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DE LA
SOCIEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
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DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
Secretarios : Doctor JuLto J. GATTI € ingeniero EMILIO REBUELTO
JULIO 1907. — ENTREGA Il. — TOMO LXIV
ÍNDICE
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BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
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JUNTA DIRECTIVA
Presidente.....oooooommomoom..- Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones.
Vicepresidente M..ooooooooo..» Doctor Cristóbal M. Hicken OS
Vicepresidente Vooooooo.....» Doctor Juan B. Ambrosetti
Secretario de actas..........-- Ingeniero Arturo Grieben
Secretario de correspondencia.. Ingeniero José Debenedetti
DEAR a de tr + Ingeniero Luis Miguens
Bibliotecario... «o... <.. Ingeniero Federico Birabén
¡ Mauricio Durrieux
Ingeniero Vicente Castro
Ingeniero Julio Labarthe
OLAES o ines Ingeniero Domingo Selva
Doctor Guillermo Schaeffer
Doctor Jorge Magnin
Doctor Horacio Arditi
AAA o NA Señor Juan Botto
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REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero
José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor
Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero
Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. .
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados.
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos. — *
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección
Cangallo 18525:
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PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
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Número atrasado atacan alle alas 2.00
= para los sOciOs.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de $ á 10 pasado meridiano
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SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ANALES
DE LA
SOCIEDAD CIENTI
ARGENTINA
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
Secretarios : Doctor JuLio J. GATTI € ingeniero EmILIO REBUELTO
TOMO LXIV
Segundo semestre de 1907
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
1907
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES
La cuestión cuyo estudio ha propuesto la Sociedad Científica Atr-
gentina es demasiado compleja y de ulterioridades demasiado grandes,
para que ella no sea tratada con todo el esmero que es de desear y en
todas las fases que pueden ilustrar mayormente el criterio del jurado.
En efecto, éste, al dar su sanción, va á sentar conclusiones y aceptar
procedimientos é ideas, en cuya aplicación y eficacia va á descansar
la población que por tantas razones no puede abandonar sus vivien-
das construidas en las zonas donde la dinámica interna de nuestro
elobo se manifiesta en forma traidoramente terrible, por fenómenos
de dislocación en general, y, en particular, por medio de los terremotos.
En este sentido, pienso que será indispensable comenzar por recor-
dar brevemente, cómo se producen esas conmociones, á qué causas se
cree deben ser atribuídas, qué efectos producen en la superficie de
la tierra, y cuál es la importancia de estos efectos, en relación á las
circunstancias locales de cada zona. Pues así se podrá establecer el
alcance que pueden tener las conclusiones á que se arribe, y la razón
de ellas.
Por otra parte, hecho el estudio técnico de la cuestión, será nece-
sario pasar revista á los diferentes procedimientos adoptados hasta
hoy para construir viviendas contra temblores, hacer su crítica, en
base á las conclusiones establecidas y catalogarlas por orden de segu-
ridad y economía, sin olvidar la comodidad y el confort.
Enfin, legados á formular un tipo de construcción, no será super-
fluo estudiar en qué forma los poderes públicos podrán cooperar en el
sentido de que los particulares sean previsores y construyan sus habi-
taciones de acuerdo con las conclusiones mencionadas. Porque, aun-
que parezca extraño, en el momento de la catástrofe sobran las buenas
6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
intenciones y las promesas de prepararse para otra ocasión, pero pa-
sada aquélla, la gente se olvida en un tiempo más ó menos grande y
se despreocupa.
La prueba de este aserto la tenemos en el hecho perfectamente
comprobado de que sobre las cenizas de una ciudad destruída por una
conmoción terrestre, se levanta otra (Mendoza, Pasco, Lisboa, los pue-
blos de la Calabria, etc.).
Es entonces necesario que el poder público intervenga supliendo esa
falta de previsión de los habitantes, pero ha de hacerlo en una forma
indirecta, que no dañe, que no afecte las prerrogativas del ciudadano,
si ha de ser eficaz su acción. Y es en este sentido que debe encararse
la cuestión, terminando con ello el estudio del problema propuesto.
En atención á las consideraciones expuestas, esta memoria com-
prenderá seis partes, á saber :
1* Breve estudio geológico de los terremotos ;
2* Sus efectos en las construcciones levantadas en la superficie de
la tierra ;
3* Condiciones que deben reunir los materiales de construcción
apropiados para la edificación contra los temblores y su agrupamien-
to más conveniente al mismo efecto;
4" Crítica de los sistemas usuales de construcción ;
5” Conclusiones finales, como deducción del estudio de las cuestio-
nes que preceden ;
6* Acción de los poderes públicos, en favor de la divulgación de
los sistemas más apropiados que resulten de las conclusiones finales
mencionadas.
La circunstancia de disponer de un plazo sumamente reducido para
este trabajo y la de tener que hablar á colegas competentes, al día en
las novedades de la profesión, me eximirán de ser extenso y de mul-
tiplicar las citas de autores. Me limitaré á hacer un estudio rápido,
tocando los puntos capitales y llamando la atención sobre lo que más
directamente pueda influir en la formación del criterio final del dis-
tinguido jurado.
BREVE ESTUDIO GEOLÓGICO DE LOS TERREMOTOS
Las conmociones que sufre la superficie terrestre, denominadas te-
rremotos, se manifiestan de tres maneras distintas, á saber:
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 7
a) Por sacudimientos verticales, produciéndose choques de abajo
para arriba;
b) Por sacudimientos horizontales, en los cuales los choques son la-
terales;
c) Por sacudimientos ó movimientos ondulatorios, con oscilaciones
de la superficie, tal como si fuese una superficie líquida.
Estos últimos pueden ser varios independientes, emanados de cen-
tros diferentes, y el aumento de las varias ondulaciones producen con-
vulsiones y levantamientos de la superficie terrestre á semejanza de
lo que ocurre en el mar en el encuentro de las olas. Sus efectos son
los más desastrosos.
Estas manifestaciones se producen con alternativas de intensidad
y violencia imposibles de preveer y de ponderar.
En 1837 un sacudimiento vertical en el fuerte San Carlos (Chile)
arrancó un mástil introducido en el suelo 10 metros, y sujetado con
cables de acero, y fué proyectado en el aire. En 1797 en Río Bamba,
otra conmoción análoga arrojó cadáveres á una distancia de más de
SO metros y á una altura de más de 100.
Los sacudimientos horizontales no son muy frecuentes, pero son
particularmente terribles. Tronchan columnas y muros de mucho es-
pesor y provocan esas dislocaciones características de un pilar partido
á cierta altura, girando la parte superior de cierto ángulo respecto de
la inferior.
Las ondulaciones son las más frecuentes. Adquieren á veces una
importancia extrema. En 1783, en Calabria, los árboles se inclinaban
hasta tocar el suelo con sus ramas. En 1811 ocurrió una cosa análoga
Ca
S ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en el valle del Misouri, al punto de que, siendo la amplitud de la onda
muy reducida, los árboles elevados, al inclinarse y levantarse nueva-
mente al paso de la onda, quedaban entrelazadas las ramas de árboles
próximos (fig. 1, s. Bringier), quebrándose luego al enderezarse. Así
se pudo constatar la dirección de propagación. En 1578, en China, el
suelo de Battane estaba agitado como un mar batido por una tempes-
tad. En 1812 el suelo de Caracas parecía un líquido en ebullición.
La duración de estos sacudimientos es muy variable y á menudo
es muy reducida, produciéndose conmociones sucesivas á cortos in-
tervalos.
El terremoto en 1883 en Casamieciola, duró 16 segundos y costó la
vida á 2500 personas, destruyendo 1900 casas.
Fig. 2
Hay regiones donde las conmociones seísmicas son, por decir así,
endémicas. En general, son de muy poca intensidad y solamente á
largos intervalos de tiempo se producen sacudimientos terribles y de
efectos desastrosos. Es lo que pasa con la costa del Pacífico, con las
islas Niponas, con la parte meridional del Apenino.
Á raíz de una conmoción seísmica el suelo queda á veces con pro-
fundas grietas (fig. 2) como ha ocurrido últimamente en San Francisco
de California, y, en 1783, en Argulli (Calabria), donde se notó una hen-
didura del suelo de 2 kilómetros de largo por 10 metros de ancho y
40 de profundidad.
La superficie de la tierra se deforma, produciéndose levantamien-
tos en una parte y hundimientos en otra. En 1819, en el delta del
Indus, el distrito del Gran Rumi se hundió en el mar, dando lugar á
un golfo de 5 metros de profundidad y varios miles de kilómetros
cuadrados de extensión. En cambio, en la antigua desembocadura del
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 9
Indus se produjo un levantamiento que constituye una barra, la Ullah
bund, de 3 metros de altura y varios kilómetros de longitud.
En 1885 el puerto de Nipón quedó inutilizado por un levanta-
miento del fondo. En 1750 el puerto de Concepción (Chile) quedó
en seco.
La conmoción terrestre provoca alteraciones en las capas subte-
rráneas y modifica á veces el régimen de las fuentes termales y pozos
artesianos. Á veces provoca la salida violenta de barro ó piedras, por
las grietas, sin tener el carácter de un volcán. También se producen
desprendimientos de gases mefíticos.
El terremoto de 1861 y 15862 en Suiza, provocó un aumento en la
proporción de sedimento térreo en las aguas del pozo artesiano de
Passy (de 62 grados subió á 142 por metro cúbico) (s. Hervé Mangon.).
La fuente Loueche, en 1855, en el terremoto del valle del Ródano,
aumentó en Y grados su temperatura.
La extensión de estos movimientos es también variable dentro de
límites colosales. Mientras á veces ellos afectan pequeñas Zonas, otras
abarcan provincias y naciones enteras. El terremoto de Lisboa, de
1755, afectó una zona de tres millones de kilómetros cuadrados de
superficie. En 1527 las destrucciones consiguientes al terremoto que
afectó á Venezuela, se extendieron desde Bogotá á Popayán, en una
longitud de 1500 kilómetros. En cambio, el temblor de 1579, ocurrido
en Glaris, fué sentido por los habitantes de Linthal y pasó desaper-
cibido para los pueblos circunvecinos.
La propagación de estos movimientos es longitudinal ó central. En
el primer caso siguen la dirección delos macizos montañosos (los An-
des, las montañas Rocallosas, los Apeninos, los Pirineos); en el se-
eundo, el sacudimiento se produce en un centro ó en varios centros,
y se propaga en todas direcciones, concéntricamente, hasta distancias
que dependen de la intensidad del temblor.
Los temblores del Pacífico y de Venezuela, corresponden casi siem-
pre á la primera categoría. Por eso de este lado de la cordillera,
los sacudimientos pasan, en general, desapercibidos. Solamente se
constatan los muy fuertes.
Los temblores de Lisboa (1755), Países Bajos (1828), Provincias
Renanas (1846), pertenecen á la categoría de los de propagación
central.
La velocidad de propagación varía desde 131 metros por segundo
£
(terremoto del Perú, 1868), á 742 metros (temblor de Alemania en
-
1872), 4 895 metros (temblor en la misma nación en 15943). De ahí los
10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
efectos tan distintos de los diferentes terremotos, aparte de otras
Causas Que Veremos luego.
Cuando la zona afectada es el mar, los fenómenos que se producen
son muy curiosos. El mar se aleja de las costas y su regreso es subi-
táneo, en grandes masas que se arrojan sobre las costas, destrayén-
dolo todo. El alejamiento dura hasta 24 horas.
En 1690, cuando el temblor de Pisco, el mar se retiró 15 kilóme-
tros de la costa. Volvió á las 3 horas, con olas de hasta 30 metros de
altura, que arrasó todo lo que existía en las proximidades. El Callao
fué destruído en el siglo XVII por un fenómeno análogo.
La naturaleza del terreno influye notablemente en la traslación de
la onda seísmica. En las capas espesas de aluvión, las conmociones
se propagan muy difícilmente. Por eso no se conocen temblores en la
pampa argentina, en las estepas rusas, en las llanuras del Báltico.
Las cavernas subterráneas interrumpen la propagación de la onda.
De ahí que en Santo Domingo, algunos pobladores aseguran la esta-
bilidad de sus habitaciones, haciendo en las proximidades, excavacio-
nes profundas.
Las masas graníticas ó basálticas, y, en general, los macizos pétreos
de gran espesor, no sufren las consecuencias de los temblores.
En 1583 cuando un temblor de inolvidable memoria destruyó com-
pletamente Casamicciola y Forio, construídos sobre tufo arcilloso del
Eponeo, los alrededores de Laeco, construídos sobre una base traquí-
tica, sufrieron muchísimo menos.
En 1561 el terremoto de Mendoza produjo en la llanura formada
por una capa de 9 413 metros de espesor de rocas disgregadas, gran-
des grietas y dislocamientos, mientras en la roca viva subye ¡cente, no
se notó efecto alguno.
Los terrenos dislocados, como los que forman Mendoza, San Juan
y todo Cuyo, son los más favorables para la propagación de la onda
seísmica. Además el efecto de ésta se nota con mayor intensidad en
la superficie que á cierta profundidad.
En 1572 mientras el distrito minero Lone Pine (California) era casi
totalmente destruído á consecuencia de un centenar de sacudimientos
sucesivos, los obreros que estaban trabajando en las minas, no se
apercibieron del desastre que les esperaba al volver á la superficie.
Se citan easos de que una capa de roca muy espesa, después de un
violento temblor, ofrecía su parte superior destrozada, mientras que
el resto nada había sufrido. Darwin constató este hecho en el terre-
moto de Chile, ocurrido en febrero de 1835.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES JUL
La propagación de la onda seísmica no es regular alrededor del
centro de producción. Las zonas homoseístas (de igual intensidad de
sacudimiento) están limitados por curvas que no son paralelas. Intflu-
yen en el sentido de alterar este paralelismo, la diferente naturaleza
del terreno, la existencia de grietas anteriores que desempeñan el
papel de rayos seísmicos, etc. Las grandes masas de agua que corren
por grandes hendiduras abiertas en la costra terrestre, guían, por
decirlo así, la propagación de la onda seísmica, provocando deforma-
ciones enormes en las curvas homoseístas.
Se ha comprobado que las zonas más afectadas por temblores son
las inmediatas á las grandes cadenas de montañas de una reciente
formación. Así las laderas de los Apeninos y los Andes, á cuyo res-
pecto los geólogos están contestes en admitir que todavía sufren va-
riaciones de nivel que indican sus últimos esfuerzos para adquirir su
forma definitiva, sufren á menudo de temblores, con efectos muy varia-
bles. De ahí que Dana haya afirmado que los grandes temblores de
tierra, constituyen uno de los fenómenos de la formación de las mon-
tañas.
Muchas hipótesis se han hecho respecto de las causas de estos fenó-
menos. Quien ha sostenido ser ellos el resultado de grandes explosio-
nes internas, en el globo terrestre, quien el resultado del hundimiento
de grandes masas en cavernas colosales, provocando choques cicló-
peos. Otros han pretendido ver una relación directa entre los fenóme-
nos seísmicos y los fenómenos atmosféricos, mientras últimamente se
han atribuído á fenómenos eléctricos.
Lo cierto es que nada concreto se sabe al respecto. Todas son con-
jeturas, que, dado el alcance de esta transcripción, no nos pueden in-
teresar.
Recién ahora se están catalogando los fenómenos seísmicos consta-
tados y los que se producen á diario, pues la superficie terrestre está
continuamente agitada por estos fenómenos, ora en un punto, ora en
otro. Dentro de mucho tiempo, cuando la estadística abarque muchas
decenas de años y los datos consignados se refieran á un criterio úni-
co y universal, será dado á los estudiosos deducir las leyes y relacio-
nes que rigen estos fenómenos, y recién se podrá adelantar algo en el
conocimiento de su génesis.
Por ahora, habrá que limitarse á conocer sus efectos y procurar
contrarrestarlos hasta donde sea posible.
Conclusiones. — El extracto que precede, tomado de las obras clá-
sicas de K. Fuchs, de Heim, Suess, Réclus, Rossi, Pfaff£, Lapparent,
12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ete., sobre la materia, nos permite establecer una conclusión previa
que se refiere al alcance que puede tener la resolución del problema
propuesto por la Sociedad Científica Argentina.
El investigar cuál sea el sistema de construcción más apropiado
para casa-habitación en regiones sujetas á temblores no quiere decir
tener la pretensión de arribar á una fórmula que satisfaga todas las
exigencias y sea á prueba de cualquier conmoción, por intensa que
ella sea, y cualesquiera sean las circunstancias en que se produzcan.
No es posible ponderar la intensidad de una conmoción, ni es posi-
ble preveer la forma de su manifestación, elementos indispensables
para estudiar la manera de contrarrestar sus efectos. No es posible
hacer casas que resistan á un hundimiento del suelo y consiguiente
inundación que ofrezca una resistencia eficaz al regreso del mar, ale-
jado de la costa por una ola seísmica que queden en pie cuando el
suelo se grieta en mil formas, cuando la deformación sea tan pronun-
ciada que la inclinación del edificio alcance 4 un ángulo tal que se
produzca un volcamiento.
Claro es que estos casos son los extremos, los menos frecuentes,
aquellos que deben clasificarse entre las hecatombes á que la huma-
nidad está condenada de tiempo en tiempo, por suerte con intervalos
muy grandes, entre una y otra. En cambio, son frecuentes las convul-
siones internas que provocan deterioros de consideración en la estruc-
tura de un edificio, su incendio, su desplome á veces, y entiendo que
es para estos casos que la Sociedad Científica Argentina ha querido
provocar la exteriorización de la manera de pensar de sus asociados.
Dada la forma de producirse los fenómenos seísmicos, dadas las
peculiaridades de cada uno de los grandes temblores citados, dado lo
poco que se arguye sobre su origen y su intensidad, será posible de-
cir que la técnica moderna puede dar á los habitantes de las regiones
sujetas á temblores, normas de construcción que las pondrá á cubierto,
en cuanto sea posible, de los efectos de los temblores de mediana inten-
sidad, y aún de los bastante violentos, si ondulatorios ; pero será hu-
mano decirles que si con ello habrán aminorado el peligro, no lo habrán
salvado del todo, y que la única solución radical está en no levantar
ciudades donde se sabe de antemano que la dinámica interna de nues-
tro globo se manifiesta al exterior en formas reconocidamente violen-
tas é imponderables.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 153
TI
EFECTOS DE LOS TEMBLORES CONSTATADOS
EN LAS CONSTRUCCIONES USUALES
Sobre este particular es fácil hacer una exposición detallada, por
cuanto tenemos desgraciadamente ejemplos recientes que nos permi-
ten hacer un estudio completo.
Voy á analizar lo ocurrido en el reciente terremoto de Valparaíso y
el de agosto de 1903 en Mendoza, desde que esta memoria está desti-
nada á salvar los inconvenientes y desastres producidos en las lade-
ras de los Andes. Citaré luego algo referente á San Francisco de Oa-
lifornia, á los efectos de los capítulos 111 y IV.
Me referiré á las fotografías de los edificios destruidos, valiéndome
para ello de las reproducciones aparecidas en el suplemento de La
Nación de septiembre 13 y en La Ilustración Sudamericana del 15
del mismo mes, que los interesados podrán consultar en cualquier
biblioteca.
El efecto del temblor es muy diferente, según el material con que
está hecho el edificio. Es opinión generalizada en las provincias de
Cuyo y en la costa del Pacífico, que la mampostería común, á base de
ladrillos cocidos y asentados en cal, es sumamente sensible á los efec-
tos de los temblores.
De ahí la costumbre de hacer construcciones con adobes, asentán-
dolos en barro bien batido. Cuando se quiere hacer algo más resistente
y elástico, se hace el enjarillado, que luego se recubre con barro bien
azotado contra aquél.
En las construcciones de mampostería, los efectos de los temblores
se manifiestan de varias maneras.
Todas las partes prominentes, pináculos, crestas, ete., de poca sec-
ción, sin mayor vinculación al resto del edificio, son derribados. Las
cornisas salientes, que coronan los frentes se grietan en su sección de
empotramiento y caen, siendo ellas las causas más generales de los
accidentes que sufren los moradores, quienes, al huir, son alcanzados
y heridos por estos desprendimientos. Las columnas y pilares son
tronchados.
14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los muros altos y anchos, poco trabados con otros perpendiculares, se
desploman. Cuando dicha traba existe, especialmente en paños chicos
dle muros, estos se grietan en forma muy variada, ora longitudinal,
ora transversal, ora algo ramificada, ora radial, á partir de un centro.
Un ejemplo patente de este último caso lo tenemos en el costado
sud del atrio del cementerio de Mendoza, el cual ha sufrido terrible-
mente cuando el temblor de agosto de 1905.
Además, al inclinarse el edificio, las vigas de hierro ó madera, sim-
plemente introducidas ó apoyadas en la mampostería, hacen el efecto
de palancas en sus extremidades y provocan la dislocación del muro,
en la parte superior al asiento de las vigas ó tirantillos, y luego, á
consecuencia de la oscilación, el vaivén que se-establece vuelca la
parte superior desprendida ya, mientras el techo, ó entrepiso, sacu-
didos por la conmoción, se disloca, caen las vigas y se desploma el
todo.
Donde falta traba, la grieta es fácil de producirse y trás ella la dis-
e)
locación y el desplome. Donde hay traba los efectos son menos sensi-
bles. De ahí que los muros se desploman en toda la parte superior al
adintelamiento de las puertas y ventanas ó á los arcos que limitan
superiormente una abertura. Los grandes macizos, que por su misma
arquitectura exigen un agrupamiento de material más cuidadoso resis-
ten más fácilmente, aunque estén colocados en alto y en condiciones
desfavorables.
Es proverbial en Mendoza y San Juan, que en todo terremoto se
derriban los muros llenos, sin aberturas, pero cuando hay una puerta,
la grietadura se produce contorneando ésta, quedando en pie el marco
de aquélla. Y de ahí la práctica, en esas regiones, de refugiarse bajo el
dintel de una puerta, cuando el temblor se anuncia, como en general,
con conmociones previas de poca intensidad.
Los derrumbes se producen con mayor facilidad cuando los mate-
riales empleados son de inferior calidad, especialmente la mezcla con
la cual se asientan los ladrillos. Por eso es que los grandes edificios
hechos con el mayor esmero, sufran las consecuencias de un terremo-
to en mucha menor escala. Así en Valparaíso, últimamente, el edifi-
cio del parque general del ejército perdió solamente los torreones de
defensa, pero los muros casi no sufrieron nada. En el terremoto de
Mendoza, en 1561, el convento de San Francisco fué totalmente des-
truído, quedando en pie sin embargo, pilares y arquerías donde el
ladrillo exigió una traba cuidadosa y donde se empleó mezcla de me-
jor calidad.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 15
Á este respecto, hasta hace poco, era posible ver en las ruinas del
convento mencionado, un gran arco impostado de un lado y libre en
el otro, con un vuelo en port-a4-faux, tan grande, que constituía una
verdadera maravilla de equilibrio, habiendo permanecido así por más
de 40 años. Entiendo que fué destruído por el temblor de 1903.
Una particularidad á notar es la siguiente. Cuando en el edificio
hay partes prominentes que llevan esqueleto metálico ó de madera,
con relleno de mampostería, los temblores provocan el desprendi-
miento de esos revestimientos ó rellenos, quedando intacta la osadu-
ra, Ó poco deteriorada.
Es lo que ha ocurrido con la torre de la ¡olesia de La Merced, en
Valparaíso. Otras veces, el esqueleto mencionado basta para retener
los materiales de revestimiento ó relleno impidiendo su desprendi-
miento. Es lo que ha pasado con la parte prominente del palacio de
sobernación marítima, también en Valparaíso.
Un hecho sugestivo á este respecto es lo que ha sucedido en San
Francisco de California últimamente. Como es sabido, allí lo general
es construir edificios muy elevados, con esqueleto metálico, rellenan-
do luego los huecos con materiales cerámicos. Pues bien, es enorme
el número de palacios así construídos que se ha derrumbado. Y sin
embargo, quedaron en pie otros construídos tambien con esqueleto
metálico, y quedaron en pie así, jaulas de edificios públicos mientras
éstos se desplomaban en parte y lo que se explica tan sólo por la adop-
ción de otros criterios en el agrupamiento de los materiales como vere-
mos á su tiempo.
La introducción de un esqueleto metálico no ha bastado en muchos
casos para impedir el derrumbe. Así vemos entrepisos y techos, cons-
truídos con viguetas de acero y bovedillas de material cerámico, des-
plomarse, á consecuencia de la inclinación y agrietado de los muros.
En otros, en cambio, techos y entrepisos han quedado intactos, aun
cuando eran construídos con tirantería de madera.
Los edificios con piso alto han sufrido á veces más fuertemente los
efectos del temblor, como pasó con el frente del piso alto de la Gober-
nación marítima de Valparaíso, con la casa del almirante Simpson,
con la fábrica de cerveza Unión, con el teatro Victoria y hospital San
Agustín.
En algunos de estos edificios se nota el desplome de los muros de
la fachada. En otros, el desplome de parte de estos muros y del techo
ó entrepiso apoyado sobre ellos.
Llama la atención el hecho de que cuando el techo no ha sufrido
16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mucha deformación á consecuencia de las ondulaciones del suelo, ha
contribuido eficazmente á sostener los muros donde apoyaba, así como
si por efecto de la presión vertical producida por su peso, el muro
inferior no hubiere podido agrietarse y caer. Es así como vemos que
en el hospital San Agustín y casa del almirante Simpson y Goberna-
ción marítima, mientras han caído los muros de frente, han quedado
de pie, los muros transversales sobre los cuales apoyaba el techo, y el
desastre ha sido menor,
En cambio, cuando el techo ha sido de gran luz, como en la fábric:
de cerveza Unión, y colocado á bastante altura, los efectos del temblor
se han hecho sentir extraordinariamente, y deformándose aquél, ha
facilitado el agrietado y derrumbe de los muros de apoyo, quedando
casi intactos los de cabecera.
Se ha constatado también que toda construeción formada por una
trabazón de madera, rellenada con materiales cerámicos, ha sufrido
erietaduras y dislocaciones con mayor facilidad que la formada por
una trabazón metálica. En cambio, toda trabazón de madera involu-
erada en barro pisado ó adobón colocado húmedo, en forma de consti-
tuir después una masa homogénea, ha resistido más fácilmente la
acción del temblor.
Por otra parte, cuando la trabazón metálica ha sido involucrada en
una masa cementicia rica en cal ó cemento, los efectos del temblor
han sido menores. Es así como vemos resistir las columnas y pilares
con alma de hierro y como no se egrietan los adintelamientos de puer-
tas y ventanas, cuando éste está hecho con vigas de acero.
El derrumbe de edificios de mampostería común, por efecto del
temblor, se produce siempre por el desprendimiento de grandes blo-
ques que al golpear contra el suelo se trituran y despedazan. Lo mis-
mo pasa cuando el edificio es de adobe ó tapial.
El desprendimiento por pequeños bloques sólo ocurre, tratándose
de pedazos de cornisas, pináculos, ménsulas, por la dislocación del
material de relleno dentro de un encuadrillado de fierro ó madera que
forma el esqueleto de la construcción. Y en este caso, el tamaño de los
bloques desprendidos depende naturalmente del tamaño de la malla
del encuadrillado. Se ha comprobado también, que el efecto de los
temblores sobre los muros, se limita á la parte en elevación, en gene-
ral, y muy raramente en los cimientos. Parecería que el empotra-
miento de ellos dentro del suelo, los pusiera á cubierto de toda dis-
locación.
Es esta una observación que utilizaré después.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES y
Las construcciones de madera ofrecen en general mayor seguridad
contra los temblores, en cuanto se refiere á las conmociones que
«aracterizan á éstos. Los efectos de aquéllos se producen sobre dicha
construcción, desarticulándola, por decirlo así, rompiendo las espigas
que forman las ensambladuras, deformando los paños de muro, como
consecuencia de ello, si el enchapado que forma aquél no es suficien-
temente resistente.
Los techos se desprenden en parte, si es que la tirantería ó la arma-
dura no está sólidamente vinculada al resto, y sí solamente apoyada.
Se ha comprobado que los muros de madera formados con el esque-
leto común de tirantillos, enchapados con tablas por dentro y hierro
galvanizado por fuera, se deforman más fácilmente que los de chapa
de madera también al exterior.
Del mismo modo se ha notado también que una habitación cuadra-
da ó rectangular cubierta con un techo formado de tirantillos inclina-
dos según la pendiente del techo, pero asegurados á las paredes, sufre
menos que otra con techos á dos aguas, con armaduras, vineulando
los muros tan sólo en puntos muy distantes.
Además, la compostura de una construcción común de madera,
violentamente sacudida por un temblor, es una operación muy difícil
y muy costosa, como que muchas veces es preciso desarmarla ínte-
eramente para restablecer las ensambladuras despedazadas.
Las construcciones con esqueleto metálico á consecuencia de los tem-
blores sufren deformaciones que haciendo saltar remaches y roblones,
provocan su desplome, retorciéndose las barras y piezas perfiladas,
pero tronchándose muy raras veces.
Hay casos en los cuales el derrumbe es parcial solamente, pero ello
es debido más bien á la estructura del conjunto, que por una razón ú
otra, está dividida en bloques casi totalmente separados.
La característica del derrumbe de una construcción metálica, es el
desplome del conjunto arrastrando los muros ó pilares que lo sopor-
tan. Basta recordar al respecto, el último derrumbe de la estación de
ferrocarriles en Londres, que iniciado por el del techo, arrasó todo lo
demás.
Pero, los temblores son causa de otros desastres que indirecta-
mente emanados de ellos, completan la obra destructora. Me refiero
á los incendios producidos por mil causas; la explosión de los gasó-
metros, los contactos eléctricos, etc.
Las construcciones de mampostería, madera y fierro, son presa de
las llamas casi con la misma facilidad debido al incendio de los mue-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 2
18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
bles, papeles, géneros, ete., contenidos en las casas. Á veces el incen-
dio se produce en los maderos de la construcción, tirantes, vigas,
pisos, muros, tabiques, etc.
Iniciado el fuego, en cualquier forma que sea, en una casa de mam-
postería común, aquél destruye puertas, ventanas, revestimientos,
ete., y las llamas haciendo presa en el eaomaderado de techos y entre-
pisos, provoca el desplome de éstos y de parte de los muros, sobre
todo donde apoyan las vigas maestras.
Si el entramado del entrepiso ó del techo, es de fierro ó acero, con
relleno de material cerámico, como ocurre en la generalidad de los
casos, y hay además vigas maestras que los soportan, al descubierto,
ó con los flancos rellenados simplemente con ladrillos de plano y luego
recubiertos con una capa de mezcla de cal, en forma de revoque, como
se acostumbra hacer, las llamas actúan sobre la parte al descubierto
de la viga ó viguetas, elevando su temperatura. Por efecto de esto,
bajo el peso que gravita sobre ellas, comienza el flexionamiento, de-
bido al cual se grieta el revoque del relleno lateral y se desprenden
los ladrillos, dejando así en descubierto mayor superficie de la viga.
Las llamas actúan sobre ésta con mayor intensidad, el fiexionamiento
aumenta por efecto de la dilatación y al poco rato la viga se contuerce,
sale de los alvéolos donde están introducidas sus extremidades y pro-
voca el desplome de todo el entrepiso ó techo.
Otras veces, y es lo más común, cuando el peso que gravita sobre
la extremidad de la viga es tan grande que constituye un empotra-
miento casi perfecto, la viga no se desprende, se dobla al caer, hace
el efecto de palanca ó de cadena de tracción y origina el desprendi-
miento de pedazos de muros.
Es lo que se puede constatar en el reciente incendio del Depósito
de aduana en el Puerto Madero y en la librería Vázquez Millán, en
esta Capital.
Las construcciones de madera, está demás decir que son fácilmen-
te destruídas, por más pintura i¡enífuga con que se las recubra.
Las construcciones metálicas aparentes, formadas por ejemplo por
columnas, vigas y viguetas de acero, revestidas con chapas de fierro
galvanizado, como se acostumbra para galpones de aduana, industrias
y depósitos, y las construcciones belgas y americanas, llamadas contra
temblores, bajo la acción del fuego iniciado en la mercadería deposi-
tada ó en los cortinados, pisos de madera, ete., son presa de las llamas
con suma facilidad y su destrucción se produce en la forma mencionada
antes para las vigas aparentes, en las construeciones de madera.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES LS
Cuando la construcción metálica está involucrada en una masa
cementicia á base de cemento portland, por ejemplo, en el caso del
cemento armado, la acción del fuego es nula completamente. Justa-
mente, constituye esto una de las características de este moderno
sistema de construcción, el cual sufre temperaturas de 1500 grados y
subsiguientemente un chorro de agua fría, sin grietarse ni deformarse.
Esto Ira sido constatado en experiencias hechas en París hace mu-
chos años y ha tenido la sanción de la práctica en incendios produ-
cidos en mercaderías depositadas en locales de cemento armado.
Además, es justamente debido á ésto que los tesoros modernos que
construyen los bancos y las tesorerías de los estados se encierran en-
tre muros de ese sistema.
En el reciente incendio de San Francisco se constató que también
resisten por mucho tiempo á la acción del fuego los hierros encerrados
en piezas de alfarería, bien asegurados y dispuestos en forma de que
el fuego no pueda actuar directamente sobre aquéllos, sin antes rom-
per el involuero de cerámica. Pero su resistencia es mucho menor que
la del cemento armado.
1000
CONDICIONES QUE DEBEN REUNIR LOS MATERIALES DE CONSTRUC-
CIÓN APROPIADOS PARA LA EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES Y
SU AGRUPAMIENTO MÁS CONVENIENTE AL MISMO EFECTO.
De la exposición que precede es fácil deducir la contestación á las
cuestiones que importa el título de este capítulo, resumidas en las con-
clusiones siguientes :
En primer lugar, los materiales por emplear deben ser de aquéllos
que una vez puestos en obra, se ligan entre sé, se adhieren con bas-
tante energía, sea por medios mecánicos, sea por medios físicos ó
QUÍMICOS.
No se concibe la edificación con elementos fraccionados, donde cada
una de las piezas está retenida en su sitio por el simple propio peso
ó por medio de un vínculo débil. La edificación hecha con piedras Ó
ladrillos colocados en seco ó asentados con barro ó con tierra seca, no
responderán al objeto deseado, desde que cualquier causa externa que
20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
provoque una sacudida ó una desviación de la vertical, traerá como
consecuencia su desmoronamiento.
Los ladrillos y las piedras deben ser de calidad resistente y coloca-
dos con la debida trabazón. De este modo no se introduce en el muro,
planos de fácil rotura, desde que ésta se produciría siguiendo planos
de mezcla. La trabazón de la piezas, en plano horizontal y vertical, y
el empleo de mezclas excelentes, hechas con cales de buena calidad
y arena bastante gruesa y silícea permitirá tener una edificación más
segura que la hecha con ladrillos ó piedras fácilmente quebradizos,
mal trabados y asentados en mezclas débiles y mal preparadas.
El ladrillo ó piedra debe ser previamente embebido en agua á fin
de que la mezcla de cementación pueda adherirse mejor, penetrando
en los poros de aquéllos y ofreciendo al resbalamiento una resistencia
que no provenga tan sólo de la adherencia entre ambos materiales,
sino que resulte también del esfuerzo de corte necesario para romper
las mil agujas de mezcla que se introducen en los poros mencionados.
La trabazón de los muros en su intersección, debe ser la más esme-
rada posible, á fin de evitar el desprendimiento de unos, sin afectar
á los Otros.
Los muros deberán estar bien empotrados en el terreno, á fin de
que, convertidos en algo casi monolítico por la trabazón esmerada,
su afianzamiento al suelo impida en lo posible su traslación ó volca-
miento en bloque.
El adintelamiento de las aberturas, debe ser hecho con piezas de
hierro ó acero, de mucho apoyo en sus extremos, á fin de que sean á
prueba de choques y permitan en todo caso al muro sostenerse en
todo cuanto se refiere á la puerta ó ventana. La madera podrá suplir
en parte al hierro, pero ha de ser muy fibrosa y dura, á fin de ser muy
resistente. Aun así tendrá en su contra que, en igualdad de casos, ello
exigirá una escuadría mucho mayor y, por lo tanto, ahuecará mayor-
mente el muro en sus apoyos y lo debilitará más. Por otra parte
ofrece el peligro de deformaciones debidas á su sensibilidad higromé-
trica, lo que provoca pequeñas dislocaciones en el muro, á veces in-
visibles, que constituyen verdaderos planos de rotura ó por lo menos
de menor resistencia.
El mismo hierro ó acero ha de ser recubierto á fin de que esté lo
menos posible expuesto á la acción directa del calor y del frío.
Los paños largos de muros deben ser reforzados de trecho en tre-
cho por pilares salientes, bien trabados con el resto, á fin de evitar
posiblemente deformaciones de aquél por flexión, forma de trabajo
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 21
muy común en los muros perpendiculares á la dirección de propaga-
ción de la onda seísmica.
Teniendo presente que otra causa de destrucción de los edificios
por efectos del temblor es el fuego, la madera aparente debe proseri-
birse en absoluto y el fierro debe ser puesto á cubierto de la acción
directa de las llamas ó del calor.
De ahí que los entrepisos y techos deben ser hechos con entra-
mado metálico, y éste revocado inferiormente con materiales que se
adhieran perfectamente al hierro, especialmente á base de cemento
portland.
Las columnas y vigas de acero deben también ser puestas á cubier-
to de la acción del fuego aún en casos de deformaciones del conjunto,
pues, debido á éstas, puede á veces grietarse el recubrimiento ineom-
bustible y dejar al metal al descubierto.
Si el entramado de techos ó entrepisos se hace de madera, las pie-
zas que lo forman deben ser clavadas ó atornilladas entre sí, no sim-
plemente apoyadas ó ensambladas á objeto de impedir movimientos
verticales, sino también horizontales. Su apoyo sobre los muros debe
hacerse procurando que en verdad las cabezas de los tirantes ó vigas
estén desligados de aquéllos en huecos grandes, de manera que, si por
una causa cualquiera las extremidades se levantan, tengan como ha-
cerlo sin producir sobre el muro un efecto de palanca, lo que traería
como consecuencia el dislocamiento de éste.
Los materiales de relleno ó de recubrimiento de dichos entramados,
deben ser de tal naturaleza que sea posible vincularlos estrechamente
al entramado mismo. Con ello se evitará su escurrimiento ó despren-
dimiento, con los consiguientes peligros, sin olvidar que el entramado
mismo, quedando al descubierto, estará expuesto á los efectos del in-
cendio.
Los cielo rasos que se coloquen ocultando el entramado del techo 6
entrepiso, deben ser á prueba de fuego y posiblemente de deformacio-
nes. Sólo así podrán servir de aislador para dichos entramados. Su
aseguramiento á los muros y vigas deberá ser muy esmerado, á fin de
que á consecuencia de una conmoción fuerte, no se desprenda en con-
junto ó por grandes pedazos, con lo cual se habría hecho ilusoria la
precaución de hacerlo con materiales apropiados.
Todo saliente, cornisa, ménsula, pináculos, ete., deberán ser arma-
dos con hierros sólidamente vinculados á los muros ó techos de que
forman parte. Dichos fierros deberán ser no solamente de la sección
apropiada para resistir al esfuerzo á que se crean sometidos en un
22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
temblor, sino que deberán ser racionalmente dispuestos. Introducir
en un pináculo una barra de acero de 30 milímetros de diámetro y
empotrada 15 centímetros solamente. en el muro, es tener la certeza
de que caerá á la primer sacudida. Armar una ménsula con un solo
fierro horizontal sin tornapuntas, será no haber hecho mucho en favor
de su solidez.
Los edificios con piso alto, y que de consiguiente están más expues-
tos á la acción susultoria y ondulatoria de los terremotos, deben tener
sus muros perfectamente trabados y vinculados con cadenas de hierro.
En la mampostería común ese encadenado, debe repetirse á diferente
altura, armando también los arcos de descarga sobre las aberturas, á
fin de que no se desplomen en caso de ceder un poco los pies derechos.
Toda prominencia ó saliente no indispensable debe evitarse, pues
estando á mayor altura en una casa alta que en una baja, el efecto del
temblor sobre dichas prominencias es más sensible en aquéllas que
en éstas y de consiguiente aun armadas, los muros donde están empo-
tradas las armaduras, están sujetos á un trabajo de tracción mucho
mayor y más peligroso.
Los techos de una casa alta deben ser hechos con materiales livia-
nos sacrificando á este criterio un poco de comodidad y de estética.
La altura debe ser reducida al mínimum, por las razones ya mencio-
nadas, propendiendo de este modo á bajar el baricentro de la cons-
trucción y de consiguiente disminuir el momento del esfuerzo á que
está sometido por el temblor.
Las escaleras de acceso desde el piso bajo han de ser construidas con
materiales incombustibles, aunque se revista luego con madera ú otro
material fácilmente presa de las llamas. En este sentido se cuidará
muy especialmente el entramado ó parte resistente de la escalera.
Los marcos de puertas y ventanas deberán ser siempre de maderas
de bastante escuadría y bien ensamblados á fin de que respondan de-
bidamente á su objeto de apuntalar la construcción. Además, estos
marcos deberán ser conformados de manera que no se deformen
estando la puerta ó ventana cerradas, pues de suceder eso, no será
posible abrirlas, lo que será un serio inconveniente. No olvidemos
que á veces el temblor se manifiesta por una primer sacudida de poca
intensidad, que pone en aviso álos habitantes, quienes procuran salir
á los patios ó á las calles antes de que se produzcan los siguientes, de
mayor intensidad, y de consiguiente deben tener asegurado el fácil
funcionamiento de las puertas.
Si el terreno donde se construye una casa está formado por rocas
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 23
diseregadas — grava ó ripio — fácilmente desmoronable y movedizo,
todos los muros ó pilares deberán asentarse sobre enchapados de ma-
dera dura ó de hormigón armado á fin de que, posiblemente, las grie-
taduras del suelo no provoquen otras en los muros.
Llamados á proyectar un edificio en sitio aislado, con libertad de
ubicación dentro de ciertos límites, se deberá estudiar el suelo á fin
de sentar aquél sobre un macizo granítico ó basáltico, ó por lo menos
de rocas de las más compactas de la localidad. Posiblemente se ele-
oirá un sitio que no esté muy elevado, que esté rodeado de profundas
cortaduras en el suelo, como si se tratara de tener cirecundado el edi-
ficio con fosos de seguridad, lo que nos permitirá aminerar los efectos
del temblor, interrumpiendo la onda seísmica.
La distribución del edificio debe ser la más agrupada posible, es
decir, debe evitarse la casa pompeyana ó romana, formada por una
sucesión de habitaciones, cuando mucho interrumpidas por patios 6
separadas por corredores.
Una casa muy larga y distribuída en la forma mencionada, hace
que hayan muros muy largos también, poco trabados y por consi-
guiente poco aptos para comportarse como monolíticos. Será muy
fácil que se produzcan egrietaduras y desplomes.
La distribución más conveniente para que todo el edificio esté coli-
vado y actúe en lo posible como una nave en mar agitado, es la de
un agrupamiento de habitaciones, donde los muros se cruzan, se in-
terceptan, subdividiéndose en paños pequeños, de manera que, en lo
posible, todas las partes de la construcción sean solidarias y actúen
en completo acuerdo.
Ello será la concentración de fuerzas para oponerse á la acción de
otra externa, realizándose así una vez más el adagio conocido.
Conclusiones. — En resumen, teniendo presente cómo se manifies-
tan al exterior los temblores de tierra y cómo actúan sobre la edifica-
ción común, según lo expuesto en los capítulos I y II que anteceden,
podemos sentar las siguientes conclusiones concretas, como termina-
ción de los presentes capítulos.
Para que una construcción reuna las condiciones necesarias para
contrarestar en lo posible los efectos de los temblores, deberá llenar
los siguientes requisitos :
a) Los muros serán hechos con materiales resistentes y dispuestos
de modo á establecer entre las diferentes piezas, la máxima vincula-
ción, de manera que cada paño pueda actuar casi como un monolito;
b) Los techos y entrepisos deberán llenar los mismos requisitos,
24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
pero además deberán asegurarse á los muros de manera que inclinán-
dose todo el edificio, sufran un mínimum de deformación ;
e) Los materiales empleados serán siempre incombustibles. Si no lo
fueran, deberán adoptarse dispositivos para ponerlos á cubierto de la
acción del fuego;
d) Los diferentes locales de un edificio deberán reconcentrarse en
el menor espacio cubierto posible, evitando las largas hileras de pie-
zas aisladas ;
e) La edificación con altos dependerá del sistema que se adopte en
la construcción y los materiales empleados. Cuanto más concentrada
sea la distribución, y cuanto más vinculadas estén las partes de un
edificio, mayor resistencia opondrá éste á los temblores y, de consi-
ouiente, mayor será la altura que se les podrá dar;
f) No se deberá exagerar la altura de los edificios en relación á su
planta, á fin de evitar volecamientos del conjunto.
IV
CRÍTICA DE LOS SISTEMAS USUALES DE CONSTRUCCIÓN
Veamos, ahora, si los sistemas de construeción que en general se
adoptan en las regiones sujetas á temblores, responden á lo que que-
da consignado en las conclusiones sentadas en el capítulo precedente.
a) Construcciones de mampostería común. — En general, se hacen
con muy poco cuidado, empleándose ladrillos bien cocidos pero colo-
sados deficientes de agua y asentados.con mezclas pobres. La traba-
zón de los ladrillos en un mismo muro y en los muros entre sí, se hace
sin mayor esmero, tal como se acostumbra hacer para la edificación
en regiones nunca agitadas por temblores. No se colocan llaves de
hierro que suplan en cierto modo la falta de trabazón, resultando una
edificación verdaderamente fraccionada, en la cual, con poco esfuerzo
se provocan dislocaciones y grietaduras; además se exagera en
prominencias, especialmente en cornisas y pináculos, sin armarlos
convemientemente.
Los techos se hacen con enmaderados que se recubren con una capa
de barro bien pisado y mezclado con paja, alisándose la superficie con
ligera pendiente hacia los caños verticales de desagiie ó se recubren
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 25
con chapas de fierro galvanizado acanalado, sujeto á alfajías embuti-
das en la capa de barro y se disimula inferiormente el entramado del
techo, con un cielo raso de madera, de tela ó de yeso extendido sobre
un enmaderado ó sobre un encañizado.
Cuando los techos se hacen con viguetas de acero y se construyen
bovedillas entre ellos, se pinta el fierro con minio, siguiendo una vieja
práctica que no se justifica en este caso, y las bovedillas se hacen con
ladrillos y mezclas más ó menos buenas. Si se revoca Inferiormente
la bovedilla, el ala inferior del fierro queda á la vista; si se hace un
cielo raso es del sistema ya mencionado.
Las columnas y vigas de acero, ó se dejan lisa y llanamente á la
vista Ó se recubren con una tela metálica, que se revoca por fuera con
una ligera capa de mezcla común á base de cal. La unión de vigas y
columnas se hace por simple apoyo sin roblones, ó si se colocan, son
en número y de sección tal que están diciendo á gritos que han sido
proyectados al solo efecto de retener las piezas en su sitio durante la
construcción. Las extremidades de la viga están verdaderamente em-
potradas en los muros y los pilares ó columnas aisladas apoyan sobre
dados de granito ó de mampostería, sin prisionero alguno.
La distribución es de las llamadas abiertas, la: sala y el comedor
cuadrando al patio, dormitorios intermedios con galerías al frente.
Edificación sobre una línea con los muros de patio y medianeros tra-
bados solamente por los tabiques transversales interiores. Raras veces
la medianera sirve para dos casas contiguas, dada la tendencia de
orientar todas éstas hacia los mismos rumbos..
Como se ve, no se llena ninguno de los requisitos apuntados en el
capítulo precedente. Los muros están muy lejos de ser monolíticos ;
no existe así vínculo entre dos hiladas de ladrillos y tampoco existe
en los techos ó entrepisos. Tampoco existe entre éstos y aquéllos.
Resulta, pues, que cuando ocurre una conmoción de intensidad re-
ducida vuelan las cornisas y los pináculos, se desarticulan, por decirlo
así, los techos, se desprenden pedazos de los revoques y de los cielo
rasos. Si la conmoción es más fuerte, se grietan los muros y se des-
prenden en parte los unos de los otros, así como pedazos de barro seco
del recubrimiento de los techos. Cuando el temblor es bastante vio-
lento, entonces, inclinándose los muros, provocan la salida de los
tirantes del techo de su alvéolo y aquéllos se derrumban en todo ó
en parte, arrastrando pedazos de muro, previamente egrietados por la
deformación del techo mismo y por la disgregación de los materiales
con que está construído el propio muro.
26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
-
Á veces, como consecuencia de ésto, se produce la rotura de las
cañerías de gas y de los cables de luz eléctrica. Éstos dan lugar á
contactos que originan pequeñas chispas que, inflamando el gas des-
prendido, provocan el fuego que propagado á los maderos caídos,
incrementa el incendio y hace presa á todo el resto del edificio no
derrumbado. Y entonces los cielo rasos de madera ó de tela ó con enma-
derado, se grietan bajo la acción de las llamas; éstas hacen presa en
la tirantería de madera ó lamen la tirantería de fierro del techo y ele-
vando su temperatura los deforman y retuercen, provocando en ambos
casos el derrumbe completo de aquél, con el consiguiente arrastre de
otros pedazos de muro.
Las columnas aisladas, inclinadas por la ondulación del suelo, se
deslizan sobre su base y al mismo tiempo las vigas que ellos soportan
son sacudidas y dislocadas y las llamas completan la obra, retor-
ciéndolas.
Es así como se explican los derrumbes terribles producidos en Val-
paraiso, donde en una misma calle, caían edificios grandes y otros
quedaban en pie más ó menos destrozados; donde en un mismo barrio,
las casas no derribadas por el temblor eran arrasadas por el incendio.
Resulta, pues, de todo esto, que la construcción usual de mamposte-
ría es absolutamente inapropiada para resistir á los efectos de los tem-
blores.
b) Construcción con adobes. — Los muros hechos con adobes (ladri-
llos crudos, secados al sol simplemente) previamente mojados y asen-
tados en barro bien pisado, formado por tierra vegetal desprovista de
suciedades, y bien amasado, ofrece de cierto modo alguna solidari-
dad entre las diferentes hiladas, concluyendo por ser un verdadero
monolito.
Además, este muro monolítico se eruza con otros perpendiculares,
trabándose de cierto modo los adobes de uno de ellos con los del otro,
pero sin mayor cuidado.
El adintelamiento de las aberturas se hace con tirantes de madera;
muchas veces con trozos de árboles de la localidad, cortados en épo-
cas impropias y colocados sin el debido oreo y estacionamiento. Estas
piezas de madera verde cargadas con el peso de los muros (siempre
bastantes espesos) que completan el paño hasta el techo, y muchas
veces cargado también con parte del peso de éste, flexionan una vez
colocados, adquiriendo flechas permanentes muy apreciables. Ello
trae como consecuencia un trabajo de palanca, de cuña, en las extre-
midades del dintel sobre el muro de adobe y es origen de grietas radi-
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 21
cales que aunque poco visibles á ojo desnudo, constituyen verdaderos
planos de rotura que se acusan cuando ocurre un regular temblor (fig.
3). El monolito de tierra que constituye el muro, está de hecho roto
y entonces ya no puede funcionar como tal.
Los techos y entrepisos se construyen de la manera indicada para
la mampostería común, de modo que no existe vínculo aleuno entre
ellos y los muros.
Los cimientos se hacen con el mismo sistema de construcción, de
modo que en parajes húmedos ó expuestos á inundaciones, ó simple-
mente situados en sitios donde 'sea fácil juntarse el agua de lluvia,
los muros se imbiben de agua y se mantienen húmedos permanente-
mente. Esta humedad, comenzando en los cimientos, se eleva por
efecto de la capilaridad y, después de un tiempo, se tiene todo el muro
impregnado de agua.
Los muros son fácilmente permeables. Fácilmente anidan insectos
y microbios que, ante la humedad y el calor por efecto del sol, encuen-
tran un ambiente favorable para su desarrollo y un terreno que no
opone mayor resistencia para ensanchar sus dominios.
El peligro del incendio subsiste como en la construcción de mam-
postería, agravado con la circunstancia de que en la construcción de
adobe, el hierro para tirantería, vigas, dinteles y columnas, está pros-
eripto. Todo esto se hace con madera.
Dado el sistema de techo de tierra, ya mencionado, con que se com-
pleta la obra, es fácil darse cuenta de que éstos deben ser harneros á
cuyo través no pasarán piedras, pero que no opondrán resistencia
sensible al paso de la lluvia.
El empleo de adobes, no permite hacer cornisas y salientes orna-
mentados en muros. Ellos se acusan con hiladas de ladrillos cocidos
28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
asentados en barro, de manera que en la parte más elevada del edifi-
cio, donde la conmoción es más fuerte, se acumula un material pesado
y desligado completamente del resto. Coronado el edificio con una
balaustrada, de piezas de cemento portland moldeadas, retenidas en
su sitio por su peso propio, simplemente, ó por medio de algún hierro
enclavado en el muro de tierra interior, hace que el inconveniente
apuntado aumente, y explica el hecho de que cualquier temblor de in-
tensidad insuficiente para derribar techos y Muros, arrasa sin embar-
vo las cornisas y balaustradas mencionadas, en las casas de adobe,
proverbialmente más seguras que las de ladrillo ó piedra.
Y son esos desprendimientos — como ya dije que causan el ma-
yor número de víctimas en un temblor poco violento.
Por otra parte, el adobe no permite estética alguna. Los edificios
son chatos, toseos, de muros espesos y pesados, con un cachet sui ge-
neris, que no olvida el viajero que ha visitado nuestras provincias
andinas ó ha andado por el territorio chileno.
Por fin, la adhesión entre adobe y barro ofrece al corte y á la trac-
ción una resistencia muy limitada. |
Resumiendo, la construcción hecha con adobe tiene todos los incon-
venientes de la mampostería común, con además otros que especial-
mente se refieren á la higiene. Subsisten, aumentados, los peligros
de incendio, y tienen un serio inconveniente más : el de ilusionar á sus
habitantes de que están en una casa segura y despreocuparles de to-
mar las precauciones posibles. Carece de estética y es inapropiada
para la construcción de edificios de mediana importancia.
