HARVARD UNIVERSITY. LIBRARY OF THE MUSEUM OF COMPARATIVE ZOÓLOGY. £> OvoaJnZ ICj ¡CjlJ. Cr^C\C>/? VERTEBRADOS DKI. VIAJE AL PACÍFICO VERIFICADO DE 1862 A 1865 POR UNA COMISIÓN DE NATURALISTAS ENVIADA Pdli EL GOBIERNO ESPASOL. BATRACIOS DON MARCOS JIMÉNEZ DE LA ESPADA. •>¡-»3-íl. •••■^'S' MADRID IMPRENTA DE MIGUEL GINESTA Callo ilerampomnnes.nrim. S 1875 ^ n £2 C» n O CD -a § — • ^- , T3 _¡ (T> ;:- tS^ ^ ' C^^ ^ ro ^ O — ^ H^ 2 ^^ ^ ^ ^ "X? 5 O <^ ■< Sil r^ -N-,. Cy» — ■ - »■. ^ H-+5 O' ^2 ~ -^ e= ^ *== H-+5 On _ £D 3 O es 3 . I— ■ ^ ÍD O p S. O =3 s; •-a cíc Cal ce ?= 2. <^ 5. 3 2 1 •-' c g p5 » » S^ cr s- ^ o ¡_¡ o 53 2- cr' P-- _ o fU fD o M ^ B ^ $S C3l C rr- <^ o ^ f^ . ^ o ' ?:.;/: ce -i C2 ÍD CD í C3 O 5.» S. O g g £ ^ C3 CD ¡ya ir C3 CD O o s: 1—4 > .o O Sí 00 00 o tr' O M O < i. > tí O c a a> "I a o VERTEBRADOS DEr. VIAJE AL PACÍFICO VERIFICADO DE 1862 A 1865 POR UNA COMISIÓN DE NATURALISTAS ENVIADA l'Oli El (iOBIERNO ESPAÑOL. BATRACIOS DON MARCOS JIMÉNEZ DE LA ESPADA. ^'^-^í^^^ ^ -K'^ vi 0.002 ií- MADRID IMPRENTA DE MIGUEL GINESTA Calle deCampomanes.nún). N 1875 ^m¿>- y^ ,S^' BATRAGHIA ^9' ANURA OPISTHOGLOSSA OXYDAGTYLA RANINA E,.A.isriiDjg3 CALYPTOCEPHALUS. Huesos de la cabeza muy resisteutes y erizados de numerosas espinillas cónicas ; los superiores del cráneo dilatados y dispuestos á manera do capacete, en el que los fronto- parietales cierran completamente por atrás el contorno de las fosas orbitarias, adelantándose sobre ellas, cubren las temporales, se articulan con el timpánico, y se unen con los pre- frontales, soldados todo á lo larg'o de sus bordes internos y extendidos hacia atrás; tím- pano visible; mandíbula desdentada; dientes palatinos ; lengua gruesa , entera y no muy libre; doble saco bucal aéreo en los d"; rudimento del pulgar de la mano imperceptible al exterior ; eminencia del primer cuneiforme bien marcada y rolliza ; esternón arcifero; manubrio y xiñsterno cartilagíneos, aquél poco desarrollado ,] éste ancho y en forma de placa; vértebras procelias; todas, inclusa la sacra, con apófisis espinosas muy desarro- lladas; sin costillas; diapóñsis sacras robustecidas y algo ensanchadas; falangines có- nicos y sencillos; piel gruesa y glandulosa, floja en el cuerpo, y, en la cabeza, adherida fuertemente á las granulaciones de los huesos. Batbacios. 1 VIAJE AL PACIFICO. Caltptocephauis B¡í)r. , Mus. Par.; D. ff B., Erp. g., t. VIII, p. 44T ; Guícft., in Gay , Hisl. Fis. y Polít. de Chile, t. 9, p. 107; Gwiií., Cat. Batr. Sal. Brit. Mus., ps. 4 y 21 ; Fitz., Sitzungs. 8. Nov. 1860; Cope, J. A. N. S. Pliilad., vol. VI, Jun. 1866. Peltocephalus Tsch. , Class. derBatr., p. 81. Ckphalopeltis D. 8f B., 1. c, p. 432. CALYPTOCEPHALUS GAYL Calvptocepiialus Gavi Bibr. 1. c; D. íf B. , 1. c. , p. 450; Guich., 1. o.,p. 109, atl. herp. lám. 6; Gúní., 1. c, p. 21 y 133, Filz., 1. c; Cope, 1. c. Peltocephalds Quovi Tsch. , 1. c. Cephalopeltis Gayi D. 8f B., 1. c. Talle de escuerzo; extremidades cortas, robustas y en parte com- prendidas dentro de la piel , que envuelve el cuerpo como un saco. Ca- beza ancha y deprimida, de contorno semi-elíptico, y con la región supe- rior horizontal, llana y triangular equilátera, en cuyo plano se notan, sin embargo, dos ligeras depresiones en el lugar correspondiente á las fosas órbito-temporales , y, á las veces , una cresta recta y mediana, que corre hasta el nivel posterior de los ojos, y otras dos más cortas y ar- queadas, que principian donde acaba aquella y terminan en las narices, continuándose por el canto-rostral; hocico redondeado, pero con la parte superior más retirada que el borde del labio ; megillas inclinadas hacia adentro, convexas en su mitad posterior, un poco cóncavas entre el hocico y órbitas ; éstas , á consecuencia de la espansion de los huesos cir- cunstantes , han quedado muy reducidas , completamente redondas , muy apartadas una de otra y adelantadas ; distan de las nai'ices igualmente que del borde del labio, y á entrambas separa una distancia igual á diá- metro j medio de los suyos. La membrana del tímpano es circular y se encuentra muy arrimada al plano superior de la cabeza: su diámetro dos tercios del de la órbita: dos diámetros de ésta la alejan de su borde posterior. Los ojos tienen el párpado inferior muy extenso; la pupila es redonda. Las narices se abren por debajo y cerca del extremo del canto rostral , son relativamente pequeñas y transversas ; la distancia que las separa es igual á la que media entre cada una de ellas y el ángulo ante- rior del ojo. La boca es enorme, armada de dientes maxilares fuertes y VERTEBRADOS. i encorvados hacia dentro; los palatinos son también robustos, pero más espaciados, y se implantan, dirigidos hacia las fauces, en el filo de dos encias, que, arrancando del borde anterior de las choanas, inclinadas so- bre estos orificios corren oblicuamente en línea un poco curva ¡¡or el espacio internasal, hasta exceder el nivel posterior de aquellas y sin lle- gar á juntar sus extremos, separados por un espacio igual ¡i la longitud de las choanas. Son estas de tamaño regular , ovales y transversas ; en su borde lateral principia un surco curvilíneo, limitado posteriormente por los arcos esfenoidales palatinos , únicas partes salientes que , además de las crestas dentarias , se observan el cielo de la boca. Los pabellones de Eustaquio son semi-elípticos y proporcionados. La lengua, que puede considerarse como redonda, aunque ensancha un poco por los costados, es libre únicamente en menos de su tercio posterior; su anchura con corta diferencia igual á la distancia que media entre los pabellones de Eusta- quio; excepto en los bordes su plano superior, está erizado de papilas có- nicas normales á la superficie. Á uno y otro lado de la lengua , en los d", y desde donde principia su parte libre, se ven las hendiduras que dan en- trada á los sacos bucales, curvas, oblícuo-transversas y terminadas en el ángulo de la boca. La eminencia de la sínflsis mandibular y la loseta maxilar correspondiente están apenas indicadas. Las extremidades anterioi-es, extendidas á lo largo de los costados, alcanzan á las ingles; sus dedos son completamente libres, lisos, cónicos, fuertes y provistos de un ligerísimo margen cutáneo ; el tercero es el más largo, el primero el más corto, y los dos restantes iguales; la parte infe- rior del interno ó menor, durante la época del celo y desove, se hincha hasta la punta y se culjre con una verruga análoga á la que presentan en iguales ocasiones los d' de la Rana común , aunque menos gruesa y ruda {D. §" i?.); en estado normal abulta siempre más que el de la 9 y conserva una callosidad áspera y granugienta. Las extremidades abdomi- nales, dirigidas hacia la cabeza, asoman la mitad del pié por la punta del hocico ; tienen las proporciones de las del sapo y están en armonía con las torácicas ; pero reúne sus cinco dedos una membrana gruesa que se extiende más allá de la mitad y se continúa á lo largo de ellos, formando un borde estrecho hasta la punta; la palmeadura es igualmente ancha en los c/ que en las 9; la planta completamente lisa; la protuberancia 4 VIAJE AL PACÍFICO. del primer cuneiforme cilindrácea , lisa y de la mitad de la longitud del dedo pulgar. La piel , floja y desprendida en las extremidades hasta el codo y la rodilla, es por extremo glandulosa en las regiones superiores, y las glándulas se presentan en forma de verrugas generalmente elipsoídeas, altas, alineadas y espesas sobre el dorso desde el occipucio al ano, más redondas y espaciadas en los costados y cara posterior de las nalgas, achatadas é iguales sobre las ancas y brazos , en cuya parte anterior pasan á ser arrugadas y granosas , concluyendo por desvanecerse todas en los limites de las regiones inferiores del tronco y miembros , que son lisos en los adultos; lisa es también la piel de la cabeza, aunque el re- lieve de los granitos óseos del cráneo le da el aspecto de lija ; sin em- bargo , en algunos individuos , alguna que otra de las grandes verrugas dorsales se corren á lo largo del contorno j limite interior de las de- presiones órbito-temporales en la planicie occipital ; la piel de los pár- pados superiores es siempre rugosa en sentido longitudinal. Con cortas diferencias, que dependen de algunas irregularidades en la disposición de las verrugas, este es el carácter de la piel que ha.llo en todos los in- dividuos, grandes y pequeños , que he examinado; en dos de los últimos, sin embargo, que miden O"' ,06 del hocico al ano, sobre los muslos y pan- torrillas las verrugas de forma redonda se hallan dispuestas regular- mente en anillos tx'ansversales más ó menos bien trazados. La coloración de esta especie consiste en una mezcla de manchas irregulares pai'do- castaño oscuro, y verde más ó menos oliváceo, que, sobre las regiones dorsal y superior de la cabeza , confluyen ó se confun- den , viniendo á disponerse en bandas ó fajas muy irregulares sobre las extremidades y mejillas, dejando siempi*e una lista ancha más clara en el hocico, y los espacios intermedios, en los muslos, piernas y brazos, amarillentos ; el vientre y el pecho son siempre de un blanco puro ; mas la garganta varia , preseptándose unas veces salpicada de manchas irre- gulares pardo-negruzcas, que se extienden por los lados del pecho; otras, especialmente en los d", con dos manchones extensos uno á cada lado y en el sitio que corresponde á los sacos bucales ; otras por fin , completa- mente blancas. Caracteres osteológicos. — La exuberante osificación y compacidad de VERTEBRADOS. ^ las piezas que constituyen el capacete cefálico, y el profuso desarrollo de las espinas que las erizan, aisladas unas, reunidas otras, tienden á borrar exteriormente las suturas, pero aun en los muy adultos percíbense las parieto-timpánica, maxilo-pueíVontal , y maxilo-timpánica , en sur- cos más ó menos bien marcados, y las frontal y prefrontal medianas, asi como las dos fronto-prefrontales, realzadas por crestas obtusas, entre las que descuella la mitad anterior de la primera y los extremos exte- riores ú orbitarios de las segundas. Mediante estas indicaciones puede seguirse el contorno de aquellos huesos y deslindar sus áreas respectivas. Es la más extensa la correspondiente á cada fronto-parietal , de superfi- cie casi llana y horizontal en figura de trapezoide , con el lado posterior ligeramente sinuoso, abultado y en el mismo plano que el vertical del occipucio; con el externo paralelo á la sufuia frontal j mny cercano al limite, exterior de la fosa témporo-orbitaria ; y con el anterior en linea recta, exactamente oblicua, formando un ángulo obtuso con la sutura frontal y otro con el lado opuesto agudo y truncado por el escote circular del agujero orbitario. La rama superior del timpánico es una placa es- trecha, algo convexa y prolongada paralelamente á los fronto-parietales; .su borde posterior sobresale de la nuca en una apófisis deprimida y que comprende más de la mitad de la anchura del hueso; el borde anterior, más angosto, describe el cuarto postero-externo del círculo orbitario. Las márgenes posteriores de los prefrontales son sinuosas , encuéntranse en ángulo obtuso hacia el centro del espacio inter-orbitario , y los extre- mos vienen á caer en el tercio delantero del borde interno de la órbita; compone algo menos que el semicírculo anterior de este agujero el borde externo de cada uno, y sus bordes anteriores, profundamente escotados al rededor de las narices, avanzan por entre ellas en punta truncada, que se encorva hacia abajo y llega á la altura de las apófisis ascendentes pre- maxilares ; las ramas descendentes de dichos prefrontales se ensanchan hacia las maxilares, cuya linea de articulación es muy extensa y desigual- mente sinuosa. Las porciones superior y anterior del etmoides están com- pletamente ocultas por los prefrontales y maxilares; la inferior es muy prolongada hacia atrás. La porción longitudinal del esfenoides avanza liasta el borde óseo del etmoides; aquí es plana, cilindrica hacia el medio y prismática en la base. La superficie superior del proótico, que constituye 6 VIAJE AL PACÍFICO. el suelo de la fosa temporal , está ocupada por el margen posterior de los fronto-parietales que se amoldan á ella j llenan dicha fosa, cei-rándola por atrás. Los maxilares tienen su rama horizontal marcada con ho- yuelos y surcos longitudinales ; su porción ascendente está erizada como el cráneo, y es muy ancha: su borde posterior lleva un agujero, y el anterior una apófisis que afirma su articulación con los premaxila- res. Estos son robustísimos, gruesos, en forma de trébol, y se encuen- ti'an casi trabados el uno con el otro por las asperezas de las caras de unión correspondientes á la sínfisis ; su cara externa y la de los maxi- lares están en el mismo plano. Son también muy robustos los pala- tinos que sostienen los dientes, estrechos, encorvados y muy distantes uno de otro , con los estiletes nasales muy desarrollados , el anterior casi transverso, y el posterior dirigido oblicuamente hacia arinba y hacia atrás. Los arcos palatinos anteorbitarios llevan en su parte media un grupo de tubérculos muy semejantes á los que erizan exteriormente la ca- lavera. La mandíbula presenta la mitad anterior de su borde muy afilado y con pequeños dentellones cada vez más regulares á medida que se aproximan á la sínfisis. El raquis tiene las apófisis espinosas muy des- arrolladas y truncadas en el extremo ; la del atlas y sus tres inmediatas son gruesas, prismáticas y normales al espinazo; sus bordes posterio- res están dilatados por una cresta que sube de las apófisis articula- res, resultando aquellas en contacto desde la base á la punta; las de las vértebras quinta, sexta y sétima se encorvan hacia atrás y son más delgadas; sin embargo, en la primera de las tres no falta la cresta posterior ; las de la octava y sacra son más estrechas y vuelven á le- vantarse normales al raquis. Todas las diapófisis llevan fuertes espinas y crestas: entre las primeras son notables las de la parte anterior del extremo del primer par, que las da cierta semejanza con las sacras; entre las segundas las que ensanchan la base de los cuatro pares in- mediatos á la pelvis , y cuyos filos tienen además dientecillos. Las dia- pófisis sacras son cortas , robustas , muy levantadas , y más anchas y abultadas en el extremo que en la base ; su boi'de posterior, liso y cilin- dráceo, forma con el eje raquídeo un ángulo de 45°; su borde anterior es comprimido, afilado y lleva en la parte media una espina trian- gular muy pronunciada ; su articulación con los iliacos , poco libre , está VERTEBRADOS. 7 provista de una choquezuela oval muy fuerte, aunque enteramente ter- nillosa, j colocada en sentido horizontal y algo inclinada hacia afuera entre la parte posterior de la epífisis sacra y el extremo de la cresta superior de los iliacos. Dicha cresta es sumamente robusta, truncada por delante, obtusa y abarquillada hacia adentro, y su mayor eleva- ción corresponde con la parte media del hueso que la lleva. El coxis es cilindráceo y casi liso; su quilla, prolongada hasta la mitad del estilete, muestra en la base la porción que corresponde á la primera de las varias vértebras que originalmente lo constituyeron , señalada perfec- tamente con los agujeros de conjunción , convertidos en dos hendiduras verticales, y con la truncadura de la apófisis espinosa. Los arcos del ester- nón son extensos y el izquierdo se halla sobrepuesto al derecho; los preco- racoides anchos , planos y muy encorvados hacia adelante ; los coracoides anchos también, deprimidos y con el eje paralelo al de los precoracoides; el manubrio pequeño y cartilagíneo ; el xifisterno ó paletilla una placa ternillosa, pero fuerte, con tendencias á osificarse en el centro, y, como en todos los anuros de cabeza ancha (Ceratophrys , Pyxicephalus , Hemi- phractus, Strabomantis , etc.) muy extensa; su forma es acorazonada, la escotadura que sepáralos dos grandes lóbulos terminales profunda, y cerca de su borde, en la parte media, hay un agujero que da salida á nervios y vasos. El húmero es robustísimo; su espina anterior larga, gruesa y con el borde abarquillado hacia adentro ; su espina interior, mucho más con- siderable y poderosa que la otra , baja hasta confundirse con la cresta epitróclea ; su cara externa es lisa y cóncava , y la cresta del epicóndilo recísima. En los cf, el metacárpico del índice es más ancho que en las 9, más pronunciadas y fuertes las crestas del húmero , y más desarrollado el hueso del pulgar. Los falangines son completamente lisos de la base á la punta y aleznados. En los jóvenes (0'",06 del h. al a.), la rama superior del timpánico no rebasa la nuca; los fronto-parietales y prefrontales dejan en medio un es- pacio descubierto; los bordes anteriores de aquellos son todavía redondos, y el vértice del ángulo que forman los bordes posteriores de los segundos huesos, cae delante del centro interorbitario; de lo cual se deduce, que la dilatación y crecimiento de dichos prefrontales, asi como de las otras pie- zas endurecidas del cráneo, es más notable de adelante atrás que en otroís « VIAJE AL PACÍFICO. sentidos, á semejanza de la que se obsex'va en los Hemiphractus, y á dife- rencia de lo que se ve en los Bufo y Oxyrhynchus, donde todas las crestas y láminas de las dilataciones cefálicas se dirigen hacia adelante. Ya en los mismos adultos del Calyptocephalus puede repararse, que las líneas exteriores transversas de sutura entre frontales j fronto-parietales están más atrás que las inferiores, y que la cara de articulación es biselada. Las diapófisis sacras en los individuos del tamaño antes citado son enteramente iguales en la forma , desarrollo y proporciones á los de cualesquiera Lep- todactylus, Cystígnathus ó Rana, y su coxis ofrece la particularidad de conservar perfectamente distinta del estilete la primera vértebra (décima del raquis): la porción anular de ella está separada de la cresta supe- rior, que representa el conjunto de los demás anillos caudales, por un espacio igual á su grueso, y á poco esfuerzo se desprende del cuerpo del estilete, mostrando las dos caritas de sus apófisis articulares y las de la undécima vértebra ; la cual se encuentra con respecto á las restantes y más extremas de la cola en el mismo estado que la décima en los adul- tos: el estilete coxígeo, ó sea la reunión de las vértebras caudales, ter- mina en una cabezuela hemisférica, cuya superficie ofrece todo el aspecto de las de articulación , colocada algo atrás, debajo y entre las dos cavida- des glenoídeas , que las apófisis articulares de la décima vértebra presen- tan á los cóndilos de la sacra. Así pues, y durante la primera edad del estado pei'fecto, á lo menos, la articulación de la cola con el tronco se verifica exclusivamente por medio de aquellas apófisis , repitiéndose en este punto de la columna vertebral lo que se nota, si bien no de un modo tan completo, en el extremo opuesto, con el atlas y los cóndilos occi- pitales. Dimensiones. — 0=Del hocico al ano=0™,16. Anchura máxima del tronco=0,l. Cabeza; larg'O =0,047; aucho=0,075. Extremidades: brazo=0,05; autebrazo = 0,03; paliua=0,045: muslo=0,065; piema=0,06; tarso=0,04, planta=0,08. Por lo que arrojan estas medidas, no conformes con las señaladas por los autores de la especie, las propor- ciones de la cabeza son tres partes de ancho por menos de dos de largo; pero no en todos los individuos se encuentran en esa relación; en uno, cuya longitud desde el a. al h. llega á O^.ia, es do nueve parles de ancho por siete de largo. El C. Gayi habita la región central de Chile , donde es comunísimo. He visto mu- chos de sus enormes renacuajos en la laguna de Aculen, seis leguas N. S. de Santia- go, y algunos median del hocico á la punta de la cola, cuando todavía no mostraban las extremidades anteriores, cerca do dos decímetros. El Sr. D. Claudio Gay, en su Fauna chi- VERTEBRADOS. 9 leua , cuyo malísimo castellano ha couvertido en una mescolanza de errores y barbarísimos las descripciones originales de MM. D. et B, Guichcuot y otros, nada dice respecto á las costumbres de este curioso batracio, y yo puedo indicar muy poco acerca de ellas. Es vora- císimo y activo cazador; se alimenta de crustáceos, de otros batracios, de saurios, peces é insectos; en el estómago de uu individuo joven he hallado un Prociotretns casi entero; en el de un adulto, restos de una especio de Aeglea, y dos troncos con sus cabezas del Pkurodema Bibioiti en las fauces; y en un tercero, trozos de aquel crustáceo lacustre, medio pececillo y las huevas ó freza de otro pez mayor. Sus ancas se tienen en el país por manjar delicado. 3 cí 4 § : laguna de Paine (Chile);— §: Quillota (Chile);— $ (esqueleto) y 2 J: Chile. Observaciones. El ilustre anatómico impugnador del sistema de Mr. Cope, Mr. S. G. Mivarl. lleva el Cahjploce- pAaius junto á los Chiroleptes y Zachainus con los Aslerophrys, Pelodytes y Grypiscus, etc. , dentro de la complexa 6 incoerente familia de sus Discoglosidcrs , fundándose en la dilatación de las diapófisis sacras Semejante agru- pación es muy violenta. El ensancliamiento de esos huesos es inoro accidente y consecuencia necesaria de la ro- bustez que con la edad adquieren, en armonía con todas las ilemas diapófisis del raquis. En ella no se advierte tendencia siquiera á reducirse á la forma de paleta, característica do los Discoglosídeos y típica en los Bufo y Phryniscus; lejos de eso, su dirección y posición con respecto al eje raquídeo es la común en los Cystiynalhus y Rana , echada hacia atrás y levantada. Pero lo que decide en mi concepto respecto de sus semejanza y analogías, en orden á una distribución sistemática en que entren como caracteres los accidentes de la vóitebra sacra , es su articulación con los iliacos. La relación entre estas dos piezas esqueléticas de los Calyploccphalits es tan diversa de la de los Bufo y Discoglossus , como parecida á la que se observa en los Rana y Cystygnathus^ existe el mismo juego— con menos movilidad, es cierto— y no falta la pieza lenticular, especie de choquezuela, que, colocada en dirección oblicua con respecto á la de los iliacos, sirve para establecer la continuación de su larga cresta superior, ya se dirijan hacia arriba, de adelante atrás 6 en cualquier sentido, según las posturas que corresponden al salto , la natación ó el reposo, y de manera que la cabeza de la diapófisis encuentre siempre un punto de apoyo suficiente en sus movimientos articulares. Los sistemas de Mr. Giinther y Mr. Cope demuestran, á mi ver, perfectamente las relaciones orgánicas del C. Gayi con las especies de su orden. HYLORHINA. Formas esbeltas; cabeza más ancha que larga, y deprimida; tímpano visible; pupila vertical; dientes palatinos; mandíbula edéntula; lengua grande, libre en su tercio pos- terior; dedos de pies y manos largos, deprimidos y como truncados; los primeros libres, los segundos palmeados en la base y marginados; protuberancia del primer cuneiforme sen- cilla; metatarsos externos reunidos. Fontanela frouto-parietal; prefrontales separados uno de otro y de losfrouto-parictales. Vértebras procelias; sin costillas; esternón arcífero, con el manubrio ternilloso y con la paletilla en forma de placa cuadrilonga más ó menos osi- ficada y cou el borde posterior entero; diapóflsis sacras cilindráceas, levantadas, poco más gruesas eu el extremo libre; coxis independiente, articulado por medio de dos fosetas gle- uoídeas; falaugiues largos, lisos y escotados eu la puuta, más bien que bifurcados. Glán- dulas lumbares é inguinales nulas. BAinACios. 2 . VIAJE AL PACÍFICO. HvLOBHiNA Bell, Zúol. of the «Beagle», Rept., p. U; Gitnt., C. B. S. B. M., ps. 5 y 23; Cope, .1. A. N. S. Ph., part. l.\ N. S. CvsriGNAiHüs, Guiclh, io Gay, II. F. y P. deCli., tom. 9, pág. 102. HYLORHINA SYLVATICA. Hylorhina SYLVATICA Beí/,1. c, lám. 19, f. 1 ; Giinl. 1. c, p. 23. » í:nea, Cope, 1. c. vol. VI, par. 1.^, p. 112. CvsTiGNATnus /ENEUs Giiich., 1. c. y all. Iiei'p. lám. 3, f. s. La traza de este batracio recuerda mas bien las de los géneros Hyla ó Batrachyla que la de un Leptodaciylas ó Pleitrodema, á quienes, sin embar- go, le unen bastantes rasgos de analogía. Su cabeza tiene el contorno ma- xilar elíptico, el testuz horizontal, las sienes casi perpendiculares y algo convexas , las megillas anchas , inclinadas hacia adentro y cóncavas , y el hocico chato y echado hacia atrás; su anchura respecto de su longitud es como 5 á 4. Las narices son ovales y oblícuo-transversas, colocadas inme- diatamente debajo del extremo del canto rostral, que es bien pronunciado y rollizo; distan una de otra poco más que la altura del tímpano. Los ojos son bastante grandes y saltones, y su párpado inferior extenso y traslúci- do; su abertura mayor es igual á la distancia que los separa del extremo anterior del agujero nasal inmediato; su borde inferior dista del labio me- nos que su semidiámetro ; un diámetro es la distancia intermedia de sus órbitas. El tímpano, perfectamente visible, es elíptico y vertical; media entre su parte superior y el ojo una distancia equivalente á su altura, y su ancho es igual al espacio que le separa de la comisura de los labios. Las choanas son grandes , distantes y redondeadas ; su borde anterior se prolonga transversal mente por delante del agujero en una crestecilla afi- lada paralela á la esfenoidal palatina y que acaba como ésta en los lími- tes laterales del cielo de la boca. Los pal)ellones de Eustaquio son meno- res que aquellas y triangulares. Los dientes palatinos , pocos en número, ocupan los bordes arqueados de dos encías de poca elevación , normales al paladar , transversas y dispuestas exactamente entre las choanas á igual distancia del nivel de los bordes anteriores que del de los posteriores; sepá- ralas un hueco igual al espacio que media entre su extremo exterior y el VERTEBRADOS. i , margen interno de la choana respectiva. La lengua es bastante carnosa entre discoidea y ovalada, entera unas veces, otras con una escotadura posterior. La protuberancia cónica de la sínfisis mandibular y la foseta correspondiente interniaxilar están muy poco marcadas. Las extremidades anteriores son relativamente lai-gas ; dirigidas ha- cia atrás, el extremo del metacarpo llega á la punta del coxis; la mano, un tercio más prolongada que el antebrazo, es lisa, con los dedos depri- midos y, aunque truncados, romos; llevan tubérculos infra-articulares, y la protuberancia del pulgar rudimentario es muy aparente; el interno es el más corto y no llega á medir la mitad de la longitud del tercero ó mas largo, á cuya penúltima falange alcanza el externo, pasando algún tanto de la antepenúltima el segundo. Dirigidas hacia adelante, las extre- midades abdominales tocan con el talón en el ángulo anterior del ojo ; la planta es lisa; los dedos, reunidos por una membrana que llega poco más allá de la base de su primera falange, están ensanchados ligeramente por el margen estrecho }' de bordes paralelos al eje digital en que se continúa la escasa palmeadura hasta las puntas, romas también como las de la mano; el primer cuneiforme produce una pi'otuberancia rolliza poco más prolongada que la penúltima falange del pulgar ; los espolón- cilios infra-articulares son enteramente iguales á las de la mano ; el mar- gen cutáneo externo del pulgar se prolonga á lo largo del tarso, borrán- dose poco á poco, 3' del todo antes de llegar al talón. La piel es glandulosa 3^ tersa, si bien no completamente lisa, pues, mi- rada con el lente, aparece labrada de surquitos sinuosos y en algunos si- tios confluentes. Son de notar en ella: 1." un pliegue glanduloso, más ó menos saliente , que se corre desde el ángulo posterior del ojo á lo largo de los costados hasta cerca de las ingles; 2." una granulación irregular verrugosa sobre las partes laterales del- tronco , limitada superiormente por dicho pliegue, y que por abajo se desvanece hacia la región abdomi- nal ; 3." los tubérculos redondos y apretados que cubren la parte iufero- posterior de las nalgas, en mayor número junto al ano, y perdiéndose hacia las corvas. En algunos individuos se notan además sobre las regio- nes cefálica, dorsal y coxigea algunas verrugas pequeñas y regulares, \- otras grandes y glanduliformes , desparramadas sin orden por todo el cuerpo y extremidades ; pero conviene advertir que estas últimas no son 12 VIAJE AL PACÍFICO. Órganos de la naturaleza que aparentan, sino protuberancias producidas por una especie de Cystus ú otro parásito por el estilo, ya notado por Mr. Güníher al tratar de la Litoria glandulosa Bell, y otros batracios, el cual se establece en la piel y de preferencia en la región posterior de los muslos , siendo muy frecuente el encontrarlo apelotonado sobre esa parte en mucKos individuos de la mayoría de las especies procedentes de Chile, especialmente de la costa, y más aún de Valdivia. Asimismo suelen notarse detrás de los ojos dos bultos redondos, iguales y simé- tricos, con apariencias de parótidas: son los robustos músculos que colman las fosas temporales, sobresaliendo notablemente del plano de la nuca. La coloración de la H. sylvatica es bellísima ; domina en las regio- nes superiores un verde cardenillo limpio y metálico, dispuesto á gran- des barras, en número de tres generalmente, con limbos amarillos y ribetes pardos ó cobrizos, á lo largo del cuerpo, ocupando una de ellas la línea mediana y las otras dos los costados del dorso hasta las ingles, después de pasar sobre los párpados, cercar la parte anterior del ojo y reunirse en la frente. Las regiones inferiores del cuerpo son de un blanco sucio , y la infero-posterior de las ancas ferruginosa. Estapintura, salvo las correcciones que ha necesitado, la da Mr. Gay en la historia del Cystignathus ceneus Guich., como típica de la especie, y distingue después, describiéndola y representándola en el atlas de su obra, una variedad á que justamente pertenecen los dos individuos que tengo á la vista, procedentes de Valdivia. En su región cefálico-dorsal se notan, como aquel autor indica, dos anchas fajas de color de cobre más oscuras hacia los bordes que en el centro, y ribeteadas de verde cardenillo, las cuales empiezan á delinearse desde la parte media del espacio ínter-ocu- lar, se separan encima del inter-escapular y concluyen precisamente en- cima de la articulación de las diapófisis sacras con los iliacos , dejando entre ellas por delante un espacio romboidal, y atrás otro triangular, pero confluentes; las dos márgenes extex-nas de esias fajas pasan sobre los ojos y continúan por los costados hasta las ingles; los labios son del color cardenillo más claro; brazos y piernas de cobrizo oscuro uniforme. Las regiones inferiores tienen el color blanco sucio ferrugíneo, mucho más intenso y casi rojo debajo y detrás de las nalgas. VERTEBRADOS. i3 C^v^.. osT. — Los huesos del cráneo se encuenfran casi todos en su mayor parte en estado ternilloso, no obstante la edad de los dos individuos á cuya vista describo la especie. Los fronto-parietales forman el contorno de una planicie igual y con el mismo nive) hasta el margen posterior de la nuca, y cuyos lados, paralelos entre las órbitas, se encorvan sobre el oc- cipucio en arco ojivo; su fontanela es muy ancha, y la parte osificada se reduce á una lámina angosta que no rebasa hacia afuera el ángulo intero- posterior de la órbita; los proóticos tienen su cresta basilar contigua al borde posterior los fronto-parietales y separada de estos por un surco, y avanza, prolongada en un apófisis, dentro de la fosa orbitaria; todo el arco del etmoides es completamente ternilloso y algo más consistente en la porción que sostiene las apófisis anterioi'es de los fronto-parietales; lospre- fontales son también de poca consistencia: verdaderamente osificada no lo está mas que la rama orbitaria; su placa superior es fibro-cartilaginea en los bordes, que están separados uno de otro y de los fronto-parietales. El esternón es arcifero, con los arcos bastante anchos y cruzado el izquier- do sobre el derecho, con el manubrio cartilagíneo, de vastago corto y terminado en un disco de regular diámetro, y con la paletilla á modo de placa ó escudete, cuadrilongo, más ó menos osificado y de borde posterior redondo y entero. Las apófisis espinosas son muy pequeñas ó rudimenta- rias, sólo levantan algún tanto en las vértebras tercera y cuarta; la sacra tiene su porción anular muy corta y comprimida de adelante atrás: su borde posterior es entero y sencillo; sus diapófisis, cilindráceas,no muy ro- bustas y algo comprimidas en el mismo sentido que su anillo, cuya cresta superior trasversal se prolonga y se confunde con la quilla de las diapó- fisis. El estilete del coxis es cilindrico, liso y sin vestigios de espansiones marginales; su ci'esta superior muy alta y corrida hasta el ápice mismo. Los iliacos tienen también la suya muy levantada. La choquezuela ar- ticular es látero-anterior. Los falangines de manos y pies no pueden con- siderarse absolutamente como sencillos, aunque su base lo sea y su cuerpo parecido al de los Cystignathus ; la punta , escotada en su parte anterior y ensanchada con dos apófisis una á cada lado del escote, y separada del resto por un cuellecito, representa el rudimento de la forma caracterís- tica de los Hylodes, cuyos grados intermedios se encuentran en los gé- neros Oreohates y Strabom antis. (4 VIAJE AL PACÍFICO. Di3i. — Del h. al a. =0,056. Cab. , lar. =0,017; au. = 0,02. Extr. , br.=0,011 aut. =0,015; ma. = 0,021; ded. 3.''=0,016; mus. = 0,029; pier. = 0,029; pié=0,048; ded. 4.°=0,02. Habita en el Sur de Chile, donde no ha de ser muy común , seo;un mis informes. El ejemplar ó ejemplares tipos son de Chiloe , el ó los que tuvo á la vista M. Gay, de Valdi- via; los de nuestra colección proceden también de este último punto y los adquirí en Val- paraíso de uno de los colonos alemanes alli establecidos. Ignoro por completo sus costum- bres; en su estómago é intestinos he encontrado abundantes restos de un hemíptero del género Pentatoma, ú otro muy afine, y una oruga. 25: Valdivia (Chile). Observ. Creo muy difícil, si no imposible, establecer la idealidad eatre el Cystignathus oeneus Guich. y la Htjlorhina sylvalica Bet¡ por sólo las descripciones déla Historia Física y Política de Chile y el Cat. of. Bal. Sal. nf. the B. Mus de Mr. Giinther; yo al menos he necesitado de toda la autoridad del Sr. W. Peters, para conven- cerme de que ambos son uno mismo; porque no es que los datos que aquellas suministran sean incompletos, sino opuestos, acercándose no obstante á la verdad los de Guichenot. Juzgo indispensable insistir en las rectificaciones que de alg-un carácter de la Utjlorhina aparecen en mi diagnosis genérica. Los falangines no pueden calificarse simplemente de sencillos, omitiendo la modificación que on la punta se observa y dejo indicada. La membrana interdigital de los pies no merece por su cortísima exten- sión, ser consideíada en el mismo caso que la de un Calijplovcphalus á Ciiclorhamphus , v menos en el de una Rana, por los que hacen de la palmeadura posterior un carácter de familia; hay variedades del Pleundema Biljfoni que la tienen juás ancha. Por último, en los dos individuos cuyo esternón he disecado, no me ha sido posible descubrir la forma y estructura propias de la paletilla de los Pleurodcma , sino una placa ternillosa, de una sola pieza, de borde entero, y semejante á la de im Lythodytes; verdad es que el estado de aquellos, de- bido á la demasiada fuerza del alcohol en que primero se sumergieron, no permite una disección concienzuda, pero con lodo eso, me atreveré á asegurar que dicha pieza esquelética difiere bastante de la característica de los Pleurodcmce de Mr. Cope. La H. sylvatica representa una de esas formas destinadas á poner de maniliesto el vicioso arliflcio de las numerosas secciones y grupos primordiales en que se pretende dividir á toda costa un orden tan homogéneo y natural como el de los batracios anui'os. Su cráneo es de Pleurodcma, su esternón de Lythodytes y de Cystigna- thus,—dentro de los limites en que circunscribo este género — ; sus falangines son de forma completamente opuesta á los del primero; pero la falta de ventosas en la punta de los dedos no permite agregarle á las especies del segundo y sus afines, todas arborícelas. En mi opinión y sin que pretenda, ni mucho menos, lesolver la duda, la H. sylvatica indica el paso del Cystignathus, según yo le caracterizo, al Balrachyla, que ensunia es un Hylodes con fontanela fronto-parielal. PYXIGEPHALUS. Facies bufouina, cuerpo rechoncho y extremidades cortas. Cabeza ancha, corta y con- vexa; fronto-parietales muy desarrollados, casi en contacto con los prefroutales y estos muy próximos uno á otro ó soldados; fosas órbito-temporales descubiertas; tímpano impercep- tible; pestañas redondas; pupila circular; dientes palatinos; lengua libre en su mitad posterior, cuyo borde es escotado; dos sacos bucales en los c? ; mandíbula edéntula y sin apófisis dentiformes ; esternón arcífero , provisto de manubrio cartilagíneo , y con una placa ternillosa escotada por xiñsterno; vértebras procelias; sin costillas; diapóflsis VERTEBRADOS. i5 sacras fuertes, cilindráceas, levantadas y algo abultadas en su extremo libre; coxis inde- pendiente, siu diapófisis y articulado cou la sacra por medio de dos fosetas glenoídeas; de- dos de la mano libres; en la base del interno, que no esoponible, la protuberancia del pul- gar rudimentario bien perceptible; metatarsos externos reunidos; pies palmeados; el primer cuneiforme cubierto de una pezuñita ó estuche córneo lenticular y cortante; falan- gines corto?, robustos, aplastados, lisos en la base, que es ancha, y rematados en una ca- bezuela dej)riraida: piel glaudulosa, íloja y despegada del cráneo. PvxiCEi'iiALi-s Tsch. , C. (lor B., p. 83; D. ^ C, E. g., t. YIU, p. 442; D'Orb, Voy. Km. Meriii. Kept., p. 10; Ghii(.,C. B. S. B. M., p. 4 y 23; Bell., Z. of. the »B., Rept. , p. 40. ToMOPTEiiXA BiOr., MS«.; Cope,}. A. N. S. rii,, vol. VI, parl. (.', n." j. PYXICEPHALUS LEYBOLDI mh. La cabeza corta , alta y gorda , tiene seis partes de largo por ocho de ancho, y esta anchura es la mitad de la longitud del tronco, medido desde el occipucio al ano ; el testuz , con ligera curvatura , baja en de- clive suave hasta las narices y desde ellas cae el hocico casi vertical ; el contorno exterior de la maxila es poco menos que semicircular; el interno describe perfectamente esa curva ; las megillas y región parótica están poco inclinadas hacia adentro y son algo convexas. Las aberturas nasales , que son casi horizontales , distan del labio el diámetro trans- versal de los ojos, y una de otra lo que cada una de ellas del lagrimal. Los ojos son grandes, poco levantados, de párpado superior grueso }• con el inferior traslúcido, excepto su margen, que es glandulosa; su diá- metro transverso iguala la distancia que los separa del borde inmediato del maxilar, y la anchura del espacio inter-orbitario; su ángulo anterior dista del hocico lo que el posterior de la comisura de los labios. El tím- pano es completamente imperceptible á través de la piel. La abertura de la boca puede considerarse relativamente pequeña ; una foseta inter- raaxiiar recibe la protuberancia bien marcada , pero roma , de la sínfisis mandibular. Las choanas son redondas, muy apartadas una de otra y más grandes que las aberturas de los pabellones de Eustaquio , cuyo contorno es un triángulo con el lado mayor en sentido longitudinal. Los dientes palatinos están colocados entre las choanas , sobre unas crestas i6 VIAJE AL PACÍFICO. levantadas oblicuamente desde el nivel anterior de esos agujeros hasta rebasar bastante el posterior, tocando casi á los arcos esfenoidales post- orbitarios; varían de forma j posición con la edad: en los jóvenes, las crestas ó encías son unas laminitas finas , muy inclinadas hacia las fau- ces, cuyos extremos posteriores llegan poco menos que á tocarse; en los adultos, por el contrario, adquieren la forma piramidal y una robustez extraordinaria, se separan una de oti'a considerablemente, dejando en medio una canal profunda, 3^ se hallan tan echadas hacia atrás, hacia los lados y sobre el paladar, que su base parece arrancar del borde pos- terior de las choanas , cubriendo lo demás el surco en que éstas se con- tinúan con la canal media palatina, y quedando la cara ó plano anterior de las encías horizontal; los dientes, en este caso, de puro embotados ú obtusos no se diferencian de la sustancia ósea de las crestas dentiferas; ejemplo que no es único en el orden de los anuros. La lengua, ovalada, muy extensible y libre en sus costados y mitad posterior, lleva un escote pequeño y arqueado. El tronco es abarrilado y no corto, ni muy depi'imido, pero suscep- tible de abultarse de una manera excesivamente desproporcionada. Carácter distintivo de esta especie es tener las cuatro extremidades muy cortas; á las anteriores, colocadas alo largo de los costados, les falta toda la longitud del dedo más largo para alcanzar á las ingles ; en cam- bio son muy robustas , si bien bastante menos que las del P. americanus\ como en esta especie, entre la muñeca y el codo se encuentra una protube- rancia glandulosa alargada y dispuesta oblicuamente desde la parte ex- terna de la muñeca á la interior del codo, sin llegar á éste ni á aquella. Los dedos, enteramente libres, cortos j cónicos, son, el 3° el más largo de todos, el 2." y 4." los más cortos é iguales, el 1." un poco más pro- longado que su inmediato ; tres protuberancias se levantan en la muñeca: una, producida por el rudimento del pulgar, estrecha j prolongada; otra grande y redondeada en la base del dedo externo; y una tercera en medio de esas dos, más pequeña, algo cónica, y en los adultos espolo- nada ; toda la palma de la mano está como empedrada de tubérculos del mismo volumen y forma que los nudillos infra-articulares , si se esceptúa el que corresponde á la base de la primera falange del dedo externo, la cual sobresale más y es más apuntada. Las extremidades abdominales VERTEBRADOS. 17 dirigidas hacia adelante y oonti-a el tronco llegan con el extremo del dedo más largo á la aliara dd lagrimal; robustas también j á proporción de los brazos, son asimismo cortas de dedos, y estos algo más aplastados que los (le la mano; la palmeadura es gruesa y se extiende en el dedo externo hasta la antepenúltima falange , en el más largo hasta el extremo de la primera, en el inmediato por su borde externo hasta la penúltima, y por el interno hasta la antepenúltima, en el dedo 2.° casi hasta la punta exteriorraente, é interiormente hasta la base de su penúltima falange; el dedo interno está todo él envuelto por la palmeadura hasta el ápice, como se ve en algunos Atelopiia; un espolón comprimido, cor- tante, lenticular y córneo, semejante al del Cultripes provine ialis se alza en el borde externo del tarso y lugar correspondiente al cuneiforme, á cuyo hueso sirve de pezuña; su filo describe un arco de círculo, cuya cuerda es igual á la distancia que media entre el extremo posterior del espolón y la articulación del pié con la pierna ; la protuberancia infra- articular del dedo interno produce un espoloncillo muy levantado y semejante al del tarso y revestido de un callo muy duro; entre ambos hay una pequeña distancia ; un pliegue cutáneo forma detrás y á conti- nuación del espolón principal hasta el calcaño mismo un lóbulo arqueado, que repite en apariencia el órgano cavador á lo largo del margen in- terno del tarso; toda la planta, inclusa la membrana interdigital, está erizada de tubérculos semejantes á los nudillos infra-articulares y que en el margen libre de la palmeadura sobresalen como los dientecillos de una sierra. La piel envuelve como holgado saco el tronco del animal y las extremidades hasta el codo por detrás y hasta la mano por delante en las torácicas, y hasta las rodillas en las abdominales; reálzanla multitud de verrugas grandes y pequeñas , glandulosas , salientes y achatadas sobre las regiones superiores, y que pasan á tubérculos areolares ó pustulosos en los inferiores ; verrugas que á su vez presentan su superficie llena de granulaciones perceptibles á la simple vista. En medio de la irregula- ridad con que parecen estar dispuestas , se notan desde luego sobre los párpados siete en foi'ma de arrugas oblícuo-longitudinales , largas, con- tinuas ó interrumpidas, y separadas por surcos, de las cuales se pro- longan hacia atrás dos en cada párpado, á saber: la céntrica en un cor- don grueso á lo largo del eje del dorso, tocando á esa linea y muy Batracios. S i8 VIAJE AL PACÍFICO. inmediato al correspondiente y simétrico del lado opuesto, y la penúl- tima en una protuberancia prolongada, de figura de S, que no pasa de In escápula; desde la región inter-ocular hasta cerca de las narices hay también dos series cortas de verrugas redondeadas; sobre la región pa- rótica aparecen más juntas que en lo restante del cuerpo. Los tubérculos arcolares son más espesos y grandes al rededor del ano sobre las nalgas, más planos en las partes laterales, más finos y apezonados en la gar- ganta; piernas y brazos llevan también según el lugar que les correspon- de, tubérculos ó verrugas en abundancia. La coloración de esta especie consiste en grandes manchas dorsales redondeadas, pardo-oscuras, aisladas ó confluentes á los dos lados de una faja blanquecina ó amarillenta que corre desde el hocico hasta el ano y que se ramifica á un lado y á otro por entre las manchas oscuras confundiéndose en la tinta general de las regiones inferiores blanco su- cio de tierra. Las tintas oscuras del dorso pintan en la cabeza á cada lado tres barras , alternadas con otras más claras y del color de la faja dorso-longitudinal, una al margen de la lista blanca del hocico, que sube hasta la parte media de la región inter-ocular , otra debajo del ojo y que acaba al tocar el contorno orbitario, y la tercera sobre la parte en que se vería el tímpano, si la piel lo permitiese. Car. ost. — Los huesos del cráneo se asemejan en su consistencia á los del Calyptoceithalus Gayi. Dos prefrontales , unidos en una mitad de su extensión por sus bordes más próximos , forman una pieza acorazo- nada cuyo ángulo anterior avanza más allá del nivel de las narices y cu- yos lóbulos posteriores tocan á los fronto-parietales ; el espacio que de la placa superior del etmoides, ósea toda ella, queda al descubierto, es pequeño y romboidal , y sus ángulos laterales se prolongan por el con- torno orbitario paralelamente á los fronto-parietales. Son estos huesos muy fuertes, algo cortos y terminados, sobre la nuca, en tres puntas romas , separadas por dos escotaduritas curvas, sobre las fosas tempora- les, en arco, y junto á la orbitaria en línea recta y oblicua hacia el eje cefálico; sus bordes son gruesos y levantados, la superficie acanalada, y todo su plano superior muchísimo más alto que las fosas temporales , re- sultando éstas muy bajas y profundas; la escápula descansa su margen anterior sobre ellas. La columna vertebral es robusta y sus apófisis espi- VERTEBRADOS. 19 liosas están bien desarrolladas, esceptoen la sacra; las diapófisis de esta vértebra, recias, subtiedras, considerablemente levantadas hacia sus ex- tremos y aqui con su cara más plana dirigida hacia atrás, alcanzan ape- nas al extremo de los iliacos , teniendo por esta causa que modificarse de algún modo su articulación; la modificación consiste, 1." en que la cho- quezuela , osificada y cuboide, se ha colocado en la parte inferior de la diapófisis sacra como para prolongarla hacia abajo j hacia atrás en busca del extremo de los iliacos, y 2.° en que estos huesos, cilindráceos y levantados también en su extremo anterior, presentan á la choquezue- la su cara articular biselada y completamente terminal ; asi pues la ar- ticulación entre iliacos y sacra no es inmediata y goza de gran latitud en sus movimientos , merced al gran desarrollo de dos cápsulas sinobiales, una intermedia entre las diapófisis y la choquezuela , otra entre ésta y la cabeza del iliaco correspondiente ; la dureza de la rótula , en medio de esa libertad , da considerable consistencia á la articulación. El coxis tiene su estilete prismático triangular, y su quilla, ancha, afilada y extendida hasta el ápice de aquél , lleva en la base una apófisis ó cabezuela oval, abultada y que avanza sobre la línea media de la vértebra sacra. El es- ternón es semejante en estructura al del Calyptoceiyhalus Gat/i; diferen- ciase, sin embargo, en que es más pequeño, en que el manubrio, má? bien que ternilloso, es fibro-cartilagíneo, más estrecho j más largo, y en que la placa ternillosa del xifisterno , proporcionalmente más redondeada, muestra debajo del periostio una estructura que bosqueja la del género Pleurodema : es decir , una porción basilar ancha y cuadrada y otra ter- minal, dividida por una bifurcación en dos lóbulos discoideos. Los falan- gines son robustos, deprimidos j terminados en una cabezuela llena de asperezas; los de la mano son más largos j cilindráceos que los del pié : éstos tienen menos aplastado el cuerpo que los del Pyxicejihalus amerka- iius y más fuertes. DiM.