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REVISTA Museo de La Plata TOMO XII REVISTA DEL MUSHO DE MA PLATA DIRIGIDA POR FRANCISCO P MORENO Fundador y Director del Museo TACONES IE LA PLATA TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES 1906 204400 DEL MUA aa DIRIGIDA POR PRANCISCO P MORENO Fundador y Director del Museo TOMO “XII PRIMERA ENTREGA LA PLATA TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES 1905 ie APUNTES SOBRE LA ARQUEOLOGÍA DE LA INTA AAA A NA: POR JUAN B. AMBROSETTI CON CUATRO LÁMINAS Tomo XII AA Ñ APUNTES SOBRE LA ARQUEOLOGÍA DE LA PUNA DE ATACAMA POR Juan B. Ambrosetti Ll Museo de La Plata posee una pequeña, pero interesante colección de objetos, reunidos en diversos lugares de la Puna de Atacama por el ex-viajero de ese establecimiento, señor Gui- llermo Gerling, durante su viaje de 1897 á 1898, cuyo catálogo razonado publicamos más adelante. ll mismo señor me ha entregado copia de su diario de viaje, del cual extractaré lo más interesante y útil que pueda servirnos para precisar el hallazgo que ha efectuado. A él se deben las fotografías que ilustran este trabajo, cu- yos clisés se conservan también en el Museo. Para dar una idea de lo que es hoy la Puna de Atacama, donde en otro tiempo se desarrolló una civilización indígena de importancia, dejaremos la palabra al doctor Francisco P. Moreno: «La altiplanicie de la Puna, cuyo límite occidental se halla «á una allura mayor de 10.000 pies, está cubierta, en una ex- «tensión de cerca de 60.000 millas cuadradas, por algunas se- «rranías bajas, medio enterradas en las cenizas y lavas de «cientos de volcanes, algunos de los cuales se elevan á 20.000 «pies de altura y se hallan aún en actividad; lagos salados «desecados donde el borax se encuentra, hállanse también en «esta región (”). » (*) F. P. Mornxo: Votes on the Anthropogeography of Argentina, pú- gina 10, en «The Geographical Journal», Diciembre, 1901. Conferencia dada en el Meeting de Glasgow de la Royal Geographical Society de Londres. Pl pl E «Ión los lugares montañosos en donde predominan las rocas «volcánicas, y el escenario nos aparece ahora como un mundo «muerto, con sus negras y verdes lavas, cenizas y rocas rotas «y agudas, las que el agua corriente nunca pulimentó, donde «fuertes vientos soplan todavía continuamente; estas tierras, «desiertas y quebradas son, aparentemente, inadecuadas para «una población estable; pero esto no ha sucedido siempre asi. «Varias veces he tenido mis dudas de que muchas de esas «llanuras, valles, quebradas y elevaciones, y en todas he visto «pruebas, que en otro tiempo han sido pobladas y que el clima «reinante allí ha sido dulce y templado (?). » El hallazgo más importante efectuado por el señor Gerling fué hecho en la pequeña aldea de Antofagasta de la Sierra, que se halla á 3516 metros de altura sobre el nivel del mar (*). Una capilla rodeada por unos quince ranchos forman el pueblo, resguardado de los fuertes vientos que allí soplan, por una barranca de greda colorada. Su población es escasa; en todo el distrito, que abarca mucha extensión, sólo viven unos doscientos cincuenta habitantes. Antofagasta está rodeada por los arroyos Mojones, Naci- miento ó Punilla por el oeste y el Chorrillos por el este, cuyas aguas se derraman en una laguna situada al sur, al pie de dos volcanes llamados Alumbreras, recientemente apagados y cuyas lavas llegaron hasta el medio de la misma. Estas aguas, cubiertas de un espeso juncal, albergan varia- das especies de aves acuáticas. Según el teniente coronel Estanislao Maldones, autor de un trabajo anterior (*), el arroyo llamado Nacimiento ó Punilla es el río de Antofagasta que desde su nacimiento por 6710” de longitud y 2540" de latitud hasta el punto denominado Trapi- che (?) tiene el nombre de río de la Punilla y es engrosado por los esteros Toconque y Niriguaca (?) y el río de las Pulas, orl- ginario del cerro llanco y el estero de Antofagasta. Ll río Antofagasta corre de norte á sur; tiene una exten- sión de cuarenta y cinco kilómetros; sus aguas son abundan- tes y de excelente calidad y fertilizan las vegas de su nombre que circundan una profunda laguna de agua dulce situada al (1) MorENO: Op. cit., página 11. (?) El Territorio de los Andes, reseña geográfica descriptiva por su pri- mer gobernador general Daniel Cerri. Buenos Aires, 1903. (9) Catamarca y la Puna de Atacama (recopilación 6 extracto) por E. M., Buenos Aires, 1899. E eS pie norte de los escoriales formados por el volcán apagado de la Alumbrera. El río Mojones se desprende del cerro del mismo nombre. Las aguas del río de Antofagasta regarían, según este au- tor, seiscientas selenta y cinco hectáreas, ó sean cualrocientas cuadras de las vegas muy extensas que rodean el caserío y en donde pastan todo el año centenares de vacas y ovejas. “n verano, las haciendas llevadas allí, engordan con el pasto natural de estas vegas mejor que en los valles del este. Actualmente existen dos pequeños alfalfares de una hectá- rea, que dan dos cortes al año. Todos estos datos hay que tomarlos en cuenta, porque de por sí dan una idea de la importancia del lugar, en donde, en otro tiempo, se radicó una extensa población indígena como lo demuestran las ruinas allí existentes. Creo, con el doctor Moreno, que las condiciones climatéri- cas han debido haber cambiado con los años, por causas muy diversas que hoy no podemos explicarnos aún, pero los hechos existentes están allí para demostrarlo. Según el general Cerri (), la temperatura mínima observada en Diciembre fué de cuatro grados bajo de cero; ya uno puede imaginarse como será en invierno, y mientras tanto allí existen las ruinas de los canales de irrigación y las indicaciones de los campos cultivados de maíz, según el doctor Moreno, esto indi- caría una población estable, tanto más que entre las ruinas del pueblo y en la lava negra descubrió hornos y pequeños criso- les de fusión y hasta moldes rotos para colar esos bellos dis- cos de bronce que también hallamos en Calchaqui (?). In otras partes de la Puna, ha sucedido lo mismo; en el mismo trabajo, prosigue el doctor Moreno: «En Antofalla, uno de mis asistentes hizo interesantes des- «cubrimientos de un asiento de población calchaquí. Pasando «de la parte sur á la región norte, en la región volcánica occi- «dental y en los valles, las ruinas y los sepulcros son frecuen- «tes en todos los lugares en que el agua existió en los tiempos «remotos.» «Las habitaciones humanas han sido descubiertas hasta «una altura de 18.000 pies (*).» Apoyando este último dato, los miembros de la expedición (1) Op. cit. (2) Op. cit. (*) Morrno: Op. cit., página 15. es sueca dirigida por el barón Erland Nordenskióld, conde de Ro- sen y doctores Fries y M. von Hofsten, hicieron la ascensión del nevado de Chani en la Puna de Jujuy y en el punto más elevado hallaron murallas, restos de alfarería y depósitos de leña de cactus. Y el doctor Nordenskióld supone que en la época prehispánica, esa altura haya sido un lugar de sacrifi- cios 6 de señales. La altura del Chani es de 6100 metros (*). Los detalles de este hallazgo se hallan consignados en el trabajo publicado por el mismo señor Nordenskióld, última- mente (Mayo) en «The Geographical Journal» bajo el título de Travels on the Boundaries of Bolivia and. Argentina (*). PETROGLYFOS Y PICTOGRATIAS In los alrededores de Antofagasta de la Sierra existen mu- chos petroglyfos interesantes, según el explorador chileno señor Francisco San Román, que los menciona en su conocido tra- bajo (). Ante los restos de la antigua civilización calchaquí que allí encontró durante una de sus campañas al frente de la expedi- ción científica exploradora del desierto de Atacama, sostenida por el Gobierno de Chile, no pudo menos de admirar estas ruinas y de fotografiar á uno de estos petroglyfos dedicándole las siguientes líneas: (*) Explorations dans les regions frontiéres entre la Republique A1- gentine el la Bolívie. Extracto de La Geographie «Bulletin de la Société de Géographie». (*) «Nevado de Chani (20.000 feet) was climbed by von Rosen, Fries and von Hofsten. They reached the summit and there found the remains of two altars or something similar, round which there were some pieces of earthenware, a bead of blue-green mineral and —on and around the altar— a supply of cactus wood, etc. The socalled altars were built square, one side being open, and placed sideways with regard to their mutual position, thus not directed towards any special point of the compass. On one of the frag- ments of pottery a wedge-shaped ornament was painted. Similar patterns had been observed by von Rosen on pottery from Ojo de Agua, as pre- viously stated, a large pre-Columbian dwelling-place at Quebrada del Toro. Beads of a similar kind are invariably found in all places and burial grounds. The wood lay both inside and piled round the walls, and — probably owing to the air at this elevation being peculiarly free from bacteria — it was in a very good state of preservation.» (Y) Desierto y Cordilleras de Atacama, Santiago de Chile, 1896, página 274 y siguientes, tomo 1. 7 A «Estas regiones fueron asiento de una numerosa población «indígena sobre cuyas causas de desaparición no hay tradición «alguna ó no he tenido la fortuna de descubrirla. «Sus numerosas corrientes de agua; algunos de sus valles «relativamente abrigados, i exlensas praderas, cubiertas de «abundante pasto, ofrecen elementos de subsistencia que ¡jus- «tificarían, por las solas noticias de la tradición, aquel hecho, «si no estuviera también materialmente comprobado por los «restos de extensas tamberías i los surcos todavía visibles del «ordenado i nutrido cultivo del terreno. «Por la falda de las colinas inmediatas se ven aún los ca- «nales de irrigación, i desde las alturas se pueden dibujar las «líneas geométricas de los cuadros i cuarteles de tierra, toda- «vía visibles, á pesar de la vegetación natural que ahora los «cubre. «Las piedras pintadas, dibujadas ó escritas con los carac- «terísticos jeroglíficos de las razas indíjenas, se ven con ex- «traordinaria profusión alrededor de Antofagasta, i entre otras «vistas fotográficas, es de las más interesantes la que obtuvi- «mos reproduciendo con entera exactitud la cara lisa i casi «pulimentada de un gran peñasco de traguita todo cubierto de «inscripciones.» Este petroglyfo ha sido publicado por el señor Karl Stolp en un trabajo titulado Indianische Zeichen aus der Cordillere Chile's (*). Il señor Stolp se limita á consignar los siguientes datos, á propósito de este petroglyfo: «Otros signos, que no tienen nada de parecido con los mencionados, se encuentran sobre una piedra cerca de Antofagasta. Estos dibujos se manifiestan de origen indio al primer golpe de vista, como lo demuestra la buena fotografía que me regaló el señor F. San Román, ¡efe de la sección geográfica geológica. «Los dibujos de los guanacos demuestran que la piedra es- tuvo parada verticalmente en otros tiempos, cuando se hicieron los dibujos grandes, y que después, roída por el agua por de- bajo, cayó, siguiendo otros dibujantes adornando la piedra en su nueva posición.» Esta piedra es muy interesante, puesto que presenta el tipo (*) Verhandlungen des deutschen wissenschafllichen Vereines zu San- (ago, Y. Band, 1. Heft. Santiago de Chile, 1889, página 35 y siguientes, con dos liminas, una de las cuales se refiere á la pictografia del Cajón de Tin- guiririca, San Román). señor asta de la Sierra (según fotografía del ar 3 Petroglyfo de Antofa LEO GA de los petroglyfos calchaquies de los mismos valles, como el de Santa María, por ejemplo, donde hallamos Jos escudos re- presentados en el de Andalguala (*), en las pictografías de Ca- rahuasi de la provincia de Salta (*), en las urnas del tipo san- tamariano como traje de ciertos personajes en ellas pintados (*) y en algunos discos de bronce (*); por estos últimos se ve que representan personajes. En cuanto á los guanacos, son comu- nes á la mayor parte de los mismos. El señor Gerling, en la Vega de Infieles, halló otra picto- grafía en una peña, cuya copia puede verse en la adjunta lá- mina IV, figura 2. Las figuras han sido pintadas con color blanco; se hallan en parte borradas y representan á cuatro personajes con una diadema de plumas en la cabeza, vistiendo un poncho salpicado de puntos, como si fuera de piel de tigre. Dos de éstos llevan lanzas y los otros levantan las manos hacia arriba. Debajo de estos personajes se alcanza á ver la silueta de otro y otros restos de figuras que no se sabe á qué referir. Por esta pictografía, esta vega liene el nombre de Infieles, y según el señor Gerling, sólo parece haber sido habitada por temporadas, probablemente durante la época de cacerías óÓ chacu de vicuñas. Otro petroglyfo muy importante es el de Peñas Blancas, cuya copia me fué proporcionada por mi buen amigo y colabo- rador el señor Iiduardo A. Holmberg, hijo (lámina IV, figura 4). Para llegar á Peñas Blancas (4070 metros), hay que dar un largo rodeo y cruzar el extremo sur del Salar de Ratones para entrar en la quebrada del mismo nombre. Peñas Blancas se halla al pie del Cerro Ratones y en ese lugar se encuentran las inscripciones. He aquí cómo describe el señor Holmberg (hijo) este hallazgo (*): «Al llegar á estas peñas, que son grandes moles de arenis- cas y conglomerados, pertenecientes al sistema de Salta, así denominado por Brackebusch, fuimos sorprendidos por la pre- sencia de numerosas inscripciones grabadas en ellas por los (1) A. QuiroGaA: La Cruz en America. Buenos Aires, 1901, fig. 73, p. 190. (2) Amroserri: Las grutas pintadas y los petroglyfos de la Provincia de Salta. «Boletin del Instituto Geográfico Argentino», t. XVI, p. 328, 1805. (*) AmaroserrI: Nolas de arqueología calchaquí, figuras 90 4 95. «Bo- letin del Instituto Geográfico Argentino», tomo XIX, páginas 61 á 62. (*) To.: Td., figura 121, página 198. (*) Enuarbo A. HoLmBrERG (hijo): Viaje por la Gobernación de los An- des (Puna de Atacama), 1900, púgina 44 y siguientes. (Publicación del Mi- nisterio de Agricultura.) A primitivos habitantes. La cantidad de dibujos y el modo cómo están hechos, puede ser un indicio de que aquello fué habita- ble en otros tiempos y que el agua, al retirarse de pronto, como suele suceder en esas montañas, convirtió aquello en un páramo. «Para nuestros americanistas, las inscripciones de Peñas Blancas son de gran interés, porque su existencia y semejanza con muchas de las que se hallan en los valles de Santa María y Calchaquí, demuestran que los calchaquies poseyeron tam- bién aquellos lugares, en los que dejaron sus tumbas é ins- cripciones. «lól viento que azota continuamente los paredones en que están las inscripciones, ha rebajado el nivel del suelo, deján- dolas á dos y tres metros de altura, en un espacio mayor de cincuenta metros de longitud. «Sobre el plano en que hicimos campamento había tumbas y muchos huesos humanos y de vicuñas, dispersos y revuel- tos, á los que había que agregar restos de vicuñas reciente- mente muertas por los cazadores que hacen aquí con frecuen- cia sus campamentos. Por la forma del terreno y la abundancia de huesos, éste debe ser seguramente uno de los lugares de chacu, donde tienen lugar esos rodeos de vicuñas, en que se las mata por docenas.» La descripción de este singular petroglyfo ofrece muchas dificultades por cuanto el desgaste de la peña ha hecho des- aparecer muchos trazos de los signos que hovse nos presentan incompletos. De todos los similares que conozco, sólo puedo referirlo á los dibujos de la gruta de Chiquimí en el valle de Santa María, cuya copia hecha también por Holmberg, tuve ocasión de ver una vez en poder de mi estimado colega y amigo, el doctor Adán Quiroga. pero, con todo, son muy diferentes. Hay signos que indudablemente corresponden á la figura humana, sobre todo partes de cuerpos de personajes en cuyos ponchos se ven signos, como en los que se hallan pintados en las urnas funerarias del tipo santamariano. Varias figuras en zigzag quizá pudieran representar rayos, tanto más que hay alguna asociada á esa figura compuesta de una línea horizontal pestañada en su parte inferior de cortas verticales y que he referido á líneas de lluvia (). (*) El Sepulero de la Paya en «Anales del Museo Nacional de Buenos Aires», tomo VIII, (serie 32, Y. 1), púgina 138 y siguientes. A Interesante es el disco cuartelado conteniendo elementos de grecas, y el otro con un morterito ó excavación en el centro rodeado por una línea en zigzag. Tres morteros ó excavaciones circulares, dos arriba y uno debajo ligado á un zigzag, todos de gran tamaño, ocupan casi la parte central; dada su posición vertical, no es difícil que ha- yan sido huecos destinados á recibir pequeñas ofrendas. A la derecha se ve un grupo de signos muy curiosos: la silueta de un pájaro volando y una serpiente en sentido in- verso; ambas figuras lienen la cabeza redonda. listos dos sím- bolos aquí unidos como en las urnas funerarias y pucos, me- recen tomarse en cuenta. Más á la derecha se ven restos de siluetas humanas y entre ellas una cara con los ojos y la nariz dibujados exactamente como si se tratara de un ídolo tallado en piedra del tipo cal- chaquí. Lástima grande es que el paredón que tiene este gran pe- troglyfo se halle descascarado en muchas partes, como puede verse en el dibujo, en el que sólo se han señalado las grandes zonas destruídas, habiendo sido imposible, por falta de tiempo, el haber señalado en cada uno de los signos la parte de dete- rioro que los circunda y que los ha dejado incompletos en su mayoría. Notable también es la profusión de puntos ó pequeños ho- yuelos grabados en líneas rectas y en otras direcciones for- mando una especie de canavás sobre el cual parece se hubie- sen grabado posteriormente los signos. La parte inferior de la figura del petroglyfo y separada por una línea curva, representa los signos que se hallan en la parte superior del paredón, que siendo algo saliente, forma como una especie de techo; entre éstos merecen mencionarse dos si- luetas de guanacos ó vicuñas. Ya que de petroglyfos nos ocupamos, no debemos dejar de mencionar aquí los de San Bartolo, cerca de Atacama, y lo que de ellos nos dice el doctor R. A. Philippi en su conocido viaje al desierto de Atacama ('): «Volviendo al día siguiente para Atacama, dejamos el valle principal y caminamos algunas leguas en la altura de la ri- bera oriental, para tener una vista de los cerros altos situados al oriente, pero no se veía mucho más que del pueblo mismo. (*) Viaje al Desierto de Atacama hecho de orden del gobierno de Chile, 1894—1855. Halle en Sajonia, 1860, un volumen. Ln ln este camino pude examinar la corriente traquítica descrita más arriba en toda su extensión y grandeza. Habiendo entrado en un sendero muy trillado que venía del pueblecito Machuca, encontramos al lado occidental del camino, en la traquita, una pared perpendicular, casi de seis pies de alto, lisa, en parte trabajada artificialmente y enteramente cubierta, en la extensión de cien pasos por lo menos, de figuras, por lo que el camino se llama Camino de las Pintadas. No son otra cosa que las per- filaduras grabadas en la piedra, y representan principalmente guanacos de todos tamaños, uno encima y aun uno dentro de otro; pero se distinguen también perros, zorros, serpientes y pájaros. «Figuras de hombres son raras y no son bien dibujadas (véase lámina IV, figura 1). Creo, á lo menos que la figura «a en 1, debe representar un hombre y figura b una mujer. A menudo los perfiles de una figura cruzan las de otra, como se ve en Iv. Los guanacos son hechos mejor; en 1vse distinguen bien sus dos dedos. Algunas figuras me parecen geroglifos, por ejemplo: las de 1, las dos figuras en forma de bastón, « en 11, la figura e en 1. Se cree generalmente que esas figuras son hechas en tiempo de los Incas antes de la llegada de los españoles, ¿pero con qué objeto? Los contornos, á la distancia de varias leguas, son un desierto horrible, sin un vestigio de vegetación, sin habitación humana. Nadie alisará una pared de peñasco y en tanta extensión, y grabará en ella muchos centenares de figuras sólo para pasar el tiempo. ¿Deben, acaso, transmitir á la posteridad la memoria de una de aquellas gran - des cazas de que habla Garcilaso de la Vega? Los Incas, se- gún él, mandaban hacer en cada provincia de su reino, de tiempo en tiempo, grandes cazas, en que debía ayudar toda la población; se rodeaba un espacio muy. grande, y yendo los hombres con muchos gritos y mucho estruendo paulatinamente al centro, cercaban casi todos los animales que se hallaban en ese espacio en un círculo de hombres del cual no podían salir. Iintonces se mataban los animales dañinos, como leones, jaguares, Osos; de los comestibles, como son ciervos (guemu- les), guanacos, vicuñas, se mataban sólo un cierto número de machos, cuya carne se distribuía á la población, dejando vivir el número necesario para la propagación de la especie. Se co- cían todos los guanacos y vicuñas aun las hembras y se es- quilaban para obtener su lana que se repartía igualmente, y entonces se ponían en libertad, como también los ciervos. Gar- cilaso se queja que este sistema, muy racional, se había aban- O PE donado por los españoles, que cazaban sin método con sus ar- mas á fuego, machos y hembras y en todo el año, sin el pro- vecho de la población general. «lLstas esculturas y las numerosas ruinas de casas y pircas situadas en lugares absolutamente desiertos y sin agua, son un fenómeno muy singular, y sin embargo muy frecuente. Re- gresando de Atacama á Copiapó hallé á lo largo del Camino del Inca, numerosas pircas en tales lugares, y Darwin ha hecho notar el mismo hecho. (Véase «Journal of Research into natural history» etc., ed. 2, p. 356.) Halló las ruinas mejor conservadas en Tambillos (portezuelo de Uspallata) donde quedan aun puer- tas, las que son bajas como en todos los antiguos edificios peruanos, teniendo sólo tres pies de alto. Muchas de estas rui- nas se hallan, según el viajero inglés, en la altura de las nie- ves perpétuas y en lugares donde no hay portezuelos. Respecto á las esculturas, parece que se hallan con frecuencia en la pro- vincia peruana contigua á la de Atacama, en Tarapacá. «El señor Bollaert describe las de la Quebrada de los Pintados cerca de Maní. Allí se ven figuras de indios, llamas, perros y otras; pero las figuras son del alto de 20 á 30 pies, y cortadas en una marga arenosa con líneas del ancho de 10 á 12 pulga- dasy de 6 á 8 pulgadas de hondura. Cree que las figuras son posteriores á la conquista.» (Véase sus Observations on Southern Perú, read before the Royal Geographical Society, Londres 28 Abril, 1851.) RUINAS Las ruinas de Antofagasta de la Sierra, según el señor Ger- ling, se dividen en dos grupos. Uno se halla á dos leguas escasas al sur del pueblo actual, al pie de los dos volcanes apagados llamados de la Alumbrera y en medio de las escorias y lavas. Estas ruinas, que parecen haber sido fortificaciones, ocupa- ban puntos estratégicos. Al sur, están protegidas por los mis- mos campos de lava y escorias que se extienden por más de una legua, y por el norte se hallan dos lagunas separadas por un angosto istmo que con facilidad puede defenderse. Por dentro, las ruinas se presentan como un laberinto de callejones y habitaciones grandes, todo como trincheras y obras de defensa, imposible de orientarse y trazar rápidamente un croquis por la gran irregularidad de estas construcciones. o a El segundo grupo de ruinas se halla como á una legua algo al sudoeste del pueblo actual. Encuéntranse en una lomita coro- nada por murallas de forma circular; al pie de ella se ven ex- tensas pircas óÓ paredones de piedra que encierran espacios cuadrilongos que seguramente representan los antiguos terre- nos de cultivo. Según el señor Gerling, los vestigios se hallan ocupando una extensión casi de una legua cuadrada. La elección del paraje demuestra pleno conocimiento de la región y en su tiempo debió haber sido éste un verdadero oasis en ese desierto, pues todo debía ser regado por el río que aún Ruinas de Antofagasta de la Sierra indicando los antiguos rastrojos corre en medio de este valle, cuya agua hoy ya no se aprove- cha, perdiéndose en las lagunas, dividiéndose antes en nume- rosos brazos que forman los actuales ciénagos donde pacen en verano los animales destinados á Chile y Bolivia. : ln varios otros lugares de la Puna existen también ruinas, á unas ocho leguas al sur de Antofalla en la misma orilla de la Salina, en el lugar llamado Bofijuela: el mismo señor Ger- ling vió de paso algunas pircas cuadrilongas y circulares y un sepulcro vacío del tipo de los que más adelante se describen. En Antofalla y en el punto llamado Tebenquiche, una legua más al norte, halló también caseríos y murallas que indican que en otro tiempo hubieron muchos habitantes. En los alrededores del Cerro de San Francisco halló tam- bién pircas y cavernas formadas por las lavas; allí sólo encon- tró unos pocos fragmentos de alfarería, habiendo sido inútiles las excavaciones que practicó. A Al noreste de Antofagasta, en dirección á la provincia de Salta, en la Vega del Cerro Gordo, el señor Eduardo A. Holm- berg (hijo) halló varias ruinas cuyos croquis me ha entregado, junto á la copia de su diario de viaje que á ellas se refiere. (Véase lámina IV, figura 3.) «Abril 15, domingo. En cuanto me he levantado y echado una mirada á este pequeño valle, me he dado cuenta de que habíamos acampado en las ruinas de una población india. lís- tas ruinas tienen un carácler particular. Son habitaciones muy pequeñas, como si hubieran sido hechas teniendo en cuenta los fríos. «Las paredes, en muchas partes se conservan íntegras. ran perfectamente hechas, del lado interior muy planas lo mismo que del exterior y han sido calafateadas con piedras más pe- queñas para que el viento no pase y para que se conserven más. En general son de 4 cuartas de ancho por 5 y 6 de al- tura. Casi cuadradas, habiéndolas también circulares. Casi todas están separadas por una distancia de 2 á 3 metros, y si al- guna parece con paredes comunes á dos, observando un poco se nota que esto se debe al derrumbe de las paredes, pues son dos pircas separadas por 50 á SO centímetros. Los ángulos es- tán siempre muy bien hechos; de los siete cuartitos (lámina IV, figura 3a), no he podido distinguir las puertas. 1ól largo de » es de 20 pasos, y el ancho de 10; c tiene otros veinte. «Me Jlamó la atención en el primer momento la falta com- pleta de morteros, pero luego me la he explicado. Dado el me- dio en que vivían no les era posible cultivo alguno, por los fríos, las heladas, la falta de agua y el mismo suelo. Necesa- riamente vivieron sólo de las vicuñas, con Jo cual los morteros les eran innecesarios. «Las piedras las han traído lo menos de quince cuadras de distancia. La alfarería que he visto consiste en los fragmentos que han sacado los ocultos ú ocultucos. stos son toscos, grue- sos y úsperos, generalmente de color ladrillo. Una sola puerta be visto (lámina IV, figura 3d). «La habitación b debe de haber estado dividida antes como a, pero lo que eran tabiques ha sido transportado sobre las pircas, por los arrieros que paran aquí, distinguiéndose, sin embargo, lo que era pirca antigua de la moderna, porque ésta última sólo son piedras que están las unas sobre las otras como guardando el equilibrio. «líste valle está formado por el norte por las ramificaciones Ip del Cerro Gordo (4250 m.), unidas á una lomillada por el este, cuyo nombre el guía no conoce; por el sur y oeste el Cerro Patos. Las ramificaciones del Cerro Gordo, no tienen piedras visibles y sí están cubiertas del pasto hiro. El sur y oeste son rocas graníticas muy fragmentadas. En la ciénaga hay añagua y pasto, ciénaga blanda. El agua del Río Grande que pasa á lo largo es algo salobre y transparente. ll ciénago ó vega ocupa todo el plano de este valle.» ll señor Philippi hace mención también de un pucará ó fortaleza indígena y de las ruinas de una antigua población en el lugar llamado San Bartolo, cerca de San Pedro de Atacama. Conviene reproducir lo que él ha dicho sobre estos restos de la extinguida población, pues corrobora la afirmación hecha más adelante por el doctor Moreno sobre el cambio de clima y condiciones de vida de la Puna de Atacama. Dice el doctor Philippi: «El camino conduce casi siempre por el río de Atacama, que se atraviesa cincuenta Ó sesenta veces; en ninguna parte era más hondo de dos pies; donde el valle se dilata algo, hay pequeños sembrados de alfalfa, maíz, zapallos, trigo, rodeados de pircas Ó de tapias y se ven también muchos algarrobos y chañares, pero pocos perales. «Por el espacio de media legua quedamos en la llanura, y teníamos sólo de vez en cuando al oriente colinas de escom- bros estratificados horizontalmente que no llegaban á cien pies de elevación. Después entramos en una serranía baja por una abra bastante ancha. Al poniente se levanta una colina del alto de 200 á 250 pies, limitada al norte por una quebrada muy honda que corre de este á oeste; al poniente por un corte ar- tificial, y al levante por el valle del río, teniendo en estos tres lados faldas casi perpendiculares; es sólo accesible por el sur donde se inclina paulatinamente y lleva en su cima pircas, restos de casas antiguas. Se dice que los atacameños se reti- raron en este lugar á la llegada de los españoles y que se de- fendieron por algún tiempo en esta situación ventajosa; era, por consiguiente, una de esas antiguas fortalezas colocadas en la cima de los cerros, como las había muchas en el Alto Perú donde se llamaban Pucará. «Habiendo subido á la altura para cortar una curvatura del río, hallamos en medio del desierto más completo y desolado enteramente y desprovisto de vegetación, un gran número de pircas, según toda apariencia, casas antiguas de indios. ¿Qué E e iy a motivo podían haber tenido para levantar casas en un lugar tan triste y absolutamente desprovisto de recursos? Un ensan- chamiento del valle, donde hay muchos algarrobos, chañares y perales, como algunas casas, se llama San Bartolo, y de este lagar hasta el trapiche de Don Diego, hay todavía una legua. «En las minas de don Diego Almeida (compañía Almeida Elizalde y Puch), los antiguos indios habían ya sacado cobre de esta mina. A cuarenta pasos había un socavón, era también una mina antigua y se habían encontrado en ella varios útiles de indios, entre otros, combos de cobre; yo mismo hallé una pala de madera, teñida de verde por sales de cobre (*).» Dos sepulcros cerca de Antofagasta de la Sierra SEPULCROS ll señor Gerling halló varios sepulcros abiertos anterior- mente y tuvo la suerte de explorar dos cerca de Antofagasta. La figura de la página siguiente muestra la forma y detalles de construcción de dos de ellos que pudo fotografiar. Como se ve, se hallan situados sobre una lomita y su techo ó bóveda ha sido formado por grandes bloques de piedra alargados. lísto es debido á la abundancia de la toba volcánica que permite la extracción de trozos de ese tamano. (1) Viaje al Desierto de Atacama, páginas 60 4 62. Tomo XII 2 e Ns En los valles calchaquies y en Hualfin (), los techos de los sepulcrós están formados por la superposición paulalina de piedras alargadas que van poco á poco cerrando la bóveda; pero allí se comprende que suceda esto, puesto que es difícil procurarse, las más de las veces, piedras alargadas. Sin em- bargo, Methfessel (*) halló en Loma Rica un sepulcro cubierto por trozos alargados de piedra, pero esta forma no es común allí, mientras que en Antofagasta parece que sucede lo con- trario. Sepulcro en Antofagasta de la Sierra Los sepulcros explorados por el señor Gerling, tenían una profundidad de un metro por uno y treinta centímetros de diá- metro, completamente redondos; las paredes laterales estaban formadas por piedras paradas unas al lado de las otras, y el techo, como hemos dicho más arriba, por largas lajas, una de las cuales puede verse en la fotografía. (1) CarLos BrucH: Descripción de algunos sepuleros calchaquties. «Re- vista del Museo de La Plata», tomo XI, píginas 11 y siguientes. AMBROSETTI: El sepulero de la Paya. «Anales del Museo Nacional de Buenos Aires», tomo VIII. (2) H. TEN Kate: Anthropologie des anciens habitants de la region calehaquie. «Anales del Museo de La Plata», página 16, figura 12 y siguientes. O Lo interesante y característico de estos sepulcros era un re- voque hecho con una tierra roja arcillosa, bastante dura, que parecía una especie de cemento. Esto no he tenido ocasión de observarlo en los sepulcros por mí explorados; tampoco Bruch ni Methfessel han hallado este revoque. Estas tumbas tenían, según el señor Gerling, la forma de un horno enterrado, con una puerta al oriente, cerrada por una piedra bien ajustada. ón la superficie del suelo no había señal alguna y sólo se denunciaban por una pequeña elevación. Esta forma de sepulcros no fué observada por él sino en la parte alta de la Cordillera. ARQUEOLOGÍA ln esta sepultura se hallaron nueve esqueletos humanos, dos cráneos de perro ó zorro que aún no han sido bien estu- diados por un especialista, y otros dos cráneos de un pequeño mamífero, el Ctnomys ú oculto de la Puna. liste pequeño roedor es sumamente abundante en algunos parajes, é invade grandes extensiones del suelo, minándolo con sus cuevas. No es difícil que los viejos habitantes de la Puna los hayan comido en gran cantidad, como actualmente hacen los indios onas de la Tierra del Fuego, donde también abunda otra es- pecie del mismo género. ln cuanto á la presencia de perros en las tumbas, no es este el único caso; el señor Gerling, cerca de Casabindo, halló un esqueleto con un perro en una tumba; por mi parte, hallé el esqueleto de otro, en otra tumba de Molinos (provincia de Salta). Los objetos que acompañaban á los cadáveres eran: Alfarería (lámina 1): No 28. Pequeño vaso pulido fragmentado, color ante, con una franja central de dibujos de paralelógramos, con su inte- rior reticulado de color rojo, interceptados por triángulos de lados ondulados de color azul, uno arriba y otro debajo, sin tocarse, de manera que el conjunto forma una guarda orna- mental de mucho gusto. A N% 29. Olla de pie (aquí falta) del tipo común, hallada en Jujuy () y norte del valle Calchaquí ('), pero con asa diferente. Estas vasijas se fabricaban con el objeto de que sirviesen para cocer los alimentos, pues su pie central le servía de sustentá- culo al mismo tiempo que permitía al fuego rodear casi todo el fondo y paredes laterales de la vasija; su uso lo indica una capa de hollín que cubre parte del fondo. Su forma es elegante, aun cuando su construcción sea tosca; en su pasta se notan muchas partículas de mica. No 30. Jarrito con una pequeña asa, rojo claro, de factura elegante, con rastros de pintura tosca. No? 31. Jarro de forma casi cilíndrica. Una de las piezas de alfarería más bellas y más finamente decoradas; pertenece al tipo de las de tres colores de la cuenca de Londres (*), Santa Ma- ría y Santiago del Estero. Sobre fondo color ante, casi blanco, alternan dibujos color azul y rojo. Una guarda se destaca en color ante de un fondo azul, guarda que ya he hallado en otros objetos de Jujuy, sobre todo en un mate, grabado á fuego, de cochinoca, y que figuré en otro trabajo anterior (*). Esta guarda es formada por escaleras que arrancan de una línea vertical en cuyos extremos superior é inferior y en sentido inverso lleva un elemento de greca. Debajo de ella, grandes ángulos de líneas gruesas, con su borde interno ondulado, se alternan, unos rojos y otros azules, colocados en sentido inverso; dentro de cada uno de éstos, aparece un triángulo alargado del mismo color; estos triángulos están acompañados, en su base: los su- periores, de pequeños cuadrados del color contrario, y, los in- feriores, con círculos con punto central; esta última figura es una de las típicas de esta clase de alfarerías y ya me he de- tenido sobre ella anteriormente (*). Colocadas en sentido alter- nado é inverso, encerradas en esos grandes ángulos, las he supuesto representaciones de caras de aves míticas. (*) AmroskrrI: Datos arqueológicos sobre la Provincia de Jujuy. «Ana- les de la Sociedad Cientifica Argentina», tomo LIV, figura 42. Zi sepulcro de la Paya, figura 15. (?) Datos arqueológicos, etc., página 58. (3) Noticia sobre alfarería prehistórica de Santiago del Estero. «Anales de la Sociedud Cientifica Argentina», tomo Ll, página 164 y siguientes. () Los pucos pintados de »ojo sobre blanco del valle del Yocavil. «Ana- les del Museo Nacional de Buenos Aires», tomo IX, púgina 397 y siguientes. E Ne32. Ejemplar fragmentado, seguramente ha sido un jarro de boca angosta ó una especie de yuro. ls de un bello color rojo oscuro lustroso, con dibujos negros: éstos consisten en una guarda en zigzag angosta, dentro de la cual aparece una serie de elementos de guarda griega combinados entre sí que arrancan de un triángulo. ln los ángulos formados por el zig- 798, y á ambos lados, hay unas figuras formadas por un man- chón central, rodeado por una serie de otros más pequeños cuyo signilicado no nos ha sido dado descifrar aún; parece ser el sol, estrella 6 flor. Esta figura la hallamos como termina- ción en vez de pies, en las patas de ciertos animales y aves pintados en las alfarerías calchaquies y á veces también, como en este caso, como elemento ornamental. ln la base de este jarro se ven líneas onduladas verticales en grupos de á dos que arrancan de la línea que separa el cuerpo de la base. No 33. Jarro tosco con una pequeña asa sobre la cual hay grabados una serie de óngulos en línea vertical. No 33a. Pequeña vasija tosca. No 34 y 35. Dos pucos lisos con el interior negro y el ex- terior rojizo. Son del tipo común. No 37. Yuro rojo liso fragmentado, del tipo de los hallados en el sepulcro de la Paya, departamento de Cachi, de uno de Pucarilla, departamento de Molinos, del cementerio de Sarugá, en Jujuy (), y también de Calingasta. líste objeto pertenece á esa serie de vasos que yo reputo sagrados; —uno de los cuales lo hallé con marlos de maíz en su interior, en Colomé Molinos; — y el que con su forma siem- pre invariable, pintado ó liso y en todos los tamaños, se halla desde el Ecuador hasta San Juan. listos vasos abundantes en el Perú y atribuídos al período incásico, merecen un estudio detenido y prolijo sobre las cau- sas de su gran dispersión geográfica y su simbolismo. Llamo muy especialmente la atención de los americanistas sobre este vaso. Por mi parte, trataré de reunir en un trabajo (*) Rorekrr LEB«MANN-NrrscHe: Catálogo de las antigúedades de la pro- vincia de Jujuy, conservadas en el Museo de La Plata; lámina V np, fien- ra 13, A QUE que tengo en preparación el mayor material posible, para que sirva de contribución al estudio de tan interesante pieza. Los partidarios de la dominación de los Incas en el valle calchaquí, hallan en este vaso un gran argumento; pero para mí noes prueba suficiente. Como digo, hay que estudiarlo; quién sabe si no pertenece á la civilización anterior á los Incas y que, como sagrado, haya perdurado invariable en su forma y simbolismo á través de todos los acontecimientos posteriores, tanto más que se halla frecuentemente en Tiahuanaco. Escarificadores (lámina II): No 38. Iíscarificador. Adopto este nombre para el objeto que nos ocupa, hallándome en un todo conforme con lo expresado por mi estimado colega el doctor Lehmann-Nitsche cuando pu- blicó la serie de estos aparatos de Jujuy. De conformidad con la costumbre que me he impuesto de que, cuando es posible, conviene hacer figurar toda la serie de objetos de la misma índole hallados en la vasta región cal- chaquí, para que así reunidos puedan servir mejor á los es- tudiosos, reproduzco al lado del que me ocupa, los de Jujuy, (e, d, e) otro más de Amaicha de Yocavil (f) que me fué obse- quiado por mi buen amigo el doctor Adán Quiroga, y Otro más de Santa María (04) que el señor Samuel A. Lafone Quevedo ha tenido la gentileza de facilitarme para la publicación. Esto nos demostrará que su empleo ha sido general en la región cal- chaquí. El ejemplar de Antofagasta (a) tiene esculpida la parte an- gosta con dos grandes y largas acanaladuras, que le dan el as- pecto de ser, ó el hocico ó las orejas de un animal; no puedo exactamente decir lo que quieren representar. In cambio, la parte central está ocupada por una bella figu- rita representando á un indio con su tocado de tela en la ca- beza (tanga), sentado en cuclillas, empuñando una gruesa y corta hacha, probablemente de piedra, en una mano, mientras que con la otra sostiene un largo instrumento cilíndrico, que apoya en su boca á modo de trompeta. La figura representa á un guerrero, no hay duda, y quizás un jefe ó toki, dada el hacha que lleva, alentando al combate con su trompeta de guerra. lista preciosa pieza de gran valor arqueológico, ademús de darnos una representación de un indio y mostrarnos una cu- a ME riosa costumbre, apoya una vez más la opinión del doctor Leh- mann-Nitsche de que estos objetos no podían ser meros alfile- teros de guardar agujas, sino aparatos destinados á funciones más imporlonles. Ll de Amaicha (f) muestra en su parte central un cubo en cuyas caras se ven líneas que forman figuras geométricas; en una de ellas, mediante una protuberancia triangular, presenta el bosquejo de una cara humana de forma muy convencional. Il de Santa María (b) es todavía más sujestivo: en la parte central y superior se eleva una figura de ligre, con grandes dientes, mientras en la inferior se halla una mujer desnuda con los brazos en la posición común. á algunos ídolos de pie- dra calchaquies ('), es decir, uno dirigido hacia los pechos y otro hacia la región genital, como si fuera una Venus de Mé- dicis, y podríamos llamarla la Venus calchaquí para darle un nombre que la distinga, ya que esta figura, como he dicho, se repite muchas veces. La imagen del tigre, como puede verse entre las figuras. adjuntas, se halla también en uno de los escarificadores del cementerio número l del río San Juan de Mayo; mientras que en los otros de Santa Catalina, esta figura, y en otra posición, "se ve sustiluída por otro animal, monstruoso también, con gran- des colmillos, pero con el aspecto más bien de vampiros; pero como estos últimos no tienen las alas indicadas y su silueta tiene un carácter marcadamente antropomorfo, se me figura que no es difícil representen máscaras monstruosas colocadas sobre cuerpos humanos. lísto relacionado con los tigres de los otros alfileteros, nos darían la representación de los brujos utu- runcos (), en una palabra, médicos. ¿stos médicos, por medio de los escarificadores, debían em- plear la succión entre sus remedios, y la succión de sangre después de haber picado con el manojo de espinas de cardón, la parte del cuerpo donde se había localizado el dolor; y, segu- ramente por esta razón, y por las otras razones que indica la leyenda á que me he referido, es que fueron seguramente asi- (*) Véase figura 12, 221 en Notas de arqueología calchaquí y figura 3 en Dalos arqueológicos sobre la provincia de Jujuy. (?) Sobre la leyenda que á ellos se refiere, véase mi trabajo : La leyenda del Yaguarete Aba y sus proyecciones, etc., en «Anales de la Sociedad Cien- tifica Argentina», tomo XLI, entrega VI. Uturuncu=el tigre que se hace hombre cuando quiere. Superstición ésta muy generalizada. Laronke Quevepo: Tesoro de Calamarqueñismos, púgina 332. ES milados los médicos á los tigres uturuncos, como chupadores de sangre. Las succiones sin sangre las practican también los médicos de los indios del Chaco, aplicándolas directamente con la boca puesta en la parte enferma (). Entre los Abipones también se usaba el chupar (4). Entre los Mataguayos, á los médicos llaman Yegu. Su modo de curar es inclinarse con todo su cuerpo sobre el paciente que está recostado en el suelo, poner sobre la parte dolorida ambas manos á guisa de tubo, y aplicando á ellas la boca, so- plar con toda su fuerza emitiendo al mismo tiempo unos ron- cos mujidos (?). Casi todas las tribus americanas hacían lo mismo. La succión, según el señor Bourke (), es común entre los Apaches, por sus médicos. «Cuando un dolor ha empezado á localizarse en ese lugar, el médico recurre á la succión, levan- tando ampollas de ese modo.» La escarificación la emplean también usando un atadito de hortigas hasta que la sangre fluya, esto lo hacen cuando se hallan muy cansados. Los médicos en la Florida, según Vaca, practicaban la sue- ción y el soplido en el paciente y también la escarificación. En la Española, curaban también por succión. Venegas ha- bla de un tubo llamado chacuaco, formado de una piedra negra muy dura, usada por los médicos de California para practicar la succión en las partes del cuerpo afectadas de dolores agudos. En estos tubos, algunas veces colocaban tabaco encendido y soplaban con el humo sobre la parte afectada. ll empleo de estos tubos para producir la succión, los ha- llamos también entre los ojíbwa de Estados Unidos. ll tubo es entre ellos de hueso; y, frente á la página 278 del Seventh Annual Report of the Bureau of Ethnology, puede. verse la lámina XVII! que representa á un médico de estos indios (*) Dobrizho/fer por LaFONE QUEVEDO, página DA. (2) Luis J. Fontana: El Gran Chaco, 3uenos Aires, 1881, púgina 162. (*) Los Indios Matacos y su lengua, por Juan PELLESCHI, con una in- troducción de S. A. Larone Quevebo, «Boletín del Instituto Geográfico Ar- gentino» tomo XVII, cuaderno 10, 11 y 12, 1897. Los Matacos y su lengua, por el P. RemebI y Vocabularios ordenados por S. A. L. Q. «Boletin del Instituto Geográfico Argentino», tomo XVII, cuaderno 7, 8 y 9. (Y) The medicine-men of the Apache, by Jomx G. Bourke «Ninth Re- port of the Bureau of Ethnology», páginas 471 y 472, 1887—1885. PEN IES (Jes'sakkid) curando un enfermo por medio de la succión á tra- vés de un tubo de hueso (”). El procedimiento es muy curioso; el médico, según el autor, lleva cuatro 6 más tubos formados por los huesos de las patas de pájaros grandes, cada uno del grosor de un dedo y de cua- tro á cinco pulgadas de largo. Después de haber ayunado y cantado sus oraciones, el mé- dico se coloca en cuatro pies cerca el enfermo con la boca aproximada á la región dolorida. En seguida grita desaforadamente, haciendo sonar su so- najero, á fin de que el diablo, que causa el mal, se refugie en un solo punto del cuerpo; entonces aplica la extremidad de uno de los tubos en la parte afectada y la otra en la boca como si fuera un cigarro, y golpeándola en seguida con la palma de la mano, lo hace desaparecer en la garganta apa- rentemente; así hace con los demás, menos con el último, que, aplicándolo directamente en la región dolorida, chupa fuerte- mente por él haciendo violentas contorsiones á fin de extraer el demonio. Luego, como si á su vez el médico se lo hubiera tragado mediante esta succión, se separa gateando del enfermo hasta . cierta distancia, donde con otras contorsiones trata de vomi- tarlo, devolviendo todos los tubos de hueso, aparentando un gran sufrimiento. Pronto se restablece y después de ordenar al paciente las medicinas que debe tomar, recibe su pago y se retira. ¿No habrán hecho otro tanto con estos aparatos los médicos calchaquies? Objetos de madera y hueso (lámina II): No 39. Cuchara de madera con mango recortado en esca- lera de un solo lado; muy parecida y del mismo tipo que las halladas en Santa María () y Hualfin (*). No 40. Cuchara de madera con mango esculpido y calado formando una serie de 00; es el primer ejemplar que se des- cribe; por el trabajo de ornamentación y lo relativamente frá- (1) The Mide- Wiwin or «Grand Medicine Society» of the Ojibwa. By W. J. Hoffman, páginas 204 y 255. (?) AurosetTI: Notas de Arqueología calchaquí, figura 240. (?) Bruc: Op. cit., figura 23. HO sil de este utensilio, es de suponer que su uso no debió de ser el común: de instrumento apto para revolver locro ó cualquier otro alimento dentro de una olla, pues esto exigiría una cierta resistencia de que carece. No 41. Cuchara de madera lisa y del tipo común, hallada frecuentemente en las tumbas de Jujuy y de las que nos he- mos ocupado con el señor Lehmann-Nitsche en nuestros tra- bajos anteriores sobre arqueología de esa provincia. No 42. Tubo de madera, con un rebaje en su tercio superior como para recibir una tapa y poder así servir de pequeño re- cipiente; parecido á uno de los publicados por el doctor Leh- mann-Nitsche, del cementerio de San Juan de Mayo de Jujuy. N?2 43. Orqueta de madera tosca, cuyo uso aún no ha sido comprobado. Se halla frecuentemente en las tumbas de Jujuy. El doctor Lehmann-Nitsche los describe como frenos de llamas (auchenia llama), guiándose por los datos publicados por el doc- tor Seler, al dar cuenta de la colección del doctor Max Uhle, 1896 (*), que se halla en el Museo Itnográfico de Berlín. Hasta ahora no conozco que haya tenido esta aplicación, ni he hallado referencia al respecto. Las llamas que he visto uti- lizar, algunas llevan sólo un bozal, pero en ningún caso freno. íste, creo además, que no tendría ningún objeto práctico. Poseo un ejemplar muy pequeño y el que nos ocupa es bas- tante irregular y tosco para ser empleado en ese sentido deli- cado; me inclino más bien á suponerlo una agarradera para llevar fardos ó facilitar su atadura como si fuera una hebilla. No 44. Fragmento de un útil de madera perforado en toda su longitud, tiene rastros de escultura, pero tan destruídos que no pueden reconocerse. Posiblemente ha pertenecido á un escarificador. No 45. Parte de un aparato para producir fuego del mismo lipo del que aún hoy usan los indios del Chaco y los Cainguá de Misiones. Este aparato se compone de dos trocitos de ma- dera, uno largo, cilíndrico, y que termina en una forma redon- deada ó subcónica, la que se introduce en una de las excava- (1) Verhandlungen der Berliner Gesellschaft fiv Anthropologie en la «Zeitschrift fir Ethnologie », 1894, púginas 409 y 410. E] AA ciones del otro trocito, el que se asegura en el suelo ó sobre una piedra, á fin de permitir que gire dentro de dicha excava- ción el trocito largo. lil movimiento rotativo se imprime con las dos manos friccio- nando y apoyando al mismo tiempo, ú fin de que se produzca una cierta presión que es la que determina, junto al movi- miento rotativo, la elevación de la temperatura; por consiguiente la carbonización, y, por fin, la inflamación de la madera del ho- yuelo, la que se ayuda con un poco de yesca ó yerbas muy secas. Así producen el fuego esos indios y usí también lo pro- dujeron los calchaquies seguramente. No 46, 47, 49 y 51. Pezones de huso ó torteros (fusalolos) de hueso de forma especial y raros en calchaquí. Lo forman láminas cuadrangulares con los lados más largos, algo entran- tes y agujero en la parte central. Uno de ellos muestra á cada lado un pequeño cuadradito saliente que agracia la figura. Esta particularidad se ve también en otro huso de madera de la misma forma, número 51, pero en éste la superficie superior se halla grabada con dos figuras triangulares dobles, una á cada lado del agujero central. No 48 y 50. Pequeños husos de madera, uno de ellos con estrías grabadas y otro con dibujos formados por triángulos dobles en la zona superior y elementos de zigzag en la infe- rior. Su forma es característica, porque se diferencian de los otros torteros discoidales, cónicos, planos, cuadrangulares ó de sec- ción de cilindro, comunes en los valles calchaquies, donde pre- dominan los fabricados en piedra ó barro cocido. Estos están compuestos por una sección de cilindro á la que se superpone un cono. El número 50 es muy parecido á uno de barro cocido que publiqué de Amaicha (Yocavil), en mi Notas de arqueología calchaquí (figura 193). No 52. Topo ó alfiler de hueso liso. Una de sus puntas ter- mina en forma de espátula, su uso es desconocido. No 53. Topo igual al anterior, pero con su superficie cubierta de círculos grabados con punto central. Esta decoración es común hallarla sobre diversos objetos en los valles calchaquies. He descrito un tortero de Pomán, de piedra, con los mismos dibujos circulares, grabados (figura 192 de mis Notas de arqueología calchaquí). Nw54a y 54 b. Mates lisos preparados para servir de cajas Ó recipientes para guardar pequenos objetos. Este uso es frecuente aun hoy entre los indios y la gente criolla. En las tumbas de Jujuy y Calingasta, provincia de San Juan, son frecuentes los hallazgos de mates, ya lisos ó pirograbados. En un trabajo anterior (') he reunido lodo el material conocido hasta hoy y en el que pueden verse muy bellos ejemplares que demuestran hasta qué punto de perfección habían llegado los viejos calchaquies en el conocimiento y aplicación del piro- erabado. N* 55. Canastita, único ejemplar conocido de la región cal- chaquí hasta la fecha, en cuanto á su técnica que se diferencia del tipo coiled ó enroscado común en el valle calchaquí. N* 56. Collar de cuentas perforadas de malaquita, llamadas vulgarmente turquesas. Estas se han usado abundantemente en los valles calchaquies, y numerosos ejemplares de estos colla- res hállanse entre las colecciones de nuestros museos. El arte de tallar estas piedras y perforarlas, había llegado á una gran perfección entre estos indios; hay ejemplares de estas cuentas tan pequeñas que tienen sólo pocos milímetros de diámetro. Además, en este collar se notan unos adornos de hueso de forma alargada y con un corte especial, y también algunos ha- bitáculos de la larva de la mariposa (Occeticus gueyert). En mi trabajo sobre Antigúedades de la Provincia de Jujuy, he publicado un sombrero hecho con estos habitáculos. y el doctor Lehmann-Nitsche describió otro del cementerio del Río San Juan de Mayo. | > | Topo ó alfiler de hueso (2) Datos arqueológicos, ete. O En otro sepulero, el señor Gerling halló dos cadáveres, acompañándolos sólo un simple topo ó alfiler de hueso, como el de la figura 52 y una olla periforme, negra, de aspecto or- dinario y rústico. Olla rústica Los datos que hemos reunido” sobre la arqueología de la Puna son escasos en número, pero ya suficientes para darnos á conocer y demostrarnos que sus antiguos habitantes eran de la misma rama calchaquí, de los que ocupaban la Puna de Jujuy, región esta última casi igual á aquélla. aunque con ma- yores elementos. No por esto dejaron los viejos habitantes de la Puna de Atacama de tener comunicaciones con los demás calchaquies del este y del sur, es decir, con los del propio valle de este nombre y con los ae la cuenca de Londres; algunos tipos de vasos de los que se describen (lámina l, figuras 31, 32, 37 y 28), pertenecen á los hallados frecuentemente en Santa María, pero principalmente en Andalguala, Belén y Tinogasta. Ea Quebrada de Luracatao, en Salta; el Cajón en Tucumán y Catamarca, y la Quebrada de la Troya ó Batungasta en esta última provincia, han sido los caminos por donde han comer- ciado Ó se han invadido las tribus de la Puna con los Calcha- quies ó Diaguitas y por allí deben haber pasado esos bellos va- ER (1) PA sos pintados de colores vivos y con su simbolismo complicado é idéntico al que también hallamos en las regiones citadas. lil uso de los escarificadores nos dice lo mismo; éstos se han encontrado, no sólo en la Puna de Jujuy, sino también en Amaicha de Yocavil y en Santa María, provincia de Cata- marca. La forma de los sepulcros es igual á los de Santa María, Molinos y Hualfin, salvo alguno que otro detalle como el del estucado Ó revoque interior, que, según tengo entendido, es la primera vez que se señala. La identidad de los habitantes de la Puna con los Calcha- quies ya fué apuntada por el doctor Francisco P, Moreno y no es difícil que ellos hayan servido de vínculo entre los Diagui- tas argentinos y los chilenos, pues en el territorio de ambas repúblicas hállanse restos arqueológicos que denotan indenti- dad en civilización, como ya lo hice constar en mi trabajo: 4l Sepulcro de la Paya. JuAn B. AMBROSETTI. Rey. del Museo de La Plata — Tomo XIL AMBROSETTE Arqueología de la Puna de Atacama — Lám. Il. 2, 53) 3) TALLER DE PUBLICACIONES Alfarería de Antofagasta de la Sierra (Los números son los mismos que los que poseen los objetos en el Musco.) «£nínp eJues »9q (% *£nínfp “opurqeseo) ac (2 “IM9SOIQUIY UQIDIHOD “ULUININ,L “JIABIOX DP eya oq (S *OP9AIN() DUOJYT UQIDIAHOS) “POMBUUPILO “Pre vues 9q (9 «£n/nf “eamieo eues q (24 (p *eJJ918 Y] 9p tisegejorU y 9d (8£) (v SOIMDEyoyeo SoJOPpeoyiiess *[I “WY] — VUBOV) Y 9p PUN Y] ap verá [O9MDAY :ILLASOMUN Y “IX 0UO L, — YY [d YT 9P O9SNIN TOP “A0Y RIJ9IS Y] 9p tisegejOorU y dp OJdNdIS [DP SOSIIAIP somÍqO OI9 VIVIANA HA HATIVL “IL “YT — VUULOVY dp VUNG Y[ Pp vISo[o9nbiy :ILLISOMAN Y "LIX 010 L, — Y]0[d YT DP 09S0JN 19p “a0y Rev. del AMBROSETTI: Arqueologia de la Puna de Atacama — Lám. LV. | | . | Fig. 3 bu uinas de la Vega del Cerro Gordo ? E. Holmberg (hijo) : (Los números indican pasos) TALLER DE PUBLICACIONES ADD a sr 2 a Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. r N PUES y) ¡mo E AN l nl nu Iv Fig. 1 Petroglyto de San Bartolo (según Philippi) AMBROSETTI: Arqueología de la Puna de Atacama — Lám. LV. Fig. 2 Pictografía de la Vega de Infieles (dibujo de G. Gerling) mA YI ox YU S Y] o y o O Fig. 4 ON Petroglyfo de Peñas Blancas Ñ (dibujo de E. Holmberg, hijo) . y Fig. 3 E Croquis de las Fuinas de la Vega del Cerro Gordo de E. Holmberg (hijo) | (Los números indican pasos) S Y MATÉRIAUX POUR SERVIR Á ['ANTHROPOLOGIE DES INDIENS DE E'ARGENTINE PAR LE Dr. Herman ten Kate ANCIEN CONSERVATEUR DE LA SECTION ANTHROPOLOGIQUE DU MUSÉE DE LA PLATA Avec neuf planches Matériaux pour servir a l'anthropologie des Indiens de la République Argentine PAR LE Dr. Herman ten Kate ANCIEN CONSERVATEUR DE LA SECTION ANTHROPOLOGIQUE DUM USE DE LA PLATA AVANT-PROPOS origine de ce petit travail date de Pépoque oú ¡'étais chargó de la section anthropologigue du Musée de La Plata. D'apres mon plan primitif, les cerveaux plus ou moins complets de quatre Indiens, morts á La Plata, étaient destinés á former le sujet d'une étude spéciale. Les résultats de lautopsie sommaire el les mesures sur le cadavre de deux de ces individus, les notes ostéologiques et os- ¡éométriques, les renseignements historiques et psychologiques en fin de tous les quatre, formant en quelque sorte leur dos- sier, devaient servir á titre de documenis complémentaires et justificatifs. Malheureusement, diverses circonstances, en grande partie indépendantes de ma volonté, et sur lesquelles il serait oiseux d'insister, nYobligérent á renoncer á ce projet et á dif- férer la rédaction de ces notes jusqw'á plus de six ans aprés mon départ du Musée. Jaurais désivé étre beaucoup plus complet, surtout en ce qui concerne les cerveaux, mais pour ne pas différer la publi- cation indéfiniment, j'ai préféré donner ces matériaux tels que je les avais réunis le jour oú je quittai mon poste. Etant donné la rareté de ces piéces, mieux vault une description incomplóte que rien; el si ce travail présente beaucoup de lacunes regrel- tables, il a au moins cel avantage que les matériaux en son! absolument aulhentiques. Les chapitres I—V de ces notes forment un ensemble com- plet de matérinux et dobservations. Ayant eu précédemment Tomo XII 3 Poccasion d'étudier une dizaine d'Indiens vivants, appartenant aux tribus des Araucans, des Téhuelches et des Chiriguanos, habitant également le territoire argentin, j'al ajouté le résultat de mes observations sur eux á titre de comparaison el de sup- plément dans le VI* chapitre. La rareté d'observations anthropologiques exactes sur ces Indiens justifiera la publication de mes données si incomplétes qw'elles soient. Méme en Pattribuant qw'une valeur minime á la craniologie et á Panthropométrie en général, au point de vue des déductions, l'on ne pourra jamais se passer de mesurer du moment qu'on veut décrire un objet quelconque du domaine de Phistoire naturelle. Une fois la publication de ces matériaux résolue, c'est sur- tout gráce a mon successeur au Musée, M. le docteur Robert Lehmann-Nitsche, que j'ai pu la mener á bonne fin. Il s'est mis en relation avec M. le docteur Christfried Jacob, Phistolo- gue bien connu, chargé du laboratoire histologique de 1"Hospice de las Mercedes de Buenos Aires, qui a bien voulu étudier les cerveaux. On vaurait pu trouver, en effet, personne plus com- pétent dans celte matiére que M. le docteur Jacob. ln raison de la distance énorme qui me sépare actuellement du Musée, tout cela m'aurait été impossible sans le concours précieux de mon savant confrére. Je lui en témoigne ici ma gratitude. Kobé (Japon), juin 1903. HERMAN TEN ÍLCATE. RENSEIGNEMENTS HISTORIQUES Les quatre Indiens qui font Pobjet de ces nolices ont vécu et sont morts au Musée de La Plata. Trois d'entre eux faisaient partie lun petil groupe de prisonniers — Araucans pour la plu- part — que le gouvernement national avait cru bon de civiliser á sa maniére. Le quatrieme, un Fuégien nommé Maishkensis, venu fort jeune au Musée, y était resté de son propre gré. Personnellement, je Wai connu que Maishkensis. Quant aux autres, je dois les renseignements sur leur vie el leur caractére, comme presque tous ceux sur Maishkensis du reste, á M. Emile Beaufils, préparateur au Musée, qui a connu ces Indiens de trés pres pendant leur triste captivité. Maishkeensis ('), connu au Musée sous le nom abrégé de Maish, appartenait á la tribu fuégienne des Yahgan. Avant de venir á La Plata, vers 1886, il avait passé deux ans el demi á la mission anglaise d'Ushuala. Au service du Musée, il rem- plissait diverses fonctions. Dans la famille de M. Moreno, il chérissait les enfants, qui de leur cóté Paimaient beaucoup. Dans le prochain chapitre, nous aurons á revenir sur le ca- ractére de ce brave Indien. D'ailleurs, c'est de lui que j'ai parlé, il y a une dizaine Vannées, dans une lettre a M. J. Denicker (?). Si Maish avait su accepter la civilisation par son cóté super- ficiel, les autres Indiens, dont on va lire le «dossier», nen vou- (1) Peut-ótre plus exactement Maishk-'ntsis ou Maishk-ntis. «Chaque «enfant porte le nom de la localité ow il est né, nom auquel on ajonte ndjis «ou ntsis pour les garcons, kipa ou, plus rarement, ouilis pour les filles.» Cf. Mission Scientifique du Cap Horn, 1882 —1883, tome VII, Anthropologie, Icthnographie par P. Hyabes et J. Deniker, Paris, 1891, p. 376. (?) C£. «Bulletin de la Société d'Anthropologie de Paris», 1892, Stance du 17 novembre, p. 599. o laient pas. C'étaient: le chef araucan de la tribu des Huilliches, Inacayal ('); une femme dile Margarita (*) de la méme tribu, el qwon disait fille du chef loyel; une vieille femme fuégienne de la tribu des Alakalouf, surnommée Tafa, á cause de son ha- bitude á répéter ce mot. Son vrai nom aurait été lLull- Tyalma. «Au mois de juillet 1884» — tels sont les renseignements de M. Beaufils — «les tribus d'Inacayal et de Foyel, composées de cent quatre-vingts et quelques individus, se présentaient au Fortin Villegas, dans le territoire du Chubut, d'apreés les ordres du commandant du 7”* de cavalerie, afin de témoigner de leur fidélité et de leurs sentiments pacifiques envers le gouvernement national. «Le commandant envoya aussitól á Buenos Aires une note dans laquelle il disait qu'il avait pu venir á bout de la fameuse tribu rebelle dInacayal et qu'il la tenait prisonniére en atten- dant les ordres supérieurs du gouvernement. «Quand lVordre de la capitale arriva au Chubut de faire em- barquer ces Indiens á bord du bateau á vapeur Villarino, en qualité de prisonniers, on les dépouilla de tous les chevaux et objets de quelque valeur qu'ils possédaient. «La traversée fut des plus pénibles pour ces malheureux, étant donné le peu de soins qw'on prit d'eux. Mais la douleur la plus profonde qu'ils ressentirent fut quand, arrivés á la Boca, on leur enleva leurs enfants des deux sexes, pour les répartir entre les familles argentines qui en faisaient la demande. «Privés de leurs enfants el de leurs amis, seuls Inacayal, Foyel, Raimal et quelques autres échappérent á la répartition. On les conduisit áa Tigre oú ils restérent une année et demie jusqw'á ce que le docteur F. P. Moreno, touché de leur triste sort, les demandát pour le service du Musée, ou les femmes devaient enricher les collections ethnographiques par leurs tra- vaux de tissage en méme temps qu'on pouvait étudier leurs m«ceurs..... » (*) Selon mes recherches, Inacayal est de sang mélé; sa mére était Arau- canne, son pére Gennaken [Moreno] (ou Pampa [ Musters] ou Puelche [D'Or- bieny]), tribu aujourd'hui presque óteinte. C'est le móme chef araucan dont parle le capitaine Musters dans son fameux voyage el un des caciques prin- cipaux des Araucans argentins. — Note de M. Lehmann- Nitsche. (*) C'est peut-Gtre la móme fille du cacique Foyel dont Musters fait mention, p. 233 de Pédition allemande. —Note de M. L.-N. PE Le destin wa pas voulu que ces Indiens revissent leur terre natale. Comme je Pai dit déjá, Inacayal est mort au Muse, avec deux de ses compagnes d'infortune. Foyel, plus heureux, a pu revolr sa pampa chérie. Ce que les autres Indiens, hom- mes el femmes, internés au Musée, sont devenus, je Vignore. L*Indien de la pampa et de la cordillére a disparu en tant que nation. Il ne reste, en Patagonie, que de faibles débris de tribus naguére puissantes; pas plus de quelques centaines d'in- dividus, qui á leur tour disparaitront. Comme Pa dit si bien M. Daireaux ('), «la civilisation a déblayé le terrain que défen- duient les descendants des premiers oceupants, mais sans avoir rien préparé pour les remplacer...» Et en parlant en général de la séparation des méres de leurs enfants, des maris de leurs femmes, de leur répartition entre les chrétiens civilisés enfin, il exprime ainsi: «La prétendue civilisation qui le (P'Indien) combaltait, avail lá une arme tellement sure qw'elle n'en a pas employé Pautre..... frappant les hommes non pas dans leur vie avec le fer, mais dans leurs sentiments intimes quí eussent dú lrouver gráce devant la nécessitó de vaincre, puisque Pon pou- vaib vaincre en exploitant ces sentiments au lieu de les frapper.» Je wabstiens de commentaires, ne voulant ici que citer el donner des faits. Mais je ne puis me défendre de me deman- der, non sans quelques doutes, si l'on a bien songé au conseil que donna M. Moreno () en revenant d'un de ses nombreux voyages: «La nación tiene el deber de dar en propiedad tierra á esos indígenas.» (*) «Revue Britannique », 1887, p. 386. (*) Reconocimiento de la Region Andina. 1. Apuntes preliminares sobre una excursión ú los territorios del Neuquén, Rio Negro, Chubut y Santa Gruz. «Revista del Museo de La Plata», tomo VIII, 1897, página 108 (tirage á part). E. II TRAITS PSYCHOLOGIQUES Aux renseignements «ui précedent, il convient d'ajouter ceux que m'a fournis également M. Beaufils, mais qui sont dun ordre plus particuliérement psychique. Quoique je ne doute pas de la véracité de ces données, je dois pourtant faire observer que ce que M. Beaufils dit á propos du caractére de ces Indiens, s'applique á des individus vivant dans des condi- tions absolument anormales. D'abord Maish qui, dés sa jeu- nesse, avait vécu loin de sa tribu; puis les trois autres qui v'étaient, en réalité, que des prisonniers. Si le caractére de Pun a pu se modifier avantageusement par lPinfluence du mi- lieu qui lui était devenu sympathique, les autres, et surtout Inacayal, végétant en captivité, minés par la nostalgie, n'ont dú montrer que le mauvais cóté de leur caractére. Depuis le temps que M. Beaufils fréquente les Indiens du lterritoire argentin, C'est á dire depuis 1884, il s'est fait sur eux, en général, l'idée suivante: «L'Indien, quel qu'il soit, ne se lie jamais comme le blanc. Si, momentanément, il parait s'attacher á quelqu'un, ce n'est point une amitié sincére, mais un intérét qui le pousse. Il est jaloux de la supériorité du blanc. Du moment que son intérét est en jeu, rien ne pourra vaincre sa méfiance. «Jamais PIndien n'a accepté, ni racceptera de bon gré la domination du blanc. Íl se plie par la force, mais sa volonté ne céde pas au dedans. Jamais il ne pardonnera á son tyran la liberté ravie....» Autant que je puisse en juger d'aprés mon expérience per- sonnelle, tant dans ”Amérique du Nord que dans l'Amérique du Sud, cette opinion me parail étre juste. Mais si PIndien hait le blanc, qui Pen blámera? Maishkensis (planche ]). Cet Indien était d'un bon caractére, mais timide; obéissant el fidéle. De Pinstruction religieuse, qu'il avait recue á la mis- sion d'Ushuaia, il avail retenu la croyance en Dieu et distin- guait le bien du mal d'aprés la morale chrétienne. Sil se dis- putait, 1l donnait raison á son adversaire et ne lui gardail pas rancune. = 30) == 11 parlail. facilement Pespagnol, un peu Panglais el pro- noncait bien le francais. Aucun travail réfléchi et suivi ne lui était possible. La difficulté de fixer son atlention pendant longlemps sur la móme chose, ne lui permettait pas Vétude. ll était trés amateur des images coloriées el chaque fois qu'il rencontrait quelque scéne qui lui plaisait, il restait de longs moments á la regarder, toutefois sans bien se rendre compte loujours de ce qu'il voyait. S'il voyail plusieurs images a la suite el qwon lui demandát ses impressions, il lui était impossible de les énumérer. Sa mémoire, sur ce point, était faible. Tout au contraire, quand il sS'agissait de sentiers sous bois, il se rappelait merveilleusement les moindres détails. Former des leltres ou dessiner, lui était presque impossible. Malgré toute sa bonne volonté, Maish ne put jamais apprendre á lire ni á écrire. Un trait frappant c'était la lucidité avec laquelle il voyait les objets á grande distance. La finesse de son ouie, égale- ment remarquable, lui permettait de percevoir les sons les plus faibles. Maish aimait beaucoup á marcher, á monter á cheval el á chasser les oiseaux, se servant pour cela, avec beaucoup d'ha- bilité, d'une branche d'arbre en guise de harpon. Les boissons alcooliques ne lui plaisaient pas, mais en re- vanche, il aimait beaucoup les sucreries. Il aimait également á fumer et était insatiable pour prendre le maté. D'aprés les histoires personnelles que M. Beaufils connait de Maish, il résulterait qu'il était tres sensuel. Les brunes ne lui plaisaient pas et les noires encore moins. Il avait une préfé- rence lrés marquée pour les blondes, qui étaient généralement le but de ses entreprises. En outre, il se masturbait fré- quemmen!. Maish s'était accoutumé á la vie civilisée. Il avait un goút marqué pour la toilette; il était méme coquet, se pommadait, se parfumait et était trés fier de fláner dans les rues de La Plata avec une redingote noire que lui avait donnée M. Moreno. Dans plusieurs occasions, Maish a revu son pays natal, mais jamais il ne voulut y rester. Il préférait reveniv habiter La Plata, ne voulanl plus rien savoir de la Terre de Feu. Au Musée, il s'occupait de divers travaux et ne montrait pas de répugnance pour lravailler sur les squelettes humains. La peur se traduisail trés expressivement sur son visage. Il était du reste fort prudent et ne s'aventurait nulle part sans précaution. Nétant pas courageux, il fuyait au moindre danger. — 40) — Dans les débuts de son séjour au Musée, il passait une grande partie de son temps á regarder les oiseaux montés, surtoul ceux qu'il connaissail comme habitant son pays. Peu sociable et méme farouche dans les commencemenls, il Shabitua peu á peu 4 ceux qui lentouraient et dans les derniers temps il était devenu un utile auxiliaire pour le Musée, alnsi que pour ses compagnons d'expédition dont il savait gagner Pamitié et Pestime. Il aimait beaucoup les enfants, el se plaisait á jouer avec eux. Une gangréne pulmonaire, survenue consécutivement á une affection tuberculeuse, Penleva. Tafa, Inacayal, Margarita (planches 11, 1, IV). Malgré tous les efforts que fit M. Moreno pour lirer quelque profit pour le Musée de ces trois Indiens, ainsi que des autres captifs indigénes, tout fut inutile. Ni les bontés, ni les atten- tions dont il les entoura, ni Pattrait méme d'une rémunération, ne purent vaincre leur apathie. : Les hommes passaient leur temps á fumer et á prendre le malé; seules, les femmes travaillaient au tissage de ponchos, fajas, etc. Les matériaux, laine et couleurs étaient fournis par le Musée. Une fois terminés, ces objets étaient le plus souvent vendus clandestinement á vil prix dans la ville par les Indiens eux-mémes. lls consacraient le produit de ces ventes á acheter des boissons alcooliques dont les hommes étaient trés avides. Une fois ivres, ces Indiens étalent généralement méchants et alors il était prudent de se méfier d'eux, car ils étaient capa- bles de tuer sous un léger prétexte. Les femmes avaient comme seul vice —si vice il y a —celui de fumer la pipe. lílles employaient á cet usage un mélange de tabac et de sciure de bois de calafate ou d'incensio. Illes étaient aussi friandes de sucreries de toute sorte. Inacayal et Foyel étalent trés orgueilleux; Inacayal surtout. Quand il s'agissait de travailler, il eút cru déroger; il ne savait que manger et dormir. Trés peu communicatifs, ne cau- sant presque pas, il était bien difficile d'obtenir d'eux un ren- selignement précis, méme pour qui vivait pour ainsi dire á cóté Veux. Les femmes, au contralre, étaient plus communicatives el répondaient, sans trop se faire prier, á toutes les questions, mais on ne pouvait ajouter beaucoup de foi á ce qu'elles disaient. Du ¡jour au lendemain, les réponses aux mémes queslions va- rialent souvent. A cra Muintes fois ces Indiennes se privaient de nourrilure pour la donner á leurs maris ou á leurs enfants. Inacayal, dans ses accés de colére sourde, braitait de «grin- gos» les Argenlins eux-mémes. Il disait: «Moi chef, fils de celle terre, blancs voleurs.... luer mes fréres, voler mes clre- vaux el la lerre qui m'a vu naitre, ensuite prisonnier.... moi malheureux!» Dans ces moments, son visage réflétait la plus grande tristesse. Souvent, sur un mol dInacayal, tous se réunissaient autour de Jui. Hommes, femmes et enfants, formant un cercle étroil, entonnaient un chant fort lugubre. Cela durait quelquefois une beure. Quand le lendemain, M. Beaufils demandait a Inacayal ce que signifiaient ces plaintes, il lui répondait que le souvenir de leur terre natale les rendait tristes. Jusqu'á son dernier soupir, Inacayal avait toujours gardé Vespoir de réaliser ce désir.... Aífin de préciser un peu, Pavais dressé un petit question- naire en priant M. Beaufils d'y inscrire de mémoire ses ró- ponses. J'en al extrait ce qui suit: O alte pyanboy suvs “a]es ¿9SNATITALA SI 39snix np xnvasto sar mod jnojins lomnonied 2p usar amu auwau asnenjoadsal “ajUtIIDuoo anu 3JUSJSPIPUL JUAN GLY a[¡nu mu ajuaredde uou 9Sessi op simapno9 sa] mod dnooneaq uours Jormonted ap uarI 39umol e] 21n0) J1e1y DIA PS 9P saposida Sa] J9JUODP1I Y jreute ¿9AMPOJUNUIUIOD SAI] SI9HuOJOA JUBII anbronb suonejsajrueur ap nad juoulo[e19ua3 35117 JUSWaT[onqey re3 srew “9prun] “xnop L881 e1quiejdas 1z (¿) axreuournd uoryoaJje () es Yong eJLIeSIRA Jad vs 9p uonedno9o0s1d aunone sues “a1es son ¿onbrujede sal sayonime 12 soovuen3 sap mod juauulvjou addo[919p Zasse anu juaua[roe, y1er[eenb 29SIIDJDVIVI 29SIID]DBIPI a]¡nu 39nNbIBul s31] 9anbieu Zasse snuuo9ur agulnof e 2moy anbsaid 3reunop ¿sey¡nu 9La1 y1ejo TE puenb juaua[(nas jHeorunuuos alrengiqey amtarssodunr asIoumos 39 ajueyau xXN9UN9UeI “sroumos Yueyau “9AJ9sal 8881 2quiaidas pz 3JUS SAM “aSNA[[ILALI 19 DANOR SAN sed uos ap xneupue sap mod jnojns ¡nu anu a[potenb e] e oajlod sonbeu 9JU9I9JPIPUL JUAULa[[Sny qeu a[¡nu juotedde uou ay¡nu Jot¡normied op uan 2UISIMO Y] 9p Mnojms jredno90,s 3U41n3198] S31n JUQUI9ITI JILISUBYO 9INSY PS Ip 9[[9ny1qey uoIssadxa,[ 2919994 19 2I5117 Juawa[rantqey xneunguer “915111 103n[d “9alesal L88T 21q0100 6 sjuejua sa] dnoonvag yeure “auwsu jenboo zosse “audord 225NIN NP xnvasto sap mod jueuuejou addo]a1op 22anbieu u0u juer[rouoo ya aprur jopn]d anu JU9I9pIpur jojnpd surow ne soualedde ua xna19uss nu 29nbIeu zosse JeA9uo ar 19 ayoad vr “asSeyo e] mojlnms jeune xnessated uou anbronb nuajnos [Ieael al sed yeuwre u ¿sioneulnoÍ xneAe1 sIoHuoroa srojied jresneo A/PYHP vueymod y1e]9 suorssalduir Sos JQULADp “SISMNUO[OA JIBTI “Ju9ua[I9t] jreuuo Tous a[mbuez jueguos “a3sI1] jopn]d *xnop y68l aquiadas “sapeJguas suonvalasqo *aJISOLINO) uOrtaJasqo,p uo “19YUuT e uorsuadoIg aHANTQUIOD) * * *30msy *30U9.3JPpuT 2.2% * 9YSOIZUIL) + * *IrenS10 ayensuas siotnonied sino suonedno() * *UONESIDALON) S]UauIuas soap 9Inarli9]xo UONYISaJHUEIA “29P] P] Ap UOISSIIAXH [elgua3 us 9l9j0eIeo * * sadap np ayeq *J10U1L P] ap asney aNUUODUI 2NUUODUL oxreuound a1stuyyd ' UOJTAUD Cp 295 sen ez —Z% 0 000.09. 8.99 0.3.0.0 ERC 9Y9|MH-UIRTUUIL) HNOIEXPIY UPSUe l e E IN ELL Ie LeoBul eJeL SISU9MUSITIA a e oo UULO AT. A 001 MESURES SUR LES CADAVRES Aprés la mort de nos quatre Indiens, on a fait, en dehors de Pextraction des cerveaux de tous, une aulopsie brés som- maire de Maish; on a également pris quelques mesures sur les quatre cadavres. Malheureusement, je Wai pu mettre la main que sur les données relatives á Maish et á Tafa. Me trouvant absent de La Plata au moment de la mort de Maish, M. le docteur Fernand Lahille, alors conservateur de la section zoo- logique du Musée, s'était chargé du premier. J'ignore qui a pris les mesures sur Tafa, mais je dois dire, á mon regret, que plusieurs de ces mesures, comme celles sur Maish Pailleurs, ne m'inspirent qu'une médiocre confiance. D'abord puisque lá oú 'avais pris moi-móme des mesures correspondantes sur le squelelte, il y avait trop de différences et ensuite parce que les chifíres de certaines mesures étaient tout a fait invraisembla- bles. Quant á ces derniéres, je les ai supprimées tout simple- ment. Je ne reproduirai donc que la liste réduite, lelle quelle, en commencant par celle de Maislh. Toutes les mesures sont en millimótres. Maish (Yahgan): — CIRCONFÉRENCES Elorizontal Rd aci ALO ¿y ai de E. e a oa a a aa a a a Aux hancies o E NA SEA 892 Dubra E E A A O CU a EE O) Deglicuiss AN EAS Dumont E OS() LONGUEURS DonbrasM(acromiontanepicon dy A OO De lPavant-bras (épicondyle á apophyse styloide). . . . . . . 258 De la main (ligne inter-articulaire a extrémité du médius) . . 190 Grande cnc ON De la cuisse (grand trochanter á ligne inter-articuluire du ECOS OO De la jambe (ligne inter-articulaire á malléole interne)... . . . 845 Dúuspican(talonfaniboutidu eros tortilla 240 DuinczGMacine nap onto A A 1510) pd LARGEURS DIAM A O O AN RA 32 Inter -caronculaire . o 0 3y DEMaboUciER e eE o a E 54 Destepaules (Anaco min AS 66) Du bassin (d'une épine iliaque antéro-supéricure á Pautre) . . . . 255 Bio Ñes Mamas o o o. 0. .o 90.0. 0 0.0... a .. o. o. AD DIAMETRES Irontal maximum (entre les apophyses orbitaires). . . .. . . 109 Bi-auriculaire (dun tragus a Pautro) .......... 140 Bi-zygomatique. DS o o. BS) Bicangularcide ama 95 (2) De la mensuration de quelques organes internes il résulte: Le coeur avail 96 mm. de hauteur et 100 de largeur. Son poids était de 280 grammes. L'estomac mesurait 247 mm. dans son diamétre transverse et 71 dans son diamétre antéro - postérieur. Le diamétre verti- cal était de 80 mm. Le foie aurait eu 6 mm. de diamétre vertical. Ses diamétres antéro-postérieur et transversal auraient été de 18 et de 32 mm. Le poids du foie v'aurail été que de 1430 grammes. La rate, dont la liste ne donne que le poids, pesait 192 grammes. : . Le rein, sans indication de «quel cóté, mesurail 120 mm. en longueur, 55 en largeur et 33 en épaisseur. Le poids était de 128 grammes. Le testicule gauche avait 30 mm. de long, 38 de large el un poids de 19 grammes. Les chiffres qui précedent donnent lieu aux observations sulvantes: Il est vraiment étonnant qw'on rait pas songé á mesurer la taille du cadavre dVautant plus qwon a mesuré la grande envergure. Or, P'aprés la longueur de Pos du fémur de Maish que j'al mesuré, sa taille cadavérique aurait été de 1634 mm. Comme nous savons par M. Manouvrier (*) que la taille du ca- davre est supérieure de 25 mm. au moins á celle du vivant, Maish aurait eu une taille de 1609 mm. environ. lón prenant ce dernier chiffre comme base, le rapport de la tallle =100 á la grande envergure serait donc de 105,0. Si Pon (*) «Mémoires de la Socióté Anthropoloyie de Paris», 2e série, tome IV, pages 384, 385. A AE calcule les autres proportions par rapport á la taille du vivant, aulant que les mesures absolues s'y prétent, on oblient 11,8 pour la main, 14,9 pour le pied, 22,7 pour les épaules. L'in- dice antibrachial est de 87,8. [Il Sensuil que Maish avail la main el Je pied relativement pelils, les épaules élroiltes com- parées á celles de nos Téhuelches (voir plus loin) el Pavant- bras relalivement long. Les diamétres bi-zygomatique et bi-angulaire me paraissent Pun beaucoup trop grand (pal trouvé 146 sur la cráne), Paubre beaucoup trop petit. Le poids du cosur est beaucoup au-dessous de la moyenne des hommes européens don! les chiffres, selon Lobstein, Blos- feld, Junker, Vierordt, etc., varient entre 270 el 384 grammes. Son poids se rapproche le plus des poids moyens du cosur de jeunes gens de 19 et de 23 ans, donnés par Vierordt ('). Le poids du foie est excessivement faible comparé aux chiffres connus pour les hommes européens. D'apres les ta- bleaux de Vierordt, Maish aurait eu un foie ne pesanl pas plus que celui de garcons de 16 á 17 ans. Le poids de la rate est élevé comparé au chiffre moyen que donne Vierordt pour les hommes de 23 ans, c'est á dire 154 grammes. Le rein a un poids excessivement faible, égal au poids mo- yen chez les garcons de 7 ans, qua publié Vierordl. Le testicule est petit si Pon considere que la moyenne esl de 50 mm. pour la longueur el de 70 pour la largeur, le poids étant de 21 grammes. Tafa (Alakalouf): — Les mesures sur le cadavre se réduisent comme suit: Talle Verte fax pide A SR 1625 (?) ErandeRen ve AS 1740 Grandempan a EA aya 145 BEE EMmpa A O Sn NE 200 Circonférence supéricure de la poitrine . . . . . . . 430 A dm A 320 to susamallcol are 250 Distance du grand trochanter au malléole externe . . . . 780 7 de la fourchette sternale á Plombilic. . . . .. 310 o entreMlesideuxtépines lia ques E 280 Cong uc 210 (*) Real-Eneyelopaedie der gesammten Heilkunde, von A, Enlenburo. 3. Aulíl. s. v. Kórpergewicht. (2) D'ott 1600 sur le vivant. Eouleurides ye RR o E O BTOCA AO y GES CAOS o o. o. .0. o.» 9. .2. 2.0. 0. . 0 mot calas y ¿6 pan paittes mes. . 0. o. o. o. o 0. o lr Pd, A peca partes OCA A On voit d'aprés ces chiffres que le rapport centésimal de VPenvergure á la taille chez Tafa est de 110, ce qui indique des bras trés longs. Iínsuite que son petit empan Pemporte sur le grand, ce quí s'observe parfois d'ailleurs, et qu'elle a le mem- bre inférieur relativement long. La longueur de son pied par rapport á la taille étant de 13,8, indiquerait la petilesse de ce membre. Malgré son grand áge, Tafa v'avait pas de cheveux blanes. Pour son aspect général, ainsi que de son compatriote Maish, je renvoie aux planches. Ce dernier avait une physionomie plus au moins mongo- loide, comme on en trouve assez souvent parmi les Japonais. IV OBSERVATIONS OSTÉOLOGIQUES I'examen des cránes et de quelques os du squelette donne lieu aux descriptions sommaires que voici: Maish:— Cráne de capacité moyenne. Sutures coronale et sagillale presque complétement soudées. Synostose partielle de la suture lambdoide. Toutes ces synostoses sont absolument prématu- rées. Prognathisme général faible. Les dents de sagesse ont fait éruption, excepté au maxillaire droit inférieur. La dent de sa- gesse du maxillaire gauche est trés petite. Les os du squelelte sont plutót minces. Tafa: — Cráne de capacité petite. Type inférieur. Sutures coronale cl sagiltale presque complétement soudées. Sténocrotaphie des deux cótés. Goultiéres de lartére méningée moyenne excessivement profondes. Trous de Pacchioni profonds. Impressions digitales du frontal bien marquées. Plusieurs dents manquent. Os du squelelte robustes. Insertions musculaires marquées. PA RED Inacayal: — Cráne moyen. Sutures lemporales et celles au ptérion sou- dées. Les autres sulures, par contre, ne sont pas synoslosces. Sulures compliquées, surtout la lambdoide. Deux petits os wormiens des deux cótés du lambda. Assez forte dépression le long de la suture sagittale, de lPobélion jusqu'au-dessus du lambda. Légére asymétrie occipitale droite. Parois du cráne minces, surtoul dans la région temporale. A Tintérieur de la caloíle, un peu á gauche el en arriére du bregma, on observe une forte dépression; également á droite, mais moins marquée. A ces endroits, la voúte cránienne est si mince qwelle est deve- nue transparente. Goultiéres méningéennes marquées. Plusieurs dents font défaut. Os propres du nez ont dú étre brisés par suite lun coup ou une chute. Os du squelette assez robustes. Margarita: — Cráne petit. Ltat normal des sutures. Dans la lambdoide lrois petits os wormiens. Au frontal, trous de Pacchioni bien marqués. Légére asymétrie occipitale á droite. Bonnes dents. Os du squelette assez minces. Maish Tafa SS yal Margarita (Fahgan) (Alakalouf) Timilliche) (Hurlliche) MrsurEs:— Diamctre antéro-postéricur........ 185 184 176 166 a transversal maximum... 148 144 148 144 a basilo-bregmatique ...... 153 133 140 129 e nasobasilUr 101 104 102 89 a ophyro-alvéolaire . ...... 91 98 (2) 93 97 5 bizygomatique ........ 146 141 144 12 Hauteur totale de la face. ....... 144 154 145 146 la CGIMNO: 0.0.0 0001500000 36 55) 35 39 Largueuride orbita 40 41,5 42 41 Harta 56 53 56 51 Parguennid in 24 28 20 23 Longueur du trou occipital... ... 35 30,5 37 34 Largueur du trou occipital... 30 28 29 22,5 Capacitércranienne a 1466 c. c. 1314 1512 1338 Longueur totale de Uhumérus gauche . . 308 314 299 286 ll Y du fémur gauche. ... 428 445 427 387 Hauteur approximative de la taille (*) .. 1634 1663 1632 1517 InpIcES :— COtltiDasoróvo 000 pto aa labo 80,0 78,3 84,1 86,7 ¡Erica A 719 72,3 79,5 77,7 ¡Transverso=vertical 89,8 92,3 94.4 89,5 Eacialisupcrici 62,3 ; 69,5 (?) 64,5 75,7 EA STAN 98,6 109,2 100,6 114,0 ONE: ooo. boo. 0 90,0 84,3 83,3 95,0 Nasal e AO AR O 42,8 52, 46,4 45,0 Occip E TS 85,7 79,4 78,3 66,1 Humérus á la taille =100 ....... 18,8 18,8 18,3 18,8 Emula tati == 100 26,1 26,6 26,1 25,5 (*) D'apres le fémur, selon la méthode de M. Manouvrier, 1. c. Les chiffres de la taille, déterminés WVapres l'humérus, étaient évidemment trop bas: 1600, 1628, 1557 et 1501. E Il résulte de ces chiffres que Maish et Tafa sont mésaticé- phales tous les deux, comme la moyenne de tous les Fuégiens. Inacayal el Margarita de leur cóté représentent bien la forme céphalique générale de leur peuple, soit brachycéphalie vraie. "indice de hauteur-longueur est microséme et mésostme pour Maish et Tafa; mégaséme pour les deux Araucans. T'indice de hauteur-largueur range Maish el Margarita par- mi les microsémes, Tafa el Inacayal parmi les mésostmes. L'indice facial supérieur donne la microsémie pour les deux hommes, la mégasémie pour les, deux femmes. L'indice facial, y compris le maxillaire inférieur, fait res- sortir que les deux hommes ont la figure relativement plus allongée, les deux femmes plus courte, surtout lAraucaniemne. T'orbite est mégaséme chez Maish et Margarita; mésoséme chez Tafa et Inacayal. A Pexception de la Fuégienne, qui a le nez mésorrhinien, les autres sont leptorrhiniens. Le trou occipital est mésoséme chez Maish, microseme chez les autres. -Maryaridla E Inacayal Superposition des contours crániens des quatre Indiens Du nasion á Popisthion (1% grandeur naturelle) A Les contours crániens, pris á la lame de plomb, de nos quatre sujets, donneron! une idée de la forme céphalique géné- rale vue de profil. Toutes les mesures qui ont été prises et la nomenclature des indices sont celles des Instructions de Broca. Les cránes ont élé cubés avec les grains de plomb, préconisés par lui. SU NOTICE SUR LES CERVEAUX (') Les cerveaux d'Inacayal, de Margarita et de Tafa ne me sonl venus sous les yeux que neuf ou dix ans aprés leur ex- traction. Leur état de conservation laissait malheureusement beaucoup á désirer, surtoul en ce quí concerne la forme générale. Les cerveaux des deux premiers avaient subi de fortes dé- pressions d'en haut, notamment dans la région occipilale. De méme la base de Pencéphale, chez tous les deux, était considé- rablement aplatie par le poids méme de cet organe. Quant au cerveau de Tafa, il v'en restait que Phémisphere droit, en état de conservation médiocre. Sur le poids de ces cerveaux á Pétat frais, sauf celui de Tala, el sur le procédé de conservation toute donnée positive faisait défaut. Je puis dire cependant que lorsque je tirai ces cer- veaux á la lumiére, ils se trouvaient dans des bocaux insuffi- sammen!t remplis d'alcoo!l. Il "y avait que Pencéphale de Maish qui se trouvát dans un état parfait de conservation. Ayant quitté cet Indien vivant, je ne retrouvai, aprés une longue absence du Musée, que son cerveau el son squelette dans les vitrines de nos galeries an- thropologiques. Le cerveau de Maish a été momifié par le procédé suivant: il a été immergé pendant un mois dans une solution formée de neuf parties eau el une partie Vacide azotique. Au bout de quinze jours, la pie-mére a été enlevée. Ensuite le cerveau a été plongé dans une solution dPalcool á 90% et de bichromate de potasse á cing pour cent. Aprés avoir été immergé deux jours et lavé, il a été de nouveau mis dans Palcool deux jours (*) M. le docteur Jacob donnera dans le travail qui fait suite au présent une description détaillée des piéces dont nous ne publions ici que des notes générales. On y trouvera aussi les planches phototypiques. Tomo XII 4 — 50 — durant; puis il a été séché á Vair libre. Cela fait, le cerveau a été plongé dans un bain de paraffine bouillante. Le résultat de ce procédé de momification a été des plus sa- tisfaisants. Sauf une réduction trés considérable du poids et des dimensions primitives, réduction qui dans sa longueur al- teint jusqu'á plus de 61 pour cent, la forme générale du cer- veau a été merveilleusement conservée. Vu Pétat dans lequel se trouvaient les autres cerveaux, 1l v'était pas bien difficile de choisir entre le dilemme qui se pré- sente, comme Pa dit le docteur Johannes Seitz (*), quand on veut décrire des cerveaux: «líntweder muss man bei der Beschrei- bung sich mit Andeutungen begnúgen oder eine gedehnte und erschópfende Darstellung mit vielfachen Wiederholungen hin- nehmen, die dann fúr gewisse Zwecke sich immer wieder noch nicht einlásslich genug erweist.» J'ai choisi d'étre bref tout en renvoyant aux planches, qui donnent une idée trés exacte de lélat général de nos cerveaux et qui accompagnent le travail spé- cial du docteur Jacob sur ces cerveaux, travail qu'on trouve á la suite du nótre. L'état de marasme dans lequel se trouvaient ces Indiens á Pépoque de leur morl, au moins certainement Maish, a dú in- fluer sur le poids de leur encéphale, en ce sens qu'il a subi une diminution. D'aprés le docteur Lahille, qui a fait Pautopsie de Maish, son cerveau aurait pesé 1432 grammes au moment de lP'extrac- tion, sans ablation des méninges. La longueur était de 172 milli- métres. Le volume=poids: densité aurait été 1180, chifíre fort douteux, si nous calculons le poids probable de Pencéphale WVapres la formule de Manouvrier (*): multiplier la capacité crá- nienne (1466 c.c.) par le coefficient 0,87 —ce qui nous fait obtenir 1275 grammes. Ce dernier chiffre est d'autant plus probable que le poids de Pencéphale de Tafa, reconnu étre de 1160 gram- mes a lPextraction, donnerait 1169 grammes selon la formule de Manouvrier. D'ailleurs, chez tous nos sujets, nous voyons que le poids de lencéphale est en raison directe de la capacité cránienne. L'hémisphere droit de Tafa, pesé par moi en 1897, ne donne que 234 grammes, ce qui prouve la diminution énorme de poids, non seulement de cette piéce, mais de tous ces cerveaux. Ainsi (1) Zwel Feuerlánder-Gehirne «Zeitschrift fúr Ethnologie», 1886, y. 260. (?) Sur Cinterpretation de la quantile dans Vencephate, etc. «Mémoires de la Société d'Anthropologie de Paris», 2e série, €. HI p. 162. Vencóphale VInacayal et celui de Margarita ne pésent que 739 el 640 grammes, ainsi répartis: INAYACAL MARGARULA Meis pico E IS 333 280 > pac A 392 271 Cervelcan A A A A A O 74 89 tandis que le poids probable de Vencéphale du premier a du ¿tre 1315 el de la derniére 1164 grammes. La longueur totale du cerveau est (en 1897) de 146 et 154 millimétres, selon Jes hémisphéres, chez Inacayal; 145. et 148 chez Margarita. Les chiffres obtenus par le docteur Seitz, chez les Fuégiens morts en Europe, sont 1403 grammes pour le cerveau d'Enrico, pesé á Pétat frais, avant Pablation de la pie-mére. D'aprés la capacité cránienne, M. Seitz calcula le poids de Vencéphale de cing Fuégiens. Il obtint une moyenne de 1387 grammes, dont 1516 chez les hommes et 1301 chez les femmes. Or, je suis Vavis que le fácheux procédé de cubage aux pois, employé por le docteur Seitz, lui a donné une capacité beaucoup trop grande. I5t comme 1 c.c. de capacité ne représente nullement 0,954 grammes dencéphale, comme M. Seitz le croyait, mais 0,87, 11 est clair que le poids de Pencéphale attribué par M. Seitz á ses l"uégiens est beaucoup trop é¿levé(). Quant au poids de Pencéphale de nos Indiens, Pon voit que celui 'Inacayal pese le plus el qu'il est presque égal au poids moyen de Pencéphale des Négres máles, soil 45 a 56 grammes au-dessous de la moyenne de l'homme européen. Insuite vient Maish se rapprochant le plus du Péruvien de 26 ans, avec 1286 grammes, dont Broca a pesé Pencéphale. Quant aux deux femmes, le poids de leur encéphale étant presque égal, leurs chiffres sont de 65 á 124 grammes au-des- sous des moyennes des femmes européennes (1231 el 1290). Si nous comparons leur poids avec celui trouvé pas diffé- rents observaleurs dans les races exotiques, on voit que Pen- céphale d'un Chinois, pesé par le docteur Néis, avec 1175 gram- mes el la moyenne de quatre cerveaux d'Hindous avec 1171 présentent des chiffres á peu prés égaux (). lín appliquant la nomenclature de Topinard á nos cerveaux, (*) Srrrz, op. cib., p. 237, 238. (2) Voy. Torinarb: Eléments dV'anthropologie generate, chap. XVI J. DeNIkeR: The races of man, p. 97—100. Kórpergewicht, loc. citb. ED) da il sSensuit que les femmes aussi bien que les hommes ont len- céphale moyen ou ordinaire, Tafa el Margarita vétant pas loin de la limite des encéphales petits (*). vI OBSERVATIONS SUR LE VIVANT Aux mois de ¡juin et de juillet 1896 j¡'eus l'occasion d'exami- ner á La Plata et a Buenos Aires quelques Indiens des tribus d'Araucans, de Téhuelches et de Chiriguanos. Les premiers appartenaient á ceux qui, plus ou moins civi- lisés, vivent depuis des années dispersés au milieu des blanes. On les trouve dans les armées de terre et de mer, dans la po- lice et les pompiers; le reste fait un peu de tout, ce qui veut dire pas grand'chose. Quoiqw'une douzaine d'entre eux eussent été convoqués par notre directeur, M. Moreno, á venir au Musée pour étre mesu- rés par moi, ces Araucans s'y prélaient de trés mauvaise gráce. Rarement dans ma vie de voyageur-anthropologiste j'al du avoir tant de patience qu'avec ces Indiens. Comme il y avait deux agents de police parmi eux, ils avaient entendu parler du service anthropométrique de Bertil- lon, tel qu'on Papplique aussi a La Plata. Or, ils se figuraient que mes recherches avaient quelque chose á faire avec la po- lice et ne voulant pas étre traités comme de vulgaires malfai- leurs, 1ls refusaient de s'y soumeltre. A la fin Rufino Vera (Huilliche), ancien interpréte d'Inacayal el guide éprouvé des expéditions du Musée, consentait á se préter á quelques mesures. Sa fille mariée suivait lexemple et enfin Pun des amis de Rufino de la tribu des Manzaneros. Les autres persistaient dans leur refus. Tous se laissaient photographier cependant. Quant aux trois Téhuelches, ils avaient été amenés, comme hótes, par Pune des expéditions du Musée en Patagonie. lls ne séjournalent que peu de temps á La Plata. L'un deux, le chef Canquel ou Kankel (planche VIl) est Téhuelche pur. Il est bien connu de tous les voyageurs pour son bon caractére et parle assez bien lespagnol et le gallois. T'autre, nommé Tsaiwai dit José, était métis de Téhuelche et de (*) Torrvarb: Op. cit., p. 997 et 567. Gennaken (') el cousin germain de Kankel. Le troisiéme, Tal- waik, était Vorigine araucanienne du cótlé de sa mére. Tous se prétaient sans difficulté á étre mesurés quoique mon- trant une certaine impatience qui m'obligeait á me háter. Les quatre Chiriguanos, tribu appartenant, comme Pon sait, a la grande famille tupi, étaient venus de la province de Jujuy, amenés par la commission de délimitation de frontiére avec la Bolivie. ls habitaient temporairement Buenos Aires. C'élaient le vieux chef Valdivieso el les nommés Apolinario, José Segundo et Luberto. Ce dernier parlait bien espagnol et paraissait fort intelligent. Leur mensuration voffrait guére de difficultés. Les caractéres descriptifs relevés sur tous ces Indiens se ré- sument comme suit: Araucans (planches V et VI). Age présumé: Rufino et le Manzanero 42 a 45 ans; la femme 20 a 22. Tous les trois sont d'embonpoint moyen, de taille plutót trapue el robuste. La couleur des yeux est brun foncé. Rufino a les cheveux noirs; ceux de sa fille sont bruns trés foncés, tandis que les cheveux du Manzanero sont bruns foncés. Tous ont les che- veux droils el abondants. La couleur de la peau est Pun brun jaunátre clair. La jeune femme a les joues colorées. Les deux hommes portent la moustache assez forte; le Man- -zanero en outre la barbiche assez fournie. Tous les deux ont le nez droit. Le nez de la femme, quoique élant droit, est assez court el ayant, en outre, le plan de la base regardant en avant; il fait, au premier abord, l'effet d'étre relroussé. Chez Rufino et sa fille il wy a qw'un vestige de P'ceil bridé. Le Manzanero a la caroncule découverte. (*) Cet Indien a fait dejá Vobjet Uune communication relative á arc á musique (Xoh'lo) dont jusquíá cette époque lexistence en Patagonie était peu connue. H. TEN Kate: Geographical Distribution of the Musical Bow. «Ameri- can Anthropologist», XI, 1898, p. 93 et 9%. La premiére mention de cet ins- trument musical se trouve chez Musrers: Unter den Patagoniern, Jena, 1573 (édition allemande), p. 87, 187, 185; fio. 8, p. 180. Ailleurs en parle le docteur SPEGAZZINI Costumbres de los Patagones, «Anales de la Sociedad Cientifica Argentina», 1884, XVII p. 229 £ 235. La forme de la face chez tous est large et courte, trés mas- sive chez le Manzanero. Ce dernier du reste, par son aspect général, ressemble plutót a un gaucho métissé qu'a un Indien pur sang. L'ensemble de la physionomie de Rufino et de sa fille est assez mongoloide. La femme ressemble surtout :áa une Malaise, sans qwelle soil prognathe cependant. Parmi les dix autres Araucans, qui étaient venus au Musée, mais que je rai pu mesurer, il y en avait au moins six, dont quatre enfants, qui offraient des traits plus ou moins mongo- loides. 