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Full text of "Revista de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, La Plata [microform]"

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scientific  knowledge,  policies,  or  practices. 

! 

i 


REVISTA 


DE  LA 


No  XI,  CORRESPONDIENTE  AL  MES  DE  NoVIEMBBE  DE  1895 


PUBLICACIÓN  MENSUAL 


Suscripción  anual  adelantada:  6  pesos  m/n. 


PUNTOS.  DE  SUSCRIPCIÓN 


En  La  Plata  :  Secretaría  de  la  Facultad  y  Librería  "Peuser"— 7  y 
Buenos  Aires:  Casa  -PEusER"-San  Martín  esq.  Cangallo 


SUMARIO 


Árboles  frutales,  por  el  profesor  ingeniero  agrónomo,  Antonio 
Gil  — La  caña  de  CastUla,  por  el  mismo  — La  sal  de  co- 
cina, por  el  profesor  médico  -  veterinario,  Dr.  Julio  Lejeune 
—  Revista  Clínica,  por  el  mismo  —  Inspección  de  carnes, 
por  el  profesor  sustituto,  médico  -  veterinario,  Doctor  Félix 
Mezzadrelli  -  Moricultura,  por  el  profesor  Dr.  Domingo 
Tamaro  —  Informaciones. 


LA  PLATA 
Establecimiento  Tipográfico  de  Jacobo  Peuser 

Avenida  Independencia  esquina  53 


1 


SE  RECIBEN  AVISOS  I 


1 


REVISTA 

DE  LA 

FACÜLTAÜ  DE  mWÉk  Y  VETERINARIA 

PUBLICACIÓN  MENSUAL 


AÑO  I.  La  Plata,  Noviembre  30  de  1895.  XI. 


ÁRBOLES  FRUTALES 

DURAZNERO  PÉRSICO  Ó  MELOCOTONERO 

{Amigdalus  pérsica,  L. — Pérsica  vulgar is,  Mili.) 
Por  el  Profesor  Ingeniero  Agrónomo,  D.  Antonio  Gil 


Por  la  extensión  en  que  ha  sido  propagado  este  frutal,  es  uno  de 
los  más  importantes  de  todos  los  que  se  cultivan  en  las  Islas  del 
Paraná.  Su  introducción,  debe  remontarse  á  la  época  en  que  se  estable- 
cieron los  primeros  colonos  europeos  habiendo  prosperado  á  tal  punto, 
que  ha  formado  montes,  mezclado  con  otros  árboles  indígenas.  Los 
frutos  del  duraznero,  eran  antes  uno  de  los  principales  recursos  del 
isleño  que  solo  se  preocupaba  de  recolectar  sin  ocuparse  en  lo  más 
mínimo  de  su  multiplicación  y  cuidado.  El  aumento  de  población,  la 
demanda  siempre  creciente  de  la  fruta,  así  como  el  buen  precio  que 
por  ella  se  logra,  debieron  decidir  el  cultivo  de  estos  árboles  de  un 
modo  más  racional  á  fin  de  conseguir  mayores  y  mejores  productos. 

La  lista  de  las  variedades  cultivadas  es  muy  extensa  y  abarca  frutos 
que  maduran  desde  mediados  de  Noviembre  á  fines  de  Marzo.  Su 
nomenclatura  y  descripción  además  de  ser  un  trabajo  largo  y  difícil, 
requiere  mucho  tiempo,  porque  no  solo  existen  variedades  importadas 
sino  que  el  número  de  las  conseguidas  y  propagadas  por  semilla  es 
crecidísimo.  Todas  ellas  pueden  reducirse  á  cuatro  grupos  principales 
á  saber: 

1.0  Pavías  ó  durazno,  de  carne  compacta  y  adherente  al  carozo, 
piel  velluda,  pulpa  azucarada    y  aromática. 

2.0  Priscos  ó  abridores  de  fruto  velloso,  carne  blanda  y  que  se 
desprende  del  carozo. 

3.0  Pelones  ó  durazos,  de  fruto  lampiño,  piel  lisa,  lustrosa  y  morada; 
carne  adherente  al  carozo. 


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Revista  de  la  Facultad 


4.0  Pelones  priscos  ó  abridores  de  piel  lisa,  carne  blanda  y  jugosa, 
que  se  desprende  del  cuesco. 

Existen  variedades  que  participan  de  caracteres  comunes  á  varios  de 
estos  grupos,  lo  que  hace  más  difícil  su  clasificación.  La  época  de  la 
madurez,  constituye  uno  de  los  caracteres  más  importantes  para  el  is- 
leño, porque  permite  elegir  aquellas  variedades  que  se  anticipan  ó  re- 
tardan de  la  época  normal  de  mayor  producción. 

Basado  en  esta  consideración,  he  formulado  la  lista  siguiente  de  las 
variedades  más  propagadas,  empezando  por  las  que  maduran  primero. 

Durazno  Norte-americano.  —  Numerosas  son  las  variedades  de  du- 
raznos de  esta  procedencia,  pero  la  que  se  conoce  con  este  nombre 
en  las  Islas,  es  una  variedad  precoz  de  fruto  blanco  rosado,  velloso, 
medio  prisco,  que  madura  del  8  al  25  de  Noviembre.  La  introducción 
de  esta  variedad  es  relativamente  reciente,  y  gracias  á  los  buenos  pre- 
cios que  obtienen  sus  frutos,  por  ser  los  primeros,  es  hoy  la  especie 
que  se  propaga  en  más  basta  escala. 

Norte-americano  blanco  ó  durazno  Sta.  Ana.  —  Madura  inmediatamen- 
te después  del  anterior  y  su  producción  se  prolonga  hasta  fines  de  Di- 
ciembre. Su  fruto  es  blanco,  tamaño  mediano  y  de  carne  poco  adheren- 
te  al  cuesco. 

Duraznos  turcos. — Con  esta  denominación  se  designa  una  variedad  de 
duraznos  de  fruto  colorado,  de  tamaño  pequeño,  de  carne  compacta 
muy  adherente  al  carozo.  Es  una  de  las  frutas  que  se  conservan  más 
tiempo  sin  descomponerse.  Madura  en  todo  el  mes  de  Diciembre. 

Mignonas. — Con  este  nombre,  se  distinguen  tres  variedades  seleccio- 
nadas por  el  cultivo  europeo  y  aclimatadas  ya  en  las  Islas.  Una  y 
otras  son  muy  estimadas  por  su  fertilidad,  por  su  vigor  y  por  la  bue- 
na calidad  de  sus  frutos.  Se  designan  con  las  denominaciones  de  mig- 
nona  temprana,  mignona  gruesa  y  mignona  pequeña. 

La  primera,  dá  un  fruto  grueso,  velloso,  casi  esférico,  de  color  rojo 
oscuro  del  lado  expuesto  al  sol  y  de  un  verde  amarillo  salpicado  de 
puntos  rojos  del  costado  opuesto.  El  surco  que  parte  de  la  base  del  fruto 
y  termina  en  la  cima,  es  muy  estrecho  y  se  pierde  en  una  pequeña 
depresión  ligeramente  mamelonada  de  este  último  lugar.  La  piel  se  des- 
prende fácilmente  de  la  carne  en  la  época  de  la  madurez.  La  carne 
es  fina,  sabrosa,  aromática,  blanca,  con  excepción  del  contorno  del  ca- 
rozo y  debajo  de  la  piel  expuesta  al  sol  que  tiene  un  color  rojo. 

Sin  ser  un  pavía  se  adhiere  un  poco  al  carozo. 

La  mignona  gruesa  ó  común,  es  una  de  las  variedades  que  goza 
más  reputación  por  su  fertilidad  y  por  la  buena  calidad  de  los  frutos, 
los  cuales  son  gruesos,  vellosos,  de  un  color  rojo,  no  tan  subido  como 
el  de  la  variedad  anterior,  del  lado  expuesto  al  sol  y  más  amarillo  del 
costado  opuesto,  salpicado  también  como  aquel  de  puntos  rojos.  La 
carne  es  un  poco  más  blanca  que  la  de  la  mignona  temprana,  fina, 
sabrosa  y  muy  aromática,  pero  roja  al  rededor  >  del  cuesco,  el  cual 
está  cubierto  de  surcos  muy  profundos  é  irregulares  que  retienen  fila- 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


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mentos  del  epicarpio.  Esta  variedad  madura  desde  últimos  de  Diciembre 
á  la  primera  quincena  de  Enero. 

La  tercera  variedad,  ó  mignona  pequeña,  está  menos  propagada  que  las 
anteriores.  Su  fruto  es  de  volumen  más  reducido,  de  forma  variable, 
generalmente  redondo,  terminado  por  un  pequeño  mameloncito.  Piel  fina 
y  velluda  de  un  color  rojo  oscuro  del  lado  expuesto  al  sol,  y  de  un 
amarillo  pálido,  salpicado  de  manchitas  rojas  del  lado-  de  la  sombra. 

Carne  blanca,  fina,  y  roja  al  rededor  del  carozo.  Es  un  durazno 
prisco  que  madura  en  la  misma  época  que  el  anterior. 

Pavía  blanca,  rosada  y  amarilla. — Con  estos  nombres,  se  distinguen 
tres  variedades  locales  obtenidas  por  selección  que  maduran  en  el  mes 
de  Enero.  Las  tres  son  de  carne  blanca,  fina,  acuosa,  muy  adherente 
al  carozo. 

Los  nombres  que  llevan,  indican  el  color  de  la  piel. 

Real  Jorge, — Es  un  pavía  de  fruto  grueso,  de  piel  amarilla  pintada 
de  rojo  y  de  carne  amarilla  muy  adherente  al  cuesco.  Madura  en  el 
mes  de  Enero. 

Bocado  de  dama. — Es  un  durazno  prisco  de  pequeño  volumen,  de 
piel  velluda,  de  un  color  blanco  amarillento  y  pintado  de  un  color 
borra  de  vino  del  lado  expuesto  al  sol.  Su  vértice  termina  por  un  ma- 
melón agudo  muy  pronunciado.  Su  carne  es  amarilla  y  roja  al  rededor 
del  carozo.  Madura  en  el  mes  de  Enero. 

Pavía  turca. — Fruto  pequeño  un  poco  aplastado,  de  piel  velluda,  de 
color  amarillo  pintado  de  rojo  del  lado  expuesto  al  sol.  Carne  amari- 
lla acuosa,  muy  adherente  al  carozo.  Madura  en  el  mes  de  Enero. 

Prisco  amarillo  temprano. — Es  un  'durazno  de  fruto  grueso,  redondo, 
terminado  por  un  mameloncito  muy  agudo  y  oblicuo.  Piel  velluda,  de 
color  amarillo  pintado  de  rojo  del  lado  expuesto  al  sol  y  salpicado  del 
mismo  color  en  el  costado  opuesto.  Carne  amarilla  muy  acuosa,  un 
poco  más  blanca  al  rededor  del  carozo.   Madura  en  el  mes  de  Enero. 

Blanco  mofistruoso  prisco. — Fruto  grande,  redondo,  terminado  por  un 
mameloncito  agudo,  de  piel  velluda,  de  color  blanco  amarillento  salpica- 
do de  puntos  rojos  del  lado  de  la  sombra  y  de  rojo  uniforme  del  cos- 
tado expuesto  al  sol.  Carne  blanca,  un  poco  amarillenta  al  rededor  de 
la  piel  y  salpicada  de  rojo  al  contorno  del  carozo.  Es  una  variedad 
muy  estimada  que  madura  en  el  mes  de  Enero. 

Duraznos  del  tiempo  ó  de  monte.  —  Con  este  nombre  se  designan  di- 
versas variedades  que  afectan  formas  y  diniensiones  diferentes  y  que 
empiezan  á  madurar  desde  la  segunda  quincena  del  mes  de  Enero. 
Todas  son  variedades  locales,  más  ó  menos  degeneradas  por  el  aban- 
dono de  su  cultivo  y  que  se  utilizan  más  para  patrones  que  como 
productoras  directas.  Cuatro  son  las  más  conocidas,  llamadas:  ñato, 
amarillo,  moscatel  y  blanco. 

Duraznos  mota.  —  Dos  son  las  variedades  que  reciben  este  nombre; 
primera  mota  y  segunda  mota.  Ambas  son  locales  y  muy  propagadas. 
La  primera  es  de  fruto  grueso,  de  carne  amarilla,  muy  adherente  al 
carozo  y  que  madura  en  la  primera  quincena  de  Febrero;  la  segunda, 


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Revista  de  la  Facultad 


de  volumen  más  reducido,  de  carne  amarilla  y  también  adherente  al 
carozo;  madura  de  últimos  de  Febrero  á  principios  de  Marzo. 

Durazno  invernizo. — Es  la  variedad  más  tardía  que  se  cultiva  en  la 
región  y  lo  mismo  que  las  anteriores,  es  local.  El  fruto  es  de  carne 
amarilla  muy  adherente  al  cuesco.  Madura  del   10  al  25  de  Marzo. 

Por  la  breve  descripción  que  acabo  de  hacer,  se  vé  que  las  variedades, 
más  propagadas,  corresponden  á  la  segunda  estación,  de  modo  que,  lo 
que  hay  que  tratar  de  multiplicar  para  que  la  producción  sea  regular, 
son  las  variedades  precoces  y  tardías,  y  en  particular,  estas  últimas 
cuyo  número  es  excesivamente  reducido. 

Conocidas  las  variedades  más  cultivadas,  vamos  á  ocuparnos  detalla- 
damente de  la  multiplicación  de  este  frutal  que  por  la  extensión  que  ha 
tomado  es,  según  ya  hemos  dicho,  una  de  las  más  importantes  de  las 
Islas. 

Es  un  hecho  demasiado  conocido  de  que  este  frutal  prospera  mara- 
villosamente en  todos  los  albardones  altos  de  las  Islas  del  Paraná,  germi- 
nando y  creciendo  con  mucha  rapidez  y  empezando  por  dar  fruto  á 
partir  del  tercer  año.  Ninguna  localidad  de  la  República  produce  esta 
fruta  en  tanta  abundancia  como  las  Islas  del  Paraná. 

Lo  que  indudablemente  perjudica  más  la  producción,  son  las  heladas 
tardías  de  primavera  que  sorprenden  algunas  veces  estos  vegetales  en 
la  época  de  la  floración  y  aún  después  de  la  fecundación.  Las  varie- 
dades precoces  que  maduran  en  Noviembre,  son  más  maltratadas  por 
estos  meteoros  que  las  clases  comunes. 

Los  vientos  violentos  ocasionan  también  perjuicios  de  consideración 
particularmente  en  la  época  de  la  floración.  El  pampero  y  el  Sud- 
Este  que  suelen  á  veces  soplar  con  una  gran  intensidad,  derriban  las 
flores  y  los  frutos,  desgajan  las  ramas  y  destrozan  los  árboles.  Para  pre- 
servar las  plantaciones  de  estos  accidentes,  el  medio  más  eficaz  y  eco- 
nómico sería  el  de  crear  abrigos  con  árboles  forestales  sobre  los  costa- 
dos Sur  y  Oeste. 