— 5 = Del h. al a. = 0,065. Cab. , a.=0,022; 1. =0,017. Extr. , br.=0,012: ant.=0,01; pal. =0,014; mus. =0.015; p¡er. = 0,012; tar.=0,008; pl. desde el extremo posterior del espo]oii=0,02. Habita al N. de Chile. Le hallé junto á Coquimbo, cerca de la costa, eu sitio seco y debajo de las piedras. Sus costumbres deben ser muy semejautes á las que indica D'Or- bigny del P. americaniis. Dedico esta especie á mi iuolvidable anii^o D. Federico Leybold, distinguido natura- ao VIAJE AL PACÍFICO. lista y farmacéutico avecindado en la capital de aquella república, cuyo generoso entu- siasmo por la ciencia es bien conocido en el Museo zoológico de Munich. Q y p joven: Coquimbo. Observ. Á primera visla y sin fijarme en más que los caracteres exteriores, creí que los diferenciales de esta especie podrían ali ibuirse al sexo, pues el ejemplar adulto que de ella poseemos es n y el más joven tiene todas las trazas de serlo también; pero las notables variantes, que en su esqueleto se advierten, me han quitado toda duda. Hasta ahora, es verdad, he podido comparar solamente dos ejemplares de la una, joven y adulto, con dos ejemplares de la otra de esas mismas edades y sexo contrario ; mas estoy casi seguro de que observa- ciones poíteriores no han de hacer sino corroborar la distinción del P. americanus del P. Lcyboldi en la forma y volumen de la cabeza, en la proporción de ésta con el cuerpo y del cuerpo con las extremidades, en la situa- ción y condiciones de los dientes palatinos, en la consistencia del manubrio, en la estructura del xifisterno, en la figura, desarrollo y conexión de los fronto-parietales y prefrontales, en las verrugas y granulaciones de la piel y hasta en el tamaño de los individuos. Las analogías de los Pyxicephalus con los Caliptocephalus son evidentes , aunque no sea posible desconocer su estrecha afinidad con los Ceratophryi; la cuestión no obstante queda resuelta en mi concepto por sus cos- tumbres y género de vida, que le colocan junto á los últimos, con reserva de que. tanto esta especie como el P. nmericanus , no tienen la lengua muy ajustada á los caracteres de «entera y poco libre«, señalados á ese ór- gano en el grupo Ceralophrydes de Mr. Cope. PYXICEPHALUS ARIERICANUS. Ptxicephalüs americanos D. ^ B., E. g., p. 446; Bell, Z. of the» B., Rept., p. 40, pl. 18, f. 2 D'Orb., V. A. M., Uept., p. SIO, pl. XIV, f. 1-4; G!(n¡.,C.B. S. B. M., p. 24. Cabeza deprimida anteriormente, tres partes de ancha por dos de larga, comprendiendo su anchura dos tercios de la longitud del tronco, y alta en el occipucio, cuyo perfil transversal es convexo; testuz en de- clive mu}^ pronunciado desde la nuca á las narices ; hocico inclinado ha- cia la frente, así como las sienes hacia la nuca, pero unas j otro no tanto como las megillas , que son extensas y visiblemente cóncavas de- bajo y delante de los ojos; canto rostral apenas marcado y con su tér- mino en las aberturas nasales ; éstas estrechas y horizonta,les y aparta- das una de otra poco más de la mitad de la distancia que las separa del labio, y cada una de este mismo punto tanto como de los ojos, que son grandes , poco saltones, con el párpado superior grueso jel inferior trans- pai'ente y glanduloso en la pestaña y con sus ángulos anteriores distando del centro del hocico lo que los posteriores de la comisura de los labios; entre las órbitas, por la parte anterior, media un espacio igual al que VERTEBRADOS. jr separa el contorno exterior de dichas cavidades del margen maxilar. El ümpano es completamente invisible. La abertura de la boca es grande; su contorno maxilar dibuja una parábola y tiene los bordes interno y exter- no paralelos y su foseta basiante profunda ; la protuberancia de la sinfi- sis mandibular ó barbilla, saliente y redondeada. Las choanas son gran- des, completamente redondas y mayores que las aberturas de los pabe- llones de Eustaquio, cuj'o contorno es oval j»- transvei'so; la distancia que las separa es igual á la que media entre cada una y el punto cén- trico del hocico. Los dientes palatinos se hallan implantados en el filo recio de unas encias comprimidas y delgadas, muy salientes y normales al paladar, dispuestas entx'e las choanas en dirección oblicua y conver- gente de adelante para atrás, pero dejando un espacio entre su extremo anterior y el borde de la choana respectiva, y entre los extremos opues- tos— que no llegan al nivel posterior de esos orificios — otro más peque- ño. La lengua es casi circular, libre en sus costados, algo más de un ter- cio en la parte posterior, y aquí escotada hasta una profundidad que equivale á l;i quinta parte de su diámetro. Muy cerca del punto en que ({ueda libre, principian dos abertui-as prolongadas hasta el ángulo de la boca, que son las entradas al saco bucal aereo de los c/. Las extremidades torácicas, extendidas á lo largo de los costados, lle- gan á las ingles con el extremo del dedo tercero; su brazo es muy corto. y el antebrazo largo á proporción y robustísimo ; entre la muñeca y el codo se nota una pi'otuberancia glandulosa y achatada dispuesta á lo largo del borde externo, pero sin alcanzar á aquellos dos puntos; la mano, ro- busta también, tiene los dedos cortos, libres y algo deprimidos; el 3." es el más largo, el 2° y 4° iguales y algo más cortos que el 1." ó interno: llevan espolones infra-articulares redondeados, 3^ el interno una protube- rancia oval muy marcada, producida por el rudimento del pulgar ; la mu- ñeca forma otra protuberancia longitudinal ovalada, dividida en dos, má> I) menos profundamente, por un surco anterior; toda la palma está em- pedrada de tubérculos semejantes en tamaño y forma á los de las coyun- turas, esceptuado el del dedo interno, que es mucho mayor que todos. Las extremidades abdominales, dirigidas hacia adelante, llegan al hocico con el extremo de la primera falange del 4.° dedo; son muy fuertes; la pierna es más corta que el muslo, y el pié proporcionado á ella; los de- 2í VIAJE AL PACÍFICO. dos están reunidos por una membrana que alcanza en el externo á la mitad de la penúltima falange ; en el inmediato á la base de la antepe- núltima; en el 3.°, por fuera, al extremo de la antepenúltima, y por dentro, á la base de ésta; en el 4.", por fuera, á la base de la última, y por dentro, á la base de la antepenúltima, j en el 5." del mismo modo; llevan como en las manos espolones infra-articulares , pero más pequeños; j el único que corresponde al pulgar es muy saliente, algo comprimido, j su piel con tendencias á endurecerse y á asemejarse al estuche córneo que envaina al primer cuneiforme; este órgano es fuerte, muy saliente, comprimido, de filo curvo, más ancho por delante que por detrás; su longitud es igual á la mitad de la del tarso; su situación es en el margen externo de esa porción del pié, correspondiendo su punto céntrico un poco más adelante que la articulación del tarso con el metatarso; delante de él queda un espacio que le separa del espoloncillo del pulgar y detrás se levanta la piel formando un doblez ó lóbulo de contorno semejante al suyo, aunque más largo; las plantas de los pies llevan también tubérculos además de los espolones infra-articulares , pero son menos salientes y más desparramados que en las manos. La piel, gruesa, arrugada y glandulosa, envuelve flojamente el tronco y las extremidades hasta la mitad del muslo y dos tercios del brazo, y está despegada de éstos, por delante, hasta las muñecas, y de las piernas , por detrás , hasta los talones ; las arrugas son más pronun- ciadas en los costados; sobre éstos y las regiones superiores escapular 3^ cefálica , más grandes y frecuentes las protuberancias giandulosas , cuya forma unas veces es redondeada , otras prolongada y sinuosa ; de las pri- meras y de gran tamaño, se observan confusos ó irregulares cordones en las arrugas laterales entre el dorso y el abdomen , y más pequeñas 3- espaciadas con cierta regularidad y simetría en la región parótica ante- rior desde el ángulo de la boca al posterior del ojo; en el párpado de arriba dos series de verruguitas de la misma naturaleza corren parale- las, una desde el ángulo anterior del ojo hasta el opuesto, otra por la pestaña yendo á unirse por detrás á una serie de tubérculos prolongados que se bifurcan, pasada la nuca, sobre la región escapular; casi todo el resto de la superficie del párpado lo ocupa una verruga grande longitu- dinal, y en la región inter-orbitaria posterior se ven otras dos más.peque- VERTEBRADOS. 23 ñas, reílondas y colocadas simétricamente; las protuberancias ó ronchas sinuosas dominan sobre las regiones occipital , escapular y media dorsal, donde tienden á disponerse con cierta simetría; las más notables por su tamaño son las ya señaladas del occipucio y escápulas; aquí se desarrollan notablemente las más exteriores imitando unas parótidas. Entre todos estos tubérculos ó ronchas glandulosas más visibles se notan otros muy diminutos, y sobre los maj^ores, ya sean prolongados ó redondos, -se encuentran unas espinillas cónicas ocupando el centro de la verruga, si es redonda, ó dispuestas según el eje de ella, si es prolongada; la cara superior de piernas y brazos lleva también esa clase de protuberancias ; toda la parte anterior de la cabeza á contar de los ojos, los pies por arriba , piernas por dentro y brazos por fuera son casi enteramente li- sos. La garganta y pecho están empedrados de tubérculos lisos, regu- lares y muy próximos ; hacia las ingles y por los costados van disminu- 3'endo y esparciéndose; sobre la parte media inferior de las nalgas y exterior de las piernas se encuentran muy desparramados y pequeños, pero se aprietan hacia las rodillas y talones y se agrandan al rededor del ano ; los tubérculos de la garganta y pecho pasan por el brazo achi- cándose y aclarándose hasta los espacios interdigitales. A lo largo del cuerpo y según la linea de simetría, corre una listíi blanca ó amarillaza , cruzada por otra del mismo color exactamente en el centro del testuz, la cual pasa sobre los párpados y llega al borde maxilar notablemente ensanchada ; manchas parduscas y blanco-amari- llentas más ó menos regulares y sinuosas ocupan los lados de la línea media del dorso; otras del mismo color, dispuestas en fajas transver- sales , las piernas y las mexillas. La parte inferior del cuerpo blanco-su- cio y los puntos correspondientes á los tubérculos más claros. Cuanto más adulto el individuo^ más uniforme es el color de las manchas dorsa- les , llegando á fundirse en una sola tinta en los costados j parte poste- rior de los muslos. Car. ost.— Fronto-parietales y prefrontales se han acercado unos á otros de manera , que las márgenes anteriores de los primeros y las pos- teriores de los segundos sólo se hallan separadas por un itsmo estre- cho. La placa superior del etmoides queda entre ellos al descubierto en un reducido espacio de figura de romboide, uno de cuyos ángulos cor- 24 VIAJE AL PACIFICO. responde á la separación de las apófisis fronto-parietales , prolong.-indose el opuesto por entre los prefontales, que no se tocan, y los otros dos más obtusos ó laterales por elitsmo supradicho. Los prefrontales son chatos j algo cortos por delante. El etmoides es óseo hasta el punto de maj'or proximidad de los bordes internos de los prefrontales , de allí en ade- lante cartilagíneo, pero fuerte y articulado extensa j sólidamente con los premaxilares. Los fronto-parietales, cuya mínima anchura es la ter- cera parte de su longitud , terminan sobre la región occipital reunidos en ángulo saliente curvilíneo, formado por dos líneas un poco sinuo- sas, cuyos extremos anteriores corresponden con dos apófisis latera- les , recargadas sobre la base de los proóticos y avanzadas sobre la fosa temporal ; sus bordes orbitarios son cortantes y levantados , contribu- yendo de ese modo á hacer más profunda la canal del testuz. Los proó- ticos son de base muy ancha , y sus apófisis posteriores van mucho más allá del borde del agujero occipital. La columna vertebral es robusta, y las ternillas costiformes de sus diapófisis están muy desarrolladas ; la correspondiente á la tercera vértebra, dirigida en ángulo recto hacia atrás, casi llega á tocar á la de la cuarta. Las apófisis espinosas son fuertes en las vértebras dorsales, y van debilitándose hasta la sacra, que carece de ella y sólo muestra la cresta representante de las articu- lares. Las diapófisis sacras son muy recias , triedras y con una de sus aristas superior, y se prolongan posteriormente sólo en el ángulo exter- no de la parte que mira al coxis ; de manera , que su arista anterior resulta perpendicular al eje raquídeo, y la posterior en ángulo de 45° con respecto á la misma línea. Todas estas particularidades de las diapófisis sacras, y en general del espinazo, son esencialmente del mismo carácter que las del Calyptocephalus Oayi. La choquezuela iliaca está situada poco más ó menos como en la rana común ó en el L. pachypus. El esternón también es igual, en estructura y forma, al de la primera de esas tres especies, esceptuando el manubrio, más pro- longado y más endeble, el ojo de los arcos — colocados el izquierdo sobre el dei-echo — mayor, y el agujero central inmediato á la escotadura del xifisterno, más grande en la que ahora se describe. Los falangines son cortos, cónico-deprimidos, lisos en la base y terminados por una cabe- zuela grande ; se asemejan á los de los géneros Pleurodema y Phrynts- \ERTEBRADOS. 25 CUS. Las escápulas son mny anchas , y sus ángulos antero-internos cu- bren una parte de las fosas temporales. Diu.— cTrrDel h. al a.=0,051. Cab. , a. =0,026; 1. = 0,016. Extr. , br. = 0,012; ant. = 0.01; pal =0,013; mus. =0,022; picr. = 0,019; tar. = 0,011; pl. = 0,021. El P. amcricanus fué encoutrado cu abiimlaucia por Mr. D'Orbiguy orillas del Rio Ne- gro, en la Patagonia septentrional ; nosotros le hemos hallado más al N. en las márge- nes del Plata, cerca de Montevideo y tierra adentro; es posible Vjue habite todas las llanu- ras descubiertas de la zoua templada de la región oriental sur-americana. Dice aquel viajero que su voz es como de campanilla, cuyo tono varía á voluntad ; y de sus costumbres, que salta y nada con agilidad durante la noche y parte de la mañana, y permanece escondido debajo de las piedras durante el dia. Bien puede añadirse que debe ser excelente cava- dor, dadas la robustez y brevedad de brazos y piernas , la anchura y apoyo de sus escá- pulas, el órgano tan á propósito que lleva en los tarsos, la forma de sus falangines y el indicio de recogerse á descansar bajo las piedras. cí : Pampas del Uruguay ;— o : Motevideo. OBSEnv. MM. D. de B.,que establecieron la especie á la vista de un solo individuo, dicen que las aber- íuras del saco bucal en los o son dos agujeros como en las ranas. Ó nuestros ejemplares pertenecen á otra, que no lo creo, ó dichos señores se equivocaron, pues las aberturas son estrechas y largas como en los Cijsligna- Chus y Leplodaciylus. En cambio es verdad lo que afirman de su tímpano, membrana que Mr, Giinther carac- lerlza de visible, y ciertamente no lo es en los individuos de nuestra colección. Supongo que Mr. Cope adopta el nombre de Tomopterna de preferencia al de Pyxicephalus , y por tanto, que el 7". ó P. americanus estará incluido en sus Ceralophrydce ; pero en ese caso no le conviene algún carácter de ese grupo, á saber : lengua enlera y poco libre. GERATOPHRYS. Talle de escuerzo ; cuerpo robusto ; extremidades cortas ; cabeza muy ancha y muy alta; cráneo muy desarrollado, endurecido y lleno de asperezas granuliformes, que retie- nen la piel adherida á la superficie ; fronto-parietales notablemente ensanchados y forman- do con los temporales un arco post-orbitario, y separados de los prefrontales , que se apro- ximan ó unen por sus bordes internos ; maxilares y premaxilares extensísimos ; tímpano vi- sible unas veces, otras poco perceptible ; párpado superior prolongado en punta cónica ó apiramidada; pupila horizontal; dientes palatinos; mandíbula edén tula ; pabellón de las trompas de Eustaquio muy grande; lengua muy papilosa, escotada, poco extensible y libre solamente en su contorno ; saco bucal aéreo en los d ; vértebras procelias; atlas y primera dorsal soldadas en una sola pieza?; sin costillas; coxis separado, sin diapóflsis y articulado á la sacra por medio de dos fosetas glenoídeas ; diapóflsis sacras levanta- das , cilindráceas , bastante fuertes y abultadas sólo en el extremo : esternón arcífero, con el manubrio cartilagíneo y el xiñsterno consistente en una placa ternillosa esco- Batracios. 4 26 VIAJE AL PACÍFICO. tada; dedos de la mano libres, el pulgar rudimentario saliente, y el interno no oponible; pies más ó menos palmeados; metatarsos externos reunidos; cuneiforme muy prominente, comprimido, de filo arqueado y cubierto de una piel callosa; falaugines cortos, robustos, lisos en la base y terminados en cabezuela ; piel tuberculosa. CERATOPnnvs Boie, in Wied, Beitr., p. 669 ; Wied, Abbild.; Wagler, Sys. Amph., p. 203; Cuv., R. a., t. II, p. 106;rscft.,C.derB.,p.8l; Gitiií., C. B. S. B. M. , ps. 5 y 24; Cope, J. A. N. S. Pli. Jul. 1866. Phrynoceros (Bibr.) Tsch. , 1. c. Stombüs Gravenh., Isis, 182o,p. 952. Bufo et rana, A. P. CERATOPHRYS MEGASTOMA. Rana megastoma Spix, Test, et Ran, p. 27, lam. 4, f. 1. Bufo cornutus Daud., H.N. Gr. Rai. Crap., p. 12 (syn. exc), pl. 38;— H. N. Rep., t. 8, p. 214 (syn. exc); Lalr., H.N. Rep., t. 2,p. 217, f. 1. CerAtopbrts Daüdini Cuv., 1. c; D 8f B., E. g., p. 440. » Spixii Cuv. , 1. c. PflRTNOCEROs Vaillanti (Bibr.) Tsch , C. der B., p. 82. Ceratophrys MEGASTOMA Günl. , 1. c.,p. 25; — Proc. Z. S. 1870, p. 401. La cabeza , enorme , plana j horizontal en la nuca , y con las regiones anterior y laterales extensas é inclinadas respecto de aquella en ángulo de 110", imita el casco de un solipedo, cuya planta tuviese el contorno entre triangular y acorazonado, pues el borde maxilar, en el hocico, es algo saliente, recto en los costados y curvo bajo las regiones paróticas; su anchura es con corta diferencia igual á la distancia que hay de la nuca al ano, más que el doble de su largo, una mitad más que la distancia de la nuca al hocico, tomada directamente, y excede en una quinta parte á la que hay desde ese último punto á la comisura de los labios ; su altura, medida á plomo desde el borde anterior del plano occipital , es exacta- mente la mitad de la anchura ; la extensión del lado posterior de esa pla- nicie es una sexta parte menor que el ancho de la cabeza , y la del lado anterior, tomada detrás de las órbitas, igual á la mitad de dicho ancho, ó sea la altura máxima del cráneo ; la distancia entre el ángulo occipi- tal supra-timpánico y el de la boca es una tercera parte menor que la que media entre el centro de la cresta frontal y la punta del hocico ; las re- giones paróticas son convexas , planas las infra-orbitarias y rolliza ó VERTEBRADOS. 27 curva la infra-nasal ; la parte horizontal y las descendentes de la ca- beza tienen sus lineas de intersección á uno y otro lado — oblicuas con respecto al eje cefálico — en las ramas horizontales superiores de los timpánicos, y por delante, en la margen anterior de los fronto-parieta- les , viniendo á caer la arista , que es cóncava , á través y en medio del espacio inter-orbitario ; los cuartos de círculo posteriores de las órbitas escotan los dos ángulos anteriores del trapecio formado por el contorno de la planicie occipital, de suerte que su perimetro, en rigor, se halla limitado, anteriormente por la curva inter-ocular de los frontales, y á cada extremo de ésta por las escotaduras orbitarias , y lateralmente por la linea algo cóncava que describe el borde de las ramas superiores de los timpánicos ; el lado posterior del trapecio occipital es muy sinuoso ; frente de las órbitas corresponden dos senos profundos formados á medias por el borde externo-posterior de los fronto-parietales y por la rama supra-timpánica, que se prolonga á manei'a de cuerno más allá de la nuca y hacia afuera ; otro seno ó escotadura menor corresponde con la unión de los fronto-parietales sobx'e la nuca misma ; la parte anterior de la cabeza, comprendida entre la cresta inter-ocular y las narices, es acanalada , y la canal bastante honda en el espacio inmediato á aquélla, y cada vez menos á medida que se estrecha acercándose á las aberturas nasales; confluyendo con ella, se nota debajo del borde anterior orbita- rio— que es más alto que el plano general de dicha región anterior de la cabeza — otras dos canales que, anchas y poco marcadas, van á perderse por abajo en los lados de la cara , continuándose por arriba sobre la re- gión parótica hasta el borde superior del tímpano. Esta membrana es muy perceptible, elíptico-triangular, casi vertical, y en este sentido su diámetro es una mitad del de las órbitas, de las cuales les separa una distancia igual á la que hay de su borde inferior á la comisura de los la- bios. Los ojos se hallan situados exactamente en los dos vértices que re- sultan de la intersección del plano frontal con el occipital y los laterales; son pequeños y saltones, y están muy próximos el uno al otro, siendo el espacio que les separa igual al diámetro de la órbita ; de su lagrimal al hocico hay casi doble distancia que del ángulo posterior al centro de la nuca ; los párpados inferiores son cortos ; los superiores se levantan en punta cónica muy aguda — cuya altura es poco mayor que la línea 2S VIAJE AL PACÍFICO. que mide la abertura de los ojos — dirigida hacia afuera y hacia adelan- te, surcada de estrías y erizada de granitos escepto en la parte que cor- responde á la pestaña , que es lisa ; rodeando el lado posterior de su base hay una serie de tubérculos mayores dispuestos en arco, y en el anterior otra que es el extremo de la doble fila de verruguillas ó especie de cres- ta transversal, colocada en la misma arista cóncava ó borde anterior de los fronto-parietales , que pasa por entre los ojos y cruza los párpados hasta la pestaña. Las aberturas de la nariz son estrechas , semilunares y forman con la línea media de la cabeza un ángulo de 45°, su espacio in- termedio es igual á la distancia del ángulo posterior de dichas aberturas al anteiñor del ojo ; del centro del hocico las separa esa distancia y una mitad más. Los dientes maxilares son fuertes, largos, encorvados hacia adentro de la boca y claros. Las choanas son grandes , elípticas y trans- versales ; media entre ellas una distancia igual á la suma de los dos diá- metros de una de ellas , y su nivel posterior dista del anterior de los pabellones de Eustaquio lo que el anterior de la punta del hocico. Los dientes palatinos se encuentran reducidos á la mínima expresión que se advierte en esta clase de órganos: pequeños, obtusos y pocos están si- tuados casi en el mismo borde interno de las choanas y en el filo de una crestecilla poco saliente, que sigue aquel borde por su parte antero-in- terna, dirigiéndose en sentido oblicuo hacia adentro de la boca y sin pa- sar del punto intermedio entre el nivel anterior y posterior de las choa- nas ; más bien que en fila parecen dispuestos en grupo prolongado ; los de adelante son muy diminutos y sobresalen apenas del alvéolo ; el úl- timo de atrás , el más grande, es comprimido y de corte circular. Los pabellones de las trompas de Eustaquio son tan grandes como las choa- nas, y su contorno un triángulo isósceles obtnsangulo. La lengua, oval, acorazonada y transversa, es una sexta parte más ancha que larga, sin contar la escotadura de su borde posterior ; con el anterior toca á la sínfisis mandibular, y es libre en sus costados hasta cerca de la bar- billa, y más de un tercio por atrás. Debajo del punto en que comienza la curvatura posterior de la lengua, á cada lado, se hallan los extremos anteriores de las aberturas de los sacos bucales aéreos característicos de los cf, aberturas que no llegan al diámetro mayor de las choanas, y que tienen sus bordes separados, representando el término medio entre las \ERTEnRADOS. 20 liendiduras y el agujero. El borde déla mandíbula es afilado, duro, con al- gunas muesquecillas irregulares, j en el extremo correspondiente ;i la barbilla cada rama lleva una apófisis comprimida, ruda j fuerte que re- cuerda los dos ganchos de los Hemiphractus ; una foseta ancha y de do- ble fondo recibe estas apófisis en el lugar opuesto de la maxila. Aplicadas á lo largo de los costados, las extremidades anteriores aso- man por detrás de los muslos las dos últimas falanges del dedo mayor; son robustas , de mano proporcionada j de rollizos dedos , abultados en la yema, un poco planos superiormente y provistos de nudillos infra-ar- ticulares de poco relieve ; distingüese en su base como un principio de palmeadura, y en la del interno sobresale, produciendo una considera- ble elevación oblongo-cilindrácea , el pulgar rudimentario; el 3." es el más largo, sigúele el 1." y á éste el externo, que es un poco más prolongado que el 2.°; desde la muñeca á la base de las falanges se extienden sobre cada hueso del metacarpo una fila de tubérculos pequeñitos. Las extremidades posteriores, dirigidas hacia adelante, so- l)resalen del hocico desde la base del dedo pulgar ; son robustas , con la pierna algo más corta que los muslos , y los tarsos , anchos j recios , li- sos por detrás, y los pies anchos y cortos; en su borde interno, y ade- lantándose sobre la base del pulgar, el cuneiforme primero se levanta en espolón alto y comprimido como en los Pyxicephahis , pero cubierto por una piel callosa solamente ó coriácea ; su longitud es igual á la del pul- gar ; el pié es semi-palmeado, pero la disposición de la membrana es en inverso sentido de como se encuentra en los Pyxícephalus , donde su raa- 3"or extensión corresponde al intermedio del pulgar y 4." dedo ; aqui el pulgar se halla casi libre y el inmediato despi'ovisto de mebrana en toda su margen interna ; la palmeadura principia en la margen opuesta desde la cabeza de la penúltima falange ; el borde interno del dedo 3." está como el del 2." y su membrana principia también desde la penúl- tima falange; en el 4.° y más largo la palmeadura por su borde interno alcanza á la mitad de la falange basilar, mas por el ex- terno á la cabeza de la misma, corriendo desde aquí hasta la punta del meñique; es de advertir, que la membrana interdigital, á medida que es más extensa, es más festoneada, ancha y floja, en términos que entre los dedos 4." y 5.°, cuando estos se encuentran en descanso, la pal- 3o. VIAJE AL PACÍFICO. raeadura hace bolsa de puro holgada; los pulpejos de los dedos son tan abultados como en la mano ; los nudillos iníra-articulares poco pronun- ciados y las plantas completamente lisas. Escepto en la mayor parte de la cabeza la piel está realzada por nu- merosos granos , tubérculos y verrugas ; ocupan estas últimas de prefe- rencia y en su mayor desarrollo los costados del tronco, y su forma tí- pica es la de un cono surcado de estrías de la base á la punta y ésta rematada en un pezoncillo ó espinilla ; pero según la región que ocupan varían en los accidentes de su superficie y en la disposición que afectan; en el medio de los costados se encuentran, aunque muy juntos, aislados y en su mayor elevación ; conservándola , igualmente que sus estrías , se reúnen sobre la región parótica, ya confundidos unos con otros, ya en una cresta longitudinal más ó menos prolongada y de filo aserrado; hacia las ingles se reducen á tubérculos de menor tamaño y cada vez más semejantes á los que ocupan los contornos latarales del abdomen; en la región dorsal desaparecen las irregularidades y, siempre bajo la misma forma y con la misma tendencia á reunirse en grupos ó líneas, se hallan dispuestos en dos crestas muy levantadas y simétricas que co- mienzan exactamente en los grandes senos post-orbitarios de la nuca, convergen en línea hacia la mitad de la espalda , se apartan desde aquí y, describiendo una curva de largo radio, vienen á juntarse sobre el ano; no en todo su trayecto ofrecen la misma forma las dos crestas cutáneas dorsales : sus extremos anteriores los constituyen dos semicírculos de ver- rugas muy apretadas , rodeadas exteriormente por un cordoncillo de fi- nísimos granos y dejando un hoyo en el centro ; detrás de estos grupos se reducen á un filete que apenas sobresale del plano dorsal , y sobre las escápulas se desarrollan nuevamente, levantándose del lado de afuera en otros dos semicírculos semejantes á los anteriores, aunque más exage- rados ellos , las verrugas y los granos en tamaño ; continúan sin interrup- ción las ci'estas principales á lo lai*go de los lomos, pero en este paraje vuelve á producirse un tercer desarrollo de grandes verrugas exteriores á la cresta , con más disposición á colocarse en sentido paralelo á ellas que á describir un semicírculo; y por último, desde las diapófisis sacras se hallan interrumpidas, ó con los elementos que las componen aislados; en medio de la región lumbo-coxígea se alza á lo largo de la línea media VERTEBRADOS. 3i alguna que otra verruga prolongada como si fueran á disponerse en una tercera cresta central ; entre las laterales del dorso y los costados tam- bién se ve alguna que otra de tamaño vario y confundidas ó alineadas en series longitudinales; entre todas las que se levantan en las regiones la- terales por fuera de sus crestas simétricas, hállanse granitos muy finos y regulares; en el espacio que dejan entre sí dichas crestas y detrás de las grandes apófisis horizontales del timpánico , la piel es completa- mente tersa. Lo es asimismo en la mayor parte de la cabeza ; sin embargo, al rededor de los ángulos de la boca hay un nionlon de verrugas bastante espeso y á cada lado de la región parótica, en un punió que equidista del oido, del ojo y del margen inmediato del labio, nótase un tubérculo liso y redondo; un poco más adelante y cerca del labio otro menor, y un tercero del mismo tamaño que el segundo encima y delante del án- gulo de la boca. Sobre los brazos , antebrazos y manos hay también tu- bérculos cónicos que parecen dispuestos en series oblícuo-longitudinales, y que en el dorso de la mano y dedos se confunden con los granitos que llegan hasta por cima de los pulpejos; del codo á la muñeca corre una illa de gruesas verrugas mastoídeas formando una especie de margen, íios muslos desde las rodillas á las ingles son casi lisos , pero arrimadas ;í estas, en su cara anterior, se levantan dos gruesas y notables glándulas redondas de un diámetro igual al de la rodilla , duras , lisas , completa- mente aisladas y de naturaleza semejante á las llamadas parótidas ; di- riase que son las de un Pleurodema á quien se le hubiesen corrido desde los ijares á los muslos; sobre la porción basilar de éstos los tubérculos dorsales pasan al rededor del ano á reunirse con el mosaico que forman otros más regulares y chatos que cubren la parte infero-posterior de las nalgas, se interrumpen en la legión inguinal y continúan por el vientre y sus costados hasta el pecho y sobacos, convirtiéndose en granulaciones más finas; las rodillas son también tuberculosas; encima de las pantoi'ri- llas se alzan cuatro filas transversales pareadas de verrugas apezonadas, dos junto al talón y dos junto á la rodilla, en medio de las cuales se nota una quinta con menos relieve , siendo gi'anulosos los espacios compren- didos entre las filas pares, y liso aquel sobre que se alza la menos mar- cada; no con tanta regularidad atraviesan otras los tarsos, convirtién- dose en menudos granos á lo largo del dedo externo ; el talón es tubercu- 32 \IAJE AL PACIFICO. loso, y el pié lleva dos márgenes, una exterior, granulosa, desde la punta del dedo meñique hasta los dos tercios del tarso ; otra lisa interna por fuera del cuneiforme hasta donde la opuesta concluye. Lo que yo recuerdo de la coloración de esta bellísima y singular especie, es que los verdes esmeralda y manzana con el anaranjado, rojo, morado y castaño-oscuro se mezclaban irregularmente en manchas so- bre las regiones dorsales, y sólo el verde esmeralda y el morado al- ternaban en barras á los lados de la cabeza y sobre las extremidades pos- teriores, donde las barras estaban limitadas por las filas de tubérculos. La región inferior era amarillenta en la garganta y muslos , y cenicien- to-sucio-oscura por el abdomen. Car. ost. — El casco de la cabeza es durísimo y las articulaciones de sus huesos perfectamente ajustadas y tenaces, á semejanza de los Ca- lyptocephalus j -ffemipkractus ; como en éstos, sus caras externas, particularmente en la planicie occipital , son ásperas , pero las granula- ciones— perceptibles á través de la piel adherida á ellas — son menores y más iri'egulares. Los fronto-parietales tienen su mayor longitud igual á su mayor anchura ; su margen posterior describe una S colocada obli- cuamente, y la reunión de los dos forma el seno poco profundo de la nuca y casi el todo de los que se encuentran detrás de las órbitas ; el lado más estrecho es el lateral, que se articula con el timpánico para consti- tuir el arco post-orbitario ; el borde anterior describe dos curvas, una que completa el contorno posterior de la fosa orbitaria , y otra que es la mitad de la arista cóncava del ángulo que produce entre las órbitas la articulación de estos huesos con la placa superior del etmoides , al des- cubierto en un grande espacio pentagonal, dividido en dos á lo largo del eje cefálico, y cuyos lados más estrechos — poco más de la mitad de los que se articulan con los fronto-parietales — apartan á gran distancia los prefrontales, cuya anchura, en conjunto y desde los extremos de sus apó- fisis externas, mide casi otro tanto que la de ambos fronto-parietales ; há- llanse los prefrontales separados uno de otro posteriormente por el án- gulo recto anterior del pentágono etmoidal, pero se tocan inmediata- mente después en una corta extensión , separándose de nuevo en un án- gulo muy agudo ; agudas son también sus puntas inter-nasales , que pa- san un poco más allá de las aberturas de ese' nombre. Los premaxilares VERTEBRADOS. 33 están sólidamente articulados al etmoídes y con los maxilares, cuja parte media forma una extensísima placa infra-orbitaria ; los timpáni- cos han adquirido asimismo gran desarrollo, j su rama superior ú hori- zontal , gruesa , fuerte y arqueada hacia afuera , es tan rolliza cy^e si- mula una parótida, prolongada desde el ángulo orbitario posterior exter- no; la parte que en este hueso contribuye á formar la planicie occipital, así como la de los fronto-parietales , están levantadas en torno de las órbitas con vertiente hacia los grandes senos de la nuca. Las apófisis es- pinosas , en todas las vértebras , incluso la sacra , son medianamente ele- vadas. La forma, estructura y proporciones del esternón como en el Ca- lyptocephalus Gayi; sin embargo, la placa cartilagínea de la paletilla no tiene agujero central y acaso sea relativamente más grande, y los arcos, colocados el izquierdo sobre el derecho, avanzan más el uno sobre el otro. Los falangines son cortos, lisos en la base, cónicos, algo deprimi- dos, encorvados, robustos y con la cabezuela de regulares proporciones; se asemejan mucho á los del género Pyxicephalus. DiM.— cí=Del h. al a.:=0,07. Cab., a. = 0,044; 1. = 0,022; alt. = 0,022. Extr. , br. =0,017; aut.=:0,017; pal. ^0.023; mus. = 0,03; pier. = 0,026, tar. = 0,016; pl. = 0,026. Habita eu la América del Sur, en la zona iuter-tropical al Oriente de la Cordillera. Lo en- contré en Tarapoto ó Nuevo-Curaray , orilla izquierda del rio Nape, hacia su tercio su- perior, por el mes de Julio, cerca de unos pantanos sombríos , en el bosque inmediato ú aquel pueblo. Sus maneras, movimientos y saltos son de sapo. d : Tarapoto, orillas del Ñapo (Ecuador). Observ. Las únicas razones que tengo para referir el individuo del género Ceratnphrys , que figura en nuestra colección, al C. mcgastoma, consisten en su membrana timpánica perceptible, en el gran desarrollo y grosor del borde externo del plano occipital , semejante á una parótida , en la extensión de la palmeadura de los pies y en la falta de crestas en las regiones laterales de la cabeza. I. a descripción de MM. D. y B. e.s insuficiente para quitarme toda duda, y Mr. Giinther me las aumenta con decir, en la brevísima frase de su Catálogo, que el C. megastoma carece de cresta inter-ocular, y en los Proc. de 1870, p. 401 , que un ejemplar de- esa misma especie la tenía ; si al menos en una y otra no se omitiesen los caracteres de la lengua y dientes pa- latinos , la determinación pudiera ser más acertada ; pero como quiera que el único individuo conocido de aque- llos herpetologistas era Q, y el nuestro es evidentemente o, me contentaré con creer provisionalmente, que las notables diferencias que encuentro son debidas al sexo; no sin dejar consignado, que dichas diferencias más bien me parecen especificas que sexuales. Prescindiendo de la cabeza — cuyas medidas es seguro que equivoca ron los señores D. y B.— la disposición y forma de los tubérculos ó verrugas dorsales, las glándulas para-in- guinales de los muslos, y la membrana inter-digital, que ni alcanza á la mitad de los dedos , ni menos puede de- cirse que con ella los pies están casi enteramente palmeados, pues sólo llega á este límite entre los 4 y 5°, son caracteres que bastan para diferenciar otras especies. No hago cuenta de la diversidad de coloración ni de la distancia que separa los países donde Levaillant , Spix y yo hemos recogido los ejemplares. Los elementos del género Ceratophrys , uno de los más curiosos entre los anuros, no están , en mi entender, Batracios. 5 34 VIAJE AL PACÍFICO. bien definidos, y basta, para convencerse de ello, la comparación délas descripciones y figuras de Wagler. P. de Wied, D. &B. y Günlher, y la que antecede; pero aún hay otro dato: Mr. Cope, al renovar el género Slombus de Grav. con el C. Boiei, le señala por principales caracteres la falta de arco post-orbltario y el no te- ner el cuneiforme desarrollado á modo de pala, y el C. Boiei Q joven que yo he comparado con el ejemplar del megastoma anteriormente descrito, tiene sí la fosa temporo-orbitaria descubierta , mas el cuneiforme en nada difiere, como no sea en su mayor desarrollo, que es justamente lo opuesto del carácter que se le quiere señalar. c^^STia-KT^í^TninDJE:. Observ. Mr. Charles Girard, en su «Descripción de las nuevas especies de reptiles del viaje de exploración al mando del Cap. Ch. Wilkes» (P. of. A. N. S. Ph., 1853, %." parte, p. 420), propuso la subdivisión del género Cyslignathus (D. 5f B.) en otros siete, estableciendo tres (Ranidella, AVagleria y Kassinia), admitiendo dos, desmembrados ya de aquel grupo por Tschudi (Pleurodema y Crinia), dejando cierto número de especies como representantes del género Cyslignathus de Wagler y reuniendo las restantes bajo el nombre de Leptodactylus. que Fitzinger, antes que Wagler, asignó á los mismos anuros, que por tanto tiempo han llevado la denomina- ción genérica que ese último autor les impuso. La forma y estructura de los dientes palatinos, del tímpano, de la lengua y de los dedos de los pies, suministraron los caracteres fundamentales de dichas divisiones, de las cuales han prevalecido únicamente las que no eran originales de Girard (Pleurodema, Crinia). Acaso el tra- bajo se hizo con poco conocimiento de las especies que se trataba de distiibuir, á cuya sospecha induce el haber incluido el herpetologista norte-americano el C. gracilis en el Cyslignathus reformado, y el C. nodosus en el género Pleurodema Tsch. Pero al estudiar yo con algún detenimiento las especies de nuestra colección que, cabiendo en el género Cyslignathus, según los Sres. D. s¡ B. lo consideraban, se reparten ahora en otros varios, principalmente para deslindar las que con exactitud corresponden al fiyslignalhus de la clasificación de Mr. Cope, he encon- trado que, por lo tocante á las especies americanas, no solo hay razón para volver al pensamiento de Mr. Gi- rard, sino necesidad de realizarlo, con la modificaciouque exige actualmente la ciencia. El Leptodactylus pachypus Wagl. (C. ocellalus D. & B.), el L. Golialh y slenodema mh. , el L. gracilis D. í¡ B. el L. Jabrosus, lalinasus y Wuchereri mh., el C. roseus D. & B. , el G. Hidalgoi mh. , la Hylorhinn sylvalica Bell [C. ceneus Guich.j, el Pleurodema Bibroni Tsch. y granutosum mh., el Lilopleura maritimum mh. y el Oreo- bates quixensis mh. , son los catorce elementos que he tenido á la vista para mi crítica. Si la importancia de las formas esqueléticas de la cabeza y esternón se admiten , sea en el grado que quiere Mr. Cope, sea en el que le reconocen otros anfibiólogos, aquel conjunto de especies queda al primer examen dividido en dos secciones, una caracterizada por la existencia de fontanela fionto- parietal, otra por su de- fecto, comprendiendo la primera los C. Hidalgoi , roseus, Bibroni (Pleurodema), granulosum [Pleurodema), mneus [H. sylvalica) y Lilopleura maritimum , y la segunda los L. pachypus. gracilis , lalinastís. labrosus, Go- liath, slenodema, Wuchereri y Oreóbates quixensis. Reconocido el esternón de estos últimos y sus prefrontales en su forma y relación con los fronto-parietales, se nota en todos ellos (esceptuado el 0. quixensis) un manu- brio cartilaginoso, un xifisterno compuesto de un estilete óseo y un disco terminal entero ó poco escolado, y los prefrontales anchos, muy próximos ó con sus bordes internos en contacto ó articulados, y bastante arrimados á los fronto-parietales ó en contacto con ellos; es decir, con todos los caracteres que Mr. Cope asigna en su clasi- ficación al género Cyslignathus ; además, los dientes palatinos se hallan siempre detrás de las choanas dispues- tos en dos arcos más ó menos bien trazados, con la concavidad hacia atrás y cuyas cuerdas se encuentran en una línea exactamente transversal, 7 los falangines son cónicos, lisos en la base y aleznados. El Oreábales se distingue por el xifisterno, consistente en una placa ternillosa cuarlrilonga, bífida , al modo de los Lylhodites. y por sus falangines bifurcados como en los Hilodideos. En la otra sección. 6 sea la caracterizada por la fonta- VERTEBRADOS. 3f> nula, los prefrontales eslán siempre distanles de los fronto-pariolales, y sus bordes internos, cuando más, se hallan prójimos, nunca en contacto y menos articulados; y el xifisterno unas veces consta de estilete óseo, an- cho y sencillo, terminado en un disco de dos grandes lóbulos ('/'. nibroni y granulosum], otras de eslilele estre- cho con tendencias á bil'urcarse y acabado en un disco profundamente dividido .Litopteura mori(imum), otras se reduce á una placa sencilla, de una pieza, osifícida ea la base solamente, ó teroillosa, entera ó ligeramentt- escotada (//. sylvatica, C. roseus, 6 llidaigoi). Ahora bien : la subdivisión caracleí izada por la falla de fontanela, eslilele óseo con disco entero y dientes palatinos en dos arcos, es el género Lcplodadylus , tal como lo proponía Mr. Girard ; la subdivisión primera de la .sección segunda encierra las especies provistas de glándulas inguinales, y es el género Pleurodema Tsch.; la subdivisión segunda sólo tiene una especie sin esas glándulas, por lo que debe representar un género aparte (Utopleura),-y la subdivisión tercera, por último, abraza, además del tipo que ha servido para crear la Hy- lorhina, \os C. roseus é llidalgoi, cuyos dientes palatinos eslán dispuestos según el carácter que les asignaba Mr. Girard en su Cyslignalhus. En la descripción y distribución genérica de aquellas catorce especies me atendré, pues, al resultado del anterior análisis, sujetándome, sin embargo, al sislenia de Mr. Giinther, por cuya causa dejo á la W sylvatica en el lugar que este autor le señala. LEPTODAGTYLUS. Cuerpo, por lo general, rauiforme; cabeza proporcionada y comunmente algo ancha; ex- tremidades posteriores prolongadas; ojos regulares ó grandes, de pupila redonda, pár- pado superior sencillo, corto, y el inferior transparente ; tímpano muy visible ; lengua grande, entera ó ligeramente escotada y libre ; uno ó dos sacos bucales aéreos en los d ; dientes palatinos detrás y apartados de las choanas y dispuestos en dos filas más ó menos arqueadas, y con la concavidad hacia atrás; mandíbula edéntula; fronte- parietales bien desarrollados, sin fontanela, largos, estrechos y con el borde anterior entero; prefronta- les muy próximos uno á otro, ó unidos en parte ó totalmente por sus bordes internos ; vértebras procelias ; la sacra generalmente sin apófisis espinosa , con sus diapóflsis cilin- dráceas, robustas, levantadas, más ó menos inclinadas hacia atrás, abultadas en la punta y articuladas con el extremo de los iliacos; sin costillas; coxis sin diapófisis, libre y con sus caras articulares glenoídeas ; esternón arcifero, con el manubrio cartilagíneo y el xi- fisterno compuesto de un estilete óseo, sencillo y muy desarrollado, y un disco terminal cartilagíneo entero ó con el borde posterior ligeramente escotado ; dedos de la mano libres, con el rudimento del pulgar perceptible al exterior; pies sin palmeadura, ó con ésta reducida á una estrecha membrana , que por lo regular se continúa en un margen á lo largo de los dedos ; cuneiforme saliente, pero no á modo de espolón comprimido y de borde afilado; fa- langines sencillos , largos, aleznados ; piel libre en la cabeza, lisa y por igual glandulosa, ó realzada con dobleces y cordones ó placas de esa naturaleza, á lo largo del cuerpo, en- cima ó en los costados. Leptod.\ctthis FUz., Neu. Cías, der Rep.,p. 64; Gh:, P. A. N. S. Ph., I. VI, p. 490.— U. S Expl. Exp., Herp., p. 28. Cystignathus ll'agí.. Sys. Amph., p. 203; /). V B, E. g.. t. VIH, p. 39á; Gir. (sp.), 1. c. 36 VIAJE AL PACIFICO. 7'sc/!.,C. derB.p. 78; GuicA. (sp ), íd Caslel., A. N. R. A. M., Rep., p. 78; Günl.. P. Z. S. 1858, p. 339;— C. B. S. B. M., p. 26 ; Cope.í. A. N. S. Pli.. 1865, Jul. Pleurodema >p) Günl., C. B. S. B. M. p. 31. GXATHOPHTSA CopC, 1. C. DoKiPHORDs Weise [Mayer. sec. Tsch. 1. c.) Rana, A. P. LEPTODACTYLUS LABROSUS mh. Traza raniforme, cuerpo j extremidades, bajo ese tipo, propor- cionados. Cabeza regular, cónico-aguzada , alta, con el contorno de la maxila parabólico-triangular, el testuz en declive curvo, el espacio ma- xilar, comprendido entre el ojo y la nariz, plano, la región nasal levan- tada, convexa, y el canto rostral cilindrico. El labio superior es abul- tado , rollizo y tan saliente, que deja por cima de él, todo al rededor de la cara desde los tímpanos hasta por bajo de las narices, una canal con- tinua y muy marcada; el hocico puntiagudo y arremangado avanza mucho más allá de la sínfisis maxilar. Las narices son i'edondas y están muy sepa- radas una de otra, pues el espacio intermedio es mayor que el inter-ocular é igual al que media entre una de ellas y la punta del hocico , en línea recta, ó el ángulo anterior del ojo; hállanse colocadas mucho más abajo del extremo del canto rostral, cuyos bordes, continuados idealmente, ven- drían á cortarse en ángulo, antes de llegar á la altura de aquellos aguje- ros, si la hinchazón internasal no borrara los extremos anteriores de dichos bordes. Los ojos son grandes y muy saltones, de pupila redonda y párpado inferior extenso y muy transparente. El oido es perfectamente circular y dista por arriba del ángulo posterior del ojo próximamente lo mismo que por abajo de la comisura de los labios. Los dientes maxilares son fuertes y próximos ; los íntermaxilares apenas sobresalen de la línea de aquellos. Las filas de dientes palatinos describen dos arcos separados uno de otro á pequeña distancia , cuya más pronunciada curvatura no corres- ponde al centro de su cuerda y cuyos extremos tocan con las crestas transversales del paladar, encorvadas hacia atrás, por efecto de la nota- ble altura del cielo de la boca con respecto al plano que pasa por el borde labial. Las choanas son redondas y regulares, su margen anterior semí- VERTEBRADOS. 