11 aurait été difficile en effet de distinguer ces enfants enfants japonais du méme áge (*). Téhuelches (planches VII, VII et 1X):— Age présumé: Kankel 32; Tsaiwai 33; Talwaik 18. Kankel et Talwaik ont un embonpoint moyen; Tsaiwal est assez corpulent. Tous les trois bien faits et robustes. Kanlkel est incontestablement, comme physique, le premier; bel homme sous tous les rapports. Tous les trois ont les veux bruns clairs. Les cheveux abon- dants sont noirs et droits. La peau est un jaune brun clair. Kankel porte une moustache assez fournie; les poils sur le menton sont plus rares. Tsaiwai va que quelques poils sur la léevre supérieure et au menlon. Le jeune homme est imberbe. Kankel et Tsaiwai ont de beaux nez convexes. Le nez de Talwaik est légérement convexe, avec le plan de la base regar- dant en avant. Quant aux yeux, le jeune homme seulement présente le pli dit mongolique, mais á Pétat de vestige. Des trois, Tsaiwal a la face relativement plus large; Kankel a la figure plutót allongée, tandis que le jeune homme offre une forme intermédiaire. C'est lui aussi qui présente un léger degré de prognathisme buccal. Talwaik d'ailleurs a les dents les plus mauvaises el irrégu- liéres. Il lui est difficile de fermer les lévres. Tsaiwal a les meilleures dents de tous les trois. Kankel et Tsaiwai me rappellent, par leur aspect général, certains beaux types d'Indien de lAmérique du Nord. C'est surtout parmi les Yaquis et les Pimas que ¡al vu des traits pareils. Quant á Talwaik, M. Moreno waffirmait qu'il présente (+) Ce fait me fut verbalement confirmó par M. le docteur Harmand, ac- tuellement ministre de France au Japon. Pendant son séjour au Chili, ce savant fut frappé de VPaspect japonuis des enfants indiens et métis. une physionomie comme on en brouve souvent chez les femmes araucaniennes. Chiriguanos: — Age présumé: Valdivieso vieillard; les autres entre 30 el 45. [ls sont tous d'un embonpoint moyen. Les yeux sont presque noirs. La peau est lun brun jau- nátre. Les cheveux noirs sont droits. Trois Ventre eux Woffrent aucune pilosité de la face; il ny a que Luberto qui posséde une barbe clairsemée. lxcepté Apolinario, qui a le nez concave vu de profil, les autres ont le nez convexe. Valdivieso et Apolinario ont la moitié environ á un tiers de la caroncule cachée par la bride mongole; les deux autres Chi- riguanos ne présentent que des vesliges. Tous ont le visage large, sauf Apolinario qui Va plutót al- longé. Valdivieso et Luberto sont un peu prognathes. Le vieux chef a les dents lrés usées. Les trois autres ont des dents régulicres, mais défectueuses, á Pexception WVApoli- nario. Apolinario présente un front trés fruyant et larcade sourci- liére fortement développée. Autant que Pon peut en juger VPaprés une visite hátive, je dirais que ces quatre Chiriguanos ont tous une physionomie, un type si Pon veut, assez différent. ll "y a que Valdivieso qui porte les cheveux longs. Les trois autres les ont coupés ras. Valdivieso et Apolinario ont la lévre inférieure perforde el munie d'un bouton bleu. 1] résulte des mesures qui suivent que Rufino est mésati- céphale; sa fille hyperbrachycéphale el le Manzanero sousbra- chycéphale. Ces trois Araucans sont mésorrhiniens. Les Téhuelches sont excessivement brachycéphales; les deux premiers hyper-, Talwaik ultra-brachycéphale. Kankel el Tsaiwai ont le nez leptorrhinien, Talwaik mésor- rhinien. Chez les Chiriguanos, Pon voit que Valdivieso est soushra- chycéphale et Luberto brachycéphale, tandis que les deux au- tres sont mésalicéphales. Sauf le vieux chef, qui est platyrrhinien, tous ont indice mésorrhinicn. Leal leelo Les mesures el les caractéres anthropométriques qui résul- tent de nos dix Indiens sont les suivants: Araucans |Téhuelches| Chiriguanos Mesures absolues > ES _ $ E En millimétres E $ > ÑQ ES ES $ > E K AE EI ESO ES $ SO 18 (8 (8 (3 13 18 (3 Y Y a a 2 AS A] s S Sl SE pS 6 [SS 1 JS Diamétre antéro-postérieur max. de la tete . . || 196| 170| 192| 194| 186| 172| 179| 187| 194| 191 transversal max. de la tete... .. 153| 151| 154| 167| 165! 156| 148| 148| 154| 160 a PZy coma 152| 138] 152| 154] 152| 142| 140| 140] 152| 156 sl INTER: coo neooa osos 120| 102| 106| 130| 125| 130| 110| 99| 130| 112 Fongucuid Uca A 52| 42| 50| 55| 55| 50| 52| 47| 55| 56 Parsaconidinc 37| 34| 42| 35| 35| 35| 48| 38| 41| 40 Hauteur du vertex au menton .......- — | — | — | 260| 216| 228] — | = | — - Hauteur du vertex au tragus. .. .....- 137| 147| 142| 150| 140| 1301 — | — | - — ¡EMT COI) o o. 0.0. 350000000000.00000.0.0 1612|1577|1627|1782 | 1645 1639 | 1567 ¡1585 | 1626 | 1628 S. ABERO poco oposo ooo 00 1308|1225|1334]| — | — | — [1200|1213|1263|1264 Granderen vero OR A —= | --| — |1828/|1700|1685| — | — | —= | — Distance de l'acromion á l'extrémité du médius. || — | — | — | 710| 645] 700] — | —= | — | — Fonguecuide ia ON 16,5 = E (Mp6 o. ooo 90)0 oso. ss. 271 25| 27 — = Largueur max. des épaules. ....--...- = | — | — | 480] 457| 400| 375 ES 401 | 433 Pargucurimar des hac = = = 327| 289| 270] — | — — — De ces mesures ensuivent les indices que voici: Céphalométrique (sans correction). . . .. -. 78,1| 88,8 | 80,2 | 86,1 | 88,7 | 90,7] 82,7 | 79,1 | 79,4 | 83,8 Nasal o to oia Loto OT OO NIE [712 81,0 | 84,0 | 63,6 | 63,6 70/0 92,3 |80,8| 74,5 | 71,4 Quant aux proportions du corps, les mesures sur les Arau- cans et les Chiriguanos ne se prétent malheureusement quíá un ou deux rapports. Pour les Téhuelches nous avons pu ob- tenir un peu plus de données. Les mesures par rapport á la taille = 100 se répartissent comme suit: Chez PAraucanienne: la main 10,4, donc relativement petite; son pied 15,8, d'oú grand en proportion. Rufino el le Manzanero ont les proportions du pied 16,8 et 17,2, soit relativement grands. Chez les Chiriguanos: la largeur des épaules donne 23,2; 23,2; 24,5 et 26,5, soit de belles proportions; le dernier fort large méme. Passons aux Téhuelches: KANKEL TSAIWAI TALWAIK Hauteur de la téte (vertex a menton). . . . 15,4 14,9 13,9 Membre supérieur en totalité . . . . . . 399 399 49,7 Erande tener AL OZ!6 103,4 102,8 Parzen des hepales EZ (O 26,9 25,0 Lagar des Mendes . “IIX OO [, — YJP[d YT IP 09SNUIN [0p “ADN CONTRIBUTION A L'EÉTUDE DE LA NORPROCOGIE DES CERVEAUA DES INDIENS (décrits dans les Matériaux pour servir A 1'Anthropologie des Indiens de la République Argentine, par le Dr. H. ten Kate «Revue du Musée de La Plata», tome XII, pages 31 y suivantes) PAR LE Dr. CHRISTFRIED JAKOB CHEF DE L*INSTITUT ANATOMO-PATHOLOGIQUE DE PSYCHIATRIE ET NEUROLOGIE DE L'UNIVERSITÉ DE BUENOS AIRES Avec sept planches CONTRIBUTION Á L'ÉTUDE DE LA MORPHOLOGIE DES CERVEAUX INDIENS PAR LE Dr. CHRISTERIED JAKOB Les quatre cerveaux qui forment la base de cette commu- nication mont été amicalement fournis par M. le docteur Leh- mann-Nitsche, chargé de la section Vanthropologie du Musée de La Plata. lls proviennent du Musée de La Plata et dans le travail de M. le docteur H. ten Kate, spécialement au chapitre V «Notice sur les cerveaux», publié dans cetle méme Revue(), on trouve tout ce qui concerne leur provenance el conservation. Comme il me parail que la technique de la conservation des cerveaux, dans Jes études anthropologiques, se sert peu des méthodes aujourd'hui practiquées dans Vanatomie cérébrale moderne, je veux, comme introduction á cette étude, commu- niquer les procédés de conservation dont je me sers depuis certaines années dans mon laboratoire. L'antbropologie et Panatomie comparées commencant par convaincre de la nécessité qw'il y a, pour se former un juge- ment comparatif sur deux organismes ou deux organes dis- tincts, non seulement de la morphologie externe et du squelette, méthode qui a dominé durant un demi-siécle dans ces sciences, mais encore d'étudier tous les autres organes et tissus, et, en outre, leur structure histologique, qui vient, tout récemment, de donner la clef de la compréhension de la forme macros- copique. (*) H. teu Kate: Matériaux pour servir d Panthropologie des Indiens de la Republique Argentine. «Revista del Museo de La Plata», tomo XII, pages 31 et suivantes. NE Les moyens de conservation du matérial humain et animal doivent avoir en vue deux points principaux: 1% la conserva- tion idéale de la forme et sa relation topographique; 2% la fixation de sa structure histologique. Ces deux fins s'obtiennent aujourd'hui le mieux par la mé- thode practique et simple á la fois, suivante: injection intra- artérielle, 6 a 10 heures post mortem, de 1,5 á 2,5 litres de for- mol (Formaldehyde), ajoutant ensuite 4 a 6 litres d'eau filtrée. Les quantités varient suivant le volume de lorganisme. L'appareil usé á cel effet est simplement un irrigateur de 24 3 litres de capacité, muni d'un tube de gomme de 2 métres de long et, au bout, d'une canule en caoutchouc de la dimen- sion dun crayon ordinaire; de plus, une clef pour fermer. On choisit pour Pinjection Partére crurale ou la carotide droite dans "homme ou dans animal adultes. Dans les en- fants ou les petits animaux, on choisit le tronc commun de Paorte. La canule se lie au vaisseau et commence á laisser passer lentement d'abord le formol d'une hauteur de 1,54 2 métres de Pirrigateur el ensuite l'eau selon la quantité indiquée. A Peau, on peut méler, pour certaines fins, de l'alcool de elycérine ou quelque substance analogue. Les caduvres, ainsi traltés, se conserven! pour parer á toutes les fins anatomiques et histologiques durant des mois et des années, et subissent uniquement peu á peu une momification progressive. Pour Pexamen des cerveaux et de la moelle épiniére, on ouvre soit immédiatement aprés avoir achevé Pinjection, soit mieux encore un jour aprés, en se servant des moyens connus, le cráne et la colonne vertébrale; le cerveau devant alors se. rencontrer, quand l'injection est parfaite, complétement rigide el dans un état de conservation admirable en ses formes, un vrai moule de la capsule cránéenne. D'oú il résulte une extraction quelque peu plus laborieuse que celle du cerveau non fixé, mou. Ce qu'il faut surtout tenir en compte en usant cette méthode pour Panatomie pathologique, clest l'altération dans la distri- bution du sang de lorgane, parce que Pon comprend que le contenu sanguin capillaire est remplacé par la solution de formol. Mais, pour lPanatomie normale, ce fait na point d'impor- tance el avec un peu d'exercice, on peul constaler un étal de congestion du cerveau malade. C'est des ce moment que l'on peut obtenir des photogra- phies idéales et prendre toutes les dimensions nécessaires. D'un coup d'ceil, on distingue les cerveaux dolicho - encéphaliques et brachy-encéphaliques. Ces cerveaux fournissent de trés bonnes coupures et peu- vent s'expédier, sans aucun danger, empaquetlés dans un peu de coton mouillé; ¡ls se conservent dans une solution del a 5 pour cent de solution de formol, en changeant de temps en temps celte solution. Pour des examens histologiques, on peut, aprés les avoir lavés dans de Peau pure, les passer á Palcool, aux solutions bichromatiques, á la solution de Kaiser- ling, etc. Comme dans ces solutions les cerveaux éprouvent une al- tération de leur poids, durant le laps de temps qwelles de- mandent, je fournis á Pappui un tableau de T. Flatau (Anat. Anxeiyer 1897, page 323): AUGMENTATION DIMINUTION AUGMENTATION = Formol de Alcool de 90% | Bichrome 2 “o APRES JOURS 10 o/o 5 lo 1olo 1 7olo = = + 6/0 - 3 18, + 2100 + 200 + 9%, + 14c/, 30 331% E ER ES 1-10)» + 231, 90 34, + 82., O +9, 123)5 150 = = + 1, +7, 112205 450 —- = +1, +6, +19, 550 34, E = Es = Nos quatre cerveaux malheureusement r'ont pas élé traités alnsi. Trois d'entre eux ont souffert un mauvais endurcissement dans Palcool, avec un fort aplatissement el une perte de poids considérable. Le quatriéme, aprés Pendurcissement alcoolique, mieux effectué que dans les autres, a été soumis, malheureusement par une erreur scientifique, á une épreuve de desséchement complet. Dans la description suivante des particularités mor- phologiques de ces quatre cerveaux indiens, je me résumerai briévement, parce que, mieux que la description plus détaillée que Pon peut donner, serviront les trés exactes photographies, A dimension naturelle, sorties du Musée de La Plata et qui sont jointes á ce travail. Je fournirai des mesures seulement de la sylvienne et de la rolandique. Ensuite, la largueur totale, en diamétre, de chaque hémi- sphére, du póle frontal au póle occipital, et du temporal á Poc- cipital, et, de plus, pour former le criterium du développement du lobe frontal et du pariétal, les deux courbes suivantes a, courbe sagittale moyenne, tout au long du bord supérieur moyen hémisphérique, á partir du bord inférieur du póle fron- tal (P.f.), jusqu'au bord inférieur occipital (P. o.), avec in- dication du lieu de la scissure centrale, distance supérieure rolandique (R.s.) du póle frontal (point rolandique supérieur); et b, Vautre courbe, horizontale, transversale, unissant les mé- mes póles, en passant sur la convexité de l'hémisphére, dans la hauteur des opercules rolandiques, avec indication nouvelle de la scissure centrale, distance inférieure rolandique (%. 2.) du póle frontal (point rolandique inférieur). Voir la figure sui- vante: Comme comparaison, nous servent encore plus de mille cer- veaux, dont dispose notre laboratoire et le précieux atlas de Relzius, que Pon peut considérer comme un trésor pour des travaux morphologiques. Si, pour eviter des descriptions innécessaires trop longues, je désigne avec Vétiquette typique telles et telles formations dans la description suivante, je ne veux pas, on Pentend bien naturellement, désigner toute déviation de ce type comme anti- typique et inférieure. — (565 = Il Wexiste pas encore, ni se formera de longtemps, proba- blement, une absolue entente sur les opinions du plus ou moins d'infériorité des variantes différentes. Les abréviations dont je me sers dans la description sont celles communément adoptées par Pusage. [er cerveau: Maish, Indien Yahgan, Terre de T'eu (planches I et Il, fig. 1—7). Ce cerveau, qui se trouve dans un état sec, était en état frais, la convexité en bon état de conservation, la base superfi- ciellement lésionnée: selon l'apparence, un cerveau de dimension moyenne, d'un développement typique, et riche de circonvolutions; en plus, d'une largeur circonvolutionnaire moyenne. HÉMISPHERE GAUCHE Longueur, 13,5 cm. (diamétre fronto occipital); diamétre temporo occipital, 10 cm. el largeur maxima, 6 cm. Courbe sagittale supérieure (a), prise de la piéce sécle, 14,5 cm.; point rolandique supérieur, 8,5 em.; courbe horizon- tale, 13,5 cm.; point rolandique inférieur, 5,5 cm.; extension de la rolandique, piéce séche, 8,25 em.; extension de la syl- vienne, 5 cm. La sylvienne se compose de ses quatre branches, typique- ment, par un développement de rétraction artificielle du lobe frontal, béantes dans leur portion frontale, de facon que lP'on apercoit Pinsula Reil. La branche horizontale postérieure est quelque peu courle et une moyenne obliquité. Les branches antérieures de développement typique, et la postérieure horizontale achévent avec une courte branche ver- ticale. La rolandique, de direction typique, un peu en zigzag, non interrompue, faisant une scissure au bord supérieur el sans percer son opercule. Il existe trois circonvolutions frontales bien développées et séparées. Leurs pieds d'insertions sur la frontale ascendante superficielle el, surtout, notablement prononcée, est celui de la seconde. Egalement large de développement est le cap de la troisiéme, ce fait se présentant avec deux scissures. La scissure précentrale est interrompue formant deux bran- ches; la post-centrale aussi par un pli de passage atypique entre la pariétale ascendente et la pariétale supérieure. La scissure interpariétale est profonde, compléte, et fait suite á la branche antérieure post-centrale; elle termine en s'anassomosant avec Pinteroccipitale. Les circonvolutions centrales ont une configuration com- plétement normale. Les circonvolutions pariétales supérieures, disposées en trois groupes, en are (gyrus arcuatus de Retzius). La pariétale inférieure, assez développée et compliquée en trois groupes (supra marginalis, angularis et preoccipitalis=pli courbé). Le lobe occipital ne présente aucune particularité. La premiére temporale, avec formation d'anse alypique, dans le sens Pen bas el dans la moitié de son trajet; en outre, elle a un pli de passage au méme lieu de la formation de Panse avec la deuxiéme: celle-ci méme et la troisiéme sont de configuration normale, de méme que la fusiforme et 'P'hippo- campe. Dans la face interne, nous remarquons la premiére frontale duplifiée, la supra calleuse étroite el de méme un lobe quadri- latére, assez étroit, ainsi quw'un développement trés grand du cunéus. Tout le reste est normal. HÉMISPHERE DROIT Diamétre, comme dautre part: courbe sagittale, 14,5 cm.; point rolandique supérieur, 8,5cm.; courbe horizontale, 14 cm.; point rolandique inférieur, 6 cm.; extension de la sylvienne, 4,5 cm. et de la rolandique. 8,5 cm.; la configuration de ces scissures comme d'autre part. De méme le lobe frontal, á exception de ce que, de cette méme part, le pied de la seconde frontale est occulte, non su- perficiel, dans le fond de la scissure précentrale non “inter- rompue. Face basale, normale. De méme les circonvolutions centra- les et le lobe pariétal: il existe une scissure parieto occipitale externe, peu profonde. Dans le lobe occipital, nous notons un gyrus descendanl; les circonvolutions du lobe temporal, fortement développées, surtout la premiére. Dans la face interne, il existe un pli de passage cunéo lim- bique, tres superficiel, et le reste est comme d'autre part. o [1 Corps calleux, trigon cérébral, thalamus, protubérance an- nulaire et cervelet sans particularité. Ce quí appelle Pattention des lors dans ce cerveau, cest un déve- loppement exlraordinaire du cap de la troisieme frontale, des deux cólés, et de la premiere temporale droíte: aucun styymate dinfériorite. 2" cerveau: Inacayal, cacique des Araucans, Indien Gennaken-Huilliche (planches TIL et IV, fig. S—15). Ce cerveau apparlient aux trois endurcis el conservés dans Palcool, ainsi que les suivants. Cest un cerveau grand, massif, avec des circonvolutions larges, dapparence grossttre, typiquement eurygyrencéphalique, et avec peu de développement des circonvolutions secondaires. HÉMISPHERE GAUCHE Diamétre fronto occipital, 15,5 em.; ltemporo occipital, 11 em.; largeur maxima, 6,75 cm.; courbe sugillale supérieure, 20 cm.; point rolandique supérieur, 12 cm.; courbe horizontale, 20 cm.; poimt rolandique inférieur, 7,5 cm.; extension de la rolandique, 10 em.; extension de la sylvienne, 6 em. La sylvienne se présente avec une horizontale antérieure trés courte, sous- verticale antérieure et horizontale postérieure, bien développées, moyennement oblico -ascendantes et se termi- nant par deux branches quelque peu longues, égales. La insula, dans sa partie antérieure, est découverte, dí á la déviation et á la rétraction du lobe temporal. La rolandique montre typiquement trois anfractuosités, forme 7igzag, faisant incision, au haut, au lobe paracentral superfi- ciellement, el, au bas, profondément, a Popercule rolandique. Les trois circonvolutions frontales, bien séparées, la portion antérieure de la seconde duplifiée également; celui de la deu- xiéme, submergé; celui de la troisiéme, large et bien prononcé; le cap est de faible développement. A la base, la premiére frontale extrémement large; le sillon triradiate, en forma de H. Les circonvolutions centrales, sans particularité; Pantéricure, plus large que la postérieure; la scissure interpariétale, pro- fonde et non interrompue; la circonvolution pariétale supé- rieure, massive, avec disposition en trois gyrus arcuatus; il existe une scissure pariéto*occipitale externe, courte. La parié- O tale inférieure se divise en deux; la supra marginalis extréme- ment étendue et une autre plus petite, pli courbe. Dans le lobe occipital, pour le reste normal, existe un gyrus descendant. Les circonvolutions temporales, amplement développées, sans particularité; de méme, dans la face interne, la premiére fron- tale et la supra calleuse, ainsi que l'ovalaire. Le lobe quadrilatére, grand; le cunéus, étroit; la scissure calcarine Warrive pas á s'unir avec les perpendiculaires inter- nes, interrompue par un pli atypique, cunéo lingual antérieur. Le corps calleux, sans particularité: la calcarine, faisant inci- sion de quelque extension dans la face convexe. HÉMISPHERE DROIT Diamétre frontal, 15,5 cm.; temporo occipital, 12,25 cm.; largeur maxima, 6,75 cm.; courbe sagittale, 20 cm.; point ro- landique supérieur, 10 em.; courbe horizontale, 21 cm.; point rolandique inférieur, 8 ecm.; extension rolandique, 9,5 cm.; ex- tension sylvienne, 5,5 cm. La scissure sylvienne, comme «autre part; la rolandique, quelque peu moins compliquée, circonvolutions frontales, mas- sives; leurs pieds normaux, sans particularité á la base; cir- convolutions centrales et pariétales, semblables á celles dont il a été parlé d'autre part. Seulement, la scissure pariéto occipi- tale externe, faisant incision un peu plus prononcée. Lobe occipital et temporal, comme d'autre part: la face im- terne montre des relations complétement typiques. Le lobe quadrilatére, tres large; la fusion de la calcarine et de la per- pendiculaire interne s'effectue d'aprés la régle. La formation de la base, le cervelet, etc., sont normaux. Nous aurons par conséquent a noter dans ce cerveau, en dehors de Peurygyrencéphalie notable, une configuration pour la plupart nor- male, le développement prononcé des circonvolutions partétales infé- rieures et la formation, assex rare, d'un ple de passage cunéo lingual antérieur, superficiel, interrompant la portion antérieure de la calca- ríne: ce qui, selon Cunningham, se rencontre seulement dans les 2,3%, des statistiques cérébrales. O 3"” cerveau: Margarita, Indiene araucanne, tribu Huilliche (planches V et VI, fig. 16—23). Cervean de dimensions plutót petites et développement des circonvo- lutions, moyen, avec légere hypoplasie du lobe frontal yauche. HÉMISPHERE GAUCHE Diamétre fronto occipital, 14 cm.; temporo occipital, 10,5 em.; largeur maxima, 6,25 em.; courbe sagittale, 19 cm.; point ro- landique supérieur, 9 cm.; point rolandique inférieur, 7 em.; extension rolandique, 8,5 cm.; extension sylvienne, 5,5 cm. La scissure sylvienne, avec ses branches antérieures, de courtes dimensions; l'horizontale supérieure, avec obliquité normale et achevant par deux sillons superficiels, en forme de queue de poisson. La topographie de la rolandique, altérée, de telle sorte qwelle se rencontre plus rapprochée du póle frontal que typiquement; doú il résulte un lobe frontal de dimensions réduites; elle est de direction droite et sensiblement en zigzag, puis com- muniquant avec le sillon frontal supérieur. Son achévement supérieur et inféricur est typique. Il existe trois circonvolutions frontales bien séparées, avec assez de dé- veloppement de sillons secondaires et implantation normale de ses pieds. La seconde frontale, dans sa partie antérieure, duplifiée. La troisiéme présente des circonvolutions quelque peu étroites; la base du lobe frontal, sans particularité. La circonvolution frontale antéricure, interrompue; la pos- térieure quelque peu plus large que Pantérieure et de direction trés droite. Le sillon prérolandique, de méme que le postrolandique, sont formés de deux branches séparées: Pinterpariétale, pro- fonde, les circonvolutions pariétales supérieures avec des dis- positions typiques en trois gyrus arcuatus, et les inférieures divisées en deux: la supra marginalis et pli courbe de faible complication; la scissure pariéto occipitale externe, trés super- ficielle et courte. Le lobe occipital, á peine segmenté; les trois circonvolu- tions temporales, d'un développement typique bien séparé; la fusiforme et Phippocampe, sans particularité. La face interne, sans particularitó. ES HEMISPHERE DROIT Diamétre fronto occipital, 14,5 cm.; temporo occipital, 11 cm.; largeur maxima, 6,5 cm.; courbe sagittale, 20 cm.; point rolan- dique supérieur, 11 em.; courbe horizontale, 20 cm.; point ro- landique inférieur, 8,5 cm.; extension de la rolandique, 7,5 cm.; extension de la sylvienne, 5,75 cm. La sylvienne, avec ses branches antérieures plus développées que celles d'autre part; pour le reste, égales données. La rolandique, quelque peu articulée, avec deux genoux bien prononcés. Ses achévements, comme d'autre part, normaux. Position topographique de celte scissure, de ce cóté, nor- male, de telle sorte qu'il en résulte un lobe frontal de dimen- sions qui s'approchent de celles normales. Les circonvolutions frontales el leurs pieds, comme d'autre part; Popercule frontal, petit; le cap de la troisiéme, trés grand; les circonvolutions centrales, typiques; Pantérieure, quelque peu plus large que la postérieure. La scissure interpariétale, quelque peu plus courte que d'au- tre part; le lobe pariétal, assez analogue á celui Pautre part: seulement, les pariétales inférieures, avec augmentations en trois eroupes: supra marginalis, angularis et parietalis posléricur. Le lobe occipital, comme d'autre part; de méme pour le lobe temporal; seulement, il est á noter le développement, quelque peu grand, de la troisiéme temporale, face interne, sans parli- cularité. La calcarine se prolonge du cóté de la face externe. Ces cerveaux présentent par conséquent un type quelque peu in- fériewr Q celui normal, pour leur diminution du lobe frontal gauche (sans avoir pu rencontrer de lesions pathologiques), et un déve- loppement, quí sait, peut-étre quelque peu au-dessous de la mesure moyenne de leurs circonvolutions, mais sans o/frir des anomalies évidentes détarllées de leur configuration. ¡me 9 cerveau: Tafa, Indienne Alakalouf, Terre de Feu (planche VII, fig. 24). De ce cerveau, il nexiste que la partie dorsale de Phémi- sphére gauche, nous faisant défaut la moitié inférieure. De Vhémisphére droit, 1l n'existe que quelques morceaux. Ce cervcan, q en juger par les morccausx, ressemble beaucoup au cervean d' Inacayal. Il présente un type prononcé d'eurygyrencéphalte, 5 A avec des circonvolutions larges et assex riches en circonvolutions se- condatres. Le diamétre fronto occipital du morceau gauche esl de 14,5; la largeur maxima, 6,5 cm.; les autres dimensions ne peuvent se fournir, á cause du défaut plus haut indique. La scissure rolandique présente des insinuations typiques; la branche horizontale postérieure de la sylvienne achéve avec deux scissures superficielles; les trois circonvolutions frontales, bien séparces, larges; leurs pieds, normaux. Le sillon précentral conste de deux branches; le post-central est court, du á une profonde scissure operculaire pariétale. La scissure pariétale, profonde, non interrompue. Il existe trois syrus arcualus supérieurs el trois pariétaux inférieurs, desquels le supra marginalis est le plus développé. Le pariéto occipital externe fait profonde incision; le lobe occipital, richement et typiquement segmenté; la premiére tem- porale, tres large el massive. Face interne, sans particularité; il en est de méme des res- tes de Pautre hémisphere. De cet hémisphere, il s'est essayé de faire une étude micros- copique, employant, aprés inclusion de la celloidine, plusieurs morceaux de Pécorce cérébrale et le traitant avec la méthode de Nissl (Thionin); mais, sans grand résultat; seulement, on voyail dans les coupures les noyaux des cellules pyramidales, et, dans quelques unes, aussi, la forme du corps cellulaire; et il wétail pas possible de se fixer sur la topographie de Pécorce. Dans ce cerveau, il ne sest pas rencontré de dispositions aty- piques. Ayant ainsi terminé Pétude des quatre cerveaux el. résu- mant le jugement général que nous avons déjáa fourni sur chacun d'eux, il résulte qwils se trouvent parfaitement « la hauteur du développement moyen des cerveauzx ecuropéens. ln se placant par quelques données au-dessous de cette ligne moyenne, pour d'autres au-dessus; c'est á dire quiels va- ment autouwr lun type idéal, comme tous les cerveaux. Dans le développement des seíssures primordiales, nous 1Wavons point rencontré d'altération notable, quí ne se soit pas déja rencontrée dans des cerveaux européens. Il dans les sillons secondarres, 'appelle un peu Pattention sur la constance du dé. veloppement typique du lobe pariétal et temporal, tandis que varient le frontal et Poccipital, tout comme chez nows: faits indubitable- ment atypiques font défaut et la largeur, comme la plexiosité (sinuosité) des circonvolutions varie également entre les types eurygyrencéphaliques et sténogyrencéphaliques. Ce fait, rencontré également par les deux auteurs qui se sont, avant moi, occupés des cerveaux fuégiens, docteurs J. Seitz (') et L. Manouvrier (*), n'appelle en rien lattention, tenant en compte le fait que toutes les nations, aujourd'hui considé- rées comme civilisées, se trouvérent, il y a moins de 2000 ans, dans le méme état, plus ou moins, que ces Indiens; et de plus, tenant en compte que cette dite culture de la masse n'est qu'une suppression méthodique de fonctions individuelles physiologi- ques; n'est qu'un développement des centres d'inhibition dictée par les lois de la famille, de la société et de Plitat. Buenos Aires, 20 janvier 1904. (Hospicio de las Mercedes) CHnRr. JAKOB. EXPLICATION DES PLANCHES Les planches de cette publication étaient destinées V'abord 4 accompagner un travail de M. le docteur H. ten Kate, qui devait paraitre dans le tome VII de cette Revue, travail qui vient d'étre publié dans le tome XIT sous le titre «Matériaux pour servir á Vanthropologie des Indiens de la République Ar- gentine». C'est pour cela que Pon trouve imprimés sur ces planches le nom du docteur ten Kate et l'indication du tome VII que nous croyons inutiles de corriger. Planches I et 1 (fig. 1—7): Maish, Indien Yalgan (Terre de Ieu). Planches III et IV (fig. 8—15): Inacayal, Indien Gennaken- Huilliche (Pampa Patagonie). Planches V et VI (fig. 16—283): Margarita, Indienne Araucanne (Pampa Patagonie). Planches VII (fig. 24): Tafa, Indienne Alakalouf (Terre de Feu). (2) Sritz: Zuwei Feuerlánder-Gehirne. «Zeitschrift fúr Ethnologie», 1886, p. 237-284 (deux cerveaux A/lakalouf). (?) MANOUVRIER: Le cerveau «dun Fuegien. «Bulletins de la Société VAnthropologie de Paris», 1894, p. 595—614 (un cerveau Ona). M. Manouvrier ne dit rien quant á la tribu á laquelle appartenait le mal- heureux Fuégien; mais en comparant ce qu'il dit page 596 avec l' histoire du voyage de notre Indien, narrée par le pére salésien 'J. M. Beauvoir (Pe- ueño diccionario del idioma fueguino-ona con su correspondiente caste- To Buenos Aires, 1901, p. 4 a), il y a pas de doute que s'ótait un In- dien Ona.—Note de M. Lehmann-Nitsche. VIVIg VI 44d 02SNW TI4 SAVATTVL == IL. Ten Kate, — Cerveans indiens. —Planche 1. T. VI. E. Museo de La Plata, V.LV1d Y1 40 O3ISQW “110 SAUTTIVIL "JJ OUDU Y — SUOIPUL NA) — AR DA CL 18427 9) Op Y WLV14 Y130 O3SAR 130 S3UITIVL y 31 == SS JJ AU] y —SUOIpUL XU9A0) — 018 00 “Y A O A TA “LPI E 0p OI A 0d — STO mí LI A DOSU WINTA Y1 30 OSM TALA CIAT ' A E A MS O | Planche Y Cerveanx indiens. HL. Ten Kate, Y, MI. R. Museo de La Plata, VLVT4 V1 34 03SNWK 130 SIUITIVL ed ep O A PUE] — SUIpUY YUeAJÓ) “JOY 19], “Y IIA 1 Y1eId PT aL A ls PARADOS a VIVIA V1 40 O0GSAW TA SILITIVL IA “L — 010] YY 9) 00M “Y lA opUe|d — SUOIQUL XNB9AIA) ay ay, lA IT 3 UTE EA VIVIA VI 1A OIASAW TIA SIVIATIVL "11 OUONUe] Y — SUOIpUa X1e0A109 — 003] 10 ACI "714 YT 09 09M Y VIAJE ARQUEOLÓGICO EN LA SIRENITA ISO AMECA 1902-1903 POR SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO, M. A. ENCARGADO DE LA SECCIÓN DE ARQUEOLOGÍA Y LINGÚISTICA ARGENTINA Con dieciocho láminas y un mapa Tomo XII y 6 ¡UA ji ES A El E SN A: Viaje arqueológico en la región de Andalgalá POR Samuel A. Lafone Quevedo, M. A. El Fuerte es una villa del departamento de Andalgalá. pro- vincia de Catamarca, más conocido fuera del lugar con el nombre de Andalgalá que con el propio de Fuerte, que le fué dado desde que, á fines del siglo XVI, el gobernador don Pedro de Mercado Peñalosa, habililó allí el presidio ó fuerte de San Pedro de Mer- cado, para sujetar á los Indios Andalgalas y demás pueblos de aquella región. liste hecho histórico se deduce, pero no consta de más do- cumento conocido que el que encierra la nolicia dada por Lozano en su Historia de la conquista del Tucumán (*), de que el go- bernador nombrado guerreó con las tribus del valle Calchaqui y que en el siglo posterior, cuando el levantamiento de Pedro Bohorquez, se rehabilitó el fuerte con el nombre de San Pedro de Mercado (*). Ls cosa bien sabida que los nombres españoles de los luga- res obedecían á razones personales ó del calendario romano. Acéptese ó no la hipótesis acerca del origen del nombre Fuerte, lo cierto es que su región ocupó un lugar preeminente en la epopeya de la conquista, y ello prueba que no debió ser me- nos su importancia en la época precolombiana. Los españoles prosperaron donde encontraron grupos de naciones quichuiza- das ó que habían alcanzado ya una cultura más ó menos aná- loga. A ello y á la auri sacra fames, esa sed insaciable del oro y de la plata, se debe en mucha parte que el meridiano del (*) Tomo 1V, páginas 412 y 413. Ed. Lamas. (?) Ibid. tomo V, página 184. En la página 126 ya habla del Fuerte de Andalgalá 6 San Pedro de Mercado. E E tratado de Tordesillas no sea el límite hoy entre el Brasil y las repúblicas de origen español. Il Río de la Plata se salvó de pertenecer á la corona de Portugal, porque no ofrecía cosa que atrayese la codicia de los portugueses, ni más Indios que bra- vos nómades difíciles de domar; y porque se creyó que por allí sería fácil calar la tierra y llegar á las riquezas ya medio co- nocidas del Perú. La providencia quiso que la corona de Castilla conservase la joya más despreciada de su rico hallazgo, des- preciada porque no encontraba un predecesor como en la región andina, que le facilitara la primera colonización. 1:l tiempo abrió los ojos de la madre patria á la importancia de las grandes vías fluviales que brindaba la cuenca del Río de la Plata; pero la colonización española del primer siglo de la conquista se dirigió principalmente á la región andina y allí fundó ciudades y presidios, siendo uno de los sitios preferidos aquel que hoy se llama Fuerte de Andalgalá, en que se agrupaban muchos pueblos de Indios en las márgenes regadas por el río que baja de las nieves sempiternas del Anconquija. II La villa del Fuerte de Andalgalá está formada hoy por varios barrios ó distritos que conservan los nombres de pueblos y parcialidades de Indios más ó menos absorbidos por la pobla- ción actual, en su mayor parte indígena ó mestiza. Iístos dis- tritos se llaman: 1% La Plaza ó Tucumangasta; 2% La Banda ó Julumao; 32 Huachaschi; 4% Huaco y 5% Malli. Inmediatos al norte y noroeste están Huasán y Chaquiago; más al oeste, Choya ó Ingamana; y más al este, está situado Villavil (Huillavil). Entre Huasán y Choya están dos valles poblados; el uno llámase Población, en su parte de abajo, y Potrero de Santa Lucía más arriba; y el otro lleva los nombres de Quemado y Agua Verde. Todo lo nombrado puede decirse que forma la agrupación central del departamento de Andalgalá, y se halla situado en las faldas del majestuoso Anconquija, que ahora, como en tiempo de los Andalgalas, fertiliza las labranzas de los moradores con aguas escasas; benéficas en la mayor parte del año, terribles y destructoras cuando bajan en forma de «volcán», en la época de las grandes creces. La plaza del Fuerte ocupa en realidad terreno que fué donado por los Indios Huachaschis, cuyo representante actual más an- ciano y caracterizado es Carmelo Hualinchay. Los solares fueron LN ER vendidos para costear el trabajo de la iglesia que precedió á la actual, y fué levantada á mediados del siglo pasado (el XIX). La calle llamada hoy Nuñez de Prado separa Jas tierras de Tu- cumangasta de las de Huachaschi. Tucumangasta debe su nombre á unos Indios que andaban levantados y merodeando en el propio valle Calchaqui, cuando Bohorquez pretendió hacerse Inca. Al final, los encomenderos españoles quedaron encargados de acabar de «pacificar» el valle de Calchaquí, y uno de tantos, llamado Retamoso, se trajo dos parcialidades y las estableció en tierras suyas de Andalgalá: la una fué la de estos '"Tucumangastes, y la otra la de los Inga- manas de Choya. Se deduce, pues, que las ruinas y otros res- tos arqueológicos que tanto abundan en Andalgalá y Choya deben su origen ú Indios que no eran éstos. El río de Andalgalá corre entre Tucumangasta y Julumao. sta es la parte más elevada de la villa, por lo cual llámase también el Alto. Aquí estuvo fundado el fuerte de San Pedro de Mercado y también el de Chalemín, cacique que tanto figuró en el alzamiento general del año 1632. No consta que haya habido Indios Julumaos, pero es muy posible que hayan sido una parcialidad de los Andalgalas. Al este de la plaza, desde un kilómetro arriba hasta dos ó más hacia el sud, se extiende el distrito que era y es de los Indios Huachaschis ó sus representantes, encabezados hoy por Carmelo Hualinchay, cuyo «apellido acusa el origen calchaquí y corresponde á la serie de palronímicos en ay, tan caracterís- ticos de esta región. Los Indios Huachaschis fueron visitados por los primeros misioneros jesuitas en la primera mitad del siglo XVIL (Tecno); pero es indudable que fueron expatria- dos á Huaco de La Rioja, junto con los Andalgalas, después del alzamiento del año 1632, y sino á La Rioja, al menos al fuerte del Pantano, sobre el río Bermejo ó6 Colorado que sirve de límite entre las provincias de Catamarca y La Rioja, en lo que fué en aquel siglo jurisdicción de Londres. Los Indios que se hallaban en Huachaschi los años 1806 y 1807 procedían del pueblo del Pantano y se dividían en tres troncos ó familias cuyos apellidos eran Ayosa, Cachusna y Hualinchay. Eran y son devotos de San Francisco de Asís, y como ellos donaron las tierras para la primera iglesia de la villa del Fuerte, éste es el patrón de la misma. Al pie del «pueblo» de Huachaschi y hacia el sud, se halla el «pueblo» de Huaco que, á lo que se vé, se formó de una reim- patriación de los Indios Andalgalas expatriados al Huaco de La AS Rioja después de los acontecimientos del año 1633. A principios del siglo XVII! empezaron á volverse, y se establecieron en Huaco con caciques del apellido Aballay, y con ellos otro «pueblo» de Indios Pipanacos, capitaneados por el cacique Callavi, apellido ésle que ocurre en los padrones de Indios Quilmes levantados en el conocido asiento de estos mismos Indios cerca de Buenos Aires: allí aparece bajo la forma Callaf. Al este de Huachaschi y Huaco y sud de Tucumangaslta, se extiende Malli. Documentos del año 1616, ele., nos dan á conocer que los Indios Mallis vivían en el campo del Pucará y fueron bajados al valle de los Andalgalas por Leonor Pérez, de suerte que sabemos que eran de los que ocupaban las in- mediaciones de la famosa fortaleza incásica descripta por el ingeniero Lange (') y una de varias á que pueden atribuirse algunos de los restos arqueológicos de la región del Pucará de Anconquija. Malli fué dado en merced á Francisco de Vargas Machuca, en 1705, lo que demuestra que ya habían desapare- cido los indios Mallis como ocupantes de esa zona de tierras. La familia de Vargas Machuca sostuvo pleitos con los Indios de Huaco, sobre límites, y éstos alegaban que no podían los españoles arrimarse tanto á su pueblo según lo establecido por las Leyes de Indias. Al norte de Huachaschi se hallan el Colegio que fué de los padres de la Compañía de Jesús, por donación de don Luis Díaz de la Peña, fundador del mayorazgo de Huasán; y Huasán, casa solariega del mismo, y asiento que fué de los indios Hua- sanes visitados también por los primeros misioneros jesuitas. listos fueron expatriados á Catamarca por la familia de los Nieva y Castilla y concluyeron en las inmediaciones del Hospi- cio y lugar de Allpatauca. Tecno: Hist. Par., lib. IV, cap. VL Al oeste de Huasán corren las tierras de Chaquiago, llamado alguna vez Pujllavil, y su huaico ó cañada, el río Pujllamayo. No se conocen datos de sus Indios, más como no tienen otra agua que la del río de Huasán que es la misma del río del Fuerte, es de suponer hayan sido parcialidades de los Huasanes, siempre que no correspondan á los que poblaban los valles de Santa Lucía y Quemado ó Agua Verde, que son los inmediatos hacia la parte del oeste y norte. La Población y Potrero de Santa Lucía debieran ser un gran centro de pueblos de Indios, porque aún existen los andenes, y les sirven á los vecinos que actualmente cultivan esas tierras. (1) «Anales del Museo de La Plata». Sec. de Arq., ILL. O lón la parte de abajo, ó del sud de Chaquiago y la Población, se halla el más considerable de los Allpataucas (Montón de Tierra) Ó Mounds de esta región, y en la parte de Huasán otro. Ambos fueron explorados por la expedición del Museo de La Plata, 4 cargo del señor A. Methfessel, los años 1889, 1890 y 1891, con los resultados que constan de esa documentación. De las exca- vaciones se probó que las lierras que las rodean son más ricas en restos arqueológicos que los mismos Allpataucas, de los que puede asegurarse vada tienen en común con los del Perú. Inmediato á los de Santa Lucía y Quemado está el valle de Choya, que al desembocar al llano asume el nombre de Inga- mana. A este lugar se expalriaron los Indios Encamanas del valle de Yocavil, hoy de Santa María, más ó menos cuando los Quilmes fueron conducidos á Buenos Aires, en la segunda mitad del siglo XVII. Tengo en mi archivo un legajo que acredita esta derivación de los Indios hoy de Choya. No es posible atribuir á éstos las considerables ruinas y otros objetos que allí se hallan, porque los Encamanas entraron ya como Indios encomendados y no les sería lícito fortificarse allí. Dejando el poniente, hacia la parte del naciente, baja de las cumbres occidentales del campo del Pucará un río llamado de Villavil (uillavil), el «Vil» de la liebre. La historia no nos cuenta nada de estos Indios, pero serían de la misma extirpe que los Andalgalas y Anconquijas de que escribe Techo. Aquí tenemos englobados todos los «pueblos» que sin duda formaban la población central del «Valle de los Andalgalas» en que según yo creo se fundaron las últimas dos ciudades del Barco, por Prado en 1551 y Aguirre en 1552, y la primera de Canete, por Zurita, en 1558. Ls una región que puede incluirse en un cuadrado de cuatro leguas por costado, es decir, tomando la plaza del Fuerte como centro de dos leguas á todo viento. lista incluirá hacia el sud el Allpatauca de las tierras así lla- madas, donde sembraban los Indios de más arriba en tiempo de las creces. lin toda esta región abundan los restos arqueológicos, los más de ellos descubiertos por el arado y por las crecientes que, con sus erosiones en los bordes de los barrancos, ponen de manifiesto infinidad de objetos interesantes en diferentes estados de conservación y no pocos perjudicados por el agente que los saca á luz. Il año 1903 ha sido abundante en estas creces, y por con- siguiente rica la cosecha de objetos, si bien muchos de ellos en fragmentos; pero siendo el caso que de Luropa llegan ex- A E pediciones para estudiar la arqueología de nuestra región cal- chaquina, y vista la tendencia de inventar culturas nuevas, donde acaso no se trata de más que de diferencias locales, me ha parecido conveniente iniciar una serie de estudios geográfico- arqueológicos, al objeto de presentar á los estudiantes de la materia un cuerpo de datos que les sirva para cotejo. Como con algo se ha de comenzar, me ha parecido mejor hacerlo con los resultados de mi visita al Fuerte de Andalgalá á principios del año 1903. Los objetos se dividen en dos grupos: los de piedra y los de alfarería, unos y otros pueden considerarse como representativos y me conducirán á tratar de otras curio- sidades del arte calchaquí, á saber: las allarerías draconianas, negras y grises que son grabadas, y las de colores claros que son pintadas; lo cual será materia de un segundo trabajo. 00 Los objetos hallados en la región del Fuerte de Andalgalá, descrita en los párrafos anteriores, y que pude reunir en mi viaje por esos puntos á fines del año 1902 y principios de 1903, se dividen fácilmente en cinco grupos: el primero, los de piedra; el segundo, tercero, cuarto y quinto, los de alfarería de dife- rentes especies. stos cuatro se subdividen en alfarerías grises ó plomizas (grabadas), en negras (idem), y de color (pinta- das). Todo ello, con una que otra excepción, procede de Cha- quiago, Población, Choya y Anconquija, y ha sido descubierto por las aguas en las crecientes. De las piezas en piedra hay seis, que son: un mortero hondo con dibujos convencionales, dos chatos antropomorfos, un ídolo idem y dos hachas ó toquis. Por lo general, los morteros, sobre todo los de la región de Anconquija, etc., están esculpidos en relieve, más al de la lámina IX, lo han desgastado con alguna piedra dura, 6, de nó, á cincel, con uno de esos de cobre que tanto abundan en estos lugares. De los morteros chatos, el di- midiado forma el vano del mortero con su cuerpo y el otro con lo que debió ser la cabeza. Ll primero puede haberse usado para moler maíz, para la olla; el segundo, para reducir el tos- tado á harina, y el tercero, para cosas como ají, que tanto abunda en estas quebradas y que se llama en la localidad uchuquita (*). (*) Lo hay de dos formas, uno largo y otro redondo, siendo ¿ste el pre- ferido. ls el cumbarí del Rio de la Plata. ll ídolo es uno de tantos; los hay en gran abundancia, ge- neralmente productos del alfarero, y sería uno de los personales que se enterraban ¡junto con lo demás que le perlenecía al se- pultado, su dueño. Las dos hachas son de las muchas y muy variadas que se encuentran en todas partes. stos objetos todos se relacionan con la vida doméstica, re- ligiosa y política de estos Indios. Sabido es que ellos no usaban el mortero sin que primero invocasen al numen del mismo, y gente que para cada lugar y cada quebrada tenía un llastay ó pachamama, lo tendría también para cada morlero según lo que en él estaría por molerse; y todo ello sin perjuicio del santo de su devoción, el idolillo de piedra, por ejemplo (lámina X, figura 1), y de los demás dioses más ó menos generales. Y como son dos las hachas, dos serían los caciques á quienes pertenecieran, sin perjuicio de haber vuelto á servir dos ó más veces en el transcurso de los años ó de los siglos; puesto que crecientes hubo en todo tiempo, y los indios veneraban más que nosotros estos (para ellos) frutos del trueno. Aún hoy, cualquier cosa de estas hallada por un criollo, se considera y llama su «suerte», y no pocas veces suele ser esto un inconve- niente para la adquisición del objeto. Los fragmentos de alfarería gris 6 plomiza, con pocas excej»- ciones (lámina Il, figuras 1 y 9), corresponden á Chaquiago de Abajo, en las inmediaciones del Allpatauca, montículo arti- ficial Ó mound. Este fué explorado por el señor Methfessel en una de las expediciones practicadas por el Museo de La Plata (años 1889 á 1891). Contra lo que pudo esperarse, sólo se en- contró un centro de piedra como altar, una bola de obsidiano y otras frioleras de poca monta. Lo más que se consiguió pro- cedía de los alrededores. Como se verá, en casi todos estos ejemplos los dibujos son geométricos, rara vez antropo ó zoomorfos (lámina Il, figura 10). Prevalecen los ángulos ó triángulos, las rayas paralelas ó cru- zadas, los 229-149 y escalones, los puntos y «ojos ¿maimana». I2l material, por lo general, está bien preparado y quemado, habiendo resistido la acción del tiempo admirablemente. Los útiles del grabador han sido de dos géneros, el uno romo, el otro afilado, á veces éstos agrupados ('). Posible es también que muchas de las impresiones romas se hayan efectuado con filos y no con puntas. (1) Véanse límina XVI, número 8, en que figura un cincel de pizarra. A OA ¿n los sepulcros de Chañar Yaco (') no encontré alfarería ni gris ni negra, como tampoco la draconiana de colores; las tejas de esta clase reproducidas en aquel trabajo corresponden á los alrededores de más afuera. ls de notarse también que en los andenes Óó patas de las labranzas de la Población, no hallé alfarerías negras ni plomizas, y sólo sí de las que figuran en las láminas VII y VIIL, idénticas á las de Chañar Yaco. Curioso también es que un poco más abajo, en Chaquiago, abunden las alfarerías draconianas de todas las tres especies, como se verá en el segundo trabajo. Debo advertir que en este caso la excavación personal mia no me dió resultado alguno, y que lo reunido es fruto del arado Ó de las crecientes, y muy bien podría resultar algún hallazgo que debilitase esta separa- ción de tipos; por ahora, empero, me inclino á creer que lo observado en Chañar Yaco es digno de ser estudiado, á sa- ber, que los objetos de las láminas 1 4 VI (negros y plomizos) son etnográfica ó cronológicamente distintos de los que figuran en las láminas VII y VIIL Los fragmentos de alfarería negra, han perlenecido á vasos de mérito, sobre todo los números 6 de la lámina V y 2 de la VI, pero especialmente la segunda, que en algunos de sus de- talles se parece á la figura IL, «Revista del Museo», tomo III, página 320, elc. ll primer objeto de la lámina V me fué obsequiado por el senor Santervaz, de Andalgalá, como procedente del campo del Pucará en Anconquija. Ha formado parte de un vaso ú olla sin gollete. La alfarería negra, casi toda ella, es obra de un trabajo ar- tístico y esmerado en todas sus partes. 1¿l material está per- fectamente preparado, modelado y quemado; los dibujos, en la mayor parte de los ejemplos, se han ejecutado con mano maestra que se ha valido de una punta afilada, de suerle que podrían considerarse como graffiti. 1l color negro, por lo ge- neral es retinto, y de un lustre de barniz que casi podría lla- marse de esmalte. Las piezas enteras que poseemos, y que á su tiempo se reproducirán, nos hacen conocer lo caprichoso de las formas. listos vasos negros constituyen una de las series más importantes de las alfarerías de la región calchaquí; y si no se dice más por ahora á propósito de ellas, es porque tenemos la intención de dedicarles un trabajo especial, que ilustrará y (*) «Revista del Museo de La Plata», t. HL p. 33, etc. complementará las explicaciones que acompañan á estas lúminas y dibujos de los objetos correspondientes á mi última expedición por el valle de Andalgalá. Aparte de todos estos fragmentos, tuve la suerte de hacerme de otros objetos, ó completos del todo, ó por lo menos algo más que los anteriores, de suerte que podemos hasta darnos cuenta de cómo serían algunos de los mónstruos que servían para adornar convencionalmente este género de artefactos. De los mejores es el objeto, lámina XIL, que casi parece una letera cuyo mango es la cola y su pico la cabeza. lístos dos detalles establecen que se trata de un huanaco, pero de un huanaco que en sí encierra otro ser animado, éste á lo que se vé, representa un avestruz, aunque lodos sus detalles sean convencionales. La costumbre de formar un vaso con el cuerpo de una figura zoomorfa es muy del lugar y de la época, como lo veremos en la lámina XVII; pero en este caso parece (que tenemos algo más. porque se representa una de las leyendas conservadas en el folk-lore local, la metamórfosis del avestruz en huanaco, tradición que acaso encierre en sí una otra, la del huanaco en avestruz; porque estas transformaciones pue- den ser recíprocas. El jarro, lámina XIV, y el otro, lámina XV, son ejemplos curiosísimos del arte local, y respectivamente típicos de las al- farerías gris y negra. Para coronar el catálogo de mis hallazgos, citaré la pipa de Pajanco, única de su clase. (Véase lámina XVIIL, al frente de la portada.) Le LÁMINA I Alfarería gris ó plomiza, grabada, de Chaquiago (?*/, tamaño natural): — 1. Parte de un jarro; grueso 4 mm., dibujo en zig-zag ó pata- pata, producido con dos herramientas, una de punta roma y otra afilada, en masa bien preparada y quemada. 2 y 3. Dos fragmentos de otro jarro; grueso 3 mm., adornado con griegas entrelazadas, grabadas con punta roma, de 3 mm., en masa como la anterior. 4 y 5. Dos fragmentos de una escudilla Ó puco; grueso 5 mm., orilla adornada con dibujos en zig-zag y cuadrángulos rectan- gulares, en grupos de tres, uno dentro de otro, sacado todo con filo romo, cada costado de una sola impresión, según pa- rece. La parte honda empezaría inmediatamente desde esta guarda. Masa pulimentada como en los anteriores ejemplos. 6. Parte de una fuente grande; grueso 5 mm., forma de la anterior, es decir, una orilla parada, algo inclinada hacia aden- tro en el borde. La especie de oreja puede muy bien representar una parte de cuerpo convencional como la que se ve en algunas piezas completas. 1%l adorno consta de un zig-zag, que forma triángulos alternados, y el vano de éstos va ocupado con rayas de punta ó filo romo. La arcilla Ó greda, si' algo, está mejor preparada que la de los anteriores. 7 y 8. Partes de escudillas ó pucos; grueso 3 ¿4 4 mm.; el primero saca el fondo con ángulo de la banda orillera; en el segundo éste es continuo con la banda que lleva en la orilla una cabecita por asa. 9, 10 y 12. Fragmentos de jarros; grueso 3 á 4 mm. lin el diez se advierte la clase de punta con que se han hecho las impresiones y rayas. Los grupetes de tres puntos son producidos por una herramienta dispuesta así. 9 y 12 son orilleros; 10 es del cuerpo del vaso, 11, 13 y 14. Tejas sueltas; grueso, material y ornamenta- ción como en las anteriores. (¡eamquu ouvur] %) odembeuo sp *epeqeis “sri8 eroJej]y SANOIOVOMTAINA IA AATIVL ue] — epeS[epuy op "IX OWOL — YY Id YT 9P O9SUIN 19p *A0H ANA A e 20 y 0 4) eá0y) Á oSembeyo ap *epequiS “s11S ende] [y ([v.mqvu outurr) SANOIOVOMIANA HA MATIVL II YT — PeSTepuy 9p UYISA] :OATAINÓ INOAVT “Y :S “IIX OO, — Ped YT 9p O09SNIN 19p “AD A LÁMINA Il Alfarería gris, grabada, de Chaquiago y Choya ('/, tamaño natural): — 1. Parte de escudilla ó puco; grueso 3á 4 mm. Banda ori- llera y parte de fondo. Triángulos alternos entre fajas lisas de 7 á 10 mm., aquéllos adornados con grupetes de puntos. Masa y pulimentación, la de siempre. Procedente de Choya, distante legua y media de Chaquiago. 2. Wragmento orillero de olla pequeña; grueso 3 á 4 mm. Dibujo en zig-zag rayado entre vanos lisos; el borde superior de aquél dentado como de serrucho (Chaquiago). 3. Otro como el anterior, en que los vanos llevan las rayas y el zig-zag va liso (Chaquiago). 4. Parte de jarro ú olla; grueso el de siempre; bandas de rayas que forman ángulos con sus terminaciones respectivas (Chaquiago). 5. Parte de ¡arro; grueso el de los anteriores; masa y puli- mento mejores (Chaquiago). 6. Fragmento de vaso antropomorfo; grueso 2 á 3 mum. (Chaquiago). Y y 8. Partes de vasos; grueso como el del 6. El primero con adornos en zig-zag, lisos entre triángulos, con rayas hori- zontales; el segundo con escalones, ó pata -pata lisos en fondo lleno de rayas. Arcilla y preparación usuales (Chaquiago). 9. De Choya. Interesante fragmento; grueso 3 á 4 mm. Il dibujo está incompleto. A la izquierda, dentro de un marco con grupetes de puntos, se ven partes de figuras cuadriláteras rectangulares con los mismos grupetes del marco. A la derecha se cuentan nueve rayas con que terminan otras figuras acaso análogas á las anteriores. No es imposible que se trate de figuras antropomorfas, en cual caso los cuadriláteros serían nariz, ojos y boca convencionales, y las rayas un penacho, adorno de la cabeza que sigue. Me inclino á este parecer. 10. Teja curiosa; grueso 5 mm. Una figura antropomorfa con un cuerno, pluma ó borla que le sale de la sien derecha; empuña el asta de una flecha (punta abajo). Dos bandas en cruz le atraviesan el pecho. La cara ostenta ojos y boca. Ll adorno, la cabellera, garganta, bandas, brazo, parte inferior del asta y plumas de la flecha, van llenas de rayas más ú me- nos horizontales. Compárese la teja de Tinogasta que se reproduce en se- guida con esta que es de Chaquiago. (7) 1211) = Teja de Tinogasta 11 — 14. Fragmentos de ollas ó tinajas, con los adornos usuales; grueso de 3 4 4 mm.: 11 y 13 de factura algo más tosca (Chaquiago). 15. Fragmento de olla de regular tamaño; grueso de 6 áS mm. Adorno, ángulos contenidos unos en otros que forman fajas alternadas, lisas y punteadas, siendo como éstas el fondo del que sirve de base. La parte inferior se adorna con rayas cruzadas (Chaquiago). O A. LAroNE S: de La Plata — Tomo XII del Museo Rev. TALLER DE PUBLICACIONES , grabada, de Chaquiago + , ería gris Alfar (24 tamaño natural) LÁMINA IN Alfarería gris, grabada, de Chaquiago (*/, tamaño natural): — 1. Parte de taza ó puco, más ó menos la sexta parte del todo; grueso 3mm. Masa bien preparada y quemada. Dibujo compli- cado: sobre fondo liso está una figura como una N, formada por fajas rayadas que en sus vanos contiene otras fajas tam- bién ravadas: los bordes de la primera y tercera líneas de la NY son derechos; los demás, de las fajas escalonadas, como diente de serrucho. 2 Partede olla bien trabajada, pulida y adornada con fajas, lisas unas, rayadas otras, y círculos; grueso 5 mm. 3 y 4. Fragmentos de vasos con los adornos usuales de rayas impresas ó grabadas en zig-79g; grueso 34 4mm. 5. Parte de escudilla Ó puco; grueso 6 mm. Así como eslá, parece una cruz lisa en campo rayado al sesgo de izquierda á derecha; pero la parte que falta podría modificar en algo el esquema del dibujo. 6. Fragmento de escudilla ó puco. Y. Parte de jarro; grueso 3 mm.; adorno escalones lisos alternados con otros á rayas horizontales. 8. Fragmento de tinaja; grueso 4 mm.; adorno, rombos ó losanges, mitad inferior lisa y mitad superior á rayas. 9, 10 y 15. Partes de escudillas ó pucos; grueso 5 mm. 11. Parte de olla; grueso 5 mm. Corresponde más bien á la alfarería negra draconiana; pero por su color se incluye entre éstas. Dos círculos imperfectos, y más ó menos concéntricos, hacen el papel de ojos de algo «que parece cuerpo, todo liso en campo á rayas. 12. lragmento grabado. ln la guarda una faja de líneas dobles, que corre, sube y baja, separa losanges; éstos constan de una faja con punto en el medio. 13 y 14. Partes de ollas; grueso 3 á 5 mm., respecliva- mente. 1% primero con adorno de escalones rayados diagonal- mente de derecha á izquierda en campo liso; el segundo á fajas rayadas al sesgo como la anterior. 16 y 17. Partes de ollas pequeñas ó jarros; grueso 3 mm.; adorno á fajas: la primera con éstas dobles, punieadas entre rayas y campo lisos; la segunda, fajas diente de serrucho á rayas en campo liso. E LÁMINA IV Alfareria gris, grabada, Chaquiago y Choya ('/, tamaño natural) : — 1. Parte de vaso ó jarro; grueso 3á 4 mm. In mi co- lección hay uno de estos vasos casi completo, procedente de Belén, en que se ve el esquema del dibujo. Entre dos líneas se colocan rombos á la losange; la parte inferior de éstos (un triángulo) ostenta una cara, y la superior (otro triángulo) rayas verticales, acaso la cabellera. Los vanos contienen triángulos con las mismas rayas. ln el ejemplo de la lámina, el losange con cara se encierra en otro concéntrico orlado con pequeños piguillos rayados en el mismo sentido. Sobre el ápice de la orla exterior se confrontan dos triángulos rayados, separados por un espacio liso. ln este ejemplo, como en el de Belén, los ojos y bocas son figuras rectangulares; pero la nariz en ésle va formada por dos rayas que suben á la divisoria del losange, mientras que en el de la lámina es un cuadrado. Ll interior es negro, no así en los demás fragmentos. Il borde se inclina hacia afuera como en el de Belén. Ver lámina Il, fig. 9. 2. Fragmento de olla ó jarro; grueso 2 mm. Adornos de rombos en losange y á fajas; éstas con grupetes punteados de á tres y más. Los vanos de arriba llevan triángulos tam- bién punteados, formados por líneas con la raya que separa el borde. 1% losange segundo incluye otro imperfecto. A la in- versa del anterior, este vaso era más ancho de asiento que de boca. 3. 4, 5 y 7. Estas cuatro tejas parecen partes de un solo vaso, como el número 1, de más vuelo en la boca que en el cuerpo; grueso de 2 á 3 mm. ll número 3 parece tener el arranque de un asa, lo que indica que sería jarro. Hasta donde se ve la ornamentación es de una faja rayada y otra lisa á la vuelta del borde, y bajo de éstas otras en zig-zag, lisas, cuyos ápices tocan la faja lisa. Los vanos llevan rayas horizontales. 6. Parte de otro jarro; grueso 2 mm. Como el 2 y 3 de la lámina I, lleva griegas alternamente lisas y á rayas. S. l'ragmento de olla ó aro; grueso de 2 á 3 mm. De una faja punteada á la derecha salen escalones también punteados y separados por vanos análogos, pero lisos, y todo más ó me- nos vertical; pero lo de la izquierda parece degenerar en sentido diagonal. 9. Parte de olla; grueso 3 á 4 mm. Il dibujo consta de fa- jas en escalones alternados lisos y á rayas. (peanqeu oueue] % >) (31 4 11) ed0y) op 4 (or —1) oSermbeyo op “epequig s118 PLDARJ Y SINOIOVOITENA JA MATIVIL “Al “We T — PreS[epuy 9p UQISOY :OAIAJAD ANOAV] “Y “S “IX OU1OL, — YU[J VT DP 0ISNJA [9p “A0yY EN 7N a O 10. No es parte del número 17, lámina III; grueso 3 á 4 mi- límetros. Su adorno es de fajas verticales con piquillos á rayas de izquierda á derecha. Interior negro. 11. Objeto de Choya, parte de olla; grueso 4 mm. Una faja inferior, á triángulos, todo rayado con intención de horizonta- lidad, alterna con otra superior lisa, enmalletando la una con la otra. Ll triángulo rayado incluye una figura cuadrada y rec- tangular, lisa; y el liso, otro rayado. Más abajo se desprenden otras fajas y figuras de más ó menos el mismo carácter. 12. Fragmento curioso de olla ó puco; grueso 4 á 6 mm., también de Choya. Dos fajas rayadas se encuentran en una especie de triángulo incompleto, con una figura cuadriangular en el centro, lisa; puede representar una figura de serpiente convencional. Il borde está indicado por una raya. Tomo XII y 00 = LÁMINA V Alfareria negra, grabada, de Chaquiago (*%/, tamaño natural): — 1. Objeto donado en Andalgalá como procedente de Ancon- quija (*). Grueso 4mm. Es la orilla de una olla de mucho vuelo ceñida en la boca y sin gollete; acaba con el filo que debería llevarlo. Una cabeza se distingue bastante bien, con su cuerno, ojo, lengua y cinco dientes de abajo. lísta cabeza es sólo una de tantas del mónstruo ó hidra, cuyos dos cuernos, parte del ojo y mandíbula superior, se alcanza á distinguir más abajo, como lo es también la que asoma á la derecha, y si no de ésle, será de otro igual que estaría más adelante. El fondo es el de siempre, á rayas con buril de punta. Il negro es retinto y su pulimento perfecto; pero es de sentir que falte lo más de esta pieza. Cómo debió ser el esquema de este dibujo, se verá en la taza de la lámina XV, figura 2. 2, 3, 4 y 5. Cuatro fragmentos de alguna olla de conside- rables dimensiones, como lo indican las curvas y el grueso, 4 4 5 mm. lil esquema del mónstruo es policéfalo, como de costumbre en estos vasos. No pierdo la esperanza de conseguir algunos otros frag- mentos del mismo vaso; sin embargo, se ve que una parte ha sido molida y desportillada por los mismos agentes fluviales que han motivado su hallazgo. Como artefacto puede compararse con el anterior en todas sus partes. 6. Hermoso debió de ser el lebrillo ú olla de que este frag- mento formó parte. Grueso 3 mm. Se trata de algún dragón ó hidra con dos cuernos, forma- dos cada uno de una faja negra, lisa, entre un triángulo, y otra faja todo á fondo cuadriculado. Más abajo está algo que (2) O sea Campo del Pucará. Véase lámina IX, figura 4. Los números 5 y 6 son alfarerías anúlogas de Andalgalí, distrito de Chaquiago. Il número 5, la hidra policéfala de siempre, con el ojo, el cuerno, la lengua ó flecha que pasa por el hocico armado éste de dientes á modo de sierra: según parece, la mandíbula visible da vuelta y es una prolongación de la misma. La flecha de esta segunda cabeza se bifurca, y en la base de la mandibula superior aparece algo como un cuerno. Procede de Choya; grueso 5 mm. Es parte de una olla sin gollete. Fl número 6 de la lámina IX, hocico dentado con base de flecha, es parte de un puco ó escudilla; de factura fina, negro sólido en toda la masa; vrueso de 3 ú 4 milímetros, porque varía. (Jeampeu ou osenmbryo »p *epequiS e1S9u ere y SANOIOVOMTENA AA YATIVL (p *5y “XT vururer osea A) T "UT — PIeS[epuy 9p UQISO] :OAIAINÓ ANOAVT “Y 'S “IIX OO L — UJY[J Y] 9p O9SNJN 19P “ADYH puede representar la cabeza ó cuerpo del mónstruo; éste liso; los adornos cuadriculados y parecidos á las manchas de las serpientes 6 dragones. Il tamaño, sin duda, era considerable, y la boca la parte más abierta. Como trabajo es de la calidad de los anteriores; más su color, hacia la extremidad izquierda, no tan uniformemente negro. O LÁMINA VI Alfareria negra, grabada, de Chaquiago de Abajo (*/, tamaño natural) :— 1. Parte de escudilla ó puco; grueso 2 á 3 mm. Orilla incli- nada hacia afuera y adornada con serpientes de cola enroscada y ocho manchas á rayas, cinco de ellas cuadriculadas. lxisten otras más completas. 1%l negro, inferior al número siguiente. 2. El objeto más curioso de todos estos fragmentos. Grueso 4 mm. Se trata de algún ser monstruoso, del tipo peruano, que debe compararse con el de la lámina IX, figura 5, en que se ve el mismo cuerno pequeño que corona una mandíbula den- tada. La cabeza antropomorfa está en contacto con un cuerpo á todas luces de serpiente ó dragón ó hidra, nombre éste que tal vez convendría mejor á los mónstruos dibujados en estas alfa- rerías. A la derecha asoma algo como trompa ó cola de otra figura, sin que se pueda saber si es continuación de nuestro hombre serpiente Óó si corresponde á alguna otra combinación del esquema del diseño. La corona de la cabeza lleva un ador- Base de un falo no enmalletado de dos con círculos cuadriculados (el de la de- recha 3, 1 y 1) y uno del fondo liso. Más abajo tenemos á la derecha algo como boca, que lleva cuatro muelas y dos col- millos, todos cuadriculados, con su cuerno ó nariz así, sobre un triángulo liso, lo cual nace de un ojo ¿maimana 6 sean dos círculos concéntricos, que en un dibujo peruano, del «Perú» de Squier, es base de un falo (). Atrás de esto, están dos círculos () Ver «Perú» por Squier, pág. 18s. (peumpvu ouvue] 5) osembreuo ap *epeqeiS e1S9U eJ1oJey] y SINOIOVOVIMNd AA YA TIVL "IA “We — PIPS[Opuy 9p UQIZO) : OCAIAJN) ANOAVT “Y :S “I[X OWOL:— YPPIA YT 9P 09SNUIN [OP *AdY = UN = cuadriculados en fondo negro que separan los cuadriculados de la nariz y de las cejas del resto de la cara; en ésta se coloca un óvalo formado por una faja á cuadros que encierra otro más pequeño, pero liso, el cual forma la niña del ojo. La boca, con sus dos muelas, dos colmillos y dos adornos, cuyo objeto no se trasluce, están también cuadriculados, y otro tanto se dirá del cuerpo de la serpiente que encierra círculos á fajas lisas sobre el fondo ya descripto. Como artefacto es de lo mejor que se conserva en esta clase de alfarerías, y debe considerarse como una prueba del con- tacto artístico del Perú con la región Calchaquina. 3. Fragmento de otra fuente ó lebrillo; grueso 3 á 4 mm. Formaba parte de la boca que, como el anterior ejemplo, se abría hacia fuera. ln tamaño debió ser algo menor que el anterior, porque el arco es más cerrado. El adorno consta de un animalejo entre mono y diablo, según nos lo dan á cono- cer los artistas. lel cuerpo, ete., está cuadriculado; pero el ojo, la cresta, ceja y labio, como también la faja ovalada del cuerpo quedan lisos, acentuando así su separación de lo demás. In frente tiene una faja de arriba abajo con rayas diagonales cruzadas, y bajo de la cola algo muy parecido á aquélla, que muy bien puede ser el principio de otra faja. 4. líste curioso fragmento, cuyo grueso es de 2 á 6 mm., contiene unas figuras convencionales que se pasean en frente de algo parecido al asta emplumada de una flecha parada punta abajo. A la izquierda, está una ova cuadriculada con seis tentáculos de los que los tres que se ven terminan en patas de perdiz. A la derecha de ésta se ve otra figura conven- cional. 5. Parte de una escudilla ó puco; grueso 3 á 5 mm.; el asa está formada por dos brazos uno sobre otro en orden. Sólo se ve el comienzo de un adorno y fin de otro, grabados como el de los demás. =— "DA = LÁMINA VII Alfarería pintada, de Chaquiago de Abajo y Choya (*/, de tamaño na- tural):— 1. Parte de taza ú olla pequeña, más bien puco; grueso 3 mm. Bien amasada, bruñida y quemada; fondo bayo claro; dibujo negro que representa parte de un dragón; á la niña del ojo, en el campo, rodea una faja negra concéntrica, de la que nacen dos orejas Ó cuernos, y dos mandíbulas, cada una con las dos muelas y un colmillo como siempre. De la parte inferior del ojo cae una faja que se comunica con otras dos orejas Ó cuernos. Este fragmento formaba parte del labio ú orilla del vaso. 2. Pico de botijuela, procedente de Choya. Objeto de origen sospechoso ('). In la colección Methfessel hay dos más y yo conservo otro, en mejor estado, de los mismos. En la repro- ducción está boca abajo, al objeto de colocar bien la cara con su nariz. ln el caso de ser indígena hay que confesar que es de factura admirable; pero también se nota una simetría mo- derna y algo que acusa rueda ó molde. 3. Un asa de lebrillo ó fuente; grueso 3á 5 mm. La forma una cabeza de quirquincho, el armadillo local, por medio de dos bordes en relieve en que están pegados ó modelados los ojos, cada cual con su niña como hueco. Del hocico, á igual dis- tancia de los otros dos, arranca un tercer borde que figura la nariz y acaba en la frente, indicado por una raya negra, de- bajo de la cual están las bases de lo que debieron ser ore- jas, que han sido tronchadas. A 25 milímetros de la citada raya se halla otra, y entre la primera y el hocico adornan el campo dos órdenes de rayas Ó pinceladas negras, que se re- piten hacia atrás de la raya frontal. Este objeto, como el nú- mero 2, está hoca abajo. ll parche negro con goteras del otro lado de la raya frontal, puede compararse con los dibujos del fragmento número 4, de Choya. Material bien elaborado; color bayo claro; pintura negra algo desmayado y sin barniz. 4. Teja de Choya; grueso entre 6 á 9 mm. Probablemente parte de algún puco ó taza, tapa de tinaja. Pintado por dentro y fuera, siendo interior la parte reproducida. El triángulo del campo contiene dos figuras, como la que se ha indicado en el número 3, la una de siete, la otra de cuatro puntas. lín el re- (*) Para mí son picos de porongos modernos. SINOIOVONIANA AA YATIVL É E pl "IA “We — PIeSIUpuy 9p UOISOY :OGIARNÍ ANOAVT “IX OU1OL, — VIYI[A YT DP 09SNIN 19P “ADN verso aparecen unas rayas gruesas cruzadas sobre un fondo pintado blanquizco. 1 fondo general es el del material bayo, algo tosco, pero no mal preparado. Choya está como á seis kilómetros de Chaquiago hacia el noroeste. 5 y 6. Dos fragmentos de linaja; grueso de 3 á 5 mm. Por su factura, posible es que pertenezcan á dos originales, por- que el número 5 está mejor quemado y amasado que el 6, y los lagartos no responden exactamente al mismo tipo. Ambas ollas han sido adornadas con series de estos reptiles, usí como en otros casos se han valido de figuras convencionales de hom- bres tratados en la misma forma. Sospecho que estos dos frag- mentos no correspondan á los demás en cuanto á su origen, ya sea cronológica, ya étnicamente. Y. Es un fragmento de puco ó plato con borde adornado á rayas; el grupo completo es de seis, del que á la derecha nace algo que no se alcanza á distinguir; pero á la izquierda acaba otro grupo en lo que parece ser un pico de cóndor ú otra ave de rapiña. En el interior, se dibuja una de esas S tan cono- cidas en los petroglifos de la región Calchaquí, de la que se desprenden cuatro goteras ó lágrimas, según mi interpretación. Como artefacto, la pieza es de las mejores. Su color, bayo sucio; el negro, pálido. Está bastante -bien bruñido. — 906 — LÁMINA VIII Alfarería pintada, de Población y Chaquiago de Abajo ('/, de tamaño natural): — 1; Asa de una olla ó puco. en figura de murciélago; grueso entre 4 4 5 mm. Material fino, bien asado y bruñido; color bayo claro. Interior de ojos y orejas y filo de la nariz de ne- gro, como también el doble collar de que se desprenden ocho y seis pendientes respectivamente. Iste repugnante animalejo figura mucho en la alfarería local. 2. Fragmento de tinaja; grueso entre 6 y 7 mm. Bien ama- sado y quemado, y pintado de colorado con dibujos negros, á lo que se distingue, en líneas que hoy llaman art nouveau, con espirales, puntos y rayas cruzadas. 3. Otra teja, de factura parecida á la anterior, pero de color bayo claro con dibujo parecido al de la taza número 2, lá- mina XIII, pintado de negro con rombos mayores que inclu- yen otros menores á rayas cruzadas separados por fajas del fondo. Grueso de 6 á 7 mm. 4, 7, 9, 13, 14 y 28. Partes de pucos (escudillas ó tazas) Ó de ollas pequeñas; grueso entre 3 y 5 mm., del tipo de Cha- nar Yaco, es decir, fajas en zig-zag entre triángulos negros sobre campo colorado ó bayo obscuro ('). Escudilla ó taza del tipo de Chañar Yaco 5 y 10. Partes de otros dos pucos, tazas ú ollas, también tipo Chañar Yaco, que, sobre un fondo rojo ó bayo obscuro, llevan una faja en zig-zag de triángulos con peines, Ó si se quiere con chorreras de á tres ó cuatro. Ver Huacas de Chañar Yaco. Factura etec., como las anteriores; grueso 4 mm. 6. Fragmento en cuatro colores; el bayo sucio de la urna, (1) «Revista del Museo de La Plata», tomo TI, páginas 42, fig. 5f y 49, figura 17. Rev. del Museo de La Plata — Tomo XIL S. A. LAFONE QUEVEDO: Región de Andalgalá — Lam. VIII. 28 TALLER DE PUBLICACIONES Alfarería pintada de Población y Chaquiago (8) (2% tamaño natural) NE el negro del principal dibujo, el blanco en que se lucen las dos rayas y el rojo de la raya inferior. Grueso 41mm. 8. Parte de un puco ó escudilla de Chaquiago de Abajo; órilla exterior adornado con romboides á puntos ú ojos ¿úmai- mana; hay un embrión de asa. Grueso 3 mm. 11. Teja de botija ó garrafa, tipo peruano; grueso 5 mum. Material bien preparado, bruñido y quemado. Sobre fondo rojo está una faja baya, que sin duda baja del gollete al fondo y que, entre dos líneas negras, tiene al sesgo unas guardas de siete puntos entre dos líneas, de las que tres están casi com- pletas y dos más indicadas. lósta, y el número 25, muy bien pueden ser importadas. 12. Parte de pueo, con dibujo entrelazado, tipo común de toda la región; grueso 4 á 5 mm. Factura la de siempre, y lan perfectamente bruñido que parece barnizado. 15. Asa de un puco ó plato en forma de cabeza de lechuza; grueso 4 mm. Color rojo. De los ojos se desprenden dos cho- rreras negras. color que también cubre los párpados que, como la nariz, están de relieve. 16. Parte interior de puco, siendo pintado también el exle- rior. Grueso 4 mm. Pertenece á la generalidad de los objetos tipo Chañar Yaco. 17 y 19. Dos tejas de vasos que, por la magnitud de las rayas Ó fajas, debieron ser de algún tamaño. lín tipo y factura corresponden á las anteriores. Grueso 3 4 4 mm. 18. Parte de puco ó taza; grueso de 6 4 7 mm. I“xterior ro- jizo y bayo; interior de la quebradura, gris. Dibujo exterior, griega negra sobre rojo. 20. Objeto de la Población (*); grueso 5 mm. Factura y lus- tre de lo mejor. Sobre fondo rojo, parte de una faja «diente de serrucho». Ver 1, 2 y 3, lámina IX. 21, 23, 24, 26 y 27. Torteros ó muyunas de husos ó pusch- canas de hilar, todos cinco de alfarería; 21, 24 y 27 correspon- den á tejas utilizadas con este objeto; 23 y 26 han sido hechas exprofesamente, ó al menos, en cuanto al 23, adaptado con mucha intención á fuerza de raspar el dibujo en superficie plana. In este ejemplo, el agujero se ha perforado en el cen- tro de una cruz, y los cuatro vanos se llenan con dos trián- gulos cada uno de lados paralelos entre sí y con los brazos de la cruz. El número 26 ha sido amasado ya con este destino. Triángulos sin simetría, y con puntos, separados por tres líneas que debieron ser cuatro, se reparten lo de arriba del tortero. (*) La Población se sigue de Chaquiago al oeste. 08 = LÁMINA IX Mortero de piedra de Chaquiago y alfarería negra, grabada, de Choya, Chaquiago y Pucará (*/, tamaño natural): -— 1, 2, 3. Las tres caras del mortero de Chaquiago en la re- gión de Allpatauca. La piedra es volcánica y muy pesada, llena de agujeros, como si hubiese contenido glóbulos de aire. Il es- quema siguiente da á conocer el dibujo convencional en toda su extensión. Las incisiones son como de 2 mm. de ancho por 5 mm. de hondo. Ub Esquema del dibujo del mortero Partiendo de la derecha, tenemos un banco bajo con una media luna en la línea de arriba. lísta media luna la encon- tramos en los petroglifos, y parece que también forma la base de muchas cabezas antropomorfas en la alfarería, etc. A la 1z- quierda, después de una depresión que acentúa el primer banco, se levanta otro que alcanza el nivel de la media luna. Iíste, mediando un intervalo deprimido, tiene al frente un guanaco figurado convencionalmente por una cabeza y dos es- calones que, con la línea del frente, forman el cuerpo. Espalda con espalda de éste se levanta algo como el ala de un Sur? (avestruz), que acaba en media luna, y se sabe que puede ser la tal ala, porque adelante tiene el cogote y cabeza de esta ave, y porque en la alfarería gris tenemos ejemplos de este modo convencional de tratar á estas figuras zoomorfas. A lo que se ve, es un ejemplo de esa metamórfosis entre Suri y Huanaco del que otro es el objeto reproducido en la lámina. ll hecho tiene su explicución en el folk-lore de aquella región. ll espacio concluye con otro banco y su media luna, que acaba en cogote y cabeza de Suri. 1l primer arranque del banco es un pie de dos dedos. 4, 5 y 6. Véase la descripción que acompaña á la lámi- na V, á propósito del número 1. (qeamyeu ounun] 5) (9) oSeinbeyo op A (cs) eLkoy) ap *(+) vaeong op epeqeS elSou enosezy A “(g*7 *1) oSembeyo ap eapord op 013110] (8 SANOIDVOITANA JA Y "XI “Ut — PIeSpepuy ap u INOAVT “Y “S “IX OO L — UPPIJ UT AP O9SNJA 19P “Ad SANOIO9 VOTAN AM UAATIVL (¡empeu ouvwur] % osembeyo ap espard “Ue — Pes [upuy 9p UQISAY : OAIAANÍ INOAV] “Y 'S =p somÍqo TIX QUO, — VIVIA YT 9P O9SNIA 19p “ADN OO ee LÁMINA X Objetos de piedra de Chaquiago (*/, tamaño natural): — 1. Idolo de piedra (11 por 9 em.), Chaquiago. Sobre la mol- dura que representa las cejas está la frente con esa hendi- dura característica de muchas de estas cabezas. A la derecha de ésta, figura rayado un cuadrado del que caen seis goteras á la ceja, y á la izquierda otro con cuatro de las mismas. En una y otra extremidad se advierte algo que es ó una borla ó una oreja. De las cejas abajo están los ojos, y entre éstos la nariz con su raya medial. Carece de boca. Los brazos son dos fajas, sin manos, que se juntan sobre la ingle. Las piernas son embrio- narias, cosa muy usual en esla clase de objetos. El reverso sólo tiene unas rayas en zig-zag que bajan de la otra que es continuación de la que señala la frente. 2. Mortero chato antropomorfo (19 por 13 cm.), en que el alveo del mortero ocupa toda la parte intestinal. La cara con- tiene ojos, nariz, boca, orejas y garganta. Los brazos son em- brionarios y encierran las tetillas. De hondo tiene 2 cm. y de grueso otros tantos. Este tipo de morteros es algo común en la región Calchaquí. El reverso es liso en todas sus partes. Procedente de Andalgalá. 00 LÁMINA XI Objetos de piedra de Población, Chaquiago y Huasán (*/, tamaño na- tural): — 1. Hacha ó cuña de piedra, procedente de la Población, de las que suelen llamarse toqué y que deben considerarse como símbolo de autoridad. Cargado, con su correspondiente cabo, era una especie de cetro, y, si bien serviría para defensa en casos extremos, más bien se usaban para dar el primer golpe á la víctima Ó prisionero. Si hemos de apreciar la importancia del que la llevaba por el tamaño del hacha, debió el cacique ser de los más subalternos. La cabeza se forma por algo como un rollo que lleva otros dos menores que le sirven de adorno. Una garganta como de un centímetro separa la cabeza del cuerpo de la cuña. La pieza está pulida y bastante bien con- servada. La piedra es compacta y obscura. 2. Esta hacha, hallada en Chaquiago, se diferencia de la otra en ser de piedra más dura, mayor en tamaño y de cabeza zoomorfa; la depresión de la garganta tampoco es continua como en la anterior; su forma es más elegante y más abierta de abajo. No está muy claro á qué animal representa la ca- beza, porque tan puede ser de murciélago como de huanaco. 3. Un mortero pequeño, cuyo reverso lleva cara convencio- nal de hombre. De la frente y cejas nace la nariz que separa dos bultos pequeños que sirven de ojos; más atrás de éstos están las orejas y más abajo la boca, que ya en sí figura otro mortero diminuto, con borde bastante grueso y continuo que representa los labios. liste objeto es de Huasán. Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. S. A. LaroNE QueveDO: Región de Andalgalá — Lam. XI. TALLER DE PUBLICACIONES Objetos de piedra de Población (1), de Chaquiago (2) y de Huasán (3) (4); tamaño natural) Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. S. A. LaFONE QUEVEDO: Región de Andalgalá — Lam. XII. TALLER DE PUBLICACIONES Alfarería tricolor de Huasán (8/7 tamaño natural) EA Wa ME as e DU ñ on Ñ Í ¡ ¡ENRRA Ñ ' mi 4 1 a . 1 da ica A 1 : e a E y DI O ' ' ¡ ñ Ñ ñ Ñ uN Ú ñ Ml A ve vol Ñ 1 0 ñ Un = W l E 1 Uf y y 1 y Ñ 1 ¡ ¡ 1 , Ñ E) . ' Ad ] Ke ES Ñ = 0 = LÁMINA XII Alfarería tricolor, de Huasán (*/,, tamaño natural): — ll objeto reproducido en esta lámina es curioso en lodo sentido. lis un vaso como olla que representa la metamórfosis de un sur? ó avestruz en huanaco. A primera vista parece una pavita de hacer hervir agua, siendo su pico la cabeza de un huanaco y su asa la cola. ll cuerpo de la olla lo ocupa un ave convencional con intención de ser susi, y que mira en sen- tido inverso del huanaco. Las alas son unas rayas que nacen del cuerpo y éste va dividido en dos partes por un diafragma vertical que separa un adorno en dos secciones simétricas, como de peines, de dos colores entrelazados. Las patas son convencionales, formadas por dos ganchos con cuatro dedos más alrás. Un cuello algo corto conduce á un círculo que en- cierra á otro concéntrico con punto en el medio y que sirve á la vez de cabeza y ojo. ll pico, como se ve en el reverso, es de loro. Los colores son tres: el negro, el plomizo, represen- tado por el blanco en la reproducción, y el bayo del fondo, que es el natural de la alfarería. Il gollete consta de los tres colores en triángulos allterna- dos entre fajas negras, dibujo común en esta clase de objetos, sobre todo en los de factura fina y simétrica como lo es éste. Fué hallado cerca de Huasán, é indudablemente es uno de los objetos más curiosos de mi colección. — 109 = LÁMINA XII Alfarería tricolor, de Pilciao y Huasán (') ó Chaquiago (*'/, tamaño na- tural):— 1. Fragmentos de una taza ó puco de tres colores: negro, rojo y bayo, hallado en el campo de Pilciao, al sud del fuerte de Andalgalá. Alfarería fina, bien amasada. Las rayas y cru- zados rojos van sobre fondo bayo amarillento claro, y los trián- gulos que forman la guarda central son negros. 2. Taza hallada cerca de Huasán, ó mejor dicho en Cha- quiago, que explica las formas de la anterior. ln vez de rayas rojas cruzadas, tiene de adorno ¡jaqueles del mismo color. ls una pieza elegante y simétrica, de factura fina como la anterior. (*) Muasán y Chaquiago se tocan y se hallan este y oeste. Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. S. A. LAFONE QUEVEDO: Región de Andalgalá — Lam. XIII. TALLER DE PUBLICACIONES Alfarería tricolor de Pilciao (1) y Huasán (2) (24 tamaño natural) 7, del Museo de La Plata — Tomo XII. Jarro de alfarería gris grabada de Chaquiago (2% tamaño natural) . A, LaArFON EVEDO: Región de Andalgalá — Lam. XIV. TALLER DE PUBLICACIONES — 103 — LÁMINA XIV Alfarería plomiza, grabada, de Chaquiago (*/, tamaño natural):— Jarro de alfarería gris, grabado con instrumento algo filoso, hallado en Chaquiago de Abajo. Grueso 2 mm. La lámina ha salido invertida. Un ser antropomorfo, de cola muy larga y desproporcionada. brinca sobre alturas con andenes. No es imposible que la intención del artista haya sido representar la Pachamama, Llastay 6 Numen Loci de las alturas, al que ofre- cían siempre algo aunque no fuese más que una piedrita, ori- gen de las apachetas ó montones de piedras en los portezuelos, porque de una caída á otra se mudaba de Llastay, como lo indica la misma voz: «ll del Lugar». Véase la lámina XVI, nú- meros 4, 6 y 8, en que se reproduce algunos de los instru- mentos, cinceles, ó lo que sea, con que hacían esta clase de grabados. — 104 — LÁMINA XV Alfarería negra, grabada, de Huasán (“/, tamaño natural): — 1, 2, 3. Anverso, medio y reverso de una taza en alfarería negra grabada, procedente de Huasán ó sus inmediaciones. Il grueso es de 3 mm. Il dibujo es negro sólido, sobre fondo rayado verticalmente con punta aguda, sin perjuicio de que á veces se desvíe de lo vertical hasta el grado de pasar á hori- zontal. ll esquema del dibujo se reproduce en la figura que sigue: Esquema del dibajo en el jarro In ella se ve que éste consta de dos figuras convencionales como corazones. Del de la izquierda nacen: 1% una cabeza principal de dra- gón ó hidra, cuyo labio inferior se prolonga hasta formar otra cabeza que, vuelta hacia atrás, va á reunirse con otra tal que nace de la raiz del pescuezo; y 2% una cola que se bifurca en dos cabezas. A media cola nace una tercera cabeza, de la len- gua de ésta una cuarta, y de la raiz de la cola, hacia abajo, una quinta. Todas las cabezas llevan un asta ó cuerno; las siete menores, dentadas y con ojo sencillo; la principal con lengua partida, cuerno auxiliar y ojo complejo dentro de dos círculos blancos. Del corazón de la derecha nacen también cabeza y cola. Ln este caso, los dos labios se prolongan y forman sus cabezas; la inferior que se retuerce, para encontrarse con la que en este caso también nace del pie del cuello. La de arriba se ve ala- jada por el cuerno. La cola se contenta con la bifurcación en dos cabezas y más la que sale del pie de la misma. I:stos mónstruos policéfalos son muy típicos de las mejores piezas de esta clase de alfarería, como se verá cuando pase- mos á reproducir los mejores ejemplares que figuran en las varias colecciones de este Museo. Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. S. A. LaFONE QUEVEDO: Región de Andalgalá — Lam. XV. TALLER DE PUBLICACIONES Alfarería negra grabada de Huasán (7/4 tamaño natural) — 105 — I“ste objeto se halla en buen estado de conservación y nos ayuda á comprender el esquema de la ornamentación que co- rrespondía á los vasos de que formarían parte los fragmentos 4, 5 y 6 de la lámina IX. ¿De dónde inventarían estos hombres ideas lan extrava- gantes? Sabemos que el indio era escaso de imaginación, y que, por lo general, reproducía lo que veía y no inventaba. ls, pues, como para creer que la idea de la alfarería draconiana les vino de afuera. Tomo XII 8 —= 106 — LÁMINA XVI Objetos varios de Chaquiago de Abajo (tamaño natural): — 1. Idolo de greda, tosco, de sexo femenino, sin brazos y con piés rudimentarios. Narices, ojos y cejas en relieve; la boca apenas indicada con una depresión que no se distingue muy bien. La barba está desportillada. In todas partes se en- cuentran estos idolillos y son de tipos variadísimos, porque los hay pallta uma, de cabeza ancha, y gaytu-uma, de cabeza an- gosta, lo que demuestra que en esta región también se tenía en cuenta la diferencia entre los dos tipos craneológicos. 2. Un huacanquí 6 amuleto, de amor. Por lo general son de alguna piedra cristalina, de color blanco, simétricos y de bella forma. Este es de una piedra obscura y ordinaria, y aunque más blanda que las olras no por eso ha logrado el artista igualarlas en la perfección de su obra. (Ver lámina XVII, número 8.) 3. A primera vista parece como si fuese un idolillo de greda, con brazos rudimentarios, al que le falta el cuerpo; pero bien examinado, resulta más bien ser una de esas asas antropomorfas con que adornaban muchos de los vasos. Ojos, nariz y boca están bien indicados, y de los primeros nacen tres rayas, adorno muy común en figuras de esta clase y que ha sido variamente interpretado. Lo probable es que algo len- gan que ver con algún símbolo acuático. 