A  continuación  pasaremos  revista  del  sistema  de  multiplicación  que 
se  sigue  en  las  Islas  para  este  frutal,  indicando  de  paso  las  modifi- 
caciones que  se  podrían  introducir  en  el  sentido  de  una  mejora  en  las 
plantaciones. 

Este  vegetal  se  multiplica  por  semilla  y  por  ingerto.  Es  un  hecho 
observado  de  que  los  carozos  procedentes  de  duraznos  ingertados, 
nunca  dan  tan  buenos  resultados  como  los  del  monte  ó  silvestres.  Es- 
tos últimos  proporcionan  siempre  piés   más  rústicos  y  más  robustos. 

Una  primera  condición  para  obtener  buenas  plantaciones,  será,  pues, 
utilizar  piés  procedentes  de  carozos  de  durzano  silvestre. 

Los  cuescos  de  esta  fruta,  pierden  muy  pronto  su  facultad  germi- 
nativa y  la  germinación  se  verifica  con  muchísima  lentitud  á  cau- 
sa del  pericarpio  leñoso  y  duro  que  proteje  la  almendra.  Es  necesario 
conservar  pues  los  carozos  en  buenas  condiciones  ínterin  no  pueden 
sembrarse,  y  el  mejor  medio  consiste  en  estratificarlos.  —  Esta  operación 
consiste  en  hacer  germinar  los  carozos  por  lechos  ó  por   capas,  para 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


301 


que  llegada  que  sea  la  época  de  la  siembra,  puedan  confiarse  definiti- 
vamente al  suelo. 

El  procedimiento  es  muy  simple  y  consiste  en  disponer  una  capa 
de  buena  tierra  de  tres  á  cuatro  centímetros  de  espesor  en  el  fondo 
de  un  canasto,  cajón  ú  otra  vasija  cualquiera,  que  ofrezca  varias  aber- 
turas por  las  cuales  pueda  circular  fácilmente  el  aire  y  el  calor.  Sobre 
esta  capa  de  tierra  se  coloca  un  lecho  de  carozos,  después  otra  capa 
de  tierra  del  mismo  espesor  de  la  primera;  después  un  segundo  lecho 
de  carozos  y  así  en  seguida  hasta  llenar  el  canasto  ó  cajón. 

Una  cuestión  importante  es  la  posición  que  deben  guardar  los  caro- 
zos. Se  podría  simplemente  colocarlos  unos  al  lado  de  los  otros,  tenien- 
do cuidado  de  que  no  se  tocaran.  En  rigor,  esta  disposición  bastaría, 
pero  como  es  conveniente  acelerar  en  cuanto  sea  posible  su  germina- 
ción, los  carozos  que  se  coloquen  con  la  punta  más  aguda  hacia  abajo 
y  la  parte  más  chata  hacia  arriba  germinarán  mucho  mejor.  Esta  es  la 
posición  normal  del  embrión  que  se  encontrará  así  á  su  salida  de  la 
almendra  en  la  línea  vertical  de  su  desarrollo.  Colocando  el  carozo  en 
sentido  inverso,  es  decir,  con  el  extremo  más  grueso  hacia  abajo,  la 
radícula  sale  por  la  extremidad  superior  y  obedeciendo  á  la  ley  de  su 
desarrollo  tiene  que  trazar  un  codo  brusco  para  continuar  vegetando,  y 
el  tallito  tiene  que  dar  una  media  vuelta  en  sentido  inverso.  Este  des- 
arrollo anormal  redunda  luego  en  perjuicio  de  la  planta. 

Estratificados  los  carozos  en  el  mes  de  Mayo  á  Junio  del  modo 
que  dejamos  indicado,  se  coloca  el  cajón  ó  canasto  que  los  contiene, 
en  un  paraje  templado  al  abrigo  de  la  luz  hasta  el  mes  de  Setiembre. 

En  la  primera  quincena  de  este  mes,  si  el  carozo  ha  sido  colocado 
del  modo  que  hemos  mencionado,  la  radícula  tendrá  tres  á  cuatro  cen- 
tímetros de  longitud.  La  plúmula  y  el  tallito  tienen  un  desarrollo  más 
lento,  pero  desde  el  momento  que  la  radícula  alcanza  aquella  longitud, 
se  procede  á  la  plantación  de  los  carozos,  descubriéndolos  con  mucho 
cuidado.  Los  gérmenes  cuyas  radículas  tengan  mayor  longitud  que  la 
mencionada,  es  mejor  rechazarlos  y  los  que  no  tengan  aún  este  des- 
arrollo, se  espera  algunos  días  más  para  efectuar  su  plantación. 

Antes  de  confiar  definitivamente  al  suelo  los  carozos  germinados,  es 
conveniente  suprimir  la  extremidad  de  las  radículas  empleando  un  ins- 
trumento muy  cortante  y  teniendo  cuidado  de  no  ejercer  la  menor 
presión  sobre  la  parte  restante  del  órgano.  El  objeto  de  esta  supresión, 
es  la  de  obligar  á  la  radícula  á  ramificarse  y  por  lo  tanto  provocar 
un  desarrollo  más  rápido.  Algunos  creerán  que  la  supresión  de  la  es- 
tremidad  de  la  radícula  pueda  ser  perjudicial,  porque  se  destruye  al 
mismo  tiempo  la  pyleoriza  ó  la  esponjiola  de  la  raíz,  órgano  principal 
de  nutrición,  pero  se  debe  tener  presente  que  la  plantita  á  esta  edad 
no  se  nutre  aún  del  suelo;  vive  á  expensas  de  las  sustancias  ami- 
láceas contenidas  en  la  almendra  y  la  esponjiola  en  estado  de  forma- 
ción en  esta  época  no  tiene  función  alguna;  en  fin,  no  elabora  ni  sirve 
para  nada  al  embrión. 

Por  último,  una  vez  que  ha  sido  recortada  la  radícula,  se  plantan  las 


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Revista  de  la  Facultad 


almendras  en  una  platabanda  preparada  de  antemano,  colocándolas  en 
surcos  distantes  de  40  á  50  centímetros.  Verificando  esta  plantación  en 
Septiembre,  se  tendrán  piés  para  ingertar  en  el  mes  de  Febrero  próximo. 

La  práctica  de  la  estratificación  de  los  carozos,  tal  como  la  dejamos 
descrita,  es  una  operación  tanto  más  necesaria  en  las  Islas  cuanto  que 
á  causa  del  estado  casi  constantemente  húmedo  del  suelo,  una  gran 
parte  de  los  carozos  se  pudre  y  los  que  consiguen  germinar,  están 
expuestos  á  sufrir  graves  perjuicios  por  los  fríos  de  invierno.  La  siembra 
directa  en  Otoño  de  los  carozos  de  durazno,  tal  como  se  hace  en  las 
Islas,  no  es  pues  una  operación  recomendable  por  las  pérdidas  que  se 
originan,  pudiéndose  evitar  con  ventajas,  verificando  la  estratificación 
de  los  carozos. 

Veamos  ahora  como  se  verifican  los  ingertos  de  estos  frutales.  Esta 
operación  que  se  hace  en  las  Islas  en  los  meses  de  Enero  y  Febrero 
inmediato  á  la  siembra,  con  escudetes  á  ojo  dormido  (1)  se  practica 
del  modo  siguiente:  Se  toman  ramas  nuevas,  bien  formadas,  de  la  va- 
riedad que  se  desea  multiplicar  y  se  cortan  las  hojas,  dejando  sin 
embargo  los  peciolos  que  facilitan  las  manipulaciones  ulteriores. 

Las  yemas  de  leña  ó  folíferas,  situadas  en  la  parte  media  de  las  ra- 
mitas,  son  las  que  generalmente  se  prefieren  para  ingertar,  porque  las 
de  la  base  y  vértice  son  generalmente  muy  herbáceas,  incompletamente 
desarrolladas  ó  poco  propensas  á  fructificar.  Con  un  poco  de  práctica, 
se  distingue  al  primer  golpe  de  vista  las  yemas  folíferas  de  los  botones 
florales  y  de  las  yemas  mixtas.  Las  primeras,  que  son  las  únicas  que 
deben  emplearse  para  el  ingerto,  son  relativamente  pequeñas  y  puntia- 
gudas; los  botones  florales  son  más  gruesos,  más  redondeados,  y  las 
escamas  de  la  envoltura  son  generalmente  más  abiertas;  en  fin,  los 
botones  mixtos,  son  muy  fáciles  de  reconocer  por  estar  compuestos  de 
una  yema  folífera  colocada  en  medio  de  dos  botones  florales.  Conocidas 
las  yemas  que  deben  emplearse,  se  cortan  las  ramitas,  se  suprimen  las 
extremidades  así  como  todo  lo  que  fuere  inúfil  para  el  ingerto  y  se 
colocan  éstas  en  paraje  fresco  sumergiendo  las  extremidades  en  un  reci- 
piente con  agua.  No  deben  permanecer  más  de  5  á  6  horas  en  este 
estado,  debiendo  extraer  las  yemas  lo  más  pronto  posible.  Sin  embargo, 
si  sufren  una  pequeña  desecación  ó  es  necesario  conservar  los  ramitos 
de  un  día  para  otro,  se  colocarán  de  día  en  un  recipiente  con  agua, 
á  la  sombra,  y  de  noche  pueden  extenderse  en  la  yerba,  cubriéndolos 
con  un  lienzo  húmedo. 

La  separación  de  la  yema  ó  escudete  del  ramito,  se  efectúa  por  me- 
dio de  tres  incisiones;  una  horizontal  á  15  milímetros  sobre  la  yema, 
y  2  oblicuas  que  se  unen  en  un  vértice  muy  agudo  por  debajo  de  la 
misma.  Estas  incisiones  deben  penetrar  hasta  la  albura,  y  la  yema  debe 
ir  acompañada  de  una  pequeña  placa  de  este  tejido  en  la  parte  media 


(1)  Dáse  este  nombre  á  los  ingertos  de  yema  verificados  á  fines  del  verano  y  prin- 
cipios de  otoño.  La  yema  ingertada  permanece  en  estado  latente  no  desarrollándose 
hasta  la  primavera  inmediata. 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


303 


del  escudete.  Hay  que  observar  si  el  hoyo  que  corresponde  al  lado 
opuesto  á  la  yema,  está  lleno  ó  no.  Si  se  halla  vacío  es  inútil  emplear 
la  yema,  porque  el  embrión  queda  en  el  ramito  y  en  este  caso  no 
puede  brotar. 

Quitado  el  escudete  y  mantenido  entre  los  labios,  se  prepara  el  patrón, 
que  debe  recibirlo  sin  pérdida  de  tiempo,  practicando  dos  incisiones: 
una  vertical  y  otra  horizontal,  encima  de  la  primera,  formando  una  T 
en  el  punto  que  se  quiere  colocar  el  ingerto.  Estas  incisiones  deben 
penetrar  hasta  la  albura.  Se  abre  en  seguida  con  la  espátula  de  ingertar 
los  labios  de  la  herida  y  se  introduce  por  la  parte  superior,  bajo  las 
dos  porciones  de  corteza  levantadas,  el  escudete  preparado,  haciéndolo 
descender  hasta  que  halle  una  lijera  resistencia  y  procurando  que  la  yema 
salga  por  la  cisura  vertical.  En  todas  estas  operaciones  se  evitará  tocar 
la  yema,  á  cuyo  efecto  se  deja  el  peciolo  de  la  hoja  para  facilitar  las 
manipulaciones.  Colocado  el  escudete,  se  ata  con  una  hebra  gruesa  de 
lana  ó  de  algodón,  dando  varias  vueltas  por  encima  y  por  debajo  de 
la  yema,  y  tan  pronto  como  esté  soldada,  se  añoja  la  ligadura  para 
evitar  estrangulaciones. 

Estos  ingertos  se  ejecutan  sobre  patrones  de  durazno  de  un  año  de  edad, 
á  25  ó  30  centímetros  del  pié,  sin  despunte  de  ninguna  naturaleza  y 
en  el  mismo  plantel  ó  semillero.  Cuando  se  está  seguro  de  que  el  escu- 
dete se  halla  bien  soldado,  se  corta  el  patrón  á  10  ó  15  centímetros 
encima  del  ingerto,  operación  que  se  ejecutará  en  el  invierno  inmediato. 

El  patrón  no  debe  cortarse  nunca  cerca  de  la  soldadura  del  ingerto, 
porque  la  herida  resultante  podría  perjudicar  al  escudete.  El  muñón  ó 
pedazo  de  tronco  que  queda  encima  del  ingerto,  puede  servir  de  tutor 
al  brote  tierno  que  produce  el  escudete;  resguardándolo  así  de  los  vien- 
tos, frotamientos,  etc.  ú  otras  causas  que  podrían  quebrarlo.  Más  tarde 
cuando  el  ingerto  está  ysi  bien  desarrollado  para  sostenerse  por  sí  solo, 
se  suprime  por  completo  este  muñón   cortándolo  al  rás  del  ingerto. 

Tal  es  el  sistema  más  generalizado  que  se  emplea  para  los  ingertos 
del  durazno.  Este  método  es  susceptible  de  una  pequeña  mejora.  En 
lugar  de  colocar  los  escudetes  del  modo  que  hemos  indicado,  es  pre- 
ferible disponerlos  al  revés.  Al  sacar  las  3'^emas  que  se  quieren  ingertar 
se  cortan  de  modo  que  el  vértice  del  triángulo  que  forma  el  escudete, 
caiga  en  la  parte  superior  en  lugar  de  la  inferior  y  el  patrón  se  prepa- 
ra de  manera  que  las  dos  incisiones  (vertical  y  horizontal)  formen  una 
X  invertida.  De  este  modo  los  labios  de  la  herida  quedan  mucho  me- 
jor protejidos  de  la  humedad  de  las  lluvias  y  del  rocío,  y  la  soldadu- 
ra se  verifica  con  más  rapidez  y  seguridad. 

Casi  la  totalidad  de  las  plantaciones  de  estos  frutales,  son  de  árbo- 
les ingertados  sobre  patrones  de  otros  duraznos  y  en  particular  sobre 
duraznos  de  monte.  Interin  se  siga  el  método  primitivo  de  cultivo  que 
ho3^  se  adopta,  de  dejar  los  árboles  abandonados  á  sí  mismos  sin  so- 
meterlos á  poda  de  ningún  género,  esta  práctica  no  ofrecerá  grandes 
peligros;  pero  desde  el  momento  que  se  quiera  mejorar  la  producción 


304 


Revista  de  la  Facultad 


valiéndose  de  los  recursos  que  ofrece  la  Arboricultura,  estos  patrones 
deberán  desecharse  por  completo. 