3; circular, y el espacio que las separa igual á la dislancia que media en linea recta entre el nivel postei^ior de los dientes palatinos y el interior de la foseta intermaxilar. Los pabellones de Eustaquio son estrechos y están situados muy atrás; abierta todo lo posible la boca del animal y mirada naturalmente, aparecen como dos hendiduras oblícuo-transversas. La lengua es gruesa , oval y casi entera , libre en algo menos que su tercio posterior y un cuarto por cada costado, y adherente sólo en su tercio an- terior. La sínfisis mandibular lleva una protuberancia cónica muy aguda y pronunciada , correspondiente á la foseta intermaxilar, que una esco- tadura del labio deja abierta por delante. Las extremidades anteriores, aplicadas contra los costados, llegan con la punta de los dedos á las ingles; el antebrazo es robusto; la mano an- cha, con los dedos completamente libres, cónicos y algo aguzados, provis- tos de pelotillas infra-articulares bastante gruesas, é iguales el 1.° al 3.° y el 2." al 4.° ; el rudimento de pulgar produce un espolón oblongo-prolon- gado y algo exento en el exti'emo ; la muñeca tiene dos protuberancias ovales muy pronunciadas, la central menor que la externa; en el centro de cada metacárpico , como en la mayor parte de los Leptodactylus su- cede , existe un tubérculo más pequeño que los de las falanges. Las ex- tremidades posteriores, dirigidas hacia adelante y por bajo del tronco, llegan con la articulación tarso-metartásica á la punta del hocico; la pierna es más larga que el muslo; los dedos, reunidos por una muy estre- cha membrana, son rollizos y sin margen cutánea, al menos en las 9; el espolón del cuneiforme sale muy poco y es angosto; enfrente hay otro pequeño, del mismo tamaño que cualquiera de las pelotillas infra- articulares de los dedos de los pies ; el tarso lleva un ligero margen cu- táneo en su borde interno y desde la base del espolón del cuneiforme; la planta es completamente lisa. El pellejo, de superficie irregular en la región superior, sin ser gra- nuloso, está realzado por pliegues y verrugas de naturaleza glandulosa y de variable desarrollo. Tomando por tipo el individuo que los presenta más pronunciados , se observan : á cada lado de la espalda , sencillas ó ramificadas, continuas ó á pedazos, lisas y de bastante relieve, dos ar- rugas, una que nace detrás del ojo y termina á la altura de la ingle, otra que parte de la comisura posterior de los párpados, pasa sobre el 38 VIAIE AL pacífico. oido, se encorva, apartándose cada vez más de la anferioi' y conver- giendo luego hacia ella, y concluye, ensanchada en una placa de contorno y tamaño irregulares , plana y porosa , en el ángulo superior de la ingle ; una tercera, entre estas dos, más débil y más corta, pues se borra hacia la mitad del costado ó se fracciona en tubérculos semejantes á los que ocupan el espacio intermedio entre cada par de arrugas dorso-laterales ; otra que baja , como en todos los Leptodactylus , Cystígnathus y casi to- dos sus afines, del ángulo supero-posterior del oido al brazo; y otra más ancha, más corta y más saliente que la anterior, que va de la comisura de los labios á la parte delantera del brazo, acercándose con su extremo posterior á la que baja del oido, pero dejando entre ellas un surco pro- fundo. Los costados están sembrados irregularmente de tubérculos , así como los párpados. El espacio comprendido entre las dos arrugas dorsa- les más interiores es desigual , aunque liso en uno de los individuos que tengo á la vista; en el otro, cuyas arrugas desde la mitad de la espalda para atrás se han convertido en series de verrugas ó de tubérculos, cuya región sacra está sembrada de ellos dispuestos en filas, y cuyas piernas y muslos los llevan también, se distingue una ligera arruga longitudinal en el sentido del eje del cuerpo y dos en el dorso, que for- man una X ó aspa con las ramas anteriores prolongadas sobre los pár- pados. La cabeza, en sus costados y desde la linea anterior de los ojos hasta el labio, y todo éste, son completamente tersos. La piel de las re- giones inferiores presenta ese mismo carácter y forma dos dobleces , uno de brazo á brazo por delante del sobaco, otro entre el abdomen y las in- gles. Los muslos están empedrados de finos tubérculos granujientos en su parte infero-posterior desde el ano hasta las corvas ; sobre las pantor- rillas hay arrugas longitudinales muy ramificadas y poco notables , y es- pinillas en los talones. Los restos de coloración conservados todavía en los dos individuos que poseemos, consisten en dos fajas maxilares claras, limitadas por otras dos más oscuras, que corren del hocico, pasando sobre el oido, al brazo por entre las arrugas glandulosas paróticas , é interrumpidas sobre el mismo labio por manchas oscuras triangulares ; una gran mancha , de la misma figura y color, ocupa el espacio inter-orbitario, prolongados dos de sus ángulos sobre los párpados sin llegar á la pestaña , bifurcado el \ERTb:BRADOS. 3., tercero más atrás de las escápulas j dibujando con trazos más anchos la X que figuran las arrugas de la piel en esas partes ; sobre cada tu- bérculo hay una mancha oscura que lo ocupa todo, cuyo conjunto salpica la región sacra y parte de la dorsal ; barras de la misma tinta atravie- san la cara superior de muslos, piernas j pies, sobre un fondo de color análogo, y que en los sitios de la pierna mejor preservados es castaño rojo; las ingles, los sobacos y la parte posterior de los muslos muestran manchas sinuoso-vermiculares, ó redondas cuando no confluyen ó se tocan unas con otras ; este mismo dibujo, más confuso sobre fondo más diluido, adorna parte de los muslos , abdomen , pecho y garganta , apareciendo en el contorno de las mandíbulas las manchas blancas con entera re- gularidad y simetría. Car. ost. — Los fronto-parietales tienen el desarrollo longitudinal máximo hasta ahora observado por raí en el género Lejjíudactylus , y además su parte comprendida entre las órbitas cuadrilonga , no en figura de trapecio ; su perfil transverso es plano por encima , pero el perfil con- trario describe un arco que principia ya á determinarse desde el borde del agujero occipital , por lo que no hay ángulo ó arista en la nuca , y ésta no levanta nada sobre el testuz ; tampoco \\a.j crestas ante-occipita- les transversas, pero en su lugar existen dos parietales semejantes á las del Z. gracüis , que vienen de las apófisis basilares posteriores de los proó- ticos y terminan en una espinita aguda dirigida hacia las órbitas, mucho antes de llegar al ángulo postero-interno de éstas, en el tercio anterior de la región parietal; desde cuyas espinas se prolongan reducidas á sim- ples líneas curvas, que se aproximan la una á la otra al nivel posterior de las fosas orbitarias y se desvían aquí para correr paralelas á los bordes externos de los fronto-parietales y borrarse antes de llegar á los bordes anteriores de dichos huesos ; los cuales están separados por una escotadura angular muy pequeña j tocan á los posteriores de los prefron- tales. Estos huesos, en esta especie, están mu}' desarrollados y reunidos á lo largo de casi toda su margen interna, formando una placa convexa; separa sus bordes posteriores otro ángulo semejante al de los fronto- parietales , y como los lados de aquél y de éste se tocan en una línea bas- tante extensa , sólc queda al descubierto de la lámina superior del etmoí- des un pequeño espacio de contorno romboidal de las mismas proporciones ^o VIAJE AL PACIFICO. que el de un joven Calyptocephalus. El esternón tiene su manubrio de mediana consistencia, de vastago algo largo y terminado en disco oblongo- aflechado; su arco izquierdo descansando sobre el derecho, y el xifisterno aquillado en la base y con el disco terminal serai-lunar, entero, largo y con las puntas de los cuernos aproximadas al estilete óseo. Las diapófisis sacras están poco levantadas y son deprimidas y ligeramente ensanchadas en el extremo ; se articulan con la punta de los iliacos , provistos de ele- vadas crestas, y la choquezuela es lateral y posterior. El coxis tiene la cresta superior muy ancha y tan larga como el estilete, que es deprimido y con las aristas laterales poco salientes y rollizas. Los falangines son esbeltos, poco encorvados y de cabezuela regular. DiM. — g=Del h. al a. = 0,045. Cab. , 1. =0,015; a. por el borde post. de los oídos = 0,016. Extr., br.=0,008; aut. = 0,01 ; pal. =0,01; mus. = 0,017; pier.=0,02: tar.=0.012; pl.=0,022. Habita la cuenca del rio Guayas ó de Guayaquil. Los dos ejemplares, que debió mi compañero el Sr. Martínez, con otros varios de reptiles, á la generosidad del Sr. Alcide.s Destruge, médico, y persona muy entendida en las cosas naturales del país, proceden de las orillas del rio Daule, tributario de aquél bácia la mitad de su curso. 2 O: Pimocha, orillas del rio Daule (Ecuador). Regaladas por el Sr. Alcide.s Destruge al Sr. Martínez. Observ. I.a extensión que en esta especie adquieren los fronto-parietales y prefrontales, juntándose los unos con los otros y no dejando al descubioito más que una mínima parte de la lámina superior del olmoides, representa el máximum de la que en sus congéneres más afines se observa , y recuerda el desarrollo y la rela- ción de aquellos huesos en los Calyploccplialus. Los pliegues glandulosos de la piel, iguales en forma é impor- tancia á los del Leplodaclylus pacliypus, graciUs, etc., y no obstante, dilatados y convertidos hacia las ingles en glándulas perforadas como en el L. labyrinthicus (Pleurodema labyrinthlcum, Günt., Gnathophysa ocellata. Cope), Golialh y slenodema , demuestran el poco fundamento con que se pretende crear un género aparte (Gnathophysa) para las especies que entre los Leplodaclylus presentan chapas glanduiosas inguinales dependien- tes de los pliegues cutáneos de la misma naturaleza , ó reunirías con los verdaderos Pleiirodcina. LEPTODACTYLUS LATINASUS mh. Traza semejante á la del L. pachypiis. Cabeza regular, prolongada, puntiaguda, deprimida, con el contorno maxilar saliente, avanzado sobre la abertura de la boca , inferior en casi toda su extensión , y par- ticularmente en el hocico, cuya punta es cónica y encorvada hacia abajo; con la región comprendida entre los ojos y las narices abultada como VERTEBRADOS. 4, ampolla, extensa y lisa; y con la anchura tomada en los ángulos de la boca respecto de la longitud , medida desde la misma linea, en la propor- ción de 6 á 5. Las nances son entre redondas y ovales, y están colocadas casi en el reborde maxilar y muy cerca del hocico, á pesar de ser éste tan saliente, lo cual, unido á la gran separación de dichas aberturas — mayor que la distancia de éstas á los ojos y que el espacio inter-orbitario — y al notable abultamiento de toda la región comprendida entre las nari- ces y los ojos, presta al animal su fisonomía característica. El canto ros- tral está borrado por dicho abultamiento, únicamente puede'reconocerse por las depresiones que se ven detrás de las narices y que se continúan hasta la parte inferior del ojo, colocado también muy inmediato al borde saliente maxilar ; de manera que, mirando la cabeza en dirección normal á su testuz, oídos, ojos y narices, todos aparecen tangentes al contorno de la maxila. Los ojos son regulares, de páx-pado inferior poco ex- tenso y transparente, y de pupila algo horizontal. El tímpano es muy visible, enteramente redondo, y está apenas separado de la comisura de los labios y surco que la continúa por atrás. La parte inferior del hocico, comprendida entre su punta y la sínfisis maxilar, es tan oblicua, que se acerca á la posición horizontal ; oblicuidad que va disminuyendo en el la- bio hacia los ángulos de la boca. Los dientes maxilares no son muy ro- bustos ni largos y están dispuestos con poca regularidad ; los intei'-maxi- lares apenas sobresalen de la línea general. Los dientes palatinos están dispuestos detrás de las choanas en dos líneas muy próximas y ligeramen- te arqueadas, ó más bien sinuosas, que vienen á quedar más atrás de las crestas ante-orbitarias del paladar, y cuyos extremos exteriores llegan á lo sumo al promedio de aquellas aberturas nasales , que se encuentran muy arrimadas al contorno maxilar, son bastante grandes, redondas, con el borde anterior algo sinuoso, y distan una de otra más de lo que hay en línea recta desde ese borde á la punta del hocico. Los pabellones de Eus- taquio son del tamaño de las choanas , y su contorno próximamente un triángulo isósceles. La lengua es delgada, oval, bastante ancha y lige- ramente escotada por detrás , y libre en una tercera parte de su longi- tud. El borde anterior de la mandíbula es, como el de la lengua , per- fectamente semicircular, curva que contrasta con el aguzamiento del hocico. La protuberancia de la barbilla es cónica y muy alta; la foseta BATBACI03. 6 42 - VrA.IE AI. PACÍFICO. inter-maxilar, que la aloja, tiene la escotadura labial poco profunda. Las extremidades anteriores, aplicadas contra los costados, no llegan con mucho á las ingles; son de grueso proporcionado, y sus dedos, ci- lindráceos y sin margen , llevan todos pelotillas infra-articulares muy desarrolladas y esféricas; el 1.° y 3." son iguales, y casi iguales el 2.° y 4." ; la muñeca tiene una eminencia grande y acorazonada ; el pulgar rudimentario sobresale mucho y es algo libre en el extremo. Los extre- midades posteriores, dirigidas hacia adelante, no llegan al hocico con la articulación tarso-metatársica ; la pierna es más larga que el muslo; el tarso lleva un margen cutáneo interno que no alcanza al talón ; el cu- neiforme sobresale en un espoloncillo ovalado, corto y tan ancho como el margen cutáneo del tarso; enfrente ha}'' otro, redondo y menos alto que el primero ; el tarso por abajo y la planta del pié están llenos de tuberculitos , que en la última son mayoi'es y dispuestos en filas sobre los metatársicos ; los dedos están reunidos por un rudimento de palmea- dura, pero son rollizos, sin margen, y llevan protuberancias infra-ar- ticulares cónicas y más salientes que las de la mano. La piel es toda ella tubérculo-glandulosa y desigual ; la región cefá- lica ofrece de preferencia ese último carácter, escepto en su parte óculo- nasal , que es tersa ; en la del dorso sobresalen algunas verrugas irregu- lares con tendencias á dibujar dos cordones látero-dorsales , pero muy confusamente, y dejándolos indicados con dos de las mayores bastante atrás de los ojos; en la región sacra es en donde dichas verrugas, ya más pronunciadas, indican claramente los rudimentos de cordones dor- sales, que no sé si con la edad se borran ó se hacen, por el contrario, más salientes. Desde el ángulo posterior del ojo al postero-superior del oido hay un plieguecito cutáneo, por detrás y por cima del cual va otro mayor, gianduloso y curvo hacia el brazo, abultándose al terminar ó di- vidiéndose en una glándula aparte ; otra muy ancha y muj abultada corre por debajo de ésta desde el brazo á la comisura de los labios ; in- mediatamente detrás, y encima de los tímpanos , nacen dos dobleces que, cortados á trozos ó compuestos de una serie de verrugas mayores hacia su término, se prolongan por los límites laterales del dorso hasta las ingles; debajo de ellos y paralelamente, los tubérculos mayores de los costados tienden á disponerse en dos series , que ni llegan á las ingles , ni VERTEBRADOS. 43 alcanzan al sobaco ; la parle superior de muslos y piernas lleva lineas (le poco relieve, ramificadas y con protuberancias á manera de nuditos en las ramificaciones; éstas pasan á líneas longitudinales en los tarsos; por el borde posterior de las nalgas corre una fila de verrugas glandu- losas , y cubre su cara inferior hasta las rodillas unas granulaciones re- gulares , dispuestas en finísimo mosaico. La piel de las regiones inferio- res es completamente lisa y está plegada en dos arrugas, una que cruza el pecho á la altui-a de los sobacos, y otra que baja desde aquellos á las ingles y circunda la región abdominal. Las manchas más oscuras dibujan un triángulo prolongado sobre los párpados, y anchas fajas confusas sobre las escápulas y espalda; sobre el hocico pasa una lista blanquecina que se desvanece hacia los ojos ; todo el borde maxilar es blanco ó blanquecino, así como todas las series de verrugas y dobleces que se distinguen en la piel , inclusa la de la parte posterior de los muslos , que destaca sobre fondo pardo amarmolado ; en- cima de las nalgas hay dos barras cortas , anchas y transversas , y sobre las pantorrillas otras tres ó cuatro, anchas y transversas en su mitad interior, y oblicuo-longitudinales en su mitad externa. Las regiones in- feriores son enteramente blancas. DiM.— Del h. al a.=0,033. Cab., a.=0,011 ; l.=0,01. Extr. , br. = 0.006 ; ant.= 0,005; pal. = 0,007; mus. =0,012; p¡er. = 0,015; tar. =0,008; pl. = 0,014. Hállele eu las cercanías de Montevideo, y nada sé de sus costumbres. Q joven : Montevideo. Obseiiv. No me ha sido posible estudiar los caracteres osteológicos de esta especie, porque el único indivi- duo con que la establezco tiene su neuro-esqueleto tierno y deleznable, efecto, no de su edad solamente, sino asimismo de un estado morboso particular, observado también con frecuencia en muchos Pleurodema. Con todo eso, del examen superficial que cabe hacer sin levantar el pellejo, resulta, que sus prefrontales son muy anchos y convexos, y se hallan en contacto por sus lados externos y con los fronto-parietales. Este y otros rasgos la hacen muy semejante al L. labrosus, pero su cabeza, más deprimida, más baja y más larga, y sobre lodo, la situación do las narices con respecto al borde maxilar, y la notable convexidad de la parle superior del hocico, que mirada de perfil tiene su punto más culminante á la altura de la nuca, no permiten que se confunda con aquél. Sin embargo, el ser un sólo individuo, y muy joven, el que sirve de tipo á esta nueva es- pecie, me obliga á propoQerla con las reservas debidas. 44 VIAJE AL PACIFICO. LEPTODACTYLUS GRACILIS. Ctstignathus GHACius D. ?f B. .1. c, p. 406; D'Orb., Voy. d. 1' Am. mor., Rep. , p. 10, pl. 3, f. 3-7; G«íií.,C. B. S. B. M.,p. 28; GiV., P. A. N. S. Ph., 1853, p. 420. Cuerpo esbelto y extremidades posteriores muy prolongadas; cabeza cónica y algo más larga que ancha , con el perfil longitudinal y el trans- verso, en cualquier sentido que se le considere, convexos, pero notable- mente en el occipucio, que es muy levantado; con las mejillas muy in- clinadas hacia adentro , el canto rostral liso y casi imperceptible y el hocico en punta y avanzado más allá del borde del labio maxilar, que cae casi en la vertical de las aberturas nasales. El tímpano es circular y su diámetro poco menor que la abertura del ojo ; toca por atrás en la co- misura de los labios y por delante dista de la órbita menos que su semi-diámetro. Los ojos no son muy saltones; su abertura es igual al espacio que los separa de las narices. Estas se hallan bastante apar- tadas una de otra , tanto como las órbitas en el centro de sus bordes in- ternos, casi lo mismo que cada una del ángulo anterior del ojo; son redondas y abiertas en dirección lateral; una linea recta, tirada de cual- quiera de ellas al borde posterior del tímpano, mide otro tanto que la porción de la nuca comprendida entre los oidos. Las choanas son ovala- das, oblicuas y con el margen anterior casi recto ; están muy arrimadas á los maxilares y distan una de otra lo que cada una del centro de la foseta intermaxilar. Los dientes palatinos se hallan situados en el filo de unas encías muy altas , casi tangentes por sus extremos internos y de base triangular, el anterior de cuyos ángulos nace junto al borde interno de las choanas y, describiendo una S, limita el surco en que se prolonga la choana hacia el paladar; el filo de la encía es sinuoso unas veces, muy poco arqueado otras , otras en arco quebrado, y como se inclina un tanto hacia las fauces , los dientes vienen á resultar muy retirados del nivel posterior de aquellos agujeros y más atrás de las crestras transversales palatinas ante-orbitarias ; las oblicuas anteriores están bien marcadas, asi • VERTEBRADOS. 43 como la esfenoidal hasta los pabellones de Eustaquio, que son exacta- mente triangulares y un poco mayores que los choanas. La lengua es oblongo-acorazonada , con una ligera escotadura en la parte posterior, donde queda libre otro tanto nada más que en los costados. La sínfisis mandibular lleva una eminencia redonda muy desarollada, que encaja en la foseta maxilar correspondiente. Las extremidades torácicas, dirigidas hacia atrás, llegan con la punta de los dedos á las ingles ; son robustas y de muñeca fuerte y con una ele- vación redonda, algo escotada por delante; los dedos son cilindráceos, con las yemas algo abultadas y llevan nudillos infra-articulares en forma de medios glóbulos ; el 3.° es el más largo, pero poco más que el 1.°; el 2." es el más corto, aunque casi llega á la longitud del 4." ; el pulgar rudi- mentario sobresale algo más que cualquiera de los nudillos infra-articu- lares; la palma puede decirse que es desigual, aunque no tuberculosa. Las extremidades posteriores, dirigidas hacia adelante, asoman todo el pié , in- cluso el talón, por el hocico; son cenceñas, con la pierna mucho más larga que el muslo, y el pié (tarso y planta) más largo que la pierna; los dedos son cilindráceos y ligeramente marginados , llevan nudillos infra-articu- lares ganchudos, aunque no muy salientes, y el externo es poquísimo más corto que el 3.°; la planta es lisa; el cuneiforme produce un espolón no mayor que los nudillos; en medio de la articulación del tarso con el me- tatarso hay otro más obtuso y de igual tamaño. La piel, que puede calificarse de lisa, está adornada superiormente de pliegues longitudinales semejantes á los del L. pachypus; seis son los más principales: dos inmediatos á la línea media del cuerpo, que em- piezan á levantarse insensiblemente detrás de los ojos y concluyen antes de llegar al extremo del coxis; dos que, distantes cada uno délos primeros, como estos uno de otro, comienzan un poco más atrás y hacia la mitad del párpado y acaban en el ángulo superior de las ingles ; y otros dos laterales que, formándose en las pestañas superiores, pasan tangentes á los tímpanos j van á perderse en el tercio superior de la ingle; aparte de estos pliegues existen bosquejos de otro par entre el primero y segun- do, ya descritos, pero que no pasan de la región coxígea; otros dos más prolongados, también incompletos, hay entre el par lateral y el inmediato superior; desde dicho par lateral hacia el abdomen y en la mitad de los 46 VIAJE AL PACÍFICO. • costados correspondiente á los sobacos se ven tubérculos de diferentes tamaños , la mayor parte distribuidos con irregularidad , pero afectando algunos de los mayores la disposición de series paralelas al doblez inme- diato; en la cabeza, por cima del labio y á igual distancia del canto ros- tral corre otra arruga muj saliente, que principia debajo de las narices y acaba debajo de los oidos; otra en forma de S comienza en el ángulo for- mado por el pliegue lateral al tocar en el tímpano y concluye juntándose con una glándula prolongada y oblicua, que se encuentra detrás de la comisura labial. Las extremidades anteriores pueden considerarse como lisas ; no asi los posteriores: un pliegue de la misma naturaleza que los del tronco, pero de menos realce, corre á la largo de la cara superior del muslo, principiando en el ángulo superior de la ingle, — donde acaba el par medio del dorso — ,pasa por detrás de la rodilla á la pierna y, continuando por ella, concluye en el talón; otro paralelo á éste principia detrás de la ro- dilla y termina en la articulación del tarso; entre ellos se percibe un ter- cero desde la rodilla á la mitad de la pantorrilla ; el tarso lleva un ligero borde cutáneo en la margen interior desde el calcaño hasta el espolón del cuneiforme; fuera de esos pliegues, las extremidades, asi como la gargan- ta, pecho y abdomen, son completamente lisas, si se esceptua los dos tercios medios ínfero-posteriores de los muslos, que están llenos de granu- laciones tuberculosas muy apretadas y regulares, imitando las piececillas de un mosaico. La elegante coloración de esta especie consiste en una faja amarillenta en el centro del cuerpo, desde el hocico el ano, comprendida entre otras dos castaño muy oscuro ; dos , del mismo ancho j color que la primera, paralelas á ella se extienden desde los párpados á los muslos ; los espacios intermedios y los costados amarmolados de castaño y ceniciento ; todos los dobleces, sean los de las megillas, tronco ó extremidades están teñidos de amarillo ó de blanco ; los brazos , piei^nas y pies, en la parte que queda al descubierto durante la flexión, están atravesados de barras pardo-oscu- ras dispuestas en sentido perpendicular al eje de las extremidades, escep- to en la parte posterior de los muslos, cuya región está limitada posterior- mente por una longitudinal ; otra faja casi negra parte de ambos lados del hocico , llega al borde anterior del tímpano y se extiende por detrás hasta los ángulos de la boca; las regiones inferiores son blanquecinas. VERTEBRADOS. 47 Car. ost. — Los fronto-parietales están muy desarrollados, pero el de- saroUo es diferente en sus dos regiones, fáciles de distinguir á primera vista ; en la nuca forman un plano de figura de trapecio , en declive ha- cia el agujero occipital, cujos bordes externos, comprendidos totalmente en las fosas temporales, son cóncavos, afilados como cresta, y se extien- den por atrás sobre las apófisis baxilares posteriores délos proóticos, }'• por delante rematan encima del ángulo ínfero-posterior orbitario, en una es- pina piramidal ó gancho dirigido hacia adelante y afuera, representando, junto con la cresta de que es remate, un rudimento del arco que cubre las fosas temporales de los Ceratophrys ; desde dichas espinas para ade- lante , estos huesos son estrechos , bastante largos , con los bordes orbita- rios casi rectos y paralelos, y forman entre los dos una bóveda cilindrácea, realzada con una pequeña cresta alo largo de la línea de sutura; el margen anterior de cada uno es en arco de círculo. Los prefrontales son anchos y muy inmediatos, pero su borde posterior, que es escotado, dista de los fronto-parietales otro tanto que la anchura de la apófisis anterior de éstos. El raquis es robusto ; las apófisis espinosas bien desarrolladas. El externon tiene sus arcos de regular anchura y el izquierdo sobrepuesto al derecho ; el manubrio bastante fuerte en la base y con el disco muy ancho; el xifisterno, largo y de base ancha, se angosta de repente y de ma- nera que el estilete en casi toda su longitud es muy delgado y prismá- tico, volviendo á ensancharse antes de la articulación con el disco ter- minal, si bien mucho menos que en la base. Los omóplatos, anchos y recios, de tal manera avanzan sobre la cabeza y se aproximan el uno al otro, que sus ángulos intero-posteriores se tocan y con los anteriores cubre cada uno toda la apófisis posterior basilar del proótico. llegando á la altura de la línea media de los tímpanos. Los falangines son largos, lisos, finos, aleznados, con la cabezuela apenas desarrollada y gruesos en la base ; su articulación con la falange inmediata es muy firme, y fortisimo el flexor correspondiente. Djm.— 5=Delh. ala. = 0,045. Cab. a. = 0,017; 1. = 0,018. Extr. , br. = 0,008; aut.= 0,01: pal. = 0,009; mus.=0,021; pier. = 0,029; tar. = 0,016; pl. =0,026. El área zoológica de este Leptodactyliis se extiende mucho por la costa oriental de la América del Sur ; Güuther registra en su Catálofio un ejemplar de Santa Marta y otro del Para; D'Orbiguy le descubrió en Montevideo. Yo le hallé entre ese último punto y Maldonado, cerca del cerro granítico de Pan-de-Azúcar, en la serie de collados que tiene 4S VIAJE AL PACÍFICO. por nombre Betete y las Ánimas ; vive allí en los lagunajos y oharcos limpios rodeados de juncos, en terreno descubierto, pero quebrado; se refugia inmediatamente en el agua cuando se le persigue, y es, en efecto, agilísimo; costóme mucho trabajo cazar el único individuo de nuestra colección. Q : Betete, entre Montevideo y Maldonado. Observ. El L. graciUs se asemeja bastante al pachypus, sobre todo si éste es joven y aquél lleva algún tiempo de permanecer en el alcohol. La disposición de los dientes palatinos y del labio maxilar, respecto del man- dibular, caracteres que sirven á Mr. Günther para distinguirlos, yo las encuentro lo mismo en ambos; acaso por lo que hace á los dientes, nuestro ejemplar constituya una escepcion, coincidiendo con el pachypus en la curvatura del filo de las encías , sujeta á tantas variaciones; pero de todos modos probará, que aquella diferencia no sirve en todos los casos, y mucho más si se tiene en cuenta, que algunos individuos de\ pachypus ofrecen los arcos casi en linea recta. Los rasgos distintivos, para mí, se hallan interiormente, en sus fronte-pa- rietales y prefrontales , en el xiQsterno y en la disposición de los omóplatos con respecto á sus bordes inter- nos y á'la nuca; exteriormente, en la coloración, en los pliegues cutáneos de las piernas, dispuestos en uno y otro bajo diverso sistema, en el doblez de la niaxila, que falta en el pachypus, y en la forma de la cabeza, de testuz plano en el pachypus, convexo en el gracilis, de contorno maxilar curvo en todas sus porciones en e primero, recto en el segundo desde la parte posterior del oido á la anterior del ojo. LEPTODACTYLUS PACHYPUS. Rana pachypus Spix, Test, et Ran. , t. 2 , p. 26 , tab. 2 , f. 1 .-2 , et lab. 3. f. 1 ; Wied , Beil. na». Brasil, 1. 1, p. 640; Graoenh., Del. M. Z. Vrat., Batr., p. 43. ? Ji siBiLATRix , Wied, 1. c, p. 545 y 606;— Abbildung. N. Br., Achte lief. euth. CvsTiGN.iTuus PACHTPüs, Wagl. , Sys. amph., p. 203; — Ic. amph., tab. 21. T » OCELLATUS, Tsch.. C. der B., p. 78 ¿; D. 8f C, 1. c, p. 396, pl. 87 , f. 4, Guich, A. n, rar. etc. , Rep. , p. 78 ; Günt., C. B. S. B. M., p. 27. Leptodacttlus seuialis , Gir., P. A.N. S. Ph. , t. VI., 1853, p. 421. » OCELLATUS , Girará, U. S. Expl. Exp. , Herp. , p. 29 , pl. 3, f. 1 -6. Cabeza de regular tamaño, aovada y deprimida, corta en los adultos y prolongada en los jóvenes ; medida directamente desde la punta del ho- cico hasta una línea que cruce la nuca tangente á los bordes posteriores de los timpanos , y de extremo á extremo de esa linea , resulta la an- chura con respecto á su longitud en la proporción de 12 á 10, en los adultos, iguales en los jóvenes, y la anchura menor que la longitud en los individuos tiernos, cuyo cuerpo no exceda de O ",04 de largo, por lo cual puede decirse que la cabeza, en esta especie, se ensancha y acorta á medida que crece el individuo ; también es más deprimida en los adultos que en los jóvenes; en todas edades, el hocico, sea romo ó algo puntiagudo, avanza sobre el borde de los labios, cuyo contorno es pa- VERTEBRADOS. 49 rabólico; el canto rostral, rollizo y liso, se encuentra bien marcado, pero más en los que tienen los lados del hocico hundidos en vez de planos ó ligei'amente convexos , que es lo general ; el testuz es llano y en declive suave hasta las narices ; desde aqui el hocico se encorva bruscamente en los adultos , ó continúa en los jóvenes en ángulo muy obtuso con el plano occípito-frontal ; las mejillas se inclinan hacia adentro en ángulo de 45°, la región parótica un poco más. Los agujeros nasales son redondos y abiertos hacia arriba ; su espacio intermedi o igual al inter-orbitario ; cada uno de ellos dista del ángulo anterior del ojo lo que este punto del inmediato borde del labio. Los ojos son regu- lares , saltones , de pupila redonda y párpado superior liso y corto ; el punto más externo de la órbita está separado del margen maxilar por un espacio igual al que media entre el ángulo posterior del ojo y el borde anterior del oido. El tímpano es completamente circular en los jóvenes, algo oblongo y oblicuo en los adultos; el diámetro menor, en éstos, equivale próximamente á la mitad de la abertura del ojo, y su contorno se halla más apartado de la comisura de los labios que en aque- llos ; su diámetro mayor es equivalente al espacio inter-nasal. Los dientes maxilares son fuertes, espaciados con regularidad, no muy ganchudos, y los inter-maxilares forman dos curvas más salientes que las filas ma- xilares; los palatinos ocupan en línea el filo alto y curvo, ya en semi- círculo, ya en arco quebrado, ya poco menos que recto, de dos encías co- locadas muy atrás de las choanas, y cuya base unas veces es triangular y prolongada en su ángulo anterior por el borde externo del hueso que la sostiene, otras curva y de poco mayor anchura que el filo; las encías llegan siempre con sus extremos á la línea de los arcos palatinos ante- orbitarios , nunca se tocan por los internos , y rarísima vez , — sólo cuando su curvatura es poco pronunciada , — rebasan los bordes laterales de las choanas. Estos agujeros están apartados uno de otro á una dis- tancia igual á la que hay de cada uno á la mitad del borde interno de la foseta ínter-maxilar ; son relativamente pequeños, y su sección, á cierta profundidad, representa una elipse, cuyo diámetro mayor es transverso; sus márgenes , que en algunos adultos son muy gruesas j parecen una válvula, varían según se hallan más ó menos abiertas; cuando sus bor- des se tocan, resulta una fisura casi recta y atravesada; cuando abiertas. Batracios. 7 5o - VIAJE AL PACÍFICO. el espacio que queda entre ellos figura los dos calados que llevan los vio- lines á uno y otro lado del puente ; en los jóvenes observo que el mar- gen anterior, en este último caso, describe un arco de círculo, resultan- do el contorno del agujero redondo ó poco oblongo. Los pabellones de las trompas de Eustaquio, triangulares, transversos, situados muy afuera y detrás del ángulo de la boca, son el doble mayores que las choanas, especialmente en los adultos. La lengua es oblonga, plana, ensanchada en su mitad posterior, libre en sus costados y, término medio, en el ter- cio de atrás, donde su borde tiene un escote arqueado. Las hendiduras de los sacos bucales se abren al nivel de la línea en que la lengua queda libre, y concluyen en los ángulos de la boca, antes de los pabellones de Eustaquio. La barbilla lleva una eminencia cónica correspondiente á la foseta maxilar. Las extremidades anteriores, dirigidas hacia atrás, pasan un tanto de las ingles ; su robustez es tan extraordinaria en los machos adultos, que el diámetro del brazo iguala la longitud del antebrazo ; la mano es asimismo robusta y algo corta ; los dedos , libres , cónicos , lisos y con una ligerísima margen que no llega á la punta , tienen nudillos infra-ar- ticulares , grandes y de regular altura , y son — contando con el pulgar — 3.° y 5." iguales , y el 2.", aplicado á lo largo del 4.° , alcanza á la base del falangin ó poco más abajo; la palma es lisa; la muñeca abultada y con una protuberancia hendida hacia los dedos, que es muy poco apa- rente en los cf ; en éstos la región metacárpica del 2." dedo es gruesa, ancha, y sobresale exteriormente en espolón reforzado de una pezuña negra, córnea, cónico-lenticular y cortante; otra enteramente igual arma el extremo del pulgar rudimentario, desarrollado de una manera notable y exento desde la base de su falangin ; $ y c/" jóvenes tienen tam- bién ensanchada en menor escala , y sólo á expensas de la piel , la ex- presada región metacárpica , y en vez de pezuñas existen dos espolonci- llos cutáneos en el sitio que ocuparían aquellas. Las extremidades ab- dominales, dirigidas hacia adelante, llegan — forzándolas un poco — con la base del metatarso al hocico; el muslo, sumamente grueso, es más corto que la pierna , ésta y el tarso robustos , y los dedos , largos , cilin- dráceos , con los nudillos infra-articulares cónicos y más salientes que en la mano, y reunidos en la base por una cortísima membrana pro- VERTEBRADOS. 3, longada, generalmente hasta muy cerca de la punta, en fino ribete, que á veces adquiere tanta anchura como la mayor que se observa en los <¿ del Pleurodema Bihroni Tsch. , caso que singulariza uno de los individuos jóvenes de nuestra colección (0,04"", del h. al a.), procedente del interior del Uruguay ; el ribete externo del pulgar se continúa , pasan- do por fuera del cuneiforme, en el doblez cutáneo que corre por el borde interno del tarso; el cuneiforme sobresale en un espolón cilindrico, no más largo que la falange penúltima del pulgar; en la misma linea, antes de llegar al borde opuesto, se encuentra otro más pequeño, cónico y de poco realce. La piel, gruesa y glandulosa, está adornada de pliegues longitudi- nales, alternados con rosarios de tubérculos en las regiones dorsales y laterales, tubérculos que aumentan en tamaño y número y pierden su regularidad sobre los costados , y que desde los rosarios dorsales se es- parcen al rededor del ano y pasan detrás y debajo de las ancas, afectando la disposición de un mosaico, es decir, achatándose y tocándose por su contorno ; de aquellos dobleces , dos , los más externos , parten respecti- vamente de los ángulos posteriores de los ojos, pasan sobre el tímpano, y describiendo una curva suave, concluyen por bajo de los ángulos supe- riores de las ingles ; en el seno del que ese mismo pliegue forma detrás del oido, nace otro pequeño que, describiendo una S, acaba sobre la axila del brazo, y se reúne aqui con otro más grueso, que va á parar recta- mente al ángulo de la boca ; otros dos dobleces , por lo general de no tanto realce, principian un poco más arriba que los primeros, y corren paralelos á ellos hasta el ángulo superior de la ingle ; otro par, el más importante, parte del mismo ángulo posterior de los párpados, se dirige hacia adentro, para apartarse del que cruza por encima del tímpano, y desde la mitad posterior del ojo corre paralelo al eje del tronco, hasta terminar al nivel de las ingles; por último, otros dos se levantan in- sensiblemente del punto central del espacio inter-orbitario, se encorvan hacia afuera, vuelven á aproximarse sobre la línea posterior de los tímpanos , y desde aqui continúan rectos hasta el fin de la región coxí- gea; los rosarios ó cordones de tubérculos, siempre más bajos que los dobleces y alguna vez continuos á trechos como aquellos , se hallan en número de tres , uno en la linea de simetría desde la punta del coxis 52 VIAJE AL PACÍFICO. hasta las narices , donde ya apenas se distinguen , dos en los espacios que dejan entre si cada par de los pliegues dorsales. Los indicados doble- ces se encuentran en los dos sexos y en todas edades , por lo menos hasta la talla de O,"" 11 (del h. al a.), y los cordones están muy desarrollados generalmente en los c/, y son más pequeños y de tubérculos más espar- cidos en los jóvenes, cuando los llevan. La piel, en la parte posterior de la región coxígea , hace un pliegue curvo y saliente , pero no glandulo- so ; más allá , y debajo, se encuentra el orificio del ano, cuyo borde su- perior imita en pequeño aquel pliegue. La cara inferior de las extremi- dades es lisa; la superior suele serlo también, mas en los jóvenes, está frecuentemente realzada la de las piernas por finas arruguitas longitu- dinales , una recta y las demás partiendo de ella como ramificaciones ; en las extremidades anteriores se notan dos dobleces glandulosos y rolli- zos, uno que arranca de la parte súpero-anterior del brazo, llega á la axila y se pierde sobre el antebrazo, otro muy levantado en el codo, y que se borra un poco más adelante y por arriba hacia la región media del brazo ; en todas edades y sexos la superficie superior de los muslos casi siempre, y de las piernas, los tarsos por arriba y por dentro, y las plantas , se hallan sembradas de pustulitas que rematan en una espinilla oscura y callosa, pústulas que en los cf son, salvo el tamaño, como los tubérculos ó verrugas de los rosarios del dorso, puesto que en ellos se ven asimismo con frecuencia las espinillas terminales ; aparte de esto, en dichos individuos adultos se nota que la arruga cutánea longitudinal de la pantorrilla se ha convertido en serie de tubérculos análogos á los del dorso, y que, en el pié, el margen externo del último dedo ó meñique se corre hasta la línea del espoloncillo situado enfrente del que produce el cuneiforme ; las regiones inferiores del tronco y cabeza son lisas , y la superficie está sólo interrumpida por el pliegue característico del gran saco péctoro-abdominal subcutáneo, cruzando por delante de la región inguinal; sin embargo, en ciertos cf los tubérculos inferiores de las nal- gas pasan á formar arrugas á través de ellas , y los laterales extendidos por los contornos del pecho y estómago forman, antes de desvanecerse, otras arrugas vermiculares ; además suele distinguirse el límite posterior de las bolsas bucales aéreas á través de la región media del tórax ; por último, en dos ejemplares c/, uno de O," 11 (del h. al a.), y otro menor. VERTEBRADOS. 33 encuentro bien desarrolladas unas glándulas extensas, planas y dis- coideas, semejantes á las del C. lahjrinthicus D, & B. , que pudieran lla- marse parótidas, dispuestas como dos parches desde el borde póstero- superior del oido hasta más atrás de los sobacos, y comprendidas entre el borde superior del pliegue oblicuo en forma de S , y el interior del más externo de los dobleces dorsales ; en un tercer individuo hallo tam- bién rudimentos de esa especie de parótidas. Los rasgos principales de la coloración de esta especie consisten en un fondo variable entre el gris pardusco y el verde oliváceo claro ú oscuro por encima, — si bien ese último es la más frecuente, — sobre el cual se destacan dos listas negras, que van de la punta del hocico, pasando por las narices , á los ángulos anteriores de los ojos ; otras dos iguales , de la parte posterior de éstos hasta cerca del hombro, pasando por el oido ; una serie de manchas irregulares sobre los labios superiores ; otra mancha grande, triangular ó dividida á lo largo en dos redondeadas , que ocupa el espacio inter-orbitario, se prolonga sobre los párpados y por atrás sobre la nuca, en cuyo paraje, ó termina ó se bifurca en dos barras, continuas unas veces, interrumpidas otras en series de manchas oceliformes , grandes 6 peque- ñas, que se prolongan hasta los limites posteriores de la región coxígea; otras dos barras ó series paralelas semejantes á las anteriores, dispuestas sobre los dobleces dorsales externos y que acaban donde ellos, y oti-as dos análogas que parecen continuar por los costados la que viene del oido al brazo. Las extremidades anteriores llevan también fajas oblicuo -longi- tudinales del mismo color en el brazo y antebrazo, y una redonda sobre el codo ; de ellas están asimismo barreados transversalmente los muslos, piernas y pies. Las regiones inferiores son blancas , señaladamente en los jóvenes, menos la garganta, teñida de pardo claro y con el contorno salpicado de gotas blanquecinas simétricas , y los costados , ingles , ro- dillas y talones, que se presentan mosqueados de manchitas negruzcas de contorno indeciso unas veces, otras confluentes y sinuosas , imitando las impresiones que deja el moho sobre los objetos que ataca. Car. ost. — Los fronto-parietales , tan anchos anterior como posterior- mente, forman entre los dos una caja 'prismática, cuya cara superior á lo largo de la línea de sutura está, en los adultos, realzada de una quilla alta, recia y de filo onduloso y áspero, que principia en el sinci- 54 VIAJE AL PACÍFICO. pucio, y en el centro de la región inter-orbitaria se divide en dos ramas, las cuales limitan un espacio triangular á modo de faceta, enteramente llano y en declive hacia el hocico, j que comprende la mitad súpero- anterior de los fronto-parietales ; esios huesos presentan lateralmente hacia las órbitas una cara cóncava con el borde superior poco marcado, suave j próximo á la quilla central, y el inferior afilado, convexo y con su punto más saliente debajo de la bifurcación de dicha quilla: lle- van crestas sincipitales transversas , terminadas exteriormente en una foseta de inserción ; desde aquí bajan en declive hacia el agujero occipi- tal , pero sus bordes posteriores se hallan de él á gran distancia y for- man un gran seno ó escote , que contribuyen á hacer más profundo las prolongadas y comprimidas apófisis que parten de sus ángulos postero- exteriores y cubren, encorvándose hacia afuera, la base de los proóticos; tienen su borde anterior redondo y dentado y en contacto con los pre- frontales. La superficie superior del proótico, que es cóncava, y la mayor parte de la súpero-posterior del occipital, quedan al descubierto. La rama superior del timpánico se halla mucho más baja que el plano superior del cráneo : es enteramente horizontal , estrecha y aguzada ; la rama descen- dente carece de apófisis súpero-anterior. Los prefrontales son extensos, triangulares y deprimidos ; recuerdan las valvas de una Tellina , prolon- gadas en los nates por las apófisis órbito-maxilares ; están en contacto á lo largo de sus márgenes internas , que son enteras , y dejan al descu- bierto entre ellos y ios fronto-parietales un espacio romboidal de la placa superior del etmóides , que es de consistencia ósea en su mitad ba- silar y sobresale formando dos espinitas en el punto de sus bordes ex- ternos, que dejan en claro los fronto-parietales y frontales. Las dos vér- tebras inmediatas al atlas llevan apófisis espinosas en todo su desarrollo: la primera comprimida y ensanchada por una lámina vértico-longitudi- nal, que se continúa en la crestecilla que corona la porción anular de aquél : la segunda , más esbelta y algo más alta ; en las restantes , dichas apófisis están reducidas á la porción basilar, y faltan en la sacra; las diapófisis de esta vértebra , medianamente robustas , algo deprimidas y un poco ensanchadas hacia el extremo, están levantadas y dirigidas hacia atrás ; sus bordes anterior y posterior son lisos ; la choquezuela cartilagínea es redondeada , lateral y muy móvil , como la articulación VERTEBRADOS. 5.S que protege, y en la posición ordinaria ó de reposo se sitúa delante de la diapófisis sacra. Los iliacos se articulan con ésta por su extremo libre y tienen de notable la amplitud de sus crestas longitudinales, que en la región isquiática se elevan á su mayor altura, y se hallan aumentadas además con un fibro-cartilago. El coxis presenta su estilete deprimido y con una lámina marginal bastante pronunciada en su tercio cercano á la base, y la quilla es muy alta y extendida en disminución desde la base, donde tiene una foseta triangular, hasta la punta. El esternón , enter- rado en los cT bajo sus abultadísimos pectorales, es de la fuerza y soli- dez que estos músculos demandan : su manubrio es pequeño y endeble ; sus arcos, osificados en los adultos en toda su lámina interna, anchos, y cruzado el izquierdo sobre el derecho ; la paletilla, ancha y triangular en la base, se adelgaza y prolonga hacia el extremo que soporta el disco, y éste es de forma semi-lunar, de proporcionada anchura, y su longitud equivale á la de la mitad del vastago, comprendida su apófisis ternillosa de la base. La considerable robustez de las extremidades anteriores de los cT de esta especie no es debida únicamente á los músculos ; el húmero contribuye con su extraordinario desarrollo y notables modificaciones á darles apoyo firmísimo, separándose de la forma ordinaria que en los anuros presenta. Wagler indicó ya en sus Descr. et ico)i. amphib. , que dicho hueso se parecia á una escápula ; tan curiosa semejanza depende en primer lugar de la compresión de su cuerpo, y en segundo, y más lu-incipalmente,- del extraordinario ensanchamiento de las crestas epi- cóndila y epitróclea, que, dirigiéndose hacia atrás, se reúnen en la parte media del húmero y se continúan en una lámina sencilla, muy ancha y de filo curvo, que viene á terminar junto á la cabeza de aquél; sus cres- tas anterior é interior difieren también bastante de lo que se observa en los otros anuros : la anterior es corta , deprimida , echada hacia afuera y con una epífisis tuberosa abultada y hemisférica en la base; la interna es rolliza y confundida con el cuerpo del hueso en su punto de nacimiento, y curva y de borde afilado en el resto. No es menos curiosa la modifica- ción que ofrece el metacárpico del dedo interno ó índice : desde luego su mitad basilar es ancha y robusta , pero además lleva sobrepuesta en su parte interna una gran apófisis triangular , extensa , achatada y de bor- des muy escabrosos , cuyo extremo ántero-interno forma , al lado y á la 56 VIAJE AL PACÍFICO. misma altura de la cabezuela del metacárpico, otra más recia, áspera j marcada de surcos circulares , que es la que sostiene una de las pezuñas córneas características de los c/. Los falangines son largos, aleznados, lisos y de cabezuela muy pequeña. DiM.