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Full text of "Anales de la Academia de Ciencias Mdicas, Fsicas y Naturales de la Habana"

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e (REVISTA CIEN EN 
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Edda ) ido Joss 1. . Torralbas y D. Marcos de 3. Melero. 


A UNINEGA 33. 


AO JUNIO 15. 20d AA 
CANJE Y CORRESPONDENCIA * 
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Me rar cana me D» 2a19> TE RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias 
EN ne TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA 4 fl 
CAMPANARIO NUMERO 4 45. (EX- CONVENTO DE SAN AGIJSTIN.) 
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ds: EN Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
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ANALES 


DE LA 


REAL ACADEMIA 


CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 


DE LA HABANA. 


REVISTA CIENTIFICA: 


TOMO XXIX. 


HABANA. 
TIPOGRAFIA DE A. ALVAREZ Y COMPAÑÍA, 


Calle de Ricla número 40. 
1892. 


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REAL ACADEMIA. 


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Sesión solemne del día 19 de Mayo de 1892. 


Abierta la sesión á las ocho de la noche, bajo la Presi- 
dencia del Excmo. Sr. Gobernador General D. Camilo Po- 
lavieja, y con asistencia de los Sres. Académicos D'* Lastres, 
Machado, Lavin, Torralbas (D. F.) Gundlach (de mérito), 
D. Fernando Gonzalez del Valle (de mérito), Montané, Santos 
Fernández, Menocal, Delgado, Donoso, Beato, Cubas, Tama- 
yo, Bosque, Ramos, Valdés y La Guardia, y de los Sres. Don 
Nicolás Azcárate, D. Sebastián de Cubas, D. Cárlos Fonts 
y Sterling, D. José Gonzalez Lanuza, Rdos. Padres Escola- 
pios, D. Leopoldo Barrios, Dr. D. Eduardo Plá, Dr. D. An- 
tonio Gonzalez Curquejo, Dr. D. Juan Cisneros, Dr. D. Luis 
Hernandez Rubin, Dr. D. Victor Zugasti, Dr. D. Enrique 
Saladrigas, Sr. Muller, D. Francisco Quiñones, D. Cárlos 
Saladrigas, D. Miguel Martinez Campos, Sr. Cónsul del Bra- 
sil, D. Gabriel Forcade, D. Francisco A. Silva, Dr. Vidal 
Sotolongo y Linch, Dr. Masa Secretario de la Universidad, 
Dr. D. J. Diago, Dr. Arístides Mestre, Dr. D. Francisco Du- 
mas, D. José Gonzalez y Gutierrez, D. José García Montes, 
Dr. Enrique Remires, D. Rodrigo Ponce de Leon, D. Ar- 
turo Mora, Dr. José L. Villalonga, Dr. J. T. Reyes y otros 
señores que venian á constituir un público numeroso. 


6 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


El Presidente titular de la Corporación Dr. Lastres leyó 
un breve discurso acerca de la importancia del acto que te- 
nía lugar, haciendo merecidos elogios y muy justos del fun- 
dador de la Academia Dr. D. Nicolás J. Gutierrez, por últi- 
mo, dió las gracias en nombre de la Corporación á los Seño- 
res que honraban con su presencia la Sesión solemne que 
venía 4 conmemorar el 31* aniversario de su fundación. 

Terminado que hubo su discurso el Sr. Presidente, el 
Secretario general dió cuenta en una reseña razonada de las 
tareas que ocuparon á la Academia durante el año. 

Seguidamente el Dr. D. Luis Montané, á su vez, leyó un 
capitulo de su obra inedita acerca de los primeros poblado- 
res de Cuba. 

Concluida la sesión con el trabajo de referencia, el Ex- 
celentisimo Sr. Gobernador General dió por terminado el 
acto. Eran las nueve y media de la noche. 


*.—+ .— 


DISCURSO 


del Sr. Dr. D. Joaquín F. Lastres, Presidente de la Real Academia. 


Kixcmo. Señor: 
Sres. Académicos: Señores: 


Una vez más el reloj de los tiempos ha marcado otro año 
de existencia en la vida de esta Corporación. 

El 19 de Mayo de 1861, será siempre memorable para 
todos los que se interesan por la cultura intelectual de estas 
apartadas provincias. 

Es una fecha gloriosa, que simboliza el comienzo de una 
era de progreso y de resultados positivos para el adelanto de 
las ciencias de observación entre nosotros. 

Pero faltaríiamos á un sagrado deber de conciencia, en 
estos solemnes momentos, si no consagrásemos un afectuoso 
recuerdo de gratitud á la memoria del preclaro fundador de 
esta Academia, el eximio Dr. D. Nicolás José Gutierrez. 

A su patriotismo nunca desmentido, á su constante en- 
tusiasmo y á su fervor por el bien de la humanidad, débese 
la constitución de este Cuerpo académico, que ha llegado á 
alcanzar una reputación justificada en los centros facultati- 
vos, tanto nacionales como extranjeros. 

Al recordar el medio en que vivió y pudo moverse aquel 


8 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


ilustre varón, podrá comprenderse su mérito indiscutible. El 
esclarecido profesor, olvidando los intereses materiales, cul- 
tivó con amor los intelectuales y morales, y salvó todos los 
obstáculos que se le oponían para dotar á este su pais natal, 
de una institución que tanto lo ha enaltecido. 

No obstante las viscisitudes porque ha atravesado esta 
Academia, no olvidemos que aún existen en su seno, espirl- 
tus generosos, que confían en el porvenir á que está llama- 
da, contribuyendo con sus trabajos 4 aumentar la gloria na- 
cional en el continente americano. 

La historia de este organismo cientifico puede estudiarse 
en los veinte y ocho volúmenes de sus ÁxaLes, que atestiguan 
el continuo empeño de sus socios en averiguar y propagar 
la verdad con el incesante cultivo de las ciencias experimen- 
tales. 

La Real Academia de Ciencias Médicas, Fisica y Natu- 
rales de la Habana, ha seguido prestando al Gobierno una 
asidua cooperación; le ha consultado en trascendentales 
cuestiones relacionadas con la higiene púlica: ha procurado 
auxiliar á la recta administración de justicia con sus infor- 
mes médico-legales, y sería justo reintegrarle la exigua asig- 
nación de que disfrutaba en los presupuestos anteriores. 

No quiero abusar, por más tiempo, de vuestra benévola 
atención, deseosos de oir la reseña de las tareas realizadas 
en el año transcurrido, y que por prescripción reglamentaria 
corresponde á nuestro entendido Secretario Dr. La Guardia. 

También el Dr. Montané, con su competencia reconoci- 
da en asuntos antropológicos, disertará esta noche acerca de 
la raza aborigene de esta tierra. 

¡Coincidencia notable! En el año conmemorativo del cen- 
tenario del descubrimiento de América, los olvidados restos 
de los primeros habitantes de esta Isla, dejan la tranquili- 
dad de sus escondidos sepulcros para servir de estudio á los 
descendientes de los conquistadores. 

A los reiterados esfuerzos y pacientes observaciones de 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES S 


Rodriguez Ferrer, primero, y de los Sres. Académicos La 
Torre, y Montané después, se debe la descripción de los ca- 
ractéres distintivos de la raza existente aquí, antes que Cu- 
ba surgiera del seno de los mares por el genio de su descu- 
bridor. 

Se nos ha considerado como buenos consumidores y poco 
productores; pero aparte de que somos un pueblo reciente, 
nacido ayer para la civilización, constan en nuestros archi- 
vos trabajos originales, y en estos instantes el del Dr. Mon- 
tané, respecto de nuestros aborigenes, constituye uno espe- 
cial, enteramente nuevo, que llamará una marcada atención 
entre otros que se presenten en la Exposición americana que 
se celebrará este año en la madre patria. 

Antes de terminar, doy las más cumplidas y expresivas 
gracias á las distinguidas personas que nos han honrado con 
su asistencia, y también al Excmo. Sr. Gobernador general, 
que tanto interés demuestra en el cumplimiento de las ele- 
vadas atenciones que le están encomendadas. 


T. xx1ix—2 


RESUMEN 


de las tareas en que se ha ocupado la Real Academia de Ciencias 
durante el año de 1891-92, 


Por el Secretario General Dr. D. Vicente de la Guardia, 
Excmo. Señor: 


Sres. Académicos: Sres. 


No vengo á exhibir aquí mis aptitudes por acto volunta- 
rio, y sólo en virtud de una obligación de Reglamento me 
decido á ocupar esta tribuna para tener el alto honor de 
llevar la palabra, á nombre de la Academia, en sesion tan 
solemne, que viene á conmemorar el trigésimo primer año 
de su fundación. 

Llamado á ocupar este puesto por una votación expon- 
tánea, me ha sido sumamente grato la confianza que me han 
demostrado mis distinguidos compañeros: y he llegado á es- 
ta Academia, alentado siempre, por el propósito firme de 
ayudarla en todo aquello que, el contingente escaso de mis 
fuerzas lo permita, sin otro anhelo que el de ser util á la 
Corporación, que verdaderamente amo, y cuyo prestigio es 
un compromiso para nosotros sostener; cumplo un deber 
ofreciendo mi concurso, débil, 4 esta Institución, patriótica 
bajo todos conceptos, nacida, gracias á las energías de un 
un hombre esclarecido y que honra, lo mismo á sus funda- 
dores, que á nosotros actuales proseguidores de su obra. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 11 


La Academia, señores, tiene que corresponder á las ne- 
cesidades, á las aspiraciones del pais. No olvidemos que fué 
creada en medio de grandes luchas y dificultades, y no son 
menos que entonces las luchas y las dificultades del presente. 

Es ardua, sobremanera, la tarea que tengo que desempe- 
ñar, porque, como decía muy bien uno de los hombre más 
cciebres de este país, nuestro sentido antecesor D. Antonio 
Mestre: “presentar en rápida y completa reseña los trabajos 
todos emprendidos ó realizados en el seno de esta Acade- 
mia, haciendo resaltar de paso su valor é importancia, sin 
complicar con la propia, las agenas opiniones, ni con un 
juicio controvertible la exposición de las ideas opuestas, y 
rindiendo un tributo justificado á todos aquellos que algo 
han hecho en beneficio de la Institución, sin duda es traba- 
bajo en que pudieran salir alrosos tantos como entre mis co- 

llegas me aventajan en talento y en saber.” 

Los trabajos emprendidos y llevados á término por los 
Sres. Académicos durante el año, no han sido tan numero- 
sos, si se quiere, como en los anteriores, pero debe tenerse 
muy en cuenta que 4 consecuencia del establecimiento del 
juicio oral en las Audiencias de este territorio, no se solicita 
con tanta frecuencia, como en épocas pasadas nuestro con- 
curso para resolver asuntos relacionados con la Medicina 
Legal. Mas no por eso los trabajos referidos han dejado de 
tener igual importancia é igual interés, que en los mejores 
tiempos de la Corporación. 

Hemos de dar principio á nuestra reseña—que por único 
mérito habrá de contar la brevedad—con los estudios rela. 
tivos á la Higiene, señalando primero un trabajo del señor 
Paradela, acerca de las llamadas condiciones de insalubridad 
del puerto de la Habana, que á su juicio, esa insalubridad 
no existe, y no hay tampoco razones para considerarlo como 
lugar de origen, lo mismo de la fiebre amarilla que de las 
fiebres palúdicas. En la discusión del trabajo del Sr. Para- 
dela, tan cientifico como interesante y práctico al mismo 


a 


ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


¡5 
(59) 


tiempo, toman parte los Sres. Torralbas, Montalvo, Tamayo, 
Melero, La Torre, Finlay, Castellano y La Guardia, decla- 
rando casi todos los Académicos citados, por razones aduci- 
das, que no estaban de acuerdo con las opiniones sustenta- 
das por el Sr. Paradela. 

La Academia, en cumplimiento de su deber, velando 
siempre por los intereses generales del país, y particular- 
mente en lo relativo á la salubridad pública, y alarmada con 
justicia la opinión, 4 causa de las malas condiciones de los 
depósitos de busuras situados en las mismas puertas de la 
ciudad, tuvo á bien en virtud de una moción presentada por 
el Dr. Casuso, después de haber nombrado á los Dres. Cubas, 
Nuñez de Villavicencio, Montané, Paradela, Saenz Yañez, y 
La Guardia que fueron á inspeccionar los lugares indicados 
en la estancia Las Torres, se reunió en sesión extraordina- 
ria, dando lectura el ponente de esa Comisión, Dr. Saenz 
Yañez, á un informe en el cual, con acopio de razones, fue- 
ron examinados todos los particulares relativos á este caso 
desgraciado para el vecindario de la Habana; y por unani- 
midad, terminado que fué el luminoso informe del Doctor 
Saenz Yañez, acordó protestar por la prensa y por cuantos 
más medios estuviesen á su alcance, de la creación de esos 
depósitos de basuras, puesto que lo que venía haciéndose 
constituía un verdadero y gravísimo atentado contra la salud 
pública. 

La Dirección general de Administración Civil se ha ser- 
vido solicitar varias consultas referentes 4 análisis de vinos; 
lo que ha proporcionado á la Comisión de Farmacia y de 
(Química Legal, oportunidad para presentar informes al pro- 
pósito, encargados aquellos á los Dres. Zamora, Ulrici y Ro- 
vira. En estos trabajos, los Peritos han demostrado que has- 
ta ahora, todos los caldos enviados, si no son de una calidad 
muy inferior, pertenecen á la clase de los vinos adulterados 
ó artificiales. 

1 Dr. D. Francisco Torralbas, el Dr. Rovira y el Doctor 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 13 


Donoso, dan cuenta respectivamente acerca de una mante- 
quilla que trataba de importarse, de unas vasijas de zinc para 
depósitos de leche, y de un jarabe pectoral, del cual se pre- 
tendía obtener una patente. | 

Con la regularidad acostumbrada vienen publicándose 
en los Axarss, estadisticas demográficas relativas 4 la ciudad 
de la Habana, y plácenos hacer presente que los traba- 
jos de esta indole fueron iniciados en esta misma Academia, 
por el renombrado y muy inteligente higie nista Dr. D. Am- 
brosio (G. del Valle. Por la estadística, ha podido saberse 
que la mortalidad, durante el año de 1891, ascendió á una 
cifra igual 4 6,899. Isa mortalidad, que es excesiva, dá un 
promedio anual que llega á 34'4 por 1,000 habitantes. 
Por más que constituya hoy la higiene una ciencia cuyos 
adelantos son notables y de la más grande importancia, está 
muy lejos de ser conocida y apreciada como se debiera, no 
solamente del público, sino aún de muchas personas, ú las 
que su profesión parecia por tanto, im ponerles este estudio 
como una necesidad. En la higiene encuéntranse los medios 
más eficaces, preservadores de la salud, y no es posible que 
actualmente se diga que es una ciencia especulativa. Sábese, 
como se ha visto por la estadistica, que la mortalidad de es- 
ta ciudad es considerable, conócense las causas que la origi- 
nan, y sin embargo, no se les pone remedio. 

En Inglaterra, toda ciudad que durante tres años segui- 
dos de un promedio de mortalidad de 21 por 1,000 es some- 
tida á una investigación llevada á efecto por personas com- 
petentisimas, obligando el Gobierno, 4 la Municipalidad que 
delinque, á efectuar todos los trabajos y mejoras que se con- 
sideren necesarios. 

Inglaterra ha gastado en cincuenta años 800 millones de 
libras para sanear su territorio, y los resulta dos alcanzados 
se traducen por cifras que en su muda elocuencia superan 
á toda disertación académica. La mortalidad ha llegado á 
reducirse en algunos lugares, en Londres, por ejemplo, á un 


14 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


19 por 1,000. La vida media de los súbditos de su majestad 
británica revela un aumento de 10 años por individuo. Las 
enfermedades infecciosas acusan una disminución que as- 
ciende 4 un 50 por 100. El Londres de hoy, es la misma 
ciudad que en el siglo xvrr, que con un millon de habitantes, 
pagaba á la muerte un tributo anual de un 40 por 100, y ya 
se ha dicho que actualmente la mortalidad ha llegado á des- 
cender á un 19 por mil al año. 

La Comisión de Vacuna, que viene ejerciendo sus fun- 
ciones desde los primeros tiempos de la fundación de este 
Instituto, lo mismo que en los anteriores años, ha cumplido 
dignamente su deber. Los académicos que á su cargo tienen 
la propagación de la linfa vaccinal, como podrá verse en el 
cuadro que se adjunta, la han inoculado 4 numerosos indi- 
viduos, y dos Centros particulares, el uno fundado por el 
Doctor D. Vicente Luis Ferrer, y el otro dirigido por los 
Dres. Albertini y Porto, suministran todo el virus que 
pueda necesitarse: esta Corporación hace presente á los 
señoresDirectores de ambos Institutos lo que agradece su 
ofrecimiento generoso, que con marcada da llevan á 
efecto. 

Entre los trabajos de patología médica figura en primera 
linea, un estudio acerca de la hemato-quiluria, que su autor 
el Dr. D. José Torralbas se permite modestamente calificar 
de Notas. Es una memoria original que revela una intocli- 
gente observación, bastante extenso y detallado, en sus apre- 
ciaciones, perfectamente adaptadas á las ideas modernas. En 
su oportunidad discute su naturaleza y patogenia, señala las 
diversas teorias admitidas hasta hoy, decidiéndose, entre to- 
das, á aceptar la teoría del quilo. En cuanto al tratamiento, 
han sido hasta ahora tan variados y con resultados tan di- 
versos que no es posible recurrir 4 ninguno para considerar- 
lo como especifico. La hemato-quiluria para el Dr. Torralbas 
es enfermedad frecuente en ciertos paises de la zona tórrida, 

wa en los climas templados; dependiente de un trastorno 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 15 


funcional de los órganos de la digestión y sus anexos, y en 
la que la existencia de algunos nematoides representados 
generalmente por la filiaria, sin ser un hecho constante se 
le observa con cierta frecuencia. 

La Cirugía en general, lo mismo que la Ginecología y la 
Obstetricia no han sido de ningún modo olvidadas. 

El Dr. D. Raimundo Menocal presentó su trabajo de in- 
greso que ha consistido en un estudio lleno de interés, 
conciso, acerca del tratamiento abreviado de las fracturas, 
basado sobre todo en observaciones tomadas de la sala de 
Cirujía, que visita en el Hospital Mercedes. Cita como com- 
probante á sus conclusiones 18 casos, empleando como tien- 
po máximo de curación, en las fracturas del brazo 20 días; 
del ante-brazo de 17 4 18; del fémur, incluido el cuello, 30; 
de la pierna 20: y si la práctica llega á sancionar las con- 
clusiones del Dr. Menocal, nunca habrá podido obtenerse 
un resultado más satisfactorio en la curación de esas lesio- 
nes. —-Emplea siempre aparatos muy sencillos, los más sim- 
ples, que permiten vigilar el estado del hueso é igualmente 
la aplicación del masaje y la electricidad sin grandes moles- 
tias para los pacientes. 

El Dr. D. Ignacio Plasencia, tuvo el honor de responder 
al Dr. Menocal, y después de encomiar en justicia su inteli- 
gencia y laboriosidad constante, nos hace saber que el Doc- 
tor Menocal, se ha formado sólo, figurando hoy entre los 
Cirujanos más notables de la Isla de Cuba; por último juzga 
las observaciones presentadas acerca del asunto referido, y 
en definitiva de él se declara partidario. 

El Dr. Casuso, ya ilustre profesor de la facultad de Medi- 
cina de nuestra Universidad, ha presentado varias comunli- 
caciones orales acerca de casos en extremo interesantes, y 
entre ésto pueden citarse dos ovariotomias de resultado sa- 
tisfactorios, doslaparotomías llevadas á efecto en condiciones 
excepcionales, un caso de gangrena del pié de un jóven que 
había sufrido una orquitis blenorrágica, el indivíduo en 


16 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cuestión fué operado y posteriormente curado, de nuevo 
presentado la Academia. 

El mismo Dr. Casuso, campeon energico, el más decidi- 
do de la asepsia puerperal suscitó una discusión en ese sen- 
tido, y además de otros señores fué honrada la controversia 
por el Académico de mérito D. Fernando Gonzalez del Va- 
lle, que, 4 pesar de sus años conserva todavía encendido el 
fuego sagrado de su amor á la Ciencia. 

Debemos también al Dr. Casuso otra discusión de no 
menos importancia, se trata de la conducta que debe seguir 
el práctico en los casos de retención placentaria; y esta dis- 
cusión permite al Dr. Lavín presentar una disertación, bien 
nutrida bajo el punto de vista cientifico sobre cuestion tan 
interesante, por otra parte, intervienen en el debate los se- 
ñores Cubas, Tamayo, Benasach, Machado, Santos Fernán- 
dez y Beato. 

El Dr. Santos Fernández en diversas sesiones ha presen- 
sentado interesantes comunicaciones, algunas de ellas rela- 
cionadas directamente á la especialidad á que con tanto 
acierto se dedica; en ese número pueden contarse un estu- 
dio sobre los accidentes oculares de la grippe, otro sobre 
accidentes oculares del cardón, además, otro sobre los pro- 
oresos de la anestesia local, y ultimamente unas notas acer- 
ca de los fermentos de la piña, trabajo experimental del 
Laboratorio Bacteriológico, que como es sabido ha fundado 
y aún dirige hoy, con general aceptación el esclarecido ocu- 
lista. 

La Comisión de Medicina Legal prestando siempre su 
concurso á la Administración de Justicia, ha tenido el honor 
de someter á la consideración de la Academia varios infor- 
mes, algunos de marcadisima importancia. En orden crono. 
lógico cupo el primer lugar al Secretario que habla, que 
emitió dictamen acerca de las causas que motivaron el falle- 
cimiento de nuestro compañero el Dr. D. Agustin Wences- 
lao Reyes, Académico de conocimientos poco comunes que 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 17 


unía su inteligencia privilegiada á una laboriosidad exqui- 
sita. —Y por más que el trabajo de referencia ha sido lleva- 
do á efecto con escrupulosidad marcada, poco, muy poco 
pudo hacerse en obsequio del esclarecimiento del hecho que 
motivaba el informe. Compartió con el profesor citado el 
Dr. Zamora en la cuestión que se ventilaba, toda la investi- 
gación química, originándose de aquí animada discusión, 
que dió lugar á un contra-informe del Dr. Saenz Yañez. In- 
tervinieron además en el debate los Sres. Casuso, Oruz, Mon- 
talvo, Santos Fernández, Valdés, Torralbas (D. Francisco y 
D. José), Cubas, Benasach y Bosque. 

El Dr. Casuso, suministra informe en consulta del Juz- 
gado de Sagua, acerca de si la herida que recibió un indiví- 
duo era mortal por necesidad, y en caso afirmativo, si ha 


existido negligencia en los facultativos para la curación, y 
aquella sea la causa de la muerte del lesionado. Concluye el 
ponente nianifestando que la herida en cuestión, no era mot- 
tal por necesidad, no habiendo existido negligencia por par- 
te de los Médicos actuantes. 

El Dr. Cubas informa sobre consulta del Juzsado de 
Santa Clara para saber si dos Señores Facultativos han co- 
metido el delito de falsedad prescrito en el artículo 319 del 
Código Penal, y estudiada la documentación que se acom: 
paña, la ponencia estima que los profesores aludidos no ha- 
bian cometido delito de ninguna especie. 

El Dr. Valdés, nuestro erudito Presidente de la Comisión 
de Medicina Legal, de turno esta vez, contesta al Sr. Juez 
de Bayamo, en causa por muerte de la morena Caridad Sua- 
rez. Deseaba el Sr. Juez conocer el efecto de extrangulación 
por la fuerza muscular de una persona; y el Dr. Valdés, en 
vista de la deficiencia del documento pericial, y particular- 
mente dada la significación común de las lesiones, nada re- 
lacionadas con la especie de muerte que se indica en la con- 
sulta, entiende que en el testimonio remitido no está debi- 


damente acreditado que la muerte de la morena Caridad 
TEXXDE9. 


18 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Suarez fuera resultado de la extrangulación por la fuerza 
muscular de una persona. 

Los Señores Académicos, también de la Comisión de Me- 
dicina Legal, Dres. Castellanos, Nuñez y Montané, tienen á 
su cargo la resolución de expedientes relativos á cuestiones 
judiciales, suscitadas por el cobro de honorarios, que son 
satisfactoriamente terminados con la justicia é imparcialidad 
que tiene acreditado, pudiérase decir mejor, que tiene vin- 
culada esta Real Academia. 

La Historia Natural, la Anatomía comparada y la Antro- 
pología, han ocupado también nuestra atención. 

Con sus trabajos especiales ha contribuido á las tareas 
del año que hoy termina, el Dr. Vilaró, reputado profesor 
de Historia Natural. Presentó, en una de las sesiones, un 
ejemplar vivo de un hibrido de gallinacea, espécimen, en su 
concepto, sumamente raro; además el mismo catedrático pu- 
blica en los Avares un estudio detallado acerca de los peces 
de la Isla de Cuba, que tiene por base las investigaciones del 
eminente naturalista cubano D. Felipe Poey, sabio maestro, 
muy querido de toda la generación presente cuya memoria, 
grata siempre, irá unida á la historia de esta Corporación. 

El Sr. Dr. D. Sebastián Alfredo de Morales. nuestro 
miembro corresponsal, naturalista distinguidisimo, remitió ú 
esta Academia un extenso y detallado estudio acerca del ol- 
fato de las auras, que como es sabido, hasta ahora había si- 
do negado por otros hombres de Ciencia, también de mérito 
indiscutible. El trabajo viene provisto de numerosos hechos 
en su apoyo, sobre todo, bajo el punto de vista de la Anato- 
mia, asegurando en consecuencia el respetable Dr. Morales, 
que los referidos catártides poseen órganos olfatorios perfec- 
tamente desarrollados. 

El sabio y respetable anciano Dr. D. Juan Gundlach, 
con una perseverancia excepcional continúa favoreciéndonos 
con sus trabajos acerca de la historia natural de la Isla de 
Cuba, y actualmente, los Avanes publican su obra de Ento- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 19 


mología.—El Dr. Gundlackh es un naturalista de fama unl- 
versal: “hombre extraordinario” que ha dicho un poeta ilus- 
tre, nuestro pobre Zenea! “de alma buena, de corazón mag” 
nánimo, de agradables maneras, de profundos estudios, de 
infatigable constancia en el trabajo, de gran talento; este 
mortal privilegiado vive como quiera y donde quiera, entre- 
gado en cuerpo y en espiritu al dulce amor de la natura- 
leza.” 

Los Dres. Vidal, profesor de la Universidad, y Ramos, 
de esta Academia, suministraron trabajos sobre un feldspato 
que ubunda en las rocas graniticas de Guanabacoa, y es la 
Diorita. 

El Dr. Montané, nuestro antropólogo, el discípulo prefe- 
rido de Broca, entrega para el “Museo de la Academia” la 
vértebra de un cetáceo que, clasificada por el Dr. La Torre, 
resulta ser de la región lumbar. 

El Dr. La Torre ofrece también al Museo, un cráneo de- 
formado, el cual asegura el ilustre profesor, de. Anatomia 
Comparada, que presenta muy pronunciada la deformación 
conocida en la ciencia con el nombre de Caribe, 

El 31 de Diciembre del año próximo pasado, la Acade- 
mia respetando la última voluntad de su sabio fundador, y 
por acuerdo de la misma, celebró sesión extraordinaria para 
solemnizar el aniversario de la muerte del primer presidente 
de esta Corporación, el patriota ilustre Dr. D. Nicolás José 
Gutierrez, que á ella había consagrado toda su vida, y la 
Academia, Señores, es obra suya. Apóstol de la Ciencia, 
perdido para la sociedad cubana! —El Dr. D. José Torralbas 
tuvo á su cargo el elogio de aquel Maestro, llevando á efecto 
el difícil trabajo que se le había conferido, de un medo no- 
table, brillando en él á la par que la ciencia, una dialéctica 
correcta. 

Al Dr. Santos Fernández, 4 más de su asidua cooperación 
se le debe el canje, obtenido en su último viaje á París, con 
el Boletín de la Academia de Medicina de aquella capital, y 


20 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tanto más es de «gradecerse el servicio prestado por el Aca- 
démico aludido, cuanto que la Corporación de Paris no acep- 
ta el cambio sino únicamente en casos excepcionales. 

En este año ha ingresado en la Academia, como miem- 
bro numerario nuestro muy distinguido compañero el Doctor 
D. Braulio Saenz Yañez, notable ya por los importantes tra- 
bajos profesionales que desde hace tiempo viene publicando, 
lo mismo en la Crónica Médico (Quirúrgica que en El Pro- 
greso Médico. 

Como miembro corresponsal ha sido admitido el Sr. don 
Manuel Cano y de León, de Madrid, del Cuerpo de Ingenie- 
ros del Ejército, y es conocido perfectamente el nombre del 
Sr. Cano, no tan sólo como autor de varias obras profesiona- 
les sino sobre todo, como autor del proyecto y director de 
las obras del nuevo Hospital Militar de Madrid, en construc- 
ción. 

Próximos á terminar, tenemos particular empeño en ha- 
cer constar—cumpliendo así gratisimo deber—toda la parte 
activa que ha tomado en el desempeño de nuestras tareas el 
Presidente, que ha sido hasta hace poco, de esta Corpora- 
ción, el distinguido Dr. D. Federico Horstmann, que con re- 
conocida imparcialidad y tacto especial, ha venido dirigien- 
do nuestras discusiones, 4 veces algo vehementes. Pertenece 
el Dr. Horstmann al número de aquellos profesores, que por 
sus cualidades personales, sus conocimientos, su inteligencia 
y estudio, honra á la clase médica cubana, que lo estima y 
considera en todo lo que vale, en todo lo que se merece. 


La Comisión de Festejos para celebrar el 4? Centenario 
del descubrimiento de América, invitó 4 la Academia á que 


prestase su cooperación al commemorarse en Madrid acon- 
tecimiento tan notable, y esta Corporación aceptando la in- 
vitación que se le dirigía, acordó que dos de sus miembros, 
los Dres. Montané y La Torre, redactasen cada uno por su 
parte, Memorias relativas al objeto, describiendo todo aque- 
llo que posee nuestro Museo, en lo que se refiere á los habi- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 21 


tantes de Cuba, de la época precolombina; además de esas 
Memorias se enviara un Album de fotografías, moldes y fac: 
cimiles, todo lo cual ciertamente, contribuirá al mayor pres- 
tigio de la representación Regional Cubana en esa fiesta de 
la Nación, justo tributo 4 la memoria de un grande hombre, 
que no recibió otra recompensa durante los últimos años de 
su vida, como premio á su obra imperecedera, que la ingra- 
titud, el escarnio y la prisión, ¡terrible pago! de los hombres 
de su época. 

No todo había de ser satisfacción para la Academia du- 
rante el año transcurrido, vése obligada á registrar en sus 
Anales una nota dolorosa. El Excmo. Sr. Ministro de Ultra- 
mar, en virtud de economías, que dice, se propone estable- 
cer, ha suprimido la corta subvención que el Gobierno tenía 
señalada ú esta Institución. 

Ofrecemos, Señores, un espectáculo, á la verdad único, 
formamos un Cuerpo constituido, reconocido por el Estado; 
Cuerpo al cual se le piden, se le exigen trabajos, informes ó 
consultas sobre asuntos importantes de Higiene pública, de 
Medicina legal, de Administración.... y que sin embargo, 
el Estado no proteje, por el contrario, le suprime la pequeña 
asignación, de la cual venía disfrutando desde época remota, 
merced á un rasgo de generosa justicia de uno de los gobier. 
nos de S. M. D* Isabel II. Oportunamente la Academia ha 
acudido al Gobierno de la Metrópoli por conducto del 
Excmo. Sr. Gobernador General de la Isla de Cuba, pre. 
sentando una atenta exposición justificada, reclamando, lo 
que pudiérase llamar, la vulneración de sus derechos. 

Y en este último año, la Academia, como se ha visto, no 
ha sido ni menos fecunda, ni menos activa, ni menos útil que 
en ninguna otra época de su ya dilatada carrera. Ha sido re- 
lativamente feliz, si se tiene en cuenta que de nosotros, no 
ha habido que lamentar la pérdida de ninguno, pero no por 
eso dejamos de sentir más, 4 nuestros compañeros, aquellos 
que ya no existen. Maestros, amigos, ilustres fundadores de 


22 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


esta Academia, patriotas esclarecidos, ya os llameis Gutierrez, 
ya Mestre, ora Zambrana, ora Lebredo, que en cumplimiento 
de leyes fatales de la naturaleza, habeis traspasado el límite 
conocido de la vida, á esos varones, cuya memoria segura- 
mente habrá de conservar con marcada justicia la posteridad, 
á ellos, vá dirigida mi última palabra, y rindiendo decidido 
culto 4 la verdad, me permito expresaros aquí, 4 nombre de 
la Academia, el homenaje sincero de nuestro respeto, de 
nuestro amor hácia vosotros. : 
He dicho. 


Z00LOGÍA, 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


Punta Alegre. S. Juan de los Remedios. El criollo, dicho tam- 
bién lombricero y sanjuanero, por las razones señaladas en otras 
localidades, y el de altura ó de lo alto: éste, inmigrante, aquél se- 
dentario. Tamaño, de 35á 40 centímetros. Peso, de 5á 6 kil. 
Huevas de 8 á 10 centímetros de largo. Crías sedentarias, hasta 
su mayor desarrollo en el canal. Comen peces y crustacios. Co- 
inciden la lombriz y el dedalillo. No se usan redes. Se confunden 
seguramente la corrida y las arribazones, pues en la cabecera de 
la provincia—Caibarién—se señala: á la corrida, de Mayo á Ju- 
lio, y á las arribazones, de Octubre á Diciembre. Proceden del 
canal y mar de afuera. No se indica desovadero. 

La veda no rige, aunque se recomienda. 

Sagua. Isabela. Criollo, sedentario, en fondos de seibadal, seis 
brazas; de lo alto, inmigrante, fondos de piedra, profundos: á éste 
se le dice lombricero, por su alimentación. Tamaño 50 centíme- 
tros. Peso, de 2 á 4 kilos. Huevas, 13 centímetros. Las crías re- 
siden en los esteros. Anzuelos, de 8 centímetros para el de lo 
alto, y 5 para el erjollo: nasas afuera de los veriles. 

La corrida tiene efecto en las menguantes de Mayo, Junio y 
Julio. El desove, en Cayuelo de Boca de Sagua, Marillanes, Ju- 
tía, Gordas, Tocineras y Boca de Marcos. En malos tiempos, se 
aguantan en los veriles. La veda no rige. (1883). Consumo lo- 
cal, fresco: 250 kilos diarios. (1891). 


24 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Nuevitas. Sólo el criollo, no bien determinado. Peso, de 3 4 
4 kilos. Huevas de 120 gramos. No hay crías. Anzuelos de una 
pulgada; chinchorros de 60 brazas. 

La corrida de los sedentarios en la bahía, en Junio. No hay 
arribazones. La veda tampoco. (1883). Ratificados los datos an- 
teriores, sólo puedo agregar que el consumo loca! fresco asciende 
4 2,161 kilos (1891). 

Tunas de ¡Sasa. Máximo, 3 kilos. Corrida en Marzo y Abril. 
Exportación, vivo: 1,500 kilos. Consumo local fresco: 500 kilos. 
(1891). 

Puerto Padre. Peso de 2á 4 kilos. Huevas, 10 centímetros. 
Crías emigrantes. Anzuelos de 2á 4, y chinchorros. Se dice que 
no hay corrida ni arribazón. “Solo se pesca alguno en Junio.” 
(1883). 

Gibara. Dos: criollo y de lo alto. “Este comprende tres varie- 
dades: el chipre, el orejinegro y el coral.” Las variedades del de lo 
alto antedichas, se distinguen así: “el chipre, de color rosado y 
vientre blanco; el orejinegro, del mismo color del criollo y man- 
chas negras en las aletas; el coral, un poco más encendido el co- 
lor que el clipre, sin manchas. Los tres tienen ojos amarillos, 
Existe la mancha lateral en el orejinegro y el criollo. Éste tiene 
los dientes más gruesos.” El criollo, en fondos de placer y ramo- 
jal, de ocho á diez brazas. Los de lo alto, en fondos de piedra, 
de 80 4100 brazas. Se llama lombricero también al de lo alto 
nombrado chipre, por encontrársele lombriz á veces en el estóma- 
go. Todos en todo tiempo, con más ó menos abundancia. Con- 
curren congéneres: Jají, Jocú y Ojanco. Tamaño, de 37 4 60 cen- 
tímetros. Peso, de 13 á 3 kilos. Huevas, de 120 4130 gramos. 
Crías sedentarias, en toda la costa. Comen cangrejos, principal- 
mente. Para los de lo alto, anzuelos; para el criollo, nasas. 

Corrida, en Mayo, Junio y Julio. Puntos de desove: desde 
Punta Rasa á Punta Bejuquero, sotavento del puerto. Viene del 
Norte. La veda comprende aquellos puntos, desde 25 de Mayo á 
5 de Agosto. (1883). Pesca anual: 3,098 kilos. (1891). 

Reproduzco literalmente los conceptos susodichos, originales, 
por su valor técnico, aunque en rigor no sea de este lugar. Sólo 
indico de mi parte, que ese orejinegro me hace pensar en la es- 
pecie de Puerto Rico—pargus—que tiene una mancha negra en 
la región suprapectoral. Como al tiempo mismo se expresa, que 


DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 25 


las tres variedades de lo alto tienen los ojos amarillos, y que sola- 
mente el citado orejinegro y el criollo poseen la piuta negra late- 
ral, hay que remitir también este caso á la observación de ejem- 
plares de las tres variedades del de lo alto preindicadas, y del 
criollo. Ocúrreseme, por otra parte, que pudiera tratarse del Sesí, 
el cual es rosado y tiene una mancha en el tronco de cada pec- 
toral. (1892) Véase lo relativo á Caibarién. 

Santiago de Cuba. Dos: el criollo, verdoso, colmillos más pro- 
nunciados, de 25 á 40 brazas; el de lo alto, rojo, de 200 brazas en 
adelante. Aletas en relación con dichos colores respectivos. Ojos 
rojos. No siempre existe la mancha lateral (1). No se sabe del 
lombricero. De sus congéneres, se cita el Jocú y la Cubera. De 
40 á 50 centímetros de largo, 1 4 2 kilos de peso máximo. Hue- 
vas, 6 milímetros. No quedan las crías. La lombriz no recala to- 
dos los años, y el dedalillo no coincide con los pargos. Anzuelos 
números 7 y 8. Ningún arte de malla. El recalo se señala de 
Agosto á Octubre, que “es cuando reinan malos tiempos.” Proce- 
de de los bancos de afuera y se halla en los veriles. El decirles 
de paso, el tamaño de las huevas y la época del recalo, parece in- 
dicar que lo consignado se refiere á las arribazones. 

En punto á corrida, no se precisa el tiempo, ni el lugar, na- 
da. (1883). Concurre la. Rubia. 

El informe último-1891-eleva el peso máximo á 5 kilos. 

¿Será éste en realidad, ó la desconfianza hará que los pesca- 
dores—única fuente de información actual —minoren el desarro- 
llo maliciosamente? Se dán casos. 

Manzanillo. Se indican los tres, pero no se precisa sino el gua- 
chinango, sin tal nombre y en estos términos: Cuerpo rojo, lomo 
rojo oscuro, vientre blanco, aletas rojas, ojos rojo encendido. Siem- 
pre existe la mancha. No se menciona el lombricero. 'Podos se 
dicen inmigrantes. Fondos de piedra de cuatro á seis brazas. 
Tres kilos de peso. Dícese que las crías del criollo (?) pesan de 
500 á 600 gramos; y se agrega, que “es raro pescar crías de los 
sedentarios.” (?) No existe la lombriz ni el dedalillo. Anzuelos 
del núm. 9. No se usan nasas. 

La corrida de Mayo á Junio, en los arrecifes de Cabo Cruz y 
Banco de Buena Esperanza. Vientos del S. E. coinciden con el 
desove. (1883). Concurre la Cherna. 


(1) Acaso haya más de una especie de lo alto J. V. 
dde Saba 


26 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Guantánamo. El criollo, con mancha en los costados, ojo rosa- 
do, fondo de diez á treinta brazas. El de lo alto, con mancha ne- 
gra en las aletas, ojo rosado, fondos de 150á 200 brazas. Concu- 
rren Cajíes, Jocúes, Cuberas y Ojancos. De 1 á 13 kilos. Huevas, 
6 milímetros. A la cría, que abunda en la boca de los rios, se le 
dá el nombre de Tetó. Sólo al anzuelo. : 

Corrida, en Julio: el desove es mayor en el plenilunio, en la 
costa. (1883). 

Ahora se dá como peso máximo, 3 kilos. La corrida en Junio, 
por los veriles y boca del puerto (1891). 

Véase lo dicho sobre el orejinegro y demás, de Gibara y Cal- 
barién. 

Baracoa. Criollo y de lo alto Ó Sipre. (sic) Peso, desde 500 
gramos 456 6 kilos. Huevas de 35 milímetros. Crías sedenta- 
rias. Pesca al cordel y con nasas. 

Corrida en Marzo y Abril: desove en los veriles. Muy perse- 
guidos por Tiburones y Sierras numerosísimas, como acontece 
en Manzanillo y Puerto Padre. (1883). 

Arribazón, en Noviembre. Consumo local, fresco: 2,000 ki- 
los (1891). 

Pertenecen á la misma familia de los Pércidas, pero á géne- 
ros y especies distintas, el Pargo de Andalucía y el de Galicia. 


25. Arnillo.—7Zropidinius Arnillo Poey. Color general, 
morado oscuro. Carne sana, muy estimada. Peso máximo, 
4 kilos. d 

Mariel. Peso máximo 2) kilos. Desova en primavera (1881.) 

26. Rabirrubia.—Ocyurus chrysurus Bloch. Cuerpo alar- 
gado, comprimido. Cabeza aguzada. Mandíbula inferior pro- 
minente. Fondo común oliváceo. Dorso punteado de amari- 
llo. Algunas listas doradas brillantes longitudinales, en los 
flancos: una de ellas se extiende desde el ojo hasta la cola. 
Ésta es profundamente bifurcada, y amarilla como las ale- 
tas. Su nombre científico y vulgares expresan el color de 
la nadadera caudal. Carne buena, suave y estimada. Al- 
canza 8 kilos. Abundante. 


Habana. Peso máx. 1 kilo. Cría en el puerto, en fondos duros 
y de poca profundidad. No se exporta ni se conserva. Consumo 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES Ll 


local fresca. Pesca anual: 50,370 kilos. Artes: cordel y redes 
(1891). No soporta la vida en los tanques de los viveros.—Vive 
en el puerto. 

Mantua.—Se dicen Rabirrubio y Colirrubio. 

Corrida, en Abril y Mayo. Arribazones, en Diciembre y Ene- 
ro. Abunda todo el año. (1880). 

Bahía Honda. Abundante siempre. 

Corrida en Abril, Mayo y Junio. Es rara la que entonces no 
está enovada. Arribazones en otoño é invierno. 

Mulata. Peso máximo 21 kilos. Abundante. 

Corrida, de Abril á Junio. Arribazones, desde el primer nor- 
te: de Septiembre á Enero. Vienen á la costa, procedentes de po- 
zas y cuevas: de Vuelta Abajo, las mayores de Vuelta Arriba, 
más abundantes y menos desarrolladas. Van y vienen al desova- 
dero, hasta concluir. 

San Cayetano. Máximo 13 kilos. No se conserva ni exporta. 
Consumo local fresca. Pesca anual: 19,000 kilos. 

Corrida, en Abril y Mayo. Concurre la Biajaiba. (1880). Los 
informes últimos (1891) la fijan en Mayo á Junio. arribazones, 
de Octubre á Marzo. 

Mariel. Abundante. No se conserva. Exportacion, vivo: 899 
kilos. Consumo local, fresco: 225 kilos. Pesca anual: 1106 á 1142 
kilos. 

Corrida: de 1? de Febrero á 31 de Marzo. Arribazón, á la en- 
trada de los nortes (1891). 

Matanzas. Corrida en Mayo, Junio y Julio, cuando llega la 
lombriz. (1887). 

Cárdenas. Desova en las lunas de Junio y Julio. (1881). 

Batabanó. Máx. 23 kilos. Muy común. Desova en el primer 
cuarto lunar de Mayo. (1883). 

Ísla de Pinos. Nueva Gerona. Máx. 460 gramos. No se exporta : 
ni sála. Consumo local. (1891). 

Sagua. Isabela. Peso máximo 2 kilos. No se exporta ni conset- 
va. Consumo local fresco: 25 kilos diarios. (1891). 

Corrida, en Julio: por Boca de Sagua, Esquivel, Lanzanillo. 
(1891). 

Cienfuegos. Peso máximo 1 kilo. Corrida, en Mayo y Junio. 
(1891). 

Trinidad. Casilda. La dicen Rubia. Peso máx. 2 kilos. Muy 


28 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


común. Exportación, vivo, 4,000 kilos. Se cúran: 200 kil. Consu- 
mo local fresco: 2,000 kil. Pesca anual: 6,200 kil. Artes: cordel, 15, 
Embarcaciones: viveros, 1. Tripulación, 2. Capacidad del tanque: 
575 kilos. 

Corrida: se dice “todo el año.” No puede ser. ¿Acaso desova. 
en donde vive? (1) Se consigna que recala con la Biajaiba. 

Puntos de desove: Machos cayo Blanco, Guaurabo. (1891). 

Santa Cruz del Sur. Peso máx.: 1200 gramos. 

Corrida: de Mayo á Julio: veril S. de las Doce Leguas. (1891). 

El Ayudante D. A. Carrasco dice, que “sólo la emplean los 
pescadores como carnada.” (1891). 

Nuevitas. Máx. 2 kil. Consumo local fresco: 652 kilos. 

Corrida: en Junio, por los veriles. (1891). 

Gibara. Pesca anual: 2,254 kilos. (1891). 

Guantánamo. La dicen Rubia. 250 gramos. Llega con la Cher- 
na. (1883) (2). 

Manzanillo. Alcanza 30 centím. de largo. Llega con la Cher- 
na. (1883) (3). 

Cuba. Santiago de. Peso máx.: 11 kilos Consumo local fresco. 

Corrida: en Octubre. Costas del distrito (1891). Llega con la 
Cherna (4): 

San Juan. Puerto Rico. Máx. 92 gram. Consumo local fresco: 
1,840 kilos. 

Corrida: de Mayo á Junio (1891). 

Arroyo. Puerto-Rico. Pesca anual: 138 kilos (1891) (5). 

Descrita por Jordan « Gilbert-Synops p. 548-con el nombre 
de Lutjanus melanwrus;, en sa Addenda, p. 921, la denominan Lut- 
janus chrysurus Bloch. 


(1) A lo mejor, se contesta así; repitiendo lo que dicen los pescadores. Y menos 
mal, cuando respecto de lo demás se dan informes tan «completos, como se ve en el 
texto. 

(2) Como la Cherna realiza su corrida de Diciembre á Enero, cabe inferir que se 
tiate de las arribazones de la Rubia 6 Rabirrubia; máxime si se atiende á que en los 
demás distritos—excepto también Manzanillo y Cuba—se determina entre Abril y 
Jnnio. 

Desde el principio de estos trabajos, cifré mi mayor empeño en precisar la acep- 
ción de los términos arribazón y corrida, y yá es rara la vez en que se confunden. 

(3) Véase la nota anterior. 

(4) V. la nota antertor. 

(5) Colirrubio llaman en Puerto Rico á un congenere, todavía no determinado 
específicamente. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 29 


Hállase igualmente en Trinidad, Puerto Cabello, St. Thomas, 
Barbadas, etc. 

27. Voraz.—Platyintus voraz Poey. Cuerpo rosado-ro- 
jizo con brillo dorado. Aletas ventrales y pectorales rosadas 
más claras que la caudal, que tira 4 carmín y es ahorqui- 
llada. Es pez de altura. Común. Carne muy estimada. 

Matanzas. Le dicen Cardenal. (Poey). 

Mariel. Peso máximo 1 kilo. Estimado. (1881). 


28. Cachucho.—Ztelis oculatus Val. Peso máx. 10 kil. 
Carne sana, de sabor exquisito. “Hermoso pez, dice Poey, 
por la forma elegante del cuerpo y de la caudal; color rojo 
encendido, ojo grande, revelando las profundidades en que 
se encuentra.” Iris colorado. 

Matanzas. Se dicen Salmonete de lo alto, sin fundamento razo- 
nable. 

El Caehucho del litoral andaluz, el del Puerto de Santa María 
y el de Laredo, difieren genéricamente del de Cuba y entre sí, 
mas son de la misma familia. 

29. Escolar chino.— Verilus sordidus Poey. Color api- 
zarrado. De lo alto. Alcanza 2% kilos. 

“Un pescador muy experimentado me dijo que su verdadero 
nombre es Berregueyo.” Poey, Synops. 

Lleva este mismo nombre otra especie, adscrita á la familia 
Amiidas, de que adelante me ocuparé. 


Da.) NIRARO: 


(Continuard.) 


QUIMICA LEGAL. 


INFORME SOBRE UNOS VINOS. 


(SESION DEL 23 DE AGOSTO DE 1891.) 
Iltmo. Sr. Presidente; Señores Académicos: 


Tenemos á la vista una comunicación del Gobierno Civil 
de la Provincia que á la letra dice: 

Con la indicada comunicación se han recibido tres bote- 
llas que se corresponden con las denominaciones con que se 
designan por el Gobierno Civil, viniendo además lacradas, 
selladas v rotuladas con el sello de la Subdelegación de Far- 
macia del Distrito del Centro de esta capital. 

Con objeto de contestar á la consulta hecha, y en vista 
del decreto marginal, se procedió 4 practicar las correspon- 
dientes operaciones que nos han de conducir á emitir una 
opinión, y que ésta sea la que se conteste al Excmo. señor 
Gobernador Civil, si así lo considera esta Real Academia. 

Sólo nos ocupamos con alguna extensión de las operacio- 
nes practicadas con la botella marcada con el número 1, 
pues el de las demás, sólo serian repetición de ésta, y por 
consiguiente sólo se expresarán los resultados. 

La botella número 1 es de capacidad de un litro: tiene 
además del .lacre y sello ya indicado, un rótulo en papel 
brillante, que dice: “Pureza,” y contiene en su interior un 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 31 


liquido de color rojo-oscuro, de olor alcohólico, sabor acidu- 
lo y algo astringente, con una densidad igual 4 0,988 cuyos 
caractéres concuerdan con los que presentan muchos de los 
vinos que se encuentran en el mercado, y de aquí que se 
haya comenzado por averiguar si contieve los elementos que 
caracteriza este liquido, y su proporción. 

Empezarémos por su riqueza alconólica: se tomaron 200 
cc. de este líquido que se introdujeron en el alambique de 
Salleron, modelo grande, se procedió á su destilación y se 
obtuvieron 100 cc. de un liquido trasparente é incoloro, de 
reacción ácida, por la solución normal decima de potasa em- 
pleando como indicador la phaleina del fenol y necesitó 25 
ec., que corresponden á 125 cc. por litro. Vuelto á destilar 
con agua de cal, se volvieron 4 obtener otros 100 cc. de al- 
cohol sin reacción ácida que acusó una riqueza alcohólica 
igual 4 24,9 que corresponde 4 124,50 por litro en volúmen, 
ó sea: —lExrracro desecado á 100%. 

Para esta dosificación se han tomado 20 cc. de vino que 
colocados en una capsula de platino se ha mantenido en una 
estufa por espacio de seis horas cuidando que su temperatu- 
ra no haya excedido de 1009; al cabo de ese tiempo y en 

vista de que no disminula de peso se anotó el que tenla re- 
presentado por 495 miligramos, que corresponde á 24 gra- 
mos 75 por litro. 

Cenizas: El extracto anterior y en la misma capsula se 
sometió ú la incineración y dejó un residuo, cuyo peso era 
de 75 miligramos ó sea 375 gramos por litro. 

Acrez toral: Diez cc. de vino han necesitado para su 
neutralización 8,5 cc. de la solución normal decima de po- 
tasa, ó lo que es lo mismo, 850 cc. por litro que equivale 
calculado en HSO*4 4 gramos 165 de este úccido. 

Acro sunrurico: Veinte cc. de vino han sido acidulados 
por el ácido clorhídrico, y enseguida se ha tratado por la 
disolución de cloruro de bario: se ha formado un precipita- 
do blanco, que recogido, lavado y calcinado el filtro en que 


32 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


se recogió dió un peso en sulfato bárico (se rebajó el peso 
de las cenizas del filtro) de O gramos 0,595 que corresponde 
en litro 4 2 gramos 975, lo cual representado en sulfato po: - 
tásico es igual 4 2 gramos 223, y que 4 su vez contiene 1 
gramo 0,21 de anhidrido sulfúrico. 

Tártaro: A 10 cc. de vino colocados en un balón, se le 
agregaron 80 cc. de una mezcla alcohólica-etérea y se aban- 
donó por espació de 24 horas; el precipitado que se formó 
se separó de la parte liquida, se lavó con nueva cantidad de 
la mezcla alcohólica-etérea, y después se disolvió en agua 
destilada; se agregó al liquido así obtenido la suficiente can - 
tidad de una solución normal decima de potasa hasta per- 
fecta neutralización, y se vió que había necesitado para neu- 
tralizarse 2 cc. de la mencionada solución alcalina, que re- 
presenta 1 gramo 88 de tártaro, más 0,2 gramos que se le 
deben agregar por lo que se ha calculado que se haya di- 
suelto durante las locciones nos da 2 gramos 0,8 de tártaro 
por litro de vino. 

ÁCIDO TARTARICO LIBRE: A otros 20 cc. de vino se le han 
agregado seis gotas de una solución alcohólica de acetato de 
potasa y en seguida se procedió como en el caso anterior 
necesitándose la misma cantidad de solución alcalina para 
neutralizarse; luego no tiene ácido tartárico libre. 

ALumixa: 50 cc. de vino acidulado por el acido acético 
se trató por acetato de plomo y se filtró; del líquido filtrado 
se precipita el exceso de plomo por el ácido sulfúrico, se 
volvió á filtrar y el líquido así obtenido se trató por el car- 
bonato sódico que determinó la formación de un precipitado 
de aspecto gelatinoso algo amarillento, el que se disolvió en 
la potasa, de cuya disolución volvió 4 precipitarse, y este 
precipitado era blanco gelatinoso el que recogido y calcina- 
do, dió un peso de O gramo 0,1375 que corresponden 40 
gramos 275 por litro de alumina. 

Actmo saLiciLico: Se tomaron 20 cc. de vino, á los que se 
agregaron algunas gotas de ácido clorhídrico, se agitó y lue- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 33 


go se le mezcló con 10 cc. de cloroformo: se dejó en reposo 
y se separó el cloroformo, que evaporado en un vidrio de 
reloj se colocó en éste un poco de agua destilada con dos 
gotas de solución de percloruro de hierro: no hubo colora- 
ción, y por consiguiente no contiene ácido salicílico. 

Marertas que reducen el licor cupro-potásico calentadas 
en glucosa: Para esta investigación se ha empleado el licor 
de Neubauer et Vogel, titulado, de tal modo que 1 cc. equi- 
vale 4 5 miligramos de glucosa. Se han tomado 50 cc. de 
vino y se ha decolorado por acetato de plomo y precipitado, 
el exceso de éste por el carbonato de sódico, y después se 
ha tratado por el licor cupro-potásico, del cual sólo se han 
invertido 1 cc. 25,Ó sea 25 cc. por litro, que representan 0, 
gramo 125 de glucosa por litro. 

Coro: La investigación de este elemento tiene por obje- 
to averiguar si a] vino se le ha agregado cloruro de sodio- 
Se tomaron las cenizas resultantes de 20 cc. de vino, se di- 
solvieron en agua y á la disolución así obtenida se le agregé 
como indicador dos gotas de una solución de bicromato de 
potasa y se procedió enseguida á ver la cantidad que nece- 
sitaba para precipitarse todo el cloro por medio de una so- 
lución normal décima de nitrato argéntico, y sólo se invir- 
tieron 0, cc. 45 que corresponde en liiro á 22 cc. 50, que á 
su vez equivalen 4 0 gramo 131 de cloruro de sodio. 

MarERIA COLORANTE: No vamos aquí á enumerar los dife 
rentes ensayos que se han practicado en averiguación de la 
materia colorante, sólo si nos fijaremos en aquellas que por 
ser más decisivas nos han de conducir á4 emitir opinión acer- 
ca de la que encierra el vino analizado. Cuando se precipi- 
tó el vino por medio del acetato de plomo y luego se trató 
por ácido sulfúrico para precipitar el exceso de plomo, se 
se observó que de incoloro que era el líquido antes 
de la adicción del áccido tomó en presencia de éste un mag- 
nifico color rosado; esta coloración no es propia de la mate- 


ria colorante del vino. Este hecho nos sugirió la idea que 
Ti ¿XXIX—0: 


34 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


podría contener algún derivado de la hulla, y como primer 
ensayo se empleó una mota de seda previamente humedeci- 
da con agua acidulada por ácido nítrico, que se introdujo en 
el vino por espacio de cinco minutos, se extrajo y se sumer- 
gió en el reactivo plúmbico, lo que le hizo cambar de color 
y un tinte ligeramente verdoso: éste excluye los derivados 
de la hulla, no obstante nueva cantidad de vino fué tratada 
por agua de barita hasta reacción alcalina, no hubo forma- 
ción del precipitado verde que caracteriza el vino puro: se 
le trató por alcohol amilico, que separado por medio de una 
pipeta y evaporado en un vidrio de reloj no dejó residuo, 
ni se formó coloración alguna con el ácido sulfúrico. En 
vista de esto, y para mayor seguridad se han tomado 10"cc. 
y se le han agregado 2 cc. de una disolución de potasa al 
5%, y en vez de la coloración verde más ó menos oscura 
que debía tomar como corresponde al vino natural, tomó un 
color azulado oscuro; en este estado se le agregaron 2 ec, de 
una solución de acetato de mercurio al 20%, y enseguida 
se filtró, resultando un líquido incoloro, que tampoco tomó 
coloración alguna por la adición de ácido clorhídrico: au- 
sencia, pues, de derivados azoicos sulfo-conjugados y tam- 
bién de la fuschina y sus derivados: pero hasta ahora sabe- 
mos sólo que hay una materia colorante agena al vino, y 
que esa materia colorante es de orígen orgánico. Se toma- 
ron nuevamente 4 cc. de vino, á los que se agregaron 2 cc. 
de solución de carbonato de sosa al 10% y se formó una 
laca de color azul violado y el licor que resultó por filtración 
gris oscuro verdoso por la ebullición. Este caracter se co- 
rresponde con las reacciones que nos ofrece la materia colo- 
rante de las bayas de sauco. Todos estos ensayos se han 
practicado á la vez con los tres vinos, y salvo la mayor ó 
menor intensidad en la coloración, todos han ofrecido las 
mismas reacciones. 

Como consecuencia de haberse practicado las mismas . 
operaciones con los vinos de “Huguet” y “Romagosa” se ha 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 35 


encontrado en ellos los elementos que se expresan á conti- 
nuación referentes á un litro. 
Número 1, vino “Pureza.” 


SAN AO A a 0,988 
Alcohol 0/00 en volumen........ 124,50 
EE AAA Y DAA SI 24,75 
A E A SO 
Acidez total calculada en HSO*... 4,165 
Ad ar da a bea E 1,021 
Sulfato potósico correspondiente... 2,223 
A SS IRAN POR 2,080 
Acido tartarico bre. eimdoras 0,000 
A e E aL a 0,275 
Materias reductoras calculadas en 

ACI A E E iv OSLAS 
Claro de Sodi. oo ass 0,131 
Materia colorante...........-- Del vino y saucoo. 

Número 2, “Huguet.” 
ds ale caia OA 
Alcohol 0/00 en volumen.... ... 137,500 
O o 25,000 
EA EN o AVE A 2,000 
Acidez total calculada en HSO*... 4,067 
COS Uco td o 0,274 
Sulfato potásico correspondiente.. 0,597 
A A A 2,470 
A IN 0,075 
Materias red* calcid* en glaucoma.. 0,125 
Glorora dersodio. tala user 0,160 
Matoria oolorante........ FAA De vino y sauco. 
Número 3, “Romagosa.” 

A 0,942 
Alcohol 0/00 en volumen........ 246,000 
eto a 00 o cds a Do 00 


MS E o 3,750 


36 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Acidez total ¡en HSO->. 0 o os o O 
AE ICO O ato ii dee: 0,343 
Sulfato de potasa correspondiente.. 0,747 
TA A 1,704 
Al es Sn A 0,120 
Materias red” calcid* en glucosa.... 0,075 
Cloro de sodio AO 0,363 
Matera colorante cx qe II De vino y sauco. 


Como consecuencia de estos análisis, resulta que estos 
vinos han sido modificados como lo demuestra la presencia 
de una materia colorante agena al vino natural, y si tenemos 
en cuenta que no está muy coloreado, hay que convenir en 
que á la coloración artificial ha seguido la adición de agua 
y alcohol en proporción conveniente para volverle á dar 
riqueza alcohólica que poseen que es la del vino natural: es 
evidente que modficados que sean los vinos tienen también 
que cambiar las proporciones de todos los demás elementos 
que contienen estos caldos, y cuando eso no sucede es una 
prueba de que también se le han agregado: así tenemos que 
el vino número 1 contiene todos los elementos dentro de los 
límites de los vinos naturales, límites que dicho sea de paso, 
son bastante extensos; pero á más de haber hallado una ma- 
teria colorante extraña nos encontramos que la proporción 
de la alumina es excesiva y la tantidad de materia reducto- 
ra calculada en glucosa es insignificante y no está en harmo- 
nia con la falta de ácido tartárico libre: luego queda demos- 
trado en ésto: 1% la coloración artificial y 2? el alumbrado, 
por esta última circunstancia lo calificarémos de nocivo. 

El vino número 2, difiere mucho en la proporcionalidad 
de sus componentes: riqueza alcohólica normal, lo mismo la 
cantidad de extracto; muy pobre en cenizas, rico en tártaro; 
exceso de cloruro de sodio y materias colorantes extrañas: 
luego si bien no contiene sustancias nocivas queda demos- 
trado que es un vino adulterado. 

El vino número 3 es rico en alcohol, pobre en glucosa, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 37 


los demás elementos concuerdan á excepción de la alumina 
que excede del maximum de la que contienen los vinos ( y 
si consideramos que la cantidad hallada en exceso se ha de 
multiplicar por 9,23 para convertirla en alumbre, se verá 
que por pequeña que sea la alumina resulta un número con- 
siderable) y del cloruro de sodio que es excesivo; contiene 
además materia colorante extraña: por tanto, concluiremos 
que además de estar adulterado por su materia colorante es- 
tá salado y alumbrado y por esta última circunstancia es 
NOCIVO. 

Practicadas las operaciones indicadas, se procedió á la 
investigación toxicológica, de cuyas manipulaciones haré ca- 
so omiso para no alargar demasiado este trabajo y las com- 
pendiaré diciendo: que se empleó el aparato de Mitcherlich 
en busca del fósforo y compuestos ciánicos; del aparato de 
March para la investigación del arsénico, de los disolventes 
para aislar alcaloides y el procedimiento de Otto para la 
investigación de los metales tóxicos sin resultado alguno. 

Resulta de lo expuesto que puede contestarse al Excmo. 
Sr. Gobernador Civil: 

1% Que los vinos analizados no contienen sustancias tó- 
XICas, y 

22 Que bromatológicamente considerados deben califi- 
carse de malos y nocivos los marcados con los números 1 y 
3, y de malo el designado con el número 2. 


Dr. Juan L. Zamora. 


MEDICINA LEGAL, 


Informe en causa contra el asiático A... Ch... por asesinato 
de E... Y... y JT. de 0.52 


Iltmo. Sr. Presidente, Sres. Académicos: 


El Iltmo. Sr. Presidente de la Audiencia de la Habana 
dice al Iltmo. Sr. Presidente de esta Real Academia, lo si- 
guiente: 


Tltmo. Sr.: A consecuencia de la causa instruida en el 
Juzgado de primera instancia del distrito del Prado, contra 
el asiático A... Ch... por asesinato de F... V... y J. del 
C... S...; la Sección segunda de. la Sala de lo criminal ha 
acordado se transcriba á V. $. el dictamen emitido por el 
Sr. Fiscal de S. M. á fin de que por esta Corporación de su 
digna presidencia se emita el informe que en el mismo se 
consigna. 

El Fiscal de S. M. dice: que de esta causa resulta prue- 
ba plena de la perpretación de dos asesinatos y de que su 
autor es el procesado asiático A... Ch... 

Hallábase en la sala de presos del Hospital Civil el ya 
mencionado A..., ocupando la cama número 26, en altas 
horas de la noche del veinte y nueve de Enero de mil 
ochocientos ochenta y cinco, cuando el moreno J... J... 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 39 


F..., que prestaba el servicio de imaginaria y se hallaba á 
un estremo de la sala, ocupado en asistir á un enfermo, oyó 
gritos, que daba el de la cama número 25, y acudiendo, ha- 
lló heridos á este último y al que ocupaba el número 273, 
pues 4 entrambos había herido, sucesivamente, con un cu- 
chillo el asiático, á quien, con el auxilio del escolta de Pre- 
sidio D. A... B..., de servicio aquella noche, lograron 
arrebatar un revólver con que amenazaba á los que se le 
acercasen. Ambos heridos, D. F... V... F... y pardo 
J... del C... S..., fallecieron, el primero en el acto y el 
segundo en breves momentos de haberse hecho la primera 
cura. Y las heridas de uno y otros situadas respectivamen- 
te, en la región epigástrica y en el vientre, fueron califica- 
das de mortales por necesidad. Que el asiático A... Ch... 
-es el autor de este doble asesinato, punto es que no ofrece 
duda. 

Existen declaraciones de testigos que le vieron herir á 
sus dos victimas y existe su propia confesión. Pero no es 
tan claro, que el autor de tan graves delitos esté exento de 
responsabilidad. Como comprendido en el número 1? del 
articulo 8? del Código Penal. 

Inducen 'á creerlo asi la misma enormidad del delito y 
la absoluta carencia de hechos anteriores é inmediatos que 
lo expliquen, ya que no bastarán á excusarlo en persona 
dotada de cabal razón. Más al propio tiempo, los esfuerzos 
procesado para atenuar la gravedad del hecho, ora protes- 
tando de que fué insultado y apaleado por los enfermos á 
quienes hirió, ora diciendo que las heridas no fueron de im- 
portancia y suponiendo que halló casualmente en la cama 
el cuchillo y el revólver, por más que, por la misma invero- 
similitud de tales excusas, no alcancen el fin que el culpa- 
ble se propuso, demuestran que tenía la conciencia de sus 
actos y conociendo su gravedad y se esforzaba en atenuarla. 

Esto, por una parte, y por otra la indeterminación y su 
conformidad en las opiniones de los facultativos, que decla- 


40 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


ran acerca del estado de las facultades mentales del proce- 
sado, respecto de lo cual no puede afirmarse que resulte 
probada la locura ó demencia. 

Lo único que consta es, que el asiático A... padece de 
mielitis dorso lumbar; á que se debe la paraplexia ó paráli- 
sis de sus estremidades inferiores; que dicha enfermedad 
puede ó no desarrollar la irascibilidad, en momentos de 
fuertes accesos puede producir completa perturbación de 
las facultades mentales. Asi lo afirma la Academia diluci- 
dando las cuestiones formuladas por el Juez del distrito del 
Prado. 

Pero esas cuestiones no son las que debieron esclarecer- 
se para venir al punto concreto de la responsabilidad del 
procesado, si el asiático Ch... está ó no loco ó demente y 
en caso afirmativo, si delinquió en algún intervalo de razón, 
ó bajo la influencia de aquella enfermedad. No desconoce el 
Fiscal la dificultad que ofrece la respuesta á estas preguntas, 
sobre todo 4 la segunda; pero no puede prescindir de bus- 
carla recurriendo á quien pueda darlas ó sea á la Academia 
de Ciencias Médicas; y en su virtud estima que debe pedir- 
sele el oportuno informe sobre los extremos arriba indicados, 
remitiéndole, si lo reclama, la causa original. Habana, Se- 
tiembre 3 de 1887. 


Lo que tengo la honra de comunicar á V. $. Iltmo. al 
objeto indicado. 


Dios guarde á V. S. I. muchos años. Habana, Setiembre 
30 de 1887.—Andrés Sttjar. | 

Iltmo. Sr. Presidente de la Real Academia de Ciencias 
Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. 

La Comisión de Medicina Legal de esta Real Academia 
en presencia de las dificultades que presentaba la consulta 
dirigida por el señor Fiscal de S. M. á esta respetable Cor- 
poración, creyó necesario para informar de una manera pre- 
cisa y concluyente, pedir y así pidió la causa original para 
estudiar detenidamente los documentos que pudieran en sí, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 41 


encerrar los datos en que necesariamente deben de basarse 
las conclusiones pedidas en la consulta. 

Examinemos dichos documentos: 1” Una declaración del 
Dr. D. Francisco Gutierrez, de fecha 31 de Enero de 1885 
en la cual dice dicho facultativo que la última vez qne in- 
gresó el asiático A... Ch... en la sala de San Juan de Dios 
fué el dia diez y ocho de Agosto del año próximo pasado, 
que ha estado en el Hopital en diferentes épocas, el cual 
padece hace algunos años de una paraplegia dependiente de 
una afección medular rebelde, hasta el presente á todos los 
tratamientos á que ha estado sometido y que le ha privado 
siempre del uso de los miembros inferiores. Que en las di- 
ferentes ocasiones que ha permanecido en la Sala así como 
de la última de su ingreso, no le ha notado síntomas que 
-acusaran alteración alguna de sus facultades mentales y sí 
sólo un carácter irascible, no pudiendo precisar si en los 
momentos de hecho estuviesen alteradas sus facultades men- 
tales, pues no lo vió sino en la visita de la tarde de dicho 
dia á las tres que es cuando se verifica ésta y en dicha hora 
no revelaba sino sompleto uso de razón. 

Una comunicación del Dr. D. Francisco Gutierrez de 
fecha 23 de Marzo de 1885, en que dice dicho profesor que 
ha reconocido en distintos días y horas al asiático A... C... 
que se encuentra en la sala de San Juan de Dios y no ha en- 
contrado en ese tiempo síntomas que indiquen tener alte- 
radas sus facultades mentales. 

Un certificado del Dr. Menocal de 23 de Marzo de 1885, 
en el que manifiesta que ha reconocido en distintos días y 
horas al asiático A... Ch... que se encuentra en la sala de 
San Juan de Dios de este Hospital, el cual ha presentado du- 
rante este tiempo síntomas de alteración de sus facultades 
mentales; por lo que debe pasar al Asilo general de Demen- 
tes donde podrá ser observado en mejores condiciones. 

Una declaración del Dr. D. Francisco Marill de 16 de 


Mayo de 1885 en la que manifiesta dicho profesor que el 
da e a 


49 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


asiático de referencia padece de esclerosis ascendente de la 
médila, en un estado bastante avanzado por lo que se han 
desarrollado placas escleróticas en el cerebro, cuyas lesiones 
son las causas de las alteraciones que presenta en sus facul- 
tades mentales, por lo que cree que dicho individuo, debe 
ser trasladado inmediatamente al Asilo general de Dementes. 

El Dr. D. Raimundo Menocal en declaración de 17 de 
Mayo de 1885, expuso dicho profesor, que el asiático Ch... 
padece de una esclerosis ascendente de la médula, bastante 
desarrollada, por lo que se le han descubierto placas escle- 
róticas en el cerebro y son la causa de la alteración mental 
que se observa en sus facultades, razón por lo que cree deba 
ser trasladado con brevedad al Asilo general de Dementes, 
para que se continúe en dicho establecimiento con mejores 
condiciones la observación del mismo, toda vez que de la 
observación que ha practicado en unión de sus compañeros 
Marill y Gutierrez no puede asegurar categóricamente que 
es demente, toda vez que tiene algunos, aunque muy cortos 
ratos de lucidez. 

Declaración del Dr. D. Francisco Gutierrez de 17 de 
Mayo de 1885 dijo: que el asiático A... Ch... según ha podido 
observar en unión de sus compañeros Marill y Menocal, pa- 
dece de una esclerosis ascendente de la médula, bastante 
desarrollada, habiéndosele descubierto placas escleróticas 
en el cerebro y son la causa de la demencia, que según su 
criterio padece, pero que no le es posible asegurarlo dada 
las malas condiciones en que se ha hecho la observación, sl 
es ó no demente, motivo por lo cual cree que para que la 
observación sea completa y eficaz, debe remitirsele al Asilo 
general de Enagenados, lugar que se presta mejor, para el 
objeto. También que alguna vez tiene momentos de lucidez, 
pero por breves instantes. 

Los Sres. Facultativos de la Casa General de LEnagena- 
dos D. Tomás A. Recio y D. Gustavo Lopez, Médicos 1? y 2? 
de dicho Establecimiento dicen con fecha 15 de Diciembre 


DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 43 


de 1885, que el asiático Ch... asilado en esa Casa desde el 
7 de Julio del corriente año, padece desde su ingreso de 
una nielitis crónica dorso-lumbar. 2% que dicha afección es 
la causa única de la paraplegia ó parálisis de las extremida- 
des inferiores que este sujeto presenta y que le tiene redu- 
cido á la impotencia. 

32 Que nada hay en la marcha presentada por dicha 
dolencia que nos faculte 4 afirmar provocase trastornos por 
parte del cerebro; y 4” Que dicho sugeto ha dado durante 
todo el tiempo que ha estado sometido á nuestra directa ob- 
servación, evidentes muestras de normal funcionalismo in- 
telectual, siendo por lo tanto un hombre cuerdo y como 
tal responsable de sus actos. 

En su segundo informe los Médicos 1? y 2? de la Casa 
General de Enagenados D. Tomás A. Recio y D. Gustavo 
Lopez, encargados de la observación del asiático A... Ch... 
dicen como ampliación al informe emitido con fecha 13 de 
Diciembre del año de 1885: 1? que no tienen suficientes 
datos para poder precisar la fecha de la mielitis crónica 
dorso-lumbar que dicho sugeto padece. 2* Que el padeci- 
miento de dicha afección no trae consigo la irascibilidad de 
carácter. 32 que no hemos visto que durante nuestra obser- 
vación haya dado muestras de tener un carácter irascible, 
y 4% Que no hemos comprobado la existencia de placas es- 
cleróticas en el cerebro, toda vez que creemos que el sugeto 
de referencia padece de la afección de la médula conocida 
con el nombre de ““mielitis crónica dorso-lumbar,” y ya tam- 
bién hemos dicho que en la marcha de la citada dolencia 
no hay nada que nos haga suponer provocase algún trastorno 
intelectual. 


HOJA CLINICA RECOGIDA EN LA CASA GENERAL DE ENAGENADOS. 


Resumen de la historia clínica del asiático confinado A... 
Ch...—El Dr. Gustavo Lopez manifiesta que en 4 de Julio 
de 1885, al hacerse cargo del cuidado y observación de los 


44 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


asilados en la 2* sección del departamento de varones en 
que se encontraba el asiático A... le manifestó el Dr. Mar- 
berty que durante el mes que lo había observado en unión 
del Dr. Recio, Médico 1%, no había presentado ningún sín- 
toma que le indicase sufría lesión morbosa del órgano de la 
inteligencia. 

Desde este dia manifiesta el Dr. Lopez, que siguió la ob- 
servación en unión del Dr. Recio, lo siguiente: 

Que dicho asiático es natural de Cantón, de 37 años de 
edad, soltero, de oficio cocinero, ingresó en este estableci- 
miento el 7 de Junio del actual año (1885) y procedente del 
Departamental de la Habana. Ingresó con el número 1,099 
y en el expediente de idéntico número figura su hoja histó- 
rico-penal llevada en el presidio de la Habana. 

Como la parte penal no hace al caso, pasemos á la parte 
puramente médica. 


CONMEMORATIVO PATOLÓGICO. 


Nada con respecto ú sus ascendientes. 

Nada con respecto 4 su infancia ni edad adulta. Tampo- 
co se ha podido hacer constar el abuso de la Venus. 

Dijo que hace muchos años contrajo un chancro, único, 
el cual porel presente motivo y según los caracteres que nos 
inclinan á creer sea duro. 

Que no tuvo erapción ninguna de la piel. 

Por sus datos subsiguientes nos parece padecer dolores 
osteóscopos y nos cita la alopecia que hoy parece existir. 

Refiere haber padecido varias veces de dolores reumáti- 
cos limitados casi siempre á sus rodillas y muslos y los que 
diferencia de los que han tenido su asiento en el sistema 
óseo y que nosotros nombramos osteóscopos. 

Dice el enfermo: “A veces nada me dolía ó me duele 
pero al llover ó ponerse el tiempo de agua siempre me han 
aumentado;” por este carácter los informantes creen que 
dichos dolores eran reumáticos. El paciente atribuye estos 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 45 


dolores al haber trabajado en las obras de Vento por espa- 
cio de dos y medio meses con el agua hasta los hombros y 
así por espacio de varias horas. Que ya por esta ¿poca su 
progresión se hacía difícil, sus piernas habían perdido fuerza, 
no se contralan con la natural agilidad; acusaba calambres 
ú hormigueos más ó menos acentuados y cada vez las soste- 
nía con mayor torpeza. 

Cada vez más torpe en el juego funcional de sus órganos 
pelvianos, vino una causa brusca, una caida de alguna ele- 
vada altura, á determinar la impotencia que hoy acusan los 
referidos miembros. Esta caida fué en Vento cuando las es- 
cavaciones y donde trabajaba, como miembro de una cua- 
drilla procedente del presidio. 

Que 4 consecuencia de no poder dudar con motivo de la 
caida fué remitido al Hospital Civil. Allí dice que fué tra- 
tado y que fué diversas veces cauterizado con el cauterio 
actual en la región saero-lumbar de la médula cuyos puntos 
cicatriciales se observan hoy. No obtuvo allí mejoría. 

Dijo que una vez tuvieron que pasarle una sonda ó alga- 
lia porque no podía evacuar su vejiga. 

No ha tenido vértigos ni trastorno de la palabra. Tam- 
poco ha presentado contractura, ni síntoma alguno por parte 
de los miembros superiores ni del tubo digestivo. Nada más 
que debilitadas sus funciones genósicas. 


ESTADO ACTUAL. 


Que al examen exterior presenta los siguientes caracté- 
res. Parece de regular estatura y es de medianas carnes, su 
cabeza ligeramente achatada; en su diámetro antero-poste- 
rior no ofrece anomalía alguna y se halla cubierto de lácio 
cabello negro, no muy abundante, porque en la actualidad 
parece sufrir su bulbo piloso, pues aquél cae con alguna 
abundancia. Deja al descubierto una frente ancha y real- 
mente despejada, cuya piel es tersa; el conjunto de su fiso- 
nomía aparte de los atributos propios de la raza 4 que perte- 


46 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


nece, efrece un aspecto algo animado, y un tanto franco, su 
mirada vivaracha y de natural ' expresión, contados vellos 
tiene por bozo y menos aún por barba; de color amarillo 
pajizo su piel, no difiere del general que presentan los hijos 
del Celeste Imperio. 

El resto de su cuerpo no presenta anomalía alguna y 
parece bien propercionado. 

Lo encontramos echado sobre el jergón ó colchoneta que 
le sirve de cama, su posición no es completamente supina, 
pues está más bien echado boca arriba y ligeramente 
encorvado y con las piernas en débil flexión las rodillas ven- 
se levantadas algún tanto. Ordenando se pusiese en pié nos 
manifiesta le es imposible llevar á cabo por hallarse sus pier- 
nas imposibilitadas para ello, no puede más que incorporar- 
se torpemente, lo que en efecto hace á nuestra presencia. 

Contando con un apoyo (reja de la celda que ocupa) 
puede ponerse en pié de modo en verdad heróico, sus brazos 
no parecen tener la suficiente fuerza* que demanda el peso 
de su cuerpo. Al soltarse cae pesadamente. Los músculos 
de sus extremidades paralizadas parecen á primera vista 
ligeramente disminuidas de volumen, la piel que las cubre 
está como coarrugada, seca, áspera, demostrando sin duda 
la ausencia de las funciones que en ella deben verificarse. 

La sensibilidad se halla disminuida en toda la porción 
del miembro inferior comprendido desde la región trocante- 
riana hasta el superior de la pierna. 
| En la porción restante la sensibilidad está abolida, lle- 

gando al sumun de su abolición en la región plantar. En 
estas últimas porciones existe anestesia y analgesia, no per- 
cibe los pellizcos, pinchazos, etc., que le hacemos. Sabe 
tocamos un punto de los citados porque nos vé, prévia la 
oclusión de los ojos, no hay conciencia de nuestros ataques. 

El reflejo plantar no existe, el rotuliano poco perceptible. 
Hay ligero dolor á la presión que hacemos sobre las apofisis 
trasversal y espinosas de las vértebras correspondientes á la 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 47 


región dorso lumbar, menos acentuado en la sacra. El dolor 
es más notable cuando está sentado. Existe también (si bien 
ni agudo ni constantemente) dolor lumbar, 4 veces simula 
el dolor de barra ó la sensación de trancazo. 

Inconstantes calambres, y variablemenre acusa la sensa- 
ción de hormigueo en diversas partes de sus miembros y con 
alguna frecuencia durante el sueño. No tiene conciencia de 
contracción mietras está entregado á él. 

Acusa tan sólo, cuando existe humedad, dolor variable 
en su intensidad en la rodilla. La extensión de las piernas 
que no es completa la hace el enfermo lentísimamente y 
vése durante ella al miembro como trepidar, semejando una 
lucha que sostuviera con la contractura de los flexores. Vén- 
se luego éstos tensos y duros, impidiendo esta misma con- 
tracción, la completa extensión del miembro. 

Actualmente no existe trastorno alguno por parte del 
aparato urinario: alguna menos cantidad de orina. 

Por parte del tubo digestivo, tan sólo se acusa constl- 
pación, la que dura á veces 3, 466 días. La vida sedenta- 
ria pudiera por sí sola explicar ambas cosas. 

Sus órganos genitales parecen aletargados, pues son con- 
tadisimas las veces que el pene entra en erección. 

Nos dice, por último, que frecuentemente padece de la 
cabeza, principalmente por las mañanas. Á este dato no le 
damos gran valor, pues otras veces no ha manifestado que 
la padece más frecuentemente de noche. 

(Continuard.) 


CONVOCATORIA. 


En virtud de hallarse vacante en la Real Academia 
de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, una 
plaza de socio numerario correspondiente á la Sección de 
Medicina y Cirujía, y cumpliendo lo acordado por la Corpo- 
ración, se pone en conocimiento de los señores profesores 
de dicho ramo, que la vacante anunciada será provista por 
elección en persona domiciliada en esta ciudad, conforme el 
artículo 9? del reglamento vigente, admitiéndose á este fin 
por la Junta de gobierno, durante los quince días siguientes 
al anuncio oficial (en la Gaceta), las propuestas que para 
académicos se presenten por los miembros de la Corporación 
ó las solicitudes documentadas de los aspirantes, los que po- 
drán dirigirse al señor Secretario. - 


INDICE 


REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAs Y NATURALES DE LA HA- 
BANA.—Sesión solemne del día 18 de Mayo de l892ccoooonnncnoconicocornns 
Discurso del Sr. Dr. D. Joaquín Lastres, Presidente de la Real Academia....... 
Resúmen de las tareas en que se ha ocupado la Real Academia de Ciencias, 
“durante el año 1891-92, por el Secretario Dr. Vicente de la Gu rd'a... O. 
ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilaró..oooo.oomomoomosooo.o 

- QUIMICA LEGAL.— Informe sobre unos vinos, por el Dr. Juan L. Zamora....... AS 
MEDICINA LEGAL.—Informe en causa seguida contra el asiático A... Ch... por 


E A O O OLA O O 
CONVOCATORIA odisea dlls clado oi o ddL Ol acido dica UU Bass - eo QS ION 
Indice de las materias contenidas en el tomo XXVIII, 1891-92 (aparte)......... 
ENromoLoGIa.—Contribnción al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu= 
ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 7 aparte). 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


—_—_ AAA ——_—— 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. E HA, 
El precio de la suscrición es de $3-50 centavos por semestres «adelantados en la 
Habana, y $1-50 centavos en el resto de la Isla. o 
En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven. 
den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 
- Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana y 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución Y estudio de los Moluscos Cubanos, 
por el Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del alemar 
por el Dr. Finlay. p! 


DE LA 


CADEMIA 


— GIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 
O DELAS MADANa 


4 a REVISTA CIENTIFICA 


ce DIRECTORES: 
DD. José 1. Torralbas y D. MWiarcos de J. Melero. 


- ENTREGA 334, 


"TOMO XXIX. 
JULIO 15. 


exe 


PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA 


ES DIRIGIRSE DIRIGIRSE 
CAL DR D. MIGUEL RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias 
- TESORERO DE LA REAL ACADEMIA y CALLE DE CUBA Y 


CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AGUS TIN.) 
HABANA. 
iS Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40, Se 


E 1892, 


A 


REAL ACADEMIA, 


Sesión pública ordinaria del dia 14 de Febrero de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Lastres: Docto- 
res: Beato, Riva, Ulrici, Oastellanos, Santos Fernández, 
Tamayo, Cubas, Saenz (don Braulio), Lavín, Donoso, 
Machado, Oruz, Benasach, García, Cususo, La Torre y 
La Guardia Secretario. 


La Sesión comenzó á las dos de la tarde bajo la Presi- 
dencia del Dr. Donoso que espuso: que en la Sesión de (o- 
bierno última había sido elegido Presidente de la Academia 
el Dr. D. Joaquín F. Lastres, en consecuencia, como Presi- 
dente interino daba posesión al Dr. Lastres de su nuevo 
cargo, dirigiéndole al mismo tiempo breves frases de congra- 
tulación. 

Pasa á ocupar la Presidencia el Dr. Lastres, y se expresa 
en los términos siguientes: Doy las más expresivas gracias 
á mis respetables compañeros por haberme elevado al sitial 
que, con tanta gloria y provecho para el país honró durante 
tantos años el esclarecido varón Nicolás José Gutiérrez. 

Bien comprendo que no son mis merecimientos los que 
han decidido mi elección porque solo puedo alegar en mi 


favor el triste privilegio de la antigiiedad. Probablemente 
T. xx1ix—7. 


50 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


los Profesores que me honraron con su voto habrán tenido 
en cuenta el hecho de ser yo, quizás, el único Académico so- 
breviviente aquí, entre aquellos hombres de buena voluntad 
que en 1861 constituyeron este Cuerpo Cientifico, de tanto 
crédito y de tanta resonancia en el país y fuera de él. 

Más de treinta años de no interrumpidos servicios me au- 
torizan en cierto modo para dirigir 4 S. S. S. algunas bre- 
ves frases; porque no tengo la pretensión de pronunciar un 
discurso, ni eso me sería facil recordando los sinsabores que 
me ocasiona la dirección de nuestro primer establecimien- 
to docente, embargandome el ánimo de tal manera que me 
impiden harmonizar conceptos dignos de la ilustración y re- 
conocida competencia de las personas que me escuchan. 

La Academia atraviesa en estos momentos una situación 
dificil. Tal parece que el genio de la desgracia azota con 
sus alas una institución representante del progreso y cultura 
cientifica de esta provincia. El precario estado del tesoro de 
esta Isla ha inducido al Gobierno de la Metrópoli 4 supri- 
mir la exígua asignación que existía en nuestro presupuesto 
para material de la Academia. Debemos reclamar esa canti- 
dad con perseverancia porque es muy poca la erogación del 
Estado para compensar el beneficio que proporciona esta 
Corporación á la recta administración de justicia. Yo confío 
que los poderes públicos atenderán nuestra fundada solicitud. 

Como consecuencia lógica del modo de ser de nuestra 
raza hánse suscitado en nuestro seno vivas discusiones 
y candentes controversias que pueden poner en peligro la 
vida de esta Academia. Adoptemos en lo adelante una mat- 
cha tranquila y reposada, cual conviene á las instituciones 
que solo deben moverse en la serena órbita de los principios 
científicos dejando á un lado las luchas y los consejos de 
las pasiones. El único ideal que debe existir aquí es el cul- 
to de la verdad; y procediendo de esta suerte seremos dig- 
nos de la confianza en nosotros depositada y de los aplausos 
de aquellos que se interesan por nuestro porvenir. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 51 


Los romanos cubrían en vida con la loza del sepulcro á4 
las vestales que dejaban apagar el fuego del templo: nues- 
tros sucesores cubrirán nuestra memoria con la loza del ol- 
vido si no sabemos conservar el sagrado depósito que en su 
inmenso amor por la patria no legara nuestro primer Presi- 
dente. 

Inspirémonos en la tradición de este Cuerpo, volvamos 
á la senda seguida en sus primitivos tiempos; sea nuestro 
constante propósito el adelantamiento de la ciencia en Cuba 
y cumpliremos con nuestro deber y siempre nos encontra- 
remos en el camino del honor y de la verdad. 

Seguidamente el Secretario dió lectura al acta de la se- 
sión anterior, que fué aprobada, después dió cuenta de dos 
comunicaciones, ambas ofreciendo suministrar á la Acade- 
mia toda la cantidad de virus vaccinal que pueda necesitar 
para su uso, una de ellas, suscrita por los Dres. Díaz Alberti- 
ni y Porto, acusaba además la creación de un nuevo Institu- 
to de Vacunación Animal; la otra suscrita por el Dr. D. José 
Luis Ferrer acusaba á su vez que se había hecho cargo del 
Instituto de Vacunación fundado por su señor padre: la Aca- 
demia acordó que se diesen las más expresivas gracias á los 
señores directores de ambos institutos haciendoles presentes 
que se aceptaba su generoso ofrecimiento, además, acordó 
también, solicitado por el Dr. D. Braulio Saenz apoyado 
por el Dr. Castellanos que en virtud de la circunstancias 
que concurren en el Dr. Diaz Albertini como Académico 
que es, y persona competentisima en esos estudios, se con- 
cediese al Instituto en cuya direción toma parte, la prefe- 
rencia en lo relatiuo á ese particular, lo cual no implica que 
otros Institutos análogos no puedan facilitar 4 la Corpora- 
ción el virus vaccinal que necesite para su uso. 

Se leyó una comunicación del Dr. Cubas en la que par- 
ticipaba que motivos de los cuales no había podido prescin- . 


dir le habían impedido terminar el informe puesto á la orden 
del día. 


52 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


- CorresPONDENCIA rEcIBIDa—Enero 24.—Oficio del Dr. don 
Vicente B. Valdés, renunciando la Vice-presidencia.—Co- 
municación del Dr. Cubas solicitando certificado de ser 
Académico de número. 

CorrEsPONDENCIA REMITIDA.—Oficio al Dr. V. B. Valdés 
aceptando la renuncia que hace del cargo de Vice-presi- 
dente.—Oficio al Dr. Arango, Vice-secretario, preguntándole 
si se hace cargo de la Secretaría, por renuncia del propie- 
tario. 

Informe al Juez de Belén, sobre honorarios reclamados 
por la que se dice comadrona doña Francisca Rodríguez 
contra don Ricardo Arechaga.—Informe al Juez del Oeste 
sobre honorarios reclamados por el Dr. Gutiérrez. Lee á la 
sucesión de D. Camisiro Enrique de Sabate. 

Comunicaciones á los Dres. Lastres, Núñez y La Guar- 
dia, participándoles al primero su nombramiento de Presi- 
dente, al segundo, el de Vice-presidente, y al tercero, el de 
Secretario general. 

Expediente 4 la Comisión de Medicina Legal, en causa 
por muerte de la morena Caridad Suarez, remitido por el 
Juez de Bayamo al de Instrucción del Oeste. 

BimLioreca.—Se ha recibido: “El Mundo Médico”; año 2? 
números 295, 296, 297, 298, 299, 300, 301, 302, 303, 304, 
305, y 306. 

“Le Bulletin Medical”, año 5? núms. 3, 4, 8 y 9. 

“La Tribune Medical”, 2* série núms. 4, y 5. 

“Boletín de la Academia de Medicina” (Paris); números 
2 y 3 tomo XVII. 

“Jl Diario de la Sociedad Médica Americana;” volúmen 
xvi núm. 4. 

“Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de 
Barcelona” año 1% volúmen 1". 

“Anales de la Real Academia de Medicina,” (Madrid;) 


tomo xt cuaderno 4* 
“La Independencia Médica”, año xv núms. 13, 14, y 16. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 53 


“Semanario Farmacéutico,” año xx núm. 14. 

“Boletín de Medicina Naval; año xv núm. 1* 

“Memorias de la Real Academia de Ciencias Médicas de 
Madrid,” tomo xv. 

“Repertorio Médico Farmacéutico,” año 37 núms. l, y 2. 

“Elogio del Dr. Gutiérrez, por el Dr. J. 1. Torralbas”, 1 
cuaderno. 

“El Progreso Médico,” año 4” núm. 2, 

“¿Anales de la Sociedad Odontológica.” año xt núms. 1, 
y 2. 

“Gaceta de Instrucción Pública,” año 4” núm. 99. 

“El Profesorado”, año 1” núms. 1, y 2. 

“Revista Cubana,” año $” núm. 1. 

“Revista de Ciencias Médicas,” año 8? núms. 3 y 4. 

““La Abeja Médica”, año 1” núm. 1. 

“Revista del Foro”, año 2” núms. 43 y 44. 

Terminados estos particulares, el Dr. Ulrici primer po- 
nente de turno leyó un informe acerca del análisis de unos 
vinos y después de estenderse en consideraciones sobre el 
asunto presenta la siguiente única conclusión: «(Jue el vino 
analizado resulta artificial» sometido á votación el informe 
fué aprobado por unanimidad. 

El Dr. Machado hizo presente que en virtud de no en- 
contrarse el Dr. Casuso en la Academia en aquellos momen- 
tos suspendia su contestación al mismo referente á la reten- 
ción placentaria. 

Continuada la orden del día leyó el Dr. Santos Fernán- 
dez un estudio sobre «Los progresos de la anestesia local.» 

El Dr. Braulio Saenz felicita al Dr. Santos Fernández 
por su trabajo que califica de notable y le pregunta, cuando 
debe emplearse el cloroformo y cuando la cocaina y además 
como deben evitarse los efectos de la cocaina: —Contesta el 
Dr. Santos Fernandez que para las grandes operaciones no 
debe emplearse la cocaina, que esta localiza sus efectos sin 
necesidad de producirlos en todo el organismo. La gravedad 


54 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


de los accidentes es la misma en el cloroformo que en la co- 
caina y hoy no se sabe de un modo cierto como muere el 
individuo por el cloroformo, existen varias teorias pero nin- 
guna perfectamente comprobada. Pueden hacerse hasta cier- 
to punto algunas grandes operaciones y el modo mejor de 
evitar los accidentes consiste en hacer inyecciones gradua- 
les de cocaina de medio en medio centigramo: de catorce 
auptosias que se han practicado por envenenamiento debido 
á Ja cocaina se comprobó siempre, que ésta, había sido mal 
empleada sobre todo en grandes cantidades. 

El Sr. Presidente después de felicitar al Dr. Santos Fer- 
nández determinó suspender el acto no habiendo otro asunto 
de que tratar, constituyéndose la Academia en Sesión de 
Gobierno. 


Z00LOGÍA, 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


CENTROPOMÁTIDOS. 


Representan esta familia en Cuba, unas 5 especies de 
Robalo. Como el nombre genérico indica — Uentropomus: es- 
pina y opérculo —todos se distinguen por el preopérculo, ce- 
rrado y provisto en su ángulo de dos espinas grandes, fuer- 
tes, cortantes, que nuestros pescadores llaman navajas de las 


agallas. 

Me ocupo detalladamente de la que alcanza mayor de- 
sarrollo: las demás no suelen pasar de 500 gramos. 

30. Robalo. — Centropomus appendiculatus Poey. Su es- 
pecifico técnico alude á los dos apéndices anteriores de su 
vejiga natatoria. Carne sana, sabrosa, tanto fresca como sa- 
lada. Sus huevas, exquisitas son objeto de un pequeño co- 
mercio. Peso máximo, 113 kilos. Frecuenta el mar y la em- 
bocadura de los rios. 


Habana.—Nace en los esteros; vive en el puerto, debajo de los 
muelles. 

Batabanó.-— En esteros, busca más que la Lisa el agua salada. 
Peso máximo: 17 kilos. Abunda poco: al romper los nortes. Se 


96 ANALES DE LA REAL ACADEMIA . Y 


pesca con trasmallo de cinco puntas [1]. Ha de ser nuevo el arte, 
pues sinó lo corta con las navajas. Es de mucha fuerza. Carne 
blanda, muy buena. [1891]. 

Matanzas. —Abunda. Corrida en Marzo. Recala en Octubre 
11880]. 

Mariel. —Corrida en Mayo y Junio [1887]. Informes posterio- 
res la extienden á Agosto. En la bahía. Exportación vivo: 322 
kilos. Consumo local fresco: 813 kil. No se conserva. Pesca anual 
máx. 1.115 kilos. [1891]. 

Cienfuegos.—Máx. 8 kil. Abunda en la bahía de Jagua. Fre- 
cuenta mayormente esteros y ríos. 

Corrida, de Mayo á Septiembre: boca del puerto y de los ríos. 

Trinidad. —Casilda. Máx. 2 kil. Consumo local fresco: 600 ki- 
los.—Artes: redes, 2; chinchorro, 1. Embarcaciones: botes, 2; ca- 
yucos, 2; tripulación 10. 

Corrida: Noviembre y Diciembre. [1891] [2]. 

Tunas de Sasa.—Máx. 5 kil. Export. vivo: 900 kil. Cons. loc. 
fresco: 100 kil. 

Corrida, en Febrero y Marzo: costa. 

Sagua.—Isabela. Máx. 5 kil. No se exporta ni conserva. Cons. 
loc. fresco: 86 kil. diarios. 

Corrida, en Agosto, en el río. [1891]. 

Remedios. —Caibarién. Peso máx, 9200 kil. Cons. loc. fresco: 
2.500 kil.; en conserva, 4.200. 

Corrida, de Octubre á Diciembre, en lagunas [3]. 

Nuevitas. —Peso máx. 7 kil. Cons. loc. fresco: 2.136 kil.; sala- 
do, 1.392 kil. Se pesca con redes. Abunda en esteros y bahías. 
[1891]. 

Santa Cruz del Sur.—Máx. 5 kil. «Hay abundancia de esta es- 
pecie, y es poco apreciada.» 

Jorrida, de Febrero á Abril: costa, esteros, lagunas. [1891]. 

Gibara.—Pesca anual: 511 kil. [1891]. 


[1] «Se compone de 3 redes de mallas diferentes, pero del mismo ancho y largo, 
que se unen por ambas orillas, á la manera que se coserían por ellas tres paños de 
tela uno sobre otro. (Dic. Mar. Esp.) También se le dice tresmallo y tresmallas. 

Se entiende por punta, un trayés de dedo. No hay trasmayo de menos de 3 puntas. 
(J. Santos). 

[2] Debe ser arribazón. J. V. 

[3] Cabe la misma duda que en Trinidad. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 5 


Manzanillo.—Máx. 1840 kil. Consumo local, salado y fresco. 
Vive en la costa. 

Corrida: «en la Cuaresma.» [1891] [1]. 

Cuba.—Santiago de. Peso máx. 5 kil. Cons. loc. fresco. Abun- 
da todo el año. [1891]. 

San Juan.—Puerto-Rico. Peso máx. 11'50 kil. Cons. loc. fres- 
co: 1380 kil. 

Corrida: de Mayo á Junio. [1891]. 

El Robalo de Andalucía, el Robaloa de Galicia, y el Llobarro 
de Cataluña, Valencia, Mallorca é Ibiza, pertenecen á géneros di- 
versos de la misma familia. 

El Profesor Poey, en la Fauna Puerto-Riqueña [2] nombra Cen- 
tropomus undecimalis Bloch, al Robalo de aquella isla. «Lo he com- 
parado—dice—con mi €. appendiculatus de la isla de Cuba; difie- 
re por la escama más pequeña, setenta á setenta y cinco en la lí- 
nea longitudinal, individuos de un pié de largo, y en que la 
vejiga natatoria carece de lcs apéndices á manera de brazos que 
se cuelgan de su parte anterior.» 

Caracteres exteriores: color general, plateado; dorso, grisáceo; 
línea lateral, negra, muy visible; dorsal y caudal, negruzcas; las 
demás aletas, amarillosas; ventrales sin área oscura. [J. « G.]. 
Gran pez alimenticio, según los mismos autores, que abunda en 
las Antillas, extendiéndose al Norte, á la Baja California, Flori- 
da y Tejas. 

J. € G. consignan que «según el Profesor Gill, el esqueleto de 
los Centropomus difiere tan considerablemente del de los demás 
Serranoides, que pudiera constituir una familia aparte;» no obstan- 
te, dejan á aquellos en su fam. Serranidae, de los Sea Bass. 


MÚLIDOS. 


J. € G. dividen esta familia del modo siguiente: 
Dientes en la mandíbula inferior, en el vómer y los pa- 
latinos; ninguno en la mandíbula superior ........ Mullus. 


[1] Lo reducido del peso máximo me hace consignar, que cuanto respecto al dis- 
trito de Manzanillo en 1891, aparece en esta obra, procede de uno de los oficiales más 
distinguidos de la Armada, el Sr. Teniente de Navío de 1? D. Manuel Triana. 

[2] Anal. de la Soc. Esp. de Hist. Nat., tomo X. 1881. 


T. xxix—S$. 


58 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Dientes en ambas mandibulas; ninguno en el vómer ó 
en LOs palatinos cc de 

Cuentan en ella las 3 especies de Salmonetes cubanos 
que siguen. 


31. Salmonete amarillo, — Mulloides favovittatus Poey. 
Fondo común morado. Vientre blancuzco. 5 fajas amarillas: 
longitudinal desde el ojo hasta la cola, infraorbitaria, maxi- 
lar, opercular y preopercular. Aletas: dorsales rojizas, Cau- 
dal anaranjada, ventrales blancas. Dos barbillas largas, pro- 
cedentes del mentón. Cola bifurcada. Iris colorado y 
amarillo. Carne buena. Alcanza 25 centimetros de largo. 


Mariel.— Peso máx. 500 grm. Buena carne. [1881]. 

Batabanó.—Máx. 240 á 4 270 grm. Raro. Con chinchorro y na- 
sa. [1891]. 

También de St Kitts, Jamaica, etc. 


32. Salmonete colorado, — Mullhypeneus maculatus 
Bloch. Fondo común rojo. Vientre y aletas, rosadas. Listas 
azulosas longitudinales 4 los lados de la cabeza. Una pinta 
azul en la base de cada escama. Tres manchas negras á lo 
largo de la línea lateral. Ojo amarillo. Frecuenta fondos de 
piedra: á unas 30 brazas. Carne buena. Peso máximo, 500 
gramos. 

También de St Kitts, Jamaica y otras Antillas; alguna vez en 
las costas de los Estados Unidos. 


Colocado por J. « G. en el género Upeneus, que comprende los 
Goat Fishes. 


33. Salmonete. — Upeneiodes parvus Poey. Dorso ber- 
mellón. Vientre blancuzco. Una faja amarilla longitudinal, 
del ojo al tronco caudal. Bandas negras transversas en las 
aletas dorsales y en la caudal. Anales y ventrales amarillas: 
las demás, blancas. Ojo colorado. Escamas muy caedizas. 
Carne buena. Tamaño máximo: 15 centímetros. 


Poey le ha visto en Mayo hasta de 8, 13 y 15 centím. [Iem. 
I. 226]. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 59 


Los datos que en la actualidad poseo, sin precisar la especie, 
son los siguientes: 


Habana. -Máx. 300 grm. No se exporta ni conserva. Cons. 
loc. fresco. Pesca anual: 16.790 kil. Artes empleados: redes y nasas. 

Corrida, en Mayo y Junio. Arribazón, de Octubre á Enero. 
[1891]. 

Matanzas.—Desove en Marzo. [1880]. 

Isla de Pinos.—Nueva Gerona. Peso máx., 460 gramos. [1891]. 

Sagua.—Isabela. Peso máx. 250 grm. Cons. loc. fresco: 5 kil. 
diarios. 

Corrida: Enero. [1891]. 

Santa Cruz del Sur.— Máx. 150 gramos. Raro. [1891]. 

Trinidad.—Casilda. Máx. 80 grms. Cons. loc. fresco: 800 kilos, 
que se pescan anualmente. Artes: nasas, 50. Embarcaciones: bo- 
tes, 4. Tripulación, 8. 

Corrida: Enero y Febrero, en los Machos de Guaurabo. Arri- 
bazón: Diciembre, Enero y Febrero. [1891]. 

San Juan.—Pto. Rico. Máx. 46 grm. Cons. loc. fresco: 460 kil. 

Corrida: en Mayo y Junio. [1891]. 

Arroyo.—Pto. Rico. Pesca anual: 460 kil. [1891]. 

Fajardo.—Pto. Rico. Máx. 120 grm. Cons. loc. fresco: 100 kil. 

Corrida: de Junio á Agosto. [1891]. 


El Salmonete del litoral andaluz pertenece ú otro género. 
Es el afamado antiguo, que llegó 4 costar en Roma 200 pe- 
sos y más, cada uno. “Esto se vió —dice el inspirado Poey 
—al fin de la República y principio del Imperio, cuando los 
goces del lujo llegaron á su último extremo, y prescribían 
que este animal antes de ser presentado al paladar de los 
gastrónomos, viniese á expirar ante sus ojos, recorriendo en 
su agonía toda la escala de intensidad que ofrecían sus rojos 
colores, con grande admiración de los encruelecidos convi- 


dados.” 


AMIIDAS. 


De esta familia poeyana, solo cito la especie siguiente. 
Escolar chino, — Scombrops oculatus Poey, Color vio- 


60 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


lado. Vientre claro. Ojo blanco. Grandes profundidades. 
No es común. Carne buena. Llega 4 7 kilos. 


Hay otra especie cubana, adscrita á la familia Percidae de 
Poey, que lleva el mismo nombre vulgar. 


BERÍCIDOS. 

Comprende esta familia, el Barbudo, la Catalufu de lo 
alto, varias especies de Matejuelo— Squirrel-fishes de los pes- 
cadores norte-americanos—y de Candil. 

Los omito, por ser de poca cuenta, no solicitados para la 
mesa, y á la vez raros. 


PRIACÁNTHIDOS. 


Bajo mi punto de vista actual, poco habrán de ocupar- 
me las 3 especies que nuestros pescadores nombran Catalufa, 
puesto que mis datos solo asignan un valor mediano á sus 
carnes. 


Una de ellas—- Priacanthus Catalufa Poey —que se distingue 
por su cosor rojo totalmente y por la ligera escotadura de su cola. 

Otra, es la P. Cepedianus Desm., cuya caudal es truncada. A 
ésta le dicen en Puerto Rico, Ojudo; coincidiendo con el nombre 
Big Eye, que le dan los pescadores norte-americanos. J. « G. le 
mantienen el específico macrophthalmus Cuv. 

La otra especie —— P. cruentatus—es también roja, pero con man- 
chas rosadas. 


ESCORPÉNIDOS. 


Familia representada en nuestra fauna por 3 especies de 
Rascacio y 2 de Rascacio de lo alto. Notables todos por sus 
colores vivos. Las espinas cefálicas así como los radios de 
sus aletas dorsales, robustos y aguzados, deben hallarse en 
conexión con algún órgano elaborador de sustancias veneno- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 61 


sas, puesto que las heridas que producen son muy dolorosas, 
suelen enconarse, y aún tener graves resultados. A ello alude 
el nombre genérico de los Rascacios, y por extensión el de la 
familia, pues las lesiones que causan sus espinas dorsales —de 
8 4 16—recuerdan la del Escorpión. También los nombres 
bres vulgares: Scorpene, Scorpion, etc. En las costas norte- 
americanas les dicen Rock Cods y Rock Fishes.—Las espe- 
cies coloradas, generalmente residen á mayores profundida- 
des que las grises ó verdes. Todos son carnívoros, voraces, 
dañinos. Ovoviviparos. Reproducción en primavera, por 
Mayo. Carne blanda, firme, cuenta entre las más aprecia- 
das. De antaño muy estimado por los gastrónomos, hace 
más de un siglo que el eminente Parra decía del Rascacio: 
“Este péscado es muy sabroso, especialmente para en la 
sopa, y no es común” (1). 


35. Rascacio. — Scorpena Rascacio Poey. Es la especie 
mayor, que se distingue á simple vista por las manchas axi- 
lares, blancas y negras. Carne muy estimada. Alcanza 1 ki- 
lo, y unos 45 centim. de largo. J. € G. le nombran Se. plu- 
mier? Bloch. 

Otra especie — Sc. grandicornis Cuv. —es gris, sin man- 
chas axilares. 


36. Rascacio de lo alto. — Pontínus Castor Poey. Co- 
lor rojo carmineo, uniforme. Aletas listadas de rojo y ana- 
ranjado, alternadamente. Raro. Carne muy estimada. Lle- 
gan á 25 centim. de largo. 

La otra especie—P. Pollux—difiere del anterior, por 
sus fajas verticales rosadas sobre el fondo rojo común del 
cuerpo. Aletas listadas de encarnado y rosado, alternos. 


(1) ConeccioN DE HisTORIA NATURAL en setenta y cinco láminas, con una descrip- 
cion individual de cada una. Su autor don Antonio Parra; Naturalista Portugués, En 
la Havana. Año de 1787. En la Imprenta de la Capitanía General. El ejemplar que 
posée la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana, tie- 
ne muchos peces nombrados al margen por don Felipe Poey, que aumentó así su 
valor. 


62 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


. En Puerto Rico los hay. 

El que los pescadores andaluces nombran Rascacio, y en el 
Puerto de Santa María Rescacio; así como los que en Cataluña, 
Mallorca, Menorca é Ibiza denominan Rascassa, pertenecen todos 
al mismo género que los puertorriqueños y cubanos. 


TRÍGLIDOS. 


De las especies cubanas de esta familia, solo tienen nom- 
bre vulgar conocido las dos siguientes; siendo de advertir, 
que la segunda en rigor no corresponde d esta sección. 


37. Murciélago. — Dactylopterus volitans Lin. No falta 
en nuestras aguas este morador de otros mares, y que sale 
á relucir en todos los Diccionarios de Historia Natural. De- 
be su nombre al hecho de servirles sus pectorales prolonga- 
das, para el vuelo. Lo raro de su apariencia no empece á lo 
sano de su carne. Sin embargo, tiénesele por sospechoso en 
el Mariel. En Puerto Rico le dicen Mariposa. 

Carne buena. Parra dice: Se come. Peso máximo, 500 
gramos. 

J. € G. le nombran Cephalacanthus spinarella, con los vulgares 
Flying-robin, Bat-fish y Volador. Groode reproduce lo que Mr. J. 
Carson Brevoort consigna en elogio de las especies americanas á 
saber: «Entre los peces que pueden ser clasificados como comesti- 
bles, pero que están completamente desatendidos aquí, se halla 
el Sea-robin, Grunter Ó Gurnard. Esta curiosa mas tal vez repug- 
nante criatura, es en realidad, uno de los bocados más delicados 
que puedan presentarse á un epicúreo: su carne de un blanco de 
nieve, firme, y tan buena como la del King-fish ó el Whiting» (1). 

38. Rubio volador. — Prionotus punctatus Bloch. De 
pectorales menos desarrolladas. Cabeza espinosa. Persegui- 
do por los Dorados, deja el agua; lanzándose al aire, donde 
es presa del Rabihorcado y otras merodeadoras piscivoras. 
Nuestros trabajadores del mar aprovechan esta evolución de 


(1) Nombre del Harvest-fish—Stromateus alepidotus, en las costas de Virginia. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 63 


las Rapaces marinas, pues saben que cuando éstas se ex- 
playan acechando, andan por allí Dorados á caza de Vola- 
dores. 

Carne mediana. Peso, 300 gramos. 


De dos especies que frecuentan las costas atlánticas de los E. 
U.— P. palmipes y P. evolans—dice el Prof. Groode: «Alcanzan de 
15 4 18 pulgadas de largo, y el peso de 13 á 2 libras. Tienen ex- 
celentes cualidades comestibles......... »: en Connecticut le dicen 
Wing-fish. 

Según el mismo Profesor, los 2 ú 3 apéndices digitiformes de 
sus alas, les sirven para remover las algas y la arena, y descubrir 
los animalillos de que se alimentan. 

A la misma familia, aunque á otro género, pertenece el que 
en Andalucía y Guipúzcoa llaman Rubio. En Puerto Rico dicen 
Volador al nuestro: quese encuentra también en Jamaica, Brasil, 
Patagonia, Carolina del Norte, etc. (J. dí G.) 


PRISTIPOMÁTIDAS. 


Ninguna de las especies del género radical de esta fami- 
lia poeyana—Pristipoma—tiene nombre vulgar entre nues- 
tros pescadores. Atendida, pues, la indole de este trabajo, 
me parece excusado el consignarlas. Solo diré que una de 
ellas—P. cultriferum—se nombra Viejo en Puerto Kico, y 
que no se ha observado en Cuba el P. Coro, que allá deno- 
minan francés. 

Especies de los géneros Orthopristis y Brachygenys, se 
hallan en igual caso. Son de tan poca cuenta por su concep- 
to alimenticio, que, como las Cutalinelas—gén. Anisotre- 
mus—no valen su mención. 

No acontece lo mismo con las especies del gén. Huemu- 
lon que voy á revistar, por la cantidad y aprovechamiento 
de sus carnes, mediocres” pero sanas. : 

Designase á los más con el vulgar de Rtonco, porque al 
sacarlos del tanque con el salabre, salabar ó redeña, y echar- 


64 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


los sobre cubierta ó en tierra, producen una especie de ron- 
quido grueso. 


A mi propia observación en distintas localidades y ocasiones, 
únese lo consignado por el Profesor G. Brown Goode sobre la si- 
nonimia vulgar de las especies de Diabasis y de Pomodasys más 
conocidas. Así, lo rojo subido de la cavidad bucal y la garganta, 
les valió el nombre de Red Mouth 6 Flannel Mouth; la costumbre 
de emitir el sonido ronco citado, dió fundamento para llamarlos 
Grunt, Pig-fish y Squirrel-fish, etc. 

Al Pomodasys fulvomaculatus, le llaman en el golfo de México 
Pig-fish y Grunt; en South Carolina y Bermudas, Sailors Choice; 
en North Carolina, de Georgia á Virginia, Hog-fish. 

Fúndase por otra parte, el nombre genérico técnico que 
Poey les asigna, en una mancha roja que casi todos tienen 
en la mandibula inferior. Es también común una pinta de 
color azul vivo, situada verticalmente en la mejilla. 

Por el tono y los labores dominantes en su coloración, 
nuestra gente de mar los agrupa en dos secciones: «Roncos 
prietos —que son listados —y Roncos blancos, de color uni- 
forme. 


También los pescadores norte-americanos nombran Black 
Grunt al Diabasis Plumieri; y Stearns alude á tres especies que 
abundan mucho en Key-West y sus cercanías, y se apellidan res- 
pectivamente Black Grunt, White Grunt y Yellow Grunt. 


Su carne es floja, poco gustosa, y por ello estos peces son 
de poca estimación en el mercado. 


Dr. J. ViLaró. 
(Continuará). 


REAL ACADEMIA. 


Acta de la sesión pública ordinaria del 28 de Febrero de 1892. 


Señores AcapÉmicos CONCURRENTES :—Presidente, Dr. Lastres, 
Dres.: González del Valle, Benasach, Santos Fernandez, 
Valdés, Torralbas (D. Francisco ), Torralbas (D. José), 
Montané, Lavín, Saenz, Cubas, Menocal, Vilaró, Macha- 
do, Plasencia, Pinlay y la fuardia, Secretario. . 


Abierta la sesión 4 la una y media de la tarde, el Secre- 
tario leyó el acta de la sesión anterior, que después de una 
rectificación del Dr. B. Saenz, fué aprobada. Se recibieron 
los periódicos y obras siguientes: 

BisLioreca—“El Mundo Médico; año 2” números 205, 
296, 297, 298, 299, 300, 301, 302, 303, 304, 305 y 306. 

“Le Bulletin Medical,” año 6” núms. 8 y 9. 

“La Independencia Médica,” año xxvu núms. 17 y 18. 

“Revista de Ciencias Médicas,” año 7? núm. 4. 

“Repertorio Médico Farmacéutico”; año 3? núm. 2. 

““Anales de la Sociedad Odontológica,” añio xr núm. 2. 

“Revista del Foro,” año 4? núm. 44. 

“Proyectos de reservas del ejército por D. Pedro Tomé 
y Vercruysse,” un cuaderno. 

El Presidente hizo presente que el Sr. Dr. D. Fernando 

T. xxIx—9. 


66 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


González del Valle, Académico honorario, honraba con su 
presencia la sesión. En seguida el Dr. Valle tomó la palabra 
manifestando la sorpresa que le causa la renuncia del Presi- 
dente vel Secretario anteriores, deplorando mucho la determi- 
nación de tan distinguidos compañeros, pero en consideración 
á lo que arroja el acta que acaba de leerse, no quiere dejar 
de hacer constar lo acertado que estima la elección de los 
Sres. Lastres y la Guardia, pues ellos se encuentran anima- 
dos de los mismos deseos y sentimientos que la Academia 
sigue en su constante afán de llegar á4 la perfección cientifi- 
ca á que aspira toda corporación de esta clase, y agrega que 
cuando él era catedrático, el tema favorito de sus progra- 
mas era el siguiente, y así decia á sus alumnos y oyentes: 
“¿Los que estamos al frente de la enseñanza somos los guat- 
dadores más inmediatos y responsables de la ciencia, y la 
posteridad nos pedira estrecha cuenta del depósito que se 
nos confiara. Por él tenemos el sagrado deber de manifestar 
lealmente nuestras opiniones con calma y aplomo, comba- 
tiendo las ideas y respetando las personas, y cuando de la 
discusión resulte una convicción contraria, debemos apresu- 
rarnos 4 confesarlo ingénuamente,” y si mis queridos com- 
profesores no olvidan mis palabras cariñosas, siempre reina- 
rá en las discusiones que aqui se suciten, la paz y la harmonía 
más completa. El Presidente devolvió su saludo afectuoso 
al venerable Dr. Valle, dándole las gracias por su aten- 
ción, y haciendo notar por otra parte toda la importancia 
que tienen los servicios tan notables prestados á la causa de 
la instrucción pública por tan esclarecido profesor. 

La Secretaría leyó una comunicación del Juzgado del 
Oeste, pidiendo un certificado, que justificase si en la Aca- 
demia se había informado algo relativo 4 la Zarzaparrilla y 
Polvos antihelmínticos de Hernández, y además, que de no 
haber llenado esos requisitos, los preparados indicados de- 
bían ser considerados entre los conocidos por especificos pa- 
tentes ó remedios secretos. La Academia acordó después de 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 67 


una breve discusión, en la cual intervinieron el Presidente 
y los Sres. Torralbas (D. Francisco) y Santos Fernández, que 
fuese contestado directamente por la Secretaría. 

El Dr. Cubas, uno de los ponentes de turno, leyó un 
informe acerca de una consulta que hace el Juez de Santa 
Clara, para investigar si se ha cometido d nó delito en el 
expediente sobre licencia del Secretario de la Audiencia de 
lo criminal de Santa Clara, prescrito en el artículo 319 del 
Código Penal. Puesto á discusión el informe y las conclu- 
siones fueron aprobados. 

El Dr. Valdés, también ponente de turno, lee un informe 
solicitado por el señor Juez de Bayamo en causa seguida por 
muerte de la morena Caridad Suarez, para que emita dicta- 
men con el propósito de hacer constar de una manera precisa 
el efecto de la extrangulación por la fuerza muscular de una 
persona. El Dr. Valdés termina su informe en estos térml- 
nos: “En vista de la deficiencia tan manifiesta del documen- 
to pericial y particularmente por la significación común de 
las lesiones dadas relacionada con la especie de muerte que 
se indica en la consulta, la Comisión tiene el honor de pro- 
pouer á esta docta Academia que se conteste al señor Juez 
de Bayamo con la siguiente conclusión. ““En el testimonio 
venido no está debidamente acreditado que la muerte de la 
morena Caridad Suarez fué resultado de la extrangulación 
por la fuerza muscular de una persona.” Tomado en consi- 
deración el informe lo mismo que las conclusiones fueron 
aprobados. 

El Presidente, en vista de lo avanzado de la hora, rogó 
al Dr. Santos Fernandez que suspendiera la lectura de su 
interesante trabajo acerca de los accidentes oculares del 
cardón para la sesión próxima, puesto que aún había par- 
ticulares de mucha importancia para tratar en la sesión de 
gobierno. Y habiendo accedido el Dr. Santos Fernández, se 
dió por terminado el acto, declarándose la Academia en 
Sesión de gobierno. 


MEDICINA LEGAL, 


Informe en causa contra el asiático A... Ch... por asesinato 
de Fo Vo yd. delle: 


(CONCLUSIÓN. ) 


Dos grandes causas que obran en el conducto medular y 
de manera perturbadora, tenemos en el actual caso: el reu- 
matismo por una parte, cuya existencia creemos no puede 
ponerse en duda; la sífilis por la otra, con sobradas proba- 
bilidades de existencia, 0 también haber influido sobre su 
padecimiento medular la acción del agua fria sobre su cuer- 
po á la que estuvo sometido en las obras del acueducto de 
Vento durante dos y medio á tres meses, teniendo entonces 
una causa á frigore, produciendo la alteración del eje raqui- 
deo, pudiendo haber traido esta causa una aptitud y alguna 
de las dos anteriores haber provocado la lesión. 

Esto sentado, encuentran el sintoma paraplegia. Este 
sintoma culminante vá acompañado de algunas contracturas 
de parte del miembro afectado, la disminución de la sensi- 
bilidad en algunos puntos y de anestesia completa de otros. 

El paciente refiere que el comienzo data desde fines del 
año 1880. La existencia del proceso, es pues de más de cin- 
co años. ste dato reseña la cronicidad del mal. Hay una 
lesión crónica de la médula y que parte de este eje se halla 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 69 


afectado: creen dichos facultativos que la lesión interesa los 
cordones antero-laterales de la médula, basándose en que 
las incitaciones motrices no se trasmiten á la periferia y di- 
chos cordones son los medios de trasmisión entre el cerebro 
y la periferia. 

La sustancia gris está afectada, lo cual se comprueba por 
las alteraciones observadas en la sensibilidad. Queda demos- 
trado, por lo tanto, la existencia de una mielitis transversa 
que ocupa indudablemente todo el espesor de la médula. 

¿A qué altura de la médula se halla situada esta lesión de 
que hacemos referencia? Hay que descartar la región cervi- 
cal, pues de lo contrario estarían afectados los miembros su- 
periores. Hay ausencia de fenómenos oculares, crisis gástri- 
cas, Uharcot, ete., ete. 

Tampoco hay la menor alteración de la palabra, ni de la 
deglución, lo que haría suponer una lesión más alta aún. 

La ausencia de los reflejos tendinosos les hace acentuar 
la creencia que la lesión está situada por debajo del ensan- 
chamiento lumbar, que se encuentra por encima de la déci- 
ma vértebra dorsal (Budge), de manera que la parte del 
órgano que se encuentra por debajo es la que sufre. Por lo 
cual diagnostican una mielitis transversa, circunscrita espe- 
cialmente en la región dorso lumbar. 

La lesión medular, como limitado proceso, no ha debido. 
provocar de parte del encéfalo alteración alguna. 

Caractéres de orden moral, 

Atención, percepción, parecen existir intactas, su me- 
moria parece presentar iguales atributos, recuerda perfecta- 
mente hechos remotos y cercanos y todo ello abundante en 
detalles. 

Sus facultades compresivas parecen guardar estrecha 
relación con su modo de ser, ilustración y género de vida. 

Dice sabe escribir medianamente y leer algo mejor, 4 
menudo le ven con libros ó recortes de periódicos, etc. La 
expontaneidad y cordura parecen ser los nortes de sus con- 


70 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


testas, pues estos caracteres revisten 4 nuestras investigado- 
ras preguntas. Eso sí, ello se verifica con torpe y para noso- 
tros poco menos que inteligible lenguaje, (la Comisión de 
Medicina legal, hace constar y para hacerlo valer en su 
oportunidad, que la palabra ¿nteligible debe significar todo 
lo contrario, pues de otro modo resulta un contrasentido), 
toda vez que ello es una confusa amalgama de chino y cas- 
tellano. Confesamos nuestra poca habilidad para entender 
bien esta especial jerga: no apreciamos realmente muchos 
de sus detalles; de los rasgos culminantes de sus peroracio- 
nes no nos damos perfecta cuenta. 

Su actitud es apropiada, respetuosa; apetito excelente, 
duerme trauquila y naturalmente. Los movimientos de los 
miembros superiores, expontáneos, ágiles, naturales. Su si- 
tuación es tranquila é indiferente. Por sus respuestas apa- 
renta no saber el motivo de su conducción á esta casa. Nada 
deja traslucir con respecto á la salida de ella. Parece que la 
libertad le es de todo punto indiferente. Toma 2 gramo de 
hidrioato de potasa, desde el 28 de Septiembre al 3 de 
Octubre de 1885. 

El Celador de la Sección en que está, lo mismo que los 
demás empleados, nada han notado en él de anormal. Ha 
negado siempre el homicidio ó asesinato porque se le acusa. 
Niega el hecho mismo. Dice también el profesor que des- 
pués de sus constantes observaciones el chino le parece 
cuerdo y asaz astuto. En 8 de Diciembre de 1885, ya toma 
2% gramos de ioduro de potasio y no ofrece variación. 

En 9 de Diciembre de 1885, consigna dicho profesor lo 
siguiente: “Por fin, y lo que inutilmente hemos intentado á 
menudo lo conseguimos al terminar nuestra visita de la tar- 
de de hoy. Por fin, A..., vista la actitud violenta y nues- 
tros propósitos amenazadores que aparentemente mostramos, 
ha confesado su crimen. 

Nos manifiesta que en el Hospital Civil de San Felipe y 
Santiago había herido 4 un pardo, cuyo nombre ignora, y 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 71 


“con motivo de defensa personal. Nos relata, en efecto, que 
una noche estando sentado sobre su cama y en el orinal, 
evacuando, vió aparecer al pardo de referencia, que, cuchi- 
llo en mano, se dirigió á su persona en son amenazante. 

Que en esto, cuando ya se acercaba, vió, sin saber cómo 
se apareció, el hombre blanco que ocupaba una de las camas 
vecinas y dando un golpe en la mano armada del pardo ci- 
tado dió lugar á que el cuchillo que éste portaba cayese en 
su cama. Esto le sugirió la idea de apoderarse de tal arma 
y con objeto de defender su persona, lo que á poco hizo hi- 
riendo al mulato. Que no sabe ó no recuerda qué se hizo 
del hombre blanco citado, ni que le haya herido. Solicitan- 
do los motivos ó las razones que pudiera aducir para darse 
cuenta de la actitud del pardo que se cita y con objeto de 
ver si de algún otro modo explicaba la suya, nos dice úni- 
camente: que él tomó la actitud señalada porque el sujeto 
herido, en unión á veces del blanco nombrado constante- 
mente, le insultaba y amenazaba desde su cama en que re- 
posaba. Este modo de ser, agrega, le tenía sumamente mor- 
tificado, pues él con nadie se metía. Termina su relato, 
poniendo de manifiesto que este hecho sucedió 4 una hora 
avanzada de la noche que él no puede citar y que fué en 
medio de la oscuridad, pues no había luz en la Sala del 
Hospital en que radicaba. 

Consta también en la hoja clínica un informe dirigido al 
Sr. Juez del Prado, con fecha 15 de Diciembre de 1885, y 
evacuado por los Médicos 1? y 22 de la misma casa, que así 
dice: 1? Que el asiático A .. C...,asilado en esta casa 
desde el 7 de Julio del corriente año, padece desde su in- 
greso de una mielitis crónica dorso lumbar. 2? Que dicha 
afección es la causa única de la paraplegia ó parálisis de las 
extremidades inferlores que este sujeto presenta y que le 
tiene reducido á la impotencia. 32 Que nada hay en la mar- 
cha presentada por dicha dolencia que nos faculte á afirmar 
provocase trastornos por parte del cerebro, y 4? (Que dicho 


72 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


sujeto ha dado, durante el tiempo que ha estado sometido 4 
nuestra directa observacion, evidentes muestras de normal 
funcionalismo intelectual, siendo, por lo tanto, un hombre 
cuerdo, y, como tal, responsable de sus actos. 

Otra ampliación al informe de 15 de Diciembre de 1885. 

Dicen los Sres. Profesores de la Casa general de Enage- 
nados, lo que sigue: 1% Que no tienen suficientes datos para 
poder precisar la fecha de la mielitis crónica dorso lumbar 
que dicho sujeto padece. 2? (Jue el padecimiento de dicha 
afección no trae consigo la irascibilidad de carácter. 3? Que 
no hemos visto que durante nuestra observación haya dado 
muestras de tener un carácter irascible, y 4? Que no hemos 
comprobado la existencia de placas escleróticas en el cere- 
bro, toda vez que creemos que el sujeto de referencia, pade- 
ce de la afección de la medula conocida con el nombre de 
mielitis crónica dorso lumbar; y ya también hemos dicho 
que en la marcha de la citada dolencia no hay nada que nos 
haga suponer provocase algún trastorno intelectual. 

Con respecto al diagnóstico del Hospital Civil, dicen: 1? 
Que la causa de la impotencia de las extremidades inferio- 
res no es principalmente la rigidez verdaderamente tetánica, 
que se señala en los periodos avanzados de la esclerosis de 
la médula espinal, y á la cual precede siempre, con mucha 
anterioridad, un estado parético especial. 

2? Que este estado, no vá acompañado nunca de desór- 
denes marcados de la sensibilidad, pues ésta se conserva ca- 
sl siempre en todas sus formas en los miembros afectados. 

3” Que la contractura propia del proceso esclerótico es 
del lado de los extensores, determinando la rigidez de que 
queda hecha mención, no tiene luger, como en el presente 
caso del lado de la flexión. 

4? Que la escuela de la Salpetriére, que sacó á esta lesion 
del caos de las mielitis crónicas, le asigna un temblor ritmi- 
co especial, tanto más manifiesto cuanto mayor es la am- 
plitud de los movimientos voluntarios y que solo tiene lugar 


. DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICASY NATURALES 713 


con motivo de ellos. En el presente caso hay ausencia del 
presente sintoma. 

52 Que como lo hemos hecho notar, hay ausencia de ese 
grupo de desórdenes cefálicos que tanto valer alcanza en la 
afección, polimorfa por excelencia, de que hacemos men- 
ción no ha presentado A... ni ambliopía ui nystagmus. 
Tampoco era particular de la palabra y menos ese vértigo, 
en general giratorio, por purte de la inteligencia no ve de- 
lirio de ninguna clase». Terminando la ampliación en la 
forma siguiente: «Que el asiático A... goza de completo 
fisiologismo cerebral y que como tal es apto para ser libre. 
Todo esto lo dijeron el 20 de Abril de 1886, los médicos 
1? y 2? de la Casa general de Enagenados. 

Informe del Dr. D. Francisco Gutierrez, de fecha 6 de 
Julio de 1886, dice así: 

Ingresó el asiático A... Ch..., hace cinco años, en este 
Hospital Civil de San Felipe y Santiago, procedente del 
Presidio Departamental de esta plaza. Antecedentes: su na- 
turalidad es Asia, soltero, cocinero, de 35 de edad, no pudo 
manifestar antecedentes de familia, pues salió de su país 
bastante joven, gozó de buena salud hasta la época de su 
pubertad, estando siempre dedicado á su oficio de cocinero; 
más tarde contrajo una blenorragia, de la cual curó en muy 
poco tiempo, con los medicamentos que le suministró un 
compañero y paisano que se decía médico. A contar desde 
esta época, empezó 4 padecer de fuertes dolores en las extre- 
midades superiores é inferiores, acentuándose éstos sobre 
todo en las regiones articulares de las extremidades inferio- 
res y atribuyendo dichos dolores no 4su enfermedad pasada 
sino á los quehaceres de su oficio: no ocurrió 4 médico, con- 
tentándose con darse fricciones varias que le proporcionaban 
aleún alivio. Más tarde, recluso primeramente en la cárcel 
y después en el Presidio Departamental de esta Plaza, donde 
siempre se encontró en pésimas condiciones higiénicas y 


formaudo parte de una de las cuadrillas destinadas á las 
M0 


74 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


obras de Vento y teniendo que permanecer á veces más de 
cinco ó seis días con el agua hasta más arriba de la cintura, 
los dolores se hicieron entonces desesperantes, faltábale la 
sensibilidad en las extremidades inferiores haciéndose difi- 
cultoso no sólo el caminar sino aún estar de pié, acompa- 
ñando ésto de dolores 4 lo largo del raquis y en la cabeza. 
Estando en dichos trabajos, dice también haber sufrido una 
caida, desde una altura muy regular sufriendo con este mo- 
tivo fuertes contusiones en las regiones glúteas y por cuyo 
motivo fué trasladado al Hospital, de donde salió como á los 
veinte días curado de sus contusiones, pero con más torpeza 
que antes para caminar; y por último, que aún estando en 
este estado y habiendo sido destinado á los trabajos, sufrió 
malos tratamientos con bastante frecuencia, recibiendo gol- 
pes en las regiones glúteas, piernas y espalda. 

