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MORENO... e Fundador y Director del Museo e TOMO VIII LA PLATA Pess TALLERES DE(PUBLICACIONES DEL MUSEO : o, 4 3 Ba "1898 : A , 4. 4 a REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA DIRIGIDA POR BRENT SS MONTE SNT OR E-N.O Fundador y Director del Museo NOIA EE ASP LASILA TALLERES DE PUBLICACIONES DEL MUSEO 1898 ¿jee y o E e o Y as y Ñ iz , pa « A ENERO Mts eoscde Ea Plata ES MO MO? VE E a PRIMERA PARTE A A "DA A O FINES DE VERANO EN LA — TIERRA DEL FUEGO Encargado de la Seccion Zoológica del Museo de La Plata. r , e? C 2 MA YN Y ay + . A hs e AS OCT < 1693 FINES DE, VERANO EN LA INMERSO EEE UD EE O POR EL Dr. E LAHILLE Encargado de la Seccion Zoológica del Museo de La Plata. Desde mucho tiempo atrás, el Gobernador de la Tierra del Fuego, Teniente Coronel P. Godoy, deseaba hacer estudiar las producciones naturales del territorio á su cargo. Habiendo obtenido del Gobierno central que el transporte nacional «Ushuaia» fuera puesto á su disposicion, en los primeros dias de Noviembre de 1895, el Gobernador solicitó del Dr. F. P. Moreno, director del Museo de La Plata, el envío de algunos naturalistas para realizar estos proyectos. En consecuencia el Dr. Alboff fué elegido como botánico y el que suscribe como encargado de las observaciones geológicas y zoológicas. Dos ayudantes, los señores Beaufils y De Lahitte, fueron designados para acompañarnos. A mas del «Ushuaia», había sido convenido que dispondria- mos de una chalupa á vapor, destinada á las pequeñas escur- siones costeras, permitiendo atracar en los puntos donde hubiera sido imprudente abordar con el transporte. Partimos el 16 de Enero de 1896; el 30 del mismo llegamos á Punta Arenas y el 3 de Febrero desembarcamos en Ushuaia. Circunstancias independientes de la buena voluntad del Go- bernador de la Tierra del Fuego, no nos permitieron disponer al principio del «Ushuaia», buque que nos había conducido, ni de la chalupa á vapor que nos había sido prometida. El 9 de Marzo solamente, pude aprovechar el viaje de ese transporte á San Sebastian para visitar esta última localidad. Debía bajar al mismo tiempo en la Bahía de Slogett para estudiar allí. las E Me existencias carboníferas, pero al último momento el coman- dante juzgó imprudente el desembarque y el 16 de Marzo es- taba de regreso á Ushuaia, despues de haber perdido por completo, bajo el punto de vista de las investigaciones, nueve dias enteros y despues de haber tenido que soportar sobre la costa Este de la Tierra del Fuego una espantosa tempestad que duró cuarenta y ocho horas. Mis estudios no han podido por consiguiente tratar mas que sobre Ushuaia y sus cercanias, desde el rio Olivaia hasta el valle del Lago de Lapataia. En este espacio re- ducido solo he podido estudiar, bajo el punto de vista zooló- gico, la fauna terrestre y la fauna costera; y bajo el punto de vista geológico, la topografía general, la mineralogía y la estra- tigrafía de los montes Martial, de la península de Ushuaia sobre la cual se levanta la Mision Anglicana, así como los al- rededores de Lapatala. Las observaciones que hice en San Se- bastian, en la Isla de los Estados, en la Isla de Navarino (Puerto Toro), en Puerto Harberton son demasiado reducidas para poder constituir capítulos distintos de ese informe. Por fin, una tribu Ona formada de 88 indígenas (hombres, mujeres y niños) traida de San Sebastian á Ushuaia me ha permitido recoger nuevos datos (fotografias, medidas antropo- métricas, lengúistica, costumbres, etc.), sobre ese grupo en camino de rápida desaparicion. Pero antes de abordar el estudio de estas varias cuestiones, es indispensable, para proceder lógicamente, indicar las condiciones físicas del medio donde hace sus evoluciones todo el mundo orgánico en el Sudeste de la Tierra del Fuego. En esa isla, que sería mas conveniente llamar Onisia como el señor Th. Bridges lo propuso en 1886 para evitar toda con- fusion con el archipiélago entero, debe establecerse tres grandes regiones. La primera exclusivamente habitada por Onas se estendería desde el cabo Espíritu Santo al Noreste, al cabo situado. al límite Sud de la Bahía Inútil. Al Oeste seguiría las alturas, desde Nose Peak hasta Monte Hope; y sería limitada al Sud por la region de los grandes bosques y de las cadenas de montañas que se levantan á lo largo de todo el canal del Beagle. La segunda region comprendería toda la inmensa península en la cual la division céntrica sería la formada por la cadena de montañas que reune el monte Sarmiento (7320 p.) con el Darwin (7000 p.), casi todas cubiertas de hielo y nieves eternas v la cual forma en la punta Oeste, la península de Brecknock. e Los Alukceluf ocupan las orillas de la parte Norte y Sud- oeste de esta gran península, que parece limitada al ste por el estrecho del Almirantazgo, el desagúe del lago Fagniano v la Bahia de Yendegaia la cual geológicamente se prolonga con el estrecho de Murray aislando del resto del archipiélago de Hornos, las islas Navarino, Picton, Lennox y Nueva. La tercera region de la Onisia, habitada puede decirse an- tes por los Yaghanos, que ocupaban igualmente todo el archi- piélago del cabo de Hornos, es mucho más reducida que las dos precedentes y forma la lonja estrecha de tierra que se estiende desde la orilla Norte del Canal del Beagle hasta Buen Suceso y hasta los grandes macizos montañosos paralelos á las grandes depresiones que han producido el Canal. En dos artículos publicados en Junio de 1896 he indicado en el «Courrier de La Plata» la climatología general de esa region así como el aspecto general de su flora. Mi companero de viage el doctor Alboff especialmente competente en esa ma- teria ha estudiado científicamente en sus trabajos (*) este último punto del cual no he hablado sino como turista. No tengo por consiguiente por qué volver á hablar de ello aquí. PARTE PRIMERA Condiciones fisicas generales de Ushuaia Ushuaia se levanta al pié de una espléndida bahia for- mada por el Canal del Beagle, ancho en ese punto de seis mi- llas marinas mas ó menos. Desde el Nordeste al Oeste se en- cuentra protegida por la gran cadena del Monte Martial, que forma el fondo del primer panorama (lámina 1). Desde el Oeste al Sud está protegida por dos islas, ahora unidas á la tierra firme formando la península de Ushuaia, conti- nuándose geológicamente por el archipiélago de Bridges formado por las islas Bridges, Warden, Rabbit, Lucas, Despard, etc., y donde siete pequeños islotes nombrados Les Eelaireurs constitu- yen la punta extrema. (*) «Revista del Museo de La Plata». Tomo VII, 1896. o: A La bahia verdadera mide así un largo de Y millas más ó menos, dirigida del Este al Oeste (direccion magnética) y sensi- blemente paralela á la bahia de Lapataia, como tambien á la de Yendegaia, á los estrechos de Murray y del Almiran- tazgo,. al canal Gabriel de la isla de Dawson etc., etc., es decir que ésta forma parte del gran sistema de roturas parale- las dirigidas del O.-N.O. al E.-S.E., que ha impreso al Sud del continente americano una marca característica muy especial. De todo esto dos conclusiones se deducen bajo el punto de vista de la biología marítima de Ushuaia. La corriente principal de la marea roza la isla de Navarino, entre esas costas y las islas de Lucas, Despard y los Helaireurs. Es ahí donde se encontrarán las mas grandes profundidades (de 70 á 100 brazas mas ó menos); es ahí donde será preciso buscar los bancos de peces migratores, los lobos, los mas grandes bancos de mejillones, la fauna pelágica, etc. En la bahia de Ushuaia propiamente dicha, ó fondo de la bahia verdadera, limitada por la Punta Jones y la extremidad Sudeste de la península, no se encontrará sino excepcionalmente estos animales y solamente despues de una marejada grande acompañada de viento Este ó Sudeste bastante fuerte y continuo. Detesto el abuso de nombres nuevos tanto en los trabajos científicos como en las descripciones geográficas. Pero siempre con el propósito de precisar las localidades en las cuales se ha encontrado tal ó cual animal, ó bien donde se ha observa- do tal ó cual fenómeno, es indispensable dar nombres á los principales accidentes del terreno que no los tienen y los cua- les es necesario mencionar. Es por esto que en los tres panoramas de la lámina l se, encontrará un cierto número de nombres nuevos que facilita- rán mas tarde el control de los que quieran verificar ó repetir las observaciones ó experiencias que hemos podido hacer. La reduccion á que se han sometido los originales de los panoramas, es tal, que todos los detalles han desaparecido; estos no deben ser considerados por consiguiente sino como perfiles destinados á dar una idea general del paisaje. El panorama de Ushuaia fué tomado desde la extremidad del desembarcadero principal. La Punta Jones indica la direc- cion E.-N.E. y la Mision Anglicana la direccion Sud. Toda la parte del horizonte comprendido desde el Sud al ¿ste y del Iste al Noreste no está representado y se encuen- tra formado por la isla Navarino. Tras la península, apercíbese á lo lejos la cadena de los montes Sampaio, constituyendo la arista Norte de la península de Dumas (isla Hoste). 708 Llegando al istmo que separa las dos islas primitivas que forman la península actual de Ushuaia y ascendiendo un pe- queño montículo aislado que allí se encuentra, se admira uno de los mas hermosos paisajes que se hayan conocido y el cual está representado por el segundo panorama de la lámina I, que no ofrece sino una idea vaga de lo que es en realidad. A sus piés se estiende una inmensa llanura verde en la que un pequeño lago aparece como una mancha de plata. Sobre la derecha se elevan insensiblemente las orillas de la isla primitiva de la Mision. Tras ella siguen cadenas de bosques espesos paralelos á la cadena principal del monte Martial; estos son dominados por las altas cumbres de los montes Godoy y Bridges que limitan por delante el circo del Ventisquero de la Mision. En direccion Oeste entre el: monte Hyades y el cerro Susana apercíbese el Portillo que se dirige hácia la bahia de Lapataia. Delante de ellos divísanse bosques de un verde mas oscuro que se destacan sobre el verde mas claro de la campiña que los rodea. Distínguese igualmente una série de repliegues del terreno constituidos por formaciones glaciales de diferentes edades. A la izquierda surge sobre la primera llanura la pequeña bahia de los Rodados, último vestigio del estrecho situado entre las islas de la Mision y de la Fuente mineral; la punta Nor- oeste de esta última (Punta Mejillones) y la gran bahia de Lapataia vieja, sobre cuya orilla fué establecida la primera re- duccion de indios. Finalmente, en el horizonte se destaca la cima de la Vírgen (4402 p.), el pico mas elevado de la cadena de los montes Sampalio. He tomado el tercer panorama desde las alturas del cerro Bella-Vista, situado sobre la márgen derecha del brazo Sur de la desembocadura del gran lago de Lapataia. Este ocupa todo el fondo de un inmenso valle rectilinio comprendido entre el cor- don montañoso poco recortado en donde el Nene y el monte Zavalla forman las mayores alturas y la série de pirámides paralelas y puntas muy agudas donde el Frigio constituye la cumbre mas meridional. Entre esta cadena y la Mesa Real que se levanta vertical- mente como una poderosa pared sobre la costa Oeste de la bahía de Lapataia, apercíbese una gran quebrada que conduce á la bahía de Yendegaia. En fin, por delante se ve el Frigio y á sus piés la isla Sonrisa donde se levanta el aserradero «La Argentina», primer establecimiento industrial de la Tierra del Fuego. Profundamente recortada en todos los costados, esta isla ofrece una infinidad de bahías y penínsulas. Los puntos de OS vista ¡pintorescos son numerosos; peñas áridas y desnudas, bosques, manantiales, prados, en fin nada falta. Creo inútil añadir que se puede estar seguro de encontrar siempre allí la acogida mas halagúeña y las mas delicadas atenciones. Los pocos dias que he pasado en esa localidad, acompañado del señor doctor Zavalla, cuentan en los mejores que he tenido durante mi viaje. Es, pues, para mi al mismo tiempo un deber y un placer manifestar aquí toda mi gratitud. Un plano que acompañará la parte zoológica permitirá darse cuenta de los alrededores de Lapataia y de Ushuaia, donde he levantado igualmente bosquejos sea por medio del teodolito 6 con la brújula prismática. Antes de terminar estas generalidades, debo decir todavía algunas palabras sobre la eleccion de Ushuaia para sitio de las autoridades del territorio. En una conferencia de las mas interesantes dada en la Sociedad de Geografía por el señor Popper, éste examinando la misma cuestion dijo lo siguiente: «La capital de la Gobernacion es Ushuaia, situada á inme- diaciones de la frontera de Chile, en la hermosa bahía del mismo nombre y circundada por grandes y escotadas montanas cubier- tas de eterna nieve que hacen imposible la comunicacion con el interior del territorio..... Si esta situacion respondía perfecta- mente á la obra civilizadora del señor Bridges, ningun motivo explica su eleccion para capital de un territorio del que se en- cuentra incomunicada. Ushuaia capital de la Gobernacion es ni mas ni menos como la Isla de los Estados, capital de la República». Popper va aún mas allá y propone reunir administrativa- mente la Tierra del Fuego argentina al Territorio de Santa Cruz. No tengo opinion nueva ni objeciones que exponer al respecto, pero en lo que concierne al primer punto, no hay duda de que Ushuaia sea una localidad bastante mal situada para residencia de las autoridades y de la fuerza pública. Sin embar- go, como es preciso que la capital de un territorio del Sud tenga acceso fácil para las grandes embarcaciones y como la Tierra del Fuego argentina no presente ningun otro puerto en mejores condiciones, hay por consiguiente necesidad de admitir que el gobierno del Territorio no puede residir en otro punto sino en Ushuaia. Debe pues considerarse como muy urgente la necesidad de buscar y trazar un camino que ponga en comunicacion Ushuaia con Rio Grande, verdadero centro de toda esa region. El señor Gobernador me ha hablado amenudo sobre ese proyecto, el cual 0 pri forma parte de sus meditaciones y hay que esperar que el Go- bierno central le dará sin tardanza los medios para realizarlo. In mi última conferencia sobre «Aplicacion de las ciencias naturales á la colonizacion de los territorios del Sud», he indi- cado la necesidad y urgencia de empezar los estudios del suelo y de sus producciones actuales ó posibles por las regiones mas australes y si insisto todavía, es porque es para mi un deber de conciencia, pues deseo que un dia la República Argentina no tenga ocasion de sentir las consecuencias de una fatal in- diferencia. La exploracion metódica de la Tierra del Fuego; la valori- zación de sus tierras; la explotacion racional de sus bosques; como tambien la utilizacion de sus riquezas costeras, deben ser el objeto principal de los primeros esfuerzos. Es preciso que la Onisia se haga un centro de produccion, con vida propia y sería muy fácil obtener ese resultado por medio de una acertada distribucion de las tierras y una conveniente reparticion de los cargos y de los privilegios. Segun las indicaciones de la comision científica de la «Ro- manche» establecida en la Bahia Orange cerca del falso Cabo de Hornos, el Rev. Thomas Bridges recogió, desde el 1% de Diciem- bre de 1882 hasta el 1 de Diciembre de 1883, una série de observaciones meteorológicas consignadas en las memorias de la mision francesa. ¿stas forman los primeros documentos que poseemos sobre la climatología de Ushuaia muy interesantes de conocer, no tan solo bajo el punto de vista teórico sinó tambien práctico, ahora sobre todo que el Gobierno parece preocuparse seriamente de colonizar esos parajes. Desgraciadamente las observaciones de 1883 no fueron continuadas ni por el Rev. Th. Bridges, ni por el Sr. Lawrence, su sucesor como director de la Mision Anglicana. El 10 de Febrero último, encontrándome en Ushuaia, el Gobernador tan celoso de la Tierra del Fuego me invitó á que procediera á la instalacion de algunos instrumentos de meteorología que habia obtenido del Gobierno de la Nacion. Acepté con gusto este acrecentamiento de trabajo y hasta el 14 de Abril, dia de regreso de nuestra comision, he reco- gido en persona la mayor parte de las observaciones consignadas en los cuadros anexos. He indicado después al personal de la administracion la técnica que debía seguir en las varias observaciones, asi como la práctica de las correcciones y sin duda se podrán comparar sus resultados á los que fueron obtenidos por el Rev. Th. Bridges. Estoy seguro que las diferentes manipulaciones sean efectua- das por el señor H. Menzies con tanta inteligencia como exac- titud y celo para el gran provecho de la ciencia y del país. He elejido para la ubicacion de la estacion meteorológica un pequeño llano, situado sobre una de las primeras ondulaciones del terreno paralelas á la cadena de los montes Martial. Allí el horizonte está despejado por todas partes. Ninguna construc- cion inmediata ni plantacion modificarán los resultados de las observaciones. La estacion está al mismo tiempo en la proximidad de las oficinas del Gobierno, para que el acceso á ella, aun durante el invierno sea siempre fácil. El barómetro Fortin ha sido colocado cerca de una ventana de la farmacia de la Gobernacion y se ha tenido un cuidado muy grande para su verificacion y arreglo. Los dos termó- metros de máxima y mínima así como el psicrómetro han sido instalados bajo un abrigo especial con triple techado y ventanas laterales. Comparando varias veces y en condiciones muy diferentes Jos resultados del termómetro seco del abrigo y de un termómetro fronda, no he encontrado sino muv insignificantes discordancias. Puédese entonces tener entera confianza en la buena exposicion del abrigo y en las indicaciones de los termómetros seco y mojado. No quiero ser tan afirmativo á propósito de los termómetros de máxima y mínima. Bajo la influencia de ráfagas muy frecuen- tes, á lo menos en verano en esos parajes, el abrigo presenta efectivamente vibraciones bastante considerables, aunque haya tenido la precaucion de enterrar profundamente los largueros verticales y á pesar de arcos flexibles para impedir la brus- quedad de las oscilaciones. Cuando el viento sopla con violencia, pueden moverse enton- ces los indicadores. Sería preciso, y creo de suma necesidad, colo- car resortes amortiguadores ó modificar el modo de suspension. Delante del abrigo he instalado, sobre pequeños mástiles, de un lado el pluviómetro de agua y del otro un pluviómetro de nieve. En fin, atrás, una veleta de cuadro ha sido colocada en la punta de un trípode de 2 m.50 c., y un reloj de sol desti- nado á dar á medio dia la hora justa á los habitantes de la localidad, completa esta instalacion modesta. El abrigo encuéntrase situado á 25 metros mas ó menos sobre el nivel del mar y el barómetro á 10 metros. En fin, no será quizá inútil recordar que la situacion geográfica calculada de la Mision protestante de Ushuaia en 1883, es la siguiente: 94" 49" 22” latitud Sur y 681833” longitud Oeste. Es de sentir que el Gobierno no haya enviado «un anemó- metro de Robinson y un higrómetro anotador. Creo que será EE y AE suficiente señalar esa necesidad para que sea llenada lo mas pronto posible. Sería tambien de desear que se enviara igualmente á Ushuaia algunos termómetros especiales destinados al estudio de la tem- peratura del suelo en diferentes profundidades; á quince y treinta centímetros por ejemplo. No solamente podria uno darse cuenta de las condiciones de existencia de las esencias bosqueras, sinó tambien de las variadas plantas útiles que se podrian aclimatar con suerte y éxito. Habría á mas gran interés científico en determinar á qué profundidad la temperatura se mantiene en toda estacion y durante largos años invariable é igual á la temperatura media. En Paris esa capa encuéntrase entre 8 y 10 metros bajo la superficie del suelo y corresponde á la temperatura constante de 10% 2. In la península Hardy dentro del suelo turboso y hú- medo de los valles, la oscilacion anual de la temperatura puede ser considerada como absolutamente nula á 2 m. 50 y + 59%1 representa la temperatura media en esa capa. En Ushuaia, en un suelo de condiciones iguales, debe de ser mas ó menos lo mismo, pero sería indispensable asegurarse de ello y estender en seguida esas observaciones á los terrenos relativamente secos. Sería curioso constatar en seguida la pro- fundidad media á la cual alcanzan las raices de los hayas an- tárticos y de los hayas de hojas de abedul. Lo que acabo de mencionar á propósito de las plantas debo repetirlo á propósito de los animales. Es preciso estudiar las condiciones biológicas de las especies litorales de Ushuaia (Almejas, Lithodes, Paralomis, Notothe- nia, etc., etc.) de las cuales algunas ofrecen ya una fuente de re- cursos muy provechosa. ls preciso estudiar la posibilidad de la aclimatación de ciertas especies (langostines, bacalao, etc., etc.), y para todo esto es indispensable anotar, durante algunos años á lo menos, la temperatura del agua del mar que es uno delos prin. cipales factores que debe tenerse en cuenta en estas cuestiones. Vistas mis ocupaciones de naturalista, de una importancia inmediata mas grande, no he hecho en Ushuaia mas que una observacion diaria de la temperatura del agua á la 1 p. m. Sería mucho mas preferible tomar esa temperatura á las 7 ó álas 8 de la mañana y tambien á las 46 5 de la tarde. Las temperaturas del agua del mar han sido tomadas en la extremidad del muelle principal; el termómetro era colocado dentro de un balde al cual se dejaba tomar el equilibrio de la temperatura antes de volverlo á subir. En cuanto á la tempe- ratura del agua dulce era observada en la pequeña derivacion del arroyo Rodriguez, que emplean los vapores para proveerse de agua. | En Usuhaia, el agua del mar presenta una temperatura re- lativamente elevada en comparacion del término medio obser- vado por el comandante Correa en San Sebastian que solo durante el mismo período del año fué de +48. Es cierto que el puerto de Ushuala es una especie de gran lago cerra- do en comparacion del mar abierto de San Sebastian. De todas maneras, la diferencia paréceme excesiva, puesto que en condi- ciones análogas á las de Bahía Orange, el término medio anual] es de + 75. Solamente observaciones largas y sobre todo no interrumpidas permitirán darse cuenta de la marcha de las corrientes cálidas y frias de superficie donde la influencia en la distribucion de esas temperaturas debe ser mas importante que el calor directo del sol. Dejo á los meteorologistas de profesion el cuidado de analizar y discutir los resultados brutos que he consignado durante mi estadía en Ushuaia en los cuadros adjuntos. Haré solamente observar, que tomando por base las obser- vaciones del Rev. Th. Bridges en 1883 y las mias, el maximum de temperatura se produce en el mes de Febrero y oscila en los alre- dedores de + 26% el promedio mensual siendo de 11%8. El mini- mum observado por la Mision Anglicana fué de 9% y se produjo el 7 de Octubre; siendo la temperatura media anual de +646. La lluvia en Ushuaia es mucho mas rara que lo que se creía. ll maximum caido en 1883 no pasó de 670 mm., la nebu- losidad media de 2% 9 y el estado hygrométrico término medio de 73,8 con un minimum de 19. A fin de dar un punto de comparacion, diré que en La Plata en 1893 la humedad relativa fué de 79,08; en 1886 cayó 1463 mm. de agua y 1306 mm. en 1889! Con respecto á la humedad, factor esencial del estado sani- tario, el clima de Ushuaia es sin comparacion mas sano que el de La Plata. La diferencia es tan considerable que no hay necesidad de consultar instrumentos de precision para darse cuenta de ello. Tanto es así, que en Ushuaia los clichés fotográficos puestos á la tarde en el secador, al dia siguiente á primera hora están secos y prontos para las cópias. In La Plata y en condiciones idénticas de temperatura, estos quedan casi siempre húmedos durante una gran parte del dia. El clima de Ushuaia es entonces particularmente sano y las grandes variaciones termométricas que se observan en la Provincia de Buenos Aires son allí rarísimas. Il sitio de la capital de la Tierra del Fuego es encantador, y sus alrededores muy pintorescos. Bosques vírgenes y espesísimos, cascadas, montañas altas y ventisqueros, campiñas siempre verdes, lagos inmensos y espléndido mar, todo concurre á hacer de aquella localidad un verdadero centro de atraccion. La hermosura de este cuadro, se embellece mas en las espléndidas puestas del sol, que ya en otra ocasion Mr. Lephay notó en esas regiones. Cúmulos inmóviles muy blancos, con bordes tronchados, dejan aparecer en sus intervalos un firmamento uniforme celeste y de un matiz que recuerda el azul pálido de los vieux Sévres. La temperatura es en esos momentos relativamente elevada y la atmósfera muy seca. Este estado particular del cielo pre- senta al ponerse en el ocaso efectos sorprendentes por sus reflejos graduados de nubes que se engalanan de los mas hermosos celajes desde el amarillo dorado fascinante hasta el rosa pálido. Los tintes cobrizos de las nubes y el rojo sangriento del cielo forman contraste con las montañas negras y sombrías man- chadas de ventisqueros de una blancura purísima. Todo con- tribuye á la produccion de admirables contrastes. Mas tarde cuando la Tierra del Fuego esté poblada, y que industrias forestales y marítimas se hayan desarrollado en Ushuaia, los turistas amantes de las bellezas de la naturaleza concurrirán en gran número al Canal del Beagle. Las comu- nicaciones con la metrópoli serán mas fáciles, y los gastos del transporte mas reducidos. A los simples paseantes y á los ar- tistas se unirán las personas que tengan necesidad de retemplar en una atmósfera pura y en un lugar pacífico, sus organismos sobreexcitados por la tension contínua del trabajo y de la vida de las grandes ciudades. Gracias á la complacencia del señor P. Reyes, ayudante de la sub-prefectura de la Isla de los Estados, he podido consul- tar el registro de observaciones meteorológicas recogidas con la mayor regularidad y cuidado por él y sus subordinados, durante tres años consecutivos y casi hora por hora en San Juan del Salvamento. Con el propósito de poder comparar fácilmente el régimen de los vientos al Norte de la Isla de los Estados y en Ushuaia, he hecho una recopilacion de todas las observaciones y construido los diagramas mensuales, en los cuales el largo en milímetros de cada radio representa la mitad del número de horas durante las cuales los vientos correspondientes han soplado. ll último cuadro de temperaturas dadas en San Juan por el psicrómetro permite tambien establecer interesantes comparaciones con las temperaturas que nosotros hemos observado en Ushuaia durante el mismo período del año. PS Ap La simple inspeccion de los diagramas permite constatar inmediatamente que durante todo el otoño y los primeros meses del invierno, es decir, desde Mayo á Octubre, los vientos no son tan fuertes como durante el resto del año. Cada primer mes de cada estacion presenta además una particularidad distintiva que llamaré carácter estacionario y el cual lo distingue á la vez del mes precedente y del posterior. En verano (Febrero) es, por ejemplo, cuando amenguan con- siderablemente los vientos del Sud, debido muy probablemente á la accion del calor sobre ciertas tierras australes extensas y aun desconocidas. In Marzo estos vientos aumentan nuevamente en violencia sin alcanzar las proporciones de los de Enero. Es tambien en Febrero que los vientos del Sudeste llegan al maximum, sen- siblemente igual al término medio de los vientos del Sud. En otoño (Mavo) obsérvase el maximun anual de los vien- tos del Norte. Los del Sudeste son mas frecuentes que en Abril ó en Junio. En invierno (Agosto) encuéntrase el minimum anual de los vientos del Oeste. ls igualmente uno de los raros meses del año donde los vientos Noroeste soplan mas que los vientos del Sud. En primavera (Noviembre) los vientos del Noroeste son mucho mas frecuentes que en el mes precedente y que en el mes siguiente. Los vientos del Sudoeste soplan al contrario mucho menos que durante esos dos meses. Si examinamos los diagramas anuales, llegaremos á conclu- siones particularmente interesantes y tanto mas seguras que las pequeñas perturbaciones accidentales han desaparecido gracias á los términos medios tomados de cifras muy elevadas. Los vientos del Oeste y del Sud soplan con una constancia casi igual, siendo el último casi siempre el mas frecuente de todos. Despues de los vientos del Oeste y por órden de fre- cuencia vienen en seguida los del Noroeste y Sudoeste. En los dos primeros cuadrantes los vientos son relativa- mente insignificantes. El del Sudeste es el mas constante. Segun las observaciones hechas por el señor comandante Correa, los vientos indicados en esos mismos cuadrantes serían igualmente muy raros en San Sebastian. En vez de que en la Isla de los Estados los vientos del Sud y del Sudeste durante los tres primeros meses del año soplan con una frecuencia comparable á la de los vientos del Oeste y Noroeste, en San Sebastian du- rante estos mismos meses, son los vientos del Sudoeste y Oeste los predominantes, siendo los del Sud y Sudeste en compara- cion insignificantes. A AL Vista la gran utilidad que se desprende de todas las cuestio- nes prácticas de meteorología general, sería preciso y de desear que el Gobierno instalara en San Sebastian una tercera estacion, la que completaría los resultados adquiridos por los de la Isla de los Estados y de Ushuaia. Los gastos son insignificantes, no ascienden % trescientos pesos y no se necesita personal es- pecial. La Mision Salesiana podría fácilmente, por su parte, estudiar los fenómenos atmosféricos de Rio Grande. El conjunto coor- dinado de esas cuatro séries de observaciones permitiría pre- cisar y esclarecer la climatología de la gran y fértil Tierra del Fuego, mucho tiempo desconocida y abandonada. Proporcio- naria á los navegantes valiosas indicaciones. Por fin, la República Argentina tendría el honor de hacer conocer al mundo científico las grandes leves de la naturaleza que rigen la parte la mas austral de los continentes actuales. Temperatura del aire (USHUAIA ) 1896 Febrero |7a.m.|10a.m.|1p.m.|4p.m.|6 p.m. |T. media] Minima | Máxima 6 7,6 9,1 PON ISO 9,6 (0) Aa 0%: AO Y 8,4 O RO 14,0 37 10,84 aL 14,8 8 OO ONO: AE 1272 073 AN 72 TAN 9 10,5 TO DTO: 107.5 PIO 135.310 00) AO 10 052 TER O 1300 TAS AS 12522 6,8 12 11 9,4 AZ 16,8 O OS 14,64 73) 18,0 12 9,3 1270: ie VENA 101 MODA Na 18: 7 HS! 10,2 LOS o 16,8 LAO TÍ ZO TS 18,9 14 DIA oa e HO ES MO EX OO 20,6 15 1272 18,5 20,0 1o39 2 170 DO CLOS ONO! 16 10,4 RO) 13.2 TO EUA: IO: 8,6 LD 019) (ada 10,3 ESA 1372 HORS DG, (da 14,8 18 9,0 10,4 ÍNO 1279 DO 10,76 052 TA 19 1072 EDO 17 10759 MIES TAO 8,9 AS 20 LOS OO AOS 18,0 16,6 16,14 9, I 24,0 2 OE SS 0 14,0 O AS 13,46 8,2 14,5 20 0 O 13,0 1972 TAE 10,96 ES: 13,9 y 10,5 15,8 LOA 14,0 as 13,06 A 1 2 at, 100 pa O O 9,82 OA ON MEE ADO 2 74 SO 1430 AO OO (UT, 49 5,8 | 16,0 26 062 12D a 20 TES 0720 4,0 AO 27 8,4 NS 17 HAS 6,0 9,98 057 14,0 28 6,4 10,5 O HO=5 05 9,08 12 LAS 29 10,0 12,3 MODO 14,0 107) o 6 EAS: 1 ii Temperatura del aire (USHUAIA ) AAA A Marzo za. m.|roa.m.| 1p.m.|4p.m.|6 p.m. |T.media Minima | Máxima s DO A 195/0 107,2 1740 PESO NS 16,4 2 10,2 VAS MISA: ¡e a 11,46 8,0 TS 3 NS 9,0 10,6 TEO 9,3 0,56 7,0 1079 4 5,4 O DAS 10,0 8,9 8,82 4,8 12,7 5 052 TS Ora EE MO 9,48 PT VISA 6 | 7,6 TOO 16,9 TO Ona TA 7,0 16,9 7 USO) VOS 1077 17 E DO TAOST 752 17 8 750 10,0 1:20 9,2 9,4 9,54 O SS 9 ZN 9,6 10,8 TORO IO OS 6,9 SD 10 78 8,3 e 9,6 7,4 8,67 DS 122 11 9,0 13.0 ONÍS 10,3 AS 10,20 O 14,0 a AL 8,6 9,4 O 8,0 8,24 732 IO 1 DO 9,8 9,4 10,0 Epia 8,76 O 10,5 14 7,0 8,4 aL 0) 6,0 LAO DO 050 15 IND 9,3 DIS O 125.0 8,2 9,74 SE 3,0 16 8,0 0,4 12,0 O 9,8 10,40 70 11250 17 8,0 773 6,8 8,2 3,8 6,82 3,6 9,0 18 4,0 4,2 4,8 5,0 470 ADT 0,0 05 109 4,6 5,0 9,4 8,4 6,8 6,84 Zip 9,5 20 10,0 10,6 DISO 352 750, 02 A 12,0 21 4,2 8,8 10,4 9,8 O 8,68 4.0 LS 22 6,4 8,0 8,4 2 (1 IS 6,0 9,1 23 Dist 10,0 1270 MO) 6,4 A 7 OA 2 6,8 9,8 9,1 730 5,6 7,66 22 9,8 215 7,3 8,8 9,8 10,6 0,6 8,62 SS 10,8 26 2,6 6,5 9,2 8,4 TO 6,36 0,0 10,6 2 2,8 359 9,0 9,2 8,9 5,68 2 9,8 28 NO 19d: AO PIO ANOS O 152 LO 20 6,6 6,6 6,4 053 578 [Fei Lei 9,8 30 4,8 6,2 8,6 9,0 8,0 7,40 0 9,5 ST SO OZ 9,8 11,4 8,8 8,85 pS: POS Abril 1 O 6,2 12,0 PEA. 10,0 9,32 07) 1255 2 DAD DA 1 1250 7,0 10,96 4,0 12,8 3 4,9 12,0 O 12,0 10,0 10,02 O 13 O: 4 4,8 A TIGO lo) 9,0 0175 O LIO 5 oO 072 9,8 9,5 9,4 8,58 4,0 10,0 6 103% 6,8 9,0 9,8 9,6 7,40 2,0 LINO 7 055 8,6 9,2 TO 10,0 9,10 5,0 170 8 8,6 9,0 Td: 6,8 6,4 7,64 6,5 72 9 150 ISA. 9,2 6,0 O) IZ 0,9 9,5 10 9,8 95) 9,0 2d, 370 al 4,0 10,0 11 | 1,6 DA 6,4 50 2,0 4,02 is ARO 12 NE 2,8 ARA 4,2 2,0 2,96 mo 4,5 13 170 1,0 0,0 0,2 0,0 SO 02 DL 14 2,0 155 2,0 — — — = — 0 Y a Estado hygrométrico (USHUAIA ) S y .. -. q ms - 2 a o 3 «Y S ÉS 5 $ S > SS | ES % ES S 33 Si 5 S > E y El < E MANE E A E | | | A FEBRERO FEBRERO DO 7,6 559 157 76 AA OA 8,0 Pd! 60 6 [EE 7,0 DL 7d 6 pro AO IAO PTS 2,8 77 l4 p.m. | 10,0 AS 2) 67 (ius id 0,6 2d 71 6 p.m. 9,0 055 SL 50 ORO A 835 2,9 63 | 7 á. m 8,4 6,0 A: 67 FRA O 005 3,0 60 DO am. 10,9 PS, 330 | Cam , MOD AOS AD ST 61 1 AA AJO M2 T 20 66 ; AR AS A: 1,8 77 6 p.m 8,7 6,2 NO 66 ¡OR Praa nOs > 81 2 60 7 a.m 10,0 70 3,0 61 Jam 9,0 7,6 1,0 72 8 oran SO EEE vea 75 ¡gp!92.m.| 10,4 8,3 2,1 72 4 p.m 1252 9,2 340 63 4 p.m 12.9 9,2 2,8 065 6 p.m 9,3 TZ A 72 6 p.m 8,5 (S. 2,0 71 7) EG MOJO sebo 27A. 09 7 a.m 10,2 7,0 3,2 59 AO na 9,4 1,8 76 SS AO SES 9,7 300 50 9 4 p.m Oo 132 SS 65 DA oo 14,0 26 a Aa e EIN O 2,0 ina, OPA OS Sa amO a aña. na 052 6,8 2,4 68 si ia OS a 3.0 61 150 a.m AS: 9,0 O! 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PA 70 5 rola ma BOO 16,1 A 71 25 HORAS MA Er O 10,3 2 67 > l 4 p.m. | 20,0 | 18,0 2,0 78 A 9,2 2,8 65 A A 1,6 82 | 6 p.m. 9,6 6,3 3,3 57 Tomo VIII. hw Fecha 6 ARTS Estado hygrométrico (USHUAIA) .m. 3 S 3 % 3 E E E FEBRERO 672 5, AO 0, Deo 10,2 7,2 >, 8,4 6,4 PUE) 8,4 ES 07) 6,0 4,2 MARZO 8,5 7,4 10 02 6,6 16,2 10,4 14,0 9,2 10,2 8,9 14,7 ORS ¡ZNa 10,0 12,3 9,2 945 6,6 9,0 Na IÓ 8,4 053 750 Dd 4,8 8,5 073 10,0 3507 8,9 (A 6,2 307 ais 4,5 YO 09,9 EDO 10,6 7,6 6,0 15,0 9,4 101 9,4 NO 10,8 130 7,8 LONE 059 Y 10,6 O LOS 7,9 6,9 10,0 0,2 9,2 05 9,4 5,6 Diferencia Estado hygrométrico 28 10 12 13 15 Horas LOS TORA 110 a, cto 10Aa. qa; TO ae m. .m. 2 2 3 S E IS FEBRERO 6,4 4,6 LO 8,4 10,8 8,1 0,3 4,8 10,0 2 120 E VASO 1050 Na MARZO O 356 9,6 56 12,0 730 IO 055 OS (Td 8,3 01 9,6 6,4 7,4 5,4 o, 8,6 1370 9,0 O] 9,0 715.0 5,8 AZ a 8,6 (o LIO O 8,0 O DO DO 9,8 35) 10,0 TO AGP A 00 5,8 8,4 Al 79 059 6,0 AD 372 O Q73 8,2 12,0 6,8 3,2 e 8,0 0d, 9,4 8,2 1.2;,8 10,9 9,8 6,6 Diferencia Estado haygrométrico A TA Estado hygrométrico (USHUAIA ) E o E S Si o SS 3 3 5 E S A E ME S e S E S | S S a S [Ha | Ñ y El 5 S [55 IS Q > =S Q > AAA AAA OA A A A RARA VERA ERE MARZO MARZO [7 a.m 8,0 7,4. 0,6 91 [4 p.m. 7,0 4,8 2,2 68 pp ro E ÓN NS 05) 0,8 88 dd 6 p.m DO: Sl. AA 65 l4p.m.) 8,2 6,0 272 69 | 6 p.m. 3,8 30d Pe 93 7 a.m TS 6,6 057 89 a a.m.| 8,8 5,8 3,0 60 (712. m, AOS (402 Y 1,9 69 ANP OSO Ji3t Sd: 57 lo a.m. 4,2 O 1d: 76 6 p.m 6,6 4,06 2,0 70 AS APN. 550 SA. O 74 ] 6 p.m. 4,5 3,6 0,9 83 77 Elo 250 2,0 0,6 89 DONA Ia 055 DO DL 83 7 a.m 4,6 2 1,4 7 do AND. m:. 8,4 O DA: 80 ¡LONa 1. 5,0 4,0 10 83 6 p.m AS 6,0 O 7) ao pom 84 | 56 | 2,8 | 60 6 p.m 6,8 4,8 2,0 70 Elo ñie 2,8 2,0 0,8 86 ¡no a.m. O) A: LT 8o 7 a.m 10,0 6,0 4,0 50 ed AS PDD: 9,2 6,4 2,8 62 ¡O E A 6,9 7 54 6 p.m. 8,9 6,2 2,6 64 SE 4 p.m. 8,2 6,8 17 80 6 p.m 7,0 6,2 8,0 88 ondo AnS 6,8 e 37 LORA ESAS LOS 1,6 80 JA TO 452 Se 1,0 83 as ASPE TO 9,6 150 5 10 a,m 8,8 02 SO 02 OP IIA 99 150 7 pe Aa 9,8 052 350 54 6 P.M.| 10,2 7 IO 72a.m.| 6,6 5,8 2381 188 TORA TOA 6,6 EY 154 78 RAS IO 6,4 O) ,4 77 29 4 p.m. 6,3 560 1 81 Oña” ad. 8,0 DO NO 58 CAPI: e: 4,8 1,0 84 ES ANDAS 2 E A 70 6 p.m. 05 1 4,8 LS 80 di a o 0,8 ES ¡ro a.m 052 0 a 81 AT. 2,4 1,4 1,0 81 ES 4 p.m 9,0 eE 1,9 73 102. mv. 10,0 6,8 O 58 6 p.m 8,0 6,0 O 71 39 A TEO: 8,0 10) 62 6 p.m. 6,4 4,8 1,6 76 ATA 5,0 4,0 1,0 83 | 31112 a.m a a 2O 2 A lza.m 6,8 4,9 2,0 70 A ud: e 4,0 51 Ho a.m 9,8 6,0 3,8 52 6 p.m 8,8 6,8 2,0 | 72 ABRIL ABRIL 7 a. m 7,0 6,0 O) 85 7a.m.| 4,9 4,0 0,9 83 , ¡no a.m 6,2 5,0 1,2 81 3 Oran 1250 LISO 0,2 96 4 p.m io A! 7,0 4,4 48 APS DO ZO MONO: 250 ys 6 p.m | 10,0 6,6 SA. 56 6 p.m 10,0 972 O 76 as a Era 6,8 4,4 48 7 m 4,8 4,6 0,2 97 POP CO] aa: 8,2 AZ hoi MOR Dd 8,4 3,0 62 E 4 p.m 1370 8,4 O 56 + [4 p.m TIO 9,0 20 67 [6 p.m 7,0 5,8 1,2 82 ¡6 p.m 9,0 7,6 1,4 80 SAR Estado hygrométrico (USHUAIA) A j * 23 > Ae A” PRO AN | A 3 3 iS | 3 3 8 51 0 S] S 9 2% 3 YN S 3 Y 3% E S E S S 32 Sell S S S S 0 A IS y 3 SS PESIMA ES E 3 5 | 38 ¡9 EA S A E E E PAE | A A | 5 AA | A A A A a ll | | ABRIL ABRIL ETS O RUE 6,0 2 LO aS AA 9,8 8,0 TO 76 4 [TOPAO Sa 7,8 0,4 094 O Jam OSO 8,0 eS 79 4 10 4 p.m 055 O 10 ENS 4 p.m. 2,4 aa 0,2 07 ¡Opa 9,4 E 10 2 OD SO 2 140 68 TA aL: 3,0 2,6 0,4 93 ANA 150 1,2 0,4 2 6 Ora O 6,8 4,6 a 66 OJD Or 1 3,0 1D 76 E 1 E 4 p.m. 9,8 6,0 31519 52 4 p.m. 5,0 dd 1,6 74 6 p.m. 9,6 072 SA! 56 6 p.m. 2,0 A 0,6 88 ME 075 ES) 1,0 84 NAAA 1,4 O 0,6 83 TOKAR DI, 8,6 a: 152 82 O FaRDTe DO 10 1,0 82 7 172 4 p.m Me 8,8 2 70 ANP Ana: Aa LANE Sa 51 OPEN OO 8,2 NS 76 6 p.m. 2,0 1,0 O 10 ¡RAI 8,6 O 0,8 89 o Ei 150 072 0,8 — 8 LON 9,0 8,6 dl 94 3 10 a.m. 1,0 OZ — =—— e 7 IS ARPA 6,8 02 ,6 094 4 p.m. 032 0,4 == == Operas 6,4 (Je 22 97 OAPETO 0,0 0,6 — — (7 NO 0,8 0,2 96 El 250 E 2 — — (LORA 7,4, DO 1,6 7 NS a.m. 1,6 ra — — 0 = I E AND 6,0 4,8 12 81 4 p.m. — — — — o p.m. 350 2,2 0,8 86 0 pe — — — — Direccion de los vientos ( USHUAIA ) LA : 5 > 5 a S 3 3 E E 2 ¿ 3 ¿ ES 3 Z Z ES IS $ s S Á S a | o SS] Se Sy 3 SS E a] SS] [3 > | == mW y o E a a y so | | | | | | FEBRERO FEBRERO 5 | oeste | oEsTE | oesTeE| no NO 18 ONU NO NO Oso OSO 7 NO NNE NE NE NO 19 ESTE OSO Sso so so 8 so so so ss0 sso 20 SE s30 so so so 9 $sO so NNO NO NO 21 so So NO NO NNO 10 | NO Ss0 so so NO 22 NNO NO NO sso sso A ESO | so NO NO NORTE 23 sso CALMA | .NO CALMA | $s0 12 NNE NNE NNE CALMA | NO 24 sso SE SE NO NO 1 CALMA | CALMA NNE NNE [NDÉBIL| 25 NNO NNO sso NNO so 14 OESTE OESTE OSO OSO OSO 2 6 NO CALMA Ssso NO SsO 15 so 50) sso sso oso 2 NO sso sso NNO NNE 16 | NO | No NO NNE NE 28 so so SsO sso NO 17 | sso so so NNE NNO 29 SE sso sso NNO so > A E Direccion de los vientos (USHUAIA ) 3 2 8 S 2 S 3 ES E ES ÉS ES A a ls TS ls lala]s pS a E MA a] Ss 5 | Rh S 0 a á AAA AT NI A A A A A MARZO MARZO 1 SE sso sso so NO 17 sso sso SE NO NO 2 sso NO sso sso so 18 so NO sso SE SE 3 NE NE NE NE NE 19 SE sso sso so so 4 | CALMA| ONO 50) so so 20 NNO NE so sso sso 5 | CALMA| SE SE SE NE 2d NNO NNO NO NO Sso 6 NE NE ssO NNE NNO 2 sso sso sso sso NO 7 NNO so so NNO NO 23 NNO NNO NO NO NO 8 | CALMA| CALMA | NO NO NO 24 so SUD sso so CALMA 9 |cALMa| sso CALMA | NO NO :25 [SIN DIR.'SIN DIR.| CALMA | CALMA » 10 | NO 50) so so so 26 | CALMA| CALMA » » » 11 | CALMA| sso so so so 27 » » » » » 12 | CALMA| SSE NNO so ONO 28 » [SIN DIR.| NNO NO NO eS NNO | CALMA | so so NO 29 SE NE NE NE NE 14 so so SUD so OSO 30 | CALMA| CALMA | CALMA | CALMA | CALMA eS) NO NO NO so ONO 31 | CALMA| NO SE NO NO 16 NNO | CALMA | CALMA | NO CALMA ABRIL ABRIL 1 NNO NNO NNO NO NO 8 0) sso sso so so 2 NO NO NO NO NO 9 oso oso sso Sso OESTE 3 | CALMA|CALMA| NO NNO SsO 10 NO sso sso 50) sso 4 NO NO NO sso $so 30 ssO sso 50) so so S 50) Oso CALMA |VARIAB.| SUD 12 NO OESTE | SsSE SE NO 6 Oso OSO oso NNO NNO 13 SUD SE SE SE sso 7 | CALMA | CALMA | CALMA | SSE SSE 14 so so O) oso sso Tabla de las presiones barométricas (USHUAIA) REDUCIDAS Á O” Y AL NIVEL DEL MAR: 700 -- y 3 3 |7a.m. |10a.m.| 1p.m. | 4p.m. | 7 p.m. 3 |7a.m.|10q0m.[1p.m. | 4.p m.| 7 p.m. E = MARZO 37,43| 39,56| 40,54| 41,89 — LO AS AS oo 114.5. 134.07 9//4.0,,25 7 | 41,82| 39,38| 38,39| 38,37| 36,83 | 20 | 41,73| 40,28| 40,74] 44,01 46,28 8 IO SO SO OA O DO | 2 4803143716 DATO AOS 781 30,01 9 | 42,38l 42,87| 42,331 38,93| 36,16 | 22 | 34,96| 36,61! 36,19 _— — 10 | 38,42| 40,66| 43,56| 46,16| 46,80| 23 | 38,94] 37,76| 37,05| 36,81| 37,21 11 39,76| 38,46| 38,68| 40,22| 43,69| 24 | 45,15] 47,26 HO ONE OO 12 | 55,161 54,751 53,36] 52,15] 50,46 | 25 | 58,74] 58,95| 58,61 8 02 10:8.,,4..0 13 40,28| 40,34| 39,80| 38,68] 38,89| 26 57,23| 56,81| 55,42| 56,08| 56,06 14 | 39,83 — l 41,011 43,36| 45,15 | 27 | 58,05| 57,99| 57,01| 56,71] 56,16 15 | 45,19| 43,80; 42,60] 44,18; 45,25 | 28 | 54,63¡ 54,39 AS VIAS OD AO 16 | 49,74 EAS AO Sa as 22 (201 11.5774.3|97,90|:58,23 — =— 17 1133,451 33,231 33,151 33,751 35,02 | 30 [58,14 SO PASO OL 7,29 18 | 39,05| 37,09| 37,03| 36,76| 37,13 | 31 | 49,74| 48,21 46,95| 46,70| 48,78 A (USHUAIA ) Tablas de las presiones barométricas 4 p.m. 1 AN OA 57,46 DSSIOIO 60,42 54,598 e io DIS 00 Da S 6 p.m. | 'S E ABRIL 56,47 57,68 LAO 60,04| 11 SAO ER AO ds: 02] ALA. 45,08 SOS FONTS 48,88 SA Temperatura del aire (ISLA DE LOS ESTADOS) UN 3 74. M. E | | 1 [50,03 2 55,54 S) AA 4 61,83 5 57,69 6 DD 10.3 7 OM 1896 3 e ES A 6 1558 7 13,4 8 12,8 0 Mate) 10 130. A 1270 102 SO a) 14,6 14 14,6 15 16,4 16 LEO 17 7,6 18 OO 19 O 2 IO CN LA A 20 23 0 24 11,0 25 11,0 26 10,4 27 14,0 28 MS 2 20 14,0 T. húmedo TMESECON T. húmedo = VNOoowoQ0o EA A ¿»DER Icoco.oN+ O > e 0 00 Oo y E E FEBRERO EZ LIO: 9,0 2 9,0 10-72 O 10,4 8,8 10,4 7Ó 10,8 9,0 10,6 8,0 1:21045 07,2 1152 9,0 6,6 dd. 6,4 O ODA IO AS 10,0 8,8 O TS: 9,0 TES 9,8 8,8 6,6 270 8,8 OT 9,4| 7,8 da 537 5] - - 10a.m.| 1 p.m. | 4p.m.|6 p.m. | | | 45,48| 45,88| 46,93| 48,25 DO 071 DIS AS O ZO OOO 44,67| 46,02| 47,53| 47,10 52,27| 50,90| 49,97| 49,18 47.78| 47,62| 47:77| 47,92 AOL OÍ DO, TQ DIO DO DL 0 51,21 — Sa ER E ES S 2 <= A E TO. VIA NDO SO 12,8 8,2 9,0 702 10,8 708 7,6 6,0 0, 6,8 9,4 A. 10,0 8,8| 10,8 025 10,6 Ea ANO id DONA 9,O0| 10,4 9,0 Lo 9,0| 10,0 8,6 nto? No! SO 2 le SO SÓ 9,8 8,4 10,8 4,8 4,6 NO 6,0 4,6 6,0 No 7,0 A 9,0 TA 10,6 07,2 11100 8,8 12,0 8,4| vo| 8,0 9,4 dad. 8,4 TA 3,0 6,6 B.,9 4,1 SA, 4,6 5,6 4,4 O OO 8,8 a 8,4 7,4] 930] 7,8 7,6 SONO 9,4 10,6 8,41 10,0 9,4 10,0 0,21 LL: 2100 170 9,0 9,8 8,4 8,2 e e Temperatura del aire (ISLA DE LOS ESTADOS) e — ——_—_—_ === a a A pos: y SF] TONO" NODO NAO TIMO IDO AMONIO ON ON 5 o oo ol e NO0O0O a y [SS E E A is e ed a y o ws ES E 5 A AR A E A A A A O a e opauny a] NERO OoOo€< o ->n0O000N0Noo0oOoI. 01m mo vo o E + e D01mM 0 0 09009100. ES RETO OI ASIN o S [ICC > > O a > 2 (e) o o So AE Ss y 2 SO E 1 SO 0.0 A FO O O 0 + O + —+)0.1 0D AS ER AA ROA EA E E Ma RS AA a as e A E RA O A al TS 0998 *L [o o] Doo =-=o 0. o +0 aw DON OoO0 m0 RNDSH == y IS Ni 'o el e o Ko) y pS o ST o MAINTONOUIO O O e oO 1000 NIRO SS a E PRA NS A opauny *.L 510 0 0 e w o has O 10 < Ea 5 0 Ss co ee 5 O 10 0 0 Ran 5 100 > E FOO O A MOS >->O ANTAS SS Y al co 0 Si Y o E co 0 o + Sol 5 A Y SN 53 o ol 5 E al eS = dr MM O 0 005500 +ox'scNL00DN e. A S a. ENS A E A a RCA 099S “LI oa woo + nan a a Ro SO Ri +00 1 bm. 90.01 Q Á _ _ _ __ __-- ____________________———_—__ AAAAAAAA M¿H,O. 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EXPLICACION DE LAS LÁMINAS Lámina I Panorama 1— Vista general de Ushuaia y de los Montes Martial. » 2— Vista del Canal Beagle y del camino ú Lapataia. » 3— Vista general de Lapataia. Lámina II Promedios mensuales y anuales de los vientos en San Juan del Sal- vamento (Isla de los Estados). | — Rev. del Museo de La Plata... Tomo VII. j Mé ¡4 casa La Pirámide. Lahille, — Viaje Ushuaia. - Lám. | (3606 p.) ; : E Cerro de Hyades to mte Ventisquero de El Esfinge M" Olivaia S 7 E Peninsul e OA aa A te M: : : : : a ral eninsula Mision Anglicana Rada de 1 shuaia Cerro Susana Jos Loros Fábrica ¡F. Seguí Bridges la Mision M'? Godoy M'” Martial . Los Mentirosos Aserradero Casa de gobierno (3306p.) Valle del Rio Grande La Pelada (4324 P-) hermanos ¿rio Olivala Los Paralelos Punta Jones H e 1 po LA - PANORAMA GENERAL DE USHUAIA A : y Entrada de) Estrecho El Triedro Cerro de M“ Punta de La Virgen Ls Canal y ¿ = z z AA ¿ Antigua te A A * Bridge Monte Godoy Península Ushuaia Isla Navarino Bahía de los Rodados Mejillones Murray (4402 Pp.) M""Sampaio del Beagle Isla Hoste Bahia Lapataia vieja Cerro Susana El Portillo El Frigio reducción M'” Hyades los Loros F. Seguí M” Bridges Monte Godoy 3 E PANORAMA GENERAL DE LAPATAIA VIEJA M' Zavalla Refugio para Isla Mesa Real Fondo de la bahía Sierra de Yendagaia El Frigio Indios : El Nene Robinson Boca del Lago F AA E ; E $ z ; E : A E E ER E : e + a e A i : : o AS y y A Aserradero PANORAMA GENERAL DE LAPATAIA TALLERES DEL MUSEO Rey. del Museo de La Plata. — Tomo VIH. P. Lahille, —Viaje Ushuaia. — Lám. 11. 1894-96 Ye Sado ALE e a , / 1 / N. TALLERES DEL MUSEO OFIDIOS DE MATTO-GROSSO (Brasil) POR JULIO KOSLOWSIXY Naturalista viajero del Museo de La Plata (CON UNA LÁMINA) El conocimiento de los reptiles de Matto - Grosso es de gran interés para la fauna erpetológica de la República Argentina y de la del Paraguay, porque muchos de los ofidios y lagartijas de es- tos paises tienen su verdadera patria en aquella provincia brasi- leña. Los reptiles que por medio de camalotes y troncos de árboles nos llegan por las vias fluviales de los rios Paraguay y Paraná, así como de las comarcas que limitan con dichos rios en territorio argentino, pertenecen á una fauna muy diferente de la de las pro- vincias del interior bajo igual latitud. ls así como se encuentran en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires y la de La Plata el Thamnodynastes Nattereri, Liophis almadensis, etc., que abundan en Matto-Grosso y que se hallan solamente en nuestro territorio á lo largo del rio Paraná y rio Paraguay, mientras unas cuantas leguas tierra adentro ya no existen dichos reptiles, como por ejemplo en la Provincia de Buenos Aires. El primer trabajo mas importante sobre los reptiles de Matto- Grosso nos lo ha proporcionado el profesor E. D. Cope en las Proceedings of the American Philosophical Society, 1887, pág. 44. «Synopsis of the Batrachia and Reptilia obtained by H. H. Smith in the Province of Matto - frosso, Braxal». Nuestro Museo adquirió hace poco una buena coleccion de serpientes del señor C. Bach, hecha en Miranda (Matto- Grosso), y como encontré en esta coleccion especies hasta ahora Tomo VIII. 3 o as no enumeradas de aquella provincia, y además algunas nuevas, he creido oportuno publicar una lista de ellos, agregándoles las enumeradas por E. D. Cope, para facilitar una ojeada sobre los ofidios de aquella interesante provincia. De cada individuo de las especies conservadas en alcohol, doy el número de las escamas ventrales y subcaudales; las especies sin esta indicacion son las que he observado perso- nalmente en Matto-Grosso, las que he tomado de la enumera- cion hecha por 1. 1). Cope y las que se hallan en un estado que no permite averiguar el número de dichas escamas. Fam. TYPHLEOPIDAE 1. Typhlops reticulatus (L.) D. B. Fam. GLAUCONIIDAE 2. Glauconia albifrons (Wagl.) Blor. (q) Fam. BOIDAE 3. Epicrates cenchris (L.) D. B. 4, Eunectes murinus (L.) Gray Uno de los cueros de esta boa mide 7000 mmm. 5. Boa constrictor L. G. Boa imperator Daud. Fam. ILYSUDAE =7 . Ilysia scytale (L.) Litcht. Fam. COLUBRIDAE Série A. Aglypha 3. Helicops carinicauda Wagl. 9. Drymobius bifossatus (Raddi) Blgr. a WAS UEDO: Do VINO 10. Coluber corais Boie 11. Herpetodryas carinatus (l.) Schles, Todos los ejemplares poseen el dibujo indicado en la seccion K del Catalogue of Snakes, ll, p. 75. Boulenger, 1894. 12. 13; 17 16. dE 18. 078 OO. C. 132; OS: Ge 1ST As: E. 136, IAEA DA MIRA: (. 136. Leptophis liocercus (Wied) Jan OS: C. 132. o: C. 134. La fórmula de los temporales es 1+1 en ambos individuos Liophis poecilogyrus (Wied) Jan Liophis almadensis (Wied) Cope NA 163: C.- 68. BUY. 106; (..6L. LO E 08. IN ELO DO: in Ma ER . Liophis typhlus (L.) Jan AAN ASOC. 40. SID EC. Lo ARNASO E. 49: AN ST; E AS. ADO: GC, 43. e E E AA Mo: Ca. 00. o doo E Lo, 1067. C. ?. NOS: CG. 49 Liophis reginae (1...) 1). B. AS E. Sd, Cyclagras gigas (1). 1.) Cope AS O TO MNAC. 08. Xenodon Merremi (Wagl.) Cope Un ejemplar muy viejo mide 1630 mm.; su cola 213 mm. NA O. 37. a Xq RÁ OR 19. Lystrophis histricus (Jan) Blgr. Las manchas negras que cruzan por encima del cuerpo tienen en este ejemplar la forma romboidal. v el color del cuerpo, por encima, es de un moreno claro. a Vado Ak 20. Aporophis lineatus (L.) Cope DINSA A LOS 7 DVI TO AS CANO TAS: 21. Rhadinaea genimaculata (Boettg.) Blgr. ANACO: DEMAS: GO: 0. Y 19607 CAS. O VES LO AC AOL: CANINO ROD: f. V. 191; C. 65. UANALIS OS 22. Rhadinaea occipitalis (Jan) Cope 23. Dimades plicatilis (L.) Gray 24. Simophis rhinostoma (Schleg.) Peters Ll ejemplar de nuestra coleccion me da la conviccion que el Simophis Rhode? Boettg. es sinónimo del $. rhinostoma. Nuestro ejemplar posee 15 hileras longitudinales de escamas, 8 labiales superiores sobre cada lado, la placa rostral forma un ángulo recto en su parte apical, v como el dibujo es exactamente igual en las dos supuestas especies diferentes, no quedaria ninguna otra distincion que las 17 hileras de escamas que posee el ejem- plar que sirvió de tipo al Dr. Boettger para la creacion del S. Rhodet; pero como es sabido, el número de las hileras de escamas en los reptiles varia en muchas especies y no puede por lo tanto definir una especie distinta. 4: WAS2: 0700: Série B. Opistoglypha 25. Himantodes cenchoa (L.) D. B. 26. Leptodira albofusca (Lucép.) Blgr. 4 VADO A b. NA2O0L CS: . Oxyrhopus petolarius (L.) D. B. vo —) Eg 28. Oxyrhopus rhombifer D. B. O: E. 93, 202. E. 78. 29. Oxyrhopus trigeminus D. B. EN 219: E. 80. 30. Oxyrhopus Guerini |). B. avi 221: Co 92. av 211; Co 84, 31. Rhinostoma guianense (Trosch.) Blgr. 92. Thamnodynastes Nattereri (Mikan) Gthr. Todos los ejemplares poseen una quilla bien pronunciada en sus escamas del dorso, pero el ejemplar designado con la letra d posee además en la primera parte de su cuerpo una corona elevada en la hilera vertebral, lo que hasta ahora no he observado en ningun otro individuo de la especie. A Lo C60. OZ C.- 79. MIGO: €. DS d. V. 142; C. 68. es vo142; C. St. fi V. 140; C. 83. q Y. 145;.C. 56. Jóven h. V. 148; -C SA » 33. Philodryas viridissimus (L.) Gthr. 34. Philodryas Olfersi (Licht.) Gthr. NOS C. 175 90 E 118: PUN 194: €. 104. 30. Philodryas psammophideus (Gth». 36. Philodryas Nattereri Steind. 37. Philodryas mattogrossensis Koslowsky sp. n. (Lam. I, fig. 1-3.) Il ojo mide la mitad del largo del hocico. La placa rostral es algo más ancha que alta y algo visible desde arriba; las inter- nasales algo más cortas que las prefrontales: la frontal 1 *,, vez tan larga que ancha ó tan larga que su distancia de la punta del hocico y algo más corta que las parietales: loreal 1 '/, vez tan larga que alta; hay una escama preocular, que no llega á tocar la frontal, y dos postoculares; temporales 1 +2; 8 labiales supe- e Te a riores, 4 y 5 tocan al ojo: cinco labiales inferiores están en contacto con las placas gulares anteriores que son más largas que las posteriores. Hay 19 hileras longitudinales de escamas lisas provistas de fosicos apicales. Hay 222 escamas ventrales y 123 subcaudales. La escama anal está dividida. ll color es por encima: sobre la cabeza y la primera parte de la región dorsal del cuerpo (8 á 10 escamas) de un olivo oscuro que poco á poco pasa en un color requemado claro en el medio del cuerpo y que se vuelve en un rojizo sobre la parte posterior del cuerpo y la cola. Los lábios superiores y los costados de la primera parte del cuerpo son de un color amarillo que se convierte detrás del cuello en un olivo claro que pasa al color del dorso en el medio del cuerpo donde va no hay más zonas distinguibles. Una” línea negra, poco distinguible, principia sobre el hocico, pasa por el ojo, bordea los labiales en su márgen superior y se pierde sobre el cuello donde separa el olivo oscuro de la region dorsal del olivo claro de los costados. Largo total, 1195 mm., cola, 365 mm. 38. Erythrolamprus aesculapii (L.) D. B. a. V. 188; C. 42; pares de anillos 16. DAN ASS » » Lo AIN » 13. 39. Homalocranium melanocephalum (L.) D. B. Iste ejemplar no presenta vestigios de líneas lengitudinales sobre el cuerpo. NAO: TR r o a 40. Apostolepis ambinigra (Peters) Blgr. Apostolepis erythronota (Peters) Blar. 42, Apostolepis intermedia Koslowsky sp. n. (Lam. I, fig. 4-7.) D Hocico poco proyectado y ojo pequeño. Placa rostral algo más ancha que alta, la parte visible de arriba mide más que la mitad de su distancia de la frontal; las prefrontales están en contacto con la segunda labial; la frontal 1% tan larga que ancha, más corta que su distancia de la punta del hocico y que las parietales; las nasales no están en contacto con las preoculares sino separadas por las “prefrontales; hay una sola escama postocular; hay seis labiales superiores de los cuales la segunda y tercera tocan al ojo y la quinta y sexta — — 31 — á las parietales; cuatro labiales inferiores están en contacto con las placas gulares de las cuales las anteriores son más cortas que las posteriores, la primera labial está en contacto con su companera, y la mental ó simfisial mide su distancia de las placas gulares anteriores. Hay 15 hileras longitudinales de escamas sobre el cuerpo; 217 escamas ventrales y 37 subcaudales; la anal está dividida. Por encima, el color es un blanco súcio (¿rojo en vida?) con cinco líneas longitudinales negras sobre el cuerpo, de las cuales la primera (se entiende de cada lado del cuerpo) es la más ancha y corre por la tercera y cuárta hilera de escamas de tal modo que cubre la márgen superior de la tercera y la mitad inferior de la cuarta: la segunda línea que es la menos pronunciada y de color mo- reno, corre sobre la sexta hilera, y la quinta línea que otra vez es de color negro y más pronunciado, corre por la hilera ver- tebral. La cabeza es negra, por encima, provista de dos man- chitas alargadas de color moreno claro, las que se hallan en disposicion paralela sobre el hocico, un collar negro desciende de la parte posterior de los parietales y va al rededor del cuello cubriendo la garganta; los lábios superiores son blancos con excepcion de la parte superior de la segunda y tercera y el márgen superior de la quinta y sexta escama labial; la punta de la cola es negra, con excepcion de la escama terminal que es blanca. Por abajo blanco, sin vestigio de manchas. Largo total, 228 mm.; cola, 27 mm. lista especie se acerca á la Apostolepis D'Orbignyi por la disposicion de ciertas escamas de la cabeza, pero debo consi- derar la especie arriba descripta como bien distinta de ésta. No cabe duda que la patria de la Apostolepis D'Orbignyi es el Matto-Grosso ó la Bolivia oriental (Chiquitos ó Moxos), pero de ningun modo Chile. EN 43. Elapomorphus tricolor l). b. VA 2. Q. 22: Série E. Proteroglypha Subfam. ELAPINAE 44. Elaps frontalis l). 13. Este ejemplar posee 16 séries de anillos sobre el cuerpo. a. V. 232; C. 24. Y E As Fam. AMBLYCEPHALIDAE 45, Leptognathus turgida Cope a VEL DBUA CASO: DIVISAS CEN TADO A OL Fam. VIPERIDAE Subfam. CROTALINAE 16. Lachesis Neuwiedi (Waygl.) Blor. Hay 25 hileras longitudinales sobre el cuerpo de este ejem- plar jóven. AS A 47. Lachesis lanceolatus (Lacép.) Bler. 48, Crotalus terrificus (Laur) Cope CATÁLOGO DE LOS MAMÍFEROS FÓSILES CONSERVADOS EN EL.MUSEO DE LA PLATA ROA OA LEN6 DU L:ASTA ÓRDEN TOXODONTIA POR SANTIAGO ROTH ENCARGADO DE LA SECCION PALEONTOLÓGICA DEL MUSEO Tomo VIII. REACH) Son tantos los materiales reunidos en la Seccion Paleonto- lógica del Museo de La Plata, que la publicacion de su Catá- logo sistemático demandará mucho tiempo y mayor personal técnico del que dispone en este momento la Seccion. Es por esta razon que he dispuesto se publiquen catálogos ilustrados y descriptivos de grupos, á medida que se estudien los materiales que les corresponden. F. P. MORENO, Director del Museo, Museo La Plata, Julio 10 de 1806. E - E -- mo / GRUBO UNGULATA Orden TOXODONTIA (') Fundacion. Los primeros restos de este órden fueron encon- trados en la República del Uruguay, en la costa del arrovo Sa- randí y llevados por Darwin á Lóndres, donde el profesor Owen fundó el género Toxodon (The Zoology of the Voyage of the Beagle, vol. 1. pag. 16, London 1840). Al mismo tiempo fundó dicho autor el género Macrauchenia y el año 1846 el género Nesodon. Más tarde, Bravard creó el género Tipotherium (1857). Por mucho tiempo estos tres géneros fueron los únicos cono- cidos de este órden. Solc en los últimos años se ha encontrado gran número de animales, que forman sub-órdenes, familias y géneros, cuyos elementos serian suficientes para hacer de este órden un grupo separado de la sub-clase Placentalia. Descendencia. Se ha querido derivar este órden directa- mente de los Condylarthra, lo que nos parece muy infundado. Demostrar su descendencia de uno de los órdenes conocidos hasta hoy, no lo creemos probable. In cambio, es cierto que (+) Las opiniones respecto de la colocacion de estos Ungulados sud-ame- ricanos están aun hoy muy divididas. Zittel, por ejemplo, ha formado con las familias Typotheridae y Protypotheridae un sub-órden Typotheria, mientras que Lydekker las considera como familias del sub-órden Toxodontia. En cambio, este último forma con las familias Homoladontotheridae y Astropo- theridae un sub-órden Astropotheria, mientras el primero coloca la familia Astrapotheridae en el sub-órden Litonterra v la familia Homalodontotheridae en el de Anciclopodos junto con la familia Chalicotheridae, cuyos restos no se encuentran en el hemisferio Sud. Como deseamos evitar en el Catálogo toda discusion, colocaremos estos restos en los sub-órdenes y familias que nos parece más conveniente, sin entrar en explicaciones sobre el por qué de esa colocacion. estas Unguladas características de América del Sud, que forman el equivalente de las Unguladas del hemisferio Norte y cuya derivacion de una misma rama no presenta dudas, encierran tipos de mamíferos con caracteres del órden Rodentia y de muchas órdenes del grupo Ungulata, y de ellos se pueden deri- var de una manera natural diversas órdenes de mamíferos terrestres. No podemos, en un catálogo, entrar en detalles so- bre este tema. Caracteres generales. A pesar de que este órden tiene tantas formas aliadas con familias de otros, conserva siempre en las suyas un carácter comun, pues aun cuando las familias y géneros se diferencian mucho entre sí, todo el órden tiene, más ó menos, una forma fundamental, la que, sin embargo, se concreta casi siempre á órganos que ejercitan funciones poco importantes. La dentadura varía mucho, segun la familia; los inci- sivos afectan forma de los de roedores, esto es, de palas y defensas, y varían en número; los caninos, en algunas familias, faltan por completo, teniendo algunas uno en la mandíbula inferior, mientras faltan en la superior, y otras tienen uno en cada mandíbula; los molares en unas familias poseen raices y en otras no, y pueden ser brachyodontes ó hypsilodontes y el número varía segun la familia. Las fórmu- E e E Z O 3 3 las dentarias más características son: —1>) CF py Mm. O ES | 3 1 3.28 13 1 4 3 bl 0 4 3 LINA Se a | A De algunas familias tenemos en el Museo grandes partes del esqueleto, las que haremos conocer cuando les llegue el turno; de otras familias se conoce aun muy poco del esque- leto. El fémur de algunas tiene un tercer trocanter bien desar- rollado, mientras que en otras es rudimentario, v 4 muchas les falta por completo. El pié en algunas familias es casi plantígrado, en otras digitígrado y en algunas casi ungulígrado: en unas está bien desarrollado con > falanjes y en otras fun- cionan solo tres falanges. Zona de distribucion (PROCEDENCIA). Si se prescinde de los descendientes más ó menos probables y que están incluidos en otros órdenes, de éste no se conoce ningun representante viviente. Su vacimiento en los períodos geológicos se limita á la América del Sud, donde desde los tiempos terciarios existió siempre un gran continente. Se ha designado la época geoló- TO pa gica á que deben pertenecer los diferentes géneros, pero el inmenso territorio donde se encuentran estos restos ha sido tan poco estudiado por verdaderos geólogos y las indicaciones provienen á menudo de personas de tan escasos conocimientos geológicos, que seguramente una gran parte de las indicacio- nes resultarán erróneas, una vez que estos yacimientos sean geológicamente bien determinados. Nosotros nos limitaremos actualmente á indicar solo el yacimiento de cada pieza cuando sea conocido. Los restos de este órden se encuentran en todas las capas de la formacion pampeana, en la formacion entreriana, y en casi todas las formaciones de Patagonia donde se han encon- trado restos de vertebrados; tambien se han hallado en algunas formaciones sedimentarias de las provincias andinas argentinas. Sub-órden TOXOIDONTIA s. Str. ¿ste sub-órden, del cual se conocen varias familias, se dis- tingue de los Ungulados del hemisferio Norte, principalmente en los siguientes caracteres fundamentales: los maxilares son muy abovedados y los extremos de los alvéolos de los molares llegan hasta la sínfisis maxilar. Los huesos temporales, an- quilosados con el timpánico y periótico, forman parte del llano occipital. En cada lado de este llano hay un forámen que co- munica con la fosa temporal. Los dientes tienen raices Ó care- cen de ellas. La articulacion humero-cubital tiene un hueso accesorio que articula con el humero y el radio. Los repre- sentantes de este sub-órden se han encontrado solo en América del Sud y se hallan tanto en las formaciones terciarias como en las cuartenarias. I. Familia TOXODONTIDAL Si principiamos el órden ZToxodontia por esta familia, no es porque la consideremos como el tronco del árbol genealógico del cual se hayan derivado las otras familias y géneros, sino porque es el Toxodon el que fué conocido primero y, per lo tanto, el que ha dado nombre á todo el órden. In los géneros de esta familia, el cráneo se parece algo al de los RoDENTIAS. Los huesos nasales son sobresalientes. lil pre- maxilar es fuerte y prolongado, ensanchándose hácia adelante. ll arco zigomático es ancho, la márgen superior se une sin interrupción con la cresta posterior del cráneo. Los incisivos NS superiores son muy arqueados, los inferiores casi derechos. El canino superior de la denticion definitiva falta en algunos géneros, mientras que el inferior está presente. La denticion definitiva es sin raices, parecida á la de los Rodentias. En algu- nos géneros los dientes de leche son provistos de raices. Genus TOXODON De este género se ha fundado una cantidad de especies cuya legitimacion se discute. Algunos paleontólogos opinan que las diferentes especies de Toxodon resultan ser solamente razas diferentes de una sola especie, y se ha dicho que la diferencia que existe entre Toxodon platensis y T. Burmeisteri pudiera ser sexual. En la paleontologia es muy difícil determinar el sexo. y casi siempre se hará por suposiciones. Es fácil que el pa- leontólogo cometa el error de hacer de un macho y de una hembra de una misma especie, dos especies; pero es difícil probar este error. Cuando tratemos de cada especie de Toxo- don se verá que las diferencias que existen entre las dos es- pecies arriba mencionadas, no pueden ser solo sexuales. Es cierto, sin embargo, que se han fundado especies sobre mate- rial muy insuficiente cuya existencia es muy dudosa, y que otras lo han sido sobre restos de animales jóvenes que perte- necen á especies ya conocidas, yv que hasta sobre la denticion de leche del Toxodon se ha establecido un nuevo género: Di- lobodon. Pero si algunos paleontólogos quieren considerar las diferentes especies de Toxodon solo como razas, siempre hay que dar á éstas nombres específicos, para saber de qué raza se trata. A pesar de esto, las diferencias que existen en las pretendidas razas no son en el Toxodon de tal naturaleza como las que hay entre las diferentes razas en los mamíferos vivien- tes. Si en una especie hay variaciones individuales, esta espe- cie conserva siempre los caracteres específicos. In el Museo hay cuatro especies de Toxodon con caracteres específicos bien distintos: Toxodon platensis, Owen; T. Burmeisteri, Gebel; 7. Darwini, Burmeister; 7. elongatus, Roth. Ei esqueleto. Il Toxodon, que durante la formacion pam- peana abundaba en los pantanos de la Pampa, superaba algo en tamaño al Rinoceronte y era mucho más corpulento y más fuerte. Para hacer las comparaciones damos aquí las dimensiones de dos esqueletos bien montados de Toxwodom y del esqueleto de Rhinoceros: EA MOX. TOX. RHINOC. cm. cm, cm, Altura hasta la cresta del cráneo............. 102 105 135 » en las primeras vértebras dorsales..... 147 144 145 » » » últimas lombrales........ A 149 149 154 Largo desde la punta del cráneo hasta la cola. 294 285 290 AMCNUTAMayor del CUErDO: +, +... ioocooomo... 115 118 90 De esta comparacion resulta que el Toxodon era de cabeza y pescuezo mucho más bajo que el Rinoceronte; que la altura adelante era igual y que atrás el primero era 15 cm. más alto: eran casi iguales de largo y el cuerpo del Toxodon era mucho más ancho. Hl esqueleto de animales tan pesados y toscos como lo son el Rinoceronte y el Hipopótamo, puesto al lado del es- queleto de Toxodon, parece proceder de un animal elegante. La forma extravagante del Toxodon se ve ya clara en el esque- leto representado en la lámina I. Hsa colosal cabeza de roedor, tras de la cual se eleva rápidamente el lomo en forma de giba, y la gran anchura del cuerpo, daba á este animal un aspecto cuva analogía se busca en vano entre los animales vivientes. Una vez observada la caja del cuerpo, se deduce natural- mente que los miembros tenian que ser muy fuertes para llevar tamano peso, y en realidad lo son; sin embargo, el desarrollo redondo de los huesos del muslo hacen liegar á la conclusion que este animal tenia una marcha más compleja que el Rino- ceronte. El cráneo. Todos los autores que han tratado del cráneo del Toxodon han hecho resaltar la analogía de forma con el cráneo de los Roedores, analogía que en realidad existe en su aspecto general; pero examinando más los detalles, el parecido no es tan grande. Principiando el exámen con los huesos nasales, éstos tienen una forma más ovalada y se extienden á los costados más abajo, por ejemplo, que en el cráneo de Hidrochoerus. listos huesos son en el Toxodon platensis más chatos que en el 7. Burmeisterii, el que los tiene más abovedados. Las puntas pro- minentes son, comparativamente, muy gruesas y en forma semi- triangular, con los bordes muy redondeados; en el 7. Bur- meisteri son un poco más prolongados que eun el 7. platensis. Solamente al fin de la abertura de la nariz los huesos nasales llegan apenas á tocar los huesos praemaxilares, y estos últimos no se introducen cuneiformes entre los huesos nasales y maxi- lares, como sucede generalmente en los roedores y en otros animales. E En el Toxodon los huesos nasales se unen directamente con los maxilares y frontales. Por el excesivo espesor de las pun- tas prominentes de los huesos nasales y por la elevacion de una gruesa cresta en el medio de los huesos praemaxilares, se ha deducido que el Toxodon tenia sobre la nariz un asta pare- cida á la del Rinoceronte. Ksta opinion se ha combatido, y se ha dicho que probablemente tenia una trompa como el Tapir. Nosotros no somos del mismo parecer: sobre todo, la última opinion nos parece muy infundada. La estructura de los huesos nasales no se parece en nada á la de los animales que llevan trompas. Tampoco los incisivos permiten semejante suposicion; creemos más bien que esta punta nasal tan gruesa y la eleva- cion que tienen los praemaxilares, indican que sostenian una gran masa de cartílagos formando una nariz muy gruesa y elástica, tapada por espeso cuero, como el hocico de que está provisto el Hidrochoerus, solamente de proporciones más volu- minosas; este último animal tiene también las puntas de los huesos nasales relativamente macizas y una alta elevación de cresta gruesa en el medio de los praemaxilares. Si el forámen infraorbital por donde pasa la segunda rama del nervio quinto, del cual se ramifican los nervios sensorios por toda la cara y los labios, es relativamente más grande en los Roedores que en el Toxodon, en éste es aun más grande que en los Ungula- dos y otros mamíferos. Por eso mismo podria deducirse que la cabeza anterior del Toxodon era de forma parecida á los Roedores. Los huesos frontales son anchos y relativamente muy cor- tos, casi llanos en unos y algo cóncavos en otros individuos, formando en este último caso una apófisis postorbital «algo elevada. lista desciende de adelante hácia abajo en forma de media luna, llegando hasta el hueso lacrimal y formando al re- dedor de la cavidad del ojo un borde prominente y grueso. Mientras que en el cráneo de los Roedores el hueso frontal toca atrás el hueso escamoso, éste se junta en el Toxodon como en los Ungulados con el hueso parietal, con el cual se une hasta no conocerse la sutura. Detrás de la apófisis postorbital principian los huesos parietales, que se unen hócia adelante, en forma de trián- gulo, con los frontales. La cresta sagital se extiende, como en el Hipopótamo, solamente sobre los huesos parietales, pero no sobre los frontales, como sucede en muchos cráneos de otros animales. listas crestas corren por cada costado del cráneo, un poco encorvadas por adentro, hasta más allá e RO a de la mitad del vértice; en ese punto se acercan hasta unirse, divididos solamente por un pequeño surco, separándose otra vez atrás del cráneo, donde se unen con los huesos supraocci- pitales, formando un pequeño pozo triangular que representa el hueso interparietal. Tanto éste como toda la estructura de la cresta sagital, es algo diferente en cada uno de los cuatro crá- neos completos que tenemos á la vista, pero la diferencia no existe de una especie á la otra: es solamente individual. El vértice es muy angosto y los huesos parietales son más bien encorvados para adentro y no hácia afuera, formando de esta manera una enorme fosa temporal, en donde tienen los músculos temporales su principio. Las suturas que unen los huesos parietales con los temporales no son perceptibles en los crá- neos adultos. Aun cuando en casi todos los mamíferos esta parte del cráneo cambia en su forma con el progreso de su desarrollo, se efectúa éste en el Toxodon en «escala mayor. Ll vértice en el cráneo del Toxodon jóven es bajo y con las dos crestas laterales muy separadas: en la edad más provecta del animal se desarrolla enormemente, y al mismo tiempo las dos crestas sagitales se juntan en el medio del vértice hasta tocarse (véase lámina III y figuras 1 y 2). Los huesos parietales de la fosa temporal, que en el cráneo adulto son más bien cóncavos, en el cráneo jóven son convexos. Otra diferencia en el cráneo jóven consiste en una cresta que desciende sobre los huesos parietal y temporal en forma semi-circular, desde la apófisis postorbital hasta cerca de la apófisis zigomática del hueso temporal. Esta cresta desaparece en el cráneo adulto, y en su reemplazo la superficie de la fosa temporal se vuelve áspera, llena de tubérculos y pequeñas crestas para la insercion de los músculos temporales. Las figuras 1 y 2 y lámina III presentan esta parte del cráneo en diferentes estados de desarrollo. Atrás, en la fosa temporal, hay varias perforaciones que comunican, como se verá más adelante, en un forámen «que desemboca en el llano occipital. Los huesos parietales están tambien unidos de tal manera con el supraoccipital, que ni en el cráneo muy jóven se puede distinguir sutura alguna. La única diferencia que se nota en esta parte de los cráneos de los diferentes tipos de Toxodon que hay en el Museo, es que el llano frontal donde se juntan las dos crestas sagitales es algo cóncavo en el ZToxodon platensis y protuberante en el 7. Burmeisteri. En esta parte el cráneo del Toxodon es muy distinto del de los roedores y más bien se parece en algo al cráneo de los carnívoros. ES Los huesos occipitales en los cráneos de animales adultos no tienen tampoco mucha analogía ni con los de los roedores Fig. 1 Cráneo de Toxodon, individuo jóven, parte superior. Fig, Parte de un cráneo de jóven, vista de las rx) Toxodon, individuo crestas sagitales. ni con los de otros mamíferos vivientes. La circunferencia occi- pital ha sido así descripta (*): «11 llano está perpendicularmente co- locado, con márgenes elevadas y reclinadas en toda su circunferen- cia superior y lateral, formando una figura transversal elíptica. En la parte central superior de la circunferencia hay una línea horizontal casi recta, terminán- dose en dos esquinas obtusas, con las cuales se unen las partes pos- teriores divergentes de la cresta vertical. Abajo de estas esquinas la circunferencia del occipital for- ma á cada lado una curva casi regular semi-circular y desciende de este modo hasta los grandes cóndilos occipitales que terminan el occipital al extremo inferior. Al lado externo de los cóndilos se ven dos tubérculos muy fuer- tes, cónicos y descendientes, que representan la parte mastoides del hueso temporal. Remontando desde el agujero occipital grande, de figura transversal elíptica, el hueso occipital forma un llano ondulado, muy grueso, inclinado hácia adelante, que se divide despues más arriba, en dos pro- longaciones gruesas divergentes, perpendicularmente ascendentes, de figura de mano de mortero, que se continúan hasta las esquinas superiores de la circunferencia del occipital. Entre ellas se presenta, en la parte central, bastante cón- (*) BurmelstER: Anal. del Mus. Púb. de Buenos Atres, Tomo I, pág. 259. a cava del occipital, otra protuberancia elíptica menos gruesa. La parte externa del occipital, al lado de las dos gruesas pro- tuberancias laterales divergentes, es muy profunda, excavada, y termina en un agujero grande de figura de embudo, que se disminuye poco á poco al interior y entra con una perforacion pequeña, oblícua á la cavidad cerebral del cráneo.» Así se presentan los huesos occipitales del animal adulto á primera vista, pero en realidad su forma y estructura es otra. Ya en los cráneos adultos se puede ver que en los dos tubérculos descendientes al lado externo de los cóndilos no pueden ser apófisis de los huesos temporales. En la márgen lateral, donde parece que se une el occipital con la apófisis zigomática del tem- poral, hay dos surcos y dos protuberancias que representan el periótico (Perioticum) y timpánico (Tympanicum), figuras 3 y 7. oO Fig. 3 Cráneo de Toxodon, individuo jóven, visto de lado El surco posterior se extiende desde la abertura externa del forámen auditivo, que se encuentra muy arriba, cerca del borde superior del argo zigomático, hácia abajo, separando la apófisis del periótico de este tubérculo; además, se ve bien que este úl- timo es, como en los Roedores, una prolongación del exoccipital que corresponde al proceso parooccipital y no á la apófisis mas- toídea del temporal del cráneo del hombre (véase fig. 4 letra B v fig. 5 B). En el cráneo jóven que tenemos en el Museo, esta parte está bien conservada y demuestra que la estructura de los huesos occipitales es diferente de lo que podria conjeturarse viendo el cráneo adulto. En las figuras 4, 5 y 6 se puede ver que las antes citadas gruesas protuberancias laterales divergentes, que se extien- den desde la esquina superior de la circunferencia del llano occipital hácia abajo hasta cerca del forámen magnum, son los márgenes laterales del hueso supraoccipital que tiene una E forma casi cuadrada (figuras 4, 5 y 6) y que los huesos pe- riótico y timpánico anquilosados con el temporal en una sola AR Fig. 4 Occiput de un cráneo de Toxodon, individuo jóven. Fig. 5 Occiput de un cráneo de Toxodon Burmeisteri, individuo adulto A supraoccipital; B exoccipital; (huesos auditivos. Ts > Fig. 6 Occiput de un cráneo de Toxodon, individuo jóven A supraoccipital; C huesos auditivos, pieza, toman mucha participa- cion en la formacion del llano occipital (fig. 4, 5 y 6). Los dos forámenes juntos á las márgenes laterales del hueso supraoccipital, que se ha dicho que conducen al in- terior de la cavidad cerebral. no perforan el hueso occipital y no conducen al interior de esta cavidad, sino que perfo- ran el periótico y timpánico y conducen al interior del hueso temporal, donde se dividen en varios conductos que comuni- can con tres ó cinco agujeros que hay en cada lado de la fosa temporal. Estos dos forámenes, que se podrian señalar con el nombre de forámen temporal, existen en casi todos los cráneos del órden Toxodon ('); á lo menos es característico en todos los eráneos de los géneros en que el hueso temporal anquilosado con el timpánico y periótico, forma parte del Jlano occipital. La circunstancia que esta par- ticularidad se presenta solo en los cráneos de los mamíferos del órden Zoxodon, habla mu- cho en favor de la hipótesis que las familias de este órden hayan tenido una descendencia comun. Il exoccipital, que se une algo arriba del forámen ma- 1) Este forámen daba paso 4 órganos importantes. No queremos entrar en largas explicaciones y trataremos esta parte del cráneo en un trabajo especial. ES gnum con el supraoccipital, se dirige hácia afuera y adelante, rodeando los huesos auditivos, y se extiende por el lado exte- rior de los cóndilos hácia abajo, formando una larga y muy fuerte apófisis para insercion de músculos. Esta apófisis, que ha sido tomada por apófisis del hueso temporal, es el proces- sus parooccipital que es muy desarrollado en los Roedores y muchos Ungulados. En la base, junto á los forámenes condilares, se encuentra la sutura que une el exoccipital con el baseocci- pital. Este último es algo parecido al de los Roedores; tiene en el medio una pequeña cresta que se extiende hasta la base- phenoida. Como se ve, la verdadera forma de los huesos occi- pitales del Toxodon es mucho más parecida ú la del cráneo del Hipopótamo que al de los Roedores. KI hueso temporal no está limitado en los cráneos adultos por sutura alguna, exceptuando la del zigomático, donde se une con el yugal, sutura que es muy visible hasta en los cráneos de individuos viejos. En el cráneo jóven se ve que el hueso temporal toma mucha participacion en la formacion de la bóveda cerebral; está, como se ha dicho, anquilosado con los huesos timpánico lv periótico y se extiende á los lados hácia arriba hasta la márgen occi- pital, donde se une en línea recta con los parietales, bajando más adelante de la mitad de la fosa temporal, hasta el hueso pterigoídeo, formando un ángulo y limitando el forámen lace- rum medium. De lo dicho resulta, que el temporal está anqui- losado con los auditivos en un solo hueso, y que no solamente forma parte de la circunferencia del occipital, como sucede en el cráneo de Didelphis, sino ocupa una parte considerable del llano occipital. En el Lagostomus los huesos auditivos tambien contribuyen á formar el llano occipital, pero sus disposiciones son otras que en el Toxodon y faltan los dos forámenes late- ales. ln cambio, esta disposicion de los huesos auditivos y temporales califica casi todo el órden Toxodontiídea 6 indica nue- vamente una descendencia comun. Hay familias en las cuales se ha desarrollado esta particularidad de manera admirable, formando órganos, como, por ejemplo, en el Zepotrerium y Pa- chyrucus, cuyas funciones son difíciles de explicar. La estruc- tura de estos huesos se diferencia mucho en cada familia y género de este órden. In el género Toxodon no hemos podido distinguir diferencias específicas, sino solo diferencias que se reducen ú la edad del animal. Se tendria que deducir que estos huesos, que se desarrollan de diferente manera en cada familia v gé- nero, tendrian tambien que presentar entre las especies diferente estructura; el hecho contrario hablaria en favor de que el Toxo- don Burmeisteri y el T. platensis fuesen de una sola especie. En los otros tipos que tenemos en el Museo falta esta parte del cráneo. La parte posterior del arco zigomático, que en cráneos de otros animales está formada por una apófisis del hueso tem- poral, en el cráneo jóven del Toxodon está separada por una sutura que se extiende desde la esquina superior de la már- gen lateral del occipital, á lo largo de los huesos auditivos, hasta cerca de la fosa glenoídea. Esta parte del arco zigomático es muy ancha, con muchos tubérculos en la parte interior, y se junta con el yugal en una sutura muy visible en los cráneos provectos. El yugal es relativamente chico: forma el borde anterior é inferior de la órbita y se une con el lagrimal y maxilar por una sutura, solo visible en el cráneo jóven. Su forma está bien visible en la figura 3 y lámina III. Sobre la diferencia en la forma del arco orbital anterior se ha querido establecer una diferencia específica entre el T. platensis y el T. Burmeisteri; se ha dicho que este último tiene el arco orbital anterior mucho más del- gado y, en consecuencia, un forámen infraorbital más grande que la primer especie. Estas diferencias son puramente indivi- duales y en el Museo hay cráneos que lo confirman, señalando casos en que se invierten las diferencias indicadas. Lo que se ha dicho sobre el canto externo prominente, que en el 7. Bur- meisterí este hueso tenga una cresta, se reduce solo á la dife- rencia de la edad del animal á que pertenece uno ú otro cráneo. ln el cráneo jóven este canto es muy redondeado, mientras que en el 7. platensis, adulto, hay una cresta tan prominente como en el T. Burmeisteri. No existe diferencia específica en esta parte del cráneo entre el 7. Burmeisteri y T. platensis. En cambio, el cráneo del 7. elongatus es, en esta parte, muy dis- tinto de las otras dos especies. La apófisis zigomática del maxilar superior es menos sobresaliente; el arco orbital ante- rior, compuesto del hueso yugal y de la apófisis del maxilar, es mucho más ancho y más delgado, y el forámen infraorbital muy pequeno. Elarco zigomático y con él la fosa orbital y temporal, cam- bia mucho en la forma durante el curso de desarrollo del crá- neo del Toxodon. En el cráneo jóven el arco zigomático es re- lativamente mucho más angosto y la fosa orbital más grande que en el cráneo adulto. El maxilar superior es de tamaño considerable con bordes alveolares muy altos: es mucho más ancho atrás que adelante y su forma es muy distinta de los Roedores y Ungulados. Las PE PP. Ae partes laterales son tan abovedadas que los fondos de los al- véolos de cada maxilar se tocan en el medio del paladar. Los fondos de los alvéolos y del último premolar de cada lado del maxilar, están separados solo por un tabique muy delgado en el medio del maxilar. En el cráneo cortado por el medio (lámina V y VI), se ve en los huesos maxilares las cavidades de los alvéolos de los tres últimos molares. (Este cráneo no está cor- tado justo por el medio para salvar la lámina perpendicular (crista galli) y por esto se publican las figuras de las dos mitades.) La sínfisis maxilar en el paladar es adelante profundamente encalada y atrás forman una pequeña cresta, que se extiende hasta el hueso palatino. La diferencia que presentan las di- versus especies consiste en que todos los maxilares superiores que hay en el Museo de Zozxodon platensis son un poco más an- cho que los de T. Burmeisteri, y los de T. elongatus más largos que las anteriores especies. Las forma de los premaxilares es tambien visible en las di- ferentes figuras que acompañan este catálogo. Como se ve, ni el premaxilar ni los huesos nasales son en nada parecidos á á los Proboscídeos. Kl tubérculo que está situado adelante de la abertura nasal del premaxilar, es casi de forma idéntica al que tiene el Hydrochoerus en la misma parte del premaxilar. Las disposiciones de los huesos nasales internos mesethmoi- deo, ethmoturbinal, etc., se ven tan bien en las láminas V y VI, que se hace casi inútil una descripcion detallada. El vomer forma un tabique muy delgado en la abertura posterior de la nariz, y se extiende solo sobre el hueso palatino. La parte de adelante, que en muchos cráneos de otros animales se extiende muv adelante en medio de los maxilares, así como una parte de los mesethmoidales, deben haber sido durante toda la vida compuesta de cartílagos en el Toxodon. Lo mismo sucede con los maxilar-turbinales, que solo son indicados en los huesos maxilares por unas pequeñas crestas. La cavidad cerebral es en el Toxodon adulto relativamente más chica que en el animal jóven; durante el crecimiento del animal se agranda poco ó nada el volúmen de esta cavidad, como sucede con el cráneo del elefante. Solo que los huesos que componen las paredes de la cavidad cerebral toman mayo- res extensiones. Estos huesos son en el cráneo jóven relativa- mente delgados, mientras que en el cráneo adulto son bastante gruesos, como se ve en las láminas V y VI. Es principalmente el vértice y la márgen superior del occipital que se agrandan mucho durante el crecimiento del cráneo, pero sin formar dí- Tomo VIII. 5 — 0 — ploes en los tejidos celulares de estos huesos, como sucede en los cráneos de los elefantes. El hueco que se ve arriba, en la figura del cráneo cortado, en los huesos frontales, no es un díploe, sino una concha ethmoturbinal cortada que se encuentra aquí arriba en los huesos frontales. Por la diferencia que pre- sentan entre sí el vértice y los huesos parietales de un animal jóven y los de un adulto, se ha creido que un pedazo de crá- neo de un animal jóven que tenemos en el Museo pertenece á un género llamado Dilobodon (*), género que, como se verá más adelante, no ha existido. En vista de las numerosas figuras del cráneo de Toxodon que acompañan este catálogo, no entramos en una descripcion más detallada; solo hemos mencionado las particularidades más. salientes, como ser las alteraciones que durante el desarrollo pre- senta v las diferencias que existen entre las diversas especies. Fig. 7 Cráneo. de Toxodon Burmeisteri, visto del lado izquierdo. La mandibula inferior (lámina VII) es muy fuerte y alta; las dos ramas divergentes hácia atrás están unidas por una sínfisis muy larga que alcanza en la mandíbula del animal viejo hasta el penúltimo molar y en el animal jóven hasta delante del último premolar, y están anquilosadas desde la primera juven- tud. En ninguna mandíbula de animales muy jóvenes que hay en el Museo se nota vestigio de sutura. (1) F, AMEGHINO: Bol. del Inst. Geog. Arg., entr. XII, 1882, dl — La sínfisis ocupa más de la mitad de la altura de la man- díbula posterior, elevándose más hácia atrás en las mandíbu- las de animales viejos. Cerca de la mitad de la altura, en la parte posterior donde se juntan las dos ramas, tiene la sínfisis una excavación bastante honda en forma de embudo. La parte anterior de la mandíbula tiene la forma de pala, ancha ade- lante y que se achica hácia atrás, con el borde alveolar infe- rior muy poco levantado. Los alvéolos de los molares van hasta el fondo del borde inferior y el forámen mental se halla bastante atrás. La rama ascendente va sin interrup- cion en la misma direccion del borde alveolar y tiene una apófisis del proceso cornoides relativamente bajo. Los cóndilos son, en cambio, muy desarrollados, anchos y redondeados. IL] forámen dental inferior que se halla en el interior de la rama ascendente, presenta una gran abertura perpendicular elongada. La mandíbula inferior del Toxodon no se parece en nada ú la de los Roedores; en su forma general se parece más bien algo á la del Rinoceronte. Casi todas las mandíbulas inferiores de Toxodon que tenemos en el Museo, muestran pequeñas di- ferencias entre sí, sea porque la márgen inferior de la rama horizontal y la ascendente es más redonda en una que en otra, ó porque la distancia del alvéolo del último incisivo al pri- mer premolar es más grande. Pero estas diferencias no son específicas, sino individuales. La única diferencia constante que notamos en las mandíbulas inferiores, entre las diferentes especies, es que la sínfisis es más ancha, y toda la mandíbula más fuerte en el 7. platensis que en el T. Burmetster?. En el T.. elongatus la mandibula inferior es más larga, la rama ho- rizontal relativamente más baja y la sínfisis más redonda y más corta que en las dos especies anteriores. Hay en el Museo una mandíbula inferior que atribuimos al T. Darwint, á pesar de que la dentadura no es del todo nor- mal. La sínfisis difiere mucho de la de las especies ante- riores, siendo ésta muy baja. Agregamos algunas medidas para la comparacion de las variaciones individuales y las diferencias que hay entre las diversas especies : 6 6 — eS “tuo “uo udao( 1 Y TI YeT TALE GT 8 GL OT OL 891 €“€l GO Ta Ye se GCE 8% ki G'G 90 LL val 8er el GET €“9T YI 13 G*6T 09 6C GícG cg TE 18 9€ 9€ 09€ 83 68 6E ez CTE e3 e% cc 96 16 9c OT G'8T GT 81 cr OT a G“6T L L 2 e%8 OT 01 LT 2 87 67 Ly 67 8€ G'0€ G TY EY 89 0% ,, 04 *TUO * Duo * To * O . 1epowoad opunoos [9 VISVU SOAISTDUT SO] 9PSOP YLO0UBISTCT .. SNS a a TES sa « « 10119ISOÍ vANI[Y +++ ++ *+++++*gISUIS B] 9P JOÁBUL BANYDUY a A StÁrula 87 9D o8Aer] “sodejotuoad sopundos sor « « **+***saJB][0U1 SOWIIATO SO] 91JUA BINYIUY *IB[OUL OUT] [9 U9 [YJUOZLIOY BUIBA B| 9P BINITY O E el odavrT JHOTAHANI VIOJIINVI c.<........osnpcposs. « « BInuyuy ree +. Ear di390 QUE 19P SIMIY sa]v31103s0d sosao01d so] aqua BInqouy EAN TATTOO BSO 108 BIS [esBu OSony [ep 10119748 USÍIRBUL [9 APSIP 9JUAAJ Y] Op OÑAVT oe . ++ ***aepourodd opundoas [9 BISBY SOATSTDUT SO] IP BIDUBISIC As e IBTESBUISIO [9D 10 ABU « ** sadepouoad sopundos SO” « « « *+=****S9AB[OUL SOUWITJ[D SO] 9.1JU9 IBpe]ed [9p tANYdUY e ae a OU ed.OSOnU 19p 10119Is0d 9P10Q [9 YISBU SOAISTDUIT SO] 9psSIP ABPe]ed Top oS1erT cmrsr rs... .*.**SOOTIBUIOSIZ SODIB SO] 9.1319 8INUYIUB JOÁBIA * *SO[IPUOO SO] VISBUY SOAISTSUT SO[ 9pSIP O9URAD TOP [8I09 OSABT . . OHNVYHO Denticion. Si el cráneo del Toxodon ya es muy particular y no tiene analogia con el de otros mamíferos vivientes, lo es aun más todavia por su dentadura. La estructura de la dentadura definitiva es deforma prismática, sin raices, de pulpa abierta en la base y de creci- miento contínuo, y por consiguiente tiene mu- cha analogia con la den- tadura de algunos Roe- dores. Sin embargo, pre- senta tantos caracteres de los dientes de otras familias de este órden, en las cuales el carácter lophodonte es mucho más visible, que casi no Fig. 8 queda duda que el plan Maxilar superior de Toxodon, individuo jóven fundamental de la den- C alvéolo de canino de leche; 1-3 premolares; 4 molares de leche; 5 molares definitivos. tadura es en el Toxodon el mismo que en el Lophodont. Lo más particular en el Toxodon es que la dentadura de leche está provista de raices, mientras que la definitiva carece de ellas. Un análisis completo del desarrollo > de los dientes, presenta muchas dificul- p A tades en los mamiferos fósiles. MAPS Maxilar superior de Toxodon Burmeisteri. Raro es que se encuentren dientes en su primer desarrollo ó6 deleche. En el Museo hay un cráneo de un animal ¡jóven con dientes en desarrollo, un maxilar superior y algunas mandíbulas inferiores con dientes de leche y algunos molares sueltos que se estaban desarrollando. En el cráneo jóven (fig. 8) que tenemos, faltan los incisivos superiores; pero como en la mandíbula inferior los incisivos de leche son de raices muy largas y en la base casi cerradas, es de suponerse que los incisivos superiores hayan tenido tambien raices. En lo demás los incisivos superiores definitivos se pa- recen en su estructura más á los de los Roedores que á los de los Ungulados. La forma y el tamaño cambia en cada especie; comun á todas ellas es el número de dos en cada lado, como tambien la capa de esmalte que cubre solo la cara anterior, mientras la interna está desprovista de esta sustancia. En las especies de Toxodon Burmeisteri, Darwini y elongatus, los incisivos internos son más anchos que los externos y en la especie 7. platensis, al contrario, los externos son más anchos que los internos. El primer incisivo superior (1 1) es en todas las especies mencionadas de forma transversal más ó menos semi-elíptica, muy arqueada y muy larga. Se extiende en el premaxilar más allá de la abertura nasal anterior (en las láminas V y VI se dis- tingue bien su colocacion), y, como los incisivos de los Roedores, tiene la base con pulpa abierta y solamente en la cara anterior una capa de esmalte, mientras que la interior es cubierta de una delgada capa de cemento. La cara anterior es en las especies T. Burmeistere y T. Darwíni longitudinalmente cóncava, en la última especie más que en la primera. En las especies T. platensis y T. elongatus esta cara es convexa, pero menos fuerte en la pri- mera especie que en la última. La cara interna es en las cuatro especies algo cóncava, en unas más y en otras menos. En las tres especies T. platensis, Burmeisteri y Darwint, la cara anterior por el lado del medio de la mandíbula hace un ángulo, formando, un canto, de manera que estos incisivos tienen una cara lateral interna; en el 7. Darwin? este ángulo es casi recto, lo que da al incisivo una forma más triangular; en las otras dos especies este ángulo es más abierto. En el 7. elongatus la cara anterior no está interrumpida por ningun borde. En la cara lateral la capa de esmalte no llega hasta el canto de la cara interna, quedando una columna angosta sin esmalte. Por la parte anterior externa del incisivo el esmalte da vuelta al borde interno. Este incisivo varía algo en forma y tamaño en cada especie, sobre todo en el 7. elonga- tus, donde en unos la cara anterior es más redonda que en otros y la cara interna es en unos bastante cóncava y en otros no; pero todos estos incisivos que hay en el Museo, conservan el carácter típico de la especie á que pertenecen. Damos á continuacion algunas medidas para la comparacion de las cuatro diferentes especies y las variaciones individuales: TT. PLATE NB? DEDO ALE cm. cm. cm cm Largo total en línea recta...... A 18,5 17 12? 20 en los cantos de A la cara lateral. 1,1842 1,6 41,8 2 l 2,4 Diímetro transversal 3: en el medio del INCISOS AT MA JA PSA Diámetro longitudinal........ E 4845 4,84 5,6 O AO El segundo incisivo (i 2) cambia más que el interno (i 2 en forma y tamaño, segun la especie á que pertenece. Comun á las cuatro especies es la forma más ó menos triangular, que presenta tres caras: una lateral externa, una lateral inter- na y una interna, de las cuales solo las laterales son cubiertas de esmalte. En la cara lateral externa, el esmalte da vuelta por el lado de la cara interna. En la cara lateral interna el esmalte no llega hasta este borde, dejando una columna sin esmalte. En el T. platensis la cara lateral interna es mucho más ancha que la lateral externa. El canto que forman estas dos caras es bastante agudo y sobresale un poco de la cara lateral externa. Esta cara es derecha. En las otras tres especies la diferencia de ancho de las dos caras laterales es poca, siendo en todas la cara interna un poco más ancha que la externa. Menos diferencia presenta el incisivo del 7. Darwinz. El canto que forman las dos caras en estas tres especies está casi en el medio del diente, formando una punta. Fste canto es en el T. elongatus más redondo que en los Toxodontes Burmeister? y Darwini y la cara lateral externa es en las tres especies con- vexa. La cara lateral interna en el T. Burmeisteri es algo cón- cava y en unos individuos más que en otros; en los T. platen- sis, Darwini y elongatus, ésta es convexa. La cara interna, desprovista de esmalte en el T. platensís, es en el medio un poco cóncava; en el 7. Burmeisteri convexa y en los 7. Darwini y elongatus, por el lado interno convexa y por el lado externo del diente cóncava. Este incisivo es mucho más largo y tiene una colocacion bastante particular: pasa por debajo del incisivo del medio, atraviesa todo el premaxilar y se extiende en el maxilar toda- via hasta cerca del primer premolar. En la lámina VÍ se ve su colocacion. La figura 10 presenta los dos incisivos superiores O del tipo 7. Burmeisteri; la figura 11, los del T. platensis; la figura 12, los del T. Darwini, y la figura 13, los del T. elongatus. E Jo [8] Fig. 10 Incisivos superiores del tipo T. Burmensteri. 14 tamaño natural. Incisivos superiores del tipo T. Darwvini. 15 tamaño natural, Fig. 11 Incisivos superiores del tipo T. platensis. 14 tamaño natural 100L 10 Incisivos superiores del tipo T. elongatus. 14 tamaño natural. a iy ¡ADO Siguen las medidas de las tres caras de las cuatro especies: Ta PE TB: E DA T, ELG. cm. cm. 2m. cm. MANOS ISTOral e xÍerna u.loo... <<... DA II RE 1,9 2,94 2,0 Diámetro de la cara lateral interna. 5,646 OO al RUE 3 UR (ara INÍSIna,...... A la a ATADS ILIASO 2,643 3,4435 Se ha dicho que el Toxodon tenia en la mandíbula superior un canino; en ningun cráneo adulto hemos visto ningun ves- tigio ni de diente canino ni de alvéolo. Pero en el cráneo ¡jóven arriba mencionado hay un alvéolo ¡unto al primer premolar y bastante separado de la sutura premaxilar. lste puede ser considerado como alvéolo de un diente canino de la primera denticion, á pesar de hallarse tan atrás ¡unto con el primer premolar y de no concordar con el canino de la mandíbula in- ferior. Iste fué tomado por su posicion como molar de la pri- mera denticion, sin tenerse en cuenta que la mayor parte de los mamíferos tienen en su primera denticion solo cuatro molares á lo sumo, y que despues son reemplazados por premolares. Tomando este diente como molar de la primera dentición, resultaria que el Toxodon habria tenido cinco molares de leche. Por esto, el diente de este alvéolo debe ser canino de la pri- mera denticion, el cual no era reemplazado. Detrás de este alvéolo hay en el cráneo jóven un premolar con la corona algo gastada, que demuestra que estaba en uso. “ste premolar, que corresponderia al primer molar de leche, se pierde con la edad más avanzada del animal. ln tres cráneos de individuos adultos falta este diente, en uno algo más jóven existe todavia el alvéolo y en otro existe este premolar. Véase la figura 14. a b (a bd Fig. 14 Fig. 15 Primer premolar superior Toxodon (p 1) en Segundo premolar superior Toxodon (p 2) en desarrollo: a visto por la cara labial, b visto desarrollo: a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. por la cara lingual. 1% tamaño natural. 1% tamaño natural. En seguida del primer premolar se ve en el mencionado cráneo otro premolar que tambien estaba en uso, pero que tiene la corona menos gastada que el anterior (fig. 15). A éste sigue í el tercer premolar que aun no estaba en uso y que no está bien desarrollado (fig. 16); en seguida de éste hay cuatro molares, completamente desarrollados y en uso desde algun tiempo. Hemos dicho en un trabajo ante- rior que de estos cuatro molares el primero corresponde al quinto pre- molar, no obstante ser de la misma forma de Jos otros tres verdaderos molares, solo que es un poco más D a angosto, pero tiene dos pliegues de o esmalte como éstos. A pesar de todas Tercer premolar superior Toxodon (p 4) estas analogias no puede ser verda- en desarrollo: a visto por la cara la- = O A dero molar, puesto que es regla casi TN O general que los mamíferos placenta- les diphyodontes no tienen más que tres verdaderos molares. Sin embargo, es tambien una discor- dancia de la regla general de la denticion, que el último pre- molar esté en uso mucho tiempo antes que los anteriores. Aunque no se encuentra ningun vestigio de gérmen de diente en el alvéolo, supusimos en el primer momento que éste hubiera tenido que ser un molar de leche reemplazado más tarde por un premolar, tanto más cuanto que se diferencia algo en los pliegues y en las disposiciones de las fajas de es- malte con el premolar desarrollado. En este caso, la denticion del Toxodon estaria en armonia con la de los otros Ungulatos. Pero examinando detenidamente el abundante material del Mu- seo, encontramos un pedazo de maxilar superior que pone en duda que dicho molar fuera un molar de leche. Este pedazo de maxilar fué encontrado envuelto en un trozo de tierra, y una vez limpiado resultó que con- tenia aun el último molar de leche y el primero v segundo verdadero molar, los que, si bien incompletos, permiten asegurar que pertenecen al. Toxodon. El primero de estos tres molares está provisto de cuatro ral- ces, como se ve en la figura 17; y como los molares de leche en varias mandí- bulas inferiores de animales jóvenes que tenemos, están tambien provis- tos de raices, no hay duda ninguna que los dientes de leche del Toxodon tenian raices, mientras que la dentadura definitiva era de pulpa abierta abajo y sin raices. Como el molar en cuestion Fig. 17 Molar superior de leche de Toxodon (d 4) en desarrollo, 1% tamaño natural. — 59 — está desprovisto de raices (véase fig. 18), lo habíamos tomado por premolar en desarrollo. Nuevos exámenes hechos en otros materiales del Museo nos demuestran que las raices de los molares de leche se desarrollan muy tarde y que el primero de los cuatro molares en este cráneo jóven es realmente molar de leche y no premolar, á pesar de que no tiene raices. Este molar de leche se parece mucho, tanto en su disposicion de pliegues como tam- bienen la forma, á los verdaderos molares, como se puede ver en la figura 18, mientras que el corres- a b pondiente diente de la segunda Fig, 18 denticion no tiene más que un Molar superior de leche de Toxodon (d m 4) solo pliegue. a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. ¿n los Nexodontes, animales que tienen mucho parentesco con los Toxodontes, los dientes de leche tambien tienen raices, pero en ellos la dentadura definitiva tiene mucho más definido el carácter lophodonte de los Perissodactylos, pues casi toda la dentadura en la vejez está provista de raices, lo que no sucede en el Toxodon. En el molar de leche superior del Toxodon, que es el cuarto y el único que tenemos de la mandíbula superior, la pulpa está completamente cerrada abajo, tiene cuatro raices ni muy gruesas ni muy largas, de las cuales dos siguen directamente por la cara externa y hácia abajo y dos por la cara interna, dejando libre el centro del diente, que tapa la pulpa en forma cónica. La figura 17 presenta este molar de leche. Il pliegue que tiene este diente en la cara interna se extiende tambien sobre la raiz. Este pliegue y las disposiciones de las fajas de esmalte son bastante parecidas á las del correspon- diente premolar definitivo, por lo menos segun lo que se puede ver en el diente incompleto. Volviendo á la dentadura definitiva, el primer premolar de la mandíbula superior es un diente casi redondo sin pliegue y que tiene, cuando nuevo, dos fajas de esmalte que se pierden en la vejez. Este premolar, que falta en los cráneos de animales adultos que existen en el Museo, tiene de diámetro longitudinal 1,2 cm. y de transversal 0,9 cm. El premolar que sigue y que reemplaza el segundo molar de leche, es de forma un poco diferente en cada especie. En 1 tamaño natural. — 60 — el T. Burmeisterí es casi cuadrangular, en el 7. platensis más bien romboidal y en el 7. elongatus elíptico. La cara exterior está cubierta en las tres especies con una capa de esmalte que da vuelta al canto externo anterior. Otra faja de esmalte cubre el canto anterior interno. En el 7. Burmeisteri la cara anterior es longitudinal, bastante cóncava y el canto externo anterior forma una columna redondeada. En el 7. platensis este canto es mucho más agudo, el canto posterior interno es tambien más saliente y la cara externa menos cóncava. Todo esto da al diente una forma distinta de la del premolar correspondiente de la primer especie. En las dos especies T. platensis y T. Burmetsteri, este premolar está desprovisto de pliegue; solo en el diente nuevo atraviesa un valle la corona, formando así dos crestas que se pierden con la masticacion. En el F. elongatus este premolar tiene una forma bastante distinta de las dos especies anteriores; se parece más á los premolares siguientes, teniendo como estos un pliegue en la cara interna, solo que éste es menos profundo. HEl diámetro longitudinal es en el 7. Burmeisteri 1,9, el transversal 1,6: en el T. platensis el longitudinal 1,5, el transversal 1,9 y en el T. elon- gatus el longitudinal 1,9 y el transversal 2,1 cm. El tercero y cuarto premolar de la cabeza adulta se acercan más que los premolares anteriores á la forma romboidal. 1ól canto externo anterior, principalmente en el 7. Burmeisteri, es bastante agudo y mucho más saliente que los otros tres cantos, que son obtusos, y esto se distingue más en el cuarto que en el tercer premolar. Los dos tienen tres fajas de esmalte: una que cubre la cara anterior dando vuelta por el canto exterior anterior, una que cubre el canto posterior interno y una última que forma un pliegue en la cara interna. La cara externa en el tercer premolar de las especies T. Burmeisteri y T. platensis es longl- tudinal y ligeramente cóncava, enla primer especie más que en la segunda; en el 7. elongatus es convexa y el canto posterior in- terno es en los dos premolares más redondeado. En esta última especie la cara externa del cuarto premolar tiene tres ligeras ondulaciones, de las cuales la anterior es la más profunda: en el T. platensis tiene esta cara solo dos y en T. Burmetsteri una ondulacion. En lo demás la estructura de los dos premolares es en las tres especies igual y se diferencia solo en el tamano. El tercer premolar del cráneo ¡jóven que hay en el Museo, presenta un cóncavo profundo que atraviesa toda la corona, dividiéndola en dos secciones. A Ti AE Estos dos premolares son compuestos de dos lóbulos: uno anterior y otra posterior. La figura 19 presenta el cuarto pre- molar de un individuo adulto. He aquí las medidas de estos dos premolares de las tres especies : DIÁMETRO MAYOR MESA PL ES PRO cm. cm, cm. Longitudinal. 3,5 a) 4,2 Transversal.. 2,3 2 2,9 P. 4 Longitudinal. 4,4 4,8 4,58 Transversal... 3,3 2,4 2,9 Los primero y segundo 4) ) molares verdaderos son de Fig. 19 igual arquitectura, pero el pri- Premolar superior de T. Burmeisteri (p 4): : A TA a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. mero es algo más chico que ara el segundo; en su forma se ¿ al cuar ¿ ' leche y son tambien de form: arecen algo al to molar de leche y tam) de forma romboidal (fig. 20). Los dos tienen, como los premolares, tres Fig. 20 Molar superior de T. Burmeisteri (ml); a visto por la cara labiel, b visto por la cara lingual. 1% tamaño natural. 6 fajas de esmalte, una que cubre totalmente la cara externa pero sin dar vuelta por el canto posterior externo como en los premolares, llegando solamente hasta el medio del canto mismo. La faja de esmalte que cubre la cara lateral posterior es más ancha y se junta casi con la de la cara externa, dejando solo una lista de medio centímetro sin esmalte. Ista faja de esmalte no da vuelta al canto posterior interno, que forma en estos molares una columna muy redondeada sin esmalte. Donde acaba la faja de esmalte en esta columna, hay un surco bastante pronunciado. La tercer faja de es- malte forma dos pliegues en la cara interna, de los cuales el anterior se extiende adelante hasta el medio del a Fig. 21 b molar, dividiendo éste en dos lóbu- Molar superior en desarrollo de Toxo- los, os anterior y otro posterior Ñ don (m 1): a visto por la cara labial, El lóbulo anterior es transversal b visto por la cara lingual. oblícuo, de forma elíptica. El poste- 12 tamaño natural. rior tiene forma más romboidal y tiene en la faja de esmalte de la cara interior un pliegue ó más bien un surco, demarcando un tercer lóbulo que se ha señalado como lóbulo mediano. En el molar nuevo en desarrollo (fig. 21), se ve Fig. 22 Molar superior de T. elongatus (m 3): a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 14 tamaño natural, IN A bien que el tercer lóbulo es un accesorio del lóbulo posterior y que el del medio corresponde al mismo. Por consiguiente, seria más correcto señalar el tercero como lóbulo accesorio y no lóbulo mediano. La cara externa es algo cóncuva y tiene en el T. Burmeisterí dos y en el T. plantesis y T. elongatus tres ondula- ciones, de las cuales la primera corresponde al lóbulo anterior y las otras al posterior. El tercer ó último molar tiene forma algo diferente de los anteriores; la figura general es más bien triangular (fig. 21), Los dos cantos laterales de la cara externa son doblados hácia afuera, quedando el centro de esta cara más cóncava que en el primero y segundo molar. La cara externa del último molar está tambien cubierta de esmalte, que llega hasta el medio de cada canto lateral y presenta tambien tres ondulaciones en el T.. elongatus y solamente dos en el T. Burmeisteri. Estas ondu- laciones no son de caracteres bien específicos, pues hay molares m3 de T. Burmetsterí que tienen más de dos. En el tercer mo- lar nuevo no hay estas ondulaciones; la cara externa es muy cóncava pero lisa (fig. 23), mientras que en el molar nuevo anterior es menos cóncava, pero tiene las ondu- laciones como el molar viejo (fig. 21). La disposicion de la faja de esmalte en la cara lateral anterior del último molar es igual que en los molares anteriores. La faja de esmalte de la cara interior tiene en el molar viejo solo un pliegue y en el molar jóven 0 b dos, de los cuales uno bastante atrás, Fig. 23 conto posterior: pero este se : Molar superior én desarrollo de Toxo- don (m 3): a visto por la cara labial, pierde con la edad más avanzada : : b visto por la cara lingual. del animal, quedando solo un surco donde termina el esmalte. La cara interna del lóbulo posterior se extiende hácia afuera del canto de la cara exterior, lo que da por resultado la forma triangular de este molar. Tanto los premolares como los verdaderos molares son tan arqueados, que las bases de los molares, de cada lado del ma- xilar, se tocan casi en el medio del paladar. Tambien su colo- cacion en el maxilar es particular, pues el lóbulo posterior pasa atrás del lóbulo anterior del molar que sigue, de manera que el diente no está colocado derecho en la mandíbula, sino oblícuo. 1% tamaño natural. A Y e He aquí las medidas de los molares de las diferentes especies: M1 AB: BES o EE cm. cm. cm, Diámetro mayor longitudinal........... 5,8 6,4 6,8 » TAN SNE 2,6 2,8 2,9 M2 Diámetro mayor longitudinal........... 6,4 ye (al » ADE 2,6 3 9 M3 Diámetro mayor longitudinal... ... 6,8 6,9 o » EAS 2,6 2.8 Ll ln el Museo hay coleccionadas varias mandíbulas inferiores con dientes de leche, entre ellas dos con incisivos de ese mismo período de la vida. Ny Fig. 24 Mandibula inferior de T. Burmeisteri, vista de arriba. Y, tamaño natural. Los tres incisivos definitivos del Toxodon que hay en cada rama de mandíbula son de figura iriangular y mucho más largos que los superiores; los dos más adentro tienen las dos extre- midades un poco encorvadas hácia arriba, mientras en el exterior lo están hácia abajo. Los tres incisivos tienen tres caras, pero cada diente tiene una especial disposicion de cara. El primer incisivo tiene una cara externa ó inferior, una lateral interna y una interna ó superior. Las caras inferiores y superiores son mucho más anchas que la lateral; esta última forma con la inferior un rectángulo. La cara interna es inclinada por el lado del canto exterior y, debido á la masticacion, se desgasta adelante en forma biselada. Y A ii A AAN PARA AA AAA. a E Este incisivo tiene sólo una faja de esmalte que cubre toda la cara inferior, damdo vuelta por los dos cantos laterales, cu- briendo casi la mitad de la cara lateral interna. La cara supe- rior en las especies T. Burmetisteri y T. platensís, es en el medio un poco cóncava y todas las especies están cubiertas con una del- gada capa de cemento. En estas dos especies no hay casi dife- rencia en este incisivo, á no ser que el del 7. platensis sea un poco más grueso. El del 7. Darwiíni es más angosto y más grueso. Hay en el Museo una mandíbula inferior que por la construccion de la den- tadura pudiera pertenecer á la especie 7. Darwint; pero justamente estos incisivos son en cada rama diferentes, de manera que su denticion no es del todo normal. El segundo incisivo es de construccion Fig. 25 casi igual que el primero, y solo la A o al ateral linterna es algo inelinada hácia. el” visto por la cata inferide, medio del diente. La diferencia que hay entre 1 tamaño mandall las diversas especies es la misma que en el primer incisivo, esto es, menos ancho v más grueso en el 7. Darwini y T. elongatus que en el T. Burmeisteri y T. platensis. y El tercer incisivo ó externo se diferencia bastante de los dos interiores. Tambien es de tres caras, pero la cara lateral interna es muy inclinada y llega hasta el medio del diente, de manera que este incisivo presenta una cara superior ó interna y dos inferiores ó laterales. Las dos caras laterales inferiores son casi de un mismo ancho y en el medio del diente afectan la forma de una quilla. La disposicion de las fajas de esmalte es diferente, segun la especie; una tiene tres y las otras dos. En el 7. Burmetster? la cara superior del incisivo externo es cóncava y tiene una faja de esmalte que no llega á los cantos laterales, quedando á cada lado una pequeña columna sin esmalte. En la cara inferior externa el esmalte llega desde el medio del canto superior hasta casi al medio del diente, dejando la quilla sin esta sustancia. En el incisivo nuevo, casi se junta el esmalte de las caras superiores y la inferior externa. La cara inferior interna tiene solo en el medio una angosta faja de esmalte de medio centí- metro de ancho. La cara superior de este incisivo es convexa en el T. platensis (fig. 26); el esmalte que la cubre se ¡junta en el canto externo con el de la cara inferior externa. Tanto el canto interno como la cara inferior interna, están completamente desprovistos de esmalte y solamente la mitad de la cara infe- Tomo VIIT. 6 a rior externa se encuentra cubierta con esta sustancia. Estas dos caras inferiores, que en el 7. Burmetsteri son algo convexas, son Fig. 26 Incisivo externo inferior de T. platensis (i 3 ); a visto por la cara superior, b visto por la cara inferior. 9/19 tamaño natural. E Fig. 27 Incisivo externo inferior de T. Burmeisteri (ENE a visto por la cara superior, b visto por la cara inferior. 