— cf=Del h. al a. =0,11. Cab. 1. (desde el nivel posterior de los tímpa- uos)=0,031 ; a. (en el sentido de esa línea) = 0,039. Extr. , br. = 0,02; ant. = 0,02; pal. = 0,02; mus. = 0,042; pier. = 0,051 ; tar. = 0,024; pl. = 0,05. Habita este batracio eu las Antillas (D. & B.) , y en el continente sur-americano, de preferencia, á lo largo de la costa oriental , desde el mar Caribe hasta el rio de la Plata ; no habiéndosele hallado todavía, que yo sepa, en la costa occidental. Natterer recogió algunos individuos en el interior del Brasil ; pero creo que falte en ambas vertientes de la cordillera andina. Es muy común y sociable, y viven reunidos en cantidad prodigiosa, más en el agua de las lagunas , charcos pluviales, acequias y regatos, que en las orillas y cercanías de estos parajes. Son agilísimos en el nado y en el salto, y los cT por extremo forzudos : cuando lograba tener alguno de éstos entre mis manos, abrazáudose á los dedos ó parte que podía abarcar con las extremidades anteriores , trataba de herirme con las pezu- ñas del pulgar y del metacarpo; dicho aparato, por lo tanto, no debe servirle únicamente para trabar de la O durante el desove, sino también para ofender y defenderse de los otros d. En uno de los procedentes de Rio Grande do Sul , cogido en el mes de Noviembre, es donde he notado el órgano especial que, atendida su consistencia membranosa , más bien que pene, sospecho que sea una especie de irrigador del semen en el acto de la fecunda- ción , el cual debe ser tardo y laborioso, si se tiene en cuenta el desarrollo de las pezuñas, de la apófisis metacárpica y de los músculos del brazo y pecho : el licor fecundante fluirá poco á poco acaso, como en la cópula de los perros, á lo largo de dicho irrigador. El canto del L. pachypus remeda el maullido de los gatos , y cuando son muchos á cantar, el descon- cierto es insoportable; en los alrededores de Rio-Grande y Montevideo he tenido ocasión de oírlos varias veces por el dia, alborotando en competencia jóvenes y adultos ; pero no he llegado á distinguir jamás el silbido característico de la R. sibilatrix de Wied , que según D. & B. , Giinther y otros, es un pequeño L. pachypus (C. ocellatus), cosa que yo dudo, porque aquel naturalista es gran observador y verídico viajero, y porque no sé que los anuros varíen hasta ese punto de voz con la edad. Mi buen amigo y sabio herpetólogo el Dr. Otto Wucherer, de Bahía, en las notas que acompañaban á los reptiles que tuvo la generosidad de regalará nuestra Comisión, dice, á la letra, del L. pachypus: «E esta urna das nossas mais frequentes especies , conhecida pelo uome de Giá. Ella faz um bon prato, e tenho-a eu mesmo comido por Nambú (Yuambú guazú Azara). » Aquel nombre vulgar guaraní quiere imitar el canto de la especie, y la G debe pronunciarse suave y nasal. d ^: Bahía de Todos os Santos, (por el Sr. "Wucherer) ¡—cf : Una (2° al Sur de Bahía) (id) ;— 8 g y jóvenes: Fazenda de Santa Cruz (14 leguas al O. de Rio-Janeiro) ; — d : cercanías de Rio- Janeiro ; — J : Tijuca (pr. Rio-Janeiro) ; — d § y O joven : Rio-Grande do Sul; — 2 d : Montevideo;— J joven: interior del Uruguay (con las franjas digitales de los pies anchas); — d: Montevideo (esqueleto). VERTEBRADOS. 57 Observ. Ed la obra de MM. D. & B. leo, que « los jóvenes (del C. ocellalus) tienen la piel del dorso realzada con muchos pliegues longitudinales que se borran poco á poco con la edad, de suerte, que no subsiste rastro alguno de ellos, al llegar el animal á cerca de la mitad de su entero desarrollo. » Ninguno de los autores que tengo á la vista rectifican esta afirmación ; antes , el que más por extenso trata de la especie, después de aquellos , Mr. Guicbenot en sus Anim. nouv. ou rar. etc., la corrobora. Yo lio observado lo contrario en lodos los ejemplares, mdnos uno. que me lian servido para la anterior descripción, encontrando los caracteres de la piel délos O idéntica álos indicados por Wagler en la completa diagnosis y excelente figura de su C. pachypus. Paréceme conveniente ex- presar, atendido el número de especies de Leplodactylus descubiertas con posterioridad á la publicación de libro clásico de los berpelólogos franceses, no sólo este reparo á su artículo del C. ocellalus, sino también el del que es inexacto que únicamente exista en el metatarso el tubérculo ó espolón producido por el primer cunei- forme, y que los dos arcos que describen los dientes palatinos estén k casi contiguos ; » esto sin contar las omi- siones que creo haber suplido en mi descripción. El desarrollo, con la edad , de las glándulas que señalo en la región parótico-escapular, es un ejemplo más de la poca importancia que debe darse á esos órganos, adoptados como base de algunas grandes divisiones de los anuros. Entre las del L. pachypus y las del Gnalhophysa oceUala Cope (C. labyrinthicus D. ^ C), esen- cialmente no hay más diferencia que la de lugar. Para mi es evidente, después de haber leído la nota y observaciones del Sr. Steindachner, en su descripción del Pkurodema etegans (sitzungsb., 23 Julio 1 S63)— especie que da como nueva , á pesar de que Bell publicó otra hace tiempo con el mismo nombre— que las sinonimias del Cystignathus ocellalus en D. & B., Guiclienot y Günther son inadmisibles por más de un concepto. Aquellos hcrpetologistas franceses han criticado con mucha ligereza los trabajos de Spix, cnnvirtiendo repetidas veces en errores ciertos los supuestos que trataban de corregir. En el caso que ahora nos ocupa pretendieron que la Rana pachypus Spis fuese la K. ocellata L, la Grenouiííe ocellé de Daudin y la Rana max. virg. exim. rara de Seba (T. 1., p. H9, lab. 75, f. 1), cuando, ya que otra cosa no sea, las figuras de eslas dus últimas están demostrando claramente su identidad con la que ellos llamaron Cystignathus labyrinUiicus, incurriendo en una nueva confusión, la de la Rana labyrinlica Spix con la R. ocellala L. ; y ade- más, y sin otro fundamento que el mismo que los hizo considerar, por ejemplo, la R. scutala Spix como un Cera- tophrys, hacen también sinónimos de su C. ocei/oíus las fi. pigmiEO, conocco y mj/síaceo del naturalista bávaro.y aun la gigas del mismo, que tiene trazas de serla ocellala L. Es muy extraño que el sabio Mr. Günther haya seguido á los autores de la « Erpétologie genérale» en todas sus equivocaciones , y no me extraña menos que Mr. Girard (U. S. Expl. Expe., Herp.), dudando de la sinonimia que aquí se discute, no comprenda en la suya del Leptodaclylus ocellalus el pachypus Spix, y tenga, por el con- trario,'_como uno mismo el anuro que describe con aquel nombre y la fi. oce//a/a de Linneo, siendo así que no trata de otro ciertamente que del pachypus. LEPTODACTYLUS GOLIATH mh. Cuerpo grueso j con el pellejo muy flojo. Cabeza ancha por atrás y deprimida, con el testuz en un solo plano algo declive, las mejillas in- clinadas hacia adentro y chatas, el hocico obtuso, el canto rostral rollizo y ligeramente cóncavo y el contorno maxilar en arco de ojiva cuyos la- dos son poco curvos ó casi rectos ; su longitud , tomada desde el nivel de los ángulos de la boca , y la anchura medida desde los extremos de esa misma linea, están en la relación de 9 á 13; su altura desde la comisura Batracios. 8 58 VIAJE AL PACÍFICO. de los labios á la parte superior del timpano es una tercera parte ma- yor que la de las narices con respecto al margen maxilar inmediato in- ferior. Los agujeros nasales son alargados, abiertos en dirección casi horizontal y debajo del extremo del canto rostral, que, á contar desde ellos hasta el ojo, es tan largo como la distancia entre los ángulos ex- ternos de dichos agujeros. Los ojos son regulares y saltones, su mayor diámetro iguala la distancia intermedia entre su ángulo posterior y el punto del contorno del oido más lejano. Los tímpanos son muy visibles, elíptico- verticales y algo inclinados hacia adelante ; su diámetro maj^or tiene la misma extensión que el espacio internasal ; distan del ángulo pos- terior del ojo el doble que de la comisura de los labios. Los dientes maxi- lares son robustos, ganchudos y espaciados; los intermaxilares describen dos curvas que exceden el nivel de los maxilares, dejando en claro una escotadura central bastante profunda. Las choanas son redondas , gran- des, con el borde anterior sinuoso y reclinado sobre la abertura ; media entre ellas una distancia igual á la que separa cada una del borde ex- terno de la foseta intermaxilar, y que equivale á tres veces el diámetro transverso de una choana. Detrás de ellas, y sin exceder sus extremos exteriores la línea media de cada abertura, se hallan los dientes palatinos dispuestos en dos arcos convexos hacia adelante y ondulosos , semejantes en el mismo individuo ó no , pero siempre separados uno de otro por un espacio, que llega á ser tan grande como el diámetro de una choana; la base de la encía se prolonga anteriormente formando un borde junto al margen interno de la respectiva abertura, y deja una escotadui'a redonda entre su extremo y el margen anterior de la choana ; en las 9 las pun- tas de los arcos dentales coinciden con las crestas palatinas transversas ante-orbitarias , en los cf no llegan con bastante á ellas , pero en cambio avanzan más por éntrelas choanas ; en una 9 joven los arcos son más cortos y más recogidos en el espacio internasal. En todas las edades, y más particularmente en la juventud, el filo de las crestas palatinas trans- versas presenta junto á los maxilares dentelloncitos ó muescas, que, al pronto, parecen dientes verdaderos. Los pabellones de Eustaquio son triangulares y con el ángulo interno muy agudo : su abertura equivale á la de las choanas. La lengua es bastante gruesa, con una ligera es- cotadura en la margen posterior, donde queda libre sólo un tercio de su VERTEBRADOS. 5g longitud ; en los costados lo es un tercio de su anchura en cada uno ; su contorno es eliptico-longitudinal. Las hendiduras de los sacos bucales son muy corlas: principian en el tercio posterior de la mandíbula, van pa- ralelas á ella j acaban á la mitad del borde lateral de la lengua. Las extremidades anteriores, aplicadas á lo largo de los costados, lle- gan al nivel del ano ; son proporcionadas en robustez al cuerpo ; llevan en cada muñeca una px'otuberancia hendida anteriormente ; el rudimento de pulgar forma otra oval , grande y un poco exenta en el extremo ; las infra-articulares son redondas y muy salientes; revisten á todas ellas y á la punta de los dedos callosidades semejantes á las que se notan en al- gunas especies de sapos; los dedos son romos, particularmente el interno, el2,°y 4." iguales con cortísima diferencia, el 3.°, más largo que todos, ex- cede al 2." en sus dos últimas falanges, y el 1 ." le sigue en tamaño , siendo mucho más robusto que los otros, así en 9 como en d". Las extremida- des posteriores, dirigidas hacia adelante, asoman por el hocico el pié desde la articulación del tarso con el metatarso, el último de los cuales junto con el dedo 4.° mídela mitad de la longitud del tronco y cabeza reunidos, á contar desde el ano ; lleva aquél en su margen interna un ligero borde cu- táneo, un espolón prolongado y regular, producido por el cuneiforme, y otro redondo y menos saliente en la parte opuesta; los dedos, reunidos en la base por estrechísima membrana y franjeados también por un ligero ribete , son largos , cilindricos y algo aguzados , el externo alcanza á la base de la 2.* falange de su inmediato; las protuberancias infra-articula- res son tan grandes como en la mano, pero oblongas; la planta, como la palma, es completamente lisa. La piel, por extremo extensible y muy despegada del tronco, si bien se ajusta ya en los muslos y brazos, tiene la superficie como picada con alfileres, siendo esta labor más aparente sobre las escápulas cerca de los tímpanos y sobre los párpados , y lleva además grandes dobleces glandulosos dorso laterales ; dos de ellos , de más realce y anchura que cualquiei"a de los que adornan el L . imchypus , parten de un poco más adentro del ángulo posterior de los ojos y van paralelos hasta la región sacra , donde convergen para terminar á uno y otro lado del ano ; pero ya desde los puntos correspondientes á las diapófisis de esa vértebra se dilatan y deprimen notablemente, concluyendo por formar una placa 6o VIAJE AL PACÍFICO. glandulosa ó una serie de ellas redondas y chatas , mayores cuanto más al extremo , que llegan á pasar detrás y á lo largo de la cara posterior de las nalgas ; otros dos dobleces de la misma naturaleza y forma , y aun algo más desarrollados, parten del ángulo posterior del ojo, pasan so- bre el tímpano, formando ángulo con los anteriores, y llegan á la mitad de los costados, donde, bifurcándose primero y ensanchándose cada vez más, concluyen por transformarse en una extensa glándula discoidea, que ocupa toda la ingle y se ensancha hacia el dorso é hipocondrios , reu- niéndose en casos con las que rematan los dobleces dorsales superiores junto al arranque de los muslos ; otra arruga glandulosa muy pronun- ciada y ancha baja describiendo una S de la parte súpero-posterior del tímpano al promedio del hombro, en cuyo lugar se ensancha todavía y toca con otra glándula abultada, que viene del ángulo de la boca á juntarse con ella; sobre el grupo que ambas constituyen, y en el espacio que dejan el primero y segundo de los pliegues dorso-laterales, se encuentra á veces en los adultos una serie corta y arqueada de glándulas redondas , que, confundiéndose con sus inmediatas, dan lugar á una especie de parótida; á veces también en los individuos de esa edad se ven otras glándulas si- tuadas sobre las fajas transversas oscuras de los muslos. La piel en los costados es entre verrugosa y arrugada; en la misma disposición se presenta detrás y debajo de las nalgas al rededor del ano hasta mucho antes de la mitad de la cara inferior y sin alcanzar á las corvas , pero con las verrugas y pliegues más marcados y regulares ; además se notan tubérculos regularmente esparcidos sobre las piernas y tarsos , uno ó dos dobleces longitudinales sobre las pantorrillas y algunas espinitas bajo los tarsos y en el talón. El color general es pardo-castaño oscuro más ó menos intenso por arriba, donde las tintas se mezclan ó confunden, dejando percibir, sin embargo, una faja que atraviesa de un párpado al otro desde la pestaña y por entre los ojos, y otra sobre la región escapular ; en las mejillas se destacan del fondo general dos grandes manchas oceliformes de limbo amarillento ó blanquecino, que ocupan, la primera desde el hocico al ángulo anterior del ojo, y la segunda desde la mitad de la órbita hasta el oido ; por cima de esta última pasa una barra casi negra que se pro- longa por bajo del segundo doblez glanduloso de los costados ; éstos se VERTEBRADOS. Oí hallan salpicados con irregularidad de grandes manchas oceliforraes, al- gunas de las cuales corresponden exactamente con las glándulas redon- das que suelen encontrarse aisladas de la masa principal ; barras an- chas, oscuras y ribeteadas de amarillo atraviesan el antebrazo, y una longitudinal corre del hombro á la axila ; en medio del fondo oscuro del brazo brilla una linea blanquizca ó amarillenta, que va del codo á la muñeca y deslinda la coloración posterior de los antebrazos , que es casi negra ; otras barras de la misma naturaleza cruzan la parte superior de los muslos , piernas y tarsos , que en la parte póstero-inferior de todos ellos se confunden en una tinta casi negra , pintada de manchas amarillas muy claras, sinuosas, sencillas ó ramificadas, aisladas ó confluentes; este mismo dibujo, sobre idéntico fondo, se continúa por las ingles hacia los costados, y por el abdomen hasta la altura de los sobacos y debajo de los brazos y antebrazos ; pero las manchas claras , cuanto más hacia el pecho, son más redondas, separadas y escasas, concluyendo por desapa- recer en la garganta , cuyo fondo es pardo fuliginoso uniforme, rodeado sobre la mandíbula de grandes manchas oceliformes semejantes y cor- respondientes á las de las mejillas. La anterior coloración es la típica ; en los jóvenes, todos los detalles están muy bien definidos, y son más aparentes; en los adultos, por el contrario, son más confusos , y el contraste de los tonos claros y oscuros menos pronunciado. Car. ost. — Los fronto-parietales están muy desarrollados ; su sección media vértico-transversal es convexa , y á contar del nivel posterior de las órbitas para adelante, dibujan un trapecio con el lado anterior mucho más ancho que el posterior y cóncavos los externos ; sus crestas trans- versas sincipitales están poco pronunciadas en los extremos exteriores, donde rematan en una espina no muy alta y escabrosa, detrás de la cual — dejando una canalita en medio — nace una crestecilla en forma de S que corre á lo largo de la base del proótico ; en cambio se levantan en el sincipucio, determinando una cúspide en su encuentro con la sutura frontal ; poco más del cuarto posterior de la longitud de los fronto-pa- rietales empiezan á marcarse dos crestas , correspondientes una á cada borde interno de esos huesos , que van casi paralelas como otra cuarta parle de aquella extensión , y luego se separan en ángulo muy abierto. ri: VIAJE AL PACÍFICO. cujeas líneas se borran antes de llegar al borde anterior ó etmoidal , y dejan en medio un espacio triangular completamente plano ; dicho borde anterior es algo sinuoso y no toca á los 'prefrontales , que en todas eda- des tienen sus márgenes internas bastante separadas y escotada la pos- terior. La placa superior del etmóides es ósea en todo lo que dejan al descubierto fronto-parietales y prefrontales, y algo más debajo de los últimos. En los jóvenes no se notan las crestas longitudinales de la su- tura fronto-parietal. Las apófisis espinosas empiezan á ser marcadas desde la octava vértebra. El esternón tiene sus arcos muy endurecidos , regula- res, con su mayor curvatura hacia el manubrio y colocado el izquierdo sobre el derecho ; el precoracoide es plano en la cara exterior, rollizo en el borde anterior, y su mayor anchura corresponde á la parte media del hueso ; el manubrio varia de forma según el sexo y la edad : en el cf y 9 joven de nuestra colección tiene la figura de cuarto de luna con los cuernos encorvados hacia atrás y tan apartados uno de otro, que la dis- tancia que separa sus puntas es mayor que la anchura del disco del xifis- terno ; pero en la 9, cual si , bajo la misma forma , el borde anterior hu- biese recibido una extensa cortadura arqueada, el disco aparece bifurcado, y cada rama á su vez ahorquillada también, aunque menos profundamente, asemejándose el órgano en conjunto á la mitad anterior del hióides ; el vastago del manubrio es corto y ancho ; el estilete óseo del xifisterno lleva una quilla en la porción basilar , es bastante estrecho en su articulación con el disco, y éste tiene la forma de media luna con una ligerisima mella en el borde libre, la cual es más profunda en los jóvenes. Las diapófisis sacras están bastante echadas hacia atrás y se levantan encorvándose levemente ; son largas , estrechas y algo deprimidas , en especial en la parte anterior externa , se articulan con el extremo de los iliacos y tie- nen la choquezuela ántero-lateral. La quilla del coxis es muy alta y extendida hasta la punta, el estilete deprimido y ensanchado lateral- mente. Los iliacos tienen sus crestas muy pronunciadas, correspondien- do la mayor altura al medio del hueso. La cabezuela de los falangines es pequeña, algo deprimida y llena de asperidades. DiM— 5=Del h. al a. =.0,15. Cab. , a. = 0,062; l. = 0,054. Extr. , br. =0,025; ant.= 0,028; pal.=0,039; mus. =0,07; pier. = 0,07; tar. = 0,035; pl.=0,07. Habita la provincia oriental del Ecuador, antigua de Quijos , donde no debe ser raro y se VERTEBRADOS. 63 le halla á diferentes alturas en lo llano y montañoso. Anda de dia, y su estancia es mucho menos acuática que la del L. Pachypus, gracilis, etc. ; permanece largo tiempo escondido bajo de tierra y se infla enormemente como los escuerzos, junto con los cuales me le traían los indios, y, en una palabra, sus costumbres le hacen una especie de sapo diurno. Dábanle el nombre de Hatun-IIambato, que equivale á gran rana ó sapo. Dentro de su estómago he encontrado abundantes restos de ortópteros y de los mismos escarabeídeos coprófagos de que suelen alimentarse el Bufo agua, Oxyrhymhus proboscideus . etc. cf 2 '■ Archidona (Oriente del Ecuador) ;—^ joven (0,11 del h. al a.) : Chiuitambo, sierra -de Guacamayos (Or. del Ecuador). Observ. Por su traza y muchos de los caracléres externos, esta especie se confunde con el C. lal/yrinthi- cus D. 8j" B. (Plcwodema lahyrinlhicum (Günt.), Gnalophysn ovellata (Cope), y para mí LejHodactylus oixUatus', y no hubiese separado de ella los ejemplares con que establezco la Golialh, á no haber dispuesto para su cotejo de un C. labyrinthicus auténtico, procedente del Museo de París y del tiempo del SS. Dumeril y Bibron , y ca- sualmente del mismo tamaño que el mayor de los del Goliath ; porque si bien en ambos son semejantes y por el mismo estilo ol hahilus. la proporción de las extremidades con el tronco y la cabeza , y de cada una do sus partes por separado, la disposición y situación de los dientes palatinos, las choanas y pabellones de Eustaquio, tamaño respectivo de los dedos, rudimento de palmeadura, nudillos infra-articulares, tubérculos del carpo y tarso, naturaleza do la piel , gUindulas inguinales y coloración ; difieren en la forma do la lengua , nuiclio más estrecha en el Golialh que en el labyrinlhicus . donde ocupa casi todo el espacio comprendido por la mandíbula; en la del tímpano, redondo en el labyrinlhicus, elíptico-verlical en el Golialh; algo en los dientes palatinos, en arco casi perfecto y de bastante radio en la primera especie, marcadamente sinuoso en la segunda; en los do- bleces de la piel, imperceptibles en aquella, extraordinariamenlc pronunciados en ésta ; en la coloración, la 'cual se distingue principalmente en el labyrinlhicus por ser las manchas á que debe el nombre negras sobre fondo claro, mientras que en el Golialh son claras sobre fondo negro. Todavía hubiera considerado tales di- ferencias como caracteres de variedad, si al resultado de la comparación de las formas exteriores no hubiese correspondido el examen de su neuro-esqueleto ; mas aquí me encuentro con que el manubrio del labyrinlhicus termina en disco elíptico transversal entero y sin escotaduras á los lados del vastago; que los fronlo-par leta- les elevan sus bordes sobre la sutura en una cresta alta y de filo áspero, sencilla en casi toda su extensión y sólo bifurcada ligeramente cerca del margen anterior de dichos huesos, cada uno de los cuales forma una canal bastante profunda á cada lado de aquella cresta ; que las sincipitales transversas están dispuestas en línea recia terminando hacia las órbitas en una espina lisa y obtusa dirigida hacia atrás y en la misma dirección que la crestecilla basilar proótica, la cual remala anteriormente en una apófisis triangular muy aguda y saliente, ocupando el surco intermedio entre ella y la espina otra de éstas más larga que la primera y casi horizontal, y, por ultimo, que los prefrontales se tocan por sus bordes internos, y los posteriores describen un ángulo muy obtuso. Incluiría el L. Golialh, del mismo modo que el slcnodema, en el género Gnalophysn, según M. Cope lo es- "tablece en su Cl. ofthe are. an., si yo creyera que la simple modificación superficial de los dobleces glandulo- sos , tan comunes y tan variables en los Cistignatídeos, única diferencia orgánica que existe entre esos Leplodac- tylus y sas congéneres, era de categoría superior á la específica; pero lejos de eso, no me parece que ala trans- formación de cordones en placas, propia también del L. labrosus, debe atribuírsele mayor importancia que á la variación de colores. Por punto general , el sistema glanduloso cutáneo en los anuros guarda exacta corresponden- cia con el de la coloración, disponiéndose las glándulas, tubérculos, líneas y cordones como las manchas y fajas, y es muy rara la especie que no demuestra en alguna edad 6 época déla vida de sus individuos, cuando le es característico adornarse con aquellos órganos, esta curiosa coincidencia, que parece indicar una íntima relación entre las secreciones pigmentaria y glandulosa, ó acaso un mismo origen en ambos fenómenos. Concretándome al género que ahora me ocupa, pongo el L. gracilis como ejemplo de dobleces lisos longitudinales correspon- diendo á barras estrechas dispuestas en el mismo sentido; el L. Golialh, pachypus y slenodcma, de dobleces anchos y gruesos, de parches redondos, dispuestes en cl mismo lugar y del mismo modo que las fajas del 64 VIAJE AL PACÍFICO. coxis y las de los muslos, y las manchas circulares de los costados; el L labrosus, de cordoncillos centrales se- ñalando la dirección de las fajas quebradas del dorso y la angulosa de entre los ojos: de un ribete glanduloso delante de la región inter-ocular como límite de las tintas oscuras de la cabeza: y de tubérculos redondos y aislados coincidiendo con manchas oscuras de igual forma sobre la región sacro-coxígea. Cualquiera variación en el dibujo modelo del sistema colorante, ya la ocasione la edad, ya se observe en uno ó más individuos res- pecto de los de su especie ó género, si es natural, ya en una 6 más especies respecto de sus congéneres, suele traer consigo otra análoga y correlativa en el sistema glanduloso; y es más, hasta la tendencia á determinados contornos y líneas, el estilo, digámoslo así, es generalmente uno mismo en ambos sistemas. — Excluyo, por supuesto, de la regla las parótidas de los Bufo y géneros afines , las glándulas inguinales de los Pleurodema, las que lleva en los muslos el Ceratoprhys megasloma, y otras semejantes, aisladas siempre á modo de quistes ó lobanillos , é independientes del sistema general de coloración. LEPTODACTYLUS STENODEMA mh. Talle bufonino, cuerpo achatado, extremidades cortas. Cabeza muy deprimida, con el testuz llano y al nivel del dorso, con el hocico romo y vertical, con las mejillas inclinadas hacia adentro, algo más en la parte comprendida entre los ojos y las narices que en el resto, con el canto rostral bien pronunciado y cóncavo, y con el contorno maxilar en perfecta semi-elipse ; su altura desde el ángulo de la boca á la parte su- perior del tímpano es muy poco mayor que tomada desde el labio á las aberturas nasales ; su anchura de un ángulo de la boca al otro está , con respecto á su longitud , medida desde una línea que pase por esos dos puntos, en la relación de 7 á 5. Las narices son oblongo-oblícuas y están colocadas debajo del extremo del canto rostral ; distan una de otra la mitad del espacio que media entre los ángulos anteriores de los ojos. Éstos son grandes , saltones , distan igualmente de la nariz y del borde posterior del tímpano, y su mayor diámetro es como una de esas distancias; el espacio medio ínter-orbitario y el internasal iguales. El tímpano es muy perceptible y redondo; su diámetro como la distancia que media entre las narices. Los dientes maxilares son corvos , robustos , regulares y regularmente espaciados; los intermaxilares apenas sobrepasan la línea de aquellos. Las choanas son grandes , ovales y transversas ; su margen anterior es cóncavo aunque proyectado sobre la abertura , y la cresta que le continúa hasta el maxilar es bastante saliente ; están sepa- radas por una distancia poco más que doble que su diámetro menor. Los dientes palatinos forman detrás de las choanas dos arcos sinuosos, cuyos VERTEBRADOS. 65 extremos , que coinciden con los arcos ante-orbitarios, llegan por afuera al primer tercio del diámetro mayor de la choana, y por dentro dejan un espacio entre si menor que la tercera parte de la extensión de una de las filas de dientes; la encía es voluminosa, de base triangular pro- longada hasta el nivel del margen anterior de la choana , del que está separada por una profunda escotadura. Las crestas transversales palati- nas tienen todo el filo menudamente aserrado ó mellado. La sínfisis maxi- lar lleva una foseta redonda para recibir la protuberancia cónica, que es muy pronunciada, correspondiente á la mandíbula; su borde interior dista de la linea que forman dientes y crestas transversas palatinas otro tanto que las choanas una de otra. Los pabellones de Eustaquio tienen el con- torno en perfecto triángulo rectángulo con el cateto mayor transversal; son grandes, aunque su área es algo menor que la de las choanas. La lengua es oblongo-prolongada , erizan su superficie unas papilas cónicas muy largas que sobresalen entre las más numerosas , es ligeramente es- cotada, libre en un tercio por su parte posterior, en otro de su anchura á cada costado, y por delante adherida en una cuarta parte de su lon- gitud. Las extremidades anteriores, aplicadas á lo largo del cuerpo, no llegan á las ingles ; la mano es corta , su rudimento de pulgar abultado y saliente, y el tubérculo de la muñeca redondo y escotado anteriormente; los nudillos infra-articulares están muy desarrollados j son globulosos; los dedos presentan ligerísimas indicaciones de margen y membrana ba- silar, y son el 1.° casi tan largo como el 3.°, y el 2." como el 4.° Las ex- tremidades posteriores, dirigidas hacia adelante, llegan al hocico con la penúltima falange de su dedo más largo, el cual, junto con la planta hasta la articulación del tarso, mide algo más que la tercera parte de la longitud de la cabeza y tronco reunidos ; el hueso cuneiforme sobresale á modo de espolón oblongo y grueso ; otro, redondo y menos saliente, se halla junto al borde opuesto y enfrente ; la planta es lisa; los nudi- llos infra-articulares más prolongados que en la mano y á proporción más pequeños; el dedo 5." es bastante más corto que el 3." y no llega al extremo de la primera falange del 4." La piel , en las partes superiores finamente granulosa y acribillada de poros , muy visibles en los párpados , tiene á cada lado del dorso un lUrr.ACios. o 60 VIAJE AL PACÍFICO. cordón glanduloso granujiento muy poco marcado y con irregularidad, que , partiendo de en medio del contorno posterior del ojo y encorván- dose ligeramente hacia afuera sobre la región escapular, corre alo largo del tronco cada vez menos perceptible hasta borrarse un poco más atrás de las diapófisis sacras; otro más grueso y más liso nace en el ángulo posterior de los párpados , pasa por cima del tímpano, y desde el nivel posterior de esa membrana se dirige, describiendo una S, al hombro, en cuya mitad concluye algo ensanchado; un tercer cordón ó arruga lisa y un poco más estrecha que la anterior, nace en el punto en que ésta llega al nivel posterior del oido, y va, encorvándose exteriormente, á lo largo de los costados , y en la mitad de estos se ensancha de pronto transformándose en un parche glanduloso de escasa amplitud prolon- gado hasta el ángulo superior de la ingle, en cuya región vuelve á es- trecharse, y continuo ó con breves interrupciones pasa, ensanchándose de nuevo, junto al ano, para inclinarse detrás y á lo largo del muslo hacia la corva ; una glándula de la misma naturaleza , ancha 3^ oblon- gada, comienza en la parte inferior de los ángulos bucales y termina antes de tocar al doblez que baja del oido al hombro ; vestigios de otra se encuentran en la cara superior de los muslos, y á lo largo de las pantorrillas se ven uno ó más dobleces de muy poco relieve ; los costa- dos son rugosos con alguna que otra verruga ; la parte póstero-inferior media de las nalgas está empedrada de tubérculos regulares , las plantas de los tarsos y los talones sembrados de espinillas ; el resto de las partes inferiores completamente liso. El color general, á juzgar por los restos que el alcohol ha dejado en los dos individuos de nuestra colección, es pardo-oscuro sucio, pa- sando en algunas partes á negro, de cuya tinta son las manchas redon- das que aún existen sobre la región sacra y en los costados hasta cerca del brazo, los confusos trazos, vestigios de barras irregulares sobre las ex- tremidades posteriores , y las manchas triangulares que se ven claramente debajo de cada agujero nasal, de los ángulos anterior y posterior de los ojos y de la región parótica. Detrás de los muslos no se notan manchas sinuosas ó redondas blanquizcas ó claras , y todas las regiones inferiores sin escepcion son pardo-oscuro fuliginosas goteadas de manchas amari- llentas redondas en la barba , garganta , pecho y estómago, y desde aqui VERTEBRADOS. 07 para atrás algo sinuosas y vermiculares á trechos, siendo esta figura más definida debajo de las piernas. Car. ost. — Los fronto-parietales forman un trapecio, cuyo lado anterior, poco más ancho que el opuesto, tienen un ángulo que en- tra hastíi una cuarta parte de la longitud de los huesos y ocupa el fondo de una canal, que empieza á marcarse en su vértice, y se borra á lo largo de los prefrontales ; son planos en el occipucio, convexos hacia la mitad del espacio inter-orbitario, y á lo largo del box-de correspon- diente á esa cavidad corre una cresta lisa , cóncava desde el ángulo án- tero-exterior al intex'O-posterior de la fosa temporal , donde forma án- gulo recto con una crestecilla que realza parte del contorno posterior de dicha fosa, y prolongándose un poco detrás de ese ángulo, va á reunirse con la cresta mayor sinuosa y muy levantada que lleva el borde interno del proótico ; las crestas transversas ante-occipitales terminan por fuera en una apófisis ruda detrás del arranque del proótico, y en la línea de sutura de los fronto-parietales forman ángulo dirigido hacia el agujero occipital. Los prefrontales se tocan por sus bordes internos, pero sólo en algunos puntos, dejando al descubierto por delante un gran espacio angular de la porción ternillosa del etmóides , y por detrás otro menor sobre la placa ósea ; distan del borde anterior de los fronto-parie- tales tanto como es la anchura media de uno de estos huesos. El esternón tiene sus arcos ternillosos muy endurecidos , dispuestos el izquierdo sobre el derecho j con la mayor curvatura en el medio ; el precoracoide tiene el cuerpo muy saliente sobre el plano del arco y es cilindrico, pero está ensanchado en el extremo en forma de paleta por medio de una cresta laminar correspondiente al borde anterior ; el manubrio tiene el vastago largo y termina en un disco en forma de alabarda mucho más estrecho que el del xifisterno ; éste se levanta en quilla á lo largo de su porción basilar y termina en un disco semi-lunar, cuyo borde posterior es entero. La vértebra sacra tiene apófisis espinosa bien desarrollada y prolongada en dos crestas rollizas sobre las diapófisis, que son medianamente ro- bustas y cilindráceas ; las choquezuelas son fuertes y laterales , se articu- lan con el extremo de los iliacos , y estos huesos llevan sus crestas bien desarrolladas , de filo corvo y en la parte situada sobre la cabeza del fé- mur muy anchas y redondeadas. La espina superior del coxis se prolonga 08 VIAJE AL PACÍFICO. hasta la punta; el estilete es cilindráceo y algo deprimido, y lleva cerca de su articulación con la sacra dos espinillas laterales, especie de diapó- fisis rudimentarias. Los falangines son de base muy robusta y cabezuela pequeña j desigual. DiM— 5=Del h. a] a. = 0,105. Cab. a. = 0,038; 1. = 0,027. Extr. , br. = 0,017; ant.= 0,017; pal. = 0,023; mus. = 0,03 ; pier. =0,033 ; tar. = 0,021 ; pl. = 0,038. Habita en la provincia oriental del Ecuador. Los indios le encontraban junto con el L. Go- liaíh y el B. agua. Dentro de su estómago he hallado restos de ortópteros y de coleópteros carniceros. Le supongo las mismas costumbres de el Leptodadyliis arriba citado. 2 O : San José de Moti (Cantón de Quijos). Observ. Esta especie es muy afine con el L. Golialh, pero comparada cualquiera dé las dos Q de ella, in- dudablemente adultas, existentes en nuestra colección, con una joven ó casi adulta del segundo, resultan de un tamaño mucho menor, de cuerpo más deprimido, de cabeza más achatada y extremidades á proporción mucho más cortas, pues mientras la planta del L. Golialh mide la mitad de la longitud del tronco y cabeza reunidos, la del slenodema representa sólo una tercera parte de la misma extensión próximamente; la colora- ción es asimismo diversa en el ilenodema, y sus cordones dorsales se muestran menos marcaaos y de otra forma , siendo la dilatación glandulosa inguinal mucho más estrecha y prolongada por detras de los muslos, cuando en el Golialh es el par dorsal interno el que pasa junto al ano y por detras do las nalgas. La forma del precora- coide, del manubrio, disco del xifisterno, apófisis espinosa de la sacra, crestas frontales, paróticas y para-orbita- rias, separación de fronto-parietales y prefrontales y contacto de los bordes internos de estos últimos, distinguen también el L. slenodema del L. Golialh, por más que concuerden en muchos caracteres, la mayor parte de los cuales son comunes á todos los Leplodactylus y Cyslignalhus. LEPTODACTYLUS WUCHERERI mh. "^ Cuerpo algo obeso, extremidades posteriores cortas á proporción. Cabeza ensanchada , deprimida; con el testuz plano, y el perfil transver- sal de la parte comprendida enti-e los ojos y las narices completamente curvo ; con el hocico recogido , romo y convexo ; con las mejillas sin borde labial saliente, casi planas, y más inclinadas hacia adentro en la región parótica que en el resto ; con el contorno maxilar perfectamente parabólico ; y con su anchura respecto de su longitud en la proporción de 14 á 11. Las narices son pequeñas y están colocadas muy hacia ade- lante ; la distancia de cada una al medio del labio superior por bajo del hocico es bastante más corta que el espacio internasal, y este mayor que el intermedio entre cada una y el ojo. El canto rostral apenas está mar- cado á causa de la convexidad de la región naso-ocular. Los ojos son re- gulares , de párpado superior grueso y glandudoso y con el inferior sem- VERTEBRADOS. 69 brado de finísimos punios opacos ó criptas; están muy apartados del borde del labio , mediando entre este y el punto más externo de la órbita una distancia igual al diámetro del tímpano ; su mayor abertura iguala el espacio inter-orbitario. El tímpano es redondo, mayor que los dos tercios de la abertura del ojo , y dista del ángulo posterior de este órgano mucho más que el doble de lo que su boi'de inferior de la comisura de los labios. Los dientes maxilares son bastante agudos j corvos, muy es- paciados y con poca regularidad; los intermaxilares son más cortos y pe- queños y no sobresalen poco ni mucho de la línea que describen las puntas de aquellos. Las choanas son algo pequeñas, eliptico-transversasy tan apar- tadas una de otra como próximas por su margen posterior á las crestas pa- latinas ante-orbitarias , de las que distan el diámetro menor de unachoana . al paso que entre éstas media un espacio equivalente á cinco veces ese mismo diámetro , y á la distancia que hay de aquellas crestas al centro de la foseta maxilar. Los dientes palatinos forman detras de las expresadas aberturas dos arcos de bastante radio , separados uno de otro, con los ex- tremos internos algo más atrás de la línea de las antedichas crestas , con el punto más anterior de la curva de la encía al nivel de los bordes poste- riores de las choanas , y con los extremos externos muy próximos al borde maxilar. Los pabellones de Eustaquio son triangulares, anchos jMiiucho más grandes que las choanas. La lengua es muy grande, acorazonada, ligeramente sinuosa en su borde posterior y libre en un tercio de su ex- tensión longitudinal y otro tercio de su anchura por cada lado, y con una escotad uriia en la punta anterior -y dos surcos oblicuos cerca de los bor- des laterales. La sínfisis mandibular lleva un pezoncito cónico y alto. Las extremidades anteriores, aplicadas á lo largo de los costados, lle- gan á las ingles con la punta de los dedos ; son éstos rollizos gruesos y algo aguzados, el interno más corto que el 3.", el 2." y 4." iguales, el pul- gar rudimentario saliente y un poco libre en el extremo ; todos llevan pelotillas infra-articulares grandes y oblongo-acorazonadas ; la palma es lisa; la muñeca tiene dos protuberancias redondas casi unidas ó for- mando una sola. Las extremidades posteriores son mu}^ robustas y ro- llizas; dirigidas hacia adelante, sobresalen del hocico únicamente en la mitad del dedo más largo , cuya longitud y la del metatarso reunidas componen la de la pierna y la mitad de la del tronco desde la nuca al -o VIAJE AL PACÍFICO. ano ; el cuneiforme sobresale á modo de espolón corto y apuntado ; en frente y en la misma linea hay otro más pequeño redondo y chato ; el margen interno de los tarsos es rollizo , sin doblez cutáneo; los pies son muy gruesos y anchos; los dedos, cónicos, aguzados, lisos y sin vesti- gios de margen , están reunidos en la base por estrechísima membrana y llevan espoloncillos infra-articulares más pequeños que los de las ma- nos, y algo ganchudos; la planta es perfectamente lisa. El pellejo es todo él como adiposo, y aparece acribillado de poros glandulosos , pero en las regiones superiores y en las partes que el al- cohol ha deteriorado y macerado un tanto, se percibe una capa, con- junto ó agregado de finas granulaciones ó folículos, que sobre los párpa- dos, nuca, dorso y piernas tiene un espesor tan considerable como el resto del dermis. Dichos folículos se aglomeran en mayor cantidad to- davía en los costados entre el dorso y el abdomen , el sobaco y las in- gles , produciéndose una agregación glandulosa parecida á las placas ó parches inguinales del i. Goliath, stenodema, labrosus, etc. , si bien más difundida. Sobre esta superficie casi uniforme se destaca á cada lado del cuerpo una arruga rolliza y lisa que parte del ángulo posterior del ojo y concluye en el superior de la ingle. La aglomeración folicular de los párpados superiores parece continuarse confusamente sobre el dorso en dos especies de regueros más bien que cordones ó dobleces , que bos- quejan este accidente de la piel tan frecuente en los Leptodactylus . Como en todas ó casi todas las especies de este género y sus más inmediatos, baja del ángulo súpero-posterior del tímpano una arruga glandulosa que se dirige al hombro describiendo una curva á modo de S , y una glán- dula triangular, ensanchada hacia el oído, por cima de los ángulos de la boca se prolonga hasta la mitad de aquella, dejando un sui-co entre las dos. Desde la línea que en los muslos separa la región superior de la inferior y por toda la extensión de esta última, desde las corvas al nivel de la ingle, hay un mosaico triangular de tubérculos regulares , dividido en dos partes por un surco finísimo un poco más ancho hacia el ano, y en cuya proximidad las granulaciones son mayores y prolongadas trans- versalmente. El resto de la región inferior es completamente liso, y la piel se arruga con perfecta simetría desde la parte anterior de cada hombro, describiendo un arco que atraviesa por en medio del pecho, y VERTEBRADOS. ;, delineando además un gran peto en forma de escudo, cuyos ángulos an- teriores corresponden debajo de los sobacos, cuj'o lado anterior es un semicírculo igual casi á la arruga pectoral y cuyo lado posterior es otro semicírculo de menos radio, encorvado en sentido opuesto, y que pasa exactamente por el límite posterior del abdomen , dejando un gran es- pacio entre él y las ingles. Los restos de la coloración que se observan en el único individuo que poseemos, sólo permiten asegurar que la región ántero-superior del animal era oscura, y que en la sacra, cerca del ano, alternaban con el fondo manchas claras sinuosas; que en los costados é ingles esta dis- posición continuaba; que esa combinación de manchas, mucho más defi- nidas, formaba detrás de los muslos y debajo de las pantorrillas un dibujo amarmolado; y, por último, que sobre las piernas y tarsos el color oscuro presentaba anchas barras en sentido transversal. Las partes inferiores del tronco y cabeza ofrecen un color claro uniforme, pero quizá el dibujo que se ve debajo de las pantorrillas, menos marcado, se extendería por aquellas regiones. Car. ost. — Los fronto-paiñetales , muy desarrollados, forman una bóveda cilindrácea en la porción ínter-orbitaria y tienen sus bordes ex- ternos paralelos ; su perfil longitudinal es una curva que continúa sin modificación hasta el borde del agujero occipital y por delante hasta muy cerca de los prefrontales ; en la nuca su corte transversal es recto; carecen de crestas ante-occipitales ; son completamente lisos en todo su plano superior y se levantan á lo largo de sus bordes internos en una li- gerísima quilla entre las órbitas y en otra más gruesa junto al expresado Mgujero ; sus márgenes delanteros son semicirculares, y dejan en medio un ángulo bastante profundo. Las crestas paróticas principian muy atrás, y desde el punto en que sobresalen de la linea posterior de la nuca sostienen ya los omóplatos. Los prefrontales están bastante exten- didos hacia atrás, donde se prolongan en una punta que se acerca al án- gulo ántero-exterior de los fronto-parietales ; son anchos, convexos, j se tocan á lo largo de sus bordes internos. La placa superior del et- móides es completamente ósea hasta su articulación con los premaxi- lares; la porción de su borde que coi*responde á la órbita comprendida entre la apófisis posterior de los prefrontales y la anterior de los fronto- -2 VIAJE AL PACÍFICO. parietales, sobresale en forma de aguda espina. El esternón tiene sus ar- cos bastante anchos^ su mayor curvatura se halla junto al xifisterno, y el izquierdo está colocado sobre el derecho ; el manubrio es largo y termina en disco algo prolongado, á manera de lanza ; el xifisterno es aquillado en la base y se ensancha al articularse con el disco terminal car- tilagineo, que es de figura de flecha. La vértebra sacra carece de apófisis espinosa; las transversas son de la forma y proporciones ordinarias; el coxis tiene sus crestas desarrolladas como en los restantes Leptodactylus. Los falangines son cónicos, largos, lisos, aleznados, de cabezuela muy pequeña y truncada anteriormente. DiM.-5=Del h. al a. = 0,058. Cab., an. = 0,023; ]ar.=0,018. Extr., br.=:0,011; ant. = 0,012; pal.=0,013; mus. = 0,022; pier. = 0,024; tar.=0,012; pl. =0,013. Habita en la república Argentina; lo recogió mi difunto compañero el Sr. Amor en la travesía de Montevideo á Santiago de Chile por la Cordillera ; ignoro dónde y en qué pa- rajes vivia, y nada sé de sus costumbres. Dedico está especie á mi excelente y bondadoso amigo el Dr. Otto "Wucherer, de Bahía (Brasil). 2: República Argentina; hallado por el Sr. Amor. Observ. Por la naturaleza de su piel, en extremo glandulosa, y en la cual parece esparddo uniformemente el sistema secretorio cutáneo que en los demás Leplodaclylus se concreta á series lineares, puntos o placas re- dondeadas, y por la forma de la cabeza , creo que esta especie debe colocarse junto al L. stenodema y formar lioy el tránsito natural á los Cystignalhits , á una de cuyas especies, el roseus, se parece mucho. GYSTIGNATHUS. Cabeza proporcionada y deprimida ; ojos regulares , de pupila redonda , párpado supe • rior sencillo y el inferior extenso y no del todo transparente; tímpano sem i- visible ; siu parótidas ; lengua entera ó ligeramente escotada ; d con dos sacos bucales ; dientes pala- tinos dispuestos en dos series oblicuas entre ó detras de las choanas ; mandíbula edéntula; fronto-parietales largos, pero separados por una fontanela; vértebras procelias; la sacra con las diapóflsis levantadas , cilindráceas , robustecidas y algo abultadas en el extremo, y siu apófisis espinosa ; coxis sin diapóflsis y con dos cavidades glenoideas para ar- ticularse con la sacra ; esternón arcífero, con manubrio cartilagíneo y el xifisterno sin es- tilete óseo y siu disco terminal distinto ; dedos de la mano libres, y el pulgar rudimenta- rio perceptible al exterior ; pies sin palmeadura ó reducida á una estrecha membrana ba- silar ; metatarsos externos reunidos ; cuneiforme saliente pero no comprimido y cortante; falangines sencillos, largos , aleznados y con la cabezuela algo deprimida ; piel glandulosa; sin glándulas inguinales. VERTEBRADOS. 