Es pues, también ella, inapropiada para resistir á los temblores.
c) Construcciones con enjarillado ó6 trabazón de madera-y relleno de
barro. — Este sistema consiste en hacer un paño de muro con ramas
secas, más ó menos entrelazadas, como acostumbran hacer los mon-
tañeses, y luego rellenar los huecos y revestir el todo con barro pisado
y comprimido contra el enjarillado. Es de cierto modo un perfeccio-
namiento introducido en la construcción del rancho tradicional, hechos
con fustes de maíz ó cañas, revocados con barro.
Este enjarillado se hace por paños más Ó menos erandes, fuerte-
mente sujetado á parantes de madera — troncos de álamo ú otra ma-
dera inferior (fig. 4) — que soportando una solera de la misma clase
de madera, permite asentar sobre ella los tirantes del techo, el cual
se hace con alfajías y tierra pisada, como queda dicho antes.
Á veces, el enjarillado se sustituye con un cuadrillado de maderos
(á semejanza de lo que se hace para las paredes de madera) y en for-
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 29
ma de dejar huecos más ó menos grandes que se rellenan también con
barro pisado ó con adobes.
La ornamentación de los muros, con cornisas y salientes se hace en
la forma dicha para la construcción de adobes. Lo mismo los techos.
No es necesario extenderse más, sobre este particular, para darse
cuenta de que, bajo el punto de vista de la higiene, de la comodidad,
y de la seguridad contra incendios, estos sistemas no presentan ma-
yores ventajas sobre la construcción de adobes.
En cambio, resultando muros más delgados, ofrecen más fácil paso
á la humedad, menos asidero á los techos, el adintelamiento de las
aberturas es más imperfecto y de ahí que difícilmente funcionan con
regularidad las puertas de una casa hecha con enjarillado.
Tiene la ventaja de que los muros son más elásticos. El erietado de
ellos sólo es posible tronchando el entramado, el cual ofrece siempre
más resistencia que el simple barro pisado, tanto que el efecto de los
30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
temblores sobre ellos es más bien de deformación que de rotura. Si se
desprenden pedazos de barro, ellos son chicos que no hacen mayor
dano.
Si los locales son pequeños y el maderamen del techo es liviano, la
casa construída con enjarillado ofrece mayor resistencia al temblor
que las de los sistemas antes estudiados. El techo, como siempre, des-
vinculado de los muros, en una fuerte sacudida caerá, los muros se
inclinarán, se torcerán y caerán pedazos de barro; pero el daño que
sufren, las personas y muebles, será limitado. Aquéllas podrán sufrir
contusiones más ó menos fuertes, pero difícilmente la muerte.
Pero si el techo es de mucha luz, con vigas gruesas y pesadas, el
mayor peligro estará en éste; lo que nos dice que se deberá siempre
alivianar la infrastructura de los techos, si se quiere complementar
de cierto modo la seguridad que ofrecen los muros de enjarillado, con-
tra temblores.
Resumiendo, deberemos llegar á la siguiente conclusión :
El enjarillado ofrece bastante seguridad para los temblores, pero
su desvinculación con los techos hace que el peligro mayor provenga
de éstos. Por otra parte, carece de todo requisito higiénico y de segu-
ridad contra incendio, aparte de que sólo se presta para construecio-
nes muy secundarias.
Es pues, un sistema de construcción, en general, muy poco apropiado
para el caso en cuestión.
El entramado de maderos (fig. 5) ofrece menos seguridad que el
enjarillado, como es fácil comprender. No constituye un sistema tan
intimo entre esqueleto y barro, limitándose á dividir el muro en trozos
más Óó menos pequeños, de manera que al caer, harán menos daño.
En cambio, el encuadrillado de madera introduce en el muro otras
tantas causas de grietaduras. La madera se retuerce por la humedad
y el calor y va formando grietas que al primer temblor ocasionan
desmoronamientos.
Es un sistema que no representa ventajas sobre el enjarillado y que,
sin embargo, cuesta más, siendo susceptible de ser mejorado como ve-
remos más adelante.
Con todo, cabe á su respecto las mismas conclusiones sentadas para
el enjarillado.
d) Construcciones de madera. — Es creencia muy difundida que la
construcción de madera debido á su elasticidad, es la que ofrece más
resistencia á los efectos de los temblores. Además, los accidentes que
se producen á consecuencia del derrumbe de ellas, se dice que son, en
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 31
veneral, de poca importancia. Pero no se discute tampoco el peligro
que entrañan para un incendio.
Ahora bien, al estudiar estas construcciones así como las de hierro
y cemento armado, cabe hacer algunas consideraciones que van á ser-
Fig. 6 Fig. 7
vir para fijar el criterio con el cual ellos deben ser criticados, bajo el
punto de vista constructivo.
Supongamos tenerun marco rectangular (fig. 6), puesto verticalmente
y cargado superiormente (lo supondremos formado por chapas articu-
ladas en los nudos). Si por una causa cualquiera es levantado de un
Fig. 8
pa
lado á consecuencia de la acción del peso vertical que actúa sobre él
y á las articulaciones en los nudos, el rectángulo se deformará, adqui-
riendo la forma de un romboide (fis. 7).
Si además de las cuatro chapas que forman el rectángulo primitivo,
introducimos una quinta chapa en diagonal (fig. S) estando por lo
demás en igualdad de condiciones, es fácil darse cuenta de que por
32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
más que se levante (fig. 9) y continúe cargado, no se deformará, pues
para ello sería preciso que la chapa que hace de diagonal se alargara
Ó acortara.
Del mismo modo, si, en vez de una chapa en diagonal, se colocan pe-
PESTE
Se : S ñ
SS E
AS
Fio. 9 Fig. 10
queñas piezas en cada nudo, formando triángulos (fig. 10), la deforma-
ción no será posible, sino en el caso de rotura de las piezas ó del vín- >
culo que las hace solidarias; y si en vez de un marco de chapas, tene-
mos un sistema de planos (fig. 11) dispuestos de modo que entre ellos
=///Z 14] EY = MEAT VIE
4
ed nd
/
haya una unión á charnela, al ser levantado aquél se deformará,
adquiriendo el aspecto de la figura 12.
51, en cambio, intercalamos un plano diagonal (fig. 136 14) ó en cada
arista colocamos un planito diagonal, ochavando el ángulo diedro, la
deformación será imposible, salvo rotura de sus planos diagonales,
£
pues de otro modo, debería ser susceptible de alargamiento ó acorta-
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 33
miento, lo que suponemos prácticamente imposible en una construe-
ción, si las dimensiones de las piezas que forman el bastidor, han sido
debidamente calculadas.
Cabe la misma observación, si, en vez de considerar el marco colo-
Fig. 13
cado verticalmente, lo está horizontalmente y las fuerzas actúan en
«dlirección perpendicular á una cara.
Resumiendo, se tiene que para asegurar la indeformabilidad de un
sistema poligonal ó poliédrico es necesario hacer en los vértices ó aristas
triángulos ó triedros indeformables, introduciendo rectas ó planos dia-
gonales.
Veamos ahora cómo se procede en la construcción de madera usual.
E RLUIZZZT
Fig. 16
Un muro se construye (fig. 15) con una solera inferior y otra supe-
rior enlas cuales se ensamblan á diente y mortajalos montantes, y entre
éstos, por el mismo sistema de ensambladura ú otro, se fijan los tra-
vesaños que dintelan las aberturas ó que achican la altúra entre sole-
Tas para mejor garantir la estabilidad de los montantes.
Sobre este bastidor, se colocan las tablas que forman el paramento
interno y externo del muro.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV.
(de)
31 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Sobre la solera superior (fig. 16) se aseguran los tirantes del entre-
piso ó techo por simple empotramiento ó media madera, y encima de los
tirantes se colocan los tirantillos y luego las tablas del piso.
Un muro se vincula con otro perpendicular (tig. 17) tan sólo por el
montante común quese coloca en la intersección.
Si se trata de techos á varias aguas, con armaduras de madera como
infrastructura, éstas apoyan sobre las soleras en la forma de los tiran-
tes, ya mencionada, ó en alguna otra parecida. Por excepción se ro-
blona la cabeza de la cadena en la solera.
Los montantes son introducidos en la tierra, aisladamente uno
de otro; y á veces tienen disposiciones que pretenden dar buen
asidero al pie, á fin de impedir su mayor hundimiento bajo el peso de
la construcción, y otras el pie se perfecciona de manera de contrarres-
tar los esfuerzos laterales (fig. 15) 4 que puedan accidentalmente estar
sujetos aquéllos. Como se ve, ni en el bastidor de los muros, ni en el
de los techos ó entrepisos, ni en la intersección de muros perpendicu-
lares, ni en la intersección de muros y techos, se introduce pieza
alguna para asegurar la indeformabilidad de los ángulos rectos bajo
el cual se cruzan ó empalman.
Ahora bien, en la generalidad de los casos, esto no admite obsetr-
vación en contra, por cuanto los pesos actuando siempre en dirección
vertical, — no existiendo causas que alteren la verticalidad de los.
parantes y de consiguiente la de los muros, — la estabilidad del con-
junto no peligra.
Pero es bueno recordar que también las casas de madera son arra-
sadas por un viento huracanado, siendo muy común la destrucción
de grandes poblaciones en los bosques de Estados Unidos y en las
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 35
(Ss)
costas de Ohina, donde los tornados son frecuentes y de una intensi-
dad inusitada.
Pues bien, la forma como se produce el derrumbe de una casa, en
esas ocasiones, es inclinándose el conjunto en la dirección hacia la
cual sopla el viento, desplomándose violentamente el techo, y cuando
la construcción está derribada, el viento obrando sobre los pedazos
de muros ó techos sueltos, los arrastra más ó menos lejos, comple-
tando la destrucción.
Á veces, cuando el tornado toma la forma de tromba de aire, es de-
cir, que se arremolina, la casa que queda dentro del cono de acción de
aquél está sometida á una especie de movimiento helicoidal de abajo
hacia arriba, que deforma los diedros rectos de arista vertical, forma-
do por los muros. El conjunto se desarticula, desplomándose fácil-
mente.
Ahora bien, la razón de estos desastres está precisamente en que
no se toman precauciones para hacer indeformables los ángulos, según
he indicado antes. Aunque las uniones se hacen con ensambladuras
más Ó menos perfectas y están lejos de ser charnelas, es evidente que
bajo la acción del viento, los muros se inclinan, saltan las espigas de
aquéllas, las cosas pasan como si existieran las charnelas menciona-
das y se produce la deformación y el derrumbe.
En el caso de los temblores ocurre algo análogo. Levantándose el
suelo en forma de onda, provoca la inclinación de los muros tal como
en el caso de un huracán. Si la conmoción es lateral, á cada sacudida
la parte de la construcción más alejada del suelo, oscila á uno y otro
lado de su posición primitiva, en la forma de un péndulo invertido,
con amplitud variable y con una frecuencia muy grande, lo que pro-
voca la desarticulación de las soleras del entramado del techo y de los
parantes de la solerita de base.
En ambos casos, el resultado es el derrumbe de la construcción.
Es claro que ello no ocurre sino cuando las conmociones son vio-
lentas, es decir, cuando justamente se debe tener la certeza de habi-
tar una casa completamente segura.
Resulta, pues, que bajo el punto de vista de la estabilidad, las ca-
sas de madera sólo ofrecen ventajas en cuanto resisten bien sin defor-
mación sensible á sacudimientos cuya intensidad es tal que se desplo-
man las de mampostería común y aun de adobes. Para conmociones
fuertes, están en igualdad de condiciones con estas últimas.
Pero ellas ofrecen inconvenientes muy graves bajo otro punto de
vista. El peligro de incendio es grandísimo, no solamente en el caso
36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
de un terremoto, sino en cualquier momento. Y esto por más que se
pinten con líquidos y preparaciones especiales ignífugas.
La permeabilidad de la madera es otro serio inconveniente. Fácil-
mente absorbe el agua, da cabida á insectos y microbios y en fin
constituye la negación más completa de toda precaución higiénica.
Además, en los climas secos, como son los de las provincias de
Cuyo, la madera se raja, las ensambladuras se aflojan, y mientras por
un lado se abren grietas, por donde el viento y la tierra se introducen
en las habitaciones, por otra se alteran las condiciones de estabili-
dad, aumentándose así los inconvenientes de las deficiencias de téc-
nica de éstas.
En consecuencia, no es posible confiar valores á una consirueción
de madera, y por ello, si pueden servir para hacer rápidamente barra-
Fig. 19
cas para un caso de apuro ó pueden alojar gente humilde ó pueden
servir para casos muy secundarios y transitorios, no podrán ser utili-
zados para casas de cierta importancia, locales públicos, edificios del
Estado, etc. Tanto más, cuanto que, como queda dicho, no son á
prueba de conmociones violentas.
Podemos entonces afirmar que tampoco las construcciones de madera
hechas en la forma actual y aun perfeccionadas, pueden considerarse
como apropiadas para la edificación contra temblores.
e) Construcciones de hierro y acero. — Estas construcciones se com-
ponen de columnas, vigas, viguetas transversales y, entre éstas, ladri-
llos 6 chapas de hierro acanalado ligeramente arqueados hacia arriba
(la casa Staudt, de esta Capital). Entre las columnas perimetrales, se
hace un relleno de ladrillos, formando un muro de poco espesor, ó se
coloca un enchapado de hierro acanalado, liso ó estampado.
Veamos si en la unión de las diferentes piezas se tiene en cuenta
las observaciones hechas respecto de la indeformabilidad.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 37
Las columnas (fig. 19) se asientan directamente sobre dados de gra-
nito, de manera que son retenidas en su sitio tan sólo por el peso pro-
pio y la carga que gravita sobre ellos. Además, cada columna tiene
su apoyo independiente del de los demás.
Las vigas que cruzan sobre las columnas, también están simple-
Fig. 20
mente apoyadas (fig. 20) sobre el capitel de éstas, y muy raras veces
fijadas por unos pocos roblones, más para retenerlas en su sitio du-
rante el montaje del esqueleto que por otra razón.
Esta operación se hace sobre todo en el caso de apoyo de las extre-
midades de una viga sobre columnas.
Las viguetas transversales en general se apoyan simplemente sobre
WA
. .-
Fig. 21
la viga. En pocos casos se colocan con escuadritas fijándolas al alma
de la viga principal, en cuyo caso se colocan roblones ó remaches en
número reducido á fin de aminorar el costo de la mano de obra. Cuando
las columnas deben seguir á mucha altura, tomando varios pisos, á fin
de simplificar aquélla, se acostumbra hacerla de todo el largo, y en-
tonces las vigas principales se aseguran á las columnas (fig. 21), me-
35 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
diante simples escuadras remachadas á éstas y roblonadas al ala
inferior de la viga.
Al hacer un paño de muro con una serie de columnas intermedias, -
estas se vinculan á las vigas transversales en la forma indicada por
la figura 22, siendo ese el único vínculo que se establece entre las
"arias columnas.
Cuando más habiendo una abertura en el muro, y debiendo éste ser
formado por un relleno de ladrillos ó por un forro de chapas acanala-
das ó estampadas, se intercalan entre las columnas principales, mon-
tantes y travesaños secundarios de pequeñas dimensiones aseguradas
con escuadritas roblonadas ó remachadas.
Fig. 23 Fig. 24
Los entrepisos y techos se forman con tirantes colocados perpen-
dicularmente á las vigas (fig. 23).
Ahora bien, así construídos, los edificios de hierro ofrecen serios
inconvenientes constructivos.
En ellos todo está hecho en el supuesto de que la verticalidad de
la construcción no se alterará nunca. No se prevé el caso de que por
cualquier causa puedan producirse esfuerzos laterales y excéntricos
que hagan trabajar á la construcción en forma distinta de la supuesta.
Los ángulos de cruzamiento de las piezas y las ensambladuras, son
todas rectos, cuya indeformabilidad se pretende conseguir con escua-
dras de 10 á 12 milímetros de espesor, cuando mucho.
Siendo así, cuando por una causa cualquiera la construcción se
inclina un poco, las columnas bajo la acción de la fuerza excéntrica
producida (fig. 24), se vuelcan y las vigas superiores son arrastradas,
y con ellas las viguetas de los techos y entrepisos.
En este movimiento, las escuadras que sujetan las vigas y la co-
lumna, se deforman fácilmente, cerrándose en un caso y abriéndose
en otro, y de este modo todo el esqueleto es derribado.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 39
Sin insistir mayormente, se comprenderá entonces, que un temblor
de mediana intensidad puede deformar un esqueleto metálico hecho
en la forma usual y provocar su derrumbe.
Otro peligro muy grande está en el caso de incendio, en Cuyo caso,
dle conformidad á lo que en tantas ocasiones he manifestado, el hierro
aparente, sin recubrimiento alguno, es preso de las llamas y retorcido
hasta ser deformado y derrumbado.
Á veces se cree preservar una columna, rodeándola de expanded
metal y revocándola, con lo cual no se hace más que disimular el peli.
ero, pues en un gran incendio eso se raja y no preserva nada.
Cuando el revestimiento es hecho con hormigón ó en piezas espe-
ciales de alfarería (fire prooffing), se puede confiar mucho más; pero en
ese Caso caben siempre las observaciones hechas con respecto á la
deformabilidad de la construcción.
Es así como los grandes bloques de casas levantadas en San Fran-
cisco, con alturas de 25 á 40 metros, con esqueleto de acero trabajado
con bastante esmero, 4 consecuencia justamente de lo elevado de la
construcción y de la acción del viento, y á pesar de los revestimien-
tos contra incendios y precauciones tomadas, se han desplomado á
consecuencia de las sacudidas seísmicas y por efecto del incendio.
Solamente han resistido esos bloques hechos con otros criterios
constructivos y que han tenido la suerte de no ser invadidas por las
llamas.
Si sobre un esqueleto de acero se fijan chapas acanaladas ó estam-
padas bien remachadas á los parantes y travesaños y además éstos
son muy resistentes, se conseguirá un tipo de casa (sistema belga) en
el cual las chapas de revestimiento asegurarán la indeformabilidad
del bastidor, bajo la acción de cualquier temblor.
Pero en contra, se deberá observar que estos casos no ofrecen con-
fort alguno. Por más pared doble que tenga, son frías en invierno
y Calientes en verano. Además, son antiestéticas interiormente, y
parece siempre que uno vive á bordo de un barco ó metido en una
caja. Además, si el clima es húmedo, el vapor de agua se condensa
en el invierno sobre las paredes impermeables y forma verdaderos
arroyitos sobre ellas, antiestéticos y malsanos.
En Mendoza, el doctor Juan E. Serú posee una casa de este tipo y
le tengo oído que en ella no se puede vivir con comodidad.
De lo que antecede se deduce fácilmente que tampoco la construc-
ción usual de hierro ó acero es apropiada para resistir contra temblo-
res, y ofrece un serio peligro en caso de incendio.
40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
f) Construcciones de cemento armado. — Llegamos ahora á un sis-
tema de construcción que datando de 30 años su introducción en la
práctica, desde hacen 10 sus aplicaciones son tan numerosas que cons-
tituye una verdadera revolución en el arte de construir.
Los autores que han tratado esta cuestión y los profesionales que
han tomado con entusiasmo el cargo de difundir su conocimiento y
multiplicar sus aplicaciones, han pregonado en toda forma sus cuali-
dades características de elasticidad, solidaridad, resistencia, incom-
bustibilidad é impermeabilidad.
Á raíz de estas cualidades se ha hecho una propaganda infatigable
en el sentido de aclimatarlo en todos los países y en todas las ramas
de la ingeniería. Se han hecho puentes, techos, entrepisos, muros,
tanques, cubas, torres, chimeneas, edificios enteros, muelles, etc.
La vinculación estrecha que el cemento armado permite establecer
entre un pilar y una viga, entre un muro y un techo ó un piso, ha
hecho que se afirmara que ese sistema de construcción es á prueba de
temblores, y dada su incombustibilidad, á prueba de incendios. Ambas
cosas reunidas darían al cemento armado el carácter de un sistema á
toda prueba contra las convulsiones seísmicas.
De ahí que muchos han afirmado que bastaba hacer cemento arma-
do para estar á cubierto de accidentes y de catástrofes, sin siquiere
agregar que en el mejor de los casos, toda la eficacia que pueda
tener aquél depende del mayor esmero en su ejecución, lo que no siem-
pre sucede ó por ignorancia de quien proyecta la obra ó por incuria
de quien está á cargo de la construcción.
Yo creo que no se puede afirmar que cualquier sistema de cemento
armado es eficaz contra temblores — aunque lo sea contra incendio
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 41
— y que de consiguiente se debe reflexionar un poco antes de adop-
tar uno, en la realización de una obra en la cual se quiera prevenir
en lo posible el efecto de dichas conmociones, como vamos á verlo en
seguida.
Los muros se construyen de dos maneras, en general; por el método
Fig. 28
Monier de barras cruzadas formando mallas rectangulares ó cuadra-
das (fig. 25), Ó por el método de barras verticales (Hennebique, Coig-
net, etc.) (fig. 26).
En el primer caso, las barras horizontales y verticales se colocan
Fig. 29 Fig. 30
superpuestas atándolas en los nudos y vinculándose las primeras á
los montantes por simple penetración en la masa cementicia (fig. 27)
y los segundos penetrando de un lado en la chapa de fundación y en
la otra en la masa cementicia del techo, en forma análoga.
En el segundo caso, la armadura del muro es tan sólo vertical (fig.
28) penetrando en la plataforma de base y en la viga superior que
42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
forma solera donde se empotra el techo. Cuando más á lo largo de
dichas barras se colocan horquillas de fierro planchuela, característi-
cas del sistema Hennebique.
Cuando se emplean fierros perfilados para montantes y soleras (fio.
29) algunos profesionales acostumbran vincular las dos soleras, supe-
rior é inferior, mediante barras que son verdaderos roblones de todo
el alto del muro, asegurados con tuercas. Luego al exterior y al inte-
rior colocan chapas de expanded metal atadas á todos los parantes y
barras intermedias, y sobre ésto hacen un revoque más ó menos es-
peso (fig. 30). Á veces rellenan con hormigón, formando entonces un
muro de bastante espesor.
Ahora bien, en el caso de la figura 26, si se produce una sacudida
fuerte, por el efecto de un temblor (recordando como casi siempre se
Fig. 31
producen las grietas), es fácil comprender que nada obstará para que
se raje longitudinalmente, entre dos barras verticales, donde tan sólo
hay hormigón sin armadura alguna, pues para ello sólo se deberá
hacer que aquél trabaje al corte, para lo que opone muy poca resis-
tencia.
En el caso de las mallas Monier y de las figuras 25 y 29, estas grie-
tas se producen menos fácilmente, puesto que para ello hay que tron-
char también la armadura horizontal que entra. Pero con todo, las
ataduras que retienen el expanded metal en el caso de la figura 30, y
la simple penetración en la armadura horizontal en la masa cementi-
cia de la columna, en el caso de la figura 27, no resisten mucho á un
esfuerzo violento como suele producirse en algunos temblores, y des-
earrándose el hormigón en este último caso y desprendiéndose el en-
chapado de los montantes perfilados en el primero, hace que el muro
quede resentido, y si las conmociones se repiten, puede también de-
rrumbarse.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 43
Por otra parte, ocurre aquí lo mismo que se ha observado en las
construcciones de madera ó de fierro. Si el muro es levantado de un
lado, el peso que gravita sobre él, ya no actúa sobre la armadura ver-
tical en forma conveniente, y es el hormigón sólo quien debe resistir
la compresión consiguiente (fig. 31) y entonces sometido éste á un
esfuerzo superior al límite de resistencia, el muro puede deformarse
y agrietarse, concluyendo por derrumbarse. Lo mismo ocurrirá en el
caso de la armadura Monier (fig. 25).
Esto proviene de que tampoco en estos sistemas, se prevé el caso de
hacer indeformables los ángulos, confiando esa tarea al solo hormigón,
el cual, por otra parte, ofrece una resistencia muy grande, y de consi-
guiente la rotura de un muro de cemento armado común, bien hecho,
Fig. 32
sólo se produciría bajo la acción de una conmoción muy violenta.
Lo mismo sucede en cuanto se refiere á las vigas en sus apoyos sobre
muros ó pilares sueltos (fig. 32). La armadura de los primeros penctra
en la masa del pilar ó muro en ángulo recto, de manera que si por cual-
quier causa se inclina este último, la armadura superior de la viga se
encuentra trabajando extraordinariamente á la tracción, mientras que
el hormigón en la parte inferior está sujeto á un esfuerzo muy grande
de compresión á veces superiores á su límite de resistencia y ello
puede provocar el aplastamiento del hormigón comprimido á la par
que el tronchamiento de la barra superior por exceso de tracción, favo-
recido ésto por el volcamiento del muro ó pilar.
La misma cosa puede ocurrir econ respecto á los techos ó entrepisos,
los cuales se construyen y disponen como en el caso de las vigas
pues un techo ó entrepiso puede considerarse como una sucesión de
vigas una al lado de la otra.
Igual cosa con los pisos.
44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cuando el techo ó entrepisos se hacen con fierros perfilados, éstos
se aseguran á la solera superior (fig. 35) sea mediante roblones y cha-
pas ó anclajes de otra especie, y aunque esas ensambladuras sean muy
bien hechas y con chapas y roblones de mucha sección, perdiendo el
Fig. 34
muro su verticalidad, saltan aquéllos y el conjunto se deforma pri-
mero y luego se desploma.
Por otra parte, por economía ó por no considerarlo indispensable,
al hacer un edificio, los muros se fundan sobre chapas de cimiento de
poco ancho y que toman todo el largo de cada uno de aquéllos (fig. 35).
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de manera que en realidad los cuatro muros que forman un local no
tienen ligazón entre sí al pie.
resulta de esto que, si bien de cierto modo los techos y entrepisos
traban á los muros superiormente, éstos no están solidarizados en la
base, lo que hace que por las conmociones terrestres, al producirse
alguna grieta debajo de un edificio de cemento armado que haga sepa-
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 45
rar de poco ó mucho los bloques de tierra donde están empotrados los
cimientos de los muros, no será difícil se produzcan desplomes y de
consiguiente derrumbes.
En la intersección de muros ocurre algo análogo á lo que se ha di-
cho respecto de los techos, pues la forma de trabarlos es completa-
mente igual. ,
Aparte de estos inconvenientes constructivos que se hacen nota-
bles en los grandes temblores, el cemento armado, de cualquier siste-
ma que sea, ofrece preciosas cualidades para resistir al fuego, á la
permeabilidad, al desgaste por el uso, á los choques, ete.
Todo está en que sea bien ejecutado y con materiales de primera
calidad.
Permite hacer en los frentes toda la ornamentación que se quiere,
es de rápida ejecución, se puede habitar en seguida por cuanto los
muros secan muy pronto y por fin es fácil de higienizar y de la ma-
nera más eficaz.
Pero es indudable, que los tipos de armadura que no prevean barras
diagonales en los vértices y aristas para conseguir la formación de
triángulos de indeformabilidad, no darán al cemento armado el maxi-
mum de resistencia para temblores. Expuesto á sufrir las deformacio-
nes y roturas antes mencionadas, no podrá representar para los habi-
tantes de una casa hecha con ese sistema de construcción, el summunm
de garantía posible á este respecto.
Con todo, el cemento armado es el sistema adoptado ahora en las
regiones expuestas á temblores. El Japón lo tiene impuesto para los
edificios públicos y facilita su adopción por los particulares. El go-
bierno italiano en la Calabria, reconstruyó sus edificios públicos tam-
bién con cemento armado. Norte América, después de la catástrofe de
San Francisco, ha entrado francamente á aplicar aquél, siendo extra-
ordinario el incremento que han tomado allí las construcciones de
fierro ó acero, involucradas en hormigón, especie de cemento exage-
radamente armado á veces.
Resumiendo, debemos sentar las siguientes conclusiones :
El cemento armado, constituye hoy el mejor sistema de construcción
para resistir á temblores é incendios, pero los sistemas comunes de arma-
dura de mwros, techos, entrepisos, vigas y pisos y la manera usada para
vincular entre sí estas partes de una misma construcción, —no previendo
lo necesario para asegurar mayormente la indeformabilidad del conjunto
— no constituyen la última palabra y hacen de que ño sea posible excluir
el peligro de que un edificio construído en cemento armado, pueda de-
46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rrumbarse también ó por lo menos sufrir seriamente 4 consecuencia de
aun violento temblor.
V
CONCLUSIONES FINALES DEL ESTUDIO PRECEDENTE
En todo lo que antecede hemos estudiado cómo se manifiestan las
conmociones seísmicas y qué efectos tienen sobre la edificación co-
mún. Hemos deducido de ese estudio las eondiciones generales que
deben reunir los materiales de construcción y su agrupamiento á
efecto de conseguir un conjunto resistente á aquellos efectos. Hemos
Fig. 36
examinado los sistemas usuales de edificación en las localidades suje-
tas á temblores, y, al hacer su crítica, hemos deducido que ninguno de
ellos reunía los requisitos debidos para ofrecer el maximum de garan-
tía posible.
Es ahora posible formarse un criterio exacto sobre el particular y
será de consiguiente fácil de comprobar cuanto se resume á continua-
ción, exponiendo los medios más conducentes, á mi manera de ver,
para resolver el problema planteado por la Sociedad Científica Ar-
gentina.
Considero, que bajo todo punto de vista, el cemento armado es el
sistema más práctico, más eficaz y más higiénico para la construcción
contra temblores, toda vez que se perfeccionen los sistemas de arma-
dura metálica y toda vez que la distribución del edificio sea tal que
permita á aquél desarrollar todas sus cualidades.
Para lo primero, se deberá introducir en la armadura barras diago-
nales (fig. 36) que aseguren la formación de un triángulo de indefor-
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 47
mabilidad, procurando que dichas barras tengan secciones grandes y
se vinculen perfectamente á la viga de solera y pilares de refuerzo.
Será preciso además, que el encuentro de muros se ochave y se re-
dondee (fig. 36), áfin de permitir la introducción de barras diagonales
que aseguren la indeformabilidad del diedro de arista vertical que
ellos constituyen. La unión de muros y techos ó entrepisos, deberá
Y
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Fig. 37
ser hecha de modo que la armadura de una y otra parte de la cons-
trucción se compenetren (fig. 37) y se coloquen además barras diago-
Fig. 40
nales á fin de conseguir la indeformabilidad del diedro de arista hori-
zontal que ellos forman (fig. 40).
La misma cosa deberá hacerse en la intersección de muros y pisos
y en el apoyo de vigas sobre pilares y muros (fig. 38).
Los techos, toda vez que se pueda, serán armados en dos sentidos,
vinculando los cuatro muros que forman el local y se intercalarán
barras diagonales en los vértices del triedro á fin de obtener también
su indeformabilidad (fig. 39).
48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La base de los muros, deberá ser amplia, bien armada y posible-
mente vinculando todos los muros al pie, en forma de plataforma
completa, con lo cual, los muros esta 'án asidos en sus extremidad es
y su desplazamiento será imposible también en caso de grietaduras
del terreno. Por eso es que dicha plataforma debe ser provista de azr-
madura á fin de ofrecer el maximum de resistencia á la flexión.
El adintelamiento de las puertas y ventanas debe hacerse en forma
completamente rígida y con la introducción de barras diagonales para
asegurar la indeformabilidad (fig. 41).
La armadura de los muros deberá ser siempre de malla cerrada,
sólidamente vinculada á los parantes, no bastando una simple atadura
con alambre.
Por eso que el empleo del expanded metal no será siempre oportuno,
Fig. 41
debiendo preferirse el empleo de barras que se entrelacen sobre el
mismo sitio de la obra.
Deben evitarse los paños de muro demasiado altos y demasiado anchos,
á fin de que la flexión no se produzca con tanta facilidad. Para ello
deberán introducirse muros transversales para que vengan á dividir
como en una serie de departamentos el bloque general del edificio (fig.
42) por cuyo medio, toda la construcción se traba más.
En ese sentido, la distribución del edificio debe ser estudiada en el
concepto de concentrar en lo posible todos los locales, haciendo de
manera que un mismo muro sea aprovechado en sus dos caras por lo-
ales cubiertos. Debe tenderse á conseguir muros continuados en una
misma dirección, sin desviaciones inútiles, que permitan tener arma-
duras lo más rectilíneas posibles.
La edificación con altos se presta más que la baja, para conseguir
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 49
una concentración de locales, y su empotramiento en el suelo, bajo
forma de sótano ó subsuelo, dará más estabilidad al conjunto.
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Fig. 43. — Tipo de casa para habitación
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del edificio. Cuanto mayor sea ésta, mayor puede ser la altura del edi-
ficio. Además, la base, la planta del edificio, deberá ser en lo posible,
próximamente un cuadrado. De este modo el edificio resultará ser
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BANBÍIA
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 31
un cubo ó un prisma cuya altura excederá de poco la longitud de la
arista de base, y de consiguiente se tendrá una mayor garantía con
respecto á los volcamientos.
El plano (fig. 43, 44, 45, 46 y 47) de casa adjunto, reune en mi con-
cepto, el carácter general que debe tener un proyecto de casa contra
temblores y hecha en cemento armado, en la cual, los muros interiores
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Fig. 47. — Tipo de casa para habitación : Frente
se adosan á los medianeros existentes y de ese modo nada hay que
temer por el derrumbe de las casas inmediatas.
Las figuras 48 y 49 resume la forma como yo entiendo que deben
hacerse los muros, techos y entrepisos, así como las plataformas de
base, á fin de que el conjunto responda á las ideas apuntadas en este
capítulo. He dado preferencia á la adopción del fierro perfilado, por
cuanto él permite tener un esqueleto rígido é indeformable sobre el
cual se completa la armadura, colocando todas las piezas de detalle,
lo que asegura la inamovibilidad de aquélla y de consiguiente la con-
formidad de la ejecución con el resultado del cálculo.
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Las figuras
50 y 51 se refiere á los dos tipos de marcos conve-
nientes. Uno es totalmente de fierro, el otro es de madera dura. Su
examen basta para juzgar de su bondad ó no. Los he experimentado,
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con todo éxito.
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EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 1975)
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Fig. 49. — Para mostrar como se cimenta un edificio
D4 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
evitar los efectos de la condensación, en un muro impermeable en
absoluto.
La figura 48 muestra en detalle el sistema que he ideado á fin
S Visgere,
Fig. 50. — Tipo de marco de fierro
de llenar debidamente las exigencias del caso. Haré notar tan sólo
que el sistema de envolver los parantes con una fuerte espiral de fie-
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Fig. 51. — Tipo de marco de madera pura
rro, permite sunchar la columna aumentando su resistencia á la com-
presión y permite también fijar las barras horizontales de la malla de
una manera perfecta casi, haciendo completamente solidarios muros
y columnas.
Las figuras 52 y 53, muestran aleunos detalles referentes á la
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EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 37
armadura de los muros, que requieren mayor explicación y comple-
mentan el sistema con lo referente á la armadura en caso de deber
dejar una abertura.
He hecho numerosas aplicaciones de este sistema con el mejor
resultado, de manera que él no representa una simple concepción
teórica, sino que lleva la sanción definitiva de una práctica de más de
Fig. 54
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3 años en el país y en obras que representan muchos centenares de
miles de pesos.
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Pero no siempre es posible hacer cemento armado, debido á su
costo ó debido á otras consideraciones. La gente humilde no puede
siempre soportar la carga que representa este sistema de construc-
ción.
Debido á eso, propongo unos sistemas económicos, mixtos, que
darán un resultado siempre superior á la construcción usual. Uno de
ellos es un perfeccionamiento de la mampostería común, para muros,
el otro es una mejora en la construcción de madera.
DS ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Mampostería armada. — Consiste en:
1” Emplear ladrillos de clase elegida, bien cocidos y derechos.
2" Emplear mezclas ricas en cal y con un poco de cemento portland,
para darle mayor resistencia á la compresión y acelerar su fragiiado.
3 Intercalar en las juntas horizontales, HAejes, es decir, fierro plan-
e
Y
chuela de poco espesor y bastante ancho á fin de que quepan perfec-
tamente en la junta (fig. 54). En el encuentro de muros, ochavar éstos
é intercalar otros pedazos de fierro en diagonal (fig. 55).
4” Colocar llaves que liguen los muros entre sí (fig. 54), en los ci-
mientos, en la parte inferior de las aberturas, en la parte superior de
éstas y á la altura del techo.
5” Fundar los muros sobre plataformas usuales de hormigón arma-
do con toda clase de fierro viejo, en barras, tanto en sentido longitu-
dinal, como transversal (fig. 56).
6” Hacer techos livianos de fierro galvanizado, sobre tablazón y
barro, con cielo rasos de madera.
1” Colocar en el coronamiento de muros, llaves diagonales fijadas á
las longitudinales en cada muro, disimulados bajo el cielo raso.
- EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES De)
$ La misma cosa en los muros de cimientos.
Se comprende fácilmente que con estas medidas, se dificultará la
rotura de los muros, así como la deformación de los ángulos diedros,
mejorando notablemente las condiciones de seguridad de la mampos-
tería común.
Construcciones de madera. — Se adoptarán las disposiciones, gene-
ralmente usadas, pero se reforzarán las ensambladuras, por la apli
cación de fierro, de forma, sección y colocación conveniente. Asi:
1” En todo empalme perpendicular (fig. 57 y 58) se colocarán cha-
pas de fierro roblonadas á las piezas de madera, con el objeto de que
hagan de triángulos de indeformabilidad. Cuanto más grande mejor:
En correspondencia de las aberturas, esas chapas deberán ser recorta-
das convenientemente, como se ve en la figura citada.
60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
20 Siempre se intercalarán tornapuntas fijados con chapas de fierro
(fig. 59) Ó con escuadras, según los casos (fig. 60).
En la intersección de un parante con una solera se adoptará una
disposición análoga.
En el encuentro de soleras, se colocarán planchuelas de fierro, vin-
culándolos en diagonal (fig. 61) tanto en la parte inferior de los paran-
tes como en la parte superior, en el techo.
En la ensambladura de travesaños con parantes se hará la misma
cosa.
En el encuentro de muros se colocarán escuadras de hierro, uniendo
Fig. 59
las soleras y travesaños (fig. 62) disimulados dentro de tablas que se
colocan ochavando el ángulo.
Si se quiere dar al exterior un aspecto de construcción de mampos-
tería, Ó si se le quiere preservar de la acción del calor y del fuego,
sobre el listonado en esqueleto, hecho indeformable de la manera
indicada, se puede clavar expanded metal, preferentemente el norte-
americano, y aplicar sobre él un revoque más ó menos espeso (fig. 62).
He hecho aplicaciones de este género para hacer incombustible la
madera y he obtenido el mejor resultado.
De esta manera se conseguirá una construcción de madera que en
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 61
Fig. 60
climas secos dará excelentes resultados. Pero será siempre una cons-
trucción de carácter secundario.
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Debiendo hacer construcciones de fierro aparente ó por involucrar
en material incombustible, se deberá proceder en las uniones con el mis-
mo criterio general indicado para la madera :
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ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
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Fig. 62
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 63
1” Se intercalarán planchuelas en escuadra (fig. 63), vinculando las
soleras con las columnas.
2” El apoyo de las vigas sobre columnas que prosiguen en eleva-
ción, se hará siempre interponiendo una ménsula de fierro (fig. 64),
reforzando la unión mediante una fuerte escuadra arriba.
Fig. 64
3 Cuando haya eruzamiento de vigas sobre una columna, se vineu-
larán con una chapa cuadrada, colocada superiormente, roblonando
aquéllos á éste y al capitel de la columna.
4% Las bases de las columnas se ligarán todas con vigas horizonta-
64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
les en cuyo cruzamiento se colocarán las chapas mencionadas ante-
riormente.
Fig. 65
5 Al hacer el marco para un muro se deberá colocar barras diago-
nales que dividan los rectángulos en grandes triángulos (fig. 63) dispo-
Fig. 66
niéndolos de modo que puedan ser estiradas convenientemente una
vez centrado el esqueleto, á fin de poder trabajar en debidas condi-
ciones.
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lin. — Verhandlungen des Naturhisto---
schen Vereins der preussischen Rhina-
ande-Westfalens, etc., Bonn. —Abhandlungen
herausgegeben von Naturwissenschaftiichen
Verein, Bremen. — Deutsche Geographische
látter, Bremen. -- Abh. del Kaiserl. Leop.
larol. Deuischen Akademie der Naturforscher,
Talle. — Nachrichten von der Konigl Ges-
ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. —
Sitzunesberichte und Abhandlungen der Na-
jurwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden.
Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig.
— Mitheilungen aus dem Naturhistorischen
Museum, Hamburg. — Berichte uber die
rhandlungen der Koniglich Sachsischen
sellschaft der Wissenschaften, Leipzig, —
—Mittheilungen der geographischen Gesells-
_chaft, Hamburg. — Berichte der Natur-
- forschenden Gesellschaft, Freiburg. — Jahres
erfchte des Naturwissenschaftlichen, El-
berield. — Mathematisch Naturwissenschaf-
chen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften
der Phisikalisch — Okonomischen gesells-
haft, Kónigsberg. A
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Austria-Hungría
ngen des naturforschen des Ve-
nu. — (Agram) Societe Archeologi- |
¿roate », Zagreb. — Annalen des K.
urhistorischen of Museums, Viena. —
lungen der K. K. Zoologisch Botanis-
llschaft, Wien. — Sitzungsberichte
hen naturwissenchaftlich Medi-
Vereines fur-Bohmen, « Lotos »
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Acad. Royale des Sciences, des Letres et
5 Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
ntomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
Royale Malacologique, Bruxelles. — Bull. de
BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE
EXTRANJERAS
l'Assoc. des Ing. Electriciens Institute Mon-
tefiore. — Liége. (EL
Brasil
Boletim. da Sociedade de Geographia, Rio
Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. —
Rev. do Centro de Sciencias.Letras e Artes,
Campinas. — Rey. da Federacao de Estudian-
tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri-
cultura, S. £aulo. — Rey. de Sciencias, [n-
dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rev.
do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co-
missao Geográphica é beologica do Estado
de Minas Geraes, San Joao del Rei. — Co-
missao Geográphica é Geologica, San Paulo.
— Bol. do Observ. Metereológico, Rio Ja=
neiro. — Bol. do Inst. Geographico é Etno-
graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas,
Ouro Preto. :
Colombia
An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de
Ingenieros, Bogotá.
Costarica
Oficina de Depósito y Cange de Publica-
ciones, San José. — An. del Museo Nacional
San José. — An. del Inst. Físico Geográfico
Nacional, — San José.
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Cuba
Universidad de la Habana, Cuba.
EA Chile
Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El
Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan=
dlungen des Deutsehen Wissenschaftlichen
Vereines, Santiago. — Actas de la Soc. Cien-
tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de.
Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de
la Marina de Chile, Valparaíso. — Rev. Chi-
lena de Historia Natural, Valparaíso.
Ecuador
Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito.
— An. de la Universidad Central del Ecua
dor, Quito. 2
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Bol. de la Soc. Geográfica, Madrid. —Bol.
de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona. — R.
Acad. de Ciencias, Madrid. — Rev. de la
Unión Ibero-Americana, Madrid. — Rey. de
Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica
Industrial. Barcelona. — Rev. Industria é
invenciones, Barcelona. — Rev. Arqnitectura
y Construcciones, Barcelona. — Rev. Minera
poco y de Ingeniería, Madrid. — La
otografía, Madrid.
Estados Unidos
Bull. of the Scientific Laboratoires of De-
nison University, Granville, Ohio. — Bull. of
the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi
losophical Society, Washington. — Bull. of
the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and
Materia Medica, Cincinati, Ohio. — Bull. of
University of Montana, Missoula, Montana. —
Bull. of the Minesota Academy of Natural
Sciences, Minesota. — Bull. of the New York
Botanical Garden, New York. — Bull. of the
U. S. Geological and geographical Survey of
the territoires, Washington. — Bull. of the
Wisconsin Natural History Society Milwaukee,
Wis. — Bull. of the University, Kansas. —
Bull. of the American Geographical Society,
New York. — Jonrnal of the New Jersey
Natural History, New Jersery, Trenton. —
Journal of the Military Service Institution. of
the U. States. — Journal of the Elisha Mitchell
Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina.
— « La América Cientifica », New York. —
Librarian Augustana College, RockIslad, New
York. — Memoirs of the National Academy of
Sciences, Washington. — M. Zoological Gar-
den, New York. — Proceeding of the En-
ineers: Ulub, Filadelfia. — Proceeding of
the Boston Society of Natural History, Bos-
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den. San Luis M. 0, — Ann Report of the
Board of trustes of the Public Museum, Mil-
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ciety, San Louis, Mas. — Ann. Report of the
Bureau of Ethnology, Washington, — Ame-
rican Museum of Natural History, Ne w York.
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logy, Cambridge-Mas. — Bull. of the Ameri-
can Mathematical Society, New York. —
Trasaction of the Wisconsin Academy of
Sciences, Arts and Letters, Madison Wis.
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Sun Louis. — Transactions of the Connecticut
Academy of Arts and Sciences, New Haven,
—Trensactions Kansas Academy of Sciences,
Topekas, Kansas, — The Engineering Ma-
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Y. Vassar Brothers Institutes, Ponghtepsie.
— Secretary Board of Commisioners Se-
cond Geological Survey of Pensylvania, Phi-
ladelphia. — The Engineering and Mining
Journal, New York. — Smithsonians Institu-
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tion, Washington. — U. S. Geological $
vey, Washington. — The Museum of 1
Brooklin Institute of Arts and Sciences
The Ohio Mechanics Institute, Cincinati.
perdi of California Publications, Be
ey. — Proceeding of Enginneer Society
Pensylvania. — Proceeding of the
a
Western, 3
Davemport Academy, Jowa. — Pro
and transaction of the Association, Meride,
Conn. — Proceeding of the Portland Society
of Natural History, Portlad, Maine. — Pro=-
ceeding American Society Engineers, New
York. — ESO of the Academy of Natu- E.
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ral Sciences, Philadelphia. Proceeding of the
American Philosophical Society, Philadel=-
a
phia. — Proceeding of the Indiana Academy -
of Sciences, Indianopolis. — Proceeding of.
the California Academy of Science, — San.
Francisco. — The University uf Colorado. 8
« Studies ». Colorado.
Filipinas
Bol. del Obsery. Metereológico. — Manila
Francia
Bull. de la Soc. Linnennée du Nord de la
France, Amiéns. — Ball. de la Soc. d'Etudes
Scientfiques, Angers. — Bull de la Soc, des
Ingénieurs Civils de France, Paris. — Bull.
de L'Université, Toulouse. — Ann. de la Fa-
culté des Sciences, Marseille. — Bull. de la
Soc. de Géographie Commerciale, Paris. —
Bull. de la Acad. des Sciences et Lettres,
Montpelier. — Bull. de la Soc. de Topographie
de France, Paris. — Rev. Générale des Scien=
ces, Paris. — Bull. de la Soc. de Géographie,
Marseille. — Recuejil de Médecine Vétéri-
naire, Alfort. — Trayaux Scientifiques de
Université, Rennes. — Bull. de la Soc. de
Géographie Commerciale, Bordeaux. — Bull.
de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma-
thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines,
Paris. — Min. de Vinstruction Public et des
Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes
Naturalistes, Paris. — Rev. Géographique In-
ternationale, Paris. — Ann. de la Soc. Lin-
néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra-
phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc.
d'Etude des Sciences Naturelles, Reims. »
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derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam.
Inglaterra
The Geological Society, London. — Minutes
of Proceeding of the Institution of Civil
Engineers, London, — Institution of Civil
Engineers of Ireland, Dublin, — The Mine-
ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M. A,
F. €. S. the New Museums, Cambridge. —
The Geographical Journal, London. — Bris-
tish Association for the Advancement of
Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of
the Geological Society, London.
(Coneluirá en el próximo número.)
: Ixcenaeno SANTIAGO. DE BARABINO.
y
00
PI
Don ECTOR
AGOSTO 1907. — ENTREGA II. — TOMO
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ÍNDICE
Edificación contra temblores (conclusión)... A ls ear
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JUNTA DIRECTIVA
Presidente......ooooooommo o. Coronel ingeniero Arturo M. Lugones,
Vicepresidente o. Lac Doctor Cristóbal M. Hicken
Facepresadente neral ma eee Señor Juan B. Ambrosetti
Secretario de actas....... o... Ingeniero Arturo Grieben
Secretario de correspondencia.. Ingeniero José Debenedetti
EA ASEO e Ingeniero Luis Miguens :
Bibliotecario :..........« <<... Ingeniero Federico Birabén
Ingeniero Frameisco Alberdi
Ingeniero Vicente Castro
: Ingeniero Julio ELabarthe
A A ¿Ingeniero Domingo Selva
Doctor Guillermo Schaeffer
Doctor Jorge Magnin
Doctor Horacio Arditi
GOTO cccoconccc corro ro SEO Juan Botto
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero:
José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor
Cristóbal M. Hicken, senor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero
Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. :
Secretarios : Doctor Junto J. Garri é ingeniero EMILIO REBUELTO
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados.
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección
Cevallos 269.
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
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— para los socios.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de $ á 10 pasado meridiano
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 65
Toda cañería de cierto diámetro, vertical ú horizontal, deberá ser
exterior, ó disimulándose en las ochavas de los muros cuando éstos
son bastante grandes. De otro modo, debilitando aquéllos, provoca-
'án planos de fácil rotura, en caso de conmociones.
Los techos quebrados, simplemente apoyados sobre los muros, debe-
rán ser proseriptos á menos de que ellos se coloquen encima de un
piso de cemento armado que desempeñe las funciones de falso techo.
Pues de ese modo, los techos quedarán vinculados superiormente por
este último y aquél será simplemente un adorno.
Los cielo rasos independientes del techo, serán aceptados toda vez que
muros y techos llenen las condiciones de solidaridad mencionadas
antes. En caso contrario, deberán vincularse al techo y ser de armazón
¡NA
b
Fig. 67
incombustible, proscribiéndose el empleo de listonado ó encañizado
para fijar el yeso ó la mezcla de cal. Se deberá emplear en cambio,
tela metálica ó expanded metal.
Los marcos de puertas y ventanas deben ser hechos de modo que
queden bien fijos á los muros, sin debilitar éstos. De otro modo, toda
mocheta de puerta será un punto débil, tanto más en cuanto que
siendo siempre pequeña la relación de espesor de muro y marco, éste,
en general, abarca todo el ancho de aquél ó poco menos.
La ejecución de la armadura, tanto en muros como en techos, deberá
ser cuidada al extremo. Siempre se deberán exagerar las dimensiones
á fin de contemplar esfuerzos extraordinarios provenientes de una
conmoción. Debe someterse al fierro y al cemento á esfuerzos míni-
mos y debe cuidarse muchísimo la ubicación de las armaduras dentro
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 5
66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
del hormigón, á fin de no alterar en la práctica los datos de distancias.
relativas que han servido para el cálculo.
El relleno de hormigón, deberá ser hecho dentro de cajones que per-
mitan no alterar la posición de la armadura, que sean susceptibles
de desarme sin choques, que resistan á los esfuerzos consiguientes al
apisonamiento.
En fin, se deberán adoptar todas las precauciones usuales para ha-
cer cemento armado con sujeción á todas las reglas del arte, y para
ello, agrego á este estudio un pliego de condiciones especial para el
sistema, que resume cuanto se ha aconsejado por los autores y cuanto
ha enseñado una práctica bastante larga en la materia.
vI
COOPERACIÓN DE LOS PODERES PÚBLICOS
De la exposición hecha se deduce claramente que la construcción
á prueba de temblores hasta donde es posible, es más costosa que la
común y no está al alcance de todos.
Se impone entonces la cooperación del Estado, en el sentido de
ofrecer una rebaja en el costo mencionado y provocar la divulgación
del sistema conveniente, halagando al capitalista y estimulando la.
Iniciativa particular.
En este sentido, el gobierno, debe acordar libertad de derechos
de introducción para los materiales necesarios para dicha edifica-
ción.
Debe exonerar del pago de todo impuesto nacional ó provincial por
un cierto número de años, á todo edificio construído de acuerdo con
las prescripciones dictadas á raíz de la elección del mejor sistema de
edificación.
La municipalidad debe exonerar de todo impuesto la construcción
y el edificio, por el mismo término.
Se debe favorecer la implantación de industrias que tengan rela-
ción directa con la edificación que se menciona, como ser la fabrica-
ción de cemento, y hasta fijar primas para fomentarla.
Se debe tratar de obtener rebajas en los transportes, interesando á
las empresas de ferrocarriles, primeras interesadas en que una ciudad.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 67
no esté continuamente bajo el peso del temor á una hecatombe en
cualquier momento.
Los Bancos oficiales deben ayudar á las empresas serias que se es-
tablezcan, facilitando préstamos á bajo interés y larga amortización,
que permita ofrecer al público la construcción con pago por cuotas
mensuales, favoreciendo así á las clases menesterosas.
Pero se debe evitar el abuso. Se debe prevenir la especulación y
para ello dictar reglamentos municipales que establezcan las normas
venerales que debe reunir un sistema de construcción para que sea
aceptado como bueno para el caso.
En este sentido, el capítulo V de esta memoria resume dicha re-
elamentación y todo está en darle forma administrativa. El fondo no
puede ser otro, si se aceptan las conclusiones á que he arribado. Pero
será prudente siempre exigir comprobación práctica á fin de no am-
parar y hasta fomentar la adopción de sistemas que aparentemente
buenos y eficaces, en el fondo resultan ser deficientes y no merecedo-
res del favor oficial.
VII
PLIEGO DE CONDICIONES PARA LAS CONSTRUCCIONES
DE CEMENTO ARMADO
Art. 1%. — Generalidades. Las obras de cemento armado se harán
siempre con personal competente y con el cuidado sumo que conviene,
para la mejor seguridad; con sujección á las indicaciones generales
de los planos de detalle y pliego de condiciones, y teniendo presente
que el hecho de no proveerse algunos hierros secundarios ó de no indi-
carse en los planos parte de las armaduras accesorias, no será razón
para que en la construcción no se prevea su colocación. Además, que-
da entendido que su costo se presumirá incluído en el precio que se
estipule por las diferentes obras.
Dichas armaduras accesorias, tanto para la resistencia como para
la dilatación, serán las propias al sistema adoptado, según el criterio
del ingeniero director de las obras y sin discusión alguna.
El licitante deberá dar por comprobado que la obra proyectada
tiene la armadura metálica y el involuero de hormigón en las propor-
ciones requeridas, para resistir convenientemente á los esfuerzos á
que estará sometida. En este sentido, el constructor será el único res-
65 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ponsable por cualquier accidente que ocurra durante la ejecución
ó en el período de prueba, siendo de su cuenta todo gasto inherente
á la reposición de la obra destruída ó arreglo de los desperfectos.