2% tamaño natural. en el T. platensis ligeramente cóncavas. En la especie T. elon- gatus la disposicion de las capas de esmalte es igual que en el T. platensis, pero la cara supe- rior es cóncava y la inferior externa convexa, como en el T. Burmeister?. El esmalte de la cara superior en el T. Darwini tiene la misma disposicion que en el T. Burmeisterr y esta es tambien cóncava. La cara in- ferior interna es casi derecha y desprovista de esmalte: la inferior externa es más con- vexa que en el Toxrodon Bur- meisteri. * Los incisivos de leche están provistos de raices; pero por la disposicion del esmalte concuer- dan bastante con los incisivos definitivos (fig. 28). Los incisivos inferiores no están colocados en una misma fila; el primero pasa con el can- to externo por debajo del canto interno del segundo incisivo, y el tercero se halla casi encima del segundo. La posicion en la mandíbula es casi igual á la de los Roedores, es decir, alcan- zan hasta el fondo de la larga sínfisis y salen casi horizon- tales hácia adelante afuera de la mandíbula: por esto la sín- fisis es tan alta atrás como adelante. Damos en seguida las me- didas de los tres incisivos de las diferentes especies: E T.,B. 1 PD: ED T. ELO. Diámetro longitudinal...... A 3,9 4,2 2,1 3,2 » A A eee 2,9 2,2 2,1 2, / E-27 Diámetro longitudinal. ....... A ON 4 44 3 3.6 » ans vers al SUSE dh 1,8 2 de 2 13 Diametro longitudinal: ...../o..c.o.o..o... 3 28) 00) 3.) » CR oo e ooo 7 2, / 2 2, / En la coleccion del Museo ninguna mandíbula de denticion primera tiene caninos de leche. En dos mandíbulas se en- cuentra el canino difinitivo en desarrollo. Así es que no sabemos con seguridad si á éste antecede un diente de leche. El canino en desarrollo está cubierto en todo su alre- dedor con esmalte y es un diente chato, mientras que el de las mandíbulas adultas es un diente muy redondo, sin capa de es- malte y que sale inclinado hácia adelante de la mandíbula. Su grosor es en la man- díbula adulta de 1,2 cm. Casi junto al canino, se vé en la man- díbula del animal jóven el primer molar de leche provisto de una sola raiz. Este está Ss ] : Incisivo de leche de Toxodon ibdaviaren uso por algun tiempo con 10S visto por la cara inferior. premolares reemplazantes y no es á su vez 1 aro atarAN reemplazado por premolar alguno. En el Museo hay una mandíbula de un animal jóven con la dentadura definitiva, en la cual este molar de leche está todavia presente y en otra de un animal algo más adulto lo tiene en una rama, faltándole en la otra. Las dos mandíbulas per- tenecen al tipo T. Burmeister?. Sobre la existencia de este diente en la mandíbula se ha establecido una especie que, como se vé, carece de fundamentos. Algo separado del primer molar de leche siguen en la man- díbula, en fila cerrada, tres molares más de leche, todos pro- vistos de dos rajces; en el restante su estructura es bastante parecida á la de los premolares reemplazantes. Estos molares de leche son al principio como los dientes hypselodontes, de pulpa abierta abajo; con la edad más avanzada, ésta va cerrándose cada vez más, formando dos raices que se cierran por completo Fig. 28 ep en las puntas. Las figuras 29 y 30 muestran el segundo y ter- cer molar de leche y la figura 31 el cuarto molar de leche en diferentes estados de desarrollo. a b a b Fig. 29 Fig. 30 Segundo molar inferior de leche de Toxodon, Tercer molar inferior de leche de Toxodon, (dm 9); a visto por la cara labial, b visto (d m 3); a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. por la cara lingual. 1% tamaño natural, 12 tamaño natural. En dos mandíbulas se encuentra, en los alvéolos de dos molares de leche, la cápsula de la papila de la cual se desar- rolla el premolar, y la cual está compuesta de dos cápsulas inde- pendientes, pero anquilosadas, de manera que los premolares se desarrollan de dos papilas. a b a b a b Fig. 31 Cuarto molar inferior de leche de Toxodon, (dm 4 ) en diferentes estados de desarrollo; a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 1¿ tamaño natural. En la mandíbula adulta el primer premolar corresponde al segundo molar de leche y es de forma oblonga-elíptica. En el animal jóven este premolar tiene en la cara externa un surco que la divide en dos lóbulos; en estado adulto este surco des- aparece, y la cara externa, que está cubierta de una capa de es- malte, es lisa y convexa en las especies Tozodon Burmeisteri, T: platensis y T. Darwini y ligeramente cóncava en el 7. elongatus. E daa La cara interna carece de esmalte en todas las cuatro especies y es algo cóncava. Este premolar falta en muchas mandíbulas adultas. La figura 32 muestra un premolar en diferentes estados de desarrollo. El siguiente premolar es de la misma estructura que el anterior, pero más grande. El diente nuevo tiene un profundo surco en la cara externa y otro a b a b menos profundo en la in- Fig. 32 terna, de manera que los Premolares inferiores en diferentes estados de desarrollo dos lóbulos son bien de- de Toxodon. marcados. En la corona a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. los dos lóbulos están sepa- AS rados completamente por una hendidura que atraviesa toda la corona y se extiende en el diente más de un centímetro hácia abajo. Toda la corona, hasta donde llega la hendidura, está tapada de esmalte y tiene varios tubérculos. En el premolar viejo desaparecen tanto los sur- cos como la hendidura y la capa de esmalte de la corona y de la cara inter- na, quedando solamente el esmalte de la cara exterior. En los Toxodon Bur- meistert, T. platensis y T. elongatus adultos, la cara queda siempre un poco cóncava, de manera que se q Fi0 83 lg. 39 conoce donde estuvo el Os Jo el T. Darwin a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. en el animal adulto está 1% tamaño natural. el surco bien visible. En el premolar que sigue, el surco de la cara exterior y el del interior, que divide el diente en dos lóbulos, son persistentes; por lo demás su estructura es igual al anterior. La corona en el premolar nuevo está tambien cubierta de esmalte, que se extiende en medio de la cara interna (desprovista en el diente viejo de esmalte) en una faja hácia abajo: tiene en la corona del lóbulo posterior dos tubérculos accesorios y en la del anterior uno. Último premolarinferior (p 4) adulto de T. Burmeisteri; Como se vé, los premolares cambian tanto en el número como en la estructura según la edad del animal, y es un asunto algo delicado establecer sobre ellos especies nuevas. Damos á continuacion las medidas de los cuatro premolares de las cuatro especies : ¡E 1.3% AP TED PISE cm cm cm cm Diámetro longitudinal. Hdi 1,2 > ms a » transversal... ... e e A 0,8 = = — p 2 Diametro longitudinal aa 1,8 1,8 2,% 2 » LAS years ISE 1 0,9 Jl ] PIS Diámetro longitudinal ....... A 2,2 2,3 le 2,5 » Earl a coVonoa oo EAS SU Al 1 139 1,4 p 4 Diámetro lona i 3 2,8 2,8 3,2 » AnS O oz 155 1,8 15 2 Los tres verdaderos molares inferiores son de una misma estructura, siendo el último de diámetro longitudinal mucho mayor que los dos primeros, que son casi del mismo tamano. ni, y Fig. 34 Primero y segundo molar inferior de Toxodon en desarrollo; a visto por la cara labial, b visto por la cara lingual. 1% tamaño natural. El plan fundamental es, como en los premolares, de dos lóbu- los. La cara externa cubierta de esmalte, como en los premo- lares, da vuelta por los cantos laterales y tiene un profundo surco que demarca en esta cara los dos lóbulos, siendo el pos- terior mucho más ancho que el anterior. La cara interna tam- bien tiene una faja de esmalte, formando dos pliegues bastante profundos. Esta faja de esmalte termina en la parte anterior en frente del surco externo. De aquí el diente se agranda hácia ade-: lante formando una columna del lóbulo anterior. Los pliegues a y de la cara interna forman dos lóbulos accesorios, de los cuales el primero corresponde al lóbulo anterior y el segundo al pos- terior, como se vé bien en los molares nuevos (fig. 34 y 35). Fig. 35 Último molar m 3 en diferentes estados de desarrollo de Toxodon, a visto por la cara labial, b.visto por la cara lingual. 14 tamaño natural, Los tres molares son en el medio del diámetro transversal más angosto que en la columna anterior posterior, de las cuales la primera es más ancha que la segunda. He aquí las medidas de los tres molares inferiores de las cuatros especies: 100 E NB] PDA TD: T. ELG. cm cm cm cm Diámetro longitudinal......... OE od. 3,4 4,4 4,3 » erular columna anterio... 2yl 19 1,8 2,6 » transversal en la columna pos- A AA O A 1,6 1,6 IR 1,6 IO Diámetro longitudinal........ SOS aL 3,6 4,4 UE » en la columna anterior........ 2,9 1,9 1,9 2,3 » transversal en la columna pos- AA AA A 1,6 1,6 1,6 1,6 IS INAMU On ciudinal a ad ate: 6 5,6 6,5 6,2 » en la columna anterior........ 1,9 1,8 17 2,2 » transversal en la columna pos- PO O oO aa a 0,8 e ht PE Tanto los premolares como los verdaderos molares de la mandíbula inferior son un poco arqueados, con las extremi1- dades hácia adentro; su colocacion en la mandíbula está bien visible en la lámina VIII. Como todo diente prismático, la dentadura del Toxodon crecia contínuamente á medida que se gastaba por la masticacion; pero lo más remarcable es, que no crecia solamente en el largo sino tambien en el grueso, cambiando algo su forma. Este es el motivo por el cual se encuentran tantas variaciones indivi- duales. Por la comparacion de tan vasto material que hay en el Museo, podemos afirmar, casi con seguridad, que este creci- miento duraba durante toda la vida del animal, por cuyo motivo las medidas tienen sólo un valor relativo en la dentadura del Toxodon. De lo dicho resulta, que en el género Toxodon los dientes de la primera denticion son provistos de raices, mientras que los de la dentición definitiva no las tenian, resultando su verda- dera fórmula de la manera siguiente: de ; ? 4 Denticion de leche ...... di e de 7 Ai 2 E ES eE 2-4 3 Denticion definitiva...... 1 E a Di me La columna vertebral se compone de siete vértebras cer- vicales, diez y siete dorsales, tres lumbares, cinco sacrales y ocho caudales. Su largo total es de 2,87 metros que se divide sobre las diferentes regiones de la manera siguiente: region cer- vical 0,40, dorsal 1,38, lumbar 0,25, sacral 0,39 y caudal 0,45 m. En su conjunto, la columna vertebral tiene una forma bas- tante particular que no tiene analogía con otros mamíferos vivientes. La parte dorsal hace un gran arco que desciende adelante muy abajo, de manera que el cuello y la cabeza del animal, tras los cuales se levanta súbitamente el lomo en forma de una alta giba, estaban muy bajos. La region cervical es corta y trabada, adelante y atrás dobluda un poco por arriba, cón apófisis espinosas y transversales bien desarrolladas. El atlas es muy grande y de forma algo parecida al del Hipopótamo. La fosa de las articulaciones para los cóndilos del occipital es honda y bastante cóncava; las articulaciones por el axis (epistropheus) son semi-elípticas y se dirigen del medio del arco inferior en forma de dos alas hácia atrás; la superficie articular por el proceso odontóides ocupa casi todo el ancho del arco inferior. Este arco tiene en la márgen posterior un tubérculo como el Hipopótamo pero más redondo. La apó- fisis espinosa del arco superior es más desarrollada en el Toxo-. don, formando dos crestas. Las apófisis transversales en forma de alas son muy largas E pa y anchas y tienen tres forámenes en la parte superior y una en la inferior por donde pasan las arterias y los nervios espi- nales. El medio de esta apófisis es muy grueso «adelgazándose hácia las márgenes laterales. Fig. 36 Atlas de T. Burmeisteri.— a visto por el lado anterior; b visto por el lado posterior. Y tamaño natural. En el Museo hay cuatro atlas, de los cuales tres son de una misma forma y uno es algo diferente. En este último las apó- fisis transversales son un poco más largas y más angostas. El forámen de la parte inferior es mucho más chico y el de la parte superior que se encuentra cerca de la márgen poste- rior que forma el canal de la arteria vertebral, es más grande. Parece que esta diferencia no es solo individual. Los tres pri- meros atlas se adaptan bien á los cóndilos en los cráneos del T. Burmeisterí; uno de ellos pertenece á un esqueleto, casi com- pleto, cuyos maxilares demuestran que es de esta especie. 1:l otro atlas, si bien algo más grande que los otros, resulta algo chico para los cóndilos de los cráneos del 7. platensís que hay en el Museo. El ancho total del atlas de 7. Burmeisterí más A chico que hay en el Museo es 35,5 cm., el del esqueleto casi completo tiene 36,9 y el otro más grande 38. La anchura de la cavidad para los cóndilos es en el primero 17, en el segundo 16,5 y en el último 17,5 cm. La figura 36 presenta el atlas de 7. Burmeister:. La segunda vértebra cervical, el axis, en el Toxodon es como el atlas, mucho más grande que el del Hipopótamo y de estructura algo distinta. El proceso odontóides es grueso, de forma cilíndrica con dos superficies articulares, una grande en la parte inferior y otra más chica en la parte superior que indican que la cabeza del Toxodon podia dar una gran vuelta. Las superficies articulares para el atlas son grandes y un poco arqueadas por adentro con direccion hácia atrás. La espina dor- sal es muy desarrollada y se dirige de adelante para atrás hácia arriba; en la parte anterior es muy ancha y áspera. Las postzy- gapófisis son alargadas y muy oblícuas. El cuerpo (centrum) es grande, un poco ovalado y poco cón- cavo. La apófisis transversal (diapophisis) que contiene el canal para la arteria es corta, terminando en varias protuberancias. El canal del nervio, que hay en el axis de algunos Ungula- tos, falta en el Toxodon. ALA pr. Fig. 37 Axis de T. Burmeisteri a visto por el lado anterior, b visto por el lado posterior. 1, tamaño natural, En el Museo, además del que pertenece al esqueleto casi completo, hay varios otros axis; uno de ellos es bastante más erande que los otros, y el cuerpo es en éste más redondo y la espina dorsal más ancha que las otras que son de construcción igual como en el del esqueleto mencionado. Así el primer axis podria pertenecer al T. platensis. Im éste el diámetro longitu- dinal de la parte inferior con la apófisis odontóides importa, 14,2 cm.; la altura desde la márgen inferior del cuerpo hasta la márgen superior de la espina dorsal es 18cm. En el axis del esqueleto (que es del mismo:tamaño como el más grande de los otros de la misma estructura), el diámetro longitudinal medido en la misma parte que en el primero, es de 12,5 v la altura 16,5 cm. La figura 37 presenta el axis de 7. Burmeister?. Las espinas de las tres siguientes vértebras son, como en el Rinoceronte, algo más bajas que la del axis; recien la sexta y séptima son un poco más altas. En la tercer vértebra la apó- fisis transversal es formada por una lámina bastante delgada que se dirige con el borde angosto hácia el lado de afuera de arriba por abajo, en direccion algo oblícua hácia atras; no tiene parapófisis y la diapófisis es redonda. Las apófisis transver- sales de la cuarta y quinta vértebra presentan la misma dis- posicion como la anterior, pero tienen dos apófisis, una superior y otra inferior. Recien la sexta vértebra tiene en realidad una diapófisis y una parapófisis. La diapófisis es relativamente chica, terminando por arriba en una punta obtusa. La para- pófisis tiene la forma de una costilla corta, doblada un poco hácia adelante y es mucho más angosta que en el Hipopótamo. La apófisis transversal de la séptima vértebra, es parecida á la del Rinoceronte. La espina dorsal de esta vértebra es derecha por arriba, con la punta un poco doblada hácia atrás: en las otras vértebras cervicales la espina se dirige más bien un poco hácia adelante, principalmente en las primeras. La altura es desde la márgen inferior del cuerpo hasta la punta de la espina en la tercer vértebra 15,5 cm., en la cuarta 16, en la quinta 16,8, en la sexta 19,7 y en la séptima 22,5 cm. El diámetro lon- gitudinal del cuerpo en la parte inferior, es en la tercer vérte- bra 4,4, en la cuarta, quinta y sexta 4,6 y en la séptima 5,5 cm. La anchura entre las apófisis transversales en la parte infe- rior es, hasta la sexta vértebra, 18,5 y hasta la séptima 21,5 cm. Las seis primeras vértebras dorsales tienen una disposición muy distinta de las de otros mamíferos. A pesar del largo enorme de la espina dorsal, no sobrepasan sus puntas la altura de las espinas de las vértebras lumbares, como sucede en el Mastodon 6 en el Bison Europaens que tambien tienen apófisis de espinas dorsales enormemente largas; pero todos estos ani- males, con espinas tan largas en las primeras vértebras, son en el hombro mucho más altas que atrás en la cruz, lo que no sucede en el Toxodon que tiene más bien el lomo atrás más alto que adelante. E lr Ne Varias veces se ha probado en el Museo de dar á la co- lumna vertebral otra posicion que la que tiene en la figura que acompaña este catálogo, que parece anormal para un mamí- fero ungulato y que solo es propio á algunos edentados. Final- mente hubo que convencerse que esta posicion era la normal para el Toxodon; en toda otra posicion que se les ha querido dar, los cuerpos, los zygapófisis y las espinas dorsales de las vértebras, perdian entre sí su colocacion natural. Esta po- sicion de la columna vertebral, al parecer anormal para un Ungulato, tiene que ser en íntima relacion con las costumbres de estos animales. Debido á la gran largura que tienen las es- pinas dorsales de las primeras vértebras, el lomo del Toxodon es casi horizontal con una pequeña hondura atrás de la espalda, á pesar de la gran curva que hacen los cuerpos desde la co- lumna vertebral de adelante hácia abajo. No tiene objeto describir vér- tebra por vértebra; la primera de la region dorsal, que es la más delgada de esta region, tiene la es- pina casi derecha por arriba con la punta un poco torcida por atrás y alcanza solo á la mitad de la altura de la que sigue. La altura de la espina desde la zygapófi- sis posterior hasta la punta, es de 20 cm. La espina de la segunda vértebra es mucho más ancha, tambien se dirige casi derecha hácia arriba y en el medio está doblada un poco por adelante, terminando arriba en forma de una punta de lanza; su largura es de 39 cm. La espina de la tercera vértebra es la más larga, á pesar que no es la más alta; tiene 40 cm. de largo. La que llega más alto de todas las espinas de las vértebras anteriores es la cuarta, aunque es más corta que la segunda, midiendo solamente 35 cm. De aquí las espinas se acortan gradualmente hasta la déci- ma-tercia que tiene sólo 5 cm. Estas espinas se dirigen gradual- mente algo hácia atrás desde la tercera vértebra hasta la décima. De lo que resulta, que la tercera puede ser considerada como la vértebra anticlinal. Las superficies articulares de las zygapó- fisis en las primeras vértebras, son, como en el Mastodon y Elefante, casi perpendiculares; es decir, con la misma direc- Fig. 38 Sexta vértebra dorsal de Toxodon. Y, tamaño natural. cion que las espinas, además son muy oblongadas. Desde la octava vértebra toman una direccion más inclinada quedando casi horizontal en la décima-segunda en la parte posterior abajo, y en la anterior arriba en el arco superior. Las primeras vér- tebras, desde la segunda hasta la octava tienen dos forámenes á cada lado: uno entre las dos concavidades para la articulacion del capitulum, de las costillas y otro arriba en el arco. Los dos se unen en un conducto que comu- nica al canal medular. Las vér- tebras siguientes, desde la octava hasta la décima-tercia, tienen una sola perforacion á cada costado. : Estas perforaciones corresponden á los forámenes intervertebrales, que, generalmente, en otros ma- miferos están formados por una muesca del pedículi, formando así un forámen entre dos vértebras. La figura 38 presenta la sexta, la 39 la novena y la 40 la décima- quinta vértebra dorsal. Las vértebras lumbares no pre- sentan particularidades; su estructura general es igual á la de otros Ungulatos. Las diapófisis son delgadas y mucho más angostas que en el Hipopótamo. La diapófisis de la ter- cera y última vértebra lumbar es mucho más gruesa que en las otras; se articula con las diapó- fisis de las vértebras sacrales y se junta en el iliaco (+leum) de la pelvis. La columna vertebral de la region dorsal y lumbar es más fuerte que la del Hipopótamo; los cuerpos son casi tan grue- sos como en un esqueleto de Ele- fante algo ¡jóven que hay en el Fic. 40 Museo. En el Toxodon, los cuer- E pos de las primeras y últimas vértebras, son un poco menos Fig. 39 Novena vértebra dorsal de Toxodon. ll, tamaño natural. Décima-quinta vértebra dorsal de Toxodon. 1, tamaño natural, ES fuertes que los del medio; el de la última vértebra lumbar es muy bajo. No podemos decir si hay diferencia, entre las di- versas especies, en la columna vertebral, porque conocemos con seguridad sólo la del T. Burmetster?. La figura 41 presenta la última vértebra lumbar. Última vértebra lumbar de Toxodon. Y, tamaño natural. Las vértebras sacrales, ó más bien dicho, el hueso sacro, no es muy parecido al de otros Ungulatos; á lo sumo tiene algun parecido con el del Tapir. Se compone de cinco vértebras an- quilosadas tanto en las espinas dorsales como en las apófisis transversales y en los cuerpos, formando de esta manera una chapa huesosa sacral de bastante extension, un poco más ancha adelante que atrás y algo arqueada de adelante hácia atrás y en los costados. Esta chapa huesosa forma, por medio de dos articulaciones, un ligamento de los dos huesos ilíacos de la pelvis en la mitad de su altura, formando así un opérculo en la parte posterior-superior de ella. Los cuerpos de estas vértebras anquilosadas son de forma elíptica, muy elongada; el primero tiene 9 cm. de largo y 4,3 de alto; el último, atrás, 6,3 de largo y 3,2 de alto. La abertura anterior del canal medular ó sacral tiene 8,5 centímetros de largo y 3,8 de alto; en el posterior tiene sólo 0,3 de alto y 4 de largo. Los forámenes sacrales, tanto los supe- riores como los inferiores, son muy grandes y las espinas dor- sales son muy bajas, faltando éstas por completo en la última vértebra; en cambio las metapófisis se encuentran en todas las vértebras. El largor total del hueso sacral, medido en los cuerpos, es de 32 cm.; su anchura en la parte anterior es de 28 v en la parte posterior de 18; la forma del resto es bien visible en las figuras 57, 58 y 59. Hay en el Museo cuatro huesos sacros, pero no presentan O PTE diferencias apreciables entre sí, diferencia que parece resultar sólo de la edad del animal á que pertenecieron uno ú otro. Las vértebras caudales son anchas y muy aplastadas; sola- mente las tres primeras tienen un arco superior desprovisto de apófisis, de espinas dorsales; la zygapófisis en ninguna tiene superficie articular. La apófisis transversal es, en cambio, muy desarrollada, formando una lámina huesosa que se dirige hácia los lados; en la márgen lateral exterior presentan formas afes- tonadas, y las vértebras se achican gradualmente hasta la úl- tima. Estas apófisis son en las partes laterales de adelante hácia atrás más anchas que el cuerpo mismo, y como á todas estas vértebras falta una zygapófisis articular, ellas tienen en la extremidad, á cada lado, dos superfi- cies articulares, una anterior y otra pos- terior. En esta parte la apófisis es más gruesa y aquí se ajustan las vértebras entre sí. Como falta la espina inferior (haemapopivises) es claro que el cuerpo no tiene en la parte inferior protuberan- cias (hypapophises). La largura total de la cola es de 45 em.; el diámetro longitudinal del cuerpo de la primera vértebra es de 6,6; en la penúltima, de 4,5; la altura en la pri- mera es de 3,3; en la penúltima, de 2,6; el ancho total de la apófisis transversal esen la primera de 15,5, en la penúlti- ma de 8,5 y la altura desde la márgen infe- rior del cuerpo hasta la meta- Fig. 42 pófisis en la Fig. 43 Cola de Toxodon vista por el primera, CUAar- Una vértebra caudal de Toxodon vista lado superior. ta y penúltima por el lado posterior. == tamaño natural. l, tamaño natural, l6 es de 3,4 cm. La figura 42 presenta la cola entera y la figura 43 una vértebra caudal. Como se ve por estas medidas, la cola del Toxodon era corta, pero ancha y muy plana. Costillas. — Ya se ha dicho que el cuerpo del Toxodon es muy ancho; el tronco se puede comparar por su forma á un barril; de adelante es un poco más alto que ancho y en el me- (A dio es más ancho que alto. La distancia entre las dos prime- ras costillas importa 0,25, pero en la tercera costilla ya tiene 0,56 y atrás, donde el cuerpo alcanza mayor anchura, tiene 1,09 m. El cuerpo del esqueleto del Elefante que hay en el Museo, tiene entre las primeras costillas 0,15, entre la tercera 0,41 y entre las costillas donde el cuerpo es más ancho 0,91 m. Estas medidas darán una idea de la inmensa anchura del cuerpo del Toxodon, teniendo en cuenta que era un animal que no tenia metro y medio de talla. No podemos decir con seguridad cuántas costillas de los diez y siete pares eran verdaderas, no conservando ningun es- queleto del Museo las externo-costales; á juzgar por la configu- racion de las puntas, podrian ser nueve. lín estas costillas esta punta es más gruesa y más ancha que la parte de arriba, y se conoce que se le ajustaba una costilla externo-costal que probablemente en el Toxodon no quedaba bien osificada. La extremidad de las primeras once costillas están articu- ladas en los cuerpos de dos vértebras; las siguientes, hasta la penúltima, en una solamente, y las dos últimas sólo en la apó- fisis transversal de la vértebra. En las primeras costillas, la superficie articular posterior del capitulum está unida con la del tubérculo, teniendo articu- lacion en la apófisis transversal; las costillas de atrás, hasta la penúltima, tienen tres articulaciones. Las costillas, en comparacion de su largura, son relativa- mente delgadas; la primera es la más fuerte y en la parte in- ferior ancha. En lo demás se parecen bastante á las del Hipo- pótamo; sin embargo, son algo más angostas. La primera costilla tiene 41 cm. de largo y 4 cm. de ancho en el medio y 9 en la punta; la más larga tiene un total de 92 cm. de largo y 6 de ancho. El esternon del Toxodon está formado de tres piezas que tienen superficies articulares sinoviales para articularse entre sí. La primera pieza es formada del hueso manubrio (praester- num) y un cuerpo del mesoesternon y ambos están anquilosa- dos; la segunda pieza es un solo cuerpo de mesoesternon y la tercera es compuesta de cuatro cuerpos anquilosados; el xifói- des es muy rudimental y formado sólo por una muy corta prolongación áspera del último cuerpo. El praexternon es muy prolongado hácia adelante, terminando en una punta obtusa, un poco doblada por abajo. En la parte posterior hay en cada lado una protuberancia hácia atrás y una superficie articular para el movimiento del cuerpo que sigue. o DARE La superficie externa es muy áspera y la punta anterior es redondeada en los dos lados; en la parte posterior la superfi- cie tiene forma ligeramente cóncava. En cada parte lateral hay dos concavidades para la insercion de los externo-costales. El esternon tiene en el total, á cada lado, seis de estas concavida- des con protuberancias; la forma de estos huesos es tambien Fig. 45 Esternon de T. B. visto del lado inferior. 1, tamaño natural. visible en las figuras 45 y 46. Il largo total es de 54 cen- tímetros; su espesor es de 4; el ancho, en la parte anterior, es de8 yen la parte posterior 6,5 centímetros. La clavícula falta en el Toxodon como en los otros Ungulatos. ll omóplato del Toxodon es algo parecido al del Rinoceron- te, muy alto y relativamente angosto; la superficie interna es bastante lisa, y arqueada en sentido de arriba á abajo; há- cia los cantos laterales es con- vexa. En el medio, el omóplato es grueso, adelgazándose mu: cho en los lados. La superficie externa, dividida por la cresta (spina scapular) en dos partes desiguales, una anterior ancha y una posterior angosta, es cón- cava, formando dos fosas esca- pulares grandes. La cavidad gle- noídea para la articulacion del húmero es en unos transversal elíptica, en otros casi redonda. Parece que esta es una diferen- cia específica, tanto más que concuerda con otras, que pre- sentan los diversos omóplatos. Tenemos en el Museo quince ejemplares más ó menos com- pletos; todos los omóplatos con articulacion transversal elíptica 2 Fig. 46 Esternon de T.. Burmeis- teri visto de lado. l, tamaño natural. son de forma más ó menos alongada y los otros, con articu- laciones más redondas, son más anchos. En el esqueleto del Tomo VIII. 7 A Toxodon Burmeisterí que hay en el Museo y del cual todas las piezas son de un mismo individuo, el omóplato tiene la cavidad olenoídea transversal elíptica y por esto creemos que los omó- platos más anchos con esta cavidad más redonda deben perte- necer al Toxodon platensis. Tenemos tambien dos omóplatos in- completos del 7. elongatus; en éstos la fosa articular tambien es bastante redonda. En el 7. Burmeisteri la fosa glenoídea tiene de diámetro longitudinal 12,3 cm. y de alto 8,6. Otro ejemplar del mismo tipo tiene 14 cm. de largo y 8,9 de alto; la del 7. pla- tensís tiene 11,2 cm. de largo y 10,5 de alto; otro ejemplar de la misma forma tiene, respectiva- mente, 10,6 y 9,2 cm. y la del T. elongatus 12,5 y 12 cm. La apófisis coronoídea es, en las tres especies, formada por una protuberancia bastante grue- sa, muy redonda y áspera. Des- de esta protuberancia, la márgen coronoídea se dirige en forma semicircular hácia afuera, termi- nando en ese punto casi en un rectángulo; de aquí el borde se: extiende un poco inclinado hasta el otro borde superior, formando en esta parte una punta redonda. En algunos omóplatos, el borde es casi recto; en otros, en la parte superior, un poco entrante, y en algunos, desde la esquina abajo, un poco saliente. La márgen glenoidal se dirige e desde la base en una suave curva [iamato Fatal hácia afuera, hasta la mitad de la altura desde donde sigue muy corvada hasta la parte superior de la espina escapular. La márgen sub -escapular es más gruesa que las laterales y forma un semicírculo. La espina escapular es tambien de forma semicircular. La márgen superior es angosta en la base y se ensancha mucho en el medio, formando por el lado de atrás una cresta dilatada y sobresaliente. Esta cresta tiene, en la parte inferior, una gran excavación, que, en la mayor parte de los omó- platos, atraviesa todo el hueso. El acrómion. falta por completo. Fig. 47 1 Kl largo total del omóplato en el 7. Burmeisteri es de 60 cm. y el anchó de 30. La altura de la espina escapular es de 12 cm., la anchura desde esta espina hasta la márgen coronoídea tiene 14 cm. y hasta la márgen glenoidal 10. El omóplato, que pro- bablemente pertenece al 7. platensis, tiene 55 cm. de largo y 34 de ancho; la espina escapular tiene 15 cm. de altura. De esta espina hasta la márgen coronoídea huy 18,5 cm. y hasta la márgen glenoidal 13,5. Del omóplato del T. elongatus no pode- mos dar las medidas, por no tener ninguno completo, pero se puede argumentar fácilmente que era en todo más grande que la de las anteriores especies. La figura 47 muestra el omóplato del 7. Burmeistert. Fig. 48 Húmero de T. Burmeisteri. 1/ fe tamaño natural. El húmero es muy fuerte y corto en comparacion de su enorme espesor; el del esqueleto del 7. Burmetsteri tiene 45 cm. de largo. ll más grande Toxodon que hay en el Museo tiene >1 cm. y el del Rinoceronte 43. El diámetro del primero es en la parte superior de 20 cm., en el segundo 32,5 y en el Rinoce- ronte 16,7; en el medio tiene el primero 9,5 cm., el segundo 11 y el del Rinoceronte 6. En la parte inferior tiene el primero 21 cm., el segundo 22,7 y el del Rinoceronte 16,5. Los miem- bros anteriores son, relativamente, más robustos y más bajos que los posteriores, debiendo, por la estructura de la columna vertebral, sostener una gran parte del enorme peso del cuerpo. ln su forma general, el húmero del “Toxodon se parece más al del Hipopótamo que al del Rinoceronte, principalmente en la parte proximal; mientras que en la distal tiene mayor pa- recido con este último. ll cóndilo superior (caput) en unos es más ovalado que en otros, y mucho más bajo que el tu- bérculo mayor. líste tubérculo es muy desarrollado, formando por el lado de la fosa bicipital una cresta prominente, termi- nando en la parte superior en una apófisis más corta que en el Hipopótamo. El tubérculo es diferente segun la especie á que pertenece. Fig. 49 Húmero de Toxodon platensis. A tamaño natural. En el T. Burmeisteri esta cresta tiene, desde la fosa bicipital hasta la parte posterior, una superficie lisa como la de una faceta articular; esta misma superficie tiene en el medio una elevacion cónica y termina por la parte de atrás en dos tubér- culos, entre los cuales se halla una profunda incisura. En otro húmero, que puede quizás pertenecer al T. platensis, faltan estos tubérculos y la incisura, siendo la superficie lisa mucho más grande (véase fig. 48 y 49). AER Doa Prescindiendo del tamaño, es esta la diferencia más nota- ble que se nota en los veinte ejemplares que hay en el Museo. No sabemos si es una diferencia realmente específica, por- que un solo húmero, en que esta parte está bien conservada, presenta esta par- ticularidad. Se ha dicho que el húmero del Toxodon Burmeisterí tiene la fosa coronoída perforada; podemos asegurar que esto no es. un carácter específico; los húmeros del esqueleto del 7. Bur»- meisterí no tienen tal forámen (foramen supratrochlear) y entre los veinte húmeros que tenemos ú la vista hay sólo dos con este forámen. Desgraciadamente, han sido encontrados sueltos y no son com- pletos; de manera que no se puede decir, con seguridad, á qué especies pertenecen uno ú otro. La articulación radial forma una ca- beza redonda, un poco oblongada y es mucho más chica que la articulación ulnar; esta última es plana, es decir, sin elevaciones y no tiene, en el lado, alguna tuberosidad que forme un epitrócleo; solamente en la parte inferior hay un tu- bérculo áspero. Il epicóndilo es, en cam- bio, muy desarrollado y mucho más saliente que en el Hipopótamo. Hay en el Museo un húmero que viene de los Fig. 50 vacimientos de Monte Hermoso (Bahia Antebrazo de Toxodon, acúbito, b rádio visto por la parte Blanca) y á pesar que tiene mucho pare- cido al del Toxodon, se diferencia por el tubérculo mayor y por el tamaño, que hace suponer un individuo más robusto; pero éste no debe pertenecer al género Toxodon sino quizás al Toxodontotherium. El antebrazo es bastante distinto y más corto que el del Hipopótamo; en su disposicion estos huesos se parecen más á los Gravígrados que á los Ungulatos. Il rádio está separado del cúbito (ulna) mientras vive el animal y el primero es muy movible y hasta un cierto grado apto para pronacion y supl- nacion. Estos dos huesos son aún más cruzados que en los destentados. Il rádio se ajusta al cúbito en la parte distal por el lado distal, c hueso anular. 1/ e (q tamaño natural. — 86 — interno, y en la parte proximal por el lado externo; de esta manera el rádio cruza por completo el cúbito, el cual, tanto arriba como abajo, hace parte del lado posterior (véase fig. 50). A pesar de toda la semejanza que tiene el antebrazo de Toxo- don con el de los Primatos, las manos deben haber servido al animal solamente para la locomoción y á pesar de la movilidad del rádio, el Toxodon no podia dar vuelta al lado interno con el pié anterior, sin cambiar la posicion de los huesos del ante- brazo; las articulaciones están dispues- tas de tal manera que el pié podia so- lamente girar por el lado externo, sin que el cúbito cambiara de posicion. Fig. 51 Fig. 52 Cúbito de T. Burmeisteri. Cúbito de T. elongatus. 1 z a / tamaño natural. . ( tamaño natural. ln el Museo hay tres clases de cúbitos; el largor total del que pertenece al esqueleto del T. Burmeisteri es de 45 cm., el del T. elongatus de 58 y el otro, que probablemente pertenece al T. platensis, es de 50 cm. ; El cúbito de las tres especies es muy arqueado hácia atrás y tiene el olecráneo muy desarrollado; éste mide desde la már- gen superior de la articulación del húmero hasta su punto más alto: en el T. Burmeisteri 17,8 cm.; en el 7. platensis 18,6 ven Mp a el T. elongatus 23,2. ll espesor de esta apófisis es en el primero de 11 cm., en el segundo 12,8 y en el último 14. ll olecráneo tiene en su cara anterior, por el lado interno, una cresta muy saliente y en la parte inferior del mismo lado una gran pro- tuberancia. La fosa sigmatoide es relativamente angosta y la superficie de la articulación, para el húmero, de forma de me- dia luna, se dirige al lado interno por afuera y muy hácia adelante. Así es que el proceso coronoíde es muy sobresaliente, quedando completamente al costado externo la fosa lunar donde se ajusta el rádio. La márgen anterior del proceso coronoíde queda en una misma línea con la márgen anterior del rádio. La diáfisis es semicuadrada, más gruesa que ancha; es mucho más robusta que en el Hipopótamo y en el Rinoceronte. En el T. Burmeisterí su tamaño es de 7,4 cm., en el T. platensis de S,4, en el T. elongatus 9,3 y en el Rinoceronte (que es mucho más grueso que en el Hipopótamo) es solo de 4 centímetros. La extremidad distal guarda la forma de la diáfisis, pero es algo más gruesa por las tuberosidades en que termina; además, no tiene superficies articulares para el cúbito; solamente la parte infero-posterior tiene una faceta oviforme relativamente chica, que sirve para la articulacion con el cuneiforme y pisi- forme. Debido á que el cúbito tenia su articulacion solamente sobre este hueso del pié y que esta articulacion era muy re- dondeada, el Toxodon podia girar la mano sin que el cúbito cambiara de posicion. Arriba de esta articulacion tiene el cúbito una cresta so- bresaliente hácia atrás que corresponde á la apófisis estilóides. Por el lado posterior interno hay otra cresta saliente más aguda; y en la parte lateral externa, principalmente en el lado anterior, tiene grandes y ásperas protuberancias. La figura 50 presenta el cúbito y rádio en su posicion normal; a y b los mismos, vistos por la parte extrema. La figura 51 pre- senta el cúbito del 7. Burmetsteri y la figura 52 el del 7. elongatus. El rádio es un hueso relativamente débil en comparacion del enorme cúbito; la diáfisis, que es casi cilíndrica, tiene sólo un diámetro de 4,8 cm. La extremidad proximal es de forma semi-óvala con los bordes poco salientes. La superficie articu- lar para el húmero es dividida en dos partes por una pequeña elevacion, una más grande, redonda y bastante cóncava, y otra muy chica de forma triangular. ll rádio en esta parte presenta á los costados del borde dos superficies articulares: una an- gosta oblongada en la parte lateral interna y otra más grande en el lado externo de forma triangular con la superficie un a poco cónica, terminando adelante en una pequeña ondulacion. El rádio se ajustaba en el cúbito por medio de la primera de estas superficies articulares cuando los dos huesos estaban en la posicion de pronacion. Respecto á la otra faceta, hemos creido al principio que servia para ajustarse en el cúbito cuando el pié estaba en supinacion, pero haciendo girar el pié quedamos convencidos que no podia ser así. ln el Museo hay algunos huesecillos encontrados con otros restos de Toxodon cuya co- locación es dudosa. En un animal con tantas particularidades como el Toxodon, no seria estraño que alguno de estos hue- secillos se haya articulado en esta parte como sucede en la articulacion fémuro-tibial de algunos Gravígrados. Ión efecto, hay entre unos restos de Toxodon, traidos de los yacimientos de Tapalqué, un hueso, que, por la disposicion de las facetas articulares, no deja duda que es de esta parte del esqueleto. Este hueso tiene tres facetas articulares: una en la parte superior, que hace dos curvas, se dirige con las extre- midades hácia atrás y la otra hácia arriba, de manera que esta superficie articular se adapta perfectamente á la troclea del húmero que se articula en esta parte en el rádio. Otra faceta articular se halla en la parte interna del hueso; ésta es cóncava y se adapta justamente á la superficie articular que hay en el rádio. La otra faceta articular es muy pequeña y se halla en la parte lateral anterior, debiendo haber servido para articularse con otro pequeño hueso que tocaba tambien con el rádio, como lo demuestra la faceta articular del mismo. La forma de este hueso es cuadrangular, formando una lámina huesosa convexa de 1.5 em. de grueso, 6,7 de ancho y 3,3 de alto. Ln la márgen inferior del lado anterior tiene una cresta bastante saliente. lista particularidad de la articulacion húmero- radial se presenta tam- bien en otros géneros y familias del órden Toxo- dontia. En algunos debe haberse articulado en esta parte un gran hue- so, á juzgar por la fa- ceta que hay en el rádio. Entre los restos de Nesodon, hemos visto un hueso que debe ser de esta parte del esqueleto, aunque es bastante distinto del otro arriba mencionado; tiene más bien la forma de una rótula. Tambien entre los mencionados huesos de Toxodon, cuya colo- Fig. 53 Hueso anular. 1¿ tamaño natural, RE cacion es dudosa, hay dos de forma más parecida á rótulas, cuyas facetas articulares concuerdan con las de algunos rádios de Toxodon que hay en el Museo, y es probable que este hueso sea distinto segun la especie ú género. Por ahora no podemos asegurar á qué especie pertenece una ú otra forma; sólo podemos constatar la existencia de un hueso articular en la articulacion húmero-radial. La figura 53 presenta este hueso. No sabemos si esta particularidad en la articulación del húmero-radial se habrá observado en otros mamíferos. y, si este hueso aún no tiene nombre, se podria señalar como hueso anular (os annulare) por encontrarse con, el ligamento anular. Fig. 54 Fig. 35 Rádio de T. Burmeisteri visto del lado Rádio de T. platensis visto por el lado posterior; a faceta articular para el anterior; a faceta articular para el hueso anular, b para el cúbito. hueso anular. 1/ 1/ ss ES /g tamaño natural, /g tamaño natural. El diámetro transversal de la extremidad proximal del rádio es de 7,6 cm. y de adelante hácia atrás tiene 5,7. La diáfisis tiene, tanto en la parte anterior como en la posterior, varias crestas y tubérculos ásperos; se vuelve más robusta hácia la extremidad distal. In esta parte, el rádio es más macizo y tiene muchos tubérculos. La articulación inferior es dividida en dos superficies articulares; la que articula con el hueso lunar es de forma redonda, cóncava y alargada hácia adelante; la otra que se articula con el escafóides es adelante y atrás tambien cóncava y, en el medio, es alta y convexa. El ancho de la parte distal es en el lado anterior de 13 cm. Cada uno — 90 — de los numerosos rádios que hay en el Museo presenta algunas diferencias individuales, sea en la forma más redonda de la diá- fisis, sea en las crestas y protuberancias. Pero la única diferencia específica parece consistir en la forma más redonda de la parte anterior en el lado interno de la diáfisis del cúbito del T. Bur- meisterí. lón otros rádios, que pertenecen probablemente al 7. platensís, hay en esta parte una cresta. Esta cresta se encuen- tra tambien en los rádios de animales jóvenes. Entre todos es- tos rádios de Toxodon, existe uno que es mucho más grande que los otros y que tiene los caractéres del T. Burmeisteri; sin embargo, debe pertenecer á una especie mayor. El largo total del rádio es, en el 7. Burmeisteri, de 35 cm., en el que puede pertenecer al 7. platensis, de 37, y en el mayor de todos, de 42. Fig. 56 Pié anterior de T. Burmeisteri; a trapecio visto por el lado externo con la faceta arti- cular del dedo pulgar rudimentalá la vista. a 14 tamaño natural, En la figura 50 se ve la colocacion del hueso anular en el rádio. La figura 54 presenta el rádio del 7. Burmeister? en la parte posterior; la figura 55 el 7. pla- tensis en la parte ante- rior; la faceta a es para la articulacion del hue- so anular y con la fa- ceta b el rádio se une con el cúbito. El pié anterior del Toxodon (fig. 56) es semi-plantígrado. En la conformacion general se parece al del Rinóce- ronte; tiene como éste solamente tres dedos del todo desarrollados y dos rudimentales, pero es mucho más robusto. Los huesos del carpo no son en séries sino alternados, es decir el escafóides es apoyado por el trapezóides y por el grande (magnum); el hueso lunar se apoya en el magnum y en el unciforme. El hueso escafóides es el más grande de la série del carpo proximal; su altura es en el medio de la parte anterior de 6,3 cm.; el ancho es en esta misma parte de 5,5 cm. y el grueso en di- reccion de adelante hácia atrás de 8,6. El lado anterior es liso, un poco inclinado por el lado interno del pié y tiene por este AA Y lado un pequeño tubérculo. La márgen superior é inferior de la articulación forma en esta parte un triángulo. Las dos partes laterales son un poco cóncavas y en la parte posterior huy un gran tubérculo. Este hueso tiene cinco facetas articulares: dos en la parte superior, de las cuales una se articula con el rádio y la otra se ajusta en el hueso lunar. Las otras tres facetas están en la parte inferior: una toca con el trapezóides; la otra, más grande, con el magnum y con la más chica que se ajusta, abajo, en el lunar. El hueso lunar es, en todo sentido, más chico; la altura de la parte anterior es en el medio solamente de 4 cm.; el ancho en esta misma parte es de 3,7 y el grosor, en direccion de adelante hácia atrás, es, en la parte superior, de 3,9 y en la inferior de 6 centímetros. Lil lado anterior es, en la parte supe- rior, cóncavo, y abajo tiene una protuberancia que atraviesa todo este lado. La márgen de la articulacion superior es re- donda y en el medio, por adelante, descendente; la inferior es triangular. Las partes laterales son, en este hueso, tambien cóncavas; el lado posterior es arriba bastante excavado y la parte inferior es muy prolongada hácia atrás. El lunar tiene sels facetas articulares: dos en la parte superior y cuatro en la inferior. La más grande de las superiores que se articula con el rádio, es muy ovalada; la otra que une este hueso con el escafóides, es angosta y alargada. La parte inferior tiene dos facetas articulares laterales para ajustarse con el cuneiforme y el escafóides. Las otras dos facetas articulares inferiores se dirigen de cada costado hácia el medio por abajo, reuniéndose con el magnum y el unciforme. Il hueso cuneiforme es el más bajo de todos los de esta série; su altura es, en el lado anterior, solamente de 3,2 cm. Tiene el hueso por el lado interno un gran tubérculo saliente que lo agranda considerablemente, pues mide en esta parte 7,5 centímetros. El tamaño, en direccion de adelante hácia atrás, es de 5 cm. La articulacion en la parte superior es de forma elíptica y un poco cóncava. Il hueso en cuestion tiene atrás, en esta parte, otra faceta articular chica para el pisiforme. En la parte inferior hay dos superficies articulares, una lateral chica, con que se ajusta en el lunar y otra con la cual se une con el unciforme. En los dos piés anteriores que hay en el Museo, falta el trapezóides; pero en ambos el trapecio tiene en la parte late- ral interna del pié una pequeña faceta articular que indica la existencia de un hueso que representa un dedo pulgar ru- dimental. A El trapecio (trapexvum) es un huesecillo de forma semicua- drada; tiene 3,2 cm. de alto y otro tanto de ancho; su espesor de adelante por atrás es de 4,7 cm. En la parte anterior tiene por el lado exterior del pié un tubérculo y se une con el esca- fóides por una faceta articular cónica bastante redonda; la ar- ticulacióon inferior con la cual se une al metacarpo del segundo dedo es ovalada. En el lado externo hay una faceta articular chica para el dedo pulgar rudimental. 121 hueso magnum es bajo y ancho; tiene adelante, donde es más alto, 3,9 cm.; el ancho es, en esta misma parte, de 6 cm. y el grosor, en su parte máxima, es de 7,3 cm. Tanto en la parte anterior como en la posterior, tiene por el lado exterior del pié una protuberancia y las partes laterales tienen excavacic- nes. ln la parte superior hay dos caras articulares por las cuales se une con el escafóides y el lunar. La parte inferior tiene tres superficies articulares: dos para unirse con los metacarpos del segundo y tercer dedo y una para ajustarse en el unciforme. El hueso más grande de esta série del carpo es el uncifor- me; su altura es, en el medio de la parte anterior, de 4,6 cm.; el ancho, en esta misma parte, es 8,2 y tiene 6,2 cm. de espe- sor. El lado anterior es bastante llano; sólo en la parte inferior interna y en la parte lateral externa tiene ligeras protuberan- cias. ln este lado se prolonga el hueso de arriba hácia afuera y en la parte inferior interna hay tambien una prolongación hácia atrás. La faceta superior que une este hueso con el cu- neiforme, es ancha y se extiende atrás por el lado exterior há- cia abajo, uniéndose con una pequeña superficie articular en la cual toca con un huesecillo que representa el dedo chico. En la parte lateral interna hay dos caras articulares; con éstas se jun- tan los huesos lunar, magnum y melacarpo del tercer dedo: en la faceta articular inferior se une con el metacarpo del cuarto dedo. Il huesecillo que representa el quinto dedo rudimental es pequeño, de forma triangular y con una protuberancia en la parte posterior inferior; toca por medio de facetas articulares con los huesos cuneiforme, unciforme y metacarpo del cuarto dedo. Los huesecillos del primer dedo rudimental faltan en los dos piés posteriores del esqueleto que hay en el Museo. Pero habiendo una faceta articular en el hueso trapezóides, no hay duda ninguna que el Toxodon ha tenido cinco dedos: dos ru- dimentales y tres completos. Fxisten en el Museo unos peque- ños huesos encontrados con otros restos de Toxodon; uno de ellos podria ser del primer dedo, tiene dos facetas articulares: una anterior y otra posterior, de modo que este dedo se com- PE e e pondria por lo menos de dos huesecillos; pero como no hay la plena seguridad de que realmente pertenezcan al pié posterior del Toxodon, preferimos no describirlos. Los tres metacarpos que llevan dos falanges y un hueso de una son, en el Toxodon, menos largos y más robustos que en el Rinoceronte. Pero los del pié anterior son todavia mucho más largos que los metarsianos del pié posterior y tan gruesos ó más; en este animal el pié se parece más al del Ilefante que al del Rinoceronte y al del Hipopótamo. Ll metacarpo del segundo dedo es el más delgado; su largo total es de 14,8 cm.; el ancho, en el medio, de 4 y el grueso, en esa misma parte, de 3,4 cm. La diáfisis y la parte proximal son de forma semitrigónica con cantos redondeados y la parte distales muy cuadrangular. La diá- fisis es mucho más delgada que las dos extremidades y bas- tante lisa; sólo la parte posterior tiene una pequenña-cresta áspera. La extremidad proximal es muy áspera con protuberancias en todos los costados: la más grande de ellas, en el lado pos- terior de la parte superior, se dirige muy hácia arriba. Esta extremidad toca con las correspondientes facetas articulares en tres huesos: el trapezóides, el magnum y el metacarpo del tercer dedo. La extremidad distal tiene sólo protuberancias en las partes laterales; la parte posterior es cóncava. La superfi- cie articular para la falange es cilindro-cónica; adelante y atrás se extiende en forma semicircular muy hácia arriba; en la parte anterior falta la quilla de guia; en la parte posterior, hay una que separa la articulacion en dos superficies para los sesamóides. Il metacarpo del tercer dedo es el más ancho de todos, pero es relativamente más delgado que los otros dos; tiene un largo total de 15,3 cm.; su ancho es, en el medio, de 5,7 y el grueso, en esta misma parte, es de 2,6 cm. La forma general es semicuadrangular. La diáfisis es, en las partes laterales, áspera y la superficie de la parte anterior y posterior es lisa y un poco cóncava, en la posterior más que en la anterior. En esta última parte tiene en el medio, cerca de la articulacion inferior, una excavacion, y la posterior tiene en la parte supe- rior una cresta áspera. La extremidad proximal se prolonga hácia atrás y tiene protuberancias tanto en el lado anterior como en el posterior. Se junta por cuatro caras articulares con el hueso magnum, el unciforme y con los metacarpos del se- gundo y cuarto dedo. In la parte distal tiene en cada lado una protuberancia. La superficie articular inferior es más ó menos igual como en el metacarpo del segundo dedo. ste mismo hueso del cuarto dedo es el más corto de los tres metacarpos; a tiene un largor total de 12,5 cm.; el ancho, en el medio, es de 5 cm. y el grosor en esta misma parte es de 4 cm. lín la forma se parece al metacarpo del segundo dedo; solamente es más ancho en el medio. La diáfisis es lisa en el lado anterior y un poco cóncava en la parte superior; en el lado interno tiene una protuberancia ancha y áspera. En la parte lateral interna, arriba, es cóncava y con tuberosidades ásperas. In la extre- midad proximal hay en el lado anterior una gran protuberan- cia en la parte. interna. lísta extremidad tiene tres superficies articulares: por la superior se junta con el unciforme; por la interna se une al metacarpo del tercer dedo y en la lateral ex- terna se ajusta al huesecillo que representa el quinto dedo. La extremidad distal es casi igual á los otros metacarpos. Las falanges de los tres dedos son mucho más cortas que las del Hipopótamo y Rinoceronte. La primera del tercer dedo mide de largo solo 3,5 cm.; de ancho tiene 5,8 y de grueso 4. La segunda tiene en el medio 2,7 de largo, 6 de ancho y 2,4 cm. de grueso. Las falanges del segundo dedo son del mismo largo y grueso que las del tercer dedo, pero más an- chas; la primera tiene 4,5 y la segunda 5,3 cm. En el Museo no hay falanges del cuarto dedo. La forma de estas falanges es bastante regular y ovalada; la faceta articular superior es, en la primera falange, un poco cóncava y la inferior casi plana. La parte superior de la segunda falange es excavada y la in- ferior tiene protuberancias. La superficie articular superior es ligeramente cóncava y la inferior, hácia el medio, lo es algo más. En los dos piés anteriores del esqueleto del 'Toxodon más completo que hay en el Museo, faltan los huesos de las uñas. Pero entre los citados huesecillos encontrados con otros restos de Toxodon hay dos huesos de uña: uno de ellos es muy pa- recido al hueso de una del pié posterior del Glyptodon y no hay plena seguridad de que pertenezca al Toxodon; el otro no da lugar á dudas, pero puede pertenecer al pié posterior. Tambien faltan en los piés anteriores de este esqueleto los huesecillos sesamóides. En otro pié suelto, éstos existen, no presentando ninguna particularidad. La figura 56 presenta el pié posterior derecho del Toxodon Burmeister:. Los miembros posteriores.—La gran dimension de la pel- vis del Toxodon, en relacion con el enorme cuerpo del animal, es, en todo sentido, mucho más robusta que la del Rinoceronte á la cual se acerca más, principalmente por el hueso ilíaco A que es muy dilatado. Intre las espinas anteriores de los dos huesos ilíacos del Toxodon, hay una distancia de 95 em., mieén- tras que en el Rinoceronte es sólo de 70 cm. La posicion de los huesos ilíacos es menos horizontal en el Toxodon que en Fig. 57 Pelvis de T. Burmeisteri vista por el lado anterior. 1Z tamaño natural. el Rinoceronte y por eso se parece más bien al HFlefante. La superficie sacral, donde se une el ilíaco con las vértebras del sacro, no se encuentra en la parte anterior de la superficie ilíaca (ilhiac surface), como sucede en el Rinoceronte y en muchos otros animales, sino en la superficie lateral interna, formada por las márgenes pubis y del isquion (ischial). Esta superfi- cie lateral es un poco inclinada hácia la parte interna; la márgen pubis es muy redondeada y la márgen del isquion es aguda. Desde la superficie sacral hasta la espina ilíaca postero superior (segun la anatomia del hombre), hay 15 cm., pero esta espina que es gruesa y tuberculosa no alcanza á la altura de las es- pinas de las últimas vértebras lumbares. Desde aquí la cresta ilíaca se enangosta mucho, siendo muy aguda en el medio de esta circunferencia; extendiéndose en forma semicircular hácia afuera y muy abajo, casi como en el Elefante, terminando en una espina ilíaca posterior, muy gruesa. Ista espina es formada por una gran protuberancia con punta obtusa prominente y un poco encorvada abajo; un poco más arriba de la misma hay por el lado anterior otra protuberancia prominente. La superficie ex- DOES terna del hueso ilíaco (surface glutaer) es algo cóncava y doblada hácia arriba en la parte de la márgen posterior. La superficie interna ó ilion es un poco abovedada formando una enorme fosa ilíaca y la espina ilíaca posterior se dirige hácia atrás. SEA Fig. 58 Pelvis de T. Burmeisteri vista por el lado posterior. 1% tamaño natural. La parte inferior de la pelvis del Toxodon se diferencia mu- cho de la pelvis de los Ungulatos vivientes y de otros mamí- feros. Il hueso pubis es mucho más macizo, más grueso y más ancho que el isquion; tiene en la parte del agujero obtu- rador 6,6 em. de ancho y otro tanto de grueso; desde la már- gen inferior del acetábulo hasta la sínfisis tiene 21 cm. de largo. ln la parte interna tiene la sínfisis una gran elevacion formada por la línea innominata. Atrás de esta elevación hay una excavacion que divide la sínfisis en dos partes, y por ade- lante termina en una cresta aguda que sube en línea recta hasta el medio del hueso pubis donde termina en protuberan- cia. Por atrás de la excavacion tiene la sínfisis otra elevación formada por el hueso isquion que termina tambien en la parte posterior en una cresta, pero menos aguda que en la parte anterior. ln la parte inferior de la sínfisis, hay en algunas pelvis dos altas protuberancias divididas en el medio por un valle; una de estas protuberancias corresponde al hueso pubis y la otra al isquion. Ln otras pelvis hay en vez de dos pro- tuberancias, una cresta. La sínfisis es relativamente angosta, el pues tiene solamente 18 cm. de anchura; en cambio, es muy gruesa; en la parte de mayor espesor tiene 8 cm. El hueso isquion es mucho más débil que el pubis; en la parte de la incision menor isquiática tiene solamente 5 cm. de ancho y 3 de grueso; en el medio de la parte inferior, desde la márgen posterior hasta la márgen del agujero obturador, tiene 6 cm. de ancho y 3 de grueso. La tuberosidad del isquion, ó mejor dicho, la espina isquion que no se debe confundir con la espina ciática de la pelvis del hombre, forma un rectángulo; tiene una cresta sobresaliente que se dirige hácia adelante en la márgen postero-superior. En la parte lateral externa tiene una protuberancia en forma de cresta * que se dirige hácia adelante. Desde la esquina que forma la espina isquion hasta la sínfisis, mide este hueso 24 centímetros, y 15 desde la márgen posterior del acetábulo hasta esta esquina. La espina ciática está representada por protuberancias poco elevadas. El agujero obturador es oblongo é inclinado un poco hácia adelante; su dimension longitudinal es de 15 cm. y la transversal de 10 cm. El diámetro del acetábulo es de 10,5 cm. La superficie articular . . 10 59 ocupa casi toda la cavidad. La iio: : : Me Pelvis de T. Burmeisteri vis ad SEA aicision es poco pro externo. funda y en varias pelvis apenas l£ tamaño natural. marcada. En algunas pelvis hay, en esta parte, una excavacion que termina por la parte del agujero obturador en una cresta aguda. Esta debe ser una dife- rencia específica. La pelvis del 7. Burmeisteri y otra de mayor tamano tienen esta cresta, faltando en las otras que se encuen- tran en el Museo. Prescindiendo de los varios tamaños, la única diferencia que presentan las numerosas pelvis de Toxodon que existen en este establecimiento, es esta cresta y la de la sínfisis más arriba mencionada. Las figuras 57, 58 y 59 presentan la pelvis del T. Burmeis- terí en diferentes posiciones. Tomo VIIT. 8 LON TES El fémur es relativamente delgado en proporcion del enorme cuerpo del TToxodon; es mucho más grácil y más largo que el húmerus y de forma bastante cilín- drica. En su forma general se pa- rece mucho más al fémur del Hipo- pótamo que al del Rinoceronte, pero es bastante más largo que el de estos dos animales. El largo total del fémur es en el T. Burmeisteri de 56 cm. y en el Hipopótamo apenas alcanza á 45 cm. La cabeza articular de la parte proximal es unida á la diáfisis por un cuello largo y angosto; su for- ma es completamente hemisférica y muy sobresaliente, siendo su diá- metro en el Toxodon Burmeisteri de 10 cm. La faceta de la cabeza para la insercion del ligamento redondo (Uigamentum teres), que se halla en la márgen postero-interna de la cabeza, es apenas marcada. El trocánter mayor no es muy desarrollado y más bajo que la ca- beza articular. Entre el trocánter mayor y la cabeza, la superficie es casi derecha y muy angosta. El Fémur de T. Burmeisteri visto por el ancho del fémur del Toxodon Bur- lado anterior. meistert, desde la márgen anterior de 1 o Mona la cabeza hasta la márgen posterior del trocánter, mide en este punto 12 cm. La fosa trocantérica es más chica que en el Hipopótamo y no muy profunda. La diáfisis es, en la parte anterior, bas- tante redondeada y lisa; en cambio, la parte posterior es mucho más plana. La línea áspera se extiende en la parte posterior externa desde el trocánter mayor hasta la parte distal donde termina en una protuberancia. Se ha dicho que el fémur del Toxodon carece de todo ves- tigio de trocánter tercero; si es cierto que no se puede hablar de un verdadero trocánter tercero en el fémur de este animal, es tambien cierto que la línea áspera que forma cerca del tro- cánter mayor una cresta aguda y saliente, desaparece arriba de la mitad de la diáfisis, volviendo á formar desde la mitad hácia a abajo una cresta que se extiende hasta un poco más arriba de la tuberosidad externa distal, donde termina en una protube- rancia en forma de trocánter rudimental. Es ella que puede ser considerada como trocánter tercero rudimental, el cual, como en los Glyptodontes, se halla en la parte distal del fémur. Fig. 61 Fig. 62 Fémur de T. Burmeisteri visto por la parte Fémur de T. Burmeisteri visto por la parte proximal. distal. 1% tamaño natural. l1£ tamaño natural, En el fémur del T. Burmetsteri este trocánter rudimental se une con la tuberosidad externa distal; en el del T. elongatus y en otros fémures que hay en el Museo y que deben pertenecer al T. platenstis, éste está separado. El fémur del "Toxodon carece tambien de trocánter menor, si no se quiere considerar como tal una protuberancia que existe en la parte lateral interna algo más arriba de la mitad del fémur, abajo de la cabeza y del trocánter mayor. Es de notar que esta protuberancia es más marcada en el fémur de ani- males jóvenes que en el de adultos. El fémur disminuye pronto en anchura volviendo á ensancharse en la parte distal; en el medio, tiene una anchura de 7,8 cm. y la diáfisis es, en el medio, un poco arqueada hácia atrás. Los dos cóndilos son bastante redondos. principalmente el externo, que es mucho más chico que el interno. Estos dos son muy poco separados uno del otro por la fosa intercondilar que es muy honda; la distancia de un cóndilo al otro es sólo de 1 cm. La superficie articular que sirve á la rótula no se une con las superficies articulares de los cóndilos y es de forma parecida á la del Rinoceronte, siendo el tubérculo arti- cular interno mucho más grande y más alto que el externo. Las tuberosidades interna y externa son, relativamente, poco desarrolladas. El plano poplíteo (planum popliteum) es bastante cóncavo y tiene por el lado externo un tubérculo. Las figuras 60, 61, 62 y 63 presentan al fémur de 7. Bur- meisterí en diferentes posiciones. — 100 — Los diversos fémures que hay en el Museo no presentan otros caractéres específicos en la forma, si se excluye lo arriba mencionado del trocánter tercero rudimental. La diferencia en las especies consiste más bien en el tamano del fémur. Fig. 63 Fig. 64 Fémur de Toxodon. Fémur de Toxodontotherium visto por el lado posterior. a trocánter menor rudimental, b trocánter tercero rudimental. / E 1 6 tamaño natural, Tenemos un fémur de un tamaño muy considerable, mucho mayor que el del 7. elongatus, del cual hay algunos ejemplares: si bien éstos no son completos, se puede calcular el tamaño; y debido á la forma que presenta este fémur tan grande, en- contrado en Monte Hermoso, no cabe duda que pertenece á un animal de enorme talla de la familia Toxodon, quizás al Toxodontotherium. Mientras el fémur del 7. Burmeisteri tiene sólo 56 cm. de largo y 7,8 cm. de ancho en el medio de la diáfisis, este otro tiene 65 cm. de largo y 11,3 de ancho. pde La rótula del Toxodon se parece mucho á la del Hipopó- tamo. La márgen inferior interna forma una media luna que hace que la rótula se presente á la vista con dos grandes apó- fisis: una lateral interna que tiene en la parte posterior una superficie articular muy cóncava y angosta, que articula sobre el tubérculo articular grande del fémur; y la otra que se dirige hácia abajo. La superficie articular es muy convexa, apta para la articulación externa del fémur. La parte anterior de la ró- tula es, como casi todas las rótulas, muy áspera y llena de tubérculos; por lo demás su forma es bien visible en nues- tras figuras. El largo, en sentido de arriba abajo, es en la rótula del T. Burmeisteri 12,3 cm., el ancho 11,9 y el espesor en la parte más gruesa de6 cm. Las diversas rótulas que hay en el Museo no presentan diferencias remarcables en la forma; parece que las especies se diferencian entre sí por las proporciones del largo y ancho, pues la rótula que pro- bablemente pertenece al T. pla- tensis, es bastante más ancha que larga; el largo de ésta es sólo de 9 cm. y el ancho de 13,3 centí- metros. Fig. 65 En la segunda parte del esque- Rótula de T. Burmeisteri; a vista por la parte Sosa pierha posterior, constitujs ¿*ntedor,,P vista por la parte posterior da por la tibia y el peroné (fibula), se parece mucho más á la de los Desdentados que á la de los Ungulatos ó Roedores. Es corta como en los Desdentados y el peroné relativamente muy fuerte y bastante distante de la tibia; se sabe que en los Ungulatos y Roedores éste es débil y muy junto á la tibia. En la parte proximal, el peroné del Toxodon, desde la juventud, está anquilosado con la apófisis de la tibia, mientras que la extremidad distal queda libre tambien en la vejez y en esto se parece algo al Megaterio, sólo que en este último animal hay anquilosis tambien en lá parte distal. Se ha dicho que la forma general de la tibia del Toxodon es más parecida al Mastodon que á ningun otro Ungulato. No pode- mos participar de esta opinion; la tibia del Toxodon tiene la diáfisis muy comprimida y la parte proximal es mucho más grande que la distal; por eso se parece, sin duda, mucho más al Hipopótamo que al Mastodonte y al Rinoceronte á pesar de que carezca de la cresta alta que tiene la tibia del Hipopótamo en la parte interna de la diáfisis. El ancho mayor de la tibia 1£ tamaño natural, — 102 — del T. Burmeisterí es, en la parte proximal en sentido antero- posterior, de 17,5 cm.; en sentido externo-interior de 16 centí- metros. ll Toxodon tiene los cóndilos del fémur muy poco separados uno del otro, y por esto las correspondientes super- ficies articulares en la tibia están muy juntas; las orillas inter- nas de estas facetas se juntan casi por completo en la parte anterior, de manera que no existe fosa intercondilar anterior. Estas facetas articulares son un poco cóncavas, la interna más que la externa; la orilla anterior interna de la primera se eleva en forma de una alta cresta. Esta faceta articular es tam- bien más grande que la externa y alargada en el sentido an- tero-posterior. La tuberosidad anterior tibial (procnemial-crista) está dividida en dos partes por una fuerte excavación que des- ciende, casi en el medio de la márgen infrabenoidal, unos ocho centímetros hácia abajo. La tuberosidad que se halla en el lado interno de esta excavación, es menos grande que la otra que está casi en el medio de la tibia. Esta última es muv sobresa- liente, uniéndose con la cresta anterior interna de la tibia. En la parte posterior externa donde se une el peroné con la tibia, hay otras tuberosidades y excavaciones, pero mucho menos grandes que las anteriores. La diáfisis es muy comprimida; su espesor es solamente de 3,8 cm.; el ancho, en sentido antero-posterior, que es en la parte superior de 14 cm., disminuye mucho hácia la parte inferior, alcanzando apenas los 7 cm. La parte lateral de la diáfisis es, por el lado exterior del hueso, muy plana; en el lado interno tiene en el medio de la parte superior una pe- queña elevacion que se extiende hasta donde se une el peroné con la tibia. A cada lado de esta elevacion, el hueso es lige- ramente cóncavo, siendo esta concavidad más pronunciada en la tibia del 7. PBurmeisterí que en otras tibias que hay en el Museo y que probablemente pertenecen al 7. platensis. Desde la mitad por abajo, tiene la tibia, en este lado, una cresta que termina en la parte distal en asperosidades, donde se junta el peroné con la tibia. La parte distal es en todo mucho más chica que la parte proximal. Su forma es cuadrangular y tiene en el 7. Burmetsteri, en sentido antero-posterior, 8 centímetros y otro tanto de ancho. El maléolo interno (malleolus medialis) está bien desarrollado sin ser muy grande. La superficie articular para el astrágolo es de forma más bien semi-cuadrangular que elíptica; no es muy cóncava y la elevacion en el medio de esta faceta articu- lar no es tampoco muy elevada. Otra faceta articular en el — 103 — maléolo que se articula en la parte lateral interna del astrágolo es separado de la faceta grande por dos pequeñas excavacio- nes que sostienen el astrágolo en su lugar. La diáfisis del peroné es de forma trigónica con una cresta inter-ósea bastante aguda. En la parte posterior, donde es más gruesa, tiene 3 cm.; el ancho es en sentido antero-posterior de 4,6 cm.; termina en la parte baja en una gruesa protuberancia que forma un maléolo externo (malleolus lateralis) muy grande. Esta tiene dos facetas articulares: una lateral interna que sos- tiene el astrágolo en la parte externa fijo en su lugar; la otra faceta articular es más grande, algo cóncava y se articula con el calcáneo. En la parte lateral externa hay una protuberancia bastante sobresaliente; lo mismo en la parte anterior interna, donde se junta con la tibia. El ancho de la parte extrema es, en sentido antero-posterior, de 6,5 cm. y en sentido externo- - interior de 7,5 centímetros. Fig. 66 Fig. 67 Tibia y peroné de T. Burmeisteri visto por el Tibia y peroné de T. Burmeisteri visto lado anterior. por el lado posterior. La diferencia en la tibia y el peroné en las diversas especies parece consistir principalmente en el tamaño. Tenemos en el Museo una tibia del T. elongatus que, desgraciadamente, es muy gastada y en la cual se puede ver sólo la forma general. Esto demuestra que la tibia de esta especie era más ó menos del mismo largo que la del 7. Burmetsteri, pero mucho más robusta. Otra categoria de la cual tenemos varios ejemplares y que per- tenece probablemente al T. platensis, es tambien casi del mismo ESPN — 104 — largor como la del T. Burmeisteri, siendo la parte superior mucho más grande, pues en la parte proximal mide 20 centí- metros, mientras que la del 7. Burmeisteri tiene sólo 17,5. La parte extrema es más an- gosta en la primera espe- cie que en la última. Las figuras 66, 67, 68 y 69 presentan de diversos lados la tibia con el pe- roné del 7. Burmeister:. El pié posterior como el anterior, si bien más Fig. 68 Fig. 69 E 23% ; robusto que el del Rino- as RADO ronte, es chico en com- de T. Burmeisteri vistos de T. Burmeisteri vistos por EEnNO! LES E por la parte proximal. la parte distal. paracioón al enorme cuer- 1/6 tamaño natural. 1/, tamaño natural. po del Toxodon. El pri- mero tiene sólo tres dedos y es de una construccion bastante particular. El astrágolo es muy bajo, la faceta articular tibial es bastante plana y un poco cóncava en el medio; en cambio tiene en esta parte dos face- tas articulares laterales: una, la del lado interno, separada com- pletamente de la mayor superior tibial, es de forma elíptica, un poco cóncava en el medio y desciende hasta la márgen ex- trema. En esta faceta se articula el astrágolo con el maléolo interno de la tibia. La otra faceta lateral externa, en esta parte del astrágolo, ocupa toda la cara lateral, y se junta con la superficie articular inferior, lo mismo que con la superior tibial, donde forma un canto agudo articulándose en el peroné. Estas dos facetas laterales sostienen el astrágolo fijo en su lugar. En la parte posterior éste tiene dos facetas articulares, separadas por una profunda excavacion, por las cuales se une con el cal- cáneo. En esta parte el pié posterior es algo parecido al del Elefante. o El astrágolo toca solamente en la parte distal con el navi- cular (scophoideum) como en el Elefante. Esta faceta articular es de forma semi-elíptica, ligeramente convexa y completamente lisa, sin canto que la divida como sucede en el astrágolo de muchos Ungulatos. De lo que resulta que el astrágolo del “To- xodon tiene tres superficies articulares en la parte superior y tres en la inferior que ocupan casi toda la superficie de este hueso. El ancho mayor del astrágolo del T. Burmeisteri es, en sentido antero-posterior, de 6,6 cm. y en sentido externo-inte- rior, en la parte extrema, de 9 cm.; la altura mayor es de 5,7 — 105 — centímetros. En el Museo hay dos astrágolos sueltos que son mucho más chicos y deben provenir de animales jóvenes. El calcáneo es tambien relativamente chico y tiene más semejanza con el del Elefante que con ningun otro Ungulato. En su posicion normal se dirige con el talon (calw) casi horl- zontal hácia atrás, éste es muy corto y grueso, terminando en tuberosidades ásperas. En la parte proximal este hueso tiene una su- perficie articular bastante grande, dividida por un canto alto en dos partes desiguales. La parte ex- terna, la más grande de las dos, es convexa y for- ma la faceta articular pe- roneal; la otra interna es en la parte anterior un poco cóncava, en la pos- terior convexa y muy in- clinada; con esa se ajusta en la faceta lateral infe- Fis. 50 rior del astrágolo. La otra Pié posterior de T. Burmeisteri faceta articular que toca ria en el astrágolo, en la parte posterior, se encuentra separada de la primera por una pro- funda excavacion; es de forma muy redonda, un poco cóncava, hallándose en una protuberancia muy sobresaliente de la parte posterior interna del talon: en esto se parece más al Rinoce- ronte que al Elefante. En la parte extrema baja hay una su- perficie articular de dos caras: la una bastante grande y casi llana toca con el hueso cubóido; la otra, que se halla en la parte lateral, es chica y une el navicular con el calcáneo. En esto el pié del Toxodon difiere tanto del Elefante como del Rino- ceronte y otros Ungulatos vivientes y tiene más bien un pare- cido con algunos Roedores. El largo total del calcáneo del T. Burmetsteri es de 11 cm. y el alto de 6. Hay en el Museo un calcáneo que es más grande, sobre todo más ancho, y que per- tenece sin duda á una especie de Toxodon más grande que el T. Burmeisteri Ó T. platensts. El navicular es un hueso muy bajo; se articula con el as- trágolo en la parte superior por una faceta ligeramente cóncava y por otra faceta lateral chica con el calcáneo. En la parte AA TS distal tiene dos facetas articulares que se unen con las terce- ras y segundas superficies articulares correspondientes al hueso cuneiforme, y, en la parte lateral posterior, tiene otra faceta ar- ticular donde se une con el cubóides. La superficie anterior tiene una protuberancia poco elevada, mientras que en la pos- terior hay una bastante sobresaliente. El navicular mide en sentido antero-posterior 6,6 cm. y en sentido externo-interior 5,8 cm.; tiene en la parte más alta 2,6 cm. El cubóides tambien es un hueso bajo; la faceta articular para el calcáneo es cóncava y bastante grande. Junto á ésta se encuentra en el lado interno la faceta que une este hueso con el navicular. En la parte inferior tiene dos facetas articulares; con la más grande, externa, se articula en el metatarso del cuarto dedo; con la otra, interna, más chica y inclinada se une con el cuneiforme tercero. En el lado anterior hay una protuberancia que ocupa casi toda esta superficie, dando vuelta al lado externo; en la parte posterior tiene otra protuberancia bastante grande. Este hueso mide en sentido antero-posterior 7,8 cm., en sentido externo-interior 6,7 y de alto 3,4 cm. El cuneiforme tercero tiene cuatro facetas articulares; en la superior se une con el navicular, en la lateral externa con el cubólides, en la extrema con el metatarso del tercer dedo y en la lateral interna, que es la más chica, con el metatarso del segundo dedo. En el lado interior tiene una protuberancia bastante plana que ocupa toda esta parte del hueso y en el lado posterior hay en la parte externa una honda excavacion. Su dimension es, en sentido antero-posterior, de 6,3 cm.; en sentido externo-interior, en la parte anterior, de 5,8 cm. y de alto tiene 3,3 centímetros. El cuneiforme segundo es mucho más chico que el anterior, tiene sólo dos facetas articulares: una para unirse con el navi- cular y otra para el metatarso del segundo dedo. En la parte lateral interna tiene un tubérculo muy sobresaliente que debe ser el resto que ha quedado del cuneiforme primero y del pri- mer dedo. Este hueso mide, en sentido antero-posterior, 5 cen- tímetros; en sentido externo-interior 4,3 y de alto 2,3 cm. Los metatarsos de los tres dedos que tiene el pié posterior del Toxodon son muy macizos y aún más cortos que en el pié anterior. El del medio, que corresponde al tercer dedo, es el más largo y más fuerte y sobresale de los otros dos. El primer metatarso ó el interno que corresponde al segundo dedo es el más chico; su largo total es de 9,3 cm., y el grueso de 5,2 cm. Su forma es semitrigónica. En la parte proximal — 107 — tiene una superficie articular con tres caras: en la más grande se une con el cuneiforme segundo; cerca de ésta, en el lado externo del pié, hay otra mucho más chica por la cual el me- tatarso se toca con el cuneiforme tercero y abajo de ésta, en una faceta bastante angosta, toca al metatarso del medio. En la parte antero-superior tiene una protuberancia bastante alta; otra menos grande hay en la parte superior interna. La diáfi- sis en la parte posterior es cóncava y tiene tuberosidades en el lado externo y superior del pié. Las facetas articulares para las falanges son, en los tres metatarsos, más ó menos iguales, como en los metacarpos; tienen solamente en la parte poste- rior quillas de guiar. En cada parte lateral, un poco arriba de la márgen articular, tienen un tubérculo que falta en la parte interna del metatarso de cuarto dedo. El metatarso del tercer dedo, que es el más grande de los tres, tiene 10 centímetros de largo, 5,5 de ancho en la diáfisis y en esta misma parte 3 de grueso; se une por las respectivas facetas articulares con el cuneiforme tercero y los dos meta- tarsos. Las tuberosidades que hay en la parte superior de los lados anterior y posterior son bajas. El metatarso del cuarto dedo tiene 8,7 de largo, 4,8 de ancho en la diáfisis y 4 centímetros de grueso; se junta por medio de una faceta articular grande con el cubóides y por medio de otra lateral interna angosta con el metacarpo del tercer dedo. En la parte superior interna del lado anterior tiene una protuberancia bastante saliente y otra más chica en el lado posterior externo. Las dos falanges en cada dedo tienen, más ó menos, la mis- ma conformacion que las del pié anterior, siendo sólo un poco más chicas, principalmente las del segundo y cuarto dedo. Los huesos de la uña son muy parecidos á los de los Glyptodontes, pero bastante más chicos. Les falta la cresta alta que tienen estos últimos en la parte interna inferior entre la faceta articu- lar y la parte anterior de este hueso. Las márgenes de la parte anterior son gruesas y sobresalientes y el hueso, con .superfti- cies muy ásperas, es más ancho arriba que abajo. La figura 70 presenta el pié posterior del 7. Burmeister?. Concluyendo la descripcion del esqueleto del Toxodon, nos permitimos enunciar la opinion que el desarrollo de este animal debe haber sido muy lento y haber durado años como en el Elefante. Durante su desarrollo, las formas de los huesos eN — 108 — han sufrido notables cambios. Muchos caractéres en los huesos de apariencia de adultos que parecen ser específicos, resultan, por una comparacion prolija, ser sólo de diferencias individuales ó de edades. La determinacion de especies de piezas sueltas se debe hacer con mucha prudencia y se necesita mucho ma- terial de comparacion. A pesar de tan abundante material del Toxodon que encierra este Museo, hay muchas piezas de las cuales no podemos determinar con seguridad la especie á que pertenecen y las incluiremos en este catálogo solo bajo el nom- bre del Genus. TOXODON BURMEISTERI, Giebel. RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS. —LEsta especie se distingue en primera línea por tener los incisivos superiores externos más angostos que los internos. El i L es en la cara anterior longi- tudinalmente cóncava y tiene en el lado interno de esta cara un canto, formando de esta manera una cara lateral interna. El 1 2 es de forma muy triangular con cantos bastante agudos; la cara lateral externa es convexa, la N pa lateral interna lijeramente cóncava en ERA unos individuos más que en otros; la y A cara posterior es convexa. AS AR Fig. 71 Maxilar superior de T. Burmeisteri. El segundo premolar superior es casi cuadrangular; la cara anterior es longitudinal-cóncava; el canto externo ante- rior forma una columna y el premolar del animal adulto es desprovisto de pliegue. El tercero y cuarto premolar tienen los cantos externos anteriores bastante agudos y salientes; la cara externa es, en el tercer premolar, longitudinal-cóncava. El cuarto premolar tiene una sola ondulacion en la cara externa. La cara externa de los molares tiene generalmente sólo dos ondulacio- — 109 — nes. Los incisivos inferiores internos son bajos y ligeramente cóncavos en la cara superior ó interna. El incisivo externo es angosto; la cara superior es cóncava y las inferiores ligeramente convexas; la inferior interna tiene una faja de esmalte angosta. El primer premolar tiene la cara externa convexa. Fig. 72 Fig. 13 Incisivo inferior ig; a visto por la cara —> Incisivos superiores de T. Burmeisteri; a 1 2,b ¡ 1 visto por la cara labial. lingual, b visto por la cara labial. 1% tamaño natural, 2% tamaño natural. Fig. 74 Cráneo de T. Burmeisteri visto de lado. 1 m / ¿ tamaño natural. El cráneo es de construccion más grácil que en el .T. pla- tensis y T. elongatus; los huesos nasales son prolongados. El llano — 110 — frontal donde las crestas se ajustan es algo protuberante. El maxilar es menos ancho que en el 7. platensis, lo mismo el pre- maxilar. La mandíbula inferior tambien es más grácil y principalmente la sínfisis es menos voluminosa que en el T. platensis. El omóplato es alongado con cavidad glenóidea elíptica. El húmero es menos robusto que en las especies T. platen- sis y T. elongatus; tiene el cóndilo superior (caput) óvalo; en la parte anterior hácia el lado interno tiene dos altos tubérculos divididos por una profunda incisura. El cúbito es más débil y el olecráneo más corto que en los cúbitos del T. platensis y T. elongatus. El rádio tiene la diáfisis en la parte anterior, en el lado interno, bastante redondeada. La pelvis tiene en el agujero obturador, en la parte del ace- tábulo, una cresta aguda y en la parte inferior de la sínfisis dos protuberancias. La protuberancia que representa un trocánter tercero rudi- mental en el fémur es poco desarrollada y unida con la tube- rosidad externa distal. La rótula es más alta que ancha. La tibia y el peroné son menos robustos que en el 7. pla- tensis y T. elongatus, PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON BURMEISTERI EXISTENTES HASTA LA FECHA EN EL MUSEO DE LA PLATA 1. Esqueleto de Toxodon Burmeitsteri. Todo el esqueleto es de un mismo individuo, menos el cráneo. El cráneo de este individuo está mal conservado y figura en este catálogo bajo el número 2.—Yacimiento : Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Comprado.) Original de la lámina Ll. 2. Cráneo incompleto.—Pertenece al individuo del esqueleto anterior. 3-4, Cráneo cortado por el medio.—Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. Localidad : Arroyo Chel- foró, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original de las láminas V y VI. 5. Cráneo.—Yacimiento: Formacion pampeana superior. Lo- calidad : Victoria, Provincia de Entre Rios. (Coleccionado por S. Roth.) A T. Burmeisteri:— 6. =l . 10. 11; 1578 18. 1: 20. Premaxilar con dos incisivos. — Yacimiento : Depósito lacus- tre de la formacion pampeana. Localidad : Mercedes, Pro- vincia de Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) Premaxilar con los cuatro incisivos. — Yacimiento : Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Lujan. (Comprado á Ameghino.) Mandíbula inferior.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Salta. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: San Antonio de Areco. (Comprada.) Premaxilar. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Premaxilar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Comprado.) . Premaxilar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Areco, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre pam- peano. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Com- prada.) Sínfisis mandibular. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Comprada.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana roja. Original de 12 figura 10. (Comprado á Ame- ghino.) A T. Burmeisteri:— 99 —=— 23. 249 30. 99. 99. Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana; Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. . Premaxilar.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Original de 11 figura 10.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) | Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Incisivo externo inferior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Original de la figura 27. Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo externo inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. — 113 — T. Burmeisteri: — 40. 41. 42. 43. 97. 98. Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana roja. (Comprado.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana roja. . Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) . Molar superior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Coleccionado por el persona! del Museo.) . Molar superior de leche. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) . Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. . Molar superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original de la figura 20. . Molar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Comprado.) . Molar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Atlas. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Atlas.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Axis.—Yacimiento: Formacion pampeana. Axis.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Axis.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato.--Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Salto, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato.—Yacimiento: Formacion pampeana roja. (Colec- cionado por el personal del Museo.) Tomo VIII. 9 — 114 — T. Burmeisteri:— 99 60. 61. O) 19) 110, Omóplato.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 2. Húmero.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) . Cúbito.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Cúbito.— Yacimiento: Depósito lacustre de: la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Cúbito.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) . Cúbito y rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Cúbito y rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la for- mación pampeana. (Comprado.) . Fémur. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) . Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Tibia y peroné. —Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Tibia y peroné. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) Segundo premolar superior. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Segundo premolar superior.—Yacimiento: Formacion pam- peana roja. (Comprado á Ameghino.) T. Burmeisteri:— 120. Tercer premolar superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. 121. Tercer premolar superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 122, Cuarto premolar superior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. (Original de la figura 19.) 128. Molar superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. 721. Molar inferior. —Yacimiento: Formacion terciaria marina. | Localidad: Cerrito, Provincia Entre-Rios. | TOXODON PLATENSIS, Owen. RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS.—A juzgar por las pie- zas que se conocen, este animal debió ser de talla más ro- a 17 ; E Fig. 76 Fig. 75 E Incisivo inferior de T. platensis. Incisivos superiores de T. platensis, vistos por a visto por la cara lingual; b visto por la la cara labial; a (11), b (1 2). cara labial. l4 tamaño natural, 9/7 tamaño natural, busta que el Zoxodon Burmeisteri. Esta especie se distingue de todas las especies conocidas por los incisivos externos, bas- — 116 — tante más anchos que los internos. El incisivo interno superior i 1 tiene la cara anterior convexa. El incisivo externo i 2 tiene la cara lateral anterior interna mucho más ancha que la cara lateral anterior externa y es convexa. El canto formado por las dos caras anteriores es bastante agudo y algo sobresaliente por el lado externo. La corona es cortada en bisel en la parte interna y termina en una punta alta, aguda. El segundo pre- molar es de forma muy elíptica, el canto anterior es mucho más agudo que en el diente correspondiente del Toxodon Bur- meisteri. El canto interno es tambien más saliente y la cara externa es menos cóncava. La cara anterior del cuarto premo- lar es algo más cóncava que en el Toxodon Burmeisteri y tiene dos ondulaciones en vez de una como en esta última especie. Los molares tienen en la cara anterior tres ondulaciones. De los tres incisivos inferiores es el externo que se diferen- cia principalmente de las otras especies. Los dos incisivos in- ternos son, en general, más gruesos y algo más grandes que en la especie Toxodon Burmeisteri, pero como éstos varían en las dos especies, segun la edad del animal, no es posible clasificar, con seguridad, los incisivos internos encontrados sueltos. El inci- sivo externo 1 3 es en el 7. platensis, en primer línea, más ancho que en ¡a especie T. Burmeisteri. La cara superior es ligeramente convexa. La cara inferior interna no tiene faja de esmalte y en la cara inferior externa la faja de esmalte es más angosta que en el T. Burmetsterí y se une con la de la cara superior. La corona se gasta en forma de bisel; por el lado interno forma una media luna y termina en la parte externa por una punta alongada. Si bien los premolares y molares presentan pequeñas dife- rencias de otras especies, sin embargo, éstas desaparecen por las variaciones individuales, El cráneo es más ancho y más robusto que el del 7. Bur- meisteri; el premaxilar, sobre todo, es mucho más ancho; los huesos nasales son más chatos y los frontales cóncavos. Tambien la mandíbula inferior es más robusta y principal- mente la sínfisis es más ancha y más fuerte que en el 7. Bur- meister?. En el Museo hay muchos huesos de esqueleto de Toxodon que deben pertenecer á esta especie; pero, como han sido en- contrados sueltos y no hay la seguridad que pertenezcan á la especie de T. platensis, no hablaremos de sus caractéres. 76. 8s0. 87. = MP PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON PLATENSIS . Esqueleto de Toxodon platensis. — Yacimiento: Formacion pampeana. El cráneo procede de Tapalqué. Este esqueleto está compuesto de varios indivíduos. Cráneo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cráneo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Areco, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionada por el personal del Museo.) . Mandíbula inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Premaxilar.— Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Bue- nos Aires. (Comprado.) Mandíbula inferior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provin- cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Incisivo externo superior.—Yacimiento: Formacion pam- peana. (Original de ¡12 figura 11.) Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) — 118 — T. platensis:— 88. 96. 102. 103. 104. 105. Incisivo externo superior.—Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior.—Yacimiento: Formacion pam- peana roja. (Donacion del señor Trello.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior, — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- nos Aires. — 119 — T. platensis:— 106. Sínfisis mandibular. — Yacimiento: Formacion pampeana roja. Localidad: Mar del Plata, Provincia de Buenos Ai- res. (Coleccionada por el personal del Museo.) 107. Sínfisis premaxilar. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 108. Maxilar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Matanza, Provincia Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) 109. Molar superior. —Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 110. Molar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 111. Molar superior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 112. Molar superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) | 113. Molar superior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 123. Segundo premolar superior.—Yacimiento: Depósito lacus- tre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el per- sonal del Museo.) 124. Segundo premolar superior.—Yacimiento: Depósito lacus- tre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el per- sonal del Museo.) 125. Segundo premolar superior.—Yacimiento: Formacion pam- peana. 126. Tercer premolar superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. 127. Molar superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) TOXODON DARWINI, Burmeister. RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS. — De esta especie aún no se conoce el cráneo. Tenemos los dos incisivos supe- riores; éstos son más chicos que en todas las otras especies conocidas. El incisivo interno i1 se parece más al del Toxodon Burmetsteri que al del Toxodon platensis, pero es más angosto y de forma más bien triangular que elíptica, como lo es en la pri- mera especie; tambien la cara anterior es más cóncava. La cara lateral interna es relativamente alta y casi perpendicular; la — 120 — externa y la posterior se juntan hácia el lado del segundo in- cisivo en un canto bastante agudo. El incisivo externo 12, si bien es más angosto que el interno, se parece en los caractéres de la forma de las caras más al del T. platensis que al del T. Burmerster?. Las dos caras ante- riores son convexas como en la primera especie. El esmalte que cubre estas dos caras no llega en la lateral interna hasta el canto de la cara interna y esta última es un poco convexa. Fig. 77 Incisivos de Toxodon Darwini.—ail1,bi2,ci1, vistos por la cara labial. 12 tamaño natural, Hay en el Museo una mandibula inferior en la cual los dos primeros incisivos no se han desarrollado normalmente: son, en cada lado, de diferente forma; pero, por los otros dos inci- sivos, se ve bien que esta mandíbula pertenece al T. Darwinz. Los dos incisivos internos son mucho más angostos y más gruesos que en las especies T. Burmetsteri y T. platensis; la cara superior es ligeramente convexa, en vez de ser cóncava como en estas dos especies. El incisivo externo es relativamente an- cho; la cara superior, cubierta de una angosta faja de esmalte, es cóncava y la cara inferior interna no tiene faja de esmalte en esta mandíbula. Más que en los premolares y molares, que son poco dife- rentes de los de las especies T. Burmeisteri y T. platensis, se diferencia esta especie en la sínfisis, que es muy angosta y las dos ramas de la mandíbula son aquí muy juntas. La cavidad para la lengua, que se ensancha mucho hácia adelante en las otras dos especies, es, en el Toxodon Darwini, tan angosta ade- — MS lante como atrás. La sínfisis, donde se unen las dos ramas man- dibulares, es en las otras especies, en la parte posterior, más alta que adelante; en esta especie es, atrás, completamente baja y se parece mucho más al género Toxodontotherium que al género Toxodon. En general la mandíbula inferior del T. Dariwini tiene un poco de semejanza con el Toxodontotherio. La rama horizontal tambien es baja como en éste y la distancia del alvéolo «el último incisivo al primer molar mucho más corta que en las otras especies de Toxodon. PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON DARWINI 114. Mandíbula inferior de Toxodon Darwini. Los incisivos in- ternos no son normales, pero todos los caractéres indican que pertenecen á esta especie.—Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. Localidad: Salto, Pro- vincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 115. Incisivo externo superior, un interno superior, un interno inferior y un molar superior.—Yacimiento: Depósito de conchillas de la formacion postpampeana. Localidad: La Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionados por el personal del Museo.) Original de la figura 12. 116. Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito de con- chillas de la formacion postpampeana. Localidad: La Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 117. Incisivo externo superior. — Yacimiento: Depósito de con- chillas de la formacion postpampeana. Localidad: La Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) ¡E TOXODON ELONGATUS, Roth RESÚMEN DE CARACTÉRES ESPECÍFICOS. — Fsta especie se dis- tingue fácilmente de las anteriores por tener los incisivos supe- riores mas redondeados. El incisivo interno superior 1 1 es de forma elíptica. La cara anterior, que es cóncava en el T'. Bur- meisteri y T. Darwini, es, en esta especie, aún más convexa que en el 7. platensis. La cara posterior, en algunos indivíduos, es muy cóncava; en otros, menos. El incisivo externo-superior ¡2 es mucho más chico que el interno; las dos caras anteriores iy "OQ Fig. 78 Incisivos superiores de T. elongatus; ai 1, bi 2 vistos por la cara labial. lg tamaño natural. son más redondas que en el 7. Darwin; la cara posterior tam- bien es muy convexa, lo que da al diente una forma bastante redonda. Los premolares superiores son de la misma construc- cion que en las otras especies, pero algo más grandes y los lóbulos posteriores de los dos últimos premolares son desarrollados, Fig. 79 Maxilar superior de T. elongatus visto por la parte inferior. 1, tamaño natural. Los molares son, en diámetro longitudinal, más largos y relativamente más angostos que en las especies anteriores. El pliegue del lóbulo anterior se extiende ménos hácia atrás y por esto el lóbulo del medio del primero y segundo molar parece más ancho. Las ondulacio- nes en la cara anterior son muy marcadas. Los tres incisivos infe- riores son casi de un mismo ancho, siendo el i 7 el de más anchura. Los dos internos son más angostos y más gruesos que en las especies T. Burmeisteri y T. platensis. La cara superior del incisivo externo es cóncava. En las dos mandíbulas que existen en el Museo, no hemos podido descubrir faja de esmalte. En unos incisivos sueltos encontra- dos en el mismo yacimiento que las mandíbulas, hay, en la cara inferior interna, una faja de es- malte; pero como este incisivo del T. elongatus es de la misma construccion que el correspon- diente del 7. Burmeisterí y como se han encontrado tambien en este yacimiento restos del T. Bur- meisteri y T. platensis, pueden per- tenecer estos incisivos sueitos á la especie T. Burmeister. El primer premolar inferior es muy pequeño y las caras ex- ternas é internas son longitudi- nalmente cóncavas; por lo demás, tanto los premolares como los molares inferiores son de la mis- ma construccion que en las otras especies; solamente son un poco Maxilar superior de T. elongatus visto de lado, más delgados. 1, tamaño natural, El cráneo es de forma más prolongada y, en proporcion del largo, más angosta que en las otras especies conocidas. El arco cigomático es más llano y no sobresale tanto como en el Fig. 80 — 124 — T. Burmetstert y T. platensis. El forámen infraorbital es muy chico. in esta parte el cráneo difiere bastante de las otras especies de Toxodon y se parece algo al del Macrauchenio. El arco or- bital anterior, compuesto del hueso yugal y de la apófisis ma- xilar de forma semicilíndrica en el 7. Burmeisteri y T. platensis, es, en el T. elongatus, plana y tiene más de 7 cm. de ancho, mientras que en las primeras dos especies sólo tiene 3 centí- metros. Las partes superiores de los cráneos que hay en el Museo son mal conservadas, lo mismo que la del occiput; ésta pa- rece bastante distinta de la de otras especies; todo el cráneo es más bajo, pero como estas partes no están bien conservadas no se puede dar la forma exacta de ellas. Mandíbula inferior de T. elongatus. 1, tamaño natural. La rama horizontal de la mandíbula inferior es más baja, y la parte anterior, en la cual están plantados los incisivos, es corta, de forma redonda y algo más levantada hácia ade- lante que en todas las otras especies conocidas. El fémur, el rádio, y todos los demás restos del esqueleto de esta especie son mucho más robustos que los correspon- dientes huesos del 7. Burmeisteri, lo que indica que el 7. elon- gatus era un animal mucho más corpulento. 129. 150. 131. 132. 133. 135. 136. 137. 138. 139. — 125 — PIEZAS DE LA ESPECIE TOXODON ELONGATUS Cráneo de Toxodon elongatus. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original de las figuras 79 y 80. Maxilar superior. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cráneo incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Original de la figura 81. . Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam. peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original de la figura 78 a. T. elongatus:— 141 143. 146. 148. 150. 152. Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pum- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo externo superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Ori- ginal de la figura 78 bd. . Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) Original de la figura 22. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Alres. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Premolar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Alres. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) MO T. elongatus:— 155. 156. 169. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. laa nado por el personal del Museo.) . Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Omóplato.—Yacimiento. Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) 2. Atlas. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Cúbito y rádio. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionados por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) 5. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Cúbito. —Yacimiento: Formacion pampeana. — 128 — PIEZAS DEL GÉNERO TOXODON cCuYA ESPECIE NO SE PUEDE DETERMINAR Cráneo de un indivíduo jóven.—Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arre- cifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original de las figuras 1, 3 y 4. Occiput de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) : Parte de un cráneo. — Yacimiento: Formacion pampeana roja. (Coleccionado por el personal del Museo.) Mandíbula inferior de un indivíduo jóven con denticion de leche. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Mandíbula inferior de un indivíduo jóven.—La rama ho- QU rizontal de esta mandíbula es baja como en el T. Dar- wint; pero la sínfisis, donde se unen las dos ramas, es alta como en las especies platensis y Burmeisteri; tambien los incisivos internos se parecen á éstas. El incisivo externo es cóncavo, como el del T. Burmetster?, en la cara superior, pero sin faja de esmalte en la cara inferior interna. A pesar de estas particularidades no nos per- mitimos fundar una especie separada puesto que se trata de una mandíbula de un animal jóven. —Yacimiento: De- pósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Original de las figuras 29, 30 y 31. Mandíbula inferior de indivíduo jóven. — Yacimiento: De- pósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Areco, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior de indivíduo jóven. — Yacimiento: De- pósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Ayacucho. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provin- cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) — 129 — Toxodon:— LY. 180. 181. 182. 184. 157. 188. 189. 190. LL 192. 193 Mandíbula inferior con denticion de leche.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Occiput. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada á Ameghino.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Alres. Maxilar superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Laguna de Vitel, Chascomús, Provincia de Bue- nos Aires. (Comprado á Ameghino.) Mandíbula inferior con denticion de leche. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Luján, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Original de la lámina VIII. Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Mandíbula inferior.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Ayacucho. (Coleccionada por el personal del Museo.) Fragmentos de mandíbula inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionados por el personal del Museo.) Sínfisis mandibular.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Fragmentos de cráneo. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionados por el personal del Museo.) Fragmentos de mandíbula inferior. — Yacimiento: Forma- cion pampeana roja. Tomo VIII. ro — 130 — Toxodon:— 194. 190 196. 197: 198. 199: 200. 201. 202. 203. 204. 203. 206. 207. 208. 209. 210. Fragmentos de mandíbula inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionados por el personal del Museo.) Fragmentos de cráneo.— Yacimiento: Formacion pampeana. Fragmentos de cráneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionados por el personal del Museo.) Maxilar superior. — Yacimiento: Tierra humus; formacion pampeana. Hueso nasal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Fragmentos de maxilar superior con molar de leche. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Original de la figura 15. Cráneo y mandíbula inferior de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. Ori- ginal de la figura 6. (Coleccionados por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana roja. (Comprado á Ameghino.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) ¡ Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal de Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Luján. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provin- cia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) — 131 — Toxodon:— 211. 212 228. Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Luján, Provin- cia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Luján. Incisivo interno inferior. Yacimiento: Formacion pampeana (Comprado á Ameghino.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno superior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo interno inferior. Yacimiento: Formacion pampeana (Comprado á Ameghino.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo ¡interno inferior. Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) Incisivo externo inferior de un animal jóven. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento : Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) — 132 — Toxodon: — 22). 230. 231. 292. 234. 230. 236. 299, Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Insenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la linsenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.-— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo interno inferior.— Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fragmentos de mandíbula inferior con el gérmen de un premolar. —Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Luján, Provincia de Buenos Aires. (Comprado á Ameghino.) Fragmentos de mandíbula inferior con un premolar y dos molares en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Original de la figura 32. Molar superior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. Original de la figura 23. (Comprado á Ame- ghino.) Molar superior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. Original de la figura 21. (Coleccionado por el personal del Museo.) — 133 — Toxodon:— 243. 248. 249. 250. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar superior de leche. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Comprado á Ameghino.) Mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprada á Ameghino.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) : Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Alres. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior.—Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (GCo- leccionado por el personal del Museo.) — 134 — Toxodon: — 260. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com - prado á Ameghino.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) Molar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionado por el personal del Museo.) . Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Molar inferior.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) . Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Colec- cionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana roja. (Coleccionado por el personal del Museo.) Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana (Com- prado á Ameghino.) . Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionado por el personal del Museo.) Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Molar inferior de leche. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Original de la figura 31. Premolar inferior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Dos premolares inferiores. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Dos premolares inferiores. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Premolar inferior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) E Toxodon:— Ñ 279. Incisivo superior.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prado á Ameghino.) 280. Incisivoinferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad : Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. 281. Molar superior. — Yacimiento: Formacion o Com- prado á Ameghino. 282. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Com- prado á Ameghino. 283. Premolar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 284. Fragmentos de maxilar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 285. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Com- 289. 290. 291. 298. 299. prado á Ameghino. Molar superior en desarrollo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) . Premolar superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo. ) Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Premolar inferior.— Localidad : Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Premolar inferior. — (Comprado ú Ameghino.) Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes. Molar superior. — Yacimiento: Depósito de conchillas, for- macion postpampeana. Localidad: La Plata, Provin- cia de Buenos Aires. Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Premolar inferior. — Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Premolar inferior.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) — 136 — Toxodon:— 300. Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) 301. Premolar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana, (Coleccionado por el personal del Museo.) 302. Molar inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionado por el personal del Museo.) 303. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Pergamino, Provincia de Buenos Aires. (Comprado.) 304. Molar superior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionado por el personal del Museo.) 305.-314. Dos fémures, dos tibias, una pelvis incompleta, un atlas, un peroné, un calcáneo, una falange, una vértebra cervical. Todos estos huesos son de un mismo individuo jóven. Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Salto, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionados por el personal del Museo.) 5. Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 316. Fémur. — Yacimiento: «Formacion pampeana. Localidad : Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. 317. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 318. Fémur.— Yacimiento: Pampeano superior, Monte Hermoso. Original de la figura 64. (Coleccionado por el personal del Museo.) 319. Fémur de un indivíduo jóven.—Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 320. Fémur de un individuo jóven.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 321. Fémur de un indivíduo jóven.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 3922. Fémur de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 923. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 321. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 925). Fémur. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. — 137 — Toxodon:— 326. Fémur.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. 327. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. 328. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 32). Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 330). Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Colezcionado por el personal del Museo.) j 3391. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) 392. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Colec- cionado por el personal del Museo.) 399. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 334. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) 3359. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 396. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Alres. (Coleccionado por el personal del Museo.) 337. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. 398. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Musco.) 339. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 340. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 341. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 342. Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) — 138 — Toxodon:— 343. OA Pelvis incompleta. — Yacimiento: Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato incompleto.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Ares. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Altres. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad : Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. Cúbito incompleto. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. — 139 — Toxodon:— 309. 399. 360. 361. 362. 363. 364. 300. 366. Cúbito incompleto. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Atres. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito incompleto.—Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. Tibia incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Tibia incompleta. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos - Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Calcáneo, — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Puerto In- senada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Insenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Formacion pampeana. Puerto Insenada, Pro- vincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana.— Localidad : Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. — Localidad: “nsenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Ensenada, Provincia de Buenos Aires. Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) — 140 — Toxodon: — 313. 314. 316. 311. 378. 381). 381. 380. 386. Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Colec- cionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Imsenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis de un indivíduo jóven.—Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) / Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Omóplato. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) — 141 — Toxodon: — 390. Omóplato de un indivíduo jóven.— Yacimiento: Depósito 391. 392. lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arre- cifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Omóplato de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Omóplato.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) . Omóplato. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Omóplato. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Omóplato. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero. -— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Toxodon:— 409. Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 410. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) 411. Húmero.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 412. Húmero.— Yacimiento: Formacion pampeana roja. (Colec- cionado por el personal del Museo.) 413, Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 414. Húmero. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 415. Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 416. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) 417. Húmero de un indivíduo jóven.— Yacimiento: formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 418. Fémur.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 419. Húmero.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 420. Fémur de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) 421. Húmero.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) 422. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: ¿nsenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleecionado por el personal del Museo.) 423. Fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) 424. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 425. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) USES Toxodon. - 426. Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. 427. Húmero. — Yacimiento: formacion pampeana. Localidad: 430. 432. 436. Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) Húmero. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Iinsenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) | Tibia.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: In- senada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Puerto de la Insenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionada por el personal del Museo.) Costillas. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionadas por el personal del Museo.) Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: En- senada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Peroné. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionado por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Seis vértebras cervicales. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Compradas.) Vértebra cervical.—Yacimiento: Depósito lacustre de la «formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Comprada.) — 144 — Toxodon:— 441. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. 2. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. . Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formación pampeana. Localidad: Ayacucho, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Atlas. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- mación pampeana. — 145 — Toxodon:— 497 458. 463, Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- mación pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal.—Depósito lacustre de la formacion pam- peana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- mación pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Dos vértebras dorsales. — Yacimiento: Formacion pam- peana. (Coleccionadas por el personal del Museo.) . Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- mación pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- mación pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Vértebra dorsul.- Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Musco.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Rio Arrecifes, Provincia Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Colec- cionada por el personal del Museo.) Vértebra cervical. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Tomo VIII, 11 HUB AE Toxodon:— pu. 6 410. 480. 483. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal.— Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Colecionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito, lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionada por el personal del Museo.) ; Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Calcáneo. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Calcáneo.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Calcáneo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Calcáneo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Calcáneo, este es de otra forma que los anteriores. es más ancho y en todo más grande y debe pertenecer á una especie de Toxodon muy grande.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) — 147 — Toxodon:.— 487, 495. 496. 497. 498. 499. 200. 901. 902. 903. 904. Astrágolo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Astrágolo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Astrágolo.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Astrágalo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Astrágolo. — Formacion pampeana. Coleccionado por el personal del Museo. . Astrágolo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Pié anterior con cúbito y rádio. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) | Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo ) — 148 — Toxodon:— 900. 506. 507. 308. 909. 10. 911. 516. Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metlacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Mecarpo.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad : Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aries. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad : Tapalqué, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Bue- nos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Metacarpo.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Metacarpo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) . Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) ' SAA ASAS AAA AAA — 149 — Toxodon:—- 922. Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad : Olivero, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museó.) Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso. — Formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. 4. Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Goleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso. — Formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) — 150 — Toxodon:— 939. 530 DO Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso. — Formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos. Aires. Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso.-- Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Metatarso.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Astrágolo.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Fémur de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fragmento de fémur. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) A A O O a A Ts di E li — 151 — Toxodon:— D06. 964. 905. 966. 969. Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. .(Coleccionado por el personal del Museo.) . Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana, roja. (Coleccionado por el personal del Museo.) 2úbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. Cúbito de un indivíduo jóven. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito de un indivíduo ¡jóven.— Yacimiento: Depósito la- custre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. Localidad: Arroyo Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Cúbito. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Musco.) Rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Toxodon: — OA 534. 590. 991, - 992. Rádio. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Rádio. — Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Colec- cionado por el personal del Museo.) : Rádio. Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Rádio.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Rádio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado á Ameghino.) Rádio. —Yacimiento: Formacion pampeana, roja. Locali- dad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Rádio.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Tibia.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprada.) . Tibia.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. (Comprada.) . Tibia. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Tibia. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. Localidad: Arroyo Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) Tibia. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Tibia. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) —— SRA > — 153 — Toxodon: — 993. Peroné. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) 994. Peroné.— Yacimiento: Formacion pampeana. 995. Peroné. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado á ' Ameghino.) 596. Sacro. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) 997. Sacro. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pam- peana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 098. Vértebra lombar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- mación pampeana. (Coleceionada por el personal del Museo.) 599. Vértebra lombar. Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prada á Ameghino.) 600. Vértebra lombar. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionada por el personal del Museo.) 601. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 602. Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. (Com- prada.) 603. Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 604. Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la - formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 605. Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provin- cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 606. Vértebra caudad.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) 607. Vértebra caudal. — Yacimiento: Formacion pampeana. 608. Vértebra caudal.—Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Comprada.) 609. Vértebra caudal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) 610. Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) 611. Vértebra caudal. —Depósito lacustre de la formacion pam- peana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Comprada.) Tomo VIII, 12 Toxodon:— 612. OLO CL 618. 624. 625. Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Comprada.) Rótula. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- calidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Colec- cionada por el personal del Museo.) Rótula, — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Comprada.) Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Comprada.) . Rótula. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Colec- cionada por el personal del Museo.) . Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Rótula. — Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Com- prada á Ameghino.) . Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) Falange. —Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- calidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacio pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) ap Toxodon:— 630. Falange.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 631. Falange. —Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- calidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Comprada.) 632. Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) 633. Falange.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada 634 635 636 637 638. 639 640 641 por el personal del Museo.) Falange. — Depósito lacustre de la formacion pampeana. Lo- calidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) Falange. — Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. $ Falange. — Formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Pisiforme.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Pisiforme. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Pisiforme. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Escafóides. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Iscafóides. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pambeana. (Comprado.) Escafóides. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Comprado.) Unciforme.—Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Unciforme.— Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Comprado.) Magnum.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Trapecio. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) — Toxodon: — 649. 650. 658. 659. 660. 661. 602. 6653. 664. 665. 666. 667. Hueso de uña. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Huesos sesamóides. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionados por el personal del Museo.) Fragmento de atlas. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fragmento de atlas. — Yacimiento: Formacion pampeana, roja. (Coleccionado por el personal del Museo.) Costillas. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Compradas.) . Fragmento de fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: 'Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Colec- cionado por el personal del Museo.) Fragmento de pelvis. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fragmento de cráneo. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fragmento de maxilar.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fragmento de arco zigomútico.— Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Tibia. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costillas— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionadas por el personal del Museo.) Molde de una falange grande. —(Comprada á Ameghino.) Molde de un calcáneo. — (Comprado á Ameghino.) Fragmento de fémur.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) ; Fragmento de pelvis. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Pro- vincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Esternon. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprado.) Fragmento de mandíbula inferior. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) Fragmento de fémur. — Yacimiento : Formacion pampeana. (Coleccionado por el personal del Museo.) — 157 — Toxodon:— 668. 669. 670. 671. 678. 070: 680. 681. 682. 683. 684. 685. 686. 687. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad : Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Lo- calidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Comprada.) . Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Co- leccionada por el personal del Museo.) . Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. . Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Costilla. —Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Ta- palqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Formacion Pese: (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. Vértebra dorsal. — Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Formacion pampeana. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) — 158 — Toxodon: — 688. 689. 690. 695. 696. 697. 698. 701. 702, Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Co- leccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Costilla. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) 2. Omóplato.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) Vértebra dorsal. — Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. . Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provin- cia de Buenos Aires. (Coleccionada por el. personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Yacimiento : Formacion pampeana, Loca- lidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. —Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal.—Yacimiento: Formacion pampeana. Loca- lidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Vértebra dorsal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) Falange.—Yacimiento: Formacion pampeana. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Pelvis. —Yacimiento: Formacion pampeana. (Donacion) Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Donacion.) 5 MBA 0 A O OR A di is dsc: isc. 0 Toxodon: — 706. Fémur.— Yacimiento: Formacion pampeana. (Comprado.) 7107. Rótula. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. (Donacion). 708. Tibia y peroné. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. (Comprada.) 709. Tibia y peroné.—Formacion pampeana. (Donacion.) 710. Pié posterior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. (Donacion.) 711. Hueso anular. — Yacimiento: Depósito lacustre de la forma- cion pampeana. Localidad: Tapalqué, Provincia de Buenos Aires. Original de la figura 53. (Coleccionado por el per- sonal del Museo.) 7112. Premolar. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 7115. Molar inferior.—Yacimiento: Formacion pampeana. Locali- 716. 718. pares 7120. 1 , (9) dad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) Vértebra caudal. — Yacimiento: Depósito lacustre de la for- macion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) . Vértebra lumbar. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) Metatarso. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) . Metatarso. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) | Metatarso. —Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Metacarpo. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Unciforme.— Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) Incisivo superior. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Pro- vincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) E Toxodon:— 723. Incisivo superior externo.—Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Arroyo del Medio, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 724. Incisivo superior externo. — Yacimiento: Formacion pam- peana. Localidad: Rio Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 725. Vértebra cervical. — Yacimiento: Depósito lacustre de la formacion pampeana. Localidad: Mercedes, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionada por el personal del Museo.) 726. Calcáneo. — Yacimiento: Formacion pampeana. Localidad: Rio Lujan, Provincia de Buenos Aires. (Coleccionado por el personal del Museo.) 7127. Cráneo.—Yacimiento: Depósito lacustre. Localidad: Puerto de la Ensenada, Provincia de Buenos Aires. (Coleccio- nado por el personal del Museo.) j OASAR TIO SAMATIVA 1 "pe1m3eu oueure] (975191 ANE] UOPOX A OL Pp 01319nbs5] "| UNI] —eIpOpOxO |, —“INOY *8 YIUI Y 9) OSM [op SoñoJpye9 A RA OASAW TIA SAMATIVIL e/ *¡61M3eu oueue] */ OPt] 9p OJSIA 2149] S19WANE UOPOXO J 9p Out Io) bis OISAMW TIA SAMATIVIL "pemieu oueure) */, 1OLIOdOS OPY[ [9P OISIA 2.975194ME] UOPOXO,[, DP ODUPIT) ar AS MA e , Mo OS "¡y VU yy — ep 0poxO y, "LOS "PJYJg Y A) OISUL Jo) SOBOJP e? a E AA AA ei npinet. nana OUSANW TIA SAUITIVIL *—esmyeu oueure) €/, JOIJ9JUI OPY] [9P OJSIA 2.97S10INEJ UOPOXO,L DP OQURIT) A | AO “E » o ra To A OASAWX TIA SIMATIVI “Je4meu oueue */, 1OLI9JUI OPY[ [9P OISIA 2.L97519U.INEJ UOPOXO,| DP OJUPIT) AO UA AE AA Ms A >” OIASAW TAA SAUATIVIL *permeu oueuer */, JOLI9JUL OP] [9P OISIA 2.97S19WANEJ UOPOXO | DP OJURIT) eS A ——- pa "EPPIA 199 098 Jop SOBO Ie) E 1 Dre e PA $3 ed eS ETA] A SAN e EAS OSSAK “TIA SAUATIV.L "JJ PULL] — PI MO pOxO | — OY AS [jermeu oueurey */ = 1 OPY] AP PISIA 2.497529Ut.4NEJ] UOPOXO [ DP 1O1193UL P]NQIpuey "PIYIA Y 9 OASMIN JOP SODONRIRA JASAM TIO SAMA TIVA (Sud) J¡ejowald 199.191 [op UduJoa (6 pr ¿(Tup) oyo] 9p 1ejou Jouid Jop z1ex (6 “Se10J sooJeJ sep ouon “(Pup) 3949] 9p 1ejota ounin (8 *O]JOJIeS9P Ud OUILURO (+ “(Gud) 1ejowmoid opungos (L *OJJOJJESIP UY (E1) OANIUYJIP OAISIDUL 10191 (€ *9499] 9P "9$eq P| Ud OPeJtos *z1e1U09 ($1p) 9499] 9P OAISIDUL J0DJO1 (Z Jejow opungas ¡pop aueze¡du (lud) ejouid Jouiid (9 (31) OAMIUYIP OaIsIiDu1r Opun$os (1 “permie4u ouBue] * ¿1 UdAQÍ ONPIAIPUL UN AP UOPOXO L IP JO1I9U1 P]OQIPUEIN A “EDI Y Ap OSMA [ap SOBOJE Iwo Enmneracion sistemática y distribucion geográfica DE LOS REPTILES ARGENTINOS UL TIOAESO SIONES ESA NATURALISTA VIAJERO DEL MUSEO DE LA PLATA Este trabajo está basado sobre la clasificacion exacta de los numerosos reptiles reunidos hasta ahora en las colecciones del Museo de La Plata y en los demás establecimientos científicos de la República. El material que se ha reunido en este Museo, se debe á los viajes de exploracion que cada año realiza el personal del es- tablecimiento á diferentes comarcas de las vastas regiones de la República, de donde, entre otras cosas, tambien reunen rep- tiles que despues traen, en más ó menos buen estado, de sus excursiones. Hasta ahora era muy poco lo que se había publicado sobre los reptiles de la República Argentina y no existía ningun com- pendio para dar una idea de lo que posee en este ramo la fauna argentina, pero gracias á mis contínuos estudios espe- ciales sobre los reptiles argentinos, de los cuales me ocupo desde hace años, puedo ahora presentar con este trabajo una ojeada bastante completa sobre esta clase de vertebrados del país, cuyas especies ascienden á un número considerable, igno- rado hasta ahora; siendo el de las lagartijas 59, y el de las serpientes 72 especies diferentes. Si consideramos la distribucion geográfica de los reptiles, debemos designar como zona peculiar ó propia al país la de Tomo VIII. 3 — 162 — toda la Patagonia, la parte sud de la Provincia de Buenos Ai- res, la Gobernacion de la Pampa Central, las provincias de Mendoza, San Luis, Córdoba, San Juan, La Rioja, Santiago del Estero, Catamarca y, probablemente, el Chaco occidental; mientras que en las demás provincias limítrofes con otros es- tados sud-americanos, predomina la fauna del país vecino; como la fauna brasilera en Misiones, Corrientes, Entre Rios, Gran Chaco, Santa Fé, y la parte septentrional de la Provincia de Buenos Aires que se extiende á lo largo del rio Paraná y del de la Plata. Especies bolivianas predominan en las provincias de Jujuy, Salta y en el norte del Gran Chaco, así como la fauna chi- lena se halla bastante bien representada en el territorio del Neuquen. Es natural que las regiones subtropicales sean.tambien las más ricas en especies, disminuyendo su número á medida que aumenta la latitud; así que en el territorio de Santa Cruz y Tierra del Fuego, ya no se hallan más serpientes (*), siendo únicamente algunas especies de lagartijas los reptiles de aquella region. La parte oriental del territorio del Chubut es la extrema re- gion de las serpientes, y la Gobernacion del Rio Negro la de las tortugas terrestres. En cuanto corresponde á los saurios grandes, dos especies de caimanes ó yacarés, habitan la region subtropical de la Re- pública. Considerando la region propia del país, tengo que dividirla en dos grupos: en region patagónica, á la cual corresponden toda la Patagonia, Neuquen, Pampa Central, la parte sud de la Provincia de Buenos Aires, toda la provincia de Mendoza y San Juan y la parte occidental de La Rioja y Catamarca, la que se halla en una altura considerable sobre el mar á lo largo de la Cordillera; y en la region central, á la cual pertenece lo demás de la region propia del país. De lo expuesto anteriormente resulta que la República Argen- tina posee tres regiones principales, que son la region patagó- nica, la region central, y la region de la fauna extranjera. Pero como las provincias que quedan en la zona de la region central no han sido todavía bien exploradas, hay que mirar esta region por lo primero como provisoria. (*) En el territorio de Santa Cruz ha sido hallada una sola vez una ví- bora, Lachesis ammodytoides (Leyb.) Bler. en el Puerto Deseado. A A LAGARTOS 22 23 1. Homonota Whitei Blgr. 9JA 2. Gymnodactylus horridus Burm. 3. Anisolepis argentinus Koslowsky | 95 4. Anisolepis Bruchi Koslowsky 26 5. Urostrophus scapulatus (Bur.) Bg. | oy 6. Liosaurus Belli D. B. 98 7. 1d. Darwini (Bell) Ios. S. » fasciatus D'Orb. 9. » catamarcensis Kos. 10. Liolaemus gracilis (Bell) Bler. 29 11. Id. magellanicus(Hombr.yJ.) Bar. | 30 12. » Kingi (Bell) Gray 31 13. » Fitzingeri (D. B.) Gray 32 14. » elongatus Koslowsky 39. 15. » D'Orbignyi Koslowsky 34. 16. » Darwini (Bell) Gray 90. 17. » ornatus Koslowsky 96. 18. » Boulengeri Koslowsky 37. 19. » Rothi Koslowsky 98. 20. » anomalus Koslowsky 39. 21. » multimaculatus(D. B.) Fitz. 40. — 163 — Exclusivamente peculiares á la República Argentina son los siguientes 40 reptiles: . Phymaturus patagonicus Kos. . Tupinambis rufescens (Gthr.) Blg. . Cnemidophorus longicauda (Bell) Bocourt . Amphisbaena plumbea Gray . Id. angustifrons Cope . Lepidosternon phocaena D. B. . Id. Boettgeri Blgar. SERPIENTES . Boa occidentalis Ph. . Lystrophissemicinctus(D. B.) Ber. . Rhadinaea elegantissima Kos. . Id. sagittifera (Jan.) Bler. » modesta Koslowsky Oxyrhopus labialis Jan Rhinostoma vittatum Bler. Pseudotomodon mendozinus Kos. Philodryas Burmeisteri Jan Id. Barony Berg Elapomorphus bilineatus D. B. Lachesis ammodytoides (L.) Bar. Encuentro oportuno presentar una lista de los reptiles cuyas especies se hallan tambien en el Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile. > 5 EXSAPAE GATES E 3 Z 7 = E S E 2 E de A 1 HOMOnSta Darin BIS sola eos caes » — — | — =— 2 Phyllopezus Przewalskiil Koslowsky. .......... — » E — — 3 ROINCARUStacUtrostrls Pi duren aos —= » » — = 4 Stenocercustroserventreis D. Boo. »eosares. — — — » — ES Prolaemus chilensis (Less) Fltzo. meros esoo — = — — » 6 » LEPIBISCACUS CA atada == » si » Stanton (Gu) BISCI taa, os => — — — » 8 » AE (MIA poco naa — — — — » 9 » nigromaculatus (Wieg.) Gray ..... — == — — » 10 » PIctusi(DIB A EI. asados 02 — — — — » e » TEMIDO AB OR ELEZ caa rraoss — => == — » q » Wiesmann DB LV a lat » — —- —=- E e » Ai A ACA odon — — — ? » 14 Saccodeira pectinata (D. B.) Blgr........... fa — _—- — p ES » azures (MulleriaBlol: tas atea ts » » P —. =- 16 Tropidurus spinulosus (Cope) Boettg. ....... — » » == == 7 » torquatus Wied sasstd ones oso — » » = == 18 » MISPIdUSIMO DO) Peter dla — » » — — NÚMERO VNuoUwNs NV ..00 x=) b V y» a |] b e [o OD u o ¡[e 15) 33 — 164 — ESPE GEES Phymaturus palluma (Mol.) GraV. . ......o.. Ophiodes striatus (Spix) Wap » vertebralis BOCQUL AAN (DUpinambisiesuran BN Ameiva ameiva (L.) Koslowsky.........oo... Cnemidophorus ocellifer (Spix) Peters ....... » lacertordes DD ¡TerusiteyoL DA iaa Pantodactylus Schreibersi (Wieg.) Blgr..... .. 'Arophisbacna DaryiniDB a ANOS EI ti Mabula QorSivibtata Opel ie » frenata (Cope) BocoLT e HelminthopbisPprerncty bl Dyphlopsireticoltus iD Glauconia albifrons (Wagl.) Blgr. ............ Epicrates conca O o EUnectes MUCnus CA Boa constricto Ln era Helicops carinicauda (Wied) Wagl .........- » leopardinus(Schles Drymobius bifossatus (Raddi) Blgr............ Spilotes. pullatos LE) Wasl ns cla Herpetodryas sexcarinatus (Wagl.) Blgr....... » CALIDAtUS AA ES COCO Leptophis liocercus (Wied) D.B. .0.o.o.oomo... Liophis poecilogyrus (Wied) Jan.. ........... » almadensis (Wagl.) COpe . ........... » EPA lso ae » VitIdisS Gtia e esa de a ela Cyclagrasisigas (DEB) CODE A XENON » Mere IAB a Lystrophis D*Orbignyi (D. B.) Cope.... ..... » HIStrUcUs TA 'APoropbhis lineatus (LA) (Cope » Hayifrenatus Copa Rhadinaea anomala (Gthr.) Blgr ........ ..... » fuscar (Cope) Bla » Merremi (Wied) Blc » Jaegeri((Gthr) bles OLD ÍSÓ » genimaculata (Boettg.) Blgr........ » ObtusaC Opa Maia Ao » poecilopozon Copa » occipital (Ja Bl Dimades plcatlis (AG aa Oxyrhopus rhombifer D. B............ 100 » petolantas (LD ED ia aaa » PIANO » cloeka (Daud.) Gthr.....c.... Side » occipitolutens (D. B.) Blgr......... » TUCU COP aaa mat e .... URUGUAY >» BRASIL PARAGUAY BOLIVIA CHILE E 2 a a S < 2 y ESPECIES E 2 3 - - E E E z E - po | a 71 MISYTUOpus maculatus: BIST aer y alos ono » — == == == 92 Thamnodynastes Nattereri (Mikan) Gthr. ..... » » » » == 73 Tachymenis peruviana (Wiegm.) Blgr.. ...... — =-- - » » 74 omtodon occllatos DB ira coa » » » — — TO Pseudablabes Agassizi (Jan) BÍgr..... ........ » » — — = 76 Phylodryas aestivus (Schleg.) Gthr........... » » » o — 77 » Oltersió(lichto) Gta » » » » en 78 » Schotti (Schleg.) Gthr ............ » » » — = 79 » psammophideus Gthr ......... qa » » » » — 80 Homalocranium melanocephaluM.............. — » » » — 81 Elapomoius dimidiatus (Jan) BÍ8r.,.........-- — » » — — 82 PAApomorphus trucolon DI Beta. dl a » » » » — 83 » CAMISAS AD asta » » » — — 84 NES WAGHE Soorrrovo cos DOPDODOUAS » » » ? — 85 » CONTA SDE oo sata ds » » » » — 86 7 IN ACA do a ORO OOO » » » » — 87 Leptognathus ventrimaculata Blgr............. — » » — — 88 » eE (Ct cosa Roocan — » » » — 89 Lachesis alternatus (D. B.) Blgr.......... SDE » » » == — go » Neo wiedi(Waglo)eBleriiad jes re » » » — 91 (Mrotaluskternicus (Lau) COP atte ? » » » — 92 Caiman latirostris (Daud.) Blgr............... » » » ? — 93 » SElero pS SCAneld DI tos » » » » — 94 Dermochelys coriacea (L.) Blgr.. OA » » — — » 95 estado ktabilata Malo e e altos ape eee ls == » » » — 96 » MA o SO SOS » = =- — == 97 (nnelonsimaydas al BOT edo aos deis » » — —. » 98 Hydromedusa Maximiliani (Mikan) Gray. .... P » » — — 99 » teca COn aa o » » » » —- 100 EIVUTAspIS ari DIAB NN EOTAY a aa » » » » —- ' 03 82 5 37 13 De estos cuadros resulta que la República Argentina posee ciento cuarenta especies de reptiles, de las cuales cien se encuen- tran tambien en otros países. Ord. Subord. LACERTILIA LACERTILIA VERA Fam. GECKONIDAE Gen. HOMONOTA Gray Habita la República Argentina y el Uruguay. -1, Homonota Darwini Blgr. Esta especie habita, principalmente, la Patagonia; donde más frecuentemente ha sido hallada es en el territorio del Chu- — 166 — but; en casos aislados ha sido tambien observada en la parte oriental de la provincia de Buenos Aires, en las sierras de la Ventana, Tandil y Balcarce y hasta en la República del Uruguay, cerca de Montevideo. En los ejemplares que he examinado de esta especie y que proceden todos del Chubut y del territorio de Santa Cruz, hallo en todos los indivíduos, cuyas colas no son reproducidas, una hilera de escamas grandes, debajo de la cola; esta hilera falta Ó está interrumpida cuando aquel miem- bro está reproducido. Iósta hilera subcaudal que fué indicada por el señor Boulenger como particularidad de la H. WHhitei, es más bien un carácter genérico que específico. 2. Homonota Whitei Blor. Hasta ahora se conoce esta especie de pocos ejemplares ha- llados en las provincias de Córdoba y Rioja. Seguramente será nada más que una variedad de la especie precedente. Gen. GYMNODACTYLUS Spix Habita el sud de Europa, Asia Meridional, Australia, las islas del Pacífico y la América tropical. 3. Gymnodactylus horridus Burn. Vive en las provincias de Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza. Gen. PHYLLOPEZUS Peters Habita el Brasil, Paraguay y la República Argentina. 4. Phyllopezus Przewalskii Koslowsky. —«Revista del Museo de La Plata» NOR Ei JE Esta especie descripta de la provincia de Matto-Grosso (Bra- sil), vive tambien en nuestro país; un ejemplar cazado en la provincia de Corrientes se conserva en el gabinete de História Natural de la Universidad de Buenos Aires. Fam. IGUANIDAE Gen. POLYCHRUS Cuv. Habita la América tropical. 5. Polychrus acutirostris Spix. Esta lagartija, poco comun, se halla en el Gran Chaco, Mi- siones y Corrientes; además en las repúblicas del Paraguay y Brasil. Entre los ejemplares recogidos en territorio argentino, iS Perlas «e . PIP A e — 167 — hay individuos que carecen por completo de dibujos sobre el cuerpo y otros que poseen fajas y tiznes negros, las que for- man un bonito dibujo jaspeado sobre el color gris, amarillento ó moreno del cuerpo. sen. ANISOLEPIS Ber. Habita en el Brasil, Paraguay y República Argentina. 6. Anisolepis argentinus Koslowsky.—«Revista del Museo de La Plata», AN a 419 dám. IL Esta especie ha sido descripta como procedente de la Sierra de la Ventana en la provincia de Buenos Aires, pero debo rectificar la patria de esta interesante lagartija, pues es el territorio de Misiones. En el Gabinete de Historia Natural de la Universidad de Buenos Aires, se halla un ejemplar de la misma especie y que fué coleccionado por mi buen amigo el señor Gustavo Niderlein en el territorio de Misiones. Il ejem- plar típico se conserva en el Museo de La Plata. 7. Anisolepis Bruchi Koslowsky.—«Revista del Museo de La Plata», t. VI, p. 417, lám. 1. El ejemplar típico se conserva en este Museo y fué colec- cionado en Punta Lara, cerca de La Plata, en la provincia de Buenos Aires. Gen. UROSTROPHKUS ). B. Habita Sud América. S. Urostrophus scapulatus (Burm.) Blgr. La especie habita las montañas de la Sierra de la Ventana en la provincia de Buenos Aires y las sierras de las provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca y seguramente tambien, las de Córdoba y San Luis. Gen. LIOSAURUS D. B. Leiosaurus D. B. IV. p. 241 (1837).—Diplolaemus Bell, Zool. Beagle, Rept. p.19(1843).— Pristidactylus Fitz. Syst. Rept. p. 58 (1843) —-Ptenodactylus Gray, Cat. Liz. p. 224(1845). Los supuestos géneros Pristidactylus y Diplolaemus son. idén- ticos con el género Liosaurus, y han podido figurar hasta ahora solamente por la falta de material de comparacion. Tengo dos ejemplares del L. fasciatus y unos veinte del L. Darwini é igual número del L. Belli; siendo los primeros un ejemplar muy adulto y el otro jóven, y los de las otras especies, indivíduos de todas — 168 — edades. Puedo constatar que los dientes laterales en las tres es- pecies son tricúspidos, lo que se ve bien en todos los indivíduos jóvenes, teniendo los ejemplares viejos sus cúspides gastadas, viéndose, por lo mismo en ellos, dientes con coronas subesfé- ricas. In las tres especies hay solamente un verdadero pliegue gular que demuestra las pequenas escamas granulares que se hallan en la parte plegada; si hay otro pliegue delante del verdadero. no es más que casual y no está provisto con esca- mas menores, si no que son del mismo tamaño que las demás de la garganta. Las tres especies pueden poseer escamas infra- digitales carinadas ó lisas. (El ejemplar adulto del L. fasciatus posee en la extremidad de los dedos escamas infradigitales tri- carinadas, mientras que las demás infradigitales son lisas; el ejemplar jóven posee todas las infradigitales lisas. Ejemplares del E Belle, coleccionados en Neuquen y Rio Negro, poseen en todas las escamas infradigitales una pronunciada quilla, mien- tras las que proceden del Chubut las tienen lisas). Bell indica como importante carácter para el género Daplo- laemus las placas Ó escamas infraorbitales, de las cuales, dice, hay tres unidas y forman una sola placa larga como la hay en el género Liolaemus, mientras que en el género Liosaurus están todas infraorbitales separadas y casi de igual tamaño entre sí. Lo que puedo afirmar, es que no existe ninguna dife- rencia en las tres especies respecto de sus placas infraorbitales; éstas pueden estar unidas ó separadas en cada una de estas tres , especies y hasta en un solo individuo que posee sobre un lado de la cabeza escamas bien separadas y sobre el otro lado varias placas unidas. El otro y principal carácter que indica Bell para su nuevo género, es la falta de dientes palatinos, pero que nunca puede ser suficiente para la creacion de un género dis- tinto, sinó de unu especie, si la existencia ó no existencia de dientes palatinos es constante. Los dientes palatinos en el Z. Belli no tienen una cantidad fija, sinó muy variable; hasta he encontrado en un indivíduo adulto un solo diente pterigoides, y por lo tanto puede haber indivíduos que carezcan por com- pleto de ellos. “ste género habita Chile y la República Argentina. ). Liosaurus fasciatus 1) Orb. “sta especie es bustante rara y se parece mucho al L. Dar- wins, del cual se distingue por la cola más larga, por la exis- tencia de dientes pterigoideos y por la negra faja verticalmente colocada delante del hombro; excepto esta faja, se asemejan Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VITI. KOSLOWSKY': Enumeración sistemática— Lám. 1. A A +4) iia a Lear, A Liolaemus catamarcensis Kosl. n. sp. TALLERES DEL MUSEO — 169 — los dibujos del dorso' y cabeza á los del L£. Darwin. Este Museo posee dos ejemplares: uno muy adulto con cola repro- ducida que proviene del territorio del Rio Negro, y el otro jóven coleccionado en el territorio del Neuquen. Las medidas del indivíduo jóven son las siguientes: cabeza, con cuerpo hasta el ano, 74 mm.; cola, 87; extremidad anterior, 31; extremidad posterior, 46 milímetros. 10. Liosaurus Darwini (Beli) Koslowsky El dibujo del dorso en esta especie está formado por fajas transversales de color negro ó requemado, Ó solamente por manchitas redondas del mismo color y que están arregladas del mismo modo, siendo el color del cuerpo un gris claro, oli- váceo, verdoso, azulado, salpicado con puntitos y tiznes irregu- lares de color requemado, las que forman complejos ó están separadas, habiendo, además manchas de color carmin sobre la cabeza, y en la parte posterior de las fajas oscuras del dorso. Por abajo es el cuerpo, en general, blanco é inmaculado. El animalito vive en toda la Patagonia, Neuquen y provincia de Mendoza. 11. Liosaurus Belli D. B. Los dibujos en esta especie son muy constantes y no he observado ninguna variacion en su forma, solamente que el color de ellos es más negro ó algo más claro que en general. Ejemplares procedentes del territorio de Rio Negro poseen una quilla bien pronunciada en las escamas infradigitales. Habita los territorios de Santa Cruz, Chubut, Rio Negro, Neuquen, Mendoza, San Juan y Rioja. 12. Liosaurus catamarcensis ltoslowski n. sp., lám. l. Aspecto general suelto y menos macizo que las otras espe- cies de este género. Cabeza más larga que ancha; hocico muy corto, convexo, con el canthus rostralis corto, pero bien pro- nunciado; las narices mucho más cerca á la punta del hocico que á las aberturas de los ojos; abertura de las orejas oval vertical y más pequeña que la abertura de los ojos. Por la garganta corre un pliegue transversal. Kscamas sobre la cabeza muy convexas y subpiramidales sobre el hocico y entre las supraoculares, las que son las más grandes, occipitales peque- ñas, pero más grandes que las supraoculares que disminuyen poco á poco desde el borde interorbital hácia el borde supra- ciliar; infraorbitales forman una hilera de escamas iguales en- tre sí, la que continúa sobre la region temporal; escamas E E labiales pequeñas y en número de diecisiete á veinte sobre el lábio superior y de diecisiete á diecinueve sobre el inferior; no hay escama rostral, sinó que las labiales continúan interrum- pidas y son sobre el rostro más pequeñas; escama mental de forma pentagonal ó heptangular. Escamas dorsales peque- ñas, uniformes, no imbricadas, granulares y casi todas pro- vistas con una punta dirigida hácia atrás; las ventrales más grandes, lisas, redondeadas ó subcuadrangulares y subimbri- cadas. Las extremidades algo más largas que en las otras especies; la pierna posterior doblada á lo largo del cuerpo, alcanza bien la oreja; dedos algo comprimidos con tricarinadas escamas infradigitales (las quillas están bien pronunciadas). Sobre cada lado del dorso corre un fino pliegue longitudinal. El color, por encima del cuerpo es gris claro ó rojizo, con man- chas negruzcas sobre la cabeza de igual dibujo que en el L. Belli; las manchas sobre el dorso son husiformes, con los lados dilatados y arregladas en una hilera sobre la region ver- tebral: los costados del cuerpo están provistos con manchitas negruzcas arregladas en fajas verticales, de igual manera que en el £. Belli; la cola está provista con fajas negruzcas ó re- quemadas, que son más anchas que los interspacios; por abajo es el cuerpo de un gris blanquizco, salpicado con pequeños tiznes negros sobre la garganta, pecho y extremidades. Hay dientes pterigoídeos y los laterales son tricúspidos. Largo total, 190 mm.; cabeza, hasta el borde anterior de la oreja, 24; ancho de la cabeza, 19; cuerpo con cabeza, hasta el ano, 85; cola, 105; extremidad anterior, 37; extremidad poste- rior, 52 milímetros. Patria: provincia de Catamarca. sta especie interesante y bien diferente de las conocidas fué coleccionada, en dos ejemplares, en la provincia de Cata- marca por el señor Carlos Bruch, que exploraba en este año aquellas comarcas. Gen. STENOCERCUS )). Bb. Habita Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina. 13. Stenocercus roseiventris D. B. Esta especie vive en la provincia de Salta, de donde proce- den los ejemplares de la coleccion de este Museo; además en Yungas, en Bolivia. — 171 — Gen. LOLAEMUS Wiegm. A los sinónimos del género Liolaemus tengo que agregar el supuesto género Helocephalus Ph. No encuentro ningun carác- ter bastante importante para separar el Helocephalus nigriceps Ph. de los Liolaemus, de los cuales se diferencia como especie, pero nunca como género. No conozco el ejemplar típico que sirvió al doctor Philippi para la creacion del género Helocephalus, pero tengo á la vista tres ejemplares de Catamarca, de los cuales uno muy adulto, que concuerda bien con la descripcion del autor, excepto unas pequeñas diferencias de que no se ha apercibido ó que por casualidad no ha poseido el ejemplar típico; estas consisten en que las escamas supraoculares poseen una hilera de cinco á seis escamas mayores como en las demás especies del género Liolaemus y que las escamas de la cola poseen una quilla bien visible aunque no bien desarrollada; las escamas sobre el dorso son lisas, pero siempre imbricadas y se nota en una y otra escama un pequeño tubérculo que indica que las quillas han existido, pero cuyo carácter ha degenerado; toda la forma y el aspecto del animal es el del género Liolaemus y si las esca- mas sobre la cabeza son muy convexas en el indivíduo viejo, poseen los ejemplares menos adultos escamas más llanas como otras especies del mismo género. La region habitada por el género Liolaemus se extiende del Estrecho de Magallanes hasta el Perú y abarca toda la República Argentina, Chile, Uruguay y la provincia de Rio Grande do Sul, en el Brasil. 14. Liolaemus chilensis (Less.) Fitz. Vive en la República de Chile y en la Gobernacion del Neuquen. 15. Liolaemus lemniscatus Gray. Esta especie vive en la provincia de Mendoza, territorio del Neuquen v en la República de Chile. 16. Liolaemus Stantoni Gir. Il señor Carlos Bruch coleccionó en este año seis ejempla- res de esta interesante especie en Catamarca, la cual fué creada sobre un ejemplar jóven hallado cerca de Santiago de Chile; como encuentro que los ejemplares adultos son algo diferentes que el ejemplar típico, daré una breve descripcion de la espe- cie, que parece ser muy rara, á pesar que el señor Bruch ha sido afortunado de hallar el número mencionado entre varios cientos de otras lagartijas recolectadas por él. Cuerpo redondeado, suelto y pequeño. Narices colocadas late- ralmente. Fscamas sobre la cabeza lisas, ó muy poco rugosas y algo grandes; hay una asimétrica frontal, separada de las interparietales por dos frontaparietales; interparietal mucho más pequeño que las parietales; hay una série de tres ó cuatro es- camas mayores en las supraoculares; entre' las labiales y la infraorbital hay una sola hilera de escamas; temporales bien carinadas; sobre el borde anterior de la oreja hay una sola es- cama proeminente y el borde supero-anterior está formado por una escama algo mayor que las precedentes temporales. Los costados del cuello no poseen pliegues y están cubiertos con escamas carinadas, como sobre el dorso, pero más pequeñas. Escamas dorsales grandes, imbricadas, romboidales y fuerte- mente carinadas; las quillas forman líneas contínuas y termi- nan en una punta; escamas laterales iguales á las del dorso; las ventrales tan grandes que las dorsales, imbricadas, romboi- dales y arregladas en hileras transversales y longitudinales que convergen hácia adelante; hay 32 á 34 escamas alrededor del cuerpo. La extremidad posterior doblada á lo largo del cuerpo, llega, en el macho, hasta la mitad del espacio entre oreja y hombro, mientras que en las hembras llega hasta el axila. La parte posterior del muslo está cubierta con muy pequeñas es- camas uniformes. El macho posee cuatro poros anales. Cola cilíndrica y delgada y dos y medio ó dos veces tan larga que ca- beza con cuerpo; escamas de la cola parecidas á las del dorso en su primera parte, pero no tan grandes; las demás disminuyen poco á poco hasta ser muy pequeñas. Por encima, de un color bruno ó requemado oliváceo, con dos líneas blancas ó amarillen- tas sobre los costados del cuerpo, las que tambien pueden estar representadas solamente por algunas puntitas blancas esparcidas é irregularmente colocadas; la línea superior principia sobre la nuca y va perdiéndose antes de llegar á la altura de la extre- midad posterior; la inferior principia sobre el borde superior de la oreja ó desde la extremidad anterior y va hasta la ingle; el espacio entre las dos líneas es de color bien negro ó está llenado solamente por manchas negras con puntitas blancas; en los indivíduos masculinos es el espacio interlineal sobre el cuello de un rojo ferrugíneo, igual color hay abajo de la línea inferior en el mismo sexo; el dorso es de un solo color 6 á cada lado de la region vertebral hay pequeñas manchas negras diagonalmente colocadas; por abajo de un color blanco bru- náceo con débil reflexion metálica rosada ó dorada. Largo total, 165 milímetros; cabeza, 12; ancho de la cabeza 85; cuerpo, 36; » e E cola, 117; extremidad anterior, 17; extremidad posterior, 29 milí- metros. Patria: provincia de Catamarca y Chile. 17. Liolaemus gracilis (Bell) Blor. lista especie vive en toda la Patagonia y en las provincias de Tucuman, Salta y Jujuy. 18. Liolaemus cyanogaster (1. B.) Fitz. El L. Bibroni (Bell) Gray, tengo que considerarlo como sinó- nimo del £. eyanogaster. Todos los caractéres indicados para el L. Bibromi posee tambien el L. eyanogaster y las diferencias ha- lladas son individuales y no específicas; así las escamas de la cabeza pueden ser rugosas ó lisas, las temporales poseer quillas ó carecer aparentemente de ellas; el número de las escamas alrededor del cuerpo, varía de 40 á 48; el color es tambien en esta especie muy variable. Los ejemplares que me han servido para la comparacion de las supuestas especies, proceden de los territorios del Chubut y del Neuquen, poseyendo los indi- víduos procedentes del Neuquen los colores típicos del L. eyano- gaster, mientras que los del Chubut tienen un color parduzco, gris ú oliváceo. Esta especie habita los territorios de Santa Cruz, Chubut, Rio Negro, Neuquen y república de Chile. 19. Liolaemus nigromaculatus (Wiegm.) Gray Habita la provincia de Catamarca, el desierto de Atacama y Chile. 20. Liolaemus magellanicus (Hombr. v Jacq.) Blgr.—£iolaemus lineoma- culatus Blgr. Esta especie habita toda la Patagonia desde el Hstrecho de Magallanes hasta el territorio del Neuquen, con excepcion, pro- bablemente, del territorio del Rio Negro. El L. lineomaculatus es solamente una variedad, cuyas escamas varían en tamano y forma como en las demás especies del género Liolaemus. 21. Liolaemus Kingi (Bell) Gray Vive en los territorios de Santa Cruz, Chubut, Neuquen y república de Chile. 22. Liolaemus Fitzingeri (D. B.) Gray Muy parecida á la especie anterior, pero de aspecto menos pesado, la mayor parte de ejemplares de esta especie poseen dos hileras de escamas interorbitales. 1l dibujo es muy variado, entre el cual una bonita variacion presenta sobre un fondo de verde claro dos ó cuatro hileras de manchas redondas, ana- lb ranjadas ó de un rojo ferrugíneo; otros hay de un verde es- meralda con toda la cabeza de un negro profundo. Habita los territorios de Santa Cruz, Chubut, Rio Negro, Neuquen, Mendoza y república de Chile. 23. Liolaemus pictus (D. B.) Fitz. : Esta especie, que se conocía hasta ahora solamente en la república de Chile, se ha coleccionado tambien en el territorio del Neuquen. 24. Liolaemus elongatus Koslowsky Vive en los territorios del Chubut, Neuquen y Mendoza. 25. Liolaemus tenuis (D. B.) Fitz. Este año se coleccionó esta especie por primera vez en terri- torio argentino, por el señor R. Hauthal en los bosques que circundan el volcan Lanin, cerca de Junin, en la Gobernacion de Neuquen; hasta ahora se conocía esta lagartija solamente en la república de Chile. 26. Liolaemus D'Orbignyi Koslowski n. sp., lím. Il. De aspecto general áspero, con cuerpo robusto y algo depri- mido. Cabeza deprimida y ancha con ocho á nueve escamas labiales superiores y con cuatro ó seis inferiores; entre las labia- les superiores y las infraorbitales, hay una ó dos hileras de escamas; escamas sobre la cabeza, lisas y algo rugosas; llanas ó algo convexas sobre el hocico; temporales, con quillas obtusas; las supraoculares con una série de tres á cinco escamas trans- versales mayores, interorbitales en una sola hilera de escamas; interparietal casi tan grande como las parietales; oreja más gran- de que la abertura del ojo y con escamas granulares en su borde anterior, de las cuales dos, á veces, sobresalen. Cuello sobre los lados fuertemente plegado, con escamas granuliformes; hay un pliegue antehumeral; escamas dorsales grandes, imbri- cadas, con quillas obtusas que no terminan en mucros, sinó se confunden con el grueso márgen abovedado y dirigido hácia arriba, así como debajo de cada escama se notan tres ó más pequeñas escamas tuberculiformes; escamas laterales algo más pequeñas que las dorsales, poce carinadas Ó lisas; ventrales algo más pequeñas que las dorsales, de forma romboidal ó cua- drangular é imbricadas. Las extremidades, cubiertas por encima con escamas parecidas á las dorsales, pero mas pequeñas; dedos cilíndricos y franjeados lateralmente, lo que se ve bien en las extremidades posteriores; las escamas infradigitales poseen tres á cuatro quillas. Las escamas caudales con sus puntas recor- II temática — Lám. ión sis Enumeraci KOSLOWSKY Tomo VIII. Rev. del Museo de La Plata, an TIRE it aptas Sn O A O ia 77 ra IA Iyn/sp. yí Kos Orbign) , Liolaemus D MUSEO TALLERES DEL 1 a 0 as - y ' » hal ho A X= - , ' hrs e - 8 . a . 1 — Ñ E de a . . > á A - Ñ Y y e ES y o y 4 e « - tul - — 175 — tadas hácia arriba, son más pequeñas que las dorsales, arre- gladas en verticilos y provistas con quillas pronunciadas que terminan en mucros. Hav 52á 54 escamas alrededor del cuerpo. El macho con cinco á siete poros anales. El color, por encima del cuerpo, es de olivo requemado con manchas ó zonas obsoletas de un gris azulado y negruzco, trans- versalmente arregladas sobre cuerpo y cola; la region vertebral es unicolor y las fajas la cruzan tambien. La cabeza es, por encima, de igual color que el del cuerpo, ó de un requemado negruzco; los costados de la cabeza están salpicados por maa- chitas amarillentas, ó poseen manchas alargadas y bien deter- minadas del mismo color, estando dispuestas de la siguiente manera: una principia en el borde posterior del ojo y va casi hasta el márgen superior de la oreja; otra principia detrás de la placa infraorbital y baja hasta el ángulo de la boca; la ter- cera está perpendicularmente colocada bajo el ojo, principia sobre la placa infraorbital y termina en la quinta labial; la cuarta y más ancha, principia tambien sobre la infraorbital y termina en la tercera labial; además hay una manchita redonda en la primera labial y una de igual tamaño en el medio de la placa rostral; por abajo es todo el cuerpo blanco con venas ó fajas en todas direcciones de un negro bien profundo que re- presenta una marmoracion hermosa. Las extremidades son, por encima, de un gris claro con fajas negras; la parte inferior, blanca con fajas negras. ll color del animal jóven es, por en- cima de todo el cuerpo, de un gris claro con grandes manchas requemadas, pero en su mayor parte desvanecidas; por abajo, de un blanco grisáceo con igual dibujo que en los ejemplares adultos, pero de color negro grisáceo. Los indivíduos jóvenes poseen, igual á los adultos, escamas tuberculiformes debajo de las dorsales. Patria: provincia de Catamarca. Largo total, 192 mm.; cabeza con el tronco del cuerpo, 88; (en un ejemplar muy adulto, 98); cola, 104; extremidad ante- rior, 30; extremidad posterior, 50; cabeza, 22: ancho de la ca- beza, 19 milímetros. 27. Liolaemus Darwini (Bell) Gray Vive en las provincias de Catamarca, San Juan, La Rioja, Mendoza, Neuquen, Rio Negro, Chubut, San Luis, Pampa Cen- tral y cerca de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. 2 Las manchas negras sobre el hombro pueden faltar ó ser aún aumentadas por una tercera mancha vertical que baja hasta A 70 NS el pecho delante del hombro, y por una mancha bien negra sobre la parte inferior de la extremidad posterior cerca de la ingle. 28. Liolaemus Wiegmanni (D. B.) Gray Habita las provincias de Buenos Aires y Santa Fé; Pampa Central, Rio Negro, República del Uruguay, y Chile? 29. Liolaemus Boulengeri Koslowsky n. sp., lúm. III. Narices sublaterales. IEscamas sobre la cabeza, pequeñas, lisas Ó algo rugosas; no hay frontal; interparietal mucho más pequeño que los parietales; una série de cinco á seis escamas mayores entre las supraoculares; una sola hilera de escamas entre las labiales y la infraorbital; temporales con quillas poco distinguibles; borde anterior de la oreja con escamas granuli- formes sin denticulacion. Costados del cuello plegados y cu- biertos con escamas granulares. Hay un pliegue antehumeral. lscamas dorsales pequeñas, imbricadas, romboidales y cari- nadas sin mucro en su punta; escamas laterales iguales á las del dorso; ventrales algo más grandes ó tan grandes que las dorsales, de forma cuadrangular ó redondeadas, lisas é imbri- cadas. Hay sesenta y cinco:á setenta escamas alrededor del cuerpo. La extremidad posterior, doblada á lo largo del cuerpo, alcanza hasta el hombro en el macho y hasta el axila en la hembra. Parte posterior del muslo, con un grupo de escamas romboidales más grandes. Macho con ocho poros anales; hem-' bras sin poros. Cola, una vez y media tan larga que cabeza y cuerpo y con escamas más grandes que las dorsales, las que poseen quillas pronunciadas oblícuamente colocadas, que pueden terminar en mucros ó carecer de ellos. Dedos cortos y cilíndri- cos con lamelas infradigitales carinadas. Por encima de todo el cuerpo, de un color gris requemado ó moreno, con cuatro séries longitudinales de manchas negras, separadas por líneas ó zonas claras; las manchas son cuadrangulares ó triangulares; son solamente negruzcas ó con un borde blanco en su márgen posterior; en los jóvenes hay además una manchita ferrugínea ó vermellon en el margen anterior; las líneas que separan las séries de manchas corren, una sobre la region vertebral que principia sobre la nuca y llega hasta la cola, donde las dos séries dorsales continúan en una sola hilera; además hay dos líneas sobre cada lado del cuerpo, de las cuales la superior principia sobre las escamas supraciliares y continúa sobre la cola, y la inferior que parte del borde posterior del ojo, pasa por el borde superior de la oreja y llega hasta la ingle; esta línea está bordada en su parte inferior por una zona oscura ó Ne Rev. del Museo de La Plata. Liolaemus Boulengerí Kosl. n. sp. TALLERES DEL Tomo VIII KOSLOWSKY: Enumeración sistemática -— Lám. MUSEO II. —> Rev. del Museo de La Plata. Tomo VIII, KOSLOWSKY': Enumeración sistemática — Lám. IV . , Liolaemus Rothi Kosl. n. sp. TALLERES DEL MUSEO A AS pequeñas manchas del mismo color y representa un pliegue longitudinal del cuerpo poco distinguible; el cuerpo por abajo es blanco, ó anaranjado con garganta negra, ó solamente pro- visto con manchas oscuras ó sin mancha. Las extremidades, por encima, con manchitas negras bordadas con puntitas blan- cas en sus bordes posteriores. Una línea blanca bordada de negro, corre por la parte posterior del muslo. Patria: territorios del Chubut y del Neuquen. Largo total, 140 mm.; cabeza, 14; ancho de la cabeza, 105; cuerpo sin cabeza, 49; cola, 81; extremidad anterior, 21; extre- midad posterior, 34 milímetros. Esta especie que coleccioné cerca de las cordilleras de los Andes, en el territorio del Chubut, la consiguió tambien el señor Roth en el territorio del Neuquen. El tamaño y dibujo son muy parecidos al L. magellanicus, del cual se distingue por su mayor número de escamas alrededor del cuerpo, por sus escamas más pequeñas y por el grupo de escamas romboidales más grandes sobre la parte posterior del muslo, que en la es- pecie mencionada no existen. Las medidas han sido tomadas de un ejemplar adulto con cola entera; tengo á la vista ejem- plares algo más grandes, pero todos con cola reproducida. Dedico esta hermosa lagartija al benemérito erpetólogo doctor Jorge Alberto Boulenger. 30. Liolaemus Rothi Koslowsky n. sp., lám. IV. Cuerpo redondo y robusto, más alto que en la especie pre- cedente. Escamas sobre el dorso más pequenas que las ven- trales; las demás escamas del cuerpo, cabeza, cola y extremi- dades de igual estructura que en el L. Boulenger?, del cual se distingue por su gran tamaño, dibujos y colores. Hl color del cuerpo, es por encima y por abajo, de un moreno claro con cuatro séries longitudinales de manchas redondas de color ne- gro, negruzco ó requemado, con márgenes bien negras; alre- dedor de estas manchas hay, en general, una hilera de escamas de color más claro que el del cuerpo; pero dicha hilera está interrumpida ó falta cuando las manchas del dorso confluyen; las extremidades y la cola están provistas con manchas ó sola- mente con los contornos de éstas en forma de fajas, barras ó dibujos angulares transversalmente dispuestas. La cabeza es, por encima, del color del cuerpo ó provista con unas manchi- tas negras de forma irregular; por abajo del color del dorso ó con un velo negruzco ó azulado. En algunos ejemplares menos adultos, es el color del cuerpo un gris más ó menos claro con Tomo VIIT. 14 manchas bien negras ó con una parte de los contornos de éstas, las que representan sobre los costados del cuerpo signos de interrogacion y sobre la region dorsal el número 3; esta variedad tiene sobre la cabeza, region vertebral y parte de ex- tremidades un color rojo vermellon, el cual, al perderse, deja un gris claro. Hay cincuenta y ocho á sesenta: y tres escamas alrededor del cuerpo. La parte posterior de los muslos, con un grupo de escamas mayores. La extremidad posterior do- blada á lo largo del cuerpo alcanza, hasta el hombro en el macho y hasta el axila en la hembra. Hay ocho á diez poros anales en el macho. E Largo total, 196 mm.; cabeza, 1,75; ancho de la cabeza, 15; cuerpo sin cabeza, 64; cola, 115; extremidad anterior, 27; ex- tremidad posterior, 43 milímetros. Patria: territorio del Neuquen. : Esta especie dedico al señor Santiago Roth, encargado de la Seccion Paleontológica del Museo, el que ha sido afortunado de hallar varias lagartijas desconocidas, en los territorios del Chubut y Neuquen. Las tres otras lagartijas recogidas en el mismo territorio, me parecen ser una variedad de esta especie, la que consiste en que tiene dos hileras de escamas interorbi- tales, una Ó dos hileras entre las labiales y la infraorbital, que las escamas dorsales son tan grandes como las ventrales y que el color del cuerpo se compone, por encima, de un oscuro ver- doso, que en los indivíduos jóvenes es un vivo verde amarillento en cuanto se puede inferir de las líneas que separan sobre el dorso las cuatro séries longitudinales de manchas negruzcas con borde posterior bien negro, y que recuerdan los ojos de la cola del pavo real; los costados del cuerpo son de un color amarillo oliváceo, ó tambien de un vermellon ó rojo oliváceo, salpicado con unas escamas de verde claro; el color se cambia sobre los costados de la cola y parte de las extremidades en un hermoso azul de cobalto; por abajo, es la garganta y el pecho bien negro; lo demás de un azulado más ó menos claro; tiene sesenta y cinco escamas alrededor del cuerpo. La parte posterior de los muslos, con un grupo de escamas mayores; las dimen- siones, igual á la especie típica. En los indivíduos muy viejos están las manchas dorsales algo descoloridas y forman fajas transversales negruzcas sobre un fondo verde oliváceo fusco. 31. Liolaemus ornatus Koslowsky n. sp., lám. V. Narices sublaterales. lEscamas sobre la cabeza, pequeñas, convexas y rugosas; interparietal mucho más pequeña que las Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VIII. KOSLOWSKY': Enumeración sistemática — | Liolaemus ornatus Kosl. n. sp. TALLERES DEL Mt Ám "SEO v — 179 — parietales; supraoculares con una série de tres á cinco esca- mas algo más grandes; temporales con quillas más ó menos bien pronunciadas; una sola hilera de escamas entre las labia- les y la infraorbital; borde anterior de la oreja con una, dos ó tres escamas prominentes; costados del cuello plegados y cu- biertos con escamas granulares. Hay un pliegue antehumeral. Escamas dorsales pequeñas, romboidales, bien carinadas y con puntas obtusas; escamas laterales más pequeñas que las dor- sales; las ventrales tan grandes ó algo mavores que las dorsa- les, lisas y con márgen posterior redondeado. Las extremidades cubiertas por encima con escamas carinadas, iguales á las dor- sales. Hay 58 á 65 escamas alrededor del cuerpo. La extremi- dad posterior doblada á lo largo del cuerpo llega, en el macho, hasta la mitad del espacio entre hombro y oreja, y hasta la ingle en la hembra. Cola, una vez y media tan larga que el cuerpo con cabeza, cubierta con escamas más grandes que las dorsales, de forma romboidal con quillas oblícuas bien pro- nunciadas con ó sin mucros. Parte posterior del muslo, pro- vista con un grupo de escamas más grandes y carinadas. Hay cinco á nueve poros anales en el macho. Por encima del cuerpo, de un color requemado oscuro con dos ó cuatro séries longi- tudinales de manchas angulares que están separadas por líneas bien amarillas ó ferrugíneas, de las cuales corre una por la region vertebral desde la nuca hasta la cola, y dos á cada lado del cuerpo, principiando la superior sobre la region supraciliar, perdiéndose sobre la cola; la inferior principia detrás del ojo, va por el borde superior de la oreja y concluye en la ingle; las manchas de cada série están separadas entre sí por cortas lí- neas amarillas que unen transversalmente las líneas longitudi- nales. Otros indivíduos poseen, por encima, un color requemado oscuro violáceo con manchas angulares blancas en forma de V transversalmente colocadas; la cabeza es del mismo color del cuerpo con manchas grandes amarillentas sobre el vértice, su- praoculares, hocico y costados de la cabeza; ó la cabeza está solamente salpicada de puntitas blancas; por abajo es el cuerpo de un color blanco ó amarillo con marmoracion negruzca sobre la garganta. Cola y extremidades variegadas con manchas blan- cas y requemadas, de forma angular ó redonda. Largo total, 177 mm.; cabeza, 16; ancho de la cabeza, 12: cuerpo sin cabeza, 51; cola, 110; extremidad anterior, 22; extre- midad posterior, 40 milímetros. Patria: cordilleras de la provincia de Jujuy. — 180 — 32. Liolaemus signifer (D.B.) Gray, lám. VI. Proctotretus signifer D.B., IV., p. 288, pl. XXXIX, fig. 2 (1837). —Ptychodeira signifera Fitz. Syst. Rept., p.73(1843).—-Eulaemus signifer Gir. Proc., etc. Philad. 1857, p. 198.- —Leiolaemus signifer Gray, Cat. Liz., p. 214 (1845). — Helocephalus nigriceps Ph. Reise Atacama, p. 167, pl. 6, fig. 1 (1860).—Liolaemus andinus Koslowsky, «Revista del Museo de La Plata» HoWD, p.- 304) pls 03% lista especie es la que presenta más variaciones en cuanto se refiere á sus escamas, colores y dibujos, y es, por lo mismo, bien comprensible que los autores que la han descripto con diferentes nombres la hayan tomado cada vez por un animal bien diferente; en la lámina en la cual se demuestra la afini- dad de las diferentes variaciones de esta especie, se hallan tambien indivíduos que concuerdan en todo con los ejemplares típicos descriptos bajo diferentes nombres específicos y tambien genéricos; así figura 1 concuerda con el Proctotretus signifer D. B., figura 5 con el Liolaemus andinus Kosl, y figura 12:con el Heloce-- phalus nigriceps Ph. Las escamas en el ejemplar adulto son, sobre la cabeza, convexas y rugosas, mientras que en los jóvenes son llanas y lisas; las escamas dorsales son pequeñas, pero varían tambien en tamaño y forma; hay pequeñas granuliformes sin quillas distinguibles; otras en forma de laminitas con márgen posterior redondas, con ó sin quillas distinguibles; el número de escamas alrededor del cuerpo varía mucho segun edad y sexo, así que hay de 72á 108 en las diferentes variaciones. En cuanto al color y dibujo del cuerpo, me parece bien de clasificar esta es- pecie en variaciones, porque las diferencias que demuestran son tan notables que sin un material tan abundante como lo tengo ú la vista, sería muy difícil de reconocer las opuestas variaciones como afinidad de la misma especie. Los ejemplares que repre- sentan los caractéres típicos del L. signafer (fig. 1) son de color gris con dibujo negro en forma de manchitas angulares sobre ambos lados de la region vertebral, mientras que los costados del cuerpo poseen una marmoración negra que, en ciertos ejempla- res, muestran un dibujo parecido á letras orientales como las árabes ó hebreas; estos dibujos van desapareciendo en el animal adulto, que á menudo no posee más que unos puntitos negros sobre el dorso que es unicolor; las extremidades son del mismo color que el dorso con manchitas negras y claras que á menudo están reducidas á puntitos negros que muy rara vez faltan del todo. Alrededor del cuerpo hay 76 á 90 ó más escamas. Var. nigriceps Ph. L. VI. fig. 12? Esta variedad se caracteriza por sus pequeñas escamas dor- sales, en las cuales no se distinguen bien quillas y que alcan- —P—A — A AAA a ll - e TN - 3 , . PS á ' d > ea] - da . L - a q 2 . . 0 E . A ES o be . e , ES % Aa ¿TT Es e e - * Ea :S A de 1 EA E KOSLOWSKY : Enumeración sistemática — Lámina VI. Tomo VIII Rev. del Museo de La Plata TALLERES DEL MUSEO — 181 — zan de 86 áú 106 escamas alrededor del cuerpo. Il color del cuerpo es por encima, en los ejemplares masculinos, un ver- mellon sobre la region dorsal, que se vuelve en un gris claro, ó tambien verdoso cuando algun tiempo han estado en alcohol; los costados son negruzcos, salpicados de puntitos claros, verdosos ú grisáceos, ó con cortas fajas transversales de color negro seguidas inmediatamente por barras blanquizcas (verme- llon) compuestas á veces solamente por una série de manchi- tas del mismo color, ó toda la espalda presenta una marmo- racion de negro sobre un fondo claro verdoso, grisáceo óÓ requemado. La cabeza tes completamente negra, negruzca re- quemada, con partes negras Ó negruzcas; por abajo son blan- quizcas con garganta negra negruzca ó marmoración negra y con vientre negro ó negruzco. Además hay indivíduos de un solo color, verde oliváceo con vestigio de alguna marmoracion algo más oscura ó unicolor, con la cabeza de un oliváceo algo más oscuro que el dorso; estos ejemplares son, por abajo, blan- cos Ó verdosos de un solo color. Los ejemplares femeninos son de un color moreno, gris, ó requemado, con puntitas negras sobre el dorso arregladas en una série más ó menos regular á cada lado de la region ver- tebral, Ó son unicolor por abajo, verdosas ó blanquizcas con marmoracion sobre la garganta ó sin ella. Patria: provincia de Catamarca y Chile. Sobre el macho de esta variedad fundó el doctor Philippi su género Helocephalus, y yo el L. andinus sobre la hembra de esta misma variedad. Var. zonatus, lim. VI, fig. 3? Parecida en la forma de sus escamas al L. signifer, alcanza hasta ochenta y cinco escamas alrededor del cuerpo, las que sobre el dorso son granuliformes-con quillas poco distingul- bles. El color, por encima del cuerpo, es sobre la region verte- bral y los costados, una ancha faja negruzca grisácea con pun- titos negros; á cada lado de la faja vertebral corre una faja menos ancha de un gris blanquizco, la que puede estar inte- rrumpida y formar una série de triángulos blancos, los que con sus bases limitan la faja vertebral; la cabeza es negruzca ó del color del dorso; por abajo, de un gris ó blanco amarl- llento con puntitos negros sobre el vientre y la garganta. Patria: provincia de Catamarca. EN Var. multicolor, lím. VI, fig. 4?—Liolaemus multiformis Cope ? Con escamas muy rugosas y pequeñas sobre la cabeza; con escamas dorsales pequeñas y con quillas bien visibles; alrede- dor del cuerpo hay 78 á 100 escamas; cola una.vez y media tan larga que cabeza y cuerpo. Por encima es el cuerpo de un color gris ó amarillo, Óó anaranjado con barras negras trans- versales de un solo color ó salpicados sus centros con puntitos azules ó se hallan cuatro séries longitudinales de manchas ne- gras angulares sobre el dorso, las que, por su confluencia, forman las barras transversales. Por abajo blanco ó amarillo, de un solo color ó con marmoracion negra sobre garganta y vientre. Las extremidades poseen siempre el dibujo del dorso del respectivo indivíduo. Patria: provincia de Jujuy. De esta variedad tengo á la vista un abundante material, aunque no en buen estado; pero ningun ejemplar alcanza las medidas indicadas para el Liolaemus multiformis Cope, en el «Ca- talogue of Lizards» II, British Museum, por el Dr. Boulenger. Var. montanus lim. VI, fig. 6? Parecida al nmigriceps en cuanto se refiere á las escamas sobre la cabeza, pero se diferencia bien en las escamas dor- sales que poseen quillas bien pronunciadas y que son de forma romboidal con puntas obtusas é imbricadas. Hay setenta y dos escamas alrededor del cuerpo. El color es, por encima, com- pletamente negro, con unos puntitos blancos sobre las extre- midades y los costados del cuerpo, ó una mezcla de manchas negras y blancas, con cabeza negra ó negruzca; por abajo, con garganta y vientre negro, ó de un negruzco azulado con gar- ganta marmorada de negro. Hay de cinco á siete poros anales en el macho. Patria: provincia de Catamarca. 33. Liolaemus anomalus IKoslowsky. — «Revista del Museo de La Plata», VI, p. 1452 1411. Habita la provincia de la Rioja y parece ser una especie muy rara. 34. Liolaemus multimaculatus (D. B.) Fitz. Habita el litoral de la provincia de Buenos Aires desde Bahía Blanca hasta Mar del Plata, donde se halla en los médanos de la costa. La indicacion de la existencia de esta especie en la república de Chile necesita confirmacion. — 183 — Gen. SACCODEIRA Gir. Este género está confinando á la parte sud de Sud América siendo la república del Perú la parte más septentrional donde se ha observado hasta ahora. 30. Saccodeira pectinata (D. B.) Blor. Vive en las provincias de Buenos Aires, San Luis, Mendoza y república de Chile. In la provincia de Buenos Aires he en- contrado esta hermosa lagartija en Mar del Plata y Necochea. 36. Saccodeira azurea (Miiller) Bler. Esta especie vive en el territorio de Misiones, república del Uruguay y la parte sud del Brasil. Gen. TROPIDURUS Wied Todas las especies de este género habitan Sud América. 37. Tropidurus spinulosus (Cope) Boettg. Vive en las provincias de Entre Rios, Corrientes, Córdoba, La Rioja, Catamarca, Santa Fé y república del Paraguay. No he observado variaciones en esta especie. 38. Tropidurus torquatus Wied ¿sta lagartija vive en la provincia de Salta y en las repú- blicas de Bolivia, Brasil y las Guayanas. 39. Tropidurus hispidus (Spix) Peters Esta especie vive en la provincia de Corrientes, en Misiones yv además en el Brasil y Venezuela. Gen. PHYMATURUS Grav. El género Phymaturus se halla en las Cordilleras de los Andes, en cuanto pertenecen á la República Argentina y á la de Chile, y además en Patagonia, hasta el territorio del Chubut. 40. Phymaturus palluma (Moll.) Grav. Esta lagartija habita las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza; Neuquen y Chubut; en los dos últimos territorios se halla tambien en las barrancas que lindan con los valles v cañadones de los llanos, mientras que en las otras provincias vive en las sierras altas. En el territorio del Chu- but fué, por primera vez, hallada por el señor S. Roth, que realizó un viaje de exploracion en el último verano por aque- llas comarcas. — 184 — 1. Phymaturus patagonicus Koslowsky n. sp., lim. VII. Cabeza pequeña y algo más larga que ancha; hocico corto y convexo. Hay una ó dos hileras de escamas entre las labiales y las infraorbitales. Kscamas sobre la cabeza, pequeñas, lisas, llanas y del mismo tamaño, las supraorbitales son muy peque- ñas; las temporales son subconicales, poseyendo el mayor des- arrollo sobre el borde anterior de la oreja. El témpano es bien visible por la gran abertura de la oreja. Los lados del cuello están fuertemente plegados; por la garganta pasa un pliegue v además hay otro antehumeral muy fuerte. Cuerpo deprimido y cubierto con escamas muy pequeñas, granulosas, lisas y algo más grandes sobre la region vertebral; las escamas ventrales más grandes, cuadrangulares, lisas y arregladas en séries trans- versales. Piernas moderadamente cortas; las extremidades poste- riores alcanzan casi los hombros; dedos cortos, pero no gruesos. El macho posee una série de ocho á nueve poros anales. Cola una vez y un tercio tan larga que el cuerpo con cabeza, de forma cilíndrica y provista con escamas que poseen quillas mucronu- ladas y las que están arregladas en verticillos ó anillos; los ani- llos son desiguales en tamaño y alternan de tal manera, que detrás de cada anillo más grande siguen dos ó tres compuestos de escamas más pequeñas, las que son tambien de un color más oscuro. Il color, por encima del cuerpo, es un gris ceniciento Ó requemado, salpicado con manchitas ó puntitas blancas que pro-: vienen siempre, en unos indivíduos, de tres ó cinco escamas de color blanco y en otros ejemplares, por siempre, una sola escama blanca; sobre la cola alternan anillos negruzcos con anillos del color del cuerpo; por abajo hay un solo color gris claro con unos puntitos ó tiznes negros sobre la garganta y el pecho. Largo total, 220 mm.; cuerpo con cabeza, 92; cola, 128; pierna anterior. 39; pierna posterior, 53 milímetros. Patria: territorio del Chubut (Patagonia). ¿sta interesante especie ha sido coleccionada en las barran- cas rocosas del valle del rio Chubut por el personal de este Museo, el que en este año exploró aquel territorio bajo la di- reccion del senor Santiago Roth. La nueva especie se diferencia de la conocida hasta ahora Phymaturus palluma, por su cabeza menos ancha, su cuerpo menos robusto, su cola más larga y delgada cuyas escamas no poseen este extraordinario desarrollo del mucro, lo que, á primera vista, da un aspecto muy diferente á esta especie. En lo demás no encuentro diferencia alguna; los dientes son todos tricúspidos y las escamas infradigitales de igual modo carinadas que en el Ph. palluma. Rev. del Museo de La Plata — Tomo VIII KOSLOWSKY': Enumeración sistemática — Lámina VII. TALLERES DEL MUSEO Phymaturus patagonicus Kosl. n. sp — 185 — Fam. ANGUIDAE Gen. OPHIODES Wag!l. Habita Sud América. 42. Ophiodes striatus (Spix) Wagl. usta especie, bastante comun, vive en las provincias de Bue- nos Aires, Entre Rios, Santa Fé, Corrientes, San Luis, Córdoba y Santiago del Estero; Misiones, Gran Chaco; Brasil y Guayanas. 43. Ophiodes vertebralis Bocourt En la República Argentina, esta especie se ha hallado sola- mente en la provincia de Entre Rios, pero seguramente vive tambien en la provincia de Corrientes y territorio de Misiones; de otros países se la conoce en el Uruguay y el Brasil. Fam. TEIIDAE Gen. TUPINAMBIS Dand. Habita las regiones de las especies enumeradas. 44. Tupinambis rufescens (Gthr.) Bler. Esta iguana vive en las provincias de San Luis, Córdoba, Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca. 45. Tupinambis teguixin (L.) Blor. Esta especie de iguana es la más comun en la República Argentina y vive en las provincias de Buenos Aires, Entre Rios, Corrientes, Santa Fé; Misiones, Gran Chaco; además en las Indias occidentales, Guayanas y Brasil. Gen. AMEIVA Cuv. El género Ameiva habita la region tropical y subtropical en Sud América. 46. Ameiva ameiva (L.) Koslowsky Vive en Salta, Tucuman, Catamarca, Córdoba, Santiago del Estero, Corrientes, Santa Fé, Entre Rios; Gran Chaco, Misiones y toda Sud América al norte de la Argentina, hasta Nicaragua. sen. CNEMIDOPHORUS Wagl. Especies de este género habitan ambas Américas. 47. Cnemidophorus ocellifer (Spix) Peters Hallé un ejemplar de lagartija entre las coleccionadas por el señor Cárlos Bruch, en Catamarca, la que concuerda bien — 186 — con la descripcion de esta especie en el «Catalogue of the Li- zards» del doctor G. A. Boulenger. La patria de este animalito es el Brasil y en nuestra República se ha hallado por primera vez. 48. Cnemidophorus lacertoides 5. B. De esta especie, cuya existencia en la República Argentina se ignoraba hasta ahora, he coleccionado varios ejemplares en la Sierra de la Ventana, cerca de Bahía Blanca; seguramente se halla esta lagartija tambien en las otras sierras de la pro- vincia de Buenos Aires é igualmente no faltará en la provincia de Entre Rios. Hasta ahora se la conocía en la república del Uruguay y del Brasil. 49. Cnemidophorus longicauda (Bell) Bocourt El Cn. multilineatus Philippi, es sinónimo del Ch. longicauda. Tengo un abundante material de esta especie, procedente de la provincia de Catamarca, el que concuerda bien con la descrip- cion del Ch. longicauda. El Cn. multilineatus Ph. ha sido creado sobre una variedad poco comun, que consiste en tener diez líneas longitudinales blancas por division de la línea vertebral; todos los ejemplares, con excepcion de uno solo, poseen nueve líneas blancas sobre el cuerpo; el color, entre las tres últimas líneas blancas, es un rojo oscuro ó negruzco; las patas poste- riores .v por abajo de la cola, un vermellon claro. Los poros femorales varían de 11 á 17, siendo su número general de 13 á 15. Provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, y territorio Neuquen, y en la provincia de Buenos Aires cerca de Bahía Blanca, en las Sierras de la Ventana y Pillahuincó. Gen. TEIUS Merrem 50. Teius teyou (Daud.) Fitz. Ll teyú es una de las lagartijas más comunes de la Repú- blica Argentina y se ha observado en las provincias de Bue- nos Aires, Santa Fé, San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta, Tucuman, Santiago del Estero, Córdoba, Intre Rios, Corrientes: Gran Chaco, Misiones; repúblicas Uru- guay, Paraguay, Brasil. Gen. PENTODACTYLUS 1. B. 51. Pentodactylus Schreibersi (Wiegm.) Bler. Esta especie es la única hasta ahora conocida del género y abunda en los alrededores de La Plata, en la provincia de Bue- nos Aires; tambien vive en la provincia de Entre Rios y en las repúblicas del Uruguay y Brasil. — 187 — Fam. AMPHISBAENIDAE Gen. AMPHISBAENA L. 52. Amphisbaena Darwini D. B. Esta lagartija lumbricoide, vulgarmente llamada lombriz, se halla en las provincias de Buenos Aires, Entre Rios, Santa Fé, Corrientes, San Luis, Gran Chaco, Misiones y repúblicas del Uruguay, Paraguay y Brasil. 99. Amphisbaena plumbea Gray Esta especie vive en las provincias de Mendoza, San Juan y Catamarca. Dos ejemplares jóvenes de la coleccion reunida en Catamarca por el señor Cárlos Bruch, vienen bien con la descripcion dada en «Catalogue of the Lizards» del doctor G. A. Boulenger, con excepcion del número de los anillos sobre el cuerpo, el que es de 220 y 211, siendo el de los caudales 17 y 18; un ejemplar procedente de Salta posee 180 anillos sobre el cuerpo y 16 sobre la cola y cada anillo, en el medio del cuerpo, posee 50 segmentos Ó escamas, 24 arriba y 26 abajo de las líneas laterales; en lo demás viene bien con la descripcion mencionada de la 4. plumbea; el largo del cuerpo, hasta el ano, es de 278 mm.; cola, 20; diámetro del cuerpo, 16 milímetros. 54. Amphisbaena angustifrons Cope Esta especie ha sido descripta como procedente de la provin- cia de Buenos Aires. Hasta el presente no he visto esta especie. Gen. ANOPS Bell Del género Anops se conocen especies del Africa occidental y de la parte sud de Sud América, al este de los Andes. dy. Anops Kingi Bell La distribucion geográfica de esta especie es bastante vasta en la República Argentina y se halla en las provincias de Bue- nos Aires, Santa Fé, San Luis, Córdoba, Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Tucuman, Entre Rios, Corrientes; Gran Chaco, Misiones y repúblicas del Uruguay y Brasil. Gen. LEPIDOSTERNON Wagl. El género se conoce hasta ahora solamente en Sud América. 56. Lepidosternon phocaena 1). B. La especie vive en Corrientes, Entre Rios y Gran Chaco, y es la más comun en esta república. — 188 — 57. Lepidosternon Boettgeri Blgr. Ha sido descripta como procedente de la provincia de Cor- rientes; no he visto hasta ahora ningun ejemplar de esta inte- resante especie. Fam. SCINCIDAE Gén. MABUIA Fitz. Habita Africa, Madagascar, Asia meridional, Indias occi- dentales, América central y Sud América. 58. Mabuia dorsivittata Cope Vive en Entre Rios, Corrientes, Misiones y República del Uruguay y sudeste del Brasil. 59. Mabuia frenata (Cope) Bocourt Especie comun en las provincias de Santa Fé, Santiago del Estero, Córdoba, Catamarca, Salta, Tucuman, Corrientes, Entre Rios; Gran Chaco, Formosa, Misiones; el Paraguay y Brasil. En los ejemplares que proceden de Salta, las escamas parle- tales no están en contacto detrás la interparietal. Ord. OPHIDIA Fam. TYPHLOPIDAE Gen. HELMINTHOPHIS Ptrs. El género vive en la América tropical y en la region sub- tropical de Sud América. 60. Helminthophis Ternetzi Blor. En la coleccion de este Museo hay dos ejemplares de esta especie que proceden del territorio de Misiones y los que con- cuerdan en todo con la descripcion típica; parece que el color del animalito varía algo, pues uno de los ejemplares mencio- nados es de un olivo negruzco y el otro de un moreno claro; ambos tienen la cabeza y la region anal de un blanco amari- llento. El ejemplar típico ha sido coleccionado en el Paraguay por el doctor Cárlos Ternetz. Gen. TYPHLOPS Schn. Se halla en la parte meridional de Europa y Asia, Africa, Australia y en la region subtropical y tropical de Sud América. 61. Typhlops reticulatus (L.) D. B. Vive en Corrientes, Misiones, Gran Chaco, Santa Fé, Entre Rios y toda América tropical. — 189 — Fam. GLAUCONIDAE Gen. GLAUCONIA Gray Africa, Asia meridional-occidental y América 62. Glauconia albifrons ( Wagl.) Blar. La especie vive en las provincias de Buenos Aires, Santa Fé, San Luis, Córdoba, Catamarca, Salta, Tucuman, Santiago del Estero, Entre Rios, Corrientes; Gran Chaco y Misiones; en toda la América tropical de las pequeñas Antillas hasta el Perú. En la provincia de Buenos Aires, son las sierras del Tandil el lugar más al sud donde ha sido coleccionada esta especie. Fam. BOIDAE Subfam. BOINAE Gen. EPICRATES Waol. Habita la América tropical y la region subtropical de Sud América. 63. Epicrates cenchris (L.) D. B. Esta especie se ha coleccionado en la República Argentina en las provincias de Salta, Tucuman y en el Gran Chaco. Hasta ahora se conocía esta boa en la América tropical, desde Costa Rica hasta Perú y el Brasil septentrional. Gen. EUNECTES Wagol. Habita Sud América, al este de los Andes, desde las Guaya- nas hasta la República Argentina. 64. Eunectes murinus (L.) Gray Tiene la distribucion geográfica del género y se halla en la República Argentina en las provincias de Corrientes, Entre Rios, Santa Fé y en los territorios de Misiones y Gran Chaco. Gen. BOA Habita la América tropical y subtropical y la isla de Mada- gascar. 65. Boa constrictor L. Esta especie de boa, vulgarmente llamada «Lampalagua», vive en las provincias de Corrientes, Entre Rios, Santa Fé y en los territorios de Misiones y Gran Chaco; además toda Sud América hasta Venezuela. Varias veces ha sido cazada en la provincia de Buenos Aires. — 190 — 66. Boa occidentalis Ph. Este lampalagua es peculiar á la República Argentina y vive en las provincias de Mendoza, San Juan, Córdoba y San Luis. Fam. COLUBRIDAE Série A. Aglypha Subfam. COLUBRINAL Gen. HELICOPS Wagl. Asia meridional-oriental, Africa tropical, Florida, Méjico y Sud América. 67. Helicops carinicauda (Wied) Wagl. Provincia de Corrientes; territorios de Misiones y Gran Chaco, república del Paraguay y Brasil. Esta culebra se halla principalmente entre plantas acuáticas en los rios y las lagunas de los puntos mencionados; no sería estraño de encontrarla en la provincia de Buenos Aires, á lo largo del rio Paraná ó del Plata, donde tantas otras especies llegan con los camalotes. 68. Helicops leopardinus (Schleg.) Jan Es más comun que la especie anterior y habita las mismas comarcas; al norte de la República Argentina se halla hasta las Guayanas. Gen. DRYMOBIUS Cope Habita América, desde Texas hasta Perú, y la region sep- tentrional de la República Argentina. 69. Drymobius bifossatus (Raddi) Blgr. Es bastante comun en las provincias de Corrientes y Salta; Misiones, Gran Chaco y repúblicas del Paraguay y Brasil. Gen. SPILOTES Wagl. El género es peculiar á la América del Sud. 70. Spilotes pullatus (L.) Wagl. Esta especie vive en las provincias de Salta y Gran Chaco; además se halla al norte en toda Sud América, al este de los Andes. Gen. HERPETODRYAS Wagl. Habita Central y Sud América. — 191 — 71. Herpetodryas sexcarinatus (Wagl.) Blgar. Vive en el territorio de Misiones y en las repúblicas del Paraguay, Brasil y Venezuela. 72. Herpetodryas carinatus (L.) Schles. Esta especie es más abundante que la que precede y vive en las provincias de Corrientes, Entre Rios, Santa Fé; Gran Chaco, Misiones y al norte de toda Central y Sud América, al este de los Andes. Un ejemplar ha sido cazado en las cercanías de La Plata, paraje llamado Los Talas. Gen. LEPTOPHIS Bell Hahita Central y Sud América. 73. Leptophis liocercus (Wied) D. B. Vive en las provincias de Corrientes, Entre Rios, Santa Fé, Salta; Misiones, Gran Chaco y al norte de toda Sud América, al este de los Andes. Gen. LIOPHIS Wagl. Habita las Indias occidentales, la region meridional-oriental de Norte América, Central y Sud América. 74. Liophis poecilogyrus (Wied) Jan Provincia de Buenos Aires, Santa Fé, Entre Rios, Corrientes; Gran Chaco, Misiones; Uruguay, Brasil y Paraguay. 75. Liophis almadensis (Wagl.) Cope Esta especie ha sido hallada cerca de La Plata, en la provin- cia de Buenos Aires; es bastante comun en Misiones, Corrien- tes, Entre Rios, Santa Fé, Gran Chaco; en el Brasil y Paraguay. 76. Liophis viridis Gthr. Vive en las provincias de Salta, Tucuman; Gran Chaco y en las repúblicas del Paraguav, Brasil y Bolivia. 77. Liophis typhlus (L.) Jan Misiones, Corrientes, Gran Chaco, y al norte de toda Sud América, al este de los Andes. Gen. CYCLAGRAS Cope Sud América, al este de los Andes. 78. Cyclagras gigas (D. B.) Cope Esta gran culebra vive en el Gran Chaco, Misiones, Cor- rientes y al norte de toda Sud América, principalmente en el Brasil y Bolivia. — 192 — Gen. XENODON Boie América tropical y neotropical. 79. Xenodon Neuwiedi Gthr. Misiones y Corrientes y la region sud del Brasil. S0. Xenodon Merremi (Wagl.) Blgr. Esta especie comun vive en Salta, Gran Chaco, Santa Fé, Tucuman, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Entre Rios y en las Guayanas, Brasil y Paraguay. Gen. LYSTROPHIS Cope Habita la parte sud de Sud América. 81, Lystrophis D'Orbignyi (D. B.) Cope Vive en las provincias de Buenos Aires, hasta Bahía Blanca, Santa Fé, San Luis, Corrientes, Entre Rios; Gran Chaco, Misio- nes; en el Uruguay, Paraguay y al sud del Brasil y Chile. 82. Lystrophis histricus (Jan) Blgr. Esta especie, algo rara, vive en Misiones, Corrientes; Gran Chaco, Paraguay y el Brasil. 83. Lystrophis semicinctus (D. B.) Blger. Buenos Aires, Santa Fé, San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta, Gran Chaco, Jujuy, Neuquen, Pampa Central, Córdoba, Entre Rios, repúblicas Uruguay y Bolivia: Gen. APOROPHIS Cope 84. Aporophis lineatus (L.) Cope Gran Chaco, Corrientes, Misiones, Paraguay, Brasil, Guayanas. 853. Aporophis flavifrenatus Cope Gran Chaco, Corrientes, Misiones y la region sud del Brasil. Gen. RHADINAEA Cope Sud América y América Central. Este género es el que po- see el mayor número de especies en la República Argentina. 86. Rhadinaea anomala (Gthr.) Bler. Vive en las provincias de Buenos Aires, Entre Rios, Santa Fé y repúblicas del Uruguay, Brasil (la region sud), y Paraguay? 87. Rhadinaea elegantissima Koslowski Esta hermosa especie vive en la Sierra de la Ventana y Currumalal en la provincia de Buenos Aires. — 193 — 88. Rhadinaea sagittifera (Jan) Blor. Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquen, Pampa Central, Rio Negro, Chubut, Tucuman. 89. Radinaea fusca (Cope) Blor. Entre Rios, Corrientes, Buenos Aires; no escasea cerca de La Plata; repúblicas Paraguay, Brasil, Uruguay. 90. Rhadinaea Merremi (Wied) Blor. Misiones, Corrientes; Brasil. 91. Rhadinaea Jaegeri (Gthr.) Blor. lista especie rara, vive en las provincias de Corrientes y Iíntre Rios y en Misiones; en el sud del Brasil y el Uruguay. 02. Radinaea genimaculata (Boetto.) Blor. Provincia de Corrientes; Misiones, Gran Chaco; repúblicas Paraguay, Brasil, Bolivia. 93. Rhadinaea obtusa Cope Gran Chaco, Salta, Tucuman, Corrientes, Misiones, Entre Rios; Uruguay y sud del Brasil. 0%. Rhadinaea modesta Koslowsky Provincias Salta y Tucuman. En el gabinete de Historia Natural de la Universidad de Buenos Aires hay dos ejemplares de esta especie, procedentes de la provincia de Tucuman, de los cuales uno posee signos sobre el dorso en forma de X, los que están arreglados en cuatro hileras longitudinales; el color del cuerpo, cuando la culebra ha perdido la camisa, es un gris ceniciento. 95. Rhadinaea poecilopogon Cope Vive en el territorio de Misiones y en el Paraguay, Uru- guay y la region sud del Brasil. 96. Rhadinaea occipitalis (Jan) Blar. Provincia Corrientes; Gran Chaco, Misiones y repúblicas de Bolivia, Brasil, Paraguay y el Perú oriental, Gen. DIMADES Gray Sud América. 97. Dimades plicatilis (L.) Gray Vive en el Gran Chaco, Corrientes y Misiones: en el Gabinete de Historia Natural de la Universidad de Buenos Aires, se halla un ejemplar encontrado cerca de Buenos Aires; además se halla al norte en toda Sud América, al este de los Andes. Tomo VIII, 15 — 194 — Série B. Opistoglypha Subfam. DIPSADOMORPHINAE Gen. OXYRHOPUS Wagl. América Central y Sud América. 98. Oxyrhopus rhombifer 1). B. Esta especie tiene una distribucion geográfica muy vásta en la República Argentina; se halla en todas las provincias con excepcion de los territorios del Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. De la Pampa Central v la Gobernacion del Rio Ne- ero, tiene este Museo ejemplares coleccionados por el señor Santiago Roth en la expedicion del Museo de 1895-96 por aque- llas comarcas; además vive la region sud del Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. 99. Oxyrhopus petolarius (L.) 1). B. Provincia de Salta y en el Gran Chaco; además al norte de Sud América, América Central y Méjico. 100. Oxyrhopus trigeminus 1). B. Esta especie no es rara en Corrientes, en Misiones y en el Gran Chaco; además en todo el Brasil y las Guayanas. 101. Oxyrhopus labialis Jan Esta especie es peculiar ú la República Argentina y vive en las provincias de Salta, Tucuman, Córdoba y en el Gran Chaco. 102. Oxyrhopus cloelia (Daud.) Gthr. Corrientes, Misiones y el Gran Chaco; al norte de todo Sud América, América Central, Méjico y las Antillas menores. 103. Oxyrhopus occipitoluteus 1). B. Vive en el Gran Chaco y el Paraguay. 104, Oxyrhopus rusticus Cope Especie comun en los alrededores de La Plata. Un ejemplar muy grande ha sido coleccionado por el señor R. Hauthal en Olavarría, provincia de Buenos Aires; además vive en la region sud del Brasil y en la república del Uruguay. 105. Oxyrhopus maculatus Blor. Iíntre Rios y Corrientes, y en la república del Uruguay. Gen. RHINOSTOMA Fitz. Toda Sud América hasta el norte de la República Argentina. — 195 — 106. Rhinostoma vittatum Blor. ¿sta especie vive en la provincia de Salta; hasta ahora no se ha observado en la provincia de Buenos Aires y la designa- cion de esta provincia como patria del animal en el «Catalogue of the Snakes» Brit. Mus. t. IL, pág. 115, debe ser una equivo- cación. El ejemplar procedente de Salta posee 207 escamas ven- trales y 49 subcaudales: la punta de la cola es esférica y reves- tida por dos escamas de las cuales, la dorsal abraza la inferior. Gen. THAMNODYNASTES Waol. Habita Sud América, al este de los Andes. 107. Thamnodynastes Nattereri (Mikan) Gthr. No es rara en las provincias de Corrientes, Intre Rios, Santa Fé; en Misiones y en el Gran Chaco; igualmente se halla á lo largo del rio Paraná y de la Plata, en la provincia de Buenos Aires; además, al norte de toda Sud América, al este de los Andes. Gen. TACHYMENIS Wiegm. Habita Bolivia, Perú, Chile y la Argentina occidental. 108. Tachymenis peruviana (Wiegm.) Bler. sta especie vive en la Pampa Central, Neuquen y la pro- vincia de Jujuy; repúblicas del Perú, Bolivia v Chile. Los ejem- plares procedentes de Jujuy tienen sobre la region vertebral del dorso, una hilera de manchas blancas que poseen el dibujo característico de la flor de lis; á cada lado de la hilera verte- bral hay una hilera de manchas redondas que alternan con las de enfrente, y sobre los dos costados del cuerpo corre una faja oscura algo borrada; en todos estos ejemplares tocan la cuarta y quinta escama labial al ojo, mientras que en los procedentes del Neuquen tocan la tercera y cuarta escama al ojo. Gen. PSEUDOTOMODON koslowsky Provincia de Mendoza; Neuquen y Chubut. 109. Pseudotomodon mendozinus koslowsky Esta interesante especie vive en el sud de la provincia de Mendoza, en el Neuquen y en el Chubut; seguramente tambien en el territorio del Rio Negro. Gen. TOMODON 1). B. Habita la parte oriental de Sud América. — 196 — 110. Tomodon ocellatus 1l>. B. ¿sta especie vive en la provincia de Buenos Aires y Entre Rios; además al sud del Brasil y Uruguay. La existencia de esta especie en el Paraguay, necesita todavía confirmacion. Gen. PSEUDABLABES Blor. Brasil, Uruguay y Argentina. 111. Pseudablabes Agassizi (Jan) Blgr. Esta especie vive en Entre Rios y en la Pampa Central, de donde la coleccionó el señor S. Roth en 1895-96; además, se halla en la region sud del Brasil y en Uruguay. Gen. PHILODRYAS Wagl. Habita Sud América. 112. Philodryas aestivus (Schleg.) Gthr. Vive en las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Fntre Rios, Santa Fé; Gran Chaco y Misiones; además, en la region sud del Brasil, Paraguay y Uruguay. 113. Philodryas Olfersi (Licht.) Gthr. Corrientes, Entre Rios; Misiones, Gran Chaco; repúblicas del Uruguay, Brasil, Paraguay y la region oriental del Perú. 114. Philodryas Schotti (Schleg.) Gthr. Vive en Corrientes, Entre Rios, Santa Fé, Buenos Aires, San Luis; Misiones, Gran Chaco, Pampa Central, Rio Negro, Neu- quen, Chubut y repúblicas del Uruguay, Paraguay y Brasil. 115. Philodryas psammophideus Gthr. Provincias Catamarcay La Rioja, Salta, Córdoba, Santiago del Estero, Tucuman; repúblicas Uruguay y Brasil. 116. Philodryas Burmeisteri Jan Esta especie vive en Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza; Pampa Central, Rio Negro, Chubut y Neuquen. 117. Philodryas Baroni Berg ¿sta interesante especie vive en la provincia de Tucuman y en el Gran Chaco. Gen. HOMALOCRANIUM |). B. Region meridional de Norte América, América Central y Sud América. — 197 — 115. Homalocranium melanocephalum (1.) D.B. Provincia de Corrientes; Misiones, Gran Chaco y al norte de todo Sud y América Central. Gen. ELAPOMOIUS Jan Habita el Brasil, Paraguay y la República Argentina. 119. Elapomoius dimidiatus (Jan) Blor. ¿sta especie posee en vida un color rojo ó vermellon sobre el dorso, color que pierde cuando está conservada en alcohol. Vive en Corrientes, Misiones, Paraguay y Brasil. Gen. ELAPOMORPHUS ll). B. Habita Sud América, al este de los Andes. 120. Elapomorphus tricolor 1). B. Provincia de Corrientes; Misiones y Gran Chaco; repúbli- cas Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. 121. Elapomorphus lemniscatus 1). B. Provincias Buenos Aires, Santa Fé, San Luis, Mendoza, Entre Rios, Corrientes; Pampa Central, Gran Chaco, Misiones; repúblicas Paraguay, Brasil y Uruguay. 122. Elapomorphus bilineatus |). B. Esta especie vive en la provincia de Corrientes. Série €. Proteroglypha Subfam. ELAPINAE Gen. ELAPS sSchneid. Habita América. 123. Elaps corallinus Vied Provincia de Corrientes; Misiones y al norte de todo Sud América tropical y las Indias occidentales. 124. Elaps frontalis 1). B. Provincia de Corrientes; Misiones y Gran Chaco; repúblicas Uruguay, Paraguay y la region sud del Brasil. 125. Elaps Marcgravi Wied. Ista especie tiene una distribucion geográfica muy vasta y vive en todas las provincias de la República Argentina, con excepcion de la Patagonia. De la Pampa Central y del Kio Negro, posee el Museo ejemplares coleccionados por el señor Santiago Roth. Al norte se halla esta vívora de coral, distri- buida por toda Sud América tropical. — 198 — Fam. AMBLYCEPHALIDAE Gen. LEPTOGNATHUS ll). |. Habita Sud América y Centro América. 126. Leptognathus ventrimaculata Blu». : Vive en Misiones, en el Paraguay y en la region sud del Brasil. 127. Leptognathus turgida Cope Provincias de Salta, Tucuman y Corrientes; en Misiones, Gran Chaco y repúblicas del Paraguay, Bolivia y Brasil. Fam. VIPERIDAE Subfam. CROTALINAE Gen. LACHESIS Daud. Habita el Asia meridional oriental, Centro América y Sud América. 128. Lahesis alternatus (1. B.) Blger. La «Víbora de la Cruz» vive en las provincias de Buenos Aires, Santa Fé, Entre Rios, Corrientes, Córdoba y San Luis; en la Pampa Central, Gran Chaco, Misiones, Rio Negro; repú- blicas del Paraguay, Uruguay y la region sud del Brasil. 129. Lachesis Neuwiedi ( Wagl.) Blor. Provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucuman, Córdoba, Santiago del Estero y Corrientes; Gran Chaco, Misiones; repú- blicas del Paraguay, Bolivia y el Brasil. 150. Lachesis ammodytoides (leyb.) Blor. Provincias de Buenos Aires (al norte hasta La Plata), San Luis, Córdoba, Mendoza, La Rioja, San Juan, Catamarca y Jujuy; Chubut, Rio Negro, Neuquen y Pampa Central. Gen. CROTALUS L. Norte América desde el Canadá hasta la República Argen- tina, en Sud América. 131. Crotalus terrificus (Laur.) Cope Provincias de Corrientes, Entre Rios, Santiago del Istero, Córdoba, Catamarca, La Rioja y Santa Fé; Misiones y Gran Chaco; y al norte de la República Argentina, todo Sud América hasta Arizona; Nuevo Méjico y Texas en Norte América. — 199 — Ord. EMYDOSAURIA Fam. ECROCODILIDALE Gen. CAIMAN 5pix Habita América Central y Sud América. 132. Caiman latirostris (Daud.) Blor. El «yacaré» ó caiman, vive en los rios Paraná, Paraguay y Uruguay, en las lagunas de las provincias de Corrientes, Santa Fé y Entre Rios; en las de Misiones y Gran Chaco y en toda Sud América desde el rio Amazonas hasta la República Argen- tina, siendo su límite extremo al sud, el Rio de la Plata. 135. Caiman sclerops (Scehneid.) Bler. Esta especie tiene mayor distribucion geográfica que la es- pecie anterior. Se halla en las mismas provincias de la Repú- blica Argentina y habita todo Sud y Centro América hasta el istmo de Tehuantepec. En los rios Paraná y Paraguay con sus afluentes, es, este yacaré, mucho más comun que C. latirostris. Ord. CHELONIA Subord. Il. ATHECAE Fam. SPHARGIDAE Gen. DERMOCHELYS Blainw. Habita el Océano Atlántico, Pacífico é Indico. 154. Dermochelys coriacea (L.) Blgr. sta gran tortuga coriácea, habita los océanos indicados y frecuenta tambien las costas argentinas entrando á veces en el estuario del Rio de la Plata de donde proceden los ejemplares que se exhiben en nuestros museos. Subord. Il. THECOPHORA Superfam. I. Cryptodira Fam. TESTUDINIDALE Gen. TESTUDO |. Habita la region meridional de FKuropa, Asia meridional, Africa, Norte América meridional y Sud América. 135. Testudo tabulata Walb. Misiones y Gran Chaco; además toda Sud América tropical, al este de los Andes. — 200 — 136. Testudo argentina 5Scl. Provincias de Mendoza, San Juan y San Luis: Pampa Cen- tral, Rio Negro y República del Uruguay. Fam. CHELONIDAE Gen. CHELONE Bronen. Mares tropicales y subtropicales. 137. Chelone mydas (L.) Schweigsg Habita los mares tropicales y subtropicales; ha sido muchas veces pescado en Mar del Plata, Necochea y Montevideo. Superfam. Pleurodina Fam. CHELYDIDAE Gen. HYDROMEDUSA Waol. Habita Sud América. 138. Hydromedusa Maximiliani (Mikan) Gray Esta especie de tortuga de agua dulce vive en Corrientes; Misiones, Gran Chaco, Brasil y Paraguay. 159. Hydromedusa tectifera Cope Vive en las provincias de Buenos Aires, Santa Fé, Entre Rios y Corrientes; Misiones y Gran Chaco; además, en el Pa- raguay, Bolivia, Uruguay y el Brasil. Gen. HYDRASPIS Bell Habita Sud América. 