e A TA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS É INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS FÍSICO-NATURALES TRABAJOS DEL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES N.* ?. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA Y LOS TIPOS DE MAMÍFEROS DEL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES POR ÁNGEL CABRERA MADRID IMPRENTA DE FORTANET Libertad, 29.—Teléfono 991. 1912 It is upon the type material that the entities of natural history rest. Therefore, it is of the greatest importance to learn the whereabouts of types. SCHUCHERT. INTRODUCCIÓN Habiéndome confiado la Junta para Ampliación de Estudios é Investigaciones Científicas la misión de clasificar y ordenar las colecciones de mamíferos pública y de estudio que existen en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, durante el desempeño de este cometido he visto que en dichas colecciones figura un número de ejemplares tipos, no precisamente crecido, pero tam- poco en modo alguno despreciable si se tienen en cuenta lo rela- tivamente pobre en mamíferos que es el Museo y los pocos aficio- nados que el estudio de esta clase ha tenido hasta ahora en nuestro país. Hay, en efecto, en las mencionadas colecciones tipos Ó co- tipos de cuarenta y cuatro especies ó subespecies, de las cuales, treinta y ocho, por lo menos, parecen ser perfectamente válidas. La cifra resulta, si se quiere, rídicula cuando se compara con las que ofrecen algunos grandes museos del extranjero, y así el pre- sente trabajo podrá parecer á algunos pretencioso. Francamente declaro que jamás se me habría ocurrido publicarlo si no me hu- biese impulsado á ello la importancia, cada vez mayor, que los zoólogos modernos dan á la conservación de los tipos y á cuan- tos datos á ellos se refieren, así como el deseo de que los natu- ralistas españoles se hagan cargo de esta importancia y pongan cuanto esté de su parte para que el material típico de zoología Trab. del Mus. de C Nat.—Núm. 3.—1912. 4 A. CABRERA que se conserve en nuestros establecimientos científicos ó en co- lecciones particulares, no se pierda por ignorancia ó por des- cuido. 4 En un trabajo presentado al Congreso entomológico de Bruse- las en I9IO, ha dicho Mr. W. J. Holland: «Importa que se con- serven los tipos de especies, subespecies y variedades por la inevitable falta de exactitud que hay en las descripciones para dar una idea satisfactoria de lo que quiso significar un autor. En caso de discusión sobre lo que el autor quiso decir, el tipo sirve como tribunal supremo» (1). Así lo reconocen hoy, no solamente la mayor parte de los zoólogos y muchos botánicos, sino también con cierto carácter oficial algunas entidades científicas. Ejemplo, la Sociedad Biológica de Washington, que en su Reglamento, en el capítulo consagrado á las publicaciones, advierte que «no será publicada ninguna descripción de una especie nueva si no se de- signa un tipo y se expresan el sitio en que éste se encuentra y, si se sabe, la localidad en que fué obtenido». Los naturalistas es- pañoles, en su mayoría, no sólo no se cuidan de designar los ti- pos de sus especies y variedades, sino que ni aun parecen cono- cer el valor que el concepto de tipo tiene actualmente en zoolo- gía. Ello podría ser debido á que todos los trabajos relativos á este asunto han aparecido en publicaciones muy poco leídas, des- graciadamente, por nuestros zoólogos (2), Ó podrá ser consecuen- (1) zer Comgrés International d' Entomologie, vol. 1, Memotres (1911), pá- gina 363. : (2) Entre estos trabajos puedo recomendar los siguientes: Coues (E.), On some new terms recommended for use in zo0logical nomenclature (Auk, 1X, 1884, p. 320); Merriam (C. H.), Type specimens in natural history (Science, 1897, P- 731); Schuchert (Ch.), What is a type in natural history ? (Science, 1897, p. 636); del mismo autor, Catalogue of the type specimens of fossil in- vertebrates in the Department of Geology, United States National Museum (Bulletin of the U. S. Nat. Mus., No. 53, 1905, p. 7); Thomas (O.), Suges- tions for the more definite use of the word «type» and its compounds (Proc. Zool. Soc., 1893, p. 241). EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 5 cia de otras causas; sean éstas cuales fueren, el hecho es que aqué- llos continúan usando el término «tipo» en el sentido vago que en otro tiempo se le daba en todas partes, empleándolo para de- signar cualquier ejemplar que un autor haya tenido á la vista al describir una forma animal nueva y hasta cualquier ejemplar que haya pasado por las manos del mismo autor, aun después de pu- blicarse la descripción. Este criterio tendrá indudablemente sus defensores, mas no es ciertamente el que hoy predomina entre los zoólogos en aquellas naciones que actualmente marchan á la cabeza en el estudio de las ciencias naturales, y entiendo yo que para que nuestra labor científica sea conocida y apreciada por el mundo sabio, lo menos que se nos puede exigir es que nos pon- gamos á tono con los que van delante. He creído, por tanto, que sería conveniente, antes de dar la lista comentada de los tipos de mamíferos que existen en nues- tro Museo, dedicar algunas líneas á explicar lo que hoy se en- tiende por «tipo» en zoología y la terminología á que el concep- to de tipo ha dado origen. Y me creo tanto más obligado á ha- cerlo así, cuanto que si'no me equivoco, yo he sido el primero en usar dicha terminología en España, no por deseo de distin- guirme ni por espíritu imitativo, sino por estar plenamente con- vencido de las ventajas de su empleo y de la necesidad de hacer ciencia como ahora se hace, no como se hacía veinte años atrás Trab. del Mus. de C. Nat —Núm. 3.—1912, 6 A. CABRERA DEL TÉRMINO «TIPO» Y SUS DERIVADOS Entiéndese hoy por «tipo» en zoología un ejemplar, pero sólo uno, elegido como base de una especie, subespecie ó variedad por el autor de la misma. Es lo que el paleontólogo norteameri- no Charles Schuchert ha propuesto llamar %o/otípo (de ¿%oc, com- pleto; tipo por completo, tipo por excelencia), si bien este neolo- gismo, enteramente innecesario, no ha hecho fortuna, al menos fuera de América. La palabra tipo fué primitivamente empleada en este sentido; en él la admitió, según parece, Agassiz, que en 1853 hablaba de los tipos ó ejemplares originales como «indi- vidual specimens» (1), y en el mismo sentido la usan hoy Allen, Andersen, Bangs, Barbour, Barrett-Hamilton, Dollman, Grinnell, Hellmayr, Holland, Hollister, Lonnberg, Lydekker, Lyon, March, Matschie, Miller, Palmer, Pocock, Satunin, Thomas y otros mu- chos autores que sería prolijo enumerar. Los entomólogos, los más tenaces partidarios de la pluralidad de tipos, Ó por lo menos de su dualidad (tipo $ y tipo Q), han aceptado también el tipo único, y en el Congreso de Bruselas aprobaron por unanimidad una proposición encaminada á conseguir que en toda descripción de una forma nueva designe el autor como tipo un solo ejemplar. Y es lógico que así se haga, pues si un autor basa una especie sobre varios ejemplares y los considera á todos como tipos, en el caso de que otro investigador, con más conocimientos ó mejo- res medios de estudio, descubra que en dichos ejemplares están £ representadas dos Ó más formas diferentes, surgirán dudas y (1) American Fournal of Science, xv1, 1853, p. 283. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 7 discusiones sobre cuál de ellos debe llevar el nombre impuesto por el primer autor, es decir, sobre qué ejemplar ha de quedar como representante de la especie primitiva. De aquí que, cuando existe dimorfismo sexual, no deben elegirse dos tipos, uno macho y otro hembra, sino sólo uno, de cualquiera de los dos sexos (preferentemente del que ofrezca más marcados los caracteres diferenciales), porque pudiera darse el caso de que el otro sexo representase una forma diferente. Por la misma razón, cuando se tienen dos ejemplares incompletos, aunque se complementen entre sí (un cráneo de vertebrado sin la piel y una piel sin crá- neo; una mandíbula fósil y un fémur de otro ejemplar de la mis- ma especie y aun del mismo yacimiento), sólo uno de ellos se tomará come tipo. Esta ley no es retroactiva; es decir, que nadie puede designar el tipo de una especie, subespecie Ó variedad cuando el autor de la misma no lo designó, bien por haber publicado la descripción antes de adoptarse esta práctica, Ó por no estar conforme con ella. Cuando esto ocurre, si el autor hizo su descripción sobre un solo ejemplar, este será, naturalmente, el tipo; pero si la hizo sobre varios ejemplares, éstos serían considerados como cotipos. Este término, que sin necesidad han querido algunos autores sustituir por síntipo (de cúv, con, en compañía), fué empleado ya por Waterhouse, y Thomas lo ha definido así: «Cotipo es uno de dos Ó más ejemplares que forman, reunidos, la base de una espe- cie, cuando no se ha elegido un tipo. Ninguna especie puede tener á un tiempo tipo y cotipos, sino sólo el primero ó dos Ó más de los segundos.» Cuando un naturalista, estudiando los cotipos de una especie, subespecie Ó variedad para la que no se designó tipo, descubre que en ellos hay representadas más de una forma, queda en libertad de elegir uno de los ejemplares como tipo de la forma primitiva; esto es, de aplicar el nombre primitivo al ejemplar que mejor le cuadre. Este ejemplar será entonces un /ectotipo. Pero si la descripción primitiva va acompañada de alguna figura que Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—1912. 3 A. CABRERA represente claramente uno de los ejemplares, el original de la figura será el que haya de elegirse como lectotipo. | Aun entre aquellos zoólogos que designan con toda precisión un tipo al describir una nueva forma animal, es costumbre va- lerse para la descripción de algunos ejempiares más. Esto ocu- rre, sobre todo, cuando hay que describir el macho y la hembra, ó cuando el tipo presenta algún defecto y hay que suplirlo aten- diendo á otros individuos. A estos ejemplares que han servido para la descripción original á la vez que el tipo, dáseles el nom- bre de paratipos (de mapá, al lado, además), y la misma denomi- nación se aplica á todo ejemplar mencionado en dicha descrip- ción, aunque no se le describa, siempre que el autor lo haya visto. En el Congreso entomológico de Bruselas se propuso lla- mar cotipos á estos ejemplares enumerados ó descritos á la vez que el tipo; pero ya hemos visto que el término cotipo tiene un significado muy distinto. Emplear la misma palabra con otro sentido, se prestaría á confusión. Como resumen de lo expuesto hasta aquí, y para mayor clari- dad, pondré algunos ejemplos. Malcolm Burr, en su descripción de la Eumastax vittata, cita los ejemplares números 21.048, 21.075, 21.511 y 21.133 de la colección Brunner, y al final dice: «Typus in coll. Brunner, nú- mero 21.048.» Este ejemplar es el tipo de la especie; los demás son paratipos. El Semopithecus poliocephalus ha sido descrito por Trouessart sobre un solo ejemplar existente en el Museo de París. Aunque el autor no lo designa como tipo ni dice si hay ó no otros ejem- plares en la misma colección, éste, que aparece como la única base de la especie, será el tipo de la misma. Ramsay describió su Petaurides cinereus sobre dos ejemplares, sin designar ninguno como tipo. Estos dos ejemplares serán los cotipos de la especie. Si algún día se viniera en conocimiento de que realmente representan dos formas diferentes, el autor que descubriese este hecho podría designar cualquiera de los dos EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 9 como lectotipo del P. cznereus, haciendo del otro el tipo de su nueva especie, á menos que los dos ejemplares sean de diferente sexo, en cuyo caso el macho sería forzosamente el lectotipo de cinereus, puesto que Ramsay hizo constar que los caracteres des- critos eran los del macho adulto. Como se ve por estos ejemplos, los conceptos de tipo, para- tipo y cotipo caen dentro de los límites de lo que antiguamente se consideraba como tipos. Son, en suma, los ejemplares que un autor ha utilizado para reconocer la existencia de una forma nueva, y por esta razón han sido denominados colectivamente tipos primarios Ó proterotipos, en tanto que se da el nombre de tipos suplementarios á los ejemplares que el mismo autor ú otro emplean para completar ó corregir la primera descripción de la especie. Cossman en 1896 y Schuchert en 1897, propusieron incluir entre los tipos suplementarios todo ejemplar descrito Ó figurado como ejemplo de una especie ya conocida. Cossman llama á estos ejemplares plesiotipos (de rAnotos, vecino, cercano) y Schuchert hipotipos. Ambos términos son de dudosa utilidad; los únicos ejemplares cuya descripción puede tener importancia para la identificación de una forma, son los tipos primarios; es decir, los que el autor de la misma examinó al establecerla, y no hay ne- cesidad de distinguir con un nombre especial todos los demás ejemplares de la misma especie que luego se conozcan, á no ser que por ciertas circunstancias especiales puedan en cierto modo sustituir á dichos tipos primarios. Serán, por consiguiente, verda - deros tipos suplementarios los neotipos y los autotipos; unos y otros, en ausencia del tipo, pueden hasta cierto punto hacer sus veces. Denomínase neotipo al ejemplar elegido para sustituir al tipo cuando éste ha desaparecido Ó ha sido destruído, siendo condi- ción indispensable que este nuevo tipo (veog, nuevo), proceda precisamente de la misma localidad que el tipo primitivo (locali- Cad típica), y se ajuste por completo á la descripción original. "Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—J]912. R 10 A. CABRERA Schuchert dice que en paleontología debe usarse también el tér- mino neotipo para el primer ejemplar que permite