Art. 2%. — Hormigones. Siempre se hará el hormigón empleando
cemento de fragiiado lento, salvo en casos especiales, como ser en la
fabricación de caños, conductos de desagiie ó tanques de agua ú otros
líquidos, para cuyas obras se podrá emplear cemento de fragitado rápido
mezclado al de fragiiado lento, en la proporción que en cada caso pat-
ticular se dirá. Este cemento irá mezclado con cascajo y arena, según
se especifica á continuación.
Art. 3%. — Pedregullo. Toda vez que sea posible, en la construcción
de muros, columnas y chapas de fundación, se empleará parala fabri-
cación del hormigón, pedregullo ó cascajo de piedras duras (granito,
eneiss, pórfido, cuarzo, etc.), ó el residuo de la trituración de piedras
erandes. El tamaño de estos materiales estará comprendido entre un
volumen de 1 centímetro y 10 centímetros cúbicos, más Ó menos, no
teniendo como mayor dimensión, más de 4 centímetros. Se preferirá
el pedregullo anguloso.
Á este efecto, el material se pasará dos veces á la zaranda, para
eliminar los pedazos que tengan dimensiones mayores ó menores de
las indicadas.
Art. 4%. — Cascotes. Cuando no sea posible emplear piedra para la
fabricación de este hormigón, se usará el cascote obtenido por la tritu-
ración de ladrillos bien cocidos. Se preferirá el proveniente de ladrillos
prensados y de la rotura de objetos de alfarería, en general, siempre
que no estén recubiertos en todo ó en parte con esmalte ó barnices.
La dimensión será como para el cascajo de piedra.
Artt. 5”. — Escorias. Para la construcción de lozas para techos y
entrepisos, se empleará el cascote, como material más liviano. Se po-
drá además reemplazarle por el residuo fijo de la combustión del caz-
bón, con exelusión de las cenizas, cuando se trate de obras de poca
luz. Es el material llamado también escoria de fundición.
En caso de hacer uso de este material, deberá tamizarse bien, á fin
de separar la ceniza y tierra con que siempre viene mezclado. Des-
pués se lavará y se pasará por dos ó tres tamices, con el objeto de
que se utilice tan sólo las partes vitrificadas ó poco menos.
Art. 6%. — Concreto. En la construcción de paredes para tanques
de agua, vigas de entrepisos y techos, caños y, en general, obras de
poco espesor, el hormigón por emplear será siempre á base de cemen-
to y arena tan sólo.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 69
Art. 7”. — Arena. La arena por emplear será exclusivamente cuar.
zosa, la del tipo llamado oriental, de grano grueso, bien limpia y de
aguas dulces, llenando los demás requisitos inherentes á su recepción-
Art. S”. — Preparación de los elementos. El hormigón por emplear
en las obras de cemento armado se compondrá de los tres elementos
mencionados ó faltará el cascajo, según la obra, amasados con agua
perfectamente potable, bien limpia, conducida á la obra en forma de
garantizar su pureza.
Las proporciones de los elementos componentes serán las que co-
rrespondan á los tipos que en cada caso particular se indicará en las
condiciones accesorias para cada obra.
Art. 9%. — Impermeabilidad. En las obras de cemento armado que
deban llenar condiciones especiales de impermeabilidad, la proporción
de cemento aumentará, pero siempre se deberá hacer un enlucido
del lado donde esté el líquido, en la forma que se expresará después.
Art. 10. — Obras en aguas marinas. También se aumentará la pro-
porción de cemento en el hormigón de las obras que deban estar some-
tidas á la acción de aguas salinas, como ser en las construcciones
sumergidas en agua de mar. En cada caso se darán instrueciones
especiales.
Art. 11. — Fabricación del hormigón. Se hará con sumo cuidado
mezclando en seco los elementos componentes y agregando poco á
poco el agua necesaria. Se preferirá el empleo de hormigoneras, pero
de poco volumen, salvo en obra de gran importancia, donde el número
de operarios colocadores de hormigón es suficientemente grande como
para garantizar que el hormigón será puesto en obra inmediatamente
de producido.
Art. 12. — Armaduras. La armadura metálica de las obras de ce
mento armado, será hecha con todo el cuidado necesario, recordando
que en ello estriba principalmente el buen resultado del sistema.
Siempre se harán con sujección á las indicaciones de detalle de los
planos, á las instrucciones verbales del ingeniero director y á la prác-
tica usual en el sistema adoptado. Además, siempre se harán mues-
tras de dichas armaduras, á fin de corregir los defectos y convenir
sobre los detalles tanto de aquellas, como del encajonado, andamios
y Obras accesorias.
Att. 13. — Metal. Las piezas perfiladas de la armadura, en T, doble
T, U, V, Z, L y otros perfiles laminados, serán siempre de acero fun-
dido (Flusseisen) del tipo producido por las usinas alemanas.
Las piezas de otra forma, barras redondas, cuadradas, rectangula-
70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
res, planchuelas y flejes, serán en general, de hierro, bien laminado.
En casos especiales se empleará acero en vez de hierro, pero se pre-
vendrá en el pliego de condiciones accesorias.
El hierro deberá resistir á la rotura, de 30 á 35 kilogramos por mi-
límetro cuadrado, con un alargamiento de 8 á 12 por ciento medido
sobre una longitud de 20 centímetros.
El acero deberá ofrecer una resistencia á la rotura de 40 445 kilo-
eramos por milímetro cuadrado y un alargamiento de 20 á 25 por
ciento, medido en las mismas condiciones anteriores.
El alambre para la espiral que envuelva los parantes perfilados,
para el enganche de barras horizontales, en los muros, será de 4%*50
de diámetro, en simple espira.
El alambre para las ataduras, tendrá un diámetro de 1 milímetro y
será recocido, fácilmente plegable, sin rotura.
El metal deberá estar desprovisto de toda pintura, alquitranado,
barniz ú otra materia preservadora y principalmente de materias
erasas. Se preferirá que esté un poco oxidado, pero limpio de tierra
Ó cenizas.
Art.14. — Preparación de la armadura. Cualquiera que sea el siste-
ma adoptado, todo el sistema de barras de resistencia se vinculará por
medio de enganches, roblones, manguitos, tuercas ú otro procedimiento
apropiado, á las piezas de la parte inmediata, de la construcción.
Así, las barras de las vigas se vincularán con la de los muros ó
parantes; las de las lozas con las de las vigas, etc. Cuando los paran-
tes y las vigas sean de fierro perfilado, la ensambladura se hará en
la forma usual en la construcción metálica, por medio de chapas, ro-
blones y escuadras.
Cuando, por cualquier razón, las barras redondas de las vigas ó
lozas, enganchen en sus extremidades con otras barras, aquéllas
se achatarán en forma de bisel, ó se partirán en forma de cola de
golondrina, ó se le dará cualquier otra disposición que impida el es-
currimiento de la barra dentro del hormigón, prescindiendo de la
adherencia.
El plegado de las barras en ciertos sistemas y la preparación de
sus extremidades en la forma indicada, así como el de los enganches,
se hará en frío, toda vez que aquéllos no tengan más de 9 milímetros
de diámetro ó de lado. Para dimensiones mayores, deberá ser hecho
en caliente, pero en condiciones de no alterar las cualidades del ma-
terial, y evitando de martillar el fierro si no está bien enrojecido. Se
procurará que la barra no se raje.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES ell
La preparación de las piezas planas hechas con flejes (estriberas,
horquillas, armaduras de lozas, etc.) se harán en frío.
Cuando una barra de flexión ó tracción no tenga el largo suficiente, se
ensamblará mediante manguitos atornillados, con un par de tornillos
que garantice en la unión, la misma resistencia que el resto de la barra.
Se admitirá el enganche, tan sólo en barras de poco diámetro y
cuando el espesor de la masa de hormigón permita tener la seguridad
de que no se producirán oclusiones por la interposición del nudo for-
mado por las barras enganchadas.
Ouando una barra de compresión no tenga el suficiente largo, bas-
tará, en general, yuxtaponerle otra en perfecta correspondencia. Pero,
en caso de barras de mucho trabajo y en condiciones de piezas suje-
tas á flexionamiento, las extremidades deberán extrar en un pedazo
de caño de hierro, que tenga un largo igual á seis veces el diámetro
de la barra, con ataduras apropiadas.
Tratándose de barras de pequeño diámetro (hasta 9 milímetros) tanto
comprimidas como extendidas, se podrán ensamblar por la superposi-
ción de las dos extremidades, en un largo de 30 centímetros, fuerte-
mente ligadas con alambre.
Cuando los parantes ó columnas se hagan con hierros perfilados,
siempre tendrán una base formada por una chapa, con escuadras y
fierros ángulos, perforadas en condiciones de asegurarse á barras em-
potradas en la chapa de fundación, previamente hecha.
Para soportar las vigas de entrepisos ó techos ó soleras, se adap-
tará en su parte superior, escuadras que permitan roblonar aquéllas,
y además repartir sobre mayor superficie el peso transmitido.
Los travesaños perfilados que se coloquen entre parantes vertica-
les, adintelando aberturas, se fijarán á éstas mediante escuadras arri-
ba y abajo, con la sección y con roblones de suficiente resistencia.
Cuando se emplee el métal déployé, tanto para muros como para
entrepisos ó tanques, se deberá ligar debidamente á las barras de
resistencia, mediante alambre de una sección tal, que resista perfec-
tamente á los esfuerzos á que esté sometido. Siempre se usará el me-
tal en su estado natural, sin pintura alguna.
En casos especiales, como en cielo rasos ó revestimientos, se emplea-
'án las barras acodadas y de reporte de la chapa de metal, propias del
sistema y conocidas por todos los prácticos.
Cuando se hagan entrepisos ó techos usando hierros perfilados como
barras de resistencia, siempre se colocarán arqueándolos un poco en
sentido contrario al flexionamiento probable.
72 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Art. 15. — Encajonados. Serán hechos de madera, en forma de
ofrecer una resistencia perfecta y una indeformabilidad á toda prueba,
á la acción del apisonamiento. Además, deben ser hechos en condicio-
nes de fácil desmontaje, sin sacudimientos. Deben ofrecer una supetr-
ficie en contacto con el hormigón, bastante lisa, á fin de no requerir
demasiado material para el alisamiento ulterior. Deben ser más ó
menos estancos, á fin de que el agua de cementación bajo la acción
de los pisones, no salga por las uniones de las tablas arrastrando el
cemento. Deben poderse hinchar, bajo la acción de la humedad, sin
alterar la forma de la pieza moldeada.
Juando el encajonado es para la construcción de muros, con ó sin
pilastras, se preferirá el sistema de levantar un tablado de un lado,
hasta bastante altura, bien apuntalado y sujeto con travesaños, ta-
blones y parantes, acusando los salientes que excedan de 3 centíme-
tros. Del lado opuesto se harán tablados de 60 á 90 centímetros
cuando mucho, colocados dentro de guías verticales formados por
parantes, ligados á los del lado opuesto con roblones que crucen el
espesor del muro. Entre dichos tablados, se colocarán tacos de made-
ra á fin de mantener constante la separación conveniente á fin de que
el muro se moldee con el espesor preseripto.
El sistema de parantes del encajonado de los muros, deberá ser con-
traventado á fin de resistir perfectamente la acción delos vientos, y no
provocar desplomes ó deformaciones en la armadura metálica. Por eso,
los tablados del encajonado deben poderse sacar y poner sin alterar
el sistema de los parantes, hasta tanto se desarme todo el andamiaje.
En la construcción de techos ó entrepisos monolíticos, sin nerva-
duras, se deberá hacer un tablado general abarcando la mayor exten-
sión posible, eruzado en su parte inferior por tirantillos, soportados á
u vez por tirantes perpendiculares sostenidos por parantes vertica-
les, bien asegurados al pie. Además, estos parantes se ligarán en ele-
vación, con alfajías en diagonal clavadas, en forma de impedir todo
movimiento. Entre los parantes y los tirantes principales del tablado
se colocarán cuñas, de manera que pueda desmontarse paulatinamen-
te, sin sacudidas.
Se tendrá presente que el tablado y sus soportes deberán resistir
perfectamente, no sólo al peso propio de la chapa de cemento armado,
sino también á los golpes del apisonamiento y al peso accidental du-
rante la obra, bajo forma de personal, materiales, ete.
Cuando se construyan entrepisos ó techos con nervaduras, el enca-
jonado deberá acusar aquéllas, y ser hecho en forma de que puedan sa-
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 713
- carse las tablas laterales, quedando la tabla inferior sostenida por los
parantes. Esto, con el objeto de facilitar la desecación del hormigón
sin suprimir el sostén hasta tanto haya fraguado completamente aquél.
El tablado de las losas intermedias, deberá hacerse solidario al en-
'ajonado de las vigas, y dispuesto en forma de poderse desarmar pat-
cialmente, facilitando también el más pronto fragiie del hormigón. En
este sentido, se ha de poder sacar las tablas laterales de las nervadu-
ras y la mayor parte de las del tablado de la losa intermedia, quedan-
do sostenido el entrepiso por puntales y tablas aislados.
Este procedimiento se ha de usar siempre, cualquiera sea el sis-
tema de entrepiso ó techo que se haga.
Cuando el entrepiso ofrezca vigas y nervaduras cruzadas, el enca-
jonamiento las acusará también, á fin de que la colada se haga al mis-
mo tiempo en ambos sistemas de refuerzos.
En la construcción de chapas de fundación se podrá emplear para
el encajonado de las vigas, la excavación en la misma tierra, toda vez
que ofrezca suficiente resistencia. En caso contrario se podrá revestir
lateralmente la excavación con ladrillos planos, asentados en barro,
ó emplear tablados.
Para la construcción de bóvedas, con ó sin nervaduras, se empleará
un tablado análogo al indicado para el caso de una superficie plana,
pero con sus cimbras correspondientes, construídas con todos los re-
quisitos usuales.
Cuando se haga uso de vigas perfiladas de fuerte sección, la cons-
trucción de las losas intermedias podrá hacerse, empleando tablados
suspendidos á aquéllas, en forma conveniente y segura.
El encajonado para la construcción de pilares aislados, se hará in-
dependientemente del de los entrepisos y techos, en forma de poder-
se desarmar en toda la longitud.
Cuando se trate de moldear piezas de taller, como vigas, caños, pi-
lotes, chapas, ete., los moldes serán hechos en forma de que sea fácil
sacarlos, dejando la pieza moldeada en el sitio de fabricación, salvo
casos especiales. Llenarán las mismas condiciones de indeformabili-
dad y solidez apuntados para los encajonados en general. Se emplea-
rán, previo recubrimiento de la cara en contacto con el cemento, con
grasa fina, bien estirada. Deberá analizarse la grasa que se vayaá
emplear, pues no todas las clases del comercio son apropiadas.
Artt. 16. — Ejecución de la obra. Según sea el sistema adoptado
para la armadura, será el orden de colocación de los materiales, y del
encajonado.
74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cuando el sistema adoptado importe tener un esqueleto de piezas
resistentes que se sostengan solas, sin el auxilio de andamiajes espe-
ciales, el orden por seguir, será el siguiente : primero la armazón metá-
lica de resistencia mayor; después el entramado de barras menores;
luego el encajonado, y después el moldeado con hormigón.
Cuando el sistema adoptado importe el empleo de armaduras para
cuyo mantenimiento en obra se requiera andamiaje, se colocará pri-
mero éste, y el encofrado de los pilares, luego se introducirá la ar-
madura de estos últimos, después se irá colocando la armadura de
muros y su encajonado, y al mismo tiempo se irá haciendo el relleno
con hormigón.
ln general, la colocación del hormigón se hará de una manera con-
tinua, por capas sucesivas de 2 á 3 centímetros si se trata de vigas y
losas, y por capas de 5 centímetros si se trata de muros en elevación,
apisonado perfectamente con útiles apropiados y que puedan introdu-
cirse dentro de la armadura metálica, á fin de que el apisonamiento
sea homogéneo.
S1 el sistema comporta orquillas ó barras plegadas para contrarres-
tar el resbalamiento interior y el corte, se deberá adoptar un disposi-
tivo que permita mantener aquéllos en la posición relativa dada por
el cálculo y á pesar del apisonamiento. Además, las horquillas ó estri-
beras deberán mantenerse siempre en contacto con las barras respee-
tivas, sin interposición de cemento, debiéndose cuidar muy especial-
mente este detalle de construcción.
El apisonamiento se hará en forma enérgica y hasta tanto el agua
de cementación surja á la superficie de la capa apisonada.
La obra hecha deberá ser mantenida en un ambiente húmedo hasta
completar el período de fragiiado que corresponde á cada parte de la
obra. Á este efecto, los muros y pilares se cubrirán con lienzos húme-
dos en las horas de fuerte sol y se rociarán á menudo en la época del
verano. Los entrepisos, techos y pisos se cubrirán con una capa de
arena húmeda ó de trapos mojados. Durante el invierno, la obra de- -
berá ser preservada de la helada, á cuyo efecto también se mantendrá
tapada, pero con trapos ó materiales no húmedos.
Esta precaución no se olvidará en caso alguno, pues ello puede ser
causa de la inutilización de la obra hecha.
En épocas de calor, convendrá, toda vez que sea posible, mantener
encima de los techos una capa de agua de 5 centímetros por lo menos
por todo el tiempo que debe durar el fragiiado.
Á parte de estas consideraciones generales, se tendrán en cuenta
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES (0
las especiales que se mencionarán á continuación para cada parte de
la obra.
Art. 17. — Muros. Se excavará la zanja de fundación hasta alcan-
zar el terreno que resista lo previsto en el cálculo de los muros. Á este
efecto, se harán ensayos previos y en diferentes puntos, hasta tener
completa seguridad.
Si para los pilares de refuerzo fuera preciso buscar un terreno más
resistente, donde deban emplazarse aquéllos, se ahondará la excava-
ción hasta alcanzar este último, en el ancho que darán los planos.
La excavación para cimientos será eficazmente defendida contra la
introducción de agua, por zanjas laterales, bajo pena de ahondar ma-
yormente, por cuenta del contratista, siendo de su cargo también el
mayor gasto por muros y pilares.
Después, sobre el fondo bien emparejado, se colocará una capa de
hormigón del espesor de 5 centímetros, bien apisonado. Esta capa se
hará en toda la extensión de los cimientos, y servirá para preservar
el fondo de toda causa que tienda á aminorar su resistencia.
No importará que esta capa fragiie completamente antes de levan-
tar el muro ó pilastra.
En seguida, se hará la piedra de base de las columnas según marc:
el plano de detalle, no olvidando los barrotes que han de fijar la chapa
dle base de la columna de fierro perfilado ó entrelazar las barras de la
columna de armadura reducida. ;
Se colocarán después las columnas, bien centradas y aseguradas á
la base. Si ellas son hechas con fierros perfilados, se colocará la espi-
ral con alambre negro de 450 de diametro en forma de que las ba-
rras horizontales una vez enganchadas, guarden entre sí la distancia
que indique el plano de detalle. Estas espirales estrecharán perfecta-
mente la columna, y se afianzarán sus extremidades, en forma de que
no pueda escurtirse.
En seguida, se colocará la solera superior, sea de hierro perfilado ó
la armadura de barrotes, á fin de mantener en posición las columnas
y si éstas son de hierro perfilado, se colocarán los travesaños que
acusan los vanos, mediante escuadras arriba y abajo, con roblones. De
este modo se tendrá preparado el esqueleto general.
Bien aplomadas las columnas y rectificada su colocación y altura,
se procede á enganchar las barras horizontales dejándolas bastante
tlojas. Luego se entretejerán las verticales, dándole á su extremidad
inferior la forma de talón, indicada en los planos y asegurándolas con
horquillas clavadas en el cemento ya colocado.
76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
El entrepiso se hará alternando 53 ó 4 barras, según el caso, á fin de
dejar el paño de muro bien rígido. Si ello no resultara, se entretejerán
barras en diagonal hasta darle la rigidez deseada.
La unión de las barras se hará como queda dicho en las condicio-
nes generales que preceden.
Los travesaños de los vanos y la solera superior se unirán por me-
dio de las barras verticales, directamente, á fin de formar una verda-
dera viga armada.
Cuando el muro haya de reposar directamente sobre los pilares,
alivianando las vigas de soporte ó el terreno de asiento se dará dá
las barras horizontales una curvatura hacia arriba, bastante pro-
porcionada, vigilando el perfecto enganche de la armadura con las
columnas.
Además de la armadura mencionada, cuando los muros deban tener
un espesor de 15 centímetros ó más, se colocarán horquillas formadas
de flejes, perpendicularmente al muro, á medida que se vaya hacien-
do el relleno y en la forma y disposición usual, para contrarrestar el
resbalamiento y el corte.
Superiormente, se colocarán horquillones que colgando de la solera
se traben con la armadura del muro.
Cuando el muro esté expuesto á un fuerte esfuerzo perpendicular,
Ó se trate de paños grandes, en correspondencia de las columnas se
colocarán barras horizontales que pasando por delante de aquéllas,
unas veces, y por detrás, otras, se entrelaze con el tejido á ambos
lados en un largo de 50 centímetros.
Próximo á las columnas, en la parte superior, se colocarán barras
diagonales que repartan el peso sobre mayor superficie de muro.
En los ángulos, se colocarán las grapas en diagonal, entre los en-
tramados perpendiculares, acusando ochavas, que después servirán
para acusar los cantos redondeados.
Cuando deban hacerse veredas ó pisos inmediatos á los muros, se
procurará hacer el entramado de aquéllos en la parte próxima á éstos,
á fin de que se establezca solidaridad perfecta entre todas las partes
de la construcción.
Se completará después la armadura de los cimientos y se recubri-
rán con hormigón, apisonando perfectamente. Pero, previamente se
limpiará el fondo y se recubrirá con una capa de un centímetro de
espesor de cemento bien extendido y apisonado.
Se colocará después el encajonado y se procederá al relleno con
hormigón apisonado perfectamente.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 77
El relleno deberá hacerse en todos los muros, que abarquen un
cuerpo de edificio, á fin de coligarlos bien, debiéndose levantar paula-
tinamente y conservarse á la misma altura, poniendo un personal
numeroso de apisonadores.
Al suspenderse las obras por la tarde, se deberá cubrir el enco-
frado, para que no penetre el sol, ni actúe la helada.
Cuando por cualquier causa, entre la suspensión de las obras y su
prosecución transcurrieran más de 15 horas en verano, ó de 45 en
invierno, se deberá limpiar perfectamente la obra anterior, mojarla y
después extender sobre ella una capa de mezcla tipo M, bien apiso-
nada y de 5 centímetros de espesor. Recién después se proseguirá con
el hormigón ya indicado.
Cuando haya que hacer muros parcialmente, en longitud, para se-
guirse después, se procurará que la junta entre la parte vieja y la
nueva, sea en diagonal, tan inclinada como sea posible.
Á pesar de lo que digan los planos, todo muro cuyo espesor no sobre-
pase los 15 centímetros, tendrá en la parte de cimientos un espesor
doble del que tenga en elevación, salvo el caso de que muros aislados,
con cimientos ensanchados en forma de zapatas, para su mejor empo-
tramiento, en cuyo caso, el muro tendrá en los cimientos el relleno de
hormigón rico y el de hormigón pobre que indicarán los planos res-
pectivos.
La suspensión del relleno no podrá demorarse más de 24 horas en
verano y 48 horas en invierno, sino debido á causa justificada, bajo
. pena de seguirlos administrativamente por cuenta del empresario, sin
derecho á reclamo alguno.
Á medida que se vaya levantando los muros y sacando los tablados
del encajonado, se irá rellenando los huecos que queden con mezcla
bien apretada y se mantendrá húmeda su superficie y al reparo del
sol y de la helada.
Todo saliente que exceda de 3 centímetros, deberá ser acusado en
el encofrado.
La colocación de marcos de puertas y ventanas será contemporánea
al alisamiento exterior é interior de los muros.
Si hubiere que embutir caños metálicos para agua ó gas, la opera-
ción se hará colocando aquéllos fijos á la armadura, procediéndose
después al relleno.
Donde vayan á colocarse marcos de puertas ó ventanas á cajón, se
colocará en las mochetas, tacos de pino spruce embreado, de 75 <75
milímetros de sección, equidistantes de un metro más ó menos.
78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Antes de que el hormigón de los muros haya fraguado totalmente,
se deberá hacer el alisamiento interior con mezcla de cal y arena
oriental fina. Al exterior, salvo el caso en que se haya dispuesto que
el revoque exterior sea imitación piedra, en cuyo caso, se procederá
en la forma que se hace con la construcción de mampostería y con
mezcla apropiada.
Salvo disposición en contrario, los muros de parapeto y la cornisa
volada, se hará con ladrillos y mezcla dé cal y arena con cimento y
el revoque se hará con mezcla conveniente.
En la parte inmediata á los techos y álos pisos se hará un revoque
de 1 centímetro de espesor, de 15 centímetros de altura, formado con
cemento portland puro en forma de Zócalo, saliendo 5 milímetros
sobre el paramento general del muro, salvo indicación en contrario.
Cuando se deba agujerear un muro hecho, para empotrar planchue-
las, roblones, etc., la mezcla que se empleará para fijar dichos hierros,
será también á base de cemento.
Se cuidará muy especialmente el apisonamiento de los muros en
las aproximidades de la solera superior y se hará con útiles especiales
que aseguren un buen resultado. El sobrestante y el inspector de la
obra deberán constatar en cada caso si se cumple esa disposición,
pues es de la mayor importancia.
Art. 158. — Techos. Levantados los muros hasta la altura de apoyo
de las losas del techo, se procederá á colocar las barras que formen
la armadura de aquéllos, procurando que tengan un perfecto engan-
che en la solera superior de los muros y en caso de no existir ésta, se.
deberá cuidar de que las barras dobladas en ángulo recto, penetren
por lo menos 10 centímetros en el muro, y en forma de que ese engan-
che se produzca en el tercio exterior del espesor del muro. Cuando no
haya solera, se procurará que en el muro, á la altura del acodamiento
de las barras del techo, haya horizontalmente una barra de mayor
diámetro, colocada en el medio del espesor y bien asegurada á los
parantes verticales.
Á fin de que la armadura de los techos no se deformen, se deberá
construir de antemano el tablado, con sujección á lo dicho antes al
respecto.
Si la armadura de los techos es hecha con hierros perfilados, el ala
de éstos se roblonará á la solera, con un roblón á cada lado, de sección
conveniente.
Cuando no exista solera, el alma será agujereada próxima á la ex-
tremidad y se pasará, dentro de estos agujeros, una barra, cuyo diá-
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 719
metro no será inferior á 15 milímetros. En casos especiales se permi-
tirá reemplazar esas barras continuas, por pedazos de ella, del largo
de 15 centímetros, atravesadas en el agujero hecho en el alma en
forma de llave.
En casos especiales, la dirección técnica, podrá permitir que los
hierros perfilados que forman la armadura de los techos, no se roblo-
nen á las soleras Ó no se les cruce con la barra de veinte milímetros, y
ello será cuando en el cálculo del techo, se haya considerado el caso
de simple esfuerzo, adoptando coeficientes de suficiente seguridad.
Cuando el techo deba tener nervaduras hechas con barras rectas
plegadas, horquillas, sunchado, ete., tipo Hennebique ó similares, las
barras deberán siempre engancharse, en los muros de apoyo, á barras
principales de resistencia, para conseguir un buen empotramiento.
Además, su armadura, se hará simultáneamente al de las losas, á
fin de coligar lo mejor posible una con otra.
Cuando esas nervaduras sean sustituídas por piezas pertiladas ó
compuestas, siempre se deberán abulonar sólidamente á las soleras
de los muros ó á las columnas de soporte. En caso de empotrarse en
muros, siempre se completarán con una barra de veinte milímetros,
eruzando dentro de un agujero hecho en el alma en la extremidad.
Cuando las vigas sean inferiores y la loza vaya encima de ellas,
las barras del techo deberán siempre tener un largo tal, como para
presentar por lo menos tres apoyos, á fin de que puedan considerarse
como vigas continuas. Si se trata de barras perfiladas, las uniones
deberán hacerse siempre en correspondencia de una viga; en caso
contrario, se deberá hacer una verdadera ensambladura, con chapas
- y roblones, en la forma usual.
St las barras de la armadura de la losa son redondas ó planchuelas,
siempre se engancharán al ala de las vigas, doblando sus extremida-
des convenientemente.
Las barras de repartición de la armadura podrán apoyarse simple-
mente sobre las de resistencia, cuando éstas no sean de fierro perti-
lado. En este último caso, siempre se deberán enganchar al ala supe-
vior, dándole la debida curvatura entre dos barras de resistencia,
sobre todo si el espesor de la losa supera los seis centímetros.
Cuando encima de la losa no vaya cubierta alguna y aquélla deba
de por sí formar el techo, expuesta al sol y al frío, aparte de la arma-
dura de resistencia, se deberá agregar la armadura de dilatación. Para
ello, sobre la losa aun sin fraguar completamente, se extenderá una
capa de mezcla de 10 milímetros de espesor, bien apisonada y pre-
s0 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
parada con la cantidad de agua lo más estrictamente necesaria para
amasarla. Encima se extenderán barras de 4""5 de diámetro, forman-
do mallas cuadradas de ocho centímetros de lado, sin ataduras, y yux-
taponiéndolas en un largo de treinta centímetros cuando haya que en-
samblarlas. Se observará la mayor regularidad en la preparación de
estas mallas y se harán con barras bien rectas, sin dobladura alguna
en las extremidades. Encima se extenderá una chapa de la misma
mezcla, de diez milímetros, y se apisonará y alisará aprovechando
del agua de cementación que surgirá por el apisonamiento.
Esta capa acusará, sin embargo, cierto declive hacia los caños de
desagiie, pero en este caso, el mayor espesor lo tendrá la capa inferior,
debiendo mantenerse constante el recubrimiento minimo de 5 milí-
metros sobre la armadura.
Toda nervadura de fierro perfilado, será rodeada por una espiral de
alambre negro de 4""5 de diámetro, distante cada espira de 5 centí-
metros, é involucrada en una masa cementicia formada por mezcla
de cemento y arena en la proporción de 1 á 3.
El hormigón con el cual se harán las losas de los techos, será á base
de cascotes, pudiéndose reemplazar el cascote por la escoria de fundi-
ción, previa conformidad de la dirección técnica.
Cuando en la construcción no se emplee cascotes los techos se ha-
rán todos con mezcla de arena y pedregullo.
Sin embargo, cuando el espesor de las losas no exceda de 5 centí-
metros, el cascote será reducido á granza del tamaño de un grano de
maiz, ó, en su defecto, se hará con mezcla solamente.
Los techos se construirán inmediatamente de alcanzar los muros la
altura necesaria y se extenderán abarcando todo el espesor de los muros
en que se apoyan.
En la parte inferior, las losas de los techos se alisarán como los
muros y llevarán una moldura sencilla, próxima á los muros, simu-
lando un techo de yeso sencillo.
Donde haya que colocar artefactos de luz, se introducirá en la parte
cementicia, un caño de hierro galvanizado para el gas ó para los con-
ductores eléctricos. Además se colocará un fierro especial, asegurado
á las barras de resistencia, para colgar las lámparas, etc.
Cuando se provea la ventilación de los locales por el techo, se
dejará una perforación cilíndrica, en todo el espesor de la losa y se
colocará superiormente una torrecita de tierra romana, de las usadas
para los conductos de ventilación en los muros de mampostería y
colocados de manera que no entre el agua. Inferiormente, al nivel
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES sl
«lel cielo raso, se colocará una rejilla de bronce, asegurada en el hor-
migón.
Cuando la cubierta se haga con baldosas ú otro material, éste se
fijará sobre la losa del techo, en la forma propia á aquél.
Cuando ella sea de hierro galvanizado de canaleta, la chapa de ce-
mento armado tendrá tan sólo un espesor suficiente para servir de
cielo raso. Y en este caso, si las nervaduras son de hierro doble T, y
hasta arriba, éstos deberán ser involucrados en hormigón con un
ancho igual á 15 milímetros más que el del ala, y recubriéndolos com-
pletamente, de manera que no quede hierro á la vista. El listonado
que soporta la chapa de hierro, irá asentado sobre esas nervaduras.
Las canaletas de desagiie en ese caso serán la de cine número 14,
colocadas en la forma usual.
En los techos de galería, con desagiie hacia el muro, éste tendrá un
revoque armado con curva de identificación, y una acanaladura, guian-
«lo el agua á los caños de desagiie.
Cuando los techos estén soportados en parte por columnas, éstas
serán siempre roblonadas en su parte superior á las vigas principales.
Terminado el techo, en todo ó en parte, se cubrirá con trapos húme-
dos en el verano y secos en invierno, á fin de proteger el hormigón du-
rante el fragiiado. En días de mucho sol, convendrá ponerle una capa
de agua de 5 centímetros, cerrando los desagiies, áfin de mantener la
humedad.
Todo descuido en ese sentido, así como durante la construcción,
que pueda hacer nacer la duda al ingeniero director de que la obra
está afectada, dará derecho á éste para ordenar la demolición inme-
diata de la parte de techo en cuestión y hacerla reconstruir, por cuen-
ta del contratista. Esto sin perjuicio de la responsabilidad que por el
«contrato seguirá teniendo aquél.
Art. 168. — Entrepisos. Se harán con sujeción á lo establecido an-
teriormente, para los techos, pero, suprimiendo la malla de dilatación.
Además, su construcción será hecha al alcanzar los muros la altura
necesaria, y antes de proseguir éstos á fin de que su peso gravite so-
bre el apoyo de las losas y nervaduras del entrepiso, facilitando así
su empotramiento.
Art. 169. — Pisos. Su construcción se hará siempre después de
obtener un buen apisonamiento del terreno en forma de que éste
ofrezca una superficie bien plana y al nivel conveniente.
Preparado así el terreno general, cuando se prescriban viguetas de
refuerzo inferiores, se excavarán las zanjitas que correspondan á aqué-
'AN. SOC: CIENT. ARG. == TI. LXIV: 6
32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
llas, observando al respecto las instrucciones dadas en el capítulo En-
cajonados.
En el fondo de dichas zanjas se extenderá una capa de mezcla de
dos centímetros de espesor, bien apisonada, y sobre ella se colocará la
armadura de resistencia prevista, procurando que las barras secunda-
rias, horquillas y barras de corte, propias de cada sistema, sobresal-
gan del suelo, á fin de vincularlas con las de la chapa de piso.
En seguida, se rellenan dichas zanjas con hormigón. Y, salvo casos
especiales, bien apisonado, por capas delgadas, procurando no alterar la
posición delos fierros dela armadura con esta operación. Á ese efecto,
se deberán asegurar aquéllas, á travesaños exteriores, con alambres
y el apisonamiento se hará empleando el personal más cuidadoso.
El moldeado se hará hasta alcanzar el nivel del suelo. Allí se exten-
derá otra capa, de dos centímetros de espesor de mezcla, y sobre ella
se extenderá la primera serie de barras de la armadura de resistencia,
si ésta ha de tener dos series. Debiendo tener una sola, se prescindirá
de la capa de mezcla y se cubrirá el suelo con hormigón hasta
alcanzar el nivel del emplazamiento de la armadura, según indiquen
los planos, y, de no indicarlo, hasta 15 milímetros de la superficie de-
finitiva del piso. Se deberá apisonar sin descanso encima de esta capa
de hormigón, se colocará la armadura de resistencia (segunda serle,
en caso de haberse ya colocado la primera), en barras bien rectas, y
yuxtaponiéndolas cuando no aleancen en largo, en una extensión
de 30 centímetros y luego se recubrirá con mezcla bien apisonada y
alisada con rata ó cuchara, y luego se cilindrará si así se prescribiere
y se trabajará en forma de acusar juntas, baldosas, etc.
Cuando el piso ha de estar expuesto á las alternativas del calor y
del frío, en forma sensible, además de la armadura de resistencia, el
piso llevará en su parte superior, la armadura de dilatación, como en
los techos.
Cuando los muros sean de cemento armado, las barras del piso de-
berán empotrarse en el muro, á cuyo efecto, al levantar éste y llegar
á la altura de los pisos, se deberán cruzar barras de la misma sección
que las del piso, penetrando en éste en un largo no menor de 40 cen-
tímetros.
De este modo se vinculará el muro con el piso, así como se hace con
el techo, obteniéndose un todo monolítico.
La chapa de piso apoyará, además, en una banqueta si el muro acu-
sara al interior, como consecuencia de su mayor espesor en los cimien-
tos y basamento general del edificio.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 83
Cuando se trate de veredas, cuyo cordón deba hacerse con un re-
pliegue de la chapa, ésta penetrará en una zanjita abierta con este
objeto, cuya profundidad no será nunca menor de 30 centímetros. Las
barras se doblarán, penetrarán en la zanja y próximas á su fondo se
volverán á doblar en un largo del doble del espesor de la chapa, y se
rellenará con hormigón, de manera que la parte plegada de la chapa
forme en el fondo de la zanja una losa de asiento de un ancho triple
del espesor de la misma, en la vereda.
Esta operación se hará simultáneamente, á la construcción de la
vereda, á fin de que no se acusen juntas.
Cuando exterior á la vereda, deba ir una canaleta de desagiie, la
chapa de] piso se plegará aunque con menor espesor, formando aqué-
lla, pero, sobre una loza de base, igual á la de la vereda, abarcando
todo el ancho de la canaleta.
Las veredas siempre llevarán además la armadura de dilatación, que
seguirá los pliegues de la losa, cuando ésta forme cordón y canaleta.
En casos especiales se consentirá la colocación de cordones moldea-
dos en el taller, así como el de canaletas de desagiie, previas instrue-
ciones de detalle que se darán en cada caso.
Sobre los pisos recién hechos, se extenderá una capa de arepa de
un espesor mínimo de 5 centímetros, la que se mantendrá húmeda du-
rante doce días, para facilitar el fragiie del cemento. Se podrá reem-
plazar la arena por lonas ó bolsas, pero nunca con tierra, salvo des-
pués de tres días de terminado el trabajo y que el fragiie del cemento
esté bastante avanzado.
El tránsito de personal y materiales sobre el piso, se hará siempre
sobre tablados anchos y bastante largos. Se deberá preservar de cho-
ques que destruyan su superficie ó la alteren.
Se tendrá presente que la compostura de grietas y horadaduras, en
este sistema no es fácil, y que, de consiguiente, cualquier desperfecto
puede motivar la reconstruccion de grandes trozos de piso, si así lo
dispusiere la dirección técnica.
Cuando la cubierta del piso sea de otro material, éste se colocará
en la forma usual para aquél, como si el piso hecho de cemento arma-
do fuera un contrapiso.
Cuando el piso deba tener juntas, declives hacia bocas de desagie,
como en cuartos de baño, letrinas, etc., aquél se conseguirá prepa-
rando el terreno con la pendiente del caso, aumentándose el espesor
del hormigón, solamente cuando se indicará expresamente en el plie-
go de condiciones accesorias.
s4 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Art. 170. — Columnas y apoyos «aislados. Cuando la armadura sea
de un sistema bastante rígido, como para sostenerse sin el auxilio de
andamiaje, como sucede cuando se emplean fierros perfilados simples
ó combinados, aquélla se emplazará en su sitio definitivo, antes del
encajonado.
Se construirá previamente la chapa de fundación con las dimensio-
nes que indiquen los planos, asentada sobre un terreno cuya resisten-
cia sea la prevista en los cálculos. En general será la tierra perfecta-
mente firme y nunca á menor profundidad de 50 centímetros desde el
nivel del suelo.
De esta chapa saldrán cuatro barras de 12 milímetros de diámetro
para las columnas principales y 9 para las secundarias, eruzándose
en la masa de la chapa, las que penetrarán en cuatro agujeros de la
chapa de base de la columna, y luego se doblarán en forma de apri-
sionarla perfectamente.
Se redondeará el fuste de la columna con una espiral de alambre
de 45 de diámetro en las columnas principales y 3”"5 en las se-
cundarias, bien apretada sobre las aristas de los hierros, pero procu-
rando que conserve la forma circular. Esta espiral tendrá un paso de
6 centímetros y estará bien asegurada al capitel y á la base para que
nO se escurra.
Esto se hará toda vez que el mayor espesor del hormigón sobre las
aristas de los hierros no exceda de 30 milímetros.
La espiral podrá hacerse con flejes, previo consentimiento de la di-
rección técnica.
Cuando ese espesor exceda de 30 milímetros la espiral deberá ser
coligada con generatrices verticales, atadas á las espiras, en la forma
que se hace para los caños, y la espira corresponderá á un cilindro
cuyo diámetro sea tal que al efectuar el moldeado, el hormigón la re-
cubra cuando mucho en 3 centímetros. Esta armadura, destinada á
servir de sunchaje, se podrá preparar de antemano en trozos y po-
nerla en obra después, teniendo la precaución de que se mantenga
concéntrica á la armadura de resistencia.
Esta disposición se exigirá tan sólo cuando así lo establezcan las
condiciones accesorias. Hecho eso, se colocará el encajonado y se hará
el relleno con mezcla, bien apisonada.
Nótese que la chapa capitel de las columnas cuando exista, deberá ser
asegurada á las escuadras con roblones de atornillar arriba; pues ella
deberá colocarse después de haber hecho el moldeado hasta alcanzar la
altura de dicha chapa. De otro modo el apisonamiento no será posible.
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 85
Cuando el tipo de armadura es de aquellos que requieren andamios,
para mantenerlo en obra, primero se colocará el encajonado y después
se introducirá la armadura, preparada de antemano, adoptando todas
Jas precauciones á fin de que aquélla ocupe dentro de la masa cemen-
bicia, el sitio asignado por el cálculo y la práctica especial del sistema.
Sobre todo se cuidará de que las barras verticales plegadas en la
base y en el capitel, convenientemente, se entrelacen con las arma-
duras de las chapas de fundación (á las cuales se ligarán clavando en
éstas horquillas de 6 milímetros de diámetro en el cruzamiento de sus
barras con las de las columnas) y en la parte superior con el entra-
mado del techo, entrepiso ó viga.
El chaflán que se acostumbra, en estas columnas, se obtendrá de
primera intención, ochavando los ángulos del encajonado.
Los capiteles y bases de orden arquitectónico, se harán a posteriori,
al hacer el alisamiento general de la columna (cuya operación se efec-
tuará en la misma forma y con la misma mezcla de los muros), em-
pleando mezcla.
Art. 171. — Vigas. Se podrán hacer de dos maneras, ó moldeadas
en el taller y conducidas á la obra ó hechas en el sitio mismo. Lo pri-
mero será por excepción, y tan sólo cuando así se establezca en el
pliego de condiciones accesorias. En general, serán construídas en la
obra, en forma de vincular su armadura con la de los muros ó pilares
de apoyo, á fin de que en éstas se pueda confiar un cierto empotra-
miento, y la mayor solidaridad entre una y otra.
Lo mismo que en el caso de techos con nervaduras, se procurará que
las armaduras conserven la posición que el cálculo haya indicado,
dentro de la masa cementicia, sobre todo, en cuanto se refiere á las
horquillas y los demás fierros para el corte y el resbalamiento.
Cuando las vigas tengan como armadura hierros perfilados, simples
ó combinados, se envolverá aquélla en una espiral de alambre del nú-
mero 10, con espira de 5 centímetros de paso, para el sunchado y me-
jor adherencia del mortero.
El relleno se hará con mezcla y el chatflanado se acusará en el mol-
de, ochavando las aristas interiormente.
Sl estas vigas han de ser visibles, se alizarán con mezcla en la
forma usual.
Art. 112. — Depósitos de agua. Tratándose de obras de esta índole,
se comenzará por hacer el fondo, sobre el suelo ó pilares de soporte,
sin el alisamiento final. Además, antes de hacer el moldeado con hor-
migón, se colocará el esqueleto de mayor resistencia de las paredes
56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
laterales penetrando las barras verticales en el fondo, vinculándolos
á la armadura de éste.
Luego, se completará la armadura de las paredes laterales, tenien-
do guías de madera verticales, en las cuales se habrá señalado la po-
sición del eje de cada barra directriz.
Éstas, irán al exterior y deberán ensamblarse en sus extremos en
forma perfecta. Si se trata de planchuelas, se roblonarán, y si son
redondos, se yuxtapondrán las extremidades en un largo de 40 centí-
metros y se hará una fuerte atadura con alambre fino. Se atarán tam-
bién las barras verticales y las horizontales, haciendo el todo lo más
solidario posible.
Antes de proceder al relleno de los muros, se deberá recabar una
inspección prolija del entramado metálico, y la inspección compro-
bará que pieza por pieza esté bien colocada y en su sitio respectivo.
Que las ligaduras respondan al objeto y que el andamiaje asegure la
inamovilidad de la armadura.
En seguida se armará el encofrado exterior con toda su altura y el
interior poco á poco, á fin de conseguir un buen apisonamiento.
No se olvidará de redondear el ángulo del muro con el fondo, con
una curva bien pronunciada, colocando además las barras de ángulo
de refuerzo indispensables en estas obras.
El relleno se hará con mezcla y antes de que haya fraguado se hará
un enlucido interior de 15 milímetros de espesor, con cemento port-
land bien apretado con la cuchara, así como sobre el fondo.
121 moldeado de los tanques se hará sin interrupción, salvo en días
de condiciones meteorológicas especiales, que á juicio de la dirección
técnica no pueda perjudicar una interrupción de S ó 10 horas cuando
más.
Terminado el alisamiento interior, se deberá tapar el tanque á fin
de que el sol no pueda actuar sobre el hormigón, el cual será mojado
muy á menudo para mejorar el fragúe.
Cuando el ingeniero lo disponga, se deberá introducir agua poco á
poco, desaguar el tanque, volverlo á cargar más á fin de ir provocan-
do deformaciones elásticas sucesivas que mejoren las condiciones de
la obra. La carga completa solamente tendrá lugar cuando así lo
ordene la dirección técnica.
Art. 173. — Obras especiales. Los comederos, bebederos, canaletas
de desagiie, piletas de lavar, lavatorios, etc., se harán de acuerdo con
lo que mencionen los planos de detalle, observando los cuidados y
procedimientos indicados para los mismos. Se empleará mezcla si el
yd
EDIFICACIÓN CONTRA TEMBLORES 87
espesor no excede de 5 centímetros, pudiendo, en caso de ser mayor,
emplear hormigón. El alisamiento interior se hará siempre con
cemento portland.
Art. 174. — Recepción de obras hechas. La recepción provisional de
la obra tendrá lugar á su terminación, pudiendo hacerse parcialmente
cuando ella comprenda secciones diferentes é independientes.
La recepción se hará ensayando primeramente las vigas, losas de
entrepisos y techos, cargándolas con la sobrecarga prevista en el cál-
culo, aumentada del 20 por ciento y observando las flechas que se
producen, si ellas son permanentes ó elásticas, y si se producen grie-
tas ó desperfectos de consideración.
Para que la obra sea de recibo, será preciso que se llenen las siguien-
tes condiciones, después de 24 horas de carga:
a) Las columnas y muros no deberán acusar un hundimiento apre-
ciable, ni grietas en sentido longitudinal, ni desplomes.
b) La flexión de las vigas y losas no deberá exceder del milésimo
de la luz, y además, deberá ser elástica, es decir, que deberá desapa-
recer, después de quitada la sobrecarga, y sin dejar rastros de grieta-
duras, sobre todo en la parte superior, tratándose de techos.
c) Los tanques para agua, además de llenar las condiciones de re-
sistencia mencionadas, no deberán acusar la menor filtración, á no ser
la tromdación propia, que desagiie al poco tiempo.
De todos los ensayos se llevará cuenta detallada, anotándose sus
resultados en el libro de órdenes, firmando la empresa y la dirección
técnica.
La opinión del ingeniero inspector en estos ensayos, notendrá más
apelación que ante la dirección general de las obras.
Habiendo varios tipos de obras de un mismo género, el ensayo se
hará sobre las que indique la dirección técnica, pudiéndolo hacer con
todas, si así lo creyere conveniente.
Todos los gastos que ocasionen estos ensayos se supondrán previs-
tos por el empresario, y, en tal concepto, incluídos en los precios esta-
blecidos en el contrato para las obras por ejecutar.
DOMINGO SELVA,
Ingeniero civil.
Buenos Aires, octubre 5 de 1906.
ZONAS DE REGADIO EN TUCUMÁN
MEMORIA PRESENTADA AL CONGRESO CIENTÍFICO LATINO AMERICANO.
REUNIDO EN 1905 EN RÍO DE JANEIRO
Por CARLOS WAUTERS
Ingeniero civil
(Continuación)
CAPÍTULO V
DIQUE DISTRIBUIDOR DE LA AGUADITA
Ubicación. — Descripción. — Muro sumergible. Descargadores centrales
1 8 8
Descargadores principales y tomas. — Malecones. — Costo. — Aforos
El señor Eliseo Anzorena, que fué encargado de los estudios en el'
río Salí, comprendió que al proyectar obras definitivas y costosas,
convenía ubicarlas de tal modo que permitieran asegurar por ambas.
márgenes del río el agua para alimentar las acequias existentes, es
decir, que había interés en situar el dique con sus edificios para to-
mas precisamente en la barranca del Cóndor, donde había existido el
edificio de toma del canal San Miguel.
En efecto : frente á aquellas barrancas existía la toma de un canal
particular y á seis kilometros más arriba de las Juntas otra, también
particular, en la misma margen izquierda del río ; y tres kilómetros.
más arriba pero en la margen derecha, en el lugar del Duraznito, una
tercer toma, para la acequia del Oeste que provee de agua á la capl-
tal y sus alrededores. y
Presentaba aquel paraje condiciones favorables para el estableci-
miento del dique por ser encajonado el río, pero en cambio por ambas
márgenes se necesitaba repetir los trazados de aquellos antiguos ca-
nales citados, aumentadas las dificultades por las proporciones mayo-
res de los canales definitivos proyectados, y con recorridos, á cada
lado, de próximamente veinte kilómetros, sin provecho alguno, puesto:
que dada la naturaleza del terreno de barrancas altas y continuas, no
hay allí zonas utilizables para la agricultura.
Por otra parte, esos canales llevados así en ladera, aparte de los.
gastos de construcción en obras de arte, múltiples y costosas, hubie-
ran exigido una conservación permanente no despreciable, expuestas.
las obras á la degradación continua de taludes, socavaciones frecuen-
tes al pie de las barrancas desde que no se trataba aún de normalizar
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 89
el régimen del río almacenando las aguas de crecientes, y á desper-
fectos por las lluvias torrenciales de la región.
Las tomas más numerosas se hallaban en las Juntas, para el de-
partamento de Oruz Alta y aun más abajo, al terminar la barranca
Colorada, las que sirven los terrenos del departamento de la Capital :
éstas eran las que representaban mayor suma de intereses y por tanto:
erasuficiente previsión asegurar la mejor distribución de las aguas para
ellas. Las acequias más altas no beneficiarían de las obras á ejecutarse
dejando los terrenos en las mismas ó peores condiciones que antes, pe-
ro en cambio en el caso de que sobraran aguas para las acequias que
se tomaban en cuenta, podrían utilizarse siempre, extendiendo los
cultivos en los terrenos del este ó sud de Oruz Alta y aun en los del
departamento de Leales, haciendo alcanzar hasta allí la red de canales.
De acuerdo con el proyecto primitivo que fué ejecutado, se ubicó
el muro de dique á través del río á 500 metros arriba de la confluen-
cia de los ríos Salí y Calera, punto en que se alejan de la caja del río
las barrancas de la izquierda pero que encuentran las del frente en la
margen derecha con alturas de 10 á 40 metros, hasta próximamente
dos kilómetros más abajo del punto elegido. La dificultad que ofrecía
esta barranca para pasar el canal de la margen derecha hizo que al
proyectar las obras se prescindiera por completo del servicio de agua
para riego ó industrias en esa margen, precisamente donde las tierras
debían tener su mayor valorización por su proximidad á la ciudad capi-
tal, sin contar que un buen régimen permitiría economizar en muchos
servicios públicos las aguas corrientes potables para la población.
Se pensaba entonces que esa margen no exigía un servicio tan
completo como la otra y se podía entonces mejorar la acequia muni-
cipal del oeste cuya toma está á nueve kilómetros más arriba, ensan-
chando el cauce y construyendo una toma en el río, sin dique distri-
buidor que la asegurara y permitiera en todo momento derivar por
ella el caudal de agua para su dotación. Del cauce principal debían
desprenderse los ramales para servir las acequias cuyas tomas esta-
ban al pie de la barranca Colorada, es decir, que el dique proyectado
sólo debía servir para el departamento de Oruz Alta.
Más aún, se llegó á indicar la conveniencia de construir un nuevo
canal más arriba con toma aun más lejos que la del Duraznito, con el
objeto, se decía, de fomentar la formación de quintas hacia la parte
más alta y más sana, pero seca del norte y oeste de la ciudad.
Criterios tan distintos para juzgar las condiciones de ambas már-
genes no podían pasar desapercibidos: había antecedentes, á que
90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
hemos hecho referencia, que demostraban que el departamento de la.
capital debía tener la prioridad, ó por lo menos la igualdad de dere-
cho en el uso regular de las aguas del Salí y aceptar aquel tempera-
mento importaba relegar al olvido aquella Zona, que cada vez más,
como sucede aún hoy, perdería parte del caudal de agua que corres-
ponde á sus tierras bajo el pretexto de utilizarlas mejor en los canales
construídos en la margen opuesta. Todos los conflictos enunciados
como consecuencias directas de la falta de obras, se mantenían en pie
para el departamento de la capital; y el nuevo canal proyectado para
su uso exclusivo, tendría siempre más de quince kilómetros de traza-
do por barrancas irregulares, cauce que no prestaría servicio alguno
ofreciendo en cambio todos los inconvenientes que se juzgaban dignos
de atención en terrenos idénticos para el canal de la margen opuesta.
El conocimiento más preciso de la altimetría del departamento
capital (véase plano acotado de la región), mostraba que era posible
del mismo dique proyectado derivar el canal de la capital y dominar no
solamente la ciudad sino la mayor parte y la más importante de la zona,
bajo riego en dicho departamento. Estas consideraciones nos hicieron
gestionar la construcción de este canal que ha sido autorizada y se
ejecuta actualmente como lo indicaremos especialmente más adelante.
Tratándose de derivar según la época, todo ó parte del caudal de
agua del río, no cabía otro medio práctico que atravesar el cauce con
una obra que las represe de modo que puedan desviarse allí donde
se necesitan, es decir, hacia la margen izquierda en que se deseaba
construir el canal maestro para Cruz Alta ó hacia ambas márgenes,
completando el sistema de distribución con el canal de la capital.