4. Un cincel de cobre, de los muchos que se hallan en la región Andalgalense y de todos tamaños. Los hay menores aún, y algunos hasta de 50 cm. de largo. Muy posible es que haya servido para trazar los dibujos en las alfarerías negras, porque para ello se requerían punlas agudas y filos como el de un instrumento de metal. Su mayor anchura, en una punta, no excede de 5 mm. 5 y 7. Dos torteros de huso de hilar, llamados muyunas en la lengua local, voz derivada de la lengua del Cuzco, gene- ral en esos lugares, sobre todo en los dos últimos siglos del coloniaje. Il número 5 tiene por adorno una eruz poco simé- trica, con tres ó cuatro rayas que nacen de los brazos de la misma. ll reverso y costado son lisos. Il número 7 es más grande y adornado con más esmero. Cinco ángulos forman una estrella de cinco picos y cada uno do aquéllos encierra tres más paralelos á los primeros y entre sí, no lodos demasiado simétricos, pero «ue concluyen en Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. S. A. LAFONE QUEVEDO: Región de Andalgalá — Lam. XVL TALLER DE PUBLICACIONES Objetos varios de Chaquiago de Abajo (Tamaño natural) MD — 107 — una raya que da vuelta por la orilla del tortero. liste liene unos 14 mm. de alto de los que siete sirven de base y los otros siele forman un cono truncado en el punto en que penetraba el huso. La base lleva un adorno de losanges menores dentro de otros mayores, y en los vanos unos medio losanges, todo ú rayas grabadas con instrumento de filo. Ambos objetos son de alfarería y proceden de Chaquiago de Abajo. 6. Objeto curiosísimo en piedra obscura pizarrosa. Si no ha servido de amuleto, ó huacanqui, puede haberse usado para ha- cer rayas é impresiones en la alfarería gris ó plomiza. La parte superior tiene una hendidura que pasa al reverso y hace cruz con la primera raya que da la vuelta entera, no así la 2, 3, 4, 5, 6 y 9. Entre la 3 y 4 hay tres hoyos y uno entre la 4 y 5. Por lo gastado de la parte superior del reverso puede haberse usado como pulidor de objetos de alfarería. 8. Cincel de pizarra color verdoso claro. No se comprende que pueda haber servido para otra cosa que no sea producir los dibujos en la alfarería plomiza ó rojiza; para la negra sólo podía servir punta ó filo metálico ó alguna piedra cristalina de mayor dureza que este cincel. Los cinco hoyos del anverso se reproducen en el reverso pero dispuestos en otra forma, así: o léste útil es muy parecido á los cinceles de bronce tan comunes en toda la región calchaquina y sobre todo E en Andalgalá. 9 y 10. Piedras redondeadas artificialmente para servir de núcleos á boleadoras ó líbes de tres. La 9 es casi redonda, la 10 achatada. De éstas se encuentran muchas y de lodos tamaños. 11. Fragmento de alfarería en forma de cabeza pallta-uma (deformación ancha del cráneo). Ióste objeto ha estado adherido por la garganta á algún vaso pequeño como se ve por la di- rección de la fractura. Los ojos y boca han sido impresos por un instrumento como el cincel de bronce. La nariz y' cejas están en relieve. Esta cabecita es una fiel reproducción de la deformación artificial llamada pallta-uma. o OS LÁMINA XVII Alfarerías varias de Chaquiago, Huasán y Choya (*/, tamaño natural): — 1. Gollete antropomorfo de una tinaja de las de tipo esférico. Grueso entre 4 y 6 mm. Alfarería baya con pinturas negras. Ojos, nariz y orejas en relieve. De cada ojo caen cuatro lágri- mas negras. Procedencia Chaquiago de Abajo. 2 y 2. Fragmentos de alfarería negra, grabada. Procedencia la misma. 3,3 y 3 Tres fragmentos de un vaso gris, grabado con cin- cel de punta aguda como los negros. Grueso entre 3 y 4 mm. 4. Parle de un vaso negro, grabado. La figura de la hidra parece algo más caprichosa. Grueso 4 mm. Procedencia Cha- quiago. 5. Parte del labio de un gran lebrillo ó fuente. Grueso 6 mm. Factura admirable en todo sentido. lín la parte del asiento dis- minuye el grueso á 4 milímetros. La figura representa el ojo y boca de uno de esos mónstruos acuáticos á que yo he dado el nombre de dragones ó hidras, y de que se tratará más ex- tensamente en otro trabajo. Procedencia Chaquiago. 6. Curioso idolillo con piernas y brazos embrionarios. 1% adorno es de rayas y puntos. Nariz, ojos, manos y piés, en relieve. Procedencia como los anteriores. 7. Idolo de la Población inmediata á Chaquiago. Por su tipo corresponde á los pallta-uwma (cabeza chata 6 ancha). Los ojos, cejas, nariz (continuación de ésta) y pera, en relieve. Dos de- presiones señalan la separación de los párpados y otra la de los labios. Los brazos faltan; pero se ve que han sido, como las piernas, embrionarias; lo común en estos ídolos familiares. 8. Un huacanquí ó amuleto de calcedonia. Le falta una punta, pero cuando completo ha sido simétrico, como tantos otros de este mismo tipo. Procedencia Huasán. 9. De Choya. Amuleto de collar, de calcedonia, como el an- terior y simétrico. 10. De Chaquiago. Un aro, segmento de un tubo de piedra. Dos cuentas de malaquita azul, y un amuleto del mismo ma- terial, verde. (rempeu out] (6) e£oyo ap £ (8) ueseng ap *(o1 £ Z—1) oSembeyo 9p SerIea SertoJej[y SINOIOVOMIINA JA YITIVL IIAX “Ut — PreS[epuy 9p UQIS0y :OdIAANÍ ANOAV] “Y *S “IIX OWOL — YUI YT 9p O9SNIN [9P *A9y] mm ¡ Ñ 1 y ' ñ j 10 m| y Ñ | y y DN 1 0% Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. S. A. LAFONE QUEVEDO: Región de Andalgalá — Lam. XVIIL TALLER DE PUBLICACIONE: Pito en piedra sapo, de Tuscamayo cerca de Pomán (casi tamaño natural) — 109 — LÁMINA XVIII Pito en forma de Quirquincho (') (lunaño natural): — Objeto tallado en piedra sapo, con bastante arte y nalura- lidad. Fué hallado en el campo entre Pajanco y Tuscamayo, cerca de Siján, departamento de Pomán. Quirquincho (Dasypus vellerosus) es el nombre vulgar de los edentados, en toda la región calchaguina ó andina de Catamarca; pero la verdad es que el tal objeto sería más bien una reproducción del «peludo» (Dasypus villosus), que en la actualidad no se halla en aquellos lugares. La forma triangular del escudo frontal, los diez anillos (vice ocho del peludo), los cinco dedos de las manos y los piés, las orejas pequeñas, etc., todo apunta más bien al peludo que al quirquincho como original. Ls un trabajo artístico y hasta el color de la piedra condice con el de estos animalitos. Colocada en postura natural, es decir, de pie, el cuerpo descansa sobre una base redonda, muy curiosa, cuya razón de ser, recién se explica al volcar el objeto y ponerlo boca arriba; porque así se ve que es la taza de un pito de pitar tabaco que se comunica con la punta de la cola mediante una perforación de 88 mm. Las manos y los piés con sus cinco dedos y en bajo relieve, nacen de la base de la copa ó taza, con los dedos que apuntan respectivamente hacia la cabeza y cola. La taza exteriormente parece un cono truncado de poco más de cinco centímetros de diámetro, y por dentro el cono se com- plela, menos la punta donde se comunica con la perforación del pito. Ll punto interesante es el siguiente: ¿será este objeto propio del lugar ú6 habrá sido conducido allí de otra parte? No me consta que por allí haya piedra sapo, aunque antigúedades de esta materia se descubren en toda aquella región. Yo me in- clino á creer que éste, como algunos otros, son artefactos im- portados, si bien de la época pre-colombiana. Este comercio en obras de arte es cosa algo más que sospechada en toda la región Riojano-Catamarcana, para no extendernos más allá, y á esto se debe que aquí y allí damos con objetos que se pueden clasificar como de Calingasta y aun del mismo Perú, á la par de mucho que á todas luces corresponde á tipos locales. 1%l ojo artístico es propiedad del mundo entero y ni entre los pueblos (*) Véase la portada al frente. — 110 — salvajes falta quien se haga de una prenda que valga, que la sepa apreciar, y que la conduzca ásu hogar, donde á su tiempo pasaría á ocupar su lugar correspondiente entre los enseres de algún ajuar sepulcral, para después, á los años, siglos ó milenios, figurar en los estantes de alguna colección de Museo. Con esta lámina, que como tal nos sirve de frontispicio, concluyo la relación de uno de mis paseos arqueológicos por la región de los llamados «Pueblos de Catamarca», para dis- tinguirlos de los «Pueblos de la Rioja», asientos que fueron de los Diaguitas de esas dos jurisdicciones de la provincia del Tucumán en la época de la conquista. Si se cotejan estos restos con los que se han figurado en mi artículo sobre las Huacas de Chanar-Yaco («Revista del Museo de La Plata», tomo IL páginas 33 etc.), se verá que las alfare- rías, en su mayor parte, corresponden, parte al mismo tipo y parte al tipo del campo que las rodea; mientras que las alfare- rías grabadas no estaban representadas en aquel trabajo. Sobre éstas y los vasos con dibujos dracónicos me propongo publicar algo en un estudio separado, por considerarlo de mayor impor- tancia hoy que el doctor Max Uhble piensa entrar á establecer diferentes etapas cronológicas en la arqueología peruana. Nos- otros, por ahora, tenemos que atenernos principalmente á la clasificación geográfica; porque salvo dos ó tres excepciones, de las que una es el trabajo aludido de las Huacas de Chañar-Yaco, otra el del señor Carlos Bruch y la tercera los manuscritos, inéditos en su mayor parte, del señor A. Metlfessel, poco se ha hecho que pueda llamarse metódico, ni menos científico. La presente publicación sólo pretende ser un preludio de algo más serio, y sólo como tal se ofrece á los estudiantes de la materia. Museo de La Plata, Diciembre 17 de 1904. S. A. LAFONE QuevsDO: Región de Andalzalá, =2 N el S NU £. / l LL; ))) ON 0 de MO) Ñ NO) Ñ Aa sa a . “Miguel 1 5 e : / a WE ÓN Mb 0 naa , a E ( NS ADVIRTIENCIA Este mapa está calcado sobre uno levantado pa- ra el estudio de la vía férrea proyectada de Chum- bicha á Andalgalá; pero se le han introducido ciertas correcciones en los alrededores de la Villa del Fuerte, como se llama la cabeza de este De- partamento por todos los del lugar. Rev. del Museo de La Plata — Tomo XIL. S. A. LAFONk QuevkDO: Rogión de Andalgalá, 1287 pA ARQUEOLÓG A ANDALGALÁ y POMÁN) PROV, DE CATAMARCA e Puntos de yacimientos OS , ri LC: í y Regiones arqueologicas N Moreno UN y 7 Mol | EN AL Guarmndl NS ( ES lecito AN SE SONY) ol DR S ¡OEspki io (1 NY ( ( Emil A ( > ÓN N $ : rr Ma NS ON Sa A y , y y ! Y N Ñ Ñ E AN Salamanaon a Y NS ( NA RR S E NS SMN yl ys Ñ Y > Y » Odres ESAS RO SOM qual A NG Ñ MN AER y SS E «Pica Juntas Huareuna Ny, We «Bañado/ _ "Y ( VA | (6540 AN | NUNES 05sS SAO] , astaramlr oo Miguera NO) a PUBRTA y A e a ES ¡speniexae NN, 1 Rodeo | N 1 Sy DA ? (E s NUI 1 Tucumanao 1] Blurriali to 01 ( EX | al Anmbulo M o S » ( cOn (A 11 p Ne H Sijan + AE í (E »Pantano Viejo janeb (merandos ve (8 poros SN | SNA ! e AT p = lgnacio 7 g - z y) Ono el Blstoto a . Rauridango e Z á ' 1: 2) A y Palacios —— yQuinteros 20% (| Maa l ¿alas el aton Ye E » Peralta "tisdia E a Zona Wi He Wip | l 2 K DoS MS ; ; Ni ( (e a Calera Sance Pomianculo | a E Rosario0. y a! » 7 O! % a Conbritas ¿Mgañara es ( ( ARS Y | Sun horenxo Ñ a S SY no | AN sitollo O ye 0 A y WN eCalivas ; | EEN GAS 0) ps Ñ Y) Mya pudiay JN)! m5) sal NS e e Mucha leal Laco Villano “E Y Los Anáeles ty ) ! wo o / 4 ( Corrales (0) Mi ' úl )) ) Ñ i Í A Í = A | Ná) / d PA (PAINE 0) E ( . a cod k oi) E S) DN ANO) A ¿Poxijblos E rgostard NN Domi INN z 5 == ETS 66 4 lucas 10 PUN hana: CLON ON 1) 31 Ñ LISAS ANY MN X ON ) )) O) Ni WI Y Pijama 11) San José Near UN ) ANUINS NINE AN eo Sa O faro ( A l ONIS ( Se EA ON ' IN CNY) )) NS $) 1) ) ¡Chioipo MINI IIS ne (UN | N | PIANO) ll W orita AN | MEN A) AO) o Sado nio | l D AÑ nt ) Nod NI AIN WED) NA Ñ MN MINA 2) y l AN A IFR / Mi S))] MN | AO o y ON. O DT 7. A E TROIS TRIGONOCÉEPHALES DU BARAGUAY ALFRED BACQUÉ Professeur de sciences naturelles au College St.-Joseph (Asunción del Paraguay) Ñ % AS TN IA ii v 1 EN 0 k EN A Y Y 1 ' Y y 4 ñ dd l Sl í 1 ñ Ñ y í Trois Trigonocéphales du Paraguay PAR ALFRED BACOUÉ Professeur de sciences naturelles au college St.- Joseph (Asunción del Paraguay) Quelques Notes et Observations Si) est un pays ou les ophidiens abondent, c'est bien la République du Paraguay. A lire les statistiques qui, chaque année, mentionnent dans Plnde un nombre considérable de leurs victimes, on pourrait croire que c'est elle qui a le recors el pour le nombre et pour la nocivité de ces terribles ani- maux, el cependant il suffil de nommer la vipére de la eroix, le serpent á sonneltes, le fer de lance, elc., pour se convainere que les serpents du Paraguay peuvent compter parmi les plus venimeux du monde. Quant á ce qui concerne leur abondance, il me suflira de dire qw'il west pas rare, á la campagne, et méme parfois dans la capitale, á PAsuncion, de se trouver, dans sa chambre, en compagnie V'un de ces désagréables visiteurs. Je ne cilerai, á Pappui de mon assertion, que le fail, bien suggestif, du savant espagnol D'Azara rencontrant sur son lit, au moment de se coucher, un magnifique Trigonocephalus alter natus; el celui-ci, tout récent, du docleur Fernandez qui, faisant nebloyer une villa, fermée depuis quelques semaines el quil se proposait dhabiter, ne rencontra pas moins de deux cents ñhon- durió — Pophidien le plus dangereux du Paraguay — qui Pavaient déja précédé dans la prise de possession. Il West pas difficile aprés cela de se convaincre que le Pa- raguay me le céde en rien aux Indes pour sa richesse en ophi- diens. Il ne leur est pas non plus inférieur sous le rapport de leur nocivilé, el c'est ce que je voudrais essayer dWVélablir aujour- == d'hui en présentant trois tvpes de Trigonocéphales dont quelques particularités remarquables me font croire qu'ils sont propres aux régions tropicales du centre de l'Amérique du Sud, et en particulier au Paraguay. Le Trigonocéphale jaune (Trigonocephalus flavescens) Mboipé saitjú Le premier de ces lypes est celui que les gens du pays nomment Mboipé saitjú ou Quiririó saitjú (serpent jaune) el que je désignerai sous le nom de Trigonocéphale juune (Trigo- nocephalus [lavescens). (Fest en plein midi, dans le parc, á deux pas de la maison, au sortir de la salle a manger, que je Papercus, se mouvanl paresseusement en spirales el paraissant s'inquiéter fort peu de notre voisinage. Long de 1m. 10, il présente un corps presque uniforme dans su grosseur, avec celte particularité remarquable que, en ram- pant, toule la partie ventrale sS'aplalit á la facon VPune cour- role, landis que la partie dorsale stuamincil en forme de ca- réne. Dés que l'animal entre en fureur, le corps devient presque entiérement rond el la caréne disparait complétement. La téte est grande, plate, terminée par un museau court, gros, arrondi, el recouverte de plaques occipitales présentant la disposi- tion indiquée par la figure ci-joimte (figure 1). Cou gros, presque aussi gros que la téle, surtout quand Panimal est en furie. Queue relativement courte et pointue. Ecailles épaisses, libres á leur sommel, surmontées d'une caréne trés prononcée, el recouvrant tout le dos. Plaques sous caudales, ou urostéges, sur os deux rangs. . Fossettes lacrymales E o » CTS Ión dessous des narines, deux enfoncemenls . Sommet du muscau.¿assez considérables (figure I, numéros 1 el 2) et présentant Paspect de fosselles lacrymales. Couleur uniforme, lun jaune sále, sans luches. "els sont ses curactéres bien distinctifs. Fig. 1 + Du. o. — 115 — Il Le Trigonocéphale alterné a lunettes (Tr igonocephalus alternatus binocularius) Quiririó akha-kuruzú Le second, de dimensions beaucoup plus restreintes, connu sous le nom de Quiririó akha-kuruzú (serpent téle- croix) n'est aulre que la fameuse vipére de la croix, aimsi désignée parce que, dit-on, elle a sous le cou, le plus souvent, deux rales rouges en forme de croix, caractére qui fait absolument défaut dans mon sujet el que je Wai pu par conséquent vérifier. Cest le Trigonocéphale alterné (Zrigonocephalus alternatus) que je nommerai Trigonocéphale alterné á lunetles (Lrigonoce- phalus alternatus binocularius) á cause Vune particularilé que ¡e vais signaler plus bas. Je Vai pris, comme le premier type, dans notre propriété, á Asuncion méme, sur la porte de la cuisine. Voici ses caracleres : Tóte assez grosse, ramussée, lerminée par un museau court, gros, arrondi, el recouverle de plaques occipitales présentant la méme disposition que dans le modele précédent (figure II). Au dessous des nurines, deux fosselles lacrymales. Ióntre les deux yeux, se voil une ligne blan- che de deux millimétres d'épaisseur, unissanl de lelle facon ces deux organes quon dituit le montant Pun binocle. Cou gros, presque aussi gros que la lóte, surtoul quand Panimal est furieux. Corps trapu; queue courte el pointue. ¿callles épaisses, libres á leur sommet, surmonlées une caréne trés prononcée el recouvrant tout le dos. Plaques sous caudales, ou urostéeges, sur deux rangs. Couleur bien nuancée, relevée pur de larges taches plus loncées en forme de losange. Fig. 1 . Sommet du muscau . Narines . Fossettes lacrymales +. Lunettes DQO D0vm>-= . Ecusson central — 116 — MI Le Trigonocéphale vermiforme (Trigonocephalus scolecomorphus) Nandurié Le troisiéme enfin est le terrible ver si redouté des gua- ranis, le Nandurié, que ¡e nommerai Trigonocéphale vermi- forme (Trigonocephalus scolecomorphus). D'une téte triangulaire, terminée par un mu- seau relativement assez gros el arrondi, il a une bouche grande, droile, un peu recourbée vers AN le cou. : Ses yeux sont gros, les fosses nasales bien Fig. IM délerminées. Le sommet de la léte est recouvert de plaques 1.) Fosses nasales reyetant la disposition indiquée par la figure Ill, 1,2,3,) Plaques abs (ejes Ob COM les cinq derniéres (occipitales) sont beau coup plus développées que les autres. Ces cing occipitales sont séparées entre elles par une liene blanche qui forme ainsi la figure trianguluire indiquée par Pimage (figure 1V). Le dessous de la máchoire inférieure se lrouve formé par deux plaques longitudinales disposées suivant la figure V. Fig. 1V Fig. V La máchoire supérieure est plus grande que lau máchoire inférieure qui se brouve ainsi recouverte sur ses bords par la supérieure. Cou moyen; corps, dans toute son étenduc, (une gros- seur uniforme quí dépasse rarement celle dun ver de terre. Il en est de méme pour la longueur quí alleint de 30 a 50 cm. I“cailles, petites el épaisses, libres á leur sommel, recou- vrant tout le dos, et, comme dans les deux cas antérieurs, surmontées d'une caréne brés prononcée. Queue longue et effilée. Plaques sous caudales, ou urosléges, sur deux rangs. Ran Couleur Pun gris verdálre avec de nombreuses pelites ta- ches plus foncées. de forme et de position trés régulicres. Le dessous du ventre, d'une leinte légérement rosée. Tout le long du dos, depuis le cou jusquiá Pextré- mité de la queue, une double ligne blanche de 1 milli- métre environ dVépaisseur. La langue présente la forme Pun fil bres fin se bi- furquant á son extrémilté en deux parties recourbées vers Pextérieur (figure VI). PUE YY Tels sont les trois types de Trigonocéphales, tous les trois pris a PAsuncion, je pourrais presque dire en pleine ville, sur lesquels ¡'atlire aujourd”hui Vattention des lecteurs. Pai dit Trigonocéphales, car tous les trois ont les carac- teres bien définis de ce second genre des Crotaliens (*) (Trigo- nocephalus) cróé par Oppel en 1803, quoique cependanl, á mon sens, ¡ls en constituent une variété que, V'aprés les quelques particularités signalées et que Pon aura remarquées, je croirais propre au Paraguay. Ce seraient donc, ce me semble, trois nouvelles espéces que je nommerai, tout en leur conservant leurs singularités: 1” Trigonocéphale jaune (Trigonocephalus flavescens): Quirivió sait¡ú ou Mboipé sailjú. 2% Trigonocéphale alterné 4 luneltes (Trigonocephalus alter- natus binocularius): Quirivió akha- kueuzú. 3" Trigonocéphale vermiforme (Trigonocephatus seolecomorphus): Ñandurié. Il qui me semblent bien propres á montrer que si les ser- pents de Plnde sont si tristement fameux par les milliers de victimes quíils font chaque année, ceux du Paraguay ne leur cedent en rien pour la puissance de leur venin. On sail en effet que le venin des Trigonocéphales est presque aussi dangereux que celui des Crotales. Leur piqúre a des effels terribles, autant par leur gravilé que par la promplitude avec laquelle ils se produisent et la mort en est la conséquence habituelle, aussi bien pour "homme que pour les grands mammiféres. La morsure quoique large, est Pabord peu sensible, mais, au bout de quelques secondes, (1) Les caracteres des Trigonocéphales se définissent ainsi: formes et apparences des Crotales, mais avec la queue pointue, sans grelots; urosteges sur denx rangs; sommet de la téte toujours revétu de plaques et Vun écusson central; ¿cailles du dos et de la tóte carénces. a AS pue une enflure accompagnée d'élancement se développe autour de la partie lésée; celte enflure gagne bienlót le reste du corps, el, aprés quelques minutes, la vie a bienlót cessé. L'agonie est extrémement douloureuse: une soif inextin- guible dévore la personne blessée; la langue sort de la bou- che et se tuméfie; un sang noir coule des narines, el la gan- gréne corrompt les chairs. Dans son ouvrage, sur les ophidiens, le docteur Chenu cite le fail d'un certain Drake qui, blessé á la main par un crotale, eut le courage dVenlever aussitót, d'un coup de hache, le doigt piqué; mais ce fut en vain: quelques minutes plus tard il succombait aux effets de Pabsorption du poison qui s'étalt déja opérée. Ceci explique la terreur superstitieuse des guaranis pour les vipériens et les crotaliens. Quand ils marchent, ils suivent toujours les sentiers el vont par longues théories. Regardant ou ils posent le pied, ils ont soin de faire quelque bruit en agitant les branches ou en frólant les herbes sur leur passage; précautions qui expliquent comment, malgré le nombre des ophidiens dangereux, il y a si peu de piqúres. Que penser maintenant de Passertion de certains auleurs qui prétendent que ni les crotales ni les trigonocéphales n'at- taquent homme, si ce n'est dans le cas ou lui-méme est le premier á les attaquer? Les trois trigonocéphales que je viens de décrire sont-ils vraiment dangereux, alltaquent-ils Phomme? Je répondrai par le récit d'une aventure arrivée á un de nos domestiques. Je la rapporte telle qu'il me Pa racontée. «J'étais encore un gamin de douze ans, dit-il. Je passais par un lieu désert et assez découvert lorsque, tout-á-coup, je vois non loin de moi un gros serpent jaunátre.. Ipouvanté, je me délourne el m'enfuis. Quelle n'est pas ma stupeur, lorsque, aprés un instant, me retournant, je vois le serpent qui me suit el me menace la gueule ouverte. Glacé de terreur, je me mets á crier de toutes mes forces. Une femme, étonnée de ces cris, accourt avec un báton el voyant Pobjet de mes lerreurs réussil á wen délivrer en tuant Panimal.» Il Yagissait ici du Trigonocéphale jaune ou Mboipé saitjú, comme me Pexpliqua mon indigéne. Fait étrange, s'il est vrai, et qui irait directement á Pen- contre des affirmations de certains auteurs prétendant que les serpents du Paraguay n'attaquent pas Phomme. —= 119 — Quoiqu'il en soil, le Trigonocéphale jaune, chassé par mol, ne se trouvait probablement pas dans les mémes disposilions faméliques lorsque je le vis, rampant paresseusement dans le pare et lui clouai avec une pointe la lóte au sol. Rendu furieux cependant par une altaque si subite, il róus- sil á dégager sa léte, á ouvrir toute grande sa gueule, malgré la pointe lui traversant les deux máchoires el á me menacer en sSélancant vers moi. Gráce á Pintervention de deux confre- res, armés de bálons, je parvins aprés un instant á nen ren- dre mailre el á Penfermer dans un bocal ou il mourut dans la soirée. Il en va tout autrement du Nandurié. Le plus petit de tous les ophidiens du Paraguay, il Wen est pas moins le plus dan- gereux de tous. De loin, il ressemble, comme je Pai déja fait remarquer (el c'est ce qui na fait lui donner le nom de Tri- gonocéphale vermiforme) á un ver de terre, et sa couleur gris verdátre le fait souvent confondre avec les feuilles. Au moindre bruit. il se dresse furieux sur sa queue, en dardant la téte, el si on continue á Papprocher, il saute sur Vagresseur. Le docteur de Bourgade la Dardye raconte Vavoir vu se ¡eler aux naseaux d'un cheval. Je Wai pas été moi-méme témoin de semblable agression, mais je citerai cependant le fait toul récent du docteur Fer- nandez quí s'est vu assailli dans un jardin par un nandurié de toute pelile baille et dont il eut toutes les peines du monde á se défaire ne sachant oú frapper, vu la petilesse de Panimal. Au dire des indigénes, sa blessure est mortelle en moins de dix minutes. Celle action du venin me parait un peu rapide, et cependant je feral remarquer qu'un cheval de race, superbe de santé, mordu par un Quiririó, dont le venin est beaucoup moins vio- lent, fut trouvé mort dans sa loge, le lendemain matin. Je lermineral ces quelques noles en albtirant de nouveau Pallention des lecteurs sur ce fait que les serpents du Para- guay sont tout aussi nombreux el peul-ólre plus venimeux que ceux de l'Inde, avec celte seule différence que benucoup d'entre eux sont encore certainement inconnus du monde scientifique. ALrrReED BaAcouk, Professeur de sciences naturelles au colloge St.-Joseph. Asunción del Paraguay, Y janvier 1905. GO DN A ani SOON QUELQUES GLAVICORNES NOUVEAUX DIE LA RÉPUBLIQUE ARGENTINI Recueillis par M. CHARLES BRUCH PAR A. GROUVELLE Byturus meridionalis 5. sp. Ilongato -ovatus, convexus, rufo-testaceus, dense flavo- albido- pi- loso- squamosus: oculis magnis; prolhorace lransverso, antice angustato. lateribus rotundatis. basin versus intus sinuatis, angulís anticis obtusis. subhebetatis, posticis acutis: elytris paulo latioribus quam prolhorace. Long. 4 mill. Allongé, ovale, convexe, roux-testacé, couvert d'une pubescence couchée formée de poils blancs-jaunátres, assez longs, assez épais, ne masquant pas completement la couleur du tégument, disposés par groupe présentant un point de convergence. Yeux gros. Prothorax un peu plus de une fois et demie aussi long que large, rétréci en avant; bords laté- raux arrondis en avant, sinués en dedans en avant des angles posté- rieurs; angles antérieurs obtus, subémoussés, postérieurs aigus; marges latérales largement déprimées vers les angles postéricurs; pubescence discoidale ne présentant pas une direction de convergence trés accen- tuée vers l'écusson. Elytres un peu plus de deux fois plus longs que larges ensemble dans leur plus grande largeur. République Argentine (Gob. Chubut). Brachypterus nigropicens n. Sp. Ovalus, convexus, nitidus, albido-griseo-pubescens, niger: anten- nis rufis, elylris picets, pedibus rufo-picels; capile prolhoraceque dense Jortiterque punclatis; angulis posticis prothoracis obtusis, margine ba- silari ultrinque ad angulos subemarginata; scutello sublrapeziiformi, dense punclato: elytris sicut prothorace punctatis, margiíne apicali alu- taceo. Long. 2 mill. Oblong, convexe, brillant, densement et fortement ponctué, couvert d'une pubescence couchée d'un gris blanchátre, assez dense; téte, pro- Tomo XII 9 — 122 — thorax et segments apparents de l'abdomen noirs; antennes rougeátres, élytres brun de poix, pattes plus claires. Prothorax moins long que large dans sa plus grande largeur, rétréci en avant; cótés arrondis, base rebordée, arquée en arriére, faiblement échancréc de chaque cóté vers les extrémités; angles postérieurs obtus, presque marqués. Ecusson sub- trapeziforme. Elytres plus larges á la base que le prothorax, environ aussi longs que larges ensemble, tronqués obliquement au sommet; extreme marge apicale á peine ponctuée, alutacéc; segments apparents de l'abdomen alutacés, plus finement et moins densement ponctués que les élytres, plus densement pubescents, République Argentine (Province de Buenos Ayres). Colastus Bruchi n.sp. Ovatus sat latus, vix convexus, nitidus, fulvo-pubescens, rufus; clava antennarum el apice elytrorum nigricantibus; capile sat dense punctato; prolhorace transversissimo, antice angustalo in disco sat parce punclato; elytris lineato- punclatis; segmentis conspicuis abdominis dense punctatis, punclis minoribus quam illis prothoracis. Long. 5 mill. a 6 mill. : Ovale, assez large á peine convexe, brillant, couvert d'une pubes- cence fauve, assez longue, mais peu dense sur le prothorax, plus courte sur les élytres, rougeátre avec la massue des antennes ct le sommet des élytres noirs. Téte assez densement ponctué+z. Prothorax trés transversal, régulicrement rétréci de la base au sommet; cótés arrondis; ponctuation peu serrée sur le disque, plus dense sur les cótés. Ecusson presque lisse au sommet. Elytres s'élargissant un peu vers le sommet, ne continuant pas latéralement la courbure des cótés du prothorax, ponctués en lignes; ponctuation confuse dans la région des angles apicaux externes. Seg- ments visibles de l'abdomen densement ponctués; ponctuation moins forte que celle des élytres. Tibias antérieurs du mále droits. Brésil (Spiritu Santo, Rio de Janeiro); République Argentine (Gob. Misiones). Stelidota meridionalis n. sp. Oyala, convexa, nitida, rufo-ferruginea, flavo-pubescens: capile pro- thoraceque dense et sat fortiter punclatis: elytris lineato - punclatis, intervallis in disco haud elevatis, unilineato - pubescentibus; lateribus prothoracis elylrorumque víx marginalo reflexis; libiis posticis maris rectís. Long. 2 mill. Ovale, convexe, brillant, roux ferrugineux, garni d'une pubescence flave, couchée, assez longue et peu dense sur le prothorax, disposé en ligne sur les intervalles des stries des élytres. Téte et prothorax dense- 123 — ment et assez fortement ponctués. Prothorax rétréci en avant, á peine deux fois plus large á la base que long, á peine rebordé, explané sur les cótés. Elytres environ une fois et un quart plus longs que larges en- semble dans leur plus grande largeur, ponctués en lignes, á peine sub- striés sur le disque, plus fortement au sommet; intervalles des lignes ponctuées avec une ligne de petits points cachés, lorsque l'insecte est frais, sous une ligne pubescente, plans sur le disque, subcaréniformes vers le sommet, points des stries assez gros, mais superficiels. Tibias postérieurs du mále droits. République Argentine (Province de Tucuman). Stelidota trimaculata n. sp. Ovala, convexa, vix nitida, fulvo-pubescens, nigro-picea, ochraceo variegata, antennis clava excepta pedibusque fulvo - lestaceis; capile prolhoraceque praecipue ad latera sat dense asperoso-punclalis; capile antice biimpresso el rufo-marginato; prolhorace transverso, antice an- gustato, lateribus rolundatis, haud explanatis, fulvo-marginalis, basi marginala; elytris ovalis, ad apicem separatím rotundalis, ad latera sirictissime emarginalis, lineato-pubescentibus, lineis ad apicem eleva- lis. intervallis linearum uni-strialo-puncltatis, singulo ely tro ochraceo tri-maculato, 1% macula basilari subhumerali, 2% basilari, elongata, juxta basin dilatala, 3% transversa ad ultimam tertiam partem sita; ti- biis posticis maris rectis. Long. 2*/, mill. Ovale, convexe, á peine brillant, brun de poix, varié de taches jau- nes, couvert d'une pubescence flave-dorée disposée sur les élytres en lignes bien définies. Antennes sauf la massue et pattes fauves- testacées; 2" article de la massue des antennes plus large que le 1% et le 3", Téte et prothorax couvert d'une ponctuation rapeuse plus dense sur les cótés de ce dernier. Téte bordée de roux en avant, biimpressionnée. Prothorax rétréci de la base au sommet, arrondi sur les cótés, environ deux fois plus long que large á la base; sommet emarginé, cótés non explanés, bordés de fauve; base rebordés. Llytres ovales, arrondis sé- parément au sommet, présentant leur plus grande largeur vers le pre- mier tiers basilaire, environ une fois et un tiers plus longs que larges dans leur plus grande largeur, striés ponctués; intervalles des stries chargés d'une ligne pubescente tres nette, caréniformes dans la région apicale; bords latéraux des élytres tres étroitement explanés; sur chaque élytre trois taches jaunes; la 1'% basilaire subhumérale, oblongue, la 2" basilaire, contre l'écusson, allongée, dilatée extérieurement dans la partie basilaire, la 3%" vers le dernicr tiers de la longueur, transversale. Tibias postérieurs des máles droits. République Argentine (Gob. Misiones). Lobliopa marginata N. Sp. Oblonga, sat elongata, modice convexa, nitidula, rufo- lestacea, saepe nigro-variegata, parce brevilerque flavo-aureo setosa; capile pro- thoraceque dense tenuilerque punctalis; margínibus lateralibus protho- racis elylrorumque late concavis; punctis elytrorum majoribus quam illis prothoracis. Long. 4 mill. 2 Oblong, assez allongé, modérément convexe, un peu brillant, roux testacé, souvent varié de noir sur les élytres. Pubescence rare, tres es- pacée, entremélée de soies d'un flave doré, trés espacées, inclinées - re- courbées en arritre. Tete et prothorax finement et densement ponctués, élytres plus fortement. Marges latérales du prothorax et des élytres lar- gement concaves. Taches noires des élytres comprenant, chez un exem- plaire a coloration trés nette une bordure plus ou moins coupée contre le rebord interne de la marge latérale concave, une. tache basilaire vers le milieu de la largeur de chaque élytre et trois taches subsuturales: la 1" pres de l'écusson, la 2” vers le tiers basilaire et la 3%" plus ou moins développée latéralement vers le 2” tiers, République Argentine (Buenos Ayres). Cychramus Bruchi n. sp. Breviler ovatus, convexus, nitidulus, rufo- ferrugineus; dense flavo- , fo) . pubescens, dense punctalus; elytris longioribus quam simulatis, hu- meris vbtusis haud oblique truncatís. Long. 5 mill. Espéce distincte par la ponctuation beaucoup plus forte de ses élytres et par les angles huméraux des élytres a peine obtus, marqués. République Argentine (Gob. Chubut). Camptodes Bruchi n. sp. Breviler oblongus, convexus, nitidus, rufus; scutello, elytris, py- gidio, abdomineque nigris; capile prothorace scutelloque alutaceís, parce punctulatis; elytriís substrialis, intervallis striarum sat fortiter punc- tatis, stria suturali subintegra, ab sutura remota; unguiculís tarsarum dentatis. Mas. elylris ad apicem separatim rotundalo - productis, lestaceo marginatis. Long. 3 mill. Courtement oblong, convexe, brillant, roux ferrugineux; écusson, élytres, pygidium et segment de labdomen noirs. Téte, prothorax et écusson alutacés, éparsement et finement ponctués. Hecusson triangu- o laire. llytres environ aussi longs que larges; vaguement rougeátres sur le disque, substriés; intervalles des stries fortement ponctués; strie sutu- rale presque entiére, contigué á la suture. Crochets des tarses dentés a la base. llytres du mále terminés au sommet, chacun par un lobe con- cave, saillant testacé. Pygidium finement pointillé. République Argentine (Province de Tucuman). Cerylon laterale n. sp. Oblongum, convexum. nitidum, castaneum, glabrum: antennts gra- cilibus, 2? articulo elongato, 3” quadrato, clava oblonga: capite parce punctalo, prolhorace lransverso, antice angustalo, haud dense punclalo, angulís anticis subrotundatis, basi marginata: scutello laevi; elytris li- nealo -punclatis, punctis ad lalera el ad apicem evanescentibus. Long. 1, mill Oblong, convexe, brillant, marron, glabre; antennes gréles; 2” ar- ticle allongé, 3” carré; massue oblongue partagée transversalement cn trois zónes: la 1" lisse, les deux dernitres pubescentes. Téte éparsement ponctuée. Prothorax environ une fois et demie aussi large que long, paralléle á la base, rétréci arqué ensuite vers le sommcet, moins éparse- ment et plus fortement ponctué que la téte; angles antéricurs presque arrondis; base rebordée. Ecusson lisse. Elytres presque deux fois aussi longs que larges ensemble dans leur plus grande largeur, peu élargis latéralement, ponctués en lignes; lignes de points s'atténuant au sommet et sur les cótés; strie suturale entiére, enfoncéz au sommet. République Argentine (Province de Buenos Ayres). Telephanus Bruchi n. sp. Oblongo elongalus, convexus, nitidulus, griseo-pubescens: antennis % et 32 articulis subaequalibus; capite fulvo-testaceo leviter infuscato, dense punctato angulis posticis late rotundalis; protho- Julvo - lestacels, 2 race minus fusco quam capile, subquadrato, basin versus parum angus- lalo, dense puncialo, lateribus obluse denticulalis: ely lris testaceo-cas- taneis, punclalo-striatis. intervallis striarum in disco angustioribus quam punclis. Long. 5 mill. Oblong, allongé, convexe, un peu brillant, couvert d'une pubescence et 3" articles sub- égaux. Téte fauve légérement enfermée, densement ponctuée, striée entre y MO grise. Antennes concolores, fauves peu foncées, 2 les naissances des antennes; angles postérieurs largement arrondis. Pro- thorax sensiblement aussi long que large dans sa plus grande largeur, paralléle dans la moitié antérieure, un peu rétréci dans la moitié basi- laire, sensiblement coloré comme la téte, un peu plus éparsement ponc- tués; cótés garnis de quelques denticules obtus, espacés sauf vers l'extré- mité antéricure. lElytres ovales, environ deux fois plus larges á la base que le prothorax et deux fois et demie plus longs que larges ensemble dans la plus grande largeur, ponctués-striés; intervalles des stries plus étroits que les points sur le disque; stries et points s'atténuant vers l'ex- trémité, Pattes sensiblement colorézs comme les antennes. République Argentine (Province de Buenos Ayres). Diplocoelus villosus ». sp. Oblongus, convexus, nitidus, fusco-piceus, pubis elongatís, erectis, vix inclinalis, sat dense vestitus; antennis rufo-piceis; captle grosse el sat dense punctalo, ulrinque in longitudinem breviler carinalo el ím- presso, vertice foveolato; prothorace transversissímo, antice angustalo, basin versus parallelo, ad latera dense fortilerque punctato, margine antico late el haud profunde emarginato, medio haud carinalo, lateri- bus siricte pulvinatis, disco in longitudinem subimpresso, utrínque an- tice arcualim carinato, carina cum margine antico juncla; ely lris striato- punciatis, striis dorsualibus in disco minus impressis, stría sulurall ad apicem forliter impressa; pedibus rufo-fusctis. tibiis anticis ad basin haud emarginatis. Long. 5*/, mill. Oblong, convexe, brillant. brun de poix, couvert d'une pubescence fauve, dressé2, un peu inclinée en arriére, longue, entreméléz de poils plus petits, plus serrés et plus grisátres. Antennes roux de poix, épais- ses, 2” article carré. Téte fortement et assez densement ponctuée; de chaque cóté vers la naissance de l'antenne une courte caréne longitudi- nale, limitant en dedans une forte impression; sur le vertex une im- pression profonde séparée de chaque cóté des impressions antérieures par un court intervalle caréniforme. Prothorax plus de deux fois plus large que long, paralléle á la base, arrondi, rétréci en avant; bord antéricur largement et peu profondément échancré; bourrelet apical largement elfacé dans le milieu réduit de chaque cóté á une courte caréne arquée; bourrelet des bords latéraux moyen; disque longitudinalement subim- pressionné, éparsement et assez fortement ponctué en avant etá la base, presque lisse au milieu; marges latérales densement ponctués. HElytres environ deux fois aussi longs que larges ensemble dans leur plus grande largeur, ponctués-striés; stries dorsales moins accentuées sur le disque; strie suturale fortement enfoncée vers le sommet; intervalles des stries larges, plans avec une ligne de petits points. Pattes plus claires que les antennes. Paraguay (San Pedro). Diplocoelus turbinatus n. sp. Oblongus, modice convexus, nitidulus, castaneus, sat dense flavo- pubescens: antennis haud incrassalis, 2? artículo subelongato: capile parce punctalo, haud impresso; prothorace transversissímo, antice an- gustato, ad basin parallelo, in disco parcissime, ad latera fortiler denseque punclalo, apice utrinque sinuato, medio haud pulvinato -cari- nato, basi utriínque sat late el sat fortiter emarginata, lateribus stricte marginalis, disco antice utrinque breviter arcuatím cariínato; elytris punctato-lineatis, punctis in disco evanescentibus, ad latera elongatis, intervallis linearum punctorum sat latis, stría suturali ad apicem for- titer impressa. Long. 2 mill. Oblong, médiocrement convexe, un peu brillant, marron peu foncé, couvert d'une pubescence flave, assez dense, presque couchée. Antennes "* article plus long que large, dernier article tronqué, ter- miné par un petit bouton saillant. “Téte non impressionnée. Prothorax un peu plus de deux fois plus large á la base que long, parallele á la base, arqué, rétreci en avant; bord antérieur sinué de chaque cóté bour- relet marginal eflacé dans le milieu, réduit de chaque cóté á une courte carene arquée en dedans; base largement ct assez fortement sinute de chaque cóté; bourrelets marginaux des bords latéraux peu accentués; ponctuation presque nulle sur le disque, éparse en avant etá la base dans la région médiane, plus dense et plus forte sur les cótés. Elytres assez gréles, 2 moins de deux fois plus longs que larges dans leur plus grande largeur acuminés ensemble au sommet, ponctués en lignes; points allongés, lignes ponctuées effacées sur le disque; intervalles des lignes ponctués assez larges; strie suturale bien marquée vers le sommet. République Argentine (Pucuman). Diplocalus consobrinus n. sp. Oblongo-elongatus. fere parallelus, convexus, castaneus, flavo-pu- bescens; antennis crassis, 2” articulo quadrato, ultimo artículo subglo- boso, angustiore quam praecedenti; capite depresso, parce punctalo, an- tice oblique biúmpresso; prothorace transverso, subparallelo, ad angulos anticos arcualím angustato, apice utrinque subsinuata, angulis anticis subrectis, productis, basi utrínque subsinuata, angulis posticis acutis, extus oblique subproductis, disco parce grosseque punclato, marginibus lateralibus sat dense grosseque punctalis, in longitudinem carinalis, Orts crenulatis, stricte pulvinato-marginatis: elytris sat elongatis, lincato- punctatis, punctis in disco haud profundis, stria suturali ad apicem impressa. Long. 2*/, mill. A Oblong, allongé, presque paralléle, convexe, marron peu foncé, couvert d'une pubescence (lave, couchée, comprenant sur les élytres des lignes poils plus longs dessinant une ligne pubescente sur chaque inter- valle des lignes ponctuées. Antennes épaisses; 2%” article carré, dernier subglobuleux, plus étroit que le précédent. Téte déprimée, éparsement ponctuée, obliquement striolée de chaque cóté en avant vers la naissance des antennes. Prothorax environ une fois et demie aussi large que long, subparalléle, arrondi, rétréci vers les angles antérieurs; sommet ct base subsinués de chaque cóté; angles antérieurs presque droits, saillants en avant, postéricurs aigus, saillants obliquement en dehors; disque épar- sement ponctué surtout dans le milicu, de chaque cóté, vers le bord la- téral une caréne longitudinale limitant en dedans une dépression longi- tudinale concave densement ponctuée; bords latéraux finement crénelés; de chaque cóté de la base, á peu pres á égale distance de Vécusson et de Pangle postérieur une impression triangulaire. Elytres environ deux fois aussi longs que larges ensemble, finement ponctués en lignes; points de la région discoidale moins marqués; intervalles des lignes larges; stric suturale enfoncée vers le sommet. République Argentine (Buenos Ayres). Je rapporte á la méme espéce un exemplaire provenant de la Pro- vince de Tucuman remarquable par sa ponctuation générale beaucoup plus accentuéc que chez les exemplaires de la Province de Buenos Ayres. Le D, consobrinus doit se ranger dans le sous genre Margínus Lec. Hapalips brevis n. Sp. Oblongo-elongatus, modice convexus, nilidulus, sat dense flavo- pu- bescens, rufo-castaneus : antennis sat incrassalis, articulis ¿—8 lransver- sis; capite profunde et haud dense punctato, antice ulrinque impresso: prothorace transverso, antice posticeque angustalo, sat dense fortiterque punctalo, lateribus leviter acualis, ante basin breviter subsiínuatis, bast marginato, utrinque sinuato: elytris basin versus haud latioribus quam prothorace, lineato- punclatis, substriatis, siriis ad apicem evanescenti- bus, intervallis striarum uni-lineato-punctalis, punctis intervallorum minoribus quam illis striarum, stría suturali ad apicem magis impressa el sat forliter reducta. Long. 3'/, mill. Oblong, allongé, modérément convexe, un peu brillant, marron un peu clair, couvert d'une pubescence flave, assez longue, pas trés serrée. Antennes un peu épaisses, articles 4 á $ transversaux; articles de la massue bien séparés, 1% me et 2” transversaux, égaux, 3”" subovoide presque aussi long que large. Ponctuation de la téte profonde, peu serrce, marge antéricure avec deux impressions obliques, en forme de courtes strioles. Prothorax environ deux fois aussi large dans sa plus grande — 129 — largeur que long, également rétréci au sommet quía la base, arrondi sur les cótés, présentant sa plus grande largeur un peu avant la base, cótés rebordés subémarginés avant les angles postérieurs; base rebordée, sinuée de chaque cóté, ponctuation plus forte que celle de la tóte, assez dense; marge basilaire du prothorax impressionnée de chaque cóté. Elytres subovales, sensiblement aussi larges á la base que le prothorax, moins de trois fois aussi longs que larges ensemble dans la plus grande largeur, ponctués en lignes, substriés; stries et pointes eflacées au sommet, strie suturale bien marquée et assez enfoncée dans la région apicale des élytres. République Argentine (Gob. Misiones). Hapalips piceus n. sp. Oblongo - elongatus, convexus, nitidus, glaber, piceus, antennis pedibusque rufo-piceis; antennis subelongatis, articulis 4-8 transver- sis: capile profunde el sal parce punctato, antice utrinque foveolato: pro- lhorace transverso, basin postice víx angustiore quam antice, sal parce punctalo, lateribus rotundatis, marginatis obtusissime dentatis; ely tris basin versus latioribus quam prothorace, punctato-striatis, striis haud profundis, ad apicein sensím evanescentibus. intervallis striarum latis, tenuiler et oparsissime unilineato-punctatis. Long. 4 '/, mill. Oblong, allongé, convexe, brillant, glabre, brun de poix; antennes, extrémité des élytres et pattes plus clairs. Antennes relativement gréles, articles 4 A 8 transversaux. Téte profondément et asscz éparsement ponctuce, impressionnée de chaque cóté vers la naissance de l'antenne. Prothorax environ une fois et un tiers plus large que long, á peine plus rétréci a la base qu'au sommet, assez éparsement ponctué; cótés arrondis, rebordés, obtusement et largement dentés. Elytres plus larges á la base que le prothorax, atténués vers le sommet environ trois fois et demie plus longs que larges dans leur plus grande largeur, ponctués, striés; stries peu profondes, s'atténuant et disparaissant vers le sommet; inter- valles des stries larges, chacun avec une ligne de petits points trés es- pacés. République Argentine, Province de Buenos Ayres (Ensenada). Cryptophagus germaini n. sp. Oblongus, convexus, nitidus, fulvo-ferrugineus, fulvo - pubescens: antennis subincrassatis; capile prothoraceque dense el sal fortiler punc- lalis, hoc transverso. antice quam postice tam lato, subhexagono: an- gulis anticis rotundatis. stricte calosís, lateribus marginalis, denticulo lateral? medio sito: elylris ovatis. sal inflatis ad basín, haud latioribus quam prothorace, dense punclatis, punctis minoribus quam illis protho- racis. Long. 2 */, mill. Tomo XII Lo — 130 — Oblong. convexe, brillant, fauve-ferrugineux, couvert d'une pu- bescence fauve simple, couchée, pas trés serrée. Antennes un peu épaisses. Téte densement et fortement ponctuée; longueur des yeux inférieure a la moitié de la longueur de la téte. Prothorax environ deux fois aussi large que long, sensiblement aussi large á la base qu'au sommet, den- sement et fortement ponctué; bord antérieur arqué en avant, base fai- blement sinuéz de chaque cóté, cótés subanguleux, denticule latéral situé vers le milicu; angles antérieurs arrondis étroitement caleux, ca- losité n'atteignant pas le quart de la longueur du cóté. Elytres de méme largeur á la base que le prothorax, arrondis aux épaules, légtre- ment ventrus, environ deux fois aussi longs que larges ensemble dans leur plus grande largeur, densement ponctués; ponctuation moins forte que celle du prothorax. Chili. Mycetophagus frater n. sp. Oblongus, convexus, nitidulus, fulvo-pubescens, niger prothorace, elytrisque rufo-maculatis, pedibus rufo- testaceis; stria interantennalis valde impressa, angulosa, medio per brevem striam in longitudinem continuata; prolhorace transversissimo. antice quam postice angustiore. margine antico lateribusque sat striate rufo marginalis, ulrinque dua- bus maculis punciiformibus, rufis cum margine lateral? conjunclis: prima ad angulum anticum, secunda prope medium: elytris leviter punctalo - striatis, striis ad apicem evanescentibus, lateribus stricie rufo - maculatis, singulo elytro rufo quinquies rufo-maculato, 1* ad ba- sin transverso undulata, antice posticeque profunde emarginata, suturam sub attingente, 2? et 3% minimis, cum vitla laterali congenitis. 4% anle apicali, suborbiculari. 5% apicali. Long. 5 mill. Oblong, convexe, un peu brillant, couvert d'une pubescence fauve médiocrement dense, noir, taché de roux. Antennes noires, base et ex- trémité du dernier article rougeátre. Strie interantennaire profonde, an- guleuse, continuée au sommet de Vangle par une courte strie longitudi- nale. Prothorax plus de deux fois plus large que long, plus rétréci au sommet qu'a la base; cótés arrondis, bords antérieurs et latéraux étroi- tement bordés de roux; de chaque cóté deux taches arrondies rouges, réunies á la bordure latérale: la premiére á l'angle antérieur, la 2" vers le milieu de la longueur. Ecusson roux, transversal, suboblong. Elytres un peu moins de deux fois aussi longs que larges ensemble, ponctués, striés; stries s'atténuant et s'effacant vers le sommet; bords latéraux étroitement rebordés de roux; sur chaque élytres cinq taches rougeátres: la premiére vers la base, allant du bord latéral jusqu'a la strie suturale, enclosant á l'épaule une petite tache noire, descendant obliquement vers la sihore, tres profondément échancréc á ses deux bords; les 2" et 3" ponctifor- — 131 — mes également soudées á la bande marginale vers le tiers basilaire et un peu au dela du milieu; la quatrieme ante apicale, suborbiculaire; la cin- quiéme formée au sommet par la dilatation de la bande marginale. Pattes roux-testacéces. République Argentine (La Plata). Heterocerus Bruchi n. sp. Oblongus, convexus, dense breviterque fusco-griseo-pubescens fusco- niger, elytris ochraceo - variegatis: capite antice truncalo; prolhorace transversissimo, antice angustalo. margine antico stricte el angulis an- licis ochraceis, posticis haud marginatis, elytris substriatis, singulo ochraceo-multimaculato; segmentis abdominis ad latera sat late, ad apicem siricle rufo-testaceís, pedibus rufis, gennibus tibiisque plus mi- nusve infuscatis; suturis melasternalibus haud manifestis: striís femo- rum posticorum apertís. Lovg. 4 mill. Oblong, convexe, couvert d'une pubescence feutrée grise assombrie, entremélée de petites soies courtes, dorées qui donnent á ensemble un - aspect soyeux, noir impur olivátre varié de taches d'un roux jaunátre sur les élytres. Antennes rougeátres á la base. Téte surbaissée en avant, transversalement concave entre les naissances des antennes, tronquée en avant. Prothorax plus de trois fois plus large dans sa plus grande largeur que long, rétréci en avant, arrondi sur les cótés mais subparalléele á la base; bord antérieur étroitement bordé de roux; angles antérieurs obtus rougeátres, angles postérieurs obtus non rebordés. Llytres environ une fois et deux tiers aussi longs que larges ensemble, substriés; chacune avec huit petites taches oblongues d'un roux jaunátre; deux discoidales disposées sur une ligne oblique partant un peu au dessous de l'épaule, les trois suivantes placées presqu'en ligne droite dans une direction pa- ralléle a celle des deux premiéres vers le miliev de la longucur, les deux suivantes également sur une ligne oblique paralléle aux deux pre- miéres, vers lextrémité la derniére apicale presque latérale, beaucoup plus rapprochée de l'allignement du bord latéral que de la suture. Pattes rougcátres; tibias plus ou moins enfermés. République Argentine (La Plata). Heterocerus validus 1. sp. Oblongus, convexus, sat latus, fuscus: pube brevi flavo-grisea haud dense vestitus; antennis basín versus rufis: capile antice sinualo, sub- plano: prothorace transversissimo, antice angustalo, lateribus rolunda- tis, haud late rufo-ochraceo margínatis, angulis anticis late obtusts. basi marginata et utriínque stricte rufo-ochracea; elytris subsulcatis, singulo ad latus rufo-ochraceo marginato et in disco seplem maculalo: — 132 — pedibus fulvo - testaceis: suluris melasternalibus manifestis; siriis femo- rum posticorum apertís. Long. 4 */, mill. Oblong, convexe, assez large, noirátre, couvert d'une pubescence d'un gris lave, courte et peu serrée sur les élytres, plus sombre et feu- trée sur la téte ct le prothorax. Base des antennes rougeátre. Téte sub- déprimée; bord antérieur sinué. Prothorax environ trois fois plus large dans sa plus grande largeur que long, fortement rétréci en avant, fai- blement á la base; arrondi sur les cótés; ceux-ci assez étroitement bordés de roux jaunátre, rebordé á la base; angles antérieurs trés largement obtus, postéricurs obtus, bordés dans la branche basilaire par une fine bordure jaunátre. Elytres environ une fois et demiec aussi longs que larges ensemble, subsillonnées; bordées sur les cótés par une bande jaunátre se dilatant dans la partie apicale et s'étendant jusqu'au sommet; sur le disque sept taches jaunátres: la 1" scutellaire s'allongeant parallé- lement á la suture et se dilatant contre la base; les trois suivantes for- mant une bande anguleuse vers le 1% tiers á partir de la base, reunie extéricurement á la bordure marginale, les deux suivantes dessinant une bande arquée, au dela du milieu, n'atteignant pas la bordure marginale qui se trouve elle méme dilatéz en face de la tache externe, la dernitre sur la partic déclive de l'élytre, en forme d'h renversé. Pattes roux testacé, segments abdominaux largement bordés de roux jaunátre sur les cótés. Sutures métasternales marquées. Stries des fémurs postérieurs ouvertes. République Argentine (Province Buenos Ayres). Heterocerus Bergi n. sp. Oblongus, convexus, nitidulus, pube grisea, brevissima et haud dense vestitus, rufo-testaceus; elylris testaceis, in disco plus minusve infuscalis, pedibus testaceis; capile transversissimo, antice truncalo: prothorace transversissímo, densissime punctulato, lateribus subparalle- lis, juxta angulos anticos intus arcuatis el deín abrupte parallelis refle- xis angulis posticis subrolundatis, basi utrinque marginala; elytris dense punctalis; suturis metasternalibus haud manifestis: striis coxarum pos- ticarum apertis. Long. 2 */, mill. Oblong, convexe, un peu brillant, couvert d'une trés courte pubes- cence grise, ne masquant pas la couleur du prothorax et des élytres, roux; élytres testacés plus ou moins enfermés sur le disque; pattes tes- tacées. Téte tres large, tronquée en avant, feutrée. Prothorax plus de deux fois plus large que long, trés densement pointillé; cótés subparal- léles, fortement arrondis en dedans prés des angles antérieurs, presque redressé á ces angles; marge antérieure transvesalement subsillonnée de chaque cóté; base rebordée de chaque cóté. Elytres environ une fois et — 133 — demie aussi longs que larges ensemble densement ct beaucoup plus for- tement ponctués que le prothorax. Sutures métathoraciques non mar- quées. Plaque fémorale des hanches postérieures fermée. République Argentine (Province Buenos Ayres). Je rapporte a la méme espéce un exemplaire provenant de la Pro- vince de Tucuman, présentant une coloration plus rougeátre et une vague tache claire au milieu de la zone foncée du disque des élytres. Heterocerus quadraticollis n. sp. Oblongus, modice convexus, pube grisea brevissimaque sal dense vestitus, fulvo-testaceus; singulo elytro in longitudinem piceo maculalo, macula ad basin dilatata, regionem scutellarem tenente el ad apicem ex- tus curvala el retrorsum producta. Capite antice sinuato; prolhorace transversissimo, subopaco, densissime punctulato, lateribus subparalle- lis, antice valde rotundatis el prope angulos anticos abrupte parallelo- rellexis, angulis anticis vix rectis. posticis oblusissimis fere hebetalis, margíne antico utrinque subsulcato, basi utrinque oblique truncala el marginala, elytris sal parce punctulatis, punctis majoribus quam illis prothoracis: pedibus lestaceis, suluris metasternalibus haud manifestis: siriis coxarum posticarum apertis. Long. 2 mill Oblong, modérément convexe, couvert d'une pubescence grise, tres courte, ne masquant pas la couleur du tégument, testacé légérement rougeátre sur la téte ct le prothorax; sur chaque élytre une bande longi- tudinale brun de poix envahissant la région scutellaire, se dilatant vers Vextrémité et se terminant par une branche recourbée en arriére, en forme de croc. Téte un peu rembrunie, déprimée, sinuée en avant. Prothorax environ deux fois et un tiers plus large dans sa plas grande largueur que long; peu brillant, tres densement pointillé; cótés subparalleles ar- qués en dedans pres des angles antérieurs; puis brusquement redressés pour former des angles antérieurs presque droits; angles postéricure tres largement obtus, presque émoussés; marge antérieure subsillonnés de chaque cóté; base obliquement tronquée de chaque cóté, non rebordée. Elytres environ une fois et demie aussi longs que largas ensemble, un peu brillants, assez éparsement pointillés; ponctuation plus forte que celle du prothorax. Sutures métathoraciques non marquées. Plaques des hanches postérieures ouvertes. République Argentine (Province de Tucuman). UY E TA AA PTINUS ET ANOBIDES NOUVEAUX DE LA RÉPUBLIQUE ARGENTINE recueillis par M. CARLOS BRUCH Ptinus Bruchi. Large, en majeure partie foncé, roussátre a l'extré- mité des élytres, mat, hérissé de poils clairs ou obscurs, élytres a des- sins compliqués; téte moyenne, en partie revétue de poils orangés; antennes foncées, assez robustes, relativement courtes; prothorax un peu plus long que large, étranglé avant la base, avec 4 oreillettes pi- leuses, celles du disque assez saillantes et séparées par un sillon, le mi- lieu de cet organe en partie revétu de poils orangés; écusson étroit, revétu de poils blancs; élytres foncés, roussátres au sommet, courts et larges, courtement atténués au sommet, faiblement striés - ponctués; ¿paules marquées, ces organes ornés largement sur la base (cette pubes- cence limitée en arriére par une sorte de fascie blanchátre arquée) de poils gris ou flaves, finement pubescents de gris sur leur milicu, et pubescents de jaune orangé en partie sur la suture et vers le sommet avec, en outre, sur cette derniére partie quelques macules blanchátres; pattes foncées avec les tibias parfois un peu roussátres. Long. 3,5 mill. Province de Buenos Aires (coll. Bruch et Pic). A placer pres de jatahyensis Pic, mais élytres largement roux a Pextrémité, disposition des dessins diflérente. C'est avec un légitime plaisir que je dédie la premitre espece de cet article 4 M. Bruch á qui l'Entomologie doit un certain nombre de dé- couvertes intéressantes. Xyletinus brasiliensis Pic v. argentina. Un peu allongé, peu bril- lant, enticrement roussátre-testacé, á pubescence flave assez rude et peu dense; prothorax court et transverse, densément ponctué; élytres assez longs, subcylindriques, fortement striés-ponctués avec les strics latérales encore plus marquées. Long 56,5 mill. Province de Buenos Aires (coll. Bruch et Pic). DifTere de brasiliensis Pic (forma typica) par la pubescence plus rude et les stries plus marquées des élytres. — 136 — Cathorama substriata. Un peu allongé, subparalléle, assez convexe, peu brillant, noir de poix, en partie revétu d'une pubescence soyeuse grisátre non continue, cette pubescence plus dense sur le dessous du corps; téte fortement sillonnée au milicu, densément pubescente; pro- thorax assez court, tres élargi apres le milicu (vu de dessus), arqué antérieurement, subarqué sur les cótés latéraux avec les angles posté- rieurs et antéricurs arrondis, densémient ct ruguleusement ponctués sur les cótés, assez densément sur le disque; écusson trés large; élytres peu longs, modérément atténués au sommet, irréguliérement ct en partie distinctement ponctués, avec des traces de stries ponctuées faibles, sur le milieu et des stries latérales bien marquées; pattes roussátres. Long. 3,5 mill. Province de Buenos Aires A placer pres de fulvopubens Pic, ayant comme cette espéce un revétement soyeux, mais celui-ci est plus gris, forme en outre plus allongée, subparalléle, disque des élytres avec des traces de stries ponc- tuées. Cathorama subrutiliceps. Assez large, peu convexe, tres brillant, finement pubescent de flave, en partie foncé, en partie testacé-rous- sátre; 1éte testacé-roussátre, assez convexe; prothorax court, modéré- ment diminué en avant, presque droit sur les cótés (vu de dessus), á angles postéricurs arrondis et antérieurs un peu marqués, finement ponc- tué; élytres courts et larges, un peu étranglés vers le milieu, modéré- ment atténués á l'extrémité, finement et densément ponctués avec quel- ques points plus gros mais sans stries sur le disque, avec des stries latérales plus ou moins effacées en avant, mais bien marquées á l'extré- mité, le sommet parfois un peu roussátre; dessous du corps et pattes d'un testacé roussátre. Long. 2,5 mill. Gov. Chubut (coll. Bruch et Pic). A placer pres de minutissima Pic, distinct á premitre vue par sa forme moins convexe et surtout moins atténuce á l'extrémité; diflére en outre de argentina Pic par l'aspect plus brillant, la ponctuation générale plus fine. Digoin (Saóne-et-Loirc), 1 févricr 1905. Maurice Pic. WE á 51 Ñi Ñ CONAN TO e DON 0 ES A 0 La correspondencia relativa al Museo beE La PLATA y sus ANALES y Revista, debe ser dirigida á FRANCISCO P. MORENO Director del MUSEO DE LA PLATA Provincia de Buenos Aires República Argentina La correspondance relative au Musée be La PLara ainsií quéaux ÁNNALES et 4 la Revue de cet établis- sement, devra élre adressée FRANCISCO P. MORENO Directeur du MUSÉE DE LA PLATA Province de Buenos Aires République Argentine a REVISTA DEL MUISO DJ Le. Jela a DIRIGIDA POR FPRANCISCO P. MORENO Fundador y Director del Museo ANOIIMEO). PESIcan SEGUNDA ENTREGA A PIATITA TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES 19006 La Geografía Física y Estérica del Paraguay y Misiones Guaraníes POR DON FÉLIX DE AZARA EXAMEN CRÍTICO DE SU EDICIÓN POR LUIS MARIA TORRES Tomo XII 11 y . 1 MEN iN RANA 1» AGAN mod má A PS A ' o Mn ' Luis Marta Torres: La Geografia de Azara —Lam. 1. zara x de A en 179 i l e Jon Fé l Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. (5S TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES La Geografía Fisica y Esférica del Paraguay y Misiones Guaranies POR DON FÉLIX DE AZARA EXAMEN CRÍTICO DE SU EDICIÓN POR LUIS MARÍA TORRES Motivo de íntima satisfacción será para los investigadores del pasado americano, todo esfuerzo que tienda á profundizar el conocimiento, de los diferentes hechos ó cuestiones que, como principios fijos, perfectamente caracterizados, constituyen á la novísima y sugestiva ciencia americanista, y, con mayor razón en este caso, por tratarse de un justiciero homenaje á la labor séria de don Télix de Azara; el distinguido geógrafo español, cuyos rasgos más salientes lo constituyen, su constante, activa y provechosa actuación en el secular pleito de límites entre ls- paña y Portugal; viajes y estudios que el fracaso de la demar- cación le permitió hacer, con indiscutible beneficio para la di- latada comarca que comprende buena parte de los dominios de tres nacionalidades. Por ello, el Uruguay, el Paraguay y la Argentina, le guardan gratitud. Bien venida sea la emulación en el trabajo intelectual, esa aspiración franca y fecunda del núcleo conservador y tolerante del pueblo uruguayo, el que con tantas iniciativas ha exterio- rizado el verdadero anhelo patriótico, incorporando á la obra de la civilización equivalentes testimonios de progreso, pero por desgracia interrumpidos en su actividad creciente, por la indecisión y la zozobra, que las asiduas y ya harto célebres rencillas caseras han dejado tras sí. No continuaremos con estas consideraciones, sin dejar cons- tancia de nuestra decidida adhesión, á la crítica sana y sincera de algunas producciones prematuras; de esos ensayos de estre- chas y poco nuevas filosofías que inevitablemente tienen que — 140 — caer en el desprestigio, Ó que se salvan, por la piadosa indi- ferencia del público lector, desde que, en la mayoría de los casos, suelen ser, sino una repetición grosera, la hábil falsifi- cación de forma, con dos ó tres observaciones personales que acreditan el aporte personal del autor, para dar pie á la conje- tura que les asigna valor original. No por eso, dejaremos de ofrecer aquí, una, como recapitu- lación, de lo ya expresado por distinguidos escritores nacionales, que, con distinto propósito Ó asunto especial, han tenido la ocasión de estudiar varios aspectos de las sociedades america- nas en su accidentado desenvolvimiento histórico; desde el des- cubrimiento y conquista hasta la colonia, y la azarosa revolu- ción de la independencia. Así también lo ha comprendido el erudito editor de la Geografía de Azara, quien, en distintas partes de su prólogo, resuelve dar crédito á ciertas observacio- nes y formula cargos que no pueden pasar desapercibidos, máxime, cuando, como en este caso, el que los dirige, no de- muestra estar en condiciones de hacerlos por ignorar sencilla- mente los términos del problema. Si, á estar á las afirmaciones generales, la adolescencia de las nacionalidades de Sud América no parece iniciarse aún con sujerentes pruebas de reposo mental y disciplina en la labor conjunta; si el desequilibrio y la anormalidad persisten en el orden de las fuerzas Ó energías que obran en ambos sentidos, de la pérdida y de la integración de facultades vitales; si en el régimen de las instituciones políticas, el trastrueque ha sido evidente y el aparatoso armazón insostenible, habrá llegado el momento de que esas soluciones de los complicados problemas que el desenvolvimiento de estas sociedades plantean, se bus- quen, aplicando un criterio positivo, sin ese prurito de la identi- ficación, desde que expresamente debe buscarse la diferenciación de condiciones y facultades. Es lógico suponer y será posible entonces, que la armonía será patrimonio de los pueblos de América, cuando el éxito se persiga por el recto é ineludible sendero de la labor asídua y constante, del sacrificio individual que, asociado y orientado fijamente, pueda alcanzar los gran- des resultados del esfuerzo común, organizando paulatinamente los estados de acuerdo con la resultante de sus ideas direc- trices, fuente única de toda inspiración fecunda, y verdad, que las severas lecciones de la historia ha consagrado definitiva- mente. Será cuestión de educación y de instrucción, de condiciones individuales negativas Óó de verdadera regresión colectiva incu- A rable; de tener que iniciar como previa tarea, el perfecciona- miento de lo existente, ya que su adquisición implica, los sa- crificios y angustias de varias generaciones; en fin. de pro- pender á que la estructura se consolide y, si es posible, á que los caracteres se perfilen, evitando ó conjurando la disolución que un hondo y doloroso sacudimiento podría traer. No pueden errar, pues, los que piensan que hacen falta universidades, bibliotecas, museos; abiertos para todas las afi- ciones é inclinaciones del espíritu humano, que si bien rodea- dos de esa apariencia que les imprime la elevada cultura, se- rán siempre los mecanismos encargados de entregar á las ge- neraciones el núcleo dirigente, el factor que hace perfilar á los pueblos que surgen y se mantienen, en la eterna lucha por la vida. Bien conocida es la enfermedad americana y su etiología; políticos, médicos legistas, diplomáticos literatos y aficionados de profesión, han indicado con insistencia á esos hechos anor- males como causas de futuras crisis, y obtenido, después de prolongada observación de los acontecimientos, leyes ó princi- pios, alrededor de los cuales se desenvuelven, según ellos, las precarias vidas sociales americanas; ideas-fuerzas Ó instintos generadores de funestos actos individuales ó colectivos; visibles estigmas físicos de roza, como la desgraciada constitución psíquica, que, sea como fuere, parece que su inferioridad ha llegado á ser proverbial; todo esto, hasta que algún otro sagaz y oportuno observador arranque el verdadero secreto, pretexto del más horrible infortunio literario. Luego de haber precisado, en lo posible los síntomas, y de dar la diagnosis consiguiente, la medicina no podía hacerse esperar, notándose en esa tera- péutica, cierta tendencia logomaquia y anticientífica. Con todo, á pesar de lanta inseguridad en las opciones, ya que no se precisa y no se entrevé el espíritu de la educación que cada uno de esos pueblos debe adoptar, ya que inevitable- mente tendrá que dominar, la idea-fuerza económico política de la riqueza, la cultura científica como las industrias y el amplio desarrollo del comercio, constituirán, prudentemente relaciona- dos, el sólido basamento sobre el que descansará la felicidad y el poderío de estas nacionalidades. Como corolario de esas diversas tendencias habrá que coadyuvar, para que las activi- dades se desenvuelvan según el proceso psico-fisiológico de cada individuo, facilitando los medios que cada naturaleza requiera y exigiendo la cooperación social necesaria para que cada energía pueda cumplir con el fin que la educación se pro- pone; bastarse á sí mismo y servir al Estado. — 142 — “se intuicionismo es altamente benéfico, cuando se ejercita en la persecución de la verdad científica, en la obsesión que concluirá por arrancar el secreto de la variedad de hechos de la naturaleza, de las causas ó fuerzas que obran en su origen, desarrollo y ponderación, y, por fin, en la concepción sintética Ó hipótesis, que encierra el debate y los afanes de varias ge- neraciones asociadas para una conquista moral ó científica. Debe animar ese esfuerzo abnegado el soplo constante que nunca languidece, por difícil que sea el rescate ó traidora la suerte que lo preceda; sólo así, quedará el espíritu libre de la preocupación dolorosa de los días perdidos, aunque de todo aquello, objeto del único ensueño de una vida — por lo general agena al cálculo aritmético —sólo quede como premio, una sa- tisfacción relativa. II Debemos pasar á considerar, ei interesante asunto que por su índole, importancia y ulterioridades, ha llamado justamente la atención de los que, aquí en Buenos Aires como en Monte- video, tienen especial preferencia y hacen estudios de ciencia americana. Una nueva descripción del Paraguay y de las Misiones Gua- raníes, por don Félix de Azara, con un prólogo, biografía, notas y bibliografía — lo que se entiende por una edición cCrí- tica, — dirigida por una institución científica como el Museo Nacional de Montevideo y encargada á uno de sus miembros más caracterizados por su erudición en la materia, tenía que provocar curiosidad y justa sospecha del alto mérito de la obra en general, y hasta el mismo valor intrínseco de la nueva descripción geográfica tenía que ser descontado, á pesar de lo conocido y en diferentes formas publicado del mismo autor. ll señor doctor R. R. Schuller, honrado por la dirección de dicho instituto con el encargo, ha querido sorprender á los «aficionados» á los estudios de antropología prehistórica, con la publicación del manuscrito que, después de un examen y cotejo minucioso, resultó ser para ambos, director del Museo y jefe de la sección histórico -filosófica, un curioso y original documento compuesto de datos, «no comprendidos en las obras impresas de Azara». A propósito de la pieza manuscrita que Schuller exhuma por su celo editorial, nos ofrece, en un prólogo, notas y demás A aditamentos más ó menos del caso, toda una leoría etno-lin- gúística con la que describe y clasifica á los distintos tipos élnicos que la conquista europea sorprendió en esta parte de América, la que, si no está mal concebida, es, á todas luces poco nueva, y cuyo mérilo consiste únicamente en la parte de prueba que aporta, desde que varias de sus inducciones pare- cen exactas. : : Indudablemente Schuller, influenciado, demuestra estar en la tortuosa línea que traza su concepto, por esa vegetación ex- traordinaria de la zona subtropical; la tranquilidad, el silencio de muerte que en el interior de aquellas arboledas habrá tenido la feliz ocasión de admirar, en contacto espiritual con el indí- gena, ese tipo americano que anheló conocer, en posesión, después de larga y pesada excursión por el bosque, de un hermoso manojo de fresquísimas flores y sutiles helechos, cómo no tejer y destejer los tallos para presentar el tono y la armonía en un conjunto delicado y vívido?... A cada nuevo esfuerzo, co- rresponde la duda, que con su fatal presencia deja el enigma en pie; la potencia mental se dirige al punto inicial y vuelve á recorrer cuidadosa la senda serpentina que le llevará á ali- mentar la esperanza en una feliz reconstrucción; por fin, sobre el basamento que sólo muchos obreros pueden construir sólida- mente, álzase la figura no siempre definida de la verdad cien- tífica, hasta que una oportuna combinación de causas, puedan darle los contornos, de la verdad de la belleza estética. lIse prólogo, es el motivo principal del estudio y comentario presente, no tan detenido como independiente, reducido en lo posible á lo substancial, y ageno, á la vena incondicionalmente encomiástica que á fuerza de dar en el bombo, ha conseguido que á toda lucubración voluminosa ó escueta, se mire como pro- ducto sencillamente postizo. Hay que reconocer sí, —como observación final — que el testimonio de la originalidad rara vez concurre á la demanda del público lector Ó curioso, y del que realmente critica ilus- trando la proposición planteada como verdadera ó que se ofrece demostrar, siendo doloroso tener que constatar, la ausencia casi completa entre tanta producción, de algún ejemplar que, en realidad, nos enseñe á leer, escribir é investigar. Veamos pues, como ha sido comprendida y desempeñada la tarea de editor, después de dejar constancia del pensamiento que la inspira, tan sano y digno de encomio. rn Puede decirse, que en 1790, terminaba la parte más atrevida y heróica de la investigación geográfica, que navegantes portu- gueses y españoles iniciaron en el primer tercio del siglo XV; viajes, que han sido referidos con más ó menos exactitud, por considerable número de escritores no siempre acordes en el modo de apreciar ciertos hechos fundamentales, que se con- ceptúan como precedentes ó motivos de aquellas dilatadas tra- vesías, lo que, á ser nosotros equitativos, era lógico que esas divergencias surgiesen por la falta de memorias ó relaciones auténticas que cautelosamente reservaron los antiguos prínci- pes, y que, en manera alguna, pudieron estar á la vista del público investigador, como que yacían sepultadas en sus archi- vos Ó gavetas particulares. Los mismos traspapelamientos á que la accidentada vida de aquellas monarquías daría ocasión, casuales en la mayoría de las veces, la misma dificultad de aumentar las copias, que hoy en cambio, las artes gráficas tanto facilitan, fueron en suma las verdaderas dificultades para que aquel fondo original y único de la historia marítima, no pudiera conocerse Óó examinarse por sus cultivadores. No es nuestro propósito hacer memoria detallada ni sucinta de aquellas expediciones por mares desconocidos, que tanto estimularon los reyes de España y Portugal, para alcanzar la anhelada hegemonía marítima y como consecuencia, la posesión y dominio de considerables extensiones territoriales, que un criterio prudente y previsor podría convertir en fuentes de grandes riquezas. Pero, como esa sucesión de viajes verificados en los siglos XII, XII, XIV y XV, se llevaron ú cabo cum- pliendo instrucciones expresas, que en la mayoría de los casos, darían motivo á discordias de consecuencias fatales, y, como por otra parte, lo primordial era establecer una base de solución, el criterio regulador para la división de dominios, se aceptó el que más se avenía con el espíritu de aquellos monarcas, que, aunque «celeste», evitaría como evitó, procedimientos violentos, siendo los papas Martino V y Alejandro VI, los que dieron formas al nuevo arbitramento, resolviendo el primero, la disputa de las islas Canarias ('), é «imaginando» el segundo, la línea divisoria á que debían sujetarse los subsiguientes descubri- mientos á 1493 (*). (1) J. ViEra: Historia de las Canarias, VIL, 16. (*) C. CaLvo: Colección histórica completa de los tratados, L, 4. a Para conocer los progresos sucesivos á que se iba llegando en materia de navegación y de descubrimientos geográficos, hay que recorrer esos «diarios» y. «relaciones» de los primeros navegantes, memorias en su mayoría analizadas y presentadas en ricas y originales obras de conjunto, todas ellas, de repu- tados historiadores marítimos, que en los pasados siglos han visto la luz. Pero ante todo, á los progresos del arte de navegar se debe que, ya á mediados del siglo XVIII, se plantearan una serie de problemas que la navegación misma tendría que ir solucio- nando total 6 parcialmente, y á lo cual, contribuyeron con hon- roso empeño, distinguidos marinos ingleses y franceses, como los Cook, Byron, Dixon, Vancouver, La Pérouse, Marchand, etc., quedando decididamente rezagados «los maestros del pilotage sublime». Al par de estos estudios, asunto propio de náuticos ó astrónomos — desde que se trataba de la árdua cuestión de la longitud en el mar, para lo que se requería conocimientos teóri- cos y prácticos — se inició paulatinamente el de las condiciones de la naturaleza física de las tierras descubiertas, en sus varia- dos é interesantes aspectos, entre los cuales especialmente nos interesa el de las tribus indígenas de América, que ya á fines de dicho siglo iban extinguiéndose, desgraciadamente para la ciencia. Dicho se está, que la navegación moderna debía traer todas esas soluciones á la precisión matemática y especialmente, la que nos debía dar el método para apreciar la longitud y la la- titud en el mar; luego, los estudios magnéticos y meteorológicos tendrían que ocupar la atención preferente de las sociedades de geografía hasta convertirse en el motivo exclusivo de cos- tosas expediciones á los mares helados, que con el estableci- miento de observatorios meteorológicos y magnéticos circumpo- lares, acusan, como se comprende, un progreso extraordinario. Ante todo, para que los vastos dominios de aquellas mo- narquías pudieran ofrecer el aliciente que, con justa sospecha, algunos no dejaban de presentir, era necesaria una determi- nación de sus fronteras ó linderos sino un perfecto deslinde y amojonamiento; el estudio de las condiciones físicas del suelo con la complementaria clasificación de su fauna y flora; su hidrografía, que debía satisfacer las primeras necesidades de la comunicación, y si fuera posible, como elemento eficaz para fu- turas soluciones teóricas y prácticas, el conocimiento de las dis- tintas agrupaciones indígenas que habitaban el territorio ameri- cano. ls conocido el éxito que aquellas exploraciones alcanza- — 146 — ron en esta segunda faz de la conquista, ó mejor dicho, el ali- ciente que recibieron (). Bien; esa disputa por el predominio territorial que á tan graves extremos llevó, se sostuvo por espacio de trescientos años, en lo que á Ispaña y Portugal se refiere; desde que el descubrimiento del continente dió formas precisas á la rivalidad entre ambas nacionalidades, hasta el tratado de San Ildefonso, el que, como los anteriores, no traería la solución esperada, á pesar de las estipulaciones aclaratorias que las cancillerías en- tendían prudente agregar, siempre sobre la base del más abso- luto desconocimiento de la geografía, suplida en los tratados y protocolos por la anfibología en los títulos como en los térmi- nos para probarlos (*). Sin detenernos en la relación de los grandes y pequeños incidentes que postergaron la ejecución del tratado, por ser ya conocidos (*), y desde que no tienen relación con nuestro próposito final, ó sea de ello lo que fuere, pasaremos á ocu- parnos de los que en definitiva fueron designados para poner en práctica las instrucciones que Galvez firmara en Aranjuez, y que el 12 de Mayo de 1782 (*), llegaban á Montevideo para trasludarse recién á Buenos Aires en Febrero de 1783. Varela, Alvear, Azara, Aguirre y Rico fueron los encargados de la honrosa misión; distinguidísimos marinos lodos, muy merecedores por cierto de la confianza que inspiraban y á quie- nes, el Uruguay, el Paraguay y la Argentina, deben toda una série de publicaciones de interés vário pero especial á estas comarcas del Río de la Plata, y que indiscutiblemente mucho influyeron para su conocimiento en los centros científicos euro- peos, siendo las memorias de Azara las que más se conocieron ó citaron, pues las ediciones en francés, inglés, alemán, ita- liano y castellano, consiguieron fácil difusión, por las tenden- cias del público lector ávido de conocer los resultados de esos aventurados viajes. (+) Las expediciones de Malaspina y Jorge Juan y Antonio de Ulloa tu- vieron por objetivo principal esas indagaciones. (?) Puede verse en C.Carnvo en su Colección histórica de los tratados, las proporciones que adquirió el célebre «expediente particionario »; el tomo VII contiene una síntesis histórica que precisa los términos alegados, facili- tando su inteligencia. El Alegato Argentino, en la cuestión Misiones, com- prende la historia moderna del litigio de límites, cuando ya eran partes los herederos de España y Portugal. (2) P. Guoussac: Anales de la Biblioteca, 1, 207 —208. (*) P. Groussac: Ibid., I, nota de la página 210. — 147 — Don Félix de Azara, nombrado comisario y primer jéfe () de la tercera partida demarcadora, que, por las instrucciones re- cibidas debía practicar en unión de la partida portuguesa los estudios del terreno y el trazado de la línea fronteriza en las márgenes del alto Paraná, —desde el Salto grande, latitud 240 4”, hasta la desembocadura del Igatimí, por el curso de éste siguiendo al poniente hasta encontrar las vertientes de otro, que desem- bocara en el Paraguay llamado Ipané, por no hallarse en esa comarca río alguno con el nombre de Corrientes — se trasladó á poco tiempo de llegado á Buenos Aires á la Asunción del Paraguay, para preparar con método todos los detalles de la expedición, adelantándose así al comisario portugués que en cumplimiento de lo convenido debía concurrir al mismo punto, (desembocadura del Igatimí) para de allí, iniciar la tarea con- juntamente (*). ¿se término continuamente prorrogado, :4 instancias del co- misario portugués, no pudo verse cumplido; las especies urdi- das como dilatorias no dejaban por otra parte de prevenir que nunca se cumpliría, y también en el ánimo de Azara esta sos- pecha se iba fortaleciendo, á medida que inquiría noticias y efectuaba estudios de la comarca en que debía operar. Así se presentó la ocasión para que iniciara sus excursiones por el territorio y reuniera los datos que debían formar sus primeros apuntes, los cuales han sido publicados, en 1873, por el señor general Mitre. Paulatinamente, y á medida que Azara recogía el hermoso conjunto de datos originales, investigaba en los archivos de la Asunción, los antecedentes exactos y noticias en general sobre la historia del descubrimiento y conquista del Río de la Plata, asunto que fué profundizando hasta darle la forma de un en- sayo bastante completo y fidedigno, superior á todos los que hasta la fecha se habían publicado, ensayo que está compren- (*) El biógrafo de los Azara, don Basilio Sebastián Castellanos de Lozada, dice que don Fólix fué nombrado jefe ó comisario principal de las distintas partidas demarcadoras. Es un rapto de efusión explicable, no sabia lo que decia. Véase en Panteón biográfico moderno de los ilustres Azaras de Bar- buñales etc., página 94, Madrid, 1848. (*) Véanse las instrucciones dadas por el ministro Galvez al virrey de Buenos Aires: en CaLvo tomo VII introducción, páginas XXI — XXV y en la Memoria Geográfica etc., de Oyatvide, capitulo I. Dichas instrucciones fueron modificadas por Vertiz en su Plan y, como consecuencia, lo que á Azara tocó en lote estudiar. fl Diario de Alvear, publicado desde el tomo 1 de los Anales de la Biblioteca, contiene el texto integro de las mencionadas Instrucciones y Plan. A VA dido en el segundo tomo de su Descripción é Historia del Para- guay y Río de la Plata, publicada en Madrid en 1847. Después de la redacción de sus apuntes de viaje, fué dando formas distintas á las anotaciones, y así, en materia de geo- grafía é historia tenemos: á la Historia y Descripción crítica de las Provincias del Paraguay y Río de la Plata (*); otra Descripción histórica, física, política y geográfica (*); la Geografía física y esfé- rica de las Provincias del Paraguay y Misiones Quaranies que ahora se publica, y, finalmente, á sus Voyages dans l' Amérique Méridio- nale publicados bajo la dirección de C. A. Walckenaer en 1809 los que, como quedará demostrado, comprende á todas sin ex- cepción. Essais sur l'histoire naturelle des Quadrupedes de la Pro- vince du Parayuay (') y los Apuntamientos para la historia natu- ral de los Pájaros (Madrid 1803), constituyen las obras, por así decir especiales del autor, que, con las anteriormente citadas, bien pueden reputarse como los anales de la tercera partida de- marcadora, desde que, al lado de la iniciativa y de la propia labor del jefe, está la no menos apreciable cooperación de Cer- viño, Boneo, Pazos y Zizur, subalternos tan dignos de la franca confianza del superior, que varios de aquellos viajes como la carta del río Paraná, en buena parte de su curso (, ha sido levantada de acuerdo con la derrota seguida por Cerviño y Pa- zos. Ya se ha citado la edición dada á luz en Madrid de su Descripción é Historia del Paraguay y Río de la Plata, que com- prende la interesante parte histórica 4 que nos hemos referido; y por último, debemos recordar también: á sus Memorias sobre el estado rural del Río de la Plata en 1801; demarcación de límites entre el Brasil y Paraguay á último del siglo XVIII, € informes sobre varios particulares de la América Meridional Española, publi- cados por su sobrino don A. de Azara bajo la dirección de don B. 5. Castellanos de Lozada en 1847; á los Viajes por la Amé- rica del Sur, publicados por primera vez en castellano, por Florencio Varela en la Biblioteca del Comercio del Plata desde el tomo primero (traducción B. Rivadavia); á su Correspondencia oficial é inédita sobre la demarcación, etc., como á otros informes y fragmentos de sus diarios de viajes, publicados por Angelis en su conocida obra histórica; y finalmente, en el «Telégrafo (*) El manuscrito original es propiedad del señor general Mitre. (*) El original forma parte del fondo manuscrito de la Biblioteca Nacio- nal de Buenos Aires. (2) Edición M. L. E. Moreau Saint Méry de 1804. (*) Desde el pueblo de Corpus para el sur, hasta Corrientes. — 149 — Mercantil, Rural, Político, Económico é Historiógrafo del Río de la Plata», se han publicado unos extractos de las descripcio- nes de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay ('). Varias ediciones, y en distintos idiomas como queda dicho, han difundido el meritorio esfuerzo del comisario español, quien, á pesar de sus simples «aficiones» á las ciencias naturales, como él modestamente se adjudicaba, ha podido conquistarse el respeto y la consideración que hoy unánimemente se le rinde, no tan sólo por sus afanes y fatigas. Tal vez, una exagerada admiración por todo lo que proceda del ilustre aragonés, ha dado margen á que una Geografía fé- sica y esférica de las Provincias del Paraguay y Misiones Guarantes, salga á luz, con el correspondiente pasaporte editorial que acre- dita las condiciones ó calidades extrínsecas é intrínsecas, pre- cisamente ausentes en el códice publicado, el que, dicho sea de paso, para adelantar «á cuenta», es una copia con pequeñas modificaciones de lo ya publicado fragmentariamente. En presencia, pues, del asunto primordial que motiva esta controversia, menester será que indiquemos los puntos ó cues- tiones que ella debe comprender, desde que, ni el manuscrito ni el prólogo pueden aceptarse sin objeciones, que debidamente apreciadas justificarán el rechazo de la obra en general del se- nor Schuller. Con respecto al manuscrito puede formularse así el rechazo: no reune las calidades de los documentos autógrafos, que ha- cen de ellos el argumento más decisivo y de más alto valor para comprobaciones históricas, pues con la autenticidad no puede probarse ni se obtiene el sello de la personalidad, que en esas delicadas indagaciones se busca; no comprende más novedad real que la del viaje á la laguna Iberá (26 párrafos), uno que otro número más extenso, pero de poca consideración, y una síntesis que, bajo el rubro de Comparación de los Indios del Chaco con los Guaraní, puede sacar el lector de las otras memorias de Azara sin leer el texto de la Geografía; en cam- bio, ofrece notables desventajas, como que constituye una de las primeras formas que dió á sus apuntes. Todo lo que acaba de enunciarse se fundará suficientemente, pero antes, permíta- senos una breve digresión. Menester será tratar antes, por simples razones de método, de algunas cuestiones prévias que forman ó constituyen la parte (*) Tomo IV, número 12, folio 214; número 13, folio 226; número 16, fo- lio 278; Buenos Aires 1802. = 150 = ilustrativa de la Geografía. Queremos dejar constancia de nues- tra admiración por el desembolso que el Museo de Montevideo ha hecho para dar á la edición un tono llamativo, — reñido con la elegancia y hasta con la corrección en ciertos detalles (*) — sin dejar de deplorar lo que se ha cometido, con las cartas y demás ilustraciones del texto, que, á decir verdad, mejor hu- biera sido que no se hubieran publicado. Los datos biográficos que ofrece el señor Schuller, han sido extraídos de la edición francesa de los viajes y muchos pá- rrafos transcriptos sin variantes, de la traducción publicada en la Biblioteca del Comercio del Plata, aunque se indique en nota, que fueron extractados de la «edición castellana de Florencio Va- rela» (*), los que, no pueden ser recibidos con seriedad, en lo que á la primera edad de Azara se refieren, así como á sus estudios iniciales y aprovechamiento. Si á lo que nuestro editor dice debemos atenernos, resulta que Azara no nació en Barbu- nales el 18 de Mayo de 1746, ó, en último caso, por la nota que está al pie, se da al detalle una solución optativa. Como se comprende, todo esto no deja de ser ya muy interesante. Por otra parte, nada agrega á las conocidas noticias biográ- ficas, una última publicación de don Basilio Sebastián Caste- llanos de Lozada (*), «individuo de muchas academias», de quien, á su tiempo trataremos y en la que sólo deja entrever, entre orlas y epígrafes en clásico latín, una necedad supina, inconcebible en tan magnífico sujeto. Sobre la iconografía de Azara, nada dice el senor Schuller, reduciéndose á reproducir el grabado que trae el atlas de la edición francesa de los viajes. Nosotros ofrecemos un folo- erabado del retrato al óleo que posee el señor general Mitre, el que por la fecha que lleva, fué hecho durante la permanen- cia de Azara en el Paraguay. La pintura tiene positivo valor, una serie de condiciones hacen de la pieza en cuestión un trabajo bien ejecutado, por su fijeza y el tono del conjunto, dejando bien caracterizada la expresión fisonómica del ilustre geógrafo con los rasgos nota- blemente pronunciados de los Azara (*). Viste Azara el uniforme (*) Por la variedad de tipos, no conozco edición que se le iguale. (?) Viajes por la America del Sur. raducción B. Rivadavia, en Biblio- teca del Comercio del Plata. Montevideo, 1850. (?) B. S. CasTELLANOS DE LOZADA. Ibid. (+) Esta tela fué encontrada en un villorrio al norte de la Asunción del Paraguay, y traida hace algún tiempo 4 Buenos Aires por el explorador del Chaco D. L. J. Fontana, fué adquirida por el general BB. Mitre. El retrato de A militar; en uno de los ángulos superiores se vé el escudo de la familia con el yelmo de caballero, á su pie lleva esta leyenda: D. E. Azara —1797—B. L. P. Puede citarse también como pieza interesante, al fotograbado publicado en el tomo segundo del Annual Report of the Smithsonian Institutions, correspondiente al año 1897 ('). Este último retrato ofrece notable parecido, con el publicado por Walckenaer en el allas de su edición. En cuanto á las notas justificativas, que vuelve á publicar el señor Schu- ller, bien pudo ofrecerlas Walckenaer porque se referían exclu- sivamente á la obra que estaba preparando; pero ¿qué suerte aclaratoria, certificativa ó de elegancia pueden tener acá? Las cartas del Ayuntamiento de la Asunción del Paraguay á Azara y las contestaciones de éste, no sólo constan en las ediciones de 1809 y 1847, sino que también en la citada obra del editor Castellanos de Lozada y, en el códice (?) que posee la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, están las copias de puño y letra de Azara. Para terminar este parágrafo, debemos hacer notar antes, las omisiones que el señor Schuller ha co- melido en la lista de las ediciones que se conocen de las obras del geógrafo, ellas son las siguientes: una, de la Descripción del Paraguay, etc., calcada sobre la española de 1847, Asun- ción 1896; una edición inglesa de la Historia natural de los Cuadrúpedos, por W.Perceval Hunter, Londres 1838; y dos edi- ciones en italiano de los Viajes, calcadas sobre la lrancesa de 1809 traducción del profesor G. Barbieri, la primera, dada á luz en Milán en 1817, y la segunda en Torino, en 1830. IV Veamos á lo que queda reducida la novedad del manuscrito que acaba de publicarse en Montevideo; pretexto ó motivo de introducciones, prólogo y notas, en los que el criterio y la eru- dición del señor Schuller por fin, se exteriorizan, para dejar una impresión desfavorable por su forma inconveniente y su fondo de valor desigual, ya que debe atenderse á cada una de sus partes y concederse, cierto interés á las demostraciones que ofrece cuerpo entero que ejecutó al óleo el pintor español F. Goya, se conserva, se- gún noticias, en Barbuñales. De este retrato se sacó un busto, haciéndolo grabar luego Walckenaer, para la edición francesa de los Viajes. () Página 74, plancha IV. (?) Descripción histórica, física, politica y geográfica, etc. — 152 — para fundar su tesis etnográfica, lo que en suma para nosotros, no tiene mayor importancia que la de una simple adhesión. En Julio de 1897, el señor G. Roosen ofrecía en venta al gobierno argentino el manuscrito que se acaba de publicar. Pasada la propuesta á informe de persona tan habilitada para formularlo como el señor director de la Biblioteca Nacional, don P. Groussac, éste se expidió aconsejando su inmediata adqui- sición, en vista del resultado obtenido de su examen y cotejo, lo que, sin embargo, no fué así resuelto por el ministerio res- pectivo (*). ] Posteriormente, en el mismo año de 1897, el señor Roosen ofreció su artículo al Archivo General de la Nación, y su director, después de oir la opinión de los señores M. TF. Mantilla y E. Or- tiz Basualdo, sobre el particular, resuelve no aceptar el códice ofrecido, como consecuencia de las razones que dichos miem- bros consultores dieron para probar su insignificante valor (*). ¿sa discrepancia fundamental de los informes, pudo ser motivo de un tercero y amplísimo dictamen que sirviera de fundamento suficiente para formular la admisión ó el rechazo y hasta de examen concluyente é ilustrado, de las interesantes cuestiones que comprenden el valor extrínseco é intrínseco del códice. A este fin, no era suficiente, como se comprende, la simple comparación del códice propuesto con el que demostraba más estrecha relación, ni esa aparente abundancia de datos originales, apreciados por el mayor número de parágrafos, tablas, ete., podían arrancar una opinión bien fundada, sin ejercitar estrictamente todos los recursos del más completo y minucioso cotejo. Decididamente, el dictamen del señor P. Groussac, debe rechazarse por insuficiente. ll señor Groussac dice en substancia lo siguiente: «de la compulsa verificada entre el manuscrito publicado por Mitre (*), y el propuesto, (publicado por Schuller) resultan marcadas di- ferencias, aunque no es autógrafo como el de la Biblioteca Na- cional de Buenos Aires. I'sta desventaja queda compensada con (*) No deja de ser muy interesante lo siguiente: en la página LXVI del prólogo se expresa que: «4 esta clase de documentos pertenece el Ms. que nuestra Biblioteca Nacional posee, adquirido en el año 1896 por el Gobierno de la República». Se trata de un simple qui pro quo, ó de que existen en plaza, dos copias de la Geografía? (*) Obran en nuestro poder las copias de los informes á que hemos alu- dido; aprovechamos la oportunidad para agradecer 4 los señores P. Groussac y J. J. Biedma, la consulta que nos han permitido hacer de los originales. (*) El de los Viajes, Ó sea la primera forma de los apuntes. la amplitud de los relatos, con las ilustraciones que aclaran el texto (*), con los apéndices de interesantes cuadros estadísticos y hasta con la corrección de la exposición.» «ll Ms ofrecido arranca de Villa-Rica, termina en la Asun- ción; el nuestro, del mismo punto y termina en Santo Tomé; variedad representada por un aumento de 378 parágrafos y 37 páginas de papel florete español de compacta letra y estrechas líneas. 