140. Hydraspis Hilari (D. B.) Gray Provincias de Buenos Aires, Santa Fé, Intre Rios y Co- rrientes; Gran Chaco y Misiones, y al norte hasta el Amazonas. e Museo La Plata, Setiembre 27 de 1806. REVISTA DEL TICA E - Museo ds LE dell e A he Ava SEGUNDA PARTE. p- , a E . a * . el a | | Ñ 3 : yin A j de al Z ] a NN E z) ES : . . A Ñ y BO Ñ ' Ñ : AS - AN Ñ . E , EAN de A dad : Es? 4 EN CATAN j d Ad A 4 A y e EA ES SL Ed f : | j Ki e 1] 5 i l « k ; ) $ 7: - ) H y ] Y E FE pa . o ( ESa ¡o WS uu 4 Ñ O K 3 F REGONOGIMIENTO DE LA REGION ANDINA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA APUNTES PRELIMINARES SOBRE UNA EXCURSION Á LOS TERRITORIOS DEL NEUQUEN, RIO NEGRO, CHUBUT Y SANTA CRUZ HECHA POR LAS SECCIONES TOPOGRÁFICA Y GEOLÓGICA, BAJO LA DIRECCION DE EEENN CIS COS NORENO DIRECTOR DEL MUSEO CON UN PLANO Y 42 LÁMINAS INTRODUCCIÓN Honrado por el Gobierno de mi patria con el delicado cargo de Perito por parte de la República Argentina, en la demarca- cion de límites con la República de Chile, para dar cumpli- miento á las disposiciones del tratado firmado entre las dos naciones en 1881, he debido suspender por el momento las in- vestigaciones que vengo practicando como particular primero y luego como Director del Museo de La Plata, desde hace casi vein- ticinco años en la Cordillera de los Andes, en sus regiones in- mediatas y en las hasta ahora casi desconocidas tierras pata- gónicas. Mis nuevas funciones me permitirán indudablemente áumentar esas investigaciones, disponiendo con ellas de medios que no estuvieron á mi alcance, y las completarán en cuanto á puntos que no he podido conocer antes, para formar un cua- dro general, aproximado á la verdad, del territorio argen-. tino en sus zonas indicadas; pero, mientras llega el momento de coordinar tan variado material como es el reunido, consi- dero conveniente, antes de consagrarme á los trabajos pericia- les, dar á conocer, aun cuando más no sea en forma sucinta, siquiera una parte de los trabajos ya realizados por mí ó por el excelente personal que me ha acompañado, en los reconoci- mientos hechos sobre el terreno durante tantos años. Ll pro- greso del país, felizmente cada vez mayor, exige estas publica- ciones que deben referirse á regiones apenas pobladas, poco conocidas y generalmente denigradas, y que al ser por primera k Tomo VIII. 1 AR vez aprovechadas por el hombre, no lo son por los que más las harán producir por el esfuerzo de su trabajo en beneficio del engrandecimiento de la Nacion. ls necesario que reaccionemos cuanto antes los argentinos sobre nuestro abandono del aprovechamiento fructífero del suelo de la República y de las riquezas naturales que encierra. Siente pena el que piensa sobre este abandono; y si bien de cuando en cuando iniciativas aisladas tienden á producir reaccion be- néfica, estos esfuerzos no están protegidos por el conveniente conocimiento del medio á que se dirigen, y entonces, ó escollan contra obstáculos que los anulan, ó dan resultados, si no con- traproducentes al fin que se busca, apenas insuficientes para que produzcan los beneficios que de ellos se esperan. Nos falta siempre segura base, es decir, el completo conocimiento de la veografía, geología y meteorología, de la fauna y de la flora, y los que nos empeñamos en que este conocimiento se tenga cuanto antes y luchamos por conseguirlo contra la indiferencia pública y los intereses de algunos, para los que la ignorancia de los más produce fácil ganancia aun cuando sea en detri- mento de la colectividad nacional, no debemos cejar en ese empeño, pues estamos convencidos de que la República Argen- tina no alcanzará el puesto á que tiene derecho en el con- cierto de las naciones, mientras la riqueza nacional no esté afirmada sobre bases mucho más sólidas que las actuales. Triste es decir la verdad de lo que pasa con las regiones que describiré en seguida á grandes rasgos al relatar en general el reconocimiento que practiqué, acompañado de los topógrafos y geólogos del Museo de La Plata, en el verano de este año. La especulacion, principalmente en los territorios australes, crea un valor ficticio á las tierras, que tiene en general por base la audacia Ó la ignorancia, sin que produzca un céntimo al tesoro nacional; y esa especulacion, que no podrá existir con el aprovechamiento de la tierra por los que la labren, es mante- nida por la ignorancia de esa tierra por parte de los que tienen el poder de hacerla valer y entregarla á quien la pueda explo- tar, conociendo de antemano el fruto que puede dar. La indiferencia nacional ante la necesidad de conocer nuestro suelo, podría explicar no pocos de los fenómenos que se oponen á que va seamos la gran Nacion que debíamos ser, atentas las o favorabilísimas condiciones del medio físico que heredamos de Ispaña, y motivo de asombro es entre hombres de pensa- miento que han llegado al país, ó que han inquirido datos sobre su suelo, el abandono que gobiernos y pueblo hacen de las investigaciones reputadas en las naciones civilizadas, como las primordiales para engrandecerse sobre sólidos é inconmo- vibles cimientos. Cuando llegan tiempos difíciles, las lamentaciones y recri- minaciones aparecen entre nosotros, se lanzan juicios temera- rios, se tantea en las oscuridades de lo que se ignora, y en vez de ir adelante con paso firme, confiados en la decision que da el pleno conocimiento del orígen y fundamento de las dificul- tades, que en estas condiciones nunca son insalvables dentro del poder del hombre, nos contentamos con la cómoda espe- ranza de dias mejores, inventada por la debilidad y la apatía. Olvidamos que si es cuestion de honra nacional defender la inte- gridad del suelo nativo, tambien debe ser cuestion de honra nacional darle á este suelo todo su valor, con lo que se evita que llegue el caso de tener que defender su integridad. Los Estados Unidos, sin ejército permanente, sin armada que me- rezca este nombre frente á las de otras naciones más pequeñas, va en camino de ser la primera nacion del mundo por el co- nocimiento que sus hijos tienen del suelo nativo y de los re- cursos que les proporciona el trabajo. Este es el secreto del prodigioso crecimiento de la nacion que pretendemos imitar. La energia, la actividad y la fuerza norte- americanas tienen su orígen en la comunion íntima del hombre con la tierra, que no le es ingrata cuando la ama y la riega con su sudor. Los Es- tados Unidos recogieron la herencia de Inglaterra y la agran- daron, en vez de despilfarrarla; pero nosotros, los que pueril- mente pretendemos ser sus iguales en el Sud, no podemos decir otro tanto. Abandonados hemos sido con nuestra herencia, por no decir pródigos. Cuántas veces los que nos hemos preocupado de este abandono en momentos en que se discutian nuestras fronteras con los vecinos, sea el Paraguay, el Brasil, Bolivia ó Chile, hemos escuchado palabras como estas: «¿Por qué empe- narnos en defender territorios tan lejanos, tan poco conocidos, tan estériles (sin darse la pena de saber si lo son en realidad), cuando tenemos tanta tierra aún tan poco aprovechada?» Pre- E tendidas razones originadas principalmente por la molicie egoista, que priman sobre el derecho y la justicia, que no se detiene á examinar si es deber nuestro ó no defender esas tierras, porque son nuestras, y sin preocuparse aquellos que tales vulgaridades dicen, de que cometen con ellas delito contra la honra de la pátria. ¿s preciso repetirlo constantemente: los argentinos jamás hemos pretendido extender los límites de la República más allá de lo que teníamos cuando nos dimos el título de nacion inde- pendiente; por el contrario, los hemos disminuido, á veces para formar otras naciones, y otras por cesiones que quizás no tuvieron completa justificacion, ó por laudos arbitrales cuyas razones no son tal vez extrañas á la desidia ya apuntada. Pero lo que tenemos debemos conservarlo, y aun cuando feliz- mente no creo que en el porvenir se produzcan inconvenien- tes con las naciones con las que aún no tenemos fronteras completamente definidas, ni que estos inconvenientes puedan resultar de injustas pretensiones nuestras, como las inves- tigaciones que motivan este escrito se refieren á los territo- rios vecinos ó que comprenden estos límites aún no definidos, he considerado más que nunca oportuna su divulgacion en este momento, pues con ella el pueblo: argentino podrá darse mejor cuenta de la operacion de deslinde que se practica. Con el conocimiento de la geografía física de las regiones an- dinas y sus inmediatas, han de corregirse errores generales, muchos tomados como grandes verdades en la concepcion de las líneas fronterizas, y no dudo de que estas publicaciones, al disipar tales errores, revelando la verdad de los hechos, faci- litaran en mucho la tarea de los que deben trazar esas líneas, controlados como estarán por todos los que se interesan en que las cuestiones pendientes con Chile y con Bolivia terminen cuanto antes, con la aplicacion de la verdad que revela la cien- cia, y de la justicia que emana de la verdad. Repito que no creo sobrevengan más dificultades interna- cionales por las cuestiones pendientes sobre fronteras, pero, en todo caso las dificultades se alejan con el conocimiento, por el mayor número, del terreno por donde deben trazarse esas fronteras de acuerdo con los tratados vigentes. Estas cues- tiones deben tratarse á plena luz, y todos debemos desear que esta luz aclare lo más posible. y — 205 — Las investigaciones de que deseo dar cuenta hoy se refieren al estudio preliminar del territorio argentino á partir del grado 23, en la Puna de Atacama, nuestro límite con Bolivia, de acuerdo con el tratado de 1893, hasta las inmediaciones de la ciudad de San Juan, comprendiendo la region montañosa de esa Provincia, la de La Rioja, la de Catamarca y la de Salta; y la region andina y sus vecindades en los Territorios del Neuquen, Rio Negro, Chubut y parte del de Santa Cruz. Inicio la publicacion de estas investigaciones por las segundas que son las que más interés tienen en este momento, en que la poblacion empieza á extenderse en los territorios del Sud y conviene alentarla con la divulgacion de su geografía y de los recursos naturales que ofrece á la actividad de los nuevos co- lonos. Han transcurrido más de veinte años desde que, con el conocimiento personal del terreno, empecé á insistir en la im- portancia grande de esos territorios y en el hermoso porvenir que tienen como futuro asiento de nuevas v ricas provincias, y confieso que me es agradable hoy recordar mi insistencia de entonces para que se estudiaran esas tierras y fueran así aprovechadas cuanto antes. Siempre he pensado que la po- blacion de Patagonia duplicará nuestro valor como nacion, equilibrándola en sus factores de progreso y, por lo tanto, haciéndola poderosa en porvenir no lejano. FRANCcIsco P. MORENO. Octubre 1896. il Ad ñ * BA E a 7 A. ¡5d A Me ra A A al Y , A A 0 y mn ARTS 4 e id $ y! " 0 Ú 1] > 5 QU : A? de - ) EN il : el LAY y Pa Bel ARA id Z E ES La , DAN pe ¿Aa MEN EN o. 4 O : dl EN e o AN ¿l á AE a ie ) == , PAT Sad mi lof Pe y En ' ; m f de AÑ Y OJEADA RETROSPECTIVA Cuando en 1873 hice mi primera excursion al Rio Negro, las fronteras al Sud de Buenos Aires y de Mendoza tenian, como centros principales extremos, el Azul en la Provincia de Buenos Aires, Rio IV en la de Córdoba, Villa Mercedes y San Luis en la de este nombre, y San Rafael en la de Mendoza; Bahía Blanca era un punto aislado, y habia peligro de muerte en cruzar desde allí hasta el Azul ó el Tandil. Recuerdo que en la tarde de Marzo de ese año que llegué á Bahía Blanca, una hora despues invadieron los indios por el mismo camino, y que los vecinos, alarmados, se reunieron en el Fuerte para prepararse á la defensa. Cuando en 1875 volví al Cármen de Patagones por tercera vez, el peligro era aún grande en la cru- zada entre el Azul y Bahía Blanca, y tanto que al regreso de la mensagería que me condujera, ésta fué atacada por los salvajes y asesinados su conductor, peones y pasajeros. ln ese viaje el fortin avanzado en Bahía Blanca era el de Nueva Roma. y no se me olvidará nunca la impresion que recibí al cruzar, acompañado solo de dos muchachos, desde ese fortin al Rio Colorado, y encontrarme con la rastrillada de las lanzas del sanguinario capitanejo Pichun, cuyas polvaredas guiaban mi camino al rio, y el que tres días despues asesinara sobre .”r — 208 — ese mismo camino, en Romero Grande, á ocho confiados arrea- dores de hacienda con quienes me crucé ese dia en el rio y cuyos despojos encontré seis meses despues al regresar por el mismo camino. . ¡Con qué entusiasmo, con qué gratas emociones ante la vision del porvenir de aquellas regiones, marché ese año hasta el pié de los Andes, frente á Valdivia y viví de la vida del Señor de la Tierra en las tolderias de los caciques Shaihueque y ÑNancucheo llegando luego al lago Nahuel-Huapi, realizando así mi aspiracion de niño! Gratos recuerdos me trae esta evocacion. ¡Cómo se deslizaban los horas ante las perspectivas de aquellos paisajes, vírgenes entonces de civilizacion y que cubria en mi entusiasmo con ganados, sembrados y ruidos de industrias y El ferro-carril entonces llegaba solo al Cármen.de las Flo- res, á 200 kilómetros de Buenos Aires, y el territorio recorrido entre ese punto y el gran lago, ¡qué magnificencias naturales ostentaba! No comprendia cómo una nacion viril, dueña de uno de los pedazos más hermosos y fértiles de la Tierra, no se preocupaba de estudiarla para utilizarla en todos sus re- cursos; buscaba la causa de ese abandono y lo encontraba en los fáciles goces materiales del gran centro — Buenos Aires, —en el que inconscientemente concentrábamos nuestras aspiracio- nes, envueltos en el cosmopolitismo que nos absorbia, arru- llando nuestra vanidad de dueños de .una tierra generosa y contentándonos con el recuerdo de glorias pasadas, que, en nuestra holganza, admirábamos como esfuerzos de hombres diferentes de los del dia, sin pensar un segundo que todos los hombres son iguales cuando aman y veneran de la misma manera el suelo en que han nacido. Y un año más tarde, encontrando tambien nuevas tierras, rios y lagos navegables, bosques inmensos, en las nacientes del Santa Cruz y cruzando los feraces terrenos entre ese rio y Punta Arenas, cómo se ensanchaba mi espíritu ante tales mues- tras de riquezas y mi anhelo por que su aprovechamiento en- egrandeciera cuanto antes la República! In 1876 pude visitar la naciente Colonia del Chubut, oasis en el desierto, aislada en el extremo Sud á la manera de los establecimientos daneses en la helada Groenlandia, ¡tan desco- nocida era la tierra patagónica en su interior! El Puerto Deseado se encontraba entonces en el mismo estado en que lo dejara Viedma al abandonarlo en el siglo pasado, y la bahía de Santa Cruz permanecia tan solitaria como en el tiempo en que — 209 — el almirante Fitz Roy reparara en ella, aprovechando las mareas que tan poca atencion merecen todavía para la utiliza- cion de nuestros puertos, las averias de la veterana «Beagle», mientras acompañado de Carlos Darwin ascendia el caudaloso rio, hasta la llanura misteriosa que cuarenta años despues visitaba yo, en su hermosa red de lagos y cuyas extremidades permanecen aún desconocidas. Ese viaje tenía por objetivo, además del reconocimiento del Rio Santa Cruz, averiguar la verdadera situacion de la Cordi)lera de los Andes. En ese entonces, argentinos y chilenos nos disputá- bamos, alegando cada uno mejores derechos, las tierras ma- gallánicas situadas al Oriente de los Andes y esa excursion robusteció, en mi-opinion, nuestro derecho á esas tierras (que encontraba tan feraces y tan llenas de promesas. En 1879 visité de nuevo la Patagonia, siempre llevado allá por los mismos propósitos: conocer esos territorios hasta sus últimos rincones y convencer con pruebas irrecusables á los incrédulos y á los apáticos, del gran factor que, para nuestra grandeza, seria la Patagonia, apreciada en su justo valor. Mucho habia adelantado el Rio Negro en el tiempo que mediaba entre mi primer viaje á sus nacientes y el nuevo que emprendia; la línea de fronteras entre la civilizacion y ¡a barbarie, habia avanzado y los campamentos se encontraban ya en Choelechoel y en Chichinal, y en puntos que visité, desiertos antes, se inl- ciaban ya pueblos laboriosos. Llegué en ese viaje hasta las hermosas praderas que están al Occidente del Tecka, en el grado 43, próximas al punto donde siete años despues se fundara la colonia «16 de Octubre »; volví á visitar el lago Nahuel-Huapi1, reconociendo su márgen Sud, hasta los fjórds del Occidente y llegué por segunda vez á las tolderías de Shaihueque, en mucho peores condiciones que cuatro años antes, y pude ser testigo de los últimos dias de existencia de las tribus nómades y salvajes, habiendo tenido entonces dias de halago en medio de dias muy duros al presentir la proximidad de la realizacion de mis asp1- raciones: el aprovechamiento por el trabajo de aquella Suiza argentina, como la habia llamado al volver de mi primera visita. No es mi intencion extender este retrospecto y me detengo con pena, porque agradable me seria contar escenas y paisajes desaparecidos ya con los medios en que se produjeron; hoy sobre todo, que los años han suavizado los recuerdos, tornando dulces las amarguras; lo haré en los años de reposo, si me llegan, y haré entonces el relato de las impresiones que expe- rimenté en las regiones andinas, antes del aniquilamiento — 210 — de las tribus, al vivir de la vida del indio nómade, indepen- diente, dueño de pampas y montañas, sin más leyes que las que le imponian sus limitadas necesidades, alimentándose de los animales del campo, cuando no del robo al «cristiano» vistiéndose con la labor de sus mujeres y guerreando de tiempo en tiempo por cuestiones de borrachera ó «brujeria»..... Como Director del Museo de La Plata, y disponiendo ya de otros medios, he continuado, con colaboradores más ó menos activos, el estudio de aquellos territorios, y las galerías y ar- chivos del establecimiento á cuyo desarrollo dedico todas mis fuerzas, guardan los resultados de esos estudios. Así, nuevas exploraciones en el Rio Santa Cruz adelantaron nuestros cono- cimientos sobre la geografía, geología y la biología de esos territorios y permitieron reunir preciosos datos sobre el Territorio del Chubut hasta el Lago Buenos Aires; eran preliminares de exploraciones más ámplias y detalladas que se emprenderian á su tiempo. El año 1893 el Gobierno de la Nacion decidió prestar su cooperacion á fin de que los trabajos que el Museo hacia para estudiar el suelo argentino, se realizaran con ma- vores facilidades, lo que daria naturalmente mayores resultados. Con ese año se inició pues una nueva era para este estable- cimiento; las aspiraciones de sus colaboradores habian sido apreciadas v éstos se entregaron con más ahinco que nunca á realizar el ámplio programa que condensa sus esfuerzos por el progreso intelectual y material de la Nacion. Así, los que formamos su personal, hemos recorrido del año 1893 al 1895, desde las heladas regiones de la Puna, en nuestra línea divisoria con Bolivia, hasta el Departamento de San Rafael en la Pro- vincia de Mendoza, estudiando la geografía, la geología y la mineralogía, etc., en las altas cumbres y en los vastos llanos y revelando por vez primera la fisonomía exacta de la orografía andina en tan vasta extension, hasta entonces casi compleéta- mente desconocida, lamentando que antes no se hayan realizado tales estudios para haber evitado no pocos trastornos en el trazado de las fronteras internacionales. Como lo he dicho en otra parte, dejo para despues la publi- cacion de los estudios realizados en esas regiones. A fines de 1895 decidí volver al Sud y recorrer las regiones que pude visitar y aquellas donde no me fué posible alcanzar entre 1875 y 1880. Consideraba necesario, debo decir indispen- sable, ese viaje, para completar el reconocimiento preliminar de la region occidental de la República, y me era agradable diri- gir en persona los trabajos que ejecutarian mis abnegados Y colaboradores, pues en esa excursion me proponia apreciar las modificaciones que el transcurso de veinte años habia produ- cido en las regiones del Sud. En esos veinte años, habia desa- parecido el indio indómito; ya no existian fuertes ni fortines que se opusieran á sus depredaciones, y donde se levantaba antes la tolderia, donde habia sufrido y soñado para olvidar penurias, se alzaban pueblos; los alaridos de las juntas de guerra y de los parlamentos habian callado para siempre, y los ganados que pacian en esas praderas fértiles no eran ganados robados, sino que formaban núcleos de los rebaños prodigiosos del próximo porvenir; deseaba ver todo eso y darme cuenta si lo obtenido era lo bastante; si el esfuerzo hecho correspondia á la conquista alcanzada sobre el salvaje; y sentirlo por mí mismo, comparar el pasado con el presente y apreciar si el progreso soñado existia en realidad ó estaba retardado y por qué causas. Así preparado, con estas aspiraciones, emprendí la excursion que voy á reseñar, sin extenderme en detalles, que quedarán para ser consignados en memorias especiales, una vez que estén estudiados y coordinados los numerosos materiales ya reunidos. AA E TI PROGRAMA — SAN RAFAEL — CHOSMALAL Mi programa comprendia el reconocimiento geográfico y geo- lógico, dentro de lo posible y en el perentorio plazo de cinco meses, de la zona inmediata á los Andes y de la parte oriental de éstos comprendida entre San Rafael en la Provincia de Men- doza y el Lago Buenos Aires en el Territorio de Santa Cruz. ¿ra ésta extensísima tarea, pero que creia poder llevar á buen fin con la distribucion que habia hecho del trabajo entre mis co- laboradores. Esta distribucion era la siguiente: los ingenieros topógrafos Enrique Wolff y Cárlos Zwilgmeyer y el geólogo Rodolfo Hauthal, acompañados del dibujante paisajista Cárlos Sackmann y del cazador del Museo Matias Ferrua, reconocerian la region entre San Rafael y Chosmalal, en forma de simple itinerario, y desde ese punto donde se reunirian conmigo, procederian segun las instrucciones que les daria sobre el terreno. Los ingenieros topógrafos Adolfo Schiórbeck y Eimar Soot, el geólogo Santiago Roth y el ayudante Juan M. Ber- nichan, se dirigirian por el Rio Negro y el Limay hasta Collon-Curá; desde allí los señores Soot y Roth se internarian por el Rio Caleufú, y reconocerian sus afluentes á la espera de nuevas instrucciones; el señor Schiórbeck se dirigiria á Nahuel-Huapi con el señor Bernichan, quien quedaria allí en- cargado de la estacion meteorológica, mientras que el primero — 213 — se internaria por el Lago Gutierrez hasta donde le fuera posi- ble y reconoceria las serranias vecinas. Los ingenieros topó- grafos Gunardo Lange, Teodoro Arneberg, Juan Waags, Juan Kastrupp, Emilio Frey y Ludovico Von Platten. el ingeniero de minas Joanny Moreteau y el naturalista viajero Julio Koslowsky, reconocerian, siguiendo las instruccciones dadas. la region comprendida entre el Sud del Lago Gutierrez y el Lago Buenos Aires. Así el señor Frey debia explorar las tierras de Cholila y los valles y serranias situados al Norte y Noroeste del Lago Puelo y al Oeste del principal afluente Norte del Chubut, desde las nacientes del Rio Manso, punto que exploraria el se- nor Schiórbeck. El señor Lange debia explorar la red de lagos entre los de Cholila y el Fetá-leufú, hasta donde éste recibe las aguas del Rio Corintos, en el Valle 16 de Octubre. El señor Waag reconoceria la region del Rio Corcovado, ó Carrenleufú, hasta donde fuera posible dentro de la parte explorada por los señores Steffen y Fischer. El señor Kastrupp topografiaria la re- gion al Oriente del Lago General Paz, y el valle del Gennua; y el senor Von Platten los valles regados por el Rio de las Vacas y por el Rio Pico, internándose luego hasta donde le fuera po- sible en la region montañosa. El señor Arneberg, acompañado del señor Koslowsky, exploraria los lagos Fontana y La Plata, y luego la region entre el Rio Senguerr y el Lago Buenos Aires, hasta los primeros cerros nevados que cruzan los afluentes del Aysen en su descenso hácia el Pacífico. El señor Moreteau ten- dria á su cargo el estudio geológico del Valle 16 de Octubre y de las montañas vecinas. Todo este competente personal, perteneciente á las secciones topográfica y geológica del Museo de La Plata, se puso en marcha á principios de Enero del año actual 1896, desde sus puntos de partida, no habiendo podido hacerlo antes por las dificultades que se presentan siempre desgraciadamente entre nosotros cuando los elementos de que debe disponerse no dependen directamente de quien dirige esta clase de investiga- ciones, y sí de trámites administrativos engorrosos y lentos. * Mi propósito era encontrarme en el terreno de investigacio- nes de cada uno de los operadores nombrados. para tener así una impresion personal del conjunto de los resultados y poder con ella darme cuenta luego de sus detalles. Esta reseña contiene, pues, no solo mi impresion personal sobre el territorio recorrido en 1896, sino tambien y principal- mente el extracto de las observaciones hechas por mis colabo- radores. Más adelante, cuando todos los materiales reunidos o — 214 — hayan sido debidamente preparados, se publicarán memorias parciales que contengan las observaciones de cada uno de los miembros de la expedicion, pues como he dicho ya, el tiempo falta hoy para preparar esa publicacion. A fines del mes de Enero me encontré en San Rafael, de- partamento de la Provincia de Mendoza, cuya geología habia hecho topografiar y estudiar en parte, en 1894, penetrado de su inmenso porvenir ('). Las instrucciones que para ese trabajo dí, pueden dar una idea del plan que sigue el Museo de La Plata en esta clase de investigaciones y sus propósitos, por lo que transcribo la parte más pertinente, no considerándola fuera de lugar. Dicen las instrucciones: «Estudio geográfico y estadístico de la misma region (De- partamentos de San Cárlos y San Rafael), del punto de vista de la poblacion, y de los elementos que puedan proporcionar á la riqueza nacional, sus caminos y los accidentes del terreno cuyo conccimiento convenga á los intereses de la Nacion. «Se trata, siguiendo el programa que se ha trazado este Museo, de hacer conocer todo el territorio argentino en sus múltiples fases: en primer lugar como poder económico, y, en las regiones que limitan con otras naciones, todo lo que pueda contribuir á mantener la integridad del territorio argentino. La parte de nuestro territorio, cuyo estudio se confia hoy á los señores expedicionarios, es interesantísima bajo estos aspectos, y, si la investigacion se lleva á cabo, en la forma ordenada, el Museo contribuirá á revelar una zona descuidada hasta ahora, y que puede convertirse en una de las más importantes de la República. «No basta conocer la extension y potencia de los mantos car- boníferos y su explotabilidad. Hay que tener en cuenta que la situacion geográfica de esa parte de la provincia de Mendoza, alejada por la distancia y los accidentes del terreno, de los principales centros industriales, disminuye las probabilidades de una explotacion próxima y fructuosa de esos mantos, y es necesario buscar modo de que el carbon, si no puede llevarse por ahora á los citados centros como combustible, llegue á ellos en otra forma, sea empleándolo en el beneficio de los metales, (*) Exámen topográfico y geológico de los Departamentos de San Cárlos, San Rafael y Villa Beltran, por Gunardo Lange, Rodolfo Hauthal y En- rique Wolff. «Revista del Museo de La Plata.» Tomo VII. La Plata 1895. | — 215 — sea aplicándolo á otras industrias, en las que entre como factor importante y que puedan desarrollarse en los sitios inmediatos á las minas. Además, se debe tomar nota de todos los elemen - tos que puedan facilitar el más rápido progreso de esa region extensa, aislada del resto de la República y proporcionarle re- cursos de aprovechamiento inmediato para que la poblacion afluva allí cuanto antes. «Debemos tener presente que hasta que no se establezca un perfecto equilibrio en los elementos de produccion y poblacion, en todo el vasto territorio de la República, ésta no adquirirá la fuerza económica y política que debe tener en un futuro más ó menos inmediato. El abandono en que se encuentra la inves- tigacion de todo lo que puede contribuir á que ese futuro esté próximo, es cada vez más criticado por los hombres de pensamiento de Europa y de Estados Unidos, y puede llegar á ser un grave inconveniente para nuestro desarrollo y, por lo tanto, para que lleguemos al puesto que nos corresponde entre las naciones. La República no puede quedar estacionaria, ni contentarse con su fama de rica, fama más ó menos bien merecida. Los que siguen el desenvolvimiento de las naciones sud-americanas, observan que no poca parte del progreso de la Argentina es ficticio. Sienten que solo se mueve en ella lo que está inmediato á los puertos, que pueden considerarse como pedazos de Europa, y que, con raras excepciones, se abandona el interior, desequilibrándose el país cada vez más, como Na- cion, á medida que se pretende hacerlo más rico, y dificultando su cohesion social y política. No se forman centros de consumo inmediatos áú los centros de produccion; todo tiende al litoral, y así, la poblacion permanece casi estacionaria donde no llega el inmigrante, al que no ofrece aliciente alguno la vista triste de las regiones interiores. La falta de medios fáciles de tras- porte y de comunicacion frecuente y barata, con los centros poblados, causa desgano por el trabajo sin rinde rápido, y no se aprovecha las riquezas naturales, que abundan doquiera se las busque. Todo esto obliga al estudio minucioso de la region mendocina que va á ser explorada. Debemos tratar de que esa mala impresion cese cuanto antes, y se recomienda á los expedicionarios que al realizar sus investigaciones tengan siempre presentes estos propósitos que guian al Museo al dis- poner el estudio de los territorios andinos. Ese estudio, con ámplio programa, será de gran provecho, y la iniciativa de este establecimiento será bien juzgada por todos los que se interesan en el progreso del país. Tomarán tambien la mayor cantidad — 216 — posible de fotografías, cróquis, ete., para la mayor facilidad del exámen de los datos que reunan v su reduccion en forma de libro.» Hasta aquí las intrucciones dadas. Los resultados alcanzados durante esos reconocimientos de los señores Lange, Wolff y Hauthal, confirmaron mis esperan- zas. Ya el Departamento de San Rafael preocupa á los hombres de empresa; pronto será cruzado por ferro-carriles y formará en próximo tiempo uno de los centros más activos de produccion y bienestar del interior de la República. Los pocos dias que pasé allí preparando un viaje, en cortas excursiones, me fueron agra- dables, observando personalmente las fuentes de riqueza que ya se explotan y las que en breve lo serian. El enorme caudal de los rios Diamante y Atuel y sus afluentes, pueden regar cen- tenares de miles de hectáreas, y la composicion de esas tierras permite esperar crecida compensación para aquellos que les en- treguen su energia y su confianza. IEntre la villa de San Rafael, situada en la márgen izquierda del Diamante y Cañada Colorada (Lat. Sud 3527'50" ), se en- cuentra la pintoresca Sierra Pintada, resto de una de las más viejas sierras de la República y por lo mismo más quebrada. Sin grandes alturas prominentes, compuestas por pórfidos, areniscas, esquistas y cuarzitas, cruzadas por vetas de rocas volcánicas y en que la tradicion coloca ricos depósitos de me- tales preciosos, su suelo, en más de un punto, está sembrado de trozos de mármol onix, verde, rojizo y azulado. Indudable- mente, en esa sierra desamparada hoy, se desarrollarán indus- trias productivas una vez que se acerquen á ellas los rieles. Pasada esta sierra y sus últimos lomajes pastosos, preséntase una extensa planicie ondulada. Al poniente las serranias que preceden la alta Cordillera nevada, con su grande abra, por donde desciende el Atuel y su afluente Sudoeste; el Salado al Sud; en la lejania la Sierra de Loncoche y entre ésta y el Atuel, la Laguna Llancanelo, resto de un antiguo y extenso lago, dominada al Oriente por la alta Sierra del Nevado, aún inex- plorada en gran parte; entre las serranias que corona el Nevado (3810 m.), de fabulosa y problemática riqueza, al Nornoroeste, tras las lomas, el cerro volcánico del Diamante (2300 m.). Así, vista la sierra del Oriente desde el Atuel, en las proximidades de la confluencia del Salado, aparecen las sierras Pintada y del Nevado como fragmentos de una larga cadena antigua, indepen- diente de las sierras montañosas del Occidente. No seria extraño a lr que esas sierras pertenezcan al mismo sistema que domina la ciudad de Mendoza. El ancho valle longitudinal, hoy cubierto de cantos rodados y pequeñas lagunas saladas, con excepcion de las inmediaciones de los rios y los bañados del norte, y que se prolonga desde el sud de la Laguna Llancanelo en las serranias que limitan los brazos del Rio Grande, de las que forma parte este valle, tiene su mayor altura en esta parte sud, y desciende gradualmente hácia el norte, interrumpido apenas por el volcan aislado del Diamante y sus lavas; parece ser resto de un gran lago interior, que bordeado al naciente y poniente por las alturas precursoras de los Andes y las del sistema del Nevado y Sierra Pintada, y más al norte por los lomajes cuyas protuberancias principales son las alturas de Guaiqueria y Guadal. La aparicion de los volcanes modernos de Diamante, de Leñas Amarillas y los del oriente, como el Cerrito situado al norte del Rio Diamante en las inmediaciones del Cuadro Nacional y los de la Sierra del Nevado, contribuyó quizás al desvio de esas aguas facilitando la erosion en las direcciones que actualmente llevan. Los enormes depósitos de detritos rodados indican una masa considerable de agua en movimiento, y si ya frente á Mendoza se observan per- fectamente claras las morenas glaciales, la presencia de este periodo y su accion en la orografia preandina se advierte á primera vista desde el Atuel al sud. La grieta profunda abierta en el pórfiro, en las proximidades del puente de Pituil sobre el Atuel, es una de las curiosidades de la region y merece ser reproducida aquí (lámina 1). La mayor depresion de las sierras orientales se encuentra en este pintoresco «cañon». El «Exámen topográfico y geológico» ya citado, me permite pasar sin mayor detenimiento sobre esos llanos, que solo aguat- dan el riego para convertirse en asiento de productivas estancias, y llegar á la Cañada Colorada, hermosa finca y base para una colonia importante, cuando su propietario se convenza de que más provecho le dará la explotacion del suelo en fracciones de prudente extension que el primitivo sistema actualmente im- plantado. El «Alamito», inmediato á Cañada Colorada, antes cuartel avanzado en las fronteras, está abandonado y sus hier- mosos alfalfares se pierden sin ser aprovechados por su dueño, el tesoro nacional. Indudablemente, no pasará largo tiempo sin que un ferro- carril cruce los Andes siguiendo el abra por donde corre el Rio Salado, y entonces estas tierras han de adquirir un subido valor. El ferro-carril Tinguiririca-San Rafael no puede tardar Tomo VIII. 2" — 218 — mucho tiempo en ser construido, y su prolongacion hácia Buenos Aires y Bahía Blanca, por empalmes con los ferro-carriles que va avanzan en esa direccion, será, á no dudarlo, el camino inter- oceánico de mayor tráfico por la baratura de sus fletes. En Canada Colorada encontré al ingeniero señor Wolff, que me esperaba, habiéndose ya adelantado hácia San Rafael los seño- res Hauthal y Zwilgmeyer. Hice algunas pequeñas excursiones para examinar las capas fosilíferas pertenecientes á la formacion cretácea, la que, con la formacion jurásica, se extiende hácia el oeste, cubierta en parte por rocas volcánicas, pero no me fué dado visitar el Cerro del Alquitran, que alimenta con otras una pequeña industria susceptible de fuerte impulso una vez estudiada la region donde se encuentran los materiales petro- líferos. El señor Hauthal habia hecho una hermosa coleccion de fósiles en algunas excursiones en esa direccion, y habia alcanzado por el oriente hasta la Laguna de Llancanelo y las faldas del Nevado, sierra formada de capas rhéticas ó más antiguas y coronada por rocas neo-volcánicas, principalmente andesíticas, mientras que á orillas de la laguna, seca entonces, rodeada de extensos escoriales, se observa el basalto olivínico. El agua de esta laguna, que disminuye cada año, es muy salobre en sus orillas, pero cuando alcanza un metro de pro- fundidad, mejora mucho y puede beberla el ganado. El 5 de Febrero salimos de Cañada Colorada y pasamos la antigua poblacion de Malargue, encerrada entre los lomajes y cuyos muros y puertas conservan rastros de los ataques que sufrió de parte de los indígenas. Se conserva vivo el recuerdo de doce mujeres quemadas por los salvajes dentro de una pieza. La formacion cretácea continúa con sus capas fosilíferas y se prolonga al sud hasta más adelante del Rio Grande. Debo al señor Hauthal la siguiente interesante observacion: estas capas jurásico-cretáceas que en parte de la Cordillera situada “en las provincias de La Rioja y Catamarca, se encuentran al poniente de cordones centrales de los Andes, pasan poco á poco, en el sud, hácia el lado oriental; en la region del Acon- cagua se encuentran en los mismos cordones, pero á unos dos- cientos kilómetros más al sud, ya se los observa al oriente de ellos y en las sierras de Catalin, en el Territorio del Neuquen, se presentan á cien kilómetros al naciente de la Cordillera de los Andes. Ll camino desde Malargue sigue al sud, próximo por las orillas del pintoresco Arroyo de Loncoche, cuyas laderas pasto- sas, redondeadas, con grandes cantidades de trozos de rocas OL volcánicas aristadas, apenas rodadas y que á veces alcanzan á medir dos metros cúbicos, son pruebas evidentes que allí tambien alcanzó la accion glacial. En las inmediaciones de Butamallin establecimos nuestro campamento esa tarde. Este lu- gar está dominado por un lado por un pintoresco peñasco volcá- nico, corral natural hácia donde los indígenas y despues los gauchos corrian los guanacos, tan abundantes aún hoy allí, para que se despeñaran luego desde la altura á pique y les proporciona- ra fácil y productiva cacería. Los cerros de pintorescas formas, dentadas, de vívido colorido y el hermoso paisaje que dominan, contrastan con las amarillentas y tristes tierras del bajo que aca- bábamos de dejar aún envueltas entre la bruma de la laguna y las engañadoras siluetas del espejismo sobre los vastos campos de sal. Al dia siguiente cruzamos el Portezuelo de Loncoche, alto de 2030 metros, que separa las aguas que corren al norte y al sud, dominado por los cerros de Butamallin y Tronquimalal (2310 m.). Este cordon, aparente, de serranias que se destacan del occidente, se extiende al oriente en cerros y lomajes que á medida que se acercan al llano oriental disminuyen de altura, formando la separacion de la hoya del norte del Malargue y se unen, por medio de escoriales y volcanes pequeños, á las serranias Jongitudinales del Nevado. Entre el campamento y el portezuelo se observan caracte- rísticas morenas glaciales, y bajo ellas la roca neo-volcánica que cubre las capas sedimentarias cretáceas que presentan pequeñas fajas negras con rastros de carbon. El campo me- jora á medida que se avanza al sud, á pesar de la altura, y la capa de humus que vemos por primera vez mide en algunos puntos hasta tres metros, coronada por gallardas cortaderas (Gynnerium) que probablemente han producido ese fértil de- trito. Al Oeste, los farellones á pique del Cerro Butamallin, están cruzados por diques de rocas volcánicas y uno de estos diques atraviesa verticalmente las rocas sedimentarias inme- diatas al camino. Así como el Arroyo Loncoche corre directa- mente al norte, cruzado el portezuelo encontramos el Arroyo del «Agua Votada» que se dirige á su vez directamente al sud. Las capas cretáceas están inclinadas hácia el Oeste, y las are- niscas rojizas presentan caractéres metamórficos, probable- mente por la proximidad de las grandes masas volcánicas. Il Arroyo del Agua Votada una vez que llega á Butaló tuerce al este por terrenos areniscos, sin pasto casi; lo atravesamos para trepar por laderas quebradas y desnudas que dejan ver su constitucion geológica cretácea y las rocas neo-volcánicas — 220 — negras, hasta alcanzar el portezuelo en la cadena que viene del noroeste. Desde ese punto tenemos al norte el cerro Loncoche, inmediato al portezuelo de ese nombre, y el cerro Lavatre al noreste. Se desciende al sud por una quebrada entre altos lomajes que parecen ser los contrafuertes de la cadena lateral de Calqueque por el oeste, teniendo al oriente el cerro Butaló. La Vega de Comalleu es una hermosa man- cha en aquel paisaje triste, en el que las capas cretáceas están cubiertas por negras rocas basálticas, y éstas á su vez por detritos glaciales que forman morenas muy características al llegar al valle del Rio Grande. La vista de este rio, donde cae el camino, es hermosa. Il ancho cáuce presenta el rio dividido en varios brazos y las vegas verdes se extienden hasta las faldas de las montañas. Se ve desde allí que el Rio Grande ha cortado la cadena lateral de Calqueque, cuya formacion sedi- mentaria se observa en los rodados con fósiles que se ven en las morenas. El rio llevaba demasiada agua, y como no daba paso en ese momento debimos costearlo en su rumbo general, acampando en sus orillas donde fuimos víctimas de los mosquitos, jejenes y tábanos que dan merecida fama á la region. Por el occidente teníamos un cordon bastante elevado que precede á los verda- deros Andes, y del que bajan algunos arroyuelos á aumentar sus aguas, y por el este las lomas son bajas, cubiertas de cascajo rodado y generalmente constituidas por rocas neo-volcánicas que reposan sobre areniscas y conglomerados en posicion hori- zontal, capas mucho más modernas que las que forman el cor- don citado. Más al este se levantan cerros aislados, volcánicos. bastante elevados. El valle es ancho durante unos veinticinco kilómetros hácia el sud-sudeste que es su rumbo general, y á esa altura se es- trecha obligado por mantos extensísimos de escorias negras que descienden de los cráteres que se ven en línea longitudinal al oriente y que domina algo más al este el colosal volcan moderno, el Payen, de reputacion legendaria por sus riquezas minerales, que nadie ha visto en estos últimos años. Paisaje tremendamente triste. Las negras lavas, destacándose retorcidas como gigantesca débacle de témpanos negros sobre las arenas blancas y brillantes de los médanos, arenas que resultan de la descomposicion de las tobas de esos mismos volcanes, se extiende con suave inclinacion desde los cráteres negruzcos, rojizos, que abrieron sus flancos para dar salida á esos torrentes incandescentes. No he visto en toda la República AA paisaje con un carácter más acentuado de volcanismo moderno que aquél. Las lavas negras de Antofagasta de la Sierra, en la alta Puna de Atacama y sus conos renegridos, estriados de rojo y amarillo, no impresionan tanto; y el Payen, á pesar de no tener altura aproximada á la de los gigantes de la Puna, im- pone más por el aspecto terrible de desolacion de ese paisaje, impresion que aumenta cuando se pasa desde los campos sem- brados del ancho valle del rio, á serpentear entre las arenas sueltas y las lavas abruptas y frescas en apariencia. Mucho deseaba demorarme é internarme en esos laberintos de escorias, cubiertos de espuma negra y alcanzar hasta los cráteres que nos atralan con sus misteriosos raudales rojizos y negros hasta perderse entre la bruma azulada, pero el tiempo nos era muy escaso, y, sin detenernos, empleamos todo el dia trepando esas escorias hasta dar con el famoso puente del rio, único paso por el momento. El rio, que á veces pasa de cien metros de ancho, se enca- jona de repente en una profunda grieta de la lava hasta medir apenas seis metros en algunos lugares, y allí se ha tendido un atrevido puente sin baranda alguna, estrecho, que si bien no ofrece peligro para ser cruzado por los que no sufren de vértigo, no es agradable hacerlo cuando se vé debajo, á diez metros, el espumante rodar de las aguas tronando sobre los negros peñascos y las cavidades de los costados á pique (lámina Il). El campamento quedó establecido esa noche al pié de un cráter negro y rojo, hermoso y tétrico (1170 m.), situado en la falda del cordon sedimentario longitudinal. Es digno de notar que estos volcanes modernos, cuando se presentan inmediatos á los cordones, se levantan en la falda como si hubieran aprove- chado puntos débiles de las plegaduras que formaron los cordones. Desde el campamento vimos la línea de volcanes modernos del oriente paralela á los cordones montañosos del occidente, y des- tacándose al norte, un gran cerro alto de cúspide más ancha que el Paven y que tiene la apariencia de pertenecer á otro tipo distinto de éste y de formar parte de una cadena que se prolonga al norte. Además del enorme Payen, más cerca se vé otro cerro más pequeño, que es el que probablemente ha derramado las lavas que han formado el gran escorial vecino. El tajo en la lava es parecido al del Atuel en Nihuil á través de las sierras del Nevado y de Ja Pintada, pero aquel se ha abierto en rocas porfíricas, mientras que éste cruza escoriales modernos. Desde el puente el camino trepa una empinada falda de rocas sedimentarias que me parece pertenecen á la formacion cretácea. Desde la altura (1970 m.) se domina el oriente y el norte. Se vé desde allí un bajo extenso al norte del Payen, entre éste y el extremo de una cadena longitudinal más oriental, pero se obser- va que los cerros que cruzamos dos dias antes pertenecen á la línea del cerro Butaló que se prolonga por el cerro Huircan cuyas faldas costeamos. Los escoriales llegan hasta el pié de los cerros, que en este punto están formados de una roca de aspecto porfírico que recuerda al Cerro Pan, en la Cordillera de Copiapó. Cruzamos dos arroyuelos afluentes del Rio Grande separados por altos lomajes y acampamos á orillas del arroyo Calfuco ó Covunco (1600 m.), estrecho valle pero con hermosa vega. Al dia siguiente, 9 de Febrero, nos dirigimos al rio Bar- rancas; el camino al principio se hace por terrenos volcánicos y luego por formaciones sedimentarias con inclusiones volcá- nicas. A medio camino se levanta un hermoso volcan que ha cubierto de escorias el bajo, que parece fué antigua laguna, y al este-noreste y al este del Rio Grande, se destaca otro vol- can hermoso, moderno, cuya base de rocas estratificadas hace recordar, en conjunto, el volcan Azufre de Copiapó aún cuando sus proporciones son menores. El Rio Barrancas, es decir su valle abrigado, está cultivado; el trigo y la viña se producen bien, lo mismo que varias fru- tas. Para llegar ú ese rio hay que atravesar varios portezuelos cuya altura oscila entre 1500 y 1600 metros y el paso del rio se hace á 970 metros. Los bajos, entre los portezuelos, contienen arroyuelos que se dirigen todos con rumbo aproximado oeste- este al Rio Grande. Pasado el Rio Barrancas, el que con el Rio Grande forma el Rio Colorado, se asciende de nuevo á altos lomajes con prados naturales, como Ranquilcó (1170 m.), y se llega al puesto de don Benjamin Cuello (1390 m.) donde acam- pamos esa noche. Los campos mejoraban notablemente v puede decirse que allí empieza la hermosa tierra del Neuquen, tan llena de promesas. Por campos ondulados, pastosos, seguimos al sud al dia siguiente, cruzando Butacó, grieta entre las rocas neo- volcánicas (1890 m.) por donde corre un arroyo caudaloso, y empezamos la bajada hácia el majestuoso Tromen, el volcan apagado más hermoso y más imponente de la region. El terreno mejora notablemente allí, siendo los campos que cruzamos los más fértiles que vimos en ese viaje. La laguna situada al pié occidental del Tromen, á la que se llega despues de cruzar un extenso escorial, es pintoresca en extremo; y ese dia, las aguas verdes, con reflejos dorados y sombras violadas de pecho Sr — 223 — de torcaz en el fondo donde se eleva el cerro gris negro, pre- sentaban un colorido que no he visto en ninguno de mis viajes. Los blancos cisnes y los rosados flamencos que abundaban en esas aguas, inmóviles, de orillas negras como tinta de China, realzaban la singular belleza tranquila y suave de ese paisaje. Sin embargo, los campesinos retiraban en ese momento sus ha- ciendas; el Tromen habia mujido poco antes y no faltaba quienes temieran que entrara en actividad. Todo el trayecto, hasta el pueblo de Chosmalal, á donde llegamos á la tarde, es hermoso y fértil; los sembrados presentan trigales y verduras cuyo crecimiento es prueba de la bondad de la tierra y del clima. Lásti- ma grande es que la forma imprudente en que se ha distribuido la tierra pública no obligue á la colonizacion inmediata. Las concesiones de grandes áreas serán siempre un desprestigio para el Gobierno argentino y una rémora para el progreso del país. Si la distribucion de la tierra pública se hubiera hecho en los territorios del Sud con el conocimiento prévio de esos terrenos, su poblacion actual sería cincuenta veces mayor, y ese territorio una provincia argentina rica y populosa. Pero con estancias de treinta y dos leguas, que solo requieren un hombre por legua para el cuidado de las haciendas, me temo que no prospere rápidamente esa admirable region. Llegamos el 9 á la tarde á Chosmalal (790 m.), el antiguo fuerte Cuarta Division, y hoy capital del Territorio del Neu- quen (lámina III, fig. 1), situado en la confluencia del rio de este nombre con el Curileo, y encontré allí acampados á los señores Hauthal y Zwilgmeyer. Chosmalal progresa, pero len- tamente. La distancia y la falta de caminos carreteros no son los principales obstáculos; estos son los que produce la falta de una buena ley de tierras que permita al colono trabajar en lo suyo desde el primer momento que lo ocupa, obstáculo con que se tropieza en todos nuestros pueblos nacientes del Sud. Ó pertenece el suelo á un afortunado particular que no siempre lo posee con buen título, cuando éste no ha sido arrancado al Fisco por sorpresa ó por indiferencia de los que tienen el deber de vigilar por el cumplimiento de las leyes que rigen su enajenacion, ó es del Fisco, y éste no se preo- cupa como debiera, de arraigar al poblador dándole ó ven- diéndole el pedazo que pueda cultivar. Y sin embargo, Chos- malal tiene porvenir, y grande. Su situacion lo permite, pues allí confluyen caminos de todos los vientos, y las riquezas minerales en que abundan las serranias inmediatas, contribui- 'án, cuando llegue el dia en que las aprovechemos, á hacer pro- eresar las colonias agrícolas y pastoriles, que pueden prosperar en los fértiles valles. Pero hoy, raro es el colono que se atreve á poblar lejos del centro urbano; su vida está en peligro por los bandoleros que pasan de Chile perseguidos por la justicia de aquel país. Y pena dá el ver abandonados tales prados y pensar que en tiempos en que el indio salvaje ocupaba esas tierras la vida del blanco no tenía allí mayores zozobras que hoy. Visité en las inmediaciones de Chosmalal algunos puestos donde antiguos pobladores chilenos cultivaban la tierra desde cuarenta años atrás. Hl indio los dejó trabajar en paz y el blanco, cuando arrojó al indio, nolos molestó. Largas historias pueden referir esos hombres que han formado allí familias numerosas, testigos como han sido del poderío de los caciques, de sus malones y de sus orgias, de su decadencia y desapari- cion, no ante la civilizacion, que ya la tenian en las mismas condiciones que el actual habitante de esas campañas, pero sí ante el remington. El viejo fortin que se conserva en parte sobre un peñasco dominando los dos rios, ¡cuántas tragedias esconde en sus fosos! Hice en los tres dias que demoré en Chosmalal, varias pequeñas excursiones que me permitieron conocer sus valles inmediatos, tan ricos en fósiles cretáceos y jurásicos, y las famosas minas de sal que proveyeron á los in- dígenas y proveerán á sus sucesores. Es muy pura, cristalizada, como la llamada sal de piedra y se le encuentra entre margas cretáceas mezclada con yeso en lentes más ó menos grandes, en forma parecida á la de los depósitos de sal de Wielizca. La quebrada de Chacay Melehue, que desgraciadamente no pude visitar, pero que examinó el señor Hauthal, es la más poblada y fértil de la region. Por ella se llega, por alfalfares y trigales, á la «Cordillera del Viento», cadena paralela á los Andes. Esa sierra pintoresca está compuesta de areniscas y contiene minerales de plata, de los que se han reconocido tres vetas de buena ley. Inmediatos hay mantos de carbon, del tipo Rafaelita, pero en el punto en que se le ha encontrado sería difícil y muy costosa su explotacion por estar alteradas las capas en que se encuentra este precioso combustible. TIT DE CHOSMALAL Á JUNIN DE LOS ANDES El 15, habiendo conseguido hacer cruzar el equipaje con los medios primitivos de que se podia disponer, abandonamos de ma- drugada Chosmalal para poder alcanzar en la tarde á Norquin. El trayecto es hermoso y se hace por un camino carretero per- fectamente trazado y que hace honor al teniente coronel Franklyn Rawson, Gobernador del Territorio, á cuya actividad y cons- tancia se debe, lo mismo que el de Chosmalal á Pichachen, actualmente en construccion. Si nos fuera dado emplear en caminos en la República solo el precio del más pequeño de los acorazados de la escuadra argentina cuánto provecho resultaria para regiones tan ricas y tan descuidadas! Como dije, el trayecto de ese dia fué hermoso: los campos mejo- ran; han desaparecido totalmente las lavas y las escorias; las praderas y faldas son pastosas y Taquimalal produce buena impresion con los dorados trigales destacándose del verdor de las faldas, que empiezan á ser arboladas en los bajos. Desde el alto de la cuesta del Durazno, elevada de 1870 metros, que separa las hoyas del Neuquen superior de las del Rio Agrio, se domina un inmenso paisaje: todo el prolongado valle viejo del Agrio, desde las sierras que lo circundan por el norte apo- vadas en los contrafuertes de los Andes, hasta las lejanas — 226 — sierras de Catalin por el sud. En el bajo, lejos, puntos ne- gruzcos diseminados sobre el ámplio llano indican el antiguo campamento militar de Norquin, que ha pasado á manos de particulares. El camino serpentea entre pastos tupidos y pasa al cos- tado de un alegre puesto, donde vemos enredaderas cubriendo el quincho de las paredes y las fajas del techo de los pinto- rescos ranchos; flores rojas de malvas avivan el paisaje y un arroyuelo, manantial que brinca entre pajas y berros, cu- lebrea entre los corrales enclenques de vacas, cabras y cerdos. Varias mujeres diligentes lavan ropas, cantando, y algunos hombres echados en el suelo, duermen. Las primeras planta- ron indudablemente las flores y las enredaderas; los segun- dos heredaron el rancho y los corrales de algun viejo capita- nejo que reunió allí las haciendas que le tocaron en el reparto del malon. Si el indio poco se ha modificado con la destruccion del aduar, sus mujeres en cambio han progresado; parece que hoy son más mujeres, ya rien. El galope entre el puesto y ÑNor- quin, donde llegamos al anochecer, se hace por excelente piso; hay potreros que recuerdan la pampa inmediata al Tandil, en la Provincia de Buenos Aires, v todos los lomajes vecinos verdean. A tristes reflexiones dió lugar el espectáculo de Norquin; cuadras de edificios en ruinas, hermosos cuarteles sin puertas, vestigios de un poderoso campamento que no debió dejar de serlo, pero, siempre el mismo defecto nacional por todas partes: la desidia y la ignorancia del valor de la tierra en perjuicio del tesoro comun. Cientos de miles de pesos han debido costar aquellas cons- trucciones que son ruinas y nada más, cuando pudieron ser plantel seguro de un gran centro de produccion, dadas las con- diciones del suelo, la bondad de los terrenos inmediatos y la proximidad de Chile á donde conducen fáciles caminos. Situacion semejante en los Istados Unidos hubiera sido aprovechada tan pronto como hubiera sido descubierta; se ha- brian levantado ya ciudades; el valle estaria cruzado por ferro- carriles y las próximas fuentes termales de Copahue tendrian fama universal. Allí se habria agrupado todo el refinamiento de la civilizacion moderna, tal es el pintoresco y grandioso me- dio en el que brotan y surgen las aguas milagrosas cuya fama atrae ya á chilenos y argentinos; pero, tambien, las termas son va propiedad particular por concesion nacional. Oigo en Norquin que el general Godoy debe llegar á Co- dihue en estos dias; que busca sitio á propósito para establecer TE el cuartel general de la division del Neuquen, de acuerdo con el plan de distribucion de las fuerzas militares de la Nacion, y que se encuentra con que ésta ya no posee una legua de tierra útil en aquellos parajes. El soldado que dió su sangre para librar del salvaje esa hermosa region, debe pagar arrendamiento por el sitio en que tiende su recado! Más adelante nos encontraremos con el sitio destinado á la colonia agrícola y pastoril «Sargento Cabral», que se destina á premiar al soldado que quiera hacerse labrador ó pastor una vez que los años y los servicios le obliguen á dejar el servicio de la patria. Allí no hay un metro cuadrado aprovecha- ble y ni para las cabras; encambio, todo lo bueno que rodea á la «Colonia» tiene dueño. En Norquin hay una extension de más de tres leguas que puede ser regada y es de esperar que no tardará mucho tiempo sin que se colonice ese hermoso terreno cuyo riego es fácil. Los bosques inmediatos proporcionarán en abundancia exce- lentes maderas. Cruzado el Rio Agrio se penetra en un escorial extenso y en lomajes tendidos y mesetas cortadas por hondos canadones, por los que corren entre arboledas ligeros arroyos, afluentes del Agrio, y en cuyos cajones, en el fondo, se ven los nevados de los Andes por el Cajon de Trolope. Llegamos á la Estancia «La Argentina», poblacion de reciente creacion, cuyo dueño afor- tunado explota ya con pingúes resultados. El Agrio ha perdido á esa altura, con la incorporacion de sus afluentes nombrados, la amargura que dió nombre á sus aguas debida al alumbre de los volcanes andinos, en los que tienen orígen. Necesitando para mis propósitos tener una idea de las serranias del Oeste, dispuse que los señores Wolff y Hauthal se dirigieran desde «La Argentina» hácia ese rumbo y la cruzaran hasta encontrar el camino del rio Bio-Bio, el que seguirian para reunirse con- migo en el Arco. El Agrio costea por el oriente una serrania que se prolonga al norte por el Durazno y de la que forman parte las sierras de la Campana — Campana - Mahuida —cuyas riquezas minerales son inagotables al decir de los vecinos. No me es posible aceptar ni rechazar estos dichos, pero sí puedo afirmar que en esa interesante cadena se han descubierto minerales de plomo y plata y mantos de carbon. Las formaciones cretáceas y jurá- sicas se presentan en poderosas capas fosilíferas, mientras que al oeste parece que han desaparecido las rocas sedimentarias. La Cordillera de los Andes y sus cadenas laterales al occidente del valle antiguo longitudinal, á cuyo costado oriental corre el Rio Agrio, está ya formada por rocas igneas más ó menos modernas y presentándose el gneiss algo más al sud. Habiendo hecho noche en «La Argentina», al siguiente medio dia llegamos al Rio Codihue, donde, en la estancia de don Dalmiro Alsina, encontré al general Godoy á la espera del primer cuerpo de la division militar que deberia llegar en esos dias. Siempre el ejército nacional ha sido el eje sobre el que ha girado nuestra prosperidad. Sus servicios en las fronteras no se cuentan generalmente entre sus más gloriosos timbres, pero merecerian serlo. ¡Cuánta abnegacion, cuánto sacrificio oscuro! Los que nunca se alejaron de los grandes centros, los que no conocieron al soldado de frontera en su puesto, no pueden comprender el respeto que les profesamos los que los vimos en aquellas tremendas soledades, acechados siempre por la muerte, despues del martirio, y listos siempre para afrontarla sin el consuelo de dejar el recuerdo de su sacrificio. ¡Cuántas reminis- cencias me trajo aquel grupo de veteranos tostados! ¿Cuando nuestros escritores militares contarán al pueblo la historia del viejo fortin más humilde, que habla más alto sobre el cumplimiento del deber que muchas batallas de las que nos orgullecemos? Los veteranos de las fronteras son para mí los verdaderos descendientes de los veteranos de la Indepen- dencia. En Codihue despaché la tropa en direccion al Rio Caleufú, punto que habia fijado para encontrarme con los señores Roth - y Soot; y me dirigí el 18 acompañado del señor Zwilgmeyer al oeste, para visitar las hermosas regiones que riegan el Rio Aluminé y sus afluentes. El camin> asciende la meseta central y desde ésta se tiene una vista ámplia que permite distinguir con claridad los cor- dones montañosos; el que orillea el Agrio inclínase hácia el sudeste, presentando una ancha depresion por la que corre ese rio en su rápido desvio al este. Desde el noroeste se ve un cordon alto que desciende en elevacion á medida que se acerca al sud hasta desaparecer en suaves lomajes, y que es reem- plazado por las sierras de Catalin que toman rumbo al sud- este tambien. Cruzamos un pequeño arroyuelo y luego el cajon del Rio Aichol, afluente del Rio Agrio; ese cajon está plan- tado de trigo. La meseta formada por rocas sedimentarias plegadas está cubierta por lavas neo-volcánicas, y se ondula á medida que avanza hácia el oeste en hermosas colinas sobre NA a A — 229 — las- que aparecen los primeros Pehuenes ó Araucaria imbricata, que vimos en el viaje. Entramos á los cerros y á la quebrada de Pino Hachado, donde se ha establecido un aserradero que proporciona tablazon á las estancias vecinas y convertia los árboles nuevos en postes para el telégrafo que se tendia entre General Roca y Chosmalal. La Comisaría de Pino Hachado está situada en la primera angostura de la quebrada, en un paraje pintoresco y abrigado (1340 m.). Bellos paisajes vimos al dia siguiente: el bosque es hermo- sísimo, la flora rica y útil, los frutillares empiezan y los pehuenes miden á veces hasta dos metros de diámetro, dominando en el bosque los robles australes. Los cerros cortados á pique muestran gigantescas y maravillosas pantallas á modo de hojas de palmeras, formadas por las lavas al enfriarse en columnas. Aun cuando la roca de los cerros es volcánica moderna, en- contramos trozos sueltos de granito, vestigios de la época glacial. Seguimos el cajon del Rio Aichol hasta encontrar la cima del cordon que separa las aguas que van al oriente, de las que descienden al sud y sudoeste para alimentar el Aluminé. En esa sierra no vimos ni árboles ni arbustos, pero sí hermosos pastos. Su altura es relativamente considerable (1670 m.). La quebrada que descendimos sirve de lecho al Arroyo Litran; es más abierta, pero tan bella y fértil como la anterior y desemboca en el valle longitudinal abierto llamado del Rio Arco, primer afluente norte del Aluminé. En las proximidades de sus fuen- tes, al pié del Cerro Batea, está situada la Comisaría del Arco, punto que habia indicado á los señores Wolff y Hauthal para reunirnos. Como no encontrara allí á mis compañeros resolví espe- rarlos allí y aprovechar la demora para recorrer las inmedia- ciones. A un kilómetro al Norte de ese punto encontré en un hermosísimo parque natural cuyos macizos están formados por grupos de araucarias y robles, limitado al este por una pin- toresca barranca boscosa y tapizada de helechos, las fuentes más australes y orientales del Bio-Bio y las más boreales del Aluminé; las gotas que destila la roca entre las raices de los helechos se deslizan al dorado prado y bajan unas al Océano Pacífico y otras al Océano Atlántico (láminas IV y V). El que acostumbrado á considerar como barrera abrupta y colosal la línea divisoria de las aguas continentales, viera este cuadro experimentaria una decepcion profunda. Si trepa algunos me- “tros, hasta dominar el horizonte sobre la copa de los pinos que dan:sombra á esas fuentes, veria á lo lejos, en el occidente los — 230 — nevados andinos que se prolongan, viniendo desde el Istmo de Panamá, y que las geografíias de pacotilla enseñan que son al mis- mo tiempo la línea distribuidora de las aguas del continente. El Arroyo del Arco en sus fuentes tiene una altura de 1200 metros sobre el mar y se desliza mansamente al sud por el valle formado por las cenizas volcánicas; el arroyuelo afluente del Bio-Bio se desliza más veloz, salta sobre las rocas de la antigua mo- rena frontal del gran ventisquero perdido y desciende al her- moso rio que trae su curso principal de occidente. Tentados por el hermoso paisaje descendimos al valle próximo á galope ten- dido, tan suave es el declive, y atravesando el rio nos dirigimos sobre morenas y prados hermosísimos hasta la orilla del Lago Guayetue. Este se extendia tranquilo por larga distancia pero el sol entrante no permitia ver ni calcular su extremidaa occiden- tal. Pude sí contar desde la desembocadura del rio cinco on- dulaciones ó cordones aparentes y dominando éstos el volcan Yai- mas al oeste-sudoeste. El Bio-Bio poco despues de salir del lago y antes de tomar rumbo al norte recibe el Arroyo Rucunuco que le lleva las aguas del Lago Ycalma, situado entre el Lago Gua- yetue y el Lago Aluminé. El cerrito de la Batea se destaca aislado al oriente del arroyo. Así, las aguas del Bio-Bio nacen al oriente de esos cordones andinos, y los atraviesan luego para vaciarse en el Pacífico. Esta hoya produce la impre- sion de ser resto de un gran lago del que son restos los tres nombrados — Aluminé, Ycalma y Guayetue — habiendo formado las erupciones modernas con sus lavas el Cerro de la Batea; erupciones que han rellenado el lago primitivo con sus tobas, las que fueron á su turno destruidas en parte por la erosion de la época glacial, cuyos vestigios son las morenas de la planicie alta. Esta planicie es el vestigio más grande del lecho del gran lago en la segunda época de desarrollo de los ventisqueros, que formaron morenas y cuyos restos existen aún entre los cordo- nes montañosos vecinos. El actual valle bajo mide más de veinte kilómetros de este á oeste y la poblacion empieza á afluir allí formada por los emigrantes chilenos que se alejan del territorio alarmados por ruidos de guerra que esparcen otros de esa misma nacionalidad, que adquieren así á vil precio las sementeras que abandonan los crédulos en esa guerra tan im- posible como pregonada. Esa tarde llegaron á la Comisaría los señores Wolff y Hauthal. Habian hecho una interesante cruzada y me propor- cionaron los datos generales que necesitaba. Desde la estancia «La Argentina» habian penetrado por la quebrada del Arroyo a Pailahue y sobre la meseta y sus escoriales se habian dirigido al oeste atravesando el Arrovo Manzano, v costeando los lo- majes inmediatos al Arroyo Butahuao alcanzaron la cumbre de la serrania por la hermosísima y fértil quebrada de Yumu- yumu. Esa zona montañosa exige un estudio detenido en su orografía y su geología, el que me prometo disponer más ade- lante. Hay allí un mayor desarrollo de los Andes en sentido transversal, agrupacion de macizos volcánicos como se ven en otros puntos de la Cordillera. Las rocas indican un cambio en la formacion geológica general de las cadenas de más al norte: el gneiss, el granito y el pórfiro, aparecen bajo las rocas neo-volcánicas y no se ven capas sedimentarias. Además, esas serranias, que des- cienden, como he dicho, en altura hácia el sud, desvian al sudeste, y puedo decirlo desde ya, no corresponden, en su prolongacion aparente, á la Cordillera de los Andes; pero para resolver con completo conocimiento si las montañas que eruzaron mis compañeros deben ser consideradas como parte integrante de los Andes ó no, es indispensable un estudio de- tenido. Desde la altura del cordon indicado que separa las aguas que caen al Rio Agrio de las que bajan al Rio Bio-Bio, se ve al oeste una série de montañas que se dirigen al sud y luego al sud-sudoeste más altas que las de Yumu-yumu, tal como éstas se presentan del Cajon de los Burros, afluente del Rio Butahuao. Las aguas que descienden al oeste alimentan el Arroyo Rahue, el que se considera como rio una vez que recibe las del Arroyo Putul, que nace entre los ventisqueros de la pin- toresca hondonada del norte entre las montañas que aparentan formar allí un gran nudo orográfico. El Rio Rahue se vacia en el Bio-Bio en la cabecera norte del hermoso Valle del Lonquimai, la joya de los valles andinos por cuyo alveo culebrea el Bio-Bio unas veces tranquilo y otras formando sus aguas brillantes esca- mas sobre las piedras rodadas y pulidas cuando su fondo disminuye. Así lo ví desde el alto del camino carretero del Arco: serpiente colosal retorciéndose en brunidos anillos entre los prados donde los ganados del exodo chileno restauraban las fuerzas aniquiladas en la rápida huida ante el fantasma del despojo argentino. En ese valle están las ruinas de los fortines chilenos Lon- quimai y Liucura, y los habitantes cuentan, con más ó menos exactitud encuentros sangrientos que se produjeron entre sol- dados argentinos y chilenos durante nuestra campaña contra los indígenas, considerando cada avanzada que el terreno en que operaban pertenecia, una á Chile, otraá la Argentina. Esta incertidumbre no ha desaparecido aún, y no desaparecerá mien- tras los trabajos de la delimitacion de fronteras no lleguen allí. No basta que unos y otros digamos: esto es nuestro, porque sí. Estas razones no son razones, porque no están fundadas. El tiempo apuraba y nos dirigimos al sud dividiéndonos la tarea: el señor Hauthal con el señor Wolff para seguir por. el bajo valle del Aluminé hasta el del Chimehuin y yo con el señor Zwilgmeyer para examinar la zona ondulada que prece- de la línea de montañas del oeste. El valle abierto formado por las tobas que rellenaron el viejo valle profundo longitudinal desciende suavemente desde el Arco, hasta cerrarse por colinas graníticas, entre las que ha abierto profundo cajon el arroyo. El paisaje es verdadera- mente hermoso; primero las araucarias se presentan en bosque- cillos rodeados de praderas; luego la region se hace abrupta, con claridades en las cimas ámplias redondeadas por los anti- guos hielos, y la senda caracolea entre los troncos columnares de los pinos, entre los que ya se mezclan numerosos cipreses. Esta senda, en la que encontramos á cada momento familias chilenas que emigran formando curiosos grupos con sus gana- dos que adelantan lentamente: vacas, cabras, ovejas, guiadas por un enorme buey que muje y rezonga ante ese viaje ridículo cuando cruza el arenal y sólo calla cuando enrojece su hocico en los frutillares, nos conduce al sud de la angos- tura, á la ámplia cuenca del viejo lago, ensenada antigua de la gran hoya lacustre á que he hecho referencia anterior- mente, y en la que brilla como acero bruñido el Lago Aluminé. Trepamos la alta morena que lo domina por el noroeste en su desagúe, para tener una impresion del paisaje y con ella poder disponer más adelante del estudio de su cuenca (lámina VI). [cl lago parece dividirse en grandes senos y se extiende desde el oeste, donde creo distinguir angosturas al pié de los cerros nevados del fondo; islas pequeñas, boscosas tachonan su superficie rizada suavemente. En los trozos erráticos de la morena predomina el granito blanco y el rosado y las dioritas, pero no observo ni andesita ni ninguna otra roca volcánica. Hsa morena se encuentra sobre la meseta general, fondo de la antigua hoya que reposa sobre el granito que se ve en la angostura que existe poco más al sud del desagúe del lago. Ya el rio ha recibido las aguas del Arroyo Litran y corre veloz, caudaloso, desviándose hácia el sudeste. Segui- mos ul sud por sobre lomajes graníticos cubiertos de capas * — 233 — de rocas volcánicas de superficie horizontal. Cuando alcanza- mos estos lomajes, vemos al oeste montañas boscosas v detrás de ellas hermosos nevados. Al oriente, sobre la meseta, se levantan los cerros que forman la cadena de Catalin, pe- dregosos, pelados, y al norte de ésta la alta meseta que la separa de las sierras del norte de Pino Hachado. En esa falda abrupta de la ribera izquierda del Aluminé, es donde está ubicada la futura «Colonia Sargento Cabral», ubicacion que es una san- grienta burla á la buena fé de la Nacion. Vaya un premio el que se destina al soldado cumplidor! Producen náuseas tales hechos. ¿Por qué los que tal zona indicaron para colonizar no se fijaron en las hermosísimas praderas y lomajes del Pulmari, del Quillen, etc., inmediatos? In la tarde del 22 paramos en la Vega de Pulmari, verda- dera tierra de promision, y al dia siguiente, acompañados del señor Keen, administrador de la estancia que allí se está for- mando, nos dirigimos al oeste para conocer las vegas de Norquincó, de renombre por su hermosura y en cuyas inme- diaciones se ha dado principio á la demarcacion de la frontera con Chile. : Esa region de Pulmari y sus alrededores es una de las más hermosas que he visto en mi vida, y bien aprovechada por la Nacion sería, á no dudarlo, en breve tiempo un cen- tro de actividad si la colonizacion se hiciera con elementos que correspondan al suelo. Pero, para esto es indispensable rehacer nuestras leyes de colonización, que si bien pudieron tener su aplicacion cuando se creia que el territorio argentino fiscal tenia el tipo general de la pampa—el llano —hoy que felizmente se sabe que tenemos territorios tan variados en su constitucion física que permitirán la variedad en las industrias, que constituirán nuestra mayor riqueza, es necesario estimular el aprovechamiento racional de la tierra y sus recursos naturales. Los paisajes que se suceden en nuestro camino son tan va- riados como bellos. Los pequeños lagos azules, profundos, como lentes irregulares, bordeados en la hondonada por araucarias y cipreses, y las blancas orillas de cuarzo descompuesto, forman, mirados desde arriba, plácido conjunto, tranquilo en su suave magestad, sin tonos violentos ni ruidos. Il pasado, la ina- nidad humana, la encontramos en las blancas calaveras y en los huesos destrozados de un cementerio indigena revuelto por los buscadores de prendas de plata, y pasado este cuadro lú- gubre penetramos en una hermosísima llanura, donde hubié- ramos querido encontrar la lecheria que completaria aquel marco Tomo VIII. . de — 234 — encantador. Los pequeños lagos de Nompehuen y Norquincó (lámina VII, fig. 1 y 2), llenan el centro y las ruinas del fortin avanzado, evocan pasados trances. Allí flameó la bandera que- rida, en el avance duro de nuestros soldados, cumpliendo el deber sagrado de defender á la patria, sin más preocupacion que ésta. Allí están las tumbas de los lanceados por el salvaje, en sus luchas de cien contra uno. ¡Pobre milico! tu sacrificio anó- nimo no ha dado aún resultado y ya ha sido olvidado.... Acampamos en el mismo punto donde tuvo su campamento la sub-comision argentina demarcadora en el año pasado, y al dia siguiente alcancé hasta el Valle de Reigolil, donde está el puesto indígena de Curanemo (lámina VII, fig. 3); visité el mojon (1060 m.) en el orígen de los arroyuelos que forman el divortia aquarum continental, al que se llega insensiblemente, pues la pen- diente del terreno no alcanza á cinco por mil desde el Aluminé. La quebrada es contínua entre el llano occidental y el Alu- miné y difícilmente puede considerarse aquello como el dorso andino, sin mayores investigaciones. Ese camino de Reigolil, se hace á todo galope, bajo galerias de cañas y de frutales, y es uno de los pocos que pueden ser tropeados durante el invierno hasta los pueblos del valle central de Chile. El pode- roso macizo de Zolipulli que se prolonga al noroeste, cortado por las aguas que bajan de la hondonada donde se ha erigido el mojon divisorio, parece ser continuacion de los nevados que ví desde la morena del Lago Aluminé y desde el Lago Guaye- tue; y la impresion que recibí de esa excursion, es la de que será necesario un estudio muy detenido de la region para poder trazar con seguridad en ella ó en sus vecindades la línea de fronteras, de acuerdo con la letra y el espíritu de los tratados que la disponen, y me convenzo una vez más de la impres- cindible urgencia que hay en disponer el estudio general de la Cordillera de los Andes, antes de proceder á la marcación en detalle de la línea divisoria. lil lector no extranará que con frecuencia me refiera á nuestra cuestion pendiente de límites con Chile, si recuerda que es mi preocupacion constante de veinticinco años atrás yv que uno de los propósitos de mi viaje es el de extender mis conocimientos generales sobre los Andes. La laguna Pilhué, inmediata al hito, es de una belleza tran- quila indescriptible, dominada por las faldas de las colinas, velludas por el bosque tupido hasta las cimas. En su extremo oriental se levanta una gavilla de preciosas columnas ande- síticas, características, que aumenta el interés por ese paisaje solitario hoy, pero que será uno de los grandes atractivos — 235 — de la region, cuando el ferrocarril que se construye hasta la confluencia de los Rios Limay y Neuquen, llegue á Temuco por el valle transversal de Reigolil. Los fatigados en la vida kaleidoscópica de Buenos Aires han de buscar en estos paisa- jes maravillosos infalibles calmantes, si nuestro gobierno se preocupara de conservar estas «reservas» para convertirlas en «Sanatoria» naturales, disponiendo la colonización de esa tierra fiscal en forma tal que no se destruyeran aquellos bos- ques tan hermosos. El cerro Uriburu, manto de lava negra, tachonado de amarillo, rojo y borra de vino en Jos bordes del viejo cráter, relleno de escorias, domina todo el conjunto. Al norte se desarrollan las bellas quebradas de Nompehuen y de Rumeco, que lleva la senda que conduce al volcan Llaimas. Abandonamos ese valle y trepando entre el bosque de arauca- rias (lámina VII, fig. 4) por empinadas cuestas transversales cu- biertas de rocas erráticas, dejamos al oeste la quebrada de Coloco, en cuyo centro, en el suave portezuelo que divide las aguas que alimentan el Pulmari, de las que forman uno de los muchos afluentes del Reigolil, se ha colocado un segundo hito y descendi- mos al valle del Rucachoroy, menos pintoresco que el del Pulmari, pero tan fértil y tan aprovechable como aquél. El tiempo nos es cada vez más escaso, pero á medida que avanzamos y recono- cemos la region, más interés nos despierta y aumenta nuestros deseos de conocerla en sus detalles; pero no es posible detenernos, pues el programa es extenso y debo realizarlo. Antes de llegar al lago Rucachoroy, trepamos nuevamente la alta meseta granítica cubierta tambien por rocas volcánicas, y alcanzamos ya entrada la noche el hermoso valle de Quillen, en las proximidades del lago de este nombre. Esperaba encontrar en sus orillas el cam- pamento de la 4* sub-comision argentina y lo consigo en la mañana siguiente. Estaba establecido á la entrada del bosque abrigado en un paisaje idílico. Me recordó aquel pedazo de lago en la ténue niebla matinal, algunos fuminos de Allongé: los jun- cos parecían surgir del vacio, tan quietas estaban las aguas y de tal manera reflejaban el cielo; la arboleda, más lejos, som- breaba de verde las aguas plomizas y sólo en el centro del lago tomaban éstas colorido azul pizarra. El cerro Ponom destacaba la curiosa descomposicion de sus lavas que tal vocablo obsceno han merecido, y en el fondo, el sol naciente alumbraba el simé- trico y hermosísimo volcan Lanin, como fantástico cristal de ro- sicler cubierto con manto de plata brunida. El Lanin es el cerro más característico y dominante del Territorio del Neuquen, y era un viejo conocido que tenia á la vista desde dias atrás, pues se adelanta al viajero desde la sierra de Aichol. — 236 — A media tarde dejé el campamento de la sub-comision, y eruzado el valle, acampamos á la noche en un lugar abrigado de la altiplanicie, próximo á las nacientes del Pichileufu (1200 m.). Al siguiente dia continuamos por altos y bajos cruzando gargan- tas pintorescas y lomajes fértiles y arbolados, y pasado el alto portezuelo granítico de Huahuan (1500 m.), volví á encontrarme en el bosque de araucarias que cubre el depósito glacial pastoso de la cima de la vieja altiplanicie granítica. Esta meseta que, como enorme cuña, separa las montanas de orígen más moderno, cuyos cordones paralelos están tan próximos unos de otros más al norte del Bio-Bio y que han producido esa aparente solucion de la línea de los volcanes del occidente que han dado el alto re- lieve á la Cordillera, es un hecho orográfico que obligará á los demarcadores de la frontera á proceder con cautela suma para encontrar la verdadera línea divisoria internacional. He dicho que volví á encontrarme, porque hasta allí alcancé en Enero de 1876 durante mi primer excursion á la region andina patagónica. Del grupo de araucarias que allí se levanta coronando la cima llevé dos conos como recuerdo, en ese año, sintiendo no poder hacer lo mismo con una planta jóven que se erguia entonces al pié de aquellos gigantes. El cogollo escamoso de aquella planta se habia convertido ya en ámplia copa escamosa, radiada, verde esmeralda reluciente con el rocio matinal, y era ese el mismo paisaje agreste que conservaba en el recuerdo: el blanco cono del Lanin entre los claros del oscuro ramaje de los viejos de la selva, y el mismo manantial humilde, donde descansé con mi buen companero el capitanejo Nahuel- pan (*), para almorzar piñones y frutillas (lámina VIII). Cuando hice esa visita los indígenas me dijeron que el nevado se lla- maba Pillan ó Quetrupillan y así lo publiqué, pero posterior- mente he reconocido mi error. El Quetrupillan «cerro truncado» se encuentra situado algo más al oeste y no es visible desde aquel punto. El encajonado arroyo Pichi-Nahuelhuapi que lleva sus aguas al Aluminé no tiene este nombre, aun cuando se lo dan algunas cartas geográficas. Este corresponde solo á la laguna donde tiene su origen; el arroyo no tiene nombre, pero al paso escabroso y escondido (750 m.) los indios le llaman Huahum. Hicimos cam- pamento esa tarde en el vallecito de Huahum (900 m.), al que los indígenas llaman tambien Pilolil, por unas rocas con (*) Fusilado en 1882 en el llano de Maipú, en una de las horas negras de esa época de lucha, en las que no siempre se procedió con justicia. cavidades profundas situadas en la márgen izquierda del Alu- miné, donde desagua el arroyo del valle. Allí encontré terrenos sedimentarios pero no me fué posible determinar la edad pues me faltó tiempo para buscar fósiles. El 27 temprano me adelanté por el pintoresco camino indí- gena que tantas veces recorriera en otro tiempo, y en pocas horas alcancé á la pampa del Malleco ó Rio Malleu, donde al abrigo del promontorio andesítico de Pungechaf, acampaba en 1876 la toldería de Nancucheo. Allí. eu ese punto, tuve en aquel año noticias de la gran invasion á la Provincia de Buenos Aires, que se proyectaba por las indiadas sublevadas de Namuncurá y de Catriel, y desde allí resolví regresar á Buenos Aires, sin pérdida de tiempo, para dar aviso de tales preparativos: duro galope entre Caleufú y Cármen de las Flores que me permitió dar la voz de alarma tres dias antes de que se realizara la terrible invasion que desoló el Sud de la Provincia. De aquellos toldos apenas quedan las piedras tostadas de los fogones y huesos carbonizados, pero en mi recuerdo vivirán la pintoresca agrupacion de toldos y las fiestas de la nubilidad que presencié entonces, y cuando tales reminiscencias evoque me veré revolcándome entre los almo- hadones del gran toldo de Ñancucheo, el bravo cacique de valor proverbial, cuando la visita del araucano vendedor de aguar- diente, en el que el ladino indio evocó en discurso de tres dias toda la historia de la raza, para concluir por ponderar el asqueroso licor que vendia y que la ha aniquilado (?). Creo que esas tierras son todas aun fiscales, felizmente, y nuestro" gobierno debe hacerlas estudiar por hombres de concien- cia y colonizarlas luego en la seguridad de que esta colonización será rápida y productiva. El valle del Malleco (730 m.) se extiende ámplio, pastoso hácia el occidente donde el rio de este nombre toma las aguas de la laguna del Tromen (950 m.), inmediata al norte, del Lanin, el que tambien dá aguas al Malleco, dividiéndolas con el Lago Huechu-Lafquen (830 m.), situado en su falda sud. Las colinas inmediatas, transversales, que forman la separacion de los valles del Malleco, en su curso superior y del Chimehuin, son todas pastosas y boscosas, pero los pehuenes disminuyen y desapare- cen al llegar al Chimehuin superior. El antiguo camino indí- sena entre las tolderias de Caleufú (cacique Shaihueque), Collon- Curá (cacique Molfinqueupu) y Pungechaf ó Malleco (cacique (1%) Viaje á la Patagonia Septentrional. Buenos Aires, 1879. — 238 — Nancucheo) sigue las aguas del Arroyo Palihue por la pampa de este nombre y luego penetra en las quebradas que comunican con el valle profundo del Collon-Curá, atravesando así las serra- nias volcánicas del oriente del Chimehuin cuyos cerros más visibles son el Tantan y el de los Perros; pero tomé más al occidente, entre el Tantan y el Cerro Trinque (1080 m.), hasta caer al hermoso valle del Chimehuin. Toda la region ha sido cubierta en otro tiempo por los hielos, á juzgar por los detri- tos que la cubren. A medio dia entré en Junin de los Andes (750 m.), situado en el ángulo que forma el rio al cambiar el rumbo que trae desde su nacimiento en el lago Huechu-Lafquen, para rodear la serrania baja oriental y desviarse al pié del Cerro del Perro, hácia el rio Collon-Curá. Conocí años atrás el hermoso llano durante unas boleadas de avestruces con Ñancucheo y su hués- ped el cacique Quinchauala, y por lo tanto sabia qué hermoso centro de actividad podria llegar á ser una vez desalojado ó so- metido el nómade, y no extrañé encontrarme con un núcleo de poblacion de verdadera importancia. El pueblo cuenta con 500 habitantes, y sus calles edificadas rodean el fortin ya en rul- nas (lámina III, fig. 2); pero, lo de siempre, aquellos poblado- res atrevidos, dignos de ser ayudados por la Nacion, eran todos intrusos. Calculé esa tarde que el capital visible de las casas de negocio pasaba de 200.000 pesos; hay edificios que costaron 15.000 pesos; y todo esto depende de la buena ó mala voluntad del propietario afortunado que ubicó allí una conce- sion de treinta y dos leguas, por una de esas inconcebibles resoluciones de nuestros hombres de estado que resultan siem- pre de la indiferencia de los más. ¿Por qué no habremos imi- tado en nuestro avance de fronteras á los soldados de la con- quista que fundaron pueblos donde levantaron sus campamen- tos? Trozos de la tierra que los propietarios de Junin adqui- rieron por menos de un peso la hectárea, se han vendido ya á más de cuatrocientos pesos, segun datos que me han sido comunicados con posterioridad á mi visita. IV JUNIN DE LOS ANDES Á NAHUEL - HUAPI En Junin de los Andes encontré á los señores Wolff y Hauthal. El primero habia dado principio á determinar la po- sicion astronómica de la plaza del pueblo, trabajo indispensa- ble para las investigaciones que habia dispuesto y que debian extenderse principalmente al sud del grado 40 de latitud. Esas observaciones y las posteriores realizadas por los seño- res Wolff y Zwilgmeyer, dieron como longitud para Junin: 71197" Oeste de Greenwich y 39% 57* 2” de latitud Sud. El 28 nos dirigimos todos al Lago Lacar. Orillamos el Chimehuin caminando por el ancho valle, por cuyo centro se retuerce el rio, fraccionándose en canales que: circundan pin- torescas islas. Las lomas estan compuestas por areniscas y conglomerados cubiertas de tobas que el humus cubre á veces en grandes extensiones. Los árboles de manzanas, cargados de fruta aún verde, pero ya comible, nos proporcionaron agra- dable descanso en el dia caluroso y despejado. Cruzamos el Arroyo Carhué que tiene orígen en un pequeño lago al oeste, entre los primeros cerros bajos, y poco despues, faldeando la barranca antigua del rio, nos encontramos con su pintoresco afluente el Rio Quilquihue. El dia claro y la atmósfera limpia me permitieron distinguir desde la altura á lasombra de los man- zanos, el detalle de las arboledas, de canales naturales y de los — 240 — plantíos dorados de las riberas del Chimehuin, ¡joya ignorada de la region andina. La extensa meseta que se desarrolla al sud y al oeste y noroeste, tiene una fisonomia glacial de las más acentuadas y me recuerda con sus morenas la llanura que ví en 1880 al oeste de Quelujaguetre, en el afluente norte principal del Chubut, aquí representado por el Rio Chimehuin. La hondonada del fondo que teníamos al oeste, donde en- contraríamos á la tarde el Valle de Maipú, y en su extremo el Lago Lacar, corresponde al valle de Epuyen del Sud. El Quilquihue corre por sobre la meseta en la ondulacion formada por la ancha corriente que precedió al actual arroyo v que está limitada al norte por lomajes moreniscos más ó menos elevados y extensos cubiertos de pastos, y en cuyas concavidades los bosquecillos realzan más el carácter glacial. In el fondo, algo distante al oeste, veíamos la hondonada del Lago Lolog que alimenta el rio que no recibe por el norte ningun afluente de importancia; hondonada prolongada formada al principio por lomas y luego por cerros bajos que aumentan de altura hácia el oeste hasta los contrafuertes del carcomido dorso longitudinal de los Andes. Cruzamos el Quilquihue en un punto en que desciende del oeste-noroeste y atravesado éste insensiblemente nos encontramos - con que la llanura glacial, apenas elevada unos diez metros sobre el rio, en su parte más alta forma un interesante ejemplo del tan sonado divortium aquarum continental. Digno de atencion es ese punto y me detengo en él algunas horas. El llano, como he dicho, es de origen glacial y lo con- sidero formado exclusivamente por una morena secundaria en una de las extensiones de los ventisqueros que tuvieron su asiento en el Lago Lolog y en el Valle de Maipú. Los avan- ces y retiradas de los ventisqueros y su mayor ó menor des- arrollo por causas locales, han modificado muchas veces” los depósitos que dejaron en esos movimientos, y los últimos de estos son los que han producido el fenómeno citado. Si del ca- mino que tomamos nos desviamos unos 300 metros al naciente, encontraríamos una pequeña depresion transversal, apenas sensible por el oeste, pero limitada al oriente por lomajes que forman una morena secundaria frontal. En el centro de esa depresion horizontal ocupada por un verde mallin, ó ma- nantiales, hay unos medanitos que ocupan apenas veinte metros cuadrados y cuya mayor elevacion no alcanza á un metro. Ele- jimos con el señor Hauthal ese punto para nuestro objeto (SO0 m.), que era el de precisar el punto en que se produce la division de las aguas y vimos que bajo ese medanito se confunden; caminamos desde allí al Quilquihue y seguimos primero las aguas subterráneas, reveladas á medida que avanzábamos por la humedad progresiva del suelo hasta que brotan y luego corren á echarse al rio, y en seguida hicimos la misma observacion con las humedades opuestas. Hubiera sido necesario poseer niveles de precision para conocer el des- nivel exacto entre Rio Quilquihue y las aguas que descienden hácia el Pacífico, pero desde ya puedo decir que creo que una cuadrilla de veinte peones podria, en veinticuatro horas, desviar el curso del Quilquihue y arrojar todas sus aguas al llano de Maipú. Cuestion de remover un poco de barro y arena y nada más (lámina IX, fig. 1?). El señor Dr. Oscar de Fischer, que cruzó por allí en 1894, dice qwe es completamente inexacto que el Paso de Chapelcó, nombre que dá á este punto y que corresponde á toda la zona de más de diez kilómetros que mide de ancho el llano glacial, esté situado al oriente de los Andes, pues pretende que las elevaciones que se encuentran al oriente, como el Cerro del Perro, etc., deben considerarse como contrafuertes de la Cor- dillera de los Andes. Las observaciones que haya podido hacer el señor Fischer en la reducida zona que ha visitado no le hab1- litan para sostener tal tésis, y cuando aumente sus conocimientos se convencerá que ha sostenido un error. Tampoco es posible aceptar que esta «loma », como él llama á este llano y que si es tal loma vista desde Maipú no lo es desde el Quilquihue, co- munica las extremidades de dos cordones: el de Chapelcó al sud del Lago Lacar y el de Huahum al norte de este receptáculo. El pretendido cordon de Chapelcó es un macizo separado de los cordones del occidente que se ven al sudoeste y oeste del lago, y está situado al este y sudoeste de éste, y lo mismo sucede con los lomajes y cerros que separan el valle de Maipú yv el lago Lacar del lago Lolog. El Lago Lolog se encuentra á 890 metros sobre el mar, es decir que es más elevado que el llano Ó «loma» cuya altura en su depresion central es de 800 metros. El plano que acompaña estos «Apuntes» puede dar una idea clara de las condiciones orográficas de esta zona tan interesante. Mi creencia es que los lagos Huechu-Lafquen, Lolog y Lacar son restos de ensenadas de un gran lago que ocupaba todo lo que hoy se llama Valle del Chimehuin. Pasada esta planicie se desciende al Oeste, al llano de Cha- pelcó 6 Maipú; el arroyo Chapelcó baja del oriente entre las morenas, teniendo sus fuentes algo al N. 1. del punto culmi- — 242 — nante de ese macizo volcánico (2180 m.). El valle dejado por el gran lago que llenaba antes esta depresion convertida hoy en tan hermoso vergel, y que se desecó al abrirse paso las aguas por el occidente á través de las rocas del cordon principal an- dino, es extenso y útil para la agricultura en toda su amplitud. Ilenoro si hasta allí se extienden los dominios de los conce- sionarios de Junin de los Andes, y si los actuales pobladores tienen título de propiedad; pero si no lo tienen y esa tierra es fiscal aún, la Nacion debe aprovechar cuanto antes de ese deli- cioso pedazo de tierra colonizándolo. Su situacion abrigada per- mite su fácil cultivo, y las tierras vecinas pueden ser aprove- chadas para la cria de ganados, de manera que todo favorecería el desarrollo de una colonia agrícola pastoril, próxima á Junin de los Andes y á Valdivia. Las rocas de los cerros del Sud son principalmente gneiss y granito, coronadas por rocas neo-plutónicas, y ofrecen variados paisajes con la descomposicion del granito. Se descuelgan arro- yuelos desde las alturas con preciosos saltos entre los enhiestos cipreses, y el monte se hace más tupido en las faldas. Pasado el viejo Fortin Maipú, hoy inútil, situado á orillas del arroyo Loncohuehum, Calbuco, ó Huechehuehum, tantos nombres tiene el alegre arroyo, bajamos á la segunda depresion y por entre bosques alegres y de variada y vistosa flora, alcanzamos á las rancherias del cacique Curuhuinca. No conocí á Curuhuinca durante mis visitas de 1876 y 1880. Cuando la primera, se encontraba en el territorio chileno y cuando la segunda, amigo de los cristianos como es, no habia querido asistir al parlamento de Quemquemtreu, en el que se me juzgó como enemigo de los Mapuches. La rancheria estaba desierta en apariencia, pero en los ranchos y ramada del gefe habia gran movimiento. Cantaban las viejas en rueda y algunos mocetones agrupados á la entrada se mostraban inquietos “ante la caravana que se acercaba. La causa de este desasosiego, era el grave estado de Curuhuinca, tan grave que se me dijo que no podria verlo. Sin embargo, penetré en su rancho-toldo. El enorme cacique estaba acostado en el suelo, rodeado de su familia, y en contínuos quejidos; pero pocas palabras bastaron para rea- nimarlo. Los viejos se preguntaban: ¿Quién era ese hombre que así penetraba en la casa y hablaba de tal manera al querido gefe, consolándolo en el duro trance que creian próximo? Ll aire quejumbroso, lloroso de aquella mole con modulaciones de criatura era afligente. Antes de decirle quien era, inquirí su mal. Se trataba simplemente de una indigestion feroz de arve- jas que ya duraba tres dias. Viejos y mocetones, mujeres de todas edades, asomándose entre los colgajos de todo género: cue- ros, telas y canastas que oscurecian aquel antro poco agradable al olfato, escuchaban atentos al médico inesperado y su asombro aumentó cuando supieron que ese forastero era nada menos que el hombre que tuvo preso Shaihueque y que se escapó sin que se supiera nunca cómo. El nombre de Moreno era se- guido de los ¡ah! de viejos y jóvenes, y Curuhuinca, entre vómi- tos y retorcijones, encontró fuerzas para decirme que él se habia opuesto á que la tremenda sentencia del cacique Chacayal se cumpliera. Shaihueque y Nancucheuque me habian dicho más de una vez que al pié de la Cordillera, en el paso á Chile, habia caci- ques que cultivaban la tierra y uno de estos era Curuhuinca. Las familias indígenas agrupadas á su alrededor, cultivan toda la tierra: los trigales cercados que veíamos atestiguan su indus- tria; además las mujeres tejen y con todos los recursos de esa colmena humilde comercian con Junin de los Andes y con Val- divia. Supe que toda la verdura que se consumia en Junin procedia de las chacras de la gente de Curuhuinca, de las vegas de Trompul v de Pucara, inmediatas al Lago Lacar si- tuado á unos doscientos metros de los ranchos y á cuya orilla arreglamos campamento bajo un bosque de manzanos centena- rios, despues de haber administrado al señor del suelo una adecuada dósis de sal de Inglaterra. Habia llenado ese dia uno de los propósitos del viaje. Solamente pocas horas gocé del tranquilo paisaje del Lacar (660 m. —lámina IX, fig. 2). Entre las visitas de los indios, —cCuya conversacion se refirió principalmente á los movimien- tos para ellos sobrenaturales de un viejo tronco de ciprés, flo- tante á medias desde tiempo inmemorial próximo á las orillas del lago, tronco que segun los sencillos indígenas debe encar- nar algun espíritu maligno que «hace mover mucho el corazon» y cuyos giros misteriosos trabajo costó para hacerles compren- der,—y preparar las instrucciones para las operaciones que de- bian realizar los señores Wolff, Zwilgmeyer y Hauthal hácia el sud, empleé la tarde hermosa y en la mañana del 29 retrocedí para dirigirme al rio Collon-Curá. Curuhuinca ya estaba comple- tamente libre de su mal y su buena voluntad asegurada para que mis compañeros tuvieran facilidad de vaqueanos y peones. Aun cuando los indios poco penetran en los bosques, no podia contar con otros elementos, y además tenia conocimiento por cuentos de viejos, que antiguamente existió una senda que con- — 244 — ducia desde el Lacar hasta Nahuel-Huapi, cruzando al oeste del macizo aislado de Chapelcó y de los volcanes que bordean con sus tobas el Limay por ese lado; y los peones de Curuhuinca podrian buscar esa senda que tanto facilitaria los trabajos que disponia. Desde el campamento del Manzanal no es posible tener una idea exacta del Lago Lacar, pero proporciones á parte, el as- pecto general tiene cierta semejanza con el del Lago de los Cuatro Cantones (lámina X). Entre la superficie morenisca del llano al norte de Chapelcó v las aguas del Lacar se observan tres escalones perfectamente marcados que indican el cambio del nivel del lago, en una altura de 140 metros. Volví á trepar esa morena y bordeando sobre ella la márgen derecha del Rio Quilquihue, que recibe un arroyo que baja de la sierra de Chapelcó, crucé la llanura pedregosa que siempre se extiende al extremo de las ondula- ciones glaciales. Desde la confluencia del Quilquihue y del Chimehuin (690 m.), el camino sigue al oriente por el valle moderno, y pasado el cerro volcánico del Perro, que domina en el ángulo noreste esa con- fluencia, se penetra completamente en la region característica de las mesetas patagónicas formadas por areniscas y detritos vol- cánicos en capas horizontales de colores suaves que alegran el paisaje que empieza á ser monótono. El señor Fischer dice que «el valle del Chimehuin está limitado hácia el oriente por un cordon de considerable altura coronado por la cúpula característica del Cerro del Perro» y agrega que «este cordon que sale de la Cordillera al norte del Huechu-Lafquen debe, segun mi opinion, considerarse todavia como contrafuerte de la Cordillera de los Andes». Nada más erróneo que esta asevera- cion. No existe tal cordon que salga de la Cordillera, puedo afirmarlo, pues he cruzado la region situada al norte del Chi- mehuin y no he encontrado nada parecido á un cordon. “Los lomajes que limitan por el oriente el espacioso valle del Chimehuin que tampoco está «encajonado» entre serranias, como más adelante lo dice el mismo señor Fischer, son paralelos á los Andes; y el cerro volcánico del Perro, que no tiene tal altura considerable, es un cerro completamente independiente de la Cordillera (lámina XI). Errores y confusiones como los que se cuentan numerosos en la relacion del señor Fischer, cuyo texto muchas veces no está de acuerdo con lo que dice el plano que lo acompaña, extravian el juicio de los que se ocupan de la orografía andina y engendran dudas perjudiciales. Sostener que Junin de los Andes está dentro de la Cordillera, es lo mismo 19) ES que sostener que Osorno está en el riñon de los Andes. La enorme amplitud lateral hácia el oriente que da á esta Cordi- llera el distinguido explorador dinamarqués al servicio de Chile, en su relacion de viaje y en su plano, no corresponden de nin- guna manera á la verdad orográfica, como ha de serme fácil demostrarlo con más detenimiento en otra ocasion. Toda la region que crucé ese dia no presenta dificultad alguna para llevar por ella un camino de hierro, y lo que he visto y divisado desde el Malleu hasta el Collon-Curá, donde llegamos al anochecer, afirma más mi creencia de que el ferro-carril de más provecho y de más fácil ejecucion, entre el Atlántico y el Pacífico, en la region del Sud, será el de Puerto San Antonio á Junin de los Andes y Valdivia. Volveré á tocar este punto más adelante. La estancia Ahlenfeld (560 m.) está situada inmediata al Rio Collon-Curá sobre el antiguo camino indígena, y en ella hice no” che, perfectamente acogido por su dueño. Los señores Schiórbeck, Soot y Roth ya se habian dirigido á Caleufú para esperarme y en la siguiente mañana me dirigí á encontrarme con ellos. El ancho valle del Collon-Curá está hoy menos poblado que veinte años atrás, cuando las indiadas de Molfinqueupu tenian allí sus tolderias, pero es de esperarse que sus actuales dueños no dejarán en tal abandono tan hermoso pedazo de tierra. El for- tin Sharples está en ruinas, deshabitado, habiendo terminado su mision. Un recuerdo para mi pobre primo Anselmo Sharples, soldado por vocacion, muerto cumpliendo con su deber, y pa- samos adelante. La formacion característica de esa region la vela allí en las barrancas denudadas: las lavas basálticas al- ternando con las tobas que esconden una fauna interesantísima perdida, de las que el señor Roth reunió posteriormente buen número de representantes, y todo cubierto por el pedregullo glacial. Las lavas proceden de los volcanes de noreste entre el Limay y el Collon-Curá, al occidente del macizo granítico que orillea el Limay en esa direccion. In aquellas inmediaciones está la piedra que ha dado nom- bre al paraje y éste al rio: Collon-Curá—«Máscara de piedra»— que estaba rodeada, cuando mi retirada en 1876, por las tolderias de los hermanos Praillan y Llofquen, y punto en el que hube de terminar ese viaje al cruzar entre la indiada ébria y hostil. No quise dejar de visitar el sitio de las Juntas de guerra ó Aucantrahum, ya terminadas para siempre. Dos veces me habia encontrado en ellas, y en muy malas circunstancias la segunda vez. Il gran círculo despejado de arbustos, trazado por las mil HS evoluciones de la táctica indígena, durante un siglo por lo menos en aquel lugar tradicional, empezaba ya á borrarse; pero tenia frescas mis impresiones y fácil me fué retroceder dieciseis años. Pero pasaron las incertidumbres y cumpliéronse mis pro- fecias, que me sirvieron de coraza en aquellos duros momentos, en los que la mejor defensa era alardear de guapo. Han des- aparecido ya casi todos los viejos caciques que me rodearon en aquella Junta, pues creo que solo sobrevive Shaihueque, á quien espero encontrar pronto, lejos «de sus campos» y «ubi- cado» en los lotes que he obtenido para él y sus tribus, inme- diatos á Tecka, el «campo» del buen cacique Inacayal ya falle- cido. Quemquemtreu, que así se llama el paradero y arroyo inmediato á la meseta de las Juntas, será, á no dudarlo, asiento de pueblo una vez que se colonice el valle del Collon-Curá, y tambien estacion del ferro-carril que ha de cruzar á Chile por allí, indudablemente. Costeando el rio unas veces, otras sobre las mesetas y por los cañadones, en cuyas faldas se ven trozos erráticos de gran tamaño y mantos espesos de cantos rodados, como si esos trozos hubieran sido transportados por témpanos flotantes cuando la meseta de hoy fué lago extenso, nos acercamos al Caleufú. El Collon-Curá ha roido las masas de gneiss-granito que parecen formar Ja base de las mesetas allí, cubiertas luego por tobas y rocas neo-volcánicas. La sierra del oriente: Monco!- Mahuida, parece tambien volcánica, y el Collon-Curá, en esa region, corre al pié de la sierra. Crucé el Caleufú en las inme- diaciones de su confluencia con el Collon-Curá y poco despues acampaba en el mismo sitio donde tuve mi carpa en 1876 y en 1880 (lámina XI. Las tolderias de Shaihueque no habian de- jado más rastros que cenizas de huesos y las ruedas de piedra y tierra quemada de los fogones (540 m.). En cambio, pasaba en ese momento una gran tropa de ganado que de Nahuel- Huapi se dirigia á Victoria, en Chile. Donde antes estaban los toldos hay dos puestos de ovejas y una pulperia. El valle de Caleufú será tambien un centro importante agrícola-ganadero, pues aquellas tierras pueden regarse fácil- mente y el valle es bastante ancho para ser utilizado con provecho. Sus lomajes inmediatos son todos pastosos. Los dias 2 y 3 de Marzo los pasé organizando las expediciones de los señores Wolff, Soot, Hauthal v Roth, que debian operar entre Junin de los Andes y Nahuel-Huapi, yv, como una compensa- cion á pasadas penurias, rehice, de dia, el camino que llevé 189) == PYAy! == en la noche del 11 de Febrero de 1880, cuando con mis fieles servidores el soldado José Melgarejo y el indio Gavino, fugamos de la tolderia, y pude ver ú la luz el primer rápido lateral donde tuvimos el primer fracaso con nuestra tosca balsa. Agradables evocaciones estas cuando la comparacion del pasado con el presente arroja un saldo favorable para el país. Sin embargo, debo confesarlo, esperaba encontrar más progreso en estos parajes; pero ¿cómo obtenerlo cuando la tierra entre Junin de los Andes y Caleufú tiene solo dos dueños, y la po- blacion no alcanza á un hombre por cada cien kilómetros? El 4 pasamos por Yalaleicura, inmediata á la piedra miste- riosa que tanto veneraban los indígenas, simple conglomerado desprendido de la falda de la meseta y que domina el profundo valle del arroyo de ese nombre. Encontramos algunas humildes chozas abandonadas y quemadas por sus constructores, los hoy emigrantes chilenos. La marcha primeramente la hicimos por las quebradas, dejando á la izquierda el camino que vá hasta la confluencia del Collon-Curá y del Rio Limay que será el que seguirán los rieles. Las mesetas son del tipo general, cubiertas de cascajo, restos de la capa gruesa de conglomera- dos que cubre las areniscas y tobas viejas; pero frente á Yala- leicura se presenta una muralla pintoresca de basalto que forma un dorso suave y parece corresponder á una expansion local de lava sub-lacustre. El campo desmejora mucho, es dema- siado pedregoso y expuesto á los vientos, pero las faldas de las lomas en las proximidades de las quebradas y los valles que estos forman. son todos pastosos y abundantes en aguadas. Se ven rocas pulidas enlas hondonadas, como si lo hubieran sido por los hielos durante el segundo periodo glacial, pero no he observado estrias; quizá las borraron las aguas que formaron el torrente posterior, ya casi agotado. La vegetacion anterior ha debido ser poderosa, pues vénse capas de humus de cinco metros de espesor. Los componentes del conglomerado son principalmente granito, traquitas y ande- sitas. El cráter viejo que produjo las lavas sub-lacustres es bajo, está denudado, y sus lavas tienen un suave declive; desde su centro se tiene una vista ámplia de la dilatada meseta general. Al norte, ésta empieza al pié extremo de las Sierras de Cata- lin; al oeste está limitada, primero por el macizo de Chapelcó y luego por la falda oriental de un aparente cordon, volcánico á juzgar por su color y por su tipo orográfico; al oriente, por las Sierras de Moncol y luego por las rocas neo-volcánicas que dominan el curso del Limav, en su márgen derecha. A medio dia del 5 descendimos al valle del Rio Limay, ancho de tres kilómetros en ese lugar, y ya poblado con puestos de ganado. El gran rio corre por verdes prados que se enangos- tan á medida que nos dirigimos al sud, hasta formar las es- trechuras que presentan los primeros rápidos. Allí la cadena apurente volcánica que teníamos al oeste cruza el rio y cubre con sus lavas y tobas la meseta, una vez pasado Chacabuco Viejo, nombre del fortin que estuvo situado allí en el punto que antes se llamaba Tran Mazanageyu (630 m.). Pasada la primera angostura observo nuevamente granito cubierto por una roca neo-volcánica clara rosada, y al oriente, del otro lado del rio, me parece notar que la roca, que es de aspecto volcánico pro- bablemente porfírico y tobas porfíricas, está cubierta por are- niscas y tobas y éstas, á su vez, por basalto más moderno. La falta de grandes trozos erráticos me hace pensar-que el Limay abrió su curso allí en tiempos posteriores á los ventisqueros de los valles. In la segunda angostura, pasado el Pichi-Limay, encuentro piedras pulidas y concavidades circulares en las rocas, forma- das por aguas que pasaron sobre ellas, lo que corrobora mi creencia de la modernidad de la hendidura por donde corre actualmente el Limay. Desde allí se dominan los rápidos donde naufragó el atrevido explorador chileno Guillermo Cox. Me pa- rece que esos rápidos son formados por peñascos sueltos, quizás trozos erráticos transportados por los témpanos en el lago del segundo periodo de los ventisqueros, antes de que las aguas corrieran en forma de rio. Il paisaje del Limay en esa altura es hermosísimo y sim- pático, á pesar de la lobreguez de las rocas volcánicas; el verde profundo de los cipreses, las aguas azules, las crestas blancas de las avalanchas líquidas sobre los rápidos y las pequeñas cascadas que caen sobre cortinas de musgos y helechos hacen agradable la marcha hasta el Traful, el principal afluente del Limay al sud del Collon-Curá (660 m.). Este rio, que corre so- bre un lecho de cantos rodados, forma con su valle encerrado un recodo pintoresco y agradable. Tiene fama de ser peligroso su paso y parece que he tenido la buena suerte de encontrarlo clemente las tres veces que lo he cruzado con tan grandes in- térvalos (lámina XII). Las curiosas formas que toman las tobas por la descompo- sicion y la erosion, varian hasta el infinito. ¡Que séries de to- rreones, de agujas góticas, de pirámides egipcias, de cúpulas romanas, sobre y al pié de aquellos enormes murallones á pique! A — 249 — Acampamos esa tarde, pasada una angostura en la que con una tranquera de un metro puede cerrarse el paso del ganado de decenas de leguas, en una hondonada abrigada al pié de añosos cipreses y dominada por esos torreones y pirámides. Nada más atrevido que un enorme monolito, gigantesco obelisco, de cuatro metros de base por cincuenta de alto (lámina XIV). Las rocas estratificadas sobre que reposan las lavas y las tobas, son horizontales y seguramente los movimientos seísmicos no son violentos en esa region cuando tales atrevimientos ostentan las tobas. Hstas tobas no siempre son de grano fino, y á veces se observan verdaderos conglomerados volcánicos. Continuamos al dia siguiente, costeando siempre la már- gen izquierda del Limay, y á las doce salimos de las angosturas para penetrar en suaves ondulaciones del valle que se ensancha, siempre dominado por la vieja toba porfírica; vemos algunas poblaciones en la márgen opuesta; pasamos una hermosa mo- rena frontal que antiguamente cerró el valle y en cuyas hon- donadas ha trazado el rio su tortuoso curso, y descendimos al ancho y extenso valle, resto del lago Nahuel-Huapi que se retira. Este valle, en el que próximo al lago está situado el Fortin Chacabuco (770 m.), ó más bien sus ruinas, al pié de unos abrup- tos cerros volcánicos, deberia estar ya completamente poblado. Sin embargo, sólo vimos algunas yeguas ariscas y corrales y casas abandonadas cuando se retiraron las fuerzas naciona- les. Creo que esas tierras son fiscales aún, por suerte, y Obra patriótica haria el gobierno que dispusiera su colonización in- mediata. Al anochecer llegamos á la estancia del señor Juan Jones (S20 m.), situada en el viejo valle morenisco del lago, resguardada por los montes y rodeada de praderas hermosísimas. Sus hacien- das de raza alegran la vista y el espíritu (lámina XV, fig. 1). Tomo VIII. 4 F NAHUEL-HUAPI Franca acogida recibimos de los enérgicos moradores de esa poblacion industriosa, y con su consentimiento resolví hacer allí un campamento de reserva para las secciones del Museo que trabajan en esas zonas. En ese punto tenía en 1876 sus tolderias el cacique Inacayal, pero Shaihueque no consintió, cuando visité el lago en ese año, que me acercara á la tolderia de Tequel-Malal, que así se llamaba entonces el paraje. Al dia siguiente me dirigí á la península del Oeste en busca de un punto prominente desde donde pudiera dominar el gran lago en sus ensenadas andinas que no habia visto antes. Is esa planicie un paisaje glacial típico, fértil en extremo: los gran- des trozos graníticos se elevan en las ondulaciones de las mo- renas sobre los espléndidos frutillares que proporcionaron ratos agradables á nuestro paladar. Las morenas tienen una eleva- cion de cien metros sobre el lago y parecen prolongarse en líneas paralelas del O. NO. á E. SE. magnético, siendo las más elevadas las más próximas al lago. Il granito predomina, habiendo observado trozos de ciento ochenta metros cúbicos; se observa igualmente una roca porfí- rica y traquitas verdosas y rojizo-negruzcas. El alto peñon al que trepé para dominar el lago es de una roca porfírica, ó más bien de un granito porfírico, el granito moderno de Stelzner. — 251 — Sobre ese peñon se observa perfectamente claro el lecho del ventisquero que cubrió el lago; profundas hendiduras de lados redondeados le dan el aspecto característico de los lomos de ballenas y las estrias y canaletas pulidas se conservan con toda claridad. Ese promontorio está situado á trescientos metros so- bre el lago y se domina desde él el paisaje morenisco del valle oriental y vasta extension del lago con sus cuatro islas y las preciosas ensenadas del oeste; toda la orilla, hasta donde al- canza la vista, una faja de árboles en la que predominan los cipreses separa del lago la morena ondulada. La Cordillera nevada, enorme, dentada y redondeada, se- gun la roca de sus cerros, forma telon al frente oeste y sud- oeste; al norte los bosques ocultan las rocas abruptas neo- volcánicas. Se ve que los trozos de granito proceden de las cadenas del oeste y sud-oeste y que para llegar hasta donde los observo, han tenido «que cruzar sobre la parte del gran lago cubierta por el ventisquero, hoy desaparecido. En esa re- gion, el ventisquero más inmediato es el del Tronador, en Jas nacientes del Rio Frio; pero no se ve el gigante blanco, cuya presencia anuncian, á pesar de la distancia considerable, bron- cos y profundos truenos producidos por el desplome del hielo. No puedo entrar ahora en una descripcion de esa parte del lago, la que se hará á su tiempo, y refiriéndome sólo á las fotografías que acompañan estos apuntes, retrocedo á la estan- cia de Jones. Parece que, si bien se produce allí trigo, necesita pronto abono la tierra; pero las papas, las arvejas, las habas, las cebollas, proporcionan abundante cosecha. Los pobladores inmediatos están alarmados: un grupo de salteadores chilenos anda haciendo fechorias, y dos dias antes de nuestra llegada han asesinado á un vecino y más tarde á uno de los de la pandilla para robarle las botas que habia quitado al vecino! Esa tierra nuestra está completamente aban- donada. Es imposible que la gobernacion del Neuquen pueda ejercer vigilancia en todo el territorio con el escaso personal de que dispone, y seria de desear que el Ministro de la Guerra resolviera enviar un cuerpo de línea á Nahuel-Huapi, el que po- dria ser núcleo de una colonia militar útil. Cámbiese allí la co- lonia «Sargento Cabral», ubicada en los escoriales de Catalin. El dia 8, temprano, cruzamos el Limay en el bote del señor Jones, frente á la estancia del señor Gabriel Zavaleta. El rio corre entre la morena muy empinada y ese seria un excelente punto para hacer un puente. A medio dia llegaba al campamento Schiórbeck, á cargo del senor Bernichan y situado — 232 — al pié de la barranca donde en 1880 tuve mi campamento, en la choza abandonada del indio valdiviano Guaito. Cacareaban las gallinas y se ola el mujido de las lecheras; esa choza habia sido reemplazada por cómodas casas de madera, habitacion del colono don José Tauschek (lámina XV, fig. 2), cuyos cultivos y productos pastoriles tienen va fama entre los colonos alemanes de Llanquihué. Pero Tauscheck, como los demás hombres in- dustriosos que han poblado en las orillas de Nahuel-Huapi, no es dueño del terreno que ha hecho valer con sus esfuerzos. Esto hace parte de una de esas inconcebibles concesiones de treinta y dos leguas y está expuesto á ser desalojado, sin tener derecho á indemnización alguna por el dueño de la concesion. Felizmente, no todas las costas del Nahuel-Huapi han sido tan malbaratadas y hay aún facilidad de hacer en ellas la colonia que sueño, en la que el colono gane la propiedad de su lote con la labor de sus manos. El señor Schiórbeck se habia internado ya por el Lago Gu- tierrez siguiendo mis instrucciones, y me dirigí en su busca. Así volví á ver el venerable del lago, el centenario ciprés que habia observado en 1880, .próximo al Arroyo Nierecó, en la falda de la morena y dominando á la poblacion de San Cárlos, construida últimamente por los hermanos Wiederholtz, de Puerto Montt, hijos de alemanes y miembros de esa raza enérgica y trabajadora que se está formando al Sud de Chile, y que los argentinos deberíamos tratar de formar en Patagonia. La casa de negocio de los señores Wiederholtz provee ya á las necesidades de una vasta zona y exporta los productos de la misma á Puerto Montt, para lo cual dispone de embarcacio- nes. Ví allí una de doce toneladas, que construian carpinteros chilotes. Será la primera embarcacion de alguna importancia que surque los lagos patagónicos. El comercio de lanas, cueros, cerda, papas, queso, mantéca y otros productos menos importantes, permite despachar una em- barcacion quincenal á Puerto Blest, en el extremo oeste del lago, productos que son transportados en tres dias á Puerto Montt, mientras que para llevarlos á Viedma se requeriria un mes y más. Mientras no se construya un ferro-carril entre el Puerto de San Antonio y Junin de los Andes con un ramal hácia el gran lago, saldrán al Pacífico por Puerto Montt, via Nahuel-Huapi, todos los productos desde Caleufú al sud hasta el Valle 16 de Octubre; en cambio, el dia que ese ferro-carril exista y se prolongue de Junin de los Andes á Villarica, la corriente comercial se invertirá, y la miel y cera de Llanquihue y los — 253 — pasageros para Luropa del Sud de Chile á partir de Concepcion, se embarcurán en el puerto de San Antonio. Pensando en todo este programa de progreso, ya en principio de realizacion, crucé los hermosos parques naturales que rodean por el sud el lago, desvastado en la parte alta por un voraz incendio que ha des- truido millares de pesos en maderas de construccion, y llegué al arroyo que desagua en Nahuel-Huapi el lago Gutierrez. Allí me encontraron y me tomaron los indios mandados por Shal- hueque, en Enero de 1880, al volver de descubrir el hermoso lago que bautizara con el nombre del maestro y amigo vene- rado, el inolvidable Juan Maria Gutierrez. Aquella indiada y su capitanejo Chuaiman ha desaparecido totalmente y en aquel agreste sitio se levanta la cabaña del colono aleman Christian Bach (lámina XVI). Su mujer me dice que Bach está con Sehiór- beck, que se han internado hácia el oeste y que han dejado un peon para que lleve mis instrucciones definitivas. Las doy, y tambien juguetes á las criaturas, en recuerdo de mis peque- nuelos, y como no debo perder un momento vuelvo satisfecho al campamento Bernichan para continuar al Sud. Como el paisaje general no ha cambiado desde 1880 y no tengo tiempo para una nueva descripcion, no creo aquí fuera de lugar reminiscencias de mi viaje anterior, que tomo de mi libro inédito sobre ese viaje: «Pasé la noche del 17 al 18 de Enero de 1880 en la garganta frente al Cerro Tupuan; por la mañana atravesé la última fuente del Chubut, llegando poco más tarde al Rio Pia ó de la Hechi- cera. Allí creia encontrar á Guilto, indio valdiviano, intérprete y secretario verbal de Foye!; pero su humilde rancho no contenia más habitantes que un perro y el único gato que he visto do- mesticado entre los indios. Ascendí una llanura elevada, dom1- nada por las mesetas y las montañas y desde alli, en el fondo, entre las brumas pardas y rosadas que ocultaban parte de las montañas, distinguíamos las aguas azules del deseado lago. Desde los primeros tiempos de la conquista, las regiones del Sud atrajeron la atencion de los españoles. Mil ruidos lle- nos de promesas halagadoras colocaban allí los famosos Cé- sares, creacion dorada de la ambicion de nuestros antecesores, y cuya base atribuyo á las referencias que en ambos lados de la Cordillera, y respectivamente, dieran los indígenas de los núcleos europeos que se formaban en Chile y en el Tucuman, núcleos que se transformaban en ciudades casi orientales con la perspicacia del indio, á quien no escapaban seguramente los sueños de riquezas de los blancos invasores. — ZO — Los jesuitas no quisieron ser menos que Jos soldados. y en 1643 tentaron penetrar el misterio y llevar á aquella ciudad mística, que habia olvidado la ley de Dios, la luz del evan- gelio, recorriendo repetidas veces la costa occidental de Pata- gonia, sin hallar más que tribus bárbaras. En 1665, el Padre Mascardi fué el primero que penetró al Este de los Andes, y como el valiente sacerdote no encontrara vestigios de las poblaciones de los Césares que buscaba con afan, hizo un segundo viaje, esta vez guiado por unos indios del oriente andino, prisioneros en Chile, para quienes Mas- cardi obtuviera libertad, y los que en agradecimiento ofre- ciéronle escuchar la palabra cristiana en sus tierras y ponerlo en relacion con los habitantes de la ciudad encantada. Cruzó la Cordillera, y en 1670 descubrió Nahuel-Huapi, en cuya orilla boreal fundó la mision ¡esuítica de aquel nombre, en lo que fué ayudado por los indígenas; fundacion que no satisfizo del todo su ambicion de encontrar los Césares, en busca de los que hizo repetidos viajes, en uno de los cuales llegó por el sud- sudoeste al Pacífico, muriendo asesinado por los salvajes en 1673. El Padre José de Zuniga quiso continuar la obra evangélica de Mascardi, fundando al occidente de la Cordillera, en las inme- diaciones del Lago Ranco, una segunda mision, que abandonó en 1686, dirigiéndose á Chiloé por el camino de Nahuel-Huap1. El Padre Rifler y el padre José Guillermos continuaron sus trabajos entre los Pehuenches; el último logró ir desde Chiloé hasta Nahuel-Huapi á la mision que el Padre Laguna debia restaurar. Il itinerario que Cox dice que siguió Laguna, pare- ce que queda al norte del lago, siendo el mismo que siguió el Padre Guillermos. El Padre Laguna regresó á Chiloé pasando en balsa el lago y doblando los Andes por el pié del Tronador, probablemente por el Paso de Perez Rosales, bajó por el Rio Peulla, balseó la laguna de Todos los Santos, y prosiguiendo su viaje por tierras pantanosas llegó á la ensenada de Reloncaví, donde se embarcó para Castro. Regresó poco tiempo despues por el mismo camino, llevando sobre sus hombros y los de sus indios las herramientas para la construccion de la iglesia. Durante siete años prosperó la mision de Nahuel-Huapi; los indios, muy numerosos entonces, acogieron bien á los sacer- dotes, y fué al expirar ese tiempo que el Padre Guillermos tuvo aviso de la existencia del antiguo camino de Bariloche, va bo- rrado, y que quizá fuera el que tomara el Padre Mascardi en — 209 — una de sus excursiones; trató de reabrirlo y lo consiguió, for- mando con hacha y machete una senda entre el bosque en direccion al oeste, mientras el Padre Gaspar Lopez emprendia tarea igual desde el lado opuesto; y con tan buen éxito todo, que al llegar á la cumbre cruzó las señales que Guillermos hiciera en los árboles al avanzar. Ese trabajo, que debia dar inmensos resultados y que, no interrumpido, hubiera sido la puerta de entrada para la civilizacion en Patagonia, fué mal visto por los indios, los cuales temiendo agresiones españolas, incendiaron la Mision, pero el Padre Guillermos no se desanimó y concluyó su obra despues de tres meses de trabajo; las mulas pasaban en tres dias desde Ralun hasta Nahuel-Huapi. El pago que recibió el sacerdote fué la muerte; llamado por el cacique Manquehuanay para confesar un enfermo, murió envenenado con un vaso de chicha (1716) que contenia quizá el mismo veneno que ciento sesenta y cuatro años despues y no lejos de aquel punto, tomamos mi intérprete el indio Hernandez y yo, brindado entre frutillas, y al cual escapé á duras penas, mu- riendo de sus resultas mi compañero. El Padre Elguea fué asesinado allí el año siguiente, y que- mado su cuerpo junto con la iglesia que habian levantado aquellos infatigables hombres; parece que desde entonces Nahuel- Huapi no volvió á ser habitado por blancos; el indio fué el solo habitante de aquellas tierras tan magestuosas como salvajes. Recien en 1792 el Padre Melendez salió en busca de los restos de la Mision; tomó el camino del norte, por los lagos Calbutue y Todos los Santos, costeó la falda del Tronador, subió la Cor- dillera, y marchando al norte, llego á un pequeño lago que más tarde llamó Cox «Lago de los Cauquenes», situado al pié de un cerro elevado denominado despues Cerro de la Esperanza, por Vicente Gomez, quien en 1855, desde su cima, pudo divisar la extensa faja azul de Nahuel-Huapi. En este último, Melendez construyó una piragua (cuyos restos encontró Cox más tarde) y lo navegó, pero sin encontrar los vestigios de la Mision, que algunos indios le indicaron como situados á cinco cuadras del desagúe del Limay. Cox dice que algunos indios conservaban la tradicion de que habian vivido cristianos en el lago, y durante mi primer viaje á ese punto, traté de averiguar si entre aquellos indí- genas habia algo más que recuerdo de la Mision. Habia oido decir que Inacayal conservaba la campana, pero este indio no supo darme razon de ella. Al principio negaban que los blan- cos hubieran cruzado la Cordillera, pero poco á poco confesa- AAA — 256 — ron la existencia de la Mision y el asesinato de los misioneros. Me hablaron de la tradicion de una imágen «vestida como se- nora» y ligaban esos recuerdos con el de las expediciones en busca de los Césares, los que creian que yo tambien buscaba. El Padre Falkner, quien no penetró en Patagonia, habla de una piedra que tenía formas de mujer, la que se encon- traba cerca de Tequel-Malal, y da ese nombre á una de las grandes rinconadas que forma el Rio Negro antes de desaguar en el Atlántico. Creo que Falkner tomó ese dato de los misione- ros de Nahuel-Huapi, pues la figura de piedra existe realmente, pero en la orilla del Collon-Curá. He llegado hasta cincuenta metros de la piedra en cuestion; estaba rodeada por los toldos, y no sólo pude examinarla, sino que debí á las buenas piernas de mi caballo el no ser asesinado allí el 4 de Febrero de 1876. El Collon-Curá está situado á mil kilómetros del punto que indica Falkner, y es el más grande de los afluentes del Limay; Tequelmalal no es la rincona- da señalada por el jesuita irlandés sino la region norte de Nahuel-Huapi al cual tambien los indios dan ese nombre; queda á ciento cincuenta kilómetros de la piedra. Con la ruina de la Mision cesaron los viajes de los religiosos jesuitas, y el campo fué ocupado por los exploradores, que son los misioneros de la época moderna. Esta era la inició el piloto Villarino en 1782, y si los que han seguido su ejemplo han llegado más lejos que él, ninguno ha aventajado su perseve- rancia. Es necesario haber recorrido el Rio Negro y el Limay para admirar, como merece, aquel gran viaje desde el Atlántico hasta el Collon-Curá, desde las tristes barrancas oceánicas hasta los imponentes paisajes que dominan los conos volcánicos del Quetropillan y Villarica, todo él hecho con embarcaciones pesadas llevadas á veces á remolque venciendo dificultades de todo género, lo que hará que siempre sea citado con honor el viaje de Villarino en la geografia argentina. Al piloto español se debe el primer croquis del Rio Negro y del Limay, y si du- rante su navegacion eligió el brazo del Chimehuin ó Collon- Curá abandonando el gran rio, esto no perjudica en nada la importancia de ese reconocimiento, pues como dije al regreso de mi primer viaje, el Limay cesa allí de ser navegable. Villarino no alcanzó á Nahuel - Huapi. Pasaron muchos años sin que se aventuraran nuevos explo- radores de uno ú otro lado de los Andes. En Chile, sin em- bargo, adelantaron algunos viajeros la geografia de la provincia de Valdivia, estudiando el lago de ese nombre y el de Todos A o los Santos; recien en 1849 el gobierno chileno envió al oficial de marina Munoz Garvero á explorar la Cordillera y á encon- trar el Lago Nahuel-Huapi, lo que no pudo conseguir, á pesar de poner todo empeño. Fué V. Perez Rosales, intendente de Llanquihue, quien des- cubrió en 1855 el pasaje buscado, enviando una expedicion di- rigida por Vicente Gomez, el cual alcanzó á divisar las aguas lacustres argentinas, donde recien al año siguiente llegaron los viajeros Fonk y Hess. Estos salieron con trece compañeros desde Puerto Montt, remontaron el Rio Peulla, cruzaron la Cor- dillera y llegaron al lago en cuyas orillas construyeron una canoa, avanzando con ella, segun dicen, setenta y cinco kilóme- tros (lo que me parece exagerado), hasta detenerse en la Punta de San Pedro. Guillermo Cox es el primer explorador afortunado de Nahuel- Huapi; deseoso de abrir un camino fácil interoceánico, apro- vechando las vias fluviales y lacustres situadas entre los gra- dos 40 y 42, se lanzó personalmente en busca de las pruebas que necesitaba para realizar su gran empresa. Salió de Llan- quihué en 1862, cruzó el boquete Perez Rosales, y despues de un penoso viaje llegó el 28 de Diciembre á la orilla del lago. Su diario de viaje, raro desgraciadamente en Buenos Aires, encierra páginas bellísimas 'descriptivas de aquellas regiones. ¿n el paraje de su primer campamento encontró los restos de las canoas del Padre Melendez v del doctor Fonk. Despues de haber recorrido parte del Rio Frio que nace en el Tronador, el 4 de Enero lanzaron la canoa que habia cons- truido, y Cox embarcóse en ella con tres compañeros, regre- sando los demás á Puerto Montt. La «Aventura» tuvo que lu- char contra las aguas y piedras del lago, y más de una vez hubo de zozobrar aquel dia y el siguiente, perdiendo algunas provisiones. Visitaron la Punta de San Pedro y distinguieron siete islas en la gran bahia del norte; penetraron en el gran seno, y en la descripcion del viaje de aquel dia encuentro indicada la gran abra del Paso de Bariloche, lo que tambien supone Cox, aunque sin poderla visitar; y el 7 de Enero, des- pues de haber cruzado el lago en toda su longitud, penetraron en el Limay. El entusiasmo de los exploradores no podia ser mayor, pero las dificultades eran insuperables, y el valiente Cox tuvo la desgracia de perder su canoa entre los rápidos del rio, á al- gunas leguas de su nacimiento, salvándose á nado con sus compañeros. Encontrado por los indios, más ó menos bien tra- tado, sufriendo á veces crueles fatigas y expuesto á grandes peligros, consiguió que se le permitiera llegar á Chile y re- eresar á los toldos, contando con la promesa que le hiciera Inacayal de llevarlo hasta Patagones; promesa no cumplida más tarde por la desconfianza de Shaihueque. Cox, con su exploracion del lago y sus dos excursiones desde Ranco á Caleufú, ha dado á conocer esas regiones de una manera bastante detallada si se tienen en cuenta los escasos recursos de que disponia. Si su plan fracasó, no fué por falta de esfuerzos, y yo que he te- nido la suerte de visitar esos mismos parajes, pago aquí con placer un tributo de respeto á mi colega chileno. Aun cuando el capitan Vidal Gamaz, de la marina chilena, no llegara en su viaje hasta Nahuel-Huapi, merece citarse este último por el gran número de datos que contiene sobre la re- gion inmediata al occidente de los Andes. En-.esos trabajos, emprendidos en 1871 con el objeto de estudiar el seno de Re- loncaví y sus adyacencias, rios y boquetes andinos, el distin- guido marino visitó la region comprendida entre ese seno y el Lago Todos los Santos, haciendo un exámen detenido del pe- queño Lago Cayutue, situado frente á la gran abra del sud del Tronador, que encierra el antiguo camino de Bariloche, opinion con la cual estoy de acuerdo, correspondiendo esa abra á la del Lago Gutierrez, que he examinado y bautizado en mi último viaje. El capitan Musters, el viajero moderno que más tiempo haya pasado entre los indigenas patagónicos, que nos ha dejado un excelente libro sobre los usos, costumbres y vida íntima del indio, y á quien, desgraciadamente, las condiciones en que via- jaba le impidieron hacer observaciones geográficas de los lagos andinos, pasó á cincuenta kilómetros de Nahuel-Huapi. Todos los viajeros que he citado habian penetrado al lago por el lado de Chile. Desde el 20 hasta el 22 de Enero de 1876 pude gozar de la mognificencia del Lago Nahuel-Huapi; siendo mi asistente y yo los primeros blancos que desde el Atlántico llegaran á beber sus aguas puras; pero entonces sólo habia alcanzado su már- gen norte. Me prometia, pues, conocerlo ahora en sus compli- cadas riberas del sud y del oeste. El primer telon de brumas que veló durante esa noche del 15 de Enero de 1880 el gran escenario de aquella vigorosa na- turaleza, en vez de elevarse uniforme ante nosotros, que no queríamos perder el menor detalle de la decoracion que ibamos á admirar, se desgarró en torbellinos de tules acerados y rosas. O Dimos un momento de descanso á la caballada, y luego de pasada la primer impresion de admiracion, tratamos de ver el fondo del valle que teníamos al pié, á través del édredon de nubes frias y blancas, no doradas todavia por los primeros des- tellos del sol del nuevo dia. Todo dormia; solo las aguas lejanas en el fondo de los grandes senos se mecian perezosas; hilos delgados de oro vivo orillaban en zigzags fantásticos las nevadas crestas andinas, destacadas en el suave azul, mientras la base estaba envuelta por grandes estratos de nubes plomizas, más ó menos densas y entre las que distinguíamos las copas de los cipreses. Pocos momentos despues principiaron á elevarse del bajo ligeros ca- pullos de bruma que se desvanecian al llegar á la zona en que estábamos, donde ya reinaba el viento pampeano despertado por la aurora, y la aparicion sobre la negra línea de mesetas volcánicas, del sol en toda su magnificencia, iluminó el gran- dioso conjunto, destacando entre los juegos de luces y sombras los relieves del terreno, aguas y bosques, con la nitidez propia de un bello dia austral. Recien entonces pudimos orientarnos en la escarpada ladera, y de improviso, al llegar al pié, nos encontramos en un pe- queño campamento indio, ocupado por algunos araucanos y valdivianos. Estaban estos precisamente entregados á una de esas borracheras tan comunes en las faldas de los Andes, cuan- do, en la primavera, el derrite de las nieves permite el paso á los aucaches comerciantes del asqueroso aguardiente de Tolten. Esa noche habian llegado dos de éstos, con cuatro barriles destinados á la compra de caballos en las tolderias de Ina- cayal, barriles que habian sido confiscados por un capitanejo de Shaihueque. Apenas permanecimos algunos minutos en los toldos, y seguimos hácia el noroeste por una llanura muy rica en pastos y en frutillas, regada por varios arroyos sombreados por gran- des árboles. Despues de haber atravesado un torrentoso rio que se vacia en el lago, atravesamos una pradera boscosa, on- dulada, formada por morenas glaciales antiguas y poco rato despues nos encontramos sobre el lago, frente al sitio en que acampé en la orilla opuesta, en 1876. Patagonia es la digna rival de Suiza, por el magnífico escenario de su naturaleza. He visitado á Suiza y sus grandes lagos, despues de haber recorrido la Patagonia, y pienso que Suiza es una reduccion habitada de la Patagonia Andina; ninguno de sus lagos puede — 260 — rivalizar con la magestad imponente, inmensa, del Lago Viedma; ninguno de sus ventisqueros, con el mar de hielo, semejante á un pedazo de costa groenlandesa, dominado por el volcan Fitz-Roy. El lago Argentino es más salvaje, más indómito, que el de los Cuatro Cantones; tiene todo lo que éste tiene, salvo la obra del hombre, pero en escala mavor, como mayor es su tamaño. Sus montañas son más elevadas y más pintorescas; sus bosques son vírgenes, mientras que en Suiza se ve el paso del hacha y del serrucho; sus ventisqueros reemplazan con es- cuadra de témpanos colosales, mágicos, que desfilan delante de las selvas en flor, las blancas embarcaciones ó vapores que en Suiza conducen al turista. El Lago San Martin, separado por los Montes Lavalle de los canales andinos, no tiene pare- cido entre los que he visto más pequeños, como el de Brienz; los nevados de sus inmediaciones son tan imponentes como la Jungfrau. Nahuel-Huapi tendria semejanza con el Lago Leman, si á este último se le agregara el de los Cuatro Cantones. 