73 CvsTiGNATHUS U'oflf., Pys. Ampli., p. 203 ; ü. '¡B., E. g., p. 392; GuicA.in Gay II. V. P.CIiile. «pp., p. 99; Gir., P. A. N. S. l'h. 1853, p. 420;— U. S. E. E., Ilerp., p. 33, Tsch., C. dcr B., p. "8; Günl., C. B. S. B. .M.. p. 26; Cope, Cías. Ar. An. Beíí, Z. of llic, • B. Lei'Todactvlus l'Uz., N. Cl. Rep. Pleuiiodema (sp.) Gir, P. A. N. S. Ph., <853. DoRYPuoKUs Weise. Rana. A. P. CYSTIGNATIIUS ROSEUS. CvsTiGNATiiUs ROSEUS D. Sf B., E. g., p. 414 ; GuicA., in Gay, H. F. P. Cli., Rep., p. 99, lam. 7, f. 3; Gir., P. A. N.S. Ph., 1853, p. 4Í0 ; Guní., C. B. S. B. M., p. 134. El contorno maxilar describe un semicírculo ligeramente apuntado en el hocico, cuyo perfil, á contar de las narices , es curvo y poco avan- zado, por lo que la cabeza resulta algo corta; las mejillas son planas é inclinadas hacia adentro ; el testuz , desde la nuca , liso y en suave pen- diente hasta las narices inclusive ; el canto rostral está perfectamente marcado ; en los extremos de éste y algo por debajo están situadas las aberturas nasales, redondas y separadas por una distancia igual al espa- cio medio inter-orbitario, distancia que es igual á la que media entre cada una y el lagrimal, y poco mayor que la que las separa del punto medio del hocico. Los ojos son protuberantes; su diámetro longitudinal tan largo como la línea de separación de sus ángulos anteriores ; tienen los párpados superiores como el resto de la piel de la cabeza, y los infe- riores transparentes y sembrados de puntitos glandulosos. El tímpano es circular, una mitad más pequeño que la abertura del ojo y distante del ángulo posterior de éste otro tanto que el diámetro de la cavidad audi- tiva. Las choanas son pequeñas y generalmente circulares, arrimadas á los maxilares y distantes una de otra más que cada una del hocico. Los dientes maxilares son fuertes, ganchudos y dispuestos con regularidad. Los dientes palatinos están colocados en el borde de dos encías oblongas^ no muy altas y dirigidas oblicuamente desde la mitad del borde interior de las choanas — sin llegar á él — hacia atrás y dejando entre sus extre- mos posteriores un espacio considerable, que viene á resultar — así como Bairauos. 10 74 VIAJE AL PACÍFICO. los dientes — muy atrás del nivel posterior de aquellos agujeros nasales; el filo de las encías unas veces es casi recto, otras sinuoso, otras encor- vado por el extremo de afuera hacia adelante, de manera que formen entre las dos un arco, pero siempre cada una de las filas de dientes es oblicua Y principia más atrás de las choanas, tendiendo á acercar sus extremos posteriores , que no llegan con mucho á tocarse. La lengua es circular, libre en sus costados y tercio posterior, y en el borde de esa parte ligeramente escotada en la generalidad de los individuos. Una es- cotadura bastante profunda de la sínfisis mandibular lleva una eminen- cia cónica, que se aloja en la foseta maxilar correspondiente. Las extremidades torácicas, aplicadas á lo largo de los costados, lle- gan con la punta de los dedos más allá de las ingles ; l)razo, antebrazo y mano son proporcionados y rollizos ; los dedos , casi enteramente libres, cilindráceos y romos , llevan pelotillas infra-articulares hemisféricas — las de la base de la primera falange más anchas que las restantes — y son el 1.°, 2." y 4." casi iguales, aunque en rigor van en aumento desde el 1.°, y el 3." excede á los otros tres en sus falanges última y penúltima; el pulgar rudimentario está bastante desarrollado; la muñeca lleva dos protuberancias, una pequeña como las pelotillas infra-articulares, otra detras más grande, las cuales en algunos individuos se hallan confundi- das en una sola ; la palma presenta dos, tres ó cuatro tubérculos sobre los metacárpicos. Las extremidades posteriores, aplicadas á la parte inferior del cuerpo, alcanzan al hocico con la base del metatarso; son proporcionadas á las torácicas , con los dedos reunidos por una muy es- trecha palmeadura y con protuberancias infra-articulares menos consi- derables que las de la mano ; el cuneiforme sobresale en un espoloncillo algo achatado ; enfrente hay un tubérculo más pequeño y lenticular. La piel de las regiones superiores está como acribillada de poros glandulosos, y los granitos que, mirándola con cuidado, se observan, son • tan menudos, que puede considerársela como tersa; toda ella es comple- tamente hsa, exceptuados dos pliegues glandulosos, uno que principia un poco más abajo del ángulo posterior del ojo, pasa por cima del tím- pano y se pierde detras de él hacia el brazo, y otro más grueso, que co- mienza un poco más arriba que aquel y se pierde á la mitad de los cos- tados ; además hay una porción de tubérculos no muy regulares , que se VERTEBRADOS. 75 apiñan en un corto espacio de la parte infero-posterior media do ias nalgas. La coloración consiste en un fondo rosado que oscurecen algunas manchas pardas más ó menos intensas en forma de nubecillas ; ese color pardo más castaño barrea las extremidades anteriores y posteriores; algún punto ó gota blancos se destacan detras de las nalgas y en los tar- sos sobre fondo pardo oscuro, casi negro ; así como donde las manchas de ese color adquieren más intensidad en las regiones cefálica, occipito- escapular y dorsal. Los muy jóvenes ofrecen la coloración más oscura, sin tintes rosados, más uniforme, y sin fajas transversales en las pier- nas; al menos así se presenta en un individuo de 0,02 (del h. al a.) á quien le convienen todos los caracteres de la especie. Car. ost. — Los fronto-parietales permanecen separados uno de otro mucho después de la edad adulta , dejando en claro una extensa fonta- nela desde el ex-occipital al borde posterior del etmóides; con el tiempo dichos huesos se unen más ó menos completamente hacia la parte media y dejan sobre la nuca un agujero romboideo y otro triangular entre los bordes ántero-internos de la porción frontal y el borde posterior del etmóides, espacio que permanece abierto durante toda la vida. Los prefrontales distan mucho uno de otro y más de los fronto-parietales, quedando por consiguiente al descubierto toda la parte osificada y la cartilagínea de la placa superior etmoidal. El esternón es arcífero y con el arco derecho colocado sobre el izquierdo; el manubrio delgado, terni- lloso y de la misma consistencia el xifisterno, que consiste en una placa cuadrilonga, con el borde libre, redondo y entero, y los laterales lige- ramente cóncavos. Sólo las cuatro primeras vértebras llevan apófisis es- pinosas, y aun estas son bajas, rudas y aplastadas; las cinco restantes, carecen por completo de ellas. Las diapófisis de la sacra, en su forma, posición y desari'ollo, en nada se apartan de las ordinarias de los Lep- todactylus ; la choquezuela, en su articulación con el extremo de los iliacos , es lateral y algo posterior. Los iliacos son cilindricos , con las crestas longitudinales muy poco desarrolladas y además casi impercep- tibles antes de llegar á la articulación con la sacra. El coxis, general- mente sencillo, conserva en algunos individuos las diapófisis que corres- ponden á la vértebra de su base. Los felangines , lisos y [aleznados , tie- ■f> VIAJE AL PACIFICO. nen la cabezuela deprimida y ensanchada por un ligerisimo margen , \?l entero, ya con dentelloncitos irregulares. DiM.— §=Del h. al a.=0,043. Cab. , an. =0,016; lar. = 0,014. Extr. , br. = 0,011; ant.=0,01; pal. =0,011; mus.=0,019; pier.=0,022; tar. = 0,013; pl. = 0,02. Habita en todo el territorio chileno según lo indica Mr. Gay en su desgraciadísima versión castellana de la historia de esta especie- Nosotros la obtuvimos de Valdivia y de las provincias centrales de la República, regalados por el Sr. R. A. Philippi. Desconozco sus costumbres. 5 Q: Valdivia; — 2 Q joven, y muy joven: id.; — 3 ^ : provincias centrales de Chile, (regalados por el Sr. Philippi). Observ. En uno de los individuos procedentes de Valdivia es donde he observado el desarrollo y dispersión máximos del Cysticercus ó quisle tan frecuente en la piel en los anuros chilenos. Todo su cuerpo eslá pla- gado de ellos : uno se encuentra en el paladar hacia el centro de la parte inferior del ojo derecho, otros en la lengua, que está hinchada, fungosa y como carromida ; de suerte que la residencia de esa primera forma del helminto se extiendo hasta la mucosa y se acerca, así á la entrada del tubo intestinal, como á la salida, abundando más, sin embargo, generalmente junto al ano. Recien establecido en la piel el parásito, forma un abullamiento, quiste ó tubérculo esférico con un agujero en la parte meüia superior con los bordes fruncidos ; poco á poco dicho agujero se va agrandando como si le royeran por igual los bordes , y el parásito profundiza en los tejidos, al par que ensancha su habitáculo y la abertura con que comunica al exterior, quedando en ese estado casi todo él al descubierto en el fondo de la crjpia espaciosa que se ha labrado. La residencia de este Cysiicercus es notable, y acaso por ella debiera considerársele como un enloparásito colocado en la situación délos ecloparásitos.— No sé hasta qué punto podrían relacionarse estos quistes de la piel de los anuros chilenos con el gusano intestinal que he encontrado en el tubo digestivo del Cahjplocephalus Gayi , especie en cuyo pellejo no he visto nunca los tales quistes; porque si bien esta circunstancia , y la de hacer pasto suyo los batracios que con más abundancia los llevan , constituyen indicios de dichas relaciones, por otro lado la forma y estructura del gusano no corre.sponde á las de aquellos que pasan el primer período de su vida enqiiistados : es filiforme, aunque no completamente cilindrico, pues muestra á trechos algunas protuberancias á modo de nudos; es afilado y algo comprimido hacia el extremo cefálico, y dentro de su tercio anterior se distingue el exófago afectando la forma de espiral cónica ; por el extremo opuesto remata bruscamente en una cola uncinada, semejante al último anillo de un escorpión y de punta agudísima. La vulva debe hallarse muy próxima á la base de la cola , porque una de las Q que he tenido la fortuna de hallar ayuntada con un d, lleva á éste enroscado en el quinto posterior de su cuerpo, que también ella retuerce en espiral para enlazarlo mejor. La n mayor que he visto tiene unos siete milímetros de largo por tres diez-milímetros de diámetro; el c? es un cuailo del tamaño de la Q. Conforme á estos caracteres parece que debe clasificársele entre los Nematúides. CYSTIGNATHUS HIDALGOI mh. Cuerpo rechoncho. Cabeza gruesa, alta y redonda, con el hocico grande, el contorno maxilar en semicírculo ó pasando á semi-elíptico, con el testuz horizontal plano ó ligeramente cóncavo , con las regiones paróticas hinchadas , con las mejillas completamente planas , lisas y ver- VERTEBRADOS. 77 ticales debajo del canio rostral, y desde las narices al labio y á iodo lo largo de este abultadas; su anchura respecto de su longitud — tomadas en y desde la línea de los ángulos bucales — es como 3 á 2 ó como 7 á 4. Las narices son redondas y están colocadas debajo y delante de los extremos del canto rostral , distan una de otra lo mismo que cada una del borde más inmediato del labio. El canto rostral tiene su arista en ángulo recto y es paralelo al borde maxilar; entre este borde y la arista media un espacio ancho, igual al inter-orbitario anterior, equivalente ala mi- tad de la longitud de la cabeza y un tercio mayor que la de la arista ros- tral. Los ojos son esféricos y saltones; su lagrimal dista de la nariz lo que la comisura opuesta del borde posterior del tímpano ; el párpado superior es bastante extenso , el inferior transparente y á veces salpicado de puntitos glandulosos. El oido es perfectamente visible en los indivi- duos que llevan algún tiempo en el alcohol , oblongo-vertical , su diáme- tro mayor la mitad que el diámetro longitudinal del ojo y su contorno resulta irregular por tener sobrepuesto superior y posteriormente los pliegues glandulosos del cuello ; distan de las comisuras de los labios la mitad que de los bordes posteriores de los ojos; el espacio inter-orbitario es igual al mayor diámetro de uno de estos. Los dientes maxilares son menudos y están dispuestos con regularidad ; los intermaxilares no so- bresalen de la línea que forman aquellos; en la sínfisis maxilar hay una foseta de poca capacidad y escotada en el labio. Las choanas son redondas, relativamente pequeñas y separadas por una distancia que es cinco ve- ces su diámetro é igual á la que media entre cada una y el seno de la escotadura labial ; exactamente entre ellas y dispuestos en dos filas casi transversas, ó que juntas describen un arco muy suave ó un ángulo muy obtuso abierto hacia adelante, están los dientes palatinos, cuyas encías. en los adultos, son altas, comprimidas desde la base, normales al pala- dar, con el filo arqueado, con los extremos exteriores tangentes al punto medio del margen interno de cada choana y con los opuestos muy próxi- mos, aunque no inmediatos, y rara vez poco más atrás del nivel pos- terior de las choanas, y siempre muy distantes de los arcos palatinos tranversos. Los jóvenes no tienen el filo de la encías arqueado j la dis- tancia de una á otra es mayor que en los adultos. Los pabellones de Eustaquio son elíptico-transversales y más pequeños que las choanas; la 78 VIAJE AL PACÍFICO. lengua es redonda, gruesa particularmente en su borde posterior, donde lleva una escotadura, libre en un tercio de su longitud y en más de un tercio de su anchura por cada lado: me ha parecido observar que los cf la tienen más ancha que las §, Los sacos bucales, propios de aquellos, se abren paralelos al contorno de la mandíbula desde los ángulos de la boca hasta la mitad , poco más ó menos , del margen lateral de la lengua; su abertura se halla pi'otegida por el doblez cutáneo, aquí muy extenso, que sostiene el apéndice curvo estiloide del hióides , cuya bifurcación más pequeña sobresale, formando lóbulo, en el margen de aquel doblez y án- gulo anterior de la hendidura de los sacos. El tronco es muy abultado y esferoide en la región péctoro-abdomi- nal, de tal modo, que exagera lo enjuto de los ijares y de la región sacro-coxígea , la cual aparece sobre los muslos comprimida, aquillada, y mucho más alta que ellos. Las extremidades torácicas , aplicadas á lo largo de los costados , pa- san un poco de las ingles con el dedo más largo ; son fuertes y más ro- bustas en los cT que en las $ ; los dedos no son enteramente libres ; el ligero borde de sus márgenes se ensancha en los ángulos interdigitales; llevan nudillos infra-articulares , no de mayor tamaño que cualesquiera de los que en los Cystignathus ó Leptodadyhis se observan; son rollizos, obtusos y algo abultados en los pulpejos, y 1.°, 2." y 4,° iguales, exce- diendo el 3." á los otros en sus dos últimas falanges ; la palma es desigual; el pulgar rudimentario de proporciones regulares ; la muñeca tiene dos protuberancias oblongas, separadas en algunos individuos, reunidas en otros. Las extremidades posteriores, dirigidas hacia adelante y por debajo del cuerpo , asoman por el hocico desde la base de la planta del pié; en esta parte se ven dos protuberancias ó espolones, uno oblongo y saliente producido por el cuneiforme , otro frente de éste más pequeño y redondo; los dedos tanto en los c/ como en las $ están franjeados, y la franja ensancha notable y gradualmente desde el extremo á la base formando aquí una corta palmeadura ; los pulpejos son abultados, y los espolones infra-articulares redondos y á proporción de los que lleva la mano; la planta es lisa, y el tarso carece de borde cutáneo. La piel, muy glandulosa y llena de poros, se asemeja á las de C. roseus y L. Wuchererí; sobre las regiones sacra, coxígea, dorsal, late- VERTEBRADOS. 7,, ral del cuello, escapular, orbitaria y parótica es irregularmente tuber- culosa ó verrugosa, pero disminu^'endo las verrugas en tamaño v real- ce de las regiones posteriores á las anteriores ; con el mismo carácter que en la sacra se presentan aquellas sobre los muslos, piernas y borde externo de los tarsos y pies, aunque aquí menos pronunciadas ; fuera de esas verrugas irregulares, sobresalen simétricamente en las partes superiores del cuerpo unos cordoncillos de su misma naturaleza, sinuo- sos y desiguales en su ivayecto, continuos ó interrumpidos, cuya dispo- sición es como sigue: dos que marcadamente no hacen relieve sino detras de los ojos al nivel del borde posterior del tímpano, y que, encorvándose en la región escapular, se separan de ella describiendo un arco, que pasa por fuera de Jas diapófisis sacra y termina cerca del ano; otros que par- ten de un poco más adentro del ángulo posterior del ojo, trazan una lí- nea indecisa y se pierden hacia la mitad de los costados ; y otros dos que nacen donde estos acaban y en la parte media del espacio que los separa de los primeros, y que se borran ánies de llegar á las ingles; además, debajo del ángulo posterior del ojo tiene principio una arruga que se corre por el contorno superior del tímpano, y se dirige al hombro, ter- minando en la mitad de él ó pasando más allá del sobaco ; la glándula que generalmente tienen mu}- desarrollada los Cystignathus y Leptodac- tylus detras del ángulo de la boca, aquí es mu}' pequeña ó nula; á través del espacio inter-orbitario, en los individuos muy adultos, se nota una línea de verruguitas poco marcada, que señala el límite anterior de la mancha triangular de entre los ojos. Escepto en un pequeño espacio de la cara inferior de los muslos, equivalente á la cuarta parte de su área, donde se amontonan unas verrugas de la misma forma y carácter que las de las regiones superiores, sustituyendo á los tubérculos ó granillos que ordinariamente existen en ese sitio, toda la piel restante de abajo es completamente lisa ; otros bultos ó verrugas que en algunos ejemplares se encuentran esparcidas con irregularidad por todas las partes inferio- res , deben ser los quistes ó Cysikercus tan frecuentes en los anuros que viven en el país de donde éste procede. La coloración del C. Hidalgoi es muy modesta ; por arriba de un pardo castaño más ó menos intenso , más ó menos sucio , mosqueado á veces en las partes laterales del tronco y extremidades , 3- especialmente So VIAJE AL PACÍFICO. (lelos muslos, de puntitos blancos , debidos á la sustancia segregada por los poros glandulosos ; una 2 lleva á todo lo largo del dorso una tira estrecha blanquecino-amarillenta , á ambos lados de la cual se distinguen dos listas más claras; á una y otra parte del hocico dos manchas oscuras, j otra grande triangular de la misma tinta entre los ojos; por debajo del tronco y de la cabeza reina un color uniforme blanco sucio ; manos , pies y piernas inferiormente son del mismo color del dorso, pero más diluido. En un ejemplar noto indicios de anchas barras transversales sobre las extremidades posteriores. Car. ost. — La placa superior formada por la reunión de los fronto- parientales es plana y de contorno trílobo en la nuca , y con la parte de sus bordes compi-endida entre los ojos convexa , coi'tante y proyectada sobre las cavidades orbitarias ; tienen su región sincipital completamente lisa, y la linea de su contorno de la nuca se plonga en dos crestecitas pa- ralelas al filo externo inter-orbitario de cada fronto-parietal , cuya porción más baja, curva y saliente, concluye, antes del extremo anterior ó supra-etmoidal de esos huesos, en un dientecillo ó muesca; la extensa fontanela que los separa principia en la parte media déla nuca, dejando un claro de figura de rombo , á través del que se descubre el plano superior del occipital ; el ángulo anterior de ese rombo hállase abierto y coinci- de con el borde de la cavidad que aloja el encéfalo; desde ese punto los fronto-parietales ya no se tocan por sus bordes internos y concluyen por delante en dos apófisis aguzadas , dejando entre ellos un anchísimo espacio de la placa superior del etmóides. En algunos individuos los lóbulos laterales del contorno occipital rematan en una espinilla trian- gular. Las crestas de los proóticos describen un arco de círculo, cuyo extremo posterior sólo alcanza al nivel del agujero occipital, pro- yectándose el anterior dentro de la cavidad témporo-orbitaria. Los prefrontales son estrechos y están muy separados uno de otro, sobre todo por atrás ; sus márgenes en esa parte distan mucho de los fronto- parietales. La porción descubierta del etmóides es muy grande, com- pletamente plana y ósea hasta el punto en que más se acercan los bor- des internos de los prefrontales. Las apófisis espinosas de las cuatro vér- tebras más inmediatas á la sacra son rudimentarias, y están representadas á lo largo de sus anillos por unas crestas aquilladas, cuyo extremo pos- VERTEBRADOS. 8t tei'ior avanza en forma de espina sobre la vértebra inmediata ; dichas crestas se levantan gi-aduahnente hacia la 5.* vértebra , donde ya existe la apófisis espinosa bien desarrollada y muy fuerte. El esternón tiene sus arcos bastante extensos, el izquierdo colocado sobre el derecho, y con su mayor curvatura junto al manubrio; es éste corto y ancho de vastago y termina en un gran disco circular endeble ; el precoracoide es comprimido y presenta uno de sus planos dirigido hacia la cabeza, levantándose sobre la superficie externa del arco en una arista curva ; la paletilla es una placa de una sola pieza prolongada , con sus bordes la- terales escotados más profundamente junto á la parte terminal, que re- sulta en figura de semi-disco y toda la paletilla en forma de hacha con el filo entero unas veces, ligeramente mellado en el centro otras; su con- sistencia es por lo general cartilagínea , pero en casos se encuentra toda ella osificada ó muy endurecida , escepto en una zona inmediata al borde libre del semi-disco. La sacra carece por completo de apófisis espinosa y de cresta que la represente ; sus diapófisis son cilindráceas , algo prolon- gadas y bien inclinadas hacia atrás; llevan una espina obtusa superior todo á lo largo, y se articulan con el extremo de los iliacos; la choque- zuela es lateral y alargada. Las crestas longitudinales de los iliacos son de reducida altura y obtusas , y concluyen mucho antes de llegar á la ar- ticulación femoral, de manera que esta porción del hueso es cilindrácea. El coxis tiene su quilla en relación con las crestas iliacas , es decir que es baja y obtusa y acaba á la mitad del estilete ; éste es algo deprimido pero con poca margen lateral. Los falangines son largos, robustos, de- primidos en la base , anchos de cuello , y con la cabezuela á proporción algo prolongada, chata y escabrosa. D,M.— 5=Del h. al a.=0,06. Cab., a. = 0,027; l.=0,019. Extr. , br.=0,011; ant.= 0,014; pal.=0,015; mus. ==0,026. ; pier.^0,03; tar.=0,017; pl.=0,026. Todos los individuos de nuestra colección proceden de Valdivia, al S. de Chile; dos los adquirí de un colono alemán establecido en aquella provincia, y los restantes los debo á la generosidad de mi buen amigo el Sr. D. Rodulfo Armando Philippi, Director del Museo de Santiago. Nada sé de sus costumbre.'. En su estómago he encontrado restos abundan- tes de miriápodos. Dedico esta especie á mi compañero de Comisión el Sr. D. Joanquiu G. Hidalgo. d 2- Valdivia (adquiridos en Valparaiso);— d" y 3 $: Chile (regalados por el Sr. Philippi). Batracios. §2 VIAJE AI. PACÍFICO. Observ. En dos individuos adultos, disecados, para reconocer sus caracteres osteológicos, he visto por primera Tez una curiosidad que acaso no es exclusiva de esta especie; á saber, el endurecimiento, ó mejor dicho, petrifi- cación de la dura mater, si no es al propio tiempo también una concreción calcárea de la sustancia oleaginosa que proleje las paites principales del sistema nervioso. En virtud de ese fenómeno, se ha formado un arco á modo de hoz que pasa por encima y entre los hemisferios cerebrales, se apoya en el etmóides y occipital, adhiriéndose á ellos íntimamente, y, ensanchándose hacia los puntos de apoyo, tapa por completo los dos tercios anterior y posterior de la fontanela, supliendo la escasez de los fronto-parietales, y protegiendo el cerebro como lo harian esos huesos si fuesen completos. La concreción calcárea reviste además todo el interior del cráneo y del conducto del espinazo, asomando por los bordes del agujero occipital y continuándose desde el atlas á la sacra en un tubo pegado á las vértebras y que las impide mucha parte de sus movimientos articulares. LITOPL.EURA mh. Fácies de Leptodadyhts ; cabeza deprimida; ojos regulares, con el párpado superior sencillo y la pupila vertical; oido bien desarrollado y con el tímpano muy visible; lengua regular, redondeada; dientes palatinos situados entre las choanas; mandíbula edéutula; fronto-parietales con fontanela; prefrontales aproximados uno á otro; vértebras procelias; sin costillas ; la sacra con sus apófisis espinosas rudimentarias y sus diapóflsis robustecidas, abultadas en la punta, levantadas y dirigidas hacia atrás, y articuladas con el extremo de los iliacos; coxis sin diapófisis y articulado con la sacra por medio de dos cavidades glenoídeas; esternón arcifero, con el manubrio cartilagíneo y el xifisterno compuesto de un estilete óseo con principios de bifurcación y de un solo disco ternilloso profundamente hendido ; dedos de la mano libres ; pulgar rudimentario visible al exterior ; pies sin palmea- dura y con los dedos frangeados; metatarsos externo.s reunidos; cuneiforme saliente pero sencillo; falangines esbeltos, cónicos y de cabezuela regular; piel libre en la cabeza y glandulosa ; sin glándulas inguinales. LITOPLEURA MARITIMUM mh. Cuerpo esbelto y bastante deprimido , extremidades posteriores pro- longadas. Cabeza ensanchada posteriormente ; con el testuz plano y las megillas no muy inclinadas hacia adentro ; con el canto rostral ci- lindráceo y marcado por una depresión que hay debajo de él y detras de las narices ; con el hocico extenso y convexo pero no saliente ; con el contorno maxilar parabólico ; y con su anchura respecto de su longitud en la proporción de 4 á 3. Las narices son redondas y abiertas hacia atrás , y tan separadas una de otra como cada una del ángulo anterior del ojo y del borde inmediato inferior del labio. Los ojos son regulares y poco abultados , con el párpado superior corto y el inferior transpa- VERTEBRADOS. 83 rente y algo glanduloso; distan del borde de la boca un doble que del contorno anterior del tímpano, j otro tanto que la anchura del espacio inter-orbitario. El tímpano es grande, circular, muy arrimado al ángulo de la boca, y su diámetro equivalente á las tres cuartas partes de la aber- tura del ojo. Los dientes maxilares son largos, agudos y claros; los inter- raaxilares no sobrepasan las puntas de aquellos. Las choanas son ligera- mente ovales, transversas y algo grandes ; sepáralas un espacio igual á la distancia de cada una al centro de la foseta intermaxilar ; su borde anterior es semicircular, liso y sin la más pequeña sinuosidad. Los dien- tes palatinos están situados entre ellas y al nivel de sus márgenes pos- teriores, en dos filas rectas, cortas y rigurosamente transversales, se- paradas por un espacio iguálala mitad longitudinal de cada fila de dientes; éstos son muy largos, agudos y normales al paladar; las encías, compri- midas en su plano anterior y normales también al cielo de la boca, se acercan por su extremo externo al borde de la choana y con su plano posterior unas veces tocan los arcos palatinos ante-orbitarios y otras no, pues ambos casos se presentan en el único individuo que he podido ob- servar; el filo de dichos arcos es liso. Los pabellones de Eustaquio son estrechos, triangulares y atravesados. La lengua del ejemplar que des- cribo está deteriorada , pero casi puedo asegurar que era entera y redon- da, libre en su tercio posterior j en los costados una cuarta parte de su anchura en cada uno. La barbilla lleva un pezoncito cónico mu}^ saliente, que corresponde á un hoyuelo intermaxilar, cuyo borde interno es an- guloso. Las extremidades anteriores, aplicadas á los costados, llegan un poco más atrás de las ingles; son más bien esbeltas que gruesas; de mano proporcionada, con los dedos algo deprimidos y frangeados, provistos cada uno de tres espolones infra-articulares , cónicos y bastante salien- tes, sobre todo el del medio; son el 1." y 4." iguales en longitud y algo más largos que el 2.°, y el 3.° excede á este poco menos que en sus dos últimas falanges ; el rudimento de pulgar produce un espolón ovalado de no mucho realce, que se encuentra junto al nudillo basilar correspon- diente al dedo interno; la muñeca lleva una protuberancia acorazonada. Las extremidades abdominales, dirigidas hacia adelante por debajo del cuerpo, asoman todo el pié desde el talón por la punta del hocico ; el cu- 84 VIAJE AL PACÍFICO. neiforrae sobresale en un espolón estrecho y largo; enfrente hay otro redondo de poco bulto ; los dedos , visiblemente deprimidos , tienen una franja angosta que los reúne en la base por medio de una muy escasa palmeadura y que por fuera del dedo interno y del espolón del cuneiforme se continúa en un ribetillo cutáneo á lo largo del tarso hasta el calcaño; llevan tubérculos infra-articulares más pequeños que los de la mano, prolongados, comprimidos y algo ganchudos. La piel por encima está llena de glándulas desiguales, á modo de ronchas, redondas ú ovales, achatadas, ya dispersas, ya agrupadas ó ya dispuestas con simetría respecto al eje del cuerpo. En la cabeza se ven las más pequeñas reunidas confusamente sobre el testuz , entre el oido y el ojo, y entre este y la nariz ; las más grandes se hallan sobre los párpa- dos dispuestas transversalmente y aumentando de tamaño hacia la nuca , y sobre los oidos donde sobresalen más que en ninguna parte ; detras de la nuca y entre el anquenio y el borde posterior del tímpano se encuentra una muy grande relativamente á las otras, principio de una serie, que, convergiendo hacia dentro del dorso, concluye en la región sacra, pre- sentando al rededor de las ingles las ronchas que la componen más pe- queñas , estrechas y prolongadas ; aquellas glándulas ó ronchas mayores tienen la superficie irregular y verrugosa, como si la piel pasara por encima de ellas sin cambiar el carácter que tiene en la cabeza y dorso, cerca del ano, sobre el coxis, hay una verruga grandecita á cuyo al re- dedor se ven otras más pequeñas ; de esta misma clase, y alternando con regularidad las grandes y las chicas , corre á lo largo de los muslos una fila hasta la rodilla ; los costados tienen también verruguillas tuberculo- sas esparcidas desde el oido á los ijares, y las hay también por bajo de éstos, entre la comisura de los labios y la parte posterior de los hombros; del codo á la muñeca corre otra fila de cuatro ó cinco, extensas , pero de poco relieve ; sobre las piernas y tarsos la piel tiene el mismo aspecto que la del testuz y lados de la cabeza. Además de estas protuberancias glandulosas existe una arruga que parece continuar el borde de los pár- pados sobre los tímpanos , pasando bifurcada y subdividida á lo largo de los costados , y llegando en forma de simples dobleces cutáneos á las in- gles; otra arruga del mismo género, que no parece dispuesta con regu- laridad', corre por debajo de la anterior ; un pliegue glandular, largo y VERTEBRADOS. 85 estrecho, nace detras y debajo del ángulo de la boca y va á parar sobre el brazo; otro, en figura de S, circuye el contorno súpero-posterior del tímpano ; y entre estos dos últimos se muestra un abultamiento á manera de pequeña parótida, que levanta bastante sobre el plano del oído. Uno de los dobleces sencillos de la arruga lateral primeramente descrita , que llegan á los ijares, pasa al borde anterior del muslo ; otro más débil des- linda las caras superior y posterior de las nalgas ; y un tercero, más sa- liente y delgado que aquellos , forma un margen en el borde externo de la pantorrilla. Por debajo la piel es completamente lisa, esceptuados el contorno mandibular de la garganta, donde aparece como sobre el cráneo, que y la parte ántero-inferior de los muslos , sobre la cual pasan muy des- vanecidas las verruguillas de su cara superior á juntarse con los granos glandulosos de que está empedrada con regularidad un área triangular de su porción ínfero-posterior, desde algo más abajo del ano hasta cerca de la ingle y casi de una á otra de las corvas. Un pliegue no interrumpido, que va del uno al otro sobaco, atravesando el pecho por la mitad en línea sinuosa, y desde los sobacos con mayor anchura á lo largo de los límites laterales del abdomen y describiendo un semicírculo entre esta región y la inguinal , dibuja un peto algo estrecho, á semejanza del que se observa en muchos Leptodactylus , Cystígnathus y Pleurodema. El tono general de la coloración es gris ceniciento mezclado de oli- váceo ó azulado sucios ; del oliváceo más oscuro se ven : tres fajas verti- cales sobre las maxilas entre el hocico y el ojo, y otra más ancha , sepa- rada de aquellas por un gran espacio claro, sobre el oído, las cuales se corren á los bordes de la mandíbula ; un triángulo entre el ojo y la nariz: una ancha faja algo quebrada entre los ojos ; otra más estrecha en zig-zag sobre las escápulas ; y barras transversales sobre los muslos , piernas y tarsos, en los primeros correspondiendo á las verrugas mayores de la fila que va á lo largo de ellos ; estas barras , como las fajas de la cabeza y dorso, tienen su contorno cual si estuviera carcomido. De su color, pa- sando á pardo oscuro, se dibujan detras de las nalgas unas manchas amar- moladas sobre fondo claro, y de esta tinta, más ó menos sucia, son las regiones inferiores, las verrugas de los costados particularmente, los tubérculos, protuberancias y espoloncillos infra-articulares de manos y pies, y una serie de manchas á modo de festón del codo á la muñeca. W, VIAJE AL pacífico. Car. ost. — Los fronto-parietales son estrechos, lisos y de regular tamaño; sobre el occipucio forman un plano horizontal de contorno circular, sin crestas ni otras eminencias, ni surco que lo deslinde de la región proótica ; los bordes que corresponden á las órbitas convergen marcadamente hacia adelante y son algo cóncavos ; sus lados internos forman una canal abierta en el fondo por la fontanela, que se extiende desde el margen anterior del occipital hasta el etmóides , y cuyos már- genes son rectos hasta cerca del cuarto anterior de los fronto-parietales, donde cada uno presenta una escotadura curva, mitad del agujere re- dondo y delantero ó para- etmoidal de la dicha fontanela. Las crestas basilares proóticas no levantan apenas , ni sobresalen del plano fronto- parietal de la nuca ; por delante avanzan un poco sus apófisis fuera del contorno póstero-orbitario. La placa superior del etmóides es casi toda ella cartilagínea. Los prefrontales no se tocan por sus bordes internos, que son ternillosos, y con las apófisis ó ángulos externos de su borde posterior, los cuales se hallan apartados del contorno orbitario y dirigi- dos hacia la línea media de la cabeza, no llegan con bastante á los fronto- parietales. El esternón tiene su arco derecho debajo del izquierdo, y con la mayor curvatura hacia la paletilla ; el manubrio es corto, ancho y en figura de espátula ; el xifisterno se compone de un estilete óseo muy des- arrollado, cuyo extremo presenta un surco, ensanchado hacia el disco, que determina visiblemente una bifurcación, aunque sin separar el vastago en dos ramas ; y de un disco terminal partido hasta muy cerca de su ar- ticulación en dos lóbulos oblongo-prolongados y retorcidos á modo de cuerno en dirección del estilete. Las vértebras carecen de apófisis espino- sas. Las diapófisis de la sacra son cilindráceas y prolongadas, se articu- lan con el extremo de los iliacos y su choquezuela es lateral y algo ante- rior. El coxis tiene su quilla muy alta y extendida hasta la punta de su estilete, que es deprimido y con pocos bordes marginales. Los falangi- nes son cónico-prolongados y rollizos, y con la cabezuela algo truncada. DiM.— Delh.ala.=0,047. Cab., a. =0,02; l.=0,015. Extr. , br.=0,009; aut. =0,009; pal. =0,011; mus. = 0,026; pier. = 0,027; tar.=0,015; pl. = 0,022. Habita la república del Uruguay. Encontré el único individuo de nuestra colección cerca de Montevideo, en la llamada Playa Ramírez, por el mes de Diciembre. Eu su es- tómago he hallado, á vueltas de granos de arena marina y de restos de arácnidos, un élitro de carnicero, al parecer, de los que viven á manera de los Omophron. VERTEBRADOS. 87 Obseiw. Dajo la fomw exterior de un Leplodaclylus existe en el Litopleura marilimum un esqueleto de ver- dadero I'lcurodcma moditicaiio en su xilisterno, de suerte, que se acerca notablemente á los Gonphotates, Tarsoplcrus y Edalorhina. Sin embargo, la esbeltez de sus exlremidades posteriores, la carencia de grandes espolones en los tarsos, sus dientes palatinos y la fontanela, le separan de esos anuros, mientras que la falta de glándulas inguinales y la bifurcación rudimentaria del xifiisterno no son razones bastantes para divor- ciarlo por completo de las especies junto á las cuales le llevan la mayoría do sus caracteres osteológicos ; dis- tinción y analogía, que he querido expresar con su nombre genérico, cuya primera raíz alude á la sencillez, ;i la desnudez de las regiones inguinales, bajo una organización análoga á los que llevan en esa parte una glán. dula gruesa saliente y aislada á manera de lobanillo. Por tanto, sin dejar de reconocer que el L. marilimum establece una osculación con los primeros géneros de los Cystignalhi (Cope), creo que el lugar que más natu- ralmente le corresponde es al lado de la Hylorhina sylvatica Bell: los talles de ambos son bastante parecidos, análogas las proporciones de sus extremidades posteriores y forma de sus falangines, y semejantes sus cráneos, sus pupilas y la naturaleza de su piel. PLEURODEMA Fácies de Cystignathus ; cabeza y extremidarles proporcionadas ; tímpano generalmente poco visible ; pupila horizontal ; mandíbula edéutula ; dientes palatinos ; lengua libre, de contorno redondeado ó con una ligera escotadura posterior; fronto-parietales con fonta- nela; prefrontales separados uno de otro y de los fronto-parietales; vértebras procelias; sin costillas y sin apófisis espinosas; la sacra con sus diapóflsis abultadas en el extremo, levantadas y robustecidas ; coxis sin diapóflsis y articulado por medio de dos cavidades glenoídeas; esternón arcífero, con el manubrio cartilagíneo y el xiñsterno compuesto de un vastago óseo y de un disco terminal partido en dos lóbulos ; dedos de la mano libres, y el pulgar rudimentario perceptible al exterior ; dedos de los pies enteramente libres ó con una estrechíj palmeadura basilar y generalmente franjeados ; tarsos con los espolones salientes; metatarsos externos reunidos; falangines sencillos; piel glandulosa y despe- gada de la cabeza; dos glándulas inguinales aisladas á manera de lobanillos. Pleürodeiha Tsch. , C. der B., p. 84 ; D. & B. , E. g., atl., pl. 87, f. 2-2 a ; Betl.Z. of. the, «B., Uept. p. 36; Gir., P. A. N. S. Ph., 1853, p. 420;-ü. S. Expl. Exp. , Herp., p. 37; (sp.), Giinl., C. B. S. B. M., p. 31 ; Cope, Clas. of the are. an. CysTiGNATnos (sp), D. & B., E. g., p. 410; (sp.), Gtúch., inGay , H. F. P. Ch., Uept.,ps. 96 y lot. BouBiNATOR, Mus. Leyd. Bi'FO (sp.), Lcsson, Voy. do la «CoquiUe", p. 64. PLEURODEMA BIBRONI. PLFURorEM,\ BiBRONi Tscfi.. C. der B.,p. 85;Z). & B.,E. g.,pl.S7, f. 2-2 a; Gir., P. A.N.S. Ph.. (853, p. 4-20;— U. S. Expl. Exp.. Herp., p 38,pi: IV. fs. 33-38; Giiiií., C. B. S. B. M.. p. .?!, y Apend., p. 134; Pils., Rept. «Novara», silzung 8 nov. 186P. 88 VIAJE AL PACIFICO. Pleurodema Darwini BeH.l. c.,p. 37, pl. 17, f. 3; Gir.,P. A. N. S. Ph., 18'iS, p. 420. 1) ELEOANS Bell, 1. c, pl. 17, f. 4; Gir., 1. c. CvsTiGNATiiUS BiBRONi D. & B. , E. g. , p. 410; Guit/i. , 1. c, p. 96, pl. 7, f. 2. » ELEGANS, Guich., 1. C, p. 101. Bufo ihaul Less., 1. c, Rep., pl. 7, f. S (con la leyenda equivocada). BoMBiNATOu ocELLATüs, Mus. Leyd. Cabeza corta, gruesa y redonda; con el contorno maxilar semi-elip- tico ; con el hocico convexo sin ser saliente ; con el canto rostral liso y poco marcado ; con las mejillas inclinadas hacia adentro, planas entre la nariz y el ojo, continuando la convexidad del hocico alo largo del borde labial , y ligeramente hinchadas ó casi planas delante del tímpano ; con el testuz , desde la nuca á las narices , llano y algo en declive ; con su an- chura, respecto á su longitud, como 13 á 9. Los ojos son algo grandes y salientes, con el párpado superior no muy extenso, y el inferior corto y transparente ; su diámetro longitudinal es como la altura del hocico, y dista del borde posterior del oido igualmente que de las narices. Estas aberturas son redondas , y el espacio que las separa menor que el inter- orbitario, que la longitud del canto rostral y que la altura del hocico, cuyas tres medidas son iguales. El oido es apenas perceptible á través de la piel en los individuos cuyo tamaño no ha llegado todavía á 0,042 (del h. al a.), pero desde esa talla, y en los más crecidos, aparece elíptico- vertical , con el diámetro mayor poco más de un tercio de la abertura longitudinal del ojo, separado del ángulo de la boca por un espacio igual á su diámetro pequeño, y del ángulo posterior del ojo — hacia el que se inclina — otro espacio igual á su diámetro más grande. Los dientes ma- xilares, por lo general, son regulares y espaciados, y los intermaxilares no sobrepasan su altura ; pero el tamaño é inserción de unos y otros suelen estar sujetos á notables modificaciones. En casos, el borde alveo- lar de las maxilas no es óseo y firme, sino de consistencia membranosa, y los dientes se mueven en todos sentidos , faltos de apoyo é inútiles para cualquier servicio; otros individuos los tienen tan pequeños y encorva- dos hacia el paladar, que es preciso meter un dedo dentro de la boca para sentir la impresión de sus puntas en el pulpejo. Los dientes palatinos están dispuestos , ó en dos cortas filas , ó en dos grupitos oblícuo-trans- versos, separados por un espacio poco menos grande que cada uno de ellos ; la encía es voluminosa, llegando á veces casi á ocultar los dientes, VERTEBRADOS. 89 y el extremo anterior de su base, do contorno ovalado, es continua- ción del margen delantero de la choana. Los jóvenes tienen estos dientes más oblicuos que los adultos. La forma y agrupación de ellos y la extensión de las encías varían con la edad y el habitat: en la maj'or parte de los adultos, las dos filas ó grupos, prolongados idealmente hasta tocarse por atrás , tienden á describir un arco de largo radio ; pero lo común es , prescindiendo de edades , que las filas sean rectas y su ángulo muy abierto hacia adelante y con el vértice muy truncado, excediendo apenas el nivel posterior de las choanas. Son éstas redondas y pequeñas, y su distancia intermedia es igual á la que hay de cada una al borde anterior de la foseta interraaxilar. Los arcos ante-orbitarios palatinos son de poco relieve y lisos. Los pabellones de Eustaquio abren una mitad que las choanas , y su cortorno es triangular equilátero. La lengua es redondeada y libre en más de su tercio posterior ; varía bastante de contorno, siendo éste generalmente entre redondo y ovalado, á veces completamente discoideo y con frecuencia un poco escotado atrás , esco- tadura que acompaña á un ligero estrechamiento de la parte anterior y produce una forma acorazonada; en algún individuo, el borde posterior tiene como dos truncaduras á ambos lados del escote, y estos se prolon- gan hacia atrás en dos pezoncitos, de todo lo cual resulta una lengua semejante, en pequeño, á las de nuestras ranas. Los sacos bucales de los c/" se abren dentro de la boca por dos hendiduras, que principian algo detras de la comisura de los labios. Las extremidades anteriores, dispuestas á lo largo de los costados, llegan con la punta del dedo más largo al nivel del ano ; sus dedos , ge- neralmente, el 1.°, 2.° y 4." iguales, sobresaliendo el 3." desde los dos tercios de su penúltima falange, son cilindráceos y romos, y el interno, en los cT, mucho más robusto que en las 9; llevan tubérculos infra- articulares redondos y de igual tamaño, y la serie de cada dedo se con- tinúa sobre el metacarpo en otra más pequeña , que termina en la mu- ñeca , la cual lleva dos protuberancias oblongas reunidas ; el pulgar rudimentario produce otra de la misma longitud y grueso, pero más saliente. Las extremidades posteriores , dirigidas hacia adelante por debajo del tronco, asoman por el hocico el pié desde un poco más allá de la articulación tarso-metatársica; en este punto se levantan dos espolones Batracios. 12 go VIAJE AL PACIFICO. muy marcados , uno oblongo y romo, que es producido por el cuneiforme, y otro en la misma línea, redondo, cónico y tan alto como el primero; los dedos llevan nudillos infra-articulares , cónicos , elevados y alaro eran- chudos , cuyas seríes , como en las palmas , continúan á lo largo de los metatársicos unas espinillas que suelen faltar á veces en su mayor parte, pero quedando siempre la fila correspondiente al dedo externo, que aparece al borde del pié como una serie de dientecitos ; c/" y 9 tienen de ordinario los dedos franjeados, y los primeros la franja más visible, si bien en la edad adulta la diferencia es insignificante ; como la franja es tanto más ancha cuanto más viejo el animal, al juntarse en la base las de los dedos, resulta en los muy adultos una verdadera palmeadura, aunque corta. Hay 9 jóvenes con la franja reducida á un simple filete marginal, otros en quienes falta por completo. La piel es lisa, pero no siempre igual ; en la mayoría de los casos, protuberancias ó ronchas glandulosas , que con la edad son más abun- dantes y abultadas , la realzan , y por irregular y varia que la distribu- ción de ellas aparezca á primera vista en ciertos individuos , es , sin em- bargo, observándola con algún cuidado, como en los Cystignathus y Lep- todactylus: dos cordones ó series más ó menos interrumpidas y marcadas nacen detras de las órbitas j llegan hasta cerca del ano casi paralelas; otras dos, partiendo de más abajo del ángulo posterior de los ojos, des- criben una curva sobre los costados y terminan en los ángulos superio- res de las ingles ; otras dos , á veces confundidas en una sola á lo largo del eje dorsal , principian en medio del espacio inter-orbitario ; y por último, otras series más confusas se extienden por entre los cordones látero-dorsales hasta el limite inferior de los costados, siendo lo más frecuente que las verrugas que los forman se agranden y amontonen hacia las regiones sacra , coxígea y post-parótica ; estas mismas verru- gas , oblongas ó redondeadas y lisas , no faltan en los adultos sobre los muslos y piernas. En el trayecto de los cordones látero-dorsales y hacia el tercio posterior de su longitud , se encuentra la glándula caracterís- tica del género, unas veces achatada y lenticular, otras como un elip- soide perfecto, otras con el extremo ó polo que mira á la ingle muy separado del cuerpo y echado hacia afuera, imitando á las parótidas de algunos sapos ; hállase aislada é independiente de la masa del cordón — VERTEBRADOS. g, cuando éste se manifiesta bien desarrollado — y casi siempre es única; pero tengo á la vista un individuo muy adulto que lleva dos en cada hipocondrio, una en pos de otra, y la posterior más pequeña. Detras de los ángulos de la boca hay siempre una glándula oblonga ó triangular, y un pliegue de la misma naturaleza, más ó menos señalado, pasa sobre el tímpano, y, describiendo una S, termina encima del brazo ; entre la mano y el codo suele haber una fila de glaudulitas muy lisas, y en el margen externo de los tarsos, en los jóvenes, un ligero doblez cutáneo. Las partes inferiores son enteramente lisas, salvo las arrugas trans- versales pectoral y abdominal, y esceptuando la mitad de los muslos, cubiertos desde su borde ti'asero hasta cerca de las corvas de verruguitas tuberculosas, que disminuyen á medida que se aproximan á las ingles y rodillas. Otro tanto que de la distribución de las verrugas y glándulas de la piel puede decirse de su dibujo y colores , puesto que el plan bajo que se disponen una y otros es uno mismo ó semejante, ya estén ó no desarro- lladas aquellas protuberancias cutáneas. Los rasgos fundamentales ó tí- picos de la coloración consisten en los siguientes : sobre un fondo varia- ble desde el pardo amarillento ó rojizo más ó menos intenso al azul ceniciento, dos anchas fajas situadas en la misma dirección y lugar que los cordones glandulosos látero-dorsales ; una mancha inter-ocular en figura de triángulo, entera y extendida á lo largo de la espalda hasta el ano, ó dividida y prolongada en dos tiras hasta ese mismo punto, y en igual correspondencia con sc-ies de verrugas dorsales; dos barras que parten de ambos lados del hocico y concluyen en los ángulos anteriores de los ojos; otras dos que desde los ángulos posteriores van sobre el tímpano al hombro ; una mancha triangular ó semi-circular desde el la- grimal hasta el borde del labio ; una serie de manchas en cada costado por bajo de los cordones latero-dorsales ; y tres barras transversas res- pectivamente sobre los muslos , piernas , pies y brazos ; todas estas man- chas , tiras y barras son de los mismos colores del fondo , pero de tintas más oscuras, y genei'almente ribeteadas de un limbo más claro; y cuando las fajas y listas dorsales se hallan interrumpidas , al eentro de cada mancha parcial corresponde una verruga glandulosa , si estas existen en el individuo. Las inguinales ofrecen coloración muy varia; centro ne- CJ2 VIAJE AL PACIFICO. gro rodeado de una zona blanca , ó á la inversa ; partidas por igual de ambos colores ; ó salpicadas de manchas. Las barras de los muslos no se continúan en su parte posterior; ésta es de color oscui'o uniforme. Car. ost. — La fontanela fronto-parietal es sumamente extensa, y los huesos que la forman son tan estrechos , que dejan al descubierto una gran parte del occipital y casi todo el margen posterior del etmóides; sus bordes orbitarios , en ángulo diedro , convergen hacia adelante ; su contorno posterior ú occipital describe un semicírculo y está á la misma altura de las crestas basilares de los proóticos, que son poco salientes y rollizas. La placa superior del etmóides está osificada solamente hasta la mitad de su longitud, donde se distingue de la ternillosa por una línea semicircular. Los prefrontales están separados uno de otro y bastante apartados de los fronto-parietales ; el ángulo externo de su margen pos- terior, que es escotada, no toca al borde orbitario. El esternón tiene sus arcos regulares , unas veces con el izquierdo sobrepuesto al derecho y otras por el contrario ; su manubrio es largo y en forma de espátula ; su paletilla se compone de un vastago óseo corto y ancho y un disco dividido por una profunda escotadura con dos lóbulos grandes y divergentes. Los falangines son largos , cónicos , muy esbeltos , encorvados y con la cabe- zuela muy pequeña y ruda. DiM.