La  experiencia  demuestra  efectivamente  de  que  existe  un  grave  in- 
conveniente en  que  estos  frutales  lleven  un  sistema  radicular  de  la  misma 
especie  del  árbol.  Cuanta  menor  cantidad  de  madera  de  durazno  con- 
tenga un  frutal  ingertado  de  esta  clase,  mejor  es  el  árbol.  He  aquí 
porqué.  La  savia  que  se  produce  en  gran  cantidad  en  los  árboles  de 
esta  especie,  consta  de  líquido  gomoso  que  á  la  menor  causa  se  con- 
densa ó  espesa,  obstruyendo  los  canales  de  la  madera  y  acumulándose 
en  el  liber  ó  debajo  de  la  corteza.  El  efecto  inmediato  de  esta  obstruc- 
ción, es  la  suspensión  de  la  circulación  de  la  savia  en  la  parte  de  la 
rama  en  que  la  goma  se  ha  acumulado  y  la  desorganización  de  los 
tejidos  vecinos,  que  ocasiona  la  pérdida  de  la  rama. 

El  pié  procedente  de  un  carozo  de  durazno,  se  halla  por  lo  tanto 
expuesto  á  este  accidente  desde  la  extremidad  de  las  raíces  hasta  las 
más  altas  hojas.  Pudiéndose  como  se  puede  reemplazar  las  raíces  del 
durazno  por  otras  raíces,  el  tronco  por  otro  tronco,  se  disminuirá  el 
peligro  de  la  gomosis  y  este  daño  no  empezará  realmente  más  que 
desde  el  punto  que  se  halle  soldado  el  ingerto.  Por  esta  razón,  es  ven- 
tajoso dejar  la  mayor  distancia  posible  entre  el  cuello  del  patrón  y  el 
punto  del  tronco  en  que  se  coloca  el  ingerto. 

Hasta  ahora  el  accidente  mencionado  no  ocasiona  muchos  estragos 
en  las  plantaciones,  debido  á  que  la  savia  no  estando  contenida  por  la 
poda,  se  gasta  en  la  producción  de  un  gran  número  de  ramificaciones 
inútiles.  Pero  si  el  accidente  no  es  de  temer  por  el  hecho  mismo  de 
que  los  árboles  no  se  podan,  el  ingerto  de  durazno  sobre  durazno 
ofrece  aún  otros  inconvenientes  muy  graves.  El  exceso  de  savia  que 
produce  esta  clase  de  patrones,  hace  desarrollar  una  gran  cantidad 
de  ramazón  que  elevándose  á  mucha  altura  absorbe  la  casi  totalidad 
de  la  savia  gastándose  en  el  desarrollo  de  las  yemas  superiores,  y  de- 
jando en  estado  latente  todas  las  de  la  parte  inferior,  resultando  que 
los  árboles  se  encuentran  completamente  desguarnecidos  de  ramas  fruc- 
tíferas en  las  partes  bajas.  Las  yemas  de  las  partes  inferiores  que  no 
se  han  podido  desarrollar  por  la  causa  indicada,  perecen  porque  este 
frutal  ofrece  la  particularidad  de  que  se  pierde  toda  yema  que  en  el 
año  de  su  formación  no  ha  podido  transformarse  en  ramas  ó  en 
flores. 

Nada  hay  que  demuestre  mejor  los  inconvenientes  que  acabo  de  se- 
ñalar, como  el  estado  de  la  mayoría  de  las  plantaciones  que  presentan 
un  gran  vuelo  de  ramificaciones  y  sin  embargo  en  el  momento  de  la 
fructificación  solo  ofrecen  algunos  frutos  aislados  coronando  la  parte 
superior  de  los  árboles.  Estos  defectos  solo  son  debidos  á  la  despro- 
porción que  existe  entre  las  yemas  folíferas  y  floríferas.  El  gran  vigor 
del  patrón  hace  desarrollar  mayor  número  de  las  primeras  en  detri- 
mento de  las  segundas  y  esta  relación  tan  necesaria  para  obtener  una 
fructificación  constante  solo  puede  conseguirse  por  la  poda.  Ahora  bien, 
esta  operación  origina  en  estos  árboles  el  flujo  gomoso,  de  modo  pues 


bE  Agronomía  y  Veterinaria 


305 


que  no  es  esta  clase  de  patrones  la  más  apropiada  para  obtener  una 
fructificación  abundante  y  constante.  Para  obtener  un  árbol  sano,  sóli- 
do, durable  y  resistente  elíjase  otro  patrón  que  no  sea  de  durazno. 

Se  puede  emplear  para  ello  el  almendro,  el  ciruelo  y  el  damasco. 

Los  ingertos  sobre  patrones  de  almendro  son  generalmente  los  pre- 
feridos por  dar  árboles  de  pequeña  talla  que  prosperan  perfectamente 
en  terrenos  profundos  de  subsuelo  húmedo.  El  almendro  dulce  de  ca- 
rozo duro,  es  el  más  adecuado,  pero  para  variedades  tempranas,  se 
elije  más  bien  el  almendro  amargo.  Estos  piés  se  siembran  y  se  inger- 
ían del  mismo  modo  y  en  las  mismas  épocas  que  el  durazno  de  monte. 

Con  esta  clase  de  patrones  se  consiguen  árboles  de  talla  mediana 
susceptibles  de  sufrir  una  poda  con  mayor  éxito  que  los  duraznos  in- 
gertados  sobre  otro  durazno. 

Los  patrones  de  ciruelo  y  damasco,  dan  también  árboles  de  talla 
mediana  que  duran  mucho  tiempo  y  que  pueden  someterse  á  una  po- 
da racional;  pero  el  patrón  por  excelencia  del  durazno,  es  el  almendro. 
Sin  embargo,  en  algunos  albardones  muy  húmedos  el  ciruelo  podrá 
reemplazar  con  ventaja  al  almendro  por  acomodarse  mejor  á  un  exceso 
de  humedad  del  suelo. 

El  orden  lógico  de  las  ideas  nos  lleva  á  decir  dos  palabras  sobre  la 
plantación  de  estos  frutales.  Suponiendo  que  se  poseen  árboles  ingerta- 
dos  de  dos  años  de  edad,  su  trasplantación  en  el  sitio  que  deben  ocu- 
par definitivamente,  se  hace  en  los  meses  de  Abril,  Mayo  y  Junio. 

Abiertos  los  hoyos  anticipadamente  á  fin  de  que  el  subsuelo  reciba 
las  influencias  del  aire,  y  llegado  el  momento  de  la  plantación,  se  re- 
cortan las  extremidades  de  todas  las  raíces  magulladas  ó  que  se  han 
quebrado  al  verificar  el  arranque  de  los  árboles.  Las  secciones  que  de- 
ben practicarse  con  un  isntrumento  muy  cortante,  se  hacen  oblicua- 
mente de  arriba  á  bajo  y  del  eje  del  árbol  á  la  periferia,  á  fin  de  que 
colocadas  las  raíces  en  su  posición  natural,  la  sección  hecha  se  apoye 
sobre  el  suelo.  El  corte  de  las  raíces  no  debe  efectuarse  en  sentido  in- 
verso porque  en  este  caso  las  raicillas  que  salen  de  la  circunferencia 
de  la  sección  practicada  estarían  obligadas  á  describir  un  codo  brusco 
para  tomar  su  dirección  natural,  y  estas  curvas  perjudican  siempre  la 
circulación  de  la  savia. 

Colocada  la  planta  en  su  lugar  y  cubierta  de  tierra,  el  cuello  que 
es  muy  marcado  en  los  árboles  jóvenes,  debe  ocupar  la  misma  posi- 
ción que  conservaba  en  el  plantel  ó  semillero,  es  decir,  que  no  debe 
jamás  ser  enterrado  ni  tampoco  hallarse  fuera  de  tierra. 

Un  consejo  muy  útil  es  el  siguiente:  cuando  las  plantas  jóvenes  ofre- 
cen una  raíz  vertical  muy.  pronunciada,  debe  suprimirse  en  el  momen- 
to de  efectuar  la  trasplantación.  Sin  esta  supresión,  los  árboles  se  ele- 
van mucho  y  desarrollan  pocas  ramas  laterales.  Ya  hemos  dicho  que 
es  conveniente  suprimir  esta  raíz  en  el  instante  de  sembrar  los  carozos 
estratificados,  pero  si  por  cualquier  circunstancia  no  se  hubiere  verifi- 
cado dicha  operación,  es  en  el  momento  del  trasplante  que  no  debe 
dejar  de  ejecutarse. 

 +^  _ 


306 


Revista  de  la  Facultad 


CONTRIBUCIÓN  AL  CURSO  DE  SELVICULTURA 


CAÑA  DE  CASTILLA  (Arundo  phragmites  Lin.) 
Por  el  Profesor  Ingeniero  Agrónomo  Antonio  Gil 


Esta  gramínea  como  se  sabe,  prospera  de  preferencia  sobre  terrenos 
arenosos  y  húmedos  en  las  márgenes  de  los  arroyos  á  orillas  de  lagu- 
nas, pantanos,  etc.,  y  aún  cuando  las  aguas  permanezcan  estancadas 
durante  algún  tiempo.  Es  particularmante  en  los  bañados  y  lagunas  in- 
teriores de  las  Islas,  allí  donde  el  sauce  y  el  mimbre  no  pueden  vivir 
por  exceso  de  humedad  del  suelo,  que  se  puede  utilizar  para  la  multi- 
plicación de  esta  planta.  El  revestimiento  de  estas  superficies  cuya 
estensión  es  considerable  en  las  Islas  del  Paraná  por  plantaciones  de 
este  género,  produciría  beneficios  incalculables  al  punto  de  vista  de  la 
higiene  de  la  región,  mejoraría  su  clima,  permitiendo  al  mismo  tiempo 
utilizar  terrenos  que  por  su  naturaleza  son  completamente  improducti- 
vos. 

Esta  planta  parece  efectivamente  haber  sido  designada  por  la  natu- 
raleza para  cubrir  el  cieno  de  los  pantanos,  lagunas  y  demás  terrenos 
bajos  constantemente  cubiertos  de  una  capa  líquida,  cuya  presencia  es 
un  peligro  constante  para  la  salubridad  pública  por  los  efluvios  deleté- 
reos que  se  desprenden  continuamente  de  las  materias  orgánicas  en 
descomposición.  Querer  negar  que  este  fenómeno  se  produce  con  una 
grán  intensidad  en  todos  los  terrenos  interiores  de  las  Islas,  favorecido 
por  la  temperatura  relaüvamente  elevada  que  reina  la  mayor  parte  del 
año,  seria  discurrir  sobre  bases  falsas.  Nadie  que  haya  penetrado  en 
el  interior  de  las  Islas  admitirá  que  estos  terrenos  no  sean  un  peligro 
para  la  salud  de  sus  habitantes.  Si  hasta  hoy  la  acción  funesta  de  las 
emanaciones  del  suelo  no  se  ha  hecho  sentir  de  un  modo  directo  so- 
bre el  hombre,  bajo  forma  de  fiebres  intermitentes  más  ó  menos  noci- 
vas, debe  tenerse  presente  que  la  población  está  diseminada,  que  el 
hombre  raras  veces  penetra  en  el  interior;  pero  el  medio  es  esencial- 
mente favorable  para  consütuir  un  suelo  malarial,  que  el  peligro  existe 
en  realidad,  que  el  terreno  está  preparado  maravillosamente  para  re- 
producir el  germen  y  que  si  ha  permanecido  hasta  ahora  inmune  será 
porque  la  semilla  ó  el  germen  no  se  encuentra  en  él. 

A  obstaculizar  estos  peligros  tendería  precisamente  el  recubrimiento 
de  estas  vastas  superficies  constantemente  anegadas,  por  la  multiplicación 
de  la  planta  anteriormente  mencionada.  Una  aplicación  importante  que 
podría  recibir  esta  planta  en  las  Islas,  sería  también  la  de  guarnecer  y 
sostener  las  márgenes  de  los  numerosos  canales  y  arroyos  que  cruzan 
la  región,  impidiendo  los  desmoronamientos  frecuentes  que  se  producen, 
ocasionando  perjuicios  á  la  navegación.  Todo  esto  además  de  los  usos 
á  que  se  prestan  sus  productos.  Las  cañas,  ya  sea  enteras  ó  divididas 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


307 


en  tiras,  tienen  numerosas  aplicaciones  industriales  y  agrícolas  además 
de  servir  como  combustible.  Conviene,  pues,  llamar  la  atención  sobre 
esta  planta  cuya  multiplicación  rápida  puede  prestar  tantos  servicios  á 
esta  región. 

La  reproducción  puede  efectuarse  por  medio  de  semillas,  por  renue- 
vos, por  trozos  de  rizomas  y  por  estacas. 

La  multiplicación  por  medio  de  semillas,  exige  la  preparación  del 
suelo  y  como  este  trabajo  ofrece  obstáculos  insuperables  en  las  Islas, 
por  lo  menos  en  las  partes  bajas,  es  un  sistema  que  no  puede  acon- 
sejarse. Además,  el  éxito  de  este  sistema  de  multiplicación,  depende  de 
la  calidad  de  la  semilla  empleada,  es  decir  del  grado  de  madurez  y  de 
su  perfecta  conservación,  y  como  estas  condiciones  son  algo  difíciles  de 
conseguir  en  una  semilla  de  este  género,  resulta  que  solo  en  casos 
muy  raros  se  podrá  recurrir  á  este  método  de  reproducción.  Sin  em- 
bargo, cuando  se  desea  cubrir  con  estas  plantas  superficies  constante- 
mente anegadas,  como  estanques,  lagunas,  etc.,  que  ofrecen  grandes 
dificultades  para  dejar  en  seco^  la  reproducción  por  medio  de  se- 
millas es  el  único  medio  que  podrá  emplearse.  En  este  caso  es  me- 
nester tomar  algunas  precauciones  para  evitar  que  la  semilla  sobre- 
nade 3^  sea  arrastrada  por  las  aguas.  Para  ello,  se  toma  un  poco  de 
limo  semi-líquido  y  se  recubre  la  semilla  con  una  capa  de  esta  sustan- 
cia dejándola  secar  en  seguida.  De  este  modo  la  semilla  se  precipita 
fácilmente  al  fondo  del  agua  en  donde  germina.  La  siembra  se  hace 
al  voleo  en  los  meses  de  verano.  El  sembrador,  si  la  extensión  es  muy 
grande,  podría  ir  sobre  una  canoa  y  esparcir  la  semilla  mientras  otro 
conduce  la  embarcación. 

La  plantación  por  medio  de  renuevos  ó  de  trozos  de  rizomas  es  de 
un  éxito  casi  seguro.  Estos  rizomas  se  sacan  de  plantaciones  tupidas 
en  los  meses  de  Spetiembre  y  Octubre  y  se  colocan  en  agujeros  de 
10  centímetros  de  profundidad,  alejados  35  á  40  id.  unos  de  otros.  No 
debe  mediar  un  intérvalo  mayor  de  un  dia  entre  la  extracción  de  los 
rizomas  y  su  trasplantación,  pero  dado  el  caso  que  estuvieren  marchi- 
tos, se  colocarían  dos  ó  tres  trozos  en  un  mismo  hoyo  para  asegurar 
la  plantación. 