11 Monte Blanco tiene un hermano en el Tronador, gigante geo- lógico siempre airado v siempre rugiente. En el punto á que he aludido, encontré chozas y allí acampé. Inacayal, propietario, segun él, de las regiones del lago, habia concedido permiso á algunos indios valdivianos, labradores, pará que se establecieran en su campo, dando así los prime- ros pasos en la via del progreso, tan poco hollada por el indio. Los nuevos pobladores habian levantado ese plantel modesto de una futura ciudad argentina, donde encontré plan- tios de maiz, cebada ya espigada, y varias legumbres que con- tribuyeron á nuestro menu, cuyo plato de resistencia era la carne de potro. Desde ese punto, defendido en parte por el bosque y por un torrente encantador, dominaba todo el lago, y allí en la hermosa esplanada levanté la bandera argentina, que refléjaba por segunda vez sus colores en las aguas y en los hielos andinos. Inmediatamente de instalado el campamento y ya armado el teodolito, recibí á algunos indios que venian á ver al cristiano. Por el momento no habia gran riesgo; el instrumento les ins- piraba respeto, pues lo consideraban arma poderosa, y además mi ejército de cinco hombres se turnaba de centinela en la altura, remington al hombro, pues nos encontrábamos á dia y medio de camino de las tolderias de Shaihueque. Allí permanecí hasta el 22 de Enero, habiendo hecho el 20 una visita á la sa- lida ó fuente del Limay, que conocia desde su desembocadura — 21 — en el Atlántico. Nace el gran rio del Sud á 728 metros (*) sobre el nivel del mar y se lanza con gran velocidad por un canal de cien metros de ancho. Al pié de la esplanada llena de frutillas, encuadrada por el bosque alto v.por la vegetacion que desciende al lago, la orilla está cubierta de grandes trozos erráticos lamidos perezosamente por las aguas mansas cuando hay calma, y contra los cuales chocan con estruendo las olas en los dias de huracan. Son las aguas del lago de color azul oscuro en el centro, como las del lago de (Ginebra, y celestes, blanco-lechosas y luego color de plata líquida cerca de la playa, donde espejean las pajillas de mica y el cuarzo cristalino blanco. Los pequeños torrentes que nacen dentro del bosque, en las raices de los viejos troncos y que descienden con fuerte pen- diente, sirven, con los árboles que les dan sombra, de pequeños cercos á quintas naturales, donde los valdivianos habian levan- tado algunas chozas de paja, al abrigo de los elegantes maitenes. Hácia el noreste, siguiendo las orillas lacustres, la morena anti- gua seencorva al este, dejando un bañado que cruzan hileras de árboles. Es una llanura arenosa de reciente formacion, cubierta de trozos erráticos y que se ha formado por los detritos que el arroyo Nirehuau que cruza al llegar ha arrastrado desde las mon- tanas vecinas. Kse rio, de cincuenta metros de ancho y muy bien sombreado, desciende de una garganta oscura, dominada por grandes peñascos á pique, de doscientos metros de altura, coro- nado por cipreses puntiagudos, oscuros, que contrastan con el amarillo de las faldas. Ascendí un dia esas rocas y descubrí algunas cavernas que habian servido de habitaciones humanas. Eo una, formada por dos salas completamente oscuras, cavéá tientas y extraje un cráneo humano; en los muros de las demás habia pinturas y descubrí los mismos objetos de piedra y madera que en las cavernas del centro del territorio. La aspereza del terreno demuestra que los habitantes de las grutas habian buscado allí un sitio de retiro y quizá fué el último hogar de alguna tribu perseguida en esas luchas pseudo-religiosas que engendra en esos paises la explotacion de los adivinos. El promontorio está dominado por una montana, en cuyos flancos se ven varios mantos de fonolita, y á sus piés se des- arrollan las tres bahias que preceden la salida del Limay. Ls allí probablemente donde el general Villegas hizo flamear (*) Segun mis observaciones de 1880, pero las del último viaje en la es- tacion meteorológica ú cargo del señor Bernichan han dado 740 metros. el pabellon nacional dos años despues. Las aguas del lago salen violentas formando olas, y en los bordes algunas piedras errá- ticas formando pequeños rápidos, pero en el centro no hay obstáculo; por allí pasó la canoa de Cox. Las aguas son azules, pero se vuelven azules-verdosas en una vuelta rápida donde se precipitan con gran ruido, se dirigen primeramente hácia el S. SE., pero en seguida toman hácia el N.NO.; en este último punto el Limay tiene setenta y cinco metros de ancho y lo bordean colinas glaciales. Del rio al norte, una série de colinas pastosas, más ó menos elevadas, surca- das por fajas de arboleda, limita el lago, y en su base tiene una línea estrecha de vegetacion tupida. Esa línea de árboles color verde-plomo se extiende, siguiendo las hermosas ensenadas, en un paisaje parecido al del lago ginebrino del lado de Saboya, hasta un promontorio que avanza estrechando la gran cuenca. Hácia el oeste, se destaca, allí, de la orilla, una pequeña isla boscosa. Esas colinas que he mencionado están dominadas al norte por otras que aumentan de elevacion por gradas cubiertas, en parte, de bosques, corona- das de lavas antiguas, y que parecen fortalezas destruidas. Los cerros se desvian hácia el oeste, con abras repetidas, vá través de sus hendiduras profundas se distinguen otros más elevados, amarillentos, nevados, que están separados de los primeros por un brazo del lago. Precediendo á aquélla, en su extremo, se alcanza á ver desde el sitio del campamento, una loma ondu- lada de altas colinas amarillentas, verde pálido y pardas, que se elevan en forma de grandes mamelones desde el promontorio cubierto de bosques. Presenta el conjunto un golpe de vista pintoresco, principalmente á la tarde cuando las sombras del dia que avanza gradúan los tonos de las luces cálidas de me- diodia, hasta darle un tinte brumoso, que si bien borra los accidentes menudos, destaca en medias tintas suaves las siluetas de las grandes masas (lámina XVII). El panorama es salvaje, solitario, y el silencio de la natura- leza contribuye á aumentar la sublime solemnidad de aquel sitio. Al fondo de la gran cuenca, algunas veces borrascosa, som- bria, prision á veces de olas de crestas espumosas, y otras clara y límpida como un espejo, vénse varias islas de formas distintas, casi circulares unas, y otras largas como enormes ballenas. Detrás de estas islas, más léjos, selevanta la severa y grandiosa Cordillera, con sus picos atrevidos y sus macizos boscosos y nevados, de tintes verdosos, rojizos, negruzcos, y azules y 263 — blancos en las cimas, todo cortado y hendido por profundas gargantas, verdaderos fjórds noruegos, de los cuales el principal, muy extenso, está limitado por una montaña completamente blanca, misteriosa, llena de poderoso atractivo para el viajero. De ambos ládos del gran fjórd, álzanse montañas á pico, siendo las del costado norte menos accidentadas. En el primer plan, formando el fondo sudoeste, están las bellas montañas de cumbre aguda como una cuchilla inmensa, cubierta de hielos eternos, á las que he dado el nombre de Vicente Lo- pez, el inmortal! autor de la cancion nacional argentina. La falda que mira al norte es rojiza, con bosques: la del este, que es la que he indicado, poco inclinada, cóncava, con nieve nueva depositada sobre el azul del hielo perpétuo, es una ma- ravillosa representacion natural del pabellon argentino. En seguida, avanza otro macizo boscoso que oculta altas montañas coronadas de nieve eterna. El Tronador no era visi- ble con claridad desde el campamento; pero sí desde la boca del Limay, con su vértice casi siempre envuelto en las nubes. Una gran colina, ó montaña poco elevada, de ladera muy abrupta, cubierta de selvas, que baña su pié en el lago, oculta un valle que se extiende entre ella v las montañas anteriores; v delante de este valle hácia el este-sudeste se eleva otro ma- cizo, de cumbres más redondeadas, que es el que oculta el Tronador. Un cerro cuya cuesta abrupta mira al sudeste cubierto de nieve y bosques, domina una profunda garganta que se dirige al oeste-sudoeste cerrada en su costado noroeste por otras montañas. Pasando esta gran garganta, hay algunas montañas mas bajas, transversales de este á oeste, limitando de este lado el gran lago y su antiguo valle glacial, atravesando paralela- mente á los Andes por morenas formadas por trozos angulosos de gran tamaño y casi cubiertas por la tierra nueva que resulta de la descomposicion de las rocas que las forman y de la veje- tacion que las cubre. Cerca de la orilla del sud del lago, á partir de la punta situada frente á la pequeña isla del norte, hay tres islas. de las cuales la más pequeña es la más oriental. Ese lado del lago es más elevado que el opuesto y más pintoresco; las gargantas, los bosques, las antiguas morenas con sus prade- ras naturales atravesadas por bosquecillos, forman un cuadro sin rival de bellezas naturales. He dicho que permanecimos hasta el 22 en el campamento, y hubiera deseado quedar más tiempo para hacer, avudado por _—AA A O DE una triangulación detenida, un relevamiento más completo del lago, pero los indígenas se mostraban cada dia en actitud más amenazadora. El chasque enviado por el Cacique Inacayal á Shaihueque no habia querido llegar hasta las tolderias de éste, temiendo ser portador de «malas palabras» que pudieran acarrearle un peor rato. Se me previno que en los alrededores se habia apostado un grupo importante de guerreros que me espiaban, y habiendo aumentado ese dia el peligro de ser rodeado antes de llegar al extremo oeste del lago, que era mi gran deseo, levanté el campo á mediodia, llevando todas las colecciones, y me dirigí hácia ese rumbo. Queria recorrer toda la orilla sud del lago y tratar de llegar á Tecka, por entre la Cordillera, burlando así á.los Mapuches. El camino que hice ese dia es el más bello de los que he hecho en mi vida de viajero. Las Fitx-roya patagonica y los Libocedris chilensis, los dos hermosos y útiles coníferos antárticos, crecen con profusión, augurando buena fortuna al aserrador del por- venir. Medí ese dia uno de los primeros, y su tronco tenia, á la altura de un hombre á caballo, más de ocho metros de cir- cunferencia ('), y esos árboles, en algunos parajes, se presen- tan en tal número que es imposible pasar á través de ellos. Los coihues de treinta y cinco metros de elevacion, sombrean las orillas de los arroyos, formando á veces puentes naturales. Los maitenes forman bosquecillos espesos. En las pintorescas praderas alfombradas de cesped y fruti- llares, alternan el roble, el canelo, el laurel y el manzano. Pasamos la noche bajo un gran ciprés, al borde de un torrente, en una llanura rodeada de bosques, á algunos cente- nares de metros sobre el lago. En el torrente encontré rocas carboníferas con restos fósiles vegetales. In la mañana siguiente encontramos un sendero indio, entre el bosque v las montañas; los árboles eran tan espesos que el caballo no encontraba paso, y otras veces marchábamos por bajo de oscuras galerias vegetales. Llegamos así á un arroyo que desciende del sud-sudoeste é inmediato á un campo sembrado de trigo, propiedad del arau- ano chileno Colomilla, limitado por tierras cubiertas de turba, que estando inundadas, así como parte del bosque, nos cerraron el paso imposibilitando del todo la marcha al oeste. (*) Es el que domina hoy la poblacion de San Carlos. A Acampamos á orillas del arroyo, bajo un copudo colhue, rodeado de bambues, de los que emplean los indios para hacer lanzas. Frente teníamos la península de San Pedro, que Cox tomó por isla, donde creo que el Padre Melendez llegó en el siglo pasado, y delante de ella, hácia el norte, tres islas. Diríjese la península de O. SO. á E. NE. con inflexiones ca- prichosas, que encierran una gran bahía, la que me parece que en tiempo de bajante del lago se convierte en laguna. Su punta este avanza cubierta de bosques, formando ángulos entrantes y salientes que le dan el aspecto de una gigante estrella de mar verde-oscura. In el fondo está el fjórd profundo por donde bajó desde el Boquete Perez Rosales el explorador Cox, y el hermoso Monte Lopez dominándolo todo con sus nieves blan- cas y celestes v sus verdes bosques, medio quemados á la sazon en la base por un incendio reciente. Dejé mi gente en el campaménto y avancé con un hombre hácia el sudoeste en busca de paso. El suelo era muy boscoso Ó en extremo suelto, y los arbustos espinosos muy tupidos, lo que nos obligaba á entrar en el arroyo torrencial y adelan- tar así penosamente, ú veces casi á nado. Felizmente á poco andar encontré pequeños prados, situados en el fondo de un valle escondido detrás de la montaña boscosa y baja, que limita el lago por ese lado y que precede á un nuevo lago cuya existencia no conocia; lago tranquilo, hermosísimo, que se internaba hácia el sudoeste, bordeado por montañas bajas. Hácia el este veíase una gran abra, por donde distinguia en la lejania el gran promontorio de las cavernas inmediatas al Limay. Los árboles llegaban hasta el agua y nos fué imposible marchar un solo momento por sobre la orilla. En el punto donde las aguas de ese lago se vacian en el torrente, encontré cantidad de grandes piedras, arregladas por hombres, y con la intencion de impedir la salida rápida del agua, aprovechando pequeños canales para la pesca; y en las orillas grandes palos trabajados, con señales de hacha y barreno muy antiguas. Estos palos y otros que examiné durante la excursion de ese dia, quizá formaron en lejanos años balsas de los misioneros ¡jesul- tas que comunicaban por allí con Chile. No me cabe duda que ese dia encontré el famoso «Paso de Bariloche»: todas las noticias antiguas que he examinado con- cuerdan perfectamente con mis observaciones. Ll camino jesuí- tico costeaba ese lago (que no mencionan, sin embargo, las antiguas crónicas, las que no contienen sino insignificantes detalles sobre el paisaje), ascendia una montaña baja, y descendia Tomo VIII. 5 —, AÑ AS — 266 — al poniente de los Andes al Lago Calbutue probablemente, que ha examinado el capitan Vidal Gormaz, quien indica al oriente de dicho lago, una gran abra por donde afirma que pasara dicho camino. Así un chileno y un argentino hemos señalado los ex- tremos del antiguo camino, que reconstruido, comunicará los dos paises, estableciendo relaciones comerciales importantísimas. Para mí, una de mis más grandes compensaciones en mi vida de viajero ha sido aquel descubrimiento, al pensar en las trascen- dentales ventajas que podrá reportar cuando la civilizacion explore detenidamente aquellas regiones. Marché por dentro del agua cristalina, siguiendo el borde del precipicio inundado, único camino posible y que tenia que hacer casi á nado, entorpecido por grandes troncos sumergidos y trozos erráticos. Cuando fué imposible adelantar á caballo, dejé éste en un claro, y me interné con el asistente durante tres horas en aquel bosque espléndido que ocultaba las rocas de la ladera. Los árboles más elevados estaban (quemados y segun los indígenas que consulté despues, el incendio venia de Chile, pues ellos no habian penetrado nunca ailí. A las cinco de la tarde era imposible ya avanzar á través de la arboleda, de los bambues y de los corpulentos troncos carcomidos, de cuyas cavidades brotaban manantiales. No teníamos hacha con que abrirnos paso y muchas veces nos deslizábamos por decenas de metros sobre los pastizales de bambues. Desde aquel punto, á doscientos cincuenta metros sobre el pequeño lago, no divi- samos montañas al oeste; el lago continuaba en esa direccion, sin que pudiéramos ver su extremo, y sus orillas continuaban formadas por elevadas colinas que precedian grandes montañas novadas. No son, pues, las rocas ni las nieves lo que impide el paso al territorio chileno, sino los bosques que el hacha puede de- rribar. Retrocedí con sentimiento, prometiéndome regresar al siguiente dia con toda la gente, para pasar por allí al seno de Reloncaví y ser los primeros en abrir la comunicacion inter- nacional deseada. Difícilmente mi mala prosa dará una idea de aquel paisaje que más tarde me ha recordado, aunque de una manera más pálida, el fondo del lago de los Cuatro Cantones, en el sitio donde está situada la capilla de Guillermo Tell, aunque encuentro al lago patagónico más pintoresco, más suave y más alegre que al suizo. Encantador conjunto formaban los árboles gigantescos don- de dominan los cipreses y los coihues, bajo cuyas ramas crecen los helechos casi arborescentes, las aljabas cubiertas de raci- — 267 — mos de flores rojas y las enredaderas que aprisionan en sus redes toda la flora arbórea austral; las aguas del lago teñidas por el reflejo de la selva; los peñascos rugosos, destacados en promontorios blancos, pardos, negros, sanguíneos y verdosos por los helechos parásitos, los musgos y las cañas que cimbra el viento andino; todo bajo un cielo azul sin nubes, que hacia resaltar más la blancura del hielo eterno. Aquellas aguas no tenian nombre, faltábales el bautismo del geógrafo. En el catálogo de las denominaciones que la ciencia tiene el derecho de elegir para indicar sus conquistas en regiones vírgenes, vino á mi memoria un nombre venerado, el de don Juan Maria Gutierrez. Cuando era yo niño, el an- ciano que llevaba ese nombre me encantaba con sus descrip- ciones magistrales de la naturaleza americana que tan bien sentia y de la que él era una de las más bellas y más fecun- das emanaciones; más tarde su amistad me fué preciosa y sus palabras de aliento nunca me faltaron; tributo fué de admira- cion y gratitud dar su nombre á ese lago tranquilo y bello como su espíritu; el Lago Gutierrez, bautizado así, en memo- ria del venerable y nunca olvidado Rector de la Universidad de Buenos Aires, filósofo, literato, poeta, sábio, figura desde ese dia en la carta del mundo. o encontré ocupado por sesenta y cinco guerreros araucanos, mandados por Chuaiman, hijo mayor del cacique Molfinqueupu «pedernal sangriento». mi amigo de antes y mi enemigo á la sazon. Rudo momento fué aquél, al pensar que la obra de las fatigas que podian dar tan fecundos resultados para el futuro, restableciendo la comunicacion tras- andina por Bariloche, podia ser destruida por aquel grupo de salvajes. Mis pobres compañeros me aguardaban convencidos de lo crítico de la situacion, aunque dispuestos á afrontarla. Los in- dios estaban armados de lanza, bola, honda y algunas armas de fuego. Celebramos «parlamento», y los indios me dijeron que venian á buscarme para llevarme á las tolderias de Shaihueque, para que desde allí intercediera con el Gobierno Nacional por la libertad de los sesenta y ocho indios asesinos que el Coronel Villegas habia tomado prisioneros. Por la manera con que expresaban su deseo-órden y las noticias que habia recibido ya, comprendí que se me tendia un lazo, no solo á mí, sinó á toda la caravana y del que solo me libraria con gran prudencia. A a A A — ea 268 — No estaba en situacion de resistir con la f salvaba una vez caeria en otra, pues le ocupado ya todos los caminos, y resolv fingiendo no adivinar la suerte que me agus marcha á la tolderia.» vI DE NAHUEL-HUAPI AL VALLE 16 DE OCTUBRE Continuamos al sud el martes 10 de Abril. Las morenas rodean el lago por el oriente, dominadas por el negro promonto rio volcánico de Tequel-Malal, en cuyas cavernas descubrí, en el viaje anterior, como ya he dicho, un curioso cementerio indí- gena; y pasadas estas morenas y el ancho y pedregoso cauce del torrentoso arroyo Nirehuau, que se vacia en el lago, pene- tramos en el hermoso llano verde que se extiende hácia el sudeste, hasta los altos lomajes moreniscos de la primera extension gla- cial. Es evidente que se trata, en la Cordillera de los Andes, de dos periodos glaciales por lo menos y nada los manifiesta más que las hondonadas donde están hoy los lagos. Estos están rodeados de morenas, relativamente bajas, luego les sigue un llano ámplio como si aquellas fueran las morenas frontales y laterales del ventisquero y el llano parte del lago hoy seco: y en seguida otra faja de altos lomajes que son las morenas de la primera época, mucho más importantes, denotan una mucho mayor duracion del ventisquero. HFse intérvalo llano entre las dos líneas de morenas, es generalmente cultivable en todos los bajos lacustres que he visto hasta ese punto, y á veces corren por ellos caudalosos arroyos que no siempre desaguan en los lagos actuales. O La parte sudeste del valle del Lago Nahuel-Huapi (820 m.) tiene preciosas praderas y arroyuelos bordeados de pequeños bosquecillos, que procurarán abrigo á los ganados durante el invierno y sombra en los dias calurosos como aquél en que los cruzamos. Las transiciones violentas de temperatura en las zonas inmediatas á aquellas montañas, cuyo régimen me- teorológico varia tanto segun su orientacion y altura, dada su proximidad á la zona húmeda del oeste, son grandes en los campos abiertos, pero los valles escondidos entre las laderas de la altiplanicie ondulada, deben gozar de clima templado du- rante todo el año. Se asciende al sud sobre empinadas laderas cubiertas de trozos erráticos y pedregullo glacial, pastosos en extremo. Al norte dominan el valle cerros volcánicos y se dis- tingue un cordon aparente, dirigiéndose desde el norte hácia el sudeste, cortado por el alto valle precursor del actual. La altiplanicie ondulada que limita el valle bajo por el sud y sud- este, está formada por el más elevado de cuatro escalones que son probablemente restos de otras tantas líneas de nivel del viejo lago. Estos lomajes (1170 m.) son de rocas sedi- mentarias compuestas de areniscas grises y amarillentas, de arcillas plomizas y de conglomerados, cubierto todo por el de- trito glacial que en parte se asemeja al barro pampeano pero conteniendo pequeñas capas de cantos rodados. Cruzamos poco despues Pichileufú, ó Curruleufú, ó Piá, 6 Rio de los Hechiceros (1080 m.), tantos nombres tiene el afluente más austral del Rio Limay que desagua en éste casi frente á Collon-Curá. Los mantos sedimentarios se observan horizontales, y al sud del rio empiezan á verse cubiertos de lavas negras origi- narias de los volcanes del oriente que constituven el cordon citado. Después de cruzar el Arroyo de las Bayas, afluente del Curruleufú (1120 m.), dejando «al poniente el cerro de ese nom- bre (1400 m.), formado por una expansion volcánica, descen- dimos por una quebrada pastosa y acampamos á la noche en Chenqueg-geyu, al pié de la barranca sedimentaria terciaria (1150 m.). Me inclino á creer que antes existió allí un lago ter- ciario; los cantos rodados de su conglomerado son pequeños, como nueces. Las morenas cubren las faldas y entre los de- tritos negros de la hermosa vegetacion pasada asoman blancos trozos de granito, erráticos. Las colinas que pasamos entre Las Bayas y Chenqueg-geyu forman la línea divisoria entre las aguas que alimentan el Rio Negro v las que se dirigen al Rio Chubut, tomando rumbo desde allí unas al norte, otras al sud, por el pié del cordon volcánico que se desprende hácia el sud-sudeste desde el Limay. Al este vése un volcan apagado elevado y detrás se encuentran, hácia el sudeste, las Salinas de Calgadept y sus fuentes termales, que visité en Diciembre de 1879. Las mesetas se presentan características como en las proximidades del Rio Santa Cruz, formando las superiores el fondo del antiguo. mar interno que existió entre el cordon granítico de los Andes v el del centro de Patagonia, antes de que las fuerzas neo-volcáni- cas y los hielos produjeran el paisaje geológico actual. Los gi- gantescos ventisqueros de la primera extension, cubrieron toda esta region intermedia y sembraron en ella los despojos de las altas cimas andinas: granitos, pórfiros y rocas volcánicas más modernas. Hácia el occidente del camino las mesetas están algo inclinadas, descendiendo suavemente, y aun cuando las rocas que la componen se inclinan tambien en la misma direccion, la mayor inclinacion de la superficie se debe al mayor espesor de los depósitos glaciales del oeste; en la zona oriental la capa de cantos rodados y arenas no pasa de tres metros de espesor, donde la he podido observar. Pasado Chenqueg-geyu la meseta se eleva nuevamente (1430m.) cortada por cañadones que se dirigen al oriente, dominados por la protuberancia próxima del Cerro Quemado, por cuyo pié, por quebradas abrigadas y fértiles, se baja al valle del Arroyo Chacay- hue-rucá (1200 m.) que corre al este para unirse con el Chen- queg-geyu y más abajo con el Ftatemen. Pasado ese fértil valle vuélvese á trepar la meseta cuya elevacion empieza á disminuir (1390 m.) y se llega á la prolongada hendidura longitudinal de Ftatemen (1060 m.) en la que las barrancas, denudadas en parte, prometen vasto campo de exploracion á los paleontólogos. Todo el terreno entre Nahuel - Huapi y Ftatemen, hermosa hondonada situada entre las mesetas del oriente y el macizo vol- cánico de Apichig, que la domina por el occidente, es pastoso y podrá alimentar mucho ganado vacuno y ovino, el que en in- vierno encontrará abrigo en los bosques de los valles; el trigo y otros cultivos se desarrollan bien en algunos rincones abrigados. En Ftatemen, encontramos abundancia de pescado y caza: tru- chas y patos, pero no podíamos descansar y apenas aclarado el dia volvimos á trepar la meseta, dejando al este el valle del rio pa- ra descender al oeste, al abra de Apichig (6 Ap'gtr), por la que en los tiempos glaciales se derramó uno de los brazos del colosal ventisquero que ha modelado todos esos valles preandinos. Las morenas situadas á diversas alturas, indican las alternativas de avance, retroceso y espesor del hielo, y sobre el alto escalon del macizo volcánico que precede la brecha de Apichig (960 m.), á qui- nientos metros sobre el llano, se observa, entre otros menores, un hermoso trozo errático de granito que mide nueve metros de lar- go, seis de ancho y cinco de alto. Desde allí se tiene una vista verdaderamente hermosa; sin transiciones, desde las mesetas escalonadas regulares, se pasa al reverso de ese parage sin gra- cia: los prados reverdecen hasta las faldas de las montanas boscosas y el abra baja del oeste, que concuerda con la hendi- dura transversal de Apichig, deja ver al poniente una línea de montañas coronadas de hilos de nieve y de faldas cubiertas de bosques en las que el amarillo ha sido reemplazado por el ver- de en todo sus tonos. Allí se cierra casi el prolongado valle longitudinal del sud, que se extiende desde las morenas de Sunicaparia, frente al Tecka, y los arroyuelos, que en sus vueltas y revueltas dejan ver entre los árboles y pastizales lentejuelas de plata en aquel verde terciopelo vegetal, forman las fuentes del prin- cipal afluente norte del Rio Chubut, que podria llamarse Kio Maiten, nombre del puesto ganadero que existe en su orilla. ¿n esa abra acampé en Enero de 1880 y allí quedó enfermo mi buen guia, el pobre indio Hernandez, que murió en los toldos inmediatos víctima de su confianza en la médica de la tribu. Bello motivo para un Jacques, era el rebaño de limpias ovejas pampas que ví entonces, próximo á los toldos, destacán- dose blancas sobre el prado, manchados de oro sus largos vellones con los rayos del sol que relampagueaban en las nieves recien Caidas en la alta arista lejana, mientras (que sobre nosotros llovía el dia y la noche, sorprendidos por uno de los violentos temporales del oeste, que, atropellando por la hendidu- ra andina del Puelo, nos llegaba del Pacífico. El bosquecillo de ese triste campamento habia sido quemado y las tolderias desaparecido con sus habitantes, esparcidos á los cuatro vientos: ¡pobres indios que jamás hicieron mal á nadie y que no cometieron más crímen que el de nacer indios! En la dura guerra á los indígenas se cometieron no pocas injusticias, y con el conocimiento que tengo de lo que pasó enton- ces, declaro que no hubo razon alguna para el aniquilamiento de las indiadas que habitaban el sud del lago Nahuel-Huapi, pudiendo decir que si se hubiera procedido con benignidad esas indiadas hubieran sido nuestro gran auxiliar para el apro- vechamiento de la Patagonia, como lo es hoy el resto errante que queda de esas tribus, desalojado diariamente por los ubi- cadores de los «certificados» con que se premió su extermi- nio. Más poblacion habia en las tolderias indígenas sometidas á los caciques Inacaval y Foyel, que la que hoy vive en la region andina del Chubut, á pesar de las extensas zonas soli- citadas y concedidas para colonizar. El Rio Maiten,nace á unos veinticinco kilómetros al norte de Apichig, próximo al punto donde tienen sus fuentes el Cu- rruleufú, afluente del Limay, y el Rio Manso, afluente del Rio Puelo, y recibe en esa extension las aguas de un cordon monta- ñoso que limita por el oriente el hermoso valle longitudinal; valle intermedio entre la zona montañosa de los Andes propia- mente dichos y ese cordon cuva mayor altura es de 1910 metros y que se corta al poniente de Apichig para dar salida á las aguas del Arroyo Maiten, que bajan de las lomadas anchas y bajas (800 m.) divisorias de las aguas del valle del Puelo y de las del Maiten. Estas lomas tienen una altura menor de 160 metros que la Puerta de Apichig. : Almorzamos al pié del alto murallon volcánico, frente á las cuevas, donde segun los viejos indígenas, ahulla continuamente un perro que nunca han visto, y donde por la descomposición las rocas toman caprichosas formas, siendo la más notable un trozo que semeja el busto de Luis XIV, incrustado en un nicho de roca rojiza; y al anochecer acampamos inmediatos al sitio donde tuvo su tolderia mi buen compañero Utrac, y donde Her- nandez y yo fuimos envenenados por una de las mujeres del primero (*). Por supuesto que ya no existe un solo toldo; sólo un pobre rancho aloja algunos indios que cuidan las haciendas de la Compañia inglesa de tierras del Sud. El Rio Maiten tiene en ese paraje, próximo á Caquel-Huincul, llamado así por una elevacion de orígen volcánico, cubierta por detritos glaciales que cruza el valle longitudinal, treinta metros de ancho en su brazo principal, siendo su profundidad de dos metros en Marzo, y corre al pié de la muralla volcánica orien- tal, extendiéndose el valle al poniente (700 m.). La colina (820 m.) negruzca, amarillenta sobre el verde prado, y que mide más de cinco kilómetros de norte á sud, es excelente divisadero (820 m.) para extender la vista hácia las abras del occidente, y mientras la caravana marcha despacio al sud, la trepé para refrescar mis recuerdos. En publicaciones anteriores, desde 1880, he mencionado los interesantes hechos orográficos que se observan desde allí. Como he dicho, al oriente domina al rio el macizo volcánico del sud (1) Recuerdos de viaje en Patagonia. Montevideo, 1882. as 77 a — 274 — de Apichig, limitado al sud por una abertura ancha que con- duce al hermoso valle de Quelujaguetre, en la confluencia del Arroyo Lelej con el Rio Maiten, y próximo al paradero de Cusha- men, donde pernoció el capitan Musters cuando su memorable viaje desde Punta Arenas hasta el Cármen de Patagones. Por el norte se vé descender el Maiten desde el cordon longitudinal de bastante elevacion, situado al noroeste. Más cerca se observa la abertura situada frente á Apichig, donde nace de una mo- rena frontal secundaria, el arroyo que dá nombre al rio; y luego le sigue un pintoresco macizo, boscoso en sus dos terceras partes, cuya mayor altura (1990 m.) se encuentra frente á Ca- quel - Huincul; al pié de este macizo está el gran llano glacial que reemplaza el ventisquero desaparecido con los desperdicios andinos que dejó éste. La colina de Caquel-Huincul está sem- brada de trozos erráticos que miden hasta cincuenta metros cú- bicos. Al oeste del llano morenisco que empieza desde el pié de la colina, descienden las aguas al occidente y la hondonada que distinguí en 1880 á través de la angostura corresponde, no al Lago Puelo como supuse entonces, sino al Lago Epuyen que desagua en aquél. Más al sud se levantan, detrás de la alta morena llamada Cabeza de Epuyen, los nevados de Tres Picos (2500 m.) que preceden la alta cadena nevada, que probablemente corresponde á la cadena central de los Andes, á juzgar por las publica- ciones de los exploradores chilenos. Al S. SO. se vé el prolon- gado bajo de la region de Cholila ó Cholula, la tierra de los Chululakenes de la tradicion; allí principia la série de lagos que reconocerá el señor Lange y que alimentan el Fta-Leufú. Al sud se ve la continuacion del valle longitudinal y el bajo de Lelej. Los señores Fischer y Stange que cruzaron al sud por Cushamen, que es el camino regular entre Rio Tecka, 16 de Octubre y Nahuel-Huapi, dicen: el primero (segun la expresion del doctor Steffen), que «el cañadon del Lee-Lee (Lelej) rompe un cordon bajo en direccion del noreste para bajar en seguida al valle del Rio Chubut que desciende del noroeste, á lo lejos encajonado entre cerros desnudos de color plomizo. Cerraba la costa en esa misma direccion la imponente cordillera nevada, en la cual el señor Fischer creyó distinguir las características cimas del Centinela y del Observador, situadas inmediatamente al sud de la boca y valle del Rio Bodudahue»; y el segundo, hablando de los mismos parajes: «Desde aquí un ramal del camino conduce á la estancia Fofo-Cawello, en la ribera iz- quierda del Rio Chubut; el otro atraviesa serranias, entre las A pa cuales se distingue una loma plana y muy extensa, estéril por falta de agua... Desde la loma ancha se presenta al oeste la Cordillera de los Andes con crestas muy bizarras, y hácia el este los montes de Fofo-Cawello. En la cordillera divisamos una grande abra por la cual debe hallarse un camino á los canales de Chiloé.» (*) He transcripto lo anterior para señalar las diferencias que existen entre las observaciones de los dos exploradores citados. No me explico como el señor Fischer ha podido ver el Rio Chubut descendiendo encajonado entre cerros desnudos de color plomizo, donde el señor Stange distingue una loma plana y más extensa, desde la que se presenta al oeste la Cordillera de los Andes. Como ha cruzado la region entre Lelej y Cus- hamen, ha debido ver, si densas nieblas no le ocultaron el paisaje del oeste, el llano morenisco que se extiende desde los cerros de Epuven hácia Fofo-Cahuallo, formando todo el llano noreste de Lelej y el de Cushamen y Quelujaguetre; y necesa- riamente no ha visto al Rio Chubut encajonado entre cerros, pues no hay allí más elevaciones que la morena baja en la que ha abierto curso el rio. Estas deficiencias Ó errores en las obser- vaciones del señor Fischer se repiten en su plano de la region, en el que aparece dibujado un alto cordon, que no existe, en vez del llano que mide decenas de kilómetros de norte á sud y de este á oeste. El abra grande que vió el señor Stange corres- ponde á las abras de Epuyen y del Puelo. A este llano glacial me referia cuando describí el llano de igual orígen situado entre el Rio Quilquihue y el Arroyo Cha- pelcó, fenómeno que se repite varias veces hácia el sud, como lo indicaré en el sitio correspondiente. Aquí, en Caquel-Huincul y Cholila ha existido tambien un enorme lago anterior á la gran extension de los ventisqueros, y de ese lago son restos los actuales del sistema del Rio Puelo y los del sistema del Rio Ftá- Leufú, hoya comun que se separó á medida que la erosion, el clima y quizás tambien los fenómenos volcánicos, produjeron los desagúes del oeste que cruzan la Cordillera. En los primeros tiempos glaciales una calota de hielo cubría toda la region an- dina del oriente y los derrites de estos hielos corrian todos hácia el Atlántico. Así se explican los anchos valles y las capas de cantos rodados andinos que los cubren, valles por los cuales corren hoy los afluentes del Chubut. Il llano está formado por () Expedicion exploradora del Río Palena. Santiago, 1895. A los restos de una de las viejas morenas frontales de ese gran lago perdido. : Más adelante he de volver á ocuparme del paisaje dominado desde la loma, de la que bajé apurado por la quemazon que se levantaba del pasto, incendiado por los cuidadores de ganado para que reverdezca. Momentos antes de encontrarnos envuel- tos en la humareda, habia anotado el colorido del rio, llano y montañas, tan hermoso era el paisaje. Los cerros inmediatos al oriente, con sus rocas volcánicas verdosas, rojizas, violetas v borra de vino, como gigantescos coágulos sanguíneos, heri- das producidas por la pujanza del ventisquero que pulverizó y desagregó esas lavas; y luego el rio, al pié de esos cerros, ser- penteando, negro en la sombra, acerado y plateado con la luz de aquel cielo limpio al oriente, orlado de árboles oscuros y de pajas y chilcales verde-claro que contrastaban con el amarillo yv gris de las morenas secas. En el fondo levantándose sobre las hondonadas misteriosas, con humos de incienso, los cerros altos, coloreados de borra de vino y de negro con relieves de nácar simulados por la nieve en esas cimas de tonos de acero, entre los nubarrones de la tormenta próxima sobre el ventis- quero oculto, lejano al poniente..... Pero el tiempo avanzaba y deseaba llegar á la noche á Lepa. El llano glacial apenas se levanta diez metros sobre el nivel del Maiten, altura cortada por cauces de arroyos secos en verano, pero que en primavera llevan al Maiten las aguas de las ver- tientes de invierno, próximas á las que alimentan arroyuelos que descienden hácia el bajo de Epuyen; y costeando su borde, nos . acercamos á la tropa en marcha, ya al pié de los cerros que limitan el Valle de Lelej por el oeste. Musters no tiene pala- bras con qué ponderar la hermosura de ese valle, al que llama Paraiso, y bien merece esa impresion del viajero inglés (*). Ese valle es indudablemente el pedazo de tierra más apropiado para un gran establecimiento pastoril, con las reservas de Lepa. Lo encontramos poblado de haciendas, y habiéndonos provisto de carne en las casas de la estancia (610 m.) cruzamos los loma- jes de orígen volcánico que separan el Valle de Lelej del Valle de Lepa, en los que la enorme cantidad de detritos glaciales indica que las rocas de los del occidente consisten principalmente en granitos, pórfiros y andesitas; no se ven trozos esquistosos. ll Valle de Lepa es tan hermoso como el de Lelej y allí hicimos noche (740 m.); el arroyo sale de una quebrada pintoresca, pro- (*) G. O. MustERs: At home with the Patagonians. Lóndres, 1871. — 211 — fundo tajo en la roca gris-clara de aspecto granítico mirada desde lejos, y recibe las aguas del Arileufú, arroyo más pequeño que baja del sudoeste (760 m.). Todo el terreno está ondulado por los hielos: las alturas del este están cubiertas' por rocas volcánicas, pero los bajos y las mesetas que se prolongan al sud entre las serranias del oeste, y los altos lomajes del oriente, que atraviesan los arroyos transver- sales que vamos cruzando, están formados por rocas sedimen- tarias, probablemente miocenas, á juzgar por algunos moluscos lacustres que encontré en Pichileufú (790 m.). 12l Mayuleufú, al que se incorpora el Pichileufú, tiene un alveo profundo y corre al sud hasta recibir el segundo por un valle estrecho y pedregoso; estaba seco en el momento de nuestro paso. Hay, en los bajos cubierto por el bosque, trozos erráticos que miden doscientos metros cúbicos, cuva roca es un conglomerado volcá- nico. Pasado el encajonado vallecito del Temenhuao ó Tameñao, como generalmente se le llama, entramos en lo que propia- mente puede considerarse como pampas de Isguel, sucesion de pequeñas altiplanicies (780 m.), lomas v bañados, verdes todos, cuya altura varía entre 700 y 800 metros sobre el mar y que se extienden entre las faldas de los cerros del poniente y la alta meseta (970 m.) coronada de lavas del naciente; al pié de ésta, en la mayor depresion, se encuentran tres lagunas sin sa- lida donde desaguan pequeños arroyuelos que surgen en la opuesta sierra. Indudablemente se trata del lecho de un viejo lago perdido, del que son restos las lagunas (740 m.). No hay allí un metro de tierra estéril; el pasto lo cubre todo y sólo en las pequeñas eminencias formadas por la aglomeración de los detritos glaciales, se ven agrupaciones de arbustos leñosos que proporcionarán combustible abundante á los futuros colo- nos. Encontramos grandes cantidades de ganado, algunos miles de cabezas, pertenecientes á la Compañia inglesa citada, que bajaban de los llanos del oeste á buscar abrigo en las praderas inmediatas á la laguna, pero no vimos un solo hombre. Barata es la explotacion de tales terrenos en esas condiciones, que no han de favorecer mucho la poblacion industriosa. En estas pampas de Esguel encontramos nuevamente el divortium aquarum interoceánico, siempre producido por la mis- ma causa ya mencionada: la accion glacial. Aquí tambien las aguas que descendian de la Cordillera hácia el Atlántico se han visto obligadas á torcer húcia el Pacífico, obstruidos sus canales naturales por las morenas extensísimas que cubren hoy la region. El gran ventisquero del oeste, abriéndose paso — 278 — entre las abras de los cerros que preceden la primera cadena longitudinal paralela al cordon central andino, cubrió con sus morenas todo el valle entre el norte de Apichig y Monte Tho- mas, rellenando esa hova hasta encontrarse con otros ramales del ventisquero perdido del Tecka. HFn relatos de mi viaje de 1880 he mencionado este enorme depósito glacial y la interesante morena frontal del Tecka, en la confluencia de las dos hendi- duras: la de Esguel y la de Tecka. Los montículos glaciales aumentan de altura hácia el sud, al enfrentar el abra del oeste. Despues de haber cruzado más de veinte kilómetros por una llanura apenas ondulada, en la que sin observaciones de pre- cision no será posible determinar desde donde corren las aguas al Pacífico y desde donde al Atlántico, llanura donde inútilmente se buscará nada que pueda considerarse como «dorso andino divisorio de las aguas»; se desciende la morena frontal en la gran abra llamada abra de Esguel («Boquete» en el plano del senor Fischer), y se llega á otro escalon del viejo lago perdido cuyo lecho ocupa al oeste y sudoeste la Colonia 16 de Octubre. El señor Stange, en su diario de viaje de la Expedicion ex- ploradora del Rio Palena, dice (pág. 157) que los cerros sil- tuados al oeste y sud del Llano de Esguel forman «la línea divisoria entre aguas chilenas y argentinas, es decir, aguas que corren al Pacífico ó que se vacian en el Atlántico». No es momento de discutir si esas aguas son chilenas Ó argentinas porque corren en tal ó cual direccion, pero puedo adelantar que el señor Stange incurre en error en ese párrafo, resul- tado probablemente de falta de la necesaria observacion, dada la precipitacion de su viaje. Las aguas que bajan al este y al oeste tienen sus vertientes al este y norte de esos cerros, en el llano; tampoco existe cadena alguna allí, como lo dice el mismo viajero, que del oeste pase al sudeste, y como este error se repite en el mapa dibujado por el señor Fischer en el que consigna los resultados de la expedicion exploradora, mapa terriblemente deficiente, no debo pasar adelante sin observarlo, pues tales deficiencias contribuyen á estraviar el juicio de los que se preocupan de la orografia de la region austral de este continente. Si una creciente anormal, que puede producirse en cualquier invierno, aumentara las aguas del llano de Esguel, segura- mente el divortiwm aquarum interoceánico se alejaria al oriente de donde está ahora, y ya no seria formado por los cerros de Esguel ni por el llano; la meseta oriental pasaria á ser, llegado ese caso, y si se aceptaran las teorias de los señores Steffen, O Fischer y Stange, «el encadenamiento de la Cordillera que di- vide las aguas» en una estacion del año, mientras en otra se encontraria el tal «encadenamiento» en el llano. Por allí pasa el camino carretero que comunica la capital del Territorio del Chubut con el Valle 16 de Octubre, al que nos vamos aproximando. Los trozos erráticos son de grandes dimensiones, siendo abundantes los que miden cien. metros cúbicos, constituidos principalmente por granito blanquizco. La roca de los cerros al sudoeste, es porfírica, parecida á la que he observado en el Limay. Pasada el abra, siguiendo al sud, acampamos próximos ú los ranchos del capitanejo indígena Nahuelpan, en un hermosísimo prado; por allí crucé en 1880. La morena que cierra el valle de Esguel por el sud mide 770 metros de altura sobre el mar; y en la parte en que la cruzamos tiene su orígen el afluente norte del Rio Corintos. Seguimos al dia siguiente por la hermosísima quebrada poblada por los colonos de 16 de Octubre y de una fer- tilidad exuberante. El macizo del oeste, llamado Cerro Plomo ó Cerro Nahuel-pan, que es de orígen volcánico, y el Cerro Thomas (1650 m.), de igual constitucion geológica, al sudoeste, forman digno pórtico al extenso valle que bautizara el gobernador Fon- tana con la fecha de la ley que creó los territorios nacionales. Ver- daderamente, aquella tierra es una maravilla de fertilidad y la eleccion que se hizo de ese punto para establecer la colonia no ha podido ser más acertada. Cuando regresé en 1880 de mi viaje á esas regiones é hice pública su fertilidad, nadie creyó en mis afirmaciones: la rutina decia que Patagonia era sinóni- mo de esterilidad, y, váyase á fiar uno de entusiasmos de via- jeros que dicen lo contrario. Pero las poblaciones de los colo- nos son el mejor justificativo de la bondad de la tierra y del fruto que ésta da cuando se la trabaja con ahinco y perseverancia. Hay comodidad en aquellas cabañas humildes, y si los colonos que llegaron y se establecieron allí desde 1888, recibieran en pro- piedad el lote que se les prometió, que poblaron y que aún no se les ha otorgado, indudablemente la Colonia 16 de Octubre seria hoy la más importante de Patagonia; pero, desgraciada- mente, no pocos tropiezos tienen en sus afanes, pues las tierras que rodean el valle ya han sido «ubicadas» desde Buenos Aires, yv las quejas que oigo sobre avances de los nuevos propietarios me apenan. ¿Cómo hemos de desarrollar la poblacion en Pata- gonia, cuando tras una iniciativa laudable, se dictan medidas que las anulan? Más de un pedido he recibido de esos pobres colonos para DO que trate de impedir que no se reduzca el perímetro de la colo- nia, pero, qué hacer cuando no se escuchan voces de tan lejos y se procede de manera tan contraria á los intereses del pais! Gran beneficio produciria una resolucion general del Gobierno de la Nacion, ordenando la suspension de toda ubicacion de terrenos y de todo remate de tierras en Patagonia, mientras no se conozca el valor de esas tierras y la mejor forma para su aprovechamiento. A medio dia entramos en la chacra del señor Martin Under- wood (260 m.), comisario de la Colonia 16 de Octubre, y uno de los hombres más emprendedores de la region; allí me encontré con don Juan Murray Thomas, el más activo de los fundado- res de la colonia del Chubut y el más entusiasta partidario de la colonización de la region andina, entusiasmo que contagió «l comandante Fontana, y del que despues de la .memorable ex- cursion en la que sirvió como guia esforzado, resultó la funda- cion de la colonia. I:l Valle 16 de Octubre ocupa la hondonada labrada por la erosion, en el viejo valle intermediario entre los cerros del este y la cadena que, en 1880, bauticé con el nombre de nuestro ilustre Rivadavia (*). Iiste valle intermediario se pro- longa al norte, con sus ondulaciones glaciales, hasta Cholila, descendiendo gradualmente desde el norte (1880 m.) hasta los vastos llanos del oriente del Lago General Paz ó Corcovado, orígen principal del Carren-leufú, llamado por los colonos im- propiamente Rio Corcovado, nombre que corresponde al rio que corre al pié del Cerro Corcovado, situado inmediato á la costa del Océano Pacífico, al oeste del Valle 16 de Octubre. Demoré en el valle desde el 15 hasta el 18, temprano, para buscar vaqueano que me sirviera en mi excursion hasta el Lago Buenos Aires, y en ampliar instrucciones para los topó- grafos que ya trabajaban en sus respectivas secciones, habiendo cumplido todos fielmente mis disposiciones. Recorrí en esos dias el valle y pude darme exacta cuenta de su gran importan- cia como base para la colonizacion de nuestras tierras andinas. Si esos colonos, sin ayuda oficial de ningun género, con la duda perpétua de si trabajarán la tierra para sus hijos ó para algun potentado de Buenos Aires, contenidos en sus tareas no pocas veces por rumores que de tarde en tarde les llegan sobre posible despojo, sobre cambios «de lote, sobre la falta de todo derecho para ocuparlos, ya que no hay ley de la Nacion que (*) Véanse los diarios de Buenos Aires de Marzo 1880. — 281 — prevea estas iniciativas atrevidas, han podido desenvolverse con más ó menos tino y realizado algunos sus propósitos creando hermosas chacras, cuyos productos son pruebas irre- cusables de la bondad de la tierra y del clima, ¿qué no podria obtenerse con medidas previsoras que aseguren el porvenir del hombre trabajador y con medios de comunicacion que pueden conseguirse fácilmente? Un carro pone más ó menos un mes de camino entre el valle y la capital del Chubut, y sin embargo, el colono encuentra compensación á viaje tan largo, tal es el rendimiento del suelo. Pero no es mi propósito extenderme ahora sobre este inte- resante tema que debo dejar para otra ocasion. Tomo VIII. Gí VII DEL VALLE 16 DE OCTUBRE AL LAGO FONTANA El 18 temprano, dejé establecido el campamento central inme- diato á la Comisaría y me dirigí ú Tecka, acompañado del colono norte-americano Nixon, tipo del pioneer, quien conocia el terri- torio hasta las inmediaciones del Aysen. El camino carretero asciende lomajes glaciales muy pastosos, que dominan el encajo- nado curso del Rio Corintos y tuerce poco despues hácia Suni- caparia, bañado fértil en cuyo borde se produce otra vez la division de las aguas continentales, en la morena lateral del brazo transversal del ventisquero antiguo de Iísguel. Allí un simple montículo de piedras arrastradas, de cuatro metros de altura, y aún menos, separa en el llano las aguas que van al Tecka de las que caen al Corintos. Pasadas las lomadas altas se desciende al valle de este rio y por lomajes altos, volcánicos y glaciales, se llega á las escaleras ó terraplenes del curso superior del Rio Corintos, que desciende del sud por entre depósitos glaciales enormes y muy caracterís- ticos. El paisaje que se tiene delante es esencialmente glacial, y las ocho mesetas escalonadas indican otros tantos niveles del antiguo y enorme lago. La gran cantidad de granito rodado, procede indudablemente de los cordones andinos del oeste. Do- minan al valle, por el este, cerros compuestos de esquistas y are- niscas metamórficas. A En una inflexion de los cerros está la Laguna Cronómetro, sin salida en el momento de mi paso, pero que antes desaguaba en el Tecka y luego en el Rio Corintos, en el que concluirá por vaciarse totalmente una vez que una creciente violenta ó la accion erosiva corte el pequeño albardon que detiene hoy las aguas. Se pasa en seguida un portezuelo alto de 1120 metros para descender hácia el Valle del Tecka de tanto renombre entre indios y blancos. En todos los distintos valles que hemos cruzado desde la Co- misaria, he observado los mismos depósitos sedimentarios de Pichileufú, que he considerado miocenos. Ll descenso es suave por lomadas muy pastosas y abrigadas, donde abundan los gua- nacos y tambien las pumas que hacen grandes destrozos en las majadas de los nuevos pobladores que empiezan á llegar. Hici- mos noche á la orilla del arroyo de Caskell ó Caquel (cuestion de pronunciación); vuelven á aparecer los trozos de granitos erráticos, que no se encuentran en las cimas del pequeño cor- don, y me inclino á creer procedan todos del cerro granítico Caquel, hoy de muy poca altura, pero que los hielos han des- truido. Encontramos barrancas de rocas sedimentarias, tercia- rias probablemente, donde algunos colonos han recogido restos fósiles de mamíferos que desgraciadamente no pude ver. Todo el terreno que cruzamos hasta el valle del rio es fértil. En la casa de negocio del valle me esperaba el cacique Shar- mata y poco despues llegó el viejo cacique Foyel, mi huesped en el Museo durante varios años, que ha preferido volver á las boleadas de guanacos y avestruces. Musters nos cuenta la habi- lidad de Foyel en las cacerias, y más de una vez, septuagenario ya, me ha proporcionado éste avestruces y guanacos con sus seguras boleadoras. Foyel me espera para acompañarme, lo que siente no poder hacer Sharmata (Ó Sacamata), gefe actual de la indiada y cuyo padre, mi viejo amigo Pichicaia, debe salirme al encuentro en las proximidades de Gennua. Me es agradable volver á ver á estos indígenas despues de tan- tos años y encontrarlos asimilándose aunque lentamente, con la civilizacion. Creo que si fuera posible prohibir la venta de aguar- diente á esos pobres indios, los estancieros tendrian peones de primer órden en los descendientes de las tribus que fueron dueñas de aquellas tierras y que hoy vagan sin patria. Musters encontró á algunos de ellos en Tecka, en 1871; yo viví allí en 1880 con Inacayal y Foyel, donde éste tiene aún sus toldos, pero ya se le ha advertido que debe desalojar el valle, pues lo ha ad- quirido un «señor» de Buenos Aires. SS Acampo á medio dia á algunos metros de los toldos, en el mismo punto en que lo hice en mi viaje anterior. Hl cacique Shaihueque no ha llegado aún con su tribu, pero ha avisado que se acerca. Elegí los lotes que el Gobierno de la Nacion le destinaba provisoriamente, mientras el Congreso le da tierras como á Namuncurá y otros caciques que tenian menos títulos á ellas, entre los lotes libres inmediatos al valle del Tecka, pero, segun informes que recibo, resulta que los lotes elegidos por el plano que se llama «oficial», no corresponden de ninguna manera al terreno elegido y que en vez de estar próximo al Rio Tecka y comprender parte del valle, están situados sobre las sierras del oriente de éste. Parece imposible que se haga la ubicacion de la tierra fiscal sobre documentos tan incompletos, y en los que la orografia é hidrografia representada está lejos de ser la verdadera. Muchas desilusiones conozco por parte de los que han adquirido tierras confiadas en el dibujo de ese plano. Nuestro sistema de division y ubicacion de la tierra pública en los territorios nacionales, que no está basado en un plano exacto y detallado que contenga los elementos de juicio necesarios para asignar al terreno su verdadero valor, no puede ser más per- judicial y detendrá seguramente el progreso de esos territo- rios. La despreocupacion actual, por parte de las oficinas encar- gadas del manejo de las tierras públicas es imperdonable. Las mensuras contratadas por ellas, ó no contienen los elementos necesarios para apreciar la topografia de los terrenos, ó los planos que consignan sus resultados son mal dibujados; y la responsabilidad de estas deficiencias corresponde á quienes en- tregan tales datos á la publicidad con carácter oficial, datos que son los únicos en que pueden basarse para sus cálculos la mayor parte de los que desean adquirir tierras nacionales. Circula en la República una enorme publicacion oficial de título policromo titulada: Atlas de las colonias oficiales de la República Argentina y en la que figura como primer mapa, el de la República Argen- tina «determinando la ubicacion de las colonias nacionales, con arreglo á los rios, ferrocarriles y puntos principales, con- feccionado por el Departamento de Tierras, Colonias y Agri- cultura (1895) escala 1:3.000.000»; mapa que es un descrédito para la oficina que lo publicó y que es el colmo de la deficien- cia en materia de geografia oficial. Quienes lo confeccionaron, olvidaron que en Patagonia existen dos grandes rios que se llaman Rio Santa Cruz y Rio Gallegos; que el Departamento de Tierras, etc., ha aprobado las mensuras del terreno donde debe a fundarse la Colonia San Martin, la que figura en el plano en medio de un gran blanco; que hay un lago que se llama Nahuel- Huapi y que en él nace el Rio Limay, etc., etc.; en cambio han representado la Colonia 16 de Octubre, bañada por el Rio Chu- but, al pié de un enorme cerro que la limita por el sud y la pampa por el norte, y el rio Aluminé desaguando directamente en el Limay, bañando su curso un prodigioso cerro que abarca todo el territorio comprendido entre ese rio, los Andes, el Rio Neuquen y el Limay. La generalidad de los compradores de tierras en los territorios del sud, juegan á la lotería al elegir los números de sus lotes en los planos oficiales, y de ahí el bajo precio, relativo, á que alcanzan las ventas, y de ahí tambien las facilidades para que algunos obtengan grandes áreas de tierra cuyo valor ignora la nacion que tanto dinero gasta en esas mensuras de resultados visibles tan incompletos. Recordemos la Colonia Sargeñto Cabral y tambien la colonia indígena San Martin, en la que si bien la tierra es aprovecha- ble, en buena parte, ha sido designada sin estudio prévio alguno, pues no comprende su perímetro un solo árbol que pueda ser utilizado para construcciones, ni tampoco leña en cantidad ne- cesaria para una colonia de la extension dispuesta, cuando á corta distancia se encuentran terrenos adecuados, los que han sido dejados de lado, y que infelizmente, se encuentran ya en manos de particulares. Il Valle del Tecka y los canadones más ó menos extensos de las mesetas que lo rodean, están destinados á contener mu- chos centenares de miles de ovejas y reunen mejores condicio- nes para establecer grandes colonias que otros terrenos del in- terior de la República, que han sido ya colonizados. Si bien entre la colonia capital del Chubut y las sierras de Gualgaina y Quichaura, situadas al oriente del Tecka, la region es pobre, muy pobre de pastos en grandes extensiones, en cambio desde esas sierras hácia el poniente la zona fértil es, puede decirse, contínua. Il 20, obtenidos los peones indígenas que necesitaba y acom- pañado de Foyel, continué ascendiendo el valle del Tecka, cada vez más fértil. Una faja verde indica en la falda de la meseta la línea que separa las rocas sedimentarias terciarias de los depósitos glaciales, formando una série de manantiales pintorescos. Vimos las Sierras de Gualjaina ó Tecka oriental prolongarse al norte, desde el abra transversal que cruza el camino del JUNG HE Chubut al Valle 16 de Octubre, y al sud de esta abra la Sierr: de Quichaura, cuyo arroyo principal, de curso sud á norte, no alcanza á desaguar en el Rio Chubut. Esas dos sierras corres- ponden, en direccion, á las del oriente de Chenqueg-geyu, y para mí son aparentemente continuacion orográfica de las sierras de Moncol, situadas en el ángulo del Collon-Curá y del Limay. Desde nuestro punto de observacion hácia el sud, distingo que los cordones se separan, alejándose uno cada vez más al oriente. Il reconocimiento de esa parte del territorio no entra en mi programa presente, y debo dejar para más adelante la publicacion de los datos que posee el Museo sobre aquella region. Una protuberancia volcánica cuyas lavas cubren las arenis- cas y conglomerados del Tecka superior, enangosta el valle por algunos centenares de metros, en forma .de pintoresco «canon»; y hasta ese punto alcancé en 1880, cuando mi visita al cacique Pichicaia. Pasada esa angostura, el valle se ensancha di- latándose suavemente en sus costados por morenas extensas que domina el Cerro Edwin —zona de los lavaderos de oro tan sona- dos. Unos diez kilómetros tiene ese valle de sud á norte. Ll rio desciende del oeste entre suaves lomajes, teniendo al norte el Cerro Edwin (2000 m.) y el Cerro de las Minas (1790 m.). En ese paisaje glacial nacen el Tecka y algunos arroyuelos afluentes del Carrenleufú en las ondulaciones moreniscas, en las que se ve con frecuencia lagunas pequeñas. Ascendimos hácia el S. SO. por los lomajes cubiertos de lavas, escondidos bajo los depósitos glaciales, y luego descendimos al orígen de los cañadones que llevan aguas al Rio Gennua y donde encontramos una laguna que provee á los indígenas de excelente sal. Son cuatro estas lagunas, pero sólo una es salada, la que mide unos dos kilómetros en su mayor diámetro. Las aguas corren al Tecka, desde el pié oeste de la cólina á través de quebradas abiertas en la lava. Al sud de la Salina encontramos una colina granítica que divide las aguas que descienden al Gennua, de las que caen al Carrenleufú. Las colinas son de pequeña elevacion, formando suaves ondulacio- nes cubiertas de depósitos glaciales. Para poder recoger mues- tras petrográficas, acampamos en un pintoresco bosquecillo entre los caprichosos peñascos del granito descompuesto. [ll 21 continuamos la marcha temprano, siempre con el mismo rumbo S. SO. por suaves lomajes y lagunajes del paisaje elacial. La roca que constituye las cimas de estas colinas es volcánica, y la observo estriada en parte por el ventisquero — 287 — perdido. El resto del terreno está totalmente cubierto por are- nas y pedregullo glacial, con gran cantidad de rocas erráticas. No me ha sido posible darme cuenta exacta de cómo se produce la division de las aguas de los afluentes del Tecka, del Gennua y del Carrenleufú: Allí no hay dorso orográfico alguno bien definido; los depósitos glaciales y los de la erosion posterior han cerrado los canales antiguos que comunicaban los infinitos la- gos de la region, y sólo recibo la impresion de algo como un viejo fondo de lago, agotado, con restos de islotes. Bruscamente nos encontramos al oeste con el extenso valle del Carrenleufú, que cruza en zigzags inmensos el llano, unas veces bordeando la falda morenisca del oriente y norte y otras la base de las mesetas que preceden á los cerros del oeste. Es fácil observar dos líneas de nivel del antiguo gran lago en las dos mesetas que dominan el hermoso rio. Acampé á orillas de éste, pues deseaba hablar con el señor Kastrupp, quien debia encontrarse en los alrededores, habiendo cruzado desde Colonia 16 de Octubre por sobre la morena divisoria entre los dos valles. ] El Valle del Carrenleufú es tan hermoso y tan fértil como el de 16 de Octubre, y su riqueza en aluviones auríferos es conocida. Sólo se requiere energia, prudencia y constancia para -. aprovecharlo y hacer de esa region un centro industrioso de pri- mer órden. Encontramos amojonadas las varias pertenencias mineras, pero el prospector no es constante; si no obtiene un resultado de loteria, abandona su faena, y como parece que los aluviones de las inmediaciones del Carrenleufú, sólo lavados en grande escala pueden producir crecido beneficio, los mine- - ros los han abandonado tan luego de denunciarlos. Cruzando y recruzando, á veces á nado, el tortuoso y cauda- loso rio, alcancé hasta dominar la mayor anchura del valle donde el rio desciende del oeste, desde la hondonada donde brillan las aguas del Lago General Paz, hermosa rinconada y asiento indudable de una futura ciudad. Por allí bajan dos arroyos desde el este, de la altiplanicie y al sud se ve la misma altiplanicie, desprendiéndose desde la falda de las serranias cuyas cimas tienen grandes manchas de nieve. Observé á los dos lados del lago, dominándolo, las faldas y cimas de los cerros, completamente labradas como ancas de prodigiosos paquider- mos y asientos del extinguido ventisquero. Por esos dorsos se puede ascender en sus zonas despejadas de monte, y mi propó- sito era disponer que el señor Kastrupp los trepara para poder explorar la region montañosa del poniente, desconocida aún. — 288 — Hecha la señal convenida con los operadores, poco despues vimos humos que nos contestaban y en seguida llegó un peon del señor Kastrupp, quien tenia su campamento próximo al lago y allí lo encontré á la mañana siguiente. Habia explorado, como he dicho, la region desde el sud de 16 de Octubre, y relevado el curso del Carrenleufú hasta el lago General Paz, que visitamos momentos despues (900 m.). Fxisten al norte de éste otros tres pequeños lagos, pero no ha sido posible averiguar, por falta de embarcacion, su límite occidental. Sus aguas se inter- nan entre profundas ensenadas, y es posible que los arroyos que lo alimentan tengan sus orígenes más próximos al cordon central, al que parece pertenecer el gran nevado conocido por Monte Serrano. Los datos que me dió el señor Kastrupp afirman mi impresion; no existe en esa region nada que pueda consi- derarse como un cordon al oriente del rio, y lo que los señores Serrano y Steffen, han tomado como tal, desde el punto ex- tremo de sus exploraciones, sólo es la falda de la altiplanicie patagónica; error disculpable por la distancia y que los ha hecho incurrir en otro: en la afirmacion de que el rio Carrenleufú ó Palena tiene todos sus orígenes dentro de la Cordillera. A medio dia abandoné el campamento y me dirigí al sud- este por los cañadones y morenas, para cruzar la altiplanicie que separa la hoya del Carrenleufú de la del Rio de las Vacas. Hermoso campo es el (que precede al bosque que cubre la me- seta y hermoso tambien este bosque que cruzamos con alguna dificultad por la abundancia de árboles muertos entre los trozos erráticos. Los huemules que abundan no huian y sentí placer, una vez que uno de ellos nos proporcionó carne fresca, verlos detenerse frente á la mula, retozar un momento, mirarnos y vol- ver á mordiscar el suelo, calmosos, ignorantes de peligro tan próximo. Si el huemul es tranquilo cuando ignora el peligro, nada más atropellado cuando lo siente; parece imposible, que un animal tan pesado tenga tal agilidad y pueda vencer fácil- mente los obstáculos de la selva austral. Perdidos anduvimos algunas horas entre los árboles y los matorrales de ñires, y felicidad nuestra fué encontrar éstos tan espesos, pues más de una vez nos sostuvieron sobre los precipicios que se ocultan en la falda empinada. Una vez en la falda que domina el sud, tuvimos delante el vasto escenario de la llanura glacial que ansiaba conocer desde tantos años atrás, pero la noche avanzaba y debimos acampar sin alcanzar nuestra tropa, mojados hasta los huesos; molestias compensa- das por el pecho del huemul que era sabroso y la perspectiva — 289 — del dia siguiente que era halagúeña, pues indudablemente con- firmaria una vez más mi opinion de la existencia, en tiem- pos anteriores al período glacial, de grandes depresiones con- tinentales transversales, que comunicaban el Atlántico con el Pacífico y en cuyo relleno se ha formado el curioso divortium aquarum continental. Nuestra tropa habia tomado otro camino desde el Carrenleufú, y recien á medio del dia siguiente nos reunimos con ella en el orígen de uno de los arroyuelos que forman más al poniente el Arroyo Pico (840 m.). Ki señor Serrano Montaner dice en su folleto titulado Lími- tes con la República Argentina, publicado en 1895: «No existe un solo rio tributario del Pacífico que tenga su orígen al oriente de los Andes; n3 hay tampoco uno solo tributario del Atlántico cuyas fuentes se encuentren al occidente de esta Cordillera. Puede suceder v sucede efectivamente, que hay rios del Pacífico cuyas nacien- tes se encuentran en los cordones orientales de los Andes, pero siempre de esas Cordilleras; así como hay rios argentinos, tri- butarios del Atlántico que nacen á tiro de cañon de las costas del Pacífico, pero sin salir tampoco de los límites de esas mon- tañas. Podríamos señalar una á una las nacientes de todos los rios argentinos ó chilenos y no encontraríamos uno solo que salga de las reglas que dejamos establecidas. » Seguramente ha sido mal informado el distinguido marino chileno, cuyas exploraciones tengo entendido sólo se refie- ren á las inmediaciones de los canales próximos al grado 52 de latitud y al reconocimiento de la mitad inferior del curso del Rio Palena, y de partes de los rios Corcovado y Renihue, no habiendo por lo tanto alcanzado personalmente hasta las na- cientes de ninguno de esos rios. No dudo de que si hubiera exa- minado los puntos que visité en mi viaje, no hubiera hecho esa afirmacion que tanto ha contribuido á agriar las contro- versias en la agitada discusion pública de los límites entre la Re- pública Argentina y Chile. No me doy cuenta de donde ha tomado el dato de que: «El Palena tiene su orígen en un valle de la Cordillera limitado por el oriente por un cordon que no carece de cumbres nevadas y que se encuentra unido al resto de la Cordillera por varios cordones transversales», y que el caso del Palena y del Corcovado (nombre este que da erróneamente al Fta-Leufú, que es el principal afluente del Palena y no el Rio Corcovado que desagua en el Océano Pacífico, al norte del Pa- lena) «es exactamente el mismo que el de los Patos ó de San Juan, en las vecindades del Aconcagua». Los hechos, tales — 290 — como se presentan en la naturaleza, son completamente con- trarios á como los pinta el señor Serrano Montaner. La reproduccion fotográfica (lámina XVIII) del paisaje inme- diato á mi campamento, situado al oeste de las nacientes del Arroyo Pico, que es un afluente sud del Palena, cuya hoya hidro- gráfica comprende una buena zona de las llanuras patagónicas situadas al oriente del cordon central de los Andes, considerado tal por el señor Steffen, y de los cordones laterales, dice más contra la afirmacion del señor Serrano que las descripciones que pueda hacer yo aquí € la ligera; además, el plano que acompaña estos apuntes, preliminar de otro más detallado que aparecerá más adelante, presenta los hechos verdaderos. ln mi camino no hay nada que pueda tomarse por un cor- don, por más que se pretenda ensanchar lateralmente la Cor- dillera de los Andes. Aquella vasta depresion transversal que se extiende entre las rocas eruptivas del poniente del Tecka y el macizo ancho que lo separa de la cuenca del Senguerr su- perior, estrechada al oriente por las lomadas que preceden los cerros del Rio Gennua y cubierta por extensas morenas, entre las que la erosion ha formado cañadones profundos y valles pastosos abiertos, regados por un sin número de arroyuelos que alimentan las fuentes del Arroyo Pico y del Rio Frias, afluentes del Rio Claro (y por lo tanto del Palena), y el Cher- que, el Omckel y el Appeleg, afluentes del Gennua y del Sen- guerr (el que forma el brazo sud del rio Chubut), está situada, fuera de toda duda, al oriente de la Cordillera de los Andes, lo que no podrá dejar de reconocer cualquier geógrafo que visite esos parajes. La Cordillera, precedida por serranias boscosas, se ve en el horizonte, vaga, con sus contornos solo definidos en sus altas crestas nevadas. La Loma de los Baguales (1334 m.), situada en el centro de la depresion al oeste de mi camino, do- mina las nacientes de los arroyos citados y es resto de la antigua meseta destruida en su casi totalidad por la erosion. En las ba- rrancas de los arroyos se presentan arenas y arcillas lacustres, miocenas probablemente. Se observan estrias glaciales sobre el basalto, y he notado diez escalones ó terraplenes, indicio de otros tantos niveles del lago hoy desaparecido. Inútilmente busqué el Lago Henno se- nalado en el mapa del señor Ezcurra, lago que tampoco han podido encontrar los topógrafos del Museo. Il campamento del 23, lo establecí en un bosquecillo de la morena inmediata, en un manantial que dá aguas á los dos océanos y donde los mosquitos hicieron pasar malos ratos á hombres y animales. — 291 — La lluvia de la noche aumentó las dificultades de la marcha al dia siguiente, inundando los tucu-tucales en los que se em- pantanaban las mulas á cada momento. Un depósito glacial con grandes trozos erráticos divide las aguas del Cherque, de las que bajan al rio Frias, dominado por la roca neo-volcánica que cubre las cimas de la meseta del oriente (1176 m.). El 24 acampamos á orillas del Arroyo Omckel en el paradero de Sháama (distinto del de Shamen), en un hermoso valle transversal, en cuyas morenas laterales abundan grandes tro- zos erráticos de andesita, los que proceden indudablemente de las sierras del sudoeste; el valle se prolonga por más de veinte kilómetros al oriente, siempre pastoso, bien regado y abun- dante de lena. Pasada la meseta denudada del sud, en la ma- nana siguiente cruzamos otro valle pastoso y aprovechable á pesar del abra transversal que recibe los vientos frios de la Cordillera por la recta quebrada del Rio Frias. En la quebrada que desciende del sud del macizo yá citado y que reparte aguas al Appeleg, podria establecerse una colonia abrigada que apro- vecharia los pintorescos y fértiles valles del macizo, cuyo límite oriental es el Cerro Payahuehuen. Pasamos la noche del 25 dentro de la sierra, al pié del portezuelo que separa las aguas del norte y del sud, alto de 1700 metros, formado por esquistos y cuarzitas, rincon en extre- mo pintoresco y donde los huemules son muy abundantes. En esta pintoresca quebrada se ven las areniscas casi hori- zontales, algo levantadas al sud, cubiertas por lavas que han metamorfizado las capas próximas. Disputamos esa tarde un hermoso huemul, el más grande obtenido en el viaje, á una puma y á los cóndores que, por docenas y atrevidos, atacaron el animal herido momentos antes de alcanzarlo en la áspera morena. En las inmediaciones del paradero observé abundancia de cantos rodados porfíricos. Las areniscas y cuarzitas no están plegadas; se presentan en capas horizontales apenas levantadas hácia el este. Las cuarzitas y esquistos están debajo de las areniscas que son de grano grueso y el todo cruzado por filo- nes de pórfiro arcilloso en direccion este á oeste. Las ma- deras fósiles que abundan allí proceden de las areniscas. ln el portezuelo nace un arroyo pintoresco que corre al sud y que eruza rocas volcánicas y areniscas, plegadas éstas, casi verticales, y cubiertas por lavas, y por lomajes redondeados donde abun- dan los avestruces. Esta region es una de las favoritas de los indígenas para sus cacerias por la firmeza del suelo. Indu- dablemente, el valle del Arroyo del Gato, que recibe las aguas del centro del macizo, será asiento de una colonia prós- pera, si el Gobierno de la Nacion dispone su aprovechamiento con este objeto. Hay allí grandes zonas pastosas y numerosos valles abrigados, y tenemos en el Museo muestras de minerales de plomo, plata y hierro, además de aluviones auríferos. 1'l Arroyo del Gato nace al O. NO. de un pequeño lago situado dentro de las montañas, entre areniscas cruzadas por ande- sitas. Los cantos rodados de granito son escasos. En vez de seguir el arroyo hasta el Senguerr, ascendimos la serrania por una quebrada pastosa y en la que el humus se con- vierte en elástica turba; en la cima, entre las areniscas ho- rizontales, encontramos una laguna pintoresca entre las mo- renas de un ventisquero extinguido, laguna próxima al filo que domina el valle del Senguerr y desde el cual divisamos el Lago Fontana y los nevados que limitan su hondonada por el oeste. La morena lateral del valle del Senguerr, donde descen- dimos mide unos 150 metros de altura sobre el rio y los trozos graníticos prueban que esta es la roca predominante de la Cor- dillera Nevada. El campo es excelente para la cria de ha- ciendas. Cruzamos fácilmente el Senguerr, sorprendiéndome su pequeño caudal, lo que hace suponer que deben ser de corto curso los rios v arroyos que alimentan el lago, ó más bien los lagos, pues los empleados del Museo, señores Steinfeld y Botello, penetraron en 1888 por sus orillas, hasta encontrar otro lago que parecia ser más extenso, desaguaba en el Lago Fontana por un ancho canal, y al que se ha dado el nombre | de La Plata. El rio apenas mide allí treinta metros de ancho y ese dia la profundidad de sus aguas no excedia, en ese punto, de setenta centímetros. Acampamos entre los lomajes glaciales á algunos kilómetros al sud del valle, en un hermoso cañadon á la orilla de un bullicioso torrente que baja de la meseta del sud. La Pampa del Senguerr empieza á unos quince kilómetros al oriente. Temprano, el 27, me dirigí al lago. Todo el valle del Sen- guerr y sus lomas próximas están cubiertas por los detritos glaciales y éstos por pasto exuberante. lil aspecto del lago, en aquella hermosa mañana era encantador y las caprichosas in- flexiones de la costa, la península estrecha que penetra con pro- montorios velludos verdi-negros y las aguas de tonos celestes, dejan impresion duradera. Me recordó, ese espectáculo, reproduc- ciones coloreadas de lagos alpinos italianos (lámina VI, fig. 2). En la orilla encontré el carro de los expedicionarios y un — 293 — bote destrozado, lo que me indicó que se habian internado hácia el oeste. Hecha la señal convenida, poco despues aparecieron humos en la costa lejana y más tarde uno de los hombres deja- dos por el señor Arneberg para que me esperaran. Habian trans- currido quince dias desde que el señor Arneberg y el señor Kos- lowsky se internaron en un bote abandonado por los mineros, y era probable que hubieran alcanzado hasta el extremo del Lago La Plata, cumpliendo las instrucciones que les habia im- partido. Estos lagos ocupan una profunda hendidura transver- sal de la Cordillera, y sus orillas del poniente deben estar muy próximas al Océano Pacífico. Satisfecho con lo que ví y oí, y ampliadas las instrucciones, retrocedí sin pérdida de tiempo á mi campamento para conti- nuar la marcha. Las areniscas predominan en las mesetas y parece que se extienden hasta el oeste, al pié de los cerros nevados. Una protuberancia porfírica perfora Jas areniscas sin alterar su posicion y es probable que sea sólo la erosion la que ha dado el actual relieve ondulado á esas rocas. NTE DEL LAGO FONTANA AL LAGO BUENOS AIRES No debia descansar un momento pues queria alcanzar hasta el Lago Buenos Aires, y regresar al Senguerr á tiempo para encontrarme con los expedicionarios del lago. A media tarde ascendimos la loma que separa el Senguerr del Arroyo Verde é hicimos noche en sus orillas, desalojando un casal de pumas que allí tenian su guarida y su despensa. El Arroyo Verde nace al pié sudeste del hermoso Cerro Katterfeld (1800 m.), desde donde desciende del sudoeste por una quebrada angosta que serpentea sobre un cono de deyeccion que ha llenado con sus elementos el ancho valle tan fértil. | Todos estos terrenos son auríferos y se me ha dicho que háse encontrado oro sobre el mismo cerro, en los aluviones glaciales que lo cubren. Si esto es cierto, indudablemente las venas auríferas se encuentran en la gran Cordillera, en los ce- rros desconocidos que limitan la hondonada del Lago La Plata, y cuyos enormes ventisqueros, que se ven desde el cerro en la lejania, formaron, durante la época de su mayor extension el barro aurífero. Volvimos en la mañana siguiente á las llanuras onduladas de la Patagonia, desde cuyas elevaciones pequeñas se distingue una hendidura longitudinal al oeste, y nos encontramos con — 295 — otra hondonada suave, como la del Arroyo Pico, pero aún más abierta al naciente y al occidente, que forma un hermoso valle ámplio, verde, donde pacían ganados, valle cuyo extremo al po- niente no alcanzamos á distinguir, y que sin duda alguna se interna en las serranias más ó menos elevadas, que preceden los Andes, cada vez más nevados. Es el valle del Goichel, arroyo considerable que baja del Cerro Katterfeld, primero hácia el S.SE. para torcer luego rápidamente al O. NO. hasta las mon- tañas. Desde un promontorio volcánico que domina el valle por el norte, y en el que descubrí un antiguo cementerio indígena formado por una agrupacion de montículos de piedra, de los que sólo pude obtener un cráneo bien conservado y algunas puntas de flecha de piedra, se domina completamente la region, y recomiendo este belvedere á los que creen que el Aysen tiene sus fuentes dentro de la Cordillera de los Andes (lámina XIX). Es solo la llanura extensa la que se tiene delante, apenas limitada al este por pequeños albardones glaciales, y en la que se ve aún el curso seco del rio que en tiempo no lejano des- aguaba las lagunas de Coyet, que aun existen muy reducidas, en los llanos del oriente. Las personas que conozcan la region entre el Rio Colorado y el Rio Negro en la Provincia de Buenos Aires, podrán ima- ginarse el Valle de Coyet, recordando la parte comprendida entre el Rio Colorado y los Primeros Pozos, pero el valle patagónico es mucho más pastoso. Al sud de ese valle divisorio de las aguas interoceánicas se levanta la clásica meseta que, con descenso general gradual, se extiende de extremo á extremo de Patagonia, meseta cortada siempre por las hendiduras transversales, hendiduras que podria llamar continentales, pues parecen atravesar el continente. En el Valle de Goichel, apenas separado por un par de metros de altura de su mitad oriental del Coyet, ha poblado un atrevido colono del Chubut, el señor Rickards, y sus ha- ciendas prosperan admirablemente. El comandante de la corbeta chilena «Chacabuco» capitan Simpson, durante su memorable exploracion del Aysen en 1870, llegó á dejar atrás la Cordillera de los Andes, como lo dice en los siguientes términos: «Diciembre 19 (1871). —Tiempo chubascoso.—A las tres millas de nuestro campamento, llegamos á una punta más es- carpada que las anteriores, la cual montamos con mucha difi- cultad, asiéndonos de las raices para no resbalar. En este — 296 — punto, más alto de la montaña, hice subir algunos individuos y éstos luego me avisaron con grandes gestos, que estábamos ya á la salida de la Cordillera y que al este sólo se veian dos cerros destacados, siendo los más terrenos ondulados. Alentado con esto subí hasta el punto donde se encontraban y luego conocí que efectivamente estábamos al pié de la falda oriental de la Cordillera. «En adelante solo se veian dos cerros destacados á poca dis- tancia. el más cercano, como á tres millas, de unos cuatro- cientos metros de altura, con su parte superior desnuda y estirada horizcntalmente, y el otro más lejos y más bajo. Los demás terrenos consistian de lomas onduladas cubiertas de tu- pido bosque, pero la densa atmósfera limitaba nuestra vista á menos de diez millas. A nuestro pié el rio contenido por ba- rrancas de unos 50 metros de altura, tomaba en ángulo recto al sud, hasta una punta de la Cordillera distante como dos millas, y volvia despues otra vez al este, perdiéndose en esa direccion, y al parecer pasando al pié del cerro estriado.....» «Diciembre 20.—Lluvias.—Algunos se ocuparon haciendo una balsa para pasar el rio y evitar en la vuelta Jos últimos frontones, pues habíamos notado que en la ribera opuesta los terrenos eran planos por una considerable distancia. Los de- más nos ocupábamos en remendar nuestra ropa. Tan lastimo- sas eran ya nuestras figuras, que cualquiera nos hubiera tomado por pordioseros, y considerando el armamento, por bandidos derrotados; pues, además, nos encontrábamos desfigu- rados y llenos de contusiones; sin embargo, la alegria se vis- lumbraba en todas las fisonomias. Habíamos alcanzado el fin de tantas privaciones y trabajos, pues habíamos atravesado la gran cadena de los Andes por los 45 de latitud sud, hazaña que hasta ahora nadie habia llevado á cabo, y tanto más no- table en cuanto que cada paso había sido un descubrimiento, sin dato alguno anterior de que guiarse: pues donde no exis- ten habitantes, no existen tampoco huellas ni tradiciones. Al emprender la expedicion solo sabíamos que la Cordillera de los Andes tenia límites, y á estos habíamos llegado. «Considero pues que nosotros alravesando más de cien mi- llas de Cordillera, con solo los recursos de un buque, sin bes- tias de carga, sin auxilio de ninguna clase, conduciendo por un gran trecho nuestros víveres y equipajes á la espalda, he- mos llevado á cabo una empresa poco comun, siendo el resul- tado de tres años de tentativas, que han probado hasta lo último nuestra resolucion y constancia. Que la experiencia — 297 — ganada pues no se pierda, y que pronto se aproveche nuestro Gobierno de las grandes ventajas que le proporciona esta nue- va via en poner una vasta y enorme comarca bajo el imperio efectivo de las leyes de nuestra república.» En otra parte de su trabajo dice á propósito del Rio Aysen: «Las aguas de los demás rios que habíamos recorrido son negras, cuyo color obtenian de los derrames de las nieves por las tierras vegetales de las faldas de las montañas, y los lagos que desaguan, que probablemente constituyen la division de aguas, no podian estar muy distantes; mientras que las del que ahora trato (el Aysen) son verde-lechosas, probando ser de distinto orígen y cruzar por los terrenos arcillosos más allá de las montanas. » Hablando de la geología de los mismos puntos y del Archi- piélago cercano, dice: «Mi idea es, pues, que el término del antiguo continente de Sud - América, ó sea la Cordillera de los Andes, cuando las Pampas se encontraban aún sumergidas, era el Aysen ó su vecindad, y por esta razon nada estraño es la idea casi comprobada de que existen rios que pasen la Cordillera desde el este.....» «A la tarde llegaron los exploradores (los del Aysen) flacos y extenuados pero contentos, pues habian avanzado de cuatro á cinco leguas por un pais fértil y boscoso con gran espesor de tierra vegetal en las márgenes del rio. Su camino habia sido en parte por las lomas superiores y en parte por las pla- yas que de cuando en cuando se ofrecian, inclinándose el curso un poco al sud. «Desde el punto extremo á que llegaron, habian visto hácia atrás de la Cordillera, completamente despejada, comprobando de este modo el haberla pasado nosotros por completo..... El rio más adelante contenia rápidos y piedras, corriendo por entre barrancos, de suerte que no es navegable, aun desde el punto que nos encontrábamos nosotros; seria más fácil hacer el camino al este por el nivel superior de los barrancos.» El punto donde llegó el distinguido marino no corresponde de ninguna manera á las regiones que he cruzado, pues á haberlo alcanzado, hubiera dicho que llegó á las llanuras de Goichel, y me inclino á creer que no avanzó tanta distancia como calcula, engañado probablemente por las rudas fatigas de la exploracion penosa que efectuó. No me fué posible, por el tiempo escaso, acercarme á las habitaciones de la estancia. Seguimos al sud, y cruzada la loma en una depresion de la meseta sedimentaria, cubierta de arena Tomo VIII. de O y cascajo olacial, en la que se ven enormes -trozos de granito y más pequeños de gneiss, nos encontramos con la profunda hen- didura característica y antiguo lecho de enorme ventisquero, por donde corre el Rio Mayo, afluente del Senguerr, y donde nace tambien, separado por simples morenas, el Rio Coihaike, afluente del Aysen. Entre sus morenas se produce nuevamente otro caso de divortium aquarum interoceánico al oriente de la Cordillera de los Andes. La fotografia que doy de ese sitio, tan interesante, no deja lugar á duda alguna sobre la exactitud de mi opinion, publicada hace algun tiempo, de que algunas de esas cor- rientes opuestas surgen en grandes hendiduras profundas, do- minadas por las mesetas de suave inclinacion de poniente á naciente (lámina XX, fig. 1). Si estos interesantes fenómenos hubieran sido examinados por los señores Serrano Montaner, San Roman, Fischer, Stange v otros que han sostenido que «divortía aquarim continental» es sinónimo de «dirortía aquarim de la Cordillera de los Andes», in- dudablemente no se hubieran producido las desinteligencias que deploramos los que conocemos de visu las regiones australes, y la discusion de la línea de fronteras no nos hubiera llevado á argentinos y chilenos hasta exponernos á olvidar que somos hermanos. Reducida á sus justas proporciones la tan agitada cuestion de límites, creo que la hubiéramos terminado ya sa- tisfactoriamente para las dos naciones. Poseia ya datos exactos sobre esta depresion del Rio Mayo que me habian comunicado los señores Steinfeld y Botello, cuando en 1888 dispuse exploraran la region entre el Lago Buenos Aires y el Lago Fontana, y me es agradable reconocer aquí la exactitud de esas observaciones. En la depresion trans- versal del Coihaike' y del Mayo tienen orígen estos dos rios, alrededor de una insignificante elevacion volcánica que ocupa el centro de un manantial en el canñadon comun. Acampamos en la pintoresca hondonada despues de un di- fícil descenso por lo empinado de las faldas boscosas y pedre- gosas, y el 29, siguiendo el cauce del Mayo, examiné la Casa de Piedra, caverna en la lava negra y rojiza. Las faldas denudadas muestran las areniscas y arcillas terciarias cubiertas por un manto glacial de treinta metros de espesor y éste por humus, y por ellas volvimos á la meseta, cada vez más ondulada por la erosion posterior al depósito glacial que la cubre. La mar- cha fué penosa por los bosques y pantanos, pero bien com- pensada con el espectáculo de tan hermosos terrenos. Il temporal amenazaba, granizaba, y resolvimos establecer cam- — 299 — pamento, temprano, á orillas del arroyo Chalia para dar des- canso á las sufridas mulas. Al dia siguiente, poco despues de marchar al sudoeste, en- contramos sobre la meseta una nueva depresion transversal, de mucha mayor anchura que la del Rio Mayo, hermosísima en ex- tremo, y en la que la vista penetraba hácia el occidente por larga distancia en la quebrada, por la que descendia en esa direccion, caracoleando, un hilo de plata, probablemente, tran- quilo rio. Coincidia el punto de nuestro descenso con otro caso de division de aguas continentales: dos arroyos nacen de ma- nantiales de la falda norte de la meseta, en un verde prado incli- nado entre cascajo glacial suelto, desviándose uno al oriente y el otro al occidente (lámina XXI, fig. 1). A corta distancia al este teniamos la Laguna Blanca (640 m.), bautizada así por Steinfeld, por el color de sus aguas, resultado de la poca pro- fundidad v de su lecho de barro glaeial. La laguna tiene ya ce- gado su desagúe del oriente, como el Lago de Coyet, pero en la primavera, en épocas del derrite de las nieves suele correr agua por el cauce, hoy seco, hasta aproximarse al Arroyo Chalia. El arroyo que baja al poniente, desde la falda de la meseta (620 m.), y otro que nace en la falda opuesta de la meseta sud, inme- diato tambien á un tercero que desagua igualmente en la La- guna Blanca, forman los afluentes más orientales del brazo sud del Rio Aysen. En el llano glacial, entre esos arroyos, Nixon mató, en un juncal, el puma de mayor talla que haya visto en Patagonia, vieja fiera que acababa de cazar un guanaco que aún agoni- zaba. En ese punto se observa el llano sembrado por cente- nares de trozos erráticos enormes (lámina XXlI!I), é ignoro si el que reproduzco es el mayor de ellos, tan grandes son las moles que se veian diseminadas á la distancia. La parte de ese pe- ñasco, sobresaliente del llano, mide seiscientos metros cúbicos (lámina XXIID. El doctor Florentino Ameghino ha negado repetidas veces, en sus publicaciones, la presencia de fenómenos glaciales en los llanos y mesetas patagónicas, pero creo que basta la repre- sentacion de este trozo errático y la de los demás paisajes gla- ciales que doy, para demostrar la inconsistencia de sus afirma- ciones, que no tienen más base que su mania de decir negro cuando otros dicen blanco. No me fué posible llegar esa tarde al Lago Buenos Aires, punto extremo de mi viaje, é hicimos noche en uno de los afluen- tes del Guenguel. La meseta al sud tiene un enorme monte — 300 — de cantos rodados que mide, en partes, cuarenta metros de es- pesor, y se observa que todos, hasta los mayores, tienen sus ángulos redondeados, distinguiéndose en esto de los trozos erráticos de las hendiduras transversales. Desde la meseta nos encontramos bruscamente con la gran depresion lacustre, quizás la más grande de Patagonia despues de la del Lago Viedma. La meseta cae casi perpendicularmente y trabajo nos costó encontrar la bajada. La falda desnuda per- mite ver su constitucion geológica, compuesta, despues de una capa de cantos rodados de unos cincuenta metros de espesor, por mantos horizontales de areniscas, arcillas y conglomerados. Esa barranca mide aproximadamente 400 metros de altura y domina un paisaje glacial, el más grandioso que haya observado en Patagonia y que ocupa más de la mitad de la anchura de la hondonada. Aquellas oleadas de piedras de todo tamaño, sin orientacion aparente, desde el bajo, pero que desde el alto se dividen en dos séries, denotan la actividad prolongada del gran ventisquero, retirado hoy al fondo oeste del lago y que se dis- tingue entre la bruma de la lejania, al pié de una cadena que corre de norte á sud. El Lago Buenos Aires no tiene la hermosura del Lago Nahuel-Huapi ni la del Lago Fontana, pero es más imponente (lámina XX, fig. 2). El gran seno oriental no tiene bosques y en las morenas apenas hay pequeños matorrales; sólo en un lago accesorio, hermosa dársena en aquel mar dulce, se distin- guian siluetas de árboles. Esa dársena se encuentra dominada por elevados cerros de un macizo con nieve eterna, de cuyos ventisqueros nace el Rio Fénix, que desciende inmediato al pié de la meseta, en la depresion entre las dos líneas principales de morenas (líneas semejantes á las que he observado en Nahuel-Huapi, en el Lago General Paz y en las demás ,depre- siones lacustres). Este rio dá mil vueltas, segun los caprichos de los montículos moreniscos, hácia el sudeste para volver violen- tamente al oeste, á desaguar en el lago despues de un curso de más de cincuenta kilómetros entre las morenas (lámina XXI, fig. 2), presentándose así otro caso, y el más interesante, de division de aguas. El Rio Fénix que corria antes permanente- mente hácia el Atlántico, ha sido interrumpido en su curso por uno de esos fenómenos comunes en los rios que cruzan terrenos sueltos, principalmente glaciales. Un simple derrumbe de piedras sueltas, ha desviado gran parte de su curso, lleván- dolo al lago cuyo desagúe aún ignoro, mientras que al oriente corren aguas sólo durante las grandes crecientes en que re- — 301 — balsa, produciéndose entonces una pequeña corriente sobre el viejo cauce, hoy casi relleno, pero en el que bastaría el es- fuerzo de algunas horas de trabajo para que esas aguas vol- vieran á su direccion primitiva y corrieran todas hácia el Rio Deseado. Las cartas geográficas antiguas indican el Rio Deseado como un rio caudaloso, y es probable que lo fuera en tiempos en que fué explorado por los primeros descubridores, cuvas ob- servaciones merecen, por lo general, más crédito del que se les presta. Visité en 1876 este rio, ó más bien su antiguo lecho, en el desagúe en el Puerto de su nombre y sólo encontré pequeños manantiales, fenómeno cuya explicacion está en el que se ob- serva en el Rio Fénix y en otros casos análogos. Si hubiera dispuesto de tiempo, hubiera vuelto á ese cauce la antigua co- rriente, pues trabajos mayores ejecutan cada dia los «tomeros » en los rios de San Juan, Mendoza, etc., para el riego de las fincas. Si la Nacion decidiera crear en ese paraje una colonia, tengo la conviccion de que no le costaria un centavo el llevar las aguas del Rio Fénix y las del Rio Deseado superior hasta el Atlántico, y los resultados prácticos de esta obra serian consi- derables, pues aprovechado ese hermoso puerto se estableceria una fácil comunicacion con la region andina tan fértil y, ade- más, se convertiria aquella bahia, hoy solitaria, en apostadero de primer órden para la armada nacional. lin la depresion, en el norte del lago, se distinguen cinco líneas de morenas laterales, y los trozos erráticos predoml- nantes están compuestos por granitos, dioritas y pórfiros, rocas neo-volcánicas y calcáreos negros. Llenados mis propósitos que eran conocer personalmente, en general, la zona andina que habia dispuesto se estu- diara en detalle, pues así me seria más fácil dar instruccio- nes precisas á mi personal y, tambien, darme cuenta de la im- portancia de sus trabajos, resolví regresar al norte el 1? de Abril, dejando para otra ocasion el exámen de la region entre el Lago Buenos Aires y el Lago San Martin, para lo cual no disponia de tiempo ni de salud, molestado como me encontraba por una vieja dolencia. IX REGRESO AL VALLE 16 DE OCTUBRE A mi regreso me proponía averiguar como se presentan las mesetas en su descenso gradual hácia el Atlántico, formando la eraderia gigantesca que precede á la Cordillera de los Andes, que tanto admiró á Darwin y cuyo orígen es aún un problema. Desde el grado 48 de latitud sud hasta las sierras que limitan por el sud la gran isla de la Tierra del Fuego, llegan las me- setas hasta el mar, cruzadas sólo por las depresiones transver- sales que en Patagonia contienen los cauces de los grandes rios y más al sud el Estrecho de Magallanes y formaron el estrecho, cegado hoy, que existió entre Bahia Inútil y Bahia San Sebas- tian, en la Tierra del Fuego; pero al norte del 48%, la graderia no es tan contínua. Tenemos igual formacion general sedimen- taria, al sud del Rio Colorado, hasta la antigua depresion lon- gitudinal paralela al Rio Negro, que desemboca en el seno de San Antonio, pero ya en Balcheta aparecen las rocas eruptivas, y hácia el 0.SO. se levanta en el centro del territorio un ma- cizo montañoso bastante extenso, compuesto de rocas eruptivas antiguas y modernas, de una elevacion máxima aproximada de 1700 metros, que precede á la serrania que corre desde Collon- Curá hácia el S.SIZ. y se pierde en las proximidades de los la- gos Coluhuapi y Musters. Como no conozco esas montañas al sud del grado 4330”, no me es posible decir si las mesetas se — 303 — escalonan tambien desde ellas hácia el poniente, formando así una depresion longitudinal entre las mesetas del oeste y las del este, ó si la pendiente es general desde las proximidades de la Cordillera hasta el Atlántico, pero lo que puedo asegurar es que la gradería no es uniforme, inclinándome á pensar que no se trata de líneas de levantamiento, y que más probablemente la acción glacial, que en un tiempo cubrió con una inmensa calota de hielo toda la Patagonia, tal como lo están algunas de las tierras polares, ha intervenido en la formacion del relieve ac- tual, lo mismo que la erosion prolongada y activa posterior. Di- fícil seria explicar, á no ser por la intervencion glacial indirecta, la presencia de rocas patagónicas en las formaciones costeras de la provincia de Buenos Aires, desde la desembocadura del Rio Salado al sud. Las colosales manifestaciones de la erosion en Patagonia, necesitan ser estudiadas con todo detenimiento para poder dis- tinguir las cadenas verdaderas, tectónicas, de las montañas mo- deladas por la accion de las aguas, pero los fenómenos que han producido la curiosa division de las aguas hácia el oeste y hácia el este, y que se producen en la actualidad con frecuen- cia por las mismas ó análogas causas, tienen insignificante valor orográfico, aún cuando se le haya dado un alto significado político por los geógrafos chilenos. El albardon formado en la cañadita situada entre Chapelcó y Quilquihue, el de Laguna Blanca y el del Rio Fénix, pueden desaparecer con el simple trabajo de pocas horas, y estos hechos no pueden tomarse en cuenta como hechos geográficos permanentes ni mucho menos como «dorso andino». Acampamos á la noche á orillas del Arroyo Guenguel, en un recodo inmediato á su salida á la gran llanura del oriente, en la que se reune al Rio Mayo y sobre la que se levantan pe- queños restos de las mesetas bajas. Próximas al campamento aparecen nuevamente las lavas basálticas, y se ven al norte del valle dos líneas de mesetas, mientras que sólo hay una al sud, en las que las areniscas grises y azuladas con conglome- rados, que las componen, están en capas horizontales. La su- perficie desciende con suavísimo declive de este á oeste y no seria extraño que la línea de barrancas de cada meseta fuera formada por la denudacion de capas menos consistentes, labra- das por la erosion, durante el período de la extension del hielo continental. Los indios del cacique Kankel, hermano de uno de los guias, andaba boleando en las vecindades, y temprano, al dia siguiente, — 304 — pasamos por frente á la tolderia establecida en el pintoresco valle del Chalia, á corta distancia de Laguna Blanca, excelente region para una colonia pastoril, en la que podrian establecerse permanentemente los indígenas que la ocupan desde tiempos inmemoriales, sin temor de ser desalojados por los compradores de «Certificados de la Campaña del Rio Negro». La Nacion tiene el deber de dar en propiedad tierra á esos indígenas. Las mesetas continúan gradualmente su descenso hácia el oriente, siempre pastosas y cubiertas de cantos rodados y no se ven en ellos grandes trozos erráticos. ln la marcha, segui- mos el borde de la meseta del oeste, sobre la llanura que co- rresponde al valle antiguo del Lago Buenos Aires, y en la que se levantan, aislados, fragmentos de la meseta más elevada. A una distancia aproximada de setenta kilómetros, se vé al oriente, una cadena aparente compuesta de cerros de poca ele- vacion, que debe ser la situada al oriente del Rio Senguerr, en su desvio al sud. Acampamos en el arroyo Chalia con lluvia torrencial, que nos molestó al dia siguiente, haciendo impasables los tucutu- cales. La marcha hácia el norte siguió primero por el valle del arroyo, en el que hay morenas pequeñas, hasta su con- fluencia con el Rio Mayo, en el paradero de Yolk, donde en- contramos una quebrada pastosa que nos condujo sobre la meseta que precede á la que cruzamos en la marcha al Lago Buenos Aires. Esta meseta es llana como las pampas, y su ve- getacion ha perdido completamente el carácter andino, tanto que en la noche escaseó la leña al establecer campamento en el paradero de A'Ash, al borde de una laguna que me recordó las del este de la Provincia de Buenos Aires, con sus totorales y falta de orillas definidas. Una suave elevacion de una vein- tena de metros, elegida por los antiguos indígenas para cemen- terio y formada por los restos de una morena, vestigio de las primeras extensiones de los hielos, domina una planicie más baja, la misma de las lagunas Coyet, que se pierde hácia el oriente, planicie limitada al norte por una suave loma, que es falda de la meseta general. Vimos humos en esa falda, y al medio dia siguiente los alcanzamos, encontrándonos con los tres toldos del capitanejo gennaken Maniquiquen, establecidos en los manantiales que surgen de la falda. El rio que corrió por allí en otro tiempo, antes de que se desviaran las aguas hácia el Pacífico, y que labró ese valle, fué tan poderoso como el que cavó el valle del Rio Negro. ón las proximidades de ese punto, llamado Capperr, se en- — 30) — contraba la famosa piedra de que habla Musters y la que, con- siderándola un meteorito por otras referencias, tenia intencion de visitar y recoger para el Museo. La encontramos á una dis- tancia de unos veinte kilómetros de la toldería, sobre la meseta, al pié de un matorral de Berberís, casualmente el más grande de los alrededores. Quizás los indios respetaron siempre ese matorral en sus quemazones tan frecuentes, para que les sir- viera de indicación del sitio donde se encontraba la piedra misteriosa. Era, en efecto, un hermoso meteorito cuyo peso es de ciento catorce kilógramos. Como no era posible cargarlo en una mula, debí dejarlo para enviar en su busca uno de los carros del señor Arneberg. Este meteorito que presenta admirablemente claras en su exterior las figuras de Widenman- stedt será objeto de un estudio especial por una persona com- petente (lámina XXIV.) Musters dice en su interesante libro: «....Se encuentra en este lugar —que los indios llaman «Amakaken»—un gran trozo esferoidal de mármol en el cual los indios tienen la costumbre de probar sus fuerzas levantándolo. Casimiro me informó que esa piedra había estado allí durante muchos años y que aque- lla costumbre era muy antigua. Era tan grande y pesada que apenas pude agarrarla con los brazos y levantarla hasta la altura de las rodillas; pero alguno de los indios podían levan- tarla hasta la altura de los hombros....» Es curioso que el dis- tinguido explorador confundiese ese meteorito tan característico con un trozo de mármol, pues no hay duda de que lo confundió, porquelos indígenas no recuerdan otra piedra en estas condiciones. Al dia siguiente cruzamos esa meseta y llegamos á Barran- cas Blancas, en el Valle del Rio Senguerr. La meseta al sud es más elevada que al norte ó mejor dicho á este rumbo no existe meseta bien definida, ascendiéndose insensiblemente á la pampa, desde el valle propiamente dicho. Horas despues me reunia con los señores Arneberg y Koslowsky en el puesto de don Antonio Steinfeld, ex-empleado del Museo de La Plata y actualmente ganadero del Senguerr. La exploracion que habian realizado habia sido fructífera: El 26 de Febrero llegaron al Lago Fontana. Al dia siguiente trataron de navegarlo con el bote llevado desde el Chubut, pero resultó demasiado pequeño para aguas tan agitadas; felizmente encontraron otro construido allí mismo por los buscadores de oro, el que utilizarian si no era posible penetrar por tierra hasta el fondo del lago. Reconocieron el desagúe por el Sen- 300 EE guerr, que tiene allí unos veinticinco metros de ancho entre barrancas de diez metros de altura, siendo muy