conocer por completo los caracteres de una especie cuando el tipo de ésta es un fragmento demasiado pequeño, tal como un molar, un pedazo de fémur, etc.; pero este nuevo empleo de la palabra en cuestión me parece bastante discutible. Autotipo es el ejemplar utilizado por un autor como original de una figura representando una especie, subespecie Ó variedad anteriormente descrita por el mismo autor, siempre que dicho ejemplar no sea ninguno de los tipos primarios. Este término fué propuesto en 1899 por Buckman, quien seis años después creyó conveniente sustituirlo por heautotipo, en atención á que autotipo es voz empleada en tipografía. No veo la razón para tal cambio. Si hubiéramos de suprimir y sustituir por otras todas las palabras de la terminología zoológica que se emplean con diferente sen- tido en otros ramos del saber humano, el vocabulario científico acabaría por ser ininteligible á fuerza de neologismos. Tanto en los Museos como en las colecciones particulares, existen con frecuencia ejemplares que, sin ser tipos primarios ni suplementarios, pueden ser utilizados casi con el mismo valor que unos y otros para los efectos de comparación é identifica- ción, ya por haber sido comparados ellos mismos directamente con el tipo de su especie, ya por proceder de la localidad típica Ó por otras circunstancias análogas. Schuchert llama a estos ejemplares, colectivamente, ejemplares típicos, en tanto que deno- mina ejemplares tipos á los tipos primarios y suplementarios. La diferencia principal entre ambos grupos consiste en que los ejemplares tipos no se consideran como tales mientras no han sido descritos, representados ó mencionados en alguna publica- ción, en tanto que el material típico adquiere esta condición en virtud de la publicación de los tipos. Todo ejemplar obtenido en la misma localidad en que se obtuvo el tipo de la forma á que pertenece, es un topotipo (de tómoc, lugar, sitio). Así, todos los Cxyptus Bolivari procedentes del Es- EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA II corial ó sus inmediaciones serán topotipos, porque en las cerca- nías del Escorial fué obtenido el ejemplar en que Kriechbaumer fundó esta especie. En paleontología es necesario que el ejem- plar proceda no sólo de la misma localidad, sino también del mismo horizonte que el tipo. Cuando un topotipo reune á la condición de tal la circunstan- cia de haber sido obtenido por el mismo colector y al mismo tiempo que el tipo, su importancia para el estudio es casi tan grande como la de un tipo primario. Creo podría denominarse á tales ejemplares adelfotipos (de á¿BeApocs, hermano) (1). Si un topotipo ha sido examinado por el autor de la especie y por él determinado como perteneciente á tal especie, con poste- rioridad á la publicación de la descripción original, dicho ejem- (1) No encontrando en ningún autor un término especial para designar los ejemplares que se hallan en este caso, propongo éste por creerlo muy necesario y de gran aplicación. Con mucha frecuencia, en efecto, un Mu- seo que ha recibido de un colector varios ejemplares de una misma espe- cie, envía dos ó tres á un especialista para que los determine y se reserva los demás. Si el especialista descubre en aquellos dos ó tres ejemplares una forma nueva y la describe eligiendo uno de ellos como tipo, los ejem- plares que se reservó el Museo adquirirán una gran importancia, tanta como puedan tener los paratipos. Me parece, pues, que sería injusto con- siderar esos ejemplares como meros topotipos. El simple topotipo puede haber sido obtenido muchos años después que el tipo, y en ese tiempo la especie puede haber degenerado ó haber experimentado los efectos de cualquier influencia exterior; el adelfotipo, como recogido á la vez que el tipo, ofrece más garantías de semejanza con éste. Otro caso: un colector puede vender ó regalar á dos Museos ó á dos co- leccionistas ejemplares de una misma especie y obtenidos á un tiempo en la misma localidad. Si al ser estudiados en una de las colecciones los ejemplares que le han correspondido resultan ser una especie, subespe- cie Ó variedad nueva, ¿no adquirirán los que correspondieron á la otra co- lección un valor especial, casi tan grande como el de los mismos tipos pri- marios? El caso se repite con muchísima frecuencia, y creo conviene poder señalar con un nombre especial estos ejemplares, de importancia supe- rior á la de los demás topotipos. Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3,—1912, 12 A. CABRERA plar recibe el nombre de metatipo (de peta, cambio, sustitución), porque á defecto del tipo puede sustituirle para el estudio de la forma que representa. Los ejemplares determinados del mismo modo por el autor de la especie, después de fundada ésta, pero que no proceden de la localidad típica, denomínanse 2deotipos (de ídéa, idea; ejemplares que dan idea del tipo). Finalmente, Walsingham y Durrant propusieron en 1896 llamar homotipos (de opos, semejante) á todos los ejemplares que han sido direc- tamente comparados con el tipo por cualquier naturalista que no sea el autor de la especie, subespecie ó variedad; pero como el término «homotipo» tenía ya otro significado en biología, Schu- chert lo ha sustituido en 1905 por homeotipo, que es como en este caso debe decirse. Otros dos términos cuyo significado, siquiera por ser también derivados de la voz tipo, importa conocer, y que han sido igual- mente propuestos por Schuchert, son quzrotipo y plastotipo. Qui- rotipo (de yétp, mano), es el tipo de una especie, subespecie Ó variedad, cuya descripción sólo existe manuscrita; tan pronto como la descripción se publica, el quirotipo pasa á ser tipo. En cuanto al plastotipo (de z2aotós, modelado), es cualquier repro- ducción plástica de un tipo obtenida por medio de un molde. Este término es, sobre todo, aplicable en paleontología, y de gran utilidad en aquellos casos en que el fósil tipo se ha perdido, y sólo se conserva un vaciado del mismo; pero creo podría emplearse también para designar los modelos de grandes cetáceos en cartón piedra, yeso, cera, etc., siempre que estos modelos sean copia exacta y directa de tipos. Todo cuanto acaba de exponerse refiérese al concepto de tipo con relación á la especie. No estará demás decir algo acerca del tipo con relación al género. Se llama especie tipo de un género, ó genot¿po, á aquella espe- cie que se considera como base primera del género. Cuando un género es monotípico, es decir, cuando ha sido fundado sobre una sola especie, claro está que ésta será el genotipo; pero si el EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 13 género ha sido creado para varias especies, pueden darse dos casos: que el autor haya elegido una de ellas como genotipo, ó que no lo haya hecho así. En este último caso, dícese que el género es heterotípico, y las especies originalmente complendidas en él se denominan