— 5=Delh. ala.=0,047. Cab., a.=0,119; l.=0,013. Extr., br. = 0,011; ant.= 0,011; pal. = 0,014; mus. = 0,023; pier.=0,022; tar. = 0,011; pl. = 0,026. Habita en la América del Sur, y conocidamente, hasta ahora , la zona litoral desde el golfo de Méjico hasta los límites de la Patagonia, al Oriente ; y al Occidente, toda la que constituye el territorio chileno hasta Chilóe. En el estómago de los individuos con dien- tes imperfectos ó desprovistos de ellos he hallado principalmente arácnidos y dípteros , y arácnidos y curculionídeos en los dentados. Los procedentes de Valdivia y Valparaíso lle- van en las ancas cantidad del Cysticercus indicado en la descripción del Cystignathus roseus. Observ. Como en casi todas las especies abundantes y de habitat extenso, hay en el P. Bibroni diferencias de unos individuos á otros ; pero son éstas tan notables y en tanto número, que una simple indicación me pa- rece insuflcicnte, y voy á consignarlas con alguna minuciosidad, aunque peque de prolijo, por lo que importan al verdadero conocimiento do este batracio y pueda aprovechar en la determinación de otros.— Incluyo en las dichas variantes las que considero efecto de la edad y las importantísimas anomalías del sistema dentario accidente normal , quizá , en la existencia del individuo. DiF. 1.^— Cuerpo obeso, bufoniforme; tímpano perceptible; lengua oval 6 discoidea, gruesa y escotada poste- riormente; dedos de los pies con las franjas bien desarrolladas y reunidas en la base en estrecha palmeadura piel muy verrugosa, semejante á la délos Pj/a-ícepftaíus ; glándulas inguinales oblongadas, alguna vez dobles, protuberantes y con el extremo posterior echado hacia afuera; esternón con el arco izquierdo sobre el derecho. Fajas dorsales oscuras, interrumpidas poco ó mucho, confluentes ó no con las triangulares de entre los ojos VERTEBRADOS f,3 una lista blanca á lo largo de la línea media del cuerpo, pero s61o bien marcada en el hocico y dorso; glánd. inguin. con la mitad anterior blanca y la posterior negra ; regiones inferiores de color uniforme.=Q (del ti. al a.=0,047>, o (O, ü45); Valdivia. 2.^— Cu. algo deprimido; tímp. percep. ; leng. oval, escoU, y á un lado y otro de la escotad, dos prolonga- ciones, que imitan las de la rana; ded. de los pies, en los adultos, como en la dif. 1.*; piel poco verrugosa; glán. ingu. prolong. y muy prominentes ; are. est. izq. sobr« dere. ; faj. dorso-laler. anchas , casi continuas y con- fluentes con las triang. de los ojos y la media dorsal ; glánd. ingu. y regio, infer. como en la dif. 1 .'=Q (".**>/• 2 O (0,033), Q j(5v. (0,024), 2 peq. (0,015): Valdivia. 3.'— Cu. esbelto; tímp. apenas percep.; leng. muy ancha por atrás y entera; ded. de los pies como en las difs. 1.* y 2.'' ; piel cun los cord, de verr. dorsales bien definidos y marcados; glánd. ingu. prolong. y regula- res; are. est. izq. sobre der. ; faj. dors. estrechas, y las centrales, continuación de la triang. de la cab. interrumpidas; glánd. ingu. negr. cercadas de blan. y con una mancha central de esc últ. color; una lista blan. anch. y contin. desde el hoc. al ano ; reg. infer. de col. unif.=Q jóv. (0,03) ; Valdivia. «."— Cu. esbelt. ; tímp, casi impere. ; leng. entera, gruesa, estrecha y prolongada, casi bufoniforme; todos los ded. sumamente aguzados, los de la mano con un margen estrecho pero muy visible, los del pié con las franjas muy desarroll., formando palmead, en la base, de borde curvo ó ensiforme, y tan anchas á la mitad del dedo, que en la posición natural los bord. se sobreponen los unos á los otros como en los Podiceps; margen exier. del tarso muy saliente; piel enteramente lisa, esccp. en los costados, reg. coxíg. y sobre las pier. ; glánd. ingu. regulares y redondeadas ; ar. est. izq. sob. dere. ; mancha triang. de entre los ojos pequeña y aislada, las dors. conflu., interr. y dejando al descubierto grand. trechos del fondo claro del dorso, cuyo color es el dominante, pecho, abdóm.y garg. (en la o) salpicados de man. mohosas oscuras; glánd. ingu. blanc. con una man. negra masó menos c('ntrica.=4 O (0,025), o (0,023): Valparaíso. 5.' — Cu. abultado ; tímp. impere. ; leng. grue., disc, entera ; dientes maxilares y palatinos con los alvéolos memr branosos ; ded. de los pies romos y como en las dif. 1." y 2." ; piel un poco verrug. y algo áspera ; glánd. ingu. regul. y redondas ; esqueleto poco consistente y flexible ; are. est. izq. sob. der. ; man. inter-ocul. reducida á una tiarra transversal; faj. dors. indep. é interr. á grand. trechos y dejando gran parte del fondo claro de la piel al descubierto ; glánd. ingu. blan. con una gran man. cent, redonda ; reg. infer. de col. unífor.=p ;o,04) : Santiajo de Chile. 6."— Cu. abul. ;tímp. apenas percept. ; leng. grue., discóid. y liger. escot. ; ded. de los pies con las franj. bien desarr. pero de bord. paralelos ; piel lisa ó sólo con alg. verr. pequeñas sobre el coxis y las ingl.; glánd. ingu. regul. y ovoid. ; ar. est. der, sobre izq. ; mancha inter-ocul. entera , las dors. independ. é interrump. á grand. trechos, ó confluentes y formando dos grand. man. escapulares y una sola sobre la sacra , dejando al descub. gran parte del fondo claro de la piel ; pecho y abd. salpic. de manchitas mohosas oscuras ; glánd. in;u. neg., cercadas de blan. y con una man. centr. de este col.=o (0,03), o (0,035) : Santiago de Chile. 7.'— Cu. abul. ; tímp. casi imp. ; leng. discoid. ; ded. de los pies con las franj. poco desarr. ; piel lisa , esceplo sob. la reg. coxí.; glánd. ingu. regul. y oblongadas; ar. est. izq. sob. der. ; manch. inter-ocul. y dors. con- fluentes; restos de tira blanca sobre el cóx. y dorso; fondo claro de las reg. sup. é infer. azulado ceniciento; partes claras y oscuras del dorso salpicadas de puntos negros ; glánd. ingu. blanco-azuladas con una man. neg. centr.=Q (0,036 : Valparaíso. 8.'— Cu. abul.; tímp. muy poco percept.; leng. pequ., discoid., entera; sin dientes maxilares ni palatinos, peí o bien desarrollada la encía de los últimos; ded. de los pies de punta abult. y con las franj. muy estrechas; pie verrug.; glánd. ingu. oblong.; ar. est. izq. sob. der.; esqueleto blando; man. inter-ocul. y dorsales confluentes casi todas á la mitad del dorso, dejando allí al descub. muy poco del fondo claro; éste y los muslos salpic. de pint. oscur.; rastros de una línea clara desde la confluen. de las man. al hocico; glánd. ingu. blanc. con una man. negra ovalada en el centro ; reg. infer. salpic. de manchitas mohosas.= o (0,032) : Valparaíso. 9.°— Cu. regular; tímp. impere; leng. gru., discoid. ú oval y entera; ded. de los piís con las franj. bien desarr. y la punta obtusa; piel verrug.; glánd. ingu. grand. y ovoideas; ar. est. der. sob. izq.; faj. dors. independ. é interrump ; la inter-ocul. pequeña ; restos de la lista blan. media en la reg. escap. solamente ; glánd ingu. blan., con una ó más man. neg. dispuestas con irregular.; reg. infer. de color unifor.=cí y O (0,031) Sant. de Chile. 10.°— Cu. algo aeprimido; tímp. impercep.; leng. pequeña , redonda y entera, ó acorazonada y bastante hen- r,4 \IAJE AL PACÍFICO. dida por airas; ded. de los pies con las franj. poco desarr.; piel casi lisa; glánd. ingu. elípticas, pequeñas y muy planas, casi como placas; ar. est. der. sob. izq. ; glánd. ingu. oscuras, cercadas de blanco; reg. infer. de col. unifor.=2 cT (0,029): Valparaíso. 11."— Cu. regul.; tímp., en los jóv., complelam. impercopi.; leng. gru., red., peque, y liger. escot. en los adultos, ancha y aveces profundamente escotada en los jóv.; ded. délos pies romos, con las franj. bien desarr. en los o , libres completamente y con las franj. nulas en las o; piel bastante verrug. en los O y las verrug. dis- puestas por el orden regular, lisa en las o, con las verrug. muy esparcidas en los jrtv. ; glánd. ingu. entre oval, y redon.,muy poco salientes, deprim.y exlen. ; ar. esl. izq. sob. der. ; man.inter-ocul. reducida á una barra Iransver.; faj. dors. independ. é interrump. á gran, trechos; ellas y el fondo claro salpic. de punt. oscuros, glánd. ingu. blan., con una gran man. centr. neg., que á veces se dilata, quedando la glánd. |iattidade blan. y neg. como en las dif. 1.' y 2."; reg. inf. de col. unif.=cr q (0,029), 5 pequen. (0.02 á 0,0U): Rio-Grande do Sul. Esta serie diferencial de 30 ejempl. demuestra, en mi concepto, de una parte la inmensa dificultad de un deslinde razonable de variedades, y de otra la posibilidad de establecer nuevas especies con alginias de sus di- ferencias, tomadas aisladamente. Así, pues, no se me alcanza cómo Mr. Giinther, que con tanto acierto rechaza las especies ekgans y Danoini de Bell., consigue agrupar los 18 individuos del P. Bibroni de la colección del Museo Británico en tres variedades, fundadas en la existencia de la faja dorsal, más ó menos completa, ó en su falta, y en la coloración de las glándulas inguinales. Mejor comprendería el restablecimiento de la ekgans con las diferencias 1.°, 2.' y 3." de mi serie, que al fin tienen de común el proceder de una misma localidad y otra porción de rasgos; y acaso también el de otra nueva con la diferencia 4.", cuya lengua y franjas digitales son notables, aquella por su forma estrecha y larga , éstas por su gran desarrollo; pero insisto en que todo eso es para mí cuestión de más ó de menos en el cómo dichos caracteres se m^tniflestan, y no de caracteres específicos, por más que en algunas diferencias no sea la misma la colocación de los arcos esternales, que yo creía invaria- ble, y cuya creencia tengo que modificar en vista del ejemplo que ofrece el P. Bibroni. Como quiera, y aten- diendo á loque la serie diferencial arroja, la breve diagnosis de esa especie, en el Catálogo de Mr. Giinther es inexacta en varias de sus frases , pues hay g que carecen de franjas digitales en los pies ; individuos que tienen en la edad adulta el tímpano perfectamente distinto; y las glándulas inguinales (dif. 10.') pueden ser deprimidas á mudo de placas y no más salientes que cualesquiera de las del P. lahyrinthicum (C. labyrinlhiciis D. ét B.) De algún más reparo que la cuestión de distinguir variedades en el P. Bibroni, es la anomalía que en algu- nos casos presenta su sistema dentario. Por lo general existe completo y enclavado con firmeza , poro en más de un individuo faltan los dientes palatinos, ó éstos y los maxilares aun tiempo, ó unos y otros.aunque con la forma y dureza ordinarias, van sobre alvéolos membranosos, cuya circunstancia los hace impropios para el uso á que estos órganos están destinados en los anuros que los llevan. Esta anomalía, por otra parte no exclusiva del P. Bibroni (Vide P. granulosum), ¿ representa una modificación normal ó periódica relacionada con algún cambio de alimento ó costumbres, ó con la edad ; ó es mero accidente en la vida del individuo? Y en csle caso, el ac- cidente persiste ó nó durante toda ella, ya sobrevenga en el principio de la última metamorfosis del animal ó ya le acaezca en cualquiera de sus períodos; oes simplemente un síntoma morboso? A primera vista, y con sólo considerar que hay anuros dentados y desdentados con idéntico género de vida, idéntica alimentación é idénticas costumbres, para mí son en igual grado admisibles todos los supuestos, y no sé por qué no ha de haber una especie, que, viviendo indistintamente y por tiempo más ó menos largo, ya con dientes ó ya sin ellos, demuestre lo poco que importa que im Atites y Scaphiopus los tenga, ó un Bufo ó Hy- iiplesia carezca de ellos. Sin embargo, no negaré que el examen de los individuos más ó menos desdentados del P. Bibroni y los del P. granulosum suministra un dato, que induce á atribuir la expresada anomalía á una en- fermedad , entre cuyos efectos haya de contarse la caída ó atrofia de los dientes. Su esqueleto es muy gelatinoso, pobre de sustancias calizas, elástico, y, cuando seco, muy deleznable; su tejido se asemeja al que después de una fractura no ensalmada se forma en los extremos de los huesos largos de los batracios , donde poca materia tiene que formar un gran volumen , cuyo caso he observado en un L. pachtjpits ; en cambio, las criptas cutáneas (á veces hasta los folículos déla mucosa intestinal) se han convertido en pequeños depósitos de una materia ca- liza blanca y fina, que llenan la piel de asperezas, y en algunos puntos de granitos duros, semejantes á los que suelen observarse en los sapos ; como si la sustancia destinada á endurecer huesos y dientes, distraída de su objeto poruña causa anormal , se difundiese por todo el organismo, convirtiéndose en secreción ln que había de ser concreción. VERTEBRADOS. f,5 Sea una ú otra la causa, ello es que puede haber y hay Plcurodcnias, es decir, anuros del grupo de los den- tíferos, sin dientes; y sin embargo, nunca se ha hecho mención de ellos al disculir la prioridad de caracteres en la distribución sistemática de este orden de batracios; se han citado solamente los géneros Kaloula (o Caliula] Microhyla y Eupcmphix (Steindachncr). ¿Acaso la serie de individuos de nuestra colección es la única que muestra con amplitud pormenores de la indicada anomalía? Advertiré de paso que la lengua del Eupemphix Nnitcreri Steind. es muy semejante á la de nuestra dif. *.°. que su traza y forma del límpano son idénticas á las señaladas en la t .' y 2.*, que encierran , en mi concepto, los elementos del P. ckgans Bell. ¿ No pudiera ser uua variedad del P. Bitroni la que ha servido al Sr. Steindachner para crear aquel género? Yo no he observado las difs. I.'' y 2.' más que en o; los O deberán tener la palmea- dura de los pies mucho más desarrollada , con arreglo al carácter diferencial de esos órganos en los dos sexos, y esto explicaría que en el líupemphix llegue la membrana interdigital á la mitad de los dedos, aun siendo esea- i'ialmente tal variedad de P. Dibroni. PLEURODEMA GRANULOSUM mh. Hahüus como en el P. Bihroni. Cabeza alta, con el testuz horizontal y en el mismo plano que la región escapular; con las mejillas y el ho- cico casi verticales, aquellas planas, éste ligeramente redondeado; con el contorno maxilar parabólico ; con su anchura respecto de su longitud, tomadas ambas desde los ángulos de la boca, como 5 á 4; y con su altura desde la parte anterior del testuz al borde del labio igual á la que hay de la comisura de los labios al nivel del occipucio. Las narices son redondas, regulares y colocadas debajo del extremo del canto rostral, tocándole inmediatamente , y la distancia que las separa es la misma que la intermedia de cada una de ellas al ángulo anterior del ojo. El canto rostral está perfectamente marcado por la intersección casi en ángulo recto de los planos superior y laterales de la cabeza. Los ojos son regulares y protuberantes, con la pupila redonda, el párpado superior no muy ex- tenso y el inferior estrecho; el espacio que los separa es igual al que hay del lagrimal al borde inmediato inferior del labio. El tímpano es com- pletamente imperceptible. Las choanas son de proporcionada abertura oblongas y longitudinales; su borde anterior se prolonga hacia atrás oblicuamente por en medio de ellas y en linea recta. Esta dirección es la que llevaría la fila de dientes palatinos si existiesen, pero tanto éstos como los maxilares faltan por completo. Las crestas ante-orbitarias so- bresalen muy poco en el paladar, que es bastante abovedado. Los pabe- llones de Eustaquio son estrechos, mucho más pequeños que las choanas. 96 VIAJE AL PACÍFICO. y como éstas longitudinales. La lengua es gruesa, oval, más ó menos pro- longada, entera y libre en su tercio posterior y un cuarto de su anchura á cada lado. Las extremidades torácicas , dirigidas hacia atrás , alcanzan con la punta del dedo más largo á la mitad de la cara inferior del muslo ; son de proporcionada robustez; sus dedos enteramente libres, rollizos y romos; el 1.", 2.° y 4.° con corta diferencia iguales; el 3." excede á los demás en sus dos últimas falanges; llevan nudillos infra-articulares , medianos y cónico-obtusos , y en la palma se descubren bastante bien las series de verruguitas que desde aquellos van á la muñeca; ésta tiene en medio una protuberancia redonda, no muy saliente, pequeña é igual ó algo mayor que la formada por el pulgar rudimentario , que está muy poco desarrollado. Las extremidades oJ}dominales , dirigidas hacia adelante, llegan á la parte anterior de la boca con la articulación tarso-met atar sica; son proporcionadas á los brazos; sus dedos romos, cilindráceos, comple- tamente libres , y sin rudimento ni rastro de palmeadura y enteramente lisos , ó con ligerísima indicación de franja , en cuyo caso hay también algún pequeño indicio de membrana interdigital ; la planta del pié es completamente lisa y algo abultada ; el cuneiforme produce un espolón larguito , alto y con su parte anterior exenta y muy parecida á un dedo pequeño; enfrente y en la misma línea hay otro más grande, compri- mido , y como aplicado contra el tarso, con el borde libre dirigido hacia afuera , y redondo ó algo aguzado en el extremo delantero ; su forma es especial y no conozco otra semejante en los anuros de Sur-América. La piel sobre la cabeza, tronco y muslos y en los costados es granu- gienta, extendiéndose los granitos en la cabeza por los párpados supe- riores, por el testuz hasta las narices y por las mejillas hasta el hocico, que en lo restante es liso ; en los costados hasta más abajo de su límite inferior^ corriéndose por las ingles hasta el término posterior del abdo- men y mezclándose con los que cubren la cara inferior de las nalgas, subiendo hasta los alrededores del ano ; en la superficie de las glándulas inguinales están, sin embargo, borrados. Además de estos granitos, que accidentan con regularidad el fondo general de la piel, existen: 1.°, va- rias verrugas glandulosas de tamaño mucho mayor que los granos, aun- que el suyo no es excesivo, repartidas con cierta simetría desde la región VERTEBRADOS. 07 oculax' á la sacra, las mayores en la región escapular , j que afectan más ó menos claramente la disposición de series longitudinales; 2." dos cor- doncillos de la misma naturaleza, sinuosos, más ó menos interrumpidos, que cruzan del ángulo posterior del ojo al hombro, y desde aquí, que- brando su dirección , suben hacia el dorso ,- cambiándola de nuevo para buscar en línea recta , curva ó en zig-zag los polos anteriores de las glándulas inguinales; detras de cada ángulo de la boca hay también una glándula piriforme muy abultada. Las inguinales son elipsoídeas , pro- longadas, de gran relieve y muy exentas de los ijares. La piel en lo res- tante del cuerpo es lisa , á parte de dos arrugas , una que cruza el pe- cho por los sobacos , otra que pasa por el limite posterior del abdomen. En la coloración, cuando vivo el animal, dominan las tintas azula- das y oliváceas, sobre cuyo fondo se dibujan las fajas pardo-castaño os- curo y las manchas casi negras de las glándulas inguinales. En los restos que el alcohol ha dejado, se notan, sobre un tono general blanco-sucio, ti- rando á rojizo en las regiones superiores, bien trazados y definidos, de co- lor pardo , desvanecido en las partes anterior y cefálica y más intenso en las restantes del tronco y miembros: 1.°, dos barras bastante anchas y cortas á ambos lados del hocico desde la nariz al labio; 2.°, otras dos debajo de la parte anterior del ojo; 3.", una faja quebrada, que va de pestaña á pestaña, con tendencias á prolongarse posteriormente como la mancha triangular común de tantos Cistignatideos ; 4.°, dos grandes manchas- escápulo-paróticas que se corren sobre la parte posterior de los párpados, trazando una línea paralela á la faja inter-ocular ; 5.", dos grandes manchas dorsales confundidas en el centro de esa región y que se dirigen hácig. la inter^-ocular ; 6.", tres pares- simétricos" de manchas semejantes á las dorsales, uno sobre los lomos, otro sobre la sacra, y otro sobre el coxis, el cual de una parte se corre por las ingles formando sobre fondo blanco un dibujo sinuoso ó labiríntico , y de otra se confunde con las barras basilares de los muslos; 7.°, otras dos barras más sobre las nalgas, que parecen más ó menos bien definidas detras de ellas y salpicadas de manchitas claras ; 8,", tres barras transversales sobre las pantorrillas y otros tres ó cuatro en la parte supero-exterior de los pies; 9.°, una mancha longitudinal posterior en el brazo, y dos anchas trans- versales en el antebrazo. Por debajo era de color amarillo blanquizca, Batracios. i 3 g8 VIAJE AL PACIFICO. lavado hacia la garganta j pecho de morado vinoso pálido ; hoy con- serva una tinta violada sucia muy baja. Las glándulas inguinales son blancas con una gran mancha negra, redonda ú ovalada, en el centro. Car. ost. — Aunque la fontanela es grande, los fronto-parietales son anchos y forman en el espacio inter-orbitario un trapecio con el lado pos- terior casi el doble del anterior, de superficie abovedada ó tegular, con sus bordes externos, ó correspondientes á la fosa órbito-temporal, rollizos, y los osternos, ó que limitan la fontanela, curvo-convexos, de manera que tienden á tocarse uno con otro ; el contorno posterior ú occi- pital es semicircular, con su plano á poco mayor altura que las crestas ba- silares proóticas ; sus apófisis anteriores son redondas. Redondas son tam- bién las márgenes posteriores de los prefrontales , que están muy sepa- rados uno de otro y de los fronto-parietales , dejando una gran parte del etmóides al descubierto, y apartándose también del contorno orbitario. El esternón tiene los arcos con su mayor curvatura junto al xifisterno, y colocado el dererecho sobre el izquierdo ; el manubrio es largo j muy estrecho; la paletilla tiene el vastago corto y ancho (semejante al del P. Bihrom), y el disco terminal es de la misma forma que en su congé- nere, pero más extenso. DiM.-5=Del h. al a. = 0,036. Cab. , a.=0,014; 1. =0,011. Extr. , br. = 0,009; ant.= 0,009; pal. = 0,01 ; mus. = 0,015; pier.=:0,015; tar. = 0,008; pl. =0,016. Habita ea las cercanías de Mootevideo. El Sr. Gibert, veciuo de esa ciudad, abogado, y dueño de una rica colección de reptiles de aquel país, regaló los dos ejemplares de nues- tra colección á mi compañero el Sr. Martinez , ya con la advertencia de que los creía nuevos. Dentro de su estómago he hallado restos de crutáceos, al parecer, marinos, de arácnidos? y de un coleóptero carnicero y un estafilinídeo , mezclados con granos de arena y detritus de vegetales. Su alimentación no puede ser más variada, y probablemente sus cazaderos y sitios predilectos serán á orillas del mar, en las playas, como los del Lito- pleura maritimtim. 2 O : Montevideo. (Regal. por el Sr. Gibert). Observ. Las afinidades de nuestro P. granulosum con el P. Bibroni son muchas , y considerando lo que este último varía, pudiera tomarse la primera especie como una diferencia más de la segunda. Sin embargo, aparte de las diversas formas y relaciones de los fronto-parietales y prefrontales, al exterior hállanse suficien- tes caracteres específicos distintivos, comparando sus cabezas, sobre todo en la parte superior, anterior y canto rostral, las choanas, pabellones de Eustaquio, pulgar rudimentario, palmas, muñecas, plantas y tarsos con todas las protuberancias y espolones que llevan , los accidentes de la piel y la coloración. Por más que las anomalías observadas en el P. Bilroni me persuadan á que no puede ser carácter constante la falta de dientes en los Pleurodema , la coincidencia— si lo es— de que los dos individuos del granulosum ca- rezcan absolutamente de los maxilares y palatinos y hasta de las encías de estos últimos, me ha puesto perplejo VERTEBRADOS. oO y dudoso de la ¡m[)ortancia que á este hecho deba atribuirse. Es, en verdad, muy raro, quedos individuos i dénticos ofrezcan con igual identidad una anomalía en órganos que pueden considerarse de más 6 menos valor (rsinlógico entre los anuros, pero que indudablemente la tienen en su zoografía. Ahora bien, ¿sucederá con los Pleurodeina una cosa análoga ala del gi''niMi) A'a/ou/a? Sólo cslo fallaría, para que el arreglo sistemático de aque- llos vertebrados constituyera la desesperación de los naturalistas, haciendo imposible hasta el ecléctico y transi- gente de Mr. St. Ticorge Mivart. Entre tanto y mientras esta cuestión se resuelve sobre el terreno y con tiempo, no delante de unos cuantos ejemplares con.«ervados en alcohol , fuerza será explicar el fenómeno atribuyéndolo á uq - estado moi boso, comportable, sin embargo, y compatible con la vida ordinaria de esos animales. Las dos Q que liemos descrito del P. granulosum presentan en su mayor desarrollo los síntomas que indiqué al tratar de P. Bibroni : los huesos no tienen con.sislencia ninguna; las extremidades en especial ,— como se cuenta del ílhi- nophrynus docso/is ,— parece que carecen de ellos ; los depósitos calizos de las criptas cutáneas son abundantí- simos: en el paladar, en el suelo déla boca, en los párpados inferiores, en la conjuntiva y basta en el peritoneo se presentan visibles y numerosos. OREOBATES. Traza de Cysügnathits ; cabeza proporcionada ; oido bien desarrollado; tímpano muy vi- sible; sin parótidas ; párpado superior sencillo; pupila redonda ; dientes palatinos detras de las choanas, en dos arcos con la concavidad hacia adelante; mandíbula edéntula; len- gua regular, discoidea y poco libre; vértebras procelias, sin costillas, con apófisis espino- sas, y las epífisis costiformes de la tercera encorvadas y dirigidas hacia arriba ; diapófisis sacras sencillas, ciliudráceas y articuladas con el extremo de los iliacos ; coxis indepen- diente, con dos cavidades articulares glenoídeas y sin diapóñsis ; fronto-parietales bien desarrollados y sin fontanela; prefroutales grandes, muy inmediatos uno á otro y separa- dos de los fronto-parietales; esternón arcífero, con el manubrio cartilagíneo, y el xifls- terno reducido á una placa ternillosa muy hendida ; dedos de manos y pies enteramente libres , y cou los espolones y protuberancias sumamente desarrollados ; metatarsos ex- ternos reunidos; falangines bifurcados; piel tuberculosa y despegada de la cabeza. Oi'.rOBATES Espada, Anal, de la Soc. Esp. de llisí. Nat., niini. 1.°, p. 86. OREOBATES QUIXENSIS. Obeobates qüixessis Esp., 1. c, p. 87. Cabeza gruesa, corta, alta, de contorno maxilar parabólico; con el testuz llsno y casi horizontal y la región inter-orbitaria espaciosa; con las mejillas anchas, planas é inclinadas hacia adentro en ángulo de 45', y el hocico romo, vertical y apenas avanzado sobre el labio; con su an- 100 VIAJE AL pacífico. chura, respecto de su longitud, como 3 á 4 en los adultos, como 4 á 5 en algunos jóvenes, y la altura — casi la misma hacia el medio del canto rostral que sobre el oido — próximamente igual á una tercera parte de la longitud. El canto rostral es cilindráceo, algo hinchado, y sus líneas convergen hacia las narices mucho más que las de las mejillas hacia el hocico ; su abultamiento produce un surco longitudinal en la parte supe- rior de la mejilla , que termina debajo y detras de la nariz en una bien marcada foseta. Los agujeros nasales son ovalados , oblicuos y algo la- terales ; sepáralos una distancia igual á la que hay d^ cada uno á la sin- fisis maxilar y á la mitad de la que media entre los extremos posteriores del canto rostral. Los ojos son algo grandes y saltones, el párpado supe- rior ancho y extensible, el inferior extenso y transparente ; su diámetro longitudinal equivalente al espacio que separa sus ángulos anteriores; distan del hocico un doble que su contorno inferior del borde inmediato del labio, y del lagrimal á la comisura de los labios hay tanto como de su ángulo posterior á la abertura nasal del mismo lado. El tímpano es per- fectamente redondo y un tanto vuelto hacia atrás; su diámetro como el espacio internasal; una mitad de esta medida le separa del ojo; el punto más inferior de su contorno llega en los jóvenes á la línea de los labios, y en los adultos algo más arriba ; entre los puntos más internos de sus bordes superiores hay la misma distancia que de cada uno de ellos á la línea de los agujeros nasales. La boca es grande, y los contornos ma- xilares interno y externo casi concéntricos. Las choanas son proporcio- nadas y redondas : forman con la foseta intermaxilar un triángulo equi- látero, y están separados sus márgenes posteriores de las crestas palati- nas transversales una mitad más que su diámetro. Los dientes maxilares son gruesos, fuertes, muy poco aguzados y distribuidos con igualdad. Los palatinos están situados en el filo posterior de una alta apófisis cilindrácea y biselada, pero cuya faceta ó plano de truncadura mira hacia adelante, por lo cual el arco que los dientecillos describen resulta con la curvatura hacia atrás , y ellos dirigidos hacia las fauces ; pero esta forma típica de la encía no se presenta siempre tan definida : la apó- fisis dentífera suele reducirse á una protuberancia lenticular ó giobuli- foi'me, en cuyo último caso los dientes aparecen agrupados en vez de alineados; siempre, sin embargo, dejan las encías entre sí un espacio VERTEBRADOS. loi equivalente al diámetro de una choana, otra distancia algo mayor entre sus puntas exteriores j el borde interno de aquellos agujeros, j un hueco de igual anchura entre las interiores y las crestas transversales palati- nas ; de manera que su colocación resulta detras de las choanas y entre éstas y dichos arcos palatinos. Los pabellones de Eustaquio son más gran- des que las choanas, estrechos, triangulares y atravesados. La lengua es gruesa ; su forma ordinaria la discoidea con una ligera muesca en el borde posterior, pero se presenta también algo oblongada y á veces entera ; siempre la parte libre no llega á un tercio de su diámetro, sea por atrás, sea en los costados, y el margen anterior toca en la sínfisis mandibular; la cual lleva una diminuta eminencia correspondiente á la proporcionada foseta iutermaxilar. Los cf carecen de sacos bucales aéreos. Las extremidades anteriores , aplicadas á los costados , llegan con los dedos más cortos á las ingles , y son bastante robustas ; todas las protu- berancias de la palma son muy abultadas y alcanzan la misma altura; en el centro, junto á la muñeca, está la más grande, ovoide, con el polo más estrecho hacia los dedos, unas veces aislada, otras confundida con el espolón basilar del metacarpo externo ; la sigue en tamaño la produ- cida por el pulgar rudimentario, que es cónica y en casos muy exenta ó libre ; próximamente de su mismo volumen es el espolón infra-articular del extremo del metacarpo del dedo interno, y los correspondientes á ese lugar en los oti'os dedos poco menores, y todos cónicos y algo ganchudos; además, el dedo 3." lleva ua segundo -espolón infra-articular, y los huesos del carpo tienen todos otros dos cada uno ; los dedos son cilindrá- ceos, lisos, abultados como maza en toda la extensión del falangin, y sus yemas , del mismo modo que las protuberancias palmares , están cubier- tas de una epidermis callosa á semejanza de algunos escuerzos ; el 3." es el más largo, el 4." le llega á la base de su falangin, el 1." un poco más abajo, y el 2." á la mitad de la penúltima falange. Las extremidades ab- dominales, dirigidas hacia adelante, tocan con la mitad del tarso á la punta del hocico ; son proporcionadas á las anteriores , y las piernas algo más largas que el muslo ; los tarsos son lisos , sin doblez ninguno en sus bordes; los dedos completamente libres, no existen ni vestigios de palmeadura basilar, y sólo en algunos individuos se nota un finísimo ri- tos VIAJE AL PACÍFICO. bete en la mitad inferior; su punta es más aguda que en los de la mano; sus nudillos infra -articulares están desarrollados de un modo extraordi- nario, y forman unos ganchos muy agudos encorvados hacia adelante contra el dedo ; la planta lleva filas de tubérculos á lo largo de los hue- sos del metatarso ; el cuneiforme sobresale en un espolón de la misma figura y tamaño que los nudillos ; en la parte opuesta y en la misma li- nea hay otro idéntico al del cuneiforme ; una epidermis callosa cubre también todas estas protuberancias. Toda la piel superior y lateral de la cabeza, tronco y extremidades está cubierta de numerosas verrugas redondas coronadas de una ó más espinillas cónicas; las mayores se encuentran en la región parótico- escapular, sobre los ojos y á lo largo de la línea media del cuerpo; entre éstas se distinguen siempre dos glándulas de ma3'or tamaño muy apezonadas y salientes debajo de ios tímpanos, y á las cuales suele acom- pañar una serie de tres ó cuatro , que se dirigen al dorso por cima del brazo; cuatro ó seis en el centro de la espalda algo achatadas, unas cuantas á lo largo de las mejillas, y á veces, y como revelando en el adorno de la piel sus conexiones con los Cistignatídeos, se notan uno ó más cordones de esas verrugas, partiendo de la mitad posterior de los ojos y cruzando sobre los tímpanos, que bosquejan los dobleces cutáneos característicos de aquel grupo ; las espinillas desaparecen en los contor- nos del abdomen ; en cambio se distinguen todavía en algunas pax'tes de los tarsos y piernas en que ya han desaparecido las verrugas ; las de ios muslos pasan á su parte media póstero-inferior convertidas en granitos apretados y regulares; la garganta, pecho, abdomen, ingles, y la super- ficie inferior de los muslos , piernas y pies son completamente lisos. La coloración, por encima, es pardo-oscura con alguna tinta mo- rada y verdosa ; sobre ese fondo se destacan con más ó menos limpieza barras del primer color más intenso, en esta forma: una ancha interor- bitaria bien terminada por delante y desvanecida hacia la nuca ; otra en zig-zag sobre las escápulas, y cuatro en las mejillas, cuyos extremos pa- san á ia mandíbula, dispuestas debajo de las narices, de la mitad del canto rostral y de ios ángulos anterior y posterior de los ojos ; sobre las extre- midades hay, también del mismo color, tres manchas bien dibujadas en la parte posterior del antebrazo, tres fajas en el brazo y otras tres en el VERTEBRADOS. io3 borde exterior de la mano ; cuatro oblicuo-transversas en la cara supe- rior del muslo; cuatro quebradas sobre las pantorrillas, y que con fre- cuencia aparecen de contorno confuso; y cinco ó seis en el borde supe- rior del tarso y pié. Una tinta pardo-fuliginosa reina en todas las regiones inferiores, la cual en los muslos y piernas se presenta uniforme y sal- picada de manchitas casi blancas, y en el abdomen, costados y garganta desteñida con cierta regularidad en puntos ó espacios sinuoso-labirínti- cos, figurando una mezclilla, cuyo dibujo, á medida que se acerca á los extremos de las manchas y barras de la parte superior del cuerpo, tiende á disponerse como ellas ; las palmas y plantas son pardo-oscuras , con las protuberancias blanco-amarillentas. Car. ost. — Todo el esqueleto responde al típico de los Hylodes ; los fronto-parietales están completamente osificados y forman una placa es- trecha y llana entre las órbitas, y ligeramente cóncava sobre el occipu- cio ; aquí su contorno se compone de dos arcos , que van á reunirse en ángulo hacia la nuca; en lo restante sus bordes son rectos y paralelos, terminando á ambos lados en dos apófisis muy avanzadas sobre el etmói- des. Los proóticos tienen la cresta basilar muy desarrollada, pero la punta anterior, aunque angulosa y levantada, no entra apenas en la fosa orbi- taria; la temporal tiene el fondo casi llano, pues el timpánico no sobre- sale ni levanta el borde externo de ella. Los prefrontales son muy exten- sos, pasan un poco de la línea de las aberturas nasales, están en contacto todo á lo largo de sus bordes internos, pero no llegan con bastante con los posteriores á las pi-olongadas apófisis externas de los fronto-parieta- les ; son entre convexos y tegulares, y tienen una como abolladura junto al borde que corresponde á la base del canto rostral detras de las narices. Los maxilares presentan su rama anterior muy ancha , en forma de una placa cuadrilonga. El esfenóides es largo, llega con su apófisis etmoi- dal á la base de las encías palatinas. El espinazo es muy flexible , y du- rante el reposo del animal describe una curva cuyo seno corresponde á la articulación de la segunda dorsal con la tercera ; desde ésta hasta la sacra todas tienen la porción anular aplastada; en las dos restantes y el atlas en quilla ; las apófisis espinosas de las nueve bien desari'olladas, y las prolongaciones ternillosas de las diapófisis segundas retorcidas hacia arriba á modo de cuernos; las diapófisis de las dorsales 3/, 4.", 5." y 6.° 104 VIAJE AL PACÍFICO. se hallan dirigidas hacia atrás, la 7/ es normal al eje raquídeo. La cho- quezuela sacro-coxigea es lateral y sú pero-anterior, y está osificada. El coxis tiene su quilla muy alta, deprimida en el ángulo basilar y prolongada hasta la punta del estilete, cuyos lados ensanchan dos laminitas margina- les. El esternón es de arcos angostos y endebles y con el izquierdo sobre- puesto al derecho, de manubrio prolongado, mucho más doble en la base que el disco terminal, y el xifisterno consiste en una placa poco más larga que la cuerda de los arcos, ün tercio menos de ancha, hendida en otro tercio de su parte anterior, sencilla, ternillosa, y en los adultos osificada en el centro de la mitad basilar. Los falangines son, en pies y manos, muy largos, cónicos, aleznados, lisos en la base y bifurcados en la punta, pero sin que esta bifurcación exceda de las medianas proporciones. Los sesamoídeos de la articulación de los metacárpicos con las Manges están muy desarrollados, tanto como en el L. pachypus. DiM.— 5=Del h. al a. = 0,058. Cab., a. = 0,025;l. =0,017. Extr., br. =0,012 ;,aHt.= 0,015; pal.=0,015; mus.=0,029; pier.=0,032; tar.=-0.015; pl.=0,029. Habita en la provincia Oriental, antigua de Quijos, en el Ecuador, al pié de la Cordi- llera; es abundante. En su estómago be encontrado restos de estaflliuídeos y lamelicornios. El ejemplar sobre el cual lie tomado las medidas tiene todos los huesos y los dientes de color pardo oscuro. 5 : S. Jos6 de Moti (Ecuador);— 4 ^ : Archidona (id.);— 5 cf : id ;— 2 jóv. : id. Observ. El O. quixensis añade una más á las varias formas transitorias de los Cistignatioos á los Hilodinos, ejteriormente es un Leptodaclylus , interiormente un Lithodytes, y con dificultad puede halUicse consorcio más acabado entre el aspecto de un tipo y la estructura de otro. IDISOO C3-X.0SSI3D-^J: EDALORHINA. Talle de Asterophri^s ; cabeza pequeña, cuneiforme, comprimida, con el hocico y las mejillas perpendiculares y coa la nuca deprimida, ancha y continuada en el mismo plano del dorso, que es horizontal , extenso y achatado como todo el tronco y la cara superior de las piernas; narices protuberantes; ojos saltones, de pupila redonda y párpado superior' VERTEBRADOS. io5 adornado en la pestaña con grandes verrugas cóuico-apezonadas ; oído bien desarrollado y tímpano muy perceptiblo; siu parótidas; lengua larga, libre y escotada posteriormente; dientes palatinos; mandíbula edéntula; vértebras procelias, con apóíisis espinosas excepto en las tres primeras, y sin costillas, pero con los procesos cartilagíneos costiformes muy desarrollados; diapófisis sacras en forma de paletas triangulares ; coxis independiente, sin diapóflsis y con dos fosctas gleiioideas para articularse con la sacra; fronto-parietales grandes y completos; prefron tales casi cu contacto uno con otro y con los fronto-parietales; etmóides muy desarrollado, cartilagíneo en su mitad anterior; esternón arcífero, coa el manubrio ternilloso y el xiñstcrno compuesto de vastago óseo ahorquillado con un disco cartilagíneo cu cada extremo de la horquilla; dedos de la uiano libres, y el pulgar ru- dimentario saliente; dedos de los pies reunidos en la base por cortísima palmeadura, con- tinuada hasta la punta en franja estrecha; metatarsos externos reunidos; dos espolonr-s en el talón, uno del cuneiforme, otro externo; falangines lisos en la base y terminados en cabezuela transversal y prolongada en dos espinitas ganchudas; piel muy gruesa, tu- berculosa y despegada del cráneo. Edalokhina Esp., Jor. de Se. M. Ph. e Nal. de Lisboa, n. IX-Jun. 1S70, p. 58. Obsekv. Este nolabilísimo género, que viene á representar entre los batracios americanos un tipo de la región indo-asiática, encierra caracteres osteológicos bastantes para formar familia aparte, ó dividir, por lo menos, cualquiera de las que se han establecido con los anuros provistos de dientes maxilares, sin parótidas ni discos digitales de adherencia y con las diapólisis sacras ensanchadas á modo de paletas triangulares. Clasificado rigurosamente según el sistema de Mr. Giinther, la paUneadura de los pies le lleva á los Diico- glossidíe, uno de sus grupos más heterogéneos y arlini'iales, y que ahora, con este nuevo elemento añadido á los que comprendía, viene á resultar casi insostenible, nu sólo con arreglo á razonables principios zoográQcos. pero ni alegando las conveniencias y comodidades del empirismo. Si del sistema del sabio profesor del Museo Británico pasamos al de Mr. Cope, ocurren nuevas dificultades para incluirle en él, pues se trata de uno de sus Discoglossida; sin costil'as, ó de un AsleropJirijs ó Mcgalophryi con vértebras procelias; de una forma, en lin, que reúne caracteres fundamentales de dos ó tres familias, con más algunos propios y exclusivos , como sus fronto- parietales, su iifisterno y sus falangines. Tampoco en la ecléctica clasilicacion del Sr. St. Georges Mivart existe lugar naturalmente adecuado para el Edalorhina; su familia Discoglossidce , más vaga aún y heterogénea que la de Mr. Giinther, sólo le admite entre el Pelodytes y el Leplohrachium , tipos que ni debe i subsistir juntos, ni menos asociados con el nue\o ¡.'enero que aqui se propone. En la fauna americana, yo no encuentro ninguno que se le asemeje; en las otras el Mega- lophrys es el que se le allega con mayor copia de caracteres. EDALORHINA PEREZI. EOALORBINA PEREZI Esp., 1. C. La forma del tronco y cabeza reunidos y la disposición en que la piel, extremadamente gruesa, se pliega en dobleces ó se levanta en tu- bérculos , para adornai'le por encima desde la punta del hocico hasta la B.VTRACIOS. 14 io6 VIAJE AL PACÍFICO. planta de los pies, estando en lo restante del cuerpo ajustada exactamente á los músculos, prestan á este batracio un habitiis por extremo curioso. El más notable de aquellos dobleces es el que ciñe el contorno del tronco, ensanchándole por ambos lados con un reborde ó margen saliente de dos á tres milímetros de anchura, y que, partiendo del ángulo posterior de los pái'pados , va á terminar más atrás de la región sacra en un ángulo, cuyo vértice se encuentra sobre el ano y á un nivel más alto que la cara supe- rior de las nalgas ; para formar ese margen , parece que la piel ha tenido que extenderse horizontalmente y levantarse por igual sobre la nuca, cue- llo, dorso y región sacra, porque la superficie de todas estas partes es con- tinua y situada en un mismo plano, que, limitado por dicho margen, figura el contorno de una lim^ ó mejor el de un escudo heráldico. Hacia la parte anterior de los lados del cuello y sol»re los tímpanos la exten- sión de la piel hace también que ambas regiones laterales sean continuas, comprimidas, como cortadas perpendicularmente, y que la región lateral del cuello, como la superior sobre la nuca, pasen insensiblemente á las mejillas , á cuj' o nivel se encuentran , pero separadas por una arruga obli- cua, que baja por detras del tímpano hasta muy cerca de la articulación humeral. No contribuye poco al aspecto original de esta especie otro re- l)orde cutáneo saliente, en figura de arco de flecha, que limita por detras la región frontal, pasa, como en el Ceralophrys Boiei j xme^iro Q]em- plar del megastoma , por encima de los párpados y termina en el tubér- culo más agudo de los tres que herizan la pestaña; este borde en el cen- tro, ó sea en el seno del arco que figura, avanza sobre la frente en una punta aguda, cuyo ápice cae en la línea media ó eje longitudinal de la cabeza , de manera que parece compuesto de dos ramas en forma de S muy prolongada. La cabeza es triangular, alta y comprimida en las mejillas, re- dondeada ú obtusa en el hocico ; éste, aunque achatado, adelanta sobre la boca, cuya abertura es inferior y se prolonga además en un ribete ver- tical de la piel rollizo y terminado por arriba entre las narices, y por abaje en una escotadura del labio superior, que parece haberse reman- gado, para formar ese ribete ó arruga; en la sínfisis de la mandíbula, que por lo demás nada de particular ofrece , hay una elevación cónica entre dos escotaduras, correspondiente á la intermaxilar. Las narices levan- VERTEBRADOS. 