rápida su co- rriente. Hechas las observaciones astronómicas y trigonométricas necesarias, emprendieron la marcha hácia el oeste por el lado sud. Incontraron trabajos mineros, principalmente en una que- brada que baja del sudoeste del Cerro Katterfeld. Hay allí oro, plata y hierro, y el señor Koslowsky pudo recoger mues- tras de carbon é interesantes plantas fósiles y amonitas. Estos fósiles están bien conservados y pertenecen á la formacion ju-. rásica inferior, probablemente ó al lias. Ya ha sido observada esta formacion en las regiones del Carrenleufú, en las monta- ñas del oeste del valle y se le encuentra en el oeste del Lago Argentino. Las rocas observadas fueron cuarzitas, areniscas, grauwakes, pórfiros y andesitas, pero debe existir tambien gra- nito, pues lo he encontrado suelto en las morenas al oriente del lago. Desde allí, hácia el oeste, la marcha se les hizo difícil por las orillas pedregosas ó por el monte incómodo, cuyos árbo- les alcanzan hasta quince metros de altura (lámina XXV), tanto que á los dos dias se vieron obligados á dejar el equipaje pe- sado para poder avanzar más. Al sud del lago preséntanse pe- queñas colinas cubiertas de bosques tupidos y separadas por pantanos y arroyos que descienden de cerros bastante elevados, va cubiertos en parte de nieve. Continuaron así otros dos dias, en los que el tiempo lluvioso hizo más penosa la marcha hasta que llegaron á un punto imposible de pasar con cargas. Habiendo trepado uno de los cerros, el señor Arneberg vió que el lago, que tenia á sus piés, no era el Lago Fontana, sino . el La Plata, confirmando el descubrimiento de los señores Steinfeld y Botello, y que se internaba por larga extension húácia el oeste, y á unos diez kilómetros de distancia un cerro nevado que se precipitaba á pique, imposibilitando la marcha por la orilia, lo que les obligó á retroceder al campamento general para continuar la exploracion por agua, en el bote de los mi- neros. El 10 alcanzaron el rancho abandonado de éstos y repa- raron el bote que estaba bastante deteriorado. Ocupados en el relevamiento del Lago Fontana, recien el 16 pudieron internarse de nuevo. ln el bote se embarcaron los señores Arneberg y Koslowsky y dos peones y tuvieron que hacer grandes esfuerzos para poder avanzar hasta el desagúe del rio que une los dos lagos, punto á donde llegaron recien el 21. ll ascenso del rio fué trabajoso en extremo, tal era su co- rrentada, tarea sin compensacion, pues tan luego como llegaron al Lago La Plata, el oleaje de éste azotó el bote contra las — 307 — rocas y á duras penas pudieron salvarlo. El 23 recorrieron un corto trayecto en el lado sud, pero el tiempo era tan malo: llovia, nevaba y soplaban vientos huracanados, que resolvieron dejar el bote y continuar á pié por el costado norte que parecia más transitable. El 26 iniciaron la marcha; cruzaron un arroyo co- rrentoso, en cuyas orillas encontraron vetas de mineral de hierro. El 27 el camino empeoró; cruzaron otro arroyo sobre un tronco y el 28 encontraron un tercer arroyo que si bien en esa esta- cion avanzada apenas tenia un ancho de cinco metros, en pri- mavera debe arrastrar mucha agua, siendo muy correntoso: baja del N. NO. formando pequeñas cascadas, por una quebrada muy angosta, pero se vé á la distancia una abra extensa al norte. El 29 á la noche alcanzaron el extremo del lago en su ángulo noroeste. Allí encontraron un rio de diez metros de an- cho cuya profundidad alcanza á un metro, con mucha corriente. Baja del norte por una abra no muy ancha, entre nevados rela- tivamente bajos. No fué posible avanzar más por la falta completa de víveres v el mal tiempo y se vieron obligados á regresar. El Lago La Plata mide unos cincuenta kilómetros de largo de oeste ú este y está rodeado al oeste, norte y sud por cerros elevados con cumbres nevadas, cuyas cimas más altas se encuentran una frente á la otra, más ó menos á la mitad del lago donde se inclina su eje hácia el noroeste, de manera que la línea de altas cumbres que aparenta una direccion norte á sud, está in- terrumpida por el largo lago. Suponen los expedicionarios que el extremo del lago debe estar muy próximo á la costa del Pa- cífico, en el canal de Cay. El 2 de Abril, á la tarde, llegaron al campamento general y el 3 al puesto de Steinfeld, donde debian esperarme hasta el dia 9, segun mis instrucciones. Dispuse inmediatamente que el señor Arneberg reconociera la region hácia el sud; se internara lo más posible por el Valle del Goichel, hácia el brazo transversal norte del Aysen; hiciera un levantamiento rápido de las nacientes de ese rio, del Coihai- ke, del Mavo, del brazo sud del Aysen, el que pudiera ser el Rio Huemules, cuyo curso superior era desconocido, y se inter - nara lo más posible en el Lago Buenos Aires, debiendo estu- diar á su regreso el codo del Rio Fénix en Parihaike: programa vasto pero que realizó felizmente. Sus observaciones coinciden con las mias y las completan. Examinó el Aysen hasta donde penetra éste en quebradas pro- fundas donde empiezan las serranias, cuyas cumbres más ele- — 308 — vadas se encuentran más al oeste; parece que el valle superior es frio en invierno, alcanzando la nieve á medio metro, pero las haciendas encuentran alimento y abrigo en los bosques. In seguida reconoció el rio Coihaike, en sus nacientes, en la morena que he mencionado ya. Es digno de observar que casi todas las fuentes de los rios patagónicos que desaguan en el Pacífico, se dirigen primeramente al este para torcer luego violentamente al oeste, como el Coihaike. Descendió éste du- 'ante dos dias y desde una altura pudo ver que recibia otro rio del sud y que torcia violentamente al norte. El cordon más elevado, nevado, lo observó al poniente de esa vuelta. lxami- nadas las fuentes del Rio Mayo en los mismos lomajes que dan vertientes á los rios Goichel y Coihaike, formando estos loma- jes, que son morenas, una red de manantiales entre los dos rjos, llegó el 19 de Abril al brazo austral del Aysen. Istudió el orígen de éste, próximo como ya he dicho, á las vertientes que alimentan la Laguna Blanca, y,se detuvo algunos dias para topografiar tan interesante region. Curiosa separacion de sistemas hidrográficos opuestos, me dice en su informe el se- nor Arneberg, es aquella en que se pasa de una á otra co- rriente sin percibir cambio alguno de nivel y esto en la llanura, á larga distancia, al oriente de los Andes. Ll valle transversal se interna hasta los cerros nevados del oeste que dividen la hoya del Aysen de la del Lago Buenos Aires, y en toda la extension el explorador observó excelentes campos para ganados y rinconadas abrigadas donde podrian hacerse cultivos. Se internó unos cuarenta kilómetros hácia el oeste, pasando despues del valle, bañados y morenas, y dejando al sud y sudoeste los cerros nevados que se van aproximando al rio, hasta dejar sólo una estrecha garganta por la cual corre torrentoso. Hs muy probable que el rio Huemules, ex- plorado por los marinos chilenos, no tenga sus fuentes al oriente de los altos cordones de los Andes, y que estén forma- das principalmente por el gran ventisquero que ha sido avis- tado desde lejos, y no seria difícil tampoco que tambien el Aysen reciba aguas de ese mismo ventisquero. El 24 cruzó la meseta que separa el ancho y profundo valle transversal del Lago Buenos Aires, más hácia el oeste que lo hiciera yo; reconoció la bahia cerrada ó dársena natural, cuya entrada es muy angosta, pero no pudo seguir más adelante, cortada su marcha por el Rio Ibañez, nombre de un minero del Chubut que habia estado allí en el año anterior. Este rio es muy caudaloso y está alimentado por los ventisqueros — 309 — inmediatos del norte, siendo su ancho al llegar al lago de cien metros aproximadamente. l1il Lago Buenos Aires se interna al 0.50. por larga distancia, pero tampoco pudo ver su extremo y por lo tanto su desagúe. Habiendo retrocedido, recorrió el curso del Fénix hasta su desembocadura en el lago y despues de una ligera nivelacion, pudo convencerse de que efectivamente el rio corrió permanentemente en tiempos moder- nos hácia el oriente. Mis intrucciones dispusieron igualmente que el señor Kos- lowsky, una vez que recogiera el precioso aereelito, estudiara los cerros del norte del Senguerr. y una vez que regresara el señor Arneberg, examinaran ¡untos el curso de este rio, hasta los Lagos Colhue y Musters y que el señor Arneberg se dirigiera desde este último al Atlántico en busca de camino fácil para establecer comunicacion barata y rápida entre Tilly Road en el Golfo de San Jorge y las feraces regiones andinas, hecho lo cual se embarcarian en el Chubut para Buenos Aires; instrucciones que fueron cumplidas satisfactoriamente, permitiéndome sus resultados aconsejar, como lo hago aquí, la creacion de colonias en el valle extenso situado al sud de esos lagos, con las que se iniciaria la poblacion metódica y segura de las colonias de los valles transversales inmediatos á los Andes. No tengo la menor duda de que si se procede á esta coloni- zacion con prudencia, ella será un hecho en breve tiempo, y que en pocos años más contará la Nacion con una nueva y rica provincia, sobre todo cuando un ferro-carril comunique las fera- ces regiones andinas con el Atlántico por Tilly Road ú otro punto del Golfo San Jorge. El 6 de Abril continué mi marcha al norte, acampando á la tarde en la orilla del Arroyo Appeleg; el trayecto se hizo por el llano que indudablemente fué ocupado antiguamente por un lago. Las serranias del macizo del Gato quedan todas al oeste, elevándose gradualmente en esa direccion y terminando al norte del Appeleg en pequeñas protuberancias volcánicas. Al noreste se ven fragmentos de mesetas formadas por rocas sedimenta- rias y cubiertas de lavas. El camino del dia siguiente se hizo, con la misma direccion norte, por la pampa. Cruzamos á me- dio dia el arroyo Omckel, próximo al segundo paradero de Sha- ma, en cuyas proximidades termina la pampa, limitada allí por pequeñas protuberancias volcánicas cubiertas de cascajo olacial, y acampamos antes de entrado el sol para recibirá al- gunos indios que se acercaron á saludarme en las orillas de la 10 Salina de Tegg ó Tequerr. Telacha y Tupuslush, gennakenes puros, no querian reunirse con los demás indígenas pues decian descender de familias principales y me pidieron les obtuviera lotes en la nueva colonia San Martin que se establecerá en el Gennua. El paisaje es completamente distinto del del sud y oeste. La formacion geológica ha variado; se ven areniscas y conglo- merados de cantos rodados pequeños y muy compactos, que tienen la misma apariencia de los del Limay en las inmedia- ciones de Picun-leufú. El campo es excelente para ganados, y la caza abundante. Acampamos en un precioso valle abrigado y, temprano, al dia siguiente pasamos el filo de la cerrillada, compuesta por gra- nito, en el que se recuestan las areniscas; la roca neo-volcánica aparece en promentorios aislados. En el valle de Cherque, ex- tenso y pastoso, encontré al señor Kastrupp que se ocupaba de topografiar la region. Al norte termina el valle al pié de la meseta, donde corre el afluente norte del Gennua, en el valle de Putrachoique. Los detritos glaciales cubren los bajos y los lomajes, y el loess negro aparece en vastas extensiones. Los trozos erráticos apenas pasan de dos metros cúbicos, pero más hácia el noroeste aumentan hasta cinco metros y las rocas que predominan en estos trozos son granito, cuarzitas, areniscas, basaltos y pórfiros. Esta region, como toda la que se extiende sobre el Senguerr y el Tecka está muy mal dibujada en los planos oficiales, siendo distintos el curso y la direccion de varios de los arroyos figurados en ellos, y sumamente deficiente la representacion de la orografia. El terreno entre Putrachoique y el Tecka no es uniforme: hermosos valles bien regados, pastosos, alternan con llanos pedregosos donde el pasto es escaso. Hicimos nuestro camino por el oriente del valle del Tecka para tener una impre- sion completa de la region. Los depósitos glaciales cubren todo, hasta las faldas de las sierras de Gualjaina. Cruzado el paradero indígena de Teppel, bajamos á la quebrada abrigada y pastosa de Aueyen para llegar al valle hermoso de Tecka, cuyo nombre lo toma de un pequeño promontorio volcánico que se levanta en su centro. Nos despedimos del buen Fovel frente á sus toldos, y en- trada la noche conseguimos alcanzar la quebrada abrigada de Caquel para poder llegar al dia siguiente á la Comisaria de 16 de Octubre, lo que conseguí á pesar del mal estado de nues- tros animales. — 311 — El 11 dispuse todo lo necesario para que, una vez que regre saran los señores Lange y Waag, se dirijan al Rio Negro; el pri- mero por Mackinchau y Balchieta y el segundo por el sud del llano de Yannagó hasta las sierras de San Antonio, debiendo examinar la Bahia de San Antonio. Los señores Von Platten y Kastrupp tenian órden de volver al Chubut; el primero por Cherque en la sierra y el segundo por Gennua. El señor More- teau debia llevar los carros al Chubut y estudiar así con más tiempo el camino hasta el Atlántico. Hice ese dia una excursion hasta el Rio Fta-Leufú para conocer todo el Valle 16 de Octubre. Il rio sale en un violento recodo de la depresion situada al occi- dente de la cadena del Cerro Situacion para penetrar en el valle oriental, retrocediendo luego al poniente para cruzar las monta- nas boscosas que forman cordon entre ese rio y el Palena ó Carrenleufú al occidente de los grandes nevados que muestran sus crestas, desde el valle. ' En el punto en que examinamos el Fta-Leufú, se le incor- pora el Rio Corintos; y allí mide ciento veinte metros de ancho por ocho de profundidad máxima; su corriente era de un me- tro por segundo. En este paseo pude, desde la altura de los lomajes del sud, darme cuenta de la facilidad para abrir camino carretero á tra- vés del bosque hasta el valle Carrenleufú, con lo que se ace- leraria su aprovechamiento. Bien merecen los colonos de 16 de Octubre toda la proteccion que pueda dispensarles la Nacion. No creo que ésta haya desembolsado un centavo para formarla, pues hasta los gastos de la expedicion Fontana fueron cubiertos por ellos, segun me lo refieren. Creo que bastaria destinar la suma de cinco mil pesos para facilitar inmensamente las comu- nicaciones en tan extenso valle longitudinal, y unir sus frac- ciones, separadas hoy por la erosion de las morenas y por el bosque. Cuando regresé á la noche á mi campamento, tuve el placer de encontrar al señor Lange quien acababa de regresar de su trabajo, con interesantes observaciones obtenidas á fuerza de duras fatigas. Del señor Waag tambien recibí noticias, encon- trándose ya en camino de regreso. El señor Lange, que habia dirigido la seccion del Chubut, una vez que despachó á sus respectivas zonas los demás ope- radores para proceder de acuerdo con las instrucciones que dí en La Plata, y arreglados todos los elementos de trabajo, emprendió su interesante y duro trabajo el 29 de Febrero. Lle- aa vaba tres peones con él y como elementos de movilidad cinco caballos y nueve mulas, además de cuatro cargas con los ins- trumentos, víveres y útiles de campamento. Se dirigió hácia el norte atravesando el hermoso valle, abrigado con bosques bajos en las orillas del arroyo que seguian y matorrales en las faldas de las morenas. La region conocida de los colonos alcanza solo á diez kilómetros de la Comisaria, é hizo noche en ese límite próximo á unas lagunas pequeñas, cuyas aguas parecen cor- rer hácia el Fta-Leufú. | Al dia siguiente bajó al Rio Perzey, el que en ese punto sale de una angostura estrecha, con bordes altos perpendiculares, de una morena antigua á la que los colonos galenses han llamado por la horizontalidad de su cima «Terraplen de ferro-carril». Ese dia fué de desgracia: las cargas se mojaron, perdiéndose la mayor parte de las placas fotográficas: tropiezos inevitables en esta clase de exploraciones. El dia 2 practicó un reconocimiento sobre la morena hácia el oeste, gozando de la vista de las lagunas en un campo abierto, pantanoso, limitado al norte y este por cerros elevados. Ll Te- rraplen forma allí una division de aguas muy original. De las faldas este y norte de la Sierra Situacion descienden arroyos caudalosos para doblar luego al oeste y unirse con el arroyo que sale del campo pantanoso de las lagunas. In reconoci- mientos hácia el oeste, penosos en extremo por los canaverales, el pantano y los arroyos caudalosos en los que los animales estuvieron en peligro de ahogarse, empleó los dos dias siguien- tes, compensada su fatiga por la vista de un hermoso lago ex- tenso rodeado de lomas bajas por el este y norte, siendo más empinadas las del oeste y sud. Del ángulo sudoeste se des- prende un canal angosto, probablemente continuacion del lago que no puede ser otro que el que los indígenas cuentan existe entre los cerros y en el que entra y sale el Fta-Leufú. Ese lago es el Fta-Lafquen. Lástima es que los mosquitos tan abundan- tes allí impidan gozar de tan hermosos paisajes. De regreso en el Rio Perzey, el dia 5 decidió alivianar su equipaje para lo cual envió á Rufino Vera (indio araucano que conocí como intérprete de Inacayal en 1880 y que está al servicio del Museo desde varios años), con la tropa por el camino de I:sguel y Lelej para que lo aguardara en el paradero indígena de Cholila: hecho lo cual se dirigió el 8 al norte por el valle de] Rio Perzey. Observó cierto paralelismo en la formacion de las lomas que bordean el rio, encontrando en parte la roca viva compuesta por areniscas y conglomerados. Todo el bosque de — 313 — la region del oeste habia sido incendiado en años anteriores y los troncos blanquizcos entristecen el paisaje. En los dias 9 y 10 continuó la marcha por el mismo valle. ll camino era incómodo, pues si bien sobre las lomas, el bosque, compuesto de grandes árboles, permite el paso á las cabalga- duras, en las faldas era impasable á veces el matorral de ñires y hubo necesidad de abrirlo con machete y hacha. De las lomas del oeste bajan arroyos que se unen con el Rio Perzey, mien- tras que las quebradas del este, desprendidas de los Cerro de Iisguel no tienen agua. Desde el alto de la loma que los peones bautizaron con el nombre de Peladito (1340 m.), gozó de una vista panorámica excelente. ste lomaje está situado en la falda occidentul extendida de los cerros de Esguel, entre las primeras vertientes del sistema del Rio Perzev. Desde allí se domina los cerros bajos de lHsguel situados al oriente, la continuacion del cordon del Cerro Situacion al poniente y más al oeste detrás de ese cordon, los blancos picos de la Cordillera de los Andes propiamente dicha, con sus enormes ventisqueros, re- gion esta que en el plano de los señores Steffen y Fischer figura con el título de «Serranias boscosas»; al sud tenia el valle del Rio Perzey é inmediatas, del noreste al oeste, las caidas de la depresion ancha y característica de Cholila, fértil y hermosísima, como lo es tambien la depresion opuesta del Perzey. El bosque es cómodo para transitar bajo su sombra, y sobre el pasto verde esmeralda que cubre el suelo, las enredaderas y los helechos rompen la monotonia de la sombra y los huemules curiosos la animan. Hechas las observaciones necesarias des- cendió el 11 al ancho Valle de Cholila, al que solo llegó al dia siguiente, aprovechando para ello las sendas del ganado sal- vaje. En los informes detallados de la Seccion Topográfica que se publicarán más adelante, encontrará el lector ámplios detalles que da el señor Lange sobre la fisonomia de tan interesante region. ln estos apuntes, que son el extracto de ese informe, debo limitarme á decir que examinó el terreno comprendido entre la laguna que recibe aguas de los cerros del poniente de la serrania de Lelej; siguió al N. NO. por el ancho valle de otro arroyo que baja en esa direccion y que al este domina la morena mientras que al oeste existe un lomaje bajo, que corre de norte á sud, separando la primera laguna de otra algo mayor. Ll 13 alcanzó á la loma: (780 m.) que separa las aguas de Cholila de las del Valle de I:puyen, en el punto llamado Cabeza Tomo VIII. 8” — 314 — de Epuyen, y que de cuando en cuando es habitado por algu- nos indios. Allí encontró uno de los peones que acompañaban á Rufino Vera y estableció campamento para alivianar su equi- paje en la marcha á pié. Tenia delante el llano glacial que se extiende desde el rio Maiten al oeste, punto interesantísimo para estudiar la division de las aguas continentales; allí las vertientes de los arroyos que forman el Arroyo Epuyen brotan de pequeñas inflexiones de la vieja morena, muy inmediatas al borde oeste del Rio Maiten y es muy probable que llegará dia en que la erosion labre la separacion actual glacial entre los dos cursos, y en- tonces el Maiten vaciará sus aguas en el Oceáno Pacífico, hecho que llevará el divortiwm aquarum interoceánico decenas de kilómetros al oriente de donde se encuentra actualmente. Es indudable que la division de las aguas se encuentra en ese punto al oriente de la Cordillera de los Andes, pues muy lejos, al poniente, precedidos por los despuntes de los cer- ros situados al norte y oeste de Epuven, se distinguen sus cimas nevadas. Ióstos terrenos deben ser estudiados con dete- nimiento, pues es probable que puedan servir para una colonia pastoril, pero es dudoso que la agricultura tenga éxito, por- que las morenas deben ser frias, abiertas como están al oeste. El 16 retrocedió desde Cabeza de Ipuyen al sudoeste, cru- zando un vasto llano que forma la division entre los sistemas hidrográficos de Epuyen y de Cholila, y “alcanzó á la segunda laguna aún inrominada, la que desagua por un pequeño arroyo, entonces seco, en el arroyo del Cañadon Largo, afluente seten- trional del Fta-Leufú, como se reconoció más adelante; se trata de lagunas indudablemente glaciales. Encontró al dia siguiente rastros frescos de caballos, indicios de que el señor Frey habia visitado ya ese lago, é hizo noche á orillas del Fta-Leufú en el mismo campamento abandonado por éste al regresar del po- niente hácia su campo de trabajo. Los indígenas llaman al rio, en ese punto y cuyo ancho allí es de cincuenta metros, el Carrenleufú ó rio verde por el co- lor de sus aguas, peculiar á los rios que nacen de ventisque- ros. Siguiendo los rastros del señor Frey hizo estacion topo- eráfica sobre una colina situada al este de la tercer laguna, á la que se ha dado en nuestro plano el nombre de Lago Cholila, y pudo alcanzar á dominar hácia el oeste á una distancia apro- ximada de treinta y cinco kilómetros, los nevados que parecen formar una cadena. Entre esa cadena y la estacion sólo vió . cerros aislados ó agrupaciones de éstos, cortadas po» profundas — 315 -- quebradas, accidentes orográficos que tienen todos una direccion longitudinal de norte á sud. Las orillas del Lago Cholila están cubiertas por cipreses y ñires (lámina XXVI). Del noroeste baja una quebrada ancha y prolongada por la que corre un rio caudaloso; la del sudoeste, que tambien es larga, contiene en su fondo otro lago, cuyo misterio aclararán otros exploradores. El 19 el señor Lange se dirigió al sud costeando la orilla pantanosa que hacia dificultosa la marcha; el valle es allí muy ancho, y está cubierto de pastos, pantanos y bosquecillos pinto- rescos. Al dia siguiente llegó á un sitio donde se estrecha el valle por la aproximacion del rio á los cerros, que avanzan al este hasta correr contra las rocas casi perpendiculares para vol- ver luego á tomar su rumbo general sud-sudoeste. Desde una alta loma pudo gozar de una vista hermosa al norte, sud y oeste: Al norte la depresion longitudinal de Cholila y el Fta- Leufú serpenteando entre montes y bañados de color verde claro: al sud un lago largo en el que desemboca el rio, v al oeste un valle ancho limitado por cerros sin asperezas que preceden el eran cordon nevado. Como se podia adelantar aún con ani- males, los viajeros abrieron camino hácia el lago. Todo el Valle de Cholila es muy fértil. Los bosques no tie- nen allí, segun el señor Lange, el mismo carácter que en Norte-América ó en Escandinavia: forman grandes manchas en las faldas, separadas por trechos despejados Ó por zonas ex- tensas cubiertas de troncos ya secos. Cipreses v alerces son los árboles. comunes de esos bosques. El 22 dejó la mayor parte de la carga en la Estrechura y con dos cargas livianas siguió el camino abierto por los peo- nes en los dias anteriores hasta un pequeño arroyo que desa- gua en el extremo norte del nuevo lago, pero á poco andar se convenció de que no era posible continuar con animales, pues las aguas del lago bañan el pié de los cerros de faldas muy empinadas, sin dejar playa aprovechable. Decidió entonces con- tinuar á pié llevando víveres para diez dias y los instrumentos indispensables, carga que dividió con su peon. A medio dia del 23 iniciaron la marcha penosa; el cerro era á pique sobre el lago y fué necesario emplear piés y ma- nos para no despeñarse. Toda la marcha hasta el 25 se hizo sobre altos v bajos próximos al lago, que mide aproximativa- mente quince kilómetros de largo y al que se le ha bautizado con el nombre del ilustre Rivadavia, que es el que tiene la cadena del este. La marcha fué penosísima por el bosque su- mamente tupido; los cañaverales, los troncos viejos, amontona- — 316 — dos á veces en un espesor de veinte metros aumentaban la fatiga no exenta de peligro, en ese avance en que unas veces se halanceaban sobre los troncos caidos, otras se arrastraban bajo ellos, cayendo en los hoyos escondidos en la maleza, ba- jando á las aguas del lago hasta el cuello, para trepar nueva- mente la altura sobre peñas sueltas y por cañaverales move- dizos y cortantes. Al pié de los cerros del este, pasado el lago, hay un campo llano y pantanoso por el que vuelve á correr el Fta-Leufú y la marcha se hizo fácil hasta la salida del rio, que es tran- quilo en su principio, presentándose poco despues rápidos que se explican por la diferencia de altura que existe entre el curso superior del rio y el inferior en el Valle 16 de Octubre; diferen- cia esta que alcanza á doscientos metros. Lus aguas, que son muy limpias y conservan el mismo color verde claro, se recues- tan al oeste corriendo al pié de cerros á pique. La salida mide treinta metros de ancho, aumentando luego á cincuenta. A mitad del lago le entra un gran rio que baja del poniente por un valle abierto y prolongado, en cuyo fondo se ven altos nevados. Continuaron al sud entre los cañaverales y montes densos de la llanura al este del rio; cruzaron dos arroyos «que parecen ser brazos de un rio que baja del este. Al sud y este se le- vanta un cerro áspero y alto que trepó el señor Lange, aban- donando por falta de víveres perdidos en gran parte en las caidas de la marcha, su propósito de seguir costeando el rio hasta el Valle 16 de Octubre. El panorama desde la cima del cerro era espléndido y pudo hacer desde ella estacion de brú- jula y un croquis detallado. Al sud y al oeste vió dos hermosí- simos lagos, uno de los cuales tiene su direccion general de O. NO. á S. SE. y, lejos, hácia el poniente, al pié de los ventis- queros de la Cordillera, se divide en dos brazos, siendo,el del sud más corto y entre los cuales se eleva una isla boscosa. Al lago más pequeño se ha dado el nombre de Laguna Chica y al mavor el de Lago Menendez, en honor del sacerdote explo- rador al que tanto debe la geografia patagónica. Il Fta-Leufú alimenta la Laguna Chica y recibe el rio que nace en el Lago Menendez. Al sud y oeste se presentan picos nevados los unos tras los otros. El 28 bajó del cerro por la falda occidental, dominando el Fta-Leufú que se dirige á vaciarse en el Lago Fta-Lafquen, pero no pudo darse cuenta de cual de los dos rios era más caudaloso; en el fondo oeste del Lago Menendez distinguió ventisqueros. , Volvieron á subir al filo del cerro con marcha peligrosa y fati- — 317 — gante por las cargas y la extenuacion, debido á la falta de ali- mentos suficientes. Desde ese filo vió al norte y este los valles y quebradas que forman con sus arroyos el rio que entra en el Fta-Leufú; al este del Lago Rivadavia y más ó menos frente al abra divisada desde:el Peladito vió una laguna pequeña. Al día siguiente, desde el valle profundo donde hicieron campamento, treparon á un portezuelo que habian visto desde el Terraplen; siguieron luego un pequeño arroyo y con mucha fatiga alcanzaron de noche la orilla del Lago Fta-Lafquen, donde el señor Lange observó que la línea de creciente máxima se encontraba á cinco metros sobre el nivel actual del agua. El 1% de Abril llegó á la Comisaria de la Colonia y el 4 volvió á continuar el trabajo en el Fta-Leufú, desde el ángulo sudoeste del valle. 121 6 cruzó el rio acompañado del colono Eduardo Jones, llevando animales de carga para poder avanzar hasta el punto desde donde había cruzado al oriente desde norte de Fta-Lafquen. Los indios cuentan que antiguamente hacian cacerias de 'acas salvajes en esas rinconadas, y las grandes quemazones viejas indican que anduvieron por allí hombres. Como la madera de esos bosques es inservible, estando podridos la mayor parte de los árboles, convendria quemarlos metódicamente para formar campos útiles. En ese reconocimiento examinó el señor Lange el Lago Si- tuacion y vió la prolongación del Lago Fta-Leufú, del que sale el rio del mismo nombre para entrar por un valle profundo en dicho lago; pudo hacer varias estaciones topográficas y foto- gráficas que se utilizarán en el plano detallado. Al noroeste del Lago Situacion se vé una abra ancha y extensa. Desde la Co- lina del Alto del Ciprés se goza de una vista magnífica, pues cae perpendicularmente desde una altura de cuatrocientos metros y una cornisa que sobresale semeja prodigioso balcon. Al noreste se levanta el áspero Cerro Situacion, al que los colonos llaman poéticamente «ll trono de las nubes»; al noroeste se extiende una série de nevados unos tras los otros y al frente el valle del Fta-Leufú y su derrame en el lago. El rio vuelve á salir al sud- este, formando varios rápidos y ensanchándose hasta cualro- cientos metros; en su gran vuelta al este recibe las aguas unidas de los rios Perzey y Corintos; y al sud de esta union se extiende una hermosa playa pastosa. Il dia 11 regresó á la Comisaria. Las instrucciones que habia recibido el señor Waag eran las siguientes: Establecido campamento en la confluencia del — 318 — Rio Corintos con el Fta-Leufú trataria de navegar este úl- timo rio para averiguar si desagua en el Rio Palena, ó si baja directamente al Golfo del Corcovado. Si el Fta-Leufú fuera afluente del Palena, ascenderia luego este rio, relevando el terreno que recorriera desde su punto de partida, en el bote ó á pié, hasta el punto donde sale ese rio, en el que lo alcanzaria una expedicion de socorro que debia organizar entre el personal subalterno á sus órdenes. Si el Fta-Leufú y el rio que desagua en el Golfo del Corcovado, y que tiene tambien este nombre, fueran uno solo, y no encontrara poblaciones en ese lugar, bajaria al sud hasta la Colonia del Palena, donde decidiria, segun el tiempo favorable de que dispusiera, ascender el rio ó dirigirse á Puerto Montt. Si consiguiera reunirse con su estacion sobre el Carren- leufú Ó Alto Palena, deberia estudiar la zona limitada al sud por este rio, al este por el Rio Encuentro, Cordon de las 'Po- bas, juntas del Rio Corintos y Fta-Leufú, al norte por el pa- ralelo que pasa por esas juntas, y al oeste, tanto como fuera posible, hasta que el mal tiempo le obligara á regresar á la Colonia 16 de Octubre. Estas instrucciones estaban sujetas á modificaciones, dadas las contingencias de tal trabajo en regiones en gran parte com- pletamente desconocidas, y fueron cumplidas de la siguiente manera: Establecida la estacion meteorológica con instrumentos pro- porcionados por la Oficina Nacional de Córdoba, los que llega- ron á 16 de Octubre en perfecto estado, y confiadas las obser- vaciones al señor J. G. Pritchard, maestro de la escuela de la Colonia, quien continúa publicándolas, prestando así un servicio inapreciable por tratarse de un punto tan inmediato á los An- des patagónicos, inició sus trabajos de exploracion el 1% de Marzo en el punto dispuesto (lámina XXVII). Desgraciadamente el bote traido desde el Chubut habia su- frido algunos desperfectos y su uso se hizo molesto y aún pe- ligroso. Il 4, despues de haber determinado la posicion geográ- fica del punto de partida, emprendió la navegacion del Fta- Leufú, acompañado sólo de un hombre. El rio se dirige al oeste por unos veinte kilómetros, teniendo al principio poca corriente, hasta que penetra en una angostura donde la corriente aumenta y donde el viento contrario levantaba tal oleaje, que fué necesario arrastrar el bote por la costa. Pasada la angos- tura, volvieron á navegar, pero la corriente no disminuia y grandes ruidos anunciaban rápidos próximos; sin embargo, un reconocimiento por tierra dió por resultado que no existian — 319 — grandes rápidos hácia el oeste, y que el ruido lo producian las aguas al chocar contra las rocas de las orillas. El caudal de las aguas se habia reducido á la tercera parte del observado al emprender la exploracion, tal era la corriente. Dirigieron el bote por el centro unas veces, otras lo arrastraron por las orillas. El 6 encontraron una cascada de tres metros de altura, la que salvaron arrastrando el bote por la orilla, estrechándose el curso hasta medir sólo doce ó quince metros de ancho, pero fueron tales los remolinos, que decidió el señor Waag suspender la navegacion, pues hubieran perecido en esa angostura. Trató de trepar un cerro del sud, pero despues de mucho peligro tuvo que abandonar su propósito para pasar al norte con la intencion de continuar la marcha á pié. Desde una loma pudo ver un rio que desciende al noreste por un valle angosto, que alcanzó á divisar en una extension de veinte kilómetros aproximadamente; este rio se vacia en el Fta-Leufú, el que, despues de un recodo al norte de un kiló- metro, vuelve al sud y sigue luego al oeste, segun cree el se- nor Waag, por un valle prolongado que se ensancha con lo- mas bajas hasta el pié de los altos cerros nevados retirados del oeste, corriendo luego al sud por unos quince kilómetros y al sud-sudeste por unos veinticinco kilómetros á este rumbo. El doctor Steffen describe el Rio Frio, afluente del Palena, el que observó desde el sudeste como bajando del norte por un ancho valle que tiene á los dos lados montañas nevadas con altos pi- cos, entre los cuales uno, aparentemente situado donde princi- pia el valle, es el más prominente, y, segun esa descripcion, no cree el señor Waag que pueda ser otro ese cerro que el Cerro Nevado que se ve desde el Valle 16 de Octubre, por el abra por donde pasa el Ita-Leufú al dejar el valle, y al cual dió el nombre de Teta de Vaca por su forma. Además, el doctor Steffen dice que á su regreso por el Carrenleufú, observó que el Rio Frio era mayor que aquél. Comparada por el señor Waag la temperatura de las aguas de los rios Carrenleufú y Fta-Leufú, encontró la misma diferencia que la observada por el doctor Steffen entre las aguas del primero y las del Rio Frio. El trayecto, desde donde regresó el señor Waag del Fta-Leufú, despues de verlo correr al sud, limitado al este por cerros donde nacen los arroyos Manso y Arisco, es demasiado pe- queño para poder alimentar un rio más grande ó igual al Carrenleufú, por lo que cree que el Fta-Leufú y el Rio Frio es uno solo. — 320 — El Fta-Leufú corre con rumbo general norte y sud, entre la Cordillera, por un grado y medio de latitud y el cordon ó los cordones centrales se encuentran al occidente, ostentando los más elevados picos de la region é inmensos ventisqueros. No era posible que dos hombres pudieran arrastrar el bote por el monte y las barrancas empinadas, y el señor Waag resol- vió regresar á la colonia del Valle 16 de Octubre, una vez que se convenció de que aquel gran rio no era navegable. Considera posible el establecimiento de un camino cómodo al Palena in- ferior, con la construccion fácil de un puente sobre la segunda angostura del rio, camino que no considera costoso. Dejaron el bote bien resguardado y útiles y provisiones para una expedicion futura; y emprendieron el regreso á pié llevando los instrumentos v ascendiendo las montañas del este, pero al dia siguiente tuvie- ron que regresar en busca del bote, pues no era posible conti- nuar la marcha por las cumbres. El 11 llegaron, despues de muchos trabajos, hasta un punto donde no era necesario cruzar de nuevo el rio. Dejaron allí el bote y á la noche alcanzaron el puesto del colono J. Rus. El señor Waag dice que, pasados unos cinco kilómetros más abajo del codo del rio, hasta la Cascada, no se encuentran terrenos culti- vables, salvo rincones muy reducidos. El valle es angosto y las faldas de las montañas, especialmente en la parte sud del rio, son muy inclinadas y cubiertas de bosques. Un conífero que abunda puede proporcionar excelentes maderas de construccion. La vida animal es muy pobre, sólo vió dos huemules (Cervus Chilensis) y un Huillin (Lutra Chilensis). lim el rio las truchas alcanzan á treinta centímetros de largo. Los dias 12 y 13 lo pasaron arreglando las cargas y, el se- nor Waag, componiendo el teodolito que habia sufrido desper- fectos durante la penosa marcha en el rio. El 14 emprendió la marcha por el Valle Frio, acampando al anochecer cerca de un brazo del Arroyo Chileno, el que desciende del sudoeste, ha- biendo demorado mucho tiempo en cruzar el bosque. El 17, despues de tres dias de camino fatigoso en extremo por el bosque y las lomas glaciales empinadas, volvieron á encon- trarse en el Valle Frio. Los terrenos cruzados no son homo- céneos; en los primeros cinco kilómetros son inmejorables, para pastoreo, y la agricultura debe prosperar admirablemente si se exceptúa el cultivo de la papa que sufre con las heladas. In las faldas el pasto es bueno, pero en el bosque quemado no ha crecido nuevamente. Todo el lomaje morenisco está cubierto por matorrales tupidos. Istas morenas alcanzan una altura de — 321 — 800 metros sobre el mar, frente al Cerro Cónico y el Arroyo Frio, el que, en el punto donde establecieron el campamento, corre á 690 metros de altura sobre el mar hácia el sudoeste, por el centro del valle de dos kilómetros de ancho, cubierto de exce- lentes pastos; en los lomajes que lo limitan, el bosque es im- penetrable. Al poniente del campamento, á una distancia de ocho kiló- metros, se levanta un cordon de montañas que sigue con rumbo paralelo al Valle Frio, y cuyas cimas más elevadas tienen altu- ras aproximadas de 2000 metros. Al pié del Cerro Cónico, corre por una pampa bastante abierta el Arroyo Arisco, mucho más caudaloso y correntoso que el Arroyo Frio. In esas inmediaciones hay un mineral de plomo que deberá ser reconocido con más detenimiento en expedicion próxima; los colonos han puesto á descubierto la veta, la que varia en- tre cinco y veinte centímetros de espesor. Kl 19 recibió sus nuevas instrucciones, que coincidian con el plan que se habia trazado. Una vez que no se podia realizar la exploracion del curso inferior del Fta-Leufú, y hechas las observaciones de latitud y azimut, continuó descendiendo hácia el oeste-sudoeste por el Valle del Rio Frio, donde estableció campamento en la confluencia de otro arroyo más grande, en el punto, en que unidos ambos, bajan las aguas al Carren- leufú. En esos lugares se encuentran con frecuencia animales vacunos salvajes. El 20 hizo una tentativa para alcanzar la cumbre del cerro, pero no fué posible por el monte, resolviendo continuar por el Arroyo Arisco, y ascendiéndolo por quince kilómetros. Lil 22 trepó las lomas para conocer si era posible llegar con cargue- ros al Cordon de las Tobas, lo que si bien podia hacerse, re- queriria una semana de trabajo forzoso, y la estacion estaba demasiado avanzada. Desde la cima de un cerro pudo ver que á tres kilómetros más al oeste, el valle tenia direccion general este á oeste, dejando al Cordon de las Tobas aislado de las montañas que principian al sudoeste de la Colonia y siguen ese rumbo hasta dicho valle. Obligado por temporales ú regre- sar al campamento del Arroyo Frio, el 25 se dirigió al valle del Carrenleufú. Al dia siguiente encontró tres indios de la tolderia de Foyel, los que le vendieron carne de una vaca sal- vaje que acababan de bolear y 'le dijeron que el nombre de Carren-Leufú (rio verde), corresponde al Fta-Leufú, lamándolo de las dos maneras, y que los antiguos indígenas llamaban P+- lunque al actual Carrenleufú ó Corcovado de los Colonos. Pilun significa víbora en araucano, y el rio que serpentea en el valle merece ese nombre por su caprichoso curso. El colono Gerardo Steinkamp está establecido en ese valle con su numerosa familia y algunas vacas, yeguas y ovejas y en su puesto acampó el señor Waag el 26. El 27 fué consagrado á observaciones astronómicas. Dejó en el puesto la mayor parte de los animales para que se repusieran en ese campo inmejo- rable. ll Carrenleufú tiene un caudal allí mucho menor que el el Fta-Leufú, y es vadeable en varios puntos. El 31, despues de una marcha fatigosa, llegó al Rio Encuentro y pudo reco- nocer la region por unos diez kilómetros al oeste, pero no era posible continuarla en esas condiciones; además se encontraba va en terrenos visitados por los señores Steffen y Fischer, cuyos datos permitirian trazar el programa de trabajos para la exploracion detenida que proyecta el Museo para más adelante, v de la que estos reconocimientos eran preliminares. Il 2 de Abril, á la tarde, regresó al puesto de Steinkamp v en tenta- tivas para alcanzar hasta el Cordon de las Tobas, pasó hasta el dia 6, habiendo examinado mientras tanto un manto de carbon, cuya importancia no puede precisar por no haber dis- puesto de tiempo para examinarlo con detenimiento. Tiene ese manto una inclinacion de treinta grados al este y mide dos y medio metros de espesor, cubierto por una capa de arcilla im- pregnada de hierro, de cuatro metros. Las areniscas compactas, grises y rojas, se presentan en las lomas. Desde una loma al lado del campamento, vió que al este del Cerro Central desciende desde el sud el Rio Carrenleufú, dirigién- dose más y más al oeste, cerca del pié del cerro, donde describe cast una media circunferencia y deja muy pocos terrenos llanos en aquel lado; pero al este y noreste el valle alcanza hasta casi dos kilómetros de ancho. Las lomas del lado norte se acercan más al rio y llegan á la orilla de éste en donde se le une el Arroyo Frio. Las lomas al noreste tienen buen pasto y en una que- brada cerca del Arroyo de Las Casas se encuentran pinos aunque no en abundancia. El suelo del valle consiste principal- mente en tierra vegetal muy fértil y es adecuado para la agricul- tura. Unos cerros pequeños en la parte del valle al norte dan abrigo contra los vientos y tormentas que suelen venir por el valle desde el oeste. No cabe duda que ese valle es muy apro- piado para una colonia agrícola. Desde Tecka se puede Jlegar hasta este punto con carros. El valle más abajo es menos acce- sible y cubierto con monte, pero cuando se queme sistemáti- camente ese bosque, el terreno será cultivable. — 323 — Ll 8 emprendió su excursion á pié, con un peon, al Cordon de las “Tobas, alcanzando el 144 un punto que calcula distante diez kilómetros del Fta-Leufú, pero la nieve le impidió continuar ascendiendo la montaña. En el trayecto atravesó bosques de árboles inmensos cuya circunferencia alcanzaba á ocho metros siendo la altura de cuarenta. El 20 de Abril volvió á la Comisaria de 16 de Octubre des- pues de cincuenta dias de trabajos y penurias (lámina XXVIII. Mientras el señor Waag habia operado en Fta-Leufú y Carrenleufú y el señor Kastrupp en las inmediaciones del Lago General Paz, el señor Von Platten exploraba los rios Pico y Frias; salió con direccion noroeste por el camino car- retero de la Colonia 16 de Octubre, atravesando despues el húmedo y fértil Valle de Gennua, limitado al norte por lomas de trescientos metros de altura, divididas de las serranias de Potrachoique por el ancho cañadon de Lemsañeu; las lomas que lo limitan al sud tienen más ó menos la misma altura. Siguiendo el curso de un arroyo pasó al sud del pequeño cerro Gesketomaiken, y entrando en un valle ancho, que se ex- tiende hácia el oeste y que está atravesado por los arroyos Quersuncon y Cherque, siguió al oriente de este último hasta subir á la altura de 790 metros, donde el Cherque tiene una angostura y recibe despues un afluente de las lomadas del este. Antes de recibir su afluente del oeste, el Cherque se encajona en un canadon angosto, cuvas barrancas al este son escarpa- das y altas y las del oeste se extienden en dilatada planicie formando la division de las aguas del Cherque y del Pico. Las sierras al sudeste de la depresion transversal se levan- tan rápidamente hasta una altura de 1300 á 1400 metros. Ll arroyo tenia su orígen en los grandes bañados y peque- ñas lagunas de la Loma de Los Baguales (1300 m.), donde nace tambien el Arroyo Omckel, que siguió con direccion al sud hasta llegar al valle del Rio Frias, que tambien tiene orígen en las mismas lomas. Atravesó este valle con rumbo al sud hasta encontrarse con la laguna, orígen del Arroyo Apeleg y dobló despues al oeste hasta el primer arroyo del sud, que nace en las sierras nevadas. Al enfrentar el Cerro Cáceres subió á una meseta á cincuenta metros del nivel del Rio Frias y vió que las sierras eran quebra- das al norte como al sud. No pudiendo llegar hasta ellas por el espeso bosque, siguió el curso del rio al norte hasta sus dos vertientes, que cruzó, llegando en seguida á una pequeña la- , guna que se extiende de noreste á sudoeste, desde donde pudo apercibirse que el rio, infranqueable en sus dos costados, co- rria con direccion oeste-sudoeste por una abra, tras de la cual no se distinguian cerros elevados. Tentó excursionar al oeste para reconocer las nacientes del arroyo que venia desbordado por las lluvias contínuas y no pudiendo hacerlo ascendió un cerro de 1274 metros al noroeste, donde, á pesar de los chubas- cos y nieblas, pudo apreciar que las cumbres nevadas se en- contraban más al oeste. Se puso despues en marcha en direccion al noroeste, si- guiendo una vertiente que bajaba de las sierras nevadas del noroeste llegando á una planicie estéril de dos leguas cuadradas, limitada al norte y al este por alturas poco elevadas y al oeste por cerros nevados de considerable elevacion. Al sud existe un valle ancho por donde corre el Arroyo Cáceres. Tomando rumbo al este, el señor Von Platten se diri- gió á un cerro de 1630 metros, de donde divisó los tres lagos situados al sud del Arroyo Pico, del cual reconoció varias ver- tientes que se unen al Rio Frias. Encontró una laguna situada cerca de la falda norte del Cerro Cáceres, y se dirigió al este hácia Los Baguales, atravesando pequeñas lomadas y distin- guiendo perfectamente la Cordillera del oeste enteramente cu- bierta de nieve. Al norte hay una laguna situada al sud del Lago Pico, y llegó á ella atravesando el cuarto brazo del arroyo del mismo nombre, y con direccion noroeste cruzó tres vertientes que bajan de las sierras nevadas al oeste, hasta encontrarse con una cuarta que no pudo pasar, debido á sus barrancas es- carpadas. En direccion noroeste encontró un buen valle regado por un brazo del Arroyo Pico que se reune con el brazo del oeste. En la misma direccion cruzó los varios brazos del sud hasta la pampa de Temenhuau, buscando en vano el Lago Henno. Se dirigió al sud hácia el Arroyo de Omckel, atravesando una pampa pastosa ulgo más elevada que los alrededores del Arroyo Pico; pasó al occidente de la fértil pampa Chirick hasta llegar á Omckelaiken, donde las sierras se abren en un valle angosto que se ensancha despues en Shama hasta llegar á una angostura del arroyo. Las sierras tienen allí una altura de 1300 á 1400 metros, y son menos quebradas al norte que al sud, teniendo en esta última parte picos característicos como el de Haiosh. Siguiendo el arroyo hasta Tequerr, cruzó un extenso baña- do que se extiende de sudeste á noroeste, y cuyos terrenos, declara el señor Von Platten, son los mejores que ha atrave- — 320 — sado. En el mapa del señor Ezcurra, este arroyo sigue en direc- cion este para unirse al Gennua, pero el señor Von Platten pudo comprobar que ese curso ha sido mal dibujado por cuanto se dirige al sud para unirse al Arroyo Apeleg. Siguió en direccion sudoeste en busca de este último arroyo que costea las lomadas norte por un valle que se estrecha siempre más, encerrándose casi al oeste entre las sierras del sud llamadas Pavahuehuen, que son más altas que las del norte. Siguió el arroyo desde sus vertientes que vienen del oeste entre sierras de 1300 á 1400 metros de altura, hasta la confluencia con el Omckel, y por la pampa fértil al norte que se prolonge+ estéril, al sud, llegó á Choiquenilahue el 30 de Abril, donde se incorporó más tarde al señor Arneberg. DE 16 DE OCTUBRE Á PUERTO MONTT Dispuesto el regreso de los diferentes expedicionarios de la seccion sud, resolví regresar el 12 de Abril á Nahuel-Huapi. Esa noche acampamos en Pichileufú y al dia siguiente tomé el camino de Fofocahuallo para cruzar por Cushamen ó Ftatemen y continuando al poniente por los orígenes de los arroyos Chacaihueruca, Chenqueg-geyú y Rio Curruleufú, llegué el 16 á la chacra de Tauschek en el lago. El dia siguiente se me incorporó el señor Wolff y me dió cuenta de los' trabajos que habia ejecutado. Emprendió su trabajo, siguiendo el valle del Rio Caleufú y buscó paso por los bosques y las lomas hasta la hoya del Tra- ful que debió reconocer al sud. En el valle del rio hay un puesto habitado, y segun su dueño se encuentran vacas salva- jes en las inmediaciones del lago. Para reconocer el Arroyo Cuvé-Manzana, atravesó los altos lomajes que lo separan del Traful, del que es afluente. Este arroyo tiene un valle bastante espacioso y abundante de pastos, que siguió en parte, ascen- diendo luego los cerros que ofrecen más facilidad para la mar- cha. El Lago Manzana, figurado en el mapa del coronel Rhode, del que lo han tomado todos los de esa region aparecidos des- pues, no existe, como tambien lo comprobaron los señores Soot y Hauthal. Desde la cima de un cerro, pudo hacer obser- O vaciones de latitud y de azimut, de gran importancia para poder ligar los puntos topográficos con el Lanin, centro de todas las observaciones de la seccion. 1:l 14 llegó, cruzando la serrania, á la Estancia Jones en Nahuel-Huapi, donde encontró al señor Roth con quien se dirigió el 16 al Potrero Huber, en el extremo noroeste del lago, pero antes de llegar allí tuvo que retroceder el señor Roth por las dificultades del camino que entorpecie- ron los estudios que tenia órden de efectuar (lámina XXIX). El Rio Correntoso, si es que se puede llamar rio ese pequeño canal profundo, apenas mide doscientos metros y comunica el lago de su nombre con el Nahuel-Huapi; sin embargo, en el mapa del señor Fischer tiene un curso de casi veinte kilómetros. La senda pasa por las lagunas de las Chorguas, Pichilaguna y Laguna del Tortoral, siendo esta última muy pintoresca con tres pequenas islas en su centro y situada al pié de los cerros nevados del oeste. Potrero Huber, llamado así por haber sido elegido para invernada de haciendas, por un hacendado de ese nombre, residente en Osorno, y para cuyo objeto se presta admirablemente, ocupa el valle situado entre la Laguna Totoral y el Lago Nahuel-Huapi, valle cuyo bosque ha desapa- recido por quemazones y que ha sido reemplazado por exce- lentes prados naturales. El 25, el señor Wolff ascendió el Cerro Mirador, espléndido punto de observaciones desde el cual se ven los cerros Lanin, Chapelcó, Tronador, Pantoja, Puntiagudo, Volcan de Osorno, Volcan Puyuhue y Volcan Villarica. El 26 examinó la Laguna Constancia, cuyas aguas se vacian en el Lago Puyehue y al dia siguiente volvió á trepar el Mirador (lámina XXX, fig. 1), consi- guiendo hacer sobre éste observaciones de latitud y azimut y tomar visuales á todos los puntos principales, obteniendo al mismo tiem- po el panorama fotográfico. il 28 se dirigió nuevamente á la La- guna Constancia y el 30 regresó al Potrero Huber. Il 31 marchó al noreste para estudiar el sistema del Lago Correnteso y llegó á la tarde al Lago Espejo, donde hay alerces corpulentos. El lago baña el pié de los cerros nevados de la Cordillera y tiene su mayor extension de norte á sud. Es curioso que este lago no desagúe en el Nahuel-Huapi, estando separado sólo por un llano de dos kilómetros; su desagúe se produce más al norte, hácia el Lago Correntoso, cortando cerros relativamente altos, en una extension de cinco kilómetros. Otro pequeño lago, el del Encanto, se vacia en el Lago Espejo. El 6 de Abril volvió al Potrero Huber, despues de una tarea muy dura, empeorada por la lluvia casi continua. En esa re- — 328 — sion no es raro encontrar vestigios de poblaciones indígenas, muy antiguas, y pudo obtener curiosas piezas de cerámica. Ll regreso á la Istancia Jones, lo hizo embarcado en la canoa del buen indígena Millaqueo (láminas XXXI y XXXII). El 23 llegó á Junin de los Andes y á pesar de la estacion avanzada se dirigió al Lago Huechu-Lafquen, despues de deter- minar la longitud de Junin. Demoró en el trabajo, ejecutado con la cooperacion de los señores Zwilgmeyer y Soot y entor- pecido frecuentemente por las lluvias y nieves, hasta el 8 de Mayo; el dia 13 llegó á Quillen y desde allí se dirigió á Chos- malal y á San Rafael por el oriente del macizo del Nevado, dando término á su viaje el 15 de Junio. El señor Schiórbeck habia regresado de su excursion á los lagos Gutierrez, Mascardi y Todos los Santos y dejéle nuevas instrucciones, lo mismo que al señor Frey, quien tenia órden de seguir á Roca por Nahuel-Huapi. La primera operacion que practicó el señor Schiórbeck al llegar al Lago Nahuel-Huapi, el 25 de Febrero, fué trepar el Cerro del Carmen desde cuya cima vió el lago hasta la Isla Victoria, el Cerro Puntiagudo, en Chile, y el Tronador que por su posicion respecto del observador mostraba solamente dos de sus picos, midiendo el más alto 3400 metros, promedio de cuatro observaciones trigonométricas, es decir, casi 400 metros más que la altura calculada por los señores Fischer y Steffen. El Cerro Puntiagudo mide, segun el señor Schiórbeck, 2430 metros, Ó sea 130 metros menos de lo que indican los mismos señores. Desde el Cerro del Carmen se alcanzaba á ver el lago hasta Puerto Blest, comprobando así la inexactitud del brazo dibu- jado en el mapa del señor Fischer. Por la extensa visual que dominaba, pudo comprobar tambien el error del rumbo dado por el señor Krúger (*) al Cerro Tronador el que dice verse desde el desagúe del lago de oeste á norte. Notó dos depresiones del lago, de las cuales una es la de Puerto Blest y la otra está ocupada por un brazo, al sud; la parte entre las dos depresiones es ocupada por una pequeña cadena en que el Cerro Capilla es el más elevado. Al sud se extendía el abra del Lago Gutierrez, á donde se dirigió en se- guida para cumplir con sus instrucciones. Con mucho trabajo por el denso bosque pudo pasar á la orilla norte del lago don- de se encontró rodeado de cerros que tienen direccion de este (*) Expedicion exploradora del Rio Palena.—Santiago 1895. SS. ERIN á oeste, mientras que en el lado sud se divisaba una cadena contínua con su cerro más notable llamado La Ventana, y corre con rumbo al oeste costeando la crilla sud del lago y de un segundo lago retirado más al oeste hasta ser cortada por el gran valle longitudinal: cordon de cincuenta kilómetros de largo que corre paralelo al macizo de la Torre de la Catedral, cuyo pié escarpado se hana en la costa noroeste del lago situado al oeste del Lago Gutierrez, al que se ha dado el nombre de Lago Mascardi, en honor del misionero asesinado por los indios en 1672. Al oeste de este lago abre un llano de diez kilómetros de extension. lista depresion tectónica ocupada por los dos lagos y el valle formaba antiguamente uno de los fjórds del Lago Nahuel-Huapi. Con grandes dificultades consiguió ascen- der el señor Schiórbeck un pico de este último cerro y desde una altura de 2300 metros observó al oeste y noroeste un macizo con picos y cumbres nevadas, dominadas por el Tronador y el Cerro Puntiagudo; del otro lado del lago, veíase un valle lon- gitudinal desprovisto enteramente de cursos de agua, y limi- tándolo, una cadena imponente de picos altos y nevados pro- longada de norte á sud. Al noroeste distinguió las numerosas cumbres que quedan al oeste del Lago Nahuel-Huapi; al norte y este divisó el Volcan Pillan, los cordones del Traful, de los Cipreses, el Carmen y el Trenque-Malal hasta el Rio Limay. Vuelto al Lago Gutierrez cruzó en una chata el Lago Nahuel- Huapi, desembarcando en Puerto Blest cuva posicion geográfic: dada por el señor Fischer rectificó, encontrándola situada cuatro minutos más al sud. Penetrando más á la Cordillera pasó por la Laguna de los Clavos á una altura de 1190 metros, mien- tras el Lago Nahuel-Huapi está á 740 metros sobre el mar. Llegó al portezuelo llamado Cuesta de los Raulies (1290 m.) que divide las aguas que alimentan la Laguna de los Clavos, que á su vez desagua en el Nahuel-Huapi, de las que dan orígen á afluentes del Rio Peulla. El declive de las faldas es muy rápido pues se baja de esa altura á Casa Pangue, situado á solo 320 metros sobre el nivel del mar. Desde ese punto, por el abra del Rio Peulla, se domina el Tronador con sus inmaculadas cumbres, teniendo por marco al este el Cerro del Boquete Perez Rosales y al oeste el Monte Celoso. El señor Schiórbeck se dirigió á la Laguna Frias por el Boquete Perez Rosales. Al norte del boquete ascendió la Cuesta de los Raulies, dominada por el Cerro Perez Rosales (2850 m.) situado al sud. Tomo VIIT. — 330 — Para llegar al Tronador siguió el curso del Rio Peulla hasta donde se juntan sus tres brazos, de los cuales uno viene de la quebrada del Boquete Perez Rosales, y los otros dos nacen de los ventisqueros del "Tronador, y entró por el dorso de una morena aún activa del ventisquero actual. Despues alcanzó el Lago Todos los Santos, y de allí regresó á Nahuel-Huap1. El 3 de Abril, cumpliendo las instrucciones que le habia dejado, se dirigió hácia el sud del lago por Jos altos lomajes situados al poniente del camino general al Valle 16 de Octubre junto á la region de Corral de Foyel. Por una senda antigua cruzó luego nuevamente el Rio Curruleufú, que remontó hasta llegar á sus dos afluentes principales (1260 m.), siguiendo el de más al oeste que nace en un valle que tiene dos kilómetros de ancho. 11 Curruleufú recibe un afluente del cerro al norte, y en el lado veste tiene sus fuentes el Rio Manso á 1280 metros de altura. Desde un cerro inmediato al sud del Rio Manso y desde una altura de 1500 metros reconoció la direccion de este rio que es de este á oeste, inclinado algo al sud; su afluente principal nace del Cerro Tristeza. Al oeste, á una distancia de cincuenta á setenta y cinco kilómetros, se distinguian cordilleras altas y nevadas, continuacion del cordon nevado «ul oeste del valle grande, divisado desde el Cerro Catedral. Reconoció en seguida el afluente este del Rio Curruleufú, subiendo un cerro cercano para tomar visuales (1840 m.), desde donde ligó á sus observaciones el Cerro Cármen, visible al norte, no pudiendo divisar nada al oeste, pues el horizonte estaba cerrado por los cerros inmediatos que dan orígen al Rio Curruleufú. Al sud habia una gran depresion que juzgó ser el cauce por donde corre un afluente del Manso. Habiendo arreciado las tormentas de agua y nieve por lo avanzado de la estacion (7 de Mayo), el señor Schiórbeck em- prendió viaje de regreso á Roca, siguiendo el camino carretero que de Nahuel-Huapi pasa por el Cañnadon Cumayen y sube al de Pilcangeyu. Cruzó el portezuelo entre los dos cañadones, y siguiendo el primero de éstos en todas sus vueltas que al prin- cipio se dirigen al este, despues al noreste v más tarde al nor- noreste hasta caer á los cincuenta y cinco kilómetros de recorrido al Rio Limay; atravesó varias otras depresiones entre ellas la de Cuy, la que segun los indios termina solo en el Atlántico. Il 12 de Junio llegó al Fuerte General Roca. — 331 — El señor Frey dejó el campamento de la Colonia el 29 de Febrero y siguió el camino general de Lelej cruzando luego al oeste en busca de los Cerros de Cholila, por el paraje lla- mado «La Puerta», por donde corre un pequeño arroyo, el cual antes de unirse con el Lelej, forma una pequeña laguna, hasta al punto donde se separan las aguas del Rio Chubut de las del Fta-Leufú. Desde allí al norte se extendia la gran llanura: al S. SE. se divisaba un valle en parte pantanoso, limitado al na- ciente por los cerros de Lelej y Esguel, y circunscrito por el poniente por lomajes de 200 á 400 metros de altura; lomajes que ascendió y desde donde divisó al oeste, inmediato, uno de los lagos de Cholila y al sudoeste otro lago de mayores dimen- siones, y más lejos aún, en la línea occidental del horizonte, los cerros de Cholila cubiertos por escasa nieve. Para llegar á estos lagos, cuyo desagúe no pudo observar, cruzó la confluencia de dos arroyos que nacen en los cerros de Cholila y corren al Fta-Leufú, por un canadon que va abrién- dose húcia el sud. No pudiendo por el espeso bosque alcanzar la márgen sud del lago más retirado, llegó al Fta-Leufú que en este punto mide unos cuarenta metros de ancho y corre se- reno y profundo. | Remontando su curso con direccion al oeste encontró un tercer lago, orígen del Rio Fta-Leufú, lago de más de quince kilómetros de largo por unos tres de ancho, que se extiende de oeste á este y que es el Lago Cholila. En su fondo vió una cadena bastante nevada que se dirige al sud donde las apa- riencias la muestran ligada con el Cerro Tres Picos y rematada por el Puntiagudo; al norte la limitan los cerros de Cholila. El rio da paso poco antes de llegar al Arroyo Cholila, que es su tributario y que recibe á su vez un arroyo del este, desagua- dero de un cuarto lago: el Lago Misterioso, alimentado por aguas de cerros nevados. Llegó así á un lago, el mayor de los cinco observados y cuyo eje principal es de norte á sud. Desde allí, costeando los cerros de Cholila, y elevándose siem- pre más, hasta donde esos cerros toman franca direccion al oeste, alcanzó el Arroyo Epuyen. Este curso de agua tiene orígen en una sexta laguna de diez kilómetros de largo. alimentada por aguas que caen de los cerros de Cholila y de Pirque. Abrién- dose camino por la falda de los cerros, el señor Frey penetró a] valle de este arroyo, que se estira en direccion al oeste y donde existe un puesto habitado. Siguiendo ese arroyo llegó á su desembocadura en el Lago Puelo. No pudo, por lo impenetrable de los bosques y por los pantanos, recorrer las costas del lago y se limitó á observarlas desde una altura, divisando al sud el nevado de los Tres Picos que el doctor Steffen, en su mapa, llama «Cerro de los Casti- llos»; este cerro está separado de la cadena nevada que se prolonga al norte por un rio que viene del sud y que entra en el Lago Puelo. Esta cadena está tambien cortada por el Rio Puelo, desaguadero del lago del mismo nombre, el que en la parte divisada por el señor Frey se extiende por unos quince kilómetros de norte á sud, formando al norte dos entradas, entre las cuales se levanta la colina «Curamahuida»; en la inmediata, al este, desagua el Epuyen, y en la del oeste otro arroyo que baja del norte. Al norte se levanta el Cerro Pilquitron, continuacion de la serrania que se prolonga desde Nahuel-Huapi; y del Pilquitron al sud continúa una cadena hasta el cerro que en- frenta la Estancia Maiten. : Siguiendo el valle, entre las dos serranias, marchó con rumbo al norte en busca del Tronador, para ligarlo á su zona de obser- vaciones. En el valle cruzó corrientes de aguas que bajaban de ambas sierras y que reunidas en dos arroyos desaguan en el segundo brazo del Lago Puelo. El arroyo formado con las aguas de la cadena del este cruza tierras fértiles y de pastoreo. Il arroyo del oeste, alimentado tambien con aguas de ese rumbo tiene su orígen en un ventisquero de la Cordillera nevada. Subiendo una alta loma que llamó de «Los Baguales», divisó el panorama al norte: en frente un cerro de forma piramidal; á la izquierda y un poco más al norte los varios picos del Cerro Valverde; entre éste y la Cordillera nevada del occidente, un rio que corre al oeste, formado por dos afluentes principales, de los cuales uno desciende entre el Cerro Pirámide y Los Bagua- les costeando la Cadena del este; el otro, de mayores dimen- siones, corre con direccion noroeste entre los picos del Pirá- mide y del Valverde. El primero de los dos arroyos recibe todas sus aguas del oeste y que en parte tienen orígen en un lago cuya extension aparente era de este á oeste, con diez kilóme- tros de eje: el Lago Escondido, y en cuyo fondo se levanta un cerro característico con dos picos; el lago parecia en ese punto tener un brazo hácia el sud. Ll valle entre el Cerro Valverde y la Cordillera Oeste es bas- tante ancho pero cubierto de bosque espeso; se abre al oeste y es probable que se pueda llegar por él hasta Nahuel-Huapi. Diez kilómetros más al norte encontró restos de una poblacion indígena, punto conocido por Corral de Foyel, y donde el caci- que de este nombre hacía antes sus famosas cacerías de vacas :-— 3393 — salvajes Ó «baguales». Regresó luego á su campamento gene- ral, desde donde siguió para el paso de Maiten al norte del Pil- quitron, por el curso del arroyo que baja de la sierra del este; sus orígenes están situados algo al norte en el costado oriental de la misma sierra. ln seguida pasó á reconocer el nacimiento del Rio Chubut ú sesenta kilómetros de la Estancia Maiten. Desde una altura vió que está formado por dos arroyos que caen de la serrania recibiendo tributarios, entre los cuales uno del oeste que recorre toda la Pampa de Maiten y que nace en los cerros al norte de la estancia. Recorrió en seguida con di- reccion sud la pampa atravesando el promontorio de Caquel- Huincul y volviendo á la Estancia lL.elej; atravesó afluentes occi- dentales del Chubut hasta el Cerro Urahué en Fofocahuallo, donde el rio dobla al sud y recibe el Picheleufú y el Mayuleufú. Siguió al norte hasta el Lago Nahuel-Huapi por el camino occi- dental más corto. Desde allí se dirigió lentamente á Machin- chau y Roca, donde llegó el 10 de Junio. Considerando necesaria mi presencia en Buenos Aires y sa- tisfecho con la manera con que se efectuaban los reconoci- mientos que habia confiado á mis infatigables colaboradores, resolví navegar el lago en la lancha de los señores Wiederholtz para dirigirme á Puerto Montt y desde allí á Buenos Aires. En la mañana del 17 y apenas aclarado el dia, emprendimos la na- vegacion que solamente terminó en Puerto Blest, á las 10 de la noche, horas serenas inolvidables, lo mismo que los paisajes de las grandes ensenadas boscosas, de las islas hermosísimas y del fiórd imponente de murallones graníticos de mil metros, casi á pl- que, en cuyo extremo está situado ese puerto, que será frecuen- tado en dia próximo por el comercio, que aprovechará el nuevo camino entre Puerto Montt y Puerto San Antonio, y por los turistas que gozarán de los maravillosos y variados escenarios de esa region. Cruzando el fácil portezuelo que separa el lago del Valle del Peulla, boscoso, pantanoso y empinado al poniente, me encontré en Chile. En el valle, el señor Wiederholtz ha construido depósitos para el más fácil tránsito de las mercade- rias, en Casa Pangue, desde donde puede visitarse con comodidad los ventisqueros hermosísimos del Tronador, que llegan hasta el cauce del Peulla; excursion que practiqué con verdadero placer. El 20, dormí en la orilla del Lago Todos los Santos (lámina XXX, fig. 2) y tuve la suerte de conseguir embarcacion para cruzar al dia siguiente el lago y seguir durante la noche aun- que con lluvia torrencial, por entre las lavas y cenizas del — 384 — : Osorno y del Calbuco, los dos magníficos volcanes que do- minan el camino, hasta encontrar abrigada cama en la costa del Lago Llanquihue. Por sendas pintorescas y luego por her- moso camino carretero, que sirve las fincas de las colonias ale- manas establecidas en la orilla sud del lago, llegué á Puerto Varas, desde donde, en cómodo carruaje, seguí á la ciudad de Puerto Montt, á donde terminé mi marcha contínua desde San Rafael, á media noche del 22. Regresaba satisfecho con los resultados obtenidos, con cuya síntesis voy á terminar estos apuntes despues de reseñar los trabajos de los señores Soot, Zwilgmeyer y Hauthal, dejando para más tarde los del señor Roth, realizados con excelentes resultados, entre Roca y Nahuel-Huapi, y los del señor Moreteau que habia estudiado la geologia de la region inmediata al Valle 16 de Octubre, entre la caverna del Cerro Situacion y la Laguna Cronómetro. Il señor Soot emprendió su viaje en compania del señor Hauthal desde el camino que sigue el Rio Caleufú hasta un poco más al sud del Arroyo Quemquemtreu, atravesando canadones ricos en pastos tiernos, mientras que en las mesetas inmedia- tas la vegetacion está compuesta de gramíneas duras. En la confluencia del Arroyo Chilchiuma subió un cerro, al noroeste, elevado de 2000 metros, cerro que está situado al sud de la cadena de Chapelcó y desde el cual se divisaban al sud los cerros hasta el Lago Traful y al noroeste hasta el Pillan y parte del Chapelcó, que da aguas á los arroyos Quemquem- treu, Chilchiuma y Chichahuay. En las mesetas del este notó algunas pequeñas lagunas. Siguiendo el rio encontró á doce kilómetros del Lago Filohuehuen, otro lago más extenso que no era conocido y al que se ha dado el nombre de Lago Falk- ner; no pudiendo explorarlo por tierra construyó una balsa y con su ayuda y por tierra pudo llegar hasta su fondo, en el cual desagua un rio de un kilómetro que nace en otro lago situado más al oeste, nuevo tambien para la geografia y «que ha recibido el nombre del piloto Villarino. Esos lagos son her- mosísimos, como lo indica el paisaje del Lago Villarino repro- ducido en la lámina XXXIII. Subiendo á una loma observó que á algunas decenas de ki- lómetros más al oeste de este último lago se levantaban altos cerros nevados, los que supuso forman la division de las aguas de la Cordillera. Notó tambien que al fin del primer lago se extiende una quebrada bastante ancha y con poco declive en — 339 — direccion noroeste, produciéndose probablemente en esa depre- sion la reunion de las aguas de los lagos situados más al oeste del Lago Metiquina. Se dirigió en seguida por la quebrada del Rio Traful al lago del mismo nombre (lámina IX, fig. 3). No pudiendo orillarlo por tierra construyó una balsa, y junto con el señor Hauthal navegó hasta su extremo por el brazo norte (lámina XXXIV). En la orilla sud de éste ascendieron un cerro de 800 metros sobre el lago, divisando al norte el Pillan, al sud el Pantoja, al oeste los cerros Cuervo, Puntiagudo, etc., y los nevados que desde éstos se extienden hasta Puyehue-Falso; el todo presentaba un conjunto de cerros ásperos y muchas que- bradas: al norte se divisaba un lago. Aprovechando un temporal del oeste y sirviéndose de la carpa como vela, regresaron al Rio Traful. El lago del mismo nombre tiene mucho fondo y está rodeado de alturas conside- rables cubiertas de espesos bosques; la temperatura de sus aguas es de doce á trece centígrados. Las maderas de sus bosques podrian ser llevadas aguas abajo á puntos poblados. El senor Soot comprobó que el mapa del señor Fischer, de esos parajes, está en gran parte equivocado, sobre todo en los desagúes de los lagos Traful y Filohuehuen. No existe el Lago Manzana. Poco despues del Lago Traful cae en el rio del mismo nom- bre un arroyo de mucha agua y que desciende del sudoeste: el Arroyo Cuye-Manzana. Cruzó en seguida las lomas para llegar al Caleufú y al Valle de Maipú y desde allí á Junin de los Andes, en marcha para el Lago Huechu-Lafquen. Atravesó los cerros de la Vírgen y Malal-Cahuallo y por el Malleu llegó á la Laguna del Tromen, donde, en el camino que va á Chile á una distancia de siete kilómetros, más ó menos, encontró las nacientes de dos arroyos, de los cuales uno se di- rige á la Laguna del Tromen y el otro corre al oeste para caer en otra laguna que desagua hácia el oeste; las nacientes de estos arroyos están sólo á veinte ó treinta metros sobre el nivel de las lagunas antedichas. La Laguna del Tromen en sus costados norte y noroeste te- nia altos cerros á pique y puntiagudos. Llegó el 13 de Mayo á la Estancia Ahlenfeld, en el Collon- Curá y lo cruzó, siguiendo la marcha hasta la bajada del Rio Catalin por la gran meseta, hasta el fortin del mismo nombre, meseta limitada al oeste por el Cerro Euquen, del cual nacen los arroyos Pilchumen y Piño, que desaguan en el Rio Catalin. 8007 Observó que el Rio Catalin corre hasta ese punto por un valle limitado, al oeste, por la planicie mencionada y al este por el conjunto de los cerros Javatacan, Corral de Piedra, Charavilla, Chalorico y Moicalan. Desde el Arroyo Piño remontó el Catalin hasta sus nacien- tes en el Cerro Chiachil ó Chaschuil, el que más al sud toma el nombre de Jacatan hasta su union con el Cerro Euquen que poco á poco se levanta hasta la confluencia del Aluminé con el Catalin, formando así una cadena de sud á norte entre los dos rios, siendo el punto más culminante la cumbre del Chaschuil. Hizo estacion topográfica en el Cerro Janículo al este del Rio Catalin y habiendo entrado por las quebradas Lapa y Honda, bajó al Arroyo Picunleufú que nace del Chiachil. Cruzó este arroyo y tambien el de Nireco; costeó la pequeña Laguna Blanca y en direccion á Codihue, acampó cerca del Arroyo Ca- rreri que nace al lado norte de Chaschuil. Cruzó en seguida Llamuco, teniendo al oeste el Cerro Palomahuida, continuacion de Chaschuil al norte, para llegar 4 Codihue, desde donde re- gresó el 26 de Junio á La Plata por el camino de Roca. El señor Zwilgmeyer se dirigió desde el Lago Lacar al Cerro de Chapelcó, pasando por el portezuelo Pil-Pil (1150 m.) del que se desprende el Arroyo Pil-Pil que cae al Lago Lacar; cinco kilómetros más al sudeste cruzó el Arroyo Chamanico que nace en el interior del macizo y cuyas aguas corren al Lago Metiquina que desagua por el Rio Caleufú. Llegado á la confluencia del Rio Caleufú reconoció los afluentes del lago; remontó el Rio Chilchiuma hasta sus nacientes y desde un cerro inmediato (2100 m.), prolongacion del Chapelcó, divisó el Ca- leufú, el Collon-Curá y el Quemquemtreu hasta las humaredas del pueblo de Junin. Observó que entre el Rio Chapelcó y el Rio Collon-Curá hay lomas de poca altura. / Siguió despues por el lecho del Arroyo Manzano hasta el Caleufú, remontando el Rio Metiquina y alcanzó el lago del mismo nombre, cuya latitud determinó en 40? 19” 3”, Costeó su afluente más importante, que baja del oeste, hasta encontrarse con el Lago Machonico, donde, desde un cerro inmediato (2060 m.), pudo hacer una estacion azimutal con el Cerro Pillan. Por la visual extensa que se gozaba desde ese punto, pudo observar que el Chapelcó se levanta aislado y separado de la Cordillera por los valles de Pil-Pil y Metiquina. Las serranias entre el Lago Lacar y el valle de Machonico se levantan bas- tante elevadas cerca del punto de observacion. — 331 — Observando que caia en el Lago Machonico otro arroyo que era desagúe de un segundo lago, trató de explorarlo en una balsa improvisada, pero no pudo navegarlo por lo récio del viento, consiguiendo sólo llegar por entre el bosque hasta su fondo donde recibe un arroyo que baja del oeste, probable- mente del Cerro Quen1. Habiendo observado al oeste un tercer lago llegó hasta él, pero como supuso que se trataba del Lago Filohuehuen que debia estudiar el señor Soot, retrocedió en su camino para llegar á Maipú el 23 de Marzo, desde donde, segun sus ins- trucciones, debia estudiar la cadena de Ipela. Visitó Trompul, el Lago Lacar (lámina XXXV), Camalalhue, Quetchuquina, Hua- huma, atravesando campos fértiles hasta llegar por el norte á Ipela. Subiendo al portezuelo reconoció la pequeña laguna Neufi- lieu y el campamento Noalac á 1400 metros, situado en 40% 98” de latitud: ascendió un cerro inmediato de 1970 metros, de donde pudo fotografiar la Cordillera de Ipela (2100 m.) que se eleva al otro lado del valle, situado al oeste del portezuelo, y en el que nace el Rio Ipela (lámina XXXVI). Esta cadena se une al este con el Cerro Queñi y al sud con cerros de 2200 metros de elevacion. El paso Ipela tiene 1470 metros de altura. Al norte de la misma cadena notó cerros nevados como el Riñihue y que parecen estar ligados con la Cordillera de Ipela. El 6 de Abril emprendió viaje á la Laguna Lolog, por una senda que atraviesa el Monte Trompul y llegado á ella deter- minó su latitud en 4016”. Siguiendo el camino al lado norte de la laguna llegó al Rio Anquileo, por un valle que tiene rumbo noroeste, y alcanzó las nacientes de dicho rio, al norte de Lolog, en cerros de 2100 metros de altura. Continuó por una cadena bastante alta hasta Hua-huma, separada por este rio de la cadena de Ipela. Debido á la inclemencia de la esta- cion regresó á Junin, haciendo desde este punto una excursion en la Laguna Curhué (1030), cuyas aguas bajan de los cerros entre Lolog y Huechu-Lafquen. En compañia del señor Wolff fué á reconocer el Lago Hue- chu-Lafquen, tocándole á él estudiar la orilla sud. A veinticinco kilómetros de la desembocadura, el lago se divide en dos bra- zos, y siguió el del oeste hasta llegar á su fin, atravesando cam- pos de escorias de antiguos volcanes. Las cadenas que dividen las aguas en el fondo de Huechu- Lafquen son bajas. Los cerros más elevados como el Pillan y los del sud de Huechu-Lafquen, están situados á quince ki- lómetros más al este que el extremo oeste de la laguna; pero — 338 — unas leguas más al oeste notó altos cerros nevados, entre los cuales creyó distinguir el Quetropillan. De regreso á Junin ligó con una estacion azimutal el Cerro de la Virgen con los cerros de Pillan y del Perro, regresando á San Rafael, su punto de partida, donde llegó el 19 de Junio. El informe del señor Hauthal abarca diferentes temas que son difíciles de extractar rápidamente y sólo daré algunos frag- mentos. Sobre la geografia y orografia de la region comprendida entre el Volcan Lanin y la Laguna Traful, dice que alcanzó á subir á la cumbre del majestuoso Lanin, cerro tan caracte- rístico, tan típico y tan hermoso, y que la vista que desde allí e descubria compensaba con usura las dificultades y las fati- as de la ascension (lámina XXXVII). Como parque inmenso e extendia á sus piés un pedazo de la superficie de la tierra; esa parte del Neuquen que, por sus bellezas naturales, puede figurar entre los paisajes más pintorescos del mundo. Larga tarea seria describir todos los detalles que á su vista ofrecia el hermoso panorama; llamó su atencion el aspecto del conjunto montañoso: cordones más ó menos extendidos, in- terrumpidos de vez en cuando por depresiones, cuyo fondo generalmente es ocupado por lagunas, acompañadas á veces por cerros altos nevados como Polcura, Villarica, Lanin y otros, y otras por macizos nevados como el de Zollipulli (si se toma á éste como macizo en el sentido orográfico). Desde la misma cumbre observó que si el lado oeste está erizado por tantas montañas, el del este no lo está, predomi- . nando las líneas suaves y onduladas en lugar de las contínuas quebradas en zigzag de la parte occidental. EJ señor Hauthal subió el Lanin, desde donde se domina el vasto horizonte, volcan recien apagado y formado de andesita, tobas y lavas andesíticas, y estando acumulada en alguna parte mucha piedra pómez. Al poniente del volcan se extiende un cordon granítico, que contínua al norte y en el cual se levantan picos de bastante altura y de formas características. Este cordon es una parte del gran macizo granítico, que en esta region forma el núcleo, sI así puede decirse, del sistema de la Cordillera, que está cubierto en partes por materias neo-volcánicas, las cuales en algunos lugares forman verdaderos picos elevados como en Lolog y Malalco; materias neo-volcánicas que se acumulan en enorme cantidad, sobre todo arriba del cordon granítico antes mencionado, no formando, sin embargo, sobre este cordon una E 0) YN Ya Ñ ( — 339 — cubierta continuada, pues unas veces emergen los picos graníti- cos, y otras, las capas, trabajadas y destruidas por los elemen- tos atmosféricos, se levantan en forma de cerros y picos. Esta es una de las razones por qué la parte al oeste del Lanin presenta ese aspecto continuo de ásperas quebradas: además hay que agregar que en esta misma direccion forman tambien el relieve del suelo los volcanes Villarica, el Lanin mismo, el Quetropillan que se levanta entre los dos y los macizos vol- cánicos como el del Zollipulli. Al este del Lanin, le llamó la atencion el hecho de que, á una distancia de diez á veinte kilómetros del cordon granítico ya men- cionado, habia, á los lados norte y sud de los rios cerros bas- tante elevados con direccion noroeste á sudeste y que más que cerros podrian más bien llamarse cordones cortos. La falta de mapas le impidieron despues continuar estudio tan interesante, pero pudo hacer observaciones interesantes sobre el ventisquero del Lanin (láminas XXXVIIl y XXXIX). Al pié de esos pequenos cordones y cerros se presentan más al este mesetas formadas por productos volcánicos, tobas sobre todo, extendidas horizontalmente y con pequeña inclina- cion al este. Las aguas han cortado estas mesetas y se han escarbado profundas quebradas; mesetas coronadas á veces por cerros aislados como el del Perro, cerca de Junin de los An- des. En el oriente lejano las mesetas se pierden suavemente en la Pampa, lo que hace que pueda viajarse en coche con poco esfuerzo desde Roca á Junin. Desde la cumbre del Lanin habia tambien constatado el carácter orográfico atlántico que es caracterizado por grandes mesetas algo inclinadas al este, y bajo este punto de vista, la cumbre del Lanin es en extremo interesante por el vasto pa- norama que presenta á sus piés. Al pié, hácia el sud de este volcan, se extiende el Lago Huechu-Lafquen que visitó en su parte oriental, donde encontró que en la parte inferior el granito forma la base de las altu- ras inmediatas, cubierto á su vez por capas de toba. Los campos entre este lago y el Lolog pueden reputarse muy buenos para pastoreo, campos matizados de trecho en trecho por manchas lozanas de manzanares. En algunas partes abrigadas de estos campos, se cultiva tambien el trigo con resultados satisfactorios, pero, en general, las heladas y los frios intensos que se hacen sentir hasta en Enero y Febrero no permiten el cultivo con cosecha segura de este cereal. de- biendo preferirse por los futuros colonos la siembra de cereales BS y plantas similares á las que se cultivan en los paises borea- les de Europa. El Valle de Maipú, inmediato á el de Lolog, pero más bajo y más abrigado, se presta más á la agricultura y á la crianza de ganado. Siguiendo viaje, en la costa norte del Lago Lolog encontró el señor Hauthal gneiss con rumbo norte á sud, siendo, sin embargo, la roca dominante siempre el granito; el gneiss vuelve á aparecer en la region de la Lago Lacar, desde donde siguió viaje al sud. Visitó con el señor Soot el Lago Metiquina, en cuyos alrededores volvió á encontrar como roca dominante el granito y pórfiro inmediato á la costa del lago. Ll Lago Metiquina es más alto y más ancho que el Lacar, está rodeado de cerros menos escarpados y altos que el anterior y la region que le rodea es más risueña y más descampada y en ella son muy visibles en todas las rocas los rastros dejados por los ventisqueros con las conocidas estrias, rocas disloca- das, etc., por el lado oeste, mientras que al lado este el ven- tisquero ha dejado grandes morenas. Desde ese lago siguió viaje al de Filohuehuen, despues de haberse encontrado conmigo en el Caleufú. Observó que el Valle del Rio Caleufú, mientras es muv fértil en su parte inferior, en la superior es muy pedregoso, corriendo allí el rio á veces profundamente encajonado. Entre el Lago Filohuehuen y el Caleufú halló grandes mo- renas, iguales á aquellas que observó entre este mismo rio y el Lago Metiquina. La depresion donde se encuentra el Lago Filohuehuen es muy larga y en ella hay tres lagos que forman una línea interrumpida por campos fértiles y pastosos. Intre Filohuehuen y el tercer lago, igual en tamaño al primero, hay quince kilómetros de campo llano, ondulado sólo en algunos puntos por morenas y donde la agricultura tendria más hala- gúeños resultados que en el Valle de Malleu, por ejemplo, que es más alto y más desabrigado. El lago intermedio entre estos dos es más chico, redondo y muy próximo al tercero mencio- nado. Costeando éste hasta su fin encontró, dos kilómetros más adentro, un cuarto lago de forma oblonga, no muy ancho y rodeado por cerros altos, pero no nevados; éstos se encuentran más al oeste del mismo. Tambien entre éste y el tercero hay un llano pastoso y á la izquierda una quebrada ancha, fértil, con pocos árboles, los que se cambian en tupido bosque en las faldas de los cerros. El campo tan abierto le hace suponer al señor Hauthal que esta quebrada anteriormente haya sido ocupada por pobladores que quemaron los úrboles y sembraron cereales: de otra ma- nera no sabria cómo explicarse la escasez de esencias forestales y los rastros de caminos que talvez se dirigen al norte; sin embargo, un chileno que vive al borde de la Laguna Filohuehuen, le aseguraba «que por allí nunca habian entrado cristianos». Despues visitó el Lago Traful, joya engarzada entre los bos- ques tupidos y llena de islas que le dan un aspecto encantador (lámina XL). El valle del curso superior del Rio Traful es infi- nitamente más fértil que el valle del Caleufú. Los cerros que rodean este sistema de lagos están compues- tos de granito blanco con homeblenda, el mismo .granito que se encuentra más al sud. Estos cerros graníticos son bastante altos, sobre todo el inmediato al oeste del brazo norte del Lago Traful que navegó con el señor Soot. En parte, estos cerros están cubiertos de toba y lapilli, lo que da al geólogo la impresion de que esta region ha sufrido en épocas recientes la accion de grandes erupciones volcánicas. tl RESULTADOS GENERALES Aun cuando la síntesis de los trabajos ejecutados por la Seccion de Exploraciones del Museo, de la que termino de dar ligera reseña, tendrá su lugar en la publicacion de los informes parciales detallados de los diversos expedicionarios, conviene adelantar un resúmen general para completar estos rápidos apuntes. Durante los trabajos se reconocieron por las diversas sec- ciones, entre los paralelos de 36% y 4630” de latitud sud, y al oeste del 7030” de longitud oeste de Greenwich, 7155 kilóme- tros. Se han obtenido 3 longitudes, 328 latitudes v 201 azimutes. Se han hecho 360 estaciones con teodolito y 180 con brújula prismática, 271 observaciones trigonométricas de altura, 1072 barométricas y se tomaron 960 clichés fotográficos, y se colec- cionaron 6250 muestras de rocas y fósiles y además buen nú- mero de representantes de la fauna y flora patagónica y objetos antropológicos (lámina XLI). Se han corregido errores importantes en la mal conocida geografia de esas regiones y estudiado con detenimiento la orografía de la region inmediata á la Cordillera de los Andes y de parte de ésta, estudio que modifica casi completamente las ideas emitidas por los señores Serrano Montaner, Steffen, Fischer y Stange, en sus diversas publicaciones respecto á la 343 — topografia de esas regiones, y principalmente en el folleto pu- blicado por el primere, con el título de Límites con la República Argentina (Santiago de Chile, 1895) y en la Memoria é Informe, relativo úá la Expedicion Exploradora del Rio Palena. Diciembre 1893 á Marzo 1894 (Santiago de Chile 1895), que contiene los trabajos ejecutados por los segundos durante esa interesante expedicion. Se ha reconocido para un plano en escala de 1 á 400.000 la region entre el Rio Limay y los lagos Lacar y Nahuel - Huapi, completamente desconocida antes de los geógrafos y que será, sin duda alguna, colonizada tan pronto como la Nacion decida fraccionarla y entregarla al verdadero colono. Los valles regados por los afluentes del Caleufú y que contienen los lagos Meti- quina, Hermoso, Machonico, Filohuehuen, Falkner y Villarino, pueden ser aprovechados inmediatamente para colonias agrí- colas y pastoriles que comprendan desde el Lago Lolog hasta las serranias que separa la hoya hidrográfica del Caleufú de la del Traful y la de éste, que contiene tantos valles abrigados y pastosos, á orillas del Lago Traful y de sus afluentes; mientras que puede formarse con los terrenos de la márgen norte dei Lago Nahuel-Huapi y los de los lagos Correntoso, Espejo, Totoral, etc., otro centro agrícola-ganadero de gran importancia. Se tiene por primera vez un plano preliminar exacto del Lago Nahuel-Huapi que aparece muy distinto del figurado hasta ahora en los mapas, y se ha estudiado la zona al sud hasta el Palena, los fértiles valles del Manso, los afluentes del Puelo, el Maiten y la red hermosa de los lagos Cholila, Rivadavia, Menendez, Fta-Lafquen y Situacion, los que, Ó eran desconoci- dos, Óó no tenian colocacion exacta en la geografia patagónica. Se ha comprobado que el Fta-Leufú es el mismo rio que el Frio y por lo tanto afluente del Palena; se ha levantado el plano general del Valle 16 de Octubre, estudiado el curso del Carrenleufú, desde el punto extremo alcanzado por los explo- radores chilenos hasta sus fuentes en el Lago General Paz y en las colinas y bajos del oriente, y demostrado que no existe allí cordon alguno de la Cordillera de los Andes. Se han estudiado con detenimiento las llanuras donde tienen orígen los afluentes del Rio Claro que desagua tambien en el Pa- lena; verdaderas llanuras en las que se forma la division inter- oceánica de las aguas, á un centenar de kilómetros por lo me- nos, al oriente de la Cordillera de los Andes. Se han explorado los lagos Fontana y La Plata, hasta las proximidades del Océano Pacífico, en donde los limita el cor- SL don andino propiamente dicho; las regiones donde nacen los afluentes del Aysen que desagua en el Pacífico y los afluentes del Senguerr, Mayo, Chalia v Guenguel, en condiciones seme- jantes ú los afluentes del Rio Claro, confirmando lo que siem- pre he sostenido, es decir, que la division interoceánica de las aguas se produce en el extremo de este continente al oriente de la Cordillera de los Andes y que corrientes que antes desagua- ban en el Atlántico, se vacian hoy en el Pacífico, y demostrado que aun hoy, hay épocas en que esas corrientes se dirigen á los - dos rumbos, dependiendo este fenómeno de las crecientes prima- verales. Se ha explorado el seno oriental del Lago Buenos Aires y el Rio Fénix. Se ha estudiado la manera de aprovechar todas esas reglo- nes indudablemente argentinas, para la colonizacion, para la cual se prestan admirablemente; tierras que pueden convertirse en centros productivos de primer órden y en poco tiempo, siem- pre que cese la actual forma de distribucion de la tierra pú- blica y se entregue ésta á los que puedan hacerla valer por el trabajo personal. Y, por fin, para completar este cuadro de in- vestigaciones, se han estudiado las mejores vias de comunica- cion posibles entre los Andes y el Atlántico. Esas vias tienen dos puntos principales de partida: Puerto San Antonio y Telly Road (lámina XLII). Los datos que he reunido desde 1879, indican que al Puerto de San Antonio pueden penetrar buques de veintiun piés de calado, siendo de veintidos el menor fondo encontrado y esto: en pequeños espacios, al sudeste de Punta Villarino, que no ofre- cen dificultades al dragado siendo blando el fondo, con lo que podrian entrar buques de veinticinco piés y aun más. La Punta Villarino es punto importantísimo para construir fortificaciones que cierren completamente el puerto. El agua potable se'obtiene por medio de pozos de cuatro á cinco metros de profundidad y, si se habilitara el puerto, seria fácil traer por un canal la del Arroyo Balcheta, mientras no se construya otro desde el Rio Negro. como ya se ha proyectado. Si se resolviera la construccion de ferro-carriles desde San Antonio, éstos deberian dirigirse: 19 A Viedma sobre el Rio Negro (150 kilómetros). Su cons- trucción no seria costosa. Los campos que atravesarian son pastosos por lo general. El agua se obtiene por medio de po- zos. ln la proximidad á la costa los campos son buenos y el agua es más abundante. La leña de arbustos no falta en nin- — 345 — guna parte. Este ferro-carril transportaria al puerto los pro- ductos del Valle del Rio Negro con menos costo que cualquier otro que se construya. ls sabido que el Puerto de San Blas no tiene la seguridad del de San Antonio y que la barra del Rio Negro no permite el paso de buques que calen más de doce piés, y esto sólo con buen tiempo. 2% A Choelechoel por la márgen sud del Rio Negro. Acercaria los productos de este largo valle y de las mesetas vecinas al mar, con mucha mayor economia que por la via del ferro-carril de Choelechoel á Bahia Blanca. Los datos reunidos señalan facili- dades para un canal entre las inmediaciones de Choelechoel y San Antonio, y tambien seria ventajoso llevar el ferro-carril por el mismo bajo (170 kilómetros), para traer al mar los pro- ductos del oeste y noroeste del Rio Negro, con mucho menos de la mitad del recorrido que hay entre Choelechoel y Bahia Blanca (500 kilómetros). 3 Ramal á Nahuel Huapi (560 kilómetros). Los campos que atravesaria esta línea, si bien no pueden compararse con los de la Provincia de Buenos Aires, permiten, sin embargo, y con éxito, la cria de ovejas y vacas, existiendo ya establecimien- tos ganaderos en todo el trayecto. lístos campos son más tendidos al norte que al sud, donde el terreno es alto y que- brado, con cañadones profundos, con pastos y agua. Ll valle del Arroyo Balcheta tiene buenos pastos; puede ser regado en parte, v.en él se desarrollará un pueblo el dia que lo cruce el ferro-carril. Al sud de este valle hay otros pastosos con agua donde empiezan á criarse ganados, principalmente en el curso superior del Arroyo de la Sierra de San Antonio, en el Arrovo de los Berros y Arroyo Verde, puntos que se comunican con Balcheta y San Antonio por caminos carreteros. En el año pasado se remataron más ó menos cien leguas de tierra fiscal en los campos que cruzará la línea, y el término medio que se obtuvo fué de tres mil quinientos pesos la legua. A medida que se interne al oeste el ferro-carril encontrará me- jores campos, antes de llegar á Maquinchau, donde está esta- blecida la Compañia inglesa de tierras del sud. Al sud de este campo, hay campos hermosos, en los valles y cañadones de un macizo montañoso que allí existe. Como hay camino carretero al Chubut, seria fácil el transporte de productos hasta la línea. Desde Maquinchau hasta Nahuel-Huapi, los campos son me- jores que al oriente, y en las quebradas y canadones pueden establecerse puestos de ganados, conservando en ellos durante el verano los pastos, mientras las haciendas comen en los altos Tomo VIII. 1o* — 346 — lomajes casi siempre pastosos. En Nahuel-Huapi los campos se dividen en prados y bosques y los animales vacunos, yegua- rizos y lanares se desarrollan bien; ya hay allí algunas estan- cias. Es mayor el área útil para el ganado vacuno, que el que puede aprovechar el lanar y el yeguarizo. Los ganados pueden vivir en todo tiempo en aquellas regiones desde Junin al sud. En el extremo oeste de Nahuel-Huapi existe ya un puesto con qui- nientas vacas (Potrero Huber) y se cultiva el trigo, cebada, papas, cebollas, habas, etc. Abundan entre las montañas, valles her- mosos donde los animales vacunos se desarrollan admirable- mente, sobre todo al sud de Nahuel-Huapi, en los valles regados por los afluentes del Rio Puelo. En uno de ellos hay estancias con dos mil vacas, llevadas allí por hacendados de Valdivia. Los alrededores de Nahuel-Huapi se prestan admirablemente para colonias agrícolas y ganaderas. Viven ya algunos colonos alemanes que prefieren esos campos á los de Chile, habiendo emigrado de la Provincia de Valdivia para establecerse en el lago argentino. Durante mi paso á través de las colonias del Lago Llanqui- hue, fuí consultado por muchos colonos sobre cómo podrían obtener tierras en esas regiones del oriente de los Andes, para trasladarse á ellas con sus familias. En esas colonias son ob- jeto de admiracion los productos de Nahuel-Huapi, y los colonos que han visitado el lago no cesan de lamentarse de no saber co- mo establecerse en sus márgenes. La labor de los colonos alema- nes en el sud de Chile, es dura y cara y el resultado casi nulo. He hablado con colonos que han vivido allí cuarenta años sin po- der adelantar, á pesar del contínuo trabajo. Cada colono antiguo tenia derecho á cien cuadras cuadradas de tierra, pero el costo de desmonte, sin extraer los troncos, es de cien pesos la cuadra; las concesiones actuales son de cincuenta cuadras. Las chacras en Llanquihue son pequeñas y húmedas, lo que no permite á los colonos desarrollar sus energias. Además, el clima extremada- mente lluvioso hace que las cosechas sean siempre pobres, mien- tras de este lado de los Andes, sucede lo contrario: el trabajo de labrarla tierra es más fácil y la cantidad de lluvias mucho menor. No tengo la menor duda de que el dia que se entregue á la co- lonizacion la tierra fiscal, comprendida entre el Lago Lacar y el Lago Buenos Aires, en una extension de norte á sud de ocho- cientos kilómetros, se poblara rápidamente, siguiendo el ejem- plo de los colonos del Valle 16 de Octubre, los que consideran esa region muy superior al valle del Chubut, inmediato al Atlántico. La explotacion de los bosques vecinos á Nahuel- Huapi, comprendida la de los que abundan en las nacientes del Caleufú y Traful, darán trabajo á los colonos durante muchas decenas de años. La explotacion de los situados sobre las már- genes del lago y delos lagos inmediatos que desaguan en él, puede hacerse con suma facilidad. Las mismas islas del lago abundan en cipreses y coihues; árboles que predominan en la region boscosa, mientras que los alerces sólo se les encuentra en los cajones, del oeste del lago, pero en cantidades que permiten ex- plotacion provechosa. En el sud de Chile, en los puntos donde la explotacion era fácil, ha desaparecido totalmente el alerce, sin que se encuentre ahora un solo árbol; hay que buscarlos, dentro del seno de Re- loncavi y en los fjórds de más al sud. Esta madera blanda y de color parecido al del cedro del Paraguay, se usa para las construcciones en Chile, donde es raro el ciprés. El coihue se emplea para durmientes, siendo madera de resistencia. En Chile es considerada como la mejor madera para ese objeto. Hay otras maderas de construccion, pero tienen menos desarrollo como el canelo y el maniu, etc. La exportacion de las maderas de Nahuel-Huapi deberá ha- cerse por el ferro-carril de San Antonio. Si bien el Rio Limay puede considerarse navegable, una vez extraidos los peñascos que forman sus rápidos, no lo será en todo el año, y no admitirá el descenso de grandes balsas, á causa de sus numerosos bancos movibles en su tercio inferior y en el Rio Negro. La madera arrojada libre á la corriente varorá en las playas y se reque- crirá un inmenso personal que la endilgue nuevamente. Además el recorrido es muy largo y el remolque á vapor será siempre peligroso por los mismos bancos. Esta madera flotante tendria que ser embarcada en la cabecera del ferro-carril en la con- fluencia, ó en el Cármen de Patagones. y ya he senalado las dificultades que presenta la barra del Rio Negro para los buques de algun calado. Siempre será más económico su transporte por el ferro-carril barato á San Antonio. El corte podria empezarse inmediatamente en las islas del lago, en los cipresales que darán miles de postes para telégra- fos, y en los coihuales de las mismas que darían durmientes para la línea. Los bosques son muy extensos y no hay temor de que se agote la madera. 4% Desde Cumallo, se desprenderia un ramal hácia Valdivia, eruzando el Limay por una de sus angosturas al sud de Collon- Curá, el que llegaria á Junin de los Andes por las márge- nes del Collon-Curá, hasta el Arroyo Quemquemtreu y luego .. LSO por las quebradas de la meseta, hasta el Valle del Chimehuin. Ese ramal serviria toda la region fértil del sud del Territorio del Neuquen, cuyos extensos valles podrán ser aprovechados para la agricultura, siendo los canales de riego de fácil cons- truccion. Así toda la hoya del Caleufú hasta los lagos de Me- tiquina y Filohuehuen y la hoya del Traful, el hermoso campo de Junin y el Valle de Maipú se poblarian inmediatamente y darían carga abundante. Hoy, sin medios de comunicacion, se está formando un centro importante de comercio en Junin de ' los Andes y á mi paso por allí, encontré comerciantes de Val- divia que iniciaban va la instalacion de una destileria. Todos esos campos son aptos para hacienda vacuna y lanar. Este ramal continuaria de Junin á Chile, sea por las ori- llas del Lago Huechu-Lafquen ó por el Malleco, por Trancura, Quetropillan y Villarica, empalmando con el longitudinal de Santiago á Valdivia, en las inmediaciones de Villarica, po- niendo así en comunicacion, todo el año, el Sud de Chile con el Atlántico. Entre Valdivia y San Antonio hay menos distancia que entre Valdivia y Santiago de Chile. Este ferro-carril no exigirá gran- des obras de arte, ni tendria túneles de alguna importancia, pues el paso más elevado no excede de mil metros. Además, en el lado argentino, serviria para llevar al Atlántico los productos de toda la falda, desde el Bio-Bio hasta el Maiten. El flete será menor para los centros productores del norte hasta Codihue, que el que tendrá que cobrar el Ferro-Carril del Sud, si pro- longa hasta los Andes la línea de Bahia Blanca á la con-' fluencia de los rios Limay y Neuquen. La línea entre el Puerto de San Antonio y la ciudad de Val- divia no alcanzará á nuevecientos kilómetros, distancia menor que la que recorrerá el ferro-carril Bahia Blanca-Confluencia, sl se le prolongara hasta Codihue. La línea de Nahuel-Huapi serviria tambien á las colonias que se formen entre dicho lago y el Valle del Maiten. Hoy los carros desde 16 de Octubre emplean por lo menos dieciocho dias de marcha hasta Rawson, capital del Territorio, atravesando campos estériles en sus cuatro quintas partes. Hay camino carretero entre Nahuel-Huapi y 16 de Octubre. No seria posible, sin enormes gastos, prolongar un ferro- carril hasta el Pacífico por Nahuel-Huapi, pero la navegacion de este lago es cómoda y el gobierno chileno construye un ca- mino carretero entre el Lago Todos los Santos y el Boquete Perez Rosales, inmediato á Nahuel - Huapi; camino que podrá transitarse durante todo el año. La navegacion del Lago Todos los Santos es fácil, y en su extremo occidental principia el ca- mino carretero que llegará á Puerto Montt, costeando en partes el Lago Llanquihue; este lago está servido hoy por vapores que ligan las colonias alemanas de sus márgenes. La distancia entre Nahuel-Huapi y Puerto Varas, en el Lago Llanquihue, es de 170 kilómetros y de menos de 200 hasta Puerto Montt; y 260 kilómetros hasta la ciudad de La Union, unida por ferro- carril con Valdivia. Ligada por ferro-carriles la parte andina de los Territorios del Neuquen, Rio Negro y del Chubut con el Puerto de San Antonio, será éste en el futuro para aquellas regiones lo que es hoy el puerto del Rosario para el norte de la República, y sl á esto se agrega la fácil comunicacion con la mitad de Chile, la que será aprovechada inmediatamente, dadas las ventajas que ofrece, comparándola con las demás vias, se puede admi- tir que el ferro-carril de Puerto San Antonio á Chile, ofrecerá grandes ventajas al comercio internacional. La línea entre Buenos Aires y Santiago de Chile tiene 1424 kilómetros de ex- tension; la de San Antonio á Valdivia no excederá de 900. Pero el ferro-carril San Antonio y sus ramales no podrá servir económicamente las colonias andinas situadas en la hoya del Rio Chubut y Valle 16 de Octubre. Tampoco habrá convenien- cia en llevar una línea férrea desde Rawson hasta los Andes, porque las tierras que cruce, en sus dos terceras partes, son de pequeñísimo provecho, si tienen alguno. La única via posible entre el Atlántico y la region andina, entre los grados 42 y 47, es la que tenga como punto de arran- que, un puerto en el Golfo de San Jorge. Hay en este golfo varios puertos que requieren obras de poca importancia para que puedan ser verdaderos puertos comerciales, y si bien la rada de Tilly (Tilly Road) será la que exija más trabajos, en cambio su proximidad á Ja hondonada de los lagos Musters y Coluhuapi y á los valles fértiles que ésta contiene, y las faci- lidades que presenta una quebrada transversal que conduce, casi, desde el Atlántico hasta el Rio Chico del Chubut. la indi- can como el punto más á propósito para cabecera del ferro- carril al Valle 16 de Octubre. No hay en todo ese trayecto una sola dificultad: las únicas obras de arte de alguna importancia serian dos pequeños puentes sobre el Rio Senguerr; la pen- diente es insignificante, y en ningun caso, en la línea princi- ña pal y en los ramales que paso á indicar, se ven desniveles — 390 — como los que hay en el ferro-carril Gran Oeste, entre Villa Mercedes y Mendoza. Los terrenos que cruzaria esa línea son útiles todos: pasa- ria en gran parte por valles hermosos, que pueden contener millones de vacas y ovejas. La via principal pasaria por el valle del Rio Chico y valle de los lagos Coluhuapi y Musters: seguiria el Senguerr hasta la bella pampa de Choiquenilahue, y continuaria al norte, costeando el Rio Gennua hasta sus fuen- tes y podria llegar á 16 de Octubre sea por el Carrenleufú, sea por el Rio Tecka y abra de Esguel. Desde Esguel seria fácil llevar un ramal hasta el Valle del Maiten; y desde las proxi- midades del Lago Musters, y por el valle del Rio Mayo, podria arrancar un ramal al Lago Buenós Aires y á los valles del Aysen superior, mientras que otro se desprenderia de Choi- quenilahue, por el valle del Rio Senguerr hasta el Lago Fon- tana. No creo que se deba pensar por ahora en una via férrea longitudinal entre el Neuquen y el Estrecho de Magallanes, pues seria muy costosa, y el flete, por el recorrido enorme que su- fririan los productos de 16 de Octubre hasta Bahia Blanca, seria mucho más alto que el valor de esos productos; pero las que indico, arrancando desde San Antonio y de Tilly Road, son factibles, y pueden ser construidas con toda economia. Si estas líneas se construyeran á la manera de las que se tendieron en los Estados-Unidos cuando la conquista del Far West, darian en muy pocos años interés crecido al capital em-.. pleado en su construccion. Con la poblacion de Patagonia habrá armonia en los ele- mentos que constituyen la Nacion, y por lo tanto grandeza para ésta; y como para poblar esos territorios tan ricos como aban- donados, hoy sólo se requiere un poco de buena voluntád y de atencion por parte de los poderes públicos, para divulgar las riquezas que encierran y las facilidades que hay para aprove- charlas, no dudo un momento de que esta aspiracion de todos los argentinos se realizará en breve tiempo. APÉNDICE TANERADES Observaciones del señor Enrique Wolff LUGAR Cañada Colorada (Malargúe), Patio del Molino....... >» » » » AA ls a aaa ads Y ACE A a de sa os Leti A Norerdel Rito (BarrancaS.. ooo aros y A e CA e ON Norte del Arroyo Butaco .......... A A O E A A O A AN AS ANDO roo Tas a O nl A AA A O A E Da asarae Felipe Kee0) onto ol e bio alsa a ii e A Audoestede Ouillen o.o.oco.or oa SN A AE PAD O AS O A A A IT LONE e oa as aro add Y oler Junin de los Andes (Plaza)..... IM s a id is er RICA o lderniasiantguas eno. eta rated ade AE ACACIA O Rio Caleufú (Campamento Roth)......... A NA O E Bio Traful (Sud del puesto). iio... ... A A AR CI Rio Cuyé-Manzano ..... ...... 2 Laso EOS O AO Pers tadela Rio GUS MaTZandO atacado coo poe rad rn aa Cerro Colorado, Norte de la punta Este del Lago Nahuel-Huapi. .......... Nariz al Oeste del Arroyo Castillo, Nahuel-Huapi....o.oooocoom.mo .. Estancia de Juan Jones, Nahuel-Huapi ......... OS a AAA AN E A ' a A A A NarmaliOeste del COrrentoSO.co.. tacon NE SErTO Mirador aa tel te nu ireas ie e Er TO RMITadora Paso! Luyehue. asado amet ela rr EEE Potrero Huber, Nahuel-Huapi. ..... al RO ESO IRE SaOS Capbnaidel. ESPejo. cocine cion dee Norterieslas Esguna del Encanto. aer) ctas Del ema A AS Oeste de la Laguna del Correntoso...... .... » » » a IATA Potrero Huber, Nahuel-Huapi........ SA OA a TC BLOÓS lee IIS Tano reg Nat ls seo deta aan esa larcercamder las Estacion ide vAZIDUL e dr pol Uan adi els Estacion *Azimut en Península, Nahuel-Huapi. 0.0... o oo cesoncer o do Pts royo Castillo: NahuelcHuapr Mo... eno no oleo aa e else puestora Oeste del" Rio LIMA dina ema o ra LATITUD SUD NDA SR te 362907” 36"44'08” SIONOIS CO AN 380507” 38"12*30” 38"20'40” 39'05'29” 392349” 392245” 393515” 3947'44” SOPA EÓS NOEZAS OR 402252” 40 30 10” DORA AMOO 4047 45% MOROS 4104” AORTA 405702” 404423” 404330” 40'40'16” 4041*18” AOPA SD 40 41*36” AOS A LOS 3034 03% 4036'20” 404328” AO RS 40'58*15” 40 58'10” A OSOS 40"56'06” O Observaciones del señor Enrique Wolff (continuacion) LUGAR Rio Limay, cerca dos kilómetros de la junta con el Traful Quemquemtreu, dos cuadras al Norte del Puesto Putkammer .. .. Sud desdunin dedos Anda Desembocadura del Rio Chimehuin de la Laguna Huechu-Lafquen . Arroyito Changolluin ........ Oeste de la Laguna de Huechu-Lafquen ...... Arroyo Paimuin, Huechu-Lafquen ... Wuelta del Rio: ChimehlIa Norte del Rio Malleu....... Este del Paso de Palau- Mahuida Chosmalal (Esquina de la plaza)... Pampa de Tril. Este del Paso de las Bardas (Rio Estoladán Ojojdel “Agua e ads Ce o Puesto de la Matancilla .... . Noreste de Corralitos........ Cerro Noreste de Corralitos . > Punta del Agua al Noreste de Cno NE Este del Agua de dai a Id Azimuts por el señor Enrique Wolff LATITUD SUD 404334" 40" 12%24” 390.59 28” 39"47'45” 394504” SOMA ZZO 39"40'39” OLAS LOS 3040 38"5329” 372238” SIA S7ALO (OI SAA ONIS 36"09'08” BOO EE 3521108” LUGAR Norte del Rio Butaco Cerro Batea Mahuida Mo Loma al Sudoeste de la Estancia Quillen AO Junin de los Andes (Plaza) =.....oo.o uses Meseta al Norte de Rio Caleufú........ Cerro al Sud del Rio Cuyé-Manzano.......... Norte de la Punta Este del Lago Nahuel- Huapi Nariz :al Oeste del Gorrentosor aos Cerro Mirador aa Lagun dde PAS a Norterde latllaguna del Encanto Sud del Cerro de la Península Nahuel-Huapi. Sud de Junin de los Andes . : Desembocadura del Chimehuin de la e Huechul qUe ee Oeste de la Laguna Huechu-Lafquen . Arroyo Paimuin (Huechu-Lafquen) ....... E Vuelta del Rio Chimehuin........ Norte Rio Malleu Pampa de Tril. Norte del Rio Colorado (cerca Paso Las Bardas) OJO MEA Puesto de Matancilla.. Cerro Colorado al Norte de € ratios ADA AZIMUT DEL SUD AL OESTE Cerro Payen... 2 GhApelco > PLTronadoria » Pillan » Pillan > Pilla e > APrilan » Catedral » Pillan. » Pirámide A AO A Cerro Pillan EP ARE » Pillan A MEN » del PerO » Payen » Payen » Nevado 565516 169 "22*17” 343"46'22” 19706/52” 138"26*15” 1863342” 57"35'34” 2082446” 124 49'19” 22306030108 2492620” 13222078 4 30'44” 200191375 19605*21?” 3244802” 1923251” 167"53*29” Observaciones del señor Cárlos Zwilgmeyer LUGAR | LATITUD SUD enadanolorada,s primera ODServacion 2. . A 352742” A AO AA RS a 36"00'25” A AC ES OS A Oe os SIOAMO Sie A A A O SEA A 3.6"49” a ES A tos E SN SOT 7R rosada toos e do A NON ASI 372208” AAA AIN A SODA AE, AA O CS o O IS a A A A A A SOMA SDE Ma E A A ORO ROSS CENA ls e eto 40 2259” Gerro cerca del Rio Chilchuma.............. AN . ORO Filohuehuen y.Caleufú .......... ..... E AE AA ES MES IO 40"28'20” MM EIMeracODSer VACIO. cetonas e aaa ASE 40 1909” » segunda a AR RA AOL OPZ93 MA ASA O as lion a as aba AO MISTAS 05% A MAA A A A 40'07*18” Mistral Be. pr A O 40"09'48” RErO (cerca NGamala Ejem coro elo era ee a IIS IO Alea ORO OR ote Aur Huinca primera ODServación casos a e la eo a aa ORO O MOLA » » segunda o 400949” Siren AE A A O 40 10*'42” INAERaIen tora rroyo GOapelcO remate moda caretas elos ena ad de 400908” O A A ANOS O SN A AAA A A 30 52*%49” Desembocadura Lolog, primera Observación. .....o..o..o.oo.... O ios 7 400422” » » segunda A A AS AR 400408” Moa de a A A a a E 395620” NE IRA AA Us o OE 39 52%08” AAA RS NA MOS o AA RO AS SOMO Nin echu=atquen costar sud is alas vaa ula la Uta oa» SOJA O 37 One cava qQUEbiDEAazO SUdOeste.. E oote rea encon opta econo ele 394810” 3000 metros norte Desembocadura Huechu-Lafquen ....occoooococccco o... 30 45108 Norte Rio MalleU .em.oo mus... as SS AO E E SORA TIRATIOS EIA o A 38153 3/07 AD a A A A A 3 AB30 ode RO INeu quen Chosmalal ia aa ts ao mella STSSIONA A AAA A AA 37 ANA e A NN 37 02%01* Agua de Diaz... .... . 36"32%22” — 304 — Observaciones del señor Eimar Soot LUGAR LATITUD SUD General Rocas( Hotel Machi NO 39/0234 Campamento Isla (en Rio Limay, 8 cuadras bajo Fortin Nogueyra)........-.. SONIDOS ANOS A TN JO 3S. Campamento TI Rio Caleta TN 402334” Loma al nordeste dela" Estancia Abla TN 400622” Gerro al norte del Rio Calentar AS e 4021*52” Gampamento/camino/a Lago Trata aa 402950” Laguna Falkner oras rat 40"28*43” Cerro al sudidellLago ra NA 40"40'20” Lago Tra NR 403936” LomarentrerRio damay Cal DEN: AO 3S37 00% Campamento Santo DOMO RA RA Go — Cerrito al norte de Junin . .... A 30 53 06%% Loma al oeste de Junin orrenaicda á Ñ estacion «16 de Abril de die 39'56'08” Lago Trono Y: LN: pe 30:33157% En el camino al este del Lago S PUBIS a A TONTO Loma al norte de la Estancia Enchelmeir. .... eo... ...... on” 393538” Loma. al este del FRio Gollon=CUITAA 40 05*16” Estancia Ableton AN e CAN 40"06*53” Camparrento Rio a NN 393940” Lomita encaminar Maca e 393643” Campamento Magin Na SN 39"30'46” Campamento Arroyo 39 27'18” Cerrito Gato o E A SONO Cerrito al Este del Rio Catalin (cerca del Cno Yaniculo 39"18*05” AlroesteracliOErrodeliblato E O ANS OA Campamento PAtroyo cuca A 38"48'01” Campamento Zap A ALA Campamento Santo Doming0.....co.oo.oo.o =.. A ES a LE 402347” — 399) — Observaciones del señor Alfonso Schiórbeck LUGAR LATITUD SUD NOR can (patron Hotel Macchi os so elos al elias 39'03*14” A AE O A A AA O SOS DO FLOR ARTOyito de Rio Limay" (casa, nueya del. chileno) .senanuoes e. ccudedo ainaje cios els SONO 23H Chocon (3 leguas abajo).. ... rs OO lc. alias O SONAS 30% AEREA O A tae portes Eo pora cons rro A 393036” Puesto Quilquihue (media legua al oeste de la CONMUOCI aes 400235” RIA cara (casa GUEINUIOCA ii tea sls 0 aseo ee eras 400902” Cerro Corral de Piedras (media legua al sudeste del portezuelo) .............. 40" 10*%24” Rio Quemquemtreu (una legua al oeste de la confluencia) ...... ....o.ooooc... 