En  fin,  la  caña  puede  aún  reproducirse  por  medio  de  estacas  ó  por 
trozos  de  tallo.  Las  cañas  destinadas  á  la  plantación  se  toman  entre 
las  más  largas  y  vigorosas  de  los  cañaverales  en  plena  vegetación, 
debiendo  tener  los  trozos  tres  nudos  por  lo  menos  completamente  des- 
arrollados. Se  cortan  de  modo  que  el  estremo  inferior  ofrezca  una  sec- 
ción oblicua  á  5  centímetros  debajo  del  último  nudo  y  se  entierra  en 
el  suelo  sirviéndose  de  un  plantador  de  madera  dura  de  un  metro  de 
largo  por  4  á  8  centímetros  de  diámetro,  con  ayuda  del  cual  se  hace 
un  hoyo  en  el  que  se  coloca  la  estaca.  El  espacio  dejado  entre  una 
estaca  y  otí^  será  de  50  centímetros. 

Lo  mismo  que  para  los  mimbres,  es  preferible  colocar  las  estacas 
oblicuamente  debiendo  quedar  enterrados  dos  nudos  por  lo  menos.  Es- 


308 


Revista  de  la  FacultáB 


te  método  de  reproducción  no  dá  nunca  tan  buenos  resultados  como  la 
multiplicación  por  medio  de  rizomas. 

Donde  el  agua  ó  la  maciega  no  permita  plantar  con  uniformidad  to- 
da la  superficie,  se  tratará  de  ir  cubriendo  las  partes  más  accesibles  y 
la  vegetación  extendiéndose  poco  á  poco  no  tardará  en  cubrir  por 
completo  toda  la  superficie. 

Muy  pocos  cuidados  requieren  las  plantaciones  de  este  género.  Al 
principio  las  plantas  se  levantan  con  mucha  lentitud  gastando  la  mayor 
parte  de  su  savia  en  la  producción  de  sus  órganos  subterráneos,  pero 
una  vez  que  los  piés  están  suficientemente  enraizados,  el  crecimiento  de 
sus  partes  aéreas  se  hace  con  rapidez.  Para  facilitar  su  crecimiento  en 
los  primeros  años  será,  pues,  conveniente  cortar  y  quemar  la  maciega 
demasiado  abundante. 

Durante  el  primero  y  segundo  año  de  la  plantación  no  se  deberá  cor- 
tar tallo  alguno.  Recién  al  cuarto  año,  se  podrá  empezar  á  cosechar 
las  cañas,  efectuando  el  corte  en  la  primavera  un  poco  antes  del  mo- 
vimiento de  la  savia.  La  sección  se  hará  cerca  del  suelo,  empleando 
instrumentos  muy  cortantes  y  á  0,5  á  0,10  centímetros  encima  del  nivel 
ordinario  de  las  aguas. 



LA  SAL  DE  COCINA 


su  EMPLEO  EN  LA  ALIMENTACIÓN  DEL  GANADO  VACUNO 

POR  EL  PROFESOR  DR.   JULIO  LEJEUNE 


La  sal  de  cocina  es  el  condimento  indispensable  de  la  alimentación 
de  nuestros  animales.  El  cloruro  de  sodio  se  encuentra  en  todos  los 
tejidos  de  la  economía  animal,  circula  con  los  líquidos,  es  eliminado 
con  los  excrementos  y  los  finidos  de  la  transpiración;  debe,  pues,  ser 
renovado  en  la  economía,  y  generalmente  el  que  existe  en  los  alimen- 
tos ordinarios  no  está  en  proporción  suficiente  para  esa  renovación. 

La  sal  de  cocina  no  es  solamente  un  condimento,  es  un  alimento, 
puesto  que  forma  parte  integral  de  los  tejidos  de  la  economía  animal. 
Este  condimento  dá  á  los  alimentos  un  sabor  agradable  que  excita  el 
apetito,  provoca  la  secreción  de  la  saliva  y  de  los  otros  finidos  diges- 
tivos; las  funciones  de  las  visceras  abdominales  se  hacen  más  enérgi- 
cas, la  digestión  más  compleca;  en  una  palabra,  su  acción  se  hace 
sentir  favorablemente  sobre  todas  las  funciones  de  nutrición  del  animal. 
El  cloruro  de  sodio  favorece  la  asimilación,  activa  el  crecimiento  y  las 
fuerzas;  apresura  el  engorde;  dá  á  la  carne  un  sabor  más  agradable  y 
más  firmeza;  á  la  grasa,  más  densidad;  á  la  leche,  y  sobre  todo  á  la 
manteca,  un  gusto  más  sabroso;  á  la  lana  lustre  y  fuerza,  presentando 
por  consiguiente  grandes  ventajas  bajo  el  punto  de  vista  económico. 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


309 


Después  de  una  larga  práctica  é  innumerables  observaciones  sería 
difícil  poner  en  duda  estas  ventajas  generales  del  empleo  de  la  sal  de 
cocina  como  condimento. 

La  fijación  de  la  dosis  de  sal  á  administrar  á  cada  sujeto,  presenta 
numerosas  dificultades.  No  debe  extrañarse  que  haya  dado  lugar  á  lar- 
gos trabajos  y  muchas  discusiones.  Estas  dificultades  provienen  de  que 
no  se  conoce  exactamente  ni  la  cantidad  de  sal  sálica  necesaria  para 
la  manutención  de  la  economía  en  ciertas  condiciones,  ni  la  proporción 
de  esta  sustancia  contenida  en  la  alimentación.  A  más,  hay  probable- 
mente animales  que  necesitan  más  alimentos  salados  que  otros.  Es  á 
causa  de  eso  que  se  prefiere  hoy  dar  á  los  animales  un  pedazo  de 
sal  para  que  lo  laman  á  voluntad.  El  uso  de  la  sal  de  cocina,  es  más 
ventajoso  á  los  rumiantes  que  á  los  solípedos  por  los  productos  que 
nos  suministran  (leche,  manteca,  queso,  etc.)  y  también  por  la  alimen- 
tación menos  rica  que  consumen.  La  cantidad  de  sal  que  debe  recibir 
un  animal  es  proporcional  á  la  pobreza  en  materias  nutritivas  conteni- 
das en  los  alimentos  con  que  se  nutren.  El  forraje  malo  de  los  panta- 
nos, los  animales  pueden  consumirlo  sin  ningún  peligro  para  la  salud, 
si  se  le  añade  sal  de  cocina.  No  solamente  el  cloruro  de  sodio  es  útil- 
mente empleado  para  corregir  un  alimento  alterado,  si  que  también 
para  prevenir  su  alteración  y  conservarlo  en  buenas  condiciones. 

Entre  nosotros  damos  la  sal  de  cocina,  bajo  forma  de  pedazos  grue- 
sos, á  los  caballos  de  lujo  solamente.  La  experiencia  ha  probado  que 
éste  consume  30  centavos  de  este  condimento  por  año. 

Visto  el  precio  ínfimo  de  la  sal  de  cocina  y  las  ventajas  numerosas 
que  ofrece,  debe  administrarse  á  todos  los  animales  domésticos  y  sobre 
todo  á  los  vacunos. 

Es  de  desear  que  los  estancieros  traten  de  introducir  este  condimen- 
to precioso  en  la  alimentación  del  ganado  vacuno,  á  fin  de  que  la  car- 
ne, hoy  tan  poco  sabrosa,  pueda  concurrir  ventajosamente  en  los  mer- 
cados europeos. 



REVISTA  CLÍNICA 

Por   el   Profesor   Médico-Veterinario   Dr.   Julio  Lejeune 


Castración  del  caballo  cryptórquido 

En  la  revista  anterior,  hablábamos  de  la  castración  del  caballo  cryp- 
tórquido en  general.  Agregaremos  algunos  datos  sobre  esta  operación 
considerada  de  un  modo  especial. 

Se  trata  de  un  caballo  cryptórquido  de  propiedad  de  D.  Mateo  La- 
padú,  que  tuvo  entrada  el  30  de  Octubre  en  la  clínica  de  la  Facultad. 

El  día  antes  de  operar  el  caballo  le  administramos  la  tintura  de  ár- 
nica fenicada  y  lo  sometimos  á  media  ración.  El  día  de  operarlo  no 


310 


Revista  de  la  Facultad 


recibió  ración.  Para  efectuar  la  castración  según  el  procedimiento  des- 
cripto,  colocamos  debajo  del  caballo  ima  tela  impermeable,  á  fin  de 
evitar  de  este  modo  la  invasión  de  los  elementos  patógenos  de  la  ca- 
ma en  la  parte  operada.  Todo  lo  que  se  emplea  en  la  operación:  ma- 
nos, estopas,  instrumentos,  cuerditas,  lo  desinfectamos  por  medio  del 
bicloruro  de  mercurio.  Después  de  la  operación,  dimos  al  caballo  sul- 
fato de  quinina  en  dosis  de  15  gramos  por  día,  para  combatir  la  fie- 
bre de  reacción.  En  el  agua  añadimos  el  sulfato  de  soda  en  dosis  de 
150  gramos  por  día. 

En  el  edema  del  forro  consecutivo  á  la  operación,  hicimos  numero- 
sas escarificaciones  para  dar  salida  á  la  secreción  producida  y  calmar 
la  inflamación.  Dos  veces  por  día  se  limpió  con  lysol  la  cola,  el  fo- 
rro, la  parte  interna  de  los  muslos  y  se  inyectó  en  las  llagas  una  di- 
solución de  bicloruro  de  mercurio  al  1  por  1000.  Durante  los  8  días 
que  trascurrieron  después  de  la  operación,  apenas  le  hizo  sentir  la 
fiebre  de  reacción:  temperatura  38  1/2;  respiración  12;  pulsaciones  52 
por  minuto.  A  los  15  días,  el  pulso  indicaba  42  por  minuto,  la  tem- 
peratura 37  1/2.  Es  decir  que  el  animal  se  había  restablecido  por 
completo.  Se  vé  que  observando  escrupulosamente  las  prescripciones 
de  la  asepsia  y  antisepsia,  pueden  practicarse  en  el  caballo  las  opera- 
ciones más  graves  sin  temor  de  complicaciones. 

Operación  de  la  neurotomia  plantar 
procedimiento  empleado  en  la  clínica  de  la  facultad 

Esta  operación  tiene  sus  partidarios  y  sus  adversarios.  Nos  contamos 
entre  los  primeros.  Ocho  veces  la  hemos  practicado  y  en  una  sola  se 
presentó  complicación  grave.  En  la  clínica  hemos  tenido  ocasión  de 
practicarla  dos  veces  con  éxito  completo.  Algunos  veterinarios  condenan 
esta  operación.  ¿Será  por  que  no  han  tenido  éxito?  A  nuestro  modo  de 
ver  debe  atribuirse  esto  al  temperamento  del  animal  y  también  á  la  falta 
de  precauciones  y  cuidados  que  deben  tomarse  antes  y  después  de  la 
operación. 

Neurotomia  alta  ó  completa. — La  operación  está  indicada  en  todos 
los  casos,  cuando  la  afección  dolorosa  (forma  afección  navicular  ó 
sinovitis  podosesamóidea  ó  podotroquilitis  crónica)  no  se  halla  neta- 
mente circunscripta  en  la  parte  nervada  por  una  ú  otra  de  las  divisio- 
nes terminales  del  nervio  plantar.  Si  la  afección  dolorosa  está  limi- 
tada á  una  sola  mitad  del  pié,  se  corta  el  nervio  correspondiente.  En 
caso  contrario,  se  cortan  los  dos  nervios.  La  experiencia  ha  demostra- 
do que  se  puede  practicar  esta  doble  sección  en  la  misma  sesión. 

Cuando  se  hace  la  neurotomia  de  los  dos  lados  á  la  vez,  la  opera- 
ción debe  practicarse  más  abajo  del  lado  externo  que  del  lado  interno, 
á  fin  de  cortar  con  seguridad  la  rama  anastomótica  dada  por  el  ner- 
vio interno  al  externo  en  la  región  mediana  del  cañón.   Para  practicar 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


311 


esta  operación  es  menester  conocer  bien  la  posición  que  ocupan  los 
nervios,  sus  relaciones  con  los  vasos,  que  varían,  según  se  trate  del 
nervio  interno  ó  externo.  La  arteria  colateral  del  cañón  existe  sola- 
mente del  lado  interno  (miembro  anterior);  del  lado  externo  no  hay 
sinó  la  vena  colateral  y  el  nervio,  siguiendo  los  dos  la  dirección  del 
tendón  perforante. 

El  nervio  ocupa  la  parte  posterior  y  está  en  relación  con  la  parte  an- 
terior del  borde  externo  de  este  tendón.  Del  lado  interno,  el  nervio  se 
reúne  á  la  arteria  colateral,  formando  un  solo  haz  envuelto  por  una 
vaina  conjuntiva;  hacia  adelante  se  encuentra  la  vena  colateral.  La 
operación  que  debe  ser  practicada  arriba  del  menudillo,  es  más  difícil 
que  la  neurotomia  baja  á  causa  de  la  abundancia  del  tejido  conjunti- 
vo y  de  los  vasos  que  producen  sangre  á  la  menor  incisión.  Es  más 
fácil  del  lado  externo  que  del  interno. 

La  incisión  de  la  piel,  se  hace  en  la  parte  posterior  de  un  vacío  si- 
tuado hacia  adelante  del  tendón  perforante,  un  poco  arriba  del  menu- 
dillo. Esta  incisión  tiene  4  centímetros  de  largo.  Al  llegar  al  haz 
vásculo-nervioso  se  le  abre,  se  diseca  el  tejido  conjuntivo,  se  aisla  el 
nervio  y  se  le  corta.  Se  reconoce  el  nervio  de  los  otros  tejidos  por 
su  color,  su  resistencia  y  sobre  todo  por  el  dolor  que  siente  el  animal 
cuando  se  le  toca.  Antes  de  operar,  debe  llenarse  una  condición  sine 
qua  non  y  sobre  la  cual  no  dejaremos  de  insistir  demasiado:  es  que  el 
operador  debe  cerciorarse  de  que  no  tenga  el  casco,  ni  escarza,  ni 
puntura,  clavo  de  calle;  que  esté  indemne  de  cualquier  otra  lesión. 

A  más,  el  animal  no  debe  trabajar  antes  de  un  mes.  Impruden- 
cias por  el  estilo  son  las  que  han  producido  los  accidentes  que  seña- 
lan algunos  veterinarios,  enemigos  desde  entonces  de  la  neurotomia. 

Neurotomia  baja  ó  parcial — Se  practica  en  caso  de  enfermedad  na- 
vicular ó  de  formas  cuando  éstas  se  hallan  situadas  netamente  en  las 
partes  enervadas  por  la  rama  que  se  corta. 