Pero era necesario también que la obra fuera estable, aún en época
de crecientes y funcione á pesar de ellas, dejando pasar por encima el
exceso de agua no utilizada; y en épocas normales, se mantenga aguas
arriba del muro, un canal bastante amplio para hacer circular el agua
de un extremo á otro y que permita asegurar la distribución para ambas
márgenes, quedando allí las aguas sin desbordarse por sobre el muro.
En general para no alterar las condiciones normales del cauce, con-
viene que, en momentos de avenidas, pueda hacerse desaparecer la
parte de la obra ó dique que sirve de obstáculo al libre paso de las
aguas y materiales de acarreo. Pero si el problema es de fácil solu-
ción tratándose de ríos de poca importancia en que sólo queda la
elección entre diferentes tipos conocidos de diques movibles, no pasa
lo mismo con ríos de gran caudal en que la solución se presenta difí-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN SJL
cil y delicada : las maniobras son siempre largas y engorrosas, preci-
samente en los momentos críticos en que se necesitaría proceder con
rapidez. Por otra parte son necesarias grandes aberturas con com-
puertas, ó para evitar que las partes de la obra que quedan en el lecho
promuevan un fuerte embanque aguas arriba, ó expongan á las obras
á la acción del desgaste del material arrastrado por las avenidas,
arenas y cantos rodados.
Más aún : no obstante ser el Salí río de poca pendiente que no trae
aguas claras producidas por deshielos, la circunstancia de afluir al
mismo aguas meteóricas caídas sobre una Zona que durante largos
meses ha estado secándose y que por lo tanto se ha cubierto de ma-
teriales sueltos que arrastran principalmente las primeras avenidas,
dificulta notablemente la solución del problema.
La tendencia moderna en esta importante rama de la hidráulica
agrícola persigue el propósito de aplicar al caso de cauces muy an-
chos el mismo principio aplicado álos de poco caudal, esto es, de
asegurar constantemente en épocas de avenidas el restablecimiento
de las condiciones normales de régimen, sin reducción sensible del
ancho del lecho, para permitir el arrastre de todos los materiales de
acarreo. Vemos llenar este propósito aun para aquellos diques de em-
balse que no presentan altura muy grande como el de Assuan cons-
truído sobre el Nilo y en que se han dispuesto unas al lado de las
otras 160 compuertas de fácil maniobra, sistema Stoney.
Se explica ante los graves inconvenientes que presentan las partes
tijas de aquellos diques, las soluciones que empeñosamente tratan de
implantarse, como la que acaba de proponerse para desviar las aguas
del Rhin, cerca de Mulhouse, en una playa de 180 metros, con seis
tramos de 26,70 metros, formados con un gran cilindro de tres metros
dle diámetro de palastros, que en época normal apoya sobre el umbral
de la platea inferior y en épocas de avenidas, se levanta por sus dos
extremidades, ya por una simple suspensión á cable, ya por medio de
una cremallera que permita un movimiento de rotación que no sólo
disminuye los frotamientos y resistencias reduciendo á un mínimo el
esfuerzo necesario, sino que facilita por su forma el paso de las aguas
realizando por otra parte una economía en el material metálico emplea-
do. Son disposiciones propuestas por R. Koechlin en Francia é indepen-
dientementeaplicadas porla V ereinigte MaschinenfabrikAuesburg und
VNiirnbere en un dique que funciona perfectamente en Schweinfurt (1).
(1) Bulletin des Ingénieurs Colomiaux.
92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Las soluciones señaladas son, á nuestro juicio especialmente indi-
cadas para las obras necesarias en los ríos de Tucumán, y así lo he-
mos entendido al proyectar los diques distribuidores para los ríos de
Marapa y Tala, destinados á asegurar el agua para una red de cana-
les que permitirá el riego de una zona de 100 000 hectáreas el pri-
mero y 20 000 hectáreas el segundo, y cuya ejecución sólo depende
de la sanción de una ley que está á la consideración de la Hono-
"able Legislatura resolviendo la faz financiera de estas Cconstruc-
CIONES.
DIQUE DISURIBUIDOR DE LA PUNTILLA DE SAN JUAN
Fig. 1.— Disposición general del muro sumergible
En el caso que nos ocupa del río Salí, no hemos hallado antece-
dentes que permitan establecer que se hayan hecho estudios compa-
rativos en este sentido: se han repetido las disposiciones empleadas
en los diques de la Puntilla en San Juan y de Luján en Mendoza,
combinando los tipos de muro usados como veremos luego.
El muro que atraviesa el lecho del río, por encima del cual deben
desbordarse las aguas que no alcancen á utilizarse en los canales y
que por lo mismo forma la parte sumergible del dique, fué proyectado
con una longitud de 160 metros pero ejecutado con una de 201,50 m.
en línea recta como el dique de Mendoza, abandonando la disposición
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abusando la disposición.
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 95
adoptada para el de San Juan, en que la parte recta se identifica con
los edificios extremos por medio de curvas de un desarrollo de 47 me-
tros cada una asegurando frente á las compuertas una especie de
dársena.
El muro sumergible presenta la sección que señala el plano; la
arista horizontal aguas arriba permite levantar el nivel de las aguas á
1,50 m. sobre el umbral de los descargadores centrales que luego descri-
biremos. Como se observa, el muro es de hormigón ó concreto y todos
los paramentos expuestos á la acción de las aguas estan revestidos
con piedra bruta formando mosáico y reforzada por cordones de piedra
DIQUE DISTRIBUIDOR DE LA AGUADITA
Fig. 2. — Muro sumergible
labrada de granito profundamente anclados en el macizo de hormigón;
la arista superior horizontal, que forma el vertedero propiamente dicho,
al volcar las aguas de avenidas por sobre el muro sumergible, está
formada por un cordón de granito de 0,75 m. de ancho y 0,25 m. de
altura, reforzada por llaves á cada 4,75 m. de distancia.
Se observa también que el paramento de aguas abajo del muro su-
mergible está formado por dos planos inclinados: el 1? con un desnivel
de 1,80 m. en 4,50 m. de ancho y el 2* de 0,50 m. en 5,50 m., ó sea
un salto de 2,30 m. entre los dos planos de un ancho total de 10
metros. La fuerza viva acumulada por el agua en movimiento al
volcar sobre el vertedero y acompañar el primer plano de más fuerte
inclinación, se pierde en parte al encontrar el segundo plano de menor
94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
inclinación, atenuando una causa importante de socavación al pie del
muro de aguas abajo, en euya arista va colocado también un cordón
de granito de 0,50 m. por 0,40 m., reforzado por llaves cada 4,75 1n.,
así como abundante piedra irregular y en grandes trozos en forma de
escollera ó echada al pie del muro, para evitar socavaciones peligrosas.
Esta sección del muro sumergible es análoga á la que adoptó el
ingeniero Cipolletti para el dique de San Juan y á nuestro juicio
preferible (1) á la que el mismo había usado en el de Mendoza en que
sólo existe el primer plano más inclinado, de modo tal, que la soca-
vación aguas abajo del muro, se hace más activa é intensa.
Este dique sumergible cuyo muro de aguas abajo se proyectó de 4
metros de profundidad bajo el nivel del cordón superior del mismo,
sólo alcanzó á fundarse en terreno firme, marga ó tosca, en la extre-
midad este, en una extensión de 100 metros del muro rectilíneo; no
obstante la parte restante, fundada simplemente sobre el terreno suelto
de ripio y arena del lecho, no ha sufrido desperfecto, manteniéndose
la piedra de escollera en muy buenas condiciones, sin haber exigido
renovación ó recarga alguna desde la construcción. La pendiente del
río en esta parte de la Aguadita no alcanza á 4 por mil y el aumento
que representa el muro sumergible no es suficiente para acentuar las
socavaciones, que en cambio en los ríos de Mendoza y San Juan, es-
pecialmente en el último por la naturaleza esencialmente movible del
terreno, exige atención preferente hasta tanto la abundancia de piedra
echada al pie alcance á una profundidad tal que asegure para siem-
pre la estabilidad de la obra y cuyo descuido, el primer año de traba-
jo, determinó la destrucción parcial de la obra, según pudimos confir-
marlo plenamente más tarde, cuando fuímos llamados á dirigir las
obras de reconstrucción del referido dique.
El muro sumergible se ha interrumpido con 5 descargadores centra-
les, aberturas dobles de 1,60 m. cada una, separadas por un pilar de
piedra labrada de granito de 0,60 m. de ancho y que se cierran con so-
leras horizontales de madera de 0,20 m. de alto, que pueden colocarse
sucesivamente asegurando sus extremidades en canaletas convenien-
temente dispuestas en los muros laterales, revestidas de piedra labra-
(1) Esto no importa admirar sus disposiciones pues la experiencia demuestra
que todas las obras del ingeniero Cipolletti, no obstante las opiniones de los
hombres de gobierno, son modelos de obras tales como no deben usarse porque
todas son verdaderos fracasos.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 95
da de granito. Estos descargadores se han establecido con el visible
propósito de conservar aguas arriba del muro sumergible un canal
sin material de acarreo, que permita circular el agua de un extremo
al otro del muro y hacer su distribución entre los canales matrices de
ambas márgenes.
Para formarse opinión respecto al resultado conseguido por estos
descargadores centrales basta hacer notar que el acceso á estos es
imposible cuando las aguas de avenidas desbordan sobre el muro su-
mergible y alcanzan á una altura apreciable; la cireulación del perso-
nal es imposible y mucho menos cualquier maniobra tendiente á reti-
rar ó colocar soleras en esos momentos. El inconveniente puede sal-
varse procediendo como se hizo para el dique de Mendoza colocando
una pasarela á nivel bastante alto para que no alcancen las aguas de
avenidas hasta el nivel de su piso, pero siempre queda difícil el ma-
nejo de las compuertas, salvo que construyendo pilares bastante
sólidos puedan colocarse hojas de fácil manejo desde arriba, ya sean
del mismo sistema usado hasta hoy ó mejor aún de las compuertas á
rodillo, sistema Stoney que aseguran un cierre mucho más perfecto
que el de las otras y simplifican todas las maniobras.
El campo de acción de estos descargadores centrales es muy limi-
tado, aun admitiendo que puedan manejarse bien, y sólo combinando
su funcionamiento con el de las compuertas de los edificios extremos
se consigue una limpieza conveniente. Si las avenidas encuentran
cerrados los desripiadores como sucede con frecuencia, el embanque
se hace general y como las maniobras no pueden efectuarse en esos
momentos, sólo después á fuerza de mucho trabajo, se consigue resta-
blecer la circulación conveniente de las aguas á lo largo del muro su-
mergible. Si por el contrario las avenidas sorprenden abiertos los
descargadores, se precipita por ellos una gran cantidad de material de
arrastre que produce un activo desgaste de la piedra, amontonándose
ramas, troncos, etc., en los pilares centrales que disminuyen notable-
mente su luz libre é impiden luego el funcionamiento regular de sus
aberturas.
Resulta, pues, que el resultado obtenido con estos descargadores
no es satisfactorio y no lo sería aumentando su número por cuanto
esto equivaldría á hacer más morosas las maniobras. Se confirma la
necesidad de proyectar estos diques disminuyendo á un mínimo los
obstáculos puestos en el lecho del río procurando dejarlo libre en los
momentos de avenidas.
En la extremidad este del muro sumergible se había proyectado el
96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
único edificio que se construyó para la derivación del canal matriz
de Cruz Alta. Este edificio comprende en la misma línea del muro
sumergible dos compuertas descargadoras de 2 metros de ancho por
1,95 m. de alto, cerradas con hojas de fierro convenientemente refor-
zadas, y que se manejan desde la parte alta del edificio, cuyo piso está
2,60 m.más alto que la arista superior del muro sumergible. Estas com-
puertas cuyo umbral está al mismo nivel que el de los descargadores
centrales ya descriptos, tiene por objeto asegurar la salida de los ma-
teriales de arrastre que se depositan frente á las tomas, formadas de
tres compuertas de 2,70 m. de ancho por 2,10 m. de alto cada una, si-
DIQUE DISTRIBUIDOR DE LA AGUADITA
Fig. 3. — Descargador principal y toma del canal matriz de Cruz Alta
tuadas en un plano perpendicular á las de descarga y con el umbral á
0,60 m. más arriba que el de éstas, para permitir que los materiales
salgan por ellas y sólo pase el agua más limpia por las compuertas de
las tomas, manejadas también desde arriba del edificio, mediante
mecanismos adecuados que permiten las maniobras con relativa fa-
cilidad.
En el otro extremo del muro no había sino un muro de frente, sin
descargadores ni tomas.
La necesidad de construir el canal de la capital asegurando su de-
rivación del mismo dique de la Aguadita nos ha hecho construir un
edificio en la extremidad derecha del muro sumergible análogo en un
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN O
todo al de la izquierda, con el objeto de utilizar lo mejor posible las
construcciones existentes.
Esta disposición del edificio es idéntica á la del dique de Mendoza
y se diferencia de la que se adoptó en San Juan, pues allí conservan-
do la disposición relativa de las compuertas de descarga y las de toma,
se colocaron éstas aguas abajo de la línea del muro sumergible, iden-
tificando el edificio con la parte rectilínea del muro sumergible me-
diante las curvas de que hablamos más arriba. Esta disposición que
DIQUE DISTRIBUIDOR DE LA PUNTILLA DE SAN JUAN
Fis. 4. — Piso metálico y blindaje de paredes del descargador principal
habilita una pequeña dársena próxima al edificio facilita indudable-
mente la salida del material de arrastre por los descargadores, cuyos
pisos y paredes habían sufrido tanto, que durante la reconstrucción
nos vimos en el caso de colocar revestimientos de palastros hasta una
altura de 0,60 m. del piso, y en éstos, plateas formadas con rieles usa-
dos, convenientemente trabados entre sí y anclados en el piso infe-
rior de hormigón, revestimientos que se conservan intactos cuatro
años después sin haberles hecho reparación alguna no obstante el
trabajo persistente que han hecho y cuya descripción haremos opor-
tunamente al ocuparnos de aquella reconstrucción.
AN SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV.
|
98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los dos edificios de descargadores y tomas á que nos hemos referi-
do, están ligados á las barrancas del río mediante malecones consis-
tentes de talud muy suave hacia el lado de las aguas, revestido con
piedra y defendidos con muros en las partes más expuestas á la acción
del agua, formando malecones de defensa de 720 metros de largo,
DIQUE DISTRIBUIDOR'DE LA PUNTILLA DE SAN JUAN
Fig. 5. — Piso metálico y blindaje de paredes de la compuerta
el de la margen derecha y de 150 metros el de la izquierda. Estos
malecones cierran completamente la caja del río, de modo que las
aguas de las avenidas se ven obligadas á pasar entre los edificios ex-
tremos y por sobre el muro sumergible como sobre un vertedero.
El costo del dique proyectado con los dos malecones y las dostomas
generales fué presupuestado en pesos 165 699,12 m/n, pero, ejecuta-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 99
das las obras, ha resultado, de la liquidación definitiva, un gasto de
pesos 259 428.48 m/n, sin las tomas que corresponde cargar al costo del
canal matriz, esto es pesos 93 729,36 de más; no obstante aquella
cireunstancia,'el gasto efectivo puede dividirse en la forma siguiente :
DIQUE DISTRIBUIDOR DE LA PUNTILLA DE SAN JUAN
Fig. 6. — Piso metálico y blindaje de paredes del pilar
Pesos
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Malecones de defensa............-. 25 667,16
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El dique distribuidor que nos ocupa ofrece la oportunidad de afo-
rar el caudal del río en una forma clara y precisa, sin más errores
100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que los inherentes á las fórmulas usuales en hidráulica práctica. Es-
tas observaciones continuadas sin interrupción pero sujetas al con-
trol científico indispensable para asegurar su fiel cumplimiento por
los agentes subalternos, harán posible el conocimiento más completo
del régimen del río, corrigiendo sin duda las conclusiones á que he-
mos llegado anteriormente fundándonos en una serie de observacio-
nes demasiado corta.
No obstante la real importancia que estos estudios representan
cuando hay que estar preparado para afrontar los grandes problemas
que interesan la agricultura, no se ha dado á.estas cuestiones la aten-
ción que merecen y como nos consta que en otras obras análogas no
se hacen eon la perfección que requiere el caso para que las observa-
ciones sean realmente dignas de fundar conclusiones utilizables, nos
detendremos á detallar la forma y procedimientos adoptados por
nosotros y á que están sometidos los aforos del río Salí en el único
punto en que se ejecutan hoy.
Para presentar en conjunto la operación tal como se ejecuta, haré
notar que en el canal matriz de Cruz Alta, existe un primer desripia-
dor principal próximo al dique, en que hay 4 compuertas de descarga
de 1,05 m. de ancho y además otra abertura cerrada con agujas de un
ancho total de 2.00 metros. Más adelante en el canal maestro existen
otros desarenadores números 1 y 2.
Así el encargado del dique que vive permanentemente en el dique
dispone diariamente las compuertas del edificio único que hasta hoy
está habilitado (para el departamento de Cruz Alta), las de los des-
cargadores centrales y otros sucesivos recién indicados, de modo que
el canal lleve la dotación que exige su servicio y de la que tiene
aviso previo.
zefiriéndonos á la planilla del parte diario adjunto que sirve para
las anotaciones y establecido aquel estado, á las 6 a. m. se anotarán
las alturas del hidrómetro del río, del desripiador principal, y de los
desripiadores números 1 y 2.
Se calcularán para esta observación de las 6 a. m. los gastos Ccorres-
pondientes así:
a) Ouando el hidrómetro del río señale altura +, esto es pase agua
sobre la cresta del muro sumergible, se anotará el gasto deducido,
conforme á indicaciones de la circular número 67 reproducida más
abajo.
Sila altura fuera
tes que se aplican también al caso de lecturas positivas.
, se harán únicamente las anotaciones sigulen-
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7 | Compuertas 5a
9 | Bal.
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sal
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Desarenador 20....
y
DE REGADÍO EN TUCUMÁN
wto á las 6 a. m.
s
10
(E
Parte del día
Número de orden
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
Tomas
La Florida
cobuo á Ma
ae
EN e a
— —
DASIACACIA
Mendilaharzú.........
Ingenio « El Paraíso »..
Daniel García
CanalRoOss oa
Dársena
San Wenceslao .........
Finca Es- ( Compuerta.
peranza ( Boquete....
Ingenio « Luján» .....
Canal 4 los Ralos .....
Ca Azuc.
Ca Azuc. Tucumana....
Carmen
Ingenio « Lastenia»....
U. y E. López
Lastenia II
Nicanor Posse (S. Luis).
Ingenio « Cruz Alta»...
Canal Do
DTSC des
o / Carmen Lobo......
2 Bersabé Lobo ....
> .
. (Franc. Guermeau..
—
z Dalmiro Terán ....
EN .
s 1 Ca Az. Concepción.
1511 Cuerno .oosocos.
San Miguel
Concepción...
D. de López...
de 190...
canales de Cruz Alta (Matriz y del Alto)
en el canal
Compuertas
Altura del agua
Vertedero
101
asto
Ge
102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
b) Para cada abertura de cada uno de los descargadores centrales
se aplicará la circular número 68, siendo la suma de estos gastos,
otro parcial por concepto de descareadores centrales.
c) Los gastos que se refieren al descargador, por compuerta, se de-
ducirán de la cireular número 69 y su suma formará otro gasto par-
cial, por desarenador.
d) Los gastos para cada compuerta de la toma se deducirán con-
forme á la circular número 70 y la suma de los caudales de los tres
formarán un gasto parcial, por concepto de tomas.
e) La suma de todos estos gastos parciales forma el total que re-
presenta el aforo del río en ese momento, cuya anotación va en la
última columna;
F) El caudal perdido en el desripiador principal para la limpieza,
se fija deduciendo de la altura del agua en el hidrómetro, que se amo-
ta y el número de agujas retiradas que también se indican en el par-
te, el gasto conforme á la circular número 71, y con la altura libre de
cada una de las 4 compuertas y la circular número 72 el gasto de
cada una de ellas. La suma de estos gastos da el caudal parcial que
se anota y se pierde en ese desripiador;
y) En el desripiador número 1, la altura del hidrómetro que se
anota y la circular número 73, permiten dar el gasto parcial, suma de
los de cada compuerta;
h) En el número 2, la aplicación de la circular número 74 permite
otro tanto, en la misma forma;
)) El total de las pérdidas hechas en los tres desripiadores, se de-
duce del aforo del río, en la última columna de totales y da en defini-
tiva la dotación del canal maestro en litros por segundo;
le) Las alturas de los hidrómetros se observarán y anotarán á las
12 a. m. y 4 p. m., y las variaciones de abertura de compuertas, nú-
mero de agujas, etc., necesarias para procurar dejar constante las 24
horas el caudal dado al canal, para no tener que modificar los repar-
tos establecidos diariamente;
1) Una vez hecho el cálculo del aforo del río y canal maestro se co-
municarán diariamente y temprano al subdelegado y secciones del
canal;
m) Semanalmente se enviarán los partes firmados por el guardian
al inspector, conservando completo el libro talonario, que se elevará
también completo cada semestre.
Circular múmero 67. —Cuando el caudal del río hace rebalzar el agua so-
NYVId8 VNS “13 VUVA WITISVO
y
a
j
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|
ES
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E
se
ARA
SUTLNVAA SOTEVO OYIINION]|
E ¿VLIOVN9V V1, 30 YODIMAISLSIA ZNOIA
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 1083
bre el muro sumergible del dique distribuidor del Salí, con una napa ver-
tiente de altura indicada en el hidrómetro situado sobre el malecón izquier-
do, el gasto ó caudal por segundo, se aprecia con el cuadro número 5,
establecido para alturas crecientes de centímetro en centímetro y de 1 4120
centímetros sobre el muro.
Circular número 65. — Para calcular el gasto de una abertura en un des-
cargador central del dique distribuidor del Salí, se usará el cuadro á doble
entrada número 6, en que la cifra de la primera columna encabezada « Hi-
drómetro del río » corresponde á las alturas medidas en la escala colocada
sobre el muro de defensa del malecón izquierdo, siendo las negativas (con
signos —) alturas bajo el nivel de la cresta del muro sumergible que corres-
ponde al cero del hidrómetro, y las positiv: s (con signos +) alturas del
agua sobre esta misma cresta ó cubertina.
Las cifras 8, 7...1, 0 indican el número de tablones colocados al tiempo
de hacer la observación y que puede variar para cada una de las aberturas
en que está dividido cada descargador por el pilar central, de modo que
siempre será necesario tomar la suma de los gastos de cada abertura para
obtener la que corresponde al descargador en conjunto.
Circular número 69. — Refiriéndose á los cuadros números 7 y 8, la pri-
mera columna indica las alturas del agua arriba del muro sumergible, nega-
tivas ó positivas á partir del 0 que corresponde al nivel de la cresta del
mismo y señalan por tanto si el nivel del agua está por debajo de la cresta
del muro ó alcanza á volcar por sobre el mismo.
Las otras columnas corresponden á aberturas de la compuerta cuya luz
libre aumenta de 5 en 5 centímetros y hasta 1 metro.
Circular múmero 70. — Los cuadros número 9 dan los gastos para aber-
turas de 2 en 2 centímetros, desde 0.02 metros hasta 1.32 metros y para
alturas de agua marcadas en el hidrómetro bajo el 0 que corresponde á la
cresta del muro sumergible, desde $ á 100 centímetros.
El cuadro número 10 da los gastos para alturas en el hidrómetro sobre
el 0 del mismo, es decir, para el caso que pase agua sobre el muro sumet-
gvible.
Circular número 71. —El cuadro número 11 da directamente el gasto pa-
ra alturas de agua en el canal señaladas por el hidrómetro del mismo, de
2 en 2 centímetros, correspondiendo á cada altura gastos diferentes en la
misma fila horizontal, según el número de agujas retiradas ó sea según la
abertura libre.
Circular número 72. —Las tablas número 12 dan directamente el gasto
104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
para una compuerta cuyas aberturas aumentan de un centímetro hasta cien,
y para alturas de agua sobre el umbral de la compuerta comprendidas en-
tre 65 y 180 centímetros, de centímetro en centímetro, marcadas por alturas
del hidrómetro que está al nivel de 60 centímetros sobre el umbral de la
compuerta.
Circular número 73.-— El caudal de agua sustraído al canal para la lim-
pieza en el desripiador número 1 se calculará con el cuadro número 13.
Para cada compuerta debe hacerse el aforo deducido del referido cua-
dro y la suma de los gastos obtenidos dará el volumen total que se
busca.
La suma de estos gastos calculados del mismo modo para cada compuer--
ta según la abertura que presenta, dará el gasto total del desripiador
número 1.
Circular número 74. — El caudal de agua sustraído al canal para la lim-
pieza en el desripiador número 2 se calculará con el cuadro número 14 que
no requiere mayor explicación.
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 105
Cuadro No 5
CANTIDAD DE AGUA QUE PASA SOBRE EL DIQUE
a. 165 IE Aa a
1 0.4451 211 42 864, 41|116.916 61| 212 160|| 81| 324 649/1101] 452.024
2 1.259/| 22 45.967|| 42/ 121 .220/| 62| 217 445|| 82] 330 711111021 458.755
3 2.314|| 23/ 49.121| 431 125.576|| 63| 222 726|| 831 336.74 7/|(108| 465.531
4 3.5631 241 52.366|| 44| 129 .983|| 64] 227 .999| 84| 342 831/[104| 472.352
5) 4.9771 25] 55.680|| 45| 134 439|| 65| 233.392|| 85] 348 964/1105| 479.216
6/| 6.545|| 26| 59.057|| 46| 138. .944|| 66| 238.774 || 86| 355.145/106| 486.018
dl 8.249|| 27| 62.469| 47| 143.5241| 67| 244 2111| 87| 361.374 /[107| 492.970
8| 10.079|| 28| 65.9851| 48| 148 122|| 68| 249 702| 88| 367 .650/|1108| 499 858
9) 12.0271| 29| 69.545|| 49| 152 7155|| 69| 255 247|| 89| 373 .887/1109| 506.788
10| 14.0871| 301 73.180|| 50| 157 461|| 70| 260.847|| 901 380 260/(110| 513.760
11 16.2471| 311 76.866| 51| 162 200|| 71] 266. 429|| 911 386 .590/1111/| 520.775
121 18.509/| 32| 80 .617|| 52| 167 0011| 72| 272 064|| 921 392 965/1112| 527.831
13, 20.875 331 84. 42711 531 171.8191| 731 2977 .751/|| 931 399 .388/1113]| 534.930
14| 23.38261| 34| 88.291|| 54| 176.628|| 74| 283. 491|| 941 405.856[114| 542.071
15| 25.866|| 351 92 215|| 55| 181 .668|| 75| 289 282/| 95| 412 371/1115| 549.254
16| 28.502| 361 96.196|| 56| 186.605|| 76| 295.050|| 96| 418.932 (1116| 556.363
17| 31.213 37/100.2341| 57| 191 .656/|| 771 300.868 | 97] 425 441/1117| 563.512
58| 196.7101| 781 306.736|| 98| 431 .995/1118| 570.820
591 201.822/| 791 312.654|| 99| 438. 69311119| 578.051
60| 206 .992!! 801 318. 62311100] 445. .33611120| 585.442
Q = v,Lhy29h
= 0.42
= 239,40 m.
h_ = lectura hidrómetro.
|
[E
106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Ouadro No 6
GASTOS DE UNA COMPUERTA DE LOS DESCARGADORES CENTRALES DEL DIQUE
E "TABLONES PUESTOS EN LA COMPUERTA
S = => A >-x_—— A — a
7 S 7 6 5 4 3 9 1 0
— 1.00 0 266 152 1383 1927
DE) 3 286 781 | 1418 | 1963
98 8 307 810 | 1453 | 2000
97 15 328 839 | 1489 | 2036
96 23 349 868 | 1525 | 2073
95 33 372 898 | 1561 | 2110
94 44 395 928 1598 2147
93 | 919) 417 958 1634 2185
92 67 440 989 1670 | 2223
91 SO 464 1020 1706 | 2261
— 0.90 94 489 | 1052 | 1743 | 2299
89 107 513 1083 1780 | 2337
38 123 538 | 1115 | 1818 | 2376
ST 139 563 1148 1856 2415
36 155 288 1182 1895 | 2454
8) 172 615 1215 1834 2493
34 190 643 1249 1973 | 2533
83 208 670 1282 2012 | 2572
32 227 697 1316 2051 2612
81 246 704 1349 | 2090 | 2652
— 0.80 0 266 152 1383 2129 2693
79 3 286 181 1418 2169 2733
TS S 307 810 1453 2209 | 2774
“UT 15 328 839 1489 2250 2815
716 23 349 368 1525 2291 2856
75 33 372 898 1561 2332 | 2897
74 44 395 928 1598 | 2374 2939
13 1535) 417 958 163 2415 2980
72 67 440 989 1670 | 2457 3022
“1 SO 464 1020 1706 | 2999 | 3064
— 0.70 94 489 1052 1743 | 2541 3106
69 107 513 1083 1780 2583 3149
68 123 238 1115 1818 2626 | 3192
67 139 563 1145 1856 | 2669 | 3235
66 155 588 1182 1895 | 2712 | 3278
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 107
GASTOS DE UNA COMPUERTA DE LOS DESCARGADORES CENTRALES DEL DIQUE
(Continuación)
8 "TABLONES PUESTOS EN LA COMPUERTA
— 0.65 172 615 | 1215 | 1834 | 2755 | 3321
64 190 643 | 1249 | 1973 | 2799 | 3364
63 208 670 | 1282 | 2012 | 2843 | 3408
62 221 697 | 1316 | 2051 [| 2887 | 3452
61 246 104 | 13549 | 2090 | 2931 | 3496
— 0.60 0 266 152 | 1383 | 2129 | 2976 | 3540
59 3 286 781 | 1418 | 2169 | 3021 | 3584
28 | 8 307 810 | 1453 | 2209 | 3066 | 3629
31 15 328 99) As 2230 [EST 67.
56 23 3149 868 | 1525 | 2291 || 3157 | 3719
39 | 33 312 893 | 1561 | 2332 | 3202 | 3764
4 44 395 928 | 1588 | 2384 | 3248 | 3809
53 315) 7 958 | 1634 | 2415 | 3294 | 3854
92 67 440 989 | 1670 | 2457 | 3340 | 3900
531 s0 464 | 1020 | 1706 | 2499 | 3387 | 3946
01507] 94 489 | 1052 | 1743 | 2541 | 3434 | 3992
49 107 513 | 1083 | 1780 | 2583 | 3481 | 4038
18 123 538 | 1115 | 1818 | 2626 | 3528 | 4084
47 7 115) 563 | 1148 | 1856 | 2669 | 3575 | 413
46 155 588 | 1182 | 1895 | 2712 | 3622 || 4177
45 172 615 | 1215 | 1934 | 2755 | 3669 | 4224
4d | 190 643 | 1249 | 1973 | 2799 | 3717 | 4271
43 208 670 | 1282 | 2012 | 2843 | 3765 | 4318
42 227 697 | 1316 | 2051 | 2887 | 3814 | 4365
41 246 704 | 1349 | 2090 | 2931 | 3863 | 4415
— 0.40 0 266 12 13s3 21909 10297639121 4461
39 3 286 781 | 1418 | 2169 [| 3021 .| 2961 | 4509
38 S 307 S10 | 1453 ¡ 2209 | 3066 ¡ 4010 | 4557
31 a) 328 839 | 1489 | 2250 | 3111 | 4059 | 4605
36 23 3149 868 | 1525 | 2291 | 3157 | 4109 | 4653
3) 33 312 898; 1561 | 2332 | 3202 | 4159 | 4701
34 44 395 928 | 1598 | 2374 | 3248 | 4209 | 475
33 3) 417 958 | 1634 | 2415 | 3294 | 4259 | 4796
32 67 440 989 | 1670 | 2457 | 3340 | 4310 | 4848
31 S0 464 | 1020 | 1706 | 2599 | 3387 | 4361 | 4896
108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTOS DE UNA COMPUERTA DE LOS DESCARGADORES CENTRALES DEL DIQUE
(Continuación)
2 TABLONES PUESTOS EN LA COMPUERTA
E IR A
HE 8 Y 6 3) 4 3 2 1 0
— 0.30 94 489 | 1052 | 1743 | 2541 | 3434 | 4412 | 4947
29 107 513 | 1083 | 1780 | 25838 | 3481 | 4463 | 4997
28 125 538 | 1115 | 1818 | 2626 | 3528 | 4514 | 5047
21 139 563 | 1148 | 1856 | 2669 | 3575 | 4565 | 5096
26 155 588 | 1182 | 1895 | 2712 | 3622 | 4617 | 5146
25 172 615 | 1215 | 1934 | 2755 | 3669 | 4669 | 5196
24 190 643 | 1249 | 1973 | 2799 | 3717 | 4721 | 5247
23 208 670 | 1282 | 2012 | 2843 | 3765 | 4773 | 5297
22 221 697 | 1316 | 2051 | 2887 | 3814 | 4825 | 5348
21 246 704 | 13849 | 2090 | 2931 | 3863 | 4877 | 5399
— 0.20 0 266 752 | 1383 | 2129 | 2976 | 3912 | 4930 | 5451
19 3 286 781 | 1418 | 2169 | 3021 | 3961 | 4983 | 5501
18 8 307 810 | 1453 | 2209 | 3066 | 4010 | 5036 | 5552
17 15 328 83 1489 | 2250 | 3111 | 4059 | 5089 | 5604
16 23 349 868 | 1525 | 2291 | 3157 | 4109 | 5143 | 5656
15 33 312 898 | 1561 | 2332 | 3202 | 4159 | 5196 | 5708
14 44 395 928 | 1598 | 2374 | 3248 | 4209 | 5250 | 5760
13 55) 417 958 | 1634 | 2415 | 3294 | 4259 | 5304 | 5812
12 67 440 989 | 1670 | 2457 | 3340 | 4310 | 5359 | 5864
11 s0 464 | 1020 | 1706 | 2499 | 3387 | 4361 | 5413 | 5916
— 0.10 94 489 | 1052 | 1743 | 2541 | 3434 | 4412 | 5468 | 5969
09 107 513 | 1083 | 1780 | 2583 | 3481 | 44638 | 5523 | 6022
08 123 538 | 1115 | 1818 | 2626 | 3528 | 4514 | 5578 | 6075
07 139 563 | 1148 | 1856 | 2669 | 3575 | 4565 | 5633 | 6127
06 155 588 | 1182 | 1895 | 2712 | 3622 | 4617 | 5688 | 6180
05 172 615 | 1215 | 1934 | 2755 | 3669 | 4669 | 5743 | 6234
04 190 643 | 1249 | 1973 | 2799 | 3717 | 4721 | 5799 [6288
05 208 670 ¡ 1282 | 2012 ¡ 2843 | 3765 ¡ 4773 | 5855 ¡ 6341
02 2217 697 | 1316 | 2051 | 2887 | 2814 | 4825 | 5911 | 6395
01 246 704 | 1349 | 2090 | 2931 | 3863 | 4877 | 5967 | 6449
+= 0.00 266 752 | 1383 | 2129 | 2976 | 3912 | 4930 | 6024 | 6503
02 279 771 | 1406 | 2157 | 3006 | 3945 | 4965 | 6062 | 6539
04 292 790 | 1429 | 2184 | 3035 | 3978 | 5000 | 6100 | 6575
06 304 808 | 1451 | 2209 | 3064 | 4010 | 5034 | 6137 | 6610
1472 | 2234 | 3093 | 4041 | 5068 | 6174 | 6646
S
(0/9)
(du)
paí
Qu
(9,9)
RS
OU
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 109
GASTOS DE UNA COMPUERTA DE LOS DESCARGADORES CENTRALES DEL DIQUE
(Continuación)
S TABLONES PUESTOS EN LA COMPUERTA
[eb]
3 A AA AAA AA
E S 7 6 B) 4 3 2 1 0
talves |
+ 0.10 326 8142 | 1491 [| 2259 | 3122 | 4073 | 5102 | 6210 | 6681
12 331 898 | 1515 | 2284 | 3150 | 4104 | 5136 | 6246 | 6717
14 347 Ssí5 | 15386 | 2308 | 3178 | 4135 | 5170 | 6282 | 6752
16 931 S91L 1 1557 | 2332 | 3205 | 4165 | 5204 | 6318 | 6787
18 367 907 (1,1577 | 2356 | 3233 | 4196 [| 5238 | 6354 ; 6821
+ 0.2 376 922 | 1597 | 2380 | 3260 | 4226 | 5271 | 6389 | 6855
22 386 9371 | 1617 | 2404 | 3288 | 4256 | 5304 | 6425 | 6889
24. 395 952 | 1637 | 2428 | 3315 | 4286 | 5337 [| 6460 | 6923
26 404 967] 1656 | 2451 | 3341 | 4315 | 5370 || 6495 | 6957
28 412 981 | 1675 | 2474 [3367 | 4344 | 5402 || 6530/ | 6991
+ 0.50 421 5 GA SAO A SSA ASS ASA 60 OZ
32 429 | 1010 | 1713 | 2520 | 3420 | 4402 | 5465 | 6600 | 7058
3d 437 | 1024 | 1732 | 2542 | 3446 | 4431 | 5497 | 6634 | 7092
36 445 | 1038 | 1750 | 2564 | 3471 | 4460 | 5528 | 6668 | 7125
35 453 | 1052 | 1768 | 2586 | 3497 | 4489 15560 | 6702 | 7158
+ 0.40 461 | 1065 | 1786 | 2608 | 3522 | 4518 | 5591 | 6736 | 7190
42 469 | 1079 | 1804 [2630 | 3548 | 4546 | 5622 | 6769 | 7223
44 476 | 1092 | 1821 [| 2652 | 3972 | 4574 | 5653 | 6802 | 71256
46 484 | 1105 | 1839 | 2673 | 3596 | 4602 | 5684 | 6835 | 7288
48 AI AA SO LEIA SORA AGS O SMA M6S6S 819
+ 0.50 498 | 1130 | 1873 | 2715 | 3646 | 4657 | 5745 | 6902 | 7351
32 05 | 1149 [1890 | 2736 | 3670 | 4684 | 5775 | 6935 | 71383
94 12 A 907 2756 3694 AT 5805 6968 | 7415
596 MD OA TZ ATA MA MASSA (SS OOO Eo
38 926 | 1178 | 1940 | 2797 3741 | 4765 | 5864 | 7032 | 7478
+ 0.60 532 | 1190 | 1956 | 2818 | 3769 | 47192 | 5893 | 7064 | 71510
62 999) [11202 11913128388 | 3189 | 1819 (59221 7096 | 1941
64 46 | 1214 | 1989 | 2858 | 3812 ¡ 4845 | 5951 ¡ 7128 | 71572
66 592 | 1226 [| 2005 | 2877 | 3836 [| 4871 | 5981 | 7160 | 7603
68 5598 | 1237 | 2020 | 2896 | 3859 | 4897 | 6010 | 7191 | 7633
+ 0.70 565 | 1249 | 2036 | 2916 | 3882 | 4924 | 6039 | 7222 | 7664
12 5711 | 1260 | 2052 | 2936 | 3904 | 4950 | 6068 | 7253 | 1694
74 SIT 12068 12955 1 3927 [4976 | 6097 11285 | 1125
76 583 | 1282 | 2083 | 2974 | 35949 | 5001 | 6125 | 71316 | 7156
718 589 11129312098 [2993 13971 5026 | 6153 | 71347 | 1186
110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTOS DE UNA COMPUERTA DE LOS DESCARGADORES CENTRALES DEL DIQUE
(Conclusión)
TABLONES PUESTOS EN LA COMPUERTA
Hidrómetro
SOL AS SMS | 005 | 01 | Ole
1315 | 2128 | 3031 | 4015 | 5076 | 6209
1326 |-2143 | 3050 [| 4037 | 5101 | 6237
3981 | 2158 | 3069 | 4059 | 5126 | 6265
ea | 22 SS 09 | Sila 6292
1358 | 2187 [| 35105 | 4103 | 5176 | 6320
1368 | 2201 | 3123 | 4125 | 520: 6347
1378 2 O O A A 5 522 6375
1388 e 9159 | 4167 [| 52: 6403
15398 LT | 4188 | 5274 | 6430
11409 3191 [| 4209 [5308 | 6156
1419 3212 | 4230 | 532 6485
1429 3230 | 4251 j
668 | 1459 A 22 236
673 | 1448 3265 | 4293 | 539: 6562
679 | 1458 j 3289 | 4314 | 54 6588 3255
681 | 1468 | 2342 | 3300 de dde 6614 3284
689 | 1478 | 2356 | 3317 O PLAO): 6641 | 7883 | S312
6941 | 1487 30! 3391 ETE 2487 | 6667 | 71912 | s340
CIN ELO 238: 9931 5 Di 6693 | 7940 | S368
TOLA-1506 1.2596 1.3368 1 441: 229 | 6719 | 7967 | 8396
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Para la última columna, en que el um-
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Los gastos van expresados en litros
por segundo.
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1545
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GASTOS DE UNA COMPUERTA DEL DESARENADOR DEL DIQUE DEL RÍO SALÍ PARA ABERTURA DE :
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112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTOS DE UNA COMPUERTA DEL DESARENADOR DEL DIQUE DEL RÍO SALÍ PARA ABERTURA DE:
(Continuación)
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(=) [=) [=) e [=) [=) [=) [=) S e [<=] Se [=) [=) [=) [=) [=) [=)
471 937/1399 1857/2310 27583202 3641 4076/1506 493115352 5768 61796584 6986|7381/7773|816
472| 941/1404 1864/2319 2769 3215 3656 409214525 4952|5374(5792 6205 66217016 7414|7808|819
474 | 944/1410 1871/2327 2779|3227/3670|4109 454349725396 5815 6231/6657 7046|7446|/7842|823
476 948|1415 18782336 2790 [3240/3085 |4125 4562 4993|5418|5839 6257/6694 7076|7479/7877/826
477 951|1421/1885 2345/2801 [3252/3699 4142 4580 5013|5440/5862 (6283 6730|7106/7511/7911|830
479] 955/1426 1892 2354 2812|3265 3714 4158/1597 5032|5462 5888 6309 6766 7136/7543 7944 834
4811 959/1431 1899/2362 2823 [3278 3729 41741615 5052/5484 5912 6335|6786 7166 7575/7978 837
483| 962/1437 1906/2371 283332903743 4190|1632 5071|5505|5935 6360|6805 7195 |7606/8011|841
485| 966/1442 1913 2379/2843/3303/3758/4206/4650/5091/5527/5959/6386/6825/7225/7638/8045¡844
187| 969|1447 1920/2389 2854 (3315 3772 (4222/4667 5111 554859826411 68447254 7669 |S078|848
488| 97211452 19927/2398/28641332613785/4238/4686/5131/5571/6005 /6436/6862/72853/7700/8112/851
490| 975|1457/1933 2406/2875 3339137991254 4704 5151|5593|6029 (6461 6889 7312/7730|8145|855
492 | 979/1462 1940 |2415/2885[3351/381211269 4721 5170/5614 6052 6486/6916|7341|/7761/8177/858
193 | 982/1467 1946 2423 2896 [3364138264286 4739 5190|5636|6076 6511 6943|7370/7791|8210|862
495| 986/1472 1953 2432 2906 |3376|3839|1301 4656 5210|5657|6099|6536 6970|7399|7822|8243|865
496 | 989|1477 1961 |2441/2916|3387/3854 4317 4774 5227/5677/6121|6561|6997/7428/7853 8275|869
198| 9921482 1968 2449/2927 3399 386813334792 5246/5698 6144 (5586 7024 [7457/7884 8308|874
500. 9961148711974 /2458/2937/3411/3881 4348/4809/5265/5718/6166 6610 7050/7485 7914183401880
502| 999/1492 1981/2466 2947 3423 3894 4364 4827/5284 5739 6189/6635 7077/7514 |7945|8373 885
504100211497 1988 |2475 2957 3435 3907 4379 4844 [5303 5759 6211/6659 7103/7542|7975|8405 891
505 1005 1502 1995 2483|2967 (3447/3922 4393/4860 532257816235 6684/7128 7569 8005|8436|897
507/1008 1507 2001 2491|2977|3459|3936 44084876 5341 (5802/6257 6708/7154 7597 80348168 |898
509 1012 1513/2008 2499/2987 3470 3919/4422 (4893 53595822 6278 6732/7179 7624 (8063|8499|899
510/1015 1518/2014 2507/2997 [3482/3963 4437/4909 5378 [5843|6400 6756/7205 7652 5092|8531|900
512 1018/1523 2021/2515 3007 3493 (3976 4451|1926 5396/5863 6321/6780 7230 7679|8121/8562/901
513 1022/1528 2027/2523 3017 3503 (3989 4466 4944 54135883 6343 6804 7255 7707|8150/8594902
514 1025/1533 203325313027 3515 1003 44824961 5432/5904 6366/6828 7282 7735|8180/8625|906
516 1029/1537 2040/2540 3036 3527 4016 4497 4977 5451/5924 6388 6851/7308 7762|8209|8655|909
517/1032 1542 2046 2548|3046|3539|/1030/4513 4994 54705944 [6411 6875/7335 7790 8239|8686|912
519 1035 1546/2053 2557|3056/3551|4043 4528 5010|5489|5964 (6433 6898/7361 7817 8268|8716|916
521 1038 1551/2060 2565 [3066/3563 4055 4544 5028/5508 5984 [6455 6922/7386 7845 8298|8748|919
5231041 1555/2066|2573 3076 357410684559 5045 5526 6004 |6476 694674117872 /8328|8779|922
524 1044/1560 2073 2581/3085|3581 4081/1573 5061/5543 6023 |6497|6969 7435/7898 8356 8180 925
526 1048 15652079 2589309413595 4094 4588 5078/5561 6043 [65186993 7460 7925 8385|8840|928
527|1051/1570/2086/2597/3104|3606|1107|1602,5095|5578|606216539/7016/7484/795118413/8870/932
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 113
STOS DE UNA COMPUERTA DEL DESARENADOR DEL DIQUE DEL RÍO SALÍ PARA ABERTURA DE:
(Conclusión)
lo)
0,0)
10
0.15
0.20
>=
0.30
0.35
0.40
0.45
50
5
0.60
0.65
7
7
0.80
0.90
1900
O)
[)
Qu
SU
SO!
o)
(ep)
[=p]
[=)
O)
DD Hna
pa
(ap)
pue
N O 00
SO
(9)
do)
So
hw <
S
(de)
DM 5313114/5617/4120/4615/5110/5:
580/2098: 3124/3728/(4133/1650/5126
3841210512616 3133/3640 4145/4644 [5142
589 2111/2622/5142/5651 (4158/4659 5158
594 2117 2628/3152 13662 4170 4673/5174
37/1069 1599/2123/2634 3162 3673 1184/1687:
39/1072/1603/2129 313171/3685 4198/4702
40/11075/1608/2136/2653/31803696 4211/4716
421078/1615/2142 213159/5708/4225/4731
45/1081/1617/2148/2672 3199 3719142384745
4411085/1622/2154/2683 3208/5729/4247/4760
1979/8440/8900/9353| 9806
S006/8468/8930/9386| 9840
8032/8496/8960/9418| 9873
8059/8524/8990/9451| 9907
8085/8552/9020/9483| 9940
8110/8580/9050/9512| 9974
8136/8609/9080/9544 [10007
2186579109 957510039
NN DN IN
O)
pu
¡2
0 0
a
00
) SL O)
=
NA
¡|
O
pa
lo
pa
[Sp]
(=p)
S
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lA XA XI AI 1 A
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(=p)
-—]
JUE
od
-]
pa
lo)
(9,9)
O
0 OL 0
Pp
(9,9)
¡Ñ
(=p)
po)
189)
pura
AFA TAPA ATA
(Sp)
318666/9139/960
8694191681963
87121/9197/967
5
7[10072
s|10104
0110137
OU 0
¡da
0 00 00
NN
ET
oe
pun
O
(=>)
Su Ev Py Pr Pe PU Ar + fr
O)
N SOS 0 0
Su LS Er E
ll —J] —l O
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[S O
00
pa
00
00
NN». wn
NO
(9)
IS E ]
O)
Ol
NN NN
420 Por altura agua bajo 0.00 del hidróme-
j ah.
by 29h ; e
5).
F
ertura de la compuerta.
DO. |
'
h= (2.40 —1—1 a).
tura hidrómetro tomada con los
s+—.
: l 6 0d
S j Por altura agua arriba 0.00 del hidró-
¿
| metro :
¡
h = (2.40 + 1 — ha).
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. e
114
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CUADRO DE LOS GASTOS DE UNA COMPUERTA
Abertura
de la
compuerta
1,00
S
[uns
E]
E
021 141
211
281
05| 351
.06 420
.07| 489
08. 558
09| 626
10| 695
1032
1364
1688
2006
2316
401 2620
45| 2916
3206
3180
601 3762
e e
O)
DD 0D y A
> e
¡51
SD AS SA SA AA e.:Se*ee. ec*r.oephoscsese.s*ess..,. 0... *..:9N:098N8880 ES
Y EQO0DNywyoyA or Y
(CS Oe El SS E (5)
A OOOO 90
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NOJ]SO0O IR
N E 0N0o-]-y
t
[=)
=]
189)
(So)
pu
9170
9398
9619
10283
10601
10915
11221
11522
0 IS Y
Jo)
y
(=p)
10096
10428
10754
11074
11587
11694
0.10
—l 0
9541
9890
10234
10572
10904
11230
11550
11864
9302
9664
10021
10571
10714
11055
11585
11712
12033
9785
10148
10505
10856
11200
11538
11871
12199
10272
10635
10993
11345
11692
12030
12363
2 N
00
N 0
6838
1254
7666
8072
s473
8870
9259
9644
10023
10397
10765
11128
11486
11859
12185
12521
0.35
187
885
983
1467
1947
2422
2895
3358
3819
4276
4727
174
3615
6053
6485
6911
1335
10894
11264
11627
11964
12337
12685
SO 0 ISO SEO
ES LS) Ko) > US) Po
DD US) Il 00.0
—
>
[.Mo)
RN
1965
200
1839
8250
8661
9068
9470
9866
10257
10643
11023
11597
11766
12130
12488
12841
0 1 SO 0 +*0N
¡SSA SCMHeneene
NN VNNDND.oDo Ny
1985
2468
2948
3423
3893
4359
4821
5217
57129
6176
7055
1488
71915
8337
s154
9167
9575
9975
10571
10763
11149
11530
11905
12974
1265
12996
DN NN y
CI, A)
SIS OS
UOO A
(So)
O Be
(3)
[=)
4401
1867
33928
9185
6237
6684
71126
1565
7996
8424
88t6
9264
9676
10085
10485
10882
11273
11661
12041
12417
12786
15150
>11
613
714
816
917
1018
1521
2019
2512
3001
3486
3966
4522
4915
5319
2840
6297
6749
7196
1639
s0o76
8509
8936
9360
9177
10190
10597
11000
11397
11788
12175
12557
12935
15504
153.
