus Huviii. cylindricus (Mannerb.). Phileurus cylindricus Mannerb. Méin. Mos- cou, I, 1820, ]). 47. Phileurus sinodendroides Perty, Del. Anim. art., 1830, p. 44, pl. 9, f. 7. CI2TOIVIÍVI Itlacsia Ituriii. atra Bunn. Handb., III, 1842, p. 015. subrugosa Moser, Aun. Soc. lint. Belg., 1005, p. 211. * San Luis, Córdo- ba, Santiago del Estero. * Misiones, Igunzii. * Buenos Aires, Mi- siones, Tucu- mán. * Tucumán. * Entre Ríos. * Misiones. * Buenos Aires, Ba- bia Blanca, N. Argentina. * Misiones (Bomp- land). * Entre Ríos. * Salta., Tucumón. — 214 Allorllinu Kimii. cornifrons ((lory et Perdí.) (Hi/mnolis aornifrom < S ory et Perdí. Mon.Oe- toines, i 822, p. ;{r»o, j»i. 05, í‘. 2. * Misiones, Alto Paraná, Chaco mistral, Tocu- mán. Colines líunn. semiopaca Moser, Aun. Soo. Ent. Belg. 1907, p. 148. I.yiiliii'l is Mm; L(üi,y Bruchi Moser, Deutseli. Ent. Zeit., 1910, p. 294. clialcipes (lory ct Perdí. Mon. Cet., 182.4, p. 854, pl. 71, f. 2. flava (Wel>.) Cetonia Jl ava Web. Obs. Entoin., 1801, i*. 07. flavomarginata Blneh. Voy. D’Orb., 1842, p. 192, pl. 12, f. 1. litigiosa (lory et Pereli. Mon. Cet., 1822, p. 257, pl. 72, f. I. inquinita Tlioms. Typ. (Jetón. Paria, 1878, |>. 11. pudibunda Bario. Kev. Soc. Farniac. Argén!., 1800, p. 574. rufilateris íllig. Wiedm. Areliiv., I, 2, p. 110, i,i. ¡, r. i. schistacea Burm. Hundí*., V, 1847, p. 558. undata (Oliv.) Cetonia undata Oliv. Ent., I, 1789, 0, p. 84, pl. 12, f. 128. () i/mnet¡H vennifíulea Bonn. Ilandb., II!, 1842, p. 288. ear. híiiiíUn Burni. Ilandb., III, 1842, p. 290. rae. mulata (lory el Perdí. Mon. Col., 1828, 1*. 850, pl. 71, f. 5. * Buenos Aires, Mar del Plata. # /i Chaco santafeci- no. # La Plata. # Alto Paraná. * Santiago del Es- tero. * ( Jórdoba, Mendo- za, Tucumán, Chaco, Misio- nes. * BuenosAires, To- en mán. * Chaco. * Santiago del Es- tero. * Misiones. Sult^i'ii. 1 1 o|>lo|> vü-'i Tlumis. albiventris ((lory et Perdí.) (Ij/mnctis albiventrhi (lory et Perdí. Mon. * Misiones, Alto Paraná. 215 (Jet., 1833, i>. 173, pl. 75, f. 3. "b GynmcUu Jmeornbm Gory ct Perdí. Mon. Cet., 1833, p. 372, pl. 75, f. 5. 9 Gynmetis singiúaris Gory et Perdí. Mon. Cet., 1833, p. 309, pl. 74, f. (i. liturata (Oliv.) Cetonia liturata Oliv. lint., I, 0, 1789, p. 80, pl. 12, í. 121. Cetonia aeu m i nal a lierlwt, Kül'., III, 1790, p. 259, pl. 32, f. 8. Gearabaem peni erar ta Voet, Coleopt., I, 1800, p. 24, pl. 5, f. 37. spinosa Fischer, Mém. Mo.sc., VI, 1 828, p. 259, pl. 22, 1. 5. reticulata ( K i rby) Cetonia reticulata Kirby, Trans. Linn. Soo., v XII, 1818, p. 410. Gyinnetin anoguttata Gory et Perdí. Mon. Cet., 1833, p. 803, pl. 73, f. 3. Gyinnetin carbonaria Gory et Perdí. Mon. Cet, 1838, p. 800, pl. 74, f. 2. líwlolphii Frolilioli, Naturf., 1792, 20, p. 115. . 51, ])1. 1 1 , f. 3. laca Weberi Serv. Eaeyel. mótil., X, p. 381. Cetonia laca Web. Obs. Eat., I, 1801, p. 66. Géneros, 120; especies, 390. Kan.. PASSALIDAE Spasalus K.mj) crenatus (Mae Leay) Paxillm eremitas Mae Leay, Mor. Entona I, p. 106. Passalus paaeticotlis S<‘.rv. Eaeyel. métli. X, p. 21. — Kanp, Moa. Passalidae, 1871, p. 81. IV el «mis Kaup interruptus Lian. laica mis interruptus Lian. Syst. Nat. 1, 2, p. 560. rrientes, Mea do/.a, Taeu aaia, Calamar ea. *Jnjuy, Misiones Alto Paraná. * Misiones. # Misiones. * Misiones. - 217 Passalus spectábilis Perty, Del. Anim. art., 1830, p. 55, pl. 11, f. 15. unicornis (Serv.) * Misiones, Passalus unicornis Serv. Eneyel. méth. X, máii. p. 20. P. occipitalis Eseliscli. "Nouv. Mém. Mosc. I, p. 21. /’. sutumlis Bnrm. Tlandb. Y, 1847, p. 485. IMeleides Kaup anguliferus (Percli.) # Misiones. Passalus anguliferus Pereli, Mon. Passal. p. 75, pl. 5, f. 7. I''|>i|tliniius Kanp paxilloides Kanp, Prodr. III, Col. licite V, 1809, # Misiones. I). 19. Ve ln fius Kanp cephalotes (Serv.) * Misiones, Passalus cephalotes Serv. Eneyel. mótil. X, Paraná. p. 20. P. sinuatus Eseliseli. Xouv. Mém. Mosc. I, ]). 25. Géneros, 5 ; especies, 6. Tucu- Alto 218 — ÍNDICE ALFABÉTICO DIO (JÉNIOKO.S Y SlíISU ION IOUOS DIO DAS FAMILIAS LUDA NI DA 10, S(JA RABA 101 DA 10 (OOlMÍINI-ClOTONINl), l’ASSALIDAIO Aeantliapliodius A. Sclunidt 191 Acanthocorus M. Leay 191 Aeoia (Jurt . . . l!l!) Aelepus Erielis. 198 Acyloehilus Oliaus. 203 Ac igolasia Kolbo 203 Agaoeephala Serv 213 Allorhina üurin ... 211 Ancistrosoma (Jurt 202 Anoylonyolia 202 Auoninlu Suuiouello 203 Auomiopsis llunii 289 Aimiodiini 191 Apliodius lllig 191 Aptermleina Faina 201 Astaona Erielis 199 Ataca i as llar 196 Athyreus M. Lcay. 192 Aulaeopalpus Guér 206 Blaesia Burni 213 üolbites llar. 189 Bolboceras Kirby. 192 Bothyuus I lapo 211 Braehystcrnus Guér 206 Hanncinlevia Schickuil 203 Burmoisteriollus Berg. 203 (MUMor'm 206 < Ja ii Mi id i mu Friclis 186 Oauthou llodinaiins 183 Castauochilus Oliaus. 203 Gcraspis Serv. 202 Oioi'onini 213 Oliaetodus Wostw 191 dlmlupiiH 209 Obesas Iturm. (subg.) 193 Obiasoguatbus Stopli 181 Chooridium Serv 186 Olocotus Gorm 191 Ooelodos Wostw 191 Ooclosis I íopo 211 Oolacus Oliaus 211 Cocui ni 182 C'opris. 187 ('oprobian. 181 Cotiuis Buria 211 Cyclocephala Latr. 208 Dcltochiluia Eschsch 185 Demodema Blucli 201 Dcadropemou Perty 190 Dicrauia Serv. 202 Didaetylia D’Orb 196 Dilobodorus líoicho. 211 Dynastini 208 Dyseinctus llar 209 Enema líope. 212 Eaaearabdus Lshg 189 Epipbaaus Ivaup 217 Ereiaobothyuus Oliaus 21o Erioseelis Buria 209 Eucautbus Boucoai. (subg.) 192 Eueraaium Brall ' 188 Eudinopus Burai 182 Euaauas Oliaus 207 Eu paria Serv 196 Euplioria Baria 215 Eurysteruus Dalia 182 Friekius Geriaaia 192 Gama Bhadi 201 Geniales Kirby 207 G I.Al’II YltlNI 198 Glypboderus Wostw 189 Guióla 1 1 upe . . ‘ . . . 212 Gramplias Itrull 189 Gyaiael.is M. Leay 211 llaplodema Blaeli 199 1 leterugeuiul.es Oliaus 207 íreterogomplius Buriii 212 Heleronyohus 210 Ilcxnphylluin Gray 182 llomaloehilus Blaeb 201 1 loinonyx Guér. 205 1 loploguatlius M. Leay 206 219 — I loplopyga Tlioms. (aubg.). 214 líl/hoSOI'IIS I!)l I lylamorpha Arrow. 20(1 Idiostoma Arrow 19.1 lnr.a Sorv 21(5 Isonyohus Maunerh. 202 Lachnosterna Hopo 202 Hago peina Buriri. (subg.). 103 Loptinopterns Hopo 131 Loueotliyroua M. Loay 207 Ligyrus Bunn 210 Liogenys Gtuór 200 Listronyx Guór 200 I jUCani i) a e Fam 131 Lycophonfces Brucli 213 Macraspis M. Loay 204 Macrodactylns Lafcr. 202 Macrosoma Hopo 100 Marmarina. Kirby (subg.) 215 Mii.ypa 1 1] noli 100 M.egalosoma Kirby 212 Megatliopa Usohseh. 133 Melolontiiini. 190 Metaelioodus do Borro. 101 Miloxona Borg. . >. 203 Nutridos Kaup 217 Molona Kaup. 210 Oehodaous Sorv 101 Oinorgus Burin. (subg.). . ,. 104 Onfcborus Ericlis 18(5 Onthoph.agus Lat.r. 100 Orphnm 101 Oruseatus Bat.es 180 Oryet.omorpluis Guór 211 Oxyligyrus Arrow 211 l’achrodoina Blnoli 202 l’aohyxoma Blneh 188 Rassalidae Fiim. 210 l’assalus 210 I’olidnofca M. Loay 205 Pliaouognatlin Hopo 190 l’linnaeus M. Loay 100 l’liilonrus Lafcr. 213 l’hiloohlooniii Blncb 201 Pinotns Ericlis. 187 Platycoelia Bunn 200 Plectris Sorv 202 Ploiirophoriis Muís 108 l’odalgus Itnrm 209 I’.siiinniobins llar 198 I’aeudogouiafcos Ohaus 208 Psoudmnaoraspta ( Miaña 201 Py toderas Bunn 191 Rliizogeniiit.es Ohaus. 207 Rutóla Latr 201 RuriCLi.Ni 203 Saprosit.os ltedtb 198 Scaptophilus Bunn 210 SCAItABAEID.E Fililí. 182 Srlorognathus Hopo 181 Sclcroslomus 181 Scortisns 181 Selenoeopria Bunn 188 Ser ico i (les 109 Spasalus Kaup 210 Stonoerutoa Bunn 200 Stratogus Hopo 212 Stroptocorus Fairin 181 Strigoderma Bunn. 204 Tan roceras tea Pliil 192 Thronistcs Bunn. 211 Tviboslclkcs 200 Triohilluin llar 180 Trioplus Bunn 213 Trox F. 102 Uroxys Wostw 180 Voturius Hopo 217 ÍNDICE ALFABÉTICO DE ESPECIES, SUBESPEOIES Y SINONIMIAS 1)E LAS FAMILIAS LUCANIDAE SCAHAHAEIDAE (COPllINI-CETONINl), l’ASSALIDAE Abderiis Stiirni. . . 211 a, cutir, ollis Fiiirni 201 Acrisius M. Loay. (icuminatn ilorbst. 100 215 (dispersa Web iiegor Guór 210. 102 220 uclianus Blneli 1 88 aoneieollis Watorli. [83 acucas Blncli 1 90 itocj 11 i noctia lo Bni| 182 ajflnis l’liil. (Cliiasogn.) 181 allinis Gast. (Psdoinacr.) 201 allinis ISimii. (Piiileur.) 213 albiventris G. ct P.. 214 albocinctns Mannerh. 202 albosparsa Blncli 215 ¡liliácea Gcnu. 205 Alocas lSiirui. 212 uUcnialuH S¡iy 10 1 luuichorcla l1' 1 «ír> anadypticns Mannerh 187 andícola llar 188 andina Brfctli 208 angulieollis Boíl. 180 anguliferus Perdí 217 augustas F. Phil 200 anoguttata G. et P 215 ¡intaretieus iíronske 200 Jintemmtus Curt. 207 ¡aphodioides Illig 101 ¡apicatuiu llar. 180 appendiculatus Mannorli 180 Uraclinoides Brull 188 arenarias F. 103 arenosas Ginel. 103 argentina Gillet (Mogatliopa) 183 argentina llar. (Eupar.) 100 argentina Bruch (Philocli.) 201 argentinensi# A. Bcliinidt 101 argentinas llar. (Trox) 103 argentinas Olmas (Seaptoph.). . . . . 210 ariclus Bluch 188 assimilis Olmas 203 Astyanax Baria 212 ateuchoidcs Baria 183 ¡itra Baria. 213 atraincnturius Burin 183 alrimpilis Gnrt 100 Aalai Brneli 201 aaricollih Itlndi 183 anrltaH Barm 180 Bucchus Hopo 131 baliianas llar 100 barbosas Laicli 103 llatesi llar 100 bicolor Gnér. (Megiitliopa). 183 bicolor Olmas (Astaon.) 100 bicolor Olmas (Colacus) 211 bicornis Baria 212 bicaspis Germ 188 hidras llora. 108 bidentntas Drap. (Ontliopli.). 100 bidcntatus Baria. (Dyscinet.) 200 bidcnlalas Faina, (Liogcn.) 200 bidentalas Faina. (Ligyr.) 210 bililuratus Marsh 105 biloba Lina 211 bilolms Baria 180 binmcnlatus Gmír 211 hipándolas l’liil. (Mclerogn.) 181 bipnnctatiis Bnrin. (Oantli.) . . 183 bispinns Gemí 183 bitnbercahitniu llar... 180 bitnbericollis A. Bcliniidt 100 biviitala AI. Lcay 201 Boniplandi Gyllli. 210 bonariensis Gnér. (Plmnaens). . . . 100 bonaricnsis Klng. 102 bonurionis Klng (Os.yo-m). 108 bonaricnsis Brncli (l)einod.) 201 bonariensis Burm. (Pclidnt.). 205 bonaricnsis Olmas (llcterogen.) . . 207 bonariensis Baria. (Podalg.) 200 Bordli Caín 207 Borrei llar 103 1)0 s Blncli. 187 brasilirnsis llar. (Ontiiopli.). 100 brasilicnsis Gast. (llybos.j 101 brasiliensis Arrow (Macrasp.). 201 breve Gerin. 180 brevicollis Fscbscb 103 brevinscnlus llar. 108 Brnclii A. Bcliniidt (Acantbapb.) . . 101 Brnclii Moser (Gyinnet.) 211 Bnicbiana Olmas (Milox.) 203 Bracbiaim Olmas (Anom.) 203 Braehianas Olmas (Castanoch.) . . . 203 brnniieicollis de Borre 101 bullatiis Gnrt 103 Biisdinianni l’hil 202 Bnrmeisteri Bteinb 210 caelntiis Blndi 181 eainpsogimtiins Arrow. 101 Candczei Mar. 103 capicola llar 105 capitulas Geer. 105 carbonaria Mannerb. (Belenoe.). . . 188 carbonaria G. et P. (Oymnct.) 215 22 1 earbonarium llar carbonarias Obaus cnribaotis I lorbst casta lira lllncli. castanoum Giuír ' . . rashmcits tíuér. (Atbyr.). eastaneus Gormain (Listron.) eastaneus Loe. (I’hilonr.) cavieops Kolbo. oavi Proas Burm centra-lis Ibirm. (Glypbod.) cent-ralis Jirncli (Philocb.). eepbalotes Sorv. cbalceus Blncb. cbalcipes G. ct P. ohalybaea Blncb cbalybaeatus Fairm. rhUcnsis Sol. e.hilocnsis Loss. ehlorophanus Mamiorb. clirysis Litio ciliatus Blncb cinota Drury cinelieollin Luo. / <•1 Mili c.hIhh 1 lopo clatbratus Oliv clavata Oliv cocblearis Obaus eoeruleicollis Blncb coniata Blncb conferíais llar. (Cantil.) eonformis Blncb. (Lacbnost.) conlractiis Bimii ooniilVoiiM G. rt I’ liornutjts Obaus (Ocbod.) c.mnutns Stoinb. (Ercniobotb.) . . . . voronatus Porty. costal ata llar. crassipos Obaus crcnatipeiinin Blncb cronatostriatus Blncb urenatiiliin Fairm. (Ataca.) armalm Oliv. (Trox) eremitas M. Lcay (Spasal.) crouulatus A. Schmidt (Ataca.) . . . cribrata Waterli. oribratiponnis Blncb. cribricollis Buriri. . . . crinicollis Gemí. cruontiiH llar cucnllatus Blncb cultor Biirni 20!) cnprascoiiN Bnnn. 202 ciiprcicollc Blncb 185 cuprciis Giicr 205 r.iiprirvllin llar. (Cantlion) 181 ciipricollis Lúe. (Cautbon) 185 curvidons Obaus 203 curvipcs Mar 183 cayana. Brucb. 201 (•i/iiiioplmiii Itcdl.b 181 cylindriciis Biirm. (Genial.) 207 cylindriciis Manncrb. (TriopL). . . . 213 Darwini Biirm. (Sclcvosl.). 181 Darwini Hopo (Sclcrogn.) 182 dasyplcurus Gcrni. 210 Davus Ericlis 180 Dejeani Sol 181 dfiiioniinatiix Cliovr. 108 dcnticcps Blncb 200 (Iciitinulalim Blncb. (Trox) 103 (Ifíiilír.iiliiliiH Bca.uv. (Trox) 101 dciitil’rons Guór 188 Dcrbcsis Sol. 100 diebroa iMannmb. 201 dilaticollis Blncb 180 dimidiata Btirin 208 dlmidiatus Sol. 100 dioscoridcs Westw 188 discus do Borro (Metacboed.) 101 discus Wiodni. (Apbod.) 105 distincta Brucb 201 distinctus Faina 210 divos llar 183 dorsalis Blncb 207 dttcalis Cast 100 Dnpouti Burla 212 dytiscoidcs Sclircib 182 cdontuliis llar 183 elogans Bnnn. (Ilylaniorpb,). 200 cleijans llora (Cycloccpb.) 208 clongatus Blncb 205 oniargina.ta Manncrb. 200 cnsilcr Gorm 100 opbippiiim F 204 orytbrocnonius Burm 181 oxaratus Burm. 210 excavaticollis Blncb 100 oxeavatus Cast. 102 fabius Fairm 210 Fiihrídi Porty 216 Fairmairoi Parry. 182 180 208 182 202 100 102 200 213 213 180 180 201 217 205 214 183 102 1 07 181 181 201 103 201 181 105 210 201 212 183 201 183 202 187 214 101 210 185 100 205 187 100 100 104 210 100 204 207 100 188 108 182 222 — Faininaei Blucli. 200 fasciatus Mauncrh. (Atciuih.) 185 fasciatus Kirby (Goliath.) 210 Jane, imítala Kschsch 210 fuiinus F. 100 femoral is Guér. (Sclorog.) 182 fcmoralis Blucb. (Leucoth.). .... 207 femoratus Tliouis 181 festiva Burm. . 204 figurator llar 107 liiubriatus Ilnnn 218 (lava Web 214 llaveola llar 100 llavithorux l1'. Lynch A 102 lluvoinurginutu Blucb 211 Jluvoeitlata Perty 205 b'oucliardi Blucb. 215 fratipes Har 184 fulgicollis Bromo 201 fuliginosas üurm. 200 furcula Gory 218 lii reí loras Bnrm. 180 fuscouciicus Oliaus 205 l'uscorubra G. et P. 215 fuscorubrus 111 noli 188 gagatos Bnrm. 200 . (Agaocepb.) , . . niarginaticollis lllncli Mellon Arrow molanocepbala F. . melanoccphalas Hombr. ot Jaeq.. Mmélas Casi Mentor Guór mohrica Stoinb mexicanas Klug Mieliaelseni Kolbe Mi Ion l)o.j. Mimas L. . . , minor Ilroch (Phaonng.) tninor Steinli. (llothyn.). mirabilis Schieknd modesta Itiinu modestas Phil mocstum llar montícola llorín. morator llar. inorio Burin.(Liogen.) morio Huno. (Macrasp.) morid Olíaos (Colarais) morillos ( díaos mus llorín. motaliilis Lur. ninticus llar. (Cantil.) miMious Stepli. (Apliod.) nanas lloro niger lílncli. (llomalocliil.) niger lllncb. (Til ronist.) uii/riccps Ciuír. (Listron.). oigrirc.ps Ciiór. (Dieran.) .Visas Cast. (Copris) Nisos Oliv. (l’inot.) nobilis Water! i. (Pinot.) nobilis Wollast. (Trox) untaos llar obesos llorín. oblon(/ns Seop obscuros Pliil. (Listron. ). obscuros lllncb. (Liogen.) oliscaras I’bil. (Ilraebyst.) 2UI1 obsoletas K. 195 oeeipitalis l|'airm. (Cyeloeepb.). . . . 20K iieeipil lilis Kscbseb. (J 'asnal.) 217 Obaosi llroeli. 201 onitoides Mar. 180 opacicollis Fairm. 200 opacos Boli. (Cantil.) 181 opacas Loe. (Cantil.).. . 18f> opacas llllirli. (Copris) 188 opacos llar. (Ataco.) 107 opa trio os llar .107 opatroides lllncb 107 Orbignyi JUncli 185 Ottianos Olíaos 208 ovalipeiinis lllncb. (Copris). 187 ovalipennis llar. (Popar.) 10(1 muitas Beauv 101 palíeos lllncb 200 pallóla lllncb 201 pallidicornis lllncb 200 pampeanos llorín. 198 Pan F 212 paragoayensis F. Bates (Pelid.).. 205 paragoayensis Arrow (Cyeloeepb.). 208 parallolns Cast 182 paranensis Parry 181 parrilla Berg. 208 párvulos Clievr. (Plcuropli.) 198 párvulos Olmos (Aclop.) 198 pastillarios Blocli 193 patagónica Olíaos 203 patagónicos l’liil. (Tumor.) 102 pataijonicas lllncb. (Trox). 193 patagonas Stoinli. 210 Pausen Pert.y 212 paxilloirlos Kaoj» 217 pedestris llar. 193 Pringón llorín 212 pcnicrasla Voct 215 pcrclei/ans Cnrt. . . . 200 Pbilippii Cermain 200 picea Bonn. (Mcgatli.) 183 picea Kolbo (Aecia). 190 picea. Nonfr. (Paclirod.) 202 piceas Westw. 191 picinns Har 197 piel as YVatorli. 211 pilicollis Fairni 200 piliferus. Ilurm 200 pilosos Fríselos 181 197 180 215 200 HM 105 109 200 187 213 207 101 208 200 190 21 1 208 192 203 100 100 100 211 203 208 182 180 189 197 200 201 21 1 207 202 181 181 105 198 201 211 200 202 187 187 187 194 188 200 1 05 200 200 224 pilularius Gorm 193 pilulifonais Bluch 181 i'iottii Bruch 201 placidas A. Sohniidt 198 planicollo Itimn 188 I llana a Dalia 182 platcnsis 111 noli 197 plicatipcunis Bluch 181 polit.us Gorm. (Acantli.). 194 politus Olmas (Oxylig.) 211 Polyniee 151 indi 187 prasinuni lílncli 181! principal is 15imn 181 pudilninda lliimi. 211 piilchclla Kirhy 205 pulviimtuiu Baria 188 puniilio Baria 202 punctatissimua Curfc 187 puuotato-hirsutus A. Sclnnidt. ... 198 punctatostriata lUnch. 183 puuotatostriatus Bluch. 201 punclalua Loe 194 punctatiis Faina. otGonn. (Aulac.). 200 puncticollis liluch. (Mogatli.) 183 puncticollis Sorv. (Passal.) 210 pusillus Casi. (Clocot.). 194 pasillos Bunn. (Ataca.) 198 pútrida Baria. 208 pygumouni Gillct. 185 <1 uadratua Ericlis 187 quadripusl ululan Guér 184 quadrispinosus F. 212 (|iiia(|aciaa<'alatas Lap. do (Jast. . . 184 ridloxas A. Sclnaidt. 195 Ucichoi Fclsidio (Gaatli.) 185 Itcichei llar. (Pinol.) 188 lleiohci Gaér. (Serie.). 199 rcticulata Kirby 215 Richtori A. Sclnaidt (Apliod.).. . . . 195 Riohtcri Olmas (Phaeaog.) 199 Riclitcrianas Olmas. 208 robustas llar 186 rotiiadatas Blacli. 187 líauxi Baria 211 rábida Gory 215 rabripoaao Gory 185 rub ripea Baria. (Solerogu.). 182 rubripea Boli. (Aphocl.). 197 rtibrovUlaltm Bluch 182 Itiulolpliii Fruid 215 ruf oseáis G. ot l*. 216 rufifemorulis Cart. 182 rujimaiui Arrow 206 ralilatcris ¡llig. 211 ralipos Lian. (Apilad.). 195 rulipcs Bluch (Lcacotli.) 207 rufo les lacena llalla Torro 190 rul’aia Arrow (Idiost.).. 191 ragifrons Baria 209 ragipouais Blaoli 207 rugosas Bluch 185 ratilans Gast 185 saphiriaus Stiiria. 1 90 Saaidi Jacobi Olmas 205 saagaiaooaiacalatas Bluch. . 185 auniiuimcoUia Gaór. 185 scabor L 193 scarahaoinas Porty 210 scarabaeoidos Baria 208 schistacoa Baria 211 scalptaratus Maaacrh.. 192 soiilcllaria Ruth. 195 soiaiaonoas Gcrai. 187 acmioupreua Baria. (Coprob.) 181 armicupreua Gcriu. (Coprin) 187 soiaiaitoiis llar. 185 soiaiopaca Moser 214 soptoinumcalatas Latr 185 aequona Walkor. 195 aerricolüa G. ot P. 210 soxdoatatas Gast 192 sigaaticollis Baria 208 aimilia Baria 214 simplicifroiis Faina... 188 siaiplicior Olmas 206 siiaalator llar 198 sinyularia G. ot P. 215 sino dendroidea Porty 213 ainuutus Eschsch 217 sordens L. 216 sórdida Gerui 205 sórdidas llar 197 spcciosus Faina. 181 spoctabilis Ericlis. (Brachyst.) . . . . 200 apoolabilia Porty (Passal.) 217 spoculifor Lap. do Gast 185 apiloplerua Gorm. 195 apinosa Fisch 215 sploadidalas F 190 squauiivoiitris Stciah 201 Stcinhoili llar 198 Stoiiipcliimiiui Olmas 207 :s terco rato r F storquilinus VVostw. stria, tollos Faino slriatus llar. (IJroxys) striatus de Borre (Chaetod.) •Stroebeli Steinli. (Idiost.) Stroebeli Burio. (Gymnet.) . strumosos Olíaos. suberosos F subrugoNa, Moser sulistria.ta Blncli HubstrialiiH llar sulcator F snlciponnis Borní. suUiralis F. (Apilad. ) siUiiralis Bonn. (Passal.) sylvatic.a Gerniaio tessclalns Erichs testacea. Bono tcstaeeipeonis Blncli tostaceovirens Bloeli. testáceos F. (Listroii.) lestaccns Steiuli. (Tribost.) tctradaelyla Bonn tctraodoo Blocli. toxta Bono. thoraciem Eschsch Ubialis Klog tigrioa G. et P. Titornm Pcrty tórpidos llar torolosos Esclisch Iriaogolariceps lllocli trieaspis Drap. tridens Koiclie t.ridootata Erichs. tridoutatus M. Leay tristis liar trmde.alm Cort 5 — tocomaoa Brocli (Philocli.). 201 tocomaoa Olíaos (Strigod.) 201 tucuioa.oa. Olíaos (Platyc.) 200 tocoioaiia Brct.li. (0,ycloce|)li.) .... 208 tucooiaoeosis Boocm. (Bolboc.) . . . 192 tucuiuanensis Caín. (Geoiat.) 207 ondata Oliv. (Gymnet.) 211 mulata G. et 1*. (Gymnet.) 214 unicornia Serv 217 valdinianns Ourt 187 valgom Bono. 180 valgos F 2.111 validos Bonn 210 varia G. et P . . . . 215 variabilis Borní. (Cernsp.). 202 variabilis Bono. (Cyclocoph.). . . . . 208 varicgatm Gnór. 211 variolosoio Bono. 180 f variolosas Ilope (Sclerogn.) 181 variolosos Gcnnain (Frick.) 192 variolosas Mclsli. (Trox) 192 vermiculca Bonn 211 vertical is Bono 208 vcrvcx Bonn 213 vespertinas Pao/,. 195 vestita Borg 203 villosns Bono 210 violácea. Blneli 183 viridis Sol. 200 viltalus Bono. (Scortiz.) 181 vittatns Eschseli. (Sclerog.) 182 vittigora Erichs. 202 viUipeaais F. Bates 205 Webcri Serv 210 IFeslwoodi Ilope. 182 xantlioceros liar 200 xanthoyramma Perty 205 xaotborns Bloch. 185 — 22; 198 189 210 180 191 191 215 203 194 213 202 185 187 204 195 217 199 185 208 203 205 200 207 201 185 201 209 181 215 212 194 187 187 210 212 199 192 185 1 93 Puní. 15IJPUKSTIDAE Kerremansi Brneli, 1011 y\<-lM-i'iisia (¡iisl.. ot flory Ms. I leiitseli. lint,. Zeit., * (lamentes. l*olv<-<‘sla Sol. excavata Blnuli. Voy. D’Orb., 1840, p. 1 4 i > . * Córdoba,, Cata- marón, Mendo- za, Misiones. Acmaeodcra Escbscli. asperata Roed, An. líniv. Chile, XXXYlll, 1878, * Catamarón., p. 420. mendozana Bruch, Ms. Deutseh. lint. Zeit., 101 1. * Mendoza. Ricliteri Briieh, Ms. 1. e. * Misiones, sericeiventris Brucli, Ms. I. c. * Misiones. Tyndai'is Tlioms. Lethierryi Théry, Bnll. Soc. lint. Kr., 1800,]). 105. Paraná, patagica (Berg) * Buenos Aires, Ptosima patagica Berg, An. Soc. Oient. Arg., Patagón i a, San 1885, p. 225. — Brueli, Deutscli. lint. Juan. Zeit.. 1000, ]). 74 0. Aneylol «da Wntorli. oculata Waterli. Aun. Mag. Nat. llist., 1882, p. 172. # listreeho de Ma- gallanes. 1 llago figurar las ospeoios ipio lio doscripl.o úHimaiiioiilo, las raíalos serán |iiilili- radas on uno do los próximos números do la. revista mencionada. 227 IC|»ÍHf OIIHMlf is Sol. pictus (íory, Mon. J>upr. ¡áuppl., IV, 1841, p. 04, pl. 12, f. 04. var. vittatus Pliil. Sbebb. Bnt. Zeib., 1804, p. 284. l*4‘I<‘<‘0|>N<‘|{lpllllH Sol. dépressus (Fbr.) Buprestis depressus Fbr. Sysb. Enb., 1774, p. 21í). Buprestis angularis Sclionh. Syn. Ins. App., 1817, i». 119. Buprestis sulcatus Tlmnb. Nov. Acb. Acad. IJpsal., IX, 1827, |». 44. C.lirysesllics Sol. tripunctata (Ebr.) Buprestis tripunctata Fbr. Mant. lns., 1, 1787, p. 17!). ambigua Gory, Mon. Buprest. Suppl., I V, 1840, p. J22, pl. 21, f. 120. Steinheili Tlioms. Typ. Buprest., 1878, p. 24. . Ilvpoprasis Kninn. nt, (lonn. Harpago Fairm. eb (lerm. Rev. Mng. Zool., 1804, p. 200. magnifica Pliil. An. Univ. Chile, I, 1805, I*. 051. EuHiroma Sol. gigantea (L.). Buprestis gigantea L. Sysb. Nab., ed. X, 1758, p. 408. Buprestis maxima L. Mus. Acad. Fridr., p. 82. Buprestis caribana, Voeb, Cab. Col., ed. 1, 1800, p. 02, pl. 48, f. 1. Buprestis var. (3 oliath Casb. eb (lovy, Mon. líupr., I, 1880, p. 5, pl. 1, f. 2. * Eío Negro, Bago Nahuel Huapí, Neuquen. * Misiones, Iguazú. * Misiones, Ignazii. *Neuquon, Lago Lacar. * Misiones, Salba enbre Embarca- ción y Yacaiba, Jujuy (Venburi legib.) - 228 — Jtluchroma columbio, a Manncrh. Bull. Soc. I ni p. Nat. Mosc., VIII, 18; 57, p. 31. l'L var. Harperi Sliarp, Trans. Ent. Soc. Lond., J881, |>. Üí>;t. Ilalecin Cast. et Gory caesia Gory, Mon. lbipr. Suppl., I V, 1840, p. 114, pl. 20, f. 112. I Aialcopliora Sol. liberta (Gemí.). liuprestis liberta Gemí. Ins. Spec. Nov., 1824. ]). 38. I*.sIlo|>l«M‘a Sol. Subgim. I>»ilo|i(ci'a ti. str. attenuata (Pbr.). Huprestis attenuata Fbr. Ent. Syst., 1794, p. 187. Psiloptera filióla Ohevr. Sill). Bev. Ent., V, 1838, p. 04. pardalis (Casi, ot (¡ory) íluprestis pardalis Cast. el Gory, Mon. Bnpr., 1, 1830, p. 20, pl. 0, i-. 20. Iiuinerosa Glicvr. Silb. Itev. lint., V, 1838, p. 04. Subgon. I.ampi'lis Spin. aeneopicea (Kerr.) Psiloptera aeneopicea Kerr. Ann. Soc. Ent. Bel»., 1893, XXVII, p. 505. argenteosparsa (l’crty). liuprestis ari/euteosparsa Perty, I )clcct. Anim. art., 1 830, p. 1 8, pl. 4, I'. 1 0. Baeri Kcer. Mon. Buprest., T. V. 1910, p. 108. Batesi (Sannd.). Psiloptera liatesi Sannd. Trans. lint. Soc. Lond., 1 809, p. I, pl. 1 , I'. 3. callimicra (Km*.). * Patagonia, (Río Aysen.) Buenos Aires (ex- colec. Berg). * Misiones (fronte- ra brasilera). * Misiones (Igna- /.ú). * Misiones, Posa- das. * M isiones. * Tucumán. Buenos Aires. Tucunián. 221» — Psiloptera. callimicra Kerr. Aun. Soe. lint. Belg., 1893, p. 500. corynthia (Faino.). Psiloptera. eonjvihia- Faina. Aun. Soe. lint. Fr., 18(54, p. 2(54. cupriventris Kerr. Aun. Soe. lint. Belg., 1900, p. 288. derosa (Gory) Buprestis derosa Gory, Mon. Bupr. Suppl., IV, 1840, p. 44, i>l. 1(5, 1. 91. /’.s tiloptera marpinella Kerr. Ann. Soe. lint. Belg., XXXVJ1, 1893, p. 500. Desmaresti Tlnnns. Typ. Buprest., 1878, p. 30. dumetorum (Gory) Buprestis dumetorum Gory, Mon. Buprest. Snppl., IV, 1840, p. 90, pl. 15, f. 80. instabilis (Cast. et Gory) Buprestis instabilis Cast.et Gory, Alón. Bupr., 1, 1830, p. 31, pl. 8, f. 35. Buprestis rariabilis Alannerh. Bull. Soe. Imp. Nat. Alose., Vi 11, 1837, p. 47. plagiata (Gory) Buprestis pía gi ata G ory, AI on . Buprest. Suppl., IV, 1840, p. 84, pl. 14, í. 80. Psiloptera cupreofossa Faina. Ann. Soe. lint. Fr., 1804, p. 205. platensis Tlioins. Typ. Buprest. a pp. la, 1879, p. 10. tucumana (Guér. et Perdí.). Buprestis tucumana Guér. et Percli. Gen. Ins., 1835, n° 2, i>l. 0. Buprestis .Lacord aire-i. Cast. et Gory, Alón. Buprest., I, 1830. j). 35, ]»1. 8, f. 40. viridiaenea (Burni.). Psiloptera riridiaenea Burm. Stett. lint. 55eit., XXXI 11, 1872, p. 371. Ec-I ¡no^onia Spin. americana (llerbst) Psiloptera americana llerbst, Col., IX, 1801, p. 107, pl. 148, f. 3). Córdoba, Mendo- za., Tueuiníin, Ga tamalea. Argentina. Córdoba. # Córdoba, Alendo- za, Catamarca, Tueumán. * Tueumán. * Chaco, Alisiones. * Córdoba, Alendo- za, San Luis, Catamarca, Tu- cumón, Santia- go del listero. La. Blata. * Paraná, H. liíos, Mendoza, Ca- ta marca, Tucu- niá.n,S"0 del lis- tero. Pampa s. * AI endoza, San Luis. Fsiloptera (hnnaini Fairm. Aun. Soe. lint. Fr., 1 804, p. 20(5. Buqueti Spin. Aun. Sor,, lint. Fr., 1827, p. 112. *Neuquen, Lago ¡tu prestís Dufouri Oast. et (lory, Mon. Bn- Laear. prest., 1, 18:5(5, p. 107, pl. 27, f. 147. denticollis (Fairm.). * Mendoza. Fsiloptera denticollis Fairm. Ann. Son. lint. Fr., 18(54, p. 2(57. 4 OiaUropoceila Tlioms. Leyboldi (Hteinli.). Mendoza. Psüoptera ¡jcyholdi Steinli. A tti Hoe. f tul . íáe. Nat., XV, 1872, p. 502. ornata (Gory). * Mendoza, San Fsiloptera ornata (lory, Mon. Buprest. Supph, Luis, Catamar- IV, 1840, p. 02, pl. 1(5, T. 00. oa. /¡aleda eleyans l’liil. íátett. lint. Zeit., 1800, p. 145. Fsiloptera impremí Fairm. Ann. Soe. lint. Fr., 18(54, p. l'ygitaira Krrr. scripta (Oast. et (lory). * Río Negro, Na- 1 1 n p rent¡s seripla'i last. et (lory, Mon. Buprest., Imel 1 1 napí. T, J 827, p. 120, pl. 24, C. 100. (laudichaudi Sol. (¡ay, llist. Chile, IV, 1840, p. 4 70, pl. 1 2, f. 8. l*f oroltol liri.s Fiiinii. «t (Icnn. •corrosus Fairm. et. (lerm. Ann. Soe. lint. Fr., * Cliulmt. 1 858, p. 714, pl. 1 5, f. 2. Tvluurliciiia Kiirin. compacta Herg, An. Univ. lis. Aires, 1880, VI, Córdoba. 1». 152. crassicollis (Oast. et (lory). * Córdoba, Cata- lluprestis crassicollis Oast. el (lory, Mon. lin- marea, prest., 1, 1827, p. 1 12, pl. 20, l‘. 15(5. guttulata (liairm.). * Cata marca. 231 Tt/ndaris guttnlata Fairmi. Aun. Soc. Ent. Fr., 1858, p. 738. irrorata (Gory). Mendoza, Cór- Ptosima irrorata Gory, Mon. Bu prest. Suppl., doba. IV, 1840, p. 72, pl. 13, f. 70. Tyndaris a ttcnuatus Fairm. Ann. Soc. Ent. Fr., 1804, p. 261. spliaericollis (Cast. et Gory). Córdoba. HnprcxUs spliaoricollis Cast. et Gory, Mon. Buprest., I, 1 827, p. 40, pl. 10, í. 40. vittipennis Bruch, Deutscli. Iínt. Zcit., 1000, * Catamarca. p. 747. M rlanopliiln Eschscli. bahiana Kerr. Ann. Soc. Ent. Belg., 1807, p. 14. #Tucumán. orientalis (Bunn.). *Tucuinán, Chaco Anihaxia oricntalix Bunn. Stett. Ent. Zcit., santafecina. XXX 111, 1872, p. 373. albovillosa Kerr. Ann. Soc. Ent. Belg., 1800, p. 331. — Bruch, Deutsch. Ent. Zcit., 1000, p. 747. Trig'otiogciiium llar. angulosum (Sol.). Trigonophorm angnlosus Sol. Cay, llist. Chi- le, IV, 1840, p. 400, pl. 12, f. 7. Avthaxia ruginosa Faina. Ann. Soc. Ent. Fr., 1807, ]>. 024. Anthaxia rugifer Redtb. Boise Novara Col., II, 1807, p. 88. Te tragón oselio ni a Tlioms. Joergenseni Bruch, Ms. Deutsch. Ent. Zcit., 101 1 # Mendoza, purpurascens Kerr. Mém. Soc. Ent. Belg., VI, * Catamarca, Men- 1807, p. 15. doza. undata (Steinli.) San Luis, Men- Pachypyga undata Steinh. Atti Soc. Ital. Se. doza. Nal., X V, 1872, ]). 504. Mendoza. Cordi- llera, HHV. MUSICO I-A l’I.ATA. T. IV. (I, 111, H) 1 1. . ) 1(! A n I li a x i a Escliscli . Bruchi (Kcit. inss.) Brucli, Dcutscli. lint. Zeit., 11)0», i». 718. concinna Mannerh. Midi. Soo. Imp. Nat. Muso., 1837, p. 88. opiata Gory, Mon. Buprest. Suppl., IV, 1841, p. 290, pl. 50, f. 391. cupripes Faina, ot (lona. Ana. Soo. Ent. Fr., 1858, p. 717. marginicollis Sol. Gay, llist. Oliile, lVr, 1819, p. 502, 1*1. 12, r. 10. verecunda Ericlis. Nov. Aot. Loop. Acad. Suppl., 1834, p. 229. * Buenos Aires, Catan larca. * Buenos Aires, liío Negro, Neuquen. * Río Negro, Neu- quen. * Río Negro, Ne.u- quen, Cliubut. * Río Negro, Na- liuel Huapí. Agrilaxia lvcrr. brunneipennis ( K err.). Anthaxia hrunneipennis Kerr. Ann. Soc. Ent. Belg., XL1 V, 1900, i*. 299. canaliculata (Kerr.). Anthaxia canaliculata Kerr. Oompt. Rend. Soc. Ent. Belg-., 1887, p. (>. coriácea (Kerr.). Agrilus coriáceas Kerr. Compt. Rend. Soc. Ent. Belg., 1887, p. 0. decipiens (Burm.). Agrilus decipiens Muría. Stett. Ent. Zeit., XXXI 11, 1872, i*. 385. maculicollis (Kerr.). Anthaxia maculicollis Kerr. Coiapt. Rend. Soc. Ent. ‘Belg., 1887, p. 0. plana (Kerr.). A nthaxia plana Kerr. Ann. Soc. Ent. Belg., XL1V, 1900, |>. 302. vitticollis (Gory). Agrilus <)///////* Gory, Mon. Muprest. Suppl., IV, 1840, p. 215, pl. 35, f. 205. * Córdoba. Argentina. Argentina. Buenos Aires, Córdoba.. Argentina. * Tucuinán. Muenos Aires. 