107 tadas, túmidas, se acercan tanto al extremo anterior de la cabeza, que forman allí la prominencia ántero-superior del hocico y adelantan hacia esa parte la línea del canto rostral, el cual puede decirse que termina á cada lado en la parte más elevada de la eminencia producida por cada una de las narices ; sepáralas una canal cerrada posteriormente con un tubérculo cutáneo, y por su parte anterior tocan al pliegue intermaxilar; sus ventanas son ovales y oblicuas; el diámetro mayor de ellas vertical, y por efecto de la anchura del tabique internasal los conductos se abren hacia atrás y un poco hacia arriba. El canto rostral está marcado por una cresta cutánea corta, cóncava, tuberculosa y que, comenzando in- sensiblemente en la parte posterior de las narices , se continúa en la li- nea de tubérculos que levantan el párpado , confundiéndose con ellos; de las ventanas de la nariz á los ojos hay una distancia igual al diámetro de las órbitas , y á la que separa la comisura anterior de los párpados del borde inmediato inferior de la boca. La frente es triangular, profunda; su superficie, como la de toda la cabeza, irregularmente granulosa; pero en el centro lleva tres tubérculos salientes casi de igual tamaño y dispuestos en triángulo isósceles, cuyo ángulo más obtuso mira hacia el tubérculo del surco nasal. Los tubérculos que coronan la pestaña de los párpados superiores son tres, cónicos, largos y mastoídeos ; el más pró- ximo á la cresta del canto rostral es el más obtuso, el más largo y más grande es el que se confunde con el borde cutáneo frontal posterior, que pasa por encima de los ojos, y el de atrás, aunque pequeño, tiene la cúspide apezonada ; desde la base de este tubérculo hacia adentro hay también otro liso y de tamaño semejante al primero ó más anterior de todos. De las dos mitades en que el reborde frontal divide el pár- pado, la anterior presenta su superficie llena de verruguillas y la pos- terior como arrugada. El globo del ojo es poco saliente , pero el espesor del párpado es tan notable, que contribuye mucho con su abulta- miento á la concavidad de la región frontal ; como en los Ceralophnjs, suple á la cortedad del infez^ior, cerrando él solo todo el ojo. El tím- pano es elíptico y está colocado muy cerca de los ojos; su borde ántero-superior dista de ellos lo que el ínfero-posterior de la comisura de los labios; su diámetro más grande iguala á la distancia que media entre el borde externo de la órbita y el más inmediato de la maxila. El loS VIAJE AL PACÍFICO. contorno de la boca abierta es romboidal. La lengua grande, oval, pro- longada y casi recta en los costados , un poco escotada en el borde pos- terior y truncada en el anterior, sólo por este borde es adherente y está sostenida por un piececillo estrecho y prolongado desde adelante hasta la mitad del eje longitudinal de la lengua , rematando allí en una especie de frenillo doble, constituido por dos repliegues verticales de la mucosa. La superficie superior de la lengua no es plana : hállase levantada á to- do lo largo de la linea de inserción del piececillo, y como si estuviese comprimida por ambos lados, se inclina hacia los bordes interiores de las mandíbulas, de los cuales dista bastante. Los dientes palatinos, casi cubiertos por el velo del paladar, pues las crestas que los llevan apenas sobresalen, están agrupados irregularmente en dos filas oblicuas no más largas que el diámetro de las choanas; por su extremo anterior, que es el más afilado , se inclinan hacia afuera , acercándose al contorno de di- chas aberturas ; los extremos opuestos pasan con mucho de la línea tan- gente á los bordes posteriores de las choanas, no llegan á juntarse, y la distancia de uno á otro es con corta diferencia algo menos de la longitud total de cada fila de dientes ; son éstos obtusos , embotados y parecen tubérculos ó granitos óseos. Los agugeros de los cornetes son redondos y distan entre si lo que cada uno de ellos de la sínfisis maxilar. Las aber- turas de las trompas de Eustaquio son mucho más pequeñas que las choa- nas , están situadas muy atrás y distan una de otra lo que cada una de ellas de la punta del hocico. Aunque la región superior del cuerpo , considerada en conjunto , es plana y horizontal , presenta, sin embargo, algunas desigualdades dignas de notarse ; la parte anterior y correspondiente á la nuca y auquenio es deprimida é inclinada y su declive va á continuarse con la ca- vidad de la frente ; la porción sacro-lumbar ofrece por el contrario dos eminencias subconvexas, separadas de la margen cutánea por una canal ó surco que se borra cerca del cuello y sobre la rabadilla ; ésta es aqui- llada, y el doblez poco prominente de la piel que forma esa quilla se pierde hacia la mitad del dorso y vuelve á levantarse , siguiendo siempre la línea de simetría del cuerpo desde la parte posterior del cuello hasta dar en una foseta, detras de la punta del reborde frontal, que avanza ha- cia el medio de la cabeza. Cuatro tubérculos redondeados á manera de VERTEBRADOS. lor, cabccitas de clavo marcan sobre la región del dorso un cuadrángulo ; otros de diverso tamaño y forma más irregular están como esparcidos al acaso por toda la superficie de ella, que es granulosa como la de la cabeza. La mayor anchura del plano dorsal equivale á la distancia que hay desde la parte anterior del pecho á la posterior del abdomen ; la menor es igual á la que media de uno á otro borde maxilar debajo exactamente de las órbitas; su longitud, tomada desde el orificio del ano hasta la punta avan- zada del pliegue frontal , es como vez y media su mayor anchura. Los costados , como el abdomen , la garganta y las ingles son completamente lisos. El ano es muy saliente ; su orificio prolongado y con los bordes en un plano enteramente vertical , hállase por debajo de la punta que forma posteriormente el borde cutáneo del coxis; la piel de sus contornos está llena de tubérculos más ó menos grandes. Las extremidades anteriores, dirigidas hacia adelante y aplicadas contra la cabeza, asoman toda la mano por la punta del hocico; son li- sas, y un doblez de la piel, recortado en tres puntitas triangulares, va desde el codo á la base del dedo externo, provista de una protuberancia oblonga poco saliente ; la que tiene el dedo interno en su base es más comprimida y más levantada. Toda la palma está llena de tubérculos ó eminencias globuliformes , sobresaliendo los que se encuentran entre la antepenúltima y penúltima falanges de los dos dedos internos y todos los que lleva el más largo ó segundo de los externos ; las articulaciones ex- tremas de todos ellos carecen de esas protuberancias. Los dedos son fi- nos , cilindráceos , los externos más aguzados que los internos y el se- gundo de aquellos excede á los restantes , que son de igual longitud , en sus dos últimos artejos. Las extremidades posteriores, dirigidas hacia adelante y aplicadas á lo largo del cuerpo, exceden la longitud de éste en la mitad del pié, contada desde el metatarso hacia la punta de los de- dos. A primera vista parecen estar insertas muy por bajo del nivel de- la región sacra, efecto, por una parte, del lenvantamiento que produce en ésta su pliegue marginal, y por otra, de la depresión de los muslos, de los cuales se puede decir lo que del tronco , esto es , que son planos por arriba y convexos por abajo. Dichos muslos, anteriormente, son lisos del todo , casi del todo en su cara inferior, escepto la porción más pró- xima al perineo, donde la piel es papilosa , arrugada y forma detras un no VIAJE AL PACÍFICO. borde comprimido y tuberculoso, de cuya parte media nacen dos pliegue- citos, que van por encima de las nalgas hasta uno y otro lado del ano ; el plano ó haz supexúor hállase circunscrito por un borde más ó menos pro- nunciado , más ó menos entero de la piel que separa esta región de las restantes ; está sembrado todo él de pequeños tuljérculos, y hacia el medio realzado por uno mucho más grande y semejante á los cuatro que ador- nan la región dorsal. La pierna, cerca de una cuarta parte más larga que el muslo , es oblonga y achatada por encima, y el ribete cutáneo que limita su cara superior está cortado en dentellones irregulares; la superficie de ella tiene el mismo carácter que la correspondiente del muslo y está cruzada en sentido oblicuo al través por una arruga rolliza saliente y á manera de un semi-anillo; por debajo es completa- mente lisa. Los tarsos, de longitud igual á la mitad de la pierna, son cor- tos, robustos, prismático-triangulares , muy ensanchados hacia su ar- ticulación metatársica por un pliegue cutáneo anguloso y saliente que viene desde la corva á lo largo de la cara exterior de dicho tarso , forma una especie de empeine comprimido, al correrse sobre el metatarso, y se continúa hasta la primera falange del segundo dedo externo, cuyo plie- gue, durante el reposo de los músculos, debe ser causa, en mi concepto, de que la planta del pió desde el talón metatársico inclusive se mantenga en un plano perpendicular al eje del tarso ; éste, sobro su cara intero-poste- rior, que es plana, lleva entre varios sumamente diminutos tres tubérculos prominentes y piramidales, uno cerca del talón verdadero ó calcañal, oiro próximo al metatársico ; el tercero á manera de espolón sobresale un do- ble, y con forma más regular entre esos dos, y una de sus aristas se pro- longa en el margen de la piel que va á terminar, pasando por fuera de la protuI)erancia del primer cuneiforme, en la que hay más adelante en la base del pulgar. La piel de la planta de los pies es granulosa, y los granos dispuestos según el eje de los dedos ; las eminencias articulares faltan en la de la última y penúltima falanges ; las que existen son prolongadas y ganchudas. La escasa membrana interdigilal forma una margen muy es- trecha á lo largo de los dedos, y éstos son finos y aguzados como los dos externos de la mano ; como generalmente sucede en los anuros van aumentando progresivamente de longitud hasta el 4.°, y el 5." alcanza la del 3.°, exceptuada su última falange. El hueso cuneiforme sobresale VERTEBRADOS. iii bastante y constituj'e un espolón cilindráceo liso y cuyo extremo anterior es cónico, aguzado, libre y parecido á uno de los nudillos infra-articulares de los dedos ; en la parte opuesta y extrema del tarso hay otra protuberancia redondeada mayor y más ancha que la del cu- neiforme. La coloi'acion general de esta especie es sepia intenso uniforme en la región dorsal y cefálica, desvanecido en las mejillas, en los costados, y sobre las extremidas; blanco nacarado puro ó rosáceo, manchado simé- tricamente de negro, en las regiones inferiores del cuerpo y miembros. Dos fajas de una tinta análoga á la del dorso cruzan la superficie su- perior de los muslos en la parle donde llevan los tubérculos; dos líneas estrechas más oscuras marcan el contorno de los periscelios ó semi-ani- llos; otra de tinta más clara divide en dos ángulos iguales el recto que forma la planta de los pies al articularse con el tarso. Las manchas negras del antebrazo son dos, una anterior humeral suboblonga, otra posterior cubital pequeña y muy estrecha; dos también las del antebrazo, una triangular interior junto á la muñeca, otra linear larga posterior sobre el cubito. Las manchas de los costados parten respectivamente de la región del tímpano y del extremo del mayor diámetro del plano superior dorsal ; su perfil rodea por delante la base del brazo , avanza hacia el pecho y en linea curva ó sinuosa vuelve á acercarse á su punto posterior de partida; con el mismo contorno avanza de nuevo hacia la región inferior del abdomen , la cubre toda ella j se confunde con la correspon- diente al costado opuesto ; de manera que entre las dos manchan por com- pleto la región inguinal y rodean la base de los muslos, dejando en claro un espacio triangular sobre los hipocondrios y otro del mismo contorno y muy grande sobre el al)dómen de figura de peana de cruz , abierto hacia el pecho, que, como la garganta, es blanco enteramente. El muslo pre- senta una faja ancha y oldicua junto á la rodilla, que es blanca; esta faja termina bruscamente y sin tocar al borde anterior del muslo, pero se corre á lo largo del opuesto, que es comprimido, llegando por encima hasta el ano, reuniéndose en el medio, tiñendo el surco interfemoral y perdiéndose en las manchas de las ingles ; por la parte de la rodilla, di- chas fajas se ensanchan también , ocupando toda la corva y el extremo superior de la pierna, la cual tiene además otras dos manchas, una cua- 112 VIAJE AL PACÍFICO. drangular atravesada junto al borde interior y en su tercio más superior, otra redondeada junto al borde externo j tercio inferior y otra irregu- lar, que ocupa el contorno del tobillo y se extiende por la cara interior de los tarsos, dejando en blanco el tubérculo en forma de espolón, hasta las plantas de los pies, que tiñe enteramente , desvaneciéndose en los dedos. La parte ántero-superior de los pies es blanco-cárnea; igual color domina uniformemente en los espacios claros de las piernas ; los circu- lares de los muslos son róseos, y esta tinta más pálida tiñe el borde pos- terior del gran claro triangular del abdomen. Car. ost. — Todo su esqueleto es por extremo robusto y duro, y las piezas del espinazo se hallan tan fuertemente amarradas unas á otras y á la cabeza conréelos ligamentos, que hacen casi inflexible la región ocípito- dorsal. Los fronto-parietales forman entre los dos una placa cuadrilonga terminada por delante en una semi-elipse y por la parte opuesta sobre la nuca en linea transversal sinuosa ; el fondo de la placa es ligeramente convexo , casi llano , pero desde la mitad de la- anchura de cada fronto- parietal se levanta en borde realzado, cuj-o filo á lo largo de las fosas or- bitarias tiene tres espinas , una muy aguda 3^ recta en que remata por delante y en el punto que principia la curvatura del borde anterior, otra en la base de ésta y tercio anteiñor del margen orbitario y otra en el tercio posterior, junto á la cual por la parte de afuera principia un surco estrecho y profundo, que duplica el borde fronto-parietal colocado sobre las fosas temporales. El etmóides tiene su lámina superior larga, de márgenes muy levantadas y formando una canal que continúa la de los fronto-parietales ; cerca de sus dos tercios anteriores es car- tilagínea , ensanchada en el hocico é hinchada en los contornos de los agujeros nasales ; algunos de los tabiques de sus senos se hallan osifi- cados, como en el Rhinophrynus dorsalis. Los prefrontales son anchos y cortos en su mitad externa, la interna avanza mucho por delante y entre las narices en punta aguda, y por detras en ángulo recto casi tangente por el vértice con los fronto-parietales; los bordes internos de ambos son paralelos y tan próximos , que casi se tocan en toda su longitud; como consecuencia de esta colocación de los prefrontales, que parecen retirados hacia el eje de la cabeza, para dejar espacio á las protuberancias nasales del etmóides, quedan al descubierto entre sus VERTEBRADOS. ii3 márgenes posteriores j las anteriores de los fronto-parietales dos espacios triangulares del plano superior etmoidal, casi independientes , opuestos por el vértice y uno á cada lado del eje longitudinal cefálico. Las vér- tebras son procelias, de grandes anillos; el atlas está unido á la primera dorsal ; estas dos y la tercera tienen sus apófisis espinosas anchas y aplas- tadas en faceta áspera y con una depresión mediana central; las restantes, inclusa la sacra, en quilla y bien salientes; á todas enlaza un ligamento á modo de tira ó cinta muy tenaz y adherente ; las diapóílsis tienen con respecto al eje raquídeo la dirección ordinaria, }'• son deprimidas y de regular anchura; pero las epífisis ó procesos costiformcs ternillosos están de tal manera desarrollados en la 4.', 5.°, 6.°, 7/ y 8.", y su curvatura es tan pronunciada hacia abajo, que forman un armazón ventral seme- jante al posterior de la cavidad toi'ácica de los Saurios; especialmente en la 4.', la epífisis ó falsa costilla cartilagínea es más larga que la diapófisis ósea. Las sacras son verdaderas paletas de contorno triangular, delgadas en el extremo libre, añadido de un cartílago, más robustas y no tan de- primidas en la base; en su relación con los iliacos en nada difieren de las de una fíy/a ó un Bu fu, de suerte que su articulación corresponde á la forma de su ensanchamiento. El coxis lleva dos cavidades glenoídeas para articularse con la sacra , de la cual es independiente; carece de dia- pófisis y su quilla es deprimida, algo ensanchada y con un surco todo á lo largo de sus dos tercios basilares. El esternón tiene los arcos estre- chos y endebles; el manubrio cartilagíneo, prolongado y en forma de espá- tula; el xifisterno es pequeño y consta de una plaquita ósea de bordes del- gados y transparentes, que lleva en su centro, esculpido á gran realce, un vastago ó estilete ahorquillado , con cada uno de cuyos extremos se articula un disco cartilagíneo oval y con el eje mayor en la misma línea que el de la rama correspondiente. Los falangines son largos, cónico-cilin- dráceos, lisos en la base y con la cabezuela roma por delante y prolongada á uno y otro lado en dos apófisis puntiagudas y encorvadas hacia la base, que representan perfectamente las espinas transversales carateris- ticas de los Hylodes , en la misma ó análoga proporción que los S trabo- mantis , Oreábales , Rh'noderma y Ei^gystomops . DiM.— Del h. ala =0,037. Cab., 1. =0,015; a.=0,013. Extr., br.=:0,01: an(. =0,009: pal. =0,01; mus.=0,013; pier.=0,016; tar. =0,009; pl. =0,017. Batkacios. i5 114 VIAJE AL PACÍFICO. Habita en los alrededores del pueblo de Ñapo, riberas del rio de ese nombre ; obtúvele en el mes de Mayo de unos indios empleados por nosotros en la recolección de objetos naturales, y por más recomendaciones que les hice, sólo pude conseguir un ejemplar. Esta circunstancia indica que ha de ser raro. Dedico la especie al distinguido profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid, D. Laureano Pérez Arcas, mi primer maestro de Zoológia. Q ? : Ñapo (Ecuador) BRACHYCEPHALINA :F>m^"5rnsris aiiD JE . PHRYNISGUS. Traza de B)/fo joven ; cuerpo achatado ; extremidades cortas; cabeza regular, breve, deprimida, y con el hocico redondeado, obtuso y no saliente; abertura de la boca pro- porcionada; oido imperfectamente desarrollado; tímpano completamente imperceptible; trompas de Eustaquio rudimentarias; paladar edéutulo; lengua estrecha, cilindrácea, prolongada y libre ; d con sacos bucales aéreos; dedos perfectos, cuatro en la mano libres, cinco en los pies semi-palmeados ; dos espolones en el talón; fronto-parietales y proóticos muy desarrollados, y la fosa orbitaria separada de la temporal; prefrontales pequeños, distantes uno de otro y de los fronto-parietales ; porción anular de las vértebras deprimi- da, ancha, como las diapóflsis, que llevan expansiones laminares y son cortas; esternón sin arcos ni manubrio , con los coracóides en contacto por sus extremos y éstos separa- dos de los pre-coracóides ; coxis con diapóflsis , independiente de la sacra y articulado con ella por medio de dos cavidades glenoídeas ; falangiues muy deprimidos , con el cuerpo conoide y la cabezuela ancha y toda llena de asperezas; piel gruesa, muy tuberculosa , y los tubérculos rematados en espinillas. PiiiiTMscus IViog-m. ,Nov. Act. Leop. , 1834, p. 264 ; D. ^ B. , E. g.,p. 722; BeH , Z. of tlie iobphus l-'ilz., Mus. Vien. VERTEBRADOS. PHRYNISCUS NIGRICANS. PiiuvMscts McniCASS Wieym., I. c,; D. V B-> K. g. . p. 723; Dill, Z. of llic «B., p. 49, |)1. 40, f. 3-5; r)Orb.,\. A M., ílopl.,p. II, pl. )5, f. 1-4; Gii/ií. , C. B. S. B. M.. p. 43. CiiAUNUs FoiiMosus (Mus. Lejcl.) Tsch., 1. c. El cuerpo, aunque deprimido, no es plano por encima, sino ligera- mente convexo en el dorso y región escápulo-cervical , que se presenta más abultada que el testuz. La cabeza tiene el contorno maxilar parabó- lico; el hocico cónico, obtuso, con la parte superior acanalada y la ante- rior curva y vertical como las mejillas; el testuz ancho , corto y llano; el canto rostral grueso, con el perfil horizontal en arco, que, continuado por el hocico con el del lado opuesto , completa un semicírculo ; su an- chura y su longitud están en la proporción de 3 á 2. Las narices son redondas y regulares ; hállanse en una línea más avanzada que la sin- fisis mandibular, y bastante más abajo del plano superior del hocica ; la distancia que las separa es casi el doble de la que media entre cada una v el borde inmediato del labio , algo mayor que la de cada cual al án- gulo delantero del ojo, é igual á la mayor abertura de éste. El contorno inferior de las órbitas está bastante separado de los bordes maxilares; los párpados inferiores son extensos y traslucidos , los superiores poco levantados , deprimidos más bien , y sus pestañas , proyectadas en arco de circulo sobre las mejillas, forman con el del hocico, mirando nor- malmente j por arriba la cabeza, tres lóbulos casi iguales; la pupila es circular. Las choanas son pequeñas , redondas, muy apartadas unas de otras , laterales j ocultas por la proyección del borde labial ; el centro de la bóveda palatina es alto y liso. La lengua es larga, entera y roma en sus dos extremos, j libre en más de su mitad posterior, unas veces coa los costados paralelos , otras más estrecha por delante que por atrás, y otras á la inversa. Las aberturas de los sacos bucales principian en el ;lngulo de la boca, y acaban cerca de los puntos donde queda libre la lengua. Tanto la foseta intermaxilar como la eminencia de la barbilla son pequeñas. 1 iG VIAJE AL PACÍFICO. Las extremidades torácicas , dirigidas hacia atrás , llegan con las pun- tas de los dedos á las ingles ; son exentas desde el sobaco y de robustez proporcionada ; los dedos algo deprimidos , de yemas abultadas, y pro- vistos de una ligerisima franja, están en la proporción siguiente: el 1." algo más corto que el 2.°, éste más corto que el 4.", el 3." excede al 2." en sus dos últimas falanjes; llevan tubérculos infra-articulares muy desarrollados y redondos , siendo de notar que el más cercano de la punta del dedo 3.° es doble ó bífido; el producido por el pulgar rudimentario no es mayor que cualquiera de los descritos ; la protuberancia de la muñeca es grande , sola y ovalada ; la palma y toda la pai'te inferior de los dedos están sembradas de verrugas granujientas de diverso tamaño , de las cuales las situadas en el borde de las franjas dan al filo de éstas el as- pecto de una sierrecita. Las extremidades abdominales , extendidas hacia adelante , llegan con el dedo más largo á la punta del hocico ; son exen- tas desde la mitad del muslo ó poco menos, y más cortas, relativamente al tronco , que las torácicas; la palmeadura de sus dedos llega bastante más que á la mitad, pues se corre á lo largo de ellos, como franja que se estrecha á medida que se acerca á las puntas; éstas son romas, abul- tadas como en las manos, y llevan también espolones infra-articulares, dobles todos los del dedo 4." , y generalmente los últimos de los 3." y 5."; pero tanto éstos como las verrugas grunuj lentas de las plantas son más pequeños , á proporción , que en las manos , y no se extienden como en éstas á la franjeadura; el cuneiforme produce un espolón cónico-ovalado, dirigido hacia adelante y bastante alto ; enfrente y del lado opuesto del tarso hay otro tan grande y tan elevado como aquel, cónico y vertical, ó hemisférico. Toda la piel, sin excepción, tiene la superficie erizada de unas granu- laciones finísimas, regulares y espesas , pero además se levanta por donde quiera , excepto el hocico, las mejillas y garganta, en forma de verru- gas hemisféricas coronadas de una espinilla cónica y aguda ; estas ver- rugas , sin embargo , son muy escasas sobre el pecho y vientre , y en la mitad interna inferior de los muslos pierden las espinillas , convirtién- dose en tubérculos glandulosos, muy apretados los unos contra los otros y de contorno irregular ; asi como sobre las manos y pies quedan algunas de ellas reducidas á la espinita terminal. Generalmente corre VERTEBRADOS. 117 desde el hocico al ano un surco muy fmo, y otros semejantes á éste desde el talón al tubérculo interno metatársico, y del codo á la muñeca. La coloración que presentan nuestros ejemplares del Pli. niyricans, á juzgar por la figura de D'Urbigny, no es la típica de la especie, sino la de una elegante variedad. Sobre un fondo negro pardo-oscuro ater- ciopelado se destacan simétricas unas manchas irregulares de contorno perfectamente definido , blancas ó amarillentas , guardando esta disposi- ción: una en la punta del hocico; dos ó tres sobre cada mejilla; una ó dos sobre la región parótica ; una sola ó varias en serie en el eje del tes- tuz ; á veces una en el ángulo delantero del párpado superior ; otra sobre cada hombro ; una serie á lo largo de los costados, que suele formar una faja continua con la mancha escapular; dos sei'ies más ó menos comple- tas á cada lado de la región sacro-coxigea , reunidas por medio de una mancha sobre el ano ; otra en cada ángulo de la boca sobre la mandíbula; otra sobre cada clavicula, corrida á veces hasta el sobaco; otra debajo de ésta péctoro-lateral ; otra sobre cada hipocondrio; una que ocupa la región media inferior de los muslos , se corre por detras de éstos y á veces llega á reunirse con las series sacro-coxigeas ; varias pequeñas que salpican los contornos de las hipocondriales y femorales. Sobre el brazo hay siempre una mancha , otra sobre la mano y otra , ó una serie de las más pequeñas, en el lado posterior del antebrazo del codo á la muñeca; piernas y muslos, tarsos y pies están goteados de las manchas menores, por lo menos en los bordes externos de las pantorrillas y cara infero- posterior de los tarsos ; las palmas son enteramente blancas ; también lo suelen ser por entero las plantas; pero con frecuencia el color oscuro general de la piel se extiende por ella sin tocar á los tubérculos , que quedan sin manchar. Car. ost. — Duros y fuertes, los huesos del cráneo revelan ya en su textura la conexión de esta especie con los Bufos; sus articulaciones, más que ese nombre, merecen el de soldaduras, siendo imposible descu- brir en la mayor parte de ellas la línea que las determina; el esfenóides con los fronto-parietales y con el etmóides , y éste con el palatino y sus arcos transversos , por abajo, y por arriba con los prefrontales , forman una sola pieza. En cambio la posterior de las tres que componen el maxilar es rudimentaria, y el timpánico está reducido á la mitad occi- iiS VIAJE AL pacífico. pital de la rama superior, y á un vastago descendente sencillo, en ángulo recto con aquella, y exactamente perpendicular al borde de la maxila. Los fronto-parietales son anchos j dilatados además por sus márgenes posterior y lateral , proyectándose la primera en linea transversa sobre el agujero occipital y la segunda sobre los orbitarios y proóticos, á lo largo de cuyos huesos se corre con dos apófisis triangulares , adheridas intimamente á ellos y articuladas con el borde externo de dichos proó- ticos ; su contorno lateral lo componen , una arista recta que desciende oblicuamente de la nuca á la parte interior del borde del proótico , v otra en ángulo, cuyo vértice corresponde al póstero-interior de la cavidad orbitaria, j cuyo lado mayor, recto, y convergente hacia el eje cefálico, constituye todo el superior ó interno de la órbita ; su límite hacia el efmóides se percibe en una estría ó surquito indeciso, irregular , sinuoso y transverso ; la placa superior de cada uno de los fronto-parietales , en su parte céntrico-longitudinal, aparece convexa, levantada ó hinchada, produciéndose entre ambas eminencias una canal media inter-orbitaria. que comienza en una f oseta ó depresión del occipucio, cerrada posterior- mente por el borde abultado de aquellos huesos: una cresta afilada nace en cada lado de la nuca y termina en el ángulo íntero-posterior de la órbi- ta. Los proóticos son cortos, gruesos y algo cuboides ; su borde anterior ú orbitario, en su mitad externa, se alza á la altura de la apófisis trian- gular del fronto-parietal correspondiente, en otra de igual forma y plana por encima , y junto con ella completa el tabique que separa la órbita de la fosa temporal, reducida á una foseta, abierta solamente hacia las escápulas; las apófisis posteriores de su base no alcanzan el nivel de los bordes del agujero occipital. La lámina superior del etmóides es ósea y durísima hasta el ápice del hocico, que se encorva hacia abajo, y termina en tres puntas , dos laterales y una céntrica y extrema ; sobre toda ella se continúa la canal media inter-orbitaria , merced á las dos protube- rancias formadas por los prefrontales , cuya parte superior es lisa y con- vexa , por el contrario de la externa , plana, casi vertical y llena de escabrosidades, que sirven para mantener la piel adherida á los dos lados del hocico. La rama longitudinal ó anterior del esfenóides se suelda lateralmente y en toda su extensión con los fronto-parietales, y el agu- jero de salida de los nervios ópticos es pequeño, redondo, y de contorno VERTEBRADOS. 1 19 completo. La porción anular y el cuerpo de las vértebras son muj" grandes; contrastan con la brevedad de sus diapófisis, anchas y margi- nadas, y entre las cuales son de notar las de la primera, normales al eje raquídeo en la mitad correspondiente á la base, y ensanchadas en la terminal, que forma codo con la otra, dii-igiéndose hacia adelante; las apófisis espinosas se reducen á unas facetas que , excepto en el atlas y primera dorsal , son trígonas ó aflechadas , apenas más altas que las apófisis articulares, ligeramente cóncavas y con sus ángulos posteriores prolongados en dos espinitas agudas. Estas espinitas, más pronunciadas, las lleva también la vértebra sacra, cuyas diapófisis, aunque ensan- chadas á modo de paletas triangulares , y muy angostas en la base, guardan proporción, respecto al tamaño, con las restantes diapófisis del espinazo. El coxis tiene el estilete cilindráceo y poco deprimido ; su qui- lla se extiende á los dos tercios de su longitud, es alta en la base, y avanza en punta sobre la sacra por entre las dos espinitas de las apófisis articulares; estas mismas apófisis, muy desarrolladas, y á manera de dos alitas, se encuentran en la porción del coxis correspondiente á la vértebra basilar, repitiendo en pequeño el mismo caso del Culiripes provincialis ; el estilete está provisto además, como las diapófisis, de espansiones marginales en la forma ordinaria de laminitas óseas muy delgadas , y de la misma naturaleza que su quilla. El esternón tiene lar- gos los cartílagos que van del coracóides al pre-coracóides , y por consi- guiente, muy separados unos de otros los extremos libres de esos huesos; su xifisterno consiste en una placa cordiforme prolongada y completa- mente cartilagínea. Los falangines pueden considerarse como cortos, y lo son más los de lá mano que los del pié; en los individuos muy adultos, las escabrosidades de la cabezuela se extienden al cuello y parte del cuerpo. DiM. — d"=Delh. al a. = 0,03. Cab., a. =0.009; 1. =0,006. Extr, , br. = 0,006; ant.= 0.007; pal. =0,007; mus.=0,01; pier.=0,01; tar. = 0,006; pl.=0,009. Vive en las orillas del rio de la Plata y su habitat se extiende por las del Uruguay: es probable que, entre los 28° y 34° de lat. S. que le señala Mr. D'Orbígny, esta especie se halle dispersa por toda la cuenca del primero de dichos rios y la parte baja de sus principales tributarios. En su estómago he encontrado gran cantidad de una ó dos espe- cies de hormigas y restos de un coleóptero, que parece curculiouídeo. Lo poco que sé de sus costumbres concuerda con lo dicho por el expresado viajero 120 VIAJE AL PACÍFICO. cí y 2 O : República Oriental ó del Uruguay; (siu indicación más determinada, pues fueron recogidos por nuestro compañero el difunto Sr. Amor, en su viaje de Montevideo á Santiago de Chile, á través de las Pampas y de la Cordillera); — J : Montevideo. OBSF-nv. Comparando los cuatro individuos que poseemos con la figura eslampada en el Viaje de Mr. D'Or- bigny, reparo en algunas diferencias, que no afectan únicamente á la coloración; acaso la variedad á que aquellos pertenecen lleve consigo también algunas diferencias de forma. El hocico del ejemplar representado por Mr. D'Orbigny, esmuy agudo y semejante al de los Alelopus; los tubérculos guardan sobre las regiones superiores cierta regularidad; y se distingue á lo largo del pecho y abdomen un surco medio lineal. En los cuatro individuos de nuestra colección faifa ese surco y la regular disposición de los tubérculos dorsales y ce- fálicos, y su hocico es redondo, no apuntado. Bíl.A.ai3:^SrOEFIi.A.LIID JE . BRACHYGEPHALUS. Bufoniforme; cabeza y extremidades proporcionadas al tronco; boca regular, más bieti algo pequeña; hocico saliente y romo; sin dientes palatinos; lengua oblongada y libre por atrás; oido imperfecto; trompas de Eustaquio rudimentarias; cuatro dedos en la mano, de los cuales sólo el 2.° y 3.° bien desarrollados; rudimento del pulgar nulo: cinco dedos en los pies , y completos únicamente los tres del medio ; tarso enteramente liso; cráneo irregularmente granuloso , áspero, duro y de una pieza; proóticos y timpá- nicos muy desarrollados; apófisis espinosas de las dos primeras vértebras reunidas en una placa superficial semi-discoídea; las de las seis vértebras inmediatas en otra dorsal muv extensa en forma de silla de montar, cuyos bordes se sueldan con los extremos de las diapófisis 4." y 5.' ; las sacras poco dilatadas en la punta; coxis libre; esternón con pre- coracoides ; piel lisa y glandulosa, adherida á la cabeza y placas dorsales, y sobre éstas partes sumamente delgada y transparente. Brachycepiulus F;í3..Neu. Cl. Rep., p. 39; Wagi, S. Amph., p. 207; Tsch., C. der B., p. 87; D. ^ B., E. g., p. 726; Gir., U. S. E. E., Herp., 99; Giinl., C. B. S. B. M. , p. 46; Cop/-. J. A. N. S. Ph., 1867, ps. 195-197. Ephipi'ifer Coctcau, Mag. Zool.,Guenn, t. III, 1835, Class. III, pl. VII-VIII. Bufo (sp.) Spix, Sp. Nov. Test, et Ran., p. 48. BRACHYGEPHALUS EPHIPPIUM. Bufo epiuppiu.m Spix , 1. c, tah. 20, f. 2. BuACuvcEPHALL's EPHiPPiusí, Filz., l.c; Wagl, I. c; D. ¡^ B. , 1. c, p. 729; Giint., I. c. » AÜRANTIACUS, Gir., I. c, p. 100, pl. 5, f. 20-24. EpHIPPIFF.R AÜRANTIACUS Coct.. I. C, pl. VII. » ípixii Cocí., 1. c, pl. VIII. VERTEBRADOS. 12 r Traza de Phrynisciis. Cabeza huesuda, granugienta, deprimida y con el contorno superior acorazonado y el hocico un poco saliente sobre el la- bio ; con el testuz y la porción supra-rostral llanos y en un mismo plano en declive del occipucio á las narices, siendo dicha porción ancha, y es- tando aquel separado de las órbitas y sienes por dos elevaciones longitu- dinales; con el canto rostral muy pronunciado y de arista recta; con la región parótica posterior convexa , protuberante y apezonada ; con las megillas algo convexas, atrás verticales, y delante algo metidas hacia la boca; con su anchura y su longitud en la proporción de 7 á 6 ; y con su altura desde el ángulo de la boca al superior del ojo tres veces mayor que la de su hocico , por cuya causa el perfd vei'tical de la cara ó niegilla resulta triangular. Las narices, relativamente al tamaño del animal, son muy grandes , estrechas , látero-verticales , un poquito inclinadas hacia adelante, más cercanas de los ojos que de la punta del hocico, y con su extremo inferior próximo al borde del labio ; el espacio que las se- para es igual á el ínter-orbitario y maj'or que la distancia del ángulo anterior del ojo á la punta del hocico. Los ojos , colocados á mucha dis- tancia uno de otro, son regulares aunque saltones y laterales, es decir, bajos con respecto al plano superior de la cabeza , sin embargo de lo cual, su contorno inferior dista bastante del margen del labio; la pupila es horizontal , el párpado inferior transparente y estrecho , corto el de arriba ; el contorno orbitario no es todo él redondo : en su parte ex- terno-posterior tiene una profunda escotadura angular que se dirige al punto culminante de la sien, ó sea de la protuberancia formada por el timpánico, que cubre como con un escudete la cavidad auditiva, im- perceptible al exterior completamente. La boca cae debajo de la cabeza; su abertura es angosta, en ángulo, y levantada por delante; mirada de perfil, el margen del labio superior describe un arco de circulo, cuyo principio corresponde exactamente debajo del ángulo posterior del ojo, y cuyo extremo delantero se eleva al nivel del ángulo anterior de aquel mismo órgano; mirada de frente, la abertura bucal desoribe un ángulo obtuso, cuyo vértice se halla á la altura de los extremos inferiores de las hendiduras nasales. Las choanas son propoi'cionadas, redondas 3- bas- tante laterales. La lengua, aunque oblonga, es ancha y delgada, no ci- lindrácea como en los Bufo, libre en sus dos tercios posteriores y entera. Batracios. ifi 122 VIAJE AL PACÍFICO. Las extremidades torácicas, extendidas hacia atrás, llegan al coxis; son flacas j enteramente lisas ; sus manos no están del todo desarrolla- das ; falta por entero el pulgar rudimentario , y los dedos internos y externo se manifiestan en dos tubérculos pequeñitos; el único bien completo es el 3.°, y le sigue en grado de desarrollo el 2."; ambos son enteramente lisos , deprimidos y apuntados , aunque no muy agudos , y libres del todo. Las extremidades posteriores son algo más robustas, particularmente en los muslos , y, extendidas hacia adelante, sobrepasan un poco la punta del hocico ; la imperfección de las manos se repite de la misma manera en los pies, hallándose en éstos rudimentarios y visi- bles al exterior sólo en dos espoloncillos el dedo externo y el pulgar; el 3.° y 4." son los más desari'ollados , el 2.° lo está bastante; son libres también y de la misma forma y condiciones que los de la mano. La piel es lisa y muy glandulosa; sumamente tenue y trasparente sobre la cabeza y partes superficiales y manifiestas de los huesos del tronco á que se adhiere; gruesa en el resto. Las glándulas, en las regio- nes superiores, sobresalen formando tubérculos ó verrugas sobre las es- cápulas y el coxis ; yo veo además dos ó tres pustulitas en cada pestaña del párpado superior; en los costados, cai'a inferior de los muslos, bra- zos , sobacos , lados del abdomen , pecho y garganta dichos tubérculos existen en abundancia y todos de igual forma. El color es uniformemente anaranjado pálido y algo sucio. Car. ost. — Quizá no los presenta ningún batracio tan curiosos y excepcionales en la clase , y tan instructivos del conocimiento de las re- laciones de ella con los Quelónios. Estudió su esqueleto M. Th. Cocteau, en una de sus mejores monografías; confirmaron después, ó corrigieren sobre buenos y numerosos ejemplares las observaciones de este natu- ralista los autores de la Erpétologie genérale; pero aun así, voy á permitirme ampliarlas con nuevos datos, si bien no todo lo numerosos é importantes que yo quisiera, pues disponiendo, como dispongo, de un solo individuo, no me atrevo á someterle á una disección cual era menester en el presente caso, y que, atendido el tamaño de la especie y mi poca habilidad, no creo que le dejase muy bien parado. La ca- beza, sin embargo, gracias á la tenuidad de la piel que la reviste, permite sin daño del ejemplar una inspección segura y suficiente para VERTEBRADOS. i:.-; reconocer el gran desarrollo externo é interno de los huesos de su cráneo , cuyos fronto-parietales j etmóides, soldados á todos sus inme- diatos, forman como una costra dura , áspera y granujienta, á modo de casco, desde la nuca á las narices, con el borde occipital transverso y en zig-zag de tres puntas, una media y dos externas y levantadas en forma de apófisis piramidales, continuadas por delante en dos elevacio- nes crestiformes de poco realce , que corren hasta el ángulo íntero-pos- terior de la órbita y sobresalen aquí hacia esa cavidad en dos espinitas laminares, encorvándose luego, para seguir el contorno orbitario interno hacia su ángulo anterior. Los proóticos, con la cara superior de igual naturaleza que las restantes piezas de la calavera , son visibles en el fondo del surco post-orbitario representante de la fosa temporal , y se prolongan dentro de la órbita en una lámina, de cuyos bordes el interno forma con la espinita de los fronto-parietales un ángulo agudo, y el externo otro mucho más grande con el timpánico. Este ensancha también su margen hacia el interior de la órbita , pero su mayor des- arrollo no es en ese sentido, si no en todos los restantes y en su es- pesor , llegando á convertirse de simple huesecillo largo y angosto , como es el que generalmente se observa en los Phrt/->uscus , Rhino- derma y Atelopus , en un escudete lenticular, apezonado y situado en los ángulos externos de la nuca, más atrás de su borde occipital 3- extendido á las regiones supra-escapular y parótica. La placa superior del etmóides es amplia y de la misma textura y aspecto que los fi-onto- parietales , pero no está osificada en el extremo rostral ; no he podido distinguir sobre ella los limites de las apófisis anteriores de aquellos huesos ni de los prefrontales , que deben estar bastante retirados uno de otro y presentar la mayor parte de su superficie hacia los lados y vertical. Los maxilares y premaxilares son ciertamente edéntulos, pero su filo no es del todo liso sino aserrado ó cortado por finísimas muescas, que sin duda son las que indujeron á M. Cocteau á suponerlos provistos de aquellos órganos. Todas las vértebras, con exclusión de la sacra, ofrecen sus apófisis espinosas y articulares planas, dilatadas y en forma de láminas horizontales más ó menos extensas , que , llegado el animal á su completo crecimiento , constituyen dos placas dorsales de tamaño desigual, ásperas, duras, granulosas y á flor de la piel, — redu- 124 VIAJE AL PACÍFICO. cida sobre ellas, como sobre la cabeza, á la tenuidad y transparencia de un periostio, — una pequeña perteneciente á las vértebras 1.' y 2.\ de contorno ovalado, redondo ó trilobo, y con el borde anterior y más estrecho á la altura del posterior de los timpánicos ; otra grande , trans- versal, cuadrilonga, un poco plana por el medio, arqueada en los costados, que se doblan hacia adentro, redondeada en los ángulos, con la parte media de su margen posterior prolongada en un lóbulo que se acerca á la sacra, é imitando en conjunto una silla de montar. Entre los bordes de ambas placas, que no llegan á tocarse nunca, media un surco correspondiente á la articulación de las vértebras 2/ y 3/, cubierto por un tejido fibroso y resistente, igual en un todo al que se encuentra en la maj^oria de los anuros tendido del borde superior del agujero occipital al atlas , protegiendo el espacio que queda al descubierto entre la nuca y esa vértebra. El atlas y la primera dorsal presentan sus cuerpos distintos aunque intimamente unidos , y soldados sus anillos á causa de la reunión en una sola placa de sus apófisis es- pinosas y articulares; las restantes hasta la sacra son casi inmóviles, soldándose las diapófisis de la 4.' y 5/ por su extremo libre con los bordes laterales de la gran placa efipiforme , y siendo solamente conti- guas á él las de la 3/, 6.', 7.° y 8.'; por el doble espacio ó conducto bajo, ancho y triangular que dejan entre sí el haz superior de las diapó- fisis, el lateral del cuerpo de las vértebras y el inferior de la silla, pasan, como en muchas tortugas, los músculos sacro-lumbares. La cabeza junto con las dos primeras vértebras se halla en un caso semejante al del armazón dorsal, si no motivado por la soldadura de los huesos, por la manera de estar relacionados unos con otros, pues extendiéndose, como se extienden, los bordes del timpánico hacia atrás y hacia abajo, cargan sobre las escápulas é impiden y casi anulan el juego de los cón- dilos occipitales sobre el atlas, de suerte que, para los movimientos ar- ticulares y verticales, el cuerpo se halla dividido en tres pedazos : el de la cabeza con las dos primeras vértebras y las extremidades anteriores, el espaldar, y la región sacro-coxígea con las extremidades posteriores; habiéndose trasladado la articulación occipito-espinal á la 2.' y 3.° vér- tebras , que gozan de un movimiento libre y franco y se encuentran ligadas , como antes dige , de un modo análogo al que generalmente se VERTEBRADOS. ,25 observa en el occipital j el atlas. De paso indicaré, que no es éste el único cambio que produce el ensanchamiento posterior é inferior de los timpánicos, y como consecuencia de él , la elevación de la nuca é incli- nación de la cabeza : la boca resultarla dispuesta de una manera anor- mal y poco apropiada á sus funciones , si no se abriese en sentido oblicuo y levantada de atrás adelante , buscando la dirección horizontal , y enmendando, digámoslo asi, la que la cabeza le obligaba á tomar. Como quiera que á la construcción de la placa efipiforme ó silla dorsal no contribuyen solamente las apófisis espinosas, si no también las articulares, ó mejor dicho, toda la mitad superior y anular de la vérte- bra; ni el desarrollo, dirección en que se dilatan, y tiempo en que lo verifican son los mismos para cada una de aquellas partes, sucede, que dicha placa ofrece diferente forma y aspecto según la edad del individuo, pudiéndose en algún periodo de ella descubrir la marcha que en su desarrollo sigue, sin necesidad de acudir á la disección. En el ejemplar que tengo á la vista, la silla, por fortuna, no está acabada de formar; le falta poco para concluirse, es cierto, pero su plano externo se en- cuentra todavía dividido en piezas, que limitan las porciones de su área pertenecientes á cada una de las vértebras y á cada parte de éstas. El trozo más grande se compone de dos triángulos equiláteros opuestos por el vértice en el eje raquídeo ; en el seno del ángulo anterior en- trante que determina esa figui'a, hay una piececita triangular sepa- rada de aquella por un surquito; otra un poco mayor, de la misma forma y en las mismas condiciones, en el ángulo entrante posterior, y una tercera á continuación de ésta, igual en figura y tamaño á la pri- mera, y tangente con la apófisis espinosa de la sacra. Si por los bor- des externos de todas estas piezas se hace pasar una linea, resulta el perfil de la silla en su máximo desarrollo ; por consiguiente , dentro de ese circuito están compi'endidas las seis vértebras de que aquella se compone. Ahora bien , la plaquita pequeña anterior independiente, por su extensión y forma, es sin género de duda la cara superior de la apó- fisis espinosa de la vértebra 3.'; la opuesta simétricamente en el ángulo posterior del doble triángulo, teniendo en cuenta, por una parte, su tamaño , y por otra , que las vértebras inmediatas á la sacra son siempre las más coi'tas, puede representar las dos apófisis espinosas soldadas de 126 VIAJE AL PACÍFICO. la 6/ y la 7/; la piececilla situada entre esta y la sacra es indudable- mente de la apófisis espinosa de la 8/; queda la maj^or parte, casi la totalidad de la superficie de la silla para la 4." y 5.% es decir, para las dos cuyas diapófisis son las únicas que se sueldan con el borde del es- paldar, objeto que, al parecer, explica la enorme diferencia en el des- arrollo de sus apófisis superiores , comparado con el de las cuatro res- tantes; y digo apófisis superiores, porque aquí ya no cabe dudar que son las espinosas y articulares las dilatadas , y estas últimas mucho más que las espinosas. Observando con cuidado la parte central donde se reúnen los dos triángulos de la gran porción de la placa efipiforme, se notan restos de surcos análogos á los que separan de ella las plaquitas de sus ángulos entrantes; y si á este hecho se añade el que las vértebras 3/, 6.', 7.° y 8." no tienen manifiesta en su supercie más que la parte cor- respondiente á las apófisis espinosas, mientras se esconde todavía bajo la piel la de las articulares, es fácil deducir: 1.°, que unas y otras apófisis se desarrollan con cierta indepencía; 2.°, que su desarrollo, en general, es diferente, superando en las 4/ y 5/ el de las articulares á las espi- nosas, y á la inversa en las cuatro restantes ; 3.°, que en su crecimiento de abajo á arriba , en las de la 4 ' y 5.', aparecen en la superficie dorsal, al mismo tiempo que las apófisis espinosas, las articulares, con separa- ción unas de otras, y 4.°, que la expansión de las articulares se verifica, partiendo de su centro á toda la peri ferie, esto es , acercándose gra- dualmente á los bordes de las espinosas, prolongándose hacia los extremos libres de las diapófisis j^ juntándose, quizá sobreponiéndose, á sus iguales é inmediatas. En los individuos jóvenes, indudablemente so hallarán más definidos los límites de estas diferentes regiones de creci- miento , y asi no me extraña lo que le extrañaba á Mr. Cocteau , que el ejemplar descrito por Wagler mostrase en su placa dorsal indicios de divisiones longitudinales ; sin acudir á fractura accidental ú osifica- ción imperfecta, puede dar razón del fenómeno la circunstancia de no haber llegado á unirse los bordes internos de la expansión de las apófi- sis articulares de las vértebras 4." y 5." con los externos de la expan- sión correspondiente á las espinosas. La atrofia de los dedos externos de manos y pies constituj'e otra de las notables particularidades de esta especie ; pero es más aparente que VERTEBRADOS. 