40/1328” Rio Caleufú (siete cuadras oeste delos ranchos de la confluencia de los brazos). Chacabuco Nuevo (unas diez cuadras arriba casa A. Nieve) .. ............... Ona uencIa entre Rio ratul y Rio LIMayo uso ino o tato atea Estancia Gabriel Zavaleta (Lago Nahuel-Huapi) .....ooooooooccco oooomooc.o- : (Serra Barmen del Villegas a oo. eno ote rte ea AS SEE Casa Tauscheck en Nahuel-Huapi (media cuadra al A AO usos Cerrito-Ventoso (sud del Lago Nahuel-Huapi). ...ocoomooo cromos ornoncedonon o Casa Cristian Bock (Lago Nahuel-Huapi ........... MT OS Laguna Gutierrez (una cuadra al sudoeste del desagúe) ... ...... .... » » (CAMPAL io dao sto » » (Or laos as Eaton oa arar bleed e PEDO E O A O A Mmasarbancues (Chile) tanesnaaiso recio A a Arroyo Chenqueg-geyú, falso ...... .... A A iS do LnA AA O a o E A ao DAS OA A e o A A A aquel Huincul asientos RS ao ato AS: os E AO (ES A A OA are pe dy2 leguas: al Sud)... co namgon oaenasida an ee PA Rio Quemquemtreu (Casita Verdura) ........ ... A as ooo ARO PST NESTARES OS IO A ENS E Lomitas Quemadas (una legua al Norte las juntas Curruleufú). ........ .... Nacementordel Rio Manso (Loma sudsudeste) .ncicoonessce o a Arroyo Curruleufú (un poco abajo del nacimiento del brazo este) ............ Cerro 29 de Abril (Nacimiento del brazo oriental del Curruleufú..... ...... Arroyo Pilcaneñeu (Los Muñecos) ......- ¿GE PGE A APRO AR ve Aro Cr E A O A » » [casitaideleErances5 Ojo del 209) aaa ear ase ejojala as AS Pana nonBucbabauo(casa NahueleChIpad) aan ein la aos eee e ele » A A A » A A O IA si a ai » MA a O A A O Michibau (casa)....... o taa A A A A (GUIacoMaÍgo: ROLte) . vemos e Ojo del Agua (algo norte) ..... ANS to rd a AAA 402349” 404056” 404324” ANIOS DS 410220” AN 410808” 410645” ANO OM ADS O? ,” , , 411202 410009” 4103%03” ASCO O A ADO 2% AD 0 27 42 0700” 415838” ATA OR 41 50/50” 41"36'18” LADO ASS AI ASO 412626” A ASA 4 BO SAO 410704” ALO DIA DE 404546” 403910” A OASIS 2 40/2338 % OMC 0/0) 303/0210 O A — 306 — Observaciones del señor Emilio Frey LUGAR LATITUD SUD Arroyo Lepa (Estacion La Paz a ES TECLAS 4235” Arroyo Eele(EstacioniCasao ad, Sol 422336” Márgen' noreste (Lago nun as No Estrellas ALZAS Fraile to OA A A EN » 422830” Márgen noroeste (Lago numa ae ES E Sol 422205 Angostura” Epuyen ve eso A A Aaa » ALI Arroyo EPuyen. rd dt el nana O ia .. Estrellas ELO DAS Arroyo Epuyen (Vuelta als » 420540” Loma*Los| Bapuales Le Sol AO Matadero Eo A SR A a ES trellas ATES BOS A A A » A ARZOR Piédra Parada Need os donb O > ALAIOR Arroyo Lele E A a ad DA » 422046” Fofocahd e e ao E Sol 42 21%409” CUM a do a ANO e IA O TAN Estrellas ATOIOS7 Cerro Observación. Sol AL ISO? Observaciones del señor Gunardo Lange LUGAR LATITUD SUD LO AO AO O Sol 430445” Valle Alma o a IO A O Estrellas 4332 *34*” Cabeza dB a RR TEA Lolo » ADO Paso delos Indo Is A A AOS bos Sol ASNO Aguada de Sangresl pe ita po toa e o A Estrellas ASPAS Aguada-del ¡Gañadon' Pelado O » 43"34*40”” Aguda ON EE ION ACE » ALO LATINA Terapia A. o AA A E O » 4259 14”” Lomás oeste de Esguélo. a ar Sol 42 50'50”” CampamentorRio Pers Estrellas LAA Estacion. Pelado A » 42 38*13”” Estacion “sud Cholla ee Sol 4232” Cholila ¡Rio “Etalcuta O . ... Estrellas 422827” Rinconada Pralcota a A E Sol 42 3343” Cerro Tecka Mestacion » 43009” Rio Chico nt ON Estrellas LAOS Salitral Grande a o ON a » 42 .006'56”” Los MubccoS nuse e O ANA » Py EA Ultimo Salitre NA » ITA UA Maquina Sol e e Tamuela AN Estrellas ALTOS Chanquia .2.n.occr o NT Sol 4041 23?” Punta del Agua'Balcheta a Estrellas | 4035237” o Observaciones del señor Juan Waag LUGAR LATITUD SUD Ganadonidella Zanja noo. eocósos a A A A 7 ASEO 010% at E a A RN 433533? Nalerde los ¿MÁrtireS . ojiio ronca oa A AA A3:A5 237 AAA e O A SOS Nod IN EAS AO ASS 307 alle rEsguel: cos o de oo e UA AR o A e clan ys lies AO OR Caradlaa oO lA esto ra A ASIS Ta A ACA O AAN A RS ON 4321704” Coma Aca NAME Y O AS ASALTO AR CASO LCO Aoyama ojete toa cerillas 433021” ONO MO DO O o ains 00 A E SU TAA? ¿asa E A 4305” ATEO VO NEERAS CAMPamento DL. ameno ojo elos ao ale paa SRA IZA » » » DO A O IS 430237” » » » A aaa O AA CADA Er, 42 50*'16” aa al O A AS NE O OA ee 42 36'24” CAI E A A A A 42 2426” » HO ol SANO EN AO 42 1220” » DP or cp AOS ES AN ADO DAR » PES AAA ARS IS AA A A RTS O ALIADO 357 MEGIACAAS d O On OOO AA PUESTO Maquinchina campamento 2 tn ao ze eccaasaaalens ojete ; O ys A RA A A NN 412028” NAAA A A A A SIOS NATA CA o 4141927" » ” o» MI E ASAS EE AAN AE 41"48'20” » » MS SS A ASES ASS AO ARA AO EA Coneñeu » A Aa AO RA Puuancu Puesto Mariano Yala odo raid ms da cdas A AVADS Campamento 42 ........ pt A AM A ARE O o » MS A A O 413229” » Ai o at dAO REA E PEA C O 412742” » UN AE A ASAS AS AO ONIS » A o AS NOS OSITO O > O o Ud ca OA O Bussi Martinez Campamento cia deta cos sao LOA DAS Er ELO O AS A AN AAA PE A DANA AS SR A o et CONSI TS AS A MS EA O A AI A 405406” CATA A A A O AS 40 54*'18” Meda enano rtesdelLagos1munada ru ao aaa nds ONO Ts AAA o e A Za dust O IA a AA A NT RN A RN 404735” A Allo di os ya Br 404831” — 398 — Observaciones del señor Juan Kastrupp LUGAR LATITUD SUD Gennña ¿ad O E A NS AN z 44'03'06” Almacen Lec AENA FA A UNT A an ASI Os EStacion ANN A RE A o TAO poz as 4313228 Mi A A oe A BOS » 3 kilómetros al oeste de Laguna Sud, Valle Eri0....... ..... ces... AZ Guatro Kilometros noroeste della stacion a TE ADO Estación Zi Mis ¿emisor TND CENA PAS ASA Campamento S .......... A O oc oaSEn ee ao 43 ¿202SN » 17. de Marzo io A TOS LAR 434953” ESTACION Ae cano AS 43"49'00” Rio Corcovado. Pas Sn RR RIE 435428 Campamento AS ERES a, e Ne de AG OZ LD Estacion 27 a aa A A NS SE AIR A AAN TO AIN Punto A TAN IA NANA 44 0720” Campamento ranas A Eat AACOTLS Junta ¡del £AFToyo Gennua con CAcque aS 4372091 Arroyo COrintos sc is A j 431203” Observaciones del señor Von Platen $ LUGAR LATITUD SUD Valle de Gennua (4 kilómetros norte Pobl. Stenti)........... SO] 44 03062 Fuentes del Rio.Etids a a a O SN » 4429066 » » >» e edo eo Ll A ss » PS Norte del Rio Frias. » 44 36*'43”8 Cerro norte del Riola TN A A 44 40)53”” Vertienteinorte del Rio Eras 44 30305 Cerro Car PE » 44 20%06''5 Laguna de los*Baguale A O RA » 4421725” Arroyo Pico ms a da a EN » ANO Fuéntes del: Arroyo Prcos » 44. 08*30””3 Loma norte Temenhuau del Arroyo PICO... 200. 2... ca. 0asoas ON » 44 0526” Fuentes del Arroyo Omckel.... .. A » 44 2044” Laguna Meour a A AN » 44 2573750 Fuentes del ¿ArroyorA pp » 44"39'30””7 Cerro Geskehombha quen E E » HATO TAO , — 3099 — Observaciones del señor Teodoro Arneberg LUGAR PASOMAe LOS; IMdIOS;, 2... ooo... MERA Colo nía: Sab MAartid)' casos. cc ve pc Manacor lote .El ir (Norte de las Salinas). tocococccararano secan » » >» >» > Loma Este de Teguerr Arroyo Appeleg . ONCE ALO, a o cra Bahia sudeste del Lago Fontana picorsudeste del Lago FOntadna' ...oo.ormo.o oo” AA Bahia de los Fósiles (Orilla sud del Lago Fontana) Istmo entre Lago Fontana y Lago La Plata..........- Paso Platen, Rio Senguerr (Casa de Antonio Steinfeld) Afluente del Rio Aysen (Casa Richards) Paradero Coihaike Paradero Learshk Falda norte del Lago Buenos Aires.... ........ Rio Ibañez, de la Bahia noroeste del Lago Buenos AjresS .....o.ooooococommo... Loma este del Lago Buenos Aires Choiqueneilahue (Casa de Eduardo Botello) Un kilómetro Sud de la junta del Rio Mayo con el Rio Senguerr . Norte del Cerro Huijon (Puesto antiguo de Segundo Acosta) Azimuts por el señor F. Arneberg LATITUD SUD ASNO AAA 44 10*36” 440957” AAA TA 44 4008” 445943” 445846” OOO OS HAS 4451225” O AD Opa ADORO DOS O 45. 30%21% 461356” 461718” 463230” 455622” AO OIT AA AOS AA O AS AA Loma Este de Teg LUGAR UC as us ca o era amieiaals Pico sudeste de Lago Fontana Istmo entre Lago Fontana y Lago La Plata.... Rio Senguerr (Casa Steinfeld) » Pico alto N. de Lago La Plata Cerro Haiosh AZIMUT DEL SUD AL OESTE LOOPS 188'03*01” ALTURAS PRINCIPATES Observaciones del señor Enrique Wolff LUGAR Agua Seguras motas Me cate seee daa Pcia Agua del ¡Lem 1 o pas Agua delas, Mulastalisud del Ata Agua de: la Chin Na Agua des ASulric. o a Agua del ¿VOTO nt a a Agua desDiaZ 2. aos AS ar NOA Agua ¡Ceniza A OA Eo Boca Agua Peneplt ic ts ae AUNAR o a uo Aluminé,. Lagos oa at do PORNO iS Aluminé, vado del Rio al este de Pulmari, camino á Qui- lachauquilo.. e ade an o Tas oa Arco, ¡Comisaria del NN Bardas, Paso delas (ROCOSO Batea Mahulda “Carro Barrancas Vado dcir AS a aa Bio-Bio, Vado del (al norte del Fortin Llucura).......... Butahuao, Paso (divortium AquaruM)....oooocoocoococonnancoso Catedral; ¿CO a OO ES Caleufú, Puesto der Caleufú, Campamento en la confluencia de dos arroyos, en Valle delo A TS RO A VAT Caleufú, Tolderias antiguas cerca de la boca del....... ...... Caleufú, Meseta almorte del Valle Garreri; Puesto den a TN Calmico; Alojamiento del PATO OM TR Carilauquen, Lagunita al oeste del Volcan Lanin. ........ A Casa de Piedras..... NA RO E NS Cerro Negro, pico sud al sudeste del Cerro Tromen... ..... Cerro Negro, al sudeste del Cerro Tromen...... * ccconcccno.s Cerro Nerd Cerro Colorado, al norte de Juan Jones Constancia LO ON Collon-Cura, Casa de Ahlefeldt . Correntoso, Laguna del. COTTaltos | ALTURA 750 740 780 740 720 980 gI1O 940 930 1120 1080 880 1250 700 1860 970 890 1630 2420 610 750 540 730 1250 1600 1220 1490 3285 3/29/5 3810 1920 1230 560 745 1080 OBSERVACIONES barométrica > > > > » > > » » » » >» >» > >» pod pod trigonométrica barométrica » >» > > » > > trigonométrica » >» barométrica » h » » >» — 361 — Observaciones del señor Enrique Wolff (continuacion) | ALTURA LUGAR OBSERVACIONES Cuerno, Cerro del (al noroeste de la Laguna del Espejo ... 2020 trigonométrica Cuello, Puesto de Benjamin... Er a 1390 barométrica Cuye-Manzano, Alojamiento dd ¡qt de a 710 » SMA BZano, ¿Cerro (pito SU) ino .ceon ciar eat rice 2140 trigonométrica Muye=Manzano, Cerro (pico del medio) ..e...o, o rmoocrro con .. 2170 » WUuye-Manzano; Cerro (pico del NOTtE) s.0...eveno ce conersente- 2260 » SOI Capitalidad rte lio tea lata alas 790 barométrica AAA AA AAA A E ICI 640 » A A A 770 » ES A A 620 » IE Vado del ATTOJOS Tosagua las teiele Cel aislar 1320 » e A A A 2480 trigonométrica Cue y turcas OS A IA 2180 » A a A E 1130 barométrica Chichahuay, Confluencia del Arroyo Litranuao y Arroyo.... 660 » ErbalnaeMesetaral norte delicia uso dicen os 830 » Chimehuin, Confluencia del Rio Quilquihue y Rio..... bd 690 » Chimehuin, Vado del Rio al norte de Junin de los Andes... 690 » A A A AO 940 trigonométrica Chachahuen, ¿pa A II al AA it Sula telas 1900 » Division de Aguas entre los Valles ES Quilquihué y Maipú 800 barométrica Dariziose Puesto del...s..0.... PO aaa 1320 » uan, Lan rs ro OA OOOO SOON 820 » Espejo, Cerro nevado al norte del Lago de.... ..... ce 2120 trigonométrica Espejo, Laguna del ......... EE a ca 3s 750 barométrica ALA AE o E goo » E VE a A AS a 1540 » UA CAC ei aloissieco aca BOBrOS AO ACUSE. 1130 » Huechu- Len; LE oa e ara ata iaa 830 » IT nes estancia der oem aso des 820 » a E E LESS o OA NN 750 » LE EE DA A A A AN 3670 trigonométrica EOI Vado del tATLOYOS ausencia nac Ta 750 barométrica Paya Gon uencia delfRio Traful meta sa ea dee 760 » Luarinchenque, Confluencia con el Agrio. 760 » Lonquimay, Fortin antiguo ....... . »o.... AUTOS DSC 840 » Ma ASA AR 730 » PET TAS (RO CA DOGO SAA O 1670 » MITAD uEPasoral norte del Cerro macros ciaaans a Bsceas mas 1440 » A A A A ART 1730 » AA RO pes E TECOS O SOI 3490 trigonométrica AE AO o O OC ROOA 1000 barométrica NamerHuapiLalSO vo mosorcias ooo O ote 640 » A A A 1100 » Punta del Agua en el camino de la Pampa entre Chosmalal OA OO 1410 » Palan-Mahuida, Portezuelo entre Cerros Cheachil y ........ 1790 » AR MA o a PASOS OS 3640 trigonométrica NE A O POE gon SOON 1930 » Payiauias Alojamiento, del Valle de iacocoro coo co casan 890 barométrica Pemaco a Vadordel! ATTOYO .ssoseoecano co cocos POS OCO DO IOA. 940 >. Tomo VIII. e — 362 — Observaciones del señor Enrique Wolff (continuacion) LUGAR ALTURA OBSERVACIONES Pilulil, Vado del. Ri a 770 barométrica Pirámide, Cerro al oeste de la Laguna del EspejO............. 1870 trigonométrica Pichi2Limay Portezuelo 1080 barométrica Puyehue, baso de (alisud deliCerro Mido 1420 » PuntasdelfAgua asu 720 | > Puntiagudo Vo ca 2420 | trigonométrica Poma ESO TN 950 barométrica Pulmari Vado del Rio (camino % Rucachoroy).....oomomomoo.»» 910 » Quillen,. Estancia ler a A 770 » Quilquihué, Vado del Rio (camino Ó Maipú) ...ocooccoommmm... 790 » Oulachanquilyado del Ro 940 » Quilca RUE de 1050 » Quemquentr a OOO 550 » Ranquilco. Ara OS 1140 » RauquiiiNorte 1500 » Rucachorog Pulpa a NN 840 » RinconiGrande ento 710 » Rucachoroyt y ado dela O 870 » saladerodeCodiho Aia AN 690 » Tromen, Pasodel (al picidel Volcan a 1340 » TAL Pa AN 1020 » Tilhué, + Cienaga de a a A 1IIIO » Tromen, Cerro (volcan al norte de Chosmalal)................ 3930 trigonométrica "EresiManzanos Puesto delos 630 barométrica Totoral Lasuna 750 » Traful, ¿Puesto del 670 » Traful, Portezuelo al norte del Puesto del... .........oo.ooo... 1210 » TromenBortez uo dl 2350 » Trolon, ¿PLestode AN CA 0% 1550 » Trolon Portezuelo de 1870 » Tronador Lo NO 3400 trigonométrica Yalaleicurá o Puesto de TN 760 » Yanuco, Puesto der O AA 1120 barométrica — 363 — Observaciones del señor Zwilgmeyer LUGAR | ALTURA Agrio, Vado del Rio al sud de ÑorquiN. ......oomoo coo.» AA 1010 E O A OS 1250 AArrentma, Estancia la. conooo.oo lorommmico» IN 900 A ME A O O 850 AMG tICO nacinuento delscio eses osa ese tala acaso 1050 AA AAA ROO CAOS OOO. 2100 DA A E A OOOO AN 1800 A e A OO Io y PS 2200 Chosmalal . Soda cotton 790 Caleufú, acacia con el royo EUOAnea LOA o aaa 800 aseado del PATO O dao oa saniand ala ateos qero sie e lsiale e 1070 Aovralderbicdras alojamiento del. ia icaccaco caso endo e 1050 A EE 5 740 AE EA A COCA 1030 HeaicholSVador del ATroyO deco coonss 7 Ea) 730 Hua-Huan, Arroyo confluencia con el Rio mins Su qb=ooot 650 Hua-Huan, Portezuelo al norte de ....i...omoo 0... .. .. OMS EUES 1500 ias mdesernmbocadura del. ..o.cooonanionrsaserocss z 660 Huechen-Lafquen, Lag0.......... O a as 343 830 a, OREA osos yo oO OOOO. gra 1470 Ipcacerroralesud del paso acatar asi ves dao lg anat ds Sate 1970 atotmedescansomalipaso pelada. nesonaeons RC 1040 Und OS Andes uma osea rn. o0uVo Opa córobc or asapoS 750 RCA erro Rca tren colon Y asadores sia ce laa ole este es 1970 ASISTE entre Machuncu Y esoo nasalo cosa oia 1970 LEN MOE tatoo O OOO OA 660 Lio MERTERN assococorco HAcSOr CIRCO OLOR OOOO 1040 Lajos, puesto del Arroyo camino de Quilachanquil á Codihué 930 Lata, MOE sonosutayo rn OO SOSA AaA 3700 MS UESeniDOCA Un ciao es ade 890 Machuñeu, Cerro Cordilllera de........ dodo aso prapoSusabare > 2280 Machuncu Lacuna. ass sanstsssan 0 A ON E O 1020 eu Eston del Vall orita nos eo aa OE 750 Malenavado del Ri0' Camino. a JUniD. 0.7 ricas is SO CA O id poto goo NON aa UNE eoceis oletalsaa ole Sofa eno ando ao 960 Ñorquin oo ua CUPO ObLAO! obs econo OOOO DO GODEOS 1100 Palao-Mahuida, Portezuelo entre los cerros Chiachil y. > 1790 premiteutúmacimientor dell ATTOYO. 00, 19diaa Cestas asen era 1210 Pichi-Leufú, confluencia con el Rio Aluminé..,....... ....... 730 Pichi Nahuel-Huapi, confluencia con el Aluminé ....... .... 690 A o Nail dol aaa a 1010 A, NA NR A AA IA IDO ON achadosEGOMISATIV teca go. Peter cia 1340 HimorHachados Portezuelo al sud des. renos. ercriaiaos 1670 A A do AC OEA 1200 a LA E A O o O CO 2020 PRErSCLEO al Sua dota e aaa e ea one ds as 1980 AAA, IA robos dO a O OOOO 950 CO aca del Rio dsd ara o tas abonos 910 OBSERVACIONES barométrica >» >» » trigonométrica barométrica trigonométrica barométrica >» » >» >» » >» >» > » s » » >» » trigonométrica » barométrica >» >» trigonométrica barométrica trigonométrica barométrica >» >» >» » » » > >» >» » >» >» » » trigonométrica >» barométrica >» » BAS Observaciones del señor Zwilgmeyer (continuacion) LUGAR ALTURA OBSERVACIONES Queñi; ¡Laguna de. tcs iaa q da TA 850 barométrica QUE CELO IO E OD Osona DOOR 2160 trigonométrica Quilca,- Puesto de dl lA OOO 1050 barométrica Quillen, Estancia de ........ OOO Acro n bupole 770 » Quillen;? POrtezUclo ns SNS AS 1780 » Quillen; Lago oe A E goo » Quilquihué, Puesto de ...... A OO MODS TODOS O OuSaar 790 » Qumalahué; Campo de is te a 930 » QuinalahueibBortezuclo nd e aa AT 1080 » Reigoll, Hito de. tmsso Uelso solis voya E NOIA 1050 » Rucachoroy, Vado del Arroyo en el camino á Pulmarí ...... 880 » Saladero; (COLAIMNUC e a 700 » Taquimalal, “Buestorde a o ln 1000 » Tringlé, Cerro ts odos IS do oa id Se 1290 » TroloM ss o E ON Ea 1870 » Trompul Campo de a A: 1010 » Observaciones del señor Eimar Soot LUGAR ALTURA OBSERVACIONES ANSOStura Campamento 710 barométrica Ahlefeldt, “Estancia ooo delos A A oca cor ae z 540 » Arroyo Chilchuma, Campamento frente de ...........oo.... ano 600 » Avile:Ramon,. Rancho de nl TAS 850 » Ahlefeldt, Paso camino de Junin á Estacion Brújula.. ....... 790 » Agrio ¡Rio Campamento 700 » ATTOYItO 10 taco ea o senta Deals olas olaa e or 250 » Blanca, Laguna. 1360 y Bajo Manzana rd le a Ta 1300 » Bajo Manzána, Lagunita ala 1240 » Cerro al noroeste del campamento, Estacion sobre el ....... 1940 » Caleufú iy Metiquinas unta RO NN rd 740 » Caleufus Junta Con FRIO AO CU 580 » Golloncura, loma tal tester RI O 730 » Colloncura, loma al este de Rio Camino á Catali......... ... 600 » Catalin, Gampamento Rio 760 » Catalin,* Blaniciera sul CO 950 » Catalin, RorHn a alas e acia loa ION 950 » Catalin,Cerrosal este da ES 1490 » Carreri, campamento. Coro o aaa 1290 » Cerro; del. Blato ¡Entrada oeste dci o Uca 1440 y Carrere, “ATroYO aa a 00R Ml e a a Ta 1010 » Codihue tia AS ia 660 » — 365 — Observaciones del señor Eimar Soot (continuacion) LUGAR ALTURA OBSERVACIONES CEA O ON 800 barométrica A A E A RES CA AR 790 » CO ma aaa ada sota as als E EReL Econ k 270 » A A A A e 770 » CREI Paso Uel CAMIDO zan a e da a a AO » Ce EStaDcia. cade als las ojete Ele Elec ele aso 790 » Enchelmeier, Estacion loma al noroeste de. ........o.ooon.. .. 1050 » AS MN A A OS 830 » Li AR rs Fo A O A TN 1340 » A O A AT ÓN 2160 » Ve PE o OS CAOS 850 » nc E A 490 » Isla en Rio Limay 8 cuadras bajo Fortin Nogueira ........... 328 » Maa e, ES A ÓN Za » IA ES taciontiomataltesterdecduencncos cera ee a tia 1160 » NAO AN A SACAR > 1080 » IAS tarro e A NA 1120 » a AE or OA OA A goo » LAA Ga lcubuso Estación loma entre .ooicanss ocios rover 1090 » LEDO. ACM AO O AO OO 660 » A AS A A IN 640 » NIOTISA PUESTO socios. SSA SO RAI 630 » ME a IA A A NES E 620 » META co A A 1100 » da Ms ochos a O das 1130 » MA. OA Br osa A 820 » MEA EE or E 205 » LEE, ISABRENAO pao OS A A e 980 » Bicunieutú HATrOYÓ mecusecos ages AO Ae 1150 » Pata, A AA IO A GEO 072 » Rio LAO NN A SAN 760 » Sala, Aer oo 990 » SO VALE ota o A O ON 750 » Aa AO odas A E MIE 730 » Mtatol? Campamento camino 4 Laguna dl veoc.oieoo soomocanas 750 » Ira rbra iagorestacion Brújula ascos ansias een 1210 » ATA SEE NA 1180 » TTD, PE As sore OA 670 » AL, LEN oo os Ra A EN 720 » at erro ron sudoeste, LagO. comemos dee encata TAO » DUDA, MAIL Pon A ROA - 950 » Enano. EE SA 1050 » ay Aa ads a AS 940 » LAO OA A STO POLO OPD OOO 970 » O Observaciones del señor Alfonso Schiórbeck ALTURA OBSERVACIONES Apichig, Pasos aletas ol OO ie Arroyo de las Bayas, Vado del............ A AO USuOnE Bayas, “Cerro de las AE Bernal PEStan Cad ON AS 7 Boquete erro EA IOO USO ¿POMO oa JOAO Catedral APICOMmMAáSAalto delia AN Catedrals3al pierde Ger O Gatedral. -Picomesterdel Cerro A A GatedralBrcoroeste del MOCOS e Casa Piedra ii IS Ra Gasa Rosales; Male Nuevo a Casa Reyes, Mallo NUEVO OSO Casa. Pangue aer nas a a Snadóade Caquel- Huincul o NO OO GrstiantBack Casa OS Cuesta de Los Raulies, al pié norte del Cerro ...... SA Guestade Mos Ranlies o POrteza cod Goihue Gamo as A Nal A NR Curruleufú, Punto más alto del camino desde el Lago......... Gurruleutura Vado mas moro ÓN Curruleufú, Portezuelo entre Rio Manso y RiO .... ..oo.oo..o. Corral Eoyel Loma Cerro 20d AD a O Cerro Dos: Bicos. Carmen “Coro ON SS Ne Chacayhueruca, Portezuelo del Arroy0 ............ Chenqueg=geyú, Portezuelo del Aro das Chubut, Confluencia entre Arroyo Maiten y Ri0.............. La Arcilla talipié porte delCerrortronado a Laguna: Pra o Las Bayas, Portezuelo de ......... ELésones GENIO dC o O els Los Clavos, Laguna de........ OOOO Sa aos Manso, Cerrito sudoeste del nacimiento del Ri0 ..... ........ Maiten, Portezuelo entre Rio Quemquemtreu y Arroyo ..... OO CA A E O A E Perez Rosales, Boquete de ........ e a Perez Rosales; Cero MA Peulla, Confluencia de los tres brazos del Rio........ Puesto Repollos, Valle Nuevo ........- ASAS o Puntiagudo ero el Puntiagudo de la Península, Cerro Todos los Santos Lao do TN TrenqueMalal o E E Tres Picos, Cerro. Tronador, Cerro Pico norte ..... og Tronador, Gerro Picossud as Valyerder(de Carmen Cerro : cOn... eo os. ooo...» Ventana, Cerro dela SENDO tó Ventoso, Cerrito..... a barométrica >» trigonométrica barométrica trigonométrica » barométrica » baróm. y trigon. barométrica » >» >» >» » > » od barométrica > >» barom. y trigon. trigonométrica » barométrica > >» >» pod >» >» >» trigonométrica barométrica » » trigonométrica barométrica trigonométrica barométrica >» trigonométrica >» barométrica trigonométrica » » » > » barométrica — 367 — Observaciones del señor Gunardo Lange LUGAR ALTURA OBSERVACIONES A O A O A A AO 710 barométrica A A A A o 760 » A A A A A IO 2260 trigonométrica O IS CLEO! DOLO. ta as a le o IS nana 1790 » Coba 1 AAA A AN Eo Va aa 2060 » eno *buntiasudo sud, Cerro. Tres PICOS acido ela earcoiea ars e 3160 » OA ESTACION SUA dea aa esla era ns 850 > A AAA A ASS E NORTE IAS q 1950 » A E ts ÍA AO ICO SOS 590 barométrica Gholla Laguna 2 r...mmo.sos ON ee aa 660 » Moa ES tación esterde Laguna ans aolae casio o eee e 720 » mon derOctubres Estacion Meteorológica. 2ujecacrconaninas ve sio 330 » AO o O A 630 » ES MU ro O a la eta ssl e 360 » y AE ONE EMOS AO AO 830 trigonométrica ome Octubre, Pie norte de morena de . cu..coommo.o. a 550 barométrica LR A A A 690 » Ma SAA AA o O O AC EA 1150 » BRUycne Gholilas Division: de agua .osconcoc o oceania ense 740 » Al AO EOL AO A AO 970 » A A A E DIO) » Sa. LEE o OR 740 » PEU DE SspuDtesud dell Cerro deta aos 2. sommeononoa E 800 » BSeueleaBordosal morte de las Lagunas deL ivionenes ono oe ones 780 » Fta-Leufú, Cerro este abra de .......... de aa 2160 trigonométrica HS rEStacion 0€6ste RiO des. o. tortaca esas e es 1430 » Eta=lBentú. Gerro sud Vuelta de ...loo.mio on.s.ros lO 1080 » Pals AREA 550 barométrica ALAN E O A 520 » MEU Cerro, dltoreste RIO de ooo meno scans cosas. 2000 » Ea, AAA A O 310 » ESA A A A NO 460 » AL, (O MO soso roto AS A 1970 trigonométrica a AS ERE. rro ARO e 880 » Legua 18, Campamento en el Valle de......... ASAS 460 barométrica Laza AONENSELS Asoc id ODRADADS pñosdnfocoand pornadrcbn dub 510 » Mco ayadaia e Lantano sud desnaco o header ol a ajos to 500 » LOTE vos iman daboa Bobo UA E AA O 74.0 » E arcas ces NL ET nó 600 » MEE MENTA PACO o lalola e cia dental 580 » NIXOM., LOMA isc ios as es DO 1040 trigonométrica NADA ao O O RA 580 barométrica INFO Bloquererrático ent Lomas masa. sedan afro aaa 750 » A AA A e AS 730 >» Nahuel PAIORA DIA Uliond ases casoiso seo eo O asis dede 770 » NabuclPan casa de acosan sons pon ooh es 760 » ET IA boro 1470 trigonométrica a A O A RAS A 1340 » PerzeyieBajorelo Terraplen en RiO. ais... anotados see A VAS 450 barométrica SETONAN Caropanento ea tRIO Do isa ratas a era al a 950 » MORO AER e oo O PAN 3go » — 368 — Observaciones del señor Gunardo Lange (continuacion) LUGAR | ALTURA OBSERVACIONES Puche AO Ea DOGO Rata sóliont 790 barométrica Pico. Thomas:s0d A lA 1650 trigonométrica Rio «Chubut, Puesto de MA a A 530 barométrica Situacion; Cerro sud NN 2000 trigonométrica Situacion; Cerro Ud 770 » Situacion Lagos os Do It ata ad 0 CIO 360 barométrica Sunicaparia Puesto ados AOS 610 » Sunicaparia, PABU2ada noreste do o 590 » Sunicaparia Lac ri gonna ododa 600 » Sunicaparia, Boca de Ouebrada al morte de a 690 » Tres Picos; Cerro deseen a Tee 2500 trigonométrica Tres Picos Cero eta A 2160 » Tecka;Gerfo (Estacion LITO » Terraplen Bordo den A AS RÍCaSo 560 barométrica Terraplen; Laguna primera da oa 590 » Terraplens EStacion norte RIO dal 760 » Terraplen; Laguna id ds o ea CN 470 » Tecka, Portezuelo de Uero a O AN 1120 » Vanqui, Casaide oeste laa a 560 » Observaciones del señor Emilio Frey LUGAR ALTURA OBSERVACIONES Baguales, Lomalde los TE 880 barométrica GCosate; Estancia Lei 620 » Gaquels Huincul A 850 » Eholila, “ALroyoANSOSULA 560 » Cerro +20 de ¿Abril ¡IEA 1938 trigonométrica Gerro. Valverde... 0 1409 » Cerro" Lele E O A E 1915 » Cerro N*; 15 este Lago 5. NN 1866 » CerroiNevado e O AS 2068 » Cerro Pirque. A A 1810 » Cerro Vuelta ¡Chubut 27) » Cerro Estela coo. 1878 » Cerro N ¿5 Cholila A 1970 » Epuyen;, (ANSGOStUTA A 2 O barométrica Epuyencayuelta dl 190 » Epuyen Estacion tacos tud 300 » Fta=Leufú icampanento enel A 500 » Lago: numa Cholla A O 600 » Lago núm.¿5 Cholla E a ES 460 » Lago núm 1” Chola E 650 » Lagonúm ¿2 Chota 610 » La”Paz, Estancia A O 860 » Lago núm: 1 Lomataloested ca 30 » Loma Ni2 e 1 OR 973 trigonométrica Loma NB 1692 » Loma Ni 4 A 8099 » IARRESScrO DICO OBStE. 00. 1. ....... IE COPDICOLOSTE, ie ee arar a a a O a e AAN A A ARA A A MIRA ACGOD (SUPuesto) 1. 2. es os E E A A A IS ALTURA OBSERVACIONES | 1990 trigonométrica 1918 » 2160 | > 155,8 | >» 2006 | » 2500 | » | | | Tomo VIIT. LUGAR ALTURA OBSERVACIONES o EE. ACA po A 2630 trigonométrica DEE LLO E acaso boo IN E DO! » AE AD ra OR PEA 680 barométrica Arroyito con pozos de agua, norte del Cerro Yatsehaik ..... 650 » Arroyito seco entre el Paso del Rio Senguerr y Lago Fontana... 860 » toral Bortedel Lago La Platillos era 920 » 'ATroyo con' agua entre Coyet y Arroyo Goichel ........ ....... 850 » ONO EQU plantastacuátiCaS toas cotas a eo 810 » MAysen, bajo de las lagunas del Rio (brazo Sud). ...ommoo.oso... 690 » Blanca, fin de la Laguna ...... a a 640 » ¡Nebrie, Alacan COMA co ona ASE oo Ue 640 » BRSADsIAITes AGerito norte del LaBOcionioces sosa asi pais 1860 trigonométrica DAS SN O E 2130 » BUENOS res Cerro DOLOeStes. icionoceaa cad caia 2380 » oa ¿ME OS e A O SAA 2380 » NA Seo ropgen SOOAco0S 170 barométrica (CARAmISnto Arroyo (Bueymules oo. cmesas ies do conqbad : 620 » Ganas haques ESTO naaa coloq mess >. de al 1050 trigonométrica Miadonida la asuma Seca ooo racistas A ea 780 barométrica ¡SBnadontnorte dela Salina co sccto cisco ce ee e as 850 » Claudio, Loma del Arroyo....... O a 307 LINO trigonométrica Coihaique, abajo del Cerro, orilla sud del Rio..... ....... 510 barométrica Coihaique, bajando la quebrada del Ri0 ........ com... ...... 650 » (Pa cque Mercornorte dell RiOr2codo o iniciuanass o 20s podar e 2070 trigonométrica Gombaique. Gerro orilla sud del Rio......... 000. Y Sio barométrica Coihaique, Cruzada del Rio...... AS e 040 » Gorhaiques Meseta entre Rio Goichel y RlO.0im..nomo 0... 1000 » Gorbaiques basada carla rorilla del RÍO vic... nismo. c.onem 570 » (OTRA TUNE ES AUerO IO ole da en ea a 81o » OA e A A 820 » ATA A AA . 1030 » CA MENO AA 1180 » COEL Al nl PA A A 1200 » Divortium aquarum, entre Laguna Blanca y Brazo sud Aysen. 650 » HORiana COrrio norte del Dago veo. daa aora o aaa ao 2140 trigonométrica . 12 OS Observaciones del señor Arneberg (continuacion) Fontana, Lago esco ao romanas ale Atala Fontana, Loma sud del Laso O Ao AO Fontana; onlla SuddeLaro Fontana, Pantano sud de Laso aaa donada Fontana, Pasada sud del Lago... ....... PA O E Fontana” Pico sudeste del Lago. a OS Fontana Punta esterdeliLaco ai GauBelk CELO as Gatos ¡Arroyo delita. calvin AT Gorchelitabajo del Ri TE O MINI Gorlchel Campamento de A Goichel Junta del “ATroyo RIO Golchel RIO As O Grande, Meseta entre Brazo sud del Aysen y Lago Buenos Aires, Campamento del RIO O a GrandezPasadalentla quebrada del RIO SON E Guia ¡Coro ts ¿ Hatos HG ae ue a TS NN Katterteld4PICO. ros TA ET do OIE La Plata ¿Gerro nortedel Laso a La Plata Cerro Desterdel Laos OOO Sc uOs Ea Plata Gerrto sud tdla o S di La Plata. Cerrito en el istmo entre Lago Fontana y Lado: E a +Plata Desembocadura del Mac z La Plata, Istmo entrerLago Fontana y Lago od La Plata, ¿LagO. ¿0.0copdas pas La, Platass Paso sud de a O a O Oe Lar Plata Rosada delia o Elau-llautiBahlas A a Mesetarentre Gochel CON AI Meseta entre Rio Mayo y Rio Bueymules ts Mineros ¡Campamento doloso ODE. Peluajen PALO e la EAS a Edo Habool Peluajen Campamentoren tel AO Richards «Casa den oo aAROtocon Salina lado O a Saltos Rio delos. Senguerts Paso abate co Shaman TT SN TOgueri a Na E NI Teguerr, ¡Loma esto O O ALTURA 930 1000 930 1080 1050 1460 93o 1000 780 560 DIO 550 670 750 740 1150 940 1800 1030 2300 1090 990 940 950 940 1140 1080 940 730 1000 1060 goo O 1O0IO 560 650 año 820 640 610 760 OBSERVACIONES barométrica » » » » >» » » » >» >» trigonométrica >» barométrica trigonométrica barométrica » » » » » >» » » » » >» » >» / » » > 311 — Observaciones del señor Von Platten LUGAR ALTURA OBSERVACIONES A IEA A O SISIO barométrica Cáceres, Cerro al noroeste de la 14 vertiente este Edel Arroyo 1630 » Cáceres, Cerro al norte del Arroy0.......... qa ao A ace 1270 » Cáceres, cuarta vertiente noroeste del Arroy0......... ...... 680 » Cáceres, Fuentes de la primera vertiente este del Arroyo ...... 1000 » Cáceres, primera vertiente este del Arroy0 ............ AIR 840 » Cáceres, primera vertiente norte del ArroyO..oicecororoia.n... 590 » Gherques: Cerrito Sudeste del ATroYO..2eveoo onsenaraae dea 1320 » RUS UC ntedelLAITOJO Stoasaco aca o apo a aa ies 1020 » Cherque, Loma sud de la segunda vertiente este del Arroyo.. 830 » Cherque, Portezuelo norte de la segunda vertiente este del >» ia a Obi A AS 810 » Gherques primera vertiente oeste del ¡(ATrOYO 0.0. smoueccsnir | 950 » Chirik, Pampa de .;... OS O E 910 » Frias, confluencia del Arroyo Cáceres y el Ri0 .... .......... 530 » Frias, confluencia de la primera vertiente norte y el Rio,..... 650 » Ras Estacion norte del RIO s.ic.omme..”. AAA 970 » Frias, Fuentes de la primera vertiente Erande sud del Rio.. 1640 » Frias, Fuentes del Rio ..... A A AS MENOR 930 » Frias, Cerrito norte de las fuentes del Ri0.... ....o.......... 1180 » ap unalal morte del RIO 2 .ooaio a ceca olaaa OS 780 » Frias, Laguna sud de las fuentes del Rio.. ......... aa: 980 . » Frias, segunda vertiente grande sud del Rio ....... Prat dao 480 » Frias, segunda vertiente norte del Rio ............... ADA ye 530 » Y Bruasmsudoeste de las fuentes del ¡RÍO -.0uo.o.c.oomorosono ae ER 870 » Gennua, Cerrito norte, poblacion Stenti..........oooomooo..» 1080 » Gana. IESO Mo AA A A 780 » ERRATA A NA ; 780 » Eoma+entre Arroyo Cherque y Arroyo PiCO...omeo.rooocrooooes 920 » IATA RO 560 » . Omckel, Fuentes del Arroyo Cherque y Arroy0O... ....oo.oo... 980 » 'Omckel, Loma entre las fuentes del Arroyo Cherque y Arroyo 1080 » Omckel-Haiquen....... eo O AO IA 760 » PrcomGerritoraliladordel! ATTOYO vaciando calada as alcala: 920 >» PIE Gerrito oeste del Arroyo se” oo. AS ae DIO » Pico, confluencia de la tercera vertiente de del ALO Das: DO) » Pico, Estacion oeste de la sexta vertiente sud del dad Saa 720 » Pico, cuarta vertiente.norte del Arroy0.............- 00 ho atia 450 » i Pico, fuentes de la cuarta vertiente sud del Arroy0 .......... 870 » pico smesetarnoroesterdel ATIOYO:. vaca amar elo cales 790 » ; Pico, pantano en las fuentes del Arroyo....... NS 50 UE 810 » ÍNDICE DE LAS LÁMINAS I. — «Cañon » del Río Atuel en Pituil. II. — El Puente sobre el Rio Grande. III, figura 1. — Chosmalal. » » 2. — El Antiguo Fortin de Junin de los Andes. IV. — Orígenes de los ríos Bio-Bio y Aluminé en la planicie del Arco. V. — Orígenes de los rios Bio-Bio y Aluminé en la barranca de la planicie del Arco. VI. — El Lago Aluminé. » -—-— El Lago Fontana. VII, figura 1. — Lago Nompehuen. » » 2. — Lago NÑerquinco. » » 3. — Valle de Reigolil, » » 4. — Bosque de Araucarias, VIII. — Bosque de Araucarias y el Volcan Lanin. IX, figura 1. — El llano entre el Rio Quilquihue y el Arroyo Chapelcó. » » 2. —- El Lago Lacar desde.su extremo oriental. » » 3. -— Lago Traful. X. — Lago Lacar. XI. — Confluencia de los rios Chimehuin y Quilquihue y Cerro-del Perro. XII. — Confluencia de los rios Collon-Curá y Caleufú. XIII. — Rio Traful. XIV. — Las Tobas sobre el Rio Limay. XV, figura 1. — Estancia Jones (Nahuel-Huapi). > » 2. -— Chacra Tauscheck (Nahuel-Huapi). XVI. — Panorama del Nahuel-Huapi desde el Valle del Arroyo Gutierrez. XVII. — El Lago Nahuel-Huapi desde el oriente. XVIII. — El divortium aquarum interoceánico, en las nacientes del Arroyo Pico. XIX. — Bajo de Coyet y Goichel en el divortium aquarum interoceánico. XX, figura 1. — El Valle del Rio Manso y las nacientes. de este rio y del Rio Coihaille. » » 2. — El Lago Buenos Aires. XXI, figura 1. — Fuente de los rios Aysen y Chalie. » » 2. — El Rio Fénix en el llano morenisco del Lago Buenos Aires. XXII. — Valle de la Laguna Blanca y Aysen. a XXII. — Roca errática — Valle de la Laguna Blanca. XXIV. — Meteorito. XXV. — Bosque en el Lago Fontana. XXVI. — Lago Cholila desde el oriente. XXVII. — Rio Fta-Leufú, en el codo del Valle 16 de Octubre. XXVIII. — Valle 16 de Octubre y Cerro Situacion. XXIX. — Lago Nahuel-Huapi (Península del norte). ; XXX, figura 1. — El Lago Constancia desde el Cerro Mirador. ' his » » 2. -— Lago Todos los Santos. AS XXXI. — Lago Nahuel-Huapi, desde la punta al oeste del Puesto Millaqueo. XXXII. — >» » desde Estacion Península, al oeste de Juan Jones. XXXIII. — Lago Villarino. XXXIV. — Navegando en el Lago Traful. XX Lago Lacar. XXXVI. — la Cadena de Ipela (Cordillera de los Andes). XXXVII. — El Volcan Lanin, visto del norte. XXXVIII. — Ventisquero en la falda norte del Lanin. XXXIX. — Trozo de hielo en el Ventisquero del Lanin. XL. — El Lago Traful, desde el oriente. XLI. — Itincrarios generales del personal del Museo. XLII. — Proyectos de vias férreas del Atlántico á los Andes. Plano preliminar de los Territorios del Neuquen, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz. [mg us *[anjy Oly [9p uouen) OASAW TIA SAMATIVL *1 Pura] — YVNIUANV NOIDAA * ONAJOWN : “IJTA OUOL — PY YT 9p O9SNJA [9p *A9Y REGION ANDINA — Lá MORENO — Tomo VIII La Plata- Museo de del Rev. MUSE( TALLERES DEL | puente sobre el Rio Grande Rev. del Museo de La Plata— Tomo VIII, R MORENO: REGION ANDINA — Lámina III, Fig. 5. CHOSMALAL : Fig. 2. TALLERES DEL MUSEO El antiguo Fortin de Junin de los Andes A ' . . OJIY [9p dtrue¡d e] ua JUHUNTY Á OIg - O1g SOII SO] 9P SIUIBLIC) OIASAMX TIA SANT TIVI a IE *TITA OO L — *eye[d Y] 9p O9SNIA [9p *A9Y “AT vurup”T "VNIONV NOIDAA : ONIAOJN Rev. del Museo de La Plata — Tomo VII MORENO; REGION ANDINA — Lámina VI El Lago Aluminé, desde la morena del desagúe del rio TALLERES DEL MUSEO El Lago Fontana, desde su orilla oriental 7 E EE Rev. del Museo de La Plata "omo VIII MORENO: REGION ANDINA — Lámina VII. Fig Fig. 2 Lago Nompehuan Lago Norquinco 5 a a ¿4 | 4 3 í ! > Valle de Reigolil Bosque de Araucarias TALLERES DEL MUSEO MORENO: REGION ANDINA — Lámina VIII Tomo VILÍ. del Museo de La Plata Rev. TALLERES DEL MUSEO Bosque de Araucarias y el Volcan Lanin Rev. del Museo de La Plata — Tomo VIII MORENO: REGION ANDINA — Lámina IX Fig. TI. El Llano entre el Rio Quilquihue y el Arroyo Chapelcó El Lago Lacar desde su extremo oriental TALLERES DEL MUSEO LAGO TRAFUL AA Rev. del Museo de La Plata— Tomo VIII. MORENO: REGION ANDINA I i Xx : — Lámina 2 TALLERES DEL MUSEO LAGO LACAR OJJIJ [9P 01197) Á anginbjm() 4 umyawiyo son so[ 9p erouan¡puor) OASAW 190 SAA TVIVI in A eric, ¡X vull] — YNIUONV NOIDAYA *¿ONASJOMN "TIA 00], — Bed 9] 9P 0980 [9P *“A9Y OASNIW TAA SANA TIVA “njna[eo) Á eno) - uoJ"o7) sor SO] 9p erduanpyuor, y o e "11 tur] — VNIANVY NOIDAA : ONIJOLN LITA OuLOL — eJeld Y] 9P O9SNJA [9p *A9Y . ) > y TA . q. ñ yy Ñ AS AICA AA DEBENA OA END ARS Sd DO A DL AA W | pujea | Oy DASAM TIA SAN TIVI “IX PU? — VNIONVY NOIDAS : ONAJOLA INIA OO | -— Bed 97 2p 09SUIN [9p “AY ÁRuIr] Ol [9 3JqOs seqo | se] OASNAIM TIO SANA TIVI AIX vunup”] — YNIGONVY NOIDAN : ONIUOÍ : VILA WO — PIBIA PI 9P 09SNIN 19P *a9y Rev. del Museo de La Plata — Tomo VIII. MORENO: REGION ANDINA — Dámina XV. Fig: 2. Chacra Tauscheck en Nahuel - Huapi TALLERES DEL MUSEO Estancia Jones en Nahuel - Huapi Rev. del Museo de La Plata — Tomo VII MORENO: REGION ANDINA — Lámina XV1. — nn TALLERES DEL MUSEO Panorama de Nahuel - Huapi desde el Valle del Arroyo Gutierrez UILIO [9 IPSIP “APN -TINYLN 098 T [4] y OISAW 1940 SIN TIVI A á y € "JJAX vtumupT — "YNIANY NOIDAY : ONAAOW "TILA OO], -— 'BJE[d Y] SP O9SNJA [9P *A9Y Rev. del Museo de La Plata — Tomo VII. MORENO: REGION ANDINA — Lámina XVII!. TALLERES DEL MUSEO El Divortium aquarum interoceánico, en las nacientes del Arroyo Pico ul . - . Í " E J MS 5 e Ñ , . ar MS 2, e! E = , y A Pr ' | 4 y 4 * 3 . El É : $ > ee ) , » . , li O AAA E o > 7 Ge ZA s - ES H INFAMIA id MA O A ni a e AA APA A E IET > O el ” = « Ñ a o , ] ¿ .S dá o á y a EA , É a : N : y A] í UN A 4 4 p - nt h 1 . e A Er ' ' A > Un? m ! > > ] 2. ra ] . O A MPUSIVATS IN A A dy our doJoJur tunaonbo uny.0d1p 19 ua poydror) Á 19407) ap ofeg GASNA 1940 SIM TIVI "X[X tuu — 'YNIANV NOIDHA * ONTAOMN *]ITIA OO L — "Bd Y] 2p O9SNJA [9P 'A9Y 210U [9P SRUAJOWI SP] IPSOP “SAJIY SOU OBPT 1H OASAW 1390 SANITIVIL E 2 BA INIRÁO)D Ol] [9P X 9389 DP SMUINDPU SP] A OÁBIN OY [PP 9UPLA TA XX Pur] — VNIGONVY NOIDAA : ONIJHOJMN , “IIA 00 | —Beld e] 2p 09SNJA [9P “A9Y . . A A + a 4 An p e 4 a. 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' e > ñ h . o pa - U 1 ñ OASNAW 190 SINITIVI OJIODIIA “AIXX ?turupT] — VNIUNV NOIDAYA * ONIAOÍN “IA 0UOL—ereid 81 2P O9SNJA [9p 'A9Y te eue]uo y 0Se] yo ua anbsog OASAW TIA SAMHATIVIL *AXX Pue] — VNIGNVY NOIDAA * ONTAOIN ps AM a co “ILLA QUO — “B1PId YT 2P O9SNIA [9P “AY DJUDIJO 19 DPSIP “P]! OY) Oe] OASNM 140 SAHATIVI CATS ed (ERSTRTF IAXX tuu] -- VNIGONV NOIDAY : ONIAOMN LILA OUOL — PIRId 87 2p 09SNIA (SP *A9Y UOIDeNJIS OJIIN) Á 3IQNIIO AP 91 APA ; OXSAN T14A SAHATIVI “INAXX tunue] — VNIONV NOIDHYA : ONAAOIN “TILA QUO] — EYEld ET 9P 09SNIAN [9p *AdyY REGION ANDINA — Lámina XXIX MORENO Tomo VIII. Museo de La Plata Rev. del TALLERES DEL MUSEO / Lago Nahuel- Huapi (Península del norte; q. y o : Rev. del Museo de La Plata — Tomo VIII MORENO: REGION ANDINA — Lámina XXX. Fig. 1 El Lago Constancia desde el Cerro Mirador TALLERES DEL MUSEO Lago Todos los Santos o09MbY]|1A 01S9NH [9p 91890 [e Und Y] opsaj IdenH-]9NyYen 0387 OASAW TIA SIYATIVL "IXXX *ururT — "YNIONVY NOIDAA * ONAYOI . “IIA OO — “eyed Y] 9P O09SNJAT [9P *A9yY s9uo[ URNS DP 91890 [e P]NSUIJUIA UOIDRISH Y] APSIP iden H-JToNyen 0587 OASAW TIA SAY TIVA *"TIXXX *turupT] — "YNIUNV NOMDIA * ONAAOJA “IIA OUOL — *exeld 61 9P O950NU 19P *A9Y | | OUTIB][IA 08%] OASNAMW TAA SANA TIVIL “HIXXX tune] — YNIUONVY NOIDIA :ONAYSOTA “ILLA VUO |, — Belda YT 9P 09SNJA [9P *AdY |¡Nje.1 | 0887 [9 U OPued2AeN OISAW TAA SAMIATIVI q xs “AIXXX P?ulur] — YVNIUANV NOIDAA * ONIJOTAN “IA QUO — EJE]d Y] 9P O9SNIA [9p “A9Y 1e9e] 08e7] DASH TAO SANT TIVI "AXXX Pue] — VNIONV NOIDIA :ONAJOIN “IA QUIO,L — BIEIA YT 9P O09SNJA [9p *A9A (S9puy SO] AP PIA|IPJOD) PJad[ dp vuaper) e] JISAM TAG SANA TIVA "TAXXX Punue”] — VNIONV NOIDAA : ONAJOIN HIA O0U0L — Ped YT 9P O9SNA] [9p *A9Y w . e” » A . E + » " * "1 Ya ñ rro pN! Era y E ' ' po / A SS : 5 , . 3J0U [9P OJSIA UIUP] UBIOA 1H OASNW TIA SAINATIVIL "UAXXX Purue”] — YNIANV NOIDAY : ONAJOIN "TILA QUO — Ped YT] 9p 09SNJA 19p *A9Y Rev. del Museo de La Plata —- Tomo VIII. MORENO: REGION ANDINA — Lámina XXXVIII, Se TALLERES DEL MUSEO Ventisquero en la falda norte del Lanin UJueT fop oJanbsnuaa [9 ua OJ91y 9p 0ZOJ] OISAW TAO SANA TIVI 'XIXXX vurur] — YNIONV NOIDAN : ONAJOIN "TA 000, — Bed Y] 2P 09SNJA [9p '149y o A 7 $” pa j : PARE ñ k - » A e Ms Ñ . E > ' ha . d . ñ m3 MN | e . j A y . A A y ' Ñ ; ha E | Ñ pa 9JU9ILIO 19 IPSIP [NJ 058] 14 OASAM TIA SANA TIVIL “xXx vurnu?] — YNIONV NOIDAA * ONAIAOJA "TNA 0UO] — BYId YT 9P O9SNIA [9p *'A9Y Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VIII. MORENO: REGION ANDINA. — Lámina XLI. 1 e ITINERARIOS GENERALES ADE PERSONALON | $ DEL DP araisod; l Mendoza ENUSEOSELAPLATA Ea SANTIAGO ] 189 4 | MENDOZA: : , SA A AAA Bahía Blanca | NE preso WiRariós “ed TE A / = 100 - 3 o 200 200 oo 00 00 nn yd y . [. 5 ' b ri E - >. . me ” - Jn ue e, y .. La ñ . ' É 1 á D . 4 ” e... A ae a -. e . » mM : e > aer d . > - E A ad e a * " y «) > a , 1 7 usa +5 dl y id y , * As e J Ñ , 13 AS 43 f e ' . ' 1 1 * «7 Ñ - 4 4 O ALU ee o] DAL , Rev. del Museo de La Plata. — Tomo VIII. MORENO: REGION ANDINA. — Lámina XLII. 65. PROYECTOS DE "VIAS FÉERREAS Lineas explotados rea | H ALIADA cda + / i i : WM 5 NEU E > e y “RITO NEGRO! po AN cel Huapi SS o PLE > e) hetubre ' | E pts US, Ea > pa E, Road | Y eS ; tt Ñ , ' q 3 ' PA 1 a A ESO LN Ae ¡Did AN A RAPPORT PRÉLIMINAIRE SUR UNE Expódition geologigue dans la Cordillere argentino-chilienne UNIELESS A IESOs LATITUDE: SUD PAR Dr. LEO WEHRLI ET Dr. CARL BUROKHARDT GÉOLOGUES DE LA SECTION D'EXPLORATIONS NATIONALES AU MUSÉE DE LA PLATA A. DESCRIPTION DES ROUTES. (Voir Pesquisse.) Partis avec notre collégue M. Rodolfo Hauthal, le soir du 12 janvier 1897 de Buenos Aires, nous arrivámes par Mendoza á San Rafael le soir du 19 du méme mois. Ce n'est qu'apres de longs préparatifs que notre caravane múe par quatre-vingts animaux put enfin se mettre en route le 1% février. Aprés une rapide traversée de la Sierra Pintada et de la Pampa située á l'ouest de ces montagnes, nous installámes, le 6 février, notre premier campement dans la Cordillére, aux bords de 1'Arroyo Manga, qui est, apres l'entrée dans les montagnes, le premier affluent gauche du Rio Atuel. Montés par la vallée de 1'Atuel nous passámes d'abord cette riviére pres de Mollar, ensuite deux fois son affluent droit le périlleux Arroyo de las Lagrimas. Arrivés dans le Cajon del Burro, nous visitámes, par désir de notre collégue M. Hauthal, le glacier du Burro. Aprés avoir traversé le Rio Tordillo (partie supérieure du Rio Grande), vis-á-vis de Choicas, et aprés une courte visite aux mines de ce nom, nous passámes pour la premiére fois la ligne divisoire des caux entre 1'Atlantique et le Pacifique, pres du Mojon Damas et nous descendimes par la vallée du Rio Tingutririca et le village du méme nom dans la plaine chilienne. Aprés un court séjour á San Fernando, nous remontámes dans la Cordillére par le méme chemin, et aprés * Tomo VIII. 13 0 — 0] 4 avoir rejoint la troupe principale au Rio Tordillo, le 20 février, nous arrivámes, le 22, au Puesto Casa Santa Elena dans le Valle Hermoso, c'est-á-dire á l'entrée de notre champ d'étude. C'est la que l'expédition se divisa en deux, parce qu'il nous parut préférable, pour différentes raisons, d'entrer de deux cótés dans le vaste champ de travail. ll a été convenu que M. Hauthal commencerait au sud, pres de San Francisco et Trolon, tandis que nous, nous avions Vintention d'avancer du nord en choisissant pour point de départ le Portezuelo de Santa Elena. Pour la fin de mars nous nous fixámes un rendez-vous au Rio Grande, á l'embouchure du Rio Cuevas ou Monta- ñes. Lá aussi devait nous rejoindre notre majordome M. Panelo, resté aux bords du Rio Grande. Nous partimes le 23 février avec une troupe de cinq péons et vingt- trois animaux pour le Valle Santa Elena. La contrée paraissait intéres- sante et tres favorable pour y commencer les travaux. . Le 27 février, un messager de notre collégue M. Hauthal nous attint pour nous prévenir que notre estimé Directeur M. F. P. Moreno nous attendrait á la fin du mois dans le campement de la 3”* Commission de limites, á la Cascada (Ric Colorado, Chili). Nous arrivámes le 28 février avec une petite troupe—le contingent principal étant resté a l1'Arroyo de las Zorras—au campement de la Cascada, via Portezuelo Villagra et Valle Grande. MM. Hauthal et Pa- nelo y étaient déja présents. Du 1% au 3 mars, nous entreprimes de petites excursions dans les environs. Notre honoré Directeur n'y étant pas encore arrivé, nous retournámes, le 4 mars, par le Valle Grande et le Portezuelo Vergara dans notre champ d'étude au Portezuelo Santa Elena. Les environs de Santa Elena, les régions de Tiburcio et Villagra et de la Laguna del Fierro nous ont suscité des problémes difficiles et nous livrerent d'intéressants résultats géologiques. Ce fut le g mars que nous eúmes l'honneur de recevoir la visite de M. Moreno dans notre campement de Villagra, oú nous lui avons sou- mis les considérations suivantes: 1) La région spéciale assez limitée ne pouvait pas étre comprise entigrement dans nos travaux sans une étude géologique des régions limitrophes; 2) Les questions sur la Cordillére, posées dans nos instructions, ne pouvaient étre convenablement résolues sans l'étude d'un profil transver- sal complet; 3) Des profils généraux de la Cordillére seraient á désirer avant tout, et, d'autre part, des études spéciales d'une région limitée seraient trop difficiles sinon impossibles par le manque d'une base topographique sur une grande échelle. Nous avons donc prié M. le Directeur de bien vouloir changer notre programme de travail dans le sens d'aller étudier un profil transversal complet de la Cordillere. Il résulta de cette conférence que, d'accord avec nous, M. Moreno nous donna l'ordre d'étudier en premier lieu un profil géologique com- plet a travers la Cordillére entre Curicó et San Rafael, et plus tard un second profil le long de la route de Uspallata avec Mendoza pour point de départ. Enfin, arrivés á Santiago du Chili le 1% mai, nous aurions dú commencer l'étude de la Cordillére de la cóte chilienne. Conformément á ce programme, nous sommes allés poursuivre nos recherches dans la région centrale entre le Rio Grande (Argentine) et le Rio Colorado (Chili). D'abord nous visitámes les Portezuelos (cols) Vil- lagra, Rabones, Planchon et les vallées de Los Ciegos et de Vergara jus- qu'aux mines de plomb prés du Rio Teno. Les environs de notre bivouac á une grande hauteur, au Peteroa - Peñon, nous fournirent des données intéressantes sur le volcanisme de ces montagnes et sur les phénoménes glaciaires actuels et passés. Aprés avoir dressé nos tentes pour quelque temps dans le Valle Grande, pres du campement de la Cascade, et avoir visité de lá le Portezuelo Montañes, nous partimes, le 19 mars, avec une légére charge le long du Rio Colorado pour Molina, oú nous touchámes pour la seconde fois la grande vallée longitudinale du Chili. - Partis le 23 aprés midi de Curicó, oú nous avions renouvelé nos provisions, nous allámes étudier sommairement la géologie de la vallée du Rio Colorado. Le rendez-vous á San Rafael ayant été fixé au 15 avril, nous fúmes obligés de faire en grande háte le reste du profil, et le 27 mars nous etions déja de retour á l'extrémité du Valle Grande oú nous avicns laissé la troupe. Les 28 et 29 nous continuions la marche par Valenzuela pour le Rio Grande, avec l'intention d'atteindre la Pampa par Calque- que ou Molles, mais ce plan ne put se réaliser á cause de graves tem- pétes neigeuses d'automne, qui nous forcérent á partir aussi vite que possible vers le sud. Aprés la traversée du Rio Grande (le 3 avril, pres Barda Blanca), nous atteignimes le lendemain, par Agua Votada et Portezuelo Loncoche, la Cañada Colorada (Villa Beltran, grande estan- cia du général Ortega). Comme la route parcourue avait coupé obliquement les chaines á Vest du Rio Grande et celles de Loncoche, nous utilisámes le peu de jours disponibles pour avancer avec une petite troupe de la Cañada Colorada vers le Portezuelo Calqueque. En arrivant jusqu'au pied du Cerro Puchen, au-dessus de la Calle del Yeso, nous avons complété notablement notre profil géologique. Partis le 10 avril de la Cañada, nous arrivámes par les bords de 1'Atuel et par la Sierra Pintada á San Rafael le 14 avril, oú nous atten- dait notre majordome M. Panelo. Aprés avoir travaillé six semaines sans — 316 — interruption ni repos, nous étions bien aises que M. Day, nouvel intendant envoyé par M. Moreno, arrivát seulement avec quelques jours de retard. Conformément á un désir spécial de M. le Directeur, nous traversá- mes pour la troisiéme fois la Cordillére avec une nouvelle caravane, passant par Yaucha, Las Vegas, Laguna del Diamante, volcan Matpó et Cruz de Piedra. Apres un voyage pittoresque, mais á peu pres sans résultat scientifique par suite de la háte nécessaire, nous trouvámes les membres de la 2”” Commission de limites au Rio Maipó et arrivámes, le 27 avril au soir, dans la capitale du Chili. A Santiago de Chile nous restámes cinq jours pour nous remettre et pour visiter les musées et bibliothéques sous l'aimable conduite de M. Moreno. Le soir du 3 mai, nous partimes avec nos deux aides suisses pour étudier les plus hautes parties du col de la Cumbre de Uspallata, avec Vintention de faire plus tard les parties basses de ce passage et aprés avoir étudié aussi, selon le programme, la Cordillére de la cóte. C'est ainsi qu'aurait pu se réaliser un second profil géologique á travers les Cordil- léres. Mais la neige prématurée survenue dans les hautes régions nous forca d'attendre quelques jours a Juncal. Le 7 mai, nous passámes la Cumbre surpris par une tempéte de neige. Le cóté argentin jusqu'a Punta de Vacas était également recou- vert de neige. Dans l'impossibilité de travailler et considérant avant tout Vétat de notre santé, nous partimes pour Mendoza attendant lá de meil- leures conditions. L'hiver venant de s'annoncer définitivement, nous quittámes Men- doza le soir du 15 et arrivámes a La Plata le 17 mai. En somme, nous avons été en route 126 jours; de ceux-ci 40 ont été des jours de marche et de voyage, 3g des jours de prépara- tions et d'arréts officiels, 20 des jours de marche et de travail en méme temps, et 27, c'est-á-dire á peine le quart de l'expédition entiére, des jours entiérement voués aux études scientifiques. Nous avons trés souvent préféré la marche á pied dans les mon- tagnes, car ce n'est qu'a pied qu'on peut faire des observations géologi- ques sérieuses. Travaillant ensemble en général, nous nous sommes separés maintes fois, pour les études spéciales et á cause du peu de temps disponible. B. APERCU. PRÉLIMINAIRE DES RÉSULTATS GEÉOLOGIQUES. Nous avons traversé quatre fois la Cordillere avec les itinéraires suivants: 1) par la vallée de 1'Atuel á Tinguiririca ; 2) de Curicó par Rio Grande et Loncoche á la Cañada Colorada ; 3) de San Carlos, Maipó, Cruz de Piedra á San José de Maipó; 4) de Santa Rosa de los Andes, Cumbre de Uspallata á Mendoza. Pour les recherches géologiques, il faut faire abstraction des deux derniéres traversées, parce qu'a Maipó et Cruz de Piedra nous n'avons pas eu le temps de faire des études sérieuses et á la Cumbre de Uspallata tout travail a été empéché par le mauvais temps. Pendant les quelques semaines que nous sommes restés dans la par- tie centrale de la région entre le Rio Grande (Argentine) et le Rio Co- lorado (Chili) au sud de Santa Elena et au nord du campement de la Cascada, nous avons obtenu les bases principales pour la conception géo- logique non seulement du centre mais aussi des parties extérieures de notre profil si rapidement parcouru. Il ne peut pas étre le but de ce rapport préliminaire d'exposer déja maintenant des détails, car beaucoup de résultats doivent étre sanction- nés par une étude minutieuse, soit paléontologique, soit pétrographique. Aprés un examen détaillé nous espérons pouvoir tracer définitivement le premier profil transversal de la Cordillére des Andes (entre Molina, pres de Curicó et Cañada Colorada, pres de San Rafael), levé d'apres les prin- cipes généraux de la géologie moderne. Ce profil offrira au monde scientifique un coup d'ceil général sur la tectonique de notre région andine. De telles recherches systématiques dans les Andes argentino -chiliennes sont, certes, justifiées aussi pour la pratique, car il pourrait en résulter quelques renseignements utiles pour résoudre la question de limites entre les deux républiques voisines. Nous comptons publier nos résultats définitifs aussitót que possible dans les « Anales del Museo de La Plata », c'est-á-dire dés que nos ma- tériaux et collections (échantillons de pierre, fossiles, photographies, hauteurs barométriques. etc.) seront étudiés a fond et qu'un plan topo- graphique pouvant servir de base sera établi. Voici, cependant, quelques résultats préliminaires; [. Ligne de l'Atuel á Tinguíiririca Aprés avoir passé l'immense cóne de déjection du Rio Atuel, on observe au versant oriental de la Cordillére des conglomérats et des gres faiblement plissés. Ainsi cette région rappelle pour l'orographie le versant nord des Alpes oú se trouvent les bancs de grés et de poudingues de la molasse miocéne. Les anciennes terrasses d'érosion et les restes des terrasses d'accumu- lation démontrent que la riviére aujourd'hui trés petite, a travaillé jadis d'une maniére considérable. Le long de l'Atuel on rencontre des grés liasiques fossiliféeres, des calcaires á Ostrea et du gypse fortement disloqués et plissés. Aux deux extrémités de la Laguna del Sosneado, la vallée est barrée par d'immenses moraines et beaucoup de collines d'éboulement. Ces moraines prouvent la plus grande extension des glaciers dans les temps passés, ainsi que l'existence d'époques glaciaires dans la Cordillére. On trouve tout pres les restes de nappes éruptives et de grandes montagnes basaltiques, témoins d'une activité volcanique d'une épo- que géologique relativement jeune. Citons encore les belles surfaces polies des cailloux roulés de l'Atuel, causées par le vent si formidable dans cette région, et l'on peut dire que tous les agents géologiques ont laissé leurs traces au bord de cette riviére. Par suite du voyage accéléré nous n'avons pas réussi a faire des observations sérieuses dans la région de l'Arroyo de las Lagrimas, du Cajon del Burro et du Rio Tordillo. Cependant, c'est dans ces contrées que nous avons rencontré pour la premiére fois un sédiment curieux se montrant tantót sous forme de conglomérats grossiers, quelquefois bréchiformes, tantót sous forme de grés plus ou moins fins. Il contient de nombreux fragments d'une roche éruptive porphyritique et quelque- fois il semble méme que ces fragments sont cimentés par une masse- d'origine éruptive violette ou verte. Des bancs d'ammonites — par/consé- quent des dépóts d' origine marine —se sont trouvés en connexion avec ces conglomérats de méme que des filons éruptifs. Ces poudingues forment aux bords du Rio Tinguiririca d'immenses complexes trés épais et fortement disloqués, dans lesquels le fleuve a creusé des gorges profondes. C'est lá que ces roches sont injectées de nombreux filons d'une diorite verdátre. Dans les parties basses de la vallée de Tinguiririca, on trouve plu- sieurs massifs de diorite tantót obscure, tantót claire, intercalés entre les conglomérats. Dans la méme vallée, á Pouest de la Cordillére, se trouvent aussi des traces glaciaires tres éloignées des glaciers actuels. Il est possible que — 379 — les systémes de terrasses immenses en combinaisoñ intéressante avec les cónes de déjection qu'on observe dans les parties basses de la vallée de Tinguiririca, soient en rapport génétique avec la question des temps glaciaires. On doit probablement expliquer ces terrasses par des change- ments du niveau océanique. Le bord occidental de la Cordillére, pres du village de Tinguiririca, est formé par des roches effusives modernes, qui appartiennent aux groupes intéressants des porphyrites et basaltes. II. La région centrale entre Rio Grande, Rio Colorado et Rio Teno. Entre le Rio Grande et la ligne du Rio Colorado au Rio Teno (Chili) affleure une zone composée en plus grande partie de sédiments d'áge jurassique. Ceux-ci forment quatre a cing plis plus ou moins paral- léles et relativement simples, qui s'étendent du nord-est au sud-ouest, un peu obliquement á la direction générale des chaines. Le conglomérat caractéristique, accompagné de grés et de filons éruptifs, joue ici comme á Tinguiririca un róle prépondérant. C'est surtout dans les parties orientales de cette région que ces roches forment presque exclusivement d'immenses montagnes á parois escarpées, tandis qu'au centre elles sont réduites á une région montagneuse ondulée sans cimes caractéristiques. Dans cette derniére contrée, les inclinaisons des couches et quelquefois les superbes plissements, ainsi que les intercalations soit de gypse soit de calcaires fossiliféres, trahissent la tectonique. Quant au gypse, examen minutieux de nos matériaux fera savoir, s'il peut et jusqu'á quel point étre considéré comme horizon stratigra- phique. La question de l'origine de ce gypse et de ses phénoménes de contact avec les roches éruptives environnantes se présente également. C'est dans cette partie de notre champ d'étude que nous espérons résoudre la question de l'origine du conglomérat si important au point de vue soit géographique soit géologique. L*étude détaillée des fossiles, ainsi que l'examen des plaques minces des roches qui composent le conglomé- rat, pourrait nous guider dans ces recherches difficiles. 1l est possible qu'on finisse par établir des relations entre ce conglomérat (formant la base des volcans Peteroa et Planchon surmontée par des roches éruptives modernes) et les roches andésito-basaltiques modernes, de sorte qu'on pourra peut-étre dire que les immenses volcans á peine éteints de Peteroa, Peñon et Planchon se sont élevés sur leurs propres débris des temps jurassiques. Les sources thermales de l'Azufre et de la Cascada, aussi bien que les cratéres de Peteroa et Planchon, conservés jusqu'a nos jours — 380 — avec une beauté grandiose de formes et de couleurs, témoignent la jeunesse du volcanisme. Dans le Valle de los Ciegos et jusqu'aux Puertas del Valle Grande, on rencontre partout de la pierre-ponce en petits fragments. C'est plus loin encore que les glaciers ont emporté les matériaux volcaniques, comme le démontrent des zones morainiques noirátres, constituées par des fragments basaltiques. A Pest de la vallée de Villagra, on trouve des centres relativement modernes d'un magma plus acide en connexion intime géographique et peut-étre aussi géologique avec des lentilles dioritiques claires. Par contre, nous avons observé dans la vallée de Rabones un complexe impo- sant d'une roche protoginoide, allant au nord jusqu'au Rio Valenzuela, tandis qu'il a déja disparu á Santa Elena, de méme que plus au sud au Portezuelo Montañes. Il résulte de la description précédente que la région andine centrale, située entre le Rio Grande á lPest, le Rio Colorado et Rio Teno á lPouest, entre le Paso Santa Elena au nord et le Portezuelo Montañes au sud, forme une contrée montagneuse uniforme et peu coupée par des cours d'eau. Le conglomérat y joue un róle tectonique prépondérant. D'origine sédimentaire en grande partie, il forme presque exclusivement une série de plis paralléles se dirigeant plus ou moins du nord au sud, et qui ont été morcelés irrégulicrement par l'érosion et qgá et lá surmon- tés de cratéres volcaniques. III. Rio Colorado, Rio Grande et Rio Malargue Les roches effusives dominent depuis le Valle Grande jusqu'au Chili procurant á la vallée du Rio Colorado un caractére volcanique. Les deux pentes de la vallée montrent des restes d'une couverture éruptive énorme de nature andésitique, restes qui se distinguent par leurs colonnes admi- rablement belles. Cette couverture, injectée sans doute dans la vallée préexistante, couronne d'abord des bancs obliques du conglomérat violet et du gypse; ensuite, dans les parties plus basses, directement les diori- tes et enfin, encore plus á l'ouest, de nouveau le conglomérat plissé. Toutes ces roches montrent localement des formes moutonnées produites par les anciens glaciers. Dans le cours inférieur du Rio Colorado, á l'endroit ou il vient se joindre au Rio Claro, se voient de nouveau les immenses terrasses que nous connaissons déja des environs de Tinguiririca. A Vextrémité occidentale de notre profil, se trouve la diorite; des roches éruptives modernes paraissent suivre formant probablement les collines parsemées dans la plaine chilienne. — 381 — A Palmillo, c'est un tuf volcanique qui se présente. Le fait qu'il est superposé aux éboulis de la vallée longitudinale chilienne pourra livrer des éléments pour la détermination de l'áge des éruptions, si Von peut établir des relations pétrographiques entre ce tuf et les couver- tures éruptives injectées dans les vallées. Au Rio Grande, á lVest de la région centrale, vient une série de plis tantót paralléeles tantót obliques au cours du fleuve. Depuis l'em- bouchure du Rio Valenzuela jusqu'au bord oriental de la Cordillere pres de la Cañada Colorada, suivant le Rio Grande jusqu'a Barda Blanca, et traversant le Portezuelo Loncoche, on compte environ six anticlinaux paralléles. Pres de Barda Blanca, il existe un pli couché trés visible, formé dans les parties centrales par le conglomérat et le porphyre, et dans les parties supérieures par un calcaire clair á fossiles jurassiques. Plus á Pest, á Loncoche, des dépóts crétaciques faiblement ondulés sont pénétrés par des filons éruptifs. A Vest du Rio Grande, les sédiments jouent un róle prépondérant, et ce n'est qu'aux environs du Rio Malargue qu'on retrouve une cou- verture basaltique, bien moins importante cependant que les roches éruptives de la partie chilienne de notre profil. Nous espérons résoudre le probléeme de l'áge des diorites gráce aux affleurements qui existent au-dessus de la Calle del Yeso (Portezuelo Cal- queque), oú nous avons trouvé ces roches en liaison intime avec les couches fossiliféres jurassiques. IV. Notes additionnelles sur les lignes Maipo - Uspallata et la Sierra Pintada pres de San Rafael La route Maipó-Cruz de Piedra a été parcourue avec résignation en raison du peu de temps disponible et de l'hiver menagant. La traversce de la Cumbre de Uspallata a été encore pire; des tempétes ont rendu impossible tout travail scientifique. ll s'ensuit que nous ne pouvons donner que sous toutes réserves quelques remarques relatives á ces deux traversces. MAIPÓ - CRUZ DE PIEDRA L'extrémité orientale de la traversée pres de Yaucha parait étre pa- léovolcanique. Viennent aprés les diorites et un complexe de schistes argileux noirs, séricitiques, que hous n'avons rencontrés nulle part ailleurs. Prés de Las Vegas nous avons observé des tufs bréchiformes d'une roche trachytique. Tomo VIII. 14 — 382 — Le Maipó méme, volcan grandiose couvert de neige, est un cóne basaltique. Il est entouré de blocs porphyriques et dioritiques disposés par zones. Une zone sédimentaire montrant des complications tectoniques et composée de schistes tithoniques fossiliféres, de conglomérats et de gypse, s'étend despuis Las Tortolas jusqu'aux régions basses du col. On apercoit par places des bouquets de colonnes éruptives, et tout en bas, pres de San José de Maipó, on passe par des gorges profondes, dans lesquelles le fleuve perce des massifs dioritiques. Voilá tous les résultats de notre route Maipó-Cruz de Piedra. CUMBRE DE USPALLATA C'est le conglomérat qui joue ici aussi le róle prépondérant et for- me, accompagné de calcaires et de gypses, plusieurs plis relativement simples. Contrairement a l'opinion de Darwin, on observe aussi du cóté chilien un plongement varié des couches inclinées tantót a l'est, tantót a Pouest. Il y a donc aussi dans ces parties-ci de la Cordilléere des plissements clairs et indubitables. Un énigme géologique nous parait la plaine d'Uspallata. On pourrait peut-étre résoudre la question de son origine, en étudiant aussi les terrasses et cónes de déjection aux bords du Rio Mendoza présentant de trés curieuses conditions de niveau. La Sierra Pintada pres de San Rafael mériterait d'étre étudice á fond. C'est un «Kuppengebirge» (montagne formée d'anciennes cimes volcaniques) par excellence, formé par des roches éruptives trés variées, qui s'élevent au-dessus de grés et conglomérats peu disloqués d'áge encore inconnu. Les roches citées se croisent en forme de filons et se per- cent alternativement d'une manitre extremement intéressante. Leur étude géologique, se basant sur une carte topographique exacte de 1:100 000 ou mieux de 1:50 000, et sur des travaux micro-pétrographiques ainsi que sur des analyses chimiques, servirait probablement á éclaircir les questions difhiciles relatives á l'áge de la Sierra Pintada, de la Cordillére proprement dite et de la Pampa. V. Résumé des principaux résultats géologiques acquis jusqu'a présent Váchons de réunir tous les résultats acquis jusqu'ici pour en com- biner un profil transversal de la Cordillére entre le 35% et 36% degré de latitude sud (voir l'esquisse). Il en ressort que c'est une région plissée bien typique, et dont la — 383 — tectonique est relativement simple. L*écorce terrestre a été soulevée dans une série de douze á quinze plis paralléles assez équivalents entre eux dans le sens orographique de méme que tectonique. La couche fossilifere la plus ancienne est formée par le liasique etá l'extrémité orientale. c'est le crétacique supérieur (avec tertiaire peut-étre) qui a subi encore un faible plissement. Notre Cordillére, comme la plupart des grandes montagnes plissées de la terre, est donc relativement jeune, c'est-á-dire post-crétacique. Dés lors les riviéres ont creusé dans les montagnes, dirigées plus ou moins du nord au sud, des vallées irréguliéres en toute direction, en long, en travers, obliquement. L'action volcanique a accumulé des masses énormes de laves érup- tives et de tufs dans les vallées et sur le dos des montagnes. L'érosion a fortement entamé ces masses aussi; les restes démorcelés démontrent d'autant plus nettement leur nature. Ensuite une période glaciaire, avec intervalles, a rempli de glace les mémes vallées. Dans nos jours les gla- ciers se sont retirés et n'existent plus que dans les parties les plus élevées de la montagne, ayant laissé plus en bas, au fond et sur les versants des vallées, des moraines anciennes et des « Gletscherschliffe » (roches mou- tonnées) comme témoins de leur grande étendue antérieure. Aprés cette courte orientation, nous faisons suivre quelques commu- nications relatives aux branches géologiques spéciales : L'examen s!ratigraphique a démontré que les terrains sédimentaires de notre région appartiennent la plus grande partie au systéme juras- sique. Il n'est guére possible de fixer la position stratigraphique exacte des différentes couches fossiliféres avant que les fossiles aient subi une détermination définitive. Mais on peut dire qu'il s'y trouve représenté une série variée d'horizons depuis le liasique jusqu'au tithonique. L'étude des terrains du jurassique inférieur et moyen est rendue tres difficile par des relations de facies bien compliquées. Les bancs fossiliféres ne composent point une série continue de couches l'une sur l'autre, sans lacune, mais ils forment plutót des lentilles isolées, des strates de petite puissance, au milieu d'un systeme de roches clastiques d'une épaisseur immense. Par les horizons fossiliféeres on est frappé de la grande diflérence qui existe entre les terrains formant le bord est de la montagne et ceux du centre et de l'ouest de la Cordillére. A lV'est (Rio Grande, Vallée de 1'A- tuel, Cañada Colorada), on observe des dépóts de la zone littorale: calcai- res et grés tres puissants, avec. mollusques á test épais, surtout bivalves, et bancs d'huitres typiques, tandis qu'a l'ouest (Santa Elena, Vergara, Tiburcio, Fierro) se rencontrent dans différents niveaux des calcaires foncés á ammonites. dépóts de mer plus profonde. Il s'ensuivrait que la — 384 — mer du jurassique inférieur et moyen diminuait de profondeur de l'ouest a Vest. Sa cóte orientale coincidait probablement avec le bord oriental des Andes actuels, ou, sinon, elle ne doit pas étre cherchée trop loin de la Cordillére actuelle. Les roches clastiques, dans lesquelles sont intercalées les couches fossiliféres mentionnées, peuvent remplacer celles-ci en plus grande partie; elles forment des assises puissantes, tout particulicrement dans les zones du jurassique supérieur et montent méme jusqu'au crétacique. Quant á la composition pétrographique, on y trouve du grés tres fin et des poudingues grossiers avec toutes les transitions possibles. Le gros des gypses fait partie du systéme jurassique parce qu'ils sont superposés dans beaucoup d'endroits par des couches d'ammonites titho- niques comme á Montañes, á l'est du Rio Tordillo vers le Cajon del Burro, a Casa Pincheira et au Rio Grande. Dans les temps du jurassique supérieur, une mer profonde couvrait notre région. Elle nous a laissé ses traces sous forme de calcaires foncés tithoniques avec des Ammonites (Perisphinctes, Hoplites), des Aptychus et des Sauriens. La recherche paléontologique détaillée va éclaircir et approfondir, ou fournir encore beaucoup de points importants de stratigraphie. Il est tres vraisemblable que l'on retrouve dans notre région, les mémes horizons du jurassique qu'en Europe, se succédant aussi dans le méme ordre qu'ailleurs, ce qui prouvera que les lois de développement orga- nique reconnues pour les autres parties de la Terre, soient valables aussi pour l'Amérique du Sud. Il s'est déjáa montré une analogie surprenante entre mainte région du jurassique de la Cordillére et les localités classiques de la Souabe, du Jura ou des Alpes. Pour la question des zones du climat jurassique, nos recherches paléontologiques détail- lées apporteront aussi des matériaux. Nous avons rencontré sur une grande étendue le facies alpin de plusieurs horizons du jurassique, ce qui ne concorde pas avec les idées émises par Neumayr. Au flanc est de la Cordillére, les couches du jurassique supérieur sont superposées par des dépóts crétaciques. Ceux-ci représentent, á ce qu'il parait, toute la série du crétacique. La base en est formée par des calcai- res á céphalopodes, en liaison intime avec les couches tithoniques sousjacentes. La partie moyenne comprend un complexe puissant de poudingues, de gres, d'argiles et de gypses sans fossiles. Dans les horizons supérieurs on trouve des bancs d'huitres et des calcaires jaunátres á pinces d'écrevisse et á mollusques. Pour la pétrographie nos recherches ont fourni beaucoup de maté- riaux. Les roches éruptives jouent un róle important dans notre profil. ll y a des massijs et filons dioritiques qui percent les terrains sédimen- — 3853 — taires ou y forment des intercalations concordantes. Les masses énormes de poudíngue se composent, pour la plupart, de matériaux d'origine éruptive. Des roches andésitiques et basaltiques quelquefois aussi des types plus acides couvrent les hautes régions centrales ou bien se sont versés comme de grandes nappes étendues dans les vallées préexistantes. Et enfin, toutes ces formations, pour ainsi dire, sont traversées par des Jfilons volcaniques de toute espéece. Les diorites affleurent en deux formes: La premiétre est une roche claire, acide, semblable au granit, á grain assez fin, et renfermant des rosettes ou lamelles de minerai de fer et des concrétions d'actinolithe en forme d'aiguilles; l'autre appartient á un facies vert, presque diabasique, avec grain extrémement fin qui rappelle certaines roches dioritiques des Alpes de la Suisse. Il est possible que, par un examen plus exact, il en soit remis une partie dans la famille des granits ou protogines et une autre partie dans celle des diabases ou tufs diabasiques. La plupart de ces roches dioritiques est relativement jeune. Un gisement dans la Calle del Yeso (Calqueque) fixera leur áge: on y observe des filons et méme des nappes dioritiques en contact direct avec les couches jurassiques fossiliféres. Ici aussi, comme ailleurs, la structure granitique n'est point un critérium absolu pour l'áge de l'éruption. Le poudingue a pour base, dans plusieurs localités importantes, un massif de roche porphyrique qui se retrouve dans les couches supérieures comme débris et méme comme couche entiére intercalée (Lagergang). Au Rio Grande, c'est un porphyre felsitique rouge: au Portezuelo del Planchon, on trouve un porphyrite violet foncé; pres du Mojon Santa Elena, on est frappé par une roche porphyritique verte avec de grandes feldspaths en tablettes de deux a quatre centimétres cu- bes. Ces trois roches sont caractéristiques pour le poudingue (ou la breche), quoique leurs proportions numériques soient tres variables. Elles se trouvent toujours accompagnées de débris diabasiques dont nous ne con- naissons pas encore l'origine. Dans les endroits oú le poudingue passe á un gres, il renferme par- fois des fossiles jurassiques de pleine mer. Pour expliquer la genése de ce poudingue, il y a en outre une cer- taine contradiction entre le caractére de poudingue grossier et fin ou breche et le ciment trés souvent de nature éruptive (porphyritique). Les horizons de gypse sont brúlés, par places, par le contact éruptif. Le poudingue méme est quelquefois métamorphisé énergiquement par des filons aplitiques etc., ou par des nappes volcaniques superposées. En outre, des traces de dynamo-métamorphisme sont constatées dans le poudingue, aussi bien que du striage et des miroirs de frottement dans des couches disloquées. li y a des localités ou le poudingue renferme des minerais de cuivre trés riches (Choicas, etc). — 386 — Les roches néovolcaniques appartiennent, en somme, a la famille des basaltes. ll se peut, pour certains points, que les centres d'éruption mesozoiques soient en coincidence avec ceux du temps moderne. Nous saurons plus tard, par l'examen microscopique et chimique, si cette supposition est juste pour les volcans Planchon, Peteroa et Azufre, par exemple. Ici le basalte moderne a pénétré trés pres d'un massif porphy- rique dans une voúte sédimentaire de poudingue, s'étalant au-dessus en forme de cratéres polychlores superbement conservés. Ces volcans doivent avoir été en pleine action encore dans le temps glaciaire, et méme dans le présent ils ne seraient pas completement éteints, comme le feraient supposer les exhalations continuelles et intensives d'acides sulfureux et hydrosulfurique, les sublimations volcaniques qu'on trouve sur la glace de ces montagnes, ainsi que les sources thermales saturées d'acide hy- drosulfurique, etc., de ces régions. Nous avons trouvé a Villagra et á Tiburcio des centres d'anciens volcans ayant la forme de cimes bien typiques, de cratére avec strates d'obsidiane et de perlite. Ceux-ci sont dús á un magma plus acide, trachytique peut-étre. Dans le Valle de los Ciegos, Puertas del Valle Grande, etc., toute la contrée, vallée et hauteurs, est couverte de pierre-ponce. Plus en aval, au Rio Grande, Rio Colorado, Rio Claro, on trouve des masses énormes de tufs, et des nappes andésitiques jusquía deux mille metres d'épaisseur. Souvent elles montrent des colonnes magnifiques et suivent les pentes des vallées jusque dans leurs plus petits ravins oú les eaux les ont entamées de nouveau (Rio Malargue, Rio Colorado). Par places elles sont superposées á des poudingues modernes á peine cimentés (Rio Claro, Rio Colorado, Rio Malargue). D'autre part, au Rio Colorado, a Villagra ces nappes néovolcaniques montrent une surface moutonnée ainsi que du striage effectué par les glaciers dans le temps de leur grande étendue. Remarquons ici encore que les roches paléovolcaniques et néovol- caniques, de méme que les terrains sédimentaires sont pénétrés par des milliers de filons éruptifs de toute classe. Dans le crétacique méme au bout oriental de notre profil (Loncoche), il y a une porphyrite angitique. Des éruptions volcaniques ont donc eu lieu continuellement, pour ainsi dire, depuis les temps jurassiques jusqu'á nos jours. C'est lá une région d'une importance extraordinaire pour le microscope du pétrographe et pour la balance du chimiste. Quant a la /ectonique, on peut déclarer que la Cordillere, dans la latitude de notre voyage, se manifeste comme région de plissement ty- pique. Fractures et failles n'y jouent qu'un róle secondaire; quant aux chevauchements, il n'y en a pas. — 381 — En comparaison avec les Alpes europcéennes, la structure de notre partie de la Cordillére est bien simple. Il n'y a que peu de complications tectoniques; les massifs centraux feraient défaut, et ce n'est que par un seul systeme sédimentaire qu'est formé le plus grand nombre des plis simples et nets. Mais, dans ces plis, et au-dessus, on rencontre des ro- ches néovolcaniques variées, phénoméene presque inconnu dans les Alpes. La Cordilléere étudiée montre une série subséquente et asymmétrique de plusieurs zones. Sortant de la Pampa argentine, on trouve, au versant est de la montagne (entre Cañada Colorada et Casa Pincheira) une vaste synclinale de terrains crétaciques faiblement plissés et super- posés au jurassique. Le noyau de cette synclinale est formé par les horizons du crétacique supérieur, déja mentionnés dans la partie strati- graphique, et prouvant que la derniére dislocation de cette partie de la Cordillére a eu lieu dans les temps post-mesozoiques. Vers l'ouest suivent les plis jurassiques avec une dislocation plus forte et plus serrée que celle du crétacique. Leurs poudingues, gres et cal- caires forment une série de synclinales et anticlinales simples (Mojon Santa Elena, Portezuelo de Vergara, bords du Rio Grande). Nous n'avons vu que deux localités dont la tectonique est plus compliquée : un pli couché au Rio Grande (pres de Barda Blanca) avec un noyau de porphyre quartzifére, sur lequel des calcaires blancs á ostrées sont magnifiquement plissés en forme d'un S, et puis la région située au nord-ouest du Valle Santa Elena; quant á cette derniére, il serait difhi- cile d'en débrouiller la structure tectonique. A Pouest de la ligne de Peteroa - Planchon-Tinguiririca; ce sont les masses de roches éruptives qui dominent dans notre profil. Il y a une alternation de diorites (effusives?) avec les poudingues jurassiques dislo- qués en voútes et synclinales plus ou moins claires, sous une nappe énorme de roches néovolcaniques. Le versant ouest de la Cordillére, c'est-á-dire le bord oriental de la grande vallée longitudinale du Chili, est tres souvent formé par des ro- ches diabasiques ou porphyritiques, basaltiques méme et tufeuses for- mant de nombreuses cimes volcaniques. Notre profil transversal de la Cordillére entrainera, en outre, quel- ques résultats d'intérét géologique général. Rappelons la genése des poudingues et du gypse; la question de la glaciation andine actuelle et antérieure; les phénoménes du volcanisme avec ses effets de contact sur les roches sédimentaires et éruptives, et ses restes en forme de cratéres, colonnes, tufs, exhalations de gaz et sources thermales; les produits de la décomposition et de l'action du vent; les changements des cours d'eau; les éboulements, etc., etc. On pourrait faire suivre une quantité de petits travaux spéciaux sur des détails d'intérét local de méme que sur des 0 OO problemes d'importance plutót générale. Le matériel fondamental en est déja levé partiellement; pour une autre partie, on pourrait facilement Vobtenir; mais la plupart des matériaux ne seront livrés que par des recherches continues faites d'année en année. Comment parvenir, en eflet, a des résultats positifs sur le mouve- ment des glaciers dans les hautes vallées andines, sans de continuelles observations des mémes glaciers pendant quelques dizaines d'années? Com- ment juger de lorigine de la Pampa énorme et des restes erratiques avant de connaitre á fond les roches et les formations caractéristiques de la Cordillere méme? Ce n'est pas seulement pour la science proprement dite qu'il faut tácher de résoudre peu á peu ces questions, qui sont aussi d'une grande valeur pratique au point de vue de l'économie politique. On peut pré- voir les temps oú il sera important pour la République Argentine de savoir si les hautes vallées peuvent étre peuplées. La recherche géolo- gique de la Cordillére, c'est la recherche, en méme temps, de ses ri- chesses miniéres: les charbons et les minerais métalliféeres. Nous ferons un rapport plus détaillé sur quelques mines rencontrées dans notre ré- gion et l'explication de leur genése sera aussi intéressante pour la théorie géologique qu'importante pour la pratique du mineur. Enfin, pour tous ceux qui ont un intérét soit comme hommes d'état soit comme simples patriotes a la question des limites chiléno-argentines, il est absolument indispensable de connaitre la géologie de la ligne divi- soire qui en explique les faits topographiques. Musée de La Plata, Septembre 1897. Rev. del Museo de La Plata: - Tomo VII! Ouest Est Y Sta Flena 3 Cerro Puchén ce FA I L E ra a Mejor RAE SP UB ICA | Caledd ARGENTINA Pampa Pelerva:Ptanchon 1 23647 ' dd Yeso sl Pircala Canada Colorada 6 7 ' , ne h i 00 1 Villa Beltran, ande vallee longibudinale p WII PF moGrande DARLES Cn > o 1 SS e > » Los Morros Carissale TÍ ' Mallines Portezuelo h Rio Malargue > A Molina Rio Claro IST 3n* Z% A A A colgados del Viento G— mo 0 A ETE 27 Curie Bas WE Ro Colorado ] Es at Niveau¡dala mer 16007 , Niveau de la mer ; : ] DITA —=, 4 Niv.dela mer ¿ : Barda blanca a A + Cascada ; : 33 Loncoche A unen ioColorado pon EE. PSA Ez — Rio frande_—= Es Mn ; Niveau de la mer Niveau de la mer 70* W.Creenw. = Aconcagua “ Uspallata EN O cumbre Punta dis pr Vacas pa | 3 le Molinos A 0) Constitución O — Routes des D's Wehrli et Burckhardt, 1897 -——- Directions des profils geologiques Echelle - 1:5 000000 Agrandi d'aprés le Mapa Relieve de ES.Delachauz, 1894, avec additions E ESOS Sn d'un PROFIL TRANSVERSAL DE LA CORDILLERE CHILÉNO-ARGENTINE entre le 35% et 36* lat.Sud par D' Léo Wehrli et D! Carl Burckhardt géologues ¡ de la section d'explorations nationales au Musée de La Plata 1897 Echelle 1:500000 (hauteurs et longueurs) Roches neovolcaniques ER Roches dioritiques [Ez Cretacé [5] Jurassique 40* W. Greenw. == ¡Ss Echelle 1: 100000000 40* W.Greenw. TALLERES DEL MUSEO UNA PSITACION MABÍTIMA PROVINCIAL POR IS JEAN E DOCTOR EN MEDICINA Y CIENCIAS NATURALES ENCARGADO DE LA SECCION ZOOLÓGICA DEL MUSEO DE LA PLATA CON GRÁFICOS, PLANOS Y NUEVE LÁMINAS Tomo VIII. a) La Plata, 18 de Agosto de 1897. Señor Francisco P. Moreno, Director del Museo de La Plata. Señor Director: Tengo el honor de elevar á usted el informe preliminar, preparado por encargo del Ministerio de Obras Públicas, sobre una estacion marítima provincial y sobre los resultados de los últimos estudios que he practicado 'en la costa atlántica de la Provincia, con el objeto de buscar el punto más adecuado para la instalacion de este futuro anexo del Museo. Me es grato saludarle con mi más distinguida consideracion. Dr. F. LAHILLE, Encargado de ia Seccion Zoológica. MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS DE LA La Plata, Diciembre 31 de 1897. PROVINCIA DE BUENOS AIRES Al señor Director del Museo: Para su conocimiento, transcribo á Vd. el siguiente decreto del P. E. dictado en la fecha: CONSIDERANDO: Que hay verdadera conveniencia en estimular el desenvolvimiento de la pesquería en las costas marítimas de la Provincia, no solo porque esta in- dustria está, sin duda alguna, llamada á constituir una fuente de riqueza de gran consideracion en sí misma, sino porque contribuyendo á crear un comercio activo y 4 desarrollar una clase de navegacion que formará una poblacion avezada ú los trabajos del ramo, colocará ú la Provincia en situa- cion de cooperar eficazmente al desenvolvimiento de la marina nacional, como corresponde ú su situacion geográfica; Que la poca atencion que hasta ahora se ha prestado en la Provincia á una industria tan importante, no se explica satisfactoriamente sino por el — 392 — escaso conocimiento de las facilidades que para ello presentan nuestras ex tensas costas y de su riqueza en productos de la pesquería, lo cual induce tambien á pensar que es necesario crear institutos que faciliten dicho cono- cimiento y propendan por este medio al desarrollo de la industria; Que por el momento y dada la imposibilidad de dar mayor amplitud á esta instalacion, el Poder Ejecutivo debe limitarse á establecer por vía de ensayo, un laboratorio marítimo general para cuyo servicio puede dispo- nerse del personal y demás elementos con que cuenta el Museo de La Plata; Que el encargado de la Sección Zoológica del Museo, doctor F. Lahille, ha efectuado los estudios preliminares tendentes á determinar el punto de la costa marítima más adecuado al fin propuesto y que, por otra parte, el señor Jacinto Peralta Ramos ha puesto generosamente 4 disposicion del Poder Ejecutivo un terreno de su propiedad situado en el punto indicado, para que pueda establecerse en él el laboratorio, sin exigir retribucion alguna, el Poder Ejecutivo — DECRETA: Art. 10 El Museo de La Plata, procederá á establecer en Punta Mogotes, partido de General Pueyrredon, un Laboratorio marítimo destinado especial- mente á efectuar estudios técnicos relacionados con la pesquería, de acuerdo con las indicaciones contenidas en el informe preparado por el señor doctor F. Lahille por encargo del Ministerio de Obras Públicas. Art. 20 El Museo proporcionará el personal y demás elementos necesarios para el funcionamento del Laboratorio hasta tanto se provea al mismo en la ley general de presupuesto, debiendo ' quedar interinamente ú4 cargo de su direccion el encargado de la Seccion Zoológica del Museo, doctor F. Lahille. Art. 30 En el Laboratorio marítimo se admitirá como practicantes y aprendices, un número de jóvenes que fijará el director, debiendo dárseles en el mismo: instituto la instruccion necesaria, 4 cuyo fin se instituirá un curso especial. Art. 40 El director del Laboratorio presentará ú4 la aprobacion del Poder Ejecutivo, por intermedio del Museo, el plan general de trabajos y los re- olamentos del Laboratorio. Art. 50 Acuérdase al Museo, con destino á la instalacion del Laboratorio marítimo, la suma de siete mil pesos moneda nacional ($ 7000 %%) que se imputará á la partida de Obras Públicas de este Ministerio, librándose órden por separado al Ministerio de Hacienda para la entrega de dicha suma al Habilitado del Museo. Art. 60 Comuníquese, etc. G. UDAONDO. EMILIO FRERS. Saluda á Vd. atentamente EmmuLto FRERS. UNA ESTACION MARÍTIMA PROVINCIAL Dans ses fécondes téncbres, la mer peut sourire elle-méme des destructeurs qu'elle suscite, bien súre d'enfanter encore plus. C'est l'ceuvre réelle, le travail de ce grand monde: Aimer et multiplier. MICHELET. El senor Ministro de Obras Públicas, doctor Emilio Frers, dándose cuenta desde mucho tiempo atrás de la necesidad de estudiar sistemáticamente las riquezas naturales de las costas de la Provincia de Buenos Aires, para aprovecharlas en seguida y, al mismo tiempo, iniciar el fomento de la industria de las grandes pesquerías marítimas que proporcionará, únicamente así, un competente personal de marineros para la armada, ha constatado que el momento oportuno ha llegado para realizar proyectos tan útiles para el desarrollo de la Provincia como para la prosperidad del país entero. Dados los cortos recursos de que puede disponerse, sólo se podrá organizar al principio una estacion marítima muy mo- desta, pero suficiente para demostrar al público su necesidad y todo lo que de ella puede esperarse una vez que tenga sus servicios instalados de un modo más conveniente. Hace años que recorro las costas provinciales estudiando la biología marítima, desde Atalaya y Punta Piedras hasta el Sambo- rombon, desde el Tuyú hasta Necochea, desde Monte Hermoso hasta Bahía Blanca y las islas dei Laberinto. En muchos puntos, dejándome impresionar ya sea por una hermosa playa, ya por las tranquilas aguas del mar, ya por una bella puesta de sol, ó por un muelle natural de toscas ostentando una innumerable poblacion de séres fantásticos, verdadero tesoro para el natu- ralista, habría deseado armar mi carpa y permanecer largo tiempo en esos parajes para quitar á la naturaleza uno más de sus secretos. 90 Ahora que ha llegado el momento de hacer efectivo un laboratorio para principiar la verdadera obra de utilidad pública, obra iniciadora que debe responder á los sacrificios exigidos al principio y ser una fuente bienhechora proporcionando á todos los pescadores y navegantes datos precisos establecidos sobre la experiencia misma, uno no debe dejarse guiar por sim- ples impresiones. Siento toda la responsabilidad que pesa sobre mí al hacer este informe y conviene, antes de proceder á la instalacion de ese laboratorio, examinar los puntos siguientes: 1* ¿Qué objeto pueden tener las estaciones marítimas? 2% ¿Qué objeto debe tener la estacion proyectada? Su ubica- cion, debiendo corresponder pues á esos fines particulares. 3 ¿Por qué me he limitado á la exploracion de una sola parte de las costas de la Provincia? 49 ¿Cuál sería el conjunto ideal de condiciones físicas pre- feribles para la instalacion de la estacion proyectada? 9 Exámen de los puntos recorridos. 6% Designacion del sitio elegido.—Las razones. En una segunda parte del informe tendré que hablar de la realizacion del proyecto exponiendo : 71” Las necesidades del edificio futuro. Ss” Las necesidades del personal. 9% Las necesidades de los instrumentos de trabajo. 10% Los trabajos que se pueden emprender ya. Objeto de las estaciones marítimas En La Nacion (2 de Mayo 1895) y á propósito del viaje cien- tifico de la cañonera «Uruguay», indiqué algunos de los puntos que se deben estudiar en nuestras costas. De un modo general, estos trabajos se pueden dividir en dos secciones: la primera correspondiente á las observaciones; la segunda, á las divul- gaciones de las conquistas científicas. Las observaciones son de dos clases: observaciones físico- químicas y observaciones biológicas, tan estrechamente ligadas que no pueden separarse, como sería fácil demostrarlo. A. OBSERVACIONES FÍSICAS 1% Hidrografía.—Antes de pensar en estudios de pesca, es indispensable conocer con exactitud la topografía de los fondos. a AAA AAA A AAA AAA — 393 — Un mapa marino de gran escala de la region que se debe explorar es la primera necesidad que se impone, pues, sea para calcular á cada instante el largo que se debe dar á los cabos de los aparatos, sea para no arrastrar y perder redes costo- sas (*) en peñascos cuando uno menos piensa, sea para co- nocer la naturaleza de los fondos siempre en relacion con la yida orgánica correspondiente, sea, en fin, para saber en qué puntos de la costa habría menos peligro de atracar en los casos de malos tiempos, cuando el temporal sorprende á las embar- caciones afuera. Se deben conocer con exactitud la fuerza y la direccion de las corrientes durante el flujo y el reflujo, como tambien la direccion de las corrientes normales, en sus relaciones con la direccion de los vientos. Además se deben estudiar las alturas de las olas, sus pre- siones y su velocidad, datos indispensables para la construccion de puertos, muelles, abrigos, viveros, parques de crianza, etc. Un punto de los más importantes es la instalacion abso- lutamente necesaria de un mareógrafo totalizador, destinado á calcular la altura verdadera del nivel del mar, estableciendo así el cero para el deslinde de las propiedades particulares de la orilla, para todos los trabajos de nivelacion científica de la República, para las obras de desagúe, de ingeniería, etc. 2% Fisica (sensu stricto).—Distribucion de las temperaturas, de 10 en 10 metros de profundidad.—Densidades del agua.— Leyes de la evaporacion del agua de mar.—Colores particula- res y propiedades ópticas del agua.—Absorcion de la luz, etc. —Difusion de las aguas de los rios y arroyos en el agua del mar. —Comparaciones de visibilidad entre las diversas luces para señales entre los buques ó las lanchas pescadoras y la tierra. 3% Meteorología.—lFs una materia importantísima para fijar con precision el promedio de la direccion del viento relacio- nada con la altura del barómetro, con las mareas del dia, con la estacion del año, etc.—Las leyes de las perturbaciones atmos- féricas locales.—La higrometría que presenta aplicacion inme- diata en la industria de las salazones y de la conservacion de los pescados por medio de la disecacion.— Presion ó fuerza de los vientos.—Presion barométrica.— Lluvias. —Influencia de los «vientos en las mareas, etc. (1) Cada red: chalut Ó gangui, importa el gasto de 400 4 500 pesos. 808 3% B. OBSERVACIONES QUÍMICAS Naturaleza de los fondos. — (ases contenidos en las aguas.-— Clases de sales que se encuentran en disolucion y sus canti- dades relativas.— Alteraciones y ensavos de proteccion de los metales usuales, de los blindados, de las maderas, etc., en el agua del mar. C. OBSERVACIONES BIOLÓGICAS Los estudios biológicos comprenden una parte botánica y otra zoológica, y será necesario pues, en la construccion y en el arreglo de los laboratorios, no olvidar las necesidades espe- ciales de esas dos ramas de la biología. D. DIVULGACIONES ¿studiar, descubrir, es el primer punto que se proponen los laboratorios; pero enseñar es el objeto. Por eso muchos de ellos se dedican casi exclusivamente: 1 A la instruccion del público en general. Instalando acua- rios y dando conferencias de vulgarizacion, como lo hacen los laboratorios de Arcachon, de Melbourne, etc. 2% A la instruccion de la juventud especialmente. a) Escuelas elementales y profesionales dando á Jos niños del litoral y principalmente á los hijos de los pescadores la enseñanza, siempre más necesaria, para pescar en alta mar y conducir sin miedo las más frágiles embarcaciones, como dán- doles tambien la suma de conocimientos normales que no es permitido ignorar. Citaré como ejemplo el Laboratorio de la Isla de Groix. b) Mandando ó vendiendo á los laboratorios de las facul- tades de medicina ó de ciencias naturales los animales necesa- rios para los estudios comparativos de fisiología ó de anatomía de los séres marinos. Ijemplo: Los Laboratorios de Nápoles, de Banyuls, de Cette. Podría extenderme mucho sobre los objetos de las estacio- nes marítimas, y los planos correspondientes á cada uno de ellos deberian ser presentados para demostrar la suma y la varie- dad de trabajos que comprenden estas instituciones. Por ahora bastará, para dar una idea general de lo que puede ser el futuro laboratorio marítimo y del interés que despiertan esas A instituciones que van multiplicándose todos los dias en todas las naciones del mundo, enumerar las más importantes de ellas. En ciertos puntos, en Plymouth, Cette, etc., hay laboratorios que se dedican exclusivamente al estudio de la flora subma- rina del litoral que proporciona á algunos peces, y principal- mente á los mariscos, los elementos de vida. Pero la mayoría de los laboratorios biológicos se ocupan, al mismo tiempo, y principalmente, de observaciones de zoología. Se dividen en establecimientos: 1% Puramente científicos, á donde van los sábios á estudiar el desarrollo y las costumbres de los peces marítimos; las leyes de la adaptacion, de la variabilidad; la zoología sistemática; redactar monografias científicas, y estudiar las leyes de la dispersion y de la distribucion de los animales fijos y migra- torios. 2% Puramente industriales, estudiando y criando. A. Moluscos. — Ostreras: Arcachon, Ostende, Marennes, etc. Mejilloneras: Saint-Vaast, Aiguillon, etc. B. Crustáceos.—Laboratorio Sainte-Barbe en Roscoff. C. Pescados. — Laboratorios de Concarneau, y de Flódevig, para no hablar de los laboratorios destinados á la crianza de los animales de agua dulce. D. Estudio de conservas y salazones.—Laboratorio del Croisic. E. Estudio de los modos de pescar probando los nuevos aparatos y ensayando nuevos sistemas, por ejemplo: el Labo- ratorio de Sables-d'Olonne. Durante muchos siglos nadie se preocupó de los animales marinos ; Plinio, el anciano, había descrito ciento setenta formas de séres del mar y hasta 1650 este autor era considerado como autoridad en la materia. El gran Lineo mismo, en su Sistema natural (1750), indica solamente tres géneros de crustáceos y los pone cerca de las pulgas, arañas y escorpiones! Los verdaderos iniciadores de los estudios de biología marina son: en Francia, Audouin y Milne-Edwards (1826), y en Alemania, J. Múller. Es en Francia, tambien, que fué realizado por Coste en 1858, el primer laboratorio marítimo en Concarneau. Esta estacion fué consagrada durante largo período únicamente á la piscicultura, y fué solamente hasta estos últimos años raras veces utilizada para estudios de ciencia pura. Para facilitar y desarrollar las investigaciones embriológicas y de zoología pura fué Lacaze-Duthiers quien edificó en 1872 el primer laboratorio en Roscoff (Finistére) y actualmente Fran- — E cia cuenta con diez y seis estaciones marítimas que se pueden clasificar de la siguiente manera: ESTACIONES FUNDADAS Y SOSTENIDAS POR PARTICULARES Portel. — Fundador: Bétencourt. — Estudia la fauna del Paso de Calais. Sables-d'Olonne. — Fundador: Odin. — Estudia la piscicultura. Arcachon. —Fundador: Sociedad Científica de Burdeos. — Es- tudia la fauna marítima y la ostricultura. Villefranche. — Fundadores: Barrois, Fol y Korotneff. — Estu- dios embriológicos. ESTACIONES ORGANIZADAS Y SOSTENIDAS EN PARTE POR EL ESTADO Boulogne-sur-Mer — Estacion de aquicultura, director: Canú. Concarneau—Dependencia del Colegio de Francia, Balbiani. Wimereux (1874) — Universidad de Lille, director: Giard. Roscoff (1872) — Universidad de Paris, De Lacaze-Duthiers. Banyuls (1881) —Universidad de Paris, De Lacaze-Duthiers. Saint-Vaast la Hougue. —Museum de Paris, Ed. Perrier. Tamaris — Universidad de Lyon, director: Blanchard. Endoume — Universidad de Marseille, director: Marion. Cette — Universidad de Montpellier, director: Sabatier. Luc-sur-Mer — Universidad de Caen, director: Joyeux-Laffuie. Portel — Universidad de Lille, director: Hallez. Alger— Universidad de Argel, director: Viguier. Estos varios laboratorios se dedican : 19 A los estudios de la fauna: 20 Al adelanto de las ciencias biológicas ; 3" A la enseñanza de estas ciencias; 4% O á estos tres objetos á la vez; 5 O bien se dedican á las aplicaciones de la ciencia á la industria de la pesca, como en Concarneau, Boulogne-sur- - Mer, Sables-d'Olonne, Endoume. Unicamente gracias á unas séries no interrumpidas de es- tudios hechos sobre los aparatos de los pescadores y sus ma- neras de pescar, por un lado; y por otro sobre las migraciones, las costumbres y la reproduccion de los pescados, se puede subsanar el mal causado por la destruccion estúpida de las — 399 — fuentes de recursos marítimos que se realiza todavía en las costas de casi todos los países. Fuera de Francia no faltan tampoco espléndidas institucio- nes consagradas al estudio de! aprovechamiento de las riquezas marítimas. Holanda ha tenido durante algunos años un laboratorio mo- vible. Lo establecían durante el verano en un punto de la costa y en invierno lo trasladaban áú los depósitos de una uni- versidad. In 1890 construyeron un laboratorio fijo en Helder. Alemania, durante mucho tiempo no ha poseido más que el de Kiel; desde 1893 estableció una segunda estacion en Heli- goland. Noruega posee el laboratorio de piscicultura marítima, quizás el mejor organizado, en Flódevig, otro en Bergen (1893), y un tercero en Dróbak cerca de Cristiania (1896). Suecia estableció uno en Kristiniberg (1879). Rusía posee uno en Solowetzk (Mar Blanco), otro en Odessa (Mar Negro), y últimamente ha establecido uno en Sebastopol. Austría posee dos: uno muy importante en Trieste y otro en las costas de Istria. El Japon tiene un espléndido establecimiento en Mitsukuri (Universidad de Tokio). Estados- Unidos. Yl que poseen en Wood's Holl (Laboratorio de la Comision de Pesquerias) contiene cuarenta laboratorios para sábios y espacio suficiente para doscientos alumnos: en New- port se encuentra el de Harvard University of Cambridge; en Palo Alto de California: el de la Leland Stanford Junior Uni- versity. La famosa John Hopkins University de Baltimore, cam- bia cada año el sitio de sus laboratorios marítimos. Inglaterra tiene pocos, pero perfectamente instalados. In Marzo de 1884, en Lóndres, se formó una asociacion entre al- gunos de los más renombrados sábios: Huxley, Lubbock, Hoo- ker, Gúnther, Lankester, etc. y otros señores animados de ideas, tanto filantrópicas como comerciales. ¿s universalmente admitido que el conocimiento de las cos- tumbres y condiciones de vida de los peces de mar es muy reducido é insuficiente para que las legislaturas puedan prác- ticamente dictar las Jeyes indispensables para la salvaguardia de las especies comestibles; de otro lado la ciencia necesita aumentar el caudal de sus conocimientos, tan reducidos todavía, sobre la biología marina. Por esas razones se organizó en Ply- mouth un laboratorio marítimo destinado á estudiar las plan- tas y los animales marinos, y buscar lo que puede alimentar — 400 — cada clase de pescados y de moluscos, y, en fin, la aplicacion práctica de los datos obtenidos. El laboratorio ha costado 300000 francos y su presupuesto anual es de 55000. El de Saint-An- drews (1882) es tambien muy importante. Hay otros en las islas de Man y de Jersey. El comité de pesquerías ha organizado uno en Tarbert (1887), otro en Dunbar (1888), y últimamente uno en Millport, cerca de Glasgow. En Granton, cerca de Edinburgh, hay una estacion marítima dedicada exclusivamente á estudios oceanográficos. Italia posee, en Nápoles, el más admirabje laboratorio ma- rítimo del mundo. En 1872, A. Dohrn, una vez obtenido el apoyo del gobierno aleman, consagró 300000 francos de su fortuna personal para realizar esta obra. Los créditos concedi- dos por el Reichstag están inscritos en el presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania. Además las veinte y cuatro mesas de trabajo de este laboratorio se alquilan cada una por 1800 francos al año, á particulares, ó á) os gobier- nos de Italia, Suiza, Bélgica, Holanda, Alemania, Austria, Ru- sia, Inglaterra, etc. El acuario necesita más de 40000 francos anuales (lo que gana) para su conservacion. Se emplean sola- mente en alcohol 6000 francos y los gastos son anualmente de 175000 francos, más ó menos. Brasil. —Nuestros vecinos del Norte van á tener tambien un laboratorio instalado en un parage lindísimo y de los más ricos bajo el punto de vista de las ciencias naturales, en la isla de San Sebastian, al sud de Isla Grande. Este laboratorio quedará bajo la direccion del sábio director del Museo de San Pablo, doc- tor Von Ihering, quien ha publicado ya sobre la fauna de esta region datos científicos del mayor interés. República Argentina.—Se encuentra en vísperas de ver reali- zado tambien el proyecto actual de laboratorio marítimo. La rea- lizacion quedará un hecho, gracias ú la iniciativa del señor Di- rector del Museo de La Plata Dr. F. P. Moreno, que á propósito me llamó de Europa, así como á la decidida y valiosa cooperacion del Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires. No dudo que el Poder Legislativo provincial como el Gobierno nacional facilitarán su auxilio y querrán tambien contribuir á favorecer y desarrollar, como es debido, una institucion que será un dia tan provechosa para la ciencia como para el progreso general del país y de las industrias nacionales. Consagré hace mucho tiempo ya (*) un estudio áú estas cues- tiones, y lo publicó «La Nacion» unos dias más tarde. (+) El 15 de Octubre de 1894. — 401 — ¿Qué objeto deberá tener el Laboratorio marítimo provincial? Las necesidades de cada país requieren instalaciones espe- ciales. Como no hay todavía en la República Argentina ninguna estacion que haga observaciones oceanográficas, que recoja y centralice los datos que pueden servir al aprovechamiento ra- cional del mar; como por otra parte no hay tampoco que pensar, por lo menos al principio, en organizar distintos establecimien- tos, es indispensable que el laboratorio futuro no quede espe- cializado, aunque esté organizado para practicar los estudios especiales siguientes: 1% Oceanografía (sensu stricto) y meteorología. 2% Pesca costera y de alta mar para formar el catálogo de los productos del mar utilizables. —Epocas de aparicion, repro- duccion y partida de los peces. 3 Probar los métodos de pesca: anzuelos, redes, nasas y los barcos más adecuados á cada clase de peces. 40 Estudiar y hacer conocer los mejores modos de conser- vación. 9 Hacer ensayos de crianza de ostras y mejillones en parques. 6% Permitir los estudios científicos, ofreciendo sin exclusi- vismo alguno, á los sábios de todos los países facilidades de trabajo, en vista siempre del mejor conocimiento de nuestras costas. 7% Desarrollar en los niños que viven en el litoral marítimo el gusto por las cosas del mar y la vida de abnegacion del marino. e 8" Interesar al público por esta institucion, para imponerla despues y encontrar los auxilios necesarios. 9 Establecer, en fin, una estacion de salvataje. Este último objeto es tan importante que requiere una consideracion especial. Para el marino no es el mar lo que constituye el mayor de los peligros; es la costa con sus corrientes, sus fondos desigua- les, sus escollos; es en la costa donde encuentran algunas ve- ces la muerte, en el momento mismo de llegar al puerto. Con el aumento de la poblacion en el sud de la Provincia; con el desarrollo de los puertos de Necochea, de Bahía Blanca, del Cármen, y con la rápida colonización de los terrritorios del Rio Negro, del Chubut, de Santa Cruz y de Tierra del Fuego; de dia en dia nuestras costas serán más frecuentadas. Justamente, las inmediaciones tan temibles de Punta Mogo- tes y de Cabo Corrientes se hallan situadas en el derrotero obligado de todas las embarcaciones, pues hasta los buques que llegan en línea directa de países extranjeros tienen que pasar por allí. Teniendo en cuenta, por otra parte, que estos parajes, como lo demostraré, son de los más favorables para el desarrollo de las industrias de pesquerías y que algun dia serán recorridos du- rante todo el año, por lanchas de pescadores, las cuales se atre-: verán á alejarse más de la costa, sabiendo que, desde tierra, desde el faro, por ejemplo, cuando viene mal tiempo hay una persona que los vigila y que puede proporcionarles socorro eficaz en caso de necesidad. Se comprende bien que una esta- cion de salvamento en este punto es ahora tan necesaria como el mismo faro. : s una verdad tan innegable que en todos los faros ó se- máforos del mundo, al mismo tiempo que se proporciona á los navegantes los datos que pueden pedir por señales, se les hace saber que encontrarán medios de salvacion, y, cuando no existe un bote insumergible, hay, por lo menos, fusiles y cañones de salvamento. Abrigo, sin embargo, el temor de que no se piense en esta creacion sinó despues de catástrofes que pueden suce- der de un momento á otro. ¿Por qué la Provincia de Buenos Aires no ha de tomar: la ini- ciativa que toman en muchos países simples particulares? No sería solamente una gran fraternidad que se establecería entre los pescadores y los habitantes de la costa provincial, sinó tam-: bien el vínculo de caritativa solidaridad entre todos los argentinos y todos los hombres de naciones extranjeras que pasarian por dichos parajes. Se comprobaría, una vez más, que el hombre no es solamente una inteligencia que busca la verdad, sinó que es tambien una conciencia que trata de procurar el bien á los demás y un corazon que sólo pide consagrarse á la humanidad. En Francia, el material perfeccionado, en uso en cada esta- cion de bote salvavida, representa un gasto anual de conser- vacion de 1200 francos y un capital de 30000, repartido del modo siguiente: Bote con.:todos sus IParejos mr... Carro para. el trasporte del bote 2... Casa de abrigo para el bote y sus accesorios . . . . 1500 En cada embarcacion hay un patron, un sub-patron y diez ó doce marineros. — 403 — Por ahora, y teniendo en cuenta la dificultad de asegurar una tripulacion permanente de doce hombres, podría contentarse con un bote de dimensiones menores. En los dias de mal tiempo, los marineros del laboratorio se ejercitarian en las maniobras de salvamento; y en los dias bue- nos, el mismo bote se usaría para el servicio de la estacion marítima: sondajes, dragados, pesca, etc. Puesto que las condiciones naturales de las costas de la Provincia requieren el uso de un bote insumergible para el la- boratorio proyeciado, ¿por qué no consagrar de una vez para su “adquisicion una suma un poco mayor, que permitiría obte- ner más seguridad y al mismo tiempo vendría á llenar una necesidad urgente. ¿Por qué me he limitado á la exploracion de una sola parte de las costas de la Provincia? Desde Punta Piedras hasta la punta norte del cabo San An- tonio, las aguas del mar son turbias y salobres más bien que saladas, cuando soplan los vientos del norte y nordeste ó en los momentos del reflujo; la última punta citada y Maldonado forman la verdadera entrada natural del Rio de La Plata. Los fondos son constituidos por lama, y su gran uniformidad se presta poco á los estudios de zoología general: los represen- tantes de muchas clases de animales faltan por completo, como así tambien muy pocas clases de crianza pueden emprenderse en aguas de constitucion química tan variable. Desde la punta norte del cabo San Antonio hasta Mar Chiquita, la presencia de médanos de arena impide todo establecimiento en las pla- vas. Los parques quedarian, pues, tapados con la mayor faci- lidad; además la falta de materiales de construccion para labo- ratorios, muelles, viveros, etc., se hace notar en las cercanias y se debe tener en cuenta. Desde los arroyos Chocorí y del Pescado, hasta el rio Sauce Grande, la direccion general de la costa y la direccion casi constante del viento, sólo permitirian á las pequeñas embarcaciones del laboratorio raras salidas, no pudiendo aprovecharse nada más que los vientos de tierra. A fin de dar una idea ilustrativa á este respecto, citaré una obser- vacion que he hecho en todas las partes de esta region, cuando habia pedregullo cerca de la costa y que demuestra la gran constancia y la preponderancia de los vientos sud y sudeste. Sin brújula, sin sol y sin estrellas, uno puede orientarse al aire libre fijándose en las piedras ó en los huesos que se ne encuentran en el suelo. La parte de estos fragmentos, situada fuera de la capa de arena, presenta siempre dos partes de igual orientacion: una oscura dirigida al N.NE. y otra más clara al S.SO.; esta última producida porel pulimento efectuado por la arena bajo el impulso del viento. Como he tenido el honor de decirlo en un informe anterior, Puerto Belgrano, ó más bien una de las islas comprendidas entre el Rio Colorado y el Rio Negro, constituirian puntos excelentes para el establecimiento de una estacion marítima pudiendo, no solamente estudiar en esos lugares una fauna costanera de las más ricas, sinó tambien los productos de alta mar, disponiendo de embarcaciones á vapor para salvar la di- ficultad de las grandes distancias. Estos puntos son, sin em- bargo, excéntricos para una institucion que debe ayudar al conocimiento general de la Provincia de Buenos Aires y no únicamente de una parte de ella. Se debe pensar tambien en un desmembramiento que se efectuará un día ú otro de la parte sud de la Provincia, cuando se constituvan otras provincias con delimitaciones geográficas naturales. Sin embargo, una vez concluidas las instalaciones de un labo- ratorio central y definitivo, se podrá fácilmente estudiar, ya sea al norte ó al sud de dicho paraje los otros puntos del litoral, con instalaciones de carácter transitorio (una casilla de madera desmontable). y usando de las embarcaciones, redes y aparatos del laboratorio principal. No tendré que examinar, pues, más que la region comprendida entre Mar Chiquita y el arroyo Chocorí. ¿Cuál es el conjunto ideal de condiciones físicas para la instalacion de la estacion marítima provincial? 19 Varias veces he hecho notar que podía esperar abundan- cia y variedad de pescados sólo en las corrientes cálidas que ofrecen á todos los organismos condiciones más ventajosas, que las corrientes más frias, para la suministracion de alimen- tos. No es el lugar de presentar nuevamente las pruebas demos- trativas de este hecho, pero se deduce que cuanto más cerca de las primeras corrientes se instalara un laboratorio, tanto más provechosas serán sus cosechas. Aunque una estacion maríti- ma no sea nunca un establecimiento comercial y que toda clase de negocio sea absolutamente prohibida, es de la mayor impor- tancia para los estudios que la fauna de los alrededores sea la más numerosa posible y la más variada. — 405 — 2% Por esa razon, es tambien de suma importancia la pro- ximidad de fondos de diversas clases que faciliten la pesca de los animales que viven exclusivamente, sea en fondos de barro ó de arena, sea en fondos de piedras sueltas ó de cascajos. Tam- bien los bancos extensos y anfractuosos descubiertos en baja marea ofrecen grandes ventajas. 3 Se debe buscar facilidades para embarcar y desembarcar con cualquier viento y tanto de noche como de dia. 4% ls de desear tener un fondeadero para las embarcaciones P . que no se pueden ó que no conviene arrastrar todos los dias sobre las playas. 5 La presencia de materiales de construccion: piedras, cal, madera para viveros, parques, muelles, laboratorios, habita- ciones, etc., es una condicion favorable. 6% Como tambien la proximidad de un centro poblado para no carecer de ciertos elementos indispensables, por ejemplo, herreros y carpinteros que el laboratorio no podrá costear como empleados y que siempre se necesitarán para las reparaciones de las embarcaciones, de los instrumentos, etc. 71% La presencia de una agrupacion natural de pescadores. Cuando la mayoría de los objetos destinados al estudio ó los animales destinados á los acuarios, únicamente puedan conse- guirse con dragajes, como sucede en las costas de la Provin- cia, la presencia y la multiplicidad de embarcaciones de pesca serán ventajosísimas para ayudar á los esfuerzos siempre limi- tados de los marineros del laboratorio. 8% La presencia de agua dulce, de lagunas, la desembocadura de un rio de poca importancia para no cambiar de una manera sensible la composicion normal del agua del mar, son condicio- nes favorables, permitiendo los estudios de las adaptaciones de las especies vegetales y animales á las aguas salobres y dulces, como el estudio de las migraciones de los peces que van del agua dulce al mar y vice-versa. 9 Ausencia de médanos de arena en la proximidad, pues de lo contrario, la creacion de parques de ostras sería impo- sible. La limpieza indispensable de los laboratorios, como las observaciones micrográficas, serían tambien muy dificultosas. En el Faro de Punta Mogotes, por no haberse tenido presentes los inconvenientes de la proximidad de médanos, los marineros tienen que trabajar con frecuencia para desobstruir puertas y patios. 10. La instalacion de una bomba ya sea á vapor, ya á viento, con el objeto de obtener una corriente contínua de agua fresca Tomo VIIT. 16" — 406 — en los acuarios, es una necesidad. Se debe construir, pues, el laboratorio lo más cerca posible de la orilla de las bajas ma- reas, debiendo dicha orilla estar constituida por piedras y no por arena, á fin de que el agua bombeada sea siempre muy aérea y limpia. 11. Se necesita, cerca del laboratorio, un terreno llano bas- tante extenso, sea para ensanches futuros á medida que au- menten los recursos, sea para hacer secar las redes flotantes que tienen á veces dimensiones considerables. 