233 Culis Casfc. ot (lory bella (Guér.). Antlmxia bella Guér. Voy. Duperr, Ent., II, 1830, y, «0, pl. 2, f. 11. bimaculata (Gory). Antlmxia bimaculata Gory, Mon. Buprest. Supph, IV, 1840, p. 20.8, pl. 50, f. 208. Caris hemiptera Burm. Stett. Ent. Zo.il;., XXXI II, 1872, p. 874. Authnxia debüipentm Steinli. Alt i Soo. Ital. Se. Nat., XV,, 1872, p. 508. Clirysobolhris Escliscli. aiirocincta Bunn. Stett. lint. Zeit., 1872, p. 382. consanguínea (Gas!, el Gory). Coloboyaster consanguínea Casi, el Gory, Mon. Buprest., vol. II, 1838, p. 10, pl. 2, f. 8. cordobensis Casi, et Gory, Mon. Buprest., yol. II, 1888, p. 55, pl. 10, f. 75. • — Burm. Stett. Bnt. Zeit., 1872. cupreipes Fairm. Aun. Soc. Ent. Fr., 1804, p. 202. Desmaresti (Casi, et Gory). Buprestis Desmaresti Cast. et Gory, Mon. Bu- prest., S, 1.880, p. 84, pl. 8, f. 39. Chyj/sobothris maxima Burm. Stett. Ent. Zeit., 1872, p. 878. Ghrysobothris Lacordairei Tlioiris. Typ. Bu- prest., 1878, p. 30. generosa Casi, et Gory, Mon. Buprest., vol. II, 1838, p. 28, pl. 0, f. 40. holochalcea Bimn. Stett. Ent. Zeit., XXXI II, 1872, p. 880. platemis Kerr. Jalirb. Hainb. Wiss. Anst., XIX, 1902, ]). 00. — Brucli, Dentscli. Ent. Zeit., 1909, ]>. 749. laticollis Bunn. Stett. Ent. Zeit., 1872, p. 379. myia Gory, Mon. Buprest. Suppl., IV, 1841, p. 100, pl. 28, f. 101. polyspilota Burm. Stett. Ent. Zeit., 1872, p. 882. * Río Negro, X cu- quen, ühubut. * Mendoza, Buenos Aires, Chaco. Tucumán. Misiones (ex-co- lec. Berg). Córdoba. # Córdoba, Men- doza. * Córdoba, Santia- go del Estero, Tucumán, Ca- ta marea. * Buenos Aires. . * Buenos Aires, Córdoba, Tueu- mán, Misiones. # Misiones. Patagonia. Pamníí., Entro Ríos. 234 rugosa Cast. efc Gory, Mon. Boprest., vol. 11, 1838, p. 54, ¡>1. 10, f. 74. niagcllanica Gory, Mon. Boprest. Suppl., IV, 1S41, i>. i s;;, pi. ;¡i, r. no. taciturna Kerr. Mém. Soe. lint. Belg., 1 «S‘»7, p. 30. Aclenodcs Ijüc. costipennis (Cast. efc Gory). llnprestis costipennis Cast. efc Gory, Mon. Bu- prest., vol. II, 1 838, p. .3, pl. I, f. 3. Con ostial lia Esuhso.h. magellanica (Faino.). Stignwdera magellanica Faino. Aon. Son. lint. Fr., 1 <384, p. 401. !‘¡lliis<'iis Sol. Bruchi Kerr. Genera insectoruni, Buprest., 1003, p. 202. erratus (Faino.). Stignwdera errata Faino. Aon. Soe. Ent. Fr., 1807, p. 027. Stignwdera chilensis Faino, et Geno. Aon. Soe. lint. Fr., 1858, p. 733, pl . 15, f. 13. fascipennis (Kerr.). Omwgnatha fascipennis Kerr. Aon. Soe. lint. Bel”'., XL1 1 1, ]>. 330. Gounellei Kerr. Genera insecfconuo, Boprest., 1003, ]). 201. nigrocoeruleus Kerr. Genera insectornm, Bo- prest., 1 003, ]>. 201 . paranaénsis (Sanio!.). Oonognallta paranaensis Saund. Trans. lint. Soe. Lond., 1872, p. 251, pl. 0, l‘. 3. principalis (Cast. efc Gory,. Stignwdera principalis Cast. et Gory, Mon. Boprest., vol. 11, 1838, p. 54, pl. 15, f. 80. punctifer Cast. efc Gory, Mon. Boprest., 11, 1838, p. 05, pl. 15, f. 81. Buenos Aires Córdoba, Tu- eunuin, Tierra drest. Suppl., IV, 1841, p. 137, pl. 24, f. 13. propinguus (Burm.). Conor/nathapropingua Buvin. Stett. Ent. Ze it., XXXIII, 1872, p. 37(5. DnclylozoUcs ( 'licvr. alternans Ohevr. Silberm. Rev. Ent., Y, 1838, |>. 80. Zemina pudibunda Oast. et Gory, Mon. Bu- prest., II, 1839, p. (>, pl. 2, f. 9. Bomplandi Brueli, iMs. Deutseli. Ent. Zeit., 1911. Bruchi Kerr. Genera, insectornin Bupvest., 1903, p. 2 ir*. Brullei (Oast. et (íory). Zemina, I »ndlc i Cast. et Gory, Mon. Buprest., II, 1839, p. 4, pl. 2, f. 5. Clievrolati Kerr. Mé.m. Soe, Ent. Belg., 1897, p. 17. confusa Eairm. et Germ. Aun. Soe. Ent. Er., 1858, p. 273. Zemina conjuncta Gory, Mon. Buprest., LY, 1841, p. 197, pl. 33, f. 189 bis. conjuncta Ohevr. Silberm. Rev. Ent.,V, 1838, p. 52. Zemina villa, la Oast. et Gory, Mon. Buprest., II, 1839, p. 5, pl. 2, I', (i. Zemina biei Itala Sol. Gay, I List. Chile, IV, 1849, p. 483. cuyana? L’hil. Gerinain, An. Univ. Santiago de Chile, 1907, p. 23. dispar Kerr. Genera, iiisoctorum Buprest., 1903, p. 215. Fairmairei Kerr. Mém. Soe. Ent. Belg., 1897, p. 4(5. humeralis (Gory). Zemina lmmeralis Gory, Mon. Buprest. Suppl., IV, 1841, p. 199, pl. 33, f. 191. Joergenseni Brueh, Ms. Dentsch. Ent. Zeit., 191 I. jucundissima (Gory). Zemina, jucundissima Gory, Mon. Buprest. Suppl., IV, 1841, p. 198,]»1. 33, f. 190. Corrientes. I’ntagonia, Men- doza. Misiones. Renguen. Mendoza. Buenos Aires. Patagonia. Patagonia. Mendoza. * Tuouinán. * M isiones. Patagonia. * Misiones. Argentina. (Mon- tevideo). Stigmodcra cribricollis Fairm. et Germ. Aun. Soc. Ent. Fr., 1858, p. 722, pl. 15, f. 8. Leyboldi Steinh. Atti Soc. 1 f al . Se. Nat., XV, 1872. p. 505. morosa (Cast. et Gory). '/amina morosa Cast. et Gory, Mon. Buprest., IT, 1839, ]). 5, pl. 2, f. 7. picta (Cast. et Gory). /omina picta Cast. et Gory, Mon. Huprest., 1 1, 1889, |». 8, pl. 1, f. 8. /omina rnbrouolata Sol. Gay, 11 ist. Oliile, I \r, 1819, |*. 480. /omina cribcllata Faina. Aun. Soc. Ent. Fr., 1804, p. 203. quadrifasciata (Mannerh.). íjasionota q uad rifase iota Mannerh. Hall. Soc. Imp. Nat. Mose., IX, 1837, p. 02. Ihicty tozados tot razona Ghevr. Silbenn. llev. Ent., V, 1838, p. 80. /omina Orbignyi Cast. etGory, Mon. Buprest., 11, 1839, p. 3, pl. 1, f. 2. /omina qnadrizonata Bínele Voy. D’Orb., 1840, p. 150. Spegazzinii Brueli, Ms. Deutsch, Ent. Zeit., 1911. stenoloma Bliil. Stett. Ent. Zeit., 1804, p. 315. tricolor (Faina.). Conognatha tricolor Faina. Ana. Soc. Ent. Fr., 1804, p. 204. Hypcruut lia Mamiorli. liaemorrlioa Faina. Kev. Zool., 1851, p. 348. pygmaea Kerr. Mém. Soc. Ent. Belg., VI, 1897, p. 40. signaticollis Desni. Ana. Soc. Ent. Fr., 1843, p.19. pl. 1, C. 2. Stempelmanni Berg, An. I J ni v. Buenos Aires, VI, 1889, p. 154. vittaticollis Desoí. Ana. Soc. Ent. Fr., 1843, p. 19, 1.1. 1, C. 1. Mendoza. Patagón i a. Mendoza. * Misiones, Para- ná, Corrientes, Patagonia, Men- doza. * Mendoza. Mendoza. * Mendoza, Neu- qnen. * Tucumán, Cata- marca.. Buenos Aires. * Córdoba, Santia- go del Estero. * Córdoba, Tucu- mán, Mendoza. Tucumán. 237 — Corydon ]l, I )(\yr. aeneus Brueh, Deiitscli. Ent. Zoit., 1909, ]). 749. nitidicollis (Oasfc. efc Gory). (Jomcbm nitidicollis Oasfc. et Gory, Mojí. Bu- prest., II, 1839, p. 18, pl. 4, f. 28. Amyla TIkhiih. punctipennis Wafceiii. Aun. Mag. Nafc. Hisfc. (5), XI, 1887, p. 447. Diadora Kerr. argentina Bmcli, Ms. Deutscli. lint. Zeifc., 1911. Atnorpliosoina (JíimI, penicillatum (Klug). Afjrilm pcnicillaius Klug, Enfc. Eras., vol. 1 1, 1829, p. 429, pl. 40, f. 12. Amorplioslernus H. Deyr. Bruchi Kerr. Genera, insectorum, Bupresfc., 1903, p. 250. Sleuogasler Sol. globithorax Gory, Mon. Bupresfc. Suppl., IV, 1841, p. 201, pl. 33, f. 192. irroratus Oasfc. efc Gory, Mon. Bupresfc., vol. II, 1839, p. 3, pl. 1, f. 3. Agrllus Stopli. aenescens Kerr. Genera insectorum, Bupresfc., 1903, ]). 270. angninus Kerr. Genera insectorum, Bupresfc., 1908, p. 207. = spiniger Oasfc. efc Gory, Mon. Bupresfc., II, 1839, p. 10, pl. 2, f. 10. * Misiones. * Tucumán. Paraná, Argenfc. ? * Tucumán. * Misiones, Iguazú. * Tucumán, Tafí viejo. * Salta, Jujuy. * Fnrmosa, Misio- nos. * Formosa. * Tucumán. — 238 angustus (Chevr.). titenoyaHter aru/mliiH Chevr. Col. Mex. Cent., 11,1 835, p. 1 37. 2)roj)iu. 95. muilinolalnti Cast. ct ( ¡ory, Mon. Bnprest., II, 1839, p. (¡2, pl. 14, f. 81. argentinus Kerr. Genera insectonun, Tin prest., 1903, p. 271. aurocephalus Gory, Mon. Bnprest., Supph, IV, 1811, p. 218, pl. 3(1, I'. 209. bellicus Kerr. Genera ¡nsectoriim, Bnprest., 1903, p. 209. Bergi Kerr. Genera insectonun, Bnprest., 1903, p. 274. Blancliardi Saund. Cat. Bnprest., 1871, p. 115, n° 59. ater Blueh. Voy. D’Orb. lint., 1840, p. 154. bonariensis Kerr. Genera insectonun, Bnprest., 1903, p. 270. Bruclii Kerr. Genera insectonun, Bnprest., 1903, p. 270. Caroli Kerr. Genera insectonun, Bnprest., 1903, p. 273. clirysostictus (Klug). Buprestis chrysostictus Klug', lint. Brasil, 1827, p. 7, pl. 40, f. 0. artjutuluH Mannerli. Bnll. Soc. íinp. Nat. JVlosc., 1837, p. 109. dilaticornis Kerr. Mein. Soc. lint. Belg. 1897,p. 80. fasciatus Kerr. Genera insectonun, Bnprest., 1903, p. 273. fossifei* Kerr. Genera insectonun, Bnprest., 1903, p. 272. ' foveivollis Kerr. Compt. Itend. Soc. lint. I lelg., 1 887, p. Vil. frigidus Gory, Mon. Bnprest. Snppl., IV, 1811, 1>. 254, pl. 12, l‘. 247. insanus Gory. 1. e., 1841, ]>. 255, pl. 42, f. 258. mendozanus Steinli. Atti Soc. Ital. Se. Nat., XV, 1872, p. 505. fulvolineatus Kerr. Genera insectonun, Bnprest., 1903, p. 209. Corrientes. * Buenos Aires. * Chaco. Argentina ? (Mon- tevideo). * Tncumán, Salta, Misiones. Buenos Aires Ratagonia. * Buenos Aires. * Tucunián. *Tucumán, Salta. * Buenos Aires, Corrientes. * Misiones. * Tucuinán. Entre Ríos "? Men. (i 1 , pl. 13, f. 7!). leucostictus (Klug). l>i8, C. 330. JLius 11. JJoyr. Bruchi Kerr. Genera insectonun, Buprest., 1003, p. 323. castor Saund. lint. Montli. Mag., vol. XIII, 1870, ]). 40. modestus Kerr. Mém. Soc. lint. Belg., 1807, p. 141. pollux Saund. lint. Montli. Mag., vol. XIII, 1870, p. 48. tucumanus (Kerr.)7 Brachys tucumanus Kerr. Ooinpt. Rend. Soc. lint. Belg., 1887, ]>. VI. Itracliys Sol. acutus Kerr. Genera insectorum, Buprest., 1003, p. 320. vicinus Kerr. Genera insectorum, Buprest., 1003, p. 325. Taph rocci'iis Sol. angustus (Gory). Brachys anyustus Gory, Mon. Buprest. Suppl., IV, 1841, p. 338, pl. 57, f. 333. argentinus Brucli, Deutsch. lint. Zeit., 1000, }>. 750. elongatus (Gory). Brachys clonyatus Gory, Mon. Buprest. Suppl., IV, 1841, p. 327, pl. 55, f. 320. tenellus (Gory). Brachys tenellus Gory, Mon. Buprest. Suppl., IV, 1841, p. 334, pl. 50, f. 328. # Alto Paraná. * Buenos Aires. * Misiones, Chaco santafccino. # Tucumán. * Alto Paraná, Iguazú. Paraná, Argent. ? * Misiones, Iguazú. Paraná, Argent. 1 * Tucumán. * Pormosa. * Misiones, Tueu mán. * Salta. * Tucumán. * Entre Ríos. * Buenos Aires. 242 — Callímiera II. Deyr. cyanea Iverr. Mein. Woc. lint. Bel**-. 1u I ni . punctulatus Balín. Iipliem. lint., I, 1824, p. 14. cribratus Eselisdi. Tlion Ardí, lint., 14, 1, 1820, i». 31. Laconla ¡rei (Jlerst. Linn. lint., 1800, ]>. 113. Géneros : 2 ; especies : 2. I un. MOIVOMMIDAIi 91 vpori'li a^'iis Tlioms. Bonvouloiri Tlioms. Pliys., 1, 2, 1807, p. 120. Géneros : 1 ; especies : 1 . Film. i:rc\iiAiiii.Aii Giislraiiliieus Guér. bisulcatus (Latr.). (¡alba bisulcala Latí'. Aun. Son. lint. Fr., 1834, p. 133. * M ¡sienes. * Tuemnán. * Buenos Aires. * Misiones, Alto Paraná, Tueu- mán. Argent ina ? * Formosa. 243 — G. atraías Gtiér. Ann. Soc. Ent. Fr., 1843, |*. 1 88, i*I. (í, f. 50-52. Adelotliyreiis Honv. flavosignatus Bonv. Mon. Aun. Soc. Ent. Fr., 1870, 1>1. 80, f. 1. 1*1 crol msiiN Knelisc.li . (U-isitlhvmis) llistrio (íllér. 1(5011. Kogl). Anilll., 1880, pl. 12, f. 2 a-b. — Ann. Soc. Ent. Fr., 1843, p. 194. tuberculatus Luc. Voy. Oast., 1857, p. 09. var. I) ras i licuáis Oast. Sil b. Kev., III, p. 174. Tliyl acoslorims llmiv. Walkenaeri (Guér.). Pterotarsws Walkenaeri Guér. Ann. Soc. Ent. Fr., 1843, p. 190, pl. 0, 1‘. 72. I>anu‘sls West \v. suturalis Westw. Tijdschr. Ent., XXVI, p. 08, pl. 3, f. 8-9-18. (léiKicos : 5 ; especies : 5. F¡iin. ELATEUIDAE Adeloccra Luir. chilensis (Sol.). Agrypnus chilemis Sol. Gay, Hist. Oliile, V, 1.851, ]>. 7. pl. 13, f. 1. vitticollis Fairin. et Gerni. Kcv. et Mag. Zool., 1800, p. 208. crux K. A. et A. IT. E. Pliil. Stett. Ent. Zeit., XX, 1800, p. 247. * Buenos Aires. * Misiones, Alto Paraná. # Misiones. Argentina. #Neu(juen (Bago Lacar) * N cuquen. •244 Ililoltilarsns Latí'. lignarius Canil. Moa. Elat., I, 1857, p. 80. * Buenos Aires. Iloinirrliipus Latí-. elegantissimus Canil. Elat. Nouv., III, 1881, ]>. 20. var. .11 o Hffoti Canil. Elat. Nouv., IY, 1888, p. 12. — Ana. Son. Ent. Belg., 1880, p. 7. fascicularis (Ebr.). *Tueumán. l'Jlutcr/tiNciou taris Ebr. Mant., I, 1787, p. 171. Clialeolcpidius Msclisch. limbatus Escliscli. Tlion Arcli. Ent., II, 1820, p. 33. * Buenos Aires, porcatus Oliv. Ent., II, 31, p. 14, pl. 7, f. 74. Córdoba, Cha- striatus Ebr. Syst. Eleutli., 11, 1700, j». 220. co, Tueumán. zonatus Eseliseli. Tlion Ardí. Ent., 11, 1820, p. 32. # Misiones (Eronte- ra brasilera). Sciniof iih lOticliaoli . distinctus (llerbst) Kafer, X, i>. 5, pl. 150, f. 3. inormis Kirby, Trans. Lina. Soe., XI 1, p, 383. luteipennis (3-uér. Voy. Eavorite, 1838, p. 20, pl. 228, f. 2. suturalis (Ebr.). JSlatcr untura lis Ebr. Ent. Syst. II, 1701, p. 224. * Misiones. * Río Negro, Ñon- guen. * Misiones, Alto Paraná.. angulatm Drury Illustr. exot. Tus., III, pl. 47, f. 5. Cropiilius Canil. castaneus (Blnch). * Corrientes. JHcrepidius castaneus Blneli. Voy. D’Orb., 1843, p. 132. flabellifer (Erielis.). Wiegin. Ardí. 1'. Naturg., * Buenos Aires. I, 1817, p. 77. !■<;(« ‘rovi'opiiliiis Ouér. marginatus Canil. Elat. Nouv., TV, 1800, p. 28. Paraná., rufus Steinh. Atti Soe. I tal. Se. Nat., XV, 1872, San Luis, p. 500. — 245 — AllO|tlÍS«llíllS Citml. bicarinatus Canil. Mon. Elat., II, 185!), p. (!2. brevipes Scliw. Deutsele Ent. Zeit., 1900, p. 101. ftavescens Sclnv. Deutscli. Ent. Zeit., 1906, p. 102. mutabilis Scliw. Deutsch. Ent. Zeit., 1904, p. 51. var. Discrepidius maculicollis Bínele Voy. D’Orl)., 1848, p. 122. pubescens Cand. Mon. Elat., II, 185!), p. 75. ripurus Cand. Mon. Elat,, II, 1859, p. 00. Diere |t ¡. 108. variegatns Steinle Col. Hefte, 1875, p. 122. bigatus Cerne Zeitselir. f. Ent., I, 1857, p. 228. brunnipennis Caiul. Mon. Elat. II, 1859, p. 257. cincticollis Sclnv. Deutsele Ent. Zeit., 1900, p. 1 19. Misiones. Argentina. * Mendoza. * Buenos Aires, Ba- hía Blanca. * Ibienos Aires. * Tuemnan. * Chaco, Formosa. * Tucumón. * Argentina, Bue- nos Aires. # La Plata. Córdoba. # Buenos Aires. * Buenos Aires, Co- rrientes. # Misiones. * Buenos Aires. Argentina.. # Buenos Aires. Tuounián. decoras Burin. Stett. lint. Zeit., 1875, p. 207. * Hueiios Aires, Pa- raná,Tueunián. Drakei Selnv. Deutscli. lint. Zeit., 1800, p. í)í). * Tiicumán, Santia- go del listero. figuratus Selnv. Deutseli. lint. Zeit., 1807, p. 100. Argentina, fimbriatus Selnv. Deutseli. lint. Zeit., 1000, p. I 10. Mendoza, fuscofasciatus liseliscli. Thon. Arcli. lint., 1820, Córdoba, Corrien- p. 138. tes, Tueunián. puyionatus Genn. Zeitschr. f. lint., I, 1857, p. 223. Germari Boh. líes, linden., 1858, p. 07. * Buenos Aires, iusujuis Canil. Moa. lilat., II, 1850, p. 214. Córdoba, heteroderoides Steinh. Atti Soe. Ital. Se. Nat., San Luis. XV, 1 872, p. 057. incultus Oand. Mon. lilat., 11, 1850, p. 250. * Tueunián. insulsus Oand. lilat. Nouv. Base. V, 1805, p. 20. # Santa Be, Chaco, Misiones. leucopliaeatus Cand. Mon. lilat., 11, 1850, p. 201. * Salta, Tueunián, •I tijuy. malleatus (Cerní.). * Corrientes, Salta, Kioto' malleotas Cerm. Ins. Spec. Nov., 1824, Tueunián, Cha- ti. 50. co, Elisiones. fonaos as Oast. ílist. Nat. Ins., II, p. 232. nigrosuturalis Selnv. Deutseh. lint. Zeit., 1000, Córdoba, p. 1 17. pertusus Cand. Compt. líend. Soe. lint. Belg., 1878, Mendoza, p. 70. pictus Cand. Mon. lilat., II, 1850, p. 207. * Tueunián. posticus (liseliseh). lintomogr., 1822, p. 70. * Buenos Aires, propinquus Cand. lilat. Nouv., V, 1805, p. 20. # Santiago del lis tero. pseudoscalaris Selnv. Deutseh. lint. Zeit., 1800, # Santa Be, Chaco, p. 08. Catamarón, Tu cuinán. ruñcornis Selnv. Deutseh. lint. Zeit., 1000, p. 114. Mendoza, scalaris (Cerní.). # Buenos Aires, Kioto' scalaris Cerní. Ins. Spec. Nov., 1824. Córdoba, Cha- p. 4 7. oo, M isiones, oblongo p un ct atas Blnch. Voy D’ürb., 1843. Tueunián, Pa p. 135. tagonia. truncatus Cand. lilat. Nouv., II, 1850, p. 78. Argentina? 247 Acolus Eschsch. basilaris Sclnv. Deutscb. Ent. Zeit, 1900, p. 131. elegan tulus Burm. Sfcett. Ent. Zeit., 1875, p. 208. lateralis Steinli. Atti Soc. Ital. Se. Nat., XV, 1872, p. 507. melliculus Cand. Mon., Elat., II, 1859. p. 295, pl. 5, f. 9. Moreleli Tarn. Gol. Azores, 1800, p. 94. var. rubricatns ('and. Mon. Elat., II, 1859, p. 295. Oberndorferi Sehw. Deutscb. Ent. Zeit., 1903, p. 07. pyroplabtus Berg, An. Soc. Cient. Argent., 1892, p. 01. sordidus Sclnv. Deutscb. Ent. Zeit., 1900, p. 103. tropicalis Catnp. Biol. Centr. Am., III, 1895, p. 307, pl. 10, f. 10-11. Misiones. Buenos Aires. Buenos Aires. * Buenos Aires, Tu- eumííiii. Argentina. # Santa Fe. (Iliaco santafe- cino. * Buenos Aires. Ilclcfoilores Latr. caninus (Germ.). Monocrcpidius caninus Germ. Zeitscbr. f. Ent., I, 1857, p. 231. Laurenti Guér. Voy. Favorito, 1838, p. 31. rufangulus (Gyllb.). lüatcr rufangulus Gyllb. Sebonb. Syn. Ins. Append. p. 149. asinus Germ. Zeitscbr. f. Ent., 1, 1857, p. # Oatamarca. # Córdoba, Tucu- míín, Guaco. * BuenosAircs, Pa- tagón ia, Men- doza, San Luis. 231. 1L patagónicas Steinli. Atti Soc. Ital. Se. Nat., 1872, p. 508. azoricus Tarn. Gol. Azores, 1800, p. 93. 11. atlanticus Cand. Elat. Nouv., 1, 1808, p. 20. vagus Cand. Elat. Nouv., V, 1895, p. 32. * Buenos Aires, Córdoba, Salta, Tucuinán. DrnNlciiiiN KkoIihcIi. pictus Steinb. Atti Soc. Ital. Se. Nat., XV, 1872, # Buenos Aires, p. 508. UIOV. MUSEO LA PLATA. — T. IV. (II, 11, 1011.) 17 — 248 pullatus Cand. Mon. Elat., 11, 1859, p. 482. (¿raimnoplioriis So). Bruchi Scliw. Deutseh. lint. Zeit., 1904, p, 71. Megapcnthes Kiesw. flavipes ¡áchw. Deutseh. Ent. Zcit., 1900, p. 135. lMiysori'liimis Esdisoli. erythrocephalus (Fbr.). Water erytrocephalus El)r. Syst. Eleutli., II, 1791, p. 241. AmrliaNlomorpliiiH C'anip. phedrus (Cand.) Mon. Elat., II, 1859, p. 401. car. Anchastus crux-ni(jra Flent. Aim. Soc. Ent. Belg., 1895, p. 170. ■car. A . Qrouoelli Flent. 1. e. 1895, p. 170. Pomaehiliiis Ksulisi-li. bipartitus ('and. Elat. Nouv., VI, 1890, p, 50. centralis ('and. Elat. Nouv., VI, 1890, p. 50. crassiusculus Cand. Mon. Elat., III, 1800, p. 29. fulvescens Schw. Deutscb. lint. Zeit., 1904, p. 78. granulipennis Cand. Mon. Elat., III, 1800, p. 89. subfasciatus (Cerní.). Water subfunda tan (¡crin. Ins. ►Spee. Nov., 1821, p. 50. SI ihatloilerus Himn. * Buenos Aires, Pa- tagón ia. * Río Negro, N cu- quen. * Mendoza. # Tuounián. * Santiago del Es- tero. ( Iliaco. ( Iliaco. * Buenos Aires, Tu- eumán. * Buenos Aires. * Tucumsi.li. * Formosa. Patagonia, Santa ( Iruz. murinus Burin. ¡átett. Ent. Ze.it., 1875, p. 272. 249 — 1’arapomaclilliiiR Sohw. cosmesoides Sclnv. Dentseh. Bnt.. Zeit., 1900, p. 1 40. Agrypnella squamifer (Cand.). (Jri/plohypnutf squamifer ('and. ¡dial . Nouv., I, 1808, p. 88. Meter ostethus pictus Sclnv. Deutsch. Ent. Zeit., 1890, p. 147. Ilyptioidcs Stcph. magellanicus (Ein. Binch.). Agrióles mngellanicm Ein. Bínele Voy. Polo ►Su el, .1858, p. 90, ph 0, f. 12. Corymbites fnegensis Faino. Natnraliste, 1885, p. 11. — Aun. Son. Ent. Fr., 1885, p. 46. Mouadicus Canil. Bruchi Sclnv. Deutsch. Ent. Zeit., 1900, p. 142. Api opiiN EscJisoli. agrestis (Ericlis). Bardiophorm agrestis Elidís. Zeitsdir. 1‘. Ent., vol. 11, 1840, p. 881. angusticollis Sclnv. Deutsdi. Ent. Zeit., 1900, p. 143. K oristoiiolua Ciiml. Bruchi (Sclnv.). Triplonychus Bruchi Sclnv. Deutsch. Ent. Zeit., 1906, p. 144. canescens Steinh. Atti Soc. Ital. Se. Nat., XV, 1872, p. 508. castaneus Steinh. Atti Soc. ital. Se. Nat., XV, 1872, p. 509. exoletus Ericlis. * Mendoza. Tierra, del Fuego. * Buenos Aires. * (Iliaco, Misiones. Mendoza. * Salta, Tucumán. San Luis, Mendo- za. * Mendoza, S. Luís, Cívtanmrciv. * Corrientes. — 250 — Cardiophorus exoletus Ericlis. Zeitschr. f. Ent., vol. IT., 1840, p. 325. farinosas ('and. Méin. Soc. Zool. IiT., IV, 1891, p. 500. ]>1. 4, f. 2-3. luteus Schw. Deutsch. Ent. Zeit., 1900, p. 145. nigricollis Schw. Stett. Ent. Zeit., 1902, p. 205. piceus Schw.* Deutscli. Ent. Zeit., 1900, p. 140. tumidicollis Schw. Deutsch. Ent. Zeit., 1900, p. 1 45. lísl h(‘so|>us KhcIiscIi. hepaticus (Eriohs.). Cardiophorus hepaticus Eriohs. Zeitselir. f. Ent., II, 1840, p. 330. humeralis Steinh. Atti Soc. Ital. Se. Nat.,XV, 1872, ]>. 509. l’yropIioruM lllig. boops Germ. Zeitschr. f. Entom., III, 1842, p. 09. grossicollis Blncli. Voy. D’Orb., 1843, p. 141. Bruchi Canil. Elat. Nouv., VI, 1895, p. 00. candelarius Germ. Zeitschr. f. Entom., III, 1842, p. 59. P. diffusm Germ. Zeitschr. f. Entom., III, 1842, p. 01 o". Elater ígnitas Esehsch. Tlion Ardí, lint., II, 1829, p. 32. candens Germ. Zeitsclir. f. Entom., II, 1842, p. 05. planicollis Blnch. Voy. D’Orb., 1843, p. 143 cA var. observator Germ. Zeitschr. f. Entom., III, 1842, p. 04. Candezei Eanv. Bnll. Soc. Ilist. Nat. Norm., IV, II. clarus Germ. Zeitschr. f. Entom., III, 1812. p. 18. angas! m Blnch. Voy. D’Orb., 1813, p. 139. crassus Blnch. Voy. D’Orb., 1843, p. 141, foveolatus Germ. Zeitscbr. f. Ent., III, 1842, p. 03. Germari Canil. Mon. Elat., IV, 1803, p. 48, pl. 1, f. 3. Gran Chaco. * Mendoza. * Tucumán. Buenos Aires. Mendoza. * Tucumán. San Luis. Corrientes. * Chaco (Córdob falso). * Misiones. * Corrientes, Entr Ríos. * Corrientes. * Andes ? Ar^enfi na. Buenos Aires. Buenos Aires. * Córdoba, Cata marca, Tucu man, Chaco. 251 illuminans Germ. Zeitsehr. i. Entone, III, 1842, p. 80. fulvotomcntosus Bínele Voy. D’Orb., 1848, p. 139. helvolus Germ. Zeitsehr. I', lint., 1842, p. 28. Janus (Herbst). Elater Janus Herbst, Naturs. <1. Kafer, Vol. X, 1.851, p. 1.0. Elater spcculalor Illig. Mag. Gesell. Nat. Freund. Berlín, 1, 1807, p. 147 f/. minor Voet, Col. vol. I, pl. 43, f. 17 9- leporinas Caml. Mon. Elat., IV, 1803, p. 47. lineatus Cand. Mon. Elat., IV, 1803, p. 02. lucernula (Illig.). Elater lucernula , Illig. Mag. (íesell. Nat. Frenad. Berlín, I, 1807, p. 147. luculentus Gerin. Zeitsclir. f.Ent., 111, 1842, p. 40. facijcr Germ. I. e. 1842, p. 48. nyctolampis Germ. Zeitelir. f. Entom., III, 1842, p. 54. (jibbieolln Blucli. Voy. D’Orb., 1843, ]». 142. nyctophanus Gemí. Zeitsehr. f. Entom., III, 1842, p. 12. Elater noctilucas Esehseli. Tlion Arele, II, 1829, p. 32. nyctophilus Germ. Zeitsehr. f. Entone, III, 1842, p. 51. ocellatus Germ. Zeitsehr. f. Entone, 111,1 842, p. 49. variolosas Sol. Gay, Hist. Chile, V, 1851, p. 29, pl. 14, f. 5. conicicollis Fairm. et Germ. Col. Chile, 1800, p. 5. Ortizi Cand. Mém. Soe. Ent. Fr., 1891, p. 500, pl. 4, f. 1. parallelus Germ. Zeitsehr. f. Entone, III, 1842, p. 45. rubripes Bínele Voy. D’Orb., 1843, p. 140. pellucens (Esehsclr). Elater pellucens Esehscle Thon Arel). Ent., II, 1829, p. 32. luscas Cand. Elat. Nouv., IV, 1889, p. 47. perspicillatus Germ. Zeitsehr. f. Ent., 1842, p. 54. phosphoreus (Lime). Argentina. * Chaco sautafeci- no. Mendoza. Argentina. * Misiones. * Misiones. * Buenos Aires, Córdoba, Co- rrientes. Buenos Aires. Buenos Aires. * Mendoza. Chaco. * Buenos Aires, Córdoba, Chaco. Chaco, Catamar- ca. Buenos Aires. * Tucumán. 252 Elater phosphoreus Linn. Syst. Nat., I, 1842, p. 052» üinerarim Gcrm. Zeitsdn. f. Ent., 111, 1842, p. (55. punctatissimus Blndi, Voy. D’Orb., 18-1,1, p. 118. donyatm lilnoli. Voy. D’Orb., 1841. p. 137 o *. laticollis Blnch. Voy. D’Orb., 1843, p. 118 9- pyrophanus (Illig.). Elater pyrophanus Illig. Mag. Gesell. Nat. Freund. Berlín, 1807, p. 140. Elater angmticollk Esdisdi. Tlion Ardí. Entom., I, (2) 1820, p. 32. P. jryrrhoderus Gemí. Zcitschr. f. lint., III, 1842, p. 37. .Elater Incens Illig. Mag. Gesell. Nat. Frenad. Berlín, I, 1807, p. 150. .Elater mnminatm Esdisdi. Tlion Ardí. Entora., í, 1820, p. 32. P. ijuadratieolUs Blnch. Voy. D’Orb., 1843, p. 140, l\ [melosas Gemí. Zeitsdir. f. En tora., lii, 1842, p. 39. P. aculipenniH Casi, líist. Nat. Anim. arfe., 1, 1835, p. 210. Elater quadricollis Escliscli. Tlion Ardí. Ent., I, (2) 1829, p. 32. pyrotis Geno. Zeitschr. f. Ent., III, 1842, p. 42. * Buenos Aires. Córdoba, Tiicii- mán. Argentina. Argentina. II¡í«»Ide& Solí w . semiotides (Hchw.). Pyrophorus semiotides Soliw. Deutscb. Ent. Zcit., 1900, p. 154. Río Negro (Na- liuel lluapí). l.lltliiiN KscIimcIi. canaliculatus (Faina.) \ Denmveus oanal ¡enlatas Fairm. Natnralistc, 1885, p. 11. — Ana. Hoc. Ent. Fr. 1885, p. 45. 1 Según Eleutiaux, esta especie debe pertenecer ¡il género Corymbitcu el cual figu- ra en Gen. Ineeelonnn, lilat. 190(1, p. 220 corno sinónimo del géu. Ludlm EseliscSi . 253 — Confín!) i tes Fleut.iaux, Rev. chilena de Hist Nat., 1 907. p. 215. Tiliionema Sol. abdominalis (Guér.). * Neuquen. Alan* abdominalis Guér. Voy. Favorite, Mag. Zool., 1839, p. 21, pl. 228, f. 8. Osoi’iio (/'mui. ambiguus Canil. Fiat . Nouv., 111, 1881, p. 100. Patagonia. Cariliorliiiiiis Escliscli. bonariensis Canil. Mon. Elat., IV, 1803, p. 277. Buenos Aires, liumeralis Escliscli. Tlion Avcli. Ent., 1820, p. 34. * Misiones, modestus Canil. Mon. Elat., IV, 1803, p. 207. Argentina plebe j us Canil. Mon. Elat., IV, 1803, p. 258. ' * Córdoba. Trichopliorus Muís, ct Oo. 5<¡0. Drakei Sclnv. Dcutseh. Ent. Zeit., 1800, p. 102. fasciatus Oaud. Moa. Elat., IV, 1803, p. 340. flavipes Canil. Elat. Nouv., V, 1805, p, 53. flavovittatus Sclnv. Deutscli. Ent. Zeit., 1000, p. 351. crucitjer Selnv. Dentseli. Ent. Zeit., 1004, p. 70. minor Canil. Moa. Elat., T V, 1803, p. 353. sulcifrons Canil. Mon. Elat., IV, 1803, p. 350. tricolor Canil. Elat. Nonv., V, 1805, p. 00. I’aracosincsus Scliw. dimidiatus Sclnv. Dentseli. Ent. Zeit., 1000, p. 345. Agrióles Eschscli. australis Fairm. Ana. Soc. Ent. Fr., 1883, ]>. 402. Anaspasis Ciuid. parallela (Sol.). Dcromccux parallelns Sol. Gay, Hist. Chile, V, 1851, p. 15. Anaxpasis faxciolata Canil. Elat. Nouv., 111, 1881, p. 4. Protelater Fleutiaux Ilev. chilena de ITist. Nal., 1007, p. 218. * Buenos Aires. Misiones. * Formosa. Corrientes. * Buenos Aires. * Buenos Aires. * Buenos Aires. Buenos Aires. * Tueumán. Tierra ilel Fuego. *N cuquen, Lago Lacar. Géneros : 38 ; especies : 112. — 255 ÍNDICE ALFABÉTICO DE GÉNEROS DK LAS FAMILIAS BUPItESTIDAH, TRIXAGIOAE, MONOMMIOAB, BUCNKMIDAB, FXATER1DAE Achonisia 0. «0' O ............. . 221» Aomaoodora Eschsch ............ 220 A oten od 08 Lac 234 Adclocora Latr . 243 Adelothyreus Bonv. . 243 Aeolus Eschsch 247 Agrilaxia. Koir . 232 Agrilus Steph. 237 Agriotoa Eschsch ............... 254 Agrypiiella Camp ............... 249 AmbUgnathm 253 Amorphosoma Cast 237 Ainorphostcrnus II. Deyr 237 Amyia Tlioms . ................. 237 Anaspasis Caiul . 254 Anchastomorphus Caín]» . ........ 248 Anehastus ..................... 248 Ancylotola Watorh. 220 Anopliaehin.s Caín!. ............. 245 Anthaxia Eschacli .............. 232 Aptopus Eacliscli ............... 249 Borgklora Kcrr 240 Bruchys Sol. ................... 241 Buprbstidak Fam. ............. 226 Callinúcra H. Doyr 242 CardiorMuus Eschsch. .......... 253 Chalcolepidius Eschsch . ......... 244 CJialcopIiora Sol 228 Chalcopoecila Thonia. ........... 230 Chrysesthes Sol ................ 227 Chrysobothris Eschscli 233 Conognatha Eschsch 234 Corydon II. Deyr. .............. 237 CorymbitcH ..................... 253 Cosmosus Eschsch 253 C repulí us Cand. 244 Curia C. et G 233 Daotylozodes Clievr. ............ 235 Dcromccw ..................... 252 Diadora Korr .................. 237 Dicropidins Eschsch. ............ 245 Dilobitarsns Latr. .............. 244 Drastoriim Esohmtli 247 Ecfcinogonhi Hpin. .............. 229 Elathiudak Fam. 243 Epistomentis Sol ............... 227 Esthcsopus Eschsch ............. 250 Euchronia So! 227 Eucnkmidak Fam 242 Gastraulacus Guér . 242 Gcnome cus 253 Gorullos llar 240 Grammopliorus Sol. ............ 248 I Idiocia 0. ct G . . 228 Jleinirrhipus Latr .............. 244 Heter ocr cp i d i u s Guér. 244 líetorodercs Latr. 247 lleteroslelhus 249 Hifoides Scliw 252 Iloristonotus Cand. ............. 249 llyporantha Mannorh ........... 236 Hypnoidos Steph 249 Hypoprasis Fairm. ot Gonu ...... 227 líyporrliagus Tlioms. ........... 242 Ischiodontus Cand. ............. 245 Lamcsis Wcstw ................ 243 Lampotis Spin. (subgou.). ....... 228 Lissomus Dalm. ................ 242 Lissothyreus subgen 243 Lius H. Doyr. 241 Ludios Eschsch. 252 Megapenthos Kiosw. 248 Melanopliila Eschsch ........... 231 Monadicus Cand. 249 Monocrepidius Eschsch .......... 245 Monommidak Fam . ............ 242 Osorno Cand ................... 253 Paohypyga Stoinh ............... 231 Paehysclielhis Sol. 240 Paracosmesus Schw. 254 Paragrilus Saund. .............. 240 ParapoinachiliuB Schw 249 I’olocopsolaphus So!. ............ 227 Physorrhimis Eschsch ........... 248 1'ÍtIlÍSCllS Sol 231 Polyeosta Sol 22(5 Poinachilius Eschscli. 248 Protelatcr 254 Psiloptora Sol 228 l’torobot .liria Faina. ot Gonn 230 PtorotniHiis Eschscli.. 243 l'tuuimu 22(5 Pygicora Korr 230 Pyropliorus Illig 250 Seiniotns Esclisch 244 Stenogaster Sol 237 Stibadodcrns Bnrin 248 Taplirocorna Sol 241 Tetragonoschoina Tiloma 231 Tliylaoostornns Bonv 243 Tibinnonia Sol 253 Trirhnplinrns Mills, id God 203 Trigonogeninm llar 231 Tiiixauidae Fam 212 Troscns Latr 242 Tylauclionia Bnnn 230 Tyndarls Tlioms 22(5 ÍNDICE ALFABETICO DE ESPECIES Y SINONIMIAS Dli í. AS FAMIUAS BUIMIESTIDAE, THIXAGIDAH, MONOMMIUAE, ElíCNEMIIME, ELATKIÍIDAE nlidoniiiialis GiuSr. (Tildón.) 203 abdominalis Sid. (Ambliyn.) . 253 abj anotas Korr 240 abroviatas Gemí... 215 aouminatu8 Eschscli 252 ucutipennis Cast 252 acatas Korr 241 aeneopicoa Korr 228 aenescens Korr 237 aouous i5ruch 237 agrostis Eriohs. . 240 albomaculifev Saund 239 ulbov il losa Korr 231 alternaos Chevr 235 ambiyua Gory 227 umbiyuus Canil 253 americana Horbst. 220 angninns Korr... 237 any ularia Sclionh. 227 anyiilatu8 Drury 214 angiilosiim Sol. . 231 angiisUoollis Soliw. (Aptopaa). . . . 240 anyualiooUia Eschsch. (Pyropli.). . . 