Al ingreso en la Sala de su cargo dice el citado profesor 
que notó en el asiático de referencia que era de tempera: 
mento nervioso, uo mal constituido, en el completo estado 
fisiológico en lo que se refería á sus facultades mentales en 
lo que se refería á sus facultades mentalea, 4 excepción de 
dificultad suma no sólo en la emisión de la orina, sino tam- 
bién en el acto de la defecación, así como completa dificul- 
tad de moverse para verificar estos actos, por presentar ya 
en estado paraplégico completo. La cavidad toráxica no pre- 
sentaba ninguna alteración; su desarrollo muscular en las 
extremidades superiores era completo, no asi en las inferio- 
res en donde ya notamos una marcada atrofia de los múscu- 
los; la sensibilidad estaba completamente perdida en toda 
la extensión de dichas extremidades aún hasta en la región 
plantar, no presentando en su cuerpo ni señales de cicatrices 
que pudieran confirmar la caida que dice había sufrido ni 
aún los golpes que también nos dijo había recibido, pero ni 
aún muestras que pudieran hacernos ver que hubiese pade- 
cido de sífilis, confirmándonos esto último el examen de sus 
órganos genitales y la falta también de pléyades gangloniares. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 15 


Diagnóstico: paraplegia consecutiva á una afección medu- 
lar crónica. Durante bastante tiempo ha estado sometido 
dicho asiático 4 todos los tratamientos médicos racionales 
que están indicados en esta clase de afecciones, sin excluir 
los cauterios actuales y potenciales, asi como la electricidad, 
sin que se haya podido conseguir nisu curación, pero ni 
tampoco ninguna mejoria; creyendo por lo tanto que puede 
considerarse como incurable y por cuyo motivo en los últi- 
mos tiempos no hemos procurado más que sostener las fuer- 
zas del enfermo con buena alimentación y una medicación 
tónica apropiada. Son todos los datos que hemos podido 
reunir, apesar de no poseer bien el castellano el enfermo, 
para que éstos pudieran ser más precisos. 

Declaraciones de los Dres. D. Miguel Rivas y D. Julio 
Zúñiga, el primero médico del Presidio Departamental y el 
segundo, médico de las enfermerías de la Cárcel y el Pre- 
sidlo. e 

Consignan dichos profesores las generales que se han 
hecho constar ya en los otros informes y reconocimientos 
relativos al asiático A... Ch..., así como también los an- 
tecedentes ya conocidos, la caida, la blenorragia que sufrió 
y por último que cuando el tiempo estaba lluvioso padecía 
de dolores reumáticos que le hacian sufrir mucho: manifies- 
tan dichos facultativos que han notado completa abolición 
de la sensibilidad en los miembros inferiores; el reflejo 
plantar no existe, como tampoco el rotuliano, hay sensibili- 
dad exagerada en las apofisis espinosas y tranversal de las 
últimas vértebras dorsales y todas las lumbares, cuyo dolor 
no es constante, pues muchas veces lo han examinado y no 
ha dado señales de dolor; su sueño es tranquilo, digestiones 
son buenas; en los miembros paralizados se notan contrac- 
turas que le hacen imposible la extensión, su memoria es 
completa, este individuo lo hemos encontrado en una locua- 
cidad exagerada, queriendo se le permita decir un discurso, 
lo cual al concedérsele lo verifica descubriendo trozos de 


76 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


una obra que tiene en su cama y que se titula «El Presidia- 
rio político»; mezclando en su narración hechos completa- 
mente agenos 4 la obra mencionada, pasándose horas enteras 
hablando y cuando se le requería para que callase, ha des- 
obedecido poniéndose iracundo, á tal extremo, que ni la pre- 
sencia de los jefes del Departamental, ni las súplicas, ni las 
amenazas han podido conseguir que obedezca y se calle, 
cesando de hablar cuando ya casi no ha podido emitir la voz; 
en tal concepto los que declaran creen que el asiático A... 
Ch... padece de una mielitis dorso lumbar, causa de su 
paraplegia, que sus facultades intelectuales se hallan en 
completo estado de integridad, pero si que con frecuencia se 
pone irascible al extremo de perturbar sus facultades inte- 
lectuales de tal manera que ni las súplicas, ni las amenazas, 
ni nada le hace ceder en sus pretensiones; en tal concepto, 
si este individuo padece de una mielitis dorso lumbar pro- 
bablemente ascendente y hemos comprobado su irascibilidad 
por cualquier contrariedad y si Olivier y otros autores, creen 
que los enfermos de mielitis de la región cervical y del bul.- 
bo, presentan trastornos intelectuales, hasta el extremo de 
llegar al delirio furioso; pudiera ser que el desgraciado 
Ch... en los momentos de cometer su crimen, mortificado. 
por las privaciones propias del Presidio, por los dolores que 
pudieran habérsele presentado en esos momentos y por fe- 
nómenos congestivos medulares, que ascendiesen hasta la 
región cervical, pudieran determinar su irascibilidad. En tal 
concepto los que declaran dan por terminada la observación 
y formulan las conclusiones siguientes: Primero, que el 
asiático A... Ch... padece una mielitis dorso lumbar, pro- 
bablemente ascendente. Segundo: que en dicho individuo 
se encuentran sus facultades intelectuales en la actualidad 
en completo estado fisiológico. Tercero: que dicho asiático 
es irascible por haberlo comprobado en varias ocasiones. 
Cuarto: que la naturaleza de su mielitis no la han podido 
comprobar. Quinto: que en vista del padecimiento medular 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. WT 


que sufre, de su irascibilidad, creen que pudo, cuando come- 
tió el delito, encontrarse en un acceso dé irascibilidad que le 
hiciese cometer actos independientes de su voluntad. 

En vista de todos estos antecedentes, el señor Fiscal de 
S. M. pide á esta Real Corporación diga, si «el asiático Ch... 
está ó no loco ó demente, y en caso afirmativo, si delinquió 
en algún intervalo de razón, ó bajo la influencia de aquella 
enfermedad.» 

Positivamente, señores académicos, la pregunta del señor 
Fiscal de S. M., constituye en sí una incógnita difícil de 
despejar; y aunque los términos definidos que hemos podido 
hallar, sólo se encuentran en uno solo de los documentos 
que acabo de transcribir, cree la Comisión de Medicina 
Legal que, unidos á los resultados negativos encontrados en 
otros, ha llegado al conocimiento del estado mental del asiá- 
bieo. Ch». 

El primer documento que se ha ofrecido 4 nuestra con- 
sideración y siguiendo el orden en que se encuentran colo- 
cados en la causa, es una declaración del Dr. Gutierrez, que 
si en verdad consigna que el asiático Ch... en los momen- 
tos de la visita, que fué ú las tres de la tarde, estaba en com- 
pleto estado de razón; también dice que el citado asiático 
en las distintas ocasiones que ha permanecido en la Sala, 
presentaba un carácter irascible, no pudiendo precisar si en 
los momentos del hecho, estuvieran alteradas sus facultades 
mentales. 

El Dr. Menocal comprueba por distintos reconocimien- 
tos y en diferentes días y horas sintomas de alteración en 
sus facultades mentales; no fija el carácter de la perturba- 
ción, pero consigna el hecho; y en su consecuencia, pide su 
traslación al Asilo de dementes. 

El Dr. Marill, manifiesta que el referido asiático presen- 
ta alteraciones en sus facultades mentales, las que subordina 
á una esclerosis del cerebro; poco hace al caso la causa, ha- 
ciendo también palmario el desarreglo psíquico. 


18 ; ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


- Más adelante el Dr. Menocal vuelve 4 consignar, por de- 
claración, las mismas perturbaciones mentales y las refiere 
á su vez á igual causa que sus compañeros los Dres. Marill 
y Gutierrez; no atreviéndose asegurar que sea demente, to- 
da vez que tiene algunos aunque muy cortos ratos de lu- 
cidez. 

Bien se vé, señores académicos, que 4 los Dres. Menocal, 
Marill y Gutierrez les ha tocado la buena fortuna de haber 
observado al asiático Ch... en estado de casi completa per- 
turbación mental, pues no otra cosa se desprende de sus 
observaciones, y cuya respetabilidad es de todos recono- 
cida; conclusiones á que han llevado dichos profesores, ha- 
ciéndolas constar por declaración. 

La hoja clínica de la Casa general de Enagenados cons- 
tituye en sí un precioso documento, en el cual se ven resal- 
tar profundos y vastos conocimientos de la patología medu- 
lar. Se ha hecho un estudio detenido de la causa que moti- 
vara la paraplegia que sufre el asiático Ch... se precisa el 
diagnóstico y se determina el sitio de la lesión; ostentándose 
en todo ello conocimientos poco comunes, referentes á esta 
región del sistema nervioso. 

Pero, en lo que no estamos de acuerdo es, en las con- 
clusiones que se consignan con respecto al estado mental 
del procesado; y en apoyo de nuestras dudas se nos ocurre 
preguntar: ¿Cómo fué posible formar un juicio exacto acer- 
ca del estado psíquico del asiático Uh. .., puesto que este 
individuo, según dicen sus observadores, se expresaba con 
«torpe y poco menos que inteligible lenguaje, toda vez que 
ello es una confusa amalgama de chino y castellano?» (Aquí, 
señores académicos, volvemos ú4 recordar, que debe haberse 
olvidado la sílaba %n al escribirse el vocablo inteligible, pues 
de la otra manera, parecería un soberano contrasentido). 

Los expertos confiesan su «poca habilidad para entender 
bien esta especial jerga»; no aprecian muchos de sus de- 
talles. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 19 


Dicen que el procesado manifiesta que sabe leer y escri- 
bir: no haciendo constar tampoco, la comprobación de su 
dicho, y sólo se han dado perfecta cuenta del rasgo culmi1- 
nante de sus peroraciones. 

Manifiestan que durante el tiempo que lo han observado, 
no ha dado muestras de irascibilidad. 

Ha llamado mucho la atención de la Comisión que no 
se hayan consignado en el informe hoja clínica, si esta ob- 
servagión se hubo ajustado á la práctica establecida por los 
alienistas contemporáneos, con respecto al diagnóstico de 
los padecimientos mentales; pues siendo en el caso que nos 
ocupa, la irascibilidad el síntoma que llevado al colmo de 
su desarrollo, motivara la perturbación mental, no hemos 
visto consignado en ninguna de las partes del informe, el 
que se pusieran en juego los medios cientificos para provo- 
carla; y sin embargo, se ha negado el que pudiera presen- 
tarse, porque espontáneamente así no ha sucedido; consti- 
tuyendo esta deducción la base de sus conclusione. 

Y después de todo esto, señores, y sin haberse entendido 
el lenguaje de asiático Ch... y sólo por el «rasgo culminan- 
te de sus peroraciones», concluyen con toda la severidad de 
una expresión algebráica, diciendo: «que el asiático Á... 
goza de completo fisiologismo cerebral y como tal apto para 
ser libre.» 

Por último, señores académicos, una declaración de los 
Dres. Riva y Zúñiga. 

Este documento es, sin duda la verdadera luz, que nos 
servirá de guía para fijar conclusiones sólidas en este difícil 
laberinto. 

En él se consignan los hechos con la precisión y claridad 
que lo sabe hacer un: profundo conocedor de los difíciles 
problemas, que presenta la patología mental: se ha sabido 
hacer resaltar en todo su esplendor el síntoma delirante. 
Encontraron al asiático en una locuacidad exagerada, pide 
permiso para pronunciar un discurso, se le concede; y desde 


SO ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


este momento se desencadena la tempestad: mezcla á trozos 
de un libro, hechos completamente agenos 4 la obra, pasan- 
do en este estado horas y si se le impone silencio desobede- 
ce, poniéndose iracundo; desconoce la autoridad de sus jefes 
y sólo cesa de hablar cuando ya el cansancio físico le impi- 
de emitir la voz. 

Y para terminar diremos, que los Dres. Rivas y Zúñiga, 
despertando el furor en el cerebro del asiático, por el inter- 
medio de un procedimiento cientifico, han justificado las 
conclusiones de los Dres. Marill, Gutierrez y Menocal. 

Por todo lo cual, la Comisión de Medicina Legal de esta 
Real Academia cree que debe contestarse al señor Fiscal de 
S. M. de la manera siguiente: 

12 Que del estudio de los documentos que obran en la 
causa que se sigue al asiático A... Ch..., por homicidio, 
resulta: que dicho asiático sufre de un padecimiento de la 
médula espinal, que bajo determinadas condiciones puede 
producir la irascibilidad. 

22 Que la irascibilidad, llevada al maximun de su desa- 
rrollo, puede producir trastornos transitorios en las faculta- 
des mentales. 

37 (Que excepción hecha de los momentos en los cuales 
se ha despertado la irascibilidad, puede el asiático €... pa- 
recer un hombre cuerdo; siendo por la misma instabilidad 
de sus trastornos cerebrales, un individuo peligroso para la 
sociedad. 

4? (Jue cualesquiera de las causas que motiven la irasci- 
bilidad, pudieron muy bien haber determinado en el cerebro 
del asiático, profundas perturbaciones en los momentos de 


cometer el crimen, y encontrarse en dicho acto el procesado 
fuera de razón. 


G. J. BeExasacH. 
Mayo 13, 1888. 


QUIMICA LEGAL. 


INFORME SOBRE UN BALSAMO. 


(SESION DEL 11 DE DICIEMBRE DE 1887.) 


Don Blas Gonzalez de la Peña y D. Eusebio Hernández 
Rivero, presumen haber hallado un valioso recurso para el 
tratamiento de las quemaduras con un Bálsamo de su in- 
vención, así llaman ellos 4 un alcoholaturo de zumo de tu- 
yas, de tomate y de romerillo. 

Para aspirar al privilegio que solicitan han presentado 
una instancia, una Memoria expresiva de las materias de 
que se compone y una colección de cartas de amigos oficio- 
sos encomiando los servicios que han obtenido. 

¿Merecerá la composición los honores de un profundo 
examen?—-—Creemos que no,—por lo que se limitará la Po- 
nencia 4 manifestar que la legislación especial —Ley de Sa- 
nidad del Reino,—indica la forma y documentación que 
debe presentarse para esta clase de concesiones y como no 
se ha cumplimentado, sólo procede informar en sentido ne- 
gativo, haciendo presente á la vez que no cabe otro procedi- 
miento por tratarse de un producto farmacéutico y no 1u- 
dustrial. 

V. V. $. $. resolverán. 


Dx. R. CowLkeY. 


T. xxix—11. 


EXPOSICIÓN, 


Excmo. Sr. MixistrO DE ULTRAMAR. 


Excmo. Sr. 

La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- 
rales de la Habana, acude hoy á V. E. impetrando su valio- 
so auxilio, á fin de obtener que quede sin efecto la Soberana 
resolución que se ha servido dictar, disponiendo se suprima 
la corta subvención de mil pesos anuales que disfrutaba esta 
Academia en virtud de un Real Decreto del año 1863. 

Al acudir á V. E. en demanda de auxilio tan poderoso 
tiene esta Corporación la seguridad de que ha de encontrar- 
lo tan eficaz y cumplido, cuanto lo reclama la gravedad del 
daño que experimenta, con la mencionada supresión. 

Y abriga este convencimiento, Excmo. Sr., porque pene- 
trada esta Real Academia de la ilustración y espiritu justi- 
ciero del Gobierno Nacional, no duda, ni por un momento, 
que será atendida las razones en que funda su petición. 

Porque, en efecto, hay que tener en cuenta que esa sub- 
vención no es un gasto supérfluo, puesto que la Academia 
desempeña servicios públicos como cualquiera otro centro 
de Administración de la Isla. 

Hónrala el Gobierno General, consultándole en todas 
aquellas materias que por su indole está llamada á conocer 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 83 


y le es dado informar, especialmente en cuanto atañe á la 
higiene y á la salubridad pública, asuntos que por su noto- 
ria importancia no pueden ser en manera alguna desatendi- 
das por el Gobierno. También dictamina sobre las solicitu- 
des de patentes de invención que se dirigen al mismo Go- 
bierno General, velando y estudiando cuidadosamente para 
que no se concedan privilegios inmerecidos ni se implanten 
en el país industrias nocivas, por las cuales pueda peligrar 
la seguridad individual. 

Auxilía gratuita y constantemente á los Tribunales de 
Justicia, prestando directamenre su concurso en el examen, 
análisis é investigación de los hechos, cuva apreciación no 
está al alcance de los jueces y cuya prueba depende exclu- 
sivamente de las apreciaciones cientificas, como sucede en el 
reconocimiento y calificación del estado mental de presuntos 
criminales ó dementes irresponsables, y con esos servicios 
ahorra todos los años al Estado cantidades que exceden en 
mucho á la corta asiunación de que se le pretende privar. 

Además de los servicios de que se acaba de hacer méri- 
tos, propaga infatizablemente con asiduidad y constancia no 
desmentida un solo dia, la administración del virus vaccinal, 
contribuyendo de esa manera eficazmente á librar al pais 
de los horrores de las epidemias variolosas. 

Y por último, Excmo. Sr., eumpliendo esta Real Acade- 
mia los altos fines de su institución, estudia y discute en su 
seno, y propaga y difunde al exterior cuantos adelantos ad- 
quirimos y descubrimientos se realizan en las ciencias que 
el instituto cultiva. Por otra parte, sostiene un museo y 
fomenta una biblioteca pública, contribuyendo de este modo 
en cuantia no despreciable á la obra común de sostener y 
aumentar el prestigio de la Metrópoli como nación civiliza- 
dora en América, obra que no por su carácter inmaterial 
deja de ser tan necesaria á los fines politicos y administrati- 
vos de estas provincias, como el sostenimiento de una es- 
cuadra ó la conservación de un ejército. 


84 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


- ¿Y ante tan valiosos servicios que tantos y tantos gastos 
ahorran al Estado, sería injustificada aspiración pretender 
que no se prive 4 esta Corporación de la insignificante sub- 
vención de mil pesos anuales con que se la dotó desde hace 
tanto tiempo? 

Claro es que no, Excmo. Sr., tanto más cuanto que dada 
la pequeñez de la asignación que se reclama no es presumi- 
ble que queden indotados otros servicios de la administra- 
ción pública ni se desorganice su manera de ser. 

Y téngase en cuenta, lxcmo. Sr., que si por la supresión 
de esa módica asignación de la Academia, viniera á hacerse 
imposible la vida de ésta, ya de suyo trabajosa y difícil, el 
desempeño de los servicios indispensables que actualmente 
presta la Institución como poderoso auxiliar de la Adminis- 
tración de Justicia y del Gobierno, sin duda que había de 
costar al Estado cien veces más que esos insignificantes mil 
pesos con que hoy se ayuda á su sostenimiento. 

Por todas estas razones, Excmo. Sr., la Academia de 
Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, ocurre 
4 V. E. suplicando se sirva dejar sin efecto la disposición 
que suprime la subvención de mil pesos al año que para 
auxilio de sus gastos de material disfruta esta Real Acade- 
mia.—Gracia y Justicia que no duda obtener de la rectitud 
de miras en que se inspiran los actos del Gobierno de S. M. 


Dr. Joaquín Lastres, 


e --——_—— 


MEDICINA LEGAL. . 


Informe en causa contra D. 6... F... por el Dr. Nuñez. 


Iltmo. Sr. Presidente, Sres. Académicos: 


El Sr. Juez de Primera Instancia de Cárdenas, ocurre á 
esta Real Corporación para que se le informe sobre cuatro 
particulares que se indica en auto dictado el dia trece de 
Octubre del año próximo pasado, en causa seguida contra 
D. G... F..., por muerte de D. J... M..., acaecida en 
el Altamisal del dia tres al cuatro del indicado mes de Oc- 
tubre; acompañándose para el efecto, copia de varios lugares 
de la causa que son: 

A.-——Reconocimiento y autopsia practicada el dia cuatro 
de Octubre por el Ledo. D. J... S..., acompañado de dos 
testigos de asistencia. 

B.—Exhumación y reconocimiento practicado el dia do- 
ce de Octubre por los profesores médicos D. J... C... de 
EM Des Dr EE, 

C.—Auto dictado por el Juez actuante disponiendo se 
viga ú los profesores médicos D. A... N... y D.F... M... 
4 fin de que contesten con vista de los documentos anterio- 
res, á las mismas preguntas que se le hacen á esta Corpora- 
ción y que más adelante indicaremos. 


86 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


-D.—Informe emitido por lcs profesores A... N... y 
AS 

E. —Nueva declaración del médico que practicó la 
autopsia. 

I.—Nueva declaración de dos de los médicos que prac- 
ticaron la exhumación. 

G.—Y por último el dictámen fiscal y auto del Juez 
disponiendo se consulte 4 esta Corporación para que emita 
juicio sobre los particulares que interesa en su auto del día 
trece y que son los mismos particulares sometidos á la con- 
sideración de los Dres. D?A... N... yD.F... M... 

La Comisión de Medicina legal, entiende que solo debe 
tomar en cuenta las partes que en la exposición anterior ha 
señalado con las letras A. B. E. F. 6 sean los resultados de 
la autopsia, los de la exhumación y reconocimiento; y las 
declaraciones prestadas posteriormente por los profesores 
que actuaron en esos actos, puesto que el informe emitido 
por los Sres. A... N...yJ... M. . no suministra ningún 
dato nuevo sobre los hechos que se investigan. Este docu- 
mento es un trabajo análogo al que vá á realizar la Comisión 
informante, y aún cuando en él se hacen apreciaciones pet- 
fectamente cientificas, como quiera que no se busca un juicio 
crítico de los documentos periciales, sino el esclarecimiento 
de varios particulares que se deducen única y exclusivamen- 
te de la autopsia y la exhumación, 4 estas únicas fuentes 
habrá de ecurrirse para el objeto que nos proponemos. En 
cuanto al dictámen fiscal solamente puede servir para de- 
mostrar las dudas y perplejidades que con justa razón se 
deducen de los documentos periciales dando lugar á la ac- 
tual consulta. 

Examinemos, pues, los documentos indicados: A.—Reco- 
nocimiento y autopsia. Dice, que el cadáver se hallaba boca 
abajo; que presentaba dos heridas en el brazo derecho de 
forma circular, como producidas por arma de fuego, y otra 
sobre el muslo dorsal derecho, del mismo lado, correspon- 


. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 81 
b 


e 


diendo con las dos del brazo, estando situada en el tercio 
medio por su parte externa, la una, y que fracturando el 
hueso tuvo su salida por la parte interna, penetrando entón- 
ces por el dorsal derecho, 4 implantarse el proyectil sobre 
la sexta costilla del mismo lado, la que fracturó sin penetrar 
en la cavidad. Que en el resto del cuerpo no había marca 
ni señal alguna de haber sufrido violencia. Que en la cavi- 
dad cefálica se encontraban las meninges y dura madre, 
sumamente inyectadas. Que en la cavidad toráxica, estaban 
los pulmones algo inyectados, en particular el derecho, que 
correspondía al lugar de la fractura de la costilla, donde se 
notó un pequeño co4gulo sanguíneo; pero sin estar lesiona- 
do el pulmón. Que había pequeña cantidad de sangre en las 
cavidades izquierdas del corazón, estando vacías las dere- 
chas. Que el estómago estaba lleno de alimentos y como 
medio litro de vino. Y que el hígado, bazo é intestinos esta- 
ban en estado normal; deduciendo que lo que produjo la 
muerte del individuo fué una congestión cerebral, ocasiona- 
da, sin duda, por la impresión fuerte que experimentaría al 
recibir el balazo en el brazo y costado derecho. 

B.—Exhumación y segundo reconocimiento. Este acto 
se verifica ocho días después del sepelio. El cuerpo estaba 
completamente cubierto de barro, observándose á primera 
vista que las vísceras abdominales y toráxicas estaban al 
descubierto y varias de ellas descansando sobre la tierra, al 
lado derecho del cadáver, en el cual después de extraido y 
lavado convenientemente se encontró lo siguiente: 

Cabeza. —La piel del cráneo desprendida del hueso en 
forma de colgajo circular, como se acostumbra practicar en 
las autopsias, pendiente de la parte posterior, cubierta de 
pelo en algunos puntos de la parte externa. Una solución de 
continuidad en los huesos, hecha al parecer por una sierra, 
la que partiendo de la sutura témporo-occipital derecha, se 
dirigía hacia adelante, pasando por los arcos zigomáticos y 
superciliares de ambos lados, para tomar en la sutura tém- 


88 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


poro-occipital del lado izquierdo. Completada entónces la 
abertura del cráneo, se encontraron las meninges fuertemen- 
te inyectadas é incindiéndolas en forma de cruz, encontraron 
el cerebro reducido á una papilla rojiza. La cara estaba des- 
provista de sus partes plandas, conservándose los cartílagos 
que forman la nariz, pero no el tabique medio. Los globos 
oculares se hallaban en sus órbitas y se conservaban las ore- 
jas. En la boca faltaban varias piezas dentarias, no existía 
la lengua, el velo del paladar y todas las partes blandas de 
la cavidad faringea. 

Cuello.—El colgajo anterior no existía; los cartílagos la- 
ríingeos desprovistos de sus inserciones naturales; los múscu- 
los, cordones vásculo-nerviosos y traque-arteria en su lugar. 
La parte posterior inteyra; cubierta de jabón cadavérico. 

Torax.—La parte anterior desprovista del colgajo natu- 
ral de la autopsia que debió comprender el esternón y la 
parte anterior de las costillas. Las vísceras reducidas á frag- 
mentos y algunas ausentes. Del pulmón derecho solo existía 
el vértice, presentando algunas granulaciones tuberculosas; 
en el izquierdo había una incisión, que por su dirección pa- 
recía haber sido ocasionada en la autopsia. El corazón, las 
ramas arteriales que de él necen y el árbol bronquial falta- 
ban por completo. El diafragma desgarrado, dando paso al. 
bazo y parte del estómago, y el colon transverso repleto de 
materias fecales. Las costillas del lado izquierdo, unidas á 
la columna vertebral y cerradas por delante al nivel de las 
articulaciones diartrodiales, observándose en el borde supe- 
rior y hacia la parte media de la sexta costilla una escotadura 
de bordes rugosos, desprovista por completo exteriormente 
de las partes blandas, y al interior también desprovista de 
la pleura. Las seis costillas del lado derecho cerradas del 
mismo modo, pero en su mayor parte deprimidas de las ar- 
ticulaciones vertebrales y mezcladas con los restos de las 
visceras, y la sexta costilla de este lado, fracturada casi por 
su parte media, y desprovista por la cara externa de tejidos 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 89 


blandos, hallándose la cara interna cubierta por la pleura 
fuertemente equimosada y desgarrada. ll plano posterior 
del torax no presentaba lesión de ningún género, hallándose 
cubierto por jabón cadavérico. 

Abldómen.—La pared anterior desprendida por dos inci- 
siones en ángulo recto, estando el colgajo macerado y re- 
blandecido casi por completo. Las visceras de esta cavidad 
no conservaban sus relaciones naturales, estando algunas 
mezcladas con las toráxicas, mas sin presentar lesión alguna. 
Los órganos genitales casi destruidos por completo. 

Extremidades superiores. —El brazo derecho presentaba 
las partes blandas desgarradas, rebladencidas sin poderse 
apreciar sus relaciones; algunos músculos faltaban por com. 
pleto y de otros sólo existian restos pendientes de sus 
inserciones. El húmero fracturado por su parte media; los 
fragmentos no podían adaptarse por faltarles algunas esquit- 
las al superior. El antebrazo y la mano de este lado asi 
como todo el miembro izquierdo presentaban las partes 
blandas en el mismo estado, pero sin lesión alguna de los 
huesos. 

Bxtremidades inferiores.—Las partes blandas conserva- 
ban su forma y relaciones, en algunos puntos equimosis y 
desgarraduras con maceración notable de la piel y enfisema 
del tejido celular. 

Los profesores concluyen exponiendo que es imposible 
determinar cuántas heridas recibió el individuo, por no per- 
mitirlo el estado en que encontraron el cadáver; que por 
esa misma razón no pueden determinar la causa de la muer- 
te: que la autopsia no se ha practicado por los métodos clá- 
sicos en lo que se refiere á la cavidad craneana, pero sí pa- 
rece serlo en las otras cavidades; que las partes del cuerpo 
que faltan y estado del cadáver pueden provenir de la pu- 
trefacción, de la autopsia verificada, de la inhumación sin 
caja en tierra mojada, y ú4 la poca destreza de los que inter- 


vinieron en la exhumación, haciendo constar que en el ca- 
TT, xx1x=12 


90 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


dáver no encontraron bala ninguna, y por último, que no 
pudo examinarse lo suficiente el cerebro para diagnosticar 
que la muerte proviniese de una congestión cerebral, aun- 
que tal vez.se hiciese por los síntomas que presentó antes 
de la muerte; acregando uno de los profesores, que la autop- 
sia había sido imperfecta, por cuanto no fueron divididos 
por completo todos los huesos de la bóveda, pero que sin 
embargo, la separación de éstos permitía hacer constar si 
había ó no congestión de las meninges, pudiéndose deducir 
por analogía la congestión cerebral. Que el húmero estaba 
fracturado por su parte media con pérdida de sustancia; que 
también estaba fracturada la sexta costilla derecha; que en 
la sexta costilla izquierda existía una solución de continul- 
dad en forma de escotadura y que sin ser posible apreciar 
con seguridad la causa de esas lesiones es probable se debie- 
sen á un traumatismo externo. 

E.—Declaración del profesor J... S... que practicó la 
autopsia. Este acto tiene lugar el dia 21 de Noviembre y 
contestando varias preguntas, dice: que ratifica el diagnós- 
tico de congestión cerebral que entonces formuló, fundado 
en el aspecto anterior de la cabeza y parte superior del tron- 
co, que se encontraba fuertemente hiperemiado-—que había 
congestión profunda de las membranas del ojo—turgencia 
de la pituitaria y de la cavidad buco-faringea—que al corte 
de sierra en los huesos del cráneo, fluía la sangre con relati- 
va abundancia y que después que el corte permitió entre- 
abrir los nuesos notó la excesiva turgencia de la sustancia 
diplóica y la salida espontánea de la sangre de las arterios 
meníngeas lesionadas por los dientes de la sierra. 

(Que no habiendo notado por parte del corazón y del 
pulmón causa bastante para explicar la muerte del indiví- 
duo y sabiendo que sólo en los tres grandes centros circula- 
torio, respiratorio y cerebral puede existir, claro es que por 
exclusión podía asegurarse sin necesidad de llevar á cabo 
más adelante la autopsia, cuál había sido el origen de la 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 91 


muerte en este caso, por más que lo probaba suficientemen- 
te la hiperemia notable del diploe y las meninges, relacio- 
nando también el estado de plenitud del estómago y del 
alcohol que contenta; por lo que se vé, añadida la impresión 
moral consiguiente, cuál fué el mecanismo etiológico de la 
congestión cerebral que puso fin al indivíduo y que de nue- 
vo afirma de la manera más rotunda.— Agrega que el cadá- 
ver no presentaba más lesiones que la del brazo derecho y 
costilla del mismo lado; que no observó lesión alguna en la 
sexta costilla izquierda y que la autopsia fué practicada de 
la manera y forma prescrita por la ciencia, menos en el oc- 
cipital, que no separó por las mismas razones que tuvo para 
formar el diagnóstico de congestión cerebral y por últimio 
que las vísceras y los órganos quedaron en su lugar respec- 
tivo, después de haber practicado en ellos las operaciones 
que consideró necesarias. 

F.—Declaración de dos de los médicos que practicaron la 
exbumación. El Ldo: D. J.... D... y H:..:, dice: Que no 
le es posible determinar si la lesión notada en la sexta costi- 
lla izquierda fué producida antes ó después de la muerte; 
que el cadáver fué sepultado sin caja y que la exhumación 
fué difícil y larga, habiéndose empleado guatacas y otras 
herramientas que pudieron dañar el cuerpo. El Ldo. don 
M... M..., dice que la lesión que en forma de escotadura 
presentaba una de las costillas izquierdas debió ser ocasio- 
náda, como su forma lo indica, por un proyectil de arma de 
fuego. Que respecto á si fué producida durante la vida ó 
después de la muerte, no puede asegurarse de un modo ter- 
minante: que Tardicu, Mata y otros médicos legistas dan 
los caractéres de las lesiones óseas producidas durante la 
vida, pero que para ello se necesita conocer también el es- 
tado de las partes blandas y que estando el hueso cvando 
hizo su examen desprovisto de éstas, no se atreye d afirmar 
si fué inferida antes ó después de la muerte. 

Hasta aquí los datos periciales; fuera de ellos es de al. 


92 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


guna importancia tener en cuenta, que en el dictámen fiscal 
se hace observar, que el cadáver fué inhumado el día 4 de 
Octubre con las mismas ropas que vestía, y eran, pantalón 
de dril de color, camisa de cutré de color y botines de be- 
cerro; mientras que al efectuarse la exhumación el dia 12, 
se halló el cadáver, cubierto el tronco con un saco de heni- 
quén y las piernas con un pedazo de pantalón y botines de 
becerro, sin que hubiese más ropas en la fosa. 

Con tales elementos, hemos de procurar satisfacer al 
Juzgado en las diversas cuestiones que somete á la constle- 
ración de esta Academia. Ya podeis ver cuán pobres son 
ellos y cuánta es la confusión que se nota en los principios 
más elementales de la ciencia: Veamos, sin embargo, el 
mejor modo de llenar nuestra misión. 

Los particulares cuya solución interesa el señor Juez y 
están consignados en auto dictado el dia 13 de Octubre, son 
cuatro que señalaremos, haciendo en cada uno las observa- 
ciones que nos sugiere su estudio. 

1 ¿Las fracturas del húmero y costillas que presentaba 
el cadáver y las otras señales del mismo, acusan una ó más 
lesiones inferidas al individuo? ¿Pudieron ellas producir la 
muerte ó cuál fué la causa de ésta? 

Las heridas por armas de fuego suelen á veces producir 
lesiones múltiples y otras quedan reducidas á muy pequeñas 
proporciones. Hácese preciso tener en cuenta multitud de 
circunstancias á cual más importante, entre ellas el calibre 
del arma con que han sido ocasionadas, y distancia á que se 
ha hecho el disparo. En el caso que nos ocupa se trata de 
fractura del húmero y una costilla cuyas lesiones han podido 
ser ocasionadas por un mismo proyectil. Hoffman en su obra 
de Medicina legal, al tratar de las heridas por armas de 
fuego, dice: «haremos notar, por último, que una sola bala 
puede á veces dar lugar á más de dos orificios en la superfi- 
cie del cuerpo. Esto sucede, sobre todo, cuando el proyectil, 
después de haber atravesado una parte cualquiera del cuer- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 93 


po, entra en otra, ó cuando la bala encontrando una arista 
de hueso muy aguda, se divide en dos partes de las que 
cada una es rechazada en dirección diferente. 

De manera que en términos generales nada pueda opo- 
nerse á que una sola bala haya producido la herida del bra- 
zo con fractura del húmero y de una costilla, y también ha- 
ber seguido su marcha al través de las vísceras contenidas 
en la cavidad toráxica, ocasionando lesiones de mayor ó 
menor importancia, hasta salir por el lado opuesto, rompien- 
do otra costilla ó lesionándola por uno de sus bordes, y aún 
también salir al lado opuesto, rodeando la pared costal, sin 
lesión de los órganos internos. Mas para que estos principios 
puedan aplicarse á un caso concreto, es necesario que la re- 
lación entre las lesiones ocasionadas pueda establecerse de 
una manera indubitable. 

Si en el caso que nos ocupa, la autopsia hubiera sido 
practicada con todos los requisitos que exigen las autopsias 
judiciales, habría que aceptar los hechos tales como se seña- 
lan; empero, no sucede asi; dicho reconocimiento es por de- 
más deficiente y la deficiencia en los documentos médicos 
legales, quita á sus conclusiones la única base que les apoya. 
Para mayor abundomiento, el cadáver quedó en una dispo- 
sición tal, que se ha imposibilitado por completo la ulterior 
comprobación. No basta que el profesor diga que las vísce- 
ras y los órganos quedaron en su lugar correspondiente, sino 
que es condición indispensable colocar puntos de sutura en 
los colgajos, y aún no dar en los órganos más cortes que los 
de imprescindible necesidad para la investigación que se 
procura, de manera que siempre quede expedito un nuevo 
reconocimiento, cuyos resultados vengan á garantizar las 
conclusiones que se hayan formulado. Nada de esto se prac- 
ticó. Nada ha podido averiguarse con la exhumación del 
cadáver de M..., encontrándose que algunas vísceras cuyo 
exámen era de grandísima importancia, como el pulmón de- 
recho y el corazón, no se hallaron en el cadáver, que las 


94 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


relaciones musculares del brazo derecho estaban por com- 
pleto perdidas, no encontrándose de algunos músculos más 
que pequeños fragmentos, pendientes de sus inserciones, de 
manera que no ha podido comprobarse, 'si los agujeros de 
entrada y salida de la bala estaban en perfecta relación con 
el que se señala en el músculo dorsal derecho y que produjo 
la fractura de la costilla, ni tampoco si la bala se detuvo 
después de fracturar la costilla, ó si penetró en la cavidad. 
Tanto más, cuanto que fijándose en las inserciones costales 
del gran dorsal, éstas no pasan del ángulo de las costillas 
que se encuentra en su cuarto posterior, miéntras que el 
brazo en su situación normal está sobre las partes medias 
de las costillas. Si el orificio de la bala se halla en el dorsal 
derecho, como dice el profesor S..., sus relaciones con los 
orificios del brazo resultan algo violentadas. 

Son, pues, tantas las deficiencias que se notan en ese 
documento y que no han podido ser exclarecidas en el se- 
gundo reconocimiento, que no es posible resolver de una 
manera cierta si las lesiones inferidas 4 M... fueron por un 
sólo 6 más proyectil. 

Esto, en cuanto se refiere al primer extremo de la pre- 
gunta: respecto del segundo, diremos, que si la bala solo 
produjo la fractura del húmero y de la costilla, no es esta 
lesión bastante para producir por sí sóla la muerte. ¿Cuál 
ha podido ser entonces el motivo de ésta? Por demás com- 
plejo es este problema, pues numerosos son los accidentes 
que han podido sobrevenir y que no han sido tomados en 
consideración por el profesor que hizo la autopsia. Ln pri- 
mer lugar, ¿esa bala que fracturó el húmero, hirió ó no la 
arteria humeral? La lesión de este grueso vaso es causa de 
muerte rápida, si nose pone en práctica inmediatamente 
los medios con que cuenta la ciencia. En-segundo término, 
al fracturarse la costilla, ha debido ocurrir forzosamente la 
desgarradura de la arteria intercostal que se aloja en el ca- 
nal que ocupa el borde inferior de esos huesos, siendo la hp: 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 99 


rida de esa arteria causa frecuente de hemorragias internas 
que por compresión ocasionan la muerte. 

¿Ha podido la impresión recibida ser causa de la muer- 
te? Ya desde el tiempo de Claudio Bernard, había indicado 
este sabio fisiólogo; “que la detención del corazón ó síncope 
“puede suceder á cualquier acción perturbadora, violenta y 
“súbita de cualquiera naturaleza que sea;” y la opinión de 
todos los prácticos está de acuerdo con esos resultados, más 
también están de acuerdo en que ese fenómeno sobreviene 
en aquellos traumatismos, ejercidos en el epigastrio ó regio- 
nes próximas. Por otra parte, esos muertos por síncope ó— 
schok traumático-—dejan al corazón en estado de diástole y 
ensanchado ese óreano, y con sus cavidades, tanto 1zquier- 
das como derechas, llena de sangre liquida 4 muy fluida— 
mientras que en la autopsia se encontraron las cavidades 
derechas vacias y con pequeña cantidad de sangre las iz- 
quierdas. 

El estómago estaba lleno de alimentos y medio litro de 
vino: ¿podía esta circunstancia haber sido causa de alguna 
complicación? Las únicas posibles en ese estado, á los pul- 
mones y al cerebro. Cierto que en el estado de embriaguez 


suelen los traumatismos más sencillos ser seguidos de acci- 
dentes fatales, más para ello, es preciso que el individuo 


esté embriagado, y no basta tener vino en el estómago para 
deducir ese estado, tanto más si la cantidad es tan solo de 
medio lítro, ignorándose además, si ese vino estaba ó no 
mezclado con agua. 

Tardieu en sus magnificos estudios sobre las heridas, re- 
comienda averiguar en todos los casos, si el herido era per- 
sona entregada á la bebida, ó si se encontraba ébrio en el 
momento del accidente. Por otra parte, en las autopsias 1e- 
rificadas se demuestra que la acción mortal se verifica por 
una doble congestión á los pulmones y al cerebro. Los teji- 
dos de estos órganos se encuentran friables, el corazón poco 
voluminoso con el ventrículo izquierdo contraido y vacio; 


96 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


a 


siendo muy frecuente en la intoxicación aguda que se per- 
ciba el olor alcohólico bastante pronunciado. 

En el reconocimiento y autopsia, los pulmones y el co- 
razón no presentaban el estado antes indicado y en cuanto 
al cerebro, nada puede decirse, toda vez que no fué exa- 
minado. 

Por lo expuesto se vé, que no puede ser la Comisión más 
feliz en este segundo extremo de la pregunta que en el pri- 
mero, 4 menos de no entrar en el resbaladizo é inseguro 
terrenos de las suposiciones, de todo punto imposible acep- 
tar en trabajos de esta naturaleza. 

2? ¿El estado del cráneo cuando se exhiumó el cadáver, 
demuestra que esa región fué debidamente examinada al 
practicarse primeramente la autopsia, y en virtud de ese 
exámen ha podido determinarse que la causa de la muerte 
fuese una congestión cerebral? 


(Concluirá). 


INDICE 
REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA- 
BANA.—Acta de la sesión pública ordinaria del día 14 de Febrero S 
1892, por el Dr. Vicente de la Quardia, Secretario... .ocooooenooccoanccinnnos 
ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilar de 
REAL ÁCADEMIA.—Acta de la sesión pública ordinaria del 28 de Febrero de 
1892, por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. ....... e O 
MEDICINA LEGAL.—Informe en causa seguida contra el asiático A... Ch... - por 
A TON AN Lorocins secar 
QUIMICA LEGAL.—Informe sobre un bálsamo, por a Dr Ri Coulégs ceder 
Exrosrción al Sr. Ministro de Ultramar ....... S OS e po 
MEDICINA LEGAL.—Informe en causa contra D. $... T.. dor a Dr. Mates 7 


ExToMoLOGIA.—Contribución al estudio de los Cleanteras de la Isla de Cu- 
ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 2 eps 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


—_— a 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. ? 

El precio de la suscrición es de $3-50 centavos por semestres adelantados - en pe 
Habana, y $1-50 centavos en el resto de la Isla. 

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven 
den: los 26 yolúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de - 


los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 


Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, 
porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman 
por el Dr. Finlay. 


TAL ACADEMIA 
ps MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 


Eb DE LA HABANA. 


— —. _— 


REVISTA CTEXN:ECPICA. 


a A 


DIRECTORES: 


D. José YT. Torralbas y D. MWIarcos de J. Welero. 


- ENTREGA 335.  * 


Es TOMO XXIX. 
AGOSTO 15. 


PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA 
DIRIGIRSE DIRIGIRSE** 
£L DR. D. MISUEDL BIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA e CALLE DE CUBA 
CAMPANARIO NUMERO as. (EX-CONVENTO DESAN AGUSTIN.) 
: : HABANA. 


Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
1892 


5 


sigue: 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del dia 27 de Marzo de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Melero: Docto- 


res: Oastellanos, Valdés, Riva, Beato, Cubas, Saenz 
(don Braulio), Cususo, Lavín, Santos Fernández, Ra- 
mos, Montané, Nuñez, Benasach y La Guardia Secre- 
tario. 


Se abrió la sesión á la una y media de la tarde con asis- 
tencia de los Sres. Académicos que anteceden. El Sr. Pre- 


sidente Dr. Lastres excusó su asistencia. Leida el acta de: 
la sesión anterior, fué aprobada. 


Se dió cuenta del movimiento de Secretaría que es como 


CORRESPONDENCIA RECIBIDA.—Oficio del Sr. Capitán del 
Puerto reclamando el legajo referente 4 las ejecutorias se- 


.guidas contra el enajenado M. F. P. 


Comunicación del Director de la Casa de Dementes, ma- 
nifestando á la Academia haber puesto á su disposición al 
enajenado don M. F. P. para nuevas observaciones. 
CORRESPONDENCIA REMITIDA.—Comunicación al Dr. J. 1. To- 
rralbas participándole su nombramiento de Redactor de los 


ANALES. 
Taxis. 


98 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Remitido oficio con informe al Juez del Distrito Oeste, 
sobre delito prescrito en el articulo 319 del Código. 

Brguroreca. —Seguidamente el Secretario de la correspon- 
dencia extranjera acusó los siguientes libros é impresos re- 
cibidos durante la última quincena: 

“Diario de la Sociedad de Historia Natural de New-Jer- 
sey”, vol. 11., núm. 2. 

“Trabajos de la Sociedad de Medicina Americana,” vol. vr. 

“Décima Memoria anual del Director de la Sociedad 
Geológica de los Estados Unidos,” 1 tomo, pasta. 

“Trabajos de la antedicha Sociedad,” 1 tomo. 

Siete cuadernos de la “Academia de Ciencias de Viena”. 

Cinco, idem iden. 

“La Tribune Medical,” año xxv, núms. 7 y 8. 

“El Hipnotismo y la sugestión,” 1 cuaderno. 

“Discurso del Sr. Genove y contestación por el doctor 
1. Bertran y Rubio,” 1 cuaderno. 

“Revista Cientifico-Mercantil,” año 111, núm. 37. 

“Revista del Foro,” año 11, núm. 45. 

“La Abeja Médica” (Habana), año 1”, núm. 2. 

“Revista de Ciencias Médicas,” año vir, núm. 5. 

“Revista Cubana,” año vir, núm. 2. 

““Aguas y Baños minero-medicinales de San Vicente de 
Pinar del Río,” por D. José Morales Moreno, 1 cuaderno. 

“El Eco de las damas,” año 11, núms. 15, 16 y 17. 
“La Revista de Ciencias Médicas,” año vir, núm. 6. 
“El Profesorado,” año 1, núms. 5, 6 y 7. 

“La Independencia Médica,” año xxvHn, núms. 21 y 22, 

“Memoria del Presidio de la Habana,” 1890 á 91, 1 cua- 
derno. 

Una lámina del Dr. A. Perez Vaudlafeln, sobre biología. 

“Revista de Medicina dosimétrica,” año xtv, núm. 157. 

“Revista dental,” año 11, núm. 5. 

El Dr. Casuso pide la palabra para dirigir una comuni- 
cación oral á la Academia acerca de dos particulares impot- 


A r , y 
DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 99 


tantes. El 1% se ocupa de una ovariotomia llevada á efecto 
hace hoy once días, en esa operación hay que notar dos 
circunstancias muy notables: se trataba de un quiste multi- 
locular del ovario derecho, rodeado por el ligamento ancho 
y con grandes adherencias al peritoneo parietal y á las asas 
intestinales y de tal manera eran extensas esas adherencias, 
que la pared del quiste formaba una sola hoja con el perito- 
neo, y al desprenderlo se arrancó, lo que no fué posible evi- 
tar, una porción del peritoneo parietal. Estas adherencias 
hicieron necesarias muchas ligaduras y como no habla pe- 
diículo, fué preciso hacer una disección minuciosa dejando 
una extensa superficie cruenta. Igualmente se estirpó el 
ovario izquierdo por encontrarse quitico, ofreciendo un ta- 
maño como de una naranja, con cinco ó seis quistes en su 
superficie. 

Los puntos sobre que llamó la atención el Dr. Casuso se 
referían el uno á la importancia del drenaje, tal como lo 
aplica Martín; y el otro al uso de las esponjas antisépticas 
de gaza. Las experiencias que ha hecho el Dr. Delgado con 
las esponjas comunes demostraron al Dr. Casuso que de 
ningún modo era posible hacerlas asepticas; desde entónces 
no emplea sino las mal llamadas esponjas, formadas por un 
pedazo de algodón bórico ó fénico envueltos en gasa anti- 
sépticas, empleándolas tan solo una vez y desechándolas en 
seguida. 

Han sido empleadas por el Dr. Casuso tres veces, con 
éxito, en operaciones como la indicada, que tuvo de dura- 
ción dos horas y media. ll drenaje se hace indispensable 
en aquellos casos en los cuales quedan en el abdómen gran- 
des superficies cruentas; y el método de Martín consiste en 
colocar un tubo de goma forma de T en el saco de Douglass, 
teniendo cuidado que la rama horizontal descanse en el fon- 
do del saco, que es el punto más declive, y la rama vertical 
se hace salir por la vagina, practicando una perforación en 
su pared y después de desinfectar la vagina se rodea esta 


100 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


rama de gasa yodoformada, que absorbe la secreción y en 
consecuencia dificulta la infección por esa vía. 

El otro particular anunciado por el Dr. Casuso, es refe- 
rente á los actuales depósitos y vertederos de basuras en un 
lugar muy cerca de la Ciudad; y como la Academia por su 
Reglamento se encuentra obligada á velar por la salud del 
pueblo, se hace necesario que haga oir su voz, protestando 
de ese hecho, y que demuestre así que no es una Corpora- 
ción muerta. En consecuencia de lo que acaba de exponer, 
pide que se tome en consideración todo lo que ha dicho. 

El Dr. Montané cree oportuno sustituir el nombre de 
esponjas por el de tapón absorbente ú otra palabra que es- 
cluya el nombre de esponja para evitar errores. En cuanto 
al depósito de basuras, está particularmente interesado en 
ello, y pide á la Academia que nombre una comisión que 
visite el lugar para que después emita informe. 

El Dr. Santos Fernandez opina con el Dr. Montané, que 
esos algodones no deben llamarse esponjas sino aleodones 
absorbentes, y en cuanto ád lo relativo 4 las basuras acepta 
lo dicho por el Dr. Casuso. 

El Dr. Lavín dice que el drenaje de la cavidad de Dou- 
glas es excelente tratamiento, que todos los abcesos pelvia- 
nos se abren en la vejiga, en el intestino, en la pared abdo- 
minal ó en la vagina, estos últimos son los menos peligrosos 
y los que con más frecuencia se curan. 

El Dr. Vaidés entiende que se discuten dos cuestiones 
diferentes, que cada una debe seguir su turno, pide á la 
Academia diga si acepta ó nó, lo propuesto por el Dr. Casu- 
so y que se continúe la orden del día. 

El Dr. Casuso rectifica algunos particulares, diciendo que 
ya había pensado suprimir 4 esos algodones el nombre de 
esponjas, por primera vez fueron empleadas por Pozzy y el 
Dr. Delgado, que se ha ocupado especialmente de ellas, es 
al que le corresponde darles nombre. 

El Dr. Santos Fernandez hace presente que desde hace 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 101 


algunos años, solo usa algodones asépticos, en lugar de es- 
ponjas para las operaciones que su especialidad le exije prac- 
ticar. 

Il Presidente comunica á la Academia que tomado en 
consideración lo propuesto por el Dr. Casuso, en su oportu- 
nidad será tratado, y que por el momento debe continuarse 
la orden del día. 

El Dr. Santos Fernandez lee una comunicación sobre la 
acción del Cardón en los ojos (Euforbía antiquorum), el Car- 
dón es una planta de la familia de las Enforbiaceas, que se 
emplea en los alrededores de la Ciudad para hacer cercas. 
Está muy cargada de una savia irritante, y muchas veces ha 
pensado si debía prohibirse su uso en poblado. Ha observado 
más de treinta casos de enfermedades oculares, provocadas 
por el Cardón, y cita un caso del Dr. Ramos, de envenena- 
miento de una niña que tomó leche de una chiva que había 
comido el Cardón. El jugo ó savia produce en los ojos un 
fuerte dolor, fotofobia y lagriméo, puede dar lugar á ulce- 
raciones, leucomas, y también la pérdida completa de la 
vista por propagarse la inflamación al fris y á los procesos 
ciliares. 

El Dr. Saenz habla acerca de los peligros que ofrece el 
humo de la yaba y cree que también debía prohibirse por 
los lamentables efectos 4 que dá lugar, y pregunta al doctor 
Santos Fernández que si en el caso citado por el Dr. Ramos 
de envenenamiento por la leche de chiva se debe atribuir á 
que si el animal comió la flor ó las hojas del Cardón. 

El Dr. Santos Fernández dice que si la planta es vene- 
nosa en su savia, bien puede tener ese privilegio en todos 
sus órganos, pero que de todos modos trasmite la pregunta 
al Dr. Ramos. 

El Dr. Ramos contesta, que en Europa y en los Estados 
Unidos se tiene especial cuidado en la siembra de plantas 
venenosas, lo que aquí se encuentra bastante descuidado. 
En el caso de envenenamiento por la leche de chiva, afirma 


102 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


que ésta comió la corteza del tronco del Cardón, y que es lo 
único que por el momento puede contestar. 

El Dr. Santos Fernández anuncia que en la actualidad 
el Dr. Diago está haciendo estudios químicos acerca del par- 
ticular, cuyo resultado comunicará á la Academia. 

El Dr. Valdés cree que la observación carece de impot- 

tancia, bajo el punto de vista clinico, porque no hay segu- 
ridad que el envenenamiento haya sido producido por la 
leche. Discutido suficientamente el punto y terminado, con- 
tinuando la orden del día, ocupó la Secretaria el Dr. Caste- 
llanos, pasando á la tribuna el Dr. La Guardia para dar 
lectura á un informe acerca de la obra “Nuevo Hospital de 
Madrid” remitida por el Sr. D. Manuel Cano y de León para 
obtener el título de Miembro Corresponsal. El informe fué 
tomado en consideración, dejando la votación, según previe- 
ne el Reglamento, para la sesión de gobierno. 

Continuando la discusión acerca de la proposición del 
Dr. Casuso, dice el Dr. Castellanos que está de acuerdo que 
se apruebe la moción presentada por el referido profesor, 
para que se envie al gobierno un informe sobre los depósi- 
tos de basuras, y la cree tanto más razonable, cuanto que el 
Excmo. Sr. Gobernador Regional ha manifestado en la Jun- 
ta Provincial de Sanidad, que desearía oir todas las opinio- 
nes, para obrar con acierto en asunto tan importante, no 
solo de las Corporaciones, sino también de los particulares, 
y que podría llegar 4 establecer un premio destinado 4 aquel 
que mejor resolviera el problema. 

El Dr. Saenz agrega que desconocía ese nuevo aspecto 
del asunto, y que si el Dr. Castellanos habla 4 nombre del 
Sr. Gobernador la cuestión reviste mayor importancia, y 
que lo lógico es que se nombre, de seguida, una comisión y 
que ésta informe. 

El Dr. Nuñez se sorprende que el Gobierno Regional 
ignore que en la Habana hay una Academia, centro consul. 


14 


tivo del Estado, 4 la cual pudo haber pedido informe, que 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 103 


el Dr. Castellanos, Académico, debía haberlo comunicado 
á Su Excelencia y que es hasta cierto punto depresivo para 
la Academia adelantarse 4 emitir informe sobre un particu- 
lar de tanta importancia, habiéndose prescindido de ella. 

ll Dr. Gubas disculpa al Gobernador, diciendo que éste 
había manifestado que consultaría á la Academia, después 
de haber oido el informe de la Junta Provincial de Sanidad 
y haciendo cargos al Sr. Secretario de esa Junta, que es á la 
vez Presidente de la Sección de Higiene de la Academia, 
dice que en él recae toda la culpa del conflicto que en la 
actualidad hay que resolver; termina agregando que alguna 
culpa debe corresponderle también al Dr. Castellanos por 
haber informado en contra de la protesta de la Sociedad de 
Higiene. 

El Dr. Nuñez se congratula de oir lo que acaba de ex- 
poner el Dr. Cubas, tanto más, cuanto que siempre había 
considerado al Sr. Casá como una persona ilustrada que 
observaba marcada corrección en su trato con las Corpora- 
clones. 

El Dr. Casuso está de acuerdo en parte con el Dr. Nu- 
ñez, porque la Academia debe" protestar de un modo enér- 
gico contra el atentado que se comete en perjuicio de la sa- 
lubridad pública y en este sentido debe dirigirse al Gobierno 
Regional puesto que así lo autoriza el Reglamento. 

ll Dr. Castellanos eree que no son muy justos los cargos 
que le dirije el Dr. Cubas; que él se ha limitado á contestar 
á una protesta de la Sanidad de Higiene, la cual no se basa- 
ba en razones bastantes sólidas, que no podía defender ni 
censurar las condiciones del terreno que se había escogido 
para depósito de basuras, puesto que no lo conocía. 

Replica el Dr. Cubas al Dr. Castellanos y le hace pre- 
sente que de ningún modo debía haber informado si no tenía 
conocimiento de lo que iba á tratar. 

El Dr. Nuñez está de acuerdo también con el Dr. Casuso 
y cree que sería suficiente hacer constar que en esta sesión 


104 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


se habia protestado del lugar escojido por el Ayuntamiento 
para depósito de basuras. En cuanto al Dr. Castellanos, no 
aprueba de ningún modo su conducta, puesto que ha obrado 
en este caso como Pilato; debió haber ilustrado á la autori- 
dad, cooperando al éxito de la instancia de la Sociedad de 
Higiene, poniendo por su parte los argumentos que dice le 
fataban para justificarla. 

El Dr. Castellanos habla por última vez y dice que él se 
limitó en su contestación á la instancia de la Sociedad de 
Higiene, que estaba desprovista de razones suficientes para 
oponerse á la instalación de los nuevos basureros. 

El Dr. Saenz elogia el elevado criterio de dignidad del 
Dr. Nuñez, pero cree que la Academia tiene un deber prác- 
tico que llevar á efecto y pide en consecuencia que se nom- 
bre una comisión que visite esos basureros y que emita 
informe haciendo constar todo lo malo que encierra ese lu- 
gar y las infracciones que se cometen en contra de la Hi. 
SIene 

Puesta 4 votación la proposición iniciada por el Dr. Ca- 
suso acerca «dle las basuras, la Academia acordó que una 
comisión formada por los Sres. Académicos Dres. Nuñez, 
Montané, Cabas, Saenz, Paradela y el “Secretario visitase 
aquellos lugares, para que informasen acerca del particular, 
quedando citados para una sesión privada y extraordinaria 
que tendria lugar el 30 del actual á las 7 de la noche. 

Quedando con ésto, terminada la sesión. 


—_———————MMA%—4 A 


, 


CONTRIBUCIÓN A LA PROFILAXIA DE LAS FIEBRES REINANTES. 


Iltmo. Sr. Presidente; Honorables Colegas: 
Señores: 


No parece que debiera entretener vuestra ilustrada aten- 
ción para tratar de asuntos que constituyendo verdades re- 
conocidas por la ciencia dejen de contener ideas nuevas que 
merezcan ser traidas á un Cuerpo de tan altos conocimientos; 
donde Jos datos más recientes, los descubrimientos más 
insignificantes, así como los más importantes, son de todos 
conocidos, pero de cualquiera de esas verdades de la ciencia 
de hoy suelen deducirse nociones y hasta procedimientos 
prácticos que bajo el doble punto de vista del progreso cien- 
tifico y del bien de la humanidad, puede ser conveniente 
tratar. 

El ambiente patológico que nos circunda, lo que hasta 
ahora hemos llamado Constitución Medica, queriendo con 
ello significar un modo de ser que imprime fisonomía pecu- 
liar á las enfermedades, merece á mi modo de ver, un aten- 
to exámen que dé por resultado la adopción de algunas me- 
didas capaces de modificar la situación; entre los deberes 
que la delicada y honrosa profesión de Médico impone á los 
que la ejercen, no es el menos importante el que le ordena 
dar á conocer cualquiera idea 6 procedimiento que imagine 

LT. FxI=14, 


106 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


/ 


ó adquiera y que más ó menos directamente, pueda contri- 
buir á la curación Ó 4 la profilaxia de una enfermedad: ve- 
lar por la pública salud, vivir siempre alerta y dispuesto á 
dar la voz de alarma en el primer instante en que se vis- 
lumbre un peligro, señalar los medios de evitarlo ó comba- 
tirlo, he aquí señores uno de los lueludibles deberes de ese 
ser lleno de abnegación, que siempre abstraido de su pro-. 
pia personalidad pasa por enmedio de la bulliciosa sociedad, 
mostrando su cabeza prematuramente encanecida por el es- 
tudio y la meditación, siempre preocupado del bien de los 
demás. 

Sentado, pués, como principio que es un deber del Médi- 
co hacer oir su voz cada vez que la salud pública lo requie- 
ra, no se extrañará que os pida algunos momentos para 
desde esta tribuna que la palabra de tantos distinguidos 
compañeros viene ilustrando hace tiempo, exponer ciertas 
ideas que quizás puedan coadyuvar á ese fin. 

Hace más de dos meses se vienen observando en la ciu- 
dad numerosos casos de fiebres que por ser muy repetidos 
van ocasionando la consiguiente alarma: al principio, la 
prensa periódica llamó la atención sobre el hecho, más tar- 
de las estadisticas demográficas han ido presentando cierto 
número de casos que habrian bastado para justificar las me- 
didas que se debieron tomar y que por desgracia no se han 
tomado: desde los primeros días de la aparición de las cita- 
das fiebres los Médicos dedicados á lá práctica civil, al co- 
municarnos nuestras respectivas impresiones, nos llamába- 
mos mútuamente la atención sobre el número de casos que 
observábamos, y hasta en el público mismo, se hablaba y se 
habla de la fiebre reinante, pero las cosas no han pasado de 
ahi por más que de tiempo en tiempo, el nombre de alguna 
victima conocida haya aparecido impreso en los periódicos, 
precedido del clásico E. P. D. que lo señala como el de un 
ser extinguido. Ese nombre conocido, despierta por uno ó 
dos días la atención pública que pronto es solicitada por 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 107 


cualquier otro suceso, el lúgubre aviso es olvidado y la fie- 
bre continúa silenciosa su marcha invasora. 

Cierto es que el número de victimas no es tan grande 
gracias 4 la inteligencia, me complazco en decirlo, de nues- 
tros Médicos, pero si las víctimas no son numerosas, lo son 
en cambio las invasiones, que tienden más bien á aumentar 
que á disminuir, observándose que su gravedad decrece á 
veces durante algunos días para volver después á acen- 
tuarse. 

La mayor parte de los colegas presentes habrán tenido 
ocasión de comprobar por sí mismos cuanto llevo dicho, y 
seguramente muchos de entre ellos tendrán anotadas entre 
las visitas de hoy, dos ó tres casos de individuos atacados de 
la citada fiebre. 

Con lo que se prueba que la extensión que esta enfer- 
medad ha alcanzado entre nosotros la hace merecer los ho- 
nores de epidemia, pues sl bien la gran mayoría de los ca- 
sos no revisten el carácter de suma gravedad, en cambio es 
innegable que todos presentan signos que les son comunes 
como á continuación se verá. 

Después de una invasión más ó menos lenta en que 
figuran la cefalalgia, el malestar general acompañado de ca- 
lofrios, generalmente poco intensos, y perturbaciones diges- 
tivas ya de las primeras, ya de las segundas vias que son 
más frecuentes y que las familias atribuyen á ingestas y ca- 
lifican de indigestiones, el enfermo se siente por intervalos 
febril: á estos prodomos más ó menos largos sucede la fie- 
bre contínua acompañada de estupor y que alcanza hasta 
40” C. y á veces hasta 40 y décimos y en algunos casos, 
los menos por fortuna, hasta 41% €. Coinciden con estas 
temperaturas que llegan á su máxima durante las noches y 
decrecen por las mañanas, las deyecciones fétidas los borbo- 
rismos de la fosa iliaca derecha, acompañados de dolor á la 
presión, la timpanitis, dolor epigástrico, y lengua seca, subu- 
rrosa y de bordes rojos: la respiración suspirosa, á veces li- 


108 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


gera tos y estertores sibilantes en la base de los pulmones; 
4 los pocos días (después de cumplirse el primer septenario) 
he observado algunas manchas lenticulares rosaceas en la 
región epigástrica ó en los hipocondrios. 

Esta fiebre que dura, quince ó veinte días poco más Ó 
menos, suele ir aumentando de gravedad hacia el octavo 
día y poco á poco 1r adquiriendo la fisonomía tífica obser- 
vándose en este casco que los sintomas adinámicos predomi- 
nan generalmente sobre los atáxicos. 

No he querido cansar la ilustrada atención de S5..S5. 
describiendo detalladamente cuadros que diariamente esta- 
mos viendo; esto, sobre ser enojoso seria innecesario, básta- 
me para el objeto que me propongo y que no es otro que el 
de colocar las fiebres que nos ocupan en el grupo de las ti- 
foideas, dejar señalados los rasgos principales de su sindro- 
ma; los cuales, no pueden corresponder á ninguna otra es- 
pecie patológica como alguien ha pretendido, porque su 
intensidad sea mayor ó menor, ó porque no lleguen 4 ad- 
quirir su completo desarrollo. 

Fiebres tifoideas han llamado nuestros Médicos á las fie- 
bres que hoy reinan en la Habana y en verdad que no se 
les puede dar otro nombre, porque sus sintomas, su marcha 
y hasta su terminación que de cuando en cuando es funesta 
como para identificar su naturaleza con ese dato' más, no 
permite que á otra especie nosológica se les agrnpe. 

Ese golpe asestado á lo intimo del organismo, que va á 
interrumpir el funcionamiento de los nervios reguladores de 
los centros termógenos, no puede provenir más que ó del pa- 
ludismo, 6 del veneno tifico; en el primer caso presenta otro 
aspecto, otro modo de*ser que no necesito recordaros, y que 
si alguna vez llega 4 confundirse, existe una piedra de to- 
que que desvanece toda duda, la quinina, que cuando no lo 
cura, le imprime modificaciones inequivocas: pues bien, dé- 
se quinina á los enfermos de que venimos ocupándonos y se 
observará que ni la marcha de la fiebre, ni los fenómenos 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 109 


— 


térmicos en sí, sufren modificación apreciable; en una pala- 
bra, y para usar una frase corriente entre los prácticos, no 
son fiebres de guinina, y esto es un hecho comprobado hasta 
la saciedad. 

Un estudio más lato, y en el cual se comprendieran los 
datos que arrojan la natomía patológica, la histología y la 
microbiología, dejarían demostrado de una manera palma- 
ria que de fiebres tifoideas y no de otras fiebres se trata, y 
en verdad que poco trabajo nos costaría recordaros las in- 
vestigaciones que desde 1880 han practicado y publicado 
varios de nuestros colegas y particularmente algunos miem- 
bros de esta Docta Corporación; más sería impertinente ve- 
nir á demostraros verdades que no lo necesitan y que están 
en vuestra intuición como están en la mia, por eso me limi- 
to á señalar someramente y á grandes rasgos los carácteres 
que bastan para recordar que no se trata de fiebres palúdeas, 
nide manifestaciones de otro género que tificas, pues la 
cuestión que me propongo tratar que es la profilaxia de la 
enfermedad, exige que antes de referirme ella de úna ma- 
nera concreta, deje establecida la naturaleza de la enferme- 
dad, y hasta donde sea posible, definidas las causas que la 
producen de las cuales voy 4 ocuparme. 

Pasaron ya, y pasaron para siempre los tiempos del ge- 
nio epidérmico y de los agentes morbígenos distribuidos por 
localidades como si se tratara del area de distribución de 
especies vegetales ó animales: la doctrina de la intoxicación 
fruto de la observación y de la experiencia, ha invadido el 
campo de la patología y resolviendo una multitud de pro- 
blemas antes oscuros y dificultosos, ha venido á caracterl- 
zar un nuevo periodo en la historia de la etiología, periodo 
notable que se distinguirá en el porvenir por la solidez de sus 
concepciones que se asientan en la sólida base que le prestan 
los progresos adquiridos en estos últimos tiempos por las cien- 
cias físicas, químicas y naturales, los cuales nos permiten de- 
cir: agente patógeno de las fiebres tifoideas, bacilo de Eberth. 


110 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


El estudio del microbio, de su forma, de su manera de 
reproducirse y del medio en que mejor se propaga, nos lle- 
va 4 un orden de deducciones que necesariamente condu- 
cen á la realización de un fin práctico, cual lo es la profila- 
xia de las fiebres reinantes. 

Conocidos ya por nosotros estos que podemos llamar 
puntos de partida, veamos en qué sentido podríamos utili- 
zar ese conocimiento. 

Al llegar aqui saltan del papel las condiciones higiénicas 
de la localidad, pues no necesito recordaros la deficiencia 
de policía sanitaria de que es nuestra Habana triste ejem- 
plo, para deciros que vivimos en un ambiente infeccioso, que 
todos ó casi todos los problemas de higiene urbana están en- 
tre nosotros por resolver; la manera de recoger las basuras, 
la elección de los vertederos, las malas condiciones del al- 
cantarillado, la falta de cumplimiento de las ordenanzas de 
construcción que dejando escapar de los sumideros y letri- 
nas filtraciones de líquidos inmundos, convierten el subsue- 
lo de la ciudad en un terreno especial que yo no sabría 4 
que horizonte geológico referir, y que la Comisión America- 
na calificó de estercolar. 

Desgraciadamente, por más que la ciencia no reconozca 
esa clase de formaciones, la Comisión estaba en la verdad y 
esto lo vienen 4 dejar demostrado dos coincidencias muy 
dignas de tomarse en consideración. 

El año 1881 una nueva empresa de alumbrado de gas 
removió el pavimento de las calles de la ciudad é inmfrin- 
giendo las leyes de policía sanitaria estableció zanjas que 
mantuvieron decubierto el subsuelo un par de meses y en 
gran extensión, una epidemia de fiebres tifoideas, más gra- 
ve y más considerable que la actual invadió la población. 

En 1892 otra empresa se hace cargo de la instalación 
del entubado del nuevo acueducto, rompe otra vez el pavi- 
mento de las calles, aunque en menor superficie, descubre 
otra vez el subsuelo y una nueva epidemia de fiebres tifol- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 15 


deas nos invade, menos extensa, menos mortifera hasta aho- 
ra, que la de 1881, pero que tiende á propagarse. 

Más, 4 qué insistir sobre este punto ya tan debatido, tan 
evidenciado que los mismos á quienes cabe la responsabili- 
dad de ese estado de cosas, aceptan silenciosos los cargos 
que la prensa periódica cotidianamente les dirige, 4 qué 
agregar uno más al cúmulo de cargos que constantemente 
se hacen á nuestro Municipio, ya bastante agobiado por los 
que á diario le hace la pública opinión? Quizás llegue el día 
en que de la misma manera que hoy nos pagamos de nues- 
tro peculio los vecinos de esta ciudad, la llamada Vigilancia 
nocturna particular, nos paguemos las prácticas higiénicas y 
las medidas sanitarias porque ya va siendo tiempo de des- 
pertar la iniciativa particular de un vecindario cuyos admi- 
nistradores no aciertan, óno pueden defenderlo de las enfer- 
medades infecciosas. Abandonemos la cuestión, limitemonos 
4 decir que las emanaciones de nuestro suelo, nuestras aguas 
y nuestros aires están infestados, pululando en nuestro derre- 
dor los microbios gérmenes de las enfermedades y dispután- 
dose nuestro organismo el bacilus col: y el bacilo de Eberth 
que con frecuencia viven juntos. 

La ciencia contemporánea nos enseña á destruir estos 
gérmenes, 4 sanear los focos de infección, pero impotentes 
nosotros para obligar 4 la Administración 4 colmar este va- 
cio, debemos propender á poner nuestros enfermos en las 
condiciones más apropiadas para resistir el mal é impedir que 
de ellos se propague á otros individuos que por estar en in- 
mediato contacto con ellos pueden encontrarse bajo la in- 
fluencia de los mismos agentes patógenos. Desde los prime- 
ros tiempos del ejercicio de mi práctica llamó mi atención 
un fenómeno, si no constante, muy frecuente; en la casa que 
se presentaba un caso de fiebre tifoidea generalmente se re- 
petía en dos ó más de los familiares, dentro de un lapso de 
tiempo relativamente corto. 

Este fenómeno que antes del desarrollo alcanzado en es- 


11 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tos últimos tiempos por los estudios de microbiología que 
daba generalmente sin esplicación plausible, tratándonos de 
dar razón de él peor hipótesis más ó menos abstractas á veces 
absurdas, se explica hoy de una manera clara y terminante: 
los microrganismos se conservan por un tiempo más largo 
del que generalmente se cree, en estado latente, hasta que 
cualquiera modificación favorable del medio en que viven, 
los pone en condiciones de actuar sobre el organismo huma- 
no intoxicándolo ya por su sola presencia, ya por la de cier- 
tas sustancias que producen, cual sucede con el microbio de 
la difteria. De suerte que aún en las casas de familias más 
escrupulosas puede suceder, si el Médico no dirige la de- 
sinfección después de la terminación favorable ó adversa de 
un caso de fiebre tifoideu, que la enfermedad invada otros 
individuos. 

Los lienzos, almohadas y ropas de cama usadas por el 
enfermo, las vestiduras del mismo, los vasos y cucharas de 
que se han servido, los vasos de noche que han contenido 
las deyececiones sobre todo, y las esponjas que han servido 
para friccionarlo así como las de aseo, son otros tantos objetos 
que pueden guardar los gérmenes propagadores de la infec- 
ción, que contribuyen á extender una epidemia y á sostenerla 
hasta que sus extragos alcancen proporciones superiores. 

Se hace, pués, necesario que la dirección del Médico in- 
tervenga para enseñar á las familias la profilaxia de la fie- 
bre tifoidea y señalarle los medios de ponerla en práctica, 
haciéndoles comprender que las infracciones del Código de 
la que podríamos llamar higiene doméstica, se vuelven con- 
tra sus autores en primer término, contra la salud pública 
en segundo; que no es suficiente el tratamiento terapéutico 
para combatir las enfermedades infecciosas, sino se comple- 
ta con la asepsia posible, ya que no con la completa que se- 
ría el ideal; y por último, que es necesario combatir la en- 
fermedad del ya invadido y evitar la posible invasión de los 
demás. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 113 


Las precauciones asépticas detalladamente espuestar no 
encontrarían sitio en estas reflexiones dirijidas á vosotros 
que las conoceis perfectamente, de suerte que en vez de 
ocuparme de ellas que podrían ser objeto del estudio de una 
Comisión que las redactara para trasmitirlas al público en 
un lenguaje al alcance de todos; me limitaré á llamar vues- 
tra ilustrada atención hacia tres puntos que estimo de capi- 
tal importancia. 

ls el primero el olvido en que generalmente se deja la 
desinfección de los vasos de noche y de las ropas del enfer- 
mo, pues sabido se está y es preciso insistir mucho en re- 
cordarlo, que los referidos recipientes debe nser lavados con 
agua hirviendo y contener una solución de sulfato de cobre 
concentrada, sobre la cual deben recibir las deposiciones 6 
los vómitos de los pacientes, para enseguida ser desocupados, 
lavados de nuevo y otra vez provistos de la solución euprica 
para cuando se vuelvan á usar. 

ll segundo las precauciones que hay que tener con las 
esponjas, precauciones nunca suficientes y de las cuales la 
mejor consistiría en sustituirlas por estopas ó hilas salicila- 
das, ó boratadas, pues con dificultad se encuentra un objeto 
más difícil de desinfectar que las tales esponjas, cuyo uso 
en Cirujía va decayendo por esta causa, las que se destinen 
á un tifoideo que deben ser las menos posible, deben ser 
quemadas y renovarse con frecuencia. 

El tercero y no el menos importante, es el agua, ele- 
mento que no solo por “el papel que desempeña en la vida 
del hombre sano, sino por el que está llamado 4 desempeñar 
en el tratamiento de las enfermedades y por la circunstan- ' 
cia de ser vehículo casi universal y por todas partes reparti- 
do, merece que en capítulo aparte y con alguna detención 
se le trate. 

Las aguas potables con relación á la etiología de la fie- 
bre tifoidea han sido objeto de serios estudios por parte de 


hombres muy distinguidos de la Europa cientifica, y si 
Ls 2x1 19 


114 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


bien no es mi ánimo cansar la competente atención de SS. 
SS. repitiéndoles lo que ya les es conocido, no puedo menos 
que rocordar aquí los trabajos siguientes: 

La memoria de Guenau de Musy sobre la etiología y 
profilaxia de la fiebre tifoidea, la célebre comunicación de 
Jacoud á la Academia de Medicina de París, la opinión de 
Bouchard expuesta en el Congreso internacional de Ginebra 
y laidea sostenida por un gran número de profesores cono- 
cidos. Desde que en 1885 Mórs demostró eu Multheim-sur 
Rhin, la presencia del bacilo tífico en las aguas de un pozo 
que recibía filtraciones de una letrina, otros muchos investi- 
gadores lo han encontrado en diversas aguas y han hecho 
notar que su existencia en ellas, ha coincidido con la de un 
número mayor 6 menor de casos de fiebre tifoidea en la lo- 
calidad, siendo treinta y dos las observaciones recogidas por 
varios profesores y reunidas en un luminoso artículo que 
publica el Dr. Vincent, 

Las citas que preceden nos dan la medida de lo genera- 
lizada que está en el mundo científico la convicción del orí- 
gen hídrico de la fiebre tifoidea, debiendo además referirme 
á4 los trabajosde Vidal y Chantemesse que considerando co- 
mo hecho indiscutible la presencia de los bacilos de Eberth 
en las aguas potables y encontrando difícil aislarlos, propo- 
nen procederes especiales para ponerlos de manifiesto. 

Las investigaciones 4 que acabo de referirme y los re- 
sultados en ellas obtenidos, nos conducen como por la mano 
á una deducción cientifica que nos afecta directamente, y es 
la que sigue: si en los pozos, rios y acueductos que contie- 
nen las aguas que se consumen en poblaciones europeas, 
donde se toman medidas higiénicas, constituyen un medio 
propicio 4 la existencia de los microbios, ¿cuáles serán las 
condiciones de nuestras aguas potables que antes de entrar 
en la ciudad corren descubiertas por los campos recibiendo 
de las vertientes tributarias de su cauce todo lo que nues- 
tras lluvias torrenciales recogen del suelo convertido 4 veces 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 115 


en basureros? ¿cuáles las de nuestros pozos y algibes en una 
ciudad en que un gran número de letrinas v sumideros mal 
construidos llevar sus filtraciones á ellos. 

Si en Europa las aguas potables deben ser miradas con 
cierto recelo, cuando se cuentan algunos casos de fiebre ti- 
foidea, entre nosotros la necesidad de recomendar al públi- 
co la mayor vigilancia, el más esquisito cuidado, se impone; 
y tudo Médico debe recomendar á los jefes de las familias 
que visife, que en tiempo normales procure filtrar las aguas 
potables de su casa, si posible le fuese por medio de filtros 
Pasteur que son los mejores y más seguros; sinó por una 
piedra de la que usamos aquí, con pequeños guijarros en el 
fondo y arena fina encima; y desde el momento en que se 
presente un caso de fiebre tifoidea en la casa observe la más 
estrecha vigilancia para que se cumplan las reglas de asepsia 
de que antes hablamos, y evite á todo trance que los fami: 
liares beban agua que no haya sido filtrada, y tapada en va- 
sijas bien limpias, esto respecto de los no invadidos, en 
cuanto al enfermo no debe beberla pura, ni usar como vehl- 
culo de otros bebidos, agua que, no haya sido hervida, ó 
destilada, y cuando tenga necesidad de tomarlas frías que 
la refrigeración se verifique en vasos tapados y con e lhielo 
por fuera. 

Obedece la última de estas precauciones á dos razones 
científicas de distinto orden; refiérese la primera á la resis- 
tencia que puede presentar el bacilo de Eberth á las tempe- 
raturas bajas, esta resistencia parece ser grande, pués si bien 
es cierto que 4 42? €. es cuando mejor se reproduce en los 
cultivos (Chantemesse,) también lo es que en paises cuya 
temperatura media es muy inferior á la nuestra se le ha en- 
contrado en algunas aguas á veces en pleno invierno y en 
localidades cuya temperatura es muy inferior á la del hielo 
fundente que es la más baja que nosotros obtenemos gene- 
ralmente cuando enfriamos el agua ú otra bebida cualquiera. 

Consiste la segunda de las razones que invoco en las 


116 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


condiciones del agua con que se prepara el hielo artificial 
que es el que usamos, condiciones que de ninguna manera 
nos dán la seguridad de una perfecta asepsia, no por el he- 
cho de ser estas aguas más ó menos sucias que las llamadas 
de la Zanja, sino porque esas mismas de la Zanja no nos 
presentan ninguna garantía de limpieza, sino por el contra: 
rio deben ser consideradas como muy sospechosas bajo ese 
punto de vista, y para ello existen razones que no necesito 
recordaros. 

Al tratar de las bebidas enfriadas viene á nuestra men- 
te la leche, líquido nutritivo que tanto usamos los Médicos 
en las tifoideas, y que gracias ú las exigencias del lucro, 
mezclan los expendedores con agua y ro con agua que pue- 
da prestar grandes garantías de limpieza, sino con la prime- 
ra que encuentran en cualquier fuente pública en tazones 
descubiertos permanentemente que reciben el polvo de las 
calles y quizás algo más, ó con la que les proporciona el bo- 
deguero de la esquina, que generalmente no es de la mejor. 

Todo esto nos induce 4 recomendar el mayor cuidado 
con la leche que consuma el enfermo, la cual debe ser cul- 
dadosamente hervida y tapada con tapones de algodón y 
cuando se le haya de agregar agua, que ésta también haya 
sido hervida. 

Para terminar, señores Académicos, cerraré estos párra- 
fos invocando la necesidad en que estamos de enseñar á 
nuestros clientes los medios de oponerse 4 la propagación 
de la fiebre tifoidea, para que su iniciativa individual venga 
á4 suplir en lo posible las medidas higiénicas que partiendo 
del Centro Municipal, debieran garantir la pública salud. 


Dn. JosÉ I. TorraALBAS. 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública extraordinaria de 16 de Junio de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:— Presidente, Lastres: Docto- 
res Valdés, Nuñez, Ulrici, Torralbas (don J. 1.), Santos 
Fernández, Oubas, Melero, Castellanos, Zamora, La Guar- 
dia Secretario. 


Abierta la sesión á las ocho de la noche se dió lectura 
al acta de la última sesión pública ordinaria, celebrada el 
27 de Marzo, y después de una pequeña rectificación del 
Dr. Nuñez fué aprobada. Seguidamente se dió cuenta del 
movimiento de la Secretaría que es el siguiente: 

CorrresPoNDENCIA RECIBIDA. —Oficio del Dr. Pedro Cartaya 
solicitando certificado de haber sido nombrado socio corres- 
ponsal, en sesión de 28 de Marzo de 1863. 

Oficio del Juez del Centro, pidiendo los restos de los vi- 
nos que mandó para su análisis. 

Oficio y testimonio en causa por lesiones á D. Antonio 
Villar, remitidos por el Juez del Distrito de la Audiencia 
pidiendo informe. 

Oficio y testimonio remitidos por el Juez del Distrito 
Norte de Matánzas, pidiendo relación: del informe sobre 
unos vinos, dado por la Academia. 


118 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Invitación del Gobernador General para el besamanos 
del 17 del actual, con motivo de ser los días de S. M. el Rey. 
Fueron nombrados los Dres. La Guardia y Machado. 

Oficio pidiendo informe sobre honorarios médicos, por 
el Juzgado Municipal del Cerro. 

Invitación al Sr. Presidente para la reunión que ha de 
celebrar el 30 del actual, la Comisión del Centenario. 

CorRESPONDENCIa rEMITIDA.—Oficio 4 D. Manuel Cano y 
León, nombrándole socio corresponsal. 

Oficio al Iltmo. Sr. Presidente de la Comisión Precolom- 
biana de la Isla de Cuba. 

Idem al Excmo. Sr. D. Diego Mendez Casariego con mo- 
tivo de las festividades del Centenario del descubrimiento de 
América, de cuyo Centro es Presidente dicho señor. 

Certificado expedido a D. Pedro Cartaya, donde consta 
su nombramiento de socio corresponsal. 

Contestación al Juez del Centro referente á la petición 
de restos de vinos. 

Exposición remitida al Ministerio de Ultramar, pidiendo 
se conceda á la Academia nuevamente la suprimida asigna- 
ción que el Gobierno le tenía señalada. 

Remitido informe sobre análisis de unos vinos, al Juez 
del Distrito Norte de Matanzas. 

Informe sobre honorarios, remitido al Juez del Cerro. 

BipLroreca.--Se ha recibido: “El Mundo Médico,” año mr, 
núms. 487, 488, 489, 490, 491, 492, 493 y 494 al 501. 

“La Tribune Medical,” núm. 10 y 12, 14, 17, 20 y 21. 

“La Medicina Moderna,” año 3? núms. 10 y 14. 

“gl Diario Médico de Praoklink vol. vr, núm. 456. 

“El Sanitario,” vol. xxvrr núm. 269 y 271. 

“Boletín de agricultura de Nebraska,” vol. v., núm. 21. 

“Diario de Higiene,” año 811, vol. 17. 

“Décimaquinta Memoria anual sobre experimentos en 
agricultura,” Nebresca, 1 cuaderno. 

“La Independencia Médica,” año xxvH1, núms. 23, 24 y 25. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 119 


“El Especialista Médico-farmacéutico,” año vr, núm. 11. 
“Gaceta Médica de Granada,” año x, núms. 209 y 210. 
“Boletín de Medicina Naval,” año xv, núms. 3 y 4. 
“Repertorio Médico Farmacéutico,” año 111, núms. 4, 5 y 6. 
“Il Ictiol,” por el Dr. M. Santamaría. 

“Bustamante,” 1 cuaderno. 

“Revista de Medicina docimétrica”, años xtv, núm. 159. 

“Gaceta de los Subdelegados de Sanidad,” añor, núm. 3. 

“Manual de Ginecología operatoria,” 1 tomo. 

“Anales de la Real Academia de Medicina,” tomo xrt, 
núm. 12 

“Trabajos del Dr. Albarrán.” 2 tomos rústico. 

“Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de 
Barcelona ,”” año 1, vol. 1% 

“Revista docimétrica,” núm. 158. 

““La Medicina Popular,” año v, núms. 10 al 13. 

- “El Progreso Médico,” año 1v, núms. 4 y 5.. 

“Revista de Ciencias Médicas,” año vir, núms. 7, 8 y 9. 

“La Abeja Médica,” año 1, núm. 3. | 

“Revista Cubana,” año vr, núms. 3 y 4. 

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año xr, núm. 3, 
4 y 5. | 

“El Profesorado,” año rt. núm. 9. 

“Elogios del Sr. F. Poey,” por el Dr. A. Mestre, 1 cua- 
derno. | 

“Revista del Foro,” año tr, núms. 46 y 47. 

“El Eco de las Damas,” tomo 1., núms. 18, 19, 20, 21 y 27. 

“Revista dental,” año 11, núms. 6 y 7. 

“Discurso leido en la Universidad de Granada,” por 
D. José España Lledo, 1 cuaderno. 

Pasando á la orden del día, el Dr. Ulrici ponente de tur- 
no, leyó un informe en consulta del Sr. Juez de Instrucción 
del distrito Sur de Matanzas, acerca de dos particulares re- 
lacionados directamente con otro informe sobre análisis de 
vinos debido al mismo Dr. Ulrici, del cual se había dado 


- 120 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cuenta á la Academia con fecha 15 de Febrero de este año: 
el Sr. Juez deseaba saber “si alguna de las materias de que 
se compone el vino analizado es nociva á la salud, y si di- 
cho liquido por su calidad de artificial está comprendido co- 
mo ampliado y determinado por los artículos 1? 2? y 3% del 
Real Decreto de 23 de Febrero 1860.” 

El informe del Dr. Ulrici fué discutido extensamente en 
todos sus particulares, y después de un debate en el cual 
tomaros parte los Dres. Santos Fernández, Torralbas (don 
J. 1.), Valdés, Nuñez, Zamora y el Sr. Presidente, la Aca- 
demia acordó que se contestase al Sr. Juez de Matánzas en 
los términos siguientes: —á la primera pregunta.—fJue nin- 
guna de las sustancias componentes del vino examinado son 
nocivas á la salud, dadas las ¡roporciones en que se encuen- 
tran.—A la segunda pregunta: que por su calidad de arti- 
ficial no puede ser considerado como ampliado. 

Estas conclusiones y el informe modificado fueron apro- 
bados por unanimidad. 

En vista de lo avanzado de la hora (las 101) y no ha- 
biendo otro asunto de-que tratar por el momento, la Presi- 
dencia dió por terminado el acto. 


AA 


OBSERVACIONES GEOLOGICAS Y PALEONTOLOGICAS 


EN LA REGIÓN CENTRAL DE LA ISLA. 


Por el Dr. D. Carlos de la Torre. 


Extracto de la comunicación oral en la sesión ordinaria del 24 
de Julio de 1892, 


Sres. Académicos, Señores: 


Me propongo dar cuenta en la sesión de hoy, del resul- 
tado de mis excursiones geológicas por la región central de 
la Isla, en una zona comprendida desde Cruces hasta la En- 
crucijada, por la vecindad de Cienfuegos, Santa Clara y Sa- 
gua la Grande. 

Si se comparan los caractéres geológicos de las regiones 
occidental, central y oriental de esta Isla, se observa en 
ellas la repetición de idénticos fenómenos, lo que demues- 
tra que se han formado simultáneamente, aunque por otra 
parte no faltan datos zoológicos que hayan hecho pensar en 
una separación primitiva de tres nucleos ó al menos dos, 
reunidos más tarde. Entre las rocas eruptivas antiguas, y 
alteradas después por el metamorfismo, ocupa el primer lu- 
gar la Serpentina, de la cual se encuentra una formación 
importante en Santa Clara, semejante por sus caractéres á 
la de Holguín, Santiago de Cuba y especialmente de Gua- 


nabacoa, con cuya localidad tiene muchos puntos de contac- 
¡MALO 


122 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


to por la existencia de abundantes nódulos de cuarzo, y por 
la transición ú la caliza por intermedio de la Dolomía ód Ca- 
liza magnesiana. Se encuentran asimismo en aquella loca- 
lidad otros minerales interesantes como el Anfibol verde en 
su variedad Actinota, el Asbesto y el Talco, que reconocen 
igual orígen. En el suelo de la población misma, se encuen- 
tran numerosas variedades de la Serpentina, con y sin Dia. 
laga; siendo notable el tránsito brusco 4 la caliza que forma 
uno de los cerros próximos á la ciudad, llamado loma del 
Capiro; ésta caliza es bastante compacta y abundan en eila 
fósiles de Moluscos terciarios, apareciendo en otras partes 
teñida por dendritas de Peróxido de Manganeso, mineral 
que existe también en la provincia, según pude demostrarlo 
por un ligero análisis practicado en el bien montado Labo- 
ratorio de (Química del Instituto de Segunda Enseñanza de 
aquella localidad. 

Mencionaré por último el Asfalto, que constituye hoy un 
objeto de explotación importante, y un hidro-carburo liqui- 
do, á que han llamado Sandalina. 

Los demás minerales, que como los anteriores han sido 
recogidos por mi, ó debidos á la generosidad de los señores 
Lipa, Muxó y Payrol, consisten en muestras de las minas 
de cobre de Santa Rosa y San Fernando, (Malaquita, Azu- 
rita y Chalcopirita), Hierro magnético, Cuarzo cristalizado 
en prismas exagonales apuntados y una variedad muy nota- 
ble, que solo se encuentra en Cuba, la Calcedonia cúbica, 
considerada por Poey como una pseudo-mórfosis y descrita 
como una sub-especie del cuarzo, considerándola como un 
verdadero dimorfismo y denominada Guanabaquita ó Gua- 
nabacoita por el Dr. Vidal, catedrático de la Universidad. 
El ejemplar presente, procede de Sancti-Spiritus. 

ln cuanto á las adquisiciones paleontológicas, figura en- 
tre ellas un gran número de fragmentos de huesos y dientes 
de Myomorphus Cubensis descubierto en los baños de Ciego 
Montero, cerca de Cienfuegos, cedido por el farmacéutico 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 123 


Sr. Figueroa á Poey, presentado por éste y por el Sr. Fernán- 
dez de Castro á esta Academia, y á la de París por Mr. Po- 
mel quien le dió el nombre que lleva. Los restos de ese 
mamifero gigantesco, contemporáneo del Megalonyx y el 
Megaterium de Norte y Sud América, constituyen la mejor 
prueba de la unión de Cuba al Continente á fines de la época 
terciaria ó principios de la cuaternaria; por lo cual interesa 
reunir el mayor número de ejemplares, á fin de restaurar ó 
reconstituir el animal, del que hasta el presente solo se cono- 
ce la mandibula, estudiada por Poey, Fernández de Castro 
y Pomel, y algunos huesos de las extremidades, determina- 
dos por mi en esta Academia y procedentes de una caverna 
de Remedios, de donde los envió el Sr. Valiente. También 
se cita otro hallazgo de esta naturaleza en la vecindad de 
Cárdenas, y los presentes, recogidos por mi antiguo condis- 
cipulo y amigo el Sr. Lesasier en una cueva del ingenio 
Salvador, de Céspedes, entre Santo Domingo y Sagua. Acom- 
pañan á los restos del Myomorphus otros huesos fósiles de 
cocodrilos y tortugas, circunstancia que concurrió también 
en los anteriores hallazgos, lo cual nos dá alguna luz acerca 
de las costumbres del animal. La repetición de estos descu- 
brimientos es además de importancia, para evitar la suposi- 
ción de que hayan podido llegar accidentalmente á esta Isla, 
como aconteció cuando se anunció por primera vez por el 
mismo Sr. Fernández de Castro la existencia, ya comproba- 
da, de colmillos fósiles del Hipopótamo. 

También he visto, en poder del Sr. Payrol, de Santa Cla- 
ta, una interesante mandibula de Crocodilido, dos raras 
Ostras y otros moluscos fósiles; he traido varios ejemplares 
de Echinidos ó Erizos fósiles, de la Familia Clypeasteride, 
procedentes de Banao en Sancti-Spíritus; pero la adquisición 
más importante en mi concepto es la de un hermoso Ammo- 
nites, recojido por una jóven profesora, discipula del entu- 
siasta Catedrático de Historia Natural del Instituto de Santa 
Clara, D. Luís de Lipa. Este ejemplar tiene señales de haber 


194 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


rodado y dice la joven antes citada, haberlo encontrado en 
los baños de la Bija, cerca de Cruces y no lejos de las estri- 
baciones de las montañas de Trinidad. La existencia de 
Ammonites en esta Isla ha sido indicada incidentalmente 
por el Sr. Fernández de Castro, y puesta en duda general. 
mente; la confirmación del hecho por éste y otros casos en 
que pueda reconocerse el terreno del yacimiento sería de la 
mayor trascendencia, porque ellos demostrarían la existencia 
en esta Isla de terrenos secundarios. A reserva de ampliar 
estas ligeras noticias, doy por terminada mi comunicación, 
para no cansar más vuestra denévola atención. 


MEDICINA LEGAL, 


Informe en causa contra D. 6.... F.... por el Dr. Nuñez. 


(CONCLUSIÓN. ) 


Todo comentario estaría de más, respecto á este particu- 
lar. La bóveda craneana no fué debidamente examinada y 
por lo tanto no ha podido determinarse que fué una conges- 
tión cerebral la causa de la muerte. Todos los razonamientos 
que se han empleado para justificar aquella aserción, huel- 
gan por completo en una autopsia judicial, en la que no 
hubiera bastado terminar el corte de los huesos y levantar 
la bóveda craneana, sino incindir las membranas y examinar 
la masa cefálica para encontrar en ella los signos de la con- 
gestión. 

Aparte de que es bastante excepcional la muerte súbita 
por congestión cerebral, 4 menos que no existan ciertas con- 
diciones individuales que la favorezcan, y que no han sido 
investigadas en este caso, es lo cierto que para la comproba- 
ción de este accidente debió haberse examinado el cerebro. 
Ni la pequeñisima separación producida por el corte de la 
sierra en algunos de los huesos del cráneo, podía en mane- 
ra alguna permitir el exámen de las meningeas, ni tampoco 
es posible aceptar que afluyese sangre de sus arterias, puesto 


126 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


que al completarse la separación de la bóveda en el segundo 
reconocimiento, se encontraron las meningeas integras é 1n- 
yectadas, de manera que hay que deducir que sus arterias 
no fueron heridas por los dientes de la sierra. 

La analogía, las deducciones por hiperemias externas, y 
turgecencias de la mucosa pituitaria y buco faringea, no son 
signos bastantes para deducir de una manera forzosa la exis- 
tencia de una congestión cerebral, 

37 ¿La falta del corazón y demás visceras que se observó 
en el cadáver, pueden explicarse tan solo porque las separa- 
ran de él y las sustrajeran intencionalmente, ú deben atri- 
bairse á las causas que han indicado los médicos anterior- 
mente? 

El enterramiento sin caja, en terreno húmedo y propicio 
á la putrefacción, no puede en manera alguna á los ocho 
días haber determinado la total destrucción de los órganos, 
cuya falta se ha indicado én el cadáver; ni tampoco puede 
contribuir, sino de una manera restringida la condición de 
haber sido este autopsiado. Tanto es así, que señalándose 
la ausencia de una gran parte del pulmón derecho, se en- 
contró en su sitio el vértice de éste, y existía además el pul- 
món izquierdo, á pesar de haber estado ambas vísceras en 
las mismas condiciones, etc., etc. 

Es verdad que la ciencia no está aún en disposición de 
señalar de una manera categórica el tiempo que resisten ú 
la putrefacción los diferentes órganos; asi es que al tratar de 
este particular, los autores no lo hacen sino en períodos lar- 
gos; más en todos ellos podrá verse que 4 los ocho días de 
verificado el enterramiento no es posible que por la putre- 
facción desaparezcan tótalmente ninguna viscera ni tejidos 
musculares y fibrosos y menos cartílagos y huesos. 

Los médicos que procedieron á la exhumación, dicen: 
que las partes del cuerpo que faltan y el estado del cadáver 
puede ser debido en parte á la putrefacción, en parte á que 
el cadáver fué autopsiado, así como á la poca destreza de 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 127 


los individuos que lo exhumaron y malas condiciones en 
que ésta se efectuó, bajo una fuerte lluvia y estando el ca- 
dáver sin caja. Ninguna de estas consideraciones es bastan- 
te 4 explicar el hecho de que se trata. Al descubrirse el 
estado en que se hallaba el cadáver en el fondo de la fosa 
se dice: “algunas vísceras estaban al descubierto y varias 
de ellas descansando sobre la tierra al lado derecho del ca- 
dáver”; pero no se indica qué vísceras eran esas que esta- 
ban en la tierra y en verdad que es bien sensible esa omi- 
sión; sin embargo no parece admisible que hubiesen quedado 
algunas de ellas en la fosa, mucho más cuanto que al notar- 
se su falta ha debido buscárselas. 

Hay que ocurrir, por lo tanto, 4 uno de los dos extremos 
siguientes: ó esas vísceras, colgajos de piel y huesos que fal- 
tan no fueron inhumados junto con el cadáver, ó bien han 
sido extraidos posteriormente al sepelio y antes de la exhu- 
mación. 

El primer extremo es dificil de aceptar, porque no cabe 
en el profesor médico. En cuanto al segundo, su esclareci- 
es del todo ageno á la acción de esta Academia. 

42 ¿La fractura que presentó la sexta costilla derecha 
indica que la bala con que se causó, penetró en la cavidad 
toráxica ó pudo quedar implantada en la costilla después 
de haber atravesado el brazo derecho fracturando el hú- 
mero? 

La mayor parte de las consideraciones consignadas al 
tratar de la primera pregunta tienen cabida ahora. La bala 
ha podido ó no penetrar en la cavidad toráxica, pero en tér- 
minos generales hácese difícil aceptar que una fractura de 
costilla, ocasionada por un proyectil de arma de fuego deje 
de lesionar la pleura, porque esas fracturas tienen que pro- 
ducir esquirlas, lesionando las partes blandas que se hallan 
en su inmediato contacto. Pero no se conoce el calibre del 
arma con que se ha realizado la agresión y no puede dedu- 
cirse, por tanto, la fuerza del proyectil. En cambio parece 


128 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


natural preguntarse: ¿dónde quedo detenida esa bala, después 
que produjo la fractura? El médico mismo que practicó la 
autopsia, dice: “que los pulmones estaban inyectados y en 
el lugar de la fractura se encontró un coágulo sanguíneo sin 
estar lesionado el pulmón”. ¿Dónde, pues, se hallaba ese 
coágulo? En cuanto al segundo reconocimiento, dicen los 
médicos: “que la pleura estaba equimosada y desgarrada.” 
De manera que hay contradicción en este punto y agrégue- 
se á esto la escotadura señ alada en el borde superior y parte 
media de la sexta costilla izquierda y verán V . S. S. como 
es que todo concurre de la manera más lamentable á intro- 
ducir dudas y confusiones. 

Según el Ldo. S..., la bala quedó implantada en la 
sexta costilla después de haberla fracturado: ahora bien la 
implantación supone la permanencia del proyectil en el lu- 
gar en que se ha implantado, ¿encontróse la bala en el ca” 
dáver? Nada se dice. ¿Dónde se implantó ese proyectil? No 
sería, seguramente, en el mismo hueso que fracturó y si de- 
tuvo su marcha en la misma pleura, ó en la viscera pulmo- 
nar, allí debió habérsela encontrado. 

Los médicos que practicaron el reconocimiento después 
de la exhumación, señalan en el borde superior y hácia la 
parte media de la sexta costilla izquierda, una solución de 
continuidad en forma de escotadura que de haber sido exa- 
minada de una manera cuidadosa, arrojaría bastante luz en 
este asunto, porque esa costilla corresponde exactamente 
con la que fué fracturada en el lado derecho y tiene una 
forma que pudiera muy bien relacionarse con el paso de un 
proyectil. Sin embargo los profesores actuantes vacilan para 
manifestar si fué producida antes ó0 después de la muerte, 
mientras que la Comisión entiende que este es un punto 
bastante esclarecido en Medicina legal. En efecto en las 
fracturas producidas durante la vida, los fragmentos se en- 
cuentran infiltrados de sangre en una extensión variable, 
mientras que en las ocasionadas después de la muerte los 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 129 


huesos permanecen pálidos y descoloridos. Los caractéres 
de las partes blandas adyacentes son factores importantes; 
pero á falta de elios bastarán los del hueso para conocer el 
momento en que se haya producido su rotura. Los peritos 
dicen tan sólo que la escotadura era de bordes rugosos, y 
que estaba desprovista de partes blandas por fuera y de la 
pleura por dentro. Más tarde uno de los profesores, el Li- 
cenciado M..., dice: “que era de color oscuro”, pero no se 
haya comprobado ese dato porla declaración de los otros 
profesores. 

Con la exposición de hechos que acabamos de indicar y 
teniendo en cuenta las consideraciones cientificas que de 
ellos se desprenden se vé que es muy limitada la acción pe- 
ricial que le cabe á esta Corporación y por lo tanto puede 
informarse al Juzgado de la manera siguiente: 

1% Que no es posible decir si fueron una ó más las lesio- 
nes inferidas 4 Muñiz. 

2? (Que la fractura del húmero y de la costilla por sí so- 
las no son capaces de producir la muerte. 

37 Que el estado del cadáver, cuando se hizo la exhuma- 
ción no permite decir cuál haya sido la causa de la muerte, 
ni tampoco puede deducirse del resultado de la autopsia. 

4% Que por el reconocimiento y autopsia no ha podido 
decirse que la muerte haya sido ocasionada por una conges- 
tión cerebral. 

52 Que la cavidad craneana no fué debidamente exami- 
nada. 

57 Que la falta del corazón, pulmón y demás órganos 
indicados en el acto de la exhumación no puede explicarse 
por la putrefacción por más que sean favorables las condi- 
ciones en que se verificó la inhumación, sin que pueda dar- 
se explicación satisfactoria de este hecho, 

72 Que la fractura de la sexta costilla derecha no basta 
para indicar que la bala con que se causó haya penetrado 


en la cavidad. 
T, xxix—17. 


Z00LOGIA., 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


Sin embargo, de mejor concepto gastronómico gozan algunos 
en el litoral de los Estados Unidos. En muchos lugares — según 
Goode—los Grunts ó Pig-fishes disfrutan de gran aprecio como 
pescado alimenticio. Del Pig-fish común ó Grunt de la región 
Indian River, dice Mr. 8. C. Clarke que es muy estimado para 
comer: «el mejor pescado de mesa, rico y delicado.» De Kay le ci.- 
ta como un bocado muy sabroso; Holbrook, como tenido en gran 
estimación por los epicúreos, de Georgia á Virginia; y en concepto 
igual, Uhler € Lugger. 

Debo consignar que Jordan « Gilbert, Goode y otros autores 
norteamericanos, dan al género Diabasis de Desmarest la priori- 
dad sobre el género Hoemulon de Cuvier. Sustituyen al genérico 
Pristipoma de Cuvier, por el Pomodasys de Lacépede. Sirve de ti- 
po para el primero, el Diabasis Parra Desm.; para el segundo, el 
Sciena argentea Forsk. 


Veamos yá las especies aprovechables que tienen nom- 
bre vulgar cubano. 


39. Ronco amarillo, — emulon luteum Poey. Fondo 
general amarillo. Fajas longitudinales aplomadas, de común 
en número de 8. Nadaderas anaranjadas: en la caudal, una 
mancha semilunar negra. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 131 


Carne regular. Alcanza 30 centím. de largo. Peso máxi- 
mo 1 kilo. Muy abundante, en Batabanó particularmente. 


Nuevitas. Máx. 1 kilo. En pedregales. Consumo local fresco, 
497 kilos. (1891). 

El que los norteamericanos llaman Striped Grunt, es otra especie 
de Ronco amarillo—H. elegans O. € V., de Groode; Diabasis elegans 
C.€ V., de J. 4 G. Muy próximo al /uteum, del cual difiere «en 
que las dos líneas suborbitarias son rectas, no formando el anillo 
más ó menos cerrado que se nota en los individuos de Cuba, 
y por la carencia de Ja mancha negra semicircular caudal.» 


(Poey). 


40. Roneco carbonero. — Hemulon carbonartum Poey. 
Fondo aplomado, color de acero. Listas amarillas, doradas. 
Caudal negra, ribeteala de amarillo su parte posterior. Muy 
común. 

Carne regular. 25 centimetros. 


41. Roneo arará.— Aemulon Arara Poey. Cabeza ama- 
rillo de oro con listas aplomadas. 
Carne inferior. Máx. 25 centimetros. 


42. Jeníguana. — Aemulon dorsale Poey. Aplomado 
luciente. 12 líneas doradas, longitudinales, de la cabeza á la 
cola. Una ancha faja negra á lo largo del dorso, funda su 
nombre especifico técnico. Tiene las pintas azul y roja de 
los Roncos. 

Carne buena (Mariel). Peso, 500 gramos. 


43. Condenado. — Hemulon Afavolineatum Desmarest. 
Listas amarillas anchas y oblícuas en el tronco. 
Carne regular. Peso máximo, 1 kilo. (Mariel). 


44. Jallao. — Hemulon album Cuv. Color aplomado pá- 
lido. Aletas un tanto más oscuras. Fajas amarillosas, Se ha- 
ce notar por su lomo levantado y su línea frontal ligeramente 
cóncava o recta. Común. Abundante. 

Carne buena. Alcanza 4 7 kilos. 


132 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Debiera ir á la cabeza, por su mayor corpulencia y apro- 
vechamiento. Suelen decirle también Pargo blanco. 
Diabasis albus Cuv., de J. € G. pa 


45. Ronco. — Unas 8 especies llevan en Cuba este nom- 
bre vulgar. A saber: 

Hemulon subarcuatum Poey. Fondo color de acero. Ca- 
beza dorada, con 10 rayas azules. Aletas violadas. 32 cen- 
timetros de largo, el único ejemplar, de Sagua la Grande 
descrito por Poey. 

H. acutum Poey. Blanco de plata. Parte superior de la 
cabeza, negruzca, ojo pardo. 34 centíim. Vulgo, Ronco 
blanco. 

H. albidum Poey. Color general, blanco, inclusive la pat- 
te superior del rostro. Vulg. Ronco blanco. 

H. serratum Poey. Blanco. Aletas negruscas, excepto las 
pectorales, que son amarillosas. 21 centím. Vule. Ronco 
hlanco. 


Descrito por J. 4 G. con el nombre de Diabasis chromis Brous- 
sonet, M. S $. 


H. notatum Poey. Nacarado, con rayas longitudinales 
negruzcas. Parte superior de la cabeza verduzca: sin pintas 
ni rayas. Tiene la mancha post-preopercular azul, pero no 
la roja del maxilar inferior. Ojo negro. 23 centíim. Vul. Ron- 
co blanco (1). . 

H. contínuum Poey. «Color gris de acero, reflejos dora- 
dos sobre el hocico. Ki tronco es recorrido longitudinalmen- 
te por 14 fajas negras poco oblicuas. Las aletas son de un 
pardo ceniciento; pectorales amarillosas, iris pardo. No hay 
espacio rojo en la comisura bucal, y hay un rojo azuloso en 
la articulación del interopérculo.» (Enumeratio). Es común. 


(1) El Profesor Poey, de cuyas Memorias tomo la mayor parte de los datos que 
anteceden, inclusive la nomenclatura vulgar, no reproduce esta última en su Lnume- 
ratio. Por mi parte, puedo asegurar que se usa bastante entre pescadores, Consigno 
el tamaño del indiyiduo descrito, en ocasiones único. : 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 133 


Tamaño mayor observado, 186 milím. En Puerto Rico le 
dicen Arrayado y Rayado. 

H. Parre Desmarest. 3 líneas oscuras longitudinales: 
una, dorsal; la segunda, media, á lo largo de la línea lateral; 
la tercera, parte del ojo. Una mancha negra, redondeada, en 
el tronco caudal. No pasa de 18 centím. (Synmopsts). 

H. quadrilineatum Cuvier. 2 fajas doradas debajo de la 
costura, y otras más angostas en el lomo. Sin mancha en la 
cola. Cuerpo alargado. No llega 4 23 centim. (Synops.) 


Diabasis trivittatus Bloch «€ Schneider, con el vulgar White 
Grunt, en J. € G. 


46. Jeníguano. — Hlemulon Jeniguano Poey. Le cito, 
nada más que para que no se le confunda con la Jeniguana. 

Ninguno menos digno de figurar en esta agrupación de 
Peces cubanos útiles. Dañinos á todo serlo, tienen cumpli- 
damente ganada la inquina de los pescadores á cordel. Reú- 
nense en partidas para devorar las carnadas, limpiando los 
anzuelos en un santiamén, 4 maravilla. 

He podido observarlo varias veces, particularmente una 
tarde, cuatro millas mar afuera, pescando con Don Manuel 
Lesmes, hoy digno vocal de la Comisión de Pesca del Apos- 
tadero. Se distingue por sus listas longitudidales amarillo 
de oro, sobre el fondo oliváceo común: 1, la más ancha de 
todas, se extiende desde el extremo anterior del hocico, á 
través del ojo, hasta la cola; 1 en la línea lateral; 2 dorsales; 
5 en los flancos, y 1 ventral. Vientre blancuzco. Ojo ama- 
rillo. Boca colorada. Sin mancha azul. Caudal bifurcada. 

Se hallan también en las Barbadas, Santa Cruz, Santo Do- 
mingo. 

Diabasis jeniguano, en Goode € Bean y en J. « G. 

Lo relativo 4 nuestros distritos marítimos se reduce al 
genérico vulgar Ronco, sin determinación de especies; es 
decir, por su concepto industrial. Hoy por hoy, no cabe 
otra cosa. 


134 : ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Habana. Peso máx. 13 kil. Corrida, en Mayo y Junio. Arriba- 
zón, de Octubre á Enero. No se exporta. Consumo local, fresco. 
Pesca anual: 50,370 kilos. Artes: redes, nasas. (1891). 

Mariel. Carne regular. De 500 gris. á 1 kil. Desova en Mar- 
zo. (1881). Es de las mismas condiciones en su cria y desove que 
el Guaguancho. (1887). 

Ísla de Pinos. Máx. 460 grms. Consumo local. (1891). Abun- 
dante. 

Mantua. Abunda todo el año. Corrida, en Abril y Mayo. 
Arribazón, en Diciembre y Enero. (1883). 

Bahía Honda. Abunda todo el año. Tamaño útil, 18 centíme- 
tros. (1883). 

Cárdenas. Todo el año. Vale poco. Máx. 12 kil. (1381). Datos 
posteriores—1891—reducen el peso máximo á 420 grms: sin du- 
da debido á la especie tomada por tipo. 

Trinidad. Casilda. Máx. 500 grms. Consumo local, fresco: 
2.000 kil. anuales. Artes: redes, 2; nasas, 50. Embarcaciones: cha- 
lanas, 2; tripulación 4. (1891). 

Tunas de Sasa. Máx. 500 grms. Corrida, Marzo y Abril, en el 
Placer del S. de las Doce Leguas. Exportación, vivo: 500 kil. 
Consumo local, fresco: 500 kil. (1891). 

Cienfuegos. Máx. 200 grms. Corrida, de Junio á Agosto, en | 
puertos y esteros. (1891). 

Remedios. Caibarién. Máx. 2760 kil. Corrida, de Octubre á 
Diciembre, en canalizos y manglares. Cons. loc. fresco: 4,100 kil. 
(1891). 

San Juan de Puerto Rico. Máx. 460 kil. Corrida, de Mayo á 
Junio. Cons. loc. fresco: 1840 kil. (1891). 

Rayado. San Juan. P. R. Máx. 230 kil. Corrida, de Mayo 
á Junio. Cons. loc. fresco: 1840 kil. (1891). 

Arrayado. Fajardo. Puerto Rico. Máx. 3 kil. Corrida, de 
Abril á Mayo, en ensenadas, Arribazón, de Octubre á Marzo. Es- 
te. Cons. loc. fresco: 800 kil. (1891). 

El Pig-fish común, según Mr. S. ). Clarke, desova en Abril, 
en los grandes ríos, en Diciembre. Vuelven á la mar, tan pronto 
como han realizado las funciones de reproducción. ¿Son, pues, 
anadromos? 

Un corresponsal de Hunger's Wharf, en Virginia —que Goo- 
de cita sin nombrarlo — consigna que llega hacia el 12 de Julio, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 135 


permaneciendo hasta Noviembre. Holbrook expresa que el Sailor's 
Choice aparece por Beaufort, en Carolina del Norte, hacia el mes 
de Abril, quedándose hasta Noviembre, época en que se pescan 
más grandes. Stearns dice también que desovan en Abril y Mayo. 

Se me ocurre preguntar ¿será igualmente anadroma alguna 
de nuestras especies? La arribazón en ciertos distritos señalada en- 
tonces, respondería á una conveniencia genética, y no al mal 
tiempo afuera, según la regla en los peces que no son anadromos 
ni catadromos. Así también se explicaría satisfactoriamente el 
señalamiento de la corrida en Remedios (Caibarién) de Octubre 
á Diciembre. 

Cuanto al desarrollo del Pomodasys fulvomaculatus, de que ven- 
go tratando, Clarke le asigna de peso máximo 17 libras; el infor- 
mante virginiano, 1 libra; Stearns, unas 10 pulgadas. 

Me llama la atención el que todos digan que se pescan con 
anzuelo: será los más grandes, de 25 centím. en adelante, pues los 
menores no creo que valgan la pena. 


SCIÉNIDAS. 


De las especies de Verrugato, de Corvina y de Vaqueta 
que rezan en esta familia, no menciono más que las si- 
guientes: 

47. Verrugato. — Micropogon undulatus Linneo. Debe 
el nombre genérico técnico, á unas barbillas muy cortas que 
tiene en la mandíbula inferior. Color general, gris platea- 
do brillante. Lineas de puntuaciones oscuras estrechas, irre- 
gulares, undulantes, en el dorso y los flancos —como el es- 
pecifico técnico expresa. 3 líneas de pinticas en la base de 
las aletas dorsales. Ventral filamentosa. 1 pié de largo. Vul- 
garmenie Croaker. Desde New-York hasta las Antillas (J. € 
G.) Por manera que es una de las contadas especies nues- 
tras que remontan el Gulf Stream. 


Con los mismos nombres científico y vulgar lo describe Goo- 
de, extendiendo su habitat al N. de Delaware y S. del Brasil— 
inclusive las Antillas, 


136 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


David $S. Jordan y Carl H. Eigenmann, en su muy estimable 
Review of the Scienide of America and Europe, dicen que «no se 
extiende á las Antillas» Además de esta incongruencia, dan el 
nombre vulgar de Verrugato al Micropogon Furnieri, cuyo especí- 
fico lleva Poey á la sinonimia de undulatus. 

Goode refiere el vulgar Croaker al gruñido peculiar que des- 
pués de pescado emite; Orocus, por corrupción, en Chesapeake, y 
Ronco en Tejas. 

Holbrook dice que aparece por Charleston en Mayo, se Lado 
más común en Junio y Julio; alcanzando la mayor dimensión y 
abundancia, en Octubre y Noviembre. Agrega, que no es muy 
estimado por Beaufort (Carolina del Norte) pero sí en Brunswick, 
Georgia: que asciende el rio Saint John's, hasta Jacksonville. 

Stearns consigna, que el Croaker es muy común en el Golfo 
de México, todo el año; que cria en Noviembre y Diciembre, al; 
canzando los pequeños 2 ó 3 pulgadas de largo en la primavera, 
y los adultos 10 pulgadas—unos 25 centím.—término medio: en 
Diciembre de 1879 pescó dos enovados que medían 18 pulgadas— 
los de mayor longitud que había visto. (Goode). 


Carne regular. Alcanza 500 gramos, en el Mariel. 


Corbino, les dicen en Puerto Rico. San Juan. Peso máx. 3 k- 
Corrida, de Mayo á Junie. Cons. loc. fresco: 13,802 kil. (1891). 

Encuéntrase también en Jamaica, Texas, Guatemala, Suri- 
nam y Montevideo. 


Corbina. — Bairdiella ronchus Cuv. Notable por sus 
dos espinas anales, su dorsal muy escotada, su caudal angu- 
losa y la carencia de barbillas. 

Carne buena. Alcanza 25 centím. de largo. Peso máxi- 
mo 1% kilo. 


La Corbina de Andalucía, Mallorca, Ibiza; la Corviña de Gali- 
cia y la Corbina de otros puntos del litoral español, corresponden 
á distintos géneros de esta familia. 

Habana. Cria y reside en lugares fangosos de la bahía. 

Mariel. Máx. 13 kil. Carne buena. Desove en Enero. (1881). 
Se pesca muy poca y de tamaño chico. La corrida era en Enero 
y Febrero, pero hace yá muchos años que no se conoce (1887). 
Corrida, de 1? de Enero á fin de Febrero, en la boca del puerto. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 137 


Exportación vivo, 755 kil. Cons. Joc. fresco: 378 kil. Pesca anual, 
1147 kil. (1891). 

Los datos que anteceden, marcan los resultados plausibles que 
en aquel distrito se obtuvieron y habrán de obtenerse donde 
quiera que la Autoridad zela como puede y debe la regulariza- 
ción de la pesca, haciendo que las especies realicen, cuanto más 
en paz sea dable, sus actos de reproducción y cria. 

Matanzas. Desova en Marzo. Abunda. (1880). 

Mulata. Desova en Enero. (1880). 

Cienfuegos. Máx. 250 grms. Corrida, de Mayo á Septiembre, 
en la boca de los ríos y lagunas. (1881). 

Nuevitas. Máx. 240 grms. Todo el año, en bocas de río y este- 
ros. Cons. loc. fresco: 330 kil. (1891). 

Gibara. Pesca anual, 340 kil. (1891). 

Guantánamo. Peso máx. 1 kil. Abunda todo el año. Cons. loc. 
fresco. (1891). 

Cuba. Santiago de. Max. 500 grms. Abunda todo el año. Con- 
sumo local fresco. (1891). 

San Juan de Puerto Rico. Le nombran Macori ó Macurí, con 


estos datos: Peso máx. 46 grms. Corrida, en Junio. Cons. loc. fres- 
co: 9200 kil. (1891). 


En Suba se aplica también el nombre de Corbina, ¿ las 
especies que siguen: 

Umbrina coroides Cuv.-—en Enumeratio: nombre que 
J. € G. llevan á la sinonimia de U. broussoneti Cuv. « Val. 
* Además de las listas undulosas á lo largo de las hileras de 
escamas, unas 9 bandas obscuras atraviesan el cuerpo. Dor- 
sal espinosa, negruzca. Pectorales pequeñas. Cola truncada. 


(EEE) 


Johnius Batabanus Poey. Gris plateado con bandas pa- 
ralelas; unas 8 longitudinales en los flancos, cuyas 3 prime- 
ras pasan por arriba de la línea lateral; 2 ó 3 en el dorso, de 
tal suerte interrumpidas, que no se sabe si son longitudina- 
les ú oblicuas. Aletas de un gris más oscuro, salvo las pec- 
torales, que son amarillosas. (Memorias). Cola redondeada. 
(Sinopsis). 


T. xxIx.—18. 


138 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Jordan € Eigenmann la nombran Corvula batabana. Jordan, 
Larimus batabanus. 
En Puerto Rico le dicen Sanjuanera. 


Odontoscion dentex Cuv. Dientes desiguales, apartados. 
Mancha braquial negra. (Sinopsis). Caudal subtrunca, el 
lóbulo superior más desarrollado. Color plateado oscuro, sal- 
picado de pintas sombrías que forman listas débiles á lo lar- 
go de las filas de escamas. Hocico y parte anterior de la bar- 
ba, negros. Especie pequeña, común en las Antillas, de al- 
guna importancia alimenticia (Jordan € Eigenmann). 

49. Vaqueta. — 3 especies del gén. Lques de Bloch, lle- 
van este nombre vulgar en Cuba. El genérico alude ú las 
espinas dorsales largas, comparadas á un ginete. 

Eques lanceolatus Linneo.. Serrana de Parra, nee 
que mantienen Jordan € Eigenmann. Fajas negras y obli- 
cuas bordadas de blanco. Aletas sin puntas blancas. (Sinop- 
sis). Color gris amarilloso, con 3 listas negruzcas anchas, 
con pinticas blanquecinas. Vientre plateado. Cabeza chica. 
(J. S G.) 

Eques punctatus Bloch. Fajas negras longitudinales. Pri: 
mera aleta dorsal muy alta. No es común. 9 pulgadas (4%- 
nopsis). Serrana hispanis Parra. 

Liques acuminatus Bloch. Todas las listas son longitudi- 
nales y estrechas. (Synopsis). 


Para la especie que en Puerto Rico nombran Cabezón, creó 
Don Felipe Poey el género MoxosIra, y su única especie M. Stahli. 

Jordan « Gilbert—Synops. of the F. of N. A—consignan que el 
género Monosira es idéntico al Larímus. Jordan € Eigenmann— 
Rev. of the Scien—dicen: «El género nominal Monosira, que se su- 
pone distinguido por los dientes uniseriales, es estrictamente si- 
nónimo de Larimus», etc. Nombran, pues, la especie: Larimus 
Stahli Poey. 

Las de Cataluña, Valencia y Andalucía, corresponden á géne- 
ros distintos. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 139 


MÉNIDAS. 


representada en nuestra fauna por la siguiente especie. 

50. Boga. — Erythrichthys vittatus Poey. Dorso verduzco. 
Vientre blanco azulado. Hocico amarillo. Aletas: dos dorsa- 
les amarillas, pectoral rosada, ventral y anal blancas, caudal 
violada. Listado de amarillo. Forma manchas ó% cardúme- 
nes. (Synopsis). 

Carne regular y alcanza unos 250 grs. de peso. (Mariel). 

La Boga de Andalucía, Valencia, Cataluña y Baleares, 
pertenecen al mismo género y especie; citase otra Boga va- 
lenciana, como especie diferente; la de Vizcaya y Guipúzcoa 
se coloca en diverso género y especie. Todas las españolas 
son genéricas y especificamente distintas de la cubana, mas 
de la misma familia. 


GÉRRIDOS. 


Familia notable, más que por el número de sus especies, 
por el sabor rico de sus carnes tan justamente estimadas, 
fritas, sobre todo al natural ó en salsa verde. 

De las especies de Patao, de Mojarra, de Mojarra de cas- 
ta y Mojarra de ley adscritas 4 la familia, no todas han sido 
especificamente nombradas por el Profesor Poey, otras que- 
dan dudosas y alguna fué repudiada. Dije yá (An. xxvrr, 671.) 
y lo repito por última vez, que este ha de ser asunto impot- 
tante de trabajo especial, que realizará quién pueda llegar 
a tanto, sine ¿ra et studio. 

J. S£ G. elevan el número de los GFerroids á unas 30, 
“que difieren considerablemente en la forma y en el desa- 
rrollo de las espinas, pero probablemente todas pueden ser 
referidas á un solo género,” 


140 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


51.. Patao.—Gerres Plumieri Cuv. Color general, platea- 
do brillante. Unas 12 listas negruzcas, que siguen á lo largo 
cada hilera de escamas. Aletas oscuras, excepto las pectora- 
les. Cuerpo comprimido, lomo muy elevado. Caudal bifur- 
cada. Pectorales angostas, puntiagudas. (J. £ G.) 

En Puerto Rico, los de este género no tienen nombre 
vulgar. Al menos, Poey no los consigna en sus estimables 
Contribuciones á la auna Ictiológica Puerto-riqueña, pu- 
blicadas en los Anales de la Sociedad Española de Historia 
Natural de Madrid, t. X, 1881. 


Carne buena. Longitud, unos 25 centimetros. 


Habana. Nace en ríos de agua salada. Cria y vive donde halla 
abrigo de maderas y piedras, en el puerto. 

Matanzas. Desova en Junio. (1880). 

Mariel. Carne regular. Peso máx. 500 grms. (1881). 

También se dice (1887) que su pesca disminuye de año en 
año. Traslado á los impugnadores y difamadores de las vedas en 
tiempos de reproducción y cria. 

Con el técnico Diabasis Plumieri y el vulgar Black Grunt, de- 
signa Govude— The Fisheries and Fishery Industries of the U. 8., pá- 
gina 398 —una especie que «tiene el cuerpo pardo, más claro en 
los flancos, y los lados de la cabeza adornados con numerosas fa- 
jas horizontales de un azul brillante, en tanto que la mitad pos- 
terior del labio inferior es roja.» El mismo profesor Stearns 
menciona al Black Grunt como abundante entre los arrecifes de 
Key West, y visto con frecuencia en los mercados. 


Dr. J. ViLaró. 
-(Continuard.) 


MEDICINA LEGAL. 


Informe en causa seguida contra D. J... Y... y B... por heridas. 


Sr. Presidente y señores académicos: 


La Sección 2* de la Sala de lo Criminal, se dirije con 
fecha 29 de Agosto último, por conducto del Iltmo. Sr. Re- 
gente de esta Audiencia, 4 la Academia, para que informe 
“sobre el estado mental de D. J... V... y B...,” 4 quien 
se le sigue causa, por lesiones á D. B... P..., en el Juzga- 
do de 1* Instancia del Distrito de Guadalupe. 

Para ello remite, entre otros documentos, varios de los 
que iremos haciendo mención; siendo el primero una copia 
del auto de la referida Sala, fecha 11 de Junio del corrien- 
te, dirijido á los médicos de la Casa General de Enagena- 
dos, donde se halla el V... B... á fin de saber el estado 
actual del procesado, y si ú4 la vez entienden que pueda 
ofrecer inconveniente que dicho procesado quede en abso- 
luta libertad fuera de aquel establecimiento. Igualmente 
acompaña copia de la sentencia dada por los aludidos fa- 
cultativos, y es como sigue: que puede contagiarse si se 
prolonga su estancia en él; que puede haber peligro para 
los médicos, que le han asistido; y que es perjudicial para 
el Asilo donde no deben estar más que los locos. 

Se ha enviado la Hoja Clínica, que se inició en 21 de 
Febrero de 1886, y en ella se encuentra consignado que 


142 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


V... B... es natural de Oviedo, de cuarenta y cúatro 
años, soltero, jornalero, de buena constitución, cuyo padre 
murió de ataques á la cabeza y de accidentes, habiendo esta- 
do enfermo de la cabeza en la Peninsula cuando era niño. 
En dicha hoja se observa que bajo el membrete de “com- 
memorativo patológico” se halla otro que dice “enfermedad 
presente,” y suscrito el diagnóstico de “locura por perver- 
sión.” Bajo el epigrate “estado uctual” se encuentran “sig- 
nos diagnósticos” 4 un lado y la “clasificación de la enfer- 
medad” en otro, y es “locura alucinatoria,” y aquellos 
consisten en alucinaciones de la vista y oido, recelos, retrai- 
miento, alternativas de exaltación y ensimismamiento, 1n- 
somnio y movimientos desesperados etc. Se consigna en la 
observación que en el primer mes, esto es, hasta el 21 de 
Marzo no ha dado sintomas de enagenación; pero después 
de esta fecha se destacan bien claramente los elementos 
alucinatorios, la exaltación, perversión, el insomnio y la 
ajitación etc., en una palabra existe un acceso maniaco con 
predominante idea de persecución, el cual se prolonga con 
más ó menos regularidad y fisonomía hasta el 25 de Julio 
en que se inicia un periodo de calma, que bien puede ser 
una trégua ó bien la curación, ques está tranquilo el proce- 
sado—raciocina—tiene deseos ó vacilaciones, quiere traba- 
jar, come y duerme con regularidad, recuerda todo menos 
el hecho por el cual se le juzga, y á la imputación responde 
con la protesta de su inocencia, y afirma que es irresponsa- 
ble en el caso de ser el autor del hecho que se le atribuye, 
porque no tiene conciencia de haberle cometido, y asegura 
que siempre sus sentimientos han sido contrarios á hacer 
daño á nadie, que no ha tenido malos instintos, y termina 
diciendo que si tal cosa ha hecho habrá sido bajo el influjo 
de un ataque muy fuerte á la cabeza. lste estado se acen- 
túa cada vez más del lado de la curación hasta el 22 de 
Agosto, hasta que otro perito del mismo Asilo es llamado 4 
emitir juicio del estado mental de D. J... V..., porque 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 143 


asi lo pedía el juez de la causa, á fin de obtener una opinión 
más que le asesorase; y con fecha 8 de Setiembre emite su 
opinión que está en un todo conforme con la del anterior, ó 
mejor dicho, se pronuncia por creer que el tal V... está 
gozando de perfecta salud mental y física; y asi continúa el 
procesado hasta Diciembre de 1886 en un estado completo 
de salud. Ll 17 de Enero de este año el primer médico en- 
cargado de V... B..., á los cinco meses días más ó menos, 
tiene el gusto de ver asegurada la curación de aquella épo- 
ca, el 23 de Agosto, época en que no era posible afirmarse 
si con una tregua ó periodo lúcido ó era la convalecencia 
que ha terminado con la sanidad confirmada según opinan 
ambos médicos. 

Y por último, consultándose la declaración que presen- 
taron estos mismos peritos en la Casa General de Enagena- 
dos en 10 de Julio de este año ante el juez municipal de 
Santiago de las Vegas por delegación del juez de Guadalu- 
pe, se puede ver que la sanidad está garantida por un tiem- 
po bastante prolongado. El instrumento aludido dice asl: 
“que V... B... goza de perfecta salud mental de sus fa- 
cultades intelectuales se viene iniciando patentemente des- 
de las fechas de 23 de Agosto y 8 de Setiembre del próximo 
pasado año en que distinta y separadamente emitimos in- 
forme razonado sobre el estado de su razón; que este bienes- 
tar mental obligó al profesor encargado directamente de su 
observación y asistencia á proponerlo de alta por estar com- 
pletamente curado en 17 de "Enero próximo pasado: que el 
estado de V... es de que continúa en el pleno disfrute de 
su razón, y que por tanto es apto para ser libre, y debe ser 
considerado con justo derecho para vivir la vida del ciuda- 
dano libre, que como don preciado, tiene por norte y guía 
de sus deliberaciones y actos un cerebro perfectamente or- 
ganizado y que funciona fisiológicamente. 