Acostado  el  caballo  y  fijado  el  miembro  á  operar  en  posición  conve- 
niente, se  practica  la  incisión  en  el  tercio  posterior  de  la  cara  lateral 
del  menudillo.  Muchas  veces  se  siente  á  través  de  la  piel,  la  posición 
precisa  del  haz  vásculo-nervioso  sobre  el  cual  se  debe  practicar  la  in- 
cisión, un  poco  adelante  ó  un  poco  atrás,  según  la  rama  que  se  quie- 
re cortar.  Si  se  trata  de  la  enfermedad  navicular,  se  corta  la  rama 
posterior,  la  más  gruesa,  y  una  de  las  dos  ramas  anteriores,  si  se 
trata  de  una  forma. 

Se  sabe  que  cada  nervio  plantar  se  divide  al  nivel  del  menudillo  en 
3  ramas  digitales:  una  anterior,  una  mediana  y  una  posterior.  Estas 
divisiones  acompañan  la  arteria  y  la  vena  digitales.  La  primera,  se 
encuentra  generalmente  adelante  de  la  vena;  la  segunda  se  coloca  en- 
tre los  dos  vasos  y  la  tercera  sigue  posteriormente. 


312 


Revista  de  la  Facultad 


Hyovertebrotomia:  procedimiento  nuevo 

Operación  que  tiene  por  objeto  la  eliminación  del  pus  contenido  en 
las  bolsas  guturales.  Estos  accesos  se  forman  sobre  todo  en  el  des- 
arrollo de  la  afección  conocida  bajo  el  nombre  de  paperas  y  muchas  ve- 
ces ponen  la  vida  del  caballo  en  peligro,  dificultando  la  deglutición  y 
la  respiración.  Solo  en  los  solípedos  se  encuentran  esos  divertículos 
de  la  cavidad  de  la  faringe  que  se  llaman  bolsas  guturales. 

Manual  operatorio. — Sería  mucho  más  cómodo  hacer  la  operación 
sobre  el  animal  volteado;  pero  recordaremos  que  la  hyovertebrotomia 
se  practica  cuando  hay  peligro  de  axfisia.  Acostado  el  caballo  las  di- 
ficultades de  la  respiración  aumentan.  Por  eso  operamos  sobre  el  ca- 
ballo en  pié  manteniéndolo  bien  con  mordazas  en  el  labio  inferior  y  en 
las  orejas. 

La  operación  comprende  cuatro  partes: 

I.  Incisión  de  la  pie L — Se  practica  un  poco  adelante  de  la  apófisis  tras- 
versal del  atlas,  4  centímetros  atrás  del  borde  posterior  del  maxilar;  em- 
pieza á  8  centímetros  de  la  comisura  inferior  de  la  oreja  y  sigue  en 
una  extensión  de  5  centímetros  la  dirección  del  borde  posterior  de  la 
parótida. 

II.  Disección  de  la  aponeurosis  subcutánea,  del  músculo  parótido  au- 
ricular >  del  borde  posterior  de  la  glándula  y  de  la  aponeurosis  del 
mastoido  humoral. — Esta  segunda  parte  de  la  operación,  se  hace  con  la 
mayor  facilidad.  La  cara  interna  de  la  parótida  se  diseca  con  los  de- 
dos que  dilaceran  fácilmente  el  tejido  celular  blando  de  esta  región. 

Se  pone  así  á  descubierto  el  músculo  estilo-hyodiano. 

III.  Perforación  del  músculo  estilo-hyodiano  y  de  la  bolsa  gutural.— l^d, 
abertura  debe  ocupar  el  centro  de  este  músculo.  Se  reconoce  fácilmente 
este  punto  tocando  atrás  la  apófisis  estiloide  del  occipital  y  adelante 
el  ángulo  tuberoso  de  la  rama  grande  del  hyodio  que  cede  á  la  pre- 
sión del  dedo.  Todos  los  autores,  aconsejan  perforar  el  músculo 
estilo-hyodiano  por  medio  de  un  bisturí  derecho  muy  agudo,  y  agran- 
dar después  la  abertura  con  el  dedo.  Para  no  cortar  la  carótida  inter- 
na, indican  un  manual  operatorio  especial.  Si  el  caballo  hace  movi- 
mientos desordenados,  hay  peligro  de  cortarla,  sobre  todo  si  la  caró- 
tida interna  presenta  divisiones  ó  anastomosis  anormales  que  existen 
muchas  veces  tanto  en  los  vasos  como  en  los  nervios.  Para  cortar  este 
accidente,  siempre  muy  grave,  el  señor  Robin,  alumno  de  4.^  año  de 
la  Facultad,  aconseja  perforar  el  músculo  con  el  dedo  sin  emplear  el 
bisturí.  Esta  perforación  se  practica  con  facilidad  por  medio  de  una 
sacudida  brusca  para  no  despegar  la  bolsa  gutural  del  músculo  estilo- 
hyodiano. 

Conceptuamos  el  procedimiento  Robin  superior  á  los  otros. 

IV.  Establecer  una  contra  abertura. — Abierta  la  bolsa  gutural,  se  in- 
troduce la  sonda  en  forma  de  S  y  se  la  dirije  hacia  el  fondo  de  la 
bolsa  para  que  salga  afuera  de  la  faringe  debajo  de  la  extremidad  de 
la  parótida  y  atrás  del   borde   posterior  de  la  mandíbula  inferior.  La 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


313 


piel  rechazada  por  la  extremidad  del  instrumento,  hace  una  eminencia 
que  se  incide  con  el  bisturí.  La  punta  de  la  sonda  aparece  entonces 
cubierta  de  la  aponeurosis  subcutánea  que  se  incide  igualmente.  Se 
pasa  un  hilo  que  permite  introducir  después  un  tubo  de  goma.  El 
tubo  se  pone  á  fin  de  que  el  pus  pueda  derramarse  por  completo,  no 
permitiendo  que  las  aberturas  hechas   se  cierren  demasiado  pronto. 

 e^^-  

INSPECCIÓN  DE  CARNES 

I 

CARNES    DE    ANIMALES  FLACOS 

POR  EL 

profesor  sustituto  médico -veterinario, 
Dr.  Félix  Mezzadrelli 


Diariamente,  en  los  mataderos  públicos,  se  levantan  protestas  ó  se  origi- 
nan controversias  entre  el  gremio  de  estancieros,  hacendados  y  abaste- 
cedores y  la  inspección  veterinaria,  encargada  de  velar  directamente 
por  la  salubridad  de  las  carnes  alimenticias  que  se  libran  al  consumo 
público,  sobre  si  existe  el  derecho  de  inutilizar  la  carne  de  las  reses 
reconocidas  flacas  por  falta  de  alimentación. 

Es  importante  poner  en  claro  los  fundamentos  que  asisten  á  los  con- 
tendientes; fundándose  los  unos  en  los  dictámenes  de  la  ciencia,  los 
otros  en  el  derecho  común  para  sostener  sus  divergentes  opiniones;  en 
fin,  es  necesario  establecer  la  conducta  que  debe  observar  el  veterinario 
higienista,  juez  natural  de  la  contienda. 

La  cuestión  puede  abarcar  intereses  económicos  importantísimos  pre- 
sentándose á  menudo  el  caso  de  juzgar  sobre  tropas  enteras  de  ganado, 
que  representan  un  capital  de  consideración;  no  es  nuestra  mente  el 
estudio  del  estado  de  flacura  proveniente  de  alteraciones  orgánicas  para 
el  cual  la  acción  del  veterinario  higienista  es  indiscutible  según  diversos 
criterios  científicos  y  jurídicos. 

En  el  estado  de  nutrición  de  los  animales,  ha}^  un  sinnúmero  de 
graduaciones,  según  la  edad,  el  sexo,  la  raza,  la  falta  de  alimentos,  la 
abstinencia  y  su  duración,  etc.,  pudiéndose  para  esta  última,  establecer 
otras  tantas  categorías  de  carnes,  pues  la  resistencia  fisiológica  para 
sostener  la  dura  prueba  del  hambre,  es  muy  variable;  así  los  animales 
gordos  resisten  más  tiempo,  los  jóvenes  menos  que  los  adultos  y  vie- 
jos; los  que  sufren  poco  tiempo  serán  menos  flacos  que  los  que  sufren 
más. 

Aceptando  la  división  generalmente  admitida  en  la  clasificación  de 
las  carnes  alimenticias,  bajo  el  punto  de  vista  del  estado  de  nutrición 

21 


314 


Revista  de  la  Facultad 


de  las  reses,  en  tres  grandes  categorías  ó  calidades,  1.^,  2.^  y  3.^;  en 
la  última  que  comprende  las  carnes  más  inferiores  se  puede  establecer 
cuatro  grupos  de  carnes  provenientes: 

1.0    De  animales  demasiado  jóvenes  ó  viejos. 

2.0    De  animales  entecados. 

3.0    De  animales  ñacos. 

4.0    De  animales  flacos  deshechos. 

Las  carnes  del  1.°  y  2. o  grupo,  ó  sea  de  animales  demasiado  jóve- 
nes ó  viejos  ó  que  han  sufrido  el  hambre  ó  la  sed  (entecados),  presen- 
tan los  caracteres  siguientes:  en  los  animales  jóvenes,  blanda  pegajosa, 
húmeda,  falta  el  adipo,  las  apófisis  no  están  soldadas  con  las  diafisis, 
el  cartílago  de  incrustación  expuesto  al  aire  se  vuelve  violáceo;  la  mé- 
dula constituye  una  pasta  colorada  blanda;  esas  carnes  pueden  todavía 
utilizarse  para  la  alimentación;  en  los  animales  viejos  la  carne  es  colo- 
rada, húmeda,  de  grano  grueso  sin  adipo,  se  seca  rápidamente  expuesta 
al  aire;  la  médula  de  los  huesos,  de  poca  consistencia;  esta  carne  se 
utiliza  con  provecho  para  factura  de  chanchería. 

Las  carnes  del  3.®^  grupo  son  las  que  nos  ocupan.  Las  del  4. o,  co- 
mo su  nombre  lo  indica,  no  son  aptas  para  la  alimentación. 

Los  caracteres  de  la  carne  del  3.er  grupo  son:  palidez,  humedad,  in- 
filtración; se  adhiere  á  las  paredes  sobre  las  que  se  proyecta,  falta  ab- 
soluta de  grasa;  la  médula  de  los  huesos  líquida;  infiltración  serosa 
amarillenta  en  las  redes  del  tejido  conjuntivo  que  normalmente  encierra 
las  células  adiposas.  Estas  carnes  deben  eliminarse  de  la  alimentación 
por  las  razones  científicas  que  se  va  á  indicar. 

Para  proceder  con  rectitud,  evitar  cuestiones  y  no  causar,  tal  vez, 
pérdidas  considerables  de  dinero,  el  veterinario  de  matadero  cumple  con 
su  deber  diagnosticando  en  la  tropa  ó  en  el  animal  en  pié  á  cuál 
grupo  de  flacura  pertenecen,  pues  para  los  de  l.o  y  2. o  las  carnes 
pueden  utilizarse  para  la  alimentación,  mientras  que  deben  ser  decomi- 
sadas las  del  3.0  y  4.o 

El  examen  ocular  es  insuficiente  ó  engaña  á  menudo.  Indico  luego 
un  método  que  practico  con  buen  resultado.  Trátase  de  explorar  y  re- 
conocer el  estado  de  flacura  ó  el  grupo  en  que  debe  ser  clasificado  el 
animal,  deduciéndolo  de  la  consistencia  del  tejido  conjuntivo  adiposo 
que  está  en  la  parte  interna  posterior  de  la  base  del  pabellón  de  la 
oreja;  al  efecto  despostando  el  pabellón  de  la  oreja  hacia  adelante  y 
afuera,  se  puede  directamente,  con  los  dedos,  palpar  la  región  ó  tam- 
bién sondear  ó  penetrar  lentamente  dos  ó  tres  centímetros  con  un  alfi- 
ler común,  y  la  sensación  de  la  mayor  ó  menor  resistencia  se  percibe 
muy  pronto  con  un  poco  de  práctica  hasta  permitir  la  determinación  del 
grado  de  flacura  de  los  animales,  y  si  las  carnes  sirven  ó  no  para  el 
consumo  público. 

¿Cuáles  son  las  razones  científicas  que  asisten  al  veterinario  inspec- 
tor para  proceder  al  decomiso  de  animales  flacos? 

El  trabajo  fisiológico  de  la  nutrición  que  se  efectúa  en  la  intimidad 
de  los  tejidos,  á  fin  de  mantener  la  integridad  funcional  de  los  elemen- 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


315 


tos  anatómicos,  dá  lugar  á  un  cambio  continuado  entre  las  partículas 
constitutivas  de  los  elementos  y  el  material  del  suero  de  la  sangre  que 
sale  de  los  vasos. 

La  composición  del  suero  está  subordinada  á  la  de  los  materiales 
que  penetran  en  el  del  exterior  ó  de  la  regular  transformación  de  los 
alimentos  y  bebidas. 

El  elemento  anatómico,  en  su  funcionamiento,  se  apodera  de  las  par- 
tículas ó  moléculas  del  suero,  las  transforma  y  asimila  dando  lugar  á 
reacciones  vitales  y  funcionales. 

De  ese  movimiento  molecular  resultan  nuevos  productos  que  son 
aprovechados  por  otros  elementos  anatómicos  ó  quedan  como  lastre 
inservible  y  deben  ser  eliminados. 

Son  estos  los  fenómenos  que  se  llaman  de  asimilación  y  desasimila- 
ción, y  que  costitu^^en  el  trabajo  de  la  nutrición. 

La  regularidad  de  las  funciones  de  nutrición,  la  integridad  de  los 
órganos,  el  equilibrio  funcional,  están  subordinados  esencialmente  á  la 
regular  proporción  de  la  entrada  y  salida  de  las  moléculas  que  se  asi- 
milan y  de  las  que  se  eliminan  por  los  elementos  anatómicos. 

Una  insuficiente  introducción  de  elementos,  trastorna  profundamente 
el  trabajo  fisiológico  de  las  células  anatómicas  y  por  consecuencia  de 
los  tejidos,  órganos  y  aparatos  de  la  máquina  animal  entera. 

La  célula  por  falta  de  principios  nutritivos  continúa  viviendo  por  un 
período  de  tiempo  m.ás  ó  menos  largo,  apoderándose  primeramente  de 
los  que  encuentra  á  su  alrededor,  y  más  tarde  de  los  mismos  que  la 
componen,  efectuándose  una  verdadera  autofagía;  en  esta  condición  so- 
brevienen modificaciones  sensibles  en  la  composición  de  los  líquidos  y 
sólidos  orgánicos  y  en  las  funciones  de  los  órganos  y  aparatos. 

El  organismo  puede  resistir  á  la  falta  de  alimentos,  hasta  perder  de 
su  propio  peso  inicial  de  Yio  á  ^lo  en  los  sujetos  de  buena  nutrición. 

Según  los  análisis,  la  composición  de  un  animal  flaco  y  la  de  uno 
gordo  es  muy  diferente. 