252 augustas Cliovr. (Agril.) 238 angustus Gory (Tapliroc.) 241 anyu8tu8 Blnoli. (Pyropli.) 250 argén teosparsa Porfcy 228 argentina Brucli 237 argentinas Korr. (Agril.) 238 argentinas Bracli (Taphroo.) 241 (iryuhilti h Mannorli 238 (18ÍHH8 Gorm 247 asporata Roed 22(5 atar Blncli 238 atlanlimiH Canil 247 atratus Korr (Pacbysch.) 240 atratua Gndr. (Gastranl.) 243 attennata Ebr 228 (ittenualus Faina 231 atonías Sehw 253 aarocophalns Gory 238 anrocincta Baria 233 anstralis Faina 254 azancas Tara 247 liaori Korr 228 liahiana Korr 231 basilaris Sclnv 247 Batosi Sanad 228 bella Guór 233 bollicus Korr 238 bollas Hay 245 Borgi Korr. (Agril.) 238 Borgi Korr. (Paragril.) 240 bioarinatiis Canil 245 bigatus Gemí 245 bimaculata Gory 233 bipartitas Canil 248 bisulcatus Latr 242 bivittata Sol 235 Blanchardi Sanad 238 257 — üomplaudi Brucli honarionsis Korr. (Agril.) honarionsis Canil. (Oariliorh . ) . . . . honarionsis Boh, (Cosmos.) Bonvouloiri Thonis . . boops Gemí brasiliensis C. ot G. (Paragril.). . . brasiliensis Cast. (Pterotars.) hrevipos Sclnv Ilnielü Bnicli (Antliax.) Bruchi Korr. (Pithisc.). Bruchi Korr. (I)actyl.) Bruclii Korr. (Amorphost .) Bruchi Korr. (Agril.) Bruchi Korr. (Paragril.) Bruchi Korr. (Pachysch.) Bruclii Korr. (Lilis) Bruchi Sclnv. (Grammoph.) Bruolii Sclnv. (Monadie.) Bruchi Sclnv. (Iloriston.). . . . . . . Bruchi Canil. (Pyroph.) Brullei C. et. G bruuiioiponnis Korr. (Agrilax.). . brumiipomiis Canil. (Monoer.) . . . Buquoti Spin caesia Gory callimicra Korr canaliculata Korr canaliculatus Fairni canilolarius Gorm candens Gorm. Candozei Fauv canoscons Stoiuh caninas Gorm cctribana Voot Caroli Korr castaneus Blnch. (Cropid.) casfcanous Steinh. (Iloriston.). . . . castor Saimd oentralis Canil Chovrolati Korr rhilmsin F. ot Gorm. (Sligmod.) . . chilensis Sol. (Ailcloo.) chrysostictus Klug cincticollis Sclnv cinemrius Gorm circumscriptus Korr. ........... darus Gorm colnmbiea Mannorh compacta Borg concintia Mannorh contusa Fairm. ot Gorm 235 conicieollis Fairm. ot Gorm 251 conjuncta Cliovr. (Dactyl.) 235 conjnncta Gory (Zcmina) 235 consanguinoa C. ot G 233 cordobcnsis C. ot G 233 coriácea Korr 232 corrosas Fairm. ot Gorm 230 corynthia Fairm 220 cosmosoidos Sclnv 240 oostiponnis C. ot G 234 crassionllis C. ot G 230 crassiusculus Sclnv. (Ischiod.). . . 245 crassiusctilus Canil. (Pomach.)... 24S crassus Blnch 250 credulns Kerr 240 c ribellata Fairm 230 cribrat ns Eschsch 242 oribricollin Fairm. ot Gorm 230 ornciflcr Sclnv 251 orine U. A. ot A. II. 10. Pliil 243 critx-nii/m Flout 24 S cuprcipos Fairm 233 onpreofom Fairm 220 oupripcs Fairm. ot Gorm 232 cuprivontris Korr . 220 cayana Pliil 235 cyanca Korr 242 debilipennix Steinh 233 decipiens Burm 232 decoras Burm. (Monocrop.) . ..... 240 decoras Gorm. (Trichoph.). ...... 253 donticollis Fairm 230 iloprossus Fbr 227 llorosa Gory 22!» Dosmaresti Tlioms. (Lampet.). . . . 221* Desmarosti C. ot G. (Chrysob.) . . 233 diffnÑim Gorm 250 dilaticornis Korr 23S dimiiliatus Sclnv 254 dispar Korr . 235 disti notas Korr. (Goral.) 240 ilistinctus llorbst (Somiot.) 244 Drakoi Sclnv. (Monocrop.) 240 Drakoi Sclnv. (Cosmes.) 254 Dufouri C. ot G 230 dumetorum Gory 220 elc¡iHlCOS 1 ION LA PROVINCIA DIO CÓRDOBA por Félix f. outes Secretario y director «le publicaciones del Museo de La Plata: profesor en las Universidades de La Plata y Buenos Aires Al doctor Ramón ./. f arcano . INTRODUCCIÓN * La provincia «lo Córdoba, si se aceptase como cierta una opinión bas- tante difundida, constituiría, del punto de vista, antropológico, un cam- po de investigación casi estéril. En realidad de verdad, tal creencia — desprovista, desde luego, de todo fundamento — «lebe su origen al co- nocimiento imperfecto de los materiales reunidos en diversas épocas, y á. propósito de los cuales sólo se han publicado, basta ahora, referencias incidentales, descripciones someras ó escuetos inventarios. Por ello, pues, resolví, en 1906, escribir una memoria que resumiera los antecedentes dispersos sobre las culturas primitivas do Córdoba, y en la que pensaba describir el material conservado en el Museo de La Plata; pero, ó, poco de haberla iniciado, debí abandonar la tarea: en pri- ' Kn rl curso do osla memoria empico sólo condicionnlmcnto las designaciones « período neolílieo » y « tiempos protohistóricos». Mullido es el valor restringido «pie eoliran esos tórnanos al abordar asuntos de pa.leoetnología europea y el concepto perfectamente definido que sus creadores les asignaron (conf. Loan Avkw.'RY, l'rc- hisforic Timen nn illnatratcd bi / ande ni rcmains and the man ñera and euatoms of modera mvaqca, 2 y siguientes. London, 1900; Gauiukl et. Adkikn »k Mortillet, Le préhis- 1 arique. Orif/inr, ef antiquité deVhomme, 15 y siguientes. Paris, 1900); pero, en Amón- en, toda, equivalencia cronológica resulta imposible, pues la, mayoría de los balotan- tes indígenas estaban en el momento histórico de la conquista, en pleno período neo- lítico, mientras, por otra, parte, son basta ahora insuficientes los estudios realizados sobre las industrias metalúrgicas aborígenes, su procedencia, antigüedad, desarrollo y proneaann tecnológico. mor término, obligado por la taita de tiempo para continuarla, dada la labor múltiple y ubicua (pie entonces realizaba; y, por otra parte, al con- vencerme (pie para, ponderar los pretendidos hallazgos paleolíticos, era imprescindible conociera el terreno de viau. ICI intervalo lia sido largo : recién en el mes de julio de 1 !>()!> pude trasladarme ¡i Córdoba — como siempre á mis expensas — y examinar allí, conducido gentilmente por el doctor Adolfo Doering, los sedimentos pampeanos acumulados en la cuenca del valle del río Primero; aprovechando, al propio tiempo, mi estadía para conocer y estudiar colecciones cuya existencia ignoraba. He tropezado, también, con dificultades de otra especie : para redac- tar algunos capítulos de esta memoria, he debido utilizar un fondo his- térico-documental harto abigarrado, somero, ambiguo, hasta contradic- torio; y aun memorias de especialistas, aparecidas en los últimos tiem- pos, que se resienten de falta de dirección y ausencia de método, por cuya causa aparecen embrolladas sus observaciones. Por ello lia sido menester completar é ilustrar los capítulos referidos, mediante un apa- rato erudito en cierto modo copioso que los empíricos juzgarán fuera de lugar y los frívolos recibirán con un gesto de marcada displicencia, pero que será apreciado — así lo espero — en su justo mérito, por los «pie valo- ran la importancia y disciplinas estrictas (pie implican los procedimien- tos analíticos y críticos, aplicados á cualquier investigacióif científica : en todo caso, c’cat une besogne faite unefois pour tontea etpour tona. Cerraba esta memoria un capítulo final que resumía mis observacio- nes, y en el cual señalaba ciertos paralelismos constatados ó fijaba iden- tidades y desemejanzas; no obstante estar redactado, he preferido sa- crificarlo, pues se trataría de una síntesis prematura, autorizada por un conjunto muy limitado de hechos. 101 material que he estudiado, procede en primer término del Museo de La Plata, cuyas series comprenden además de las colecciones formadas por el doctor Florentino Ameghino en los alrededores de Córdoba otros objetos obtenidos en diferentes oportunidades 2; he aprovechado, también, las piezas selectas existentes en el Museo Politécnico de Cór- doba, cuyo conservador me permitió estudiarlas; y, por último, algunos • Las colecciones particulares uíii, «lojamlo «lo ludo los pisos referibles cronológicamente ¡i. la. «'‘poca, lioloccna. y íí, los «pie designaré con el número 1, otros cuatro, caracterizados así : 2o (Constituido por materiales pulverulentos, color pardo claro ; con 1 lili mis últimas publicaciones sobre asuntos paleoetnológicos ó en las que, por excepción, abordo tenias geológicos, lie substituido el substantivo « formación » con que se ha. designado impropiamente basta abura á. los sedimentos pampeanos, por el «le «serie». Los motivos que me lian compélalo á realizar el cambio, son, sin duda, obvios ; por», conviene se conozca, el valor exacto que doy íí la referida designación, lie querido indicar con ella, tal cual lo expresaba la Comisión internacional encar- gada de componer una nomenclatura geológica, cierta sucesión decapas que se desea considerar aparte (G. Dkwalque, Sur V nnification de la nomenclaturc géologiqne. Ilésumé el conchmom da secrétaire général de la Commission, en Congrbs géologique ínter- aational. Compte renda de. la 2mr nession ; llologne, ÍSS I, 555. Bologna, 1882) ; aun- <|iic, en el caso ocurrente, sin darle acepción ostrat.igriílica, como lo resolvió el ( '«ingreso geológico reunido en Bolonia en 1881 (I)kwamiue, Ibid., 552 ; y, especial- mente, véase la página. !>8 donde se registra la resolución definitiva, tomada al tratar el $ 8 del informe de la Comisión inlernacio.nal). La salvedad apuntada, se justifica, considerando que los sedimentos pampeanos forman un complejo deficien- temente estudiado, aun sin explicación del punto de vista geológico, y peor inter- pretado en su estratigrafía. No obstante el conocimiento imperfecto do la pode- rosa formación sedimentaria referida, se lian planeado en diferentes oportunidades clasificaciones estratigrálicas cuyos autores confunden ó ignoran, en muchos casos, las reglas de nomenclatura ya establecidas y aceptadas. lian multiplicado, así, los pisos, los horizontes y, lo que es peor, en los últimos tiempos ciertos especialistas parecen atacados «le una « biatomanía » alarmante, señalando aparentes discordan- cias al solo objeto, quizá, de tener preparado albergue para otros elementos estrati- grálieos • — nuevos pisos y horizontes — que caracterizarán con faunas teóricas como algunas de las descriptas basta ahora, compuestas, en mucha parte, do especies simplemente sinónimas. líl problema do la edad de los sedimentos pampeanos se presenta., pues, muy obs- etiro, basta embrollado ; mientras, por otra, parte, el lamentable obstruccionismo de algunos elegidos que. atribuyen á sus teorías y afirmaciones infalibilidad absoluta y se encierran dentro una. torre de marfil que juzgan intangible, demorará la solución deseada. Por todo ello, be reunido prudentemente bajo la designación indeterminada, de «serie pampeana», los pisos comprendidos desde el clásico de Monte Hermoso basta el llamado «lujanen.se». Tiempos vendrán en que dicha designación se definirá, co- brará, valor estratigrálieo y representará cronológicamente una « ópoca » ; pero, en la. actualidad, sería prematuro pronunciarse, pues aun no se sabe con certeza, dada la carencia de estudios prolijos do geología, estratigrafía., petrografía y paleontología estratigráfica, como también por la. pobreza «le perfiles discretos que abarquen una área geográfica extensa, si los sedimentos pampeanos corresponden en su totalidad á la. época pleistocena <> algunos de ellos representan la pliocena ó si aun resultan en parte miocenos. La tarea será lenta, por de contado, piles recién se han comenzado á realizar perfora. «dones contraloreadas, á observar en otros lugares <|ue ya no son Lujan, Mercedes, Pergamino, San Nicolás, etc. ; pero será menester examinar cómo se presenta, la, serie en cuestión en el territorio de otras provincias, en las cuencas de los ríos interiores, en los valles «lo las serranías, y, en fin, tomar en cuenta más restos fósiles de mamíferos y moluscos actuales, terrestres ó de aguas estancadas 1 ; d° Areillo-arenoso, rojo claro, con depósitos semilacustres; estratos de guijarros, arena ó ceniza volcánica, y con gran cantidad de los restos orgánicos señalados en el piso superior i ; 4o Estratos más ó menos alternados de guijarros, casquijo y arena, con poquísimos fósiles 3; 5o Arcilla compacta, poco arenosa ; rojiza ; con grandes hendiduras colmadas de materiales diversos fuertemente cementados4; Por lo demás, el doctor Amegliino no se detenía en mayores detalles, pues esbozaba sólo los grandes lincamientos que le sugerían sus obser- vaciones. Algunos anos más tarde, en 1890, apareció la extensa memoria del doctor Bodenbender, y á que me lie referido !i. Sus observaciones, «le una faciee local que ilustrará el proceso de formación y proporcionará valiosos ele- mentos «le criterio para formular las grandes divisiones cronológicas. Mientras tanto, conviene no emplear la palabra « formación », cuyo concepto filé fijado por la Comisión internacional á que me he referido : /.o mot forma lio n — se «licc en el informe presentado — entrame l’idóe d’ origine et non celle de tempe. II nc doit pae ctrc employó oomme synomjmc de ay atime (*) ou ¿lago (Dhwai.quh, Ibid., 554) ; distinción que encuentran justificada estratígrafos tan conocidos como E. Ronevicr (couf. E. Rhnhvihr, Chronographo géologique, en Congres gcologiqiic international . Compte renda de la 6a seesioa, Zurieh 1894, 528 y siguiente. Lansanno, 1897) ; y que establecen aún autores ingleses, cuya tendencia al uso incorrecto de la palabra que me ocupa, es bien conocida : The tena « formation » — se dice en una obra apreciada — very commonly emploged hg Britieh geologiele, ie perhape bcet retained ae a louee general tena to indicato uny eet of bode, large or email, which liare eomc oommon charavterietic, either ae to mineral natare or foeeil contente, or ae to the mode in which the depoeit hae been formad. If used in a niciaNiTic eenee, it should be cmploycd ivith refcrcnce to the mode of formation or the lilhologieal natare of the roche ; eo that wc muy euitably epeal, of the « Challe Formation », or the « Coal Formation », or of a « marine formation », or a « laeuelrinc formation. » (IIionky Au.hynh Nicuoi.son and Richard Lydkkkek, Á manual of Falacontology, I, 41. Edinburgh and London, 1889). 1 Florentino A.m kghin'o, Informe eobre el Maeeo antropológico y paleontológico de la Universidad nacional de Córdoba durante el año 1885, en Boletín de la Academia nacional de Ciencias en Córdoba (República Argentina), VIII, 352. Buenos Aires, 1885. 8 Amhgiiino, Ibid., 351 y siguiente. 3 Amhgiiino, Ibid., 350. 1 Amhgiiino, Ibid., 349 y siguiente. 8 («mu, humo lio ohn uhn i > k i c , /,« cuenca del valle del río ¡‘rimero en Córdoba. Des- cripción geológica del valle del río Trímero desdo la sierra de Córdoba hasta la Mar Chi- quita, en Boletín de la Academia nacional de Ciencias en Córdoba (República Argentina), XII, 5-54, con 4 láminas y 1 mapa, liueuos Aires, 1890. ( ) En «4 texto original «lico terrain ; poro tóngaso un inunda «|UU ol Congreso substituyó la tlosig nación terrain jioi- systime (víase : UHWAi.iji'K, Ibitl., 5.r> I ¡ y la resolución corrruponiliculc. coate- n ¡da cu la página ¡MI). — 2(57 — hedías con laudable diligencia, son las más completos y amplias publi- cadas hasta ahora y abarcan, sin iluda, una extensión territorial rela- tivamente considerable. Mo obstante ser un estudio muy condenando, calidad qne dificulta sobro manera una nueva síntesis, podrían caracte- rizarse en la forma siguiente los diferentes pisos que establece : Io Tierra vegetal ; 2o Loess pulverulento más ó menos arenoso ; casi siempre sin estratifi- cación alguna ó á veces sub ó estratificado francamente ; ofreciendo, tam- bién, capas do arena micácea, gravas y arenas 1 ; .‘Io .Rodados, casquijos y arenas ; con frecuencia aparecen estratos alternados ó aislados de arcilla arenosa estratificada, y aun de ceniza volcánica 2 ; 4o Arcilla lina pulvurulenta, á veces compacta, otras arenosa; estra- tificada ó no ; con poca tosca; y con capas, en ciertos lugares, de rodados ó guijarros. Predomina en este piso la coloración grisácea 3 ; 5o Gran cantidad de tosca rojiza-; poca arcilla-, por lo común com- pacta 4 * * ; Por último, y de ello van corridos apenas dos años, el doctor 11. Lehmann-Nitsche publicó una mínima parte de las extensas observa- ciones geológicas y estrati gráficas realizadas por el doctor Adolfo Doering en la serie- pampeana de la provincia de Córdoba. \ Aquel distin- guido hombre de estudio, cuya labor enciclopédica es tan sabia, tan interesante y apreciada, divide en cuatro pisos los sedimentos deposita- dos en la cuenca del valle del río Primero ; á saber: Io Tierra vegetal ; 2o Locssgm su mayor parte cólico; ceniza de piedra pómez blanca ó verde; y una mínima porción del piso constituida por arena micácea ó arcillosa, ó arcilla bien estratificada 0 ; 3® Capas de guijarros y arena fluvial con la intercalación, casi siempre á mitad de su desarrollo, de un estrato de loess ó arcilla de poca ex- tensión 7 ; 1 Bodknheniíek, Ibid., 8 «- 22. s Bodknbendkr, Ibid., 8 sí 23, 33 y siguiente. 3 Bodenbkndkr, Ibid., 8 á 23, 25, 26, 27, 29. 4 Bodenbkndkr, Ibid., 8 á 10, 25. Adolphk Doering, La formation pampéenme de Córdoba, en Robkrí Lehmann- Nitsciik, Nouvclles recherches sur la formation pampéeme, ct Vhomme fosaile de la R6- pnblique Argentina, publiciulsM en Revista del Museo de La Finta, XIV (segunda se, ríe, I), 172-190, -con una Minina; Buenos Aires, 1907. ■ * Doering, Ibid., 172, 175 ú 179. 7 Doering, Ibid., 172, 179 y siguiente. 4o Parecido al superior pero más compacto; grietado; con tosca, y capas de ceniza volcánica 1 ; Asimismo, el doctor Doering subdivide al piso 2 en tres snbpisos; pero, no insistiré sobre ese detalle, pues debo volver á tratar más ade- lante el mismo asunto con cierta amplitud. Determinados los caracteres esenciales délos pisos establecidos por los doctores Amegbino, Bodenbender y Dooring, pueden lijarse las siguientes equivalencias (Mitre las divisiones es trat i gráficas mencio- nadas : 1’ÍHOS División do Amcghino.. 1 2 y 3 I ü División do Hodonbcndcr .. . . 1 2 3 4 y ó División do I locring 1 2 l> I Á decir verdad, y aunque parezca lo contrario, no existe discrepancia substancial en los resultados generales obtenidos por aquellos observa- dores. Todos ellos establecen un piso medio formado por guijarros, cas quijo y arena (4, Amegbino; 8, Bodenbender; 8, Doeringj ; por otra parte, para los doctores Bodenbender y Doering el superior (2, de ambos auto- res), está constituido casi en su totalidad por loe.su pulverulento (pie el doctor Amegbino subdivide (pisos 2 y 8 de su clasificación), tomando en cuenta el mayor predominio de arcilla y arena en los niveles inferiores; y, por último, el piso inferior (5, Amegbino; 4, Doeringj arcilloso, más ó menos compacto, agrietado y con mucha tosca, es uno mismo para los doctores Amegbino y Doering, mientras Dodenbender lo subdivide (pi- sos 4 y 5 de su clasificación) según sea mayor ó menor la proporción de arcilla, ó menos ó más la cantidad de tosca, respectivamente. Asimismo, el doctor Bodenbender liace notar que la constitución « normal » de su l»iso 4 se baila, alterada y substituida en cierta parte del valle por una Jaclcfi « local » arenosa y estratificada 2 (pie, es muy posible, el doctor Doering refiriera á su piso 8 ; como es también sabido que este último especialista considera correspondiente á su piso 2 :| la capa de ceniza volcánica señalada por Bodenbender en los alrededores del Observato- rio Astronómico y que incluye en el piso 8 de su clasificación 1 Douiiino, IhiiL, 172, ISO. J IIoiuon hkn i >eu, lliiil., 2!l. * Doichinu, lililí., 184 y H¡y> II ¡(MI I c . ‘ IfonHNiiKNOlcit, Ihiil., M. Ln capa do coniza que existe en ol bucara, la ubica ol autor citado olí el límite do sus pisos 2 y 3; poro, lo cierto os que ligara dentro do esto último, según so desprendo dol texto que acompaña al perfil respectivo (Ibiil., 17). Sin duda alguna, dicho estrato os ol misino (pie caracteriza la división inferior dol piso 2 do Doering y que aparece cu ol Observatorio y sus alrededores (Dokkin’u, IhiiL, I7¡l, 184 y siguiente). 269 Se trata, como lo he dicho, de simples divergencias de detalle que, en muchos casos, tienen por causa la dificultad de precisar el límite de los estratos que constituyen los pisos. Durante mi estadía en Córdoba, he examinado con detención los diversos aspectos y particularidades que ofrece la serie pampeana, y he podido constatar, con tal motivo, la bondad de la distribución en pisos formulada por el doctor Doering; á mi entender, la más lógica y ajustada á verdad, pues concuerda con las divisiones naturales «pie ofrece, muy distintamente, el terreno1 *. Itesumiendo : los sedimentos pampeanos depositados en la cuenca del valle del río Primero corresponden, sin duda alguna., á. una formación terrestre (pie ofrece diversos aspectos ; en los niveles superiores preva - I ece en gran parte el tipo aéreo y d ef ocies eóliea (pisos 2 y 3, Ameghino; 2, Bodenbender. 2, Doering) s; luego, en el piso medio, el limoso, de /Vi- cies francamente fluvial (4, Ameghino; 3, Bodenbender; 3, Doering); y, por último, una sucesión de estratos, también de tipo limoso y facictt en casi su totalidad Huvio-lacustre 3, constituyen la base de la poderosa serie sedimentaria, que me ocupa (piso ó, Ameghino; 4 y 5, Modenben- de; 4, Doering). Los mismos especialistas citados en el curso de los párrafos anterio- res, han tratado de establecer un paralelismo cronológico entre los sedi- mentos pampeanos cordobeses y los de localidades «clásicas» situadas en las llanuras de la provincia de Buenos Aires. Bodenbender refiere al lujanense 4 (pampeano lacustre) sus pisos 2 y 1 Estaría, sin duda, fuera de lugar, un análisis crítico de las grandes divisiones estratigrúlieas propuestas por los doctores Amoghino y Jíodeubender. Como lo lio dicho cu el texto de este estudio, deseo agregar y comentar, cuando sea oportuno, antecedentes esenciales destinados á fijar la posición, establecer la antigüedad rela- tiva y orientar al lector en asuntos, quizá, en algunos casos, poco familiares. ■ Adopto los tipos de formaciones y la agrupación en facies de las mismas que propone Ronevicr (Rknkvihh, Ibul., 536 y siguientes). 3 La interpretación do los hechos geológicos que contribuyeron al desarrollo de los sedimentos depositados en el valle del río l’rimoro, esbozada discretamente por Bodon- bender — cuyas observaciones y prolijos perillos son, hn ('1 caso, los únicos detalla- dos — me inducen á considerar á los estratos que constituyen la baso do la serie pampeana de aquella región, como una facies fluvio-lacustro (véase en primor tér- mino : Booicnuundeh, Ibid., 45, 46 ; especialmente 47 y siguiente ; 49. Conviene, asimismo, informarse de la memoria del mismo especialista, La llanura al este de la sierra de Córdoba, Contribución á la historia del desarrollo de la llanura pampeana, publicada en el lióle, Un de la Academia nacional do Ciencias en Córdoba, XIV, 25, 23, 36, 39, 41, 51. Buenos Aires, 1894). 4 Las grandes divisiones estratigríificas de la serie pampeana do la República Ar- gentina, reclaman una revisión que se hace imprescindible. Empleo, pues, condicio- — 270 — .'}; mientras considera al i como representante del bonaerense (pampea- no superior) y á los señalados con los números 5 y (i correspondientes al ensenadense (pampeano inferior); designaciones todas — como ya se sa- be — de clasificaciones estrati gráficas conocidas '. En cuanto si las identificaciones del doctor Amegliino, lian sido tan instables que lie preferido reunirías, para mejor comprensión, en el cua- dro sinóptico que sigue: Pisos ilo ( Ymlolm ( 1 885) Equivalencias (188!)) (1891) * 1 iij anoiiHü bonaerense indeterminado ensenadense luj alíense bonaerense belgranensc ensenadense ) \ 1 ajánense bonaerense ) en parte ensenadense y belgranense \ en parto pueleliense Por otra parte, el doctor Doering no ha determinado la equivalencia de los sedimentos que describe. Su agrupación en tres pisos responde á un concepto de estratigrafía local, pues aprovecha, como es fácil com- probarlo, las mismas divisiones naturales del terreno. Sólo expresa su creencia do que les (Upóla séUtdoniqncs veris du lacustre pampeen de liuenos Aires correspondent aux conches de fierre ponen has i que de Vétage supérieur de Córdoba B. No existe, pues, en cuanto á cronología, esa discrepancia mínima y tolerable, anotada al tratar de la estratigrafía regional; y no encuentro, por desgracia, concordancia alguna en las opiniones de los diversos au- tores, ni aun entre las emitidas en distintas épocas por un mismo in- vestigador. Conviene, pues, analizar brevemente las identificaciones hechas hasta ahora, para lijar su verdadero valor. utilmente, las designaciones de pisos que aparecen en el texto, y mientras no se llevo á cabo ol examen crítico á que me lio referido. 1 Bodknhknder, La cuenca, etc., 43. s Ameghino, Jbid., 350 íí 352. 3 F. Am comino, Contribución al conocimiento do los mamíferos fósiles do la República Argentina, en Actas do la Academia nacional do delician cu Córdoba, VI, 30, 32, 33 y 31. liuenos Airos-Paris, 1880. 4 F. A[micuiuno], llovióla critica y hibtioyrdjlca, en llovióla argentina do Historia Na- tural, I, 50. lineaos Aires, 1801. 6 Doeking, Ibid., 187. D’ailleurs — dice juiciosamente el doctor Doering, — faute d’ investigations correspondentes, il n’est pao encore poosible, juoqu’d prósent de comparar cnsemble los cauches des différents ótages de Córdoba avec les systémes de la formado» pampéense de liuenos Aires suivant Ameghino et lloth ot par conséquont deles harmoniser (Ibid., 187). — 271 Bodenbender so apoya, según parece, en argumentos exclusivamente estnitigráíieos; desde que en oí curso de su extensa memoria no mencio- na un solo hecho paleontológico, corroborante de sus afirmaciones : la base resulta, así, insuficiente. Asimismo, al identificar sus pisos 2 y 3 con el lujanense ó pampeano lacustre, incurre en un grave error de In- terpretación; bastará recordar que el piso 2 está constituido por loess pulverulento eólico y por capa de gravas y arenas que evidenciarían, á lo sumo, una limitadísima y circunscripta /«cíes fluvial. Este último as- pecto, so acentúa de tal modo en el piso que lo caracteriza en todo su desarrollo; desde luego, resulta aún más absurdo considerar como una formación lacustrina á estratos de rodados grandes, casquijo y arena, que sólo pueden haber sido depositados por aguas corrientes más ó me- nos rápidas. Por otra parte, los depósitos lacustres distribuidos en el pampeano — que en mi opinión no constituyen un piso — están bien caracterizados litológica y estrati gráficamente para, ser confundidos con una formación terrestre de tipo limoso y f ocies lluvial ! Por último, tampoco puede admitirse que el piso 4 del autor nombrado represente al bonaerense (pampeano superior), pues los elementos paleontológicos que de allí proceden prueban, como lo demostraré á su debido tiempo, algo bien distinto. La opinión de Ameghino, emitida en 1885 contenía algo de verdad, pues era lógico suponer la posible equivalencia de su piso 5 con el en- senadense (pampeano inferior). Por 3o demás, en aquel entonces no-refi- rió á horizonte alguno la poderosa formación lluvial del piso 4 de sus divisiones; y consideraba á los señalados con los números 8 y 2 como representantes del bonaerense y 1 ajánense respectivamente (pampeano superior y lacustre). La interpretación que acabo do mencionar fuó reproducida por su au- tor, con una alteración importante, algunos años más tarde; el piso 4, es decir, los potentes estratos de rodados, casquijo y arena serían equi- valentes del bel gránense 2. Esta identificación es tanto más inverosímil, cuanto que no existe prueba paleontológica alguna que la corrobore. Asimismo, la vasta acumulación de sedimentos fluviales de aspectos di- versos que constituyen el piso en cuestión, aportados, muchas veces, por aguas que han corrido con allure torrencial ■ — vale decir, en corto espacio de tiempo contrasta, notablemente, con la formación marina, de la transgresión belgranense que implica hechos geológicos produci- dos con lentitud milenaria, pues ha sido menester el progresivo descen- so del terreno, y la acumulación paulatina de los densos bancos de mo- luscos que caracterizan aquella formación. * Ameghino, Informe, ote., 350 á 362. 8 Ameghino, Contribución, etc., 32. 272 Por último, en 18ÍI1 ', el mismo doctor Ameghiuo al analizar la me- moria del doctor Bodenbender sobre la geología y estratigrafía de la cuenca del valle del río Primero, formuló una nueva identificación, subs- tancialmente distinta de las anteriores. Sus pisos 2 y 8 representarían el lujanense (pampeano lacustre); el 4, el bonaerense (pampeano supe- rior); mientras parte, del 5 correspondería al ensenadenso (pampeano in- ferior) y el resto al puelcliense (araucano). _N o obstante las variantes introducidas, no aportaba ningún hecho nuevo en apoyo de sus inter- pretaciones; como tampoco ofrecía — aunque era mencionada al pasar — la pruelia paleontológica imprescindible; y se reducía ¡i someterá un lecho de Procusto, las observaciones de su colega, realizadas en lu- gares (|ue ofrecen multitud de particularidades y «características» lo- cales. En cuanto á la posible equivalencia de las capas de ceniza volcánica verde de Córdoba con el lujanense (pampeano lacustre) de la provincia de Buenos Aires, supuesta por el doctor Doering 1 2 3, no se lia estableci- do, como pudiera creerse, fundándose en una igualdad de faunas, sino en la identidad de cierto proceso químico porque habrían pasado los estratos de ceniza de la serie pampeana cordobesa, intensificado en ele- mentos litológicos semejantes (pie constituirían la mayoría, de los su- puestos depósitos lacustres del piso á que me he referido a. Bu descom- posición crónica de la ceniza volcánica básica bonaerense, en el supuesto de que así lo fuera, habría formado capas más ó menos estratificadas verdosas, confundibles, es cierto, por su aspecto, con los verdaderos de- pósitos lacustres bien caracterizados por la presencia de elementos zoo genos; pero, para que dichas capas constituyeran una referencia segura al objeto de establecer determinados paralelismos, sería menester fijar previamente la posición estratigráfica de los estratos de ceniza señalados en diversas localidades de la República, y determinar los elementos lito- lógicos y mineralógicos que los constituyen; tarea, por desgracia, aun no realizada. El criterio restringido del doctor Bodenbender, las interpretaciones instables del doctor Ameghino y la identificación dudosa del doctor Doering, basada en hechos aun no comprobados, me han inducido á uti- lizar los antecedentes paleontológicos de la región, para, con argumen- 1 Amuuuino, ¡invista, ole.., f>0. 