Como se echa de ver en lo que llevamos expuesto, hay 
un indivíduo con presunciones de haber estado enagenado 


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144 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


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al cometer el acto agresivo ó sea al lesionar á P..., el cual 
al ingresar en el Asilo y durante todo el primer mes está 
bien; que después en este mismo lugar es preso de una ac- 
ción maniaca de la cual cura al cabo de algunos meses; que 
tiene una herencia mórbida más 0 menos bien declarada le- 
gltima; que en su infancia sufrió del cerebro según cuentan, 
y por último que este hombre es alcoholista. 

Señores, ahi está un ser humano, un prójimo, que ha 
curado de una afección mental aguda, que se desenvolvió y 
desapareció ú la vista de los médicos del manicomio, lo 
cual es innegable, porque así lo certifica uno de ellos, el 
que ha llevado la observación; así es que es muy probable 
solamente que al agredir 4 otro estuviera fuera de su razón, 
no tuviera conciencia del acto, pero sin poderse afirmar si 
la causa fué la pasión, el alcohol ó la vesania. 

Con tales datos puede decirse que D. J... V... es un 
campo abonado, para que se crea que ha estado loco, y que 
se puedan repetir en él esas perturbaciones mentales siem- 
pre y cuando se presenten circunstancias adecuadas, y por 


tanto que la sociedad se vea amenazada una vez más, pues 


esta curación, aunque real, puede ser transitoria, puesto que 
subsiste la disposición mórbida; y en virtud que la pregunta 
está hecha aunque determinadamente, en términos que abraza 
el presente y el porvenir, la comisión ha creido de su deber 
hacer esta aclaración antes de responder á ella, que es “sa. 
ber el estado mental del procesado.” 

En vista de los atestados- facultativos consultados, la co- 
mision no puede menos que convebir en la sanidad dada 
por los médicos de la Casa General de Enagenados, y de 
proponer á V. S. que se conteste al juez de la causa, que 
D.J...V... B... es un hombre cuerdo actualmente— 
aunque expuesto á la recidiva. — Habana y Octubre 9 de 
1887. 


Dx. Tomás I. PLasencia. 


INDICE 


NY A MebICcAs, FisIicAS Y NATURALES DE LA Ha- 
e o BANA= pública ordinaria del día 27 de Marzo de 1892, por el 
E Dr Vicente. de, la. Guardia SearetariO naa 
Widntribución á la profilaxia de las fiebres reinantes, por el Dr. J. 1. Torralbas... 105 
AL ACADEMIA.—Sesión pública extraordinaria del 15 de Junio de 1892, 
el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. ......ovoccocoroononcancanncnonoooo 117 
An Geológicas y Paleontológicas en la Región Central de la Isla, 
porel. .Dr.*Carlos dela LOPE Adan a cnn ca as idad aaa ASA 
«MM .MEDICINA LEGAL.—Informe en causa contra D. G... F..., por el Dr. Nuñez..... 125 
— ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Hiro e 130 
MEDICINA LEGAL.—Informe en causa seguida contra D. JJ... V... y B.... por 
MN por heridas, por el Dr. Tomás L. Plasencia. .inooecootacnnniconocanosa nina DR 
ENTOMOLOGIA.—Contribnción al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- 
ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número Y aparte). 


Pags. 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


DI 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se puhlican el día 15 de cada mes. e 

1:1 precio de la suscrición es de $3-50 centavos oro por semestres adelantados en 
la Habana, y $4-50 centavos oro en el resto de la Isla. 

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- 
den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 
Sr. Suuvalle; la Mammaloyía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología, Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiedades de la Isla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estadio de" los Moluscos Cubanos, 
porel Sr. Arango y Molina; y la Pe tología y Terapéutica ocular, traducida del aleman 
por el Dr. Finlay. 3 


DE LA 


[REAL ACADEMIA 


DE 


CIENCIAS MEDICAS MSICAS Y NATURALES 


DE LA HABANA. 


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— 4 


REVISTA CIENTIFICA 


DIRECTORES: 


D. José IX. Torralbas y D. WIarcos de J. WIelero. 


- ENTREGA 336. 


MS TOMO XXIX 
a . SETIEMBRE 15. 


' 


PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA 
DES - DIRIGIRSE DIRIGIRSE 
S AD DR- D. MIGUEL RIVA | pl Secretario general de la Real Academia de Ciencias, 
, TESORERO LE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA 
CAMPANARIO NUMERO as. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.) 


HABANA. 


Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 49. 4 
1892. 


REAL ACADEMIA, 


Sesión pública ordinaria del dia 1o de Julio de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES. — Presidente, Dr. Lastres: 
Dres. Beato, Delgado, Nuñez, Plasencia (D. Tomás), 
Zamora, Torralbas ( D. Francisco ), Valdés, Saenz 
(D. Braulio), Cususo, Santos Fernández, Cubas, Melero, 
Bosque, Finlay, Pedroso y La Guardia, Secretario. 


Abierta la sesión 4 la una y media de la tarde, se leyó 
el acta de la sesión anterior, que fué aprobada.—Seguida- 
mente la Secretaría hizo presente que existía un acta co- 
rrespondiente ¿la sesión extraordinaria celebrada el 8 de 
Diciembre del año próximo pasado, época en la cual el Se- 
cretario que hablaba, no tenía el honor de desempeñar este 
puesto, que no había sido aprobada, y sometía 4 la conside- 
ración de la Academia, para no interrumpir la marcha de 
los hechos ocurridos y que deben constar en sus ÁNALES, sÍ, 
creía conveniente quese le diera lectura: la Academia 
acordó que así se hiciera, en consecuencia el acta citada fué 
leida y aprobada sin discusión. 

Se dió cuenta de los libros é impresos recibidos y del 
novimiento de la Secretaría, que es como sigue: 


CORRESPONDENCIA RECIBIDA. —Oficio y testimonio en causa 
T. xxix—19. 


146 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


por imprudencia temeraria, seguida en el Juzgado de Ins- 
trucción del Centro, contra D. M... G... H.. 

Fué remitido á la Comisión de Medicina legal. 

Oficio del Juez de Instrucción del Distrito de Marianao, 
con copia de las diligencias seguidas contra M... M. 
V..., por delito de atentado, amenazas y lesiones. 

CorRESPONDENCIA REMITIDA.—KRemitido al Juez de Instruc- 
ción del Distrito Sur de Matanzas, informe sobre análisis de 
Unos vinos. 

Bienroreca.—“La Tribune Médical;” 2? série, números 
22 y 23. 

“La Revista Dosimétrica”; año 14%, núm. 160. 

“¿La Medicina Popular”; año v, núms. 14 y 15. 

“La Independencia Médica”; año xxvrr, ns. 33, 36 y 37. 

“Gaceta de Instrucción Pública”; n* 112, año 1v. 

“El Progreso Médico”; año 1v, núms. 6 y 7. 

“Repertorio Médico-Farmacéutico”; año 11, n? 7. 

“Revista de Ciencias Médicas”; año vir, n? 12. 

“Anales de la Sociedad Odontológica”; año xtt1, n? 6. 

““*El Eco de las Damas”; año 1, núms. 29, 30 y 31. 

“Revista del Foro”; año 32, n? 51. 

“Gaceta Médica de México”; tomo xxvIr, núms. 10 y 11 

“Gaceta Médica de Granada”; año x, núm. 214. 

“Archivos de Ginecología y Pediatria”; año v, n? 16. 

“Gaceta Médica Municipal”; año 1, n? 1. 

“Revista Cubana”; año xvur, n? 6. 

“Boletín de Medicina Naval, año xv, n? 5. 

“La Abeja Médica”; año 1, n? 6. 

“Anales del Ministerio de Fomento”; 1 t. á la rústica. 

“Gaceta Médica Militar de México”; tomo 3? (Comunica- 
ción publicada en los AwaLes, Setiembre 1892). núms. 4, 5. 
6 y 7,8, 9 y 10, 

“Estado de la mortalidad en el Distrito federal de Mé- 
xico en Junio de 1890”; varios ejemplares. 

“Zoología” (un cuaderno) “Cloristenia?. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 147 


Un cuaderno sobre plantas (Bremen). 

“La inmunnidad y las inoculaciones preventivas”; por 
Velazquez de Castro, un cuaderno. 

“Observatorio meteorológico Central de México”; Bole- 
tin mensual, varios pliegos. 

“Medical Journal Brookling”; vol. vi, n* 7 

Pasando á la orden del día;—el Dr. Valdés, ponente de 
turno, leyó un informe en consulta del «Juzgado de la Au- 
diencia en causa seguida contra D. M... M..., por el 
delito de atentado, amenazas y lesiones, el Dr. Valdés, ter- 
mina su informe con las siguientes conclusiones: 1* La defi- 
ciencia del documento remitido no permite fijar ni pruden- 
cialmente el tiempo que tardaría en sanar el individuo 
herido á quien se contrae el informe. 2? se individuo ne- 
cesitó, forzosamente de asistencia médica, pero no es posible 
precisar cuanto tiempo debió durar esa asistencia á causa de 
la deficiencia que se deja indicada. 3 La lesión que mo- 
tiva la consulta impide al que la sufre, como Celador de 
Policia, dedicarse á sus ocupaciones habituales, mientras no 
sane. 4? La lesión de referencia pudo ser causada en las con- 
dicinoes señaladas en la consulta, pero los datos remitidos 
no autorizan para afirmar ni negar que aquella fué causada 
en esas condiciones. Sometido á discusión el informe fué 
aprobado. 

Continuando la orden del día, toma la palabra el Dr. Ca- 
suso para tratar de la discusión ya iniciada en sesiones an- 
teriores acerca de la conducta que debe seguir el tocólogo 
en los casos de retención placentaria (comunicación publi- 
cada en los AwaLes, Setiembre 1892). Antes de pasar al es- 
tudio de tan interesante asunto, dá cuenta de dos nuevas 
operaciones de laparatomia llevadas á efecto últimamente 
en el Hospital de Higiene, lugar donde se observa, gracias 
á los inteligentes cuidados del Dr. D. Claudio Delegado, con 
precisión matemática, todos los preceptos que requiere la 
antisepsia más rigurosa. Felicitase el Dr. Casuso del éxito 


148 DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 


obtenido en las otras dos operaciones anteriores á estas úl- 
timas, cuyo éxito dice no há sido debido á otra cosa que á 
la verdadera antisepsia que como hace constar es de rigor 
en la Quinta de Higiene. 

Termina, por último, súa comunicación haciendo un lla- 
mamiento de nuevo á los señores Académicos que figuran 
en la Comisión de Tocología para que se sirvan intervenir 
en la controversia sucitada, emitiendo cada uno como 
es su deber, la opinión que pueda tener, en completa li- 
bertad; suplica, á4 los Sres. Cubas, Machado y Torralbas, 
que han ofrecido contribuir con sus observaciones en esta 
discusión de Tocología, para que tengan la bondad de expo- 
nerlas en una de las próximas sesiones. 

No habiendo otro particular de que tratar por el mio- 
mento, se dió por terminada la sesión. 


-+ Y» 


CONDUCTA DEL TOCOLOGO 


En los casos de retención placentaria. 
(CONTINUACION.) 
Señores Académicos: Señores. 


Antes de entrar en el estudio del tratamiento de las re- 
tenciones placentarias voy á dar cuenta de dos Operaciones 
practicadas en la Quinta de Higiene, guardando las riguro- 
sas prescripciones antisépticas que: alli observamos siempre, 
importantes en todos los casos, pero mucho más necesarias 
que en ningún otro caso, cuando se trata de la intervención 
quirúrgica en la cavidad abdominal. | 

En la sesión anterior di cuenta de una laparotomia por 
preñez extrauterina, y hoy puedo afirmar que la mujer está 
completamente curada. se caso apesar de la gravedad que 
consigo llevaba, no fué seguido de ningún accidente, y esto, 
junto con la rapidez de la curación nos hizo perder todo 
temor en lo que á la huisterectomia se refiere. 

Hace dos años dando cuenta del resultado obtenido en 
una histerectomia, manifesté que desistía de practicar his. 
terectomias mientras no estuviera en mejores condiciones 
para operar. En efecto, de 15 4 16 practicadas por fibroma 
uterino, el resultado no podía ser peor. Una, salvada mila- 
grosamente y las demás murieron en las 24 primeras horas 
por peritonitis séptica. Ultimamente he practicado dos; 
obteniendo en ambas un éxito brillante. 


150 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


La primera fué por un tumor pequeño, —este que veis, — 
que fué extirpado junto con las trompas y los ovarios; pre- 
sentando éstos algo muy curioso. Uno de los ovarios pre” 
senta un cuerpo amarillo de formación reciente y el otro 
una vesicula de Grasí próxima dá romperse (esta enferma 
fué operada cuatro días antes de la época que debía corres- 
ponder su periodo catamenial) lo que se comprueba por el 
desarrollo de la vesícula próxima á romperse. En el otro 
ovario había una vesícula rota recientemente pues contenía 
sangre y restos del disco proligero. 

La trompa correspondiente al ovario que presentaba la 
vesicula próxima 4 desgarrarse, estaba quística en sus dos 
tercios externos, había una hidrosalpingitis y el ovario esta- 
ba más aumentado de volúmen á consecuencia de la hipere- 
mia del periodo catamenial. 

La enferma operada el 25 del pasado está fuera de peli- 
ero y curada sin que nada haya interrumpido la marcha de 
la curación. Quedaba salvada la dificultad, había desapare- 
cido el terrible azote de la. peritonitis séptica, que siempre 
se debe al operador, no á la operada. 

Ya desistí de practicar la histerectomia porque las con- 
diciones en que me encontraba colocado no eran rigurosa- 
meute antisépticas; pero hoy gracias al particular empeño 
del doctor Delgado por perfeccionar los medios operatorios, 
por rodear á la enferma de los mayores cuidado para salvar 
todo lo que pueda contribuir 4 la agravación de un pronós- 
tico grave ya de por sí, he podido obtener un nuevo éxito 
en una nueva segunda histerectomia. El 2 de Julio fué rea- 
lizada. Tratábase de un tumor más voluminoso, que fué ex- 
tirpado junto con las trompas y ovarios, seguida de igual 
éxito que la primera. 

Tenemos pues dos histerectomias seguidas de curación. 
Lo digo no por colocarme encima de los que aquí operan, 
pues ya antes se me habían muerto cuatro ó cinco; sino que 
lo digo, para demostrar lo indispensable que es, proceder 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 151 


con rigor en las precauciones antisépticas para obtener un 
feliz éxito. 

El día 8 del mes que cursa, en la misma Quinta de Hi. 
giene, gracias al entusiasmo de su Director, hemos practi- 
ticado una nueva operación. Se me acusa de que siempre 
estoy censurando; es una acusación injusta y apasionada. 
Mas bien me corresponde el que se dijera que soy fanático 
por la justicia y la prueba la tenemos en el Dr. Delgado; 
nosotros hemos tenido discusiones ardientes, acaloradas y 
le hecho justicia cuando se lo merece, y como ahora por lo 
hecho para poner á gran altura la ginecología en Cuba. 

La última operación es menos grave, una piosalpingitis 
con ovaritis derecha. Jl tumor ovárico no pediculado, esta- 
ba incluido en el ligamento ancho, era pues grave por lo 
difícil de su extirpación. Solo nos quedaban dos caminos, 
Su abertura y sutura en la pared abdominal (marsupializa- 
ción) lo que trala tras de sí, un tratamiento muy prolonga- 
do, ó bien descorticar el tumor, enuclearlo y suturar las 
dos hojas peritoneales que lo cubrían estableciendo el dre- 
naje vaginal, sobre cuya importancia llamo la atención de 
Su Señoría. | 

En efecto, en algunas operadas, si no hubiéramos esta. 
blecido el drenaje, hubieran sobrevenido complicaciones 
sépticas por retención y absorción de productos infecciosos; 
pero por el drenaje de Simon todo lo que se segrega sale y 
no depositándose ni descomponiéndose, la curación es más 
segura, más probable. 

Esta operación por el volúmen, variedad y sitio del tumor 
tenía gravedad. Los tumores pequeños no distendiendo la 
cavidad, no permiten maniobrar en ella porque los intesti- 
nos se ponen por delante del tumor. Como no teníamos una 
mesa para colocar á la mujer en la posición de Fredelem- 
burg, esto es, la pelvis más alta que el torax para que los 
intestinos desciendan hácia el diafragma, fué preciso colo- 
car á la majer en la posición común y por ello tuvimos que 


152 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


luchar con los intestinos que ocupaban el espacio delante 
del tumor, pero entonces recurrimos á su extracción duran- 
te media hora, tiempo que tardamos en la enucleación y 
separación del tumor. Es la única parte grave que me hace 
desconfiar del éxito; sin embargo está en buenas condicio- 
nes, después de haber transcurrido 48 horas. 

Terminada esta relación voy á entrar en la antiquísima 
orden del día, en el tratamiento de la placenta retenida, 
Está echada en olvido, cuestión tan seria éimportante y que 
realmente preocupa á todos enfrente de un caso; pero aquí 
parece un objeto risible, aunque yo siendo, exageradamente 
tenaz, he logrado que lleguemos á tratar del particular. 

Han tomado parte fuera de la Academia los Dres. Pérez 
Miró, Weiss, Barrena, Fors, (de San Diego los Baños), An- 
oles y otros, y entre los académicos tenemos a los doctores 
Torralbas, Santos Fernández, Tamayo, Lavín, Machado y 
Cubas. Dejemos á un lado á los que no pertenecen á la Cor- 
poración y entre los que pertenecen, tenemos, que en una 
Comisión de partos en que figuraron 4 académico, doctores 
Plasencia, Machado, Beato y yo, tenemos solo la promesa 
del Dr. Machado y de los demás ni siquiera eso. 

En una Corporación Cientifica como ésta por el concepto 
que goza, si no se le dá importancia ¿ este asunto, por los 
especialistas que en ella figuran, ¿qué se deja para los espe- 
cialistas de fuera? Si el especialista que aquí figura tiene 
conocimentos cientificos, es justo que fuera de aquí, se juz- 
gue también especialista y si se le pide su opinión en una 
junta no puede negarse á darla. Es, pues, más deber darla 
aquí, donde no hay interés que el bien y el prestigio de la 
Corporación, en tanto que fuera de aquí, hay el interés del 
metal. Yo propogo pues, un voto de censura para los seño- 
res de la Comisión que titulándose especialistas no vienen 
aquí á dar su opinión: no se puede ser académico partero 
sin demostrar que se es partero. 

Entremos en la cuestión. No tenemos que ocupar el abor- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 


153 


to distinguiéndolo del parto, es decir basamos sobre la via- 
bilidad y no viabilidad del feto para trazar nuestra conduc- 
ta. Enel aborto hemos de distinguir un período ovular, 
otro embrionario y otro fetal; distinción antigua aceptada 
por Gueuiol que tiene gran importancia para el tratamiento; 
no es pues, una división caprichosa. 

ll aborto ovular se realiza en el primer mes; el embrio- 
nario hasta el tercer mes y el fetal hasta fines del sexto, 
hasta la viabilidad del feto. 

El período ovular la mayor parte de las veces, el aborto 
pasa desapercibido, se verifica en un solo tiempo; las adhe- 
rencias son tan laxas, tan ligeras que muchas veces, se cree 
en un simple retardo de la menstruación, siendo expulsado 
el óvulos con los coágulos sin que la mujerse de cuenta y 
sin que sobrevengan complicaciones. 

En el periodo embrionario, del primero al tercer mes, 
el aborto es más lento, pudiendo hacerse en un solo tiempo; 
pero otras veces se rompe la bolsa de las aguas; el embrión 
se pierde en los coágulos, quedando retenida no la placenta 
que aún no está organizada, pero el resto del huevo con las 
vellosidades coriales que se adhieren á la caduca ovular, no 
tiene adherencias suficientes para que ésta siga á la expul- 
sión del embrión. Casi nunca es necesaria la intervención 
y ésta se limita á las precauciones antisépticas, lavado, y al 
taponamiento en caso de hemorragia. Esta es la conducta 
general; no diremos nada de los casos especiales pues en 
ésto obrará el partero según el juicio que forme ante la par- 
turiente. En el juicio embrionario sentamos como princi- 
pio la espectación. 

No sucede asi en el periodo fetal, del tercero al sexto mes, 
en que más se asemeja el aborto al parto á término. En 
esta época la placenta está organizada, las vellosidades co- 
riales atrofiadas y las caducas soldadas; las fibras uterinas 
más desarrolladas. La expulsión del embrión no se realiza 


en un solo tiempo. Rotas las membranas, es expulsado el 
VIA 0: 


154 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


óvulo, el cordón delgado se rompe, no debiendo ser nunca 
objeto de tracciones. Roto el cordón y retenida la placenta, 
importa saber la conducta que debe seguirse. 

La placenta es más voluminosa que el feto, es decir, que 
éste no le abre paso á aquella. ll cuello no está borrado y 
existe junto con el sesmento inferior. Expulsado el embrión 
el cuello se estrecha, tiende á rehacerse rápidamente, por 
que solo está dilatado, no borrado, —formando un conducto 
de gran longitud.—De paso diré que en este periodo hay 
contraindicación absoluta al empleo del cornezuelo de cen- 
teno, siempre que el útero esté ocupado, pues cierra la 
puerta de salida sin que luego pueda vencerse la retractilidad 
del órgano uterino. J)e consiguiente es mala la costumbre 
de administrar el cornezuelo en las hemorragias uterinas, 
y debemos oponernos á ello. Hay medios más poderosos, 
más racionales, el lavado y el taponamiento que no dañan, 
que no dejan huellas cuando se hacen asépticamente; lo 
contrario sería emplear un tratamiento por el que se obtie- 
nen resultados opuestos al que se busca. 

Expulsado el feto, retenida la placenta, y aquí voy á con- 
testar al Dr, Machado que está de temporada, aunque no 
para pasar visita en la (Quinta del Rey, diré que llamo pla- 
centa retenida á la que permanece en el interior del órgano 
uterino transcurrida una hora de la salida del feto á térmi- 
no; dos horas en el parto prematuro y cuatro ó cinto en el 
aborto. 

Si la placenta está aún en el interior del órgano uterino 
y han pasado cuatro ó seis horas y apesar de las contraccio- 
nes uterinas el cuello se rehace y el conducto cérvico uterl- 
no se estrecha, debe procederse á la extracción manual, por 
que bien lavadadas las manos, aséptica la vagina y el útero 
la extracción manual es inocente, no puede tener más accl- 
dentes que la rotura del útero que no le sucede á uno que 
sepa andar con ¿l y la septicemia que puede evitarse. 

La extracción manual es rápida, benigna y favorable; 


pero si el canal cerrado no permite pasar dos dedos ¿qué 
hacer? Yo no procedería á la intervención operatoria; haria 
un lavado intrauterino antiséptico, y el taponamiento en 
caso de hemorragia, esperando algunas horas, que bastan 
para la dilatación del cuello y expulsión de la placenta. 

Yo no fijo tiempo para la intervención instrumental, orl- 
gen de la lucha entre los tocólogos; no es cuestión de reloj, 
no es preciso ser absoluto, sino solo sentar los principios 
generales. 

Doy por sentada la intervención manual á las 4ó 6 horas 
y solo en caso de accidente intervengo más rápidamente. 
Pero siempre parto del principio “más vale precaver que 
curar”, de ahí que siempre prefiero operaren mujeres no 
sépticas en que nada tengo que esperar, que no en las ya 
sépticas en las que hay que esperar á la mayor gravedad. 

Del tercero al sexto mes doy preferencia á la intervención 
manual sobre la instrumental, porque el dedo tiene fuerzas 
suficientes para desprender la placenta y solo en casos de 
degeneración 0 esclorosis de la placenta intervengo instru- 
mentalmente. 

Hoy día en que se puede deprimir el fondo del útero por 
el hipogastrio y fijarlo por el cuello por medio de pinzas de 
sanchos, dos dedos tienen longitud suficiente para recorrer 
toda la pared del órgano uterino, No hay instrumento que 
proceda con tanto tacto y la placenta es muy grande para 
ser extraida por la cureta por lo que requiere gran pacien- 
cia; la cucharilla cortante es perjudicial y la roma no vence 
la resistencia de la placenta. 

Al término de la vestación las paredes del útero son más 
delgadas y la cureta puede perforarlas v es más grave dicha 
rotura si la rotura es de chorro, no por la rotura que hoy 
día sabido es no son mortales siempre, sino porque puede 
.verterse el líquido irrigado en la cavidad abdominal, sobre- 
viniendo accidentes graves. ls, pues, mejor, pasar de pru- 
dente que quererlo sacar todo, y sacar la pared del útero. 


156 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Si hay accidentes, intervenir 4 cualquier precio. La dila- 
tación del canal cérvico uterino es suficiente para permitir 
el paso de la cureta y maniobrar; es: una operación fácil é 
inocente. 

Si no es posible la intervención manual y sí sobrevienen 
accidentes, debemos recurrir á la intervención instrumental. 

Pasemos ahora á la parte más importante, á los casos de 
parto á término. Ya he dicho que si permanece más de una 
hora después de la expulsión del feto, hay retención; pero 
tenemos que distinguir la retenida y la adherida. 

La placenta retenida puede estar desprendida y cuer bien 
sobre el anillo de Baudl ó en la vagina. lu la placenta re- 
tenida sin adherencia, no debemos dudar, la expresión ute- 
rina solo 6 combinada con la tracción es muchas veces sufi- 
ciente. Son casos estos en que el médico obtiene reputación 
sin ningún trabajo; la placenta cae en el saco vaginal pos- 
terior y permanece alli 6 1 8 horas sin ningún accidente; 
llega el médico y basta la presión del fondo del útero y una 
ligera tracción sobre el cordón para que salga y se asombren 
los circunstantes. 

Pero puede estar retenida por contracción parcial del ór- 
gano uterino, por encasquillamiento, del que existen mu- 
chas variedades aunque solo nos acuparán dos: adherida la 
placenta y desprendida pero habiendo el órgano, sufrido 
variaciones en su forma, constituyendo un anillo artificial 
se encuentra, una la ámpula superior y parte en la inferior. 
El mecanismo del encasquillamiento es siempre igual. 

¿Qué hacer? El diagnóstico, excepto en las mujeres gruesas 
en que la pared no es lo suficiente delgada para apreciar la 
disposición de los órganos genitales internos es sumamente 
fácil. La conducta debe ser nunca esperar. Proceder inme- 
diatamente á su extracción. 

Se me dirá es una contracción espasmódica y elia cederá 
será verdad en los músculos de fibras estriadas, no en los 


de lisas. La administración de cornezuelo de centeno pro- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 157 


duce una contracción tetánica sin intermitencia de ningún 
género, sino siempre tetánica. Y si á4 esto agregamos que la 
observación minuciosa de los casos clínicos nos dice que el 
anillo no se borra aunque transcurran varias horas entre la 
muerte y la necaopsia, de aquí que recomendemos el que la 
intervención debe ser rápida y activa. 

Administrar el cloroformo, no para relajar el anillo for- 
mado, sino para relajar las paredes abdominales y vencer la 
resistencia fácilmente, se introduce la mano y se abarca con 
ella la placenta; la parte no desprendida se decola fácilmen- 
te, porque no es la adherencia la que produce la retención. 

Mujer que se deje con la placenta dentro del útero por 
una contractura de éste, es mujer muerta porque no es po- 
sible que se retenga sin que se pudra é infecte á la mujer á 
pesar de algunos casos en que se ha expulsado á los 13 días 
sin accidentes. Pero esto no puede servirnos de guías. Lo 
raro del caso indica que esa conducta debe seguirse; pues 
porque en una mujer murió el feto después de haberse ini- 
clado el parto y roto la bolsa: sufrió la putrefacción, fué 
eliminándolo y curó, no debe creerse sea así siempre. 

Siendo una operación benigna, no debe aguardarse; esto 
es más grave. 

En casos de adherencia placentaria no aguardar; no fijaré 
tiempo para la intervención. Solo diré que no dejaré una 
mujer con su placenta en el útero marchándome de su lado; 
antes de salir de su casa, la extraeré. Examinaré á la mujer 
de tiempo en tiempo; si persiste la retención, si se retrae el 
conducto cérvico uterino, lo tendré en cuenta, pero no deja- 
ré a una mujer después del 6? mes con la placenta. 

La intervención tiene menos peligro que el forceps y éste 
muchas veces se aplica sin necesidad. ¿No es mejor interve- 
nia cuando el órgano uterino posea aun sus propiedades 
contráctiles? ¿No es mejor aprovechar el momento que sigue 
al parto, que por su contractilidad el útero tiende á oblite- 
rar sus vasos, que aguardar á que sean menores las propie- 


158 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


dades contráctiles? ¿No es mejor operar en una mujer que 
no haya tenido hemorragia que después de tenerla? ¿No 
prueba la estadistica que tras la hemorragia es mas segura 
cualquier complicación. ¿No sabemos que á mejor constitu- 
ción mayor resistencia? Pues, entonces ¿dá qué aguardar á 
que venga una hemorragia y sobrevenga la fiebre, para in- 
tervenir, para abrir un puerta á terribles accidentes? 
Voy á suspender por hoy mi tarea, no sin antes suplicar 
á los Dres. Torralbas, Machado y Cubas que en la próxima 
sesión den su opinión por palabra d por escrito. Se trata de 
sumar opiniones para dar valor 4 la conducta que se acon- 
seje deba seguirse. De la discusión habrá pues, de brotar 
la indicación. 
Dr. G. Casuso. 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del 24 de Julio de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES: — Presidente, Dr. Lastres: 
Dres. Riva, Plasencia (D. Tomás ), Farcía, Castellanos, 
Ramos, Plasencia (D. 1.), Montalvo, La Torre, Torral- 
bas (D. J. 1.), Saenz (D. Braulio), Cubas, Santos Fer- 
nández, Machado, Domínguez, corresponsal, Montané, 
Donoso, Delgado, Benasach, Lavín, La Guardia, Se- 
cretarlo. 


Abierta la sesión á la una y media de la tarde y leída el 
acta de la sesión anterior fué aprobada.—Se dió cuenta del 
movimiento de la Secretaría, que es el siguiente: 

CORRESPONDENCIA RECIBIDA. —KRecorderis del Juez del Cen- 
tro acerca del informe pedido en causa contra D, M... 
G..., por imprudencia temeraria. 

Comunicación del Comandante General de Marina salien- 
te, participando á la Academia que cesaba en ese puesto. 

Oficio del Sr. Comandante General de Marina entrante, 
participando la toma de posesión de dicho cargo. 
¡Invitación del Gobierno General para el besamanos en 
Palacio, con motivo del cumpleaños de la Reina Regente, el 
21 del mes actual. Comisión nombrada, Dres. Santos Fer- 
nández y La Guardia. 


160 , ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


CorRESPONDENCIA REMITIDA.—Remitido al Gobierno Gene- 
ral informe sobre honorarios médicos reclamados por el 
Dr. D. A... 0... al Ayuntamiento del Cano. 

Después se anotaron los libros é impresos siguientes: 

BigLioreca.—-“International medical Magazine”; vol. 1, nú- 
meros 4, 5 y 6. 

“Catálogo de Botánica”; un cuaderno. 

“Memoria y Revista de Sociedad Cientifica “Antonio 
Alzate”; tomo v, cuadernos números 7 y 8. 

““Anales de la Sociedad Española de Historia Natural”; 
tomo xx, cuaderno 3 y cuaderno adicional. 

“La Independencia Médica”; año xxvH, núm. 39. 

“Archivos de Ginecología y Pediatria”; año v, núm. 17. 

“Revista de Ciencias Médicas”; año vn, núms. 13 y 14. 

Intre los libros recibidos se hizo particular mención de 
la obra del Dr. Albarrán, Socio de Mérito de la Corporación, 
acordando la Academia que se le dieran las gracias y al mismo 
tiempo que la Secretaria lo felicite 4 nombre de la Corpora- 
ción porel brillante triunfo obtenido últimamente en las opo- 
siciones, que dieron por resultado su nombramiento de Pro- 
fesor agregado de la Escuela de Medicina de París; igual- 
mente acordó la Academia quese dieran las gracias al 
Dr. Diago, que había enviado su tésis acerca del “Empleo 
de los evacuadores permanentes de la vejiga por la vía hi- 
pogástrica.” | 

Pasando á la órden del día, después de hacer constar el 
Sr. Presidente que asistía á la sesión el socio corresponsal, 
Sr. Domínguez, tomó la palabra el Dr. La Torre é hizo una 
comunicación oral sobre “Observaciones geológicas y paleon- 
tológicas en la Región Central de la Isla de Cuba” (comu- 
nicación publicada en los AxaLes, Agosto 1892). Termina- 
do el trabajo del Dr. La Torre, que dona á la Academia 
la colección geológica que acaba de pre-sentar, la Presiden- 
cia, dándole las gracias expresivas por lo que hacía, lo fe- 
licita por su notable conferencia considerándola bajo todos 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 161 


conceptos digna de la reputación justificada de que goza el 
Dr. La Torre, como hombre de ciencia á la par que dotado 
de una esquisita laboriosidad. 

El Dr. D. José L Torralbas dá lectura á su trabajo, ya 
anunciado. que titula: “Contribución á la profilaxia de las 
fiebres reinantes”; (publicado en los Awares, Agosto 1892). 
Estima el Dr. Torralbas que de dos meses á esta parte vie- 
nen notándose numerosos casos de fiebre que por ser muy 
repetidos, causan la consiguiente alarma en las familias y 
para él en su mayor parte constituyen formas variadas de 
fiebres tifoideas, y desde luego es de aceptarse que esta ciu- 
dad atraviesa una epidemia, aunque no muy extensa, que 
la mayoría de los casos no revisten suma gravedad; aunque 
todos ellos presentan signos que les son comunes, enumera 
detenidamente todos estos signos que vienen á corroborar 
lo que ha dicho, y por lo tanto hay que colocarlas en 
el grupo de las tifoideas. En particular, estudia las causas 
productoras de ese padecimiento, ya en lo que se refiere al 
agente patológico, tal como el bacilo de Eberth,. ya á las 
causas generales que como desgraciadamente se ha probado 
abundan en este pals, y entre estas últimas señala, sobre to- 
do, el contagio por el agua destinada al uso general de la po- 
blación, por último, se extiende en consideraciones ad-hoc, 
acerca de las medidas profilácticas que han de tomarse en 
esos casos y que nunca de ningún modo deben ser olvidadas 
por los profesores que tienen á su cargo la asistencia de en- 
fermos atacados de fiebre tifoidea. 

Sometido á discusión el trabajo del Dr. Torralbas, pide 
la palabra el Dr. Montalvo, y expone: después de felicitar 
al Dr. Torralbas por su comunicación que estima de extra- 
ordinaria oportunidad, cree que ha cometido un lapsus que 
considera de importancia, y es que ha tratado indistintamen- 
te como productor de la fiebre tifoidea, lo mismo al bacilo 
de Eberth que al bacilo coli-comuni, en esto parece que no 


está en lo justo, y desearía que el Dr. Torralbas concretara 
TAR 21: 


162 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


su opinión acerca de este particular; además cree que debía 
haber distinguido la diarrea infecciosa de Sevestre, que 
causa grandes extragos en los niños y que algunos profeso- 
res confunden con la fiebre tifoidea.—Otra de las causas 
que no ha señalado, muy frecuente en las poblaciones, 
es sin duda, el contagio, ó mejor dicho, la infección por la 
leche. En esta ciudad, en época anterior se cometió la in- 
famia de hacer entrar el agua de la Zanja con objeto de 
servir de obstáculo á la construcción del canal de Vento, la 
obra de Albear: en esas aguas se lavan numerosas vasijas, 
no solamente de la población sino de sus cercanías, el bácilo 
se deposita en esas vasijas; además la leche para nuestro 
uso es bautizada con esa misma agua, causas que explican 
suficientemente la producción de la fiebre tifoideu por la 
leche. Hace algunos años pudo comprobarse en Londres, 
que por solo lavar las vasijas destinadas á conservar la leche 
en un riachuelo infectado, con esa leche se habian originado 
algunos casos de fiebre tifoidea y entre les cuales cayó co- 
mo victima uno de los hijos del Dr. Murchinsson. El Dr. To- 
rralbas se ha ocupado de los vestidos, de las esponjas, de las 
sábanas, bajo el punto de vista de la desinfección, pero no 
insiste, como debiera, acerca de la desinfección de las ma- 
terias fecales. Es preciso que el enfermo evacue sobre un 
recipiente que contenga un antiséptico enérgico y el mejor 
es el cloruro de cal; también se hace necesario que las letri- 
nas á su vez sean desinfectadas con esa misma sustancia. 

ll Dr. Santos Fernández. En esta Academia y en época 
anterior se ha dudado de la existencia de la fiebre tifvidea, 
entre nosotros, basada esa duda únicamente en el cuadro 
clínico- Las preparaciones que el Dr. La Guardia presentó 
á la Academia comprobaron de un modo terminante que la 
fiebre tifoidea existía en la Isla de Cuba, después del descu- 
brimiento del bacilo de Eberth la duda sobre ese particular 
ya no es posible, el Dr. Dávalos lo ha encontrado en aguas 
procedentes de Matanzas. Hasta ahora en el agua de la Zan- 


o 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 163 


ja sólo se ha podido encontrar el bacilo coli-comuni, v en el 
Laboratorio de la Crónica se espera encontrar el de Eberth 
para lo cual se trabaja asiduamente. El Dr. Torralbas nos ha 
hablado de los filtros Chamberland, que por lo general han 
gozado de gran crédito; desgraciadamente ese crédito va 
disminuyendo, y en filtros de Chamberland traidos expresa- 
mente de Paris por el Dr. Madan para el Laboratorio de la 
Crónica, se ha comprobado siempre el paso de gérmenes d¿ 
travez E sus paredes, aún en aquellos que se usaban por 
primera vez. 

Ll Dr. La Guardía manifiesta cue no va á discutir la 
existencia de la fiebre tifoidea en la Isla de Cuba, que ac- 
tualmente es un hecho comprobado, no solamente como ha 
dicho el Sr. Santos Fernández por las preparaciones qne 
tuvo el honor de presentar 4 la Academia en otra época, 
sino además y anteriores á él por los trabajos del Dr. Giralt 
y sus discípulos. Quiere llamar la atención acerca de otra 
clase de fiebres muy común en esta capital que no ha sido 
estudiada, que se caracteriza tan sólo por un estado febril con- 
tinuado en-el cual se notan” temperaturas á veces muv altas 
sin otra manifestación particular, que no ceden á la quinina, 
de muy larga duración y que únicamente desaparecen mer- 
ced al tiempo, pues llegan 4 durar treinta días, sesenta, y 
excepcionalmente, aún más. 

El Dr. Montalvo. Hay en los niños, otras fiebres que son 
debidas al crecimiento, pero en estos casos junto á las alte- 
raciones de la temperatura aparece el dolor epifisiario que 
es característico. Otra clase de fiebre que también tenemos 
es la fiebre tifoidea lenta, nerviosa, que se vé lo mismo aqui 
que en Europa, sin fenómenos gástricos, ni pulmonares, de 
30 4 40 días de duración, casi sin oscilaciones en la tempe- 
ratura, y que nunca ceden á la quinina. En lo que ha dicho 
se refiere únicamente á la cuestión clínica y desde luego lo 
hace con cierta reserva, pues no ha tenido oportunidad de 
efectuar autopsias ni tampoco investigaciones microscópicas. 


164 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Considera en general que la clínica es de capital importan- 
cia, aunque desgraciadamente se halla algo abandonada, en 
su lugar predominan los estudios de Laboratorio. Recuerda 
haber visto en Paris 4 dos grandes clínicos, los Dres. Gran- 
cher y Damaschino llegar ú sus salas, presentar ligeramente 
la cabeza por la puerta, comunicar dos palabras al interno 
y retirarse enseguida al Laboratorio. 

1 Dr. Torralbas: el Dr. Montalvo desea saber mi opi- 
nión acerca del bacilo de Eberth y el bacilo coli-comuni, y 
estima que he confundido al tratar de la etiología de la 
fiebre tifoidea ambos bacilos. El bacilo de Eberth es el que 
produce la fiebre tifoidea, y desde el momento que cito los 
trabajos de Widal y Chantemesse es de aceptarse que 
con ellos estime que el bacilo propio de la fiebre tifoidea, 
sea el de Eberth, y el coli es únicamente un acompañante, 
frecuentemente se hallan juutos. No se ha ocupado de 
hacer un diagnóstico diferencial con la diarrea infecciosa de 
los niños, pues el trabajo como lo indica perfectamente el 
membrete con que lo ha designado, no ha tenido en ningún 
modo ese objeto. Con relación .4 la infección por la leche, 
desde el momento que ésta se halla determinada por el 
agua que se le agrega, como se ha visto ya, ha tratado ese 
asunto. In lo que se refiere á la desinfección de los vasos 
del enfermo, cree que ya lo ha dicho, empleando para ello 
el sulfato de cobre prefiriéndolo al cloruro de cal, para 
esto se basa en que merced al sulfato de cobre ha podido 
preservar indefinidamente de toda clase de parásitos las 
colecciones de plantas que viene enviando hace tiempo á 
Alemania; por otra parte, dice, el olor del cloruro es en ex- 
tremo desagradable. 

Al Dr. Santos Fernández puede decir que es el primero 
en reconocer las imperfecciones de los filtros Chamberland; 
pero que siendo en su materia lo mejor que se conoce, des- 
de luego se hace necesario aceptarlo con las citadas imper- 
fecciones, por último, y aqui se dirige al Dr. La Guardia, él 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 165 


también ha observado esas fiebres continuas de larga dura- 
ción, que no son fiebres de crecimiento, pues lo mismo se 
ven en los niños que en el adulto, y que no consideran- 
do que reinen en la actualidad por eso no se ha ocupado 
de ellas. 

El Dr. Saenz felicita al Dr. Torralbas por el estudio que 
acaba de leer, que considera de mucha oportunidad, pero en- 
tiende que no es posible hablar de tifoideas sin tratar de aque- 
llas otras fiebres que asemejándose por su marchu y sus con- 
secuencias, no tienen las mismas condiciones esenciales. Uree 
que en esas fiebres predomina una especie de hibridismo, que 
aún no se hu defivido: nadie niega la existencia de la fiebre 
tifoidea en Cuba, mucho más después de los trabajos del 
Dr. Giralt, del Dr. Valdés y de otros de sus discipulos, y 
ahora voy á citar un caso de fiebre que seguramente no €s 
fiebre tifoidea y que espero que el Dr. Torralbas tenga la 
bondad de esclarecer. 

Un niño mio, de cinco años de edad, fué acometido de 
una fiebre intermitente al principio, después con irregula- 
ridad marcada sin someterse á tipo alguno, ofreciendo tan 
pronto exacerbaciones como remisiones, no obedeciendo á 
tratamiento de ninguna especie: todo lo que pueda creerse 
útil en caso tal, fué empleado siguiendo los consejos del 
Dr. San Martín, pero todo sin resultados. El vientre por 
intervalos elevado 6 deprimido, á veces con diarrea, otras, 
constipado cansado ya de toda clase de tratamiento fué 
trasladado al Vedado, desapareciendo allí todo su padeci- 
miento. ¿De qué se trataba? ¿Era una tifoidea? ¿Era una 
fiebre palúdea? No lo he podido saber. Igual á este caso se 
encuentran muchos en la Habana y es cuestión de impor- 
tancia clínica y capital que se hace necesario resolver. 

El Dr. Plasencia (D. Ignacio): Hay en la Habana, dice, 
cierta clase de fiebres, como el caso observado por el Doc- 
tor Saenz: ha asistido próximamente unos treinta, durando 
la fiebre 50, 60 y más días, sin obtener con los tratamientos 


166 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


empleados resultados de ninguna especie, en vista de lo cual, 
cansado ya de toda intervención ha aconsejado 4 las fami- 
lias, como único tratamiento el siguiente, alimento, vino y 
tranquilidad, con ese regimen todos estos enfermos han cu- 
rado; en estos casos la temperatura siempre ha sido eleva- 
da, fluctuando entre 393, 40 y 41 grado; ía fiebre se termi- 
naba siempre cuando en los pacientes se pronunciaba un 
estado de demacración. 

El Dr. Lavín interviene para preguntar cuál era el estado 
del hígado y del bazo en los enfermos referidos, á lo que con- 
testó el Dr. Plasencia que no ofrecían dada de anormal. 

El Dr. Torralbas, como ya lleva dicho, por ahora no se 
ha ocupado de otra clase de fiebres que de las tifvideas y 
afirma que los casos relatados por los Sres. Académicos que 
]2 han precedido en el uso de la palabra, para él no cons- 
tituyen otra cosa que formas de fiebres tifoideas más d mé- 
nos leves. 

El Dr. Montalvo: Que haya dudas respecto á la pireto- 
logía, se las esplica, pues es una de las partes más difíciles 
de la patología y así halla perfectamente justificadas las du- 
das manifestadas por los Sres. Saenz y Plasencia. Hace pre- 
sente que asistió 4 la epidemia notable del año de 1881. más 
extensa v de mayor gravedad que la actual, habiendo obser- 
vado casos perfectamente caracterizados. 

Ha asistido 4 una niña, víctima de esas fiebres, cuya 
duración se extendió á 76 días, la cual fué vista en consulta 
alemás, por los Dres. Lundeta y Cabrera, que estuvieron 
«le acuerdo al asegurar que se trataba de una fiebre tifoidea; 
tuvo un caso de otro niño que llegó á 78 dias, en el periodo 
de convalecencia y descendiendo la temperatura ya 438 
grados, se trasladó al Vedado y allícuró. Recuerda, por otra 
parte, que en los casos de fiebres tifoideas observados en la 
Isla de Cuba, no es común encontrar el bazo infartado sino 
más bien el higado y como tratamiento cree debe insistirse, 
sobre todo, en la desinfección intestinal y en la balneotera- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 167 


pia; en definitiva cree que los casos señalados como anor- 
males son formas lentas, nerviosas, sin fenómenos abdomi- 
nales ni pulmonares de fiebres tifoideas. 

El Dr. Santos Fernández expresa que el Dr. Montalvo 
se lamenta de que en absoluto se abandone la clínica por el 
Laboratorio; de ningún modo niega la importancia de la 
clínica, pero ese hecho señalado en los Dres. Grancher y 
Damaschino revela toda la importancia que tienen hoy los 
estudios del Laboratorio, por otra parte, le consta que el 
Dr. Montalvo concede gran importancia á los trabajos del 
Laboratorio, pero que, desgraciadamente entre nosotros, por 
lo general, se ven con alguna repugnancia. 

El Dr. Montalvo deplora su incompetencia en los estu- 
dios del Laboratorio; pero cree que es á la cabecera del en- 
fermo donde debe formarse el médico y como ha señalado, 
hoy en Europa se nota alguna tendencia á abandonar la 
clínica por el Laboratorio: para que se vea toda la impor- 
tancia de la clínica y de los verdaderos maestros clínicos 
cita el hecho siguiente: “Hace poco tiempo tenía una de 
sus niñas atacada de flebre tifvidea, de repente se vé aco- 
metida de una disnea intensa sin que aparezca nada en el 
aparato respiratorio para justificar la disnea. Trata de en- 
contrar en los libros modernos la explicación de lo que ocu- 
rría; pero no halla nada, entonces recuerda á Murchisson y 
en una de las páginas de su interesante obra puede leer lo 
siguiente: “En el segundo período aparece la disnea inde- 
pendiente de lesiones pulmonares y renales.” 

Terminado ese particular, se ocupa el Sr. Montalvo de 
otra enfermedad infecciosa que diezma á los niños, y dice: 
el Dr. Sevestre hace como cuatro años dió á conocer una 
bronco-neumonía unida á una enteritis infecciosa en aque- 
llos niños que un destete prematuro había colocado en pé- 
simas condiciones; los caractéres principales de esta infec- 
ción eran diarreas frecuentes de mal aspecto, de olor muy 
desagradable, altas temperaturas y fenómenos de bronco- 


168 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


neumonia.—Lasegue en una de sus memorias sobre el cólera 
infantil al ocuparse del diagnóstico diferencial, dice: hay 
enteritis infecciosas que matan rápidamente al niño y que 
tan sólo se diferencian del cólera por la hipertemia que pre- 
domina en lugar de la hipotermia. -— El año pasado tuvo 
oportunidad de observar un niño de pocos meses, destetado 
al principio del verano, se recurrió á la alimentación artifi- 
cial, apareciendo muy prontu una diarrea frecuente de color 
oscuro, muy fétida, acompañada de una temperatura eleva- 
da, disnea muy marcada y que agravándose esos sintomas 
murió sin que bastare á detener la enfermedad el tratamiento 
empleado. 

Más tarde ha visto otro niño del campo, al cual se le sus- 
pende el pecho, se recurre también á la leche de vaca, lo 
traen 4 la Habana en pleno verano, es acometido de diarreas 
frecuentes, fétidas, y además de una alta temperatura, apa- 
rece la disnea sin fenómenos bronco-pulmonarés de impor- 
tancia, sobreviene un colapso y el niño muere.-—El trata- 
miento seguido consiste en suprimir la alimentación artificial, 
dar al niño leche de mujer, la desinfección intestinal y los 
baños frecuentes, á pesar de ellos todos los niños han sucum- 
bido y á su juicio la enfermedad que ha indicado, no es otra 
que la diarrea infecciosa de Sevestre seguramente producida 
por el paso del bacilo coli al pulmón, de los intestinos, don- 
de puede permanecer 4 veces tranquilamente. 

El Dr. Montané considera en extremo importante la co- 
municación del Dr. Montalvo, y en virtud de lo avanzado 
de la hora estima que es oportuno dejar la discusión iniciada 
para otra sesión, ofreciendo por otra parte traerá la Acade- 
mia un trabajo relativo á la diarrea infecciosa de los niños 
que tendrá el honar de presentar dentro de poco tiempo. 

No habiendo otro particular de importancia de que tra- 
tar, se suspendió el acto, declarándose la Academia en sesión 
de Gobierno. 


EL DR. D.JOSÉ E. RAMOS. 


La Sección de Ciencias de esta Real Academia tiene 
que lamentar la desaparición de uno de sus distinguidos 
miembros. 

Arrebatado repentinamente del seno de su amante fami: 
lia, el Dr. D. José E. Ramos ha dejado entre nosotros un 
vacio que no se llenará fácilmente: en edad, sino temprana, 
tampoco avanzada, cortó la muerte al herirlo una esperanza 
de la ciencia cubana; la Botánica, que entre nosotros no se 
cultiva aún tanto como sería de desearse, constituía para el 
Dr. Ramos el objeto principal de sus dedicaciones. Obser- 
vador paciente y estudioso se había dedicado desde los co- 
mienzos de su carrera al cultivo de esa ciencia en la que, ú 
fuerza de constancia y de inquebrantable empeño, logró 
distinguirse por sus extensos conocimientos. 

Era el Académico, cuya muerte deploramos, uno de 
esos modelos de laboriosidad y constancia que con frecuen- 
cia vemos desarrollarse en estos tiempos, en que el trabajo 
abre las puertas del porvenir á todos ú casi todos los que 
con fé se dedican á él; huérfano de padre desde su infancia 
y sin poseer una herencia suficiente para cubrir con holgur: 
las necesidades de una familia, no muy corta, hubo de de- 
dicar los primeros años de su juventud al trabajo con que 
ayudaba á su respetable madre á continuar la educación de 
sus hermanos menores: de suerte que la juventud de nuestro 
colega fué absorbida por el trabajo y se pasó, escribiendo en 


una oficina. 
IÓ 2 


170 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Concluida ya la carrera de médico, que su hermano 
D. Antonio siguió con provecho, y terminada la educación 
de sus hermanos, comenzó nuestro amigo la suya también 
de miáédico, dedicándose desde que principió los estudios 
de filosofía á la Botánica, que más tarde había de constituir 
la principal de sus dedicaciones. 

No nos permiten los estrechos límites de esta Necrolo- 
gía seguir paso á paso la historia de los conocimientos cien- 
tificos del apreciable colega, ni nos corresponde entrar en 
detalles, cuya enumeración compete al Académico que se 
encargue de su elogio; así es que nos limitaremos á consig- 
nar en estos renglones que fué Ramos un buen estudiante 
de Medicina, alcanzando en sus exámenes honrosisimas no- 
tas, que ejerció como médico aquí y en el extranjero, pues 
fué uno de los hombres que en los dias aciagos de la patria 
tuvo necesidad de gustar el pan amargo de la emigración, 
sin que nien esos días dejaran de ocupar su atenció 1 y 
quizás de endulzar su ostracismo, los estudios botánicos, que 
no abandonó ni un momento. 

Académico desde 1868 sirvió siempre á esta Corporación 
aportando generalmente su contingente como botánico, lle- 
gando á ser Secretario de la Correspondencia extranjera 
durante un bienio, y presentando varios trabajos é informes 
de que en su día se dará cuenta; dedicose al servicio de la 
Academia con la mejor voluntad y dió siempre cumplimiento 
4 toda comisión que se le encargó. 

Por último, después de prolongada y constante labor, 
después de sin igual asiduidad y de venir desempeñando 
hacia ya años con el carácter de auxiliar, una cátedra de 
Botánica en nuestra Universidad, objeto de sus aspiraciones, 
logró obtererla en propiedad no hace un año por medio de 
recia oposición, y apénas había logrado su ideal, cuando la 
muerte le arrebató de entre nosotros. 

Descanse en paz el amigo y compañero, y mientras el turno 
nos llegue, cuente que le guardamos un afectuoso recuerdo. 


Z00LOGIA, 


AEGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


Dos especies más describe Poey con el vulgar Patao, 
que son: 

Qerres Brasilianus Cuv. Aletas ventral y anal, anaran- 
jadas. 1 pié de largo. (KRiep. £, ¡Synops.) 

Gerres Patao Poey. Wentrales y anal negruzcas. Llega 
á 1 pié de largo. (Lbid, ) 


52. Mojarra. — Moharra rhombea Cuv. 

Descrita antes por Poey, con el nombre técnico Gerres rhom- 
beus Cuv. y el vulgar Patao. (Repert., Synops.) 

Color oliváceo plateado. Aletas comunmente pálidas ó 
amarillosas: ventrales algo oscuras. Cuerpo romboidal, cor- 
to, rehecho, con el lomo elevado. Espinas dorsales altas y 
fuertes. Segunda espina anal muy fuerté. Lóbulos caudales 
largos y delgados. Pectoral larga. Longitud, 12 pulgadas. 
Antillas y Florida meridional. 

Jordan di Gilbert — de cuya Synopsis citada tomo los caracte- 
res que anteceden — asignan á esta especie el técnico Gerres olis- 
thostoma Goode « Bean, con el vulgar frish Pompano. 

53. Mojarra de casta, — Zucinostomus .... (en Enume- 
ratio). Fajas verticales, pardas con reflejos variables, en nú- 


JU 
—] 
Km 


ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


mero de 6 á 8. Carne muy estimada. Abunda mucho. Al- 
canza 4 36 centímetros de largo. 

J. € G. nombran d esta especie Ferres cinereus Walbaum, 
con los caracteres que voy ¿4 extractar, al objeto de esta 
obra, como en la especie anterior. 

Plateado. 6 4 8 barras azulosas verticales, en el lomo y 
los flancos. Lomo comprimido, elevado. Caudal profunda- 
mente ahorquillada. Es la especie más grande del género: 
alcanza 18 pulgadas — unos 46 centímetros. p. 935. 


54. Mojarra de ley. — Zucinostomus pseudo-gula Poey. 
Cuerpo alargado. Sin fajas verticales. Dorsal escotada, ne- 
gra en su ápice. Común. 

Carne exquisita. Alcanza 20 centímetros. 


Habana. Vive en el puerto. Por lo amarilloso de sus nadade- 
ras, suelen decirla Mojarra de aletas amarillas. 

En Puerto Rico llaman Muniama ó Moniama una especie que 
Poey nombra Eucinostomus aprion Cuv. Véase J. € G., p. 583 sig. 
y 934 sig., sobre sinonimia de los Gérridos cubanos. 

En San Juan de Puerto Rico señalan al Moniama un peso 
máx. de 92 grms.; la corrida, de Mayo á Junio; cons. loc. fresco, 


2300 k. (1891). 


Bajo el genérico vulgar de Mojarra, dispongo de los da- 
tos que siguen: 


Habana. Máx. 1 kilo. Corrida, en Mayo y Junio. Arribazón, 
de Octubre á Enero. Nose exporta ni conserva. Cons. loc. fresco. 
Pesca anual: 16,790 k. Artes: cordel, redes, nasas. (1891). 

Matánzas. Abunda. Desove, en Junio. Emigra después. (1881). 
Arribazón, de Octubre á Enero. (1891). 

Mariel. De 500 grms. á 1 kil. Carne exquisita. 

Cienfuegos. Máx. 400 grms. Arribazón, Diciembre y Enero: 
rios é interior del puerto. (1891). 


Trinidad. Casilda. Máx. 500 grms. Corrida, Febrero y Marzo: 
todo el distrito. Arribazón, Diciembre y Enero: Calicito. Consu- 
mo local fresco: 400 kil. Pesca anual: 400 kil. Artes: redes, 2. 
Embarcaciones: chalanas, 2; tripulación, 4. (Vega, 1891). 

Sagua. Isabela. Peso máx., 1 kil. (Dr. E. Cortés, 1892). 


) 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 173 


Tunas de Sasa. Máx. 1 kil. Acude todas las lunas (?) á la boca 
de los esteros. Exportación, vivo: 800 kil. Cons, loc. fresco, 200 k. 
(Escandón, 1891). 

Remedios. Caibarién. Máx. 0'460 kil. Corrida, en Mayo, Junio 
y Julio, en los veriles. Arribazón, en costas de cayos y canalizos. 
Cons. loc. fresco: 5,200 kil. (Dueñas, 1891). 

Santa Cruz del Sur. Máx. 360 grms. Es de poco consumo, y no 
se dedican á su pesca. Sedentaria (Carrasco, 1891). 

Manzanillo. Máx. 0173 k. Vive en esteros y lagunas. Corrida, 
por la Cuaresma, en esteros y ríos. Cons. loc., fresco. [ Triana, 
1891]. 

Cuba. Santiago de. Máx. 250 grms. Abunda todo el año. Con- 
sumo local, fresco. [ Elizalde, 1891]. 

San Juan. Puerto Rico. Máx. 138 k. Cons. loc., fresco, 13,802 
kil. [J. Cortés, 1891]. 

Arroyo. Puerto Rico. Pesca anual, 46 kil. [Silva, 1891]. 

Cuentan en esta familia, en géneros diversos ó en distintas es- 
pecies del mismo género europeo, las que en Andalucía, Bilbao, 
Laredo, Vizcaya, Cataluña y Mallorca nombran Mojarra, con la 
pronunciación provincial correspondiente; las que en Guipúzcua 
llaman Mocharra y en vascuence Mujarrá. 


ESPÁRIDOS. (Sparidi). 


La denominación común de Peces de pluma que se did 
algunas especies de esta familia, se funda en que su primer 
interhemal — primer interespinoso anal — afecta la forma de 
una pluma, con el corte adecuado para recibir la vejiga na- 
tatoria. (Synops) En su mayoría se hallan en el gén. Cala- 
mus — pluma en latín. Cuerpo comprimido, lomo elevado; 
cabeza gruesa, desnuda, anacarada, excepto los cachetes y 
opérculos, que son escamosos. Dorsal continua, caudal muy 
ahorquillada, pectoral de común muy larga. “Second inters- 
pinal bone of the anal enlarged, pen-shaped, cuya parte cónca- 
va recibe el extremo de la vejiga natatoria. (J. € G. 927). 

Además de las especies de Pez de pluma, cuentan 40 5 
de Sargo, el Bajonado y la Cotonera. Carnivoros, se alimen- 


174 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tan de moluscos, cuyas conchas ó valvas rompen Ó trituran 
con sus poderosos caninos anteriores y sus dientes obtusos; 
y también de Erizos marinos, de cuyas púas suele hallárse- 
les trazas en los labios. 


55. Bajonao, — Culamus Bajonado Bloch « Schn. ls 
el preponderante. Cedo al deseo de seguir la descripción de 
Parra, muy notable para su tiempo, y más todavía en quien 
no frecuentó los grandes maestros, y sin embargo, detalla 
tan bien. Consigna sus cuatro dientes mayores en cada man- 
díbula, sobresalientes — caninos — y sus seis aletas: “una 
dorsal, que se coge todo el lomo, dos vugulares, dos pecto- 
rales y una del ano, con tres fuertes espinas en la parte an- 
terior.” Anota la cabeza morada v lo demás ceniciento. ln 
Puerto Rico nombran á esta especie Pez de pluma, y aquí 
también algunos. 

Carne buena. Llega á 50 centimetros de largo, y 2% k1- 
los peso máximo. 

Habana. Máx. 1% k. Corrida, Mayo y Junio. Arribazón, de 
Octubre á Enero. No se exporta. Cons. loc., fresco. Pesca anual: 
33,580 k. Artes: redes, nasas. [1891]. 

Mantua. Abunda siempre. Corrida, en Abril y Mayo. Arriba- 
zón ó virazón, en Diciembre y Enero. [1880]. Datos posteriores, 
de conformidad. 

San Cayetano. Máx. 2 k. Corrida, de Mayo á Junio, todo el 
distrito. Arribazón, de Octubre á Marzo. No se exporta ni con- 
serva. Cons. loc., fresco: 15.000 k. [ Milagros, 1891]. E 

Mariel. De 500 gramos á 23 kilos. Carne buena. Abunda. 
[1881]. 

Cárdenas. Peso máx.1 k. [Morgado, 1891]. 

Remedios. Caibarién. Peso máx. 5750 kil. Corrida en Febre- 
ro, Marzo y Abril, por los veriles y lajiales. Cons. loc. fresco: 6,200 
kilos. [1891]. 

Nuevitas. Máx. 3 kil. Cons. loc., fresco: 12,333 kil. [1891]. 

Todos, sin excepción, dicen Bajonao. 

56. Pez de pluma. — Calamus megacephalus Swainson. 
Cuerpo comprimido, lomo arqueado. Color aceitunado con 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 175 


reflejos azulosos. Rasgos ondalosos azules en la frente y la 
región preorbital sobre el fondo común amarillento de esta 
parte de la cabeza. Aletas ventrales pálidas. Caudal bifur- 
cada, de lóbulo superior más ámplio. Desde las Antillas al 
N. de la Florida. (J. «%. G). 


Carne buena. Lleva á 25 centim. de laroo y 2 kilos de 
e) (=p) 


Nuestros pescadores llaman Pez de pluma á todo Calamus que 
la tiene, lo mismo que en Puerto Rico: en San Juan, Fajardo, 
Arroyo, le dicen Pluma simplemente. 

Así, no fué dable evitar que en los datos se englobasen todos; 
si bien las especies de más cuenta están deslindadas. 

Dos especies más de Calamus y dos de Grammateus nombra 
Poey, á saber: 

C. orbitarius. Blancuzco con reflejos plomizos. Aletas pálidas: 
un borde verduzco « lo largo de la dorsal, pectorales amarillo- 
Sas, una pinta azul en el tronco pectoral. (Mem.) 

C. macrops. Fondo común oliváceo, un tanto plateado. Flan- 
cos con listas aceitunadas oscuras. Una prominencia ósea agu- 
zada preorbitaria. Aletas ventrales pálidas. [J. € G.] 

G. humilis. Color de acero verduzco. Rasgo circular azul 
infraorbitario. Aletas verdosas: pectoral amarillenta, ventral mo- 
rada — como la mandíbula inferior. Pequeño. (Synops.) 


G. medius. Oliváceo algo oscuro: las fajas más sombrías del 
cuerpo y aletas, desaparecen en gran parte con la edad. Lis- 
tas azules delgadas en la reyión preorbital. Nadaderas pálidas: 
caudal poco bifurcada. 25 centim. de largo. [J. € G.] Cuba y la 
Florida. 

J. € G. dejan esta especie con las demás en el gén. Calamus. 


57. Ñargo. — Llevan este nombre vulgar 4 especies del 
género Surgus y 1 del Lagodon. 

Incorporadas todas por J. dí. G. al género diplodus de Rafines- 
que [p. 557], se expresa luego que el grupo Lagodon pudiera es- 
timarse como un género diferente del Diplodus. [p. 929]. 

No obstante de ser esta obra una mera revista de peces útiles 
por su concepto alimenticio, agrupación de datos aprovechables 
por quienes puedan y quieran formalmente; uo me parece extem- 


176 : ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


poráneo— y puede que sea también conveniente — el indicar al- 
go de lo mucho que hacer en punto á taxinomía, nomenclatura, 
etc., que espera á los capaces. Así se explica la ampliación suce- 
siva de este trabajo. 


Sargus caribeerus Poey. Color de acero bruñido: 3 listas amari- 
llo de oro, longitudinales, sobre la línea lateral, y 56 6 debajo; 
una mancha negra en el hombro. Aleta dorsal, amarillosa; ven- 
trales, anaranjadas en la hembra, amarillentas y punteadas en el 
macho; pectorales verdosas, largas, puntiagudas; anal amariilosa, 
salpicada de negro, ahorquillada. [J. € G., Poey in lit.] Común 
en Batabanó, de unos 20 centím. (Mem.) 

Sargus tridens Poey. Incisivos 7 , fundamento del espe- 
cifico. 3 listas amarillas sobre la línea lateral, 5 debajo. Man- 
cha humeral negra. Ventral amarilla, las demás pálidas. 15 
centim. (Lnum.) 


Lagodon rhomboides Linn. 

Nomb. vulg.: Salema 6 Sargo [F. P.]; Suilor's Choice [Goode]; 
Pin-fish, Bream [J. € G.] Pocos peces tienen una sinonimia vul- 
gar tan recargada, en el litoral de los E. U. 

Color aplomado, vientre blanco; listas azules y doradas 
horizontales, 4 los lados de la cabeza y en los flancos. Man- 
cha axilar oscura. Boca pequeña, con la mandíbula superior 
más protráctil que en las otras especies. 

Abunda mucho en las costas norteamericanas, alcanzando de 
10 á 12 pulgadas de largo. Tiéneseles allí en gran estima por su 
concepto alimenticio. Es el Sailor's Choice, según Goode, one of 
the most deliciously-flavored fishes of our coasts, etc.» 

Stearns consigna que el desove tiene lugar á fines de invier- 
no ó principios de primavera. [Goode]. 

Del Mariel informan, que la carne del Sargo es regular y que 
pesa hasta 500 grms. 

El Sargo andaluz pertenece al mismo género y distinta es- 


pecie. 


58. Cotonera, -— Sargus caudimacula Poey. Incisivos a 


Blanco de plata. Una mancha negra abarca el borde supe- 
rior y los lados del tronco caudal, como expresa el especifi- 


AAA 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 177 


co técnico. Raro. Visto por Poey á mediados de Febrero, 
procedente de Cojímar. El individuo descrito medía 19 cen- 
timetros de largo. (_Mem.) 

Spot-tailed Pin:fish. Desde Cuba hasta Carolina del Norte, abun- 
dando en Beaufort de este estado. Longitud, 5 pulgadas [J. «€ G]- 


LOBÓTIDOS. 


Unico representante de éstos en nuestra fauna ictiológi- 
ca es la 


59. Biajaca de la mar. — Zobotes surinamensis Bloch. 
Fondo común gris: negruzco en el dorso, plateado en los 
flancos: salpicado de negro. Esta semejanza del color con la 
Biajaca de río, funda el nombre vulgar. 

Carne buena. Alcanza 7 kilos. 

De todos los mares cálidos, Norte de las costas de los E. U: 
hasta Cabo Cod. Pez grande, ¿lega á 2 y 3 piés de largo. Se le 
llama Flasher. [J. «€ G-] | 

Llámase también Triple-tail, porque su dorsal y su anal se pro- 
longan mucho hacia el tronco caudal; Black Triple-tail, Black 
Perch, porque el hermoso grís plateado que luce durante la vida 
se ennegrece después de muerto. Estimado en New-York, en Flo- 
rida, ete., tenido por uno de los de carne más fina. Sus grandes 
escamas plateadas alcanzan precio subido para hacer objetos de 
lujo y adornos. [Goode]. 

En Puerto Rico, le dicen Sama. Su área de dispersión es 1n- 
mensa. 


QUETODÓNTIDOS. (Chetodontidi). 


No cabe detenerse, por razón de utilidad, en las tres es- 
pecies de Ohirivita 6 Chirivica, en las 2 de Isabelita — Angel 
fish de los americanos — ni en las 7 ú $ de Parche, que es- 
ta familia comprende; notables todos por sus preciosos colo- 


res, todos vegetÍvoros. 
T. xx1x.—23 


178 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Muy cercana á ellos está la Puguala de Puerto Rico, que 
no tiene nombre vulgar cubano. 


PIMELEPTÉRIDOS. 


Las dos especies determinadas que siguen, representan 
esta familía en nuestro litoral. 


60. Chopa blanca. — Pimelepterus Boscii Lacép. Cuerpo 
ovalado. Herbívoro. 

Fondo común aplomado. Unas 25 listas más claras, á lo 
largo de las hileras de escamas, más anchas en medio del 
cuerpo: una plateada, en el cachete. Caudal bifurcada con 
el lóbulo inferior más ancho. Herbívoro. 

Carne regular. Hasta de 4 kil., según Poey. 

Desova en primavera. 

En Puerto Rico la llaman Chopa de altura. 

J. % G. dan la prioridad al gén. Cyphosus de Lacépede, nom- 
brando la especie €. bosquí Lac. Desde Massachusetts hasta Pa- 
namá, común hacia el Sur. 

Goode la nombra (. boscii, con el vulgar Bermuda Chub, y co- 
mo una de las especies más importantes de esa Antilla inglesa, 
Los pescadores del golfo de México la llaman Bream, según 
Stearns. Uno de los peces alimenticios más deliciosos. [Goode]. 

Sin distinción específica, solo cuento de la Chopa los pocos da- 
tos que siguen: 

Mariel. Máx. 1 kil. Carne regular. lDesova en primavera: 
[1883]. 

Cienfuegos. Máx. 250 grms. Interior del puerto. [1891]. 

Nuevitas. Máx. 240 grms. Cons. loc., fresco. 1122 kil. [1891]. 

San Juan de Puerto Rico. Máx. 1150 k. [ ? ] Corrida en Ju- 
nio. Cons. loc., fresco: 1864 kil. [1591]. 


61. Chopa amarilla. — Pimelepterus favolinealus Poey. 
¿scamas en series longitudinales blancas y amarillas alter- 
nantes, visibles en el individuo fresco. (Synops.) Más largo 
que la anterior. “Además de la faja amarilla longitudinal 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 179 


- que atraviesa el cachete y salta sobre la región superior axi- 
lar, tiene otra que corre por delante y por detrás del ojo, 
sin alcanzar á la mitad del opérculo. Una mancha de un 
pardo dorado se nota al pié del tronco braquial. El P. Bos- 
ci no tiene las fajas del cuerpo amarillas.... Caudal esco- 
tada.... El color del fondo es aplomado; la faja amarilla 
que pasa por las narices, tiene encima una piel desnuda ne- 
gra que le dá realce.” Aletas azulosas: escamitas doradas en 
la base de la pectoral. (Repert. 1.) 

J. € G. llevan el nombre poeyano á la sinonimia de Cyphosus 
bosqui. [561, 972]. 
Dr. J. ViLaro. 


(Continuará). 


MEDICINA LEGAL. 


Informe médico-legal en causa seguida al cirujano-dentista 


D. M... 6..., por imprudencia temeraria. 


SESIÓN DEL DIa 24 pe JULIO DE 1892. 


Excmo. Sr. Presidente, Sres. Académicos: 


El Sr. Juez del distrito del Centro de esta Ciudad en 
oficio de fecha de 18 de Junio próximo pasado, dice al 
Excmo. Sr. Presidente de esta Real Academia lo siguiente: 


Excmo. Sr.:-— En la causa que se instruye en este J)uz- 
gado contra el cirujano-dentista D. M... G... y H..., por 
imprudencia temeraria que le atribuye D. A... M..., ten- 


go el honor de dirigir á V. E. el presente acompañaándole 
certificación de varios particulares de la referida causa para 
que en su vista se sirva esa Real Academia informar á este 
Juzgado respecto á si la fractura que sufrió el expresado 
M... pudo haberse producido por las causas que este de- 
nuncia ó por las razones esplicadas por el procesado y á cu- 
yo efecto acompaño también los fragmentos ó secuestros ex- 
traidos al' referido M..., rogándole asi mismo el acuse de 
recibo. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 181 


De entre los varios particulares certificados por el señor 
Secretario del Juzgado de Instrucción del distrito del 
Centro, escojeremos «aquellos datos, que por su carácter 
cientifico, puedan servirnos para poder contestar categórl- 
camente á las preguntas dirigidas porel Sr. Juez antes 
mencionado. 

En el primer documento certificado titulado denuncia, 
D. A... M ..., de sesenta y seis años de edad, casado, mú- 
sico de profesión y vecino de la calle de la IT... número 
treinta y ocho, dice el día treinta de Marzo del presente 
lo siguiente: 

Que el día trece de Febrero próximo pasado, fué á casi 
del Dr. G..., cirujano-dentista, vecino de (Gr... número 
ochenta y ocho, con objeto de que le extrajera una muela y 
dicho dentista con violentas maniobras solo le quitó la co- 
rona del molar dejándole en un estado de desesperación que 
le impidió dedicarse á sus ocupaciones, produciéndole fie- 
bres, un flegmón que fué preciso dilatar y un trayecto fistu- 
loso en comunicación con el seno maxilar en supuración 1n- 
cesante. 

Que el día seis del corriente el Dr. D. José Varela Ze- 
queira, que venia asistiéndole, le dijo que era necesario ope- 
rarle con objeto de separar con toda urgencia el fragmento 
fracturado, de cuya opinión fueron los Dres. D. Raimundo 
Menocal, D. Estéban Borrero, D. Germán F. González, 
D. Enrique Horstman y D. Ladislao Borjas. Que el día nue- 
ve del actual, prévia anestésia clorofórmica, fué operado por 
los Dres. Varela Zequeira, Menocal, González, Borrero, 
Borjas, Sarasua y Rodriguez, separándole toda la parte 
que ocupaba la fractura completa del maxilar superior, con- 
teniendo un incisivo, un canino y un molar y la raíz de 
otro molar. En la ratificación á la anterior denuncia el 
Sr. M... manifiesta que el Dr. G..., que sin embargo de 
la imposibilidad que le ofreció la extracción de la muela, 
la destrucción que en el primer momento hizo en ella, in- 


182 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


sistió por .dos ocasiones más, empleando en la última la 
fuerza de las dos manos, con lo que le causó la fractura del 
maxilar superior, y que ha estado bajo la asistencia del 
Dr. Varela Zequeira, desde el diez y siete de Febrero hasta 
al presente, y si bien no ha guardado cama en todo este 
tiempo, no ha podido dedicarse á su profesión. 


El Dr. Varela Zequeira en su declaración de ocho 
de Abril de mil ochocientos noventa y dos, dice lo que 
sigue: 

(Que el día diez y siete de Febrero próximo pasado fué 
llamado para asistir á D. A... M.. de un abceso en la 
mandíbula inferior borde gingival izquierdo y una fiebre 
intensa y vivos dolores, interrogado sobre el origen de su 
enfermedad, manifestó al declarante que el día trece de Fe- 
brero último había sido operado por ei dentista D. M... 
G..., al cual acudió para que le extrajese un molar, y que 
después de violentas tracciones sin resultado alguno para la 
avulsión de la molar sintió como un crugido y dolor agudi. 
simo que lo obligó á levantarse del sillón, á resistirse 4 toda 
nueva intervención por parte del dentista, que dilatado por 
el que suscribe el abceso dió salida á4 un pus fétido y abun- 
dante y procediendo á un detenido reconocimiento descu- 
brió la existencia de una fractura del maxilar superior que 
interesaba todo el borde del alveolar al que se comunica el 
incisivo lateral izquierdo, canino, un molar y la raíz del 
molar que intentó extraer, todos correspondientes al lado 
izquierdo; que desde el momento de la operación dentaria 
el Sr. M... se vió obligado á guardar cama y á interrum- 
pir sus habituales ocupaciones, que el abceso dilatado con- 
tinúa supurando por hallarse en comunicación con el seno 
maxilar y que las inyecciones antisépticas que se pusieron 
comunicaron con las fosas nasales: que deseando confirmar 
su diagnóstico é imponer el tratamiento adecuado, pidió al 
Sr. M... que se dejara reconocér por otros médicos y den- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 183 


tistas: que lo examinaron los Dres. D. Raimundo Menocal, 
D. Enrique Horstman y los dentistas D. Ladislao Borjas y 
Sres. Rodriguez y Sarasua, quienes confirmaron en todas 
sus partes el diagnóstico de fractura del maxilar y comuni- 
cación, es decir y convinieron con la opinión del declarante 
de proteder con toda urgencia á extirpar el fragmento frac- 
turado, que la operación se verificó el día nueve de Mayo 
próximo pasado en presencia y con ayuda de los doctores 
D. Raimundo Menocal, D. Estéban Borrero, D. Enrique 
Horstman, D. Tomás Gener González y el doctor dentista 
D. Ladislao Borjas, que prévia anestésia con el cloroformo 
se estirpó el fragmento fracturado en dos partes, en la una 
una raiz de un molar, en el otro un incisivo, un canino y 
un molar: que del exámen de las piezas anatómicas que 
conserva el declarante en su poder resulta en su opinión, 
primero: que la fractura se debió á violentas tracciones 
efectuadas por el dentista operador, seguro que dicho den- 
tista procedió ú la tracción de la raíz sin haberla luxado 
préviamente, esto es con desconocimiento inescusable de 
una de las más elementales reglas de la cirujía dental; ter- 
cero, que estando adherida dicha raiz al borde alveolar por 
una exostósis, no debió proceder á su avulsión, pues la con- 
secuencia necesaria tenía que ser la fractura del maxilar, 
que después de la operación ha seguido asistiendo 4 M.... 
quien no está curado todavía, por más que la necesidad le 
obligue 4 dedicarse á sus ocupaciones, pero que le es 
precisa la asistencia médica por existir supuración en el 
seno maxilar que quedó descubierto después de la ope- 
ración. 

Declaración del Dr. D. Ladislao Borjas. En ocho de 
Abril, dice el Dr. Borjas, que por indicaciones del Dr. Va- 
rela Zequiera se le presentó á su consulta D. A... M..., 
el cual había sufrido una operación quirúrgica dentaria de 
resultas de la cual según el diagnóstico de dicho doctor, y 
que confirmó el declarante, le resultó la fractura del maxi- 


184 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


lar superior izquierdo y que hacía necesaria una nueva ope- 
ración para la extracción de los fragmentos producidos por 
la fractura relatada, opinión que también sustentó el doctor 
D. Francisco P. Rodriguez 4 quien el declarante acudió, al 
indicarle la necesidad de ello al Sr. M..., que posterior- 
mente y acordada la extracción de los fragmentos sé llevó 
ésta á efecto por los Dres. Varela Zequeira, Raimundo Me- 
nocal, Fermín G. González, Horstman y otro señor, extra- 
yéndose el borde superior izquierdo de la mandíbula supe- 
rior izquierda con los dientes incisivos, lateral izquierdo, 
primera bicúspide, segunda idem, ésta fué la que el doctor 
G... intentó extraer, perliéndose al mismo tiempo el suelo 
de la cueva de Hugmoro. 

El Dr. D. Enrique Hostman manifestó en catorce de 
Abril del presente año que asistió como compañero profe- 
sional del Dr. Varela Zequeira á la operación practicada en 
el Sr. M..., quien presentaba una fractura del maxilar su- 
perior en su borde alveolar izquierdo que tenía comunica- 
ción con el seno maxilar del mismo lado, el fragmento ex- 
traido presentaba el incisivo y canino correspondientes ú 
dos molares; que dicha fractura parece ser producida por 
un fuerte traumatismo, actuando directamente sobre dicha 
región, sin que tenga antecedentes de que proviniese dicho 
traumatismo. 

El Dr. D. Estéban Borrero y Echevarría, en diez y seis 
de Abril de mil ochocientos noventa y dos, dice que fué 
llamado últimamente sin recordar el día por el Dr. Varela 
Zequeira para que le auxiliara en el acto de practicar aque- 
lla nueva operación en la boca y que supo en aquel momen- 
to que el Sr. M... sufría un abceso producido en el maxi- 
lar superior desde poco tiempo después de haber intentado 
cierto dentista, cuyo nombre no recuerda, la avulsión de un 
molar que al practicar la operación se echó de ver en con- 
firmación del diagnóstico del Dr. Varela Zequeira que tenía 
un secuestro del maxilar superior izquierdo, que compren- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 185 


día todo el borde alveolar, desde los incisivos medios hasta 
la penúltima gruesa molar de ese lado, que el hueso maxilar 
superior en su porción piramidal y palatina cra asiento de 
un trabajo de supuración que había destruido hasta la pared 
inferior del seno de dicho hueco; que sino recuerda mal se 
comprobó la existencia de un exostosis correspondiente á la 
molar que habían tratado de extraer al paciente y por cuan- 
to halló vió en aquel acto entiende que bien pndiera haber 
habido cierto grado de imprudencia, es decir de impericia 
y precipitación por parte del operador, sise determinó á 
extraer la muela de referencia en cestas circunstancias, de 
una parte por la resistencia que debió oponer á la extrac- 
ción y de otra parte la edad del paciente. 


El Dr. D. Raimundo Menocal en diez y ocho de Abril 
próximo pasado, dice lo siguiente: (¿ne el día nueve de 
Marzo último concurrió al domicilio de D. A... M. . para 
ayudar á una operación quirúrgica que le practicaba el 
Dr. Varela Zequeira, que dicho señor presentaba una frac- 
tura completa del borde alveolar del maxilar superior iz- 
quierdo, que dicha fractura no estaba consolidada: que el 
fragmento que enlazaba el canino y el primer molar estaba 
movible y necrosado, que dicha faactura fué provocada pro- 
bablemente por un traumatismo de cuya naturaleza no pue- 
de asegurar, que la operación practicada con éxito dió por 
resultado la curación de dicho individuo en un periodo de 
qnince días. 


Declaración del Dr. D. Germán González: dice, en diez 
y nueve de Abril último, que por ser su suegro el Sr. M... 
asistió 4 una operación que le hizo el Dr. Varela Zequeira 
en unión de otros profesores, sobre el día nueve del mes 
próximo pasado, operación que obedeció á la fractura del 
maxilar superior, que por referencias de su suegro supo que 
se la había producido el dentista D. M... G... al extraer 


Ó tratar de extraer una muela, que entiende que aún no es- 
T. xx1Ix—24 


186 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tá completamente curado, pues continúa bajo la asistencia 


del Dr. Varela Zequeira. 


Declaración del Dr. D. Francisco Rodriguez, el cual dice 
en veinte y dos de Abril lo siguiente: que en uno de los días 
del mes anterior, cuya fecha no puede precisar, se presentó 
en su gabinete su compañero de profesión acompañando á 
un Sr. D. A... M... para que le examinase, por presentar 
fracturado el maxilar superior del lado izquierdo, que exa- 
minado comprobó la existencia de una fractura que según 
esplicaciones de M... obedeció á la extracción de un molar 
que se le había hecho hacía unos veinte y dos días; que el 
declarante dado el estado de la fractura opinó que debía 
operarse por facultativos idóneos y como le manifestára que 
tenía un yerno médico, le aconsejó que se viera con éste, 
que hacía cuatro días Ó séase el domingo próximo pasado 
estuvo á verlo el citado M... y le manifestó que al fin se 
había operado, que en efecto lo examinó y lo encontró ya 
en estado de cicatrización la operación que se le practicó; 
que respecto al origen de la fractura nada puede declarar; 
puesto qúe nada presenció; y por ello se atiene ¿4 lo mani- 
festado por M... 

Declaración del Dr. D. José M* Sarasua, cirujano-dentis- 
ta. En veinte y siete de Abril próximo pasado, dijo: que ha- 
llándose ausente el Dr. D. Ladislao Borjas, se presentó el 
Sr. M... en su busca para que se le reconociese, lo cual 
efectuó el declarante, encontrando que sufría una periostitis 
alveolo dentaria con sintomas de los tabiques alveolares in- 
ternos y externo, con su conseeutiva vacilación de las piezas 
comprendidas entre la segunda bicúspide y central derecho, 
siendo su orígen debido probablemente de algún traumatis- 
mo, bien de alguna tracción 0 recibido algún golpe, cuyas 
causas Ó consecuencias pueden aumentar ó disminuir la 
diatésis del individuo. 


Indagatoria del Dr. D. M...'G... En tres de Mayo de 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 187 


mil ochocientos noventa y dos, el Dr. G...., dice lo siguien- 
te: que el día trece de Febrero último, se presentó en su ga- 
binete el Sr. M... sufriendo ana odontalgia, que en los an- 
tecedentes que acostumbra á inquirir del paciente, resulta 
haberse iniciado el dolor en la segunda bicúspide superior 
del lado izquierdo, extendiéndose después hasta la región 
temporal, con sentimiento de llenura y pesadez en la fosa 
canina; al reconocer el diente enfermo lo encontró atacado 
de una carie profunda de tercer grado con ausencia com- 
pleta de la pulpa y ejerciendo presión sobre su corona hácia 
el fondo del aveolo acusaba dolor y una lijera cantidad de 
pus aparece en los bordes de la encía, que observó muy 
congestionada; que pasó a explorar el canal labio gingival 4 
la altura del ápice de la raíz del molar de referencia y pudo 
apreciar un pequeño punto cicatricial que demostró la exis- 
-tencia anterior de un abceso que seguramente habrá eva- 
cuado por el abceso, que por lo general se mantienen des- 
pués en estado latente y que por una causa cualquiera de 
las muchas que puelen dar lugar á ello atraviesan un pe- 
riodo agudo para volver después á un estado crónico: que 
ante este cuadro de sintomas, se indicaba la extracción, 
pues en estos casos existe la necrósis más ó menos localiza- 
da del alveolo que envuelve la raiz necroasda, que según el 
estado del paciente puede invadir no solo parte del proceso 
alveolar y la fosa canina; sino todo el cuerpo del maxilar, 
que en vista de las consideraciones expuestas paso 4 practl- 
car la extracción, que por otra parte eran los deseos del 
Sr. M..., que desgraciadamente al iniciar el primer movi- 
miento de rotación propio á la extracción de estos molares, 
y que tiene por objeto desarticular el diente, para separarlo 
después; el paciente, bajo la impresión del dolor y sin darse 
cuenta, como sucede muy amenudo, retiró bruscamente la 
mano del declarante, dando lugar á la fractura del molar 
que intentaba extraer, que probó entónces extraer la raíz 
que había quedado en el alveolo, pero el paciente se opuso 


188 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


á ello, por lo que le indicó colutorios emolientes y antisép- 
ticos, recomendándole que volviera al siguiente día para 
observar el curso del mal; que considera como es frecuente 
en estos casos el “desarrollo completo del abceso, que pro- 
bablemente sería necesario dilatar; que el Sr. M... quiso 
entónces abonar al declarante sus honorarios; haciéndole 
presente que la operación no estaba concluida, que el 
Sr. M... no volvió á su consulta, por lo que pensó que el 
abceso había desaparecido, para volver al estado crónico, 
que algún tiempo después supo que el Sr. M... iba a ser 
sometido á una operación en el maxilar superior, que más 
tarde fué el declarante citado 4 un juicio de conciliación 
por el Sr. M.. 


por daños y perjuicios que decía le había ocasionado al 


., quien le reclamaba mil quinientos pesos 
fracturarle el maxilar superior por haber operado con im- 
prudencia temeraria, rechazando €sa acusación, asi como 
negando la demanda, porque la operación estaba necesaria- 
mente indicada, porque operó con todas las reglas estable- 
cidas para estos casos, porque antes de ser imprudente y 
temerario dejó sin concluir la operación en vista de la re- 
sistencia por parte del paciente, sin llegar 4 hacer uso del 
forceps alveolar designado para estos casos y que figura 
siempre como una necesidad en toda la instrumentación de 
todos los profesores dentistas; porque no ha sido el autor de 
la fractura, si tal ha habido, porque en esos casos la indica 
la movilidad del secuestro, y lo único que pudo comprobar 
al dejar de operar fué la raíz del molar firmemente implan- 
tado en su alveolo y sin que después haya vuelto á ver al 
Sr. M.... si bien ha sabido que el Sr. M... ha estado bajo 
la asistencia de varios cirujanos-dentistas y profesores mé:- 
dicos, ignorando el que dice el plan seguido por estos se- 
ñOres. 

Declaración de los médicos forenses D. Francisco ltey- 
neri y D. Federico Córdova, en cinco de Mayo de mil ocho- 
cientos noventa y dos. Estos señores manifestaron que han 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 189 


reconocido 4 D. A... M..., el cual acusa haber sufrido un 
traumatismo en el maxilar superior izquierdo, con pérdida 
de la porción alveolar Ó sea correspondiente al segundo in- 
cisivo canido, primera y segunda bicúspides ó los dos pri- 
meros molares del lado izquierdo, y que si bien falta tam- 
bién el tercer molar, este ha sido extraido en épocas 
anteriores, según su propia manifestación, y que parece ser 
reciente la operación practicada en el resto del maxilar an- 
tes dicho. Preguntados para que manifiesten si al llevarse ú 
cabo la extracción de un molar á4 D. A... M... debió ó no 
ejecutarse con la debida pericia, pudo originarse la fractura 
del maxilar; dijeron que la fractura del maxilar puede pro- 
ducirse cuando se opera con impericia, pero hay casos en 
los cuales aún practicándose' la extracción, cumpliéndose 
con los preceptos cientificos, puede producirse la fractura 
de una parte del maxilar, como son en aquellos casos en 
que existen soldaduras por padecimientos del hueso maxi- 
lar, Óó cuando existen anomalías en el modo de ser de las 
raices dentarias. Preguntados para que digan si dicho señor 
M..., de profesión flautista, ha podido quedar impedido de 
dedicarse á su profesión: Contestaron que la imperfección 
que ha traído consigo la operación sufrida en el maxilar ha 
podido dejar alguna dificultad, que se aprecie en el grado 
de perfección en el uso del instrumento que ejercite, pero 
no absolutamente, como así lo asegura el mismo lesionado; 
el cual dice que si bien continúa en su profesión no lo hace 
con el grado de perfección de antes de sufrir el trauma- 
tismo. 

Empecemos por el examen de los fragmentos remitidos, 
toda vez que el Sr. Juez funda su consulta en la existencia 
de una fractura. 

Estos fragmentos ó piezas de comprobación, son en nú- 
mero de dos; en uno de ellos hemos encontrado lo siguiente: 
primero; que se encuentra constituido por el incisivo supe- 
rior externo izquierdo, el canino y primer molar del mismo 


190 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


lado, unidos entre sí solamente por la membrana mucosa 
gingibal, cuyos dientes aparentan estar sanos, sin fragmento 
óseo alguno adherido á ellos y perteneciente al hueso maxi- 
lar superior del lado correspondiente. 

La otra pieza, muy importante sin duda, está constitui- 
da por una masa esférica, rugosa, dle color oscuro, del tama- 
ño de una «vellana, de aspecto esponjoso y que rodea com- 
pletamente la raíz de un diente. 

Estudiada detenidamente esta última ¡»1eza hemos podido 
comprobar, que por los caracteres que presenta, debe de ser 
colocada entre los neoplasmas de origen exclusivamente 
dentarios, consistiendo en tumores sólidos que se desarro- 
llan en los dientes que han llegado á su completo desenvol- 
vimiento. lstos neoplasmas pueden tener su origen en la 
pulpa, en la membrana alveolo-dentaria ó en el cemento. 
El que nos ocupa debe de ser colocado entre los tumores del 
cemento, que son verdaderos exóstosis, resultando ya sea de 
una exageración de un procesus normal en los viejos, ó bien 
de una irritación causada por una periodontitis de forma 
crónica ó por débiles traumatismos pero repetidos; pueden 
estar ligados también á una anomalía dentaria. 

Se distinguen tres clases de exóstosis del cemento: la 
exóstosis en esfera, consistente en una masa esférica que 
ocupa la raiz; dolor dientes la que se presenta en forma 
de capas que trae consigo la unión anormal de dichas 
ralces; y la exóstosis en masa que constituye un tumor hi- 
pertrófico. 

Es evidente, señores Académicos, que el caso que nos 
ocupa por los caracteres que presenta, debe de ser colocado, 
entre los tumores del cemento que se distinguen con el 
nombre de exóstosis en esfera y que no tiene adherido en 
ningún punto de su superficie ninguna porción del hueso 
maxilar. " 

Como se vé, Señores, después de haber hecho el estudio 
detenido de las piezas de referencia, y no habiendo encon- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 191 


trado ni una sola porción del hueso maxilar adherida á ellas, 
es una eonsecuencia lógica que manifestemos que del estu- 
dio practicado en las piezas remitidas, resulta que no es po- 
sible admitir que haya habido fractura del maxilar superior 
izquiérdo, como se indica en todas las declaraciones antes 
leidas. 

Ahora bien: ¿Es posible que por las condiciones que le 
son peculiares al fragmento que constituye el neoplasma 
dentario ó exóstosis esférica y que forma la segunda pieza 
que hemos descrito; unidos á las consecuencias de una pe- 
riostitis alveolo dentaria, que dió origen sin duda al abceso 
que delató el médico encargado de la asistencia del Sr. M. .. 
pudieran haber conducido á creer, erróneamente tanto 4 
dicho profesor como á los demás que observaron al mencio- 
nado Sr. M... en la existencia de una fractura? Indudable- 
mente que sí, señores Académicos. 

Bien se sabe en la Ciencia, que dada la naturaleza, su 
modo de formación y condición exclusivamente dentaria del 
tumor ó exóstosis descrito en la segunda pieza, y por las 
mismas condiciones de movilidad que pudieran acompañar- 
le en relación á su forma esférica y sin formar parte en na- 
da absolutamente del hueso maxilar; y por otra parte la 
vacilación de los dientes que es la consecuencia de esas pe- 
riostitis alveolo dentaria, cuyo caracter primordial es el fe- 
nómeno descrito y constituido por la salida del pus al nivel 
del cuello del molar que se trató de extraer; periostitis que 
dió lugar sin duda á la formación del abceso que dilató e] 
Dr. Varela Zequeira; y siendo consecuencia de la propaga- 
ción de la mencionada periostitis á las raices de los dientes 

que se observan en la primera pieza descrita, la consiguien- 

te vacilación en sus alveolos; no es raro que se haya inter- 
pretado la movilidad de estas partes, como si hubiera habi- 
do en realidad una fractura del hueso. 

Por todo lo expuesto, la Comisión de Medieina Legal de 
esta Real Academia por medio de su ponente propone, se 


197 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 
conteste al Sr. Juez de Instrucción del distrito del Centro de 


esta ciudad con la conclusión siguiente: 
Aún cuando en varios de los documentos remitidos se 


enuncia la existencia de una fractura, el estudio de las pie- 
zas enviadas por el Juzgado no permite que la Academia 
pueda afirmar que hubo semejante fractura y menos admi: 


tir el origen que se le atribuye. 
Dr. G. Bexasach. 


¿ne FO 


INDICE 


REAL ACADEMIA DE CreNcias Menicas, Fisicas Y NATURALES DE LA HA- 

BANA.—Sesión pública ordinaria del día 10 de Julio de 1892, por el 

Dr. Vicente de la Guardia, Secretario........ ias IS 
Conducta del Tocólogo en los casos de retención placentaria, (Continuación), 

porel Dr; E. CasusO «dr ta qeca sosa TOS 
Rear AcADEMIA.—Sesión pública extraordinaria del 24 de Julio de 1892, 

por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. -....oosononouenensionocarcantorass 10D 
IA A DN eos: ME 
' ZooLoGIA.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilaró...comorooococoocooomomo 171 e 
MEDICINA LEGAL.—Informe médico legal en causa seguida contra el cirujano- 0 

dentista D. M .. G...., por imprudencia temeraria, por el Dr. G. Be- 

MASUNOS ar USAS IS 180 - 
ENTOMOLOGIA.—Contr ación dl estadio de los Coleópteros de la Isla de Cu- e 
ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 10 aparte). As 


Hed 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 3 


A A A 


: Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. A 
Es El precio de la suscrición es de $3-50 centavos billetes por semestres adelantados 
enla Habana, y $150 centavos billetes en el resto de la Isla. 

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- 
den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
e Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Plora Cubana del: 

Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 
dEl Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiedades de la Isla de > 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, É 
porel Sr. Arango y Molina; y la P utoloyía y Terapéutica ocular, traducida del aleman : 
por el Dr. Finlay. 


DE LA 


ZAL ACADEMIA 
 GENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 


oa -DELA HABANA. 


A 


o a tE EV ESTELA COLIN TIFICA 
q DIRECTORES: 
DD. José I. Torralbas y D. Marcos de J. Melero. 
Po | ENTREGA 337, 
A nda E Ú >” 
Ae ES o O OOTUBRE 15. 
“PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA 
DIRIGIRSE pes: DIRIGIRSE 
CAL DR. D. MIGUEL RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, ? 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA Sh0 
pi - CAMPANARIO NUMERO as. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.) 
) HABANA. R 
: AER Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
1892. 


REAL ACADEMIA, 


Sesión pública ordinaria del dia 14 de Agosto de 1892. 


SrES. ACADÉMICOS CONCURRENTES. — Presidente, Dr. Lastres: 
Dres. Cususo, Plasencia (D. T.), Menocal, Finlay, Ma- 
chado, Santos Fernández, Lavin, Benasach, Torralbas 
(D.J.), Custellanos y La Guardia, Secretario. 


Se abrió la sesión á la una y media de la tarde con la 
asistencia de nueve señores Académicos, y en virtud de esta 
circunstancia, expuso la Presidencia, que por el momento, 
la sesión tendría únicamente caracter cientifico. 

El Dr. D. Tomás Plasencia pide la palabra para una co- 
municación oral, y manifiesta que tiene el honor de presen- 
tar á la Academia el caso interesante, que acompaña, y que 
le ha sido facilitado por el Doctor D. Domingo Cabrera. 

Se trata, como los señores Académicos pueden ver, de 
establecer de un modo definitivo el sexo de una persona, 
hasta ahora sumamente dudoso (la persona es examinada por 
los señores Académicos). 

El niño ó niña quese acaba de examinar es hijo ó hija de 
matrimonio consangulneo—primos hermanos—tiene 22 años 
de edad, y nació en el pueblo del Calvario; tiene además 


dos bermanos. Se bautizó en Marzo del año 1890. La fam1- 
T. xx1ix—25 


194 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


lia lo consideró como hembra hasta que, á causa de un eri- 
tema que presentó en la ingle, fué asistido por un facul- 
tativo de la localidad, que calificó el caso como del sexo 
masculino, extendiendo un certificado en ese sentido, para 
que, lo mismo en la Parroquia que en el Registro civil, se 
rectificase el sexo que se le había supuesto. Por motivos 
particulares la nueva inscripción no pudo llevarse á efecto. 

El niño en cuestión goza habitualmente de buena salud: 
de cabeza: pequeña su color es trigueño, docil y cariñoso. 

lín sus órganos genitales aparece una hendidura central 
con dos bordes que simulan los grandes labios; los pequeños 
labios se ven en estado rudimentario en la parte media de 
los mayores, uniéndose superiormente 4 un órgano que pa- 
rece ser un clítoris de extraordinario desarrollo, y en cuya 
base é inferiormente hay un orificio que es el conducto ure- 
tral, casi recto, por el cual efectuado el cateterismo se ha 
extraido cierta cantidad de orina, por debajo del conduc- 
to uretral hay una hendidura que parece corresponder á la 
porción vulvo-vaginal. La falta de testículos, de escroto y de 
rafe perineal, la rectitud de la uretra y demás caracteres 
señalados hacen creer que pertenece al sexo femenino, aun- 
que á la verdad, el caso presenta grandes dudas, y en virtud 
de esas (ludas, tengo el honor de presentarlo 4 la Corpora- 
ción á nombre del Dr. Cabrera y de los familiares del sujeto 
que desean saber en definitiva 4 qué sexo pertenece. 

El Dr. Casuso.—Trátase de un caso en extremo intere: 
sante y dificil al mismo tiempo, y merece un estudio dete- 
nido por parte de la Corporación, antes de evacuar la consul- 
ta que se solicita. Un niño ó niña cuyos órganos genitales 
externos ofrecen tal conformación, indudablemente hace 
dudar si se trata de un varón ó de una hembra. Los señores 
Académicos saben que hastu el tercer mes, próximamente, 
de vida intra-uterina, la conformación de los órganos genita- 
les en ambos sexos es análoga, y sólo después de esa ¿poca 
sufren la transformación que ha de decidir, y esa trans- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 195 


formación sólo consiste en el predominio del desarrollo de 
una parte de los órganos. Sise trata de una hembra, son 
los conductos de Miiller los que adquieren ese desenvolvi- 
miento; en el varón son los cuerpos de Wolff. En el caso 
presentado por el Dr. Plasencia, se vé en el lugar correspon- 
diente á los órganos genitales en la parte central y superior 
un cuerpo recubierto por un pliegue de la piel, formando 
capuchon, que viene á representar el clítoris ó el pene, se- 
gún se trate de hembra ó de varón. En uno ó en otro 
sexo es el órgano que contiene los cuerpos cavernosos, de 
manera que por el desarrollo de ellos no es posible estable- 
cer la diferencia. En la línea media hay un rafe que es 
prolongación del rafe perineal y que llega basta la raíz del 
cuerpo central que se ha indicado. En la extremidad supe- 
rior de ese rafe, y por debajo de la base del clítoris ó pene, 
hay una abertura que forma el meato urinario. Hacia am- 
bos lados se hallan dos pliegues de la piel, algo gruesos que, 
más que á los labios se parecen al escroto dividido en su 
parte media, cono sucede en aquellos indivíduos que á con- 
secuencia de traumatismos diversos han perdido parte de la 
piel y los testículos se conservan en envoltura separada. En 
el interior de esos pliegues existe solamente tejido célulo- 
adiposo, lo que puede comprobarse por la palpación, allí no 
hay ni testículos ni ovarios. 

Realmente por el exámen del aparato genital interno no 
es posible llegar á una clasificación, y existen casos tan difí- 
ciles, que sólo por el exámen post-mortem ha podido deci- 
dirse el sexo verdadero. Por otra parte, en este caso, falta 
saber si existe aparato genital interno. Desde este punto de 
vista, en unión del Dr. Lavin, he practicado el tacto rectal, 
empleando yo el dedo meñique, y dicho Doctor el índice: 
confieso que no he podido comprobar nada, lo que es muy 
difícil en virtud de la pequeñez de los órganos genitales á 
esa edad. Creo por último, que se hace necesario un nuevo 
examen minucioso y en consecuencia más completo, son'e- 


196 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tiendo el paciente á la influencia del cloroformo, á pesar 
de todo eso aún á veces se hace imposible de un modo abso- 
luto llegar 4 determinar el sexo de esos individuos. 

El Dr. Lavin: Ha exáminado el curioso caso presen- 
tado por el Dr. Plasencia. Por el tacto rectal que efectué 
con el dedo indice, de la mano derecha comprimiendo con 
la otra mano la pared abdominal, he creido sentir un cuert- 
po duro que pudiera ser el órgano uterino, creo por último, 
con el Dr. Casuso, que sería plausible efectuar otro recono- 
cimiento en mejores condiciones, sometido el individuo á la 
acción del cloroformo. 

El Dr. La Guardia: en su opinión, se trata de uno de 
esos casos de pseudo-hermafrodismo, lo ha examinado con 
toda la detención que merece, y allí no existe vulva de 
ninguna especie, el órgano que simula el clitoris, por sus 
dimensiones, es en realidad un pene imperforado, y en su 
base existe un pequeño orificio que comunica directamente 
con la vejiga, por el cual, el Dr. Plasencia ha extraido orina. 
En absoluto no hay vestigios de vagina, en cuanto á los plie- 
gues de ambos lados, se inclina á creer sean las bolsas tes- 
ticulares donde no hañ «descendido todavía los testes. 1l 
tacto rectal poca luz podrá dar sobre el particular, pues es 
difícil, sino imposible, percibir el útero 4 esa edad, en su 
concepto, se trata de un individuo del sexo masculino, y en 
virtud de las dudas que se abrigan, se permite aconsejar al 
padre de la criatura, que espere á la época de la puber- 
tad para fijar de un modo cierto el sexo, siguiendo en 
esto la legislación francesa, además, puede esperarse á que 
el individuo elija él mismo el sexo 4 que quiera perte- 
necer. 

El Dr. Casuso: El Dr. La Guardia considera que el 
exámen rectal y bimanual puede esclarecer muy poco el 
particular, debo decirle que el útero infante tiene en esta 
edad tamaño suficiente para ser apreciado por esta explora- 
ción, y no es posible confundirlo con otro órgano, pudiera 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 197 


suceder como indica el lr. La Guardia, que esa investiga- 
ción fuera inútil, pero entonces sería porque al mismo tienm- 
po que la anomalía exterior pudiera existir otra interjor, y 
en este caso habría que esperar á la pubertad para definir 
de un modo exacto el verdadero sexo. Por su aparato genl- 
tal, actualmente no es posible clasificarlo como hembra, 
puesto que no huav vagina. De todos modos la Academia no 
puede dar su opinión basada en inclinaciones ó suposiciones 
más ó menos fundadas. 

Ll 1)r. Suntos Fernández pide que se nombre una comi- 
sión para que estudie el caso y emita informe. El Dr. To- 
rralbas (Y. 1.) apoya la proposición del Dr. Santos Fernán- 
dez. Aceptada aquella moción, el Presidente designó á los 
Dres. Plasencia (D. T.), Casuso y Lavin, para que, estudia- 
do convenientemente el caso emitan informe acerca del 
particular. 

ln estos momentos, habiendo ingresado en el Salón al- 
gunos otros Sres. Académicos, número suficiente para cons- 
titulr sesión oficial, el Presidente la declaró abierta en este 
sentido, y en consecuencia, el Secretario leyó el acta de la 
anterior que fué aprobada. El movimiento de la secretaria 
es el siguiente: 

CorREsPONDENCIA RECIBIDA.— Un oficio del Sr. Académico 
D. F. Paradela, solicitando copia certificada de las actas 
donde constan los trabajos leidos por él en esta Reul Aca- 
demia y referentes al saneamiento del puerto de la Habana. 

CORRESPONDENCIA KEMITIDA.——Al Sr. Juez del Oeste, infor- 
me y documentos referentes á las diligencias seguidas contra 
el cirujano dentista Sr. G. por imprudencia temeraria. 

Ta mbién se remitió á dicho Juzgado un pomo contenien- 
do varias piezas dentales. 

Fué expedido certificado al Dr. Paradela, como solitaba. 

BieLioreca.-—“La Tribune Medical,” 2* série, números 
28,29 y 30. 

El “The Medical Journal” de Brooklin, vol. 6. núm. $, 


198 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


The “Sanitarian,” vol. XXIX, núm. 2783. 

“Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes,” de 
Barcelona, año 1, número 1? 

La “Independencia Médica,” año XXVIT, núms. 40, 41. 

“Archivos de Ginecología y Pediatria,” año V. núm. 19. 

“Gaceta Médica,” de Granada, año X. núm. 215. 

“Repertorio Médico Farmacéutico” año TIL, nún. 8. 

“La Odontología,” vol. I. núm. 3. 

'“Anales de la Sociedad Odontológica,” año XIII, n. 7. 

“Revista Cubana,” año VII, tomo XVI. 

Ilogio fúnebre del Dr. Plans y Pujol, por el Dr. J. M- 
Salvaña y Coma, un cuaderno. 

Necrología del Dr. Antonio Sanchez, por el Dr. Federi- 
co Tremols y Borrell, un cuaderno. 

“Revista de Ciencias Médicas,” año VIT, núm. 15. 

“La Estación Sanitaria,” año I, núm. 1. 

“Revista del Foro,” año TIT, núms. 54 y 55. 

“El Comercio,” vol. II. 

“El Album,” año 1, núm. 1. 

El Presidente manifestó que el Dr. La Torre había escu- 
sado por motivo justificado su asistencia, y así tenía la pala- 
bra el Dr. Finlay, puesto en segundo término en la orden 
del día. Pasa á la tribuna el Dr. Finlay, y lee su traba. 
jo, que titula: “Un nuevo recurso terapéutico en el trata- 
miento de la fiebre amarilla,”-—publicado en los AyaLes 15 
de Octubre.—— 

El Dr. Santos Fernández después de felicitar al Dr. Fin- 
lay por el interesante trabajo que acaba de presentar, pre- 
gunta si no tendría mayor interés practicar las inoculaciones 
con el suero sanguineo de individuos que han adquirido la 
inmunidad por haber pasado la fiebre amarilla, y nó de los 
inmunes por haber nacido en el país. 

El Dr. Finlay estima muy justas las observaciones del 
Dr. Santos Fernández, y reconoce que debe haber diferencia 
entre la inmunidad de raza, la inmunidad por nacimiento y 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 199 


la inmunidad adquirida. Los naturales de Cuba tienen la 
inmunidad adquirida y no la hereditaria, puesto que los hi- 
jos nacidos fuera del país, de un cubano pueden contraer la 
fiebre amarilla. Seria sin duda más eficaz la inoculación con 
suero sanguíneo de un individuo que haya pasado reciente- 
mente la fiebre amarilla. 

El Dr. Santos Fernández, pregunta de nuevo al Dr. Fin- 
lay, si no sería mejor tomar el suero de una sangría y nó de 
serosidad de un vejigatorio. Fácil es—agrega—-separar el 
suero de la sangre por los medios empleados en los labora- 
torios. 

Contesta el Dr. Finlay y dice que cree daria el mismo 
resultado, pero que considera bastante dificil obtener la san- 
gre necesaria para practicar las inoculaciones. El mismo no 
tiene inconveniente en dejarse aplicar vejigatorios pero que 
de ningún modo haría otro tanto con la sangria. 

El Dr. Casuso.—El Dr. Finlay, como siempre, acaba de 
demostrar con su trabajo, toda su honradez científica, por 
la severidad con que ha revestido toda su experiencia. Pero 
advierte, que la curva termométrica no prueba la eficacia 
del tratamiento. El día de la inoculación, que fué el quinto, 
la temperatura de la tarde era de 39 con 8, y al día siguien- 
te, el sexto, remitió la enfermedad, y es sabido que la fiebre 
amarilla tiene su remisión por lo general del quinto al sexto 
día, y en los casos que no ofrecen gravedad mayor, la remi- 
sión en ese día es definitiva, ahora, si la inyección hubiera 
tenido lugar al tercer día, y tras ella hubiese aparecido la 
remisión, era lógico suponer que ésta había sido debida á 
aquella. Cree además, que el tratamiento del Dr. Finlay 
tiene su base cientifica, pero que de ningún modo un: sólo 
caso basta para justificar su eficacia. 

El Dr. Finlay no acepta toda la importancia que dá el 
Dr. Casuso á la curva térmica para apreciar la gravedad del 
caso. El enfermo desde el tercer día presentó sintomas de 
gravedad, y entre éstos hubo vómitos con alas de moscas. 


200 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Después de la inyección, aunque estos síntomas cesaron, la 
albumina persistió hasta el día duodécimo, predominando 
una coloración ictérica, lo cual demostraba que el caso des- 
de luego, era grave. Advierte, sin embargo--y en esto está 
de acuerdo con el Dr. Casuso-—que con el sólo caso que ha 
presentado, no pretende establecer la eficacia de ese trata- 
mientos. 

El Dr. Lavin reitera al Dr. Finlay los elogios qus le hu 
dirigido el Dr. Casuso, y estima que el Doctor Finlay sigue 
una buena vía, sabido es, —agrega—que hay enfermedades 
que confieren inmunidad, como la fiebre amarilla, en cam- 
bio otras, la tuberculosis por ejemplo, un ataque pone al 
organismo en condiciones más adecuadas para recibir otros. 

Interviene el Dr. Machado y dice: que los enfermos de 
fiebre amarilla que presentan albumina en la orina, aunque 
sea en el segundo día, y además de ésta haya biliverdina, 
curan generalmente, y el único tratamiento que él emplea 
consiste en la administración del percloruro de hierro; tra- 
tamiento debido al Dr. Pardiñas. | 

El Dr. Torralbas, (D. J. 1.) considera en extremo merl- 
toria la observación del Dr. Finlay, cuyos trabajos concreta- 
dos á la fiebre amarilla se reproducen en los primeros perió- 
dicos profesionales de Europa. En el trabajo actual ha crei- 
do hallar un error en la base de la experimentación. Las 
inmunidades etnicas, son superiores á las artificiales ó ad- 
quiridas. Aqui, las razas verdaderamente inmunes son la 
negra y la asiática, y en estos individuos debería haber to- 
mado el Dr. Finlay el suero necesario para las inoculaciones. 
Hay un trabajo de un antiguo Académico, —el Dr. Dumont, 
sobre la inmunidad de la raza africana en nuestro país. 

El Dr. Finlay sostiene que los alemanes han probado ya 
que la inmunidad adquirida es superior á la de raza y esta 
última aún no está bien estudiada. 

El Dr. La Guardia, adhiriéndose á todas las felicitacio- 
nes dirigidas al Dr. Finlav, se limita á hacer constar que no 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 


201 


acepta de ningún modo lo que ha dicho el Dr. Machado, »al 
considerar como signo de pronóstico favorable en la fiebre 
amarilla la presencia de la albumina y de la biliverdina en 
la orina: que en su práctica, que ya lleva algunos años, lo 
mismo mueren los desgraciados pacientes con, ó sin albumi- 
na y biliverdina. | 

Il Presidente 4 su vez felicita al Dr. Finlav por su im- 
portante y muy original estudio. Y no habiendo por el mo- 
mento otro particular de que tratar, dió la sesión por ter- 
minada. 


Mor —260- 


COMUNICACION 


acerca de un nuevo recurso terapéutico en el tratamiento de la 
fiebre amarilla. 


La comunicación que tengo la honra de presentar á VV. 
SS. podría justamente tildarse de prematura, sl yo preten- 
diese estampar aquí deduciones firmes en vista de una sola 
observación cuyo resultado favorable no es posible afirmar 
con certeza que haya dependido directa Y exclusivamente 
del nuevo agente terapéutico sobre el cual deseo llamar la 
atención de mis compañeros. Mi objeto es mucho más mo- 
dlesto; reduciéndose esencialmente á señalar un medio practi- 
co que permite utilizar en la patologia humana y particular- 
mente en el tratamiento de la fiebre amarilla, los importantes 
descubrimientos de Behring, Kitasato, Dernicke, Buchner 
y otros, acerca de las propiedades inmunizantes del suero 
sangíneo de un animal inmune. Los escrupulosos experl- 
mentos llevados á cabo por esos competentes vbservadores, 
tienden en efecto 4 elevar á la categoría de un principio 
general, el hecho de que la inmunidad adquirida por un 
animal contra una infección tóxica determinada, puede 
transmitirse á otro animal susceptible, inyectando á éste 
una pequeña cantidad de suero sanguineo procedente del 
que se hallaba previamente inmunizado. La transmisión 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 203 


de la inmunidad se verifica por este medio con tal pron- 
titud, que aún después de haberse manifestado ya los 
sintomas característicos de la infección en el animal sus- 
ceptible, se logra con el procedimiento indicado la cura- 
ción de la enfermedad, en casos de tétano y de difteria 
experimentales, cuya intensidad, de antemano compro- 
bada, había de causar fatalmente la muerte en el tér- 
mino de pocos días. Para obtener la inmunidad profilác- 
tica en animales susceptibles sanos, ha bastado una sola 
inyección con una cantidad de serosidad iumunizante 
equivalente á del peso del animal; más para lograr la 
acción curativa en animales ya invadidos fué preciso (en 
casos de tétano) aumentar la cantidad inyectada hasta dos- 
cientos tantos de la anterior. Hasta ahora ese procedimiento 
no se había aplicado al hombre; pero en animales su efica- 
cla ha sido comprobada en el tétano, la difteria, el coloradi- 
llo de los puercos, la septicemia de las ratas, la septicemia 
por neumococos, la infección por la bacteria de Friedlander 
y últimamente en la del bacilo tifico. 

Verdad es que todas las enfermedades que acabo de 
enumerar tienen una etiología perfectamente dilucidada, 
conociéndose con certeza el micro-organismo que las produ- 
ce; mientras que respecto de la fiebre amarilla no puede 
decirse otro tanto. Existen, sin embargo, datos suficientes 
para afirmar que esta enfermedad es de naturaleza infeccio- 
sa, y los mismos resultados negativos señalados por el Doc- 
tor Sternberg y otros bacteriólogos competentes en sus 
esfuerzos por descubrir algún microbio específico en los 
productos cadavéricos de enfermos de fiebre amarilla, de- 
muestran que el agente productor no es un micro-organismo 
que se difunde por todo el cuerpo del paciente y sí más bien 
debe ser algún microbio que se localiza en algún tejido no 
determinado aún, elaborándose allí las toxinas que absorbi- 
das ocasionan los sintomas que caracterizan la invasión del 
mal. La inmunidad de que gozan los que han sufrido un 


204 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


primer ataque de fiebre amarilla y también los que simple- 
mente han residido varios años consecutivos 0 han nacido y 
se han criado en los focos endémicos, presenta siempre los 
caractéres de una “inmunidad adquirida,” pues la experien- 
cia ha demostrado que la inmunidad contra la fiebre amari- 
lla no es hereditaria, toda vez que en una misma familia 
son susceptibles los niños que nacen en otros climas, mien- 
tras que sus hermanos nacidos y criados en el foco endémi- 
co resultan inmunes. Hay más: los habitantes de los focos 
endémicos es probable que recibimos una renovación de la 
inmunidad durante nuestra permanencia, pues solo así pue- 
de explicarse el que se pierda dicha inmunidad por efecto 
de una ausencia de algunos años. 

ln vista de estos datos, he pensado que la fiebre amari- 
lla quizás sea entre todas las enfermedades de la ¡patología 
humana la que mejor se presta á la medicación por medio 
de inyecciones con la serosidad inmunizante de sujetos acli- 
matados, ya con el objeto de procurar una protección pro- 
filáctica á los recien-venidos, ya para combatir las manifes- 
taciones alarmantes en los casos graves de la enfermedad. 
Sujetos inmunizados contra nuestra endemia no faltan en la 
Habana, pero pocos se prestarían voluntariamente á una 
sangría que permitiese recojer su sangre con todas las pre- 
cauciones antisépticas y en cantidad suficiente para separar 
el suero, según la técnica usada con los animales. Pensé 
entóncés en la serosidad de vejigatorios aplicados con las 
precauciones cuya eficacia aséptica el Dr. Delgado y yo he- 
mos comprobado repetidas veces durante nuestras investi- 
gaciones de años anteriores. La analogía entre el suero san- 
guineo y la serosidad de vejigatorios es evidente: en ésta 
existen la sero-albumina y los leucocitos que parecen repre- 
sentar un papel principal en la inmunización por el suero 
sanguineo. El Dr. Sternberg ha comprobado la vitalidad de 
los leucocitos, con sus movimientos amibóideos, varias horas 
después de recogida la serosidad en balones esterilizados. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 205 


La sustitucion de esta serosidad en vez del suero sanguineo, 
facilita notablemente el experimento, pues un pequeño ve- 
Jigatorio de tres ó cuatro centímetros de diámetro basta para 
procurar al cabo de 12 6 18 horas algunos centimetros cú- 
bicos de serosidad pura y aséptica, que se conserva fácil- 
mente en tubos esterilizados y herméticamente sellados. 
Las molestias que el vejigatorio puede ocasionar son insig- 
nificantes, si se procura evitar la supuración, facilitando la 
pronta reparación de la epidermis con apósitos antisépticos. 
Ya se ha dicho que la serosidad inmunizante tiene dos 
aplicaciones: la más sencilla consiste en la inyección sub- 
cutánea de pequeñas cantidades en sujetos sanos, como 
medio profiláctico contra futuros ataques. La otra aplica. 
ción, como medio curativo, si se tratase de una enfermedad 
tan aguda y apremiante, v. g. como el tétano ya declarado, 
que casi nunca tiende á curarse espontáneamente, exigiria, 
sin duda, la inyección de cantidades considerables de sero- 
sidad. Pero aún prescindiendo de que no está demostrado 
el que las dósis eficaces del suero inmunizante deben ser 
precisamente proporcionales al peso del animal, hay otra 
consideración, en el caso de la fiebre amarilla, que permite 
esperar resultados eficaces con dósis mucho más reducidas. 
En efecto, cuando esta enfermedad llega 4 presentar sínto- 
mas alarmantes, el paciente, por lo regular, se encuentra ya 
muy próximo al período en que la misma infección tiende 
á producir en su cuerpo las snstancias inmunizantes que, 
en el caso de curación, habrían de preservarle de futuros 
ataques; es muy factible, pues, que una corta inyección, 
aplicada en tales condiciones, fuese suficiente para inclinar 
la balanza en su favor, dando un nuevo sesgo al curso de la 
enfermedad, cuya crisis anticipada permitirá la curación en 
casos que amenazaban un éxito funesto. 

Para comprobar la eficacia de inyecciones profilácticas 
que probablemente no ócasionarian ninguna manifestación 
morbosa que permitiese prejuzgar sus resaltados preservati- 


ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


206 


vos, sería necesario someter cada individuo á una prolonga- 
da observación, como nos viene sucediendo con nuestras 
inoculaciones por medio de mosquitos contaminados. Pare- 
cia, pues, lo más lógico experimentar antes la eficacia cura- 
tiva de la serosidad en enfermos graves de fiebre amarilla. 
Esto es lo que he hecho en el único caso que se me ha pre- 
sentado en condiciones, al parecer, idóneas para un ensayo 
del nuevo método, y con la circunstancia indispensable de 
poder seguir la observación en todas sus evoluciones. 

Hé aquí el caso á que me refiero: 

D, P. C., de 22 años de edad, natural de Cataluña, vino 
de la Península hace quince meses; tuvo, el primer verano, 
una fiebre benigna que le:obligó á estar tres ó cuatro dias 
en cama. No había vuelto á enfermarse hasta el 18 de Julio 
último. El citado día fué invadido, á las siete de la mañana, 
con escalofrios, mareos, cefalalgia intensa y fiebre. Le ví á 
las diez de la mañana; tenía la cara encendida, ojos inyec- 
tados, cefalalgia frontal, dolores generales, sensibilidad en 
los elobos oculares. Temperatura 39%9. Medio gramo de 
antipirina alivió un tanto los dolores, pero solo redujo la 
temperatura á 39%8. Desde el primer día se manifestó una 
notable escasez de orina. Había tomado un pursante salino 
y después comenzó 4 tomar en horas determinadas naftol, 
bicarbonato y solución de hiposulfito de soda, cuya medica- 
ción se continuó hasta quedar establecida la convalescencia, 
salvo las adiciones que más adelante se dirán. 

Ll segundo día, por la mañana, había bajado la tempe- 
ratura 4 379, con alivio notable de los dolores y bienestar 
del paciente. ln vista de la escasez de orina se le prescribió 
cafeina (0.25 cadu seis horas) durante ese día. Por la tarde 
subió la temperatura dá 397, y reconocida la orina á las siete 
de la noche (36 horas desde la invasión) presentó trazas 
evidentes de albúmina. 

La manifestación precoz de la albuminuria me indujo 
á creer que el caso podría agravarse, y en tal previsión 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 207 


apliqué sobre mi antebrazo izquierdo un vejigatorio de co- 
lodion-cantaridina con las debidas precauciones antisépticas, 
y al cabo de 18 horas extraje algunos centímetros cúbicos 
de serosidad, que conservé en pipetas esterilizadas, para 
usarla si el caso lo requiriese. 

El tercer día por la mañana bajó la temperatura 4 3796; 
habiendo tomado el paciente un gramo de antipirina 4 me- 
dia noche, se sintió aliviado; la inteligencia despejada. La 
cantidad de albúmina no había aumentado notablemente. 
Juzgando que pudiera existir alguna complicación palúdea, 
debida á la constitución médica reinante, se administró un 
gramo de quinina, cuya dósis fué repetida los cuatro días 
siguientes. 

A las dos de la tarde se agravó de repente el estado del 
enfermo, presentando un ataque histeriforme, seguido de 
cefalalgia; aumentó de fiebre hasta 3999, con gran agitación 
y ansiedad, náuseas continuas, pidiendo el enfermo á cada 
instante pedazos de hielo para no vomitar: Por la noche, 
sin embargo, hizo un vómito con sangre. La orina presenta- 
ba albúmina en corta cantidad. La temperatura subió du- 
rante la noche 4 40%2. Se suprime la cafeina y se aplica un 
vejigatorio sobre el epigastrio, 

El cuarto día, por la mañana, bajó la temperatura á 3899, 
subiendo por la tarde y noche á 39%4, Desde la vispera no 
cesaban las núuseas, el insomnio y la agitación del paciente. 
Durante el día hubo alyunos vómitos con estrías y partículas 
pardas ó rojizas (alas de moscas) y algunos accesos de hipo. 
Las conjuntivas y la piel presentaban un tinte sub-ictérico. 
El quinto día por la mañana la mínima fué de 3971; la oriva 
contenía más albúmina; había vomitado una vez. El ictero 
más pronunciado, las náuseas incesantes, el insomnio y la 
agitación nerviosa, iguales que el día anterior. 

A las diez y media de la mañana, habiendo ya subido la 
temperatura a 3995, le inyecté en la espalda medio centl- 
gramo cúbico de la serosidad recogida, dos dias antes, en mi 


208 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


brazo. A las cuatro de la tarde llegó la temperatura á 39%8 
mas por la noche fué bajando. Las náuseas y la agitación 
del paciente se calmaron durante la noche, sin que se hu- 
biese alterado la medicación de los días anteriores. La ma- 
ñana siguiente (al terminar el quinto día de la enfermedad) 
encontré al enfermó tranquilo y despejado; habían cesado 
las náuseas y se sentía bien. La cantidad de albúmina en 
la orina había aumentado y el ictero era más pronunciado. 

El sexto día, por la mañana, la temperatura marcaba 
3873; no volvieron á presentarse las náuseas ni vómitos, 
aunque arrojó de la farinje auleunas flemas ensangrentadas 
y las encías daban sangre al ser comprimidas. A las cuatro 
de la tarde bajó la temperatura 4 3778, pero hay que adver- 
tir que el enfermo, por equivocación, había tomado un gra- 
mo de antipirina, desde la una de la tarde. 

El séptimo día, por la mañana, la temperatura era de 
3798, y por la tarde 38" 

El octavo día, 37%8 por la mañana y 371 por la tarde. 

El noveno “día, 368 por la mañana y 37? por la tarde. 
No habiendo experimentado el paciente ningún retroceso, 
ni interrupción en la mejoría iniciada el quinto día, después 
de la inyección de serosidad, si bien la albuminuria no cesó 
hasta 12? día y las conjuntivas continuaron amarillas hasta 
el 15%. En el sitio de la inyección no se manifestó ninguna 
irritación, endurecimiento, ni sensación dolorosa. Durante 
la convalescencia ha tenido una erupción de furúnculos, 
principalmente en la cara. 

En el adjunto cuadro he trazado las curvas de tempera- 
tura, pulso, respiración, etc. 

Según de antemano he advertido, no es posible asegurar 
que la curación de este enfermo haya sido la consecuencia 
directa de la inyección de serosidad; pero no dejará de lla- 
mar la atención de los prácticos, la brusca cesación de los 
síntomas alarmantes pocas horas después de la inyección, y 
antes de haberse completado el quinto día, en un caso de cu- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 209 


va gravedad no puede dudarse, en vista de las altas tempera- 
turas, con persistencia de la albuminuria y del ictero hasta 
el 122 y el 15% día. No fué mi propósito limitarme á una 
sola inyección de medio centigramo cúbico, mas la mejoría 
tan marcada hizo ya innecesaria su repetición al día si- 
guiente. De todos modos, creo haber demostrado la inocui- 
dad del procedimiento, siempre que se observen las precau- 
ciones comunes de la asepsia y que se tengan garantías de 
que el donante de la serosidad no padece ninguna infección 
especifica transmisible. 

La importancia de este recurso terapéutico, si su eficacia 
en el tratamiento de la fiebre amarilla se confirmase, sería 
verdaderamente incalculable; pues no se trata de un medi- 
camento destinado simplemente á combatir tales ó cuáles 
sintomas y sí de una intervención especialísima, fundada en 
datos experimentales auténticos y llamada 4 producir en el 
cuerpo del paciente modificaciones idénticas 4 las que se 
verifican cuando la enfermedad procede espontaneamente 
hácia la curación. Pudiéndose además afirmar, á priori, que 
la misma serosidad con que se lograse curar la enfermedad, 
resultaría más eficaz aún para conferir inmunidad profilác- 
tica á los sujetos susceptibles. Estimo, pues, que el asunto 
merece la atención de mis distinguidos compañeros, 


Dr. C. FinLay, 


T, xx1x=27. 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del 28 de Agosto de 1892. 


SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: — Presidente, Dr. Lustres: 
Benasach, Aguilera, Beato, García, Bosque, Castellanos, 
Gordon, Ulrici, Plasencia” (D: 1.),* Plasencia (D.*“T.), 
Riva, Nuñez, Montalvo, Torralbas (D. J. 1.), Torralbas 
(D. F.) Zamora, Montané, Santos Fernández, Machado, 
Oruz, Melero, Ramos, Rovira, Pinlay, Lavín, Castro, 
Donoso, Valdés, Delgado, Paradela, 4. E. del Valle (de 
mérito) y La Guardia, Secretario. 


Abierta la sesión á la una y media de la tarde, y leida 
el acta de la anterior fué aprobada. Se dió cuenta del mo- 
vimiento de la Secretaría, y se acusaron los libros é impre- 
sos recibidos, que son los siguientes: 

BisLioreca.—“La Tribune Medicale” 2* série núms. 4, 5. 

“International Medical Magazine; vol. IL. núm. 7. 

“Revista de Medicina docimétrica” año XIV, núm. 162. 

“Boletín del Consejo Superior de Salubridad” t. L n. 1. 

“Código Sanitario de E. U. Mexicanos,” un cuaderno. 

“La Independencia Médica,” año XXVII, núms. 43, 44. 

“Archivos de Ginecología y Pedriatria” año V, n. 20, 21. 

“Revista de Ciencias Médicas,” año VII, núm. 16. 

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año XIII, n. 8. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 211 


“Revista del Foro,” año HI, núm. 56. 

““El Album,” año I, núms. 2 y 3. 

“Aires d' a miña terra,” año Í. núm: 2. 

Congreso pedagógico Hispano-portugués-americano, va- 
rios ejemplares (prospectos). 

El Presidente enterado de que el Dr. La Torre, á la or- 
den del día había escusado su asistencia, y haciendo constar 
además, que honraba la sesión el Socio de mérito Doctor 
D. Fernándo Gonzalez del Valle, concedió la palabra al 
Doctor Montalvo, que descaba hacer «ulgunas consideracio- 
nes relativas á lo que había manifestado en la última sesión 
el Dr. Finlay, acerca de la inmunidad, para adquirir la fie- 
bre amarilla, de los criollos. 

Dr. Montalvo. —Los individuos nacidos en Cuba y cria- 
dos en el extranjero, pueden perder la inmunidad desde el 
momento que vuelven á su pals, y en consecuencia, hállan- 
se en condiciones para contraer la fiebre amarilla. Cita el 
:aso de la señora H... y M .., que falleció de esa enferme- 
dad en el Cerro, había nacido en Cuba, muy niña marchó á 
Francia, y 4 su vuelta contrajo la fiebre amarilla, muriendo 
urémica. Cita algunas otras observaciones de igual natura- 
leza. Se han visto también casos en individuos nacidos y 
criados en Cuba, que han muerto de esa endemia, y un mé- 
dico distinguido asegura que en la Macagua se han visto 
casos de fiebre amarilla en individuos nacidos en esa locali- 
dad, y el Dr. Zambrana, publicó hace aleún tiempo, un tra- 
bajo acerca del vómito en los criollos. Además, recuerda 
otros dos casos asistidos por el Dr. Moreno de la Torre, de 
dos niños que, procedentes del campo vinieron á establecer- 
se en esta ciudad. Esto demuestra que el criollo, de un 
modo absoluto no es inmune. 

El Dr. La Cuardia.-Comunica que hace próximamente dos 
años tuvo el honor de dar cuenta á la Academia, de un caso 
fiebre amarilla en un joven criollo procedente de Mantua, 
de 16 años de edad. El caso fué observado además por los 


SAW ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Dres. Delgado y Tamayo, oportunamente se le hizo la au- 
topsia, que es la primera en su especie llevada á efecto en 
la Isla de Cuba, y por último, tiene en su poder las dos ob- 
servaciones del Dr. Moreno de la Torre, citadas por el Doc- 
tor Montalvo. 