genoszntipos. Ejemplos: el Hemiphractus scu- tatus es el genotipo del género Hemiphractus, porque este gé- nero fué establecido por Wagler sobre una sola especie, la Kana scutata de Spix, y es, por tanto, un género monotípico. Eumops californicus es el genotipo de Eumops, porque el autor de este género, Miller, aunque incluyó en él diez especies, designó pre- cisamente ésta como especie tipo. Equus caballus, E. asinus y E. zebra, son genosintipos del género Equus, fundado por Linné sobre estas tres especies, sin elegir ninguna de ellas como tipo. Cuando un género es puramente heterotípico, es decir, cuando su autor no le ha designado tipo, y posteriormente se descubre que uno Óó más de sus genosintipos deben constituir un grupo aparte, las leyes de nomenclatura zoológica autorizan al autor que primero subdivida el género primitivo para elegir como ge- notipo de éste la especie que tenga por conveniente. Conviene, sin embargo, que la elección de este genotipo no se haga arbi- trariamente si no es como último recurso. Lo más lógico es bus- car ante todo un tipo por tautonimia, esto es, una especie cuyo nombre específico, Ó en su defecto el nombre vulgar, tenga alguna relación con el nombre genérico. Así, el tipo del género Canis de Linné, que originariamente comprendía siete especies (familzares, lupus, hyena, vulpes, alopex, lagopus y aureus) debe ser el C. familiaris, 6 sea el perro doméstico, cuyo nombre latino es canis, y que con este nombre aparece citado por Gesner, uno de los autores en que se inspiró Linné. Si no puede aplicarse á ninguna especie el principio de la tau- tonimia, cabe descubrir el ¿po por eliminación; es decir, ver cuál es el último de los genosintipos que ha quedado en el género primitivo después de ir sacando los demás como tipos de otros géneros. Linné, por ejemplo, estableció en 1738 el género Lemur Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—1912. 14 A. CABRERA sobre tres especies: tardigradus, catía y volans, ninguna de las cuales puede considerarse como tipo por tautonimia. En 1768, Boddaert llevó el L. volans á un género nuevo (Cynuocephalus), y en 1706, Geoffroy hizo del L. tardigradus el tipo de su gé- nero Loris; luego L£. catta, que quedó sólo en el género, será el tipo, un tipo por eliminación. Por último, si nadie ha separado ninguna especie del género, si no es posible determinar un tipo ni por tautonimia ni por eli- minación, puede elegirse uno cualquiera, que será un genolecto- tipo Ó tipo por selección. Sirva de ejemplo lo ocurrido con el género Corycaeus, fundado por Dana en 1845 sobre varias espe- cies, sin indicar genotipo. En 1911, Farran ha hecho de este género dos, Coryceus y Corycella, y ha elegido arbitrariamente como tipo del primero una de las especies de Dana, el Corycaus speciosus. Esta especie es, por consiguiente, el tipo por selección del mencionado género. Una vez establecido un tipo por selec- ción, ningún otro autor tiene derecho á escoger otra especie como tipo, á menos que pueda fundarse en razones de tautoni- mia Ó de eliminación (1). La palabra «tipo» se ha empleado también para formar ciertos términos compuestos con los que se designan aquellas especies que pueden servir como ejemplos de determinados fenómenos de zoogeografía. Estos términos son: mimotipo, ¿sotipo, lipotipo y (1) Durante algún tiempo ha sido práctica muy socorrida la de elegir como tipo de los géneros heterotípicos la primera especie citada por el autor del género, pero este procedimiento, evidentemente cómodo, ha sido abandonado porque con frecuencia conducía á los más absurdos re- sultados. Por ejemplo, atendiendo al principio que se llamaba de ¿rima species, el tipo del género Cervus sería la jirafa, puesto que C. camelopar- dalís es la primera especie citada en dicho género por Linné. Seguramen- te, si el gran naturalista sueco hubiese tenido por costumbre designar un genotipo, no habría hecho tan singular elección. En la ciencia hay que ad- mitir muchas cosas convencionales, pero no cuando son abiertamente opuestas al sentido común. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 15 necrotipo. El tercero de ellos se debe á Sclater, y los otros tres á Gill. Son mimotipos (de puípoc, mimo, imitador) aquellas especies que, perteneciendo á grupos diferentes, pero asemejándose en su aspecto, organización y costumbres, se representan mutuamente en diferentes faunas. Por ejemplo, los Sorex de Europa son mi- motipos de los Antechinus de Australia; los Dipodomys de Amé- rica son mimotipos de los Dipus de África. Por isotipos (de toos, igual) se entienden aquellas especies, géneros Ó familias comunes á países diferentes; los bisontes, por ejemplo, son isotipos en Europa y América; los asnos salvajes lo son en Africa y Asia. Denomínanse lipotipos (de Aeímw, abandonar) las especies ó grupos naturales cuya ausencia de una fauna determinada cons- tituye precisamente un carácter de esta fauna. Así, los Sciurida son lipotipos de las islas Baleares; los Cervida lo son de la fauna etiópica. Este término es sobre todo aplicable cuando á primera vista parece que la especie Ó grupo en cuestión debiera figurar en la fauna de que se trata. Necrotipos (de vexpós, muerto) son, en fin, aquellos animales que habiendo existido en otro tiempo en un país, faltan actual- mente en él. Los elefantes son necrotipos de Europa; los rino- cerontes lo son de América, etc. Finalmente, se llama agriotipo (de aypros, salvaje) á la espe- cie que se considera como antecesora silvestre de. una forma doméstica. Por ejemplo, la Mustela putorius será el agriotipo del hurón. Trab. del Mus. de C, Nat.—Núm, 3.—1912. 16 A. CABRERA LOS TIPOS DE MAMÍFEROS DEL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES La lista que doy á continuación comprende todos los tipos propiamente dichos y cotipos que existen en las colecciones de mamíferos del Museo de Ciencias Naturales en el momento de publicarse el presente trabajo. Para su enumeración he adoptado, salvo ligeras diferencias, el plan que Lyon y Osgood siguen en su Catalogue of the type specimens of Mammals in the United States National Museum. Conforme á él, las especies, sub- especies, etc., aparecen distribuidas metódicamente, y cada una bajo el nombre con que fué originalmente descrita, con su correspondiente cita bibliográfica. Si la especie, subespe- cie, etc., ha resultado luego ser sinónima de otra ya conocida, 6 si se ha variado el nombre del género, á continuación se da la denominación que realmente le corresponde, precedida del sig- no = y acompañada también de la cita bibliográfica cuando la hay. Después se da el número que el ejemplar lleva en el Catá- logo del Museo (1), la naturaleza del ejemplar (esto es, si está en piel, en alcohol, etc.), su edad y sexo, su localidad, la fecha en que fué obtenido, el nombre del colector, donador ó comerciante de quien se adquirió, el número original (es decir, el que le im- (1) Hasta fines del año 1911, los ejemplares de mamíferos venían cata- logándose por numeración correlativa: r, 2, 3, 4... Desde dicha época, se ha adoptado el sistema que siguen el Museo Británico y otros, de año, mes, día y número de orden dentro del día. Por ejemplo, 12. 