203"
253:
302:
391'
400:
4482
495€
D420
5897
6351
681:
126€
TIL
8156
8594
9026
9454
9877
10296
10708
11116
11519
11916
12308
12695
13077
13454
Para gastos c
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 115
CHO PARA EL DESARENADOR DEL DIQUE DEL RÍO SALÍ Cuadro no 8
o. RS A PR OR SO RA E
10 [=) 1 (=>) 10 (=>) 10 [=>] o) [=>] 10 = 1 o 10 o
15 92) 2) (ez) 5 [=>] S a! cu QQ (38) (3f) PS + 1)
SS o ES S ES = = = = = = = = = =
|
|
|
|
|
|
LO 6 ELO LOS PO O MELO 9 ESIELO EE ESO ls lA PTATeL lalo PESTE ELO o PSIEES
MA 212 |. 214] 2151 217] 219| 2201. 222 2231 225. 227| 228 230 231 2331 234| 236
1 318 3201 323 325] 328 330 332 33D 331] 3401 342 344] 347| 349| 351| 354
4231 426| 4301 4331 436| 440| 4431 446 449| 453| 456| 459| 462 465| 468| 471
15291 539 591 541, 545| 549 593 5571, 561, 565| 569| 573| 577| 581| 585] 589
9 634| 639| 644| 649| 654| 659| 663 668 673| 678| 683 687| 692 697| T701| 706
SNA TITS 62116811831 TAN SO 1901 7961 SOU 807] S12] ST] 823
(| S44| S50| 857| 8631 870| 877, 883| 890 8S96| 902 909|- 915| 921| 928 934| 940
D| S48| 956 963| 971| 978| 986| 993| 1000/ 1007| 1015 1022 1029| 1036| 1043| 1050| 1057
£ 1053| 1061| 1070. 1078| 1086| 1094| 1103 1111/ 1119 1127| 1135| 1142] 1150 1158, 1166| 1173
01 1573 1585| 1598 1611| 1623| 1635| 1647| 1660| 1672 1684| 1696 1708| 1719 1731| 1743| 1754
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120
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
TABLA DEL GASTO EN LA COMPUERTA Á AGUJAS DEL DESRIPIADOR
Hidrómetro
52
Cuadro no 11
1 2
76 | 152| 228| 304| 380| 456| 532| 608| 684 | 760 | 836 | 912
80 | 160| 239| 319| 399| 479| 559| 638| T18| 798| 878] 958
83 | 167 | 2501 334 | 417 | 500.1 584] 668 | 7151 | S34 | 97 LOOL
S7| 174| 262| 350| 436| 524 | 610| 700] 785| 872 | 959 | 1046
91| 182| 273 | 364| 454| 545| 636| “128| S18| 909|1000 | 1091
95| 189| 584| 379| 473| 568| 663] T58| 852| 947 | 1042 | 1136
99| 197| 296| 394| 493| 592| 690| T8S| 887 | 986 | 1083 | 1188
108| 205| 307| 4101 512| 614| 717| 820|'922| 1025 | 1127 | 1230
107| 213| 319| 426| 532|-638| 7T45| 852| 958 | 1065 | 1171 | 1278
1] 22 | 331] 4421 552 | 662 | 773 | Sst| 991/1105 | 1215 1326
115| 229| 343 | 458| 572| 686| S01| 916/1030 | 1145 | 1259 | 1374
119| 2371 356| 475| 5931 712| 831| 9501068 | 1187 | 1306 | 1424
123| 245| 368| 491 | 614| 726| 860| 982/1105 | 1228 [1351 | 1473
127 | 254| 381| 508| 635| 762| 889 |1016 [1143 |1270 | 1397 | 1524
131| 262| 394| 525| 656 | 788| 919|1050 1180 | 1313 | 1444 | 1575
136| 271| 407 | 5142| 678| 814| 949|1084 [1220 | 1356 | 1492 | 1627
140| 280| 420| 560| 700| 840| 980 |1120 (1260 | 1400 | 1540 | 1680
144 | 288| 433 | 577| 721| 866| 1010 | 1154 [1297 | 1443 | 1587 | 1731
149| 297| 446 | 595| T44| 892 | 1042 | 1190 [1339 | 1483 | 1637 | 1785
153| 306| 460 | 613| 766| 920|1073 | 1226 [1579 | 1533 | 1686 | 1839
158| 315| 474| 632| 789| 958|1105 | 1264 [1450 | 1579 | 1737 | 1894
162| 325| 487 | 650| 812| 974|1137 | 1300 |1462 | 1624 | 1786 | 1949
167 | 334| 501| 668 | 835|1002| 1169 | 1336 1503 | 1670 | 1837 | 2004
172| 343| 515| 687 | 858 | 1030 | 1202 | 1374 [1545 | 1717 | 1889 | 2060
176| 353| 529| 706| 882| 1058 ¡ 1235 | 1412 ¡1588 | 1764 ¡ 1940 | 2117
181 | 362| 543| 72£4| 905 | 1086 | 1267 | 1448 [1629 | 1810 | 1991 | 2172
186| 372| 558| 744 | 929|1116| 1301 | 1488 [1673 | 1859 | 2045 | 2231
191 | 381 | 572| 763 | 953 | 1144 | 1335 | 1526 [1716 | 1907 | 2098 | 2288
196| 391| 587 | 782| 978 |1174 | 1369 | 1564 [1760 | 1956 | 2152 | 2347
201| 401| 601| 802|1002 | 1202 | 1403 | 1604 [1804 | 2005 | 2205 | 2406
206 | 411| 617| 822/1028 | 1234 | 1439 | 1644 [1851 | 2057 | 2263 | 2468
911 | 421| 631| 842| 1052 | 1262 | 1473 | 1684 |1894 | 2105 | 2315 | 2526
916| 481| 646| 862| 1077 | 1292 | 1508 | 1724 [1939 | 2155 | 2370 | 2586
9221 | 441| 662| 882/1103 | 1324 | 1544 | 1764 [1985 | 2206 | 2427 | 2647
226| 451 | 677 | 902/1128 | 1354 | 1579 | 1804 [2031 | 2257 | 2483 | 2708
931 | 461| 692| 922/1153 | 1384 | 1614 | 1844 [2076 | 2307 | 2548 | 2768
236| 472| 708| 944 |1180 | 1416 | 1652 | 1888 [2124 | 2360 | 2596 | 2832
941 | 482| 723| 964 | 1205 | 1446 | 1687 | 1928 [2169 | 2410 | 2651 | 2892
947 | 493| 739| 986|1232 | 1478 | 1725 | 1972 |2218 | 2465 | 2711 | 2958
252 | 503 | 755|1006 | 1259 | 1510 | 1762 | 2012 [2266 | 2518 | 2770 | 3021
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 121
TABLA DEL GASTO EN La COMPUERTA Á AGUJAS DEL DESRIPIADOR
Cuadro no 11 (conclusión)
E 1 2 3 4 5 6 7 S
84 257| 514 | 772 | 1028 [1286 | 15 1800 | 2056 | 2315 | 2572 | 2829 | 3086
86| 263| 523| 787 | 1046 | 1312 | 1574 | 1837 | 2092 | 2562 | 2625 | 2887 | 3148
88| 268| 535| 803 | 1070 | 1339 | 1606 | 1875 | 2140 | 2411 | 2679 | 2947 | 53214
901 2731 547 | $20 | 1094 | 1367 | 1640 | 1913 | 2188 | 2461 | 2734 | 3007 | 3281
99| 279 | 557 | 836 | 1114 | 1394 | 1672 | 1952 | 2228 | 2510 | 2789 | 3068 | 3346
94| 285] 569| 853 | 11538 | 1422 | 1706 | 1991 | 2276 ¡| 2560 | 2545 | 3129 | 3414
96| 290 | 580 | 870 | 1160 | 1450 | 1740 | 2030 | 2320 | 2610 | 2900 | 3190 | 3480
98| 296| 591| 886 |1182| 1477 | 1772 | 2068 | 2364 | 2659 | 2955 | 3250 | 3546
100| 301| 602| 903 | 1202 | 1506 | 1306 | 2108 | 2404 [2711 | 3012 | 3313 | 5614
1021 307 | 613 | 920/1226 | 1534 | 1840 | 2147 | 2452 | 2770 | 3068 | 3375 | 3681
104| 313| 625| 937/1250 | 1562 | 1874 | 2187 | 2500 | 23812 | 3125 | 3437 | 3750
106| 318 | 636| 955| 1272 | 1591 | 1910 | 2228 | 254.4 [2864 | 3183 | 35501 | 3819
108 324 | 648 | 972 | 1296 [1620 | 1944 | 2268 | 2592 | 2917 | 3241 | 3565 | 3989
110 330| 659| 990|1318| 1649 | 1980 | 2309 | 26536 | 2969 | 3299 | 3629 | 3958
112 336| 671|1007 | 15342 | 1673 | 2014 | 2350 | 2684 | 3021 | 3357 | 3695 | 40283
114/ 342| 683 | 1024 | 1366 | 1707 | 2048 | 2590 | 2732 | 3073 | 3415 | 3756 | 4098
116| 348| 695|1042| 1390 | 1737 | 2084 | 2432 | 2780 | 3127 | 3475 | 3822 | 4170
118| 358 | 707 | 1060 | 1414 | 1767 | 2120 | 2474. | 2828 | 3181 | 3534 | 3887 | 4241
1201 359| 7118/1078 | 1456 | 1796 | 2156 | 2515 | 2372 | 3234 | 3593 | 3952 | 4511
122) 364 | 729|1093 | 1458 | 1822 | 2186 | 2551 | 2916 | 3280 | 3644 | 4008 | 4375
1294| 311| 742 1114 | 1484 | 1857 | 2228 | 2600 | 2968 | 3343 | 3714 | 4085 | 4456
126 378| 755|11352| 1510 | 1887 | 2264 | 2642 | 3020 | 3397 | 3775 | 4152 | 4550
128| 384 | 767 | 1151 | 1534 | 1918 | 2302 | 2685 | 3068 | 3452 | 3836 | 4220 | 4605
1501 390 | 779/1169 1558 |1948| 2338 | 2728 | 3116 | 3507 | 3897 | 4287 | 4676
1321 396| 792/1188 | 1584 | 1980 | 2376 | 2772 | 3168 | 3564 | 3960 | 4356 | 4152
134| 402| S04|1206|1608 | 2011 | 2412 | 2514 | 3216 | 3619 | 4022 | 4424 | 4826
136, 408| S16|1225 | 1632 | 2042 | 2450 | 2858 | 3264 | 3676 | 4084 | 4492 | 4900
138| 415| 829 | 1244 | 1658 | 2073 | 2488 |2902| 3316 |3731 | 4146 | 4561 | 4976
1401 421 | 842 1263 | 1684 | 2104 | 2526 | 2946 | 3368 | 3788 | 4209 | 4630 | 5051
1421 427 | 854 | 1281 | 1708 | 2156 | 2562 | 2990 | 3416 | 3845 | 4272 | 4699 | 5126
144| 434 | 867 | 1301 | 1734 | 2168 | 2602 | 3035 | 3468 | 3902 | 4336 | 4770 | 5204
146| 440 | 880 | 1520 | 1760 | 2200 | 2640 | 3080 | 3520 | 3960 | 4400 | 4840 | 5280
148| 446 | 893|1339|1786 | 2232 | 2678 | 3125 | 3572 | 4018 | 4464 | 4910/5356
1501 453| 905|1358 | 1810 | 2264 | 2716/3170 |3620 | 4075 | 4528 | 4981 | 5434
Q = y (N. 0.08) a Y2gh.
N — Número agujas sacadas.
p = 0,42.
a = Altura agua = lectura hidrómetro + 0,60 m.
(Continuará).
BIBLIOGRAFÍA
CASA EDITORIAL DE GAUTHIER-VILLARS, PARIS
Applications de la photographie aux levés topographiques en haute
montagne par HeNRI VALLOT, ingénieur des arts et manufactures, eb JOSEPH
VALLOT, directeur de 1"Observatoire du Mont Blanc. Un volume in-16 (19 X12)
de XIV-237 pages, avec 36 figures et 4 planches. Editeur, Gauthier-Villars,
Paris, 1907. Prix broché, 4 frances.
La fotogrametría o fototopografía, nueva rama de la topografía que tanta impor-
tancia ya adquiriendo en los levantamientos de terrenos montañosos, 1 que debe
su desarrollo al que han tomado las aplicaciones fotográficas, gracias a los pro-
gresos i perfeccionamiento de los instrumentos topográficos i de los objetivos foto-
gráficos, ha sido aplicada al levantamiento de la carta del macizo del Monte
Blanco, en la escala de 1:20000, por los autores de esta obra, lo que les condujo
a modificar, si no en sus fundamentos, en sus detalles, los aparatos existentes,
que no llenaban debidamente su objeto. Idearon 1 construyeron, pues, un nuevo
instrumento, fototaquímetro, que ya ha dado buenos resultados en diez campa-
ñas, por lo que resolvieron publicar su método de operaciones i hacer conocer
su instrumento.
Empiezan describiendo los instrumentos fotográficos de precisión i haciendo el
estudio de uno de estos aparatos apropiado para los levantamientos en las altas
montañas. Describen luego el fototaquímetro 1 los aparatos fotográficos apro-
piados.
Pasan, en seguida, al estudio de las operaciones en el terreno i estaciones foto-
eráficas con aparatos de precisión i ordinarios; de las de laboratorio (desarrollo
dle los clisés, reforzamiento, reducción, ampliaciones, ete.); de la restitución foto-
gráfica según sean los aparatos fotográficos, de precisión o comunes apropiados,
para transformar las perspectivas obtenidas en planos acotados.
Del lijero examen que hemos hecho de la obra de los injenieros Vallot, dedu-
cimos que hai efectiva novedad en los métodos que emplean para sus levanta-
mientos fotogramétricos i modificaciones de importancia en su fototaquímetro.
Sería mui conveniente que la División de Jeodesia del Ministerio de Guerra ad-
BIBLIOGRAFÍA 128
quiriera 1 aplicara en el levantamiento de nuestras regiones montañosas el foto-
taquímetro i los métodos de los señores Vallot, como ensayo 1 definitivamente si
«diera resultados favorables.
S. E. BARABINO.
Traité général des automobiles a pétrole par Lucien PÉRIss£, ingénieur
des arts et manufactures, secrétaire de la commission téchnique de 1" 4utomo-
bile-club de France. Un volume grand in-8% (25X16), de 1x-503 pages, avec
286 figures dans le texte. Editeur, Gauthier-Villars, Paris, 1907. Prix broché,
17,50 frances.
El autor se propone, en este trabajo, presentar a los hombres de ciencia, más
que estudios completos, elementos de estudio que permitan, á los técnicos en je-
neral, ponerse al corriente de la calculación i fabricación de automóviles, te-
niendo en cuenta tan sólo cuanto la práctica ha sancionado ya, tratando de ser
conciso, sin perjuicio de ser completo, itomando por colaboradores a los técnicos
o propietarios de las grandes fábricas, quienes comunicaron al autor datos de
real importancia.
He aquí el índice de las materias :
I. Teoría : tracción de vehículos, cálculo del poder de un motor de automó-
vil, plan de estudio de un vehículo automóyil, peso de los coches automóviles,
metales empleados en ellos.
TI. El motor : estudio teórico, construcción, carburación, inflamación, enfría-
miento, engrase, refrenamiento por el motor, movimiento de partida automático.
TIT. Los mecanismos : conexiones, transmisores, cambios de velocidad, eje tra-
sero 1 diferencial, árbol cardánico, órganos de maniobras.
TV. El bastidor : el bastidor propiamente dicho, los ejes, dirección, suspensión
i amortiguadores, ruedas i llantas, enfrenamiento, bastidores especiales, avan-
trenes.
Y. Ensayo de motores i automóviles ; laboratorio del 4utomobile-club de Francia.
VI. Organización jeneral de un taller para la construcción de automóviles.
El autor, como se comprende, estudia los materiales empleados en este género
de construcción, su resistencia, su unión, las resistencias pasivas durante su
funcionamiento.
Es un libro que servirá de poderoso auxiliar i de consejero prudente a los me-
cánicos que dirijen los talleres en los depósitos de automóviles, vulgo, garajes.
S. E. BARABINO.
Primeros principios de electricidad industrial por PauL JANET, director
de la Escuela superior de electricidad de París, traducida del francés por Bal-
bino Vázquez, teniente primero de infantería. Un volumen, en 8% mayor, de
vi-276 pájinas, con 169 figuras intercaladas en el testo. Gauthier-Villars,
editor, Paris. Precio á la rústica, 6 francos.
Dimos cuenta, en esta misma sección, de la publicación de esta reputada obra
del profesor Janet, traducida al portugués por un oficial de la marina brasileña ;
ahora nos complacemos en comunicar a nuestros lectores que existe una traducción
124 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
castellana de la misma obra, hecha con mucha corrección, de la última edición
francesa.
Para evitar al lector que recurra a los números anteriores de los 4nales, repe-
tiremos el programa jeneral :
Introducción (enerjía, jeneradores, pilas, dinamos, receptores, ete.). I, Princi-
pios de mecánica aplicada (trabajo, potencia, rendimiento, conservación de la.
enerjía, etc.). IL, Corriente eléctrica (corriente, conductores, aisladores, poten-
cial, tensión, intensidad, resistencia, medida, leyes, ete.). IM, Jeneradores 1 re-
ceptores (jeneradores, F. E. M., medida, ete.). 1V, Pilas. V, Acumuladores (ti-
pos, carga 1 descarga, uso, etc.). VI, Introducción al estudio de las máquinas
dinamo-eléctricas (imanes, corrientes, líneas de fuerza e inducción, carretes,
f. m. m., histéresis, leyes, autoinducción, ete.). VI, Máquinas dinamos-eléctricas
de corrientes continuas (inducido i colector, escobillas, f. ec. m., inductores, pro-
piedades jenerales, ete.). VIL, Máquinas dinamo-eléctricas de corrientes alternas
(alternadores, inducido, inductores, jeneradores trifásicos. etc.) . IX, Transfor-
madores.
Inútil nos parece insistir sobre la efectiva bondad de esta obra elemental del
profesor Janet. Solo agregaremos que nos fué mui recomendada en Roma por el
señor injeniero profesor Atilio Parazzoli, autor a su vez de otra importante obra:
sobre electricidad industrial, de la que oportunamente hablamos en estos 4nales.
S. E. BARABINO.
CASA EDITORIAL DE CH. BERANGER, PARIS
Essais des machines a courant continu et alternatif, sulvi des reglements
actuellement publiés concernant les essais des machines, conférences faites a
École Supérieure d'électricité, par P. BOURGUIGNON, ingénieur des arts et
manufactures, chef de travaux a 1"École Supérieure d'électricité. 1 vol. in 8%
contenant, 247 figures dans le texte et une planche, Ch. Béranger, éditeur.
París, 1907. Prix, relié, 15 frances.
Esta obra del ingeniero señor Bourguignon es el resultado de las conferencias
dadas por él en la Escuela Superior de Electricidad, ordenadas i considerable-
mente aumentadas para que correspondieran a la importancia del tema i a las
necesidades de la práctica.
El autor examina diferentes sistemas de fuerzas destinados a absorber i medir
la energía mecánica; los procedimientos de separación de las diferentes pérdidas
en los dinamos de corriente continua; el análisis de las curvas de f. e. m. alter-
nas i la predeterminación de las caídas de tensión de los alternadores; la aplica-
ción del método del diagrama circular de Blondel a los motores asíncronos ; i la
teoría de los motores monofásicos de colector. Figuran además, al final las regla-
mentaciones relativas a los ensayos, en los diversos estados más adelantados,
comparándolos entre sí.
He aquí su índice :
I, Organización jeneral de las plataformas de ensayo. II, Reóstatos. III, Las
características. IV, Medida de la resistencia de los inducidos e inductores i de
las elevaciones de temperatura. V, Determinación del rendimiento. VI, Diferen-
RIBLIOGRAFÍA 125
tes sistemas de frenos. VII, Métodos de oposición. VIII, Ensayo de los motores
en serie. IX, Separación de las pérdidas en las máquinas. X, Medida del coefi-
ciente de fugas magnéticas en las máquinas. XI, Determinación de la forma de
las corrientes alternas. XII, Ensayo de alternadores. XIII, Ensayo de tramsfor-
madores. XIV, Ensayo de los motores síncronos i conmutadores. XV, Ensayo de
motores asíncronos. XVI, Ensayo de los motores monofásicos de colector. XVII,
Determinación de la curva del campo a lo largo de las piezas polares, ¡1 de la
curva de los potenciales en el colector de las máquinas de corriente continua.
Defectos. — Reglamentaciones sobre ensayos.
Elements de sidérologie par Haws BARON VON JUPTNER, professeur a École
des Mines de Leoben. Traduit de l'allemand par E. Poncelet et A. Delmar, in-
génieurs. Troisieme partie. Actions réciproques entre le fer et différents éléments.
Procédés métallurgiques. 1 vol. de 450 pages, in-S% grand, avec 72 figures dans
le texte et 20 planches hors texte. Editeur, Ch. Béranger. París, 1907. Prix,
relié, 20 frances.
Nos hemos ocupado ya de esta obra, al dar cuenta oportuna de la aparición
del primero i segundo volumen de la misma. Este tercer tomo, que no reviste
menor importancia que los dos que le han precedido, analiza: las acciones recí-
procas del hierro con los diferentes elementos, así del oxígeno con el hierro en
fusión i sólido, de estas combinaciones oxigenadas con los agentes reductores ;
como se comporta el hierro ante el carbono, el fósforo, el azufre, el manganeso,
el silicio, el arsénico, el cromo, etc. ; 1 también su comportamiento ante las es-
corias i sus reacciones.
El autor estudia en seguida los procedimientos metalúrjicos, la fusión en los al-
tos hornos; los procedimientos de refino, procedimientos de Bessemer, Thomas,
Martín Wiirtenberg, Bessemer-Martín, Bertrand-Ehill y Talbot; la fabricación
del acero fundido; segunda fusión de la fundición; los métodos de carbura-
ción, ete.
Las numerosas láminas, figuras, diagramas i cuadros que acompañan a la obra
la hacen más clara y más práctica i por consiguiente, más útil.
S. E. BARABINO.
Guide du monteur a l'usage des éleves des écoles d*apprentissage, «les écoles
industrielles des cours théoriques, des ouvriers, des contremaítres et des chefs
d'atelier, par JuLes MERLOTr, ingénieur-mécanicien, répétiteur du cours de
construction des machines, et chef des travaux d'atelier a la Faculté teenique
de Université de Liege. Un volume grand in-8S% de 285 pages et 306 figures
dans le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris, 1907. Prix relié...
Constituye un nuevo volumen del Manuel de Pouvrier mécanicien, del mismo au-
tor, cuyo primero, anunciado oportunamente en estas columnas, es el Guide de
Vajusteur. En éste se enseña el modo de operar para obtener un órgano dado con
la forma, dimensiones i perfeccionamiento requeridos por su destino. El presente
volumen indica en qué caso deben ser hechos dichos óreanos 1 su orden de suce-
sión para llegar al resultado deseado, concretándose, para no dar inútil desarro-
llo al trabajo, a los casos más frecuentes que se presentan en el montaje de las
126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
máquinas, con lo que se podrá siempre solucionar todos los problemas que se
presenten en la prácuica.
He aquí su índice :
I, Instrumentos de medición empleados en los montajes. II, Principios dejeo-
metría elemental. II, Montaje del bastidor de las máquinas fijas. IV, Uniones.
V, Montaje de los órganos de las máquinas. VI, Investigación, localización 1 co-
rrección de los defectos de montaje en las máquinas. VIL, Mecanismo de distri-
bución. VII, Transmisiones.
S. E. BARABINO.
Traité pratique d'électricité industrielle par LE. CADIAT, ingénieur des arts
et manufactures, et L. DubosT ancien éleye de lécole polytechnique. Septieme
édition, entierement refondue et mise au jour par H. Boy de la Tour, ingé-
nieur chef du service électrique de la compagnie de Fives-Lille. 1 volume grand
in-80, de 670 pages et 299 figures dans le texte. Editeur, Ch. Béranger, París,
Fr] 5 9,2
JP, mai. o.
Agotada la 62 edición de esta importante obra, los autores señores Cadiat 1
Dubost encomendaron al señor Boy de la Tour la preparación i publicación de
la 72, conservando el plan de las precedentes.
Y aquí creemos conveniente ceder la palabra al ingeniero Boy, quien en su pre-
facio dice :
... «En cambio, he introducido en el texto numerosas i profundas modificacio-
nes para reemplazar cuanto referente 4 máquinas, aparatos, métodos i procedi-
mientos está ya fuera de uso i ha sido abandonado, por sus conjéneres, hoi em-
pleados.
Creeríamos inútil recordar, dada la gran difusión de este trabajo que es más
bien práctico que científico i que los industriales, a quienes más particularmente
está destinado, hallarán en él datos más que suficientes para resolver en la mayor
parte de los casos, los principales problemas de que tendrán que ocuparse... »
Nosotros agregaremos el índice.
I. Principios generales, unidades 1 medidas.
TI. Pilas, máquinas eléctricas, acumuladores.
TH. Alumbrado eléctrico (focos luminosos, instalaciones).
IV. Transmisión eléctrica de la enerjía: principios jenerales, aplicaciones
industriales, tranvías eléctricos, aplicaciones.
V. Galvanoplastía i electrometalurjia.
VI. Telefonía.
Apéndice : unidades eléctricas.
S. E. BARABINO.
Ricettario per le industrie tessili ed affini di O. Gruprcr. Un volume legato,
di pagini vii-250. Editore, Ulrico Hoepli, Milano, 1907. Prezzo, lire 3,50.
Es un nuevo volumen que viene a aumentar la elevada cifra de los manuales
Hoepli, que alcanza ya a 900 obras sobre todas las ramas de la cultura humana.
Es este manual, como su autor lo indica, una recopilación ordenada, metódica,
de los preceptos científicos i prácticos que deben seguirse con la fabricación de
tejidos, preparación de la materia prima, adopción de mecanismos, etc.
BIBLIOGRAFÍA 127
En un país como el nuestro, donde abunda la materia prima, conviene que
obras como la presente se difundan como medio de contribuir al más rápido des-
arrollo de nuestra incipiente industria testil.
Impianti elettrici a correnti alternate semplici, bifasi e trifasi, per l'in-
gegnere ATTILIO MARRO, 2? edizione. Un volume legato, di pagine XXIV-774,
con 347 incisioni e 71 tabelle, U. Hoepli, editore, Milano, 1907. Prezzo 8,50 lire.
Como el anterior forma parte de la misma colección Hoepli. Nos hemos ocu-
pado oportunamente de este interesante trabajo del ingeniero Marro.
Aquí solo nos queda agregar que en esta segunda edición el autor ha dado ma-
yor extensión a su manual, modificándolo «de acuerdo con los progresos de la
electrotécnica en estos últimos años, i enriqueciéndolo con nuevos capítulos so-
bre la tracción mediante corriente alterna, sobre las prescriciones de montaje
de planteles eléctricos i sobre la lejislación de los industriales ».
La obra, pues, es de interesante actualidad i la recomendamos a nuestros lec-
tores que se ocupen de aplicaciones electrotécnicas.
S. E. BARABINO.
Los cambios de nivel en las calles, jurisprudencia sentada por CLaro C.
DASSEN, injeniero civil, etc. Buenos Aires, 1907. Folleto de 82 páginas.
El autor estudia el interesante problema edilicio del nivel a que debe sujetarse
le edificación urbana. Analiza la jurisprudencia extranjera al respecto i luego la
nacional, sentada en los diversos fallos dados por nuestros tribunales en los ya-
rios pleitos entablados contra la municipalidad por esa causa 1 en los que el autor
ha intervenido en salvaguardia de los intereses del municipio, sin desconocer los
dle los propietarios.
S. E. BARABINO.
Rio Pilcomayo. — Desde la desembocadura en el rio Paraguai hasta el paralelo
22 Sud, con un mapa en siete hojas i un croquis de itinerarios, por GUNARDO
LANGE, injeniero, M. A. M. Soc. C. E. — Buenos Aires, 1906.
Un folleto en 8% mayor, de 122 pájinas, con numerosas vistas de la rejión es-
plorada, croquis de ríos, etc., intercalados en el testo, i una lámina con el tipo de
dique móvil. Por separado, un atlas grande con siete planchas, que en conjunto
constituyen un mapa del Pilcomayo en la parte ya estudiada.
En este trabajo, interesante por más de un concepto, el injeniero Lange, ya
conocido ventajosamente por sus esploraciones i estudios hidráulicos en el río
Negro, da cuenta de su viaje de esploración al Pilcomayo, con el objeto de estudiar
su navegabilidad, sobre la que da datos de importancia que contribuirán á la rea-
lización de la canalización de esa importante arteria fluvial.
Su 18 10%
La escuela moderna. — Revista mensual, órgano de la sociedad « Amigos de
la educación ». Director, Aldo Banchero; administrador, Ricardo H. Sisto.
Buenos Aires, año 1, número 1.
Objeto esencial de esta nueva revista es ligar moralmente al maestro con los
alumnos, mediante el concurso de los padres de familia, vale decir, hermanar la
128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
escuela i el hogar, en forma de dignificar al magisterio, emular a los educandos
i guiar a los que deben vigilar su educación é instrucción.
Como se ve, es un programa tan amplio como noble, i deseamos que la nueva
publicación pueda realizar siquiera sea en parte su alto propósito.
Por lo pronto, mui interesante este primer número ; por lo que es de creer que
lo serán los siguientes.
Entre otros trabajos comienza la publicación de la notable conferencia del doc-
tor Ameghino, Mi credo, que publicamos el año pasado en nuestros Anales.
Nos place sobre manera esta difusión dada aun trabajo tan importante de
nuestro sabio consocio, pero nos disgusta deyeras que La escuela moderna no se
haya creído obligada a declarar la procedencia del mismo.
S. E. BARABINO.
Padrón minero de los territorios nacionales, 1906. La división de Minas,
Jeología e Hidrología, sección Inspección 1 Estadística Minera, acaba de publi-
car en el número 1 del tomo II, de los 4nales del Ministerio de Agricultura, el
nuevo padrón minero de la República, preparado por el jefe de la inspección
i estadística minera, señor Solomjan, bajo la dirección del imjeniero E. Her-
mitte.
El nuevo padrón comprende todas las propiedades mineras hasta 1906; las
minas i pedidos de esploración solicitadas de 1900 a 1905 inclusive 1 especial-
mente en 1906.
Acompaña a la memoria un plano jeneral de la República con los distritos
mineros hasta la fecha.
El señor injeniero Hermitte manifiesta al ministro del ramo que espera po-
der presentarle a fines de 1907 el padrón jeneral de minas de la República.
Creemos escusado hacer resaltar la importancia de estos preliminares, prepa-
ratorios diremos, sobre el movimiento minero en la Argentina que va dando los
primeros pasos seguros, conscientes en la esplotación de sus riquezas naturales.
S. E. BARABINO.
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- Ballvé, Horacio .
-—Becquerel, Henri. ES
- Bodenbender, Guiller mo.
- Bolivar, Ignacio ....,...
Carvalho José Cárlos, de
Corti, José $... AS
“Corthell, Elmer L..,,.-
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Aguilar, Rafael, Es
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Giard, Alfredo. .
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Kinart, Fernando .
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¡Acevedo Ramos, R. de.
-Achaval, Sandalio. P.
Adamoli, Pedro A,
Adamolí, Santos $.
-Adano, Manuel.
_Ader, Enrique A.
Aguirre, Eduardo,
Albarracín, Alberto J.
Alberdi, Urancisco N.
Albert, Francisco.
Aldunate Julío C.
Almanza, Felipe G.
-Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
ña e Alvarez de Toledo, ¿Julio
Alzaga, Federico.
- Anasagasti, Horacio
: Ambrosetti, Juan B.
. Anaya, Elvio-Carlos,
Angelis, Virgilio de
Arata, Pedro N.
eds Agustín.
Artaza. Evaristo.
Artaza, Miguel.
-Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
ps Arditi,
Horacio.
Arroyo, Franklin.
- Barzi.
> Aubone, Carlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
: Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
—Aztis, Julio M.
Babacci, Juan.
-— Baliña, Manuel R.
- Bachmann, Alois.
- Barrera, Raúl.
Barrio. Nuevo, Luis A.
Barabino, Santiago E.
Barilari, Mariano S.
Federico.
Battilana, Pedro.
Baudrix, "Manuel ¡e
Bazan, Pedro.
Benavidez, Horacio.
Berro Madero, Carlos.
Bermudez, Joaquín.
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Luiggi, Luis..
Morandi, Luis .
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Paterno, Manuel. AA 28
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Porter, Carlos E ..,
Reid, Walter F..,
Scalabrini, Pedro, .,
Uhle, Max
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Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Besio Moreno, Nicolás:
Biraben, Federico,
Bonorino, Ignacio.
Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
ón Bosch, Aureliano R,
Bonanmni, Cayetano.
Bosque y Reyes, F.
Brané, Eugenio.
Brian, Santiago
Brindani, Medardo.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan C.
Bustamante, Jusé L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
| Cáceres, Dionisio.
y Cagnoni,. Alejandro N.
Cagnoni, Juan M.
S Calderón de la Barca, A.
Camus, Nicolás.
Caminos, Zacarías,
Candioti, Marcial R.
Canale, Humberto.
Capelle, Raul.
Carvalho, Antonio J,
Cano, Roberto.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. G.
Cardoso, Ramón.
Carmann, Ernesto.
Carmona, Enríque.
Carossino, Jacinto T.
Cassai, Godofredo.
Casullo, Claudio.
Castellanos, Cárlos T.
Castro, Vicente.
ll Castro, Eduardo B,
Claypole, Jorge.
Cerri, César.
Cevallos Socas, €. M.
Cevallos, Federico.
1 Cerdeña, Fernando.
Cereseto, Juan.
Cilley, Luis P.
Civit, Julio Nilo.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de.
Chiappe, Leupoldo J.
Chiocci, Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Cobos, Francisco,
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Contin, Diego T. R.
Compte, Riqué Julio
Coria, Valentin F.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalán Manuel $.
Coronel, Policarpo.
Costa, Manuel €.
Cottini, Arístides.
Courtois, U,
Gremona, Andrés Y
Cremona, Víctor.
Cuomo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A,
Darquier, Juan A.
“Dassen, Claro G,
Dates, Germán. .
Díaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W
Dowinico, Guillermo
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
Debenedetti, José.
Dellepiani, Luis J.
|Demarchi, Torcuato T. A
Demarchi, Marco.
Delgado, Fausto.
Donovan Antonio.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Duarte, Jorge N.
Dubois, Alfredo F.
Ducros, Pablo.
Duncan, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio.
Durand, José C.
Echagúe, Carlos.
Eppens, Gustavo.
Eramauspe, Carlos.
Esteves, Luis.
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Sklodonska, Curie ,,..
Spegazzini, Carlos...
Tobar, Carlos R.......
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Golhemburgo.
Palermo (1.),
Lima.
Valparaíso.
Lóndres
Corrientes.
Paris.
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Quito.
- Lima,
. Lima,
* San Paulo (B.
Etcheverry, Angel.
Etchagaray,Leopoldo A.
Ezcurra, Pedro. .
Faverio, Fernando.
Fernández, Alberto J.
"Fernández Díaz, A.-
Fernández, Pedro A.
Fernández Poblet, A.
Ferreyra, Miguel.
Figueredo, Juan M.
Fynn, Enrique. -
Flores. Emilio M.
Fornati, Vicente. -
Fortt, Pedro P..
Foster, Alejandro. -
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Galtero, Alfredo.
Gallardo, Angel.
Gallard>, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino,- Adolfo.
Gándara, Federico W.
Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
García, Jesús M.
Gatti, Julio J,
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos. '
Ghigliazza, Sebastián,
Giménez, Augel M.
-Gjuliani, José.
Girado, José 1.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldenhorn, Simon .
Gonzáles, Arturo.
González, Agustín.
González Gazón Vicente.
González Carlos P.
Gonzalez, Juan B.
Gorosabel, Angel J.:
Gorostiaga, Abelardo.
Granero, Miguel.
Gradin, Carlos.
Gregorina, Juan.
Gregorini, Juan A,
Grieben, Arturo.
Groizard, Alfonso.
Guido, Miguel.
- Guasco, Carlos.
' Gutiérrez, RicardoJ.
Hauman,Merek Lucien.
Harrington, Daniel.
Hermitte, Enrique.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcelinc
Herrera, Nicolás M.
Herrero, Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
Hicken, Cristóbal M.
Holmberg, Eduardo L.
Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Huergo, Ricardo J.
Hughes, Miguel.
Igartua, Julio E.
Isgartua, Eulogio M.
Irjarte, Juan.
-lribarne, Pedro.
Isbert, Casimiro V.
Isnardi, Vicente.
Israel, Alfredo €.
- Isaurralde, Alfredo D.
Tthier, Gaston.
Iturbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Jacobacci, Guido.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
"Krause, Otto.
«Krause, Julio.
Kestens, Juan.
Klein, Hermán.
- Kreusberg, Jorge.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
Lagrange, Carios.
MA Lanús, Edusrdo M.
Langdon, Juan A.
- Laporte Luis B.
"Larreguy, José
Larco, Esteban.
- Larguía, Carlos.
—Lathan Urtubey, Aug.
Latzina, Eduardo.
Lavalle, Francisco.
AS “Lavalle, Francisco P.
-. Lavergne, Agustín.
- Lea Allan B.
——Lebrun, José A.
: Leguizamón, Marticiano
Lepori,. Lorenzo.
- Leonardis, Leonardo de
-—Letiche , Enrique.
- López, Aniceto E.
Lopez, Eufrasio.
López. José M.
López, Martín J.
Lucero, Apolinario.
Lugones, Arturo M.
Luro, Rufino.
Ludwig, Carlos.
-Lutscher, Andres A.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L.
Magoin, Jorge.
- Maligne Eduardo.
Mallol, Benito J.
Mamberto, Benito.
Marín, Plácido.
-Marreios, y 0%
Marcó del Pont, ¡El
' Nouguier,
Maradona, S nia, 0.
Juan.
Marenco, Eleodoro..
Marino, Alfredo.
Martínez Pita, Rodolfo
Martini, Rómulo E.
Marti, Ricardo.
Maschwitz, Carlos..
Massin1, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
Mattos, Manuel E. de.
Mendizábal, José S.
Mercáu Agustín.
Merian, Eduardo.
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Molina, Arturo B.
Molina y Vedia, Delfina
Molina: y Vedia, Adolfo
Moeller. Ednardo.
Molina, Waldino.
Molina Civit, Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Carlos María
Morales Bustamante, J.
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V.
Moreno, Josué F.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Mussini, José A.
Naon, Alberto
Narbondo, Juan L.
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo
Niebuhr, Otto.
Nielsen, Juan.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Newbery, Ernesto.
Noceti, Domingo
Nogués, Pablo.
Nogués, Domingo. *
Nougues. Luis E
Novas, Manuel N.
Pablo.
Obligado Alejandro.
Ocampo, Manuel $.
Ocempo, Jorge.
Ochoa, Arturo.
Olivera, Carlos E.
Oliveri, Alfredo.
Orcoyen, Francisco
Orús, José M.
Orús, Antonio (hijo).
Ottanelli, Atilio.
Orgeira, Mariano A.
Ortúzar, Alejandro de
Orzábal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi. Juan B.
Oatmendi, Gustavo.
Otamendi. Belisario.
Otero Rossi, Ildefonso
Palacio, Alberto.
Palmarini, Armando.
Pasman, Raúl G.
Páquet, Carlos.
Parckinson, Pedro P,
Pascual, José L.
Pastoriza, Rodolfo.
Pastoriza, Luis.
Pattó, Gustavo
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Pérez, Alberto J.
Pérez Mendoza, José.
Perillón, Rodolfo.
Peró, Gabriel.
Petersen,
Piana, Juan.
Piaggio, Antonio.
Pol, Victor de
Porro de Somenzi Y.
Posadas, Carlos.
Pouyssegur, Hipólito B.
Puente, Guillermo A.
Pueyrredon, Carlos A.
Puiggari, Pío.
Puiggari, Miguel M.
Prins, Arturo.
Quiroga, Modesto.
Quiroga, Atanasio.
Rabinovich, Delfín.
Raffo, Jacinto T.
Ramos Mejía, lldef. P.
Ramos Mejía, lldef. G.
Razori, Francisco.
Razenhoffer, Osoar.
Recagorri, Pedro S.
Rebuelto, Emilio.
Retes, Antonio.
Repetto, Agustín N
Repetto, Roberto.
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
Rigoni, Luis.
Riglos, Martiniano.
Rivara, Juan
Roasenda, Carlos E.
Rodríguez, Andrés.
Roffo, Juan. *
Rojas, Estéban C.
Rojas, Félix.
Romero, Armando.
Romero, Carlos L.
Romero, Julián.
Romero, Antonio.
Rosetti, Emilio.
Rospide, Juan.
Rouge, Marcos.
Rouquette, Augusto.
Rubiv, José M.
Rua, José M. de la
Rus Pablo. 6
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José M.
Sánchez Diaz, José.
Sanchez Díaz, Abel.
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Eugenio
Santangelo,: Rodolfo.
Teodoro H.
Pigazzi, Santiago. | Sisson, Enrique D.
| Servente, Jua
| Saralegul, Luis
Sarhy, José S.
- Sarhy, Juan F. PANAS:
Scala, Augusto. ñ
Schaeter, Guillermo F.
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Schneidewiud, Alberto
Seguí, Francisco.
Selva, Domingo.
Senat, Gabriel.
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel.
Silveyra, Ricardo. a
Simonazzi, Guillermo. e:
Siri, Juan 'M. S
Solari, Lorenzo.
Soldano, Ferruccio.
Soldati, José
Sorkau Walther. y
Suárez, Eleodoro.
Sumblad Roseti, Gust.
Spinetto, Silvio
Spinedi, Hermeneg. F.
Tamini Crannuel, L.A.
Taiana, Alberto. :
Taiana, Hugo. ES
Tejada Sorzano, Carlos.
Thedy, Héctor.
Toepecke, Ernesto.
Toledo, Enrique A. de.
Torres "Armengor, M.
Torres, Luis M.
Torrado, Samuel.
Trovati, Francisco.
Traverso, Nicolás. : JC
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Uriburo, Arenales
Vallebella, “Colón B.
Vallejo Vega, Daniel.
Valenzuela, Moisés...
Valentini, Argentino.
Valerga, Oronte A. veo
Valiente Noailles, Luis
Valle, Pastor del e
Valle, Eduardo de ca
Varela Rufino (hijo)
Velasco, Salvador.
Venturino Máximo.
Vico, Domingo. y
Vidal Cárrega, Carlos
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz,Florenci2.
Villegas, Belisario.
Virasoro, Valeutín.
Vivot, Eduardo. .
Volpatti, Eduardo.
Warnken, Juan, eS
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto.
White, Guillermo
White, Guillermo J.
Yanzi, Amadeo.
Zakrzewski, Bernardo.
Zamboni, José J.
Zamudio, Euganio.
Zoccola, Aníbal.
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ANALES
DE LA
SOCIEDAD CIENTI
ARGENTINA
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
SEPTIEMBRE 1907. — ENTREGA III. — TOMO LXIV
ÍNDICE
Luis María Torres, Informe sobre la exploración arqueológica al delta del Paraná. 129
P. Dr LeriveY, Sobre un nuevo sistema de Coordenadas bipolares .............. 151
MENAEDO SPELUZAL:Kotostafía en COLORES 0. vo... cerrar e 176
JOSÉ S. CORTI, Máquina universal de dibujar.................ooooooonocornoc oo 184
A UN A Ra IA A 191
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
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REDACTORES.
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Ingeniero Alberto Sohnerdawindl Moctor Angel Calas doctor Pedro Ñ.
José S. Corti, doctor Eduardo Lz Holmberg, doctor Enrique Herr ro
-niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Se
Eristóbal M. Hicken, senor Félix F. Outes, ¡ME SMiénO Augusto de
eduardo: Latzina, ingeniero Alfredo. Galtero. Sy ón Id
Secretarios : Doetor JuLto y. Garré
ADVERTENCIA
- Allos señores autores de trabajos aplastó en les alos que desee fir
- de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Direcci
- que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados.
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta - los pedidos de los
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de
con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección ded
Para todo lo referente á pruebas, Menos a deben dirigirse ;
Cevallos 269.
INFORME
SOBRE LA
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA AL DELTA DEL PARANA
Y SUR DE ENTRE RÍOS
POR
LUIS MARÍA TORRES
Profesor en la Universidad de la Plata, etc.
Señor Presidente,
Señores Profesores :
Como un estímulo á mis empeños, el señor presidente de la Uni-
versidad ha querido que el informe que debo elevar á la dirección de
este instituto sobre los resultados de mi último viaje de estudio á la
región sur de la provincia de Entre Rios, lo lea en presencia de aca-
démicos y profesores (1).
Muy grato es para mí el haber dado ocasión á este acto y me feli-
cito en que los esfuerzos que consagramos al progreso de los estudios
que el museo especialmente cultiva, sean así comprendidos, porque
la resolución del señor presidente no puede ser más alentadora para
los que nos proponemos continuar en la labor.
Estas lecturas, por otra parte, no son extrañas al régimen de las
modernas universidades ; exteriorizan al estudiante asiduo y pueden
ser suficiente causa de vinculaciones científicas muy provechosas, de
discusiones, de emulación al fin, pero que en realidad, iran informando
el espíritu de esta nueva institución docente.
Sabido es que en los extensos territorios de América son muy nu-
merosos é importantes los hechos que pueden dar ocasión á las investi-
(1) Fué leído este informe en la reunión de profesores que con dicho objeto
tuvo lugar en el Museo de la Universidad Nacional de La Plata, el 26 de noyiem-
bre de 3906, á la que asistieron el señor presidente y decanos.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 9
130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
gaciones originales que los museos é instituciones sabias se proponer
llevar á cabo, y que la antropología ha podido encontrar un buen con-
junto de materiales nuevos sobre cuya base puede explicar algunas
de las fases de la evolución física y social del hombre americano.
Las grandes obras descriptivas primero y algunas hipótesis en ellas.
bosquejadas sobre la diversidad de tipos de la población primitiva de
América, llamaron mucho la atención del público lector y estudioso,
porque esas hipótesis envolvían una serie de cuestiones que total ó-
parcialmente tendrían que ser analizadas y discutidas.
Conocidos son los primeros resultados de la escuela americana de
antropología y en consecuencia, las ideas de fondo y los métodos de
Morgan, Brinton, Powell y Mc Gee.
La misma cuestión de la antigúiedad de la industria de la piedra
en América, como la relación que pudo haber existido entre manifes-
taciones de la misma categoría observadas en territorios distantes
unos de otros no han vuelto á tratarse seriamente después del exa-
men y crítica que de los yacimientos de Treton hicieron, Wilson, Hol-
mes y Abbot.
La orientación actual de la investigación prehistórica está dirigida
en el sentido del estudio de los hechos, iniciándolo con el más atento
£ eserupuloso procedimiento de extracción de los materiales del lugar
donde se encuentran, y completándolo con la ordenación y clasifica-
ción de esos mismos materiales y observaciones para que con la des-
cripción y el catálogo pueda ir preparándose ese corpus preliminar:
de que nos habla Flinders Petrie.
Los primeros ensayos de reconstrucción antropoetnológica, basados
en la crítica histórica, han sido controvertidos con argumentos obte-
nidos de investigaciones en el terreno, dejándose, desde entonces, al
documento escrito como prueba en el estudio de Jas civilizaciones.
indígenas de América, para casos muy limitados, de su naturaleza pro-
pia ó esencial.
Se ha ido dando, pues, mayor amplitud al método arqueológico;
sólo por ese camino parece que nos será posible conocer la evolución
de la cultura americana; las semejanzas y diferencias naturales, las
correlaciones y afinidades estrechas, los períodos, épocas, ó sea la
cronología en general, que por el momento nos parece indeterminable,
uniforme é irreductible.
Por ello cada uno de nosotros, según sus aptitudes, nos hemos
concretado á hacer conocer el material nuevo, á determinar las formas.
más simples de la cultura humana de esta parte de América; los cam-
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 1381
bios sucesivos apenas entrevistos hoy, los períodos de progreso ó re-
troceso, las migraciones, etc., pero siempre sobre la base de una de-
mostración concreta.
Nuestros precursores en estos estudios han prestado dos importan-
tes servicios : indicaron los mejores caminos para la investigación,
y prepararon el medio para que ella se lleve á cabo con facilidad ;
á nosotros nos corresponde: documentar, clasificar y comentar los
materiales agrupados y los que en adelante acrezcan nuestras colee-
ciones públicas, para que con el catálogo y el comento dejemos una
clasificación de los primeros tiempos de América teniendo en cuenta
los datos de la estratigrafía, paleontología y arqueología.
La distinción de épocas y períodos en las civilizaciones indígenas
exige una gran sagacidad, requiere, además, que el estudio de una
localidad se complemente con el de los territorios colindantes, y ante
todo, que en la fowille de los yacimientos se observen los métodos más
minuciosos de manera que puedan obtenerse buenas observaciones
estratigráficas.
Todas esas dificultades con que se choca para llegar á una coneclu-
sión uniforme sobre las distintas civilizaciones — por la falta de
carácter peculiar de cada una de ellas, el desplazamiento de unas
sobre otras sin manifestaciones que las distingan á pesar de las di-
ferencias antropoetnológicas, ete., desaparecerán, paulativamente,
obrando con orden y sistema en las investigaciones en el terreno.
No es esta la ocasión para que exponga y analice la metodología de
esta especialidad científica, aunque el asunto tendría interés, pues, no
todos los especialistas están conformes con el orden ó prelación que
se debe dar á unos procedimientos sobre otros, que tanta importancia
tienen para los resultados generales.
La cuestión de saber, cómo el hombre ha ido dominando progresi-
vamente á la naturaleza exige un examen y calificación de las mate-
rias aprovechadas, su estructura, modificaciones y correcciones; los
distintos destinos, las asimilaciones, transformaciones y creaciones
de la forma, todo lo que puede indicar la presencia de la actividad hu-
mana en su fin primero de adoptación al medio físico.
Luego, podrán surgir síntesis provechosas y será posible, recién,
corroborar principios ya sentados sobre el desarrollo gradual de nues-
tra actividad, como los de Otis Mason, que se proponen explicar, desde
el punto de vista de la tecnología industrial y artística, el origen y
desarrollo de esa facultad humana de adaptación.
13: ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Delas distintas regiones geoétnicas en que puede dividirse el terrl-
torio argentino, la menos estudiada desde nuestro punto de vista es
la comprendida entre los ríos Paraná y Uruguay, desde sus nacientes
hasta las playas mismas del río de la Plata.
Numerosas misiones científicas, nacionales y extranjeras, la han
recorrido en distintas direcciones, pero ninguna de ellas ha tenido el
propósito especial de estudiar las construcciones y demás artefactos
de piedra, hueso, madera y cerámica que los pueblos indígenas deja-
ron; otros intereses científicos los llevó allí, sobre todo á las locali-
dades que mayor influencia misionera demostraban, porque la selva,
con todo su vigor subtropical, ha sido el incentivo de esos viajes de
estudio.
La existencia y dispersión de muchas plantas nuevas Ó poco cono-
cidas ha quedado evidenciada, y muchas son las consecuencias prácti-
cas que de dichos estudios se han obtenido; otras peculiaridades de
ese medio físico que los distintos métodos científicos han hecho co-
nocer, vienen á dejar como estudiada á la geografía física de la meso-
potamia argentina.
En cuanto á la disciplina científica que yo cultivo, creo que las
exploraciones hasta la fecha verificadas no ofrecen los elementos su-
ficientes para fundar una ordenación y clasificación de la civilizacio-
nes de esta parte de América, que tengan como propósito las bases
de una cronología.
Los estudios verificados en la región Calehaquí, por ejemplo, que
es donde mejor han sido dirigidos, no responden tampoco á esas exl-
vencias; apenas si se puede indicar ciertas correlaciones entre los ti-
pos de vasos que en dichos yacimientos se han encontrado. Otras se-
mejanzas y diferencias demostradas, sobre todo, por la técnica gene-
ral de ese valioso conjunto de manifestaciones industriales y artísticas,
y el mismo concepto ornamental que parece dominar en Calchaquí,
indican que las investigaciones, por el momento, no han sido seria-
mente hechas, exceptuando las últimas del profesor Ambrosetti que
hablan muy en favor de la exactitud que nosotros queremos impri-
mirles.
Se hacía necesario continuar en la tarea. La etnografía y la
arqueología de la cuenca del río de la Plata no podían correspon-
derse en sus resultados; los de la primera eran poco satisfactorios
á pesar de la afligente compulsa de textos históricos y de documen-
tos inéditos, la nomenclatura de los pueblos indígenas obscureció la
exactitud de las primeras hipótesis y conclusiones.
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 133
Los de la segunda eran poco sérios, como que en realidad las
colecciones han sido adquiridas por compra á personas que no atri-
buían mayor importancia á las observaciones estratigráficas que hoy
motivan á toda fowille bien dirigida.
Es lo que he tratado de hacer desde 1894, uno de cuyos viajes,
CARTA DEMOSTRATIVA
“t DE LA
SITUACIÓN GEOGRÁFICA APROXIMADA DE LOS YACIMIENTOS
Fig. 1. — Carta de la región explorada
el que acabo de realizar, ha sido provechoso para esta institución
científica que desde su fundación prohija también esta clase de
estudios.
Hoy debo dar cuenta de los procedimientos ejecutados, de los
materiales obtenidos y de las observaciones que he podido hacer en
la extremidad oriental del Delta Paranense, y en la región sur de
la provincia de Entre Ríos; en buena parte de esas tierras anega-
134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
dizas, de fisonomía peculiarísima, donde la vegetación y los ani-
males comarcanos tienen, también, el atractivo de su expresión pri-
mitiva y 0sca.
El habitante actual de las islas de Entre Ríos conserva aún rasgos
que ha heredado de sus antepasados, indígenas en su mayoría ;: vi-
ven reducidos, así como rodeados por una invasión de elementos
absolutamente opuestos á su raza, á sus hábitos, costumbres, senti-
mientos, y sobre todo, á las manifestaciones de su imaginación que
hacen el sentido, la esencia de sus tradiciones, siempre repetidas en
los fogones de sus aduares ó en las monótonas melopeas de sus can-
tares. Ya veremos cómo, la referencia verbal transmitida respetuo-
samente, tiene importancia en nuestras investigaciones, y como,
aun por simplísimas nociones nos podemos poner en contacto con el
espíritu de los primitivos pobladores de Entre Ríos.
El itinerario de mi viaje, que propuse y que fué aceptado por el
señor director del Museo, era el siguiente:
Entrar al Paraná Guazú por su desembocadura en el río de la
Plata y continuar, aguas arriba hasta frente á la isla La Paloma,
donde, según datos que se me habían dado, existía un túmulo in-
dígena análogo al que el año anterior había estudiado en el mismo
Paraná Guazú, frente á la isla Los Platos.
Por el Paraná, siempre aguas arriba, seguiría hasta la emboca-
dura del río Carabelas, entraría por éste para explorar los campos
que se extienden al oeste, donde, dos años antes había obtenido
buenos materiales, y los datos que ahora deseaba corroborar.
De Carabelas y Paraná Guazú pasaría á Entre Ríos, á las islas de
su extremidad sur, entrando por el Paraná Bravo, por éste al brazo
Gutiérrez, exploraría el túmulo que se encontraba en el centro de
un bañado de su margen izquierda, y luego pasaría por el brazo
Largo al Paranacito.
Un mes de trabajo esperaba tener en el Paranacito; sabido es
que allí parece haber sido el lugar donde se habían agrupado la
mayoría de las tribus indígenas del litoral.
En la margen derecha de la desembocadura del Nancay tenía
también un túmulo que, según referencias repetidas, era muy impotr-
tante, y en el Uruguay, en el lugar llamado Rincón de Landa, como
en las inmediaciones de Gualeguaychú, también contaba con yacil-
mientos de mucha importancia por la categoría de objetos: cerá-
mica zoomorfa é instrumental en hueso.
Las cercanías de la Concepción del Uruguay sería el punto ter-
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 135
minal de mi marcha hacia el norte; calculaba que tres meses eran
insuficientes para cumplir ese programa de trabajo.
Abrigaba la esperanza de contar con un mes más y entonces
hubiera bajado por el Uruguay hasta la desembocadura del Bravo,
por éste hasta el Guazú, y en la embocadura del brazo Largo tenía
uno de los yacimientos más importantes de la región insular de
Entre Ríos. Para terminar, rodeando las islas del Delta, pensaba
dirigirme al Pasaje de Talavera y á las islas de los Borbones, en el
Paraná de Las Palmas.
Este programa de estudio se ha cumplido sólo en parte, la buena
voluntad del señor director del Museo y la de las distintas personas
que han intervenido en su preparación y ejecución, no han podido
evitar, sin embargo, algunas causas que han decidido su aplaza-
miento; elementos esenciales que se necesitan para llevar á cabo
con amplitud y seguridad nuestros estudios, que pueden estar á
nuestro alcance porque el país los tiene, pero que no siempre quie-
ren destinarse para asuntos de esta importancia.
Llegados frente á la isla La Paloma, nuestro primer punto de
recalada, volví á inquirir noticias sobre la ubicación del «cerro»
como le Haman en el paraje; varios recorridos por la costa y algunos
datos de los habitantes del lugar, nos pusieron en la senda que nos
llevó á una isleta de monte-internada en el pajonal anegadizo, invi-
sible desde la costa del Guazú é :nsospechable de que existiera allí
un lugar habitable por el hombre.