4 Doicking, Ibid., 187. 3 La cendre verte basique, exposée danv un grand nombre de lieux, <1 l’air et d l’humi- dité, vanv arriver juvqu’á la lixiviation, forme en se dccomposant des conches de couleur ocraciíc, juvqu’au brun routjedtrc tres fcrnujineuvev ; mais pendan I loar dépól danv l'eau. spócialemcnt en próvcnce de matiércv ori/aniques, et aussi danv les endroils exposés d une 273 tos «lo esa clase, aun no empleados, tentar de pronunciarme sobre la equivalencia relativa de los pisos que forman' la serie pampeana en la cuenca del valle del río Primero. Para ello me valdré de las observacio- nes contenidas en la memoria del doctor Doering que forman, quizá, uno de los pocos ensayos de paleontología estratigráíica. publicados bas- ta ahora en mi país '. En el cuadro I, he reunido los diversos géneros cuya presencia se ha. constatado, hasta ahora, en los tres pisos naturales (Doering) en (pie aparecen distribuidos los sedimentos (pie me ocupan, pero habiendo conservado, además, en el mismo, las subdivisiones del citado autor ¡tara definir mejor la posición de los hallazgos. Se observa, en primer término, que con los 20 géneros distintos pro- cedentes del piso 2 (2 y 3, Ameghino; 2, Bodenbendeij puede, sin vio-* leneia alguna, formarse dos grupos : el uno constituido por 11 géneros (55 "/„) aun existentes, y, el otro, por 0 (45 °/0), completamente extingui- dos \ Se nota, asimismo, la presencia, de elementos que caracterizan en absoluto al bonaerense (pampeano superior); en primer hxgnr .TJqnus 3, luego, en niveles inferiores (subpiso intermedio) Odocoilcm, IHdctphys y Conepatvs El examen demuestra, pues, que el piso 2 (2 y 3, Ameghino; 2, Bo- denbendeij corresponde, sin duda, al bonaerense (pampeano superior). ahondante filtration d' can souterrainc, ¡1 se forme purfois des conchen d’une esphee d’ ar- dite séladonitiqne de conlenr plus ou mohín verddtre, nurtout noun l’aclion nimnltanóe de l’ can nn pea saumdtrc (/hid., 173). 1 (jomo lo manifiesto ou ol texto, utilizo los (latos paleontológicos contenidos en ol estudio del doctor Doering (Ibid., 175 st. 180), quien no sólo lia anotado los fósiles do cada piso, sino también los retirados de onda uno de los estratos. Unicamente lie substituido la nomenclatura genérica y específica empleada por aquel distinguido investigador, y lie eliminado, también, las designaciones sinónimas, valiéndome para ello de las últimas memorias paleontológicas de Florentino Ameghino. * La proporción centesimal de géneros actuales en el piso 2 es, sin duda, notable. Conviene se sepa que Ameghino en 1889 (Contribución, etc., 950), anotaba 25 géneros comunes íí las faunas del bonaerense y do los terrenos actuales, sobro el total de 72 géneros señalados en aquel horizonte (30 °/n). :l «Un punto importante — dice Ameghino en una. publicación reciente — que parece claramente establecido, es que el género Equun estú limitado al pampeano superior (bonaerense y lujanense) y también al postpampeano antiguo (platease), pero falta completamente en el pampeano inferior (ensenadense) ». (F. Amkgiiino, Nuevas especien de mamíferos cretáceos y terciarios de la llcpíihlica Argentina, en Anales de la Sociedad Científica Argentina, LVII, .332. Buenos Aires, 1901). 4 Para establecer la comunidad de géneros entre los diversos pisos de la serie pampeana, me lie valido de la publicación lufís reciente al respecto (I1’. AMlídllINO, Les formations sódimen taires du c.rétacó mtpérieur el dtt tertiairc de Catagonie, mi Anales del Museo Xacional de Unenos Aires, XV, 181 tí 192. Buenos Aires, 1900). - 274 Cuadro I ( ¡ÓIIHI'OH 1’ÍHOS H. ii. I,. p. A. ( Equuts . . PISO uibpiso suj > )crior) 4- + + 4- Lama + 4- 4- 4- 4- l'alaeolama + 4- 4- 4- -- Ctcnomyn 4- 4“ 4- + 4- Fincada + 4- 4- 4- 4- Cavia . — — — + 4" Mei/atherium 4- 4- 4- — - Eumylodon .... . + 4- 4- 4- — ■ Glyptodon + 4- 4- — — Soler ooaly plan 4- 4- - — — PanoííhtuH 4- 4- 4- __ -- Enlatan 4“ 4- 4- — — (» Toxodon . . tintino inte 4- nnedio) + + tídoeoileun ... — + 4- 4- 4- Viseada . . 4- + 4- 4- 4- Orthomyctera . — 4- 4- + 4- Cavia .... — — — 4- 4- Diddphyn. . . . — 4- 4- 4- 4- Conepatu».. — 4- 4- + 4- Eelin 4- 4- 4~ 4~ 4- Seelidolliorium . + 4- 4- — — Eumylodon 4" 4- 4- 4- — fílyplodon 4- 4- 4- — ■ — LomaplioriiH Panoohtun 4- 4- + 4- 4- : — ( Selerocalyptun . . nubpiso inj + ferior) 4- Tolypeutes + 4- 4- 4- 4- Mastudon ¡•ISO 4- i 4- 4- 4- Eumylodon 4- 4- 4- 4- — Solvrooalyplun 4~ 4- — — — ' Toxodon PISO 4” i + 4- Diüoelophorm — — — — — Lomaphorus 4- 4- — 275 — Los restos fósiles obtenidos en bis eapnsde rodados, casquijo y arena (4, Amegliino; 3, Bodenbender y Doering) son poquísimos; y los tres gé- neros determinados, Mastodon , Numylodon y Sclcrocalyptus l, son co- munes al cnsenadense y bonaerense, señalándose, también, los dos pri- meros, en el lujanense y platense. En este caso, los géneros poco expresan; y conviene, por ello, reserve mi opinión hasta tocar, más adelante, otros argumentos. Por último, en el piso 4 (5, Amegliino; 4 y 5, Bodenbender), se habrían encontrado según Amegliino 2 — dam les conches supéricurcs, repitiendo la frase de Adolfo Doering 3 — restos de especies pertenecientes á los géneros Toxodon , Dicoclophorus y Lomaphortts. Como lo saben los espe- cialistas, Toxodon y Lomaphortts son elementos comunes al ensenadense y bonaerense; en cambio, Dicoclophorus caracteriza — aunque acaso fuera discutible 4 — al hermosense, piso donde también existe Toxo- don, pero en el cual falta en absoluto Lomaphorns. La presencia de este ’ Amkghino, informa, ote., 357 ; Dokking, Ihid.. ISO. ! Amkghino, Contribución, etc., 30. 3 Doering, Ihid., 180. 1 Mis reservas á propósito de Dicoclophorus, son fundadas, lili 1870, Enrique üervais y Florentino Amegliino describían la nueva especio Ctenomys latí dam, valién- dose de una mandíbula inferior traída del río do la Plata por el coleccionista F. Sc- guin (II. Gkuvais et F. Amkghino, Le s mammifh'cs fossilcs da l’Amérique du Sud, 68-09. Para-Buenos Aires, 1880). Aunque los autores nombrados no indicaron la localidad ni el horizonte de donde procedía la pieza do que se sirvieron, so sabe que el yacimiento correspondía al ensonadense (pampeano inferior) pues el doctor Amegliino, poco tiempo después, decía : « Los huesos sobre que he fundado el C. latidens, especie bastante diferente de las actuales, provienen de las toscas del fondo del río de la Plata, es decir del pampeano inferior» (F. Amkghino, La antigüedad dal hombre en al Plata, II, 323. Buenos Airos-Paris, 1881). Ctenomys latidens subsistió, como especie válida hasta 1887 (F. Amkghino, Apuntan preliminares sobra algunos mamíferos extinguidos del yacimiento do «Monte Hermoso », existentes en el Musco La P lata , 4, do la tirada, aparte de dicha memoria (|ue debió aparecer en el tomo I del Boletín del Museo La Plata, que j anuís vió la luz pública. Buenos Aires, 1887), época <-n la cual la consideraba Amegliino como «muy escasa por encontrarse sólo en terre- nos muy antiguos, propampeanos ódol pampeano inferior. » (Amkghino, Apuntes, etc., ■1 ; véase, igualmente, el cuadro do cronología paleontológica incluido entro las pági- na§ 334-335, del tomo II de La antigüedad, etc.). Pero, un año más tarde, con mate- rial más numeroso y completo, Amegliino funda el género Dicoelopliorus, distingue en él varias especies, en una de las cuales, Dicoclophorus latidens, incluyo A Ctenomys latidens que, por esta causa, desaparece do la nomenclatura (F. Amkghino, Lista de las especies de mamíferos fósiles dal mioceno superior de Monte, Hermoso, hasta ahora co- nocidas, í¡. Buenos Aires, 1888). Dicoclophorus latidens figura como especie típica del horizonte de Monte Hernioso en el texto de la clásica, obra, de Amegliino sobre los mamíferos fósiles do la, líepúbliea (Amkghino, Contribución, etc., 158), no obstante aparecer en los cuadros sinópticos de géneros y especies reunidos al final do aquella valiosa contribución, como especie también propia del ensenadense ó pampeano infe- Cuadro II PÍKOH K. li. L. i». A. 1*180 2 (subpiso superior) Jtiquus reelidens — — 4- 4- — Lama cordubcnsis — — — 4- — Ctenomys magellanicus — — 4- + + Ciscada viseada — — — 4- + Glyptodon reticulatus — + 4" — — Panochtus tnbereulatus — + 4* — — Eutatus brevis — + • 4- — — (subpiso intermedio) Ciscada viseada subsp. angustidens ■— — 4- — — Ciscada debilis — + 4- — — Ciscada heterogenidens — + — — — Orthomyetera lata — + — — — Didelphys juga — + — - - Conepatus cordubcnsis. — 4- — — - Felis palustris — + + — — Scclidolherium loploccphalum. . . . — 4- + — — Glyptodon reticulatus — 4- 4- — — Lomaphorus elegans — + — — — 1‘anoehtus tuberculatus .. . — 4- 4- — — ( subpiso inferior) Sclcrocalyptus órnalas 4- 4- - PISO i Toxodon ensenadensis + — — — — Dicoelophorus latidens — — — — — Lomaphorus imperfectas. + — rior (AmuOiiino, Contribución, oto., SM-3, 1)17 y 1)83) ; adjudicación reiterada — lo liaré notar — cu publicaciones posteriores (l'\ Amkciiino, Sinopsis gcológico-palconto- I ogiva, on Segundo censo de la República Argentina, I, 178. Buenos Aires, 1808). Sin embargo, on memorias recientemente aparecidas, Dicoelophorus os género caracterís- tico y exclusivo del piso liormoson.se (Amicühino, Les J'ormations, etc., 181 y 501). Entrego, sin comentario alguno, estos antecedentes — cpio se relieren á un ele- mento considerado como típico — al juicio del lector libre de prejuicios. 277 último género en el piso 4 (le, los sedimentos pampeanos depositados en la cuenca del valle del río Primero, excluye por completo la posibilidad de (pie los estratos superiores del mismo, pueden referirse al hermo- sense. La « incompatibilidad » paleontológica mencionada al pasar, quizá pudiera explicarse recordando, simplemente, la vaguedad de in- formaciones á propósito délos restos fósiles reunidos en el piso 4; la frase de Doering transcripta en uno de los párrafos anteriores, no im- plica (pie los restos de Toxodon, LomaphoruH y Diaoclophorm procedan, exactamente, de una misma localidad ó nivel. Pienso, sin embargo, (pie boy por lmy sería poco serio y basta precipitado, referir al bermosense una parte de los estratos del piso 4, valiéndose de elementos paleonto- lógicos de valor dudoso, como lo demuestro en nota. En cuanto al resto de las capas, sólo el examen de las especies (pie de ellas proceden, con- tribuirá, como se verá más adelante, á determinar una equivalencia es- I ratigráfica relativa. Puestos á contribución los géneros, sólo resta, examinar las especies, á las , Bodenbender) — descartando Dimalophorm hxUdem, por los motivos expuestos oportunamente — Toxodon emmwd-emin y Lomapkorm imper - ffict-m, son elementos si bien considerados basta abora, como propios del ensenadense, desprovistos,. por desgracia, del valor de especies caracte- rísticas, tanto más cuanto que á una de ellas se la considera dudosa por algunos especialistas s. 1 Kl resto odenbender) debe corres- ponder, como el 2, al bonaerense ó pampeano superior. Sea lo KN mcNDKií, ¡ai cuenca, ote., 17 y siguientes. 281 tínbjwo ínter ■medí o e) Loess subestratifi callo de sedi- e) Locas por lo común estratifi- mentación eólica, muy mezclado á. «ado (4 ó, 5 metros), «ioniza, volcánica (4 metros), f) Capa de coniza volcánica ver- de (1 metro). fl) Loen® cólico, casi sólido, apó- lisis estratificado y con pequeñas piedras ó fragmentos menudos de guijarros (ó metros). ttnbpiso inferior h) Arena micácea poco compacta y con pequeños guijarros rodados (1 metro), i) Arena arcillosa en lechos y de estratificación continuada; notán- dose, en otros lugares, unaca.pa.de o, eniza volcánica blanca. (2 metros). k) Loess cólico, no estratificado, compacto y con líneas de vivianita (0.50 á 1 metro). l) Arcilla verde, muy arenosa, bien estratificada en capas ondu- ladas (3 metros). d) Arena, micácea y gravas (1 á 2 metros). c) Loess estratificado, ondulado (0,50 á 1 metro). J) Anuía de mica. (2,50 metros). Considero al perfil de Malagüeño, como la mejor pauta para, el estudio de la estratigrafía, de los sedimentos que forman el piso 2. Durante mi estadía en Córdoba lie encontrado sus elementos ostral, i gráficos en diver- sos cortes que ofrecen los barrancos próximos á la ciudad; y, á decir verdad, sólo abrigo reservas respecto á las capas do ceniza volcánica. Estos mantos que serían tan característicos, no se presentan, tal cual lo suponía antes de conocer el terreno, con la nitidez deseada; por el contrario, ofrecen grandes soluciones de continuidad y, en muchos ca- sos, resulta muy difícil, sino imposible, constatar su existencia. Así, la capa einerítica correspondiente á c, no lie podido hallarla bien ca- racterizada; otro tanto sucede con la /; pero, en cambio, á la más infe- rior la he encontrado claramente definida, formando en lugares próxi- mos al parque. Crisol, dos ó más estratos finísimos, algunas veces hasta •282 — do un milímetro de espesor. Sin embargo, y vuelvo á repetirlo, las solu- ciones de continuidad son muchas y sensibles, y recuerdo — pues me llamó mucho la atención — que durante mis excursiones por las cerca- nías de! Observatorio Astronómico, encontró en el corte recién hecho para dar lugar al trazado de una nueva calle, una. aglomeración aislada, pequeña, de forma irregular y muy condensad a. de la ceniza volcánica blanca correspondiente al subpiso inferior Los pretendidos yacimientos paleolíticos mencionados hasta, ahora, llegan al número de cuatro. La posición estrat. i gráfica del más moderno — en el límite de la capa b ' con la tierra vegetal — y el examen prolijo del terreno, me han con- vencido de que se trata, de un KnUur hujer francamente neolítico; por ello, pues, me ocupare en la parte pertinente de esta memoria, de las diversas circunstancias que rodearon ese hallazgo y del material que lia proporcionado. Le sigue, dada su posición, el yacimiento del corte del ferrocarril á Mala- güeño, uno de los primeros descubiertos. «Se encuentra — decía el doctor Ameghino en 1885 — á una profundidad de 5 á (» metros algo más abajo , á un espacio reducido ocupado por el fuego destinado á quehaceres domésticos. Aun más, es sabido que en multitud de pueblos primitivos, los fogones se hallan protegidos por una ca- vidad natural del terreno ó hecha al efecto ; y que en los mismos casos do hogares comunes, como los llamados « fogarines » por los actuales campesinos de la Anda- lucía, se elige una depresión que favorezca el mantenimiento del fuego y su mejor aprovechamiento. .Se me ocurre, pues, que un concepto tan bien determinado, no ha menester de los venvoin bibliográficos corroborantes. liaré notar, asimismo, que el corte hecho para dar puso á los rieles del ferrocarril á las canteras de Malagüeño, tiene una anchura de 15 metros, según datos comuni- cados por el ingeniero II. II. I’etty, de la empresa. •284 El tercer yacimiento fue descubierto en las proximidades del Observa- torio Astronómico, «al pie de la barranca, sobre los dos costados opues- tos de una pequeña canaleta ó hendidura formada por las aguas pluviales. Presentaba una superficie aproximada de un metro y medio cuadrado, con un espesor de 15 centímetros. 101 terreno estaba conglomerado y convertido en ladrillo por la acción del fuego, y consolidado además por infiltraciones calcáreas y vetas de tosca. En todo su interior estaba lleno de huesos quemados y fragmentados de Toxodon , Mylodon ‘, un edentado indeterminado, quizás el Valgipes, y huesos y fragmentos de coraza de un Tolypeutes , conjuntamente con algunos fragmentos de cás- cara de huevos de avestruz» 1 2. Hacía notar además su descubridor, el doctor Ameghino, que al «mismo nivel que el fogón, pero á alguna distancia », había recogido « dos cuarcitas talladas » y restos de Hctdi- dotherium y Viseada heterogenidens ; y, por último, que en niveles supe- riores del corte había hallado üclerocalyptns ornatus , Macmvchenitt sp. y Eutatus sp. 3. Los restos del pretendido fogón á que se refieren los antecedentes re- sumidos en el párrafo anterior, proceden del estrato k, formado por lovss eólico no estratificado, compacto y con líneas de vivianita. La mejor característica de dicha capa es, sin duda, la presencia del mineral de hierro nombrado y, justamente por ello, creo que existe un perfecto iso- cronismo entre el yacimiento y el terreno adyacente : gran parte del pre- tendido fogón que me ocupa, conservada en el Museo de La Plata, ofrece en toda la masa y aun envolviendo los diversos restos que contiene, una producción apreciable de líneas gruesas y finas de vivianita. Como describiré dichos restos, que forman parte de las series de nues- tro Instituto, en el curso del capítulo siguiente, me abstendré, por aho- ra, de analizar los elementos de prueba aportados para atribuir al hombre pleistoceno los materiales diversos hallados en las proximidades del Ob- servatorio. Por último, en el (Ju rae, ao, localidad próxima á la misma ciudad de Córdoba, « en los capas superficiales de la meseta, debajo de la t ierra vegetal, hasta uno ó dos metros de profundidad », el doctor Ameghino habría encontrado — con la fortuna de siempre — «á orillas de una pequeña torrentera cavada por las aguas pluviales, y á una. profundidad de dos metros... varios instrumentos en cuarzo y cuarcita, y algunos en una, especie de roca obscura, de apariencia basáltica, todos tallados gro- 1 [Humylodon]. s Amiouiiixo, Contribución, etc., (¡8 y .siguiente; véase, además, Ami'.ouíno, lu- jó rute, (¡te., 353 ; Dokkino, Ibitl., 17‘d. LtlKUlllNo, Contribución, etc., («ti . 285 — sol ament e «obro las ' disposición interior. Pude, entonces, darme cuenta, que en la parte supe- rior y hacia un lado (fig. 2), aparecía una zona rica en placas y vértebras Fig. sueltas de Tolypeutes sp. (tig. 3) ', la mayor parte intactas y, las menos, quemadas en su totalidad ó apenas en la periferia. En fragmentos de terreno separados de los otros lados del bloque, 1 Juzgo ¡noticioso insistir mayormente ;í propósito de la dificultad, casi insupera- ble, de determinar específicamente, mediante restos sueltos de coraza, un edentado obtuvo, :il mismo nivel de la aglomeración referida, algunas placas ais- ladas del edentado nombrado (fig. 4), casi todas quemadas, y un pequeño Fifí. 4 fragmento de tierra cocida de 10X8 milimel ros. rojo sucio y fácilmente disgregadle. como Tolipeulcs, cuyo polimorfismo de placas es tan intenso. Me bastará recordar, simplemente, para justificar mis reservas, la frase de Ladillo refiriéndose al género que me ocupa: On nc saurait done vire a «ser eirconspeel dans Vólablisscment d’cspbces oit de genres fossilcs dont on nc posséilcraU quedes fragmente de bouclier(V. Laiiii.i.k, Con- tributions á ■ V étudc des edentés d hundes mobiles déla lie publique Argcntine. en Anales del Museo de La Piala, Zoología, II. 20. T.a I'lata, 1895). Conviene, sin embargo, comparar los elementos osteológicos reunidos en la figura 3 de esta memoria, con las diversas reproducciones contenidas en las láminas correspondientes del intere- sante estudio del conocido zoólogo francés citado (Ihid., lámina I, figuras 18 á 22; plancha II. figuras 28 á 52). 28!) Por último; apareció, también, la celdilla cilindrica de unhimenóptero cavador (fig. 5) Pertenece, asimismo, á nuestras series, una délas dos «cuarcitas talla- fias» encontradas por el doctor Ameghino «en el mismo nivel que el fogón» del Observatorio, « pero á alguna distancia» (fig. 6).1 2 * * * * * 8 Esta pieza que habría sido hallada junto á un esque- leto de Tolypeutes sp. y á huesos de Viseada heterogenidensy Sce- lidothermm sp., es un rodado de cuarzo, ovoide p, ero compri- ^ . 1; mido, con el diámetro mayor de 60 milímetros, el menor de 4f> milímetros, y cuyo espesor no excede de 28 milímetros, ('na de las caras ofrece cierta pátina pardo-amarillenta y una reducida eoncresión calcárea poco extendida : mientras la otra está perfectamente blanca. Sólo se ha conservado una parte mínima de la corteza primitiva del guijarro utilizado; mientras en el resto de am- bas superficies, se notan fracturas irregulares y amplias que, al converger hacia uno de los lados forman una periferia cortante, bien diferente de la opuesta que es redondeada y espesa. Sin duda alguna, los diversos materiales con- servados en nuestro Instituto, constituyen un Fig. <> (754. colee, lí. L. I’.). -/, , . , , , , „ ■ conjunto aprecíame; y tanto mas suficiente, a mi juicio, para ponderar él hallazgo del Observatorio, cuanto que ha per- mitido contralorearlo experimenta luiente. Estoy convencido, como lo he manifestado en el capítulo anterior, del 1 Se trata de tina celdilla terminal rota, cilindrica y de liase redondeada. Tiene en la actualidad 15 milímetros de largo, 10 milímetros de diámetro, y un espesor casi constante en las paredes de 2 milímetros. La cavidad central acusa un diámetro de 5 milímetros, como todas las fabricadas por himenópteros cavadores está consti- tuida por el mismo terreno fuertemente aglutinado ; y. se me ocurre, c|ue dada la forma y tamaño, quizá podría referirse al género Oxijbelus, ya que las construidas por Odynerus son periformes (véase, si se desean mayores antecedentes : F. J. Bkktiiks. .Votes biolotjiques sur trois hi/ménoptércs de Hítenos .tires, en Revista del Musco de La Ríala, X, 195 y siguientes, figura 1 de la lámina. La Plata, 1902). 8 Amicghixo, Contribución, etc., 69. No abrigo la menor duda sobre la identifica- ción de la pieza á que me refiero en el texto, pues conserva aún adherida la etique- ta de la antigua colección Ameghino, con la indicación A 103. Cuando buhe de escribir, en 1908, la presente memoria, pedí á aquel paleontólogo se sirviera comu- nicarme los antecedentes que aun poseyera para explicar los números y letras de sus series de Córdoba. Desde luego accedió á mi deseo, y así supe que el objeto referido había sido «encontrado — repetiré los datos al pie de la letra — con la vizcacha y mataco fósil del fogón antiguo». r— 290 isocronismo de los materiales referidos con el terreno adyacente ; el exa- men detallado del bloque conservado en el Museo, disipa las dudas que podrían suscitarse. Por otra parte, analizando mis propias observaciones y las realizadas por Ameghino en el terreno, se nota una coincidencia, sino completa, por lo menos relativa; se trata., efectivamente, de huesos quemadosy de trozos de terreno, más ó menos reducidos, convertidos en tierra cocida. Asimismo, el área ocupada por el depósito — 1 metro 50 cuadrado — y el espesor de 15 centímetros del mismo, indican una aglomeración circunscripta. • Por todo ello juzgo que la observación final de Lelanaim-Mtsclie al ocuparse del bloque conservado en el Museo es, simplemente, exagerada: eette pidee — dice — comino t-elle m prouve ahsolumcnt ríen et moi-meme je me demande si Ameghino ue destjMs trompé ' . En cuanto al guijarro de cuarzo que lie descripto y figurado, ofrece, también, caracteres que acreditan su isocronismo con el terreno que lo envolvía. En primer término, la pátina amarillenta que cubre una de las superficies, es idéntica á la que ofrecen los pequeños fragmentos de roca de la misma naturaleza que he encontrado en el bloque conservado en nuestro Instituto ; luego las adherencias de terreno sin ser absoluta- mente semejantes á las de aquellos fragmentos, son, sin duda, de lóese pampeano, de ese lóese pardo-grisáceo tan abundante en el piso 2 (Doe- ringj de los sedimentos depositados én la cuenca del valle del río Pri- mero. Podría objetárseme, sin embargo, que en la superficie opuesta el color del guijarro es diferente; pero ello se explicaría sin mayores violencias, recordando que es muy posible que dicha cara haya estado á la intempe- rie, vuelta hacia el corte de la barranca donde fué obtenido, vale decir, expuesta á la acción de los agentes atmosféricos. Ahora bien, j se trata de un instrumento tallado intencionalmente ? El examen prolijo de dicha pieza me ha evidenciado que no existe el menor rastro de los elementos que caracteri- zan el trabajo intencional, como tampoco se notan señales de uso, pues la parte de perife- ria cortante no muestra embotamiento alguno ni las fractura-s secundarias producidas por la utilización más ó menos continua. No obstante, por su forma y demás detalles morfológicos, pudo haber sido un simple gui- jarro natural utilizado para hendí r, aun- que de una eficacia relativa dado su tamaño reducido (fig. 7). Por el conjunto de las diversas circunstancias enumeradas, creo que Lkumann-Nitschk, Ihid., 430. — 291 el yacimiento de los alrededores del Observa!, orio Astronómico, es uno de, los menos dudosos 5 aunque sería aventurado considerarlo como un ver- dadero Jüíííw lager y, mucho menos — dada la falta de elementos de prueba material suficientemente demostrativos- — inferir do él la exis- tencia del hombre pleistoceno en aquella región de la República. — 292 — SICÍJIJNDA PA RTE I’ 1011 IODO NIOOLÍTIOO CAPÍTULO 1 A NTICÍMODIONTIOS § I. Los pueblos neolíticos En las breves noticias diluidas en las páginas de viejas crónicas de la conquista ó de documentos coetáneos, no llegan á definirse con claridad los pueblos indígenas (pie habitaban la provincia de Córdoba al finalizar el siglo xvi, vale decir, cuando se realizóla colonización efectiva del te- rritorio; ni tampoco constituyen aquellos antecedentes histérico-docu- mentales, dispersos y de valor desigual, el Corpus mediante el cual podría reconstruirse, más ó menos discretamente, la vida diaria de agrupacio- nes (pie, dada su ubicación geográfica, debieron constituir el vínculo entre las culturas primitivas de los llanos meridionales de la Kepública y las délas regiones montañosas del noroeste ó délas selvas eliaquenscs. Asimismo, sometiendo aquellos textos alas operaciones analíticas usua- les, se notan numerosas ambigüedades y aun faltas de concordancia entre ellos, que dificultan sobremanera su comprensión é impiden formular concl usiones defi n i ti vas. líl documento más antiguo en que se menciona especialmente á los primitivos habitantes de Córdoba, sólo dice: « hablan una lengua que llaman comechingona y otra zanavirona » l * * 4. En una carta posterior, escrita por un profundo conocedor de los pue- blos indígenas de la antigua provincia del Tucumán, se afirma que los misioneros no habían menester de aquella última lengua, pues los Sana- virones y otros indígenas eran « poca gente y tan hábil, (¡ue Indos han aprendido la lengua del (luzco»1. Pero, el padre Alonso de Barzana 1 Ilchicióu kl Thcho, Historia provinciae Paraquariae Socictatis . fesv , 235. Leo- dii, 1(573. * Uauzana, Ibid., LIY. 3 So r i : lo Nahvákz, Ibid., 144. * Sor 10,0 Nauvái'.z, Iliid., 152. 5 l’icoito Lozano, Historia do la conquista del Paraguay, Ilío de la Plata y Tucumán, •en Colección de obras, documentos y noticias inéditas ó poco conocidas para servir á la historia física, política y literaria del Río déla Plata, IV, 283. Unenos Aires, 187-1. Con mayores antecedentes histórico-dooumontales, os probable pueda demostrarse i|iio ya por aquella ¿poca, las campiñas meridionales de Córdoba, eran habitadas pol- los Puelches septentrionales ; quizá esos «Pampas» que vivían próximos á San Luis á mediados del siglo xvn (Alonso di: Ovalli:, Histórica relación del reino de Chile, I, !77. Santiago de Chile, reimpresa sin fecha por J. T, Medina), y deseriplos menuda- mente un centenar de años después por Tomás Ealkncr (Kalknhh, Ibid., -1 5 , 99 y siguientes). ’ En las copiosas informaciones levantadas para evidenciar la existencia de los — T. IV. (II, 17, 1011.) RIÍV. MISTO I.A PLATA. 20 Los antecedentes histérico-documentales de que dispongo, no me per- miten determinar con certeza, ni aun relativa, el sirca, geográfica ocupa- 7 A-IRRR, 1, 135. 