1¿l Ms describe 26 pueblos á que el autógrafo nuestro no llega. No figura en éste tampoco, el prólogo que tanta luz arroja sobre las fechas de las relaciones é indica el meridiano adoptado para las situaciones geográficas, etc... Hasta el pará- grafo 316 parece que el manuscrito fué escrito copiando el aulógrafo que poseemos (*), siendo los aumentos una consecuen- cia de la redacción más completa. Queda probado que el Ms es de Azara por ser copia en parte del autógrafo, y como pre- valecen también los elementos restantes que abonan en pro de su autenticidad, como la unidad de estilo y de estructura, no debe dudarse en lo más mínimo sobre la cuestión de origen,, máxime cuando aparece al pie de él la firma de Azara, indu- bitable, según los testimonios de los doctores Segurola y Gu- tiérrez. 1l Ms, por lo aducido, resulta interesante y su adqui- sición recomendable.» cl informe producido por los señores M. TF. Mantilla y L. Ortiz Basualdo reune mejores condiciones como trabajo de co- tejo, aunque no es tan minucioso y detenido como hubiera sido de desear, reduciéndose á demostrar las semejanzas más nota- bles entre el códice propuesto y las anteriores publicaciones del autor, incurriendo en el error de consagrar á la edición de 1847 de la Descripción del Paraguay, ete. (*) como la obra más com- pleta del geógrafo, cuando en verdad lo mejor que existe es la edición francesa de los viajes, que se publicó en París en 1809, bajo la dirección de €. A. Walckenaer (*), como quedará demos- trado más adelante. (*) Dos Jáminas: la planta del añil y el arbolito de la yerba del Paraguay. En cuanto á los planos, el de Atirá, Concepción, Candelaria y la Asunción, ya han sido publicados; véase el atlas de la edición francesa de los viajes, etc. Paris, 1809. (?) Schuller dice que tanto el nuestro como el suyo, han sido copiados, «de otro autógrafo cuyo paradero hasta el presente ignoramos, pero del cual fuera de toda duda, ha sido copiado el Ms que damos á la estampa». Mera suposición sin fundamento. (3) F. be Azara: Descripción e Historia del Paraguay y Rio de la Plata, obra póstuma de don '. de Azara, Madrid, 1847. (*) F. pe Azara: Voyages dans ll Amerique meridionale, Paris 1809. Tomo XII 12 — Como los exámenes que ambos informes demuestran son muy generales, reducidos á lo estrictamente necesario, y siendo imprescindible para llegar á una conclusión exacta el minucioso cotejo del manuscrito de la Geografía con las diferentes memo- rias dadas á luz del mismo autor, pasaremos .á acometer la tarea con el cuidado y la escrupulosidad que el caso exige, sin preocuparnos de contestar las afirmaciones de los que en este trabajo nos han precedido, desde que los resultados aparece- rán en detalle, y luego, en un breve párrafo final, sin preten- siones, Ó mejor dicho, con la especial preocupación de desti- tuirlo de toda contextura de alegato forense. Lo que al valor extrínseco se refiere, ha quedado librado á la buena voluntad del copista, Ó á la del editor, quienes, como es evidente, habrán hecho desaparecer la calidad de la forma pri- mitiva de los apuntes, tal como se redactaron y ordenaron du- rante esas largas peregrinaciones, precisamente lo único que debió publicarse, pues hubieran constituido el antecedente de las obras de conjunto que después ó antes vieron la luz. ll ma- nuscrito que se publica, es copia en su primera parte, del autó- grafo que existe en nuestra Biblioteca Nacional, como muy bien lo expresa el señor Groussac, ampliado, por el cambio de redac- ción y por algunos (muy pocos) parágrafos nuevos, y en cuanto á la segunda parte, ó «Descripción general», es copia también, aunque menos completa, del autógrafo que posee nuestra Bi- blioteca Nacional que lleva por título: Descripción histórica, física, política y geográfica, etc. y del cual, dicho sea de paso, Azara se expresa así: «Il parle (M. Moreau Saint Méry) d'une autre description historique, physique, politique et géographique de la province du Paraguay, qu'il avait commencée á traduire; mais vous ven devez faire aucun Cas, parce qwW'elle est con- tenue dans celle qu'on va publier, et parce que je Pécrivis á la háte dans un temps oú ¡e v'avais pas l'insltruction que j'al aujourd'hui, et uniquement pour satisfaire les priéres du corps de ville de la cité de l'Assomption (*).» Cinco cuestiones considera el prólogo del manuscrito á saber: viaje de Azara al Río Grande de San Pedro; viajes de Azara como consecuencia de la demora de los portugueses en acome- ter la tarea de la demarcación; apuntes de las observaciones efectuadas en aquéllos y de las investigaciones de la historia de la conquista del Paraguay y territorios de ambas márgenes (1) FP. be Azara: Voyages, ete., 1, Correspondencia entre Azara y Wulcke- naer, carta 61, del Río de la Plata; métodos por él adoptados para apreciar las distancias, para la determinación del lugar geográfico, como asi- mismo, para la adopción del meridiano que pasa por la ciudad de la Asunción; lo referente al trazado de los ríos en la carla que construye en colaboración con sus subalternos, y, final- mente, las reglas de estructura ortográfica adoptadas para con- servar la fidelidad de los nombres geográficos en guaraní. Comprendidas están en absoluto, las diversas cuestiones que dejamos enunciadas en las introducciones de las obras gene- rales de Azara, que ya hemos citado (%) y especialmente, en la edición de 1809 que trae numerosos detalles de los procedi- mientos adoptados para apreciar las distancias y de los ins- trumentos y su uso para apreciar la longitud y la latitud. La edición de 1847, desde ya puede considerarse deficiente, no sólo por el método empleado en la exposición como por au- sencia de consideraciones y buena parte de datos que la pri- mera comprende. Abordando la materia de los «Viajes», puede afirmarse que: el primero á «Villarica», se encuentra publicado ¿n extenso (*), resultando del cotejo de ambos textos, que ciertos detalles de importancia no figuran en la edición que nos ocupa (%); modifi- caciones introducidas en la copia para allerar y no para acla- rar ó ampliar la relación. Los viajes segundo y tercero, ó sea, ú la «Cordillera» y 4 «Misiones», han sido publicados tam- bién en la edición Mitre, ofreciendo ésta mas minuciosidad en la información y hasta mayor corrección en el estilo. Si es cierto que no existen diferentes criterios en la apreciación de los hechos, las amputaciones, en cambio, que ha sufrido el manuscrito publicado por Schuller, se notan en algunos pá- rrafos del viaje á la «Cordillera» (*), y extracciones de parágra- fos completos (*) para formar el capítulo aparte de los «Peque- () La francesa de los viajes etc., y la española de 1847. (?) «Revista del Rio de la Plata», tomo 1 y siguientes. (*) Las alteraciones más notables son las de los números 37—41, faltando como deciamos, en la última edición, detalles que pueden ser de interés. A propósito de aumento de párrafos: en esta edición, los números 37 y 39 es- tín consagrados para referir que el viajero fué ú misa, el primero, y el se- gundo, que volvió 4 la casa de Búez; mientras que en la edición Mitre es cuestión de un simple punto aparte. Así resultaba fácil multiplicar los pá- rrafos. (4) Podemos citar, entre otros, á los que llevan los números 80 —88, del manuscrito publicado por Mitre. () Los materiales que constituyen los números 117—123 y 143—145 del viaje 3 (del manuscrito Mitre) faltan en el de Schuller, en el mismo — 156 — ños Viajes». Todo esto no puede sorprender al prologuista, ya lo sabía; también le será fácil sospechar que no hemos ex- tremado los procedimientos para probarle que la asociación de ideas, como el estilo, es tan incorrecto en uno como en otro códice, aunque fuera de duda el que últimamente se publica lleva la peor parte. El cuarto viaje al «Río Pilcomayo» ha sido publicado por P. de Angelis ('), textual, aunque no parezca así al señor Schu- ller, «que no comprende la razón» de algunas omisiones que aquel editor ha cometido, lo que nosotros no hemos podido notar á pesar de la compulsa verificada, á no ser, que la pe- sada tarea y los sofocantes días de Diciembre, á ella especial- mente destinados, nos hayan atrofiado el órgano de la clari- dad. El viaje á «San Estanislao» y «San Joaquín» (cuarto en el manuscrito Mitre) ofrece algunas diferencias favorables al anteriormente publicado, principalmente en la parte final del viaje á «San Joaquín», como lo hace notar el mismo señor Schu- ller ('), que dice: «Azara omite aquí la relación del viaje de su oficial subalterno don Pedro Cerviño». También hace notar este editor, que en el manuscrito por él publicado falta el largo párrafo que en el de Mitre lleva el número 285, el que refiere un viaje de Cerviño y Boneo. No hemos notado más novedad, que la del aumento del número de párrafos, en extensión más breves y en substancia equivalentes á los del códice publicado por Mitre, pero con el inevitable trastrueque de términos que no arrojan resultado positivo. Siguiendo esta tarea tan pesada como poco elegante, di- remos que en el viaje á Carapeguá y Quyyyndy se nota una supresión en el manuscrito que publica Schuller que la cons- tituyen cuatro párrafos que llevan los números 295 — 298 del manuscrito publicado por Mitre, uno de los cuales comprende, la descripción de Acaay, (vice- parroquia) (*). Ll viaje séptimo á «Curugualy» corresponde al sexto del ma- nuscrito publicado por Mitre, á pesar de parecer distinto por el nombre de la villa visitada, lo que en realidad .no es así, pues, como lo hace notar el mismo señor Schuller en la nota de la página 191, el propósito final del viaje fué Quaripoty, lugar; son los viajes ú Caapucú y Cangó ó Boby, que en el último ma- nuscrito forman parte del capítulo de los «Pequeños Viajes». (1) P. DE AnGkLIs: Colección de Obras y Documentos, VI, 1837. (?) Manuscrito publicado por Schuller, nota al pie del número 280. (3) El señor Schuller los agrega en nota. o Curuguaty y otros pueblos. Se notan en esle viaje variantes notables en los textos, destacándose por su precisión y soltura de la frase, el publicado por Mitre, en apariencia más breve ó poco minucioso al principio, ó sea en lo que á Quaripoly, Iguamandiyú, Concepción y Nuestra Señora de Belén se re- fiere, aunque evidentemente abreviado en la última parte (*). El viaje á la laguna «Iberá», nos ofrece efectivamente un buen número de datos originales que el manuscrito publicado por Mitre no trae, y principalmente desde el párrafo 350: la supresión de Santo Tomé, La Cruz y Yapeyú en el mismo ma- nuscrito no tiene importancia; con todo, la diferencia está re- presentada por un buen número de párrafos (26). De San Roque é ltaty no trae el manuscrito publicado por Mitre noticia al- guna, pero sí de los tres pueblos restantes, Ñumbucú, Remo- linos y Villeta (*). En cuanto al noveno viaje, vuelve á publicarse lo que se creía inédito. En el manuscrito anteriormente publicado (%), consta la descripción de los viajes á las capillas de Paraguary, Ibicuy, basta llegar á Quyguyhó, con la particularidad que en la primera edición, las observaciones parecen más cuidadosas, notándose también diferencias notables en los cálculos de las situaciones. Itaty, pueblo ya conocido por una noticia histórica de Azara, vuelve á ser objeto de una descripción geográfica, como los tres siguientes: Garzas, Santa Lucía y Saladas que también han sido referidos en la primera edición (*). La noticia histórica de la ciudad de Corrientes, que el último manuscrito trae, no pasa de ser una brevísima y defectuosa re- lación — sin notas ilustrativas ó aclaratorias — incomparable, á la que nos ofrece la primera edición, máxime si se tiene en cuenta, que muy poco hace al asunto geográfico, físico ó esfé- rico, el zarandeo anecdótico de la «cruz triunfante», cuando lo esencial hubiera sido que los propósitos y la utilidad de la nueva descripción se constatara con el bosquejo de su estado social, económico y político, como á ese fin cumple estricta- mente, el manuscrito publicado por Mitre. Por otra parte, hu- (1) Los viajes 4 Candelaria, Ibirapariyá, Curuguaty y Carimbatay com- prenden once púrrafos numerados del 325 —336 en el manuscrito que publica Schuller, cuya substancia no esta comprendida en el otro manuscrito. (2) Viajes ineditos, publicados por B. Mitre, 1873 «Desde Corrientes ú la Asunción», páginas 50 y siguientes. (?) Manuscrito publicado por Mitre, viaje primero ú «Villarica», páginas 12— 77. Tí (*) Ibid: «Desde Santa Fe 4 Corrientes» páginas 3b y siguientes. — 158 — biera sido de desear que el prologuista, aprovechando la opor- tunidad que se le presentaba para ser erudito y exacto, hubiera agregado también en nota, ó simplemente citado, las publica- ciones donde constan todos los detalles de la fundación de Corrientes, pues con las que ofrece, el ánimo queda perplejo, por su inseguridad manifiesta y constante, desde la primera hasta la última anotación. Una llamativa advertencia nos anuncia, que estamos en pre- sencia del viaje al Tebicuarí. No ha sido publicado por Mitre, pero sí por Angelis (*), el que, dicho sea de paso, se lo adjudicó á Azara indebidamente, pues, como ha quedado probado, lo verificaron dos subalternos de aquél, el teniente de navío don Martín Boneo y el ingeniero don Pedro Cerviño. Sobre este viaje al Tebicuarí, el señor general Mitre hizo, en la introducción de los Viajes inéditos publicados como se sabe en la «Revista del Río de la Plata», algunas afirmaciones contrarias indudablemente á la realidad de los hechos, pero ex- plicables, si se liene en cuenta la breve noticia que Angelis agregó á la publicación y, por otra parte, á la falta de los ele- mentos necesarios para obtener la prueba contraria, lo que hoy recién ha podido conseguirse con el texto de la Geografía especialmente y que el señor Schuller invoca para hacer inclinar la opinión á su favor. lil señor general Mitre no ha sido el único que ha incurrido en ese error, materialmente ¡inevitable - á todas luces; el señor Groussac lo ha repetido, hasta puede decirse, con mayor conciencia de lo que afirmaba cuando, en su «Noticia biográfica de don Diego de Alvear» refiriéndose á Azara, se expresa así (*): «In el orden geográfico es de bas- tante interés su reconocimiento del río Tebicuarí». «Nadie en este mundo», le negará al señor Schuller lo que acaba de de- mostrar, pero con más circunspección y menos transcendenta- lismo, hubiera impresionado mejor. Este viaje décimo al Tebicuarí, que publica el señor Schu- ller, es un extracto del anteriormente publicado en la ya citada obra de don P. de Angelis como también lo hace notar el se- nor Schuller, y que buena parte de su material está compren- dido en los viajes 1% 3% y 4% (del manuscrito publicado por Mitre) por cuyo motivo, se habrá creído prudente evitar la re- (1) P. DE AnarLis: Diario de la Navegación y Reconocimiento del Río Tebicuarí. Colección de obras y documentos, etc., IL, 1837. (2) P. Groussac: Noticia biográfica de don Diego de Alvear y Examen crítico de su diario, «Anales de la Biblioteca», l, 214. — 159 — petición, como asimismo. los rumbos y distancias navegadas por el río. El undécimo comprende, los viajes encargados por Azara al alíerez de fragata y primer piloto de la real armada, don Pablo Zizur, viaje que tuvo por objetivos los siguientes puntos: Guar- nipitan, San Lorenzo, Frontera y Lambaré (). Forman estos apuntes el cálculo de los rumbos y distancias y la indicación del lugar geográfico, sin detalles que indiquen las otras inda- gaciones que Azara agregaba ó complementaba sin descuidar, como ser, las primordiales, de índole esencialmente astronó- micas y geométricas. Las observaciones de las dos localidades que quedan sin conocer, del capítulo de los «Pequeños viajes», — porque como se recordará Caapucú y Cangó ó Boví, constan en el viaje á «Villarica» del manuscrito publicado por Mitre — ó sea, de Barrero y Luque, son de análoga importancia. Queda terminada la primera parte del códice que se refiere á los viajes, en cuya obra han colaborado, como queda de- mostrado, Azara y sus dignos subalternos, y, con la que han echado las bases de la geografía de la extensa comarca que atraviesan los profundos y caudalosos ríos Paraguay, Paraná y Uruguay. Al propio tiempo que se verificaba la tarea preliminar de la exploración; olras indagaciones más especiales; como la de los cálculos de rumbos y distancias, la situación geográfica, la geología, fauna y flora, iban enriqueciendo las páginas de los diarios y formando el conjunto inapreciable de datos que no sólo por la curiosidad que cada uno de ellos podía provocar serían especialmente apreciados, cuanto que, por las hipótesis, que el posterior y necesario examen tendría que ofrecer, y hasta el mismo ensayo constructivo y generalizador que luego tendría que surgir, como aspiración final y superior de la ciencia. De cualquier manera, eran países desconocidos; original y caprichoso el suelo, con una fauna peculiar, absolutamente nueva, y una flora, tal vez única por la grandiosidad del con- (1) El señor Schuller ha estado confundido, ó no ha expresado lo que deseaba cuando escribió la nota que estú al pie de la página 275. Ese «Diario» de una expedición 4% Salinas emprendida por Zizur, no tiene nada que ver con la obra de Azara. Se trata de las Salinas situadas en la guardia de las Tunas (provincia de Buenos Aires), viaje del que Zizur dió cuenta al Cabildo en forma de un «diario», acompañado de un mapa, que se publicó primero, en el Registro estadístico de Buenos Aires y luego, en la conocida obra de Angelis, tomo VI. ES junto; caidas de agua que la imaginación sólo puede concebir en las clásicas selvas de Sajonia, y, en otra categoría de acci- dentes, propios también de la tierra americana, el mismo indí- gena sedentario sometido á la ley de una nueva vida; fueron como se comprende, motivos suficientes para estimular la fibra del observador inquieto y seguro de la interesante perspectiva; habrá sido la realización de sus sueños juveniles, el amable presagio de días felices, lranscurridos suave é imperceptible- mente en el estudio de una serie de cuestiones que, su criterio justo y prevenido revestiría de formas capaces de caracterizar la obra provechosa, de sus viajes por América. Comprende el primer capítulo de la «Descripción general del Paraguay», una breve reseña de sus antiguos dominios territo- riales, en la que se hace mención de los despojos posteriores de que fué objeto, como de la resistencia de los jesuitas á re- conocer la soberanía de los monarcas españoles en sus misiones y, finalmente, de las dificultades á que dió margen la división de esos territorios dada por real cédula de 1720, lo que en de- finitiva, no fué resuelta satisfactoriamente (*). (2) La factura de los primeros púrrafos de este capítulo no se recomienda por su claridad, notíndose al final del que lleva el número 472, una confu- sión en la sucesión de los «contecimientos, que hace peligrar la verdad, dejando en cierta manera inseguro al lector. Preferible 4 todas luces es, la siguiente relación de esos mismos antecedentes, que Azara hace en su ma- nuscrito original, titulado: Descripción histórica, física, política y geográ- fica, etc., el que, como se sabe, forma parte del fondo manuscrito de nues- tra Biblioteca Nacional. Dice el autor: «Los límites de esta provincia, asignados en los despachos de don Pedro de Mendoza y Alvar Nuñez, no están claros, porque entonces se sabia poco de la geografía de estos países; sin embargo, fueron desde el Rio de la Plata al Estrecho de Magallanes, y doscientas leguas de costa en la Mar del Sur hasta dar con el gobierno del Mariscal Diego Almagro. Tam- bién comprendieron la isla de Santa Catalina, y lo que hay de la Asunción á ella, la provincia que llamaron El Guayra hasta mús allá de donde tuvo existencia la Villa Rica, y por lo que hace al Norte hasta la Laguna de los Xarayes, los Chiquitos, Moios y la provincia que hoy es de Santa Cruz de la Sierra. La primera desmembración ó división que padeció el gobierno del Pa- raguay fué de los Chiquitos, y Santa Cruz de la Sierra que se hizo por el parentesco de Nuflo de Chaves con el Virrey del Perú, según queda dicho. Después, en 1620, se dividió en dos, encargando al otro gobernador las pro- vincias de Buenos Aires y Tucumán. Síguese ú esto la pérdida de la provincia del Guayra con la retirada de la Villa Rica atacada de los Mamelucos, y, por fin, la extensión de la provincia del Paraguay se hallaba reducida á muy poca cosa, cuando vino 4 gobernarla el señor Moneda. Aun lo que le quedaba hacia el Sur fué muy controvertido por los go- — 161 — lísta reseña — que agregamos en nota para no abusar de la atención del lector — demasiado sintetizada para un lexto de geografía, puede considerarse nueva, no comprendida en las obras publicadas del autor, ó especialmente destinadas á esas dilucidaciones de límites, pero no desconocida en absoluto, pues esos antecedentes han sido referidos en varias publica- ciones y entre otras, en la del señor M. R. Trelles (*) destinada exclusivamente á esos enredos de límites, que á cada sección en que se dividió el virreinato del Río de la Plata tocó en lote. Menciónase en párrafo aparte, el límite norte de las provin- cias del Paraguay, que no es otro que el establecido en el tra- tado de San Ildefonso (*) el que corresponde exactamente, al que actualmente tiene. bernadores de Buenos Aires. Mas, al fin, se limitó este gobierno por el Sur al Rio Tevicuari, y así estaba cuando por Real Ordenanza de Intendentes, del año de 83, se le incorporaron trece pueblos de Misiones Jesuiticas, que se comprendian en este Obispado, porque dicha ordenanza señalaba por li- mites de las provincias los de los Obispados; pero no se le han aplicado las tierras que hay desde Neembueú al Paraná, porque los Correntinos apoyados al gobierno de Buenos Aires, interesado en el asunto, no han querido cum- plir dicha Real disposición que dí los mismos linderos á los Gobiernos y Obispados. Y porque muchos los ignoran los voy ¡ referir originalmente. La Bula en que Pablo 1 erigió el Obispado del Paraguay, no le dá otros limites que los que señalase Carlos V, á quien y ú sus sucesores, dió facultad de alterarlos cuantas veces quisieren en lo fuburo; pero como no hubiese Obispo en Buenos Aires ni Tucumín, el del Paraguay atendía í todo hasta que habiéndose erigido Obispo en Buenos Aires, tuvieron ambos multitud de disputas sobre límites; las cuales se acabaron expidiendo una Real Cédula en 1720 mandando á los litigantes que nombrasen Arbitros. Estos fueron los Padres Jesuitas José Isaurralde y Anselmo de la Mata, quienes en 20 de Junio de 1737 asignaron por lindero el Rio Paranú, desde su confluencia con el Paraguay hasta la del Igarupa y subiendo por éste y el Guazú Pizaró hasta su origen. De allí señalaron la raya por lo mís alto de las tierras medias entre el Parana y el Uruguay hasta donde se hallan los origenes de los rios San Antonio y Pepiri-guazú; de modo que las ver- tientes del Paraná quedaron por el Obispo Paraguayo y las del Uruguay del de Buenos Aires. El resto de los límites del Obispo del Paraguay son los que se asignaron en virtud del tratado de 1777 entre nuestra Corte y la de Lisboa. Yo los he marcado en el mapa, pero quizás se alterarán al verificarse la Linea Divisoria; por el Occidente no hay limite asignado á esta Provincia y Obispado; pero como no tienen posesiones en el Chaco, podemos decir que sus límites no pasan por este ladó del Rio Paraguay». (*) M. R. Trenes: Anexos á la Memoria sobre la cuestión de límites entre la República Argentina y el Paraguay, 1, 140, Buenos Aires, 1867. (*) C. CaLvo: Ibid VIT. Se encuentran también en el Alegato de la Re- pública Argentina (Cuestión de límites con el Brasil), una exposición y co- mentario de los tratados y protocolos que nó se cumplieron por la reticente actitud lusitana, púginas 214 y siguientes. — 162 — N ¿s de notar, en toda esa árdua discusión y expedienteo á que dió lugar la demarcación de límites de aquellos dominios, la extraordinaria mala [e puesta en juego por los portugueses para conseguir el aplazamiento de la tarea sobre el terreno, y especialmente, la que se refería á la sección del territorio que le tocó estudiar á la tercera partida demarcadora, de la que era jefe Azara; dificultades que crearon la imposibilidad, que obligó á éste, á formular sus protestas y observaciones sobre los ríos por donde, interpretando bona fide los tratados, debía trazarse la línea fronteriza (). Bien, pues, en esta materia de límites no está el manuscrito que se publica á la altura del que acabamos de citar en nota, aunque, como recién se ha dicho, el asunto con todos sus pormenores es demasiado conocido. Lo que á «Disposición y calidad de las lierras» comprende el manuscrito, ha sido publicado en las ediciones de 1809 y 1847; idéntica conclusión se obtiene del cotejo del siguiente, que se ocupa del «Clima y Vientos». Debemos hacer notar la notable semejanza que ofrece el primer capítulo con el equivalente del manuscrito que lleva por título Descripción histórica, física, po- lítica y geográfica, elc., aunque es algo más breve, que el «que contiene el manuscrito titulado Historia y descripción crítica de las provincias del Paraguay y Río de la Plata (*. «Aguas y Ríos» tiene mucho interés por el método de la ex- posición, claro y suficiente para dejar una buena noción de la hidrografía del país, viniendo á constituir así, como una reca- pitulación, de lo ya mencionado en sus exploraciones y que sin variar en su parte fundamental es, como descripción general, bastante correcta; superior, evidentemente, á lo ya publicado en las citadas ediciones, y equivalente á la del segundo manuscrito que acabamos de citar, aunque por algunos detalles, inferior, á lo que comprende el primero. Los «Minerales» no han dado pretexto para muchas consideraciones, todo se concreta á un buen capítulo de congeluras, que dicho sea en homenaje de Azara, se rechazan resueltamente dando á esos repetidos «in- ventos» (sic) el valor de simples fábulas. Por lo demás, puede considerarse en substancia, ya publicado ó mencionado en las citadas ediciones y manuscritos. (1) F. DE Azara: Memorias sobre el estado rural del Río de la Plata en 1801; demarcación de límites entre el Brasil y Paraguay. Madrid, 1847. Correspondencia oficial e inedita sobre la Demarcación de límites entre el Paraguay y el Brasil. Colección de obras y Documentos de P. de Angelis, IV, 60, Buenos Aires, 1836. (?) El original autógrafo de Azara, está en poder del señor general Mitre. — 163 — Recapitulando todo lo que á la flora del país descripto consta en las anteriores publicaciones, Azara ofrece en esla, su Geogra- fía, una idea general de esos bosques seculares, de los espesos gramillares y pajonales que decoran la faldas de los cerros Ó las costas de las innumerables corrientes de agua; de las plantas acuáticas, de alegres flores del aire y del variado con- junto de parasitarias que, brotando de los troncos podridos, suplen con su presencia la falta de algún cedro secular. Comprende este capítulo, — que sinceramente se confiesa incompleto, digno sólo de un alicionado (), —una interesante descripción del «árbol más útil á la provincia», desde que, todavia la yerba, constituye el fruto del Paraguay capaz de mantener un activo comercio de exportación; el único pretexto, que tal vez daría ocasión al canciller de esa república, á que repitiera aquella frase un tanto vulgar, que encierra el con- cepto del ideal ministro de negocios extranjeros. Ha dicho un diplomático europeo, y se ha repetido, que la persona inves- tida de tal carácter público debía saber, no sólo comer truchas, sino que también, el precio de las truchas; toda una autori- dad, pues, en materia de frutos y productos exportables, y un genio, para la guerra de tarifas. Tenemos entendido que en el Paraguay, se vive tranquilamente, á la sombra de impagables zZarzos cubiertos de azahares, «chupando» la infusión de « yerba mate» y sin la menor zozobra diplomática. Se ilustra la descripción con un buen dibujo de la mencio- nada planta, dibujo á tinta china, que, indudablemente, dá idea bastante fiel de lo que es; dicha ilustración no consta en nin- guna de las anteriores ediciones. Sobre su descripción, bene- ficio, clases, sistemas de plantación, antigúedad de uso y el «male», se presenta más completo en el códice titulado Des- cripción histórica, física, política y geográfica, ete., y puede repu- tarse más metódico también, por varios detalles que lienen interés. Debemos hacer constar que Azara, no divide su expo- sición en el manuscrito que se acaba de publicar, en «vegelales silvestres» y «vegetales de cultivo»; describe á todos en el mis- mo capítulo, sin distinguir géneros, especies, familias, etc. Comprende la descripción de la fauna, dos capítulos titula- dos; «Cuadrúpedos» é «Insectos y Reptiles», siendo ambos (*) Con pequeñas variantes, advierte Azara en sus distintas obras publi- cadas y manuscritos, cuando llega ¿esta parte, que será breve, al sólo ob- jeto de hucer mención de ese detalle tan importante de las condiciones de la naturaleza física. En ninguna, esti mejor tratada esta materia que en la edición francesa de 1809. — 164 — brevísimos, muy inferiores desde luego, á lo que contienen las ediciones de 1809 y 1847. No habrá que mencionar, como se comprende á las obras de Azara que están especialmente de- dicadas á estas materias (*). Lo que en la Geografía se ofrece, pues, es un bosquejo general, ausente de toda enunciación sis- temática, limitado el primero, á las observaciones que le sugi- rieron la crianza, el desarrollo y la selección de ciertas espe- cies domésticas; y, el segundo, á los apuntes igualmente breves sobre insectos, que áú decir verdad, muy poco valen. Debemos hacer notar la identidad que existe entre el capítulo «Cuadrú- pedos» que analizamos, con el que forma parte del manuscrito titulado Descripción histórica, física, política y geográfica, etc. Llegamos al capítulo «Habitantes» que tan variadas apre- ciaciones ha arrancado al prologuista, y que, al dar motivo á que su erudición y criterio se exteriorizaran, ha provocado la provechosa compulsa y el estudio detenido, que tanta luz puede arrojar indudablemente cuando las investigaciones se dirigen con seriedad y con el exclusivo propósito de presentar un buen capítulo de conclusiones. No se tratará por el momento del prólogo, sino de la parte final del códice, con sus notas acla- ratorias é ilustrativas, que el editor ha agregado al texto como corresponde á toda edición crítica. Principia Azara, su capítulo diciendo que sólo describirá, á las agrupaciones indígenas que habitaron «en lo que comprende mi carta y en sus inmediaciones»; á los españoles, negros y mulatos, que también viven en ella, agregando como especial advertencia que «no hablaré de ellos sino de su estado actual, sin entrar en más discusiones antiguas que en la de la pobla- ción de estas tierras cuando llegaron á ellas los primeros es- pañoles». Como consecuencia de lo que deja expresado, refiere: que los conquistadores repartieron todos los indios de la dependencia de la Asunción que no excedieron de 57.000, y que, á fines del siglo XVIII, esa población se mantenía en la misma proporción y densidad que en los primeros años del descubrimiento, y que si alguna diminución sufrió, fué debido á la acción de los portugueses y paulistas y en manera alguna á la decantada atrocidad de los conquistadores españoles, los cuales, para que (*) De los «Cuadrúpedos» se conocen tres ediciones; la francesa de 1801 (Paris), 2 volúmenes en 160; la española de 1803 (Madrid), 2 volúmenes en $0, y una tercera que no cita el señor Schuller en 2 volúmenes, Londres, 1838. De los «Pájaros»; la de (Madrid) 1803, $ volúmenes en 80, la de (Paris) 1802, 3 volúmenes en 89, y la del Instituto Paraguayo. — 165 — el aserto vulgar pudiera confirmarse —en lo que corresponde á los distritos de la Ciudad Real y Villarica — debieron consu- mirse individualmente 1500, lo que á cada español debió tocar. Il prologuista no ha ilustrado este punto como debió y cuan-- do tan fácil le hubiera sido, pues en una serie de publicacio- nes especiales y hasla en las conocidas revistas del Río de la Plata y Buenos Aires, tenía elementos importantes para esa di- lucidación, para evitar así al lector, la desagradable impresión de la insuficiencia, como resulta en este caso que el prolo- guista se reduce á hacer citas que contradicen los cálculos de Azara, reduciendo todo el interés de esta cuestión, pues, á una simple opción para el lector. Según esta geografía, los Payaguá, «ambas parcialidades» extendieron sus dominios sobre el río Paraguay, desde los 22. 8' de latitud, hasta donde se encontraban los Sarigués y más al sur, los Tacumbú, á inmediaciones de la Asunción; esto su- cedía desde 1740. Determinada la situación y el radio de dispersión de esos agregados, pasa el autor á ofrecernos los caracteres físicos y psíquicos de sus individuos, bosquejándonos el grado de pro- greso de su organización social, observaciones que en su tota- lidad, han sido publicadas en las ediciones de 1809 y 1847 con pequeñas modificaciones en el método de exposición, favorable en esle caso, al adoptado por la edición de 1809. Debemos hacer notar que, en la edición que examinamos, existen algu- nos párrafos destinados al estudio de los medios más reco- mendables para someter á las naciones bárbaras, lo que, como se sabe, Azara trata en la edición de 1809 especialmente en un capítulo, que lleva por título: «Des moyens employés par les conquérants de PAmérique pour réduire el assujettir les Indiens; el de la maniére dont on les a gouvernés (')». De los Mbayás, nos ofrece algunas curiosas observaciones que se refieren, á su origen y á la existencia de un ser sobre- natural hacedor de todas las cosas, pero sin personificación, concebido como una abstracción superior. Por sus caracteres físicos y algunos usos y costumbres, parece que tienen afini- dad con el grupo anterior, aunque es de lamentar que, para esta identificación, concurran muy pocos datos. No hemos no- tado diferencias substanciales entre los textos que compara- mos, sólo resulta una ventaja favorable á la edición de 1809, la del método de la exposición. (*) Ibid, IL, XII, 198. París, 1809. — 166 — Conserva esta parte de la Geografía, una identidad absoluta con el códice de la Descripción histórica, física, política y geográ- fica, y algunas diferencias dignas de especial atención, con res- pecto á la descripción de los indios Guaná. Indudablemente esas numerosas tribus chaqueñas, han con- servado los caracteres primitivos que las caracterizan, ha- ciendo precisamente de sus hábitos y de un conjunto de atri- butos propios de su índole, individual y colectiva, de su espe- cial laboriosidad y peculiar régimen matrimonial, el asunto de prudentes y lógicas deducciones que en definitiva, habrá que consagrar como exactas. A todas luces resulta más minucioso el texto de la edición de 1809, y sólo comparable al de la Geografía, el del manuscrito citado. De los Lenguas, Guaycurú, Iinimagá, Machicuy, Caayé, Ni- noquiglá, Tobas, Mocoví, Pitalacá y Abipones, habla Azara muy en general, deteniéndose en aquello que pueda sugerir alguna reflexión provechosa, que siempre lo hace notar él pre- cisamente. Se puede conceder, que lo últimamente publicado, equivale á lo que sobre estas naciones ó tribus se conoce ya del autor, y principalmente á lo que trae la edición de 1809, para que no se diga que perseguimos el detalle nimio ó in- conducente. De los Tupí (*'), no agrega nada á lo ya dicho en las publi- caciones anteriores; parece sí, que hubiera cierta contradicción en los textos, por la distinta forma de caracterizar sus hábitos, pues según uno son nómades, y, para los de las ediciones de 1809 (*) y 1847 ('), semisedentarios. Lo que á este respecto expresa Azara en su Descripción histórica, fisica, política y geo- gráfica, ete. (*), contribuye á demostrar el primer supuesto el que, indudablemente, es el más lógico. l'n uno de sus últi- mos párrafos expresa lo siguiente, que viene á corroborar lo que dice el señor Schuller en nota (): «A esta nación debe referirse lo que han escrito algunos de la Guayaquil». De cual- quier manera es una identificación que puede servir como prueba coadyuvante. A pesar de ser más breve y desarticulado el ca- (+) Schuller cree que se trata de los Guayaqui, el fantasma de la selva paraguaya. Ambrosetti afirma que son Caingangue. (?) Ibid, IL, 70 y siguientes. (2) Ibid, L, 180 y siguientes. (4) Manuscrito inédito, en el capitulo titulado: «Indios Monteses no Gua- rani llamados Aguitequedichagas, Guatós, Ninaquiguilas, Naliquega, Parasis, Tupís y Guayanás». (%) Ver ul final de la nota, página 402. — 167 — pítulo de la Geografía es más exacto en esa parte, que los otros que venimos citando. De los Guayaná se hace una distinción; los propiamente tales que acusan una afinidad notable con los Guaraní, y los Guayaná Monteses, que sólo por el tipo físico denotan distinto origen, contribuyendo también á caracterizar la diferencia, su idioma, hábitos, usos y costumbres. ls preferible por el método y por la síntesis el texto de la Geografía. Lo .que á Indios Monteses ó Cuaguas trae, sólo consta en el texto del manus- crito de Descripción histórica, ete. La comparación de los indios del Chaco con los Guaraní, para demostrar sus notables dife- rencias, no deja de ser una recapitulación interesante y abso- lutamente nueva. Comprende el capítulo siguiente, la descripción de los Gua- raníes, (salvajes y reducidos), Jo que en las anteriores ediciones se ha presentado separadamente. ln cuanto á la caracterización del tipo original con sus rasgos primitivos, es preferible lo que dice Azara en la edición de 1809; y en materia de régimen ó sistema de las reducciones está, como se sabe, suficientemente tratada la materia en las citadas ediciones (*). Lo que refiere de «Negros y Mulatos» y «Españoles», ha sido igualmente publicado. Concluye la parte segunda del códice, ó descripción general, con una breve noticia de la ciudad de la Asunción, en la que después de dar los antecedentes históricos (%) de la fundación, el lugar geográfico y la densidad de la población (*), agrega algunas consideraciones que no dan mayor importancia á la noticia. La tabla de los cálculos para formar la carta del Paraguay, Misiones Guaraníes y Corrientes, constituye el último apéndice con el plano de la ciudad de la Asunción, que levantó don Julio Ra- món de César, el que, como es sabido, fué publicado por primera vez en 1809, conjuntamente con los planos de Concepción, etc. Muy difícil será, pues, que nuevos y originales manuscritos de Azara nos traigan novedad, desde que, como ha quedado demostrado, se conocen las dos formas extremas que en su (*) En el tomo IL, capitulo XII de la francesa y el tomo 1, capitulo XII de la española. (*) Copiosas notas, citas y más citas, para concluir en la confusión. La fundación de dicha ciudad, resulta de esas aclaraciones tan obscura, como la de Corrientes. (*) La tabla de la población de los partidos y pueblos de la provincia del Paraguay, en Diciembre de 1785, es más minuciosa y compresiva que la que trae la edición de 1847. — 168 — evolución constructiva adquirieron los apuntes, ó sea, la de los viajes que con su simplicidad y pureza publicó el señor gene- ral Mitre en 1873, y la difinitiva de los Voyages etc., que en 1809, publicó Walckenaer, la cual, como se ha repetido, com- prende á todas intrínsecamente. Sólo tendría un alto interés documental para futuras dilucidaciones críticas, una descripción de forma primitiva, pero autógrafa, en la que los accidentes gramaticales que la pieza ofreciera fueran propios del autor, como á este efecto responde el códice publicado por el señor general Mitre. Preferible tiene que ser como descripción del Paraguay, no tanto por el fondo como por la forma, la que existe en nuestra Biblioteca Nacional, códice autógrafo de Azara que perteneció al doctor don Saturnino Segurola. El manuscrito de la Historia y Descripción crítica de las pro- vincias del Paraguay y Rio de la Plata, que constituye un ver- dadero texto de geografía, extrínsecamente, es superior al que acaba de publicarse, é intrínsecamente equivalente, á la se- gunda parte de la Geografía, etc. No contiene el diario de los Viajes, pero tiene todas las apariencias de una de las formas más primitivas. Luego vendría la Geografía con las condiciones que acaban de hacerse notar, y la Descripcion histórica, fisica, política y yeo- gráfica, ete., que como códice, ya hemos dicho que es preferible por ser autógrafo de Azara, aunque por su calidad intrínseca, no vale mucho más que aquél. Trae además un capítulo bas- tante completo de la historia del descubrimiento y conquista del Paraguay. La edición de los Voyages, etc., que vió la luz en París, es la obra definitiva y más completa de Azara, no sólo por el nú- mero de materias de que trata, como por las ilustraciones agregadas al texto y la inclusión de interesantes cuadros esta- dísticos. Las obras especiales sobre los pájaros y cuadrúpedos, no ofrecen asunto especial ni dan margen, á distinciones fun- dadas. La edición española de 1847, publicada bajo la dirección de don B. S. Castellanos de Lozada, en su primera parte, es equi- valente tal vez, á la Descripción histórica, física, etc., muy infe- rior como se comprende, á la edición de 1809, pero la parte histórica Ó sea la que se refiere al descubrimiento y conquista del Río de la Plata, es muy superior á todo lo publicado hasta esa época. Ls incompleta en la primera parte, y muy intere- sante, como decimos, en la segunda; nada de «disparatada», como afirma el señor Schuller sin establecer distinciones. Lo 0 ES primero, en cuanto á la obra de Azara, otra cosa es la noticia biográfica y las notas del editor. ll que desee conocer ese ra- millete de necedades, puede recurrir al segundo tomo de la descripción; allí encontrará hermanados el estilo más chocante con los disparates á que alude el señor Schuller. Hay que reconocer, sin embargo, que el manuscrito de la Geografía nos viene á prestar apoyo en la discusión con el pan-guaranismo, pues, aparte de la demostración que de mu- chos puntos y detalles trae de las notables diferencias del tipo chaqueño, con respecto al tipo guaraní, en un capítulo especial sintetiza y hace notar esos caracteres diferenciales. Á este res- pecto. la edición española contribuye con un elemento pertur- bador. ln la parte histórica, á medida que hace relación de Jos acontecimientos, trata incidentalmente de la distribución étnica de la comarca estudiada, asignando á todas, ó, á la mayor parte de esas tribus, un origen guaraní, en flagrante contradicción con lo anteriormente sostenido. No puede atribuirse á Azara la confusión; la simple lectura de las descripciones que trae la edición de 1847, no podría aclararnos el verdadaro concepto que el geógrafo se formó de los distintos tipos étnicos que pudo observar en el curso de sus viajes, lo que nos obliga á veri- ficar un estudio detenido de los distintos textos. Sin peligro de equivocarnos, podemos afirmar que el estudioso debe descon- fiar más bien al editor; no es posible que Azara cometiera ese error introduciendo en su último texto una modificación inexplicable, contradicha por otros cuatro textos: los de ambos códices inéditos, el de la Geografía v, especialmente, por el de los Voyages ete., edición de 1809. Por lo demás, sería inútil insistir en la demostración del relativo valor del manuscrito publicado, después del examen detenido que acabamos de hacer con la mayor imparcialidad; tarea que, como se comprende, ha resultado tan pesada como provechosa, y á la que hemos dedicado todas las horas libres que otras tareas más perentorias nos han dejado. Ahora ocurre preguntar: ¿cómo pudo aceptarse, por parte del señor director del Museo de Montevideo, el ofrecimiento del señor Schuller cuando no salisfacía la condición primordial, que se le imponía: de que dicho documento comprendiera en su integridad datos verdaderamente originales, no publicados en las obras impresas de Azara? Dicho se está que Azara, luego de haber reunido el nutrido conjunto de notas que forman el texto de sus Viajes, publi- cados por el señor general Mitre, fué dando formas distintas Tomo XII 13 y más ó menos equivalentes á esos apuntes, no-:sin dejar de prever que alguno se perdería ó no pudiera alcanzar mayor difusión y hasta, debemos creerlo, por el justificado temor de verse despojado de su obra. Á este respecto, hay elementos de criterio que pueden de- mostrar que esas diferentes copias de un mismo original fueron sacadas en previsión de ciertas demostraciones del virrey Vertiz, resueltamente dirigidas á apropiarse de dichas memorias para enviarlas á la corte como propias, lo que inevitablemente le hubiera proporcionado el éxito furtivo que buscaba, y que, más de una vez, ha aparecido en la historia ('). Lo que se va ú leer es todo un argumento que puede explicar la reproducción de los textos con pequeñas modificaciones. «Cependant M. d'Azara avait communiqué plusieurs de ses mémoires a quelques-uns de ses subalternes qui en tirérent des copies; il en parut une partie dans un journal périodique, imprimé á Buenos Aires, et.lon eut bien soin d'omettre le nom de Pauteur. Le vice-roi réunissant tous les lambeaux, tant imprimés que manuscrits de Pouvrage de M. d'Azara qu'il put se procurer, en composa une relation qw'il envoya á sa cour, comme étant de lui» (). Por otra parte, ya nos hemos permitido afirmar que el ori- ginal de la Geografía ha sido redactado sobre la base de dos autógrafos, el de los Viajes y el de la Descripción histórica, fé- sica, política y geográfica, con la facultad bien libérrima, por cierto, de cambiar términos y alterar párrafos sin otro pro- pósito que el de dar á la reconstrucción una apariencia lla- mativa; como la de esas fachadas que acusan las torturas de un estilo sometido al capricho del constructor con la obsesión del pegote, sin arte urdido y groseramente ejecutado. No creemos que sea necesaria la yuxtaposición de los textos para probar que esa delicada industria transformadora ha sido librada al criterio del copista, aunque Azara después legalizara con su firma, puesta al pie del documento, la nueva reproduc- ción, y, por fin, aun en el supuesto de que él mismo la hu- biera ordenado, no por eso dejaría de ser objetable por la falta de originalidad. Azara, como se recordará, se expresa muy (*) Por lo que Walckenaer refiere en su noticia sobre don I'. de Azara, ge debe inferir que, tanto el gobernador como el virrey habíanse conjurado para arrancar al geógrafo el considerable volumen de apuntes que contenía el germen de sus futuras obras; el biógrafo de los Azara, don B. $S. Caste- llanos de Lozada, repite la especie. Véase en la «Biografía», tomo II, 236. Madrid, 1847. (?) Ibid, I, XXXVI, Paris, 1809. a o desfavorablemente sobre la importancia de una de esas des- cripciones, juicio que hemos transcripto en una de las páginas anteriores. Aquello de «no saber 4 qué atribuir que un documento lan interesante haya quedado inédito durante tantos años» (*), tiene su lógica explicación, y los restantes párrafos que así, en forma fugaz, dejan como el eco de una protesta formulada con indecisión por la meritoria labor de Azara y la estulta gloria personal del editor, es una fórmula que no le sirve al señor Schuller de pretexto para cohonestar el objeto y fin real de su edición. Como se habrá notado, todas esas cuestiones de melodo- logía histórica — y desde luego la que se refiere á la publica- ción de manuscritos autógrafos ó auténticos — han sido expe- rimentadas de una manera que deja mucho que desear, y aunque el caso exigiera poco aparato erudito, se sobrentien- de que, además de las cuestiones que se relacionan con el texto bien establecido, las notas aclaratorias é ilustrativas debían agregarse con cierto lino ó precaución, así como tam- bien las glosas y comentarios históricos. Si el caso no se presta, pues, para lo que se refiere á la ortografía, estilo y demás accidentes gráficos, las correccio- nes y las notas aclaratorias 6 ilustrativas, de que hemos ha- biado, tenían que ser copiosas; la diversidad de materias del códice y sus mismas imperfecciones, debieron exigir la más fundada y escrupulosa anotación. ln materia de correcciones, tenemos dos que bastan para ejemplo: San Estanislado (*) por San Estanislao; pinchonaxos (*) por pinchazos...! Las notas aclaratorias é ¡ilustrativas se concretan: á suplir las faltas del manuscrito que se publica con extensos párra- fos extraídos del que publicó el señor general Mitre, que en la generalidad de los casos presta positivos servicios, ó, á ilus- trar, lranscribiendo sin previo examen ¿n verba magistri — á pesar de las fulminaciones — los embrollos (*) de P. de Angelis que, en maleria de traducciones, viajes, noticias históricas, elc., han llegado á ser célebres. (*) Ver prólogo de la Geografía etc., página LXIV. (*) Viaje quinto, página 152. (*) Descripción general, página 364. (*) A propósito de biografías por P. de Angelis, puede citarse % la del ingeniero J. M. Cabrer, la cual, como es bien sabido, ha sido analizada por el señor Groussac con resultados inesperados. = 173 = Debemos hacer notar, también, que en esta materia de no- tas el señor Schuller ha descubierto una especie nueva. Él las llamará eruditas, pero más propiamente pueden clasificarse de optativas, pues, entre la maraña de citas, es de todo punto im- posible conocer la conclusión á que se llega y, mucho menos, la opinión personal del editor. La nota que dedica á la diluci- dación de: si «Apipé será voz guaraní?», tiene principio, pero no fin (). Tenemos que deplorar el desgraciado principio de la nueva sección histórico-filosófica del Museo de Montevideo, doblemente sensible por inaugurar con ella una vasta empresa bibliográ- fica y ser el Museo el instituto que prohija la obra desde que, en otras tendencias ó especialidades científicas, ha cola- borado con éxito notorio. V Si en el examen del prólogo tuviéramos que seguir la pauta que el prologuista nos impone, ella tendría que ser acciden- tada y poco cordial, en desacuerdo absoluto con nuestro habi- tual procedimiento, que sólo persigue ó indaga la verdad dentro de límites prudentes, sin pretensiones ridículas Ó deslumbra- doras, desde que, en ésla como en muchas otras disciplinas científicas, lo más sensato y justo es iniciarse con seriedad y el necesario respeto por la opinión agena. He aquí uno de los giros del prólogo que vamos á anali- zar: «Como en la vieja Europa la celtomanía tenía sus fervo- rosos defensores, así entre nosotros aquí no faltaban investi- gadores —entre paréntesis, unos que gozan de cierto renombre— que defendían y siguen defendiendo el pan-guaranismo. El Tupí- guaraní, para ellos, es el americano xx ¿Eowf». Sólo un tapón cuadrado para un agujero redondo sostiene semejante absurdo». Como es bien sabido, sostienen el pan-guaranismo los señores B. Mitre, F Ameghino y E. S. Zeballos. Hemos dispuesto de algunos momentos exclusivamente des- tinados al examen tranquilo de estas actitudes científico litera- rias —de un género que llamaremos belicoso, — y de los resul- tados que en irremediable lógica pueden ofrecer; estamos con- vencidos también de la sinceridad de sus autores, desde que cada cual lucha como puede, luce lo propio ó imita, y, aunque (*) Viaje noveno, página 265. unos vienen mejor dotados que otros, todos deben tener evi- dentemente el secreto receptáculo inundado de luz. [ól espíritu crítico no se improvisa ni se presume por apa- riencias; se prepara sólida y paulatinamente; se ejercita y se dirige en un sentido dado para que, después de algún trabajo en la educación del criterio personal, pueda recién ensayarse y volver á ensayar. Luegó vendrá la libertad de apreciación, y, entonces, el público estudioso puede asistir con agrado á oir la palabra segura y la argumentación ilustrada, que de- muestra, que hace palpar que hasta los hechos no existen. ¿Qué eficiencia pueden tener esas lucubraciones sobre una rama de la ciencia que todavía se encuentra en su período constructivo? ¿Cómo puede creerse en esos enviados providen- ciales que todo lo preven y lo resuelven, cuando no deben desaparecer para evitar ulteriores é incómodas instancias? No es posible proclamar— hoy á muy pocos se les ocurre— que un progreso científico dado se deba exclusivamente á lo que uno «estableció» ó «descubrió», sin la menor intervención de la larga lista de precursores, nó. La verdad, desgraciadamente para ellos, no está allí; re- sulta más humana en la siguiente síntesis, desolante, como si estuviera en el vocablo de Larochefoucauld: «Por otra parte, bien sabemos que, sea cual fuere el norte perseguido, éste quedará siempre lejos de nuestro alcance. La región de lo ab- soluto nos es tan inaccesible como la del infinito sideral que nos oprime, ostentando á nuestra vista, como una ironía, el enigma del mundo escrito en geroglíficos de luz. A donde quiera que tendamos nuestro corto vuelo de murciélagos encerrados bajo una bóveda de cristal, nos estrellaremos contra un igno- rabimus inexorable. Nuestra ciencia, ha dicho magníficamente Royer-Collard, sólo consiste en derivar nuestra ignorancia de su manantial más elevado. No se aplaste, pues, bajo un des- dén poco justificado, cualquier resultado real, por ínfimo que sea; todo lo humano es precario ó falaz, y la red de vani- dades en que se agita nuestro mísero destino no tiene otra malla tan resistente como el goce de comprender» (). Principia el prólogo con una serie de consideraciones des- linadas á demostrar lo poco y malo que aquí en estas repúbli- cas se ha hecho en materia de investigaciones histórico-arqueo- lógicas, y, en general, de ciencias naturales; de la falta de fomento y aliciente, y, por fin, de la misma falta de seriedad ') P. Groussac: Anales de la Biblioteca, l, apd. IT, 412. I — 174 — de los pocos que á ellas se dedican, como de la evidente su- perficialidad que los coloca en desventajosa posición para po- der ofrecer estudios de positivo interés científico. Á renglón seguido, vuelve á tratar los méritos del códice, y á recomendar (') lo que publica; á este efecto, no economiza dato ni suprime objeción, que tan luego puede ser, para lo anteriormente afirmado, desfavorable, como prueba irrefragable en su favor. Para seguir adelante, evitaremos algunas conside- raciones que corresponderían á otras tantas frondosidades del prólogo, y, ante todo, porque queremos imponernos la conci- sión, y para lo cual tendremos que dejar á un lado las argu- cias dialécticas, el sin número de errores desinteresados y contradicciones inconscientes que ya repetidamente hemos po- dido encontrar en la parte de la obra examinada y que en el prólogo se repiten como es natural. Pedimos permiso, antes de iniciar la consideración del ca- pítulo etnografía, para una breve digresión cartográfica, ya que el señor Schuller no da mayor importancia á la materia, pues la trata así, al pasar, sin darle la importancia que en realidad tiene, cuando lo que debió primar fué la proligidad asidua para dejar patentizada su vasta y sólida preparación. Fuera de que la materia cartografía, guarda muy estrecha relación con el asunto del códice, hay otras razones de gran peso histórico que imponen y que exigían ciertos escrúpulos, pues no es justificable que, por mera urgencia ó limitación de espacio, no se haga notar la fuente de donde se extrae el dato ú opinión, máxime cuando, como en el caso que en seguida haremos notar, el contacto persistente existe inconfundible en- tre dos textos, alimentando hasta la creencia de una burla grosera. En efecto, entre el fondo y forma del breve parágrafo que analizamos, y la forma y fondo del estudio que sobre cartas de la zona estudiada por Azara ofrece don Andrés Lamas, en su «introducción» á la conocida obra del padre Lozano, existe notable identidad, sin que se llame la atención del estudioso ó se indique que dichos datos se toman directamente de la (+) Aquello de que «no creemos conveniente detenernos sobre una cues- tión de naturaleza sumamente delicada y sólo haremos constar que todos aquellos que conocían la Geografía compuesta por Azara, la pudieron ha- ber publicado anteriormente», es alibi que coloca al señor Schuller en mal terreno. Como lo de «no sabemos 4 qué atribuir que un documento tan interesante haya quedado inédito durante tantos años», es una inferencia viciosa que reagrava la cuestión. Ver prólogo piúgina LXIV. — 175 — «mencionada introducción. Ll caso es tan comprometedor que “hasta las notas se han adherido al texto (*). Por otra parte, lo que el prologuista se propone — de citar «los principales mapas anteriores al de Azara —no lo consigue ¡sino parcialmente, pues lo que reproduce es poco nuevo y que .con la más superficial compulsa de la cartera de mapas del alegato brasileño en la cuestión Misiones, pudo haber evitado en parte. d Como el señor Schuller no se ocupa de la cuestión carlo- grafía, especialmente ó con la amplitud que hubiera sido de desear por las afinidades de la materia con el motivo aparente de la publicación, nosotros no le daremos como consecuencia mayor importancia, concretándonos á referir muy someramente las omisiones más saltantes que á nuestro juicio ha cometido. Así, entre las cartas no citadas por el señor Schuller, en- contramos, en la mencionada carpeta de mapas, las siguientes: «PARAGÚARLE Provincia Soc. Jesu CuM ADJACENTIBS No- vissima Descriprio. Post iteratas peregrinationes, de plures obser- vationes Patrum Missionariorum etusdem Soc tum hmtius Provincia, cum de Peruane occuratissime delincata. Anno 1722. «ADMORUM R. IN Caro Patri Suo P. MiCcHAELI ANGELO Tam- .BURINO Soc Jesu PRAP. GENERAL XIV. Hanc Terrarum Piliorum Sourum sudore, et sanguine excultarum et rigalorum tabulam. D. D. D. Provincie Paraguariía Soc Jesus. Anno 1726». lista carta figura en el número 2a de dicha carpeta. El « Mapa de las Cortes», que tanta importancia tiene por las cuestiones á las cuales estuvo estrechamente vinculado, y del cual el doctor E. S. Zeballos se expresa muy favorablemente, presentando en su alegato una reproducción del verdadero, pues, á estar á lo afirmado por este autor, es apócrifo el publicado por Borges de Castro, repro- ducido en la prueba brasilera (*). lin la cartera de mapas, pre- sentada por el barón de Río Branco, el «Mapa de las Cortes» lleva el número 7 a. Con el número 11 a, figura un mapa que tampoco ha sido mencionado en la relación del señor Schuller, al que el barón de Río Branco atribuye una fecha próxima á 1760, mapa que lle- va la siguiente inscripción: «MAPA DE LOS CONFINES DE LAS DOS ¡CORONAS DE [isPAÑA Y PORTUGAL EN LA AMÉRICA MERIDIONAL, que (1) P. Peoro Lozano: Historia de la conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán; ilustrada con noticias del autor y con notas y suple- mentos por Andrés Lamás. I, LVI—LXI. Buenos Aires, 1873. (?) Alegato de la República Argentina, página 130 y siguientes. 8 comprende desde Castillos Grandes hasta la boca del Rio Jaurú confor- me ú la línea divisoria determinada en el tratado concluido entre sus Myds. Ca y Fa el año 1751». Con el número 13a, se publica otro que lleva la siguiente inscripción: «PLANO DE LA CAPITANIA GENERAL DE LAS PROVINCIAS DEL R10 DE LA PLATA, PARAGUAY Y TUCUMÁN, del mando del Exmo. Señor Don Francisco Bucarelli y Vrsua etc. licho por el Teniente de navío de la Rl. armada, Dn. Francisco Millán y Maraval. Año 1768 ». Tampoco se menciona el siguiente mapa de Azara que en el citado alegato lleva el número 18a: «CARTA ISPHERICA Ó RE- DUCIDA DE Las PROVINCIAS DEL PARAGÚAY Y MISIONES GUARANIS, CON EL DISTRITO DE CORRIENTES. Asumpsion del Paraguay, 30 de Agosto de 1787. Al Sr. Dn. Jph. Nicolás de Azara. l'élix de Azara. sta carta, de 1787, parece ser la que en su prólogo re- cchaza el autor por no estar bien situados los ríos Paraná y Uruguay, del Corpus para el norte. La que debió publicarse con el texto de la Geografía ha desaparecido. Y, finalmente, para citar también algunas de las piezas car- tográficas que el señor doctor Zeballos trae como prueba de su alegato, está la siguiente que figura entre las páginas 144 y 145, con la siguiente leyenda: «Mara Dos CONrINSs DO BRASIL COM AS TERRAS DA COROA DE ['SPANHA NA AMÉRICA MERIDIONAL PeLo AjuD ENGENMEIRO JozÉ MONTEIRO DE CARVALHO » etc. Anno de 1752. intra el prologuista en materia con unu glosa en la que denota, desde ya, cierta perturbación, y júzguese. Para plan- tear la primera premisa y objetarla, transcribe el siguiente párrafo del conocido estudio del doctor Zeballos (*). «Los ami- gos de la arqueología y de la etnografía argentina van sucesi- vamente arrastrados por un error de concepto sobre las razas que poblaban el Río de la Plata y las regiones subtropicales de esta América, á la llegada de la conquista. Inducidos por diferencias accidentales de costumbres, de lenguas y de produc- tos de aquellas civilizaciones, se inclinan á multiplicar las ra- zas de una manera ilimitada ». El señor Schuller agrega: «No estamos de acuerdo del todo con el ilustre escritor argentino, pero tampoco podemos negarle del todo la razón», y continúa: «verdad es, se ha escrito mucho, se ha establecido hoy una (1) E. S. ZeBaLLOS: Or2genes nacionales, «Boletín del Instituto Geográ- fico Argentino», XIX, 261. (?) Ver prólogo, página LXXXI. as teoría para deshacerla el día siguiente. De todos los trabajos que los etnógrafos nacionales han publicado en la última dé- cada, sólo se desprende que en la época colonial existían en estas regiones dos razas élnicas y lingúísticamente distintas, es decir: Guaraní y no-Guaraní. Pero, en la ciencia, muy poco se adelanta con tales vagas expresiones, y, sobre todo, en la tan obscura historia de los aborígenes americanos. Guaraní y no- Guaraní, significa tanto como negro y no-negro.» Queda así planteada la primera objeción ó mejor dicho el rechazo de una fórmula no tan bien presentada como fundada en bien pensados argumentos, y cuya falta de precisión res- ponde precisamente al móvil franco y prudente que la inspi- rara; objetable en otros casos, pero no en éste, por esa misma dificultad que el prologuista reconoce para alcanzar el completo dominio de la materia y que, de cualquier manera, á pesar de su imperfección, representa un progreso de estos estudios en el Río de la Plata, desde que iniciaba con esa proposición un debate honroso con el histórico pan-guaranismo. Ante todo, deben respetarse los propósitos. Si es cierto, por otra parte, que la distinción general que d'Orbigny ofreció bajo la denominación de «Raza Pampeana», no puede hoy extenderse hasta comprender en ella á la nume- rosa familia Guaycurú; no es inadmisible ni criticable la serie abundante de detalles que las observaciones del naturalista francés han ofrecido en los distintos capítulos de su interesante obra. Tampoco podrían presentarse los resultados ó conclusio- nes generales del L*homme américain como contradictorios, en sus partes fundamentales, á las conclusiones y resultados ge- nerales que del estudio y descripción de los mismos tipos ét- nicos ofrece en sus distintas obras Azara; y si de estos dos autores, que son los más reputados y dignos de fe, pasamos á las afirmaciones también generales de la crónica, veremos que Schmidel, Alvar Núñez, Luis Ramírez, Oviedo, etc., no se contradicen, y, podríamos decir, hasta coinciden en lo subs- tancial, si los estudiamos con la imparcialidad y el detenimiento que un examen crítico implica. Si el señor Lafone Quevedo no ha cumplido estrictamente, para algunos, con este deber de historiador concienzudo de nuestros orígenes nacionales, no habrá sido por falta de buena voluntad, pues sus numerosos estudios étnicos-lingúísticos constituyen por sí mismos, el más elocuente testimonio de labor y de sinceridad. Contra nuestra voluntad, tenemos que transcribir un nuevo párrafo del prólogo que encierra Óó comprende la médula de AB toda la exposición, indica la fuente de dónde el prologuista ha extraído sus ideas substanciales, la accidentada y por mo- mentos débil argumentación, dejando en suma la impresión desconsoladora del futuro alegato ergotista, y por ende des- envuelto con prevención, al solo efecto de satisfacer su criterio exclusivista. : Así, pues, para el señor Schuller: «Los estudios de la et- nología en el Río de la Plata nada han progresado en los úl- timos años. ll actual estado de los conocimientos es peor que cuando escribían d'Orbigny y Martius. Con esto no pretende- mos decir que nosotros cortaremos el nudo gordiano, sino que nos creemos en el deber de ofrecer á los americanistas nuestro contingente, por modesto que sea, y aunque en tan limitado espacio no sea posible extendernos como hubiéramos deseado. Este trabajo contiene los apuntes acopiados por nosotros, +n situ, en las regiones que hemos recorrido durante cuatro años, y en parte, los datos extractados de los más exactos autores portu- gueses y españoles que escribían sus relatos ó fueron actores en los primeros años de la conquista, ó recogieron las narra- ciones de boca de aquellos que habían regresado ú la vieja patria ().» Como se habrá notado, en esta profesión, la contri- bución de la antropología física y la arqueología no se solicita, ó sea, se deja á un lado á la argumentación objetiva para de- clarar suficiente á la crónica de la primera época del descubri- miento con todas sus deficiencias. ln uno de nuestros trabajos (*), hemos dejado constancia de la protesta que es necesario formular contra ese modo de en- carar el estudio de la prehistoria americana, contra ese exclu- sivismo perjudicial, monótono y contraproducente. Nosotros aceptamos el auxilio, la contribución de la ciencia y de la historia; no tenemos inconveniente de reconocer el error y sólo nos proponemos llegar á la verdad por el esfuerzo bien enten- dido y en lo posible de mejor en mejor dirigido. No es admisible que esta cuestión de método, que tan decisivas consecuencias puede tener, sea tratada así en lo su- cesivo con esa afectación propia de los que se creen incapaces de cometer un error; que, reconociendo la importancia y apre- ciando el peso de las razones que se dan, no se dignan transigir para facilitar la solución directa; y que convierten (1) Ver prólogo, página LXXXI. (?) L. M. Toures: La ciencia prehistórica, «Estudios», V, 361 y siguien- tes, Buenos Aires, 19083. ú loda discusión seria en motivo de predominio personal, con Mayor razón, en este caso, cuando, por la índole de la materia un tanto especial y llamativa por su ceño arcáico, resulta interesante pretexto para recoger cierto éxito ó noto- riedad. Felizmente acá, en la Argentina, predomina el método pu- ramente descriptivo del material arqueológico, con el que se llegará á acumular un valioso conjunto de datos; ó, en cambio, el que ensaya las generalizaciones, apoyado en los relatos de los antiguos cronistas en primer término, relegando á segundo plano la demostración concreta. 121 primero es inductivo, el se- gundo resueltamente deductivo; este último puede conducir al error con más seguridad que á la exactitud; el inductivo, aun- que un tanto tedioso — por la calidad del material arqueológico de esta parte de América — ofrece, como se comprende, ma- yores seguridades de precisión. En Montevideo predomina el último método, siendo de lamentar que el señor J. H. Figueira, el más autorizado de los americanistas orientales, no continúe estos estudios por estar entregado á los interesantes problemas de la pedagogía. Creemos, si es necesario manifestarse por alguno, que el más lógico y que más corresponde á la índole puramente po- sitiva de la observación de los hechos, es el que, partiendo del estudio de los restos que nos ofrezca una localidad deter- minada (óseos y de antigua industria), con las necesarias y pertinentes comparaciones, se complementara con los relatos de los cronistas antiguos y modernos, y especialmente con los de estos últimos, por comprender sus memorias observacio- nes más completas y fundadas: de carácter general. como son las que se refieren á los caracteres antropológicos y lingúísti- cos y las de carácter especial que describen á los usos, cos- tumbres, modos de pensar, sentir y manifestarse. Desde luego, tienen un mayor precio para nosotros las ricas contribuciones que en el pasado siglo han visto la luz, obras completísimas en su mayoría, por comprender varios aspectos de la histo- ria americana y que, en manera alguna, pueden equipararse para las soluciones que buscamos á la crónica de la primera época. Por otra parte, no dejamos de reconocer también que la misma prueba de migraciones, de avances y retrocesos de una tribu sobre el territorio de otra ú otras, debe presentarse con argumentos muy positivos, como pueden ser los restos de in- dustria en sus diversas y peculiares manifestaciones, sin de- — 180 — jar de tener en cuenta para esta dilucidación todo lo que una crítica sana de las relaciones históricas nos pueda ofrecer. A este respecto, podríamos citar un buen número de ha- llazgos que diferentes exploradores han tenido la suerte de ve- rificar en el mismo territorio de la República Argentina y que pueden invocarse como argumento seguro para la comproba- ción á que aludimos (); pero nos parece más propio dejar sólo bosquejada esta opinión que, dicho sea de paso, no tiene mu- cha aceptación entre los que á estos estudios se dedican en el Río de la Plata. De mayor importancia son, indudablemente, los resultados que la misión de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires ha obtenido de su primer viaje á la Pampa Grande (Pro- vincia de Salta), pues, á alenernos á las palabras de su direc- tor, el señor profesor J. B. Ambrosetti, parece que en la región explorada se encuentran dos culturas perfectamente caracteri- zadas que un examen minucioso del material podrá dejar es- tablecidas definitivamente. De cualquier manera, la coexistencia de la inhumación en urnas y la inhumación en la tierra, que en el caso presente ha quedado evidenciada, indica con bas- tante seguridad que dos agrupaciones indígenas han utilizado el mismo enterratorio. Á esa dilucidación, especialmente, esta- rán destinadas las páginas de la memoria que el señor Am- brosetti presentará á la Facultad de Filosofía y Letras (*). Sufriría achaque predicador si pretendiera convencer al señor Schuller, entre otros, del peligro ó de la inutilidad de esas exclusivas lucubraciones croniqueras que precisamente han obstaculizado el progreso de estos estudios, de carácter más científico experimental que de mera argumentación docu- mental. Un breve ejemplo demostrará la eficacia del método anunciado, ó, por lo menos, la superioridad de uno sobre el otro. (2) Ei arqueólogo sueco, don Eurico Boman, ha demostrado concisa y sufi- cientemente en varias de sus publicaciones, y principalmente en la que acaba de verla luz en el «Journal de la Société des Américanistes de Paris» (tomo Il, núm. I, Abril 15 de 1905), la existencia de hechos demostrativos de desplaza- mientos de dos pueblos sud-americanos: Calchaquíes y Guaranies; lo que ha podido constatar, por el estudio detenido de los enterratorios indigenas que se encuentran en el Valle de Lerma y en una de las márgenes del Arroyo del Medio. Sobre este último, hizo anteriormente una publicación en «Historia», tomo I, páginas 42 y siguientes, Buenos Aires, 1903. (?) Ver: Nota del profesor señor J. B. Ambrosetti, dando cuenta de la expedición ú los Valles Calchaquíes. En «Revista de la Universidad de Bue- nos Aires», tomo III, número 13, páginas 332 —334, Buenos Aires, 1905. — 181 — Burmeister (*), primero, y Ambrosetti (*), después, describieron una serie de alfarerías encontradas en las islas de Paycarabí (delta del Paraná), en condiciones de yacimiento, que denun- ciaban una antigúedad no muy remota, y entre las cuales se encontraba una urna funeraria con los respectivos huesos hu- manos. Varios otros hallazgos completaron — no precisamente la colección porque la mayoría de las piezas se perdieron — sino el importante conjunto de datos anteriores, entre los cuales llamaron la atención los que constataban la presencia, en los paraderos del delta, de alfarería pintada, zoomorfa y antropo- morfa. Dichos autores, guiados por las afirmaciones de la cró- nica, dijeron que era industria guaraní; porque, á estar á las afirmaciones de Ja crónica, los Guaraníes habían habitado la mayoría de dichas islas. Bien; por la presencia de los vasos pintados, zoomorfos y antropomorfos, por el tipo mismo de esas urnas funerarias, y por una serie de delalles de su ornamentación, esa industria demuestra identidad con la que se obtiene de los enterratorios y paraderos de Santa Fe, norte de Ióntre Ríos, sur y oeste de Corrientes y Alto Paraná. Hoy, ha quedado demostrado que dicha industria es característica de un estilo perfectamente dis- tinto al de la cerámica Guaraní, que, por la serie de detalles ya expresados, constituye indudablemente un estilo de calida- des tan típicas que claramente indica que es la industria del li- toral, y que, por las referencias hislóricas, correspondería á las manifestaciones artísticas de las agrupaciones tipo Chaná. Ll señor Ambrosetti no ha tenido inconveniente en reconocerla como Lal. «Trataremos sucesivamente de todas las tribus con que los primeros descubridores se encontraron en su marcha para con- quistar el Plata», continúa el prologuista sin darse cuenta que ha rechazado la distinción hecha por el señor Lafone Quevedo, y que, como era lógico, merecía especial consideración; porque con decir que Guaraní y no-Guaraní es jgual á negro y no negro, no deja la objeción fundada. No será la única vez que (1) G. BurmrIsTER: UVeber Alterthimer am Rio Negro und Rio Paraná. «Zeitschrift fíúv HEthnologie», 1V, páginas 196 y 197. Berlín, 1872. In el «Compte Rendu de la 6* session du Congrés International d'Anthropologie et VArchéologie préhistoriques de Bruxelles», 1872, se ha publicado también una breve noticia, piginas 347—300. (2) J. B. AuaroserrI: Los Cementerios prehistóricos del Allo Parand (Misiones). «Boletin del Instituto Geográfico Argentino», XVI, púginas 250 y siguientes, Buenos Aires, 1895. — 182. = se desenvuelve así; á este respecto, el prólogo es más que defi- ciente. Por satisfecha, momentáneamente, la crítica al pan-guara- nismo inicia resueltamente el estudio del tipo Churrúa y con-, géneres, y como, para que no se dude de su exclusivismo, dice. que para ser exacto, sobre el género de vida de los Churrúa, «no se pueden admitir las descripciones de d'Orbigny y Azara (como lo ha hecho Figueira) porque ellas nos dejaron donde estábamos, pues, describen al Churrúa como vivía doscientos años después de la conquista». Sin embargo, el señor Schuller no dejará de reconocer que, en esa época de Azara y Díaz, usaban todavía el harto célebre «quillapí». Continúa y agrega: «no es esto lo que queremos ofrecer á nuestros lectores, sino aquel Churrúa que en el siglo XVI merodeaba por los territorios de la actual República». Analiza las versiones de García ('), Pigafetta (*), Herrera (*) y los docu- mentos sobre la «Descripción del Río de la Plata» que se publicaron en la «Revista del Instituto Paraguayo» (), para pro- bar que los Churrúas no fueron antropófagos, refulando de paso la opinión contraria que el señor J. H. Figueira sos- tiene (*, aunque omitiendo la cita del trabajo del senor La- fone Quevedo (*) que fué el primero que utilizó el documento de la mencionada Revista. Nos adherimos á lo sostenido por el se- ñor Schuller, 6 mejor dicho: Schuller y nosotros se adhieren á lo sostenido por los señores J. T. Medina y Lafone Quevedo. Antes de pasar á la consideración del significado del nom- bre Churrúa, debemos observar el rechazo que el prologuista hace de las observaciones de d'Orbigny y Azara sobre la men- cionada tribu y sus afines; más propio, más serio y prove- choso hubiera sido, hacer notar los datos comunes de esas descripciones con las de los antiguos cronistas, como las di- ferencias Óó modificaciones no solamente del tipo físico y es- tado social, sino también, de su ubicación y dispersión por el territorio. 11 señor Schuller se convencerá que unos y otros, coinciden. (*) E. Mabzro: Historia del Puerto de Buenos Aires, Apd. 9, pág. 416. (?) Ramusio: Viaggt, MI, 853. (?) A. De Herrera: Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del Mar Océano. Década 1, libro I, capitulo VII, páginas 11 y 12. (*) Número 18, doc. VI, página 38. (9) J. IL. VFraGuerra: Los primitivos habitantes del Uruguay, 1, 1, 17. (5) S. A. Laronk Queveno: Juan Díaz de Solís. «Historia», 1, púgina 56, Buenos Aires, 1902. — 183 — Pedimos permiso para continuar con una digresión; desea- mos dejar formulada una pregunta: ¿Por qué el señor Schuller no ha leído con el cuidado y la escrupulosidad que requiere el estudio del señor Outes (*), Los Querandies? Si lo hubiera hecho, á pesar de citarlo, como es de regla entre los que estudian, consultan, citan y publican — no tendría que deplorar ahora algunas observaciones que ne- cesariamente tendremos que hacerle, y que le demostrarán su culpabilidad sin atenuante, causa que le traerá como conse- cuencia la desvalorización de su ensayo, si es que no queda totalmente destituido de interés y novedad. En la segunda parte del mencionado estudio — que, volve- mos á repetirlo, el señor Schuller cita conjuntamente con los posteriores del mismo autor — que lleva el rubro de «Sociolo- gía», se analizan las diversas teorías sobre el origen de los «querandíes », empezando por la enunciada por el señor M. R. Trelles que le atribuía un origen araucano, y siguiendo com el análisis de las posteriores, agrega ó propone una nueva como resultante de ulgunas semejanzas que dichas tribus demos- traban con las que habitaban el extenso territorio del Chaco, desde el río Salado al norte hasta los 19 grados. Dicha nueva fórmula ó teoría es la que atribuye á esas distintas agrupaciones un origen «Guaycurú». Suficiente ó insu- licientemente fundada, la proposición quedaba planteada, y, como era lógico, tendría que ser agregada á las anteriores para de- jar constancia de su existencia, ya que no pudo abrirse camino en el primer momento, á pesar de la dilucidación de que fué objeto. Todo esto no puede haber pasado desapercibido para el señor Schuller; no puede admitirse otro supuesto que el de una omisión voluntaria, con el objeto único de que su prólo- go —resumen de sus conocimientos especiales — pudiera osten- tar el alto mérito de una memoria original, propia de una ilus- tración vasta y de un criterio superior. 15l prologuista, pues, debió ser más modesto: su misión quedaba cumplida adhirién- dose á las opiniones de los señores Lafone Quevedo y Outes. Así expone, este último autor, su teoría: « Cuando comen- zábamos el presente estudio, creífamos de buena fe que la teoría del señor Trelles era la que descorría el denso velo que cubría los orígenes de los pueblos Querandies, y fué el distinguido filólogo y americanista Samuel Lafone Quevedo quien nos in- (1) E. F. Outes: Los Querandies. Breve contribución al estudio de la elnografía argentina. 1, 22 parte, 9 — 25. Buenos, Aires, 1897. . — 184 — sinuó la idea de un probable origen Guaycurú para aquellos indios. Aceptada en un principio, no sin ciertos recelos, hemos tratado de buscar en el curso de nuestras investigaciones las bases necesarias para fundarla, y nos hemos convencido que la nación Querandí es una de las tantas ramas del frondoso árbol Guaycurú» (). Más adelante expresa su opinión sobre los caracteres físicos de los Querandí, que, según sus observaciones, se acercan mu- cho á los «Guaycurúes abipones de Santa Fe, más que á otras parcialidades de esta raza. Los usos y costumbres nos prueban la misma cosa» (%). En cuanto á los Charrúa, dice que: «su nombre es postizo y que junto con los Timbúes todas las pro- babilidades los hacen aparecer como pertenecientes al grupo Chaco Guaycurú» (). Todo esto queda ratificado en las «Con- clusiones » (*). Después de publicado el trabajo que acabamos de anali- zar, y, como consecuencia de otras publicaciones aparecidas que asignaban á dichas tribus un origen guaraní (*), el señor Outes da á luz su Segunda contribución al estudio de los indios Querandíes, en la que, como es sabido, persiste en su anterior opinión en materia de origen (%. modificando sus conclusio- nes en meros detalles que no hacen al caso. Posteriormente (1899) publicó sus Estudios etnográficos, en los que afianza los diversos fundamentos aportados, y que, dicho sea de paso, no han sido impugnados con éxito, á pesar de estar basados en autores que pueden reputarse conocidos para la mayoría de los historiadores argentinos que han verificado estudios bas- tante completos del descubrimiento y conquista del Río de la Plata. Como puede verse, Outes cita á Alvar Nunez Cabeza de Vaca ('), Luis Ramírez (), U. Sehmidel (), G. Oviedo (, D. (1) F. F. Ourrs: Ibid, página 11. (2) Ibid, página 18. (*) Ibid, página 20. (2) Ibid, página 185. (5) E. S. ZrpaLLos: Orígenes nacionales. «Boletín del Instituto Geográfico Argentino», XIX, 261. (*) Este trabajo también lo cita el señor Schuller. (") A. Nuñez Cabeza pe Vaca: Los Comentarios, capitulos XIX y XXVI. (9) L. Ramirez: Carta de San Salvado», 10 de Julio de 1528. (?) U. ScumibeEL: Viaje al Río de la Plata, 1534—1554. Las ediciones de Franck y de Bry, años 1567—97, capítulos VI y VII. (1) G.F. pe Ovino y VaLbez: Historia general y natural de las Indias, libro XXVII, capítulo 111. — 185 — García (), A. de Herrera (*), N. Joly (), P. Lozano (%), N. Techo (*, M. Dobrizhoffer (*), y F. de Azara (”), con pequeñas variantes los mismos autores que invoca el señor Schuller, pero sin duda alguna aquél, más ecuánime que éste, pues da carta de naturaleza y admite las observaciones de muchos otros que el segundo rechaza, porque no son «autores de la primera época. Debemos hacer notar que el señor Lafone Quevedo cambió posteriormente de opinión sobre el particular (*. No insistiremos sobre este punto; el lapsus ha quedado pa- tentizado; los comentarios huelgan de la escueta demostra- ción que acabamos de hacer, y, si después de tan laligosa compulsa, todavía el señor Schuller se cree habilitado para decir que la verdad le pertenece — dándole valor al manus- crilo que publica y presentando por suya la opinión agena — desde ya declinaremos los honores del triunfo en la posible discusión que será perfectamente inútil por sus resultados, é impropia de hombres sérios que aspiran, no á la fama bu- llanguera y necia, sino á la que constituye el complemento ó recompensa de una actuación modesta y laboriosa. Continuaremos con el hilo interrumpido de este examen que, por momentos, se convierte en pesado y fatigoso; moti- rado, como se comprende, por ese entretegido dislate inevi- tablemente improcedente y para mayor desgracia repetido y vuello 4 repetir, como esos molivos musicales que se hucen «clásicos» por su monotonía. Dicho se está que el nombre Charrúa es postizo, así tam- bién lo concepltúa el señor Schuller, agregando que es Gua- raní. A renglón seguido, ofrece la significación que dió An- gelis (*) «somos turbulentos y revoltosos» ó sea: «cha= nosotros, rua =enojadizos ». Después de rechazarla sin más considera- ción, formula la suya así: « Chaná — aharú=qué gente muti- ladal» y continuando agrega: «ucaso diga el nombre charrúa (*) D. Garcia: Diario de su viaje al Río de la Plata, 1526. (*) A. DE HerrERA: Historia General de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del Mar Océano. Década V, libro IX, capitulo X. (*) N. Jony: Historia del Gran Chaco, 1. y (*) P. Lozano: Descripción chorográfica, etc., página 59. Historia de la conquista, etc., I, píginas 408 y siguientes. (*) N. DeL Trecho: Historico, provincia Paraguarice, libro 11. (* M. DonrizuorrerR: De Abiponibus. (7) Y. DE Azara: Viaje 4 la America del Sur. Montevideo, 1850. (*) S. A. LAFONR QUEVEDO: Progresos de la Etnología, etc. «Boletin del Instituto Geográfico Argentino», XX, púgina 12. Buenos Aires, 1899. (P) P. pe AnarLtis: Colección de obras y documentos, etc., 1, XVIII. Tomo XII ñ 14 ES los manchados, pintados, mutilados, y, bajo este concepto, en la ciencia, no tiene más valor que Guaycurú, Conameguá, Begúá ó Mbeguá; Ó indios sarnosos, llenos de cicatrices, manchados, m- tilados, pues: Harú” = danoso. Aharúá = danñarle, lastimarle. Há = cortar, tronchar. Me = TIecÍproco Mm se ¿psum. Mbo = mano. Quatid = pintura. Quai — = hierir, cortar. Aquí tenemos el misterio de los nombres Guaycurú, Curu- meyuá, Chaná, Mbeguá, Chaná Timbú, Charrúa, Conameguá, Mbo- hané, Mbocoretá» (*). Tratándose de las landas vacilantes de la etimología y de una demostración incompleta, no nos permitiremos la franca adhesión á la fórmula que ofrece el señor Schuller, que hu-' biéramos deseado prestarle de buena gana, porque exclusiva- mente merecen nuestra conformidad las significaciones que nos da de Charrúa y Guaycurú, que, si no son exactas, lienen mu- chas apariencias de certidumbre. Siendo ambas denominaciones guaraní, aplicadas por estos indios para distinguir á esas dos tribus de una misma fa- milia Óó grupo étnico que habitó la cuenca del Río de la Plata, que, por los testimonios que tenemos de su aspecto físico, usos y costumbres, es lógico suponer que hubiera entre ellas estrechas vinculaciones ó un común origen; que, después de despejadas también esas dos incógnitas Charrúa-Guaycurú por el lado de la demostración lingúística, es admisible, como con- secuencia, el resultado general obtenido, que atribuye á esas numerosas tribus, que habitaron los territorios de la actual República Oriental del Uruguay, provincias argentinas de Intre Ríos, Santa Fe, norte de Buenos Aires, Corrientes y oeste y noroeste de Misiones, un origen chaqueño. Para probar que Charrúa y Guaycurú eran denominacio-. nes empleadas por los Carios ó Guaraní, denominaciones que aquéllos no conocían, ofrece un documento ya conocido, el del repartimiento de los indios de Buenos Aires, hecho por don Juan de Garay (), en el que se mencionan una serie de nom- (2) Ver prólogo, púgina LXXXIV. (2) P. be AncrLis: Ibid, MI. o bres terminados en pén, como Diciumpén, Tugalbampén, elc., con el correspondiente sobrenombre guaraní. Así: «lil cacique Di- ciumpén, que por otro nombre se dice Orucutaguac», etc. Bien; esos nombres de caciques terminados en pén se parecen á voces de lenguas Machicuy, Lengua-Guaná del Chaco para- guayo, lo que hace suponer al señor Lafone Quevedo, infor-- mado sobre este asunto por el malogrado explorador Boggiani, que los Mbeguá y algunas otras tribus afines pueden per- lenecer 4 la rama Machicuy ó limimagá (). Estas opiniones coadyuvan como se comprende á lo que se propone el señor Schuller, y sería muy agradable que el P. Cabrera que, según tenemos entendido, piensa decir algo sobre esas terminaciones, afianzara la tesis de Boggiani y Schuller. Otro de los elementos que trae á colación para probar que esos manchados Ó mutilados no eran guaraní, es el de la nomen- clatura indígena de la comarca que aquellos habitaron, nom- bres que para el señor Schuller muy poco ó nada tienen de guaraní, citando á «Guale-guay y Guale-guay-chú», todos ellos de evidente procedencia guavcurú para el prologuista, en abierta contradicción con lo que sostiene el señor B. T. Martínez (*) que les asigna origen guaraní. La demostración del señor Schu- ller es más violenta que convincente y de todo punto arbitraria por tratarse de etimologías. Con mayor brevedad aún, y, como para no dejar sino un recuerdo vago, se ocupa de los Ahoma y de refutar al señor Lafone Quevedo á propósito de dos identificaciones que este autor hace: la de los Chaná-Salvajes de Schmidel con los Ba- rrigudos de Oviedo, y la de los mismos Chaná-Salvajes con los Charrúa. lstos enredos ó escaramuzas parciales, que tienen un móvil ageno á esta discusión, deben llevarse á un terreno más eficaz, pues, si se quiere obtener satisfactorios resultados, debe hacerse alrededor de esos asuntos ó con ese motivo ver- dadera demostración, desde que esas afirmaciones así al pasar no tienen más eficiencia que la de los dimes y diretes que se lanzan en sociedad femenil. Hasta esta altura del prólogo, el método de exposición, si no se recomienda, por lo menos no merece crítica, pero, en ade- lante, empieza Cristo á padecer. Vuelve los nombres termi- (*) S. A. LaFONE QuevrEDO: La raza Pampeana y la raza Guaraní. «Ura- bajos de la cuarta Sección del Congreso Cientifico Latino-Americano», pú- gina 46. Buenos Aires, 1901. (*) B. T. Martíntz: Etnografía del Río de la Plata. «Revista Nacional», XXXI, entrega 22, Buenos Aires, 1901. — 188 — “nados en pén!... Para abreviar, no es dudosa la extirpe de «Appupén» y de «Apipén» (?). Previas algunas consideraciones sobre el idioma de los Charrúa, se inicia francamente en la refutación de. la teoría sostenida por los señores Lafone Quevedo y Martínez sobre el origen patagónico de los Charrúa y congéneres, transcribiendo al efecto el siguiente párrafo del diario de López de Souza (') que tiene mucho interés. Dice este autor: «La gente de esta tierra son unos hombres muy nervudos y grandes; de sem- blantes son muy feos, tienen el pelo largo, unos se horadan las narices, y en los agujeros traen metidos pedazos de cobre muy reluciente; todos ellos andan cubiertos con pieles; duer- men en el campo donde le sorprende la noche; no llevan otra cosa consigo sino cueros y redes para cazar.... no comen otra cosa sino carne y pescado; son muy tristes; están siempre llo- rando. Cuando se les muere algún pariente, se cortan los de- dos — por cada pariente una articulación; y ví muchos hom- bres viejos que no tenían sino el dedo pulgar». Asimilando, pues, los Begoaa á los Charrúa sin más trá- mite, y sin contestar los argumentos del señor Lafone Quevedo, continúa en la refutación de los que por su parte ofrece el senor B. T. Martínez, el más decidido de los que sostienen el origen patagónico de los Charrúa y congéneres. Funda su teoría el señor Martínez (*) con la demostración que «Hualiche», espíritu maléfico de los Charrúa y Minuanes, corresponde al «Hualichu» de los Patagones, como samioc= perro y yapuip = agua, que en voz Puelche legítima tienen idéntico significado. Agrega también este autor que los Charrúa no eran canoeros ni usaban el tembetá, y que sus toldos eran diferentes á los que usaban los Guaycurú. Para nosotros, el señor Schuller ha contestado suficientemente todas estas objeciones, ofreciendo al final un resumen en el que precisa con claridad los argu- mentos por él invocados. ¿sos caracteres diferenciales de los Charrúa y congéneres han sido obtenidos exclusivamente de la citada obra del via- jero portugués, y son los siguientes: 1% «Los Charrúa ó Begooas del año 1530 eran indios acuáti- (*) Ver prólogo, púginas XCI— XCIT. (?) P. López be Souza: Diario da Navegagáo (de 1530 4 1532). «Revista do Instituto Historico Geographicvu e Etnographico do Brazil», XXIV, pú- gina 45, 1861. (2) B. T. Martínez: Elnografía del Río de la Plata. «Boletin del Insti- tuto Geogrífico Argentino», XIX, 344 —359. — 189 — cos y no terrestres como lo fueron los Pampas; eran icliófa- gos como sus afines del norte, los Payagua y Agaces; y eran excelentes nadadores y Canoeros. 