El monte ribereño del Paraná es muy conocido, es decir, sus
matorrales como lo indican Lorentz, Grisebach y otros; la mayoría
de sus elementos son lindos y frondosos, la palma Yatai imprime al
paisaje una fisonomía muy llamativa por sus rasgos primitivos; la
ramazón espesa y sombría, los helechos parásitos cubriendo los
troncos de los ceibos y las como barbas canosas y largas de las
Fillandsium usneoides, cierta majestad propia de los grandes es-
pectáculos de la naturaleza.
Todos los vegetales indígenas que se conocen como característicos
dle la región, estaban representados allí, entremezclados á tal punto
que no se encontraba una senda por donde poder penetrar sin acen-
tuados rozamientos con las espinas.
Buscando, se encontró en el centro de la isleta de monte la pe-
queña elevacion de tierra, en la cual se salvaron, de la última cre-
ciente del Paraná, todos los seres de la comarca.
Sin más antecedentes sobre la posibilidad de que fuera un túmulo
136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
indígena se procedió al desmonte, se tomaron fotografías, y luego
á la construcción de la primera zanja, en la base de la elevación y
en sentido transversal á su aparente lugar de entrada. En esta parte
aparecen siempre algo deprimidos y alargados, lo que demuestra
que por ahí debió ser el lugar de acceso á la altura.
Después de cortados los árboles y arbustos que lo cubrían, la
elevación denotaba evidentemente origen artificial; su forma era
circular, sus laderas descendían suavemente, y se notaba también
que la vegetación arborescente la había protegido de las aguas,
árboles que no se extendían mucho á su alrededor, perdiéndose á
pocos metros en el bañado.
Las aguas han obrado poco sobre la tierra amontonada, la vegeta-
ción ha evitado la denudación rápida que las lluvias y crecientes
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Fig. 2. — El túmulo número 2 del Paraná Guazú
ocasionan cuando las elevaciones no están cubiertas de vegetales
que las consoliden y protejan de su acción transformadora.
Á primera vista no demostraba tener más de dos metros de altura
sobre el bañado, que, como se sabe, es siempre mucho más bajo que
el piso de los albardones los que se encuentran distantes de allí qui-
nientos metros, sobre poco más ó menos.
Continuando, pues, con la construcción de la zanja de la base, en
su extremidad norte, se encontraban en la parte superficial (30 cen-
tímetros) algunos fragmentos de cerámica y gran cantidad de restos
de cocina: valvas de ostras, unios y anodontas, huesos de pescados
grandes de río y gran abundancia de restos de la Ampularia megas-
toma bien conservados, huesos largos de ciervos, partidos longitu-
dinalmente y fragmentos de los pequeños cocos de la palma Yatai.
Esta primera capa removida demostraba tener, á esa altura del tú-
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 137
mulo, 35 6 40 centímetros. Después aparecía otra de arena, detritus
vegetales y loess, en la cual empezaron á encontrarse los restos huma-
nos.
Los primeros huesos humanos aparecieron en el mayor desorden,
mezclados, completamente envueltos por las raíces de los árboles y
arbustos que acababamos de hachar, y tan frágiles, que la menor pre-
sión los convertía en una como pasta, pues, el terreno permanece
continuamente húmedo.
Sin embargo pudo conseguirse, con cuidado, que primero se descu-
brieran los huesos de las extremidades inferiores, en la mayor parte
de los esqueletos inhumados en la parte que abarcaba la zanja A.
De esa manera se podía descubrir el cráneo que á cada uno corres-
pondía sin peligro de destrucción por choque, pues en la mayoría de
los casos el procedimiento daba buen resultado siempre que se obser-
vaba pacientemente con la ayuda de instrumentos pequeños como
cucharas y cuchillos.
De esta primera sección removida fueron apareciendo los huesos
largos y los cráneos que llevan los números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7.
La extracción completa de los huesos craneales se pudo conseguir
con muy pocos; la gran cantidad de raíces y la presión misma de la
tierra mojada han obrado de tal manera que por lo general el cráneo
se encontraba distanciado del tronco y extremidades ó, en otros casos,
entre ellas. La mayoría de los bien conservados se han encontrado en
la parte inferior de la capa arenosa que siempre parece que es medio
más propicio para la conservación.
Procediendo en cada hallazgo de la manera indicada, reuniendo los
fragmentos óseos dispersos y tomando los datos de su posición en el
lagar, se tomaba una fotografía del grupo para agregarla á la libreta
de anotaciones.
Para que los restos óseos se extrajeran en mejores condiciones, se
dejaban descubiertos en el sitio mismo por espacio de seis ó siete ho-
ras, y. cuando se levantaban eran despojados de la ganga para empa-
quetarlos, numerarlos y rotularlos individualmente.
Extraídos los restos óseos humanos se practicaba en el lugar del
hallazgo una profunda excavación, hasta llegar al agua, de maner:
que la misma base del túmulo quedara removida.
De la base del túmulo no fué posible obtener materiales de impot-
tancia, por lo general eran fragmentos de alfarería lisa y valvas de
moluscos. Esta parte de la construcción permanece siempre muy hú-
meda.
138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los restos de cocina que, en mayor cantidad, se encontraron en
los extremos derechos de las zanjas A y B, y los fragmentos de
alfarería más importantes eran recogidos y distribuídos en parcelas
distintas según su mayor ó menor importancia. En su caso cuando,
como con las láminas de cobre, demostraban haber sido inhbumadas
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Fig. 3. — Diagrama demostrativo de la distribución de los restos óseos
junto á un esqueleto se reunían y adjuntaban el que correspondían
aparentemente.
La parte superficial que comprende las zanjas A, B y GC, era muy
rica en fragmentos de alfarería, la extremidad de la derecha en res-
tos de cocina, y á cierta profundidad, 40 centímetros término medio,
se encontraban los restos humanos repartidos en una tercera parte
de la construcción.
En las laderas que miran al W., S. y SE., se encontraron sólo,
fragmentos de alfarerías y algunas valvas de moluscos. Todo el ma-
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 139
terial obtenido procede de una profundidad que no excede de 45
centímetros á lo sumo de la capa de arena y tierra vegetal trans-
portada.
De esa capa inferior de color rojizo que forma la base del bañado,
y en este caso también del túmulo, he podido recoger varios ejem-
plares de unos prosobranquios marinos, y como por el color y la for-
ma de estratificación denota caracteres especiales, más adelante se-
rá objeto de especial consideración.
-——Procediendo así en el trabajo de remoción y extracción de los ma-
teriales que se conservaban en el túmulo, se terminó la operación des-
pués de haberla repetido en las ocho secciones dispuestas de la ma-
nera que indican las cuerdas del círculo del presente diagrama.
Entre los objetos de antigua industria debo mencionar á varios
instrumentos de hueso que se encontraron inmediatos á los restos
del esqueleto número 2. Los discos y láminas de cobre puede atribuir-
se al mismo propietario, pues, se encontraron completamente adheri-
dos á sus restos.
Uno de los grupos de cráneos más interesantes, por el amontona-
miento y desorden en que se encontraron, fué el que reproduce el
diagrama entre los cuales están los que representa á los cráneos nú-
meros 6,7, 8, 9 y 10, y varios fragmentos craneales que no se pu-
dieron recoger sino en partes muy pequeñas que no permiten la res-
tauración.
El procedimiento detallado para la extracción de los materiales ex-
traídos en las secciones A, B y GC, se observó con las siguientes, has-
ta terminar con toda la construcción, y la misma operación del em-
balaje que tampoco debe descuidarse, se llevó á cabo con toda pro-
lijidad con los recursos que permitía el medio en que las colecciones
se encontraban.
El mismo método se aplicó, pues, en los dos túmulos que estudié
después en la región insular de Entre Ríos, y en todos ellos he tenido
la fortuna de recoger los valiosos materiales que pueden agruparse así:
RESTOS HUMANOS
82 cráneos humanos;
16 fragmentos craneales;
4 esqueletos humanos completos;
40 huesos largos.
140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
INSTRUMENTOS Y ÚTILES
30 percutores de piedra; 12 alisadores idem; 1 hacha de piedra ta
lada; 1 mortero de piedra; S piedras con hoyo; 4 boleadoras esféricas
ete.; 9 punzones de hueso; 6 puntas de arpón; Y instrumentos para
tejer; 2 raspadores de hueso ; más de 200 fragmentos de alfarería
7
erabadas y pintadas; Y láminas de cobre.
Las observaciones generales que estos hechos me han sugerido
puedo agrupatlas y clasificarlas en tres categorías: 1” observaciones
£
estratigráficas; 2 observaciones tecnológicas; 3% observaciones an-
Eon y) E) )
Fig. 4. — Carta geológico demostrativa de los terrenos sobre los cuales está levantado el túmulo: A,
tierra transportada; B, humus ; C, aluviones ; D, depósitos marinos
£
tropo-etnológicas, ó sea, en el mismo orden en que han sido verifi-
cadas.
El presente diagrama demuestra, la potencia y el orden de las ca-
pas terrosas y arenosas según un corte verificado en la ribera de las
islas de la margen derecha del Paraná Guazú (Delta superior), á in-
mediaciones del túmulo n” II, otros cortes hechos en localidades co-
lindantes confirman los resultados que paso á exponer.
La capa superficial de tierra negra vegetal es de un espesor varia-
ble y forma albardones de un ancho y extensión también variables ;
los continuos avances del río de la Plata y las crecientes del Para-
ná, llevan y depositan en la superficie arena y residuos de distinta
calidad.
Los estractos se superponen horizontalmente ó en ondulaciones,
cuando, las partes blandas de los terrenos flojos ceden.
Esta capa pierde su color negruzco á medida que se profundiza ; la
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 141
arena entonces predomina, y la presencia de calcáreo empieza á no-
tarse á los cuarenta centímetros, término medio, desde donde ya cam-
bia de color y de composición.
Predomina entonces la arena fina y el calcáreo; se encuentra tam-
bién loess transportado y depositado por las aguas del río Paraná
que, como se sabe, arrancan y desprenden de las barrancas de la for-
mación pampeana que dichas aguas bañan en una considerable
extensión.
Esa capa de arena tiene mayor espesor que la anterior; en las
partes secas es blanca, en las húmedas su color es negruzco.
El color obscuro aparece siempre en la base de esta capa de arena,
á pesar de ser el mismo material, el que á laacción del sol recupera su
blancura.
El lodo arenoso que predomina en las islas del Delta inferior cons-
tituye el fondo de los bañados y su disposición es generalmente ho-
rizontal. Esta capa tendrá un espesor de 60 centímetros en el centro
de los albardones, pero es de mucho menor potencia en las costas de
los brazos principales del Paraná. La depresión es muy notable en
algunos puntos.
En las barrancas descubiertas y en el centro de los albardones,
pero á mayor profundidad, se nota la presencia de una tercera capa,
notable por su colorido y distinta á las anteriores por las causas que
han intervenido en su formación.
El año anterior (1905), cuando exploré el túmulo número 1 del
Paraná Guazú, tuve ocasión de comprobar la existencia de una capa
de barro rojo que en Carabelas (brazo del Paraná) había observado
dos años ha.
Me llamó mucho la atención, hice un corte en la barranca del río
y otro á seiscientos metros de la ribera; tomé medidas, ordené mis
observaciones y, á mi llegada, manifesté al doctor Roberto Lehmann-
Nitsche, que aquel barro no parecía loess, ese polvo fino no arcilloso.
Su color rojo subido, la presencia de óxidos de hierro y de man-
ganeso, en gran proporción, y su disposición en capas muy finas,
á la manera de hojaldras horizontalmente dispuestas, demostraba
que alguna causa especial había intervenido en esta formación y
que en suma el loess con sus caracteres propios no aparecía allí,
como la arena, calcáreo y demás ditritus que el río Paraná acarrea
y deposita.
El doctor R. Lehmann-Nitsche —á quien comuniqué estos resul-
tados — no pensaba de la misma manera.
142 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Examinó, conjuntamente con el doctor Schiller la muestra que
traje, escuchó mis observaciones y uno como otro determinaron que
aquella muestra era loess, como el de las barrancas de la formación
pampeana.
Observé que el Paraná no había socavado su curso por entre las
islas que actualmente baña, que sus depósitos no podían ser de loess
puro sino mezclado con arenas y detritus, elementos estos últimos
que no se encuentran en el barro en cuestión, y que, las capas de
los depósitos modernos son alternadas y onduladas y no horizon-
tales como las que yo había visto.
Á pesar de estas indicaciones los citados profesores insistieron
en que aquel barro rojo era el loess que las aguas del río Paraná
arranca de las barrancas de la formación pampeana y que deposita
en su desembocadura donde forma, como se sabe, el gran delta que
lleva su nombre.
Tenía que ser, pues, un asunto que debía estudiar de nuevo para
llegar á una conclusión satisfactoria.
La capa de barro rojo se encuentra visible al pasar en las islas de
la zona media y alta; en los bajas como en las del Capitán y Luján,
curso inferior y demás islas inmediatas á las playas del Rio de la
Plata, no se nota sino á cierta profundidad.
En las islas de la zona media su presencia puede constatarse á
una profundidad mayor; es más fácil observar dicha capa en las
costas del Río Carabelas ó Paycarabí, curso superior.
Ya he indicado sus caracteres exteriores, y sobre todo, la forma
en que se encuentra dispuesta; el geólogo Carlos Ameghino encuen-
tra mucha semejanza entre el barro marino de las formaciones de
la costa sur con este barro rojo de las islas del Paraná.
Sólo falta el examen y clasificación de las diatomeas para llegar
á la prueba definitiva de que esa capa que forma el subsuelo de las
islas y que aparece en distintas partes de la costa paranense, es un
polvo fino parecido al loess, pero que denota la intervención de cau-
sas especiales en su formación, y sobre todo que por sus caracteres
exteriores indica la presencia de un elemento nuevo, que rompe la
uniformidad de la constitución geológica de la región insular del
litoral argentino.
Me permito proponer á la dirección del museo que la muestra del
barro que acabo de describir sea enviada á un especialista para el
estudio de las diatomeas marinas que debe contener.
Lo referente á la tecnología arqueológica puede descomponerse
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 143
así: forma de las construcciones, medio en que se encuentran, mate-
riales utilizados, diferencias de forma, distribución ó destino de
ellas, etc.
Las cuestiones generales sobre la técnica mecánica, la imitación
y representación, como las que á su vez son correlativas, no pueden
tratarse aquí porque cambiarían la índole de esta exposición.
Los estudios ya verificados pcr una serie de autores americanos
y europeos sobre esas construcciones funerarias llamadas túmulos
darían pretexto para una larga conferencia, pues no están conformes
la mayoría de ellos con las denominaciones que se les aplican, por
ser contrarias al destino que en realidad han tenido y por cuya
razón hoy continúan siendo objeto de nuevos estudios y clasifica-
ciones.
A. de Mortillet se ha ocupado ampliamente del asunto en varias
conferencias expuestas en "Ecole d'anthropologie de Paris, pero en
ellas no encuentro la categoría en que podrían comprenderse á las
estaciones-túmulos del litoral.
Peculiaridades de su forma, materiales y utilización, hacen que
los distingamos entre los ya conocidos y estudiados en territorios
adyacentes al nuestro, que son con los cuales habrá que relacio-
narlos.
Dejaré, pues, para el estudio que preparo sobre Los primitivos
habitantes del Delta del Paraná, el análisis ordenado de todas estas
cuestiones, y desde ya prometo la determinación aproximadamente
exacta de sus períodos, de las relaciones que con otros pueden es-
tablecerse, y de su carácter propio.
Los estudios de los sambaquis del Brasil y el de los Jhockken-
móeddings del Perú, verificados estos últimos por Max Uhle, pueden
ayudarnos en la investigación que debemos hacer para conocer el
origen de esos amontonamientos de conchas que el mismo Darwin
atribuyó á los avances del mar.
En presencia de las observaciones recogidas puedo anotar las
siguientes hipótesis :
1* Los túmulos que se encuentran en la costa del Uruguay, en
territorio insular, demuestran ser de una antigiiedad más remota
que los de las islas del sur de Entre Ríos, ó sea las que se encuen-
tran entre el brazo Largo, brazo Gutiérrez, Bravo, Ceibo, etc.,
como á los de Carabelas y Paycaraby; es decir, pues, que también
se nota la distinción que hice más adelante de zonas isleñas estu-
diando las construeciones funerarias de sus primitivos habitantes ;
144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
los de la primera zona denotan diferencias con los de la segunda
que haré constar en mi trabajo especial.
2% Los túmulos de la parte accidental del Delta corresponden, por
su destino, al mismo tipo que los de la extremidad oriental, pero
aquellos se distinguen por ciertas manifestaciones industriales de
carácter imitativo antropo y zoomorfo, aunque todos pertenecen á
la misma civilización.
La estratierafía y la arqueología nos indicarán la senda por donde
las tribus del litoral han seguido su evidente marcha del norte hacia
el sur. El estudio de los depósitos de conchas, residuos de cocina,
que se encuentran en la mayoría de dichos túmulos nos permitirán
conocer mayores hechos para fundar las apreciaciones que acabo de
formular.
En cuanto al material obtenido en los distintos túmulos que he
explorado y á los mismos objetos arqueológicos que he encontrado
agrupados, cachette, ó aislados, puedo manifestar lo siguiente :
La disposición de los restos humanos en cuanto á la orientación,
era arbitraria, de circunstancias; en el diagrama (fig. 3), puede verse
la colocación que tenían en el túmulo número II del Paraná Guazú.
En mi libro de apuntes consta que sobre esto no se ha observado la
menor uniformidad. La colocación ó posición de los restos óseos era
horizontal, muy pocos quedan anotados en posiciones distintas, y
aunque la confusión era evidente en varias partes del enterratorio,
siempre, con la mayor prolijidad, se trataban de identificar los
huesos largos que correspondían á los cráneos respectivos.
Sobre superposición de unos restos sobre otros, de apariencia ó
evidentemente más antiguos, como lo relativo á la correspondencia
de períodos en la evolución industrial, tendré que tratarlo en mi
anunciado estudio sobre el Delta y Entre Ríos.
Estas conclusiones tecnológicas surgirán, pues, cuando haya ter-
minado el trabajo de su clasificación y descripción.
Lo que llama la atención es la homogeneidad de la colección cra-
neológica.
Estoy en la seguridad que el estudio de estos nuevos materiales
osteológicos pueden conducirnos á muy buenos resultados y tal vez,
á la comprobación de las opiniones expuestas sobre la etnología de
esta parte de América del Sur, que Quatrefages, Lacerda y Peixoto,
Rey, Ten Kate y Vernau han expuesto de igual manera. Según estos
autores se encuentra, en Sud América, un gran substractum étnico
caracterizado por la dolicocefalía é hypsistenocefalía.
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 145
Estos cráneos son por sus caracteres exteriores de forma mediana.
La frente es poco abovedada, algo estrecha y los arcos superciliares
poco notables.
Uno de los caracteres propios de éstos cráneos, es la depresión que
se nota en la mitad anterior de los huesos parietales, lo que da mayor
notoriedad á la cresta sagital, carácter propio de las rayas infe-
riores.
Las protuberancias parietales son bastante pronunciadas y resal-
tan más aún porque la región supramastoidea es estrecha. Mirados
Fig. 5. — Cráneo número 1 del túmulo número IL del Paraná Guazú
los cráneos desde su norma occipital, las líneas de los contornos for-
man un pentágono.
En una de las series (en la segunda, especialmente) he notado que
varios cráneos demuestran un gran desarrollo de la escama superior
del occipital, peculiaridad muy estudiada y discutida en anatomía.
La mandíbula inferior es bien desarrollada, particularmente en la
parte del mentón y es, por sus caracteres generales, muy propia de
cráneos americanos como ya lo han indicado varios autores.
El desgaste de los dientes es muy pronunciado, particularidad de
la mayoría de los cráneos americanos que se han estudiado hasta hoy
en los museos, y entre muchos que aún no se han hecho conocer.
Todo lo que á diámetros é índices se refiere, como á las caracterís-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 10
146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ticas que presentan las suturas será asunto que trataré en mi memo-
ria descriptiva.
Aunque todavía no se ha podido terminar la restauración de las
tres series de cráneos y demás huesos largos, he encontrado dos ca-
sos de osteoporosis en el cráneo, casos de mucho interés por su rare-
za en restos óseos de los tipos americanos ya extinguidos.
El caso más notable es el del cráneo número 1 (Túmulo II del Pa-
raná Guazú), el que mirado desde su norma occipital presenta los
poros ó celdillas distribuídas casi, simétricamente.
El profesor Adachi ha publicado una breve memoria sobre la Po-
rosidad del techo del cráneo, por ella he sabido que entre más de
10.000 cráneos de razas, sólo se han encontrado una decena con la
mencionada afección, y declara el autor, después de examinar las
opiniones de Walcker, Toldt y Schmidt, que se trata efectivamente
de una aparición muy rara.
Creo que sin mediar un estudio detenido de los mencionados Casos,
no pueden atribuir esas porosidades á causas ajenas al propio indi-
viduo y por el momento, con mucho mayor motivo que Adachi, no
tengo inconveniente en declarar que no sé á qué causas pueden haber
obedecido la formación de esos poros que se encuentran en el citado
cráneo.
Debo mencionar á un interesante esqueleto humano con algunas
manifestaciones de raquitismo muy notables en las tibias y en los
húmeros. En cuanto á las causas de estas deformaciones, como á la
deformación misma, son muy conocidas, he procedido á su estudio
para determinarla específicamente y hacerla conocer en mi anuncia-
da memoria.
En cuanto á los materiales de antigua industria, obtenidos en los
mismos yacimientos, denotan un grado bastante primitivo de cultura.
La alfarería se caracteriza por su ornamentación; dibujos geomé-
tricos bien combinados y ejecutados, combinaciones muy felices de
línas rectas y Curvas; guardas y bordes, asas, tapas y demás partes.
integrantes de los recipientes.
Las proporciones de los vasos, y la misma evolución de la forma
con sus tipos persistentes ó muy generales será cuestión que anali-
zaré en mi estudio especial.
Puedo sí adelantar que la tecnología general de la industria alfa-
rera presenta, en esta civilización que estoy estudiando peculiarida-
des que la distinguen notablemente de la de los restantes pueblos
que habitaron esta parte de América en sus primeros tiempos.
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 147
La misma industria del hueso, que algunas semejanzas denota con
la de los pueblos de la cuenca del Amazonas y sus tributarios, tiene
su cachet, aparte de otros elementos de prueba que hablan en el sen-
tido de su carácter local, propio del medio físico que los ha informado
y del hombre que los ha aprovechado.
Una interesante hacha de anfibolita es la única pieza, puede decir-
se, en la que puede verse un trabajo de retoque, pero que no permite
compararla con los espléndidos ejemplares de esta clase de instru-
mentos procedentes de Patagonia. También he recogido en los tres
yacimientos: boleadoras, percutores, piedras con hoyos (para romper
cocos de la palma Yatay), alisadores para la alfarería y otros instru-
mentos necesarios que completan el outillage de las tribus indígenas
constructoras de los túmulos.
Debo hacer notar una diferencia que en oportunidad demostraré
concretamente. Ella es la que de los yacimientos del accidente del
Delta proceden las piezas de cerámica zvomorfa que conocemos de
esta región, muy homogéneas por su factura y ornamentación. De
los paraderos — túmulos de la parte oriental no se conocen ejempla-
res de la misma clase y tipo, puede decirse que son desconocidos.
Ya veremos también, por ulteriores comprobaciones, el interés y
la importancia que estas manifestaciones del arte indígena tienen,
para explicar algunas nociones que he podido recoger sobre la teo-
gonia de los indígenas habitantes primitivos de aquellas regiones.
Muchas de ellas son simples representaciones zoomorfas óÓ antro-
pomorfas, no envuelven más secreto mental que el que en realidad
demuestran, y si su forma, proporciones y atributos no sugieren el
destino útil que pudieron tener, su cambio, noticias breves pero ter-
minantes sobre la organización social de los indígenas que las fabri-
caron, que han tenido estrecho parentezco con la de otros pueblos de
América vinculados así, ó de dominios territoriales colindantes, pue-
den llevarnos al terreno firme de una conclusión lógica. Las mismas
tradiciones de los actuales habitantes de la región insular de Entre
Ríos, pueden contribuir en favor de su carácter sagrado.
He podido observar que en la extensa región recorrida, y en todo
lo que forma la cuenca del Paraná, existen dos tipos de urnas fune-
rarias.
Las noticias de ciertos hallazgos verificados en la costa de los bra-
zos del Paraná que penetran hasta el centro de la provincia, ó que
vienen de allí, obtenidas sin formular preguntas sugestivas, prueban
que no sólo dicha diversidad es característica de la arqueología de
148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la cuenca del Amazonas, y que la distinción que Goeldi encontrara
en aquellos yacimientos de Counany, también las he podido notar yo
sobre la base de las descripciones de Ambrosetti y Bertoni, que po-
seo ya ordenadas para su publicación.
También he tenido tiempo de ocuparme de las tradiciones entre-
rrianas, de inquirir lo que aquella gente de espíritu indígena sabe
sobre el origen de los ríos, de los montes, de los cerros de arena, y
especialmente sobre los montes, cómo podrían hacer la distinción de
los elementos que los forman; la determinación de los que predomi-
nan, su utilidad, sus aplicaciones caseras. Luego todo aquello que
explica, aún por simplísimas nociones el mundo espiritual, debía ser
asunto de estudio. ñ
Quien comprenda la significación que tienen las creencias de los
indígenas, Ó de sus descendientes, — que en Entre Ríos aun cuen-
tan sus genealogías por nombres propios —en los seres espirituales
debe sospechar el estado de cultura y la categoría de sus ideas abs-
tractas, la precisa explicación del mundo en que viven y lo que son
ellos mismos.
La noción de los espíritus sirve, por otros caminos, para explicar
lo adventicio, todas las cosas que han sucedido y que grabadas en
el alma de la tribu se conservan, transforman ó se pierden por el
transcurso sólo de los siglos. Así se han salvado muchas ideas respec-
to al origen y transformaciones que han sufrido las islas, sus riachos
la flora y la fauna, las arenas de sus médanos y esos cerros que fue-
ron la salvación de las tribus en los días y meses de aquellas colosa-
les inundaciones.
He ido reuniendo todo lo que sabían dos antiguas alfareras y Caza-
doras de sus antepasados, las referencias más generales las he obteni-
do de varios ancianos, antiguos habitantes de la comarca, y sobre
unas y otras indagaciones he tratado siempre de obtener su consta-
tación.
Por ellas, con nombres propios, sobrenombres, proverbios, refranes,
adivinanzas, podrían explicarse, hasta donde pueden serlo, lo que
fueron los brazos del Paraná y Uruguay hoy cegados, y los mismos
que actualmente pueden navegarse; que el monte isleño que conoció
Lorentz sufrió algunas transformaciones, pues la palma Yatay, por
ejemplo, fué el principal elemento arborescente de las primitivas isle-
tas de madera blanca, los otros elementos arborescentes vinieron
después.
La palma Yatay fué la planta preferida por los indígenas; tenía
EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL DELTA DEL PARANÁ 149
virtudes milagrosas; sus hojas, su corteza ó las raíces era el fetiche
que los preservaría del hambre en las grandes travesías.
Es larga la lista de plantas protectoras; la ibira, los asistía y
defendía de las picaduras de los animales ponzoñosos y la taja, que
era un bálsamo para las heridas, servía también de fetiche de las
pesquerías.
Los datos que he recogido sobre plantas medicinales como sobre
los procedimientos de su aplicación pueden dar motivo para un
extenso capítulo. Ya en cuestiones más personales el interés de los
datos obtenidos no puede ser mayor.
Las viviendas no pueden ser más pobres y sucias, se encuentran
siempre ubicadas en los albardones más altos, sobre las costas de los
ríos; los alrededores de las chozas no presentan indicios de vida ó de
trabajo, es el invariable rincón triste del gaucho montarás: varios
manojos de paja mal entretejidos y peor superpuestos sobre un arma-
zón de ramas; sin arbustos ni matorrales que den leña combustible ó
frescura en la estacion de los calores; ni una rama verde, ni un reto-
ño que anuncie la primavera ó el trabajo: el gaucho bueno está redu-
cido, ya no encuentra la soledad ni la lanura.
Sus hábitos, usos y costumbres muy poco han cambiado, puede de-
cirse que continúan con aquellos que conocieron en sus antiguos
aduares, y en cuanto á la más importante práctica de su vida, la
conciben con el propósito y el ritual que los abuelos observaron.
La organización de la familia del isleño criollo descansa sobre la
base de una unión temporaria; cada carapachayo se atribuye el dere-
cho de tener tantas mujeres como puede, y las mujeres no es extraño
que se cansen del primer hombre y lo abandonen para continuar con
el que mejor las trata, aunque son ellas las que deben trabajar. Vi-
ven, pues, observando el régimen matrimonial que los cronistas del
siglo XVII observaron y deseribieron como propio de las tribus del
Brasil meridional.
Donde se encuentra la influencia de la civilización brasilera es en
las nociones que he podido recoger del sistema de teogonia de los
antepasados de estos mestizos.
Conocieron las personificaciones del catolicismo, el ritual que los
padres misioneres les enseñaron, los principales símbolos, y sobre
todo, las obligaciones que la iglesia imponía á los neófitos de sus
distintas corporaciones.
Á pesar de la influencia que las nociones del catolicismo ejercieron
sobre ellos, no pudieron aislarse de sus preocupaciones sobrena:
150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
turales; fueron, y aun muchos de sus actuales descendientes lo son
fetiquistas.
La luna era la creadora de todos los vegetales, era el mai de todas
las plantas de la comarca; á ella se imploraba la multiplicación de
las palmeras y de la ibira. Ambas especies tenían una importancia
excepcional, la primera les ofrecía los cocos, y de las fibras de la ibira
obtenían las ligaduras con que trataban de impedir la propagación
de ciertas infecciones ó el efecto de las picaduras de los animales
ponzonosos.
Á la luna imploraban también la salvación de la tribu cuando se
se veía rodeada ó amenazada por las aguas del río Paraná; los cerros
de tierra transportada desde muy lejos y amontonada sobre el albar-
dón más firme y elevado, fueron los puntos de concentración y de
salvataje, como lo son actualmente.
Allí, pues, se salvaban todos los seres de la comarca; sobre ellos se
desarrollaron las más horribles escenas de lucha, con las aguas que
continuamente avanzaban y cubrían la elevación y con los animales
salvajes que, en la desesperada huída iban allí también á encontrar
su refugio.
Otras referencias no menos interesantes de las que á grandes ras-
gos acabo de ofrecer podrían dar motivo á extensas consideraciones
que á su tiempo haré sobre la esencia de la vida isleña que, como ha
podido notarse, aun se conserva en muchos casos con sus Caracteres
primitivos, porque en realidad, esos tipos físicos representan por
algunos rasgos á los constructores de los túmulos, y que por sus
mismos usos y costumbres, supersticiones, y los recuerdos de la
epopeya — aunque no sea la epopeya de las cumbres — demuestran
la influencia y las peculiaridades de ese rincón de la tierra argentina.
Museo de La Plata, á 31 de diciembre de 1906.
SOBRE UN NUEVO SISTEMA
DE
COORDENADAS BIPOLARES
POR EL INGENIERO P. DE LEPINEY
El empleo de las coordenadas bipolares presenta ventajas eviden-
tes para el estudio de ciertas curvas, como la lemniscata, los óvalos
de Descartes y, en general, de todas aquellas que pueden engendrarse
mediante operaciones sencillas, refiriéndolas á dos puntos fijos de su
plano. Pero el sistema que se usa comunmente tiene también graves
inconvenientes: el grado de las ecuaciones no corresponde al de las
curvas que éstas representan, los ángulos y las distancias son funcio-
nes generalmente complicadas de las coordenadas de los elementos
correspondientes, mientras que el nuevo sistema que nos proponemos
establecer, no sólo está exento de estos defectos, sino que ofrece otras
particularidades muy ventajosas para la resolución de ciertos proble-
mas : la recta del infinito tiene una ecuación finita y los puntos cíeli-
cos tienen coordenadas reales y de forma muy sencilla. De aquí que
puedan establecerse con facilidad muchas propiedades focales de las
curvas, así como la condición necesaria para que una curva dada sea
cíclica; por ejemplo, para que una curva de segundo grado sea un
círculo. Por esta razón designaremos las coordenadas de este sistema
con el nombre de coordenadas cíclicas.
Las deducimos como caso particular de las coordenadas proyecti-
vas homogéneas, haciendo coincidir uno de los puntos cíclicos del
plano con uno de los vértices del triángulo fundamental y el otro con
el punto- unidad.
152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Sabido es que la razón de dos de las coordenadas proyectivas ho-
mogéneas de un punto P (x, x, x,) puede representarse como razón
anarmónica de haces de rayos (1) esto es
siendo U el punto-unidad y ABC el triángulo fundamental.
Ahora bien, en el caso particular precedentemente definido, ha-
ciendo
53
¡ES
>=
19
=P "== ABP ==
y teniendo presente que, en virtud de un teorema conocido de La-
guerre, «el ángulo de dos rectas multiplicado por 2 === 2) ee
igual al logaritmo neperiano de la razón anarmónica de la cuaterna
formada por dichas rectas y las que van desde su vértice á los pun-
tos cíclicos del plano », tendremos
1. Recta del infinito. — Es la que une los puntos (0, 0) y (1, 1); su
ecuación es, pues
a—y=0.
2. Rectas que pasan por los polos. — Para todos los puntos de una
recta que pasa por A, se tiene 6” = const.; su ecuación es, pues, de
la forma
Y == bo
Análogamente, para una recta que pasa por B
== Un
3. Condición de paralelismo entre dos rectas. — Si las rectas
mx + ny + p=
(1) Véase, por ejemplo, PASCAL, Repertorio di matematiche superiori, t. IL, p. 31.
COORDENADAS BIPOLARES 153
m'x+ny+p.'=0
deben intersecarse sobre
a—Yy= 0
es necesario que
(m+mn)p'— (m' + n')p =0.
4. Ángulos de dos rectas trazadas por cada uno de los polos.
a=0+0'
D=T
200 = 108 »
a
21 = 1
10 02 PE]
(b — Da
Da o = o
2 ia = log ZA
5. Paralela á una recta trazada por un polo. — Por A
D
A NS E n
por B
P
A o
6. Ángulo de dos rectas cualquiera. — Es igual al ángulo de las pa-
ralelas á dichas rectas trazadas por Jos polos.
49) ==
El O A
m—+—>.mn m'+0n'
Za = log . -
— p — p
mn mn”
1 p m'+n'+p'
— 0 —_—_—_— € > ____— o
> m+n-+p p'
1. Condición de perpendicularidad.
pim' L.n' — p”)
ill TK [DM OáAá— o
p'(m +.n+p)
TA
(an —
S. Distancia de un punto á los polos. — Si
A: ABi==
07
154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
sen 6'
sen (0 +07)
y á causa de la fórmula de Eulero
ZA | 92
Eo — e 18
sen 0” = ——_—
DES a Xx E = y E qu — 1.
d e Y YSL,
W x O Y
Análogamente, si
9. Distancia de dos puntos. —
D*=0*, + 2, — 23,5, cos (0, — 0,)
Fig. 1
1904 yy — 1 y (y y y — EZ
Y Y Y E 9 VYY (y — 1) (y coso
d (y = 2) (y —xu') VEZ
Pero
e 0, 02) e 001 — 02)
COS (0, 0)
A O
eu" uU= =p y”
10. Distancia de un punto P al punto medio O de AB. — En virtud
de una propiedad conocida de la mediana de un triángulo
COORDENADAS BIPOLARES 155
p)
pa
0) O) d 0)
PA + PB —> =2D*
Vía + y) (a + y — 2)
24 — y)
al y
11. Perpendicular bajada desde un punto sobre una recta. — La ecua-
ción de la perpendicular bajada desde (x'y”) sobre la recta
mo + ay p=0
será de la forma
(1 — 0) =K(y — y')
debiendo ser K tal que satisfaga la condición del número 7, esto es
0 => Ms 2D) = Y)
y (m+0n +29 —p
e (1y" — yx") (m + n + 2p) = px —y—u'+y).
12. Perpendicular bajada desde un polo. — La ecuación de la per-
pendicular bajada desde A será de la forma
==
con la condición
(m — n + pa = p(1 — a)
bea 1
Dm En 2p
E: y
Análogamente, la perpendicular bajada desde B será
P
Tm E nm E 2p
13. Pie de la perpendicular bajada desde un polo. — Resolviendo el
sistema formado por la ecuación de la recta dada y la de su perpen-
dicular (número 12), resulta para el polo A
a
E e
155 +m+2p
p m->+32n + 2p
4 == — == ===>
m m+mnm-—+]2p
Análogamente para B
P
E IN AO
m+0n + 2p
156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
p 2m+.mn +92p
n m-+0n-+2p
14. Perpendiculares levantadas al eje por los polos. — Para la per-
pendicular levantada desde A, tenemos
evi —1— Y
y= 1
Por consiguiente su ecuación es
15. Perpendicular cualquiera al eje. — Siendo infinitas las coorde-
nadas de los puntos pertenecientes al eje (con excepción de los polos,
una de cuyas coordenadas es indeterminada) no se puede hallar la
ecuación de una perpendicular cualquiera al eje aplicando directa-
mente los resultados obtenidos en el número 7. Hay que considerar
e , , 1
la perpendicular en cuestión como una paralela á » = SÓN=>3* En-
ed dd
tonces se ve que los coeficientes de la ecuación buscada deben satis-
facer la condición
m + n + 2p=0.
Este mismo resultado se habría obtenido expresando que los pies
de las perpendiculares bajadas desde los polos (número 12) sobre
la recta de que se trata, tienen coordenadas infinitas.
Si la perpendicular debe pasar por el punto (+ 'y') su ecuación es :
20 — 1 .
a — ay" 1022 )*
16. Perpendicular al eje en el punto medio de éste. Los ángulos 0 y 0'
correspondientes á un punto cualquiera de esta recta, deben ser igua-
les.
2 Y
E
a +y=l.
COORDENADAS BIPOLARES 157
Puede comprobarse fácilmente que esta ecuación satisface la condi-
ción del número 15.
17. Paralela al eje. — Considerándola como perpendicular á
E
ESa
se ve que los coeficientes de su ecuación deben satisfacer la condición
mL n=
18. Bisectrices de un ángulo. — Sean
=D + 00) Se 10 =>
== 1040 00 e JO == 0
las ecuaciones de dos rectas dadas. Las ecuaciones de otras dos ree-
tas que pasen por la intersección de las precedentes y formen con
ellas un haz armónico serán
(m— KmM)x + (n — Kn )y + (p — Kp') =0
(m + Km)x + (n + KnJ)y + (p + Kp'") =0.
Para que dichas rectas sean perpendiculares entre sí, será preciso
que
(p + Kp) (8 — KS')=— (p — Kp) (S + KS')
siendo
S =m ++) S:' |=23m'+0nn'+p'
S KE = e
Dun”
y las ecuaciones de las bisectrices son
PS
EE —p=0.
a Vi
18. Intersección de una recta con el eje. — La distancia o del polo A
á un punto variable P de la recta
me + wy+p=0
puede calcularse mediante la fórmula
a) UU al)
Y 9
E (0 AEOIOOA EA 2QC£CQ_ E Xx. ——_—— =e
E (myinay+p)
158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En particular si P es la intersección de la recta con el eje AB, el va-
lor correspondiente de 3 se obtendrá tomando el límite de la expre-
sión anterior para y = %, resultando entonces
dd m>+Q0a
Análogamente
A 120
7 o TE
do
: ns
: m a
En las coordenadas cartesianas — es el coeficiente angular y define
n
el punto de intersección de la recta dada con la del infinito ; mientras
Ea E m
que en las coordenadas cíclicas este cociente — define, como vemos, el
n
punto de intersección de la recta dada con el eje AB cuyos puntos
tienen coordenadas infinitas. Lo llamaremos coeficiente cartestano y
entonces diremos que la condición para que dos rectas se encuentren
sobre el eje es que ambas tengan el mismo coeficiente cartesiano.
El coeficiente cartesiano de las rectas que pasan por el punto me-
dio O de AB debe ser igual á la unidad, y efectivamente esto está de
acuerdo con el resultado del número 16.
Dos rectas que tienen coeficientes cartesianos iguales y de signo
contrario separan armónicamente el segmento AB. Puede compro-
barse en particular que esta propiedad se verifica para la recta del
número 16 y la del infinito.
20. Puntos simétricos con respecto al eje ó á4 la perpendicular levan-
tada en el punto medio de éste. — En el primer caso :
0, == Uy
ES
gy dí, == Jl
E, + 1, =
análogamente
Y, EY =1
En el segundo caso
0, =0"s
Ly == Ys
COORDENADAS BIPOLARES 159
Finalmente, si se trata de dos puntos simétricos con respecto á O,
combinando los dos resultados anteriores, se obtiene
dh a == L
da PY, = Lo
21. Curvas cíclicas. — Si una curva pasa por los puntos (0, 0), (1, 1)
es preciso que su ecuación no contenga término independiente y que
la suma de los coeficientes sea igual á 1. En particular la ecuación
de un círculo será de la forma
Ax” + By? + Oxy + De + Ey =0
con la condición
A+B0>+D-+)E=0.
22. Curvas que pasan por los polos. — Si una curva pasa por A es
necesario que una recta cualquiera de la forma
Y = 4
la encuentre en un punto para el cual 1 — w%. La condición necesa-
ria para que esto suceda es evidentemente la misma que la que ex-
presa en coordenadas cartesianas que una curva admite una asíntola
paralela al eje de las zx.
Por consiguiente, igualando á 0 el coeficiente del término más ele-
vado en x en la ecuación de la curva, se obtendrá una ecuación en y,
cada una de cuyas raíces corresponderá á un paso de la curva por el
polo A. En otros términos, la curva pasará por A un número de veces
igual al grado de dicha ecuación en y. De manera que si A es un
yunto PY de una curva del m*" erado, el exponente más alto de x de-
8 , J
berá ser m2,
En particular, siendo
Ax” + By? + Cay + De + Ey 4 F=0
la ecuación general de las cónicas; cuando éstas pasen por A se ten-
drá
== 05
cuando pasen por B
Bi==10:
Por ejemplo, la ecuación de un círculo que pasa por los dos polos es
Cay + Dx + Ey =0
160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
con la condición
OFPD+E=0
Ó sea ay — (E + 1)x + Ey = 0.
La ecuación de una cúbica que tenga un punto doble en A no po-
drá contener términos en «* ni en x?. Si la curva pasa al mismo tiempo
por B no habrá término en y*. La ecuación será, pues
Axy? + By? + Cxy + Du + Ey + FE =0.
23. Círculos. — Para obtener la ecuación general de los círculos de
centro A, haremos (n” S)
- = Const.
)
| (0)
EN
te yy — 1) = K(y — a).
Se comprueba fácilmente que pasan por los puntos cíclicos.
Para círculos de centro («'y*) (n” 9)
y [MEA — | 0 EA 1 =0
(y) A
ecuación de una curva que pasa también por los puntos cíclicos.
Ahora, apliquemos los resultados anteriores á la determinación del
lugar geométrico de los puntos cuyas distancias á dos puntos fijos
están ligados entre sí por relaciones sencillas.
24. Lugar geométrico de los puntos tales que : 1% la suma de los cua-
drados de los radios vectores es constante :
JA 0
(1— y" 1 Y
es un círculo.
2. La diferencia de los cuadrados de los radios vectores es constante :
YA DA
(Es —= 0)" me A Y
es una recta.
3. El cuociente de los radios vectores es constante :
ala — 1)
A TS
al — Y
es un círculo. |
4% El producto de los radios vectores es constante :
COORDENADAS BIPOLARES 161
AY)
=— K
(a — y) E
es una curva de 4” grado que pasa por los puntos cíclicos (óvalo de
Cassini).
3 La suma ó la diferencia de los radios vectores es constante :
A
— Y e— y
Ó A =E yB=K
y+x=—1
Yy—%
siendo A — B =
A + B=2/AB= K?
y+xu0—1_ 2Kyyly —1)
y—x yu
Kiy — 0 (y $2 —1) — 2K[y(y — 1) + e( — 1) =0
(E A 2 O E a A O:
El lugar buscado es una cónica. Teniendo en cuenta lo dicho en el
número 20, se puede comprobar que ella es simétrica con respecto á
AB y también con respecto á la perpendicular levantada á AB en 0.
En efecto las últimas ecuaciones halladas no cambian cuando se pre-
senta x con y, ni tampoco cuando se reemplaza al mismo tiempo x por
(1 — x) é y por (1 — y); esto se ve mejor en la penúltima.
25. La tangente á la elipse ó la hipérbola biseca á los radios focales co-
rrespondientes. — De la última ecuación del número anterior se saca
se
- = MES ML e == 1) (ME de y e Y = 11)
— O = 17 Mare — 1 (6e de Ey de e Sl)
La ecuación de la tangente en un punto (a, £) será pues
(T) (0 a ae = 1) = Me se 1
+ (y — 8) [8(K? — 1) — a(K? + 1) + 1] =0.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 11
162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los radios focales son
40 == Y) Yi == B
por consiguiente, en virtud del número 18, sus bisectrices serán
ala — 1)
40 == 2 a EE v—%00=0
(2 2) a
correspondiendo el signo — á la interna, + á la externa.
Se trata, pues, de hacer ver que la ecuación (P') puede reducirse á
esta última forma. Para esto es necesario que
E? — 1) = UU + 1) + 1 Yala =D) =
= E PE) (E E 1) + BR D)
K(0—8l Vx +=/6=1D)]=(2+8—1)lya(—D)+]vV4(6—1]
dr — 1) + (0 — 1) + 2/ ala — 1) (8 — 1)
a (=p
Pero esta condición estará siempre satisfecha puesto que (x, B)
pertenece á la curva (véase la primera ecuación del número 24, 5%)
con tal de tomar la bisectriz interna cuando se trate de la hipérbola
y la externa cuando se trate de la elipse.
He aquí otras aplicaciones sencillas que podrán dar una idea del
empleo de las diferentes ecuaciones establecidas en los números an-
teriores; á este objeto, las hemos desarrollado alejándonos á veces
del camino más corto para tener oportunidad de comprobar mayor
número de fórmulas.
26. Las tres alturas de un triángulo son concurrentes. — Sea MNP*
el triángulo; lo supondremos en una posición tal que los lados del
vértice P pasen por los polos y que la base opuesta MN sea paralela.
al eje. Sean entonces
==> 0 =D mx + ay +q=
las ecuaciones de los lados, esta última cón la condición
m +.0n=0.
COORDENADAS BIPOLARES 163
Las alturas correspondientes á P, M y N serán respectivamente
Mo = 1
—b= a
a A li)
[2(b — q) — yb] (24 — 1) = a(+ — y — q).
La condición de concurrencia será, pues
2a—1 20—1 b—a
2ab—a—b 2ab—a—b + 2bq —q DO ==30
2ab—a—b—24q + q 2ab—a—b a
pero la tercera fila de esta determinante es igual á la segunda menos
la primera multiplicada por q.
27. Las tres bisectrices internas de un triángulo son concurrentes. —
Consideremos el triángulo formado por el eje y las rectas
2 = 0 1 = Ue
La bisectriz de estas últimas es
aaa = 1) = 19 00 =D) = Dala — 1) -+ ay b(o — == 0
En cuanto á las que corresponden á los vértices A y B, pueden dedu-
cirse de las ecuaciones del número 4, obteniéndose
Yy=4a Jj yaa=1=0
x—b + yb(b — 1=0.
Por consiguiente, la condición de convergencia puede ponerse bajo
esta forma, cuya comprobación es inmediata
yala—=1) —yb(b—1) ln aa =D) == a ==)
0 vb(b—1) va(a—1)yb(b 1) —ayb(b—1) | = 0
AN) 0 —ya(a—D)/H0b=—1)—bya(a—1)
28. Una recta variable PQ, que pasa constantemente por un punto
fijo P, corta en A y A” á dos rectas fijas OD, OD”. El cérculo circuns-
crito al triángulo POA encuentra 4 OD' en B'; el círculo circunscrito
4 POA' encuentra 4 OA en B. Encontrar : 1* el lugar geométrico de
EM= ACA BD.
Pongamos en P y O los polos de nuestras coordenadas y hagamos
164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
(OA) =>
(OA ') P= 1
(PQ) YE.
Entonces
o
(y == n=
y en virtud de lo dicho en el número 22
La “Y — Y AN
(círculo OA P) e ES ana
l
dE) = eh —= A
(círculo OA 'P) a e
LY — % o ek—€
2 ==
O)
( y de — Md += he e
=>
1 , ne(d — 1)
1 AO AN
Deduciendo de ahí la ecuación de BB* y haciendo en ella y = 4,
resulta
a(Qde — d — e) + y(d? -+ e? — 2de) = de? — 2de + d*e.
COORDENADAS BIPOLARES 165
Por consiguiente el lugar buscado es una recta 11”. La coordenada y
de la intersección de esta recta con OA es dada por
UE O
y de=4
Luego, en virtud del número 4, el ángulo IPO debe ser igual 4 DOD'.
2% El lugar del punto M, intersección de la tangente en A al córculo
POA con la tangente en A" al círculo POA '. Para el círculo POA
df
2 Ml = 9) 8
da yl Ss) +8
df
== ==0 1 —= $ ads .
7 al 5) 1
Por consiguiente, la tangente AM es
(2 — d) Ma — 1) — (y — » d(d — 1) =0.
Análogamente, la tangente A'M es
(1 — e) Ha — 1) — (y — M ele — 1) =0.
Eliminando y entre estas ecuaciones, resulta
(1 — d) ele — 1) = (1 — e) d(d — 1).
x no depende de +; luego el lugar de M es una recta que pasa por O.
Vamos á probar que la recta OM coincide con la simétrica OM ' de
PO con respecto á la bisectriz OE de AOA”. En efecto, hagamos
LÓSS, AS AS B tl 6
ON ==00, ADA =>) POE = === Ñ0
ÑN|€
Tendremos evidentemente
AS
POM'=w4=0,+0,
y llamando z á la coordenada de un punto de OM*
pa Pin y PO TO) (d — 1) (e — 1)
2 de
Uso
0 de
29. Propiedades focales de la parábola. — La ecuación de una cóni-
ea que pasa por A y B puede ponerse bajo la forma (n” 22)
xy + Mx + Ny + P =0.
166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Si es una parábola, haciendo «» = y, esta ecuación deberá dar una
solución única.
ESA (M + N)” = 4P
M + a
9)
=
1y -+ Mx + Ny + (
Si el eje es perpendicular á AB, la solución única será x= as
1
xy — Mx + Ny + a 0
con la condición
M+N=-— 1.
La polar de (x,, 4,) con respecto á esta curva será
a(M + Y) + YN + 2.) + Ma, + Ny, + 5 =0.
En particular la del punto (1, 1) será
ij
(7,) Nx + My + =0
q E il
y la de (0, 0) (7,) Mr + Ny + = =0.
e
5
L
La intersección de las dos deberá satisfacer la ecuación
(MEN (Ey +10
Ó a +y=Í1
lo que nos hace ver que el centro está sobre la perpendicular levan-
tada en el punto medio de AB, como era sabido. Pertenece también
á la recta y = E » conforme resulta restando miembro á miembro las
ecuaciones (7,) y (,) multiplicadas respectivamente por M y N
EN,
(ME N]y 270.
td
Las rectas (7,), (7,) cortan á la curva en el infinito y en los puntos
Ey AOS
E WES A
P P
1) N o] M
Lo
ES
lua!
<<
18)
Y
COORDENADAS BIPOLARES 167
Las tangentes en dichos puntos son
(t,) N?x — My + M* — N* =0
(£,) M*x — N*y = 0.
Puede comprobarse fácilmente que la intersección F de t, con t,
(foco) está sobre
do == 9 == Ii
Las coordenadas son
N?
4 == AAA
M? N?
A l a
E o
Para que el foco esté sobre AB es necesario que
M? + N* =0
“te MESE
Efectivamente hay dos parábolas simétricas con respecto á AB que
pasan por A y B y tienen su foco en O.
Para una de ellas tendremos
Sea =+yip=0
la ecuación de una cuerda focal y (a, f), (a f”) sus puntos de inter-
sección con la curva.
a po pe E
== o les Ue EE / yy? 0) 1
E ¿VD + 2p + pp =—¿H VR 2p+
Las tangentes en estos puntos son
0 123 (4 +M + (Y) (— Mi) =0
(E) (¿—2)(4+M+(0—E) (a — Mi =0.
La perpendicular levantada á (F) en el foco es
FI y Ep=0
siendo
,
P
RAE O
168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Se comprueba fácilmente que (t), (t*) y (f”) son concurrentes. Ve-
mos, pues, que definiendo el foco de la parábola como el punto desde
el cual se pueden trazar tangentes que pasan por los puntos cíclicos
(rectas isótropas), resulta que las tangentes trazadas por los extremos
de una cuerda focal cualquiera se cortan en un punta cuya proyección
sobre la cuerda es el foco.
Para comprobar que dichas tangentes son perpendiculares entre sí,
basta aplicar á las ecuaciones (+) y (t') la condición del número 7.
Siendo MON una cuerda focal cualquiera que encuentra á la curva en
M y N, y S el vértice de ésta, las rectas SM y SN cortan á la cuerda fo-
cal perpendicular al eje en dos puntos P y Q cuyas distancias al foco son
iguales á las del eje 4 los puntos M y N. — Se trata de demostrar que
Fig. 3
los cuadriláteros RPON, TMOQ) de la figura 3 son paralelogramos.
Para esto busquemos ante todo las coordenadas del vértice S de la
parábola.
(020
Sk dd
(y 29 +3
y como el foco está en O
po CN 3— 0
Ss 20 5 y)
31— 1
VE AREA
21+3
COORDENADAS BIPOLARES 169
La distancia SO es, pues (n* 10)
O
4
(propiedad cuya demostración directa se encuentra en los tratados
elementales de geometría).
Siendo (z, 8) las coordenadas de N, la paralela trazada por este
punto á AB, es :
DY
y la intersección R de estas rectas con
+ y=
E a—p+
o 2 ==
2
/ LB 0592
E 2
Sea a +y+p=0
£
la cuerda focal MN ; la paralela W trazada á ésta por K será
(p + 2y Ja — (p + 2)Y + PY, — 4.) =0-
Ahora bien, toda recta que pasa por P (considerada como perte-
neciente 4 AB y á W) deberá tener el mismo coeficiente cartesiano
(n* 19). Por consiguiente la ecuación de SP será
| (p +20) (641) —(9+29) 6 —0
(02 — (04 20 + A Ho
0
(p+—=a2a+ Dx —(p +F2—f + Dy +
DI a O
PEN
+
La intersección de esta recta con MN tiene por coordenadas
a—=Pp— 0 ==
las que satisfacen evidentemente la ecuación de la curva. Luego el
teorema está demostrado.