Shleen  encontró  en  un  ^"^y  ^"^^ 

gordo  flaco 

Agua   390  597 

Carne  muscular   356  308 

Grasa   209  81 

Sustancias  minerales  .  .  15  14 

Los  recambios  moleculares  en  los  actos  nutritivos,  dan  lugar  á  fenó- 
menos de  combustiones  regulares,  en  cuanto  se  mantenga  el  equilibrio 
entre  la  entrada  y  salida. 

Roto  el  equilibrio,  el  ácido  carbónico  queda  en  el  organismo  y  se 
acumula  más  y  más  por  la  vitalidad  que  alcanza  la  lucha  por  la  exis- 
tencia de  las  células  hambrientas,  las  que  se  multiplican  por  cariaguine- 
sis  y  proliferaciones  celulares,  dando  lugar  á  degeneraciones  y  atrofias. 

Son  fermentaciones,  diastasis  celulares  ó  zimosis  y  enzimosis  que 
presiden  á  las  varias .  transformaciones,  las  que  mudan  la  composición 


316 


Revista  de  la  Facultad 


química  de  las  sustancias  alimenticias  para  hacerlas  aptas  al  trabajo  de 
la  edificación  orgánica,  que  transforma  el  almidón  en  glucosa;  los 
albuminoides  en  peptona,  la  urea  en  carbonato  de  amoniaco,  que  sa- 
ponifica las  grasas,  etc.;  que,  en  fin,  prepara  los  materiales  para  que 
pueda  efectuarse  el  fenómeno  de  oxidación  que  vivifica  el  elemento 
celular. 

Son  productos  de  reducción  que  resultan  de  ese  trabajo  inofensivos 
(urea)  ó  tóxicos  leucomainas  (alcaloides  toxalbuminas)  que  se  acumulan 
en  el  organismo  por  falta  de  equilibrio  entre  el  ingreso  y  egreso,  y 
que  causan  perturbaciones  orgánicas  funcionales  graves  que  envenenan 
y  deshacen  la  máquina  animal. 

El  organismo  en  este  estado  no  está  en  condiciones  de  funcionalidad 
normal;  tampoco  puede  considerársele  enfermo  en  vista  de  la  higiene 
pública,  las  carnes  han  sufrido  profundas  modificaciones  en  las  propor- 
ciones de  sus  componentes  albuminoides,  en  los  carburos  de  hidrógeno, 
sales,  aguas,  volviéndolas  impropias  para  la  alimentación  y  tal  vez 
peligrosas  para  el  consumo. 

Son  estas  las  razones  que  obligan  al  rechazo  ó  decomiso  de  las  car- 
nes de  animales  fiacos  por  falta  de  alimentos. 

Los  interesados  en  el  gremio  de  abasto  de  carnes  de  consumo,  en 
presencia  de  animales  fiacos,  y  que  carneados  no  presentan  alteraciones 
orgánicas  aparentes, — para  salvar  sus  intereses, — ponen  obstáculo  al 
decomiso  y  buscan  cualquier  pretexto  para  entregar  al  consumo  carnes 
que  además  de  ser  desprovistas  de  todo  principio  nutritivo,  pueden  ser 
también  peligrosas  para  la  salud  pública. 

El  veterinario  higienista,  cuyo  lema  en  el  desempeño  de  sus  funcio- 
nes debe  ser  siempre  salus  pública  suprema  lex¡  debe  oponerse  á  la 
venta  para  el  consumo  público  de  animales  fiacos  por  falta  de  ali- 
mentación. 

Afectando  esa  medida  de  higiene  los  intereses  sanitarios  y  económico- 
públicos  como  los  derechos  de  propiedad  y  capitales  particulares,  la 
autoridad  administrativa  que  tiene  el  sagrado  deber  de  velar  por  la 
conservación  de  la  salud  pública  y  protejer  á  sus  administrados,  soste- 
nida por  los  dictámenes  de  la  ciencia,  debe  prohibir  que  se  entreguen 
ai  consumo  esas  carnes,  pues  aunque  quizás  no  fuesen  peligrosas,  es 
siempre  una  explotación  pública  inmoral,  la  venta  de  carnes  que  se 
llaman  alimenticias,  y  que  no  son  tales. 


t)E  Agronomía  y  Veterinaria 


31? 


MORICULTURA 

Por  el  Profesor  Dr.  Domingo  Tamaro 


Descripción  de  las  especies  y  variedades  de  moreras  cultivadas 

(traducido  del  italiano  por  el  alumno  ANTONIO  TROISE) 

(  Coiitinnación  ) 

V 

Trabajos  y  cuidados  en  el  vivero 

El  vivero  propiamente  dicho,  está  destinado  á  recibir  las  moreras  del 
semillero  para  ingertarlas  ó  simplemente  cultivarlas  hasta  el  momento 
del  trasplante. 

Las  labores  de  preparación  deben  ser  bien  hechas  y  en  debido 
tiempo.  Estas  consisten  en  una  labor  profunda  de  60  á  80  centíme- 
tros, teniendo  cuidado  de  pulverizar  la  tierra  y  de  limpiarla  de  yerbas 
y  raíces.  Si  no  es  suficientemente  fértil  se  abona  con  estiércol,  pero  por 
lo  general  es  preferible  hacer  una  buena  labor  antes  que  recurrir  al  abono. 

La  época  del  trasplante  varía  según  los  climas:  en  los  países  cálidos 
se  puede  hacer  en  otoño;  entre  nosotros  en  primavera. 

Debiéndose  retardar  por  muchos  días  el  trasplante,  se  sacan  del  se- 
millero las  plantitas  enterrándolas  en  un  paraje  abrigado  y  se  van  sa- 
cando de  cuando  en  cuando  para  que  no  recomience  la  vegetación. 

No  se  debe  hacer  trasplantéis  en  terreno  húmedo  y  en  días  ventosos. 
Las  plantitas  se  deben  extraer  con  la  azada,  teniendo  cuidado  de  no 
lesionar  sus  raíces. 

Si  las  raíces  son  muy  secas,  se  hace  el  embarramiento  (ó  sea  su- 
mergir las  raíces  en  una  mezcla  de  limo,  estiércol  y  agua).  Se  cortan 
las  raíces  que  estén  destrozadas,  de  defectuosa  dirección,  y  la  raíz 
principal  á  15  centímetros  debajo  del  cuello. 

Las  moreras  se  plantan  en  líneas,  de  Norte  á  Sud,  á  fin  de  que  no 
se  sombreen.  Se  hacen  hoyos  de  20  centímetros  de  ancho  y  otro  tanto 
de  profundidad,  y  en  éstos  se  colocan  las  plantas  perfectamente  verti- 
cales á  la  distancia  de  50  centímetros  por  lo  menos. 

Si  en  cambio  han  sido  ya  ingertadas  las  plantas  en  el  semillero  *  . 
conviene  ponerlas  á  80  centímetros  de  distancia  y  en  esta  forma:  '  .  * 
Hecho  el  plantío  se  cortan  á  fior  de  tierra  con  una  tijera  bien  afi-  *  .  • 
lada,  indicando  el  terreno  reservado  para  cada  morera  á  fin  de  que  •  ^  • 
sirva  de  guía  á  los  peones  que  deben  zapar.  El  semillero  y  el  • 
vivero  propiamente  dicho  deben  hallarse  completamente  libres  de  yerbas 
nocivas.  Cuando  aparecen  los  brotes  se  deja  uno  solo  y  los  laterales 
se  cortan  á  5  hojas;  cuando  se  hacen  leñosos  se  cortan  comple- 
tamente. 


318 


Revista  de  la  FacultaI) 


Cuando  la  planta  alcanza  la  altura  deseada,  se  corta  en  la  prima- 
vera siguiente  á  flor  de  tierra. 

En  la  primavera  del  segundo  año  las  moreras  se  cortan  como  en  el 
primero.  Queriendo  ingertarlas  bajas  se  procuran  las  púas  en  Febrero 
y  en  Marzo,  y  en  Abril  se  hace  el  ingerto,  (1) 

VI 

Multiplicación  por  estaca 

Este  método  de  multiplicación  es  poco  aplicado  para  la  morera,  por 
cuanto  la  planta,  por  lo  general,  no  se  presta  (2).  Las  variedades  de 
ramas  delgadas,  de  corteza  rugosa,  no  se  prestan  fácilmente;  mejor  en 
cambio  la  morera  Moretti,  Lhou,  Cattaneo  y  la  de  las  Filipinas,  no  así 
todas  aquellas  moreras  que  tienen  médula  más  bien  gruesa  y  ramas 
vigorosas. 

En  vista  del  número  considerable  de  estacas  que  no  brotan  es  con- 
veniente plantarlas  Ínterin  en  el  vivero.  Para  este  objeto  se  prepara 
el  terreno  si  es  posible  como  para  el  semillero  y  en  paraje  sombreado. 

Las  estacas  se  preparan  momentos  antes  que  la  morera  entre  en  ve- 
getación y  con  las  ramas  del  año  precedente.  De  estas  ramas  se  cor- 
tan 10  centímetros  la  base  y  la  punta,  de  modo  que  el  trozo  resultante 
sea  de  40  centímetros  de  largo.  En  el  mismo  día  de  preparadas  se 
procede  á  plantarlas. 

Se  abre  un  surco  ancho  de  N.  á  S.,  30  centímetros,  y  contra  una 
de  las  paredes  de  éste  se  colocan  las  estacas  lijeramente  inclinadas  á 
la  distancia  de  15  centímetros  enterrándolas  tres  cuartos  de  su  longitud 
de  modo  que  no  queden  fuera  de   tierra   más   de   dos  ó  tres  yemas. 

Comprimida  bien  la  tierra  contra  la  estaca  se  encima  otra  de  modo 
que  se  obtenga  un  plano  para  colocar  una  tabla  de  30  cent,  de  ancho 
y  larga  cuanto  sea  la  amelga.  Esta  tabla,  como  se  comprende,  hace 
el  oficio  de  hilo,  y  la  segunda  hilera  de  estacas  se  planta  á  lo  largo 
del  otro  borde.  Se  adopta  la  tabla  en  vez  del  hilo  para  plantar  en 
hilera  las  estacas,  porque  el  peón  en  lugar  de  pisar  el  terreno  entre 
cada  hilera,  camina  sobre  la  tabla.  Plantada  la  segunda  hilera  se  le 
hecha  tierra  y  después  se  saca  la  tabla  para  trasportarla  á  la  segunda 
hilera  y  así  se  procede  sucesivamente. 

Algunos  autores  aconsejan  hacer  el  plantío  en  otoño,  porque  en 
esta  estación  y  en  los  primeros  calores  primaverales,  la  estaca  echa 
alguna  pequeña  raíz  que  concurre  en  seguida  á  alimentar  las  ye- 
mas de  la  parte  aérea.  El  razonamiento  es  exacto;  pero  me  parece  que 
obrando  de  este  modo,  será  menester  cubrir  el  multiplicador  con  paja 
durante  el  invierno. 

Con  el  aumento  de  temperatura  en  primavera,  las  yemas  aéreas  co- 


(1)  Esta  operación  corresponde  aquí  á  los  meses  de  primavera.  (N.  del  T.) 

(2)  En  nuestro  país  la  multiplicación  por  estacas  dá  buenos  resultados. 


bE  Agronomía  y  Veterinaria 


3Í9 


menzarán  á  abrirse  y  el  multiplicador  durante  todo  el  año  no  requerirá 
más  que  ser  conservado  libre  de  malas  yerbas.  Si  la  primavera  pasa 
muy  seca  será  oportuna  la  irrigación  y  cubrirlas  con  paja. 

En  la  primavera  siguiente  las  estacas  que  han  prendido  se  trasplan- 
tan en  el  vivero  colocándolas  á  la  distancia  de  80  centímetros. 


Este  medio  de  multiplicación  es  de  más  fácil  arraigo  que  la  estaca, 
y  he  aquí  como  se  opera: 

Las  plantas  que  deben  dar  los  acodos  se  plantan  en  sitio  separado. 

Se  dispone  el  terreno  de  modo  que  sea  dividido  en  amelgas  anchas 
1  metro  50  centímetros  y  de  tal  manera  que  una  amelga  resulte  más 
alta  y  la  otra  más  baja;  esto  se  obtiene  extrayendo  la  tierra  de  la 
que  se  quiere  tener  más  baja  y  echándola  en  la  que  se  quiere  levantar. 
Hechas  las  amelgas  se  plantan  las  moreras  á  lo  largo  de  la  línea  me- 
diana de  aquellas  más  bajas  á  3  metros  de  distancia  y  se  dejan  ahí  por 
el  término  de  3  años,  cultivándolas  con  tronco  á  flor  de  tierra  y  sin 
recojer  la  hoja  para  que  puedan  desarrollarse  mejor  las  raíces. 

Llegada  la  primavera  del  cuarto  año,  se  corta  la  morera  en  el  pié 
para  provocar  la  emisión  de  ramas  nuevas.  En  otoño  se  cortan  las  ramas 
más  nudosas  y  más  cortas  y  se  dejan  tan  solo  5  ó  6  ramas,  eligiendo 
las  más  vigorosas.  Estas  se  doblan  extendiéndolas  á  lo  largo  de  la 
amelga  (fig.  1)  y  cubriéndolas  hasta  la  línea  b,  c,  con  la  tierra  de  la 
amelga  próxima  y  mezclando  con  ésta  el  abono  pulverizado.  La  extre- 
midad de  las  ramas  se  deja  afuera  y  se  tienen  derechas  atándolas  á 
un  tutor  (d,  e). 


VII 


Multiplicación  por  acodo 


6 


c 


Figura  1 


Durante  el  año  se  prolonga  la  extremidad  del  vástago  acodado  y  lo 
que  crece  se  ata  en  el  tutor  para  tener  una  rama  derecha,  mientras  se 
cortan  los  brotes  laterales. 


320 


kEVISTA  DE  LA  Í^ACULTAÍ) 


Interinamente  la  parte  enterrada  de  la  rama,  habrá  comenzado  á  echar 
raíces;  en  la  primavera  siguiente,  si  éstas  son  gruesas,  se  corta  el 
punto  de  unión  con  la  rama  madre  y  se  trasporta,  con  mucho  cuidado, 
la  nueva  planta  al  vivero,  donde  se  deja  un  año.  Muchas  veces  en 
un  año  no  se  consigue  formar  una  plantita,  entonces  se  deja  el  acodo 
hasta  el  segundo  año. 

VIII 

Multiplicación  por  ingerto 

El  ingerto  se  puede  hacer  en  el  pié  ó  en  la  cabeza  del  tallo,  á  dife- 
rente altura,  según  la  forma  y  el  desarrollo  que  se  desee  dar  á  la 
planta. 

Creo  que  si  el  tronco  es  silvestre  resiste  más  á  las  alternativas  atmos- 
féricas, y  el  ingerto  está  más  libre  de  las  heladas.  En  las  regiones  más 
frías  y  en  toda  la  Lombardía,  se  suele  ingertar  en  la  cabeza;  pero  tra- 
tándose de  variedades  muy  delicadas,  es  mejor  ingertar  en  el  pié.  Y  es 
así  como  se  usa  también  en  el  Véneto. 