El Dr. D. Fernándo (7. del Valle.—Que en unión del 
Dr. Zambrana asistió en la calle del Consulado, en epoca 
remota, un caso de fiebre amarilla en una mujer que proce- 
día del campo. Cita otro de igual naturaleza en la calle de 
la Salud. Conoce otros casos—agrega—de personas que vi- 
vian en Gruanabacoa. En ese pueblo, el vómito no se cono- 
cla y alli se enviaba la tropa para aclimatarla, hoy después 
que las comunicaciones se han facilitado, la fiebre amarilla 


existe lo mismo que en cualquier otro punto. 

El Dr. Montalvo.—Existe un particular bastante oscuro 
y que debe dilucidarse y es el contagio de la fiebre amarl- 
lla y la manera de efectuarse. ¿Tiene lugar éste por las ma- 
terias fecales como sucede en el cólera y en la fiebre tifoidea? 
Como ha dicho, es una cuestión que no está resuelta. 

El Dr. Finlay.—El contagio es evidente, pero es dificil 
comprobar como tiene lugar, y cita en su apoyo una rela- 
ción de cuatro individuos que sucesivamente puestos en con- 
tacto unos con otros contrajeron la fiebre amarilla, falle- 
ciendo los cuatro. 

Pasando á la orden del día el Dr. D. Tomás Plasencia 
dió lectura 4 un informe acerca del sexo de un individuo, 
caso presentado en la anterior sesión, y concluye aseguran- 
do que el sujeto en cuestión pertenece al sexo femenino. 

Acto continuo se constituyó la Academia en sesión de 
Gobierno. 


Z00LOGIA, 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


ACANTÚRIDOS. 


Ocho especies, adscritas á dos géneros — Acanthurus y 
Acronurus — y nombradas vulgarmente Barbero, compren- 
de esta familia. Una espina á modo de lanceta en el tronco 
caudal, funda el nombre vulgar de todos. 

Carne regular. Hasta 1 kilo. 

62. Barbero — Acanihurus ceruleus Bloch. Azul. Líneas 
ondulantes longitudinales de azul más pálido que se hacen 
rectas, oblícuas en las aletas dorsal y anal. Lanceta caudal 
color de ámbar y aspecto vitreo. 

Blue Surgeon, Barbero, en J. € G. 

Moviendo de lado y lado la espina caudal, hieren gravemente 
á otros peces y al hombre. Estimable como alimento. Congénere 
del Bone-fish de Cayo Hueso, en concepto de Stearns, abundando 
en los arrecifes de coral de la Florida meridional. (Goode). 


Acanthurus chirurgus Bloch. Color pardo. Opérculo ri. 
beteado de negro. Listas oscuras transversales, en los flan- 


214 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cos. “Diliere del anterior, por carecer de fajas pa en 
eN a (Synops.) 


Surgeon=fish, Doctor=fish. «Aletas verticales con rayas oscuras 
oblícuas, paralelas.» (J. Q G.) 


Acanthurus phlebotomus Cuv. et Val. 


Llevado por J. 4 G. á la sinonimia del 4. nigricans Lin. y 
Bloch. 

Acanthurus tractus Poey. Caudal muy escotada: el lóbu- 
lo superior mucho más largo que el inferior, terminado por 
un filamento blanco. ltayas pálidas oblicuas en la dorsal. 
Tronco sin listas verticales. (Lnum. J. € G.) 

Acronurus carneus Poey. ls caracteristica genérica, la 
piel arrugada y sin escamas. 

Se distingue esta especie, por el color rosado del cuerpo 
que es transparente; “pasando pronto á blanco y opaco, 
cuando lo echan en aguardiente, y se vuelve con el tiempo 
pardo rojizo; la faja plateada, toma en el licor un viso bron- 
crado.” (Enum.) 

A. ceeruleatus Voey. Azuloso, inclusive la faja. Pectoral 
y caudal, pálidas: ésta sin mancha en el pedículo. (Lnum.) 

A. nigriculus Poey. Pardo amarilloso, el cuerpo y las 
nadaderas: base de la pectoral, amarilla; caudal, sin man- 
cha pedicular. La faja brillante, gris de acero, resalta sobre 
el fondo común. (Lnum.) 

J. € G. incluyen los Acronurus Gtlir. en Acanthurus Bl. « 
Schn. No citan las 3 especies que anteceden. 


JIFÍDIDOS. (Xiphiidi.) 


Representada en nuestro litoral por especies de conside- 
rable estimación, cuanto á su corpulencia y cuanto á la bon- 
dad de sus carnes y de sus huevas. En todos estos peces, los 
huesos craneanos y faciales — el vómer, el etmoides y los 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 215 


premaxilares, consolidados —se prolongan en tal grado y 
suerte, que forman un arma muy dura, ya plana, lisa y pun- 
tiaguda; ya cónica, áspera, simulando una escofina, de pun- 
ta recta. En uno y otro caso, les sirve para agredir á los de- 
más colosos marinos, en especial ballenas y cachalotes, y aun 
al hombre mismo. 

La edad determina en sus nadaderas modificaciones bien 
notables: en el joven, la dorsal, la anal y la caudal son in- 
divisas; en el adulto, por el contrario, las dos primeras se 
seccionan, y la cola se ahorquilla profundamente. 


Sus 3 géneros están representados en nuestras aguas. A saber: 
Xiplias Linneo —sin dientes ni aletas ventrales. 
Tetrapturus Rafinesque — radios ventrales coalescentes en uno, 
dorsal baja. 
Histiophorus Lacépede—3 radios ventrales, dorsal muy alta. 


Por su abundancia constituirian, debidamente explota- 
dos, una fuente de riqueza considerable y de suma prospe- 
ridad industrial. Andan cada macho con su hembra, 4 100 
brazas y más de fondo. 

63. Pez de Espada. Emperador. — Xiphias gyladius 
Linn. Es el famoso del Mediterráneo, que suele dejarse ver 
en nuestras aguas. No hay que confundirlo con el Pez ste- 
rra, de que luego trataremos. Ofrece la particularidad de 
carecer de aletas ventrales. Debe sus nombres técnicos y el 
primer vulgar, á su arma plana y aguzada, en forma de es- 
padón. Tengo un ejemplar procedente del Mariel, que mide 
120 m. de largo. Pez de corso. Llega 4 nuestro litoral en 
Abril y se ausenta en Septiembre. Atlántico europeo, afri- 


cano y americano, y también en el Pacífico. 
Carne excelente. Pesa de 150 á 200 kilos. 


Common Sword-fis). De 300 á 400 libras de peso. Carne esti- 
mada como alimento. (J. dí G.) 

El Profesor Goode— Natural History of Aquatic Animals — es- 
tima probable que el Pez de Espada, cuando es harponado, res- 


216 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


ponda al ataque con su ataque. Cita el caso de Mr. Blackford, 
veterano pescador de aquellos colosos, cuya embarcación fué 
agredida 20 veces. Owen compara el efecto de su golpe, al de un 
proyectil de artillería pesada. (Goode). 

Es el Pez espada y Espadarte de Andalucía, Galicia y Canta- 
bria; el Emperador de Mallorca, Menorca y Valencia; Espasa de 
Valencia; el Peix-espasa de Cataluña, Ibiza y Menorca. 

Matanzas. Corrida para e: desove, en Agosto. (1883). 

Mariel. Peso, de 10 á 40 arrobas. Carne muy buena. Desove 
en Junio. (1881). 


64. Aguja de paladar. Aguja blanca, — Z+trapterurus 
albidus Poey. Dorso azulado. Vientre blancuzco. Arma en 
orma de escofina. Tengo ejemplares de 60 centímetros de 
largo. La talla longitudinal del individuo adulto, es 2 me- 
tros ó poco más. Abundan en Junio y Julio, llegando á ve- 
ces hasta Agosto. La fuerza de la corrida para el desove, en 
Junio. En este cuatrimestre andan apareadas. 

Carne buena de comer y siem pre sana. Pesa en total, de 
20 á 50 kilos. Las huevas alcanzan á 15 kilos. 


Por lo que valga en trabajos ictiográficos de otra índole, indi- 
co que nuestros pescadores distinguen dos variedades — y quién 
sabe si especies — de Aguja blanca ú de paladar; asignando á la 
más corpulenta y de nuca más elevada, el apelativo de cabezona, 

Habana. Peso máx. 300 kil. Su pesca, sólo á cordel, es peli- 
grosa: se realiza de Abril á Septiembre, con más abundancia de 
Mayo á Junio. Arribazón, de Octubre á Enero. No se exporta ni 
conserva. Cons. loc. fresco. Pesca anual: 16,790 kil. (1891). 

Matanzas. Desove en Agosto. (1883). 

Mariel. Máx. 460 kil. Carne buena. Pesca, en primavera y ve- 
rano. (1881). 

San Juan de Puerto Rico. Máx. 57'50 kil. Corrida, de Mayo á 
Julio. Cons. loc. fresco: 466 kil. (1891). 

Bill-fish, Spearfish, Aguja blanca. La bifurcación de la cola for- 
ma un ángulo de 70 á 80 grados. (J. « G.) 


65. Aguja de casta. — Zetrapterurus amplus Poey. Dor- 
so azul oscuro, vientre más claro. Línea lateral simple. Va- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 217 


retas verticales, que Poey sospecha desaparezcan con la edad; 
si bien consigna haberlas observado en individuos que pesa- 
ban 250 kilos, dejando en pié la duda. 


Robustecen ésta, la creencia generalizada entre los pescadores 
eubanos, en punto á existir dos especies de Aguja de casta: una 
vareteada, que ofrece el cuerpo veteado transversalmente de azul 
pálido — que según el Maestro, se extingue con la vida— y dife- 
rente por ello de la que carece de tales listas. Distínguenlas ade- 
más nuestra gente de mar, en cuanto á sus bríos, en bomba, es 
decir, fácil de pescar; y trabajadora, que dá mucho quehacer para 
obtenerla. Pudiera referirse ésto al carácter del individuo: habrá 
quienes aguanten, y quienes nó; quienes se dejen inmolar sumi- 
sas, y quienes vendan su vida á costa de afanes y fatiga, y aun 
quienes hagan pagar su posesión con sangre: ésto se vé á diario 
en mamíferos— el hombre inclusive —en aves y hasta en insec- 
tos. De otra parte, se expresa que la vareteada ó trabajadora tie- 
ne la cabeza más pequeña; pero Poey dá como característica 
sexual femenina, la mayor magnitud cefálica. Lo es también la 
corpulencia del cuerpo. 


El macho es más pequeño: mide de 23 á 3 metros, y pe- 
sa de 75 4 125 kilos. La hembra pesa de común 300 kilos. 
Hay individuos que alcanzan á 500 y 750 kilos, de peso to- 
tal. Los ovarios suman 15 kilos y más: lo que dá de 40 á 
50 millones de huevos, cuya mitad puede ser fecundada. 
Dedúzcase ahora la riqueza prolífica de estos colosos, cuy: 
carne es siempre sana, cuyos huevos son exquisitos. 

El desove tiene lugar de Abril á Junio y de Julio 4 Agos- 
to. Vienen entonces á nuestras aguas, cada macho con su 
hembra. 


No se cogen sino adultos, purque solo vienen de corrida, á de- 
sovar, según asegura la gente de mar. Acaso también — y esta 
discreta observación es de D. Felipe Poey — por la magnitud del 
anzuelo empleado. Expresa también que los intrépidos pescado- 
res de Cojímar, Marianao, Bacuranao, traen todos los días al mer- 
cado esos corpulentos peces durante cuatro meses del año. 


No llegan á Matanzas, en su concepto, porque, fuera de la 
T. xx1x.—28 


218 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


bahía, los pescadores son de nasa; y por razón análoga entiende 
que no se pescan en la costa del Sur. /Synops.) 

Por el distrito marítimo del Mariel, según mis datos A 
y particulares, la zona entre Jaimanita y la Ortigosa pasa por ser 
abundante en Agujas: de dos á seis millas mar afuera. 

Indudablemente que son valentísimos, intrépidos en grado 
sumo nuestros héroes del mar, al ir, las más veces solos, en una 
cachucha ó análoga barquilla frágil, á buscar esos colosos, que an- 
dan por lo menos $100 brazas de profundidad. Para su pesca, 
sírvense de aparejos de curricán alambrados, y fuertes anzuelos 
con carnada de un pescado de á libra. Escalónanse á distancia 
de 20 á 25 brazas unos de otros, hasta tropezar con la mancha ó 
cardumen, en que si no todos, los más hacen su zafra. Mas cuen- 
ta, que cada presa es el gaje de un combate, y qué combate! Hay 
que trabajar mucho y bien: quizás como en ningún otro caso. 
Porque las Agujas emplean toda su pujanza colosal y luchan en 
su propio elemento, y el pescador apenas si puede afianzarse en 
su barquichuelo endeble, anegadizo, inseguro. 

Jaando el animal ha tragado el anzuelo — dice el Ictiólogo 
cubano, tantas veces citado — sube á la superficie del mar, dando 
saltos prodigiosos; se agita en todos sentidos, se fatiga y se deja 
traer hacia la embarcación, en donde el pescador lo agarra con 
un garabato y lo remata antes de meterlo á bordo.» (Mem.) 

Menos mal si siempre fuese así. No pocas veces es arrastrada la 
embarcación con rapidez vertiginosa, inmensurable, y el pescador 
tiene que arriar en banda el aparejo y aun cortarlo para salvarse. 
Tampoco son contadas las ocasiones en que esos valientes reciben 
crueles mordeduras de sus adversarios enfurecidos. Ay! ni son 
raros los casos en que la aguja se lanza fuera del agua, embiste 
al hombre, lo derriba y arrastra consigo, cuando no lo atraviesa 
con su tremenda escofina! 

La bifurcación caudal forma un ángulo de 90 4100 gra- 
dos. Ocho piés de largo. «Quizás una forma de la precedente.» 
(J. £€ G.) 

J. € G. colocan ambas especies en el gén. Tetrapturus de Rafi- 


mnesque. 
q 4 


Poey conviene con Cuvier, en que debe prevalecer el 
genérico Tetrapturus, abreviado etimológico de Tetrapteru- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 219 


rus == que alude á los cuatro apéndices á modo de aletas 
que hay en el arranque de la cola. (Mem. II, 242.) 


Carne buena. Peso total máx. 750 kil. Huevas, 15 kilos 
término medio. 


66. Aguja voladora. Aguja prieta. — istiophorus ame- 
ricanus Cuv. Se distingue á simple vista de las anteriores, 
por la altura extremada de su primera aleta dorsal, en su 
parte media. Crece menos y es más rara. Se le dice tam- 
bién Aguja voladora, porque al acercarse á bordo, suele em- 
bestir la embarcación y también al pescador, que solo estando 
muy avisor puede salvarse, excusar el terrible peligro de ser 
herido gravemente, si nó muerto. 


A esta familia corresponden: Abujeta, del Puerto de Santa Ma- 
ría; Aguja, de Andalucía; GFuya y Guya de paladá, de Mallorca, 
Menorca, Ibiza; Agulla y Ahulla, de Valencia y Cataluña. 

J. € G. la nombran 4. gladíus Brouss., con el vulgar Sail-fish, 
sin atender á que el específico gladius se halla yá empleado tan 
cerca, en la primera especie de la misma familia. 

Jordan € Gilbert en el texto de sus preciadas Contributions to 
N. A. Ichihyology, pág. 421, tratando del 7. amplus, expresan que 
ésta quizás sea una forma de 7. albidus. Pero en la extensa Ad- 
denda et Corrigenda de la obra citada, dicen: que en vez de 7. al- 
bidus, léase T. índicus C. € V., y que la sinonimia del texto susti- 
túyase por la que á continuación expresan, en la cual se hallan 
inclusos los dos específicos de Poey. 


«Se dá esta sinonimia —agregan — de acuerdo con el parecer 
del Dr. Lútken, que no admite más que 5 especies de Xiphiidee. 
Es probable que esta opinión sea correcta, pero, como pertinente- 
mente se arguye por el Profesor Goode, la identidad de las espe- 
cies americanas nombradas Tetrapturus albidus é Histiophorus ame- 
rmcanus con sus representantes en el Viejo Mundo, todavía está 
por probar; y por muchos conceptos, es desear que se retengan 
los nombres americanos hasta tanto no se evidencie tal identidad.» 
Y concluyen con esta notable aserción del mismo Profesor Goode: 
«Unir especies de localidades separadas por grandes distancias, 
sin haberlas visto jamás, es muy desastroso para una apreciación 


220 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


adecuada de los problemas de la distribución geográfica.» (Pro. 
O. S. Nat. Mus. 1881, 427. J. « G. loc. cit, p. 909.) 

Si la identidad de las especies europeas con las americanas ex- 
presadas, como dice Goode, está por probar todavía; si conviene 
retener aquellos nombres americanos en tanto no sea evidente tal 
identidad, como corresponde entre naturalistas formales; si hay 
la circunstancia agravante de que se refunden especies que no se 
tuvieron á la vista; si por último, ese trasiego de nombres aumenta 
necesariamente las dificultades de saber á qué atenerse, en defini- 
tiva, tocante á nomenclatura, ¿4 qué llevar prematuramente á la 
sinonimia ambas especies poeyanas? 


ESCÓMBRIDOS. (Scombridi). 


De tanta cuenta como las precedentes, son las especies 
de esta familia, por la abundancia y calidad de sus carnes. 
Artículo de consumo en fresco, en salazón, en escabeche; 
alimento de industrias importantes, en otros palses. A fé 
que en el nuestro pudiera serlo como en pocos, favorecién- 
donos en tan alto grado la riqueza de especies y de indivi- 
duos, las condiciones climatológicas, en especial la tempe- 
ratura media de nuestras costas y cayerías, y sobre todo, ese 
Gulf Stream que nos auxilía tanto: barrera providente, que 
sólo deja paso para las costas norte-americanas 4 algunos de 
nuestros peces. Bueno es repetirlo. 

67. Atún. — Orcynus Thynnus Linn. Dorso azul oscuro. 
Vientre grisáceo con pintas plateadas. Ojos pequeños. Dor- 
sal y anal falciformes. Caudal ampliamente ahorquillada. 

Frecuenta ambas costas del Atlántico septentrional. Lle- 
va á 10 piés y más de largo, y media tonelada de peso: el 
mayor de los Escómbridos. (J. «€ G.) 

Suele pescárseles en nuestras aguas, de Mayo á Junio. 

Carne buena. Longitud, 3 metros. 


Atún de Andalucía, Toñina de Mallorca, Menorca, Ibiza; Ton- 
yina de Valencia y Cataluña. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 221 


Horse Mackerel, Albicore; Tunny, de la gente que habla inglés, 
según la expresión de Goode. 

Poey cita otras especies de Atún. (Enum.) 

68. Bonito. — Orcynus balteutus Cuv. Azuloso. Pínnu- 
las azules, blancas en su borde posterior. Una faja amarilla 
procede del ojo, desvaneciéndose más ó menos completa- 
mente hacia atrás. Llega al Brasil. Común en la Habana. 

Carne buena. Longitud mayor, un metro. 

Muy recomendado para la confección de escabeche. 

Mantua. Tiene lugar la corrida en Abril y Mayo; las 
arribazones, en Diciembre y Enero. Abunda todo el año. 

Mariel. Le señalan un peso máximo de 6 kilos. 

69. Bonito de los navegantes — Orcynus Pelamys Lin- 
neo. Bien conocido por su color general plateado, dorso azu- 
loso, 4 bandas pardas longitudinales 4 cada lado del vientre. 
Frecuenta los mares tropicales y costas atlánticas de los Ks- 
tados Unidos. Del Mediterráneo, del Pacífico y del Atlánti- 


co, llega á nuestro litoral. 


Es el de Andalucía, Galicia, Cantabria, etc. 

Oceanic Bonito — Euthynnus Pelamys L. (J. «€ G.) 

«Por tener la carne sanguínea, este pez se ha de comer con al- 
guna precaución. Esto sucede á todos los del mismo género, y no 
quisiera que la noticia diera motivo para una prohibición. Es 
tan considerable el númaro de los peces sospechosos por motivos 
leves, que si no atendiéramos más que á la salud del público, sin 
consideración de ningún género en favor de la excelente indus- 
tria piscatoria, sería preciso prohibir la pesca.» (Poey: Repert. 1). 


70. Albacora,. — Orcynus Albacora Lowe. Dan este nom- 
bre en algunas localidades de nuestro litoral, á otra especie 
de Atún. | 

Tal la nombra Poey. Color de acero brillante. Vientre 
azul plateado. Pectorales negruzcas. Desova en primavera, 
por Mariel. 

Carne buena. 1 metro de largo. 

71. Sierra, — Oybium Caballa Cuv. Debe este nombre 


222 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


vulgar, á las uleticas ventrales que preceden á la caudal. 
Cuando es joven le dicen Serrucho. 

Cuerpo alargado, cabeza aguzada, relativamente corta. 
En el joven, manchas indistintas amarillosas oscuras á los 
lados del cuerpo. Dientes fuertes, triangulares, comprimi- 
dos: 30 —25. 


“Peces de los altos mares — dicen los Profesores Jordan 


y Gilbert —- graciosos en la forma, bellos en el color: de Jos 
mejores peces comestibles: among the best of food-fishes.” 


A la autorizada opinión de estos respetables Profesores, en fa- 
vor de este pez, injustamente proscripto, puede agregarse la de 
D. Pablo Lesmes, pescador de los más fidedignos y entendidos, 
amigo muy estimado del Profesor Poey; la de su hijo D. Manuel, 
que no le va en zaga, y la de cuantos más he oido, concordantes 
todos en favor de la Sierra. Inverosímil parecerá que fuera prohi- 
bida su venta únicamente porque fué nombrada en abono de la 
inconveniencia de basar la proscripción de un pescado en la más 
leve sospecha, máxime si se trata de uno de mucha cuenta para 
los pescadores y para el público consumidor. Es de tenerse pre- 
sente — y no está de más el repetirlo —que á las veces paga un 
pescado bueno culpas de otro malo, por obra y gracia de la mali- 
cia y de la especulación bastarda; dándole al comprador ignoran- 
te, peor que gato por liebre: Picuda por Sierra. 


Frecuenta el Atlántico intertropical. 
vunda mucho, sobre todo en las menguantes de Julio 
y Agosto. 
Desova en Junio. 
Carne buena. Peso máximo 50 kilos. 


Habana. Los datos oficiales se refieren necesariamente al 
Serrucho, séase la Sierra joven; pues ésta todavía se halla pros- 
cripta de los mercados, por las Ordenanzas Municipales de esta 
capital. 

Una errata tipográfica en dichas Ordenanzas -- Piena por 
Sierra, valió á ésta de escape, hasta que aquélla fué salvada. Ver- 
dad es que hoy tampoco puede el consumidor confiar en la efi- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 223 


cacia de los preceptuado, y menos aún en su vigencia, puesto que 
por ignorancia ó quién sabe por qué—en las mesillas de nues- 
tros mercados nunca faltan los llamados Peces prohibidos, así 
los justos como los pecadores. 

Peso máx. 5 kil. Corrida, en Mayo y Junio. Arribazón de 
Octubre á Enero. No se exporta. Se conserva salado. Cons. local 
fresco. Pesca anual: 16,790 kilos. Artes: cordel sólo. (1891). 

Matanzas. Sierra. Máx. 15 kil. Corrida, en Mayo y Junio. 
Abunda más en Agosto y Septiembre por Punta de Maya. Arri- 
bazón, de Octubre á Enero. Exportación: vivo, ninguna; en hie- 
los, 3,500 kil. anuales. Consumo local, fresco: 10,000 kil. anuales. 
Se salan y curan. Pesca anual: 18,500 kil. Artes: cordel. Embar- 
caciones: botes, 20; tripulación, 40; tonelage, +. (1891). 

Datos anteriores (1880) confirman los actuales, si bien elevan- 
do el peso máximo hasta 2 arrobas. 

Las cifras expresivas de lo que se pesca, exporta y consume 
en este Distrito — y en los que se hallan en igual caso — dice 
bien á las claras que la Sierra es sana, como su consorte la Cu- 
bera. 

Cárdenas. Sierra. Peso máx. 8 kilos. (1891). 

San Cayetano. Serrucho. Máx. 12 kil. Corrida, en Abril y 
Mayo: todo el distrito. Arribazón Mayo y Junio. (?) Nose expor- 
ta ni conserva. Cons. loc, fresco: 11,000 kil. (1891). 

Mariel. Sierra. Máx. 15 kil. Carne buena. Corrida, en Junio. 
Serrucho. Peso máx, 5 kil. Carne múy buena. Corrida, en Ju- 
nio. (1881). 


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(Continuará). 


MEDICINA LEGAL. 


Informe acerca del sexo á que pertenece un individuo. 


(Sesión del 28 de Agosto de 1892.) 


Sr. Presidente y Sres. Académicos: En la sesión pasada 
se dió cuenta aquí de un caso de hemafrodismo, que, si 
bien raro en nuestros anales, implicaba una cuestión de 
medicina legal, pues se pedía á la Academia se sirviese 
emitir su voto respegto al sexo verdadero. Esta Corporación 
aceptó el encargo, y para resolver con mejor acierto, pues 
se necesitaba de un exámen con el cloroformo, nombró una 
Comisión, compuesta de Jos Dres. Casuso, Lavin y el que 
suscribe. 

Esta, cumpliendo con su cometido, viene hoy á dar 
cuenta del resultado obtenido. Pues bien, como recordareis 
se trata de un individuo de dos años y medio, fruto del ma- 
irimomio de“DE/...B... y de DM... del €... 00 
el cual nació en la estancia el '“Monterito,” barrio del Cal- 
vario, de esta jurisdición, el 19 de Marzo de 1890, y se bau- 
tizó á los ocho días con el nombre de Maria Josefa. 

El Licenciado D. Domingo Cabrera, médico, ha propor- 
cionado los datos siguientes: los padres son primos herma- 
nos; han tenido tres hijos, de los cuales uno es mayor y otro 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 225 


menor que ésta, que no presentan imperfección alguna; no 
obstante, ella ha tenido solamente coqueluche, pues goza de 
buena salud; está bastante desarrollada en comparación del 
hermano mayor, que le lleva veinte meses; es más cariñosa, 
dócil y humilde que éste; de color trigueño claro; su altura 
y grueso proporcionado; su carácter es alegre, muy vivara- 
cho, y, según el padre, por la agilidad y soltura de los mo- 
vimientos, característicos de las mujeres, ella debía ser 
hembra. | 

Reunidos en casa del Licenciado Cabrera, Calzada del 
Cerro, número 463, donde se hallaba esperando Maria Jose- 
fa, para ser reconocida, se recogieron los datos correspon- 
dientes á la topografía de la región, y son: como órganos 
genitales externos, un monte de Venus bien desenvuelto, y 
una vulva incompleta, que presenta el clítoris muy desarro- 
llado, de dos centímetros de largo, cubierto por la piel, y 
debajo de éste y en su base el meato urinario oculto por 
aquél, tanto que es preciso levantarle para que se divise 
éste. 

La vulva está formada de dos grandes labios, que des- 
aparecen en el tercio inferior, dejando ver una gran exten- 
sión sin cubrir, de cuatro centímetros de largo, que se ex- 
tiende desde el clitoris hasta el ano, no interrumpida dicha 
superficie más que por el meato, siendo en la parte superior 
mucosa, y el recto perteneciente al periné, el cual ofrece 
su safe liso, nada saliente. No existen las ninfas. 

Levantando el clitoris se divisa el meato urinario, como 
se lleva dicho, y corresponde 4 una uretra corta y recta, 
que se dirije directamente atrás, pudiendo introducirse una 
sonda facilmente, y extraerse orina; mas dirigiendo un esti- 
lete explorador de arriba abajo y de delante atrás, hácia el 
recto, se halla un conducto de dos y medio centimetros, que 
termina en un fondo de saco, que puede ser una vagina 
rudimentaria ó poco desenvuelta. 

Después se colocó sobre una mesa, se le dió el clorofor- 

T. xx1Ix—29 


226 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


mo, y durante el sueño se practicó el tacto bimanual, intro- 
duciéndole el dedo indice de la mano derecha por el ano, y 
la otra se colocó sobre el hipogastrio, resultando de la ex- 
ploración rectal, que existen hácia la línea media un cuerpo 
ovoideo, de la forma y dimensiones de una almendra, de 
poca resistencia, de dirección vertical, y situado por encima 
de la sínfisis pubiana, y otro colocado ú la izquierda de Ma- 
ría Josefa, á mayor altura, de más consistencia y volúmen 
que el anterior, movible, y que por la forma es la de un 
útero de párvula. 

Con tales datos, y no encontrandose los órganos corres- 
pondientes al sexo masculino, la Comisión cree que no debe 
quedar duda respecto al sexo verdadero de la citada niña. 

Señores académicos; esta niña fué denunciada como va- 
rón por un médico, que tuvo que asistirla por una lijera 
afección; expidió un certificado, y el padre, con este docu- 
mento recurrió 4 su Juzgado, para que se modificase el 
asiento del Registro Civil, y partida bautismal, lo cual no 
pudo realizarse por faltarle fondos al interesado para pagar 
los derechos. El repetido Cabrera sostenía que no debía ha- 
cerse nada sobre el particular, pues creía que era hembra 
María Josefa, y en tal virtud ha querido oir á la Academia. 

(quien recuerde los diversos casos de hemafrodismo, 
como el de Justina Jumas, de Adelaida Preville, María 
Margarita, María Lefort, María Droctec Denier y Carlos 
Droge Huben Juan Pedro, María Josefina v Adelaida Her- 
culina ó Alexina, no podrá por menos que aceptar lo difícil 
que ha sido resolver tales casos con solo la apreciación de 
los órganos exteriores, necesitándose ya de la mano del 
tiempo, ya de la losa anatómica para discernir querellas, 
que se habían suscitado con motivo del hemafrodismo, y al 
mismo tiempo notar lo singular, que se venía haciendo esas 
celebridades como las que han servido para refrescar la 
memoria. 

ls cierto que el verdadero hemafrodismo no existe en 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 227 


la especie humana, ni en los animales mayores, así es que 
se bautiza con tal nombre el seudo-hemafrodismo, ó sea á la 
persona que, siendo de un sexo, aparece ser del opuesto, ó 
bien como en el caso actual, que tanto podía ser del uno ó 
del otro, en virtud de la disposición de los órganos exterio- 
res yv que la exploración interna ha puesto fuera de duda. 

Por tanto, si se fuese 4 ser severo, tal término debiera 
desaparecer, porque encierra una idea falsa 6 errónea, pues 
no hay más que hombres ó mujeres con un organismo más 
ó menos bien conformado. Y, por último, extraña mucho 
que no se haya apelado al reconocimiento “rectal, que si se 
hizo, no se menciona; si bien hay que tener presente que 
algunos de dichos casos se refieren al año veinte y la admi- 
ración desaparecerá. 

Por todo lo expuesto, la Comisión cree que puede infor- 
mar á la Academia, que el caso de que se trata, ó sea el de 
María Josefa R... C..., pertenece al sexo femenino. 


Dr. Tomás PLAseENCIA. 


STATS TECA 


DEMOGRAFICO-SANITARÍA DE LA HABANA. 


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PRIMER SEMESTRE DE 1892, 


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INDICE 


REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA- 
BANA.—Sesión pública ordinaria del día 14 de Agosto de 1892, por el 


Págs. 


Dr. Vicente de la Guardia, Secretarlo.....oooannarosantca coco conadoncacaogonbiar 5193 
Comunicación acerca de un nuevo recurso terapéutico en el tratamiento de la 

fiebre amarilla, por el Dr. €. FinlaY. eoocccorococnnons AS O 
REAL ACADEMIA. A pública ordinaria del día 28 de Agosto de 1892, 

por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretarió.....oomoremoommo. EAS A) 
ZooLoGIA.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilaró..omooooioinn..... o 
MEDICINA LEGAL.—Informe acerca del sexo á que pertenece un individuo, 

por el Dr. 1. Plasencia... SS A O e . 224 
Estadística demográfico- De de la ciudad de lá Habana. Primer semes- 

tre de 1892, por el Dr. Vicente de la Guardia. ..i.... E A AER 


ENTOMOLOGIA.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- 
ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 11 aparte). 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


A ÁS A XA 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. 

El precio de la suscrición és de $3-50 centavos billetes por semestres iaa 
en la Habana, y $1-50 centavos billetes en. el resto de la Isla. 

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-conyento de San Agustín) se ven- 
den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 
Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 


del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la ES ee y Antigiiedades de la Isla de - 


"Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Oubanos, 
por el Sr. Arango y Molina; y la Patolog gía y Terapéutica ocular, traducida del aleman 
por el Dr. Finlay. 


A EH 0 


a CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES. 


DE LA HABANA. 


REVISTA CIENTIFICA 


DIRECTORES: 


_D. José I. Torralbas y D. Marcos de J. WIelero. 


RO Lc ENTREGA 338, 


Mi TOMO XXIX. 
] - [NOVIEMBRE 15. 


PARATASUNTOS DE ADMINISTRACION - : CANJE Y CORRESPONDENCIA > 
DIRIGIRSE . DIRIGIRSE 
AL DR. D. MIGUEL RIVA Al Secretario general de la Real Academia de Cai, 1 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA — * CALLE DE CUBA 
CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AOPAEN: y 


HABANA 


Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
E 1892, 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del 11 de Setiembre de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES: — Presidente, Dr. Lastres: 
Dres. Plasencia (D. T.), Mestre, Menocal, Riva, Zamora, 
Castellanos, Torralbas (D. J. 1.), Torralbas (D. F.) Saenz 
(D. da ), Oasuso, Santos Fernández, Melero, Lavin, 
F. E. del Valle (de mérito), Rovira, La Torre, Aguilera, 
Valdés, Tamayo, Delgado, Vaciiddo, Donoso, Benasach 
y La a, Secretario. 


Abierta la sesión á las dos de la tarde y leida el acta de 
la anterior, fué aprobada.—Se dió cuenta del movimiento 
de la Secretaría y de los libros é impresos recibidos del mo- 
do siguiente: 

CORRESPONDENCIA RECIBIDA.—Comunicación del Sr. Orde- 
nador general de Pagos, sobre nombramiento de habilitado. 
- Oficio participando al Sr. Presidente, el fallecimiento 
del Dr. José E. Ramos. —Se nombró una comisión en repre- 
sentación de la Academia para su entierro. 

CORRESPONDENCIA REMITIDA.—Comunicación al Sr. Rodri- 
guez Suarez, nombrándolo habilitado. 

Idem al Dr. A. Mestre, participándole su nombramiento 


de Académico. 
T..xxix—a31l 


242 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Oficio al Sr. Tesorero comunicándole la baja del Sr. Pe- 
droso y el ingreso del Dr. Mestre. 

Oficio al Sr. Pedroso admitiéndole su renuncia. 

BipLioreca.—“La Tribune Medicale;” 2* série núm. 34. 

“The Brooklyn Medical Journal;” vol. 6?, núm. 9. 

Memorias y Revista de la Sociedad Cientifica. “Antonio 

Alzate;” tomo v, núms. 11 y 12. 

“Jl Correo de Caracas;” año vit, núm. 705. 

“Boletin de Medicina Naval,” año xv, núm. 8. 

“La Independencia Médica;” año xxvr, núm. 45. 

“El Centenario en la Habana;” tomo 1, núms. 1 y 2. 

“Revista Cubana;” año vir, núm 2. 

“Revista de Ciencias Médicas;” año vi, núm. 17. 

“La Abeja Médica;” año 1, núm. 8. 

“Empleo de los evacuadores permanentes en la vejiga 
por la vía hipogástrica;” por el Dr. J. Diago. 

“Revista del Foro;” año 11, núm. 57. 

“El Album;” año r, núms. 4 y 5. 

El Presidente anunció á la Academia que asistía ú la se- 
sión el Académico de Mérito Sr. Dr. D. Fernando Gonzalez 
del Valle, y que al mismo tiempo tenía el doloroso deber de 
participar á la Corporación el fallecimiento del Académico 
de número Dr. D. José E. Ramos, que en su oportunidad 
se celebraría una sesión en su honor, según previene el Re- 
olamento. 

Seguidamente se acusó una comunicación del Gobierno 
General acerca de eviar 4 Madrid los ejemplares duplicados 
que pudiesen existir en el Museo de la Academia. 

Solicitada la palabra por el Dr. La Torre, como Acadé- 
mico encargado del Museo de Historia Natural, hizo presen- 
te que en su departamento, —contestando á la comunicación 
del Gobierno General --no existía ningún ejemplar dupli- 
cado y que lo mismo podía asegurar referente al de Antro- 
pología. 

Entrando en la orden del día tomó la palabra el Dr. La 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 243 


Torre é hizo una comunicación oral acerca de un objeto 
arqueológico de los indios de Puerto Rico, objeto que fué 
presentado á los Sres. Académicos. 

Continuando la orden del día ocupa de nuevo la tribuna 
el Dr. La Torre y hace otra comunicación oral que titula 
“Observaciones malacológicas de la provincia de Santa 
Clara.” 

El Presidente felicita al Dr. La Torre por sus dos comu- 
nicaciones que considera como verdaderas conferencias de 
un mérito indiscutible. 

No habiendo otro particular de que tratar por el mo- 
mento, la Academia se declaró en sesión de gobierno. 


REAL ACADEMIA. 


Sesión Solemne en conmemoración del 4.9 Centenario del 
descubrimiento de América, celebrada en la noche del 
dia 26 de Octubre de 1892. 


Abierta la sesión á las ocho y media de la noche bajo 
la Presidencia del Excmo. Sr. Gobernador Regional don 
Francisco Cassá, en delegación del Excmo. Sr. Gobernador 
General que en atenta Comunicación al igual que el señor 
Secretario del Gobierno General habían excusado su pre- 
sencia. Formaban la mesa, á más del Sr. Cassá, los seño- 
res D. José Silverio Jorrin, como Presidente de la Socie- 
dad Económica; el Sr. D. José Hernández Abreu, decano 
del Colegio de Abogados; el Rvdo. Padre Muntadas, Rector 
de las Escuelas Pías de Guanabacoa; el Sr. D. Joaquín F. 
Lastres, Presidente de la Corporación y el Secretario que 
suscribe. Señores concurrentes Dres. Montané, La Torre, 
Lavin, Mestre, Delgado, Finlay, Torralbas (D. Franeisco), 
Montalvo, Tamayo, Santos Fernández, Núñez de Villavicen- 
slo, Bosque y Donoso, académicos. Sra. Aurelia Castillo de 
González, Sra. de Aróstegui, Sra. y Srita. Tió, Sra. Rossell, 
Sra. vda. de Melero, Sritas. Martínez, Srita. Mestre, Srita. Bo- 
rrero, Sra. de Torralbas, Sr. D. José Garcia Montes, señor 


DP>*GIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 245 


Dr. D. José Varela Zequeira, Sr. Dr. D. Estéban Borrero 
Echevarria, Sr. D. Carlos Font, Sr. D. Francisco A. Silva, 
Sr. D. José María Céspedes, Sr. D. Gonzalo Aróstegui, Se- 
ñor D. José González del Hoyo, Sr. D. Leopoldo Cancio, 
Sr. D. Juan Gonsé, Sr. D. José López Trigo, Director de la 
Escuela Profesional, Sr. D. Jorge Vilar, Sr. D. Oscar Ortiz, 
Sr. Dr. D. Juan Dábalos, Sr. Dr. D. Antonio Díaz Albertini, 
Sr. D. Juan Gualberto Gómez, Sr. D. Miguel Melero, Señor 
D. Manuel Serafín Pichardo, Sr. D. Bonosio Tió, Sr. Rossell 
Sr. D. Vicente Hernández, Sr. Dr. D. Juan M. Dihigo, señor 
Dr. D. J. Alacan, Sr. Dr. Joaquín Diago, Sr. D. Arturo 
Aróstegui y otras personas no menos distinguidas que ocu- 
paban por completo todo el salón. 

El Sr. Presidente de la Academia, Dr. Lastres, dá lectu- 
raá un breve discurso en el cual se extiende en considera- 
ciones atinadas acerca de la significación de esta fiesta. 
Seguidamente el Dr. D. Carlos de la Torre (1), llevando la 
representación directa de la Academia, hace una conferencia 
sobre “los productos naturales observados por Colón y los 
Conquistadores en las Antillas”; después de un corto exordio 
sobre el objeto de su Conferencia, hace la relación interesan- 
te de las especies animales que fueron encontrando los Con- 
quistadores del Nuevo Mundo al acercarse á tierra en aque- 
llos momentos en que la más grande zozobra se apoderaba 
de sus espiritus. Refiriéndose al Diario de Colón, á las cró- 
nicas de Oviedo, de Pedro Marty y Bonaldes, entre otros 
hizo el cotejo de los datos de aquellos historiadores y las 
opiniones de Humboldt, Cuvier, el inolvidable Poey y el 
malogrado autor de la Zoología de Colón Sr. D. Juan Ignacio 
de Armas. Después hizo una breve relación sobre los obje- 
tos arqueológicos y antropológicos expuestos á la vista del 
público en el Salón, explicando el valor de ellos y dando 
cuenta como había sido formada esa preciosa colección, gra- 


(1) El discurso del Dr. La Torre se publicará en el número próximo, 


246 ANALES DE LA REAL ACADEMIA — ** 


cias á los esfuerzos del Dr. Montané y á los suyos, en las 
diversas excursiones efectuadas en la parte Oriental de la 
Isla de Cuba y en Puerto Rico. 

El Dr. Montané toma la palabra á nombre de la Socie- 
dad Antropológica y antes de dar lectura á su discurso sobre 
los Mound Builders de la Isla de Cuba dice lo siguiente: 

«Señoras y Señores: En medio del concierto de honro- 
sas fiestas —hablo de las fiestas de la inteligencia—que en 
todas partes se celebran con motivo del Cuarto Centenario 
del descubrimiento de América, la Sociedad Antropológica 
de la Isla de Cuba no podía permanecer en silencio. Y le 
era tanto más difícil hacerlo cuanto que fué de las primeras 
que recibieron la invitación de su hermana mayor, la Aca- 
demia de Ciencias, para celebrar esta reunión en la misma 


casa y bajo el mismo techo.” 

«Después de la animada y elocuente descripción que 
acabáis de oir, os parecerá mi voz muy débil, y sabiendo 
que así era me he resignado de antemano. Y, ¿no es este 
el papel que corresponde y conviene á la moderna Sociedad 
que represento? Hacemos muy poco ruido! Y eso mismo 
me hace contar con que habréis de dispensar vuestra bene- 
volencia á estas pocas páginas que voy á tener el honor de 
leer ante vosotros. Son, más bien que un estudio cientifico, 
una serie de impresiones recogidas durante una excursión 
antropológica, á través de la maravillosa región Oriental de 
la Isla, excursión que ha aumentado en mi el amor entra- 
ñable que tengo á esta tierra, y que debe profesarle el que 
haya podido apreciar las cualidades morales de sus hijos y 
admirar la belleza incomparable de su suelo.» 

Después, el Dr. Montané describiendo á grandes rasgos la 
ruta que de Maisí pasa por Pueblo Nuevo y conduce á la gran 
tierra de Maya, hace una reseña explícita sobre las fa- 
mosas Murallas descritas primero por Rodriguez Ferrer 
(1847) y después por La Torre (1889) en esos lugares pudo 
recoger varios cráneos. ¿Quienes son, pues, se pregunta el 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 247 


Dr. Montané, los mound-builders? ¿De dónde venian? ¿Cómo 
han desaparecido? Noes este el lugar de decirlo; pero, aque- 
llos á quienes puedan interesar estas cuestiones y que no ten- 
gan tiempo de leer las grandes obras que de ellos tratan, los 
remito á un estudio notable leido en este mismo lugar nue- 
ve años hace, por alguno que ha desaparecido para siempre 
de entre nosotros, cuyas facciones creo ver y cuya voz re- 
suena aún en mis oidos; que supo hacer amar la Sociedad 
Antropológica: 4 quien todos amaban, y á tal punto, que su 
muerte dejó un vacio aún no colmado; hombre de gran sa- 
ber y de gran corazón, y á quien con esto he nombrado: 
José Manuel Mestre».... El nos decía: «Debajo de nuestros 
piés tenemos un valiosísimo tesoro. Aqui vivió una raza que 
desapareció antes de la invasión de nuestros abuelos; y esa 
raza no fué probablemente la primera que pobló esta tierra, 
como tampoco fueron indios los primeros habitantes del Nor- 
te América.... Es menester que demandemos al suelo que 
pisamos su secreto! Secreto que no está, ciertamente, en la 
vispera de su descubrimiento!....» El Dr. Mentané conti- 
nuó el relato de su excursión, anotando lo que en su paso 
observaba y en la seguridad de que otras emociones más? 
profundas le esperaban en la Gran Tierra. 

Concluida la lectura del trabajo del Dr. Montané, el Pre- 
sidente dió por terminada la sesión y momentos después, los 
señores que honraban el acto con su asistencia pasaron á 
examinar las colecciones de Antropología y Arqueología de 
que se ha hecho mención. 


REAL ACADEMIA, 


Sesión solemne celebrada el dia 26 de Octubre de 1892. 


DISCURSO 


LEIDO POR EL Dr. D. Joaquin F. Lasrrees, PresiDeNTE DE La 
% MISMA, CON MOTIVO DEL 4? CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO 
DE AMÉRICA. 


PBxcmo. Sr.: 
Señoras y Señores: 


La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- 
rales de la Habana, no podía permanecer indiferente en la 
celebración del cuarto Centenario del Descubrimiento de 
América; y se apresura á seguir el laudable ejemplo de otras 
corporaciones. 

Acordó este Cuerpo científico conmemorar ese hecho 
grandioso, que registran nuestras glorias nacionales, con 
una sesión solemne extraordinaria, en la cual había de tra- 
tarse exclusivamente de asuntos americanos. De esta mane- 
ra ha entendido la Academia, que podía rendirse el home- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 249 


naje debido, al genio providencial que consagró toda su vida 
al triunfo de una idea, destruyendo las barreras que separa- 
ban dos mundos, estrechando los lazos de fraternidad entre 
los pueblos del universo, y abriendo dilatados horizontes á. 
la actividad humana en sus múltiples manifestaciones. Con 
razón dice Heefer, que la civilización ha seguido el camino 
aparente del sol; empezó en la India, siguió á Egipto, des- 
pués á Grecia, más tarde á Roma continuándose después 
en las naciones occidentales de Europa, y por último á la 
América, que está llamada por la ley ineludible del progre- 
so á resolver los más grandes problemas cientificos, soctales 
y políticos. Esto constituirá en el porvenir la inmarcesible 
oloria de Colón y de los nautas españoles que lo acompaña- 
ron en su heróica y legendaria empresa. 

Se ha fijado la fecha de hoy para efectuar esta sesión, 
por ser la vispera del día en que, hace 400 años, el inmor- 
tal genovés descubrió en su primer viaje las costas de estu 
Isla, y según las eruditas afirmaciones de los notables ame- 
ricanistas D. José Silverio Jorrin y D. Herminio Leiva, fué 
Gibara el pedazo de esta tierra, donde por vez primera 
se fijaron los ojos del eximio Almirante, que murió con 
la ilusión de que Cuba era un continente donde debia 
encontrarse la población de Quinsay, residencia del gran 
Kan. 

Dada la reducida esfera de acción en que nos movemos 
v la indole especial de nuestras tareas, bien podrá compren- 
derse que las sesiones nuestras no serán tan brillantes como 
las que tienen lugar en los Ateneos y Academias históricas 
y políticas; pero no tememos asegurar que son más útiles, 
por que, siguiendo las señales de los tiempos, se considera 
hoy más provechoso lo que convence á la razón que aquello 
que sólo halaga la fantasía, aunque revista la forma más be- 
lla y seductora. 

Alguno de los señores Académicos podía disertar esta 


noche sobre la “Influencia del descubrimiento de la Améri- 
T. xx1Ix—32 


250 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


” tema fecundo, 


ca en el adelanto de las ciencias médicas; 
ciertamente, y quese presta á profundas y detenidas consi- 
deraciones, sin dejar por eso de ser de palpitante actualidad; 
pero- faltaría entonces el caracter local y eminentemente 
práctico que asumirán las disertaciones de los señores La 
Torre y Montané. 


Tratará el Dr. D. Cárlos de La Torre de los productos 
naturales observados por Colón y los conquistadores en las 
Antillas, patentizando sin duda, en su esfuerzo intelectual, 
el acopio de conocimientos especiales, que en tan alto grado 
posee este joven y distinguido naturalista. 

El tema del Dr. D. Luís Montané, es de una importan- 

cia trascendental: se refiere á los Mound-builders que pue- 
den traducirse por los terrapleneros en Cuba, y es seguro 
que el disertante demostrará una vez más sus excepcionales 
condiciones por ese género de estudios. 
- Parece una ley fatal consignada en los fastos históricos 
de la humanidad, que las razas superiores acaban siempre 
por absorber los pueblos inferiores. Esto ha sucedido cons- 
tantemente en todas las épocas y en todos los paises; puede 
ser que asi lo exija la unidad de la especie humana. Tam- 
bién la América ha presenciado la lucha entre sus primiti- 
vos habitantes y los compañeros de los descubridores. A 
medida que la raza blanca se ha extendido, han ido desapa- 
reciendo los indios, porque no han podido asimilarse á otros 
hombres más civilizados. 

Probablemente en la celebración del quinto centenario 
estará poblada la América por otras razas distintas de las 
que existían en la época del descubrimiento; y de aqui 
la reconocida utilidad de las investigaciones antropoló- 
gicas. 

Excmo. Sr., voy 4 concluir; no quiero abusar por más 
tiempo de la benévola atención de las distinguidas per- 
sonas que nos han honrado con su asistencia, presumo que 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 251 


estarán impacientes por oir á los Doctores La Torre y 
Montané. 

Doy las gracias á V. E. dignísimo Gobernador de la Re- 
gión Occidental por haber aceptado nuestra invitación con- 
tribuyendo con su presencia y como delegado del Excmo. 
Sr, Gobernador General 4 solemnizar este acto. 


————————— hh e 


¿00LOGIA, 


ALGO.SOBRE. PECES DE CUBA 


(Continuación.) 


Cienfuegos. Sierra. Máx. 16 kil. Recalo, de Junio á Septiem- 
bre, en costas y puertos. (1891). 

Santa Cruz del Sur. Sierra. Máx. 5 kil. Corrida de Mayo á 
Julio: en bancos y veriles de afuera. De esta especie y del Se- 
rrucho — que no es especie distinta, como allí dicen — se consig- 
na que «abunda y es de poco consumo.» (Carrasco, 1891). 

Trinidad. Casilda. Sierra. Máx. 10 kil. Se engloban la corri- 
da y la arribazón, consignándose que tienen lugar de Abril á 
Octubre: de cayo Blanco á Guaurabo. Cons. loc. fresco: 3,000 ki- 
los. Pesca anual: 3,000 kil. Artes: cordel, 26. Embarcaciones: bo- 
tes, 13; tripulación, 26. (1891). > 

Manzanillo. Sierra. Peso máx. 3'680 kil. (Será el Serrucho) 
Corrida, en Abril y Mayo: á los canales de afuera. Arribazón, de 
Octubre en adelante: de afuera. Cons. loc., salada y fresca. (1891). 

Cuba. Santiago. Sierra. Máx. 20 kil. También se reunen la 
corrida y la arribazón: de Abril á Octubre. Cons. loc. fresco. 
(1891). 

Fajardo. Pto. Rico. Sierra, Máx. 7 kil. Corrida, de Junio á 
Agosto. Cons. loc. fresco: 650 kil. (1891). 

Vieques. Pto. Rico. Sierra. Máx. 24 kil. Corrida, en Junio: 
entre Culebra y Vieques. Arribazón, en Enero y Febrero. Con- 
sumo local, fresco: 250 kil. (Morales, 1891). 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 253 


J. € G. llevan esta especie al gén. Scomberomorus de Lacépede, 
con el vulgar Sierra. 

Con el mismo técnico, 5c. caballa, y vulg. Cero 6 King-Fish, la 
estima el Profesor G. Brown Goode, a magnificent fish, que comun- 
mente llega á pesar 25 libras, y según se dice, hasta 100 libras. 
Entiende que el vulgar norte-americano Cero es corrupción del 
español Sierra. Stearns consigna que el King-Fish abunda mucho 
en la parte sur del Golfo y es común en algunas del norte. (Goo- 
de, Nat. Hist. of Aq. Anim.) 


El King-Fish es muy estimado en Saint Thomas (W. 1.) y se 
consume mucho, aun por las personas acomodadas, según mi pro- 
pia observación. 


72. Pintada. — Cybium regale Bloch. Fondo plateado. 
Fajas y pintas amarillas sobre el color común. Dientes 
triangulares. Porción anterior de la dorsal espinosa, negra. 

Carne buena. Alcanza á 10 kilos. 


Scomberomorus regalis, vulg. Cero. Boca grande. Dientes fuer- 
temente comprimidos, de 20-16. Desde cabo Cod al Brasil. Peso 
máx. 20 libras. Colocada con sus congéneres entre los mejores pe- 
ces comestibles. (J. € G.) 

King Cero ó Spotted Cero. En Florida Keys, llega 4 5 Ó 6 piés 
de largo, y 4 20630 libras de peso. Anda por cayo Cod en estío. 
(Goode). 

Hállase también en Santo Domingo, Jamaica, Guadalupe. En 
Puerto Rico no tiene nombre vulgar expresado por Poey. 


73. Peto. — Acanthocybium Petus Poey. Dorso aploma- 
do, vientre blanco. lientes cortantes de ápice romo, en pro- 
oresión ascendente de delante atrás. Caudal reducida. Las 
fajas longitudinales anchas del joven desaparecen en el 
adulto. Corpulento. Desova en verano. 

Carne buena. Visto de 150 metros de largo y 75 kilos 
de peso. En Mariel consignan 25. 


San Juan. Puerto Rico. Máx. 36'S0 kil. Corrida en Junio. 
(1891). 


74. Caballa. — Scomber pneumatophorus De la Roche. 


254 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Fondo común azul. Unas 20 listas oscuras, onduladas. Flan- 
cos y vientre plateados. Una mancha axilar negra. (J. €% G). 

Carne regular. Hasta 35 centím. de largo. 

Matanzas. Desova en Octubre. : 

Mariel. De 500 gramos á 1 kilo de peso. 

También en Santo Domingo, Jamaica, Martinica, Puerto Rico, 
Brasil. 

La Caballa de Andalucía, Valencia, Galicia, pertenece al mis- 


mo género. 
Tinker Mackerel, Chub Mackerel, Easter Mackerel. 


75. Escolar, — Ruvettus pretiosus Cocco. Prieto. Esca- 
mas óseas salteadas. Ventana nasal redondeada. Retronariz 
vertical. Huesos de la cabeza llenos de una grasa fina que 
se escurre á lo largo del aparato gastro intestinal sin digerir- 
se, y de la cual es prudente no abusar. 

Carne superior á todas las marinas. Sin rival para los 
gastrónomos. Abunda en el estrecho de Messina, en las Ca- 
narias, en Cojimar y otros puntos de nuestro litoral, á gran- 
des profundidades. Corpulento. 

Nuestros pescadores salen ¿4 escolarear en las noches 
bien oscuras de Septiembre y Octubre, en fondo de 300 bra- 
zas. Jácome, Duizaides, Lesmes y otros pescadores dignos 
de credito, afirman que llega á la superficie envuelto en fos- 
forescencia. 

Carne exquisita. Pesa 85 kilos y más. 

Mariel. Peso máx. 113 kil. 

San Juan. Puerto Rico. Máx. 23 kil. Corrida en Junio. (1891). 


CARÁNGIDOS. 


Familia abundante en especies de grandes dimensiones 
y mala fama, por acriminadas unas, sospechosas otras, y 
susceptible alguna de ensiguatar. 

76. Jiguagua, — Carangus hippos Linn. Olivácea. Áma- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 255 


rilla en la parte inferior. Una mancha negra en el opérculo 
y Otra en el ángulo inferior de la pectoral, la distinguen del 
Jurel. Anal amarilla. Caudal ahorquillada. Garganta sin 
escamas hasta la caudal. (Repert. 1.) 

En la Habana se la tiene por sana. 

Desova en la bahía y luego emigra. 

Carne regular. Alcanza 122 kilos. 


Mariel. Carne regular. Peso máx. 113 kil. Corrida, en prima- 
vera. 

Matanzas. Desove en Mayo. 

Cárdenas. Máx. 7 kil. . 

Nuevitas. Máx. 113 kil. Cons. loc. fresca: 1,832 kil. (1891). 

Caranx hippus L. Flancos y vientre plateado ó dorado. Pecto- 
ral falciforme. Lóbulos de la cola iguales. Desde cabo Cod hasta 
las Antillas: común al Sur. Vulg. Crevallé, Horse Crevallé. (J. 4 G.) 

Cavally en Goode — ob. cit. —con el técnico Caranz hippos. 
Aunque se escribe é imprime Crevallé — dice —el técnico Cavally 
es el común entre los pescadores del Sur. Este último se aproxi- 
ma más al portugués Cavalha y al español Caballa, que expresan 


Caballo. (Goode). 


77. Cojinúa. — Paratractus chrysos Mitchill. Oliváceo. 
Vientre amarillo de oro. Mancha negra en el opérculo. Car- 
ne regular. Peso 3 kilos. 


Habana. Desova en la bahía y luego emigra. 

Mantua. Abunda todo el año. Corrida, en Abril y Mayo. 
Virazón, en Diciembre y Enero. (1880). 

Matanzas. Desove en Junio. 

Cienfuegos. Máx. 2 kil. Arribazón, de Julio á Septiembre: in- 
terior del puerto. (1891). | 

Remedios. Caibarién. Máx. 0'920 kil. Corrida, de Julio á Sep- 
tiembre, en los veriles. Cons. loc. fresco: 6,500 kil. (1891). 

San Juan. Pto. Rico. Máx. 14 kil. Cons. loc. fresco: 2,307 ki- 
los. (1891). 

Caranz, en J. € G. 


78. Pámpano. — Blepharis crínitus Akerly. Comprimi. 
do, romboide. Azuloso por arriba, amarillo de oro por deba- 


256 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


jo. Una mancha opercular y una pinta supraorbitaria negra. 
Ojos grandes. Boca oblicua en el joven, casi horizontal en 
el adulto. La considerable extensión de los 5 ó 6 primeros 
radios, filamentosos, de las aletas dorsal y anal se reduce en 
razón directa de la edad. Pectorales falciformes. Desde ca- 
bo Cod hasta Sur América. (J. «€ G.) 


Muy apreciada en Veracruz por la Cuaresma, en que se hace 
un gran consumo. 


Carne excelente. Llega á 3 kilos. 


Cobbler fishes. [J. € G-] 

Goode asigna el mismo técnico al que nombra vulgarmente 
Thread—fish, y dice que se le llama asimismo Shoemaker fish; que 
no tiene importancia en las aguas del Atlántico norte-america- 
no, y es solo notable por los filamentos de sus aletas que flotan 
hacia atrás 56 6 tantos de su propio largo. (Vat. Hist. of Ag. 
Ánim.) 

Pertenece á la familia, el Pámpano andaluz y el Pampena de 
Cataluña y Valencia. 


79. Jorobado. — Selene argentea Lacép. “De las tres es- 
pecies de «Jorobado de la Isla — dice Poey — esta es la ma- 
yor, bien que no llegue á un pié de largo. Todos son platea- 
dos y de cuerpo más comprimido; el perfil cae súbitamente 
desde la frente. La presente se distingue por la prolonga- 
ción de la punta de la segunda dorsal y de la anal.” (Sinops.) 


Goode dá el mismo nombre técnico y el vulgar Silver Moon- 
fish y Look Down. Sin importancia comestible, porque son tan 
comprimidos, que se les puede secar simplemente al sol sin más 
preparación, conservando su forma y color. (N. H. of Aq. An.) 


Carne regular. 


Mariel. Máx. 1 kil. Carne buena. Arriba con la Biajaiba. 
(1881). Corrida, de 1? de Enero á 31 de Marzo, en la bahía. Ex- 
portación vivo, 506 kil. Cons. loc. fresco: 169 kil. Pesca anual 
máx. 1160 kil. (1891). 

Cuba. Santiago de. Máx. 200 gramos. Abunda todo el año. 
Cons. loc. fresco. (1891). 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 257 


San Juan. Pto. Rico. Le dicen Corcobado. Máx. 1'38 kil. Co- 
rrida en Junio. Cons. loc. fresco: 1,864 kil. (1891). 

Fajardo. Pto. Rico. Corcobado. Máx. 4 kil. Corrida, de Febre- 
ro á Mayo. Cons. loc. fresco: 200 kil. [ Lanuza, 1891]. 


Argyreiosus vomer L. “La primera dorsal tiene filamen- 
tos muy prolongados; la ventral es larga; una faja oscura 
pasa oblícuamente por los ojos. Crece poco.” (¿Synops.) 

Selene vomer L. — Moonfish, Lool: Down, Horse head. 

Azuloso: flancos y vientre plateados con reflejos de oro. Una 
ó dos espinas de la dorsal muy prolongadas y filamentosas en el 
joven: cortas en el adulto. Ventrales variadas en las distintas 
edades. Mares cálidos. (J. € G.) 

Vomer setipinnis Mitchill. “ls la especie más común. 
Todas sus aletas son de punta corta.” (¿Synops.) 

Selene setipinnis. Conocido en algunos puntos de la costa, con 
el nombre de Horse-fish; em North Carolina le dicen Moon—fish 6 
Sun=fisl. De Kay lo llama Blunt-nosed—-Shiner, variado á las 
veces por Pug=nosed Shiner. Vive en verano las costas de Massa- 
chusetts, donde lo nombran Hump-bacled Butter=fish. Alcanza de 
10412 pulgadas de largo. Estimado como artículo alimenticio 
excelente. (Goode, N. H. 0f Aq. An.) 

Selene setipinnis L. Horse—fish. Dorso verdusco: debajo dorado ó 
plateado Oblongo, rómbico. Perfil anterior, casi vertical. Boca 
oblícua. Pectorales falciformes. Radios ventraies diminutos. Amé- 
rica tropical, al cabo Cod. (J. «€ G.) 

80. Medregal. — Cuerpo comprimido. Color plomizo, 
más claro en el vientre. De las 7 especies que Poey consle- 
na con este nombre vulgar, en los gén. Seriola y Zomichthys, 
la mayor figura con 90 centimetros de largo. Carne regular. 


Reunidos por J. € G. en el gén. Seriola, vulg. Amber fishes, y 
las especies Vellow-tail, Rock Salmon, Rudder—=fish. 


81. Salmón. — Llagatis bipinnulatus Quoy et Gaimard. 
Nombre vulgar impropio. Fusiforme. Cola muy ahorquilla- 
da. Las ventrales se alojan en una cavidad. Dorso azuloso. 
Vientre blanco. Fajas longitudinales azules, verdosas y ama- 


rillas. 
T. xxIx—388. 


258 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Alcanza 5 kilos de peso, y 70 centím. de largo. 
J. £ G. lo nombran Elagatis pinnulatus Poey. 

De las Antillas á Florida. 

También de Polinesia y las Molucas. 


82. Casabe. — Chloroscombrus chrysurus Linn. Compri- 
mido. Dorso verde. Flancos y vientre, dorados. Boca obli- 
cua, negra por dentro. Una mancha negra en el arranque 
de la cola. 500 gramos de peso. 

Cabo Cod á Baja California y la India. Común en las costas 
sur atlánticas de los E. U. [J. «€ Gr] 

Cuba. Santiago de: Máx. 200 gramos. Abunda todo el año. 
piso 

San Juan. P. R. Máx. 46 gramos. Corrida, en Junio. Consu- 
mo local fresco: 1864 kil, [1891]. 


Fajardo. P. R. Máx. 90 gramos. Corrida, de Kebrero á Mayo. 
Cons. loc. fresco: 10,000 kil. [1591]. 


83. Zapatero, — Oligoplites occidentalis Linn. Oblongo. 
Plateado. Sin escamas. Quiebra Hacha de los contempord- 
neos de Parra. Dorso azul claro, el resto blanco, plateado. 
Aletas amarillas. Largo 28 centim. 

J.€% G.— Contrib. to N. A. Ichth. Add. —deciden nombrarlo 
O. saurus Bl. € Schn. Parece sin escamas, porque las tiene hun- 


didas en la piel. Ambas costas de América Central, Antillas, Ba- 
ja California, New-York, etc. (J. 4 G.) 


84. Palometa. — Tres especies del gén. Zrachynotus de 
Lacépede llevan este nombre vulgar en Cuba. 

T. glaucus Bloch. Oblonga. Fondo común azuloso: flan- 
cos dorados, 4 listas oscuras, verticales. Aleta dorsal segun- 
da y anal, falciformes; caudal ahorquillada de lóbulos alar- 
gados. Común. Carne buena. Peso 13 kil. 40 centímetros 
de largo. 

La Sagra eleva su peso á 40 ó 50 libras, confundiéndola con 
la mayor, que es la carolinus. [Poey, Repert. [.] 

Mares tropicales, norte de Carolina, Baja California. [J. « G.] 

Banner Pompano. El nombre de Pompano aplicado en los Es- 


“DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 299 


_—_—_—_—__ 


tados Unidos á todas estas especies, es, según Goode, un término 
español, entre cuyos significados cuenta el de grape—-leaf. 

El mismo nombre se asigna en la Europa occidental, á un 
pez muy diferente. (Goode). 

En Puerto Rico le dicen Palometa. 

T. ovatus Linneo. Poey no ha visto nunca las fajas ne- 
oras verticales que le pone Bloch, ni tamaño mayor de 25 
centímetros. (Synops.) 

Azuloso. Flancos plateados. Dorsal y anal de lóbulos más ó 
menos negros. Mares cálidos, costas atlánticas de los Estados Uni- 
dos. [J.: de. Gr.] 

Rivund Pompano. [Goode]. 

T. carolinus Linu. Menos oblonga. Sin fajas verticales. 
Los dientes varian con la edad: los mayores, son edentes. 
(Synops.) 

Dorsu azuloso. Flancos plateados en el joven, dorados en el 
adulto. Aletas plateadas ó sombrías. Dorsal y anal, falciformes. 
Longitud, 18 pulgadas. Antillas, hasta cabo Cod. 

Es el pez alimenticio más valioso de las aguas meridionales 
delos E.:U. [Ji € G.] 

Carolina Pampano. La especie más común y más importante. 
[Goode]. 

Por el tamaño que se expresa creo que á esta especie se refie- 
ren los datos que siguen: 

Mariel. Máx. 6 kil. Carne buena. [1881]. 

Cienfuegos. Máx.10 kil. Arriba, de Junio á Septiembre, á las 
costas y puerto. [1891]. 

Nuevitas. Máx. 11 kil. Cons. loc. fresco: 1532 kil. [1591]. 

Matanzas. Deseve en Junio. [1880]. 


Da. J..Vinaro. 


(Continuará). 


MEDICINA LEGAL. 


Informe acerca de las causas que produjeron la muerte del Dr. R..... 


Por el Dr. V. de la Guardia. 
SESIÓN DEL 25 DE OCTUBRE DE 1891. 


1:1 31 de Diciembre del año 1890, poco después de las 
12 del dia moría de un modo rápido, casi brutal, el Doctor 
Don A... W..i KR... El hecho tenia lugar en la ¡utisdic: 
ción de Sagua la Grande. Como á las ocho de la mañana de 
ese día había salido el Dr. R.... en unión de su compañero 
el Dr. S.... de la ciudad de Sagua, á caballo, dirigiéndose 
hácia el poblado del Jumento, cuartón de la Ensenada, don- 
de debía tener una consulta en casa de D. J... L..., para 
ste señor, que se hallaba enfermo hacía aleún tiempo; 
llegaron 4 la casa citada entre diez y media v once menos 
cuarto, habiendo recorrido una distancia próxima de quince 
kilómetros. 

Ya en la casa-—serian las once y media de la mañana— ' 
al Dr. R.... le ocurrió tomar, con objeto de abrirse el ape- 
tito, una copita de vino quinium Labarraque, de una bo- 
tella, que destinada al enfermo se hallaba colocada sobre 
una mesa en la misma habitación donde se encontraba el 


(q) 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 261 


señor L...., quejándose momentos después de haberlo to- 
mado “que en la boca le quedaba un sabor amargo, que le 
había hecho pasar momentos desagradables.” trasncurrida 
media hora, las doce próximamente, “extingulase la vida 
del Dr. R...., más bien coutraido y por un ataque que se 
mejaba una asfixia.” 

Enterado de lo ocurrido el Sr. Juez de Sagua la Grande, 
por oficio del Dr.S...., en cumplimiento de su deber, inicia 
la causa justificada por ese fallecimiento, casi repentino, 
ordenando una investigación. Intervienen en esa investiga- 
ción diez facultativos, todos de la jurisdicción; unos consi- 
deran el caso como de muerte natural, otros que las lesiones 
encontradas no pueden justificar una muerte de causa natu. 
ral. Apoyado por tantos hechos, de conclusiones diversas y 
aun más, opuestas, el Sr. Juez, por conducto del Juzgado 
del Oeste de esta capital con fecha 12 de Agosto, enviando 
una série de lugares testimoniados de la causa, recurre á la 
Academia y le consulta en Jos términos siguientes: “para 
que se sirva emitir dictámen acerca de las causas que motl- 
raron;la muerte del. Dr. R.......* 

Los lugares testimoniados son los siguientes: 1” Parte de 
inicio de Dr. S.. 

2" Primera declaración del Dr. $. 

3- Relacion de la autopsia efectuada por los Dres. A... 
ASAS 

4” Acta notarial relativa á la autopsia firmada por los 
A A A A A ATA » E 

5" Declaración del Dr. P.... 

6” Declaración del Dr. E... R.. 

7 Declaración del Dr. M... I. 

8” Declaración del Dr. P... 

9” Declaración del Dr. B... 

10? Segunda declaración del Dr. $... 

11” Ampliación de los Dres. A..., B... y O.. 

12 Ampliación del Dr. $... 


A» 


262 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


13% Análisis-químico de'los Dres. D'... y D... 

14% Otra declaración del Dr. 5... 

15% Otra declaración de los Dres. A..., B... y O... 

16% Declaraciones del Sr. D. F... KR... 

17% Oficio del Sr. Juez. 

Con objeto de llegar, siquiera sea de un modo aproxi- 
mado, á obtener algunas conclusiones definidas que puedan 
ilustrar la consulta de referencia, la Comisión de Medicina 
Legal, al emprender el trabajo, ciertamente de grave res- 
ponsabilidad, ha procurado colocarse en un terreno de todo 
punto imparcial —en absoluto—va á investigar por medio 
de la discusión de hechos testimontados, teniendo en cuenta 
las opiniones ó mejor dicho, hipótesis emitidas más 6 menos 
fundadas, la verdadera causa del fallecimiento del Dr. R..., 
sI es posible, si nó la causa más probable. 

No se tiene necesidad de hacerlo constar, exclusivamen- 
te habrémos de estar siempre dentro de los límites cienti- 
ficos en las cuestiones médico legales sugeridas, apartándo- 
nos de toda circunstancia exterior, de toda prevención que 
pueda influir de cualquier modo que sea en la exposición de 
los hechos ocurridos. 

La cuestión que trata de resolverse es la siguiente: ¿la 
muerte del Dr. R... es el resultado de una causa natural ó 
bien no puede explicarse de otro modo que por una causa 
accidental? 

La Comisión de Medicina Legal al examinar el proceso 
estima de necesidad hacer un estudio comparado de las 
diversas declaraciones que constan en autos y considerar, y 
en esto ha de descansar la base del informe, si guardan la 
relación debida los síntomas presentados por el Dr. R..., 
atestados en la declaración del Dr. S .., único facultativo 
que lo asistió durante el ataque que le ocasionó la muerte, 
y las alteraciones que se consignan relativas á la autopsia, 
en las declaraciones, ya facilitadas por los Médicos peritos, 
ya por los médicos que firmaron el acta notarial, ya por 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 263 


otros facultativos que no firmaron el acta pero que presen- 
ciaron el exámen cadavérico, y por último examinar las con- 
clusiones suministradas por la investigación toxicológica 
llevada á efecto por dos peritos químicos de esta capital. 

Habrá de hacerse caso omiso de algunas opiniones emi- 
tidas, y se prescinde de ellas porque nada las justifica: un 
profesor dice que era disnéico porque el día que se dirigían 
4 caballo hácia el lugar del accidente tuvo varios accesos de 
tos y además que otro profesor, á él, le había manifestado 
que cuando iba á cazar se cansaba con frecuencia; que pa- 
decía una gastritis porque días antes, ea un momento dado 
había tenido eructos quejándose de ello. 

Otro profesor agrega: que había hecho repetidas veces 
uso de la morfina según consta en la farmacia de San Agustín: 
muy discutible se hace este testimonio y por lo tanto no es 
de aceptarse, y continúa, que era dispéptico y que acababa 
de pasar la grippe, pero fáltale consignar el tiempo que ha- 
bía transcurrido después de esta enfermedad, y el Dr. 1%... 
no se encontraba tan delicado cuando en una mañana del 
mes de Diciembre, y en el campo, pudo recorrer tranquila- 
mente á caballo una distancia próximamente de 15 kilóme- 
tros y después quedar en ayunas hasta las 12 del dia; los 
argumentos citados, careciendo de fundamentos, no tienen 
importancia y en consecuencia no pueden ejercer influencia 
de ninguna especie en las decisiones. 

Los sintomas acusados por el Dr, R... correspondían á 
una hemorrágia cerebral? ¿A una congestión cerebral? ¿A 
una congestión pulmonar? ¿A estas dos últimas á la vez? 
Tal es el punto de“partida que nos hemos trazado en esta 
investigación para llegar á poner en claro el asunto que se 
discute, y es confrontando con esquisita severidad los dife- 
rentes testimonios, que se podrá llegar á obtener si nó la 
certeza de un hecho, á lo memos la probabilidad de él. 

Desde luego debe separarse por completo la hemorrágia 
cerebral, idea emitida por el Dr. S... en los primeros mo- 


264 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


mentos, pero que ni él, ni ninguno de los otros facultativos 
han pretendido comprobar á la autopsia. 

Con detención manifiesta habremos de examinar, expo- 
niéndolos, los cuadros clínicos que pudieran corresponder á 
la congestión cerebral, forma apoplética, y 4 la congestión 
pulmonar, estados morbosos á los cuales atribuyen categóri- 
camente la muerte del Dr. R.. los Dres. A...,B..., 0... 


yS... El Dr. B... hace constar las congestiones pero no 
puede determinar el orígen de ellas. Los Dres. M... M..., 
Loa Poo Poy Ri admiten estados hiperémicos y siu 


lesiones patológicas de otra especie, pero producidas después 
del fallecimiento. 

Tienen que figurar en primer término los atestados del 
Dr. S..., profesor que no solamente asistió al Dr. KR... sino 
que además presenció la autopsia como particular y solici- 
tado por el Juzvado extendió declaración exponiendo todo 
lo que había visto y todo lo que le había sugerido aquel acto. 
En virtud de estas circunstancias los testimonios del Dr. $... 
poseen extraordinario valor. 

En su primera declaración nada hace sospechar en el 
Dr. R..., ni una congestión pulmonar, ni una congestión 
cerebral. Lo primero que ofreció el Dr. R...., á la media 
hora de haber tomado el vino de quina y hecho notar “que 
persistia el gusto amargo y que había tenido un momento 
desagradable con el dichoso gusto,” y al sentarse á la mesa 
fué “notar una sensación extraña acompañada de torpeza de 
todos sus movimientos” insistiendo en la dificultad de ellos, 
“que era cada vez mayor y que se encontraba tetanizado”, 
““cubriéndose de notable palidez, acometiéndole mayor tem- 
blor, que se hizo general, esclamando que había tomado 
nuez vómica, pidió agua para vomitar, que bebió con ansie- 
dad, cayéndole el líquido por el pecho y que aun introdu- 
ciéndose el dedo en la boca y titilándose la uvula con una 
pluma no consigió vomitar”, debido quizás, agrega S..., 4 la 
poca cantidad de líquido tomado, que escasamente pudo lle- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 265 


gar á una copa, tal era el estado de temblor general, semi- 
convulsivo en que se encontraba: en ese estado fué colocado 
en una cama; pedía cloral diciendo “más, más,” cuyas frases 
eran ya entrecortadas y casi afónicas, se presentó una convul- 
sión, no muy intensa, la cara se puso violácea extinguién- 
dose la vida por un ataque de asfixia; toda esta escena du- 
raría de cinco 4 ocho minutos, “fué tan rápido cual ocurre 
en una apoplegía” llamándole la atención que no se presen- 
taran las características convulsiones tetánicas quedando en la 
duda de si ingirió ó nó algún veneno asfixiante, ó sl el temor 
de creerse envenenado pudo influir para presentarse la 
muerte con todas las condiciones de una apoplegla, y dice, 
“dejando para cuando lleguen los familiares dar los certi- 
ficados, toda vez que igualmente crelamos (él y el Dr. G..., 
que parece se encontraba en la casa) que la muerte fuese 
natural,” manifestando por último, “que desconocía la causa 
de la muerte dejando como es consiguiente que la autopsia 
aclarase aquella.” 

La congestión cerebral, considerada en otra época como 
frecuente, es hoy mucho más rara desde que son mejor co- 
nocidas y se diferencian bien aquellas enfermedades con las 
cuales se la confundía. 

La muerte súbita por el cerebro puede ser ya el resulta- 
do de un aflujo rápido de sangre en los vasos del encéfalo 
ya por un brusco derrame de sangre en el parénquima de 
esa viscera; la primera de estas lesiones es la congestión ce- 
rebral que no es común desde el punto de vista de la muerte; 
la segunda, infinitamente más frecuente, es la hemorragia 
cerebral, ó como se dice vulgarmente apoplegía. La conges- 
tión activa, simple, es un fenómeno muy común, un temor, 
una inquietud cualquiera, una emoción moral puede provo- 
carla en un individuo saludable,'es pasajera, pero en un an- 
cilano ó en una persona debilitada, esa alteración puede ser 
suficiente para producir la muerte que tiene lugar por sín- 


cope, y téngase presente que el Dr. S.... no hace constar 
T. xxIx—234. 


256 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


en su primera declaración sincope de ninguna especie y si, 
como causa final del fallecimiento, un ataque de asfixia. Por 
otra parte, en el adulto, la congestión de forma grave no va 
acompañada de convulsiones generales, si sucede, es suma- 
mente raro, esta congestión apoplética es la enfermedad lla- 
mada por el vulgo golpe de sangre, está caracterizada por 
la pérdida súbita y total del conocimiento, la exitabilidad 
cerebral repentinamente se destruye. Ll individuo herido 
brutalmente, cae para no levantarse más, los miembros en 
resolución, desde los primeros momentos aparecen evacua- 
ciones involuntarias, conservándose la sensibilidad incons- 
ciente y los movimientos reflejos, quedan en un coma pro- 
fundo=.y en ese estado aparece definitivamente la muerte. 
Con relación al pronóstico, la congestión es un accidente de 
extraordinaria importancia, se citan casos de muerte, pero 
fuera de estos hechos que son excepcionales el peligro aun- 
que no es constantemente inmediato, es siempre real y esto 
en razón de las recidivas v sus consecuencias (Jaccoud). En 
el curso de ciertas afecciones cerebrales, como por ejemplo, 
las esclerosis en placas, la parálisis general, los tumores cere- 
brales, se ven producirse congestiones cuya naturaleza no 
es todavía hoy bien conocida. 

Por lo que se refiere á los sintomas de la congestión pul. 
monar, trátase de la forma súbita y general que invade la 
totalidad de los pulmones, y esta forma, lo mismo que en el 
cerebro es un verdadero golpe de sangre, causa suficiente de 
muerte, debida casi siempre á una exageración máxima de 
la actividad cardiaca. La disnea aparece como signo doml- 
nante y en cortos momentos alcanza un grado extraordina- 
rio, los movimientos respiratorio anhelosos, apénas sl se 
pueden contar, un sentimiento de plenitud y de compresión 
del pecho, que llega hasta “lo que se llama angustias de la 
muerte, se produce, la sofocación es inminente, al primer 
acceso de tos, por débil que sea, la boca se llena de abun- 
dantes esputos sanguinolentos y espumosos, los latidos del 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 267 


corazón se hacen visibles, las carótidas aumentan su volú- 
men denunciando así la plenitud de las arterias, la cara se 
colora de un rojo intenso y bien pronto el edema pulmonar 
que se agrega á esta hiperemia intensa, produce su efecto, 
los alveolos llenos de serosidad no reciben ya el aire, la san- 
gre se satura con rapidez de ácido carbónico, y desde este 
momento el cuadro cambia, hasta entonces agitados, los en- 
fermos se hacen tranquilos, cayendo en un estado de sopor, 
la cara palidec», los músculos de los bronquios, lo mismo 
que los de los otros órganos se paralizan y no tienen la fuerza 
necesaria para echar fuera la serosidad que se acumula en 
las ramificaciones bronquiales; prodúcense estertores gruesos, 
aun en la misma tráquea, anunciándose asi el fin próximo 
producido por una sofocación mortal. 

Consignados aquí como se ha visto los sintomas predo- 
minantes que caracterizan las consestiones cerebro-pulmona- 
res, puede decirse ú posteriori, que los sintomas acusadós 
por el Dr. R.... en el ataque que le produjo la muerte, de 
ningún modo podían inducir al profesor ya referido para 
diagnosticar una ú otra congestión, ni como causa ocasional, 
ni como causa determinante del fallecimiento. El ataque no 
fué súbito, tomando esta palabra en su verdadera acepción, 
fué gradual en su intensidad, con diversas manifestaciones que 
se sucedieron regularmente una tras otra; no hubo coma ni 
pérdida de momento del conocimiento, tampoco espectora- 
ción de ninguna clase, la pérdida de los movimientos tuvo 
lugar en medio de un temblor general, pudiérase decir en 
medio de contracciones convulsivas, conservando su inte- 
ligencia hasta el último momento, llegando á perder por 
último, la voz, en un estadoafónico, que también fué gradual, 
“extinguiéndosele la vida con la cara violácea por un ataque 
asfíxico, presentándose en esos momentos una convulsión 
no muy intensa.” 

El fallecimiento del Dr. R.... en consecuencia, según 
los sintomas expuestos por el Dr. S.... en su declaración 


268 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


del 31 de Diciembre de 1890 no fué ocasionado ni por una 
congestión pulmonar, ni por una congestión cerebral. 

Terminado este primer punto, estudiemos la relación de 
autopsia de los médicos peritos, el acta notarial que firman 
los. ¿Dres o Mio Tos Voice cia AI dis lanas 
raciones de estos mismos en particular, la de D.J... B... 
yla D. A... S..., y al mismo tiempo la ampliación de los 
Médicos peritos y la ampliación de S.... Todos estos, luga- 
res de la causa que se refieren á la investigación cadavérica, 
y estudiados oportunamente, venir en conclusión si las le- 
siones patológicas encontradas en la necropsia guardaban 
relación con los síntomas ofrecidos porel Dr. R... y si esas 
arteraciones podían imputarse á una congestión cerebral y 
á una congestión pulmonar. 

La autopsia verificada por los médicos peritos el 1? de 
Enero de este año en el cementerio de Ságua, después de las 
cuatro de la tarde, esto es, 28 horas próximamente de su 
falleeimiento en estracto arroja lo siguiente (1): constitución 
robusta y temperamento sanguíneo, como de 50 años, rigidez 
cadavérica poco acentuada, comunicándosele con facilidad 
movimientos á la cabeza y á las: manos, pálido en general, 
esceptuada la cara, algo lívida, y toda la parte comprendida 
de los pabellones de ámbas orejas y parte alta del pecho y 
todo el miembro superior izquierdo que ofrecía extensa man- 
cha lívido-oscura, crepitante á la presión. 

Nada notable en las cubiertas exteriores, ni en los huesos 
del cráneo, levantada la bóveda, salió escasa cantidad de 
sangre oscura y líquida, la dura madre poco inyectada con 
algunas arborizaciones vasculares manifiestas, los vasos y 
particularmente los meningeos cargados de sangre, la arac- 
noides muy inyectada, con arborizaciones vasculares salien- 
tes. La masa encefálica (cerebro y cerebelo) más blanda que 


(1) Nada se dice como fué llevado el cadáver de la casa de L.. .. á Sagua, proba- 
blemente en una carreta ó detrás de un carruaje, distancia 15 kilómetros. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 269 


de ordinario ofreciendo á los cortes superficies punteadas de 
sangre, dejando escapar escasa serosidad sanguinolenta que 
se encontró en cantidad más considerable en los ventrículos 
laterales, particularmente en el izquierdo, bulbo normal, 
rasos del cuello, con poca sangre, laringe y traquea nor- 
males. 

Los pulmones inyectados de sangre, particularmente en 
las partes declives, aspecto y consistencia hepáticos, incin- 
didos dejaron escapar escasa cantidad de sangre oscura de 
los gruesos vasos, crepitabun entre los dedos, sus segmentos 
tos sobrenadaban en el agua; cubrian bien el corazón. 

Pleuras normales, pericardio normal, el corazón contenía 
escasisima cantidad de sangre fluida en el ventrículo derecho, 
el corazón izquierdo completamente vacio, nada notable en 
los grandes vasos, solamente contenían alguna cantidad de 
sangre oscura la arteria pulmonar y las venas de este nom- 
bre, aorta fisiológica, exangiie. 

lstómago conteniendo poca cantidad de liquido, muy 
congestionado y con manchas equimóticas hácia la pared 
anterior de la curvatura menor; en el duodeno, mucosa con- 
gestionada, cólon transverso con equimosis y arborizaciones 
en la cara posterior, las paredes inyectadas ligeramente. 

(El estómago y los intestinos no fueron abiertos, lo que 
observaron los peritos, lo mismo que los otros profesores fué 
exteriormente absteniéndose de abrirlos, pues determinaron 
dejarlos íntegros para el análisis químico). 

No era inconveniente para el análisis químico que los 
profesores peritos hubieran abierto el estómago, al igual que 
los intestinos, echando antes su contenido en algún frasco 
destinado al efecto, de este modo se hubiera sabido con cer- 
teza cual era el estado de la mucosa gastro-intestinal, y en 
consecuencia si efectivamente existian las hiperemias, man- 
chas rosaceas, vascularizaciones Óó equimosis, que creyeron 
ver todos los facultativos que vienen interviniendo en este 
asunto. 


270 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Hisado y demás órganos del abdómen, normales; ningu- 
na otra cosa notable en el resto del cadáver. 

Se colocaron en un frasco las partes del cadáver que 
juzgaron útiles para el reconocimiento pericial (no se dice 
cuales son). Y como conclusión, exponen: que la causa 
ocasional de la muerte ha sido la extensa congestión pul- 
monar y sobre todo cerebral, bien en relación con la cons- 
titución y temperamento del individuo, sin que puedan ase- 
gurar ni establecer juicio referente á la causa determinante 
de esas congestiones. 

Los profesores que firmaron el acta notarial dicen lo si- 
guiente: al cortar el cuero cabelludo en la parte posterior 
hubo algo de hemorrágia, que era cadavériea. las menigeas 
ligerament= hiperemiadas 


s, en el cerebro y en el cerebelo no 
se observó ninguna lesión putológica, no encontrando ni 
derrame, ni congestión cerebral, tampoco en los ventrículos. 

El corazón exangiie, sin lesiones patológicas, nada en la 
arteria aorta nien la pulmonar, nada en las pleuras, los pul- 
mones, en especial crepitando el derecho, de color oscuro en 
casi toda su extensión, echados fragmentos en el agua sobre- 
nadaban, y que la congestión que se observaba era cada- 
vérica. 

La cavidad abdominal aumentada de volumen debido á 
los gases propios al estado cadavérico y de descomposición 
en que ya se hallaba, en el higado nada. Observaron exte- 
riormente en el estómago un aumento de coloración y arbo- 
rizaciones más marcadas en lu parte cóncava, algunos cre- 
yeron ver placas ó escoriaciones y de lo expuesto deducen 
que su muerte no se explica por lesiones patológicas de los 
órgavos que pueden producirlas, pues todas eran negativas 
siendo necesario que se hiciese el análisis del estómugo y 
su contenido y también de parte de las demás vísceras y de 
la bebida que había tomado para ver en éstos, si se hallaba 
la causa de la muerte repentina que el examen patológico 
no explicaba. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 271 


Al ratificar el acta, el Dr. P... expone que los médicos 
peritos no examinaron ni la vejiga de la orina, ni el bazo, 
ni la columna vertebral, el Dr. E... KR... dijo que no en- 
contró nada notable sino todo lo propio de un individuo 
muerto repentinamente sin pérdida de sangre. El Dr. I..., 
además de lo expuesto, agregó que había algunos punteados de 
rojo en la masa encefálica. 11 Dr. D.F... M... M..., que 
las meninges estaban algo más vascularizadas que normal- 
mente y que en el seno longitudinal superior no había ningu- 
na cantidad de sangre, incindido el cerebro halló una ligera 
vascularización más pronunciada que en estado normal: ter- 
mina diciendo que no ha encontrado causa que explique 
la muerte repentina. El Dr. P..., último que firmó 
el acta, dice, que atribuye la muerte 4 una asfixia, pues 
vió que los pulmones estaban casi completamente negros y 
al cortarlos se vela sangre negra y coagulada en gran parte 
también de su extensión y que también estaba su sangre 
líquida, cuya asfixia y liquidez de la sangre pudo muy bien 
haber sido causada por envenenamiento de la nuez vómica 
ó bien por una afección espontánea, que en el cerebro no 
vió nada que le llamara la atención como causa de la muer- 
te repentina, pero si vió mucha congestión venosa de la du- 
ra madre. É 

Il Dr. B... que presenció la autopsia, pero que no to- 
mó parte ninguna en el acta, dice: que observó una conges- 
tión de los pulmones y membranas del cerebro, como prin- 
cipales lesiones que pudieron ocasionar la muerte, no pu- 
diendo explicar el origen de esa congestión. 

El Dr, DivArzs Da que, como ya se ha dicho, fué el 
facultativo que asistió al Dr. R..., manifiesta poco más ó 
menos lo que dicen los médicos peritos y hablando de las 
alteraciones que todos han encontrado en el estómago, agre- 
ga que no puede atribuirlas á determinada causa, pero que 
llama la atención acerca de que el Dr. R... era disnéico, 
tanto que sus aficiones á la caza le proporcionaban cansan- 


272 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cio respiratorios según observación que le hizo un día el 
Dr. B..., que en el eamino los días 30 v 31 de Diciembre 
tuvo R... varios accesos de tos que estaba convalesciente 
de la erippe, que padecía catarro crónico del estómago, que 
no solamente se lo había iudicado k.... sino que al volver 
á esta villa el día 30, se quejó de no haber hecho la diges- 
tión revelándolo por bastantes eractos que tuvo, que no sa- 
be á qué atribuir la causa de la muerte como se desprende 
de su oficio, que ha observado un estado congestivo genera- 
lizado de causa desconocida y que á reserva de la investiga- 
ción necesaria micro-quimica, tiene fundamentos para creer 
cientificamente que ni ante-morten hubo el más pequeño in- 
dicio que pudiera hacer sospechar la ingestión de la nuez 
vómica, ni post-morten han quedado comprobados importan- 
tes slenos que son peculiares d la muerte tetánica, que el 
Dr. R... cuando murió fué más bien contraido por un es- 
fuerzo sobrenatural que convulso, que la cara se le puso vio- 
lácea y que insiste en los caractéres siguientes: temblor con- 
tinuado y creciente, ningún esbozo de sacudidas más ó 
menos fuertes ni asomo siquiera de rigidez, extendiéndose 
después en otras consideraciones que por el momento no 
son pertinentes. 


+ 
; 


Acabamos de exponer, con la detención que requie- 
re la señalada importancia del caso, todos los particulares 
que constan en las declaraciones varias relativas 4 la autop- 
sia; las alteraciones que la anatomia patológica admite como 
producidas por estados hiperémicos ó congestivos sinónimos 
aquí, ya del pulmón, ya del cerebro son las mismas indica- 
das en los documentos periciales, y corresponden de un mo- 
do evidente á las congestiones que se dice pudieron haber 
sido la causa de la muerte del Dr. KR...? 

Diez facultativos han tomado parte más ó menos activa 
en esta causa. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 273 


Primero, los tres médicos peritos Dres. A..., B... y 
O... que encuentran congestiones, pulmonar y cerebral, 
como causa ocasional del fallecimiento, en sus primeras de- 
claraciones, en las otras como causa determinante; segun- 
do, los cinco médicos que firman el acta notarial, doctores 
NE A US a 1 que ne hallan lesios 
ne patológicas en los órganos para que puedan producir la 
muerte; tercero, el Dr. B..., como particular, asegura que 
las congestiones pudieron ocasionar la muerte, pero no de- 
termina el origen de esas congestiones y por último el doc- 
tor S... que encuentra también congestiones en el pulmón 
y en el corazón, pero que atribuye su muerte en último caso 
á la acción del cerebro y á la cesación de sus funciones; de 
modo que haciendo este asunto cuestión de números, tene- 
mos: cinco médicos que encuentran congestiones capaces de 
producir la muerte, hasta cierto punto como causa ocasilo- 
nal, en último caso como causa determinante, excepto uno, 


+.) 


el Dr. B..., cinco que por más que hayan encontrado ligeros 
estados hiperémicos así del cerebro y sus cubiertas como 
del pulmón, no aceptan de ningún modo que el fallecimien- 
to haya sido producido por esas congestiones ni aún como 
causas ocasionales, también excepto uno, el Dr. P... 

¿Existieron esas congestiones y pudieron ser causa 
ocasional ó deverminante del fallecimiento del Dr. R...? 
parecenos que nó y no se encuentran justificadas de un mo- 
do concluyente ni por los médicos peritos ni por el Dr. $5. . 
y no se dice del Dr. B... porque este facultativo en su de- 
claración que fué muy corta se limitó 4 consignar que vió 
congestiones pulmonar y cerebral únicamente. 

¿Cómo dicen los médico peritos extensa «congestión cere- 
bral» cuando al levantar la bóveda craneana sólo hubo salida 
de escasa cantidad de sangre oscura y líquida, «que la dura 
madre estaba poco inyectada con algunas arborizaciones», 
aunque después que los vasos en general y particularmente 


los meningeos estaban cargados de sangre y la aracnoides 
AR, 99 


274 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


muy inyectada, como si la aracnoides tuviese otros vasos y 
lo mismo que los de la dura madre no fuesen vasos menin- 
geos? Si los vasos meningeos estaban inyectados ¿cómo la 
dura madre estaba poco inyectaba no teniendo otros vasos 
que los meníngeos á los cuales dá su nombre? toda la 
clase médica sabe que la dura madre, la pía madre y la 
aracnoides, son las membranas meninges. La masa encefá- 
lica estaba más blanda que de ordinario, ofreciendo á los 
cortes superficies punteadas de sangre y además, de los ven- 
trinculos laterales se escapaba abundante serosidad sangui- 
nolevta; no podrían corresponder las lesiones que señalan 
los médicos peritos á alteraciones, si no cadavéricas á lo me- 
nos del periodo agónico, puesto que se ha probado que du- 
rante la vida no hubo congestión? 

¿La abundancia de líquido seroso en los ventriínculos no 
es un signo más bien cadavérico? por otra parte los médicos 
que firman el acta no la aceptan y si el Dr. M..., la vió fué 
en cantidad natural. La masa encefálica, más que blanda— 
á no ser este un signo cadavérico, de putrefacción —debió 
haberse encontrado de consistencia dura. El Dr. S... ha 
sido el que más ha visto, que al cortar los hemisferios vió 
un jaspeamiento sanguíneo, dando salida á un exudado 
amarillo-rosado. Un autor que cito, como se verá en las pá- 
ginas siguientes, dice que esa especie de hemorragia puntea- 
da (jaspeamiento que diría el Dr. S. ..) es más bien debido 
á la fluidez de la sangre que no al aumento de ella y se ven, 
no en abundancia, como indican estos profesores, sino muy 
diseminadas. Por las razones que de seguida exponemos, 
desde luego se verá, que las congestiones, en cierto modo es 
posible que hayan podido comprobarse á la autopsia, acep- 
tándolas como consecuencia y nunca como causa del falleci- 
miento. 

Es frecuente difícil decidir en la autopsia, si durante la 
vida los vasos de las meninges cerebrales han contenido de- 
masiada cantidad de sangre, la dificultad se hace más grande 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 


275 


todavia si se trata de una hiperemia de la sustancia cerebral. 
Muy amenudo dice Niemeyer, la relaciones necroscópicas 
dan datos erróneos en lo que se refiere 4 este particular. Los 
errores en cuanto 4 la cantidad de sangre encerrada en los 
vasos de las meninges provienen en parte de que los obser- 
vadores poco cxperimentados cuando encuentran los vasos 
ingurgitados de sangre en las partes declives de la superficie 
del cerebro creen distinguir una hiperemia aún en los casos 
aquellos en los cuales la sangre ha descendido sencillamente 
por su propio peso y aún cuando las partes situadas más 
arriba están enteramente vacias; una falta que se comete con 
frecuencia y por personas prácticas, es concluir inmediata- 
mente acusando un estado de ingurgitación uniforme de los 
vasos que siguen la convexidad cerebral como debido á una 
hiperemia de las meníngeas. No debe olvidarse que las ar- 
terias que llevan la sangre á las cubiertas del cerebro están 
situadas en la base de este órgano y que únicamente algunos 
ramitos sumamente finos llegan hasta la convexidad de los 
hemisferios. Todos los vasos voluminosos que aparecen á la 
superficie del cerebro cuando se acaba de abrir el cráneo y 
antes de haber separado el encéfalo, son venas. La turges- 
cencia de estas últimas es un estado normal, siempre que el 
individuo ha sucumbido á una enfermedad aguda que no ha 
tenido el tiempo de consumir su sangre, ó bien cuando ha 
muerto rápidamente de sofocación, de envenenamiento ayudo 
ó bien de algún otro accidente no acompañado de pérdida 
de sangre. Es por consecuencia muy irracional apoyarse en 
estos casos (inguryitación de las venas) para concluir que 
durante la vida haya existido una hiperemia de las mem- 
branas del cerebro y de querer hacer depender los síntomas 
observados de esta pretendida hiperemia. Muy amenudo se ve 
figurar en las relaciones necroscópicas una hiperemia igual. 
mente intensa del pulmón, del higado; de los riñones, etc., etc. 
Si en estos casos no se hubiese cometido error, si no estuvié- 
semos obligados 4 admitir que á menudo se ha considerado 


276 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


como patológica la cantidad contenida normalmente en los 
órganos de un individuo que no había sucumbido ni á una 
enfermedad de agotamiento ni á una perdida de sangre no 
podremos obtener de estas relaciones necroscópicas que la 
conclusión absurda que los envenenamientos, la asfixia etc., 
traen como efecto um aumento de la masa total de la san- 
gre que circula en el cuerpo. Es necesario imponer la regla 
dice Niemeyer de no creer en una hiperemia de las mem- 
branas del cerebro más que en aquellos casos en los cuales 
los vasos más pequeños aparecen inyectados y donde la tur- 
gescencia de los vasos que siguen las meninges cerebrales 
están fuera de la proporción de lo que se observa en los otros 
Órganos. 

En cuanto á la misma sustancia cerebral la gran dificul- 
tad que se opone á la comprobación sobre el cadáver de una 
hiperemia que se ha reconocido durante la vida se basa so- 
bre todo en que la primera división —ramúsculos aislados — 
de los vasos que proveen de sangre al cerebro se opera 
en la pía madre y que de aqui se dirigen casi exclusivamen- 
te al tegido del cerebro vasos de una capilaridad notable. 
Como no es posible reconocer estos vasos á simple vista se 
apoyan ordinariamente sobre el tamaño y el número de go- 
tas que aparece á la superficie de sección para juzgar la can- 
tidad de sangre encerrada en esos vasos. No trato de poner 
en duda el valor de este signo sobre todo cuando se trata 
de hiperemias pasivas, pero debo agregar que el tamaño y 
el número de estas gotas depende todavía más bien de la 
fluidez mayor ó menor de la sangre que de la llenura más ó 
menos considerable de los vasos. Siempre sucede en los ca- 
sos en que-la muerte ha sido indudablemente el resultado 
de un aflujo sanguineo muy exagerado en el interior del 
cráneo que se encuentra muy amenudo la superficie de sección 
de la sustancia ceredral notablemente pálida no apareciendo 
sino de trecho en trecho algunas gotas de sangre. Esta cir- 
cunstancias y los fenómenos de parálisis que se observan en 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 277 


las formas más graves de hiperemia cerebral, hace muy pro- 
Lable que las paredes internas ) venas del cerebro dejen 
fácilmente transudar líquido seroso en los espacios peri-vias- 
culares é intersticios de la sustancia cerebral. 

1£l cerebro de los individuos que sucumben á una con- 
gestión cerebral es turgescente, distendida fuertemente la 
dura madre, las circunvoluciones aplanadas, las cisuras tien- 
den á desaparecer cuando se levantan las menínges, la su- 
perficie de las circunvoluciones se cubre de pequeñas goticas 
de sangre que salen por el orificio de las arteriolas cortica- 
les, este fenómeno no es más que la exageración de lo que 
sucede en el estado normal lo mismo que el punteado que 
se observa al corte. La posición en la cual ha sido colocado 
el cadáver tiene una gran influencia sobre el grado de vas- 
cularización de tal ó cual parte del encéfalo, si la cabeza 
está situada en posición declive, es allí donde se acumula 
la sangre y resulta que la parte posterior del cerebro es la 
más vascular. 

Se encuentran en la autopsia, como se ha dicho, arborl- 
zaciones vasculares ya en el cerebro ya en las cubiertas, los 
ventriculos contienen frecuentemente serosidad y los senos 
están más ó menos distendidos. Son estas lesiones talmente 
excepcionales como causa de muerte, que cuando el ex- 
perto las encuentra no las acepta sino después de haber 
buscado vanamente otra causa más probable (Briand et 
Chaude). 

La agonía por poco que dure y las diversas asfixias pro- 
ducen entre otros desórdenes una congestión cerebral pasi- 
va, es necesario, pues, no considerar esta lesión secundaria 
como el punto de partida de las alteraciones observadas durante 
la vida; las congestiones cadavéricas y las de la agonía están 
limitadas á las membranas y ¿ la superficie del encéfalo, 
la hiperemia patológica penetra en la profundidad de la ma- 
sa cerebral (Jaccoud). La consistencia en la congestión está 
generalmente aumentada en cuanto á la mayor cantidad de 


278 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


liquido en las cavidades dilatadas y en el espacio sub-arac- 
noideo son desórdenes extraños á la hiperemia aguda que 
pertenecen á la forma crónica ó frecuentemente reproduci- 
da (Jaccoud). 


ES 
sx 


Pasemos á confrontar la anatomia patológica de la con- 
gestión pulmonar. 

Los médicos peritos encuentran la laringe y la tráquea 
normales, los pulmones inyectados de sangre, partieular- 
mente en las partes declives, de aspecto y eonsistencia he- 
pática, los segmentos echados al agua sobrenadaban, al cor- 
te se escapaba corta cantidad de sangre. Los médicos que 
firman el acta, dicen, que crepitaban al corte de un color 
oscuro en toda su extensión y que había congestión cada- 
vérica, no vital. El Dr. S..., que estaban oscuros en su par- 
te anterior y ennegrecidos en su parte posterior, dando á 
los cortes alguna sangre oscura. Se vé que por los signos 
comprobados por estos profesores, la congestión pulmonar 
no era muy grande, predominando el estado congestivo en 
las partes más declives, que desde luego trae la idea de un 
accidente que ha tenido lugar, como sucede casi siempre, 
después de fallecido el individuo: otra cosa, incindidos, de- 
jaban escapar poca cantidad de sangre y esto de los grandes 
vasos. Como, si tenian consistencia hepática al echarlos en 
una vasija con ugua sobrenadaban? si á lo menos hubiesen 
quedado los fragmentos, como se dice, entre dos aguas, esto 
es, sin llegar al fondo, si nose aceptaba una hepatización 
cierta podía creerse en algún foco congestivo intenso; nada 
de esto ha sucedido. Por otra parte en las congestiones pul- 
monares, que por lo general son debidas á afecciones del 
corazón, este órgano particularmente el ventriculo derecho 
contiene gran cantidad de sangre lo mismo que la arteria 
pulmonar y las venas cavas, en cambio las venas pulmonares, 
es común encontrarlas sin sangre lo mismo que la aorta; en 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 279 


el caso presente todos, poco más ó menos, hallaron el cora- 
zón exangiie y en una congestión pulmonar, sobre todo co- 
mo causa de muerte ocasional ó determinante, no es esto lo 
que sucede. 

La muerte súbita por los pulmones puede ser el efecto 
de una congestion sanguínea instantánea, primero en el sis- 
tema capilar, luego en los gruesos vasos, de aquí una mul- 
titud de arborizaciones capilares dibujada sobre la superficie 
violácea de estos órganos, prolongándose sobre las mucosas 
de las ramificaciones bronquiales v de la tráquea, y aquí 
también el color rojo que presenta el parénquima pulmonar 
cuando se le incinde, color tanto más oscuro cuanto más se 
prolonga la incisión hácia la parte más profunda y declive, 
además hay salida abundante de sangre negra y espesa 4 
medida que se cortan los vasos más interiores. Esta colora- 
ción y el estado de plenitud de los vasos son los dos carac- 
téres esenciales de la congestión pulmonar, por consecuen- 
cia de esa detención en la circulación de los pulmones, la 
arteria pulmonar, las cavidades derechas del corazón y las 
venas cavas están ingurgitadas de sangre negra y líquida en 
tanto qne las venas pulmonares las cavidades izquierdas del 
corazón y la aorta están vacias ó no contienen más que una 
pequeña cantidad de sangre espesa. Si el sitio primitivo de 
la congestión está limitado á los pulmones, las membranas y 
sustancia del cerebro no presentan más que débiles trazas 
de inyección, pero si como sucede á veces tiene lugar en los 
pulmones y en el cerebro, los vasos de este último órgano 
están ingurgitados y su superficie ofrece una especie de 
punteado correspondiente á las extremidades de los capila- 
res inyectados. 

En la hiperemia pulmonar, en su forma más atenuada, 
el órgano está tumefacto, de un rojo oscuro, el tejido imbi- 
bido, flácido, poco crepitante, la superficie seccionada deja 
escapar gran cautidad de sangre y los bronquios y la tráquea 
contienen liquido sanguinolento y espumoso. S1 la hipere- 


280 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


mia ha durado mucho tiempo el tejido intersticial está tal- 
mente abultado que el parénquima, aumentado en su espe- 
sor, apenas deja ver algunas trazas de su estructura y en- 
gruesado el pulmón, de este modo ofrece cierta semejanza 
con el tejido del higado y por esto se le llama hepatizado. 

Congestionado el pulmón tiene más densidad y está más 
voluminoso que en el estado normal, se encuentra á veces 
en su superficie la impresión de las costillas, fragmentos del 
parénquima separados de los puntos congestionados y echa- 
dos en una vasija llena de agua no van al fondo de la vasija, 
pero tampoco sobrenadan completamente. Ll corte del pul. 
món es liso y sin granulaciones y suelen existir verdaderos 
infartos hemorrgáicos, la mucosa bronquial rojiza é inyecta. 
da, cubierta de mucosidades. Las pleuras suelen ser el sitio 
4 veces de equimosis más ó menos estensas. 

Y es consecuencia de todo lo expuesto que las le- 
siones indicadas por los médicos peritos, hasta ahora, no 
pueden ser caracteristicas nide una congestión cerebral, 
ni de una congestión pulmonar, lo mismo que los síntomas 
que presentó el Dr. R..., acusados por el Dr. S... en su 
declaración de 31 de Diciembre, no han correspondido tan- 
poco niá una congestión eerebral ni á una congestión pul- 
monar. 

De los profesores que han intervenido en este debate, 
cuatro sostienen en definitiva, que el Dr. KR... falleció á 
consecuencia de congestiones, los Dres. 0...,A... y B... 
de congestiones cerebrales y pulmonar, el Dr. B... admite 
las congestiones únicamente como causa ocasional, y los cin- 
co médicos restantes, Dres: Mist ml... 1. E Es 
yR... H... admiten hasta cierto punto las congestiones 
como resultado de la muerte, pero nunca ni como causa 
ocasional, ni como causa determinante, escepción hecha en- 
tre estos últimos del Dr. P..., que 4 pesar de sostener esa 
opinión en el acta notarial, al ratificarla agregó: «que atri. 
buye la muerte 4 una asfixia, pues vió que los pulmones es- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 281 


taban completamente negros en toda su extensión y al ser 
incindidos se vela sangre negra y coagulada, en gran parte 
también de su extensión, que la sangre estaba líquida, cuya 
asfixia y liquidez pudo muy bien haber sido causada por 
envenenamiento con la nuez vómica ó bien por una afección 
espontánea.» 

Y es particular, la causa primera á que atribuyen esas 
congestiones los cuatro médicos, pudiéramos llamarlos con- 
gestionistas: dice el Dr. S... en su declaración del 13 de 
Enero: «que no sabe á que atribuir la causa de la muerte 
como se desprende de su oficio de inicio,» «que si ha obser- 
vado un estado congestivo generalizado de causa desconocl- 
da», agregando «que si la posesión intima de creerse envenenado 
pueda ocasionar un trastorno funcional, un rompimiento en lo 
que constituye el trípede de la vida.» 

En su otra declaración del 23, agrega: «y los ligeros, 
cuan mortales síntomas que precedieron siendo los más ca- 
racterísticos la impresión de creerse envenenado.» 

Los Dres. A..., B... y O..., gue han encontrado las 
congestiones indicadas como causas ocasionales, dicen que no 
les es dable formar criterio exacto sobre cual sea la causa 
determinante de esas congestiones en su declaración del 30 
de Julio, después de otros particulares de los cuales ya nos 
habremos de ocupar, dicen: si el Dr. R... no hubiese es- 
clamado lleno de temor ante personas ¿gnorantes: «estoy en- 
venenado, he tomado tintura de nuez vómica,» á nadie 
hubiese causado sorpresa su muerte casi repentina y concu- 
rriendo las circunstancias que enumeran tales, que era de 
baja estatura, eomo de 50 años, de temperamento exagera- 
damente sanguíneo, grueso y de cuello corto, comía mucho, 
etc. etc., ¿qué de extraño tiene que bajo la impresión del 
terror que le causó la creencia de estar intoxicado por la 
nuez vómica, sobreviniesen las congestiones que le ocasio- 
naron la muerte, viniendo así 4 aumentar la lista de los casos 


de esu indole que registra la ciencia? 
DIARIA 007 


282 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Decididamente este es el primer caso de auto-sugestión, 
cuyo resultado final haya traido como consecuencia la 
muerte, la ciencia no registra nada, absolutamente nada, 
que pueda comprobar las aserciones de los cuatro médicos 
indicados, no basta la simple enumeración de un heeho pa- 
ra que este pueda ser cierto y es de sentirse que los aludi” 
dos profesores no hayan hecho constar los libros, los auto- 
res donde encontraron la lista de los casos de esa índole que 
registra la ciencia, y no se comprende como sosteniendo al 
principio que las congestiones eran ocasionales, en sus últi- 
mas declaraciones afirman que eran determinantes y no de- 
bió bastarles que el exámen químico, digere, que en las 
visceras no existían sustancias tóxicas, la toxicología desde 
este punto de vista y en lo que se refiere á los venenos orgá- 
nicos aún no ha dicho su última palabra, y todavía por algu- 
nos se sostiene que esas sustancias así que son absorbidas por 
el organismo no dejan huellas. 

El Dr. S... dice, hablando de lo que constituye el tri- 
pode de Borden (que nosotros atribuimos á Bichat) y que 
está constituido por la circulación la respiración y la iner- 
vación, que uno no puede dejar de obrar sin que al instan- 
te los otras se suspendan, que supone la muerte ó á falta de 
acción, del pulmón, del corazón ó del cerebro, que no se 
atreve á creer sea lo primero porque faltan caraetéres que 
lo determinan, que pudiera haber sido del corazón, porque 
un síncope nervioso nacido del temor de la cólera ó de una 
alegría exesiva puede ocasionar la falta de acción cardiaca, 
pero que no dá del todo valor á la muerte del Dr. R... por 
esa segunda condición (corazón), teniendo en cuenta que la 
cara la puso amoratada al morir en vez de palidecer eomo 
sucede 4 los que mueren por la totalidad del corazón que se 
inclina á creer haya sido por falta de acción del cerebro, 
porque una congestión meníngea, una congestión violenta ó 
una fuerte compresión disminuye la acción del cerebro y la ce- 
sación de sus funciones. Por más que estas últimas deduccio- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 283 


nes ofrezcan como línea dominante cierto estado difuso que 
presenta dificultad inusitada para poderse comprender, era 
de esperarse para admitir la muerte del Dr. R... como ori- 
ginada por una impresión nerviosa que la anatomía patoló- 
gica hubiese comprobado algunas alteraciones orgánicas á 
lo menos en el sistema circulatorio que no ofreció, según 
hacen constar los peritos, ninguna manifestación esclerósica, 
además no había tampoco razón para creer que el Dr. R... 

se hubiese sugestionado así mismo un envenenamiento, fi- 

jándose eun particular en la nuez vómica, nuestro ilustre 
compañero poseía envidiables condiciones intelectuales y 
no era posible que esa supuesta causa le hubiese producido 
como dice el Dr. S... en su última declaración «los ligeros 

cuan mortales síntomas con que terminó su vida.» 

Réstanos ahora, por último, examinar si la marcha y 
sintomas del padecimiento al cual ha sucumbido el Dr. KR... 
lo mismo que las alteraciones que ha ofrecido desde el punto 
de vista de la anatomía patológica pueden ser considerados 
como producidos y correspondientes 4 una enfermedad de 
causa natural —ó bien si ucreditan un envenenamiento po- 
sitivo ó si sólo justifica la probabilidad del mismo.—Para 
llegar 4 este resultado se hace necesario el exámen prolijo, 
4 veces en conjunto de toda la documentación, en particu- 
lar la segunda declaración del Dr. S... y su ampliación en 
lo que se refiere á la enfermedad que sufría D. J... L..., 
las últimas declaraciones de los Dres. A...,B... y O..., 
las conclusiones de la investigación toxicológica y por último 
la declaración del S. D. F... R... que aunque ageno á la 
profesión suministra algunos detalles que como indicios, hay 
que reconocerles cierta importancia. 

Como se ha visto, llevamos ya confirmado en párrafos 
anteriores que el fallecimiento del Dr. R... no fué produ- 
cido ni por una congestión cerebral, ni por una congestión 
pulmonar y que tampoco los signos obtenidos á la investiga- 


, 


ción anátomo-patológica estaban supeditados á las referidas 


284 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


congestiones. Se hace imposible encontrar en la nomencla- 
tura médica enfermedades que puedan corresponder ú esos 
sintomas, lo mismo que 4 las alteraciones patológicas. Sepa- 
radas las congestiones nos queda en último caso la epilepsia 
y el tétanos. La epilepsia en primer lugar no es común á esa 
edad, tampoco existen antecedentes personales, luego, nun- 
ca tampoco aparece un sólo acceso y mucho menos que tral- 
ga como consecuencia la muerte, además el epiléptico pierde 
el conocimiento, nose dá cuenta de lo que le ocurre, y el 
Dr. R... conservó integra su inteligencia casi hasta que 
falleció. Las lesiones anatómicas propias de la epilepsia 
son las congestiones intensas y éstas no existieron. 

Con relación al tétanos es poco lo que hay que decir para 
justificar su exclusión, no existen formas de esa enfermedad 
tan agudas ni de evolución repentina; por estas circunstan- 
clas nada más ya se hace suficiente no insistir acerca de un 
diagnóstico diferencial. 

(Cóntinuard.) 


ESTADISTILA 
DEMOGRAFICO SANITARIA. DE LA CIUDAD DE LA HABANA. 
EPIDEMIA DE VIRUELAS 
1887-1888 


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INDICE 


Rea ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA- 
BANA,—Sesión pública ordinaria del día 11 de Setiembre de 1892, por 
el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario .....orocoreracenccarnonan os PON 241 
REAL ACADEMIA. —Sesión solemne en conmemoración del 4? Centenario del 
descubrimiento de América, por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. 245 
Discurso leido por el Dr. D. Joaquín F. Lastres, presidente de la Real Acade- 


Págs. 


mia, en la sesión solemne de 26 de Octubre de 1892 ....0cccicccccno” A y . 249 
ZooLoG1a.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vildró...oocoo..oomomooo.oooor”o 202 
MEDICINA LEGAL.—Informe acerca las causas que produjeron la muerte del 

Dr. E..:.: ¡por el.Dr.:Vicentesde la GUAM ardonarad cir on eraonoeien doo da os AU 
Estadística demográfico-sanitaria de la ciudad de la Habana.—Epidemia de 

viruelas en 1887-1888, por el Dr. Vicente de la Cuardid.....prroorrrrmmoc. 285 


ExromoLocra.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- 
ba, por el Dr, J. Gundlach, (pliego número 12 aparte). 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


A 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. 

El precio de la suscrición es de $3-50 centavos billetes por semestres adelantados 
en la Habana, y $1-50 centavos billetes en el resto de la Isla. 

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- 
den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 
Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memovias» sobre la Patología y Antigúedades de la Isla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, 
por el Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman 
por el Dr. Finlay. 


-— QIENGIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 
| a es DE LA HABANA. 
REVISTA CIENTIFICA 


KO XA 
pi C q 


DIRECTORES: 
=D. José 1. Torralbas y D. Marcos de J. Melero. 


- ENTREGA 339, 


2 ¿TOMO XXIX. 
_ DICIEMBRE 15. 


PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION A CANJE Y CORRESPONDENCIA 


4 


: DIRIGIRSE | DIRIGIRSE Es 
¿AL DR. D. MISUEL RIVA Ñ Secretario general de la Real Academía de Cicas, 

00 TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA 

CAMPANARIO NUMERO 45. | (EX-CONVENTODESAN AGUSTIN.) 


HABANA 


mp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
el ESO! 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del 25 de Setiembre de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES: — Presidente, Dr. Melero: 
Tamayo, Saenz (D. B.), Mestre, Montané, La Torre, San- 
tos Fernández, Torralbas (D. Francisco), Rovira, Ma- 
chado, Núñez y La Guardia, Secretario. 

Abierta la sesión á las dos de la tarde y leida el acta de 


la anterior, fué aprobada.—Se dió cuenta del movimiento de 
la Secretaria; se acusaron los libros é impresos recibidos, en 


la forma siguiente. 

CORRESPONDENCIA REGIBIDA.-—Oficio y documentos remiti- 
dos por el Sr. Capitán del Puerto, pidiendo informe á la Aca- 
demia sobre el estado mental de M. C. C. 

Comunicación del Dr. Mestre acompañando su discurso 
de recepción. 

Comunicación del Dr. Arosarena solicitando el nom bra- 
miento de socio corresponsal. 

Oficio al Dr. Casuso remitiéndole los documentos que 
había pedido. 

Oficio al Dr. Saenz remitiéndole los documentos que 
había pedido. 


BisLioreca.—“La Tribune Medicale”; 2* serie, núm. 36. 
T. xx1x—-37 


290 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


“La Independencia Médica”; año XXVII, núm. 47. 

“Revista de Ciencias Médicas”; año VIT, núm. 18. 

“El Progreso Médico”; año IV, núm. 9. | 

“Repertorio Médico Farmacéutico”; año TÍ, núm. 9. 

“Gaceta Médica Municipal”; año 1, núm. 4. 

“El Album”; año IÍ, núms. 6 y 7. 

El Presidente envió una carta escusando su asistencia. 
En seguida la Secretaría cumpliendo el acuerdo tomado en 
la última Sesión de gobierno, relativo al medicamento titu- 
lado “Tónico nervioso Cera”, hizo presente que se habia 
personado en la Farmacia del Sr. Sarrá, donde se le manifes- 
tó que lo ocurrido había sido una inadvertencia, que la Aca- 
demia que recomendaba ese medicamento era la de Ciencias 
de Barcelona y que así en esos términos se haria constar en 


todos los anuncios. , 

Pide la palabra el Dr. La Torre para hablar de las fies- 
tas del Centenario, y que por el momento ya no tenía obje- 
to su proyectado viaje 4 España, puesto que la Academia 
había acordado que no saliesen de su Museo los ejemplares 
que él deseaba llevar á Madrid, tanto por mayor motivo 
cuanto que él había sido el donante de una parte de esos 
objetos; además la comisión destinada al efecto le había ma- 
nifestado que estuviese dispuesto para emprender viaje á la 
primera orden, pero que hasta el momento presente-no ha- 
bia recibido comunicación alguna relativa al particular, 
agregando que consideraba de la mayor importancia que la 
Academia celebrase por su cuenta una Sesión Conmemorati- 
va al Centenario del descubrimiento de América. 

Ll Secretario hizo presente que, con motivo de los gas- 
tos que habría de originar el album que acordó la Acade- 
mia enviar ú las fiestas del Centenario en Madrid, se personó 
con el Secretario de la Comisión del mismo en la Habana y 
por indicaciones de éste dirigió atenta comunicación al Go- 
bierno General, en virtud del estado precario de los fondos 
de la Corporación, solicitando un suplemento de cién pesos 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 291 


oro para los gastos anunciados, pero que hasta el presente 
no había obtenido respuesta de ninguna clase. 

El Dr. Santos Fernández habla en igual sentido que el 
Dr. La Torre, proponier lo además que en esa Sesión lleve 
la palabra en nombre de la Academia el Dr. La Torre y á 
nombre de la Sociedad Antropológica el Dr. Montané. 

La Academia acordó celebrar Sesión extraordinaria el día 
27 de Octubre, día del desembarco de Colón en la isla de 
Cuba, para conmemorar ese aniversario llevando la palabra 
en la referida Sesión, á nombre de la Academia, el Dr. La 
Torre y á nombre de la Sociedad Antropológica el Dr. Mon- 
tané. 

Pasando á la orden del día el Dr. Emiliano Núñez, po- 
nente de turno, lee un informe acerca del estado mental de 


D. M... C... C..., cuyas conclusiones son las siguientes: 
1* Por los datos suministrados no puede admitirse que 
D. M...C... C... sea un enajenado que sufría de delirio 


de persecución, sino más bien un alcoholista en que han so- 
brevenido manifestaciones delirantes agudas. 2* Que res- 
pecto al estado en que se encontraba antes ó en la comisión 
del hecho no era el de un incapacitado aun cuando existen 
presunciones para creer que estaba ya bajo el dominio del 
delirio alcohólico agudo, 

El informe y las conclusiones fueron aprobadas. 

Continuando la orden del día, el Dr. Montané que debia 
tratar acerca de la “Influencia excitante y reparadora de 
ciertos líquidos de origen orgánico”, presentó la nota siguien- 
te: “La casualidad me ha llevado á ensayar en tres enfermos 
la acción del líquida obtenido por la trituración de ciertas 
glándulas, no ya según el método directo y original de 
Brown Sequard, esto es, en inyecciones hipodérmicas, sino 
por la vía gástrica. Habiéndolas empezado en medio del ex- 
cepticismo más completo, estas tentativas han dado desde el 
principio resultados tan inesperados, que no he dudado ni 
un momento en traer á la tribuna de esta Academia, un es- 


2992 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tudio al cual vengo dedicado desde hace cuatro meses, y 
cuyas conclusiones basadas en más de treinta casos clínicos, 
constituyen un asunto de palpitante interés y de actualidad. 

Este estudio acompañado de numerosas observaciones 
personales es el que tendré el honor de someter á la consi- 
deración de esta Academia en la próxima sesión. 

No habiendo otro particular de que tratar por el mo- 
mento, se dió por terminada la sesión. 


OFTALMOLOGÍA, 


Conducta que debe observarse con las cataratas invadidas 
de glaucoma. 


Por el Dr. J. Santos Fernández (de la Habana.) 


Ante todo debemos de dejar sentado que no nos vamos 
á ocupar de las cataratas que aparecen en el curso de un 
glaucoma. Estas es sabido que por lo general se presentan 
en ojos amauróticos como consecuencia de un glaucoma 
agudo que no fué sometido al tratamiento quirúrgico opor- 
tunamente. La extracción en tal estado, cuando el enfermo no 
sufre ni la vista puede volver, es no solo inútil, sino perju- 
dicial.” ln efecto, casi siempre sobreviene abundante hemo- 
rragia que termina por la atrofia del bulto y no pocas veces 
reprodúcense sufrimientos que ya no tenía el enfermo. 

Tampoco nos referimos á las cataratas que siguen dá la 
herida de la cristaloide anterior durante la iredoctomia. Se 
conducen siempre como simples cataratas traumáticas y pue- 
den extraerse como aquellas sobre todo en los glaucomas 
simples. El resultado respecto á la vista que se obtenga, es- 
tará en relación con los progresos de la atrofia de la papila 
en estos últimos y con el grado de perturbación funcional á 
que haya llegado el ojo en el glaucoma agudo. Si ha sido 
invadido ya de ausencia de percepción luminosa la vista de 
ordinario no se restablece más. 

A ninguno de estos estados del cristalino en relación con 


294 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


el glaucoma vamos á hacerlreferencia; nos limitaremos sim- 
plemente á la presentación del glaucoma en cataratas seni- 
les operables, que han permanecido largo tiempo sin inter- 
vención quirúrgica. La abstención de la operación suele 
obedecer al temor que inspira ésta 4 enfermos pusilánimes 
que se resignan á carecer de vista 0 á la no necesidad de su- 
frirla en un ojo cuando ya el otro ha sido operado felizmen- 
te y sirve para las exigencias de la vida. Los casos que 
hemos observado y que después relataremos, han sido de 
operados por nosotros y por otros profesores de un ojo per- 
maneciendo largo tiempo la catarata en el otro sin interven- 
ción quirúrgica y sobreviniendo el glaucoma. 

La época en que se ha presentado el ataque glaucomato- 
so ha variado entre dos, cuatro y once años después de la 
operación. La edad de los pacientes no ha sido muy avan- 
zada puesto que el de menos, fué atacado de cataratas á los 
48 años, sufrió la operación pocos meses después y fué in- 
vadido por el glaucoma á los 51; el más anciano tuvo cata- 
ratas d los 57, se operó á los 64 y fué atacado de glaucoma 
cuatro años después. En uno hemos practicado la irredomía 
y más tarde hemos hecho la extracción de la catarata con 
buenos resultados. En dos solo la iridectomía; fué seguida de 
alivio de los dolores aunque sin percepción luminosa. En 
uno, la irredomía proporcionó un alivio pasajero, pero los 
dolores en la rama del trigemino reaparecieron y á pesar de 
los calmantes, los sufrimientos se prolongaron muchos meses 
hasta que la catarata se luxó v desapareció en el vítreo. 

Ahora bien, en vista de estos resultados: 1% Cuál es la 
conducta que debe seguirse cuando existe una catarata se- 
nil en un ojo, estando ya el otro operado? 

2? Debe hacerse siempre la iridectonía cuando el ojo de 
la catarata está invadido de glaucoma? 

3? Debe hacerse la extracción inmediata en el ojo glau- 
comatoso 4 después de algún tiempo de haberse practicado 
la iridectomia? 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 295 


4% Puede ó debe hacerse la extracción? 

Tales son los problemas que vamos á resolver en conso- 
nancia con el resultado de nuestra práctica consignada en 
las observaciones recogidas y algunas más que no hemos en- 
contrado, en nuestras notas y cuyos detalles no retenemos 
en la memoria. 

Observación. 11—D* R. V. de B., nos consultó por pri- 
mera vez en 18 de Marzo de 1876 cuando empezaba la opa- 
cidad de ambos cristalinos. El 4 de Abril de 1878 habia 
progresado, pero no era total. A principios de 1883 le prac- 
ticó la extracción de la catarata, en el ojo izquierdo, con 
irredotomía seguida de éxito un distinguido colega de esta 
capital. En 9 de Diciembre de 1885 nos consultó por una 
conjuntivitis en ambos ojos que desapareció en pocos días. 
El ojo izquierdo operado sigue sin novedad. El derecho por- 
tador de la catarata completa desde poco tiempo después de 
operarse el ojo izquierdo no ofrece cambio alguno. En Ene- 
ro 1? de 1887 nos consulta nuevamente; esta vez sólo está 
enferma el ojo derecho, el no operado; sufre desde ayer do- 
lores que se irradian al lado correspondiente de la cabeza, 
la pupila está más dilatada é inmovil que en estado normal; 
en la conjutiva bulbar se advierte una inyección vascular 
périquerática y superícial; ausencia de percepción luminosa. 

Diagnosticamos un ataque de glaucoma y recomendamos 
la iredectomía. En Enero 26 se intentó la operación, pero 
la timidez de la enferma y la extremada sensibilidad no per- 
miten otra cosa que la queratotomía. Se le somete á la ese- 
rina y cocaina en instilaciones pero solo alcanza alivios pasa- 
jeros. En Febrero 1” previa anestesia por el cloroformo, se 
le practica la iridectomia; pronto cesan los dolores y el ojo 
vuelve á su estado normal pero sin restablecerse la percep- 
ción luminosa. 

Marzo 22, continúa igual. Julio 2, idem idem. 

Observación 2? —F. $. ingresó en la clínica en 16 de Oc- 
tubre de 1879; nacido en Málaga (España), lleva 25 añosde 


296 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


residencia en Matanzas, (Cuba) y tiene 56 de edad; refiere 
que hace un año el Dr. X. le diju tenia cataratas; pero aun- 
que sentía la vista turbada sólo después de ocho días sufría 
del ojo izquierdo; empezó por ponérsele colorado experi- 
mentando tan fuertes dolores en él que se le hacía imposible 
conciliar el sueño de noche. El examen que le practicamos 
con el fotalmoscopio pone de manifiesto la existencia com- 
pleto de una catarata en el ojo izquierdo é incipiente en el 
derecho. La tensión del ojo «umentada, la pupila dilatada 
más allá de lo fisiológico sin haber usado midriástico, había 
percepción luminosa. 

Al día siguiente le practicamos la iridectomía. Los do- 
lores le repiten durante los tres ó cuatro días subsecuentes; 
á los siete dias cuando vuelve á visitarnos se encuentra ya 
perfectamente. La inyección conjuntival tiende 4 desapa- 
recer. 

Marzo 19 de 1881.—Ha seguido sin novedad; le hace- 
mos la extracción de la catarata del mismo ojo que estaba 
algo luxada y alcanza la agudeza visual máxima de los ope- 
rados de catarata. 

Octubre 17 de 1882.—A los tres años justos de haber 
sufrido el ataque glaucomatoso viene á operarse la catarata 
del ojo derecho y comprobamos que el izquierdo no ha ex- 
perimentado alteración. 

Noviembre 15 de 1882.—Recibe el altu de la operación 
del ojo derecho. 

Enero 15 de 1892.—Su esposa nos comunica hoy que 
murió hace dos años sin haber tenido novedad en sus ojos. 

Observación 382—Don N. N., de 48 años de edad, bien 
constituido y disfrutando de buena salud, nos consulta por 
primera vez el 29 de Septiembre de 1876. Notaba cierta 
nebulosidad en la vista que le preocupaba extraordinaria- 
mente y que el examen oftalmológico permitió atribuir á 
una catarata incipiente de ambos ojo. 

La opacidad del cristalino se generalizó rápida mente y 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 297 


en Noviembre 18 del mismo le practicamos la extracción 
con iridectomía del ojo derecho; fué seguida de un resulta- 
do satisfactorio. 

Marzo 16 de 1888.—A los 113 años próximamente de 
haber sido operado el ojo derecho y de llevar la catarata no 
operada en el izquierdo sufrió el primer ataque de glaucoma 
en éste. Habia estado el día antes en el Cementerio con ob- 
jeto de presenciar unos trabajos que se efectuaban en el 
panteón de su familia y después de permanecer varias horas 
al sol volvió á casa con dolor de cabeza y fotofobia. Duran- 
te la noche el ojo izquierdo no le permitía dormir, estaba 
sumamente sensible á la luz, inyectado y con lagrimeo. Al 
día siguiente cuando nos consultó comprobamos los sinto- 
mas dichos más un lijero aumento en la tensión del bulbo. 
La pupila permanecía normal. Se le ordenaron gotas de ese- 
rina y cocaina y además una pomada de morfina á la frente 
y sien. 

El dolor del ojo cedió durante veinte y cuatro horas pe- 
ro volvió con la misma intensidad advirtiendo aumento de 
la presión interna. En vista de lo expuesto, resolvimos prac- 
ticar la iridectomía y la practicamos. El alivio no se hizo 
esperar, pero al mes próximamente volvieron los dolores en 
el ojo y los combatimos temporalmente con inyecciones sub- 
cutáneas de morfina. La repugnancia del enfermo á una 
nueva operación nos impidió intentar la esclerotomía ó la 
enucleación pues la percepción luminosa había desaparecido. 