Pasaremos ahora á ocuparnos de algunos puntos un poco menos
elementales para los cuales nos parecen especialmente apropiadas
las coordenadas cíclicas.
170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
30. Sectrices — Se lama sectriz al lugar geométrico de la intersee-
ción de dos rectas que giran con velocidad uniforme alrededor de dos
puntos fijos A y B, que tomaremos como polos de nuestras coordena-
. y ; ó O
das. Suponiendo que — sea la razón de las velocidades (reducida á su
y) z
más simple expresión), como las rectas movibles deben girar en el
mismo sentido, partiendo de una posición inicial coincidente con AB,
tendremos
Poniendo esta ecuación bajo forma entera y simplificando, desapa-
recerá el término de exponente más elevado; la curva es, pues, de
grado y +” — 1. En particular si y =1,v'= 3, se obtendrá una
U
curva de tercer grado (trisectriz de Maclaurin); si y = 2, y' = 3, ésta
será de cuarto grado (sesquisectriz, caso particular del caracol de
Pascal).
Se ve que las sectrices pasan por los puntos cíclicos, y como la
ecuación anterior contiene los factores comunes x é y, (14 — 1), (y — 1),
y veces cada uno, siendo y el menor de los exponentes y y »”, los pun-
tos cíclicos son puntos yP1s,
Haciendo x = const., la ecuación que da los valores finitos corres-
pondientes de y, se reduce al grado y'; luego hay sobre la secante
y 1 puntos cuya coordenada y es infinita; es decir que el punto B
es (y — 1); A es (y — 1)pY,
31. Trisectriz de Maclawrin. — La construcción de esta curva es la
siguiente: sea AB un diámetro de un círculo de centro C; por el
punto medio R de AC se levanta á AB la perpendicular RQ; por A
se traza una secante variable que corta al círculo en N y á la recta
RQ en M, y se toma en direcciones opuestas sobre AM, AT —= MN;
el lugar de T es la trisectriz.
Vamos á hacer ver que la curva así definida es un caso particular
de las sectrices.
Tomemos A y € como polos de coordenadas y busquemos la ecua-
ción del círculo de diámetro AB.
La ecuación general de los círculos que pasan por A, es (n” 22)
COORDENADAS BIPOLARES Eze
y? + 2Nxy + Px + Qy =0
con la condición
1+-2N +FP+Q=0.
Si AB es un diámetro (n” 20) esta ecuación debe subsistir cambian-
do x por (1 — 2) é y por (1 — y).
y —y + 2Nxy — Níxe + y) 0.
Escribamos que este círculo pasa por el punto O ' situado sobre la
2=|:l
recta ax ==*/, y al que corresponde el ángulo 06 =
J,
(0= o ==
x
!
(0
resulta N=-=—1
y —2ay + x=0
como podría haberse visto más directamente aplicando la primera
fórmula del número 23.
Siendo (2, £) las coordenadas de T, las de M y N serán
qe l—É (a
Miy=8
Luego
A E EE E)
ER0 d 249 == Ji d B(4 — 1)
; E A A AS]
d? ta d? d?
172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
3 h AT
es decir teniendo en cuenta los valores hallados para —> etc...:
d
Ll. les 0 ==)
== (281) (e — 1
A E 3 — 3 + 1
en ¿=a De == 98 e 1
Pero haciendo y = 1, '= 3 en la ecuación general de las sectrices,
se obtiene
B pl le — 1
Fig. 5
32. Concoides. — Sean A un punto fijo y P un punto de una curva
dada (0); llevando sobre AP, á uno y otro lado de P, segmentos de
longitud constante, el lugar de los puntos así obtenidos es una con-
3 ] ; sin,
coide de la curva (0). — Designando con la misma letras co acento
; mimitiva,
los elementos correspondientes de la curva yD E S
/ concoide )
=> le
ZA | 07
y” e
Y = ( — =
il d
vy(y—1D)_ Vy(y—1) Ek(y—23)
y—x' y —2
33. Caracol de Pascal. — Es la concoide de un círculo con respecto
á uno de sus puntos. Para establecer su ecuación, consideremos un
círculo de diámetro AC, desde cuyo punto A se trazan cuerdas como
AP, tomando, para obtener el caracol, á uno y otro lado de P, segmen-
tos de longitud constante l. Tomemos como polos de coordenados los
COORDENADAS BIPOLARES 173
puntos A y B, este último entre A y B, y tal que BC = 1. — La ecua-
ción del círculo sea de la forma
y —y + Nay — N (0 + y) =0.
Consideremos sobre este círculo el punto Q cuya proyección sobre
AB es B. Haciendo AD = kd, tendremos
9h — 1
a
la =yAD.d=yk.d
l l
E Y A
Poniendo estos valores de x y de. y en la ecuación del círculo, sale:
1k 1
Ns ai
le
$ LT 1k+1
90 A E
La ecuación del caracol es, pues (n* 32):
Y — 6) Vy (y — 1)
vy (y —1) Ek (y — 4)
— 0%
1
r—y+ en (3=1)
34. Ovalo de Cassim. — Su ecuación hallada en el n? 24, es
xy (0 —1) (y — 1) + kh (2 — y) =0.
Vamos á demostrar que en esta curva las perpendiculares á los ra-
dios focales interceptan sobre la tangente un segmento cuyo punto medio
es el punto de contacto.
Sea P (x, 2) un punto de la curva; las perpendiculares á los radios
focales tienen por ecuaciones :
o 19
m8 = 1
0.
do = ===
22 — 1
las que dan inmediatamente las coordenadas del punto de intersección
W de dicha rectas. — La ecuación de PW será, pues :
o. P f f o
«a o ada EEG ML 7 IOMA. e O o
(a 2) (+ E ) (a 5) pe 1)
y la de su conjugada armónica PU con respecto á AW y 2W:
174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
II A CA O
(e id) ( E E 9 O
Por otra parte, la tangente á la curva en P es:
(1) (ea) [fé — 1) (22— 1) + 2 (2— 8)] +
+ (y — 6) lu (a — 1) (28 — 1) + 2k (4 — a)] =0.
Por medio de las determinantes se comprueba fácilmente que las
rectas PU, (t) y la del infinito son concurrentes, con lo cual queda de-
mostrado el teorema.
35. Transformación por radios vectores recíproco ó inversión. — Las
ecuaciones que definen la inversión con respecto al polo A, son:
y
UN o
0 = de Y" 0" d
siendo pg el radio del círculo fundamental de la trasformación.
De esta última ecuación se saca
Sea : y —y + 2Naxy —N (e + y) =0
un círculo que pase por A y cuyo centro esté sobre el eje polar (n” 33).
Su inversa es:
IN UN Ene
o y (R* + 2NR* — 2N) — 0 (R* + 2R%N) + N =0.
Vemos, pues (n* 15) que: la imversa de un círculo que pasa por el
polo de inversión es una recta perpendicular al diámetro polar.
Para hallar la inversa de un círculo en el caso general, colocaremos
siempre el polo de la transformación en A y elegiremos un segundo
polo de coordenadas B tal que el círculo sea el lugar de los puntos
cuyos radios vectores dan un cociente constante (n” 24, 3%. Entonces
la ecuación del círculo será :
Ax (xr —1)+ By (y —1)=0
y la de su inversa:
A [(R* — 1) y — Rx + 1] [(R* — 1) y — R?x] + BR' (y — ay) =0.
COORDENADAS BIPOLARES 175
Es la ecuación de una curva de 2% grado que pasa por los puntos
cíclicos; no cambia cuando se reemplazan x é y por (1 — 2) y (1 — y).
Por consiguiente, la inversa buscada es un círculo cuyo centro está
sobre el eje AB. La inversa de un círculo cualquiera es otro cérculo, y
los centros de ambos están alineados con el polo de inversión.
36. La inversa de un caracol de Pascal con respecto 4 su polo es una
cónica que admite ese polo como foco.
Aplicando á la ecuación del caracol (n” 35) las formulas de trasfor-
(0) De
mación dadas al principio del n” 35, resulta :
pue + DyVy (y —1) :
E” (y — %) Vy (y — 1) = ky (y — 1)
ly (y — 1) = (k + 1 + R' (y — 0) — 2 (k + 1) R? (y — 3)
Ó sea una cónica. Para que ésta tenga un foco en A, es necesario y
suficiente que sea tangente á las rectas
Ahora bien, las condiciones de tangencia de estas rectas con la
cónica
A AE AB By O
son (*)
e o AL 0 ES 0
BACA: B 1 2) DAS Í 20]
E AL NO E EA E
0 il 0 0 0 1 —1 0
En el caso que nos ocupa:
A 10 A" =R'—K A" =(k + 1)
k*
DS A IL) SA) BRA
Se comprueba facilmente que están satisfecha la condiciones ante-
riores, poniéndolas bajo la forma reducida :
AE = 18
AB AS = 00" 180)
* Véase, V. 9., LAURENT, Traité d' Analyse, t. IL, pág. 11.
Lo)
FOTOGRAFIA EN COLORES
Con la llegada á Buenos Aires de las primeras placas «autocro-
mas » Lumiere, ha vuelto á despertarse en el público el interés por
los procedimientos que permiten reproducir fotográficamente, con
fidelidad más ó menos grande, los colores de la naturaleza, pues estas
placas ponen al aleance de todo aficionado serio la producción de
pruebas fotográficas en colores, con una relativa facilidad. Creo por
lo tanto que no será inoportuno publicar en los Anales unas breves
noticias relativas á las diferentes soluciones que ha tenido hasta hoy
este atrayente problema, pues entre las personas cultas que no se
ocupan de fotografía, pocas hay que hayan tenido ocasión de seguir
de cerca este asunto, y hay muchas, sin duda, que desearían conocer,
por lo menos en sus rasgos generales, por qué camino se ha lNegado
á vencer las dificultades casi insuperables que más de una vez han
hecho creer prácticamente irrealizable la obtención de colores natu-
rales estables en una prueba fotográfica.
Y sin embargo, hace casi cien años, antes de que Daguerre inven-
tara el procedimiento fotográfico que lleva su nombre, en 1510, See-
beck, de Jena, había observado que el espectro solar, actuando sobre
una capa de cloruro de plata preparado de cierta manera, producía
en ella unas coloraciones más ó menos análogas á las del espectro :
faltaba, sin embargo, totalmente, la reproducción del amarillo. Ade-
más estos colores eran efímeros, y desaparecían completamente bajo
la acción de la luz blanca difusa.
Nadie extrañará que, una vez conocido el procedimiento de Dague-
rre, se creyera que se llegaría fácilmente á obtener las pruebas en
colores, pero muy pronto se disipó el primer entusiasmo, pues, á pesar
dle todos los esfuerzos, nunca se encontró la manera de fijar los colo-
FOTOGRAFÍA EN COLORES 7
res. E. Becquerel fué sin duda el que más progresos hizo hacer al
procedimiento por el cloruro de plata, y llegó á obtener reproduccio-
nes más perfectas del espectro solar; después de él Niepce de Saint-
Victor y Poitevin en Francia, Zenker y Krone en Alemania, y otros,
trataron de resolver el problema por el mismo camino, pero el mismo
obstáculo impidió á todos resolver el problema; las imágenes obteni-
das, no solamente no eran del todo fieles al original, sino que de nin-
guna manera podían resistir á la acción de la luz difusa: cualquier
tentativa para fijarlas era vana, y hasta el día de hoy este obstáculo
ha quedado insuperado, si bien se han obtenido notables mejoras,
tanto relativamente á la exactitud de las coloraciones, como en la
inalterabilidad de las pruebas, cuya desaparición á la luz difusa se
ha llegado á retardar con artificios oportunos. Las primeras pruebas
obtenidas por Becquerel eran sobre placas metálicas plateadas, como
las que se usaban para los daguerreotipos; más tarde se obtuvieron
pruebas sobre papel. Entre los últimos que mejoraron este procedi-
: miento recordaremos á De Saint-Florent, Veress, Vallot, ete. Para
imágenes directas con la cámara obscura, el sistema no se presta de
ninguna manera, pues exige una exposición demasiado larga (2 horas
y más, en pleno sol).
Mucho más fecunda ha sido la aplicación del método indirecto
ideado al mismo tiempo, aunque independientemente, por Cros y
Dueos du Hauron, también en los primeros tiempos de la fotografía,
en 1569. El principio en que se funda este método es, que todo color
puede obtenerse por la mezcla, en proporciones convenientes, de tres
colores fundamentales que son : el rojo, el amarillo y el azul. Aunque
este principio, tratándose de colores pigmentarios, no sea del todo
exacto (el blanco, por ejemplo, no puede obtenerse así, y sí sólo por
la mezcla de luces de color), sin embargo, la práctica de la pintura ha
demostrado que es suficientemente aproximado. Estando así las cosas,
si se pueden obtener tres negativos de un mismo objeto, tales que en
el primero hayan actuado todas las radiaciones del objeto, con excep-
ción de las solas rojas, en el segundo todas las radiaciones excep-
tuando las solas amarillas, y en el tercero todas las radiaciones menos
las solas azules, el primer negativo quedará transparente en todas las
partes donde actuó el rojo puro, y más ó menos opaco donde actuó el
rojo que entra en combinación con otros colores. Imprimiendo con
este negativo una imagen con pigmento rojo, se tendrá de golpe un
positivo que contiene todos los rojos, solos ó en combinación, del
objeto reproducido. Análogamente obtendremos los positivos amari-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 12
178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
llos y azules. Sobreponiendo ahora oportunamente los tres positivos
así obtenidos, en cada punto del positivo resultante se tendrá una
mezcla de los tres colores fundamentales en las mismas proporciones
que existían en el objeto, luego será reproducido el color del objeto.
Para obtener el negativo correspondiente al positivo rojo, hay que
excluir toda radiación roja durante la exposición, lo que se obtiene
por medio de un filtro de luz (vidrio de color ó solución de una sal)
verde; para el negativo correspondiente al positivo amarillo, el filtro
debe ser violeta, y para el negativo correspondiente al positivo azul,
el filtro debe ser anaranjado.
Esta es la base del método tricromo propuesto por Cros y Ducos.
du Hauron. Este último no se contentó de enunciar sus principios, y
quiso llevarlos á la práctica, pero tuvo que luchar con dificultades.
enormes, primera entre todas la poca sensibilidad de las placas al
colodio, en uso en aquella fecha.
Con la introducción de la gelatina-bromuro de plata, y el descubri-
miento de Vogel de los sensibilizadores ópticos, Ó substancias que
exaltan la sensibilidad de las emulsiones para uno ú otro color del
espectro, pudo desarrollarse el método trieromo, pero por mucho
tiempo quedó utilizado sólo en parte por los litógrafos como auxiliar
del trabajo de los « cromistas ».
Poco á poco los estudios y las investigaciones de muchos fueron
perfeccionando y haciendo más práctico el procedimiento: el descu-
brimiento de nuevos sensibilizadores ópticos, el estudio de los colo-
res más oportunos para los filtros de luz, los varios métodos ó artifi-
cios imaginados para obtener con cierta facilidad los tres positivos
elementales y su superposición, hicieron siempre más accesible el
procedimiento, y desde hace varios años ya se fabrican industrial-
mente filtros especiales sobre vidrio ó celuloide, se preparan placas
especialmente sensibles á éste ó á aquel color, papeles al pigmento á
propósito para la tirada tricroma, etc. Pero siempre quedaba la com-
plicación fundamental de los tres negativos y de los tres positivos y
lo muy restringido del número de adeptos á la fotografía que podían
dedicarse con buenos resultados al procedimiento tricromo.
Como variantes de este procedimiento, desde su comienzo, Cros y
Ducos du Hauron indicaron otros métodos de síntesis que daban lugar
á imágenes temporáneas obtenidas, por ejemplo, proyectando sobre
una misma pantalla, de manera de sobreponer las imágenes, tres dia-
positivos sacados de los tres negativos fundamentales, á través de
filtros de colores oportunos. Este modo de síntesis ha sido también
FOTOGRAFÍA EN COLORES 179
estudiado y mejorado por Ives, de Filadelfia, quien obtuvo resultados
notables. Se imaginaron aparatos en los que por medio de espejos ó
prismas se obtenía una superposición óptica y temporánea de los tres
positivos (fotocromoscopio de Ives y de Zink). También se obtuvieron
vistas estereoscópicas (estereocromoscopio de Nachet), ete.
Todas estas mejoras y variantes, sin embargo, exigían siempre la
ejecución previa de tres negativos.
El doctor Smith, de Zurich, puso en comercio, en 1905, unas placas
trieromas que llevaban sobre una misma placa tres capas distintas,
de emulsiones cuya sensibilidad, por medio de oportunos sensibiliza-
dores ópticos, era máxima en cada emulsión para cada uno de los
colores fundamentales, y mínima para los otros dos. Las tres capas
eran separadas por películas de colodion que permitían, después de
hecha una exposición única en la cámara obscura y sin filtros cromá-
ticos, separar las capas, revelarlas aparte, y obtener los tres negati-
vos fundamentales.
Con el mismo objeto de obtener un negativo único, simplificando
notablemente el procedimiento, desde 1869, el mismo Ducos du Hau-
ron había emitido la idea de que podría anteponerse á la placa sen-
sible una superficie transparente cubierta de finas rayas alternati-
vamente anaranjadas, verdes y violetas, y observar el diapositivo
obtenido de este negativo á través de la misma superficie polieroma
empleada para hacer el negativo. Esta idea quedó, sin embargo, en
estado de proyecto, hasta que fué realizada en 1895 por Joly, de Du-
blín, y posteriormente por Tripp, quien mejoró la construcción de la
pantalla transparente policroma.
En estos resultados está el germen del actual proceso de los her-
manos Lumiere. Bonacini en su tratado La fotografia dei colori, dice
textualmente : «... Lo schermo potra essere formato, invece che da linee,
da elementi geometrici d'ogmi genere, come quadrati, losanghe, ecc., o anche
da puntl...
<... La regolarita della disposizione non oceorre, se gli elementi colo-
rati hanno dimension cosi piccole, da potersi riguardare come punti.
Sarebbe questo il caso, se si depositasse sul vetro come una polvere finis-
sima e fioccosa di un miscuglio dei tre colori, proteggendola poi con una
VEermice... »
De esto al proceso Lumiere no hay sino un paso. Los hermanos
Lumiere hacen de la placa sensible y de la pantalla trieroma un todo
único. Ésta se obtiene mezelando, en proporciones tales que el resul-
tado sea sensiblemente incoloro, tres clases de polvos teñidos con
180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
materias colorantes especiales, respectivamente en rojo-naranja, ver-
dle y violeta. Estos polvos son constituidos sencillamente por granos
de almidón extraídos de la fécula de patatas, cuyos diámetros varían
entre 15 y 20 milésimos de milímetro. La mezcla casi incolora de los
tres polvos elementales es distribuída en delgadísima capa uniforme
sobre el vidrio que debe constituir la placa, previamente cubierto de
una substancia pegajosa : se obtiene así la pantalla tricroma en la que
cada milímetro cuadrado de superficie representa de ocho á nueve mil
pequeños filtros elementales de los tres colores rojo-naranja, verde y
violeta. Aislada esta capa con un barniz especial, se le extiende enci-
ma la capa de emulsión á la gelatina-bromuro de plata, sensibilizada
lo mejor posible para todas las radiaciones del espectro. Expuesta la
placa del lado del vidrio á la cámara obscura, en todos sus elementos
la luz habrá sido analizada por los filtros policromos elementales, de
suerte que, una vez revelado el negativo, la imagen aparecerá por
transparencia con los colores complementarios á los verdaderos. En
efecto, las partes rojas del objeto, por ejemplo, no han podido actuar
á través de los puntos verdes : éstos quedan, pues, transparentes, y
«donde debe haber rojo, se verán los puntos verdes correspondientes.
Bastará invertir el negativo, transformándolo con tratamientos apro-
piados en positivo, para que aparezcan los colores verdaderos.
Con este procedimiento se obtiene, como se ve, un solo positivo por
cada exposición á la cámara obscura, pero el procedimiento tricromo
está reducido á su mayor simplicidad. Además la ejecución de un solo
negativo en lugar de tres, no solamente es más sencilla, sino que tam-
bién elimina de golpe una de las dificultades más grandes del proceso
tricromo : la de obtener los tres negativos fundamentales exactamente
equivalentes bajo el punto de vista de su densidad, pues de otra ma-
nera en la ejecución de los positivos, viniéndose á alterar la propor-
ción en que entran los colores elementales, se vienen á obtener colo-
raciones finales completamente falseadas. Y que ésta sea una de las
-más grandes dificultades del procedimiento, se comprenderá fácil-
mente cuando se tenga en cuenta que el tiempo de exposición de los
-tres negativos debe ser muy diferente detrás de los tres filtros, pues
la sensibilidad de las preparaciones para las diferentes zonas del es-
pectro, á pesar de todos los sensibilizadores ópticos conocidos y apli-
cados hasta hoy, es siempre muy distinta. En las placas « autocro-
mas » este inconveniente no desaparece del todo, á pesar de que,
además de usar una emulsión especialmente sensible á todos los colo-
res, se amortigiie la acción de las radiaciones más actínicas, colocan-
FOTOGRAFÍA EN COLORES 181
do, delante ó detrás del objetivo, durante la exposición, una pantalla
transparente amarilla (1), pero el hecho de que los tres negativos se
reunen en uno, da por lo menos como resultado que los tres son reve-
lados contemporáneamente exactamente en las mismas condiciones,
lo que es ya una gran ventaja.
Todavía no estaban en comercio las placas de Lumiere, cuando ya
Ramón y Cajal, el célebre neurólogo español, proponía una mejora en
su modo de preparación. Los granos de almidón variamente colorea-
dos que forman el filtro compuesto tricromo, son cuerpos de forma
lenticular, de modo que su espesor, máximo en las regiones centrales,
disminuye en las periféricas, y la intensidad de coloración de cada
grano varía con su espesor, no siendo, por lo tanto, uniforme. Ramón
y Cajal propone, en substitución de los granos de almidón, utilizar la
sección transversal de un mazo de hilos de seda ó de lana previa-
mente tenidos de los colores convenientes y oportunamente mezcla-
dos é incluídos en una masa de celuloide ú otra substancia análoga.
El diámetro de las fibras no pasa de 15 milésimos de milímetro en el
caso de la lana, y de 5á4S en el caso de la seda. Las secciones trans-
versales, obtenidas por medio de micrótomos oportunos, pueden tener
un espesor de pocos centésimos de milímetro, y los puntos coloreados
que se obtienen son más regulares que los de almidón, y tienen, sobre
todo, un espesor constante. Este proyecto no ha sido, hasta la fecha,
utilizado industrialmente, pero otra fábrica de placas, la fábrica Jou-
ela, pondrá próximamente en comercio unas placas análogas á las de
Lumiere, de las que difieren especialmente por la ejecución de la
pantalla tricroma. Por un procedimiento de verdadera imprenta, que
se mantiene secreto, cada milímetro cuadrado de la placa recibe 500
pequeños cuadrados sucesivamente coloreados con los tres colores de
costumbre, verde, violeta y naranja, sin sobreposición ni intervalos.
La pantalla tricroma queda así constituida por una especie de pelí-
cula cubierta de una cantidad de pequeñas rayas de color perfecta-
mente adyacentes, de suerte que no dejan pasar un solo rayo de luz
blanca. Si la pantalla así constituída es menos fina que la de Lumiere,
en compensación es más homogénea por el hecho mismo de su fabri-
cación. El procedimiento de la fábrica Jougla es debido á R. de
(1) Al filtro amarillo podría sustituirse, para simplificar aún el proceso, una
capa de gelatina extendida sobre el dorso de la placa, teñida oportunamente con
una substancia de la coloración requerida, y soluble en los baños que tiene que
soportar la placa.
132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Bercegol, sobrino de Ducos du Hauron : estas placas se pondrán en
comercio bajo el nombre de Omnicolores.
Completamente distinto de todos los anteriores es el método de
Lippmann, hecho público por su autor en 1591. Este método que des-
pertó entusiasmo é hizo creer completa y definitivamente resuelto el
problema de la fotografía en colores, reposa sobre conceptos científi-
cos y deducciones rigurosas. La luz que forma la imagen del objeto en
la cámara obscura, se refleja sobre un espejo de mercurio adherente á
la superficie sensible, y los rayos reflejados vienen á interferir con los
directos formando en el espesor de la capa sensible una serie de cen-
bros de máxima y de mínima acción (vientres y nudos) cuya distancia
queda determinada por la longitud de onda del color correspondiente
á la luz que los ha producido. Revelada la placa, el depósito de plata
se dispone en capas en las regiones ventrales, y no se forma en las
nodales. Las láminas delgadas así obtenidas, separadas entre sí por
una distancia igual á la semi-longitud de onda de la luz correspon-
diente, reproducen después, examinadas por reflexión, bajo una inci-
dencia oportuna, la coloración que las ha originado, por un fenómeno
completamente análogo al de los globos de jabón, á las coloraciones
del nácar, y á los anillos de Newton.
No insisto sobre la preparación de la emulsión sensible, que debe
ser naturalmente transparente, bien sensible á todos los colores, de
grana muy fina, y sobre el uso indispensable de pantallas de color,
que se suceden durante la exposición delante del objetivo para que
todos los rayos actúen uniformemente sobre la placa. La dificultad
de preparación de la emulsión, las dificultades de la exposición (uso
de pantallas de color, y tiempo de exposición, que debe determinarse
para cada pantalla, etc.), la necesidad de usar mercurio perfectamente
puro, etc., hacen ya de por sí poco práctico el método fuera del labo-
ratorio. Si se agrega que aquí también la prueba que se obtiene es
única, que la fidelidad de los colores es relativa, pues siempre tienen
un aspecto metálico antinatural, y, además, son fieles solamente en
una pequeña región central de la placa, donde los rayos atraviesan
casi normalmente la superficie sensible, lo que hace imposible obte-
ner pruebas un poco grandes, se comprenderá fácilmente cómo el
procedimiento de Lippmann, hermosa concepción científica, no ha sa-
lido casi de los laboratorios, y no ha llegado á constituir la solución
práctica del interesante problema que nos ocupa, á pesar de los pri-
meros entusiasmos que despertó en el público.
Para terminar esta breve reseña histórica de la fotografía en colo-
-
FOTOGRAFÍA EN COLORES 183
res, falta decir algo de otras investigaciones que aunque no hayan
dado resultados muy satisfactorios, no carecen de interés. Desde
1889, Liesegang proponía utilizar la propiedad de muchos colores de
anilina, de ser destruídos por todas las radiaciones que ellos mismos
absorben, para preparar una mezcla de tres colores fundamentales,
rojo, azul y amarillo, muy inestables, la que, extendida sobre papel,
é impresionada á través de un positivo en colores, habría reproducido
estos colores por destrucción de todos los otros. Ives y Vallot hicie-
ron experiencias en ese sentido, y en el mismo orden de ideas experi-
mentaron también los hermanos Lumiere, los que concluyeron por
abandonar el procedimiento por las graves dificultades encontradas
(1896). En estos últimos años obtuvo resultados más satisfactorios el
doctor Neuhauss.
En este caso, como en el del subeloruro de plata, la mayor dificul-
tad, hasta ahora insuperada, consiste en fijar las imágenes. Pero qui-
zás en estas experiencias esté la resolución práctica del problema;
ahora que sabemos la manera de producir con cierta facilidad diapo-
sitivos en colores en la cámara obscura, estos métodos permitirían,
una vez perfeccionados, obtener sobre papel cuantas copias se quie-
ran. El número de colores de anilina que prepara hoy la industria,
es enorme : muchos también no se preparan á causa de su misma in-
estabilidad. Sobre éstos especialmente hay que experimentar, y no
parece imposible que pueda conocerse un día alguna substancia, que,
combinándose con los colores, los haga estables sin destruirlos, una
vez obtenida la imagen. Algo parecido pasa ya en la industria de la
tintorería que utiliza ciertas sales de cobre para aumentar la estabi-
lidad de ciertos colores.
ARNALDO SPELUZZI.
Agosto 1907.
MÁQUINA UNIVERSAL DE DIBUJAR
Hoy que la lucha por la vida hace que no sea vana frase el dicho
inglés Time is money, es de la mayor importancia el uso de todo ins-
trumento, aparato ó máquina que, disminuyendo el esfuerzo, físico
mental, permita al hombre producir una gran suma de trabajo en un
tiempo mínimo.
Por esto es que desde que llegó á mi conocimiento la primera des-
cripción de la máquina de dibujar, ésta llamó mi atención, y habién-
dola usado en los tres últimos años, la he encontrado tan práctica que
he creído ser útil á todos los que se ocupan de dibujo técnico, prepa-
rando esta descripción, algo minuciosa, no sólo del aparato en sí, si
que también de diversas operaciones en las cuales he tenido ocasión
de usarla, con gran economía de tiempo, prolijidad y comodidad.
PRINCIPIO FUNDAMENTAL
La máquina está basada en el empleo de dos paralelogramos arti-
culados, muy alargados, A, B, C, D y E, EF, G, K, cuyos lados mayo-
res tienen 45, 60 ó 70 centímetros de largo, según que se trate del
modelo pequeño, mediano ó grande.
La máquina está fijada á la mesa de dibujo por un ancla metálica
firmemente atornillada á ella, y el lado A, B, del primer paralelogra-
mo, conserva una posición constante con respecto al dibujo; siendo
articulado el paralelogramo, sus otros lados pueden cambiar de posi-
ción, dentro de ciertos límites, pero O, D, será siempre paralelo á
A, B, es decir, conservará una dirección constante, aunque su posi-
ción cambie.
MÁQUINA UNIVERSAL DE DIBUJAR 185
El segundo paralelogramo es solidario del primero, por estar los
cuatro vértices O, D, E y F fijados sobre un anillo sólido; y como el
lado GK del segundo paralelogramo se mantiene siempre paralelo al
EF y éste forma siempre el mismo ángulo con AB, fijo, se ve que
como quiera que se mueva la máquina, el lado GK conservará una
dirección constante.
DISPOSICIÓN MATERIAL
Los vértices G y K están ligados á un disco provisto de dos brazos
metálicos H y V, en cada uno de los cuales puede enchufar sea una
escala graduada, sea una regla lisa. Estos dos brazos están dispuestos
en forma tal que, colocadas en ellos las reglas, los cantos de éstas
- formarán entre sí un ángulo recto.
Se ve, entonces, que si, por ejemplo, se dispone las cosas en forma
que la regla H corresponda á la dirección de las horizontales del dibu-
io, y V á la de las verticales, como quiera que se coloque la máquina
sobre el dibujo la regla H dará una dirección horizontal y la V una
vertical, sin que el dibujante tenga que hacer uso de reglas simples,
ni de tes, ni de escuadras; y si hace uso de la máquina provista de
186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
escalas graduadas, podrá trazar las rectas que necesite en la posición,
con la dirección y con la longitud requeridas.
REOTIFICACIONES
Á fin de que el ángulo de las dos reglas sea siempre recto, cuales-
quiera sean las reglas de que se haga uso, éstas enchufan en los
brazos H y V por medio de cuñas susceptibles de un pequeño movi-
miento alrededor de Z, que se hace posible ó se impide aflojando ó
ajustando el tornillo Y.
El disco del instrumento no está fijado directamente á los vértices
G y K del segundo paralelogramo ; es una pieza auxiliar la que llena
esa condición, y el disco está fijado á ella de modo que puede tener
un movimiento de unos cinco grados de amplitud alrededor de un
punto invisible en la figura, colocado debajo del disco y cerca de G,
cuyo movimiento se hace imposible ó se impide aflojando ó ajustando
el tornillo "TP.
DISPOSICIONES ACCESORIAS
El disco del instrumento consta de dos piezas; la inferior está Ji-
gada al segundo paralelogramo en la forma que acabo de explicar; la
superior, que es la que lleva los brazos H y V, puede girar sobre la
inferior, y el ángulo de que gira se mide en la periferia del disco mis-
mo, dividido en grados, refiriéndose á un índice I colocado sobre la
pieza inferior.
Con esto se ve que el sistema de dos reglas (comunes ó graduadas)
puede tomar una inclinación cualquiera con respecto á la posición
fundamental, permaneciendo siempre las reglas perpendiculares entre
sí, cualquiera sea la inclinación que el sistema tome, ó la posición
que ocupe sobre la mesa.
Movido el sistema á una inclinación dada, puede mantenerse en
ella ajustando el tornillo $.
Aun más; para las inclinaciones más comunmente usadas : 30, 45,
60 y 90 grados, la máquina se detiene automáticamente por medio
del resorte R que obra sobre un diente que liga la parte superior á la
inferior del disco.
Cuando deba hacerse uso de inclinaciones diferentes de las arriba
MÁQUINA UNIVERSAL DE DIBUJAR 187
indicadas, se condena el diente fijador por medio de un pequeño per-
no, situado al alcance del dedo, debajo del resorte KR.
Para fijar la máquina á la mesa de dibujo, se puede hacer uso de
un ancla L ó de un brazo de extensión X; cualquiera de ellos debe
ser sólidamente atornillado á la mesa, en forma que no pueda tener
ningún movimiento.
Entre los vértices A y B la máquina tiene un tornillo P. Cuando
la máquina está en trabajo el tornillo P, actuando sobre el ancla ó
sobre la barra de extensión, hace que el anillo C, E, D, F se levante
cosa de un centímetro, y no arrastre sobre el dibujo. Cuando la má-
quina no trabaja, el tornillo P permite al segundo paralelogramo que
descanse sobre la mesa.
APLICACIONES
Trazado de paralelas. — Manteniendo el disco en posición invaria-
ble con respecto á GK, (por medio del diente fijador, si se trata de
alguna dirección fundamental, ó por medio del tornillo de presión S,
si se trata de una inclinación cualquiera), y tomando la máquina de
la manija M con la mano izquierda, cualquiera de las dos reglas se
moverá paralelamente á sí misma, y con el lápiz ó el tiralíneas en la
mano derecha se trazará las paralelas que se desee.
188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Trazado de perpendiculares. — Poniendo una de las dos reglas con
una dirección cualquiera, la otra dará siempre una dirección perpen-
dicular á la primera.
Construcción de perfiles. — Para esto conviene poner la regla gra-
duada Y con la escala de alturas hacia la izquierda, de modo que su
cero esté cerca del disco, mientras que en la regla H la escala de dis-
tancias se pondrá hacia abajo, con el cero lejos del disco. En esta for-
ma, póngase el O de la escala de alturas en el punto de distancia cero
y altura cero, y márquese en el papel la posición que ocupa el cero
de la escala de distancias, que se considerará, durante la operación,
como el cero auxiliar de éstas. Si después se mueve la máquina de
modo que la escala H marque en el cero auxiliar la distancia hori-
zontal correspondiente á un punto dado del perfil, y se señala en el
papel la posición que en la escala Y corresponde á la altura de ese
mismo punto, la señal así hecha marcará en el perfil la posición del
punto deseado.
Así se procede con toda rapidez, marcando los distintos puntos sin
necesidad de trazar ninguna línea.
Construcción de poligonales. — Si las coordenadas de los vértices
han sido calculadas, se trata la poligonal como si fuera un perfil.
Si los lados están dados por su longitud y su rumbo, se hará uso
de las reglas graduadas en combinación con la graduación del
disco.
Construcción de figwras iguales ó semejantes á otras dadas. — Esta
operación se hace fácilmente, suponiendo la figura dada descompuesta
en triángulos, y construyendo los iguales ó semejantes en la figura
que se pide. Si la figura pedida ha de ser igual á la dada, cualquier
regla graduada sirve para el caso. Si ha de serle semejante, se usará
una regla graduada que en los dos cantos tenga escalas que guarden
la relación de las figuras, leyéndose las longitudes en una y trazán-
dolas en la otra sin cambios de cifras; ó bien, si no se dispusiera de
dos escalas en esas condiciones, la reducción se haría por cálculo, lo
que casi siempre se puede hacer mentalmente.
Dibujo topográfico, coordenadas cartesianas, rodeo. — Se trata como
hemos dicho más arriba para las poligonales.
Coordenadas polares, radiación. — Dando á la regla graduada la
inclinación conveniente, por medio de las divisiones del disco, y po-
niendo el cero de esa regla en el centro de radiación, la escala permi-
tirá marcar cualquier punto que con el centro determine la dirección
marcada. Como la graduación del disco sólo va de 0 á 90? en el sen-
MÁQUINA UNIVERSAL DE DIBUJAR 159
tido del movimiento de las agujas del reloj, y de 0 á 45? en sentido
contrario, para cubrir todo el horizonte se procede en esta forma:
Suponiendo que el origen de las direcciones se ponga en la parte
superior de la vertical del dibujo, y que aquéllas aumenten hacia la
derecha, cuando se trate de marcar un punto del primer cuadrante
se tomará la dirección tal como está dada, y poniendo el cero de la
escala V en el centro, se marcará el punto á la distancia correspon-
diente.
Si se trata de un punto del segundo cuadrante, la dirección que se
toma es la dada, disminuída de un recto, y es el cero de la escala H
el que se pone en el centro, para marcar el punto en la distancia
reducida.
Si el punto está en el tercer cuadrante, la inclinación se disminuye
de dos rectos, y poniendo en el centro la distancia reducida de la es-
cala V, se marcará el punto en el cero de ésta.
Por último, si el punto se halla en el cuarto cuadrante, la dirección
se disminuye de tres rectos, y poniendo en el centro la distancia redu-
cida de la escala H se marca el punto en el cero de la misma.
Esta aparente complicación no lo es en la práctica.
Unificación de planos. — Sea en la misma, sea en distinta escala,
la máquina se presta admirablemente para la unificación de distintos
planos, para lo cual se pone sucesivamente cada uno de los planos
parciales sobre la mesa, fijándolo en dirección conveniente por medio
de chinches y procediendo á su copia, reducción ó ampliación, según
el caso.
Cáleulo gráfico. — Para esta clase de trabajo la máquina es de un
valor inapreciable: tomada una dirección en el esquema de la arma-
dura, con un solo movimiento no sólo se traza el lado correspondiente
en el polígono de las fuerzas, sino que al mismo tiempo se obtiene su
longitud en la escala.
Otras aplicaciones. — Las indicadas son las que en la práctica he
tenido que hacer hasta ahora, otras podrá idear cada interesado, ás
medida que su necesidad se le haga presente.
Prolijidad. — Una idea de la prolijidad de la máquina la dará la
siguiente experiencia que hice con el modelo grande :
Rectificada la perpendicularidad de dos reglas, tracé con ellas un
paralelogramo de 60 por 80 centímetros de lado, y medí cuidadosa-
mente las longitudes de los lados y las de las diagonales; en ningún
caso encontré una diferencia que llegara á un milímetro, entre las
longitudes que teóricamente deberían ser iguales.
190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Estos breves apuntes espero que serán suficientes para llamar la
atención sobre un instrumento que considero de suma utilidad en
todas las salas de dibujo técnico. Si eso sucede habré conseguido el
objeto que me propuesto al escribirlos, y me consideraré bien pagado
si otros sacan provecho de ello.
JOSÉ S. CORTI.
Mendoza, septiembre de 1907.
BIBLIOGRAFÍA
Las gramineas de Vera. La enumeración, clasificación i utilización forrajera, por
MARIANO B. BERRO. 1 volumen de 120 páginas, en 8 mayor, Montevideo, 1906.
Esta monografía botánica, de la que no pudimos ocuparnos antes i de la que
sólo daremos una idea hoi, para analizarle más tarde debidamente está dividida
en dos partes. En la primera da nociones para el aprovechamiento de las gra-
míneas i de clasificación botánica; en la segunda enumera i describe las espe-
cies. En aquélla analiza las tierras, el cultivo, la roturación del suelo, la propa-
ción i selección, los forrajes, la utilidad de las gramíneas, su clasificación i
valor forrajero; en ésta, trata de las tribus, panicias, maídeas, orízeas, andro-
pogóneas, falarídeas, agrostídeas, avéneas, clorídeas, festúceas, hordíeas.
Volveremos a ocuparnos debidamente de este trabajo del señor Berro.
Excursión por América : Costa Rica por los señores SEGARRA 1 JULIA. Un
volumen en 8% de 655 pájinas, con numerosas ilustraciones en el testo. San
José de Costa Rica, 1907.
En un estilo llano, a pesar de ser florido, lleno de humour sin perjuicio de ser
filosófico, zalamero a veces, otras incisivo, mordaz, castigat ridendo mores, los
autores, turistas veteranos, nos hacen ver como en un aleidoscopio, o mas bien
en una cinta cinematográfica, la naturaleza, las cosas, los hombres, de nuestra
hermana del norte, la república costarricense.
Nótase en la narración de los señores Segarra i Juliá, esa soltura que sólo da
la práctica del escritor viajero, es decir, orden en el trabajo, clara percepción,
exposición espontánea, todo lo cual hace simpática e interesante la lectura de su
itinerario de viaje.
¿Aciertan en sus apreciaciones ? ¿ Yerran en sus juicios? No podemos decirlo,
pues no estamos en condiciones de juzgarlo, no conociendo aquella hermosa re-
jión de la América Central; pero el tono de manifiesta sinceridad que se destaca
de la obra casi autorizan a creer que no deben haber errado.
Traten los lectores de juzgarlo personalmente.
Para concluir daré una nota curiosa : la existencia de otra Buenos Aires que,
lo confesamos con rubor, inorábamos. Es un pequeño poblado costarricense, que
1192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
actualmente cuenta con 700 habitantes, ique con el tiempo, según los autores
llegará a ser la metrópoli... de la rejión sur de Costa Rica. Se lo auguramos sin-
ceramente : Noblesse oblige.
S. E. BARABINO.
Atomos i astros por VICTOR DELFINO. 1 vol. en 8% menor, «ie 270 pájinas, de
nutrido material, editores F. Sempere i compañía, Valencia. Precio á la rústica,
4 reales.
Este volumen forma parte de la bibloteca blanca que editan los señores Sempere
i compañía, poniendo al alcance aun de los bolsillos más modestos las ideas más
o menos acertadas de los pensadores de las diversas naciones, como Mazzini,
Tolstoi, Renan, Voltaire, Spencer, Schopenhauer, Sudermann, Zola, Haeckel, etc.
Como se ve el trabajo del señor Delfino estará en buena compañía, i por lo
que hemos podido apreciar por una primera lectura, no sin algún derecho a ello.
Se trata de una serie de estudios científicos sobre temas variados 1, por ende,
independientes, que demuestran en su autor erudición i criterio científico poco
COMUNES.
Á los que de lecturas técnicas se complacen recomendamas la obra del señor
Delfino. Hallarán en ella interesantes disquisiciones científicas sobre los proble-
mas más importantes de la física, química, jeolojía, astronomía, etc.
Los lectores no perderán ciertamente su tiempo.
S. E. BARABINO.
Nuevas orientaciones científicas por FERNANDO ALSINA, traducido del ca-
talán. Barcelona, Henrich y compañía, editores.
En un folleto de 150 pájinas, de hermosa impresión, el autor entiende discutir
i refutar no pocos de los principios científicos aceptados hoi día, como las fuerzas
de afinidad, cohesión, repulsión, atracción, polar, etc., 1 establecer nuevas cau-
sas para esplicar el equilibrio de las formas materiales, la razón de ser de sus
combinaciones, metamórfosis, ete., por la influencia de la sustancia etérea en los
procesos de la vida telúrica, por la íntima relación que existe entre los movi-
mientos del éter y los de las moléculas, mediante las funciones naturales de los
tres factores : acuerdo de períodos, diferencia de enerjías i diversidad de formas.
Aun no opinando como el autor, es un trabajo que se lee con gusto.
S. E. Bb.
mea
BIBI IOTECA DE
Alemania
Teftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde,
Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto-
rischen Vereins der 'preussischen Rhina-
-Westfalens,etc., Bonn. —Abhandlungen
heal segeben von Naturwissenschaftiichen
Verein, Bremen. — Deutsche Geographische
-— Blátter, Bremen. -- Abh. der Kaiserl. Leop.
PA Car en cnen edemte der Natarorscher,
. Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges-
ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. —
Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na-
; turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden.
E O — Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig.
) — Mitheilungen aus dem Naturhistorischen
- Museum, Hamburg. — Berichte uber die
—Verhandlungen der Koniglich Sachsischen
- Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. —
- Mittheilungen der geographischen Gesells-
-chaft, Hamburg. — Berichte der Natur-
o forschenden Gesellschaft, Freiburg. — Jahres
z Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El-
-—berield. — Mathematisch Naturwissenschaf-
. tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften
der Phisikalisch — Okonomischen gesells-
chaft, na
$ Australia
Records of the geological Survey, Sydney.
EEN Austria-Hungría
nao des naturforschen des Ve-
_reines, Brúnn. — (Agram)Societe Archeologi-
ches « Croate », Zagreb. — Annalen des K.
o KO Naturhistorischen of Museums, Viena. —
-Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis-
- chen gesellschaft, Wien — Sitzungsberichte
des deutschen naturwissenchaftlich Medi-
—cinischen Vereines fur-Bobhmen, « Lotos »
Vereines, Iglo.
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des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
- Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
- Royale a Bruxelles. — Bull. de
EXTRANJERAS
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Assoc. des Ing. Electriciens Institute Mo
tefiore. — - Liége. y A e
Brasil
Boletim da Sociedade de Geographia, Ri
Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. -
Rev. do Centro de Sciencias.Letras e Artes
Campinas. — Rev. da Federacao de Estudian
tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da: Agri- ,
cultura, $. Paulo. — Rev. de Sciencias, En
dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rev.
do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co=
missao Geográphica é Geologica do Esta
de Minas Geraes, San Joao del Rei. — Co=
missao Geográphica é Geologica, San Paulo.
— Bol. do Observ. Metereológico, Rio Ja=
neiro. — Bol. do Inst. Geographico é Etno-
graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas,
Ouro Preto.
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An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de
Ingenieros, Bogotá. AA
Costarica
Oficina de Depósito y Cange de Publica=
ciones, San José. — An. del Museo Nacional
San José. — An. del Inst. Físico Geográfico E
Nacional, — San José.
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dlungen des Deutsehen Wissenschaftlichen: 4
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Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de
la Marina de Chile, Valparaíso. — Rev. Chi-
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— An. de la Universidad Central del Ecua
dor, Quito.
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y Unión Ibero- ld. Madrid. — Rev. de |
Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica
Industrial. Barcelona. — Rev. Industria. é
invenciones, Barcelona. — Rey. Acs
y Construcciones, Barcelona. — Rev. Minera
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Fotografía, Madrid.
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the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi of Sciences, Ina... ee ing of y
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the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and | Francisco. — Th... ulbrado. 5%
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.— Secretary Board of Commisioners Se- | The Geographical Journal, London. — Bris- she
_cond Geological Survey of Pensylvania, Phi- | tish Association for the Advancement of
ladelphia. — The Engineering and Mining | Science, Glasgow. — The Guaterly Journal ES En
Journal, New York. — “Smithsonians Institu- | the Geological SPIci London. OS
f Concluirá en el próximo número.)
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DE LA 2 N
IEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
ÍNDICE
XXXV* aniversario de la Sociedad Científica Argentila........0ooooooooooooo.... 193
Discurso: del senor Juan B. Ambrosetti.. hase daa seo ie jolla AR 195
ANGEL GALLARDO; Invernada de las orugas del morpho catenarius (Perry).......- 200
EVA coneresor científico lato anericano... 0 a Vo alas a alado cae do aaa ae 204
CARLOS WAUTERS, Zonas de regadío en Tucumán (continuación)...... o. ...... 210
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
LITO
DRA sones y Po
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JUNTA DIRECTIVA
IPRESTdentO: 00.00 ale AN Coronel] ingeniero Arturo M. Lugones
Vicepresidente Ticos ciar Doctor Cristóbal M. Hicken
Vicepresidente iio op. Señor Juan B. Ambrosetti
Secretario de actas. ao Ingeniero Arturo Grieben
Secretario de correspondencia.. Ingeniero José Debenedetti
TESORERO. Lal de cas! INEA AE Ingeniero Luis Miguens
BIDNOteCario. Det Na Ingeniero Federico Birabén
/Ingeniero Francisco Alberdi
Ingeniero Vicente Castro
Ingeniero Julio Labarthe
OCA a Na Ingeniero Domingo Selva
Doctor Guillermo Schaeffer
Doctor Jorge Magnin
vDoctor Horacio Arditi
RA lA da y a Señor Juan Botto
as
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero
José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor
Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero
Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero.
Secretarios : Doctor JuLto J. GATTI € ingeniero EMILIO REBUELTO
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados.
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos.
Los senores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección
Cevallos 269.
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias
Pesos moneda nacional
PORME A A 1.00
PO AO 12.00
Número alrasado..........0.ococcoo omo oo 2.00
— para los socios.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
XXIV" ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
1872 — 28 DE JULIO — 1907
La Sociedad Científica Arjentina, siguiendo una simpática costum-
bre, ha festejado en el Politeama Arjentino el XXXV” aniversario de
su fundación.
Está demás decir que, como en los años anteriores, un selecto nú-
mero de familias acudió a honrar con su alentadora presencia la inte
resante velada de nuestro centro social.
El elemento intelectual, los cultores más considerados de la ciencia
nacional, maestros i estudiantes, llenaban por completo las localida-
des de nuestro vasto coliseo, el cual, con su nueva disposición arqui-
tectónica 1 merced a la artística ornamentación de vistosas flores
naturales i numerosos focos de brillante luz, presentaba un aspecto
imponente i bello a la vez.
Una escelente orquesta de sesenta profesores, bajo la dirección del
maestro Bavagnoli, i los distinguidos artistas señoritas Burzio i Sins,
i señor Taccani, llenaron mui meritoriamente los intervalos musicales
de la velada.
En lo que respecta á la parte científico-literaria, abrió el acto el vice-
presidente 2* de la sociedad, en ejercicio, señor Juan B. Ambrosetti,
leyendo un meditado discurso, que mereció los aplausos de la con-
currencia, i entregando en seguida al señor injeniero Domingo Selva
el premio que le fué discernido por la Sociedad Científica, por su tra-
bajo sobre Edificación en rejiones espuestas a temblores, de acuerdo con
el concurso realizado por la misma.
El señor Selva, después de agradecer mui conmovido el honor que
sele había conferido, entretuvo vivai agradablemente la atención del
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 13
194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
auditorio con un sentido discurso, que fué un himno a la noble profe-
sión del injeniero, tan mal apreciada aún por una sociedad en la que,
por desgracia, prima el interés financiero sobre el científico.
Finalizó la simpática fiesta una interesante conferencia del doctor
Fernando Lahille sobre Los laboratorios de biolojía, ilustrada con nu-
merosas proyecciones luminosas del mejor efecto, la que fué debida-
mente aplaudida por el selecto público oyente.
Va a continuación el discurso del señor vicepresidente 2” (1).
(1) Tanto la conferencia del injeniero Selva como la del doctor Lahille no
han podido ser incluídas en el presente número por habernos llegado tarde. (La
dirección.)
DISCURSO
DEL
VICEPRESIDENTE SEGUNDO SEÑOR JUAN B. AMBROSETTI
EN EL XXXV% ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Señoras,
Caballeros :
Hace 35 años, cuando la república apenas repuesta del enorme
esfuerzo á que la obligó lo cruenta guerra con el gobierno del Para-
guay — y después que esta gran metrópoli acababa de sufrir la
horrible prueba de una de las más luctuosas calamidades que la hizo
despertar de su letargo colonial, para obligarla á encaminarse por la
senda de la higiene moderna que debía bajar su mortalidad á la míni-
ma cifra que ostenta hoy con orgullo — entonces, señores, un núcleo
de estudiantes universitarios apoyaron decididamente la patriótica y
previsora iniciativa de uno de los más jóvenes, el hoy doctor Esta-
nislao S. Zeballos y fundaron la Sociedad Científica Argentina, que
presidió por la primera vez nuestro decano el ingeniero don Luis A.
Huergo.
Desde aquella fecha, el grupo de estudiosos estimulado por la sana
emulación que siempre supo despertar nuestra sociedad, ha ido en
aumento creciente y la producción intelectual efectuada dentro del
país ha alcanzado á una masa respetable en todas las ramas propias
de las ciencias.
Por una razón lógica, la Sociedad Científica hija legítima de nues-
tra alma mater la Universidad de Buenos Aires, vino á ser la here-
dera universal de todos los elementos de valía que salieron de sus
196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
aulas, contribuyendo las facultades con sus profesores y graduados
á llenar el registro de sus socios.
Y ya que entre nosotros, las universidades no han vinculado á sus
miembros fuera de sus aulas, como lo hacen sus hermanas inglesas y
norteamericanas, la Sociedad Científica, por la grata vinculación inte-
lectual que ofrecía á sus asociados por medio de sus conferencias y
publicaciones y por sus múltiples iniciativas, consiguió eso, formando
á través del tiempo y de todas nuestras vicisitudes un fuerte núcleo
de cerebros pensantes, que cual legión de abejas se desparramaron
por nuestro territorio y fuera de él libando en las flores que la natu-
raleza ofrecía para traer á la colmena el producto de sus observa-
ciones y presentarlo elaborado después de hondas y sinceras medita-
ciones.
Desde aquella fecha ¿qué temas de importancia para nuestra vida
de progreso : salubridad, captación de aguas, irrigación, portuarios,
ferrocarrileros y tantos otros no se han desenvuelto, estudiado ó pu-
blicado en el seno de nuestra institución ?
Cuántos trabajos que han enriquecido nuestros conocimientos sobre
la vida y productos de nuestro suelo no son fruto del trabajo paciente
de los naturalistas vinculados á ella : desde las hondas páginas de
Burmeister, las galanas descripciones entomológicas de Berg y her-
manos Lynch Arribálzaga, los trabajos geológicos de Aguirre, Valen-
tin y Bodenbender, las investigaciones biológicas de Gallardo, los
estudios micológicos de Spegazzini, hasta las grandiosas concepcio-
nes de Ameghino ó las fulgurantes páginas darwinianas del doctor
Holmberg.
Y en el campo de las ciencias físicoquímicas, cuánta labor y qué
tesoros de observación encierran los trabajos de Arata, Puiggari, Doe-
ring, Herrero Ducloux, Beuf, Gould, Kyle, Parodi y tanto otros!
Y en las demás ramas del saber humano, cuánto dato y cuánto ma-
terial acumulado!
Nada ha descuidado la Sociedad Científica en su vida de fecundas
iniciativas.