Las  moreras  se  ingertan  en  primavera,  cuando  la  corteza  se  despega 
fácilmente  de  la  madera  y  es  de  preferirse  la  segunda  quincena  de  Abril 
ó  la  primera  de  Mayo  (1),  en  un  día  de  buen  tiempo,  sin  que  haya 
viento. 

En  el  semillero  se  aplica  el  ingerto  de  yema  y  en  la  primavera  que 
sigue  se  trasportan  las  plantas  al  vivero.  Ingertando  en  éste  se  usa  el 
ingerto  de  corona,  hecho  en  la  primavera  siguiente  en  que  fué  plan- 
tada la  morera,  debajo  del  cuello  de  la  planta.  Queriendo  tener  en 
cambio  la  rama  silvestre,  se  cuidará  de  ingertar  ó  en  el  vivero  cuando 
la  morera  tiene  un  desarrollo  conveniente  (primavera  del  tercer  año) 
ó  también  demorando  hasta  el  año  siguiente  á  la  plantación.  Ingertando 
en  la  cabeza  se  aplica  el  ingerto  de  corona  y  también  de  canutillo. 

Como  se  vé,  pues,  son  tres  los  sistemas  de  ingerto  que  se  suelen 
aplicar  para  la  morera:  el  de  yema,  el  de  corona  y  el  de  canutillo. 

Por  lo  general,  creo  que  deseando  tener  las  moreras  ingertadas  en  la 
cabezo,  no  convenga  hacer  el  ingerto  en  el  vivero  hasta  después  de  un 
año,  cuando  la  morera  ha  sido  plantada  en  su  lugar  definitivo.  Algunos 
han  querido  probar  el  ingerto  en  el  mismo  año  del  trasplante  definitivo, 
pero  obtuvieron  mezquinos  resultados;  por  consiguiente  opinamos:  si  se 
quieren  tener  moreras  ingertadas  en  el  pié,  ingértense  de  yema  en  el 
semillero  ó  de  corona  en  el  vivero;  deseándose  el  ingerto  en  la  cabeza, 
hágase  de  fiauta  ó  de  corona. 

Respecto  á  la  elección  de  las  púas  para  ingerto,  téngase  cuidado 
de  escoger  en  plantas  sanas,  no  deshojadas  ni  podadas  en  Julio  (2) 
del  año  precedente.  Recójanse  en  los  meses  de  Febrero  y  Marzo  y  eli- 
minando en  la  base  y  en  la  punta  de  las  ramas  unos  10  centímetros, 


(1)  Aquí  corresponde  á  Septiembre  y  Octubre. 

(2)  Acá  en  Diciembre. 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


321 


júntense  en  mazos  de  25  y  estratifiqúense  en  arena  al  reparo  de  las 
influencias  atmosféricas  y  esto  en  un  sótano  ó  en  una  pieza  situada 
al  norte        bien  cerrada. 

IX 

El  ingerto  de  escudete 

Este  se  puede  hacer  en  Agosto  ó  Septiembre  en  el  semillero  si  las 
plantitas  tienen  el  grosor  mayor  que  el  de  una  lapicera,  ó  también  se 
hace  en  la  primavera  siguiente  dejando  las  plantitas  en  el  semillero. 

Obrando  en  el  primer  caso  se  hace  el  ingerto  de  ojo  dormido,  en  el 
segundo  se  hace  el  ingerto  de  yema  vegetante. 

El  ingerto  de  escudete  debe  su  nombre  á  la  yema  la  cual  consiste  en  un 
pedazo  de  corteza  sin  albura,  provisto  de  una  yema,  que  se  introduce 
entre  la  madera  y  la  corteza  del  patrón  Este  ingerto  es  también  llama- 
do ingerto  de  ojo  ó  ingerto  de  yema. 


Figura  2 

La  ramita  de  la  cual  se  extrae  la  yema  debe  ser  del  mismo  año, 
vigorosa,  sana  y  llena  de  savia,  de  modo  que  la  corteza  se  separe  fá- 
cilmente de  la  madera.  Se  rechaza  la  base  y  la  punta;  se  deja  tan 
solo  un  trozo  de  peciolo  de  la  hoja.  Débese  obrar  con  rapidez. 


(*)    Aquí  al  Sud. 


322 


Revista  de  la  t'ACULTAb 


Queriendo  retardar  algunos  días,  se  deja  la  base  para  tenerla  sumer- 
gida en  el  agua. 

Preparada  la  rama  del  modo  antes  indicado,  para  quitar  el  escudete, 
se  hace  una  incisión  trasversal  á  2  centímetros  debajo  de  la  yema  y, 
próximamente  á  igual  distancia  de  la  misma,  se  hace  descender  la  hoja 
del   ingertador,    muy  despacio,   hasta  dicho  corte  horizontal,  (fig.  2). 


De  este  modo  se  separa  la  yema  como  se  vé  en  A  y  B  (fig.  3  y  4). 
Si  por  casualidad  quedara  adherido  debajo  del  escudete  algún  frag- 
mento de  albura  débese  quitar  hábilmente  con  los  dedos,  de  manera  que 
no  se  lesione  la  pequeña  protuberancia  que  se  halla  debajo  de  la  yema, 
que  es  su  verdadero  germen  ó  la  que  podría  llamarse  su  raíz.  Científi- 
camente se  llama  corculum  (C,  fig.  4). 


Fig.  3 


Fig.  4 


Fig.  5 


Fig.  6 


Fig.  7 


Inmediatamente,  y  mejor  antes  de  aislar  la  yema,  se  hace  una  inci- 
sión en  forma  de  T  sobre  el  patrón  (A  B,  fig.  5)  con  el  corte  vertical 
el  doble  más  largo  que  el  horizontal;  se  levantan  las  partes  de  la  herida 


De  Agronomía  y  Veterinaria 


323 


donde  la  incisión  vertical  halla  á  la  horizontal  y  se  introduce  con  la 
mano  izquierda  la  yema  (fig.  6).  Así  el  escudete  queda  cubierto  por 
esas  partes  dejando  sobresalir  solamente  la  yema.  Verificado  esto, 
no  hay  más  que  atar  con  hilachas,  como  está  indicado  en  la  figura  7. 

Este  ingerto  de  3^ema,  en  los  viveros  se  hace  comunmente  á  2  ó  5 
centímetros  del  pié  del  patrón.  Tiene  la  ventaja  de  rapidez  y  de  que 
no  hace  en  la  planta  ningún  daño  notable  en  caso  que  la  operación 
resultara  infructuosa. 

Al  ingerto  hecho  de  yema  en  plena  vegetación,  después  de  15  días 
se  desata  y  se  corta  el  patrón  á  5  centímetros  encima  del  ingerto  con 
el  objeto  de  dejar  un  tronco  que  sirva  después  de  tutor  al  tierno  brote. 
En  el  invierno  siguiente  se  quita  completamente  este  tronco,  puesto 
que  el  nuevo  brote  habrá  adquirido  suficiente  robustez  y  una  dirección 
normal.  Los  ingertos  de  ojo  dormido  se  desatan  antes  del  invierno  y 
en  la  primavera  que  sigue  se  corta  el  patrón  como  hemos  visto  para  el 
ingerto  de  yema  en  plena  vegetación. 

(  Continuará). 

INFORMACIONES 


Exámenes  de  fin  de  curso 

El  16  de  Diciembre  próximo  comenzarán  los  exámenes  generales  de 
los  alumnos  de  las  secciones  agronómica  y  veterinaria,  correspondien- 
tes al  presente  año  escolar. 

El  Consejo  ha  nombrado  las  comisiones  examinadoras  con  la  distri- 
bución de  materias  y  tiempo  que  á  continuación  se  expresa: 

Lunes  16.  —  Química  orgánica  II,  de  j  á  ii  a.  m.:  Dres.  Ezeiza, 
Spegazzini,  Ing.  Pieres  y  Sr.  L.  De  Marco. — Física  I,  de  á  ii  a.  m.: 
Dres.  V.  Gallastegui,  Vargas  é  Ing.  A.  Gil. — Zoología  I,  de  ^  á  óp.m.: 
Dres.  Ezeiza  y  Spegazzini  é  Ingenieros  Pieres  y  Gil.  —  Anatomía  II  y 
III,  de  ^  á  6  p.  m.i  Dres.  Zabala,  Bernier,  Griffin,  Lejeune  y  Matarollo. 

Martes  17. — Química  inorgánica  L  de  j  á  ii  a.  m.:  Dres.  Ameghi- 
no.  De  Marco,  Spegazzini  é  Ing.  Pieres. — Agronomía  II,  de  y  á  ii  a.m.: 
Dres.  Gallastegui,  Vargas  é  Ing.  Gil.  —  Botánica  /,  de  ^  á  6  p.  m,: 
Dres.  Ameghino,  Spegazzini  é  Ingenieros  Pieres  y  Gil. — Histología  nor- 
mal II  y  III,  de  ^  á  6  p.  m.:  Dres.  Zabala,  Bernier,  Mezzadrelli,  Le- 
jeune, Matarollo  y  Griffin. 

Miércoles  18. — Geometría  I,  de  y  á  ii  a,  m.:  Dres.  Vargas,  Ezeiza 
é  Ingenieros  Gil  y  Pieres.  —  Anatomía  I,  de  7.  á  11  a,  m.:  Dres.  Ga- 
llastegui, Matarollo,  Bernier  y  Lejeune.  —  Patología  vegetal  II,  de  7  á 
II  a.  m.:  Dres.  Ameghino,  Spegazzini,  Griffin  y  De  Marco. — Algebra  I, 
de  ^  á  6  p.  m.:  Dres.  Ezeiza,  Vargas  é  Ingenieros  Pieres  y  Gil.  — 
Disección  I,  de  ^  á  6  p.  m.:  Dres.  Gallastegui,  Bernier,  Griffin,  Mezza- 
drelli, Lejeune  y  Matarollo. 


324 


Revista  de  La  Facultad 


Jueves  19.  —  Agronomía  I,  de  j  á  ii  a.  m.:  Dr.  Ameghino  é  Inge- 
nieros Pieres  y  Gil. — Química  agrícola  III,  de  j  á  ii  a.  m.:  Doctores 
Ezeiza,  Spegazzini,  De  Marco  y  Ndsgos.— Fisiología  II,  de  j  á  ii  a.  m. : 
Dres.  Bernier,  Griffin,  Lejeune,  Matarollo  y  Mezzadrelli.  —  Ingeniería 
rural  II,  de  ^  á  6  p.  m.:  Ingenieros  Pieres  y  Gil  y  Dres.  Spegazzini, 
Ezeiza  y  Vargas. —  Exterior  de  los  animales  II,  de  ^  á  6  p.  m.i  Doc- 
tores Bernier,  Griffin,  Lejeune  y  Matarollo. 

Viernes  20.  —  Química  analítica  II,  de  á  ii  a.  m.\  Dres.  Gallaste- 
gui,  De  Marco  y  Spegazzini.  —  Agronomía  especial  III  y  IV,  de  y  á 

II  a.  m.:  Dres.  Ameghino  y  Vargas  é  Ingenieros  Gil  y  Pieres. — Disec- 
ción II,  de  y  á  II  a.  m.:  Dres.  Bernier,  Lejeune,  Griffin  y  Matarollo. 
Tecnología  III  y  IV,  de  ^  á  6  p.  m. :  Dres  Ezeiza,  Spegazzini  y  Var- 
gas é  Ingenieros  Pieres  y  Gil. — Patología  general.  Patología  médica  III, 
de  ^  á  6  p.  m.:  Dres.  Griffin,  Bernier,  Lejeune,  Matarollo  y  Mezzadrelli. 

SÁBADO  21. —  Ingeniería  rural  III  y  IV,  de  j  á  ii  a.  m  :  Doctores 
Ameghino,  Spegazzini  y  Vargas  é  Ingenieros  Gil  y  Pieres. —  Terapéuti- 
ca III,  de  y  á  II  a,  m.:  Dres.  Bernier,  De  Marco,  Griffin,  Matarollo 
y  Lejeune. — Zootecnia  general  III,  de  ^  á  6  p.  m. :  Doctores  Bernier, 
Griffin,  Lejeune,  Matarollo  é  Ing.  Pieres. — Química  analítica  IV,  de  ^  á 
6  p.  mr.  Dres.  Ameghino,  Vargas,  Spegazzini,  De  Marco  é  ingeniero 
Pieres. 

Lunes  23. — Agronomía  especial  IV,  de  y  á  ii  a.  m.:  Dres.  Gallas- 
tegui  y  Vargas  é  Ingenieros  Pieres  y  Gil. — Patología  médica.  Obstetri- 
cia y  enfermedades  contagiosas  IV,  de  y  á  ii  a.  m.:  Doctores  Griffin, 
Matarollo,  Bernier,  Lejeune  y  Mezzadrelli.  —  Zootecnia  especial  y  Econo- 
mía rural  IV,  de  ^  á  6  p.  m.:  Dres.  Bernier,  Mezzadrelli,  Matarollo  y 
Lejeune  é  Ing.  Pieres. — Química  analítica  III,  de  ^  á  6  p.  m.:  Docto- 
res Gallastegui,  De  Marco  y  Vargas  é  ingeniero  Gil. 

Martes  24.  —  Práctica  agrícola  II,  III  y  IV,  de  j  a.  m.  á  6  p.m.: 
Dres.  Ezeiza  y  De  Marco  é  Ingenieros  Pieres  y  Gil.  -Histología  patoló- 
gica. Patología  quirúrgica  teórica,  III  y  IV,  de  7  á  11  a.  m.:  Docto- 
res Griffin,  Lejeune,  Matarollo,  Bernier  y  Mezzadrelli.  —  Dibujo  /,  II, 

III  y  IV,  de  ^  á  6  p.  m.:  Dres.  Ameghino,  Vargas  y  Spegazzini,  In- 
genieros Pieres  y  Gil  y  Sr.  del  Nido. — Patología  quirúrgica  y  práctica. 
Clínica  IV,  de  ^  á  6  p.  m.:  Dres.  Gallastegui,  Bernier,  Griffin,  Lejeu- 
ne, Matarollo  y  Mezzadrelli. 

Inspección  de  carnes 

Sr.  Decano  de  la  Facultad  de  Agronomía  y   Veterinaria,  Dr.  D.  Vi- 
cente Gallastegui. 

Haciendo  uso  de  la  autorización  que  Vd.  se  sirvió  darme  para  visi- 
tar los  mataderos  de  la  Capital  Federal  con  los  alumnos  de  4.^  año 
de  Veterinaria,  á  objeto  de  dictarles  clases  prácticas  de  inspección  de 
carnes,  nos  trasladamos  á  Buenos  Aires  el  día  5  del  corriente  y  fui- 
mos á  los  corrales  el  ó  á  las  5.30  de  la  mañana.  Encontramos  exce- 
lente material  para  la  inspección,  que  nos  había  sido  preparado  defe- 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


325 


rentemente  por  los  señores  inspectores  Dres.  Zabala,  jefe  de  la  inspec- 
ción; Viola,  Testa  y  otros. 