2 Los Charrúa ó Begooas usaban el tembelá, se agujerea- ban las narices y las orejas; eran entonces timbú y orejones:- No así los Pampas. 3% Los Charrúa no hablan ni entendían el Guaraní. 40 Eran «tragadores de leguas», como todos los chaque- ños; corrían el venado á pie como lo solían hacer los Que- randí, que, fuera de loda duda, conslitufan una raza inter- mediaria entre Chaqueños y Pampas. 5 No comían otra cosa sino carne y pescado; eran nóma- des; construían sus ranchos con cuatro esteras, sin cubrirlos. 60 Tenían la misma costumbre de expresar su duelo como sus afines, los timbú (Tambures), ó sea Chaná-Timbú, que no consta la hayan practicado los Pampas. 7% Se vestían con cueros de los animales como lo hacían los Guaycurú v Pampas; la condición esa nada importa en pro ni en contra de nuestra aserción, -pues depende exclusiva- mente del medio ambiente en que estos indios vivían» (). En cuanto á los elementos lingúísticos, aportados por el se- ñor Martínez como prueba de lo que afirma, ya se ha dicho que son tres. En cambio de ellos. el señor Schuller propone uno: la palabra Quillapí que, según él, es palabra charrúa () y significa taparrabo. Tenemos que decir algo á propósito de esta pieza del vestido de los indios que estudiamos, y que para el prologuista tendrá un interés especial, pues representa todo un argumento que corrobora la afinidad lingúística entre los Charrúa, Abipones y Payaguá. ll señor Schuller ofrece su de- mostración apoyado en varios textos de las memorias de Lo- zano (). Díaz (), y Azara (). Haremos notar aquí uno de los accidentes más graves del método y la obscuridad de algunos conceptos, defectos que di- ficultan el examen precisamente por esa misma repetición de ideas y de palabras que, si no tienen el “mismo significado, se anulan recíprocamente. Más de una vez nos hemos encontrado con párrafos como el siguiente: «Se nos ha dicho que los Cha- (2) Ver prólogo, página XCVI. (?) Ver prólogo, página XOVII. (*) P. Lozano: Descripción Chorográfica, etc., VII, 55 y XV, 89. () A. Diaz: Historia política y militar de las Repúblicas del Plata, IU, capítulo II, 74, (5) EF. De Azara: Geografía física y esférica, etc., púgina 359. — 190 — rrúa y sus congéneres no eran Guaycurú, porque no fueron canoeros como los Guaraní» (). Bien; en vez de continuar con el argumento «en pro de su teoría», plantea entre otras cosas, después de rechazar la cla- sificación del señor Lafone Quevedo de los no-Guaraní. su sis- tema de clasificación de los Guaycurú (grupo del sur). Para no vernos envueltos en los excesos de ese tupido almácigo — que semillará sin que lo trasplanten — seguire- mos con el examen de la denominación «quiyapí», «quillapí», «quellapí», y nosotros agregaremos «toropí». ll señor Schuller continúa así: «Aquí tenéis la razón (para que dicha palabra pueda explicar el parentesco lingúístico en- tre Guaycurú y Charrúa): esa palabra «quillapí» subsistía en el tiempo de Lozano entre los Abipones del Chaco, y tenía entonces el mismo significado, pues, el «queyapí» con que las mujeres Abiponas se tapaban, eran cueros de venado ó de nutria curiosamente cosidos entre sí. La voz «queyapí» era em- pleada por los Payaguá para designar una corta camiseta que se echaban al hombro antes de entrar en la ciudad (Asun- ción). Abipones y Payaguá son tribus de la gran familia Guay- curú: sobre esto el mundo entero de los americanistas está de acuerdo. «Queyapí» es, pues, una voz de idiomas afines del Chaco» (*). Tres páginas más adelante (*), vuelve á tomar el hilo de su interrumpido análisis y dice: «IEtimologar la palabra, con ri- gurosa exactitud, es algo difícil. Pero imaginándonos el limi- tado horizonte del modo de pensar y apreciar las cosas de un Charrúa, podemos admitir sin caer en desatino, que quilla- pí era para él el cuero que servía para tapar una parte (miembro 34 ó miembro £) del cuerpo.» Quilla=miembro á Ó Y — pi=Cuero. A pesar de la habilidad demostrada por el señor Schuller para presentar su argumento, ha lenido la desgracia de per- derse con él; de las ponderadas y peligrosas etimologías no ha quedado más resultado real que la evidencia de su arbitrariedad. «Quillapí» es palabra guaraní que significa cuero de nutria: Quilla =nulria — pí=cuero (*). (*) Ver prólogo, página XCIV. (?) Ver prólogo, púgina CVII. (9) Ver prólogo, piúgina CX. () Rurz be Montoya: Arte, Vocabulario y Tesoro Guaraní. Idición de 1376. — 191 — Por otra parte, como ya lo hemos anunciado, no era esa la única denominación que recibía el «trapillo sucio» entre los Cha- rrúa y Minuanes. Diego de Alvear, en su «Diario» etc., (1) re- fiere que: «andan totalmente desnudos, sin más abrigo que un taparrabo y un cuero sobre los hombros que llaman toropy». En esta réplica, no se busca otra cosa que destruir un argumento del prologuista que tiene en tan poco la modesta labor de los etnólogos del Río de la Plata; y, si es cierto, que la forma adoptada en este examen puede no convenir á esta clase de investigaciones, no deja de ser menos exacto que la concisión y la precisión en los términos, el orden en la exposición y cierta aspereza en el tono se imponían en la crítica de un trabajo que falla en sus fundamentos y que se presenta, hasta en los más mínimos detalles, intolerable, sin ejemplo por la serie de aseveraciones arbitrarias, agenas ó sofísticas. Para ofrecer una muestra de esa prosa, transcri- biremos uno de sus párrafos predilectos: «El Gran Chaco Gua- lamba parece haber sido una especie de campo de Senaar en este continente. Ahí, indiscutiblemente, yace la cuna de mu- chísimas naciones que, como acabamos de decir -— ó desalo- Jadas de sus primitivos payos, ó empujados por una corriente migratoria — emprendieron su exodus, en busca de un nuevo riviére para sus correrías...» (?). Ya que el señor Schuller ha dado tanta importancia á este asunto del vestido entre las tribus de un presunto origen cha- queño — por tratarse de un objeto de uso común entre ellas, pues esa especie de poncho ó camisón de cuero fué la princi- pal sino la única pieza de abrigo que se les conoció —- hubiera sido de rigor el estudio detenido y completo de la cuestión, desde que había distinciones que hacer con respecto á la ma- teria, formas, calidades, adornos y nombres de esas prendas del uso personal. Cuando el propósito, que anima al investigador, es desinte- resado, los argumentos contrarios á la tesis propuesta también deben hacerse constar; se analizan y se discuten en todo sen- tido para poder ofrecer la más exacta fórmula de conclusio- nes, ó sea, la ratificación de las proposiciones anteriormente establecidas. (1) D. DE Abvear: Diario de la segunda Partida demarcadora de li- miles en la America Meridional. «Anales de la Biblioteca», IL, 344, Buenos Aires, 1902. (*) Ver prólogo, púgina CXV. — 192 — No pueden sorprender al prologuista estas observaciones, él como nosotros, ó tal vez mejor que nosotros, sabe que en las descripciones modernas —de las tribus del Chaco y de las que habitaron y habitan los extensos territorios que forman las cuencas de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay — como las de von den Steinen, Koch, Hassler, Brinton, Boggiani, Colini, Huonder y Martius, se reasumen todos los datos de su histo- ria antigua y moderna, con los detalles más salientes de los cambios ó modificaciones que en sus usos y costumbres se verificaron por la intervención de la cultura europea. Sin extremar la demostración erudita, pudo también dejar satisfecha en parte esa necesidad de ser imparcial, exacto y completo, en su primer ensayo, con la simple cita y comen- tario de Koch ó de Boggiani, que, para la ¡ilustración de ese punto, pueden reputarse suficientes. De mayor utilidad hubiera sido que el prologuista, aspirando á dejar estudiado él tema ó agotada la materia en sus distintas partes — relacionando los usos de la familia Guaycurú con los de las familias Puel- che y Tehuelche — hiciese notar las identidades ó las diferen- cias que, en el medio físico, la idiosincrasia personal y los hábitos de aquellos agregados primitivos, pudo encontrar para poder explicar así sus necesidades más perentorias y los me- dios de que se valieron los indígenas para sntisfacerlas. Para terminar con este asunto del «quillapí». ofrecemos en la lámina Il una reproducción del fotograbado que ilustra el interesante trabajo del barón Nordenskióld (). Con todo, no podrá decir el señor Schuller que nos he- mos excedido hasta el presente en este breve examen; él tiene que reconocer que el comentario no corresponde á la extensión y á la importancia del prólogo, lo que hace que muchas de sus observaciones no hayan sido tomadas en cuenta. Precisa- mente es lo que nos hemos propuesto: dirigirnos á lo subs- tancial. Guaycurú es para el señor Schuller — después de analizar las memorias de una serie de autores ya citados — un nomem collectivum aplicado indistintamente á las tribus feroces del Chaco y preferentemente á las que vivían desde el Pilcomayo hasta las tierras de los Guaná. Para afianzar su aserto, cita ú Fray Morillo. (1) ErLanD NORDENSKIÓLD: Prácolumbische Wohn- und Begrábnisplátze an der Súd- Westgrenze vom Chaco, en «Kongl Svenska Vetenskaps-A kade- E miens IHandlingar», tomo XXXVI, núm. 7, púg. 18, fig. 13. Stockholm, 1902. Luis Maria Torres: La Geografia de Azara — Lám. Il. Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. « Quillapí » de los indios Matacos que habitan la cuenca del río Bermejo (Chaco argentino) TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES — 193 — Dice Fr. Morillo en el citado párrafo de su «Diario» ('): «á la parte del Sur caminando de poniente úd naciente se encuentra Matacos, Chunupiés, Sinipés, Malbaláes, Corroas, Atalalás, Pasaynes, Tobas, Mocobíes; á la parte del Norte, Mataguayos, Orejones, Chiriguanos, Pelichocos, Pitaleaes (Pitalagá) que en lengua de indios se ha corrompido en Pitalabás (Zapitalagas?) Cocolotes, Inimacás, Muchicois, y Sotenahás, Tocoyteís, que así se llaman á los que llamamos Tobas, Cayafáes, que, á todos los de estas naciones llamamos los españoles guaycu- rús, no porque haya nación de Guaycurús sino porque esta voz guaycurú significa inhumanidad ó fiereza ». Concluye esta parte haciendo notar la exactitud y la con- cordancia de las distintas distribuciones étnicas que constan en las cartas de los P. P. de la Compañía — lo que en rea- lidad es así — y analizando los nombres ó apodos que las tribus chaqueñas tuvieron, ó sea: Frentones, Guaycurú, Len- guas y Orejones, resuelve optar como denominación general, para esas numerosas tribus, por la denominación Guaycurú, que, como ya se ha expresado, equivale ¿ indios sarnosos, pintados. Sobre este punto, ya hemos manifestado nuestra con- formidad con el resultado que obtiene el prologuista, el que no está en absoluta contradicción tampoco con el que el se- nor Lafone Quevedo ha obtenido. Para este autor, guaycurú es voz guaraní que significa: Guay = pintado, ó. ar= bellaco (*). Seguiremos analizando la división y clasificación que el prologuista ofrece de la gran familia Guaycurú, después de observar á las que, con anterioridad á la suva, han apare- cido y entre las cuales ha merecido especial refulación la del señor Lafone Quevedo, á quien tocará sostener ó mo- dificar su clasificación de la rama Guaycurú, sub-raza Pam- peana (*). Transcribimos á continuación la clasificación del señor Schuller. (1) Fray F. Morro: «Colección de Documentos», etc., de P. de Angelis, VI, (60). Buenos Aires, 1837. (?) S. A. Laronk Quevebo: Ibid, 340. (*) Por los últimos trabajos del señor Lafone Quevedo y ante todo de sus conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras, se puede decir que se mantiene aún en sus ideas de 1899; sostiene resueltamente su «Rama Guay- curú de la sub-raza Pampeana». INDIOS PINTADOS VEL MANCHADOS FAMILIA GUAYCURÚ 1 Grupo del Sur Charrúa (Yacros) Minuanes Gúenoa Mbeguá (Chaná Mbeguá) (Chan) Timbú (Chaná Timbu) Mbohané (Yorós) Mbocoretú (Martidanes) Caracarás (no-chaná-salvajes) Gulgaises (Quiloazas) Corondá Mepenes (Abipones?) Curúmeguá (Conaneguá Cinamecás) Ingatús TI Grupo del Norte Tobas Pilagá Mbocoví Abipón Frentones « Lengua (Oatkakalot) Enimagá Guaycurú (Orejones) | Guentusé Payaguá (Agaces) Mbayá Machicuy de Aguirre, Azara, Demersey y Boggiani Guaná-Lengua ó Geskoinlala4k de Boggiani y Koch Angaité SOTEDoa Toósle Sapuquí Sújen Mascoy.. Grupo de Mataguayos del Chaco Matacos Vejoces Noctenes — 195 — GUARANÍ Tupi del Brasil Guarani (Caniguá) del Paraguay Chivignanos de Bolivia NU-ARUÁC Guanñú (Chané) Terenos (uiniquinño Layanús TAPÚYA Guayaná Caingangues Guayaqui Tapé Raza intermediaria entre los Chaqueños y Pampas Milcay-ac Allenti-ac Sanavironas Comechingones (Rruma-chingana) La denominación general de Manchados, para asignarla á las diferentes tribus de la familia guaycurú que la clasilicación comprende, nos parece poco exacta. No sólo habría que hacer notar á las que no usaron semejante ornamentación, sino que el tatuaje y la pintura son dos cosas muy distintas que al autor tocó tratar con la suficiencia que lo caracteriza, aunque con la concisión que, por ejemplo, Boggiani () dió á la ma- teria. Ahora bien: admitida la denominación Guaycurú para lla- mar á la gran familia étnica que habitó una gran extensión territorial de la cuenca del Río de la Plata, desde que no hay ventaja ni sería serio discutir para adoptar otra, y, cuando por otra parte, esa denominación genérica está justificada des- pués de laboriosas investigaciones que ofrecen una serie de caracteres étnicos comunes á esos numerosos agregados, y en ciertos casos estrecha vinculación lingúística, pasaremos á analizar Ja clasificación propuesta con la atención que merece, , aunque en definitiva no llegue á provocarnos objeciones fun- (1) G. Bocctrant: Taltuaggio ó Piltura. «Estrato degli atti del llo Congreso Geografico Italiano». Roma, 1895. — 196 — damentales, por la sencilla razón que en sus grandes linea- mientos y en sus detalles está de acuerdo con los estudios y conclusiones de los autores que han tratado ú estudiado la etnografía del Chaco, que, como podrá verse en el prólogo que examinamos, han sido consultados y seguidos con bas- tante fidelidad. lín cuanto al «Grupo del Norte», tenemos primero á los Frentones que comprenden: Tobas, Pilagás, Mbocoví y Abipón, de acuerdo con Lafone Quevedo (') y Boggiani (*); á los Guay- curú (Orejones): Lengua (Oaékakalót), Iinimagá, Guentusé, Payaguá (Agaces) y Mbayá. Aquí tenemos que observar la inclusión de los Lengua (de Azara y Aguirre), línimaga y Guentusé que, según Boggiani (*) siguiendo á Azara, Aguirre y Demersay, son tribus aún desconocidas, pues ha quedado evi- denciado que no han demostrado parentesco lingúístico ni con los Lenguas (Machicuy), ni con las tribus del grupo Mbocoví- Abipón al cual Payaguá y Mbayá pertenecen (*). El grupo Mascoy está reconstruido de acuerdo con los es- tudios y conclusiones de Boggiani, y principalmente con los resultados de sus últimas investigaciones comprendidas, como es sabido, en su conciso y comprensivo estudio de la Etnografía paraguaya moderna (*). ll «Grupo del Sur» nos sugiere dos objeciones; una de las cuales merece especial dilucidación, pues del minucioso estu- dio verificado por nosotros de su industria y demás peculiari- dades de su organización social, como de su mismo idioma, hace que no aceptemos su identificación con los Charrúa, Mbayá, etc.; nos referimos á los Chaná. Antes de continuar con este asunto, debemos manifestar que la identificación Mbocoretá-Charrúa-Mepenes no se presenta con la claridad que sería de desear. Bien; no se tratará aquí de hacer distingos especiosos que sólo pueden apreciarse por el que los formula, por el prurito de presentar dificultades ó de descubrir diferencias que en rea- (2) S. A. LAFONE QUEVEDO: Arte de la lengua Toba, etc. «Revista del Mu- seo de La Plata», V, 12 y siguientes. (?) G. Boccrant: Compendio de Etnografía paraguaya moderna, páginas 13 y siguientes. (P) G. Bocarant: Ibid, páginas 30 y 35. (1) G. Boccrant: Guaycurú, páginas 18 y siguientes. E. PEÑA: Ms del Ca- pitán Aguirre. «Boletín del Instituto Geográfico Argentino», XIX, y en las posteriores obras del primero. (%) Páginas 30 y siguientes. STIVIOIHO SANOISAVANT AA MATTVIL (peamppu oueue] %) (10119JU1 9 OIP9uu1 OSINI) PUBIBI] OJI [9p eouan) e] ap BJ 1OUIOOZ BIJURIO) “111 WT — VIUZY 9Pp VIRI3090) BT] : SINO], VINVIN sIn7 *ITX OUOL — VIA YT 9P O9SNIN TOP :AdY — O) lidad no existen ó que, si verdaderamente aparecen, son de una importancia relativa. Conocida es la publicación del señor Lafone Quevedo (*), en la, que ofrece fragmentos del interesante manuscrito del P. La- rrañaga sobre los indios Chaná y su lengua; vocabulario y demás datos que permiten afirmar á este autor que el paren- tesco lingúístico no puede existir entre éste y los idiomas del tipo Chaco Guaycurú. Á esas diferencias se puede unir tam- bién la de una constitución social notablemente distinta, con caracteres de fijeza no comunes en las restantes tribus de la comarca; posiblemente, con el clan familiar perfectamente cons- tituído y con los atributos propios de semejante organización, pues no pueden tener otro valor que el de individualizaciones de un totemismo esas curiosas representaciones zoomorfas, que, en buen número, han llegado á encontrarse en los «para- deros» y «enterratorios» de la cuenca del Paraná, caracteri- zando notablemente la industria y el estilo á que pertenecen. ln efecto: desde el Alto Paraná y Uruguay (yacimientos de Colonia Militar é Itacaruaré respectivamente), Goya (Corrientes), Victoria (líntre Ríos), Coronda, Carcarañá, San Pedro, Baradero y Campana (Santa Fe y Buenos Aires). Carabelas y Paycarabí (Delta del Paraná) hasta la isla del Vizcaino y en Soriano (Re- pública Oriental «del Uruguay), existen los jalones que marcan la dispersión de esos clanes, no bien caracterizados hasta hoy por la falta absoluta de datos positivos que, como los de sus restos óseos y de su industria alfarera, podrían ya arrojar mucha luz sobre diversos aspectos de sus caracteres físicos y psíquicos. ¿sa arqueología, como decíamos, se distingue notablemente de la que se encuentra en el resto de la comarca, no sólo por su lécnica mecánica como por su ornamentación; es tan superior á la Guaraní y á la que se atribuye á Charrúa y congéneres que aún, sin la presencia de los vasos zoomor- fos y antropomorfos, se podría determinar con la mayor se- guridad. Una serie de detalles, que acusan el evidente aire de familia entre los motivos ornamentales y otros que no hace al caso mencionar y que se refieren á la disposición y con- diciones de sus enterratorios, abonarían suficientemente esta argumentación (). (1) S. A. LAFONE QUEVEDO: Los Indi0s Chanases y su lengua, etc., «Bo- letin del Instituto Geográfico Argentino», XVIII, Buenos Aires 1897. (*) Tenemos en preparación un estudio sobre la arqueología del Delta O Como en este momento sólo deseamos presentar las dife- rencias más notables que resultan de un examen superficial, v, para que pueda apreciarse la seriedad de nuestra observa- ción, ofrecemos (lámina III) una de esas piezas típicas por su factura y ornamentación como por su valor representativo (*). ¿sta pieza, que es una de las más hermosas con que cuenta la colección arqueológica del profesor Ambrosetti, será en oportunidad objeto de preferente atención, precisamente por las necesarias comparaciones que provocará. Para abreviar este examen, diremos ya que el resto de la clasificación presentada por el prologuista no exige detenida consideración — pues los grupos Mataguayos, Guaraní, Nu- aruac y Tapuya resultan idénticos á los que con anterioridad nos han propuesto Lafone Quevedo y Boggiani en los distin- tos trabajos que hemos venido citando — que la inclusión de los Querandí entre los Milcayac, Allentiac, Sanavirones y Co- mechingones no es admisible. In el estudio ya citado del se- nor Outes, se encuentran los fundamentos principales que po- dríamos invocar para fundar nuestra divergencia (*). Sin esa prevención mal inspirada — desde que no nos ani- ma otro deseo que el de contribuir á un progreso que deci- didamente nos interesa — nos hemos concretado, como el autor habrá podido notar, á aceptar sus conclusiones generales uni- ficadoras y, simplemente, á negarle, por insuficiente demostra- ción, las asimilaciones ó identificaciones que quedan apun- tadas. Para este estudio, no fué necesario gastar una suma de erudición, compulsas y transcripciones como en otra parte del libro que acaba de examinarse, pues, las publicaciones de S. A. Lafone Quevedo (), Boggiani (), Colini (*), Koch (*), Brin- del Paraná, que saldrá í luz tan pronto como podamos obtener el conjunto de datos que necesitamos para ofrecer resultados positivos. En este trabajo afianzaremos suficientemente lo que acabamos de afirmar. (1) Procede del departamento Victoria (Entre Rios) y ha sido donada al señor Ambrosetti por el doctor J. M. Gamas. (?) F. F. Outes: Los Querandíes l, 1; Estudios Elnográficos 1, 11, NI. () S. A. LarONE QueveDo: Ibid. ) G. BocGIant: Ibid. (*) G. A. CoLint: Notizie storiche ed etnoyrafiche sopra e Guaycurú e gli Mbayá. Apéndice de 1. Caduvei. (2) T. [KCocn: Die Lenguas-Indianer in Paraguay, «Glebus» 78, números 14 y 15. — Die Guaikurú-Stúmme, «Globus» 81, números 1, 3, 5, 7. — Die Maskor-Gruppe im Gran Chaco, in Mitte der Anthropologischen Gesellschaft, XXXI, píginas 130—148, Wien 1902.—Die Guaicurt-liruppe, in Mitte der Anthropologischen Gesellschaft, XXXIII. Wien, 1903. — 199 — ton (*), von den Steinen (*), Peña (*), ebe., comprenden todo el ele- mento bibliográfico moderno de la etnografía del Chaco, al propio tiempo que el ilustrado juicio crítico de las numerosas relacio- nes de cronistas y viajeros. De mucho mayor precio y ulilidad que esa accidentada demostración con la que el señor Schuller se inicia en los estudios de etnografía americana, hubiera sido un ensayo de distribución étnica del territorio que constituyó el virreinato del Río de la Plata, basado en la fuente histórica que en sus grandes lineamientos y detalles conocerá indudablemente; en- sayo que diera la resultante final, la solución aproximativa del interesante asunto que la arqueología y la historia se pro- ponen cada cual con sus métodos y peculiares elementos in- formativos, para que, después de un paciente y escrupuloso procedimiento heurístico, la crónica no tuviera nada que decir, ó, por lo menos, que sus substanciales afirmaciones surgieran de una vez, ya que para algunos tienen el mérito — casi ex- clusivo diremos — de bosquejar con seguridad la solución final que proseguimos en nuestras indagaciones. Y como el prologuista encontró, en sus estudios de la men- cionada fuente histórica, notables caracteres diferenciales, afir- maciones de los autores de la primera época que han pasado completamente desapercibidas, y, á su vez, declaraciones de cronistas modernos que confirman ó infirman declaraciones anteriores, muy poco le costó, pues, satisfacer esa aspiración, hoy por lo general común entre los que proceden en sus es- tudios con sinceridad científica, esa sinceridad que nos recuer- da el doctor Lenz en una juiciosa y bien intencionada aprecia- ción de su último libro: Los elementos indios del castellano de Chile (*). Ha llegado el momento de que formulemos nuestras obser- vaciones finales, ya que una serie de afirmaciones aisladas del prologuista pueden considerarse fundamentales — por tratarse de métodos y de dominios científicos no bien definidos — lo que, por otra parte, ratifican sus ideas ya refutadas; y, como (1) D. Brinton: The American race. A linguistic classificalion and ethnographic description of the nalive lribes of North and South Ameri- ca. New-York 1891.—The linguistic Cartography of the Chaco Region. Phi- ladelphia, 1898. (?) K. v. D. STEINEN: Die Schamalkoko-Indianer, «Globus» 67, 1895. (9) E. Peña: Etnografía del Chaco. «Boletín del Instituto Geográfico Ar- gentino», tomo XIX, páginas 465—510. Buenos Aires, 1898. (*) Página 31. — 200 — se hace necesario siempre fundar toda crítica sana, que co- mo en este caso se dirige sin' traicionar el pensamiento, pre- sentaremos en consecuencia los grandes lineamientos de nues- tro método que, como es lógico, obedece á las aspiraciones de un criterio amplio, abierto á' las distintas tendencias de la cien- cia prehistórica. No dejamos de reconocer — como otra vez lo hemos he- cho — que la obra de los antiguos cronistas, muchos de los cuales estuvieron en contacto mismo con los indígenas, ofrece especiales atractivos, aunque Jas noticias sean generales y con- fusas y los resultados que arrojen después del necesario aná- lisis crítico, algo Ó muy distantes de la certidumbre, lo que nos obliga á recurrir á la fuente documental inédita, lejana y de difícil acceso por su onerosidad. Los viajeros de los siglos XVIII y XIX, que alcanzaron á observar ¿n situ á los últimos restos de la población indígena de América, ya presentan en sus «memorias» ó «diarios» los elementos que verdaderamente nos permiten la aspirada re- construcción, y, por eso, la obra de d'Orbigny. Castelnau, Azara, etc., tendrá que ser necesariamente respetada, aunque algunas de sus premisas sean erróneas ó sus conclusiones ge- nerales susceptibles de corrección. De cualquier manera, tenían á su favor una preparación científica muy superior y elementos de otro orden que les permitían hacer descripciones que bien pueden llamarse de etnografía propiamente dicha. Luego, vendrían á completar la obra los von den Steinen, von Martius, Spix, etc.. no á deshacer lo hecho, por lo mismo que la apreciaban en su justo valor y desde que siempre fué un criterio justo y previsor — cuando se estudia una obra anti- gua —el de retrotraerla á la época en que se produjo, para in- terpretarla fielmente y para poder otorgar en consecuencia al autor la parte de originalidad que estrictamente le corresponde. Desde luego, conceptuamos necesario, para satisfacer am- pliamente los propósitos de nuestra investigación, un estudio desde el punto de vista fisico, para obtener de esos caracteres generales de las razas los detalles más salientes de los dife- rentes tipos que hayan habitado permanentemente un territorio determinado. Clasificar y dividir los distintos tipos étnicos es indudable- mente una cuestión grave, pero como la etnografía general puede dar esos caracteres más salientes, y, sobre todo, el aire propio de familia, la tarea, como puede comprenderse, se sim- plifica cuando la indagación se dirige á lo subslancial. — 201 — . Una vez en posesión de esas nociones preliminares, cuando se pueda ya entrever las grandes líneas y el objeto especial de dicho estudio, puede abordarse entonces el de la anatomía para conocer los detalles de la constitución física del cuerpo, y hasta del mismo cráneo y cerebro, pues una de las di- ferencias Ó categorías humanas está basada en el grado de desarrollo intelectual. La conformación del cráneo y de la cara, por otra parte, está en estrecha relación con la del encéfalo, y es precisa- mente sobre esta parte del cuerpo humano á la que se di- rigen los principales esfuerzos de los antropologistas, siendo, ó constituyendo más propiamente ¡el motivo de una especia- lidad muy interesante por sus instrumentos y por sus métodos: la craneología. ¿stos estudios de la anatomía deben completarse con los de la fisiología que tanta luz arrojan sobre las distintas ope- raciones de la vida: alimentación, reproducción, energía mus- cular, sensibilidad, etc. La lingúística, en su propio y especial campo de acción, puede colaborar eficazmente en esa tarea reconstructora, ofre- ciendo ciertos caracteres particulares ¡4 cada raza y, ante todo, explicando, después del detenido estudio en las diferentes ca- legorías étnicas, que el lenguaje se forma, desarrolla y trans- forma siguiendo un proceso lógico, paulatino y continuado; fundado en un sistema dado de sonidos y significados que sir- ven al que habla como de catálogo del contenido del mundo en que vive, y que, en posesión formal de la facultad de hacer palabras nuevas y originales, la pone en práctica siempre para adquirir una expresión más fácil, completa y exacta de sus pensamientos. La lingúística, con los métodos de investigación y los carac- leres propios de una ciencia natural, no puede quedar conver- tida en el recurso sofístico de la etimología, que no es ciencia ni arte; y todaS aquellas otras investigaciones que demuestran los complicados recursos de la gramática, como las distincio- nes de las partes de la oración para mostrar las relaciones existentes entre los varios pensamientos que entran en la com- posición de una frase, no pueden tener acá [aplicación general, por no haber existido esos elementos en estos lenguajes pri- mitivos de América. Con todas estas precauciones, puede entrar, pues, el lin- gúista, á la demostración de la estructura y de la fonética de la lengua que se proponga estudiar; y, para llegar á señalar Tomo XII 15 — 202 — el parentesco entre dos lenguas, tendrá que abandonar el pro- cedimiento, ya en desuso, de la comparación de media docena de vocablos análogos para concretarse al verdadero examen de los términos que pretende asimilar. Por lo que se vé, la labor no es tan amena como muchos se lo figuran, doblemente de- plorable para los mismos, desde que «el arte es largo y la vida corta ». No insistiremos en materia del estudio de los estilos indus- triales, artísticos, etc., que tan sugerentes dalos nos procuran de la cultura intelectual de una asociación determinada. A este respecto, hemos hecho en nuestra anterior publicación, La ciencia prehistórica, un ensayo de exposición general de la ar- queología americana, tal como á nuestro juicio debe inler- pretarse sus métodos y precisa esfera de acción. Continuando con el método comparativo, examinaremos tam- bién los caracteres generales de la constitución social del es- tado de esas sociedades primitivas ya que, en sus principios, los detalles de su organización no han podido determinarse completamente, contribuyendo así al estudio de los diferentes sistemas sociales que distinguidos sabios han concebido y que después los contemporáneos, siguiendo á Mac Lenan, Lewis Morgan y Bachofen, han discutido con gran provecho para la ciencia. Bien; por lo mismo que esas formas distintas de que nos hablan no han existido en todas partes, ni que haya habido entre ellas un orden de sucesión definido, es de un alto inte- rés y será posible el estudio, en cada una de esas agrupacio- nes, de las distintas formas denominadas familia, clan, tribu; el matrimonio en sus distintos aspectos, la consanguinidad y afinidad; la relación entre la familia y el clan, en caso que ha- yan coexistido y su influencia en el desarrollo de la vida so- cial primitiva; el matriarcado y el patriarcado y la misma teoría de la horda promíscua; el totemismo y el tatuaje con sus pre- suntas relaciones; la couvade y el levirado como manifestacio- nes realmente propias de los agregudos sociales inferiores: ele- mentos que nos permitirán reconstruir y asociar hasta darnos una conclusión definitiva. Luego, todo aquello que aun por simplísimas nociones se refiere al mundo espiritual, debe ser un complemento nece- sario de nuestras indagaciones. Quien comprende la siguilica- ción que tiene la creencia de los salvajes y bárbaros en los seres espirituales, debe sospechar el estado de cultura y la ca- tegoría de sus ideas abstractas, la precisa explicación del mundo en que viven y lo que son ellos mismos. — 203 — La noción de los espíritus sirve, por otros caminos, para explicar lo adventicio, todas las cosas que han sucedido y que grabadas en el alma de la tribu se conservan, transforman ó se pierden por el transcurso sólo de los siglos. No son menos sorprendentes las ideas respecto al mundo, al firmamento, al mar, á las montanas y á las selvas. ln este orden de ideas y con respecto á estas comarcas de América, hay que dejar patentizada la mezcla, la confusión que se nota entre los mitos de las creaciones ideales aborígenes con las ideas y personificaciones del catolicismo, lo que nos explicará el alto interés de estas dilucidaciones desde que en la leyenda, por una parte y por otra, en las tradiciones de la tierra nativa está el mito como esencial representación del pensamiento primitivo. Debiendo terminar este trabajo, expresando un voto de gra- titud, va él dirigido al señor general Bartolomé Mitre, quien, con su fina amabilidad, nos ha proporcionado los elementos subslanciales de este ensayo: libros y documentos que sólo en su biblioteca y archivo se pueden encontrar, siempre abiertos para todos los que deseen consultarlos. Por la índole de nuestros estudios predilectos, nos ha to- cado, como á muchos otros, la feliz ocasión de pasar por esa rica biblioteca y admirar, en consecuencia, la obra del biblió- filo; y también en muchos casos que se hacía necesaria la con- sulta de un texto manuscrito original ó la aclaración de una duda, hemos recibido de sus trémulas manos el códice ó el libro que, hace treinta años, leyera Óó anotara con la mayor atención, y que hoy vuelve á abrir para demostrar á los que pretenden recorrer como él la senda interrumpida y serpen- tina de los antecedentes nacionales, que la ilustración debe ser sólida, segura, y su exterioridad suave y modesta para dejar la persuasión. Ll más humilde de los que han pasado por esas silenciosas salas de estudio, le rinde el más cumplido ho- menaje. METAMÓRFOSIS Y BIOLOGÍA DE COLEÓPTEROS ARGENTINOS HI AGASICLES VITTATA JAC., PLECTONYCIIA CORRENTINA LAC., AMPLIPALPA NEGLIGENS WEISE POR CARLOS BRUCH Encargado de la Sección Zoológica del Museo de La Plata CON TRES LÁMINAS Tomo XII 16 E A e la le da Eos a d l 0 ES AOS AS a Agasicles vittata sao. (Lámina I) I:l bonito crisomélido que motiva estas líneas, había lla- mado va mi atención, al encontrarlo durante mis excursiones habituales; más, como deseaba darle colocación sistemática, me encontré en tales dudas, que me ví obligado á enviarlo al señor Martin Jacoby, de Londres, para su determinación. liste conocido especialista tuvo la amabilidad de comunicarme que el insecto en cuestión pertenece á un nuevo género establecido recientemente por él mismo, para un ejemplar procedente del Perú, y al que bautizó con el nombre de Aygasicles vittata. Nuestro Agasícles fué hallado por mí en abundancia durante el verano, sobre una amarantácea Telanthera philoxeroides (Mrt.) Mo(., común en algunas de las zanjas de desagíe en los alre- dedores del bosque de La Plata. Huevos. —La hembra generalmente pone de cuarenta ú se- senta huevos y los coloca siempre en la parte inferior de las hojas. Ll desove se produce con intérvalos de algunos días y los huevos, depositados en pequeños grupos; tienen posición horizontal, colocados en fila pareada, una oblicua á la otra. La forma de los huevos es cilíndrica; miden un tercio de mi- límetro de ancho y casi uno de largo. Su color es amarillo pajizo y la superficie opaca muestra bajo el lente un aspecto granulado, parecido á la piel de zapa. Larva. —La larva tiene una forma subcilíndrica, angostada en ambas extremidades; la parte ventral es algo aplastada. Su color es parduzco, la piel cubierta de una granulación densa y obscura. La cabeza es pequeña, de color pardo, convexa, más larga que ancha, provista de algunos pelillos claros y bastante reco- gida en el prolórax. Il labio superior es doble más ancho que largo; su borde anterior es convexo con una prominencia se- micircular en el medio; en la base es biondulado. Se distin- gue solamente una ocela, poco más atrás de cada antena. An- OS ienas triarticuladas bastante pronunciadas; su primer artejo claro, el siguiente cilíndrico de color pardo, su artejo terminal es pequeño, cónico y pardo en la base; á su lado interno hay varias articulaciones muy diminutas de diversas formas. Las mandíbulas subtriangulares, cóncavas en la parte inferior, con un corto diente en el borde externo y tres dientes serriformes en el borde interno. Los palpos labiales son biarticulados, obs- curos: cilíndrico el primer artejo, subcónico y más claro el terminal. La lengúeta es transversal, con una mancha obscura mediana, que se dilata en los costados. lín la parte interna hay dos cerdas largas y dos muy cortas. Sobre el mentón hay otras dos, pero son éstas más largas y su posición inversa. 1% lóbulo terminal alargado de las maxilas, tiene cerdas cortas en la punta y dos espinas cortas y blandas; el palpo es de color parduzco, cónico, de cuatro artejos provistos de varias cerdas. Los segmentos torácicos son idénticos á los del abdomen. líx- cepto el último abdominal, tienen algunos pelillos cortos, trans- parentes, con la extremidad claviforme. Ll segmento terminal es más aplastado, redondeado y provisto de pequeñas espinas en su extremidad. Cada segmento tiene sobre el vientre dos puntos prominentes, los que se elevan á cuatro en el sexto y séptimo, y á ocho puntos en el octavo. Los poros estigmóticos son pequeños y circulares. Las patas lienen algunos pelillos finos y aislados y terminan en una una afilada y obscura. Ninra—La ninfa no ofrece particularidad alguna, y repre- senta el ¡mago encogido y con las alas replegadas. Illa afecta una forma cilíndrica, de color amarillo claro con el tegumento liso y lustroso. La cabeza oculta, visto el insecto de arriba. Las antenas cubren la mayor parte de los ojos y siguen en línea divergente hasta el codo del segundo par de patas. Tanto los segmentos torácicos como abdominales presentan en el dorso y lateralmente algunas espinas cortas, dirigidas hacia arriba en el tórax y hacia abajo en el abdomen. También hay sobre cada fémur, cerca del codo, una cerda encorvada hacia afuera. Las patas tienen posición normal. Imaco.—lLl insecto es negro brillante; los tres artejos basales de las antenas son ferruginosos. Cabeza bronceada con puntos hundidos irregulares, la elevación frontal débilmente marcada, subcuadrada; palpos fulvos, el artejo terminal pequeño y pun- tiagudo. Tórax fuertemente bronceado, muy finamente granulado y puntuado; sus costados rectos; los ángulos obtusos. Iscu- — 209 — dete anchamente redondeado en la parte posterior. Los élitros cortos, subparalelos casi impuntuados. orlados por una línea negra que es más angosta en los bordes laterales; en cada lado bay una faja longitudinal mediana, algo ondulada y abre- viada en la extremidad. Parte inferior y pátas, negras. Dicha especie, que forma también el tipo del nuevo género establecido, fué publicada por M. Jacoby en los «Proceedings of the Zoological Society of London» 1904. vol. II, XXVI, p. 400. ll autor menciona entre los caracteres genéricos la configu- ración del protórax que, según la descripción, es tan ancho como largo y desprovisto de surcos. Por mi parte, debo hacer presente que en todos mis ejemplares (con dos colipos), que concuerdan perfectamente en los demás caracteres con la des- cripción dada por Jacoby, tienen sin embargo el tórax visible- mente más ancho que largo, con una impresión transversal en la base bien visible. OBSERVACIONES. —Las larvas salen del huevo por una pe- queña abertura preparada por ellas mismas, quedando las pie- les de los huevos pegados á las hojas y del mismo color de antes. ll aspecto y las costumbres de las larvas recién nacidas son desde ya como en las adultas. Illas viven medio ocultas entre las hojas nuevas ó en la parte inferior de las mismas. Para andar, arquean su cuerpo y cuando su extremidad poste- rior está bien asegurada, llevan adelante la parte anterior del cuerpo hasta quedar otra vez estirado. Así, pues, estas larvas se parecen mucho á las orugas de los lepidópleros geomélricos. A las tres semanas, éstas se hallan completamente desarro- lladas y aptas para crisalidar. La larva tiene que conservarse en la planta, so pena de morir ahogada, puesto que tanto la larva como la ninfa se hallan rodeadas de agua. Al examinar con detención las plan- tas, me apercibí que existían pequeñas perforaciones circula- res en los tallos, debidas á las larvas, que se introducen en los canutos de aquéllas para pasar en éstos su ninfosis. La forma cilíndrica de la ninfa se acomoda bien al espacio que ha de ocupar, donde lo aseguran algunas espinas y finas cer- das que nacen del propio cuerpo. Rey. del Museo de La Plata — Tomo XITL C. Brucn: Metam. y Biol. de Col. Arg. II — Lám. I. Agasicles vittata Jac. 1. Huevos (*”/, tamaño natural). 6. Labio (muy aumentado). 2. Larva (*/, tamaño natural). 7. Pata (aumentada). 3. Antena (muy aumentada). 8. Ninfa, vista dorsal (*/, tamaño natural). 4. Mandíbula (muy aumentada). 9. Ninfa, vista ventral (*/, tamaño natural). 5. Máxila y palpo (muy aumentado). 10. Imago (*/, tamaño natural). C. Bruch del. TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES Plectonycha correntina Lao. (Lámina II) Durante varios veranos, he siempre observado este criocé- rido cerca de nuestro Museo, sobre una pegueña planta que vulgarmente llamamos enredadera de papa, Boussingaultia ba- selloides, Kuth., sin que hubiese descubierto otros ejemplares fuera de su radio de dispersión que es la provincia de Corrien- tes, de la cual lleva el nombre específico. Hurvos.— Los huevos son de forma cilíndrica, redondeados en las exlremidades; se encuentran pegados por los costados sobre la parte inferior de la hoja alimenticia, siempre en pe- queños grupos de ocho á diez y aun más. Generalmente están distribuidos en fila doble, colocados oblicuamente una con res- pecto á la otra. La superficie del huevo es lustrosa, lisa y lransparente, de color amarillento. Las medidas son: 0,8 mi- límetros de largo por 0,3 de ancho. Larva.—La larva es de un color blanco sucio, menos la ca- beza y la placa del protórax que son de un pardo obscuro. Su piel es lisa y lustrosa. 1ól cuerpo es estrecho adelante, pero va engrosando rápidamente en el dorso que es muy encorvado; en la parte ventral, es abultado en los costados y un poco cón- cavo en el medio. Cabeza pequeña, redonda, no muy convexa, con pocos pelillos claros. Las ocelas, en número de seis, bien desarrolladas están distribuidas en doble hilera detrás de las antenas en el borde lateral de la cabeza. ] Las antenas son triarticuladas; los artejos cortos en con- junto, coniformes; sobre el último artejo hay en la parte infe- rior otra pequeña articulación cónica y algunos pelillos muy cortos. Labro transversal, casi tres veces más ancho que largo; el borde anterior erizado de pelillos, escotado en el medio, ar- queado en los costados. Mandíbulas fuertes, de color pardo, cóncavas, con cinco dientes distintos, subtriangulares; el cón- dilo situado en el ángulo lateral externo. La lengúeta está hen- dida en el medio; sus palpos son cilíndricos, uniarticulados. Maxilas con el lóbulo terminal interno alargado, erizado de cerdas; á su lado externo, el palpo está bien desarrollado, de cuatro artejos. Los segmentos torácicos tienen más ó menos el mismo largo; su anchura aumenta gradualmente. La placa del protórax es casi cuatro veces más ancha que larga, y pre- senta en cada lado una depresión. Los segmentos abdominales son apenas perceptibles; llevan, como los del tórax, pelillos cortos y esparcidos. Los poros estigmálicos circulares y peque- ños son del color general y poco visibles. Las patas cortas, triarticuladas, tienen algunos pelillos y un pequeño apéndice delante de la uña que es de color pardo. Nivra.—La ninfa es relativamente pequeña, su forma es sub- oval, la parte dorsal más convexa que la ventral; su color es amarillento claro; la piel es completamente glabra, transparente y muy delgada. La cabeza es invisible desde la cara dorsal. Las antenas cubren la mitad anterior de los ojos, corren cusi pa- ralelas con el primer par de patas y llegan poco más allá que el codo del segundo par. ll protórax es pequeño, subcónico, su configuración como la del meso- y metatórax: se distingue bastante bien en nuestro esquema. Los segmentos abdominales tienen todos el mismo largo, pero disminuyen sucesivamente de ancho; el último segmento termina en dos pequeños dientes córneos. Las alas presentan carenas longitudinales; las patas tienen posición normal. Imaco.—Lu cabeza es rugosa, de color ferruginoso, obscura sobre la frente; el epístomo es liso, negro y presenta una línea hundida longiludinal. Las antenas son negras, exceptuando los primeros artejos, que son ferruginosos. Protórax de color flavo testáceo, brillante, con cuatro líneas curvas, negras. El escu- dete es negro, subrecticular. Las alas del color del protórax, bastante convexas, presentan en cada lado diez hileras de pun- tos hundidos y en su mitad anterior siete manchas negras, generalmente alargadas y de tamaño variable que están dis- tribuídas: las dos primeras, cerca de la base; tres situadas más abajo, de manera que forman un triángulo oblícuo y si- guen otras dos en línea transversal. lístas manchas son sus- ceptibles de variar, habiéndolas encontrado en algunos indivi- duos muy diminutas y muy pronunciadas en otros; refundidas á veces, forman entonces casi tres fajas transversales irregu- lares. Il pecho del insecto es negro con una mancha ferruginosa — 213 — en cada flanco; el abdomen ferruginoso, con tres hileras de manchas negras: una mediana y dos laterales. Las patas ne- gras; la parte inferior de los fémures ferruginosa. lista especie fué publicada por Lacordaire en su Monogra- fía de TFitófagos (1845), volumen III, página 302. Tiene todo el aspecto de una Lema, pero difiere de ésta por la estructura del meso- y melasterno, que no son visiblemente separados, habiendo motivado estos caracteres al mismo autor el establecer el género de Plectonycha. ObservAcIONES.—Al través de la cubierta diáfana del huevo se puede observar su evolución. Con el crecimiento de la ca- beza y del protórax, el delgado pellejo principia á hincharse y da al huevo una forma globosa en la extremidad cefálica que es siempre la parte interna de ambas hileras de huevos. La cabeza y el protórax se destacan por su coloración obscura y ocupan casi la lercera parte del huevo. Las larvas salen á los ocho días por una abertura longitudinal que se produce en la región dorsal. Su color es amarillento; la cabeza relativamente grande, ancha como el protórax y ya del mismo color que en los adultos. Il cuerpo es subcilíndrico, aún muy poco encor- vado; el dorso cubierto de pelillos raros, siendo los segmentos indistintos entre sí. Nuestras larvitas son voraces; apenas nacidas principian á devorar la parte inferior de la hoja jugosa; y, debido á su ma- nera de vivir, que es propia á la de sus congéneres, pronto desaparecen de los ojos del observador. Mediante una contrac- ción del abdomen, consiguen cubrirse poco á poco con sus propios excrementos y sólo una gota ó masa de una secreción parduzca gelalinosa revela su existencia. A las dos semanas, la larva ha llegado al estado adulto; se desprende de su ropaje; su color se vuelve amarillo antes de dejar la enredadera. Después que ha encontrado en la tierra suelta ó entre las raíces de la misma planta un lugarcito seguro, confecciona de una materia blanca y espumosa que segrega un pequeño ca- pullo de forma ovoidal, en cuyo interior pasa su ninfosis. Por el pellejo transparente de la ninfa, se observa el des- arrollo del imago, obscureciéndose primero los ojos y las man- díbulas; luego traslucen las manchas y colores del coleóptero que acaba de formarse en quince ó veinte días. E ea Ñ Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. C. Brucn: Metam. y Biol. de Col. Arg. II — Lám. Il. Plectonycha correntina Lac. 1. Huevos (*”/, tamaño natural). 2. Larva (*/, tamaño natural). Larvas sobre la hoja (tamaño natural). Cabeza (muy aumentada). nana Distribución de las ocelas. C. Bruch del. OMOSOAIMO) Mandíbula (muy aumentada). Pata (muy aumentada). Ninfa, vista dorsal (*/, tamaño natural). Ninfa, vista ventral (%, tamaño natural). Imago (5h tamaño natural). TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES me: e h Amplipalpa negligens weise (Lámina 111) Mis observaciones recientes permiten presentar algunos da- tos nuevos sobre este híspido, cuya organización y manera de vivir difieren completamente de lo ya conocido sobre los gru- pos de Uroplata y Chalepus. La Amplipalpa negligens vive sobre Panicam grumosum Nees., gramínea bastante común en las orillas del Río Santiago. Huevos.—Il huevo se encuentra siempre aislado, pegado á la hoja en sentido longitudinal. Su forma es muy alargada, elipsoida] y muy poco convexa; es de color gris amarillento, de piel delgada, superficie lisa, opaca. Largo: 3,5 milímetros; ancho 1 milímetro; la mayor convexidad apenas un cuarto de milímetro. Larva. —La larva tiene forma aplastada, es doble más lar- ga que ancha. Su color es amarillento, pero la cabeza es tes- tácea. el escudo del protórax y la horqueta del último segmento son de un castaño obscuro. Su piel está cubierta de una gra- nulación regular, apretada. La cabeza es pequeña, muy inclinada, un poco más ancha que larga, deprimida por arriba, provista de pelillos: raros; la base es redondeada; los costados salientes, angulosos. La frente es fuertemente hendida. Labio superior transversal, doble más ancho que largo; el borde anterior es un poco emarginado y provisto de pelillos dirigidos hacia adelante; los lados oblícuos; en la base avanza en el medio. En cada lado hay seis ocelas salientes que, agrupadas en doble hilera, están situadas delrás de las antenas en el borde anterior de la placa cefálica. Ante- nas cilíndricas, compuestas de tres articulaciones, siendo el artejo terminal doble más largo que los otros dos juntos, más estrecho cerca de la punta que es redondeada y en donde tiene otra pequeña articulación puntiaguda y algunos pelillos super- puestos. Mandíbulas de color castaño, triangulares; el lado — 216 — interno cóncavo de doble borde, armado el superior con dos y el inferior con tres dientes romos. La lengúeta es abultada, más ancha que larga, con los pal- pos labiales rudimentarios y de un solo artejo. La lengua mem- branosa que se observa entre las maxilas, es un poco escotada en el medio anterior y todo el borde lleno de pelillos hialinos. El lóbulo terminal de las maxilas es grueso, erizado de cerdas; en su lado externo liene el palpo pequeño, biarticulado, que lleva también algunos pelillos cortos. Il protórax es doble más ancho que largo; sus bordes late- rales redondeados, el anterior encorvado, provisto de pelos cortos. ln los costados presenta cuatro apéndices espiniformes, situado el primer par en cada ángulo anterior y el segundo en la mitad posterior. La placa del protórax tiene de cada lado una depresión circular, cuya extensión presenta algunos pun- tos hundidos y una coloración más fulva. Los estigmas del protórax terminan en un cono pronunciado de color obscuro; el borde del poro estigmático es circular y claro. Meso- y metatórax un poco más ancho y, los dos juntos, tan largos como el protórax; ambos presentan también en cada costado dos apéndices, situados en sus ángulos laterales, sien- do los anteriores más hinchados y más obscuros en la base. ¿stos apéndices, que existen también en los costados de los segmentos abdominales (pero aquí solamente uno en cada lado), presentan bajo el microscopio cortas ramificaciones, en cada una de las cuales nace un pelillo corto claviforme. Los segmentos abdominales son subparalelos; los primeros tres aumentan un poco de ancho el que disminuye progresi- vamente en los siguientes. Los poros estigmáticos situados so- bre el dorso cerca del borde lateral y diminutos en los seg- mentos posteriores. 1:l último segmento tiene, como el protórax, los orificios de los estigmas laterales y salientes; carece tam- bién de los apéndices espiniformes y está provisto de una hor- queta córnea, bifurcada, con las puntas externas cortas y romas, las inferiores agudas, dirigidas hacia afuera; todas tienen púas microscópicas en la parte externa. Las patas son triarticuladas, fuertes, poco velludas; el ar- tículo terminal es muy corto: tiene una uña encorvada y delante de ella un pequeño apéndice. Niyra.—La ninfa es semejante á la larva; su forma tam- bién plana; el color parduzco sobre el dorso y más flavescente en la parte ventral. ll vértex, los contornos del protórax, como O E pe de los cinco primeros segmentos abdominales, están adornados por láminas lanceoladas, delgadas, distintamente recortadas, cuyas formas exactas enseña el pequeño esquema. La cabeza, las antenas, las palas y las alas no se distinguen en la vista dorsal; los poros esligmúticos son mayores en los segmentos anteriores, disminuyendo en los siguientes y nulo el del octavo. Las antenas cubren casi del todo los ojos, siguen en línea oblicua hasta el codo del primer par de patas. ll sexto seg- mento abdominal lleva en los costados una espina dirigida oblícuamente hacia abajo; el séptimo presenta una carena transversal; cerca de su borde lateral hay varias pequeñas cer- das encorvadas en dirección á la espina anterior. Imaco.— lista Amplipalpa fué descrita por el señor Weise en «Archiv fúr Naturgeschichte», 1904. H. Lp. 52. Su forma es alargado, paralela, moderadamente convexa; el color negro es azulado luciente. Ll protórax es colorado con una manchila negruzca en el borde anterior; en cada lado. tiene una depresión marcada con puntos gruesos hundidos. Iiscudete del color de los élitros, que son lucientes y de un color que varía desde el azul al verde obscuro bronceado y presentan diez hileras de puntilos impresos. OBSERVACIONES. — Para mis observaciones, había preparado de antemano macetas con plantas de la gramínea que sirve de alimento á la Amplipalpa. Mis pensionistas, encontrados en cópula, pusieron ya al siguiente día de cinco á ocho huevos y otros tantos durante el segundo día. Después de pasar una semana medio ocultos entre las puntas dobladas de las plantas, observé una nueva cópula y después de la separación otra can- tidad de seis á diez huevos más. l'íste intervalo en la oviposi- ción, lo he observado en diversas ocasiones, y suponiendo que al primer desove no haya precedido otro, es de creer que cada hembra pone veinte á veinticinco huevos. Los huevos no ofre- cen cambio durante su evolución; el delgado pellejo se hincha un poco antes de la eclosión, lo que pasa entre los quince á los veinte días. Las larvas recién nacidas tienen ya los carac- teres de las adultas; solamente su color es más pálido, la ca- beza parece mayor en proporción, las puntas de las horquetas son más largas. ln sus costumbres tienen mucha semejanza con algunas larvas de los casídeos. 1% último segmento está doblado hacia el dorso; después de la primera muda, el pellejo viejo de la o [SE larva queda suspendido sobre la horqueta nueva, lo «que se repite á cada cambio de piel y permite así á las larvas cubrir casi todo el dorso. Al ser molestadas, agitan este pedúnculo, echándolo hacia atrás, como en actitud de defenderse; andan inquietas, llevándole erguido verticalmente, hasta que vuelve á su posición normal. Tanto las larvas como los imagos no devoran la hoja entera de la gramínea, pues dejan intactas las fibras resistentes, comen tan solo la epidermis con la cloroquina. La larva se desarrolla en treinta días; antes de crisalidar, se fija generalmente sobre la misma planta por la extremidad posterior durante algunos días. Tampoco la ninfa no suelta completamente á su cubierta primitiva; ésta queda con las espi- nas y cerdas suficientemente asegurada, y oculta debajo de las pieles de la larva, necesita aún dos semanas más hasta que nace el insecto perfecto. Rev. del Museo de La Plata — Tomo XII. C. Brucn: Metam. y Biol. de Col. Arg. 11 — Lám. UL. Amplipalpa negligens Weise 1. Huevo (*/, tamaño natural). 6. 2. Larva (e tamaño natural). 7: 3. Cabeza de la larva (muy aumentada), 8. 4. Distribución de las ocelas. 9. 5. Antena (muy aumentada). 10. Mandíbula (muy aumentada). Apéndice del protorax (muy aumentado). Pata (muy aumentada). Ninfa, vista dorsal (?/, tamaño natural). Ninfa, vista ventral (A tamaño natural). 11. Imago (*/, tamaño natural). C. Bruch del. TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES HISPINAE, COCCINELLIDAE et ENDOMYCHIDAE Argentinia et vecinitate e Collectione Bruchiana Descripsit J. WEISE a EN e si HISPINAE, COCCINELLIDAE et ENDOMYCHIDAE ARGENTINIA ET VICINITATE E COLLECTIONE BRUCHIANA Descripsit J. WEISE HISPINAE 1. Amplipalpa negligens: Elongata, parallela, modice convexa, coeruleo-, vel coeruleo-acneo-nigra, prothorace fulvo, apice macula transversa aenea, disco utrinque impressione antice obliterata, scutello elytrisque viridi-, vel coeruleo-viridi-aeneis, subtiliter striato-punctatis, alutaceis, subsericeo-micantibus.—Long. 5,6—6,2 mm. Prov. Buenos Aires 24. V. 1903. Amplipalpa negligens Ws. Archiv f. Naturg. 1905. H. Il. 52. Primo intuitu Ampl. Perty? Guér. (amiculae Baly) similis, sed pro- thorace aliter colorato, apice tantum angustato, lateribus subtiliter et aequaliter marginato, impressionibus sublateralibus minus profundis, antice obliteratis, elytris obsoletius punctatis ab ¡illa bene distincta. Antennae nigrae, articulo tertio secundo duplo longiore. Prothorax longitudine dimidio latior, lateribus subparallelis, apice rotundatim con- vergentibus, dorso parum convexus, flavido-rufus, nitidus, sublaevis, utrinque longitudinaliter late impressus, impressione sat crebre punctata, macula transversa brevi apicis loboque medio basali nigro-aeneis. Scu- tellum viridi-aeneum, alutaceum. Elytra prothorace vix latiora, subpa- rallela, apice conjunctim rotundata et parce obsoleteque serrulata, su- perne modice convexa, viridi-, vel coeruleo-viridi-aenea, subtilissime alutacea, subsericeco-micantia, subtiliter, latera versus paullo fortiter striato-punctata, seriebus nona et decima discretis. Corpus subtus coe- ruleo-, vel subaeneo-nigrum, lateribus prosterni fulvis. 2. Cephalolia funesta Baly. Gob. Misiones 2. VII. 1904. 3. Cephalolia tucumana Ws. Deutsch. Zeit. 1904. 439: Elongata, depressiuscula, nigra, nitidula, vel subopaca, prothorace dense punctato, linea media laevi, elytris subtiliter punctato-striatis, basi late rufo-flavis, tibiis apice extremo tarsisque rufo-testaczis.—Long. 5—5,8 mm. Prov. “Tucuman (IX. 1897). Tomo XII 17 | (89) 22 — 35 Minor, angustior, segmento ultimo ventrali apice profunde lateque emarginato. Statura et summa similitudo C. histrionis F., supra vix nitida, pro- thorace crebrius fortiusque, fere ruguloso-punctato, linea media angusta et plagula antica utrinque laevibus, elytris minus profunde subtilius punctato-striatis, plus quam dimidio postico nigris; segmento ultimo ventrali maris apice profundius emarginato, ab illo distincta. 4. Cephalolia opaca Baly. Brasilia IX. 1901. 5. Cephalodonta juncta: Elongata, testaceo-flava, subopaca, pro- thorace subferrugineo, creberrime punctato, elytris fere parallelis, angulo laterali postico in spinam nigro-violaceam retrorsum productis, dorso 4-costatis, costa secunda crassiuscula, caeteris sat obsoletis; aeneo-re- ticulatis, reticulo maculis novem (internis communibus) includente.— Long. 7,5—8,3 mm, Brasilia (VII. 1901). Ceph. Pascoei Baly proxima, minor, aliter colorata. Fronte sub- convexa, sublaevi, medio foveola impressa, antrorsum angulatim pro- ducta. Antennae filiformes, flavae, articulis quatuor ultimis brevibus, testaceis, articulo primo sat crasso, brevi, secundo longiore, 3 secundo parum longiore, quarto longissimo, tertio paullo longiore, 5% tertio, 6% secundo longitudine fere aequali. Prothorax latitudine postico vix brevior, ante medium angustatus, angulis anticis modice productis subacutis, supra parum convexus, medio longitudinaliter subdepressus, ferrugineus, densissime punctatus. Scutellum ferrugineum, subnitidum, laeve. Ely- tra elongato-quadrata, prothorace latiora et illo plus quam triplo lon- giora, basi leviter rotundatim producta, humeris extrorsum prominulis apice acutis; dein subparallela, apice leniter rotundato angulo laterali in spinam validam acutam, supra convexam, retrorsum et parum lateraliter producta; dorso deplanata, decem-, basi extremo undecim-seriato-punc- tata, 4-costulata, costa secunda crassiuscula, caeteris amgustissimis et parum elevatis; testaceo-flava, singulo vitta triangulata lineaque trans- versa ante apicem obscure aeneo-viridibus maculis novem testaceo-flavis subincludentibus notato; nempe macula prima transversa, in basi, se- cunda pone scutellum, subrotundata, communi, tertia (pone humerum), quinta et septima oblongis prope marginem lateralem sitis; maculis 42, 6%, 8% et 9* transversis, magnis, communibus, ad suturam (nona ex- cepta) inter se conjunctis. Corpus subtus testaceo-flavum, pedes dilu- tiores, longis, tibiis anticis maris dente parvo armatis. 6. Cephalodonta Bruchi Ws. Deutsch. Zeit. 1904. 443: Elongata, supra laete viridis, antennis (articulis 4 ultimis nigris exceptis), thoracis basi et apice, elytrorum limbo (hoc parce cupreo-maculato) pedibusque testaceo-flavis, elytris angulo postico obtuso, disco regulariter punctato- striatis, subtus aeneo-nigra, ano testaceo. —Long. 4,3—5 mm. Prov. Buenos Aires (10, Í. 1897). Cephalod. clarae Ws. proxima, minor, elytris dorso seriebus septem punctorum regulariter impressis, limbo laterali testaceo-flavo ornatis an- guloque postico obtuso facile distinguenda. 7. Charistena basalis Baly. Brasilia III. 1901. S. Chalepus Haroldi Chap. Prov. Buenos Aires 20. 1V. 1904. 9. Chalepus medius Chap. Prov. Buenos Aires 24. V. 1904. Species a congeneribus semper distinguenda: Fronte trisulcata, sulcis lateralibus profundioribus, antennae apicem versus angustatae, articulis (tertio et ultimo exceptis) fortiter transversis, tertio maximo, ultimo apice angustato, valde compresso, oblique truncato; prothorace dorso postico deplanato et leviter impresso, lobo medio basali sublaevi, sulco medio transverso diviso. Spec. e Gobern. Misiones (1. VIII. 1904) variat elytrorum fascia antica fere deleta, e striolis nonnullis leviter infuscatis composita. 10. Chalepus alienus Baly. Argentinia: Gob. Formosa (II. 1895). 3rasilia (Dr. Kraatz), Yatahy (Donckier). Pedes nigri, femora basi fulva. Variat a) femoribus intermediis macula baseos parva, femoribus posticis omnino nigris, b) femoribus intermediis nigris, posticis macula basali rufescente, c) femoribus pos- terioribus omnino nigris; d) abdominis segmento primo vel segmentis duobus primis fulvis. 11. Chalepus dictyopterus Perty Brasilia 19. V. 1901. 12. Chalepus flaveolus Chap. Brasilia 19. X. 1901. 13. Chalepus trilineatus Chap. Brasilia 19. VIM. 1901. 14. Chalepus axillaris Duv. Gob. 'Misiones (HI. 1905); Prov. Tu- cuman (17.1. 1903). Vitta fulva elytrorum, a basi lateraliter usque pone medium extensa, interdam brevior, latera haud attingens, ante medium, vel non longe pone basin abbreviata. 15. Chalepus stigmula Chap. Brasilia 20. XI. 1901. — 224 — 16. Chalepus laetificus: Elongatus, fulvus, capite antennisque nigris, vertice nigro-chalybaeo, prothorace fortiter et dense punctato, elytris parallelis, quadricostatis, macula communi anchoraeformi et tertia parte apicali chalybaeo-nigris, macula prosterni utrinque, abdomine (seg- mento primo excepto) pedibusque nigro-aeneis, episternis metasterni in- fuscatis. —Long. 6 mm. Gobern. Formosa (II. 1895). Chal. verticali proximus, vix minor, prothorace subconico nec non scutello, pectore ventrisque segmento primo fulvo-rufis, elytris apice evi- denter serrulatis, humeris magis prominulis, ab illo bene distincto. Frons sublaevis, trisulcata, clipeus subquadratus, creberrime gra- nuloso-punctatus, antennae dimidio corporis breviores, crassiusculae, articulis septem primis obsoletius longitudinaliter sulcatis, articulo se- cundo brevi, transverso, tertio longissimo, praecedentibus longitudine aequali, articulis 4-10 (sexto brevi excepto) inter se fere aequalibus, transversis, ultimo oblique acuminato penultimo longiore. Prothorax transversus, basi coleopteris angustior, antrorsum angustatus, lateribus leniter bisinuatus, subconicus. Elytra prothorace fere quadruplo longiora, pone humeros angulatos parallela, minute serrulata, apice subconjunctim late rotundata, evidentius serrulata, dorso deplanata, regulariter et for- titer 10-seriato-punctata, serie adjecta in sulco brevi scutellari impressa, 4-costata, costa tertia medio interrupta. 17, Stethispa Bruchi: Sat elongata, fulva, parum nitida, protho- race linea media rufa vittaque utrinque sublaterali nigricante, elytris subparallelis, apice communiter rotundatis, angulo postico et humeris in spinam acutam lateraliter productis, dorso fasciis tribus (anterioribus obliquis) sat obsoletis subpurpureis, femorum basi tibiisque flavescen- tibus.—Long. 5,5 mm. Gob. Misiones (V.1895). Steth. conicicolli minor, praesertim brevior sed parum angustior, aliter colorata, spina humerali basi crassiore. Antennae fulvae. Pro- thorax longitudine dimidio latior, lateribus postice subparallelis, antice convergentibus, angulis anticis productis, acutis; dorso minus convexus, medio parcelatera versus crebrius punctatus, utrinque vitta nigricante supra marginem ornatus. Elytra 4-costata, costis duabus primis crassio- ribus, seriebus punctorum quatuor interioribus regularibus, caeteris minus regularibus; humeris spina acuta, basi lata, valde lateraliter ex- tensis, spina postica humerali subaequali, paullo retrorsum curvata, in dorso longitudinaliter elevata. Pedes fulvi, femoribus basi flavescentibus, intermediis apice emarginatis obtuseque subdentatis. 18. Baliosus rubiginosus Guér. Gob. Misiones (II. 1895) speci- minibus brasiliensis congruus, sed minor, angulo postico elytrorum in laminam minus validam lateraliter magis abrupte producto. 19. Baliosus parvulus Chap. Brasilia HI. 1901. Tucuman XII. 1899. 20. Probaenia crenata Blanch. Brasilia IX. 1901, ctaberr. 1/27/pes Chap. Prov. Tucuman XI. 1899. 21. Probaenia infirmior: Sat elongata, nigra, prothorace elytrisque testaceo-flavis, hoc crebre, medio disci parce punctato, viutistribus nigris vel nigro-acneis ornato, elvtris quadiicostatis, costis duabus interioribus modice elevatis, exterioribus tenuibus; macula communi transversa ba- seos, limbo suturali (pone medium vel ante apicem interrupto), fascia ante medium introrsum valde angustata plagaque magna apicis nigris, hac maculam transversam communem testaceo-flavam cingente, angulo laterali-postico subacuto obligue producto.—Long. 5,6—6,2 mm. Prov. Buenos Aires XI. 1903. Prob. crenatae Blanch. simillima, nonnibil minor, pracsertim an- gustior, prothorace medio disci parcius punctato, vittis nigris antice haud abbreviatis, elytris punctis serierum fortioribus sed remotioribus, costis internis nonnihil latioribus et parum elevatis, macula basali nigra transversa, margine apicali spinulis parvis circiter sex armatis ab illa distincta. 22. Probaenia fasciata: Elongata, nigra, pectoris medio margini- busque segmentorum ventralium rufescentibus, pedibus flavis, supra tes- taceo-flava, subnitida, prothorace transverso, subconico, crebre punctato, disco vittis tribus aeneo-nigris, media canaliculata, elytris oblongo-qua- dratis, striato-punctatis, .-costatis, costa tertia medio interrupta, apice quartas connexa, angulo postico in dentem mediocrem, acutum, supra concavum, lateraliter productis, fasciis quatuor vittaque laterali a basi ad medium fusco-viridi-acneis ornatis: fascia prima subbasali, secunda ante-, tertia pone medium, omnibus cum vitta laterali cohacrentibus, quarta in apice; spina solitaria femorum anticorum mediocri. — Long. 5,5—6 mm. Brasilia IX. 1901. Prob. vittulosae m. affinis. subtus obscurior, fronte testacea, fas- ciis elytrorum integris spina angulorum posticorum evidenter breviore bene discreta. 23. Probaenia venusta Chap. Brasilia IX. 1901. 24. Octhispa elon_ata Chap. Gob. Misiones II. 1897. Tuc iman 3o.1!. 1904. 25. Octhispa fossulata Chap. Prov. Tucuman XII. 1899. 26. Octhispa Robinsoni Baly. Brasilia II. 1901. 27. Uroplata () 8-pustulata Baly Brasilia IX. 190r. 28. Uroplata cruenta Baly. Brasilia IX. 1901. 29. Uroplata plagipennis Chap. Brasilia VII. 1901. 30. Uroplata ferruginea Ws. Archiv f. Naturg. 1905. 88. Prov. Tucuman IX et XII. 1899. Accedit specimen paullo majús, praesertim latius, elytris viridi-aeneo- infuscatis, maculis parvis fulvis bene discretis. 31. Heterispa orientalis: Nigra, clipeo, fronte antica, pro- et me- sosterno femoribusque flavis, his supra nigris, prothorace crebre punc- tato, flavo, maculis tribus nigris, duabus marginalibus, tertia discoidali, majore, rotundato-quadrata, basin vel apicem haud attingente, interdam laperalibus connexa, elytris nigris, Opacis, macula humerali aurantiaca notulaque apicale flava.—Long. 5—5,5 mm. Brasilia 1. 1901.—San- tos, Bahía, Espirito Santo, Blumenau (Staudinger, Reitter). Var. a. Elytris interstitio externo, basi apiceque excepto, flavis. Heterispis vinulae et costipenni intermedia, illa minor, praesertim brevior, antennis brevioribus, articulo septimo paullo crassiore, ultimo minus elongato differt; statura et summa similitudo /2. costipennis, sed antennis longioribus, apice vix claviformibus, prothorace elytrisque obs- curius coloratis, macula humerali rufa elytrorum haud quadrata sed triangulari ab illa certe distincta. (*) Uroplata longipes: Elongata, apice paullo dilatata, subtus nigra, prosterno, pectoris medio, abdominis plaga basali femoribusque anticis basi fulvis, supra fulva, subopaca, protho- racis margine laterali et vitta media elytrorunque macula communi anchoraeformi nec non fere tertia parte apicali nigris; elytris 4-costatis, angulo postico laterali unispinoso, pedibus valde clongatis. — Long. 7 mm. Obidos, Amazonas (Rolle). Caput fulvum, sublaeve, ore colloque infuscatis. Antennae nigrae, articulis sex primis sat gracilibus,: caeteris paullo incrassatis, articulis duobus primis lacvibus, subelongatis, secundo antecedenti parum tenuiore, tertio secundo quartoque dimidio longiore, quinto quarto breviorc, sexto brevissimo, septimo sexto dimidio longiore, octavo clavam elongatam subcompressam, apice subacuminatam, formante. Prothorax leviter convexus, sat crebre punctatus, medio te- nuiter canaliculatus, lateribus parum rotundatis antrorsum convergentibus. Scutellum nigrum. Elytra prothorace latiora, subparallela, pone medium sensim ampliata, apice communiter ro- tundata et subtiliter serrulata, angulo postico in densem acutissimum oblique producto; modice 4-costata, costa tertia medio interrupta; regulariter decem-scriato-punctata, serie adjecta scutel- lari brevi; nigra, macula oblonga baseos fasciaque pone medium valde obliqua fulvis: macula humerum amplectente, costam primam basi solum attingente, retrorsum leviter angustata et usque fere tertiam partem longitudinis prolongata, apice obtusa; fascia, quae marginem externum et suturam omnino tangit, extrorsum leviter dilatata, obliqua, in sutura a basi magis distante quam in margine externo. Pedes sat graciles, valde elongati, nigri, femoribus anticis fere di- midio basali parte fulvis, cacteris macula parva, obsoleta, rufescente, prope basin dorsi signatis. — 227 — 32. Heterispa costipennis Boh. Prov. Buenos Aires sat frequens. XI. 1897 29. Bruchia n. gen. Corpus parvum, sat elongatum. Antennae breves, crassiusculae, septem-articulatae, articulis quinque primis exacte separatis, articulis tribus primis brevibus, sat transversis, duobus sequentibus brevissimis, duobus ultimis subconnexis paulo incrassatis, articulo sexto subtrans- verso, praecedentibus binis haud longiore, ultimo subovato, acuminato. Fronte subdeplanata, obsolete longitudinaliter striolata, linea media im- pressa. Prothorax coleopteris multo angustior, latitudine sua vix longior, basi apiceque latitudine aequalis, lateribus deflexis marginatus, fere para- llelus, basi leniter rotundatus; disco transversim convexus, subseriatim punctatus, linea media tenui impressus. Scutellum parvum, quadratum. Elytra prothorace vix triplo longiora, humeris magnis extrorsum subdi- latatis, lateribus pone humerum subparallela, apice communiter rotun- data, dorso parum convexa, minus regulariter 8-seriatim punctata le- viter bicostata (costa tertia deficiente), costis valde interruptis, ante apicem transversim connexis. Pedes mediocres, femoribus muticis, tibiis rectis, unguiculi divergentes. Senus certe Physocorynae affine, sed antennarum articulis quinque primis tantum evidenter separatis ab Hispinis omnibus distinctum. Unicam speciem mihi notam describam: Bruchia sparsa: Nigra, opaca, pedibus maculisque septem minimis in elytro singulo flavis: 2, 2, 3.—Long. 2,5 mm. Prov. Buenos Aires, La Plata (19. XI. 1903). Colcoptera atra, maculis 14 obsoletis notata, prima lineari, basin costae primae obtegente, caeteris punctiformibus, secunda pone scutellum prope suturam, tertia et quarta ante medium valde oblique digestis, quinta, sexta et septima pone medium, seriem transversam formantibus. COCCINELLIDAE 1. Solanophila albovittata: Subhemisphaerica, nigra, subtus parce-, supra dense brevissimeque cupreo-pubescens, antennis medio testaceis, elytis crebre punctatis et densissime punctulatis, singulo vittis duabus postice abbreviatis albidis, albido pubescentibus. — Long. 7,5 mm. Prov. Salta. Species pictura elytrorum omnino insignis. Antennac testaceae, ar- ticulo primo clavaque nigris. Prothorax crebre punctulatus. Elytra pro- thoracz plus quam quintuplo longiora ct ejus basi paulo latiora, antice utrinque subtruncata, humeris rotundaltis lateribus a basi vix ad medium sensim rotundato-dilatata, dein angustata, apice conjunctim acute-rotun- data, supra convexa, nigra, obsolete aeneo-micantia, vittis duabus albidis postice abbreviatis: prima prope suturam, medio paullo angustata, se- cunda in disco exteriore pone humerum. Lineae ventrales magnae, in- tegrae, rotundatim angulatae. 2. Solanophila (') pilifera Ws. Individua hujus speciei, in Prov. Jujuy 14. XI. 1903 D. Bruch legit, variant corpore subtus aeneo-nigro, supra nigro-metallico-coeruleo, elytris paullo fortius punctatis et longius albido-pilosis, apice in mare haud acuminatis, fascia latissima communi laete rubra postice semper biarcuatim terminata. 3. Megilla 4-fasciata ab. 18-pustulata Muls. Prov. Buenos Aires. 4. Coccinella emarginata Muls. Gob. Neuquen IV. 1898. 5. Coccinella eryngii ab. chilena Ws. Gob. Neuquen JII. 1898. (2) Solanophila graphis: Breviter-ovalis, modice convexa, dense subtiliter cincreco-pubes- cens, nigra, antennis articulis 2-7 angulisque anticis prothoracis obsoletius ferrugineis, elytris crebre punctulatis et minus crebre punctatis, testaccis, nigro-circumcinctis, vitta subrecta, paullo ante apicem abbreviata fasciaque angusta obliqua ante medium nigris. — Long. 6 mm. Bolivia: Yungas de La Paz (Rollc). Solanoph. ostensae Ws. similis, supra densius pubescens, prothorace subopaco, elytris subtiliter punctulatis et fortiter minus dense punctatis, margine laterali parum explanato, sub- deflexo. Elytra testacea, limbo nigro suturali pone medium sensim angustato; limbo laterali vix ante medium abrupte dilatato dein sensim angustato; fascia oblique introrsum ducta et suturam longe ante medium contingente; vitta longitudinali sat lata, parallela, sutura magis propingua quam margine. Reticulo nigro areolas clongatas testaceas quatuor includente: duabus ante me- dium, primo, prope suturam, subparallcla, secunda, supra marginem, majore, triangulari; duabus pone medium, subpara lelis, ante apicem connexis, interna longissima. — 2) = 6. Coccinella (?) Germaini Crotch. Revis. 106. Prov. Buenos Aires et in Chili. Ovalis, convexa, nigra, supra nitidissima, ore, antennis, tibiis apice tarsisque obscure testaceis, fronte macula utrinque albida, prothorace elytrisque subtilissime punctulatis, illo antice et in lateribus anguste albo-limbato, his testaceo-(lavis, disco medio subalbido macula magna et fasciis binis (prima ante-, secunda pone medium, medio lon- gitudinaliter connexis) composita, nigra.—Long. 3,5—4 mm. Variat: Elytris nigris, limbo angusto laterali, paullo ante medium in maculam semiellipticam dilatato, longe pone medium abbreviato, ma- culisque tribus in singulo albis: prima basi prope scutellum, secunda medio, rotunda, tertia ante apicem prope marginem lateralem (*). 7. Exochomus bimaculosus Muls. Prov. Jujuy 1901. 8. Cleothera ferruginiceps: Oblonga, nigra, nitida, ore antennis, lateribus prosterni ventreque testaceis, capite limboque apicali prothoracis ferrugineis, prothorace dense subtilissimeque punctulato, lateribus flavo- limbatis, elytris subparallelis, apice rotundato-truncatis, supra dense subtilissime punctatis, singulo maculis quinque flavo-albidis: 2, 2, 1, ultima transversa, arcuata, ante apicem. —Long. 5 mm. Prov. Tucu- man 1. HI. 1900. Inter majores sui generis et a congeneribus corpore oblongo, late- ribus vix rotundato, capite margineque antico prothoracis ferrugineis fa- cile dignoscenda. Elytra maculis quinque flavo-albidis, duabus basalibus, duabus submediis, ultima ante apicem. Macula prima rotundato qua- drata, prope scutellum, secunda triangulari, in angulo humerali sita, tertia rotunda, prope suturam, quarta oblonga juxta marginem lateralem, quinta margine postico elytri parallela, intus antrorsum curvata. Un- guiculi appendiculati. 9. Cleothera exclamationis Muls. (sub. Hyperaspis) Prov. Buenos Aires 20. Í[. 1905. Paraguay (Drake). Elytris nigris, vitta discoidali, pone basin paralello angustato et longe pone medium abbreviata, vittaque laterali apicem versus leniter dilatata et a margine postico separata flavo-albidis. / 10. Hyperaspis scapulata Muls. (mercabilis Muls. non Crotch) Prov. Tucuman 9. XI. 1903. Duas tantum feminas in Argentinia D. (*) Cycloneda pusilla: Subhemisphaerica, nigra, nitida, ore, antennis, femoribus anticis (basi excepta), tibiis tarsisque anticis, nec non tibiis intermediis apice et tarsis testaceis; pro- thorace valde transverso, dense punctulato, macula magna laterali, ferc tertiam partem latitu- dinis occupante, intus valde arcuatim terminata, albida; elytris dense punctulatis, macula sat magna, submedia, transversa, rotundata, fulva signatis. —Long. 3 mm. Prov. Entre Rios (Rolle). Tomo XII 18 — 20 = Bruch legit, quae a jamdiu descriptis variant femoribus piceis, apice testaceis, femoribus anticis interdum omnino rufescentibus; macula ter- tia elytrorum semper elongata, limbo laterali flavo integro vel interrupto et in maciias duas (secunda et quarta) diviso. Tibiae anticae in mar- gine exteriore dentem parvum pone basin armatae. 11. Diomus tucumanus: Ovalis, convexiusculus, subtus niger, la- teribus prosterni, pedibus et interdum ventris apice testaceo-flavis; su- pra testaceo-flavus sat dense et brevissime pallide pilosus, nitidus, scu- tello elytrorumque signaturis nigris, nempe macula magna communi baseos, sutura, limbo sat lato laterali, postice marginem apicalem haud obtegente, macula media angulata, in disco exteriore, limbum lateralem connexa, lineaque circulari communi submedia, antice abbreviata.— Long. 1,5—1,7 mm. Prov. Tucuman 9. MI. et 4. VII. 1900. Ab. a. Elytris testaceo-flavis, limbo angusto suturali ct laterali, postice abbreviatis, nigris, fascia tenui, brevi, communi ante apicem fusca. Statura fere D. ochroder?, paullo angustior, minus convexus, supra obsoletissime punctulatus. Caput parvum, subtriangulare, fronte sublaevi. Prothorax basi coleopteris paullo angustior, latitudine sua triplo brevior, apice quam basi angustior, lateribus leniter rotundatis, disco subtilis- sime punctulatus, fere laevis. Elytra prothorace quadruplo longiora, la- teribus leniter rotundata, apice rotundato-truncata, tuberculo humerali minimo; subtiliter obsoleteque punctulata. Prosternuam planum, sub- laeve, latiusculum, carinis antrorsum leviter convergentibus. 12, Pullus argentinicus: Subellipticus, convexus, piceus, cinereo- pubescens, sericeo-micans, capite, lateribus prothoracis, ano pedibusque aut fulvis (5), aut ferrugineis (), elytris crebre punctulatis, pone me- dium sensim dilutioribus, apice flavescentibus. — Long. 1,8—2 mm. Prov. Tucuman. JII. 1900. 5 Segmento quinto ventrali apice impressione parva instructo. P. apicalis nonnibil minor, praesertim angustior, elytris crebrius apice quam basi paullo fortius punctatis, ut et colore dilutiore ab illo facile distinctus. Prothorax basi coleopteris paullo angustior, latitudine sua plus quam duplo brevior, apice quam basi angustior, lateribus sat rotundatis, dorso subtilissime punctulatus, medio piceo latera versus sensim dilutior. Elytra prothorace haud quadruplo longiora, apice subgranuloso-punctu- lata, tuberculo humerali sat magno. Lineae ventrales integrae, subter- minales, extrorssum parum curvatae. Prosternum punctatum, carinis antrorsum parum convergentibus. A 13. Ladoria rudepunctata Crotch. Brasilia 1 5? Capite, prothoracis limbo angusto apicali extrorsum dilatato pedibusque testaceo-flavis, fe- moribus posticis (apice excepto) nigris. 14, Oryssomus varius Crotch. Chili. ENDOMYCHIDAE Rhymbus Bruchi: Ovalis, convexus, brunneo-rufus, supra sat dense et sat breviter flavo-cinereo-pilosus, nitidus, ore, antennis pedibusque flavescentibus, prothorace obsolete punctulato, fere laevi, sulcis latera- libus subintegris, elytris subtiliter punctatis. — Long. 1,3—1,5 mm. Prov. Buenos Aires. 25. V. 1903 (C. Bruch). E minoribus, sulcis prothoracis apice transversim connexis, ab afli- nibus valde distinctus. Caput obsolete punctulatum, antennae protho- racis basin haud superantes, articulis tribus primis sat elongatis, sensim tenuioribus, articulis sequentibus tribus minusissimis, 3 ultimis incras- satis, clavam articulis praecedentibus paullo breviorem formantibus; ar- ticulo septimo sat parvo, crassitie sua vix longiore, octavo transverso, praecedente haud longiore, ultimo magno, rotundato-subquadrato. Pro- thorax basi coleopteris parum angustior, latitudine sua plus quam duplo brevior, apice utrinque minus profunde emarginatus medio truncatus, quam basi valde angustior, angulis antizis subprominulis; lateribus ro- tundatus, marginatus, basi utrinque sinuatus, obsolete marginatus, angulis posticis obtusis, subrotundatis; disco transversim leviter con- vexus, nitidus, obsolcte, vix sibiliter punctatus, sulcis sublateralibus curvatis, margine externo fere parallelis, sat profundis, paullo pone apicem lineam transversam dense punctulatam connexis. Scutellum mi- nimum. Elytra prothorace plus quam triplo longiora, callo humerali parvo, lateribus leviter rotundata, apice angustata, disco sat convexa, subtiliter sed evidenter sat dense punctata, nitida. Prosternum antror- sum assurgens, bicarinatum, carinis convergentibus antice in processum labialem brevem excurrentibus. J. WeisE. dE o o A. a o " Us Descriptions de Coléoptéres nouveaux DE LA RÉPUBLIQUE ARGENTINE (*) par MAURICE PIC Hadrotoma argentina. Oblongus. sat latus, subconvexus, nitidus, fulvo pubescens, sparse punctatus, niger, elytris ad basin testaceo fas- cialis et apice testaceo notatis, antennts pedibusque testaceis. Oblong, assez large, faiblement convexe, brillant, éparsément pone- tué et revétu d'une pubescence flave en partie soulevée; noir avec les élytres ornés d'une large fascie antérieure, et d'une grande macule api- cale, testacéz5, antennes et pattes testacées. Téte petite, yeux saillants; antennes testacées; prothorax court, en arc de cercle antérieurement; si- nué á la base; élytres relativement courts et larges, un peu diminués et subarrondis á l'extrémité, sans impression basale, noirs et ornés pres de la base d'une large fascie complete testacée, remontant un peu latérale- ment vers les épaules, ainsi que d'une grande macule apicale de méme coloration; dessous du corps foncé; pattes testacées. Long. 2,3 mill. Province de Tucuman. Cette jolie petite espece rappelle beaucoup 21. rufogullata Pic, de Turquie d'Asie, mais sa forme est moins allongée, la ponctuation du prothorax plus fine et trés écartée, la bande antérieure testacée parait plus large. ? Carphurus opacus. Modice elongatus, parallelus, subdepressus, opacus, niger, elytris viridescentibus, antennarum bast, tibiis tarsisque pallidis, abdomine nigre, produclo. (1) Les insectes étudiés ici m'ont été communiqués par M. C. Bruch a qui l'entomologie est déjd redevable de plusieurs découvertes intéressantes. Tomo XII 19 — 234 — Modérément allongé et parallele, subdéprimé, opaque, noir ayec les élytres verdátres, la base des antennes, les tibias et les tarses testacécs. Téte grosse, de la largueur du prothorax, trés densement ponctuée avec les yeux assez saillants; antennes insérées latéralement un peu en avant des yeux, assez longues, robustes, un peu dentées a partir du 4* article, foncés-avec les 2 á 4 premiers articles testacés; prothorax asstz court et large, de la largeur des élytres en arriére, un peu diminué aux deux extrémités, rebordé-explané sur la base et les cótés postérieurs, trés den- sément ponctué; élytres á peine brillants et seulement sur le calus scu- tellaire, paralléles, peu longs, obliquement tronqués au sommet, munis d'une dépression présuturale assez profonde, épaules bien arrondies, ponctuation forte et peu serrée antérieurement, ruguleuse et plus serrée ensuite; abdomen noir, dépassant longuement les élytres; pattes robus- tes, testacées avec les cuisses foncées. Long. 3,5 mill. Province de Bue- nos Aires. C'est avec doute que je place dans le genre Carphurus Er. cette nouveauté qui pourrait bien faire partie d'un genre nouveau. L'étude des deux sexes de cette espece, el l'examen ultérieur d'exemplaires bien con- servés et frais, permettront plus tard d'étudier mieux cette nouvcauté et d'élucider cette question générique. Dans tous les cas, cette nouveauté est, comme Malachide, tres distincte par sa forme et son aspect mat avec son abdomen débordant les élytres. Anthicus pallidicolor. Oblongus, nitidus, griseo pubescens el pilis pallidis hirsutus, pallido testaceus, oculis nigris: capite postice subar- cuato, nitidissimo; thorace breve, sínuato, rugoso punctato: ely iris la- tis, anteríus sat grosse punclalis. Oblong, brillant, pubescent de gris et hérissé de longs poils clairs, testacé pále avec les yeux noirs. Téte trés brillante, peu ponctuée, un peu diminuée derriére les yeux et subarquée en arriére; antennes testa- cées, moyennes, légérement épaissies au sommet; prothorax court, sinué sur les cótés, modérément et presque subanguleusement dilaté en avant du milieu á peine brillant, orné d'une ponctuation ruguleuse forte et dense, légerement crénelé sur les cótés; élytres larges et peu longs, un peu atténués au sommet, á épaules presque droites avec une assez forte impression pres de la base et des bossettes scutellaires distinctes, ponc- tuation forte et peu écartéz, s'elflagant en arriére; pattes assez longues, cuisses un peu épaissies. Long. 3 mill. Province de Buenos Aires. Cette espece est tres distincte, parmi les especes testacées, par la téte trés brillante jointe á la sculpture de son prothorax qui copie un peu certains Acanthinus, sans rentrer dans ce groupe; on peut la placer dans le voisinage de setosus Laf., des Indes Orientales. — 230 — Anthicus postsignatus Pic var. innotatipennis. Flongatus, parum nilidus, testaceus, oculis nigris, elytris immaculatis. Allongé, peu brillant surtout sur l'avant corps, entiérement testacé avec les yeux noirs; téte et prothorax densément ponctués, un peu rous- sátres; antennes courtes; élytres longs, subparalléles, immaculés, un peu brillants, á ponctuation forte et assez rapprochée, d'une coloration plus claire que l'avant corps. Long. 3,5 mill. Province de Buenos Aires. Variété distincte, á premiére vue, par l'absence sur les élytres de macule foncée postsuturale. Maurice Pic. ÍNDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO XII Apuntes sobre la arqueología de la Puna de Atacama, por Juan B. Ambrosetti .... Matériaux pour servir á l'anthropologic des indiens de l'Argentine, par le Dr. 77. ten GRO: arcoVorouocanon do BO0nbaVOnIIdaS RIOR a sdarVPooVaarnatVdadapoVOn da obodás Contribution á l'étude de la morphologie des cervaux des indiens (décrits dans les Matériaux pour servir á Panthropologie des indiens de la République Argen= tinc, par le Dr. Il ten Kate), par le Dr. Chnistfirica Jakobdicuincia naaa Viaje arqueológico en la región de Andalgalá, 1902—1903, por Samuel A. La- IO (OEA) Ulea avoonadocooeasdbocondaenbbonareconosndibabo!vapapadouaeeo Trois trigonocéphales du Paraguay, par Alfred Bacqué ..ooocooconcnnccnccrcnna nn. Quelques clavicornes nouveaux de la République Argentine, recucillis par M. Char- ¡cs PB UCA ARAAG OU lla Ptinus et Anobiides nouveaux de la République Argentine, recueiilis par M. Car- losABLU CI AparE Mau Cor ICA iS La geografía física y esférica del Paraguay y Misiones Guaranies por don Félix de Azara. Examen crítico de su edición, por Luis Maria Torres ...omooom.o.... E Mctamórfosis y biología de coleópteros argentinos. II Agasicles vittata Jac., Plec- tonycha correntina Lac., Amplipalpa negligens Weise, par Carlos Bruch...... Hispinae, Coccinellidae et Endomychidae Argentinia et vecinitate e Collectione Bsuchiana idescripsiti li Welseri alioli o0n9dvodo Jacoronoñs Descriptions de coléoptéres nouveaux de la République Argentine, par Maurice Páginas: — 1-30 31-58 135-136 137-204 205-218 219-232 233-236 MA E Ro SA A rf LOA Aaa mu AS ; A A E ; AO TE EN y E SA 5 A CANE 1 ly Jn pi ñ e . E E h - Y AR Ao ALI A: 19) % y y 1 0 O k le e AN le AN NU NS A OA ON CR La correspondencia relativa al Museo DE La PLATA y sus Anais y Revista, debe ser dirigida á Director del MUSEO DE LA PLATA Provincia de Buenos Aires República Argentina La correspondance relative au Muse be La PLara ainsi quaux AnNNaALeEs et a la Revue de cet établis- sement, devra étre adressée á Directeur du MUSEE DE LA PLATA Province de Buenos Aires République Argentine DEL: MIDSTDO DE TAPA TA DOMO TE LA PLATA TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES Igo 0 ' 1 y) REVISTA DEL MISION AO)IMEO) - SACIEGEJE LA PLATA TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES - 204400 1906 REVISTA Museo de La Plata TOMO XIII p TN LU ARTE Y VOCABULARIO DE LA MENCIONA EAN EINCA MANUSCRITO DEL R. P. FRAY NICOLAS ARMENTIA ORDENADO CON NOTAS Samuel A. Lafone Quevedo, M. A. ENCARGADO DE LA SECCIÓN DE ARQUEOLOGÍA Y LINGUÍSTICA ARGENTINA Con mapa y apéndices Tomo XII A O ¡E LS ñ ] du) A 5 1 Ñ : Ds A 1 1 1 A ' NES ed LOS INDIOS Y SU LENGUA PRÓLOGO EL REVERENDO PADRE FRAY NICOLÁS ARMENTIA (') Fray Nicolás Armentia nació á fines del año 1845 en la villa de Bernedo, provincia de Alava, en Iispaña. Empezó sus estu- dios en 1857 y de Vizcaya pasó á Francia, en 1860, al objeto de tomar religión en un convento de San Francisco. ln 1865 pasó al convento de Misioneros, en la ciudad de La Paz, donde se ordenó en Abril de 1869. In Julio de 1871 fué enviado á la misión de Tumupasa en la que permaneció hasta Noviembre de 1873; de allí fué tras- ladado á la misión de Covendo y sirvió de cura conversor hasta Octubre de 1880. ¿n Junio de 1881 el Padre Armentia organizó su expedición á los Araonas y Pacaguaras, que habitaban la hoya del Madre de Dios. Como dice su biógrafo el señor Bravo: «Con el lío de ropa, vitualla y sextante, al hombro, el breviario en una mano y la brújula en la otra, atravesó el dilatado espacio que media entre el Beni y el Madre de Dios; navegó en toda su extensión el primero de estos ríos y peregrinó por sus bosques hasta 1883. lín Mayo de 1884, continuó sus atrevidas correrías, navegó el Madre de Dios, faltándole poco para llegar cerca del grado 13 de latitud; reconoció el Tahuamanu (Ortón) etlc., y, por fin, de regreso á La Paz, en Agosto de 1886, reunió en volumen el fruto (*) Noticia biográfica, por el señor Carlos Bravo, que precede ¡ la obra del Padre Armentia, titulada Vavegación del Madre de Dios.