153, Sania Fe, 1908. Creo que la citación hecha por (fervora debe registrar (') Los nombren contenidos en la referida encomienda, los transcribo tal nial lian sido publicados, piro me consta que aparecen desfigurado* por numerosos errores de copia. mismo, el mapa de Lúeas de Quitos, registra el nombre de Sonsoeate sobre el curso inferior del río Salado l, y Ave Lallemant habría llegado ú establecer que los indígenas que vivían en las serranías orientales do San Luis, en el « valle de (Joncarran y el bajo del río de Oonlara, » eran, también, (Jomee.hingones \ l*or otra parto, un conquistador perspicaz, y siempre, bien informado, el licenciado Juan de Maticnzo, llama « provincia de ancenusa », á la región comprendida entre los ríos Salado y Dulce que, según él, era habitada por « los indios (pie llaman comenchinganes » ; y, en otro lugar de su obra Gobierno del Perú , hace notar claramente que los indígenas referidos llegaban á « ealamochita », es decir, confirma las suposicio- nes de que los pueblos (¡omechingones alcanzaban bástalos prolonga- mientos australes de la cadena de montanas poco elevadas que lleva su nombre a. Todo este cúmulo de antecedentes confirma en gran parte mis afirma- ciones : el área de dispersión de aquellos indígenas era. extensa, pues sin duda alguna comprendía todas las sierras cordobesas, y quizá las llanadas más próximas. Los valles templados y las quebradas umbrosas de las serranías, es- taban habitadas por una densa población. Jerónimo Luis de Cabrera que recorrió esa parte del territorio antes de fundar á Córdoba, calcula- ba en JO. 000 el número de indígenas; diez aiios después, sólo aquella ciudad tenia 12.000 individuos aptos para ser repartidos; y, aun en 1000, el número de indígenas que la servían, alcanzaban á 8000 \ el nombre verdadero '(leí lugarejo, desde que el autor nombrado ha tenido ¡í la vista, las más de las veces, documentos originales ; sin embargo, conviene se sepa que en otros documentos posteriores, á las « tapias » ó « taperas » de Marchinsaeato se las llama de «Martín Zarate» (conf. Dncuo i>n Ai.vk.au, Cuestión (le límites iuter-provin- <•, iales cnlre Santa-Fe y Rueños Airee, 8(¡. Buenos Aires, 1880). I Mauistua, I liid. , carta XI. Debe recibirse con reservas la referencia geográfica del mapa do Cpiirós, plagado de errores injustificables. « ¡lacia Halabina — dice por otra parto Lozano (Ibid., IV, 126) — anduvieron muy solícitos en el obsequio de nuestros conquistadores los caciques Nuqui y Aquina, que. mandaban en el pueblo de Cansagat » [Gansacat ?]. s (¡Kit. ma\ Avíe Lai.i.hmant, Arqueoloyía aryeulina, en Revista de la Sociedad yco- yr Aflea aryenlinu, I, 129. Buenos Aires, 1881. II .Iuan mi M ati unzo, Gobierno del l'erú, 1811 y siguiente. Buenos Aires, litio. « Otro pueblo — dice Matieuzo -(pie se di/.e sane tingo del estero, que es en la pro- vincia do los ludios ¡lirios, de allí sale un Río que diz, en id estero, que va á me- terse en otro Río grande que di/.en Río Salado, y en medio de ellos esta la provincia de aneenusa que son los Indios que llaman comenchinganes » (Ibid., 189). 4 Relación en suma de la tierra y poblaciones que don Gerónimo Luis de Cabrera, yo- bernador de las provincias de los juries, lia descubierto, donde va d poblar en nombre (Ir un muy estad una ciudad, en Relaciones yeoyrájieas de ludias, II, 110. Madrid, 1X80; 29!) — Por desgracia, los primeros conquistadores y los ¡nitores de crónicas conocidas son parcos, con exceso, en cuanto si. informaciones á propósito de los caracteres morfológicos de aquellos interesantes pueblos de mon- tañeses : « la gente desta tierra es una gente crecida. » dice Sotelo Nar- váez, algo más escrupuloso, pero igualmente lacónico l. Asimismo, el conocimiento de los earácteres lingüísticos de aquellos pueblos, constituye boy por hoy un problema insoluble, planteado con antecedentes contradictorios proporcionados por los contemporáneos y comentadores posteriores. En los comienzos de este parágrafo lie demos- trado,11por otra parte, la falta absoluta de concordancia entre los datos suministrados por Sotelo Narváez y los del jesuíta Jíarzana, no obstante tratarse de sujetos bien informados. Oreo, con todo, y quizá futuras in- vestigaciones lo evidencien, que el Sanavirone no debió ser el idioma más generalizado entre los montañeses de Córdoba, desde que los misioneros no se valieron de él para catequizar á los indígenas. Es probable, también, sean sin fundamento las suposiciones de Lozano y (i nevara sobre el ori- gen Sanavirone de la desinencia mcat 2 y aun del mismo nombre Co- mecbingones 3 ; recuérdese, tan sólo, la frecuencia en la toponimia lo- cal de designaciones con aquella característica, posible indicio de la existencia de cierta entidad lingüística difundida, y proveniente del mis- mo idioma hablado por los indígenas con quienes trataron lós primeros colonizadores Es indudable, por otra parte, la existencia de varios dialectos locales, mencionados, no sólo por los misioneros, sino también en las largas epístolas que el Cabildo cordobés dirigía á las autoridades de la metró- poli; formas dialectales que las buenas gentes de la época no tenían ambajes en considerar como idiomas independientes \ Sotkuo Nakvákz, Ibixl., 151; Tkoho, Ibid., ■!(!. Asimismo, Harzana expresa en su «¡ubi. (¡bul., LVIll), (pío según noticias transmitidas por el gobernador do la provin- cia de Tucumán, existían en Córdoba alrededor do SO. 000 indígenas «sin bautizar»- 1 Carece por completo de verdad, colno lo hace notar Paul Groussae (Gukvaka, ¡hid., 1!), nota 2), la suposición de que Díaz de Cuzuuín atribuyese á los Comeohin- gones «la calidad de pigmeos» (P. dk Anoiíu.s, Indice < laográfico é histórico, agrega- do ¡i la Historia argentina del descubrimiento, etc., XX11I ; véase, igualmente, la voz « pigmeo »). El cronista nombrado, como uno de tantos, no se ocupa en lo unís mí- nimo de los caracteres morfológicos de los primitivos habitantes do Córdoba. 2 Lozano, Ibid., I, 175 ; Gukvaka, Ibid., 192. 3 Gukvaka, Ibid., 230. 1 « Estando en el asiento que en la. lenguado estos indios se. llama (¿uisqn izara fe >* (conf. Archivo municipal, etc., 21). '■ Hakzana, Ibid,, LIV y siguiente ; Vioknth G. (¿husada, Los indios cu Im pro- vincias del I lío de la Plata, en Historia, I, 311. Muchos Aires, 1903. 800 Por suerte, los caracteres sociológicos «le los Comedí ¡ligones lian sido, relativamente, mejor anotados. La mayor parte de sus alimentos era, según parece, de origen exclu- sivamente vegetal. Á poco de haberse realizado la conquista, comían aun maíz, fréjoles ', las semillas de (Jhcnopodium quinoa, las sabrosas vainas do las especies de Proxopix «pie abundan en la región y las fi ntas de Gouerlia decorticanx 2. El uso de excitantes, tan difundido en la mayoría de los pueblos indígenas sudamericanos, era muy limitado entre los montañeses «le Córdoba, quienes fabricaban escasa cantidad de bebidas fermentadas :l ; pero observaban, en cambio, una interesante costumbre : aspiraban pol- la nariz el polvo obtenido triturando las frutas «le Piptadcnia muero- carpa 4. 1 Debe tratarse, sin «bula alguna, «lo represen tantos «leí género Phascolus ; aunqu«- «ís imposible establecer la especie, pues ya en el momento histórico «le la conquista había en la antigua provincia «le Tucumán « frísoles «le muchas maneras ». (Sotki.o Nauváhz, Ibid., 141). liaré notar, que en las tumbas prehispánieas «le Ancón, se han hallado hasta ahora granos «le Phascoluis vulgaris, Ph. multi/lorus, Ph. pallar y Pli. stipiilaris. (A. dio Rociikiiuunk, Rcchcrchcs d’ethnoyraphie botanique sur la flore den sépidtures póritincnncs d’ Ancón, páginas 12, 17 y siguientes «le. la tirada aparte «le esta memoria aparecida en las Avien de, la Sooióté f/iunccnne de, Bordeaux. París, 18711 ; L. Wittmack, IHe Nutzplanzcn dar alten Peruaner, en Congrhs international des Amcri- caninten. Coniptc-rcndu de, la sepliémc session. llcriin 18SS, 331 y siguientes. Berlín, 1890), y «pie las dos primeras especies existen cultivadas en la República Argentina (.J. IIinitONYMllS, Plantae diaphorioae Jlorac aryentínae, en Boletín do la Academia na- cional de Cieneiae en Córdoba (República Argentina), IV, 273 y siguiente. Buenos Aires. 1882). * Sotki.o Nauváhz, Ibid., 151. Sotelo Narváez no especifica que comieran preci- samente las semillas, va i ñas y frutas, pero, las especies vegetales ¡í que aludo en el texto ofrecen sólo esas partes comestibles. Además, es tan sabido «pie las semillas de Cheriopodium quinoa constituyen un alimento vulgarísimo en gran extensión de Sud América, «pie las vainas «le. Pronopin nigra y Prosapia alba forman la base de la ali- mentación de los indígenas y campesinos ilol norte do la República, y que los frutos do Gouerlia decorticans son, también, utilizados entre los pueblos primitivos del Chaco, que juzgo inútil ofrecer los ejemplos que, en otro caso, fueran imprescin- dibles. 3 Oaiiukua, Ibid., 111 ; Soria, o Nauváhz, Ibitl., 152. «lis gente «pie no se em- briaga— dice Cabrera — ni se dan por esto del beber, como otras naciones de in- dios, ni se les hallaron vasijas «pie para esto suelen tener. » Sin duda alguna, « I limitado « caudal de la azua » («diitdia) á «pie alude Solido Narváez, debió ser «le Prosapia, única clase «pie se fabricaba en la antigua provincia de Tucumán (conf. Bauzana, Ibid., l.VI ; Bhuxaiik Cono, Historia del Nuevo Mundo, I, 317. Sevilla, 1890). 4 «Toman por las narices «d sebil, «pies una fruta como pilca ; hócenla polvos y bóllenla por las narices» (Sotki.o Nauváhz, Ibid., 152). Al leer por primera vez el texto transcripto, se me ocurrió «pie en la época «lo Sotelo Narváez «piizá podría 301 Bus habitaciones debieron afectar una, forma y disposición curiosas. Por desgracia, sólo se sabe que eran amplias, bajas, construidas de tal modo que la mitad de la altura correspondía á, una excavación hecha en el suelo, y á las que se penetraba « como á sótanos,» según la expre- haberso llamado « cebil » á una leguminosa distinta de Piptadenia macrocarpa, ele- mento exclusivo do la formación fitogeográfica subtropical. Efectivamente, esos bos- ques do Piptadenia, en los cuales, según la frase de Eduardo L. Ilolmberg, «so siento (d viajero como solicitado por un mundo solemne y algo místico, en el «pie reinan la paz y el silencio», no se oncuontran, ni aun esporádicamente, en la pro- vincia de Córdoba, pues el habitat do aquel gónero alcanza, íí lo sumo, al sur de Tueutnán y ciertos lugares del noreste de Cutamurcn. Pero, Sotelo Narvácz agregaba en su interesante carta : « ques una fruta como vilca», dato complementario sufi- ciente para poder determinar la especio vegetal cuyas semillas, trituradas, aspiraban los indígenas de Córdoba. Con efecto, refiriéndose á la « vilca » uno de los más sabios cronistas de Indias, expresa que « produce unas vainas enjutas, como alga- rrobas, de una tercia tic largo y dos dedos de ancho, y en ellas unas pepitas del tamaño y delgadeza de medio real, la cáscara, lisa, de un color leonado oscuro y muy delgada » (Cono, Ibid., II, 95). Con este antecedente de importancia., solicité los buenos consejos del doctor Carlos Spogazzini, quien me manifestó, con su genti- leza habitual, que, dada la descripción precisa y hasta meticulosa del padre Cobo, podía, sin reticencia alguna, identificar á. la « vilca» peruana con Piptadenia macro- carpa El hecho de usar los primitivos habitantes de Córdoba los frutos do aquel ve- getal extraño á la. región, demostraría, pues, que dichas agrupaciones indígenas mantenían relaciones comerciales — posiblemente simples intercambios — con los pueblos limítrofes. Por desgracia, nada se ha publicado sobre la composición química, de las vainas y semillas de Piptadenia macrocarpa, pues las investigaciones hechas por Emilio Wolff (Aschcn-Analysen ron Latid und fors twirlschaftlichcn Produkten, Fabrik- Ah fa- llen und wildwachscnden Pflanzcn, II, 105-106. Ilorlin, 1880), sólo so refieren á ceni- zas, cuyo análisis se diferencia notablemente del orgánico ó inmediato ; y las mismas referencias contenidas en la clásica obra do .1. Ilieronymus (Ibid., 282), carecen de interés : esta ignorancia dificulta dosde luego, y sobremanera, la explicación do la costumbre que me ocupa. Se sabe, sin embargo, que las semillas de la. legu- minosa. referida, son ricas en ácido tánico ; y, quizá, los indígenas, conociendo dicha, propiedad, usaran el polvo á modo do astringente para combatir la. mináis tan fre- cuento en las selvas subtropicales. No obstante, si prolijos estudios demostraran que las vainas y Homilías contienen snpouinn., el polvo en cuestión habría sido, como en diversas regiónos de América el de otras especies de Piptadenia, un fuerte excitante. Varios antecedentes me inclinan á considerar como probable la última suposición. Así, por ejemplo, en el siglo xvuí, los Lulos que vivían en las selvas chaqucnses, observaban cierto ritual durante el cual los ancianos se hacían « soplar con un ca- nutillo en las narices — dice Pedro Lozano — los polvos de la semilla del árbol lla- mado senil, que son tan fuertes, que les privan del juicio», etc. [ Descripción choro- yraphica del terreno, ríos, arbolee, y animales de las dilafadíssimas Provincias del Gran Chaco, Gualamba : y de los ritos, y costumbres de las innumerables Naciones bárbaras, c infieles, tiñe le habitan, 96 y siguiente. Córdoba (República Argentina), 1733] ; mien- tras, por otra, parte, ('I doctor Salvador Debenodetli, del Museo etnográfico tic la Fa- cultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, ha tenido la gentileza de comunicarme que cuando entre los Matacos del Chaco argentino una mujer desea. — 802 sión (le Jerónimo Lilis de Cabrera Los caseríos eran abundantes, y tan próximos los unos de los otros que, en ciertos casos, no existía entre ellos una verdadera solución de continuidad. Todos estos núcleos de po- blación eran pequeños, á lo sumo formados por 40 habitaciones, gene- ralmente constituidos por la reunión de JO, 20 o menos, distribuidas cu llegar íí ser médico, además de someterse á diversas pruebas, debe absorber asimis- mo, por la nariz, polvos de Piptadenia maeroearpa, qne á poco ejercen su acción tóxica hasta dejarla «como enloquecida» — repitiendo la frase de mi amable infor- mante, — momento «pie so aprovecha para arrojarle el perro, que el ritual exige devore. No hay duda, pues, que entre los ludes y Matacos, los polvos de la legu- minosa que me ocupa, se empleaban y aun se usan como excitante enérgico, pues como se habrá notado, llegan á producir ataques epileptiformcs. Max Uhle, en uno do sus eruditos estudios, ha eondensado numerosas é interesantes referencias á propósito de la costumbre de aspirar excitantes entre los indígenas sudamericanos (Max Uiií.k, .1 snuffing-lubc J'rom Tiahnanaeo, en Bullctin of the Frcc miiseum of Science and Art of the University of Pcnnsylvania, 1, 100-177. Philadelphia, 1898). Al occidente de América, los antiguos Peruanos de las regiones centrales (Jauja) y meridionales (Lucana) del Imperio, los indígenas de los alrededores de La Paz, las tribus actua- les de los ríos Punís (Ehrenreich) y IJcayali (Mareoy), como también los Yamamadis, Ipil riñas, Antis, Chontaquiros y Conibos, aspiraban ó aspiran el polvo del tabaco (sairi). Asimismo, las agrupaciones principales de la cuenca dt¡l Amazonas, como sel- los Omaguas, Tecunas, Pases, Muras y Maullos; los W i tutos y Paravil lianas, de sus tributarios septentrionales el Yapará y el río Urálico ; como también los Otomanos, Guahibos, Salivas, Yaruros y quizá los Mai puros y Tamanacos del sistema del Ori- noco, aspiraban al polvo (partea ó niopo) obtenido, especialmente, do las semillas de Piptadenia peregrina, costumbre que llegó á extenderse hasta la isla de Haití (IJm.i:, Ibhl., 1 G 1-1 í»4 ). Los pueblos indígenas sudamericanos (pie aspiraban tabaco lo hacían medicinalmente, poro, también de ese modo, los sacerdotes llegaban á producir éx- tasis (Uiir.n, Ibid., 171, nota 3) ; mientras el uso del polvo de Piptadenia ha causado, siempre, efectos mucho más tóxicos, no sólo al aspirarse sino también al emplearse en forma de ungüento (conf. IJm.ic, Ibid., 107, nota 3; 171, nota 21). Se ha dicho que los montañeses de Córdoba guardábanlos polvos que aspiraban en el interior de las conchas de Home oblotujm (Dohiunu, ibid., 175) ; y, aunque no conozco los hallazgos que puedan acreditar dicha afirmación, nunca estaría en pugna con la lógica desdo que las tribus de Puras (Amazonas) usan con tal objeto las Ampo- llarlas (P. Eiiuunricicii, lieitriige zar Fblkerkunde Brasiliens, en Veroffentliehungen a as den Kdnigliehen Museum fiir Vdlkerkunde, II, 02 ligara 11. Berlín, 1891) y otro tanto hacen los Antis y Witotos (Uiii.u, Ibid., 174, nota 1). 1 (jAiHUOltA, Ibid., 111. Los informes del fundador de Córdoba, son, sin duda, los más precisos y detallados sobre el particular. En los documentos y crónicas posterio- res sólo se registran vaguedades : así, la. brevísima referencia de Hételo Narváoz al respecto, resulta ambigua en exceso (ibid., 152) ; los textos de Rui Díaz de Guz- máu (ibid., 35 y siguiente, 09 y 77)y Lozano (Ibid., IV, 03), son igualmente obscu- ros ; y en la crónica de Guevara, aparecen los hechos desfigurados por completo ibid., 230). Es probable, pues, que el imperfecto conocimiento y las malas descrip- ciones del tipo de habitación propio de los Comechingoncs, haya originado la especie tan difundida de su troglodismo, que Funes, el déan de Córdoba, juzgaba inverosí- mil por razones en verdad poco atendibles (Ghicgokio Fijnks, Ensayo de la historia un recinto circulni' protegido por val lados de cnctáceas y arbustos espi- nosos En los documentos contemporáneos de la conquista, no se describe separadamente la indumentaria de los hombres y mujeres : sólo se ha anotado en aquéllos que vestían amplias camisetas y que se cubrían, también, con mantas; ambas adornadas con multitud de cliaquiras 2 civil del Caraguay, Rueños Aires y Tncumdn, I, 120, nota a. Hítenos Aires, IKIII), y que Angelis, no obstante, <;onsi«loi-»i.l»n. como (Anoicms, índice, gvcogrtijieo ya citado, XXIII). 1 Cahuiciia, Ibid., 1J0 y siguiente. 2 Es imposible saber cuál era la clase de cliaquiras con que adornaban los Coiue- ehiiigones sus vestidos. El « grauo de aljófar», el «abalorio ó vidrio muy menudo, que llevaban los españoles para vender ¡i los indios del Perú » (Diccionario de la lengua castellana por la ll cal Academia española, 303, in roce. Madrid, 1800), y aun las «cuentas blancas» á. que alude Antonio de Herrera en su conocida, crónica (Historia general, de. Ion hechos de los Castellanos atlas Islas y Tierra Firme del mar Océano; década IX, 180. Madrid, 1730), corresponden, más bien, á acepciones restringidas, pues en realidad de verdad se ha llamado cliaquiras, no sólo á las cuentas « hechas de huesos y con- chas do la mar de varios colores », sino también á « cucnteeitas de oro y do plata muy delicadas» (Cono, Ibid., II, 163 y 206). Asimismo, de la definición contenida en el Ióxico de la Academia, podría inferir- se que ehaqnira no fuera, como en verdad lo es, uno de tantos americanismos. He podido establecer, sin embargo, que dicho vocablo no es Quichua, como lo pretende A. Cañas Pinochct ( Estadios etimológicos de las palabras de origen indígena usadas en el lenguaje vulgar tiñe se habla en Chile, en Actos de la Socictó scicntijiquc du Chili, XII, 100. Santiago, 1002), ni mucho menos cbiquita.no, como lo asegura Ciro Hayo (Vo- cabulario de provincialismos argentinos y bolivianos, en Reme hispaniquc, XIV, 335. Pa- ria, 1007), sino procedente del Cuna, uno de los idiomas ístmicos (*). Efectivamente, Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdoz, rolirióndoso á los primitivos habitantes do la « provincia de Cueva» en la antigua gobernación de Castilla del Oro, á esos indíge- nas que habitaban entre el golfo de Uraba y el río Atrato al este y el curso del Cha- gres al occidente, es decir en el istmo do Panamá, y una mínima, parte del noroeste do Colombia, dice : « Destos caracoles grandes so hay.cn unas conteyitas blancas de muchas maneras, é otras coloradas, ó otras negras, ó otras moradas, 6 camiticos de lo mesmo : c hayen brazaletes en que con estas qiientas mezclan otras, ó olivetas de oro que se ponen en las muñecas y eiiyima de los tobillos ó dcba.xo de las rodillas por gentileya : en espcyial las mugeres, (pie se presyian de sí ó son principales, traen to- das estas cosas en las partes que he dicho ó á las gargantas, ó llaman á estos sartales cachi ra ó á las cosas desta manera, « (G. FicunÁndkz du Ovihdo y Vaí.déz, Historia general y natural de. las ludias, islas y Tierra-Firme del mar Océano, III, 138. Madrid, 1853). Es indudable, pues, que el vocablo enchiva ó ehaqnira tenía una acepción muy lata y fue difundido, especialmente al occidente do Stul América, por los conqnista- ( ) I,im Un mis son los i mi I gemís conocidos, tiiinliiéii, «mi les nombres de Tules, Uiuiueiiiiiis, Mine dingns. UtievnH, ¡tuvimos, Unybns, Ulmeiimieim, T’neut.is, etc., sobre ouyns nllitidndeH lingüistirnH y ergologbi en general, se encontrarán resúmanos discretos en publicncinncs de Daniel I!. Itrintoii (Tlie ameriea.il race, 1711 y siguiente. New York, 1891) y AH'nnso l’innrt (T, ex indicas de. Vctatde Pa- namá, en Jtevuc d' Ethnographic, VI, 47 y siguientes, l’nris, 1887). 304 tanto eu la abertura del cuello como en las bocamangas, ruedo, etc. 1 Las referidas piezas do vestir eran tejidas de lana de Lama hminttdms ¡/lama y Lama vicngna, ó aun, quizá, de Lama Imanadlas \ «loros voniilos dol nortes así también lo suponía Zorohahel Undrígucz (Diccionario de chilenismos, 110 y siguiente. 1875) pero basado, tan solo, en el nuteceilnntc (pie liga- ra en el glosario agregado como apéndice á la obra de Oviedo por sus editores (Ovik- DO, Ibiil., IV, 597) ; aunque el autor chileno, como el mismo Rodolfo Lenz, incurren en error al suponer á la voz que me ocupa y, por ende, á la « lengua de Cueva », como de las Antillas (It. Lknz, Los elementos indios del castellano de Chile. Diccionario etimolójieo de las voces chilenas derivadas de las lenguas indígenas americanas. I, 260. Santiago de Chile, 1001 -1005). 1 Oaiuciíka, lliiil., NO; Sorr.i.o NaiíVÁicz, [bul., 151 ; Haijzana, IbUl., LV11. Ca- rece que llarzana limitara el uso de las camisetas y mantas á los individuos (le cierta alcurnia, á los «principales», según lo anotaba en su carta. Pero se trata de uno de sus párrafos más ambiguos, pues, en líneas anteriores, refiriéndose ¡í los pri- mitivos habitantes (le Córdoba, hace notar que muchos de ellos « andan vestidos como la gente del Piró» (Ibid., LVII) ; y, más adelante, podría inferirse de su relato que el vestido de los Comochingoncs fuera parecido, sino idéntico, al de indígenas (pie vivían próximos á listero, os decir, plumajes de avestruces los hombres y cubiertas las mujeres por « pequeños lienzos» (Ibid., LVII). Los relatos de Cabrera y tíntelo Narváez deben considerarse como absolutamente verídicos, desde ¡pie pudieron ver á los indígenas en los primeros años do la conquista y tratar continuamente con (dios. Por otra parte, las interesantes figuritas nnt.ropomórlicas de barro cocido «pie describiré en otro capítulo de esta memoria, aportan un elemento de prueba apre- ciable. 1 Sotici.o Nahváez, Ibid., 151 ; Caureha, Ibid., 140. Juzgo á los textos de ambos conquistadores, suficientemente explícitos: « es gente — dice el primero — - que de su natural se vestía de lana de ganado del Piró, que tienen alguno, aunque más peque- ño » ; mientras el fundador de Córdoba, hace notar (pie los montañeses de la región que visitaba, criaban « mucho ganado de la tierra » para aprovechar su lana. Ahora bien, los españoles llamaban « carneros de la tierra », no sólo á la especie Lama huanachus, sino también á sus variedades L. huanachus gluma y L. Imanadlas pacos (conf. Cono, Ibid., 11, 31!) y siguientes). Como es sabido, la lana preferida por los primitivos Peruanos para la confección de sus vestidos comunes, era la. de la. última variedad citada, aunque también se utilizaba bastante la de llama y, menos, la de guanaco ; en cuanto á ciertas lujosas prendas de vestir, eran tejidas con lana de L. vi- cugna. El texto do tíotelo Narváez so refiero, sin duda, á I,, huanachus gluma y á I. viougna, pues recalca el hecho de que se tratado animales pequeños : el uno, absolu- tamente local ; el otro, aunque fuera do su habitat, aclimatado en la antigua, provin- cia del Tucuiuán (*)como lo afirman contemporáneos fidedignos (Baiizana, Ibid., L\ I). tíiu embargo, debo hacer recordar (pie Nohring lia hallado, caire los restos de ma- míferos obtenidos en el cementerio de Ancón, algunos cráneos «pie cree podrían pertenecer á einer Klcinercn lias se des Lama [ Lama huanachus gluma ] ; quizá la misma (pie parece haberse desarrollado en la provincia del Tucumán (conf. A. NkiiiunG, (Jvber Alt-peruanischc Haustliiere, en Congres International des Américanistcs. C'ompte- rendu de la sepíleme session. Berlín, tSHH, 315 y siguiente. Berlín, 1890). (*) I.a antigua provincia «1(4 Tucmnitn con) prendía las actuales de .tijuy, Salla, ( 'animaren, Turu- nnlu, Santiago del Estero, líioja y Córdoba. 305 — En cuanto á los adornos, consistían en plumajes colocados en la ca- beza, á ¡os (pie se agregaban grandes alfileres, especialmente de cobre, anchos y comprimidos. Además llevaban láminas y brazaletes, también de metal Por último, es indudable que tenían grandes sembrados 2 ; y habían domesticado para utilizar la lana, las especies de camélidos á que me he referido anteriormente 3. Paitan, casi por completo, informes detallados referentes á bis diver- sas manifestaciones de vida psíquica de los (Jomechi ligones, l’arzana, sólo hace notar en su carta que mostraban marcada predilección por la danza, y que frecuentemente cantaban en coro 4 ; y los textos de Sotelo Narváez y del jesuíta nombrado, coinciden en cuanto á afirmar que los primitivos habitantes de Córdoba no tenían un complicado sistema religioso \ Por otra parte, los « sudatorios » á que se refiere con cierto detalle Sotelo Narváez en su Relación, es muy posible los practicaran con propósitos terapéuticos r'. 1 Carrera, Ibid., 140; Horneo Narváf.z, IMd., 151. El concepto que hubo de ex- presar Sotelo Narváez en su Relación, desvirtuado por una grave trocatinta, queda aclarado al leer el párrafo explícito de la carta do Jerónimo Luis de Cabrera : « Traen todos los mas — dice el fundador de Córdoba — en las ticas de las cabezas», etc. Opi- no que debe entenderse por ti ceas á los plumajes destinados al adorno do la cabeza (conf. Domingo do S. Thomas, Lexicón ó Vocabulario de la lengua general del Rere, 174, i n vocc. Valladolid, 15150. 9 Carrera, Ibid., 141. Podro Lozano (Ibid., I V, 03), considera á los Comochingo- nes como esencialmente cazadores y pescadores ; pero, son afirmaciones vagas, sin antecedentes que las corroboren y que no proceden de un contemporáneo. 1 Carrera, Ibid., 140; Hotei.o Narváez, Ibid., 151. 4 Barzana, Ibid., LVIII. 5 Sotklo Narváez, Ibid., 152; Barzana, Ibid., LVIII. 6 « Usan otra cosa — dice el conquistador á que me refiero en el texto — ques meterse en casas debajo de la tierra y muy abrigadas á sudar, como manera de ba- rios, y de allí salen después que sudan mucho tí que les dé el aire, aunque se enju- gan dentro. » (Hotei.o Narváez, Ibid., 152). Esta curiosa costumbre, mencionada quizá por primera vez entre los indígenas sudamericanos, coincido con las do ciertas agrupaciones centro y norteamericanas. Dejando de lado los tcmazcalli de los anti- guos Mexicanos, me bastará hacer notar que entre los Klamath y Modoc del sud- oeste del estado de Orogón, cada cabaña indígena posee su sudadero construido sumariamente sobre el piso ; aunque unos pocos, casi siempre semisubterráncos y destinados á celebrar ceremonias fúnebres, son fabricados con mayor solidez (Ai.rert S. Gatsciiet, Tht Klamath indiana of aonlhweatern Oregon, en Conlribulionn to Korth American Kthnology, II, parte I, H2 y siguiente. Washington, Í8110). Los mismos in- dígenas, observados por S. A. Barrelt al noreste y ni sur de los estados de Califor- nia y Oregón, respectivamente, construían sudaderos sencillos para uso diario, pero no poseían los especiales para ceremonias (conf. The material culture of thc Klamath Lake and Modoc indiana of Nortlieastern California and aouthern Oregon, en IJnivcraity — 30(5 — Asimismo, es imposible determinar, boy por hoy, la organización familiar y social. « Cada, pueblo — dice Cabrera en su Relación — no es más que una parcialidad ó parentela»; y, más adelante, agrega : « viven cu cada «¡asa. á cuatro yá cinco indios casados y algunos á más » 1 Podría inferirse de los párrafos transcriptos, que los ( lomechingones estaban agrupados en pequeños clanes totémicos : pero, no encuentro en los di- versos antecedentes histéricos-documentales de que dispongo, referen- cia alguna que denote las imprescindibles costumbres matrimonia les exogámieas 2. Parece, por otra parte, que la mujer podía, obte- nerse por compra, y que el matrimonio se disolvía con cierta facilidad, pues aquélla abandonaba á veces al marido y llegaba á casarse nueva- mente3 ; como es indudable, también, que entre las diversas agrupacio- nes que habitaban las serranías solian existir relaciones hostiles Los primitivos habitantes de la •provincia de Córdoba, no obstaculiza- ron formalmente la tarea de los conquistadores; sólo se mencionan en los documentos de la época, unas pocas reacciones aisladas que fueron sofo- cadas con facilidad \ Por lo demás, muchos meses después de haber- se fundado la ciudad, existían aun en sus alrededores algunos pue- blos de indígenas; pero, no obstante, los naturales fueron absorbi- dos ó se amalgamaron con los españoles tan rápidamente que Pedro Lozano calculaba en trescientos los sobrevivientes en la época en que escribía su apreciada crónica (i. Quizá esta última apreciación haya sido of California publicationv in .