Al cabo de tres ó cuatro meses los dolores quedaron re- 
ducidos á una pena desde el momento que cerraba los pár- 
pados. 

En Octubre 29 de 1889 observamos que el cristalino em- 
pieza 4 luxarse: con nada logramos aliviar el mal estar que 
le produce el cierre de los párpados. 

En Noviembre 19 de 1890 ha desaparecido el cristalino 
de su sitio, sin duda que espontáneamente se ha ido al fon- 


do del ojo pero como los medios están opacos, no lo hemos 
EEE 0 


298 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


encontrado. Algunos días después el enfermo se siente per- 
fectamente; el ojo no le incomoda en absoluto. 

En Enero 22 de 1892 continúa en el mismo estado. 

Observación 44—La Sra. R. T. de C. nos consultó en 15 
de Diciembre de 1880 y fué diagnosticada de catarata incl- 
piente de ambos ojos, diagnóstico que según nos informó 
había sido ya hecho por otro profesor. La opacidad del cris- 
talino marchaba con lentitud y en el verano de 1888 fué 
operada de cataratas por extracción simple en New-York 
con toda felicidad, del ojo 1zquierdo. 

El 13 de Marzo de 1890 fuimos llamados en consulta por 
el profesor que entonces la asistía, y convinimos en virtud 
de la neuralgia ciliar con irradiaciones á los otros ramos del 
trigemino, la dilatación de la pupila y el aumento de pre- 
sión intraocular, que se trataba de un ataque de glaucoma 
aguda en el ojo derecho. 

Al día siguiente se le practicó la iridectomía y cesaron 
los sufrimientos aún cuando no ha reaparecido la percep- 
ción luminosa. 

En el Congreso Médico de Cuba celebrado en Enero de 
1890 trabajó incidentalmente el tema del glaucoma compli- 
cando las cataratas dejadas sin operar indefinidamente, 
pero lo hicimos desde el punto de vista de la deontología 
médica (1), es decir, respeto á si estábamos autorizados pa- 
ra ordenar al paciente la operación de ambos ojos; hoy el 
problema que planteamos es otro, atañe exclusivamente á 
la cirugía oftálmica. 

Apoyados en el resultado de nuestra práctica 4 pesar de 
no ser numerosas las observaciones que presentamos nos 
permitimos contestar al cuestionario del principio en estos 
términos: 

19 No estamos autorizados á aconsejar la iridectomía 
simplemente á un individuo operado de un ojo que quiera 


(1) Actas del Primer Congreso Médico de la Isla de Cuba, 1890, pág. 220 y 225. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 299 


guardar indefinidamente la catarata en el otro. Nos funda- 
mos en que aunque la iridectomía es una operaciónin ofen- 
siva desde cierto punto de vista, no lo es menos que la ex- 
tracción simple y valdria más practicar ésta. Además la 
presentación del glaucoma en estas cataratas no operadas 
deja de ser forzosa puesto que conocemos personas oOpera- 
das de un ojo solamente hace más de 30 años sin este accl- 
dente. 

2% Debe practicarse siempre la iridectomía en los ojos 
portadores de cataratas é incidentalmente atacados de glau- 
coma. 

82 La extracción no debe hacerse sino bastante tiempo 
después de la iridectomía y cuando se suponga que ésta ha 
dominado por completo al elemento glaucoma. 

4? La extracción de la catarata después de la iridecto- 
mia puede suprimirse por inútil si falta la percepción lumi- 
nosa y como expuesta á accidentes, si la catarata está luxa- 
da y hay manifiesto trastorno funcional como en el enfermo 
de la tercera observación. 


PATOLOGIA INTERTROPICAL, 


Reproducción experimental del hematozoario de Laverán 
LAVERANEA LIMNHEMICA 
Por el Doctor Tomás V. Coronado. — (Cabañas). 


«La germinatión des plantes était impos- 
«sible dans un sol stirilisé completement 
«privé de micro-organismes. Les plantes ne 
«peuvent utiliser les substances organiques 
«qu' aprés qu' elles ont été modifiées psr les 


«microbes.» 
Duclaux. 


Sr. Presidente, Sres. Académicos: 


Gracias á la benevolencia de esa meritisima Corporación 
y á merced de un trabajo de comprobación experimental 
confirmando en nuestro pals los hematozoarios de Laverán 
en la sangre de los palúdicos, se me concedió el honroso 
titulo de miembro corresponsal. Demostrar mi gratitud á la 
Academia simplemente con un trabajo de recopilación, hu. 
biera sido pagar con moneda de poco valer la distinción 
personal conferida; de ahí que haya proseguido sin descanso 
mis investigaciones con la esperanza de ofrecerle algún tra- 
bajo original sobre asunto de tanto interés como la debatida 
cuestión de etiología del paludismo. 

Si la Academia acepta los hechos experimentales que 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 301 


someto á su ilustrada consideración, y algunos de sus miem- 
bros caracterizados confirman la verdad cientifica, á esa 
docta Corporación corresponderá la gloria de haber esclare- 
cido un punto oscuro hasta el presente, sobre la evolución 
del parásito patógeno fuera del organismo. Yo, el último. 
de sus miembros, me reservaré la satisfacción de haber 
contribuido á la resolución de un problema de aplicaciones 
prácticas en la higiene de éste y otros países, en los que el 
paludismo constituye infranqueable barrera al engrandeci- 
miento de las sociedades nacientes. 

Desde 1880 en cuya época descubrió Laverán los he- 

matozoarios que el mundo cientifico acepta hoy como los 
verdaderos y únicos elementos patognomónicos de las ma- 
nifestaciones de la infección palúdica, se han multiplicado 
los ensayos para reproducir artificialmente los elementos 
parasitarios de la sangre. 
Hacer la historia detallada de las experiencias practica- 
das con dicho intento sería interminable, solo debo consignar 
que todas las tentativas para reproducir fuera del organismo 
humano los hematozoarios, han sido completamente infruc- 
tuosas, como también lo han sido en absoluto los esfuerzos 
para encontrar dichos elementos en lós terrenos, aguas y 
aires reconocidamente palustres. 

En vista de los resultados negativos obtenidos por los 
numerosos invertigadores de todos los paises, é inspirado 
por las ideas de Duciaux, expresadas en el párrafo que sirve 
de epigrafe á esta nota, practiqué una serie de experimentos 
y en el mismo sentido, con seres animales que pululan en 
los terrenos y aguas pantanosas; los resultados fueron siem- 
pre idénticos. | 

Los animales que viven y reproducen con una fecun- 
didad extraordinaria en las aguas y terrenos pantanosos, 
perecen sin reproduceión rápidamente con el solo hecho de 
ser transportados de sus medios naturales á estos mismos 
_préviamente esterilizados, por el método discontinuo sencillo 


302 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


ó doble; hasta los más rudimentarios infusorios monocelula- 
res sometidos á la experiencia son destruidos en pocos días. 

Comprobado experimentalmente lo expuesto, se imponía 
la idea de efectuar siembras de sangre palustre en los me- 
dios naturales, aguas y terrenos pantanosos, sin esterilización 
alguna. Si la investigación hubiera sido dirigida 4 reprodu- 
cir elementos pocos conocidos y de difícil observación, los 
resultados hubieran sido dudosos; pero gracias al profesor 
Laverán el parásito productor del paludismo es un elemento 
de muy fácil apreciación cuando nos hemos habituado á ob- 
servarlo en la sangre de los enfermos. 


Existe en los linderos del ingenio “Bramales” un arroyo 
pantanoso cuyo fondo de tierras de aluvión se encuentra 
cargado de hierro, que en forma de arenillas abunda en los 
terrenos vecinos; las aguas dulces, claras y transparentes son 
beneficiadas desde hace dos años por colonias que se han 
establecido en su proximidad. Una de estas colonias situada 
en una pequeña elevación, al oeste del arroyo, recibe cons- 
tantemente las brisas cargadas de emanaciones pantanosas y 
sus moradores consumen el agua para todos los usos: antes 
del año fué abandonada por su fundador Sr. Silvera; éste, 
once familiares y cinco trabajadores fueron invadidos suce- 
sivamente por: fiebres de carácter francamente palúdico, 
confirmados todos los diagnósticos, con el exámen de la 
sangre y la presencia de los hematozoarios. 

Recibe la colonia citada el Sr. Montesinos y antes del 
año él y sus familiares, en número de nueve, y la generali- 
dad de los trabajadores que se han sucedido desde entonces 
hasta la fecha, han sido atacados también por las mismas fie- 
bres palúdicas confirmadas siempre por la presencia de los 
hematozoarios de Laverán en la sangre de los enfermos. 

En las demás colonias próximas y aún en las lejanas que 
consumen el agua del arroyo de Montesinos, se presentan 
constantemente manifestaciones de la infección palúdica. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 303 


Los hechos citados me autorizaron á clasificar el arroyo 
de referencia como excesivamente palustre, y considerándo- 
le como el más apropiado para mis nuevas experiencias, su 
aguas y el cieno de su fondo me sirvieron para las siguien- 
tes observaciones: 

En una serie de tubos de ensayos bien limpios tomé el 
agua pantanosa, teniendo cuidado de depositar en cada uno 
de ellos una tercera parte proximamente de sedimento ce- 
nagoso y dos terceras partes de agua; en estas condiciones 
fueron tapados los tubos con algodón esterilizado y coloca- 
dos en un soporte. 

A las 24 horas el agua limpida y transparente permite 
ver á simple vista los infusorios mayores que cruzan veloz- 
mente la capa líquida en todos sentidos, y los mechones de 
lino, verdes y lozanos, que desde la superficie del cieno cre- 
cen hasta la superficie del agua, como si buscaran la benefi- 
ciosa influencia del aire para completar su efímera vi- 
talidad. 

La porción de cieno pardo oscuro se ha depositado en el 
fondo del tubo y la línea que lo separa del agua queda ne- 
tamente marcada; si se observan con una lente simple de 
amplificación, los bordes que están en contacto con el agua, 
pueden verse multitud de surcos finos é irregulares forma- 
dos por las pequeñísimas anguilulas y filarias que se revuel- 
ven en la porción sedimentosa. 

Del 3? al 4? día toda vegetación de color verde aprecia- 
ble á simple vista ha terminado; desde entonces pueden ob- 
servarse los tubos con el agua clara y transparente, en la 
capa líquida, cuya superficie es perfectamente paralela á la 
superficie bien delimitada del fondo cenagoso. 

En estas condiciones tenemos en el laboratorio tantas 
charcas pantanosas artificiales, al alcance de la mano, como 
tubos hemos preparado en la forma indicada; el algodón sin 
dejar pasar elementos extraños que podrían contaminar las 
aguas, permite la penetración del aire para la respiración 


304 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


de los infinitamente pequeños que pueblan nuestros panta- 
nos artificiales en miniatura. 

Tomando con una fina pipeta, que debe esterilizarse ca- 
da vez que sea empleada, una gota de agua ó una pequeñi- 
sima porción del cieno superficial para hacer la preparación, 
observaremos en ésta el interesante espectáculo de una ver- 
dadera fauna microscópica, que como tropical es tan rica 
como poco estudiada; filarias, navículas, anguilulas, radiola- 
dos, espírilos y espirilitos, ciclomonas, infusorios ciliados, ami- 
bos, oscilarias, cimbelas, etc., etc.; el infinito en una palabra, 
de los más variados micro-organismos, dotados algunos de 
preciosísimos colores y cas1 todos de los más activos y verti- 
ginosos movimientos. 

A pesar de esa actividad vital el agua conserva muchos 
días y muchas semanas su transparencia caracteristica, pres- 
tándose muy bien para toda clase de investigaciones y sobre 
todo para efectuar las siembras de sangre que he practicado. 


El 29 de Julio del corriente año, 1891, y en tubos que 
tenían cinco dias de reposo, hice las primeras siembras de 
sangre rica en hematozoarios de Laverán y perteneciente á 
un enfermo atacado de fiebres de repetición con tipo tercia- 
no, que había sido tratado tanto en la primera invasión co- 
mo en la actualidad, con las sales de quinina. 

Esterilizada la pipeta tomé una gota de sangre que fué 
depositada en la parte superior del agua pantanosa de uno 
de mis tubos, igual siembra practiqué en otro tubo v ambos 
fueron marcados con los números 1 y 2, dos tubos de la 
misma serie fueron marcados con los números 3 y 4 y colo- 
cados todos en un soporte cerrado interiormente por una ta- 
¿pa de corredera, que permitía conservar la parte sembrada 
en semioscuridad y poderlos observar fácilmente sin que 
fuera necesario imprimirles movimiento alguno. 

En el momento de sembrar la gota de sangre, en cada 
uno de los tubos números 1 y 2, se depositó prontamente en 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 305 


forma de copos rojos hacia la superficie cenagosa; á las dos 
horas la sangre había formado en cada tubo, anillos rojizos 
de uno á dos milímetros de ancho en el punto de contacto 
del agua con el cieno; á las cuatro horas los anillos se hacen 
de un rojo más claro y aumentan en anchura, que se acen- 
túan hasta pasadas 12 ú 14 horas, en cuyo tiempo las dos 
terceras partes del agua toma un tinte rosado claro. 

A las 24 horas el agua ha perdido su transparencia y sl 
observamos los tubos cuidadosamente sin imprimirles movi- 
mientos puede verse en cada uno de ellos una tenue nubécu- 
la de color blanquecino que sigue acentuándose para ocupar 
más tarde todo el espacio líquido, y tomando entonces el 
aspecto de un precipitado coposo ligeramente opalino. 

Los tubos numerados 3 y 4, que sirven de testigos, colo- 
cados en el mismo soporte, no sufrieron la menor alteración, 
y sus aguas han conservado siempre la limpidez y transpa- 
rencia más completa. 

Con la pipeta tomé una gota de agua del tubo número 1 
procurando tomarla con algunos de los copos blanquecinos 
y con ella hice una preparación al natural, esto es sin pre- 
via coloración ni desecación observada con el ocular 3 y ob- 
jetivo 7 de Leitz, percibí una censiderable aglomeración de 
pequeñísimos elementos dotados de vivos movimientos de 
rotación y traslación; medidos con el ocular micromético del 
mismo autor, Leitz, presentan dos milésimas de milímetro 
de largo por una de ancho; estos elementos son completa- 
mente transparentes é incoloros y presentan una especie de 
estrangulación en su parte central. Examinándolos deteni- 
damente en los momentos que parmanecen inmóviles pare- 
cen aumentadas, en su interior pueden percibirse una ó dos 
granulaciones oscuras, 

Llamada mi atención por las formas redondeadas ó esfé- 
ricas que han tomado algunos de aquellos elementos, en las 
múltiples preparaciones que hago durante el día, puedo con- 


firmar la presencia de esféras completas que miden de 3 4 6 
AS 


306 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


milésimas de milímetro y cuyo interior se encuentra ocupa- 
do por numerosas granulaciones oscuras dotadas de vivos 
movimientos; su parecido con las esféras de Laverán es in- 
discutible. 

Continuando la observación de estas esféras he podido 
comprobar en algunas horas, su notable crecimiento y no 
tardé en descubrir—con el ocular 3 y el objetivo 7 de Leitz 
—que algunas estaban provistas de una larga flagela idénti 
ca ád la que se observa en la sangre de los palúdicos. Su 
aspecto, modo de debatirse, transparencia, longitud y viva- 
cidad son tan características que no dudé encontrarme ob- 
servando verdaderas esféras flageladas de Laverán. 

La duda natural que me asaltó, sobre la posibilidad de 
ser esféras llevadas de la sangre y que el agua pantanosa no 
hubiera modificado su vitalidad, se desvaneció por completo 
al siguiente día. Una nueva serie de preparaciones me pu- 
sieron de manifiesto que el número de esféras había aumen- 
tado de una manera notabilísima pudiéndose contar en algu- 
nos campos de la preparación hasta quince esferas provistas 
de sus flagelas, 

Con posterioridad, en siembras que tienen de 84 12 
días, he podido observar con frecuencia, campos visuales 
con 40 y 50 esféras provistas regularmente de flagelas; en 
esta época de la siembra las esféras pueden llegar á un diá- 
metro de 12 milésimas de milímetro, encontrándose tam- 
bién muchas con diámetros menores, la longitud de las fla- ' 
gelas varía de 15 á4 30 milésimas de milímetro y su anchura 
apenas alcanza una milésima. 

La extremidad libre, de estas flagelas, se termina por un 
tenue engrosamiento piriforme y cuando se las observa des- 
prendidas de las esféras, nadando en el agua, puede notarse 
que ámbas extremidades están ligeramente engrosadas; son 
como las observadas en la sangre de los palúdicos, incoloras, 
completamente lisas, transparentes y dotadus de vivos mo- 
vimientos de serpenteo. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 307 


Careciendo de láminas excavadas he fabricado celdillas 
especiales de cera blanca que pueden cerrarse perfectamen- 
te con la laminilla, evitando la evaporación del agua por un 
tiempo indefinido. Si se tiene el cuidado de encerrar junta- 
mente con la gota de agua cargada de parásitos, una gruesa 
burbuja de aire, podrán conservarse aquellos en excelentes 
condiciones de vitalidad por todo el tiempo necesario para 
estudiar su evolución. 

Las esféras observadas por espacio de varios días culti- 
vadas en gotas, se destruyen después de aglomerarse las gra- 
nulaciones en cualquier punto de su superficie, para simular 
un núcleo, y después de haberse desprendido las flugelas. Ll 
may or número de esféras presentan una sola flagela; pero he 
podido observar algunas con dos, en puntos opuestos de la 
periferia, y otras con tres flagelas que salían del mismo punto. 

Hecha la preparación en celdillas de cera con gotas que 
contentan casi exclusivamente esféras bien desarrolladas he 
observado que del 5% al 72 día los cuerpos esféricos dismi- 
nuyen notablemente y en cambio se ven puntos de la pre- 
paración plagados de los cuerpecillos dobles, que en los pri- 
meros dias eran rarÍisimos. | 

He observado con el mayor detenimiento la evolución 
de las flagelas y puedo asegurar que éstas una vez inmóviles 
presentan 4 lo largo una serie de líneas transversales claras, 
refringentes, en número de ocho á quince, según la longitud 
variable de dicho elemento filiforme, para dar lugar, por 
verdadera segmentación, á ocho ó quince cuerpecillos do- 
bles enteramente iguales 4 los descritos anteriormente y que 
á su vez se desarrollan para seguir la misma evolución ya: 
indicada y llegar á formar, en 24 ó 28 horas, pequeñas esfé- 
ras y esféras completas con sus flagelas correspondientes. 

Todas mis observaciones han sido repetidas un sin nú- 
mero de veces, siempre con análogos resultados, y emplean- 
do sangre de 18 individuos, de los cuales 12 eran palúdicos 
confirmados por el exámen hematológico, y 6 sanos cuya 


308 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


sangre examinada minuciosamente no presentaba elementos 
sospechosos. 

Ll resultado de las siembras con sangre de los 12 palú- 
dicos ha sido invariablemente positivo. En algunos casos 
han podido presenciar y confirmar mis experimentos los 
Dres. Domingo Mádan y Vila y Darvin; el primero de estos 
profesores está encargado de hacer la comprobación experi- 
mental de mis trabajos, en las aguas pantanosas de la pro- 
vincia de Matánzas, que serán sembradas con sangre palus- 
tre de aquella localidad en la que el paludismo abunda. 

De las numerosas siembras practicadas con sangre de 
los 6 individuos sanos 5 han sido estériles á pesar de repe- 
tirlas en los mismos ó en distintos tubos. En uno de los ca. 
sos la siembra dió por resultado el enturbiamiento del agua 
y la presencia de una ligera nubécula opalina del 2? al 3* 
día; 4 la semana el tubo presentaba todos los caracteres de 
una siembra con sangre palustre. Examinando nuevamente 
la sanore del individuo en cuestión he podido apreciar algu- 
nos cuerpecillos movibles libres en el plasma, leucocitos 
amibiformes en corto número y un solo leucocito melanife- 
ro; la observación continuada de este sugeto es interesante 
por muchos conceptos. 

Ahora bien, los hechos experimentales rigurosamente 
repetidos y comprobados que someto ú la ilustrada conside- 
ración de la Academia me hacen presumir que hemos en- 
contrado un nuevo derrotero para aclarar, tal vez, en breve 
plazo la verdadera etiología del paludismo, de la misma ma- 
nera que Mr. Laverán ha llevado á feliz término el estudio 
de la patogenia, con el descubrimiento de los hematozoarios 
que llevan su nombre. 

El Dr. Mádan ha tenido la bondad de traerme aguas de 
las que se consumen en la Habana para hacer las mismas 
experiencias practicadas en las aguas pantanosas de esta Jo- 
calidad. He podido hacer ensayos de siembras con aguas de 
la “Zanja,” en el Cerro, tomadas con las mismas precaucio- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 309 


nes que son tomadas las de aquí y además con aguas de las 
cañerías, recogidas en el Laboratorio de la Crónica; estas 
últimas las hizo pasar el Dr. Málan, durante varios días por 
un pomo bitubulado con el objeto de poder traerlas con al. 
guna cantidad de depósito sedimentoso. 

De principios de Septiembre hasta la fecha le podido 
practicar algunas siembras en esas aguas de la Habana y 
aunque los resultados que se refieren á las aguas tomadas en 
el Cerro, no pueden considerarse negativos, me propongo 
multiplicar las experiencias antes de emitir un juicio más Ó 
menos definitivo. Respecto á las aguas y sedimentos recogi- 
dos en el Laboratorio, Calzada de la Reina, puedo asegurar 
que hasta ahora todas las siembras han quedado estériles. 

Las aguas tomadas de la “Zanja,” en el Cerro, contienen 
numerosos infusorios vivos, algunos semejantes 4 los obser. 
vados en las aguas de esta localidad; las tomadas en el La. 
boratorio solo contienen carapachos de infusorios y cadáve. 
res de naviculas decoloradas. 

Por ahora puedo adelantar que en una próxima nota 
que enviaré á esa ilustre Corporación pondré de manifiesto, 
cómo los estudios del cultivo de los hematozoarios de Lave- 
rán me han llevado á encontrar con suma facilidad, en el 
agua y cieno de varios pantanos productores de fiebres, ele. 
mentos idénticos á los citados, 


Laverayega Limenémica (1) (de 4427, laguna y “11 sangre) — 
Suplico 4 los Sres. Académicos acojan con benevolencia el 
nombre que propongo para los elementos encontrados ya en 
el agua Ó cieno pantanoso, cuyo nombre debe imponerse co- 
mo justo homenaje al profesor Laverán, descubridor de di- 
chos elementos en la sangre de los impaludados. 


(1) A Boudin corresponde el mérito de haber clasificado oportunamente dé 
afecciones limuhémscas todas las maaifestaciones del paludismo, como si él adivinase 
ya en 1842 la verdadera naturaleza y etiología de la infección.—T. V. C. 


- 200LO6lA. 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


85. Piloto. — Vaucrates ductor Linné. Fondo común 
azuloso. 56 7 fajas transversas oscuras. Pelágico. Frecuen- 
ta los mares templados y tropicales. Raro en nuestras cos- 
tas y en las atlánticas de los I. U. Carne regular. 28 cen- 
timetros de largo. 

También llamado Romero, Se le dice Piloto, porque 
sirve de guía á los tiburones. Se le ha visto acercarse ú re- 
conocer, y regresar á donde estaba el Escualo, que vino en 
seguida á tragar la carnada. 


Poey lo oonsigna (Synopsis), mis informes concuerdan, y 
Gúnther (Study of Fishes) dice: «El Dr. Meyer, en su Reise und die 
Erde, consigna que «el Piloto náda constantemente delante del 
tiburón. Hemos visto en tres ocasiones al escualo guiado por el 
Piloto. Cuando aquél se acercaba al buque, nadaba el Piloto in- 
mediato á la nariz ó junto á una de las aletas del tiburón. A ve- 
ces se lanzaba veloz adelante ó á los lados como si buscase algo, 
y volviendo siempre á donde estaba el escualo. Cuando arroja- 
mos al mar un trozo de tocino sirviendo de carnada á un anzue- 
lo grande, el tiburón se hallaba á unos 20 pasos del barco. Con 
la rapidez del rayo, el Piloto lo alcanza, olfatea el regalo, al ins- 
tante retrocedió hacia el tiburón, nadando repetidamente en tor- 
no de su hocico y chapoteando como para darle noticia exacta 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 311 


del tocino. Empezó entonces el tiburón á moverse tras el Piloto 
que le enseñaba el camino, y á poco quedó enganchado en el an- 
zuelo.» Otra vez según el mismo Meyer, dos pilotos acompaña- 
ban un tiburón. Éste, según todos los informes y observaciones, 
jamás daña á sus comensales. El caso no es único: en los colosos 
marinos, en aves, etc., se registran análogos. 

La nombradía del Piloto data de lo más remoto: es el Pompi- 
lus de los antiguos. 

Se está de acuerdo en aceptar que el pequeño busque el am- 
paro del grande, que ande á la que se te cayó, bien de las miga- 
jas de sus comilonas, bien de sus deyecciones. Mas ¿por qué el 
Piloto de preferencia entre tantos vividores? 

Y aún prescindiendo de todo lo demás ¿á qué ese explorar, 
ese ir y venir, ese preceder al escualo, camino de su perdición? 

El joven difiere tanto del adulto, que se formaron géneros 
distintos — Nauclerus Cuvier, Naucrates Rafinesque — refundidos 
en el vigente actual por Gill. 

Pilot-fish, Romero. Boca oblícua, pequeña, terminal. Caudal 
grande, carnosa. Pectorales cortas, anchas. Ventrales algo gran- 
des. En todos los mares cálidos. (J. «e G.) 

J. € G. consignan el mismo trivial Pilot-fish en la sinonimia . 
vulgar del Coregonus quadrilateralis Richardson, fam. Salmonide. 


ELEACAÁTIDOS: 


Esta familia se halla representada en nuestra piscifauna 
por el 

86. Bacalao. — Llacate canada Linne. Mal llamado asi, 
como dije al tratar del Abadejo, primero de nuestros Pérci- 
das en la distribución poeyana. (Pág. 35). 

Fondo común, oliváceo. Vientre plateado. 3 fajas late- 
rales: una central ancha, más oscura; una sobre ésta y otra 
debajo, menos visibles. Cabeza deprimida, sin disco adhesi- 
vo. Boca regular. Lóbulo superior de la caudal algo más 
largo que el inferior. Pectorales anchas, bifurcadas. En to- 
dos los mares cálidos. Pescado en la Habana, Batabanó, 
Matanzas, Mariel, etc. No es común. 


312 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Carne buena, muy estimada. Peso máximo, 5 kilos. 


Grab-eater, Cobia. Comprende esta familia un solo género y 
probablemente una sola especie. Pez grande, fuerte, voraz. Acci- 
dentalmente en las costas atlánticas de los E. U. 5 piés de largo. 
(J. $ G.) : 

Cobia or Crab-eater. Cosmopolita. Solitario, según Holbrook, 
prefiere las aguas profundas, claras, y solo se pezca al cordel; es 
muy voraz consumiendo muchos pececillos, sin desdeñar los 
erustácios. Mitchill ha contado en el estómago de uno, hasta 20 
cangrejos y varios peces chicos. De Kay cita el caso de haber un 
Crab-eater destruido cuantos pescados le acompañaban en cauti- 
verio. Goode le asigna un peso máximo de 15420 libras, y 5 
piés de largo. Mitchill lo encomia como pescao alimenticio. 
Cría en Chesapeake Bay. Mr. R. E. Earl logró en 1880 fecundar 
artificialmente huevos de Cobia en aquel criadero. (Goode). 

Sinonimia vulgar norte-americana. En Chesapeake Bay le 
dicen Bonito y Coal:fish; en la Florida occidental, Ling ó Snooks; 
en Bermudas, Oubby-yew; en la Florida meridional y oriental, 
Sergeant-fish, por las fajas laterales del cuerpo á modo de galones. 
En las Bermudas, le nombran Cubby-yew. (Goode.) 

Mis datos sobre el litoral cubano se reducen actualmente á lo 
que sigue: 

Habana. Máximo, 7% kilos. Arribazón, de Octubre á Enero, 
como en Matanzas. No se exporta. Se sála y se cúra. Artes: cor- 
del solo. Pesca anual: 48,180 kilos. (Paredes Chacón: 1891). 


EQUENÉIDOS. (Echeneidi). 


Cuentan en esta familia los peces á quienes las tradicio- 
nes de Plinio concedian la aptitud de detener embarcacio” 
nes en su curso. A esta fábula dió origen la Pega, por tener 
un disco con el que forma un vacio muy poderoso. 

Este órgano sucsor, adhesivo, 4 modo de ventosa, proce- 
de de la primera aleta dorsal espinosa, transformada en una 
doble serie de láminas cartilaginosas, transversales, movil- 
bles, dentadas en su borde libre, posterior, y que ocupa la 
parte superior de la cabeza y el cuello. Sírvense de este 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 313 


aparato para fijarse en otros animales y objetos—buqnes por 
ejemplo, como parásitos ó comensales; ó simples pasajeros 
en tren express, para salvar en breve tiempo grandes dis- 
tancias, sin más que aferrarse bien. Rémora de los antiguos. 
Reverso de los conquistadores, porqne cuando se fijan pare- 
cen al revés. El nombre Pegador es de Parra. 


Seis especies de Pega, Rémora 6 Pegador, cita el Profe- 
sor Poey, distribuidas en 4 géneros. 

Una de ellas suele hallarse en las branquias de las Picu- 
das — sphyraenarum; otra en las Agujas — tetrapturorum; 
otra en los Tiburones — remora; otra se distingue por el 
brillo metálico de su color verde general — metallica. 

De la conquista data el relato de que los indios aplica- 
ban el Guaicán á la pesca de Tortugas, á cuyo fin llevában- 
le atado á sus piraguas, lanzándoles sobre dichos Quelonios. 

En las costas orientales de Africa se aplican todavía á la 
pesca, particularmente de tortugas, según 1. Holmwood 
(Proc.of the Z. $. 0f London, 1884. La Zoología de Colón, por 
J. I. de Armas). Para comerlas hay que desollarlas. Poey di- 
ce que la carne es buena y jugosa, sin dejo desagradable. 

Llega á un metro de largo. 


87. Pega. — £cheneis remora Linné. Fondo común, pat- 
) 

do oscuro uniforme. Homodonta. Una faja negra, realzada 

por otra blanca inferior, se extiende desde el extremo del 

hocico á lo largo del tronco. El disco adhesivo entra en la 

longitud total del cuerpo, más de cuatro veces, y cuenta de 

21 á 24 pares de láminas óseas. Es la más común. 


Se encuentra asímismo en el Mediterráneo, Indias Orientales, 
Japón. (Enum.) 

Remora. De los mares cálidos, al N. hasta New-York y San 
Francisco. Se halla comunmente adherida á tiburones de gran 
talla. (J. 4. G.) 

Suckers 6 Sucking-fishes. No se les come, é interesa conocerlos 


como enemigos de muchos peces importantes. (Goode.) 
1 AAA 


314 : ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Las 5 especies siguientes llevan también el nombre de 
Pega. 

Rhombochirus tetrapturorum Poey. Pega de las Agujas. 

Disco amplio según la edad, con 18 4 23 pares de lámi- 
nas. Heterodonta: en ambas mandíbulas, el vómer, la len- 
gua. Parte inferior de la cabeza, linea ventral, una mancha 
en las pectorales y una parte de las ventrales, de color más 
claro que el resto del cuerpo. 


«No he aceptado el nombre específico de Cuvier, porque indu- 
ce á creer que los radios pectorales no son articulados ni ramo- 
sos. Según A. Duméril no son blandos, sino óseos; si fuera así, 
mi especie sería diferente. He disecado y representado esta aleta 
en mis Memorias.» (Poey, Enum.) 

En los Echeneis -— según Jordan y Gilbert -——son normales, es 
decir, blandos, flexibles, los radios de las aletas pectorales; en los 
Rhombochirus son rígidos, anchos, óseos. Estos últimos — como la 
etimología genérica indica: rombo y mano — tienen sus pectora- 
les de forma rombal, cortas, anchas, de radios planos, amplios, 
duros «aunque provistos de la articulación usual, parcialmente 
osificados.» (J. € G.) 

J. € G. dan la primacía al específico de Cuvier: RR. osteochir. 

Leptecheneis Naucrates L. Pega, Guaicán. Pegador. Pardo azu- 
loso, dorso y vientre oscuros. Una lista negruzca salpicada de 
blanco, ancha, se extiende del ojo al hocico. Caudal, pectorales y 
ventrales, negras, con bordes pálidos. Disco alargado. (J. «€ G.) 
Descrita por Poey — Mem. 11 — con el nombre de Echeneis Guai- 
can. A esta especie corresponde lo dicho sobre aplicación piscato- 
ria por los indios cubanos, calidad de sus carnes, etc. 

J. € G. prescinden del primer nombre poeyano, y mantienen 
el de Echeneis naucrates L., con el vulgar Pegador. 

Phthirichthys lineatus Menzies. Disco dos veces tan largo co- 
mo ancho, entrando 41 veces en la longitud del cuerpo. Color 
. negruzco con dos fajas laterales blanquecinas. Mares tropicales 
hasta South Carolina. (J. € G.) 

En su sinonimia incluyen J. « G. la Phth. sphyrenarum (pá- 
gina 970.) 

Como característica genérica señalan 10 láminas en el disco, 
dientes cortantes en el palatino. La etimología: piojo y pez. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. Sl 


Leptecheneis metallica Poey. Verde con brillo metálico, atenua- 
do en la garganta. Una lista más subida, del opérculo al maxi- 
lar, por debajo del ojo. (Mem.) 


CORIFÉNIDAS. (Coryphenide). 


En esta familia figuran varias especies de corso, alguna 
de mucha cuenta. La más notable y común es el 

88. Borado, — Coryphena hippurus Linné. Eran Delfin. 
Oliváceo en la parte superior. Blanco ó dorado en la infe- 
rior, salpicado de azul luciente. Caudal amarilla. La bri- 
llantez de sus colores en vida, desaparece instantáneamente 
con la muerte. 


Es el Dorado ó Delfin de los antiguos. 

Ardiente perseguidor de los Peces voladores, cuyos saltos fuera 
del agua sirven de seña segura para conocer la presencia de los 
Dorados. 

Es el mismo que recorre las alturas del Atlántico. En todos 
los mares cálidos. Común en el Golfo de México. 


Jordan y Gilbert le asignan 6 piés de largo. 
Carne buena. En Mariel le señalan 10 kilos. 


El Dorado de Andalucía y el Daurad ó Daurat de Mallorca, 
Menorca é Ibiza, pertenecen al mismo género. 


BRÁMIDAS. (Bramide). 


Representan esta familia en Cuba, 3 especies del género 
Brama, que llevan el nombre vulgar de la siguiente, que es 
la más notable. 

89. Catalufa de lo alto. — Brama Agassizi Poey. 


Jordan y Gilbert, siguiendo á Cuvier, dan como característi- 
ca genérica la carencia de vejiga natatoria. Poey la ha visto, 
reventada por los gases que habían echado el estómago del pes- 
cado fuera de la boca; y yo también, en este último caso. 


316 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Ello proviene de habitar las grandes profundidades, lo alto, 
como señala su específico vulgar, y en la Introducción quedó ex- 
plicado. 

Fundan su nombre trivial, el color rojo y el tamaño 
graude de sus ojos — que ocupan el centro de la cabeza. 

Carne exquisita. Poey describe un individuo de 60 cen- 
timetros de largo. 


LAMPRÍDIDOS. 


Representada en nuestras aguas de vez en cuando por 
una de las especies más bellamente coloreadas, que se ha- 
llan en las regiones septentrionales del Atlántico, y que 
también se deja ver por el Mediterráneo. 

Es la 

90. Mariposa. — Lamprts guttatus Briimnich. Color lila 
salpicado de plata. Vientre rosado. Dorso, cabeza y opércu- 
los, azul marino. Aletas, vermellón. Carne colorada. Cuer- 
po comprimido. Mide, según Lowe, de 3 4 4 piés. 

Llega á pesar 44 kilos. (Poey, Ktepert. 1). 

Alcanza 4 piés y más de largo, y «se dice que es excelente de 
comer.» (Goode.) 


LEPTÚRIDOS. 


Sus representantes cubanos no reclaman más que una 
simple mención, por lo extraño de sus formas. Son los dos 
siguentes: 

91. Tirante, — Avozymetopon teniatum Poey. Compri- 
mido. Ventrales rudimentarias. Dorsal extendida desde el 
occipucio al arranque de la cola, que es muy reducida y 
ahorquillada. Ano en la región media del cuerpo. Muy ra- 
ro, Largo como de metro y medio y 10 centím. de alto. 

92. Sable. — Zepturus lepturus Linn. Cuerpo acintado. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 317 


Cabeza larga. Boca ancha. Dientes desiguales muy fuertes. 
La dorsal ocupa todo el dorso. Anal muy larga. Color pla- 
teado uniforme. De mares cálidos. | 
Peces de lo alto muy voraces, que alcanzan considerables 
dimensiones: según J. € G., 39 +120 vértebras. 
En el Mariel le asignan 1 y medio kilos de peso, y esti- 
man regular su carne. 


A la misma familia pertenecen el Pez sable de Andalucía, y el 
Sabre de Cataluña y Valencia. 

Mariel. Máx. 13 kil. Carne regular. Corrida, de Enero á Mar- 
zo. Exportación, vivo, 445 kil. Cons. loc. fresco: 223 kil. Pesca 
anual, máx. 1,150 kil. (Veiga, 1891). 

J.  G. le colocan en el género Trichiurus de Linné, que vale 
por cola capilar. A esto responde también el vulgar norte-ame- 
ricano Hair-tail. En la costa de Texas le dicen Sabre-fish y Silver 
Eel. 

Trichiurus lepturus. Vulgarmente Cutlass fish, en las Antillas 
inglesas. Mide regularmente de 25 á 30 pulgadas, mas alcauza 
hasta 5 piés de largo. Tiénesele por bueno de comer. (Goode). 


Dr. J. ViLaro. 


(Continuará). 


MEDICINA LEGAL. 


Informe acerca de las causas que produjeron la muerte del Dr. R..... 


Por el Dr. V de la Guardia, 
SESIÓN DEL 2% DE OCTUBRE DE 1891. 
(Conclusión). 


La serie de particulares que hen:os ido exponiendo, nos 
ha llevado como de la mano 4 admitir alguna forma de' 
envenenamiento. La naturaleza de los sintomas, así cmo 
los signos negativos hasta cierto punto justifican la idea 
enunciada, los primeros están bastante bien definidos y en 
el conjunto de todo lo ofrecido por el Dr. R... predomina 
como carácter esencial una excitación de los centros ner- 
viosos talinente violentas y de tanta rapidez que después de 
una serie de convulsiones generales, como último resultado, 
vino la muerte. Los primeros indicios en estos Casos, se Ca- 
racterizan particularmente por la invasión repeutina en me- 
dio de las apariencias de una salud perfecta, v casl siempre 
poco tiempo después de la ingestión de una bebida ó un 


alimento cualquiera—la violencia es descomunal, las fun- 
ciones todas de la economía se detienen por completo y la 
terminación por lo general es funesta á pesar de los más 
enérgicos tratamientos—s! en este caso no hubiésemos tenl- 
do la relación bastante detallada de los síntomas que constan, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 319 


en la declaración proporcionada porel Dr. S .. que no es 
ningún personaje vulgar sino hombre de ciencia, que posee 
título académico, pudiérase dudar de la veracidad del hecho, 
pero los sintomas que señala el Dr. S..., corresponden— 
mejor dicho—ofrecen una analogía manifiesta con los sinto- 
mas que produce la ingestión de uno de los venenos de la 
clase de los neurosténicos: además el Dr. KR... persona 
inteligente y de estudio y con seguridad nada impresionable 
tenia conciencia de lo que desgraciadamente le ocurría y no 
era sólo el interfecto el que así lo creía al mismo Dr. 5... 
le pasaba otro tanto, puesto que en su primera declaración 
y expone «que quedaba en la duda de si ingirió ó nó algún 
veneno asfixiante» y es de extrañarse que el Dr. $... ob- 
serve en su juicio final tanta seguridad, pues asevera ter- 
minantemente, de un modo categórico, «que ni ante morten 
ni post morten ofreció sieno alguno que pudiese hacer pre- 
sumir la ingestión de la nuez vómica ó de alguno de sus 
preparados» y para ello dice que tiene fundamentos cientí- 
ficos y que tampoco han sido comprobados en la autopsia 
importantes signos peculiares á la muerte tetánica. Ls de 
lamentarse que el Dr. S... no haya expuesto sus «funda- 
mentos cientificos» y esos signos peculiares á la muerte tetá- 
nica que no quedaron comprobados. 

Los profesores A..., B... y O... aseguran á su vez 
también de un modo categórico y en su última declaración, 
que: «ni el cuadro de síntomas que presentó es análogo, ni 
recuerda el que presentan los venenos conocidos hasta el 
día»: con seguridad estos profesores al sostener una opinión 
tan concreta y definida debieron haber tenido en cuenta los 
mismos «fundamentos científicos» que el Dr. S..., los cua- 
les, como él ha dicho, no se conocen. 

Uno de los síntomas, el más importante y el más cono- 
cido de los envenenamientos, es sin contradicción la brus- 
quedad y la brutalidad en el ataque (L. du 5.), gozando 
cualquier individuo de una salud perfecta, se ven apurecer, 


320 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


de repente, los accidentes más graves que nada puede espli- 
car. Subre todo lo que más llama la atención es la imposibi. 
lidad en que se encuentra el médico de poder agrupar los 
sintomas, de modo que le permitan reconstituir el cuadro 
más ó menos conocido de alguna enfermedad. 

Admitida la idea de una intoxicación, los hechos hasta 
ahora comprobados, nos autorizan con alenna lógica á en- 
contrar en la familia de los estrícneos la sustancia venenosa 
que ha podido originar al fallecimiento del Dr. KR... 

En la muerte del Dr. R... tenemos sobre todo su 
propia declaración, que no es otra que la relatada por el 
Dr. S... el mismo día que ocurrió el hecho, y en ella ha- 
bría de verse con seguridad los puntos de contacto que guar- 
da, lo que va diciendo al Dr. KR... que siente y la relación 
que hacen los autores más distinguidos acerca de los sinto- 
mas que presentan los individuos victimas de una Intoxica- 
ción por los extrícueos: se experimenta primero un sabor 
amargo, muy amargo hacia la faringe, hacia la parte de atrás 
de la boca: después de un tiempo variable que, fluctúa entre 
diez minutos y una hora de ingerido el venemo sobreviene 
un malestar indefinible, inquietud, una angustia que va cre- 
ciendo, contracciones tónicas, una rigidez muscular más bien 
general que local, los maxilares se contraen involuntaria- 
mente, la cabeza se hecha hacia atrás, el cuerpo entero se 
apodera de una agitación, hay convulsiones que tienen lu- 
gar en todos los músculos de la vida animal, participan de 
esas convulsiones, los músculos de la faringe y del exófago 
lo mismo que el pene; la palabra es entrecortada, se hace 
afónica, la deglutición se dificulta, á pesar de todo esto la 
inteligencia se sostiene clara, la respiración es corta, breve 
y convulsiva, el enfermo no puede cambiar de lugar, que- 
dándose acostado sobre el dorso, aparecen sacudidas convul- 
sivas de los miembros que se contraen como el resto del 
cuerpo: la cara se colora y se pone vultuosa, en el momento 
en que la muerte parece inminente los músculos ceden, la 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 321 


calma sigue á la rigidez espasmódica, vienen posteriormente 
accesos más fuertes que el primero, el cuerpo formando una 
sola pieza es levantado por sacudidas convulsivas que llegan 
al más alto grado, hay trismo, los miembros rígidos sufren 
convulsiones, la punta del pié se vuelve hacia dentro, la res- 
piración se suspende, la piel se pone azulosa ó violácea, ojos 
salientes, pupilas dilatadas, pueden presentarse otros accesos 
y en uno de ellos el fallecimiento tiene lugar. Tardieu agre- 
ga, la acción de los venenos neurosténicos es siempre muy rá- 
pida y la muerte que producen, algunas veces casi súbita, no 
es precedida más que de convulsiones seguidas bien pronto de 
coma. Tal es la analogía que ofrece la declaración de $... 
en ese particular que parece en parte extractada. 

Efectivamente es de aceptarse que las contracciones te- 
tánicas que no vió5S..., desde luego no existieron. Pero 
ante la aseveración de Tardieu, opinión siempre indiscusti- 
ble, en cuestiones de esta naturaleza, el envenenamiento 
puede existir ó existe, «precedida únicamente la muerte por 
convulsiones.» 

Orfila fija el término ordinario del envenenamiento á 
siete ú ocho minutos despues de la manifestación de los pri- 
meros accidentes. 'Paylor afirma que los sintomas nunca 
aparecen antes de media hora después de la ingestión de la 
sustancia y Tardieu expone «de un modo general es permiti- 
do decir que el intervalo de tiempo que separa la ingestión 
del veneno de la explosión de los accidentes está compren- 
dido entre cinco y veinte minutos, tres cuarto de hora ú 
una hora y raro es que tarde algo mas.» Según Nuwnely los 
ataques convulsivos son tan variables como posibles en sus 
formas y en sus grados y agrega: «no hay enfermedad es- 
pontánea de ninguna clase que yo sepa á la cual puedan 
relacionarse esos sintomas)». 

¿Por qué no sobrevino el opistótomo? ¿Por qué no se 
presentaron convulsiones violentas, que le arrojaran de la 


cama, como sucede en algunos casos? 
T. xxIx—41 


822 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Porque—y en el caso presénte se puede sostener esta 
hipótesis—el Dr. KR... casualmente no ingirió sino estricta- 
mente la cantidad necesaria para morir en esas condiciones 
y nada más, Las formas clínicas, consideradas como tipos 
exactos, no suelen encontrarse en otra parte sino en los 
libros. 

El Dr. R..., apenas si pudo beber el agua que pedía 
con ansiedad para vomitar (no tuvo náuseas ni vómitos). 
¿Por qué no pudo beber el agua sino en escasa cantidad? 
El Dr. S... lo atribuye al temblor de los miembros que ha- 
clan derramar el agua al llegar 4 la boca pero del mismo 
modo, ¿no puede uno preguntarse si lo que había no era 
una dificultad para deglutir y si los músculos de la faringe 
no estaban contraidos, lo que puede ser lógico puesto que 
las convulsiones y las contracciones en estos casos son gene- 
rales? 

Los signos suministrados por la investigación macroscó- 
pica, podian corresponder á los que acusa la intoxicación 
por los estricneos. Por otra parte no debe esperarse, dice 
Tardieu, encontrar en los órganos examinados después de la 
muerte, las trazas caracteristicas y en cierto modo especifi- 
cas del envenenamiento por la estricnina, lo mismo que, no 
se encuentran á consecuencia de la ingestión de cualquiera 
otro veneno no mineral; no es menos cierto que este género 
de muerte deja, si no constantemente á lo menos amenudo, 
lesiones múltiples algunas veces profundas y muy significa- 
tivas por su naturaleza y sitio y más adelante “los signos 
comprobados en las lesiones no tienen ni la especialidad ni 
la constancia que pudieran servir para formar una convic- 
ción absoluta acerca de la realidad del envenenamiento.” 

Las relaciones de autópsias que constan en el proceso, 
odas admiten hiperemias más ó menos marcadas, así en el 
pulmón como en el cerebro y sus membranas; alteraciones 
son estas comunes 4 algunas formas de envenenamiento, sue- 


le encontrarse también una congestión notable de la médu 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 323 


la y sus cubiertas al mismo tiempo que extravasaciones san- 
guineas en ese lugar, y los médicos peritos no examinaron 
este órgano, según hace constar uno de los profesores que 
firmó el acta notarial, y es de sentirse, pues, esta alteración 
comprobada ó no constituía sieno de alguna importancia. 
Excepción hecha por el Dr. B..., todos los profesores al 
examinar el estómago y los intestinos exteriormente, y pu- 
dieron observar extensas vascularizaciones, manchas rosá- 
ceas y algunos hasta manchas equimóticas, y por más que 
estas alteraciones tampoco puedan ser características, cabe 
en lo posible que hayan sido producidas al contacto de la 
sustancia venenosa; no es de creerse que sea debido á la pu- 
trefacción no haciendo alución á ella, ningnno de los profe- 
sores indicados. 

Nunnely y Fuller, de Londres, han encontrado Ingurgl- 
tados los vasos de la medula, extravasaciones sangineas y 
las membranas muy rojas. Enmert dice lo mismo, enorme 
hiperemia de la médula. En el mayor número de casos el 
corazón esta vacio y más ó menos fuertemente contraido, 
esta vacuidad coincide con la fluidez de la sangre. Devervie, 
en los animales que ha hecho morir por la estricnina, ha en- 
contrado tan solo estados congestivos muy irregulares y pat- 
ciales, ordinariamente poco considerables en razón de la ra- 
pidez de la muerte y fluidez constante de la sangre. Coze, 
citado por Rabuteau ha observado siempre rubieundez de la 
mucosa intestinal en los caballos envenevados con nuez vó- 
mica. 

Aún hemos encontrado otro signo en la relación hecha 
por los peritos y S... (por más que los profesores que fir- 
nmuron el acta no la aceptan) y es en lo que se refiere al 
abundante derrame seroso en los ventrículos. Tanquerel de 
Planches, citado por Tardieu “ha notado el aflujo seroso de 
que puede ser sitio el aparato cerebro—espinal en los casos 
de envenenamiento por la estrienina.” 

Los Médicos peritos hacen hincapié en un signo que ase- 


324 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


guran no notaron, y que dan como característico en las in- 
toxicaciones indicadas y uos referimos á la rigidez cada 
vérica. Dice Legrand du Saulle: “la rigidez cadavérica 
persiste ó sobreviene en los primeros momentos que siguen 
á la cesación de la vida.” Rabuteau: “la rígidez persiste lar- 
go tiempo, sin embargo la he visto desaparecer á las 36 ho- 
ras” y siá las 36 horas en Europa y en un país frio ha cesa- 
do la rigidez, nada ofrece de extraño que en un pals tropi- 
cal como el nuestro, haya cesado á las 28, mucho más 
habiendo sido traido el cadáver en muy malas condi- 
ciones, recorriendo una distancia de 15 kilómetros. Cita 
Rabuteau otro caso (envenenamiento por cuatro centigra 
mos de estricnina) en el cual la rigidez cadavérica fué mo- 
derada. Dice Taylor: “los signos después de la muerte 
varian, en algunas circunstancias, la rigidez contínua.” 

Un caso de Tardini Bonfanti, citado por Tardieu dice: 
“ios miembros torácicos muy flexibles, los miembros abdo-: 
minales un poco rigidos, los dedos de las manos en flexión 
pero no completamente apretados.” 

Dice Hoffinann: “el resaltado de la autópsia no ofrece 
nada caracteristico; se ha señalado un desarrollo intenso y 
persistente en la rigidez cadavérica lo mismo que una torsión 
tetánica de los miembros; hemos observado en dos casos una 
curvatura muy pronunciada en la planta de los piés con ex- 
tensión considerable de los mismos, pero estos signos se ha- 
llan también muy amenudo en otras clases de muertes vio- 
lentas. Es todavía dudoso que la contractura debida al 
tétanos pueda persistir mucho tiempo después de la muerte. 
Lo mismo que no está probado que esta última se establez- 
ca al momento de la muerte en el envenenamiento por la 
estricnina ó cualquiera otra clase de muerte. Experiencias 
en animales nos han demostrado que aún si la muerte tiene 
lugar en el más violento acceso de tétanos los músculos es- 
tán sin embargo relajados después de la muerte, y no se en- 
durecen sino por la rigidez cadavérica consecutiva.” 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 325 


Casi siempre la rigidez es más intensa y más persistente 
que en los casos de muerte ordinaria (Rabutean). 

Nunnely y Fuller, de Londres, dicen: “otra particulari- 
dad importante es la rigidez más ó menos persistente de los 
músculos después de la muerte, es bastante dificil asignar á 
este carácter un valor cierto en razón de las variaciones na- 
turales ó accidentales que puede ofrecer el desarrollo de esa 
rigidez.” Todo lo que puede decirse (Tardieu) con relación á 
las lesiones producidas por envenenamientos, es que son muy 
variables rara vez especificas, algunas nulas ó á lo menos 
poco aparentes. 


$ 
xk 
Conclusiones del informe de los peritos químicos.—1% Que 
en las visceras remitidas no existe ningún tóxico mineral ni 
vegetal; 22 que en la botella que dice “Quinium Labarra- 
que,” y enel pomito más pequeño entregado por el Sr. KR... 
existe un glucócide que por sus reacciones químicas y fisio- 
lógicas deducen que es digitalina; 32 que la digitalina es un 
elucócide tóxico á la dósis de más de 56 miligramos habien- 
do clases determinadas de este tóxico mucho más violentas 
en sus efectos; 42 que la digitalina no entra en la compo- 
sición normal del Quinium Labarraque; 52 y último, que 
este tóxico procedente de la planta Damada dieital purpúrea 
suele no hallarse en el cadáver de los envenenados con ella 
por difundirse y transformarse rapidamente en el organismo. 


E E 

Ll análisis químico en la parte que se refiere á la inves- 
tigación de las visceras, ha dado resultados negativos—cir- 
cunstancias particulares pueden haber influido en ello: —en 
primer lugar, consta por declaración de estos peritos, que no 
se les envió (por lo menos ellos no lo recibieron), ni parte 
del hígado ni del riñón, órganos de los más importantes des- 
de este punto de vista, donde acumulándose la sangre por lo 


326 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


general, en ellos tiene lugar la mayor parte de las veces, la 
eliminación de la sustancia tóxica, constituvendo así sus 
principales emunctorios—no es disculpable ese olvido, si es 
que lo ha habido en los médicos, á los cuales encumendoó el 
en segundo lugar, el tubo digestivo 


Juzvyado la necropsia 
al ser extraido, debió haberse colocado en un frasco con el 
líquido que contenía, separado de las otras visceras. Ls 
asunto capital, dice Tardieu, que nunca se cansará de repe- 
tirlo: es una condición esencial que facilita singularmente 
el trabajo del químico; lo mismo dice con no menos insis- 
tencia, de una regla que con frecuencia no se cumple y que 
la recomienda de un modo absoluto; es necesario cuidar de 
no agregar nada en las vasijas donde se han colocado los ór- 
ganos extraidos del cadáver, la adición de un líquido conser- 
rador cualquiera, la adición sobre todo de alcohol, no es so- 
lamente inútil sino perjudicial, la composición desconocida, 
y alguna vez la impureza de los líquidos así empleados, oca- 
siona para el análisis químico, complicaciones desagradables. 
En tercer lugar, el único frasco que contenía las visceras 
llegó en muy malas condiciones, los peritos así lo manifies- 
tan: “de la caja todavía cerrada, donde venían los efectos, 
se escapaba un líquido alchohólico y de muy mal olor.” 
Además parece que esos efectos fueron remitidos ya algún 
tiempo después de ocurrido el accidente, los peritos extien- 
den su declaración el 18 de Febrero, esto es, un mes y diez 
y ocho días pasado el hecho; no acusan fecha de recepción, 
y en un asunto de esa naturaleza, es seguro que no emplea- 
ron tiempo tan exagerado para evacuar su cometido. 

El análisis químico que dá siempre resultados ciertos en 
las investigaciones de venenos minerales y de algunos vege- 
tales, no permite amenudo aislar el principio activo de cier- 
tos venenos extraidos de vegetales cuya energía es, 4 pesar 
de todo, extraordinariamente temible. 

Hay ciertas sustancias venenosas que no pueden ser 
encontradas y aisladas convenientemente, no siendo posible 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 327 


comprobar su presencia, y esto no siempre, más que por los 
efectos fisiolóvicos que las materias extraidas determinan 
“sobre los auimales sometidos á su acción. 

Los venenos orgánicos están todos compuestos de los 
mismos elementos, que son: el carbono, el hidrógeno, el óxi- 
geno y el az0e, de estas cuatro sustancias niuguna es dañi- 
na, puesto que diariamente para su alimentación el hombre 
ingiere cantidades considerables de ellas en forma de carne, 
pan, agua, etc., es pues exclusivamente la proporción y su 
modo de combinación, asi como el arreglo intrínseco de los 
átomos, que determinan las propiedades venenosas. Ln las 
sustancias orgánicas capaces de producir con más rapidez la 
muerte, como el ácido prúsico, la extricnina, etc., no hay 
un elemento venenoso en particular: resulta de aquí que 
toda modificación, toda alteración Ó cambio elemental del 
veneno orgánico tendrá por efecto alterar ó destruir absolu- 
tamente su individualidad y su actividad intrínseca. 

La consecuencia de estos hechos es por una parte que el 
experto está obligado ú aislar y extraer estas sustancias, ta- 
les como han sido administradas y por otra, que d conse- 
cuencia de su alterabiidad y de su movilidad, es dificil con 
frecuencia sustraerlas á las probabilidades de destrucción que 
ofrecen los mejores medios para su alslamiento.—( Zardieu. ) 

Separar del seno de una masa infecta de órganos una 
cantidad, casi imponderable de una de esas sustancias, es 
una operación, sino completamente dificil, 4 lo menos eri- 
zada de dificultades. 

Aún entónces, esto es, cuando el veneno no dejando tras 
él ningún signo material de su paso, sin embargo, es impo- 
sible que la vida sea destruida de un modo tan brusco sin 
que el organismo se encuentre profundamente alterado, y es 
probable que esta alteración vaya á efectuarse sobre lus ele- 
mentos anatómicos de los tegidos y en particular sobre los 


elementos vivientes de la sangre, sobre los glóbulos que al 
momento se alteran por el contacto del veneno cuando des- 


328 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


pués de haber sido absorbido recorre todos los vasos: puede 
así darse cuenta de la rapidez con la cual generaliza su ac- 
ción un veneno, á causa de la velocidad de la circulación de 
los glóbulos en los vasos, explicándose de antemano el gra- 
do de acción tóxica por la influencia que los glóbulos ejer- 
cen sobre todos los fenómenos intimos de la recomposición 
y de descomposición de los tegidos elementales, fenómenos 
esenciales de la vida orgánica, que no pueden ser detenidos 
sino deteniendo á su vez con ellos, la misma vida. —( Berge- 
ron y Ollivier.) | 

ln lo que se refiere á la extricnina en particular, dice 
Taylor, no parece sufrir ningúu cambio en el cadáver por la 
putrefacción (y se citan casos en los cuales se ha hallado 
la extricnina mucho tiempo después de fallecido el sujeto); 
pero puede desaparecer del estómago, y en una causa que 
cita-—de Pearson—en que la muerte cla ramente fué debida 
á la extricnina, el profesor Scattergood no encontró en el 
cuerpo más que 1116 de grano de extricnina, y es probable 
que si este individuo hubiese vivido algunas horas más no 
se hubiese encontrado nada. El Dr. Camerón dice que en 
el caso de un individuo envenenado por su suegra con ex- 
tricnina, ninguna traza del veneno se encontró en las visce- 
ras: esta cuestión, agrega, Taylor, 4 la hora presente está 
resuelta en gran parte—una persona puede morir envenena. 
da, aunque no se le pueda hallar el veneno en el cuerpo. 
Si la dósis de extricnina no ha pasado de cinco centigramos 
(Taylor) la investigación se hace muy difícil; pero si la dósis 
ingerida no escede de dos centigramos, sobre todo, si esta 
cantidad ha dado la muerte, habrá que perder toda esperan. 
za de encontrarla en ningún caso; en otros términos, la ex- 
tricnina absorbida no puede ser descubierta en la profundi- 
dad de los órganos. Taylor no concede á la extricnina la 
propiedad de matar mas que descomponiéndose y destru- 
yéndose en la sangre y sostenía que la investigación química 
no podría nunca llegar á encontrar más que las porciones 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 329 


excedentes. Tardieu agrega, “por el contrario cualquiera 
que sea el estado en que Ja extrienina se encuentre en los 
órganos, absorbida, ó no, puede ser hallada, á ménos que 
no sea esa cantidad demasiado mínima, y esta dificultad existe 
lo mismo para este veneno que para los otros.” 

Preguntado Taylor ¿suponieudo que se sepa la dósis mi- 
nima capaz de destruir la vida se encontrarían las trazas? 
contestó: —“Nó, esa cantidad es absorbida y no puede ser 
descubierta en el estómago; la más pequeña cantidad de 
extricnina por la cual he destruido la vida de un animal, es 
la mitad de un grano y no hay procedimiento conocido por 
el cual tal dósis pueda ser descubierta en los tegidos.” 

Otro autor inglés, Christison asegura con la autoridad 
que le pertenece, que es sumamente dificil y aún imposible 
encontrar siempre la extricnina. 

Y en un proceso célebre eu Inglaterra—el de Palmer, 
sin haber podido probar la investigación química la presen- 
cia de la extricnina, aquél fué condenado. 

Por último, Hofmann agreya, “los resultados negativos (se 
refiere ¡ la investigación química) no prueban que no baya 
habido envenenamiento, existe una série de venenos que la 
química en el estado actual es impotente para encontrar 
por ejemplo en la mayor parte de los venenos animales y 
vegetales.” 

Algunos autores de notabilidad reconocida sostienen que 
en toda clase de envenenamiento si la investigación química 
no es suficiente para acusar la presencia de la sustancia tó- 
xica, la experimentación fisiológica la comprueba, pero las 
ptomainas perfectamente estudiadas por Brouardel, que se 
encuentran en los individuos que no han muerto envenena- 
dos, no producen iguales efectos que las sustancias ó alca- 
loides que se extraen de los intoxicados? ls esta una de las 
cuestiones pendientes de estudio en la actualidad y que es 
posible pase algún tiempo todavía sin que llegue á resolverse. 


T. xx1ix—-42. 


330 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


En cuanto á la digitalina halláda por los peritos químicos 
en el Quintum-Labarraque y en el líquido suministrado por 
el Sr. R..., la comisión tiene poco que agregar á lo mani- 
festado por los Dres. A... B...,0... y S...:lossintomas 
ofrecidos por el Dr... R..., nada, absolutamente nada, ha- 
cian presumir una intoxicación por la divitalina. 

Existen en los libros que tratan de toxicología, única- 
mente cuatro casos de envenenamientos comprobados por la 
digitalina, tres casuales, y el otro un suicidio; en ninguno de 
ellos sobrevino la muerte. En cuanto al caso de La Pomme- 
ray, cientificamente no pudo testificarse el hecho. 

La relación de los sintomas señalados por Tardieu, es 
la siguiente: una hora ó dos después de la ingestión se ha- 
cen sentir los efectos del veneno, malestar general conside- 
rable, vértigos, sensación de calor que sube á la cabeza, náu- 
seas, cefalaluia, alguna vez frio, sudores frios, alternativas 
de calor y frio, perturbaciones de la vista. Después, ansied 1d 
precordial, dolor en el epigastrio, vómitos precedidos de es- 
fuerzos violentos muy penosos, repetidos y acompañados de 
evacuaciones líquidas, el menor movimiento trae el vértigo 
y el aturdimiento, respiración oprimida, pulso primero fre- 
cuente, disminuyendo luego hasta bajar en algunas horas á 
30 y 20 por minuto, con frecuencia, vibrante é irregular, 
muy pronto caen en una Indiferencia extrema, imposibilita- 
dos para moverse y hablar, los ojos se salen casi de las órbi- 
tas, contracciones espasmódicas de los miembros, piel fría, 
pulso imposible de sentirse, orinas suprimidas, calambres y 
dolores agudos en los miembros que hacen arrancar gritos: 
según el Dr. Blachez, la muerte tiene lugar del mismo modo 
que sucede cuando existe una pérdida considerable de sangre. 

¿Cómo llegó la digitalina á esos frascos? Es asunto que 
ignoramos y con particular empeño hacemos constar que de 
ningún modo habremos de hacer comentarios que puedan 
relacionarse, más Ó ménos, con esa circunstancia. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. Jl 


Hasta ahora han sido examinados los ll clínicos, los 
signos anatómicos, los datos suministrados qor la investiga- 
ción química, faltan examinar ciertos particulares suministra- 
dos por aquello que pudiérase llamar circunstancias acceso- 
rias, que no por ser accesorias dejan de tener importancia y 
á veces marcadísimas. Nos referimos á la declaración del 
Prodi Sustalamformaroal Juzgado cuál: erasla 
enfermedad que sufría D. J... L... S..., que como se 
sabe, en su casa ocurrió la muerte del Dr, R.... dice el Dr. 
S... que cuando vió á L... la primera vez, lo encontró 
con unas contracciones intermitentes y sumamente dolorosas 
que invadían las dos extremidades inferiores, comunicándose 
cuando eran muy violentas á las superiores, encontrando 
algún alivio cuando oprimía con sus manos las de otra per- 
sona, que lo encontró con meteorismo y fiebre de 392, len- 
gua pastosa y saburral y eu un estado de exaltación nervlo- 
sa bastante manifiesta, que esas contracciones dolorosas le 
acomitian á la misma hora. las dos de la tarde, por cuya 
intermitencia tan periódica y tan fija, diagnosticó una fiebre 
larvada de forma nerviosa, le dió quinina; que cuando tuvo 
la recaida ob3ervó con el Dr. R-.. quela periodicidad no era 
tan franca, pero la iudole de las contracciones no perdió 
nada de su primer carácter, y que diagnosticaron tetunía de 
Corvisart, que desistieron de esa opinión por faltar algunos 
caractóres, que dadas las condiciones especiales de L... de 
ser fuertemente gástrico, escesivamente nervioso é impresio- 
nable, al ver esos ataques, verdaderamente nerviosos, pre- 
valeció que el enfermo estaba bajo la acción de un histerls- 
mo. Elestado de salud en la actualidad (17 de Febrero 
de 1891) es bueno, pero que sometido á una acción cual. 
quiera se perturba y excita de tal modo, que hasta la tem- 
peratura se eleva.—Con fecha 17 de Febrero, expone lo 
s¡omento eh Dr.D: do Ri .que Doda y de Ul..... «y Aste 
dijo que cada vez que L... tomaba las cucharaditas del 
vino de quina, le producían convulsiones y que la tarde 


332 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


anterior (á la muerte del Dr. KR...) había tomado una cu- 
charadita y le había producido mayor convulsión. La Comi- 
sión de Medicina Legal se limita á hacer constar la mani- 
festación anterior. : 

Lu forma irregular de ese padecimiento, el cual, los mis- 
mos médicos que asisten al Sr. L... no tienen donde clasi- 
ficar, como se vé, de una fiebre palúdea larvada, pasan 
á una tetania, y de ésta van á refugiarse en el histerismo, 
entidad patológica de ancha base; nótase dá primera vista que 
es una circunstancia que oscurece más bien que aclara el 
particular que ellos indican. Se vé, desde luego, que la en- 
fermedad es rara, rarísima, y como a fuerza de citas á veces” 
es como hay que llegar al esclarecimiento de un hecho, ha- 
brá de permitirse que haga la siguiente, posible que sea ya la 
última, es de Tardieu, y dice asi, (parece que se refería á 
un hecho análogo) “los sabios redactores de La Gaceta Heb. 
domadaria hán admitido la hipótesis de un envenenamiento 
sucesivo con el auxilio de pequeñas dósis de extricnina; ad- 
ministrada á dósis muy aproximada, pueden simular así el 
verdadero tétano.” La hipótesis de los redactores de la Ga- 
ceta ofrece bastante relación, aunque no fuese más que por 
el nombre con la Zetania de Corvisart, observada en L... 

¿s mucha coincidencia que parece extenderse más allá 
de los límites de lo admisible, que el Dr. KR... haya pre: 
sentado durante el ataque que le ocasionó la muerte, sinto- 
mas idénticos á los que produce la ingestión de la nuez vó- 
mica ó de sus preparados, y en la nisma época, días antes, 
el Sr. L... ofreciese en periodo de tiempo que no se deter- 
mina, accidentes análogos á4 los que produce 1gualmente la 
ingestión de la nuez vómica ó sus preparados, pero á peque- 
ñas dósis. La Comisión de Medicina Legal se atreve á seña- 
lar á la Academia ese particular, la coincidencia. 

La 

Lua Medicina Legal en sus aplicaciones ha de proceder 
siempre con extrema circunspección y nunca olvidar que 


DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 339 


sus conclusiones, exclusivamente prácticas, deben evitar en 
absoluto las teorías y jamás apoyarse en hipótesis, más ó 
menos probables; ha de llegar en las conclusiones de un modo 
preciso y directo al hecho único con el cual se relacionan.— 
No debe admitir más que dos categorías de hechos en lo que se 
refiere á la comprobación de los envenenamientos, aquellos 
en que la muerte puede ser atribuida á una lesión material, 
manifiesta y aquellos en que la causa de la muerte queda du- 
dosa; conviene sostenerse en estos términos para no separarse 
ni de la reserva á que obliga la naturaleza de los hechos judi- 
ciales, ni de la rigurosa exactitud que exige su aplicación. 

En consecuencia, la Comisión de Medicina Legal fun- 
dándose en todo lo que lleva expuesto, tiene el honor de 
proponer á la Academia resuelva la consulta del Sr. Juez de 
Instrucción de Sagua, que á la letra dice: “Para que se sir- 
va emitir dictámen acerca de las causas que motivaron la 
muerte del Dr. R...”, en los términos siguientes: 

Que en virtud de los síntomas presentados en el Dr. +... 
y teniendo en consideración que el resultado de la autopsia 
no comprobó nada imputable 4 enfermedades naturales— 
considerando además, circunstancias accesorias como lo ob- 
servado en D. J... L... $S..., podría inclinarse la Acade- 
mia á sostener que la muerte del Dr. R... fué producida 
por una intoxicación debida á la extricnina ó á alguno de 
sus preparados. —Más, como falta hasta cierto punto, la con- 
currencia de algunos particulares importantes para la com- 
probación del hecho, y sobre todo, dado que en el análisis 
químico practicado de las visceras, no se determina á su vez 
la presencia de dicho tóxico, no puede afirmarse nada en 
aquella conclusión. 

Por tanto: la Comisión es de parecer que la Academia eva- 
cúe en definitiva la consulta dereferencia, diciendo al Sr. Juez 
de Sagua, que no es posible precisar si la muerte del Dr. KR... 
fué natural ó producida por algún envenenamiento. 


Págs. 


INDICE 


REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAs Y NATURALES DE LA HA- 

BANA.—Sesión pública ordinaria del día 25 de Setiembre de 1892, por 

el Dr. Vicente de la GFuardia, Secretario........ Ln a Peste E 209 
OFTALMOLOGIA.—Conducta que debe observarse con las cataratas Dedos 

de glaucoma, por el Dr. Juan Santos Fernandez concconorieinicnanans Lesidir pik 299 
PATOLOGIA INTERTROPICAL.—Reproducción experimental «del hematozoario 

de Laverán (Layeranea Limnhemica), porel Dr. Tomás N. Coronado... 300 
ZOOLOGIA.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. VilQró.veccoorcocionccccaroros. DIO 
MEDICINA LEGAL.—Informe acerca las causas que produjeron la buena del 

Dr.Ri....:, porel Dr, Vicente: dela Guarda iioorres nens non danaana si ao e 318 
El Centro aldo Biosca de Matanzas, por la, a 334 
Congreso Médico Pan-Americano (aparte)...... A A ERA 
ENrtomoLoGrIa.—Contribución al estudio de los Calcopisas de la Isla de 0 

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 13 aparte). 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


_—_— AAA 2 Á 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes: 

El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados 
en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. 

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-conyento de San Agustín) se yen- 
den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 
Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología > y la Entomología Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, 
por el Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman 
por el Dr. Finlay. 


PA.  _— 


¿pd RA, AS A dE Ol 


dá ANALES 


NEAL ACADEMIA 
CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES | 
DE LA HABANA. a 


A ——— í 


REVISTA CIENTIFICA 


DIRECTORES: 


D. José Y. Torralbas y D. Marcos de J. Meiero, 


ENTREGA 340. 


TOMO XXIX. | nl 
ENERO 15. Sl 


PABA ASUNTOS DE ADMINISTRACION | CANJE Y CORRESPONDENCIA 
DIRIGIRSE | DIRIGIRSE 
AL DR. D. MIGUEL BRIVA Secretario general de la Real Academia de Ciencias, 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA | CALLE DE CUBA 
CAMPANARIO NUMERO a45. ¡ (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN ) 


HABANA. 


Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número qo, 
1893. 


¿AS 


$ 


A eN pl 


Ln as 


ESPE, 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del 3 de Noviembre de 1892. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Dr. D. F. Q. del 
Valle: Lavin, Torralbas (D. José [.), Montané, Agui- 
lera, Castellanos, Plasencia (D. 1.), Saenz Yanez, Mestre, 
Oubas, Casuso, Santos Fernández, Machado, Vilaró, Do- 
noso, La Torre y La Guardia, Secretario. 


Abierta la sesión á la una y media de la tarde y escusa- 
da la asistencia de los Dres. Lastre y Núñez P. y V. P., los 
Sres. Académicos, en atención á los merecimientos del Doc- 
tor Valle acordaron que ocupase la Presidencia. El Dr. Va- 
lle toma la palabra y en términos expresivos da las gracias 
á los Sres. Académicos por el alto honor que dice, se le dis- 
pensa. 

Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. Segul- 
damente se leyó una carta del Sr. Dr. D. Vicente Hernán- 
dez que á la letra dice: “Excmo. Sr. Presidente de la Real 
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la 
Habana.—Hubana 27 de Octubre de 1892,—Mi distinguido 
amigo: La relación adjunta comprende las obras de mi Bi- 
blioteca de Medicina que cedo 4 esa Real Academia, de la 


que es Vd. su digno Presidente, rogándole lo haga así pre- 
T. xxIx—49. 


338 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


sente como una prueba del alto aprecio en que la tiene su 
afectisimo amigo y S. S. Q. B.S. M.— Vicente Hernández.” 
He aqui la lista de los libros: 


Relación de las obras de Medicina que cede 4 la Academia de 
Medicina de la Habana el Sr. D. Vicente Hernández. 


Theses de Chirurgie, 10 volúmenes. 

Theses de Chirureie et de Medicine, 1 volúmen. 

Boudin.—J'levres des pays chands et preparations arsé- 
nicales, 1 idem. 

Caizergues. —Mémoire sur la contagion de la fievre jau- 
ne, l idem. 

Bally Francois Pariset.—Histoire Médicale de la fievre 
jaune, 1 idem. | 

Baumes.—Fievres remittentes, 2 idem. 

Campet.—Traité practique des Maladies graves, 2 idem. 

Levacher.—Guide Medical des Antilles, 1 iden». 

Puguet.—Maladies des pays chands, 1 idem. 

Hernández. —Essal sur le Tiphus et sur les fievres dites 
malignes, putrides, bilieuses etc., 1 idem. 

Cailliot.—Traité de la fieare jaune, 1 idem. 

Valentin.—Traité de la fievre jaune, 1 idem. 

Perardin. —Memoires sur la fievre jaune, 1 idem. 

Rochoux.—Recherches sur la fiebre jaune, 1 idem. 

Monfalcon.—Histoire Medicale des Marais, 1 idem. 

Dalmas. —Fievre jaune, 1 idem. 

Melange.—Observations sur le tetanos, 1 idem. 

Dazille.—Observations sur le tetanos, 1 idem. 

Taillefes. —Fievre jaune, 1 idem. 

Manzini.—Inoculation. Fievre jaune, 1 idem. 

Piannini.—Nature des fievres, 2 idem. 

Bérard et Denonvilliers. —Chirurgie practique, 3 idem. 

Le Riverend.—Observador habanero, 3 idem. 

Longet.—Phisiologie, 2 idem. 

Mueller. —Phisiologie, 2 iden». 


Ds 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 3399 


Michel Levy.—Traité d” Hygiene, 2 idem. 

Richet.—Traité d' Anatomie, 1 idem. 

Guerin.—Memoires, 1 idem. 

Chailly Honoré.—Traité des accouchements, 1 idem. 

Cazeaux.—Accouchements, 1 idem. 

Samuel Cooper.—Pathologie chirurgicate, 1 iden. 

Astley Cooper.—CEvres chirurgicales, 1 idem. 

Cambray.—De la Dysenterie, 1 idem. 

Lallemand.—Pértes seminales, 3 idem. 

Burdach. —Phisiologie, 9 idem. 

Racle.—Diagnostic Medical, 1 idem. 

Beraud.—Manuel de phisiologie, 1 idem. 

Civiale.—Lithotritie, 1 iden. 

Mercier. —Recherches sur les valvules du col de la ves- 
sie, 1 idem. 

Leroy D' Etiolles.—Lettres et memoires, 1 idem. 

Leroy D' Etiolles.—Des Angusties, 1 idem. 

Reibard.—Retrecissements du canal de l uretre, 1 1d. 

Desperrieres. —Fievres de St. Domingue, 1 idem. 

Bouneau et Sulpicv.—De la fievre jaune, 1 idem. 

Dévéze.—De la fievre jaune, 1 idem, 

Bonnet.—Des fievres intermittentes, 1 idem. 

Jobert.—Des fistules, 1 idem. 

Dubouchet.—Maladies des voies urinaires, 1 idem. 

Becquerel. —Semeiotique des urines, 1 idem. 

Vidal. —Maladies veneriennes, 1 idem. 

Theses de Medecine, 2 idem. 

Memoires de Medecine, 2 iden». 

Melanges de Chirurgie, Medecine et Chimie, 1 idem. 

Velpeau.—Maladies du sein, 1 idem. 

Document sur la fievre jaune, 2 idem. 

Memoires de chirurgie, 1 idem. 

Boyer.—Maladies chirurgicales, 11 idem. 

Dupuytreu. —Clinique chirurgicale, 6 idem. 

Velpeau.—Clinique chirurgicale, 3 idem. 


340 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Lisfranc.—Clinique chirurgicale, 3 idem. 

Lisfranc.— Medicine opératoire, 3 idem. 
Bonnet.—Maladies du foie, 1 idem. 
Gendrin.—Medecine practique, 3 idem. 
Chomel.—Clinique Medicale, 3 idem. 
Rostan.—Medecine clinique, 3 idem. 

Rostan.—De l' Organicisme, 1 idem. 
Gosselin.—Maladies du testicule, 1 idem. 
Barthez.—Maladies goutteuses, 1 idem. 
Dicffenbach.—La Chirurgie, 1 idem. 
Bland.—kRecherches sur la laryngo-trachette, 1 idem. 
Gendrind.—Maladies de l encephale, 1 idem. 
Chassainac.—Ecrasement lineaire, 1 idem. 

Durand Fardel.—Ramollissement du cerveau, 1 idem. 
Rostan.—KRamollissement du cerveau, 1 idem. 
Chabert.—Reflexiones Médicas, 1 idem. 
Boivin.—Hemorrhagies de ' uterus, 1 idem. 

Mme. Lachapelle.—Practique des accouchements, 3 1d. 
Dupierris.—Topografía Médica de la Habana, 1 idem. 
Bouillaud.—Maladies du coeur, 2 idem. 
Grosourdy.—El Médico botánico criollo, 2 idem. 
Celle.—Hygiene des pays chands, 1 idem. 
Laudouzy.—De I' Hysteire, 1 idem. 

Rostan.—D” Hygiene, 2 idem. 

Bernard.—Phisiologie, 1 1dem. 

Sappey.—Traité d* Anatomie, 6 idem. 

Sedillot. —Medecine operatoire, 2 idem. 
Malgaigne.—Medecine operatoire, 1 idem. 

Skoda. —Percusion et auscultation, 1 idem. 

Pouppé Desportés. —Maladies de S. Domingue, 3 idem. 
Bouchardat.—Annuaire de Therapeutique, 1 idem. 
Monlau.—Grado de certeza en medicina, 1 idem. 
Raciborski.—Puberté et age critique chez la femme, 1 1d. 
Bichat.—La vie et la mort, 1 idem. 

Becquerel. —Hygiene, 1 idem. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 341 


Bayard.—Medecine legale, 1 idem. 

Vidal. —Pathologie externe, 5 idem. 
Giacomini.—Therapeutique, 1 idem. 
Scarpa.—Maladies de yeux, 1 idem. 
Robert.—Maladies veneriennes, 1 idem. 
Ricord.—Syphilis, 1 idem. 

Mercier.—Maladies urinaires, 1 idem. 
Mackenzie.—Maladies des yeux, 1 idem. 
Valleix.— Pathologie interne, 5 idem. 
Grissolle.—Pneumonie, 1 idem. 
Follin.—PathoJogie externe, 2 idem. 
Marjolin.—Memoires de l' Academie de chirurgie, 3 id. 
Valleix.—Neuralgies, 1 idem. 

Durand Fardel.—Maladies des vicillards, 1 idem. 
Briquet.—Quinquina, 1 iden. 
Sydenham.—Medecine practique, 2 idem. 
Louis.—De la Ptthisie, 1 idem. 
Trousseau.—Ptthisie laryngaee, 1 idem. 

Louis. —Recherches anatómo-pathologiques, 1 idem. 
Bretonneau.—Diphtherie, lidem. 
Forster.—Anatomie pathologique, 1 iden. 
Becerd.—Anatomie generale, l idem. 
Civiale.—Maladies genito urinaires, 3 idem. 
Andral.—Pathologie interne, 3 idem. 
Andral.—Clinique Medicale, 5 idem. 
Bousquet.—De la vaccine, 1 idem. 
Baudelocque. —Peritonite puerperale, 1 idem. 
Cayot.—Ulinique Medicale, 1 idem. 

Bonnet.— Maladies articulaires, 1 idem. 
Rochoux.—L apoplexie, 1 idem. 
Hunter.—Maladie venerienne, 1 idem. 
Bouchut.—Maladies des nouveaux nes, 1 idem. 
Roux.—Practique chirurgicale, 2 idem. 
Haspel.— Maladies de 1 Aluérie, 1 idem. 

Total 221 volúmenes. 


342 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Después, la Secretaría hizo presente que se habian recibi- 
do invitaciones para asistirá la colocación de la primera pie- 
dra del edificio que la Diputación Provincial destina 4 Es- 
cuela de Artes y Oficios, y otra invitación, lo mismo que la 
anterior, de la Diputación Provincial, para la Sesión de 
apertura y distribución de premios de la escuela de Artes 
y Oficios. El Secretario representó á la Corporación en am- 
bos actos. 

El movimiento de Secretaría y los libros é impresos re- 
cibidos es el siguiente. 


CorRESPONDENGIA RECIBIDA.- Oficio del Comandante de Ma- 
rina y Capitán del Puerto, pidiendo nuevo inferme sobre el 
estado mental de M. G. P., cuyos documentos acompaña. 


BisLroreca.—““Los Tres reinos de la Naturaleza. —Botá- 
nica;” 1 tomo en pasta. 

“The Sanitarian;” vol, XXIX, núm. 276. 

“International Medical Magazine;” vol. I, núm. 9. 

“Journal d* Hygiene;” vol. XVII, núm. 840. 

“La Tribune Medicale;” 2* rerie, núms. 39, 40, 42 y 43. 

“The Brooklyn Medical Journal;” vol. VI, núm. 11. 

“Gaceta Médica de Granada;” año X, núm. 222. 

“La Independencia Médica;” año XXVII, núms. 51, 
52 y 59. 

“¿Archivos de Ginecología y pediatria;” año V, núms. 25, 
21 y 28. 

“Revista de Medicina y Cirugía prácticas;” año XVI, 
núm. 390. 

“Revista de Medicina Dosimétrica;” año XIV, n? 164. 

“Boletín de la Real Academia de Ciencias;” año I, vl. L 

“Carta sobre la historia primitiva de la fiebre amarilla, 
por el Dr. C. Carrillo y Ancona;”, un cuaderno. 

“Repertorio Médico Farmacéutico;” año IM, n*% 10 y 11. 

“Consideraciones sobre el cólera, por el Dr. G. Aróste- 
gul;” un cuaderno. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 343 


“Revista de Ciencias Médicas;” año VII, núms. 20 y 21. 

“Revista Cubana;” año VII, tomo 16. 

“Progreso Médico;” año 1V, núm. 11. 

“Anales de la Sociedad Odontológica;” año XIII, n? 10. 

“Revista del Foro;” año IL, núms. 58, 59 y 60. 

“El Album;” año I, núms. 11 y 12. 

“Elementos de Botánica, por el Dr. Vilaróy 
un cuaderno. 


) 


1? parte, 


Énterada la Corporación de la donación que hacía el 
Dr. D. Vicente Hernández, acordó que se les diesen las más 
expresivas gracias y al mismo tiempo se le manifestase que 
el ejemplo que había dado al remitir los libros indicados era 
acto de generosidad muy digno de encontrar imitadores. 


Pasando á la orden del día ocupó la Tribuna el Dr. Mon- 
tané y levó la primera parte de su trabajo acerca de las 
Propiedades excitantes y reparadoras de ciertos liquidos de 
origen orgánico, prometiendo terminarlo en la sesión próxima. 

Los Dres. Santos Fernández y Casuso, en turno, aten- 
diendo á las circunstancias que concurren en el Dr. Corona- 
do, Académico Corresponsal, por deferencia al mismo, con- 
vienen en que se lea primero el trabajo del referido Doctor 
Coronado el último anunciado en la sesión. Con este motivo 
lee el Dr. Santos Fernández el mencionado trabajo titulado 
“La reproducción experimental del hematozoario de Lave- 
rán.” (Véanse los Awvares de 15 de Diciembre de 1892). 

Terminado el trabajo del Dr. Coronado toma la palabra 
el Dr. 'Torralbas y manifiesta que lo considera interesantisi- 
mo y que debe publicarse en los AwaLes cuanto antes. El 
Dr. Saenz se expresa en iguales términos que el Dr. Torral- 
bas y agrega que la Academia accediendo al ruego del Doc- 
tor Coronado debe nombrar alguno de sus miembros para 
que compruebe esas notabilísimas investigaciones y en con- 


344 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


sonancia propone al Dr. Tamayo para que se ocupe de ese 
estudio, llevando á efecto las comprobaciones que se indi. 
can, recayendo acuerdo afirmativo acerca de este particular. 

El Dr. Santos Fernández lee su trabajo anunciado sobre 
“La conducta que debe observarse en los casos de cataratas 
invadidas de glaucoma.” (Véanse Awanes de 15 de Diciem- 
bre de 1892). 

El Dr. Casuso que debía hacer una comunicación oral 
acerca de la eclampsia y su tratamiento, ruega 4 la Acade- 
mia, en virtud de lo avanzado de la hora, que le permita 
posponer su comunicación que es algo extensa para la próxi- 
ma sesión: en cambio da cuenta—con objeto de hacer his- 
toria acerca de la Cirugía en Cuba— de tres grandes opera - 
ciones llevadas á efecto últimamente en la Quinta de Higiene, 
dos ovariotomlas dobles (una practicada por el Dr. Delga- 
do) y un caso de pelvi-celulitis izquierda, operado por la 
vagina; en él se hizo primero una laparotomia esploradora, 
pero eran tantas las adherencias del ligamento ancho y los 
intestinos que fué necesario desistir en esa vía, como se ha 
dicho posteriormente, se dió salida al pús por la vagina ob- 
teniéndose un resultado satisfactorio gracias sin duda á la r1- 
gurosa antisepsia empleada. 

Las dos ovariotomias dobles, igualmente fueron corona- 
das del éxito más satisfactorio. 

No tiene palabras con que elogiar la conducta del Doc- 
tor Delgado al establecer de un modo positivo y evidente y 
con el rigor exigido, la antisepsia en todo lo que se relacio- 
na con estas operaciones; en la Quinta de Higiene se han 
efectuado ya veinte operaciones de esa indole y ¿ la ver- 
dad todas de resultado satisfactorio, atendiendo á no haber 
presentado ninguna complicación después de operada. 

Cuenta solamente un caso desgraciado y el fallecimiento 
tuvo lugar durante la operación; se trataba de un fibroma 
enorme que exigió un manual operatorio de tres horas de 
duración, los uretres se encontraban tan gruesos que se con- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 345 


. 


fundían en los intestinos, desde luego los riñones estaban 
enfermos. 

Hay que creer en la antisepsia como en asuntos de reli- 
gión, los hechos así lo comprueban. 

Concluida la breve comunicación del Dr. Casuso, el Pre- 
sidente dió por terminada la sesión. 


A E 


T. xx1x.—44 


REAL ACADEMIA, 


COMUNICACIÓN ORAL 
RESPECTO A UN REPTIL PROCEDENTE DE MÉJICO. 


Por el Dr. D. Cárlos de la Torre. 
(SESION DEL DIA 11 DE OCTUBRE DE 1892.) 


El Dr. La Torre: hace una comunicación oral en la que 
presenta á la Academia el curioso ejemplar de un reptil, 
procedente de Méjico, de ocho centimetros de largo, el que 
podrán apreciar nuestros lectores por el grabado que de él 
tenemos el gusto de ofrecerles, cuyo reptil le fué dado por 
D. Rafael Pazos, previa recomendación del Dr. Delfin. El 
ejemplar es interesante, dijo, por varios conceptos: ante to- 
do se cree que haya llegado con otros dos á4 Candelaria, en 
donde fué recogido después de una manga ó de las corrien- 
tes ciclónicas que tuvieron lugar en Vuelta-Abajo 4 media- 
dos de Octubre. Sin responder á la veracidad del hecho, 
admite la posibilidad de semejante medio de traslación. En 
efecto: Darvin y Heeckel en sus capítulos interesantes acer- 
ca de la Oorología ó Distribución geográfica de los organis- 
mos, «citan numerosos ejemplos de aparición de reptiles, 
batraceros, insectos, etc., en localidades muy distintas de su 
habitat, trasladados por las corrientes aereas ó por las trom- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 347 


bas; asimismo es bien conocido el curioso fenómeno de las 
lluvias de ranas que reconocen una causa idéntica. Aquí 
en la Isla de Cuba contamos con una observación auténtica 
debida al eminente naturalista, socio de mérito de la Aca- 
demia, Dr. Juan Gundlach, quien recogió en los momentos 
mismos del ciclón de 1874, un pez (Ronco-MHemulon) pro- 
cedente de la costa del_ Sur, y que cayó en el batey del in- 
genio “La Fermina,” cerca de Jovellanos, en la época refe- 
rida. Con estos datos, y no perteneciendo este reptil á la 
fauna cubana sino á la mejicana, fácil es admitir el hecho 
de que haya salvado por el aire el brazo de mar que separa 
el cabo de San Antonio en esta Isla, del de Catoche, en Yu- 


catán; pero tampoco se le oculta la posibilidad de que haya 
venido en la manga de algún viajero, por lo que no tiene 
datos suficientes para responder de la autenticidad del he- 


348 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cho. Pertenece este curioso animal á la clase de los Repti- 
les, orden de los Saureos, sub-orden Crassilinguios, familia 
de los Agamidos, sección de los Pleurodontes, género Phry- 
nosoma, especie Orbiculare, descrito por Wiegman en su 
Herpetología Mexicana 6 Descríptio Amphibiorum .Nove 
Hispania, 1828. 

El nombre Phrynosoma—derivado del griego Phrynos, 
bufo y soma cuerpo—alude á semejanza general por la for- 
ma de un sapo. Su nombre vulgar según Brehm, es Zapa- 
ya, según Claus, Zapayaxin y García Cubas en su revista de 
México, escrito para la Exposición de París de 1889, llama 
impropiamente Camileon lo mismo que á las otras dos espe- 
cies Harlanii y Taurus del mismo género. 

Los Phryrosomas son representantes de los Estelios en- 
tre los iguanidos; su cuerpo es ancho, deprimido y espino- 
so, la cola corta y gruesa; cabeza pequeña cuadrangular, la 
nuca armada de ocho púas, dos mayores, los costados con 
doble serie de espinas; el cuerpo cubierto de escamas con 
púas obtusas y desiguales en el dorso, y escamas pequeñas 
iguales y empizarradas en el abdomen. Color ocraceo con 
manchas irregulares negras y pardas bordeadas de amarillo, 

Han estudiado sus hábitos, Hernández, Sumichrast y 
Wallace. Vive en las grietas y escabrosidades del terreno, 
confundiéndose con él 4 causa de su color apropiado al mi- 
metismo. Los movimientos son poco activos, se alimenta 
de unos coleópteros llamados escarabajos de arena que son 
tan apáticos como él; su sobriedad es tan proverbial, que 
los naturales del país dicen que se mantiene del aire. 

En confirmación de este aserto afirma el disertante, que 
el ejemplar que presenta á la Academia ha permanecido 
cuatro semanas en su poder sin tomar absolutamente más 
que agua. 

Es inofensivo, pero irritado lanza por los ojos y por la 
nariz según Hernández y Wallace un líquido rojo como 
sangre. 


Z00LOGIA, 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


MALACANTIDOS. 


Sus representantes en Cuba son el Matejuelo real— Ma- - 
lacanthus Plumieri — y el Tumba — Caulolatilus cyanops — 
ambos de poca cuenta. 


J. € G. describen dos especies de Caulolatilus, con los vulgares 
Whitefish y Yellow-tatl, una, y el de Blanquillo la otra. 


ESFIRÉNIDAS (Sphyrenide). 


Agrupación muy notable, porque sus individuos son de 
mucha cuenta en razón de su abundancia, de su magnitud 
y de su categoría gastronómica. Figura en ella la famosa 
Picuda 6 Barracuda, de que trataré en la sección de nues- 
tros Peces siguatos Ó susceptibles de ensiguatar. En ésta no 
caben más que las dos especies siguientes: 

Primero en derecho culinario y por lo tanto en tiempo, 
es el 

93. Cuaguanche. — Sphyrena Guaguancho Cuv. Dicho 


350 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


también Fuaguancho y Fuabancho. Cuerpo alargado, fusi- 
forme, cilindroide. Cabeza muy larga, aguzada. Dientes an- 
chos, agudos, desiguales, mandibulares y palatinos. 24 vér- 
tebras. Caudal ahorquillada. Una faja verdosa encima de la 
línea lateral. Pescado siempre sano. Carne de muy buen 
gusto, apreciada por los gastrónomos, particularmente frito. 

En la Habana se pesca. por partidas, que abundan más 
á4 fin de año, cuando realizan arribazones. Inmigran en pri- 
mavera para desovar, permaneciendo en nuestra bahía con 
sus crias: á éstas se les da el nombre de Pelones. 

El adulto alcanza 13 kilos. 


Habana. Máx. 500 gramos. Corrida, en Mayo y Junio. Arri- 
bazón, de Octubre á Enero. Cons. loc. fresco. No se conserva ni 
exporta. Artes, de red. Pesca anual: 48,180 kilos. (Paredes 1891). 

Mariel. «Se pesca en pequeñas cantidades, y se nota disminu- 
ción gradual de año en año. No se conoce corrida, y se cree que 
el que se pesca es criado en esta bahía, por haberse encontrado 
huevado en diversas épocas del año.» (1887). Datos posteriores 
arrojan lo que sigue: 

Peso máximo, de 500 gramos á 1 kilo. Corrida, de Enero á 
Marzo, en la Bahía. Otro informante [1891] dice que en prima- 
vera. Exportación vivo: 519 kil. Cons. loc. fresco: 163 kil. No se 
conserva. Pesca anual, máx. 1,190 kil. [1891]. 

Mantua. Le dicen Guavancho. Abunda todo el año. Corrida, 
de Abril á Mayo. Arribazón en Diciembre y Enero. [1880]. 

Cienfuegos. Máx. 600 gramos. Arribazón, en Enero: bajos des 
puerto. (Aguirre, 1891). 

Según dice D. Luís A. Ramos, vocal de aquella Comisión de 
Pesca, con la malla reglamentaria — véase Lisa-- desaparecería 
la pesca del Guaguanche. Es de de atenderse á ésto — dice — 
«perque dada la abundancia de este pez en la corrida, su falta 
infiu."ía de una manera muy sensible en la balanza del mercado». 
Agregu que, «si la Junta tiene el deber de mirar por la procrea- 
ción de ¿os peces, cuidando de que no se mate su cría, no por eso 
debe desatender al pescador y al público consumidor por un ex- 
ceso de celo.» También se invoca en favor de la modificación de 
la malla reglamentaria, propuesta al tratar de la Lisa, «la situa- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 351 


ción excepcional de 300 familias.» Propónese, igualmente, que 
esta red así modificada, «se use sólo en los litorales N., $S. y O. de 
la bahía; estándole vedada la parte oriental, desde la parte de 
Guanaroca hasta la punta de La Cueva, como principales criade- 
ros de una multitud de peces» Y por último, que en aquella «de- 
marcación sólo les sea permitida la red volante de 25 milímetros, 
arte que podrán emplear en cualquier pesquero de Jagua.» 

Reducidas las mallas, 4 buen seguro que quedara ningún 
adulto para contarlo. Esto lo sabe tan bien como yo, cualquier 
chinchorrero. Antes que de las crías, se cura el legislador de pre- 
servar —en cuanto cabe — las hembras enovadas y los machos 
fertilizadores de sus posturas. Destruidos los sementales, como de 
seguro se destruirían aceptada que fuese la modificación propues- 
ta, en todo pudiera pensarse menos en tener crías. Esto de sen- 
cillo se pasa. Es así como hay que atender al pescador y al pú- 
blico, así es como se debe considerar la situación excepcional de 
las familias. 

Trinidad. Le dicen Guabancho. Máx. 1 kil. Corrida, en Marzo 
y Abril. Cons. loc. fresco. 800 kil. Artes: cordel 4, redes 2, chin- 
chorro 1. Embarcaciones: botes 2, cayucos 2, tripulación 10. 
(1891). 4 

Nuevitas. Máx. 1 kil. Corrida en Junio: esteros y ensenadas 
Cons. loc. fresco: 952 kil. (1891). 

Guantánamo. Máx. 0'50 kil. Corrida, en Mayo y Junio, al 
puerto. Arribazones, en Enero, á las bocas. Cons. loc. fresco. (Pe- 
rin, 1891) 

Cuba. Santiago de. Máx. 1 kil. Abunda todo el año. Consu- 
mo local fresco. [1891]. 

Goode « Bean le asignan 18 pulgadas de largo. Desde cabo 
Cod hasta Florida y Cuba. (J. € G.) 

94. Pieudilla, — Sphyrena Picudilla Poey. Adelgazada 
en ambos extremos. 2 listas pardo-doradas paralelas, á lo 
largo del cuerpo, en su parte media. Congénere del (ua- 
guanche y la Picuda, pero especie distinta. Vive en la bahía 
de la Habana en igualdad de caso y condición que el Gua- 
guanche, según Varela y Lesmes. Común. Desova en pri- 
mavera. 

Carne buena. 60 centímetros de largo. 


TZ ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


POLINEMÁTIDOS. 


La genérica radical de esta familia — muchos hilos -— 
alude á los apéndices procedentes de la pectoral, que funda 
también el nombre vulgar de sus dos especies cubanas. Solo 
cito la siguiente: 

95. Barbudo. — Zrichidion plumieri Lacép. Siete apén- 
dices pectorales. Plateado. 


Mariel. Carne buena. Máx. 1 kil. [1883]. Corrida, de Enero 
á Marzo, en la bahía. Export. vivo, 982 kil. Cons. loc. fresco, 283 
kil. Pesca anual máx. 1200 kil. [1591]. 

Matanzas. Desove en Marzo. [1880]. 

J. £ G. funden el género Trichidion en el Polynemaus. 


MUGÍLIDOS. 


Todas sus especies son importantes, por el grado de de- 
sarrollo que alcanzan algunas, cuanto por la buena calidad 
de sus carnes y huevas. A la cabeza de sus representantes 
cubanos se halla la 


96. Lisa. — Mugil Lebranchus Poey. Como características 
más notables exhibe: las mandibulas desdentadas, provistas 
de cilios cortos, flexibles, y la organización particular de 
su aparato digestivo. 

Los notables trabajos anatómicos del Prof. Giúnther acerca 
de la Lisa — que reproducen los Profesores G. B. Goode, Jordan 
« Gilbet y otros — explican bien el proceso alimenticio de este 
importante Mugílido. 

La ingestión de alimentos tiene lugar, tomando una cantidad 
de arena y cieno, que luego es sometida á la acción de los hue- 
sos faríngeos durante algún tiempo; expulsando por último las 
partículas más groseras é indigestas. 

Para prevenir el paso de cuerpos mayores al estómago, así 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 358 


como á través de las branquias abiertas, los órganos faríngeos se 
hallan modificados de suerte que constituyen un filtro. 

Los huesos suprafaríngeos — upper pharyngeals — tienen una 
forma algo irregular: un tanto arqueados, con la convexidad ha- 
cia la cavidad faríngea, agusados por delante, anchos por detrás. 
Están, además, cubiertos por una membrana espesa, blanda, que 
alcanza más allá de la margen del hueso, y está sembrada super- 
ficialmente de cilios córneos diminutos. 

Cada arco branquial dispone á cada lado en toda su exten- 
sión, de una serie de peines ó rastrillos branquiales estrechamen- 
te unidos, que pendeú lateralmente; quedando cada serie adap- 
tada por modo estrecho á la del arco inmediato. Constituyen, 
pues, en su conjunto, una criba ó tamiz, admirablemente ade- 
cuada para dar paso solo al agua, reteniendo al mismo tiempo 
toda otra sustancia en la cavidad faríngea. 

El estómago es muscular — á la manera de la molleja en las 
Aves. 

El conducto intestinal ofrece también particularidades, como 
es consiguiente. Describe muchas circunvoluciones, al punto de 
medir dos metros de largo en un individuo de 31 centímetros. 
(Giinther, Study of Fishes; Goode, Nat. Hist. of Aq. Anim. J. « G., 
Contrib to N. A. Ichth. 


Color aplomado en la parte superior, con reflejos verdo- 
sos en el lomo; plateado en la inferior. Boca reducida, man- 
díbula inferior atrasada. Primera dorsal alojada en una ca- 
vidad; pectorales azulosas; ventrales y anal blancas; las 
demás aletas verduscas, v la caudal profundamente escota- 
da. Llega 4 80 centímetros de largo. 

Carne buena, abundante. Huevas muy apreciadas. Se 
consumen éstas y aquéllas frescas, saladas y curadas, como 
adelante veremos. 

Al joven suelen decirle Galambote, al adulto Lebrancho. 
La que en Mariel y otros puntos nombran Laseta, debe ser 
el individuo de mediano desarrollo, 


Su importarcia culinaria, industrial y comercial, impone el 
tratarla con tanta extensión como permiten los datos de que dis- 


pongo, relativamente á cada distrito de nuestro litoral. Son los 
T. xxIx—45. 


354 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


siguientes — entre los que consigno algunos á beneficio de inven- 
tario — como resultado del Interrogatorio oportuno (1). 


(1) Comandancia General de Marina del Apostadero de la Habana.—Inscripción 
Marítima. —INTERROGATORIO que debe ser contestado por las Comandancias de las 
Provincias y Ayudantías de los distritos, sobre la Lisa. 


Preguntas, 


1% Establecido yá que por corrida se entiende la época del desove, y por arriba- 
zón el buscar refugio en las costas durante el mal tiempo, ¿Cuándo tiene 
lugar la corrida de la Lisa? 

2 ¡Cuándo la arribazón? 

32% En uno ú otro caso, ó en ambos ¿de dónde procede? 

4% ¡En dónde lo verifica? 

5% ¡Qué tiempo dura la corrida y cuánto la arribazón? 

6% Durante dichos movimientos ¿qué vientos reinan? 

7% $Silos de algún cuadrante tienen particular influencia en la corrida ó en la 
arribazón ¿cuáles son y de qué modo influyen? 

8% ¿Las Lisas llegan juntas ó en determinado orden? 

9% ¿Son precedidas, acompañadas ó seguidas por otros peces? 

10? Caso afirmativo determinar: 

19 Quienes son. 
22 Con qué fijeza llegan. 
32 En qué orden. 
4? En qué cantidad. 
11? ¿Cuál es el tamaño ó el peso de las lisas? 
i? Al realizar la corrida. 
2? En su mayor desarrollo. 
12? ¿Qué peso presentan las huevas de las hembras? 
12 Antes de la época del desove. 
22 Al realizar este acto. 

13?* En tal ocasión ¿presentan alguna particularidad las glándulas seminales de 
los machos? 

14? ¿Qué alimentos contiene entonces el estómago en uno y otro sexo? 

15% Al realizar la corrida ¿presenta alguna novedad 

1? En los colores. 
2” En las aletas. 
32 En el grado de robustez. 
4% En la voracidad, etc.? 
16% ¿Qué influencia tienen las fases de la luna en la arribazón? 
17? ¿Cuál tienen en la corrida! 
18% Dada la existencia de esteros ó de trozos de mar en que la Lisa verifica la 
funciones de reproducción, determinarlos con límites precisos. 

19% Determinados que fueren ¿será conveniente prohibir la pesca en ellos de un 
modo absoluto durante todo el tiempo que en dichos actos se emplea? 

20* Consecuente con las preguntas 1% y 2% ¿en qué época debe fijarse la veda? 

21? ¿Cuánto tiempo ha de durar? 

22% ¿Qué peso debe de fijarse á la Lisa para ser vendida legalmente? 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 355 


Habana. Le dicen Liseta, cuando aún no se halla en estado de 
procrear; Galambote, después de haber desovado; Lebrancho, la de 
mayor tamaño; de 4 kilos en adelante. Lomo y aletas oscuras 
tirando á negro. Vientre blanco. Pesu: de 11 á 4 kilosí mínimo 


> ¿Qué razones hay para la prohibición absoluta en tiempo de veda? 
* ¿Cuáles en contra? 


Caso negativo, fundado en estas últimas ¿con qué artes pudiera permitirse 
la pesca fuera de los puntos de desove? 


> En la Lisa que habita ó arriba á esa localidad ¿cuál es 


1? El color general del cuerpo. 

2? El del lomo y del vientre. 

37 El de las aletas pectorales, 

4? El de las ventrales y anal. 

¿En esa localidad se designa la Lisa joven con el nombre de Galambote? 


28? Cuando es adulta, ¿se le llama Lebrancho? 


- Alguna particularidad además del tamaño ¿funda el nombre de Galanbote? 


Sucede otro tanto para decirle Zebrancho? 


+ El nombre de Liseta ¿radica en determinados caractéres, que haceen de ella 


una especie distinta de la Lisa ó se basa solo en su menor tamaño? 
¿Qué diferencia existe entre la Lisa y el Plateado? 


37 ¿Cabe confusión de la Lisa con el Macabi, mal llamado Lisa francesa? 
- ¿Qué condiciores de braceaje y demás ofrece el fondo de las localidades que 


la Lisa frecuenta? 


* ¿Es sedentaria ó de paso? 


367 ¿Las crías permanecen siempre ó sólo cierto tiempo en determinados espa- 
cios? 

377 ¿Qué acontece respecto á los adultos? 

38% ¿Qué artes se usan en la pesca de la Lisa en ese Distrito? O 

39% ¿Qué tamaño tienen los anzuelos empleados? Es 


43% 


* ¿Qué dimensiones las mallas? 
* Aquéllos ó éstas ¿reclaman alguna modificación? 
- En cuanto á las huevas de Lisa ¿qué procederes se siguen en esa localidad, 


1? Para su colecta. 

2? Para su preparación y conserva. 

32 Para su envío á los centros de consumo? 

De estos procedimientos, que habrán de detallarse, ¿cuál merece la prefe- 
rencia? 

44? ¿De qué manera pudiera perfeccionarse y ampliarse esta industria sin 
menoscabo de la conservación y abundancia de la especie.? 


» Datos acerca del consumo y exportación de huevas en ese distrito, por lo 


menos en el último quinquenio. 


. ¿Se registran en esa localidad casos de siguatera producidos por la Lisa? 
> ¿Qué especies son sospechosas ó realmente productoras de aquella enferme- 


dad? 


» ¿Qué signos, fácil y generalmente, apreciables presentan los peces siguatos? 


Habana, Mayo 20 de 1883.— Antonio Martínez.—.Dr. Juan Vilaró. 


356 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


indicado para la venta, 500 gramos. Huevas: de 120 á 500 gra- 
mos de peso. Se informa que pudieran salarse como las de otras 
especies que abundan en la Isla. La escasez de sal, por falta de 
explotación de salinas, hace más caros esos artículos. Las sala» 
zones que vienen de los Estados Unidos y Europa se venden más 
baratos que los pescados salados aquí. Esta industria no existi- 
rá mientras no se adopten resoluciones favorables á la creación 
de salinas en nuestro litoral: cosa bién fácil. Régimen limívoro. 
— Vive abundante y cría en la bahía. 

La corrida tiene lugar en las dos lunas de Noviembre y Di- 
ciembre. Procede de las lagunas y esteros. Con viento Sur reca- 
la con mayor abundancia. Después del desove, los adultos se 
retiran á su residencia. No tiene punto fijo de desove: ordinaria- 
mente en los esteros, donde vive todo el año. Existe en la costa 
Sud un estero llamado Santa María, con siete y medio pies de 
agua á la entrada, muy abundante en Lisa; cuyo estero comuni- 
ca por varios canales con el fondeadero llamado de los Perros, 
del que dista dos leguas. 

Cuanto á la veda, en razón de no ser fijos los puntos de deso- 
ve, se interesa que solo se prohiba en absoluto formar Corrales 
en las lagunas en que reside, ni en los esteros á donde sale á de- 
sovar. Debe prohibirse — agregan los informantes — solamente 
con redes de atajo ó de enmallar, como lo verifican ahora. — Las 
crias se hallan en la bañía, al rededor de los buques, según Va- 
rela y Lesmes. (1583). 

Los últimos datos oficiales bajan ul peso máximo á 6 libras. 
Corrida de Octubre á Enero como en Matanzas. Consumo local 
fresco, se sala y cúra. Pesca anual: 48,180 kilos. (Paredes, 1891). 

Matanzas. A la joven le dicen Liseta, por pequeña. Lebrancho, 
al adulto. Color general, azul oscuro. Lomo azulado. Vientre 
blanco. Pectorales blancuscas. Ventrales y anal, blancas. Dor- 
sal y caudal, oscuras. Pesan en la corrida de 13 á 23 kilos. Ma- 
yor desarrollo, de 3 431 kilos. Para la venta, deben entrar por 
lo menos tres en libra. Las huevas, de 120 á 150 gramos. Come 
hierbas, cieno, mariscos, iodo lo que encuentra. 


(Continuará). 


Da. Ji: Virano: 


MEDICINA LEGAL. 


áiALAá 


Informe en causa por parricidio y cinco asesinatos más, uno de 
éstos, consumado. 


Por el Doctor Vicente B. Valdés. 
SESIÓN DEL 27 DE SEPTIEMBRE DE 1888. 


Sr. Presidente: 

Por segunda vez tiene está Academia que dictaminar 
acerca del estado mental de D. J... Gr... P.... del M... 
procesado en Santa Clara por parricidio y cinco asesinatos 
más, de éstos, uno consumado. En la primera manifestó el 
Sr. Juez consultante que para emitir opinión necesitaba te- 
ner á la vista el resultado de una observación perictal toda- 
vía no practicada convenientemente; y como cousecuencia 
de ese parecer, esta Corporación recibió oportunamente la 
historia clínica del caso, recogida con esmero en el asilo de 
alienados. Pero la Comisión de Medicina Legal advirtió he- 
chos contradictorios en la conducta del presunto alienado, 
desde la ejecución del crimen hasta el período inclusive de 
su permanencia en el asilo: la misma observación recogida 
en ese estalllecimiento contenta elementos de juicio que se 
prestaban 4 interpretaciones opuestas: las opiniones estable- 
cidas por los facultativos sobre el estado cerebral de G..., 
acusaban una divergencia no explicada en los documentos 


358 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


testimoniados; y en tal situación, la Comisión llamada á in- 
formar, abrigaba algunas dudas que la impedían resolver la 
consulta. De aqui el acuerdo de esta Academia de solicitar 
la remisión del nombrado G... para que una comisión es- 
pecial se encargara de un examen directo. Efectuado éste, 
otra Comisión de Medicina Legal viene hoy ¿ proponeros 
una solución á los siguientes particulares que comprende la 
consulta. 

Primero.—““Si dada la resultancia de los testimonios, se 
puede juzgar que G... P... padezca realmente de imbeci- 
lidad ó lipemania en desarrollo tal, que de una manera 
completa le privó de sus facultades intelectuales ó de la ra- 
zón al perpetrar el hecho criminal.” 

Segundo.—“Si la lipemanía es una de las manifestacio- 
nes de la imbecilidad ó de la locura propiamente dicha, y 
cuáles son sus caracteres propios.” 

Tercero, —“Ln el caso de se ser real la imbecilidad ó l1- 
pemanía y de importancia tal que le privara por completo 
de la razón, si la padecía con anterioridad al hecho ó sobre- 
vino después, y en su caso si puede sacar en consecuencia 
que al efectuar el delito, obrara ó nó en intervalo de razón.” 

El hecho que origina esa consulta, puede resumirse en 
breves términos. El 18 de Noviembre de 1883, D. JJ... 
G... P... del M..., que residía distante de la casa de su 
padre, D, F..., fuéá visitar á éste, llevándole, á manera de 
regalo, una cuja de dulce de guavaba mezclado con estricni- 
na. De ese dulce comieron D. F..., su concubina y cuatro 
familiares más de los cuales dos eran niños, y parece, que 
también un perro, resultando un envenenamiento que 0ca- 
sionó la muerte del padre y de una hermana de G... 

Si el conocimiento completo de todas las circunstancias 
que se relacionan con ese hecho es necesario para un juicio 
acabado que satisfiga todos los particulares de la consulta, 
esa necesidad se señala más al presente, vistas las dificulta- 
des que ofrece el examen directo del procesado, según vere- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 359 


mos adelante. Desgraciadamente esta vez como siempre son 
tan limitados los elementos que para evacuar la consulta se 
han remitido, que una vez más tenemos que lamentar la de- 
ficiencia de ellos. Hemos dicho, como siempre, y justo es 
que hagamos excepción de las consultas solicitadas por la 
Real Sala de lo Criminal que se distinguen no solo por las 
fórmulas bien meditadas en que aquellas se expresan, sino 
por lo que al presente echamos de menos: el proceso origi- 
nal; viéndonos precisados á apreciar el hecho que ha de 
contener y reflejar el verdadero estado psíquico de G... al 
cometer el crimen, partiendo de su propia relación, relación 
dada por un presunto alienado. 

Forman la pieza testimoniada: 

19 El Auto del Juez instructor. 

2? La instructiva del procesado. 

37 Cuatro declaraciones y dos ampliaciones á las mismas 
ministradas por (-.... 

4% Diligencia del careo efectuado entre éste y su cuñado. 

5? Escrito de defensa. 

62 Trece deposiciones de testigos. 

72 Dictamen fiscal. 

42 Otro idem. 

5? Cuatro declaraciones de facultativos Médicos. 

Todos esos documentos son ya conocidos de S. S. por 
haberlos considerado en el primer informe. El documento 
pedulo entonces por esta Academia es 

6? Observación clínica practicada en el Manicomio. 

Las indicadas declaraciones del mismo procesado son los 
únicos documentos de más importancia, en lo que se refiere 
al estado mental de G... al cometer el crimen de que se le 
acusa, y, como vamos á ver, la contradicción es el rasgo sa- 
liente de ellas. 

Con intervalos de días, de horas también, sucesivamente 
afirma que no son ciertos los hechos que ha relatado y las 
rectifi:a con nuevas relaciones. Asi: ya expone que yendo 


360 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


AA 


desde Santa Clara para la casa de su padre, encontró en un 
camino un vendedor de dulce al cual compró del de guay a- 
ba, comiendo una parte de éste y reservando otra para su 
pudre; ya que efectuó la compra en una tienda y que ha- 
biendo guardado el dulce en un bolsillo del pantalón, donde 
también llevaba un papel con estricnina para matar un pe- 
rro, rotas las cubiertas del papel del dulce y del tóxico por 
os movimientos del caballo que cabalsgaba, esos cuerpos se 
mezclaron; ya también que su cuñado, por animosidad cons- 
tante contra su padre-——hecho que está corroborado por va- 
rios testigos— insistía frecuentemente para que le auxiliase 
en su propósito de dar muerte al padre político, y que fué 
él quien le dió el dulce ya preparado con ese criminal in- 
tevto; ya en fin, que esta última relación es faisa y se reco- 
noce único autor del envenenamiento, pero que al ejecutar 
éste v atribuirlo á su cuñado obedeció á un tío suvo, que 
después de muerto se le apareció ordenándole que procedie- 
ra de ese modo; una vez, dice, que llegado á la casa, entre- 
gó el dulce á su padre; otra, que lo colocó sobre una mesa; 
ahora refiere que en el camino comió del dulce; después 
niega este hecho y declara que tomó la parte que el padre 
le dió, al hacer la distribución, agregando que no experi- 
mentó mal alguno; en su primera declaración aparece lgno- 
rando quién es el asiático que le expendió el dulce, y sin la 
menor sospecha de que éste contuviese un tóxico; mientras 
que en otras confiesa que tenía conocimiento de la existen- 
cia del tóxico, de su destino y que de acuerdo con el cuña- 
do él había comprado la estricnina para llevar á cubo el pa- 
rricidio; en tanto que hoy, da fútil explicación de su actitud 
pasiva á la vista del dulce accidentalmente mezclado con la 
estricnina; mañana, en nueva deposición, se exhibe preocu- 
pado de realizar su plan homicida y confiesa que, sin em- 
bargo de presenciar la distribución del dulce adulterado, no 
le ocurrió la extensión del daño que con él causaba. Y des- 
pués de esa serie de relaciones, restablece como cierta la 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 361 


contenida en su primera declaración en que aparece movi- 
do por el deseo de visitar á su padre á quien lleva con el 
dulce una expresión de cariño; por último, hasta entre el 
abominable pensamiento homicida de (+... y su actitud, 
después de realizado, existe un antagonismo de no escasa 
importancia bajo e: punto de vista médic o-legal. 

Pero no es todo contradicción en las deposiciones sumi- 
nistradas por ese sujeto: adviértese en ellas, é Importa con- 
signarlo para nuestra ulterior apreciación, la casl1 1nvariable 
actitud que afecta, después de dar el dulce á su pudre, y el 
plan de defensa que se destaca en todas esas declaraciones, 
según huremos notar en su oportunidad. 

Otro de los documentos testimoniales es la diligencia del 
careo entre G... y su hermano político, acusado por aquél; 
pero limitaba á consignar que enterados ambos sujetos de 
sus respectivas declaraciones, discutieron sin ponerse de 
acuerdo, y que cuda cual ratificó la que respectivamente 
había suministrado; no conteniendo ninguno de los otros 
lugares de la causa, consignados en la pieza testimonial, he- 
cho alguno que nos ilustre, nos detendremos en los ducu- 
mentos periciales, los cuales tienen por exclusivo objeto de- 
terminar el estado mental de G... 

Antes se hace preciso sentar que la presunción de un 
trastorno mental se establece en la causa por una declara- 
ción del Alcaide de la cárcel, quien refiere que desde que 
G... ingresó en el establecimiento “anda solo y lentamente 
“y tan silencioso que es preciso hablarle para que responda, 
“y ésto lo hace incoherentemente y sin casi darse cuenta 
“de lo que pasa por sí, por cuyo motivo el declarante siem- 
“pre ha creido que padece de idiotismo ú otra cualquiera 
“enfermedad del cerebro. ” 

E e Gs y E, Et: Ge... que tartibien 
observaron 4 ese sujeto en la prisión, emiten juicios 1dén- 
ticos. 

Pecos... On... Ys Eo. O MS: 


T. xx1x—46 


362 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


que conocian á G..., declaran que “desde antes del suceso 
“por el cual se le ha procesado, notaban en él tendencia á 
“la soledad y al silencio, y que á veces respondía con in- 
“coherencia, deduciendo de tales hechos que no tenía com- 
““pleto uso de sus facultades intelectuales.” 

De ahí el primer reconocimiento facultativo, que fué 
practicado poros Dres. DI DS 
C..., que observaron 4 G .. cerca de tres meses. Estos 
profesores, fundados en la depresión de ánimo y en el sub- 
delirio que descubrieron en ese individuo, deducen que su- 
fre de lipemanla. Para ellos la causa está en las impresiones 
que producen trastornos circulatorios vaso-motrices de que 
resulta la isquemia cerebral, que puede ser transitoria ó du- 
radera, y en este último caso determina lesiones incurables. 

Opinan que esa afección se inició en época anterior al 
parricidio, y pronostican que si desaparece la locura de 
G..., será reemplazada por la imbecilidad. 

Los profesores M... y L..., del Asilo de alienados, 
partiendo de hechos recogidos en la prolongada y minuciosa 
observación que practicaron en G..., consideran á éste co- 
mo un imbécil. Hé aquí, en resúmen, los fundamentos de 
esa opinión. 

D.J...G .. P... es de unos 18 años de edad, solte- 
ro, dedicado á trabajos de campo, de buena constitución, en 
lo general, bien que algo desproporcionada la cara con rela- 
ción á la cabeza: ésta presenta las reviones laterales algo 
prominentes; la misma cara es asimétrica: aunque con algu- 
nas alternativas predomina un estado anémico general; ca- 
rece de toda instrucción. Se desconocen sus antecedentes 
morbosos, pues sólo consta “que le daba un mal,” una espe- 
cie de tontera que le hacía caer, más este dato procede del 
mismo (+. ..; también se ignora si algnna condición heredi- 
taria ha podido ser trasmitida á ese sujeto. 

El caracter de éste es dócil, sumiso, respetuoso; es indi- 
ferente á cuanto le rodea; insociable, con trabajo entabla 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 363 


¿Una conversación; su mirada carece de expresión; si se 1n- 
siste en hacerle hablar, un movimiento de hombros ó aluu- 
nos monosilabos le sirven generalmente para contestar. Co- 
munmente está tendido sobre un saco, próximo á la reja de 
su celda, ó bien recostado sobre ésta lareo tiempo, en acti- 
tud de meditar, con semblante triste. ln ocasiones, presente 
el profesor que lo observa, parece emocionado y esquiva su 
mirada. Despreocupado de su persona, el desaseo predomi- 
na en él. Habitualmente al levantarse, por las mañanas, to- 
ma su café, que bebe con avidez y lo repite si encuentra 
ocasión para ello; después se pasea sin orden en su marcha, 
fuma uno ó más cigarros y agotados éstos se aproxiwa á los 
sirvientes para obtener de ellos, en cambio de alguna ocu- 
pación, cigarros Ó materiales de fumar y adquiridos, se reti- 
ra, aprovechando el -sol para desecar alguna hoja de tabaco 
y después convertirla en picadura. No dejan de ofrecer al- 
guna vez esos hábitos y actitud de G... interrupciones, 
aunque pasajeras, que contrastan notablemente con la vida 
tranquila y en apariencia regular que prictica: ha solido 
presentar asi de día como de noche, actitudes y gestos que 
hacen pensar en una excitación cerebral, también en las 
alucinaciones. Gr..., en efecto, pasecándose un día, lanza al 
aire el cigarro que fumaba, y otro tanto hace con su som- 
brero; sujeta éste con sus piés y tira de él haciéndole peda- 
zos: Otras veces gesticula, se agita y mueve sus brazos como 
si sostuviera un altercado con una persona; interrumpido 
en estos actos por el facultativo, fácilmente entra en calma 
y dá cuenta de ellos dando explicaciones que, como dej::mos 
dicho, hacen presumir una perversión sensorial. Come con 
apetito, duerme bien y demuestra en el cumplimiento de 
estas funciones, una completa adaptación al medio en que 
está colocado; á veces, sin embargo, presenta insomnio. 

La palabra de G.... es un tanto torpe, tosca y tartamu- 
da. Los profesores que le han examinado, pensaron primero 
que ese carater sería debido á la turbación que le causará 


364 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


la presencia de los mismos, pero concluyeron por conside- 
rarla natural é innata. El monosilabo es la forma predilecta 
de sus contestas, á las cuales une signos expresivos de dis- 


gusto. 
Pocas veces, en el largo periodo de observación, ha da- 
do G... indicios de sufrir alucinaciones; pero en dos oca- 


siones ha dado muestras de trastornos sensoriales; su alter- 
cado con un ente imaginario, los soliloquios que en tono 
muy bajo se le han sorprendido de noche, cuando parecía 
dormido, y finalmente, la manifestación hecha 4 los mismos 
profesores de que no le dejaba dormir la gente que le habian 
introducido en su celda, que lo atormentaban, y su petición 
de que lo trasladasen á otro local, fundamentos son, entre 
otros, para admitir la existencia de alucinaciones. 

A veces, á la hora de recojerse los asilados, (+... se po- 
sesiona de una de las ventanas del dormitorio, se acomoda 
en ella y allí pasa largo rato fumando y cantando coplas 
campesinas: á veces también, por el contrario, parece: 
preocupado, y entonces se ensimisma y abstrae; en estas. 
condiciones ejecuta movimientos desordenados, un ligero. 
temblor extremece todo su cuerpo, agita las manos en son, 
de réplica, contrae las cejas y su semblante se demuda; to- 
do esto hasta que llega la hora de dormir en que se dirige: 
á4 la cama, se sienta en ella y así permanece largo rato, an- 
tes de acostarse. 

Todos sus sentimientos, á pesar de aquellas manifesta- 
ciones expansivas, parecen embotados; sin embargo. echada 
en su rostro la muerte de su padre, contesta al profesor que 
le increpa: “Usted puede creer eso, señor Doctor? ¿Cree us- 
ted que yo haya podido envenenar á mi padre? No, señor; 
yo no he podido hacer tal cosa.” 

G... posée muy vasa noción de Dios, á quien define: 
diciendo que “será un hombre que está allá arriba y que no. 
sabe más.” Á juzgar por sus propias afirmaciones, carece de: 
instrucción religiosa y no abriga creencia alguna. 


DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 365 


La atención de G... no es sostenida y su memoria apa- 
rece muy limitada. Militan en favor de esta apreciación la 
firmeza con que niega haber presentado un escrito en de- 
manda de clemencia, el olvido del tiempo transcurrido des- 
de el fallecimiento de su padre y sus vacilaciones respecto 
á si el padre vive ó no. 

Comprende dificilmente el sentido de las preguntas que 
se le dirigen, lo cual revela su escasa instrucción, el género 
de vida que ha observado y el medio en que su existencia 
se desenvolvia; su inteligencia, no ejercitada ni estimulada 
por los afectos, es embrionaria. Pero fuerza es reconocer 
que su capacidad intelectual es difícil de precisar, visto que 
casi siempre se limita á callar, hacer algún gesto de desa- 
grado ó expresarse por medio de monosilabos. 

Su pasividad no puede ser más evidente; no revela de- 
seos de trabajar, no lo preocupa su encierro; está familiari- 
zado con el medio en que se encuentra y aparece satisfecho. 

No obstante el restringido circulo en que parecen mo- 
verse sus fuicultades, raciocina: sabe que está en una cusa 
de locos é ignora por qué y por cuánto tiempo: recuerda 
que no sabe escribir y alega esta circunstancia para probar 
que no ha presentado instancia alguna al Juez. 

De la apreciación de todos esos hechos, los profesores 
L... y M... deducen que la afección que sufre (+... P. 
no es otra que la variedad menos avanzada de la idiocia, que 
se conoce con el epíteto de Imbecilidad. 

Juiciosas consideraciones de orden moral y severas y 
muy lógicas reflexiones sobre los móviles que pudieran ins- 
pirar á (+... los asesinatos de su familia, son expuestas por 
los citados facultativos para robustecer el juicio-diagnóstico 
expuesto, concluvendo por expresar categóricamente que 
G... es un imbécil; que reconociendo la imbecilidad un 
vicio de organización congénito, estaba imbécil cuando co- 
metió los asesinatos; que es irresponsable de sus actos, y, 
por último, que debe ser recluido en un manicomio. 


366 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Consecuentes con su parecer amplian el informe de que 
hemos dado cuenta, haciendo constar, como contestación ú 
varios particulares establecidos por el señor Juez, que el 
grado de imbecilidad en que está (Gr... lo constituye un 
estado rudimentario de desarrollo cerebral, el grado menos 
avanzado del idiotismo; que el vicio de organización de que 
G... adolece consiste en una detención en el desarrollo de 
los órganos intelectuales; que estos órganos pueden funcio- 
nar dentro de límites restringidos, y que esto explica por qué 


G... pudo declarar con coherencia á raiz del suceso; que 
los hechos observados en (+... no son ni pueden ser simu- 


lados; que el crimen fué cometido estando imbécil y que el 
remordimiento, por lo mismo, no ha inspirado los hechos 
consignados en la observación recogida en el Asilo. 

Como VV. $5. han notado, la Comisión sólo ha dispuesto 
de los dos expresados documentos periciales: uno, el de los 
profesores C. . y 8S...; y otro, el informe razonado de los 
médicos del Manicomio. Aquel es un extremo deficiente 
por carecer de fundamentos el juicio que en él se consigna, 
fundamentos extraviados 4 consecuencia del fallecimiento 
del Dr. S... Para ésa opinión, que presenta á G... P. 
sufriendo de liperamia y fatalmente condenado á la imbeci- 
lidad, si aquella vesania llegase á desaparecer, no se dá otra 
razón que la depresión de ánimo y el subdelirio, términos 
vagos que por sí solos nada precisan y cuya aplicación no 
está justificada en el documento examinado; como tampoco 
se demuestra por qué la lipemaniía de + . debia conducir 
á la imbecilidad. El documento de los profesores del Asilo 
no considera á (+... como un lipemaniaco, sino afectado de 
mbecilidad; son dos estados morbosos distintos compatibles, 
y existen entre sus manifestaciones clínicas tales rasgos de 
analogía que eminentes prácticos los han confundido. 

Se vé, pues, la discordancia del diagnóstico entre los ob- 
servadores que han juzgado del estado mental de G... Aún 
más: bien que completamente apoyada por abundosas con- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 367 


sideraciones de orden moral y por las no escasas que se ins- 
piran en el examen psíquico del sujeto; sin embargo, el pa- 
recer de los profesores del manicomio, presenta la relación 
de hechos observados, deja en el ánimo alguna duda sobre 
la legitimidad de las deducciones, porque algunos de esos 
hechos por su volubilidad, su escasa duración, la diferente 
sionificación de que son susceptibles y la poca relación que 
entre ellos se advierte, pueden reconocer por origen una 
perturbación mental, como también nacer de una voluntad 
resuelta, y modelados en un plan preformado de resistir y 
desorientar la exploración del perito. Asi, por ejemplo, el 
lenguaje reducido 4 monosilabos unos días, es reemplazado 
en otras ocasiones por contestaciones que no presentan tal 
brevedad; tampoco parece muy rudimentaria la inteligencia 
de (7..., ni tan embotados sus sentimientos, cuando, como 
admirado y hasta herido en su dignidad de hijo, pregunta 
al perito cómo es posible que él haya inferido la muerte á 
su padre; tampoco aparece á primera vista, de muy exigua 
memoria ni con penoso y embrionario ejercicio intelectual 
quien aprendió y recuerda y canta coplas algunas noches; 
quien á la vista de su atestado de cristiandad, no recuerda, 
es verdad, un detalle—su segundo apellido—pero asevera 
que por los datos que contiene ese documento, se refiere á 
él; quien, por último, dá como prueba de no haber pedido 
clemencia, la circunstancia de no saber escribir, y en cada 
declaración revela plan y en todas el propósito de declinar 
la responsabilidad del crimen. Tales consideraciones que, 
dicho sea desde luego, no desvirtuan el juicio de los peritos 
del Asilo, dejaban en el ánimo de la Comisión un vacio facil 
de llenar, teniendo en cuenta que la imbecilidad ofrece una 
inmensa variedad de matices, y que existen individualida- 
des que presentan los contrastes que hemos señ»lado, hasta 
el punto de hacer á veces imposible la investigación pericial 
y de señalarse por opiniones muy opuestas de un mismo y 
muy competente observador. 


368 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Pero si la imbecilidad, considerada en general, puede 
ofrecer tantas graduaciones, haciase necesario en el caso par- 
ticular que nos ocupa, señalar por qué al lado de actos que 
acusan un grado avanzado de aquella degradación cerebral 
existen otros que ponen de manifiesto una inteligencia no 
tan obtusa como los primeros suponen. A resolver este pun- 
to para desvanecer sus dudas, ha tendido la Comisión de 


esta Academia, solicitando el examen directo de (+... del 
que vamos 4 dar breve cuenta. 
El expresado GF... presenta una constitución física ex- 


celente; su extremidad cefálica, bien que algo grande, por- 
que no guarda rigorosa relación con su estatura, que es me- 
diana, no nos ha revelado ningún caracter físico anormal; 
existe una anemia general muy acentuada; en una de nues- 
tras visitas hemos encontrado sus extremidades frias y no- 
tablemente hiperemiadas; su nutrición es bastante buena, 
pues apesar del agotamiento que se advierte, debido sin du- 
da al género de vida que lleva, conserva sin embargo alguna 
robustez; su semblante es el del estúpido. Indiferente á 
cuanto le rodea, pasa día y noche en decúbito lateral, con 
las extremidades en flexión y casi siempre con todo el cuer- 
po envuelto en una sabana. Tardio en todos sus movimien- 
tos, siempre obedece con desesperante lentitud 4 todo man- 
dato; si se le hace marchar, lo efectúa pausadamente, con 
las piernas en ligera flexión, arrastrando los pies; la mirada 
permanente hácia el suelo y los brazos en semiflexión sobre 
el vientre: en esa actitud, que nada altera, se dirige al lugar 
que se le indica y llegado á éste, siempre se aisla, se siente 
acurrucado y descansa su cabeza subre las rodillas, perma- 
neciendo indefinidamente en esa posición, ya sea á la som- 
bra, ya al sol más ardiente, hasta que se le ordena cambiar 
de sitio. Provisto siempre de cigarros los fuma, y después 
continúa en las actitudes señaladas, Todas sus funciones de 
la vida orgánica se realizan con bastante regularidad. 