— La Paz, 1887. pl de sus observaciones y trabajos.» Este volumen se titula: Va- veyación del Madre de Dios, rica fuente de preciosos datos reunidos por el Reverendo Padre que se han extractado para formar este prólogo. Il Misionero incansable de la región del Acre, hoy tan mentada, es hoy el llustrísimo señor Obispo de La Paz. II LA NACIÓN CAVINA Ó ARAONA (!) «Se habla de estas dos tribus en un mismo capitulo por cuanto están tan mezclados que es imposible distinguirlos, y aun cuando existen ranchos de puros Cavinas, como también de Araonas puros, viven por lo general mezclados y confundidos. Tienen un mismo idioma, una misma religión é idénticas cos- tumbres. «Viven en el río Manuripi, en las inmediaciones del Madre de Dios, en ambas bandas; en el Tahuamanu, y aun en el Uaicomanu, pero en estos últimos dos ríos, sólo ocupan las inmediaciones de sus cabeceras. Il grupo principal existe hoy en el Tahuamanu (Ortón). «Se cree que han sido muy numerosos en olro tiempo y donde quiera que uno se establezca halla vestigios de pobla- ciones antiguas. Como sus carpas son de madera, sin excepción, el tiempo hace que no quede vestigio de su residencia sobre la tierra. Por lo general, el tronco de las palmas les provee de pilares, y las ramas de hojas para el techo de sus casas. De consiguiente es debajo de tierra donde hay que buscar vestigios de sus poblaciones, tanto más que una vegetación gigantesca, que crece en el lugar de las antiguas poblaciones, se apura á formar con sus hojas y troncos en descomposición una capa enorme de tierra vegetal, bajo la cual quedan sepultados los restos que antes estaban en la superficie. «ln Julio de 1885 escogí, para fundar la misión de N. S. del Carmen de Tahuamanu, un lugar en la margen derecha del Manurini, cubierto de una hermosísima vegetación que bien puedo llamar secular; de modo que estaba yo muy lejos de sospechar que allí hubiese existido población alguna. Al cavar los agujeros para plantar los pilares de mi barraca y capilla, (*) Todo lo que va entre comillas es sacado textual del libro Navegación del Madre de Dios, Capitulos XVI ¡4 XX. = hallábamos en todas partes tiestos de ollas y huesos: señal evidente de que allí había existido una población en tiempos tal vez no muy remotos. «ln las correrías que hice en los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre de 1885, por los bosques del Madre de Dios, Manurini y Tahuamanu, hallé los bosques cruzados en todas direcciones por caminos abandonados, que todavía no se habían cerrado, á pesar de lo precipitado de la vegetación en esos lugares. «ls innumerable el número de carpas que hallé en abando- no; y en la que menos había ocho ó diez muertos enterrados; pues los Araonas, y, en general, todos los bárbaros de esas regiones, no tienen más cementerio que su misma casa. «lón una carpa de veinte varas de largo, sobre siete ú ocho de ancho, habitan hasta diez familias; y un retazo de cáscara de almendro de dos varas en cuadro extendido en el suelo indica el lugar de cada familia, tanto en vida como después de muertos. «Son muy poco prácticos en la navegación de los ríos; no tienen canoas y sólo se sirven de balsas ó callapos para pasar de una banda á otra de los ríos; y estas balsas las trabajan de piezas de bambú, de tres metros de largo y un metro y medio de ancho, uniendo una gran cantidad de esos palos por medio de lravesaños. La misma clase de embarcación usan los "Toromo- nas. Los Pacaguaras usan canoas de cáscara y aun de troncos labrados, y son muy diestros en su manejo. ¡ql EL NÚMERO DE LOS ARAONAS «ll dúmero de los Araonas y Cavinas, que como se ha di- cho pueden considerarse como una misma raza, puesto que hablan un mismo idioma, lienen las mismas costumbres y viven casi completamente mezclados, sin señal alguna que los distinga, si bien no es tan crecido como se suponía, no por eso deja de ser considerable. «lín Febrero y Marzo de 1885 han sido visitados por la es- carlatina, que acabó con una tercera ó cuarta parte, destruyendo tribus enteras y reduciendo otras á una mitad ó tercera parte. Así es como destruyó del todo las tribus de Ino, de Buda, de Maru, de Odoary y varias otras; mientras de la tribu de Ha- mapu, que constaba de 22 familias, sólo quedaron 8; de la de Chumu, que constaba de 33, han quedado apenas 6 ú 8; de la tribu de Canamary quedan 2 hombres; de la de Cama quedan 4; de la de Masatibu, 3; de la de Manipo, 4; de la de Sabatini, 5; de la de Uranico, quedan 6 y constaba de más de 30; de la de Yuma, no queda nada; de la de Mayupi, que también era numerosa, «quedan 8 familias; de la tribu de Masatibu quedan 3; de la de l“cuary, quedan 4; igual número de la de Sara; de la de Capanary, quedan 5; de la de Dejabai, quedan 6; de la de Camoavi, quedan 7; la de Huary se acabó. «Hay otras tribus que no visitó la escarlatina, tales son: la de Marani, que tiene 14 familias; la de Tade, igual número; la de Guagima, tiene 10; la de Camaya, 12; la de Moyana, igual número; la de Capu, 14; la de Capa, 14; la de Taranu, nueve. «Además de estas tribus existen las de Tuno, de Mapumary (tipo curioso, calvo y barbón), la de Tuama, la de Beyuma, de Machuvi, de Jicho, de Huarymodo, de Isebene, de Curupi, de Cuesi, de Habuvi, de Uaui, de Dejabay, de Cahoco, de Giary, de líno y varias otras, cuyo número exacto de familias ignoro, pero que por un término medio, no pasan de 10 familias; y aun algunas de estas últimas tribus, me consta han sido visi- tadas por la escarlatina; más ignoro tanto el número de los muertos, como el de los que sobreviven. «No puede darse espectáculo más triste del que ofrecían esas tribus visitadas por la epidemia. Los vivos yacían confun- didos con los muertos, por no haber quien diese á éstos sepul- tura. ln una tribu yacían doce moribundos en medio de ocho cadúveres en descomposición; y hubo un muchacho que tuvo valor para presenciar semejante espectáculo, esperando muriese su madre para darle sepultura; y cumplido que hubo con este deber filial se retiró á buscar remedio á la barraca de don Joaquín larfán. Los caminos estaban sembrados de cadáveres de infelices, que, huyendo de la infección de las carpas, eran sobrecogidos por la muerte. «A la epidemia de la escarlatina se siguió otra de catarro, que los visitó á principios de Septiembre del mismo año, y que causó nueva mortandad. ln la tribu de Capa murieron todas las mujeres, con lo que los hombres, espantados, abandonaron de nuevo su rancho, al que aun no hacía un año que se ha- bían trasladado, para huir al norte, al río Abuná. «También visitó esta peste de catarro otras tribus, y no dudo aumentaría el número de víctimas de la escarlatina. Hallábame en la tribu de Capa, sobre el Tahuamanu, con objeto de es- A gado coger un lugar bueno para establecerme, y estaba en mi com- panía don Joaquín Farfán con tres de mis mozos, los únicos que quedaban. Iónfermamos todos sin excepción, y tomamos la resolución de salir al Madre de Dios, á donde muy apenas pu- dimos llegar en cinco días: allí también encontramos á todos enfermos. «ls de advertir que, de estas enfermedades, que tantos bár- haros mataban, no moría ningún blanco. Ls el motivo que los indios, en el exceso de la fiebre, se metían en el baño en busca de alivio, y mientras buscaban un alivio momentáneo, hallaban la muerte; mientras los blancos, con un poco de cuidado y un régimen algo racional, escapaban con solo las molestias consi- guientes á enfermedades más ó menos largas. IV COSTUMBRES DE LOS ARAONAS «Hay mucha variedad de tipos entre los Araonas, pues mientras unos son verdaderamente Zambos, otros son de un tipo muy parecido al Luropeo. Los hay de nariz larga y aguda, cuando el indio, en general, la tiene chata. Hay muchos bar- bones y uno que otro calvo, cosa lan rara entre los indios. Hay muchos verdaderamente rubios, tanto entre los hombres como entre las mujeres. Son altos y bien formados, ágiles y alegres, pero por lo general muy ociosos ('). «Para diez familias trabajan una carpa de unos veinte me- tros de largo sobre seis de ancho; son todas de palma, que sólo duran unos diez años; pero tampoco cuesta mucho el construirlas. Para dormir tienen unas carpas en forma de co- nos, redondas, de dos metros y medio de diámetro en la base, pero terminadas en punta, y de una altura total de tres metros y medio. Tienen una pequeña entrada parecida á la puerta de un horno, la que se cierra con un alado de ramas, después de haber entrado. Ahí duermen para resguardarse de los zancu- dos (%) y murciélagos. listos abundan mucho y pegan terribles sangrías, escogiendo de preferencia las yemas de los dedos de plés y manos, y la nariz y orejas. «Siembran yuca, maiz, camote, hualusa, agipas, coca, caña, (1) Ver los 'Tacanas. Introducción, capítulo HI. (2) Zancudos = mosquitos. cl ají, huicos (6 zapallo, especie de calabaza), una especie de papa, que comen cocida y asada, y cuyo tallo es una trepadora pa- recidísima al de la agipa; también tienen plátano, pero en muy poca cantidad. «Sus chacras son muy insignificantes; es por esto que la mayor parte del año, se alimentan de frutas, como ser: almen- dra (), que abunda en todas partes; motacú (), chimas (*) y sayal (%), que llaman majo. No les he visto comer el palmito que tanto abunda. «Son muy carnívoros, pero la caza ha llegado ú escasear demasiado en las inmediaciones de sus tribus, por la constante persecución que sufre. También comen mucho pescado, espe- cialmente cuando bajan las aguas; como es inmenso el terreno inundado, ese terreno queda lleno de pescado, y á medida que las aguas van bajando, se calientan con los fuertes soles de Junio, Julio, Agosto y Septiembre, y el pescado queda muerto ó moribundo en la superficie del agua, y los indios lo agarran sin dificultad. A medida que el agua va bajando queda el te- rreno seco cubierto de pescados muertos, que también recojen. También trabajan trampas, que consisten en unos cuadros cer- cados de hojas de palma, un poco elevados sobre la superficie del agua, y á poco que ésta baje quedan presos multitud de pescaditos. También comen anguilas que quedan en los lugares pantanosos, en tiempo de las bajantes, y que ellos son muy hábiles en descubrir dentro del fango. «En cuanto á la caza, tienen mucha habilidad para reme- dar toda clase de animales. A este particular, no puedo menos de citar un hecho, que creo no ha sido notado por ninguno de cuantos se han ocupado del Tapir, Anta ó Gran Bestia. «Este cuadrúpedo tiene un silbido en todo parecido al de una especie de águila llamada Chuví. Cuando el chuvi silba, la eran bestia responde y se aproxima; el chuvi se para encima del anta y la limpia de la enorme cantidad de garrapatas de que siempre están llenos los tapires, y de que se alimenta el chuvi. «lista relación entre animales tan distintos explotan con mucha habilidad los Araonas, y en general todos los bárbaros. Imitan el silbido del chuvi, contesta el tapir y se aproxima, y los bárbaros lo flechean. «Andan completamente desnudos, excepto las mujeres, que llevan un tapa-rabos, hecho, unas veces, de la cáscara del Bi- (1) Almendra = Bertholetia cucelsa. (2) Palmeras. E A E boci, y otras de tejido de algodón. Los hombres son corrom- pidísimos, pero en las mujeres he reparado mucha honestidad. Las hacen trabajar y cargar como animales. lól oficio del hom- bre es cazar y pescar; derriban también el monte donde tienen que hacer sus chacras; pero la siembra y cosecha corren por cuenta de la mujer. «Cuando van de viaje el hombre no lleva más que su arco y flechas, mientras que á la mujer la obligan á cargar el maiz, yuca, elc., para el avío, hasta tres y cuatro arrobas; y andan así ú razón de tres ó cuatro leguas por día y cuando llegan á la pascana (), la mujer enciende fuego, asa yuca, plátano, pa- paya, etc., y alcanza al marido que está echado. Cuando van de viaje las mujeres llevan siempre en la mano un gran tizón de fuego, pues les cuesta mucho sacarlo por el frote. «Los capitanes, por regla general, tienen cuatro y hasta seis mujeres, mientras hay una porción de indios que no tienen ninguna, como es consiguiente; pues es una ley providencial que nazcan en número igual hombres y mujeres, lo que de- muestra que la poligamia es contraria á todas las leyes de la naturaleza, y ninguna sociedad la tolera impunemente. ¿No es esta tal vez la causa principal del exterminio de esas tribus que vemos desaparecer tan rápidamente? «Entre las mujeres, tienen siempre una de su especial pre- dilección; y es curioso, cuando comen, ver á las mujeres sen- tadas en el suelo formando línea, con las cabezas bajas, y el marido sentado igualmente en el suelo al frente de ellas. «No sólo tienen la poligamia, sino que se prestan mulua- mente sus mujeres, sin hacer de ello un misterio, como si fuese la cosa más natural del mundo. «Cuando han de trabajar una chacra hacen con anticipación una cacería, después convidan á los de las inmediaciones, y, reunidos todos, trabajan desde las cinco y media hasta las diez de la mañana y ú esta hora hacen su comilona. «Los capitanes no son elegidos, sino que el que tiene más hijos y parientes se declara tal; y la necesidad de vivir en grupos hace que se reunan todos aquellos que no tienen fa- milia y éstos son miserables esclavos del capitán, que ejerce sobre ellos un despotismo bastante duro, haciéndose servir y disponiendo de todo á su arbitrio y sin retribución ninguna, pues todos son su gente, es decir, su propiedad. Los obligan (1) Voz de la lengua del Cuzco que significa lugar de descanso en que se desprende la carga. pp á trabajar las chacras, á buscar caza y pesca para el capitán, y en recompensa les quitan hasta las propias mujeres, si las tienen. «A la muerte del capitán lo reemplaza su hijo predilecto, que está ya reconocido, antes que muera el padre, con el nom- bre de I:cúe. «Pero no es raro ver dividirse la tribu, especialmente cuando los hermanos rehusan sujetarse á él; y entonces van á ocupar otro territorio, formando un grupo ó tribu separada. lísto es lo que sucedió en la tribu de Hamapu: pues de ocho que que- daban, cuatro siguieron con el hijo mayor y los tres restantes se fueron á vivir á otra parte. «Los casamientos se hacen sin ceremonia de ninguna clase: generalmente piden la mujer á sus padres, y á veces la roban ó compran. He visto comprar dos mujeres cada una por un hacha, y el matrimonio queda hecho sin más ceremonia. Las mujeres no deliberan sobre esto, ni se creen con derecho á deliberar. «Tampoco hacen ceremonia alguna sobre el recién nacido. 11 nombre muchas veces se lo ponen algunos meses ó años después. Sus nombres, que según parece los guardan de mucha antigúe- dad, son pocos, y de consiguiente muy repetidos, hallándose en diversas tribus hasta cuarenta y cincuenta del mismo nombre. «lín sus carpas tienen muy pocos trastes. No usan asientos de ninguna clase; el suelo es su único asiento. Un mortero ó más bien varios, para moler su maiz, yuca y almendra; ollas de diversos tamaños, hasta la capacidad de cien litros, para cocinar su maiz, yuca, papaya, etc. Tostaderas planas hasta de un metro de diámetro y cuatro á cinco pulgadas de borde, para tostar sus harinas, y aun para secar su coca, cuando no pueden hacerlo al sol; pozos de todos tamaños y cantaritos de litro y medio hasta dos litros, para llevar agua en sus viajes (traste que nunca abandonan); cuchillos de chonta para limpiar ca- minos y chacras; venteadores de palma muy bonitos, en forma de abanico; tarros de mudera, en forma de copas sin asiento, para guardar la ceniza de Motacú con que mascan la coca; y retazos de cáscara de almendra tendidos en el suelo para sen- tarse 6 echarse, es lodo el mobiliario de una carpa de Araonas. Tienen en medio de la carpa un gajo ó rama de árbol, muy torcido, para apoyar sus arcos y flechas; del techo cuelgan de trecho en trecho ganchos en los que cuelgan sus maricos ó al- forjas: también se ven unas tacuaras, de tres cuartas de largo, en las que guardan sus plumas de parava Óó tucán expuestas al humo para que no se apolillen. E «Tienen sus agujas de hueso, con el ojo muy bien abierto, imitando perfectamente un yargúi. Trabajan collares de dientes de jabalí, que agujerean con mucha destreza, sin embargo de carecer de herramienta adecuada para el caso. Tienen también pequeñas hachas de piedra, coladas á un palo de poco más de una tercia con una resina muy dura, y con ellas parten ó quiebran el coco de la almendra. «Tienen algodón en muy pequeña cantidad: lo hilan, y tejen unas camisetas largas que les llegan hasta los piés y que lla- man Masamahi y sólo se las ponen cuando les pasa el humor de lucirlas, pues, por lo general, están completamente desnu- dos. También hacen alforjas Ó maricos, llamados por ellos Cho- romahi, y unas fajas sin fin, de dos tercias de ancho, las que se ponen en el hombro y piernas superiores, desde las nalgas hasta las corvas, y de este modo duermen sentados, sin peligro de caerse, por cuanto la faja les sirve de apoyo: ya se entiende que de este modo duermen encogidos formando una $. «Su alimento consiste en maiz, yuca, hualusa, camote, pa- paya, zapallo, ete. 1ól plátano Jo cultivan en muy pequeña can- tidad. «Para cocinar colocan sus enormes ollas en el fuego, desde las seis de la tarde, con maiz, yuca y papaya; las mujeres cuidan de atizar el fuego y aumentar agua hasta las dos de la mañana, hora en que retiran el fuego, y se van á dormir. A la mañana, los hombres se levantan al amanecer, van derecho al baño y después á comer. «Hacen una pasta con harina de maiz y almendra tostada, bastante agradable, pero esto lo usan principalmente como avío en sus viajes. Comen también en abundancia frutas silvestres. «Son muy afectos á tomar palabras de otros idiomas; de donde resulta que tienen un sinnúmero de palabras pacaguaras. y que su idioma está sujeto á continuas variaciones. Las mu- jeres no pronuncian la S, haciéndola siempre 17. V RELIGIÓN Y CREENCIAS DE LOS ARAONAS «Creen en un Dios criador, que llaman el Baba Buada, el cual dicen que es viento — Vutana— y que reside en el aire 6 en la atmósfera á la parte del Sur. Dicen que éste es el que crió el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas y todo cuanto e aa existe: el que preside á las estaciones, y marca los tiempos de siembras y cosechas. A éste consagran dos fiestas: la una an- tes de las siembras, y la otra antes de comenzar las cosechas. Entonces cantan y bailan día y noche y toman chicha sin fer- mentar, y es la única ocasión en que usan esta bebida. La embriaguez es desconocida entre ellos. «Además del Baba Buada, tienen un gran número de dioses inferiores ó genios subalternos, tales son: El Juti Mara IEdutxi, ó Dios del tiempo, que llaman también Lxeti Mara Edutxi, 6 Dios del sol ó del año. Baba Tsutu, el Dios tigre. Ageve dutxt, el Dios de la salud. Zía Edutxy 6 Zia Tata, el Dios del maiz. Cuati Edutxi, el Dios del fuego. LEtesé Edutxi, el Dios de las ca- sas. Hari Edutxt, el Dios de los jabalíes. Edutxi yama ¿ba pugia, el Dios para que no haya caimán. Capuari, el Dios de la muerte. Caranahua, no se qué divinidad ó genio representa. Por este estilo tienen una infinidad de dioses subalternos, representados por piedras brutas y maderas de diversas formas, como cuñas, hachas, lanzaderas. «Cada Dios tiene su Yanacona Ó sacerdote, que siempre lo cuida, y cuando va de viaje lo lleva en su alforja. «Sus templos son una casa cuadrada con dos guarachas, en la una de las cuales están los dioses ó ídolos, y en la otra los aparatos del baile. Fácil me hubiera sido hacerme de esos enseres y traerlos como un objeto de curiosidad, tanto más que había un sinnúmero de ellos en abandono: unos por haberse muerto todos los de la tribu, y otros por el desprecio en que llegaron áú tenerlos los mismos indios. Y tampoco me faltaban deseos; pero mis circunstancias eran tales que, muy apenas, pude sacar mis inslrumentos y ornamentos. «Llevan también en sus templos la cuenta de los años por medio de marlos de maiz, que representan las chacras que han hecho y campamentos que han ocupado. También llevan la cuenta de las lunas por medio de piedras: al terminar una luna retiran la piedra que la representa y que todo el tiempo de la duración de la luna, ha estado en medio separada de las demás. Al aparecer la nueva luna la saludan estrepitosamente, y el Yanacona separa una nueva piedra. «Los nombres de sus meses ó lunas son: Maubadi, comenzó el 12 de Julio de 1885. Pitsibade, comenzó el 10 de Agosto. Ba- cuabadi, Tamanibadi, Abacuabadi, Bacuapabad?, Matobade, Pegiabade, Sisamabade, dta-tanetibade, Naibadi, Pusabadi y Utpabadi, que es luna complemental y la añaden cada tres años. «Sus sacerdotes son llamados Yanaconas. y al mismo tiempo son médicos; pero su modo de curar es esencialmente supers- ticioso y bárbaro; y son muy pocos los remedios por ellos co- nocidos que lengan verdadera eficacia. Conocen una yerba para la mordedura de la víbora, pero generalmente curan las mor- deduras de este reptil, chupando la sangre de la herida, te- niendo cuidado de ponerse en la boca una buena cantidad de tabaco. «Tienen una larga lelanía de remedios que los Yanaconas deben aprender de memoria; los principales son: Eiña curicuri, Echabajai euricuri, Cuana curicura, Babatsutu curicuri, Zia edutit euricurt, Mahachuque curicur?, Babe apechuque curicuri, Uaraitxe- cua curicuri, Heuar curicura, Umaeveu curcuri, Deve edutx? curt- cwri, Babarutsecua curicurt, TDiuchatata curicuri, Waritata curicur, Namotata curicuri, Baba tata curicuri, Sirupiatata curicurt, Cajua- tata curicuri, Nariatata curicur?, Bayritata curicurt, Suritata curt- curi, Sanayatata curicura, Ttsecuatata curicura, Jutiwart curicur, Bisuaia cwricuri. Bababuanapu curicuri, Baba ejabia curicuri y olros más por el estilo. «A las mujeres está vedado mirar los ídolos y objetos de culto; creen que morirían ó al menos quedarían ciegas si los mirasen. Son ellas, sin embargo. las que tocan sus flautas en las funciones religiosas. lístas flautas som pequeñas, de tres agujeros, generalmente de hueso, sus tonadas son muy monó- tonas. Los hombres cantan con bastante armonía, pero todas sus canciones se reducen á pedir cosas materiales á sus dio- ses, espectalmente salud y comida. «listas peticiones se hacen casi todas las noches en familia, imitando el tono en que rezan la doctrina las familias cris- bianas. «Cuando alguno enferma, lo primero que hacen es llamar al Yanacona, quien por lo general, no hace más que atormen- tar al enfermo. Isfuérzase en sacar el mal chupando, y mu- chas veces mordiendo, como lo ví hacer con una infeliz cria- tura. Tienen siempre consigo una tacuara con polvo de tabaco, coca y otras yerbas, con algunos dientes de víbora. Mascan ese polvo y lo aplican con la saliva en la parte dolorida. lis polvo muy fuerte, pues una vez que recibí una herida en el pie, se empeñó el Yanacona en curarme con esos polvos: lo dejé hacer, pero quemaba. «Cuando muere alguno, y muchas veces antes que muere, le atan un bejuco al cuello, y lo entierran sentado, con las ro- dillas en cl pescuezo. «Creen en otra vida, aunque no saben decir lo que allí les espera. Su moral es nula, y las palabras «bueno» y «malo» sólo tienen un sentido material. Sus aspiraciones no pasan de esta vida, ni del día presente. vI SUS GUERRAS «Tanto los Araonas, como los Pacaguaras y Toromonas, son muy vengalivos. Cualquier pretexto les basta para decla- rarse una guerra sin tregua. Una mujer, un hacha, un cu- chillo, el derecho de cazar y pescar, y de recoger huevos de tortuga, son otros tantos motivos para declararse una guerra á muerle y sin tregua. «Sus armas son: la flecha y unos cuchillones de chonta, que también les sirven para destruir la vegetación menuda en sus chacras y caminos. Nunca pelean de frente ni admiten pri- sioneros. No conocen el modo de preparar el veneno para en- venenar sus flechas. Muchas veces, en la misma tribu, el más audaz mata á su mismo pariente para quitarle la mujer ó la herramienta. «Cuando una tribu está escasa de herramienta, y sabe que otra la tiene, procuran sorprenderla, y matarla, para llevarse consigo la herramienta. «Dos han sido las sorpresas que han hecho durante mi per- manencia. Una, de la tribu de Chumu contra la de Uranico, sorprendiéndola al amanecer, y matando siete personas. Ura- nico fugó, y cuando preparaba la venganza murió. Ambas tri- bus eran Araonas, ambas fueron víctimas de la escarlatina. «Varias tribus Araonas dieron una sorpresa 4 una tribu Pacaguara del Ortón, y la exterminaron. VII LOS TOROMONAS (') «Estos ocupan el territorio intermedio entre el Madidi y Madre de Dios, entre los 12 y 13% latitud sur. Los Araonas cuentan que algunas tribus son muy mansas, y otras muy fe- (1) Capitulo XIV. roces, y que éstas viven en poblaciones numerosas. Yo puedo decir que han huido de mí, en el viaje al Madre de Dios, donde encontré algunos que iban en balsas, y se corrieron al monte sin darme tiempo á conversar con ellos. Otra vez ví una fo- gala y, como me vieron subir, apagaron el fuego y se corrieron. Hallé varios caminos que sin duda se dirigían á sus carpas ó ranchos, pero no pude demorarme en explorarlos, apurado como estaba en avanzar en la exploración del Madre de Dios. «Ión otro tiempo tuvieron relaciones continuas con Jos Ísiua- meños y Tumupaseños, pero estas relaciones fueron interrum- pidas á fines del siglo pasado (el XVIII), con motivo de haber cortado las orejas el Cacique de Isiamas Dapapuri á varios Araonas y Toromonas, en las márgenes del río Madidi; con cuyo motivo dieron un asalto á la misión de Isiamas los Arao- nas y Toromonas reunidos. «Se sabe que el año 1764 fueron llevadas á Isiamas 106 personas Toromonas de las márgenes del Madre de Dios. Ha- blan el idioma Tacana, visten camisetas de algodón. Su reli- gión es la misma, con corta diferencia, que la de los Araonas. In otro tiempo tenían relaciones frecuentes con los Araonas, pero hoy los separa un espacio de territorio que ninguna de las dos tribus es capaz de pasar. «Ióxiste en los libros de Tumupasa una nota que recuerda una romería numerosa hecha por los Toromonas en 1781 al cerro Caquiciruaca, situado á distancia de tres leguas al oeste- noroeste de umupasa: cerro que hasta hoy día es considerado por los Tumupaseños como una divinidad, ó como asiento de la divinidad. liste cerro es de una elevación considerable, el más elevado de las inmediaciones, gozándose de su cumbre, que es de muy difícil acceso, de una perspectiva grandiosa. lón ella dominan vientos fuertes, y son frecuentes las tempestades; y los Indios creen que es el Dios que hace todo eso; porque no quiere que ese lerreno sagrado sea pisado por piés humanos. «Se cree que muchas de las muertes hechas en Isiamas y Cavinas por los llamados Guarayos son cometidas en realidad por los Toromonas. Los Guarayos (*) hablan un idioma descono- cido, mientras los que hacen sus matanzas en Isiamas y Cavi- nas hablan por veces en Tacana; y tacana muy claro hablaban los que con el nombre de Guarayos dieron el asalto á Cavinas en 1884. «Algunos Toromonas han salido varias veces á Cavinas áú (*) Obra citada, pp. 15—47. PR pedir misionero, aunque no en número muy crecido. Yo nunca he podido encontrarme con ellos; pues para ir á buscarlos en su lierra es preciso subir unas 240 millas el Madre de Dios, internándose después por tierra, Ó bien ir de Cavinas al nor- noroeste, sin senda de ninguna clase, pues ellos tienen buen cuidado de no dejar rastro por detrás cuando andan por el monte. «Acerca del origen de la palabra Guarayo nada puedo decir, sino «que los Araonas dan este nombre á todo enemigo, cual- quiera que sea la tribu á que pertenece, y desde el momento que dan á uno este nombre lo tienen sentenciado á muerte. Hacer Guarayo significa entre ellos matar (*).» No está demás reproducir aquí esta nota del mismo Padre Armentia: «Atén nunca perteneció á la raza Tacana: fué fundada con Indios Lecos, lo mismo que Apolobamba, Santa Cruz del Valle Ameno, Pata ó San Juan de Buena Vista, Mapiri y Guana, según multitud de documentos auténticos que poseemos y como lo in- dica su mismo idioma; aunque hoy en día en dichos pueblos (ex- cepto Mapiri y Guanay) se habla generalmente el Quichua ()». VITI ESPÉCIMEN DE LENGUAS «Tres son las lenguas de las tribus que habitan la parte baja del Madre de Dios, ó mejor dicho dos: Araona y Paca- guara. Como ya se ha dicho en otro lugar, el Araona no es más que el Tacana, bastante variado para que no puedan soste- ner una conversación seguida entre Tacanas y Araonas, á pesar de que apenas hace siglo y medio que se hallan divididos. Pero si bien no pueden sostener una conversación seguida se entienden en las cosas más usuales y necesarias á la vida; y un Tacana aprende en muy poco tiempo el Araona y viceversa. lól Paca- guará es una lengua bastante extendida, pues se habla, con poca diferencia Ó variación, por la mayor parte de las tribus del Ucayali. 1l idioma hablado por los indios de la misión de Cavinas es una mezcla de Pacaguara y Tacana; debido sin duda (1) Obra citada, pp. 49. [Guarayos es otro nombre de los Chiriguanos. S. A. L. Q.]. o (?) Ver el Tacana, yp. 3, y el error de VOrbigny que corrige el Padre Armentia. LA io á la mezcla de Araonas y Pacaguaras que han compuesto 6 formado la población de dicha misión; y tal vez más principal- mente á Ja comunicación continua de los indios Cavineños con los Tacanas de los pueblos de Tumupasa é Isiamas. «No me parece inútil poner aquí algunas muestras de estos idiomas, tanto para que se conozca su índole, cuanto para que los que estén en estado de hacerlo puedan compararlos con otras lenguas ó dialectos ya conocidos, y por este medio llegar á aclarar uno de los problemas que más llaman la atención en el día, cual es: El origen de las razas por medio de la filología comparada. Para ello me parece suficiente poner las muestras de declinaciones y conjugaciones; algunos ejemplos de verbos compuestos, y el modo cómo se componen; y, finalmente, algu- nas palabras de cada uno de estos idiomas ó dialectos para que se noten mejor su semejanza y diferencia. «No está de más decir algo sobre las tribus que hablan estas lenguas. Jl Zacana es hablado en los pueblos de Tumu- pasa é Isiamas; el 4Araona por las tribus Araonas y Cavinas que habitan sobre el Madre de Dios, Manuripi, Tahuamanu y Uaicomanu (Abuná). Ll Pacaguara por las tribus de Chacobos, Pacaguaras, Caripunas y aun por las tribus de Ucayali, donde es conocido con el nombre de lengua Pana, que se subdivide en varios dialectos. 1:l Moseteno se habla en Covendo, Santa Ana y Muchanes, y aun por los Chimanes, remontados desde 1862. ll Cavineño sólo se habla en la misión de Cavinas, y parece que no tardará en desaparecer, quedándonos sólo el recuerdo de la tribu y del idioma, siquiera haya de servir este último para estudios comparativos (*). IX DECLINACIÓN DE LOS PRONOMBRES CASTELLANO TACANA ARAONA CAVINEÑO Yo — Eama Yama Era, Yequia De mi — Quiema Quiema Ecue, Ecquiquia Para mi — Quiemapuji Quiemapuy Ecueisu A mi — Ema Ema Yequiquia Cenmigo — Ema neje Ema ñae Equiatseve (*) Se suprimen los ejemplos del Pacaguara y Moseleno, porque no per- tenecen á este grupo. Ver «Anales de la Sociedad Científica», año 1902. Tomo XII 2 CASTELLANO Nosotros De nosotros Para nosotros A nosotros Con nosotros Tu Tuyo Para tí A ti Contigo Vosotros Vuestros Para vosotros A vosotros Con vosotros Este, Esta Estos, Estas El, Ella Ellos, Ellas Aquel, Aquella Aquellos Ese Ksos Mio Puyo Suyo Nuestro Vuestro De ellos ¿Quién? ¿Con quién? ¿Para quién ? ¿Cuándo? Hoy Mañana Nunca Siempre Bien Mal TACANA Ecuana Ecuanasa Ecuanasapuji Ecuana Ecuana neje Miada Miqueda Miquepuji Mida Mineje Micuana Micuanasa Micuanasapuji Micuana Micuananeje Yhe Yhe cuana Tueda Tueda cuana Ichu Ichucuana Jida Jidacuana Quiema Miqueda Tuseda - Ecuanasa Micuanasa Ichucuanasa Ay deni? Ay denineje? Ay depuji? Quietsunu ? Jeave Maita Niquietsunu Daja puicha Saipiave Madadave 18 — ARAONA Ecuada Ecuadaja Ecuadaja puy Ecuaña Ecuaña ñae Mitya Mique Miquepuy Mida Miñae Micuaña Micuañaja Micuañajapuy Micuaña Micuanañae Uja, Uaja Uajacuañaja Vada, Juma Jumacuañaja Juma Jumacuañaja Vada Vada cuañaja Quiema emetse Mique emetse Vada emetse Ecuadaja emetse Micuadaja emetse Jumacuañaja emetse Iqueja ? Aydeniñae? Iquejapuy ? Quietsunuja ? Uetseñe Uenau Micuata Jaipiave Masadave CAVINEÑO Ecuana Ecuanaja Ecuanaiju Ecuanara Ecuanatseve Miquia Miquiquia Micueisu Mira Miatseve Micuana Micuanajaque Micuanaisu Micuanara Micuanatseve Rie Riecuana Tura Turacuana Yueque Yumaecuana Equiquia Miquiquia Tujaquie Ecuanaquiquie Micuanaquiquie Yumacuanajikie Ayra? Ayratseve ? Ayraju? Ejetsunu ? Riquieveca Metodia Ayjama Terebaiena Y da Ydama — 19 — Xx NUMERALES «Todas estas lenguas ó dialectos no cuentan sino hasta dos: Peada y Beta indican uno y dos en Tacana, Araona y Cavi- neño..... Los Tacanas y Cavineños han tomado el resto hasta diez y sus compuestos, parte del Aymará (*), parte del Caste- llano. MODO DE CONTAR EN LAS DIVERSAS LENGUAS CASTELLANO TACANA ARAONA CAVINEÑO Uno — Peada Peada Pea Dos — Beta Beta Beta Tres — Quimicha — Quimsa Cuatro — Puchi — Puchi Cinco — Pichica Emerucuata Pichica Seis — Socota — Socta Siete — Siete -- Pacalco (?) Ocho — Ocho — Quimichacalco (?) Nueve — Nueve = Llatunca (?) Diez — Tunca Eme betave Tunca XI COMPARATIVOS «Los comparativos los hacen con el adverbio Más — Lbiasu; verbi gracia: Yo soy mejor que tú — Ema miqueebiasu saida Yo sé más que tú — Ema mique ebiasu babe «13 superlativo lo indican por medio de las palabras quita, cuala, ichast. (*) Más bien del Quichua.—S. A. L. Q. (?) Estos tres son del Aymarái.—S. A. L. Q. — 20 — XII MUESTRAS DE VERBOS Y MODO DE CONJUGARLOS «Los verbos se dividen en símples, auxiliares y compuestos. Los verbos auxiliares desempeñan en estas lenguas un papel más principal que en las lenguas de origen latino. Los prin- cipales son: Ióstar Ó Haber = Kan¿; y Hacer = Pu que tiene el presente de indicativo HEpuani, y significa igualmente: Istá di- ciendo ó está haciendo. «El Tacana tiene todos los lenguas, y abundante. modos y tiempos de nuestras podría decir que ú este respecto es más rico y «Los verbos tienen una misma terminación en todas las per- sonas de un mismo modo y tiempo; y sólo se conoce la refe- rencia por el pronombre personal que precede. «Verbo Haber ó Tener: Kani= hay, tengo, tiene; y sólo en la tercera persona del plural se Habia ó cha. Tenía ayer — Anina. He tenido — Anida. Tuve (remoto) — Eani jea. Habrá, Ha de haber — Eaniti. Que haya, Que esté — Pa ani. Tenía — Aniana, Aniapui- dice: Hanita. Había habido — Tuque eani ú Eani- tuque. Si hubiese Ó Estuviese — Eanisu. Si hubiese estado, habido ó tenido — Anicuasu. Si hubiese estado, habiendo ó tenien- do— Anicuapuinasu. «Sin embargo de que el verbo Ser tiene todos los modos y tiempos, como en las lenguas de origen latino, es un verbo esencialmente irregular, y en la aplicación práctica no sigue regla alguna, como puede verse ¿Quién es? — Aydenida? ¿Quién fué?—Aydeni puina ó puana? El ha sido — Tuedave. Que sea — Papu. Si no fuesen malos — Nime madada micuana pucuamavesu. Por haber sido malo — Tusa nime madada jepuiti. ¿Quién era? — Aydenida epumane? Sería bueno — Saida jea pucua. Aunque sea así — Daja papubiame. por los siguientes ejemplos: No han de ser malos — Aymave jea nime madata ecuana mave. ¿Si fuese malo? -— Nime madada pu- cuasu. Hubiera sido bueno — Saida detse pucua epumane. Por más que hubiese sido — Daja pu- que biame. Para ser — Epupuji. Tal vez sería yo? — Cuipave ema? lluera yo no más — Pucuave ema. O [ME XII VERBOS SER Y ESTAR EN ARAONA Yo soy — Ema. (Que esté aquí — Jityu pa ani, Duve Yo era— Ema mu epuumane. pa ani. Yo estoy aqui — Ema jityu. Si estuviera — Anirerepu. Estaba — Eanimane. Ojalíú estuviese aqui — Judu anirere Estuve — Eanija. cuata. Estando yo aquí — Duve ema eaniu. HABLR Hay — Eani. Estí habiendo — Eanicuanani. Habia — Eanimane. Si hubiera — Anichania. Ha de haber — Be mema eani. Ojalíi que haya — Panimemea. Hubo—Aniapujia, Anisabana, Ani- | Ojalá que hubiera — Be amichame; fabiana. Anirere cuata. «ls de advertir que hay mucha diferencia en el modo de hablar entre las mismas tribus Araonas, debido sin duda á la poca comunicación entre ellas, y más que todo al modo capri- choso de hablar. Por otra parte, adoptan cuanta palabra pueden de otros idiomas. XIV VERBO SER Y ESTAR EN CAVINEÑO SER Yo soy — Iquia. Habia— Anina. Yo fui — Uchine. Hay — Ania, Yumidia. Yo he sido — Ique jua. Hubo — Anichine. Habrá — Anibuque. Que haya — Pa ani ó Anipa. Mabiendo — Aniu. Hubiera habido — Aquenejua. Cuando haya — Aniabatsu. Hubiese habido — Aquene ucuare. Habria habido — Aquene uchine. ESTAR listoy — Ania. I'state — Anicue. staba — Aniana. Si estuviera — Eaniu. Estuve — Anichine. Estando — Aniu, Aniabatsu. Habiendo estado—Anichinique, Ani- | Hubiera estado— Aniquenejua, Ani- cuareque, Aniguaju. quene uchine. Estaré — Anibuque. Hubiese estado — Anicuena ujuara. Que esté —Pa ani. Para estar — Anisu. Por estar — Anideme ('). XV MUESTRA DE ALGUNOS VERBOS COMPUESTOS EN TACANA «Ll verbo Ha= Hacer, liene el presente de indicativo Lha- tant, que significa: stoy haciendo actualmente. Ehametani — Estoy mandando hacer | Vete 4 mandar que hagan — Ame- ó Estoy haciendo por medio de otro. tique. Haz tu — Aqué. Manda hacer, ó Haz por medio de Anda y haz, 6 Vete á hacer—Atique. otro — Ameque. «]ól verbo Querer = Tsada, si bien es un verbo regular con todos sus modos y tiempos, nunca se usa junto con otros ver- bos, sino que entonces la partícula ja unida á otros verbos in- dica la acción de querer. Tr — Puti; Quiero ir — Putija. Beber — Idi; Quiero beber — Idija. Comer — Dia; Quiero comer — Diaja. y así de los demás. La partícula ¿¿ indica posesión, v. 8.: Dinero — Chipilo; Uno que tiene dinero — Chipiluji. Frasada 6 cobija — Macha; Uno que tiene frasada — Machaji. «La misma partícula repetida (722), indica cosa pasada ó consumada; v. 8.: Clavar — Tata; Ya clavado — Tatajiji. Comer — Dia; Que ya ha comido — Diajiji. Babe — Saber. Babequisa — Enseñar, compuesto de Babetsua — Aprender. dos verbos: Babe — saber y Quisa Jababetsuati — Voy á aprender. — hablar, decir, avisar. (1) Los dos párrafos que se omiten tienen que ver con el Pacaguira y Moseteno, que no se incluyen en este estudio.—S. A. L. Q. Dia — Comer. Diaba, compuesto de | Jabataiticua — Desearia verme con dos verbos, Dia — comer y Ba — fulano. ver, significa probar la comida. Dama — Tapar, cubrir. Ba — Ver. Jadamati — Taparse á sí mismo. Jabatique — Cuidate. Manu — Morir. Batsuatique, del verbo Ba— ver, y | Manuame — Matar. Tsuati — subir. Quiere decir: Mira | Jamanuametiji — Il que ha matado, al cielo Ó para arriba. asesino. «Respecto á la pronunciación tiene el Tacana algunas que son difíciles y que no se pueden expresar con sólo el alfabeto castellano. Por ejemplo: la Y unas veces la pronuncian fuerte como nosotros como en la palabra jaja, que quiere decir: Semi- lla, fruto; y otras tan suavemente que apenas se percibe, como en Pueyujiji (ya ha llegado). La D tiene tres sonidos: ll uno es como en castellano, v. g.: Dudu = chorrear, gotear. Otro es equivalente á la th inglesa, v. 2.: Dudu = moler, pulverizar. Otro tiene un medio entre la D y la R, ó mejor dicho entre la T y la Ri, v. 8.: Dudu = hermana mayor. «Los Araonas guardan la primera; la segunda la han redu- cido á Só Y y la tercera á T. Los Tacanas no tienen la L sino en dos palabras y aun éstas no pertenecen á su idioma, y son: Livivi, que significa la Honda v Limajaja que quiere decir Sidra. Tampoco tienen la C castellana con el sonido que resulta antes de las vocales Zé T. Los Cavineños, Araonas y Pacaguaras no tienen ninguna pronunciación que no pueda expresarse con nuestro alfabeto. «La letra Ch se halla en todas estas lenguas, en las que unas veces se pronuncia como en francés y otras como en cas- tellano. XVI ALGUNAS PALABRAS COMPARADAS EN LOS TRES IDIOMAS CASTELLANO TACANA ARAONA CAVINEÑO 1 Padre — Tata Tatadi Tata 2 Madre — Cuara Uauadi Cuahá 3 Hijo — Ebacua Na Ebacua 4 Hija — Ebaquiepuna Ebacuepuna Ebacuaepuna 5 Hermano — Dau, Usi Zau, Uitzecua Jau, Usi 6 Hermana — Dudu, Datna Zatna Nasi, Jane OL == 040 E CASTELLANO Tio Tía Cabeza Mano Pié Cuerpo Alma Corazón Dios Arbol Agua Arroyo Carbón Ceniza Carne Cuerpo Comida Casa Canoa Camino Bebida Espina Estrella Fuego Ir Yuca Hombre Luna Leña Mujer Muchacho Muchacha Olla Palo Pueblo Plítano Plato Pescado Piedra Pensar 210 Sol res 1lerra "TACANA Tataive, Juju Nene, Cuaive Echua Eme Euatsi Equita Enidu Maesumu Dios, Edutzi Aqui Eavi Enabaque Etide Etimu Aycha Equita Jana, Etemiji _Ete Cuaba Edidi Ayeidi Aquida Etubay Cuati dareda Puti Cuabe Deja Baddi Cuati Epuna Edeave Epunave, Putu Juttu, Jutuaja Aqui Ejude Nasa Depe See Tumu - Piba Ena Ideti Eaua, Medi NOTAS AL ARAONA Juju Nene Echua Eme Euatsi Ecuicha Ejiay Emofobo Edutzi Acui Eavi Esada Etesi Etimu Yami Ecuicha Jana Etai Cuamba Edisi EFidi Acuisa Etujai Cuati ibueda Puj, Putibu Cuabe Deja, Ecuicha Badi Cuatimanu Epuna Toro Ebaezacua Jutu Acui Erere Naja Sepe Jae Tumu Piba Manu Izeti Eua, Mezi CUADRO COMPARATIVO CAVINENO Cucu Nene Iyu a Emetucu Euatsi Ecuita Yata ecuana Eniju Educhi Acui Ena Sepere Etirutseve Etiquimuru Erami Ecuita Etduca Etare Cuaba Ediji Eigi Acuija Purari Etiqui Cua Cuave Deja Badi Cuati Epuna Ebacuapi Ebacuna Emaricaca Acui Epu Bondare Peja Jae Tumu Adeba Exeperearida Igeti Mechi [l* De las listas de arriba se desprenden las siguientes inter- equivalencias de sonidos en los tres idiomas Pacana, Araona y Cavineno: TACANA ARAONA CAVINENO 2 E ” -— h D, 6, 48 o a z J09 ) 2 Ss lz —- De z Y) y) C a a o ch ch y LOA e e 0 12% O A que cut cut A le l ch ( 1 lz 2 ch 19, 45 d s ) 19. e 0 19. e ¿ = 21 — ya va 2 D mb D 26, 28. dl Ss j 2 d ad 17) 29: D )) » (?) 32. D D v 42. S J = 43. d Ss pa 00 S ) J 49. d 2 ch lin el 41 Erere es —enramada; y Epu—pueblo. Ir La voz «agua» en todos los idiomas es de tal importan- cia que en muchos de ellos hasta puede considerarse como la palabra determinante para la clasificación; desde luego era algo curioso que el Tacana y el Araona (17) se sirviesen de la forma Eavi, mientras que para el Cavineño se prefiriese la otra Ena, tan significativa de un origen Mojo-Mbaure; pero es el caso que en Tacana tan puede decirse eaví como ena cuando quiere uno hacer comprender «agua» y es esta la forma que el mismo Padre Armentia dá en su vocabulario. Aquí concluyen los apuntes del Padre Armentia en su Viaje que tienen referencia á este trabajo y que forman el mejor pró- logo al mismo. Son datos, que de haberlos tenido á la mano, se hubiesen utilizado para el Tacana, pero tarde ya se consiguió el ejemplar de que se ha extractado lo que'*precede. Los manus- critos del Padre Armentia y sus escritos en general, forman un lindo estudio sobre este grupo de Indios, uno de los tantos que hacen la orla de las altiplanicies de los Andes Perú-Bolivia- nos, y que es muy posible sean descendientes de parte de aque- e llas hordas de salvajes que, según Montesinos, destruyeron la antigua monarquía peruana en esos albores de la era cristiana en que cuenta él que se produjo una catástrofe espantosa en las costas del Mar Caribe. Los rasgos físicos y el idioma nos per- miten asegurar que no son estos Indios ni de la raza peruana ni de la guaraní; pero aún nos faltan datos para darle la colo- cación que les corresponde en esa vasta serie de naciones «que separaba y aún separa á estos dos grupos más conocidos de la raza sud-americana. Pido disculpa al Ilustrísimo señor Obispo de la Paz, si á causa de la larga distancia que nos separa, he incurrido en errores involuntarios de transcripción; más, en este caso como se dijo ya para el Tacana, queda el manuscrito archivado en la Biblioteca del Museo de La Plata, y á él en todo caso me remito. —S. A. L. Q.] Museo de La Plata, Octubre 10 de 1902. Elementos para un arte del idioma Gavineño Yo Tú Aquel Nosotros Vosotros Aquellos PRONOMBRES PERSONALES CAVINEÑO — Era, Iquia. — Mira, Miquia. — Yumera, Yumeque. TACANA — Eama 6 Ema. — Miada ó Mida. — Ichu, Ichua ó Yida. — Ecuanara, Ecuana. — Ecuana. — Micuanara, Micuana. — Micuana. — Yumacuanara, Yumacuana, — Ichucuana, Tuna, Tunara. Tuneda. [Nota: Aquí se vé que los afijos Ria, ó Bra, Quia, Que 6 Ique, son simples partículas demostrativo-pronominales; también que la partícula cuana hace tema de plural, ya como sublijo, v. 8.: Mi-cuana; ya como infijo, v. g.: Mi-cuana-ra.—S. A. L. Q.] Mio Tuyo Suyo Nuestro Vuestro De ellos [Nota alg Ye Pas PRONOMBRES POSESIVOS CAVINEÑO — Equiquia, Ecue. — Miquiquie. — Tujaquie. — Ecuanaquiquie. — Micuanaquiquie. — Yunucuanajiquie. TACANA — Quiema. — Mique. — Tusa, Mesa, etc. — Ecuanasa. — Micuanasa. — Tuneseda, etc. : De este paradigma se desprende que la partícula que hace tema de posesivo es el infijo quí intercalado entre la raíz y el complemento ó terminación demostrativo, en singular; porque en plural debe ir precedida del aumento que lo hace Singular: E-qui-quia — Mio. Plural: Ecuana-qui-quia — Nuestro. pe ln la tercera persona del plural se nota una variante Cu- riosa, el reemplazo de qui por j¿: éste responde á una degene- ración del sonido k en el otro jó h tan conocido en todas partes, como se dijo ya en la parte fonológica de mi Mocoví. _La ecuación es esta: Kó6C=J 6 H=S ln la tercera persona del singular el infijo qué de primera y segunda, se convierte en ja, que según la ecuación de arriba nace de una forma anterior ca ó ka, partícula pronominal bas- tante conocida en América, y que, por construcción ó por in- - trínsico valor léxico, parece que muchas veces, sino lodas, re- presenta nuestra preposición de.—S. A. L. Q.] DECLINACIÓN Ó SEA TEMAS PRONOMINALES CON AFIJACIÓN DE PARTÍCULAS DE RÉGIMEN CAVINEÑO TACANA SINGULAR Yo — Era, Yequia. — Eama. De mi— Ecue, Ecquiquia. — Quiema. Para mí — Ecueisu. — Emapuji. A mi — Yequiquia. — Ema. Conmigo — Equiatsebe. — Ema neje. PLURAL Nosotros — Ecuana. — Ecuana. De nosotros -— Ecuanaja. — Ecuanasa. Para nosotros — Ecuanaiju. — Ecuanasapuji. A nosotros — Ecuanara. — Ecuana. Con nosotros — Ecuanatsebe. — Ecuana neje. CAVINEÑO SINGULAR PLURAL Pú — Miquia. Vosotros — Micuana. De ti — Miquiquia. De vosotros — Micuanajaque. Para tí — Micueisu. Para vosotros — Micuanaisu. A ti — Mira. A vosotros — Micuanara. Contigo — Miatsebe. Con vosotros — Micuanatseve. Aquél — Yumeque. Aquéllos — Yumacuana. De aquél — Yumeje. De aquéllos — Yumacuanaque. Para aquél — Yunueisu. Para aquéllos — Yumacuan:«isu. A aquél — Yumera. A aquéllos — Yumacuanara. Con aquél — Yumatseve. Con aquéllos — Yumacuatseve. OE VERBO SER Yo soy — Iquia. He sido — Iquejua. Fui — Uchini. Seré -- Iquia ubuquia. Que sea — Ucue. VERBO HABER Hay — Ania yumidia. Habia — Anina. Hubo— Anina; (vemoto) — Anichine. Habrá — Anibuque. (¿ne haya — Pa ami, Anipa. Cuando haya — Aniabatsu. Habiendo — Aniu. Hubiera habido — Aquenejua. Habria habido — Aquemuchine. Hubiese habido — Aquemucuare. VIERBO ESTAR Estoy — Ania. Estaba — Aniana. He estado — Anina. Estuve -— Anichine. Estaré — Anibuque. Estite — Anicue. Que esté — Pa ani. Estuviera — Eaniu. Hubiese estado Anicuenaujuara. . Aniquenajua. Hubiera estado — , q y Á Aniqueneuchine Estando — Anira. : Anichineque. Habiendo estado =i a q Anicuareque. ara estar — Anisu. Por estar — Aniademe. Estando — Anibatsu. Habiendo estado — Aniguaju. VERBO HACER Hago — Iquiaya. Haceis — Micuanaya. Hacen — Yumacuabaque. Hacia — Yequiejua. Hice — Uchine. He hecho — Ucuare. Han hecho — Yumacuauchine. Haré — Iquia abuquia. Haz tú — Acue. (Que hagan — Yumacuanaquea. Que yo haga — Pahaiquia. Que ellos hagan — Pahaecana. Hiciera — Iquia abatsu. Haría — Iquia eau. Hubiera hecho — Aquenejua. Hubiese hecho — Aqueneuchine. Habría hecho — Aqueneucuare. Hacer — Aha. Haciendo — Ahatsu. Haber hecho — Anajo. Habiendo hecho — Anajo. VERBO TRABAJAR Yo trabajo — Merejuyaiquia. Trabajé — Merecuchini. le trabajado — Merejua. Hube trabajado — Mereucuare. Trabajaré — Mereubuquia. Trabaja tú — Meracuemiquia. Trabajad — Meracue. Trabajara — Merecau. Trabajaria — Merebatsu, Mereatsu. Trabajase — Mereanaju. Habria trabajado — Meraquienejua. Habria trabajado — Meraquieneu- cuare. Hubiese trabajado — Meraquenesi- chine. Trabajando tú — Meretsu miquia. — MX) Para trabajar — Mereisu. Que trabajen — Pa mere. Mabiendo trubajado— Merejuatsu. Que trabajemos — Pa mere. Trabajar — Mere. Tin trabajando — Meretseve. VERBO AMAR Yo amo — Inedabaya. Hubiera amado — Inedabaquieneu- Amé — Inedabana. chini. He amado — Inedabachine. Hubiese amado — Inedabaquieneo- Hube amado — Inedabacuare. cuare. Amaré — Inedababuquia. Amando — Inedabatsu. Ama tú — Inedabacuemiquia. Para amar — Inadabaitsu. Amad — Inedabacuemicuana. Habiendo amado — Inedabanasu. Yo amara— Inedabatsu. Amar — Inebz. ''u amarías — Yudabau. Que tú ames — Payuebamiquia. Ellos amasen — Inedabajo. Que ellos amen — Payuebayuma- Yo habria amado — Inedabaquiane- cuana. jua. VERBO LLAMAR — Bacani. Llamo — Bacani; Llamé — Bacanijua; uchini, etc. ORACIONES CAVINEÑAS PADRE NUESTRO Ecuana Tata Barepaju Aniacuanaque, Micuebacani muy paju; Nuestro Padre Cielos en Estás los él que, Tuyo nombre honrado sea; Micue cacuadisiati Ecuana queja paetiz Yanaju barepaju Micue enime Tuyo reino Nos á que venga; Tierra en cielo en Tuya voluntad paju Eaquiequie dutia Vecaca cuanajaquie Riquie ecuana tiaque; sea Cumplida toda Dia los de Hoy nos dá; Ecuanatseve cujebatiaque Nerccabaya tumetupu Ecuana nerecabacue; Nos con se portan mal Perdonamos ellos como Nos perdonan ; Ecuajaju pacacaisa Ume ecuana; Dutiaja idamaquie Nerecabuticue Tentación en que caigamos No nosotros ; Todo de mal de Emancipa ecuana. Amen Jesus. nos. Amen Jesús. AVE MARÍA Diosna mi quisarati, Maria casaja ecque, Diosna miatseve ania; Dios te conserve, María gracia (de) llena, Dios tigo con esté; Dutia epuna cuana Diaque yuequie neri Miequia ecarecanijuquie Toda mujer las Sobre gran cosa, Tuyo vientre de Timayaquid Yucquie nerijuja Jesus. Santa Maria Dios uya ecuaquie, Fruto Gran cosa sea Jesús. Santa Maria Dios de Madre, O a eccuejaquijuccue; Ecuana juchaque cuana Ádeme, iyacua, Ecuana ruega; Nosotros pecamos que los Por, ahora, Nuestra maju vieju Diadi. Amen Jesús. muerte (de) tiempo También. Amen Jesús. EL CREDO Dios Tata utaquiequie Ejecueya iequia, Barepa iyana anaquie. Dios Padre poderoso el Creo yo, Cielo (de) tierra (de) el hacedor. Tata Jesucristo jutaja Ebacua tupidya Ecuana ecuari diadi; Espíritu Padre Jesucristo él de Hijo único, Nuestro Señor también; Espiritu Santo jaquie Mimeque-acuare Ecua Mariaja jajama Eque cuinanacuare; Santo de el Concebido fué, Santa Madrede Virgen Nació Pontio Pilatoja emeju Ecuyuamati-cuare, Crusuju tatacuare, Majuaju Poncio Pilatos de mano en Padeció Cruz en clavado fué, Muerto ya papa-cuare, Limbuju butecuare, Quimisa vecaca baretzu, Emaju-cuana enterrado fué, Limbo al bajó, Tercero día dentro de Muerto los quejaquid Casita-ticuare; Barepaju tzuracuare, Tata Dios uya tata dutia entre de Resucitó ; Cielo al subió, Padre Dios de Padre todo Utaquieque idaeque Isania. Tuaquieya Etinucabuequi Chacha Puede lo diestra Se sienta. Ahi de Venir ha de él que Vivos cuana HEmajucuanatseve Jucha bacara; Espiritu Santoju Ejeeneya los (de) - Muertos los con (de) Pecado indagar; Espiritu Santo en creo icquie, Santa Iglesia Catolicaje; Casupodyaju Santo cuanajaquie, yo, Santa Iglesia Católica en ; Comunión en Santos los de, Jucha cuana jaquie Nerebacara, Equitacuana tereaquie Casitatibacquie, Pecados los de en Misericordia, Cuerpos los (de) finitos Resurrección la, Canajeti terebucquie Amaquie diadi. Amen. Vida que se acaba Nunca también. Amen. YO PECADOR Yequia juchaqui Tata Dioso Ataqui juqui dutiajuz; Tuaqueja Yo pecador Padre Dios Poderoso es que todo d; Después quejaya Ecua Jajama Maria Queja Santa yeque neri San Miguel Arcangel ála Madre Virgen María Ladá Santa gran cosa San Miguel Arcangel queja, San Juan Bautista queja, Santo Apostol cuana queja, Barepaju el á, San Juan Bautista el d, Santos Apóstoles los á Cielo en Ania cuanaque Mia queja, Tata, Jucha arida icquia Acuareque Adebaja Están los que Tú d, Padre, Pecado grande mio El hecho Pensar de Yanaja, catijaque Eccue juchaju, Ecue juchaju, Ecue jucha aridaju Palabra de, hecho de, Mia culpa en, Mia culpa en, Mia culpa grande en, Ademe. Adyabacabaya Ecua jajama Maria queja San Miguel Arcángel Por. Ruego (7?) Santa Virgen María d San Miguel Arcangel A E queja, San Juan Bautista queja, Santo Apostol cuana queja, San Pedro, á, San Juan Bautista (el) Santos Apóstoles los á, San Pedro, San Pablo Dutia Santo cuana queja Mia queja Tata, Ecuana ecuari San Pablo Todo Santo los á Tú á Padre, Nuestro Señor Tata Dioso Ecuana Ecuari Queja ecueyne Nebacabacaquie. Padre Dios, Nuestro Juez, Al enojado (?) Rogueis (P) Amen Jesús. POR LA SEÑAL Eddirira ademe ++ Santa Cruzuja Maquei cuana Nerccabuticue, Señal por Santa Cruz de | Enemigos nuestros de Libranos, Ecuari, Dioso Tata Tataja ebacaniju, Ebacueja ebacaniju + Espíritu Señor + Dios Padre, Padre del nombre en el, Hijo del nombre en el Espiritu Santoja Ebacaniju. Santo nombre en el. Amen Jesús. MOE BULEATRIO DE LA LENGUA CAVINEÑA A — Ha (Verbo). A — Queja. Aba — Comenzar, decentar, palpar. Ababani — Tantear, tanteo. Ababaquida — Antojar, antojo. Abaca abaca — Descomedido. Abaca abacatseve— Descomedimien- to, descomedidamente. Abacaadyama — Empresa. Abacaadyamaqui — Intercesor. Abacadyama—Impertinencia, imper- tinente, implacable, intercesor. Abacadyamaju — Interceder. Abacama — Asistencia, circunstante, circunstancia. Abacamaha — Asistir. Abacaisa — Iinmudecer, acertar. Abacaisaju — Interrumpir. Abacaysa qui aqui — Acertador. Abacasa — Allojar, apaciguar. Abacataha — Callar. Abacatanasa — Deprimir. Abahaca — Consternación. Abahaca adiaju — Consternar. Abananari — Hutia (asi). Abape — Indistinto. Abatacama — Porfia. Abeba — Dictamen, penetración. Abemaju — Bigamia. Abu — Cargar, escobar, tocar. Abuna — Hormiga de palo santo. Acacha — Defecto, falta. Acachaa — Pultar. Tomo XII Acachajuqui — Defectuoso. Acachanetaqui — Defectible. Acachapiji — Defectillo. Acachatana — Desproveher. Acana — Hemorroida. Acaraqueama — Involuntario. Accarama — Obstinarse. Acua — Estregar. Acuda — Acido, agrio. Acudaha — Agriar. Acudia — Escupir. Acuedipusia aqui — Escupidor. Acuediuritiria — Desbabar. Acuejatima — Indispensable. Acuibiti — Falangia. Acuicaca — Fruta. Acuija — Espina. Acuijaqui — Desfollonar, espinoso, hoja. Acuijaquicuana — Hojarasca. Acuijaquine — Espinar. Acuquemi — Desacerbar. Achatsebeta — Destral. Ada — Añadir. Adamaju — Desmejorar. Addadada — Desastre. Adea — Decir. Ade ayama — Desdecir. Adeba — Capricho, comprender, de- ducir. Adeba — Encapricharse, entender, pensar, evidencia, juicio. Adeba aqui — Soñador, juicioso, ra- cional. Adebabada — Apacible. Cu OE Adebama— Desconocido, impensado. Adebamaha — Desconocer. Adebamatseve — Desconocidamente. Adebamere — Ispecificar, recordar, evidenciar. Ademe — Por. Adenaru — Examen, examinar, há- bil. Adenaruaqui — Examinador. Adenarubaecua — Inhábil. Adenatsu — Después. Adeva — Conocer. Adia — Apalear. Adya ataquiquie — Decible. Adya ataquiquicama — Indecible. Adyadada — Desdicha, desdichado. Adyadadatseve — Desastradamente. Adyanatsu — Después. Adyaradya — Efecto. Adyaradyaju — Efectuar. Adyea — lixponer. Aeque — Cuadrilla. Aequenanuca — Continuación. Aequereti — Auxiliar. Aequevequienaju — Apreciar. Agcage — Caminar. Agebidada — Trotar. Agida — Destreza, disponer, hazaña. Agida aqui — Disposición. Agidama — Indisposición. Agitseve — ¿Con qué? Aha — Construir, erigir, hacer. Ahatubu — Enfaldar, árbol. Aida —Asi, bueno, buena, hacienda. Aineque — Bienhechor. Aira — Quien. Aitibu — Que. Aja — Cerner, colar. Ajacamere — Desaprobar. Ajari — Grillo. Ajejapaju — Distar. Ajidamaha — Indisponer. Ajipa — Alacrán. Amaacatima — Intolerable. Amacacuayo — Desquijarrar. Amacuita — Dejadez. Amacuita aqui — Dejado. Amajari — Aún, todavía. Amajiu — Desmoronadizo. Amajiuju — Desmoronar. Amama adyama — Desempeño. Amari — Todavía. Amaveruru — Carcoma. Amena — Ya. Amere — Persuadir. Ami — Sangre. Amiamia — Ensangrentar. Amibuju — Disentería. Amidije — Vena. Amima — Exangúe, incruento. Amipusia — Hemorragia. Amitere — Desangrar. Ana — Ejecutar, habla. Ana aydama — Disoluto. Anabijidaaqui — Gracioso. Anabimutsu — Desalar. Anada — Jalde (asi). Anajacata — Encantado, encanto, en- cantar, encantamiento. Anani — Hormiga de palo santo. Anapajida — Confianza. Anapajidaju — Confiar. Anaqui — Facundia, Facundo. Anasuie — Pálido, palidez. Anatsu — Descolorido. Anatutai — Tartamudear. Anau — Contienda, cooperar, gresca. Anauama — Impudicicia. Anauamaqui — Impúdico. Ana y dama — Blasfemar, blasfemo, hablilla, habladuria. Anayuama — l'arfulla. Anayuamaha — Farfullar. Ani — Domiciliarse, estar, habitar, morar, quedar. Ani — Complexión, condición, zurdo. Ania — Tener. Ani ani — Hernia. Anibaecua — Iirrante. Anibute — Asentar, asiento. Aninicada — Deformidad, gado. Anisicuati — Variar. Anisicuataqui — Variable. Anitzuma — Demora, demorar. Aniydama — Desacomodar, desaco- modado. 3 Ansa — Chamuscar. Anu — Abuela. Anuca — Más, repetir. Anu utsecua — IBisabuecla. Apada — Lejanía. Apadama — Contigno. Apaidama — Cerca, cercania. existir, encene- — Uy) Apartatuta — Desaparecer. Ape — Contradicción. Apeaqui — Contradictor. Apeha — Contradecir. Apu — Instante. Apuapu — Obscuro, madrugada. Apuapuju — Madrugar. Apuda — Lobreguez, tinieblas. Apui — Mariposa. Apuisa — Desahuciar, desmayur, en- treoir. Apuisama — Experiencia. Apuisamaha — Experimentar. Apuisamaaqui — Experto. Apuna — Entenebrecer. Apupaisa — Descolorar, cubrir. Apupuda — Incurioso. Apusa — Desapasionar. Apusatseve — Desapasionado. Aputabaccua — Inmortal, inmorta- lidad. Aputaisa — Gastado, gastar, gasbo. Aputama — Inmortalizar. Aputameve — Derogación. Aputasa — Derogar. Aputasataqui — Gastable. Aque — Desaparear. Aqueaque — Desconformidad. Aqueaqueju — Desconformar. Aquedyamama — Desconsolado. Aquene — Contemporizar. Aquenenuca — Continuar. Aquere — Deseo, deseoso. Aquetana — Desmembrar. Aqui — Madera. Ar — Rabia, suspiro, tapay. Ara — Cena, cenar, encallar. Ara ara — Merendar, sustento. Aracadaha — Achicharrar. Aracana — Generación, ganar. Aracara — Gana, hambre, aliento. Aracaracuita — Gazuza. Aracarama — Desgano. Araju — liscomerse. Aracaramaju — Desganar. Arape — Prugalidad. Araquiquiju — Fiambrar. Ararada — Adiestrar. Arasaca — listómago, ventriculo. Arasacaqui — Istomacal. Are — Iijecución. Aremaju — Viuda. Aricatura — Desascar. Arida — Grande, grueso, magno. Arrosoquini— Arrozal. Asa — Comer. Asada — Abandonar. Asadajebe — Abandonamiento. Asicada — Merdoso, sucio. Asicatura — Contaminación. Asicaturaha — Contaminar. Ata — Casta. Ataaraqui — Hambriento. Atacuina — Desenfado. Atada — Agil, agilidad, balumbo, bul- to, intuición. Atajananaisa — Enlace, enlazar. Atananama — Desalmado. Atapiisi — Consanguínco. Ataquiquie — Dable. Ver Adya. Atibune — Derivar, emprender. Atiria — Concluir. Atiutidya — Chaparrón. Atsa — Contrarrestar. Atso — Leche. Atsu — Piña. Atsultimare — Teta. Atta — Pariente. Attadaha — Embalumar. Attucararaisa — Estupendo. Atucamaju — Eclipse. Atucamajuu — liclipsar. Atumila — Bayeta. Auada — Danta. Awveine — Cuñada. Ay — Cosa, herramienta. Ayaque — Hace. Aycuana — Enseres. Aycuana amere — Encargar, encargo, encomienda, encomendar. Ayda — Abundancia, exuberancia. Aydaju — Abundar. Ayjama — Nada, no. Ayjamacuita — Jamiús. Ayjaquie — Cuyo. Ayipejo — Pudayo. Aynacaji — Golosina Aynacajiaqui — Goloso. Ayqui — Cosecha, esplendidez, fruto. Ayquiama — Desconfianza, descon- fiado. Ayra— (Quién es. Aytsenatsena— Insecto. Azicada — Inmundicia. Azicadaqui — Inmundo. Azicuama — Inmutable. Azicuamaju — Inmutar. B Ba — Mirada, mirar, ver. Baaha — Desarropar. Baaisa — Itefresco, refrigerio. Baatrada — Fresco. Baatsumudama — Triolento. Baba — Abuelo. Bababacati — Preguntar. Babare — Registrar. Baba utsecua — Bisabuelo. Babeju — Aprender. Babepaepa —Curandero. Babe veda — Conjetura. Babi — Caza, cazar. Baca baca—Pedir, suplicar, súplica. Baca bacara — Petición. Baca bacati — Ruego. Baca bacato — Plegaria. Bacabajaca adyamaju -— Deprecar. Bacacaya — Encuentro de río. Bacadura — Indagar. Bacamaju — Decir. Bacani — Nombre. Bacanima — Innominado. Bacarama — Hastio. Bacataja ajuamaha — Desalfiar. Bacatiriaque — Oirás. Baccuaisa — Desimaginar, enredar, enredo. Bacida — Viscoso. Bacuapa — Fara (?), grosca, hidra. Bacuapavari — Grama. Bacuapavariquini — Gramal. Bacuaza — Insertar. Bada — Frio. Bade — Colgar. Badi — Luna, mes. Badinana — Novilunio. Baduda — Desidia. Baduda aqui — Desidioso. Badujajuaqui — Gorronazo. Baduju — Gorrista. Baecuaisa — Embromar. Bageti — Preparar. Bagida — Miedo. Bajadama — Pachorra. Bajaguaguasa — Divisar. Bajasa -- Apresurar. Bajasabisa — Aprisa. Bajeje — Componer, encostrar. Bajemayana — Exabruto. Bajida — Desacobardar. Bajiyuramaqui — A borrecedor. Bajuapa — Serpiente. Bajuyucamaha — Aborrecer. Bamajaca — Entrevista. Bamere — Designar, guiar, maniles- tar. Banacua — Lagarto. Banaisa — Resfriar. Banapaja — Bofetada. Bandanubi — kResfrio. Bandare — Plátano. Banene— Desacalorarse. Banesa — Infriar. Banu — Sal. Banutidia — Desentendido. Banutidiaha — Desentenderse. Bapeo — Extrañar. Baquima — Afinidad. Baquinda — Equidad. Bara — Terciana. Bare — Alargar. Barepa — Cielo, empireo. Barere — Celebro. Barereca — Grosería. Baru — Estatura, etc. Barudama — Bajo. Basu — Calofrio, efímera. Bata — ls preciso. Batabijida maqui — Formidable. Batacuibijidama — Detestar, detes- table. Batajaejinama — Iistremecer. Bataja ginama — Ispectro. Batape — Igualar, incomparable. Batapisima — Disimil, disimular. Batapizi — Idéntico, igual. Batapizia — Contrahacer, deseme- jar. Batapiziama — Desemejante. Batapiziju — Asemejar, identificar, igualar. Bataqui bijida — Coordinación. Bataqui bijidaha — Coordinar. Bataquidama — Desapacibilidad. Bataquiidama — Desapacible. Bataquimaque — Idolo. — 31 — Batiquibijida — Fealdud. Batiti — Vrescura. Batsara — Cedro. Bave — Sauber. Bavitia — Iónseñar. Bavitiaju — Instruir. Bavitiaque — Maestro. Bayajiujiu — Impresión. Bayajiujiuju — Impresionar. Bayanubi — Intrusamente. Bayeta — Incomponible. eBebacua — Lomo. Becaya — Fulano. Becuiji — Garrapata. Beji — Huelgo, alar, eructar, eructo. Bejina — Guadua. Bejinaquine — Guadual. Benadiru — Evaporar. Benadirusa — Desvanccer. Benini — Impedir. Bere — Facilidad. Beretaqui — Factible. Beretseve — Ficilmente. Beta — Dos. Betajara — Gemelo. Beti — Traer. Betsa — I'lotante, flotar. Bey — Jagiúiey, lago, laguna. Bia —Piojo. Biabia — Despiojar. Biabiaha — Expulgar. Biaquini — Piojera. Bibada — Ligero, priesa. Bibiaqui — Afortunado. Bibraque — Manco. Bibutana — Arruga. Bicaca — Impedido, impedimento, cachaza. Bicacaha — Impedir. Biccua — Tarántula. Bicueda — Pesado, pesadez. Bidubiduyu — Hopear. Bijadaba — Querer. Biji — Maña. Bijiaqui — Mañoso. Bijida — Escozor. Bijidaba — Apreciar, aprecio, descar, escocer. Bijidabataqui — Deseable. Bijimasa — Apetito. Bijizeri — lemenilmente. Biju — Aji. Bijudama — Kchusur. Binu — Sueño. Bipuchiu — Gravedad. Bira — Avispa. Bisuri — Ciunsrón. Bitibejeda — Ilo!lejo. Bitipuji — Descascar. Bittiere (ó 2) — Escama, escamar. Biyema — Inmaculado. Biyu — Diarrea. Bize — Helada, hielo. Bizeju — Helar. Bucuadyama — Indiferente, indife- rencia. Bucuma — Inmovible. Bucha — Como, parecido, paridad. Buche — Parecer. Buchicha — Despertar. Buchichaqui — Despertador. Bue — Caña. Buge — Mancha. Bugeaquima — Limpiada. Bugeju — Manchar. Bugema — Limpia, limpieza. Bugemacuita — Pureza. Bugemaju — Limpiar. Buiji — Desayunar, desayuno, dosis. Buimare — Apacentar. Buje — Empolvar, mácula. Bujejesa — Despilfarrar. Bujema — Pulcro, aseado, asco. Bujemaha -- Asear. Bujemaque — Pulcritud. Buji — Tragar. Bujipidia — Bocado. Bujutsu — Apostema. Buni — Perdiz. Burara — Germinar, herbecer. Buri — llender, hendidura. Buriburi — Gozo, gozoso. Buriburiju — Gozar. Buriri — Ansia, ansiar. Busezeve — Luto, sarro. Busucani — Ano. Bute — Bajar, descontar, descuento. Butia — Descolgar. Butiamica — ebajar. Butsepiquinipupu — Carilucio. Butsepiquinitseve — Carinegro. Butzaqui — Súbalo, pe Caacati — Emparentar. Caadebati — Concebir, concepto, ins- tinto. Caadebatiaqui — Conocimiento. Caadsanacati — Bostezo. Caaisare — Celar. Caajeti — Embestida. Caanaumati — Delirio, desvarío, des- variado. Caasicati — Depravación, embrute- cer, escombro. Caasicatitseve — Depravadamente. Cabacacuatima — Esterilidad. Cabacasati — Aplacar. Cabacati — Conceder, devoción. Cabacatiaqui — Devoto. Cabacatibaccua — Machorra. Cabacatibaecua — Estéril. Cabacatima — Indevoción, indevoto. Cabaeti — Adornar. Cabagegeti — Gala. Cabaitibaccua — Insenescencia. Cabajejeti — Compostura, embarcar. Cabajeti — Imbellecer. Cabajetiida — Decente. Cabajeti idama — Indecencia. Cabajeti idama aqui — Indecente. Cabameretima — Encubrir. Cabameretimaqui — Encubridor. Cabapeti — Convertir, incógnito. Cabasti — Decorar. Cabatiaque — Madrugón. Cabati cabati — Alcahuete, encandi- ladera. Cabati cabatiha — Alcahuetear. Cabatima — Disfrutar. Cabatizu — Viéndote. Cabatsati — Chicote. Cabaveneti — Domesticar. Cabavitiati — Ejercicio, ensayar. Cabavitiatiju — Ejercitar. Cabepeti — Desfigurar. Cabeti — Aparejar. Cabetima — Celibato. Cabijiti — Determinar, determinado. Cabijitima —- Indeterminado. Cabinituriti — Botón de (lor. Cabiruti — Mónstruo. Cabisa — Escamocho. Cabitsuaritiaqui — Incestuoso. Cabizunariti — Incesto. Cabupaja — Abofelcar. Cabupajaqui — Abofeteador. Caca — Devanar, copu. Caca — Ver: Emive caca. Cacareuanati — Defensiva. Cacasati — Tumulto, tumultuoso, en- corajar, entusiasmo, entusiasmar. Cacasatiaqui — Entusiasta. Cacatsuti — Considerar, considera- ción. Cacatsutima — Inconsideración. Cacicati — Alboroto, alborotar, albo- rotado. Cacicatiaqui — Alborotador. Cacipiti — Ajustar. Cacitati — Concurrencia. Cacuadisia — Mandar (+). Cacuadisiati — Mandamiento (*). eCacuajitiqui — Convidador. Cacuajititi — Convidar. Cacuarenanatima — Indefenso. Cacuarenarati — Hostilizar. Cacuareti — Cambiar. Cacuareuanati — Defensa, defender. Cacuareuananatiaqui — Defensor. Cacuejati— Aconsejar, consentir, de- clarar, declaración, desposorio, dis- pensar, encarar. Cacuejatiaqui — Aconsejador, decla- rador. Cacuejatiudama — Desaconsejar, des- aconsejado. Cacujati — Flaco. Cacha — Malla. Cache — Red. Cachivetiaqui — Iixcusador. Cadabatisa — Desempachar. Cadacati — Iimpachar, empacho. Cadaiti — Cautela, cautelar. Cadaitiaqui — Cauto. Cadaitima— Incauto. Cadaruti — Afectar. Cadebati — Adivinar, aprobación. Cadebatiaqui — Acierto, entendido Cadebatibascua — Botarute. Cadebatiju — Aprobar. Cadebatiquie — Adivino. Cadenaruti — Edificar, edificación. Cadi — Hed (Read?). (1) Ver el Padre Nuestro. — 39 — Cadiati — l'racaso. Cadijidamati — Desistir. Cadiqui — Goterón. Cadsu — Continencia. Caduditiati — Contribuir. Cadujuneti — Aparecer. Cadumahaquie — Achacoso. Cadumati — Achaque. Caduruti — Convulsar. Cadyama — Exagerar. Cadyamaqui — lxagerativo. Cahadebate — Astucia. Cahadebatiaqui — Astuto. Cajacati — Genio, desunir, humor, humorada, congeniar. Cajacatisa — Desmaridar, descasar. Cajaqueti — Desavenir, desavenido, grupo. Cajaracatima — Casto, castidad. Cajeviti — Arañar, escarapela. Cajibuti — Enfaldar. Cajicacasati — Enmarañar. Cajicati — Impelotarse, intrincar. Cajicatisa — Embrollar. Cajicatisaqui — Embrollón. Cajicuiti — Incisión. Cajipeti — Concubinario, plantilla. Cajiruti — Bufar. Cajiyuti — Conciliar. Cajiyiti — Desasosegar. Cajo — Corcoba, jiba. Cajoaqui — Jiboso. Cajoquiquie — Corcobado. Cajucuati — Desempalagar, gúrgara, gargarizar. Cajuju — Enjibar. Cajututi — Vestido. Cajututusati — Guirigai. Camacaca — Abrazar. Camacacati — Abrazo. Camacacatiaqui — Abrazador. Camajuncara — Currutaco. Camanane — Colmo, colmar. Camaqueiti — Adversario, guerrcar, guerra. Camaqueitiaqui — Guerreador. Camayatiaqui — Falible. Camedaqueti — Tacto. Camepanati — Confesar, confesión. Camereti — Aturdido, faena. Cameretima — Inculto. Cameretisa — Desaturdir. Cametseneti — Iisponsales. Cametuniati — Encaja. Camubatiba esu — Arriscado. Camubatima— Impavidez, intrepidez. Camubatima aqui — Intrépido. Camubatimabaccua — Impúvido. Camubatimatseve — Impávidamente. Camuiti — Honor. Camuitibacua — Desacato, desacatar, descortesía, descortés. Camuitimaaqui — Grosero. Camure — Acometer. Camureti — Bramido, entigrecerse, fraterna, gruñido, gruñir, indignar. Camuyti — Humilde, humillación, humillar. Camuytiaqui — Humillador. Cana — Cansado, húlito, regúeldo, aspirar. Canaara — Descansar, descanso, re- posar. Canabuiji — Inspiración. Canabuijiaqui — Inspirador. Canabuijiju — Inspirar. Canachi — Deso (ast). Canageti — Gemido. Canaiti — Agraviar, cólera, enojar, enojo. Canaitijaca — Desencono, desenfado, desenojar, desagraviar, desagravio. Canaitijucaca — Desenfurecerse. Canajeti— Agitación, agitar, boquear, jadear, respiración, vida, vivir, vivo. Canama — Infatigable. Canana — Llanto, lloro, chirrido, des- penado. Cananaaqui — Llorón. Cananati — Chochear, deber, debida- mente, enmohecer. Cananatiaqui — Chocho. Cananatima — Indebidamente. Cananatimuca — Decrépito, decrepi- tud. Cananeti — Casado. Canapica — Expresar. Canapié — Expresión. Canaruti — Decencia, honestidad. Canarutitseve — Decente, honesta- mente. Canaruti yda — Ixacto. Canasiriju — Fortificar. Canatere — l'atiga, fatigar. ES Canatsicaruti — Iintrepernar. Canavitu — Zambullir. Canaytiuri — Ictericia. Canerecati — Empobrecer, favor, fa- vorecer. Canerecatibaccue — Impiedad, fran- quear, franqueza. Caneti — Casada. Canetimereti — Hospitalidad. Cani — Agujero, hoya, hoyo. Canibira — Avispa crabón. Caniisa — Impozar. Canijupeati — Dolor. Canijuquisati — Borracho. Canime bucuti — Abatir. Canime cuarusati — Disputa. Canime cuejati — Chichisveo. Canimecuesati — Solicitar. Canimequeja — Consulta, consultar. Canimequejatiaqui — Consultor. Canimeti—FEscarmentar, escarmiento. Canimetiati — Contratar, contrato. Canimetima — Inconvenible. Canucaji — Camote. Canucato — Pliego. Capacaisa — Desarrebosar. Capaiti — Adolescencia. Cape — Abanicar. Capeinimeti — Abandonar, pena, pe- nar, tristeza. Capepati — Enlodar. Capequeti — Entrambos. Caperere cabatiama — Descarado. Caperere cabatiamaju — Descararse. Caperere cabatiamatseve — Desca- radamente. Capetati — Curiosidad, curiosear, em- botar. Capetatiaqui — Curioso. Capeyuimetijaca — Despenar. Capieti — Escarnio, sonar, sonido. Capietiaqui — IEscarnecedor. Capietiqui — Ilscarnecer. Capiniri — Salvaje. Capiruriti — Enroscar. Capucacati — Patalear, cólico, entu- mecer, envarar, epilepsia. Capucacatiaqui — Epiléptico. Capujarati — Iixtorsión. Capujeti — Improperar. Capujiti —Improperio. Capuqui — Cubierta. Capuri — Aclamar. Capuseti — Nausear, vómito. Capuseticara — Náusea. Caputa — lscuro. Caputaju — Encapotar. Caputi — Anublar. Cara — Ganoso. Caracanima — Ira. Caradati — Gentio. Carana — Descomodidad. Carasa — Encajar. Carecanieque — Congoja, congojar. Carecani iyaqui — In cinta. Carecanimaju — Enfurecer. Carecanisaqui — Iimbarazada. Carecaniuje — IEEntuerto. Carenejaca — Desacompañar. Carequi — Duplicado. Carequiju — Duplicar. Careseca — Desparejar. Careveti — Infanticidio. Carevetiaqui — Infanticida. Caria —- encerrar. Carireti — Hacendera. Cariruti — Desperezarse, esperezo. Caru — Mordedura, picada. Carumere — Cruzar. Casacati — Iindeble. Casada — Fuerte, valiente, vigor. Casada banapaja — Bofclón. Casada camajeti — Resollar. Casameti — Bailar. Casañati — Huraño. Casapidyati — Comunicar. Casati — Entrampar, entropar. Casatura — Esforzar, esfuerzo. Casecati — Iscabullirse. Casibuti — Calambre. Casicati — Desaliñar, desaliño, estra- gar. Casimili — Soberbio. Casipiti — Equilibrar. Casiriti — Casamiento. Casiritima — Duración, duradero. Casiritimaju — Durar. Casiti — Afear. Castere — Flaquear, flaqueza. Casubuti — Vencer. Casueniti — Orgullo. Casumite — Presumir. Casumiti — Iincopelado, fantasia, en- vanecer, exaltar. O | Ae Casumitiaqui — Orgulloso. Casumutijaca — Desensoberbecerse. Catabuti — Circuito. Catacuaritiarida — Mujer mala. es- caldad. Catamutsie — Desplumar. Catananaquiju — Encañonar. Cataqueja — Desamor, desapego. Cataquejaju — Desamorar. Cataqueti — Chocar, choque. Cataquijaha — Desamar. Cati — Hecho, hechura, instigación. Catiananasati — Garbullo. Catiaqui — Dañador, dañable. Catiati — Débito, desposar, distribu- ción, explotar, cortejar, distribuir. Catiatiaqui — Condescendencia, da- dor. Catiatiataqui — Denuncia. Catibuti — Origen. Caticaraju — Emperrarse. Caticati — Debate. Cati idia — Ilaborar. Catiriati — Denidar. Catiti — Dañar, daño. Catiucavijati — Escamonda. Catsa — Castigar, insnbordinación. Catsacunuti — Costra. Catsataqui — Punible. Catsuma — Incontinencia. Catsumaaqui — Incontinente. Catupeti — Intercutineo. Catupetitaquima — Incurable. Catuquiju — Emplumar. Catyuda — Seriedad. Catyudaaqui — Serio. Catza — Azotar. Catzaquiquie — Azote. Catzati — Breva. Catzu cavijati — IEntallecer, vestirse. Caumiti — Ufano, vanidad. Caveti — Consorte, cónyuges. Cavenana — Afan, afanarse. Cavenanaqui — Afanoso. Caveti — Consorte, cónyuges, enma- ridar. Cavicati — Descalzar, descalzo, des- nudar, desnudo. Cavitsutitseve — Floridamente. Cavituti — llorecer. Caya — Despanzurrar. Caynamati — Inservible. Tomo XII Cayuveise — Telaraña. Caza — Fuerza. Cazacuina — Convalecencia, conva- lecer. Cazatsa — Lloviznar. Cazatura — Forzado, forzoso. Cazeiti — Concúbito. Cazicati — IEnsuciar. Cazicatiaqui — Ensuciador. Cazipiti — Ensamblar. Cazomiti —Alborozar. Caztere — Languidez, lánguido. Cazumiti — IEnsoberbecer. Cira — Cresta. Citara — Bolsa. Citaraebari — Costal. Citarajuisa — Entalegar. Clavomusama — Tachuela. Cocolate quini — Chocolatera. Coeti — Cercado, derredor, vuelta. Comazejiju — Generalizar. Comeretimaha — Incultivable. Corona — Guirnalda. Cua — Ir. Cuaba — Canoa, lancha. Cuabi — Asar en brasas. Cuabu — Pelota. Cuabuijabeju — Pelotear. Cuacu — Madre. Cuacua — Encantarar. Cuacuacuaysa — Derretir. Cuacuamuri — Sofocar. Cuacuamuria — Chapuzar. Cuachitana — Talón. Cuadicia — Mandar. Cuadinaqui — Mandón. Cuadisia — Ley, despachar, enviar. Cuadisiayaque — Quemando. eCuadyama — Coraje. Cuaisa cuaysa — Desportillar. Cuajadaquevijida — Golosear. Cuajeri — Cacao. Cuajeriquini — Cacaotal. Cuaji — Asomar. Cuajiti — Averiguar, exploración. Cuajitima — Inaveriguable. Cuami — Hundir. Cuamicuami — Hundible. Cuanemaque — Soltero. Cuanime cuarusati — Disputar. Cuapujique — Madrastra. turno, Cuararaisa — Chicharrón, freir. Cuare -- Ayuda, bandada, cometer, expedición. Cuarema — Insuperalle. Cuarenuca—Destrueque, indemnizar. Cuarequi — Fanático. Cuareruda — Plenilunio, redonáear, redondo. Cuaresanaha — Deponer. Cuaretianuca baccuahaqui — Des- agradecido. Cuaretianuca baccuatseve agradecidamente. Cuareu — Grigallo. Cuaruna — Invariable. Cuaruruisa — Enrejar. Cuasiri — Emboscada. Cuati — Leña. Cuatsabija — Prédica. Cuatsabijiju — Predicar. Cuatsabiti — Bigote. Cuatsaguana — Corregir, corrección, imparcialidad. Cuatsaguanama — Incorrección, in- corregible. Cuatsaguanatseve — Imparcial. Cuatsaju — Orillar. Cuatsatumu — Embozar. Cuau — Ida. Cuauda — Baladrón, fanfarria, fan- farrón. Cubita — Hidrocéfalo. Cubutaena — Burbuja. Cubutanaha — Burbujar. Cucu — Tio. Cucuadisiati — Gobernar. Cucudenu — Chirimoya. Cuchara ebari — Cucharón. Cucharada ejequi — Cucharada. Cuchi — Cochino. Cuchiro — Cuchillo. Cududu— Desesperación, desesperar. Cuegipa — Norte. Cueja — Aviso, denotar, noticiar, li- cencia. Cuejana — l'ormar. Cuejatiu — Denunciar. Cuejayaque — Ha declarado. Cuejeti — Avisar. Cueji — Cuesco. Cuejiji — Viento, aire. Cuere — Ilachear. Des- Cueru — I'ilo. Cuesi cuesi — Destrizar. Cueya — IEfigie. Cueyana — Imaginar. Cuidi — Glándula, incordio. Cuiducuido — Gigante. Cuijada — Arista. Cuinana — Llega, llegar, parir. Cuinara — Nacer. Cuiri — Degenerar. Cuisu — Espurriar. Cuitabacati — Festejar, festín. Cuitanque — Tabardillo. Cuitapeta — Execrar, execración. Cuitapetaqui — Execrador. Cuja — Soplar, inflar. Cujacuja — Vegiga. Cujatana — l'onge (?). Cujatisa — Entreverar. Cujisa — Equivocación, equivocar, equivoco, extraviar, extravío. Cujuti — Guermeses. Cujutia — Engranujarse. Cumazeji — Imitable. Cumazejiju — Imitar. Cume — Usar. Cumucumu — Timbal. Cumuda — Larga. Cumudaha — Largar. Cunu — Bejuca, contorno. Cunuquini — Bejucal. Cuña — Cuña. Cuparicati — Encompadrarar. Cupipana — Gorrin. Curecati — Alabar, ensalzar. Curecatiaqui — Iinsalzador. Curecatisa — Elogiar, elogio. Curuma — Abstenerse, abstinencia. Cuti — Gusarón (?). Cuyane — Imaginario. Ch Chabare — Errata, error. Chacha — Chacota, grito, griterío. Chachabaccua — Insaludable. Chachacha — Gritar. Chachada — Rojo. Chachaje — Contender. Chachaju — Chacotear, sanar. Chachamere — Curar. Chachanema — Dislavor. a Chamacama — Apenas, como quiera, con trabajo. Chanu — Temblar. Chapa — Perro. Chapacueja — Jalear. Chata — Imprecación, imprecar. Chequequequi — Estallido. Chequequequiju — Estallar. Cheve — Garfear, imprudencia. Cheveaqui — Imprudente. Chibama — Desmerecer. Chibamaaqui — Desmerecedor. Chibare — Errar. Chibarea — Desemparejar. Chica — Tropezar, tropezón. Chico — Tordo. Chicuare — Impetu, impio. Chicuaresa — Extirpar. Chicuaretana — Arruinar, ausente. Chichucatineti — Arrodillar. Chii — Desgujar, deszumar. Chine — Festividad, dia. Chineunuda — liesta. Chipi—Despique, despicar, desquite. Chipilo — Dinero, plata. Chipirodume — Escoria. Chipiroduni — Orin. Chipiroliquidaqui — Oro. Chiquequi — Embuste. Chiquequiaqui — Embustero. Chiquequiju — Embustear. Chiri — Garramar, hurto, hurtar, la- drón, robar, rapiña. Chiricue — Defraudar. Chirije — Escrita. Chiritaqui — Hurtable. Chive — Excusa, excusar, fingir. Chiveaqui — Fingido. Chivetaqui — Excusable. Chivetseve —Fingidamente. Chuca — Nudo. Chucu — Enmelar. Chumu — Forquilla, gancho, espete- ra, horqueta. Churi — Defraudación. Churiaqui — Defraudar. Churu — Golondrina, gorro. D Dabuchere — Iguana. Dacaca — Calva, encalvecer. Dacacaqui — Calvo. Dacaysa — Destechar. Dachibu — Abceso, divieso. Dada — Ensalmar, hunada, huso. Dadi — Hallar. Dadidiquidama — Desagradar Dadidi quidamatseve — Desagrada- blemente. Dadidiquizamaha — Desagradar. Dadina — Encuentro, hallazgo. Dadiquidamaha — Desplacer. Dadu — Abocar, balance, balancear. Dadudadu — Trémulo. Daidiquida — Agradecer. Dajicada — Epulón, glotón, glotone- ría. Dajicadaju — Atracar, glotonear. Dajicadama — Sobriedad, sóbrio. Dajida — Desenvoltura, deshonesti- dad, deshonesto, farota, sonrisa. Dajidatseve — Deshonestamente. Damema -—- Desproporcionar. Dana — Cariño. Danamaha — Iinmohecer. Danapa — Ardilla. Danapacaca — Desmogar. Dane — Crecer, estatura. Daneteresna — Atroz. Danuma — Desafortunado. Dar — Tardanza. Dare — Distintos, separados. Dati — Galápago, tortuga. Datse — Aunque, empero. Daue — Fructificar. Deca — Hombre, macho. Decaja — Desllorecer. Decanimequique — Marimacho. Deda — Hondo. Dedaha — lFondear. Dejeta — Vadear. Dere — Explayar. Deru — Dolar (?). Detza — Abertura. Deu — TFondeo, hondura. Diacucuenti — Demasia, demasiado. Diadi — También. Diagni — Ociosidad. Diaicada — Galvano, tibieza. Diaicuina — Flojear, flojedad. Diaida — Remolón, pereza. Diaida aqui — Perezoso. Diaini — Ocioso. E Bs Diainicadiati — Desocupación. Diamajaca ijamajaca — Descariño. Diana — Ilalago. Dianaha — Halagar. Dianajaca ijamajaca — Descariñarse. Dianimere — Encariñar. Diaque — Incima, yucuba, sobre, muy. Diaquedianea — Engrandecer. Diaquejie — Enteramente. Diaqueju — Externo. Diaquejunati — Creciente. Diaqueneuti — Enorme. Diaquepije — Extraordinario. Diaquepijine — Intemperie. Diaquetana — Empeorar. Diaycada — Holgazán. Diaycadaju — Empoltronarse, holga- zanear. Diaycuima — Emperezar. Diayda — Flojo, tuna. Diayni — Haragán, haraganear. Dicui — Encebar. : Dida — Empegar. Didia — Incompleto. Dijima — Hostigar. Diosujayana — Doctrina. Diosuja yana aqui — Doctrinero. Diri — Encanalar, seña, señal. Dirijo — Señalar. Diru — Marchar. Dirusa — Soltar. Duca—Cocer, cocido, espesar, espeso. Ducada — Encrasar, enturbiar. Ducu — Baldón. Ducucu — Frialdad, abrigar. Ducueri — Tenir. Ducus — Baldonar. Dudo — Repique, tañer. Duduyaque — Puntear. Dueniti — Panza. Duji — Adular. Dujiaqui — Adulación. Dumi — Excremento, excretar, mier- da, cagada, cagar, enver. Dumiquini — Cagadero. Dumitadata — Extreñir. Dunieque — Revés. Duquimi — Desnatar. Dutia — Todo. Dutsabecaca — Diariamente. Duza — Absorber. E [Siendo la E prefijo eufónico, com- púrense todas la voces estas con lus otras que corresponden ú la primera consonante de cada vocablo. — Id. ]. Eabuqui — Carga. Eada — Extravagante. Eadebaqui — Comprensible. Eadebaquiama — Incomprensible. Eamere — Digerir. Eaniqui — Guarida. Eaniquiqui — Matriz. Eapuquiju — Encubertar. Eaputa — Escurar (oscurecer ?). Eaqui — Capaz, causa, forma. Eaquiama — Incapaz. Eaquiequie — Cumplida. Eaquiju — Causar. Eaquique — Fábrica, Hostiario. Eaquiqueju — Fabricar. Earaqui — l'iambre. Earaquiquini — Fiambrera. Eatseve — Conmigo. Eavemaju — IEinviudar. Ebacani — Firma. Ebacaniza — Firmar. Ebacua — Cria, hijo, yerno. Ebacuaja — lilial. Ebacuajua — Sobrino. Ebacuanana — Criatura. Ebacuanapuji — Criada. Ebacuapuji — Hijastro, ahijado, ahi- jada, entenado, muchacho. Ebadequi — Hamaca. Ebajeque — Avio. Ebajequeu — Aviar. Ebamere — Guía. Ebamerequi — Guiador. Ebana — Mejilla. Ebanabiti — Cabezada. Ebaqui — Infamador, injuria. Ebaquitaqui — Injuriador. Ebareju — Encopetar. Ebaruque — Arriba. Ebatura — Temprano. Ebavitia — Enseñanza, instrucción. Ebavitiaqui — Enseñador. Ebebacua — Iispalda, lomo. Ebebacuatsau — lispinazo. Ebequiju — Injuriar. RS Ebi — Brazo, escarbar, nariz. Ebicana — Pulso. Ebicani — Manga. Ebite — Pellejo. Ebiti — Cáscara, cuero, concha, cor- beza. Ebitiquemi — Descortezar. Ebitirama — Encorar. Ebitiveizeda — Membrana. Ebitu — Punta. Ebubuqui — Iscoba. Ebuchichaqui — Despertar. Ebudze — Cómplice. Ebujema — Limpieza. Ebujutsu — Flemón. Ebusisaqui — Despertador. Ebute — Embarcadero. Ebutsequini — Cara. Ebutsequinijua — Contumelia. Ebutsu — Materia. Ebutsun caya — Icor. Eca — Huevo, huevera, liendre. Ecabapeti — Incognoscible. Ecabati — Despierto. Ecaca — Pepita. Ecacaquemi — Eunuco. Ecacaquini — Folículo. Ecacuijati -— Consentimiento. Ecacuitatiriaqui -- Consumidor. Ecacuitatiriati — Consumido. Ecadeneti — Bruja. Ecadya — Hurgamandera. Ecajo — Jebada (?). Ecamajuajua — Encumbrar. Ecamuiti — Humildad. Ecamureti — Indignación. Ecanime — Convenir, convenio. Ecapucacati — Descogollar. Ecarecani — Entraña, vientre. Ecarenequie — Comitiva, compañia. Ecarequeti — Balsear. Ecasapa — Tortilla. Ecasipiti — Zurcir. Ecatta — Pluma. Ecazitati — Inmediato, inmediación. Eccari — Senda. Eccueja — Exhortación, exhortar, ex- hortador. Eccueyane — Estatura. Ecua — Madre (') A (1) Ver: Yo pecador, Ecuadisia — Enviado. Ecuadyama — Arrojado, coraje. Ecuadyamaha — Expeler, expulsar. Ecuararaysa — Frito. Ecuari — Juez. Ecuaruna — Abejón. Ecuaruruisa — Enrejado, enrejar. Ecuasiquie — Migaja. Ecuatsa — Boca, orilla. Eduede — Saliva. Ecuedi — Isputo. Ecuedia — Salivar. Ecuedipanu — Flema, gargeada, gar- gajo. Ecuedi pusia — Desalivar, des/lemar. Ecueducu — Barba. Ecue epujuque — Paisano. Ecueiqui — Cara. Ecueiquinimuyza — Ceño. Ecueja — Educación, interpretación. Ecuejaju — Interpretar. Ecuejaqui — Denunciador, interpre- tador, intérprete. Ecuejaquiju — Enunciar. Ecuejiquini — Faz. Ecuese — Fragmento. Ecueyani — Imaginación. Ecui — Arbol, higuera, tronco. Ecuicha — Terror. Ecuinana — Nacido, parida. Ecuinanaqui — Efugio. Ecuiquiama — Ajeno. Ecuisa — Espantar, espanto, susto. Ecuisacuitaha — Despavorir. Ecuita — Cuerpo, gente, persona. Ecuitama — Incorporeo. Ecuitayequi — Homicida. Ecuiviri — Arbusto. Ecusecuiquinimuysa — Encaratu- larse. Ecutana — Cortedad. Echata — Discolo. Echiu — Estornudo. Echuiju — Estornudar. Edana — Cuerno, espolón, garrón. Edderuquie — Garapita. Eddiri — Triángulo. Edduca — Comida. Edducasapa — Sancochar. Edducuju — Interno. Edigi — Camino. Edtuda — Coagular. E Na Edu— Yema. Educa — Cena, manjar. Educuju — Internación. Educhi — Dios. Edumijite — Tripa Edunmiti — Intestino. Edumitie/ari (4 2?) — Ventrudo. Eduqui — Hilo. Edure — Compañero. Egereque — Corona, cual, Egique — Maiz. Eiduquiquemi — Desapuntalar. Eigiqui — Bebida. Eijanatenaqui — Cornudo. Eimeveque — Fiador. Eimevequi — l'ianza. Eimevequiju — liar. Einaqui — Asa. Eisu — Trasquilar. Eiyamudia — Engastar. Eja — Nido. Ejacu — Escarzo (?), jabonailo, ja- bardear. Ejadyama — Gurrumina. Ejadyamaqui — Gurrumino. Ejanane — Canoso. Ejara — Caspa, miga. Ejariba — Mofa. Ejaruna — Tendón. Ejasa — Bote. Ejasapara — Entrecejo (?). Ejebuataquima — Infalible, infalibi- lidad. Ejebucha — He. Ejebujuquima — Infamia, inefable, inefabilidad. Ejebut — Imposibilidad. Ejebutsee — Estado, imposibilidad. Ejebutseha — Imposibilitar. Ejecuuju — Lleno, llenar. Ejee — Si. Ejeecqueani — Prieto. Ejeeneguana — liel, fidelidad. Ejeeneguasataqui — l'idedigno. Ejeguajau (q?) — Dulzura. Ejejapa — Distancia. Ejeju — Donde, donde quiera. Ejeme — Fe. Ejenane — Maduro, madurez, madu- rar. Ejenataqui — Creible. Ejeque — Cualquiera. Ejequeja — Hacia. Ejequie — ¿Cuil? Ejetsumu — Edad. Ejetupu — Extensión, hasta. Ejeyane adyaha — Contar. Ejicuina — Bonanza. Ejigu — Fisonomia. Ejiquiju — Hermanar. Ejiriquini — Estilo. Ejita — Huerta. Ejitaju — Descubierto. Ejitajuaqui — Descubridor. Ejituraquiju — Confortar. Ejituraquique — Confortativo. Ejuetive — Descendencia. Ejui— Menstruación. Ejuiju — Menstruar. Ejuquie — Hermano, hermana. Ejuquitana — Carifruncido. Ejuri — Corriente. Ejuta — Ver. Ejuzicua — Hibrido. Emadi — Goma, incienso, resina. Emajacaha — Achicar. Emajaja — Legua. Emajanatzu — Cadavérico. Emaju — Cadáver, difunto, finado, muerto. Emapisi — Hidromancia. Emaque — Abajo, debajo, menos. Emaricaca — Olla. Ematiccui — Achiote. Ematina — Cima. Ematina corona — Diadema. Ematinatsau — Casca. Emaya autuqui — Figurable (u0a). Eme — Mano (*). Emechiquie — Dueño. Emedaha — Desmenuzar. Emeja cuajeju — Acariciar. Emepanati — Confesor. Emerequi — Esclavo, fámulo. Emerequiju — Esclavizar. Emesuru — Uña. Emetse — Criador. Emetsejiuju — Empenar. Emetuastupu — Palmo. Emetucu — Mano. Emetucupucacatsubanacapa — 50- papo. o (1) Ver: Credo. ESO A Lie Emetucupucaca — Puño. Emetucusapara — Dedo. Emetucuzapara — Garfa. Emeya — Estampa, figura, imágen. Emeyaha — Vigurar. Emiriqui — Garrote. Emiriquiju — Garrotear. Emiuaqui — Carnada. Emive — Harina, buche. Emive caca — Buche. Emu -— Caracol. Emuba — Grima. Emuiba — Respeto. Emuja — Hipocondría. Emujaqui — Hidrópico. Ena — Agua. Enabitiqui — Baño. Enacaca — Jugo, sustancia, zumo. Enacacaeti — Supurar. Enacata — Mojadura. Enacueba — Envidia. Enacuji — Charco. Enacuju — Encharcada. Enachi — Pisada. Enachiatuca — Tobillo. Enadiji — Emisario. Enageve—Clarilicar, clara(de huevo). Enaji — Ebrio. Ename — Caldo. Enanemuju — Viudo. Enanuca — Desdonar. Enapa — Guaya. Enaquini — Jarra. Enaru — Guardoso, incumbencia, in- cumbir. Enaruqui — Cuidador, empleo, guat- dador. Enaruquiju — Emplear. Enasapa — Enaguazar, Pantano. Enatsimare — Pierna. Enatsimaretsau — Canilla. Enayuare — Garapito. Enerecaba — Libre. Enijo — Pulsación. Enisati — Asustar. Ente — fintallecer. Enubi — Ilincadura. Enuca — Tomar. Epaca — Desembocar. Epapa — Calzada. Epapaqui — Iinterrador. Epatse — Iliel. Epecaca — lRiñón. Epere — Costado. Eperecatse — Costillar. Eperecatsenana — Ijada. Eperequi — Inseparable. Epetaqui — Desmotador. Epezizi — Gordazo, gordaza. Epica — Trenzado. Epicaque — Cordellate. Epida — Matadura. Epiequi — IHorma. Epiqui — Abanico. Epire — Collar. Epiruri — Fardo. Epitajua — Descubrir. Epiti — Cuello. Epizuqui — Desañadidura. Epu — Pueblo. Epucu— Frágil, fragilidad. Epucutseve — Fragilmente. Epucha — Fundamento. Epuchaju — Fundamentar. Epuma — ¿Cuántos? Epuna — Hembra, mujer. Epunabavitiayaque — Maestra. Epunadeca — Hermafrodita. Epuna uchaquiarida — Gavasa, ga- veta. Epuri — Contento, diversión. Epuriju — Contentar, divertir. Epurima — Descontento. Epurimaha — Descontentar. Epuripuriama — Alborozo. Epuriri — Harinoso. Equechiquini — Falda. Equedya'— Desde. Equemiquiju — Enajenar. Equeque — Lamento. Equeti — Frente. Equijanati — Hechizo, hechicería. Equijanatiju — Hechizar. Equijiriaguanati — Hinchado. Equinarumati — Integridad. Equiniju — Adentro, dentro. Equiniqui — Estuche. Equique — Bosque. Equiquejuju — Embosquecerse. Equiquie — Mio. Equiquie — Montaña. Equitaese — Homicidio. Erada — Ramillete, junta. Eradaqui — Balumba. o e Erami — Carne. Eramibi — Carnívoro. Eramicuinana — Carnosidad. Erara — Seco. Ere — Rallar (?). Erera — Iige (?). Erere — Enramada. Erereha — Enramar. Eriduque — Asador. Erique — Fuente. Eru — Canción, cantar, escorbuto, garrotillo, tonada. Eruaqui — Cantor. Eruduqui — Cojo (?). Erumu—Garganchón, garganta, gar- guero, gaznate, quijada. Erumuicuyaqui — Degollador. Erumumu irene — Gargantilla. Esa — Espiga. Esacua — Herida. Esaha — Espigar. Esamaqui — Ungiento. Esana — Heredado.. Esanaquie — Huérfano. Esapara — Chamasca (?). Esepara — Gajo. Esepere — Arroyo. Esequi — Matador. Esereraujeda — Retorcijón. Esipipisa — Desaparrado. Esipiqui — Pared. Esipiqui coeti — Cercar. Esipita — Juntura. Esiri — Senectud, vejez, viejo. Esiriju — Envejecer. Esirima — Juventud. Espune — Zaratíán. Estau — Innato. Esuju — Esquilar. Eta — Volar. Etacaqui — Desollador. Etacua ujeji — Hepatía. Etachi — Contenido. Etachi quiisicua — Desembarazar. Etadata — IEmpedernir. Etapataqui— Grada, escala, escalera. Etaruquiquie — Balsero. Etata — Comulgar. (Ver comulgar.) Etata Jesu Cristoja quemi — Co- mulgar. Etaruqui — Remo. Etatapujique — Padrastro. Etata ucuare — Clavado. Etavi — Jornada. Etaviqui — Cama. Etavisaqui — Dormitivo. Etazique — Despabiladeras. Etena — Disimulo, escondidas, escon-. dijo. Etenacacuejatiaqui — Conspirador. Etenacacuejati — Conspiración. Etenadseve — Encubiertamente. Etenaqui — Encubierto. Etene — Eti — Invención, inventar, polución, semen, venir, venida. Etianaquivesa — Desoprimir. Etiaque — Donación. Etiaqueja — Donar. Etibene — Atrás, detrás. Etibune — Innovar, innovación. Etica — Disminuir, expender. Etie etieju — Deteriorar. Etieya — Insuficiencia, insuficiente. Etijaqui — Chispa. Etijaquia — Chispear. Etimacuija — Aguijón. Etimaquere — Fajar. Etimaquerequi — Paja. Etiqui — Fuego. Etiquinitaha — Embalsar. Etiquitabu — Tizón. Etirisaqui — Abrasador. Etirutzeve — Carbón. Etiveni — Empos (?). Etiveru — Gruta. Etsacamajata — IEntrepiernas. Etsandiara — Esqueleto. Etsapequi — Desparramador. Etsapuna — Médula, meollo, tuétano. Etsaru — Cabello, cerda, lana. Etsarudecaca — Guedeja, quedeja. Etsarudiji — Crencha. Etsau — Hueso. Etsauquemi — Desposar. Etsé — Diente. Etsecanirutuqui — Escarvadiente. Etsecunu — Encía. Etsehaqui — Farolear. Etsena — Oruga. Etsenamique — Desapolillar. Etseri — (irasa, manteca, esperma. Etseri buqueji—Grasiento, grasienta, Etsetaquia — Dentellar. o Etsucu — Esquina. Etsucuija — Aguja. Etsuge — Venganza. Etsugequi — Inlerós, interesable, Etsugequiettare — llostul (?). Etsugequiju — Interesar. Etsure — Mango. Etsuri — Voz. Etsuricani — lixófago, gañote, gola. Etsuricanibaeze — lspumarajo. Ettada — Nalga. Ettamu — Cachete. Ettare — Casa, jaula. Ettari — Hilado. Ettariqui — Jlilador. Ettataquietuja — Suegro. Ettena — Secreto, patrocinar, polilla. Ettena cacuejati — Defección. Ettete — Hoguera. Ettibu — Popa. Ettibuimaqui — Canoero. Ettida — lscurridura. Ettima — Cintura. Ettinuca — Regresar. Ettiquicuere — Hogar. Ettiquimuru — Ceniza. Ettuba — Abdomen, empeine. Etuba — Bandullo, ingle. Etumuqui — Tapón. Etununu — Árco Etupu — Límite. Etupuqui — Balanza. Etyume — Usado. Etzugebute — Abaratar, barato. Euana — Pendejo. Euane — Esposa, esposo. "Euiju — Corazón. Euimichacalco — Ocho. Euxitemu — Pantorrilla. Evachicuare — Huella. Evasuananadaque — Párvulo. Evayo — Torcido. Eve — Cachorro. Evecaqui — Benigno, iluminador. Evecaquie — Benignidad. Eve ebari — Mocedad. Evejeta — Vado. Eveuuque — Madeja. Evi — Pua. Eviaque — Comezón. Evicaniquisarati — Gangoso, engan- grenarse. ' Tomo XII Evicauiiba — Remangar. Evicuabu — Cabo. Evija — Vástago. Evimunu — llocico. Eviri — Contralto, chico, enano. Evite — Peladura, piel. Eviti —- Impalpable. Evitirarama — Empellejar. Eya — lixención, exento. Eyaju — Exentar. Eyeque — Foragido. Eyere — Panga (panza?). Eysura — Emperchar, techo, techar. Exsepere — Río. Ezuruqui — Guiñadon. F Feedya -- Vedlo, helo (elo). G Geri — Casi. Gietana — Cavilar. Guaburu — Jabalí. Guagua — lama. Guaguabacua — Salamanqueja. Guaja — Abeja, miel. Guajada — Dulce, salado. Guajadaha — Dulcificar, endulzar, salir. Guajadaque — Azucar. Guajatana — Iónconar. Guajatare — Enjambre. Guana — IEncaramar, huida. Guanabute — Asesinar. Guanabutequi — Asesino. Guanaquina — Insolur. Guanasa -— Vulica (?). Guanepea — Cuñado. Guani — Humedad, vapor, humo. Guanicuinanasa — Desahumar. Guanida — lItancio, tufo, expirar, olor. Guanida aqui — lxpirante. Guaniiru — llumecar. Guanijididi — Hollin. Guaniju — Humear. Guanizididia — Entiznar. Guarurusa — Desparpajar. Guau — Impureza. HI Harina — Crecida. Hicua — Chitón. Humadaqui — Abundante. Huya uma — Honra. I Iba — Tigre. Ibazeke — Garduña. Ibe — Economía, economizar. Ibeda — Dificultad, difícil. Ibedaha — Dilicultar. Ibedama — Iácil. Ibida — l'etidez, fétido, fetor. Ibida — Hedor, hedentina. Ibidaju—Heder, hediondez, hediondo. Ibu — Arremangar. Ibuba — Deshojar, desteñir. Ibubatana — Desiustrar. Icada — Escabroso. Icicua — Copiar. Icucue — Anteponer, anticipación, antes. Icuene — Delantera, primero. (Ver Mandamiento de la ley de Dios.) Icucueneama — Descomedirse. Icuenene —- Comedimiento. Icui — Corte, cortar. Ichubuja — Arrinconar. Ichubujuja — Arrinconado. Ida — Bien, lindo, piedad. Idaani — Bienestar. Idaaqui — Piadoso, régimen. Idabamere —Escandalizar, escándalo. Ver Idamamere. Idabijida — Bien querer. Idabijidanacua — Bienquisto. Idada — Advertir, advertencia. Idadama — Inadvertencia. Idadiaqui — Mejor. Idaeque — Derecha, diestra. Idainime — Consejo. Idaisu — Conveniente, conveniencia. Idaju — Regir. Idajuquiju — Aprovechar. Idama — Mal, malo, ultrajar. Idamaadebaqui — Desedificar. Idamabaca — Mal hecho. Idamabareaqui — Escandaloso. Idamabeju — Maliciar. Idamaca — Mal hecho. 