Visitando  el  Establecimiento  híceles  notar  á  los  alumnos  sus  muchos 
defectos  bajo  el  punto  de  vista  higiénico.  Luego  en  presencia  de  una 
res  bovina  sana,  les  hablé  de  la  inspección  de  carnes  en  general,  hacién- 
doles ver  órgano  por  órgano,  región  por  región,  las  condiciones  de 
salud,  posiciones,  relaciones,  tamaño,  consistencia,  color,  etc.,  y  en  se- 
guida pasamos  á  las  piezas  patológicas. 

Los  casos  interesantes  que  estudiamos  en  la  sección  bovina,  fueron 
los  siguientes: 

I.  Varios  pulmones  tuberculosos  en  grado  diferente;  tuberculosis  in- 
cipiente; tuberculosis  muy  avanzada,  con  cavidades  vómicas,  pertene- 
cientes á  novillos  mestizos  de  4  años,  más  ó  menos. 

II.  Un  caso  de  tuberculosis  en  un  novillo  también  mestizo  de  3  V2 
años.  Las  lesiones  anatómicas  se  habían  generalizado  en  los  pulmones, 
en  las  pleuras,  en  el  sistema  ganglionar,  en  el  hígado,  etc. 

,111.  Un  pulmón  en  parte  calcificado,  que  nos  ofreció  la  ocasión  de 
hacer  un  estudio  comparativo  con  otro  pulmón  tuberculoso,  caso  muy 
útil  para  el  diagnóstico  diferencial. 

IV.  Distomatosis  hepática,  muy  limitada. 

V.  Muchos  casos  de  ciste  de  equinococo,  de  todos  tamaños — en  los 
pulmones  é  hígado.  —  Esta  forma  de  ciste  se  halla  en  proporción  del 
49  por  100  en  aquel  matadero  donde  se  sacrifican  de  LóCO  á  L700 
animales  bovinos  diariamente. 

VI.  Un  fibrolipoma  en  una  vaca  viva,  colocado  en  la  región  ante- 
rior del  esternón  (apofise  traqueliana). 

El  diagnóstico  macroscópico  fué  confirmado  con  el  microscopio. 
En  la  sección  de  los  cerdos,  observamos: 

I.  Dos  casos  de  tuberculosis,  en  uno  difusa  y  en  otro  muy  limitada. 

II.  Uno  de  cisticercosis  celulosa,  al  rededor  del  cual  nos  entretuvi- 
mos largo  rato,  seccionando  los  músculos  cortos  adjutores  de  la  pierna, 
las  escapulares,  la  lengua,  etc. 

III.  Un  osteosarcoma  actinomicósico  en  los  maxilares. 

En  excursiones  sucesivas,  utilizaremos  otros  medios  de  inspección  que 
redundarán  en  beneficio  de  los  alumnos,  y  las  extenderemos  á  otros 
mataderos  de  puntos  vecinos  á  La  Plata. 

La  importancia  de  este  curso  es  indiscutible  por  cuanto  él  está  rela- 
cionado directamente  con  la  salud  pública. 

Saluda  al  señor  Decano  con  toda  consideración. — Florencio  Mata- 
rollo,  profesor. 

Los  estudiantes  de  la  Facultad  de  Agronomía  y  Veterinaria 

La  Agricultura,  importante  revista  agrícola  que  ve  la  luz  en  Buenos 
Aires  bajo  la  dirección  inteligente  de  los  conocidos  periodistas  Alberto 
J.  Gaché  y  Ramón  R.  Castro,  publica  en  el  150,  del  14  del  corriente, 
dos  buenos  grabados  representando  grupos  de  alumnos  de  la  Facultad, 
en  las  horas  de  trabajo. 


326 


Revista  de  la  Facultad 


Bajo  el  epígrafe  de  estas  líneas,  refiriéndose  á  los  grabados,  dice  el 
citado  periódico: 

"La  Facultad  de  Agronomía  y  Veterinaria,  no  es  una  nueva  Palmira 
como  muchos  creen,  por  más  que  tenga  muros  silenciosos  y  no  le  falte 
ruinas  solitarias.  En  ella  palpita  también  la  vida,  esa  vida  alegre  y  flo- 
rida de  la  juventud.  Ahí  están  esos  grabados  que  nos  dicen  claramente 
que  allí  existe  una  fuerza,  que  allí  se  forma  el  corazón  de  la  juventud 
productora  de  riqueza  del  porvenir. 

"Ese  hermoso  conjunto  de  jóvenes  argentinos,  que  se  ensayan  en 
las  nobles  ocupaciones  del  agricultor  y  ganadero,  nutriendo  sus  claras 
inteligencias  con  los  preceptos  de  la  ciencia,  vislumbra  ya  un  vasto 
campo  en  que  actuar,  que  dilata  cada  vez  más  el  rápido  desenvolvi- 
miento de  las  industrias  agro-pecuarias. 

"Ztí!  Agricultura,  que  ve  en  estos  jóvenes  á  miembros  útilísimos  de 
ia  sociabilidad  argentina,  se  complace  en  adornar  sus  páginas  con  las 
vistas  que  los  representan  y  desea  que  el  año  próximo  las  aulas  de 
esa  benemérita  escuela  sean  frecuentadas  por  doble  número  de  jóvenes." 

La  Revista  une  sus  votos  á  los  que  gentilmente  formula  La  Agri- 
cultura, 

A  las  aulas  de  esta  institución  benéfica  debe  concurrir  la  juventud 
estudiosa  que  aspire  á  fomentar  el  progreso  del  país  por  medio  del  tra- 
bajo honrado  que  forma  el  carácter  del  ciudadano,  sustrayéndolo  de  las 
luchas  de  bandería  que  esteriliza  sus  fuerzas  activas. 

Estudios  fitogeográficos  y  botánicos 

La  Plata,  Noviembre  15  de  1895. 

Siendo  conveniente  completar  los  conocimientos  fitogeográficos  y  bo- 
tánicos referentes  á  las  diversas  regiones  de  la  Provincia,  y  habiendo 
el  profesor  de  la  Facultad  de  Agronomía  y  Veterinaria,  Dr.  Carlos 
Spegazzini,  ofrecido  efectuar  gratuitamente  un  estudio  de  ese  carácter 
en  la  Sierra  de  Currumalal,  el  P.  E. 

decreta : 

Artículo  \P  Acéptase  el  expontáneo  ofrecimiento  del  Dr.  D.  Carlos 
Spegazzini,  y  en  consecuencia  queda  comisionado  para  efectuar  el 
mencionado  estudio  en  la  Sierra  de  Currumalal. 

Art.  2.0  Expídase  á  favor  del  Dr.  Spegazzini  pasaje  de  ferrocarril, 
para  trasladarse  al  punto  en  que  debe  verificar  los  estudios. 

Art.  3.0  El  comisionado  deberá  presentar  al  Ministeriro  de  Obras 
-Públicas,  dentro  del  término  de  tres  meses  después  de  su  regreso,  una 
relación  de  su  excursión  y  una  Memoria  completa  de  sus  estudios. 

Art.  4.0    Comuniqúese,  etc.  —  G.  UDAONDO.  —  Emilio  Frers. 

Varias 

— Por  indicación  del  profesor  de  prácticas  agrícolas  ingeniero  agró- 
nomo, D.  Antonio  Gil,  la  Facultad  ha  resuelto  instituir  un  premio  para 


DE  Agronomía  y  Veterinaria 


327 


el  mejor  estudio  comparativo  de  las  máquinas  segador  as- atador  as  ^  que 
presenten  los  alumnos  de  la  sección  agronómica. 

El  premio  consistirá  en  una  obra  de  Agronomía,  y  los  trabajos  po- 
drán presentarse  en  Secretaría  hasta  el  1^  de  Marzo  próximo. 

— El  profesor  Dr.  Bernier,  ha  recibido  encargo  de  formular  un  pro- 
yecto de  los  estudios  que  puedan  practicar  durante  las  vacaciones  los 
profesores  de  la  Sección  Veterinaria. 

Este  proyecto  será  tomado  en  consideración  en  la  próxima  sesión 
del  Consejo. 

— El  Consejo  ha  dispuesto  que  durante  las  vacaciones,  del  26  de 
Diciembre  al  1°  de  Marzo,  el  servicio  del  hospital  de  clínicas  sea  aten- 
dido por  los  profesores,  Dres.  Lejeune^,  Bernier,  Griffin  y  Matarollo  quie- 
nes, de  común  acuerdo,  fijarán  los  turnos  de  16  días  que  corresponde 
á  cada  uno. 

— Se  les  ha  concedido  autorización  para  rendir  examen  de  ingreso  el 
12  de  Diciembre,  á  los  jóvenes  Arturo  Peralta  Ramos  y  Pedro  Latorre. 

Concurso  de  segadoras-ataderas 

Buenos  Aires,  Noviembre  8  de  1895. 

Al  Señor  Decano  de  la  Facultad  de  Agronomía  y   Veterinaria   de  la 
Provincia. 

En  cumplimiento  de  la  misión  del  Jurado  para  el  concurso  de  sega- 
doras-atadoras  á  celebrarse  en  sembrados  de  esa  Facultad,  ruego  al 
Señor  Decano  quiera  comunicarnos  el  tiempo  que  la  sementera  puede 
esperar  para  que  las  pruebas  se  hagan  con  eficacia,  á  fin  de  fijar  con 
toda  seguridad  el  día. 

Deseo  asimismo,  si  no  hay  en  ello  inconveniente,  se  nos  remita  un 
pianito  del  terreno  sembrado,  con  especificación  de  calles,  tanto  latera- 
les como  centrales,  etc.;  y  se  nos  informe  si  el  dinamómetro  que  allí 
existe  está  en  buenas  condiciones  para  su  empleo. 

La  Comisión  que  presido  piensa  que  los  alumnos  de  IV  año  de  esa 
Facultad,  podrían,  en  provecho  propio,  por  la  experiencia  que  les  repor- 
taría y  para  la  mejor  vigilancia  de  las  tareas,  servir  de  ayudantes  de 
la  Comisión  en  los  días  de  concurso. 

A  la  espera  de  una  pronta  contestación  de  los  diversos  puntos  que  prece- 
den, le  saluda  con  su  mayor  consideración  —  Juan  José  Ezeiza,  Presidente. 

La  Plata,  Noviembre  12  de  1895. 

Informe  el  profesor  de  prácticas  agrícolas,  con  la  brevedad  posible. — 
Gallastegui. 

Señor  Decano: 

El  sembrado  de  cebada  y  trigo  del  campo  de  ensayos  podrá  perfec- 
tamente servir  para  el  concurso  de  las  segadoras-atadoras  dentro  de  los 
quince  dias  de  la  fecha.  Sería  conveniente,  á  fin  de  evitar  entorpeci- 
mientos, que  las  máquinas  se  hallaran  en  la  Facultad  ocho  días  antes 
por  las  demoras  inevitables  que  siempre  origina  su  preparación. 


328 


Revista  de  la  Facultad 


El  dinamómetro  se  halla  en  perfectas  condiciones  para  su  empleo  in- 
mediato. 

Lo  mismo  que  el  señor  Presidente  del  Jurado,  creo  que  sería  prove- 
choso para  los  alumnos  de  IV  año  de  Agronomía,  que  pudieran  secun- 
dar á  la  comisión  en  calidad  de  ayudantes. — Antonio  Gil,  Profesor.  — 
Noviembre  12  de  1895. 

Noviembre   12  de  1895. 

En  contestación  á  la  nota  del  Señor  Presidente  del  Jurado  para  el 
concurso  de  máquinas  segadoras-atadoras,  transcríbasele  el  precedente 
informe  y  remítasele  el  plano  que  pide.  —  Avísese  por  Secretaria  á  los 
alumnos  de  IV  año  de  Agronomía  que  deben  prestar  servicios  de  ayu- 
dantes al  Jurado  durante  el  tiempo  que  duren  los  ensayos. — Póngase  á 
disposición  del  Jurado  los  elementos  de  que  dispone  la  Facultad  y  que 
le  puedan  ser  útiles  para  el  mejor  desempeño  de  su  cometido. — Ga- 
llastegui. — A.  A.  Carassale,  Secretario. 

Alumnos  premiados 

En  la  sesión  del  18  del  corriente  la  Facultad  tomó  en  consideración 
y  clasificó  todos  los  trabajos  presentados  por  los  alumnos  para  optar 
á  los  diplomas  que  para  estos  instituyó  la  Sociedad  Rural  Argentina, 
con  motivo  de  la  última  exposición-feria.  Se  adjudicaron  seis  diplomas 
á  los  trabajos  siguientes :  I.  Tema :  Diversos  sistemas  presentados  á  la 
exposición  para  la  elevación  de  las  aguas.  Autor  :  Sebastián  Godoy, 
alumno  de  la  sección  agronómica;  ocho  puntos,  correspondiéndole  cla- 
sificación de  distinguido.  Tiene  opción  á  diploma  de  primera  clase. 

II.  Tema:  Máquinas  trillador  as ,  aventadoras  ¡  cortadoras  de  pasto,  etc. 
Autor:  Angel  Maciel,  alumno  de  la  sección  agronómica;  ocho  pun- 
tos, correspondiéndole  clasificación  de  distinguido. 

Tiene  opción  á  diploma  de  segunda  clase.  (El  tema  desarrollado  co- 
rresponde á  la  categoría  del  premio). 

III.  Tema:  Instrumentos  aratorios,  etc.  Autor:  Antonio  Troise,  alumno 
de  la  sección  agronómica;  seis  puntos,  correspondiéndole  clasificación 
de  bueno.  Tiene  opción  á  diploma  de  segunda  clase. 

IV.  Tema:  Estudio  comparativo  de  las  diferentes  razas  ovinas  y 
porcinas  que  figuran  en  la  Exposición.  Autor:  Pedro  Díaz  Pumará, 
alumno  de  la  sección  veterinaria;  siete  puntos,  correspondiéndole  clasi- 
ficación de  bueno.  Tiene  opción  á  diploma  de  primera  clase. 

(El  tema  desarrollado  corresponde  á  la  categoría  del  premio). 

V.  Tema:  Estudio  económico  y  Zootécnico  de  las  razas  bovinas  de 
carne  con  relación  á  las  haciendas  del  país  y  exportación  de  novillos. 
Autor:  Pedro  Díaz  Pumará,  alumno  de  la  sección  veterinaria;  ocho  pun- 
tos, correspondiéndole  clasificación  de  distinguido.  Tiene  opción  á  diplo- 
ma de  primera  clase. 

VI.  Tema:  El  caballo  criollo.  Autor:  Edmundo  León,  alumno  de  la 
sección  veterinaria;  cinco  puntos,  correspondiéndole  clasificación  de  re- 
gular. Tiene  opción  á  diploma  de  segunda  clase. 


Imprenta  de  J.  Peuser  —  Boulevard  Independencia  EsauiNA  53,  La  Plata.