12. Es necesario buscar un punto donde las diferencias de altura entre la alta y la baja mar sea la más grande posible para permitir el estudio en seco de una gran parte del litoral, rocoso ó lleno de plantas, ofreciendo al naturalista el campo de estudio de acceso lo mas fácil y siempre de gran provecho. En el noroeste de Francia, existen playas que se descubren en la baja mar por extensiones de más de media legua. Es difícil hallar reunidas todas estas condiciones en el mis- mo punto; la necesidad de contentarse con el mayor número de ellas, cuando no con el menor número de inconvenientes, determinará la eleccion del sitio más adecuado. Haré notar, de paso, que las condiciones morales, requeridas para el personal, no son tampoco despreciables. Se necesita de todos: abnegación para vivir en soledades, y valor para ex- ponerse á cada momento. ls indispensable tambien un reglamento autoritario, siendo de graves consecuencias todo error ó falta que se cometiese en el mar ó en el servicio de los parques y acuarios. El si- guiente lema: «Labor y Disciplina» deberá ser el de la Estacion Marítima, sin lo cual todos los esfuerzos y los gastos serán inútiles y las buenas voluntades estériles. Exámen de los puntos recorridos Principiando por el norte, el primer punto que debe exami- narse es la embocadura de Mar Chiquita, situada en el 37" 48' de latitud sud. Durante este verano algunos pescadores tienen la intencion de ir á ese lugar con el objeto de ejercer su pro- fesion é instalarse en caso de buen éxito; como, á más de esta circunstancia favorable, la extension de la laguna es muy grande y su canal que va al mar puede ofrecer, segun me dije- ron, entrada á embarcaciones pequeñas, convenía, pues, estu- diar con atencion las condiciones de este paraje. €... — — 407 — Una faja de tierra que se extiende de S.0. á N.E. y de una anchura de 200 metros, á media marea, separa el mar del canal de la laguna. Es en esta parte que debería instalarse la Estacion Marítima; pero la presencia de médanos sin vegetacion en la parte sud de la faja sería un peligro constante. Además, se puede hacer notar las condiciones desventajosas siguientes: 1% El declive insensible de la playa y el alejamiento consi- derable del agua honda y pura del mar que no permitiría bom- bear más que algunas horas por dia en condiciones favorables y haría casi imposible la construccion de viveros. 2% La presencia de pedregullo y fragmentos abundantes de conglomerados en la playa dificultaría los ensayos de pesca con las redes litorales. 3* Ausencia total. de piedra dura en los alrededores, que dificultaría la edificacion. 4% Pocos dias antes de mi llegada, una tormenta había cer- 'ado por completo la entrada del canal; y la laguna, no teniendo más comunicacion con el mar, quedó tan poco salobre que todos los animales que habían venido con la última corriente de marea perecieron. Segun los datos que tengo, este caso su- cede con mucha frecuencia, de modo que, una vez las embar- caciones entradas en el canal, pueden quedar prisioneras hasta que vengan tormentas de lluvia en la parte norte de las sierras de Balcarce y Tandil, que hagan romper de nuevo la barra de arena. Algunas veces sucede que las aguas de la laguna se abren paso en la parte sud del canal de entrada, es decir, al nivel del codo, al lado del chalet del señor Jones, corriendo el nuevo canal entre los médanos. 54 Los numerosos arroyos que afluyen en la laguna traen demasiada arcilla que dificultaría los ensayos de crianza. La reunion de las condiciones precedentes no permite esta- blecer en este paraje una estacion de carácter definitivo, pero el estudio biológico de estos lugares, como el de Punta Rasa, merecerá siempre especial atencion. Más al sud, casi hasta 37% 56” de latitud, las playas son grandes, arenosas; los médanos desaparecen, pero siempre se ovbserva el declive insensible de las playas y la ausencia, peor todavía, de cualquier abrigo para las embarcaciones. Desde el punto indicado, hasta el ejido de Mar del Plata, no se encuen- tran sinó barrancas de tosca cortadas á pico, de ocho á once metros de altura y bañadas en parte por el mar en cada ma- rea. No se observan más que tres ó cuatro bajadas correspon. dientes á sinuosidades de la costa y á playas de cierta ex- — 408 — tension; se ve en una de ellas pedazos de un barco perdido. ¿s que, como me han afirmado muchos pescadores, la capa de arena es de poco espesor y muchas veces sucede que cor- rientes más fuertes la llevan al norte y dejan algun tiempo completamente descubiertos, peligrosos bancos de tosca. Las mismas condiciones de altas barrancas bañadas por el mar que no ofrecen ningun abrigo y presentan bancos temibles á sus piés se extienden desde el sud de Punta Mogotes hasta cerca de Mira-Mar. Una caleta bastante abrigada, situada en el punto denominado en los mapas ingleses Andres Head, en la cual desemboca el arroyo Chapat-Malal cayendo en una preciosa cascada, se encontraría, sin embargo, en condiciones favorables para el estudio: abundancia de agua dulce, ausencia de méda- nos, buenas tierras en los alrededores para el pastoreo de los caballos indispensables para el servicio del laboratorio, en fin, au- sencia de bancos. Pero este punto presenta, entre otros inconve- nientes, el no despreciable de la poca extension de la playa encerrada entre barrancas de 50 á 70 piés que harían necesaria una precision muy grande para poder entrar en la caleta. Con un viento duro del sud la maniobra sería aún más dificultosa. La embocadura del rio Durazno, á mas de ser muy panta- nosa, se halla en el centro de la inmensa playa de Mira-Mar y si el poco declive de ésta, como su anchura, ofrecen grandes ventajas para los bañistas, en cambio no ofrecen más que in- convenientes para las embarcaciones. El laboratorio, construido en sus orillas, quedaría pronto tapado por los montones de arena que no tardarían en formarse. Desde el muelle de Mira-Mar, nombrado en los mapas in- gleses « Hermeneg Point», hasta la desembocadura del arroyo Carolina, la presencia de médanos, que se elevan algunos hasta 80 piés, no permite pensar en fundar aquí una estacion ni aún provisoria. Desde el arroyo La Tigra hasta el arroyo Cho- corí y más al sud hasta los arroyos del Pescado v de la Nutria Mansa, habría sin embargo algunos puntos utilizables, pero la direccion general de las playas es pésima, estando expuesta á todos los vientos del segundo y tercer cuadrante. Además la eran dificultad de las comunicaciones, ya sea con Necochea ya con los centros de poblacion del norte, constituiría un inconve- niente de los más sérios. El hermoso hotel de Mar del Sud construido por la sociedad Banco Constructor y en el cual había un momento pensado instalar la Estacion Marítima se encuentra en realidad dema- siado lejos de la orilla del mar para ser utilizado como labo- ratorio, aun empleando cañerías muy largas y bombas de gran Ls potencia; las modificaciones que convendría hacer para trans- formarlo en laboratorio y adaptarlo á las nuevas necesidades se- rían quizás tan grandes como las que exigirá una construccion mucho más chica pero incomparablemente más apropiada. He reproducido, á fin de dar una idea de su importancia y de sus proporciones, ese lindo edificio (lámina IV), construido á cuatro leguas de Mira -Mar, en una soledad absoluta, en frente de una playa hermosísima y situado en la confluencia de dos arroyitos, rodeado por campos de excelente calidad. Creo, pues, ahora que se habla tanto de construir sanato- ríums para niños tuberculosos, que se podrían utilizar las construcciones actuales en provecho de las infelices criaturas que irían á buscar en estas playas la regeneración de su salud y el contento de sus familias; asegurando tambien la conservacion del capital humano de la Nacion. Me permito someter esta idea á la consideracion del Excmo. Gobierno de la Provincia. Como se vé, hemos eliminado poco á poco los puntos ex- tremos en que se podía establecer la Estacion Marítima y no nos queda más que examinar los alrededores de la capital del partido de General Pueyrredon, en cuyo paraje hay varios pro- blemas que resolver relacionados íntimamente con el porvenir de la industria naciente de las pesquerías en las costas pro- vinciales. Señalaré de paso uno de los más importantes. ESTADÍSTICA DE LA PESCA EN MAR DEL PLATA A DIFERENCIAS NÚMERO MESES o ENTRE DE CANASTOS — 1895 1897 1897 y 1895 1897 ALO 27.980 20.210 = SA 620 2.090 1.970 í MODO ata 25.890 18.240 =- "4.650 470 22.460 14.040 MI O 48.350 32.280 — 16.070 847 9.930 19.705 A 38.420 51.985 + 15.565 1.623 21.200 22.900 DEA TO ta lania e 17.220 29.080 + 10.860 956 4.840 23.085 A 12.380 5.995 — 6.385 205 1.000 540 AO o AE 11.380 DUDO — 5.925 208 Siete meses.... 181.620 163.245 — 18.375 4.977 He indicado en bastardilla las diferencias entre los meses. Los datos han sido suministrados por el complaciente gefe de la estacion, señor Bertorini. — 410 — Si estudiamos las cantidades de pescado despachadas desde la estacion Mar del Plata, en los primeros meses de este año, y si las comparamos con las cantidades recogidas en 1895 (), podemos consignar los datos en el cuadro anterior, así como en el primer gráfico siguiente: PRODUCTO DE La PESCA EN MAR DEL PLATA O 1895. e 1897 e El8gl=1elele CANTIDAD | 413% | <[/%|2<|2]|= DIFERENCIA EN KILOS io) E e E A EN KILOS 55.000 -50.000 45.000 40.000 - 35.000 30.000 () — Véase mi informe sobre la industria de la pesca en la Provincia de Buenos Aires, «Revista del Museo», t. VII, p. 157. A AA A O E SÓ — 411 — Se deducen las conclusiones siguientes: 1* Durante los siete primeros meses de este año se han pes- cado 18375 kilos menos que durante los meses correspon- dientes del año pasado. Suponiendo una afluencia mayor de bañistas, y, por consiguiente, un consumo local más grande durante los tres primeros meses, no basta para explicar esta diferencia tan grande. Haré tambien notar que el aumento del consumo en Mar del Plata mismo, en 1897, es una hipótesis y no he podido encontrar un dato verdaderamente científico sobre la venta del pescado en el pueblo. Sería, sin embargo, útil y fácil obtener un control que no molestaría á los pescadores. 2* En 1897, como en 1895, Marzo y Abril son los dos meses más fructuosos. Será preciso buscar el por qué de ese máximum otoñal tan curioso; el estado del viento no basta para dar una explicacion, puesto que tal constancia no se ha observado todavía en el régimen de los vientos en la Provincia de Buenos Aires. La temperatura tampoco no puede ser invocada, puesto que su descenso se produce gradualmente. 3% En 1895 era la cantidad correspondiente á Marzo que sobrepasaba por 9930 kilos á la de Abril. En 1897 ocurre lo con- trario y en Abril se pescaron 19705 kilos más que en el mes precedente. 4% Durante estos dos años, en Febrero, se han despachado 2000 kilos menos que en Fnero. Fxactamente 2090 kilos en 1895 y 1970 kilos en 1897. Esta diferencia se encuentra en el límite posible del aumento del consumo local. 9* De Enero á Febrero, Junio y Julio, se nota un descenso contínuo interrumpido por la brusca elevacion de Marzo y Abril yv algunas veces de Mayo. 6* De Mayo á Junio se nota una disminucion muy intensa en la produccion, que salta de 29080 á 5995 (diferencia: 23 085); y bajando todavía más, hasta 540 kilos, el mes siguiente! ¿Será que los peces se alejan de la costa por la accion de los frios? ¿Será que los pescadores, despues de una cosecha demasiado intensa durante tres meses, han revuelto todos los bancos y espantado á sus moradores? O bien: ¿Enriquecidos por los meses precedentes se han mostrado ménos dispuestos á salir, gozando y gastando las sumas obtenidas? ¿Los vientos de afuera han soplado con mayor frecuencia? Creo que hay un poco de todo esto; pero, sin embargo, en muy pocos países la pesca sencilla del litoral está sometida á desigualdades periódicas de semejante amplitud. Acá, más que en otras regiones, los pescadores, imitando á las hormigas, deberían ahorrar para los meses de invierno. =D Los desconcertados que han ido á pescar á Bahía Blanca, no han sido más afortunados y piensan ya regresar á Mar del Plata, donde, por lo menos, hay más facilidades para la venta directa Óó para la expedicion á Buenos Aires. 7% Creo que convendría pedir oficialmente á la Direccion del Ferro-carril del Sud los datos que faltan, de Agosto á Diciem- bre de 1895 y del año 1896, para completar estos cuadros grá- ficos como tambien los de las cantidades de pescado despu- chado en las estaciones de Vivoratá, Maipú, Monasterio, Adela y Chascomús, durante el mismo período. 8i Si sacamos de estos catorce meses el promedio de las cantidades de pescado recogidas desde Enero hasta Julio, obte- nemos 24633 kilos. Comparando despues este promedio men- sual con las cantidades realmente pescadas, podemos formar el cuadro que sigue y el segundo gráfico de la página 22 que de- muestran con más claridad las oscilaciones bruscas, como la notable disminucion general del producto de esa industria que la gran abundancia de Abril ha salvado de una ruina completa que sería preciso evitar en lo futuro gracias á estudios emprendi- dos pronto y continuados con perseverancia. Bajo todo con- cepto los pescadores tan escasos de la Provincia merecen un apoyo decidido y verdaderamente eficaz. ta 1895 1891 a KILOS KILOS ENCORE + 3.347 — 4.423 ESDTETO a IA + 1.267 — 6.393 MI an + 23.727 + 7.647 Abril. RT an + 13.787 + 27.352 ME rnitós aa Pe — 7.413 + 4.447 Junio — 12.253 — 18.638 SUL lb a AS RS E — 13.253 — 19.178 Procediendo por eliminaciones sucesivas, ahora no queda más, para elegir el sitio de la Estacion Marítima, que examinar la parte comprendida entre el punto donde principian las barran- cas de la Tapera (lámina II), en el norte, y el punto donde prin- cipian al sud las barrancas de la Lobería Grande. Tomando como base el plano del ejido de Mar del Plata delineado por el ingeniero Cárlos de Chapeaurouge, he verifi- cado con la brújula prismática las direcciones de las playas que habían sido objeto de poco interés para dicho señor y, por consiguiente, bastante mal representadas. He confeccionado un bosquejo preliminar del litoral (lámina 1), prolongándolo hasta la laguna de Punta Mogotes. ES Si alguien se fija en este plano, constata en seguida que para poner las embarcaciones al abrigo de los vientos del sud y sudoeste, que son los peores y más constantes en esos pa- rajes, deberán dejarse fondeadas en los puntos siguientes: 1% Parte norte de la punta de la loma de La Iglesia. 2% Puerto de Luro, comprendido entre el buque que hizo varar á propósito el señor de este nombre y el muelle de Rouaix que se está prolongando. 9" Punta de las Piedras, al sud de la playa Bristol y domi- nando todo el pueblo de Mar del Plata. 4% La playa norte del Cabo Corrientes. 9" La playa norte de una punta anteriormente sin designa- cion y que designaré con el nombre de Punta Porvenir. En las dos primeras localidades se encuentra en la cercanía inmediata una corriente de agua dulce (zanjon de Cardalito— arroyo de la Chacra), pero sería necesario comprar muy caro los terrenos á los particulares que ya los ocupan y en ningun caso se podría obtener bastante extension para el ensanche futuro. En la Punta de las Piedras y en el Cabo Corrientes, los bancos de arena que se forman y rellenan siempre más lus playas del Bristol y del Saint-James, demuestran el peligro que amenazaría á los parques y viveros, imposibilitando tam- bien la aproximacion de las embarcaciones al muellecito del laboratorio. Pero los inconvenientes mayores que encuentro para elegir uno de estos cuatro puntos, son de dos clases de diferente naturaleza: 1% Hace años que se habla de construir en Mar del Plata un puerto, ya sea militar ya sea de pesca y de cabotaje. Algun dia ese puerto en dicha ciudad será de una ¿imprescindible necesidad para la Provincia y las construcciones marítimas, que deberán tener sus bases en las puntas mencionadas, vendrían á aniqui- lar la Estacion Marítima, ó ponerla quizás en condiciones muy defectuosas. 29 La presencia durante una parte del año de una poblacion numerosa de bañistas curiosos y constantemente desocupados, constituiría un perjuicio inevitable para los trabajos. Sitio elegido Después de muchas observaciones y de no menos largas reflexiones, estando además por las razones anteriormente ex- puestas limitados á eligir en la zona costera comprendida — 414 — entre Mar Chiquita hácia el norte y Necochea hácia el sud; el sitio más adecuado para el establecimiento de una estacion marítima anexa al Museo de La Plata, me parece ser la parte norte de la punta que he llamado en mi bosquejo Punta Porvenir, y donde la Punta Mogotes y su restinga forman la parte sud. Este sitio está ubicado á dos leguas más ó menos del pue- blo de Mar del Plata, siguiendo los caminos trazados; dista cerca de un kilómetro del Faro de Punta Mogotes, y durante los primeros tiempos de estadía, creo que no habría ningun incon- veniente en obtener, en caso necesario, el alojamiento de una parte del personal del laboratorio en dicha reparticion. La extension de terreno que se podría pedir á su propietario señor don Jacinto Peralta Ramos, está indicada con los núme- ros 59, 62, 63, 66 y 67 en el plano de un pueblo futuro llamado erróneamente Cabo Corrientes, pues este cabo se halla situado mucho más al norte Jimitando al sud la plava del Saint-James. ln uma conversacion que tuve con el señor Eduardo Peralta Ramos, éste me aseguró, en nombre de su hermano, que do- naría al gobierno todo el terreno necesario para el estable- cimiento del Laboratorio, debiendo enviarme uno de estos dias la carta conteniendo su ofrecimiento oficial. La adquisicion de los lotes 59, 62 y 63 habría bastado en rigor dado el caso de encontrarse en la necesidad de pagar el terreno. La mayor extension que he solicitado para la Provincia corresponde al pensamiento de los ensanches futuros que po-- drán efectuarse en la institucion, pudiendo edificarla de este modo en el centro de un jardin de ensayos. VENTAJAS DE ESTE PUNTO a) Del lado de tierra: — En este punto se explota ahora mismo una cantera de cuarzita en la zona fiscal, que ofrecerá materiales inmejorables para la edificacion de habitaciones, muelles, viveros, etc. Más arriba de la zona costera, la tierra vegetal presenta una capa de gran espesor que se prestará para los ensayos del cultivo de los árboles que conviene plantar en las cerca- nías inmediatas al mar. No existen médanos en los alrededores y la parte arenosa del suelo que forma la misma Punta Porvenir, distará por lo menos cinco cuadras, encontrándose el laboratorio fuera de la direccion de la tierra que levantan los vientos predominantes. — 415 — La capa de agua dulce se encontrará á una profundidad relativamente pequeña, á juzgar por los pozos del faro y de las chacras vecinas. Al sud se extiende una laguna que no se seca nunca du- rante los veranos y que proporcionará algunos datos de interés para la explotacion racional de las aguas dulces. Bajo el punto de vista de las facilidades de comunicacion, el laboratorio se encontrará relativamente cerca de un pueblo im- portante, único centro hasta ahora de pesca marítima, y no tendrá los inconvenientes de una proximidad inmediata funesta para la disciplina del personal y para el trabajo. En los alrededores hay algunas chacras y puestos, cuyos habitantes proporcionarán, con los pescadores, los alumnos para la escuela. Una cantera para los hornos de cal que se explotan cerca del arroyo del Barco facilitará, con la arena de las playas y las piedras, elementos baratos de construccion. b) Del lado del mar:— Este punto ofrece para las embarcaciones un refugio seguro contra los vientos del oeste y sudoeste, pudiendo los botes, en caso de mal tiempo del este ó del norte, varar en un punto de la playa arenosa, tan extensa como cómoda, que he desig- nado con el nombre de Peralta, pudiendo tambien buscarse abrigo cerca de la caleta del sud del Cabo Corrientes. Este punto entre Mira-Mar y Mar Chiquita, se encuentra en la pro- ximidad del banco de Punta Mogotes y es tambien el más céntrico de las costas de la Provincia de Buenos Aires. In frente del laboratorio las aguas quedan siempre altas hasta en marea baja, y, como hay una especie de muelle natural de piedra, será fácil prolongarlo para la construccion del vivero. El agua para los acuarios queda igualmente un poco más tras- parente que en las orillas completamente arenosas. La llegada y la salida de las embarcaciones será fácil á cualquiera hora de las mareas. Uno de los objetos de la Estacion Marítima proyectada es ayudar al fomento de la colonizacion de nuestras costas atlán- ticas por la inmigracion de pescadores y eso no es posible sin la condicion de ofrecerles iguales ó mayores ventajas que las que se les ofrecen en otras naciones (). (*) No se debe olvidar tampoco que para iniciar grandes pesquerías es necesario invertir sumas importantes para la adquisicion y conservacion de los elementos de pesca. A, [PE Creo, pues, que será de interés dar de paso una idea de los armamentos que se usan, de sus precios, como tambien de las primas destinadas á desarrollar, en los diversos estados, las pesquerías marítimas, fuentes de inagotable riqueza y orígenes naturales de toda armada nacional. Sin embargo, en este informe, hablaré solamente de lo que he visto y anotado yo mismo, es decir, de lo que se hace en Francia. Para pescar el bacalao, ó mejor dicho, para pescar en mares bravos, los buques más convenientes son las goletas. stas permiten evitar los abordajes con una maniobra muy sencilla, que no molesta casi las líneas. Una goleta de cien toneladas y de una longitud de 27 m. 61 entre perpendiculares tiene un valor de 60000 francos y su ar- mamento correspondiente representa 20000. La tripulacion nece- saria consta de dieciocho hombres, incluso oficiales y grumetes. ¿stos son: un capitan, un segundo, dos tenientes, once ó doce marineros, un tonelero, un salador y algunos grumetes. El segundo y los tenientes trabajan en la pesca como los marineros. Los extranjeros no pueden ser oficiales, ni superar á la cuarta parte de la tripulacion. Todo capitan debe tener su diploma de capitan de alta mar, de maestro de cabotaje ó jus- tificar haber navegado cinco años como oficial en un buque pescador y rendir exámen. Para los buques de 60 á 80 toneladas la tripulacion es de quince hombres. Las condiciones de enganche son muy variables, según los puertos de armamento. De la manera como se efectúa en Dun- kerque, puede formarse una idea aproximada. Antes de zarpar, el capitan recibe como gratificacion 110 francos, el segundo 90, los tenientes 60, los marineros 50, los saladores 60 y los grumetes de 30 á 40 francos. Cuando regre- san de la pesca se les dá por cada 1500 ó 2000 kilos de ba- calao salado: al capitan, 49 francos; al segundo, 206 25; á los tenientes, de 15 á 20; á los marineros, de 13 á 15; á los sa- ladores de 16 á 18 y por fin á los grumetes de 8 á Y francos. El gobierno para favorecer la pesca del bacalao y formar marineros les hace tres clases de concesiones: 1% Inmunidades.—Ausencia de todo impuesto interno ó derecho de aduana sobre la sal. 22 Primas de armamento.—Varian de 15 á 50 francos, segun las localidades á las cuales el buque va á pescar. Cuanto mayores sean los peligros, mayor es la prima. Esta se adjudica á todo marinero de la tripulacion embarcada. — 417 — En cambio el gobierno fija la tripulacion de cada buque, según las proporciones que he indicado mas arriba; y fija tam- bien la duracion mínima de la campaña de pesca. A fin de que unos buques no salgan á pescar antes que otros, ó antes de la época reglamentaria, es á la misma fecha, el 1% de Marzo que se dan á los capitanes los permisos para Terra-Nova. 39% Primas de producto.—LEstas varían de 12 á 16620 francos por cada 100 kilos de bacalao seco, según Jos países en los “cuales se hace la exportacion. Se dá tambien una prima á los sub-productos de la pesca, si son de orígen francés. Para pescar el arenque y la caballa se necesita muy buenos buques de 55 á 100 toneladas del tipo dundee, con cabrestante á vapor de fuerza de cinco caballos puesto en la popa para halar las redes. Los diez ó veinte hombres de la tripulacion se pagan por cada tantos animales, ó bien 80 francos por mes. Los buques contienen 350 á 800 y hasta 1000 barriles de pescado salado y hacen dos ó tres viajes desde el punto en donde tienen matrícula á los lugares de la pesca. En los mares de Islandia la pesca de la caballa (Secomber) se hace desde Abril hasta el principio del mes de Junio. En las costas de Francia se pesca con red en Marzo. | Para la pesca de la sardina se usa, en el nordeste de Francia, embarcaciones especiales de 18 á 22 piés de largo, por 3 6 Y de ancho, con dos palos que se desmontan con facilidad y un poco inclinados hácia popa. Tienen una mesana y una mayor cuadrangular que se amura sobre la borda. Estos buques sin cubierta son muy marineros. Armados y con redes valen, más ó menos, 2400 francos. La tripulacion total es ordinariamente de seis ó siete personas. Del precio total de venta se deduce el de la preparacion (rogue) y el de la bebida. Luego la tercera parte es para el dueño del buque, que tiene que comprar los aparatos de pesca y pagar las reparaciones. Las otras dos terceras partes son para la tripulacion. El patron recibe una parte y media, cada marinero una parte y los grumetes una media. Para la pesca en grande de pescados frescos se usa muchas veces redes de fondo ó chalut con buques á vapor ó á vela del tipo tartana, slops ó dundee, de 25 á 40 toneladas. Los precios de las embarcaciones listas para hacerse á la mar varian de 18000 á 22000 francos. Un dundee de 40 toneladas, con guinche á vapor, vale 25000 francos en Boulogne. — 418 — Las tripulaciones varían de cuatro á siete personas. Algunas sociedades de pesquerías pagan un sueldo mensual fijo á sus marineros y además una parte de los beneficios. Se dá una segunda prima á la embarcacion que trae la mayor cantidad. Cuando el patron del barco no es al mismo tiempo su propietario, recibe del dueño una parte igual ú la de los otros marineros. más el 3 %, sobre el importe del beneficio. Se deduce el precio del hielo cuando el sueldo se reparte en terceras partes, como se hace en la pesca de las sardinas. Estas son, en breve resúmen, unas de las principales con- diciones financieras, bajo las cuales se efectúa actualmente la eran pesca en Francia. La produccion actual en dicho país es de 87 millones de francos al año para la pesca con embarcaciones y de 9 millo- nes para la pesca á pié. El número de pescadores embarcados es de 90000 con 22000 embarcaciones representando un total de 200000 toneladas. Hay 60000 personas empleadas en las fábricas de salazon ó conservas al aceite; 50000 practican la pesca á pié, en las playas ó en las rocas, y viven directamente de la cosecha de animales marinos. La pesca da vida todavía á un gran número de industrias como los constructores de barcos, los veleros. cordeleros, ferreteros, etc. La pesca es un factor económico de los más importantes, y aquí, en nuestro país, es bueno decirlo, demostrarlo y repetirlo á cada instante. ¿Actualmente, cuantos habitantes hay en los miles de kilómetros de las costas argentinas que vivan de los productos de la pesca? ¡Quizas cien ó doscientos! Reclutamiento de los marineros de la armada Las naciones que á causa de sus colonias ó de la disposicion de sus fronteras tienen que pensar en el desarrollo de la armada, al mismo tiempo en construir acorazados, cruceros y transpor- tes, se preocupan en buscar el alma que debe dar la vida á esos organismos gigantescos. Fué, hace más de doscientos años, la gran preocupacion de Colbert, quien reorganizó completamente la armada francesa sobre bases que persisten hasta hoy y que tienen por consiguiente la prueba y la consagracion del tiempo. Como su plan está íntimamente relacionado con las pesquerías marítimas y como por otra parte no es conocido acá con exacti- tud sinó por pocas personas, creo conveniente exponerlo con O el fin de dar una idea que se podrá aprovechar transformán- dola y adaptándola á las condiciones propias del país. Todos los marineros empleados para la pesca ó para la na- vegacion, tienen la obligacion de hacer un período de instruc- cion militar á bordo de los buques de guerra. Antes, como después de ese periodo, se encuentran, aunque ocupándose en sus oficios de pescadores ó de navegantes, á la disposicion del gefe de Estado, quien puede, de un momento á otro, llamarlos para completar, en caso de guerra, las tripulaciones de los buques. Como compensacion, la ley les garantiza el monopolio de la explotacion del mar, de las lagunas saladas y tambien de los rios y arroyos hasta el punto donde alcanza la accion de las mareas. Además, justificando tener cincuenta años de edad y 300 meses de navegacion, sea al servicio del Estado, de la pesca Ó del comercio, tienen una jubilacion de medio sueldo. Los ancianos, no conocen, pues, la miseria. Hay una caja es- pecial que sufraga los medios sueldos á los inválidos de la ar- mada y está sostenida por donaciones, productos de la venta de los mostrencos, descuentos en el sueldo de los marineros, etc. En fin, el Estado ayuda á los pescadores en la reconstitucion del material perdido ó averiado por accidentes de mar; provoca la creacion y subvenciona los socorros mutuos entre pescadores; ha sometido al parlamento tambien un proyecto instituyendo el seguro de los marineros sobre la vida y los accidentes. El capital destinado al material de explotacion para pesque- rías especiales, es entregado en ciertos puntos, por armadores, pero siempre son los pescadores inscritos quienes lo usan. Cada pescador tiene la libertad, es claro, de cambiar de em- barcacion como cualquier obrero de cambiar de taller; pero sus cambios deben hacerse anotar por el administrador para los fines de movilizacion y el cómputo de los meses de servicio. Como en definitiva el número de marineros, puesto bajo la autoridad militar, es proporcional á la prosperidad de las in- dustrias marítimas, una reglamentacion previsora mantiene á «las aguas en una productibilidad conveniente para asegurar á los pescadores un trabajo remunerador, á fin de que no deseen cambiar su oficio por otro que no tenga relacion con el mar. Es por eso tambien que resultó negativa una invitacion que hice á pescadores de Francia para venir á las costas argenti- nas, ofreciéndoles hasta terrenos y ventajas especiales. Des- engañar á uno es cruel; pero dejarle vivir con ilusiones, es nocivo. La colonización costera ofrecerá dificultades que es pre- ciso afrontar una vez. — 420 — En Alemania, en el Mar del Norte. el 1? de Enero de 1890, habian 376 veleros y un vapor destinados á la pesca. El 1% de Enero de 1895 este número se elevó á 401 veleros y 73 vapores. La produccion del puerto de Altona únicamente que era de 72062 marcos en 1887 ha alcanzado á 1559 461 marcos en 1895. ¿stas cifras elevadas se deben en gran parte á la accion benéfica del laboratorio de la Ministerial Commission fiir Unter- suchuny der deutschen Meere in Kiel. Necesidades del edificio futuro Cuando la fundacion y la organizacion del laboratorio futuro sea cosa resuelta definitivamente, presentaré, con la colabora- cion de un arquitecto, el presupuesto completo y detallado de las construcciones indispensables; por el momento no haré más que bosquejar un plano general con el objeto de dar una idea precisa de las necesidades que dicho establecimiento requiere. Dejando al lado el vivero y el parque, como tambien el muellecito del mareógrafo, al mismo tiempo de embarque, una de las partes más interesantes y de mayor importancia será el acuario con catorce ó veinte grandes cubas de dos metros de ancho por uno de alto y uno de fondo, que se podrán organi- zar sucesivamente para disminuir el primer desembolso. El piso de los salones quedará constituido primeramente por arena, hasta tanto se pueda hacer de tierra romana. | Al mismo tiempo que el acuario, se deberá instalar una bomba con canería de bronce ó de cobre para establecer una renovacion contínua del agua de las piletas. Un depósito hecho: en la piedra misma de la loma, para contener el agua de mar, sería lo más inatacable y por consiguiente lo más conveniente. La bomba será movida á viento y no á vapor, para disminuir los gastos y evitar un maquinista. Se instalará tambien un ma- nejo de caballos para obtener la fuerza motriz durante los dias de calma, y asegurar así la vida de los animales en observa- cion en las piletas. El acuario constituirá el piso bajo de un pabellon aislado en el centro de un jardin en donde se probarán, como lo he indicado, las plantas v los árboles que se pueden cultivar con mayor provecho para proveer de sombra y lena á los ribereños de la costa marítima. El piso superior del pabellon representado solo en el dibujo siguiente, será dispuesto en tres salones grandes para escuela y conferencias, para el museo de los productos marítimos re- — 421 — cogidos exclusivamente en la localidad, y en fin para conservar los planos, dibujos de embarcaciones, los aparatos náuticos, etc. De cada lado del pabellon central existirán dos pabellones paralelos. El primero constituirá: la habitacion del director, el laboratorio de biología y de investigaciones zoológicas, la biblio- teca, la secretaría y el laboratorio de los preparadores científicos. Ll segundo pabellon contendrá: el laboratorio de química, de fotografía, el botiquin; taller de reparaciones, la cocina, las ha- bitaciones del maestro de escuela, de los tres ayudantes y del patron de la embarcacion. SINS SS SS SS SS S S Na SS e S OT E == TP =S 2 IN rn WS=—==———Y E E CO OA ZA ==) IEA AR AE de A sb id |¿PLANO.DE LAS INSTALACIONES FUTURAS Cerca de la entrada, y hácia el lado del mar, se edificará una cuadra M para los marineros y un depósito A de aparejos, y del lado de tierra se instalará en P el portero y el cocinero, y en € la caballeriza. D representa la despensa, B la bomba y E la escalera en tambor que hará comunicar los dos pisos del Tomo VIII. 7 un co m 7;m E ELEVACION la | SU LABORATORIO CURTEES DIRECTOR al APARATOS ; DEPRECISION e a a E DESPENSA SALA DE PREPARACIONES ACUARIOS PORTATILES CUARTO AYUDANTES COCINA COMEDOR LABORATORIO DESMONTABLE CUARTO DEL MAESTRO ESCUELA CUADRA DE LOS MARINEROS CUARTO DEL CONTRA-MAESTRE DEPÓSITO PARA LOS APARATOS DE PESCA Y DE NAVEGACION remos, velás anclas, sogas, redes, SALA DE LOS ACUARIOS DESTINADOS AL PÚBLICO CUANDO SE PODRA COMPRAR LA BOMBA | | | GALPON FIJO — 422 — pabellon central. Como la piedra, la cal y la arena se encuentran á mano, las construcciones serán de poco costo, siendo, si fuese necesario, los planos definitivos hechos por empleados del Gobierno provincial y minuciosamente estudiados por el Departamento de In- genieros. Lo más importante es que las piezas sean grandes é independien- - tes á fin de que fácilmente se puedan alslar para permitir más tarde nuevas subdivisiones internas si se necesitan. Por ahora, en cuanto á las habita- ciones, se debería instalar un galpon de zine para colocar. los aparatos de navegacion y de pesca, como tambien para el alojamiento del personal. Se establecería este galpon en el sitio mismo del pabellon del acuario defini- tivo y durante un tiempo serviría tam- bien para ese objeto. Represento aquí mismo la disposi- cion de las habitaciones provisorias. El galpon fijo tiene una longitud de 12 metros hasta la línea XY; y según los fondos disponibles se podrá pro- longar hasta 20 metros, como está in- dicado, para la instalacion de los acua- rios en caso de poder comprarlos con el malacate y con las cañerías de bronce y el depósito de agua de mar. Una casilla de madera desmonta- ble para el director y el maestro de escuela, como tambien algunas carpas si fuesen necesarias, completarían la primera instalacion. La casilla servi- ría después para la exploracion metó- - dica de otros puntos de la costa, cons- tituyendo una especie de laboratorio ambulante. Si esos gastos mínimos no se pu- dieran hacer por el momento, se po- dría pedir al Gobierno Nacional el uso a momentáneo de uno ó dos cuartos en las habitaciones bastante próximas del faro. De cualquier modo sería indispensable alam- brar con tejido el terreno concedido y hacer un pozo para tener agua en el sitio del Laboratorio y del campamento. Algunas mesas de trabajo, sillas, baldes, etc., etc., serán tambien indispensables. Dentro de los recursos votados se cal- culará el presupuesto, haciendo por esta vez lo contrario de lo natural, que es: ver las necesidades y sufragar los gastos cor- respondientes. La oficina meteorológica de la Nacion podría, sin duda, suministrar los pocos instrumentos indispensables (termómetro de máxima y de mínima, pluviómetro, higrómetro, anemómetro, veleta, barómetro, etc.), para principiar las obser- vaciones de meteorología. Se pedirá desde el principio al Gobierno Nacional la insta- lacion costosa de un marcógrafo v de un muellecito correspon- diente que se utilizará para el embarque y desembarque, cons- tituyendo al mismo tiempo una de las paredes del vivero. Necesidades del personal La eleccion del personal es más importante todavía que la eleccion del sitio; pues en cualquier punto de la costa, buenos observadores y trabajadores harán más que en mejor lugar gente poca apta para los trabajos que se les confiaran. Es necesario nombrar los siguientes empleados: UN DIRECTOR Encargado de la organizacion y que presentará los nombra- mientos de los empleados que compondrán el personal del establecimiento. Hará los estudios determinados en el plan de investigaciones de biología marítima práctica y de ciencias anexas (Oceanografía estática y dinámica), una vez este plan aprobado por el Excmo. Gobierno. Tendrá que salir al mar lo más frecuentemente posible con los marineros para dirigir las operaciones de pesca y las obser- vaciones; para tomar datos que ellos no podrían relevar, como la posicion del barco en cada série de dragajes, la clasificacion de los fondos, de las larvas pequeñas y de todos los séres que pasan desapercibidos para quienes no han hecho de ellos estudios especiales, elc. DATES UN AYUDANTE SECRETARIO Llevará el libro de los trabajos diarios efectuados y el libro del barco, llevará la correspondencia y la contabilidad. Estará encargado de hacer de tres en tres horas las observaciones meteorológicas y se ocupará tambien de preparar una coleccion fotográfica de los peces ú otros animales recogidos. DOS AYUDANTES CIENTÍFICOS Uno se ocupará de la preparacion, conservacion y montaje de las piezas obtenidas, que deberán guardarse en las colec- ciones locales del laboratorio, enviarse al Museo de La Plata, ó á especialistas para su pronta determinacion ó para trabajos científicos. Ll segundo tendrá á su cargo la manutencion de los acuarios y del vivero y acompañará á los marineros al mar e cuando el director no pudiera salir. MAESTRO DE ESCUELA Para responder á uno de los fines principales de la institu- cion, me parece indispensable la creacion de una “escuela especial que se instalará al mismo tiempo y en los mismos loca- les del laboratorio científico propiamente dicho, quedando los programas bajo la direccion del establecimiento. Ya está asegurada la cooperacion de un maestro normal * cuyos excelentes métodos de instruccion y buenos resultados obtenidos he podido comprobar. Como en Mar del Sud, punto que parece completamente despoblado, vendrían á caballo los alumnos de toda la vecindad. Para la poblacion infantil del campo, que nace ginete, las dis- tancias se salvan con facilidad, y he calculado que en la escuela de Punta Porvenir alcanzarian á reunirse desde el primer día de treinta á cuarenta alumnos. Se acostumbrarían á las cosas de mar y así se daría principio al fomento de la verdadera colonizacion costera, de las grandes pesquerías y á la prepa- cion de los elementos indispensables para la armada. I2l resultado, es claro, no se manifestará mañana y durante dos Ó tres años se necesitarán esfuerzos contínuos; pero es in. dispensable principiar una vez. No encontrando bastantes utilidades, ni provecho en Mar del Plata, algunos pescadores se han trasladado, hace poco — 425 — tiempo, á Bahía Blanca; pero temiendo al mar y no sabiendo utilizar el compás de navegacion ni los mapas náuticos, han preferido desembolsar 150 pesos para el ferro-carril del Sud por costo de flete de cada lancha, antes de hacer el trayecto cos- tero, tan corto y facil, de Mar del Plata á Puerto Belgrano! No hay que pensar en desarrollar la pesca, si antes no se desarrolla la instruccion náutica, por lo menos elemental, de los pescadores. Y como habría grandes dificultades en hacer la educacion de los adultos que no pueden abandonar los traba- jos para ir á larga distancia á escuchar conferencias (y cerca sería, quizás, lo mismo), y que carecen de toda instruccion pri- maria como tambien del deseo de aprenderla, diciendo: pescamos como pescaban nuestros padres y no necesitamos consejos, huy que hacer caso omiso de esa clase de gente refractaria á toda enseñanza y debemos dirigirnos á los niños, es decir, al porvenir. Wer die Sehule hat, hat das Land! Se darían en la escuela, ¡junto con los elementos generales é indispensables, las nociones, verdaderas distracciones para los alumnos, abarcadas, por ejemplo, en el programa siguiente, inspirado por el del laboratorio municipal de Sables-d'Olonne tan bien dirigido por mi distinguido amigo el señor A. Odin. La instalacion de una escuela práctica para los niños de los pescadores y de la vecindad aseguraría tambien el manten:- miento de la I“stacion Marítima. PROGRAMA DE LOS CURSOS ESPECIALES Dictados y redacciones. Sobre el ejercicio de la profesion de pescador: Informes de viaje, de averías, etc., que servirán para practicar al mismo tiempo la ortografía del idioma. Aritmética y geometría práctica. — nseñadas dentro de los lími- tes indispensables para seguir el curso elemental de navegacion. Geografía, enseñada prácticamente. — Geografía argentina, prin- cipalmente la regional y el estudio de las costas. Navegacion práctica. — Uso de los instrumentos náuticos: Sondalesas, compás (brújula), cartas marinas, sextante, anuario de las mareas. Velocidad de las corrientes y desviación. Horas de pleamar y de bajamar. Métodos elementales para determinar las distancias recorridas y la situacion del barco. Aparatos de pesca. —Confeccion, montaje. conservacion y re- paracion. Historia, uso y clasificacion de estos aparatos. Reparacion de averías de las velas, de los palos y del casco. Conservacion personal. — Higiene de los hombres de mar. — 426 — Salvataje. — Suponiendo las embarcaciones en peligro, sea en el mar ó sea en la costa. Hstudio de las señales convencionales de banderas y de luces. Uso del aceite en las tormentas. Ancla de capa, etc. Faros. Posiciones normales de las valizas, etc. Curaciones á bordo: para heridos ó para asfixiados. Iistudios económicos sobre la. pesca: — 1% Nociones sobre las especies marinas comestibles más comunes, sobre los huevos y la cría de los peces, el estado adulto, la reproduccion, los alimentos y los cebos. 2% Conservacion de los productos de la pesca. 3 Utilizacion de los desperdicios. 4% Nociones sobre los métodos de pesca en el extranjero. In todos los climas la pesca enriquece las naciones. Economía social. —Seguros contra la enfermedad, los acciden- tes, la vejez y la vida. —Seguro para el material de pesca.—So- ciedades mútuas.— Relaciones entre patron y marineros. Ejercicios prácticos. — Uso de los remos, del timon, de las velas, anclas, elc. NECESIDAD DE UN PATRON DE EMBARCACION Y DE CUATRO MARINEROS Es preciso contratar marineros verdaderos y excelentes, por- que van á constituir el elemento principal de todo trabajo. Disponiéndose solamente de una embarcacion chica, deberán hacer esfuerzos más considerables para obtener resultados satis- factorios. Para el contrato se debe tener en cuenta que en la ar- mada, un simple marinero recibe un sueldo de 25 pesos, más el alimento, el tabaco, la caña y los vestidos, lo que se avalúa gene- ralmente en 0,90 ó 1 peso diario. En el Faro, es lo que reciben. Cincuenta y cinco pesos mensuales es, por consiguiente, un mí- nimum, para conseguir marineros, pescadores de oficio, que ga- nan frecuentemente mucho más. Según mis informaciones, se necesitaría un sueldo de 65 pesos para obtener verdaderos hombres de mar; al patron se le pagaría 20 Ó 30 pesos más. Cuatro marineros son indispensables, sea para volver á tierra vogando, cuando cese el viento, sea para salir con cualquier tiempo y maniobrar las redes flotantes pesadas. Las embarca- ciones de Mar del Plata, que no se alejan casi de las playas, tienen tres hombres á bordo. Sería de desear que los marineros del Laboratorio fuesen casados y que sus familias pudiesen vivir en las cercanías in- mediatas á este establecimiento, que se transformaría así en un a e pequeño centro de poblacion; se evitarían además ausencias que es difícil impedir, y que desamparan-un servicio estable- cido en una region poco frecuentada. La utilizacion del pescado recogido, que no fuera de conser- vacion útil para el laboratorio, será especialmente reglamentada, no pudiendo transformarse nunca el laboratorio en estableci- miento industrial. UN COCINERO No se vive con filosofía únicamente, y si durante el dia uno puele aguantar en el mar con galletas y agua, es necesario encontrar á la noche, al regreso, algunas veces muy tarde, sopa caliente y otros alimentos. No se debe olvidar que el laboratorio se edificará en un lugar tan retirado que no se puede hablar de pension. — El cocinero, además de su oficio, se ocupará de la limpieza interna de las habitaciones. UN PORTERO Un peon especial es necesario para cuidar, durante los tra- bajos del personal en el mar, las construcciones, los aparatos, atender los pedidos de los visitantes, ocuparse de los caballos que serán indispensables, ya para varar la embarcacion, va para el malacate, ó en fin, para hacer las comisiones al pueblo. De un modo general, como cada empleado tendrá mucho que hacer, pues los dias y las horas de trabajo no serán limi- tados como en los laboratorios de las ciudades, sinó siempre subordinados al tiempo y á las conveniencias de la pesca y ú las necesidades de las conservaciones; es indispensable que los sueldos sean relativamente elevados. Creo que, con toda justicia, tomando como punto de partida el sueldo de los marineros, los ayudantes deberían percibir 160 pesos, el cocinero y el portero 55 pesos. iól director de la escuela recibirá tambien un sobresueldo por las materias ajenas al programa normal, «que tendrá que enseñar. Instrumentos de trabajo que se necesitan Los instrumentos necesarios se pueden dividir en cuatro clases distintas: 1% embarcaciones; 2% instrumentos náuticos: 3% aparatos de pesca: 4% instrumentos de estudio. — 428 — EMBARCACIONES Las embarcaciones que se usan generalmente en Mar del Plata, descritas en un informe anterior, y de las cuales se puede ver la estructura y la disposicion de la arboladura en las fotografías adjuntas, son muy mal apropiadas para la na- turaleza de nuestras costas provinciales; son demasiado pesa- das, necesitan la ayuda de tres, cuatro y hasta cinco caballos, va sea para salir ó bien para volver á la playa. Sin embargo, la ausencia de un fondeadero limita sus dimensiones y es claro que no se pueden aventurar lejos de la orilla ni menos en alta mar, no pudiendo saber de antemano si la direccion ó la cons- tancia del viento podrán permitirles volver antes de la noche á su punto de partida. Como los tiempos son muy variables, ningun pescador se atreve ú quedarse unos dias afuera como sería necesario muchas veces para pescar con provecho. La ausencia total de puertos naturales en toda la extension de la costa, la presencia de corrientes muy fuertes, como tam- bien las rompientes que se extienden hasta muv lejos hácia adentro del mar, gracias al insensible declive de sus costas, hacen indispensables botes especiales para poder ir un poco lejos. El que más conviene, hasta tanto se compre un vapor- cito, es, me parece, un bote salvavidas de casco de madera, con sus cajones de fierro y sus tubos de aire. Una dimension de once metros de quilla será suficiente y con todos sus apa- rejos, comprándolo de segunda mano, no tendrá valor comer- cial superior á la suma de mil pesos. Con tal embarcacion, el equipaje tendría la seguridad y confianza necesaria y gracias á su poco peso, uno de estos botes, se podría además varar en cualquier parte de la costa, no siendo esta barrancosa. Instalando palos algo más altos que los de costumbre, se obtendría la velocidad suficiente para la pesca de la caballa con líneas flotantes, y tambien para la pesca del atun. Una sola embarcacion es insuficiente para los estudios con las dragas de fondo y las redes de bolsa, de uso tan comun y ven- tajoso en las pesquerías industriales; por esto será conveniente comprar tambien una segunda embarcacion más chica que la primera y que se utilizará para mantener abierta la boca de las redes de rastra. En los dias de calma servirá para el estudio de los peces de bancos con líneas de fondos, con nasas, etc. Con el fin de postergar, si fuese necesario, estos primeros gastos, relativamente elevados, he averiguado si los pescadores — 429 — querían alquilar una ó dos de sus lanchas para hacer los en- sayos preliminares, y he obtenido la contestacion siguiente: se pondrá una ó mas embarcaciones á mi disposicion con los apa- ratos y marineros correspondientes abonándoles la misma suma que proporcionará la pesca á otras tantas embarcaciones, du- rante el mismo período de tiempo. Este contrato, aunque muy legítimo, es, sin embargo, dema- siado oneroso y me parece que no es conveniente aceptarlo. ln fin, segun los datos obtenidos, creo que las embarcaciones des- tinadas al laboratorio se podrán adquirir en el país. INSTRUMENTOS NÁUTICOS Será necesario conseguir: un compás de navegacion, un sex- tante, una corredera, una sonda Thomson ó el aparato de Cooper y Wigsell, unas botellas de Erkman ó de Meyer, unos instru- mentos de dibujo, anuario de mareas, tabla de logaritmos, etc. APARATOS DE PESCA Se deberá conseguir un surtido de redes verticales de mallas de diverso tamano: redes de bolsa y redes de superficie. Para la pesca de los crustáceos, se necesitarán nasas; para la de los mariscos, rastrillos de acero y sus aparalos anexos. Se de- berá tambien ensayar la pesca con anzuelos correspondientes á cada clase de peces, empleando líneas de fondo, líneas de superficie, líneas derivantes con ó sin molinetes. etc. INSTRUMENTOS DE ESTUDIO Haré recordar: termómetros de fondo, areómetros, Micros- copio, instrumentos de disección, aparato de proyeccion, tubos y envases de cristal, acuarios, balanza de precision, báscula, instrumentos enregistradores de meteorología que completarán y controlarán las indicaciones de los instrumentos de lectura directa. No hablaré del mareógrafo, que sería más conveniente fuese, como lo he dicho, una obra del Gobierno Nacional por los gastos bastante elevados que exige su instalacion. Ión fin, no debe olvidarse que se necesitarán tambien libros para la determinacion de los animales, tratados de piscicultura y revistas marítimas. Il cange con las publicaciones del Museo de La Plata podrá, sin embargo, facilitar la adquisicion de al- gunas de ellas. — 430 — Es de esperar que el Consejo de Educacion facilitará por su lado todos los útiles necesarios para organizar y asegurar la marcha de la escuela elemental y profesional que se fundará. Isl laboratorio tendrá que proveerse tambien de algunos productos químicos indispensables (principalmente alcohol y formalina), para la conservacion de objetos recogidos, para los análisis químicos, la fotografía y el hotiquin de primeros auxilios. Trabajos que pueden y deben emprenderse Antes de emprender cualquier trabajo me parece indispen- sable pedir ul Gobierno Nacional que se sirva encomendar á los oficiales hidrógrafos de -la armada la confeccion de un mapa en gran escala de la parte de la costa comprendida entre Mar Chiquita y Mar del Sud, estudiando principalmente la topo- grafía submarina de esos parajes, como tambien las variaciones de temperatura superficiales y profundas, sin olvidar los cambios de color del agua cuando uno se aleja de Punta Mogotes (véase el plano). Una exploración de diez á quince días á lo más, en caso de tiempo favorable, sería suficiente para concluir estos estu- dios que serían de provecho general para todos los buques que frecuentarán cada dia más las costas provinciales. Se podrían iniciar en seguida las observaciones de meteorología, dejando donde está la estacion meteorológica de Mar del Plata y orga- nizando en el laboratorio una estacion nueva de muy poco costo que serviría para estudiar, con la primera, la marcha de las tormentas locales. Se podría con suma facilidad ligar coú un hilo Punta Por- venir á la línea telegráfica poco distante, uniendo Mira-Mar á Mar del Plata. lsa nueva línea provincial se utilizaría no sola- mente para las comunicaciones con el Observatorio Astronómico de La Plata, sinó tambien para trasmitir toda noticia que los buques nacionales ó extranjeros quisieran mandar, utilizando el código de señales á las cuales puede contestar el Faro que se encontrará en la proximidad del laboratorio proyectado. Si hay algo de difícil comprension, es ver cómo se ha podido dejar durante tanto tiempo aislado un faro de primera clase sin posibilidad siquiera de comunicar telegráficamente al Estado Mayor de Marina todo suceso que pudiera sobrevenir en su zona de alcance. No disponiéndose probablemente por algun tiempo más que de una sola embarcacion, se podrian efectuar, además de los estudios de oceanografía física, pescas con líneas y con redes de superficie. Esta última proporcionaría las larvas como tam- bien los huevos de pescados comestibles que son en su mayoría flotantes. La pesca con redes verticales se iniciaría tambien, dejando para más tarde, cuando se pueda comprar el chin- chorro, el estudio de los productos marítimos que se obtienen solamente con redes de bolsa y rastras de fondo. Las observaciones de las alturas de las mareas se princi- plarían instalando un mareógrafo rudimentario, por ejemplo, un enregistrador de nivel ó hidrómetro de J. Richard, que permitiese obtener resultados que se aprovecharían cuando se poseyera el mareógrafo totalizador. Las colecciones recogidas serán preparadas y enviadas en parte al Museo de La Plata, para enriquecer sus colecciones y proporcionarle nuevos canjes de historia natural con los museos extranjeros. Se mandarán tambien á todos los sábios del país ó del extranjero que quisieran estudiar ciertos grupos de ani- males y que se comprometieran á abonar los gastos corres- pondientes de envase, alcohol y flete. Si el lxcmo. Gobierno lo estimara conveniente, se podría por excepcion, cuando se obtenga cierta cantidad de pescados comestibles, que no se utilizase con fines científicos, venderlos, destinando siempre este producto á la ejecucion del plan general de la Istacion Marítima. Como el primer trabajo necesario es de todos modos conocer los fondos marinos de los alrededores, he estudiado con especial atencion el mejor sistema de representacion y clasificacion de éstos, en lo que se relacionan con la pesca costera. Tanto los pes- cadores como los naturalistas que se encargaran de hacer cono- cer la biología de las costas provinciales, necesitan, ante todo, el reconocimiento exacto de las profundidades, temperaturas y naturaleza de los fondos, en cualquiera de los puntos donde tuvieran que trabajar. Sería conveniente, pues, iniciar toda clase de estudios, pu- blicando, como en Alemania, «Die Nordsee Fischerei Grund», á escala de 1/800000, mapas de los fondos acompañados con un manual elemental y práctico de navegacion «Segel-Handbuch fúr Nordsee Fischer, 189%» para el uso de los pescadores. El largo medio de la milla marina de 60 en grado ó.arco de meridiano de un minuto ó tercio de legua marina de 20 en grado, debería representarse, como en los mapas de gran es- cala del depósito de la armada francesa, por 39 mm =m =1852 metros. Se adoptaría, segun convino el congreso internacional de Londres de 1895, el metro como unidad de profundidades v el meridiano Greenwich como meridiano de origen. En la zona limitada por la línea isobática de 200 metros se producen todos los fenómenos cuyo conocimiento y estudio más importan al hombre (). Iósta línea representa tambien el límite extremo de la posibilidad de la pesca comercial. Hasta la línea isobática de 100 metros se deberían representar las curvas cuva diferencia de profundidad fuera de 10 en 10 metros: y delinear las curvas de los puntos que difieren en 20 metros y comprendidos entre las líneas isobáticas de 100 y de 200 me- bros. Este levantamiento debería limitarse“al principio á los alrededores de Mar del Plata, desde Mar Chiquita hasta Mar del Sud. La clasificacion de los fondos es muy importante, y, á mi juicio, la mejor es la propuesta por el señor J. Thoulet, de la cual voy á indicar sus principios. De las muestras de los fondos, que se han recogido y se- cado en cada estacion, se toman 20 gramos. 1% Se aislan los fragmentos (fragmentos, rodados, pedregu- llo) cuyo volúmen iguala hasta el tamaño de una avellana. 2% Se aislan después los fragmentos cuyo volúmen varía desde el tamaño de una avellana hasta los que no pasan por un cernedero de seda número 40 (malla cuadrada de 0,5 mm.). Se recoge así el pedregullo chico, segunda clase de elementos raros Ó localizados. 3 Lo que pase por el cernedero número 40 y no pasa por el número 200 (malla 0,025 mm.), constituve los gruesos granos minerales. 4% Lo que resta y se puede definir por medio del microscopio constituye los granos finos. 5 Por fin se encuentra la arcilla amorfa, más ó menos mezclada con sustancia calcárea, la cual arcilla, hallándose en suspension en agua pura, emplea en una probeta más de catorce minutos para descender 10 centímetros. La palabra limo debe emplearse únicamente para designar una materia arcillosa amorfa y más ó menos calcárea. Los granos minerales gruesos y finos constituyen las arenas. lóstos elementos, no localizados como los rodados ó el pedregullo, forman verdaderos terrenos. Para sus clasificaciones debería tomarse por base lo siguiente: (*) Es esta la region que ofrece tambien mayor peligro para la nave- vacion. Recuérdese el caso del «Garibaldi». ASE — 433 — Se determinarán como arenas si contienen 0á 10%, de arcilla. » » » arenas limosas. .. 104 30 » » » » » » limos arenosos... 30» 60» » » » » » limos si contienen más de 60 » » » En cuanto á la representacion gráfica se deberá adoptar la siguiente, propuesta tambien por J. Thoulet: Dibujo de las curvas isobáticas, indicacion de la tempera- tura, de la direccion de las corrientes: con color negro. Arenas: con color carmin. Arenas limosas: con carmin y un poco de tinta china. Limos arenosos: con tierra de Siena, natural. Limos: con amarillo goma guta. Rocas submarinas: con azul de Prusia. Fragmentos de piedra, pedregullo: con puntos rojos de varios amaños. Conchas: con cruces pequeñas de ceniza azul. Herbarios submarinos: con líneas horizontales verdes. Como conclusion no se debe excusar de no comenzar este mapa, diciendo que no existen los elementos necesarios para hacerlo de una manera conveniente. Una obra, aunque nece- site perfeccionamiento, siempre que exista, vale más que otra perfecta que no se posee. Cada año los pescadores mismos (*) podrían introducir en el mapa nuevas correcciones, y de esta manera contínuamente se irían consiguiendo mejoras. Los ofi- ciales de la armada que deseasen trabajar para ayudar al pro- ereso de las ciencias físicas y de las ciencias naturales, tienen en la formacion del plano, á gran escala de nuestras dilatadas costas y de la topografía litoral sub-marina, un objeto de utili- dad general que podrá satisfacer sus más ámplias aspiraciones y que será tambien de utilidad propia para la navegacion. CONCLUSIONES En resúmen: si se quieren principiar este año los estudios del Laboratorio marítimo, es preciso: 1” Obtener la escritura definitiva de la cesion de los terre- nos necesarios, solicitando del generoso donante, senor sena- dor don Jacinto Peralta Ramos, una extension suficiente para todas las necesidades futuras. (*) Como los buaues que hacen la carrera de Bahía Blanca y del Sud. 29 Obtener permiso, sies necesario, del Gobierno Nacional, para construir un pequeño muelle y un vivero en la parte de la costa correspondiente á la Estacion Marítima, pidiéndole costear los gastos que dichas obras originasen. | 3" Solicitar tambien del Gobierno Nacional que facilite un viaje, de diez á quince dias, para hacer con oficiales de la ar- mada los reconocimientos hidrográficos (*) indispensables en los alrededores del punto elegido segun el plan expuesto arriba. 4% Construir un pozo de agua dulce y alambrar los terrenos del Laboratorio. 5% Edificar un galpon provisorio y una casilla de madera: instalar un molino y un malacate para el pozo de agua dulce y para la bomba de agua de mar. 6% Pedir á la oficina meteorológica de Córdoba la cesion de los instrumentos necesarios para una estacion de meteorología. 7% Como personal, minimum indispensable: un director, dos preparadores, un patron de embarcación, cuatro marineros verdaderos, un cocinero-portero y un peon para cuidar los caballos y ocuparse de los trasportes. Ss” Como instrumentos de trabajo minimum indispensables: un bote salvavidas de 11 á 12 metros, con sus cajones, tubos y accesorios de navegacion, una red de bolsa, otra de superficie, líneas de fondo y de superficie con todos sus accesorios, cabos; mesas, tinas, baldes, frascos y tubos, productos para la pre- paracion y conservacion de las colecciones; caballos, carro, monturas, útiles de cocina, loza, etc. Limitándose á lo más estrictamente necesario, se puede calcu- lar grosso modo y á lo menos: 2000 pesos para el bote con sus accesorios y los aparatos de pesca; 2000 pesos para el pozo, gal- pon y la casilla, y 2000 pesos para la instalacion propiamente dicha y los primeros instrumentos. Se vé que con los elementos que dispone el Museo y con la cantidad de la cual se ha hablado, se podrán iniciar en breve los primeros ensayos. Será posible en rigor, contentarse al principio con un simple rancho. Pero no basta que nazca un nuevo organismo; es necesario ase- gurarle un porvenir no digo exuberante, pero, á lo menos, compatible con la vida y con el trabajo. Si el H. P. Legisla- tivo toma en consideracion este proyecto, será fácil, refiriéndose á las indicaciones que he dado, calcular el costo aproximado de la instalacion definitiva y el presupuesto necesario para el mantenimiento de la institucion. (*) Con la «Uruguay» ó con la «Paranó». — 4135 — Por mi parte me propongo estudiar y presentar en unos dias el detalle de los gastos que se refieren á la primera ins- talacion, una vez enterado del precio exacto de las pequeñas edificaciones, del pozo, del alambrado, del bote y de todos los instrumentos indispensables. ls necesario pues, pedir catálo- gos, visitar astilleros y almacenes navales; hacer comparacio- nes detenidas de las ofertas para adquirir los elementos de trabajo más perfeccionados con el mínimum de erogacion po- sible, etc, Una vez examinada y definitivamente resuelta la creacion de una Istacion Marítima, bastará tener constancia en la obra, tenacidad en la ejecucion y paciencia en la realizacion de las instalaciones completas, para asegurar la existencia de este nuevo centro de enseñanza pública, de este nuevo factor de adelanto para la Provincia y de progreso para la colonización costera como para la riqueza nacional. DRAE TA HIÉLE; Encargado de la Seccion Zoológica. Museo de La Plata, Agosto 18 de 1897. = p ga po] 6 —: 486 Explicacion de las láminas Bosquejo del litoral comprendido entre las playas de las barrancas de Mar del Plata y la laguna de Punta Mogotes. Desembocadura del arroyo La Tapera, en el trayecto de Mar Chiquita áú Mar del Plata por la playa, durante Ja bajamar. Barrancas limitando al sud la playa de Mira-Mar: Aspecto de los ban- cos en el momento de la media marea. Hotel desocupado de Mar del Sud, que se había pensado trasformar en laboratorio. Mas conveniente para instalar un sanatlorium. Llegada de una lancha pescadora de Mar del Plata. Los caballos traen los rollizos y van % sacar la lancha á la cincha, Se nota la presen- cia de tres marineros solamente ú bordo de cada embarcacion. En una se observa la disposicion del foque y la maniobra de la vela mayor para ayudar á los caballos. Traccion de una lancha en la playa. “Se necesitan tres ú cuatro ca- ballos para poner en seco Jas lanchas. Los gastos para cada yunta de embarcaciones son de tres pesos diarios. Vista general de las lanchas con cubierta, actualmente en uso en Mar del Plata. Parte sud de la playa del centro. Refugio de los botes sin enbierta, que son de un manejo incomparablemente más fácil. Vista general del sitio elegido en Punta Porvenir para la instalacion de la Estacion Marítima. Rev. del Museo de La Plata. Tomo VIII F. LARTLLE — oa Playa de las Barrancas Lam, 1. ESTACION MARÍTIMA ETA eN Ss NS (0) ps PUEBLO DE MAR DEL PLATA AV NM. , ¡cos nd 0) Po j AM ed cet , 04 Punta de las Piedras A LE Poste de hierro / / / / (e: A / 1 pe pol Playa St James (Al e E SS 1 Banco VA , | ana ] ki MS => labo Corrientes : e Cementerio ' | . / 3 | | 3 Caleta del Sur BOSQUEJO A p DEL / | g ] | LITORAL DE 1 ? MAR DEL PLATA / ) —— / AS Playa de Peralta y Punta Mogotes E ..Banco de Arena ) Banco i de j p Tosca TALLERES DEL MUSEO Ea «etlade | e 7» OÁOJIY J9p vIMpe90quasag OASANW THA S FIVJ A ela Te . Pre” NET] TIA A on. 1] BULUI?] — BUIRBLIe]J UO19eSH :ATTIIHVT 4 HIA OUO L — eyed Y] 3p 09SNJA] [9P *A9Y IBIAN- LIMA 9P SPOUBIIeg DASAMN THA SAYMATIV.L 11 Bu rlnut”] — Bug Ie JA 10198353 : A TTIHVI 4 FITA OO L —*xeld 87 >p O09SNJA [9P 'A9Y POS 19P APN 9P 1910H OHASAK THA SANATIVIL - pl Z Al Purur[ — PURReJAL UO9e9S4 :ATIHVAI “A IMA OO L — Be ld Y] 9p 09SNA 19p *a9y + GISAMN TIA SAYIATIVIL A PUILIY] — BUIRIEJA Ue :WTIIHVT 4 Sey9ut] Se] 9p *ped9[] —B1BId 19P IPN [ITA OO L — Jeld Y] 9p 09SNA 19p *A9Y Sey9ue] Se] 9p UOIDIPI | —BIBIA 19P ABN OASOM TIA SAY TA PuIue”] — BUE IeJAa 1019354 :ATTIHVI 4 TITA OUOL — Ped Y] 9p O09SNIA 19P 'A39Y RS as 2 P1191q09 UO) SOY viBld 19P APN OASAOM THA SAYATIVAL a JA PUN? — PUIBLIe]A UOL9e9ISH :ITIAVAT 4 ITA OUIO |, —P3eId YT 9P 09S0]N [9p “a9N MN sl XI OHXSOM TIA SANATIVAI le > EN y y A me, PUT? ] — BURLA UOLPISH ¿ATI A JIUDAJO BIUNJ DP PSODOL DJILA RIN y E Ps ¡0 * oh IIA CUOL — Reed 8] 9p 09SNA [9p “AY NOTES SUR LE NOUVEAU GENRE IHMASE-RTN GIA PAR FP. LAHILLE DOCTEUR EN MÉDECINE ET ES-SCIENCES NATURELLES CHARGÉ DE IA SECTION DE ZOOLOGIE DU MUSÉE DE LA PLATA (Avec deux planches) Tomo VIII 18 Wi. Ma yen. N¡OXIEES SUR LE NOUVEAU GENRE DE SCUTELLIDES TEPERRRUN CELIA Die Subordination der Theile deutet auf ein vollkommnes Geschópf. GortHE: Bildung und Umbrldung organischer Naturen., Louis Agassiz, qui essaya le premier de mettre un peu d'or- dre dans la classification des Scutellidés en faisant appel le plus possible aux caractéres anatomiques, fut réduit, pour sé- parer les Echinarachnius des Scutelles, á invoquer des carac- téeres vraiment insignifiants. Le genre Echinarachnius différerait, Vaprés lui, du genre Scutella : 10 «Par sa forme plus circulaire.» — A propos des Mono- phores etá présent a propos de Scutella patayonensis, nous allons voir que la forme seule ne saurait étre caractéristique. L. Agas- siz dit lui-méme que sa nouvelle esptce E. Rumpiti a son bord postérieur plus ou moins tronqué! % «Par ses pétales ambulacraires plus ouverts.»—L. Agassiz se contredit encore puisque le second caractére qu'il attribue á E. atlanticus est Vavoir des pétales présentant une tendance trés prononcée á s'arrondir a leur extrémilé sans cependant se fermer entiérement. 30 «Surtout par la position marginale de l'ouverture anale.» —Chez Punique espéce fossile signalée par L. Agassiz, E. inci- sus (calcaire grossier de Hauteville), Porifice anal est loin (étre marginal! «Ce qui la distingue de toutes ses congéneres, C'est la position de Pouverture anale qui est trés petite et tournée vers la face inferieure (fig. 31) au-dessous de l'échancrure du bord postérieur» (vide l. e. pag. 93). Presque toutes les espéces á anus marginal (E. parma, E. Rumplii, E. Atlanticus) se réduisent en définitive comme la démontré A. Agassiz á E. parma et puisque Louis Agassiz lui- — 440 — méme n'accordait point á ce caractére une valeur aussi grande que Vont fait la plupart des auteurs, 1l aurait mieux valu en revenir aux idées de Lamarck et désigner sous le nom de £Seu- tella parma les formes rattachées au genre primitif Eehinarach- níus de Van Phelsum, genre dont la diagnose avait été modi- fiée par L. AgassIz. F. J. Pictet, dans son Traité de paléontologie (t. IV, p. 221, 1857), conserve pourtant le genre Helinarachnius en faisant re- marquer que «ce genre différe des Scutellines par Pabsence de cloisons internes, des Laganes par son anus marginal et des Scutelles par ses pétales ouverts». Mais ce dernier caractére est si relatif, ici méme si inconstant, qw'on ne peut lui accor- der aucune importance distinctive. Pictet n'invoque méme plus, dans sa diagnose, la position de Panus puisqu'il admet que chez les Scutelles il peut étre également marginal ou infra-marginal. Dans les diagnoses des deux genres, il signale pourtant, le premier, une différence: Tandis que chez Echinarachnius les sil- lons ambulacraires sont droits et trés peu ramifiés, ¡ls sont chez Seutella sinueux et ramifiés. A. Agassiz, dans son «ceuvre monumentale «Revision of Echini», reconnait que la position de l'anus jointe au mode de ramification des sillons ambulacraires peut caractériser les Eechi- narachntus, mais comme ces particularités n'ont pas une valeur bien grande, il ne considére ces animaux que comme formant un sous-genre de Scutella. (C'est tout ce que l'on peut concéder. Echinarachntus west que la persistance á Pétat vivant des Scu- telles fossiles et ne devrait former qu'une simple section du genre primitif caractérisé par son anus complétement marginal. Le Dr. H. von Ihering, dans son dernier travail sur les mol- lusques, les échinodermes et les crustacés fossiles de Patago- nie, dit á propos de Srutella patagonensis (vide Rev. Museu Pau- lista, t. Il, p. 337) que cette espéce a comme la précédente (Echinarachnius juliensis) un anus infra-marginal distant du bord, de 2 mm. environ. E. juliensis ne peut donc pas méme rentrer dans le sous-genre de Scutella tel que A. Agassiz la défini, puisque lanus est point marginal. Cet échinide de San Julian est, pour le dire tout de suite, une simple variété de Seutella patagonensis de Puerto Deseado. Je posséde des exem- plaires de ces deux localités qui démontrent qu'on a bien affaire á une seule et méme espéce. D'apres le Dr. Von lhering, E. juliensis et S. patagonensis different des espéces européennes, dont il connait la description — AS ou la figure par le mode de ramification des sillons ambula- craires. «Tandis que chez Secutella subrotunda Lam., par exemple, les deux principales divisions du sillon ambulacraire se rami- fient seulement du cóté externe, ici on observe aussi des rami- fications du cóté interne. » L'exemple cité par M. Von lhering eut pu étre plus probant puisque précisément la figure 2 de la planche 17 («Monographie des Scutellidés d'Agassiz») montre que chez S. subrotunda préci- sément les sillons principaux de l'ambulacre postérieur gauche et de Pambulacre latéral droit émettent, comme dans les formes de Patagonie, une ramification interne. On retrouve celles-ci également chez Se. striatula (fig. 2, planche 18) et si elles n'ont pas été représentées plus souvent, c'est sans doute parce que per- sonne »avait jusquía présent attribué une importance spéciale áa cette disposition. Je ne posséde encore qu'une vingtaine d'échantillons utili- sables de Scutelles de San Julian et de Puerto Deseado, aussi je ne puis, pour le moment, entreprendre l'étude de la varia- tion de cette espéce comme je Pai fait á propos de Monophora Darwini. Toutefois comme ces échantillons sont tous en parfalt état de conservation, ils permettent par suite de déduire déja d'importantes conséquences. Je dois dire tout d'abord que ces Echinides de la Patagonie australe ne peuvent rentrer ni dans le genre Scutella, ni dans le sous-genre Echinarachmius. 1lls forment un type nouveau de transition que ¡je nommerai Jlheringia en Vhonneur dun des plus savants naturalistes de 'Amérique du Sud. Peut-étre ren- contrera-t-on un jour de véritables Scutella dans les formations tertialres de Patagonle, mais jusqu'áa présent je n'en connais aucune. Dans mon étude sur Monophora j'avais émis Popinion que les Scutelles étaient probablement des formes propres a lVhémisphére nord (vide: Rev. Museo L. Plata 1896, p. 443). A cette époque je v'avais, en effet, que deux exemplaires provenant de San Julian et ce n'étaient point des Scutelles. J'hésitais cepen- dant á les décrire comme types nouveaux, car elles pouvalent bien représenter aprés tout quelque variation d'une forme incon- nue. Depuis, comme tous les individus provenant soit de Puerto Deseado, soit de San Julian, soit méme de la cordillére (envi- rons du lac Buenos Aires), présentent les mémes caractéres particuliers, je crois en conclure que c'est bien un type distinct identique á Pespéce que Desor a si incomplétement décrite. Chez Iheringia et Monophora, les plaques inter-ambulacraires — ES de la face aborale augmentent de dimension du centre jusqu'au niveau de lextrémité des pétales; elles diminuent ensuite rapide- ment jusqw'au bord, oú leur largeur n'est plus que 1 á 2 mm. en moyenne, alors que la largeur des plaques ambulacraires correspondantes atteint 15 mm. Dans le genre Scutella s. str., la différence entre les plaques marginales, ambulacraires et inter-ambulacraires, reste au contraire toujours insignifiante. Les plaques inter-ambulacraires n"y forment jamais létoile pen- tagonale á sommets trés algus qui frappe á premiére vue chez Iheringia et Monophora. Chez Scutella, les pétales ambulacraires sont presque toujours fermés; chez lherimgía, ils sont toujours ouverts et quelquefois méme lyrés. Iheringia, par la disposition de ses plaques, se rapproche beaucoup du genre Dendraster, mais il n'a jamais, comme celui- ci, Papex excentrique et ses ambulacres pétaloides sont presque égaux. Il différe de Praescutella par ses pétales trés développés, ses sillons ramifiés et plus encore par le trés petit nombre de pla- ques (trois palres, quatre rarement) qu'on observe á la face orale dans les zones inter-ambulacraires. ll s'éloigne entre autres caracteres, de Sismondiía par sa grande taille, ses sillons rami- fiés, son anus sub-marginal ou presque et son ambitus aminc!. Il différe enfin des Laganum par ses sillons ambulacraires distincts et ramifiés, son bord non renflé, Pabsence de dépres- sion circulaire entre Papex et Pambitus, Pabsence de cloisons concentriques, etc. C'est encore de Monophora et d'Echinarachnius que le genre Iheringia est le plus voisin. Avec Eclhinarachitus méme disposition de l'intérieur du test, méme mode de distribution des piquants á la face actinale. Mais tandis que chez Echinarachnius s. str., lanus est marginal, il est sub-marginal chez lheringia. Chez Echinarachnius, Vapex a une tendance á se porter en arriére pour arriver á des fórmes comme Dendraster. Chez Iheringía Vapex est central ou un peu antérieur. Chez Echinarachnius, la valeur du rapport entre les largeurs correspondantes des plaques marginales inter-ambula- craires el ambulacraires est, au plus, égal á deux. Chez lherin- gía, nous avons vu que ce rapport est beaucoup plus élevé et peut varier de sept á quinze. Du reste l'étude que nous allons en faire et les reproduc- tions phototypiques que nous en donnons permettront de préci- ser mieux que toute dissertation les ressemblances et les diffé- rences de ce genre et des genres voisins. A FORME GENÉRALE Le contour général est variable: ovalaire, plus ou moins circulaire ou ailé. La bouche ainsi que la plaque madréporique occupent une position centrale et lapex est situé un peu en avant. Dans les vingt exemplaires entiers que je posséde, la face aborale est régulierement bombée; le bord est aminci ou arrondi, mais jamais renflé en bourrelet. La face actinale est légérement concave; aussi lorsqw'on désire pratiquer une sec- tion médiane, horizontale et totale Vun test, il est presque indispensable de le scier d'abord verticalement. Lorsqw'on pourra disposer de nombreux échantillons, je suis convaincu que l'on pourra établir, comme pour Monophora, des séries rigoureusement paralléles de formes ailées et de formes arrondies. Voici les dimensions en millimétres des exemplaires étudiés et leur forme générale. Les localités de provenance sont les suivantes: No 146 et numéro 15: Bajo San Julian. » Taád12: Environs de Puerto Deseado. » 13 a 14: Territoire de Santa Cruz (localité indéterminée). » 16 á 20: Environs du lac Buenos Aires. A = » S S 3 $ = = SS y = z E Ny S SN 02 E = Bo So 2 ze OBSERVATIONS 3 SS 3 SS 3 z a A a (5 Q Q 1 29 SNE) 4 4 Forme ailéc. —Echancrure anale. 2 49 DE 3 7,5 | Forme presque circulaire. —Contour polygonal. — Echancrure. 3 42 43 I 7 Forme circulaire.—Echancrure trés peu prononcée. 4 49 DUE 2 8 Forme arrondie.— Contour un peu polygonal.—+Echancrure. 5 50 47 |I—3 8 Forme allongée, ovalaire. Pas d'échancrure anale. 6 59 67 6 9 Forme trés-ailée.—Contour polygonal.—Echancrure prononcée. 7 509 61 2 9,5 | Cordiforme. —Echancrure anale. 8 61 62 EEN Cordiforme.—Echancrure anale.— Test bombé. 9 65 67 2 7 Forme circulaire, un peu cordiforme. —Echancrure anale. 10 4.1 44 3 8 Forme un peu ailée.—HEchancrure peu prononcée. 10% 50 53 3 8 Forme un peu ailée.—Contour polygonal.— Pas d'échancrure. 12 66 2 6 [11 Forme tres-ailée; polygonale. —Echancrure anale. 13 48 45 3 6 Forme circulaire. —Echancrure anale. 14 56 7 1 8 Presque circulaire.— Légére échancrure anale. 15 48 40 I 8 Circulaire; un peu cordiforme. —Echancrure anale. 16 50 57 6 — | Forme ailée.—Pas d'échancrure anale. 7 49 52 3 8 Forme circulaire. —Echancrure anale. 18 46 48 2 7 Forme circulaire —Pas d'échancrure analc. 19 79) 54 I 8 Forme circulaire. —Echancrure peu prononcée. 20 48 54 6 7,5 | Forme ailée.—Pas d'échancrure anale. — Les échantillons 16 a 20 recueillis par mon collégue, mon- sieur Santiago Roth, dans sa derniére expédition á la région des grands lacs argentins, se trouvaient dans des couches ho- rizontales á plusieurs métres au-dessus d'un banc épais d' Ostrea patagonica. Les deux exemplaires ailés qui proviennent de ce gisement sont tous les deux dépourvus d'échancrure anale, leur contour mMest point polvgonal mais formé de deux circonfé- rences de rayon différent (pl. 1, fig. 3). Lorsqu'on disposera de nombreux exemplaires et qu'on possédera les formes jeunes, on pourra peut-étre songer á établir pour eux une espéce distincte. Distribution des plaques A. FACE ACTINALE (planche lII, fig. 10).— Le pourtour de la bouche est formé de dix plaques. Les cinq plaques ambula- craires de la rosette buccale sont petites, allongées dans le sens du sillon ambulacraire; leur forme est pentagonale et elles présentent á leur surface une petite cloison verticale qui sépare des origine les deux sillons ambulacraires qui diver- gent ensuite a une distance plus au moins grande du centre. Les plaques inter-ambulacraires sont plus grandes et présentent six a sept cótés. Des rosettes buccales de Monophora que ¡j'ai traitées á la- cide mont prouvé que dans ce genre, comme dans le genre Iheringia, le pourtour de la bhouche présentait la méme cons- titution. Dans les deux genres, les autres plaques de la face actinale sont disposées de la méme maniére. En dehors du péristome, on observe trois (quelquefois ici, mais rarement, quatre) paires de plaques inter-ambulacraires disposées en ellipse et dont la longueur décroit rapidement du centre á la périphérie. Chez lheringiía, lanus se trouve situé entre la deuxiéeme et la troi- siéme palre. Les plaques ambulacraires sont au nombre de cinq á six paires et leur ensemble forme un triangle dans lequel les trois premiéres paires proximales sont les plus développées. La pre- miére est plus longue que large, les suivantes sont au con- tralre beaucoup plus larges que longues. B. AmBrrus.—Comme chez Monophora, le bord du test est formé de plaques marginales trés étroites. On en observe géné- ralement deux paires, quelquefois trois. E C. FACE ABACTINALE (planche l, fig. 2).—Les plaques inter- ambulacraires de la face abactinale forment un losange á cótés concaves dont la petite diagonale correspond sensiblement á Vextrémité distale des pétales ambulacraires. La moitié proxi- male du losange est formée de la plaque génitale, remplacée par une paire de plaques dans laire postérieure ou elle est absente; et généralement de cinq, parfois de six paires de pla- ques. La moitié distale présente cinq ou quatre paires beau- coup plus étroites que les deux derniéres précédentes. A chaque plaque inter-ambulacraire de la région movenne correspondent sept, huit et quelquefois méme chez les grands échantillons neuf paires de pores et par suite de plaques pori- féres. Dans toute Pétendue d'un pétale, chez les exemplaires de dimension moyenne que j'ai examinés, on compte 52 á 56 pla- ques poriféres, toutes pentagonales. A partir de lextrémité distale des pétales, et en allant vers ie bord, les plaques ambulacraires prennent un développement tres considérable en largeur et se coudent en général forte- ment en leur milieu. Chez Monophora, cette coudure des plaques existe aussi parfois, mais elle ne m'a jamais paru ni si accen- tuée, ni si réguliére. Dans chaque zone de la face abactinale, les plaques sont disposées en ordre alterne; on a donc une plaque en plus ou en moins suivant que l'on compte celles de la rangée droite ou celles de la rangée gauche. L'inégalité du nombre de plaques dans les zones adjacentes produit une juxtaposition en ordre assez irrégulier. Souvent les cótés des plaques ambulacraires en contact avec les plaques inter-ambulacraires sont successivement allongés ou raccourcis. Dans les grands échantillons appartenant au mode alatus, les plaques des zones inter-ambulacraires antérieures et latérales décroissent avec moins de rapidité du centre á la périphérie que dans les échantillons du mode rotundatus. Malgré cela les différences entre les plaques marginales restent bien supérieures á ce qwelles sont dans le genre Scutella. C'est ainsi que dans Véchantillon numéro 6 (pl. L, fig. 1), les plaques inter-ambula- craires postérieures ont une largeur de 1 mm. tandis que les ambulacraires correspondantes mesurent 19 mm. Les i¡nter- ambulacraires marginales antérieures ont 2,5 mm., les ambula- craires correspondantes: 16 mm. HAD Distribution des piquants Les piquants sont implantés sur le test de Iheringía d'une facon uniforme (pl. Il, fig. 9). Ceux de la face actinale sont simplement plus volumineux que ceux de la face abactinale. Tandis que de nombreux tubercules miliaires (sept á dix) en- tourent les tubercules spiniféres de la face actinale, on ven distingue que trois á cinq autour des tubercules spiniféres de la face abactinale. Chez deux individus, j'ai observé que les tubercules spini- feres de la face actinale étaient plus petits dans les zones am- bulacraires que dans les zones inter-ambulacraires. C'est lá Pindice du commencement de la différenciation de zones acti- nales parvenue chez Monophora á un si haut degré. Chez lheringía, la face actinale est légérement concave et les régions ambulacraires sont elles-mémes un peu plus enfoncées que les régions inter-ambulacraires. Le besom de protection des ambulacres semble donc étre chez les Scutellidés le prin- cipe de la différenciation de cette face et de ses piquants. Systeme ambulacraire L'apex est sensiblement central, plutót antérieur, chez tous les individus que ¡'al examinés. Les pétales ambulacraires sont semblables et en général égaux en longueur. Quelquefois les pétales postérieurs sont un peu plus courts que les latéraux et dans ce cas ils sont égaux á l'ambulacre antérieur. Dans un individu de 67 mm. de longueur, les pétales anté- rieurs et postérieurs mesurent 18 mm., les latéraux 19. , La distance de lextrémité des pétales au bord libre est de 11 0u 13 millimótres. Les pétales sont ouverts, quelquefois méme lyrés. Dans les formes franchement ouvertes et surtout dans les formes lyrées, on observe des palres de pores supplé- mentaires sur les plaques ambulacraires abactino-marginales aux points de coudure de ces plaques. Dans ce cas, ces pores sont de simples trous et le pore extérieur ne s'allonge pas en gouttiére. Les troncs des sillons ambulacraires (pl. IL, fig. 9) de la face actinale divergent, soit en ligne droite, soit le plus souvent en se recourbant vers Je sillon ambulacraire adjacent. — 447 — Chaque tronc se dédouble ensuite simplement vers le bord ou émet trois á quatre branches qui se dirigent aussi bien á Pintérieur qu'áa Vextérieur des trones principaux. La division en deux troncs principaux a lieu en moyenne á 6 mm. du bord de Porifice buccal. Le tronc primitif woccupe done que le tiers ou le quart du demi-diamétre du test chez les indivi- dus de taille moyenne, et seulement le cinquiéme ou méme le sixiéme de cette longueur chez les individus de grande taille. Chez ces derniers, 1ls semblent donc diverger dés leur base. Orifices La bouche et lanus sont circulaires. La bouche est centrale; Panus est sub-marginal et inférieur. La distance au bord est de 1 mm. chez les individus de 47 á 50 mm. de long.; elie est de 2 mm. chez les autres. Chez tous les exemplaires examinés, je Wai observé que quatre pores génitaux. Chez le plus grand individu, les deux pores postérieurs sont un peu éloignés de la plaque madréporique. Chez tous les autres, ces pores sont pour ainsi dire juxtaposés a la plaque centrale. Les prétendus pores ocellaires sont au nombre de cinq (pl. Il, fig. 7 et 8). Intérieur du test Les máchoires de lheringia son trés fortes. La longueur de leur cóté est de 10 mm. (chez l'exemplaire numéro S). La hauteur correspondante est de 5 mm. Le bord inférieur est trés convexe (fig. 6, pl. ID). La dent est horizontale, munie d'une caréne sur sa face dorsale et elle est enchássée dans la má- choire. Des replis paralléles et nombreux existent sur les bran- ches de la máchoire en bas sur leur face interne. Chez Vindividu que ¡j'ai scié par le milieu, les auricules sont trés peu développées (fig. 12, pl. ID. Les faces actinale et abactinale sont réunies sur les bords, sur une zone de 10mm. de largeur par des cloisons enchevé- trées qui paraissent disposées sans grand ordre. A I'intérieur de la face abactinale, on apercoit dans la portion centrale des zones inter-ambulacraires un petit cordon calcaire qui se bifur- que á 10 mm. environ de la plaque madréporique; ses bran- ches suivent ensuite les pétales ambulacraires et se dévelop- — 448 — pent vers la périphérie en formant deux cloisons paralléles ou un peu angulaires qui correspondent aux lignes d'union des plaques ambulacraires et inter-ambulacraires (fig. 11, pl. ID. Il faudrait pouvoir sacrifier autres individus, afin de constater si ces dispositions inlernes sont constantes ou si elles varient avec la forme générale et si les rapprochements basés sur la disposition des plaques ne sont en aucun cas mis en défaut. Les inductions fondées sur la morphologie externe ne peuvent jamais offrir, pour Vétablissement de groupes naturels, qw'un degré de certitude relative. C'est avant tout lPacte phvsiologique de la transmission de la vie et de la forme qui caractérise les especes. Age géologique Je v'essaierai pas de déterminer l'áge géologique des cou- ches qui renferment le genre lheringia. A San Julian, elles sont inférieures aux couches á Macrauchenia, mais ces derniéres peuvent provenir de dépóts remaniés. Llles renferment en effet des débris nombreux d'Ostrea patagonica et on ny observe pas les bancs qui indiquent que ce lamellibranche aurait vécu en cet endroit méme. Le mélange de fossiles marins et terrestres semble prouver du reste que les couches situées au-dessus des couches á Jheringia proviennent d'un apport fluviatile. Il faut donc attendre lexamen sérieux d'autres gisements. Dans l'Amérique du Sud, on r'a jusqw'a présent que trop fait de la stratigraphie en chambre et les terrains tertialres de Patagonie, malgré les beaux travaux de M. Mercerat, sont en- core géologiquement trop inconnus pour que l'on puisse fonder une opinion. ll est á désirer que la description détaillée des explorations de M. Carlos Ameghino paraisse le plus tót pos- sible et vienne enfin dissiper bien des doutes. $ On oublie trop volontiers que les mots: Hocéne, Miocéne et Pliocéne wont une application légitime qwen Europe oú ils servent á désigner chacun des séries de dépóts successifs assez bien caractérisés et différenciés. Avant de songer á établir dans le territoire argentin une concordance avec les formations européenes, il faudrait d'abord s'entendre une bonne fois sur ordre de succession des couches que Pon y observe; il faudrait pouvoir les caractériser chacune par des fossiles particuliers et il conviendrait, en outre, que l'on sút au moins scientifiquement de quel gisement exact les es- Ha peces réelles ont été extraites. Avant que de vrais géologues, que des stratigraphes sérieux aient étudié les terrains ter- tiaires de Patagonie, nous en serons réduits á des simples hy- pothéses. Toutefois comme ces derniéres peuvent suggérer de nou- velles recherches, il n'est pas inutile de rappeler dans quelles formations du terrain tertiaire on rencontre en Europe les for- mes les plus voisines des genres lheringía et Monophora. Des douze genres de la famille des Scutellidés, telle que Cot- teau l'a définie en 1891, un seul (Scutella) est représenté dans lVéocéne par trois espéces encore trés rares. De plus, elles appat- tiennent toutes aux formations supérieures. Le périprocte de ces espéces est marginal ou presque marginal. Particularité intéressante á signaler: une d'elles, S. subtetragona est préci- sément de toutes les Scutelles celle qui s'éloignerait le moins par sa forme et la plus grande irrégularité de ses plaques de Iheringia (mode alatus ). Sous le nom de Laganidés, Cotteau groupe huit genres qui ne différeraient, dit-il, des Scutellidés á test dépourvu de lunu- les, d'entailles ou de digitations que par les sillons ambula- craires de la face inférieure qui sont simples et droits au lieu d'étre ramifiés et anastomosés comme chez les Scutellidés oú les branches extrémes envahissent les aires inter-ambulacraires. ll y a d'abord une seule espéce de Laganum (L. Sorignett, eocéne moyen) trés rare. Nous trouvons ensuite le genre Praescutella, Pomel 1883, dont deux especes se rencontrent dans l'éocéne moyen. P. Caillaudi (Cott.) Pom. et P. Degrangez Cott. Des onze espéces de Sismondia rencontrées, dix appartiennent a Véocene moyen et une á léocéne supérieur. Des quatorze espéces de Scutellina que Von connait (et en dehors de France on r'a signalé aucune espéce fossile), treize appartiennent a l'éocéne moyen. Une seule, de Tunisie, appar- tiendrait peut-étre a Péocéne inférieur. Quant au genre Echino- eyamus, sur onze espéces, neuf appartiennent a l'éocéne moyen et deux á léocene supérieur. Le genre Clypeaster apparait aussi a Péocéne supérieur, mais il est tres rare. En resumé: 1 Si on admet que les lois de succession des formes ont été les mémes dans l'Amérique du Sud qwen Europe, et je crois que tout le monde sera d'accord sur ce point; 2% Sion admet que mieux que n'importe quel fossile, les échi- — 400 — nides permettent de déterminer les áges des couches, gráce á leur erande sensibilité biologique et a leur variabilité considérable; 3 Si on admet que Pon peut établir d'ors et déjáa dans le ltertiaire de l'Amérique du Sud des couches qui correspondent réellement aux couches tertiaires de l'Europe; 40 Si on admet que les couches renfermant une méme es- péce sont du méme áge; Il faut admettre que celles ou abondent les individus du genre lheringía et surtout les couches de Puerto Pyramides oú pullulent les Monophora, Scutellidé 4 lunule dont le degré d'é- volution est par conséquent supérieur a celui des lheringia, cor- respondent au moins á léocéne supérieur et plus probablement a des couches encore plus récentes. Ostrea patagonica, Terebra- tella patagonica, Pecten paranensis, etc., etc., qui se rencontrent avec ces échinodermes, seraient par suite des formes bien moins anciennes qw'on ne le suppose généralement. Je n'insiste pas sur cette discussion qui ne pourra étre abordée, je le repéte, avec fruit que le jour oú l'on possédera des études stratigra- phiques dignes de foi et sur lesquelles on puisse vraiment compter. La paléontologie seule ne peut, en effet, se passer des études géologiques pour déterminer les áges précis et les syn- chronismes des terrains. CONCLUSIONS Les caractéres principaux du genre lheringia sont les suivañnts: Scutellidé de grande taille, bords amincis, contour variable mais dépourvu de lunules, d'entailles ou de digitations, sommet central ou antérieur, pores conjugués. Anus inférieur. Quatre pores génitaux. Pétales ouverts ou lyrés. Sillons ambulacraires se divisant en deux troncs principaux á une faible distance de la rosette buccale. Plaques marginales inter-ambulacraires beau- coup plus petites que les plaques marginales ambulacraires. Ce genre lheringía est trés important en ce qu'il parait étre Pancétre direct des Monophora (*). D'autre part, il se relie par le genre Dendraster et le sous-genre Echinarachntus au genre Scu- tella; tandis que d'un autre cóté, par la disposition si spéciale de ses plaques, il réunit les Scutellidés aux Olypeastridae par les tribus de Laganinae (genres: Praescutella, Laganum, Sismon- dia) et des Seutellinae (genre: Seutellina). (*) Comparez la figure 1, planche 1 de Zheringia avec la figure 36, pl. HI de Monophora («Revista» t. VII). — 431 — Iheringía est, sans contredit, une forme synthétique et, par suite trés intéressante, voisine de la souche des échinides gna- thostomes bilatéraux. La série de variations qu'il montre, et qui sont absolument paralléles á celles que nous avons observées chez Monopñora, est une preuve de la plasticité de cette espéce qui a pu se trans- former suivant des directions bien diverses. Sous le nom de Echinarachnius juliensis et de Seutella patago- nensis, Desor a fait connaitre respectivement les formes appar- tenant au mode rotundatus et au mode alatus d'une seule et méme espéce quíil convient, je crois, de nommer désormais: lheringía patagonensis (Desor). Explication des planches Tous les individus sont représentés en grandeur naturelle. J'ai passé une légére teinte sur les sutures des plaques des individus 19 et 3 afin de faire mieux ressortir l'arrangement de celles-ci. PLANCHE I Fig. 1. Mode alatus —Individu No 6—Bajo de San Julian. » 2. » orbicularis—Individu No 19—Environs du lac Buenos Aires. » 3. » clypeatus—Individu No 16— Environs du lac Buenos Aires. » 4. » ovalis—Individu No 5--Bajo de San Julian. » 5. » alatus—Individu No 12—Environs de Deseado. PLANCHE JI Fig. 6. Máchoire vue de profil. » 7. Individu No 11 —Disposition générale des plaques de la face abac- tinale. » 8. » » 10—Environs de Deseado. » 9. » » T—Disposition générale des sillons ambulacraires. LO: » » 3—Distribution des plaques de la face actinale. ELA: » » S—Surface abactinale vue de lintérieur. » 12. Méme individu— Surface actinale vue de l'intérieur. H DEL MUSE( Lámina 1 TALLERI EQUINODERMOS — LAHILLE — F 3 pa] E a e a] y us] o Es] D El 2 ] "o Rev Guayaquls y Anamitas Dr. FP. LA HILLE Encargado de la Seccion de Zoología del Museo de La Plata ln su trabajo sobre los Indios Guayaquis, el señor €. de la Hitte se pregunta de dónde puede provenir este nombre, y añade que respecto á ese punto debemos confesar nuestra jgnorancia y la inutilidad de sus investigaciones. Il doctor Von lhering, en una obra notable—como todo lo que escribe— «A Civilisacao prehistorica do Brasil meridional» —al encontrar la raiz guaya en palabras guayanas y guayaquis, infiere que estos pueblos deben tener un orígen comun; y por lo tanto que guaya debe ser el nombre de una raza antigua extinguida que habría ocupado vastas regiones americanas. IEsto parece tanto más cierto cuanto se halla la misma raiz monosilábica gua en muchos otros nombres guaranís, guachicos, guachis, gualochos, etc. Segun Joáo Mendez de Almeida, na significaría parientes y quí, espina, de donde: naqui, parientes malos; tupinaqui: parientes malos de los tupís; de modo que, guaya-na significaría, dic€ Ihering, parientes de los guayas, y guaya-quí: guayas malos. Esta etimología me satisfizo plenamente y no me ocupaba más de este pequeño problema, cuando recibí de uno de mis compatriotas, el general Frey, inspector de infantería de ma- rina, una carta (28 de Octubre de 1897) muy sugestiva y cuya importancia no pasará desapercibida para aquellos que se inte- resan por la historia de las migraciones humanas y del orí- gen de las poblaciones sud-americanas. «Guaya, guoya creo que son, en efecto, dice el general Frey, los nombres generadores de guayana y guayaqui. La raiz ya, gua, go, etc., que parece encontrarse en la palabra francesa Tomo VIII 19 gens, se halla tambien en anamita en la palabra guoye Ó nguoye, que significa hombre, él, ella (*). Ya, en anamita como en bre- ton y en aleman, y yes en inglés, significa: yo entiendo, he comprendido, sí. Gua-ya, gente que tiene la costumbre de pro- nunciar la palabra ya, de decir sí, he comprendido » Por mi parte, haré notar igualmente que el nombre que se dan los Yaganes de la Tierra del Fuego y por el cual se distinguen de los otros pueblos, es yamana que significa hombres, individuos, gente. Del mismo modo la palabra ona, en idioma ona, signi- fica tambien (véase «Mission Cap Horn», t. VII, p. 15) con mu- cha probabilidad: individuos, gente. Si se reflexiona, parece a priori que casi siempre debe suceder asi y que los nombres con que una tribu saivaje es designada debe casi infaliblemente expresar, por lo menos al principio, la calidad de hombre ó de pariente bueno ó malo. Se toma despues por nombre propio de la tribu, el sustantivo comun: gente, que desde el principio se ha oido pronunciar para ella sin comprendérsele, nab1endo sido repetido hasta el cansancio. Cuando dos hombres, ó dos tribus nómades, que jamás se han visto y que no hablan el mismo idioma se encuentran en el desierto, el primer sentimiento es de informarse si son aml- gos ó enemigos, de dónde vienen y dónde viven. Las palabras individuos, hombres, parientes, se pronunciarán frecuentemente en la conversacion que se trate de entablar, y teniendo preci- samente una significación general, estranarán por el uso tan frecuente que de ellas se hace y por su aplicacion á los hom- bres, mujeres y, en fin, á todos. La frecuencia con que son repetidas ayudará, indudablemente, á recordarlas, y si las tri- bus continúan viviendo en proximidad se designarán sin duda entre ellas despues respectivamente por esos mismos términos usándolos como apodo. Como lo hicieron los yamanas y los onas, ha podido hacerlo la raza que empleaba como los' ana- mitas la palabra gua para designar: gente. In anamita, dice el general Frey, nha significa padres, casa, familia y quí (con acentuacion final grave) significa diablo, de- monio. lin el mismo idioma ma significa: espíritu, fantasma, de donde ma quí: espíritu malo, espíritu del mal, el demonio. ln el idioma primitivo de los guayanas y tupís del alto Paraná, citados por Joú4o Mendez de Almeida, nra-quí significaría pues, como en anamita, parientes malos. (*) En araucano gen, infinitivo del verbo ser, tiene tambien el mismo significado de hombre, dueño: gen ruca, dueño de casa. - — ADO — Este acercamiento no es, por lo demás, sino el primero de toda una série. Consideremos el vocabulario del guayaquí mez- clado de guaraní, dado por el señor C. de la Hilte. El pronombre guaraní che, mio, puede ser una derivacion del anamita cha que significa padre, madre. Para un niño, en efecto, los padres son siempre sus primeras posesiones. En araucano chao tiene la misma significacion de padre; en ana- mita che me significa los padres, en guaraní chambé quiere decir madre. In anamita bé significa pequeño, jóven; seu dá, leche; cha-seuá significaría en anamita padre ó madre que amamanta. Comparado con che-sú, mi madre (en guaraní moderno), vemos evidentemente la gran analogía que liga á estas palabras. En anamita ru, ruc, significa viejo, usado. Cha-ru, en ana- mita tendría entonces la significacion de padre anciano y po- demos compararlo con che-ru mi padre (en guaraní moderno) y con la palabra cha-rua, que significaría: padres ancianos, ó los ascendientes de las demás tribus indígenas. Ruca quiere decir tambien en araucano habitacion que ha durado largo tiempo. La palabra guayaquí tata, fuego, que se encuentra con la misma significacion en guaraní sin que se pueda saber, creo, cual de los dos idiomas lo ha copiado del otro, es, según el general Frey la palabra senegalesa ta, alumbrar, fuego, y la palabra anamita tao (ta, fuego, o, eso) que significa hogar, dio- ses lares y de donde derivan otras palabras anamitas, por ejemplo: 1aó, amanecer. En anamita cocuw, gran carestía de alimentos, cocu-ko, des- eracia, miseria; tienen mucha semejanza con la palabra gua- yaquí che acú, yo tengo hambre. En Mandé del Sudan celo se vuelve á encontrar en la palabra conko, carestía, hambre. La palabra serpiente, membó en guayaquí; mbo? en guaraní; proviene del anamita ló significando exactamente serpentear, deslizarse serpenteando, arrastrarse. Mbó tiene tambien igual sienificacion de serpiente en el idioma de los naturales de Ma- dagascar. La pequeña Damiana, guavaquí que tenía un año, poco más ó menos, cuando fué recogida por los asesinos de sus padres, repetía frecuentemente durante los primeros días, dice el señor C. de la Hitte, las palabras cavbu, aputiné, apalla, á las que no se conoce ninguna significacion guaraní. Se suponía que la palabra caíbu, que es un nombre propio guaraní anti- guamente usado, fué el nombre de la madre (v. «Anales del Museo de La Plata», 1. c., p. 18). «En anamita: cay significa, dice el general Frey, morder, labrar, y bu exactamente: mamar, chupar. Cay tiene tambien la significacion de desear. Damiana con esta palabra pedía el pecho de su madre: Cay bu, espero mamar, yo quiero mamar. Aputiné, apallú pueden provenir de las palabras anamilas: a, despues; pa, papá; phu, ayudar, socorrer, padre, madre, padres, sostener; phuten, gran maestro; phuthi, los esposos.» En araucano los sobrinos denominan á la tía paterna palu, a corresponde á: hola. «Los Mans ó Muongs, salvajes bárbaros que habitan las regiones montañosas del Tonkin y viven del producto de la caza y de la miel que hallan en los bosques, se sirven para llevar su carga de un canasto que es 2déntico al utilizado por los guayaquis en sus correrías (vide: «Indios Guayaquis», l. c., p. 22). Apoyan la carga sobre la frente y la canasta es sostenida por la espalda. Los malgachos, los mandés, los anamitas y los ma- lesianos tienen el mismo orígen comun; son mongoles. Otro rasgo característico que les es comun es la pequeñez de su es- tatura. Los guayas tienen el mismo origen. Todas estas razas se valen de la palabra ya para decir sí, entiendo.» Me estraña que la palabra del vocabulario guayaquí rupía, mujer, hija, no haya llamado más la atencion del general Frey. Parece, en efecto, la palabra sanscrita rupa ganado, transfor- mada en este mismo idioma en rupía oro, plata, alhaja; como de pecus: ganado, deriva pecunia, tesoro, dinero; sin duda, por- que el ganado para los pueblos pastoriles era y es todavia la verdadera riqueza. Las hijas y las mujeres son consideradas por la mayor parte de los indios como verdaderas bestias de carga: rupa del sanscrito y la palabra guayaquí no hacen más que constatar este hecho, á no ser que se admita en esos indios una filosofía profunda ó una gran galantería, poco probable, que les haga tratar á sus hijas y mujeres de alhajas: Rupia. Todo el mundo sabe á qué exageraciones y fantasías ma- niáticas se dejan llevar con demasiada frecuencia ciertos eti- mologistas. Será menester, sin embargo, confesar siempre que entre las palabras fundamentales guayaquís reunidas por el se- ñor C. de la Hitte y las anamitas citadas por el general Frey, parece haber algo más que simples semejanzas homofónicas, parece existir verdaderamente un fondo de orígen comun. La zoología geográfica contribuye á apoyar la teoría que debe haber habido entre el sud del Asia, de Africa y la Amé- rica del Sud, especialmente las Guayanas; comunicaciones fáci- les y directas por vía terrestre. No recordaré sino las principales pruebas que se dan. Entre los mamíferos se podría, ante todo, citar como ejemplo la distribucion de los desdentados, aunque este órden esté representado por diferentes familias en los tres continentes. Los Pangolinos únicamente se encuentran en el sud de Asia como en el sud de Africa. lín el órden de los Sirenidae es pre- ciso citar los Manatiídae que no se alejan jamás de las costas y que parecen haber atravesado el Africa, pasando de la region de los grandes lagos ó del Yambessi en el Congo para alcan- zar en el Atlántico las costas del Senegal, de las Guayanas y de la América Central. Los ofidios nos ofrecen igualmente una série de familias (Typhlopidae, Dendrophidae, Elapidae, Dipsadidae, etc.), cuyos tipos se hayan esparcidos en el sud de Asia y en el sud de Africa y en la América del Sud. Entre los lagartos: los amphis- benidae y los lepidosternidae hacen evidentes las comunicacio- nes que han debido existir entre el Africa occidental y el Brasil. La distribucion del género Crocodilus (Africa, sud de Asia, norte de Australia y region tropical de América, especialmente Guayanas); del género Alligator (Missisipí y Yang-tse-Kiang). La existencia de un mismo pez de agua dulce muy comun en la América del Sud, el Symbranchus marmoratus muy seme- jante sinó idéntico al Symbranchus bengalensis de las Indias; la distribucion de los Dipnoi; la de los Helicinidae entre los moluscos terrestres; del género Geoplana (Japon, sud de Africa, sud de América); el de los Proto-tracheatos y de muchos otros animales terrestres ó de agua dulce sumamente delicados, que mueren al contacto del agua de mar y cuyo trasporte no puede ex- plicarse por otros factores que el de su dispersion lenta y progre- siva en los mismos medios, señalan el gran grado de confianza que se puede acordar á la teoría que quiere que los tres continen- tes del hemisferio sud hayan estado unidos, sea por el norte, sea por el sud ó por sus dos extremidades á la vez. Nadie admitirá, creo, que la migracion humana desde el continente asiático hasta la América del Sur se efectuó á estas remotas épocas, siguiendo esas migraciones animales. Sin embargo, he dicho lo que nos enseña la distribucion de los animales terrestres ó de agua dulce para dar una satisfaccion á los que como P. G. Mesnier piensan que el centro de orígen de Jos Touranianos de Asia y de los Indios de América era un continente, hoy desaparecido, que ocupaba una gran parte de los océanos Índico v Pacífico reuniendo Africa, Australia, etc. (Véase: La Cordillére des Andes et "homme américain.—9" Congrés international d'anthropologie et d'archéologie, Lisbonne.) — 408 — De todos modos me parece difícil negar la descendencia asiática de una ó varias poblaciones sud-americanas. Para los doctores Hvades y Deniker («Mission Cap Horn», p. 166), es probable que la mayor parte de las poblaciones de la América meridional han salido de la mezcla de tres razas: pequeña y dolicocéfala (Fueguinos, Botocudos, etc.); grande y braquicé- fala (Patagones); pequeña y braquicéfala (Araucanos, Caral- bes). teniendo la primera semejanzas con las razas de Asia. Retzius (HEthnologische Sehriften) piensa tambien que una rama de los sud-americanos primitivos era de orígen malayo-mongólico. La antropología física no puede casi nunca de por sí sola llegar á conclusiones indiscutibles, estando su misma basc fre- cuentemente viciada. Cuando se halia un esqueleto aislado ¿cómo se sabe que pertenecia en realidad á tal tribu más bien que á tal otra á veces desaparecida, y cómo se puede sostener que las proporciones del individuo reconstituido ofrecen preci- samente los caracteres típicos de la poblacion á la cual perte- necía? Sería necesario tener un promedio entre un número con- siderable de muestras de orígen rigurosamente establecido, sin despreciar tampoco por esto las formas que pueden parecer aberrantes y que justamente proporcionan algunas veces las mejores indicaciones para establecer la filiacion. Creo que para fijar las relaciones que existen entre las tri- bus y sus migraciones, la filología comparada es un instrumento de mayor valor; pero es tan delicado que exige, para ser ma- nejado con provecho, una vasta erudicion lingúística y una gran inteligencia forzada por un sentido crítico muy desarro- llado. Con un placer muy especial agradezco pues al señor ge- neral Frey su primer ensayo y sus interesantes observaciones, que sería de desear fueran extendidas por él á los idiomas de los antiguos moradores de la costa sud del Atlántico; no olvi- dando que el exámen comparado de los verbos y de la ,cons- truccion es mucho más importante para el estudio filológico de esos idiomas que el «simple exámen de palabras aisladas. Precisaría, lo que es sumamente difícil, poseer ante todo, trans- cripciones literales exactas de las palabras indias, á tin de tener en Cuenta todas las letras de esas palabras no fijándose sola- mente en el sonido que les demos nosotros ó que les dieron los primeros que las escribieron. Tambien sería conveniente que el general Frey tomara conocimiento de la obra de Forchhammer: Vergleichung der Amerikanischen Sprachen mit den Ural Altaischen hinsichtlich ihrer Grammatile (1877). Il señor Cárlos Federico Hartt hizo conocer en los «Archivos do Museu Nacional do Rio» (1876) algunas hermosas alfarerías provenientes de la Isla de Marajó (Amazonas), que servian á las indígenas para ocultar sus partes pudendas. «Este adorno pertencia exclusivamente á pessoa para a qual havia sido fabi- cado, pelo que se deprehende das dimensoes e fórmas varias observadas em muitas dezenas que d'elles possue o Museu Na- cional.» (vide Hartt, p. 432). Les dan el nombre de tanga, que significa en las posesiones portuguesas de Asia y Africa, un pedazo de paño comprado para el mismo objeto (Folium vitis) y que se llama en Asia natanga; quizás seria una hipótesis aven- turada buscar el orígen de semejanzas de costumbres y de palabras como ésta y como muchas otras sud-americanas, afri- canas y asiáticas, en las relaciones, mucho mayores que se su- ponen llevadas á cabo por los portugueses en estos continentes. Tal vez, aún mismo en sus viajes hayan traido y dejado algunos asiáticos en las costas sud-americanas. Los antropólogos que piensan que las relaciones entre Asia y Sud-América se esta- blecieron antiguamente por barcos que habrian venido al azar atravesando el Pacífico con tripulaciones completamente asiá- ticas, me parece una hipótesis mucho más atrevida que la an- terior. No sería por primera vez que unos van á buscar muy lejos y con hipótesis complicadas, soluciones inmediatas y sencillas. El Dr. Ladislau Netto volviendo á discutir, en un trabajo publicado en 1885 sobre el uso posible de los tangas, despues de haber hablado de ellos como adorno de pudicicia, instru- mento de proteccion (contra los dipteros, por ejemplo) y de higiene, indica que podrían ser muy bien la expresion simbó- lica de un rito; representando el divino triángulo indo: yont orígen del lingam 6 árbol de vida, análogo éste al Phallus del Ejipcio. In Marajó abundan los adornos y los ídolos fallomor- fos y si se podía comprobar la autenticidad de la fallolatría en esta region, sería un gran paso dado en la historia de las religiones naturales y un apoyo más á las teorías de la des- cendencia asiática parcial, de ciertas poblaciones sud-america- nas. Sólo el porvenir podrá, quizás, dilucidar estas cuestiones. DRAMA BT LE: 4 ÍNDICE | DE LAS MATERIAS CONTENIDA SS TENSELSTOMOSyYIE $ - e PÁGIN , — FINES DE VERANO EN LA TIERRA DEL FueGo, por el Dr, F. Lahille, Encargado de la Es Seccion Zoológica del Museo de La Plata essa. salas dla CIO. Y Oripios DE MaTTo-Grosso (Brasil), por Julio Koslowsky, Naturalista viajero del Museo de La Plata ota ua A a a a a tot ANS 25 CATÁLOGO DE LOs MAMÍFEROS FÓSILES conservados en el Museo de La Plata. — Gruro UNGULATA — Orden Toxodontia, por Santiago Roth, Encargado de la Sección Pa- leontológica del Museo ...... e a O A NOS A 33 ENUMERACION SISTEMÁTICA Y DISTRIBUCION GEOGRÁFICA DE LOS REPTILES ARGENTINOS, por Julio Koslowsky, Naturalista viajero del Museo de La Plata .....oo.oromoomom.... 161 RECONOCIMIENTO DE LA REGION ANDINA de la República Argentina. — l. APUNTES PRE- LIMINARES SOBRE UNA EXCURSION Á LOS TERRITORIOS NEUQUEN, Ri0 NEGRO, CHUBUT Y Santa Cruz, hecha por las Secciones topográfica y geológica, bajo la dirección de Francisco P. Moreno, Director del Museo .............. a a a NS a 201 RAPPORT PRÉLIMINAIRE SUR UNE EXPÉDITION GÉOLOGIQUE DANS LA CORDILIÉRE ARGEN- TINO-CHILIENNE, entre le 33* et 36” latitude sud, par Dr. Leo Wehrli et Dr. Carl Burckhardt, géologues de la Section d'explorations nationales au Musée de La Plata. 373 Una Estacion MARÍTIMA PROVINCIAL, por el Dr. F. Lahille, Encargado de la Sección Zoologica del Museo deL plata So SaboaadS edo ya 3809 NOTES SUR LE NOUVEAU GENRE ÍHERINGIA, par F. Lahille, chargé de la Section de Zoo- logie du Musée de La Plata. econo e ER A E 437 GUAYAQUIS Y ANAMITAS, por el Dr F. Lahille, Encargado de la Seccion de Zoología del, Museo de La Plata aa NS ET ADS Se 3 y CR 2 hr os ; va O 15 Me : 33 + IO : Ade 75 ae o e > , 0 Grosso autor D su atto- e a , regreso qe EN Director del MUSEO 1 DE: rra na Provincia de Buenos dinos A ainsi do “aux ANNALES e 6 —sement, depra étre adressóe: á ja ES PO E 5 á rd -: 13 a Y £ , Es y o E e 4 E qa 5 a Le Ar = p , « a a > aL. E pe. $ JA y 3 E . E - ed de e bl 38 > A e a E $ 5 nt a Il | ÑN and rrdl o bene. ans renos orto dl 3 2044 106 266 372 ii a reirte rial | a | RECONOCIMIENTO DE LA REGIÓN ANDINA DE La REPÚBLICA ARGENTINA 1. Ldelos Estados Su > 70 a E= + - => 188 , Fire Gdende ph Golfo de S” Matias S S E NES de S z Qs! | | su a ll 7 p 410 lBog: Ipela sto q y Jl ÁS: » | 4 ú indicando la ubicacion de la region detallada en el MAPA PARCIAL Escala1:7 000 000 “PichiJuan O: 0 Sejeny se pipa0) a 1 7 ñ y > 7) INR eno! des á Mackinchau 2438 Castro N Y Ss 30 ¡a AR IN O Xx SN o a PS ul J e J <= 1. M'? Minchimahujd V.Corcovado 2290 | y Ln] MÉS Yan leles MUSEO DE LA PLATA DE LoS Territorios del Neuquen, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz LEVANTADO POR LA SECCIÓN TOPOGRÁFICA DEL MUSEO Y DIBUJADO POR LA SECCIÓN CARTOGRÁFICA DEL MISMO : —— e 4 nino carretero á: Chubut ESCALA 1:600.000 y p.. pe = kil 10 0 10 20 30 » 50 Nora. — Las regiones inmediatas al Océano Pacífico han sido dibu- jadas de acuerdo con los planos de la Marina chilena y las exploraciones de los señores Steffen y Fischer en los lagos Llanquihue y Todos los Santos, en el río Puelo hasta el desagúe del Lago de este nombre y en el Palena desde su desembocadura hasta su confluencia en el río Flaleufu. AS En Lonco Trapial Y) 0 Y Camkelshake (zio day 1050 700 d ” y Fold. de Maniquiquen _loLag: Aash UA A 2 > TALLERES DEL MUSEO DE LA PLATA .(FOTOLITO.) A 250 E LAGO_ BUENOS_.AIRES. ———_ A A —— == =. 50 75 30 72 30 Meridiano 0 .de Greenwich T 30 A ! LAS e lea) Do RSS e A