-huerican Archaeology and Ethnoloyy, V, 245 y siguiente, (¡gura 1. Berkeley, 1910). Conviene se sepa, por último, que entre los Klamatli y Modoc, los sudaderos agregados á las habitaciones se mantienen con propósitos terapéuticos, realizando, como en otros pueblos, una forma de medicina preventiva ó curativa (Baioikt, ¡bal., 24(5 ; Max Baktuix, ¡He. Medie, in der Xaturvolkcr. liihno- loyiache Hcitraijo zar Urycnohichlc der Medie, in, 135 y siguientes. Leipzig, IS93). J Oahkhka Ibiil., 111. 3 Cuando leí por primera vez las ordenanzas dictadas por el gobernador Cénzalo de Abren de Figuoroa, acerca de los indígenas de Córdoba (conf. Archivo munici- pal, etc., (57, especialmente los artículos (i y 7), creí que ciertas disposiciones conte- nidas en las mismas, respetaban tal cual regla de descendencia propia de clanes totémicos. ¡Sin embargo, una lectura más detenida, me evidenció que sólo se trataba de reglamentaciones que obedecían á necesidades del momento. Igualmente, sería aventurado aplicar á los primitivos habitantes de Córdoba las generalizaciones de Burzuua á propósito de la organización social de las agrupa- ciones indígenas de la antigua provincia, del Tucmmín (Bakzana, ¡bid., LV y si- guiente). 3 Archivo municipal, etc., 09. I Caduiíha, ¡bal., 111. 3 Lozano, Ibid., IV, 281 y siguientes; Archivo municipal, etc., 225 y siguiente. II Archivo municipal, etc., 182; Lozano, Ibid., IV, 283. líío y Aehával (Iliid., I, 307 •exagerada, juica a! finalizar el siglo xvni (1707), existían aún ocho pue- blos ¡Samados de « Indios» y que eran los de Hoto, Pichanas (departa- mento de Cruz del Eje), Cosquín (departamento de Punilla), Nono (de- partamento de San Alberto), ¡Sonsácate (departamento de Iscbilín), y otros tres, La Toma, San Antonio y San Jacinto, cuya posición precisa ignoro pues los lia y del mismo nombre en diversos departamentos de la provincia ®. Actualmente no se conserva el más pequeño núcleo de población indí- gena'; pero son sin duda veraces las afirmaciones de Angelis respecto al carácter primitivo de Jos habitantes de Soto y Pueblito (departa- mento de Cruz del Eje y Capital, respectivamente), y de Weyenbergh á propósito de los de Pichanas (departamento de Cruz del Eje), dado los antecedentes expuestos §11, Los yacimientos neolíticos En numerosas localidades de la provincia se han hallado, no sólo mu- chos objetos pertenecientes á los pobladores neolíticos, sino también sus propios restos óseos. Desgraciadamente, jamás se han realizado estudios sistemáticos en las verdaderas estaciones señaladas ; y, lo que es aun más sensible, el material recogido se ha inutilizado en gran parte para la ciencia, ya por haberse extraviado ó por haber caído, después de largas vicisitudes, en misinos de personas inexpertas. Sin embargo, ciertas publicaciones, aunque sucintas, dejan entrever que es muy posible se encuentren aun Kultur lager de importancia; así, por ejemplo, en 1875 el doctor Luis Braokebuscli visitó en el cerro de Intilmasi (departamento de liío Cuarto), las grutas ó abrigos que allí existen, donde constató la existencia de frescos rupestres y petroglifos, y encontró, también, algunos objetos de piedra11. Asimismo, ¡as puntas 373), hacen referencia' sí un grupo «te Siuiuvironos subsistente en Quilino («leparta- inento «le Iscliilín) en el primer tercio del siglo xvn. 1 Relación que manifiesta el estado actual de los nct/ocios correspondientes é esta Pro- vincia de Córdoba del Tucumdn en las cuatro causas do. Justicia, Policía, Hacienda y (Inerra, con las comisiones, y encargos anexos á estos ramos, que forma el Brigadier Mar- qués de Sobremonte para entregar á su sucesor el señor don José González, Ingeniero en Gefe, en Cuestión de límites entre las provincias de San Luis y Córdoba, página, cxxxi «lo los anexos. Córdoba, .1881. 5 Ano loas, índice geográfico ya «sitado, XXIII ; II. VVicrcKiiKimu, AU-indianisehe fVcrkscMge, PJHÍspUzen n. dyl„ en Vcrhamllmujm der Berlincr (lesellsoliafl fih- Anlhra- pologie, J'Jlhnologie mid Urgcschich te, XII, 373. Berlín, 1880. ’’ Li'is IlliACKEltcscil, Informe sobre, un viaje geológico, hecho en el verano del año de flecha, de hueso descriptas por Weyenbergli, fueron recogidas acciden- talmente j)or un campesino en los alrededores de Cruz del Eje, bajo el occipital de un cráneo humano que apareció, con otras partes del esque- leto, en una pequeña cavidad abierta sobre la pared casi á pico de un barranco Investigaciones más amplias han sido las realizadas por los docto- res F. Ameghinoy A. Doering en los alrededores del Observatorio Astro- nómico, aunque, también, sobre ellas sólo se han publicado brevísimas noticias. La meseta que existe en el lugar á que acabo de referirme, está cubierta en muy pocas partes por tierra vegetal, apareciendo, gene- ralmente, la capa b' del subpiso superior de Doering (véase la página 280 de esta memoria), que ha sido puesta al descubierto por los agentes erosivos. En el límite de ambas capas (a yb') pero penetrando en el hu- mus, se han encontrado restos pertenecientes á una estación francamente neolítica, consistentes en fragmentos de (marzo, puntas de flecha bien f alladas, alfarerías, pedacitos de carbón, huesos quemados de Mazama rufas, Zurdías cilíatus y cáscaras calcinadas de huevos de líltea sp. 2. Este yacimiento mencionado por Doering, es, sin duda, el mismo á que se refiere Ameghino, con más detalle, en su Informa, y del que proceden restos humanos de individuos braquicéfalos, de «frente elevada, mandi- lada inferior pesada», «fuerte prognatismo en el maxilar superior » y « á menudo deformados artificialmente en sentido antero-posterior » ; numerosos cuchillos, raspadores, puntas de Hecha triangulares con y sin pedúnculo, hachas, morteros, molinos y percutores de piedra; como también diversas piezas de hueso, alfarerías autropomórlicas y unos pocos objetos de cobre 3. lín las proximidades de esta estación fu ó descubierta otra más inte- resante, au miiicu d'unc concha corrcspondant á la partía supáricurc da b, IS7o, por tus ¡Sierran (le Córdoba y de San Luis, en Boletín de la Academia nacional de Ciencia» exacta» exintente en la universidad de Córdoba, II, 170. Córdoba, 1875. 1 WkvioniuciuíH, Ibid., 370 y siguiente. 4 Dokiun'c, Ibid., 183. 3 Amiuuhno, Informe, etc., 351 y siguiente; Amucuino, Contribución, ote., 53. Adolfo Doering uioneionn el descubrimiento de cráneos bnu|uicél'alos, alfarerías, objetos de cobre, ele., al ocuparse de la capa vegetal del corte del ferrocarril á Ma- lagüeño (Do mu NU, Ibid., 175). No abrigo duda, sin embargo, do que la estación á que me refiero en el texto estaba ubicada en la meseta del Observatorio ; y pienso que Doering ha procedido en la forma indicada, tan sólo para caracterizar una capa con elementos retirados de otra equivalente. lin la parte pertinente de esta memoria, al referirme á la estación deseripta so- meramente en el texto, lo liará individualizándola con el número 1. 30!) par coméqneut sur la lint ¡Ir. entre eetlc derniérc vi Ir lit végétal supérieur qui mwqm.it ici complelement par Vcfl'et de la dénudalion l *. Do tillí so retiró, un squelctte de femme, ciu front dolichocéphale et deprime, aux parois crdniennes épaisses ; il était étendue sur le cote droit dans la direetion dn couchant ait levant, le visage tourné vers le nord, la colonne vertébrale un peu conrbée vers V avant, látete incliné o en avant, et sur le eóté, les jambes plmjés en avant, comme si Vindividu en question eut reposé sur les génoux on eut été aeeroupi, de maniére que les talón» soicnt en con- tad a ver. le lamín. Les genoux idélaicnl expendan! p«s rapprochés dn eorps comme dans les sépulcres indiens et ne fonnaient pus non plus un angle droit avee la colonne vertébrale. Les bran tombaient normale- ment en avant, les mains reposant sur la poitrinc... A environ 30 ccn- t i motees des pieds dn squelctte, mais a une plus grande prof ondear quecelui- cijilavaitune file de pierres, de meme qida l’cst, un peu en dessus de la tete... Au-dcssus dn squelctte se tronca-i t une pointe de Jl éche en q nariz hlane grossiérement tramillé, semblables a cellos qui Pon tronca aux environs et qni avaicnt été mise h nu par dénudation de la sur face. Vas la moindre trace de fragmente de poterie dans le voisinage. Dans la t erre, en dessus dn squelctte quelqucs esquilles d.’os brisés et deux petits morccau dn charhon ~. Para mejor inteligencia de la. descripción transcripta, lie reconstruido, es- ® quemáticamente, la posición del esqueleto (fig. 8). ^ Los restos referidos estaban acompañados — © dice Ameghino — por « numerosos instrumentos de piedra tallada, de formas variadas pero gene- ® raímente toscos» ; el más « característico — hace H notar — es una especie de punta de dardo (?) unas veces pequeña y otras de dimensiones considerables, tallada, en sus dos caías, de modo que re- presente la formado una almendra. Siguen, este instrumento una cantidad considerable de piedras arrojadizas talladas de modo que presenten nu- merosas facetas, ángulos y aristas, y que sin duda lanzaban con la honda ; pequeños molinos primitivos formados por dos piedras aplastadas en for- ma de pequeños quesos, que frotaban unas sobre otras; percutores, mar- tillos, algunos raspadores bastante escasos, etc., pero no se ha encontrado allí hasta ahora ningún vestigio de alfarería »... « En cambio — agrega, por último — se lia recogido una forma de hacha de piedra pulida sin sur- co alrededor, casi igual á la hacha de piedra pulida de Europa» 3. Asi- mismo, Adolfo Doering registra algunos datos complementarios; como 1 Dokiunu, tliiiL, 183. s Dokiunu, Ibid., 184. 1 A m ku u i no, Informe , cíe. , 354 ; Amkuimno, ■Contribución, ote., 53. 310 — ser, la presencia de huesos humanos rotos y quemados y de una valva de Anodonta sp. \ Ameghino ha referido todos los restos de la segunda estación al pe- ríodo mesolítico de sus clasificaciones arqueológicas, que — según su criterio — representaría la facha más moderna de; la evolución indus- trial del hombre pleistoeeno argentino \ Sin embargo, creo, como ya lo he manifestado en otra parte de esta memoria, (pie se trata de una es- tación, relativamente antigua, pero perteneciente á los habitantes neo- líticos. En primer término, los restos parece proceden de la parte superior de la capa de locas cólico, exageradamente pulverulento, que cubre la me- seta y en el cual, dada aquella particularidad, cualquier intrusión mo- derna puede disimularse en brevísimo espacio de tiempo, sin quedar rastro alguno de la removida verificada Además, al visitar el terreno acompañado del doctor Doering, he podido darme cuenta que se trata 1 Doiauxu, Ibid., 183 y siguiente. s Amicuiiino, Contribución, etc., 50 y siguientes. Sur Ira borda de qttclques ririerea rt petita ruiaacaux — dice el doctor Ameghino al definir los depósitos mesolíticos — au- deaaoua de tu conche de ierre (¡ni contient lea objeta neol i liliquea de tu province de llucnox- .lyrea, deja mentionnea, on trouve dea (lepóla góologiquea modernea qui out une ópaixxcnr de .7 a 7 mbtrea, un pea dureia génériilemenl par dea injillraliona cal eai rea el ferrugineu- aea. Cea (lepóla — agrega — conlicnnant dea objeta d’une ópoque plita inicien ne que relie ó ItiqueUc (tpparliennent lea objeta preceden! a, nidia qui cependunt aont poxlcrictira el de beau- cintp a l’exlin elion dea derniera reprexentanta de la fauno foaailc de La ¡'lata (Asm- umxo F., L’ lio ni me proliialoriqno daña la Cíala, en llerue KTltOULll'’OS § 1. Frescos rupestres Al norte de Córdoba, las prolongaciones de la Sierra Chica deter- minan una altiplanicie que se desarrolla entre elevaciones pronuncia- das. Del cordón que constituye el límite oriental, forman parte los ce- 313 Fig. 14 Frascos rupestres del cerro Cnsa «leí Sol 1 ros llamados Casa del Bol y Colorado (departamento de Kío Seco), en los cuales existen algunos abrigos, pequeñas grutas, ó simples paredo- nes de roca que conservan interesantes frescos rupestres, dcscriptos someramente por el señor Leopoldo Lugones en el suplemento ilustrado de un diario político de Hílenos Aires Descartando dos abrigos cuyos frescos aparecen destruidos por com- pleto, existe otro, próximo al cerro de la Casa del Bol, que conserva intactas alrededor de 70 figuras blancas, rojas y negras. El señor Lu- gones copió algunas de ellas 1 2 : un carnicero todo blanco, sin duda el Cania ( Cerdocyon) Azarae (fig. 9); un felino, dibujado tan sólo en sus con- tornos, mediante gruesos y alargados puntos negros (fig. 10); dos ungu- lados, también blancos, el primero representando un Lama hitan a chila (fig. 11), el otro, una especie indeterminable (fig. 12); cierta figurita ne- gra que bien pudiera ser antropomórfica (fig. 13); y, por último, un di- bujo que es de todo punto imposible identificar (fig. 14). Al pie del cerro Colorado existen otras dos grutas. En una, el señor Lugones bailó 45 figuras, y de allí son las representadas en las viñetas 15 y 10 : un Hubo vitujcllanicita blanco 3 y tres triángulos rojos con pro longaciones digitiformes. La última gruta que mide 4 metros de largo, 2 metros 50 de ancho y I metro 50 de altura, en la boca, contiene alre- dedor de 150 figuras, la mayor parte blancas, distribuidas en casi toda la extensión del techo, y que representan, por lo general, individuos adornados con plumajes y sosteniendo con las manos arcos ú otros obje- tos (fig. 17, 18 y 19). Sin embargo, en la misma gruta aparecen figuras 1 Lnoroi.no Llgonks, Las gruías pintadas del cerro Colorado, en La Nación (Buenos Aires), suplemento ilustrado número 30, 2G do marzo de 1903. Debo hacer notar — para dejar á salvo mi pulcritud científica — que el señor Lugones no establece claramente en la mayoría de los casos, si se trata de abrigos, verdaderas grutas, tal cual lo entienden los espeleólogos, ó simples paredes formadas por las rocas :í pico : según ól mismo lo manifiesta, ha empleado «la designación de grutas por estar ya consagrada en las descripciones de Ambrosetti ». lis de lamentar (pie el talentoso escritor cordobés haya optado por una designación que, para el caso, pudiera ser perfectamente inoportuna. Por otra parte, en un artículo mediocre y mal infor- mado que publicó hace ya algunos años Damián Menémlez (conf. La Biblioteca, VI, 408-414. liuenos Aires, 1897), no so mencionan los frescos rupestres existentes cu el cerro de la Casa del Sol, no obstante describir sus particularidades con cierto detalle. * « Preferí — dice el señor L ligones — la exactitud á la cantidad ». Eli cuanto á las viñetas intercaladas en el texto de esta memoria (figuras 9 á 20), son reproduc- ciones fieles do las que aparecieron en la noticia del autor nombrado : sólo se ha modificado la técnica do presentación de los clisés. 3 En la sierra vive también otro Strigido, el Scops brasilicnsis, provisto de orejas emplumadas. Dado su pequeño tamaño, es difícil que los indígenas hayan parado su atención en él. ornitomórficas, como el NarcorJnnnpkus (/ryphiis reproducido en la vi- ñeta 20. Dejando de lado los frescos que comprenden figuras indeterminables (fig. 14 y 1 (?) ó sumamente esquematizadas y convencionales (fig. 13), se observa, casi siempre, una marcada tendencia realística en todas las representaciones zoomórticas, ornitomórficas y antropomórficas. El car- nicero reproducido en la viñeta 0. muestra muy bien tratados sus deta- I<’ig. 21. — Pct roglifos del arroyo Luampniniia lies típicos : hocico puntiagudo, orejas enhiestas, cola gruesa; y otro tanto sucede con el guanaco (fig. 1 1) que ofrece, también, sus particula- ridades más características. El buho de la figura 15, sin duda el quitiU- pe serrano de orejas emplumadas, y el cóndor aliabierto, de largo cuello, amplia corbata y pico poderoso, ofrecen un realismo sobresaliente. Y, las mismas representaciones humanas, no obstante ser llenas y sin de- talles, alcanzan una flexibilidad que sorprende, como acontece con la reproducida en la viñeta 19. Por desgracia, los informes de que dispongo, son, como se ve, harto reducidos, é ignoro otros detalles (pie pudieran ser importantes : el tipo de los abrigos ó grutas, la distribución de las figuras, la técnica que predomina en ellas, etc. 317 — § 11. Potro glifos ir A Fig. 22 Fig. 22 Sobre una de las márgenes del arroyo Luampampa que, según entien- do, corre no á mucha distancia de Pichanas (departamento de Cruz del Eje) ; 1 existe un gran bloque de piedra que ofrece una cara dirigida ha- cia el poniente, completamente lisa, y sobre la cual aparecen numerosas y complicadas figuras finamente grabadas en la roca (fig. 21). Sería, sin duda, contraproducente describirlas, tal es el conjunto abigarrado que forman, pues se trata, como en otros petroglifos argentinos de líneas irregulares que siguen trayectos muy sinuosos. Sin embargo, conviene llamar la atención á propósito de al- gunos detalles. Se observa, en primer término, una figura an- tropomórfico altamente esquematizada (fig. 22) 2; luego, círcu- los concéntricos ó simples, provistos de un punto en el centro (fig. 25); figuras circulares ó más ó menos semicirculares de cuya perife- ria superior se destacan prolongaciones á modo de rayos (fig. 24); y, sobre todo, so- bresalen dos dibujos complicados ó inidentificables (fig. 25). Quizá existan otros detalles interesantes, pero, en la fotografía (pie se me ha proporcionado, no aparecen con la debida claridad. Se hace, pues, indispensable, un nuevo examen de la interesante roca grabada á (pie acabo de referirme, y obtener si fuese posible, otra fotografía que recoja, mediante la preparación previa del caso, todos los grabados que los agentes erosivos hayan aun respetado. Fig. 24 1 No obstante los esfuerzos que lie realizado, me lia sido imposible conocer con exactitud la ubicación del arroyo Luampampa. Durante mi estadía en Córdoba, in- terrogué sobre el particular al R. P. Cabrera, quien no pudo suministrarme los datos de que había menester ; y, ya de regreso, solicité por carta certificada (14, XI, 1909), al señor Manuel E. Río, se dignara comunicarme lo que supiera al respecto. Desgraciadamente, no lio recibido hasta la fecha respuesta alguna del distinguido autor do la Geografía de la provincia de Córdoba. ! El esquematismo do la figura humana tal cual aparece en la viñeta intercalada en el texto, os común ií todos los frescos rupestres y petroglifos americanos (conf. Eme Román, Antigmlée de ¡a région andino de la llópnbliqm Argentino et du déscrt d' Atacama, II, 680 y siguientes, figura 152. Paria, 1908). — 318 CAPITULO III EL MATERIAL CONSERVADO EN EL MUSEO DE LA PLATA Y EN OTRAS COLECCIONES § I. Objetos de piedra a) Instrumentos Láminas ó cuchillos. — Muy pocas son las láminas conservadas en las colecciones que he examinado. Los 15 ejemplares hallados al revisar las series del Museo de La Plata proceden de la estación I délos alrededores del Observatorio Astronómico y están, por lo general, mal individualizadas. Son láminas externas, trian guiares y poligonales, tipos, como se sabe, estable- cidos por el ilustre Evans 1 2. Las láminas externas que tengo á la vista son apenas dos : una de 91 milímetros de longitud, 42 milímetros de ancho y 20 milímetros de espesor ; la otra de 75, 48 y 20 milímetros respectivamente. En ambas la superficie interna es plana y la externa convexa (fig. 20). Abundan, como siempre, las de tipo triangular (10 ejempla- res), cuya longitud, ancho y es- pesor máximos alcanzan á 79, 50 y 2o milímetros, respectiva- mente, acusando las mismas me- didas mínimas 52, 29 y 10 milí- metros. Por otra parte, en casi la- totalidad de los ejemplares la base y el ápice aparecen dilatados y corresponden al ancho medio de cada pieza; asimis- mo, la extremidad opuesta al plano de percusión re- sulta ligeramente angular, ó redondeada; los bordes Fig. 2G. - — Estación I del Observatorio (719, colee. M. L. !>.), s/3. Fig. 27. — Estación I del Observatorio (687, colee. M. L. !>.), »/3. 1 Números (574, 678, 680, 682, 683, 685, 688, 670, 712, 715, 717 á 720 de las co- lecciones «arqueológicas del Museo de La Plata. s .Joux Evans, The aneien t slone implcmcnts, weapons and ornamenta, of G-rcat Bri- tain, 275 y siguiente. London, 1897. 319 — son paralelos casi sin excepción alguna; la superíicie interna plana, ra lamente cóncava, mientras la externa se presenta en la mayoría de los ejemplares mal caracterizada 5 y, por último, el dorso se encuentra las más de las veces en el plano medio de la lámina, por excepción hacia uno dolos lados (fig. 27). Bu cuanto á las láminas poligonales, ofrecen la base poco dilatada y el ápice más bien estrecho y puntiagudo ; los bordes irregulares; la super- ficie interna indistintamente plana ó cóncava., y la externa, espesa. y ele- vada. lino de los ejemplares de este tipo, que es uno do los peor carac- terizados del material que estudio, mide 75 milímetros de longitud, 45 milímetros de ancho y 18 milímetros de espesor; el otro tiene (1!), 43 y 20 milímetros, respectivamente. Las rocas utilizadas, pegmatita, ortofido, pórfido euarcífero y cierto material — el más abundante — que podría ser diorita ó aun granito, pues es imposible determinarlo mediante un ligero examen macroscópico, no han facilitado la obtención de láminas bien caracterizadas. Sin embargo, parece que los descubridores de las estaciones de los alrededores del Observatorio hallaron una «cantidad considerable» de láminas de sílice .), */, 1 Amkouino, Informe, oto., 358. * Números 759, 7(10, 76-1, 777, 788 do las colecciones neqiteolúgiciis dol Muso» do La Plata. Véa, so : Amicoiiino, Informe, ote., 355. 3 La longitud do los raspadores la tomo, como la do las láminas, do la baso al ápice. — 320 — Lago Sun Roque (colee. M. P.) 321 Raederas. — Entro los objetos adquiridos por el Museo Politécnico de Córdoba al señor P. Moyano, y recogidos por éste en los Kultur lager de las márgenes del lago San Roque (departamento de Punilla), be baila- do oebo raederas constituidas por delgadas lajas de pizarra arcillosa (?). Cinco ejemplares son semilunares, en creciente (fig. 29, 30, 31, 32 y 33) ; los otros tres irregularmente rectangulares (fig. 34, 35 y 30). El filo se halla siempre en la periferia cóncava, y está determinado ya por el adelgazamiento paulatino de la laja (fig. 29 á 31, 34 á 30) ó por un cha- flán que rebaja oblicuamente 10 á 12 milímetros del espesor del borde (fig. 32 y 33). En un ejemplar de cada tipo, la. línea del filo se baila inte- rrumpida por finos dentellones (fig. 32 y 35) ; y be notado, también, que una de las raederas semilunares (fig. 31) muestra por ambas caras tres ranuras que se corresponden, y en otra rectangular (fig. 30), aparecen las dos superficies cubiertas basta la mitad por profundas estrías que se dirigen perpendicularmente liacia el filo. La longitud de estos instrumentos oscila entre 100 y 03 milímetros; y el ancho, tomado en el centro del objeto, entre 59 y 32 milímetros. En cuanto al espesor, en el cuerpo de la laja pocas veces excede de 9 milímetros y nunca es menor de 4 milímetros, pero alcanza, en dos ejem- plares, al máximo de 11 y 14 milímetros respectivamente. Sin embargo, en las proximidades del filo disminuye siempre y oscila, entonces, entre 3 y 1 milímetro. Es muy posible «pie las piezas descriptas hayan sido utilizadas por los indígenas para prepararlas pieles, para, alisar las caras dorsal y ventral del madero de los arcos, etc. Perforadores. — El único ejemplar de perforador de piedra que conozco de la provincia de Córdoba, está constituido por un fragmento prismático triangular de cuarzo, de 50 milímetros de lon- gitud y 20 milímetros de ancho máximo (fig. 37). Esta pieza, por otra parte, no muy bien caracterizada, pro- viene de la estación I del Observatorio '. Molinos. — Los pobladores neolíticos de Córdoba, tenían molinos constituidos por dos muelas : una fija y otra movible. De las primeras, sólo tengo á la vista, dos ejemplares, ob- tenidos en la estación I del Observatorio 1 2. La más primitiva y pequeña, es un si mide rodado de serpentina, comprimido, irregular, y cuya longitud, ancho y espesor máximos alcan- zan á 102, 83 y 48 milímetros. Ambas superficies son ligera- mente cóncavas, con depresión máxima de 3 á 2 milímetros, y, Fig. 37.— Fs- tnción I del Observatorio (761, colee. M.To I*.),»/., 1 Número 701 (le las colecciones arqueológicas (lcl Museo de La Plata. ! Números 668 y 701 de las colecciones arqueológicas del Museo do La Plata. una de ellas, muy pulimentada por el uso. La otra, muela tija, formada por un fragmento irregularmente rectangular de liornfels, y (pie debió ofrecer, por ambas caras, una concavidad natural adecuada para el uso ;V que se la destinaba, tiene 171 milímetros de largo, 10:5 milímetros de* ancho y 74 milímetros de espesor. La superficie que se ve en la viñeta .‘58 es manifiestamente cóncava, con profundidad de 12 milímetros á lo — 323 «unto, y se luí liit. muy pulimentada por el uso continuo (lo que lia sido •objeto; la otra cara, deprimida como la que acabo de referirme, no tiene trazas de haber sido utilizada (fig. 38), Las muelas movibles parecen ser más abundantes; lie examinado 8 •ejemplares de la estación 1 del Observatorio, y 2 recogidos en Cosquín •(departamento de Panilla), aislados y superficialmente \ Todas, sin ex- cepción alguna, son, en realidad de verdad, rodados adecuados que no presentan el menor rastro de trabajo primario. Tres de ellas, de forma muy irregular, presentan señales de uso en una. ó tíos de sus muchas caras. Una es rectangular, comprimida, con una de las caras planas, y la •otra ligeramente convexa y usada (fig. 39). Esta pieza tiene 168 milíme- tros de longitud, 88 milímetros de ancho y 47 milímetros de espesor máximos. Otras cuatro muelas movibles son elípticas, con ejes mayores y me- nores que oscilan entre 196-118 milímetros y 123- 7!) milímetros, respectiva- mente; y con espesores, máximo de 57 milímetros y mínimo do 34 milímetros (fig. 40). En los ejemplares de este grupo ambas su- perficies son ligeramente convexas (fig. 40), una plana y la otra muy convexa (fig. 41, a) ó ambas casi del todo planas (fig. 41, b). Por lo demás, se han usado indistintamente por una ó ambas ca- ras, aunque siempre el desgaste se dirige hacia un solo lado de la periferia. Por último, dos piezas tienen forma subcircular : una de ellas con ambas caras ligeramente convexas; mientras el segundo ejemplar muestra sus dos su- perficies muy gastadas hacia el misino segmento de borde (fig. 42). Las muelas de este grupo tienen de eje mayor, menor y espesor, cada una de ellas, 145 y 102 milímetros, 119 y 83 milímetros, 43 y 39 mi- 3 ímetros, respectivamente. Los descubridores délas estaciones del Observa- torio, encontraron, no sólo en la I sino también en la II, numerosos ejemplares de muelas de molinos como las que acabo de describir someramente, pero, de ese abundan- a b Fig. 41. — Estación I del Observatorio (G69, 672 colee. M. L. P.), >/, Fig. 42. — Cosqnín, (862 colee. M. L. I’.), '/, ' Números 660, 667, 669, 670, 671, 672, 697, 706, 862 y mi ejemplar aun no nu- merado de las colecciones arqueológicas del Musco de La Pinta. te material, sólo se conserva el mencionado en párrafos anteriores1. Morteros y sus manos. — Además de los molinos descriptos, los indígenas de Córdoba también tenían morteros portátiles ó Ajos para triturar los granos. De los primeros, que, según parece, abundaban en la estación 1 del Observatorio 2, sólo conozco un ejemplar donado al Museo de La Plata por su vicedirector el doctor K. Herrero Dueloux, y que fue encontrado en Tan ti Chico (departamento de Panilla) junto con restos humanos 3. Es mi gran fragmento de aplita, naviforme, de .‘335 milímetros de longi- tud, 24(> milímetros de ancho y l(i(> milímetros de alto. La cavidad, algo 1'ÍCC. 4". — Tanti Chico (colee. M. I.. I’.), ' excéntrica y oval, alcanza á tener de largo, ancho y profundidad, 245, 170 y 80 milímetros, respectivamente (tig. 43). De los segundos, se han señalado en los alrededores de Capilla del Monte (departamento de Ibmilla), poco menos de cinco decenas ". Los 1 Amkoiiino, Informe, etc., 351 y siguiente; A M 1:0111x0, Con Ir ib lición, etc., 53. « Cerca de cien morteros y molinos primitivos de distintas formas y tamaños, mu- chos partidos», dice Ameghino en la nómina que corre agregada íí su Informe, (Ibid., 359). * Véase el texto transcripto en la nota 1 de esta misma página. 1 « Un mortero de piedra con su mano — dice la nota de remisión del doctor He- rrero Dueloux — encontrado en Tanti Chico, en la propiedad del doctor Garzón, junto con restos humanos perdidos, hace cuarenta años. » ' lí. Lkiim ann-N itscii k, Los « mortero s» de Capilla del Monte (Córdoba). Contribu- 325 morberos lijos 2. — 1 )c|mi rt amento do Puiiilla (colee. M. 1*.), v/3 pues no excede, en los ejemplares que he examinado, de 150 milímetros, y, en cambio, hay muchas de ellas que ni aun alcanzan á 100 milímetros. Asimismo, muchas de las hachas que acabo de describir, presentan señales evidentes de uso continuo: el lilo, en algunos ejemplares, se halla gastado hacia una de las superficies laterales ó muestra fracturas, seguramente producidas durante el trabajo. Por otra parte, el doctor 11. Lehmanu-Nitsche me ha comunicado la fotografía de una hacha de tipo insólito, hallada en la «quebrada del río Seco » (departamento de liío Seco '?) l, y que afecta la forma de una letra 1 En la provincia de Córdoba existen varios lugares llamados Río Seco (Fhan- OI8CO Latzina, Diccionario geográfico argentino con ampliacionen enciclopédica» ríopla- Ichhch, 5110 y siguiente, invoco, ltuenos Aires, 18!)