En cuanto á las demás funciones de relación, tan escasas 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 369 


“son sus manifestaciones, particularmente las psíquicas, que 
para la Comisión han estado cerradas estas vías de explora- 
ción directa: la pasividad, la indiferencia, el mutismo, han 
sido el caracter distintivo y exclusivo de Gr... en el periodo 
que ha sido examinado; pero no se entienda por esto que la 
actividad de (+... es tan restringida como aparece, según 
demostraremos oportunamente. 

El sueño es normal; ni el insomnio, ni las alucinaciones 
la han interrumpido. 

Mudo ante todo estimulo directo, no nos ha sido posible 
sondar sus facultades. Siempre que lo hemos intentado, un 
quejido frecuente, en tono bajo, lastimero é infantil ha sido 
la única expresión que hemos despertado. Su pasividad ante 
todas las provocaciones, su indiferencia ante todas las oca” 
siones de espontanearse han sido inalterables. Sometido á 
corrientes farádicas, su naturaleza ha permanecido impasible 
á la excitación de ese reactivo, y hasta el mismo músculo 
ha estado en los primeros momentos lo mismo que algunos 
planos musculares, durante toda las sesiones, completamen- 
te inertes, 4 esa provocación. Tal embotamiento general se 
ha hecho igualmente visible 4 las detonaciones de un arma 
de fuego descargada á la cabecera de su cama, cuando en 
apariencia dormía: un ligero temblor general ha sido el 
único resultado obtenido con la primera detonación, una 
inmovilidad absoluta con la siguiente; después de un rato 
de silencio de nuestra parte, en espectativa de algún signo 
de curiosidad, ya al retirarnos, (+..., sin abandonar su po- 
sición en la cama, desde la cual no nos podía observar, des- 
lizó su mano pausadamente por la cara y con los dedos se- 
parados, la llevó á la altura de los ojos, en actitud de mirar 
por entre aquéllos. 

En vano hemos tratado de poner á prueba el amor á la 
libertad y al natural instinto de conservación: hemos favo- 


recido la fuga de G... y no ha utilizado en manera alguna 
ninguno de los medios generosamente puestos en práctica. 
Me A 


O ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Privado de alimento y de los cigarros que nunca abandona, 
el mismo día que se le quitaron éstos, sin que él se aperci- 
biera de la operación, preguntó por ellos: 4 las 48 horas de 
no comer, dirigiéndose á un sirviente, dijo: ¿aquí no dan de 
comer? 

No satisfecho con estos resultados, la Comisión acordó 
eterizar 4 (+... y simular una operación quirúrgica cruenta: 
todas las condiciones fueron cumplidas para hacer verosímil 
la ficción, para estremecer el ánimo de (G..., de cualquiera 
también, para modificar sus movimientos, cambiar su acti- 
tud, alterar su pulso; pero el éxito fué absolutamente nega- 
tivo: alaridos, no quejidos, fué la única expresión nueva 
alcanzada como consecuencia de la excitación producida por 
el éter, ebteniéndose después la semi anestesia. Terminada 
la prueba, 6... marchó siempre el mismo, desde el salón 
de operaciones hasta su departamento. 

Por último, después de satisfacer todas las apariencias 
de una baja formal, se franqueó á G... la salida del hospi- 
tal: su indiferencia hizo que se le iudicara el camino que 
debía seguir en busca de esta población y salió con la mar- 
cha lenta, que nos es conocida; ya ¿larga distancia, con un 
movimiento cauteloso, volvió hácia atras la cara, como reco- 
nociendo si se le observaba. 

Ante esta historia clínica por tanto tiempo recogida, 
constituida por hechos contradictorios, apreciados por distin- 
tos profesores y con tal aparente antagonismo apreciados, 
fuerza es declarar que la reflexión se impone tanto más se- 
vera cuanto mayor embarazo encuentra el raciocinio para 
hacerse luz en el caos que crean la volubilidad de actos que 
caracterizan 4(G... P..., y tanto más necesaria y exigente 
cuanto que la administración de Justicia está pendiente del 
juicio médico que sin ambajes espera. Con aquellos antece- 
dentes y estas dificultades, la Comisión crée, sin embargo, 
qué puede juzgarse: 4... P... 

Desde luego importa esclarecer un punto que gravita 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 371 


con el peso de una opinión autorizada, fundada sobre he- 
chos ciertos; pero, á nuestro entender, no bien interpreta- 
dos. Nos referimos al diagnóstico de lipemanla, que los 
Dres. C... y S... formaron del estado mental de (-.. P.. 

La lipemanía, vesania á la cual se asemeja el estado 
que G... presenta, porque el decaimiento físico y moral, 
el seudo-estupor que en él se observa, sus Mismas manifes- 
taciones de excitación nerviosa descubiertas en el asilo, 
disculpan una confusión en que competentes prácticos han 
incurrido, no es admisible en ese sujeto: el carácter depre- 
sivo que se advierte en todas sus funciones, es un elemento 
común que puede dar tono á todas las afecciones cerebrales, 
sin que por esto constituya la entidad morbosa que lleva 
aquel nombre; como también es una verdad que esta mis- 
ma vesania puede inmiscuirse en algunos estados mentales, 
incluso la imbecilidad, complicándolas. 

Pero G... no padece de lipemania: la permanencia 
continua en un lugar, el aislamiento, la tendencia a dormir, 
sus actitudes, su indiferencia á cuanto le rodea; rasgos son 
de la melancolía con estupor que es la que, de primera im- 
presión, se sospecha en (+... ., al verle por primera vez; pues 
cuando existe esa forma: de locura, ésta no se establece des- 
de luego con estos sintomas avanzados de depresión psiqui- 
ca; y cuando ha llegado á ese grado, la emaciación, la ab- 
soluta indiferencia al alimento, tal que se hace indispensa- 
ble apelar á la alimentación forzada convencidos de que el 
paciente perecerá autes que solicitar alimento; el color sú- 
cio de la piel; la costra amarillenta y súcia de la lengua; la 
languidez del semblante; todo acusa la melancolia; y como 
hemos visto, si 7... presenta algunos fenómenos que cons- 
tituyen el sindroma del estupor melancólico, también se 
descubren actos que contrastan con el verdadero estupor y 
que bastan para alejar toda duda respecto á la significación 
real que les corresponde. (+ .. presenta simplemente la 
depresión melancólica. 


372 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Sentado esto, ¿G... padece de alguna afección cerebral? 
En la afirmativa ¿cuál es ésta? Ya hemos visto que no exis- 
ten antecedentes hereditarios ni morbosos conocidos de don- 
de partir; solo constan en los lugares testimoniados los jul- 
clos de personas que conoclan á ese sujeto desde antes del 
suceso porque se le ha procesado, las cuales le habían obser- 
vado taciturno y con tendencia al aislamiento, circunstan- 
cias que también notaron después, ya en la prisión, algunos 
empleados de la Cárcel; pero como esos juicios, emanan de 
personas incompetentes, nos limitamos á recordarlos, to- 
mando nota de ellos. 

Encerrado G... en un silencio voluntario que 4 nosotros 
no nos ha sido posible interrumpir para juzgar de su estado 
mental, debemos partir del estudio de sus actos y de la ob- 
servación practicada en el manicomio. 

Entre los actos de ese sujeto merecen nuestra principal 
atención el envenenamiento de sus familiares y sus deposl- 
ciones ante el Juez, referentes á ese hecho, en lo que tienen 
de común: el plan que ha presidido á la ejecución del uno 
y á la exposición de los otros, poniéndose muy de relieve el 
pensamiento de sustraerse al castigo. 

Sabido es que los alienados, en general, en cuyo número 
incluimos bajo este punto de vista 4 los imbéciles, combinan 
planes que, dado el estado cerebral que llevan, admiran por 
la coordinación de los medios y la relación que muchas ve- 
ces guardan éstos con los fines que se proponen; de modo 
que establecido este principio hemos de reconocer que el 
plan urdido por G..., tanto para llevar á efecto la muerte 
de su padre como para eludir la responsabilidad que justa- 
mente tenía, llaman la atención: porque existía el pensa- 
miento y se eligieron medios para realizarlo. Pero también 
está acreditado por la experiencia, y en G... se encuentra 
una demostración más de esta verdad, que por meditados 
que estén los proyectos de tales sujetos, en la ejecución se 
descubren vacios muy notables, soluciones de continuidad 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 313 


en el encadenamiento necesario entre los medios y el fin 
propuesto, que ponen de relieve las aberraciones del senti- 
miento, la falta de lógica en condiciones sustancisles del 
plan y la inconsecuencia consiguiente; de tal modo que el 
análisis más superficial descubre una sintesis monstruosa, 
reflejo fiel del desórden psíquico que ha presidido á la con- 
cepción; y después de la combinación en apariencia más 
acabada, queda siempre visible el autor, de quien puede de- 
cirse, como Billod de la imbécil María Luisa, cuya astucia 
analizada, que procedía á la manera del avestruz que para 
librarse de los tiros del cazador, oculta su cabeza bajo las 
alas. 

Ln el crimen de (..., éste elige la estricnina, sustancia 
cuyo amargor no disfraza ningún dulce, en términos que no 
se concibe cómo D, F... P... y sus familiares no advirtie- 
ron la presencia del tóxico: comido el dulce, no se compren- 
de en crimiual alguno tal perversión moral, que olvide la 
extensión de los estragos que sobrevendrian, incluso la 
muerte de dos niños: y admitida esta degradación, llevada 
hasta el extremo de que G... volviese á la casa, como para 
adquirir la seguridad del éxito, no se alcanza cómo abrigaba 
un sentimiento generoso y que, á la vista de la escena de 
dolor y de muerte, por él mismo creada, saliese en seguida 
en busca de un médico, y para dar aviso del suceso á los 
deudos ausentes: tampoco se explica eu persona que tenga 
plena conciencia de sus actos y una libertad no cohibida, 
que, como (..., después de su obra desvastadora, y cuando 
es cierto que en su pensamiento existía el propósito de es- 
capar á la responsabilidad, permanezca con pasmosa tran- 
quilidad en el lugar del suceso; que confiese sencillamente 
que él fué el portador del tóxico y dé detalles sobre el mo- 
do como fué administrado; que su padre era la única vícti- 
ma elegida; que creyese suficiente disculpa la sugestión, 
real ó supuesta, de un hermano político y que la mezcla del 
tóxico y del dulce fué casual y advertida en el momento de 


3/4 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


entregar el dulce, pero que guardó silencio por temor de ser 
descubierto. 

Esa actitud de G... P..., contemplando impasible su 
obra de muerte, la ausencia de todo esfuerzo de su parte 
para escapar á la acción de la justicia, es tan caracteristica 
de los alienados y tan común en los imbéciles, que por sÍ 
«solas denuncian la existencia de un estado mental morboso. 
Y como para corroborar una anormalidad psíquica, es un 
hijo el autor de tanta catástrofe, sin que haya un motivo, no 
ya para que disculpe semejante acto, sino, á lo menos, para 
que lo explique. Sólo el imbécil, que encuentra satisfacción 
infantil, recreativa, en inferir daño á las personas y arrancar 
sufrimiento á las animales, puede concebir y llevar á4 cubo 
actos le esa naturaleza. G..., que no es un alienado, en el 
sentido que este término lleva en la Patologia mental, por- 
que no presenta sintomas que corresponden á ninguna for- 
ma de alieniación, es positivamente un imbécil en el concep- 
to cientifico; el acto ejecutado lleva el sello de esa degrada 
ción cerebral. 

Y si fijamos la atención en sus medios de defensa, uno 
solo de ellos, la mezcla casual del dulce con la estricnina, 
se presta á consideraciones que conducen á reconocer una 
debilidad de inteligencia en el autor de tan inverosímil ex- 
plicación. G... declara que llevaba en el bolsillo unos dos 
ó tres granos de aquella sustancia; una vez dice que llevó 
un cajón del dulce, otras que dos, supongamos lo primero, 
como más favorable á la explicación; el cajón ¡ba envuelto 
en dos papeles, sus dimensiones eran de nueve pulgadas de 
largo por seis de ancho; pues bien, ¿qué bolsillo de pantalón 
tiene dimensiones que permitan depositar en él un cuerpo 
de aquellas proporciones? y á caballo, dada la posición del 
ginete y la consistencia del dulce que se indica, ¿cómo pu- 
do conservarse depositado en el bolsillo, cómo sin molestar 
al que lo llevaba? Y en la hipótesis muy generosa, de que 
así pasaran las cosas, ¿cómo la estricnina, cuerpo pulveru- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 319 


lento, no se quedó adherida á la superficie ó mezclada á una 
sola parte de la pasta del dulce, á aquella que estaba en 
contacto con el tóxico? Tal defensa, por inverosímil, no la 
hubiera dado quien wmeditara un poco. 

G... P... es positivamense imbécil; y siendo condición 
orgánica de la imbecilidad una detención del desarrollo ce- 
rebral, irremediable y definitiva, que sobreviene antes del 
nacimiento ó en los primeros días de la vida, todos los actos 
de ese sujeto llevan el sello de una deficiencia orgánica. 

No existe un caracter anatómico ni funcional que per- 
mita apreciar el más ó el menos de esa deficiencia en cada 
individuo; esto es, los grados de su imbecilidad, y con ellos 
los de su capacidad intelectual. Aquella detención no en- 
traña el anonadamiento, la: negación de las facultades inte- 
lectuales: aunque sorprendidos los órganos cerebrales en su 
evolución, conservan aptitudes para la vida psiquica propot- 
cionadas al desarrollo que alcanzaron y en relación con el 
rango que ocupan en la federación cerebral; y como por la 
influencia de una dirección inteligente y esmerada esas ap- 
titudes son susceptibles de aleuna expasión, del mismo mo- 
do que el abandono restringe sus fuerzas respectivas; com- 
préndese que á la variedad que en la especie crea el proce- 
so nutritivo, únese la mutabilidad en cada individuo por la 
ausencia de una educación que fecunde esas aptitudes. Pero 
en cuanto á los resultados de esta educación, si bien son 
positivos y de gran alcance, como lo demuestran los pro- 
gresos que obtienen algunos imbéciles en la música, la pin- 
tura, la mecánica y áun en el cálculo, no es dificil advertir 
que son limitados: apenas si se refleja su acción en las fa- 
cultades superiores que no se elevan ú la concepción de los 
principios abstractos. Aún en los conocimientos adquiridos, 
la ausencia de todo rasgo original, que acusa la expontanel- 
dad, denuncia una subordinación á la dirección pedagógica. 
Hay, pues, que considerar, en cada caso, el estado actual de 
las facultades intelectuales con relación 4 los principios que 


376 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


regulan la conducta en el común de los hombres en la vida 
social; hay que apreciar las influencias morbosas que han 
podido provocar la degradación del centro de inervación y 
las del medio que han podido modificarlo. 

Bajo el punto de vista de esas nociones, queda consig- 
nado el vacío que se advierte en la historia de G... P.... 
respecto á antecedentes hereditarios; pero si se tiene en 
cuenta que la experiencia acredita la existencia de causas 
de ese orden en individuos de cerebro imperfectamente de- 
sarrollado, puédese asegurar esa existencia en los progenito- 
res de G7..., por más que no consten en el testimonio. En 
cambio, en la esfera de las facultades, todo «testigua la apa- 
tía, la debilidad, la inercia de esas facultades: no sabe leer, 
escribir ni contar; su único conocimiento, las décimas que 
cantaba en el Asilo de alienados, comprueba su escasez 1n- 
telectual: ha aprendido únicamente coplas cuya frecuente 
repetición entre la gente de campo, durante sus ocupaciones 
y jornales, ha sido la impresión que más ha recibido desde 
la niñez. 

G...., por consiguiente, es un ser que procede movido 
por las inclinaciones de un cerebro probablemente viciado 
por agentes hereditarios que han ocasionado su ruina fisio- 
lógica, sin que se hayan puesto en juego recursos para de- 
tenerlo en su decadencia. De aquí la ausencia de voliciones 
reflexivas, el decaimiento intelectual, la imperfecta aprecia- 
ción de sus acciones y, como corolario inevitable, el predo- 
minio de manifestaciones instintivas: astucia, engaño, mle- 
do, que se revelan en las diferentes actitudes que llevamos 
señaladas. 

Por otra parte, G...., según se desprende de los luga- 
res testimoniados y del exámen fisio-psicológico en él prac- 
ticado por los profesores del Manicomio, ha existido en un 
medio no sólo impropio para el ejercicio de las aptitudes 
subsistentes en la ruina de su cerebro, sino eficaz para favo- 
recer la degradación de ese órgano: no existe el menor in- 


bm 
( 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 3 


dicio de que se haya intentado desenvolver sus escasas fa- 
cultades, y los hay vehementes de que el medio que ha res- 
pirado no carecía de impurezas. Su misma humilde ocupa- 
ción corrobora su escasa aspiración. 

Pero G...., por lo que hemos expuesto, no es un hon- 
bre privado absolutamente de sus facultades intelectuales; 
las ejercita, como todos los imbéciles en los cuales predomi- 
na el espiritu de destrucción, haciéndolas servir á veces 
para dañar, pero también para defenderse, sin que el empleo 
más ó menos regular y metódico que de ellas hace autorice 
á4 excluirlo de la catevoría de un sér degenerado, en el sen- 
tido de la Patología mental. En tales individuos la inteli- 
gencia es igual al instinto ó no representa más que un per- 
feccionamiento en el desarrollo de este; lUbjo este punto de 
vista, muchos de sus actos, que lleva el colorido de la inte- 
ligencia, en nada les separan de los animales así para el 
ataque como para la defensa. 

De ese grado de inteligencia que es evidente en (... P... 
nacen sus visibles esfuerzos para esquivar la mirada del que 
le observa, su mutismo voluntario, el estupor exagerado que 
ofrece y su empeño mal disimulado por eludir toda-respon- 
sabilidad. Por esto, 4 nuestro entender, ese sujeto es un 
imbécil simulador. 

Estos términos no son antagónicos: la ciencia registra 
numerosos hechos que obligan ú reconocer la ficción que 
inspiran la sagacidad, la astucia, efectos del miedo en indi- 
viduos de esa clase. Como demostración de esta verdad, aún 
con el disgusto de cansar por más tiempo vuestra atención, 
séaros permitido recordar aquí el caso sometido ú la obser- 
vación del Prof. Leunier, cuyo informe pericial, en extracto, 
tomamos de la obra de Laurent: | 

“Soudé, cuya madre, un hermano y una hermana han 
estado alienados, lo será también; y según informes, siempre 
ha presentado un estado habitual de debilidad intelectual, 

T. xxix—48. 


378 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


de idiocia incompleta, caracterizada particularmente por los 
sintomas siguientes: 

“Jamás ha podido conocer ni comparar dos objetos ni 
aún distinguir el bien del mal. De un día á otro olvidaba 
aquellas nociones que 4 fuerza de paciencia se conseguía 
inculcarle; sin embargo, no carecía de cierto grado de astu- 
cia y sagacidad. De caracter taciturno, caprichoso, brusco, 
extravagante, triste ó alegre sin motivos, holgazán, tenáz 
por movimientos, pero sin energía, Soudé se entregaba con 
frecuencia 4 la bebida. 

“Tal es el retrato que de ese individuo hacen los que le 
conocian desde antes de su actual prisión. 

“Motivada ésta por haber pegado fuego, confiesa su crl- 
men y declara qué lo hizo por venganza, pero sin premedi- 
tación. Parece haber procedido bajo la impulsión del mo- 
mento y sin darse cuenta clara de las desgracias que podian 
sobrevenir. Detenido casi inmediatamente, presiente el cas- 
tigo; tiene miedo y se arroja á un rio, escapando de la muer- 
te por circunstancias agenas á su voluntad. 

“Ya en la prisión, niega el hecho y se considera inocen- 
te; parece haber olvidado que declaró francamente, y casl 
en público, que era el autor del incendio. 

“El Dr. Dufay, médico de la carcel, no ha observado en 
Soudé signos de alienación mental; lo ha encontrado sola- 
mente como persona de inteligencia muy limitada. Mi im- 
presión, dice el Dr. Lunier, fué la misma cuando hace tres 
meses visité 4 Soulé en la prisión, asociado del Presidente 
del Tribunal. Descubri, además, aleunos sintomas de tal 
naturaleza que despertaron mi atención, y no siéndome po- 
sible pronunciarme sobre el estado mental de este hombre, 
pedi su traslación al asilo de alienados. 

“A su ingreso en este establecimiento, presentaba de- 
macración general, palidez de la cara, ojos abatidos, mirada 
recelosa y de reojo; su progresión es lenta y en apariencia 
penosa; el cuerpo está doblado sobre las piernas; los brazos, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 319 


pendientes ó cruzados sobre el pecho; las extremidades frias 
y cianosadas, pulso pequeño y lento; signos todos de postra- 
ción y de abatimiento. s 

“Parece que en Soulé existe ausencia casi completa de 
actividad intelectual y de manifestaciones exteriores del 
pensamiento. lste se traduce en él únicamente por un ge- 
mido sordo y angustioso, especie de gruñido lastimero. Con 
dificultad se obtienen aleunas palabras que expresan el mie- 
do: Bien comprendo que se me quiere hacer daño...... , 0 el 
deseo de pasar por enfermo: Estoy enfermo; mi madre, mi 
hermano y mi hermana también lo están... . Estoy como ellos, 
ó bien: yo no he dado fuego; sufro de la cabeza, de las piernas 
y del estómago; haced de má lo que querais, todo esto dicho 
en voz baja interrumpida por gemidos. 

“Desde su admisión, Soudé presenta el mismo estado. 
Istá sombrío, taciturno; dirige la pulabra á los vigilantes 
sólo para pedirles bebida ó alimento; todo el día lo pasa 
acostado en el patio; al principio no hacía caso á las imper- 
tinencias de sus compañeros de infortunio, pero no ha tar- 
dado en irritarse, y un día hasta riñó con otro enfermo: 
entonces movía admirablemente brazos y piernas. Por lo 
demás, Soudé, al siguiente día, nos ha referido con lucidez, 
aunque siempre en voz baja, todos los incidentes de su dis- 
puta y se justifica perfectamente haciendo ver que él no fué 
el agresor. 

“Desde que Soudé nos percibe, continúa el Dr. Sumier, 
todo su cuerpo se pone á temblar, se dobla más sobre las 
piernas y deja olr su quejido lastimero. En una palabra, 
todos los sintomas de melancolía y de postración física é in- 
telectual se agravan casi instantáneamente. Miéntras per- 
manecemos en el departamento, Soulé nos sigue con su vis- 
ta, mirándonos de reojo. Cuando entro solo y voy directa- 
mente al patio, mira para la puerta con ansiedad, como sl 
temiera que se le fuese á buscar.” 

Para el Dr. Sumier es evidente que Soudé teme al cas- 


380 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tigo y que la voluntad tiene su parte en esa agravación de 
sintomas de una postración melaucólica “que existe indu- 
dablemente y parece lhiaber sido determinada por él por el 
temor de ser castiyado. 

Para él ese sujeto es un débil de espiritu, está bajo la pre- 
sión de una postración melancólica ingertada en su estado 
habitual, y originada por el miedo al castigo, conocedor de 
su caracter pericial, exagera su mal, pero con tan poca ma- 
ña, que esto mismo confirma la debilidad de su inteligencia; 
Soudé no es del todo irresponsable, pero tampoco disfruta 
completamente de su libre albedrio; no debe dejarse en li- 
bertad, si encerrársele en un asilo-prisión (1). 

Ese caso, citado por Laurent para demostrar la simula- 
ción en los imbéciles, tiene para nosotros una importancia 
positiva en el que es objeto de nuestro estudio, perque con- 
firma el diagnóstico del estado cerebral de 6... y también 
nuestro parecer de que este sujeto finje en muchos de sus 
actos: las declaraciones contradictorias de un día á otro, la 
actitud en la proeresión, el tono de voz v los quejidos, los 
trastornos en la circulación periférica, la depresión melancó- 
lica y el propósito de sustraerse al castigo, identifican 4 am- 
bos sujetos. 

Ahora bien: en posesión va de los elementos que para 
informar necesitaba la Comisión de Medicina legal, que ha 
llegado al mismo resultado obtenido por los profesores del 
Asilo, en cuanto al diagnóstico del estado mental de (.... 
P...; preciso se hace antes de concluir, detenernos un ins- 
tante para esclarecer algunos puntos que contiene la consul- 
ta, interesantes para la más exacta aplicación de la ley, y 
que también nos importa. Para dejar bien definido el juicio 
que se solicita por el Juzgado que consulta, 

Por la segunda de las cuestiones comprendidas en dicha 
consulta, el Sr. Juez desea saber si la lipemania es una de 


(1) Etude médico-legale sur 1n simulatión de la folie. par le Dr. A. Laurent.-- 
Paris. 1886, Chap. IX. Folie simulé par des imbéciles, Pag. 335. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 381 


las manifestaciones de la imbecilidad ó de la locura propia- 
mente dicha Una breve explicación es indispensable antes 
de resolver este particular, que así formulado, es de pura 
nosología. 

El término locura es genérico, como muy bien saben Sus 
Srias. y más ó menos comprensivo, según la significación con 
que se acepta: en una época y para algunos alienistas com- 
prendía todos los estados cerebrales en que la persona no 
disfruta de la integridad de sus facultades intelectuales, mo- 
rales y afectivas, de manera que en él se incluían la insbeci- 
lidad y la iodicia en que no hay prevención de facultades, 
porque esa prevención supone un desarrollo previo de las 
mismas, que no ha existido; se comprendían también la li- 
pemanía, la manía y todas las vesanias caracterizadas por 
aquella perturbación ocurrida después de la evolución fisio- 
lógico de las facultades, y se comprendían, por último, todos 
los estados que como la senilidad y demencia representan 
una etapa uvanzada de la vida ó el término de afecciones 
cerebrales distintas. Esa acepción ha perdido terreno, y hoy, 
para muchos autores modernos, la locura, siempre término 
genérico, lleva una significación más restringida: abraza so- 
lamente un grupo de afecciones mentales en las cuales la 
perturbación acaece en un periodo de la vida en que ya el 
individuo ha alcauzado el desarrollo natural de sus faculta- 
des. Se vé, pues, que en una como en otra acepción la li- 
pemanía no es ni puede ser manifestación de la imbecili- 
dad; son dos estados mentales diferentes: y en la acepción 
moderna la lipemanía es una especie de locura; la imbecili- 
dad, nó. 

Otro particular de no escaso interés existe en el segun- 
do extremo de la tercera y última cuestión que abraza la 
consulta. En el supuesto de que (+... sufre de imbecilidad 
ó lipemanla, el Sr. Juez pregunta si el procesado al ejecutar 
el crimen, obró d no en intervalo de razón. Este intervalo, 
intervalo lúcido en el concepto médico-legal, consiste, como 


382 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


O A A 


SS. SS. saben, en “la suspensión absoluta, pero temporal, 
de las manifestaciones y de los caracteres del delirio;” y co- 
mo esas remisiones en el desórden mental no son posibles 
en el imbécil, toda vez que su defectuosa organización cere- 
bral es permanente y por lo mismo incompatible con el re- 
torno á la integridad funcional; en otros términos: no siendo 
G... un loco, para él no existen intervalos de razón; en él 
sus funciones psiquicas se encuentran continuamente en el 
mismo é invariable débil grado de potencia; para el imbécil 
la luz de la razón es siempre crepuscular. 

Pero si la imbecilidad y la lipemanía son dos estados ce- 
rebrales distintos, si ésta es una forma de locura y aquélla 
no, ambas sin embargo puede concurrir en el mismo 1ndivi- 
duo: esto es, la lipemanta puede presentarse en un imbécil, 
con tal que el grado de imbecilidad no sea tan avanzado 
que toque en el limite de la idiocia. En tal eventualidad los 
imbéciles lipemaniacos están sujetos también ¿4 remisiones 
en su delirio, durante las cuales vuelven á disfrutar de sus 
limitadas facultades y se encuentran en periodos de lucidez 
relativa, que, si bien con impropiedad, serán denominados 
intervalos de razón. Esto sentado, ocurre preguntar: ¿G..., 
además de su imbecilidad, padecía de lipemanta, antes del 
crimen? In los lugares testimoniados no existe dato alguno 
que autorize siquiera la presunción en favor de ese padeci- 
miento; la observación practicada por la Comisión de esta 
Academia tampoco ha encontrado esa vesania. De modo 
que existen fuertes probabilidades de que +... P... noera 
lipemaniaco antes del crimen y, por consiguiente, que al 
ejecutar éste no se encontraba en aquellos intervalos, sino 
co. la natural limitada lucidez de su imbecilidad, en su ha- 
bitual incompleto estado de razón. 

Esclarecidos esos particulares y descubierto por el exa- 
men directo que la astucia y el temor, de donde se derivan 
las ficciones de ese sujeto, son la fuente de las contradiccio- 
nes que á la Comisión de Medicina Legal obligaron á pedir 


INDICE 


id Acantack DE CIENCIAS Moda, ola 24 NE DE LA Ha 
BANA.—Sesión pública ordinaria del día 3 de Noviembre de 1892, por 
el Dr. Vicente de la Guardia, Sectelario ao rc 387: 
Comunicación oral respecto á un reptil o de unen por el Doctor 
D. Carlos de la ¿TOrPE....ocnocosicinnnoionipon enero nbnda rota rp ón casada rin PROA Ian 346 
'ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. RS E 340 
MEDICINA LEGAL.—Segundo informe en causa por parricidio y cinco asesi- 
natos más, uno de éstos consuinado, por el Dr. Vicente B. Valdés ........ 458 
- Relación del movimiento de la tesorería de esta Real e EdORiAS: ae el Doctor 
Miguel Riva y Urrechaga........... a OS Pe NE AE 
- ENTOMOLOGIA. —Contribución al estudio ds los Colebpteros de la Isla de Cu- 
ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 14 A 


- CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


a a o 


£: DU ; 

Los ANALES DE LA ACADEMIA se puhlican el día 15 de cada mes. y 

El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por SeLOEStrES “delantados 

en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. 3 
En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San: Agustlo) se ven- 5 

den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del INS 
Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiúedades de la Ísla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, 
porel Sr. Arango y Molina; y la Ea y Terapéutica ocular, traducida del aleman AS 
por el Dr. Finlay. : NES 


DE 


5, a: 


- CIENCIAS MEDICAS, FISICAS AÑ NATU RALES 


DE LA HABANA. ; PA EE, 


REVISTA CIENTIFICA. ES 
| al a eee | p 
| D. José I. Torralbas y D. Marcos de J. Meleros, 


ENTREGA 34 


y Ñ . á 


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AS 3 Los 
Y PUN UE FEBRERO 15. 
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PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION 1 CANJE Y CORRESPONDENCIA 
. DIRIGIRSE ] DIRIGIRSE 
al DR. D: ESA A ELN el Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA . CALLE DE CUBA 
CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN, , 
A AS HABANA. 


dun Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
| Ae > - 1893, 


REAL ACADEMIA, 


Sesión pública ordinaria del 11 de Diciembre de 1892. 


Sres. AcapÉmICOS coNcurreENTES:—Presidente, Dr. Nuñez, La 
Torre, García, Castellanos, Melero, Finlay, Delgado, 
Mestre, Beato, Montalvo, Montané, Cubas, Zamora, San- 
tos Fernández, Machado, Rovira, Torralbas (D. José 1.), 


Benasach v La Guardia, Secretario. 
y y) 


Abierta la sesión á las dos de la tarde, leida el acta de 
la anterior fué aprobada. Se hizo presente que el Dr. Lastres 
había escusado su asistencia. Se dió cuenta del movimiento 
de Secretaría y de los libros é impresos' recibidos, que es 
como sigue: 

CorresPoNDExcta: Oficio del Dr. R. Cowley pidiendo cer- 
tificado de los servicios prestados 4 la Corporación. 

Invitación para la sesión inaugural del Centro Médico 
Farmacéutico de Matanzas. 

Idem del Sr. Jefe del Presidio departamental, invitando 
para la fiesta del 8 de Diciembre en honor de su Patrona. 

Idem para la Sesión solemne y repartición de premios 
en la Real Sociedad Económica. 

Oficio al Dr. Hernández dándole gracias por los libros 
que había donado. 

Oficio al Dr. R. Cowley acompañado del certificado que 


solicita. 
T. xx1Ix—49 


386 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Comunicación al Dr. Tamayo, nombrándole para que es- 
tudie y compruebe el trabajo del Dr. Coronado. | 

Oficio al mismo, nombrándole para que haga el discurso 
destinado á la próxima sesión solemne, Mayo 1893. 

Fueron comisionados para representar 4la Academia los 
Dres. Torralbas (D. José) y Santos Fernández en la Sesión 
Inaugural del Centro Médico Farmacéutico de Matánzas. 

Bisnroreca: “Journal de Médécine et de Chirurgie prac- 
tiques,” tome LXITI annés 63%, 

“La Tribune Medicale,” 2% série núms. 44 y 46. 

“Bulletin de la Societé Academique Indo-chinoise,” t. Í. 

“International Medical Magazine,” vol. 1. núm. 10. 

“El Especialista Médico-Farmacéutico,” año VI, n? XIL 

“Revista de Medicina y Cirugía prácticas,” año XVI, nú- 
mero 392 y 93. 

“La Independencia Médica,” año XXVIII, ns. 2, 3, y 5. 

“Archivos de Ginecología y Pediarria,” año V. números 
29, 30 y 31. 

“Révista de Medicina docimétrica,” año XIV, núm. 165. 

“Revista Médico-Quirúrgica,” vol. I. núm. 19 

“Revista de Ciencias Médicas,” año VII, núms. 22 y 28. 

“Il Progreso Médico,” año 1V, núm. 11. 

“Gaceta Médica Municipal,” año Í, núm. 6. 

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año XIII, n? 11. 

“Revista del Foro,” año MI, núm. 61. 

Osequio de los alumnos del Real Colegio de Belén, 1 t. 

“The Brooklin Medical Journal,” vol. VI, núm. 12. 

“Boletín de Medicina Naval,” año XV, núm. 11. 

Seguidamente el Dr. Montalvo pide la palabra y ruega á 
la Mesa se sirva decirle por qué no hubo sesión el 27 de 
Noviembre próximo pasado, interpelada la Secretaría mani- 
festó que había sido á causa de que los Sres. Académicos, en 
su mayoria no concurrieron « la sesión, no habiendo núme- 
ro suficiente, en consecuencia justa, aquella no tuvo lugar. 

El Dr. Montalvo agradece la contestación, y pide á la 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 387 


Mesa que en el acta, se haga constar que en ese día memo- 
rable, los Sres. Académicos, respetando tal recuerdo no con- 
currieron á la sesión. 

1 Dr. Montané á4 la orden-del día lee la continuación 
de su trabajo acerca de la Influencia excitant: y reparadora de 
ciertos líquidos de origen orgánico (publicado en Enero), y ter- 
minada esa lectura, el Dr. Montalvo, abundando en las ideas 
expresadas por el Dr. Montané, cita el caso de una señora 
que sufría una queratitis sostenida por un estado general 
de anemia manifiesta, que mejoró notablemente merced « 
la ingestión por la vía gástrica del liquido testicular 4 que 
hace referencia el Dr. Montane. 

Interviene el Dr. Santos Fernández y expone, que hace 
dos ó tres años, en el Laboratorio histo-bacteriológico se em- 
plearon las inyecciones hipodérmicas del jugo testicular, en 
un caso de hemeralopia y en otro caso de bocio, pero que 
no pudo apreciarse el resultado, pues los pacientes no volvie- 
ron á la consulta. 

El Dr. Delgado considera interesante en extremo la co- 
municación del Dr. Montané y desea conocer las formas far- 
macológicas de los diversos liquidos testiculares. 

El Dr. Montané, no puede contestar categóricamente la 
pregunta que se le dirige, pero dice que el liquido que ha 
usado es un preparado que circula ya en el comercio y com- 
puesto con el jugo testicular de mamiferos; respecto á la fór- 
mula verdaderamente no la conoce, que 4 causa de este pat- 
ticular al principio comenzó sus ensayos con desaliento, que 
después ¡pudiendo apreciar sus efectos ventajosos se animó 
á continuar su empleo en mayor escala, y viendo el resulta- 
do satisfactorio que siempre obtenía es que se permite pre- 
sentar a la Academia el trabajo que acaba de leer. 

il Dr. Mestre dice: —Que cuando supo que la vía gástri- 
ca era el procedimiento empleado por el Dr. Montané, en 
la série de observaciones comprendidas en la interesante 
comunicación que con gusto se ha escuchado, temía que ese 


388 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


tratamiento no fuera seguido de éxito. En efecto, uno de 
los clínicos más eminentes de la Escuela francesa ha dicho, 
hace menos de un mes, en una lección sobre las inyecciones 
subcutáneas del licor testicular, que los principios activos 
que contiene dicho liquido, son destruidos por los jugos di- 
gestivos; agregando el profesor Peter, que si por el recto 
resultó útil en algunos casos, fué preciso administrar dosis 
enormes. 

Ienora los detalles de la preparación que emplea el Doc- 
tor Montané, pero ha visto desvanecidos sus temores con los 
hechos referidos en la comunicación aludida. También re- 
sulta favorable al uso de la vía gástrica el caso del Dr. Mon- 
talvo. Il profesor del Hospital Necker, dice en su conferen- 
cia, que el elemento activo del jugo testicular parece ser la 
espermina, producto encontrado en el liquido tiroideo y en 
el de las capsulas supra-renales; y la relación de Hector Ma- 
ckenzie, dá que hizo referencia el Dr. Montané, sobre un en- 
fermo de mixedema tratado por la ingestión del jugo tirol- 
deo frescamente preparado y de las glándulas tiroides, asi 
como el caso del Dr. Fox (British Medical Journal), seguido 
de éxito, hablan todos en «poyo de las observaciones oidas. 
Es un hecho, pues, el buen resultado que se ha obtenido 
empleando el licor testicular por la vía gástrica, por más 
que la acción sea más lenta. 


El Dr. Montané dá las gracias á los señores que se han 
servido presentar algunas objeciones 4 su trabajo, y como se 
ha visto, él ha procurado prescindir de la teoría limitándose 
dá presentar un estudio práctico y de aplicación, y todo lo 
que él ha manifestado, perfectamente los Sres. Académicos 
pueden comprobarlo. | 


El Dr. Montalvo dice: cuando Brown Sequard presentó á 
la Academia de París sus estudios acerca de las inyecciones 
del líquido testicular, fué recibido con marcadas muestras 
de desdén por sus respetables compañeros, hoy esa medica- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 389 


ción dá resultado por lo general, y justo es en consecuencia, 
que se ensaye á su vez entre nosotros. 

El Presidente Dr. Nueñez dá las gracias al Dr. Montané 
por la comunicación que acaba de leer, que considera de 
mucho interés y que estima, como pide el Dr. Montané que 
los Sres. Académicos la ensayen y así podrán comprobar si 
efectivamente produce resultados satisfactorios. 

Continuando la orden del día, y ausente el Dr. Casuso, 
toma la palabra el Dr. La Torre y hace una comunicación 
oral, en la cual presenta á la Academia el curioso ejemplar 
de un reptil, procedente de Méjico. Orden de los Saureos, 
Sub-orden Crassilinguios, familia de los Agamidos, sección 
de las Pleurodontes, géneros Phrynosoma, especie Orbicu- 
lare, descrito por Wiegman en su Arpetología Mexicana.— 
(Véase la pág. 347 de la entrega anterior). 

Terminada la comunicación del Dr. La Torre, y no ha- 
biendo por el momento otro particular de que tratar, el Pre- 
sidente dió por concluida la sesión. 


.-t-. 


¿00LOGIA, 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA 


(Continuación.) 


La corrida, las tres lunas de Noviembre, Diciembre y Enero. 
Vienen de los cayos de afuera, en grandes manchas. Los Nortes 
las traen á la costa, desovan, y con viento del Sur se marchan. 
En los cuartos crecientes, corren más, y en la llena desovan. Las 
crias y los adultos son sedentarios. Puntos de desove, la boca de 
los rios y bajos fangosos, particularmente, y en fondos de las ba- 
hías y puertos. Se recomienda el trasmallo. (1883). 

Ísla de Pinos. Color general aplomado. Vientre blanco, como 
las demás nadaderas. En la corrida, alcanza unos 50 centíme- 
tros de largo, y hasta 4 kilos de peso: como mínimo para la ven- 
ta, se indica 500 gramos. Su poca voracidad entonces, se refiere 
á que solo vienen á desovar. Las huevas, de 250 á 500 gramos 
Alimentación pececillos, camaroncitos, hierba. 

Empieza la corrida en la menguante de Noviembre, luego se 
retira á los rios ó esteros de esta isla; vuelve en la menguante de 
Diciembre, se retira otra vez después de desovar; vuelve en la 
de Enero, y al concluir su desove, se marcha para no volver has- 
ta el año siguiente. Algunas veces suele venir por efecto de un 
Norte recio; pero las más veces lo efectúa con el Sur, que es mu- 
cho más fuerte y reina con mayor frecuencia por estas costas, 
refugiándose en los rios y esteros de la isla. Cuando la arribazón 
es por efecto de un Norte, dura dos ó tres días; si del Sur, seis ú 
ocho. Llegan todas juntas, formando un ancho campo que se vé 
fácilmente, por venir casi á la superficie del agua. Como punto 


DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 391 


de desove se señalan las orillas de las playas y la boca de los rios; 
con la especialidad de que el desove se hace casi en seco. Reali- 
za las funciones de reproducción en la parte Oeste de esta isla, 
desde el cabo Francés, á punta de Buena Vista; en la parte orien- 
tal, por punto del Este; y en la parte del Sur, en el punto deno- 
minado Playa Larga. 


Cuanto á veda, se expresa que debe dejarse pescar la Lisa to- 
do el año, aún en el punto de desove, pues solamente se coge por 
las huevas; y como pasado el tiempo de desove se vuelve al gol- 
fo, no se tendría ningún producto de esos individuos. 

Por discurrir así y proceder en consecuencia, estamos como 
estamos: dando al extranjero cientos de miles de pesos anuales 
por concepto de salazones y conservas, que pudiéramos ahorrar- 
nos facilísimamente con solo quererlo. 

Mariel. A la pequeña se dice Liseta. Color general plateado. 
Lomo y aletas más oscuros que el vientre. Peso, de 500 gramos á 
1 kilo. Las huevas, 90 gramos. Come cieno y arena. Sedentaria. 
El desove, en Diciembre y Enero. Llegan formando manchas, 
acompañadas de Cazones, Coronados, Jiguaguas, Picudas. En 
todas las fases lunares; en la boca de los puertos y partes abriga- 
das de las costas. Se recomienda la veda en tiempo de desove, 
por razón de no perderse la cria. Fuera de los puntos en que se 
realizan las funciones de reproducción, puede consentirse todo 
arte, excepto trasmallos volantes. (1885). 

Corrida de 1? de Diciembre á 31 de Enero: tiempo de veda. 
En la bahía. Exportación vivo: 490 kilos Cons. loc. fresco: 163 
kil. No se conserva. Pesca anual máx.: 1136 k. (da Veiga, 1891). 

Coloma. No tiene más nombre que Liseta la joven, Lisa la 
adulta. No se conocen el de Galambote ni el de Lebrancho. Lo- 
mo y aletas, azules. Vientre blanco. Llega á 3 kilos. Las huevas 
pesan hasta 500 gramos. Herbívora. 

La corrida, en Noviembre de cada año. Se ignora de donde 
procede. Reinan Norte y Este. Por lo regular en el menguante. 
No se conoce punto determinado de desove, ni lugar de criadero 
en el distrito. Como arte, se emplea la red volante sin copo, de 
46 milím. ó 2 pulgadas. (1883). 


Bahía Honda. Cuando es adulta ó muy grande, le dicen Le- 
brancho. Lomo negro, vientre blanco. Llega a pesar 500 gramos 
y algo más. Peso míuimo legal, 250 gramos. Huevas: de 120 4 


392 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


150 gramos. Por su corta cantidad no se exportan. Tampoco se 
benefician, se comen frescas. : 

Desova en Diciembre, Enero y Febrero. En las menguantes 
se esparrama por las ensenadas y puertos, recogiéndose en las 
demás fases de la luna. Forman grandes manchas. Sedentaria. 
Los adultos pasan de unos puntos á otros en el puerto iy ensena- 
das. No se aleja de las costas. Abunda. Como punto de desove 
principal se tiene la ensenada de San Diego; notándose mayor 
abundancia, sin duda por lo abrigado de dicha eusenada. Se 
pesca con el trasmallo, cercándose el punto donde se encuentran, 
y se cogen así enmalladas. [1883]. 


Mantua. Morado en la parte superior, blanco en la inferior. 
Ventrales y anal moradas: las demás aletas, amarillas. Mide de 
24 á 46 centímetros. Las huevas, en punto de desuve, 57 centíme- 
tros y 115 gramos. 

Respecto de la corrida, se dice por unos que en Abril y Mayo; 
por otros, que en Mayo y Junio. Otro tanto acontece con la arri- 
bazón: unos dicen que en Septiembre y Octubre; otros que en Di- 
ciembre y Enero (1). 

Se determina bién los puntos de desove, que son: Estero de la 
ensenada de San Francisco, el de Piobaño, Prado, Granadillo, 
Arroyos, ensenada de Santa Rosa, estero de cayo Diego, ensena- 
da de Baja, estero de Rio del Medio, cayo de Eslabón y cayo Ju- 
tías. 

Se recomienda la veda absoluta en los puntos de desove. En- 
tiendo que aquí, como en todos los casos y lugares, cuadra más 
el procedimiento yankee: receso en ciertos días. 

Corrales. Existen cuatro, situados en Arroyos, Santa María, 
Dimas y Cayo Jutías. En la construcción de la red empleada, se 
usa hilo meslin fino, corcho y plomo. Dimensiones: 20 á 25 bra- 
zas de largo y 1 de ancho. Son permanentes todo el año. Em- 
pléase para las llamadas Lebrancho, francesa y blanca. 

Esto último requiere explicación. La pregunta 31% de mi /n- 


(1) Extraña que aquí se rompa la generalidad de ser el desove entre el otoño y 
el invierno. Acaso se truequen los términos, por más que al redactar el interroga - 
torio circulado por la Autoridad Superior de Marina, en Mayo de 1883, tuviese yo 
el cuidado de precisar la acepción propia de los términes arribazón y corrida. No 
me hace fuerza que en 1880 se informara otro tanto. Puede que no se hiciera más 
que copiar lo dicho anteriormente, sin curarse de su trascendencia. Se dan casos. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 393 


terrogatorio sobre la Lisa — Mayo de 1883— dice: “El nombre 
de Liseta ¿radica en determinados caracteres, que hacen de ella 
una especie distinta de la Lisa, Ó se basa sólo en su menor tama- 
ño?” Se contestó: que “las Lisetassson pequeñas, blancas, y no se 
mezclan con las otras que parece no ser de su especie.” 

Preguntado (33%) “¿Cabe confusión de la Lisa con el Macabí 
mal llamado Lisa francesa?” Se respondió que “no cabe confu- 
sión alguna.” Por manera que en la absolución de la pregunta 
7% y sus conexas se distingue la Lisa adulta Ó Lebrancho, de la 
Liseta ó blanca y del Macabí ó Lisa francesa. 


Batabanó. Se le dice Galambote en los primeros días del de- 
sove. Lebrancho cuando aún no es adulta. Tiénese á la Liseta 
por distinta especie, en razón de que su mayor desarrollo es de 
unos 18 centímetros y el peso máximo de 25 gramos. Huevando 
ésta, tiene 16 centímetros de largo y 100 gramos de peso. Se da 
por particularidad el criarse en nuestras costas. Colores superio- 
res azulosos, amarillentos y aun negruzcos, por efecto de los pun- 
tos más Óó menos oscuros ó de la profundidad en que se crían. 
Vientre blanco. Pectorales blancas, con el extremo amarilloso. 
Ventrales y anal como el cuerpo, según los criaderos, y lo mismo 
la cola. Cuenta de 40 á 60 centímetros de longitnd, y de24 4 
kilos. Las huevas, al principio de la luna de Noviembre no pa- 
san de 200 á 250 gramos: al desovar llegan á 500 gramos. Comen 
fango, orillas del mar. 


La corrida tiene lugar en las lunas de Noviembre y Diciem- 
bre. No se conoce arribazón. Proceden del rio Jatibonico y del 
estero de Sabanalamar. Desaparecen de estas costas, desde el lle- 
no de la luna de Noviembre, dirigiéndose á la Isla de Pinos, 
Jardines y Jardinillos, en donde permanecen hasta fines de la 
luna de Diciembre; volviendo en dicha época á reaparecer en 
nuestras aguas yá desovadas las hembras, y descargados de sus 
lechazas los machos: por ello muy flacos. Verifican las funciones 
de reproducción, en los muchos arenales que existen desde el 
Oeste de la Isla de Pinos, por el Sur de la misma, extendiéndose 
hasta el banco de los Jardines y Jardinillos. Llegan en los reca- 
los señalados, seguidas por tiburones que las acosan. Desde Ene- 
ro á Octubre es sedentaria. Los adultos se encuentran juntos con 
las crías. 

Caso de fijarse veda, habría de ser desde mediados de No- 

T. xxIx—-50. 


394 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


viembre á 15 de Enero, y no absoluta. Como mínimum de mena 
en la malla, se indica seis centímetros en cuadro. (18885.) 

Preparación y conserva. Abierta la Lisa, se le extraen las hue- 
vas con cuidado para no cortarles la tela que les sirve de cubier- 
ta. Se lavan muy bien, cuidando de que no les quede ninguna 
sangre. Se polvorean con sal molida ó de espuma; colocándolas 
luego en una vasija, con cierto orden, por espacio de 12 ó 14 ho- 
ras. Transcurridas éstas, se vuelve á lavar las huevas con agua 
del mar, se comprimen suavemente con los dedos, hasta no per- 
cibir ninguna dureza interior. Colócanse después en tablas pre- 
paradas al efecto, cuidando de dar á las huevas cuatro vueltas 
al día, para que tomen el sol por todos lados. Esta operación 
dura cuatro ó cinco días, tiempo necesario para que alcancen 
aquellas la dureza y punto de conservación necesarios. Desde el 
segundo día de colocadas á secar, han de cubrirse á puestas del 
sol con otra tabla, sobre la cual se echan pesos que vayan pren- 
sando las huevas, y los cuales se aumentan gradualmente hasta 
completar los cinco días susodichos. Las huevas confeccionadas, 
escasamente alcanzan para el consumo local. Se consignan sólo 
unas 200 anuales. (1883.) 

Posteriormente se señala el peso máx. de 3 kilos, y la corrida 
en Noviembre y Diciembre, en el Banco de los Jardines y Jardi- 
nillos. [1891.] 

San Cayetano. Nada se expresa relativamente á nombres ni á 
colores. Como peso en la corrida, se señala de 500 gramosá 3 
kilos. Las huevas, unos 150 gramos. Nadie se dedica á su prepa- 
ración. Niconsumo ni exportación. Comen cieno. 

Siempre se encuentra Lisas en la boca de los ríos y en pun- 
tos de poca agua con fondos de fango. Todo lo demás se ignora. 


(1883.) 


Caibarién. Después de desovar la Lisa, le dicen Galambote. 
Vuelve entonces 4 las lagunas, esteros ó rios hasta la época de 
verificar otra vez las funciones de reproducción. No se conoce el 
Lebrancho. La Liseta no es una especie diferente de la Lisa. 
Cuerpo y lomo azul marino oscuro. Vientre blanco sucio. Aletas 
del color de la parte que ocupan. Al realizar la corrida, mide del 
ojo al arranque de la cola, 40 centímetros de largo, término me- 
dio. Peso en igual concepto, 2 kilos. En su mayor desarrollo, 50 
centím. de largo, con 33 kilos de peso. El mínimo para la ven- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 395 


ta, 1 kilo. Las huevas tardan en constituirse 29 días, al cabo de 
los cuales está la hembra en condiciones para desovar. A la mi- 
tad de este tiempo, la hueva movida pesa 60 gramos. En los 9 
últimos días expresados, el desarrollo de los óvulos es más rápi- 
do. En el desove, las huevas pesan 250 gramos. Se consigna un 
total de 40 á 50,000 huevas anuales exportadas para la isla. El 
Sr. Comandante Paredes Chacón no estima el dato exacto. Fre- 
cuenta fondos de cieno. La corrida tiene lugar de la menguante 
de Octubre al final de la de Diciembre. Es opinión general que 
en este tiempo desova tres veces. Sale en grandes masas de las 
lagunas, esteros y rios en donde habita, formando bolas inmen- 
sas, engrosadas de más en más. Este movimiento colectivo dura 
dos meses, cinco días. El viento Norte influye considerablemen- 
te en la corrida. Se vé entonces á la Lisa — cualquiera que sea la 
fase de la luna —abandonar su residencia. No se conocen arriba- 
zones. En la corrida es cuando mejor está la robustez. Es se- 
dentaria. En cuanto desova, vuelve á las lagunas y esteros. En 
pasando la última menguante, dice Vazquez, que se esconden de 
manera que no se vé una, ni en las lagunas que se sabe bién las 
hay. El desove se realiza en los bancos de arena más próximos 
á la costa. No es posible determinar el punto con límites preci- 
sos, toda vez que verifica las funciones de reproducción en los 
antedichos depósitos y corrientes de agua que comunican con el 
mar. 


El Macabí corre al mismo tiempo y en los mismos puntos — 
según informa el perito D. Felipe Vazquez. “Mucha veces — agre- 
ga — se engañan los pescadores á primera vista, figurándose ser 
una bola de Lisa, y resulta ser de Macabí.” Cuanto á la veda, ha- 
bría de comprender, siendo absoluta, “desde 1% de Octubre, en 
que comienzan las funciones de reproducción, hasta 31 de Di- 
ciembre, que acaban de desovar.” En este tiempo, cuanta Lisa 
se mata, “ tienen las huevas movidas ó hechas.” En concepto del 
Sr. Paredes, hay que considerar, que: “siendo el expresado pe- 
ríodo el único del año en que el pescador se resarce de todos sus 
afanes y desvelos, no es posible prohibir la pesca de la Lisa; má.- 
xime cuando antes ni después de dicho período se las mata, y sl 
sucede, es una rareza.” Pero al estimable informante no le ocu- 
rrió el recurso que en casos análogos se emblea en los Estados 
Unidos con éxito completo: señalar días de receso, en que abso- 


96 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


(99) 


lutamente se pesque. Así se atiende al interés particular del pes- 
cador, y al general de la comunidad impidiendo la extinción de 
la especie. (1) Es de creerse que las crías sean sedentarias. Res- 
pecto de las artes, no se emplean anzuelos: sólo red de tiro. (2). 
Corrales. No los hay en esta provincia marítima (1883] por 
estar prohibido y muy vigilado por la Comandancia el cons- 
truirlos [53]. 

Los últimos datos son: Peso máx. 4140 kilos. Corrida: Octu- 
bre, Noviembre y Diciembre: Alfaque. Cons. loc. fresco: 1,000 
kilos. Conserva: 10,000 kilos. (Dueñas, 1891). 

Punta Alegre. Morón. San Juan de los Remedios. Al joven le 
nombran Galambote; á la Lisa pequeña, Liseia. No se conoce el 
Lebrancho. Lomo negro, vientre bianco. Pectorales blancas, como 
las ventrales y anal: las otras más oscuras. Peso de 1á 3 kilos. 
Las huevas, antes del tiempo de desove, insignificantes; al deso- 
var, de 115 á175 milígramos. La regla general es salarlas y 
secarlas. No se exporta. Come limo, fango, arena. 

La corrida, en Setiembre, Octubre y Noviembre. Proceden de 
las lagunas y esteros del interior. Las acompañan Robalos, y las 
persiguen peces de corso. Son sedentarias. Como puntos de deso- 
ve, se indican las costas de afuera y el canal; en todo el distrito, 
sin trozo señalado. 

Se recomienda la veda de Setiembre á Noviembre, por la ra- 
zón muy atendible de la procreación de la especie. Señálase red 
de cinco puntos de malla. 

Sagua la Grande. Isabela. Nombran al joven, Galambote; á los 
machos viejos, Lebrancho; Liseta á la Lisa chica, que luego crece. 
Color oscuro en la parte superior. Parte media y vientre blan- 
cos. Pectorales y demás, amarillosas. Pesan de 3 á 4 kilos. Las 
huevas, antes del desove, de 240 4 300 gramos; en punto de la 
puesta, de 360 á 420 gramos. Comen limo y fango. 

La corrida, en Octubre, Noviembre y Diciembre: las tres men- 


(1) Por acuerdo de Junta Central de Pesca — Marzo de 1883.— está prohibi- 
da la pesca de la Lisa en sus criaderos naturales durante la época de la veda. 

(2) En la red volante sin copo, que es la reglamentaria para la Lisa, ha de te- 
ner la malla en cuadro 46 milímetros 6 2 pulgadas. 

(3) Llevan el nombre común de Corrales las rebalsas, remansos, acotamientos y 
cercos, hechos de diversos materiales, con el objeto de encerrar ó cortar el paso á la 
pesca y cogerla. También se aplica á los depósitos ó viveros. Trato ahora de los 
aplicados á la Lisa en su primera acepción. Luego me ocuparé de los de Pto. Rico. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 397 


guantes. Proceden de los rios y lagunas, en manchas. Desovan 
en las costas de afuera. 


Se recomienda la veda en los rios y lagunas, porque ponen 
corrales y calan nasas, en donde no escapan ni grandes ni chicas. 


Corrales. En su construcción se emplea madera real, guano 
de Palma y gúines de Caña. Miden 5 metros de largo y 3 de bo- 
Ca. No son permanentes. Se arman precisamente en la época de la 
corrida. — Octubre, Noviembre y Diciembre — á unas 10 leguas 
rio arriba, á contar desde la Boca. Se usan para toda clase de Li- 
sa, inclusas las crías. 

Causan naturalmente el mayor daño posible: 1% porque al 
avanzar en tropel las masas -—séase bolas — las más quedan en- 
malladas y son muertas; 2? porque las supervivientes, azoradas, ' 
retroceden á los criaderos ó lugares propicios; viéndose, asi, im- 
pedidas las hembras de desovar, los machos de descargar sus le- 
chas, lo cual es causa de que mueran también, como yá se dijo. 
[Pág. 15.] 

Las mallas de las redes empleadas tienen 2,.3 y 4 pulgadas 
de luz. Con harta razón, pues, se recomienda la prohibición ab- 
soluta de los corrales. 

Cienfuegos. En el interior de la bahía existen Lisa, Liseta y 
Plateado. A la cria nueva, pequeña, dicen Liseta. Colores: azu- 
lado oscuro el lomo, más blanco el vientre; aletas y cola, oscuras. 
Las de los rios Salado, Caunao y Damují, tienen las aletas más 
oscuras; las del rio Arimao, de agua dulce, las tienen amarillen- 
tas. Se distinguen tres variedades, con los nombres de coliazul, 
colinegra y coliamarilla. Peso, al empezar la corrida, 1% kilos; en 
su mayor desarrollo, hasta 3 kilos. De 250 gramos en adelante 
puede permitirse la venta, si bien los chinchorros no las cogen 
menores. Las huevas, de 250 á 500 gramos. Son escasas.las Li- 
sas, mucho más después del temporal de Septiembre (1882) en 
que huyeron del puerto. Las huevas se venden saladas y pren- 
sadas en la población. Se hacen envíos á Manzanillo y Cayos de 
las Doce Leguas, provincia de Trinidad. 

Tal es su abundancia, que se queman en los cayos muchas veces, 
por la dificultad de salarlas. 


Comen limo y cieno del rio mezclados. Frecuentan el cañón 
del puerto, con 20-ú 30 brazas de fondo fangoso, y los veriles de 


398 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


la costa, arenosos y de piedras, en muy poca agua, pues van ori- 
llando los seborucos pegados á las costas. 


La corrida ó desove se verifica en Noviembre, Diciembre y 
Enero. En los rios y lagunas de la bahía obsérvase que desde 
Octubre va engordando y enovando la Lisa. Salen de dichos 
ríos hacia el cañón de la boca y fuera del puerto en los veriles 
de la costa. La arribazón se verifica en Agosto y Septiembre, so- 
lo cuando se desbordan los ríos, y hay temporales que echan de 
ellos y de las lagunas y charcas á las Lisas. Reinan en la corrida 
N. y NE,; en las arribazones SE, y S. Los vientos de afuerza, $. 
y SE., si soplan durante la corrida las hacen volverse al puerto. 
Llegan en gran número, siempre perseguidas las bolas por los 
peces mayores: particularmente tiburones, cornudas. Tanto en 
la corrida como en la arribazón, si los vientos de tierra son fres- 
cos, se cogen Lisas desde el plenilunio hasta la muerte de la luna; 
y si son flojos, solo en el último cuarto menguante. Disminuye 
su voracidad en época de desove. Son sedentarias en las lagunas 
y rios, pues solo salen de éstos al desove en los meses marcados, 
Óó“con grandes riadas ó crecientes. Cuando son adultas, duermen 
en los ríos, pero siempre acuden á las lagunas, á comer limo y 
fango. Puntos de desove, los veriles de la costa E. hasta el rio 
San Juan, y en la del O. hasta la Ensenada de Cochinos. Playa 
de Arimao. 


Se considera innecesaria la veda, puesto que en la época de 
corrida ó arribazón solo se coge alguna en el cañón de entrada 
ó playa de Arimao con los chinchorros, cuando oportunamente 
se las vé venir en pelotones; pues en los demás puntos de la cos- 
ta, es imposible hacer uso del chinchorro ni de otro arte para 
ello. Se crée que al desovar la Lisa, recoge los granos — Ó hue- 
vos — entre sus escamas y agallas (?), viniendo á los rios y lagu- 
nas donde crían, pues allí se las vé muy pequeñitas y no fuéra 
de estos sitios. Mientras se crían, no salen de las lagunas y na- 
cimientos de los ríos. Se usa chinchorros, red volante de 55 mm. 
para la Lisa, y de 35 mm. para la Liseta y Plateado. 

Se recomienda prohibir y vigilar que por nadie se empleen 
corrales ó cercas en los ríos, porque ¿indudablemente concluirán en 
corto plazo con las Lisas y Lisetas. [1883.; 

Bien será recordar que todas las manifestaciones favorables á 
la conservación de la especie se hacen en todos los casos por ins- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 399 


criptos y pescadures profesionales, ante los Comandantes de pro- 
vincia y los Ayudantes de distritos marítimos, respectivamente. 


Trinidad. Casilda. Cuando chica, se la nombra Liseta; cuando 
es mediana, Lisa; cuando grande, Lebrancho. No se conoce el 
término Galambote. Color general blanco y negro. Ventrales y 
anal blancas; las demás, negras. Peso, del 453 kil. Mínimum pa- 
ra la venta, 250 gramos. Las huevas, antes de la corrida, 15 gra- 
mos; en punto de desove, de 120 4 150 gramos. Se consumen 
frescas. Frecuenta fondos de 9 á 10 brazas, de fango. 

La corrida en Noviembre Diciembre y Enero. Arribazones en 
Diciembre y Enero. Procede para el desove de los ríos, esteros y 
lagunas. Vienen acompañadas de picudas, sábalos, jureles, en 
gran cantidad. Desovan en el rio Manatí, estero del Ciego y las 
Tojosas. Para conservar la especie, debe prohibirse los Corrales. 
No se estima conveniente la veda absoluta, pues causaría gran 
perjuicio. Veda en todo Noviembre, fijando luego la dimensión de 
la malla para no coger la cría. Esta reside en las lagunas. No se 
emplea anzuelos: sólo chinchorros. [1883]. 

Consumo loc. fresco: 3,000 kilos. Curado 2,000 kilos. Pesca 
anual 5,000 kilos. Artes: redes, 2; pitillas 2. Embarcaciones: cha- 
lanas 6 con 12 tripulantes. [Vega, 1891.]. 

Júcaro. Los informes de este distrito de Trinidad son negati- 
vos en las respuestas al Interrogatorio general [1893]; pero to- 
cante á Corrales, se expresa: que en la localidad no los hay, por- 
que el terreno no se presta, por ser las playas muy anegadizas; 
que en la pesca se emplea la red de 53 puntas, séase 9 centím. 

Santa Cruz del Sur. Lo mismo acontece con este otro distrito 
de Trinidad. 

Respecto á. Corrales, solo los tiene un individuo; que causa 
daño por cerrar los esteros donde generalmente pernoctan las 
lisas. Las mallas son de 73 centím. en cuadro. Se recomienda 
prohibir la pesca en Diciembre y Enero, en los criaderos y lugar 
de corrida. [1883]. 

Peso máx. 3 kilos. Corrida, en Noviembre y Diciembre, á los 
esteros y manglares de la costa. Muy abundante en la época del 
desove. De la Liseta también se dice que es muy abundante y 
solo se emplea como cebo. (A. Carrasco, 1891). Entiendo que ésto 
se refiere á la Lisa joven. 


Tunas de Sasa. La corrida en Octubre, Noviembre y Diciem- 


400 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


bre. Arribazones en los mismos meses. Vienen en puntas, á los 
esteros y lagunas. Se marchan en las vaciantes, á son de corriente. 

Pesca. Se hace generalmente con redes de tiro, cuyas mallas 
tienen de 55 á 60 milímetros en cuadro. Cuando se dá con una 
bola, se trata de acercarse á ella lo más posible. Se bota la red 
al agua. Dos pescadores, cogen la mitad cada uno en el brazo, y 
avanzan con mucho silencio, hasta que calculan que la red al- 
canza para rodear la bola ó punta de Lisas. Entonces, adelanta 
ino por un lado otro por el otro, hasta unir los dos calones — séa- 
se el palo con que se mantienen extendidos ambos extremos 
colaterales de la red. Así se forma un círculo que encierra las Li- 
sas. Embisten éstas la red, y quedan las que no pueden atrave- 
sarla, enmalladas por la parte anterior. En tal situación, les pes- 
adores les dan golpes en la cabeza con un toletico, de media 
vara de largo y poco más de una pulgada de grueso. Este toletito 
debe ser de una madera que flote, á fin de que al soltarle de la 
mano no se vaya á fondo. No todas las encerradas se cogen: mu- 
chas saltan por encima de la red, otras atraviesan la malla. Las 
yá muertas, se desenmallan y echan en la embarcación, lleván- 
dolas luego á la ranchería para beneficiarlas. [18883.] 

Peso máx. 2:500 kilos. Corrida en Noviembre y Diciembre: 
costa Norte de los cayos de las Doce Leguas. Exportación vivo: 
3,000 kilos: Consumo local: fresco, 2,000 kilos; salado, 5,000. Pes- 
ca anual: 10,000 kil. (A. Escandón, 1891). 


(Continuará). 


Dad. Viranó: 


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ESTADISTILA 
DEMOGRAFICO SANITARIA DE LA CIUDAD DE LA HABANA, 


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AÑO DE 1892. 


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Prere:el DOCTOR V. DE TGASGUARDIA. 


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412 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


POBLACION. 


La ciudad de la Habana, según el censo de 1887, tiene una pobla- 
ción que asciende 4 200,448 babitantes. Fl censo de 1877 arroja 
198,721; comparados uno y otro, durante un período de 10 años la 
población obtiene un pobre aumento que llega modestamente á la 
cifra de 1,727. 

La población se divide del siguiente modo: Blancos, 146,192;— 
(87,804 varones, 58,388 hembras).—Negros y meztizos, 49,619;— 
(19,553 varones, 30,066 hembras).—Quedan, por último, 4,637 asiá- 
ticos; de ellos, 24 pertenecen al sexo femenino.—Sumados los sexos, 
se cuentan 111,870 varones y 88,478 hembras, lo que da un aumento 
con respecto al sexo masculino sobre el femenino, que asciende á 
23,492.—Españoles, existen 194,106; Extranjeros, 6,942. 

En la raza blanca saben leer y escribir, 99,273;—que dá un tanto 
por ciento igual á 67'89.—Saben leer solamente, 4,017:—que de un 
275,—carecen de instrucción 42,902 igual 4 un 2936. 

En los individuos de color,—(negros, mestizos y asiáticos) —saben 
leer y escribir 12,410 igual á un 2287. —Sólo saben leer 2,940 igual á 
un 5'41.—Carecen de instrucción 38,906 que corresponde á4 un 71772. 

La ciudad tiene 43 escuelas del Municipio que cuestan 76,618 pe- 
sos 80 centavos oro, anualmente, cantidad que viene á corresponderá 
38 centavos por habitante y una escuela por cada grupo compuesto 
de 4,662 personas. 


RESUMEN. 


El número de fallecidos durante el año de 1892 llega á 6,882, cifra 
que acusa un promedio anual, por mil habitantes, de 343, igual 
proximamente, al año anterior, 34'4.—FYl promedio de los blancos es 
32'4, de los individuos de color 36'1, y de los asiáticos 77'4.—La mor- 
talidad mayor ha correspondido á Junio y Agosto, la menor á Fe- 
brero y Diciembre; mueren próximamente al día, 19 personas. 

Del total, eran blancos 4,732; asiáticos 369; negros 1,108, y mesti- 
zos 683.—Nacidos en Cuba 4,475; en España 1693; en Africa (negros) 
235, y en otros países 479. 

De enfermedades que pudieron evitarse murió un 40 por 100, en 
este número, el 22 por 100 correspondió á la tuberculosis, y el 18 por 
100 á enfermedades infecciosas; incluyendo aquí el Muermo con vein- 
te víctimas. 

La criminalidad registra: 48 suicidios y 22 homicidios. El mayor 
número de los primeros, ocurrió en Enero, Febrero y Octubre, 7 para 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 413 


cada mes; en Agosto ninguno, y en Junio, Julio y Septiembre 2 para 
cada mes. 

Niños menores de cinco años 1,774, el 26 por 100, (más de la 
cuarta parte del total). : 

Por estado civil.—Blancos: varones, menores de 17 años, 844; sol: 
teros 1,788; casados 558; viudos 161;—hembras, menores de 17 años> 
672; solteras 447; casadas 280; viudas 341.—Negros: varones, menores 
de 17 años, 125; solteros 300; casados 30; viudos 11;—hembras: me- 
nores de 17 años, 125; solteras 476; casadas 23; viudas 25.—Mestizos: 
varones, menores de 17 años, 157; solteros 119; casados 9; viudos 4; 
—hembras, menores de 17 años, 167; solteras 202; casadas 11; viu- 
das 12, 

Los nacimientos inscriptos suman 4,216; de éstos, 3,494 blancos, 
(1,754 varones, 1,740 hembras);—269 negros, (129 varones, 140 hem. 
bras);—y 453 mestizos, (215 varones, 238 hembras).—Varones, 2,642 
y hembras 2,118.—Legítimos 2,652 é ilegítimos 1,564. 

La natalidad anual, por mil, ha sido de 21'0: en los blancos de 
24'0, en los individuos de color de 133; el número mayor de naci- 
mientos inscriptos corresponde á Octubre y el menor á Junio. 

Comparados el total de defunciones y los nacimientos, se com- 
prueba una diferencia en contra de la población que asciende á 2,666; 
comparados los elementos del país cubano, se advierte; diferencia á 
favor, en los blancos que llega 4 575, y en contra de 604 y 230 negros 
y mestizos respectivamente. 

Los matrimonios acusan una cifra igual á 924 (864 de blancos, 14 
de blancos y mestizos, 21 de mestizos, 9 de mestizos y negros, y 16 de 
negros). De los cónyuges, varones, 506 nacieron en Cuba; 401 en Es- 
paña; y 17 en otros países; hembras, 734 en Cuba; 176 en España, y 
14 en otros países. 

La ciudad de la Habana está situada á 17 metros sobre el nivel 
del mar.—Longitud: 5 horas, 4 minutos, 3445 segundos, Oeste de San 
Fernando.—Latitud: Norte, 239, S, 33”. 

La temperatura media en los meses de Verano, fluctúa entre 
25 y 27% en los meses de Invierno entre 21% y 23.—La tempe- 
ratura mínima correspondió á Enero con 125. 

La temperatura máxima, á la sombra, correspondió á Agosto y á 
Septiembre con 335 y 33'8. 

La altura barométrica media corregida de todo error es de 763%, 

La máxima 769'03.—La mínima 7538. 

La humedad media, durante el año, ha sido 78%, 

La tensión media del vapor de agua es de 1778, 

La lluvia media, en los 12 meses, asciende, en milímetros, 4 1461. 


414 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


—El mes, en el cual cayó mayor cantidad de lluvia, fué Junio, 391 
milímetros; el de menos, Abril con 1%. 

Los vientos que más han predominado son los comprendidos en- 
tre el N., el E. y sus variantes. 

El movimiento de pasajeros en el puerto de la Habana, es como 
sigue: Nacionales: 26,790 entrados y 16,906 salidos; difereneia á favor, 
9,884, Extranjeros: 7,092 entrados y 7,459 salidos; diferencia en contra 
367. Militares: 3,842 entrados y 4,596 salidos; diferencia en contra 754. 
En el total se comprueba una diferencia á favor de la población as- 
cendente á 8,763.—Por último, entre los nacionales llegados, saben 


leer y escribir 18,578. 
NOTAS. 


19% Jl «Boletín Meteorológico» que se publica, ha sido suminis- 
trado por el Sr. D. Luís García Carbonell, Director del Servicio Me- 
teorológico de Marina en las Antillas. 

22% El movimiento de pasajeros ha sido tomado de los cuadros 
que mensualmente publica, en varios periódicos de la ciudad, el 
señor Inspector de buques D. Aquiles Solano. 

32% Los datos relativos á la criminalidad, (suicidios y homicidios), 
se deben al Sr. Dominicis, Secretario de la Jefatura de!Policía Guber- 


nativa. 


» 4. 


OBSTETRICIA, 


La Eclampsia y su tratamiento. 


Comunlcacion oral, por el Dr. D. Gabriel Casuso, 


(sesTON DEL 22 DE ENERO DE 1893). 


Dejando á un lado su patogenia y sintomatologia, conocl- 
das de todos ustedes, hasta donde se conoce hoy día, pues las 
teorías nerviosa v renal han quedado desechadas y solo se 
acepta la teoría sanguinea; discutiéndose hoy día, si es una 
intoxicación, una toxemia ó si es una infección; si es pro- 
ducida por la no eliminación de los productos tóxicos ela- 
borados en la economía, por una falta de equilibrio entre la 
producción v la eliminación, ó si es debida á la penetración 
de un microorganismo, la mayoría de los profesores, aceptan 
la intoxicación como la responsalle de la patogenia del mal. 

Los que creen ver en la eclampsia una infección son 
muy numerosos y cuentan en su apoyo, experiencias favora- 
bles practicadas en animales; pero aún no han podido aislar 
y cultivar el microbio, ni reproducir por la inoculación la 
enfermedad. 


416 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Por su invasión, por su marcha y por su rápida termina 
ción, parece más bien una infección que una intoxicación. 

El tratamiento de la eclampsia es la parte importante 
de nuestra comunicación. Sabido es que el tratamiento pa- 
togénico de las enfermedades es el más racional y eficaz; 
pero pocas son las afecciones en que puede aplicarse, pues 
si se conoce la patogenia, no se conoce el agente, y si se 
conoce el agente no puede emplearse; v otras veces, la ma- 
yor parte de ellas, no se conoce la patogenia. 

El tratamiento sintomático á que nos vemos reducidos, 
hace que echemos mano á medios diversos, según los sinto- 
mas que predominen; pero hay uno sobre todo que se viene 
discutiendo desde hace tiempo; la intervención, la inte- 
rrup:ión de la gestación. 

S. S. recordarán que en diversas discusiones que sobre 
esta cuestión han tenido lugar en el Congreso Médico y en 
la Sociedad de Estudios Clínicos, me he manifestado en 
contra de la intervención, como medida preventiva de la 
eclampsia, y como medida curativa de ésta. 

Mis creencias, hijas de la escuela francesa en que me 
eduqué, estuvieron 4 pique de ser vencidas en el caso que 
voy ¿4 referir, y digo casi, porque otra observación vino á 
probarme que la intervención puede ser favorable en deter- 
minados casos, muy dificiles de separar de los otros. 

El caso era de los que se prestaban á un brillante triun- 
fo. La observación me ha sido facilitada por el Dr. Weiss. 

Maria Villao de Pons, de 20 años de edad. 

A principios del séptimo mes la ví por primera vez; 
edema de la cara, manos y piés, cefalalgia occipital, vómi- 
tos, trastornos visuales etc. v albúmina en la orina. (50 cen- 
tigramos por litro). 

Al día siguiente de 1mi visita, el 19 de Octubre por la 
mañana, se presentó la eclampsia, tres ataques en media 
hora. 


Reunidos en junta los Dres. Lamar, Casuso, Almirall y 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 417 


yo, acordamos administrar un purgante enérgico, dieta de 
leche, cloral, cloroformo etc. El cuarto ataque se presentó á 
las 12 del mismo día y el quinto á las 4 de la tarde. La en- 
ferma continuó sometida al plan convenido los días 19, 20 
21.7 22, 

El domingo 23 nos reunimos nuevamente Parra, 
Almirall, Casuso y yo, pues la albumina había subi- 
do á l gramo y 30 centígramos por litro y los síntomas ge- 
nerales empeoraban. 

Se insistió con más energía en el tratamiento anterior, 
administrándosele una sangría 4 la enferma la noche del 
26, pues no mejoraba con el tratamiento establecido. 

Apesar de esto la albumina aumentaba (1.75 por litro). 
Il exámen u.ieroscópico de la orina (Dr. Vildósola) no de- 
mostraba la existencia de una nefritis. - 

La enferma empeoró apesar de la sangría y la albúmina 
subió á 9 eramos por litro, orina escasa y fenómenos urémi- 
cos. En estas condiciones decidimos la interrupción de la 
cestación, la que se practicó por la sonda saco de Barnes, ro- 
tura de la bolsa y dilatación digital; el útero no reacciona- 
ba bien á los estinmulos; se emplearon 16 heras en la opera- 
ción. La enferma estaba absolutamente ciega y febril. El 
Dr. López examinó el fondo del ojo y encontró edema pro- 
nunciado de ambas papilas, nineuna otra lesión. 

A las 52 horas lel alumbramiento la albúmina desapare- 
ció completamente de la orina, habiéndose establecido una 
poliuria notable, 3 litros y medio de orina en las 24 horas. 

La visión y la inteligencia eran nulas después de la ope- 
ración. 

A las 30 horas del alumbramiento tuvo un acceso de 


manía agudo que duró 10 horas, 


dejando detrás alucinacio- 
nes é ilusiones que persistieron 48 horas, debido á una is- 
quemia cerebral probablemente. El puerperio fué normal 
por lo demás, apirético y el restablecimiento de su salud y 
de todas sus funciones, rápido y favorable. Hoy que hace 
ic 0: 


418 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


50 días de este suceso, la enferma está cambiada en absoln- 
to, nutre con vigor y no parece que haya estado tan cerea 
de la muerte. 

Cuando llegué á ver la enferma, el Dr. Weiss, estaba 
dispuesto 4 intervenir, á evacuar el útero, creyendo podia 
ser favorable. Combati su opinión, considerando que las 
maniobras necesarias para provocar el parto, y que el tiem- 
po necesario para que éste se realizara, era suficiente para 
que se decidiera la terminación de la enfermedad, pues el 
minimum es de 15 á 18 horas y el máximum de 3 á 4 días. 
Considerando que la enfermedad tiene generalmente una 
rápida solución, que no se había instituido ningún trata- 
miento y que no se sabia de cierto si la mujer estaba en 
el séptimo mes, quedó suspendida la intervención. 

En la nueva junta del día 23, propuso el Dr. Weiss otra 
vez la intervención; pero la auscultación del día 19 no ha- 
bía permitido percibir los ruidos del corazón fetal, aunque 
el día 20 me pareció oirlos, no muy claros, no los peroibi * 
más. En los días sucesivos, los Dres. Almirall, Parra y 
Weiss, nada percibieron. 

Yo no habia visto la enferma desde el día 20; en la jun- 
ta del 23, manifesté que no crela que el tratamiento se ha- 
bía instituido enérgicamente. Es un hecho común en la 
eclampsia que cuando muere el feto, el resultado es tan fa- 
vorable como si se evacuara el útero. Cesan las condiciones 
de la gestación; las funciones fetales desaparecen; y me ex- 
trañaba que estando el feto muerto la mujer se agravara, 
aumentando cada día la albúmina. 

El interés del feto, va no nos guiaba para intervenir, 
pues á nuestro juicio estaba muerto; por esas razones yo de- 
sechaba la intervención. 

En la noche del 26 la gran opresión, la disnea, la cefa- 
laloia intensa, y una considerable intranquilidad, nos hicie- 
ron practicarle una sangría de unos 500 gramos, que según 
Bouchard sustrae más elementos tóxicos del organismo por 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 419 


cada 30 gramos que 300 gramos de orina, y 3 kilos de su- 
dor. Aunque disminuyó la disnea y la cefalalgia, el estado 
general no mejoró; la albúmina se hizo más abundante, 
gramos por litro. Es de advertir que un exámen minucioso 
de la orina nos habia revelado que la albúmina no depen- 
día de ninguna lesión renal independiente del embarazo 

Ese hecho, de la muerte del feto y la agravación del es- 
tado de la enferma, originó un gran desconcierto porque 
nos faltaba la explicación. 

El Dr. Weiss, que se había retirado desde el 23 por no 
hab«rse aceptado la intervención, fué solicitado por mi pa- 
'a una nueva junta, en la que se acordo intervenir. Creí de 
mi deber que la intervención la practicara el Dr. Weiss, 
por haberla él propuesto, presenciandola yo, y asumiendo 
la responsabilidad que me cupiera. No quería que se dijera 
que cedía al Dr. Weiss la intervención para no asumir las 
consecuencias del estado de la enferma, que me-deshucía 
del caso malo, cuaudo no lo había hecho en mejores condi- 
ciones. 

Con las reglas de antisepsia que son de riyor, no inten- 
viniendo nadie más que el Dr. Werss, se procedió á la in- 
troducción de la sonda, método de Krause, que es bueno, el 
taumatismo que determina es ligero, no produciendo ac- 
cidentes infecciosos. Pero es muy lento comparado con los 
dilatadores de Burnes y Tarnier y con el culpeurinter de 
Braunn. 

Empezamos con una «anestesia ligera, pero fué preciso 
apelar al saco de Baurmes, luego á la dilatación manual y 
por último al parto forzado. 

Il feto estaba vivo, lo que explicaba la marcha progre- 
siva de la enfermedad y el desconcierto que entre nosotros 
reinaba era debido al diagnóstico erróneo de la muerte del 
feto. 

Extrájose la placenta y á las 32 horas había desapureci- 
do la albúmina, establecidose una notable poliuria, pues de 


420 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


100 gramos que era el día de la intervención habiase ele- 
vado á 3 litros. El puerpuerio fué fisivlógico y la mujer 
curó rápidamente. j 

El cuadro había cambiado en pocas horas, lo cual me 
hizo dudar en mi opinión; pero un nuevo caso hizo nacer 
las dudas antiguas y comprender la dificultad y peligros de 
la intervención. 

Trátase de una señora joven con embarazó gemelar. La 
albúmina se había presentado tres días antes del parto. 
Después de la vacuidad natural del feto, sobrevino una po- 
liuria excesiva, de 6 litros. Sin medicación alguna desapa- 
recieron las convulsiones eclámpticas. A las 24 horas dismi- 
nuyó la orina y presentóse la eclampsia con todo su cortejo 
sintomático grave; después de 24 horas de peligro recobra 
la salud. 

Tenemos, pues, un caso favorable para la intervención, y 
otro en que con el mismo resultado que una intervención, 
la evacuación del útero, y con mayor poliuria, se presentó 
de nuevo la eclampsia con todos sus caracteres. 

La primera observación aislada me hubiera hecho ex- 
presar á favor de la intervención. Ruego á los que hayan 
tenido casos de eclampsia, que nos den su opinió». 


MEDICINA LEGAL. 


Segundo Informe sobre influencia del paludismo en el traumatismo. 


Por el Doctor J. 1. Torralbas. 
SESIÓN DEL 9 DE SEPTIEMBRE DE 1888, 
Sr. Presidente, Sres. Académicos: 


El Sr. Juez de 1% Instancia del Distrito Sur de Matan- 
zas, con motivo de la causa seguida covtra el moreno R..... 
G.... por homicidio del de ¡gual clase, S. DAL cor 
sulta á esta Real Academia sobre los “particulares que se 
expresan á continuación: 

Pregunta, pues, S. Sría. 1% “Si dados los datos que se le 
facilitan, creen posible que el arma ocupada pudo causar la 
herida, tal como la describen los facultativos de Gu: ¡macaro, 
ó como lo hacen los de Matanzas.” 

92 “Si dada la marcha dela enfermedad pudo vivir el 
herido tantos días, á ser ciertos los extragos que causó el 
arma, relacionados en los informes de los facultativos de 
Matanzas.” 

32 “Si en caso afirmativo, pudo presentar la herida, el 
carácter exterior de cicatrización ó necesariamente el estado 
de supuración.' 

4% “Si pudiendo en vida del herido, presentar la herida 


422 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


el carácter de aparente cicatrización que dió á los facultati- 
vos de Guamacaro lugar á4 equivocación en su diagnóstico, 
se produjese despues de la. muerte, la salida de sangre y 
pus de que hablan los facultativos de Matanzas.” 

5% “Si los sienos que la fiebre perniciosa deja en el ca- 
dáver pueden constatarse en el estado de descomposición Ó 
putrefacción del cadáver, ó si pcr el contrario, desaparecen 
ó se confunden con los que produce la descomposición del 
cadáver, así que ésta se haya iniciado.” 

6? “Si de la resolución de los extremos anteriores pue- 
de deducirse que la herida fuese de las calificadas de mor- 
tal por necesidad.” | 

Los testimonios que á esta Real Academia han sido re- 
mitidos por el señor Juez que interpela son: Una decla- 
ración del .facultativo que asistió 4 D.... en la que D. 
M.... L.... A.... que así se nombra, dice que: enla no- 
che del nueve al diez de Abril del corriente, curó al citado 
moreno D...., el cual, presentaba una herida por instru- 
mento cortante en la región frontal hácia su lado derecho, la 
que interesaba la piel, y de pronóstico leve, salvo accidente, 
habiendo pronosticado esta lesión con dicho carácter, debido 
á que el lesionado, no presentaba ningún fenómeno cerebral, 
ni general tampoco y que el aspecto de la herida asi lo re- 
velaba: que como á los dos ó tres días fué llamado por la 
familia del herido y que éste le manifestó: “que tenia esca- 
lofrios y demás sintomas, que diagnosticó una fiebre inter- 
mitente y que veinticuatro horas, poco más ó ménos, antes 
de su fallecimiento fué solicitado por la familia para verle 
de nuevo, que le dijo el paciente que habia tenido un gran- 
disimo escalofrío, encontrándolo, en el acto de examinarlo, 
con sudores copiosísimos y una temperatura elevadísima, 
habiendo formado el juicio que se trataba de un acceso de 


fiebre perniciosa...., que más tarde llamó á los Dres. D. 
N , 
Pin DE. A para quee «presihranol 


cooperación y que éstos profesores convinieron en que se 
trataba de un acceso de fiebre perniciosa.” 

El segundo documento lo constituye la declaración del . 
profesor D. FP. ... A...., quien asegura que cuando vió en 
eonsulta con los dos comprofesores, ya nombrados, al more- 
no D...., lo encontraron con todos los caractéres clínicos 
de una fiebre perniciosa, y en estado grave”.... A conti- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 423 


nuación se lee la declaración de D. F.... T...., otro de 
los médicos de la consulta, quien dice que encontró al D... 
“con fiebre muy alta de cuarentiun grados termométricos, 
pulso frecuente y duro, pérdida total del conocimiento, con 
inyección considerable en la conjuntiva,” deduciendo que 
existía una “congestión cerebral” que habiéndosele dicho 
que el paciente había sufrido una herida en la cabeza “ha- 
cia ocho días,” la examinó, pareciéndole “de naturaleza sim- 
ple;” desecha el declarante, como poco probable, la idea de 
una fractura del cráneo por contragolpe que hubiera produ- 
cido la implantación de esquirlas en las meningeas “porque 
habían transcurrido ocho días de sufrida la lesión y los 
accidentes producidos por la causa manifestada, se presentan 
más breves. También se le manifestó “que el individuo de 
referencia había tenido accesos de fiebres durante cinco días, 
por cuya razón creyó que la congestión que sufría dicho 
moreno pudiera ser el resultado de una fiebre perniciosa de 
forma cerebral.” 

kteguntados» suyo Da seo. .)oacerca, del 
carácter contuso é inciso de la herida, contestó el primero 
que no podía asegurar lo uno ó lo otro, “pues como sólo vió 
una herida sencilla que no ofrecía ningún carácter alarmante, 
no la examinó con detenimiento”; y el segundo, “que la he- 
rida era incisa con instrumento cortante.” 

A este documento sigue el que describe la exhumación 
y autopsia practicada por los médicos forenses de Matanzas, 
DiditacB Bss DM sb Oir] añeh exponen 
los aludidos profesores, despues de la relación correspon- 
diente á situación, estado del cadáver y aspecto general de 
él, la descripción, primero de la herida externa y despues 
la de las lesiones internas en los términos que á continua- 
ción reproducimos. —“Desprovisto dicho cadáver de sus 
vestidos en la parte necesaria, se vió que presentaba más de 
48 horas de muerto, dejando ver sobre la abolladura frontal 
derecha una herida incisa, como de cinco centimetros de 
extensión, que se dirigía oblícuamente de arriba á abajo y de 
dentro á fuera, inferida con instrumento cortante, dirigido 
con gran violencia, la cual (¿) penetraba todos los tejidos 
blandos hasta interesar el hueso frontal.” Que no encontraron 
otra lesión exterior, por lo que procedieron á la autopsia. 
“Abierta la cavidad encefálica, notaron que la herida de 


494 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


que se ha hecho mención sobre la abolladura frontal derecha, 
interesaba completamente el hueso hasta penetrar las me- 
-ningeas y el hemisferio cerebral correspondiente, produ- 
ciendo porción de esquirlas que se implantaban en dichas 
membranas y masa cerebral, dando luvar 4 un derrame 
sanguineo con violenta inflamación de la porción correspon- 
diente á la herida, inflamación que se propagaba 4 los demás 
órgános intracranianos (¿): siendo estos signos anatomo-pa- 
tológicos más que suficientes para explicar la causa de la 
muerte de dicho individuo, la cual debió tener lugar por una 
meningo encefalitis consecutiva á la lesión; y encontrándose 
ya muy adelantada la putrefacción y no siendo hiviénico 
proceder ¿ la abertura de las demás cavidades (?) que nin- 
guna luz vendrían á derramar sobre las causas de la muerte, 
creyeron prudente suspender la autopsia, siendo así que los 
datos recogidos en la cavidad encefálica, son más que sufi- 
cientes para poder asegurar que dicho individuo falleció de 
una meningo encefalitis de orígen traumático, consecutiva á 
la lesión.” 

Aparece a continuación la declaración de M. DE 
hermano del lesionado; en ella consta que al dia. siguiente 
del hecho, S..: (el herido) estuvo sentado en la orilla de 
la cama, hablando con su hermano y sólo acusaba un poco 
de dolor de cabeza: que al siguiente día, como á las nueve 
de la mañana, el paciente tuvo un ataque consistente en 
ponerse “engurruñido” con la boca torcida y gran escalofrio, 
por lo que volvió á llamar el médico y como de su indica- 
ción resultase la mejoría del herido, se volvió á su trabajo: 
que en la noche del mismo día, fué solicftado de nuevo por 
el estado de su hermano, avisó al médico, cuya preseripción 
llenó, marchando de nuevo á su trabajo el miércoles, en 
cuya noche volvió, encontrando más malo al herido, quien 
ya no se levantaba, y le dijo le dolía más la cabeza; que el 
juéves volvió el interpelado á su trabajo, regresando el viér- 
nes por la noche, y encontrando al hermano, que ya no ha- 
blaba le vió continuar así hasta el O que murió. Cons- 

ta además en el mismo documento que D.... (M....) oyó 
decir á uno de los facultativos que asistiaá su hermano, que 
éste tenía «una calentura muy fuerte de esas perniciosas» 
repitiéndole eso mismo en la junta los otros dosde la consul- 
ta: que hasta la noche del viernes en que perdió el habla lo 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 425 


encontró acorde y en su juicio natural aungue se quejaba de 
dolores de cabeza. 

Sigue, á la anterior declaración un certificado del médi- 
co de Limonar D.... M.... L..:. A.... enque describe 
la herida de D.... como hecha por instrumento cortante, de 
tres á cuatro centímetros de longitud, situada en la región 
frontal lado derecho que interesa la piel; siendo el pronós- 
tico leve sulvo accidente. 

Sigue un parte del mismo facultativo (fecha 14 de Abril 
cinco días después) diciendo que la herida está casi cicatri- 
zada y el enfermo con un acceso de fiebre perniciosa, siendo 
su estado sumamente grave. 

El 15 de Abril (día siguiente) declara el mismo facultati- 
vo que cree completamente independiente el acceso perni- 

cioso de la lesión que venta sufriendo D 

Los últimos documentos testimoniados son: las declara- 
a O SD O E A edo 
médicos de Matanzas, á quienes poniendo de manifiesto la 
cuchilla con que se dice fué inferida la lesión que nos ocu- 
pa, dijeron que teniendo en cuenta los caracteres de la he- 
rida, la resistencia de la región interesada, las dimensiones, 
temple v corte del arma, así como la dirección descrita, 
siempre que dicha arma fuera dirigida por un individuo de 
gran esfuerzo muscular y de una estatura conveniente pudo 
muy bien ser la cuchilla el instrumento que ocasionara la 
lesión. 

ln una segunda declaración de los mismos emitida en 
7 de Agosto dijeron: que en vista de las diferencias que al 
parecer se notan en la apreciación hecha en el informe pe- 
ricial de la Real Academia, creen de su deber llamar la 
atención al Sr. Juez, sobre la cireunstancia de estar com- 
pletamente equivocada la referida Corporación suponiendo 
simple la herida, ó por lo menos que lenoraba completamen- 
te su gravedad; siendo así que la lesión que recibió D.... 
es de lo más grave que existe entrando de lleno en el rango 
de las clasificadas mortal por necesidad. 

He aquí, Señores Académicos, los datos que poseemos pa- 
ra contestar la consulta propuesta por el Sr. Juez del distri- 
to Sur de Matanzas y que vuestra Comisión de Medicina 
Legal va á tratar de satisfacer. 

Debemos eun primer término ocuparnos de si el arma di- 

POSTA A 


426 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


señada en los testimonios ha podido inferir la lesión descri- 
ta por los médicos de Matanzas, ó más bien la que indican 
los médicos de Guamacaro. 

El arma en cuestión es como se vé una cuchilla de bolsi- 
illo de dos hojas, de las cuales la mayor tiene una longitud 
de siete y medio centimetros por una anchura de un centi- 
metro y tres milimetros, esto en el concepto de que el dibu- 
jo tenga las mismas dimensiones que el arma; su grueso 
aunque no está representado, debemos suponer, porque esta 
cuchilla no debe diferir de las de su clase; que no pasará de 
milímetro v medio en su parte más gruesa (hacia la base) 
su aspecto es el de tipos corrientes de las cuchillas de bolsi- 
llo ordinarias, pues los dibujos y forma del cubo no la ha- 
cen parecerse 4 esas cuchillas finas de Rodgers, por ejemplo 
cuyo mango siempre liso y sencillo guarda una bien tem- 
plada hoja de acero, por el contrario más bien parece una 
de esas cuchillas de clase inferior. 

La herida descrita por los Médicos de Matanzas tenía 
cinco centimetros de longitud de figura oblicua (suponemos 
que quisieron decir dirección)era incisa se dirigía de arriba 
á bajo y de dentro á fuera, inferida con instrumento cortan- 
te, penetrando todos los tejidos blandos hasta interesar el 
hueso frontal en sus dos láminas, las meningeas y el cerebro 
produciendo esquirlas que se implantaron en la masa cere- 
bral y sus cubiertas. 

Pues bien, para poder producir semejantes estragos se ne- 
cesitan hacer concurrir una multitud de circunstancias ex- 
traordinarias como son la resistencia poco común de una 
hoja tan chica, no el temple como erróneamente se preten- 
de porque entonces se habría partido, sino una rigidez espe- 
cial que solo tienen las hojas de tres caras; la fuerza hercú- 
lea del agresor para poder perforar de un golpe la bóveda 
craneana en la región indicada, la dirección perfectamente 
perpendicular del eje de la cuchilla respecto del sitio enque 
chocó su punta, pues de no ser asi, ó el resorte cierra, ó el 
filo corre por la convexidad de la abolladura frontal y no 
penetra; por otra parte si la hoja del arma penetró á mane- 
ra de puñalada como dicen los facultativos de Matanzas, 
¿cómo pudo dejar una huella de cinco centímetros de lon- 
gitud teniendo la hoja vulnerante solo un centímetro me- 
nos de medio de ancho? 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 497 


Por el contrario la herida incisa que describen los médi- 
cos de Guamacaro, que interesa la ¡1el, el tejido celular y 
el hueso parece más probable que sea producida por la cu- 
chilla en cuestión, pero ¿qué debemos entender por 2nteresa 
el hueso? ¿acaso que lo divide? Intendemos que no. 

Pudo la herida no ser hecha con el instrumento en cues- 
tión y esto parece más probable, pero no quiere decir que 
sea imposible que con él se haya inferido. 

La segunda cuestión que se relaciona con la marcha de 
la ada y las lesiones descritas en la autopsla, resol- 
viéndose á nuestro modo de ver sin vacilar; la ciencia y la 
experiencia nos enseñan que muchas lesiones del cráneo, in- 
cluso las frac turas, permanecen varios días en estado latente 
sin presentar más que ligeros vértigos á4 algunos dolores de 
cabeza (Follin) (Stokes) É,, esta marcha insidiosa de las he- 
ridas de la cabeza, es la que hace su pronóstico siempre re- 
servado. 

De suerte que no debe extrañarse que 1).... viviera 
varios dias apesar de sus lesiones. 

Las heridas pueden presentar durante la vida del lesio- 
nado un aspecto tal que los haga considerar por los médicos 
en vía de cicatrización; esto no es lo común en las fracturas 
del cráneo, pero téngase presente que en la que nos ocupa 
los mayores estragos parecen haber sido internos y si ú4 esto 
se agrega que quizás la de la lámina externa era lineal, en 
ese caso no solo no se observa la salida del líquido céfalo- 
raquidiano sino que la supuración al exterior se hace escasa 
excusando los errores de diagnóstico que puedan cometerse 
(Delamotte) (Van Srueten) (Quesnay: el pus puede quedar 
oculto en la cavidad craneana husta que la ruptura de la ci- 
catriz le dé salida. 

En cuanto al quinto particular que pide se indique en 
qué periodo de la putrefacción de un cadáver podrían com- 
probarse los signos que deja la fiebre perniciosa, y cuándo 
dejaría de ser posible esta comprobación. 

Los fenómenos de la fermentación putrida, según el pe- 
riodo en quí se encuentren, pueden borrar las huellas de 
cualquiera afección que haya ocasionado la muerta y respec- 
to de la fiebre perniciosa, cuyos caracteres no son de la más 
fácil percepción, no sería necesario que estuviese muy avan- 
zada para que se hiciera difícil encontrarlos y hasta para 


428 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


que se borrasen de un todo, pero cuando esos mismos fenó- 
menos solo están Inclados como en el bazo que nos ocupa, 
la melanemía, el estado del corazón, el del vaso, han podi- 
do probablemente hacerse constar si existían; pero estas 1n- 
vestigaciones no se hicieron, las cavidades toráxica y abdo- 
minal nose abrieron primero, dicen los facultativos que 
actuaron porquk no es higiénico; segundo porque era inne- 
cesario dada la clase de herida mortal por necesidad que pre- 
sentaba el cráneo. 


sta omisión es tanto más lamentable, cuanto que, de la 
abertura de esas otras cavidades quizás habría resultado la 
comprobación de una pyoemia por la presencia de accesos 
múltiples ya en el pulmón, ya en el higado etc. Pyoemia 
que se puede sospechar por los escalofrios que acusaba el 
enfermo, y que hicieron pensar á los médicos de Guamaca- 
ro en accesos de fiebre perniciosa pyoemlta; en fin, que al ha- 
cer sucumbirá D.... hubiera constituido un accidente y 
quizás cambiado la clasificación que de la herida hacen los 
peritos de Matanzas. 

Il último extremo de la consulta se refiere á la califica- 
ción de la herida y respecto de esto debemos decir que el 
calificativo de mortal por necesidad que cada día va restrin- 
giéndose más, se reserva para aquellas lesiones que, no so- 
lo afectan órganos principales sin cuyas funciones la vida es 
imposible, sino que las afectan de una manera tal, que sus 
funciones sean interrumpidas; de aqui la costumbre de no 
considerar necesariamente mortales las lesiones que siquiera 
alvuna vez, se havan podido curar. lxcusado me parece 
enumerar á Su Señorías los casos de fracturas del cráneo 
con herida del cerebro curados con y sin la trepanación, las 
heridas de la cabeza por armas de fuego nos demuestran la 
verdad de esta aserción. 

Además, la herida objeto de estas líneas, ¿produjo la me- 
ningo encefalitis traumática como dicen los facultativos de 
Matanzas? Entonces fué mortal por accidente y no por ne- 
cesidad. - 

Es innegable que la herida en cuestión presenta un Ca- 

racter de alta gravedad, pero de esto 4 ser necesaria, inde- 
fectiblemente Mortal como lo pretenden los profesores de 
Matanzas, hay una distancia que el médico leyista debe mi- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 429 


rar con respeto porque si la salva impremeditadamente, pue- 
- de ocasionar graves daños. 

Si se nos dijese que clasificáramos.la herida que descri- 
ben los aludidos peritos, diríamos que es generalmente mor- 
tal, pero de ningún modo, mortal por necesidad. 

Con esto podriamos formar las conclusiones que conden- 
sando este proyecto de informe, dejarían contestadas las 
preguntas del Sr. Juez, pero algunos conceptos emitidos por 
los inédicos de Matanzas en su última declaración, puenan 
cor la lógica de una manera tal, que necesitan ser rectifica- 
dos, no porque dichos profesores se hayan permitido decir 
que este Cuerpo Consultivo se había equivocado lo cual ha- 
bría podido suceder, pero no ha sucedido, sino porque tra- 
tándose del esclarecimiento de la verdad no debe quedar 
sombra de duda siempre que sea posible desvanecerla; tam- 
poco porque desee la comisión tomar nota de las frases más ó 
menos pertinentes en asunto de tal entidad, como son las de 
grave error, etc., pues por los escritos de dichos peritos se deja 
ver que no les preocupa mucho la manera de expresar sus ideas 
vénse sinó, la de los zapatos de becerro y en estado de descom- 
posición y presentando una herida en la frente sobre la ceja 
derecha de figura oblicua etc., etc. Pero prescindiendo de es- 
tos puntos insignificantes, es innegable que al juzvar el in- 
forme de la Academia, han estado ligeros, y para probar lo 
que decimos recordaremos á Sus Señorias lo que sin más 
datos que las preguntas se consultó á la Academia en Abril 
del presente año. 

Pregunta 1% ¿Cuáles son los caracteres con que se pre- 
sentan los accesos de fiebre pernicio a? 

Á esta pregunta contestó la comisión con la descripción 
que de los accesos de fiebre perniciosa nos dán los autores 
contemporáneos, adoptando la clasificación de Nielly por 
considerarla más clara y sencilla. 

Pregunta 2* ¿Puede, por consecuencia de una herida 
de la cabez eza, situada en la abolladura frontal, hecha con 
instrumento cortante y que interesa todos los tejidos blan- 
dos y el hueso, presentarse la fiebre perniciosa y ocaslonar 
la muerte? 

Contestóse que evidentemente las fiebres perniciosas son 
de origen palúdico y por tanto no pueden ser la consecuen- 
cia de un traumatismo y que aqui terminaria esta parte de la 


430 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


consulta, si se tomase la palabra consecuencia pe su sentido 
estricto, pero que atendiendo á la última parte de la pregun- 
ta yá la rela ción que guarda con las que le siguen, nos vela- 
mos obligados á esplicar la conexión que ha “podido existir 
entre la PSB A traumática y la mamfestación palúdica. 

Pregunta 3? ¿En el caso contrario puede fullecer de la 
lesión v no de la fiebre? 

La Comisión se abstiene de contestar porque para hacer- 
lo necesita la descripción detallada de la herida, la hoja cli- 
nica y las lesiones encontradas en la autopsia. 

Presunta 4% ¿Puede presentarse dicha enfermedad (la 
perniciosa) independientemente de la lesión sin tener rela- 
ción la una con la otra. 

Se contestó que sl: 

Pregunta 5% ¿Deja la fiebre perniciosa señales por las 
cuales pueda conocerse cuando ha sido ella la causa de la 
muerte? 

Hecha la salvedad de que «ón no está constituida la ana- 
tomía patológica de las fiebres pernictosas, se continuó des- 
cribiendo las lesiones que los autores y particularmente 
Bard señalan como caracteristicas. 

Prevunta 6% ¿Cuando la fiebre perniciosa unida á la le- 
sión traumática ocasiona la muerte, puede conocerse en el 
cadaver, cuando ha sobrevenido por la fiebre, cuando por la 
lesión y cuando por ambas causas? 

Se contestó que estando determinadas en la ciencia las 
lesiones cadavéricas de la fiebre perniciosa, y correspon- 
diéndose los traumatismos graves casi siempre cou altera- 
ciones locales caracteristicas, puede en algunos casos estable- 
cerse las distinciones que se piden. 

Tales son las preguntas contestadas en el cuerpo del in- 
forme, previa la necesaria expoñición y discusión de cada 
cuestión, exposición y discusión que hemos condesado en 
los párrafos que ue ubamos de leer que como se concibe, tie- 
nen mucha más extensión y están reasumidas en las siquien- 
tes conclusiones. 

1% Los accesos de fiebre perniciosa se caracterizan por 
la presencia anormal, iusólita y generalmente súbita, de un 
sintoma grave superpuesto al tipo morbido en el cual sobre- 
viene, y que subordinado al impaludismo en cuyo curso se 
presenta, amenaza la vida. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 431 


2% Los traumatismos predisponen á la invasión y desa- 
rrollo de todas las manifestaciones del impaludismo, incluso 
las fiebres perniciosas, sin que el carácter leve ó grave de la 
lesión, aumente ni disminuya esa predisposición que puede 
determinar la muerte. 

3% No puede contestar la Academia por necesitar para 
compararlos entre sí, los datos que le señalen la importan- 
cia de la lesión y la gravedad de la fiebre; fenómeno que 
por si solo basta para explicar la muerte. 

4% La fiebre perniciosa puede presentarse por sí sola, es 
decir, sin que el factor traumatismo la preceda, ni la acom- 
pañe, ni tenga ninenna relación con ella. 

5% La fiebre perniciosa generalmente deja en el cadáver 
lesiones que dan á conocer cuando ella ha sido la causa de 
la poa 

Teniendo las lesiones traumáticas caracteres anátomo 
o: que le son propios y que determinan su grave- 
dad, y las fiebres perniciosas los suyos, se podrían en mu- 
chos casos conocer, cuándo la muerte se debe á las unas ó 
á las otras, y hasta en algunas circunstancias cuándo se de- 
be á las dos. 

Sentados estos precedentes se nos querrá decir, ¿en qué 
se equivocó la Academia que informándose en los conoci- 
mientos de la ciencia conteimporánea contestó con respues- 
tas abstractas y condicionales las preguntas del mismo or- 
den y caracter que se le hacian? Hubo más, Señores Acadé- 
micos; la tercera pregunta que se encert raba en límites más 
concretos que las otras no fué contestada por falta de datos 
y asl se expresó en el informe, señalando además los datos 
en cuestión. 

La Academia, pués, no se equivocó, no cometió ningún 
error porque quien contesta condicionalmente, quien no afir- 
ma, bi niega nada, no se equivoca ni acierta, sino responde 
4 lo que se le pregunta y en la forma que se le interroga. 

Pudo la Academia no haberse ajustado á los principios 
de la ciencia, pero tampoco sucedió asi, el testimonio de los 
mismos profesores de Matanzas lo comprueba. (Véase la úl- 
tima declaración.) 

Establecido lo que precede, la Comisión entiende que 
después de hacer presente al Sr. Juez actuante que la Aca- 
demia mantiene y ratifica cuanto entonces dijo, y contestar 


4392 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


- 


á las preguntas de su actual consulta con las conclusiones 
siguientes: 

1% Las descripciones que de las lesiones de D.... ha- 
cen respectivamente los facultivos de Guamacaro y de Ma- 
tanzas, no se contradicen, pues la de los segundos comple- 
mentan las deficiencias que se observan en las de los 
primeros. Esto sentado, el arma ocupada pudo aunque en 
condiciones especiales, ocasionar la herida en cuestión. 

27 Los datos respecto á la marcha del proceso patólogi- 
co, son escasos y oscuros; pero las lesiones encontradas en 
la «autopsia son compatibles con la prolonvación de la vida 
tantos días como los que se dicen transcurrieron desde que 
le fué inferida la herida hasta que ocurrió la muerte del le- 
sionado. 

3% La herida pudo ó no durante algunos días presentar 
aspecto exterior de cicatrización, más si en el cadáver esta- 
ba abierta y por ella salían pus y sangre, su reapertura ex- 
pontánea, debió tener lugar durante la vida aunque fuese 
en las últimas horas. 

Establecido lo que precede no es admisible que la ci- 
catriz de la herida que nos ocupa, ya fuese sólida y verda- 
dera, ya falsa y débil, se rompiese para dejar salir el pus y 
la sangre, después de la muerte. 

e Aunque las lesiones anátomo-patológicas de la fie- 
bre pernic losa, no sean tan constantes que solo por su pre- 
sencia en el cadáver se pueda asegurar que ella ha sido la 
causa de la muerte, cuando con estos signos concurren los 
datos clínicos, su existencia puede aseverarse. En el presen- 
te caso el dato clínico es deficiente y por lo mismo se hracía 
más necesaria la investigación anatomo-patológica que el es- 
pecioso pretexto de hallarse el cadáver en estado inicial de 
descomposición no basta á impedir. 

6% La herida de D.... tal como la describen los peritos 
de Matanzas, no corresponde á la clase de las mortales por 
necesidad, sino á las generalmente mortales. 


..- — 


INDICE 


REAL ACADEMIA DE CreENCIAS MEDICAS, Fisicas Y NATURALES DE LA Ha- 

BANA.—Sesión pública ordinaria del día 11 de Diciembre de 1892, por 

el Dr.- Vicente de la Guardia, Secretario... ceoocmaoreraonnncoaaonccecacrennaos ODO. 
ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. Juan Vilaró..cuonccccnan.o 890 
ESTADISTICA DEMOGRAFICO-SANITARIA DE LA CIUDAD DE LA HABANA. 

Año de 1892, por el Dr: Vicente dela, Guardi iriomaroaocncniciconde ante nanao MDL 
OBSTETRICIA.—La eclampsia y su tratamiento, comunicación oral por el Doc- 

tor Gabriel CUsuSO voonconnooporonos cesanannncnnnió nn an cronanson ocnnccncnnrcanion nano SO 
MEDICINA LEGAL.—Segundo informe sobre influencia del paludismo en el ra 

traumatismo, por el Dr. J. 1. Torralbas ..... Ra AR ARES CL de ds TAN JE 10 
ENTOMOLOGIA. —Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- 

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 15 aparte). 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


» : 0 £ 5 


IATA 
' 7 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. 

Je Kl precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados 
enla Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. A 
En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven-= 
den: los:26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales: los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del. 
' Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de 

Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Oubanos, 
porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman. Mp 
porel Dr. Finlay. : E DANA 


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DE LA 


REAL ACADEMIA 


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CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 


DE LA HABANA. 


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EENVIESTA CLEBNTIBIOA 


2 A Ye 
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y FA Ps A 
, O, A 


DIRECTORES: 


D. José I. Torralbas y D. Marcos de J. Melero. 


ENTREGA 342. 


an 


EONMO EXT. 


FEBRERO 7728. 
PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA 
DIRIGIRSE DIRIGIRSE 
2 DER. D. MIGUEL RIVA Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA 
¡CAMPANARIO NUMERO as. | (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN ) 


HABANA. 


Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
1893. 


E 4, 
ft MA Vi 


As ZA . 


E A 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del 22 de Enero de 1893. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:— Presidente, Doctor Lastres, 
Plasencia (D. Tomás), GFarcía, Mestre, Aguilera, Finlay, 
beato, Castellanos, Rovira, Torralbas (D. José 1.), Ta- 
mayo, Cubas, Casuso, Saenz (D. B.), Santos Fernández, 
Montané, Riva, Lavín, Benasach, Donoso, Machado, 
Bosque, La Torre y La Guardia, Secretario. 


Abierta la sesión y leida el acta de la anterior, fué apro- 
bada. 

Después se dió cuenta de una comunicación del Dr. Lo- 
pez Villalonga remitiendo ejemplares destinados á los seño- 
res Académicos de un trabajo que acaba de publicar, y que 
dedica 4 esta Corporación titulado “Apuntes de terapéntic: 
hipnótica”; se acordó dar las gracias al autor. Ásí mismo se 
acusó una comunicación enviada por el Centro Médico Far- 
macéutico de Matánzas, dando gracias por la atención que 
había tenido la Academia enviando á su sesión inaugural 4 
los Dres. Torralbas y Santos Fernández. 

"Seguidamente se dió cuenta del movimicnto de la Secreta- 
ría y de los libros é impresos recibidos, del modo siguiente: 

CorrEsPONDENCIa RECIBIDA. —Oficio y testimonio de lugares 
de la causa contra Zacarías Pedroso, por golpes é lelipa 


García remitidos por la Sala de lo criminal. 
TAI 


434 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Oficio y testimonio de la causa seguida por suicidio de 
D? Clotilde Ramos, remitidos por el Juez de la Catedral, 
acompañado de un cuchillo. 

Oficio del Sr. Secretario del Gobierno Greneral, comuni- 
cando haber tomado posesión de dicho cargo. 

Otro del Sr. Comandante General de Marina, transcri- 
biendo oficio del Ayudante de Zaza, pidiendo informe y 
análisis químico, por muerte del patrón del balandro “San- 
doval.? 

Invitación del Círculo de Abogados para la sesión conme- 
morativa de su fundación. — Comisión: Dres. La Guardia y 
Torralbas. 

Otra del Gobierno (Greneral invitando para el besamanos 
del dia 23.—Comisión: Dres. Machado y Delgado. 

BieLroreca.—“International Medical Magazine;” vol. 1? 
uúmero 11 y 12. 

“The Sanitarian;” vol. xx1x, núm. 277. 

“La Tribune Medicale;” 2* série, números 48, 49, 50, 
OZ: 

“Journal de Medicine et de Chirurgie;” tomo 63, nútme- 
no 22, 

“La Revista Médico-Quirúgica;” vol. 1%, núm. 2. 

“The Medical fortinehty;” vol. 1, núm. 11. 

“Revista de Medicina docimétrica;” año xtv, núm. 166. 

“Revista de Medicina y Cirugía prácticas de Madrid;” 
año xv1, números 394, 395 y 396. 

“Gaceta Médica de Granada;” año x, núm. 225. 

“Boletin de Medicina Naval;” año xv, núm. 12 

“La Independencia Médica;” año xxvtr, números 6, 7, 
8, 9, 10 y 11. 

“Archivos de Ginecologia v Pediatria;” año v, números 
32, 33 y 34. 

“Revista de Ciencias Médicas;” año vir, número 24, 
año vir, números 1 y 2. 


(19 D] 


repertorio Médico-Farmacéutico;” año TL num 12; 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 435 


The Brooklyn Medical Journal;” vol. 6” núm. 1. 
“Journal d' Hygiéne;” año 18* vol. 17" 

“Catálogo de libros antiguos y curiosos;” 1 cuaderno. 
“El Curioso Americano;” núm. 2, año 11 

“Revista Cubana,” año vr, núm. 6. 

“La Higiene;” año 1, núm. 2. 

“La Abeja Mélica;” año 1, núm. 12. 

“Gaceta Médica Municipal;” año 1, núm. 7. 

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año xn, núm 12. 
“Memoria acerca de la inundación de Murcia, Alicante 
y Almería;” 1 tomo Rústica. 

“Consideraciones sobre las garantías de loco, por el 
Dr. G. López; 1 cuaderno. 

“La Contaminación de las aguas de Vento;” 1 cuaderno. 

“Tratado elemental Médico-Quirúrgico de la infancia;” 
tomo 1, cuaderno 1? 

“Revista del Foro;” año 1, núm. 64. 

“*l£l Progreso Médico;” año v, núm. 1” 

Pasando á la orden del día el Dr. D. J. IL Torralbas, po- 
nente de turno, lee el informe en la causa seguida por muerte 
de la morena Felipa Garciarena y despues de entrar en con- 
sideraciones pertinentes al caso presenta las conclusiones 
siguientes: 

1? Los datos extraidos de los documentos periciales, 
aunque escasos, bastan para estimar la importancia de la le- 
sión; y ajustándola á la clasificación del Código penal vi- 
gente, colocarla en el grupo de las heridas graves. 

22 No fué la muerte de Felipa consecuencia inmediata, 
inevitable, ni necesaria de su lesión; pero la complicación 
tetanos y dicha herida son dos fenómenos intimamente re- 
lacionados entre sí y no permiten suponer que puedan ser 
agenos el uno al otro. 

3- No se puede «asegurar que Felipa quedára expuesta 
á la intemperie, sólo se sabe que no tuvo asistencia médica, 
si la hubiese tenido en su oportunidad es muy posible que 


436 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


hubiera curado, pero nó en menos de add días, sino en 
veinte dias Ó más. 

4” y último. No existiendo en los documentos remitidos 
ningún dato 4 padecimientos anteriores ó coexistentes con 
la lesión que produjo el tétanos, causa de la muerte de Fe- 
lipa; no encontramos motivo por que suponer con funda- 
mento que otra lesión y no la herida resultara la causante 
de aquella complicación que determinó la muerte. 

El informe y las conclusiones fueron aprobadas, excep- 
ción hecha del Dr. Tomás Plasencia que salvó su opinión 
diciendo que no cree que los datos remitidos son suficientes 
para definir el verdadero carácter de la herida que sufrió 
en la cabeza la morena Felipa. Intervino en esta discusión 
á más de los Dres. Torralbas y Plasencia, y defendiendo la 
argumentación del primero, el Dr. Casuso. 

Continuando la orden del día ocupa la tribuna el Doctor 
Casuso y hace una comunicación oral acerca de la eclampsia 
y su tratamiento (Véase “Anales” Febrero 15 de 1895) antes 
de entrar de lleno en la cuestión dá cuenta de una nueva 
ovariotomia que se ha hecho en la Quinta de Higiene, que 
podía reasumirse diciendo, un nuevo éxito. Una mujer en 
pésimas tondiciones con un tumor ovárico desarrollado rápi- 
damente en cuatro meses. Uno de esos tumores ováricos que 
producen tales trastornos en el estado general, que pueden 
considerarse como tumores malignos en su grado máximo, 

Parecia un embarazo de ocho meses; los fernómenos pe- 
ritoneales habían sido manifiestos, la emaciación de la en- 
ferma era considerable. 

Algunos compañeros, crelan que se trataba de un sarco- 
ma ó carcinoma del cuerpo del útero y consideraban con- 
traindicada la operación. Dudó entre la existencia de una 
peritonitis quística, que acompaña al cáncer del epiplon 6 
mesenterio y un quiste del ovario; pero en el primer caso 
nada perdia la enferma con una laparotomía exploradora y 
en el segundo, sería ella el preludio de la operación. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 431 


De aquí que optara por la laparotomía; encontrando un 
tumor del ovario sin adherencias de ningún género. La ope- 
ración fué rápida, no duró más de cuarenta minutos. 

La mujer no ha tenido accidentes de ningún género, sal. 
vo trastornos digestivos, que existiendo desde antes de la 
operación se pronunciaron en los primeros días subsecuentes 
á la operación; y ligeros dolores producidos por el pedículo, 
que se irradiaban al vientre y iiembros inferiores. Todo 
desapareció y se halla completamente curada. 

Y después de unas breves consideraciones del Dr. Lavín 
felicitando al Dr. Casaso por su comunicación acerca de la 
eclampsia que estimaba de extraordinario interés se ex- 
tendió el mismo Dr. Lavín á tratar sobre las ptomainas pro- 
ductoras de la eclampsia, y la oscuridad que reina todavía 
en la ciencia con relación á esos particulares, promete por 
último, traer á la Academia en una de sas próximas sesio- 
nes un trabajo acerca de ese asunto. 

Y no habiendo por el momento otro particular de que 
tratar, la Academia se declaró en sesión de gobierno. 


DISCURSO DE RECEPCIÓN, 


De las relaciones entre los diversos estados patológicos, 
consideradas en el individuo y en la série ancestral y hereditaria. 
(SESION EXTRAORDINARIA DEL DIA 12 DE FEBRERO DE 1893.) 


iS J' ai la conviction qu'il n' y a 
pas de pratique médicale sans doctrine. 
Ct. Bouchard. 
Sr. Presidente: 


Sres. Académicos:-— Señores: 


Es mi deber, ante todo, dar las más expresivas gracias 4 
los distinguidos miembros de esta ilustre Academia por la 
elección de que he sido objeto para ocupar la plaza vacante 
en la Sección de Medicina y Cirugía con motivo de la au- 
sencia temporal del reputado laringólogo Dr. Desvernine; 
y, esta manifestación mía tiene más razón de ser, cuando 
pienso que mis pocos antecedentes cientificos no eran me- 
recedores de tan alta distinción. Creo, no tenga necesidad 
de insistir en la significación grande que alcanza para mi 
este acto tan solemne, lleno de vivisimos recuerdos; en 
efecto, siento arralgado fuertemente mi espiritu á la his- 
toria de esta Corporación, la más docta del pais; he gozado 
con el brillo de sus victorias intelectuales, y he sufrido con 
las tristezas de sus desencantos. ¿Cómo ha de serme indife- 
rente este día que siempre ha sido una de mis más ardientes 
aspiraciones? 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 439 


No es tan fácil, por otra parte, salir airoso del requisito 
á que me obligan los vigentes Estatutos de la Real Acade- 
mia. ¿Qué cuestión tratar que sea digna de la atención de 
SS. SS.? La norma realmente no existe, y los trabajos pre- 
sentados en casos idénticos al mio, obedecen á los más va- 
riados motivos; lo mismo se diserta sobre un asunto de 
higiene, que se ha tratado del éxito obtenido en un buen 
número de operaciones quirúrgicas oportunamente indica- 
das. Pero, cualquiera que fuesen las dedicaciones del reci- 
piendiario, yo entiendo que el carácter del acto de ingreso 
le dá un sello particular al discurso que ha de leerse, le 
ofrece indiscutiblemente una especie de molde y le traza la 
dirección á los propósitos que abrigue. Siempre se oye con 
interés el desarrollo de uno de esos problemas que aún pal- 
pitan en la, candente arena de las discusiones contemporá- 
neas; siempre atraen la sabia mirada de un selecto auditorio 
aquellas cuestiones que encierran importantes doctrinas, 
sintiéndose cierta expontánea curiosidad por conocer la 1n- 
elinación mental, las tendencias cientificas del nuevo com- 
pañero. 

Deslumbradoras son las conquistas que á cada momento 
realiza el hombre con su espiritu jnvestigador; incesante es 
su afan por ahondar con redoblados esfuerzos el surco del 
saber, por penetrarse cada vez más de los profundos é innu- 
merables misterios que nos envuelven.... “¿Hasta donde 
alcanzará su dominio? No es posible decirlo; pero los hori- 
zontes son indefinidos y el método empleado, el que más 
proporciona los triunfos de la ciencia: —la observación exac- 
ta de los hechos y fenómenos, y la promulgación de las le- 
yes que los rigen; la razón práctica precediendo á la razón 
teórica, y la razón teórica presidiendo á la razón práctica: 
sucediendo la sintesis al análisis;...... y las ciencias desa- 
rrollándose paulatinamente sobre esos tan diversos, y al pa- 
recer tan contrarios elementos, facilitando con sus divisio- 
la comprensión y la didáctica.” Y, en lo que á la medicina se 


440 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


refiere, no debe olvidarse que por esa constante lucha enta- 
blada con motivo de la resolución de los más trascendenta- 
les probiemas clinicos, se han ido dejando muy atrás, como 
gtrones que el tiempo destruye, muchas de las doctrinas que 
ocuparon la atención de nuestros predecesores. Si, por me- 
dio de la observación y de la rigurosa experimentación se ha 
logrado felizmente, con respecto á ciertas ideas, “sacudir, 
como elegantemente se ha escrito, el yugo que con su pro- 
longado ejemplo nos ha forjado la antiguedad.” 

“La medicina de otros tiempos, dice el erudito Chauffard 
(1), se entregaba sin reservas al espiritu de sistema, y des- 
conocía el freno saludable de la observación paciente y mi- 
nuciosa; formaba sus doctrinas, cualesquiera que fuesen, 
inspirándose en un sentimiento instintivo de lo verdadero, 
sin basarlas en el terreno firme de los hechos positivos, nu- 
merosos, considerados bajo sus aspectos diversos, analiza- 
dos en todas sus condiciones y relaciones. Esta medicina, 
que ha concluido con Morgagni y con Laénnec se inclinaba 
á las generalizaciones prematuras y no apreciaba en su justo 
valor el estudio práctico de las lesiones orgánicas y de los 
sintomas locales; testimonio de la parte activa que toman 


en la enfermedad los elementos de los tejidos, de los órga- 
nos, de los humores.” 


Dentro de la dirección positiva que le han impreso á la 
clínica Morgagni y Laénnec, Bretonneau, Rostan y Trous- 
seau, entre otros, están comprendidos los hechos que sir- 
ven de base á las relaciones que existen entre las diversas 
enfermedades consideradas en el individuo, en la serie ances- 
tral y en los descendientes; conexiones que constituirán el 
objeto de este trabajo. Y, al señalar de un modo sintético 
el resultado de las observaciones escrupulosamente recogi- 
das por competentes profesores, se verán los puntos de con- 
tacto en cuanto á la causa y á4 la complicada evolución sin- 


(1) De la spontaneité et de la specificité des maladies. 1867. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 441 


tomática. Me fijaré en la significación que envuelven esas 
mismas relaciones, en las cuales se indican algunos de los 
particulares vislumbrados en medio de la oscura morfología 
patológica; y, al bosquejar—porque otra cosa no me es po- 
sible hacer en este acto con la tésis elegida—las explicacio- 
nes dadas á muchos de esos fenómenos, haré resaltar la 
importancia de las hipótesis que dominan las ciencias bioló- 
gicas; dirigiendo—esta es mi final aspiración —todo este her- 
moso conjunto de nociones fundadas, al conocimiento—para 
que resulte indudablemente más completo-—del diagnóstico 
y pronóstico de los enfermos. Esa es la aplicación que real- 
mente me propongo; con ella se verá confirmado una vez 
más el pensamiento de Bouchard: “Tengo la convicción, 
dice en una de sus mejores obras, de que no hay práctica 
médica sin doctrina.” 


Existe un grupo de afecciones, y por ellas empezaré, que 
tienen como punto de partida el hecho de la infección, sien- 
do un organismo patógeno el término inicial de la serie de 
fenómenos más ó menos complejos que han de presentarse. 
¿Habrá relación entre estos micro-organismos? No es tan 
fácil definir el parentesco (1). Las investigaciones efectuadas 
no conducen ¿una conclusión satisfactoria, por más que 
puedan señalarse ciertas semejanzas en las fructificaciones y 
en las reacciones orgánicas. Obsérvase evidente correspon- 
dencia entre ciertas enfermedades y determinadas familias 
de microbios: las afecciones virulentas encuentran en el gru- 


(1) Los estudios especiales hechos sobre la historia natural de los miero-organis- 
mos demuestran palpablemente la dificultad para clasificarlos y establecer entre 
ellos sus puntos de contacto y de diferencia, atendiendo á las propiedades físicas, 
químicas y biológicas, á su morfología, bien compleja aunque no lo parezca. (Ana- 
tomie Comparée. por T. H. Huxley; Biologie. por Uh. Letourneau; Morfologie gene- 
ral de los organismos, por E. Hxckel; Les bacteries, por Cornil et Babés; Dict. de 
med. el chirurgie, por Jaccoud, art? Microbes, tom. 40%, por J. Schimitt ) 

TEX 007 


449 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


po de los bacilos sus micro-organismos patógenos; algunos 
de estos pequeños seres invaden las uperficie de los organis- 
mos donde encuentran el medio apropiado (en la bronco- 
neumonía y el cólera) y otros atacan tan pronto queda des- 
truida la barrera epitelial. 

Un estudio concienzudo ha llevado á los autores á señalar 
conexiones entre enfermedades de origen orgánico al pare- 
cer diferentes: la filariosis es una de ellas; recuérdese, con 
este motivo, la elefantiasis de los árabes y las linforragias 
cutáneas. Los trabajos experimentales del profesor Arloing 
han ratificado las analogías observadas por Landouzy entre 
las infecciones puerperales y la erisipela. El Dr. Rodet (1) 
señala el parentesco entre la osteo-mielitis y algunos abce- 
sos del pecho, como consecuencias de la acción de un mismo 
microbio patógeno. ln el grupo de las piohemias resulta 
cierta relación entre las formas clínicas originadas por el 
estreptococo y el estafilococo en cuanto á la existencia de la 
purulencia. Unas veces en la septicemia se localizan los :ui- 
crobios en focos y otras se generalizan, invadiendo todos los 
órganos. Los hechos experimentales y clínicos prueban co- 
mo un mismo micro-organismo, modificado ligeramente ó 
bien sin cambio alguno, produce afecciones consideradas 
como diferentes. 

La dermatología especial de los paises cálidos conduce ú 
aproximar, por el conjunto sintomatológico y la unidad etio- 
lógica, algunas enfermedades, como el botón de Biskra, de 
Alep y las úlceras fagedénicas; relacionándose tambien, con 
respecto á ciertas condiciones alimenticias, la pelagra y el 
beriberi. ln este problema de los micro-organismos patóge- 
nos, Señores, todo se reduce, en cierto modo, al microbio y 
al terreno, que le es ó no favorable á su desarrollo; unos or- 
ganismos infecciosos le abren el camino á otros, y el hecho 
interesante de la hibridez morbosa resulta indiscutiblemente 


(1) Revue de Chirurgie. 1885. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 443 


de la asociación coetánea en el mismo individuo de distin- 
tas cuusas de infección. ¿No sucede asi con el sarampión y 
la escarlatina, con la fiebre tifoidea y la disentería, con el 
cólera y el paludismo? Además, también se verifica un ver- 
dadero antagonismo, producto de la acción combinada de 
factores diversos. 

En cuanto al hecho curioso de la aparición y desapari- 
cjón de ciertas infecciones en épocas distintas de la historia 
de la humanidad, hay que manifestar cómo los estudios de 
los ilustres profesores Tholozan y Laboulbéne, con respecto 
al tifus exantemático, la peste bubónica y el cólera de la 
india, prueban que fueron en aquellos tien)pos, en el fondo, 
los nismos cuadros sindrómicos que se observan en las ac- 
tuales epidemias. Sobre el cólera, el Dr. Tholozan dice «que 
no hay en Europa más que un sólo cólera desde el punto de 
vista de la patología pura; que el cólera nostras desde el pun- 
to de vista de la epidemiología general, no es más que una 
variedad del cólera grave; que en los paises de Europa, sin 
importación de la India, se observa algunas veces cóleras 
tan graves como el«de la India, pero por pequeñas epide- 
mias ó en casos alslados”.... liste cólera de la India “es 
susceptible de presentarse de una manera epidémica, endé- 
mica, esporádica, con mil variaciones de forma y de inten- 
sidad, según los años, las estaciones y los lugares.” 