1. 4. 26 quiere de- cir que se trata del vigésimosexto ejemplar recibido en el Museo en 4 de Enero de 1912. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 17 puso el colector ó el comerciante), y, por último, el estado en que se halla el ejemplar y todos aquellos comentarios á que éste pueda prestarse. Para no tener necesidad de indicarlo en cada caso, conviene advertir, desde luego, que “todos los ejemplares montados se exhiben en la colección pública, mientras los que están en piel y en alcohol se guardan en la colección de estudio. Orden Primates. CALLITHRIX CUPREA LEUCOMETOPA Cabrera. (Cotipos.) Anal. de la Soc. Esp. de Hist. Naf., xx1x, p. 83, lám. 1, 30 de No- viembre 1900. = CALLICEBUS LEUCOMETOPA (Cabrera). Véase Elliot, 4272. and Mag. Nat. Hist., ser. 7.*, XX, 1907, P. 192. 635. Piel montada, con el cráneo dentro. Macho adulto. Sin localidad. Colector, Marcos Jiménez de la Espada. (Expedición al Pacífico.) 636. Piel montada y cráneo. Hembra semiadulta. Río Aguari- co, Perú septentrional. Julio, 1865. Colector, Mar- cos Jiménez de la Espada. Número original, 90. El primero de estos ejemplares tiene rota la extremidad de la cola. Del segundo, la piel, montada, se halla en buen estado; al cráneo le falta toda la región occipital. En la descripción orignal no aparece designado como tipo nin- guno de los ejemplares, y ambos se describen en detalle. La lá- mina representa el macho adulto, Minas LAaGoNOTUS Espada. (Cotipos.) Bol.-Reo. de la Univers. de Madrid, 1870, p. 16. 643. Piel montada y cráneo. Macho adulto. Destacamento, río Napo, Perú septentrional. Mayo, 1865. Colector, Mar- cos Jiménez de la Espada. Número original, 141. 646. Piel montada, con el cráneo dentro. Macho joven. Río Hunu-yacu, Perú septentrional. Abril, 1865. Colec- Trabajos del Museo de Ciencias Naturales. —Núm. 3.—1912, 2 18 A. CABRERA tor, Marcos Jiménez de la Espada. Número ori- ginal, I1O. | 864. Piel, con el cráneo dentro. Macho adulto. Tarapoto, río Napo, Perú septentrional. Mayo, 1865. Colector, Mar- cos Jiménez de la Espada. Número original, 140. 865. Piel, con el cráneo dentro. Hembra adulta. La Coca, río Napo, Perú septentrional. Mayo, 1865. Colector, Mar- cos Jiménez de la Espada. Número original, 143. Estos cuatro ejemplares, detalladamente descritos en la des- cripción original, sin designarse ninguno como tipo, se conser- van en buen estado. Los núms. 864 y 865 están preparados á la antigua, esto es, muy contraídos y retorcidos. El núm. 645 tuvo por mucho tiempo una etiqueta, de letra del Sr. Jiménez de la Espada, con el nombre Midas elegans, siendo, por consiguiente, el quirotipo de esta especie. Mimas GrarLLsI Espada. (Cotipos.) Bol.-Rev. de la Univers. de Madrid, 1870, p. 19. 643. Piel montada y cráneo. Macho adulto. Destacamento, río Napo, Perú septentrional. Mayo, 1865. Colector, Mar- cos Jiménez de la Espada. Número original, 147. 644. Piel montada con el cráneo dentro. Sexo no determinado. Tarapoto, río Napo, Perú septentrional. Mayo, 1865. Colector, Marcos Jiménez de la Espada. Número ori- ginal, 142. 866. Piel con el cráneo dentro. Sexo no determinado. Tarapo- to, río Napo, Perú septentrional. Abril, 1865. Colec- tor, Marcos Jiménez de la Espada. Número origi- nal, 107. 867. Piel con el cráneo dentro. Sexo no determinado. Tara- poto, río Napo, Perú septentrional. Abril, 1865. Co- lector, Marcos Jiménez de la Espada. Número origi- nal, 108. Los cuatro ejemplares están bien conservados; los núms. 866 y 867 preparados á la antigua. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 19 NYCTICEBUS PHILIPPINUS Cabrera. (T'ipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1908, p. 137, fig., Abril 1908 (1). = NYCTICEBUS MENAGENSIS (Lydekker). Véase Lyon, Proc. Biol, Soc. Washington, XxXt51, 1909, p. 89. 2.026. Piel montada con el cráneo dentro. Macho adulto. Min- danao, Filipinas. Colector, Hipólito Fernández. Este ejemplar y un paratipo figuraron en el Museo de Ultra- mar hasta fines del año 1907; en dicha fecha, al suprimirse este Museo, pasaron á la colección pública del de Ciencias Naturales. Orden Chiroptera. NocriLio zaPAaRO Cabrera. (Tipo.) Proceed. Biol. Soc. Washington, xx, p. 57, 18 de Abril 1907. 691. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Ahuano, río Napo. Perú septentrional. Mayo, 1865. Colector, Marcos Jiménez de la Espada. Número original, 75. Ejemplar en buen estado. RHINOLOPHUS FERRUM-EQUINUM OBSCURUS Cabrera. (Cotipos.) Mem. Soc. Españ. Hist. Natf., 11, p. 257, 1 de Enero 1904. 1.514 á 1.519. Ejemplares en alcohol. Hembras adultas. 1.520 á 1.522. Ejemplares en alcohol. Jóvenes. Todos de Valencia. Principios del verano de 1903. Colector, Enrique Crú y Marqués. Ejemplares en buen estado. RHINOLOPHUS CARPETANUS Cabrera. (Cotipo.) Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 11, p. 254, lám. 1, 1 de Enero 1904. 1.221. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Cueva de la Mag- (1) El Boletín á que esta cita se refiere corresponde al mes de Marzo, pero esta publicación aparece siempre á principios del mes siguiente, por lo menos. Trab. del Mus. de C. Nat. —Núm. 3.—1912. 20 A. CABRERA dalena, Madrid. 14 Noviembre, 1890. Colector, Ma- nuel Cazurro y Ruiz. Ejemplar bien conservado, pero muy decolorado por la acción combinada del sol y del alcohol. La descripción original de esta especie fué hecha sobre un gran número de ejemplares, de los cuales sólo se mencionan cinco que figuraron en mi colección particular, y además éste, cuyas medi- das se dan y sobre el cual está hecha la figura. Estos seis ejem- plares, de los que sólo el presente existe en el Museo, deben ser, por tanto, considerados como cotipos. RuivoLoPHUS ANDERSENI Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1909, p. 306, Julio 1909. 1.024. Ejemplar en alcohol, con el cráneo extraído. Macho adulto. Filipinas. Regalado por el Sr. Uhagón. Ejemplar bien conservado, salvo que al cráneo le falta la man- díbula, perdida posteriormente á la publicación de la descrip- ción original. HiPPOSIDERUS TEPHRUS Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Naf., 1906. p. 358, Agosto 1906. — HIPPOSIDERUS CAFFER TEPHRUS (Cabrera). Véase Andersen, Ann. Museo Civico di Stor. Nat. di Genova ( 3) 11, 1907, P. 12. 1.591. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Mogador, Marrue- cos. 29 Agosto, 1905. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Ejemplar en buen estado, Mvortis Thomasr Cabrera (Tipo.) Bol. Soc. Españ. Hist. Nat., 1901, p. 370, Diciembre 1901. 