!)); sin embargo, la circunstancia que al mencionar la procedencia de la pieza se haya agregado el substantivo «que- brada», me hace suponer se trate del río que corre en el departamento del mismo nombre, al norte de la provincia. K1 hacha á que me refiero, so encuentra depositada en el Museo de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad do Córdoba, á cargo del doctor Guillermo Uodonbender que, como lo he dicho en la introducción á esta memoria, no he tenido oportunidad de visitar : los diversos da- tos que á aquélla se refieren me han sido comunicados por el profesor doctor K. Lehmanu-Nitsche. 333 Cuadro III Humero ó colección Procedencia Longitud i 1 a V. Ancho del cuello Profundidad del cuello M. P. Pago Han limpio i 50 55 40 5 M. P. Soto 14 8 07 30 5 M. P. Cosquíu 120 44 20 4 M. P. San Vicente 118 55 30 5 M. P. Lago San Roque 117 49 20 4 M. P. Lago San Roque 117 41 18 5 859 Olaen 105 55 20 4 j 857 Cosquíu 97 56 23 0 M. P. Saldán 95 09 25 4 i M. P. Lago San Roque 90 44 15 0.5 M. P. Candelaria. 87 00 25 5 M. P. Departamento de Panilla 80 54 22 4 M. P. Departamento de Panilla 85 40 14 0.5 M. P. Olaen 82 52 - 22 5 M. P. Departamento de Panilla 80 50 15 5 T. El cuerpo CkS ancho y cuneiforme comprimido; los brazos pequeños y cortos (íig. 53). Por debajo de estos últimos se notan surcos pulidos originados, sin duda, por el frotamiento de las ligaduras que debieron sujetar la pieza al mango; y el mismo filo, se halla bastante gastado, lista hacha tiene 103 milímetros de longitud, 01 milímetros de ancho máximo, y 20 milímetros de espesor. Otros especialistas lian descripto ó mencionado algunos ejemplares de Iiachas obtenidas también en Córdoba. .Rodolfo Virchow describió some- ramente en 1884 un ejemplar, que consideraba como martillo (Stcinham- mcr), de cabeza redondeada, cuello completo, cuerpo cuneiforme compri- mido, superficies laterales al parecer achatadas y sección cuadrangular '. Asimismo, se refiere á una. mano de mortero (xUmd) que es, sin duda, una hacha de cabeza subcilímlrica, cuello completo, cuerpo cuneiforme y sección circular 1 2. Por último, describe en forma muy vaga y sin ilustra- 1 R. ViHCiiow, Altertbnmcrn muí einen fichadcl der Calchaqui/t, nowie Sleingcralhe van ( 'alomaren, Córdoba n. o. w. in Argcntinicn, o» Vcrhandlnngrn der HcrUncr Ucxclhchafl J'iir Antliropologin. Ethnologie and Urgcnchichtc, XVI, 37í), lámina VII, figura 10. Berlín, 1884. ? Virchow, Ibid., 370, lámina VII, figura 11. 334 ciones, una pequeña hacha, y otras dos piezas, según él mart illos, respec- to de las cuales no puede abrigarse la me- nor duda que también se trata de hachas. Desgraciadamente, es imposible saber con seguridad los caracteres principales de estas piezas, una do las cuales tenía, cuello completo mientras no era así en la otra. Los cinco ejemplares á que se refería Vir- chow, fueron obtenidos en Cruz de Caña, Carbonera (departamento de Cruz del Eje) y San Francisco (departamento de Pani- lla); siendo las longitudes de tres de aqué- llos, 200, 185 y 105 milímetros. También el malogrado Enrique Hillyer Giglioli poseíaensu soberbia colección par- ticular, sette bolle avcette soléate, piuttost o grandi e ben faite, procedentes de San Mar- cos (departamento de Cruz del Eje), San Vi- cente y Casquín (departamento de Panilla)'. Las hachas «sin surco alrededor» «casi iguales filas de piedra pulida de Europa», halladas en la estación II del Observatorio1 * 3; y los ejem- plares, también pulidos, obtenidos en la estación I de la misma locali- dad, no los he encontrado en el Museo de La Plata 4. 10g. 53. — (¿uebruda «lid río Seco («oleo. M. U. «lo O.), */, b) Armas Puntas de flecha. — La mayor parte de las puntas de flechas de Córdoba que he examinado, están desprovistas de pedúnculo. Asimismo, casi todas ellas puedo referirlas, sin violencia á formas conocidas que sirvieron para planear la clasificación de esa clase de armas que corre impresa en una de mis obras anteriores “. 1 ViRCUOW, Ibid., 370. 8 E. JÍILLYHR Gioi.ioí.i, Materiali per lo aludió delta «cid delta piedra» dai tempi prcietorioi ull’ época alíñale, «n A rehirió per l’ Antropología c la Etnología, XXX, 2JL Fironzo, 1001. " Amiooiiino, Informe, ote.., 351, 1 AmiíOIUNO, Informe, ote., 355. Quizá las hacíais procedentes «le la estación á «pie me refiero en el texto sean las cuatro, tres do ellas con cuello, mencionadas por Amoghiuo en la lista do los objetos reunidos el año 1885 para el Musco del cual era conservador en aquel entonces (Ibid., 358). *• FÉLIX F. Outks, La edad de la piedra en Patagonia. Estudio de arqueología com- parada, en Anales del Museo Nacional de Buenos Aires. XII, 500. Buenos Aires, 1905. — 335 — Las fl celias sin pedúnculo, que forman el primer grupo do aquella clasi- ficación, comprenden cuatro tipos, de los que tres — amigdaloide, lancco- § lado y triangular — se bailan representados en el mate- rial que describo en esta, memoria. De forma amigda- loide, sólo be encontrado un ejemplar trabajado por ambas caras, espeso y de 45 milímetros de longitud, 35 milímetros de anclio máximo y 24 milí- metros de espesor (íig. 54). El tipo lan- ceolado está representado por seis ejem- , piares 2 que, salvo uno, tienen roturas «id Observatorio (702, importantes: aparecen también tallados «•olee. m. l. p.), */,. p0r ainbas caras siendo la longitud, an- cho y espesor del más grande 65, 25 y 10 milímetros respectivamente; dado el estado de los otros ejempla- res, sólo puede, decirse, que su ancho y espesor máximos alcanzan á 27 y 13 milímetros respectivamente, y á 15 y 3 milímetros como máximos (11 g. 55). Las Hechas triangulares afectan la forma de triángulo 1 isósceles; están talladas todas, excepción hecha de un no <794, colee, ejemplar (789), por ambas caras; y sus espesores oscilan M' L' 1')’ s/l‘ entre 12 y 5 milímetros, aunque son más frecuentes los de 7, 8 y 9 mili-' metros 3. He hallado, de ese tipo, cinco de las variedades fundadas en el Fig. 50 (785) Fig. 57 (799) Fig. 58 (7811) Fig. fifi (702) Estación 1 del Observatorio (colee. M. I<. I’.), '/„ estudio á que me he referido, y otra más desconocida hasta ahora, cu- yos caracteres, como siempre bien matenidos, son los siguientes : a) la- dos y base rectos, un ejemplar de 89 milímetros de longitud (actual) y 31 milímetros de base (fig. 56) ; b) lados rectos y base con escotadura 1 Número 762 do las colecciones arqueológicas del Musco de La Plata. 2 Números 758, 780, 782, 700, 704 y 814 de las colecciones arqueológicas del Museo de La. Plata. 8 Números 700, 768, 770, 77.1, 773, 771, 776, 778, 770, 780, 781, 783, 785, 780, 787, 789, 791, 792, 793, 795, 796, 798, 800, 802 de las colecciones arqueológicas del Museo de La. Plata ; y tres ejemplares do las series del Museo Politécnico de Córdoba. Fig. GO. — Estación I del Observato- rio (781), colee. M. I,. IV), */,. ' Fig. til (7(>K) Fig. 02 (700) Katiu-uiu X del Observatorio (colee. M. ¡j. 1’.), */a curvilínea ó angular más ó menos notable, longitud mayor y menor 4<» y 35 milímetros respectivamente, ancho mayor y menor 37 y 1!) milímetros respectivamente (fig. 57 y 58); c) la- dos rectos y base convexa, longitud máxima 37 milíme- tros, mínima 15!) milímetros, en cuanto al ancla* es impo- sible conocerlo pues todos los ejemplares se liallanrotos(fig. 50); e) lados convexos y base recta, longitud máxima 43 milímetros, mínima 152 milímetros, ancho má- ximo 43 milímetros, mínimo 1 7 milímetros (fig. (SO);/) lados convexos y base provista de escotadura curvilínea ó angular más ó menos manifiesta, longitud máxima y mínimum 38y2l> milímetros respectivamente, ancho mayor 30 milímetros, menor 18 milímetros (fig. 01 y 02); 7, coleo. M. e. r.), a/3. I N limero 757 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. s Números 7(i(i, 775 y 781 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata ; y un ejemplar do las series del Museo Politécnico de Córdoba. II K1 ancho de las Hechas pedunculadas lo obtengo en la base del limbo. 337 — por ciento del material, mientras las con pedúnculo corresponden, tan sólo, al 9,52 por ciento. Por otra parte, en las Hechas del primer grupo son más numerosas las triangulares (78,95 °/0), menos las lanceoladas (18,42 °/0) y, mucho más escasas, las amigda- loides (2,G3 °/0). Las puntas de flecha descriptas en los párrafos ante- riores proceden, casi en su totalidad, de la estación I del Observatorio, y son las mismas reunidas en eso Knltnr lager por el doctor Ameghino y mencionadas en su Infor- me‘ ; sólo cuatro ejemplares provienen de las estaciones situadas de las márgenes del lago San Hoque (departa- mento de Panilla). Ningún detalle se ha publicado hasta ahora sobre las puntas de flecha do Córdoba, mencionadas por Ameghino en otra de sus publicacio- nes 1 2 3, ni sobre las conservadas en el Freo Museum of Science and Art de la Universi- dad de Pennsylvania — procedentes de Olaen (departamento de Panilla) — y do- nadas por el profesor Giglioli \ En cuanto á las que po- seía en su colección el sabio especialista italiano y proce- dentes también de Olaen, eran pequeñas, pedunculadas y, algunas, de trabajo grosero4. Proyectiles. — Los conocidos proyecti- les llamados « bolas arrojadizas » ó « bolea- doras » abundan, relativamente, en las esta- ciones neolíticas de Córdoba. En el Museo Politécnico de esa ciudad he hallado ocho ejemplares procedentes de los Knltnr lagcr del lago San Ho- que (departamento de Panilla), y uno de cierto lugarejo des- conocido del mismo departamento. Cuatro son perfectamente esféricos, y sus diámetros osci- lan entre 07 y 59 milímetros. Otros cuatro son también es- féricos pero con visible depresión polar; por ello el diámetro ecuatorial varía entre 84 y 58 milímetros y el polar entre 08 y 50 milímetros. Por último, otro ejemplar es comprimido longitudinalmente, por lo que el diá- — Lago San Roque (colee. M. 1\), »/3- I1' i rr . (¡0. — Kstlicióll I «leí Olmervatono (700, coloe. M. 1.. 1’.). tf/a- Fig. B7.— Esta- ción 1 del 01>- Horvatorio (775 colee. M. L. 1M, */,- 1 A MUÍS III NO, Informe, ote.., 3.r>.r». 5 Am comino, ha anligilrdad, o.l.c., I, .r>10. 3 Collcctions and pnbUcationn, en JUtlleUn of thr Fre.r Mnsemn of Science and Art. I, I2(>. rhiladolpliia, 1897. 1 Gioi.ioi.i, Ihid., 214. metro ecuatorial tiene sólo 57 milímetros y el polar llega á G3 milímetros. Esta última pieza y una esférica, están provistas de surco ecuatorial; que, en la primera tiene 1 milímetro de ancho y 0,5 milímetros de pro- fundidad; mientras en la otra llega á 8 y 1 milímetro respectivamente. IJna hola fragmentada obtenida por el doctor Amcghino en la esta- ción I del Observatorio ', debió ser esférica, algo comprimida en los polos, y presenta un surco ecuatorial sinuoso de 1,5 milímetros de ancho y 0,5 milímetro de profundidad. El tipo esférico parece ser el más común : de esa forma era un ejem- plar que tuvo ocasión de ver, hace muchos años, el doctor Ameghino 1 2; y así también eran otros cuatro, recogidos en San Marcos (departa- mento de Cruz del Eje), y que poseía en su colección el doctor (liglioli 3. Por otra parte, el doctor Ameghino se refiere á « una cantidad consi- derable de piedras arrojadizas talladas de modo que presenten numero- sas facetas, ángulos y aristas, » halladas en la estación 1 1 «leí Observa- torio, y «(pie — agrega — sin duda lanzaban con la honda» \ Esos obje- tos no se encuentran en el Museo de La Plata; y, en sus series, sólo he hallado unas pocas piezas procedentes de la. estación 1 del Observa- torio, cuyas formas coinciden, en cierto modo, con las descriptas some- ramente por el doctor Ameghino. No creo, sin embargo, que se trate de proyectiles para lanzar con la honda; es más probable sean núcleos ó residuos de fabricación, por lo que me ocuparé de ellos al tratar de la técnica al finalizar el parágrafo I de este capítulo. c ) Adornos Pendientes. — Los adornos de piedra, se reducen á pequeños pen- dientes, generalmente muy sencillos. Uno de ellos (íig. (18) más ó menos elíptico, de sección circular y ta- llado en una pizaira elorítica, tiene 44 milímetros de longitud, 18 milí- metros de diámetro y está bien pulimentado exteriormente. Otro ejemplar (fig. (>{)) es fusiforme, presenta exteriormente numero- sas facetas pulidas, es de sección poligonal, y ha sido tallado en un 1 Número l¡(it¡ de las colecciones arqueológicas del Museo de l.a l’lata. Es el único ejemplar conservado de los varios que reunió el doctor Ameghino en la estación I (conf. Informa, etc., 359). 3 Amcgiiino, La antigüedad, etc., 1, 510. 3 Giomoli, Ibid., 214. 1 Amcghino, Informe, etc., 354 y 358 ; vóase, asimismo, Amcghino, Contribu- ción, etc., 53. 339 fragmento de pizarra arcillosa. Tiene 39 milímetros de longitud y 1 1 milímetros de diámetro máximo. Un tercer ejemplar ®g. 70) alargado y comprimido, tiene en una de u Fig. GS. — Lago San Ro- que (colee. M. L\), , . Fig. 09. — Lago San Ro- que (colee. M. P.)f */3. Fig. 70. — Lago San Ro- que (colee. AI. 1’.). . sus extremidades — que son ambas redondeadas — una perforación bicónica. Esta pieza alcanza á 43 milímetros de longitud y á 15 milíme- tros de diámetro máximo. Los tres ejemplares á que acabo de referirme, proceden de las estacio- nes del lago San Hoque (departamento de Punida) l * 3. Por otra parte, durante mi estadía en Córdoba, tuve la fortuna de hallar otro pendiente en los barrancos próximos á la es- tación del Ferrocarril Central Argentino, donde se inicia el camino que luego conduce al caserío de San Vicente. Lo encontré junto á una pequeña cabeza antropomóríiea de barro cocido, de que me ocuparé á su debido tiempo, y es de pizarra elorítica, fusiforme pero algo comprimido, rodeado en el sentido de su diámetro menor por una fina ranura cuyo ancho y profundidad alcanzan a 0,5 milíme- tros, y cubierta su superficie por numerosas impresiones prismál ico-triangulares, dispuestas en series rítmicas (fig. 71) '. Alcanza á 35 milímetros de longitud, siendo su diá- metro máximo de 15 milímetros. Fig. TI. — Alrertc dores do Córdo- ba (9411, coleo. F. F. O.). V,. ti) Objetos de uso incierto ó desconocido 1. Entre los objetos que obtuvo en canje el doctor lí. Lehmann Nitsche del Museo Politécnico de Córdoba, he hallado uno procedente de Trán- sito (departamento de San Alberto) ;i, más ó menos alargado, comprimí 1 Se conservan en el Museo Politécnico de Córdoba. 5 Forma parte de mi colección particular. 3 Número 858 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. <1<> y puntiagudo; (ton talón y un dorso aplanados; tallado á grandes golpes por ambas superficies; é intactos, sólo el dorso referido y parte Fig. 72. — Tránsito (S5S, colee. f ,. P.). '/* de la arista opuesta, (pie están constituidos por la superficie natural del fragmento de dimita utilizado (fig. 72). El t rabajo primario efectuado, lia sido, pues, reducido, y lia dado á la pieza un marcado «aspecto» paleolítico: sin (pie por ello deje de estar bien individualizada : se adapta con comodidad á la mano (fig. 73), etc. Á mi modo de ver y dadas las señales de uso que tiene, quizá debió emplearse como los futchoirx a poifptée , para romper huesos, hendir crá- neos, etc. Por lo demás, las anfractuosidades de las caras de este objeto — que tiene 185 milímetros de longitud. 80 milímetros de ancho y 52 341 milímetros de espesor máximo — aparecen colmadas de una incrusta- ción calcárea. 2. Otra pieza, también de aspecto con el diámetro mayor (pie alcanza á 95 milímetros, el menor á 80 mi- límetros, y el espesor máximo á 18 milímetros; y íué obtenida en la estación I del Observatorio (lig. 74) La periferia de una de las superficies de este rodado achata- do, lia sido trabajada á grandes golpes, produciéndose, así. micha- lian que termina en arista corlan- te, en la que se notan señales de uso. Es muy posible que. este objeto, como el procedente de Tránsito, ha- ya servido para romper huesos, etc. Fi" 74. — Estación 1 del Observatorio (711. colee. M. L. P.), -/3 3. Entre el material de la estación I del Observatorio que se conserva en el Museo de La Plata, lie encontrado un fragmento laminar de pi- zarra arcillosa de lo milímetros de espesor máximo, cubiertas de estrías ambas superficies planas; y con uno de los bordes redondeado, mientras el otro es de sección francamente angular \ Quizá se trate de una rae- dera fragmentada. 4. Una lámina rectangular de pizarra arcillosa, cuya longitud llega a 205 milímetros, el ancho no excede de 56 milímetros y el espesor se mantiene casi constante en 15 milímetros, presenta á lo largo de las cuatro aristas (pie determinan las caras mayores, una serie de menudas 1 Número 711 de las colecciones arqueológicas del Museo de 1.a Plata. £ Número 710 délas colecciones arqueológicas del Museo de La Plata — 342 — escotaduras, muy poco profundas y colocadas las unas al lado de las otras (fig. 75) lis imposible saber, ni aun siquiera presumir, el destino do este objeto que fue recogido, como otros muchos, en las estaciones de las márgenes del lago San Roque (departamento de Punilla). 5. Pero, entre todos los objetos de piedra de uso desconocido ó incier- to, quizá sean los más intere- santes, unos pocos ejempla- res (pie conservan grabados más ó menos profundos y complicados. Uno de ellos 1 2 es alargado y de sección oval ; sn forma, por otra parte, es muy seme- jante á la de las hachas de piedra pulida halladas en Chi- le. en las provincias de Llan- quiltue y Chiloé (fig. 76). Co- mo la roca en que fuá fabri- cado, es pizarra clorítica esquistosa poco tenaz, so ha- lla destruido en parte: no obstante, una de sus superfi- cies laterales, es redondeada y pulida. Por aquella-misma causa lus dibu jos se han con servado en parte y defectuo sámente. I ’róximas á la periferia d< la extremidad más ancha \ sobre nna de las superficies principales, se notan clara mente dos líneas, una recta y junto a ésta, otra quelira da. que parece debieron ro dear por completo al objeto (tig. 76, a). Por otra parte, en la superficie reducida que constituye aquella misma extremidad y limitadas por lo? elementos decorativos referidos, se ven algunas líneas quebradas somi borradas. Asimismo, en una de las superficies laterales (tig. 76, b), se no Cosqui» (SCI, rohf . XI. I,. T\), 1 Se conserva en el Museo Politécnico ele Córdoba. ■* Numero SOI de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. tan claramente tres rectángulos «concéntricos,» colmado el espacio comprendido entre el mayor y el que le sigue por líneas oblicuas muy juntas. Este último dibujo debió reproducirse en la superficie lateral opuesta, pues allí se observan rastros de líneas dispuestas en forma muy semejante; por desgracia, esa parte del objeto se baila muy deteriorada. Todos los dibujos que se conservan parece lian sido trazados indistin- tamente con instrumentos puntiagudos ó romos. La pieza que acabo de describir tiene 179 milímetros de longitud, 51 milímetros y 31 milímetros de diámetro mayor y menor, respectivamen- te; y procede de Cosquín (departamento de Panilla). 6. Otro ejemplar más pequeño *, afecta la forma de triángulo isósce- les, es de sección rectangular, y con todas sus caras ligeramente Conve- lí ti a Fig. 77. — Lago San Hoque (colee. M. P.), */3 xas. Una de las superficies principales (tig. 77, a) se baila ornamentada con líneas rectas y quebradas dispuestas simétricamente; en la otra (fig. 77, b) sólo se lian grabado paralelas con el espacio libre entre ellas, ocu- pado por otras líneas que se entrecruzan formando un sencillo retícula- do. Asimismo, en las superficies laterales del objeto á (pie me refiero, se ven, en una de ellas, simples lineas quebradas y rectas (fig. 77, c) y, en la otra, un conjunto complicado de esos mismos elementos geométricos entre los cuales sobresalen dos quebradas, más ó menos paralelas, (pie terminan en una vuelta gancb iforme como si se hubiese deseado trazar así, tan rudamente, una representación zoomórfica, quizá un reptil (fig. 11,(1). Esta pieza, procedente de las estaciones del lago San Roque (depar- tamento de Punilla), tallada en pizarra clorítica y con todos sus graba- 1 Se conserva en el Museo Politécnico de Córdoba. KEV. MUSEO I.A PI.ATA. — T. IV. (II. 24, 1911.) 844 dos muy superficiales, tiene 78 milímetros de longitud, 40 milímetros de ancho mayor y 23 milímetros de espesor máximo. Debió ser un objeto de la misma clase que el descripto, el conservado Fig. 78. — Lago San Roque (coloo. M. P.), s/:, por Giglioli en su colección, pues el inolvidable maestro al describirlo, decía: una pintadera íitica quadrangolarc , incisa con discqni lincari xva- riatixu ogni lato 7. Por último, la tercera pieza, recogida también en las estaciones del lago San Hoque (departamento de Panilla), es sin duda, la más inte- 1 Giglioi.i, IbUl., 244. Debo hacer notar, á propósito bl Observatorio (841, colee. M. I,. !>.), ’/a (fi‘<4. colee. M. L. 1'.), -j:¡ de Córdoba han obtenido la materia prima referida, utilizando los roda- dos fluviales; y. pocas veces, bloques matrices desprendidos de las gran- des masas rocosas. Asimismo, es indudable que han empleado preferentemente rocas si- 1 Bodenbkndkr, La sierra, etc., 48 y 63. — 349 — líceas para fabricar armas y ciertos instrumentos que habían menester de trabajo secundario más ó menos prolijo; reservando las rocas resis- tentes para amelas, morteros y sus manos, hachas, proyectiles, etc., y, las relativamente blandas, para todos aquellos objetos que, dada su aplicación ulterior, de- bían de recibir detalles complementarios va- liéndose de instrumentos primitivos poco ade- cuados. Elg. 85. — Estación I del Obser- vatorio (U95, colee. M. L. P.), s/3. Los diversos objetos de piedra tallada des- criptos en el curso de este parágrafo han sido trabajados por losusualespro- cedimientosde percusión y presión. La circunstancia feliz de haber- se hallado en la estación 1 del Observa- torio algunos percutores, núcleos y resi- duos de fabricación l, me permite formu- lar algunas brevísimas observaciones al respecto. Los percutores están constituidos, en primer térmi- no. por simples rodados más ó menos redon- deadosdecuar- zo, diorita y psefita, desde el tamaño de una naranja hasta el de un huevo de gallina (tig. So)2: luego, por fragmentos prismáticos — casi siempre rectos — de cuarzo y basalto, con las bases redondeadas, las ca- ras, en algunos, ligeramente talladas para fa- cilitar quizá la adaptación á la mano, y cuya altura oscila entre 106 y 71 milímetros (tig. 84) 3. Asimismo, he hallado un ejemplar de cuarzo, elíptico y achata- Eig. SC. — Estación I del Observatorio (705, colee. M. L. P.), s/3 Pig. 87. — Estación I del Observa- torio (837, colee, it. L. P.), */3. 1 Ameghixo, Informe, etc., 355, 358. 8 Números 659, 662, 665, 707 y 723 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 3 Números 654, 839, 840 y 842 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. do ‘; y, otro de di orita, irregular, que presenta una arista curvilínea con la cual parece se hubiera descargado golpes 1 2 *. Por último, un ejemplar discoide ofrece el detalle insólito de tener en ambas superficies un ho- yuelo (fig. 85) \ Los núcleos son de forma y tamaño diferentes ; uno absolutamente irregular 4 * * * ; ol representado en la viñeta 80 es de diorita, alargado — tiene 105 milímetros de longitud — y conserva el plano de percusión \ Sin embargo, la mayoría está constituida por rodados de cuarzo, casi to- dos del tamaño de un huevo de gallina ó de paloma, conservando algu- nos parte de su superficie natural, y ofreciendo numerosas facetas y aristas (fig. 87) 8. En cuanto á los residuos de fabricación que fueron recogidos y aun se conservan — verdaderos éclats de dégagement — son todos de diorita,. groseros, de gran tamaño, y, excepcionalmente, pequeños. Haré notar, por último, que el tallado de algunos instrumentos • — los raspadores y perforadores, por ejemplo — es muy grosero; en cambio,, las puntas de Hecha lian sido retocadas consumo cuidado, obteniéndose así. ejemplares herniosos. Respecto á los objetos de piedra pulida, mis observaciones no pueden ser sino limitadas. liaré notar, no obstante, que casi todos han sido ter- minados con sumo cuidado; y he notado en las hachas que para produ- cir el cuello y aun para terminar el desbaste del cuerpo, se ha empleado el conocido procedimiento de menudas picaduras. § II. Objetos de hueso Pocos son los objetos de hueso conservados en los museos de La Plata y Politécnico de Córdoba; y, asimismo, de las diversas piezas pro- 1 Número 836 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 8 Número 661 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 8 Número 695 do las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. Número 663 de ¡as colecciones arqueológicas del Musco de La l*lata. 6 Número 765 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. c Números 837, 838, 843, 845, 846, 847, 848, 850, 851, 852, 855 y 866 de las coleccio- nes arqueológicas del Museo de La Plata. Estos objetos son sin duda muy semejan- tes á las « piedras arrojadizas talladas do modo que presenten numerosas facetas, ángulos y aristas » & que alude Amegliino al ocuparse de la estación 11 del Observa- torio, y que, según su criterio, los habitantes primitivos de Córdoba « lanzaban con la honda» (Ameciiino, informe, etc., 354). — 351 cedentes de la estación I del Observatorio, sólo lie encontrado escaso' número \ a) Instrumentos Alisadores. — En el Museo de La Plata y entre los objetos déla estación I del Observatorio, se encuentra un alisador bien conservado, y pequeños fragmentos de otros dos 2, , Todos tres lian sido trabajados en costillas de ■fiMM Lama, huanachus , á las cuales se ha eliminado total ó parcialmente la cara interna. Así, el re- presentado en la viñeta 88 conserva ambos lados del hueso utilizado, pero, se lia sepa- rado la, cara interna con la ayuda de un instrumento sumamente cortante que no ha causado el menor esquirla- miento, sino nn corte nítido, hecho lo cual se ha extraído, también, el tejido esponjoso; otra costilla, en cambio, ha quedado reducida a la cara exter- na, pues se ha eliminado integramen- te la interna y el tejido esponjoso, del que apenas se conservan rastros disi- mulados por un pulimiento deficiente. Fig. 89. — Es- tación I del Observatorio (808. colee, xr. L. P.), s/3- Fig. 90. — El tercer fragmento que tengo á la Estación i vista conserva liarte de la mitad de la cara Ínter- 11,1 0bs6l‘* vatorio (729 na y borde correspondiente, los cortes son algo colee, m. l. Fig. 88. — Estación ^ . ., .. i del Observatorio groseros, y otrece en el eje de la cara externa x->> ó- *736- colec- M- L- una serie rítmica de minúsculos ornamentos triangulares hechos, al parecer, con un instrumento cortante con el cual se lian trazado la base y los lados, excavándose luego el interior (fig. 89). Este mismo objeto parece haber estado bajo la acción del fuego. Punzones ó agujas. — De la misma procedencia que los alisadores descriptos, son dos objetos estrechos, aguzados y actualmente rotos, uno de los cuales — el mejor conservado — parece hubiera sido que- mado (fig. 90) 3. Ambas piezas, dados los detalles morfológicos que con- Amegiuno, Informe, etc., 355, 35!). La enumeración contenida en el Informe citado, dice : « Cinco puntas de Hecha de hueso, tres de ellas con pedúnculo den- tado. Varios punzones y agujas, algunos pulidores, un silbato y otros instrumentos de hueso de uso desconocido. » (Ibid.. 35!)). 2 Números 736, 807 y 808 de las colecciones arqueológicas del Musco de La Plata. 3 Números 729 y 741 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 352 servan, no obstante su pulimiento, inducen á suponer (pie fueron traba- jadas utilizando huecesitos estiloides de los dedos rudimentarios de Lama Imanadlas, ó quizá, de Od ocoi le as (Blastóceras) campes tris. h) A rmas Fig. 01. — La- go San Ro- que (colee. M.P.), */*■ Puntas de flecha. — Las pocas puntas de flecha de hueso que he examinado, se presentan muy bien individualizadas Todas ofrecen como carácter común un pedúnculo de base rectilí- nea. y lados provistos de pequeñas escotaduras dirigidas per- pendicular ú oblicuamente al eje de la flecha. Por lo demás, cinco de ellas tienen limbo sin aletas: en una, de forma triangular (fig. 91), y en las oirás, lanceolado (fig. 92). He visto una, tan sólo, de limbo triangular y con aletas muy pronunciadas (fig. 93). Este ejemplar es, asimismo, el de mayor tamaño: tiene 08 milímetros de longitud y 25 milímetros de ancho 1 2 3. Por lo demás, las otras puntas de flecha que he examinado alcanzan longitudes que oscilan entre 50 y 42 milímetros, y anchos que varían entre 12 y 9 milímetros. En cuanto al espesor es, generalmente, de 2 y 3 mi- límetros. Además de estas armas de hueso, que proce- Ro(lue (73:¡ den de la estación I del Observatorio y de los (0,ec' 5I- Kaltar lagcr del lago San Roque (departamento1* de PuniHa), el doctor Weyenbergh describió, hace ya mu- chísimos años, otras tres semejantes encontradas en las cercanías de Cruz del Eje, junto á un cráneo humano :1. Los ejemplares á que me refiero son todos con pedúnculos y aletas, muestran las escotaduras mencionadas; y, en uno de ellos, el limbo es triangular, y lanceolado, en los otros4. En cuanto á la longitud de esos ejemplares que, según entiendo, se conservan en el Museo de la Cniversi- Fig. 02. — Lago San Fig. 93. — Lago San Roque (co- lee. XI. P.), */,. 