OS 


- Las relaciones entre las enfermedades del sistema ner- 
vioso, son numerosisimas. Los eminentes clínicos Baillarger, 
Jaccoud y Luys, las han señalado, y con frecuencia, entre 
la parálisis general, la ataxia locomotriz y las neurosis. La 
ataxia se acompaña á veces del delirio de persecución y de 
la depresión psiquica, siendo también evidente las «“onexio- 
nes entre las parálisis general y la esclerósis en placas. La 
ataxia se combina con la forma convulsiva de la histeria y 


444 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


con la parálisis pseudo-hipertrófica. Los lazos de unión en- 
tre la epilepsia y la histeria so indiscutibles (1). 

Entre afecciones de otro orden también la observación: 
clínica señala los mayores puntos de contacto. ¿No sucede 
así con la obesidad y los que padecen de diubetes, de gota. 
y de afección calculosa? “Guando haya citado, expresa el 
profesor Bouchard (2), la obesidad, el reumatismo, la gota, 
el asma, la litiasis, la diabetes, las neuralgias, la juqueca, el 
eczema, la dispepsia, tal vez se habrá completado la enume- 
ración de todos los miembros de esta familia patológica, el 
artritismo.” — En cuanto á la diabetes, en los antecedentes 
personales de cien casos, el mismo médico últimamente cl- 
tado indica las relaciones siguientes: el reumatismo articu- 
lar agudo, 16; la litiasis biliar, 10; la gota 2; la obesidad, 
45; el reumatismo muscular, 22; la jaqueca 18; el eczema, 
16. — Escribe Lecorché (3) que con respecto á las relacio- 
nes de la gota con la diabetes, preciso es distinguir cuatro 
órdenes de hechos: 1% la gota domina la situación y la dia- 
betes queda relegada al segundo rango; 2% la diabetes su- 
cede á la gota, y tiende á ocupar su lugar; 3? la diabetes 
constituye la enfermedad principal, y los accidentes gotosos 
aparecen de una manera secundaria, bajo una forma atenua- 
da; 4? la gota y la diabetes se presentan en la misma fami- 
lia y en diferentes individuos. 

Desde hace algún tiempo se señala la existencia de la 
piedra vexical en los gotosos. ln cien casos de gota, se ha 
visto en los antecedentes personales: la obesidad 31 veces, 
la dispepsia 31, la jaqueca 12, las neuralgias 12, la piedra 
28, el eczema 19, el reumatismo articular agudo 9, el asma 
9, el reumatismo muscular 9, el reumatismo articular cróni- 
co 6, las hemorragias 6, y la diabetes en tres ocasiones. 1l 
Dr. Cornillon ha indicado la frecuente relación entre la li- 

(1) Ltudes cliniques sur l' hystero-épilepsie, par le Dr. Paul Richer, 1881. 
(2) Maladies par ralentissement de la nutrition, par Ch. Bouchard, 1882, 
(13) LEtudes médicales, par M. Lecorché etc., 1881. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 445 


tiasis biliar y la diabetes sacarina. En cien casos de litiasis 
biliar el profesor Bouchard refiere las coincidencias morbo- 
sas siguientes: obesidad 72, eczema 41, reumatismo muscu- 
lar 38, piedra 34, reumatismo articular agudo 28, reuma- 
tismo articular crónico 28, hemorroides 28, diabetes 21, 
asma 7 y neuraleias 17. “El asma, en resúmen — escribe 
Durand-Fardel — puede ser una de las formas en que mejor 
se observe la relación con la gota, sea precediendo á las 
manifestaciones articulares, bien alternando con ellas ó y: 
desarrollándose á medida que aquella desaparece, ó presen- 
tándose como un estado exclusivo, predominante, en los su- 
jetos cuya constitución propia parece profetizar la gota.” 
Puede el asia alternar con la dispepsia, con la litiasis biliar; 
Trousseau y Murchison nos dicen que suele ser el asma la 
única manifestación artrítica en los individuos de origen 
gotoso. Las conexiones de la jaqueca con las afecciones at- 
tríticas, como modificación más ó ménos pasajera del siste- 
ma nervioso, se observan en estas proporciones. En cien 
casos de litiasis biliar 38 veces; en la obesidad 42, en la dia- 
betes 18, en la gota 19. La coetaneidad entre la gota y la 
neuralgia ciática ba sido indicada por Lecorché. Y, las afec- 
ciones de las mucosas lo mismo que las de la piel, tienen su 
fuerte lazo de unión con el artritismo: las epistaxis, las he- 
worroides, la dismenorrea, las anginas tonsilares, las granu- 
laciones conjuntivas y faríngeas. En sesenta y seis enfermos 
artriticos, según observación de un distinguido clínico, se 
presentó el eczema 10 veces; en igual número de pacientes 
se han visto 20 ocasiones la litiasis biliar y 16 las epistaxis; 
y es un hecho las relaciones con la urticaria, el eritema 
nudoso y otros estados patológicos. 

“El reumatismo y la gota-—consigna el eminente Trous- 
seau (1) —son dos entidades morbosas diferentes á juzgar 
por ciertos caracteres de su forma y de su marcha; pero, tan 


(1) Clinique Médicale de l Hotel Dieu de París, tomo 32, 1865, par A. Trousseau- 


446 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cercanas, que vienen de un origen común. Lu solidaridad 
es tan grande en ocasiones que toda linea de distinción 
se pierde, confundiéndose la una y la otra por una especie 
de penetración reciproca.” Existe indiscutiblemente en de- 
terminados casos una juxtaposición de las dos afecciones, 
hasta el punto de crear los clínicos un término que expresa 
mejor esa intima relación, el de reuwmatismo nudoso, cuya 
naturaleza se va conociendo en parte gracias á los progre- 
sos anátomo-patológicos. “Se encuentran algunas veces, á 
juicio de Charcot y Cornil, reunidas en una u:isma articu- 
lación las lesiones de la gota y las alteraciones del cartílago. 
propias del reumatismo agudo.” 

El reumatismo, de acuerdo con los datos que suministra 
la observación clínica, se balla con frecuencia livado á la 
histeria; estas dos enfermedades pueden influenciarse reci- 
procamente y desenvolverse juntas. Los profesores Leudet 
y Durant (1) han legado á las conclusiones siguientes: 1* 
lxiste entre el reumatismo y ciertas formas de la histeria 
lazos de parentesco muy estrechos, 2? Las relaciones entre 
estas dos enfermedades quedan establecidas por el estudio. 
de las condiciones en las cuales ellas se desarrollan, por la 
analovía de sus síntomas, por las alternativas, y también por 
la coincidencia de las dos afecciones en el mismo individuo. 
La predisposición nerviosa juega eu el reumatismo el papel 
de excitante activo: la encefalopatía reumática se manifiesta 
en los sujetos neurópatas. 

La bisteria, la epilepsia, la parálisis avitante, la enajena- 
ción mental, están asociadas á la existencia de la diabetes; 
yv lo mismo sucede con la gota y la epilepsia, la manía, las 
neuralgias, la hipocondría y la corea. “Se encuentran tam- 
bién en los atáxicos, escribe Mer., Grasset, un artritismo. 
hereditario y personal que primeramente ha preparado el 
terreno y, después, bajo la influencia de los excesos ú de: 


(1) Contribution ú U etude des relations entre l' hysterie et le rhuumatisme, 1580. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 447 


cualquiera otra herencia neuropática se localiza en el eje 
espinal y se desarrolla en los cordones posteriores la escle- 
rosis que en otros casos se observa también en los demás 
órganos.” El sabio Potain ha señalado la relación de la gota 
con la atrofia muscular progresiva, y el profesor Todd con 
la esclerosis en placas. Hace hincapié Landouzy en la presen- 
cla de los accesos de angina de pecho en los histéricos; Ver- 
gely los ha observado en los diabéticos. El herpetismo (1) 
sintetiza una serie de trastornos morbosos, resultado de la 
frecuente asociación de muchas de las manifestaciones artri- 
ticas y nerviosas. 

Las estrechas relaciones entre las formas del artritismo 
y la compleja evolución de los neoplasmas es una verdad 
demostrada por la observación cientifica. El Dr. Ricard ha 
resumido la opinión del eminente cirujano Verneuil en es- 
tas cuatro palabras: todo neoplásico es artrítico. Mr. Lelievre 
da cuenta de las conexiones entre el cáncer y el eczema. 
Según MM. Bazin y Vallet, en los gotosos el cáncer es fre- 
cuente. “Los cánceres del hígado, del útero; sobrevienen á 
menudo como períodos últimos del artritismo.” Los lazos de 
parentesco entre la diabetes y el cáncer, favoreciendo el de- 
sarrollo de éste como enfermedad infecciosa --- cuestión que 
trató magistralmente nuestro insigne compatriota Albarrán, 
en una inolvidable conferencia (2) dada en este mismo sa- 
lón de la Academia — á causa de las manifestaciones artri- 
ticas generales existentes, quedan — aquellos lazos de unión 
— establecidos por las observaciones clínicas del Dr. Teis- 
sier. 

La tuberculosis según Lebert está asociada al cáncer en 
el ocho por ciento de los casos; y bueno es consignar que el 
desarrollo del cáncer en los tuberculosos ha sido apreciado 


(1) Traité de l' herpetisme, par le E. Lanceraux, 1883. 
(2) Micro-organismos del cáncer. Conferenera per el Dr. J. Albarrán. Revista de 
Ciencias Médicas. 1890. 


448 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


de modo diferente. “En el organismo todo se encadena, con 
frecuencia las enfermedades no están completamente aisla- 
das; los diversos sistemas reaccionan los unos subre los otros, 
y estas modificaciones nutritivas sirven de lazo de unión en- 
tre estas diferentes fanilias morbosas. Nosotros hemos visto, 
agrega el Dr. Boinet (1), las relaciones de familia del artri- 
tismo con el nervosisno: esta deyeneración nerviosa puede 
traer la decadencia orgánica más tarde, y entonces la eseró- 
fula y la tuberculosis desenvolverse... Locos, idiotas -— 
escribe en una sólida obra el profesor Moreau (2) — escrofu- 
losos, raquiticos, en virtud de su común origen, de sus ca- 
racteres físicos y morales, deben ser cunsiderados como hi- 


TINE 


jos de una misina familia, como ramas diversas de un mismo 
tronco.” Jn estos últimos años han entrado á formar parte 
del capítulo de la tuberculosis, muchas adenopatlas, carles, 
sinovitis fungosas y alcesos fríos, salidos del extenso cua- 
dro de la escrófula. No hay, expresa Landouzy, transforma- 
ción de escrófula en tuberculosis sino superposición de la 
primera con respecto á la segunda; justificando estos hechos 
los puntos de contacto entre el factor nutritivo y el micro- 
biótico. 

No piensan del mismo modo los autores al estudiar las 
relaciones morbosas del raquitismo. El profesor Parrot acep- 
ta la influencia hereditaria de la sífilis, y la ha observado en 
el ochenta por ciento de los casos de raquitismo; pero, como 
conclusión de los trabajos y discusiones habidas entre varios 
clínicos (Lannelongue, Gueniot, Galliard, Gibert), si bien 
es cierto que la sífilis hereditaria no engendra el raquitis- 
mo, también no hay duda sea “uno de sus más poderosos 
afluentes.” 


(1) Les parentés morbides, por el Dr. Boinet. Este interesante estudio nos ha su- 
ministrado un buen número de hechos clínicos é indicado algunas de las fuentes 
científicas, para discutir y ratificar nuestras apreciaciones en apoyo de la tesis 80s- 
tenida. 

(2) La Psychologie morbide, par J, Moreau (de Tours). 1859. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 449 


¿Cómo es posible negar la influencia recíproca y las co- 
nexiones entre las afecciones infecciosas y los procesos ner- 
viosos? Es un hecho indiscutible la acción que sobre la corea 
tienen la escarlatina, la difteria, la viruela, la disenter!a, ei 
sarampión y la fiebre tifoidea; como también es otro hecho 
del todo averiguado en la ciencia el de la relación entre las 
fiebres eruptivas y la parálisis infantil. 


Cuando se observan, señores, las enfermedades en los as- 
cendientes y descendientes de una misma familia de indivi- 
duos, es cuando mejor se nota la solidaridad de esas relacio- 
nes: al estudiar la evolución morbosa á través de varias 
generaciones. “Si se quiere apreciar clinicamente, expresa 
Bouchard, la importancia de estos trastornos generales de la 
nutrición, no basta ver al enfermo en un sólo día ó en un 
sólo periodo de su existencia; es preciso, por medio de los 
conmemorativos que amplian la observación, referir las cosas 
pasadas á las cosas presentes; seguir todas las fluctuaciones 
de la salud y tratar de ver, comparando á los sujetos atfecta- 
dos de la misma enfermedad, si en esos enfermos no coincl- 
den con una frecuencia singular, ó se suceden en las dife- 
rentes edades de la existencia otras afecciones determinadas, 
que son como el acompañamiento necesario de la enferme- 
dad principal. Si quereis recorrer asi la historia patológica 
de estos enfermos, reconocereis frecuentemente, en los pri- 
meros años de la vida, ciertas manifestaciones agudas, paro- 
xisticas, que no son en realidad los signos precursores de la 
litiasis biliar, de la obesidad, de la diabetes, de la piedra, 
de la gota, pero que anuncian una disposición constitu- 
cional para todas las enfermedades del mismo orden.” — Y | 
en apoyo de estas importantes afirmaciones hechas por el 
mencionado profesor Bouchard, he de referir un grupo de 

T. xx1x.—57 


450 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


observaciones recogidas, aunque en sus puntos más notables, 
ias cuales dejan ver claramente su conexión genealógica (1). 

Leontina X.., de 42 años de edad, se casó con L....; 
tenía epístaxis frecuentes, jaqueca, hemorroides, camptodac- 
tilia auricular dergcha. Tuvieron varios hijos, y entre ellos, 
una padecía de leucorrea abundante, jaqueca y dispepsia, 
después de palpitaciones nerviosas y de camptodactilia au- 
ricular simétrica: otro hijo con faringitis granulosa, gruesas 
amigdalas, micción de la orina en la cama de noche hasta los 
siete años; otro, con eczema simétrico, recidivando en las 


(1) Después de entregado en la Secretaría de la Rex1 Academia este discurso, he 
visto que la Revue de Medecine de los ¡ilustres médicos MM. Bouchard, Charcot y 
Chauveau en sus últimos números del año próximo pasado, trae dos trabajos donde 
se encuentran hechos y apreciaciones á favor de la tésis:—un artículo de los doctores 
M. Klipper y $. Durante titulado Contribution úl etude des afections nerveuses fu- 
miliales et hereditaires, y otro por los Dres. F. Raymond y P. Serieux sobre Guitre 
exophtalmique et degonerescence mentole. Este estudio contiene el siguiente cuadro 


genealógico de María D.... ... 
P Tia abuela Abuela Abuelo Abuelo 
desequilibrada. impresionable, emigrado. un liberlino. 
A enfermedad de AS EA Es 
Basedow. ; É 
¡Hi ARI | | 
| 
mm . EN AA AA A A O 
Hija Hijo Padre Madre Tía 
contrahecha, — oficial supe- ingeniero, gotosa, emo- muerta 
vida rior, quebró enfermedad de Basedow. cionable, de 
irregular. A A A A AA muchos acce- pesar. 


licos, muere 
demente. | 


| sos melancó- AS 
| 


| 
LS AA A —= ABARRX 


María D Hermana Prima her- 
degeneración mental, enfermedad  desequilibra- mana 
de Basedow, obsesiones ción hábitos ex- 
impulsiones, abulia, internada mental com- travagantes, 
tres veces por: pleta. tres accesos 
1% Acceso melancólico. ua, — - melancóli- 
2% Acceso maniático. , Cos, 
32 Acceso ambicioso. 
AE 
| E 
HZ A a E ' V 
Hija Hijo Hijo Hijo 
raquítica, poco inteligente. sordo irrita dese- 


mu- ble,  quili- 
do. exal-  bra- 
tado. do. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 451 


orejas, con pitiriasis y micción de la orina en la cama de 
noche hasta los seis años. a 

Dos esposos, el marido con arenillas en las orinas, reu- 
mático, camptodactílico, y la mujer con jaqueca, dispepsia, 
hemorroides, arterio-esclerosis; el padre del primero padeció 
de eólicos nefríticos, arterio-esclerosis, y soplo sistólico aór- 
tico; y la madre, arterio-esclerosis, asmática, reumatismo 
-«deformante en las pequeñas articulaciones é insuficiencia 
mitral. Aquellos esposos tuvieron una hija nerviosa, con 
jaqueca, reumática, con dismenorrea, eczematosa, litiasis 
biliar, arenillas rojas en la orina, camptodactilia. 

Un individuo reumático y artrítico tuvo un hijo con cán- 
cer de la cara, á los 45 años, que le duró diez; el hijo de éste, 
nieto del primero, artrítico, cou psoriasis y dolores articula- 
res, asmático; el hermavo del último citado tuvo una hija 
artrítica y obesa, que pesó más de 200 libras cuando aún 
no contaba escasamente 23 años. 

Juan ÑN... muere de un cáncer en el estómago; su lujo 
Luis, que padece de gastralgia se casa con una mujer bien. 
constituida, y tienen cuatro hijos: Augusto, muere de me- 
ningitis tuberculosa; Pedro de tuberculosis pulmonar; Eu- 
genta perece con lo mismo, y Matilde sufrió de bocio exof- 
tálmico. 

Il Dr. Bidon hau recogido otra observación. Pedro X.., 
alcoholista, y María X...., de buena constitación, fueron 
padres de cinco hijos: María con réumatismo é histeria, mue- 
re dá los cincuenta años de pulmonía; Mario con temblor 
congénito muere también de pulmonía á los ochenta y cua- 
tro años, y Fuan sin antecedentes personales; Francisco con 
eclampsia, atrofia del miembro posterior derecho, muere ac- 
cidentalmente á los cincuenta y dos años; Magdalena con 
reumatismo y gota, muere á los ochenta años de pulmonía, 
Un hijo de Magdalena sufrió de eclampsia y hemicontractura 
facial; otra reumática y con estrabismo, y otra histérica; es 
ta última hija de Mario con tres hijos: Fernando sano, Maria 


452 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


clorótica, y Juan idiota, epiléptico. Mario tuvo nietos con 
epilepsia y convulsiones. 

Alfonsina, de clara inteligencia, muere tisica; de su ma- 
trimonio con Emilio, que era robusto y sin antecedentes 
personales, dió 4 luz varios hijos: Magdalena con el mal de 
Pott; Luisa casada con un herpético, muere tísica á los trein- 
ta y dos años y deja dos hijos: una tuberculosa y otra her- 
pética. Otra.hija de Alfonsina y Emilio, Marta, linfática, se 
casa con un hombre robusto y tiene dos hijos: uno escrofu- 
loso y otro gastrálgico; en la cuarta generación hubo indi- 
viduos bien conformados. | 

En el hospital Tenon (1884) los clínicos Landouzy y 
Boileau siguieron con atención la historia familiar de una 
enfermedad de Basedow, cuya sintesis es la que os daré á 
conocer inmediatamente: — padre nervioso; cinco tios pa- 
ternos nervicsos, una tía paterna nerviosa, un abuelo mater- 
no alcohólico; madre cardiaca y nerviosa; cuatro tías mater - 
nas nerviosas, una prima hermana materna con histero 
epilpesia. 

Otras observaciones más pudieran citarse; pero, ni me 
es posible reseñarlas dentro de la indole y límites de este 
trabajo, ni son indispensables después de las expuestas pa- 
ra el objeto que me propongo al referirlas. La notable obra, 
por más de un concepto, de Dejérine (1) — diré. para ter- 
minar este punto -— contiene un número considerable de 
hechos de valor indiscutible; más, la historia nos presenta, 
dentro de nuestra raza, un buen ejemplo de esta relación 
patológica que couduce ú establecer la filiación morbosa en 
sus conexiones artriticas y neuropáticas. Con el trabajo de 
Mr. Ireland, (2) ha construido el ilustre médico francés un 
cuadro de la neuropatiía hereditaria seguida en una familia 


(1) La heredité dans les maladies du systeme nerveauzx, 1886. 
y (2) The Blot upon the Brain, Studies in History and Psychology, por W.'W. Ire 
and, Edimburgh. 1885. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 458 


Real de Espuña desde 1449 á 1700, manifestándose “bajo 
forma variable de epilepsia, hipocondria, manla, melancolía, 
imbecilidad, siendo reforzada la tendencia hereditaria por 
los matrimonios consanguineos.” 


Y 
ES 


OS 


Véase ahora la significación que alcanzan los hechos ha 
poco narrados. “La preocupación de la génesis de las enfer- 
medades, escribe Bouchard, es lo que caracteriza nuestra 
época medica”; pero, antes de llegar 4 este evidente progre- 
so, fijó su escrupulosa atención en otros problemas del mis- 
mo vasto campo de la patología. Hubo un tiempo, señores, 
en que la medicina exclusivamente se dedicaba á la investi- 
gación del caracter sintomático, y luego fueron objeto de sus 
elucubraciones el análisis de las alteraciones anatómicas y 
de los trastornos funcionales ligados estrechamente á ellas. 
¿Qué indica el hecho, satisfactoriamente comprobado, de 
que ciertas enfermedades se asocien y reemplacen en los 
descendientes y colaterales, después de relacionarse y sustl- 
tuirse en un mismo individuo? Esta verdad nos lleva como 
de la mano á la constitución real de las familias naturales 
morbosas, del mismo 'modo que existen las otras familias 
biológicas. La comunidad del origen es, d todas luces, el 
punto de partida, la fuente de esas numerosas relaciones in- 
dicadas. En este sentido, todos vosotros sabeis bien el ade- 
lanto efectuado al formularse de una munera científica (1) 
los grandes procesos patogénicos: la infección, los trastornos 
de la nutrición, las reacciones nerviosas, las distrofias ele- 
mentales primitivas, sin olvidar elpapel importante de las 
diversas intoxicaciones, sirviendo de lazos de unión entre 
erupos morbosos. 

Y ¿de qué manera se van constituyendo y definiendo 
estos parentescos patológicos? “La corcanguinidad, afirma 


(1) Legons sur les auto-intorications dans les maladies, por Ch. Bouchard, 1887. 


454 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Boinet, la descendencia de un antepasado común, la comu-- 
nidad de origen crean sólo los verdaderos parentescos; al 
contrario, las asociaciones, las complicaciones, no pueden 
dar lugar más que á parentescos por afinidad.” Y estas co- 
nexiones la producen el factor etiológico, los procesos pató- 
senos conocidos; pero, en otros problemas una inmensa os- 
curidad cubre el horizonte. Sin embargo, este desconoci- 
miento «actual de muchas de las cuestiones relativas á la 
morfología patológica, ¿justifica el que se renuncie á los es- 
fuerzos para la investigación de esos complicados fenómenos? 
De ninguna manera; para eso la ciencia tiene sus medios 
adecuados. La medicina entra en el extenso dominio de los 


6 


estudios biológicos; y “el carácter de la biología es tal — ha 
escrito el profundo filósofo Bain (1) — que necesita de todo 
el auxilio que pueden suministrarle las hipótesis severamen- 
te comprobadas y lógicamente construidas.” Y, ya en esas 
relaciones morbosas que ligan una generación con otra, se 
han visto los más patentes ejemplos de todas las leyes de 
herencia, formuladas por el inmortal naturalista Cárlos Dar- 
win: la herencia directa, inmediata, la preponderancia en la 
trasmisión de ciertos caractéres, el hecho atávico de gran 
valor, y la aparición de los fenómenos patológicos en deter- 
minadas ¿pocas de la vida, es decir, la forma de herencia 
conocida por homócrona. 

El punto de donde partían los antiguos biólogos para 
agrupar las distintas familias de sóres organizados, era el 
carácter exterior; más tarde el carácter anatómico, y luego, 
como resultado de nuevos adelantos, el carácter embriológi- 
co. Crearon los naturalistas la ontogenia, desarrollo del indi- 
viduo desde las primeras fases de la vida hasta la muerte, 
y la filogenia, evolución de la serie, para buscar el origen 
común y establecer sus legítimas relaciones. Al fin el emi- 
nente Miiller, dió al mundo cientifico su ley biogenética fun- 


(1) Logique deductive et inductive, por Alexander Bain. 1881. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 455 


damental, concebida en estos ó parecidos términos: “La se- 
rie de formas por las cuales pasa el organismo individual 4 
partir de la célula primordial hasta su completo desenvolvi- 
miento, no es más que una repetición en miniatura de larga 
serie de transformaciones sufridas por los antepasados del 
mismo individuo, desde los tiempos más remotos hasta nues- 
tros días.” (1) Lo diré con menos palabras: la ontogenia no 
es más que una filogenia abreviada. 

Pero, estas ideas ¿pueden llevarse al campo de la pato 
logía? En absoluto, no seré yo quien conteste afirmativa- 
mente. Ln los fenómenos de la vida tienen su aplicación 
las leyes físico-químicas generales de la materia, mas no se 
olvide también que hay leyes biológicas, más ó ménos con1- 
plejas, algunas conocidas y las más por estudiar. Recuérde- 
se, señores, que el médico se fijó primero en los síntomas 
para definir las relaciones morbosas, después en las lesiones 
anatómicas y en el verdadero valor de los trastornos funcio- 
nales, y que en estos tiempos le preocupa hondamente la 
sénesis de las enfermedades; además ¿cómo desconocerlo ? 
los patólogos aspiran también á constituir la filogenia. ¿Qué 
otra cosa es el estudio de los procesos morbosos seguidos en 
la serie ancestral y en los descendientes? ¿acaso este análi- 
sis no conduce ¿ la determinación de un tipo ancestral co- 
mún, fuente inagotable de numerosas formas derivadas? 

lón la difícil patología nerviosa se ha planteado, por eru- 
dito neurólogo, la hipótesis: “La tendencia actual. dice el 
Dr. Dejérine, es ver en la más común de las neurosis, en la 
más banal de ellas, la neurostenía, el punto de partida de 
todas las afecciones del sistema nervioso, el origen de la 
gran familia neuropática.” Pero, hay que confesar no ser es- 
to hoy sino simplemente una suposición; muy complejos son 
los factores de este problema y los estudios emprendidos 
todavía se encuentran al principio de esa jornada cientifica, 


(1) Anthropogenie, por E. Hackel. 1,877. 


456 ANALES DEA REAL ACADEMIA 


para poder ya, bajo ese nuevo aspecto, establecer una clasi- 
ficación natural de las enfermedades nerviosas, — recordan- 
do con esos cuadros genealógicos formulados por los clínicos 
Landouzy, Bridon y otros, ú los árboles filogenéticos cons- 
truidos en biología por los Haeckel y los Gegenbaur, natura- 
listas que son el orgullo justo de la Alemania contemporánea. 

Aún se encuentra la ciencia médica en la imposibilidad 
de explicar la transformación de los procesos morbosos, de 
vrecisar el por qué de esas distintas metamoórfosis. ¿Por qué, 
pués, tratándose de una misma familia de individuos, en una 
generación se presenta la camptodactilia, en otra el reuma- 
tismo nudoso y en la tercera la arterio-esclerosis? ¿por qué 
se alternan la epilepsia, la imbecilidad y el bocio exoftál- 
mico? Todo esto se lgnora; por más que el transporte de la 
hipótesis transformista al campo ilimitado de la patología se 
impone en esta época científica. ¿Cómo es posible no ver en 
muchos hechos y fenómenos morbosos la selección y la pro- 
ducción de las variedades, resultado forzoso de la ley de 
la “concurrencia? Los notables trabajos de Pasteur y 
de sus entusiastas colaboradores sobre las inoculaciones 
preventivas y las atenuaciones virulentas, ¿no son ejemplos 
terminantes de la selección artificial de Darwin? Tampoco 
pueden desconocerse los cambios que han sufrido, en cuan- 
to á la forma de sus manifestaciones, la sífilis, la viruela, la 
fiebre amarilla, por una verdadera selección natural lenta en 
sus resultados, que contrasta con la lucha abierta que con 
la higiene sostienen las enfermedades infecto-contagiosas) 
obligadas á disminuir y desaparecer. Y, á menudo se obser- 
va la transformación de un tipo morboso en otro al parecer 
distinto, aunque unido al primero por el común origen, lo 
cual no es más que un fenómeno atávico: el proceso modifi- 
cador se nos escapa, pero el tipo ancestral morboso se perpe- 
túa á la par que los nuevos tipos, dándose científica explica- 
ción á parentescos patológicos que no se sospechaban. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 457 


Lo más grande de estas doctrinas y de los razonamientos 
4 que ellas me han conducido nose aprecia en realidad 
cuando se las considera en abstracto: su importancia se acre- 
cienta de modo notable si el clínico las lleva al dificil te- 
rreno de la práctica profesional. Sus aplicaciones constitu- 
yen las mejores pruebas de su valor. De esa trabazón de 
fenómenos observados, de ese parentesco y estrecha conexión 
genealógica entrs los más variados procesos morbosos, resul- 
tan indiscutiblemente las más saludables enseñanzas para 
el ejero 20 del médico. Pensad, señores, conmigo un mo- 
meno, en las ventajas de hacer á la cabecera de nuestros 
enfermos un diagnóstico que tenga por sólida base esas con- 
cepciones científicas. El médico, en efecto, tiene á su cargo 
el restablecimiento de la salud individual, pero también de- 
be aspirar 4 mantener las buenas condiciones de la familia 
y de la especie; y, esas doctrinas le darán indiscutiblemente 
mayor fundamento á un pronóstico sobre el presente y el 
porvenir de nuestros clientes, y llevarán su bienhechor in- 
flujo á los severos preceptos de la terapéutica y de la higiene, 
propagando en el seno de las familias los brillantes resulta- 
dos de una selección hábilmente dirigida. 

“Hay —dice el profesor Landouzy en su importante es- 
tudio sobre el Artritismo y la camptodactilia (1) —en el aná- 
lisis de las biografías completas de cada uno de nuestros 
enfermos, así como en la investigación de sus historias fami- 
liares, algo más que una cuestión de doctrina ó de un pro- 
blema de filosofia médica.”....'“En este trabajo de sintesis, 
que descansa en un extenso y escrupuloso análisis, no sola- 
mente se han agrupado los he“hos más ó ménos curiosos, 
marcado su lóyico encadenamiento y afirmado su estrecha 
filiación: Determinando en ún mismo individuo ó en los 
miembros de una misma familia el parentesco de estados 


(1) Arthritisme et camptodactylie. Journal de Médecine et de Chirurgie pratique, 
1885. 
T. xx1ix—58. 


458 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


morbosos, en apariencia confundidos y dispersos, se hu rea- 
lizado también una obra de práctica médica. Nosotros, ayre- 
ga el profesor citado, hemos reconocido como se ha necho 
por el Estado civil, la personalidad de nuestros clientes; con 
esos documentos auténticos (camptodactilia precedente, 
acompañando ó siguiendo toda una serie de trastornos fun- 
cionales ú orgánicos similares), hemos establecido su tempe- 
ramento morboso y asegurado su cualidad de artritico.” Se 
reconstruye de esa manera el pasado patológico y se preveen 


las etapas que probablemente recorrerán ó están expuestos 
á recorrer durante la vida. 


? 


No quiero —5Sr. Presidente y Sres. Académicos—termi- 
nar, sin manifestaros una vez más la profunda satisfacción 
«ue experimento al considerarme en el número de yosotros, 
así como al pensar que he de compartir desde ahora las ta- 
reas intelectuales á que os dedicais. Estoy bien penetrado de 
que pesa sobre mis hombros, aquí en la Academia, la ley de 
herencia; por eso solo he visto, en la prueba la bondad que me 
habeis dado con tan inmerecido nombramiento, una demos- 
tración evidente de todo lo que significa el recuerdo. Si, se- 
ñores, aún están aquí los fueron vuestros compañeros de 
ayer!, exclamaba desde esta tribuna uno de nuestros hom- 
bres más ilustres, cuando apénas hacía un año que bajó al 
sepulcro una existencia por mi alma idolatrada. “ste es 
su hogar, consagrado por nuestro cariño y nuestro respeto; 
aquí resuena á cada instante su voz; con blando imperio nos 
mandan que los imitemos, con blando imperio nos dicen que 
hay para nosotros dos consagraciones superiores á que esta- 
mos obligados, si queremos realmente venerarlos: la pesqui- 
sa de la verdad sin temor, sin preocupación ni dogmatismo, 
por lo que ella vale en sí, como el objeto más noble de nues- 
tra actividad, como propia y necesaria atmósfera de nuestra 


459 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 
inteligencia; y el cultivo de los sentimientos afectuosos, de 
la simpatía, del amor, que fecunda las obras cole:tivas, que 
les dá precio, como el primer elemento de civilización y por 


s 


tonto de concordia en la vida social...” 
De. Aristipes Mestre. 


-o-h -. 


JISCURSO-BE-CONTESTACIÓN, 


Querido colega: 


Vuestra presencia entre nosotros, despierta á pesar mio, 
en mi memoria, toda una legión de recuerdos caros á m1 co- 
razón. 

Me transporta, en efecto, 4 aquella época ya distante, en 
que después de una ausencia bastante larga para hacerme 
olvidar casi del todo mi lengua materna, desconocido, aisla- 
do en mi propio pals, sin un amigo todavía, sin protector 
que me saliera al paso, ful por suerte presentado á un hom- 
bre que desde el primer momento me acogió afectuosamen- 
te, me ayudó son sanos consejos y, tomándome de la mano, 
abrió para mí las puertas de esta Academia, 4 la cual he per- 
tenecido siempre con orgullo. 

Muy joven érais entónces, como que frecuentabais aún 
la escuela; y lejos estaba yo de preveer en aquellos días que 
sería llamado á recibir en el dintel de este recinto al hijo de 
aquél 4 quien debí tan cariñosa acogida. Ah! ¿Por qué no 
se encuentra el Dr. Antonio Mestre aquí para gozar de este 
espectáculo. .? 

Su recuerdo, sin embargo, más poderoso que la muerte, 
le ha sobrevivido, y aún palpita 4 nuestro lado. Paréceme 
que le veo en el lugar del Secretario general, con su fisono- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 461 


mía llena de benevolencia, que animaba una sonrisa siempre 
fina: aquella mirada plácida y recta que transparentaba la 
serenidad del alma hecha á las nobles contemplaciones del 
espíritu; aquella sencillez no rebuscada, aquella exquisita 
cortesía; y lo que no se hubiera podido sospechar á primera 
vista, aquella energía de carácter bajo la apariencia de la 
ecuanimidad y de la dulzura más perfectas. 

Médico! Lo fué en la más bella acepción de la palabra, 
ya que en él se hermanaban en perfecta harmonía el saber 
y la sensibilidad, las prendas de la inteligencia y las del co- 
razón. : 

Como colega, nos legó ejemplos de las más altas cualida 
des: el respeto de sí mismo, la sinceridad de sus opiniones, 
el amor al trabajo, la perfecta devoción científica. Y, aunque 
no hubiera poseído dotes tan elevadas de carácter, una tenía 
que por sí sola bastaba 4 hacerle particularmente estimable 
á nuestros ojos: todos sabemos cuánto amaba á esta Acade- 
mia, como lo probó durante su vida toda, y cuánto precio 
dió siempre al buen nombre de la Institución. 

Consultad, como testimonio de lo que digo, los primeros 
veintitres tomos de nuestros AwaLes: allí están las huellas 
de una colaboración constante € ilustrada; allí están impre- 
sos y admirablemente resumidos los trabajos del año, escri- 
tos en estilo claro y ligero — trabajos que han podido ser 
imitados después, no mejorados; y en donde, para servir- 
me de un concepto de Pascal, “el espíritu de geometria se 
compenetra fácilmente con la perspicacia intelectual más 
delicada.” 

El perfecto equilibrio de su espiritu no nos dejaba por 
cierto presumir que se hallaba tan próximo su fin; y cuando 
todo nos inducia á contar con que una larga carrera se abría 
aún á aquel hombre de talento, vino la muerte á sorpren- 
derlo en toda la plenitud de su actividad intelectual. 

¡Se ha dicho tantas veces de la muerte que troncha el 
árbol cargado de más bellos frutos! Tan cierto es, como do- 


462 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


loroso; pero, es consolador decirse como pudo hacerlo nues- 
tro colega, en aquel momento supremo en que nuestra con- 
ciencia abarca el ciclo todo de nuestra vida. “Parto, pero 
dejo en lugar mio, y para que colme mi propio hueco, el 
continuador de mi obra...” 

Y grandé y dulce es para mi, querido y joven colega, la 
satisfacción, que aquí comparten todos sin duda, de declarar 
públicamente que continuais del modo más digno un nom- 
bre tan honroso y que á tanto os obliga en lo porvenir. | 

No habré de herir aquí vuestra modestia recordando la 
serie ya larga de éxitos obtenidos en los Colegios y en el 
Instituto, en la Facultad de Medicina y en la de Ciencias, 
en las diversas Sociedades de este país. ll eco de esos 
triunfos había llevado hasta nosotros desde mucho antes de 
que os decidieseis á obtener nuestros sufragios; podeis estar 
tanto más orgulloso de aquellos triunfos cuanto que os han 
conducido 4 la Academia. 

Cuando Gamos los primeros pasos en la vida profesional, 
nos sorprende á todos cierta indecisión, y nos encontramos 
en aptitud moral idéntica á la de las aves viajeras cuya jau- 
la se acaba de abrir, v que gtran largo tiempo en el espacio, 
orientándose, como buscando en el horizonte la visión de su 
único camino. No ha debido ser larga la vacilación de vues- 
tro espíritu, que se ha dejado arrastrar en las corriente de 
determinadas inclinaciones, que podría llamar en el caso 
presente hereditarias: Ciencias naturales, Medicina propia- 
mente dicha, Antropología, Medicina legal, Higiene, Critica 
cientifica; de todo habeis dicho algo va, y con tan buena 
suerte algunas veces, que habeis visto reproducidas en pu- 
blicaciones extranjeras vuestras producciones. 

Y si todo esto no fuese bustante, nos quedará per citar 
el trabajo completo € interesante que acabais de leernos: 
Lus relaciones entre los diversos estados patológicos, conside- 
radas en el individuo y en la serie, es decir, la aplicación de 
las hipótesis biológicas y travsformistas á la patología, “en 


+ DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 463 


donde encuentran numerosos comprobantes, por más que 
sea el estudio más complejo y difícil.” En la elección de 
tema semejante, se descubre claramente vuestra marcada 
propensión por los estudios biológicos. 

Renace bajo vuestra pluma la gran teoria de Darwin, 
cuya acción en todos los dominios de la ciencia ha modifi- 
cado desde un principio y radicalmente nuestro concepto de 
las cosas y de los seres. Y no hubiérais podido dejar de ci- 
tar á Pasteur, cuya doctrina, desconocida de nuestros padres, 
ha renovado la ciencia, operando en el terreno de la medi- 
cina revolución más profunda que la de Lavoisier en órden 
á la química, y la de Darwin en biología. 

Pasteur! Cómo pronunciar este nombre sin evocar la 
memoria de sus trabajos: —su método, sus tanteos y sus an- 
siedades; su paciencia sólo igualada por su amor á la verdad; 
su perseveraucia, á veces fatigada pero renaciente siempre 
en esa lucha de medio siglo, sostenida siempre con ardor, 
para arrancar á la naturaleza sus secretos más trascendenta- 
les de órden biológico y ofrecer á la humanidad el fecundo 
tesoro de sus admirables descubrimientos! 

Y nosotros también sobrecogidos le respetuosa admira- 
ción, hemos asistido en espiritu á la inolvidable ceremonia 
en que toda la Europa científica representada en sus más 
notables individualidades, ha desfilado en imponente proce- 
sión ante ese hombre grande por su propio esfuerzo, y que 
debe todo á su propio mérito, al cual se tributa ese homena- 
je de universal simpatia para comprobar una vez más la so- 
lidaridad de los intereses humanos en el acto de ese jubileo, 
que puede ser considerado, desde luego, como una fecha me- 
morable en la historia de la ciencia y en los anales del es- 
PO 100 

No espereis de mi, querido colega, que os siga en el te- 
rreno cientifico en que os habeis colocado. Si reprodujese ú 
analizase los conceptos de vuestro trabajo correría el riesgo 
de destruir todo el interés que en sí encierra. Bástame en 


464 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


este momento con haber indicado todo su alcance, aprecian- 
do al mismo tiempo el espiritu que lo informa. 

(Quiero que sea vuestro todo el mérito y que se os deba 
todo el encanto de habernos transportado por espacio de al. 
gunos instantes, á las serenas, elevadas regiones de la cien- 
cia— Edita doctrina sapientum templa serena, lejos de la vida 
vulgar y de las tristezas de la hora presente....... Ah! por 
qué no dura esto siempre, y por qué es necesario descender 
de aquella altura? 

Sed, pues, bienvenido 4 nuestro lado. 


Dr. Luis MonTaANÉ. 


REAL ACADEMIA, 


Sesión pública ordinaria de 12 de Febrero de 1893. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES. — Presidente, Dr. Lastres: 
Dres. Valdés, Plasencia (D. T.), Plasencia (D. 1), 
Castellanos, Benasach, Beato, Mestre, Montané, Cubas, 
Seidel, Torralbas (D. J.), Torralbas (D. Francisco), 
Zamora, Santos Fernández, Melero, Lavin, Menocal, Far- 
cía, Horstmann, Montalvo, Delgado, Finlay, Tamayo, Pa- 
radela, Oruz, Donoso, 1". Q. del Valle (de mérito), Domáin- 
guez (eorresponsal), y La Guardia, Secretario. 


Abierta la sesión á las dos en punto de la tarde y leida 
el acta de la anterior, fué aprobada.—Se dió cuenta del mo- 
vimiento de la Secretaría v de los libros é impresos recibidos 
.del modo siguiente: 

CORRESPONDENCIA RECIBIDA.—Comunicación del Presidente 
de la Sala de lo criminal de la Audiencia de esta ciudad pi- 
diendo el informe sobre análisis de unos vinos de la casa de 
Pons Orta y Compañía. 

Recibida carta de los Dres. L. y R. Cowley manifestan- 
do que queda restablecido el*premio fundado en honor de 
su señor padre. 

Carta del Dr. Gordon contestando que queda restable- 
cido el premio fundado por él. 


Oficio y Certificación de los lugares de la causa seguida 
T. xxIx—59. 


466 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


contra don A.... M.... y P... por asesinato y lesiones, 


Y 


los cuales fueron remitidos por la Secretaria de la Sala de 


lo Criminal de la Real Audiencia. 

CorRESPONDENCIA REMITIDA.—Contestación al Presidente de 
de la Sala de lo Criminal Sr. D. Ricardo Maya, exponiéndo- 
le, que el informe solicitado fué remitido en 15 de Febrero 
de 1892 á la Dirección General de Administración civil. 

Comunicación al Tesorero de la Corporación manifestán- 
dole el ingreso como académicos numerarios de los Dres. Bio- 
sca y Seldel. 

Remitido informe al Presidente de la Sala de lo Crim1- 
nal de la Real Audiencia, sobre las causas que ocasionaron 
la muerte de la morena Felicia Garciarena. 

BreLroreca.—““The Brooklyn Medical Journal;” núm. 2. 

“La Tribune Medical;” 2” série, números 2 y 3. 

“Journal d' Hygiene;” vol. 18, números 851 y 853. 

“Journal de Medecine et de Chirurgie;” tomo Lx1v, nú- 
mero 1* 

“Memorias y Revista de la Sociedad Cientifica “Antonio 
Alzate;” tomo 6? números 3 y 4. 

“Gaceta Médica de Granada;” año núm. 227. 

“Revista de Cirugla y Medicina prácticas de Madrid;” 
año XvIr, número 397. 

“Anales de la Real Academia de Medicina de Madrid;” 
temo xt, número 4. 

“Seidel. Minerología;” 1 tomo pasta. 

“Seidel. Monografía del género Zea;” 1 tomo pasta. 

“Gaceta Médico-Militar;” tomos In y 1v, entregas 10, 11 
y 12 del primero, y 1* y '2* del segundo. 

“Microbiología. ¿Existe el hematozoario de Laberán? 
etc.;” por el Dr. Antonio Matienzo, 1 cuaderno. 

“Cuadros de la mortalidad habida en la ciudad de Méji- 
co durante el período de 24 años 6 meses;” varias hojas. 

“Revista de Ciencias Médicas;” año vir, núm. 8. 

“Gaceta Médica Municipal;” año 11, núm. 8. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 467 


“Archivos de la Policlínica; tomo 1, núm. 4. 

La Secretaría dió cuenta de que se había recibido atenta 
comunicación del nuevo Académico señor Seidel, enviando 
4 más de su discurso de ingreso sobre las minas de cobre en 
la Isla de Cuba, el compendio que ha publicado de Minera- 
logía en general y una monografía sobre el género “Zea.” 
Una comunicación del Tesorero participando que los Docto- 
res Biosca y Seidel habían satisfecho sus cuotas de ingresos. 
Además que se habian recibido invitaciones oficiales para la 
inauguración del Canal de Albear y para la celebración del 
Centenario de la Sociedad Económica. 

De seguida la misma Secretaría expuso que, tratando de 
que volviese á ser un hecho los premios anuales fundados 
por algunos Académicos, había dirijido atentas cartas á 
algunos de estos respetables señores y como contestación 
á ellas se habían recibido hasta ahora las dos que aquí se 
copian. 

“Sr. Secretario general de la Academia: —Estimado ami: 
go nuestro: lgnoramos la causa porque ha dejado de figurar 
el premio “Cowley” en la Academia; como no ha sido por 
nuestra orden no tenemos inconveniente en que continúe. 

Fundado para asuntos de terapéutica señalamos para el 
concurso de 1893 á 1894 la siguiente cuestión “Estudio ex- 
perimental de los efectos fisiológicos de la Luphorbia piluli- 
feru L. Malcasada, Yerba de la niña ¿Golondrina?” De us- 
ted etc”, etc., Dr. R. Oowley, Dr. Luis M. Cowley.—Enero 
26 de 1993.” 

“Sr. Secretario general: Causas que desconozco han sido 
motivos seguramente para que no aparezca en los Anales 
de la Real Academia el premio 4 que se refiere; y como 
mis intenciones de hoy son las de siempre, tratando de 
estimular el estudio de la fisiología práctica, ruego á usted 
haga porque el referido premio subsista en la forma y modo 
en que lo establecí. De usted, etc., etc., Dr. A. de (Gor- 
don.—Enero 26 de 1893.” 


y) 


468 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Igual manifestación hizo á la Secretaria el Académico 
Sr. D. Francisco Paradela, con relación al accesit, por una 
sola vez, que tenia ofrecido al premio Cañongo. 

Pasando á la orden del día, el Dr. Donoso dió lectura á 
una moción acerca del Canal de Albear; y terminada que 
fué, los Dres. Cubas y Santos Fernandez pidieron la palabra, 
expusieron algunas observaciones sobre el mismo particular, 
y el Presidente en vista de que iba á tener lugar en seguida 
una sesión extraordinaria, y la discusión podría prolongarse 
mucho tiempo, y teniendo en consideración que al acto con- 
currian un número de personas respetable, con objeto de 
oir los discursos anunciados, suplicaba ¿los Dres. Santos 
Fernandez y Cubas desistieran por el momento de sus ob- 
servaciones, quedando el trabajo del Dr. Donoso sobre la 
mesa para ser discutido en la próxima sesión. 

Momento después se constituyó la Academia en sesión 
extraordinaria. 


SESIÓN EXTRAORDINARIA. 


Comenzó el acto asistiendo los mismos señores Acadé- 
micos ya indicados y un público numeroso formado de per- 
sonas escogidas, dando lectura el Dr. Arístides Mestre á su 
discurso de ingreso que trata “de las relaciones entre los 
diversos estados patológicos consideradas en el individuo y 
la série ancestral y hereditarias.” Después el Dr. Montané 
leyó el discurso de contestación al trabajo del Dr. Mestre y 
aquí terminó á su vez la sesión ya referida. 


Z00LOGÍA, 


—_——— 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Continuación.) 


Nuevitas. El joven se llama Galambotc. Fuera de corrida, que 
yá no tiene huevas, se nombra Lebrancho, La Liseta es otra es- 
pecie, que abunda todo el año en bahía. Lomo oscuro. Blanco 
debajo. Aletas blancas. Peso, de 750 gramos á 34 kilos, cuando 
realizan la corrida. Las huevas, de 500 á 709 gramos. Se salan y 
conservan para el consumo en la provincia. Las pocas que se 
exportan, es en fardos de 25 kilos. En el último quinquenio — el 
dato es de Mayo de 1883 — unos 2,500 kilos ó 50 quintales, con- 
sumidos principalmente en la localidad. Comen fango. 

La corrida en las menguantes de Noviembre y Diciembre. No 
existe arribazón. Proceden de los ríos y lagunas interiores. No 
influye viento alguno, pues la corrida obedece á la necesidad del 
desove y de la emisión prolífica. Llegan en grandes grupos. Vie- 
nen en su persecución los Peces malos: Picudas, Tiburones, Cube. 
ras. Les salen al encuentro haciendo gran estrago; por lo que, 
tan pronto como desovan, se refugian en los ríos y lagunas de 
donde proceden, y en donde son sedentarias. Como punto de de- 
sove, se señalan los cañones de Nuevitas, Carabela y Guajabá, en 
demanda de las corrientes para la puesta y correspondiente im- 
pregnación. También en el rio Saramaguacán y los Gúises, y la- 
gunas de Boca Grande, dentro de la bahía. 

Se repudia la veda, porque de establecerse, ninguna Lisa se 
pescaría, y nadie se aprovecharía de ellas, pues en el resto del 
año no se encuentran en ninguna parte. 

Menos se encontrarán después, á'poco que persista este matar 


470 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


desaforado de hembras enovadas; que 13 siquiera se aprovechan 
todas en cada estación, pues hay que destruir muchas por el fuego, Á 
CAUSA DE NO HABER SAL BASTANTE PARA CONSERVARLAS: según 
me consta, oficialmente, de esta localidad y otras. 

Cuanto á Artes, sólo puede emplearse con provecho una red 
especial, de 547 puntos, donde queda la Lisa presa, enmallada; 
porque con los chinchorros, salta y escapa. Tiene el arte antedi- 
cho, 4 brazas de alto y 60 de largo: ajústanse 4 las veces dos de 
éstos [18853]. 

Datos últimos: Peso máx. 3 kilos. Corrida, en Noviembre y Di- 
ciembre. Cons. loc. f. 2,423 k.; en salazón, 1,445 kil. [Albacete, 
1891]. De las crías se dice, que regresan con los padres á las la- 
gunas y ríos. 

Jibara. No tengo datos. 

Puerto del Padre. Lo mismo. 

Manzanallo. Desarrollo máximo, 4 kilos. Las huevas, en su 
mayor desarrollo, alcanzan hasta 1 kilo. Se emplean en la pesca 
seis canoas de seis á ocho hombres y un trasmallo. Después de 
cogida la Lisa, se abre, escama y sacan las huevas. Estas se sa- 
lan y prensan al sol, haciendo lo mismo con el pescado. Se cal- 
culan en el quinquenio 100,000 pares de huevas. Comen fango. 

La corrida en Noviembre y Diciembre. La arribazón en Diciem- 
bre. (?) Permanecen en los ríos y esteros hasta el desoye en que 
salen. Las hay siempre. Desovan en la ensenada de Morón, en el 
banco de Buena Esperanza y cabo Crin: Agallas, hasta dentro de 
los esteros y lagunas, desde cabo Crin hasta Junco. [1883]. 

Peso máx. 1'840 kil. Corrida, de 15 de Noviembre á 31 de 
Diciembre: boca de ríos, esteros. Vive en ríos y lagunas. Consu- 
mo local 1,500 Lisas saladas anuales. Exportación saladas: 7,500 
an. No se curan. 

Huevas. Máx. 0'460. Mín. 0'195. Consumo local: 500 pares sa- 
saladas anuales, y se exportan en la misma forma 1,000 pares. 


Lebrancho. Máx. 0'920. 
Liseta. Máx. 0086. [Triana, 1891.] (1) 


(1) El nombre que en este caso y en todos sus análogos preceda á la fecha, co- 
rresponde á la autoridad de Marina que simplemente garantiza los datos en su tiem- 
po ministrados por orden Superior. No hay que decir, pues á la vista está, que se- 
fñialo lon conceptos agenos con los signos tipográficos correspondientes, como cumple 
entre gentes de bién. 


- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 471 


Guantánamo. No se conoce Galambote. Se llama Lebrancho 
cuando pesa 3 kilos, su máximum. Liseta, por su menor tamaño. 
Lomo negro. Vientre blanco. Pectorales amarillosas. Peso 180 
gramos á 3 kilos. Debe venderse de 250 gramos en adelante. Las 
huevas pesan hasta 180 gramos. Se pesca poca Lisa y se vende 
fresca. No se exportan huevas. Come arenitas y fango. Frecuen- 
ta distintos braceajes y clase-de fondos. No se conoce corrida ni 
arribazón. Siempre es muy poca. Solo se ha observado que en 
Mayo y Abril está huevada. (Como en Mántua y San Cayetano.) 
No se sabe de puntos de desove. Como en Marzo y Abril se en- 
cuentran huevadas, será suficiente la veda de Abril á Mayo. La 
razón es favorecer la mayor propagación de la especie. Se crée 
que las crías son sedentarias. Se emplea solo trasmallo. (1883). 


Abunda todo el año. No desova en este punto. (Periu, 1891). 


Santiago de Cuba. Nose conoce el Galambote. El Lebrancho 
es más oscuro y crecido. El nombre Liseta se basz en el tamaño 
menor. Cuerpo blanco. Lomo y vientre cenizos, como las aletas. 
Desarrollo máximo, 500 gramos. Las huevas sólo 60 gramos. Co- 
me fango. Fondos cenagosos de 2 á 23 brazas. La corrida del Le- 
brancho, de Noviembre á Diciembre; de la Lisa, de Abril á Ma- 
yo (?). No se conoce arribazón. La poca que hay es sedentaria; 
Se crée que el desove tiene lugar por Cabañas y Aguadores, den- 
tro del puerto. Las crías son sedentarias. Se emplean trasmallos, 
con cuyo arte sólo se cogen enmalladas; es decir, las que por su 
desarrollo no pueden atravesar la red y quedan trabadas en las 
mallas. (1883). 

Los últimos datos asignan al Lebrancho: Peso máx. 2 kilos, 
corrida en Enero y Febrero, en las costas, y residencia en la bo- 
ca de los ríos. A la Lisa: Peso máx. 1 kilo; corrida en Diciem- 
bre. Consumo local, frescos ambos. (Elizalde, 1891). 


Baracoa. No se conoce el Galambote. Suelen nombrarla Le- 
brancho. La pequeña, Liseta. Gris oscuro todo el cuerpo. Vien- 
tre blanquecino. Peso, de 1413 kilos. Las huevas de 60 á 120 
gramos. Solo se emplean las Lisas para carnada. Arenívora. 
Frecuenta poco braceaje, veriles de los cayos. La corrida, en Ene- 
ro, Febrero y parte de Marzo. No se sabe de arribazones. Siem- 
pre se encuentran. Las persiguen peces grandes: picudas y otros. 
Desova en placeres y cayos. 

Se recomienda la veda en tiempo de desove. Se ven familias. 


472 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Empléase trasmallo, tarraya, chinchorro, todo arte, menos anzue- 
lo, por ser escasa y aplicarse nada más que para carnada. (1883). 
San Juan. (Pto. Rico) Máx. 11'50 k. Corrida en Diciembre. 
Arribazón, de Septiembre á Marzo. Cons. local fresco: 4,600 kilos. 
(J. Cortés, 1891). 
Para completar los datos relativos á la Lisa, condenso 


los que poseo de su pesca y demás enunciados— 1884—en 


PUERTO RICO. 


Cabo Rojo. Existe un corral. Se halla en la ensenada del Bo- 
querón, al E. da la Punta de Melones, meridional de dicha ense- 
nada. En su construcción se emplea estacas, varas y bejucos. 
Forma una empalizada, que se afirma con las estacas clavadas 
en el fondo, y mide 33 metros de longitud y 1* 57 m. de alto, so- 
bre la superficie del mar. No es permanente: solo se arma en 
época determinada. — Julio Ó Agosto — casi en el mismo lugar. 
Sitúase en uno de los parajes, más estrechos del caño, á distan- 
cia de 6 á 7 metros de su boca. Quedan instalados hasta Enero 
ó Febrero, en que son desarmados. Con la Lisa se suele coger 
Robalos y Corvinas. No se estiman dañinos los corrales, porque 
los pequeños pasan á través de los claros de la empalizada. (1) 
Las mallas miden 2 pulgadas ó 5 centímetros, dato que se confir- 
ma al absolver la pregunta 11%, diciendo que se usa la nasa en 
Noviembre, Diciembre y Enero, y la tarraya en Julio, Agosto y 
Septiembre; siendo la malla de una y otra, de dos pulgadas. 

Ponce. Hay en el distrito dos corrales: umo nombrado Caño 
Hondo, y el otro Las Majaguas, inmediatos. Se componen de Pa- 
lo bobo y de mangles. Forma circular, con 5 varas de N. á $. y 
de E.4 O. No son permanentes. Se arman á principios de Ene- 
ro y se desarman á fines de Febrero; no volviéndose á armar has- 
ta la misma época del siguiente año. No se usan redes para esta 
pesca, y los claros del tejido de bejuco son de media pulgada (2). 

Manati. Los corrales pesqueras de este distrito, son tres: Mero, 
Gomez y Hénica, en el rio Manatí. Constituyen una empalizada 
de palos y cañas, formando unos chiqueros para el encierro de los 


(1) Importa conservar la cría, seguramente; pero más, mucho más, no destruir 
todas las hembras enovadas, exterminando así los gérmenes por millones de millones. 

(2) Como si se dijera, de malla ciega, tan justamente prohibida por dafiina. Qué 
puede escapar, á través de una malla cuya luz apenas mide 3 centím. cuadrados? 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 478 


peces. Atraviesan el rio de un lado á otro, hasta su margen; y 
en el medio hay una puerta, que se abre para el paso de embar- 
caciones. Son permanentes por el tiempo de su arriendo, y se 
arman solamente en los puntos que están marcados, pero tan 
luego se aprueba por la Superioridad el remate correspondiente. 
Se emplea el corral para toda clase de pescado. Cuanto al daño 
que pueda causar sólo se manifiesta que “impide algún tanto las 
corrientes del rio por la estacada que se tiene formada desde una 
margen á otra.” La malla, de 1 á 2 pulgadas en cuadro; séase de 
41 á 9 centímetros (1). 

Guayama. Arroyo. Solo un corral, “en el barrio de Jobos, lu- 
gar de las Maricas, á la parte N. O., canal único de comunicación 
entre el puerto de Jobos y la laguna á donde acude la Lisa.” Es- 
te canal, único y angosto, comprende dos pesqueros: uno llamado 
Gerardo, y á cierta distancia el otro que se nombra Jaime. Pare- 
ce que este último resulta supérfluo, pues “considerando que es 
un mismo canal y que después de haber entrado el pez en la la- 
guna (2), se ponen entonces las redes á la entrada, se compren- 
derá fácilmente que, bien hechas estas redes, ninguna Lisa las 
puede atravesar, para entrar en otras que se pusieran atrás,” etc. 
En la construcción del corral, “se usan varejones que clavados 
en el suelo y entrelazados forman la red.” Cuanto á detalles, se 
consigna que “el corral está hecho en forma de círculo, con una 
entrada por la barbilla, que tiene una puerta con un tenate Ó nazo 
de malla. Se pesca la Lisa grande sin perjudicar las crías. El 
punto donde queda acorralada la Lisa, dentro del corral, se lla- 
ma chiquero; y los estribos, para atajar el pez y hacerlo entrar, se 
llaman calada. (3) Las caladas ocupan ocho varas castellanas, y 


(1) No es correcta la reducción, pues á una pulgada cuadrada corresponden 5'95 
centímetros cuadrados. 

No se anda con reparos: los corrales son prmanentes, se les aplica á toda clase 
de pesca; y aunque se extienden desde una margen hasta la otra, cerrando comple- 
tamente el paso á todo bicho viviente, no causan más daño que impedir algún tanto 
la corriente del rio. Dígase luego que ya no se hacen milagros! A ser justos, la cul- 
pa no es de los pescadores, en este caso ni en sus análogos, seguramente. 

(2) ¿Al terminar la época de reproducción anterior? —J. V. * 

(3) Proceden de ambas márgenes, formando un embudo, cuya parte estrecha co- 
rresponde á la barbilla: por donde entran los peces en el chiquero que los acorrala— 
según el dibujo que se acompaña. Como las mallas para el atajo y encierre estén 
bien hechas — y de seguro que lo estarán — ninguna Lasa las puede atravesar. Mas, 
por si acaso, las espera el segundo corral: nulla est redemptio. 

T.. 1:50 


474 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


los chiqueros una y media varas cada uno. Por donde entra la 
Lisa, sin poder salir, se llama barbilla.” El corral no es perma- 
nente: solo se arma durante la pesca de la Lisa, desde fines de 
Octubre á Marzo. No se emplean redes: solo “varejones clavados 
en el suelo y entrelazados.” Se manifiesta, por último, que “se 
cree conveniente no permitir otro sistema que el aquí establecido; 
así como se debe prohibir aude nadie por la laguna, porque de- 
positando la Lisa sus ovarios en el lodo, pueden pisarse, y destruitr- 
se las crías, que contiene miles cada hueval.” (1). 

Guánica. Aunque al principio se niega la existencia de co- 
rrales pesqueros, dícese después: que en su construcción se em- 
plea chinchorros de ahorco (2) de dos pulgadas en cuadro, y que 
también se pesca con tarraya; que las dimensiones de aquel arte 
son, dos brazas de ancho y ciento de largo; que se arman por 
cierto tiempo, sin que se sepa con seguridad por cuánto ni en 
donde; que se emplea para toda clase de pesca, sin causar daño 
ninguno; y que, según los peritos, no se puede modificar. (3) 

Puerto Rico. San Juan. Los corrales del distrito son ocho, si- 
tuados en los rios de Palo Seco, Dorado, Loiza y Puerto Nuevo, 
en los caños de Piñones, Martín Peña, Boca de Cangrejos, y en 
la Laguna de San José. Construídos con cañas cimarronas y be- 
juco blanco. Ocupan todo el ancho del rio ó caño donde se ha- 
llan colocados. Los mayores, que son el de Loiza y Boca de Can- 
grejos, tienen de 125 á 130 metros; y el menor, que es el de Puer- 
to Nuevo, unos 40; variando la profundidad, de 1 á 2 metros. Son 


(1) Por ventura ¿la Lisa verifica las funciones de reproducción en la laguna de 
referencia? O, lo que es aún menos admisible ¿se trata de capturarla al regreso del 
mar, después de satisfecha la necesidad genética? Sólo puede pensarlo, quien ignore 
qué flacos se hallan, qué grado de lasitud exhiben todos los peces, -4 seguidas de 
aquellos actos. 

Si causa legítimo asombro que aún haya peces donde tal sistema privara, toda- 
vía mayor debe producirlo su encomio. En ésto sí que no cabe duda alguna. Así 
nos luce el pelo en industrias piscícolas. Somos tributarios del extranjero por millones 
de pesos anuales en este solo concepto, cuando tan holgadamente pudiéramos volver 
la oración por pasiva. 

(2) Debe ser el trasmallo de horca y de tres paños. Arte muy usado en rios y en 
el mar. Consta de tres redes, pero de igual ancho y largo, unidas por ambas orillas. 
Le hay de dos paños. 

(3) Este informe, entre tantos, muestra cómo y en cuánto la desconfianza - por 
no decir mala fé — inspira los datos facilitados á la Autoridad local, que en tales ca- 
sos es simple transmisora, desgraciadamente para todos. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 475 


permanentes: siempre están colocados. Se aplican á la pesca de 
Lisas, Robalos, Pargos y Mojarras. No causan daño ninguno. Para 
la Lisa se emplean mallas de 70 m¿m., como mínimum; y para 
la Jarea, de 40 m¿m. Además del corral, se usa para pescar la 
Lisa, las tarrayas y los trasmallos. Se pesca las lisas, de Noviem- 
bre á Febrero; las jareas, durante todo el año. (1) 


(1) Se llama Jarea, á la Lisa joven, pequeña. Cuanto queda consignado, es ex- 
tracto del informe ministrado en Mayo de 1884, por la Comandancia Principal de 
Marina de Puerto Rico, relativamente al distrito de la capital. Atiéndase á que los 
corrales están construídos con cuñas y bejuco; que las mallas tienen de 4 á 7 centi- 
metros de luz; que los corrales son permanentes; que además de la Lisa —- desde No- 
viembre hasta Febrero — se aplican en esta parte del año y en el resto, puesto que 
“siempre están colocados,” á los robalos, á los pargos, y a las mojarras; sin que por 
consiguiente se observe la veda prescripta, en la época de reproducción de tan im- 
portantes especies. Y sin embargo, en todos los informes se dice que los corrales no 

. causan dafio ninguno. 


Seguirán así las cosas todavía? k 


HIGIENE PÚBLICA. 


Moción apropósito del Canal Albear 


por el Dr, C. Donoso. 


Sesión DEL 12 pe Febrero DE 1898. 


El canal de Albear, abriendo su cauce en la ciudad de 
la Habana, proporciona un elemento de salud y riqueza 
para esta población, si se saben aprovechar los beneficios 
que este pueda proporcionar. 

La conducción al abrigo de la multitud de productos 
perniciosos que vician generalmente las aguas, que al des- 
cubierto abastecen á las poblaciones como sucedía con el 
Almendares, garantizan su pureza; y las aberturas practica- 
das á distancia, resguardadas por construcciones adecuadas 
al objeto, comunican estas aguas con la atmósfera y perml- 
ten que se aereen y purifiquen, quemando las materias or- 
gánicas que pudieran contener y dando lugar á la evapora- 
ción del ácido carbónico que facilita la solución de los car- 
bonatos calisos dejándolos precipitar por su insolubilidad y 
mejorando la potabilidad de estas aguas. 

El aseo de las poblaciones y el cuidado de la salubridad 
pública son deberes inherentes 4 los Municipios; una de 
sus principales atenciones debe ser abastecer á4 los pueblos 
confiados á su cuidado, de las aguas más puras y en la ma- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 477 


yor cantidad posible para sus necesidades y el de la Habana 
ha llenado su deber con la construcción del canal Albear; 
pero hasta el presente resulta incompleto este servicio. 

Ya que en tan grande proporción obtenemos ese fluido, 
porque no se reparten en las calles ramales que provistos 
de surtidores á distancias convenientes, 4 manera de grifos 
rieguen su pavimento tan necesario de él, para refrescar el 
ardiente calor de nuestro clima y apagar las nubes de polvo 
que con tanta frecuencia se eleva en nuestra atmósfera, con 
perjuicio de la salud pública en el aparato respiratorio, oca- 
sionando las afecciones de garganta y quizás croup y otras 
afecciones no menos perniciosas. 

Y no es esto solo; ese caudal de aguas que llega á nues- 
tras casas, que se hace de él después de utilizarlo en las 
necesidades á que se destina? No habiendo depósitos de 
sustancias en descomposición que vicien más nuestra atmós- 
fera, resultando inútil su abundancia, y por otra parte, ese 
esceso de aguas que se desperdicia (pues como decía el se- 
ñor Albear cuyo recuerdo debe ser imperecedero entre 
nosotros, habría agua para abastecer 4 cuatro Habanas), ese 
caudal decimos, porque no se utiliza en lavar nuestras cloa- 
cas tan llenas de inmundicias y de gérmenes perturbadores 
de nuestra salud. 

Un servicio de cloacas d alcantarillas bien dirijido, basa- 
do sobre un plano de nivel de alturas de esta población y 
que partiendo de los puntos más elevados y ramificadas 
convenientemente para facilitar por todas ellas y con los de- 
clives necesarios el curso de las aguas permitiría que no 
solo el desperdicio de las plumas fuesen á ellas, sino que 
durante la noche en que no se hace necesaria el agua del 
acueducto, se derramase este en los puntos más elevados y 
corriendo por todas ellas mantendría en constante limpieza 
estos canales que hoy son la amenaza perpétua de nuestra 
salud. 

Este sistema de cloacas tan necesario para el aseo de las 


478 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


poblaciones existe en algunas de las principales ciudades y 
el Sr. de Albear reconocía esta necesidad cuando nos decía 
que se iba á ocupar del alcantarillado de la Habana y quizá 
lo hubiera realizado si la muerte no nos lo hubiera arrebata- 
do antes de completar su obra. 

No se nos arguya el excesivo costo que esta obra ha de 
ocasionar como un obstáculo para intentar su construcción. 
Realizada por subasta pública y con la mayor economía po- 
sible no faltarian contratistas que en vista de la extensión 
y número de cloacas que se han de construir pudiera ofre- 
cerla á poco precio el metro de longitud que repartido entre 
el vecindario que recibe el beneficio, en proporción al nú- 
mero de metros del frente de sus edificios, ocasionando una 
erogación poco costosa pues correspondería 4 cada vecino 
por metro de frente la mitad de lo que el contratista cobra- 
ra por el metro, que pagarían gustosos en cambio del bene- 
ficio que habrían de reportar. 

Estas observaciones que me ha sugerido la traida de las 
aguas del canal Albear, en condiciones de las” constantes 
quejas de la insalubridad y falta de limpieza de esta capital 
las someto á la respetable consideración de esta Corporación 
encargada de velar por la higiene pública para que si lo 
estima conveniente fije su atención sobre el particular y con 
más ilustración les de publicidad en sus acreditados ÁwaLes 
ó si lo juzga oportuno lo haga llegar á conocimiento de la 
Autoridad Superior ó al Excmo. Ayuntamiento de esta Ca- 
pital por si se dignan tomarlo en consideración. 


—_———- Y e 


MEDICINA LEGAL. 


Informe en causa contra el moreno J. P. P., por homicidio. 
LEIDO EN SESIÓN DE 28 DE OCTUBRE DE 1888. 


El Juzgado de Primera.Instancia del Distrito de la Ca- 
tedral á consecuencia de un exhorto del Juzgado de San 
Cristóbal, consulta 4 la R. A. en la causa seguida contra el 
moreno J...J... P... por asesinato, para que esta Cor- 
poración informe “si la herida que recibió el moreno P. .. 
era Óó no mortal por necesidad, é inmediatamente des- 
pués de inferida, y también acerca de las declaraciones y 
conclusiones médicas del Licenciado en Medicina D. KR... 
Mases 

La Comisión de Medicina Legal ha recibido, en debida 
forma, copia testimoniada de varios lugares de la causa, en 
la que constan: 1% La diligencia del reconocimiento judicial 
que dice: “que en el Potrero Juan Pastor y en uno de los 
cuartos destinados para vivir la dotación, hallaron un catre 
y en él 4 un hombre de color negro, como de treinta y cin- 
co años de edad, con la cara al cielo en posición natural, 
con el brazo derecho en posición vertical 4 la cama y el 1z- 
quierdo la mano apoyada sobre la ingle del mismo lado* 
ambas piernas algo recogidas é inclinada la izquierda sobre 
la derecha, el cual presentaba una herida sobre la tetilla 


480 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


izquierda, inferida al parecer por instrumento punzante y 
cortante, y de carácter mortal, hallándose el catre teñido en 
sangre, sin que en la habitación ni en ninguna otra parte 
de su cuerpo se notase señal ó indicio de lucha ó violencia, 
ni rastro de sangre en ninguna dirección. 2% Reconoci- 
nwiento facultativo y autopsia—que reconocido en su hábito 
exterior el cadáver del moreno P... P..., sólo le encontró 
una herida penetrante de pecho, situada sobre la región 
precordial, un centímetro hácia arriba de la tetilla izquier- 
da, como de pulgada y media de extensión, de bordes re- 


gulares, hecha al parecer con instrumento punzante y cor- 
tante; en el resto del cuerpo no le encontró señales ni 
vestigios de violencia de ningún género; en la autopsia se 
encontró, que la herida de que se deja hecha mención, 1n- 
teresó desde la piel hasta ambos ventrículos del corazón: 
en las demás cavidades nada digno de llamar la atención. 
Supone que la muerte fué producida por necesidad por la 
herida descrita. 32 Ampliación de la anterior declaración. 
Preguntado si por la situación y condiciones que presentaba 
la herida del moreno P... P... pudo éste encontrarse de 
pié y de frente al agresor al serle inferida aquella, ó si cree 
que estuviera acostado y dormido cuando la recibió y si la 
muerte debió ó no ser instantánea, dijo: que supone que es- 
taba acostado y dormido, pues la herida fué mortal, instan- 
tánea, al extremo que cree que al sacarle el instrumento, 
junto con él salió la vida; no era posible que estando para- 
do y de frente pudiera haberse acostado después de la heri- 
da. Preguntado si fué imposible el moreno P... acostarse 
después de herido 6 si fué en consecuencia muerto en la 
cama, dijo: que cree que el referido moreno haya recibido 
la herida que le produjo la muerte, acostado, no pudiendo 
precisar si estaba dormido ód despierto, pero sí supone que 
estaba dormido, porque si hubiese estado parado, hubiera 
caido en el punto donde recibió la herida y no hubiera guar- 
dado la posición en que se encontró, puesto que hubiera 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 431 


habido huellas de sangre en más puntos que en los encon- 
traron, que fué en la cama, y eso solamente hácia el lado 
izquierdo del pecho y en el lugar correspondiente de la ca- 
ma al lado herido; esto en cuanto á las manifestaciones ex- 
teriores del pecho, y en cuanto á la apreciación cientifica 
puede precisar el exponente que cualquier individuo que 
hubiese recibido la lesión que hizo sucumbir á P... P..., 
que fué mortal por necesidad, instantáneamente, por haber- 
le dividido el corazón en sus cavidades ventriculares en dos 
partes no podía éste apenas seguir cumpliendo sus funcio- 
nes fisiológicas y siendo estas tan Importantes para la vida 
que interrumpidas por un instante, en ese mismo instante 
queda el hombre privado de la vida, es por lo que el expo- 
nente no tiene inconveniente en afirmar que en el momen- 
to en que P.... recibió la herida esta le causó la muerte 
instantaneamente y es de presumir que la recibiera dur- 
miendo ó al menos acostado porque el no tener esta posl- 
ción al recibirla, parece imposible que tan perfectamente 
hubiera guardado la posición que conservaba al ser exami- 
nado sin huellas de sangre en otro lugar que en el indicado. 
Llámase herida mortal por necesidad aquellas que ma- 
tan por sí solas y sin la ayuda de otras circunstancias que 
vayan á darles más gravedad, lo que acontece con las lesio- 
nes que afectan órganos encargados de funciones esenciales 
á la vida. La herida que recibió el moreno P.... P.. 
ocupaba la región precordial, con una etxensión de pulgada 
y media, de bordes regulares, interesando desde la piel has- 
ta los ventrículos que estaban divididos, por consiguiente 
esta lesión afectaba á un órgano importante para la vida, 
que cuando deja de funcionar también deja de vivir el suje- 
to, y que en la herida que había recibido había perdido to- 
das sus condiciones fisiológicas, y dado esa herida es de 
necesidad que el sujeto muera, porque la lesión es incompa- 
tible con las leyes fisiológicas, y por lo tanto la herida era 
mortal por necesidad. La muerte en los casos de herida en 


482 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


el corazón, y de la extensión ya señalada, es casi instarntá- 
nea y en que el herido apenas pudo ejecutar movimiento 
alguno, cayendo muerto en el mismo lugar donde son heri- 
dos, así es que la posición que tenia el moreno P..... en la 
cama, y la sangre que únicamente había en su lado izquier- 
do del pecho, dada la herida que había recibido, eran datos 
suficientes para asegurar que en esa posición fué herido, por 
lo que el ponente de la €. de M. L. somete á la considera- 
ción de U. $. lo siguiente: 

12 Que la herida que recibió el moreno P.... P.... 
era mortal por necesidad, y 

2" (Que las deducciones que incluimos médicas del Ldo. 
D.R.... M.... se hallan ajustadas á la ciencia, 


Dr. MicuEL Riva. 


INDICE O 


Págs. 


REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAs Y NATURALES DE LA HA- 
BANA. — Sesión pública ordinaria del día 22 de Enero de 1893, por el ps 
Dr. Vicente de la Quardia........... A A O A ESA 
Discurso DE RecErCcIÓN —De las relaciones entre q diversos estáid EA e 
gicos, consideradas en el individuo y en la série ancestral y hereditaria. 
(Sesión extraordinaria del día 12 de Febrero de 20 por el Dr. Arís- 
ANETO En ARRE  AOS Ne U LS PERA Puro e 
DISCURSO DE CONTESTACIÓN, por el Dr, Luis Montamé o.occononcninnornnos RS 0) 
REAL AcaDEMIA. — Sesión pública ordinaria del día 12 de Febrero de 1893, 


porel Dri Vicente dela Guarda: coaooorh door ata casio cena as la iva dar davioa sos, RO > 
Sesión extradrdinarid.mocnone corncnnonaracopcannne rencor TON RE o 
“ZooLoGra.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. Juan Villró.ocrooiocicnncnc. . 169 


HIGIENE PUBLICA. — Moción á propósito del Canal Ea por el Dr, C. Do- 

MOB ad Id ri ira Tareas daa e o caca O en 
MEDICINA LEGAL.—Informe en causa contra el moreno J. P. P., por homici- qa 

dio, :por, el Der Miquel Jlav0 Baranda coso oa do Usd vo Noa ely Ade dy e sor ion e : 
ENToMOLOGIA.—Contribnción al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- : 

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 16 aparte). 


CONDICIONES aj so SUSCRICION. do 
Los ANALES DE LA ACADEMIA se poRicah el día 15 de cada mes. Y 
El precio de la suscrición es “UteHL-75 centavos plata por semestres adelantados j 

en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. ; 
En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se yen- 

den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 

los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal € Higiene Pública: la Flora Cubana del 

Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 

del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patolo ogta y Antigiiedades de la Isla de h 

Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de di Moluscos Cubanos, 

porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman. 

por el Dr. Finlay. 


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DE LA 


“REAL ACADEMIA 


DE 


CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 


DE LA HABANA. 


REVISTA CIENTIFICA 


DIRECTORES: 


D. José 1. Torralbas y D. Marcos de J. Melero. 


ENTREGA 343. 


TOMO XxIX. 
ABRIL 15. 


PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION . “CANJE Y CORRESPONDENCIA 

ds É DIRIGIRSE DIRIGIRSE 

o A ORD. MISTEL RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA E CALLE DE CUBA 


CAMPANARIO NUMERO ag5. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.) 


HABANA. 


Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
1893. 


REAL ACADEMIA, 


Sesión pública (cientifica) del 12 de Marzo de 1893. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES. — Presidente, Dr. Lastres: 
Doctores F. (E. del Valle (socio de mérito), Santos Fer- 
nández, Torralbas ( D. J.), Casuso, Lavin, Mestre, Pla- 
sencia (D. To), y La Guardia, Secretario. 


Abierta la sesión 4 las dos de la tarde y no habiendo 
número suficiente de Académicos para celebrar sesión ofi- 
cial, según previene el Reglamento, se determinó que tuvie- 
se efecto únicamente tomando carácter cientifico, mucho 
más, encontrándose un trabajo 4 la orden del día del doctor 
Casuso, relativo á varias observaciones clínicas. 

Toma la palabra, seguidamente, el Socio de Mérito Doc- 
tor D. Fernando G. del Valle y manifiesta, en sentidas fra- 
ses, toda la satisfacción que experimentó en la última sesión 
extraordinaria con motivo de la recepción del Dr. Mestre, 
despues de haber oido la lectura del discurso del Dr. Mon- 
tané, que le hizo evocar el recuerdo de los Doctores Gutie- 
rrez, Zambrana, Lebredo, Mestre y otros, que tanto bien hi- 
cieron, no solamente á la Academia, sino á las Ciencias to- 
das y al país; el sentimiento de reconocimiento hácia ellos 
debe ser eterno, la conducta de estos varones debe ser iml- 


tada, y, en este sentido, confía que todos los Académicos 
T. xx1ix—61 


484 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


pospongan al interes general los pequeños rozanamientos tan 
comunes en Instituciones de la naturaleza de esta, por más 
respetable que puedan ser consideradas; y es seguro que to- 
das esas pequeñas disidencias, pudiérase decir, sean cual li- 
geras nubecillas que con facilidad desaparecen, por último, 
agrega, siente con el corazón no poder tomar una parte 
activa en las discusiones Académicas, por los achaques pro- 
pios á su edad, causa igual que le imposibilita asistir 4 las 
sesiones con la frecuencia que quisiera; ya al final dice, que 
la manifestación que hace ahora trató de efectuarla en la úl- 
tima sesión terminado que fué el discurso del Dr. Montané, 
pero parece que no se le oyó al solicitar la palabra, motivo 
por el cual vióse obligado á desistir de su empeño. 

Contesta el Presidente al Dr. Valle haciéndole presente 
la satisfección que experimenta al oirle; que ha sido el sa- 
bio Valle, maestro de todos, causa por la cual su personali- 
dad nunca podrá pasar desapercibida, y que si en la sesión 
anterior no habló fué ciertamente porque con motivo de ha- 
ber abandonado sus asientos los Señores Académicos tan pron- 
to como concluyó el Dr. Montané, no se oyó al Dr. Valle 
cuando se sirvió dirigirse á la Presidencia para pedir la pa- 
labra, lo cual una vez más deplora. 

Despues de dar las gracias el Dr. Valle á la Presidencia 
por las manifestaciones que acaba de hacer, habla el Doctor 
Mestre y 4 su vez da las gracias al Dr. Valle por las pala- 
bras de afecto dirigidas 4 la memoria de su señor padre. 

El Dr. Casuso, á la orden del día, antes de entrar de lle- 
no en el asunto de que va á tratar, dice, que espera que el 
Dr. Valle continuará como hasta aquí, á pesar de sus años, 
asistiendo á las sesiones de la Academia, que es de aquellos 
pocos hombres de ciencia que jamás ban sido refractarios al 
progreso, y por lo mismo ve siempre su presencia con agra- 
do en la Corporación; y en lo que se refiere á las nubecillas 
de que ha hablado, hace constar que no son tales nubeci- 
lus: en este país, como en todos, se lucha con más ó menos 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 485 


pasión por el adelanto de la ciencia; todos los quesiguen la 
marcha del movimiento cientifico, saben que en la Acade- 
mia de Medicina de París, por ejemplo, tienen lugar polémi- 
cas ardientes, apasionadas hasta cierto punto, y sin embargo, 
esas discusiones no influyen absolutamente nada en la mar- 
cha segura de la Corporación. 

Y terminado este pequeño incidente pasa á dar cuenta 
de los casos clínicos de que se h:* hecho mención, en la for- 
ma siguiente: 

L.— Laparotomía por embarazo extra-uterino.—Felipa Sa- 
bistion, de raza negra, natural de Guanajay, de 34 años 
de edad, fué enviada á nuestra consulta por el Dr. Dueñas. 

A los 14 años tuvo su primera menstruación, que siguió 
presentándose con regularidad, de tres á cuatro días de du- 
ración y una sola vez al mes; ha tenido tres partos á térmi- 
no, normales á los 15, 16 y 19 años, ningun aborto; buena 
salud habitual, es mujer de fuerte constitución, aunque de 
algunos meses á esta fecha ha adelsazado bastante. En Mayo 
de 1892 faltó el periodo menstrual que no ha vuelto á tener 
desde entonces; dicha suspensión fué seguida de los trastor- 
nos que acompañan el embarazo y de algunos dolores de 
vientre que le hicieron consultar al Dr. Dueñas, el cual la 
elvisitó varias veces, teniendo con razón algunas dudas sobre 
diagnóstico. Esta mujer se quejaba de dolores en la cavidad 
abdominal y gran sensibilidad 4 la: más ligera exploración 
de dicha cavidad, todo esto acompañado de náuseas, inape- 
tencia, insomnio, etc. Auscultada por el Dr. Dueñas le pare- 
ció percibir los ruidos del corazón fetal, pero solo una vez y 
de un modo bastante obscuro para suponer, al no apreciar- 
los en exámenes sucesivos, que había cometido un error de 
auscultación; otra vez notó el levantamiento rápido y par- 
cial de la pared abdominal como el producido por el feto en 
sus movimientos activos; al tratar de apreciarlos por la pal- 
pación nada pudo sentir. En esas dudas se llegó al fin del 
noveno mes, época en que observaron fenómenos análogos á 


486 - -* ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


los que acompañan al parto, dolores, pérdida sanguínea y 
serosa en bastante cantidad, mucosidades, fluxión mamaria 
y á las cuarenta y ocho horas secreción láctea abundante y 
escalofríos, permaneciendo cuatro días en cama; los dolores 
se calman sin desaparecer la sensibilidad á la exploración 
ni la inapetencia. Ella nos asegura haber percibido los mo- 
vimientos del feto antes de los trastornos del noveno mes y 
que de entonces á la fecha no ha vuelto á sentirlos; la secre- 
ción láctea ha disminuido, asi el volúmen del vientre. 
Acompañado del Dr. Dueñas, procedo al exámen de esta 
mujer en mi consulta, el día 5 de Marzo del corriente año; 
acostada en decúbito dorsal y doblados muslos y piernas, 
descubro el vientre aumentado de «volúmen, simulando un 
embarazo de siete meses próximamente, la línea blanca os- 
cura, no hay requebrajaduras ó;estrias en la pared abdomi- 
nal, á la palpación se nota fácilmente la presencia de un tu- 
mor inclinado de izquierda á.derecha que ocupa el hipogas- 
trio, las fosas iliacas, pasa por el ombligo, se dirige al hipo- 
condrio derecho y flanco del mismo lado. El tumor fluctuan- 
te, liso, regular, movible en sentido transversal, poco movi- 
ble en sentido vertical, no pudiendo apreciarse movimientos 
fetales ni parte alguna fetal, porque la distensión de las pa- 
redes del tumor impidieron el exámen completo de su con- 
tenido, y muerto el feto, la maceración de éste trae su falta 
de resistencia, su blandura y de ahi la dificultad en el diag- 
nóstico. Nada.á la auscultación. Al tacto vaginal encontra- 
mos los fondos de saco libres, el cuello uterino duro, de ta- 
maño casi natural, el segmento inferior del útero y toda la 
porción accesible del cuerpo que se encuentran en retrover- 
sión, dura y movible; comprimiendo. el tumor á través de la 
pared abdominal se alcanzaba por el tacto vaginal, pero de 
un modo confuso, sin aclarar nada; el tacto rectal fué de 
gran utilidad, rechazado el órgano hácia abajo y atrás por la 
presión del tumor á través de la pared abdominal pudimos 
alcanzar el fondo del útero al través de la pared rectal, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 487 


arrastrarlo hácia abajo con el dedo y apreciarlo en su forma, 
volúmen y consistencia, asegurándonos de ese modo, que 
el tumor, cualquiera que fuese su naturaleza, se encontraba 
fuera del útero; el tacto rectal nos permitió apreciar la con- 
sistencia blanda del tumor, pero ninguna parte fetal; la ex- 
presión de las mamas daba salida 4 una pequeña cantidad 
de leche; la areola oscura y la hipertrofia de los tubérculos 
de Monteomery completaban el estado de los pechos, bas- 
tante flacidos por otra parte. 

Los antecedentes de esta mujer, los datos suministrados 
por el Dr. Dueñas y el resultado del exámen son datos sufi- 
cientes para establecer el diagnóstico de embarazo extra- 
uterino y aconsejar la operación que fué desde luego acep- 
tada. 

El 7 de Marzo entra en la Quinta de Higiene, toma un 
baño general, al día siguiente un purgante y un gramo de 
salol en las veinte y cuatro horas, su enema bórico é inyec- 
ciones vaginales de bicloruro, al uno por tres mil. 

El 10 de Marzo procedo á la operación auxiliado por los 
Doctores €. Delgado, Millán, Dueñas, Saladrigas, Casariego, 
Galindo, el alumno E. Nuñez y en presencia de algunos 
comprofesores y alumnos.  * 

Incisión de diez y nueve centímetros en la línea de elec- 
ción, del ombligo al púbis, la pared abdominal bastante del- 
gada permite la fácil llegada al peritoneo, que incindo en 
toda la extensión de la herida, destruyo algunas adherencias 
epiploicas y secciono otras entre dos ligaduras, protejo la 
cavidad abdominal con paños de vasa fenicada colocados 
entre los bordes de la herida y el tumor, abro éste con el 
bisturí, saliendo cerca de un litro de líquido amniótico ver- 
doso oscuro, debido á su mezcla con meconio; el feto muer- 
to, macerado en presentación de nalgas, fué fácilmente ex- 
traido, corto el cordón umbilical y procedo á la enucleación 
de la bolsa quística con los anejos fetales, que fué fácil. 

La trompa izquierda al nivel del pabellón daba inser- 


ASS ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


ción á la placenta; el ovario alargado por la tirantez de la 
trompa; el desarrollo del feto tuvo lugar al nivel del pabe- 
llón, sirviéndole de cubierta externa el ligamento ancho, 
grueso y resistente, análogo por su espesor y dureza á la cu- 
bierta de los quistes dermoideos; la variedad subperitoneal 
de este embarazo y la protección suministrada por el liga- 
mento ancho explican la ausencia de los fenómenos perito- 
neales marcados; el pediculo formado por tres ligaduras de 
seda fenicada y cauterizado con el termo quedó abandonado 
en el vientre, cubiertas las asas intestinales con el epiploon, 
cerré el vientre con tres planos de sutura y cubrí la herida 
con lodoformo, gaza, algodón y un vendaje de franela, siendo 
trasportada á su cama en magníficas condiciones. 

Solo puede sentirse en este caso que las dudas en el 
diagnóstico antes del noveno mes no hubieran podido ser 
aclaradas á tiempo, el éxito completo para la madre hubiera 
alcanzado hijo. 

Este caso como todos los de embarazo ectópico á 
término, destruye las teorías que quieren explicar la pro- 
ducción del parto á los nueve meses por la distensión del 
útero, la tililación del orificio externo ó el acúmulo de ácido 
carbónico en los senos uterinos, pues á los nueve meses en 
los embarazos ectópicos, sin concurrir esas circuntancias se 
presentan los fenómenos que caracterizan el trabajo del par- 
to, se observa la secreción láctea y muere el feto, lo que 
prueba de una manera evidente que la causa del parto no es 
otra más que el perfecto desarrollo á que han llegado los 
órganos del feto, á quien no basta para su vida las condicio- 
nes del claustro materno y trata de buscar su salida, y si 
ésta no se obtiene el feto sucumbe. 

La convalescencia de esta mujer no ha sido interrumpi- 
da por la más pequeña elevación de temperatura y su cura- 
ción es completa; este caso, el segundo que tengo ocasión 
de operar, presenta algunas diferencias notables sobre el 
primero; aquí la extirpación de los anejos encerrados en el 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 489 


ligamento ancho izquierdo fué fácil, el sitio en que tuvo lu- 
gar el embarazo no deja lugar 4 duda alguna, en la primera 
operada, el embarazo era francamente abdominal, la placen- 
ta se hallaba ingerta desde la trompa derecha y fondo del 
útero hasta la parte posterior de la pélvis sobre las asas in- 
testinales, primitivamente tubaria quizás, se hizo luego ab- 
dominal y la necesidad de dejar algunas vellosidades adhe- 
ridas á los intestinos por temor de lesionarlos, nos obligaron 
al empleo del drenaje, siendo larga la convalescencia; pero 
una y otra están curadas, ambas pertenecen á la raza negra, 
en las dos, el feto estaba perfectamente desarrollado, el de 
esta íiltima pesó seis y media libras, la primera fué operada 
á los trece meses de embarazo, ésta á los once meses. 

IL Quiste del ovario izquierdo.—Ovariotomía.—Dofía 
N...., natural de la Habana, de 31 años de edad, nulipara 
de buena constitución, me fué presentada en la consulta por 
el Dr. Lopez Saul. Esta señora nos dice que hará poco más 
de un año empezó á sentir dolores vagos, poco intensos del 
bajo vientre, unas veces con menorragias, otras con metro- 
rragias ligeras, siendo asistida por el Dr. Lozano (de Caya- 
jabos; al principio creyó la familia que se trataba de un em- 
barazo; pero examinada despues por el Dr. Lozano, éste hizo 
el diagnóstico de quiste del ovario, envió la señora á un es- 
pecialista de aquí, el cual despues de un detenido exámen 
en unión de otro comprofesor, creyó se trataba de un fibro- 
ma uterino. Colocada la enferma en decúbito dorsal y des- 
cubierto el vientre, se nota desde luego el aumento de vo- 
lumen de la región hipogástrica, á la palpación se aprecia 
fácilmente la existencia de un tumor liso, regular, blando, 
movible en todas direcciones, del tamaño de la cabeza de 
un adulto; 4 la exploración bimanual, los fondos de saco va- 
ginales libres, el útero encerrado entre ambas manos puede 
ser apreciado en su volúmen, forma y consistencia que son 
normales, el pedículo del tumor se distingue con toda clari- 
dad á la izquierda, el diagnóstico es de aquellos que no de- 


490 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


jan lugar á la más pequeña duda, se puede asegurar que se 
trata de un quiste del ovario izquierdo pediculado y de lar- 
go pediculo; trabajo nos costó, sin embargo, convencer al 
esposo de que aquello no era un fibroma y que la operación 
era necesaria, el diagnóstico erróneo de fibroma puede tener 
su explicación quizás por el enclavamiento del tumor en el 
momento en que fué examinada la enferma; la operación, 
aceptada al fin, se llevó á efecto en la Quinta de Higiene el 
día 11 de Marzo con el auxilio de los Doctores Cl. Delgado, 
Millán, Galindo, Casariego, Lozano, Lopez Saul, alumno E. 
Nuñez, y en presencia de los Doctores Bueno, Gonzalez y 
varios alumnos; con las prescripciones antisépticas más ml- 
nuciosas y cubierto el vientre con gaza 1odoformada, así co- 
mo la vulva, practico una incisión de ocho centímetros al 
nivel de la línea media, entre el ombligo y púbis, abierto el 
peritoneo en la misma extensión, exploro el tumor con dos 
dedos, no existen adherencias y se confirma el diagnóstico 
hecho, protejo los bordes de la herida incluso el peritoneo 
con paños de gasa biclorurada, punzo el quiste con el tro- 
car grueso del aspirador de Potain, extrayendo litro y medio 
de líquido, cojida la bolsa con una pinza de Nelaton sale fá- 
cilmente. el pedículo formado por la trompa y ovario, se 
secciona entre dos ligaduras, se cauteriza y despues de re- 
conocer la trompa y ovario derecho sanos, cierro el vientre 
con tres planos de suturas, peritoneal de catgut, aponeuróti- 
co de seda y profundo, comprendiendo los tres planos con 
hilo de plata; la duración total de la operación fué cuarenta 
minutos; la herida curada con iodoformo, gaza y algudón, 
todo cubierto con un vendaje de franela; trasportada la en- 
ferma á su cama, pasa las primeras veinte y cuatro horas sin 
más molestia que una tos frecuente; por los antecedentes 
que nos da, está sujeta con alguna frecuencia á catarros algo 
rebeldes. 

La enferma, después de un corto número de dias, aban- 
dona la Quinta de Higiene completamente curada. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 491 


III. Hematocele pelviano.— Refiere despues el Dr. Casu- 
so la historia de una enferma afectada de hematocele pelvia- 
no supurado; la paciente ofrecía un tumor en el foudo del 
Douglas y á cuatro centímetros de la horquilla; el cuello del 
útero se encontraba detrás de la sinfisis del púbis; se dudó 
al principio entre una pelvi-peritonitis ó una pio-salpingitis. 
Se practicó una incisión por la que se conoció se trataba de 
un hematocele supurado ocasionado por la inflamación que 
á su vez determinó un embarazo extra-uterino. Se practicó 
una incisión y se estableció un drenaje dando salida 4 una 
considerable cantidad de pus; la temperatura despues de la 
operación siempre ha sido la normal y en pocos días la ope- 
rada obtiene su curación. 

Habiendo transcurrido las horas de reglamento, se dió 
por terminada la sesión. 


T. xxix—62. 


REAL ACADEMIA. 


Sesión pública ordinaria del 26 de Febrero de 1893. 


Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Doctor Lastres: 
Doctores Donoso, García, Mestre, Seidel, Cubas, Casuso, 
Santos Fernández, Lavin, Plasencia (D. Tomás) y La 
Guardia, Secretario. 


Abierta la sesión á las dos de la tarde y leida el acta de 
la anterior, fué aprobada. 

Se dió cuenta del movimiento de Secretaría, que es co- 
mo sigue: 

CorrEsPONDENCIa.—Oficio al Dr. Villalonga dándole las 
gracias por su Memoria sobre Terapéutica hipnótica. 

Oficio é informe remitido al Presidente de la Sala de lo 
Criminal de esta Audiencia, en causa contra D. José Marti- 
nez Osorio. 

BisLioreca.—““La Tribune Médicale”, 2* série, número 5. 

“Journal d” Hygiéne”, año XIX, número 18. 

“International Médical Magazine”, VIT, número 1. 

“Revista de Medicina Dosimétrica”, año XV, núm. 168. 

“La Independencia Médica”, año XXVIII, números 15 
yib7. 

“Archivos de Ginecología y Pediatria”, año VI, núme- 
ros 1, 2, 3. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 493 . 


“Revista de Cirujía y Medicina Prácticas”, año XVII, 
números 398 y 399. 

“Gaceta Médica de Granada”, año XI, números 229 
y 230. 

““Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica”, 
tomo IX, número 1. 

“Boletín de Medicina Naval”, año XVI, número 1. 

“Repertorio Médico-Farmacéutico”, año IV, número 2. 

“Revista de Ciencias Médicas”, año VIII, número 4. 

“El Album”, año IT, número 3. 

Seguidamente el Presidente solicitó del Dr. Donoso que 
volviese á leer su moción á propósito de la inauguración 
del Canal de Albear, puesto que, como se había acordado 
en la sesión anterior, se iba á tomar consideración procuran- 
do así, que los Señores Académicos se enterasen perfecta- 
mente de todo lo que en ella se hacía constar. El Dr. Dono- 
so da lectura á su moción. 

Terminada que fué, hizo uso de la palabra el Dr. Cubas 
exponiendo que, á la verdad la moción del Dr. Donoso ca- 
recía de base, pues antes debió haber demostrado la potabi- 
lidad de las aguas del Canal de Albear, y según se había 
enterado por un periódico, estas aguas, para el consumo 
de la ciudad, eran las peores de América; que el trabajo te- 
nía algo de imaginativo, careciendo de valor práctico, y por 
último, que los análisis de esas aguas llevados 4 efecto por 
químicos de otras épocas, eran incompletos por no tener los 
referidos químicos la competencia necesaria para esa clase 
de estudios. 

El Dr. Donoso, responde, que su proposición no tenía 
otro objeto que utilizar el exceso de aguas del Canal de 
Albear para la limpieza en general de la población, y que 
en este particular la potabilidad del agua no habia para qué 
discutirla, es sabido que para las cloacas no se hace necesa- 
rio aguas puras de ninguna especie. Cree que el asunto que 
ha venido á tratar es de extremada importancia para la Hi- 


494 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


giene Pública, y corresponde á los Ingenieros llevar á efec- 
to la resolución del problema que ha planteado. : 

El Dr. Cubas replica que insiste acerca de lo que dijo 
anteriormente. 

En el uso de la palabra el Dr. Santos Fernandez, dice: 
La moción del Dr. Donoso reviste gran importancia, y asi 
lo entendió la Sociedad de Higiene cuando sometió á discu- 
sión el tema de utilizar las aguas del Canal de Albear en 
bien de la población, despues que esas aguas hubiesen sido 
empleadas para las necesidades particulares é industriales. 
Se indicó en el seno de la sociedad los temores de que las 
cañerias no resistieran la cantidad de agua por no ser todas 
nuevas, y se inundase la población, esto quedó demostrado 
que no era posible. Señalóse la conveniencia de dar salida 4 
las aguas que sobrasen del consumo de las casas y no des- 
bordasen los escusados en las calles. Se habló del imperfecto 
alcantarillado de la Habana, tratándose de estudiar éste, 
nombrándose una Comisión para que visitase al Ayunta- 
miento: el resultado de esa visita fué conocer que el Muni- 
cipio carecía de un plano del alcantarillado y que este ser- 
vicio no estaba sometido 4 ningún trazado científico, las 
alcantarillas se hacian al capricho de los vecinos sin estudios 
de los declives ni ocuparse de la forma que había de darse- 
les, todas son cuadradas. De estas manifestaciones surgió el 
convencimiento de que en la Habana era imposible estable. 
cer el sistema de los grandes colectores como en Lóndres, 
París, Madrid y otras poblaciones. Se demostró también que 
tampoco estos se necesitaban, y dado el progreso de los 
estudios bacteriológicos era un hecho comprobado que los 
colectores no sirven á otra cosa que para llevar por toda la 
población los gérmenes que en ellos circulan, debido á su 
comunicación fácil con el exterior. Las poblaciones pueden 
dar salida á sus excretas por tubos de tierra cota, sin comu- 
nicaciones al exterior, y esto es fácil de hacer en la Haban; se 
trata de ensayarlos en la calle de la Muralla, al mismo tiem- 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 495 


po que el adoquinado de madera. Para el drenage de la po- 
blación por medio de tubos, como tal vez usaron los Roma- 
nos (pues los que se encuentran en las escavaciones de la 
Roma antigua pudieron tener este destino) conviene estu- 
diar el sistema de los pozos Mouras. Merced á estos pozos 
todas las sustancias excrementicias se disuelven, y todo el 
contenido de una letrina ó de un sumidero, sale convertido 
en un líquido inodoro que pucde ser conducido á donde se 
quiera por tubos de escasas dimensiones. En el Laboratorio 
de la Orónica Médico-(Juirúrgica existe un modelo en pe- 
queño del pozo Mouras, para con él hacer los estudios mi- 
crobiológicos, no realizados que se sepa aún y de su re- 
sultado habrá de darse cuenta oportuna á la Academia. 
En una palabra. La Sociedad de Higiene ha tratado esten- 
samente cuantos particulares se relacionan con la moción 
del Dr. Donoso y 4 los Ingenieros Militares Amigó y Gonza- 
lez, así como al Dr. Wilson corresponde el honor de haber 
iniciado trabajos tan interesantes relacionados con la salud 
pública, por lo tanto propone que la Academia estudie la 
manera de levar 4 efecto los particulares á que se alude en 
la proposición del Dr. Donoso: yen lo que se refiere á las 
condiciones de potabilidad de las Aguas de Vento, dijo que 
esas aguas llenan de un-modo evidente esas condiciones, lo 
mismo por lo que arroja el análisis químico, que, por su pro- 
piedades biológicas, 4 su juicio las. más importantes; como 
lo prueban los exámenes bacteriológicos hechos en el Labo- 
torio de la Crónica Médico-Quirúrgica en diversas cCircuns- 
tancias dando siempre un resultado verdaderamente satis- 
factorio. 

Interviene en el debate el Dr. La Guardia y expone que 
le ha sido en extremo sensible oir al Dr. Cubas sostener 
opiniones, en cierto modo desprovistas de fundamentos, ne- 
gando de una manera absoluta la potabilidad de las aguas 
de Vento, así como negando también la competencia de los 
quimicos que han intervenido en el análisis de las referidas 


496 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


aguas; se propone al dirigirse á los Señores Académicos de- 
mostrar con hechos, no solamente que las aguas de Vento 
son potables, sino que, además son tan buenas como las que 
abastecen otras ciudades. Nada quiere decir que estas aguas 
dejen incrustaciones, lo mismo en las cañerías de distribu- 
ción que en los recipientes destinados á contenerlas, este es 
uno de los argumentos de más peso que emplea el vulgo en 
descrédito de los manantiales, y tal parece que al igual que 
en las tuberías tienen lugar en la economía las referidas in- 
crustaciones; estas no tienen nada de particular, sabido es 
que están formadas en su mayor parte por precipitados de 
carbonato de cal. Un hecho enteramente igual sucede en 
Roma con el acueducto Marcia, que surte de agua, para be- 
ber, la población, y de tiempo remoto abastece á Roma. Sin 
embargo, nadie en absoluto ha acusado como no potables 
esas aguas; otro de los argumentos de que hace uso el pú- 
blico consiste en lo que toca al grado hidrotimétrico, que lo 
encuentran muy elevado. En París. las aguas de la Dhuys, 
según Collin en su Topografía de Paris, ha marcado 24 gra- 
dos, y sin embargo, los parisienses la beben sin protesta. 
Algo más sucede con las aguas del Kent, que surte en parte á 
Lóndres, marcan 27 y 28 grados, y sin embargo, los habi- 
tantes de Lóndres tampoco han protestado. Refiere Fonssa- 
grives, en su notable obra de Higiene de la Ciudades, el he- 
cho siguiente: En Bezieres, ciudad cerca de Montpellier ocu- 
rrió un conflicto á causa de que el Municipio quería jnutili- 
zar el servicio de aguas de la población señalada. Fonssagri- 
ves, en union de otros profesores competentes, examinaron. 
aquellas aguas encontrando que tenian 38 grados hidroti- 
métricos, y apesar de esa cifra elevada las aguas fueron con- 
sideradas como perfectamente potables. En cuanto á las 
condiciones biológicas de las aguas de Vento, son excelentes 
como acaba de decir el Dr. Santos Fernandez, y del exámen 
bacteriológico practicado por los Señores Dávalos y Delfin 
resulta que está comprendida en la categoría de las puras, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 497 


conteniendo una pequeñísima cantidad de organismos. Con 
relación 4 residuos orgánicos, únicamente contiene de diez á 
quince miligramos por litro. Los análisis efectuados en esas 
aguas por químicos todos notables, están acordes en los ele- 
mentos esenciales. Como se ha visto basado desde luego en 
las razones expuestas, las aguas de Vento poseen condicio- 
nes exquisitas para ser consideradas de un modo absoluto 
como potables, y en consecuencia tan buenas, que ya se ha 
dicho, como las mejores de otras ciudades. 

Sigue el Dr. Casuso en el uso de la palabra y á su vez 
manifiesta que considera muy oportuna la moción del doc- 
tor Donoso; 4 su juicio nada tiene que ver la potabilidad 
de las aguas para destinarla 4 la limpieza de la ciudad, 
cuestión de marcadísima importancia. Dos clases de aguas, 
la de la Zanja, reconocidas malas en todos conceptos y las 
de Vento, surten la ciudad, no es posible establecer compa- 
ración entre unas y otras, y por lo tanto, la elección no es 
dudosa. Desde luego es lógico que se aproveche el exceso 
de agua de.que se dispone, para regar las calles; ha sabido, 
contestando así 4 unos de los particulares indicado por el 
Dr. Donoso, que los grifos que han de colocarse en las calles 
destinados al riego público han sido encargados. Las venta- 
jas de la Higiene bien aplicada son realmente conocidas; á 
la vista salta el ejemplo que suministra la extensa barriada 
de Cayo Hueso, antes muladar inmundo inhabitable, y hoy 
atravesado por buenas calles que facilitan la circulación, 
además de ver sus antiguos solares yermos, provistos de ca- 
sas nuevas y relativamente buenas. Califica el Dr. Casuso de 
detestable el servicio de las cloacas, lo mismo que muchas 
calles unas adoquinadas y otras no; desde luego para mejo- 
rar estas imperfecciones tan lamentables en una ciudad que 
se precia de culta, sería conveniente que se siguiesen los pre- 
ceptos que da la Ingeniería en estos casos, algunos señala- 
dos en la. moción del Dr. Donoso: en su opinión la Acade- 
mia debía estimular al Municipio para que cuanto antes y 


498 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


en tiempo oportuno, se ocupe de la limpieza general de la 
ciudad que tanto lo necesita empleando para ello las abun- 
dantes aguas, que en exceso quedan, de las que vienen por 
el Canal Albear. 

El Dr. Mestre piensa, que dado el caracter de la Acade- 
mia y lo que ha hecho cuando ha tomado espontáneamente 
participación en los asuntos de Hisiene Pública, sería más 
conveniente nombrar una Comisión compuesta en su mayor 
parte de Ingenieros que pertenecen á la Academia, para que 
informasen detalladamente sobre las particularidades á que 
se contrae el Dr. Donoso. Despues de ese informe, que re- 
presentaría la opinión de este Cuerpo en tan trascendental 
asunto, podría darse á4 conocer al Municipio y aconsejar sus 
indicaciones á los encargados de nuestra salud pública. De 
esta manera se acepta lo propuesto por los doctores Santos 
Fernandez y Casuso y realiza la Corporación sus intenciones, 
estudiando al mismo tiempo la parte práctica del problema: 
indica para formar esa Comisión al Dr. Santos Fernandez, y 
á los Ingenieros Oruz y Paradela. Hace suyas las palabras 
de los doctores La Guardia y Santos Fernandez, acerca de 
las condiciones de potabilidad de las aguas de Vento en 
contra de la opinión, desprovista de fundamentos, emitida 
por el Dr. Cubas. Por último, recuerda á la Academia que 
ésta no ha cumplido con unos de sus deberes: el elogio del 
inolvidable Albear, socio de mérito que ha sido lo mismo, 
que Vice-Presidente de la Academia y Presidente de su 
Sección de las Ciencias. 

Terminada la discusión y en consideración á lo propuesto 
por el Dr. Santos Fernandez, Casuso y Mestre, la Academia 
acordó nombrar una Comisión compuesta de los señores San- 
tos Fernandez, Oruz y Paradela para que informasen deta- 
lladamente sobre los particulares á que hace referencia la 
moción del Dr. Donoso. 

Y despues de unas breves palabras del Presidente, ha- 
ciendo constar las relevantes condiciones científicas de los 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 499 


químicos fan notables que ha habido en el país, como fue- 
ron los señores Casaseca y Aenlle y teniendo en considera- 
ción por otra parte lo avanzado de la hora, se dió por termi- 


nada la sesión. 


T. xxIx—-63. 


Z00LOGIA, 


ALGO SOBRE PECES DE CUBA. 


(Conclusión.) 
97. Plateado. — Mugil brasiliensis A 
loso, flancos plateados, mancha obscura en la base de la 


sassiz. Dorso azu- 
pectoral; extremos de la caudal y de la dorsal blanda, ne- 
gruzcos. (J. € G.) 

Carne buena. Tamaño menor que la Lisa. 

Pooy asigna á otras dos especies — Gaimardinus y trichodon — 
el mismo nombre vulgar cubano. 

J. € G. lo nombran White Mullet y Lisa. 

Habana. Se dá este nombre á la Lisa, cuando no pesa más 
de 14 á 2 libras. (A. Salgado, 1883). 

Matanzas. Más pintas amarillas en la cabeza, más ancho y 
más corto que la Lisa. (O. Aguado, 1883), 

Cárdenas. Desova en Abril y Mayo. Es más amarilloso por 
las aletas y la cola, y mucho más chico. (KR. Reguera, 1883). 

Coloma. No se conoce (M. Cobada, 1883). 

Bahía Honda. Una lista plateada á lo largo. (J. M. Mallo, 
1883.) 

Batabanó. Ys más blanco, más ancho y más corto. (J. Gar- 
cía, 1883). 

San Cayetano. Mantua, Isla de Pinos. -- no se conoce (1883), 

Mariel. Llega á 500 gramos. 

Sagua. Es más chico y más ancho (M, Dueñas, 1891). 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 501 


Cienfuegos. Colores iguales á la Lisa, excepto la cola que es 
negra. FHuevan todas las lunas, desovando en el cañón de la ba- 
hía y fuera del puerto. Viene después á criarse á las lagunas y 
rios como la Lisa. Rara vez pasa de 500 gramos. 

Es otra especie distinta de la Lisa. Su desarrollo varía de 200 
4 500 gramos. Se pesca todo el año. Es extraordinaria su mul- 
tiplicación. “No se estaciona en ningún lugar de la bahía: anda 
en manchas errantes. Sus criaderos son los mismos de la Lisa.” 
(L. A. Ramos, 1883). 

Trinidad. Cabeza más corta y el ojo más cerca de la naríz. 
No cabe confusión con su congénere. (1585). 

Cuibarien. Más blanco, más ancho y más corto que la Lisa. 
Abunda poco. (1883). 

Nuevitas. No crece tanto como la Lisa. 

Santa Cruz del Sur. Máximo, 230 gramos. Es de poco con- 
sumo, como las lisetas. (Carrasco, 1891). 

Manzanillo. Máx. 0086 grm. Corrida, Enero á Febrero: ha- 
cia cabo Cruz, en busca de mayor aguaje. Arribazón de Abril en 
adelante, de los rios y lagunas. Consumo local, salado y fresco, 
(Triana, 1891). 

Baracoa. Es más corto, aplastado y anchoque la Lisa. (1885). 

98. Joturo. — Joturus Pichardi Poey. También se le 
dice Foturo. Color aplomado verdoso, más oscuro en el lo- 
mo. Una escotadura profunda separa el frontal principal 
del posterior (Mem. 1). Hocico desnudo de escamas, obtu- 
so. Dientes breves, cortantes, denticulados. Labio superior 
adelantado. Asciende las cascadas de los rios con facilidad 
suma — como el Salmón europeo. Alcanza pié y medio de 
largo, según Poey. 

ln el Calabazar (Oeste) no se recuerda de peso superior 
4 13 kilos, y eso solamente del punto llamado Almendares 
abajo. 

Su pesca al cordel es muy difícil, porque teniendo la bo- 
ca muy pequeña —como la Chopa—requieren un anzuelo 
pequeñito, que rompen fácilmente al dar tirones hacia aba- 
jo, y no en sentido horizontal como suelen los demás peces. 
Desova en igual época que el Dajao—de Abril á Junio, en 


502 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


el Calabazar y Almendares — requiriendo también como ce- 
bo Aguacate y Palmiche maduro. (Pestana y Fonte). 

Carne muy estimada. 

Cienfuegos. En el rio Arimao. Grandes manchas en la bahía, 
época de la corrida de la Lisa—de Octubre á Enero. Alcanza el 
peso del Plateado y el Dajao: de 200 á 500 gramos (L. A. Ra- 
mos). 

Según el mismo, dadas las mallas reglamentarias del chin- 
chorro, no es posible la pesca del Dajao y del Joturo. Resulta de 
ello “un déficit considerable en el pescador y la correspondiente 
carestía en perjuicio de éste y del público en general.” 

Esto se comenta por sí mismo. 

99. Dajao. — Ayonostomus monticola Bancroft. De agua 
dulce como el anterior y también sube caidas de agua. 

Se pesca con cebo de Aguacate en aparejo de alambre 
que deja sólo visible la tentación. Está enovado de Abril 
á Junio, generalmente: 4 las veces hasta Agosto, según afir- 
man los pescadores amigos más antiguos en todo el rio Ca- 
labazar. 

Precisamente es esa, la época en que con más decisión y abin- 
co se le pesca, determinando así la extinción de tan estimable 
especie, á poco que se prolongue tan destructor procedimiento. 
Yá escasean los famosos aquéllos, hasta de 13 kilos, de carne es- 
quisita y abundante. 

No se arguya que la fructificación del Aguacate coincide con 
el desove, porque también se pesca con Palmiche granado, ma- 
duro, miyajón de pan, [Zayas], como el Foturo y otros de agua 
dulce (1893). 

Cienfuegos. En el rio Arimao. Preséntase con las grandes 
avenidas, que le obligan á dejar su residencia. Nada se dice de 
desove; aunque sí de la malla, como cuando la Lisa, el Foturo, 
etc., pues á lo que parece, convendría MáS.....o.oo...o si fuese más 
dañina. Por fortuna, no todos piensan de la misma manera. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 503 


CRÓMIDAS (Chromide). 


Esta familia está representada en nuestras aguas dulces, 

con mucha abundancia, por la 
100. Biajaca. — Acara fuscomaculata Guichenot. 

Gran recurso alimenticio, estimada de gastrónomos, por 
su carne sabrosa, asada, frita, guisada. 

Desova de Abril 4 Junio, en sitio poco profundo, cavan- 
do al efecto un hoyo apropiado. Presenta entonces listas y 
manchas negras. Acompáñala el macho para la impregna- 
ción correspondiente. La hembra no se separa de su nidada, 
y salida á luz la prole, la acompaña siempre y defiende de 
sus enemigos. Los Guajacones particularmente, se encarnl 
zan con las reciennacidas, sin dejarlas á sol ni á sombra; 
saliéndose no pocas veces con la suya, aunque las más pagan 
con la vida su intento. Es de ver en el trance á la Biajaca, 
cómo hiergue y desplega sus radios dorsales, abiertas las 
branquias, avisora, fosca, valerosa, lo mismo que una galli- 
na sacada. 

En las sequias prolongadas, resisten mucho tiempo sin 
sucumbir. Forman los chicuelos grandes cardumes que, co- 
mo Poey dice, parece que en sus movimientos reciben un 
solo impulso. 

Alcanza 40 centim. de largo, y poco más de 1 kilo. 

Suele fomentarse su propagación, que si se ciñera á los 
preceptos técnicos, determinaría el enriquecimiento de los 
criaderos naturales. Pocas explotaciones piscicolas serían 
tan hacederas y fructuosas como la de nuestra Biajaca, por 
lo sencillo de su alimentación, carnivora á la vez que frugl- 
vora, gustando particularmente del Palmiche que abunda 
en ciertas localidades. 

Otro tanto diré de la Guabina. 


504 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


LABRIDOS. 


Familia representada en nuestras costas por peces de 
bastante cuenta, que se hallan proscriptos del mercado legal 
sin razón que lo abone. 

Me atengo á la fidelidad de los datos de cosecha agena ó 
propia que poseo actualmente, sin curarme poco ni mucho 
de corruptelas baldías. 

Hállanse hoy por hoy en este caso — como otros que 
dejo consignadas en cada lugar— las dos especies que 
siguen. 

101. Perro colorado. — PBodíanus rufus Lin. Mitad 
ánterosuperior del cuerpo y la cabeza, color rojo violado 
vivo; el resto, amarillo anaranjado, de oro. Nuca eminente 
en el adulto, por acúmulo de tejido adiposo. Cuatro caninos 
anteriores en cada mandibula, cónicos, gruesos: en el maxi- 
lar superior los colmillos posteriores se dirigen hacia delante. 

El nombre vulgar es de Parra, quién no tilda de dañina 
la especie. 

Prohibido hace mucho tiempo, sin que Poey, Lesmes, padre 
é hijo, y otros pescadores entendidos y honrados conozcan fun- 
damente para ello. Todos le creen sano. Los datos que obtuve 
:á bordo del cañonero “Cazador” — 1883 —en comisión del ser- 
“vicio de Pesca, en el litoral de Batabanó, concuerdan todos al 
“tener por buena la carne de este pescado, 

J.£ G. la nombran técnicamente Harpe rufa L., con la des- 
«cripción de Goode, los vulgares Lady.fish y Doncella, y residencia 
.en West Indies y N. de Florida Keys. 


102. Perro. Pez Perro, Peje Perro. — Lachnolemus suil- 
lus Cuv. 

Hocico aguzado. Boca horizontal muy hendida. Labios 
desprendidos. Dientes delanteros grandes, caniniformes, 
uniseriados. Tres filamentos largos, bifurcados, en la aleta 
dorsal. Caudal bifurcada. Ventrales obscuras. Una mancha 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 505 


negra en la base de la dorsal blanda. Color general pardo 
rojizo. 

Carne muy blanca, excelente. 

Alcanza 36 centimetros. 


“Me complazco en describir este bello animal, porque además 
de sus cualidades externas, tiene la de ofrecer al gastrónomo una 
carne blanca, ligera, sana y de un gusto exquisito. Erradas preo- 
cupaciones — añade Poey —lo tienen alejado de nuestros mercados; 
pero en las costas se solicita con empeño y se come sin sospecha 
preparado en mojo crudo.” (Synops) “A mí me consta — dice 
también — que en el potrero llamado Carbonera 6 Palmasola, de 
la propiedad de los Sres. García y Chavez, entre Punta de Maya 
y Camarioca, se come todos los años un número considerable de 
individuos de esta especie, pescados por aquellos mismos ó por 
su orden, sin la menor sospecha, y que nunca han hecho daño. 
Es allí el pescado de más estimación.” (Rep. 11). 

En el Mariel se le tiene por de carne regular, y un peso má- 
ximo de 9 libras. 

En Batabanó le he visto del doble, cuando menos. 

En Puerto Rico le dicen Capitán. 

Án exeellent food-fish, según Jordan « Gilbert, que le nombran 
L. falcatus Lin., siguiendo á Gúnther, con los vulgares Hog-fish, 
Aigrette, Capitaine. (Syn. of the F. of N. A.) 

G. B. Goode refiere el vulgar Hog-fish, al aspecto de la cabe- 
za, mandíbulas y dientes. Mr. Stearns lo tiene por muy abun- 
dante en Key-West y entre los arrecifes coralianos de la Florida: 
Alcanza 4 12 y 15 libras de peso. Raro es el día que deja de lla- 
mar la atención por sus brillantes colores en el mercado de Key- 
West, donde es much esteemed for food. Agrega el mismo Profesor, 
que es “uno de los pescados favoritos en Cuba, aunque su venta 
está prohibida á causa de la supuesta calidad dañina de su car- 
ne.” En las Bermudas cuenta también entre los más importan- 
tes comestibles, llegando á pesar 20 libras (Vat. H. Ag. 4.) 

San Juan. Puerto. Rico. Máx. 7'36 k. Corrida, Mayo á Julio. 
Cons. loc. fresco, 233 k. (J. Cortés, 1891). 

Vieques. Puerto Rico. Máx. 10 k. Corrida, Junio: entre ca- 
yos. Cons. loc. fresco: 1,250 kilos. (J. Morales, 1891). 


506 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


ESCOMBEROSOCIDOS (Scomberosocidi). 


Varias de sus especies alcanzan un desarrollo notable. 
Esqueleto de común verde. 

Uno de sus géneros — Zenarchopterus — es viviparo, según 
J. % G. Todos carnivoros. Poey escribe Escombresócidos. 

De los nuestros alcanza mayor tamaño el 

103. Agujón. — Belone maculata Poey. Cuerpo compri- 
mido, prolongado — caracter común de todos los congéneres 
y que funda su denominación trivial. Las dos mandíbulas 
se prolongan considerablemente, formando como un pico 
agusado. Dientecitos maxilares cónicos, afilados; sin vome- 
rianos ni palatinos. Escamas caedizas. Azul. Siete manchas 

ólistas más obscuras en el tercio posterior del tronco. Es de 
golfo. 

Mide un metro. Pesa 2 kilos, (Mariel.) Poey le ha visto 
medir 4 piés. 

Abunda. Carne buena. 

Llevan también el nombre de Agujón, entre otras: 

Belone crassa Poey, que alcanza 3 piés de largo. Por su pecto- 
ral se distingue de la anterior: aquélla la tiene larga, escotada; 
ésta, corta y ancha. 

B. altipinna Poey, azul verdoso. Pasa poco de 1 pié. 

B. melanochira Poey, cuyo específico alude al color negro de 
las pectorales en su mitad posterior. 

Gar-fishes de J. € G., que dan la prioridad al género Tylosurus 
da Cocco. (Syn. F. N. A.) 


ELEÓTRIDOS. 


Abunda más y alcanza mayor desarrollo en nuestras 


aguas dulces, la 
104. Guabina. G. de ley. — Philypnus dormitator Bloch. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 507 


Cuerpo alargado, aplastado posteriormente. Cabeza aguza. 
da. Boca amplia. Dientes cardiformes maxilares y vome- 


rianos: éstos en série semilunar. Mandibula inferior más 
larga. Dorsales y ventrales separadas: este último carácter 
señalado yá por Parra. 

Fondo aceitunado con marmorados obscuros. Dos listas 
pardas en los cachetes, y dos manchas de igual color en la 
base de las pectorales. 1 ¿4 2 piés de largo. (J. € G.) 

Alcanza 3 kilos en el Calabazar del Oeste, donde está enova- 
da de Abril á Junio. 

El Profesor Poey, que estaba en todas, la recomienda á los 
piscicultores en 1865, cuando tan en mantillas se hallaban las 
labores acuícolas, no digamos en esta pobre tierra nuestra, sino- 
en las que hoy están al frente de tales especulaciones. 

J.  G. dan la prioridad al género Gobiomorus de Lacépede. 


BATRÁQUIDOS. (Batrachidi). 


De los miembros de esta familia, dos constituyen espe- 
cies acaso distintas, buenas, del género radical - Batrachus; 
constituyendo otro, precisamente el de crecimiento mayor — 
hasta 15 pulgadas — especie del género Porichthys de Girard. 
Cito este último, porque J. € G. le dan, con el vulgar Mid- 
shipman, por muy abundante en las costas del Pacífico, des- 
de Baja California, llegando á las Antillas y el Brasil. 

El nuestro, más conocido y aprovechado, es el 

105. Sapo, — Batrachus tau Linné. 

Rechoncho, cabezón, desnudo, resbaloso. Boca enorme, 
de labios gruesos, y dientes robustos, maxilares, palatinos, 
vomerianos. Dorsal espinosa con tres gruesas y cortas espi- 
nas, la segunda más larga. Oliváceo oscuro, salpicado de 
pintas negras que confluyen en los flancos, formando fajas 
irregulares. Vientre más claro. Nadaderas listadas de negro: 


oblícuamente en la dorsal y anal. Muy abundante en Norte 
T. xx1x.—64 


508 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


América — con los nombres de Zoad-fish, Oyster:fish y Sapo — 
desde Massachusetts hasta West Indies. (J. € G.) 

Especie de mérito, estimado especialmente para sopas. 
Nace y crece en la Habana, hasta pesar 250 gramos, en lu- 
gares de piedra y hierba. 

¿s púber desde pequeño. (Varela) Desova en primavera. 

Mariel. Carne buena. De 120 4 180 gramos. 

Nombrado Oyster-fish en el litoral de New Jersey y parte de 
los Estados del Sur. También se le llama Sea-robin y Sarpo, co- 
rrupción éste del nombre español: es la que, según Silas Stearns, 
alcanza de común 18 pulgadas. (Goode). 

La aptitud de adaptar el tono de sn coloración al de la loca- 
lidad habitada — que he consignado respecto de tantas especies 
más, y que como es harto sabido constituye valiosa arma defensi- 
va en la pelea por la vida — alcanza en el Sapo un alto grado. Le 
vale también de mucho para capturar sus presas, á fuer de caza- 
dor diligente y entendido, que disimula á maravilla su asechan- 
za, “disparándose con rapidez asombrosa, atendida su indolencia 
habitual,” como Stearns dice, sobre pececillos, cangrejitos, etc. 
(Goode) Por cuestión de pitanza, áun de simple trepa ¡cuántos 
no podrán tirarle la primera piedra al pobre Sapo! 

Se está de acuerdo en que realizan las funciones de reproduc- 
ción, de Abril á Junio. Los mayores atienden y educan á los pe- 
queñuelos, con la sagacidad y paciencia que la gallina sus pollos. 
(Stearns). 

Los sapitos quedan asidos á las piedras ú otros objetos de su 
residencia, por medio de un disco adhesivo que forma la bolsa 
vitelina propia de los alevinos - séase larvas de los peces ovípa- 
ros, en general. La succión es tan enérgica que, según Storer, 
cuesta trabajo desprender el animalito de su asidero (Goode). 
“Por su gran abundancia y su pertinacia en morder el anzuelo 
cebado para más digna pesca, se hace mirar como una de sus 
peores plagas,” por los pescadores norteamerioanos. (Goode). 

Cuanto á la calidad de su carne, el Prof. Baird la estima very 
sweet and palatable; el Dr. Storer, delicate and good: Stearns, highly 
esteemed, por los pescadores del Golfo. (Goode). 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 909 


MURÉNIDAS. 


Familia representada en Cuba por la 
106. Anguila, — Murena cubana Kaup. 
“Pez de agua dulce, bien conocido. Este género y los 
13 que siguen, pertenecen al orden de los Peces Apodes, 
los cuales llevan el nombre general de Morenas. El contor- 
no de la boca es formado superiormente por los dientes na- 
sales y palatinos.” (Synops). 


“No me encuentro en disposición de poder determinar con 
confianza esta especie que el Dr. Gúnther, Catal. VIII, pág. 31, 
pone en la sinonimia del Anguilla bostoniensis de Lessueur, y que 
ha recibido allí mismo ocho nombres específicos, correspondien- 
tes á los Estados Unidos, menos uno que corresponde á la China 
y al Japón. He aceptado el nombre indicado de Kaup, porque 
su ejemplar es de Cuba. Las Anguilas, según el Dr. Gúnther, va. 
rían considerablemente en la forma del hocico, el tamaño de los 
ojos y la magnitud de los espacios dentarios; por lo que no es de 
extrañar que la Anguila común de Linneo haya recibido veinte 
nombres específicos distintos.” 

“Los individuos de la isla de Cuba varian grandemente 
en la forma de la cabeza, magnitud de los ojos, colores etc. 
Son generalmente de hocico agudo, ojo regular, contenido 
11-13 veces en la longitud de la cabeza, dos diámetros dis- 
tante de la punta del hocico, comisura bucal debajo del cen- 
tro de la pupila.” 


“Lo que el vulgo llama hoy Anguilas debe inscribirse, confor- 
me á Bloch, Lacépede y el Dr. Bleeker, en el género Murena de 
Artedi, cuya primera especie es la Anguila común. Linneo pos- 
teriormente tomó por primera especie la morena de los romanos, 
que carece de aleta pectoral (Morenas del vulgo) y pertenece 
al género Gymnothorarz de Bloch: se han conformado con esta 
indicación, Thunberg, Cuvier, Kaup, Richardson, Gúnther y 
Gill. La primera opinión me parece mejor fundada.” (Enume- 
ratio.) 


510 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


En el Calabazar del Oeste alcanza 3 kilos. Desova de 
Abril 4 Junio. 


APENDICE A LA CUBERA. 


Caibarién. San Juan de los Remedios. Máx. 34 kil. Corrida, de 
Mayo á Julio, en veriles y lajiales. Arribazón á manglares y ca- 
nalizos. Consumo loc. fresco: 20,400 k.; en conserva, 9,000 k. 
(Dueñas, 1891). He sumado lo relativo á la Cubera con lo que se 
asigna á la Cubereta, porque este nombre lleva aquélla cuando es 
joven. 

Santa Cruz del Sur. Max. 11'500 k. Corrida, Junio á Septiem- 
bre: veril S. de las Duce Leguas. Abundante. (Carrasco, 1891). 

Tunas de Sasa. Máx. 45 k. Corrida, Agosto y Septiembre. 
Exportación vivo, 300 k. Cons. loc. f. 200 k. (A. Escandon, 1891). 

Cienfuegos. Max. 25 k. Corrida, Junio á Septiembre: veriles. 
(P. Aguirre, 1891). 

Nuevitas. Máx. 11 k. Corrida, en Agosto: veriles. Cons. loc. 
f. 2,343 k. (E. Albacete, 1891). 

Manzanillo. Máx. 1840 k. Corrida, en Junio: costa. Arriba- 
zón á esteros y costa. Consumo local fresco. (Triana, 1891). 

Gibara. Los datos se reducen á la Cubereta, asignándola de 
pesca anual 896 k. (1891). 

Cuba. Máx. 19 k. Corrida, en Junio: costa. Cons. loc. fresco. 
)Elizalde, 1891.) 


ADVERTENCIAS. 


Las Clupéidas —que la generalidad designa con el nom- 
bre común de Sardinas — han debido quedar para un Apén- 
dice. Cierto es que en la actualidad poseo datos que en otra 
ocasión serían suficientes; pero ya que puedo, he creido de- 
ber ampliarlos cuanto más y mejor sea dable. 

Los datos oficiales han sido obtenidos verbalmente en 
las distintas comisiones, ó 4 resultas de cuestionarios é inte- 
rrogatorios individuales ó colectivos; ministrados siempre, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 11 


después de oir 4 los inscriptos, pescadores y demás entendi- 


dos en la materia, por uno ú otro concepto. 
Entre paréntesis consta la fecha del dato y últimamente 


pude expresar la Autoridad que lo garantía; excusando el 
repetirlo después de conocido. 

Redújeme, pues, 4 las obras del Profesor Poey que en 
cada caso y lugar consigno. 


DET JISVITARO: 


Influencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de origen 


orgánico. 


SESIONES DEL 3 DE NOVIEMBRE Y 11 DE DICIEMBRE DE 1892, 


Sr. Presidente. — Sres. Académicos: 

¿Quién de S. S, no recuerda el eco que tuvo la primera 
comunicación de Brown-Sequard en la Sociedad de Biología 
de París, (en Junio 1? de 1889), al tratar de la influencia de 
las glándulas sobre el sistema nervioso? 