50 — Idamacara — Malcomilo. Idamacuina — Malparida. Idamacuita — Peor. Idamajanaha — Maldecir. Idamajo — Peligrar. Idamajuquictaqui — Peligroso. Idamamere — Tentación. Ver Idaba- mere. Idamamereju — Tentar. Idamayana — Maldición. Idaque — Bondad, orden. Idaqueama — Denigrar, denigración. Idaqueamaqui — Denigrativo. Idaquipararetida — Bien venida. Idatemuysa — Criado, criada. Idaymama — Inconveniencia. Idiaque — Antepenúltimo. Idsu — Pelusa. Idujo — Sufrir. Idujutaqui —Sulrible. Idumaha — Exasperar. Idunsa — Ixasperación. Idure — Exterior, fuera. Idureju — De afuera. Iduti — Atrancar. Iduu — Compunción. Idyaquediama — Consolación, con- solar. Idyaquediamaqui — Consolador. Idyaquedya — Injusticia, injusto. Ige — Ver. Ije. Igeti — Sol. Igetinubiaqui — Oeste, poniente. Igeve cuina — Botar. Igevene — Destruir, desperdiciar. Igi — Ver Iji. Igi — Beber. Igillaguanaaqui — Murmurador. Igillaguanati — Murmurar. Igiquequini — Mauizal. Igua — Aguardar, llamar. Iguachupij — Pajita. Igueda — [stimar. Iguedaba aqui — Amar. Iguedamaju — Odiar. Iguene cabajeti — Prevenido. Thacua — Ahora. Ija — Erizo, Ijaca — Oreja. Ijaca aputa -- Desmayar. Ijacabaca — Iiscuchar, espiar, expec- tación. Ijacamirutuqui — liscarva orejas. Ijacaqui — Oido. Ijacaquiju— Oir. Ijacaraque — Deshojar. Ijacatubu — Desorejar. Ijaja — Limar. Ijamia — Caricia, carino. Ijamiaqui — Cariñoso. Ijamimere — ncariñar. Ijana — Demonio. Ijanabuchiquie — Demoniaco. Ijana ettiqui — Infierno. Ijanaqui — Iindemoniado. Ijariba — Burlar, irrisión. Ijaua — Diablo. Ijauatena — Adulterar. Ijauatenaqui — Adúltero. Ijave — Juego. Ijaveaqui — Jugador, juguetear. Ijeve — Iónvilecer. Ijicara — Sed. Ijillajiguanati — Murmurar. Ime — Caimiento, desmadejar, bor- peza. Imen — Debilitar. Ina — Agarrar, aguantar, cola, infu- sión. Inacama — Racimo. Inadya inadya — Costumbre. Inadyaynadyamaha — Desusar, de- suso, deshabituado. Inadyuadya — Hiibito. Inadyuainadyuama — Deshabiluar. Inaha — Inutilizar. Inaimqui — Agarradero. Inama — Endiablado, exorbitante, in- salubre, infructuoso, inútil. Inamajari — Crudo. Inamaqui — Chambón. Inanaquidaju — Conmutar. 1nape — limpuñar. Inaque — Feracidad, feraz. Inaruma — Inocente, inocencia, fin, finalmente, ignorante, ignorancia, ininteligible, impotente, extinguir, extinción, expedito, exúmine, com- pleto, equipaje, equipar, desierto, desprevenido. Inarumaha—TVenecer. Inarumaju — Completar, finalizar, ignorar. Inatieba — Descolar. Inatsama — Desaire. Inatsamaha — Desairar. Indaque — Querido. Indiama -- Diferenciar. Inemetsape — Conciencia. Inequedia — Ingenuidad. Inequedyaha — Ióntonar, entono. Inequedyamaha — Falscar. Inequeneri — Gloria. Inetaquima — Inaguantable, inalte- rable. Inetinuca — Decurso. Inica — Liebre. Inieda — liscasez, mezquino. Inieda amaqui — Obsequioso. Iniemeiduju — Paciencia. Inime — Facultad, gracia, composi- ción, compunción, intención, obli- gación. Inime adebayama -—- Sencillez. Inimeajaca — Desapropiarse. Inimeapenea — Discrepar. Inimebacuina — Impenitente, impe- nitencia. Inime bacuina — Penitencia. Inimebacuinaqui — Penitenle. Inimebare — Inmunidad. Inimebeji — Filarmónico. Inimecamare — Obligar. Inimeducu — Despulsarse, lervoroso, lervor, fervorizar, feracidad. Inimedyaoya — Contrario: Inime ebari — Imponderable. Inimeidu — Gravamen, gravar, pa- decer. Inimeidujuaqui — Puciente. Inime iduma — Impaciencia, jmpa- ciente, insufrible. Inime idumaju — Impacientar. Inimejuti — Hipocresía. Inimejutiaqui — Hipócrita. Inimema — Fátuo, insensato, insen- sible, demencia. Inimemaaqui — Demente. Inimemaha — Enloquecer, entonte- cer, infabuar. Inimemamere — Dementar. Ivimemetse — Importe, importancia. Inimemetseju — Importante. Inimepea — Alligido. Inimeque — Despacio, lamentable, MOFOSO. Inimequecuita — Despacito. Inimequi — Conducta, deliberar, im- dustria, discreto, discreción, ejem- plo, inteligencia, inteligente. Inimequiama — Indiscreción, indis- creto. Inimequiaqui — Industrioso. Inimequiju — Ejemplar, industriar. Inimequijutaqui — Inteligible. Inimetana — lteprimir. Inimetiana — Fomentar, fomento, conforme, conformidad. Inimetiria — Esmero. Inimetiriabaccua; nime ani carama — Contumacia. Inimetupu — Atender, atención, co- gitabundo, cuerdo, discurso, di- sentir. Inimetupuaqui — líspeculador. Inimetseve — Graciosamente. Inipetupu — Cordura. Ipa — Abortar. Ipene — Impenetrable. Ipeya — Concubina. Ipi — Cicatriz. Ipia — Delatar. Ipidyameha — Aumentar. Ipisa — Desfogar. Ique — Empreñar. Iquequiti — Afecto. Iquiaqui — Bebedor. Ira — Demoler, desliar, desorillar, descosedura, descoser, desenvolver, desenvuelto, deshacer, desvendar, destorcer. Irara aisaqui — Derribante. Iraraisa — Derribar. Irare — Cedazo. Iratana — Escampar. Iria — Desenconar, desinflamar. Irine — Chaquira, abalorio. Iru — Beso, besar, oler, olfato, vender. Iruru — Desgranar, grano. Iruruaqui — Granoso. Isa — Insaciable. Isa — Envidiar, envidia. Isa — Despreciar, ensacar. Isaani — Domar. Isaaqui — Envidioso. Isabe — Sordo (Isave). deshecho, desentumecer, Isai — Azuzar. Isaanima — Indomable, indómito. Isama -— Vacio. Isama — Deshabitada, evacuar. Isamaha — Deshabitar. Isara — Inducir, saludar, nombrar, - parlar. Isasa — lívizar, erizado, espelusnarse. Isave — Sordo. Isicua — Desvío. Isura — Despumar. Isurumumu — Codo. Ita — Egoismo. lin 24 y 3a personas se dice Mita; en plural Tacua. Iti — Encordar, enflechado. Itieja — Inmondalle. Itti — Cesta. Ita — Destrucción. Itucu — Basura. Ituisa — Empujar, empujón, envión, empellón. luama — Desolado, desolación. Tuimejuatsa — Delicia, delicioso. luimeju utidia cahanaumati — le- lirar. Ive — Cebo. Iveyve — Cebar. Ivimeda — I'ragancia. Ivivi — Oliscar. Iya — Dominar, dominio, echar, em- palmar. Iyaage — Copilar. Iyacua — Pecho. Iye — Matar. Iyeque — Matador. Iyu — Enjuto. Iyuca — Cabeza. Iyucaicuqui — Cabecera. Iyucaqui — Docto. Iyue — Apasionar, apasionado. Iyuedamaju — Invalidar. Iyueisu — Dedignar. Iyuepe — Fútil, desechar, insignili- cante, estima, estimar. Iyupatsau — Cráneo. Iyuepe — Desafecto. Iyumata — Existencia. Iyupatsau — Cráneo. Izabeha — Iinsordecer. Ize — Enfundia, hucva. — 53 — NE Ya — Contra, poner. Yaca adyama — linergía. Yabaqui — Escarchar, rocio. Yabutia — Descargar. Yacabaccua — listable. Yacoisa — Deacordar. Yacua — kRecién. Yacuaquidie — Desde hoy. Yacuatse -— Pechuga. Yachi — Paja. Yamaaqui — Jebudo. Yamaca — Jet. Yamaeque — Decisión. Yana — Idioma, palabra. Yana ayaque — Mando. Yanabijida — Gracejo. Yanaburi — Gricta. Yana cana — Por broma, en balde. Yanacanaanaqui — Cluulatán. Yanacana babani — Espurio. Yanacana cuau cuau — Desatinado, desmandar, desmedirse, estratage- ma, imprevisión, imprevisto. Yanacana cuau cuauma — Charlar. Yanacana chacha -—— Cháchara. Yanacana chachaju — Chacharear. Yanacana guana guanani—lisquivez Yanacana, guana guananiaqui — Jís- quivoso. Yanacanamuy — Idólatra. Yanacana quisarati — Cuestionar. Yanacana quisarati quisarati — Cuesta. Yanaqui — Decisivo. Yanaquiju — Decidir. Yanaquima — Indeciso. Yanaruma — Idiota. Yana yana — Suelo. Yanca — Huero. Yapere — Peine. Yaquedya mama — Desconsolación. Yaracaca — Hombro. Yarapasa — Gamuza. Yarapaza — lbice. Yare-tseve — Del prójimo. Yaru — Descular. Yatanana — Espiritu. Yatananama — Inanimado. Yati — Dejar (esconder). Yatsacana — Sabor, sabroso. Yatsanacajo — Saborear. Yatuca — Ojo. Yatucacame — IL igrima. Yatucapivi — Orzuelo. Yatucasaru — Pestaña. Yaurupi — Govio. Yaya — Insistir. Yechana — Satanús. Yenene — Primogénito, delantera. Yenina — linmendación, enmendar, enmienda. Yequienuca — Rellenar. Yetana — Serenar, despejar, despejo. Yete — Iutón. Yeve — Cernicalo. Yia 0 Yid — Rama. Yinedema — Libertad. Yiria — Gargarismo. Yiyu — Incensar. Yuadyayuaju — Acostumbrar. Yuama — l'ollón, desolación, desola- do, devastar. Yuamaha — Exterminar. Yuamaqui — Exterminador. Yuani — Quieto. Yubarepa — Anteayer. Yubataquibataqui — Confusión. Yubataquibataquia — Confundir. Yucaapu — Encasquetar. Yucatadarara — Calavera. Yuca ujeda — Jaqueca. Yuchine — Anoche, anteanoche. Yudijidijidya — Frecuente. Yudijidijaha — Devolver. Yudijidijidia — Continuo, frecuencia Yudijidyaju — Desandar. Yudya — Confrontar. Yudyama — Diferencia. Yudya quedya — Hacha, hacinar. Yuedyama yuedyarua — Desacos- tumbrar. Yueneriama — Friolera. Yueque — Aquel, aquella, aquello. Yuica —- Testa. Yuiju — Judia. Yuijuju — Inaugurar. Yuimaqui — Idomeneo (idóneo ?). Yuime adebajaca — Desaforada- mente. Yuimejuatsa — Delicia, delicioso. Yuimequeura — Decantar, decanta- ción. Yuimeju utidia cahanaumati — De- lirar. Yuimetere — Macilento. Yujaca — Arrepentirse. Yuju — Arder. Yume — Entonces, estotro. Yumecama — Diversidad, entereza, enriquecer, entero. Yumei idia — Insomnio. Yumería — Afrentar (?). Yumeriama — Afrenta, desconcep- tuado, deshonra. Yumeriamaha — Detractar, difamar, deshonrar. Yumeriaqui —Afrentador. Yuneri — Fama, famoso, honra. Yuneriama — lgnominia. Yuneriamaha — Desacreditar, Opinar. Yunerima — Descrédito. Yunesi — Crédito. Yuneti — Parar. Yupa —5Seso. Yupiji — Dádiva. Yuputana — scurridizo. Yuqueneri — llermoso, hermosura. Yuqueneria — IEncastar. Yuqueneriju — Ilermosear. Yuraha — Consistir. Yurame yurame — Correspondencia, desafio. Yuri — Filtración, desagúe. Yuru — Estaca. Yurutata — listacazo. Yurutataqui — Istacada. Yutsecuaque — Nieto. Yuvecaca yuvecacadye — Cotidiano. Yuya ari — Durante. Yuyu — Perpendicular. des- J Ja — De, preposición, pero que se sublija. Jaboaqui — Jabonecro. Jabonquini — Jabonera. Jabu — Puñado. Jabubu — Huracán. Jaca — Desanidar, Jacaadyama — Impeño. Jacaadyamatseve — Empeñadamente. Jacacati — Divorciar. Jaccama — Ictiófago. Jacecacuina — Desovar. Jacua — Punzón. Jachi — Obice, obstáculo. Jae — Pescado. Jaeaqui — Pescador. Jaeati — Pescar. Jahuamu — Ver Tahuamu. Jaja — Constipar, estupro, estuprar, expurgar, desfloración. Jajaaqui — Iistuprador. Jajama — Intacto, inviolado, virgen. Jajataquima — Inviolable. Jajevenequi — Déspota. Jamatoro — Sarta. Jana — Licencia. Janacacatsu — Gangrena. Jananama — Inhonesto. Janasa — Influencia, influjo. Janatsu — Enflaquecer. Janau — Débil, debilidad. Jaque — Fximir, exonerar, división. Jaquete — Despartir. Jarasa — Idea, idear. Jaratara — Hueco. Jari —llilar (debe ser Tari). Jaru — Descutar, excitar, fijo, fijar, fijación, incitación. Jata — loja. Jatada — Galán. Jatadaju — Galante:wr. Jatape jatapea — Ilojear. Jatitida — Garboso, Jatitiquidama — Inhumano, inhuma- nidad. Jauane — Iincanecer. Jazuma — Desmolado. Jepi 6 Tepi — Desquejar. Jeravica — Deshilar. Jetie — Inferior. Jesucristoja yama y sara — livange- lizar. Jicacada — Murmullo (J?). Jicacaisa — Faramalla. Jicada — l'ragoso. Jietena — Humorado. Jii — Gustoso. Jiji — Estiercol, esterquilíneo, her- baje. Jime — Ilótica, feble, inválido, ex- tenuación, extenuar. (La e final tal vez sea 1.) Jimeaqui — Hético, hética. Jina — Gama (JóT 6 Y 2). Jina deca — Gamo (J6 1 ó 1 2). Jira — Ver Tira 0 Fira. Jira — l'ilamento. Jisa — Desmoralizar, desmoralizado. Jita — I'unción. Jiujiu — Hlusión, impropio, guisante. Ju— lín, ú (dice: Adverbio, preposi- ción ?). Haber, ala, hongo, cria- dilla. Jua — ¡Hola! Jua acanasama — Inhabilitar. Juajuiju -— Fecundar. Juanausa — Inhonestamente. Juaqui — Fecundo, fecundidad. Juatsu — Demús. Jubaccua — Doncel. Jucaapu—Incasquetar. Jucaqui — Ingenio. Jucaquiquie — Mazo. Jucha — Maldad, pecado, iniquidad. (Quichua). Juchabijia — Lascivia. Juchabijiaqui — Lascivo. Juchama — Inculpable. Juchaviji— Lujuria. Juchavijiaqui — Lujurioso. Judia — In. Juetibe — Descender, descendiente. Jugepuna — Pata. Juja — Ventosear. Jujara — ncantarse. Juje — Ganso. Jujedece — Pato. Juji — Palma, absorber. Jujicuinanuca — líncarnecer. Jujida — IFrondoso, carigordo, cor- pazo. Jujieda — Gordo, gorda. Juju — Llama. Jujuda — Prondosidad. Jujuisi — Corpulento. Juma — Crudeza, crudo. Jumeni — Desterrar. Juna — Incendio, incendiar. Junenitaquima — Intransible. _Jupe jupe — Estrafalario. Jupi — Entrar. Jupiji (4 Yupiji) — Don. Jupijiaqui — Dadivoso. Juracama — Ilabilitar, habilitación. Juracuana — Tiliar. Jureamadura — Consuelo. Juri -— Calma, calmar, desaguadero. Jusisa — Desvelo, desvelar. Jutibu — l'undación. Jutibuaqui — Fundador. Juza — Desmclenar. Juzujaca — Desmamar, destetar. M Macaca — Enfaldo. Macuarema — Desiantelado. Madeca — l'amilia, familiar, familia- ridad. Madiqui — Gomosidad. Maduli — Traspirar. (La Z dudosa.) Majaca — Entre. Majavizi — Comadreja. Majiti — Falcinelo (7). Maju — Muerte, fallecer, finar, morir. Majuaju — Muerto fué. (Ver Credo.) Majuaqui — Mortal. Majucani — Sepulcro. Majuettare — Hospital. Majuquini -—— Panteón. Majuma — Sano, salud. Majumere — Sofocar. Majuya — Iinfermo. Manu — Deuda. Manuademe — Cobrar. Manuina — Endeudarse. Manutia — Paga. Manutiaque — Pagar. Mapacui — Cientopiés. Mapimiri — Encarnado. Mapimiria — Encarnar. Mapisi — Eteromancia. Mapisiqui — Fantasma, fatídico. Maquei — Enemigo. Maqui — Teto, preñez. Mara — Año (Quichua). Mara beta — Dos años (asi). Eral. Maranqueda — Estio. Mareju — Ocupación. Maria — Istercolar. Maro — Veneno. Marua — Envenenar. Masada — Penoso. Masadema — Breve. Matuja — Caimán. Mayautia — Improvisar. =— 05 = May cha — l'razada. Mayuera — lxequias. Mecuarema — Despoblado. Mecuaremaha — Despoblar. Mechi — Arcilla, tierra. Medeque — Conducir. Meemee — Revolcarse. Mejemeje — Mejora. Mejemejeju — Mejorar. Mejida — Dicha. Mejida aqui — Dichoso. Mejidama — Desgracia, desgraciado, desventurado, infelicidad, infeliz, infortunio, desventura. Mema — Infecundo. Mepe— Recoger. Mere — Servir, trabajo. Mereaqui — Labrador, servir. (Ver Mandamiento.) Merecaba — Perdón. Mereju — Trabajar. Mereyujequi — Jornalero. Merezuve — Jornal. Meseca — Desarmar, destituir. Meta — Noche. Metara — Sortija. Metsene — Enseñorear, heredero, he- rencia. Metsequiju — Dedicar. Meya — Chillar, chiflido. Meysurumaju — Desunar. Miatseve -- Contigo. Miatseve ecuana — Tus dos. (Ver Mandamiento.) Micuanaja — Vuestro. Mididaja — Esperma. Mije — Carestia. Mijida — Fértil. Mijidaha — lertilizar. Mijidamateve -— Desgraciadamente. Mijuaba -- Pulsar. Mina — Iingargantar. Miquia — Pu. Mire — Abatanar. Miri — Garrotazo. Misida — Sospecha. Misidajo — Sospechar. Misi deca — (xato. Misi epuna — Gata. Mita — Segunda y tercera persona de Ita. Mivecacaquemi — Desembuchar. relaciona- Muba — Temer, temor. Muda — Miedo, magestuoso. Mudama — Indigno. Mudi — Pellizcar, pellizco. Muevea — Manantial. Mui — Adorar. Muica — Etiqueta. Muijda — Ilombrachón. Muja — linchar, hinchar. Muju -- Gorgojo. Mumi — lFinamente. Muratura — IEncamizar. Muretura — Embravecer. Muruta — Descrecer. Muruuqueda — Rescoldo. Muruviru — [Encenizar. - Muti — Excrecencia. Mutsu — Desarraigar. Mutsu mutsu — Desherbar, despreo- cupar. Muy — Honrar. Muya — Dolo, forjar. Muyamaha — Desimpresionar. Muya muya — IEncantusar, fachenda, fraude, engañar, engaño, fachen- dear. Muya muyaqui —l'alaz, engañoso. Muyanama — Desengaño, desenga- ñado. Muyanamaha — Desengañar. Muyanama aqui — Desengañador. Muyda — Modestia. Muydama — Indecoroso. Muyupiji — Formal. Muza muza aqui — Dengue. N Nabiti — Banñar. Nacataha — Mojar. Nacu — Mascar. Najara— Satisfacer. Naji — Borrachera, emborrachar, em- briagar. Najiari — Crápula. Najiaridaque — Crapuloso. Nanada — Infante, infanta, joven. Napada — Desabor, desazón, insipi- dez, insulso. Napadaha — Desazonar. Napapa — líincanijar. Naposa — Desabrido. Nara — Guacamayo. Naru— Velar, cuidado, cuidar, guar- dar, observar, vigilar. Naruijaque — Naruma Descuidado, descuido, Narumaisa — Perder. Narumere — Depositar. Navaram — Albahaca. Natiri — Extraer, extracto. Neil— Lluvia, aguacero. Neijui— Llover. Neji isa — Desencantar. Nerca — Importunar. Nercaqui — Importuno. Nerecaba — Indulgente, indulgencia, libertad, limosna. Nerecaba aqui — Limosnero, miseri- cordioso. Nerecabacue — Perdonan. (Ver Padre nuestro.) Nerecabaha — Indultar. Nerecabama — Incompasivo. - Nerecabana — Perdonamos. Nerecabuta — lmancipar. Nerecabuti— Albedrío. Nerecada — TPatal, miseria, misera- ble, pobre. Nerecadama — lico. Nerecama — Caridad. Nerecuadisia — Inltimar, intimación. Nereda — Ronquear. Nerere — Ilistérico. Neretapa — Pisotear. Neri — Verdadero. Netiage — Indirecto. Netiaqueni — Desamparar. Netimere — Hospedar. Notsugeti — Fletar. Netunerema — Independiente, inde- pendencia. Ney — Aguacero. Ni—Ó (disyuntivo). Nico — Hura. Nijuamicu — Furor. Nijuamicua — Furia. Nijuamicuaqui — Furioso. Nijuanicu — Incolerizar, extasis. Nijucamaiti — Rabia. Nijucamaitiqui — Rabioso. Niju-casada — Denuedo. Nijucua — Exclamar, exclamación, Tomo XII descuidar, =I Nijuica — Descorazonar. Niju nume pureama — Deleite. Nijupa — Deplorar, gemir. Nijupaja — Deplorable. Niju pureama — Delectación, frui- ción, gloriarse. Nijuqui — Harto. Nijuquiju — Hartar, saciar. Nijuvenau — Corazonada., Nijuvenana — Golondra. Nimana — Tonto. Nime — Para. Nime ani carama — Contumacia. Nime apupudaha — IEmbobecer. Nime aputa — Delinquir, olvidar, ol- vido. Niíme aputaneti — Estupefacto, em- belesar, embeleso. Nime aputasa— Embelenar. Nime araquida — Memoria. Nime aria — Alfianzar. ¡ Nime arrarada — Dócil, docilidad. Nime atacuina —- Desahogo. Nime atada — Alable afabilidad. Nime atadama — Indolencia. Nime ataquima -— Cruel. Nime ataquimaju — Encrudelecer. Nime attacuina — Desahogar. Nimebaca — Informar, información. Nimebacaqui — Informador. Nimebicueda — Triste. Nimebijida — Donaire. Nimecanaiti — Denuesto, rencor. Nimecanaitiaqui — Rencoroso. Nimecaradama — Indócil, Nimecasadama — Melancólico. Nimecasadamaju — Melancolear. Nimecataquima — Intentona. Nime cuaiti — Encono. Nimecueja — Indicar, indicio, remor- dimiento. Nimecuinaha — Desarrollo. Nimecuita — Mansamento, dumbre. Nimecuyna — Desarrollar. Nimeda — Cimarrón. Nimedira — Parasismo. Nimediru — Entristecer, funestar. Nimeguana — Obedecer. Nimeguana aqui — Obediente. Nimeguanama -— Desobediencia, des- obediente, inobediento, inobediencia 6 manse- a NS E Nimeguanamaju — Desobedecer. Nime ida — Cortesía. Nime idaha — Congratular. Nime idama — Ferocidad. Nime idama quita — Caribe. Nimeji — Feliz, felicidad, goce, Nimejiju — l'elicitar. Nimejitseve — Felizmente. Nimejuana — Perseguir. Nimejunuda — Enfadadizo. Nimejunudama-—-Enfado, fanfarriña. Nimejunudamaha — Enfadar. Nimematseve — Desapiadadamente. Nimeneti—Comprometer, contrición. Nimenetiama — Desatención, des- atento. Nimenetiamaha — Desatender. Nimepajuda — Forcejudo. Nimepe — Distinción, distinto. Nimepe — Indistinto (si es vivo). Nimepeju -- Distinguir. Nimepidia — Unión. Nimequemi — Inficionar, deferencia, deferir. Nimequemiaqui — Deferente. Nimequi — Cortés, jovial. Nimequiamere — lesembravecer. Nimeseca — Imbuir. Nimesesa — Desobligar. Nimesisa — ltecrear, recreo. Nimetiria bacuaqui — Contumaz. Nimetavi — Dormitar. Nimetere — Desesperanzar. Nimetupu — Conyugal, excudriñar, indirecta. Nimetupu — Oración, orar, inquirir, Nime varia — Desalentar. Nime vejida — Afeminado. Nimeydama — Itncontrado. Nimeydamaha — Encontrar. Nitia — Urdir. Nitiamaquemetidyaju — Ispiritua- lizar. Nitiasicua — Dislocar. Nitimereaqui — Hospedero. Nitimeriqui — Hospederia. Noreda — lReprender. Nube — Itntrada, entrar. Nubi — Hincar. Nubia — Entran, se contienen. Nubia aqui — Introductor. Nubiaque — Ióntrante. Nubigeri nubigeri — Mluctuar. Nubimere — Introducir. Nuca nuca — Enredadera. Nuca — Corva, hatear, plegar. Nudsa — Pasto. Nunu -— Comprimir. Nuriri — Escolopendra. Nutsa — Yerba. Nutsaquini — ITerboso. Nuyu — Genuflexión. 10) Oachibiji — Subañón. Obauba — Magro. Odejaru — Pabesa. Ojeda — Nocivo. Orosi — Color. Orosiha — Colorar. p Paa — Llorar. Paamaju — Incamarse. Paca — Desaguar. Pacaca—Despeñar, abrir, caer, caida. Pacaca atiutidya — Chaparrón. Pacalco — Siete. Pacaratana — Desorden, desordenar. Pacaratanacuita — Desorganizar. Pachi — Embarbascar. Pagida — Duro, dureza. Paja — Guantada, herir. Pajada — Blanquear. Pajadaha — Blanquear. Pajidaha — Endurecer. Pajuipiji — Fornido. Pameme — Delicadez, inclinación, in- clinar. Pana — Iiscaldar, Pana ana — Conciso, concordancia. Panacana — Lacrimoso. Panaquidi canaaratseve — Descan- sadamente. Panaquiyuebamereti — Enamorar. Panatitaqui — Comulgar. Panuda — Enternecer. Panuu — Firme. Papa — Enterrar, entierro, sepultar. Paquetana — Itebosar. Parapara — Ispantajo. Paru — Corrección, despintar, expiar. O E Pasabau — llegitimo. Pasapasa — Daiía (?), gorrona. Pasau — Tosco, gris. Pasu — Derrubiar (?), infestar. Patata — Destilación, gota, goteado, gotear, gotera. Patatasa — Destilar, instigar. Patia — Centro. Patia aqueha — Despatillar. Patiani — Calle. Patiajaquea — Erogar. Patiapatia — Intermedio, interme- diar. Patsa carey—Dividir, fracción, raja. Patsatiaya maha — IEntrecortar. Patsa virida — Estrechar, estrechez. Patsedaha — Ensalobrarse. Patu — Encañizada. Paua — Imputar. Pazatsu — Empañar. Paza paza — Fornicar, fornicación. Pea cuita — Intratable. Peade — Uno. Peadia — Uno solo. Pea masa — Ademús. Peapea — Discernir, desunión. Peaqueque — Chillido. Peara — Otra. Peasa — Olros. Peatuncabeta aracama — Doce. Peca — Adelante, adelantar. Pee (0 Pec)— Lústima. Pei — Ventear. Peja — Piacer. Peje — Declinar. Peji — Declive, desnivel. Peju — Desbastar. Pelutana — Naufragar. Pene — Embarazo, cerrar. Pepa — Engomar, inquinar. Pepati — Emporcar. Peque — Ante, delante. Pere — Cobarde, distraer. Perematseve — l'rancamente. Perepereha — Enronquecer. Pererecabatiami — Descaro. Pererecadaju — Desanimar. Pererecadama — Guapo. Pererecadamaha — Guapear. Pererecadamaqui — Guapetón. Pesu — Excepción, exceptuar, exclu- siva, imperfección. Pesuju — lóxcluir. Peta — Escoger, descadillur, elegir, encargo, entresacar. Petutu — Hervir, hervor. Pezitana — Avenida, caudaloso, in- truso, inundar. Pia — Flecha. Piaqui — Ilechador. Pica — Trenzar. Piceve — Asquear. Picucua — Ribetear. Pidia — Una. Pie — Describir, descripción, eco, re- medar. Pieba — Contado, contar. Piebaqui — Contador. Piebataquima — Incontable. Piecua — Explicar. Piecue — Explicación. Pieja — Resonar. Pieju — Fortuna, tiempo. Piejuama —Inoportuno, deshora, des- acertado, desacertadamente. Piejuamajari — Despropósito. Piejubare — Pasatiempo. Piejumajaca — Itntretiempo. Piequeja — Iincaminar. Pija — Extender, carmenar, desarru- gar, excarmenar. Pijasa — Desenvigajar. Pijisa — Despedazar, extrazar (?). Pireja — Separar. Pisi — Chicharra. Pisini deca — Ciervo. Pisini epuna — Cierva. Pisivi — Anta. Pisu — Desligar. Pititubu — Decapitar. Pitu — Coger. Pivi — Verruga. Pizu — Desanudar, desatar, nar (?). Prejuama — Destiempo. Pucacada — Bala, bola. Pucapuca — Chamisera. Pucasa — Ovillar. Puceca — Ovillo. Pucu — Descascarar. Pucucu — Quebrar. Pucururu — Horrendo, horrorizar. Pucurutseve — Horriblemente. oportunamente, destre- Pucha — Fundar. Pude — Embijar. Pudeda — Rojo, vermejo, colorado. Pudedaha — Envermejecer. Puenrurusisama — Asombro. Pueque — l'ogonazo. Pueu — Romper. Pueve — Asco, basca, enaguachar. Puhuju — Acaloramiento. Puje — Nube. Pun — Chichón. Pupe — Extranjero. Pupeque — Torastero. Pupi — Afinar. Pupida —. Brunir, relucir, pulido, lucido, liso, fulgente. Pupidaju — Lucir, pulir. Pupijuspi — Centella. Puqui — Hormiga. Puquiquini — Hormiguero. Purari — Estrella. Purariquiniqui — Virmamento. Puraritizu — Exhalar. Puraritizuqui — lxhalación. Pureama — Júbilo, placer, regocijo. Pureamadura — Enhorabuena. Pureamadurama — Inhoramala. Pureama pureama — Congraciar. Pureama pureamadura — Consuelo. Purimajaca — Descorazonamiento. Purimatseve — Descorazonamiento. Puru -- Cavar. Puruti — Excavar. Pusacani — Orificio. Pusere — Sarampión. Pusesa — Caracha, llaga. Pusesaju — Llagar. Pusese — Cáncer, espundia, viruela. Pusi — Cuatro. Pusia — Falacia, mentira. Pusiaju — Mentir. Pusiama — Cierto, verdad. Pusiamama — Falsedad. Pusiamamahaqui — Falso. Pusiapusia — Chisme, chismear. Pusiapusiaqui — Impostor. Pusiaqui — Mentiroso. Pusini epuna — Cierva. Pusisa— Ulcera. Pusitunca — Cuarenta. Pusi ysu — Cuarto génito. Pusuvecaca jumaju uju — Cuartana, Puta puta -— Gazmol. Puti — Brinco, corcovo, exigencia, fo- gosidad. Putiaputa —— Herpes. Putiju — Concomerse, desalmarse, exigir. Puti putiu — Brincar. Putisa — Puga, fugar. Putitana — Saltar. Putitananubi — Invadir Putsutsu — llormiguear. Pututa — Efervescencia, exulcerar. Pututaisa — Estampido. Pututyu — Tullir. Puyu — Aplastar. estrépito, 0 Quaji — Guarda, rio. Quecque — Lamentar. Queja — A la denuncia. Quejapea — Desaviar. Quejaquena — Despedida, despedir. Quejataquique — Denunciable. Quejenati — Creencia, credulidad. Quejenetima — Intriga, fementido, incredulidad. Quejetima aqui — Intrigante. Quejiquiniari — Carilleno. Quejiquiniarida -- Prontudiu. Quejiquinicuareru — Cariredondo. Quejiquinijunu — Carilargo. Quejiyu — Admirar. Quejiyuti — Entronizar, admiración, aparato, aventajado, aventar, en- egreimiento. Quemi — Calabaza, calabacera, va- ciar, tomar, quitar, quieto, recibir, Sacur. : Quemitsabaccua — Incontestable. Quenanasati — Empatar. Quenati — Desinteresado. Quenatiama — Desinterés. Queque — Cacarear, grito. Quequeaqui — (iritón. Quequedsau — Carcajada. Quequetere — Graznar. Quequietere -- Ganir, gañido. Quere — Ilaz, agavillar, fajina, ga villa, manojo, manojear. Quesaere — Desbarbar. Quesama — Desbiurbado. Quese — Paso. Quetere —- Vocear. Quetse — Esparramado. Queterecuauju — Despepitarse. Quibeti — Ayuno, ayunar. Quicuayati — Descoyuntar. Quiduti — Apoyar, apoyo, encontrón, escabel. Quiduti isuquequemi — Desapoyar. Quiema — Contestar. Quieti — Atrocidad, fratricidio, fra- tricida. Quijacabacatibaecua — Desaplicado. Quijacabacatietseve — Desaplica- ción. Quijacabacatima — Caducar. Quijacabacatimaqui — Caduco. Quijanati — Concupiscencia, endemo- niar, fornicar, frenesi. Quijanatijaca — Desendemoniar. Quijanti — Fiero. Quijaribati — Chiste. Quijeveneti — Disipar, desbaratado, detrimento, insepulto. Quijeventi — nemistad. Quijiju — Peer. Quimepati — Implorar, desenfrenar, desenfreno. Quimicha — res. Quinana -— Salir. Quinaquinati — Lidiar, reñir. Quinarumati — Cumplir. Quinarumatima — Inobservancia. Quinarumatimajari — Desavio. Quinarumatimaqui — Inobservante. Quinati — Espera, atrapar. Quinatiigua — Esperar. Quinatijaqui — Prustrar. Quinatima — Inesperado. Quinatimere — lisperanzar. Quinati quinati — Disensión, pelcar, pendencia. Quinatiti — Riña. Quinatti — lorcejo. Quinine — Aplicar, encanastarse. Quiniqui — Ensanche. Quiniquia — Iinsanchar. Quipati — Alarido. Quique — Desgañitarse. Quirica — Carta, cartilla, estudiar, li- bro, papel. (Quichua.) (=p) Quisarati — Parla, conversar, conver- sación. Quisaratiaqui — Parlador. Quisusati — Invocar, invocación. Quivejeti — Asolar. Quiyuamati — Apariencia. Quiyuebatitseve -- linamorar. Quiyueti — Filantropía. Quiyuetiaqui — Filantrópico. Quiyuya — Absorto. R Raca — Vila. Rada — Convocar. Rajapaha — Desprender. Rafi — Liga. Rame — Y para. Ramitere — Desengrosar. Raquetana — Fractura, fracturar. Raraisa — Sacar. Rararara — Retumbar. Rarasati — Deshumedecer. Rari — Abochornar, bechorno. Raro — Partir. Raru — Graciosidad. Raruraru — Extremar, extremo. Rebu — Riñón. Recueta quina — Fino, finura. Regica, Regicada — Broza. Rejapa — Apartado, intervalo. Rejapaha— Apartar. Renazuu — Indigena. Repe — Arrastrar. Repeage — Introducir. Repeaje aqui — Introductor. Repidia — Impar. Reua — Aqui. Reue — Acá. Riaddio — Hoy. Riavecacajuque — De hoy. Ribu— Abolsado. Riburibu — Fornicante. Ricua — Imperio, ladrar. Ricuiza — Bula. Rie — Este, esta, esto. Riebarepa — Ayer. Riejurieju — Instancia. Riejuriejuju — Instar. Riepije — liscasear, escaso, exteriori- dad. Riepiji — Infimo. Rijerijima — Confiunza. Rijiriji — Desleal. Riquequiju — Entretener. Riquieveca — Hoy. Riquiqui — Entretenedor. Riri — Corromper. Ririma — Incorrupción, incorrupto, incorruptible. Riritaqui — Corruptible. Riru— Desplegar, encasar, peinar. Rirudama — Inflexible. Riruruda — Elasticidad. Risai saya — Pasear. Risi — Atar, liar, ligar, matrimonio, casar. Rivi — Resbalar. Rucu — Entremeter. Rucuarucua — Desarreglado, descom- poner, desenredar, desmesurar, dis- perso, fárrago. Rucuque — EEntremetido, entrometer. Rudu — Cojear. Rucuida — IExceder, excelencia, exce- sivo. Rucuida cuita — Excelso. Rucuidaha — Enderezar. Ruju — Desempolvar, despolvar. Rujurujuama — Dieta. Rujusa — Desfondar. Rujutana — Adelgazar. Ruma — Aplanar, descolmar, expla- nar. Ruma — Llano, plano. Rumadaha — Emparejar. Rumuicui — Degollar, degoilación. Rumusacua — Degolladura. Ruraraisa — Descomponer. Rure — Desenterrar, exhumar, exhu- mación. Rutu — Espetón. 5 Sabibidaquemi — Desmullir. Sabisabiha — Suavizar. Sabisabi — Blando, fofo. Sabu — Manosear, manoseo. Sabutira — Abarcar. Saca — Desmontar, embuchar. Sacasaca — Crespo, desmonte. Sacasacaha — Desgreñar, encrespar. Sacua — Cuchillada, herir, herido. Saisa — I'lor. Saisaati — I'lorcar. Sana — Emigrar, inliel. Sanada — Verde. Sanatana — Agonía, agonizar. Sanavica — Vara. Sapa — Curtir, herbar. Sapapa — irisipela. Sare — Pesquisar. Sareti — Buscar. Sari — Bastón. Sariri — Atomo. Saririju — Pulgurar. Secada — Claridad. Sepocaca piji — Corma. Sequi — Chapotear, escarabajo. Sicaca — Citar. Sicacada — Jarana. Sicui — Frizga. Simon ebari — Sidra. Sipi — Ceja. Siquiriquiju — Despelusar. Sirara — Desentrañar, despegar, des- pego. Siratupu — Descrestar. Sirite — Ibis. Sitara —Faltriquera, talega. Sivi — Mellizo. So — Regalar. Subarere — ltemolinearse. Subiiji — Sorbo. Sucuta — Seis. Sudiri — Desliz. Sudu — Empinar. Sumama — Pequeño. Sumamapiji — Chiquitico, leve, pe- queño. Sumamapijia — Menudear. Sunanapiji — Corpecito. Suni — Cegar, ciego. Suqui — Cosquillas. Suru — Chueca. Susu — Chupado, chupar, mumnar. Suturutana — Atractivo, captar. Sututu — Canasta, cesta. Ñ Taarazaara — Angina. Taatze — Colmillo. Tabe — llalcón. Tabiju — Pesadilla. — 063 — Tabijua — Soñador. Tabijuadeba — Soñar. Tabiqui — Dormida. Tabla ebari — Cuartón. Taca — Desollar, despellejar, macear. Tácaisa — Desatrancar. Tacapu — Aburrimiento. Tacapubu — Aburrir. Tacara — Caber, cabida, impropot- cionado. Tacariume — Pronunciar no. Tacatacaetare — Herreria. Tacatana — Cutáneo. Tacataqui — Ilerrero. Tacua — Frotar, cornada, china, en- lustrecer (?), egoismo, egoista— Ver Mita. Tacuari — Ficción. Tacuariyda — Calumniador. Tacuariydama — Calumnia. Tacuasana — Digestión. Tacuasanaha — Digerir. Tacuati — Cornear. Tacuazacuaha — líxpectorar. Tacuazanama — Indigestión. Tacure — Gallina. Tacuredeca — Gallo. Tacurenaruqui — Gallinero. Tachi—Atajar, disparate, disparatar. Tachu — Contener. Tadada — Tiritar. Tadata — Cuajada, deseguido (?), en- coger, encogido. Tahuadaha — Azulear. Tahuamu — Copaiba. Tajaja — Carrera, correr. Tajajaqui — Corredor. Taji — Acompañar. Tajiaquie — Acompañador. Tajinia — Iris. Tamasa — Avaricia. Tamasaquiqui — Avaro. Tanacacatsu — Gangrena. Tanana — Corvina. Tapi — Parpadear. Tapuza pu — Milacha. Taquiqui — lincalmarse. Tarara zarara — Gorgoritear. Tari — lilar. (Ver Ettari.) Taricani — IEEntrepechuga. Tariri — Incandilar. Taririza — Deslumbrar. Taruqui — Cabellera, lanudo. Tarutaru — Remar. Tasasa — Crujir, crujido, decrepitar. Tata — Cutis, tapia, golpe, golpear, padre, padrino, clavar ó clavado. (Ver Credo.) Tata iyeque — Parricida. Tata iyequique — Parricidio. Tatata — Tejer. Tatitida — Gallardía, garboso, ine- licaz. Tatitidaju — Gallardear, humanar. Tatitidama — Ineficacia. Tatitiquida — Humano. Tatseecatse — Dentrambos. Taupidia — Costilla. Tautau — Garceta. Tavi — Dormir. Taviari — Dormilón. Taviri — Delicado. Taysa — Despachurrar. Taza — Fermentación, jocosidad. Tazaaqui — Jocoso. Tazana — Fermentar, fermento. Tazi — Despabilar, despavesar. Te — Chacra. Tecua — I'lechar. Tecuaqui — I'lechero. Tecuatecu — Fluxión. Tecuatecua — Entrepunzadura. Tede — Lagaña. Tedeaqui — Lagañoso. Tedu — Pavo. Tei — Langosta. Teiji — Empapar. Teju — Lamer. Temudsa — Pasmar. Temuisa — Crianza, criar. Tena — Esconder, ocultar. Tepatse — Cuqui (?). Tepe — Horquilla. Tepi — Desquejar, despajar, despa- jadura, desgajar, desgajadura. Tequi — Escobazón. Teravica — Deshilar. Tere — Decadencia, perecer. Tereaqui — Finito, finita. Terebaecua — Iternidad. Terebare — Consumar, consumación: Terebucquie amaquie — (Que no se acaba. (Ver Credo.) Terema — Infinito. — (0% Terena — Cesar. Terequemi — Destripar. Teri — Conseguir, emular, emula- ción. Tericueja — lábula, ganzúa. Terida — Chasco. Teridaha — Iinaceitarse. Teriha — Aceite, aceitar. Terimere — Encarcelar. Teriquini — Aceitera. Teru — Cangrejo, descuazar. Teta — Escudilla. Tetapiji — Jicara. Teteju — Guachapear. Tetete — Fogata. Tetiejetie — Descaecimiento. Tetiejetieju — Descaecer. Tetu — Descostrar. Teusutura — Adoptar. Teve — Con, ennegrecer. Teveu — Hosco (T' ó Z). Tia — Dar, entrega, entregar. Tiacarama — Negar. Tiama — Denegación. Tiamamaataquima — Innegable. Tianatiana — impollar, enclnecar. Tianuca — Restituir, restitución. Tiatia — Abastecer. Tiatiazeve — Abastecimiento. Tiatique — Abastecedor. Tibeneaje — Recular. Tibenetapa — Patear. Tibetaha — Forrar. Tibipidia — Hebra. Tibu — Porque, timón. Tibupaja — Aurora. Tibupajata — Crepúsculo. Ticacada — Bulla. Ticua —- Apagar. Ticuaisaqui — Apagador. Ticuaqui — Apagador. Ticuataquima — Inapagable. Tiducu — Bazo. Tiduini — Balsa. Tieu — Engorro. Tii— Tupir. Tijaquida — Abrasante, atizar. Tijitijiju — Hollar. Tijuca — Fortalecer. Timaraque — Despaldillar. Time — I'stirar. Timebari — I'stirón. Timeda — Denso, humedad, lejía, densidad. Timu — Pernal. Tini — Cotorra. Tipe — Incluir. Tipe beta ha — Aforrar. Tipema — I'ranco, generosidad. Tipemaaqui — (Generoso. Tipepequeme — Desaforrar. Tipequi — Ingratitud, ingrato. Tipesi — Tiibano. Tipi— Embarrar, emplasto, filandria. Tipita — Enviscar. Tipuisa — Dorso. Tiquedaha — Embarnnizar. Tiquida — Rubio. Tiquiniquini — Balsar. Tira — Copete, crin, Tira adadaha — Iincrestarse. Tiraqui — IEmpenachado. Tiria — Enjugar. Tiriatiria — Consunción. Tiriatire — Acabar. Tiriautaque — Acabable. Tiriri — Araña. Tiritaha — lirradicar. Tirura — Abrasar. Tita — Encabriar. Titaca — Atravesar, horadar. Tite — Cúmulo. Titemura — Jabón. Titunuda — l'ortaleza, Tiubu — Corto. Tivenetapa — Coz. Tizara — Pragante. Tizi — Dejugar, moquear, estrujar, exprimir. Tizutubu — Despezonar. Toro cacacamaquis — Buey. Tributo — Parias. Ts — [Casi debería ser letra aparte. Ed.] Tsabuna — Dorado. Tsaburiburi — Farfantón. Tsacaqui — Grosor. Tsacua — Cuchillar. Tsacute — Guayaba. Tsage — Desbrozar, desbroce, des- pajar. Tsajajani -— Deporte. Tsamasa — Apet2cer, apetencia, Tsamatzama — Inapctencia. A Tsamere — IHazmereir. Tsanaqui — (rotoso. Tsape — Aniquilar, desparramar, as- tilla. Tsapecarama — Conservar, conserva- ción. Tsapecaramaqui — Conservador. Tsapepeisa — Iifundir, efusión. Tsapetana — Derrota, derrotar. Tsapetanaha — Difundir. Tsapuna quemi — Desmeollar. Tsaruquiju — Empelar. Tsarutiunutuini — Desmonar (?). Tsasa — Convulsión. Tsati — Dardo. Tsatitida — Diligencia, diligente, cfi- caz, eficacia. Tsauvica — Deshusar. Tse arida — Dentudo (?). Tsebaruda — Dentón. Tsema— Desdentado. Tsema amere — Desdentar. Tsepariri — Dentera. : Tsequeda — Deslucir, deslucido, ¿s- pero. Tsequi — Dentado. Tsequiju — IEndentecer. Tsereji — Desbarrigado. Tsericuina — Ingordar. Tserida — (Gtordura, embaucar, dis- fraz, Tseridaha — Disfrazar. Tseriqueme — Desengrasar. Tseu — Dedada, gusto, gustar. Tseuana — Afilar, afilado. Tseuma — Disgusto. Tseuma ati — Disgustar. Tseveda — Negro. Tsevene — Denegrecer. Tsicua — Desviar. Tsucacaqui — Grana. Tsucacaquiha — Granar. Tsucuqui — Cuadro. Tsudu — Hipo, hipar. Tsuge—Gratificar, gratificación, com- pra, Mete, costar. Tsugearida — Iincarecer, costoso. Tsugeti — Costear. Tsugi — Embeber. Tsuja — Ungusanarse. Tsuje — Galardón, ealardoncar. Tsuju — Gusano. Tomo XII Tsujuaqui — Gusanera. Tsume — Estrenar estreno. Tsumuta — Detención, detenido. Tsumutasa — Detener, diferir. Tsunutati — listada. Tsuripetsuripeaqui— (rorgeador. Tsuru — Guiñar, guiñada. Tsurutsa — Encuentro de un rio [Jun- tas]. Tsuu — Cuzcuz. Tuaquedyaha — Embrujar. Tuaquejari — Embargar. Tuaquequeju — Dimanar. Tuara — Derechura. Tuatzeve — Conmigo. Tuatsevequie — Fraterno. Tubaqui — Iimpeinoso. Tubu — Destroncar. Tububusa — Destrozar. Tucujunuda — Cuadrilongo. Tucuquia — Cuadrar. Tucuquipusi — Cuadrilorme. Tucuquiri — Crusticeo. Tucha — Encender, encendido. Tudia — Mismo. Tuenidia — litesa Tui — (Gollete, pescuezo. Tuinu — Lombriz. Tuirami — Cogote. Tuiraque — Desnucar. Tuja — Suyo. Tujabave — Uso. Tujaque — De él, de ella, de ello, su, suyo. Tujaquie — Tuyo. Tujucca — Cresa. Tumeque tumeque — En viciar. Tumetupu — Como. (Ver Padre Nues- bro.) , Tumetupua — Fquivaler. Tumidia — Ahi, helo ahi. Tumu — Piedra. Tumu camare— Apedrear. Tumuebari — Peña. Tumuepire — Iimpedrado. Tumuna — IEncorralar. Tumupire — Ilmpedrar. Tunca — Decena, diez. Tunca peada aracana — Once. Tunca peada arana — reco. Tuni — Cerviz. Tunu — Grupada. — 66 — Tununusa — Doblegar. Tununutana — Corvo. Tupari— Chicha. Tupari alare — Chicharca. Tupidia — Sólo, único. Tupu — Bastante, cabal, caso, cote- jar, jeme, jeringa, medida, moldar, molde. Tupuaequiquie — Medidor. Tupucuadiia — Jeringar. Tupuju — Limitar. Tupujuju — Ultimo. Tupupidyazi — Cada. Tupupijdiazi — Contacto. Tupupiziama — Designal. Tuputajo — Suplir. Tuputseve — Contemporineo. Tuputsuama — Intemperancia. Tuque cama ipe eju — Codicia. Tuquipusi — Cuadriforme. Tuquiri — Urustáceo. Tura — Desentonación, desentonar, cántaro. Tura — Il. Turatseve — Desentonadamente. Turatura — lisonancia. Turaturaha — l|disonar. Turipeturipe — (¡orgeo. Turipeturipea — Gorgear. Turu — Coyuntura. Turuisa — Quemar. Tuse — Cuzcuz. Tuseda — J.epra. Tusu — P'rueno. Tuta — Solo, aparte. Tutacati — nsalzar. Tutaquietiju-- Suicidio. Tuti — Garza, despestañar. Tutsu — Coser, ensartar, hinchazón. Tutsutere — Inflamación. Tutsututsu — Costura. Tutu — Descantear, Embotar. Tutuetere — Inflamar. Tutuga — Palpitación. Tuturu — Cascabel. Tuu — Tórtola. Tuyu — Linea, recto, enfrente, dere- cho. Tuyuju — Linear. Tuyunetiju — Enflar. Tuzujaca — Desmamar, destetar. U U— Chocolate. Uabaru — Cerro, cuesta. Uaca — lIlerbolado. Uacaviti — Latigazo. Uacuro — Concejo. Uajaca — lxpalriarso. Uana — liscuerzo. Uaraia uaria — Duda, escrúpulo. Uariauariaha — Escrupulizar. Uariauariaqui — Mscrupuloso. Uasicana — lDespearse. Uatsibetacuauju — Despatarrarso. Uasipenu — Jíste vado. Uazeze — Hurón. Uazezecho — Iluronear. Uba — lispuma. Ubaasa — Babear, baba. Ubahaqui — Baboso. Ubaquemiqui — spumadera. Ubazuru — lispumar. Ubu — Iinseñar. Ucuru — líscara. Uctizura — Levantar. Ucuzana — (Grajo. Ucha — Delito (quichua). Ucha arida — Crimen. Uchama — Disculpa. Uchamaha — Disculpar. Uchani — Avestruz. Uchaqui arida — Criminal. Ucha utaquima — Impecable. Uchuri — I'laco. Uda — Resplandor. Uda uda — Alba. Ude — Candela. Udi ebari — Cirio. Ude eduqui — Pábulo. Udu— AAsar, asar en parrilla. Ududo — Plumero. Ududu — Vello. Ueuzana — Grajo. Ufata — Catarral. Ugeda — Dolor, dolorido Ugegeya — Insulto. Ugegeyaha — Insultar. UViji — Moco. Uinida — Barroso. Uivecaca — PDespechugar. Uja — Barroso, incorporar. Ujeba ujeba — Insidiar. Ujeda — Morlilicación, tormento. Ujedacanaiti — Odiar, odio. Ujedaha — lastimar. Ujedamere — Molestar. Ujedamerejoque — Molestador. Ujeje — l'pidemia, peste. Ujejebacua — Impasible, impasibi- lidad. Ujejeda — Dolencia, pleuresia. Ujejeda ari — Iinfermizo. Ujejedaju — I'nfermar. Ujemudia — Iimponzoñar. Uje ujetseve — Condolerse. Ujije — Vaho. Uju — Soga, cordel, cuerda. Ujurisi — Incordelar. Uju uju — Tos, catarro, lodo, lodazal. Ultiri — laiz. Uma — Ver Huya uma. Umaha -—- ncrudecer. Umaja — Pabaco. Umaja aqui — Fumador. Umajaha — l'umar. Umajaquini — Pabaquera. Umanana — Policia chica. Umanasa — Doblar. Umanaysa — lingendrar. Ume— No (prohibiendo). (*) Umibi — Itubo: Cea (cola ?). Una —Jeren, lienzo, ropa, tela. Une — Secundina. Upaju — Sentir. Upati — Ave, helera, pújuro. Upeupe — Discordia. Upeupeha — Discordar. Upu -— Población. Uqueda — Ualor. Uquejanajanaha — Ióntibiar. Uquena — Calentar. Uqui— Para. Uquijanana — Verano. Ura — Calar, escudillar, sequedad. Uracanasa — Imponer. Ure — Il'lexible. Urecacana — Chocarreria, Urecada — Uhunza. Urecada aqui — Chancero. Urecadama — Desalabar. Ureca urecaha — Chancear. Urecaujuuju — Destoser. (1) Ver Mandamientos de Dios. Uri — Iuir, podrir, desleir. Uria — Incomodar, incomodidad. Uria uaria — Incertidumbre. Uria uariaqui — Dudoso. Uria uria — Incierto. Uriaya — lóxquisito. Uriria — Empulgar. Uririataquimaju — Entorpecer. Urisa — I'undir, disolver, chorrear, descuajar. Uruva — lscurrir. Usicua -- Contagiar, contayioso. Usitaque — Despernarse. Usuada -— Mucho. Usuri — Delgado. Usu usu — TVericia, biricia. Utaquima — Vedado. Utaquique — Licitamente. Utsa — Lavar. Utsaquini — Lavadero. Utya — Iimbetunar. Utza — Bendecir, bendición. Utzama — (tentil, gentilidad. Utzamaju — (rentilizar. Uu — (Grosura, tórtola. Uuacani — Cueva. Uuachipusi — Cuadrúpedo. Uvenahaqui — Gestero Uveu — (resto. Uvia —Silbar. Uyu uyu — (ireda, barro. Uyu uyuquini — Barrizal. Uzaya — lavando. Va -— Sembrar, plantar. Vaari — Escañuelo. Vacabacati — logar. Vaha — Plantar. Vaisvenanaque — Planta. Van — Pardo. Vana — Escapar, escapada, escape. Vanayaque — Mujer casada. Varere— 'ilubear. Vareremica — Destornillar. Varime — llierro. Varituiruru —Codorniz. Varu — Desconcertado, desconcierto. Vayo -— Torcer. Vayu — Iinvolver. Veca--l'ulgor, iluminar, iluninación — 68 — Veca abacatana — Delinir. Veca abacatana aqui — Definidor. Vecabaro — larol. Vecaca — Día. Vecacamajucabatiaque — Madru- gón. Vecada — Clara, claro, farol, horizon- te, lumbre, luz, transparente, ralo. Vecadaha — Luminar. Vecadaquetuyo — Radio. Vecaisa — lellejar, ilustrar, insinua- ción. Vecatana — Aclarar, esclarecer, fan- btasia. Vecatena — Desamar. Vecuisa — Destapar. Vede — Abolladura. Vedeu —Abollar. Vejata — Deshinchadura. Vejidaju — Destemplar, destem- planza. Vena — IHozar. Venana — Apurar. Venana baccua — Pausado. Venanada —Atolondrado. Venanama — Pausar. Veneaqui — Pinta. Venevene—Apuntar, escribir, pintar. Veni — Sur. Venida — Ligeramente. Venidama — lechoria, insolencia. Verepacaisa — IEntreabrir. Verere — Marco. Verime — l'ierro, instrumento. Verimeuju — Alambre. Verimi dumi — lerrin. Veririaqui — Reja. Veru — Antiguo. Veruru — Sudar, sudor. Vesa — Nadar. Vesa aqui — Nadador. Vetatunca — Veinte. Veu — Acción, accionar, ademán. Veydeca — Paloma. Veyepuna — Paloma. Vezataquima — Insoportable. Vica — Destejer, destramar, anzuelo, arrancar, desdorar,.despojar. Vicadada — Verga. Vicumu — Chato. Vidada — Veloz, velocidad. Vidseda — Muy luciente. Viitu -— Evadir, evitar. Viitutaqui — Iivitable. Vija — Brotar, brote. Vijida — Picazón. Vijidaba — Descar. Viji sucururu — Mucoso. Viji tutana — Despechar, despecho. Vima — Desnarigado. Vimaha — Desnarigar. Vina — Murciélago. Vini — Cera. Vinipeta — Descerar. Vinu —Cabecear. Vinujuyaque — Modorra. Vipuchi — Bruces. Vipuchiju — Fúnebre. Vipuchita — Gacho, gacha. Vipuchitana — Cabizbajo, sonrojo, sonrojar. Vipuchitanama — Desamarrar. Vira — Desbeber, orinar, orina. Vire — Gonorrea. Viria — impalagar, encalabrinar, fas- tidiar, fastidio, fastidioso, instable, inconstante, inconstancia, inquieto, inquietud. Viriama — Constancia, inmortificado, inmortificación. Viriamaqui — Constante. Viriaju — Inquietador. Viriri — lístaresa. Virua virua — Descomponer. Viruviru — Desadorno, desarreglar. Viruviruyu — Desaderezar. Viruya — Illachadura. Visu — Pudor, vergúenza. Visuaque — Vergonzoso. Visutada— Desvergienza, ilícito, des- vergonzado. Visutadatseve — llicitamente. Vitisa — Acopiar. Vitotubu — Desmochar. Vitutubu — Despuntar. Viuviu — llonda. Vivipa — Gavilán, águila, esparván, luisán. Vivipaviri — Gierifalte. Viyeguani — Nieve. Viyutada — Impudencia. Viyutada aqui — Impudente. Viyuviyu — Cordelazo. Vizu— Erubescencia. Zaaqui — lisa. Zabu — Guura. Zamaqui — Meilicina. Zamaquie — Medicamento. Zanacacatsu — Giangrena. Zani — Mosquito. Zapa — Guisar, guiso. Zarama — Gaviota. Zataqui — Reible. Zataquijo — leir. Zatitidaju — lHumanar. Zatitiquida — Jlumano. Zatsucaiti — Rata. Zauada — Azul. Zeca — Garraliñar. Zegizegi — Cohabitar, coito. Zsen — Gustar, gusto. Zepe — Iorquilla. Zereji — Iípido, rápidan: ente. — 09 — Zericuina — Pelechar. Zeta — Contemplación. Zetaha — Contemplar. Zetahaqui — Contemplador. Zeveu — llosco. Zicacada — Bulla, ruidoso. Zictava ebari — Saca. Zicuya — Remendar. Zigeguani — Neblina, niebla. Zimeda — Humedad. Zina -— Gama. Zinadeca — Gamo (macho). Zipi— Remendar, soldar, unir. Zira — Penacho. Ziraru — Infragante. Ziri — Rasgar. Zisicui — Sauce. Zitara — Saco. Zuje — Perdonado. Zujeju — Vengar. Zun — Ombligo. Zura — Subir. a e ME 0 h O h VOCABULARIO CASTELELANO=CAVINENO A — Adverbio Ju. Abajo — Emaque. Abalorio — Irine. Abandonar — Capeinimelti. Abanicar — Cape. Abanico -- Epiqui. Abaratar — Etzugebute. Abarcar — Sabutira. Abastecedor — Tiatiqué. Abastecer — Tiatia. Abastecimiento — Tia tiazeve. Abatanar — Miri. Abatir -— Canime bucuti. Abdomen — Ettuba. Abeja — Guaja. Abejón — Ecuaruna. Abertura — Detza. Abandonamiento — Asadajebe. Abandonar — Asada. Abocar — Dadu. Abochornar — Rari. Abofeteador — Cabupajaqui. Aboletear — Cabupaja. Abolsado — Ribu. Abolladura — Vede. Abollar — Vedeu. Aborrecedor — Bajiyuramaqui. Aborrecer — Bajuyucamaha. Abortar — Ipa. Aborto — Ipa. Abrasador — Etirisaqui. Abrasante — Tijaquida. Abrasar— Tirura. Abrazar — Camacaca. Abrazador — Camacacatiaqui. Abrazo — Camacacati. Abrigar — Gucucu. Abrir — Pacaca. Absceso — Dachibu. Absorber — Duza, suji. Absorto — Quiyuya. Abstenerse — Curuma. Abstinencia — Curuna. Abuela — Anu. Abuelo — Baba. Abundancia — Ayda. Abundar — Aydaju. Abundante — Humadaqui. Aburrimiento — Tacapu. Aburrir — Tacapuhu. Acá — Reue. Acabable — Tiriautaqui. Acabar — Tiria, tire. Acaloramiento — Puhuju. Acariciar — Emeja cuajeju. Acción — Veu. Accionar — Veu. Aceite, aceitar — Teri —teriha. Aceitera — Teriquini. Acertador — Abacaysa quiaqui. Acertar — Abacaisa. Acido -— Acuda. Acierto — Cadebatiaqui. Aclamar — Capuri. Aclarar — Vecatana. Aclimatarse — Baha. Acometer — Camure. Acompañador — Tajiaquie. Acompañar — Taji. Aconsejador -- Cacuejatiaqui. Aconsejar— Cacuejati. Acopiar — Vitisa. Acostumbrar — luadyayuaju. Achacoso — Cadumahaquie. Achaque — Cadumati. Achicar — Emajacaha. Achicharrar — Aracadaha. Achiote — Ematiecui. Adelantar — Peca. Adelante — Peca. Adelgazar — Rujutana. Ademan — Veu. Además — Pea masa. Adentro — Equiniju. Adiestrar — Ararada. Adivinar — Cadebati. Adivino — Cadebatiquie. Admiración — Quejiyuti. Admirar — Quejiyu. Adolescencia — Capaiti. Adoptar — Teusutura. Adorar — Mui. Adornar — Cabaeti. Adulación — Dujiaqui. Adular — Duji. Adulterar — Ijauatena. Adúltero — Ijauatenaqui. Adversario — Camaqueiti. Advertencia — Idada. Advertir — Idada. Aechadura — Viruya. Afabilidad — Nime atada. Afable — Nime atada. Afán — Cavenana. Afanarse — Cavenana. Afanoso — Cavenanaqui. Afear — Casiti. Afectar — Cadaruti. Afecto — Iguequiti. Afeminado — Nime vejida. Afianzar — Nime aria. Alfilado — Tseuana. Aíilar — Tseuana. Afinar — Pupi. Afinidad — Baquima, Afligido — Inimepea. Aflojar — Acacasa, opai. Aforrar — Tipe beta ha. Afortunado — Bibiaqui. Afrenta — Iumeriama. 72 — Afrentador — Iumeriaqui. Afrentar — lumeria. Aoacharse — Tununutana. Agarrar — Ina. Agarradero — Inaisuqui. Agavillar — Quere. Agil — Atada. Agilidad — Atada. Agitación — Canajeti. Agitar — Canajeti. Agonia — Sanatana. Agonizar — Sanatana. Agradecer — Daidiquida. Agraviar, agraviado — Canaeti. Agriar — Acudaha. Aorio — Acuda. Agua — Ena. Aguacero — Ney. Aguantar — Ina. Aguardar — Igua. Aguijón — Etimacuija, Aguila — Vivipa. Agugero — Cani. Aguja — Etsucuija. Agusanarse — Tsuja. Ahí — Tumidia. Ahijado, ahijada — Ebacuapuji. Ahora — Ihacua. Aire — Cuejiji. Ajeno — Ecuiquiama. Ají — Biju. Ajustar — Cacipiti. Ala — Iu, queja. Alabar — Curecati. Alacrán — Ajipa. Alambre — Verimeuju. Alar — Beji. Alargar — Bare. Alarido — Quipati. Alba — Dauda. Albahaca — Navaran. Albedrío — Nerecabuti. Alborotado — Cacicati. Alborotador — Cacicatiaqui, Alborotar, alboroto — Cacicati. Alborozar — Cazomiti. Alborozo — Epuripuriama. Alcahuete — Cabati cabati. Alcahuectear — Cabati cabatiha. Aliento — V. Ilaliento. Aniquilar — Tzapo. Ano — Busucani. Anoche — Iuchine. Ansia — Buriri. Ansiar — Buriri. Anta — Pisivi. Ante — Peque. Anteanoche — Iluehine. Anteayer — Iubarepa. Antepenúltimo — Idiaque. Anteponer — Icucue. Antes — Icucue. Anticipación — Icucue. Antiguo — Veru. Antojar — Ababaquida. Antojo — Ababaquida. Anublar — Caputi. Anzuelo — Vica. Añadir — Ada. Año — Mara. Apacentar — Buimare. Apacible — Adebabada. Apaciguar — Abacasa. Apagador — Ticuaqui, ticuaisaqui. Apagar — Ticua. Apalear — Adia. Aparato — Quejiyuti. Aparecer — Cadujuneti. Aparejar — Cabeti. Apariencia — Quiyuamati. Apartado — Rejapa. Aparltar — Rejapaha. Aparte — Tuta. Apasionado — Iyue. Apasionar — Iyue. Apedrear — Tumu camare. Apenas — Chamacama. Apetecer — Tzamasa. Apetencia — Tsamasa. Apetito — Bejimasa. Aplacar — Cabacasati. Aplanar — Ruma. Aplastar — Puyu. Aplicar — Quinine. Apostema — Bujutsu. Apoyar — Quiduti. Apoyo — Quiduti. Apreciar — Bijidaba. Apreciar — Aequevequienaju. Aprecio — Bijidaba. Aprehensión — Badetsura. Aprender — Babeju. Apresurar — Bajasa. Apretar — Nai. Tomo XII Apvisa — Bajasabisa. Aprobación — Cadebati. Aprobar — Cadebatiju. Aprovechar — Idajuquiju. Apuntar — Venevene. Apurar — Venana. Aquel — lueque. Aquella, aquello — lueque. Aquí — Reua. Araña — Tiriri. Arañar — Cajeviti. Arbol — Ecui. Arbusto — Ecuiviri. Arcilla — Mechi. Arco — Etununu. Arder — Yuju. Ardilla — Danapa. Arista— Cuijada. Arrancar — Vica. Arrastrar — Repe. Arremangar — Ibu. Arrepentirse — Yujaca. Arvriba — Ebarruque. Arrinconado — Ichubujuja. Arrinconar — Ichubuja. Arriscado — Camubatiba esu. Arrodillar —Chichucatineti. Arrojado — Ecuadyama. Arroyo — Esepere. Arrozal -- Arrosoquini. Arruga — Bibutana. Arruinar — Chicuaretana. Asa — Einaqui. Asado — Udu. Asador — Eriduqui. Asar en parrilla — Udu. Asar en brasas — Cuabi. Asco — Pueve. Aseado — Bujema. Asear — Bujemaha. Asemejar — Batapiziju. Asentar — Anibute. Aseo — Bujema. Asesinar — Guanabute. Asesino — Guanabutequi. Asi — Aida. Asiento — Anibute. Asistencia — Abacama. Asistir — Abacamaha. Asolar — Quivejeti. Asomar — Cuaji. Asombro — Puenrurusisama. Aspereo — Tzequeda. Aspirar — Cana. Asquear — Piceve. Astilla — Tsape. Astucia — Cahadebate. Astuto — Cahadebatiaqui. Asustar — Enisati. Atajar — Tachi. Atar — Risi. Atención — Inimetupu. Atender — Inimetupu. Atizar — Tijaqueda. Atolondrado — Venanada. Atomo — Sariri. Atracar — Dajicadaju. Atractivo — Suturutana. Atrancar — Iduti. Atrapar — Quinati. Atrás — Etibene. Atravesar — Titaca. Atrocidad — Quieti. Atroz — Daneteresna. Aturdido — Camereti. Aumentar —- Epidyameha. Aún — Amafari. Aunque -— Datse. Aurora — Tibupaja. Ausente — Chicuaretana. Auxiliar — Aequereti. Avaricia — Tamasa. Avaro — Tamasaquiqui. Ave — Upali. Avenida — Pezitana. Aventajado —Quejiyuti. Aventar — Quejiyuti. Averiguar — Cuajiti. Avestruz — Uchani. Aviar — Ebajequeu. Avío — Ebajeque. Avisar — Cuejeti. Aviso — Cueja. Avispa — Bira. Ayer — Biebarepa. Ayuda — Cuare. Ayunar — Quibeti. Ayuno — Quibeti. Azotar — Catza. Azote — Catzaquiquie. Azucar — Guajadaque. Azul — Zauada. Aznlear — Zahuadaha. Azuzar — Isai. O E B Baba — Ubaasa. Babear — Ubaasa. Baboso — Ubahaqui. Bailar — Casameti. Buile — Casameti. Bajar — Bute. Bajo — Barudama. Bala — Pucacada. Baladrón — Cuauda. Balance — Dadu. Balancear -- Dadu. Balanza — Etupuqui. Baldón — Ducu. Baldonar — Ducu. Balsa — Tiquini. Balsar — Tiquiniquini. Balsear — Ecarequeli. Balsero — Etaruquiquie. Balumba — Eradaqui. Balumbo — Atada. Bandada — Cuare. Bandullo — Etuba. Bañar — Nabiti. Baño — Enabitiqui. Barato -— Etzugebute. Barba — Ecueducu. Barrizal — Uyu uyuquini. Barro — Uyu, uyu. Barroso — Uinida, Basca — Pueve. Bastante — Tupu. Bastón — Sari. Basura — Itucu. Bayeta — Alumila. Bazo — Tiducu. Bebedor — Iquiaqui. Beber — Igi. Bebida — Eigiqui. Bejuca— Cunu. Bejucal — Cunuquini. Bendecir — Utza. Bendición — Utza. Benignidad — Evecaquie. Benigno — Evecaqui. Besar — Iru. Beso — Iru. Bien — Ida. Bienestar — Idaani. Bienhechor — Ainequi. Bienquerer — Idabijida. Bienquisto — Idabijidanacua. Bienvenida — Idaquipararetida. Bigamia — Abemaju. Bigote — Cuatsa, biti. 3isabuela — Anuutsecua. Bisabuclo — Baba utsecua. Blanco — Pajada. Blando — Sabisabi. Blanquear — Pajadaha. Blasfemar — Ana y dama. Blasfemo — Ana y dama. Boca — Ecuatsa. Bocado — Bujipidia. Bochorno — Rari. ole — Ejasa. Bofetada — Banapaja. Bofetón — Casada banapaja. Bola — Pucacada. Bolsa — Citara. Bonanza — Ejicuina. Bondad — Idaque. Boquear — Canejetí. Borrachcra — Naji. Borracho — Canijuquisati. Bosque — Equique. Bostezar — Caadsanacati. Bostezo — Caadsanacati. Botar — Igeve cuina. Botarate — Cadebati bascua. Botón de flor — Cabinituriti Bramido — Camureti. Brazo — Ebi. reva — Catzati. Breve — Masadama. Brincar — Putiputiu. Brinco — Puti. Brotar — Vija. Brote — Vija Broza — Regica regicada. Bruces — Vipuchi. Bruja — Ecadeneti. Bruñir — Pupida; muy luciente Vid- seda. Buche — Emive caca. Bueno, buena — Aida. Buey — Toro cacacamaquis. Bufar — Cajiruti. Bulto — Atada. Bulla — Zicacada. Burbuja — Cubutana. Burbujar — Cubutanaha Burla — Ricuiza. = / E 0) => Burlar — Ijariba. Buscar — Sareti. Cabal — Tupu. Cabecear — Vinu. Cabecera — Iyucaicuqui. Cabellera — Taruqui. Cabello — Etsaru. Caber — Tacara. Cabeza — Iyuca. Cabezada — Ebanaviti. Cabida — Tacara. Cabizbajo — Vipuchitana. Cabo — Evicuabu. Cacao — Cuajeri. Cacaotal -- Cuajeriquini Cacarear — Queque. Cachaza — Bicaca. Cachete — Ettamu. Cachorro — Eve. Cada — Tupupidyazi. Cadiver — Emaju. Cadavérico — Emajanatzu. Caducar — Quijacabacatima. Caduco — Quijacabacatimaqui. Caer — Pacaca. Cagada, cagar — Dumi. Cagadero — Dumiquini. Caida — Pacaca. Caimán — Matuja. Caimiento — Ime. Calabacera -— Quemi. Calabaza — Quemi. Calambre — Casibuti. Calar — Ura. Calavera — Iucatadarara Caldo — Ename. Jalentar — Uquena. Calentura — Bara. Caliente — Uqueda. Calma, calmar — Yuri. Calofrío — Basu. Calor — Uqueda. Calumnia — Tacuariydama. Calumniador — Tacuariydamaqui. Calva — Dacaca. Calvo — Dacacaqui. Calzado — Epapa. Callar — Abacataha. Calle — Patiani. AS Cuma — Etaviqui. Camurón — Bisuri. Cumbiar -— Cacuareti. Caminar — Agcage. Cumino — Edigi. Cumote — Canucaji. Canasta — Sututu. Cáncer — Pusese. Canción — Eru. Candela — Ude. Cangrejo — Teru. Canilla — Enatsimaretsau. Canoa — Cuaba Canoero — Ettibuimaqui. Canoso — Ejanane. Cansado — Cana. Cantar — Eru. Cántaro — Tura Cantor — Eruaqui. Jana — Bue. Capaz — Eaqui. Capricho — Adeba. Captar — Suturutana. Cara — Ebutsequini, Ecueiqui. Caracol — Emu. Curacha — Pusesa. Carbón — Etirutzeve. Carcajada — Quequedsau. Carcoma — Amaveruru. Carestia — Mije. Carey — Patsa. Carga — Eabuqui. Cargamento — Zita. Cargar — Abu. Caribe — Nime idamaquita. Caricia — Ijamia. Caridad — Nerecama. Carifruncido — Ejuquitana. Carigordo — Jujida. Carilargo — Quejiquinijunu. Carilucio — Butsepiquinipupu. Carilleno — Quejiquiniari. Carinegro — Butsepiquinitseve. Cariño — Ijamia, dana. Cariñoso — Ijamiaqui. Curiredondo —Quejiquinicuareru. Carmenar — Pija. Carnada — Emiuaqui. Carne — Erami. Carníivoro — Eramibi. Carnosidad — Eramicuinana. Carrera — Tajaja. Curta — Quirica. Cartilla — Quirica. Casa — Ettare. Casada — Caneti. Casado — Cananelti. Casamiento — Casiriti. Casca — Ematinatsau. Cascabel — Tuturu. Cáscara — Ebiti. Casi — Geri. jaso — Tupu. Caspa — Ejara. Casta — Ata. Castidad — Cajaracatima. Castigar, castigo — Catsa. Casto — Cajaracatima. Catarral — Ufata. Catarro — Uju-uju. Caudaloso — Pezitana. Causa — Eaqui. Causur — Eaquiju. Cautela — Cadaiti. Cautelar — Cadaiti. Cauto — Cadaitiaqui. Cavar — Puru. Cavilar — Gietana. Caza, cazar — Babi. Cea — Umibi. Cebar — Iveyve. Cebo — Ive. Cedazo — Irare. Cedro — Batsara. Cegar -— Suni. Ceja — Sipi. Celar — Caaisare. Celebro — Barere. Celibato — Cabetima. Cena — Educa, ara. Cenar — Ara. Ceniza — Ettiquimuru. Centella — Pupijuspi. Centro — Patia. Ceño — Ecueyquinimuyza. Cera — Vini. Cerca — Apaidama, coeti. Cercado — Coeti. Cercanía — Apaidama. Cercar — Esipiqui coeti. Cerda — Etsaru. Cerner — Aja. Cernicalo — Yeve. Cerrar — Pene. Cerro — Uabaru. Cerviz— Funi. Cesar —Ferena. Cesta — Sututu, itti. Cia — Umivi. Cicatriz — Ipi. Ciego — Suni. Cielo — Barepa. Cientopiés — Mapacui. Cierto — Pusiama. Cierva — Pisini epuna. Ciervo — Pisini deca. Cima — Ematina. Cimarrón — Nimeda. Cintura — Ettima. Circuito — Catabuti. Circunstancia — Abacama. Circunstante — Abacama. Cirio — Ude ebari. Citar — Sicaca. Clara — Vecada; clara de huevo — Euajeve. Claridad — Secada. Clarificar — Enageve. Claro — Vecada. Coagular — Edtuda. Cobarde -— Pere. Cobrar — Manuademe. Cocer — Duca. Cocido — Duca. Cochino — Cuchi. Codicia — Fuque cama ipeeju. Codo — Isurumumu. Codorniz — Varitiururu. Coger — Pitu. Cogitabundo — Inimetupu. Cogote — Fiurami. Cohabitar — Zegizegi. Coito — Zegizegi. Cojear — Rudu. Cojo — Eruduqui. Cola — Ina. Colar — Aja. Cólera — Canaiti. Colgar — Bade. Cólico — Capucacati. Colmar — Camanane. Colmillo — Yaatze. Colmo — Camanane. Color — Orosi. Colorado — Pudeda. Colorar — Orosiha. Collar — Epire. Comadreja — Majavizi. Comedimiento — Icuenene. Comenzar — Aba. Comer — Asa, Comeler — Cuare. Comezón — Eviaque. Comida *— Edduca. Comitiva — Ecarenequie. Como — Bucha. Como quiera — Chamacama. Compañero — Edure. Compañia — Ecarenequie. Completar -— Inarumaju. Completo — Inaruma. Complexión — Ani. Cómplice — Ebudze. Componer — Bajeje. Composición — Inime. Compostura — Cabajejeti. Compra — Tsuge. Comprender — Adeba. Comprensible — Eadebaqui. Comprimir — Nunu. Comprometer — Nimeneti. Compunción — Inime iduu. Comulgar — Etaeta Jesucristoja quemi. Comunicar — Casapidyati. Con— Feve. Concebir — Caadebati. Conceder — Cabacati. Concepto — Caadebati. Conciencia — Inemetsape. Conciliar — Cajiyuti. Conciso — Panaana. Concluir — Atiria. Concomerse — Putiju. Concordancia — Pana ana. Concubina — Ipeya. Concubinario — Cajipeti. Concúbito — Cazeiti Conculcar — Fuza. Concupiscencia — Quijanati. Concurrencia — Cacitati. Concurrir — (Falto). Concha — Ebiti. Condescendencia — Catiatiaqui. Condición — Ani. Condolerse — Ujeufetseve. Conducir — Medeque. Conducta — Inimequi. OS Conejo — Uacuro. Confesar — Camepanati. Confesión — Camepanati. Confesor — Emepanali. Confianza — Anapajida, Rijerijima. Jonliar — Anapajidaju. Conforme — Ynimetiana. Conformidad — Ynimetiana” Confortar — Ejituraquiju. Confortativo — Ejituraquique. Confrontar — Yudya. Confundir — Yubataquibataquia. Confusión — Yubataquibataqui. Congeniar — Cajacati. Congoja— Carecanieque. Congojar — Carecanieque. Congraciar — Pureama pureama Congratular — Nimeidaha. Conjetura — Bave, Veda. Conmigo — Eatseve. Conmover — Nimejunudamaha. Conmutar — Inanaquidaju. Conocer — Adeva. Conocimiento — Caadebatiaqui. Con qué? — Agitseve. Consanguíneo — Atapiisi. Conseguir — Feri. Consejo — Ida inime. Consentimiento — Ecacuijati. Consentir — Cacuejati. Conservación — Tsapecarama. Conservador — Tsapecaramaqui. Conservar — Tsapecarama. Consideración — Cacatsuti. Considerar — Cacatsuti. Consigo (yo) — Tuadzeve. Consistir — Yuraha. Consolación — Idyaquedama. Consolador — Idyaquediamaqui. Consolar — Idyaquediama. Consorte — Caveti. Conspiración -—- Etenacacuejati. Conspirador — Etenacacuejatiaqui. Constancia — Viriama. Constante — Viriamaqui. Constar — Ejeyane adyaha. Consternación — Ahahaca. Consternar -— Abahaca adiaju. Constipar — Jaja. Construir — Aha. Consuelo — Purema, pureamadura, adyaquediama. Consulta — Canimequeja. Consultar — Canimequeja. Consultor — Canimequejatiaqui. Consumación — Terebare. Consumar, consumado — Terebare. Consumido — Ecacuitatiriati. Consumidor — Ecacuitatiriatiaqui. Consunción — Tiria tiria. Contacto — Tupupidiazi. Contado — Pieba. Contador — Piebaqui. Contagiar — Usicua. Contagioso — Usicua. Contaminación — Asicatura. Contaminar — Asicaturaha. Contar — Pieba. Contemplación — Zeta. Contemplador — Zetahaqui. Contemplar — Zetaha. Contemporáneo — Tuputseve. Contemporizar — Aquene. Contender — Chachaji. Contener — Tachu. Contenido — Etachi. Contentar — Epuriju. Contento — Epuri. Contestar — Quiema. Contienda — Anau. Contigo — Miatseve. Contiguo — Apadama. Continencia — Cadsu. Continuación — Aequenanuca. Continuar — Aquenenuca. Continuo — Yudijidijidia. Contorno — Cunu. Contra — Ya. Contrabajo — Chamacama. Contradecir — Apeha. Contradicción — Ape. Contradictor —- Apeaqui. Contrahacer — Batapizia. Contralto — Eviri. Contrario — Inimedyaoya. Contrarrestar — Atsa. Contratar — Canimetiati. Contrato — Canimetiati. Contruveneno — Teseca. Contribuir — Caduditiati. Contrición — Nimeneti. Contumacia-— Inimetiriabaecua, ni- me ani carama. Contumaz — Nimetiriabacuaqui. Contumelia — Ebutsequinijua. Convalecencia — Cazacuina. Convalecer — Cazacuina Convencer -- Veca mere. Conveniencia — Idaisu. Conveniente — Idaisu. Convenio — Ecanime. Convenir — Ecanime. Conversación — Quisarati. Conversar — Quisarati. Convertir — Cabapeti. Convidador — Ecacuajitiqui. Convidar — Cacuajititi. Convocar — Rada. Convulsar — Caduruti. Convulsión — Isasa. Conyugal — Nimetupu. Cónyuges — Caveti. Cooperar — Anau (antes del tiempo). Coordinación — Bataqui bijida. Coordinar — Rataqui bijidaha. Copa — Caca. Copaiba — Tahuamu. (¿T 6 J2?.) Copete — Tira. (¿T 6 J?.) Copiar — Icicua. Copilar — Iyaage. Corage — Ecuadyama. Corazón — Euiju, quiju. Corazonada — Nijuvenau. Corcoba — Cajo. Corcobado — Cajoquiquie. Corcobo — Puti. Cordel — Uju. Cordelazo — Viyuviyu. Cordellate — Epicaque. Cordura -— Ynipetupu. Corma — Sepocaca piji. Cornada — Zacua. Cornear — Zacuati. Cornudo — Eijanatenaqui. Corona — Egereque. Corpazo — Jujida. Corpecito — Sunanapiji. Corpulento — Yujiusi. Corrección — Cuatsaguana, paru. Corredor — Tajajaqui. Corregir — Cuatsa guana. Correr — Tajaja. Correspondencia — Yurameyurame. Corriente — Ejuri. Corromper — Riri. Corruptible — Riritaqui. Cortar — Icui. Corte — Icui. Cortedad — Ecutana. Cortejar — Catiati. Cortés — Nimequi. Cotesía — Nime ida. Corteza — Ebiti. Corto — Tiubu. Corva — Nuca. Corvina — Tanana. Corvo — Tununutana. Corzo — Fina. Cosa — Ay. Cosecha — Ayqui. Coser — Tutsu. Cosquillas — Suqui. Costado — Epere. Costal — Citara ebari. Costar — Tsuge. Costear — Tsugeti. Costilla — Taupidia. Costillar — Eperecatse. Costoso — Tsugearida. Costra — Catsa cunuti. Costumbre — Ynadyayuadya. Costura — Tutsu tutsu. Cotejar — Tupu. Cotidiano — Yuvecaca yuvecacadya. Cotorra — Tini. Coyuntura — Taru. Coz — Tivenetapa. Crabrón (avispa) — Canibira. Cráneo — Iyupatsau. Crápula — Najiari. Crapuloso — Najiaridaque. Crecer — Dane. Crecida — Harina. Creciente — Diaquejunati. Crédito — Yunesi.- Credulidad — Quejenati. Creencia — Quejenati. Creer — Ejene. Creible — Ejenataqui. Crencha -— Etsarudiji. Crepúsculo — Tibupajata. Cresa — Tujueca. Crespo — Sacasaca. Cresta — Cira. Cria — Ebacua. Criada — Ebacuanapuji. Criadilla — Yu. Criado, criada — Idatemuysa. == Criar — Temuisa. Criador — Emetse. Crianza — Temuysa. Criatura — Ebacuanana. Crimen — Ucha arida. Criminal — Uchaqui arida. Crin— Tira (¿T 6 1"?.) Grudeza — Juma. Crudo — Juma, inamajari. Cruel — Nime ataquima. Crujido — Tasasa. Crujir — Tasasa. Crusticeo — Tuquiri. Cruzar — Carumere. Cuadrar — Tucuquia. Cuadriforme — Tuquipusi, ebudse- quini. Cuadrilongo — Tucujunuda. Cuadrilla — Aeque. Cuadro — Tsucuqui. Cuadrúpedo — Uuachipusi. Cuajada — Tadata. Jual — Egeque. Cualquiera — Ejeque Cuarenta— Pusitunca. Cuarta — Quirica. Cuartana -— Pusuvecaca jumaju uju. Cuartogénito — Pusi ysu. Cuartón — Tabla ebari. Cuatro — Pusi. Cubierta — Capuqui. Cubrir — Apupaisa. Cucharada — Cucharadaejeque. Jucharón — Cuchara ebari. Cuchillada — Sacua. Cuchillar — Tsacua. Cuchillo — Cuchiro Cuello — Epiti. Cuerda — Uju. Cuerdo — Ynimetupu Cuerno — Edana. Cuero — Ebiti. Cuerpo — Ecuita. Cuesco — Cueji. Cuesta — Uabaru. Cuesta — Yanacana quisarati quis- arati. Cuestionar — Yanacana quisarati. Cueva — Uuacani. Cuidado — Naru. Cuidador — Enaruqui. Suidar — Naru. Jumplida—Eaquiequie. (Padre Nues- tro.) Cumplir — Quinarumati. Cúmulo — Tite. Cuña — Cuña. Cuñada — Aveine. Cuñado — Guanepea. Curandero — Babepaepa. Curar — Chachamere. Curiosear — Capetati. Curiosidad — Capetati. Curioso — Capetatiaqui. Currutaco — Camajuncara. Curtir — Sapa. Cutáneo — Tacatana. Cutis — Tata. Cuyo — Ayjaquie. Cuz-cuz — Tuse, tysuu. Ch Chacota — Chacha. Chacotear — Chachaju. Chacra — Te. Chichara — Yanacanachacha. Chacharear — Yanacanachaju. Chamasca — Esapara. Chambón — Inamaqui. Chamisera — Pucapuca. Chamuscar — Ansa. Chancear — Ureca urecaha. Chancero — Urecada aqui Chanza — Urecada. Chaparrón — Pacaca, atiutidya. Chapotear — Sequi. Chapuzar — Cuacuamuria. Chaquira — Yrine. Charco — Enacuji. Charlar — Yanacana cuan cuauma. Charlatán — Yanacana anaqui. Chasco — Terida. Chato — Vicumu. Chico — Eviri. Chicote — Cabatsati, arida chachaju. Chicha — Tupari. Chicharca — Tupari atare. Chicharra — Pisi. Chicharrón — Cuararaisa. Chichisveo — Canime cuejati Chichón — Pun. Chillar — Meya. Chiflido — Meya. Chillido — Peaqueque. China — Tacua. Chiquitico — Sumamapiji. Chirimosa — Cucudenu. Chirrido — Canana. Chisme — Pusia pusia. Chismear — Pusia pusia. Chispa — Etijaqui. Chispear — Etijaquia. Chiste — Quijaribati. Chitón — Ricua. Chocar — Cataqueti. Chocarrería — Urecacana. Chocolate — U. Chocolatera — Cocolate quini. Chochear — Cananati. Chocho — Camanatiaqui. Choque —- Cataqueti. Chorrear — Urisa. Chueca — Suru. Chupado — Susu. Chupar — Susu. D Dable — Ataquiquie. Dádiva — Yupiji. Dadivoso — Yupijiaqui. Dador — Catiatiaqui. Daifa — Pasapasa. Danta — Auada. Dañador, dañable — Catiaqui. Dañar — Catiti. Dar — Tia. Dardo — Tsati. De — Ja. Debajo — Emaque. Debate — Caticati. Deber — Cananati. Debidamente — Cananati. Dcbil — Janau. Debilidad — Janau. Debilitar — Ymeu. Débito — Catiati. Decadencia — Tere. Decaer — Tere. Decantación — Yuimequeura. Decantar — Yuimequeura. Decapitar — Pititubu. Decena — Tunca. Decencia — Canaruti. Tomo XII — 8l Decentar — Aba. Decente — Cabajetiida. Decentemente — Canarutitseve. Decible — Adya ataquiquie. Decidir — Tlanaquiju. Decir — Adea. Decisión — lamaeque. Decisivo — lanaqui. Declaración — Cacuejati. Declarador — Cacuejatiaqui. Declarar -- Cacuejati. Declinar — Peje. Declive — Peji. Decorar — Cabaeti. Decoroso — Muido. Decrepitar — Tasasa. Decrépito — Cananatimuca. Decrepitud — Cananatimuca. Decurso — Inetinuca. Dedada — Tseu. Dedicar — Metsequiju. Dedignar — Igueisu. Dedo — Emetucusapara. Deducir — Adeba. Defección — Etteua cacuejati. Defectible — Acachanetaqui. Defectillo — Acachapiji. Defecto — Acacha. Defectuoso — Acachajuqui. Defender — Cacuareuanati. Defensa — Cacuareuanati. Defensor — Cacuareuahanatiaqui. Defensiva — Cacareuanati. Deferencia — Nimequime. Deferente — Nimequimiaqui. Deferir — Nimequemi. Definidor — Veca abacatana aqui. Definir — Veca abacatana. Deformidad — Aninicada. Defraudación — Chiri. Defraudador — Chiriaqui. Defraudar — Churiaqui. Defraudar — Chiricue. Defuera — Idureju. Degenerar — Cuiri. Degollación — Rumuicui. Degollador — Erumuicuyaqui. Degollar — Rumuicui. Degolladura — Rumusacua De hov — Riavecacajuque. Dejadez — Amacuita. Dejado — Amacuita aqui. OA Dejar (esconder) — Yati. Dejugar —- Tizi. Del — Tujaque. Delante — Peque. Delantera — Icuene. Delectación — Niju pureama. Delcite — Nijunume pureama. Delgado — Usuri. Deliberar — Inimequi. Delicadez — Pameme. Delicado — Taviri. - Delicia — Yuimejuatsa. Delicioso — Yuimeju atsa. Delinquir — Pucu. Delinquió — Nime aputa. Delirar — Yuimeju utidia cahanau- mati. Delirio — Caanaumati. Delito — Ucha. Della, dello — Tujaque. Demás — Tuatsu. Demasía — Diacucueuti. Demasiado — Diacucueulti. Demencia — Inimema. Dementar — Inimemamere. Demente — Inimemaaqui. Demoler — Ira. Demoniaco — Ijanabuchiquie. Demonio — Ijana. Demora, demorar -— Anitzuma. Denegación — Tiama. Denegrecer — Tsevene. Dengue — Muzamuza aqui. Denigración — Idaqueama. Denigrar — Idaqueama. Denigrativo — Idaque amaqui. Denotar — Cueja. Densidad — Timeda. Denso — Timeda. Dentado — Tsequi. Dentellar — Etsetaquia. Dentera — Tsepariri. Dentón — Tsebaruda. Dentrambos — Tatse ecatse. Dentro — Equiniju. Dentudo — Tse arida. Denuedo — Niju casada. Denuesto — Nime canaiti. Denuncia — Queja, catiatiataqui. Denunciable — Quejataquique. Denunciador — Ecuejaqui. Denunciar — Cuejatiu. Deplorable — Nijupaha. Deplorar — Nijupa. Deponer — Cuaresanaha. Deporte — Tsajajani. Depositar — Narumere. Depravación — Caasicati. Depravadamente — Caasicatitseve. Deprecar — Bacabajaca adyamaju. Deprimir — Abacatanasa. Derecha — Idaeque. Derecho — Tuyu. Derechura — Tuara. Derivar — Atibune. Derogación — Aputamere. Derogar — Aputasa. Derredor — Coeti. Derretir — Cuacuacuaysa. Derribante — Irara aisaqui. Derribar — Iraraisa. Derrota, derrotar — Tsapetana. Derrubiar — Pasu. Desabor — Napada. Desabrido — Naposa. Desacalorarse — Banene. Dasacatar — Camuitibaccuau. Desacato — Camuitibacua. Desacerbar — Acuquemi. Desacertadan.ente — Piejuama. Desacertado — Piejuama. Desacoburdar — Bajidamaha. Desacomodado -— Aniydama. Desacomodar — Aniydama. Desacompañar — Carenejaca. Desaconsejado — Cacuejatiudama. Desaconsejar -— Cacuejatiudama. Desacordar — Yacoisa. Desacostambrado —Yuedyama, yue- dyama. Desacostambrar — Yuedyama. Desacreditar — Yuneriamaha. Desacuerdo — Nimepe nimepe. Desaderezar — Viruviruyu. Desadorno — Viruviru. Desafecto — Iyuepe. Desafiar — Bacataja, ajuamaha. Desafío — Yurame yurame. Desaforadamente— Yuimeadebajaca. Desaforrar — Tipepequemi. Desafortunado — Danuma. Desagradablemente — -Dadidi quida- matseve. Desagradar — Dadidiquidyamaha. E SS Desagradecidamente — Curetianuca baecuatseve. Desagradecido — Cuaretianuca bac- cuahaqui. Desagrado — Dadidiquidama. Desagraviar — Canaitijaca. Desagravio — Canaitijaca. Desaguadero — Juri. Desaguar — Paca. Desagúe — Yuri. Desahogar — Nime atta cuiva Desahogo — Nime atacuina. Desahuciar — Apuisa. Desahumar — Guanicuinanasa. Desairar — Inatsamaha. Desaire — Inatsama. Desalabar — Urecadama. Desalar — Anabimutsu. Desalentar — Nime varia. Desaliñar — Casicati. Desaliño — Casicati. Desaliviar— Ecuedi pusia. Desalmado — Atananama. Desalmarse — Putiju. Desamar — Cata quijaha. Desamor, desamorado — Cataqueja. Desamorar — Cataquejaju. Desamarrar — Vipuchitanama. Desamparar — Netiaquena. Desandar — Yudijidyaju. Desangrar — Amitere. Desanidar — Jaca Desanimar — Pererecadaju. Desanudar — Pizu. Desañadidura —- Epizuqui. Desapacibilidad — Bata quidama. Desapacible — Bata quiidama. Desaparear — Aque. Desaparecer — Apartatuta. Desapasionado — Apusatseve. Desapasionar — Apusa. Desapego — Cataqueja. Desapiadadamente -- Nimematseve. Desaplicación — Quijacabatietseve. Desaplicado — Quijacabacatibaecua. Desapolillar — Etsenamique. Desapoyar — Quiduti isuquequemi. Desaprobar — Ajacamere. Desapropiarse — Inimeajaca. Desapuntalar —Eiduquiquemi. Desarmar — Meseca. Desarraigar — Mutsu. Desarrapado — Esipipisa. (En el ori ginal Desaparrado.) Desarrebozar — Capacaisa. Desarreglado — Rucuarucua, víru- viru. Desarreglar — Rucuarucua. Desarrollar — Nimecuyua. Desarrollo — Nimecuinaha. Desarropar — Baaha. Desarrugar — Pija. Desarrumar — Vecatena. Desasear — Aricatura. Desasosegar — Cajiyiti. Desastradamente — Adyadadat- seve. Desastre -— Addadada. Desatar — Pizu. Desatención — Nimenetiama Desatender — Nimenetiama. Desatento — Nimenetiama. Desatinado — Yanacana cuau cuau. Dasatrancar — Tacaisa. Desaturdir — Cameretisa. Desavahar — Baha. Desavenencia — Jaquijaque. Desavenido — Cajaqueti. Desavenir — Cajaqueti. Desaviar — Quejapea. Desavio — Quinarumatimajari. Desayunar — Buiji. Desayuno — Buiji. Desazón — Napada. Desazonar — Napadaha. Desbabar — Acueduiritiria. Desbaratado — Quijeveneti. Desbarbado — Quesama. Desbarbar — Queseare. Desbarrigado — Tsereji. Desbastar — Peju. Desbeber — Vira. Desbrozar — Tsage. Desbrozo — Tsage. Descadillar — Peta. Descaecer — Tetiejetieju. Descaecimiento — Tetiejetie. Descalzar —- Cavicati. Descalzo — Cavicati. Descansadamente — Panaquidi ca- naaratseve. Descansar — Canaara. Descanso — Canaara. Descantear — Tutu. AN Descuradamente —Caparere cabatia- matseve. Descarado — Caperere cabatiana. Descararse — Capererecabatiamaju. Descargar — Yabutia. Descarinarse — Dianajaca ijamajaca. Descariño — Diamajaca ijamajaca. Descarnar — Pine. Descaro — Perere cabatiama. Descasado — Cajacatisa. Descascar — Bitipuji. Descascarar — Pucu. Descendencia — Ejuetibe. Descender — Juetibe. Descendiente — Juetibe. Descerar — Vinipeta. Desdorar — Vica. Desgollar — Ecapucacati. Descolar — Inatuba. Descolgar — Butia. Descolmar — Ruma. Descolorar — Apupaisa. Descolorido — Anatsu. Descomedidamente — Abacaabacat- seve. Descomedido — Abacaabaca. Descomedimiento—Abacaabacatseve Descomedirse — Icucueneama. Descomodidad — Carana. Descomponer — Rucua rucua, virua virua, ruraraisa. Desconceptuado — Yumereama. Desconcertado — Varu. Desconcierto — Varu. Desconfiado — Ayquiama. Desconfianza — Ayquiama. Desconformar — Aqueaqueju. Desconformidad — Aqueaque. Desconocer — Adebamaha. Desconocidamente — Adebamatseve. Desconocido — Adebama. Desconsolación — Yaquedyamama. Desconsolado — Aquedyamama. Desconsolar, desconsuelo—Aquedya- mama. Descontar — Bute. Descontentar — Epurimaha. Descontento — Epurima. Descorazonamiento — Purimatseve, purimajaca. Descorazonar — Nijuica. Descortés — Camuitibaccua. Descortesía — Camuitibaccua. Descortezar — Ebitiquemi. Descosedura — Ira. Descoser — Ira. Descostrar — Tetu. Descoyuntar — Quicuayati. Descrecer — Muruta. Descrédito — Yunerima. Descrestar -- Siratupu. Describir — Pie. Descripción — Pié. Descuajar — Urisa. Descubierto — Ejitaju. Descubridor — Ejitajuaqui. Descubrir — Epitajua. Descuento — Bute. Descuidado — Naruma. Descuidar — Naruma. Descuido — Naruma. Descular — Jaru. Desde — Equedya. Desde hoy — Yacuaquidie. Desdecir — Ade ayama. Desdentado — Tsema. Desdentar — Tsemaamere. Desdicha — Adyadada. Desdichado — Adyadado. Desdonar — Enanuca. Deseable — Bijidabataqui. Desear — Bijidaba. Desechar — Iyuepe. Desedificar — Idamaadebaqui. Desembarazar — Etachiquiisicua. Desembocar — Epaca. Desembravecer — Nimequiamere. Desembuchar — Mivecacaquemi. Desemejante — Batapiziama. Desemejar — Batapizia. Desempachar — Cadabatisa. Desempalagar — Cajucuati. Desemparejar — Chibarea. Desempeño — Amama adyama. Desempolvar — Ruju. Desencantar — Neji isa. Desenconar — Iria. Desencono — Canaitijaca. Desendemoniar — Quijanatijaca. Desenfadado — Canaitijaca. Desenfadar — Canaytijaca. Desenfado — Atacuina. Desenfrenar — Quijanati. Desenfreno — Quijanati. o] — 00) => Desenfurecerse — Canaitijujaca. Desengañado — Muyanama. Desengañador — Muyanama aqui. Desengauñar — Muyanamaha. Desengaño — Muyanama. Desengrasar — Tseriqueme. Desengrosar — Ramitere. Desenojar — Canaitijaca. Desenredar — Rucua rucua. Desensoberbecerse — Casumutijaca. Desentenderse — Banutidiaha. Desentendido — Banutidia. Desenterrar — Rure. Desentonación — Tura. Desentonadamente — Turatseve. Desentonar — Tura. Desentrañar — Sirara. Desentumecer — Iria. Desenvigajar — Pijasa. Desenvoltura — Dajida. Desenvolver — Ira. Desenvuelto — Ira. Deseo — Aquere. Deseoso — Aquere. Deseguido — Tadata. Desesperación — Cududu. Desesperanzar — Nimetere. Desesperar — Cududu. Desligurar — Cabepeti. Desflemar — Ecuedipusia. Desfloración — Jaja. Desllorecer — Decaja. Desfogar — Ipisa. Desfollonar — Acuijaqui. Desfondar — Rujusa. Desgajadura — Tepi. Desgajar — Tepi. Desgana — Aracarama. Desganar — Aracaramaju. Desganitarse — Quique. desgracia — Mijidama. Desgraciadamente — Mejidamateve. Desgraciado —- Mejidama. Desgranar — Iruru. Desgreñar — Sacasacaha. Desguazar — Teru. Deshabitada — Isama. Deshabitar — Isamaha. Deshabituado — Inadyainadya. Deshabituar — Inadyuainadyuama. Deshacer — Ira. Deshecho — Ira. Desherbur — Mutsumutsu. Deshilar — Teravica. Deshinchadura — Vejata. Deshojar — Ibuba. Deshoncstamente — Dajidatseve. Deshonestidad — Dajida. Deshonesto — Dajida. Deshonra — Yumeriama. Deshonrar — Yumeriamaha. Deshora — Piejnama. Deshumedecer — Rarasati. Deshusar — Tsauvica. Desidia —¡Baduda. Desidioso — Badudaaqui. Desierto — Inaruma. Designar — Bamere. Desigual -- Tupupiziama. Desimajinar — Baccuaisa. Desimpresionar — Muyamaha. Desinflamar — 1ria. Desinterés — Quenatiama. Desinteresado — Queénati. Desistir — Cadijidamati. Desjugar — Chii. Desleal — Aijiriji. Desleir — Uri. Desliar — Ira. Desligar — Pisu. Desliz — Judiri. Deslucido — Tsequeda. Deslucir — Tsequeda. Deslumbrar — Taririza. Deslustrar —- Ibubatana. Desmadejar — Ime. Desmamar — Tuzujaca. Desmandar — Yanacanacuaucuau. Desmantelado — Macuarema. Desmaridar — Cajacatisa. Desmayado — Apuisa. Desmayar — Ijaca aputa. Desmedirse — Yanacanacuaucuau. Desmejorar — Adamaju. Desmelenar — Tuza. Desmembrar — Aquetana. Desmentir — Pusiaguana. Desmenuzar — Emidaha. Desmeollar — Tsapuna quemi. Desmerecedor — Chibamaaqui. Desmerecer — Chibama. Desmesurar — Rucua rucua, viru viru. Desmigajar — Pijasa. ES Desmochar — Vitotubu. Desmogar — Danapacaca. Desmolado — Tazuma. Desmontar — Saca. Desmonar — Tsarutuinutuini. Desmontar — Saca. Desmonte — Saca saca. Desmoralizado — Jisa. Desmoralizar — Jisa. Desmoronadizo — Amajiu. Desmoronar — Amajiuju. Desmotador — Epetaqui. Desmotar — Peta. Desmullir — Sabibidaquemi. Desnarigado — Vima. Desnarigar — Vimaha. Desnatar — Duquemi. Desnivel — Peji. Desnucar — Juiraque. Desnudar — Cavicati. Desnudo — Cavicati. Desobedecer — Nimeguanamaju. Desobediencia — Nimeguanama. Desobediente — Nimeguanama. Desobligar — Nime sesa. Desocupación — Diainicadiaiti. Desoir — Bacamaju. (ln el original Decir.) Desojar — Ijacaraque. Desolación — Yuama. Desolado — Yuama. Desollador — Etacaqui. Desollar — Taca. h Desopinar — Yuneriamaha. Desoprimir — Etianaquivesa. Desorden — Pacaratana. Desordenar — Pacaratana. Desorejar — Ijacatubu. Desorganizar — Pacarutanacuita. Desosar — Etsauquemi. Desovar — Jaeecauina. Desovillar — Ira. Despabiladeras — Etazique. Despabilar— Tazi. Despacio — Inemeque Despacito -- Inimequecuita. Despachar — Cuadisia. Despachurrar — Taysa. Despajar — Tsage. Despaldillar — Timaraque. Despanzurrar -— Caya.. Desparejar — Careseca. Desparpajur — Guarurusa. Desparramador — Etsapequi. Desparramar — Tsape. Despartir — Jaqueti. Despatarrarse — Uatsibetacuauju. Despatillar — Patiaaqueha. Despavesar — Taxi. Despavorir — Ecuisacuitaha. Despearse — Uasicana. Despechar — Vijitutana. Despecho — Vijitutana. Despechugar — Mivecacasirara. Despedazar — Pijiza. Despedida — Quejaquena. Despedir — Quejaquena. Despegar — Sirara. Despego — Sirara. Despejur — Yetana. Despejo — Yetana. Despeluzar — Siquiriquiju. Despellejar — Taca. Despenar -— Capeyuimetijaca. Despeñar — Pacaca. Despepitarse — Queterecuauju Desperdiciar — Ijevene. Desperezarse — Cariruti. Despernado — Canana. Despernarse -— Usitaque. Despertador — Ebusisaqui. Despertar — Ebuchichaqui. Despestañar — Tuti. Despezonar — Tizutubu. Despicar — Chipi. Despierto — Ecabati. Desplacer — Dadiquidamaha. Desplegar — Riru. Desplumar — Cata mutsu. Despoblado — Mecuarema. Despoblar — Mecuaremaha. Despojar — Vica. Despolvar — Ruju. Desportillar — Cuaisa cuaysa Desposar — Catiati. Desposorio — Cacuejati. Déspota — Jajevenequi. Despreciar — Isa. Desprender — Rajapaha. Despreocupar — Muyamaha. Desprevenido — Inaruma. Desproporcionar — Damema. Despropósito — Piejuamajari. Desproveer — Acachatana. Después — Adyanatsu, adyanatsu, uatsu. Despulsarse — Inimeducu. Despumar -- Tsura. Despuntar — Vitutubu. Desquejar — Tepi. Desquijarrar — Amacacuayu. Desquitar — Chipi. Destapar — Vecuisa. Destechar — Dacaysa. Destejer — Vica. Destemplanza — Vejidaju. Destemplar — Vejidaju. Desteñir — Ibuba. Desterrar — Yumeni. Desterronar — Puri. Destetar — Tuzujaca. Destiempo — Prejuama. Destilación — Patata. Destilar — Patatasa. Destituir — Meseca. Destorcer — Ira. Destornillar — Vareremica. Destoser — Urecaujuuju. Destral — Achatsebeta. Destramar — Vica. Destrenzar —:+Pizu. (ln el original Destrenar.) Destreza — Agida. Dostripar — Terequemi. Doestrizar — Cuesi cuesi. Destroncar — Tubu. Destrozar — Tububusa Destrucción — Itu. Destrueque — Cuarenuca., Destruir — Igevene. Desunidar — Catiriati. (En el origi- nal Denidar.) Desunión — Peapea. Desunir — Cajacati. Desuñar — Meysurumaju. Desusar — Inadyaynadyamaha. Desuso — Inadyaynadyama. Desvanecer — Benadirusa. Desvariado — Caanaumati. Desvario — Caanaumati. Desvelar — Yusisa. Desvelo — Yusisa. Desvendar — Ira. Desventura — Mejidama. Desventurado — Mejidama. Desvergonzado — Visutada. Desvergiienza — Visutada. Desvíar — Isicua. Desvio — Isicua. Deszocar — Canachi, ydamati. (ln cl original Deso, puede ser por Des- 20 que no existe.) Deszumar — Chii. Detallar — Pie. Detención — Tsumuta. Detener — Tsumutasa. Detenido — Tsumuta. Deteriorar — Etie, etieju. Determinado — Cabijiti. Determinar — Cabijiti. Detestable — Batacuibijidama. Detestar — Batacuibigidama. Detractar — Yumeriamaha. Detrás — Etibene. Detrimento — Quijeveneti. Deuda — Manu. Devanar — Caca. Devastar — Yuama. Devoción — Cabacati. Devoto — Cabacatiaqui. Día — Vecaca. Diablo — Ijaua. Diadema — Ematinacorona. Diámetro — Patiadiri. Diariamente — Dutsabecaca. Diarrea — Biyu. Dictúmen -— Abeba. Dicha— Mejida. Dichoso — Mejidaaqui. Diente — Etse. Diestra — Idaeque. Dieta — Riejuriejuama. Diez — Tunca. Difamar — Yumeriamaha. Diferencia — Yudyama. Diferenciar — Yudyama. Diferir — Tsumutasa. Dificil — Ibeda. Dificultad — Ibeda. Dificultar — Ibedaha. Difundir -- Tsapetanaha. Difunto — Emaju. Digerivr — Tacuasanaha. Digestión — Tacuasana Dignidad — Muda. Dilatar — Ipia. Diligencia — Tsatitida. Diligente — Tsatitida. Dimanar — Tuaquequeju. Dinero — Chipilo. Dios — Educhi. Dique — Pene. Digerir— Eamere. Discernidor — Peapeaqui. Discernir -— Peapea. Discolo — Echata. Discordar — Upeupeha. Discordia — Upeupe. Discreción — Inimequi. Discrepar — Inimea, penea. Discreto — Inimequi. Disculpa — Uchama. Disculpa: — Uchamaha. Discurrir — Inimetupu. Discurso — Inimetupu. Discutir — Inimetupu. Disención — Quinatiquinati. Disentería — Amibuju. Diseño — Pié. Disfavor — Chachanema. Disforme — Mapiai. Disfraz — Tserida. Disfrazar — Tseridaha. Disfrutar — Cabatima. Disgustar —- Tseumaati. Disgusto — Tseuma. Disimil -— Batapisima. Disimular —Batapisima. Disimulo — Etena. Disipar — Quijeveneti. Dislocar — Nitiasicua. Disminuir — Etica. Disoluto — Ana aydama. Disolver — Urisa. Disonancia — Turatura. Disonar — Turaturaha. Disparatar — Tachi. Disparate — Tachi. Dispensar — Cacuejati. Disperso — Rucua rucua. Dispertar — Buchicha. Dispertador — Buchichaqui. Disponer — Agida. Disposición — Agidaaqui. Disputa — Canime cuarusati. Disputar — Cuanime cuarusali. Distancia — Ejejapa. Distar — Ejejapaju. Distinción — Nimepe. A Distinguir — Nimepeju. Distinto — Nimepe. Distracr — Pere. Distribución — Catiati. Distribuir — Catiati. Diversidad — Yumecama. Diversión — Epuri. Divertir — Epuriju. Dividir — Patsa. Divieso — Dachibu. Divisar — Bajaguaguasa. División — Jaque. Divorciar — Jacacati. Divulgar — Ecuejaquiju. Doblar — Umanasa. Doblegar — Tununusa. Doce — Peatuncabeta aracama. Dócil — Nime arrarada. Docilidad — Nime ararada. Docto — Iyucaqui. Doctrina — Diosujayana. Doctrinero — Diosuja yanaaqui. Doctrinar — Nime bavitia. Dolar — Deru. Dolencia — Ujejeda. Dolo -- Muya. Dolor — Ugeda, canijupeati. Dolorido — Ugeda. Domar — Isaani. Domesticarse — Cabaveneti. Domiciliarse — Ani. Domicilio — Ani. Dominar — Iya. Dominio -— Iya. Don — Yupiji. Donación — Etiaque. Donaire — Nimebijida. Donar — Etiaqueju. Doncel — Jubaccua. Donde — Ejeju. Donde quicra — Ejeju. Dorado — Tsabuna. Dormida — Tabiqui. Dormilón — Taviari. Dormir — Tavi. Dormitar — Nimetavi. Dormitivo — Etavisaqui. Dorso — Tipuisa. Dos — Beta. Dos añal — Marabeta. Dosis — Buiji. Duda — Uaria uaria. — 89 — Dudoso — Uria uariaqui. Iclejir — Peta. Dueño — Emechiquie. Elo (vedlo) — Teedya (1 ?) Dulce — Guajada. Itlogiar — Curecatisa. Dulcilicar — Guajadaha. Ilogio — Curecatisa. Dulzura — Ejeguajau. mancipar — Nerecabuta. Duplicado -— Carequi. Imbalsar — Etiquinitaha. Duplicar — Carequiju. Embalumar — Attadaha. Duración -— Casiritima. Embarazada — Carecanisaque. Duradero — Casiritima. Iimbarazo — Pene. Durante — Yuyaari. Embarbascar — Pachi. Durar — Casiritimaju. lmbarcadero — Ebute. Dureza — Pagida. Embarcar — Cabajejeti. Duro — Pagida. Embargar — Tuaquejari. Embarnizar — Tiquedaha. E Embarrar — Tipi ó Sipi. Imbaucar — Tserida. Ibrio — Enaji. Imbeber — Tsugi. clipsar — Atucamajuu. Iimbeleñar -— Nime aputasa. Iclipse — Atucamaju. Imbelesar — Nime aputaneti. lico — Pie. Iimbeleso — Nime aputaneti. Itconomia — Ibe. Iimbellecer — Cabajeti. Kconomizar — Ibe. Imbermejecer — Pudedaha. Iichar — Iya. IEmbestida — Caajeti. lidad — Ejetsumu. Embetunar — Utya. Idificación — Cadenaruti. Embijar — Pude. Idificar — Cadenaruti. Embobar — Capetati. En el original Hducación — Ecueja. Embotar. Ilecto — Adyaradya. Imbobecer — Nime apupudaha. Iifectuar — Adyaradyaju. Emborrachar — Naji. Icfervescencia — Pututa. Emboscada — Canasiri. Eficacia — Tsatitida. Iimbosquecerse — Equiquejuju. licaz — Tsatitida. Imbotar — Tutu. Ifigie — Cueya. Embozar — Cuatsatumu. Ifimera — Basu. IEmbravecer — Muretura. Ifugio — Ecuinanaqui. Embriagar — Naji. Ifundir — Tsapepeisa. Kmbrollar — Cajicatisa. fusión — Tsapepeisa. Iimbrollón — Cajicatisaqui. goismo — Ita. lón segunda y tercera | Eimbromar — Baecuaisa. persona se dice, Mita. En plural, | Embrujar — Tuaquedyaha. Tacua. Imbrutecer -— Caazicati. goista — Lo mismo que egoismo. Embuchar — Saca. je — Erera. (Verbo Rera). Jimbuste — Chiquequi. Ijecución — Are. Imbustear — Chiquequiju. Ejecutar — Ana. Embustero -- Chiquequiaqui. Icjemplar — Inimequiju. Emigrar —Sana. Ijemplo — Inimequi. Itmisario — Enadiji. Ijercicio — Cabavitiati. Empachar — Cadacati. Ijercitar — Cabavitiatiju. limpacho — Cadacati. Il — Tura. Impalagar — Viria. Elahi (Vedahi) — Tumidia. Empalmar — Iya. Itlaborar — Catiidia. Empañar — Pazatsu. Ilasticidad — Riruruda. Empapar — Teiji. Tomo XII 10) — Y — Empiurejar — Rumadaha. Imparentar — Caacati. Iimpatar — Quenanasati. Iimpedernir — Etadata. Empedrado — Tumuepire. Impedrar — Tumupire. IEmpegar — Dida. limpeine — Ettuba. IEmpeinoso — Tubaqui. Empelar — Tsaruquiju. Empelotarse — Cajicati. Iempellejar — Evitirarama. I'mpellón — Ituisa. Iimpenachado — Tiraqui. Impeñadamente— Jacaadyamatseve. Iimpeñar — Emetsejiuju. Empeño — Jacaadyama (J ¿ Y?). Empeorar — Diaquetana. IEmperchar — Eysura. Iemperezar — Diaycuima. limpero — Datse. Imperrarse — Caticaraju. Impinar — Sudu. Iimpireo — Barepa. Iimplasto — Tipi. Implear — Enaruquiju. Impleo — Enaruqui. Inmplumar — Catuquiju. Itmpobrecer — Canerecati. Iempoltronarse — Diaycadaju. Iempolvar — Buje. Impollar — Tianatiana. Iimponzoñar — Ujemudia. Emporcar — Pepati. limpos — Etiveni. Impozar — Caniisa. Emprender — Atibune. Empreñar — Ique, maquimere. Empresa — Abacaadyama. Empujar — Ituisa. Empujón — Ituisa. mpulgar — Uriria. mpuñar — Inape. Imulación — Teri. Imular — Teri. En — Ju. Inaceitarse — Teridaha. Enaguachar — Pueve. Inaguazar — Enasapa. Iinajenar — Equemiquiju. Panaquiyuebamereti, quiyuebatitseve. Kiaunorar — Enano — Eviri. Incabriar — Tita. IEncaja — Cametuniati. Iincajar — Carasa. Iocalabrinar — Viria. Iincalmarse — Taquiqui. Encalvecer — Dacaca. Incallar — Ara. Encamarse — Jujara. Encaminar — Piequeja. Encanalar — Diri. Incanarsec — Paamaju. Incanastarse — Quinine. IEncandiladera — Cabati cabati. Encandilar — Tariri. Encanecer — Jauane (J y T?). Encanijar — Napapa. Encantado — Anajacata. IEncantamiento — Anajacata. IEncantar — Anajacata. Encantarar — Cua cua, Encanto — Anajacata. Encantusar — Muya muya. Encañizada — Patu. Iincañonar — Catananaquiju. IEncapotar — Caputaju. Incapricharse — Adeba. Encaramar — Guana. Iincarar — Cacuejati. Incaratularse — Ecusequinimuysa. IEncarcelar — Terimere. IEncarecer — Tsugearida. Encargar — Aycuana amere. Iincargo — Aycuana amere. Incariñar — Ijamimere dianamere. IEncarnado — Mapimiri. IEncarnar — Mapimiria. IEncarnecer — Jujicuinanuca. Incarnizar — Muratura. Iincargo — Peta, idada. Incasar — Riru. Encasquetar — Yucaapu. EEncastar — Yuqueneria. Encenegado — Aninicada. Encender — Tucha. IEncendido — Tucha. IEncenizar — Muruviru. Incerrar — Caria. Iincia — Etsecunu. Encima — Diaque. Kucinta -— Carecani iyaqui. Incluecar — Tiana tiana. ELO pra Encoger — Tadata. Iincogido — Tadata. Incolerizar — Nijuanicu. Iincomendar — Aycuana amere. Incomienda — Aycuana amere. I'ncompadrar — Cuparicati. lnconar — Guajatana. Incono — Nime cuati. Encontrado — Nimeydama. Encontrar — Nimeydamaha. Iincontrón — Quiduti. Iincopetado — Casumiti. lincopetar — Ebareju. Iincorajar — Cacasati. EEncorar — Ebitirama. IEncordar — Iti. Encordelar — Ujurisi. Incorralar — Tumuna. Encostrar — Bajeje. Iincrasar — Ducada. Increspar — Sacasacaha. Iucrestarse — Tira adadaha. Incrudecer — Umaha. Incruelecer — Nime ataquimaju. Encubertar — Eapuquiju. Incubierta — Etenaqui. Incubiertamente — Etenadseve. Iincubridor — Cabameretimaqui. Incubrir — Cabameretima. Iincuentro — Dadina (de cosa per- dida). Iincuentro de un rio — Bacacaya. Incuentro de personas — Tsurutsa. lncumbrar — Ecamajuajua. Iincharcada — Enacuju. Iindeble — Casacati, yaquima (Y 061?) Endemoniado — Ijanaqui. Indemoniar -— Quijanati. Indentecer — Tsequiju. Iinderezar — Rucuidaha. Iindeudarse — Manuina. Indiablado — Inama. Iindulzar — Guajadaha. Endurecer — Pajidaha. Itnemigo — Maquei. I'nemistad — Quijeventi. lnergin — Taca adyama. Iinfadadizo — Nimejunuda. lIinfadar — Nime junudamaha. Enfadado — Nime junudama. Enfaldar — Cajibuti. Enfaldar — Ahatubu. Iinfaldo — Macaca. Iinfermar — Ujejedaju. linfermizo — Ujejedaari. Iinfermo — Majuya. nfilae — Tuyunetiju. Enllaquecer — Janatsu. IEnflechado — Iti. Enfrente — Tuyu. Infriar — Banesa. Enfurecer — Carecanimaju. Engañar — Muya muya. Engaño — Muya muya. Engañoso -- Muya muyaqui. Ungargantar — Mina. Engastar — Eiyamudia. Engendrar — Umanaysa. Engibar — Cajuju. linsina — Zaara zaara. Iingomar — Pepa. Engordar — Tsericuina. Engorro — Tieu. Engrandecer — Diaquedianea. Eogranujarse — Cujutia. Engreimiento — Quejiyuti. En hora Luena — Purcamadura. En hora mala — Purcamadurama. Enjambre — Guajatare. Enjugar — Tiria. Enjundia — Ize. Iojuto — Iyu. Iinlace — Atajananaisa. linlazar — Atajananaisa. linlodar — Capepati. Iinloquecer — Inimemaha. Eolustrecer — Tacua. Enmarañar — Cajicacasati. Enmaridar — Caveti. Iinmelar — Chucu. Iinmendación — Icuina. Enmendar — Icuina. Inmienda — Icuina. lEnmohecer — Danamaha. Enmoecer — Cananati. Enmudecer — Abacaisa. Ennegrecer— Teve. Enojar — Canaiti. I'nojo — Canaiti Iinorme — Diaqueneuti. Enramada — Erere. lnramar — Erereha. Envedadera— Nucanuca, Inredar — Baccuaisa. Iinredo — Baccuaisa. Inrejado — Ecuaruruisa. Inrejar — Cuaruruisa. Iinriquecer — Yumecama. Enronquecer — Perepereha. Enroscar — Capiruriti. Iinsacar — Isa. Iinsalmar—Dada; superstición. Uju. Ensalmo -— Uju. Ensalobrarse — Patsedaha. Insalzador — Curecatiaqui. IEnsalzar — Curecati, tutacati. lnsamblar — Cazipiti. Ensanchar — Quiniquia. IEnsanche — Quiniqui. Ensangrentar — Amiamia. Ensartar — Tutsu. IEnsayar —- Cabavitiati. IEnsebar — Dicui. Ensenar — Ubu. Ensenador — Ebavitiaqui. Enseñanza — Ebavitia. Enseñar — Bavitia. inseñorear — Metsene. Iinseres — Aycuana. Insoberbecer — Cazumiti. IEnsordecer — Izabeha. Ensuciador — Cazicatiaqui. Ensuciar — Cazicati. Entalesar — Citarajuisa. Entallecer — Catzu cavijati; (vestir- se). Inte, Ita cate. Iintenado — Ebacuapuji. Entender — Adeba. IEntendido — Cadebatiaqui. Entenebrecer — Apuna. Enteramente — Diaquejie. intereza — Yumecama. Enternecer — Panuda. Enterrador — Epapaqui. Iinterrar — Papa. Entibiar — Uquejanajanaha. Entierro — Papa. Entigrecerse — Camureti. Entiznar — Guanizididia. IEntonar — Inequedyaha. Iintonces — Yume. Entono — Inequedyaha. Entontecer — Inimemaha. Entorpecer — Uririataquimaju. Entrada — Nubi. Entrambos — Capequeti. Entrampar — Casati. Iintrante — Nubiaque. IEntraña — Ecarecani. Iintropar — Casati. Entrar -— Nubi. Entre — Majaca. Intreabrir — Verepacaisa. Iintrecortar — Patsatiayamaha. Entrega — Tia. Entregar — Tia. Entremeter — Rucu. Entremetido — Rucuque. Entreoir — Apuisa. Entrepechuga — Jaricani (J 4 T?). Entrepernar — Canatsicaruti. IEntrepiernas — Etsacamajata. Entrepunzadura — Tecua tecua. IEntresacar — Peta. IEntresijo — Ejasapara. Entretenedor — Riquiqui. Entretener — Riquequiju. IEntretiempo — Piejumajaca. Entreverar — Cujatisa. Entrevista — Bamajaca. Iintristecer — Nime diru. IEntrometer — Rucu. Entronizar — Quejiyuti. IEntuerto — Carecaniuje. Iintumecer — Capucacati. Enturbiar — Ducada. Entusiasmar — Cacasati. Entusiasmo — Cacasati. Entusiasta — Cacasatiaqui. Enunciar — Ecuejaquiju. Envanecer — Casumiti. Envarar — Capucacati. Envejecer — Esiriju. Envenenar — Marua, Enver — Dunmi. Enviado — Ecuadisia. Enviar — Cuadicia. Enviciar — Tumeque tumeque. Envidia — Isa, enacueba. IEnvidiar — Isa. Envidioso — Isaaqui. Envilecer — Ijeve. Envion — Ituisa. nviscar — Tipita. Enviudar — Eavemaju. Involver — Vayu. Ipidemia — Ujeje. Itpilepsia — Capucacati. Epilépltico — Capucacatiaqui. pulón — Dajicada. liquidad — Baquinda. quilibrar — Casipiti. Equipaje — Inaruma. lquipar — Inaruma. Equivaler — Tumetupua. Equivocación — Cujisa. lquivocar — Cujisa. lquivoco — Cujisa. Fradicar — Tiritaha. ral — Marabeta. lrijiv— Aha. Urisipela— Sapapa. Krizado — Isasa. Jirizav — Isasa. lrizo — Ija. rogar —- Patiajaquea. Krrante — Anibaecua. lirrar — Chibare. Krrata — Chahare. lrror— Chabare. Iirubescencia — Vizu. Iiructar — Beji. Tiructo — Beji. Iiscabel — Quiduti. Iscabroso — Icada. Escabullirse — Casecati. Iiscala — Etapataqui. liscaldada (mujer mala) — Catac ritiarida. Icscaldar — Pana. lIiscalera — Etapataqui. Iiscama — Bittiere. Iscamar — Bittieri. Iscamocho — Cabisa. Iiscamonda — Catiucavijati. Escampar -— Iratana. Escandalizar — Idamabamere. Escindalo — Idamabamere. Wscandaloso — Idamabaveaqui. IEscañuelo — Vaari. Escapada — Vana. Escapar — Vana. Iiscape — Vana. lscara — U curu. Iiscarabajo -— Sequi. Isscarapela — Cajeviti. Escarbadiente — Etsecanirutuqui. Escarbaorejas — Ijacamirutuqui. Iscarbar — Ebi, ñuviri. liscarchar — Yabaqui. Se ppo Escarmenar — Pija. Escarmentar — Canimeti. Escarmiento — Canimeti. Eiscarnecedor — Capietiaqui. Escarnecer — Capietiqui. Escarnio"— Capieti. Escarzo — Ejacu. Escasear — Riepije. Escaso — Riepije. liscasez — Inieda. IEsclarecer —- Vecatana. lisclavizar — Emerequiju. Escoba — Ebubuqui. Escobar -- Abu. Escobazón — Tequi. Escocer — Bijidaba. Escoger — Peta. Escolopendra — Ñuviri. Escombro — Caasicati. Escomerse — Araju. Esconder — Tena. Iiscondidas — Etena. Escondijo — Etena. Iiscorbuto — Eru. Escoria — Chipirodumi. Escozor — Bijida. Escribir — Venevene. Escrita — Chirije. Escrupulizar — Uariauariaha. * Escrúpulo — Uariauria. Escrupuloso — Uariauariaqui. Iscuchar — Ijacabaca. Iscudilla — Teta. Escudillar — Ura. EEscudriñar — Nimetupu. Escuerzo — Uana. Escupidor — Acuedipusia aqui. Escupir — Acudia. scurar — Eaputa. Escuro — Caputa. Escurridizo — Yuputana. Escurridura — Ettida. Escurrir — Uruva. Iisforzar — Casatura. Esfuerzo — Cazatura. Esmero — Inimetiria. Esófago —|Etsuricani. Espalda — Ebebacua. IEspantajo — Parapara. Iispantar — Ecuisa. ISspanto — Ecuisa. IEsparaván — Vivipa. ua- — 0% Esparramado — Quetse. Ispecie — Ejequie. Especilicar — Adebamere. Ispectro — Batajaginamabatajaegi- nama. Ispeculador — Inime tupuaqui. Ispejear — Tiquidaha. Espeluznarse — Isasa. Ispera — Quinati. IEsperanzar — Quinatimere. Isperar — Quinatiigua. Itsperezo — Cariruti. Iisperma — (liquido) — Etseri, mi- didaha. Espesar, espeso — Duca. Ispetera — Chumu. Ispetón — Rutu. Iispiar -— Ijacabaca. Uspiga — Esa. spigar — Esaha. Espina — Acuija. Espinar — A cuijaquini. Iispinazo — Ebebacuatsau. Iispinoso — Acuijaqui. spirante — Guanida aqui. I'spirar — Guanida (oler). Ispiritu — Yatanana. Ispiritualizar — Nitiamaquienetid- yaju. Isplendidez — Ayqui. Espolón — Edana. Ilsponsales — Cametseneti. Esposo, esposa — Eave, euane. Ispulgar — Biabiaha. Iispuma — Uba. Espumadera — Ubaquemigqui. Espumar — Ubazuru. Espumarajo — Etsuricanibaeze. Espundia — Pusese. ¿spurio — Yanacanababani. ls Y bab Espurriar — Cuisu. Isputo — Ecuedi. Iisqueleto — Etsandiara. squilar — Esuju. Iisquina — Etsucu. Isquivez —Yanacanaguanaguanani. ¿squivo — Yanacanaguanaguana- Esq Yanacanag 8 niaque. Iistable — Yacabaecua. Iistaca — Yuru. Iistacada — Yuruetataqui. Istacazo — Yurutata. Iistada — Tsunutati. listado — Ejebutsee. ¿stallar — Chequequequiju. Estall Chequequequij Iistallido — Chequequequi. Estampa — Emeya. istampido — Pututaisa. Estampid Putut IEstangurria — Vire. Iistar — Ani. Iistaresa — Viriri. Iistítua — Eccueyane. Iistatura — Dame, baru. liste, esta, esto — Rie. ¿ste vado — Uasipenu. Istercolar — Maria. Istéril — Cabacatibaecua. sterilidad — Cabacuatima. Isterquilinio — Jiji. Iistertor — Tarara. IEstiercol — Jiji. Estila — Ejiriquini. ATI ¿stima — Iyuepe. list Iyuep Estimar — Iyuepe. Iistio — Maranqueda. Istirar — Tupi. Iistirón — Timebari. Istomacal — Arasacaqui. Iistómago — Arasaca. Iistorbar — Pere. Istorbo — Pere. lstornudar — Echuiju. Istornudo — Echiu. ¿stotro, estotra — Jume. IEstotro, estot J ¿strafalario — Jupujupe. strafal Jupujup Istragar — Casicati. IEstratagema — Yanacanacuancuan. Estrazar — Pijisa. Iistrechar — Patsa virida. Estrechez — Patsa virida. Estregar — Acua. Iistrella — Purari. Estremecer — Batajaejinama. Estrena — Tsume. Estrenar — Tsume. IEstrenir — Dumitadata. Itstrépito — Pututa. ¿strujar — Tizi. ¿stuprador — Jajaaqui. I“stuprar — Jaja. Estupro — Jaja. stuche — Equiniqui. Estudiar — Quirica. Istupefacto — Nimeaputaneti. == 95) Estupendo — Attucararaisa. Estuprar — Jaja. Eicótera — Baru. Iternidad — Terebaccua. Iteromancia — Mapisi. Iitesa — Tuenidia. ltiqueta — Muia. KEunuco — Ecacaquemi. Ivacuar — Isama. Evadir — Viitu. Kvangelizar — Jesucristo ja yama y sara. livaporar — Benadiru. videncia — Adeba. Iividenciar — Adebamere. Evitable — Viitutaqui. ¿vitar — Viitu. Iixabrupto — Bajemayana. lxacto -— Canaruti yda. Fxagerar — Cadyama. lixagerativo — Cadyamaqui. Fxaltar — Casumiti. Ixamen — Adenaru. I'xaminador — Adenaruaqui. Ixaminar — Adenaru. IExangiie — Amima. Ixínime — Inaruma. Iixasperación — Idunsa. lxasperar — Idumaha. Iixcavar — Puruti. IExceder — Rucuida. Ixcelencia — Rucuida. líxcelso — Rucuida cuita. Excepción — Pesu. Exceptuar — Pesu. lixcesivo — Rucuida. Jóxcitar — Jaru. Iixclamación — Nijucna. Exclamar — Nijucna. Iixcluir — Pesuju. Iixclusiva — Pesu. IUxcrecencia — Muti. IExcremento — Dumi. Iixcretar — Dumi. lixcusa — Chive. Ixcusable — Chivetaqui. Ixcusador — Cachivetiaqui. lixcusar — Chive. Ixecración — Cuitapeta. I'xecrador — Cuitapetaqui. Ixecrar — Cuitapeta. Ixención — Eya. Ixentar — Eyaju. Ixento — Eya. Fxequias — Mayueru. Ixhalación — Puraritizuqui. lxhalar — Puraritizu. Exhortación — Eccuéja. IExhortador — Eccueja. I'xhortar — Eccueja. Exhumación — Rure. Uxhumar — Rure. “xigencia — Puti. Exigir — Putiju. Eximir — Jaque. Iixistencia — Iyumata. Existir — Ani. Exonerar — Jaeque. Exorbitante — Inama. Expatriarse — Uajaca. Expectación — Ijacabaca. Wxpectorar — Tacuazacuaha. Expedición — Cuare. Iixpedito — Inaruma. Expeler — Ecuadyamaha. lixpender — Etica. Ixperiencia — Apuisama. Experimentar — Apuissamaha. Iexperto —- Apuisamaaqui. Expiar — Paru. Explanar — Ruma. lixplayar — Dere. Iixplicación — Piecue. Explicar — Piecua. Exploración — Cuajiti. Ixplorar — Cuajiti. Ixponer — Adyea. Exportar — Catiati. Expresar — Canapica. Expresión — Canapie. Ixprimir — Tizi. IExpulsar — Ecuayamaha. Expurgar — Jaja. lUxquisito — Uriaya. lixtasis — Nijucua. Extensión — Ejutupu. Iixtender — Pija. IExtenuación — Jime. Extenuar — Jime. lIixterior — Idure. Exterioridad — Riepiji. Exterminador — Yuamaqui. Ixterminar — Yuamaha. lixterno — Diaqueju. lixtinción — Inaruma. Extinguir — Inaruma. Ixtirpar — Chicuaresa. Ixtorsión — Capujarati. Iixtracto — Natizi. Extraer — Natizi. Extranjero — Pupe. Iixtrañar, extraño — Bape. Extraordinario — Diaquepiji. Extravagante — Eada. Extraviar — Cujisa. xtravio — Cujisa. Extremar — Raruraru. Iixtremo — Raruraru. IExtreñir — Dumitadata. Exuberancia — Ayda. Exulcerar — Pututa. P Míbrica — Eaquique. Fabricar — Eaquiqueju. Fábula — Tericueja. lácil — Ibedama. Facilidad — Bere. l"icilmente — Beretseve. lactible — Beretaqui. : Facultad — Inime. FPacundia — Anaqui. lacundo — Anaqui. l'achenda — Muyamuya. lachendear — Muyamuyaha. l'aena — Camereti. lWagina — Quere. Paisán — Vivipa. Vaja — Etimaquerequi. Wajar — Etimaquere. l'alacia — Pusia. l'alangia — Acuibiti. lPalaz — Muyamuyaqui. l'alcinclo — Magité. lWalda — Equechiquini. lalible — Camayatiaqui. l'alsear — Inequedyamaha. lTalsedad — Pusiamama. lYalso — Pusiamamahaqui. l'alta — Acacha. Faltar — Acachaa. Valtriquera — Sitara. I'allecer — Maju. llama — Yuneri. lamilia — Madeca. = 0 == Yamiliar — Madeca. Familiaridad — Madeca. Famoso — Yuneri. lFámulo — Emerequi. Fanático — Cuarequi. lanfarria — Cuauda. Fanfarrón — Cuauda. Panfarrina — Nimejumudama. Fantasia — Vecatana. Fantasma — Mapisiqui. Vara — Bacuapa. “aramalla — Jicacaisa. Pardo — Epiruri. ltarfantón — Tsaburiburi. lWarfulla — Anayuama. Farfullar — Anayuamaha Farol — Vecada, vecabaro. Farclear — Etsehaqui. Farota — Dajida. Fáírrago — Rucua rucua. Fastidiar — Viria. Wastidio — Viria. Fastidioso — Viria. latal — Nerecada. Fatídico — Mapisiqui. Fatiga — Canatere. WVatigar — Canatere. Fítuo — Inimema. l'avor — Canerecati. Favorecer — Canerecati. Faz — Ecuejiquini. le — Ejeme. Fealdad — Batiquibijidama. Feble — Jimi! jimi. Fecundar — Juajuiju. Fecundidad — Juaqui. TFecundo — Juaqui. Fechoría — Venidama. lelicidad — Nimeji. Felicitar — Nimejiju. l'eliz — Nimeji. Felizmente — Nimejitseve. Femenilnente — Bijizeri. Fementido — Quejenetima. VFenecer — Inarumaha. leo — Inama. Feracidad — Inaque. Ieraz — Inaque. Fermentación — Taza. Permentar — Tazana. lermento —- Tazana. Ferocidad — Nime idama. — 91 — erocidad — Inimeducu. Fórbil — Mijida. lPertilizar — Mijidaha. lFervor -— Inimeducu. lervoroso — Inimeducu. Fervorizar — Inimeducu. lestejar — Cuitabacati. Festin — Cuitabacati. Westividad — Chine. Fetidez — Ibida. Fétido — Ibida. eto — Maqui. Fetor —— Ibida. lViador — Eimevequé. Itiambrar — Araquiquiju. Fiambre — Earaqui. Fiambrera — Earaquiquini. Fianza — Eimevequi. Viar — Eimevequiju. Ficción — Tacuari. Fidedieno — Ejeeneguasataqui. Fidelidad — Ejeeneguana. l'iel — Ejeeneguana. Fiero — Quijanti. Fierro — Verime. Viesta — Chineunuda. Figura — Emeya. lVigurable — Emaya autaqui. Figurar — Emeyaha. Vijación — Jaru. Fijar — Jaru. Fijo — Jaru. Tila — Raca. Trilamento — Jira. Filandria — Tipi. l'ilantropia — Quiyueti. Iilantrópico — Quiyuetiaqui. VFilarmónico — Inime biji. Wiliación — Juracana. Filial — Ebacuaja. Tiliar — Juracuana (Yuracuana?). Tilo — Cueru. Filtración — Yuri. Fin — Inaruma. linado — Emaju. ltinalizar — Inarumaju. l'inalmente — Inaruma. lFinamente — Munmi. Finar — Maju. Vinchar — Muja. lingidamente — Chivetseve. lFingido — Chiveaqui. Tomo XII lingir — Chive. l'inito, finita — Tereaqui. lino — Recueta quina. lFinura — Recueta quina. lVPirma — Ebacani. Firmamento — Purariquiniqui. Firmar — Ebacaniza. Firme — Panuu. Fisonomía — Ejigu. IMlaco — Uchuri. Flaquear — Castere. Wlaqueza — Castere. Plato — Cacujati. Mecha — Pia. FMechador — Piaqui. Flechar — Tecua. Flechero — Tecuaqui. I'lema —— Ecuedipanu. Flemón -— Ebujutsu. TFletar — Netsugeti. [Mlete — Tsuge. Flexible — Ure. Flogcar — Diaicuina. Vlogedad — Diaicuina. Flojo — Diayda. Flor — Saisa. Plorcar — Saisaati. Florecer — Cavituti. Floridamente — Cavitsutitseve. I“lotante — Betsa. Flotar — Betsa. Fluctuar — Nubigeri nuvigeri. Fluir — Uri. lluxión — Tecuatecu. Fojo — Sabisabi. Fogata — Tetete. Fogonazo — Pueque. Fogosidad — Puti. Foja — Jata. Folículo — Ecacaquini. Follón — Yuama. Fomentar — Inimetiana. Fomento — Inimetiana. Fondear — Dedaha. lFondeo — Deu. Fonge — Cujatana. Voragido — Eyequi. Forastero — Pupeque. Forcejo — Quinatti. Forcejndo — Nimepajuda. Forjar — Muya. Forma — Eaqui. Formal — Muyupiji. l'ormar — Cuejana. Wormidable — Bata bijidamaqui. Fornicación — Paza paza. Fornicante — Ribu ribu. "ornicar — Paza paza, quijanati. Fornido — Pajuipiji. Forquilla — Chumu. Forrar — Tibetaha. Fortalecer — Tijuca. Fortaleza — Titunuda. Fortificar — Canasiriju. Fortuna — Pieju. Forzado — Casatura. Forzoso — Cazatura. l'osco — Pasau. Fracaso — Cadiati. Fracción — Patsa. Fractura — Raquetana. Fracturar — Raquetana. Fragancia — Ivimeda. Wragante — Tizara. Fragil — Epucu. Fragilmente — Epucutseve. Pragilidad — Epucu. Fragmento — Ecuesi. IPragoso — Jicada. Fragua — Etijaqui. Francamente — Perematseve Franco — Tipema. Iranquear — Canerecati. Franqueza — Canerecali. Praterna — Camureti. Fraterno — Tuatsevequie. Fratricida — Quieti. Fratricidio — Quieti. Fraude — Muya muya. Frazada — May Cha. Frecuencia — Yudigidijidya. Frecuente — Yudigidijidya. Freir — Cuararaisa. Frenesi — Quijanati. Frente — Equeti. Fresco — Baahada. Frescura — Batiti. Frezada — May Cha. Frialdad — Ducucu. FPriega — Sicui. Frio — Bada. Friolento — Baatsumudama. Wriolera — Yueneriama. Frito — Ecuararaysa. Frondosidad — Jujuda. Frondoso — Jujida. Frontuda — Quejiquiniarida. Frotar — Tacua. FPructificar — Dane. Frugalidad —- Arape. Fruición — Nijupureama. Frustrar — Quinatijaca. Fruta — Acuicaca. Fruto — Ayqui. Fuego — Etiqui. Fuelle — Ejijaqui. Fuente — Erique. Fuera — Idure. Fuerte — Casada. Fuerza — Caza. Fuga — Putisa. Fugar — Putisa. Fulano — Becaya. Fulgente — Pupida. Fulgor — Veca. Fulgurar — Saririju. Fulica — Guanasa. Fumador — Umajaaqui. Fumar — Umajaha. Función — Tita. Pundara — Sitara. Fundación — Jutibu. Fundador — Jutibuaqui. Fundamentar — Epuchaju. Fundamento — Epucha. Vundar — Pucha. Fundir — Urisa. Fúnebre — Vipuchiju. Funesto — Nime diru. Furia — Nijuamicua. Furioso — Nijuamicuaqui. FPuror — Nijuamicu. “útil — Iyuepe. Gacho, gacha — Vipuchita. Gajo — Esepara. Gala — Cabagegeti. Galín — Jatada. Galantear — Jatadaju. Galápago — Dati. Galardón — Tsuje. Galardonar — Tuje. Galbano — Diaicada. Gallardear — Zatitidaju. Gullardia — Zatitida. Gallardo — Zatitida. Gallina — Tacure. Gallincro — Tacurenaruqui. (tallo — Tacuredeca. Gama — Zina. Gamo — Zinadeca. Gamuza — Yarapasa. Gana — Aracara. Ganar — Aracana. Gancho — Chumu. Gangoso — Evicaniquisarati. Gangrena — Zanacacatsu. Gangrenarse — Evicaniquisarati. Gangueo — Evicaniquisarati. Ganoso — Cara. Ganso — Juje. Ganzúa — Tericueja. Gañido — Quequietere. Gañir — Quequietere. Gañote — Etsuricani. Garapita — Edderuquie. Garapito — Enayuare. Guarboso — Tatitida. Garbullo — Catiananasati. Garceta — Tautau. Garduña — Ibazebe. Garfa — Emetucuzapara. Garfear — Cheve. Gargagecada — Ecuedipanu. Gargajo — Ecuedipanu. Garganechon — Erumu. Garganta — Erumu. Gargantilla — Erumu irene. Gárgara — Cajucuati. Gargarismo — Yiria. Gargarizar — Cajucuati. Garguero — Erumu. Garra — Tabu. Garrifiñar — Teca. Garramar — Chiri. Garrapata — Becuiji. Garrón — Edana. Garrotazo — Miri. Garrote — Emiriqui. Garrotear — Emiriquiju. Garrotillo — Eru. Garza — Tuti. Gastable — Aputasataqui. Gastado — Aputaisa. Gastar — Aputaisa. Gasto — Aputaisa. — Y) — Gata — Misi epuna. Gato — Misi deca. Gavasa — Epuna uchaquiarida. Gaveta — Epuna uchaquiarida. Gavilán — Vivipa. Gavilla — Quere. Gaviota — Tarama. Grazmol — Puta puta. Gaznate — Erumu. Gazuza — Aracaracuita. Gemelo, gemela — Betajara. Gemido — Canageti. Gemir — Nijupa. Generación — Aracana. Generalizar — Comazejiju. Generosidad — Tipema. Generoso — Tipemaaqui. Genio — Cajacati. sente — Ecuita. Gentil — Utzama. xentilidad — Utzama. Gentilizar — Utzamaju. Gentío — Caradati. Genullexión — Nuyu. Gerifalte — Vivipaviri. Germinar — Burara. Gestero — Uvenahaqui. Gesto — Uveo. Gigante — Cuiducuido. Girar — Cueti. Giro — Cuiti. Glándula — Cuidi. Gloria — Inequeneri. Gloriarse — Nijupureama. Glotón — Dajicada. Glotonear — Dajicadaju. Glotonería — Dajicada. Gobernar — Cucuadisiati, Gobio — Yaurupi. Goce — Nimeji. Gola — Etsuricani. Golondrina — Churu. Golondro — Nijuvenana. Golosear — Cuajadaquevijida. solosina — Aynacaji. Goloso — Aynacajiaqui. Golpe — Tata. Golpear — Tata. Gollete — Tui. Goma — Emadi. Gomosidad — Madiqué. Gonorrea — Vire. — 100 — Gordazo, gordaza — Epezizi. Gordo, gorda — Jujida. Gordura — Tserida. Gorgeador — Tsuripetsuripeaqui. Gorgear — Turipeturipea. Gorgeo — Turipeturipe. Gorgojo — Muju. Gorgoritear — Zarara zarara. Gorrin, gorrina — Cupipana. Gorrista — Baduju. Gorro — Churu. Gorrona — Pasapasa. Corronazo — Badujajuaqui. Gota — Patata. Goteado — Patata. Gotear, gotera — Patata. Goterón — Cadiqui. Gotoso — Tsanaqui. Gozar — Buriburiju. Gozo — Buriburi. Gozoso, gozosa — Buriburi. Gracejo — Yanabijida. Gracia — Inime. Graciosamente — Inimetseve. Graciosidad — Raru. Gracioso — Anabijidaaqui. Grada — Etapataqui. Gwajo — Ueuzana. Grama — Bacuapavari. Gramal —- Bacuapavariquini. Grana — Tsucacaqui. Granar — Tsucacaquiha. Grande — Arida. Grano — Iruru. Granoso — Iruruaqui. Grasa — Etseri. Grasiento, grasienta—Etseribuqueji. Gratificación — Tsuge. Gratificar — Tsuge. Gravamen — Inimeidu. Gravar — Inimeidu. Gravedad — Bipuchiu. Graznar — Quequetere. Greda — Uyu uyu. Gresca — Anau. Grieta — Yanaburi. Grigallo — Cuareu. Grillo — Ajari. Grima — Emuba. Gúiz — Pasau. Grita — Chacha. Gritar — Chachacha. Gritería — Chacha. Grito — Queque. Gritón — Quequeaqui. Grosca — Bacuapa. Grosaria — Barereca. Grosero — Camuytimaaqui. Grosor — Tsacaqui. Grosura — Uu. Grueso, gruesa — Arida. Gruñido, grunir — Camureti. Grupada — Tunu. Grupo — Cajaqueti. Gruta — Etiveru. Guacamayo — Nara. Guachapear — Teteju. Guadua — Bejina. Guadual —- Bejinaquine. Guantada — Paja. Guapear — Pererecadamaha. Guapetón — Pererecadamaqui. Guapo — Pererecadama. Guardador — Enaruqui. Guardar — Naru. Guarda, rio — Quaji. Guardoso — Enaru. Guarida — Eaniqui. Guayva— Enapa. Guayaba — Tsacute. Guedeja guedeja — Etsarudecaca. Guermeses — Cujuti. Guerra, guerrear — Camaqueiti. Guerreador — Camaqueitiaqui. Guia — Ebamere. Guiador — Ebamerequi. Guiar — Bamere. Guiñador -- Ezuruqui. Guiñar, guinada — Tsuru. Guirigai — Cajututusati. Guirnalda — Corona. Guisante — Jiujiu. Guisar — Tapa. Guiso — Tapa. Gurrumina — Ejadyama. Gurrumino — Ejadyamaqui. Gusanera — Tsujuaqui. Gusano — Tsuju. Gusaran — Cuti. Gustar — Tsen. Gusto — Tsen. Gusto — Jii, tl Ha, A, haber — Ju. Hibil — Adenaru. llabilitación — Juracama. Habilitar — Juracama. Habitar — Ani. Hábito — Inadyayuadya. Habla — Ana. Habladuría —- Anaydama. Hablar — Ana. THablilla — Anaydama. Hacendera — Carireti. acer — Aha. Macia — Ejequeja. Hacienda — Aliila. Hacinar — Yudya quedya. lMacha — Yudya quedya. Hachear — Cuere. Halagar — Dianaha. Halago — Diana. Halcón — Tabe. Haliento — Aracara. THálito — Cana. Hallar — Dadi. Hamaca — Ebadequi. Hambre — Aracara. lambriento — Araaraqui. Maragán — Diayni. llaraganear — Diayni. Harina — Emive. Harinoso — Epurire. Hartar — Nijuquiju. Harto — Nijuqui. Masta — Ejetupu. Ilastio — Bacarama. Hatear — Nuca. Ilaz — Quere. Hazaña — Agida. Hazmereir — Tsamere. He — Ejebucha. TMebra — Tibipidia. IMechiceria — Equijanati. Mechizar — Equijanatiju. lMechizo — Equijanati. Jlecho, hechura — Cati. Medentina — Ibida. lleder — Ibidaju. Hedor — Ibida. Iediondez, hedionio — 1bidaju. IMelada — Bize. Jlelar — Bizeju. — 101 — Helera — Upati. Melo — Ver Elo. Hembra — Epima. Ilemorragia — Amipusia. MTemorroida — Acana. llendedura — Buri. Hender — Buri. Heñir — Paja. Hepatía — Etacuau-jeje. Herbaje — Jiji. Herbar — Sapa. Herbecer — Burara. Herbolada — Uaca. Herboso — Nutsaquini. Heredado — Esana. Heredero — Metsene. Herencia — Metsene. Merida — Esacua. Herir, herido — Sacua. Hermafrodita — Epunadeca. Hermanar — Ejiquiju. Hermano, hermana — Ejuquie. THermosear — Juqueneriju. Hermoso, hermosura — Juqueneri. Hernia — Aniani. Herpes — Putiaputa. Herramienta — Ay. Herreria — Tacatacactare. Herrero — Tacataqui. Herrin — Verimi dumi. Hervir, hervor — Petutu. Hetica — Jime. Hetico, hetica — Jimeaqui. Hez — Cadi. Hibrido — Ejuzicua. Hidra — Bacuapa (ja ?). Hidrocéfalo — Cubita. MHidromancia — Emapisi. Hidrópico — Emujaqui. Miel — Epatse, Mielo — Bize. Mierro — Varime. Higuera — Ecui. Hijastro — Ebacua puji. Hijo — Ebacua. Hilacha — Tapuzapu. Milado — Ettari. Milador — Ettariqui. Hilar — Jari. Hilo — Eduqui. Mincadura — Enubi. Hincar — Nubi. — 102 — llinchado — Equiji riaguanati. linchar — Muja. Hinchazón — Tutsu. Ifipar, hipo — Tsudu. Hipocondría — Emuja. Tipocresía — Inimejuti. Hipócrita — Inimejutiaqui. Mistérico — Nerere. llocico — Evimunu. Hogar — Ettiquicuere. Hoguera — Elttete. Iloja — Acuijaqui. Hojarasca — Acuijaquicuana. Hojear — Jatape jatapea. Hola — Jua! THolgazán — Diaycada. Holgazanear — Diaycadaju. Hollejo — Bitibejeda. Hollin — Guanijididi. Hombrachón — Muijda. Hombre — Deca. Hombro — Yaracaca. Homicida — Ecuitayequi. Homicidio — Equitaese. Honda — Vuiviu. Hondo — Deda. Hondura — Deu. Honestamente — Canarutitseve. Ilonestidad — Canaruti. Hongo -— Ju. Tlonor — Camuiti. Ilonra — Yuneri. Honrar — Muy. Mopear — Bidubiduyu. loradar — Titaca. florizonte — Vecada. Torma — Epiequi. Hormiga — Puqui. Ilormiga de palo santo -— Anani. Tormiga — Albuna. Hormiga policia chica — Umanana. 1 Hormiga Cuqui — Tepatse. Hormiguear — Putsutsu. Hormiguero — Puquiquini. Horqueta — Chumu. Horquilla — Tepe. Horrendo — Pucururu. ITorriblemente — Pucurutseve. Ilorrorizar — Pucururu. Ilosco — Teveu. llospedar — Netimere. Hospedería — Nitimeriqui. Hospedero — Nitimereaqui. Hospital — Majuettare. Hospitalidad — Canetimereti. Hostal -- Etsugequiettare. Hostiario — Eaquique. Hostigar — Dijima. Tostilizar — Cacuarenanalti. Hoy — Riquieveca, Riaddio. Hoya — Cani. Hoyo — Cani. Mozar -— Vena. Hueco — Jaratara. Huelgo — Beji. Huella — Evachicuare. ITuérfano — Esanaquie. Huero — Yanca. Huerta — Ejita. Hueso — Etsau. Hueva — Ize. Huevera — Eca. Tluevo — Eca. Huida — Guana. Humadera — Guani. Humanar — Tatitidaju. Humano — Tatitiquida. Humear — Guaniju, guaniiru. Humedad — Timeda. TMumildad — Ecamuiti. Humilde — Camuyti. Humillación — Camuyjti. Humillador — Camuitiaqui. Humillar — Camuiti Humo — Guani. Humor — Cajacati. Humorada — Cajacati. Humorado — Jietena. Hundible — Cuamicuami. Hundir — Cuami. Hura — Nico. Huracán — Jabubu. Huraño — Casañati. Hurgamandera — Ecadya. Hurón — Uazeze. Huronear — Uazezecho. Hurtable — Chiritaqui. MTurtar — Chiri. Hurto — Chiri. HMunada — Dada (?). Ilumear — Guaniiru. lluso — Dada. Hutia — Abananari. — 103 — Ibice — Yarapaza. Ibis — Sirite. Icor — Ebutsunacaya. Ictericia — Canaytiuri. Ictiófago — Jaccama. Ida — Cuau. Idea — Jarasa. Idear — Jarasa. Idéntico — Batapizi. Identificar — Batapiziju. Idioma — Yana. Idiota — Yanaruma. Idolatra — Yanacanamuy. Idolo — Bataquimaque. Idomeneo — Yuimaqui. lgenominia — Yumeriama. Ignorancia — Inaruma. lgnorante — Inaruma. Ignorar — Inarumaju. Igual — Batapizi. Tgualar — Batapiziju. Igualdad — Batapizi. lenana — Dabuchere. Ijada — Eperecatsenana. legitimo — Pasabau. Miícitamente — Visutadatseve. lícito — Visutada. lluminación — Veca. Tluminador — Evecaqui. Tluminar — Veca. Husión — Jiujiu. Tlustrar — Vecaisa. Imagen — Emeya. Imaginación — Ecueyane. Imaginar — Cueyana. Imaginario — Cuyane. Imbuir — Nimeseca. Imitable — Cumazeji. Imitar — Cumazejiju. Impaciencia — Inime iduma. Impacientar — Inime idumaju. Impaciente — Inime iduma. Impalpable — Eviti. Impar — Repidia. Imparcial — Cuatsaguanatseve. Imparcialidad — Cuatsaguana. Impasibilidad — Ujejebaccua. Impasible — Ujejebaccua. Impávidamente — Camubatimatseve. Impavidez — Camubatima. Impúvido — Camubatimabacua. Impecable — Ucha utaquima. Impedido — Bicaca. Impedimento — Bicaca. Impedir — Bicacaha. Impedir — Benini. Impenetrable — Ipene. Impenitencia — Inimebacuina. Impenitente — Inimebacuina. Impensado — Adebama. Imperfección — Pesu. Imperio — Ricua. Impertinencia — Abacadyama. Impetu — Chicuare. Impiedad — Canerecatibacue. Impío — Chicuare. Implacable — Abacadyama. Implorar — Quimepati. Imponderable — Inime ebare. Imponer — Uracanasa. Importancia — Inimemetse. Importante — Inimemetseju. Importe — Inimemetse. Importunar — Nerca. Importuno — Nercaqui. Imposibilidad — Ejebutsee. Imposibilitar — Ejebutseha. Imposible — Ejebutse. Impostor — Pusiapusiaqui. Impotente — Inaruma. Imprecación — Chata. Imprecar — Chata. Impresión — Bayajiujiu. Impresionar -— Bayajiujiuju. Imprevisión — Yanacanaacaucuau. Imprevisto — Yanacanacaucuau. Improperar — Capujeti. Improperio — Capujiti. Impropio — Jiujiu. Improporcionado — Tacara. Improvisar — Abayautia. Imprudencia — Cheve. Imprudente — Cheveaqui. Impudencia — Viyutada. Impudente — Viyutadaaqui. Impudicia — Anauama. Impúdico — Anauamaqui. Impureza — Guau. Imputar — Paua. Inadvertencia — Idadama. Inaguantable — Inetaquima. Inalterable — Inetaquima. — 104 — Inanimado — Yatananama. Inapagable — Ticuata quima. Inapetencia — Tsamazama. Inaugurar — Yuijuju. Inaveriguable — Cuagitima. Incapaz — Eaquiama. Incauto — Cadaitima. Incendiar — Suna. Incendio — Suna. Incensar — Yiyu. Incertidumbre — Uria uaria. Incesto — Cabizunariti. Incestuoso — Cabitsuaritiaqui. Incienso — Emadi. Incierto — Uria uria. Incisión — Cajicuiti. Incitación — Jaru. Inclinación — Pameme. Inclinar — Pameme. Incluir — Tipe. Incógnito — Cabapeti. Incognoscible — Ecabapeti. Incomodar — Uria. Incomodidad, incomodado — Viria. Incomparable — Batape. Incompasivo — Nerecabama. Incompleto — Didia. Incomponible — Bajetaquima. Incomprensible — Eadebaquiama. Inconsideración — Cacatsutima. Inconstancia — Viria. Inconstante — Viria. Incontable — Piebataquima. Incontestable — Quemitsabaccua. Incontinencia — Catsuma. Incontinente —- Catsumaaqui. Inconvenible — Canimetima. Inconveniencia — Idaymama. Incordio — Cuidi. Incorporar — Uja. Incorpóreo — Ecuitama. Incorrección — Cuatsaguanama. Incorregible — Cuatsaguanama. Incorrupción, incorruptible — Ririma. Incredulidad — Quejenetima. Incruento — Amima. Incuba — Diaque. Inculpable — Juchama. Incultivable — Comeretimaha. Inculto — Cameretima. Incumbencia — Enaru. Incumbir — Enaru. Incurable — Catupetitaquima. Incurioso — Apupuda. Indagar — Bacadura. Indebidamente — Cananatima. Indecencia — Cabajeti idama. Indecente — Cabajeti idama aqui. Indecible — Adyaataquiquicama. Indeciso — Yanaquima. Indecoroso — Muydama. Indefenso — Cacuarenanatima. Indemnizar — Cuarenuca. Independiente — Netunerema. Independencia — Netunerema. Indeterminado — Cabijitima. Indevoción — Cabacatima. Indevoto — Cabacatima. Indicar —Nimecueja. Indicio — Nimecueja. Indiferencia — Bucuadyama. Indiferente — Bucuadyama. Indigena — Renazuu. Indigencia — Nerecada. Indigestión — Tacuazanama. Indignación — Ecamureti. Indignar — Camureti. Indigno — Mudama. Indirecta — Nimetupu. Indirecto —Netiagee. Indiscreción — Tnimequiama. Indiscreto — Inimequiama. Indispensable — A cuejatima. Indisponer — Ajidamaha. Indisposición, indispuesto — Agi- dama. Indistinto — Nimepe, si es vivo, si es animado — Abape. Indócil — Nimeararadama. Indole — Nimectada. Indolencia, indolente — dama. Indomable — Isaanima. Indómito — Isaanima. Inducir — Isara. Indulgencia — Nerecaba. Indulgente — Nerecaba. Indultar — Nerecabaha. Industria — Inimequi. Industriar — Inimequiju. Industrioso — Inimequiaqui. Incfabilidad — Ejebujuquima. Inefable — Ejebujuquima, Inelicacia — Tatitidama. Nimeata- Ineficaz — Tatitida. Inesperado — Quinatima. Infalibilidad — Ejebuatiquima. Infulible — Ejebuataquima. Infamador — Ebaqui. Infamia — Ejebujuquima. Infancia — Nanada. Infante, infanta — Nanada. Infanticida — Carevetiaqui. Infanticidio — Careveti. Infatigable — Canama. Infatuar — Inimemabha. Infecundo — Mema. Infelicidad — Mejidama. Infeliz — Mejidama. Inferior — Jetie. Infestar — Pasu. Inficionar — Nimequemi. Infiel — Sana. Infierno — Ijama ettiqui. Infimo — Riepiji. Infinito — Terema. Inflamación — Tutsutere. Inflamar — Tutnetere. Inflar — Cuja. Inflexible — Rirudama. Influencia — Janasa. Influjo — Janasa. Información — Nimebaca. Informador — Nimebacaaqui. Informar — Nimebaca. Infortunio — Mejidama. Infraganti — Ziraru. Infructuoso — Inama. Infusión — Ina. Ingenio — Jucaqui. Ingenuidad — Inequedia. Ingle — Etuba. Ingratitud — Tipequi. Ingrato — Tipequi. Inhíbil — Adenarubaecua. Inhabilitar — Juaacanasama. Inhonestamente — Juanausa. Inhonesto — Jananama. Inhumanidad — Jatitiquidama. Inhumano — Jatitiquidama Ininteligible — Inaruma. Iniquidad — Jucha. Injuria — Ebaqui. Injuriador — Ebaquitaqui. Injuriar — Ebequiju. Injusticia — Idyaquedya. Tomo XII — 105 — Injusto — Idyaquedya. Inmaculado — Biyema. Inmediación — Ecazitati. Inmediato — Ecazitati. Inmortal — Aputabaccua. Inmortalidad — Aputabaccua. Inmortalizar — Aputama. Inmortificación — Viriama. Inmortificado — Viriama. Inmovible — Bucuma. Inmundicia — Azicada. Inmundo — Azicadaqui. Inmunidad — Inimebare. Inmutable — Azicuama. Inmutar — Azicuamaju. Innato — Estau. Innegable — Tiamamaataquima. Innominado — Bacanima. Innovación — Etibune. Innovar — Etibune. Inobediencia — Nimeguanama. Inobediente — Nimeguanama. Inobservancia — Quinarumatima. Inobservante — Quinarumatimaa- qui. Inocencia — Inaruma. Inocente — Inaruma. Inoportuno — Piejuama. Inquietador -- Viriaju. Inquieto — Viria. Inquietud — Viria. Inquinar — Pepa. Inquirir — Nimetupu. Insaciable — Isa. Insalubre — Inama. Insaludable — Chachabaccua. Insecto — Aytsenatsena. Insenescencia — Cabaitibaccua. Insensato — Inimema. Insensible — Inimema. Inseparable — Eperequi. Insepulto — Quijeveneti. Insertar — Bacuaza. Inservible — Caynamati. Insidiar — Ujeba ujeba. Insigvilicante — Iyuepe. Insinuación — Vecaisa. Insipidez — Napada. Insistir — Yaya. Insolar — Guanaquina. Insolencia, insolente — Venidama. Insomnio — Yumeiidia. Insondable — Itieja. Insoportable — Vezataquima. Inspiración — Canabuiji. Inspirador — Canabuijiaqui. Inspirar — Canabuijiju. Instable — Viria. Instancia — Riejurieju. Instante — Apu. Instar — Riejiriejuju. Instigación — Cati. Instigar — Patatasa. Instinto — Caadebati. Instrucción — Ebavitia. Instruir — Bavitiaju. Instrumento — Verime. Insubordinación — Catsa. Insuficiencia — Etiaya. Insuficiente — Etiaya. Insufrible — Inime iduma. Insulso — Nepada. Insultar — Ugegeyaha. Insulto — Ugeyeya. Insuperable — Cuarema. Intacto — Jajama. Integridad — Equinarumalti. Inteligencia — Inimequi. Inteligente — Inimequi. Intcligible — Inimequijutaqui. Intemperancia — Tuputsuama. Intemperie — Diaquepijine. Intención — Inime. Intentona — Nimecataquima. Interceder — Abacadyamaju Intercesión — Abacadyama. Intercesor — Abaca adyamaqui. Intercutíneo — Catupeti. Interés — Etsugequi. Interesable — Etsugequi. Interesar — Etsuquejiju. Intermediar — Patia patia. Intermedio — Patia patia Internación — Educuju. Interno — Edducuju. Interpretación — Ecueja. Interpretador — Ecuejaqui. Interpretar — Ecuejaju. Intérprete — Ecuejaqui. Interrampir — Abacaisaju. Intervalo — Rejapa. Intestino — Edumiti. Intimación -— Nerecuadisia. Intimar — Nerecuadisia. 0) Intolerable — Amaacatima. Intransible -— Junenitaquima. Intratable — Peacuita. Intrepidez — Camubatima. Intrépido — Camubatimaaqui. Intriga — Quejenetima. Intrigante — Quejetimaaqui. Intrincar — Cajicati. Introducir — Repeage. Introducir — Nubimere. Introductor — Nubia aqui, Repeaje aqui. ; Intrusamente — Bayanubi. Intruso — Pezitana. Intuición — Atada. Inundar — Pezitana. Inútil — Inama. Inutilizar — Inaha. Invadir — Putitananubi. Invalidar — Iyuedamaju. Invilido — Jime. Invariable — Cuaruna. Invención — Etibune. Inventar — Etibune. Inviolable — Jajataquima. Inviolado — Jajama. Invocación — Quisusati. Invocar — Quisusati. Involuntario — Acaraqueama. lr — Cua. Tra — Caracanima. Iris — Tajinia. Irrisión — Ijariba. J Jabali — Guaburu. Jabardear — Ejacu. Jabonado — Ejacu. Jabonera — Jabonquini. Jabonero — Jaboaqui. Jactancia — Casumiti. Jadear — Canajeti. Jagúey — Bey. Jalde — Anada. Jalcar — Chapacueja. Jamás — Ayjamacuita. Jaqueca — Yuca ujeda. Jarana — Sicacada. Jarra — Enaquinl. Jaula — Ettare. Javan — Titemura. Jeme — Tupu. Jerga — Una. Jeringa — Tupu. Jeringar — Tupucuadiia. Jeln — Yamaca. Jetudo — Yamaaqui. Jiba — Cajo. Jibada — Ecajo. Jiboso — Cajoaqui. Jicara — Zetapiji. Jocosidad — Zaza. Jocoso — Zazaaqui. Jornada — Etavi. Jornal — Merezuve. Jornalero — Mereyujequi. Joven — Nanada, eve ebari. Jovial — Nimequi. Júbilo — Pureama. Judia — Yuiju. Juego — Ijave. Juez — Ecuari. Jugador — Ijaveaqui. Jugo — Enacaca. Juguetear — Ijaveaqui. Juicio — Adeba. Juicioso — Adebaaqui. Junta — Erada. Juntura — Esipita. Juventud — Esirima. L Labrador — Mereaqui. Lucrimosa — Pauacana. Ladrar — Ricua. Ladrón — Chiri. Lagarto — Banacua. Lago — Bey. Lúgrina — Yatucacame. Laguna — Bey. Lamentar — Quecque. Lamento — Equeque. Lamer — Zeju. Lana — Etsaru. Lancha — Cuaba. Langosta — Zei. Languidez — Caztere. Línguido — Caztere. Lanudo — Zaruqui. Larga — Cumuda. Largar — Cumudaha. Lascivia — Juchabijia. — 107 — Lascivo — Juchabijiaqui. Listima — Pee. Lastimar — Ujedaha. Latigazo — Uacaviti. Lavadero — Utsaquini. Lavar — Utsa Leche — Atso. Legaña — Zede. Legañoso — Zedeaqui. Legua — Emajaja. Lejania — Apada. Lejía — Timeda. Lentamente — Inimeque. Leña — Cuati. Lepra — Tuseda. Levantar — Vetizura. Leve — Sumamapiji. Ley — Cuadisia. Liar -—— Risi. Libertad — Yinedema. Libertad — Nerecaba. Libre — Enerecaba. Libro — Quirica. Licencia — Cueja, jana. Lícitamente — Utaquique. Lidiar — Quinaquinati Liebre — Inica. Liendre — Eca. Lienzo — Una. Liga — Raji. Ligar — Risi. Ligeramente — Venida. Ligero — Venida, bibada. Limar — Ijaja. Limitar — Tupuju. Límite — Etupu. Limosna — Nerecaba. . Limosnero — Nerecabaaqui. Limpia — Bugema. Limpiada — Bugeaquima. Limpieza — Bugemaju. Limpieza — Ebugema. Lindo — Ida. Linea — Tuyu. Linear — Tuyuju. Liso — Pupida. Lobreguez — Apuda. Lodazal — Uju uju. Lodo — Uju uju. Lombriz — Tiunu. Lomo — Ebebacua. Lucido — Pupida. — 108 — Lucir — Pupidaju. Lujuria — Juchaviji. Lumbre — Vecada. Lujurioso — Juchavijiaqui. Luminar — Vecadaha. Luna — Badi. Luto — Busezeve. Luz — Vecada. Ll Llaga — Pusesa. Llagar — Pusesaju. Llama — Juju. Llamar — Igua. Llamo — Ruma. Llega, llegar — Cuinana. (En el ori- nal Llaga.) Llena, llenar — Ejecuuju. Llorar — Paa. Lloro — Canana. Llorón — Cananaaqui. Llover — Neiju. Lloviznar — Cazatsa. Dluvia — Nei. M Macear — Taca. Macilento — Yuimetere. Mácula — Buje. Macho — Deca. Machorra — Cabacatibaccua. Madeja — Eveuuque. Madera — Aqui. Madrastra — Cuapujique. Madre — Cuacu. Madrugada — Apuapu. Madrugar — Apuapuju. Madrugón— Vecacamajucabatiaque. Madurar — Ejenane. Maduro — Ejenane. Madurez — Ejenane. Maestra — Epunabavitiayaque. Maestro — Bavitiaque. Magestuoso — Muda. Magno — Arida. Magro — Obauba. Maiz — Egique. Muizal — Egiquequini. Mal — Idama. Malcomido — Idamacara. Maldad — Jucha. Maldecir — Idamajanaha. Maldición — Idamayana. Malhecho — Idamaca. Malicia — Idamabaca. Maliciar — Idamabeju. Malo — Idama. Malparida — Idamacuina. Malla — Cacha. Mamar — Susu. Manantial — Muevea. Manco — Bibraque. Mancha — Buge. Manchar — Bugeju. Mandar — Cuadicia. Mandón — Cuadinaqui. Manga — Ebicani. Mango — Etsure. Manifestar — Bamere. Manjar — Educa. Mano — Emetucu. Manojear — Quere. Manojo — Quere. Manosear — Sabu. Manoseo — Sabu. Mansamente — Nimecuita. Mansedumbre — Nimecuita. Manteca — Etseri. Maña — Biji. Mañoso — Bijiaqui. Marchar — Diru. Marco — Verere. Marimacho — Decanimequique. Mariposa — Apui. Mas — Anuca. Mascar — Nacu. Matador — Esequi. Matadura — Epida. Matar — Iye. Materia — Ebutsu. Matrimoniar — Risi. Matrimonio — Risi. Matriz — Eaniquiqui. Mazo — Jucaquiquie. Medicamento — Zamaquie. Medicina — Zamaqui. Medida — Tupu. Medidor — Tupuaequiquie. Médula — Etsapuna. lejilla — Ebana. lejor — Idadiaque. lejora — Mejemeje. — 100 — Mejorar — Mejemejeju. Mosquito — Zani. Melancólico — Nimecasadama. Mucoso — Viji sucururu. Melancolizar — Nimecasaadamaju. Muchacho — Ebacuapiji. Mellizo — Sivi. Mucho — Usuada. Membrana — Ebitiveizeda. Muerto — Maju. Memoria — Nimearaquida. Muerto — Emaju. Menos — Emaque. Mujer — Epuna. Menstruación — Ejui. Murciélago — Vina. Menstruar — Ejuiju. Murmullo — Licacada. Mentir — Pusiaju. Murmurador —- Igillaguanaaqui. Mentira — Pusia. Murmurar — Igillaguanati. Mentiroso — Pusiaqui. Muy — Diaque. Menudear — Sumamapijia. Meollo — Etsapuna. N Merdoso — Asicada. Merendar — Ara ara. Nacer — Cuinaza. Mes — Badi. Nacido — Ecuinana. Mezcla — Uja. Nada — Ayjama. Mezquino — Inieda. Nadador — Vesaaqui. Miedo — Muda, bagida. Nadar — Vesa. Miel — Guaja. Nalga — Ettada. Mierda — Dumi. Nariz — Ebi. Miga — Ejara. Naufragar — Petutana. Migaja — Ecuesiquie. Náúusea — Capuseticara. Mio — Equiquie. Nauscar — Capuseti. Mirada — Ba. Neblina — Zigeguani. Mirar — Ba. Negar — Tiacarama. Miserable — Nerecada. Negro — Tseveda. Miseria — Nerecada. Nervio — Ejaruna. Misericordioso — Nerecabaaqui. Nido — Eja. Mismo — Tudia. Niebla — Zigeguani. Mocedad — Eve ebari. Nieto — Yutsecuaque. Moco — Uiji. Nieve — Viyeguani. Modestia -— Muyda. No — Ayjama. Modorra — Vinujuyaque. Nocivo — Ojeda. Mola — Ejariba. Noche — Meta. Mojadura — Enacata. Nombrar — Isara. Mojar — Nacataha. Nombre —- Bacani. Moldar — Tupu. Norte — Cuegipa. Molde — Tupu. Noticiar — Cueja. Molestador — Ujedamerejoqui. Novilunio — Badinana. Molestar — Ujedamere. Nube — Puge. Mónstruo — Cabiruti. Nudo — Chuca. Montaña — Equique. Moquear — Tizi. 0) Morar— Ani. Mordedura — Caru. O — disyuntivo — Ni. Morir — Maju. Obedecer — Nimeguana. Mumurar — Ijillajiguanati. Obediente — Nimeguanaqui. Moroso — Inimeque. Obice — Jachi. Mortal — Majuaqui. Obligación — Inime. Mortificación — Ujeda. Obligar — Inimecamare, Obsequioso — Inieda amaqui. Observar — Naru. Obstáculo — Tachi. Obstinarse — Accarama. Ociosidad — Diagni. Ocioso — Diaini. Ocultar — Tena. Ocupación — Mareju. Ocho — Euimichacalco. Odiar — Iguedamaju, ujedacanaiti. Odio — Ujedacanaiti. Oeste — Igetinubiaque. Oido — Ijacaqui. Oir — Ijacaquiju. Ojo — Yatuca. Oler — Iru. Olfato — Iru. Oliscar — Ivivi. Olvidar, olvidado — Nime aputa. Olla — Emaricaca. Ombligo — Zun. Once — Tuncapeada aracana. Onda — Viuviu. Oportunamente — Pieju. Oración, orar — Nimetupu. Orden — Idaque. Oreja — Ijaca. Orgullo — Casueniti. Orgulloso — Casumitiaqui. Orificio — Pusacani. Origen — Catibuti. Orilla — Ecuatsa. Orillar — Cuatsaju. Orin — Chipiroduni. Orinar — Vira. Oro — Chipiroliquidaqui. Oruga — Etsena. Orzuelo — Yatucapivi. Oscuro — Apuapu. Ovillo — Puceca. Ovillar — Pucasa. P Pábulo — Ude eduqui. Paciencia — Iniemeiduju. Paciente — Inimeidujuaqui. Pachorra — Bajadama. Padecer — Inimeidu. Padrastro — Etatapujique. Padre — Tata. Padrino — Tata. — 110 — Paga — Manutia. Pagar— Manutiaque. Paisano — Ecue epujuque. Paja — Yachi. Pájaro — Upati. Pajita — Iguachupij. Palabra -- Yana. Palidez — Anasuie. Píúlido — Anasuie. Palma — Juji. Palmo — Emetuastupu. Paloma — Veydeca. Paloma — Veyepuna. Palpar — Aba. Palpitación — Tutuga. Pantano — Enasapa. Panteón — Majuguini. Pantorrilla — Euxitemu. Panza — Dueniti, eyere. Papel — Quirica. Parar — Yuneti. Parasismo — Nimedira. Pardo — Van. Parecer — Buche. Parecido — Bucha. Pared — Esipiqui. Parias — Tributo. Parida — Ecuinana. Paridad — Bucha. Pariente — Atta. Parir — Cuinana. Parla — Quisarati. Parlador — Quisaratiaque. Parlar — Isara. Parpadear — Tapi. Parricida — Tata iyeque. Parricidio — Tata iyequique. Partir — Raro. Párvulo — Evasuananadaque. Pasatiempo — Piejubare. Pasear — Risaisaya. Pasmar — Temudsa. Paso — Quese. Pasto — Nudsa. Pata — Jugepuna. Patalear — Capucacati. Patear — Tibenetapa. Pato — Jujedece. Patrocinar — Ettena. Pausado — Venana, baccua. Pausar — Venanama. Pavesa — Odejaru. Pa Pavo — Tedu. Pecado — Jucha. Pecho -— Iyacua. Pechuga — Yacuatse. Pedazo — Ayipejo. Pedernal — Timu. Pedir — Baca baca. Peer — Quijiju. Peinar — Riru. Peine — Yapere. Peladura — Evite. Pelear — Quinatiquinati. Pelechar — Zericuina. Peligrar — Idamajo. Peligroso — Idamajuquiutaqui. Pelota — Cuabu. Pelotear — Cuabuijabeju. Pelusa — Idsu. Pellejo — Ebite. Pellizcar — Mudi. Pellizco — Muai. Pena — Capeinimeti. Penacho — Zira. Penar — Capeinimeti. Pendejo — Euana. Pendencia — Quinatiquinati. Penctración — Aboba Penitencia — Inimebacuina. Penitenta, penitente — Inimebacui- naqui. Penoso — Masada. Pensar — Adeba. Peña — Tumuebari. Peor — Idamacuita. Pepita — Ecaca. Pequeñez — Sumamapiji. Pequeño — Sumama. Perder — Narumaisa. Perdiz — Buni. Perdón — Merecaba. Perecer — Tere. Pereza — Diaida. Perezoso — Diaida aqui. Perpendicular — Tuyu. Perro — Chapa. Perseguir — Nimejuana. Persona — Ecuita. Persuadir — Amere. Pesadez — Bicueda. Pesadilla — Tabiju, ujeda. Pesado — Bicuada. Pescado — Jae. Pescador — Jaeaqui. Pescar — Jaeati. Pescuezo — Tui. Pesquisar — Sare. Pestaña — Yatucasaru. Peste — Ujeje. Petición — Bacabacara. Pezón — Utsuvitu. Piadoso — Idaaqui. Picada Caru. Picazón — Vijida. Piedad — 1da. Piedra — Tumu. Piel — Evite. Pierna — Enatsimare. Pinta — Veneaqui. Pintar — Venevene. Piña — Atsu. Piojera — Biaquini. Piojo — Bia. Pisada — Enachi. Pisar — Tapa. Pisotear — Neretapa. Placer — Pureama. Plano — Ruma. Planta — Vaisuenanaque. Plantar — Vaha, va. Plantilla — Cajipeti Plata — Chipilo. Plitano — Bandare. Plato — Peja. Playa — Mijiji. Plegar — Nuca. Plegaria — Bacabacati. Plenilunio — Cuareruda. Pleuresia — Ujejeda. Pliego — Canucati. Pluma -—- Ecatta. Plumero — Ududo. Población — Upu. Pobre — Nerecada. Podrir — Uri. Polilla — Ettena. Polución — Eti. Poner — Ya. Poniente — Igetinubiaque. Popa — Ettibu. Por — Ademe, itaque. Porfía — Abatacama. Porque — Tibu. Pródica — Cuatsabija. Predicar — Catsabijiju. Pregues — Maqui. Preguntar — Baba bacati. Preparar — Bageti. Presumir — Casumite. Prevenido — Iguene cabajeti. Priesa — Bibada. Prieto — Ejeecqueani. Primogénito — Yenene. Pua — Evi. Pudor — Visu. Pueblo — Epu. Puleritud — Bujemaque. Pulcro — Bujema. Pulido — Pupida. Pulir — Pupidajo. Pulsación — Enijo. Pulsar — Mijuaba. Pulso — Ebicana. Punible — Catsataqui. Punta — Ebitu. Puntear — Duduyaque. Punzar — Jacua. Puñado — Jabu. Puño — Emetucupucaca. Pureza — Bugemacuita. Q Y Que — Aitibu. Quebrar — Pucucu. Quedar — Ani. Queja — A. Quemar — Turuisa. Querer -— Bijadaba. Querido — Indaque. Quien — Aira. Quieto — Yuani. Quijada — Erumu. Quitar — Quenmi. Quito — Quemi. R Rabia — Ar, nijucamaiti. Rabioso — Nijucamaitiqui. Rabo — Umibi. Racimo — Inacama. Racional — Adebaaqui. Radio — Vecadaquetuyo. Raiz — Ultiri. Raja — Patsa. Ralo — Vecada. — 112 — Rallar — Ere. Rama — Yid, Guagua. Ramillete — Erada. Rancio — Guanida. Ripidamente — Zereji. Rápido — Zereji. Rapiña — Chiri. Rasgar — Ziri. "Rata — Zatsucaiti. Ratón — Yete. Rebajar — Butiamica. Rebozar — Paquetana. Recibir — Quemi. Recién — Yacua. Recoger — Mepe. Recordar — Adebamere. Recrear — Nimesisa. Recreo — Nimesisa. Recto — Tuyu. Recular — Tibeneaje. Red — Cache. Redondear — Cuareruda. Redondo — Cuareruda. Reflejar — Vecaisa. Refresco — Baaisa. Refrigerio — Baaisa. Regalar — So, Jujema. Régimen — Idaaqui. Regir — Idaju. Registrar — Babare. Regocijo — Pureama. Regresar — Ettinuca. Regúeldo — Cana. Rehusar — Bijudama. Reible — Zataqui. Reir — Zataquijo. Reja — Veririaqui. Relucir — Pupida. Rellenar — Yequienuca. Remangar — Evicauiiba. Remar — Tarutaru. Remedar — Pie. Remendar — Zipi. Remo — Etaruqui. Remolinarse — Subarere. Remolón — Diaida. Remordimiento — Nimecueja. Rencor — Nimecanaiti. rencoroso — Nimecanaitiaqui. Reñir — Quinaquinati. Repetir — Anuca. Repique — Dudo. reposar — Canaara. reprender — Noreda. Reprimir — Inimetana. Resbalar — Rivi. Rescoldo — Muruuqueda. Resfriar — Banaisa. tesfrio — Bandanubi. tesina — Emadi. Resollar — Casadacanajeti. Resonar — Pieya. Respeto — Emuiba. Respiración — Canajeti. Resplandor — Uda. restitución — Tianuca. Restituir — Tianuca. retorcijón — Esereraujeda. Retumbar — Rararara. Revés — Dunieque. Revocar — Zicuya. Revolcarse — Meemee. tibetear — Picucua. Rico — Nerecadama. iña — Quinatiti. Riñón — Rebu, epecaca. Rio — Exsepere. Risa — Zaaqui. Robar — Chiri. Rocio — Yabaqui. Rogar — Bacabacati. Rojo — Pudeda, Chachada. Romper — Pueu Ronquear — Nereda. Ropa — Una. Rubio — Tiquida. Ruego — Bacabacati uidoso — Zicacada. S Siúbalo — Butzaqui. Sabañón — Oachibiji. Saber — Bave. Sabor — Yatsacana. Saborear — Yatsanacajo. Sabroso — Yatsacana. Saca — Zictara ebari. Sacar — Quemi. Saciar — Nijuquiju Saco — Zitara. Sal — Banu. Salado — Guajada. Salamanqueja — Guaguabacua. Tomo XII a Salar — Guajadaha. Salir — Quinana. Saliva — Ecuedi. Salivar — Ecuedia. Saltar — Putitana. Salud —- Majuma. Saludar — Isara. Salvaje — Capiniri. Sanar -— Chachaju. Sancochar — Edducasapa. Sangre — Ami. Sano — Majuma. Sarampión — Pusere. Sarro — Buseseve. Sarta — Jamatoro. Satanás — Yechana. Satisfacer — Najara. Sauce — Zisicui. Secar — Raraisa. Seco — Erara. Secreto — Ettena. Secundina — Une. Sed — Ijicara. Seis — Sucuta. Sembrar — Va. Semen — Eti. Sencillez — Inime adebayama. Senda -- Eccari. Senectud — Esiri. Sentir — Upaju. Seña — Diri. Señal — Diri. Señalar — Dirijo. Separar — Pireya. Sepulcro — Majucani. Sepultar — Papa. Sequedar — Ura. Serenar — Yetana. Seriedad — Catyuda. Serio — Catyudaaqui. Serpiente — Bajnapa. Servir — Mere. Seso — Yupa. Si — Ejee. Sidra — Limon ebari. Siete — Pacalco. Silbar — Uvia. Soberbio — Casumiti. Sobre — Diaque. Sobriedad — Dajicadama. Sobrino — Ebacuapea. Sobrio — Dajicadama. Solocar — Cuacuamuri. Soga — Uju. Sol — Igeti. Soldar — Zipi. Solicitar — Canimecuejati. Solo — Tupidia, Tuta. Soltar — Dirusa. Soltero — Cuanemaque. Sonar — Capieti. Sonido — Capieti. Sonrisa — Dajida. Sonrojar — Vipuchitana. Sonrojo — Vipuchitana. Soñador — Tabijua, Adebaaqui. Sonar — Tabijuadeba. Sopapo — Emetucupucacatsubana- capa. Soplar — Cuja. Sorbo — Subiiji. Sordo — Isabe, Isave. Sortija — Metara. Sospecha — Misida. Sospechar — Misidajo. Su — Tujaque. Suavizar — Sabisabiha. Subir — Zura. Sucio — Asicada. Sudar — Veruru Sudor — Veruru. Suegro — Ettataquietuja. Suelo — Yana, Yana. Sueño — Vinu. Sufocar — Majumere. Sufrible — Idujutaqui. Sufrir — Idujo. Suicidio — Tutaquietiju. Súplica — Bacabaca. Suplicar — Bacabaca. Suplir — Tuputajo. Supurar — Enacacaeti. Sur — Veni. Suspiro, suspirar — Cana. Sustancia — Enacaca. Sustento — Araara. Susto — Ecuisa. S5nuyo — Tujaque. mo 'Pabaco — Umaja. 'Pábano — Tipesi. 'Tabaquera — Umajaquini. 11. Tabardillo — Cuitanque. acto — Camedaqueti. 'Tachnela — Clavomusama. alega — Sitara. Valón — Cuachitana. También — Diadi. Tantear —- Ababani: 'Tanteo — Ababani. Tañer — Dudo. Tapa, tapar — Tumu. Tapia — Tata. Tapón — Etumuqui. Tarántula — Biccua. 'Pardanza, tardar — Zumutati. Turtamudear, tartamudo — Anatutai. Techo, techar — Eysura. Tejer — Tatata. Vela — Una. Telaraña — Cayuveise. 'Temblar — Chanu. Temer, temor — Muba. Temprano — Ebaura. 'lendón — Ejaruna. Tener — Ania. Tentación — Idamamere. Tentar — Idamamereja. Venir — Ducueri. Terciana — Bara. 'Tericia — Usu usu. Terror — Ecuicha. Testa — Yiuca. Teta — Atsultimare. Tibieza — Diaicada. Tiempo — Pieju. Tierra — Mechi. Tigre — Iba Timbal — Cumucumu. Timón — Tibu. Tinieblas — Apuda. Tio — Cucu. Viricia — Usuusu. Tiritar — Tadada. Titubear — Varere. Tizón — Etiquitabu. 'Pobillo — Enachiatuca. Tocar — Abu. Todavia — Amajari, aniari. Todo — Dutia. Tomar — Quemi. 'Ponada — Eru. "Ponto — Nimana. 'Porbellino — Tabu. Torcer — Vayo. 'Torcido — Evayo. 'ordo — Chico. "Tormento — Ujeda. "Tornar — Enuca. Vorpeza — Ime. Tortilla — Ecasapa. 'Vórtola — Uu (Tu u). Tortuga — Dati. Tos — Ujuuju. Trabajar — Mereju. Trabajo -- Mere. Traer — Beti. 'Tragar — Buji. 'rasparente — Vecada. 'lraspirar — Maduli. Trasquilar — Eisu. Trece — Tunca peada arana. 'Trémulo — Dadu dadu. 'Trenzado — Epica. 'Trenzar — Pica. Triángulo — Eddiri. 'Pripa — Edumijite. Triste — Nimebicueda. 'risteza — Capimimeti. 'lronco -— Ecui. ropezar — Chica. Tropezón — Chica. 'Protar — Agebidada. Trueno — Tusu. "Tu — Miquia. Tuétano — Etsapuna. 'Tufo — Guanida. Tullir — Pututyu. Tumulto — Cacasati. 'umultuar — Cacasati. Tuna — Diayda. Tupir — Tii. Turno — Coeti. 'uyo — Tujaquie. UÚ Ufano — Caumiti. Ulcera — Pusisa. Ultimo — Tupujuju. Ultrajar — Idama. Ungiúiento — Esamaqui. Unico — Tupidia. Unión — Nimepidia. Unir — Zipi. Uno — Peade. MES Uña — Emesuru. Urdir — Nitia. Urina — Vira. Usado — Etyume. Usar — Cume. Uso -- Tujabane. V Vaciar — Quemi. Vucio — Isama. Vadear — Dejeta. Vado — Evejeta. Vaho — Ujiji. Valiente -— Casada. Vanidad — Casumiti Vapor — Guani. Vara — Sanavica. Variable — Anisicuataqui. Variar — Anisicuati. Vistago — Evija. Vedado — Utaquima. Veinte — Vetatunca. Vejez — Esiri. Vejiga — Cujacuja Velar — Naru. Velocidad — Vidada. Veloz — Vidada. Vello — Ududu. Vena — Amidijo. Vencer — Casubuti. Vender — Iru. Venero — Maro. Venganza — Etsuge. Vengar — Zujeju. Venida — Eti. Venir — Eti. Ventear — Pei. Ventosear — Juja. Ventriculo — Arasaca. Ventrudo — Edumitielari. Ver — Ba. Verano — Uquijanajana. Verdad — Pusiama. Verde — Sanada. Verga — Vicadada. Vergonzoso — Visuaque. Vergiienza — Visu. Vermejo — Pudeda. Verruga — Pivi. Vestido — Cajututi. Vidu — Canajeti. Viejo -— Esiri. Viento — Cuejiji. Vientre — Ecarecani. Vigilar — Naru. Vigor — Casada. Virgen — Jajama. Viruela — Pusese. Viscoso — Bacida. Viuda — Avema u. Viudo — Enenemaju. Vivir — Canajeti Vivo -— Canajeti. Vocear — Quetere. Volar — Eta. Vómito -— Capuseti. Voz — Etsuri. 116 — Vuelta — Coeti. Vuestro — Micuanaja. y Ya — Amena. Yema — Edu. Yerba — Nutsa. Yerno — Ebacua. Za Zambullir — Canavitu. Zaratán — Espune. Zumo — Enacaca. Zurcir — Ecasipiti. Zurdo — Ani. APÉNDICE Las Misiones Franelscanas POR EL Rev. P. Fray JOSÉ CARDUS Castellano - Tacana : 7 S 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 w = Yo — Ema. Tú — Mitda (Mida Il ó aquel — Icho Barcelona, 1886 VOCABULARIOS ) (Ichu). Nosotros — Ecuana. Vosotros — Micuanetda. llos — Ichocuana No — Mabe. Si — He he. Hay — Eani. No hay — Aimabe. Agua — Eavi (Ena Fuego — Cuati. Maiz — Rige (Dije ). ). Chicha — Eiri (Eidi). Comida —- Jana Sol — Iretti (Idetti). Luna — Batdi (Bad'di). Estrella — Attujai Tigre — Ibba (Iba) (Etujai). Tierra — Eagua (Eaua y Medi). Llueve — Naiepuani (Naipu). Siéntate — Aniutequé. ¿Cómo estás? Bien piema. ¿Cómo te llamas? — ¿Amisai piabe? Sai- — ¿Aimi banime? 1 Jóntre paréntesis están Jas formas del P. Armentia, Cavineña: — Iquie (Yequia) '. Mitya (Miquia). Yumequie (Yumeque). Aijiama (Ayjama). Hé hé. Ania. Aijiama Ena. Etiqui. Ijiqui (Egique) Tupari. Earaquie (Edduca). Iyetti (Igeti). Batdi (Badi). Pajaji (Purari). Mechi (Mechi). Nahijuya (Neiju). Anibutecue. ¿Jitdamiquie? Jitda. ¿Aibcanaimi ? 118 — 25 Voy — Eputi da ema. Cuayaiquie. 26 No voy — Aimabe da ema eputimabe. Cuayamaiquie. y ] y q 21 Fui esta mañana -— Aputdaya da ema putia. Aputdaya iquiecuaya. 28 Mañana iré — Muetacho ema paputi. Metautya cuaya. 29 ¿A dónde vas? — ¿Quiepia mi ndae puti? ¿Requie micuaya? 30 ¿Qué dices? -— ¿Cua mi epuani? ¿Ejebuchi jua ? 31 Mi padre murió ayer — Mueta quia tata manoa puichá. Yabare tibeine majuchine. 32 ¿Qué buscas? — ¿Aimi echa cuania? ¿Aimi sarea? 33 ¿Qué quieres? — ¿Aimi quie rsatda ? ¿Aimi juya? 31 Quiero cuchillo -— Cuchiro quie marsatda. Cuchiro bijitdabaya. 00 Deseo pescado — Zee eursatabania. Aracarara jahe. 36 Yo maté un tigre con la flecha — Pisa-nee ibba manoamejiji. 97 ¿Hay Dios? Hay — ¿Agua Yusu iani? Eani. ¿Ania Dios? Ania. 38 ¿En dónde está Dius? — ¿Quiepia Yusu iani? 30 Dios esti en el cielo — Ebacuepacha su eani. 40 ¿Quién crió el cielo y la tierra? — ¿ Aiyani ebacuepacha attaida ye yeagua neé? Dios los crió — Yusu ya attaida. Yo amo á Dios — Eamamu Yusu eyubania. Yo iré al cielo con Dios — Emamu ebacue- pacha su eputi Yusu neé. Anda á tu casa y vuelve luego — Miquie ettesu putiquie jasiapa putdatiquie. vi- Miquie etare dirucue dada eticué. 45 Vámonos de aqui — Meputiu. Metdirú. 46 Id ó andad — Mecuquie. Mecuacué. 47 Entiendo tu lengua — Miquiemimi ema- babe. Miquiyana iquiebabe. 48 No entiendo tu lengua — Buemabe ema miquiemimi. Baecoiquie miquiyana. [ln los primeros veintiún números se ha aumentado las voces que corresponden según los vocabularios respectivos del Padre Armentia, siempre que éstos acusen alguna diferencia. Como se puede ver las hay y muy curiosas, como por ejemplo el PUuRARI por Pujar — estrella — número 18, en el Cavineño. Donde Armentia oía D, á Cardús le sonaba Ri, y así por el estilo otras confusiones de sonidos que tan pueden estar en los oídos que oyen como en las lenguas que lo hablan. lístos cam- bios de sonidos son de mucha importancia para el estudio de las lenguas, porque el día que nos demos cuenta de lo que cada sonido representa 0 puede representar en las diferentes lenguas y ópocas, se habrá dado el primer paso grande hacia la clasificación final de las lenguas de las Américas; y si no — 110 — nos es dado reducirlas todas á un solo tronco, tal vez lleguemos á poder incluirlas en una ú otra de unas pocas ramas. Il Padre Cardús, en su serie de vocabularios, incluye el Maropa (número IX, páginas 314 y 315) y en la noticia que precede dice lo siguiente: «La Maropa se habla en el pueblo de los Reyes, departa- mento de Mojos; liene la Y francesa y la Z castellana; palabras son Tacanas. »] Castellano-Maropa: — Yo — Eme. Tú — Mi. Il ó aquel — Tube. on 23.) Nosotros — Ecama. Vosotros — Micabe. Ellos — Tuna. ' No — Mabe. Si-— Hé hé. Hay — Eani. No hay — Maica. Agua — Jubi. Fuego -— Cuati. Maiz — Chije. Chicha — Ichi. Comida -— Jana. Sol — Ichetti. Luna — Bansri. Icstrelln — Buanavi. Tierra — Eugua. Tigre — Imba. Llueve — Nai. ) Siéntate — Animbuteje. ¿Cómo estás? Bien — ¿An cha mi? Zai- pibe eme. ¿Cómo te llamas? — ¿Ain bani mi? Voy — Méputi. ) No voy — Mapéputi. Fuí esta mañana — Maputia bebichijdu. Mañana iré — Maita meputi epu. ¿A dónde vas? — ¿Piajdu miputi ? ¿Qué dices? —¿ Aitemi cuesrda eme ? Mi padre murió ayer — Baunra amanu qui tata. ¿Qué buscas? — ¿Aitemi t-razda ? ¿Qué quieres? — ¿ Aitemi t-rutambazda ? Quiero enchillo — Cuchillo met-rutam- bajda. Dosco pescado — Sissi janja ja eme. muchas Tacana : — Ema. Mitda. Icho. Ecuana. Micuanetda. Ichocuana. Mabe. He he. Eani. Aimabe. Eavi, ena. Cuati. Rige. Eiri. Jana. lretti. Batdi. Attujai. Eagua. Ibba. Nai epuani. Aniutequé. ¿Amisai piabe? Sai piema. ¿Aimi banime ? Eputi da ema. Aimabe da ema eputimabe. Aputdaya da ema putia. Muetacho ema paputi. ¿Quiepia mi ndae puti ? ¿Cua mi epuani ? Mueta quia tata manoa puichá. ¿Aimi echa cuania ? ¿Aimi quie rsatda ? Cuchiro quie marsatda. Zee eursatabania. == 190 36 Yo maté un tigre con la flecha — Eme ma- manuemia imba pijda neje. Pisa-nee ibba manoamejiji. 37 ¿Hay Dios? Ilay — ¿Eani tata Dios? Eani. ¿Agua Yusu iani? Eani. 38 ¿En dónde estí Dios? — ¿Piazu muni cani tata Dios? ¿Quiepia Yusu iani? 309 Dios esti en el cielo — Dios eani emba- cuepachajdu. Ebacuepacha su eani. 40 ¿Quién crió el ciclo y la tierra? — ¿Aisse ¿Aiyani ebacuepacha attai- jata iye embacuepacha eua juba ? da ye yeagua neé ? 41 Dios lo crió — Ecajda Dios tahata. Yusu ya attaida. 42 Yo amo ¡%ú Dios — Me jaimunem bajda Dios. Eamamu Yusu eyubania. 13 Yo iré al cielo con Dios — Eme meputie- Eamamu ebacuepacha su pu embacuepachajdu Dios neje. eputi Yusu neé. 14 Anda á tu casa y vuelve luego — Jujuye Miquie ettesu putiquie, ja- pueyuje chamu benaname. siapa putdatiquie. 45 Vámonos de aqui — Quejuyu. Meputiú. 46 1d 6 andad — Juyuje. Mecuquié. 47 Entiendo tu lenana — Mimimi metram- bajda. Miquiemimi emababe. 48 No entiendo tu lengua — Mimimi mamet- rambajda. Buemabe ema miquiemimi. [Se ve claramente que las diferencias son más bien otro modo de decir la misma cosa. lin cuanto á la palabra JuBr— agua — falta que saber si es la única, pues el mismo Tacana hace uso de la otra voz NA también. ln la región Moja se comprende que Jul sea una de las formas de decir «agua» como que Uent ó Beni sería otra. Cóue=RiGE— Maíz é Tcm=!lEir1I— Chicha, nos da la ecua- ción: Ch=R. De los datos suministrados por Cardús, podemos estar se- guros que el Maropa no es más que un codialecto con el Ta- cana del gran grupo que incluye á estas dos fracciones como también á los Araonas y Cavineños. So Mo lo 0%] E R S den BENI MADRE DE DIOS porta. en los 1984 en los años de 1984 y 1885. BENI MADRE DE DIOS , JAHUAMANU VUANCOMANU jorcdpo y Gesto pprerlaa £ ES Ss 9 Carmen deToromona $ ROMONAS e A pio Chu nin / SS fiaidoda. en 1804 por e P. Antonip dira 9 Cavinas Santiago de Pacaguaras 1 por d P PerexRegnante ¿NDUMO LEYENDA + Establecimiento de gomales (ba+ rracus) | -----Camino antiguo de Isiamas al Madre de Dios. Camino seguido por el Padre Ary mentia ADVERTENCIA, —Donde dice Cerros Caravaya, léase: Ultimo límite de | Serranta. Carmen de Toromonas fundada enl 12 de octubre de 1805. Fr. Nicolás Armentia. quan (1 ÍNDICES DE LOS ARTÍCULOS: CONTENIDOS EN LA REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA TOMOS I — XI Compilados por RELE MO0ÓnmeEs Director de Publicaciones Tomo XIII Indice alfabético por nombres de autores Tomos 1—XIMM 6 Aunorr N.: — Rapport préliminaire sur une excursion botanique dans la Sierra de la Ventana... 0.onooocccccccoo. VII, 181 Contributions á la flore de la Terre de Feu.— I. Obser- vations sur la végétation du canal de Beagle .............. NM ALborr N. y Kurtz F.: — Contributions á la flore de la Terre de Feu.— II. Enu- mération des plantes du canal de Beagle et de quelques autres endroits de la Terre de Feu o... co... occ VIT, 353 AMBROSETTI J. B.: — Descripción de algunas alfarerías calchaquíes....oooo......... MI, 65 Viaje á las Misiones argentinas y brasileraS.... 0... ...... ID 417 >» » » > 22 101 Odo po dad PoVoudaoRaa IV 0112 8 9 » » » » A A 13573 » » » » a A VE DAD Arqueología argentina. Un nuevo Pillan- Toki ........ > X, 2065 Apuntes sobre la arqueología de la Puna de Atacama XII, 1 Aru Sanuaraura Inca J.: — ai deci. Udo al VIS. (5) Cuando se trate de artículos en colaboración, debe buscarse el título respectivo en la inicial del apellido del primer autor que figure al frente del estudio. (*) Con el tomo XIII termina la primera serie de la Revista pbeL Museo DE La Para. Arata P. N.: — El pilliján y la pillijanina ..... EOS AnS ADORO NES La sacarina Fahlberg, considerada bajo el punto de vista ME. ubuslsnal e dscbs das ina bob Suela nccusta cuspadosdl daa onbciasa ARMENTIA N.: — Cavineña ó Cavina. Arte y vocabulari0. o... ooceococcaoos ARMENTIA N. y Gi A.: — Arte y vocabulario, etc., de la lengua Tacana ........oo..... >» > » >» >» LANAS ROS BacquÉ A.: — Droisitigonocéphales ida BÁrcENA A.: — Arte y vocabulario de la lengua Toba omo cono 00. Véase LaFONE QUEVEDO, S. A. Biblioteca del Museo de La Plata. — Lista de las publicacio- nes recibidas en cange (Octubre 1890 — Mayo 1891).... Biblioteca, etc. — (Junio — Diciembre 1891) 0.0.0.0... com. BODENBENDER G.: — Sobre la edad de algunas formaciones carboníferas en la ¡Rejuñldlica Argenta sessosccco secsonbeccós encovas /000 vononosobeds BretnEs J.: — Notes biologiques sur trois hyménoptéres de Buenos Aires Bripces T.: — Datosisobre Mena > >» >» A OAMUODOng ro ada SbÓpOs asvdO90000V0e nodo Brucn C.: — Descripción de algunos sepulcros calchaquíes, resultado de las excavaciones efectuadas en Hualfín ........... o La piedra pintada del arroyo Vaca Mala y las esculturas de la cueva de Junín de los Andes La piedra pintada del Manzanito ........ ES Le nid de lfumenes caniculata (Oliv.) Sauss. (guépe so- litaire) et observations sur deux des ses parasites ........ (ISO 11, 463 VIT, 129 X, 193 HI, 19 MISAS X., 51 AS XI, 71 Xl, 223 Enumeración de una colección de aves de las provincias de Salta y Jujuy y descripción de un nuevo tirávido (PATOS COS RESICONO AMOREROS) aocavsodloososenenode pasagone Metamórfosis y biología de colcópteros argentinos. Ab e giodera erylhroptera, Calligrapha polyspila, Chalepus IS a Ue Sesto ascii cada Meca: Eo Metamórfosis, etc. — rn. a. viltata, Plectony dd correntina, Amplipalpa negligens ooo ccoo cocoa cos JURCKHARDT C.: — Rapport préliminaire sur une expédition géologique dans la région andine, située entre Las Lajas (Argentine) et Curacautin (Chili) ...... os SS de Traces géologiques d'un ancien continent Padliena di Le gisement supracrétacique de Roca (Rio Negro) ......... $ Véase Rorn S. » WeurLr L. 3URMEISTER C. V.: — 3reves datos sobre una excursión á ¡aa OMA inossoceoao ass: Nuevos datos sobre el territorio patagónico de Santa Cruz >» » » » » » Datos sobre el carbón de piedra de San Rafael (provincia de MA A Dl A e DELAcHAUx E. A. S.: — Límites occidentales de la República Argentina. El artículo del doctor Juan Steffen «La cuestión de límites chileno- SON Cc O Draco L. M. (véase MacauLay T. B.) EUISCHERIIA == Determinación de las regiones del globo donde la fauna es INSUi ciente con FLower W. H.: — Los Museos de Historia Natural ...... o Le NOEL 402 == Las variaciones periódicas de los ventisqueros ....... ....... XIT, 205 1273 IV, 225 No 7 IV, 07 IX, LT) v61 — 126 — Freceiro C. L.: — La historia documental y crítica. Examen de la «Historia del Puerto de Buenos Aires», por Eduardo Madero .... VERS) GROUVELLE ÁA.: — Quelques clavicornes nouveaux de la République Argen- tine mecucl lis ipa Ca SI GiLr A. (véase ARMENTIA N.) HaurmaL R,: — La sierra de la Ventana (provincia de Buenos Aires) ...... TIT, 3 Nota sobre un nuevo género de filiceos de la formación rhética del Challao (provincia de Mendoza) ooo... INVARIE Observaciones generales sobre algunos ventisqueros de la cordillera de los Andes (Mendoza) co. oo conos VI, 109 Primera ascención al nevado colorado de Famatina (6150 ME Os o lio VII, 169 Contribución al estudio de la geología de la provincia de Buenos Aires.—TI. Las sierras entre Cabo Corrientes é IalMOjO ssiccuss . ovencos A E o SN VII, 477 Nepal oaRtS Xx, 313 Distribución de los centros volcánicos en la República Ar- geamtima 57 Civile aosoaooacs “anonasosost A da aoioods XI, 177 Véase Lance G. HautHaL R., Roth S. y Lenmann - NirscHe R.: — El mamífero misterioso de la Patagonia: Grypotherium AMES O dE DA EAT IX, 409 ImerinG H. v.: — Nuevas observaciones sobre moluscos cretáceos y tercia- AR o A DA Jacon C.: — Examen microscópico de la pieza cutánea del mamífero misterioso de la Patagonia, Grypotherium domesticum X, 61 Contribution á létude de la morphologie des cervaux des indiens (décrits dans les Matériaux pour servir á l'An- thropologie des indiens de la République Argentine, par lle JDpe 15 16m ¡Ñañe) soso noocopaso ovobla ianoco boda. vedsn/pass XII, 59 — 127 — JubuLiEN F.:— uelques notes sur plusieurs Coprophages de Buenos Aires IX, 371 | la) > / KosuowskyY J.: — Tres semanas entre los indios Guatós ......... TO ACE VI, 221 Faunas locales argentinas.— II. Enumeración sistemática de las aves de Chilecito (provincia de la Rioja) .......... llo 277 Aves recogidas en la provincia de Catamarca durante los A EAN A VI, 289 Batracios y reptiles de Rioja y Catamarca, recogidos du- rante los meses de Febrero á Mayo de 1895 ........... MIRES: Un nuevo geco de Matto (GrOSSO .ooocoooccccnn cocooon conos VI, 371 Algunos datos sobre los indios Bororós ............ VISITS El rol de los termitos en la distribución de centros dde ve- catación arieonea en llos amos sosconadons lenocuesdomeesdó dagas IA IES Dos nuevas lagartijas de la provincia de Buenos Aires .... VI, 417 Reptiles y batracios de la sierra de la Ventana. (provincia MUERES ssconessorarosottocuonda! BunIB Eco ULOS BÍGESda ON non Vil, 149 Sobre algunos reptiles de Patagonia y otras regiones ar- O a ol can Metal VII. 445 Ofidios de Matto Choo (Bras a acne VIE 25 Enumeración sistemática y distribución geográfica de los tells ARIEMUIMOS .scuo econ. 1 sdogbos, coseeohse! osVbsaduoodbgpa ase VII, 161 Dos mamíferos de Patagonia, cazados en el valle del lago Blanco Ci os XI, 129 Kurtz F.: — Sertum cordobense. Observaciones sobre plantas nuevas, raras Ó dudosas de la provincia de CórdOba ............. V, 281 Contribuciones á la palaeophytología argentina. —I, IM... Vi, 117 Contribuciones, etc. — 111. Sobre la existencia de una Da- kota - flora en la Patagonia austro - occidental... ....... Xx, 43 Véase ALñnorr N. » RotH S. Larone Queveno, S. A.: — Notas ó sea principios de gramática MOCOVÍ cc... coccccoso 113 » » » » » OIE NSA AS ASA SnA BE Il, 305 » » » » » » O OOOODONdS IT, 241 » » >» » » EA O OP ARO 5 06boS Dto 289 » » » » » A SOOnOOD DOOR IBOoA IL, 393 » » >» » » EA daa dodoya Moda DOS TT, 129 OS Las hiuacas de Ciaiial” MEeo “soume ous soso sosose suso | pigodacos: Catálogo descriptivo é ilustrado de las (huecas de Chañar MAD a esposraesno ee a ES Ona csl co aIVOdOrOA ¡El yendo sszevases ea onde o aa be ERC oc Instrucciones del Museo de La Plata, para los colectores de vocabularios indígenas +... como corenmoo Vocabulario Mocoví- Español, fundado en los del Pp. Ta a- AM acosta. Dos AnoEdOS DAano Ono ASP CA ESOO ¡APendices alan Introducción al Arte Mocoví del P. Tavolini. Estudio de gramática COMPparada o. cccooo. a So E ROS (rodean: It roscope poetas cuspueiadn Teaouoddangos postea masocdonas Introducción al Arte de la lengua Toba, por el P. Alonso A erase aces MaDOElaBRoob Sol AScEuO dE core boo oa isdesde mirocueción. ena. cesoosoze sesbuoss acosoóos ens ado O OS Vocabulario Toba -Castellano - Inglés, fundado en el voca- bulario y arte del P. A. Bárcena, con equivalencias del indio López en 1888 ...... ela Diao Las ruinas de Pajanco y Tuscamayo, entre Siján y Pomán Viaje á los menhires é intihuatana de Tafí y Santa María Viaje arqueológico en la región de Andalgalá, 1902-1903 Véase ÁRMENTIA N. ; » TavoLinI Í. Lamute F.: — Faunas locales argentinas. — TI. Lista de los pescados reco- gidos en los alrededores de La Plata ...... ........ Lista de los peces que se encuentran en el río de la Plata, según el catálogo de Perugia y que no están indicados entlasten mera ciones han O Lista de los peces que se encuentran en EN río de la Pla. según Carl y Rosa Eigenmann y que no están indica- dos en las enumeraciones anteriores ....... psi: Lista de los peces de las costas argentina y uruguaya, que se encuentran también en el río de la Plata (según el doctor Carlos Berg) ........ A UE SRA Contribución al estudio de las volutas argentinas Nota sobre la industria de la pesca en la provincia de Bue- MOS ¿MIRES convodenacos ense co LS AE Variabilité et affinités de Monophora Darwini Fines de verano en la Tierra del Fuego ......... Una estación marítima provincial II, 401 IV, 161 IV, 257 IV. 369 Yo QS V. 129 V, 305 Vil, 409 VIII, 1 VIII; 3809 — 129 — Notes, sur le nouveau genre Theringla ona con Guayvaquís 7 ¿AMEmitaS esoncaoso csusconopopuooccasepe Boonuon Das 440 Ostéologie du balleinoptere de Minos: a EA Notes sur les dimensions du Stenodelphis Blainvillei Notes sur Terebralella patagonica (SOW ) ion. Lance G.: — Atlas geográfico de la República Argentina. Datos sobre construcción del mapa de la provincia de Catamarca Altimetría barométrica é hipsométrica......... Lasce G. y HaurnaL R.: — Examen topográfico y geológico de los departamentos de San Carlos, San Rafael y Villa Beltrán (provincia de Mendoza As Lenmann - Nirscne R.:— Antropología y crancología ........ .. SADA ¿lepra precolombina sosouaodo abuasenas dass. aseaoao. -edbado peabor Quelques observations nouvelles sur les indiens caía Trois cránes: un trépané, un lésionné, un perforé, conser- vés au Musée de La Plata et au Musée National de BUENO a coa Ea adi La pretendida existencia actual del Grypotherium; supers- ticiones araucanas referentes á la lutra y al tigre ........ Un caso raro de hendidura media congénita de la parte Pa ls On Patología en la alfarería peruana .......... Se ARES IS Nuevos objetos de industria humana encontrados en la Caverna Eberhardt, en Ultima Esperanza noc... Catálogo de las antigúedades de la provincia de Jujuy, con- servadas en el Museo de La Plata ooo. cocos ¡DiposHaefcraneos craneo id maza OS Hallazgos antropológicos de la Caverna Markatsh Ao dato aa l eanos dolo toio lilas dos sold anceabBao patin: La arthritis deformans de los antiguos Patagones ..... Dase 3raquifalangia de la mano derecha con sindactilia parcial del índice y dedo medio, observada en una india Ona ote la Terra. del Bego aoduscnaos vemos, usebbjasas OS Notes sur les lésions des cránes des ¡les Camaies. lO Eu él calles de Menoumille. suda. nacoosoona | pobbenase sabojeoss Los «morteros» de Capilla del Monte (Córdoba). Contri- bución á la arqueología argentida cm. is XI, XI, VII, 437 VII, 453 A IES AS) — 130 — Etudes anthropologiques sur les indiens Takshik (groupe Guaicurú) du Chaco argentin Véase HautHaL R. LyDEkRKER R.: — Los pájaros misteriosos de la Patagonia ....... ; Lyxwcn ARrRIBALZAGA T'.: — Dipterología argentina » » MacauLay T. B.: — Historia MEDINA TA == Ensayo de una bibliografía de las obras de José Miguel Carrera MeErceEraT A.: — Notas sobre la paleontología de la República Argentina. — l. Sinopsis de la familia de los Astrapolheridae ...... 1. » » » » Protoxodontidae ...... HT. » >» >» » Bunodontheridac ..... IV. Datos sobre restos de mamiferos fósiles pertene- eñemtes llos JE7 MÍO 'cooao0wa ¡onccoscooes a gasoroosoo -acontone Caracteres diagnósticos de algunas especies del género Theosodon mo... a nl dude o aciss Caracteres diagnósticos de algunas especies de Creodonta. Fórmula dentaria del género Listriotherium Sobre la presencia de restos de monos en el eoceno de Patagonia Apuntes sobre el género Typotherium SoD0m3 UM mella? CO (CRALMORRR aononocacoo Bsosenedode aduedesónar Observaciones relativas á Mephitis fossilis ... ..... Sp Sobre el maxilar inferior de UN PerTO...ooociccccnoo conocoonons Amphinasua brevirostris, Mor. et MerC.oo ooccco cono conoces Véase Moreno F. P. MiGREABA SS Lenguas americanas. Estudio bibliográfico -lingúístico de las obras del P. Luis de Valdivia sobre el Araucano y el Allentiak, con un vecabulario razonado del Allentiak XI, 261 IV, 53 Vi, 45 131 Moreno F. P.: — AM ELO El Museo de La Plata. Rápida ojeada bro su iondasón A a ostenta lisas Patos no aos Ie PERO EEES Reseña general de las adquisiciones y trabajos sion en 300 En el Museo dle La Mara usccoon na pouoqoobón vanoruadanes Proyecto de una exposición retrospectiva argentina, con motivo del IV centenario del descubrimiento de Amé- Exploración arqueológica de la provincia de Catamarca. OPORADDBalaaaR AMÍAIBASE. coanadosan: puuoduoaon. danvoduco lo deso Bodososda Noticias sobre algunos cetáceos fósiles y Aci de la Republica TECOS e Reconocimiento de la región andina de 1 abea Ar- gentina.—I. Apuntes preliminares sobre una excursión á los territorios del Neuquen, Río Negro, Chubut y SEA econ deco basa Da Ea de REA pa A e TOS Moreno TF. P. y Mercerar A.: — Notas sobre algunas especies de un género aberrante de ¡ADA A A Jo dels dE Pano J. M.: — Viaje á la región de la goma elástica (N. O, de Bolivia).. PEñA ENRIQUE : — Acuñación de moneda provincial en Mendoza ... 0... ...... Primera Casa de Moneda en Buenos Aires (acuñación de (927 E SOI) osvonuads Pic M.: — Antbicides nouveaux de la République Argentine, recueil- lis par M. Carlos Bruch ..... a Ptinus et Anobiides nouveaux de la République Argentine, recusillis par iMA Carlo BC o Descriptions des coléopteres nouveaux de la République AA odo ratas oa so aRO IAE QuiroGA ÁA.: — Calchaquí y la epopeya de las CUMDIES o cocino VII, 201 IVASSA E Le Ramos Mexía M.: — La evolución de los animales ..... onto Or MM. 381 » » » A A o IM, Sa » » » E SUE EOS ODER SOSidasO ¡AO 9 » » » A a e Sl ado Sra IV, 3 Rorn S.: — Rectificaciones sobre la dentición del Toxod0M.....ooo....... VI, 333 Catálogo de los mamiferos fósiles conservados en el Museo de La Plata. Grupo Ungulata; orden Toxodontia ........ MINIESS Reconocimiento de la región andina de la República Ar- gentina. Apuntes sobre la geología y paleontología de los territorios del Río Negro y Neuquen coc ccoo IX, 141 Aviso preliminar sobre mamíferos mesozoicos encontrados ENRAAT San old Notas sobre algunos mamiferos fósiles Nuevos restos de mamíferos de la Caverna Eberhardt en DOM roads cdo naaa iba obaeepal aadube Re Nopes Si Noticias preliminares sobre nuevos mamíferos fósiles del cretáceo superior y terciario inferior de la Patagonia... XI, 133 Véase HautnaL R. Rorn S., Kurtz F. et Burcknarbr C.: — Le Lias de la Piedra Pintada (Neuquen)... coo A DAS SCHICKENDANTZ F.: — Análisis químicos del laboratorio del Museo de La Plata. VII, 1 SIEMIRADGKI J. DE: — Apuntes sobre la región subandina del alto Limay.......... MASOS TAvoLINt F.: — E O e 1 » » So ose Soba aaios a can slo 1,257 » » » O NS e ee Orar ¡AS » >» ac lacada II, 425 Ten Kate H.: — Contribution á la craniologie des Araucans argentins ...... TV, 200 Rapport sommaire sur une excursion archéologique dans les provinces de Catamarca, de Tucuman et de Salta... VESSI2IO) — 133 — Sur quelques points d'ostéologie ethnique imparfaitement COME ssccoosani doconesocose par nas al Matériaux pour servir á l'Anthropologie des indiens de can aci e oie: Peas “Torres L. M.: — La geografía física y esférica del Paraguay y Misiones Guaraníes, por don lélix de Azara. Examen crítico de su ecñcióm . en0 na esaceoa a VALENTIN J.: — Rápido estudio sobre las sierras de los partidos de Olava- rría y del Azul (provincia de Buenos Aires) .............. Informe sobre una excursión efectuada en la provincia de San Luis, en los meses de Septiembre y Octubre de USO. opuuadas o o dae Wa J.: — Método de E. Jáderin para medición de bases ...... .... a WARD ETA Los museos argentinos (carta) ooo co. coccccnos O roARR AE NMEHRED lo. == Rapport préliminaire sur mon expédition géologique dans la cordillére argentino -chilienne, du 40% et 41% lati- tude sud (région de Nahuel - Huapi) oo. coc... Avis géologique sur la question du divorlium aquarum interoceanicum dans la région du lac Lacar o... WeurLt L. et Burcknarbr C.: — Rapport préliminaire sur une expédition géologique dans la cordillére argentino-chilienne, entre le 33% et 36% a amaia e E O A TU UD al NVEISERIS Coccinellidae in Argentinia, Chili et Brasilia e collectione dominical OA SMA ona Iispinae, Coccinellidae et Endomychidae Argentinia et Nesinitateñelcoll econ iBrocaa IA MI, 208 XII, 31 II IX, 243 VIII, 373 PX. 998 PSN ET 0 Indice alfabético por materias Tomos 1— XIII ANTROPOLOGÍA FÍSICA Jaco C.: — Contribution á l'étude de la morphologie des cervaux des indiens (décrits dans les Matériaux pour servir a P'An- thropologie des indiens de la République Argentine, car le Dr. tale En Saus) coouos asouuá eosodosonte de a LEHMANN - NirscHE R.: — 'Amtropolosia yc En E Trois cránes: un trépané, un lésionné, un no, conser- vés au Musée de La Plata et au Musée National de ¡NUENOS ¿MIRES opanaa veosopodands sogoop: dduuapoaser Tipos de cráneos y cráneos de razas. s9dsoo9d Bo Notes sur les lésions des cránes des les. ae. lOs guestarcelles id Mn o earn: Etudes anthropologiques sur les indiens Takshik (groupe Guaco dCi essa Ten Kate H.: — Contribution á la craniologie des Araucans argentins ..... Sur quelques points e elhnique imparfaitement COMIDO: dooconsenós atentos 9 -enpdansd obopnonsaos Matériaux pour servir á l'Anthropologie Gus ndliers! dl Argentine XII, 59 a ARQUEOLOGÍA AmBRroseTtTI J. B.: — Descripción de algunas alfarerías calchaquíes o... Arqueología argentina. Un nuevo Pillan - Toki Apuntes sobre la arqueología de la Puna de Atacama. .... Brucn EC.: — Descripción de algunos sepulcros calchaquíes, resultado de las excavaciones efectuadas en Hualfín oo... La piedra pintada del arroyo Vaca Mala y las esculturas de la cueva de Junín de los Andes...... OIE UdOSNS ds ¡La piedra pintada cel IMamaamllo sons sa soóncsce besasgnoseponase HaurnaL R., RorH S. y Lenmann - NirscHe R.: — El mamífero misterioso de la Patagonia: Grypolherium AOMESLICUM cococcccnoo 2000RdS0O '0deaVoJNa Dg gRoagone o 09, an ponia: Larone Queveno, S. A.: — ILas Macas cle Ciaiar MAGO sosoco soso Buaooo s0oosacacoas Beosdoos Catálogo descriptivo é ilustrado de las huacas de Chañar Mco oeste od ndo eLo aaa cs paUadLol qu dub deus Uta. Las ruinas de Pajanco y Tuscamayo, entre Siján y Pomán Viaje á los menhires é intihuatana de Tafí y Santa María Viaje arqueológico en la región de Andalgalá, 1902-1903 Lenmann - Nirscne R.: — Nuevos objetos de industria humana encontrados en la Caverna Eberhardt, en Ultima Esperanza... ..... Catálogo de las antigúedades de la provincia de Jujuy, con- servadas en el Museo de La Plata ooo... esooccocs Hallazgos antropológicos de la Caverna Markatsh Aiken (Baraona austual) cebcose e 'nbaococon seotiasonedo. 'napsooos Sn0s odos Los «morteros» de Capilla del Monte (Cód) Contri- bución á la arqueología argentina Véase HaurnaL R. Moreno F. P,: — Exploración arqueológica de la provincia de Catamarca... 111, 65 X, 265 XII, 1 5 ul Un — 137 — Ten Kate H.: — Rapport sommaire sur une excursion archéologique dans les provinces de Catamarca, de Tucuman et de Salta... V, 329 BIBLIOGRAFÍA Biblioteca del Museo de La Plata. — Lista de las publicacio- nes recibidas en cange (Octubre 1890 — Mayo 1891)... (IDO Biblioteca, etc. — (Junio — Diciembre 1891) .0.000.ooco.o coccooo IL, 403 Mebina J. T,: — Ensayo de una bibliografía de las obras de José Miguel CA o coa ao rt IV, 53 BOTÁNICA ALborr N.: — Rapport préliminaire sur une excursion botanique dans la Sierra ae la Ventanas. dbsotoo bosuacusesh a DonoBDA ivoboadonoBaN VII, 181 Contributions á la flore de la Terre de Feu.— I. Obser- vations sur la végétation du canal de Beagle.............. VIL, 277 AuBorF N. y Kurtz 1.: — Contributions á la flore de la Terre de Feu.— II. Enu- mération des plantes du canal de Beagle et de quelques autresiendrolts della Merc de did VII, 353 Kurtrz F.: — Sertum cordobense. Observaciones sobre plantas nuevas, raras Ó dudosas de la provincia de Córdoba .............. Wo 281 Véase ALnorr N. ETNOGRAFÍA KosLowskyY J.: — Tres semanas entre los indios GUAtÓS ...00o.oo o conocio recono MI 291 Algunos datos sobre los indios BororóS .....ooo co ooo ea WI, 373 Lamiite F.: — (Cuaras us 7 AMamitaS coacchasa/olleUsnaoddbnbnscscose Jgsbeeda VIAS Tomo XIII 15 ag LeEnmann - NirscHE R.:— Quelques observations nouvelles sur les indiens Guayaquís FILOLOGÍA Larone Quevebo, S. A.: — ¡E ErdO ensaaavonos:oad FOLK -LORE Lenmann - Nirscue R.: La pretendida existencia actual del Grypothertum; supers- ticiones araucanas referentes á la lutra y al tigre ........ GEOGRAFÍA (INCLUSO VIAJES, TOPOGRAFÍA Y GEODESIA) AMBROSETTI J. B.: — Viaje á las Misiones argentinas y brasileraS.... oommmooo cocos. » » » >» cd 1 1DODONODA ONO RONOSgOO >» » >» » 22 oO0ODa DONaaDaDoDO >» » » » Cr SODA DEBOÑO PODOADO BripcGES T.: — Datos sobre Tierra del Fuego » » >» >» BurmeElsTER C. V.: — Breves datos sobre una excursión á Patagonia ooo... o... Nuevos datos sobre el territorio patagónico de Santa Cruz » » » » >» » DeLachaux E. A. S.: — Límites occidentales de la República Argentina. El artículo del doctor Juan Steffen «La cuestión de límites chileno- argentina». Examen crítico Haurnar R.: Primera ascención al nevado colorado de Famatina (6150 metros) IX, 399 II, 240 — 139 — Lance G.: — Atlas geográfico de la República Argentina. Datos sobre construcción del mapa de la provincia de Catamarca V. 340 Altimetría barométrica € hipsométticacin.. ooo MIT 3019 Lance G. y HaurmaL R.: — Examen topográfico y geológico de los departamentos de San Carlos, San Rafael y Villa Beltrán (provincia de Mendo A o VII, 13 Moreno F. P.: — Reconocimiento de la región andina de la República Ar- gentina.—1Í. Apuntes preliminares sobre una excursión á Jos territorios del Neuquen, Río Negro, Chubut y SAME A a AU lla o e VIII, 201 Panbo J. M.: — Viaje á la región de la goma elástica (N. O, de Bolivia)... VI, 141 SIEMIRADGKI J. DE: — Apuntes sobre la región subandina del alto Limay.......... III, 305 Torres L. M.: — La geografía física y esférica del Paraguay y Misiones Guaraníes, por don Félix de Azara. Examen crítico de a ALE ds AMS Waac J.: — Método de E. Jáderin para medición de bases... ....... VII, 403 GEOLOGÍA SODENBENDER G.: — Sobre la edad de algunas formaciones carboníferas en la RUC O VIT, 129 3URCKHARDT C.: — Rapport préliminaire sur une expédition géologique dans la région andine, située entre Las Lajas (Argentine) et — 140 — Le gisement supracrétacique de Roca (Rio Negro) ......... X, 207 Véase RotH S. » WenmrLr L. Datos sobre el carbón de piedra de San Rafael (provincia de Mn A IV, 97 ForeL A.: — Las variaciones periódicas de los ventisqueros .....ooco.... VII. 459 HautiraL R.: — La sierra de la Ventana (provincia de Buenos Aires) ...... 111, 3 Observaciones generales sobre algunos ventisqueros de la cordillera de los Andes (Mendoza) ......... O ti VI, 109 Contribución al estudio de la geología de la provincia de Buenos Aires.—I. Las sierras entre Cabo Corrientes é lo aro oso eana poscandd gas ASNO VIE 4:77 Distribución de los centros volcánicos en la República Ar- AMA ode esse os anita odo leao ceo XI, 177 Véase Lance G. Lance G. y HactmaL R.: — Examen topográfico y geológico de los departamentos de San Carlos, San Rafael y Villa Beltrán (provincia de Mean Es ISA pe VIT, 13 Rorn S., Kurtz F. et Burcknarbr C.: — Le Lias de la Piedra Pintada (Neuquen)... ooo 5 DA VALENTIN J.: — Rápido estudio sobre las sierras de los partidos de Olava- rría y del Azul (provincia de Buenos Aires) .............. VI, 1 Informe sobre una excursión efectuada en la provincia de San Luis, en los meses de Septiembre y Octubre de O a e VII. 097 WenrLt L.: — Rapport préliminaire sur mon expédition géologique dans la cordillére argentino-chilienne, du 40% et 41% lati- tude sud (région de Nahuel-Huapi) coco cin... Xy 381 Avis géologique sur la question du divortium aquarum interoceanicum dans la région du lac Lacar o... IX, 243 E WenrLr L. et Burcknaror C.: — Rapport préliminaire sur une expédition géologique dans la cordillére argentino-chilienne, entre le 33% et 360 ES osas acia sound ina vi Ap idaO da RE, Vi111, 373 A A o el od IX, 333 HISTOLOGÍA JACOR Cue == Examen microscópico de la pieza cutánea del mamífero misterioso de la Patagonia, Grypotherium domesticum Xx, 61 HISTORIA APU SAHUARAURA Inca J.: — Ollanta A dl eme Dotar VEIS Draco L. M. (véase MacauLay T. B.) Freceiro C. L.: — La historia documental y crítica. Examen de la «Historia del Puerto de Buenos Aires», por Eduardo Madero .... VES Macautay T. B.: — E O A A las 11, 85 LINGUÍSTICA ÁRMENTIA N. y Gir A.: — Arte y vocabulario, etc., de la lengua Tacana o... Xx, 63 » >» » >» » 2% jpopDa0 scada rsnso DOS 283 ÁRMENTIA N.: — Cavineñaó Cavina. Arte y vocabulario... ccoo XII, 1 BÁRCENA ÁA.: — Arte y vocabulario de la lengua Toba... 02. VII, 189 Véase Larone Queveno, S. A. Larone Quevebo, S. A.: — Notas ó sea principios de gramática MocovVÍ 0... IES » » » » >» >» Notas ó sea principios de gramática Mocoví » » >» >» >» 2) 1 gOVOUo0V0s canoas >» >» » » >» A OOBBORO VOSDÓNIOdO » >» >» >» >» » Instrucciones del Museo de La Plata, para los colectores de vocalmilenios mcigenes sooosanse vone osonenedo 09. osodosovas Vocabulario Mocoví- Español, fundado en los del P. Ta- oros ds o tobees Apéndices á la gramática MOCOVÍ c0cocoooo cano eenncniacnn noo Introducción al Arte Mocoví del P. Tavolini. Estudio de gramática comparada Introducción, idem Introducción al Arte de la DEarua Toba, por el P. Alonso de Bárcena Introducción, idem Vocabulario Toba - Castellano - Inglés, neado en el voca- bulario y arte del P. A. Bárcena, con equivalencias del indio López en 1888 .......... Véase ARMENTIA N. » TavoLini F. MirrE B.: — Lenguas americanas. Estudio bibliográfico -lingúístico de las obras del P. Luis de Valdivia sobre el Araucano y el Allentiak, con un vocabulario razonado del Allentiak “TavoLinI F.: — La lengua Mocoví ...... » » 1) OOSDOGOS' poVOOpa uba lopasoda 0aosO0DOnd Vdo9gO sapo >» >» E? 2 0 a09Do” 00 poSo00000 POSSRORDOOPO POLO ROnaso Sen soguass » » » MITOLOGÍA Larone QueveDo, S. A.: — El culto de Tonapa NUMISMÁTICA Peña ENRIQUE: — Acuñación de moneda provincial en Mendoza Primera Casa de Moneda cn Buenos Aires (acuñación de 1997 4 ISO) sóosaoros IN, 241 IL, 289 11, 393 II, 129 MMT 401 IV, 161 Y, 257 IV, 569 V. 93 V. 129 /, 305 IX, 254 NIN INS SN VI, 25 Sp PALEOETNOLOGÍA Quiroca ÁA.: — Calchaquí y la epopeya de las CUMMDIES ricccccno occ Torres L. M.: — La geografía física y esférica del Paraguay y Misiones Guaraníes, por don Félix de Azara. Examen crítico de Sul EEÍCION vuociascon. Hosnnesos daoo. Jabon l0nssos/puovorao | pass sesgóds PALEOFITOLOGÍA HaurnaL R.: — Nota. sobre un nuevo género de filiceos de la formación rhética del Challao (provincia de Mendoza) ...mcoccoccoooo Kurtz F.: — Contribuciones á la palaeophytología argentina. — 1, 1!.... Contribuciones, eic. — II. Sobre la existencia de una Da- kota - flora en la Patagonia austro-occidental.......omomo. Véase Roth S. Rorn S., Kurtz F. et Burcknarbr C.: — Le Lias de Piedra Pintada (Neuquen) +... como cocoonoos A PATOLOGÍA PREHISTÓRICA Lenmann - Nirscue R.: — ¿Lepra precolombianad ..omminno rononcenecenson iaoenneeo eeeaioacnss Patología en la alfarería peruana .oomminccnoconinncono veneran oo La arthritis deformans de los antiguos Peron ma: PALEOZOOLOGÍA Haurna R., Rotn S. y Lenmann -NirscHE R.: — El mamífero misterioso de la Patagonia: Grypotherium AO ESIACanía: ooonsobone a eoededacda eosgodoor ado .dOPaROLO/ngoros gueassonas InerinG H. v.: — Nuevas observaciones sobre moluscos cretáceos y tercia- ios ale Ia OM lespoVasenes assosada noobs ehosdsooasho bosooncaao Pabe XI, 137 o DD INSI XI, 26 XI, 199 IX, 409 MERCERAT ÁA.: — Notas sobre la paleontología de la República Argentina. I. Sinopsis de la familia de los Astrapotheridae ...... II. > » » » Protoxodontidae ...... HT. » > > » Bunodontheridae ..... IV. Datos sobre restos de mamíferos fósiles pertene- ciemies 4 los ¿SAVIA conocono a deccocegsoco's sbenonand os Caracteres diagnósticos de algunas especies del género TINPEOSOUOR. sscocsocosoconane vasdso aao lonas (Sadodo óa93o d0b 09d odo Caracteres diagnósticos de algunas especies de Creodonta. Fórmula dentaria del género Listriotherium ..oocomnnn... Sobre la presencia de restos de monos en el eoceno de Patagonia ...... Eo pE naa Ep cdo oRn oa EROSASpNBDe Apuntes sobre el género Typotherium Sobre un maxilar de Creodonta ..oooccccno ocncnnconon rerencnenos Observaciones relativas á Mephitis fossilis ... ...... OS Sobre el maxilar inferior de UN PerTO ...ooococconncno 0occconnons Amphinasua brevirostris, Mor. et Merc.... ...... - 340 iepobaode Véase MorenO F. P. Moreno F. P,: — (OS YDBAER AUIQIBIZO ooncocaces “ocosdbbano vososegussa osa edodasanos Noticias sobre algunos cetáceos fósiles y actuales de la República Argentina... aadeoconooonaco one loetano eos sala ios: Moreno F. P. y MerceraT Á.: — Notas sobre algunas especies de un género aberrante de ¡ODA poda asia o Rorn S.: — Rectificaciones sobre la dentición del Toxodon................ Catálogo de los mamíferos fósiles conservados en el Museo de La Plata. Grupo Ungulata; orden Toxodontia ........ Reconocimiento de la región andina de la República Ar- gentina. Apuntes sobre la geología y paleontología de los territorios del Río Negro y Neuquen ...... SAO Aviso preliminar sobre mamíferos mesozoicos encontrados Em IA GOMÍA covado: espogsnonas: o enaboaga:s A SOS Notas sobre algunos mamiferos fÓSIleS 0.0. como cocoa Nuevos restos de mamíferos de la caverna Eberhardt en Uma JS DERMA sonsoncocaso sucanconósn Basasedons PODER ÍASdO 11, 65 HI, 381 1, 57 VI, 333 VIII, 33 IX, 141 IX, 381 X, 251 XI, 37 = — 145 — Noticias preliminares sobre nuevos mamíferos fósiles del cretáceo superior y terciario inferior de la Patagonia.... X1,133 Véase HauruaL R. Rorn S., Kurtz F. et Burcknarbr C.: — Le Lias de la Piedra Pintada (Neuquen) 0... coccion 9 DAS QUÍMICA Arata P. N.: — El pilliján y la pillijanina ..... ES PO RERA EAS ONDA CRANE 1,233 La sacarina Fahlberg, considerada bajo el punto de vista MEAT odiosos pobla polo scua tostada) Ud O edSSO IV 197 SCHICKENDANTZ F.: — Análisis químicos del laboratorio del Museo de La Plata. VII, 1 TERATOLOGÍA Lenmann - Nirscue R.: — Un caso raro de hendidura media congénita de la parte A anto een nic qe Ro RE UA JOSE XI, 1 Braquifalangia de la mano derecha con sindactilia parcial del índice y dedo medio, observada en una india Ona dell alero A XI, 205 VARIOS FLower W.H.: — Los Museos de Historia Natural .......... E ha HaurnaL R.: — ¡Neva peailtemto sa enocoaaoo pasadones Leo: A UT SALES LamibtE F.: — Nota sobre la industria de la pesca en la provincia de Bue- MANOS eos aa neos Beca enc oa Als SUDAN So Sonica REO VI, 157 Fines de verano en la Tierra del Fuego ...coo.co oocociciaons VIII, 1 Una estación marítima provincial oo... co eos VIII, 389 Moreno IF. P.: — Alcor oO dede Noe o ada O RIAS És Dn — 146 — El Museo de La Plata. Rápida ojeada sobre su fundación y desarrollo las le UR id Reseña gencral de las adquisiciones y trabajos echos en 389 en el uses de Ja IPR cáoocco oc scongóncoo vasosesosoo: Pliao de una exposición retrospectiva argentina, con motivo del IV centenario del descubrimiento de Amé- NWARD HE A == [Los Museos argentinos (CAmia) ssonsoo so: e pssucccos segun: UNOS ZOOLOGÍA Bacque A.: — Trois trigonocéphales du Paraguay 0... ..coo ooccco oo ecos to) to) - BreEtnES J.: — Notes biologiques sur trois hyménoptéres de Buenos Aires BRUCE Le nid de VEumenes caniculata (Oliv.) Sauss. (guépe so- litaire) et observations sur deux des ses parasites ....... Enumeración de una colección de aves de las provincias de Salta y Jujuy y descripción de un nuevo tiránido (MIS CNS AAN COLA OREA I Metamórfosis y biolcgía de coleópteros argentinos. Ea Pla- giodera erylhroplera, Calligrapha polyspila, Chalepus MA SS Es acia: LES Metamórfosis, etc. — Il. Agasicles vittata, Pleciony cha correntina, Amplipalpa negllgelS coin comciicican os Fiscner P.: -— Determinación de las regiones del globo donde la fauna es imsamciemiernieate comocialal otavasoueoly passcoouoeo serosases! pone GrOUVELLE A.: — Quelques clavicornes nouveaux de la République Argen- tinesarecucillis par MACAEL de Jubunien F.:— Quelques notes sur plusieurs Coprophages de Buenos Aires 2 XIT, (9) (1) [05] 245 315 161 KosLowskyY J.: — Faunas locales argentinas. — II. Enumeración sistemática de las aves de Chilecito (provincia de la Rioja).......... VI :977 Aves recogidas en la provincia de Catamarca durante los meses de Marzo. y ¿Aomll de ROS. 006.0 abonos besressacadgagos VI, 289 Batracios y reptiles de Rioja y Catamarca, recogidos du- rante los meses de Febrero á Mayo de 189% 2.0... MM 309 Un uso qe de IMEO (CROSIO “osaseseoo osppos poaea pol sonaceds ISI El rol de los termitos en la distribución de centros de ve- getacióntarborclea ol ia Vi, 413 Dos nuevas lagartijas de la provincia de Buenos Aires... VI, 417 Reptiles y batracios de la sierra de la Ventana (provincia ABU A VII, 149 Sobre algunos reptiles de Patagonia y otras regiones ar- EU E ooo ascOPAcdo SRP dBbaGD A tas cd% Vil, 445 Oliciies cl Mato Grosso (brasil)! secoaciarcanccudod poes, poecabo dese AI Enumeración sistemática y distribución geográfica de los repuiles ARESNTIMOS | beoco póva lógnadoo Josranoneo ra pasbuncaos spaces VII, 161 Dos mamiferos de Patagonia, cazados en el valle del lago CO (Camu) nales basica ansacasada juncos Dado bic a raseoadddd XI, 129 Lame F.: — Faunas locales argentinas. — I. Lista de los pescados reco- gidos en los alrededores de La Plata... om. o... VI, 205 Lista de los peces que se encuentran en el río de la Plata, según el catálego de Perugia y que no están indicados en las enumeraciones anteriores c.nmmoococcnccicccoo Dona VI, 274 Lista de los peces que se encuentran en el río de la Plata, según Carl y Rosa Eigenmann y que no están indica- dos en las enumeraciones anteriores ........ ASOMO SS ENS VIS 2775 Lista de los peces de las costas argentina y uruguaya, que se encuentran también en el río de la Plata (según el doctor Carlos Berg) ........ SEAN En AE S ENE 20 Contribución al estudio de las volutas argentinaS............ VI, 293 Variabilité et affinités de Monophora DarWiMi ii coc VIl, 409 Notes sur le nouveau genre lheringia ........ ad ico VI, 437 Ostéolcgie du balleinoptere de Miramar connnnnn. . IX, 79 Notes sur les dimensions du Sienodelphis Blainvillei.. ... IX, 389 Notes sur Terebralella palagonica (S0W.) ocn. SOS LyDERkER R.: — Los pájaros misteriosos de la Patagonia o... mmm... VI, ro1 = 18 = LyxcuH ArriBÁLzZAGA F.: — IDipreralesía argentina cscnoconscsctos asso9s asnosa dossosasess o99ácos » » Moreno F. P.: — Noticias sobre algunos cetáceos fósiles y actuales de la Re- pública AIEQuma ascos osasooposcoooo960. | vopsccccuos ascsoo osorno Pie Mis Anthicides nouveaux de la République Argentine, recucil- SPARIMACA OA Ptinus et Anobiides nouveaux de la République Argentine, raaclls par Mi Carlos JUICIO acascacagos ¿ano sesos sepuedcoss Descriptions des coléoptéres nouveaux de la Rgallare ANTFADUIDO snoosgoseces ras TA ros DA Saco End Ramos Mexía M.: — La cualmeión ee los amiraales 2000. oove bovosds es obosoanado Vs. 0e » » >» 2H SONO BAVNAVAÓN FOVMVADOCONS O da sboOVOnooas » » >» 22 600 000. DODO0 POOONÓRDO. O0B0O: 060 » » » A sa000UH00O drdos00as 1sY00n 000000007 WeiseE J.: — Coccinellidae in Argentinia, Chili et Brasilia e collectione comia! Carolá ISqueni. pencas esa novorasoredonsaraceó! agocedós Aga: Hispinae, Coccinellidae et Endomychidae Argentinia et vecinitatele collection Boda 11,381 XI, 329 XI 135 SS ISI II, 8 IL, 169 VAT ÍNDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO XIII Páginas: — Cavineña ó Cavina. Arte y Vocabulario, manuscrito del R. P. Fray Nicolás Ar- mentia. Ordenado con notas, por Samuel A. Lafune Quevedo ....ooooonormmo.... 1-120 Índices de los artículos contenidos en la Revista be. Musto pe La PLata. To- mos 1 — XIII, compilados por Félix F. Outes: — Índice alfabético por nombres de autorts......... ADO AO IA dOdO A 121-134 Indice ralfabecoNporimatcnias A A ADO IS/S =114)8) E (7/2 7 eL ata, Ja AIDA Clbec le fome XN777 de la aa "dont la distribution se Jai acíee- lement. termine la premiére série des publications du ÍNusée HMational de La Plata. La seconde on dont la répartlion se Jera dans un bref délai, comprendra les groumpes suivants: Il Anales: en Zoraisorns grand in 4, dans les pages desqnelles se- ront pubhés les ÍMémoires ONG INanx du personnel acientifigne du Musée, qui, en raison des planches de grand format anexes, ne pourraient Etre inclus dans la “heviata” hi ll Revista: en coles grand in 0”. de vingí-cing Jenilles an ini nímun, dans les guels serornt publiés, encon les ÍMémoires OriGinanx du personnel acientifigue du Musée, aiii que cenx de ses collaboratenrs tant del pays que de / Stranger. Ill Biblioteca: en vo/.mes petit en ale vingl Jenilles au IINÍDII, Gut conhiendront des traductions d 'ONVIages el éludes publises d / élranger, relatifa d des oujels en rappor! avec les diverses inveshig ahons entreprises par cel AÁnotilul aitol que des collections d' articles de divnl.- gation scientifiguo. IV Catálogos: en volumes peli in Ó%, qui contiendront les inmvesr- laires raisonnés ormn oimplement ANIMÉNIGHUES des diverses collections de I"Etfablissement Félix E. Outes, Secretaire et Directeur de publications du Musée, 100) O an Ñ pi 00 A ía Eee a ' ' AA , La correspondencia relativa al Museo be La PLara y sus ÁnaLeESs y Revista, debe ser dirigida á Director del MUSEO DE LA PLATA Provincia de Buenos Aires República Argentina La correspondance relative au Musée be La PLara ainsí quwaux AnNnNaLeS el dá la Revue de cet établis- sement, devra étre adressée á Directeur du MUSEE DE LA PLATA Province de Buenos Aires République Argentine This preservation photocopy was made at BookLab, Inc. in compliance with copyright law. The paper meets the requirements of ANSI/NISO Z39.48-1992 (Permanence of Paper) Austin 1996 ION PEL O AA Aa! ze ASNO uN ES: AE qe E p DN ' % ; ' ASS j IS NO TN SN era o INTA LO IES o CON UN do Sa 0 4 E e Ñ y iia AR! ENEE PAI ecc A ada Eebene ge Mur ADE AnS! moerey: ES UARAS A SS Sn Ri Dei NAS EL A ny A PO NES Et Hue Ariel Ben E (ad? yA ms LSSI IN (ne f 1 0] ANS HUA nó NOA TIOS: NA ENSANNEO ¿id EN APTA Ba gl ANACO alos MUSA E p ¿de WA Le ANN AUN Ñ AED E Mila 4 Ad CREA ANITA NA NOCORS ANITA AO 0 Ma AN AAA A Sa LIBRARIES ll 01170 2875