1 Números 733 ¡í 735 i. doctor Amegliino en la estación 1 del Observato- 1 h /l' rio (departamento de Punilla), no los lie encontrado, por lo que creo se lian extraviado; consistían en «un estilete » y «otro instrumento — se- gún su descubridor — de uso desconocido» § V. Alfarerías En las estaciones neolíticas del centro y norte «le Córdoba no abunda la cerámica destinada a quehaceres domésticos usuales; recuérdese que al hablar Jerónimo Luis de Cabrera de la temperancia de los habitantes de las serranías, decía : « es gente que no se embriaga ni se dan por esto del beber, como otras naciones de indios, ni se les hallaron vasijas que para esto suelen tener» 1 2. También en los llanos meridionales de la pro- vincia, frecuentados siempre por agrupaciones esencialmente nómadas, los hallazgos lian sido hasta ahora limitadísimos y desprovistos casi de valor. Xo obstante, el reducido material (pie describiré en el curso de este parágrafo, comprende ejemplares interesantes, y, entre ellos, una buena serie de pequeñas figuras ant ropom órñcas altamente sugerentes. En cuanto á las alfarerías mencionadas por el doctor Amegliino en una de sus obras 3 4 y las conservadas en el Freo Museum of Science and Art , de la Universidad de Pennsylvania ‘, no han sido descriptas hasta ahora. 1 Amkghixo, Informe, etc., 355, 359. 2 Cabrera, Ibid., 141. 3 Ameghino, La antigüedad, etc., I, 510. 4 Collections and piiblications, eu Bulletm of tlie Free Museum of Science and Art, I, 126. Las alfarerías referidas fueron donadas por el profesor doctor Giglioli, y pro- cedían de Olaen (departamento de Punilla). 35 6 Asimismo, es en verdad lamentable que baya desaparecido un gran número de curiosas piezas reunidas por el mismo doctor Ameghino en la estación I del Observatorio l *. , Fig. 102. — Villa .María (S7!) colee. M. L. P.), °l¿ 1 Prácticas semejantes lian sido también constatadas entre los indígenas norteame- ricanos (Fhaxk Hamii.tox Cosiiixo, A sludy of Pueblo pottery as illustrative of Zuñí callare growth, en Foarth Animal Report of thc Burean of FAhnology, 1882-’ 83, 198 y siguientes, figuras 526, 529 á 531, 533. Washington. 1886; Hoi.meS, Aboriginal pol- lery, etc., 69 y siguientes, figuras 31 y 32; Holmes, Use of textiles, etc., 399, lámi- na VII, a; Masox, IbUl., 354, lámina 106); que parece conocieron, igualmente, los habitantes prehistóricos del noroeste argentino (conf. .Jua.x B. Ambhosetti. Algu- nos vasos ceremoniales de la región Calchaqní, en Anales del Musco Nacional de Ráenos Aires, Vil, 131 y siguientes, figuras 4 y la. Buenos Aires, 1902). ■ Boimin describe en su hermosa obra, recién aparecida, un vaso hallado en La Paya (provincia de Salta), en cuyo fondo se conserva nítidamente la impresión de la red sobre la cual filé modelado (Jbiñ.. I, 241 ; lámina XIV, figura 28e ; lámina XV, figura 30). 3 Xo se trata, tampoco en este caso, de una afirmación antojadiza ; existen ejem- plos corroborantes de mi afirmación (conf. B.omax, Ibid., I. lámina II, figura 3). 1 Número 879 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 5 Número 878 de las colecciones arqueológicas del Musco de La Plata. - 362 Los ornamentos son muy simples : en un fragmento (fig. 102) se notan restos de una guarda constituida por líneas quebradas paralelas; en el otro (fig. 1 03), parece se hubiese trazado una greca poco complicada. En Fig. 104. — Estación I del Observato- rio (744. colee. M. L. F.), * . Kiir. 105. — Estación I del Observatorio (740, colee. M. L. I\), */3 ambos casos los grabados son profundos y lian sido hechos con instru- mentos de punta poco aguzada. En cuanto á la cerámica ornamentada obtenida en la estación I del Observatorio si bien su pasta es bastante homogénea, pues los gra- nulos del déf/raissant utilizado son de reducido tamaño, se halla, en cambio, sobrecargada de muscovita, lo quo da á todas las piezas una marcada apariencia pailleté. La cocción es incompleta, notándose en las secciones tres zonas, la central negra y las exteriores rojizas. Por lo demás, en los fragmentos (pie tengo a la vista la coloración externa es negra ó bermeja, están regularmente pulimentados, y son todos duros y tenaces. 1 Números 726, 737, 730, 710, 712 a 745 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. — 363 - Como -se trata de fragmentos pequeños, es imposible intentar la recons- trucción de la forma que afectaron los vasos, cuyo diámetro, en la boca, alcanzaba en algunos á 138 y 85 milímetros; oscilando el espesor de las paredes entre 7 y 5 milímetros. Los bordes son achatados, o redon- deados con ligero pliegue hacia el exterior. Los ornamentos son sencillos : líneas que se inician en el borde y per- pendiculares a éste (fig. 104); guardas consti- tuidas por rectas y quebradas (lig. 105) ; pun- tos alargados, dispuestos diagonalmente en las paredes del vaso y en series rítmicas (lig. 106); guardas, quizá más com- plicadas. formadas por ele- Fijr. 109. - Lago San Ruque melltOS rectilíneos qUC li- (colec. J. W.). 1/l . , . mitán espacios colmados de puntos alargados (fig. 167): y series rítmicas de impresiones prismático-triangulares (fig. 108). Casi todos estos ornamentos han sido trazados con instrumentos de punta poco aguda, casi redondeada. Por último, un minúsculo fragmento de cerámica obte- nido en las estaciones del lago ci i> ,1 . i i Fig. 110. — Lago San Ko- ban lio que (departamento de , ® ; 9. 1 1 que (colee. M. P.). Panilla), 1 y cuyos caracteres coinciden en general con los que ofrecen las alfa- rerías del Observatorio, muestra en su superficie externa serie de breves impresiones rectangulares (fig. 169). (I) Pesos para el huso Fig. lll. — Lago San Hoque (colee. M. P.). 9/¿ Tres ejemplares de pesos para el huso conserva- dos en el Museo Politécnico de Córdoba, y que proceden de las estacio- nes del lago San Roque (departamento de Panilla), lian sido modelados en pasta homogénea, bien cocida; son de color rojo sucio; duros, bien pulimentados y discoides. Lno de ellos es achatado (fig. 1 10); los otros dos con ambas superficies convexas (fig. 1 11); y todos, con perforaciones más ó menos bicónicas. El mayor tiene 44 milímetros de diámetro y el más pequeño 24 milímetros; en cuanto al espesor de estas piezas oscila entre 18 y 10 milímetros. ! Forma parte de la colección particular fiel doctor J. Wolff, de Córdoba. r) Figuras antro pomórficas El modelado. — La plástica se llalla representada en las coleccio- nes de objetos neolíticos cordobeses, por pequeñas figuras humanas de ejecución rudimentaria : hombres y mujeres desmr dos ó semivesf ¡dos, cuyo sexo está indicado sólo por algunos caracteres secundarios. Modeladas en pasta muy semejante á la empleada por los alfareros de la estación I del Observatorio, más ó menos bien ó mal cocida, de coloración roji- za, bermeja, parduzca y aun negra; no ofrecen entre sí caracteres comunes, sino, por el contrario, es fá- cil hallar diferencias sensibles en la ejecución y en (d mismo tratamiento de los detalles. Podría inferirse de tales deseme- janzas que esas representaciones no son contemporáneas pero, no lo creo así. pues casi todas ellas proceden de K¡g. 112. — Lago Sa» lio- los Kultur h((/er existentes en los al- c'm- (roi.-c. u. i .1 re(|ec|ores misma ciudad de Cór- doba ó ile las estaciones próximas á las márgenes del la- go San Roque (departamento de Panilla), donde se las ha encontrado ¡uVc-mfle con las piezas diversas descriptas en la segunda parte de esta memoria '. (<■'>»• colee, m. l. Las diferencias apuntadas, es posi- 1 ')' a‘ ble tengan por causa : en primer término, la rudeza del arte y la misma inexperiencia do los coroplastas indígenas que, en muchos casos, solo lograron produ- cir groseros esbozos: y, por otra parte, la rara persis- tencia con que todos los k¡u'. 114. — Chaquiin-iiu- primitivos reproducen ti- na (8SG. ralee. M. L. pos ¡nvaicos, con (9S1 Fig. 1 13. — Estación I del Observatorio i’O, Va- tantas menos variantes cuanto menores han sido las i n Unen cias modificadoras. Creo, por las circunstancias ligeramente enunciadas, que los grupos formados por mí Fig. 115. — Lago San Roque (colee. M. I’.). */;, 1 «Numerosos objetos de barro — dice Aineghino, refiriéndose ¡í los hallados en la estación 1 del Observatorio — de un arte muy avanzado unos, otros muy toscos... » (Informe, etc., 355). Fig. IHí. — Lago San Hoque (colee. Al. l\), *¡4 con los objetos referidos, dan una idea bastíante completa de la forma- ción y posible evolución de los principales tipos plásticos. En la representación antropomórfica de aspecto más arcaico (fig. 112) 1, el obrero se lia reducido á modelar los contornos de una cabeza informe, pues apenas se notan en ella dos cavidades correspondientes á ambos ojos, y la barbi- lla podero- sa y promi- nente. El tronco, uni- do directa- mente á aquélla, tri- angular y achatado, desprovisto de brazos y de piernas, sólo ofrece algunas líneas gra- badas, representaciones, quizá, de sim- ples adornos. En otros ejemplares (fig. lid y 1 11) 2, no obstante haberse respetado la cons- trucción rudimentaria del tronco, pues es aun achatado — casi una placa — y de forma trapezoidal, se notan pequeños muñones en lu- gar de los brazos, y aparecen por primera vez modeladas las piernas, aunque unidas entre sí. El esfuerzo continuo realizado para alcanzará una interpretación francamente realística de la forma humana, queda evidenciado al exa- minar otro grupo de piezas (fig. 115, lili y 1 17), que no son, como las anteriores, placas de tierra cosi- da representando figuras grosera- mente humanoides, sino un tipo plástico bien distinto y en el cual se observa un proceso técnico se- 117. — Lago San Hoque (colee. M. !>.), “I, achatado Fig. 118. — Lago San Roque (colee. M. I? ), s/:l 1 Se conserva en el Museo Politécnico de Córdoba. ■ Números 750 y 880 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. mojante al (pie caracteriza los ;s«va de las épocas más primitivas de los orígenes del arte griego. Fig. 111K — Chaquineluiua (885 colee, M. L. P.), 9/>{ En unos casos (fig. 1 15) ', el tronco, que debió ser cilindrico, se conti- núa con las extremidades inferiores reuni- das en una sola pieza, puntiagudas y sin pies: mientras sólo aparece esbozada por detrás la linea interglúteá y la separación de ambos muslos. En otros (fig. 1 1 (5) ’ se nota mayor segu- ridad y soltura en la interpretación gene- ral : la cabeza, redondeada y comprimida, resulta tan ancha como el tronco y coloca da directamente sobre éste: la nariz aguile- ña se destaca de la misma frente, y apenas existe indicación de boca; los brazos están representados por cortos muñones: el tronco y las piernas son de ejecución sumaria, sin detalle anatómico alguno, arinque existe cier- ta proporción entre las espaldas y ca- deras, y la cintura se ve señalada con nitidez. Pero, en el dorso «le la fi- gura es donde se observa un contraste nota- ble, dado td tra- tamiento rea lis- tico y basta acer- tado, — in abs- tracto,— de la región glútea y aun de las mismas piernas. No para ahí la evolución de este tipo plástico; los coroplastas reproducen, con rara prolijidad, to- dos los detalles de la indumentaria sin violentar el Fig. 120 — Estación 1 del Observatorio (753, colee. M. L. I\), 2/3 Fig. 121. — Lago San Roque (colee. M. T\), */3 canon establecido, es decir, la adherencia de las extremidades inferiores, y llegan á modelar estas últimas por completo, basta flexionadas, conjuntamente con cierta incli- nación del tronco hacia delante (fig. 1 1 7) :l, detalles, todos, que despojan á la figura de su rigidez primitiva y le transmiten cierta flexibilidad. 1 Se conserva en el Museo Politécnico de Córdoba. 2 Se conserva en el Museo Politécnico do Córdoba. 3 Se conserva en el Museo Politécnico de Córdoba. En un torso aislado (tig. 1 18) l, llama sobremanera la atención, el tra- tamiento cuidadoso de toda la región glútea, tan realístico, que se nota, suavemente modelada, la depresión aplanada de- terminada por la cara posterior del sacro. Sin embargo, esta misma pie- za conserva muchos de los cara (aeres primiti- vos, entre otros, el diá- Fi.ir. 122. — ciiaquincimna (.s,s4. <:oic<-. m. i., i'.». s 3 metro enlistante que ofre- ce en todo su desarrollo, y la cintura apenas indicada; mientras posee, asimismo, la particularidad de haber tenido siempre una sola mama de forma hemisférica, la que no se lia agregado me- diante punta laye. La última facien del tipo plástico que acabo de describir, parece ha dado la pauta para las demás obras similares: no obstante, se nota aún otro pro- greso: ambas piernas llegan á modelarse por separado (lig. 119, 120 y 121), y aunque informes, casi muñones, transforman por completo el aspecto de las pe- queñas ligaras. Por lo demás, el tronco no ofrece mayores perfeccionamientos: man t iénese casi del mismo diame- Fig. 123. — Estación I del (728, colee. M. L. P.), v/3. Fig. 124. — l ago San Foque (colee. J. H, ba- teo, con la cintura marcada por excepción (fig. 1 19) -; y las mamas, cuando las hay, están bien ubicadas, son hemisféricas, y aunque no se haya indicado el pezón, una minúscula perfora- ción señala su abertura. Los brazos, como siem- pre, son cortos muñones. La cabeza es compri- mida y ligeramente echada hacia atrás; la cara indistintamente ovalada (lig. 120) 3 ó cuadrada (fig. 121) 4, muestra los ojos con su abertura pal- Fig. 125. — Lago San Foque (colee. J. AV.), */i 1 Se conserva en él Museo Politécnico de Córdoba. '-Número 885 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 1 Número 753 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 1 Se conserva en el Museo Politécnico de Córdoba. — 368 — pebral ligeramente oblicua, y la boca horizontal señaladas por toscas incisiones, la nariz aguileña se desprende de entre ambos ojos, y la bar- billa es redondeada y prominente. Dos de estas piezas representan individuos parados, y en la otra (fig. 121), el personaje se halla grotescamente sentado. Por último, en la representación (pie considero más perfecta (fig. Fig. 126. — Estación I del Observatorio (727. colee. M. L. 1*.). 1 22) *, no obstante reproducirse en ella muchos de los detalles señala- dos en los últimos párrafos, se nota mayor soltura y seguridad en la in- terpretación toda. Es una mujer desprovista, como en otros casos, do verdaderos brazos; con el torso rudo pero bien tratado: los senos en- hiestos y hemisféricos: sumamente ventruda: y con los miembros infe- a h Fig. 127. — Lago San Roque (colee. *í. W.) . ?/3 riores algo flexionados. Esta figura presenta todos sus relieves bien mar- cados, las espaldas amplias, la curva violenta, pero natural, determi- nado por el amplio vientre; y las mismas prendas de vestir que cubren la cintura del sujeto, ocultan pero no disimulan, la morbidez de las nal- gas, y marcan, aun más, el exagerado desarrollo del abdomen al apare- cer ajustadas para cubrir el pubis. Número 88! de los colecciones arqueológicas del Musco de La Plata. Además de estas piezas, por desgracia mutiladas, lie examinado cier- to número de cabecitas sueltas. Algunas de ellas (fig. 123) 1 son de ejecución tan sumaria que cuesta hallar los elementos indis- pensables para identificar- las; sólo muestran toscas in- cisiones indicadoras de los ojos, rodeadas de dibujos com- plicados — probablemente adornos corporales — que cubren por completo la cara. Las hay, también, con la nuca achatada por completo, y la parte facial muy grose- ra, pesada, proyectada hacia delante, provista de incisiones horizontales (pie señalan la boca y los ojos (fig. 1 24) La cara ovalada de otro ejemplar (fig. 125) 3, se afina para determi- nar el mentón, y los ojos no son ya recogidos sino casi horizontales. Otras tres (fig. 12<>, 127 y 128) 4, si bien modeladas con cuidado, se- guridad y hasta elegancia, pare- ce fueran la reproducción de mo- delos convencionales de líneas harto rígidas, pues, su nuca acha- tada y muy sumariamente trata- da, sus ojos y boca representados por simples incisiones rectilí- neas, y la barbilla dura y recogi- da, no alcanzan á transmitirle verdadera expresión de vida. x Fig. 129. — Lago San Hoque (colee. M. V.), -/3 Por último, dos cabecitas (fig. 129 y 130) 5, como siempre, muy achatadas por detrás, de nariz aguile- ña, mentón fuerte y proyectado hacia delante, y ojos y boca indicados en la forma sumaria usual, ofrecen, además, un nuevo detalle: amplias cejas que á pesar de su ejecución grosera, mediante simples incisiones irregulares, les dan cierta expresión de gravedad y fiereza. Como las figuras antropomórficas de que me he ocupado se hallan en Fia. 1 ü.-. Estación I del Observatorio ( < 4!) . colc< .M. 1„ l>.): •'/, 1 Número 728 ele las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata. 5 Colección del doctor J. Wolfl' (Córdoba). Colección del doctor J. Wolit' (Córdoba). 4 Números 727 y 749 de las colecciones arqueológicas del Musco de La Plata ; y colección del doctor J. Wolff (Córdoba). 5 Colección del Museo Politécnico de Córdoba ; y colección de Félix F. Cutes. gran parte muy mutiladas, sólo puedo decir rpie dos de ellas, conserva- das íntegras, llegan á tener 92 y 8o milímetros de altura, respectiva- mente (fig. 1 12 y 1 10) : alcanzaban, pues, tamaños bastante apreciables: pero, es muy ]>robal)le, las hubiera aun mayores, pues una cabecita aislada (ñg. 127), llega á 59 milímetros de altura por r>8 milímetros de ancho máximo. Los adornos. — Los coroplastas in- dígenas al modelar las figuras antropo- mórficas, han indicado los adornos llevados por los indi- viduos. En primer término, algu- nas de las caras conservan dibujos, más ó menos complica- dos y superficiales, que corresponden, sin duda, á pinturas ó tatuajes. En una de las representaciones más primitivas, son harto abigarrados, constituidos por líneas quebradas (fig. 122); en otra, también de aspecto arcaico, son paralelas y puntos en serie rítmica (pie, desde el ángulo externo del ojo, se dirigen al borde inferior de la mandíbula (fig. 124): las hay con una simple línea de puntos bajo el labio inferior (fig. 125), ó por varias pa- ralelas formadas por aquellos mismos elementos, com- prendidas por rectas que se inician en las comisuras de los labios y terminan en el mentón (fig. 121); por último, en algunos ejemplares mejor tratados, los ador- nos faciales son líneas quebradas paralelas que despren- diéndose del ángulo interno del ojo terminan en los pómulos, y pequeños puntos alargados que se inician en las comisuras de los labios, y luego limitan el mentón (fig. 120); ó líneas paralelas de puntos que cruzan las mejillas, acompañadas, por otra parte, de puntos ubicados bajo el labio inferior (fig. 129). Desde) luego, es imposible determinar si los adornos en el mismo cuerpo recién descripto, representan pinturas ó verdaderos tatuajes. En algunas de las cabecitas, el cabello, indicado mediante líneas poco- profundas, cae hacia atrás y hasta el cuello (fig. 1 30, b) ; ó aparece dividi- do por el centro en dos mitades, en cada una de las cuales se inicia una trenza en ronde-bosse y agregada mediante past-illagc que cae hasta la espalda, y cuyas extremidades libres aparecen reunidas (fig. 120, b) '. El ! Una de las trenzas de la figurita á que me refiero en el texto se lia desprendido^ poro so nota aun claramente el lugar que ocupaba. Fig. 132. — Lago San Roque (colee. J. Fig. 131. — Es- tación I ,dcl ( )bserva torio (752, colee. M.I.. L >.),*/,• (t b Fig. 130. — Alrededores de Córdoba (9412, colee, F. F. O.), ]/i — 371 — grupo constituido por las piezas á que me lie referido en párrafos ante- riores (pág. 369 de esta memoria), y que llama tanto la atención por su tratamiento convencional, ofrece, asimismo, otra particularidad intere- sante: el cabello, comprimido por la banda de que me ocuparé más adelante, se divide sobre la frente y cae á Jos costados tapando las orejas (fig. 126 y 128); pero, la interpretación en alto relieve, resulta tan «estilizada» como el resto de la figura L lín «manto á los adornos agregados al cuerpo sin mutilarlo, los hay representados de diversa clase. Llama desde luego la atención, una amplia banda frontal, en ronde- bosw, que llevan casi todas las cabecitas. Las más de las veces el ador- no referido rodea por completo la cabeza (fig. 120, 121, 125, 120, 127 y 130) ; pero, en algunos casos, después de aparecer anudado sobre aqué- lla, sus extremidades libres caen por detrás lmsta el cuello (lig. 129). Para indicar el dibujo ó, quizá, ciertos detalles del tejido, m lian hecho breves incisiones (fig, 120, 121, 125 y 129) ó puntos profundos (íig. 120 y 127) *. Uno de los ejemplares (íig. 126) parece hubiera tenido, además, cla- vados en la parte superior de la cabeza, algunos adornos particulares, ¡mes son sumamente profundas las perforaciones que allí se conser- van 1 2 3; y en otra cabeeita (íig. 128, c), caen sobre la nuca dos pendientes, indicados por una línea rodeada su extremidad libre por muchos puntos poco profundos. La mayor parte «le los ejemplares llevan collares, indicados en forma más ó menos tosca. (Ja, si siempre son rectas ó líneas «le puntos poeopro- 1 Barzana asegura on su curta quo « muchos » do los habitantes do Córdoba ves- tían como la «gente del I’irú » (Barzana, Ibiñ., LVll); no es, pues, antojadiza la interpretación del tipo do peinado que hago en el texto, usual entre una gran parte de los antiguos habitantes del Tahunntinsuyu : « La parte de cabello que cae sobre el rostro — dice Cobo — cortan por la mitad do la frente, y desde las sienes cuelga lo restante hasta en derecho de la boca, cubriendo las orejas, y de aquel largo lo traen cortado parejo en ruedo de la cabeza » (Cobo, Ibid., IV, 158). 2 Sin duda las bandas frontales que llevan casi todas las cabecitas, son los « to- cados », á que alude Jerónimo Luis do Cabrera en su Relación y que, según 61, hacían de « lana » y « por galla » (Cabrbra, Ibid., 140). Es marcada, por otra parte, la semejanza que existe entre las bandas frontales usadas por los montañeses de Córdoba y el llanto peruano : « trenza ó cinta tejida do lana » — dice el ilustre Cobo — « la cual es gruesa medio dedo y tiene do ancho un dedo atravesado ; con ella — agrega — dundo muchas vueltas, vienen íí hacer una manera do guirnalda ó corona del anchor do una mano, con la cual ceñían el cabello por encima de la frente» (Cono, ¡Md,, IV, 150). a Keeuórdense las Ucean ó plumajes y las « varillas largas » de metal que los indí- genas se colocaban en la cabeza (Cabrkra, Ibid., 140 ; Sotf.lo Narváhz, Ibid., 151). fundos, dispuestos sobre el pecho (fig. 112, 113, 114 y 11(5) ó rodeando el (mello (Iig. 118, 1 lí) y 121); pero, en otros casos, la indicación, aun- que constituida por incisiones superficiales, llega á complicarse, parece que el collar sustentara pendientes ó placas triangulares (íig. 122) ó fue- ra, más bien, una faja tejida, estrecha y ornamentada (íig. 120). Rodeando la cintura, se nota, aun en las íi guras de f urden más arcaica., una ancha y gruesa faja indicada mediante una técnica semejante íi la observada al tratar la que envuelve la cabeza, es decir, breves incisio- nes, puntos ó, también, líneas sinuosas poco profundas (fig. 115, 117, 118 y 122). Por último, creo que no sería aventurado interpretar las líneas de puntos que rodean los tobillos do un ejemplar (íig. 1 17), como otras tan- tas indicaciones de anillos. La indumentaria. — Las prendas de vestir aparecen reproducidas, las más de las veces, con realismo sorprendente; y han sido tratadas, por lo general, con mayor prolijidad que los adornos. En las figuritas de modelado sumario, se nota, con claridad, un pe- queíio delantal que no llega á cubrir las nalgas del sujeto y ceñido á la cintura por la faja á que me he referido en párrafos anteriores. Dicha prenda de vestir aparece indicada por dos líneas paralelas que compren- den series de puntos (fig. 1 Lo, a) ; pero, en fragmentos aislados que tengo á la vista *, el delantal referido esta ornamentado con grabados más complicados (fig. 13 L y 132) 1 2. En las representaciones antropomórfieas más perfectas de la serie (fig. 117 y 122), el delantal aparece substituido por un verdadero tapa- rrabo en ronde-bosse, ceñido por delante y por detrás con ayuda de la faja y que cubre tanto el pubis, como la horcajadura y las nalgas, pero ipre deja libre los muslos. Esta prenda de vestir aparece ornamentada por series rítmicas de ankistrones separados por líneas quebradas (fig. 117), ó por franjas cuyo dibujo está indicado muy sumariamente (fig. En el Museo de La. Plata, Invierno de 1910. 1 Número 752 de las colecciones arqueológicas del Museo de La Plata., y colec- ción del doctor.). Wollf (Córdoba). * Harzana, en su carta, al referirse á la indumentaria de los indígenas de Córdoba., dice que los « paiiitos que traen las mujeres son muy labrados, llenos todos de chequira », etc. (IbUl., LVII y siguiente). A I» EN I) I CE Después de haberse terminado la impresión de buena parte de esta memoria, han ingresado á las colecciones del .Museo de La Plata, dona- dos por el señor H. Pallmer, algunos objetos encontrados en el establecí- Kig. Eí'E I). limado YV-lrz (eoloc. M. I.. 1*.), 1 /3 miento ganadero (pie posee, el caballero nombrado en las proximidades de la estación Dalmacio Yélez, del ferrocarril Andino (departamento de Tercero Arriba). Además de algunos fragmentos sin importancia, forman parte de la — 374 — donación referida una muela fija y un mortero que creo útil describir. La primera está constituida por una placa de mieaesquisto irregular- mente rectangular (fig. 133), cuya longitud, ancho y espesor máximos al- canzan a 330, 230 y 25 milímetros respectivamente. En una de las caras se nota una depresión alargada, fusiforme, que llega á tener alrededor de 220 milímetros en sn diámetro mayor y 100 milímetros en el menor, Fig. lí?4. — Dalmncio Yélez (colee. M. L. P.), v/5 cuya profundidad no excede de 17 milímetros, y que se encuentra muy pulimentada por el uso. En cuanto al segundo, es de granito ó diorita, subliemisferico, con el fondo circular, achatado, á concavidad exterior y de 100 milímetros de diámetro. La excavación es, también, más ó menos hemisférica, de 150 milímetros de diámetro y 112 milímetros de profundidad. Esta pieza licué de diámetro total 235 milímetros, y 105 milímetros de altura. Sus paredes son espesas; en el fondo alcanzan a 40 milímetros, y las late- rales oscilan entre 00 y 50 milímetros, aunque si* estrechan luego para formar un labio redondeado é irregular (fig. 134). INDI G E DE LAS MAT HUIAS CONTENIDAS EN EL TOMO XVII (SEO UN DA SlOlí 1 10, TOMO IV) Las lenguas do tipo Guaycurú y Chiquito comparadas, por el profesor Sa- muel A. Lafone Quevedo i 7 Nota preventiva sul JHprothomo platemis Amoghino, del dottoro Aldobran- dino Mochi 60 Descripción de dos nuevos Lamelicornios de la fauna argentina, por Carlos Bruch 71 Sur la structuro des scories et «torres cuites» trouvées dans la sórie pam- péenne, et quelques ólóments de comparaison, par Félix F. Outes avee la collaboratiou du doctour H. Bücking 78 Lainpyrides do Misiones uoinmós et dócrits par Ernest Olivier 88 Sur la formo dos courhos do rofroidissomont dos mólanges hiuaires, par E. Rengado OH Plusieurs nouveaux Coléoptéres do la líópublique Argontino, par Maurice Pie 108 Vocabulario Chorote ó Soloto (Chaco occidental), por Robert Lehmann- Nitsehe 111 Iníluonce de certains colloides sur la différeuce de pontentiel cathodiquo, par le doctour Charles Marie 131 Catálogo sistemático de los Coleópteros de la República Argentina, por Car- los Bruch 143 Para 1 : Carábidac (Cicindclinac, Cambinae ) 145 Pars IV : Lucanidac, Scavábacidac (Coprini-Cctonini), l’anmlidae 181 Para V : linprestidac, Trixagidac, Monommidac, líuoncmidac, Jilaleridac . 226 Los tiempos prehistóricos y protohistóricos on la provincia de Córdoba, por Félix F. Outes. 261 Introducción 261 Primera parte. Período paleolítico. — Capítulo I. Antecedentes 264 $ I. Geología y estratigrafía de la cuenca del valle del río Primero. 264 § II. Los yacimientos paleolíticos 279 Capítulo II. El material conservado en el Museo des La Plata.. 285 Segunda parto. Período neolítico. — Capítulo I. Antecedentes 21)2 $ I. Los puoblos neolíticos 292 § II. Los yacimientos neolíticos 307 Capítulo II. Ereseos rupestres y potroglifos 312 25 — 37 ti — $ 1. Frescos rupestres 312 $11. Petroglifos 317 Capítulo 111. El material conservado en el Museo do La Plata y en otras colecciones 318 $ I. Objetos do piedra.. 31 X a) Instrumentos 31 s Láminas ó cuchillos 3ix Raspadores 31 SI Raederas . •, 321 Perforadores 321 Molinos 321 Morteros y sus manos 324 Platos 32