Fué la primera impresión de asombro mezclado de tris- 
teza, al pensar que el eminente profesor del Colegio de 
Francia, venía. sin advertirlo, á dar una prueba irrefutable 
de decadencia intelectual. Añadid á eso, los ensayos inútiles 
ó desaraciados realizados al principio por prácticos poco 
versados en las manipulaciones delicadas del laboratorio, y 
se comprenderá hasta cierto punto, que el nuevo método, 
tan original, no haya conquistado desde el primer momento 
todos los sufragios del mundo cientifico. 

Pero el ilustre fisiólogo lejos de desalentarse oyendo el 
desdén y los sarcasmos que su método hacia nacer, ha mul- 
tiplicado las investigaciones;-—y gracias á él y á algunos co- 
laboradores de talento que le hau secundado, el método ha 
adquirido nueva fuerza, y entrado definitivamente en el do- 
minio de los estudios serios. 

No pueden contarse hoy las numerosas aplicaciones que 
diariamente ensayan los prácticos de todos los paises. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 513 


Las casualidades de la clínica, me han llevado á estudiar 
el asunto más de cerca, y me creo autorizado por gran 
número de observaciones personales á exponer ante esta 
Academia los resultados de mi práctica sobre este punto. 

Es tan interesante este estudio, que no temo emprender 
su historia ab 010. 

Hacia mucho tiempo que Brown-Sequard, trataba de es- 
tudiar la ¿influencia de las glándulas sobre el sistema nervioso. 
“Posible es, dice en su primera comunicación (1) que todo 
el papel de las glándulas no se limite á separar de la sangre 
los productos que deben ser expelidos por las excreciones 
y que segregan al nismo tienpo, ciertas substancias que 
devueltas á la circulación general por las venas, tengan 
marcada influencia sobre el sistema nervioso. 

A priori, esta manera de pensar parecía probada por la 
acción segura que ejerce sobre el sistema nervioso, en sus 


diferentes funciones, la supresión de los testículos, en los 
eunucos, por ejemplo. 

En estos últimos meses, añadía, he inyectado en el teji- 
do conjuntivo, á algunos animales, ya sangre procedente de 
la vena testicular, ya otro liquido obtenido por la tritura- 
ción del testículo y hasta de las vesículas seminales. 

Estas inyecciones no se complican de accidente alguno, 
por lo cual creo poder concluir de esta primera serie de ¡n- 
vestigaciones, que dichas inyecciones son inofensivas. 

En presencia de estos resultados me he inyectado liqui- 
dos preparados con la mezcla de la trituración de los tes- 
ticulos de curieles y sangre de la vena testicular..... Los 
resultados fisiológicos hun sido muy notables: pues ha 
aumentado la actividad nerviosa en todos sentidos: la fuer- 
za muscular es también más considerable que antes: las 
contracciones vesicales é intestinales han adquirido de nue- 
vo el vigor que habían perdido, y que no tenían hacía mu- 


(1) Sesión del 1? de Junio de 1889, 


514 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cho tiempo; el trabajo intelectual ha recobrado considera- 
bles brios.... 

Debo repetir, concluye él, que la actividad nerviosa ha 
aumentado considerablemente en todos sentidos, y que ne 
recobrado á consecuencia de esas inyecciones, una nueva 
juventud.” 


El Dr. Dumontpallier aprovechó esta notable Comunica- 
ción para recordar cuán grande es la influencia de las excl- 
taciones periféricas sobre los fenómenos vitales. En un caso 
vió que la picadura de la vena para una transfusión que no 
pudo efectuarse, provocó una sobre-actividad nutritiva con- 
siderable, actuando como la misma transfusión. En otro ca- 
so, una Irritación periférica enérgica, en un enfermo cuya 
muerte parecia inminente, fué seguida de una resurreción 
de muchos días. Esta influencia á distancia, es pues, un 
factor que hay que tener siempre en cuenta. 

Pero, señores, por el estudio que tengo la honra de so- 
meteros, fácilmente os podréis dar cuenta, de que los fenó- 
menos descritos por Dumontpallier no tienen ninguna ana- 
logía con los hechos que nos son personales. 

Volvamos á la historia, dejando todavía la palabra al 
mismo Brown-Sequard: 

He hablado anteriormente de la influencia reparadora y 
excitante del líquido testicular inyectado debajo de la piel, 
y he dicho que he notado en mi propia persona la influen- 
cia verdaderamente extraordinaria de semejante líquido: 
sl insisto hoy (1) en este tema, es porque quiero dejar sen- 
tados ciertos detalles de mi precedente comunicación, y dar 
á conocer algunos puntos que, en ellos habían pasado en sl- 
lencio. 

Deseo mucho hacer constar que la fuerza muscular se ha 
aumentado en proporciones enormes y que he podido, yo 
que antes no me hubiera tenido de pié, media hora, trabajar 


(1) Sesión del 15 de Junio de 1889. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 515 


sin sentarme durante tres horas seguidas, y más;—que des- 
pués de esta prueba, estaba algo fatigado, es verdad, pero 
mucho menos que de costumbre: y el hecho más evidente 
para mi, es que, cosa que hacía doce años que no me acon- 
tecia, he trabajado durante hora y media después de la co- 
mida. En resúmen, aumento de la fuerza muscular, y del 
poder cerebral de los más notables. 

Si quisiera caracterizar con una sola palabra el conjunto 
de los resultados alcanzados, repetiría lo que dije en una se- 
sión anterior: ¡me he rejuvenecido cuarenta años! 

No quiero insistir sobre los buenos efectos que las inyec- 
ciones han producido en el funcionalismo del intestino, que 
puede hoy expulsar las materias fecales sin extraño auxilio. 
—ni1, sobre el poder contráctil de la vejiga, capaz de expul- 
sar un chorro de orina más abundante que hace tiempo, to- 
do lo cual está comprendido implícitamente en la expresión 
de nueva juventud de que me sirvo intencionalmente. 

Pero lo que me parece más notable es que todos esos 
cambios se han producido en tejidos de un hombre viejo; — 
que esos músculos que soportan la fatiga, ese cerebro y esa 
médula espinal que pueden funcionar con tanta actividad 
pertenecen á un hombre de 72 años, cansado hace mucho, 
tiempo. Sin embargo, no se trata aquí más que de efectos 
dinámicos sin medificación alguna anatómica de los tejidos; 

Efectivamente, se sabe que la constitución anatómica no 
puede ser modificada en breve tiempo, y que he sentido sus 
efectos saludables después de la primera inyección: lo repito 
pues, no se trata aqní más que de modificaciones dinámicas. 

Desde el 1? de Junio, no me he hecho más que una sola 
inyección el día 4, para ver si los efectos saludables se pro- 
longaban sin renovar las dosis. 

Ahora bien: puedo afirmar que hace diez días, no he ex- 
perimentado disminución de la fuerza muscular, ni de la 
potencia nerviosa, y que las visceras de la vida orgánica han 


conservado todo el vigor que habían adquirido nuevamente. 
T. xxIx.—65. 


516 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Parece pues, que el efecto se prolonga sin renovar la dosis, 
por lo ménos durante algún tiempo. 

¿Pero cuánto dura ese efecto? 

No quiero investigar esto ahora: y voy á comenzar otra 
vez la serie de inyecciones para analizar más completamen- 
te sua modo de acción. Veamos cómo puede actuar el liqui- 
do testicular. 

ls sabido que los hombres, lo mismo que los animales, 
sufren después de la castración una disminución en todo el 
organismo: —y también que si en el segundo periodo de la 
vida sexual, de 30 4 40 años, se abusa de las funciones ge- 
nitales, resulta una fatiga y un agotamiento considerables. 
Es preciso, pues, para que el hombre goce de todas sus fuer- 
zas, que el testículo funcione, y que funcione sin exceso. 

Insistiendo en nuestros experimentos actuales me he ser- 
vido del jugo de la glándula obtenido por trituración, y creo 
que el liquido en vía de elaboración y no el esperma, es el 
que actúa, y hasta ahora no puedo dar más que un argu- 
mento en favor de esta hipótesis. 

Helo aquí: cuando inyecto 4 algún animal el líquido tes- 
ticular triturado, se observan efectos comparables 4 los que 
he obtenido en mi persona, y sl por el contrario, la inyec- 
ción se practica con esperma no se observa nada parecido...” 

Después de estas comunicaciones, Variot, médico distin- 
guido de los hospitales de Paris, inyectó 4 algunos enfermos 
el liquido de trituración de testículos frescos de conejo y cu- 
rieles según el método del maestro, y los resultados obteni- 
dos fueron los mismos que los señalados antes por Brown 


Sequard (1). 
ES 


Ahora bien, séame permitido antes de abordar el estudio 
personal, y á titulo de curiosidad científica, decir que hace 


(1) Sesión del 29 de Junio da 1889. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 917 


algunos días apenas, han descubierto un precursor de Brown 
Sequard. 

Ojeando las memorias antiguas que contiene la bibliote- 
ca nacional de París, el Sr. George Dubor, (1) hizo el ha- 
llazgo. “Como no hay nada nuevo bajo el sol, nh novum 
sub sole, dijo, he aquí que una frase sencilla de un autor des- 
conocido nos revela que el principio del método de Brown 
Sequard era ya conocido en el siglo xvr; el principio; pues 
en su aplicación ha hecho evidentemente notables progresos, 
consecuencia del caracter cientifico de la época actual. Pero 
es curioso saber, que hace más de tres siglos se enaltecian 
las virtudes de los órganos preciosos, de que Brown Sequard 
y sus adeptos se sirven hoy, en provecho de la humanidad 
doliente.” 

Ese precursor se llama Mizault curiosísima figura de 
hombre, á la vez médico, astrólogo, matemático, astrónomo. 
Nacido en Montlucon en 1520 Mízault murió en Paris en 
1578. Gozó en vida de una gran celebridad... Alounas de 
sus Obras prueban por lo demás que su reputación era me- 
recida. Leyendo por ejemplo su opusculito aparecido en 
1562, con este titulo: Secretos y remedios contra la Peste, 
nos asombramos de la sabiduría de sus consejos, y creemos 
leer las instrucciones de vuestros modernos bacteriólogos 
con respecto al cólera. La peste, por el terror que inspiraba 
entonces, era, para esas buenas gentes, lo que el cólera 
asiático, para nosotros, hoy. 

Escuchud sus sablos consejos: 

«Tener valor y mucho ánimo, y desechar todo temor: — 
encender mañana y tarde hogueras de maderos y plantas 
odoríferas.—Cambiar amenudo de ropa blanca;—no alojar- 
se cerca de cloucas y otros lugures infectos y húmedos; — 
usar ropas muv limpias—no beber aguas sucias. .» 

¿No están comprendidas en estas líneas, todos los pre- 


(1) Sr. Dubor. La Nouvelle Revue, Sep. 1892, 


518 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


ceptos modernos de la higiene? ¿Diría algo más Dujardin- 
Beaumetz? | 

Muchos de los trabajos de Mizault están en latin: y en 
uno de estos últimos, se encuentra el curioso pasaje, en que 
se descubre el precursor de Brown Sequard. Este libro tie- 
ne por titulo: Memorabilium, utiliam ac jucundorum contu- 
en novem, in aphorismos arcanum omnis generis locupletes, 
perpulchre digeste. Autor: Ant. Mizault médico Lutetic, 
1566. 

Como revela dicho titulo, hay de todo un poco, y otras 
muchas cosas más, en esas centurias. Pero esa colección cu- 
riosa contiene la frase siguiente, cuyo texto damos Integra- 
mente: 

«Si tauri omnino rufi, aridum genitale in pulverem con- 
vertitur et ex eo pondus aurels unus mulieri, in vino vel 
jusculo quopiam propinetur, fastidium coetus illi adferet, 
sicuti scripsit Rasis. Idem pulvis idoneis medicamentis 
«commixtus languidam ac sopitam venerem in viris excitat». 

Todo lo cual significa en romance que las partes genita- 
les de un toro bermejo, trituradas en mortero, y tomadas 
por la mujer en vino ó caldo, la disgusta del amor, mientras 
que por el contrario el mismo brevaje tomado por un hom- 
bre debilitado despierta en él, apetitos sexuales.» 

Lo expuesto no puede ser más terminante. «Al hacer, 
dice Dubor, las observaciones precedentes en el texto de 
Mízault, no tenemos la pretensión de darle gran alcance 
científico. Hemos querido sencillamente dar 4 César lo que 

es de César, es decir restituir, en favor de Mizault, cierto 
derecho de prioridad en este asunto en adelante célebre, — 
convencidos por otra parte, de que no perjudicamos en lo 
más mínimo, el mérito de Brown Sequard.» 


ES 
ES 
Volviendo á mi estudio, debo declarar ante todo, que si 
en la aplicación del método soy el primero entre nosotros 


DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 519 


en haber utilizado la vía gástrica, reconozco sin embargo 
que desde el año de 1889, el Dr. San Martín se ocupaba se. 
riamente de ese descubrimiento, y practicaba el método 
según las reglas de Brown Sequard, v que lo ha empleado 
desde entonces gran númeto de veces con un éxito constante. 

A la boudad de ese distinguido compañero, 4 quien doy 
las gracias, debo las notas que os comunico, y que vienen á. 
corroborar el resultado de nuestra observación personal, y 
dar á nuestro trabajo un apoyo precioso. 

He aquí el resúmen de la comunicación del Dr. San 
Martín. 

INYECCIONES DE JUGO TESTICULAR. 

En 1886 he tenido ocasión de ensayar el procedimiento 
preconizado por el Prof. Brown Sequard, en distintos en- 
fermos con brillante resultado. 

He empleado dos veces testiculo de conejo, una de cu-- 
riel, una de perro, seis de carnero y cuatro de toro. 

Preparaba el líquido, con testículos que habían sido sec- 
cionados durante la vida del animal ó en los momentos en 
que el matador los sangraba, con objeto de garantizarme 
contra una infección accidental, posible en otras condicio- 
nes. Exceptuando los de perro en que bastante comúnmen- 
te, si no siempre, se encuentran microbios en el epididimo, . 
me ha parecido haber obtenido un efecto sensiblemente 
igual, con los de los demás animales. 

El procedimiento que empleaba para la preparación del* 
líquido, era largo y muy laborioso, por cuanto era preciso- 
tener la absoluta seguridad de que aquel estaba completa- 
mente estéril; y estamos seguros de que así ha sido, puesto - 
que en 138 inyecciones practicadas en 14 enfermos, jamás: 
hemos tenido ni el menor efecto desagradable, ni general ni 
local. En un solo caso (testículo de perro) se presentó un 
edema con placas rojas eritematosas: en toda la longitud 
del brazo inyectado, que algo nos impuso al principio, pero 
que cedió rápidamente en 24 horas, 4 medios suaves. 


920 ANALES DE LA REAL ACADEMIA | 


Al principio inyectábamos un centimetro cúbico del lí- 
quido filtrado: repetíamos la inyección desde el tercer día. 
En un caso llegamos á aumentar las dosis hasta 19 centi- 
metros cúbicos diarios y «aunque por ruego del enfermo, 
siempre practicamos las inyección en la misma región (del- 
toideas izquierda) no hubo el menor accidente, siendo sólo 
preciso practicar el masaje de la bola de edema producida 
por la inyección. 

Ninguno de los procedimientos de conservación que en- 
sayamos nos dió resultado práctico, y sí sólo la adición de 
sustancias antisépticas, pero hos pareció que, esta adición 
adolecia de inconvenientes, por lo cual, preparábamos el lí- 
quido diariamente. 

Usábamos no sólo el extracto de glándula, sino que por 
ligadura previa, haciamos se acumulase la sangre venosa, 
con objeto de aprovechar los productos solubles de que esa 

sangre va cargada, al salir de las glándulas. Nuestro líquido 
resultaba rosado y transparente, después de filtrado por tri- 
ple papel de Berzelius. 

El efecto no se hacía esperar, como se verá por el si- 
guiente cuadro: 


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DIAGNOSTICO. | E E S OBSERVACIONES. 
AN purastenia.otencnatccas 10 3 | Exíto 
2 COTOS A doo cono ddal 12 2 Id. 
Pd IO O EE 8 2 Id. 
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49 BE (Ca 26 9 Id. Se llegó hasta 10 ems. cúbs. 
50 |Neurastenia.......oomemmo.. 12 4 Td. 
15 LE CACAO ddr as dl 2 Id > l 
a MaS e E 1d Grandes dolores € impotencia 
79 Reumatismo crónico..... 5 1 d. a alas 
ISI cnc 12 4 Td. n 
: ieestoy convencido de que han 
t90 Cardiaco artrítico......... 3 il Id procurado al enfermo una su- 
pervivencia muy apreciable 
10|Neurastenia.......o.ooooooo. 9 2 Id , . 
Viejo de 72 años. No había lesión apreciable si no 
161 Impotencia mus- ) 5 1 Id. era el estado de las arterias. 
cular geueral..... (Seuil.) 
12|Anemia cerebral......... 6 2 Id. 
13[CloroslS..hoccosónoosodorsono 6 2 Td. | 
[ Edema con eritema.—Se domi- 
¡ nó rápidamente un insomnio 
14|Melancólico........omooooo. 12 4 Td. ] que resistía 4 la medicación: 
L Mejoramiento suficiente. 


” 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 521 


Como se vé en todos los casos se ha obtenido un éxito 
satisfactorio. 

Las clorosis fueron rápidamente curadas, con un trata- 
miento ferruginoso, que comenzó al terminar las inyecciones 
y que antes era inútil. 

La recuperación de las fuerzas, la vuelta del apetito y la 
sensación de energía, venían prontamente. 

En un solo enfermo (caso 4) fué necesario forzar las do- 
sis para obtener el resultado. 

Estamos perfectamente convencidos de que hay en este 
tratamiento un recurso poderoso, para multitud de casos en 
que el cansancio é impotencia del enfermo sólo puede com- 
pararse con la del médico que asiste y que no sabe ya á qué 
medio acudir, nó para curar, pero siquiera para aliviar su 
enfermo.” 

M. Brown Sequard, ha preconizado además otro modo 
diferente de absorción: nos referimos á las inyecciones del 
jugo testicular por el recto. 

Podría ese nuevo modo de administración adoptarse en 
la práctica á pesar del menor efecto dinamogénico que se 
obtiene, en razón de la facilidad relativa de preparación pa- 
ra la inyección intrarectal, comparada con la inyección sub- 
cutánea. 

Sin embargo, dice Egasse que ese nuevo modo de admi- 
nistración no deja de ser extraño, á tal punto que fué co- 
mentado de un modo descortés para su autor. Por lo demás 
el intestino absorbe poco: tanto que la vía subcutánea es la 
que se emplea más hoy, habiendo sido el líquido testicular 
inyectado sub-cutáneamente á cerca de mil doscientos enfer- 
mos, que en conjunto no han recibido menos de doscientas 
mil inyecciones. 

Pero, hay que decirlo; aunque existe hoy un procedi- 
miento más sencillo y al alcance de todos, no es por esto 
menos cierto que el método de las inyecciones necesita apa- 
ratos especiales y no pueden usarlos, más que algunos médi- 


022 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


cos que tienen á su disposición un laboratorio bien montado. 
Pero, si los experimentos no se realizan con la prudencia 
científica requerida, sobrevienen accidentes ( y el caso ha 
sido señalado entre nosotros ) debido á4 que las personas in- 
expertas no se rodean de todas las precauciones necesarias 
para evitar los fenómenos formidables de la septicemia. 

Y para obviar todos estos inconvenientes he aceptado ya 
desde el principio la administración del jugo testicular por 
la vía gástrica (1). 

He dicho que esos ensayos comenzaron hace cerca de ocho 
meses con un excepticismo tanto más notable, cuanto que 
no ignoraba el ostracismo pronunciado por Brown Sequard 
contra las preparaciones que encerraban líquido testicular y 
que habían de ingerirse por la boca. “No pueden tener ac- 
ción ninguna, dice, pues el jugo gástrico digiere el liquido 
extraido de los órganos espermáticos quitándole su poder 
dinamogénico...? 

Ahora bien, señores, 33 observaciones rigurosamente 
conducidas, me permiten dar un mentis formal al fallo pro- 
nunciado por el eminente profesor del Colegio de Francia. 


Dr. L. MontAsNfE. 


(Finalizard.) 


(1) Leemos en el diario profesional La Medicina Moderna, número 47, 19 de No- 
viembre de 1892, la nota siguiente: «Otro profesor terapéutico ...... El Dr. Hector 
Mackenzie acaba de demostrar, que las inyecciones sub-cutáneas del jugo tíroideo 
son inútiles; y que se obtienen los mismos resultados empleando el jugo de la glándula 
por la boca...» 


MEDICINA LEGAL. 


Informe sobre osamentas humanas. 


(Leido en sesión de 11 de Marzo de 1881.) 
Señores: 


Con fecha 13 de Junio próximo pasado, el Sr. Juez de 
Primera Instancia del Distrito de Guadalupe, por exhorto 
de igual clase de Morón, consultó á esta Academia sobre 
varios particulares en la causa criminal contra D. P.. C.. 
yS...6D.P...S... V... porasesinato de un individuo 
desconocido, á4 cuyo efecto remite una caja conteniendo osa- 
mentas humanas con una nota expresiva de los mismos. 

Los particulares sobre los cuales versa dicha consulta 
son los siguientes: 

I?— La raza del individuo, ó individuos 4 quien per- 
tenecieron. 

1201 ¡El sexo: 

3” Si entre dichos restos hay huesos que corresponden 
a dos Ó más individuos. 

4? La edad. 

57 S1es posible determinar la talla. 

6 El tiempo que hace ha ó han fallecido. 

72 Si hay señales de violencia, y con qué arma; ó en- 


venenamiento. 
T. xxIx—66. 


524 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Con las demás que crea oportuno informar. 
La caja que nos ha sido remitida contiene los huesos 
siguientes: 
Cráneo y maxilar inferior. 
2  omóplatos, derecho é izquierdo, completos. 
2  clavículas derecha é izquierda, una completa y otra 
incompleta. 
2  humeros, derecho é izquierdo, completos. 
2 radios derecho é izquierdo, incompletos. 
1 cubito izquierdo, incompleto. 
10 costillas derechas, 9 incompletas. 


[A 
o 


costillas izquierdas, 9 incompletas. 


¡$9 


femures incompletos. 

tibia derecha incompleta. 

peroné izquierdo incompleto. 

fragmento de peroné derecho. 

vértebras cervicales. 

sacras. 

lumbares. 

sacro. 

huesos iliacos incompletos. 
Digamos de una vez para no tener que ocuparnos más, 


Roo qye pa 


Km 


que estos huesos pertenecen á un solo y mismo individuo y 
que no presentan señal alguna de violencia. 

—¿Kl tiempo que ha fallecido? 

La determinación de la época de la muerte cuando ésta 
es más ¿ menos antigua, y según Tardieu, por lo común 

Un problema difícil de resolver, porque los signos que 
se presentan á la vista, no son más que las fases diversas de 
la putrefacción, fenómeno esencialmente variable en la ra- 
pidez de su marcha. 

En la tierra, ella da lugar á fenómenos complexos muy 
variables sobre los cuales Orfila ha realizado un excelente 
estudio, 

Pero, es preciso tener en cuenta muchas condiciones que 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 925 


pueden modificar los fenómenos sucesivos de la descompo- 
sición. Así, la putrefacción es bien rápida en los jóvenes, 
especialmente en las personas gruesas, en los que han su- 
cumbido á afecciones que presentan un carácter de putridez 
ó que hayan sido iuhumados á poca profundidad (Tardieu). 

También hay que tener en cuenta la naturaleza del 
1ERTenOo, etc ebo, 

Debe, sin embargo, saberse que al aire libre, cargado de 
humedad, y con una temperatura de 18 4209, la putrefac- 
ción llega muy rápidamente á su término, es decir, á la de- 
secación del esqueleto. 

Según Orfila, se necesita de 3 4 6 años para que se verl- 
fique la destrucción de las partes blandas. 

En Cuba, las condiciones del clima, son bajo este punto 
de vista, favorables en grado máximo; creemos por lo tanto, 
que se pueda admitir, que la muerte del individuo que nos 
ocupa, data aproximadamente de 2 años. 

— ¿Sexo? 

En cuanto al sexo, es fácil determinarlo: los huesos que 
estudiamos pertenecen al sexo femenino. 

Enumerar en el esqueleto que tenemos á la vista los 
carácteres en que se apoya nuestro diagnóstico, será recor- 
dar los que deben servir de guía al médico legista en seme- 
jJantes casos. Comencemos por el cráneo. 

La distinción entre el cráneo del hombre y de la mujer 
no descansa en caractéres absolutos. Sin embargo, hay 
cierto número de ellos cuya reunión permite amenudo dis- 
tinguir los los dos sexos 4 primera vista. 

17 La glabela (abolladura nasal de los anatómicos) es 
casi nula: carácter femenino. 

27 Las abolladuras frontales son salientes: lo que hace 
que la parte inferior de la cara frontal sea más recta, y la 
garte superior por el contrario, más incliaada, de manera, 
que en el perfil la salida de la frente se presenta bajo la for- 
ma de ángulo obtuso: caráter femenino. 


526 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


32 La mitad externa de su borde orbitario superior es 


delgada, y cortante: carácter esencialmente femenino. 

4% La protuberancia occipital externa; poco desarro- 
llada y aplastada; las líneas occipitales poco salientes. 

52 Los apósfisis mastoideos poco voluminosos. 

6 Los apófisis estiloideos que toman su importancia 
en sus conexiones intimas con el aparato larinjeo, son en 
este caso, extrechos en su base, y delgados: caracter femenino 
de gran valor. 

Ps 

Para no extendernos en esta descripción algo árida, omi- 
timos otros caractéres que son de valor secundario. como el 
la poca eleva- 


La pequeña capacidal craniana. 


pepueño volúmen de los condilos occipitales 
ción de la cresta supra-mastoidea, etc., etc. 

Si pasamos al resto del esqueleto, vemos á primera vista 
huesos lijeros, delgados, con eminencias poco pronunciadas. 

—La cara interna de los omóplatos presenta salidas poco 
visibles; 

—las crestas iliacas dirigidas hácia fuera, ensanchadas; 

—el agujero sub-pubiano de forma triangular; 

—la sinfisis pubiana corta; 

—el arco sub-yacente en forma de ojiva aplastada; 

—el cuello del fémur más oblicuo. 

Todos caractéres sencialmente femeninos. 

—¿Edad? 

Por el simple exámen del cráneo, podemos eliminar 
desde luego, los tres primeros periodos ó edades craniológi- 
cas; primera y segunda infancia, juventud. 

A partir del tercer periodo la distinción de edades es 
“bastante dudosa, y descansa en la observación de dos fenó- 
menos graduales y muy irregulares en su sucesión (Broca) 
la soldadora de las suturas y el desgaste de los dientes. 

En el caso que nos ocupa, el estudio atento del estado 
de las suturas y de los dientes nos conduce á dar á este 
cráneo una edad comprendida entre 40 y 50 años. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 527 


—¿Su talla? 

Recordaremos brevemente que para reconstituir la talla 
aproximado en los casos análogos al que nos ocupa, se toma 
el primero de los huesos largos que se tenga á mano, se le 
mide, y se busca en la lista redactada con ese objeto por 
Orfila y otros, la talla correspondiente «¿ las cifras encon- 
tradas. 

Para Orfila, el esqueleto tiene 73 centímetros ménos que 
el cuerpo. Pero, para Topinard que ha repetido estas inves- 
tigaciones y les ha dado una base más científica, esa dife- 
rencia no será más que de 33 centimetros. 

Ya hemos dicho que la mayor parte de los huesos lar- 
gos que tenemos á la vista son incompletos. 

Solamente el humero está entero y mide 31 centimetros. 
Encontramos:en el cuadro de Topinard que esta cifra co- 
rresponde á una talla de 1,54, y sl se agregan los 33 centl- 
metros, tendremos 1,57 aproximadamente. 

Hemos llegado á la cuestión capital, la más delicada y 
más dificil de resolver; la determinación de la raza. 

¿sto sería ciertamente fácil si tuviésemos en presencia 
de un museo antropológico, en que las diferentes razas fue- 
sen representadas por una colección de cráneos escojidos 
con el mayor cuidado. 

Pero, esperando que este vacio pueda llenarse, los tér- 
minos de comparación faltan absolutamente al médico le- 
gista, para resolver las cuestiones análogas 4 la que nos ocu- 
pa en este momento. 

Sin embargo, del estudio largo y minucioso del cráneo, 
examinado con ayuda de los métodos antropológicos, des- 
pués del exámen de numerosos detalles que sería ocioso 
reproducir, puede deducirse sin vacilaciones que el cráneo 
que estudiamos no pertenece á la raza bladca; ni tampoco á 
la raza negra. Réstanos, pues, probar que él se aproxima al 
tercer tipo fundamental: á la raza mongólica. 

Este tipo está representado entre nosotros, todo el mundo 


528 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


lo sabe, por los asiáticos (chinos) y sus derivados. -Pero lo 
que no debe olvidarse es que con ese tipo mongólico se re- 
laciona un grupo originario también del Asia, que tiende á 
multiplicarse, á implantarse entre nosotros; compuesto de 
hombres activos, ávidos de ganancia como el chino, quere- 
mos hablar de esos armenios y sirios, cuyas mujeres y niños, 
recorren nuestras calles en demanda de limosna, y que el 
vulgo designa con los nombres de «Turcos» y «Jerusalén». 

ll cráneo de que se trata, representa de una manera 
notable este último tipo: opinión que se impone aún más, 
con motivo de las mediciones obtenidas directamente por 
nosotros en tres mujeres armenias, pertenecientes al grupo 
que acabamos de citar. (1) 

Su vértice aplastado, termina bruscamente en el occipis 
tal deprimido en toda su altura, comparable en todos lo- 
puntos al occipucio vertical que no sobresale de la línea del 
cuello en nuestros armenios. 

La capacidad craneana, ya lo hemos anotado, es bastante 


pequeña. 
En los blancos. ..... e ade ba E OS 
A A O A NS 
O O 
A O A LL 
Mujeres onsbegs de Turkestan........ 1280 * 


El cráneo que estudiamos, es efectivamente globuloso, 
corto y ancho, esencialmente braguicéfalo. Su indice cefálico 
es de 84.70. 

He aquí el lugar que ocupa en el cuadro comparativo 
siguiente: 


(1) Para hacer resaltar así las analogías y las diferencias, daremos comparati- 
vamente por cada índice; siempre que nos sea posible, las cifras tomadas en la raza 
blanca, negra y mongólica, según los cuadros redactados por Hamy Broea. 


Topinard. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 529 


Sirios de Jebelo. 80 

Braquicéfalos..... 4 Mortros armenios...... 85.00 
il. cráneo..... 84.70 

Sbraquictalo o LL ECOS a SOS 
Si dolicocetalo 0 ODIOS 7 dao at AGO 
ahcoretalo.. o.) ANegros, de Africa. ¿0.to., 19.40 


En el cráneo que estudiamos no es más que de 1250 
pero muy aproximada sin embargo á la de los cráneos feme- 
ninos de los Onsbegs de Turkestan 1280 “- 

La cara en su conjunto es aplastada, más ancha 4 la al- 
tura de los pómulos. 

El pragnotismo moderado, tal como está representado 
en los mongólicos occidentales. 

La nariz ancha, dá el índice nasal siguiente: 


A o O PE 46.07 
A A A A OOO 
A a AR AO O pap ds 49.08 
Anamita..... A NO Mb A 50.01 
EN RS eS y eto 0 QUE 52.00 
Negros da Africa. E A OLEA EA el DAA 


La bóveda paulatina A El arco al rededor superior 
con circulos, desprovisto en gran parte de sus dientes. 

La mandíbula inferior de forma elíptica, prolongada, de 
rama horizontal extrecha, y los montantes altos, anchos y 
casl verticales, sin el ángulo de la mandíbula siguiente 


(Renord). 
AA A NES de A E di 
CO es PARE ROSS AA Ls 
El cráneo..... o A IA E AS 124. 


He aquí el cuadro en resúmen de las principales medidas 
craneológicas tomadas en el sujeto que estudiamos: 


580 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


CRANTHO. CARBRA- 
Capacidad crantaNa cromo... 1250 c.c. | Diámetro bi-orbitario ext..... 107 m. m. 
Diámetro ant. port........oo.... 170 m.m. caen. eo 

BEAM Y Era Ola tes Distancia de los pómulos... 112 
BIOL VÍCUÍAr: acoso do ncore nados 120 Diámetro bi-zygomático max. 133 
Bimastoldeo. accion: uttaartas 100 Orbita ico Areso nana 3 
PROA da 118 TOA ZO 
———MentoW ..mcmorso raororaroncas 98 NARIZ Ao to 'AMCNO aeabsero 26 
Vertical basilo-brequi ........ 140 LEO os e 50 
Curva ant. pol resvamoorncnicanos 261 Altura total de la cara........ 96 
A ads eto ct 460 Bóveda palatina, ancho...... 42 

Horizontal tota lrnmaceos 540 Maxilar InteriOb..deuso cese canoa 

: Distancia inter-supil .ococccoo.. 87 
Inter-condylian .....'enresranoso 120 
MA are: OL) 


De todo lo expuesto, cree la Comisión de medicina legal, 
que puede informarse al Sr. Juez: 

1% Que los huesos examinados pertenecen á un solo 
individuo. 

22 Que dicho individvo era del sexo femenino. 

32 Que aproximadamente podía tener de 40 á 50 años. 

4? (Que su talla era aproximadamente 1 met. 57 cents: 

5% Que pertenece, probablemente, 4 alguno de los de- 
rivados de la raza mongólica. 

6% Queen esos huesos no hay signos de violencia. 

72 Que respecto á señales de envenenamiento, nada 
puede decir esta Comisión por no ser las investigaciones de 


esta naturaleza del resorte de la Academia. 


Dx. L. MoxtaNÉ. 


INDICE 


REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA- 


Págs. 


BANA.— Sesión pública (cieutífica) del día 12 de Marzo de 1893, por el 

Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. ....cmooosicoones NP LoS . 483. 
REAL AcADEMIA. — Sesión pública ordinaria del día 26 de Febrero de 1893, 

por el Dr. Vicente de la, Guardia, SecretariO:...mensonnciono renoorecoonanacoora ADE 
ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. Juan Vilarómocooooccnccninanocs. 50) 
Iufluencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de orígeu orgánico, por el 

Dr. Luis Montané... .commoubuso: A E, dos AI eN 
MEDICINA LEGAL.—Informe sobre ogamentas humanas, por el Dr. Luis Mon- 

CAC PUNA o PE CU A 
ENToMOLOGIA.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- 

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 17 aparte). 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


————_—__ AL AA —___—_—_——— 


Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. 
El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados 
en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. 


En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- 


den: los 28 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3-primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 
Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiedades de la Isla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, 
porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman 
por el Dr. Finlay. 


y DE LA 


REAL ACADEMIA 


DE 


CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 


DE LA HABANA. 


REVISTA CIENTIFICA 


DIRECTORES: 


D. José I. Torralbas y D. Narcos de J. Melero. 


ENTREGA 344, 


TOMO XXIX. 
MAYO 15. 


PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA 
DIRIGIRSE DIRIGIRSE 
AL DR. DD. MIGUEL RIVA | A] Secretario general de la Real Academia de Ciencias, 
TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA 
CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.) 


HABANA. 


Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 
1893. 


REAL ACADEMIA, 


Sesión pública extraordinaria del 27 de Marzo de 1893. 


SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES. — Dr. Lastres, Presidente: 
Doctores Nuñez, Valdés, Aguilera, Cubas, Donoso, Beato, 
Finlay, Ulrica, oda Menocal, asia (D. Tomás) 
Plasencia (D. 1.), Tamayo, Mestre, Lavin, Santos Fer- 
núndez, Melero, Séidel, Rovira, Torralbas y La Guardia. 
Secretario. : 

Abierta la sesión á las ocho de la noche y leida el acta 
de la anterior fué aprobada, se dió cuenta de la correspon- 
dencia y libros recibidos y comunicaciones expedidas en es- 
ta forma: 

Un oficio y certificación de lugares de la causa instruida 
por homicidio de doña Camila Valdés, pidiendo informe; del 
Juzgado de Catedral. 

Comunicaciones á los Dres. Santos Fernández, Orús y 
Paradela para que informen acerca de la moción del Doctor 
Donoso. 

BrsLroreca.—Penna. — Report of the State Board of 
* health. 1888, 89 y 90. 

osicnian of the American orthopedie Aoc 
vol. IV. | 

Transactions of the Association of american physician, 

Ok Y, | 

T. xxix—07. 


[Se 
(Wu) 
159) 


ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Education of the deaf. notes and observations with revi- 
sed index; Gordon. 1 tomo pasta. A 

New York State Museum. Report 44. 1891. 

Transactions of the College of Physicians, vol. XI11.1891. 

Index-catalogue of the library of the Surgeon General's 
Office U. E. Army, vol. XIII | 

Memoirs of the National Academy of Sciences, vol. V. 

Sitzungsberichte der kaiserlichen Akademie der wissens- 
chaflten, 1891 y 92. 

Bulletin of the Minnesota Academy of Natural Sciences, 
vol. [IT núm. 2. 

Le Muséum National de Rio Janeiro et son influence 
sur les sciences naturelles au Brésil, 1 cuaderno. 

Methods of precision in the investigations of digestion, 
by J. H. Kellogg, M. D., un cuaderno. 

Obras adquiridas nos la Corporación durante ds últimos 
meses: 

Debove et Achard Mannuel de Médecine, vol. 1 et 2. 

Charcot et Bouchard. Traité de médecine, 4 vol.. 

Congrés pour Petude de la tuberculose chez l' homme et 
chez les animaux. 

ler. Session. 1888. 
2me. Session 1891. 

Bernheim Tuberculose pulmonaire. 

Kar]. Lóbker, Traité de médecine operatoire. 

Le Dentu. Clinique chirurgicale. 

A. Villiers Précis d” analyse quantitative. 1. vol. 

A. Richet. Clinique chirurgicale. 

De Siebold. Essai de une histoire de l Obstétricie. 

Seguidamente el Dr. Plasencia, (D. Tomás) ponente de 
turno leyó un informe relativo 4 una consulta hecha por la 
Comandancia de Marina, con motivo de un homicidio y de 
lesiones 4 otro, perpetrados en alta mar, 4 bordo de un va- 
por, por D. Manuel Fernández Jerez, cuyo estado mental ha 
dado lugar 4 que se sospeche alguna forma de enagenación, 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 533 


y las conclusiones del ponente son: 1* que Jerez padece de 
una manía sintomática de un proceso morboso grave, la de- 
mencia paralitica; 2? la manía, de cualquier clase que sea es 
una verdadera locura para los efectos de excención criminal 
y 3.2 que la enfermedad mental de Jerez es anterior á su 
atentado, que no obró en un momento lúcido sino en el pa- 
.roxismo de su mal. 

Tomado en consideración el informe y sus conclusiones, 
fueron aprobados. 

El Dr. Tamayo, también ponente de turno, leyó informe 
solicitado por el Juzaado de primera instancia de la Cate- 
dral, procedente del municipal de Managua, en causa for- 
mada por el fallecimiento de doña Clotilde Ramos: las 
conclusiones del ponente son: 1? que en los lugares de la 
causa que se han remitido, no hay términos cientificos ni 
razonables para confirmar el diagnóstico de la enferme= 
dad mental que se dice padeció doña Clotilde Ramos, y 
por último, que no es posible afirmar ni negar que la señora 
Ramos se infiriese, con el cuchillo que se acompaña, la he- 
rida que produjo su muerte. 

Tomado en consideración el informe fué aprobado, lo 
mismo que las conclusiones. 

Terminados estos particulares la Academia se declaró 
en sesión de gobierno. 


DISCURSO DE RECEPCIÓN, 


o 


Sr. PrESIDENTE, 


Sres. Académicos. Señores: 


e 


Voy á llenar en este acto solemne, el requisito exigido 
por el Reglamento, dando lectura á un modesto trabajo, pa- 
ra el cual solicito respetuosamente vuestra benevolencia, pe- 
ro antes de hacerlo, cumplo con el más satisfactorio de los 
deberes, al daros las gracias por la señalada honra que me 
habeis dispensado. 

Ni mis habituales ocupaciones, que por su indole espe- 
cial, no son las más favorables á los estudios é investigacio- 
nes cientificas; ni la manera aislada como hasta ahora he 
tratado de satisfacer mis aficiones en tal sentido: ni el cor- 
to número de años que hace vengo empleando en esos estu- 
dios, el tiempo que al descanso y al soláz dedicara en otra 
época: ni en fin, la deficiencia de mis aptitudes, podían ins- 
pirarme confianza en el éxito de mi pretensión, de tomar 
asiento entre vosotros. Solo me animó á solicitar tamaña 
honra, el deseo de cooperar en tan esclarecida compañía, y 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 535 


como el último de todos, 4 los altos y meritorios fines que 
la Academia persigue, y poner mi grano de arena en la 
grandiosa obra por vosotros levantada, con vuestros nota- 
bles trabajos, expresivos de la importancia que ha alcanza- 
do en esta Isla, el cultivo de las ciencias en sus múltiples y 
variadas manifestaciones. 

Es principio comunmente aceptado, que los esfuerzos 
conducentes á promover el progreso intelectual de la socie- 
dad á que pertenecemos, constituyen de por sí, una obra 
patriótica en alto grado: porque el adelanto que en este sen- 
tido se obtenga, decide casi siempre del conocimiento más 
perfecto de los derechos y de la más justa apreciación de 
los deberes que nos corresponden, pudiendo llegar por la 
pacifica conquista de los unos, y el prudente ejercicio de los 
otros, á constituir una sociedad selecta y respetable. 

No cabe duda de que la sociedad moderna debe á los 
hombres de ciencia, no solo las ventajas materiales que sus 
descubrimientos é investigaciones le han proporcionado, 
sino lo que es más valioso, el efecto moral que sus descu- 
brimientos han producido en la organización de las colecti- 
vidades y en el modo de ser, de los pueblos entre sí. 

En las Academias cientificas, en centros como este, es 
donde se han manifestado gloriosas iniciativas, que teniendo 
por objetivo inmediato, la Ciencia, han producido los más 
felices resultados en el mejoramiento de la condición de los 
pueblos. 

Vosotros me habeis admitido 4 colaborar en tan grata 
y noble empresa, y por ello os debo sincera gratitud. Para 
mostrarla por obras tangibles, procuraré ser útil á la Acade- 
mia en cuanto se relacione con la Mineralogía y la Geolo- 
gía, ciencias de suyo importantísimas, procurando “desde 
luego aumentar en lo que de mi dependa, la importancia 
que ya ofrecen estas secciones en el Museo de la Academia. 
Mis aficiones me han impulsado en dirección de estos estu- 
dios, que como indicaré después, considero relacionados con 


536 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 

el brillante porvenir que las riquezas de nuestro sub-suelo 
nos reservan, y en cuya direceción tan solo se han dado los 
primeros pasos. —Con tan importante materia se relacio- 
na este trabajo, habiéndome inclinado 4 preferirla sobre 
toda otra, el conocimiento que -tengo, de la predilección de 
la Academia por cuanto es de interés local: por cuanto tien- 
da á hacer progresar el estudio de la Historia Natural Cu- 
bana, en cualquiera de sus capítulos más importantes, sobre 
todo si'es asunto de aplicación y explotación. Por eso voy á 
exponeros durante breve tiempo, algunas consideraciones 
que me sugieren las minas de cobre de esta Isla, que es un 
asunto, no solo de interés local, sino también, de aspecto y 
de tendencias prácticas. 

Pero antes de entrar en materia, séame lícito consagrar 
ú la memoria de mi maestro y amigo el Dr. D. José E. Ra- 


mos, cuyo puesto vengo á ocupar en la Academia, un alec- 


) 
tuoso recuerdo que, sin duda encontrará simpática acogida 
entre cuantos tuvieron la satisfacción de conocerle, y por lo 
tanto de contarle en el número de sus amigos; pues una y 
otra cosa eran simultáneas, tratándose de tan apreciable per- 
sona. No necesito hacer su elogio, ante los que fueron tes- 
tigos de sus investigaciones y repetidos trabajos científicos, 
pues para hacerle justicia, basta solo con evocar la memoria 
de sus sacrificios y ansiedades, ante el cumplimiento de los 
deberes, que expontáneamente se había impuesto en favor 
de esta Academia y de nuestra Universidad, de la que era 
dignisimo bijo y benemérito Catedrático: sacrificios y ansie- 
dades, no por poco conocidos, dignos de olvido, sino antes 
bien merecedores del más alto precio, aquilatados como es- 
taban, por el silencio y la modestia. Del Dr. Ramos, puede 
decirse en pocas palabras, que á sus cualidades de hombre 
de ciencia, reunía un gran corazón, lleno de amor para su 
país, para su familia y para las corporaciones que tenian. la 
satisfacción de contarle en su seno. 


DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 537 


¡ __-_ _ _ 


La fertilidad asombrosa del suelo de Cuba, ha sido obje- 
to en todo tiempo, de las más encomiásticas alabanzas por 
parte de cuantos le han visitado, y. nada aparece más natu- 
ral que ese favorable concepto, á poco que se detenga cual- 
quiera en contemplar la expléndida vegetación de nuestros 
campos, y las famosas plantas tropicales que en ellos se de- 
sarrollan constituyendo elementos de valiosos productos, al 
mismo tiempo que conjuntos de belleza en que la vista se 
deleita. Esas hermosas perspectivas que ofrecen nuestros bos- 
ques, vestidos de perpetua verdura: esas pintorescas sabanas 
que semejan llanuras de esmeralda, limitadas por graciosos 
grupos de interminables Palmas Reales: esas costas cubiertas 
de puertos tan numerosos, como seguros y agradables, en que 
la frondosidad llega hasta la orilla que bañan las ondas sa- 
ladas: esos, y otros muchos atractivos que adornan á esta 
privilegiada tierra, forman un conjunto tan poéticamente 
bello, que se comprende sin trabajo la entusiasta califica- 
ción del inmortal genovés, que la llamaba la más fermosa 
tierra que jamás ojos vieron: se comprende muy bien, que 
al descubrirla el 28 de Octubre de 1492, escribiera en su 
diario. estas palabras: “En ninguna parte he visto cosas tan 
magníficas como en Cuba: las orillas del río, son un paraiso 
que no me puedo resolver 4 abandonar.” 

Pero si tantos y tales son los atractivos que ofrece el sue- 
lo de esta Perla de las Antillas, no son menos importantes y 
dignos de fijar nuestra atención, las riquezas portentosas que 
el sub-suelo encierra, los tesoros de inmenso valor que la 
madre tierra guarda en sus entrañas, como elementos de re- 
serva, destinados 4 aumentar con bienes cuantiosos, los 
abundantes con que hoy ya nos vemos favorecidos. La ri- 
queza minera de la Isla de Cuba, puede sostener muy ven- 
tajosa comparación con su riqueza agrícola, 4 pesar de ser 
esta tan considerable é importante: y podemos augurar los 
más felices resultados, para el día en que las investigacio- 
nes científicas nos den á conocer en toda su extensión, el 


538 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


valor de esos yacimientos, en que hasta hoy apenas se ha 
dado inportancia más que á lo que se encuentra á flor de 
tierra. 

Desde los primeros dias del descubrimiento, se observa- 
ron por los conquistadores los indicios de nuestra riqueza ml1- 
nera, pero como el metal casi exclusivamente buscado era el 
oro, y en su defecto la plata-——en esta Isla muy escasos—no 
dieron importancia á los afloramientos de hierro y cobre 
que se encuentran en muchos puntos, aunque les fueran co- 
nocidos, como se desprende de las relaciones de Gomara y 
otros historiadores de aquel tiempo. En época posterior, ab- 
sorbian la atención de cuantos se dedicaban á investigacio- 
nes mineras, la importancia de los descubrimientos hechos 
en Méjico, el Perú y Nueva Granada: y hacia allí se dirigía 
la corriente de cuantos iban en busca de la riqueza—-iluso- 
ria la más de las veces—con que les brindaban los metales 
preciosos. 

Separados de la Madre Patria y constituidos en naciones 
independientes, los antiguos virreinatos y capitanias gene- 
rales, se fijó más la atención en esta Isla, y se hicieron ex- 
ploraciones que dieron por resultado el conocimiento de lo 
mucho que podía esperarse para el porvenir, si se empren- 
día en debida forma, la explotación de sus yacimientos: asi 
es, que en el primer tercio de este siglo, empezaron á tra- 
bajarse con abundantes recursos nuestras principales minas 
de cobre, según se verá al hacer mención de ellas, y hasta 
el año de 1868 se prosiguieron los trabajos, con éxito favo- 
rable para los capitales empleados. 

De ocho ó diez años á esta parte, se han organizado em- 
presas extrangeras en Santiago de Cuba para la explotación 
del hierro y del manganeso, siendo de sentir que se hayan 
restringido algo las franquicias que nuestra ley de minas les 
concedía, aunque no por ello se haya debilitado el espiritu de 
empresa, que iniciado en ese extremo de la Isla, puede ex- 
tenderse á toda ella, con beneficio de la riqueza pública. 


39 


QQ 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 


No siendo el objeto de este trabajo, disertar sobre los 
yacimientos minerales de la Isla en general, sino referirnos 
particularmente á los de Cobre, nos limitaremos 4 hacer 
presente, que estos en unión con los de hierro, asfalto y 
manganeso, son los más abundantes de cuantos se han estu- 
diado hasta la fecha, según las someras investigaciones prac- 
ticadas. Entre todos, parece ser el cobre el más abundante, 
pues raras son las localidades metalíiferas de la Isla, donde 
no se encuentren sus minerales, apareciendo con frecuencia 
á flor de tierra y á veces en- grandes masas, que se extien- 
den sin interrupción por el espacio de varios kilómetros. 
Esta abundancia, realmente extraordinaria, ha hecho decir 
á un escritor, que la Isla de Cuba parecia estar asentada so- 
bre un banco de cobre y hierro: toda vez que los yacimien- 
tos de la pirita de ambos metales existen en cantidades 
abundantisimas. 


Nuestros yacimientos cupriferos, responden en cuanto á 
su formación, á las mismas causas que los han determinado 
en otras partes del mundo. Sabemos por las observaciones 
geológicas de Michel Levy, que las rocas de origen interno 
forman en la historia del globo dos grandes series, cuya im- 
portancia es muy desigual: la primera ha señalado los tiem- 
pos primarios y el principio de la era secundaria, habiendo 
sobrevenido después un periodo como de descanso, en el que 
asi las erupciones, como los demás fenómenos geogénicos no 
han dejado huellas sensibles, deslizándose los periodos Ju- 
rasico y Cretáceo en la mayor tranquilidad y sin que la apa- 
rición de rocas eruptivas, viniera á perturbar la sucesión de 
sus sedimientos: la segunda, principa con la era terciaria, en 
que la actividad interna parece renovarse, habiendo conti- 
nuada 4 mas ó menos intervalos, sus distintas manifestacio- 
nes, desde esa fecha hasta nuestros días. Hay pues en cada 
grupo de rocas, una serie antigua d antejurásica, y. otra mo- 


derna, ó postcretacea. 
T. xx1x—$68. 


540 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


Los yacimientos de cobre se presentan por lo general, 
en masas, y la riqueza metálica después de haber sido trai- 
da hacia la superficie con una roca eruptiva, se concentró en 
lentejuelas muy diminutas, cerca del contacto de dicha ro- 
ca con el terreno que la rodea. Estos yacimientos, según ob- 
servan los geólogos; son el reverso de los estaníferos, porque 
todos se hallan en relación con rocas básicas y son de color 
oscuro: mientras que á los del estaño. acompañan las rocas 
ácidas y son de color claro. Las dioritas, los gabros, serpen- 
tinas, melafiras, trapps y otros análogos parecen haber sido 
y así se comprueba en nuestros yacimientos—los ve- 
hículos habituales del mineral de cobre. 

Por el mero hecho de ser acompañado el mineral por 
una roca básica, se puede preveer que no debe existir en. 
forma de óxido: y con efecto, es en el estado de sulfuro, como 
se le «encuentra por lo general, porque los óxidos y carbo- 
natos que también suelen presentarse con los sulfuros, son 
de formación posterior, y por decirlo asi, local, por cuanto 
la parte superior de los yacimientos expuesta como lo está, 
á la acción oxidante de las aguas de infiltración, ha sufrido 
las consecuencias naturales de ella, cuyo resultado es la in- 
mediata formación de los óxidos; sin que esto quiera decir, 
que no pudieron también formarse, por la presencia de va- 
pores acuosos, al tiempo de la erupción. Las aguas determi- . 
nan asimismo, la formación de los carbonatos, si contienen 
en disolución ácido carbónico en cantidad suficiente, ó siá 
su paso al través de rocas calizas, estas las han provisto de 
los elementos adecuados. Así se esplica que los óxidos y car- 
bonatos, se encuentren mas á menudo á flor de tierra ó en 
su inmediación, y rara vez en las profundidades, mientras 
que en estas es donde abundan los sulfuros. 

Debemos mencionar siquiera sea de pasada, que los ya- 
cimientos del lago Superior, en los Estados Unidos, consti- 
tuyen una escepción á lo expuesto, toda vez que se encuen- 
tran en terrenos del periodo Cambrico y por lo tanto, las 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 541 


rocas que los contienen, son cristalinas, y el metal se en- 
cuentra casi siempre en estado nativo, y con frecuencia en 
grandes masas, puesto que Rivot menciona una cuvas di- 
mensiones excedian de 30 metros de altura, por 8 á 12 en 
dirección. Los cobres de Chile, Bolivia, Norueva, é Inglate- 
rra, así como los de otros paises en que existen yacimien- 
tos, siguen la ley general antes enunciada, y sus asociacio- 
nes constantes, son las rocas básicas pertenecientes á los 
periodos Pérmico y del Eoceno superior. 

Refiriéndonos ahora particularmente á nuestros yaci- 
mientos, diremos que los consideramos comprendidos en la 
segunda de las series mencionadas, en tésis general; no so- 
lo porque 4 ello nos incline la consideración de los terrenos 
de esta Isla, en su generalidad de origen terciario, sino por- 
que en los estudios que se han hecho, ha habido ocasión de 
observar, que la serpentina se encuentra casi siempre aso- 
ciada á los minerales de cobre, y como esa roca es de erup- 
ción terciaria, parece lógico admitir que en dicha era fue- 
ron arrastrados o traidos á la superficie por la roca asociada, 
los minerales que con ella se encuentran reunidos. Y consi- 
deramos á4 la serpentina como de origen terciario, basados 
en la autoridad de Lapparent, de Leymerie.y otros autores 
que sin tratar de resolver en definitiva la cuestión de las 
ofitas, se inclinan á considerarlas de origen terciario. Ade- 
más hay que tener en cuenta, que la hipótesis de Dieulafait 
y Magnan que querían colocarlas entre el Devónico superior 
y el Lías, ha sido victoriosamente refutada por Fouqué y 
Levy, con los resultados obtenidos en sus observaciones mi- 
crográficas de los caracteres francamente eruptivos de las 
rocas, y sobre todo, de su reproducción por medio de la fu- 
sión ¡gnea. 

No entramos en la determinación de la edad aproxima- 
da de nuestros principales yacimientos, por carecer de los 
datos y antecedentes necesarios respecto á tan delicado asun- 
to, limitándonos 4 manifestar nuestra creencia de que los de 


542 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


San Fernando y Santa Rosa, en Santa Clara, pudieron tener 
origen inmediatamente después del periodo Cretaceo,-con- 
curriendo con las primeras sedimentaciones terciarias de lu 


Isla. 


Hemos «mencionado la extraordinaria abundancia del 
mineral de cobre, y á ella debe atribuirse el que los investi- 
gadores de minas en este país, las hayan denunciado en con- 
siderable número, en las distintas provincias, aunque la ca- 
si totalidad de ellas, nunca han sido objeto de explotación. 
Lo superficial de los trabajos que se han realizado para es- 
tas investigaciones, no han permitido apreciar de un modo 
exacto, la riqueza ¿ importancia de los-yacimientos, pe- 
ro la abundancia de estos, la facilidad y frecuencia con que 
se han observado crestones extensos á flor de tierra, y el ele- 
vado temor de los ejemplares recogidos, constituyen indi- 
cios muy fundados, para inclinarnos en favor de la opinión 
general, que reconoce la existencia de importantes y valio- 
sas masas cupriferas en toda la extensión de la Isla. 

Para confirmar esta opinión, bastará mencionar algunos 
de los yacimientos mas conocidos en las distintas provincias 
en que se haya dividida, y empezando por la de la Habana, 
recordaremos las antiguas minas de Bacuranao, situadas á 
tres leguas al Este de la ciudad y en las que se encontraron 
abundantes minerales, en forma de óxido rojo, y verde, así 
como carbonato verde y azul, acompañados de sulfuros. Es- 
tas minas fueron estudiadas por el Sr. Zancajo, en el pri- 
mer tercio del presente siglo, habiendo dejado una descrip- 
ción geológica del terreno en que se encuentran. 

Existen también minerales de cobre en las inmediacio- 
nes de Guanabacoa, así como en Jaruco y otros puntos de 
la provincia: pero estos yacimientos no han sido objeto de 
estudios detenidos, por lo que no se conoce bien su riqueza 
y extensión. 

En las provincias de Matanzas y Pinar del Río, abunda 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 543 


también el mineral de cobre: en la primera, existen denun- 
ciadas más de setenta minas, que se encuentran en las in- 
mediaciones de Canasl, San Miguel de Matanzas, Santa Ana, 
Camarioca, Limonar y otros puntos: en la segunda, podría- 
mos citar entre otras muchas, las de Buenas Aguas, Recom- 
pensa, y Unión, explotadas en otra época en las cercanías 
de Bahía Honda y Mantua, así como también, la mina Cari- 
dad, y desde luego, varios yacimientos que no han sido ex- 
plotados en ningún tiempo. - 

En la provincia de Puerto Príncipe, mencionarémos las 
antiguas minas de Bayatabo, en el camino real de Nuevitas 
4 dicha ciudad, que fueron explotadas de una manera irre- 
gular é incompleta, primero por la Compañia Real y después 
por D, Carlos Mola, en el siglo pasado; sin que se empren- 
dieran trabajos de alguna importancia, hasta 1841 en que el 
americano Mr. Ditson trabajó la denominada Marion, y los 
Sres. Barreto y Silva, la de San Antonio del Cerro. También 
se constituyó una compañía para la explotación de varias 
minas en las Cuabillas, en el fundo del Caunao. En todas 
ellas predominaba el carbonato de cobre, que consentía una 
extracción fácil y económica, á causa de su presencia 4 muy 
poca profundidad. : 

El mineral de Bayatabo se exportaba para Liverpool y 
Boston, habiéndose establecido en esta última ciudad una 
undición, con el exclusivo objeto de beneficiarlo: pero ha- 
biéndose presentado más tarde dificultades para su embar- 
que, 4 causa de ciertas disposiciones entonces vigentes, se 
trató de remediar el mal, estableciendo en punto céntrico 
de las minas, hornos adecuados para el beneficio de los mi- 
nerales, lo que -no dió resultado, sin duda á causa de la es- 
casez y carestía del combustible, quedando abandonados to- 
dos los trabajos después del año de 1852. 

Los resultados obtenidos en esa explotación, no debie- 
Ton ser de gran importancia, pues según los datos y noticias 
existentes, la exportación por Nuevitas fué decreciendo des- 


244 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


de el año de 1841 en que se exportaron 2,293 toneladas de 
mineral, hasta el de 1852 en que sólo se embarcaron 51 to- 
neladas. Las otras minas de cobre de esta provincia, como 
la muy antigua del Jagiiey y las muy- conocidas de Biaya,: 
representaron aún menos importancia que las de Bayatabo. 

Pero las dos provincias más notables por la explotación 
de sus minas de cobre, son las de Santiago de Cuba y de 
Santa Clara. En la primera nombrada, los yacimientos son 
numerosos é importantes, y fué una de las localidades de la 
Isla doude primero empezaron á trabajarse, hallándose esta- 
blecida la Villa del Cobre, sobre ricas y extensas capas de 
minerales, que han sido objeto de larga explotación. Ade- 
más existen yacimientos en Bayamo, en las inmediaciones 
de la Sierra Maestra, en las Tunas, donde se explotó una 
mina en Dumañuecos, embarcándose el mineral por Manatl; 
en Holguín, Manzanillo y por último, en Jiguani. 

Los yacimientos del Cobre, fueron descubiertos á media- 
dos del siglo xvrt por Fernando Nuñez Lobo, quedando su 
explotación reservada á la Corona, que las trabajó con poco 
éxito hasta el año de 1718 en que fué transferida á empre- 
sas particulares, estipulando como precio del arrendamiento 
la entrega anuul de cierto número de piezas de artillería 
fundidas con el cobre de las minas y destinadas ú la defen- 
sa de estas costas. El poco rendimiento obtenido bajo la ad- 
ministración oficial, se puede apreciar, considerando que 
hasta el año de 1677 se habían remitido 4 la Casa de Con- 
tratación, de Sevilla, unos cinco mil quintales de cobre y se 
habían fundido tan sólo cuatro cañones, empleándose en 
aquella fecha en los trabajos, doscientos setenta y cinco es- 
clavos, recibidos por cuenta de la Real Hacienda. : 

Ll cobre de estas minas, se empleó en distintas ocasiones 
en la fabricación ó acuñación de monedas, que circularon 
desde 1613 hasta 1662 en que se extinguió su uso y después 
en el año de 1741, se hicieron tambien monedas de cobre 
por el gobernador Cagigal, cuando el almirante Vernon se 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 545 


estableció en Guantánamo. Se les dió un valor puramente 
convencional, pues algunas piezas se tomaban por ócho rea- 
les de plata, pero su duración fué meramente provisional, 
recogiéndose la moneda por completo, cue llegó ens SsOoco- 
rro de la Habana. 

Quedaron las minas abandonadas por largo tiempo, has- 
ta que en 1830—época en que estuvo en boga en Inglaterra 
el emprender especulaciones mineras en América—se reu- 
nieron varios capitalistas nacionales y extranjeros, para fun- 
dar, como lo hicieron, una compañía, que con el nombre de 
“Consolidada,” reunió un capital de dos y medio millones 
de pesos. 

Animados por los prósperos comienzos de esta compañía, 
no tardaron nuevos tapitalistas en constituir otras, entre las 
cuales citarémos la de Santiago, formada también en Ingla- 
terra, con un capital de trescientos cincuenta mil pesos. En 
años posteriores, se constituyeron nuevas compañías, no tan 
importantes como las nombradas. 

Las Directivas de la “Consolidada”:. y “Santiago,” res]- 
dían en Londres, y tenian delegada la cado local 
y su representación legal, en individuos del vecindario cu- 
bano. 
El mineral explotado en esas minas, era la pirita ferro- 
cobriza, ó sea el sulfuro doble de cobre y hierro, pero tam- 
bién existían el cobre nativo, el óxido rojo, los carbonatos y 
otros, que no representaban la misma importancia. Se ex- 
portaban los minerales para Swansea—Inglaterra-donde eran 
estimados y obtenían buenos precios. 

Los resultados pecuniarios de la explotación fueron fa- 
vorables, puesto que en 1845 las publicaciones locales ma- 
nifestaban que en seis meses había ganado la compañía in- 
galesa la respetable suma de $ 83,774; agregando ser cierto 
““que esta sociedad de origen extranjero y con capital del 
mismo género, pudiera dejar mayores beneficios al país, sl 
no careciese de fundiciones para el metal explotado: pero 


546 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


no por eso, deja de proporcionar ventajas incalculables.” Y 
hablando del mismo asunto en fecha posterior, se decia re- 
firiéndose 4 mayores utilidades: “Los dos millones de pesos 
que se designan como beneficios líquidos de esta compañía, 
permanecerían todavía escondidos en las entrañas de la tie-. 
rra, si esos extranjeros, más adelantados en la industria mi- 
nera, no hubiesen dedicado á ella su inteligencia, sus traba- 
jos y sus capitales.” 

El número de obreros empleados en los minas “Consoli- 
dada,” “San José,” “Santiago” y “Economía,” llegó á ser de 
más de novecientos hombres libres y esclavos, habiendo lle- 
gado á pagar la “Consolidada” hasta mil jornales diarios. 

Las minas estaban provistas de las máquinas más perfec- 
tas y completas, por entonces conocidas, las que eran movi- 
das por el vapor en número suficiente: habiéndose estableci- 
do además una compañia americana con el nombre de “New 
York Dressing Ore Company,” 4 tres cuartos de milla de la 
villa del Cobre, y junto al ferrocarril, con objeto de aprove- 
char los minerales que anualmente iban desechándose, por 
carecer del tenor necesario para la exportación. Según da- 
tos relacionados con ésta, aparece que la cantidad que se 
mandaba 4 Inglaterra era por término medio, de unas trein- 
ta mil toneladas anuales, de mineral rico, que obtenía pre- 
cios ventajosós en aquel tiempo, 

En 1851 se estableció un horno de reverbero para la 
concentración de los minerales, con objeto de exportarlos 
con el más alto tenor posible, obteniendo así considerables 
economías en el flete, embarcándolos reducidos á cobre ne- 
gro, de setenta por ciento de metal fino. 

La mayor parte de las pertenencias mineras se encuen- 
tran al rededor del Santuario de Ntra. Sra. de la Caridad, 
al Sur de la villa del Cobre, habiéndose llegado 4 dar un 
desarrollo considerable á las galerías de las minas y alcan- 
zando grandes profundidades, que no bajan de 800 á 900 
piés. stos trabajos se hallan hoy en completo estado de 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 947 


abandono, inundados de agua sus pozos y galerias, y des- 
truidos sus edificios y máquinas, sin que se realizáran las 
esperanzas de verlos reanudados, á pesar de haber compra- 
do las minas, la compañía del ferrocarril del Cobre, que pa- 
recia dispuesta 4 emprenderlos, y áun se dice que hizo al. 
gunos preparativos para ello, reparando la vía ferrea: pero 
no sabemos que se haya adelantado más, en este particular. 
Lo único que se ha hecho en estos últimos años, ha sido 
aprovechar las aguas cupriferas, para obtener por medio de 
la cementación algunas pocas toneladas de cobre que en 
1890 no pasaron de cuarenta. 

En la provincia de Santa Clara, se encuentran asimismo, 
valiosos yacimientos, pudiendo citar la mina “La Victoria” 
y otras en los términos municipales de Cienfuegos y Santa 
Clara: pero las más importantes por sa riqueza y por haber 
sido objeto de explotación durante cierto número de años, 
son las denominadas de “San Fernando” y “Santa kosa.” 

Fueron descubiertas por Don Antonio Escalante, en los 
años de 1822 á 26, en cuya época este señor se dedicaba á4 
investigaciones mineras en la sierra del Escambray, habien- 
do fijado su atención definitivamente en las minas nombra- 
das, cuyo registro solicitó el año de 1827, y asociándose con 
capitalistas de Boston y de la Habana, constituyó una socie- 
dad para emprender su explotación. Duró ésta por espacio 
de algunos años, y debió ser con buen éxito, puesto que se- 
gún refieren personas que aún viven en Cienfuegos, el mo- 
vimiento producido por la explotación de las minas era bas- 
tante activo, teniendo los concesionarios empleados constan- 
temente unos quinientos mulos, 4 cuyo lomo se transportaba 
el mineral 4 Cienfuegos. También hay memoria en la ciudad, 
de haberse construido una piña de plata, con la que se ex- 
traía del cobre argentifero, la cual piña fué regalada al rey 
Don Fernando VII, cuyo nombre llevan las minas. 

Desconocemos to motivos por qué cesó la explotación 


de Escalante y sus consocios, pues en 1846 aparece formada 
T. xx1x.—69. 


548 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


una nueva sociedad, con capitales procedentes de Londres, 
que continuó los trabajos emprendidos, no sin que ocurrie- 
ya una nueva transformación social hácia 1851, en que con 
motivo de los sucesos políticos de entonces, se retiraron al- 
gunos de los que figuraban en primer término en la socie- 
dad. Formóse otra para continuar los trabajos, y por fin se 
hizo cargo de las minas una compañía extranjera, que las 
explotaba con regularidad, embarcando anualmente de tres 
4 cuatro mil toneladas de mineral para Swansea, aparecien- 
do sus precios cotizados en 1/he Miner Record á tipos más al- 
tos que los de Chile y Rio Tinto. Así continuaron hasta 1868, 
en que los acontecimientos políticos que en esa fecha tuvie- 
ron lugar, obligaron á dispersarse á los 300 mineros alli em- 
pleados. 

Los restos de aquellos trabajos, consisten en unas doce 
casas destruidas, y que en parte ha sido reparadas; en tres 
pozos maestros de extracción, en parte derrumbados, de una 
profundidad mal conocida, pues están llenos de agua, pero 
que se cree sea de unos ciento cincuenta plés; en slete po- 
zos de servicio en comunicación con galerías de extracción 
é investigación; en diez y ocho pozos calicatas, algunos abier- 
tos sobre afloramiento mineral con una profundidad de vein- 
te 4 treinta piés, y por último, doce galerías, unas abiertas 
en la masa mineral de los filones y las otras de servicio de 
exploración. La mayor parte de las galerias están á un ni- 
vel de quince 4 veinte piés más altas que el cauce del arro- 
yo San Fernando, con entradas por la vertiente norte de las 
lomas donde radican los filones, y en una dirección general- 
mente perpendicular á éstos. Se calcula que la extensión de 
las galerias puede ser de unos ochocientos metros. 

Las concesiones mineras que constituyen estas minas, 
son en número de diez, ó sean, dos conocidas con el nombre 
de “San Fernando,” otras dos con el de “Santa Rosa,” una 
con el de “Santa Isabel,” otra con el de “San José,” y cua- 
tro con el de “San Claudio.” Todas las concesiones se hallan 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 549 


situadas en la provincia de Santa Clara, distante de la ciu- 
dad de este nombre unas nueve leguas al S. E. y como once 
al N. E. del puerto de Cienfuegos, el más importante de la 
costa Sur. Se encuentran en una cadena de montañas que 
forma la cabezada norte del rio Arimao, que desemboca al 
E. de Cienfuegos, y estas mismas montañas determinan uno 
de los confines del valle de Manicaragua, cuya fertilidad y 
terrenos adecuados para el cultivo'del tabaco, son bien co- 
nocidos. 

De las cuatro concesiones mineras, primero nombradas, 
ó sean las dos de San Fernando, y las otras dos de Sta Rosa, 
fueron objeto de explotación las de “San Fernando,” antes 
de 1868, habiéndose realizado tan solo ligeras exploraciones 
en las otras. Los depósitos minerales se encuentran en las 
rocas metamórficas magnesianas que cubren la mayor parte 
del terreno accidentado á que nos hemos referido, siendo 
dificil determinar con exactitud la época de su formación; 
aunque como ya hemos dicho, nos inclinamos á considerarla 
contemporánea de las primeras sedimentaciones terciarias 
de la Isla. El considerable desprendimiento de rocas serpen- 
tínicas y sieníticas eruptivas que forman las cadenas de 
montañas de esta provincia—y también de otras de la Isla— 
se ha observado que rompen por medio de las rocas calizas 
y pizarras del cretáceo, y según opinan algunos geólogos, en 
una época posterior ¿ú esta primera erupción terciaria, ha 
debido efectuarse en muchos lugares de la Isla, otra de me- 
nos magnitud é importancia, en la cual las masas de roca 
magnesiana fueron á su vez dislocadas y elevadas, por la in- 
trusión de largos diques ó masas de pórfido que reventaron 
por entre las rocas serpentínicas, en una dirección noroeste 
y sudeste, y hallándose la serpentina en condiciones más ó 
menos plástica debió ceder paulatinamente á esta intrusión, 
doblándose y plegándose en forma, que le dan cierta apa- 
riencia de estratificación regular. 

Los minerales que constituyen los yacimientos, consisten 


5D0- * ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


«principalmente en sulfuros de hierro, cobre y zinc, presen- 

tándose por lo general, en el contacto de los diques con las 
rocas magnesianas, pero también hay otra serie de minera- 
les, que se presentan en los diques mismos. Estos depósitos 
están constituidos generalmente, por minerales oxidados, 
tales como carbonatos, silicatos y óxidos de cobre, que se 
suponen producidos por la accion del agua al atravesar las 
grietas que contienen los minerales sulfurados y después de 
descomponerlos, parcialmente, se filtra por los diques, al no 
hallar fácil salida 4 través de las capas de serpentina. Como 
en la composición de los diques, entra el carbonato de cal 
y de magnesia, éstos. compuestos han podido ser atacados 
por las aguas filtradas siendo arrastrada la cal como sulfato 
soluble y depositándose al mismo tiempo los óxidos mine- 
rales que dichas aguas habían arrastrado al filtrarse, y con- 
tenían en solución. . Podría presentarse como ejemplo, en 
confirmación de esta teoría, lo que se observa en la mina 
San Fernando, en la que habiendo el porfido atravesado la 
superficie, permite la fácil salida de las aguas á lo largo de 
las líneas de contacto, dando lugar á la formación de ma- 
nantiales, que contienen en solución sulfatos de cobre y 
hierro, de que hablaremos más adelante. 

En cuanto ¿4 los minerales «primeramente nombrados, 
diremos que se encuentran en forma de venas de contacto 
entre dos rocas de erupción, y por lo tanto podrían consi- 
derarse más bien como grietas ó hendiduras, no ofreciendo 
duda de su constitución hácia la profundidad. Con respecto 
á su extensión superficial, las investigaciones hechas las han 
puesto de manifiesto. 

Los otros depósitos, ú sea los de los diques, no son de 
tanta importancia, puesto que su presencia, debida á la des. 
composición por las aguas, de grandes masas de carbonato 
de cal y de magnesia, no obedece sino á causas de poca im- 
portancia y puramente accidentales. 

Los ingenieros que han visitado estas minas, se inclinan 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 591 


á creer que su riqueza se na de manifestar mejor, 4 medida 
que se adelante en dirección de la profundidad. Califican 
de ricos sus filones, y calculan como resultado de sus análi- 
sis que el tenor promedio de los minerales representa una 
riqueza de 15 4 18 por ciento. : 

El Sr. Maigrot en el estudio que hizo de dichos minera- 
les, considera los filones divididos en cinco clases y cuatro 
tipos minerálogicos. 

La primera clase que observa, son dos filones normales, 
el uno de blenda pura, que constituye el primer tipo mine- 
ralógico. 

La segunda clase está representada por el otro filón de 
blenda cobriza, con un tenor de cobre que varía desde el 
uno hasta el veinte por ciento, constituyendo este tipo, un 
mineral de sulfuro de cobre zincifero. 

La tercera clase corresponde á filones ó veticas interca- 
ladas en la sección de fracturas de la diorita. 

La cuarta clase la forman bolsones más ó menos volu- 
minosos, donde se encuentran casi todos los tipos de mine- 
rales cobrizos diseminados en la masa diorítica que consti- 
tuye su ganga, siendo estos minerales los óxidos de cobre 
amorfo y cristalizado, carbonatos, sulfuros dobles de cobre 
y hierro y sulfuro de zinc, representando estos y la clase 
anterior, el tercer tipo minerálógico. 

La quinta clase está formada por una zona diorítica al- 
terada, paralela 4 la solución de contacto con la sienita, 
estando la pasta diorítica impregnada de todos los tipos 
mineralógicos que se encuentran en los filones normales, 
cuya zona de roca mineralizada, es muy pobre, pues el aná- 
lisis no acusa más que uno por ciento de cobre y zinc, re- 
presentando esta clase el cuarto tipo minerálogico. 

El referido ingeniero añade que cree estar en presencia 
de un valioso yacimiento cuprifero, expresando que sus 
afloramientos son reconocidos en una longitud de más de 
seis kilómetros de E. á O. sin solución de continuidad, pues 


552 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


en uno de los extremos se encuentra la mina San Fernando 
y en el otro extremo, la mina Santa Rosa. | 

Los minerales de ambos yacimientos contienen además 
en ciertos puntos, alguna cantidad de oro y plata, como 
puede verse en los siguientes análisis practicados por el la- 
boratorio oficial “United States Assay Office.” 


Análisis núm. 308.— Mina Santa Rosa. 


Oro 0.30 onz. por ton. que vale.. $ 6.20. 


Plata 32 onz. 1d. o 
Cobre 20% en qq. 0 400 lb en 
PS e A OREA ,, 40.00. $ 82.82. la ton. 


Andlisis núm. 812.— Mina: Santa Rosa. 


Oro 0.10 onz. por ton. que vale.. $ 2.06. 


Plata 10 onz. 1d. lA MT O 
Cobre 7.7% en qq. 6 154 1b. en 
A A A 15.40. p 28:68. 10. 


Análisis núm. 801.— Mina San Fernando. 
Oro 0.30 onz. por ton. que vale.. $ 6.20. 


Plata 9 onz. 1d. ito o TO:08: 
Cobre 14.3% en qq. 0 286 lb en 
ALO A , 111.80. $128.08. id. 


Análisis núm. 811.-— Mina San Fernando. 


Oro 0.30 onz. por ton. que vale.. $ 2.06. 


Plata 10 onz.. 1d. A EN E E 0 
Cobre 143% en qq. ó 286 1h en 
o A O ISO ,» 28.60. $41.86. 1d. 


Esto en cuanto hace referencia 4 los minerales: ahora 
respecto 4 las aguas cobrizas de que antes hemos hablado, 
diremos que existen cuatro manantiales que salen de la 
mina San Fernando, acerca de los cuales el ingeniero inglés 
Mr. Spilbury, que los estudió, se expresa en los siguientes 


EOS 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 953 


términos: “Aquí se encuentran manantiales que contienen 
una gran cantidad de sulfato de cobre y hierro en disolución 
y efluyen del lado de la montaña. Estos manantiales corren 
4 razón de setenta galones por minuto, todo el año, teniendo 
en solución de 2 4 3 libras de cobre metálico por cada cien 
galones de agua. Mientras se deslizan estas, sobre las rocas 
serpentínicas, se forma poca cementación, mas un cuarto 
de milla cañada abajo, la atraviesa una dolomíitica, é inme- 
diatamente la precipitación de cobre se hace notable, por- 
que en el mismo lugar, entra del otro lado otra cañada de 
agua, que contiene gran porción de cal en disolución, y al 
instante se efectúa la precipitación del hierro y cobre, con 
gran rapidez: y es tan marcada y tan rápida, que unos cuantos 
centenares de yardas más abajo, la superficie queda entera- 
mente libre de hierro y cobre y el agua es de buen sabor.” 

Los calculos y apreciaciones de este ingeniero, basados 
en sus análisis del agua de los manantiales de San Fernan- 
do, nos dan, pues, tomando el tipo más bajo, la cantidad de 
2016 libras de cobre que podrian extraerse al año de las 
aguas, admitiendo que estas lo contengan en la proporción 
de dos libras por cada cien galones, cantidad verdadera- 
mente importante y significativa de la riqueza de los yaci- 
mientos, sl se tiene en cuenta, que esa cantidad tan aprecia- 
ble de cobre es extraida constantemente por las aguas de 
infiltración 4 su paso por las masas de sulfuro y que ese 
procedimiento tiene que ser relativamente débil, en su mo- 
do de actuar, cuando el agente que lo determina es el agua. 

Suponiendo que cada día pudiera extraerse una sola to- 
nelada de cobre, de estas aguas, pasma y asombra el consi- 
derar el número de miles de toneladas que en el transcurso 
de los años, á razón de trescientas sesenta y cinco por cada 
uno, han dejado de aprovecharse; y menospreciadas por el 
hombre, han ido 4 perderse en el río Arimao, donde desa- 
gua el arroyo San Fernando, y á través de este rio, en el 
mar del sur de la Isla. 


554 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


¡Cuántos y cuan valiosos productos perdidos, con refe- 
rencia á un solo detalle, que no es por cierto de los de ma- 
yor importancia en nuestra riqueza minera! 

Estas minas, después de varios é infructuosos esfuerzos 
realizados por distintas personas, se encuentran completa- 
mente abandonadas, llenos de agua sus pozos, y descuidadas 
las fábricas y laberintos para la cementación del cobre, el 
que se ha solido extraer por ese procedimiento, en pequeñas 
cantidades y por cortas temporadas. 


Después de esta ligera reseña, parece natural desear co- 
nocer las causas porque permanegen abandonados esos ya- 
cimientos, si la abundancia y riqueza del mineral es la que 
se dice, y por qué el capital siempre á4vido de ventajosa co- 
locación, no afluye á buscar las legítimas y seguras ganan- 
cias, con que le brinda la explotación de las minas de la 
Isla de Cuba. 

En primer lugar, debemos atribuir la suspensión de los 
trabajos en las minas de Santa Clara y Santiago de Cuba, ú 
la imposibilidad de continuarlos durante los disturbios po- 
líticos porque atravesó el pais, desde el año de 1868 hasta 
el de 1878, en que terminaron definitivamente. Nada tiene 
de particular que en seguida de hecha la paz, no se resta- 
blecieran los trabajos, porque en tales casos es siempre na- 
tural dar tiempo al periodo de reconstrucción que lógica- 
mente se inicia después de la conmoción, quebrantos y 
trastornos financieros, que se experimentan á continuación 
de las discordias civiles, y el capital, de suyo medroso, no se 
presenta sino cuando cimentada la paz, vé garantida la pro- 
piedad y la seguridad personal. Pero habiendo transcurrido 
tiempo bastante para realizar todas estas aspiraciones, hay 
que convenir en que la causa apuntada, ni es la única, ni 
la más importante de las que han detenido el desarrollo de 
esá riqueza minera: hace ocho años que empezaron los tra- 
bajos de las minas de Juraguá, y en ellas se han empleado 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 9595 


cuantiosos capitales con satisfactoria remuneración, y lo 
mismo habría sucedido con las minas de cobre, si se halla- 
ran en idéntico caso. Hay, pues, que buscar otras concausas, 
en la competencia temible que á todos los cobres han hecho 
las ricas minas del lago Superior, en los Estados Unidos, 
donde abunda mucho el cobre nativo: á los progresos reali- 
zados en la explotación de los minerales chilenos y los de 
Río Tinto, en manos de inteligentes y poderosas compañías, 
coincidiendo esto al mismo tiempo con la baja del precio 
del metal en los mercados ingleses, y 4 la disminución de sus 
aplicaciones, si se compara, sobre todo, con aquella época: 
en que el uso de cañones de bronce le aseguraba una salida 
fácil é importante. La especulación ha influido también en 
la baja de los precios, y los desastres del famoso sindicato 
que en años recientes trató de acaparar todo el cobre del 
mundo, han tenido su parte no pequeña en las fluctuaciones 
de los precios. Es indudable que no solo en Cuba, sino tam- 
bién en los Estados Unidos, Francia y otros paises, han de- 
jado de explotarse muchas minas de cobre, por no cubrir 
sus productos, á los precios corrientes, los gastos de explo- 
tación. | | 

Existe además otro obstáculo de la mayor importancia 
para la piosperidad de nuestra industria minera, en cuanto 
se relaciona con el cobre, y es la carestia del combustible, 
que en tan gran cantidad se consume en el beneficio de sus 
minerales, pues se necesitan nada menos que de seis á ocho 
operaciones sucesivas de tostados y fusiones, para llegar á 
convertir el mineral en cobre bruto. En realidad, no hay 
operación metalúrgica que consuma mayor cantidad de com- 
bustible, en relación al metal que se obtiene, y como quiera 
que el carbón de piedra ó la leña, resultan aquí excesiva- 
mente caros, sobre todo en los puntos del interior á donde 
habría que conducirlos, y que generalmente se hallan en 
terrenos accidentados y desprovistos de vías fáciles de co- 


municación, se comprende que no se haya practicado con 
Y. xxIx.—(0 


(Si 
GQ 
O) 


ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


éxito el beneficio del mineral al pié de la mina. Por esto se 
imponía la exportación de minerales más 4 menos concen- 
trados, más ó menos ticos, para que su tenor permitiera sos- 
tener el recargo de los fletes, sobre un peso mayor que el 
del metal obtenido en definitiva. Esta exportación que era 
fácil y lucrativa en años pasados, cuando el precio del cobre 
se sostenia bastante elevado, cesó de serlo desde que la baja 
antes mencionada limitó considerablemente el margen de 
utilidad. 

Entre estos inconvenientes, es el más grave en nuestro 
concepto, el que ofrece la carestía del combustible, unido ú 
la gran cantidad que de él se necesita para la extracción del 
metal, pues lo más ventajoso sería el beneficio del mineral 
al pié de la mina. Los Sres. Percy, Le Play y Rivot, opinan 
que con el método seguido en Swansea y en Liverpool, que 
son los centros á donde afluyen los minerales de cobre de 
todo el mundo, se emplean por término medio de 16 4 18 
toneladas de hulla por cada tonelada de cobre producido. 
Como el carbón es sumamente barato en Inglaterra, puede 
hacerse alli el beneficio del mineral, pero resulta sencilla- 
mente imposible, en los países menos favorecidos con ese 
combustible orgánico. 

Ahora bien, el deseo natural del perfeccionamiento y 
simplificación de una metalurgia complicada costosa, ha he- 
cho emprender diferentes ensayos para reducir considera- 
biemente el combustible, y después de esfuerzos infructuosos 
parece haberse obtenido el resultado apetecido por medio del 
procedimiento Manhes, en virtud del cual sólo se necesitan 
dos toneladas de hulla por cada tonelada de cobre, reducién- 
dose también la mano de obra considerablemente. Las seis 
ú ocho operaciones que requería el método inglés, según la 
naturaleza de los minerales, quedan reducidas á dos que son 
las siguientes: 

1% Fundición cruda del mineral, para producir una ma- 
ta cruposa. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 55 


2% Fusión de esta mata en el convertidor Manhes donde 
bajo la influencia de una oxidación enérgica, se transforma 
rápidamente en cobre bruto de 98 por 100. 

El hierro, el azufre y otras materias que acompañan el 
mineral, pueden servir de combustible y sostienen la eleva- 
da temperatura que se requiere, durando tan sólo de 30 á 40 
minutos, la operación del convertidor y siendo su ejecución 
sobremanera fácil. y 

Este procedimiento ha sido adoptado por la Parrot Cop- 
per Company, de Butte City, en el Estado de Montana-— 
Estados Unidos:—por las fábricas de Vivian, en Swansea, y 
por la casa Cousino, en Lota—Chile.—Además, funciona en 
Francia con éxito satiofactorio, en las fábricas de Eguilles 
de la Societé Anonime de la Metallurgie du Cuivre. 

Creemos, pues, que adoptado este procedimiento. ú otro 
más económico que pudiera idearse, quedaria resuelta la 
grave dificultad del combustible, ó por lo menos, atenuada 
en sumo grado. 

Las que ofrecen la falta de vias de comunicación y la 
competencia de los minerales americanos y chilenos, no son 
difíciles de resolver, si las compañías que se formen cuentan 
con amplios recursos para construir sus propias vías, y si la 
dirección de los trabajos es inteligente, para que resulte, al 
mismo tiempo que acertada, económica, en cuanto sea po- 


sible. 


Relatada con la brevedad que este trabajo requiere, la 
explotación de nuestras principales minas, las causas de su 
abandono y remedios posibles del mismo, vamos á terminar, 
expresando nuestra opinión—por no decir, esperanzas-—res- 
pecto al porvenir posible que les aguarda. 

Por más de un concepto, nos inclinamos á considerarlo 
como alhagiieño, pues contando con los progresos que la 
ciencia hace en todas partes, y desde luego entre nosotros, 
tenemos mucho que esperar de los adelantos relacionados 


508 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


con la electricidad, y es probable que el procedimiento elec- 
trolítico, satisfactoriamente usado en Francia, Inolaterra y 
Alemania, para la refinación del cobre, llegue á ser emplea- 
do con el tiempo en' extraer el metal de sus minerales ex- 
plotables. Poco falta para que esto se realice de un modo 
económico bajo el punto de vista industrial, pues en el labo- 
ratorio ya se ha hecho, y hay que convenir en que esto por 
si solo, representaria notabilísimas ventajas y adelanto. 

Por otra parte, no serla difícil que los capitales europeos 
retraidos en gran parte de la América del Sur, en que tan 
ampliamente se han invertido para el desarrollo de su ri- 
queza, y faltos de estimulo por la crisis financiera porque 
atraviesan las naciones más ricas de esa parte del nuevo 
mundo, se fijasen más en la isla de Cuba, y en particular en 
sus minerales de cobre, tan conocidos en Inglaterra, donde 
encontraron capitales y mercados seguros en años pasados. 
En cuanto al capital norte-americano, ya hemos visto que ha 
empezado 4 emplearse en abundancia en las minas de hie- 
tro y manganeso, que se explotan en la provincia de Santia- 
go de Cuba, hasta ahora con reconocido éxito. 

Desde luego podemos señalar como estimulo para la atrac- 
ción de esos capitales, la abundancia de nuestros minerales 
de cobre, lo elevado de su tenor, si se les compara con los 
de Rio Tinto y otros wenos ricos, que sin embargo, son ob- 
jeto de lucrativa explotación: las crecientes aplicaciones del 
cobre en las artes, en la industria, y en general en cuantos 
aparatos se relacionan con el alumbrado eléctrico y otras 
aplicaciones de ese fluido importantísimo, de tanto porvenir 
en tiempos cercanos: las nuevas aleaciones que con el cobre 
se realizan, obteniendo metales de propiedades y condicio- 
nes tan especiales, que permiten, como en el bronce Ucha- 
tius, su empleo en la fundición de cañones de retrocarga, y 
en el bronce fosforado que tanto se va generalizando en los 
Estados Unidos para su empleo en diferentes piezas de ma- 
quinaria, en reemplazo del acero, con manifiestas ventajas; 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 559 


y en fin, Ja mejora que sensiblemente se ha ido notando en 
el precio del cobre, no hace mucho tiempo tan decaido en 
el mercado de metales. | 

Confiamos también, en que las investigaciones de nues- 
tros geólogos y mineralogistas lleguen 4 dirigirse con empe- 
ño en el sentido de descubrir yacimientos abundantes de 
hulla, lo que resolvería en definitiva y del modo más satis- 
factorio la cuestión del combustible. Se ha discutido bastan- 
te sobre la posibilidad de encontrar tales yacimientos en 
esta Isla á causa de su formación terciaria, y ser primaria 
la de la hulla y la antracita: pero el hallazgo de hermosos 
ejemplares de lignito—de formación secundaria—en Jaruco, 
analizados á principios de este siglo por Regnault y en fecha 
reciente porel distinguido ingeniero de minas D. Pedro 
Salterain, así como la obtención de algunos ejemplares de 
hulla en la inmediaciones del Mariel y Bahía Honda, nos 
dan esperanzas, no sin fundamento, para el porvenir. El 
simple descubrimiento de una abundante mina de hulla en 
este país, multiplicaría inmediatamente nuestra riqueza en 
todas sus manifestaciones, puesto que no solo utilizaría 4 la 
industria metalúrgica, sino que también la azucarera, obten- 
dría los mayores beneficios. 

El día en que esto se realice—ojalá no esté lejano—ve- 
ríanos acrecentarse por modo extraordinario las denuncias 
y explotación de nuestros ricos y abundantes yacimien- 
tos cupriferos y se formarían como por encanto, numerosos 
centros mineros que atrayendo la emigración, aumentarian 
considerabiemente la población de la Isla. Por medio de la 
exportación de nuestros metales, lograríamos recibir en ma- 
yor cantidad el dro extranjero que hoy nos llega con abun- 
dancia, en cambio de nuestros azúcares y tabacos; veríamos 
improvisarse pueblos y ciudades en la soledad de nuestros 
campos, pues nada fomenta su creación con tanta rapidez, 
como las explotaciones, mineras; tomarían el más animado 
aspecto, muchos de nuestros puertos, que dotados de las me- 


560 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


== 


jores condiciones de seguridad y fondo, no son hoy visitados 
por nave alguna; lograriase la distribución de nuestra rique- 
za en un factor más, alcanzaudo así mayor estabilidad y so- 
lidez; y por último, aumentada la población y el tráfico en 
todas sus manifestaciones, y acrecidos consiguientemente la 
industria y el comercio, llegaríamos á una era de prosperi- 
dad y bienandanza, plenamente demostrativa del concepto 
de un ilustre orador contemporáneo, el cual llegó á afirmar 
en ocasión solemne, que “* la posesión de la Isla de Cuba, 
equivale á la de un reino!.” 
Dr. SrrpaL. 


Contestación al discurso del Doctor Seidel. 


Sr. Presidente: 
Sres. Académicos: 


Por segunda vez me cabe el honor en esta Academia de 
contestar, en nombre de la misma, al discurso de toma de 
posesión de un académico electo; y por segunda vez cumplo 
de buena gana este encargo, porque es muy grato dar la 
bienvenida á un nuevo compañero de tareas científicas que 
llega, como el Dr. Seidel, dotado de pericia en los ramos 
que cultiva su inteligencia, animado de entusiasmo por el 
progreso de las ciencias en el país, y deseoso de cooperar en 
nuestra compañía á los fines que la Academia enumera en 
sus Estatutos, particularmente en lo relativo 4 la Mineralo- 
ela y á la Geología, manifestando al propio tiempo que pro- 
curará desde luego aumentar en lo que de él dependa la 
importancia que ofrecen esas secciones en el museo de la 
Corporación: pericia, entusiasmo y deseo revelados en el in- 
teresante discurso acabado de leer y que han sido demostra- 
dos de antemano con la publicación de un tratado de Mine- 
ralogia y de un estudio de Botánica, impresos ambos á costa 
del autor, y todo lo cual es justificante de la elección que 
motiva la fiesta académica que celebramos en este día. 

La Mineralogía y la Geología son los estudios predilectos 
del Dr. Seidel; y el tema elegido para su discurso se refiere 


562 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


á las minas de cobre de la isla de Cuba, por ser asunto,dice 
con razón, no solo de interés local, sino también de tenden- 
cias prácticas. 

Y, en efecto; si es de suma importancia la Mineralogía 
por ser la ciencia que trata de la descripción y de la clasifi- 
cación de los cuerpos inorgánicos esparcidos en la superficie 
de la tierra y en sus entrañas, es inseparable de la Geología, 
que se ocupa de la tierra en sentido más extenso, porque 
estudia la estructura, la situación respectiva y la naturaleza 
de los materiales que la componen, describiendo el estado 
del globo terráqueo, su creación y causas que han presidido 
á la disposición y estructura de esos materiales y las leyes 
que rigen los cambios que se han operado y se operan en la 
superficie terrestre: estudios que han dado origen á otra cien- 
cia, la Paleontología, que trata de los fósiles, 0 sean restos 
de cuerpos organizados enterrados durante mucho tiempo, 
pertenecientes á dos de las grandes divisiones de la natura- 
leza, á los reinos animal y vegetal. | 

La Geología, como ciencia fecunda en aplicaciones ofre- 
ce un campo peculiar á la minería; y por eso esta industria 
es la que más esencialmente necesita de dicha ciencia, por 
ser su gula en todos sus trabajos, porque le dá la solución de 
los problemas más importantes para el laboreo y beneficio 
de los minerales. > 

En un país como el nuestro, considerado como rico en 
minas, debiera ser objeto de estudios científicos y técnicos 
la mineria, estableciendo al efecto, ya que no una escuela, 
siquiera un ramo.de enseñanza en alguno de los institutos 
profesionales. Por eso conviene que entre los estudios favo- 
ritos del Dr. Seidel figuren la Mineralogía y la Geología, por 
ser de utilidad práctica para esta Isla esos estudios. 

Después de la Agricultura ninguna industria de las que 
dependen inmediatamente de la tierra, ofrece productos más 
valiosos que Ja minería en paises favorecidos por la natura- 
leza con minerales de útil explotación. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 563 


La riqueza mineral de esta Isla, cuyo beneficio se inició 
en busca de oro y plata en las épocas de la conquista y co- 
lonización, alcanzó siglos después progresivo desarrollo, con 
ventaja respecto del cobre desde el año de 1829 hasta el de 
1845, señalándose luego la diminución de los productos en 
cantidad y precio hasta el año de 1868, maurcándose en los 
posteriores más notablemente el decaimiento de la explota- 
ción del referido mineral. 

Como cuestión de tal interés no es dable dilucidarla de 
una manera positiva sin el auxilio de la estadistica, es for- 
zoso apelar á la aplicación de esta ciencia para poner de ma- 
nifiesto los resultados de la explotación minera del cobre en 
la Isla de Cuba, ósea su riqueza representada en números por 
medio de su exportación, puesto que en el país no se aplica 
en nuestras artes é industrias el producto de esa procedencia. 

En el quinquenio de 1829 4 1833, ambos años inclusive, 
la exportación fué de 113,654 toneladas, que representaban 
un valor de 16.735,863 pesos, el precio máximo de la tone- 
lada llegó á 156 pesos y el minimo bajó 4 140. 

En el quinquenio de 1834 4 1838, la exportación sumó 
142,352 toneladas, cuyo total valor ascendió 4 19.418,290 
pesos; el precio máximo de la tonelada se fijó en 138 pesos 
y el mínimo en 13 

En el quinquenio de 1839 a 1843, la exportación se hizo 
de 176,763 toneladas, ofreciendo un valor total de 19 millo- 
nes 916,004 pesos; siendo el precio máximo de la tonelada 
de 132 pesos y el mínimo de 52.. 

En el quinquenio de 1844 á 1848, se verificó una expor- 
tación de 176,451 toneladas; valoradas en 8.867,151 pesos; 
con un precio máximo la tonelada de 51 pesos y uno mini- 
mo de 50. 

En el quinquenio de 1849 á 1853, se realizó una expor- 
tación de 114,752 toneladas, cuyo valor en conjunto se es- 
timó en 5.798,173 pesos, alcanzando un precio máximo la 


tonelada de 53 pesos y uno minimo de 50. 
DAN 


564 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


En el quinquenio de 1854 á 1858, la exportación no pa- 
só de 90,568 toneladas, que dieron una suma total de 4 mi- 
llones 262,731 pesos; fijándose el precio máximo de la tone- 
lada en 52 pesos y el mínimo en 50. 

En el quinquenio de 1859 4 18683, subió la exportación 
4 92,543 toneladas; rindiendo la cantidad total de 4.626,364 
pesos; con un precio menor de 50 pesos la tonelada. 


En el quinquenio de 1864 ¿ 1868, la exportación des- 
cendió 4 62,684 toneladas; produciendo un total de 3 millo- 
nes 144,093 pesos, sin alcanzar la tonelada un valor de $ 50. 


Demuéstrase con este resúmen estadistico que abraza 
cuarenta años, que la mayor exportación de mineral de co- 
bre se efectuó en los quinquenios tercero y cuarto; que los 
precios máximos de la tonelada se señalaron en los quinque- 
nios primero, segundo y tercero y los precios minimos en 
los quinquenios siguientes; que el más alto valor total de la 
exportación se alcanzó en los quinquenios segundo y tercero 
y el más bajo en los quinquenios sexto y octavo. En los cua- 
renta años transcurridos de 1829 4 1868, ambos inclusive, 
la exportación de mineral de cobre dió la cifra de 969,767 
toneladas representantes: de un valor total en pesos de 83 
millones 58,674. 


Esta suma de millones de pesos rendida solamente por la 
exportación del mineral de cobre, no la ha producido en el 
expresado período, excepción hecha de la caña de azúcar y 
del tabaco, ninguna de las industrias agricolas del país. Y 
esto prueba evidentemente, que si á la par de las de cobre 
se explotasen nuestras abundantes minas de asfalto, petró- 
leo, hulla, hierro y manganeso, y también las que dan oro y 
plata, aunque no con tanta riqueza, la industria minera en 
general proporcionaria anualmente millones de pesos. 


Como esa exposición estadistica señala no solamente los 
periodos del apogeo de la explotación minera del cobre en 
la isla de Cuba, con sus valiosos rendimientos, si no también 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 565 


su decadencia por demás palpable, se hace preciso decir al- 
go concerniente ú este último extremo. 

Además de las causas expuestas por el Dr. Seidel en su 
interesante discurso, y entre cuyas causas no figura por for- 
tuna el agotamiento de los criaderos de cobre, hay otras no 
menos atendibles, que son de tenerse en cuenta para expli- 
car la expresada decadencia. 

De los centenares de minas denunciadas, un escaso nú- 
mero ha sido beneficiado con inteligencia, rindiendo buenas 
ganancias 4 sus explotadores, extranjeros principalmente. 
De las restantes por hallarse poco normalizadas las opera- 
ciones de tan vasta industria, á causa de ser acometidas las 
empresas unas veces con cortos capitales que no podían re- 
sistir los grandes dispendios de la explotación en sus prin- 
ciplos; otras veces por serlos empresarios personas imperitas 
que sin estudio alguno de metalúrgia, cuya práctica exige 
extensos conocimientos de geología, mineralogía, mecánica, 
física y química y arrastradas sólo por un desordenado ape- 
tito de lucro, comprometian en las empresas á ilusos que 
creían que explotar minas era dar de súbito con fuentes 
perennes de riquezas; es el caso, que ya por falta de recursos 
pecuniarios ó por impericia, sobrevenían las quiebras y el 
consiguiente abandono de la explotación: resultando así que 
tan rica industria haya sido después objeto de poca conside- 
ración y que hoy se encuentre reducida á escasa importan- 
cia respecto al cobre. 

Entre las causas de la decadencia de la industria minera 
del cobre en esto Isla, se ha mencionado como una de las 
más poderosas la carestía del combustible, que en gran can- 
tidad se consume en el beneficio de sus minerales. 

En su meritoria obra de Mineralegía presenta el Doctor 
Seidel una breve reseña de la minería cubana, y allí se en- 
cuentran marcados entre sus productos notables el asfalto y 
lss aceites bituminosos; y á este respecto son de consignarse 
algunos hechos encaminados á ilustrar la materia de que se 


566 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


trata. Sabido es que la aplicación del asfalto, conocido en este 
“pais con el nombre de chapapote, y de los aceites minerales 
como combustibles, valiéndose de hogares de hierro y ladri- 
llo refractario, es un problema resuelto hace muchos años en 
la ciencia y en la industria, sobre todo bajo el punto de vis- 
ta económico, tanto en Europa como en América; y lo sor- 
prendente es que teniendo la isla de Cuba de un extremo al 
otro, en su superficie y en sus entrañas, una inmensa cantl- 
dad de asfalto, no se ha echado mano sino en muy contados 
casos, de este producto natural para acudir en remedio de 
la escasez siempre creciente de combustible, ocasionada en- 
tre otros males, por la destrucción 'en gran escala de nues- 
tros bosques, y no se ha generalizado el uso de ese combus- 
tible tan económico. 

Y no se crea que la causa de tal abandono consiste en 
que los hombres ilustrados residentes en este pals han care- 
cido de nociones referentes 4 los resultados heneficiosos que 
pudieran obtenerse con la explotación y aplicaciones del 
chapapote á las artes, á la industria y á la economia rural y 
urbana; porque ya desde principios del presente siglo algu- 
nos hombres previsores que no velan lejanos los tiempos en 
que la escasez de combustible para satisfacer nuestras nece- 
sidades particularmente en lo tocante ¿la primera de nues- 

«tras industrias habria de hacerse sentir, trataron de estimu- 
lar con sus escritos 4 las buenas inteligencias capaces de 
contribuir á que se pusiese de manifiesto la urgencia de 
acometer la explotación y usos de ese producto que se ofre- 
ce 4 nuestras miradas en abundancia. 

Hace sesenta y cuatro años que en el Diario de la Haba- 
na, periódico oficial del Gobierno y de la Real Sociedad 
Económica de Amigos del País, correspondiente al diez de 
Abril de 1829, publicó esa benemérita Corporación un pro- 
grama ofreciendo premios 4 los autores de los mejores traba- 
jos cientifico-literarios que se presentasen acerca de diversos 
asuntos, entre los cuales el sexto se refería 4 la Memoria que 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 967 


mejor explicase las utilidades que mejor se conseguirian con 
el uso del chapapote como combustible, como alumbrado y 
para otras muchas aplicaciones industriales y económicas. 

Dos fueron las Memorias presentadas al concurso relati- 
vas al expresado tema, escrita una por D. Alejandro Olivan 
y premiada con una medalla de honor y patente de socio de 
número; y la otra debida á la pluma de D. Jaoquín José Na- 
varro, la cual mereció el accésit de una medalla de honor. 
La impresión de ambas memorias fué costeada por dicha 
Real Sociedad; y los amigos del progreso de esíe pais tuvie- 
ron ocasión de celebrar la oportunidad con que procediera 
la ilustre Corporación que en buen hora fundó á fines del 
siglo último el inolvidable General D. Luis de las Casas, al 
señalar premios para recompensar á los que consagraban su 
inteligencia y su tiempo «d estudios de uilidad tan recono- 
cida. 

Conducentes al mismo fin, han visto la luz después de 
apuella fecha, diversos escritos sobre los productos bitumino- 
sos de la isla de Cuba, y especialmente del chapapote como 
combustible del alumbrado y otros usos, y entre cuyos escri- 
tos son de mencionarse la Memoria publicada por un inge- 
niero civil extranjero, el Sr. Ch. Moisant y la de un distin- 
guido miembro de esta Academia, el señor Fernández de 
Castro, relativa al petróleo y al chapapote como combustible, 
publicada en los Awazes de la Corporación, cuyas menrorias 
merecen ser consultadas por todas aquellas personas que no 
teniendo conocimiento de los estudios hechos fuera de este 
pais respecto de ese punto, se alegrarian de que llegasen á 
sus manos trabajos como los referidos, por estar cuajados de 
datos científicos y de nociones sumamente importantes. 

Por lo que antecede se verá que no ha consistido en fal- 
ta de enseñanza oportuna y útil, la indiferencia con que se 
ha mirado la aplicación industrial de unos productos como 
los mencionados que pueden proporcionar inmensos benefi- 
cios á la isla de Cuba. 


568 ANALES DE LA REAL ACADEMIA ' 


Con decir que el chapapote se exporta para los Estados 
Unidos desde el año de 1844; que según lo expresa el Doc- 
toa Seidel en su obra de Mineralogía, en el año de 1884 sa- 
lieron por el puerto de la Habana unos 17,890 quintales 
mótricos y que la cantidad exportada por la Habana y Cár- 
denas en el segundo trimestre de 1891 fué de 784 toneladas, 
lo que inclina á presumir, dice, una exportación durante el 
año, de unas 3,000 toneladas, y que el mineral de gran pu- 
reza es muy apreciado en el mercado de Nueva York, donde 
se vende á los precios desde 80 hasta 120 pesos la tonelada; 
“se comprenderá sin duda que son otros los origenes del atra- 
so de la industria minera en la isla de Cuba. 

Aquí tenemos numerosas minas de asfalto, de petróleo, 
de hulla, de cobre, de hierro y de manganeso y algunas de 
oro y de plata sin beneficiar; la misma industria agrícola tan 
la caña de azúcar y 


rica en sus dos principales productos 
el tabaco—solo marca hasta ahora, un progreso lento. 

Esto no es de extrañarse cuando se nos ha dado el es- 
pectáculo singular de pensionar jóvenes por corporaciones 
patrióticas v por particulares deseosos del adelanto de Cuba 
para el estudio de la agricultura científica en las escuelas 
más acreditadas del extranjero; y cuando esos aventajados 
alumnos volvieron á su pais provistos de sus titulos y pre- 
cedidos de la mejor fama de competencia profesional, no 
encontraron colocación en los ingenios de azúcar ni en nin- 
gún otro ramo de la agricultura; y tuvieron que dedicarse á 
otras tareas agenas á su profesión. 

Los terrenos de Cuba abundan en tesoros naturales, es 
verdad; su agricultura es la fuente principal de su prosperi- . 
dad; la minería, le sigue en importancia. Sin embargo, la 
industria agrícola no progresa como debiera, y en la indus- 
tria minera es de poco valor su explotación comparado con 
el de la agricultura. 

Y esto consiste en que las causas de semejante situación 
apuntadas generalmente 'no lo son en realidad, sino efecto 


we 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 569 


de causas de orden superior, de causas primordiales emana- 
das de nuestras condiciones étnicas y de nuestro estado so- 
ciológico; cuya exposición, exámen y consideraciones son de 
omitirse en este recinto, por ser materia más propia de Aca- 
mias de estudios morales y políticos que de nuestra cienti-. 
fica Corporación. 

Mientras los hombres de saber, de buena voluntad y 
amantes del pais trabajan en otras esferas removiendo obs- 
táculos para facilitar la llegada de los venturosos días en 
que el progreso moral é intelectual de Cuba lógre un esplén- 
dido desarrollo, el industrial corresponda á su opulenta na- 
turaleza, aprovechando las grandísimas ventajas de su situa- 
ción geográfica, y para que esta tierra alcance, en fin, el 
puesto que le pertenece en la vida de los pueblos cultos; 
debemos congratularnos los que aquí nos reunimos, por el 
concurso de auxiliares como el Dr. Seidel. 

Su tratado de Mineralogía, que ha sido objeto de un aná- 
lisis concienzado y de un merecido elogio publicados por 
un profesor de la asignatura en la Universidad de esta Capi- 
tal, el Dr. Aristides Mestre; y el discurso cuya lectura he- 
mos oido con placer, patentizan el acierto que ha guiado á 
la Academia designando por medio del sufragio al Dr. Seidel 
para que ocupe un asiento en ella como miembro de número. 

Felicitaciones cordiales, pues, para el nuevo Académico; 
parabienes no menos ardientes para la Institución que lo 
cuenta en su seno. 

Marcos DE J. Merero. 


Influencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de origen 


orgánico. 


SESIONES DEL 3 DE NOVIEMBRE Y 11 DE DICIEMBRE DE 1892. 


(FINALIZA.) 


I GRUPO. 


En un primer grupo, que es el más interesante, figuran 
11 mujeres atacadas de cloro-anemia neurasténica. 

“Se sabe, dice C. Paul, cuán rebeldes son esos enfermos, 
á la terapéutica; y todos los médicos recordarán haber usa- 
do sin éxito las preparaciones ferruginosas, el arsénico y 
hasta la hidroterapia!” 

Ahora bien, en todos nuestros enfermos hemos observado 
modificaciones notables, o de la absorción del jugo 
testicular por la vía gástrica.” 

Como el Dr. San Martín, hemos visto algunos casos, en 
los cuales los preparados ferruginosos impotentes á curar la 
afección antes de la administración, eran eficaces después 
de su empleo; y nosotros hemos comprobado después de 
muchos autores que esta misma sustancia, capaz de levantar 
las fuerzas, de despertar el apetito, de aumentar el peso, y 
hacer desaparecer todos los trastornos nerviosos, dejaba sin 
embargo persistente la palidez del rostro. 

Citaremos rápidamente, las 4 principales US 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 971 


que en sus diversas modalidades clínicas, pueden servir de 
modelo en la especie. 

Observación 1.—C. A. mujer de 27 años, ha sido siem- 
pre muy pálida y de una delgadez extrema. La menstrua- 
ción se estableció dificilmente: casó ú los 17 años, y ha te- 
nido 7 hijos, que todos han muerto en edad temprana. Una 
hija de 7 años que le quedaba ha muerto de difteria, en 
Mayo de este año. 

Estaba en cinta, en ese momento, y abortó, —y como 
consecuencia, se declaró una hemorrágia larga y difícil de 
detener que dejó 4 esta pobre señora en un estado de pro- 
funda anemia. 

Ha perdido casi las fuerzas: el apetito ha desaparecido; 
el sueño muy ligero. El menor movimiento determina un 
eran cansancio. 

En este estado la vieron los Sres. Dres. V. de la Guardia 
y S. Castellanos; y en ese momento, con la autorización de 
esos distinguidos colegas, administrósele por la vía gástrica, 
el jugo testicular. 

En este caso, y no se crea que hay exajeración en lo que 
decimos, hemos asistido á una verdadera resurrección. Pues, 
pasados menos de treinta días ha recobrado el apetito y las 
fuerzas, á tal punto que la enferma podía al cabo de este 
tiempo ocuparse de los quehaceres de su casa; y actualmente 
—fenómeno desconocido hasta hoy en esa enferma, —ha en- 
gordado de 15 4 20 libras. 

Sin embargo, 4 pesar de la curación, conserva dicha se- 
ñora los colores pálidos de antes. 

Observación 2.—D? J. de 35 años de edad, ú partir del 
3% parto, ha sufrido una dispepsia que á la larga, ha pro- 
ducido trastornos intestinales, con pérdida del apetito, ina- 
nición, anemia extrema, y como consecuencia la neurastenia 
con su cortejo habitual; sufre de palpitaciones, cefalalgia, 
pérdida del sueño, debilidad marcada en las piernas. 


Se queja amenudo de calambres estomacales y presenta 
e A 


IU 
=—I 
[59% 


ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


muy marcado, un soplo anémico en los vasos del cuello. 

El agotamiento nervioso había llegado á tal término, que 
la enferma no podía salir de su cama: y padecía de una me- 
lancolía irresistible. 

Entonces, disgustado con los fracasos repetidos en los 
preparados ferruginosos y arsenicales, administré por la boca 
el jugo glandular. 

Y en esta ocasión, como en la observación precedente 
la mejoría ha sido rápida. Al cabo de 10 días recuperó las 
fuerzas y á los 15 la enferma dormía bien, y la diarrea desa- 
parecía, para no volver más. 

Al mismo tiempo que recobraba las fuerzas y el apetito, 
comenzaba la enferma á engordar, puesto que de 100 libras 
que pesaba antes del tratamiento llegó á alcanzar en 40 días 
la cifra de 110. 

El tratamiento hidroterápico impotente hasta entonces, 
terminó esta vez la curación. 

Observación 3.—Mujer de 24 años: muy delicada desde 
su infancia: ha tenido tres partos seguidos, con muy poco 
intervalo, que han determinado un estado de debilidad 
extrema. 

Ha perdido la fuerza hasta el punto que á penas puede 
llevar en brazos á su último niño de seis meses. Padecía de 
dolores de cabeza, con vértigos, trastornos de la vista, zum- 
bido de oidos, y frecuentes palpitaciones que son muy pe- 
nosas: la enferma vomita los alimentos que toma, y tiene 
bien pronto que guardar cama. En vano hube empleado to- 
dos los medios terapéuticos é higiénicos indicados para com- 
batir el agotamiento nervioso, cuando me decidí á adminis: 
trar el jugo testicular. 

A los 20 días, la enferma pudo ocuparse sin fatigas en 
los quehaceres propios de su sexo. Vuelve el apetito, y con 
él, el sueño, y cierto aumento de peso. Le administré des- 
pués las preparaciones ferruginosas cuyos efectos me parecen 
entonces muy marcados. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. YE 


== 
Me 


Observación 4.—E. M. mujer de 36 años. Ha llegado de 
New York, hace dos años, después de haber pasado en aque- 
lla ciudad por grandes miserias. físicas y morales. Al llegar 
á esta Isla, entró a servir en casa de una señora opulenta, 
no pudiendo, 4 pesar de todos los cuidados que se le prodi- 
saban, recobrar las fuerzas perdidas. Es muy delgada. En 
estos últimos tiempos, á4 pesar de haber conservado el ape- 
tito, la debilidad aumenta, y una ligera fiebre catarral de 
38 que ha durado apénas dos días ha traido consigo un 
agotamiento nervioso tan marcado, que durante una semana 
ha tenido que permanecer en cama. Ningún medio terapéu- 
tico ha podido levantar sus fuerzas, n1 la alimentación más 
rica, ni el forzado reposo á que se encontraba condenada. 

Administré entónces el jugo testicular, y después de un 
mes de ese tratamiento único, la enferma ha recobrado las 
fuerzas que había perdido hacía mucho tiemp. 

—En la observación 7, se trata de una constipación re- 
belde que cede al empleo del jugo testicular. 

—lEn la observación 9, los fenómenos parecen estacio- 
narios; y sin embargo, desaparece una gastralgia de larga 
fecha, rebelde á todos los calmantes empleados hasta en- 
tonces. 

—En la observación 10, la preparación ha fracasado, á 
consecuencia de una intolerancia gástrica incoercible. 

—En la observación 11, la enferma neurasténica en toda 
la fuerza de la palabra, recobra el sueño que había perdido 
hacía ya algún tiempo. 

Al lado de esas 11 mujeres figuran 3 hombres también 
neurasténicos. En este caso debemos confesar que los resul- 
tados no son tan completos como en el grupo anterior: y sín 
embargo, son notables cuando se comparan con los efectos obte- 
nidos por las preparaciones de quina, hierro y arsénico. 


Il GRUPO. 


Figuran en el 2? grupo, 9 casos de anemia, resultando 


974 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


de pérdidas abundantes después del parto. Aqui el líquido 
testicular tomado por la boca, produce excelentes -resul- 
tados. 


III GRUPO. 


Figuran en él, 2 enfermos de impotencia genital: el 
primero es un joven de 18 años impotente hacía tres meses, 
por excesos genitales; el segundo, un hombre de 38 años 
tenedor de libros, en una casa de comercio, impotente hacía 
cinco meses, como resultado del agotamiento nervioso, y 
de trabajos intelectuales excesivos. Recobró el primero su 
función genital al cabo de 20 días y el segúndo al mes y 
medio. 

IV GRUPO. 


Aquí figuran 3 individuos, dos hombres y una mujer, en 
un estado de debilidad muscular excesiva, por distintos mo- 
tivos (fatigas, miserias, disgustos morales, etc.) Los tres se 
aliviaron rápidamente con el uso del jugo testicular admi- 
nistrado por la boca. 


V GRUPO. 


El único caso es de un señor anciano (75 años) debilitado 
por la edad, y por algunas contrariedades morales indepen- 
dientes de su voluntad: aunque muy lentamente, su estado 
ha mejorado hasta el punto que puede salir hoy de su casa, 
lo que le era imposible antes del tratamiento, pudiendo efec- 
tuar todos los dias un paseo de 2 horas. 


VI GRUPO. 


En este grupo se encuentran dos casos de tuberculosis, 
uno muy adelantado ya y en el que el jugo testicular ha 
hecho que la enferma recobrara el apetito” perdido hacia 
tiempo, y con el apetito, un ligero aumento de fuerzas. 

El otro, una tuberculosis incipiente, y en el cual hemos 
podido obtener un aumento notable de las fuerzas y la cesa- 


DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 515 


ción de la tos. ¿Durará mucho esa notable mejoría? Lo 1g- 
noranios. E 

Estaba yo tanto más autorizado en ensayar el método en 
esos enfermos cuanto que conocía los resultados obtenidos 
en algunos de ellos por Cornil (hospital de la Caridad, 4 en- 
fermos.) | 

Dumontpallier y Variot (hótel-Dieu. Paris 9 enfermos. 

Lemoinne (a Lille. 9 enfermos) que han empleado las 
inyecciones sub-cutaneas. 


VIT GRUPO. 


Por último, he tenido ocasión de administrar el jugo tes- 
ticular á4 2 niños de 5 á4 6 años, debilitados el uno por una 
diarrea crónica; el otro por una dispepsia bastante curiosa á 
su edad. El primero recobró el apetito en un estado en que 
no podía satisfacerlo por las perturbaciones intestinales, 
alimentadas por las condiciones higiénicas deplorables en 
que se encontraba. 

En el segundo los calambres estomacales, rebeldes al uso 
de todos los calmantes, desaparecieron completamente. 

Me atrevo 4 recomendar á todos mis colegas el uso, en 
los niños, del jugo glandular administrado por la boca, mé- 
todo que declaro inofensivo. Y puedo hacerlo asi, tanto más 
cuanto que el Dr. Fleury, en el hospital San Salvador (Lille) 
ha obtenido buenos efectos del jugo testicular, administrán- 
dolo sub-cutáneamente á niños debilitados, caquécticos y 
febricitantes;—pues los enfermitos recobraban el apetito; 
en tres ó cuatro días cambiaban el carácter, la fiebre cesaba 
y la temperatura volvía á su tipo normal... 

Como conclusión de esa primera serie de hechos clínicos, 
vemos: 

1? que el liquido testicular administrado por la boca 
cura los neurosténicos en general, con mucha más seguridad 
y rapidez que con los medios que se emplean con este fin en 
la materia médica. 


16 ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


- 2? que los efectos tónicos del jugo testicular, tomado por 
la boca, son incontestables, —que produce una excitación 
nerviosa general, —aumento de la fuerza muscular;-—regula- 
riza todas las funciones viscerales (sobre todo His del tubo 
digestivo.) 

Añadiremos, sin embargo, que todos esos efectos se ob- 
tienen, al parecer, en un tiempo más largo que el indicado 
por el método de las inyecciones sub-cutáneas. 

La clínica y las observaciones seguidas, serán los únicos 
que permitan juzgar en definitiva. 


Dr.: L. MontaNEÉ. 


— a. 


DE CIENCIAS MÉDICAS, 


FÍSICAS Y NATURALES 


(57 


RELACION del movimiento de Tesorería de la Real Academia de 
Ciencias, Médicas, Físicas y Natarales de la Habana desde el 
mes de Junio de 1891 al 30 de Abril de 1893. 


INGRESOS. 


Efeetivo entregado por el anterior Tesorero..... 
Cobrado por censos según comprobantes.......... 
Subvención de la R1. Hacienda según compro- 
A A A EPT DA 
Por cuotas mensuales de los Sres Académicos. 
Bor tuotis de MSresoScddenninsio tido dasdccacido vos 
Honorarios devengados por la Academia......... 
Venta cuatro entregas de los ANALES...dic.o.ccoo..s. 


EGRESOS. 


Sueldos sec un+teCciDOS coto aan ame accion 
A A. Alvarez y C* por impresión de los AÁxa- 
LES, Memorias y material de Secretaría se- 
Ue cOn ccoo a alot e rata eden . 
Gastos extraordinarios según TeciboS.....mo.m.o..... 
Consumo de gas según resibos e rd PU o A ACTA We 
Comisión 5 0/0 al Cobrador de censos s. recibos. 
Saldo á cuenta nueva 


Habana, 30 de Abril de 1893. 


-5408-943 


Oro. Billetes. 

A 3-30 
3961-66 5 

899-124 56587 

319-42 930—,, 

168-04 101-52 
29-50 E 
1-20 5 


1602-74 


201-23 


Oro. Billetes. 
1804-72 6935-32 
2214-88 137-592 
404-403 16990 
30-62 pe 
192-12 ó 
76220 .. E 
-5408-943 1602-74 


95 
33-041 


355-10) 


El Tesorero, 


Dr. Miguel Riva y Urréchaga. 


Nora.—En los gastos de imprenta están incluidos $ 1,714 >. ne billetes que 


se han satisfecho á D. A. G. Cacho- Negrete á cuenta de los $ 2 


2 40 cts. bille- 


tes que se deben por la impresión de los ANALES y otros bl en el ejercicio 
anterior y $ 55 billetes que se han pagado á los Sres. Alvarez y C* por saldo de 


su recibo de Abril de 1891. 


A 


INDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN ESTE TOMO. 


A 
ACTAS 
De la sesión solemne conmemorativa del 19 de Mayo de 1862............ 
» la id. pública ordinaria del 14 de Febrero de 1892..................o.o 
Nalaudiniands del 251 de” Febrero deme vasco odo ascos an O Ss 
» la id. id.:id. del 28 de Marzo de id... Pd 
» la id. id. extraordinaria del 15 de a de AE A POS AR 
» la id. id. ordinaria del 10 de Julio de id... a 
» la id. id. extraordinaria de 24 de Julio de dd E DE 
» la 1d. id. ordinaria de 14 de. Agosto de id.......comooocsanroiannaccaicónones 
» la id. id. id. de 28 de Agosto de id...... A E o EIA 
» E id. id. id. de 11 de Setiembre A A a E A 
» la 1d. id solemne conmemorativa del 4% Centenario del descubri- 
miento de América... A AE 
» la id. pública ide de 25. de Setiembia de 5% E A YN ; 
yla na mati desde Noblembre de 1d. O US e 
» la id. 1d rdeiiide Dicienbrodd O OE 
add 1d decide Enero dol A CE UIIO da A 
Nlandsid Tar de 12 de Bebrero de Tdi tcs. o Anclas 
» la id. id. extraordinaria de 12 deid............. AE RO E 
landrid: ordinaria de 12 de. Marzo de 1d coootascionsn anaconda 
and der de? Pebrero dedicadas 
« la id. id. extraordinaria de 27 de Marzo de id..cococcccoocancnnncncorono 
PA A O A A AO 
Idem id. id. de id... a 
Idem id. id. de a 
O a A E A AA 
MA SO odos A E Pc 
Mead ta oO o Ni EA 
Morena Y Eo A E A o A A 
AA A E a TO. NA 
Josi Aro e lo A A e O 
Mende ria NR Id O a lnecgo coro a aaa UdE, AL Ra done 
TA A LO ARS e 


Páginas. 


580 . ANALES DE LA REAL ACADEMIA 


e 


Paginds. 


Comunicación acerca de un nuevo recurso terapéutico en la fiebre ama- 


AA A E o it Ars 
Conducta del tocólogo en los casos s de retención de la placenta o EE 2... 
Contribución á la profilaxia de las fiebres reinantes...... conmransocinonnannes 
CONVOCA ene e le a Na daa e o 


Conducta que debe observarse con las cataratas invadidas de glaucoma. 
Congreso Médico Pan-Americano á p. 


Centro Médico-Farmacéutico de MatanzaS.....ocooomencccncnn.. orcas 
Comunicación respecto á un reptil procedente de Méjico.......... a 
Comunicación. —La eclampsia y su tratamiento.....ooocoococonccnancnnnonancss 


Comunicación sobre la influencia excitante y reparadora de ciertos lí- 
quidos de origen Orgánico .......e vocroconoooorcano oroncno tnteneponsco one 


15) 
Discurso del Presidente en la sesión solemne anual de 1892............... 
> en la sesión conmemorativa del 4” centenario del 
descubrimiento de América ....-...... a sebo 
Discurso de recepción del Dr. Arístides Mesta AS 
Idem de contestación por el Dr. L. Montané ...occoooneoonnnnenonanenna coconoos 
Idem de recepción del Dr. Seydel........ rta Pote o 
Idem de contestación por el Dr. Melero. ...occoooo... A Ml RA E 
E 
El Doctor José E. Ramo08....... oe So SE E PR AD 
Exposición al Sr. Ministro de ÚUltramar...oooom: PAN acosa E AS E 
Estadística demográfico-sanitaria de la Habana........... ATT E AOS 
Idem idem idem 1déM.....ooooconconaconenn ronemcaness EpTnosS Sa SS , 
Idem idem idem idem.........- RE OA Os A ; 
Entomología (impreso aparte). 
E 
Informe sobre unos VinOS+........ RN AA O 


Idem en causa contra el asiático A. Ch. O A A 
Indice del tomo XXVIII (aparte) 

O 
Idera: en causa contra D..8. Dostreszo: ¿phopndon dond rob dai tre 


Idem en causa contra D. €. F..ccccoccococonccnoronacnnna rocnacano rmaneos ds z 
Tdem en idem idem D. 7. V. y Bennonnnoocorenononconccnnnonenenennacna conan conan 
Tdem en idem idem un cirujano dentista...occooocomoen. Mo Ad 
Tdem acerca del sexo de un individuo.....oocoosroccoo.. E Y EA 
Idem idem de las causas de la muerte del Dr. Ro..occcoococamoor.» E e 
Idem sobre osamentas HUMANAS. ...cocooconocrcocoancnononaanccrnnns aro nen bacerenes 
Idem en causa contra el moreno E Ap Pe A E e 2 
Tdem (2%) sobre influencia del paludismo en el braumatismO... +0... 0.0... 
Idem (2%) en causa por parricidio y Cinco asesinatos....oommoooo coosoncronos 
IM 
Moción sobre aguas del Canal AMD oo cen az asa TAE A 
O 


Observaciones geológicas y paleontológicas de la región eentral de la 
A A A o O das noees consi Pavo 


249 
460 


561 


169 
32 


229 


285 


401 


476 


DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 581 
E 
Páginas. 
Resúmen de las tareas académicas de 18914 92.........ooomooconcoancononcns 10 
Relación del movimiento de Tesorería.. E Ho 381 — 
Reproducción experimental del microbio de raras q AN Es 300 
a 
ATIORHES. 
: B 
Benasach (Dr. Guillermo). Informe rmédico legal en causa contra un 
cirujano dentista............ A Up RE PAGA AA a 180 
: Cc 
Vasuso (Dr. Gabriel). A, del tocólogo en los easos de retención 
placentaria... : ed Szae eb 149 
Idem (id. id.) La eclampsia y E O NI 415 
Coronado. (Dr. Tomás V.) io ie del hematozoa- 
rio de LayeráO.......... ido. EE e 300 
Cowley (Dr. Rafael). Informe sobre un o DANS, S1 
D 
Donoso (Dr. Cárlos). Moción sobre el canal Albear+....cmo.o..... IPC ae 47 
p 
Fernández (Dr. Juan Santos). Conducta que debe observarse en las ca- 
taratas invadidas de glaucoma sacando e dance p oca ica 293 
Finlay (D. Cárlos). Comunicación acerca de un nuevo recurso terapéun- 
tico en el tratamiento de la fiebre amarilla ..........oonooceocerorerconeno. 242 
G 


Guardia (Dr. Vicente de la). Sesiones de la Academia (actas)........... 

97, 117, 145, 159, 193, 210, 241, 245, 289, 385, 387, 433, 465, 483, 
Idem (id. ¡d.). Estadística demográfica Ns E AO 
Idem (id. id.) Informe sobre causas de la muerte del Dr. K.. 


L 


Lastres (Dr. Joaquín). Discurso de la sesión solemne conmemorativa de 
o O A O AS 
Idern (id. id.). Discurso de la sesión conmemorativa del 4% centenario 
del descubrimiento de AmÉéTICA>.....ccooiococacsonocoocnocnvodas tano sinnonada 


Mestre (Dr. Arístides). Discurso de VOCOpClÓ O moncococnna neon corn once ereceros 

Montané (Dr. Luis). Contestación á Mestr6......ooocoocococconnonnnccnnnccrns 

Idem (id. 1d.). Informe sobre osamentas humanas... 

Idem (id, id.) Influencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de 
A A o A O Po 

Melero (D. Marcos J.) Contestación al Dr: Seydel.....coooomooconm. oosmoconos 


. 5,10, 49, 65 


492, 531. 
229, 285, 401 
260, 318 


582 y ANALES DE LA REAL ACADEMIA: 


N 
Páginas. 
Nuñez (Dr. Emiliano). Informe en causa contra D. $8. T...cccoc... dura 87. 
Idem (id. id.). Informe en causa contra D.G, F.......comivens »oozon oso go nano 125 
1 ' 
Plasencia (Dr. Tomás). Informe en causa contra D. J. P. y B......coo.. 141 
Idem (Dr. Ignacio). Informe sobre el sexo de un individuo.......o........ 224: 
R 
21va Urrechaga (Dr. id Relación del E de Tesorería 
de la Academia... ....... 384, 577 
Idem id. (Dr. Miguel). “Informe « en causa , contra. el moreno o P P. por 
E A A A ds Lo 479 
S 
Seydel (Doctor ...... ).. Discurso.d6 rebepolón eo... so cqhesssnonaaos ensacosoapo 534 
HL 
Torralbas (Dr. José 1.) Contribución á la profilaxia de las fiebres rei- 
nantes.... 105 
Idem (id. id. id. y Segundo informe “sobre infiuencia del paludismo : en el 
traumatismo.+........ ar 421 
Torre (Dr. Carlos de la). Observaciones “geológicas y “paleontológicas... 121 
Idem (id. id). Comunicación respecto de un reptil procedente de Méjico. 346. 
v 
Vilaró (Dr. Juan). Algo sobre peces de Cuba... .. 23, 55. 130, 


171, 213, "252, 310, "349, 390, 469, 500. 
Valdes (Dr. Vicente B.) Segundo informe en causa Di 'parricidio y 


cinco asesinatos más, uno de éstos consumado........ommoomono eomoocrso 458 
VA 
Zamora. Informe sobre UNOS VINOS o .nscroaosoninocneonconoo ae: anos aaa 30 
AA OAOÁAÁKÁXA A A 
£ 


INDICE 


REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAS Y NATURALES DE LA HA- 


Págs. 


BANA,—Sesión pública extraordinaria del día 27 de Marzo de 1893, por 


elDry Vicente dela Guardia, Secretallo.oueiscanocrccoodncon o cope oa decian as 531 
Discurso de recepción, por el Dr. Seydel......... A a e dae 534 
Discurso de contestación, por el Sr. D. J. de Marcos MelerO..oocoororinocmmmes. 000 Él 
Iufluencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de orígen orgánico, por el 

VB E ENDURO 00 Y ARE A E A A A AR 570 
Relación del movimiento de Tesorería de Junio de 1891430 de Abril de 1893.. 577 
LS A A A O O IE 579 
AS O E A A A E O "oo REN 581 


ENTOMOLOGIA.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- 


ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 18 aparte). 


CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 


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Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. 

El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados 
en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. 

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- 
den: los 28 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de 
los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del 
Sr. Sauvalle; la: Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana 
del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de 
Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, 
porel Sr. Arang» y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman 
por el Dr. Finlay. 


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