127 efectiva, habiéndolo asi demostrado al examinar su esqueleto aquel hábil herpetólogo. Fuera del correspondiente al pulgar, el cual í^ilia del todo, los huesos metacárpicos están completos; los dedos imperfectos, ó sean el interno y el externo se hallan representados por sus falangines ; el 2." y el 3." tienen el número ordinario de artejos, dos y tres respecti- vamente. Cosa semejante sucede en los pies: el metatarso consta de cinco huesos; el pulgar y el meñique están representados por sus falan- gines ; los tres restantes llevan el número que ordinariamente se observa en los anuros. La modificación que experimenta la mitad anular 6 superior de las vértebras dorsales, y la atrofia de los dedos del B. ephippium son caso extraordinario, por las proporciones j forma en que tiene lugar, pero no único en la clase. El primero de esos fenómenos, en grado inicial ó rudimentario, es ñ^ecuente en los Friniscideos (Cope), sobre todo en el Atelo^MS plmiispina Espada, cuyo raquis, con preferencia al delP/i. ni- (jricans y A. ignescens Comalia, suministra datos de mucha utilidad en el estudio osteogénico del curioso espaldar del Brachycephalus . La atrofia del dedo interno de la mano es poco menos notable que en ese género, en el Dendropliryniscus hrebipollicatus Espada, y es propia del interno de manos y pies en muchos Atelopics , corno el íy^iescens^ fíavescens, lon- girostrís Cope y pla7iispma. La tendencia á estas obliteraciones y á el ensanchamiento de la porción anular de las vértebras , llevados á su máximum en el B. ephippium, deben considerarse como caracteres naturales de los Friniscideos. En cuanto á las analogías que pueden encontrarse entre la silla neuro-esquelética del Brachycephalus j las placas delgadas y duras que en la piel ofrece el Ceratophrys dorsafa, son simples apariencias que la situación y relaciones anatómicas de una y otras destruyen por com- pleto. Las placas del C. dorsata como los tubérculos silíceos de algunas especies de Phyllomedusa j las láminas de esa misma naturaleza protec- toras de la bolsa dorsal ovífera del Nototrema tesiudineum Espada, claro es que deben referirse exclusivamente al dérmato-esqueleto. DiM.— Del h. al a. = 0,017. Cab. . a.=:-0,007; 1. desde el borde post. del timpáoi- co=0,00G5. Extr., br. = 0.004; ant.=0,005; pal. =0,003; mus.=0,007; pier. = 0,0065: tar.=0.0ü4: pl. =0,0055. 128 ATAJE AL PACÍFICO. Habita la América del Sur, y, cuando meaos, se estiende por la zona marítima orien- tal desde la Guayaua hasta el centro del Brasil. Es abundante en los alrededores de Eio- Janeiro. El ejemplar de nuestra colección le hallé en el monte Corcovado, cercano de esa ciudad, á grande altura, en el mes de Octubre, muy de mañana, en unos matorrales y al mismo tiempo que el Demlrophnjniscus brevipollicatns. Observ. Los caracteres todos de nuestro ejemplar concuerdan exactamente con la descripción que el señor Girad hace del B. aura)Uia(jtts , donde ya indica, que algunos de los individuos que observó, presentaban el caparazón dorsal en el mismo estado que el de aquel. Esto no obstante y las i'azones alegadas por Mr. Cocteau en su monografía del género Ephippifer, creo que el Bufo ephippium de Spix y el Eph. aiirantiacus Coct. son , á 'lo' sumo, variedades en la coloración de una misma especie. BUFONINA, E,I3:ilSrOIDEK,Ivfl:.A.TIID-¿B. RHINODERMA. Cabeza triangular y, como la boca, proporcionada; oido bien desarrollado ; tímpano perceptible; sin parótidas ni dientes palatinos; lengua oblonga y libre posteriormente; cf con un saco bucal aéreo y prolífero ; los cuatro dedos de la mano y los cinco del pié completos; aquellos ligeramente palmeados en la base ; éstos en menos de la mitad; pri- mer cuneiforme saliente; frouto-parietales separados por una fontanela lineal; prefronta- les pequeños, laterales, apartados uno de otro por toda la extensión de la placa superior etmoidal, y muy distantes de los fronto-parietales ; vértebras con las apófisis espinosas bajas y truncadas; atlas y primera dorsal íntiiiiamente unidas; sacra con las diapófisis ensanchadas y triangulares; coxis independiente de la sacra; esternón raniforme, con los coracóides y precoracóides muy divergentes; aquellos no en contacto por sus extremos y separados uno de otro y de los precoracóides por un ancho cartílago central intermedio; manubrio y xiflstcrno ; falangines largos , cónicos, de base sencilla y extremo bifurcado; piel glandulosa, ribeteada y prolongada en un largo apéndice horizontal en la punta del hocico, y en otros ámodo de espolones en los cálcanos. RniNODERUAD. !f B.,E. g., p. 6S7; Be¡¡, Z. of Ihe «B., Rep. , p. 47; Gay.H. F.P, Chile, Rep.. p. 121; Gil-., ü. S. Expl. Exp., Herp., p. 71 ; Gunl., C. B. S. B. M., p. 48; Cope J. .\. N. P. Ph.,1867, p. 195-196. VERTEBRADOS. RHINODERMA DARWINI. RiiiNODERSiA DARwiM, D. í,' C. 1. c , p. 659; Bcll . 1. c, p. 48, pl. 20, f. 1-2; Gay . l.c. p. 1-2i. atl.orpcl. lani. 7. f. 1-10; Gunl.. 1. c, p. 48 y IS"/. Semejante en su traza á los Atehpus. Cabeza prolongada, deprimi- da, con el hocico cónico y proyectado más allá del labio; con el testuz llano y continuo con la i*egion escapular ; con las mejillas planas , ver- ticales y, en su parte anterior, algo abultadas en torno de las narices y metidas hacia la boca , contribuyendo de ese modo á la forma cónica del hocico ; con la región parótica inclinada hacia la nuca , de suerte , fjue los ángulos de la boca salen más afuera que los bordes superiores de aquella, mirando el animal por arriba; con el canto rostral muy mar- cado y en ángulo recto, y con su anchura y su longitud casi iguales. Los agujei'os nasales son pequeños, redondos }' se hallan debajo y to- cando con el canto rostral , cuyo contorno, en su punto medio , aparece saliente por causa del bultito que producen las narices; el espacio entre una y otra es igual al inter-orbitario y doble del que media entre cada una y el borde inmediato del labio. Los ojos son regulares y levantan poco sobre el testuz , pero sobresalen bastante por los costados ; como á las narices , puede considerárseles laterales ; el párpado superior es algo extenso; el inferior no lo es menos, y transparente; la pupila, en casos redonda, en casos eliptico-longitudinal ; el iris muestra dos notables manchas negras horizontales, y otras dos estrechas verticales dispuestas en cruz, como en los Scaj^híopus . El tímpano es grande, y aunque vi- sible , como la piel no varía de espesor en su contorno , éste es poco determinado en la maj'or parte de los individuos; sin embargo, parece oblongo-vertical. La abertura de la boca no es pequeña; sus ángulos, distantes uno de otro, caen más afras de los posteriores de los ojos; el borde maxilar es horizontal y recto hasta el nivel de las narices, de aquí para adelante se encorva hacia abajo; es entero en la sínfisis, y sin foseta; falta por consiguiente también la protuberancia correspondiente do la barbilla. Las choanas son elíptico-longitudinales, algo estrechas y Batracios. 17 i3o VIAJE AL PACÍFICO. arrimadas á los maxilares. Los pabellones de Eustaquio , colocados muy al interior, tanto ó más grandes que las choanas, ovales y transversos. La lengua es oblongada , pero en la mayoría de los casos mucho más ancha por detras que por delante ; rara vez es algo estrecha y bufoni- forme ; su mitad ó sus dos tercios posteriores varían de contorno en los d, cuando el saco bucal aéreo se convierte en receptáculo prolífero. Las extremidades anteriores, dirigidas hacia atrás, tocan con la punta de sus dedos externos el canto posterior del muslo ; no son rolli- zas, sino angulosas; la mano lleva una estrechísima membrana basilar . entre los dedos, los cuales son, más bien que deprimidos, cilidráceos, y con el extremo liso y abultado á manera de macita, que sólo comprende la última falange ; existen en ellos espolones infra-articulares perfecta- mente visibles entre las primeras falanges y los metacárpicos, y además una protuberancia en la base de cada uno los dos más externos sobre la muñeca, la de afuera estrecha y prolongada, la de adentro más pequeña y redonda; el pulgar rudimentario sobresale en forma de tubérculo no mayor que el extremo de cualquiera dedo; la proporción de éstos es la siguiente: al 3.°, y más largo de todos, le llega el 4.° á la mitad de su penúltima falange; el 2.° es un poco más corto que el 4.°; el L° ó in- terno alcanza nada más que á la mitad de la falange basilar del 2." Las extremidades posteriores, dirigidas hacia adelante, llegan con el talón á la altura del ojo; son como las anteriores, angulosas y planas por encima, de tarsos robustos y de planta ancha; la palmeadura, de la misma extensión en c/' y q, es desigual, nula entre el pulgar y dedo 2.", casi nula entre el 2." y el 3.", y coi*rida hasta el penúltimo artejo de éste, el extremo del basilar del 4." y hasta cerca de la punta del 5."; de modo que, palmeados en su mitad escasamente, sólo lo están los 3.". 4." y 5.°, y este último más que ninguno ; toda la planta es lisa , pero los dedos hasta la mitad de ella forman como una especie de quilla ; sus pulpejos son como los de la mano, abultados en maza; el cuneiforme sobresale en un espoloncito muy pequeño y redondo ; lo restante del tar- so completamente liso por debajo. La piel , por encima , en algunos d adultos es de las más curiosa- mente adornadas que se encuentran en los bufoniformes americanos ; en otros es completamente lisa ; pero en todos los individuos, sea cual fuere VERTEBRADOS. i?i SU sexo , se prolonga en el hocico bajo la forma de un apéndice cónico- deprimido horizontal y encorvado hacia abajo á manera de nariz postiza, y en cada talón en otro á manera de espuela; y las regiones dorsal y laterales del tronco y cuello y las superiores de la cabeza y extremidades desde la punta del apéndice rostral hasta el extremo de los dedos , están cubiertas como de un baño, muy aparente en los sitios donde la colora- ción es más clara, especie de manto glanduloso, que generalmente tiene por bordes los festones y dobleces cutáneos, que ciñen el contorno del plano superior del animal. Los realces de la piel del d más adornado que he visto, consisten: en un finísimo ribete que se bosqueja desde el ápice de la trompa y va por el filo del canio rostral á los ojos, pasa sobre la pestaña , formando una serie de granillos terminada en una verruga grandecita hacia el tercio posterior de aquella, y continúa des- pués como doblez más marcado todo á lo largo de los límites laterales del dorso y región sacro-coxígea, haciendo una ó dos ligeras inflexiones, y borrándose en las diapóíisis sacras ó cerca ya del ángulo superior de las ingles ; otro ribete igual , liso , que principia en la parte media del contorno infra-orltiiario, toca en los ángulos de la boca, pasa á lo largo de la parte anterior del brazo y se pierde en el dedo 4." ; otro , que pa- rece continuación del anterior, que comienza en el margen externo del mismo dedo, sigue por la muñeca al sobaco formando una franja dentellada, cuyo diente mayor espolonado corresponde al codo, y con- tinuándose desde aquí más ó menos perceptible por los limites laterales del abdomen, ingles, borde anterior de los muslos, rodilla — donde se prolonga en un espolón algo más pequeño que el de los talones — y borde anterior de la pierna, se borra sobre el tarso; otro homólogo con éste, que se significa en el margen interior del 5." dedo, va por dentro del tarso hacia la espuela del calcañal , desde aqui á la corva en una serie de anchos dentellones y de una corva á otra por cima del ano , sobre el cual se proyecta en cuatro pequeños tubéiculos, dos á cada lado. Una línea recta, saliente, continua ó de punios corre desde el extremo del coxis hasta la base del apéndice rostral ; oirá de la misma clase se cruza con esta en el espacio ínter-orbitario, yendo del uno al otro pezoncillo de los párpados; sobre el dorso hay tres series de verruguitas en ángulo cuyos vértices dirigidos hacia adelante coinciden con la línea media del 1 32 VIAJE AL PACÍFICO. espinazo, y cuyos lados acaban cada uno en el borde lateral respectivo del dorso ; otras verruguitas se cuentan sobre la región coxígea , afec- tando dos series longitudinales, extendidas al borde posterior de los mus- los; y otras desparramadas por los costados del cuerpo hasta detras de los ojos , y sobre los muslos y piernas donde tienden á disponerse en fila? oblícuo-trans versas ; de las que se encuentran á los lados del cuello , que son simétricas^ parten dos ó tres lineas que van á lo largo del brazo. De estos adornos los menos constantes, ó que primero desaparecen, son las líneas angulares del dorso y las oblicuas de las piernas , después la línea transversal inter-ocular, luego la longitudinal media del espi- nazo, á seguida el marcado relieve de todos los tubérculos dorsales, en pos de estos los espolones de los codos y rodillas, los cuales suelen di- vidirse en tres menores, y por último los pezoncitos de los párpados, que pueden considerarse casi constantes. El individuo más liso sólo con- serva vestigios de verruguitas, los dos dobleces de entre los ojos, el apéndice rostral , los espolones del calcaño y el ribete que, partiendo de la mitad del borde inferior de la órbita circunda el cuerpo y extremida- des. La piel por abajo es siempre tubérculo-pustulosa en la parte media ínfero-posterior de las nalgas, en las ingles y en el abdomen hasta la linea media del pecho; pero con mucha frecuencia esas protuberancias pasan más derramadas hacia las márgenes de la mandíbula, y á veces se encuentran sobre la parte anterior del pecho y garganta tan grandes y espesas como en el vientre y muslos; lo restante es liso del todo, pero á cada mancha blanca corresponde exactamenee una chapa glandulosa de idéntico contorno. La coloración del manto es variable del pardo más ó menos oscuro al gris verdoso-sucio y claro que llega á veces al blanco lechoso y tino de ese color todas las regiones superiores del cuerpo }' extremidades, corriéndose en varios individuos en forma de manchas de blanco niveo purísimo, muy recortadas, sinuosas y simétricas y algunas aisladas por completo ; dicho color blanco se corre también por bajo de las ingles y sobacos y mancha la cara interior del antebrazo ; suele haber de él tam- bién en el centro del pecho una gota redonda y entera , ó repartida en puntitos correspondientes á las pústulas tuberculosas. La tinta del fondo de las regiones inferiores es negra ó castaño-oscura, aclarando desde el VERTEBRADOS i33 pecho á la barbilla y eu las extremidades ; pero el pecho y garganta son á veces blanco-sucios , en cuyo caso se destacan las pústulas como pun- tos oscuros. Los brazos son ó blanquiscos ó pardos con dos manchas le- chosas en el antebrazo, y las palmas oscuras con la punta de los dedos (le blanco limpio ; los muslos tienen siempre una mancha de ese mismo color arrimada á la corva; las piernas dos fajas de lo mismo, una jun- to á la rodilla, otra junto al talón; el tarso otra de la misma clase en medio; y cada planta una igual á éstas, que cae sobre el dedo meñique y la base del inmediato, y comprende su membrana interdigital ; las puntas de los dedos están como en la mano manchadas de blanco Cuando existen las lineas salientes angulosas en el dorso, y las oblícuo-trans- versas sobre las piernas, se bosquejan en esos sentidos fajas más oscu- ras que el fondo de esas partes. Car, ost. — Los fronto-parietales están separados en sus dos tercios anteriores por una muy estrecha fontanela ; son planos en casi toda su extensión, con los bordes ínter-orbitarios un poco convergentes hacia el etmóides y los occipitales en arco de círculo. Las crestas de los proó- t icos son apenas sensibles y carecen de apófisis que avancen dentro de las órbitas. La placa superior del etmóides es muy extensa en todos senti- dos, la mitad posterior hasta el nivel de las narices ósea, la otra car- tilagínea y consistente. Los prefrontales son pequeños, cortos, muy sepa- rados de los fronto-parietales , y uno de otro á una distancia que equivale á la anchura media de esos huesos en su porción inter-orbitaria. La re- gión occipital es ligeramente convexa , pero los ñ'onto-parietales , placa superior del etmóides y horizontal de los prefrontales están en un mismo plano hasta la articulación misma con los premaxilares. Las vértebras tienen truncadas y planas sus apófisis espinosas; el atlas y la primera dorsal forman casi una sola pieza, aunque se distinguen en ella los cuer- pos de las dos. Las paletas de la sacra son más largas que anchas, y planas completamente por encima. El coxis es liso en la base , con su quilla re- gular y prolongada algo más allá de la mitad, su estilete un poco depri- mido, y con ligeras espansiones ó crestas marginales. El esternón tiene la forma y estructura intermedias entre el arcífero y el raniforme; los co- racóides y precoracóides son divergentes, y sus extremos, ni se tocan uno con otro en cada lado, ni cada uno con el opuesto; sepáralos una placa ,34 VIAJE AL pacífico. ternillosa endeble, prolongada por delante en un manubrio largo y del- gado, por detras en un xifisterno cuadrilongo y entero, y por los lados á lo largo del borde posterior de los precoracóides ; el conjunto parece un esternón arcífero, en que los arcos se han soldado ín1 i mámente por sus caras de contacto. Los precoracóides son casi rectos y de igual espesor en toda su longitud ; los coracóides se dirigen desde su porción humeral oblicuamente de arriba para abajo (considerado el individuo en reposo), pero la mitad extrema, que es ancha, se encorva de modo que su plano coincide con la tabla del pecho, cuya capacidad gana en altura. Los falangines son de proporcionada largura, sencillos en la base, cónico-deprimidos , y su cabezuela, áspera inferiormente , está truncada al través , sobresaliendo á uno y otro lado del cuello dos apó- fisis rectas muy significadas , que indican una bifurcación en grado igual que en el género Oreohates ó en el Strabomantis. DiM. d — Del h. al a. =0,026. Cab. , a. en la comisura de los labios=0, 009; 1. desde el mismo puiito=0,007. Extr. , br.==0,005; ant. = 0,006; pal. = 0,0075; mus. =0,014; pier. =0,014; tar.=0,008; pl.=0,018. Esta por más de u!i concepto curiosísima especie vive en el Sur de Chile, en los bos- ques espesos y sombríos de la proviucia de Valdivia, al decir del autor de la Historia Física y Política de aquella república. Poco cuenta de sus costumbres: que se empina sobre las patas de atrás y se coloca en posición vertical para^saltar; que su voz suena como cas- cabel. En cambio añade un error gravísimo: «que las O son enteramente vivíparas;» el cual me ha proporcionado la ocasión de un estudio acerca de las funciones reproductivas de este batracio, publicado en los Anales de la Sociedad Es})añola de Historia Natural, t. 1.°, cuad, 2.°, p. 139, y que reproduzco en estracto en las observaciones que van á se- guida. En el estómago de uno de ellos he encontrado, con otros restos de insectos, un coleóptero y un hemíptero entero , la ílemiptycha chilensis Spin. Los ejemplares de nuestra colección se deben al Sr. D. R. A. Philippi, director del Museo de Santiago de Chile. 8 cí , 2 5: Valdivia (Regal. por el Sr. Philippi). Observ. El fi/i. Darwini ha sido imperfecta é insuficientemente descrito por sus autores MM. D. & B. y por el de la Historia de Chile, M. C. Gay , que pretende, no obstante , rectificar algún concepto de los primeros. De no ser una especie tan conocida y proceder nuestros diez ejemplares de quien proceden, hubiera dudado por sus descripciones del nombre de la que estaba estudiando. Los herpelólogos franceses se contentan con decir que su piel es enteramente lisa, y ya hemos visto con toda minuciosidad las notables particularidades que ofrecen sus festones, tubérculos y otros apéndices además del rostral. M. C. Gay afirma con claras palabras, que los dedo.' de los pies del Rh. Darwini están dilatados, en la extremidad libre, en un disco ó aplastamiento pequeño; cuando es asi que los dedos de los pies, lo mismo que los de la mano, sólo tienen la punta abultada como macita. Dice además qne sólo tienen tubércules ó pezoncillos granulosos en el vientre y cara posterior de los muslos; y omite, por último, también cuanto pasaron por alto los Sres. Dumeril y Bibron. VERTEBRADOS. ¡ib Pero lodo esto vale poco, en coniparaciou de suponer que las o del /i/i. Uarivini son enlcramcnle vivíparas fundado en una experiencia personal , cuya incalificable ligereza, tratándose de un caso tan anOmalo. ociillando el singularísimo carácter que verdaderamente tienen, ha descaminado el exacto conocimicnlo de las funciones reproductoras de aquella especie, y de sus analogías fisiológicas. En prueba de ello aduciré estas dos citas. M. Dumeril, al rectificar ciertas palabras que el Sr. Rusconi le atribuye sobre la historia de la propagación de los batracios, dice : » . . . añadiremos aún el (hecho) sií>uientc sacado del tomo II de los Coviples-rendus del Ins- tituto, p. 332: M. Gay, viajero en Chile, ha encontrado constantemente [conslamment] huevos fecundados ó re- tiacuajos vivos en una n • GEMMATA , Codíioí., Ency. metli. , Eip. , p. 4,pl.4, f. I. MiTRED TOAD, Sltaw , Gen. zool. , t. 3, p. 159, lam. 4 5. Bufo margaritifer, Latr.. H. Rep., t. II, p. 118; Daud..H. R. G. C. , p. 89, pl. 33, f 1,— H.Rep., t.8,p.179.; IKog!., S. Amph., p. 207 ; D. Sj'. B. , li. g.,t. VIH, p. 718; Guicft., A. n. r. du. v. deCastelnau, Rep. p. 90 ; ScAm. , D. A. Wiss. 1S58, p. 251. lab. 2. f. 15-16- >' NASUTns ScAn. , 1., c, p, 217; Spix, Sp. n. Tesl. et Ran., p. Í6, tab. XIV, f. ». 172 VIAJE AL PACIFrCO. Rufo peblatus , Cuv., Reg. an. , ed. I , t. II , p. 97. » NARICUS Spix., I. c. p. 25, tab. XIV , f.2. » ACÜTIROSTRIS Spijc 1. c. , p. 28 , Uib. XXI , f. S. » OBNATiís Wied, Abbild. Otilophds pehlatus, Cuv.. Reg. an., ed. II, t. U.p. H2. » TYPHONiDs, Tsch.. C. dep B. , p. 89. » MARGARITIFER, Günl. , C. B. S. B. M. , p. 69 y 1 42. 9 Cabeza de contorno superior cordiforme y de variable anchura, pero siempre maj^or, posteriormente, que la distancia de un ángulo de la boca al otro ; con la cresta órbito-timpánica extendida sin interrupción desde las aberturas nasales hasta la parótida, donde concluye en un lóbulo oblongo algo recargado sobre ella, que imita una oreja, y describiendo con su filo una S desde el extremo posterior del canto rostral hasta la parótida ; con el testuz en declive desde la nuca hasta la parte anterior de la región inter-orbitaria, que es cóncava, y con la porción comprendida dentro el canto rostral acanalada. Toda la superficie alta del cráneo está cubierta de granulaciones óseas, numerosas en el área del testuz, y además presenta dos arrugas principales, corridas desde la mitad del borde de la órbita al occipucio, en cuj^o punto son más rudas y más levantadas ; otras más pequeñas suelen hallarse paralelas á las anteriores delante y sobre todo el haz interno de la gran cresta , en el espacio correspondiente al ojo ; dichas arrugas principales limitan por delante las fosetas bastante profundas que forman los lóbulos timpánicos, atravesadas á veces por una arruga ósea, análoga á la órbito-occipital, pero de menos relieve. Las mejillas son anchas y verticales en todo su plano ; miradas de perfil, el superior describe un arco, que hace aparecer el hocico encorvado hacia abajo; el boi"de maxilar del labio es recto; el filo curvo propio del canto rostral forma ángulo con el de la órbita, de cuj^o vértice baja una cresta recta por delante del ojo , determinándose en el ángulo ántero-su- perior de éste una cúspide más ó menos marcada según la edad; el hocico, hecha excepción de su apéndice cutáneo, está truncado de arriba abajo y hacia la boca ; la parte anterior de ésta, vista por debajo , es redondeada, los ángulos suelen presentarse algo echados hacia afuera y prote- gidos por una apófisis poco indicada ; los ojos son de regular tamaño y parpados extensos, y mediante el desarrollo délas crestas cefálicas resul- tan laterales ; el tímpano es elíptico-vertical y algo inclinado adelante ; es VERTEBRADOS. 17S más pequeño que la abertura del ojo, y de su borde inferior al ángulo de la boca hay una distancia igual á su mayor diámetro ; su contorno superior coincide con el ángulo que forma el lóbulo timpánico con el plano de la mejilla; por delante del oido baja una arista ó arruga ósea paralela á la del ángulo anterior del ojo; las aberturas de la nariz son regulares, dirigidas lateralmente y algo hacia arriba ; media entre ellas la misma distancia que de cada una al borde inmediato del labio. Las choanas son circulares ó ligeramente oblongo-transversas ; distan una de otra lo que cada una de la punta superior del hocico ; los pabellones de Eustaquio son más pepueños que aquellasy triangulares; la lengua es angosta, oblon- gada , entera, débil y libre solamente en su mitad posterior. Las parótidas son pequeñas, muy deprimidas, laterales, triangulares y ocupan todo el contorno ántero-exterior del omóplato, sin rebasarle por atrás; el lado an- texñor del triángulo que figuran, entra en el seno que producen á uno y otro lado de la nuca las crestas órbito-timpánicas; el interno es cóncavo ó sinuoso, y el externo paralelo al eje del cuerpo: en los individuos algo jóvenes este lado de la parótida resulta mucho más adentro que el con- torno del lóbulo timpánico. Sobre la superficie llana del tronco á lo largo de la línea media , las apófisis espinosas de las vertebras 3." á 7." (á veces 2. '-8.°) resaltan á ma- nera de grupitos escabrosos de tubérculos ó granos semejantes en el as- pecto á los de la piel, que en las 9 viejas se adelgaza al pasar sobre ellos como en el B. ephippium; el contorno de esos grupos, tanto más chatos y anchos cuanto más crecida la 9, es ya cuadrado, ya triangular, ya en figura de media luna. Las extremidades anteriores, dirigidas hacia atrás, pasan con la mitad del tercer dedo de la linea posterior del muslo: son esbeltas y comprimidas: la mano, en proporción con ellas, tiene un gran abultamiento circular que corresponde á la muñeca, y oti'o mucho más pequeño y prolongado en la base del dedo interno; éste es casi igual al inmediato, poco más corto que el externo y la mitad de largo que el 3,°; todos son abultados en la punta, llevan un ligero reborde de la piel, más marcado cuanto más viejo el individuo , están provistos de tubérculos y nudillos in- fra-articulares , y son libres. Las extremidades abdominales son flacas y deprimidas; llevadas hacia adelante, asoman por bajo del hocico todo el tar- I-, VIAJE AL PACÍFICO. SO desde la base del pulgar ; en ese punto hay un tubérculo oblongo y sa- liente, que corresponde á otro redondo y más chico de la parte opuesta; la planta y dedos llevan asimismo verrugas redondeadas, muy notables en los adultos, y los últimos están reunidos por una palmeadura, que no llega á la mitad de su extensión en el 4." ó más largo, y pasan de esa me- dida en los restantes; nótase también en su margen un ligero reborde, continuación de la membrana interdigital, y que sus yemas son menos abultadas que las de las manos. La piel, que se ajusta exactamente á la superficie del cráneo y cara, acusando los menores resaltos de los huesos , y que se adhiere á los filos 3^ puntas de sus crestas, reducida á una tenuísima membrana, es floja y plegada en los costados y en los muslos, formado cuando ex- tendida, una espansion, cuya anchura es notable particularmente en las ingles. Toda ella desde la punta de los dedos á la del hocico, donde se prolonga en un corto doblez vertical, es granulosa con regularidad, pero los gi'anos y verrugas varían de este modo: los de la cabeza tienen escaso relieve escepto en los párpados superiores , y se borran hacia los bordes de las crestas ; los de las parótidas son bastante gi-andes y apezonados; en esa forma y mayores corren á modo de festón á lo largo del filo de la espansion cutánea desde la nuca, pasando por la parótida, á la ingle; otros semejantes á éstos se hallan esparcidos en las regiones cercanas; los de los muslos y piernas son de mediana magnitud: más pequeños en los brazos y parte superior de manos y pies , donde que- dan reducidos á su menor tamaño ; y por último en todas las regiones inferiores aparecen chatos y lisos. Noto en algunos ejemplares que el pezoncillo ó espina, generalmente poco indicada, en que terminan los tu- bérculos, se desarrolla y se endurece en los tarsos , en los pies y en to- das las extremidades anteriores, erizándose entonces la superficie de los antebrazos del mismo modo que en los Phryniscus y Atelopus. La coloración de los ejemplares que me sirven para el estudio de esta especie ha desaparecido en gran parte por efecto del alcohol ; dis- tinguense sin embargo con bastante claridad: una barra central oscura y ancha sobre la pierna y dos sobre cada antebrazo; la tinta uniforme de la garganta y pecho ; la variedad y mezcla de manchas pardo-oscuras y blancas de los lados del cuello, tronco y región abdominal; y en uno VERTEBRADOS. 175 de ellos observo una mancha negra redonda encima y delante del arranque de los brazos. Car. ost. Los timpánicos están extraordinariamente desarrollados; su rama horizontal forma una placa triangular cóncava, cuyo vértice anterior corresponde á la parte media de la cuenca orbitaria ; su borde occipital es afilado, irregular y á la altura del fondo de la placa, que es escabrosa hacia su parte externa y anterior, y entre cuyas escabrosidades se determina una linea sinuosa, más ó menos marcada, que desde el borde externo se dirige al ángulo externo-posterior del fronto-parietal inme- diato; el margen exterior es curvo, lleno de asperidades y levantado, y en su tercio correspondiente á la nuca, la curvatura se dirige hacia abajo, formando un lóbulo prolongado, que se proyecta sobre el extremo posterior del maxilar, y llega más atrás que los cóndilos occipitales; su rama ver- tical arranca desde el mismo filo de su tercio anterior, con el cual forma ángulo recto, determinando en el punto de arranque una cíispide triedra. Los fronto-parietales, planos en su mitad interna, llevan en sus ángulos externo-posteriores dos apófisis muy pronunciadas , escabrosas y endure- cidas, de las cuales parten dos crestas, que terminan en el borde orbita- Tio junto al vértice anterior de los timpánicos, y forman con el eje de la cabeza un ángulo de 45"; desde ese punto principia su borde externo libre , que es plegado y tan corto , que sólo contribuye á formar menos de la tercera parte del arco supra-orbitari o ; el borde anterior es sinuoso, y excepto una pequeña porción que corresponde al ángulo interno , todo él está estrechamente articulado con el prefrontal ; la su- perficie de los fronto-parietales está realzada por pliegues muy marca- dos, que irradian de las apófisis occipitales y terminan unos muy brusca- mente y como cortados , otros en una especie de ganchitos ; siendo de no- tar, que en ambos huesos estos accidentes son regulai'es y simétricos con respecto á su línea de sutura. Los prefrontales forman con sus dos placas superior y lateral un ángulo diedro, á lo largo de cuya arista corre una cresta cóncava muy alfa y ruda en su tercio posterior, que es el que compone con el borde libre de los fronto-parietales y el del timpánico el arco orbitario, cuyo filo se continúa sin interrupción hasta el extremo de cada prefrontal; éste, en el punto que corresponde al ángulo anterior de la cavidad orbitaria, se levanta en una cúspide triedra saliente análoga 176 VIAJE AL PACIFICO. á la del timpánico, en el ángulo contraiño, y de ella baja hasta el maxilar otra cresta muy marcada; laláminalateralesmuy ancha y presenta lineas ó arrugas que parten de dicha cúspide ; también su placa superior mues- tra algunas elevaciones semejantes á las de los fronto-parietales. La línea de contorno que dibujan todos estos huesos desde la apófisis anterior del prefrontal al cóndilo occipital se compone: de una curva entrante en la parte que comprende al canto rostral ; de otra más profunda en la misma dirección, que es el arco superior orbitario; de una curva saliente , borde del gran lóbulo supra-timpánico, y de otí'a entrante que corresponde á la nuca. La apófisis infero-posterior del etmóides se prolonga bastante hacia atrás y tiene sobrepuesta la cuarta parte extrema de la rama anterior del esfenóides. La porción anular de las vértebras es deprimida, y de esta porción, la que corresponde á la base de las apófisis espinosas, in- cluso en la sacra, está endurecida, y lleva escabrosidades por el mismo estilo que las crestas y apófisis occipitales; esto no obstante apenas so- bresalen del plano general del dorso, pero cada una avanza considerable- mente sobre el cuerpo de la inmediata anterior desde la base. El coxis es deprimido, de quilla achaflanada y está provisto de dos láminas latera- les anchas, puntiagudas y que van disminuyendo hasta muy cerca de su ex- tremo. El xifisterno consiste en una placa ternillosa endeble cuadrangular Y terminada en un disco oblongo transverso. La cresta del húmero es muy recia, alta y con el borde bastante revuelto hacia adentro , y con- serva como una mitad de su altura al llegar á la cabeza del hueso. Los falangines tienen su cabezuela redondeada y escabrosa. d" El plano superior de la cabeza, considerado en conjunto, aparece achatado y triangular , con la nuca muy poco más elevada que la región rostral, con las crestas occípito-orbitarias poco marcadas, reduciéndose á una protuberancia correspondiente sobre el globo del ojo, y con el ló- bulo ó cresta supra-timpánica ligeramente curvo ; el borde de éste queda más adentro que el de la parótida y que el ángulo maxilar infero-poste- rior; y entre una y otra cúspide de la base del canto rostral, ó sea el ángulo ántero-orbitario, hay poca menos distancia que entre los puntos del borde supra-ocular, donde terminan idealmente las crestas que vienen de la nuca; el borde de todo el contorno de la cabeza está muy poco le- vantado , y las fosas supra-timpánicas poco indicadas ; pero se nota en la VERTEBRADOS. 177 porción rostral todas las particularidades que hemos señalado en las 9; la distancia del ángulo de la boca al borde del lóbulo supra-timpánico es menor relativamente que en aquellas. Los sacos bucales se abren bastan- te atrás, y su abertura es estrecha. El dorso es completamente plano ; apenas si se notan algunas protu- berancias producidas por el espinazo, tan visibles en las $. El dedo pulgar de la mano y su inmediato llevan una plaquita negra y áspera á modo de lija para retener á la 9 durante la cópula. Todas las protuberancias de la piel están menos marcadas que en las 9; las parótidas se muestran casi lisas, y las verrugas mastoídeas, que en aquellas forman un festón á lo largo del pliegue cutáneo lateral, en los c/ son insignificantes. Car. ost. — Todos los huesos del cráneo son más tersos que los de la 9; sus crestas y granulaciones más escasas y menos prominentes, y sus articulaciones las mismas, escepto la del borde externo-posterior (lo los fronto-parietales , que no alcanza en su mitad de atrás al interno de la rama superior del timpánico, y deja al descubierto un buen espacio del temporal. El húmero , ademas de la cresta anterior con el mismo desarrollo que en las 9, lleva otras dos laterales, una sobre el epitrócleo y otra sobre el epicóndilo , y los metatársicos de los dedos pri- mero y segundo son más robustos que los del otro sexo; modificacio- nes todas análogas á las indicadas en el género Atelopus. Los individuos jóvenes, 9 y o", se asemejan en un todo á los últimos en su edad adulta. DiM. cí— delh. al a.=0,045 ; Cab. , a.=0,021; l.=0,015. §-Del h. iil a.=0,057; Cab., a,=0,028; 1. =0,018; ,Extr. , br.=0,018; aut.= 0,018; pal.=0,017; mus.=0,025; pier.=0,023; tar.=0,015; pla. = 0,022. -Habita la región oriental andina del Ecuador. Lo he hallado abundante en S. José de Moti, en las faldas del volcan extinguido de Suinaco, paraje fresco con relación á los llanos de aquella comarca. Sus costumbres son las de un escuerzo. En el estómago de una ^ he encontrado restos de carabídeos, estafllinídeos, carculionideos, y de lamelicornios, y dos flores; en el de otra, de dos ó tres especies de hormigas, y escamas de culebra. 3§: S. José de Moti; — Q: id. (esqueleto);— cT: id;— cí: id. (esqueleto);— cf: id.;— 17 fí y y : Oriente del Ecuador. Observ. Es una c.isualidad bien curiosa, que el cí y la Q cuyos esqueletos lie disecado y estudiado ofrezcan en su región sacra eslas dos anomalías: en el cí, la octava vértebra, conservando sus diapólisislibres, tiene su cuerpo y anillo soldados íntimamente con los de la s.icra, constituyendo las dos una sola pieza; en Batracios. ^3 lyS VIAJE AL PACIFICO. la Q, la vértebra oclava se ha Irasformado en vértebra sacra, y ésta , que tiene su cuerpo y anillos rundidos con los de la que hace sus veces, presenta sus diapófisis muy reducidas, triangulares , libres en el vértice, muy echarlas hacia atrás, y tocando con el borde anterior al posterior de !a pseudo-sacra. OXYRHYNCHUS PROBOSCIDEUS. OxvBIlY^•CHus PROBOSCIDEUS Spix , Sp. n. ran., p. 2S, lab. XXII , f. 4. OtILOPHÜS MARGAKIIIFER, Günl.. C. B. S. B. M., p. 69. ? » TVPHON'ius, Peters, Monats. , Aug. 1871. 9 Cabeza piramidal, j con su mavor anchura, tomada sobre la nuca, en la proporción de 7 á 5 respecto de su longitud ; su plano superior, de contorno triangular , y de supei'ficie lisa j como pulida , forma una es- paciosa hondonada, cuyo punto más bajo es el centro, desde donde se eleva, en suave declive, hacia la nuca y hacia el hocico, levantados al mismo nivel, y en dos enormes crestas órbito-timpánicas, hacia los cos- tados y desde el ángulo anterior del ojo á la parótida. Dichas crestas presentan una fosa profunda, situada sobre el tímpano, limitada poste- riormente en parte por aquella glándula y anteriormente por una es- pina, que tiene su origen en una apófisis occipital muy marcada y corre, formando un ángulo de 45° con el eje cefálico, hasta el borde órbito-tim- pánico ; éste es grueso , tosco , algo arrugado por su cara interna y desde su extremo posterior hasta la mitad de la órbita, notablemente delante de la espina occípito-orbitaria, y tuberculoso sobre el ángulo anterior del ojo; viene desde la parótida continuando la curva que describe el perfil exterior de ésta, se deprime ligeramente junto á la fosa timpánica, se inclina hacia abajo desde la espina supradicha , y, al pasar delante de la órbita , en vez de prolongarse por el hocico en el canto rostral , avanza por cima de él, y se encorva de pronto, figurando una especie de anteojo y contribuyendo al aspecto extraño y originalísimo de este batracio. El canto rostral es afilado, cóncavo, y está realzado por una crestecilla independiente del borde de la órbito-timpánica , que resulta mucho más alto y saliente, y separado de aquella por una muesca profunda. Los ojos, aunque laterales, son bastante saltones y con el párpado superior grueso y el inferior extenso ; su abertura es poco mayor que la longitud de uno de los lados del hocico. Las narices son grandes y se abren hacia VERTEBRADOS. 179 arriba, bien abajo del canto rostral y detras de la base del apéndice cutáneo que da nombre ;i la especie. Las mejillas resultan algo deprimi- das todo ;'i lo largo de la mitad superior del hocii^o desde los ojos, son verticales en la región adj'acente á estos órganos, y cóncavas en la auri- cular; aquí el ángulo intero-posterior de la maxila se prolonga en una apófisis roma muy echada hacia atrás y encorvada hacia afuera, de modo (jue el filo posterior maxilar forma ángulo de 45° con el plano del testuz. y mirando la cabeza normalmente á este plano, se perciben dichas apó- fisis sobresaliendo á uno y otro lado de las crestas órbito-timpánicas. El tímpano es muy perceptible, elíptico, oblicuo; su margen superior cor- responde al fondo de la fosa post-orbilaria, resultado de las proyecciones de la mejilla y cresta supra-timpánica, y su diámetro mayor es igual á la distancia que media entre el ojo y la nariz. El filo del labio maxilar es algo cóncavo y termina en dos curvaturas: una suave, hacia arriba, para continuarse con la quilla del apéndice cutáneo rostral ; la otra, ha- cia abajo, brusca, producida por la apófisis del ángulo de la boca; la cual, abierta, figura un rombo perfecto y de lados iguales. Las choanas son grandes, entre redondas y ovales. Los pabellones de Eustaquio mucho más pequeños, oblicuo transversos y arrimados al oido. Las crestas pa- latinas tienen su filo aserrado. La lengua es carnosa y larga, unas veces, con sus márgenes laterales paralelas, otras, ensanchadas posteriormente. Las parótidas son grandes, rollizas, prominentes, cónicas, oblicuas, proyectadas sobre los costados j muy porosas en su plano superior. El tronco es ancho, el dorso plano, y á lo largo de su línea medi;i sobresalen las robustas y levantadas apófisis espinosas de las vérte- bras 3.% 4.% 5.', 6.", 7." y 8.°, cubiertas por la piel adelgazada; las dos extremas son más bajas que las cuatro restantes. Las extremidades anteriores, dirigidas hacia atrás, llegan con el dedo exterior á la ingle; la mano es proporcionada en grueso; su dedo interno es más robusto que los otros é igual al segundo en longitud ; éste y aquél algo más cortos que el 4."; y el 3." doble de largo que su inmediato: son ligeramente deprimidos, abultados en la punta, y llevan una cortí- sima margen y grandes tubérculos inferiores; también los lleva la palma, pero son mayores; en la muñeca hay una protuberancia ovalada, y el pulgar rudimentario produce otra más pequeña y más aguda. Las extre- i8o VIAJE AL PACÍFICO. midades posteriores, aplicadas á lo largo del cuerpo por abajo, llegan al hocico con la punta del dedo externo ; sus 'dedos están menos que semi- palmeados, son algo deprimidos, tienen margen, abultadas las yemas, y llevan tubérculos inferiores más pequeños que los de la mano, cuyas filas se continúan sobre el metatarso ; el tubérculo del cuneiforme es bastante largo y agudo y de base ovalada; enfrente hay otra protuberancia redonda más pequeña y más chata. La piel es gruesa, fuerte y llena de tubérculos, terminados, por lo general , en una espinilla blanda ó endurecida ; en la cabeza se adhiere completamente á todos sus planos j eminencias, — adelgazándose, aunque no mucho, sobre las crestas y apófisis, — y se prolonga á manera de trompa carunculosa, ancha en su base, con el borde aquillado y curvo, y remangada sobre el plano superior del hocico , donde siempre levanta mucho más que las crestas del canto rostral; en el tronco se halla ajus- tada desde la nuca á las escápulas, espinazo y región coxigea, pero en los costados es floja, plegada á lo largo y al través, y se extiende á modo de ancho paracaidas desde el extremo posterior de la parótida á la rodi- lla. Los tubérculos son muy numerosos é iguales en los párpados supe- riores ; desparramados y desiguales á ambos lados del hocico ; escasos en la región parótica; muy finos y juntos en los labios; casi nulos en la parte superior de la cabeza ; faltan por completo en las parótidas ; son achatados y de escaso realce en las regiones dorsales medias , sobre los brazos, muslos y piernas; los mayores, que están provistos de un largo pezón y son comprimidos, se encuentran festoneando el pliegue lateral cutáneo; otros semejantes á estos, redondos y de poco menor tamaño, se ven por cima y por bajo de dicho pliegue, y más abundantes en este último lugar desde el cuello al abdomen, al rededor del ano y en la mitad interna posterior de las nalgas; en la garganta, pecho, antebrazo, manos y pies , son más finos y regulares ; en los tarsos y borde externo de las piernas llevan espinillas oscuras y endurecidas; sobre el abdomen, in- gles, y especialmente en la parte media inferior de los muslos, están como arrugados y carecen de espinillas terminales. El color general es apizarrado, más ó menos oscuro, en las regiones superiores, sobre cuyo fondo se destaca una cinta blanca ó blanquizca desde el hocico al ano, bien dibujada hasta la nuca y más confusa en VERTEBRADOS. 181 lo restante; á ambos lados de ella suele haber dos series de manchas oasi negras y mates, redondeadas y de contorno blanco, que. sobre h cabeza, los hombros, la sacra y cerca del ano á veces, tienden á dispo- nerse en fajas transversales. El color del festón lateral es muy claro. La garganta, unas veces blanquizca, sucia, uniforme; otras, manchada de pardusco, más oscuro sobre los labios. Las ingles y muslos, por arriba, jaspeados de líneas negruzcas, cortas y estrechas; todas las demás regio- nes inferiores, amarmoladas de oscuro 3^ rojizo pálido ó amarillento, más intenso en la parte media de los muslos é ingles ; tarsos y plantas son muy oscm-os por debajo; las piernas y antebrazos con una barra transversal parda en el centro y muy delgada ; los tubérculos de la mano amarillos ; algunos del pecho , garganta é ingles , enteramente blancos y brillantes. Car. ost. — La rama superior del timpánico se halla convertida en una placa extensa, triangular, cóncava y lisa en toda la área de la con- cavidad ; su ángulo interno llega al occipital y cubre el temporal ; el anterior, muy agudo, cae poco más atrás de la mitad del arco orbitario; el posterior forma un lóbulo redondo que no llega al nivel de los cóndilos occipitales , y que presenta una faceta sobre la cual descansa una parte de la parótida; su lado posterior está levantado y tiene una apófisis media saliente , desde donde corre una cresta escabrosa y gruesa , pasando por delante de la faceta del ángulo posterior j terminando en el borde ex- terno, que es casi recto y está aserrado por unas muesquecillas muy finas, que se prolongan por el haz inferior, en la parte que corresponde á la cavidad orbitaria; el borde interno se articula todo él con el externo posterior del fronto-parietal ; la rama inferior del timpánico nace en el tercio anterior y más adentro del borde , baja primero recta y ancha , y al dirigirse hacia atrás, perdiendo desde el tercio superior la mitad de aquella anchura, alcanza ó rebasa con su apófisis maxilar y margen posterior el nivel de la punta externa occipital de su otra rama. Los fronto-parietales se ensanchan de atrás adelante de un modo tan consi- derable, que su anchura anterior es más del doble de la que tiene sobre la nuca; aqui su ángulo interno se prolonga hasta el agujero occipital, y el externo consiste en una apófisis dura, triangular, alta y llena de ganchos y asperezas, de la cual parten dos crestas, una corta, que corre ,,S2 VIAJE AL PACÍFICO. transversalmente orillas de su margen posterior, el cual parece biselado; oti'a lisa é inmediata á su borde exterior, que va todo á lo largo de él, limitando la fosa supra-timpánica ; en el borde anterior pueden conside- rarse dos partes : la externa , dentada j plegada en abanico , cuyos plie- gues van á reunirse en la apófisis occipital, y que constituye un tercio del arco orbitario; la anterior, afilada y sinuosa, transversal con respecto al eje de la cabeza, y á la que se articulan los prefrontales; excepto en ese espacio plegado y en las apófisis occipitales , la superficie de los fionto- parietales es tersa ó ligerísimamente asurcada. Los prefrontales constan: 1.", de una porción rostral compuesta de dos láminas que se cortan en ángulo mayor que el recto; la superior horizontal, lisa, estrecha j con el borde interno curvo; la otra vertical, triangular, atravesada de lineas escabrosas y con el borde libre lleno de dientecitos; la arista que resulta 7 Viage al Pacifico, Balrácios anuros, Lam.l. fíT^ ^ ^"^^ r. liaz Carreño, dib" y lit" 1. Calyptocepliaks Gayí D. y B. (pelvis) 2. 2a^ Cystignatlius himilís Tn^i. 3. ,, roseus D.yB. (jóxis.) 4. Hylorhina sylvatica Bell, (úiuma falange litlonon. Madrid. 5, 5a, 5i,5c, EdalorKina Perezi Espada. 6, 6a Pleurodema granulosum inK. 7, 7a. Phryniscus ignescens Comalia, (vaiiet) 9. Phryniscus migricans Wíegmann. (variet.) ^ Vi- -O ,'.'■/ Viage al Pacifico, Batracios anuros. Lam. 3. F. lliaz l'arrDñc, ÜV. vlit° ..¡'..i.cnoiiii.ai.i'iü. l,la,li. Hyloxaius fulíginosus Espada. 2, 2 a, 2i. ,) Bocagei Espada. 3, 3a, 31, 3 c. PKyllodroirais puldiellum mK. 4, 4a,4L, "í:. StraLomantis cornutus Espada. 5, 5a,5i, 5c, 5d. OreoLates quixensis Espada. 6, 6a, 6 i, 6c. BatracKyk ieptopus Bell. ^ o- <■■- Viage al Pacifico , Batracios airaros . Lam. Sks. 7. Iliaz Oarrefto dib° y lit° 1, Hylodes vermcosus iriK. 2, 2 a. » Philippi mk 3, 3 a. 31 3c. » diadematus mli lit Bonon. Madrid. 4. ^a, 4t. Hylodes riibicuRdus mK. 5. 5 a, 5i. Cycloceplialiis lacrimo sus "mk. 6. 6a_f. Pristimantis Galdi Espada. Z 7a. Hyla reüculata Espada. ^7 -o íy - c" re o' »3 ?3 ti' =3 ?;' cz! O Xfi rt, :S ID ^ so C» - - 5S . ^¿g S ^ . f ?' g- o; »:■ "k \ \ Harvard HCZ Ubrary 3 2044 066 302 456