669. Ejemplar en alcohol. Hembra adulta. Archidona, río Napo, Perú septentrional. Abril, 1865. Colector, Mar- cos Jiménez de la Espada. Ejemplar en buen estado. En la descripción original no se le designa como tipo, pero sí se hace constar que es el único ejem- plar examinado, lo que para el caso es lo mismo. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 21 Mvoris EscaLERaAI Cabrera. (Cotipo.) Mem. Soc. Españ. Hist, Nat., 1, p. 279, lóm. v, Enero 1904. 869. Piel y cráneo. Macho adulto. Foyos, Valencia. Octubre, 1893. Colector, Eduardo Boscá. Este ejemplar estuvo en alcohol hasta el verano de 1911, en que se puso en piel y se le extrajo el cráneo. Tanto éste como aquélla se hallan en buen estado. Es uno de los cuatro ejemplares mencionados en la descripción original, en la que no se designa ninguno de ellos como tipo. VespeErTILIO Espapzx Cabrera. (Tipo.) Bol. Soc. Españ. Hist. Naf., 1901, p. 368, Diciembre 1901. = Epresicus Espanz (Cabrera). Véase Trouessart, Catal. Mam- mal., Suppl. 1, 1904, p. 78. 673. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Babahoyo, Ecuador. Noviembre, 1864. Colector, Marcos Jiménez de la Espada. Ejemplar en buen estado, aparte de algún insignificante espa- cio pelado en el cuerpo. Los labios han sido completamente se- parados de las mandíbulas y las masas musculares levantadas para que se vean mejor los dientes. Aunque no designado como tipo, lo es este ejemplar por ser el único que figura en la descripción original. A la véz, puede con- siderársele como quirotipo del Vesperugo Petersí, puesto que con este nombre aparece su figura en unas láminas que Jiménez de la Espada preparaba para un trabajo sobre mamíferos de la Expe- dición al Pacífico y que han quedado inéditas. VESPERTILIO SEROTINUS INSULARIS Cabrera. (Tipo.) Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 1, p. 263, 1 de Enero 1904. = ÉPTESICUS SEROTINUS (Schreber). Véase Cabrera, Bo!. Real Soc. Españ. Hist, Nat., 1908, P. 449. 1.207. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Menorca, Baleares. Colector, P. Cardona. Ejemplar en buen estado. Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—1912. 22 A. CABRERA VesperTILIO Boscar Cabrera. (Tipo.) Mem. Soc. Españ. Hist. Nat.. 1, p. 267, 1 de Enero 1904. = EPTESICUS SEROTINUS (Schreber). Véase Barrett-Hamilton, A History of the British Mammals, 1, 1910, P. 134. 1.240. Ejemplar en alcohol, con el cráneo extraído. Hembra semiadulta. Muchamiel, Alicante. Colector, Manuel Antón. Ejemplar en buen estado, aunque un poco decolorado. Aunque este ejemplar no aparece designado, por el número ni en ninguna otra forma, en la descripción original, es el que prin- cipalmente utilicé para dicha descripción, y desde entonces lleva en su etiqueta la indicación «Tipo». VEsPERTILIO OCHROMIXTUS Cabrera. (Cotipos.) Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 1, p. 267, lám. 1v, 1 de Ene- rO 1904. —= PIPISTRELLUS SAVI OCHROMIXTUS (Cabrera). Véase Cabrera, Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1908, p. 448, Diciembre 1908. 1.314. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Menorca. Colector, P. Cardona. 2.041. Piel y cráneo. Macho adulto. El Escorial. Ejemplares en buen estado. El núm. 2.041 es el que aparece re- presentado en la lámina que acompaña á la descripción original, en la cual se dan también sus dimensiones; ha sido recientemen- te extraido del alcohol y puesto en piel; se encuentra ligeramen- te decolorado por la acción de la luz y el alcohol; el cráneo está completo. PIPISTRELLUS PIPISTRELLUS MEDITERRANEUS Cabrera. (Cotipos.) Mem. Soc. Españ. Hist. Naf., 1, p. 273, 1 de Enero 1904. 1.281. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Valencia. Noviem- bre, 1897. Colector, Eduardo Boscá. 1.282. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Valencia. Noviem- bre, 1897. Colector, Eduardo Boscá. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 23 1.283. Ejemplar en alcohol. Hembra adulta. Valencia. Noviem- bre, 1897. Colector, Eduardo Boscá. 1.366. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Ciudad Real. Colec- tor, Eduardo Boscá. 1.367. Ejemplar en alcohol. Hembra adulta. Ciudad Real. Co- lector, Eduardo Boscá. 1.972. Piel y cráneo. Macho adulto. Valencia. Colector, Eduar- do Boscá. Todos estos ejemplares se conservan en buen estado; el núme- ro 1.972 ha sido extraído del alcohol y puesto en piel; su cráneo tiene roto el arco cigomático izquierdo, pero aparte de ésto está completo. De un gran número de ejemplares procedentes de las dos localidades indicadas, estos seis fueron los que principalmen- te utilicé para mi descripción. Orden Insectivora. CROCIDURA CANTABRA Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1908, p. 239, Junio 1908. 1.230. Piel y cráneo. Adulto. El sexo no determinado. Provin- cias Vascongadas. Colector, Joaquín Hidalgo. La piel, que estaba preparada á la antigua, ha sido abierta para extraer el cráneo. Después de publicada la descripción original, he averiguado que estuvo largo tiempo en alcohol, donde sin duda la puso alguna persona ignorante que creyó se trataba de un ejemplar en carne, y á consecuencia de ésto, el pelo está un tanto decolorado. CROCIDURA DORIANA GUINEENSIS Cabrera. (Tipo.) Mem. Soc. Españ. Hist. Nat., 1, p. 22, lám. 1, Mayo 1903. 1.654. Ejemplar en alcohol. Hembra adulta. Cabo San Juan, Guinea Española. Verano de 1901. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Ejemplar en buen estado. Trab. del Mus deC. Nat.—Núm. 3.— 1912. 24 A. CABRERA [Neomys ANOMALUS Cabrera. (Tipo.) Ann. and Mag. Nat. Hist., ser. 7, XX, p. 214, Septiembre 1907. 1.140. Piel y cráneo. Macho adulto. San Martín de la Vega, Madrid. Diciembre, 1892. Este ejemplar, puesto en piel después de pasar algún tiempo en alcohol, parece haberse perdido en el traslado del Museo al local que actualmente ocupa. Lo incluyo, sin embargo, en la pre- sente lista porque, no estando todavía acabado de arreglar el Museo, pudiera aparecer algún día entre los objetos que quedan por poner en orden. El mismo insectívoro ha sido descrito, con la figura de su crá- neo, en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natu- ral correspondiente á Junio-Julio de 1907; mas como dicho PBo/e- Zín mo se publicó hasta fines de Octubre, la verdadera descripción original es la que apareció en la publicación inglesa arriba in- dicada.] Orden Carnivora. FreLIs OCREATA MAURITANA Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1906, p. 362, Agosto 1906. 1.579. Piel y cráneo. Macho adulto. Mogador, Marruecos. 28 Julio, 1905. Colector, Manuel Martínez de la Es- calera. Tanto la piel, preparada á la moderna, como el cráneo, están en buen estado. La primera tiene una de las patas posteriores desprendida, pero se conserva con el ejemplar. HErPEsTES ALMODOVARI Cabrera. (Tipo.) Bol. Soc. Españ. Hist. Nat., 1902, p. 139, Abril 1902. 1.655. Piel imperfectamente descarnada, en alcohol, y cráneo. Macho semiadulto. Cabo San Juan, Guinea Espa- ñola. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Ejemplar en buen estado. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 25 GENETTA VULGARIS, Var. MELAs Graells. (Tipo.) Mem. Real Acad. de Ciencias de Madrid, xvu, p. 174, lám. 11, figu- ra A, 1897. —= GENETTA GENETTA MELAS (Graells). Véase Trouessart, Faune des Mammiferes d' Europe, 1910, p. 87. 351. Piel montada, con el cráneo dentro. Semiadulto. Sexo no determinado. Córdoba. Colector, Fernando Amor. Ejemplar medianamente montado, pero bien conservado, y re- presentando un caso de melanismo. En la descripción original, Graells menciona este ejemplar y otro de Extremadura, pero dice concretamente que el descrito con el nombre de melas es el de Córdoba. GENETTA PENINSULA Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1905, p. 266, Junio 1905. = GENETTA GENETTA (Linné). Véase Thomas, Proc. Zool. Soc. of London, 1911, P. 137. 1.866. Piel y cráneo. Macho adulto. El Pardo, Madrid. Regala- : do al Museo por S. M. el Rey D. Alfonso XIIL La piel está mal preparada, muy contraída; el cráneo muy es- tropeado. CANIS LUPUS SIGNATUS Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1907, p. 195, Junio 1907. 370. Piel montada, con el cráneo dentro. Macho adulto. El Escorial. Este ejemplar, del cual no he podido encontrar más datos que permitan saber quién lo obtuvo ni por qué conducto llegó al Mu- seo, figura en éste hace ya muchos años. Ha sido montado por dos veces, pero aun la segunda vez lo ha sido de un modo bastante imperfecto. Aparte de ésto, se conserva en buen estado. GALERA BARBARA, Var. BIMACULATA Martínez. (Tipo.) Anal. Soc. Españ. Hist. Nat., 11, p. 244, 1. de Octubre, 1873. —= TAYRA BARBARA BIMACULATA (Martínez). Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—1912. 26 A. CABRERA 390. Piel montada y cráneo. Adulto. Sexo no determinado. Bogotá, Colombia. 1873. Envío de D. José M. Gu- tiérrez de Alba. Número original, 9. Ejemplar en buen estado, aunque muy antinaturalmente mon- tado; el cráneo algo deteriorado en su parte posterior. Esta es la misma subespecie que Allen ha llamado TZayra bar— bara irara (Bull. Amer. Mus. Nat. Hist., XX, 1904, p. 36); pero la descripción de Martínez es más de treinta años más antigua, y el nombre bimaculata es el que debe prevalecer. Sin duda Allen desconocía este nombre, puesto que no lo incluye entre los mu- chos que cita en su trabajo. El tipo de bimaculata presenta sobre la cruz la mancha blanca que, rara y esporádica en las demás formas de la especie, parece ser en ésta poco menos que normal. LuTRA LUTRA SPLENDIDA Cabrera. (Tipo.) Bol, Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1906, p. 360, Agosto 1906. 1.998. Piel y cráneo. Macho adulto. Mogador, Marruecos. 13 Agosto, 1905. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Piel preparada á la moderna, en buen estado. Cráneo com- pleto. Lurra Marscmier Cabrera. (Tipo.) Bol. Soc. Españ. Hist. Nat., 1903, p. 182, Mayo 1903. =— LuTrRA MACULICOLLIS MarscHiEI (Cabrera). Véase Thomas, Ann. and Mag. Nat. Hist., ser. 8, VI, 1911. p. 726. 1.657. Piel en alcohol y cráneo. Adulto. Sexo no determinado. Cabo San Juan, Guinea Española. Verano de IgOI. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Ejemplar en buen estado. La piel ha sido abierta en toda su longitud, desde el labio inferior á la punta de la cola. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 27 Orden Rodentia. ELIOMYS HORTUALIS Cabrera. (Cotipo). Bol. Real Soc. Españ. Hist. Naf., 1904, p. 183, Mayo 1904. — ELIOMYS QUERCINUS (Linné). Véase Cabrera, Ann. and Mag. 0f Nat. Hist., ser. 8, 1, 1908, p. 190. 1.700. Ejemplar en alcohol, sin cráneo. Macho adulto. Valen- cia. Colector, Eduardo Boscá. Este es uno de los dos ejemplares que en la descripción origi- nal se designan como «tipos». El cráneo, que fué extraído para su estudio, y que todavía estaba en el Museo cuando yo publiqué, hace cuatro años, mi revisión de los Muscardinide de la Penínsu- la Ibérica, no he podido encontrarlo al preparar este trabajo. Myoxus NITELA, Var. Amor1I Graells. (Cotipo). Mem. Acad. Cienc. de Madrid, xvx, p. 481, lám. xvn, 1897. — ExLIomYS LUSITANICUS (Reuvens). Véase Cabrera, Ann. and Mag. Nat. Hist., ser. 8, 1, 1908, p. 189. 1.238. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Córdoba. 1857? Co- lector, Fernando Amor. En mi antes referida revisión de los Muscardinide españoles he expuesto las razones que me inducen á considerar este ejem- plar como uno de los cotipos de 4morí, pero no estará de más re- petirlas aquí. Graells dice en la descripción original que ésta se basa sobre tres ejemplares que, cuarenta años antes, le remitió de Córdoba D. Fernando Amor, sin que hable de haber poseído ni visto ningún otro individuo de la misma forma. A la muerte de Graells, ocurrida al año siguiente de publicado su trabajo, vinie- ron al Museo algunos ejemplares de su colección, y entre ellos un Eliomys lusitanicus (= Amori), que es el que actualmente lleva en el Museo el núm. 1.238. Aunque este ejemplar no traía dato nin- guno de localidad ni de colector, es lógico creer que es uno de los tres á que Graells aludió, tanto más, cuanto que estos tres, según se desprende de la descripción, tenían la cola anormalmen- Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—1912. 28 A. CABRERA te coloreada por debajo, y precisamente lo mismo ocurre en el ejemplar en cuestión (1). MERIONES GRANDIS Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1907, p. 175, Mayo 1907. 1.704. Piel y cráneo. Macho adulto. Marrakesh, Marruecos. 18 Febrero, 1907. Colector, Manuel Martínez de la . Escalera. Número original, 23. Piel en buen estado, aunque preparada con poco arte y muy contraída. El cráneo tiene rotos el arco cigomático derecho y el cóndilo mandibular del mismo lado. Mer1onNes Marrg Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1907, p. 177, Mayo 1907. 1.693. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Tarfaya, en el lito- ral del Sahara. 22 Noviembre, 1906. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Ejemplar en buen estado. GERBILLUS HIRTIPES HESPERINUS Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1906, p. 365, Agosto 1906. 1.681. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Mogador, Marrue- cos. 1905. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Ejemplar en buen estado. (1) A continuación se hubiera mencionado en esta lista el tipo de Glis glis pyrenaicus Cabrera (Ann. and Mag. Nat. Hist., ser. 8, 1, 1908, P. 193), ejemplar núm. 1.223 de nuestro Museo, si el abandono en que han estado las colecciones de vertebrados años enteros no hubiese sido causa de que, al efectuarse el último traslado del Museo, apareciese dicho tipo comple- tamente apolillado, reducido á una piel sin un solo pelo. El cráneo, que estaba con el del cotipo de Lliomys hortualis, núm. 1.700, se ha perdido también. Por fortuna, todavía existe el paratipo de G. g. pyrenaicus, que es á la vez un topotipo. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 209 Mus caLopus Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1906, p. 366, Agosto 1906. 1.686. Ejemplar en alcohol. Macho adulto. Mogador, Marrue- cos. Noviembre, 1904. Colector, Juan Ratto. Ejemplar en buen estado, con sólo las masas musculares de un lado de la cabeza levantadas, para el examen de los molares. Mus SPICILEGUS MOGREBINUS Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1911, p. 556, Enero 1912. 11. xn. 5.70. Piel, sin cráneo. Hembra adulta. Tagúidert, pro- vincia de Hahá, Marruecos. 7 Agosto, 1911. Colec- tor, Fernando Martínez de la Escalera. Número ori- ginal, 82. Piel preparada á la moderna, en buen estado. MICROMYS SYLVATICUS CALLIPIDES Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1907, p. 228, Octubre 1907. 1.228. Cráneo. Macho adulto. Villarrutis, La Coruña. 3 Abril. 1907. Colector, Ignacio Bolívar. La piel de este ejemplar, que estaba en la misma caja que la del tipo de Veomys anomalus, parece haberse perdido. Afortuna- damente, el cráneo, que está completo, se ha librado de la mis- ma suerte. NESOKIA ARGYROPUS Cabrera. (Tipo). Bol. Soc. Españ. Hist. Naf., 1911, p. 118, Marzo 1901. = ARVICOLA ARGYROPUS (Cabrera). 1.405. Piel y cráneo. Hembra adulta. Chagajor, Mts. Bakhtyari, Persia. Julio, 1899. Colector, Manuel Martínez de la Escalera. Ejemplar extraído del alcohol y puesto en piel, con la cola algo deteriorada. Cráneo completo, salvo las apófisis coronoides de la mandíbula, que están rotas. Cuando estudié por primera vez este ejemplar, no se me per- Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—1912. 30 A. CABRERA mitió extraerle el cráneo, y equivocadamente lo tomé por una Vesokía. Al examinar sus molares resulta ser un Arvicola, proba- blemente distinto de persicus y armenius, pues su cráneo es más bien del tipo de amphibius y sapidus que del de terrestris. MicroTUS DENTATUS Miller (Tipo.) Ann. and Mag. Nat. Hist., ser. 8, VI, p. 459, Noviembre 1910. 2.031. Piel y cráneo. Hembra adulta. Molinicos, Albacete. 11 Diciembre, 1908. Colector, José Martínez. Piel en buen estado; el cráneo tiene rotos ambos arcos cigomá- ticos, y además le falta una gran porción de la parte posterior, incluyendo todo el basioccipital y los globos auditivos, y también las apófisis coronoides de la mandíbula. CAPROMYS ELEGANS Cabrera. (Tipo.) Bol. Soc. Españ. Hist. Nat., 1901, p. 372, Diciembre 1901. = PHLEOMYS ELEGANS (Cabrera). 284. Piel montada, con el cráneo dentro. Adulto. Sexo no de- terminado. Filipinas ? Este ejemplar figuró durante muchos años en el Museo como Capromys prehensilis de Cuba. Fiándome de esta indicación de lo- calidad, lo describí yo hace diez años como Capromys; pero poco después, el profesor Thomas, de Londres, me escribió diciéndo- me que probablemente se trataría de un Phleomys de Filipinas. Después de compararlo con algunos ejemplares de este género, debo confesar que la sospecha de tan eminente zoólogo resulta cierta. En cuanto á la validez de la especie e/egans, nada puede decirse mientras no se haga una revisión concienzuda del género Phleomys. : LeEpuSs MAROCCANUS Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Naf., 1907, p. 178, Mayo 1907. 1.570. Piel y cráneo. Macho adulto. Marrakesh, Marruecos. 29 Enero, 1907. Colector, Manuel Martínez de la Es- calera. Ejemplar en buen estado. EL CONCEPTO DE TIPO EN ZOOLOGÍA 31 Lepus sHeErIr Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1906, p. 366, Agosto 1906. 1.573. Piel y cráneo. Macho adulto. Mogador, Marruecos. Ju- lio, 1905. Colector, Manuel Martínez de la Escalera, Piel en buen estado; el cráneo incompleto por detrás. - Orden Artiodactyla. CErvus ELAPHUS BoLIVArI Cabrera. (Tipo.) Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 1911, p. 559, Enero 1912. 11. xI1. 14. 1. Piel montada, con el esqueleto completo dentro. Macho adulto. El Pardo. Enero, 1908. Cazado por el Conde de Valdelagrana; regalado al Museo por S. M. el Rey D. Alfonso XIII. Ejemplar en buen estado, bien montado. RuUPICAPRA RUPICAPRA PARVA Cabrera. (Tipo.) Proceed. Zool. Soc. London, 1910, p. 999, Diciembre 1910. 014. Piel montada, con el cráneo dentro. Hembra adulta. Picos de Europa, Santander. Obtenida por conducto de D. Ignacio Bolívar. Ejemplar en buen estado, en pelo de verano. CAPRA PYRENAICA VicrorIx Cabrera. (Tipo.) Proceed. Zool. Soc. London, 1911, p. 975, Diciembre 1911. 448. Piel montada, con el cráneo dentro. Macho adulto. Ma- drigal de la Vera, Cáceres. | Ejemplar en buen estado, en pelo de verano. Orden Xenarthra. DAsYPus GIGANTEUS Geoffroy. (Cotipo.) Cat. Mus. Paris, 1803, Pp. 207. = PRIODONTES GIGANTEUS (Geoffroy). Trab. del Mus. de C. Nat.—Núm. 3.—1912. 32 A. CABRERA 504. Piel montada. Adulto. Sexo no determinado. Paraguay. Colector, Félix de Azara. Regalado al Museo por D. Manuel Godoy, Príncipe de la Paz. Habiendo establecido Geoffroy esta especie sobre el «máximo» de Azara (Apuntamientos para la Historia Natural de los Qua- drúpedos del Paraguay y río de la Plata, 1802, t. 1), creo deben considerarse como cotipos los ejemplares que nuestro erudito, compatriota tuvo á la vista para hacer su descripción. Estos ejem- plares fueron dos. Azara empieza describiendo uno que vió, ya descompuesto, en una hacienda de Pirayú, y en seguida comple- ta esta descripción con la de un segundo ejemplar, acerca del cual dice (p. 114): «Estando después en Buenos Ayres llegó del Paragúay al Arcediano Don Josef Roman Cabezales un Tatú de esta especie. Le habían sacado en una pieza el vestido, y curtido como suela de zapato, cuyo color había tomado en todas partes perdiendo el natural. Le habían rellenado con violencia de yerba del Paragiay; de modo, que la cabeza parecía más plana y corta de lo que es; y el hocico desfigurado, como las cuatro piernas y cuerpo por demasiado abultados. No me pareció lo mismo de la cola, cuyo grueso disminuirían con la costura lo que la violentá— ron al estirarla. El citado Arcediano me lo dió, y lo regalé á Don Pedro Melo de Portugal con algunas lZulitas, Pichiós y Matacos vivos, que envió al Señor Príncipe de la Paz.» Este ejemplar es, indudablemente, el que existe en el Museo, pues aunque no consta que viniese de manos de Azara (lo que acaso intenciona- damente, por dar más valor á su obsequio, calló D. Pedro Melo de Portugal), sí se sabe que lo dió para el entonces Real Gabi- nete de Historia Natural el Príncipe de la Paz, cuya circunstan- cia, unida á la de presentar el tal ejemplar todos los defectos de preparación tan minuciosamente explicados por Azara (colores borrados por el curtido, cuerpo y cabeza desfigurados, cola con- traída, etc.), claramente revela que se trata del mismo armadillo que el ilustre naturalista aragonés obtuvo del arcediano Cabe- zales, > 00 pá 7 5 Yes TA yes z IS MA Pa Le pi e. 's PARO pl CARY E Ei 1, A