Cuando se dió cuenta que un núcleo de hombres emprendedores
habían montado fábricas, modestas entonces, colosos hoy, y en el
alborear de nuestro período industrial, inició y llevó á cabo las dos
exposiciones, y desde entonces procedió á efectuar visitas á toda nue-
va instalación que significaba ó un progreso para el país ó un mate-
rial de enseñanza práctica para sus asociados.
Nuestro fomento urbano no escapó tampoco á sus Investigaciones
DISCURSO DEL SENOR JUAN B. AMBROSETTI 197
y todos los problemas edilicios y todas sus mejoras que desde aquella
época se han desarrollado sobre la vieja planta de don Juan de Garay,
han sido estudiados ó discutidos con mente serena y sano propósito.
Cuando nuestros límites efectivos, no podían ser alcanzados por el
hombre civilizado porque una densa cortina, de salvajes de desierto
y de misterio detenían el avance del progreso en las viejas fronteras,
la Sociedad Científica comprendió que era necesario iniciar la era de
nuestras exploraciones y adivinando al futuro perito, costeó la pri-
mera expedición del doctor Francisco Moreno á la Patagonia, primer
paso fecundo que debía conducirnos á la conquista real de nuestros
territorios y á hacer efectiva la soberanía de la República dentro de
sus verdaderos límites.
Con esta expedición y con la exploración del túmulo de Campana
y con la publicación de las primeras cartas sobre antigiiedades del
norte de la república de uno de los primeros eruditos argentinos cuyo
nombre deseo sacar del olvido, don Juan Martín Leguizamón, de Sal-
ta, se inician también entre nosotros los estudios de antropología y
y arqueología americana que tanto ha estimulado la Sociedad Cientí-
fica, solicitando conferencias ó trabajos para ser publicados, en los
que se estudian las originales costumbres y lenguas de los indígenas
ó se revelan los arcanos secretos de sus sepuleros prehistóricos.
Nuestra institución en sus treinta y cinco años de vida ha ejercido
una indiscutible influencia de alto y eficaz estímulo en el desarrollo
de la ciencia argentina, recogiendo los elementos dispersos, propor-
cionándoles material bibliográfico, campo de acción para ejercer sus
facultades y á la vez que simples oyentes ó lectores, críticos concien-
zuilos cuya autoridad y saber han podido encauzar la obra comenzada
en provecho general.
La Sociedad ha efectuado, además, obra de extensión universita-
ria : los grandes problemas de las ciencias naturales, físicas y quími-
cas, los nuevos descubrimientos de orden científico, las exploraciones
más importantes, todo ha sido tratado en brillantes conferencias pú-
blicas, proporcionadas por el cuadro de los socios que nunca han des-
mentido su altruismo é inagotable buena voluntad en homenaje á la
institución que nunca dejó un instante de cumplir con los altos debe-
res patrióticos que se había impuesto desde su fundación.
Doscientas diecinueve conferencias, sin contar con innumerables
conversaciones representan una alta cifra por el esfuerzo que repre-
sentan si se tiene en cuenta el desinterés de los conferenciantes, en
su mayor parte de escasos recursos y que la dura lucha por la vida
198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
no les dejaba mucho tiempo disponible para sacrificarlo en aras de
un ideal tan simpático es cierto, pero de ningún resultado práctico
inmediato.
Y sin embargo, esto se ha conseguido y esto ha quedado definitiva-
mente consagrado merced á la labor incesante de nuestra institución.
Pero ha hecho más, en el transcurso de estos largos años, ha esti-
mulado la labor científica de investigación y con el concurso de todos
los estudiosos y con obra paciente ha podido levantar ese monumento
de sesenta y tres volúmenes que se llaman los Anales de la Sociedad
Científica, donde están consignados todos los desvelos, esfuerzos y
resultados obtenidos, desde las especulaciones del matemático, los
cálculos del ingeniero, los frutos del laboratorio del físico y químico,
las revelaciones del microscopio del naturalista, las síntesis biológi-
cas del filósofo, hasta las angustias y sacrificios del explorador, monu-
mento donde todos han colaborado y que es el más completo exponente
de nuestra evolución y cultura científica.
Señores :
Cuando se acaba de recorrer esta historia simpática de lo que puede
la buena voluntad puesta al servicio de altos ideales, el corazón puede
entregarse á gratas expansiones, porque sin orgullos vanos pero sí
con serena satisfacción se tiene la certidumbre de que todos los caz-
20s que gratuitamente se han hecho y se hacen á nuestro país, por
espíritus inconscientes de la verdad, no tienen razón de ser.
Dentro de nuestra corta vida como nación organizada, en la que ha *
sido necesario proveer á todo en medio de las múltiples dificultades y
tropiezos inherentes al estado natural de los pueblos nuevos, no he-
mos descuidado nuestra cultura científica, no!
Hemos iniciado una era de trabajo intelectual ahora treinta y cinco
años y á pesar de todo no se ha interrumpido un solo día, hemos tra-
bajado, continuamos trabajando y trabajaremos siempre, porque así
está ya establecido entre nosotros en una forma definitiva y porque
cuando nuestra patria conquista un laurel para incorporarlo á su co-
rona no se lo deja arrebatar jamás!
Señores :
Cuando llegaron las primeras noticias del desastre que enlutó á
nuestros hermanos de ultra cordillera y aun no se habían apagado
DISCURSO DEL SENOR JUAN B. AMBROSETTI 199
los ecos de tamaña desgracia, nuestra sociedad á fin de contribuir en
su esfera de acción, á mejorar la suerte futura de las poblaciones ex-
puestas á los terremotos, inició un concurso sobre la edificación que
mejor convenía en aquellas regiones é instituyó un premio.
Il ingeniero señor Domingo Selva, nuestro consocio, mereció esa
distinción y en este acto público que por sí solo representa el mejor
de los estímulos ofrézcole esta medalla de oro y este diploma que
acreditan el premio de su labor, ganado en buena ley, haciendo votos
para que el fruto de sus desvelos sea utilizado por quienes tanto lo
necesitan.
INVERNADA
DE LAS
ORUGAS DE MORPHO CATENARIUS (very)
Por ANGEL GALLARDO
A principios de este año me he ocupado en estos mismos Anales (1)
de la metamórfosis de la bella mariposa Morpho Catenarius (Perry),
cuya área de dispersión se extiende por las provincias australes del
Brasil, Paraguay, Misiones, la Mesopotania Argentina y el Uruguay,
alcanzando hasta los alrededores de Buenos Aires, á lo largo de las
barrancas del Río de la Plata, especialmente en Punta Olivos, cerca
de Martínez, partido de San Isidro.
Estoy ahora en condiciones de agregar algunos datos acerca de la
manera en que esta especie subtropical pasa el invierno bonaerense,
que suele ser bastante crudo.
Los ejemplares adultos, puestos en libertad en Bella Vista (B. A. P.)
el verano pasado con el propósito de constituir una nueva estación
de este precioso lepidóptero, no llegaron á poner sus huevos en los
arbustos de coronillo (Scutia buxifolia Reiss.) plantados á fin de su-
ministrar alimento á las orugas. Bien es verdad que sólo había dos
ejemplares femeninos, los cuales probablemente se extraviaron sin
encontrar las plantas de coronillo en el momento de la puesta.
En mayo del corriente año supe con sorpresa por mi amigo Luis
(1) Observaciones sobre la metamórfosis de Morpho Catenarius (Perry), en los
alrededores de Buenos Aires, en Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, tomo
LXIII, p. 52-57, 1907.
INVERNADA DE LAS ORUGAS DE MORPHO CATENARIUS (PERRY) 201
Quirno que ya habían nacido pequeñas orugas de Morpho en la
quinta del señor Aguirre, en Martínez. Mi sorpresa provenía de
haber creído que los huevos puestos á fin de enero y principios de
febrero no harían eclosión hasta la primavera siguiente, como ordi-
nariamente sucede entre nosotros, aun cuando se conocen muchos
casos de orugas que invernan en estado de letargo en los países tem-
plados ó fríos, donde la duración del verano no es suficiente para
permitir el desarrollo completo de las orugas hasta alcanzar el estado
de imagen ó por lo menos el estado de erisálida.
La mayor parte de nuestros lepidópteros invernan, en efecto, en
estado de huevo ó de crisálida ó bien en ambos estados cuando hay
dos generaciones anuales, una que alcanza el estado de imagen en
primavera procedente de las crisálidas que han pasado el invierno y
la otra que pasa la mala estación en estado de huevo produciendo
las imágenes en verano ú otoño.
A fines del mes de mayo, Quirno me obsequió siete pequeñas oru-
gas, de 2 á 3 milímetros de largo, las cuales fueron colocadas en una
de las plantas de coronillo de mi quinta en Bella Vista. Se agruparon
en la cara inferior de las hojas de coronillo, donde quedaron inmóviles
y sin tomar alimento.
Durante el mes de junio soportaron aletargadas temperaturas muy
bajas, hasta de — 5%, según puede verse en el adjunto cuadro, ama-
blemente confeccionado á mi pedido por la Oficina Meteorológica
Argentina, dirigida por el señor Gualterio G. Davis con tanto acierto
y competencia :
Temperatura No de días
Temperatura Lluvia en
LEIDO rs mínima a O milímetros
MA 12.08 — 4.0 4. 10.4
JWINO 4000064000 e 10.12 — 5.0 6 65.0
SO o: 9.7 — 0.5 3 29.8
AgOst0.......... 10.03 — 2.0 1 47.8
Septiembre ...... 11.87 — 0.1 1 47.3
Ochubr 15.52 + 0.3 0 33
Los datos anteriores se refieren á la estación meteorológica del
Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria de la Chacarita, dis-
tante unos 20 kilómetros de Bella Vista, donde las condiciones cli-
matéricas son sensiblemente las mismas.
Las siete orugas continuaron durante el mes de julio, en el cual la
temperatura fué aún más baja que en junio, aunque no se alcanzaron
202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
temperaturas tan extremas, pues la mínima sólo fué de — 0.5 y el
termómetro llegó ó bajó de 0% únicamente tres días. Las orugas
aumentaron ligeramente de largo, á pesar de que no se notaba en el
borde de las hojas que se hubieran alimentado.
Después de las lluvias sobrevenidas en el mes de agosto encontré
sólo tres orugas vivas; las otras cuatro debilitadas por la invernada
fueron probablemente arrastradas por la lluvia ó volteadas por el
viento.
El 1” de septiembre quedaban las orugas reducidas á dos y sólo
á una á fines del mismo mes.
La mortalidad durante la hibernación ha sido, pues, muy fuerte,
no sobreviniendo más que una sola de las siete orugas, es decir que
la pérdida fué de seis séptimos ó sea algo más del 85 por ciento.
La oruga sobreviviente ha comenzado á crecer con rapidez du-
rante el mes de octubre, notándose muy comidos los bordes de las
hojas en cuya cara inferior continúa abrigada. Espero que podrá
seguir sin inconvenientes su metamórfosis, transformándose en eri-
sálida á mediados de diciembre para alcanzar el estado de imagen
en enero del año próximo (1).
Estoy convencido que la mortalidad sería mucho menor si la in-
vernación de esta especie tuviera lugar en estado de huevo ó de cri-
sálida, de vida latente, y creo que la actual forma de pasar el in-
vierno como orugas aletargadas, expuestas á tantas contingencias,
representa un estado de adaptación imperfecta de la especie á las
nuevas condiciones climatéricas encontradas en esta extensión aus-
tral de su habitat normal. En las regiones más cálidas y más cen-
trales de su área de dispersión la benignidad de los inviernos no pro-
ducirá sin duda tan fuerte mortalidad como entre nosotros y aún es
probable que las orugas no se aletarguen más que ciertos días fríos,
pudiendo alimentarse y reponer sus fuerzas durante los días tem-
plados.
Transportado á la costa bonaerense, probablemente por las co-
rrientes fluviales en épocas de crecientes y conjuntamente con las
plantas de coronillo que lo alimentan, el Morpho Catenarius ha co-
menzado á adaptarse al clima más frío de esta región en las abri-
(1) Mi previsión no ha sido confirmada por los hechos porque la oruga ha
muerto probablemente por la fuerza del sol. Lo mismo ha sucedido con otras
que transporté de Martínez, pues en Bella Vista el sitio no es tan sombreado
como en Punta Olivos.
INVERNADA DE LAS ORUGAS DE MORPHO CATENARIUS (perrY) 208
gadas anfractuosidades de la barranca de Punta Olivos donde se
detuvieron los camalotes que lo traían.
Allí la mortalidad parece en efecto ser menor; pero llevadas las
orugas á las lomas ventiladas de Bella Vista la invernada se ha
hecho en peores condiciones que en Martínez.
Si se consiguiera una generación más retardada ó más precoz po-
dría obtenerse una aclimatación más perfecta de la especie.
Supongamos, por ejemplo, que los adultos aparecieran en marzo,
en vez de enero, los huevos por el descenso de la temperatura otoñal,
no podrían hacer eclosión y pasarían el invierno en vida latente hasta
la primavera próxima.
Si algunos individuos nacen accidentalmente con retardo pueden
constituir el origen de una raza que inverne en estado de huevo, la
cual sufrirá una selección menos severa por parte de las inclemen-
cias invernales y podrá así predominar sobre aquellas que invernan
como orugas, hasta sustituirlas completamente, realizándose de esta
manera una perfecta adaptación á las nuevas condiciones de exis-
tencia originadas por el transporte á una región más fría.
Análogamente si se adelanta artificialmente la salida de los adul-
tos hasta octubre ó noviembre podrá producirse el desarrollo com-
pleto de las orugas durante el verano, mientras las crisálidas pa-
sarán el invierno para dar una nueva generación de adultos en la
siguiente primavera.
Me propongo realizar este experimento el año próximo criando las
orugas durante el invierno en un invernáculo para evitar el letargo
invernal y conseguir así las imágenes en primavera ó comienzos del
Verano. :
Por este procedimiento espero obtener una evolución más de
acuerdo con las condiciones de nuestro clima y se habría: realizado
con ello la adaptación experimental de una forma entomológica muy
interesante.
IV” CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO
(10 PAN-AMERICANO)
QUE SE REUNIRÁ EN SANTIAGO EL 1% DE DICIEMBRE DE 1908 (1)
La comisión directiva de este cuarto congreso científico americano,
que tendrá lugar a fines del próximo 1908 en Santiago de Chile, se ha
dirijido por nota a la Sociedad Científica Arjentina solicitando su
concurso en términos que obligan nuestra gratitud.
Nos es grato dar publicidad a la amable nota mencionada porque
ella honra más aún á la comisión directiva que la produjo que a nues-
tra sociedad, que tan benévolos conceptos le ha merecido.
Cuarto Congreso científico. Primero
Pan-americano. Comisión directi-
va. Universidad de Chile. Secreta-
ría jeneral. Casilla 1173. Direc-
ción telegráfica: Concienpan (San-
tiago de Chile).
Santiago, a 12 de octubre de 1907.
Al señor presidente de la Sociedad Científica Arjentina.
Buenos Aires.
La comisión organizadora del cuarto Congreso científico 1 primero
pan-americano, que se reunirá en Santiago del 1% al 10 de diciembre
(1) Creemos escusado recomendar á nuestros consocios su adhesión personal i
concurso intelectual a este cuarto congreso científico, de manera que la contri-
bución arjentina no desmerezca en este nuevo certamen continental americano.
IV? CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 205
de 1908, acordó por unanimidad, en sesión celebrada el 5 del corrien-
te, invitar, especialmente, a la Sociedad Científica Arjentina a tomar
parte en los trabajos de dicho congreso.
Ha celebrado este acuerdo la comisión en mérito de haber sido la
Sociedad Científica Arjentina la iniciadora de estos congresos, que
tan positivos resultados han dado para el adelanto de la cultura inte-
lectual de los pueblos de este continente 1 para el afianzamiento de
los lazos de amistad 1 solidaridad que los deben siempre unir: i, por
lo que a mi toca, me complazco en comunicarlo á usted a fin de que
por su elevado conducto llegue á conocimiento de la institución que
usted tan dignamente preside.
La actuación pan-americana que revestirá el próximo congreso lo
señala, por este solo hecho, a la atención de todos los que se intere-
san, de un modo cierto, en formar en este continente una mentalidad
americana con líneas definitivas i tendencias propias, capaz por sí
sola de dar solución a muchos problemas que, por ser netamente
de índole americana, han menester ser estudiados i resueltos con
la ayuda de datos de carácter, por decirlo así, rejional i teniendo
en cuenta principios adaptados al medio en que van a ser apli-
cados.
Las ventajas vinculadas a la asociación de los pueblos americanos
para estudiar en común los problemas que á todos les afectan, sería
título suficiente para recomendar el próximo congreso como una obra
destinada á dejar huella permanente i fecunda; pero á esas ventajas
hai que agregar las no menos ciertas que se derivan del acercamiento
intelectual de pueblos que por desgracia, hasta hace mui poco tiempo,
vivían observándose, recelándose mutuamente, perdiendo de este
modo enerjías que utilizadas en provecho común, darían, ciertamente,
opimos frutos de progreso moral, intelectual i material a los países
del nuevo mundo.
La presencia de la Sociedad Científica Arjentina en las sesiones
del futuro congreso será un motivo de viva complacencia para la co-
misión organizadora, pues el prestijio que lejítimamente ha adquirido
ella, la coloca en situación de cooperar con brillo a la obra de progre-
so 1 solidaridad americana, que constituye la divisa de la asamblea
en preparación, divisa que, igualmente, guió a aquella sociedad cuan-
do el año 1898, con ocasión de su jubileo de plata, se empeñaba en
reunir a los países latino-americanos en un congreso científico, fué el
punto de partida de los que tuvieron lugar, posteriormente, en Mon-
tevideo i Río de Janeiro.
206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Me es erato incluir a la presente las bases 1 programa del futuro
CONYTESO.
Oportunamente, i una vez recibida la adhesión de la sociedad, de
la cual es usted distinguido presidente, le serán comunicados los
cuestionarios, resoluciones i en jeneral, los resultados de los trabajos
llevados a cabo por la comisión directiva.
Con sentimiento de alta consideración, saluda a usted 1, por su con-
ducto, a las señores socios de la Institución que usted preside, su ob-
secuente servidor.
VALENTIN LETELIER,
Presidente.
Eduardo Potrier,
Secretario jeneral.
BASES Y PROGRAMA
Art. 1%. — Con arreglo á lo resuelto por el tercer Congreso latino-
americano de Río de Janeiro, se reunirá en la ciudad de Santiago,
bajo los auspicios del gobierno de Chile, el cuarto Congreso cientí-
fico (primero pan-americano), en el mes de diciembre de 1908.
Su inauguración se verificará el día primero de dicho mes de di-
ciembre y su clausura diez días después.
Art. 2% — Los trabajos de organización y funcionamiento del cuar-
to congreso quedan á cargo de una comisión directiva, compuesta :
1% de los miembros nombrados por el tercer congreso, en asamblea
plena de 16 de agosto de 1905; 2” de los miembros elegidos por la
misma comisión.
Art. 3% — La comisión directiva elegirá la mesa que ha de presi-
dir sus trabajos, la cual se compondrá de un presidente, dos vicepre-
sidentes, un segretario general, uno ó dos proseeretarios, un tesorero
y un vicetesorero.
Habrá asimismo, los intérpretes, oficiales de secretaría y demás
empleados que se juzguen necesarios.
La mencionada comisión nombrará los presidentes honorarios que
tenga á bien.
Art. 4%. — La comisión directiva se subdividirá en subcomisiones,
cada una de las cuales se compondrá de un presidente y dos vocales
nombrados por ella.
IV CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 207
Art. 5”. — Son atribuciones de la comisión directiva :
1” Llevar á efecto la realización del cuarto congreso y representar-
lo ante el gobierno de Chile y ante las universidades y demás corpo-
raciones científicas, nacionales ó extranjeras;
2% Nombrar en las capitales de los estados americanos comisiones
encargadas de coadyuvar á la realización del congreso, de formar la
lista de personas á quienes haya de invitarse á tomar parte en sus
trabajos, de procurar la adecuada representación de sus respectivos
países y de indicar las cuestiones que, por su manifiesto interés ame-
ricano, hayan de ser sometidas al congreso;
3” Acordar los gastos y aprobar las cuentas antes de ser presenta-
das al tribunal respectivo :
4” Organizar el cuestionario definitivo, de acuerdo con los traba-
Jos presentados por las subcomisiones ;
5 Formar la nómina de los miembros del congreso, en conformidad
con lo dispuesto en el artículo 10;
6” Nombrar los relatores que sean necesarios para exponer, ante
las respectivas secciones, el estado de la cuestión en los temas ofieia-
les que considere de especial interés.
Art. 6%. — Elegida que sea la mesa directiva del congreso, la co-
misión suspenderá el ejercicio de sus funciones, para reasumirlas
cuando el congreso haya sido clausurado. Tomará, entonces, á su cat-
go, la publicación de los trabajos presentados y enviará poderes su-
ficientes á los miembros de la nueva comisión que se nombre para
organizar el quinto Congreso científico americano.
Art. 7%. — Las subcomisiones á que se refiere el artículo 4* corres-
ponderán á otras tantas secciones del congreso, y serán las siguientes :
1* De matemáticas puras y aplicadas ;
2% De ciencias físicas;
37 De ciencias naturales ;
4” De ingeniería;
5” De ciencias médicas é higiene;
6* De ciencias antropológicas ;
í" De ciencias jurídicas y sociales ;
3* De ciencias pedagógicas;
9* De agronomía y zootecnia.
Cada una de estas subcomisiones podrá subdividirse en dos ó más
cuando lo juzgue necesario. Asimismo, podrán dos ó más de ella re-
unirse en una sola.
Art. 8 — A cada una de las subcomisiones incumbe :
208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
1” Organizar el cuestionario de la respectiva sección ;
2 Formar la nómina de los miembros de la misma;
3% Recibir y clasificar los informes, estudios y comunicaciones que
se envíen á la sección y designar el relator que deba dar cuenta al
Congreso de las conclusiones adoptadas por ella;
4 Cuidar de que se dé cuenta de los trabajos que se la envíen y
que no hayan de ser leídos por sus autores;
5% Instalar la respectiva sección ;
3 Recibir de la sección correspondiente los trabajos y ordenarlos
para su publicación.
Art. 9%. — El congreso se reunirá dentro de los tres días anteriores
al de su inauguración, á fin de aprobar su reglamento interior y ele-
gir la mesa definitiva.
En estas reuniones preparatorias funcionará la mesa de la comisión
directiva.
Art. 10. — Serán considerados miembros del congreso :
1% Los delegados oficiales de los países que concurran;
2% Los delegados de las universidades, institutos, sociedades y
centros científicos, tanto nacionales como de otros países de la Amé-
rica;
3 Las personas que concurrieron al congreso invitadas por la co-
misión directiva, á propuesta de las respectivas subcomisiones ó de
las comisiones de los respectivos países ;
4 Los adherentes al congreso que contribuyen con la cuota de
una libra esterlina (£ 1) y sean aceptados por la comisión direc-
tiva.
Art. 11. — Todos los miembros del congreso tendrán derecho á
concurrir á las sesiones, á tomar parte en los debates y á un ejemplar
de las publicaciones que se hicieren por la comisión directiva.
Art. 12. — El pago de la cuota á que se refiere el número 4” del
artículo 10, se hará efectivo al tesorero de la comisión directiva, pre-
via nota de la secretaría general ó de las respectivas subcomisiones
y antes de expedirse la respectiva tarjeta de incorporación.
Art. 13. — De las sesiones plenas que celebre el congreso serán
solemnes las de su inauguración y clausura.
Las subcomisiones celebrarán, por separado, las reuniones que cre-
yeren necesarias para la discusión de los asuntos á ellas sometidos.
Art. 14. — Podrán ser nombrados miembros honorarios del cuarto
congreso los americanos de notoriedad científica que para esta distin-
ción sean propuestos por la comisión directiva.
IV CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 209
Art. 15. — Los trabajos para el congreso serán recibidos hasta el
día 30 de septiembre de 1908.
Los autores que no hayan alcanzado á enviar oportunamente sus
trabajos, deberán remitir á la secretaría general, el título de los mis-
mos dentro del término fijado.
Artt. 16. — Cada subcomisión señalará, oportunamente, los puntos,
instituciones ó establecimientos especiales en que hayan de verificar-
se las visitas y excursiones que deban hacer los miembros del con-
greso, é indicará los medios de realizarlas.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 14
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMAN
MEMORIA PRESENTADA AL CONGRESO CIENTÍFICO LATINO AMERICANO
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 211
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49 | 32*| 64*| 96*1128 [160 [191 [223 (254 [285 [316 (347. [377 [108 [438 [168
0.50 | 32*| 647| 96*/128* (1607/1192 (224 [255 (286 [318 [348 [379 (410 (440 l471
51| 32*| 65 | 97 (129 [161 (193 225 (256 [288 319 [350 [381 [412 443 [473
52 | 327| 65% 917130 [162 [194 (226 [258 (289 [321 [352 (383 [414 [145 [£75
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54 | 33 | 66 | 98*[131 [163*/196 (228 [260 [292 [324 (355 [386 (418 [449 [480
0.55| 33*| 66*| 99 [1317/1164 [197 [229 [261 [293 [325 [357 [388 [420 451 (482
56 | 33% 66*| 99*1132 [165 [19771230 [262 (294 [326 (358 [390 [422 (453 (184
57 | 33*| 66|100 [133 [166 [198 [231 [263 (296 [328 [360 [392 |123 (455 (186
58 | 33*| 67 (100% 133*166*199*/232 [265 [297 [399 [362 [394 (125 [157 189
59 | 337| 67*[100*[134 [167 [200 [233 266 (298 [331 [363 (395 [427 [159 (191
0.60 | 33*| 67* 101 [1347168 [201 (234 [267 (300 [332 [365 [397 [129 [461 [493
61| 34 68 [LOL*[155 [168*(202 [235 [268 301 [334 (366 399 (431 (163 (495
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63 | 34*| 68s/102*1136 [170 |2037/237 l270 [304 [337 [370 [102 [435 [467 [500
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66| 347] 69*/103*/138 [172 206 [240 274 [307 [341 (374 (407 [140 [473 506
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79 | 36*| 7251109 [145 [181 [217 252 (288 (323 (359 394 (429 1464 [199 (533
0.80 | 36*| 73 [109*145* 18172177253 289 [325 [360 (395 (431 (466 [501 (535
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212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 105 (EN LITROS) PARA ALTURA DE :
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87 | 37%] 74* 1112 [149 |186 [223 [260 (296 [333 [369 [405 [449 [478 (513
88 | 37%] 75 ¡112* (1498187 [224 [261 (297 [334 [371 [407 |443 [479 |515
89 | 37% 75%113 (150 [18722472617 298 [335 [372 [408 (445 [481 [517
0.90 | 37% 75"113*[150* 188 (225 [262 [300 (336 (373 [410 [446 (483 519
91/38 | 75*1113"(151 (189 226 (263 [301 [338 [374 ¡411 [448 [484 |521
92| 38*| 76*/114 [152 [189*/227 (264 [302 [339 |376 |413 |449 |486 [522
93 | 38% T6*/114* 152*/190 [(227*/265 [303 [340 [377 [414 [451 [488 [524
94 | 38*| 76"[114*/152* 190% 228 (266 |304 [341 [378 [415 ¡452 |489 |526
0.95| 38%] 76*115 [153 [191 (229 (267 [305 [342 [380 |[417 (454 [491 [528
96 | 38%| 77 (115*/1153* 192 [230 268 306 343 [381 (418 [156 493 [530
97 | 38"| 77* (1159/1154 (192 [230*/269 [307 [344 |382 1420 (457 [495 [581
98 | 38%] 777116 [1549193 (231 [2697308 |345 (383 [421 [159 [496 |533
99| 39 | 77*/116"(155 1193*/232 [270*1309 [347 |385 (422 [460 [498 [1535
1900 | 39*| 78 (117 [155% 1194 [233 [271 [310 [348 [386 [424 [462 [499 [537
01| 39% 78*117*156 [195 [233%272 (311 [349 [387 (425 [463 [501 [538
02| 39*| 78"[117* 156$/195%/234 [273 [312 [350 [388 (426 [465 [502 [540
03| 39*| 78*/118 [157 [196 (235 [274 [313 [351 [389 [428 |466 |504 |54
04 | 39*%| 79 [118* 157*/197 [236 (275 [314 (352 [391 [429 |467 |506 [544
1205 | 397| 79*(118* 158 |197*/236"/275"[3147/354 [392 [431 [469 [507 [545
06| 39*| 79*/119 (158*/198 [237 [276 (315 [355 [393 [432 [470 [509 |547
07 | 40 | 79*1119*1159 [198% 238 (277 [3167 356 [394 [433 [472 [510 |549
08 | 40*| 80 [120 [159%/199 [239 [278 [317 (357 |396 (435 ¡473 [512 [551
09 | 40*| 80*[120* 160 |200 |239*/279 [318 [358 [397 (436 [475 [514 [552
1910| 40*| 80*1120"/1160"/200%/240 [280 (319 (359 [398 |437 |476 (515 |554
11| 40*| s0*/1121 [161 201 [241 [281 [320 [360 (399 [439 [478 |517 [556
12| 40%] 81 [121*1617/201*|[241%/2817/321 [361 ¡400 [440 [479 [518 |558
13| 407| 81*[121%/162 [202 [249 [282 [322 [362 [402 [441 |481 [520 [559
14 | 40% 81*[1292 [1624203 [243 [283 [323 ¡363 [403 |443 |482 [522 [561
1915| 40% 81"(122*/163 (203*/244 [284 [324 [364 [404 [444 [484 [523 |56
16| 41 | 82 [123 ¡163*/204 [2447/9285 [325 [365 [405 ¡445 [485 [525 [56:
17 | 41% 82*1123* 1164 |[2047/245 [285%/326 |366 [406 |447 [486 |526 |56
18| 41% 82*1123*/164*/205 (246 |286 ¡327 [367 (408 [448 |488 (528 [56
19| 41%] 827112391165 [206 |[246*/287 (328 1368 [409 |449 |489 [529 |56
1920 | 41%] 82*/124 [165*/206*/247 [288 [329 [370 [410 [450 [491 [531 [571
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 213
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 1705 (EN LITROS) PARA ALTURA DE :
E
ES
H
0105 (374 [396 [417 [459 [460 [480 [501 [521 [541 [561 [581 (601 1620 (639 (658
6 [378 [399 [421 [443 (464 [485 [506 [526 [546 |567 [586 [606 (626 645 [664
7 (381 (403 (425 [447 [468 [489 [510 [531 [552 [572 [592 (612 [632 |651 (671
8 [384 [406 [428 |450 [472 [493 (515 [536 [557 [577 (598 (618 [637 |657 1677
9 (387 (410 [432 (454 [476 [498 [519 (540 [562 (582 (603-1623 (644 [663 1683
0.10 ¡390 (413 (436 (458 [480 [502 [524 (545 [566 [587 (608 [629 [649 |669 |690
11 [394 (417 [439 [462 [484 (506 [528 [550 [571 [592 [614 [634 [655 (676 [696
12 (397 ¡(420 [443 (466 [488 (510 [532 [554 [576 [598 [619 (640 |661 |681 1702
13 [100 [423 [446 [469 [492 (515 [537 [559 [581 [603 [624 [645 [667 [687 1708
14 (403 [426 [450 |473 |496 [519 [541 (564 ¡586 [608 ¡629 [651 ¡672 (693 1714
0.15 [406 (430 (453 (476 [500 [523 [545 [568 [590 [613 [634 [656 [678 [699 [720
16 |409 |433 (457 [480 [504 (527 1550 (573 [595 [617 [640 [662 [683 [705 |726
17 [412 (436 [460 [484 (507 [531 [554 [577 [600 [622 [645 [667 [689 [711 (732
18 [415 (439 [463 [487 [511 [535 (558 [581 [604 [627 [650 |672 [694 [716 [738
19 [418 (442 [467 [491 (515 [539 (562 [586 [609 (632 (655 [677 [700 [722 (744
0.20 [421 [445 [470 [494 [519 (543 [566 [590 [613 [636 [660 [682 (705 [727 (750
21 [424 (449 [473 [498 [522 [547 (571 (594 |618 [641 [665 [687 (710 (733 [755
22 (427 1452 [477 (501 (526 [550 (575 (599 |622 [646 [669 [693 [716 (738 [761
23 (430 (455 [480 (505 [530 [554 (579 [603 [627 [651 [674 [698 [721 1744 1767
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214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 105 (EN LITROS) PARA ALTURA DE :
E
E Ss = O A ES: ES ES S E] ES a|3á |
E A A E LS oe StANS SIS ES
[an
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53 (508 [539 [569 [599 (629 [659 [689 [718 [748 (777 [806 [835 [864 (892 [920
54 (511 [541 [572 [602 [632 [662 [692 [722 [751 |781 [810 [839 [868 [897 [925
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 215
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 1%05 (EN LITROS) PARA ALTURA DE :
Hidrómetro
0m]18
0m19
0m20
(m21
0m22
0m23
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0m25
0m26
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0129
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| : 1008 1042
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(89)
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216
Hidrómetro
S [=>] ==
Ro Pp Rep0€<00N€ y.) yO NDNDN0NDNDN.DDNDNDION
FR? 0NA SO SO0.0< SO 3. BP?oO0oDR?. O 0 1 SO) 3. Po0npuNRñaSo
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 1%05 (EN LITROS) PARA ALTURA DE:
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1003
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1016
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1029
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1000
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1197
1204
1212
1220
1228
1186/1211/1235
ZONAS DE REGADÍO EN
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 105
(EN
TUCUMÁN
LITROS) PARA
217
ALTURA DE:
Hidrómetro
[=>]
St Y
0 1D 5 +20yROo
[)
ISS SSI
SU
a)
72
82
951
957
962
967
972
977
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1000
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13
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ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
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[8]
[8]
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==
5
[eb]
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ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
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1957
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226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
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0.50 |1999/2018/2038/2056/2075/2093 2112/2129 2147/2164 2182/2199/2216 2233/2250
51 [2013/2032 /2052/2071/2090/2109/2127/2145|/2163/2181/|2198/2215/2233/2249|2267
52 [2027 2046/2066/2085/2104/2123/2142/2161/2179 2197/2215 2232/2249/2266/2284
53 [2041/2060 /2080/2100/2119/21382157/2176/2194/2213/2231/2248/2266/2283|2301
54 [2054/2074/2094/2117/2133/2153/2172/2191/2210/2228/2247 2265/2283/2300/2318
0.55 |2067/2087/2108/2128/2148/2168/2187/2206/2225/2244/2262/2281/2299/2317/2335
56 |[2080/2101/2122/2142/216212182/2202/2221/2240/2259/2278/2296/2315/2333/2351
57 |2094/2114/2135/2155/2176/2196/2216 2236|2255/2275/2293/2312/2331/2349/2367
58 |2107/2128/2149/2169/2190/2210/2230/2250/2270/2289/2309 2328 2347 2365/2384
59 [2120/2141/21653/2183/2204/2224/2245/2265/2285/2304 2324/2343/2363/2382/2400
0.60 [2154/2155/2176/2197/2218/2238/2259/2279/2300/2319/25339/2358/2378/2397/2417
61 |[2146/2168/2190/2211/2232/2253/2273/2294/2314/2334/2354/2574/2394 2413/2432
62 (2159/2181|2203/2225 22462267 2288 2308 2329 2349 2369/2389 2409 2428/2448
63 |2172/2194/2216/2238/2259/2281/2302/2323/234.4/2364 2384/2404/2424/244412464.
64 [2185/2207/2229/2251/2273/2294/2316/2337/2358/25379/2599 2419/2440/2459/2480
0.65 |2198/2220/2242/2264/2286 2308/2330/2351/2372/2394/2414/2455/2455/2475/2495
66 |2210/2233/2255/2278/2500/2322/2343/2365/2387 2408/2429 2450/2471/2491/2511
67 (2223 2245/2268/2291/2313/2335/2357/2379/2401 2422 2443/2464/2485/2506/2527
68 [2235/2258/2281/2304.[2327/2349/2371/2393/2415/2436/2458/2479/2500/2521/2542
69 [2248/2271/2294/2317/2340/2362/2385/2407/2429/2451/2472/2494 2515/2536/2557
0.70 [2260/2283/2307/2330/2353/2376/2392/2420/2443/2465/2487/2508/2530/2451/2572
71 [2272 2296/2319/2342/2366/2389/24-12/2434/2457/2479/2501/2523/2545/2566/2587
712 [2284/25308/2332/2355/2379/2402/2425/2448/2471/2493/2515/2537/2559 2581/2602
713 [2297/2320/2344/2368 2592 2415/2438/2461/2484[2507/2530/2552/2574/2595/2618
74 [2309 2335/2357/2381/2405/2428/2451/2474/2498/2520/2543/2566 2588/2610/2632
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78 (2356/2381/2406/2430/2455/2479/2504/2528/2552/2575/2599/2622/2645/2668/|2691
79 12368/25393/2418/2443/2468/2492/2516/2541/2565/2589/2613/2636/2659|2682/2705
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81 |2391/2417/2442/2467/2492/2517/2542/2567/2591/2615/2639/2663/2687/2711/2734
82 [2403/2429/2454/2479/2505 2530/2555 2579/2694 /2629/2655/2676/2700 2724/2748
83 [2415/2440/2466/249212517 2542/2567 2592/2617/2642/2666 2690/2715/2738/2762
84 |1242612452/2478/2504/2529/2555/2580/2605/2630/2655/2679/2704/2728/2752/2776
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 27
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 105 (EN LITROS) PARA ALTURA DE :
A — o AS
(2)
cele ele le lle el SIA E
E ele e | $ e l[ej]s e leo] Siri e. e
EE
0185 |2437/2463|2490/2515/2542/2567|2593/2618|2643|2668|2693 2717/2742/2766/2790
86 |2449/9475/250212527/255312579/2605/2631|2656|2681|2706 2731/2755/2780 2804
87 (2460/2486/2513 2539 2566|2591|2617/2643|2669|2694 2719 2744/2769/2793 2818
88 |9471/2498|2525 2551125782604 2630/2655/2681|2706/2732/2757/2782|2807|2832
89 [2482125092536 2562125892615 2642126682694 /2719/2745/2770/2796 2821/2846
0.90 [2493/252012547/257412601|2627/2654/2680/2706/2732/2758 2783 2809/2834 (2859
91 12504 1253212559 2586/2613 2639/2666 269212719 2745/2771/2796/2822 2847/2873
992 (2516 2543/2570/2597/2625 2651/2678 2704/2731 2757/2783/2809/2835|3861|2887
93 (2527/255412582/2609|2636/2663 2690/2717/2743/2770/2796/2822/2848|2874 2900
94 (2537256512593 /2621|2648|2675/2702 2729/2756 2782/2809/2835/2861/2887/2913
0.95 |[2548|2576/2604/263212660/2687/2714/2741|2768/2795/2821|2848 2874/2900/2926
96 |2559/2588/2615/2643/2671 2699/2726 2753/2780/2807/2834/2860/2887|2913/2939
97 (2570 /2598/2627/265512682 1271012738 2765/2793 2820/2847/2873/2900/292612953
98 [2581/2609 2638 2666/2694 12722 /2749/2777/2805/2832/2859|2886/2913/2923/2966
99 (2592 2620/2649|2670/2705/2733 2761/2789/2816/2844/2871|2899/2926|2952|2979
1200 |260212631/2660/2689/2717/2745/2773/2801|2829|2856|2883|2911|2938/2965 2992
01 [2614/9642 2671/2706 2728/2757/2785/2812|2840/2868 2896|2924[2950/2978 3005
02 (2624 /2653/2682/2711/2739 2678/2796 2825/2853 2880/2908 [2936/2963 2991/3018
03 (2635 2664 12693/272212751/2779|2808 2836/2866 2893|2921|2948|2976|3003/3031
04 (2645 2674 /270412733/2762/2791/2820 2848/2876/2905 2933/2961|2989/3016/3043
1m05 (2655/2685 2715|2744/277412802 2831/2860/2889|2917/2945/297313001/3029/3057
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07 (2676/2706/2736/2765/92795|2824|285412883/2912/2940/2970 2997/3026/3054 [13082
08 (2686/2716/2747/2776/2806 2835|2865|2894/2923 295212982 3010/3039/3066/3095
09 (2697 2727/9757/2787/2817/2847/2876/2905/2935 2964 2993/3022/3051/3079/3108
1210 (2707/2737/2768/2797/2828/2858|2888|2917/2946/2975/3004/3033/3063/13091/5120
11 (2717/2748/2778/2809/2838/2868 2899/2928 /2958|2987|3017/1046/3074/3103 3132
12 (2727 2758/2789 281928502880 2909 2939/2969 2999|3029/3058[3087/3115/3144
13 [2738/2768/2799|2830/2860/2890|2921|2951/2980/3010/3040/3069/3099 3128/3157
14 [2748/2778/2810/2840|2871|2901|293212936 2992 3022/3051/|3081|3111/3140|3169
1915 (2758/2789 2820285112882 29122943 2973/3003/3033[3063/3093/3122/3152/3181
16 (2768/2799/283012861/2892 2923/295412984/3015/3045/3075/3105/3135/3164/3193
17 (2778 /2809/2841|2872/2903 293412965|2995/3026/3056/3086/3116/3146 3176/3206
18 [2788 2819/2851|2882/2914|2944 2976/3006 3037 3067 3098 3128/3158 3188 5218
19 [2798/2830 /2861|2893/292412955 2986/3017/3048/3078/3109/3139/3170/3200/3230
19920 (2808 2839128712903 /2935|2966/2997/3028/3059 3090/3121/3151/3182/3211 5242
228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 1705 (EN LITROS) PARA ALTURA DE :
0705 | 1246 | 1243 | 1240 | 1236 | 1232
Hidrómetro
0m91
0m92
0193
0m94
0m95
6 | 1277 | 1276 | 1273 | 1270 | 1267
7 | 1308 | 1307 | 1305 | 1303 | 1301
8 | 13383 | 13382 | 1337 | 1336 | 1333
9 | 1367*| 1367* | 1367" | 1367*| 1366
JO (1500 1 1501 ASNO EA A
LA lA A
19) | 1452 | 1455 | 1456 | 1457*| 14575
13 | 1479 | 1482 | 1484 | 1486 | 1487*
14 | 1506 | 1509 | 1511 | 1514 | 1516
115 | 15392 | 1536 | 1539 | 1542 | 1544
16 | 1558 | 1562 | 1565 | 1569 | 1572
17 | 1583 | 1588 | 1592 | 1596 | 1599
18 | 1608 | 1614 | 1618 | 1622 | 1626
19 | 1632 | 1638 | 1644 | 1649 | 1653
220 | 1657 | 1663 | 1668 | 1674 | 1679
21 | 1681 | 1687 | 1693 | 1699 | 1704
92 | 1704 | 1712 | 1718 | 1724 | 1750
93 | 1727 | 1735 | 1742 | 1749 | 1755
94 | 1750 | 1758 | 1765 | 1773 | 1779
25 | 1773 | 1781 | 1789 | 1796 | 1803
26 | 1795 | 1804 | 1812 | 1820 | 1827
27 | 1817 | 1826 | 1834 | 1843 | 1851
28 | 1839 | 1848 | 1857 | 1866 | 1874
29 | 1861 | 1870 | 1879 | 1888 | 1897
80 | 1882 | 1892 | 1901 | 1911 | 1920
31 | 1903 | 1913 | 1923 | 1933 | 1942
392 | 1924 | 1934 | 1944 | 1955 | 1964
33 | 1945 | 1956 | 1966 | 1976 | 1986
34 | 1964 | 1976 | 1987 | 1998 | 2008
35 | 1985 | 1996 | 2008 | 2019 | 2030
36 | 2004 | 2017 | 2028 | 2040 | 2051
37 | 2024 | 2037 | 2049 | 2061 | 2072
38 | 2044 | 2057 | 2069 | 2081 | 2093
39 | 2063 | 2076 | 2089 | 2102 | 2113 | 2125 | 2137 | 2148 | 2159 | 2170
40 | 2082 | 2095 | 2108 | 2121 | 2134 | 2146 | 2158 | 2170 | 2181 | 2192
41 | 2101] 2115 2128 [2140 | 2153 [| 2166 | 21791] 2191 2202-2214
49 | 2190 | 2134 | 2148 | 2161 | 2174 | 2186 | 2198 | 2212 | 2224 | 2236
43 | 9139 | 2153 | 2167 | 2180 | 2194 | 2207 | 2219 | 2231 | 2244 | 2257
44 | 9157 | 2172 | 2186 | 2200 | 2214 | 2227 | 2240 | 2253 | 2265 | 2277
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 229
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 1%05 (EN LITROS) PARA ALTURA DE:
[=)
D 3 1 Co + 10 o E 00 2 =)
E
0má45 | 2176 | 2191 | 2205 | 2219 | 2233 | 2247 | 2260 | 2273 | 2986 | 22999
46 | 2194 | 2209 | 2224 | 2238 | 2252 | 2267 | 2280 | 22994 | 23807 | 2320
47 | 2932 | 2227 | 2243 | 2257 | 2272 | 2286 | 2300 | 2314 | 2397 | 9341
48 | 22931 | 2246 | 2261 | 2276 | 2291 | 2306 | 2319 | 2334 | 2347 | 2361
49 | 2248 | 2264 | 2280 | 2295 | 2309 | 2324 | 2339 | 2354 | 2367 | 2381
0.50 | 2266 | 2282 | 2297 | 2313 | 2329 | 2344 | 2358 | 2373 | 2387 | 2402
51 | 2283 | 2300 | 2315 | 2331 | 2347 | 2363 | 2378 | 2393 | 2407 | 2491
52 | 2300 | 2317 | 2333 | 2350 | 2365 | 2381 | 2396 | 2412 | 9497 | 2441
53 | 2317 | 2334 | 2351 | 2367 | 2383 | 2400 | 2415 | 2430 | 9445 | 9461
54 | 2334 | 2352 | 2368 | 2385 | 2401 | 2418 | 2433 | 2450 | 2465 | 2480
0.55 | 2352 | 2369 | 2386 | 2403 | 2419 | 2436 | 2452 | 2468 | 2484 | 2500
56 | 2369 | 2387 | 2403 | 2421 | 2437 | 2454 | 2470 | 2487 | 2502 | 2518
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230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTO DE UNA COMPUERTA DE 105 (EN LITROS) PARA ALTURA DE :
oa | |
E E al 0 2 | 2 | = e 2
E = S ES z a DS A E
E | | | | |
| | | |
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8 | 3247 | 32 E 3
3259 | 32
TUCUMAN
EN
DE REGADIO
ZONAS
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 237
CAPÍTULO VI
CANALES MATRICES
Canales de Cruz Alta y Capital. — Trazado. — Capacidad. — Nivelación. —
Desripiador. — Túneles del Calera y Colmenar. — Desarenadores. — Verte-
dero. — Puentes. — Plantaciones y caminos. — Costo.
El canal matriz de Cruz Alta, alimentado directamente por el río
Salí, cuyas aguas pasan por las tres compuertas que forman su
toma general en el edificio este del dique, recorre una extensión de
165,60 m. en la misma playa del río y sigue su barranca izquierda,
con una pendiente de 0,001 m. y una sección de 9,70 m. en la solera
del fondo, taludes de 2: 3 y una altura de agua admisible de 1,50 m.,
de modo que puede recibir en un momento dado 25000 litros por
segundo, caudal á que dan paso las compuertas indicadas.
En la extremidad de este primer tramo existe el primer desri-
piador formado por cuatro compuertas de 1,05 m. cada una, colo-
cadas normalmente á la dirección del canal, dejando á la izquierda
una abertura de 2,00 m. cerrada por 24 agujas de madera de pino
tea de 0,075 m. < 0,075 m. Inmediato y en dirección normal se
encuentra el arranque del canal matriz, cuya corona situada á
0,50 m. sobre el nivel del umbral general de las referidas compuer-
tas y abertura, asegura el depósito y escurrimiento del ripio y arena
arrastrados por el agua al salir del dique por aquellas, para volver
á la playa del río, evitando la entrada de la mayor parte de ese
material al canal matriz (1). En las épocas de mucha abundancia de
material de arrastre la diferencia de nivel de los referidos umbrales
resultando pequeña, se resolvió aumentarla colocando tablones hori-
zontales de 0,20 m. en mayor ó menor número según las cireunstan-
cias, colocados convenientemente en canaletas adecuadas conser-
vadas en los pilares y paredes que tuvimos que colocar al efecto,
completando la construcción con una pasarela de madera para el
fácil manejo y colocación de los referidos tablones.
(1) Esto es según opinión de Cipolletti, experimentalmente demostrada del
todo erróneo.
238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La limpieza del canal representa una pérdida apreciable de caudal
que se afora como lo hicimos notar antes; pero se ha observado que
en vez de dejar constantemente abiertas las compuertas en su parte
inferior ó retiradas algunas de las agujas para efectuar una limpieza
permanente, es preferible dejar que se forme el depósito en este
tramo del canal matriz para luego efectuar la limpieza general del
depósito, colocando los tablones entre los pilares construídos para
impedir la entrada del material perjudicial al canal, abriendo com-
pletamente las aberturas de descarga: repetida á intervalos fijos, la
operación de limpieza se hace muy decisiva y eficaz.
CANAL MATRIZ DE CRUZ ALTA
Tramo principal
Felizmente para los fines de la administración, la época de escasez
de agua corresponde al momento en que son cristalinas y no hay
pérdidas de agua por este concepto; cuando son abundantes hay
mucho material de arrastre y de suspensión, y entonces la limpieza
puede distraer sin inconveniente parte del caudal sin mayor per-
juicio.
El borde derecho de este primer tramo del canal matriz expuesto
á la acción destructora de las aguas de avenida que cubren la playa,
se halla defendido por espigones formados por cajones de madera
fuertemente hincados en forma de pilotes contraventados conve-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 239
nientemente y rellenos de cantos rodados de grandes dimensiones.
El canal matriz de Cruz Alta sigue paralelamente la barranca de
la izquierda con pendiente de 0,000872 m. en 555,50 m. alejándose
de la playa para cruzar en buenas condiciones el río Calera, lo que
hace con una doble galería de 57,50 m. de largo construída con
mampostería de ladrillos, cada una de 3,15 m. de luz por 1,80 m. de
alto en el centro, con sección de 8,20 m”. hasta los nacimientos de
los arcos que forman la cubierta, y cuyo intradós situado á 0,20 m.
bajo el nivel del cauce del río Calera ha sido recubierto de un empe-
drado en seco, sujeto entre vigas de quebracho bien aseguradas á
los pies derechos de las galerías, defendidas del lado de aguas abajo
con escollera abundante.
La sección es visiblemente insuficiente, pues llenas las dos ga-
lerías hasta 1,30 m. del piso ó hasta el nivel de los nacimientos, es
decir, con sección de 8,20 m”, sólo pasan 15150 litros por segundo
y el caudal alcanza á 16 000 litros por segundo suponiendo llena la
sección hasta 1,60 m. y sin presión, no siendo admisible mayor
altura de agua por no ser ya suficiente la altura de las banquinas
laterales aguas arriba. Se comprueba un defecto común á todas ó á
la mayoría de las obras, de luz y capacidad insuficientes con res-
pecto al canal, que viene así á ofrecer dimensiones completamente
inútiles y gastos también superiores á los necesarios.
Dos malecones de 160 m. de largo aseguran el paso de las aguas
del río Calera entre los muros que le dejan una luz libre de 48 m.;
se han defendido con muros y revestimientos que impiden la des-
trucción, en los momentos de avenidas.
Para aprovechar las aguas del río Calera, al hacer la construcción
de esta parte de las obras, se habían colocado dos compuertas de
fierro de 1,20 m. de ancho cada una en la pared de frente al canal y
del lado de aguas abajo, de manera que desviando las aguas hacia
ellas y abriendo las compuertas, se precipitarían en el canal que
pasa debajo del cauce; pero en el punto que el canal debe recibir
el golpe de agua no se ha dispuesto ninguna cámara apropiada que
evite degradaciones ó deterioros: por otra parte el Calera sólo tiene
agua á esta altura cuando la hay en abundancia en el Salí y por tanto
en el canal, utilizándose todo en las épocas restantes para los rega-
díos de aguas arriba. Esta disposición no ha dado ningún resultado
y nO se usa.
El canal matriz, lo mismo que el principal de El Alto de Cruz
Alta se ha trazado sin levantamiento previo de la Zona para hacer
240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
posible la construcción de un plano acotado completo y únicamente
por la premura y urgencia con que eran reclamadas las obras por la
administración. No obstante, los inconvenientes que esta circuns-
tancia, más que cualquier otra sin duda, ha determinado en el tra-
zado general de los canales y de que luego nos ocuparemos, el canal
matriz ha sido trazado en buenas condiciones procurando mante-
nerlo lo más alto posible y sin exagerados movimientos de tierra,
de modo que en ninguna parte ha sido necesario establecer bermas,
entre la solera y el nivel del suelo natural.
En estas condiciones la zona de tierra que deja el canal á su
derecha hasta la playa del río es de muy reducida extensión y de
regadío difícil. Más aun, la administración ha adquirido al hacer las
expropiaciones necesarias todo el que está comprendido desde el
dique hasta el río Calera, de modo que las tierras sin riego en poder
de los particulares representan superficies de poca importancia,
CANAL MATRIZ DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo de la posición, extensión y múmero de las rasantes
POSICIÓN HECTOMÉRICA EENDIENTES
DE LA RASANTE
|
|
Longitud Observaciones
E — —
No de orden
Principio Término
en m/n
por metro
0.00,00 53,33 53.3: = Toma del canal
OS 70,45 sd Desripiador
Principio acueducto
Fin acueducto
31.
32. E Bifurcación
Total 3266700
Todo el canal matriz que tiene una longitud total de 3266,00 m. ha
sido construído con pendiente uniforme de 0,000703 m. en 2348.25
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 241
m. y 0,00009 m. en los 1539.00 m. restantes, y en cuanto al trazado
¡enográfico presenta curvas numerosas, según lo demuestra el cuadro
siguiente :
CANAL MATRIZ DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo del desarrollo de las curvas y longitud de las rectas
Observaciones
Ángulo
de las
tangentes
"angente
Desarrollo
de las curvas
Longitud
de las rectas
Centro á la derecha
= izquierda
derecha
izquierda
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jul
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izquierda
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derecha
izquierda
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3266.00
La sección de este canal fué primitivamente proyectada con el
dique, hasta el río Calera para un gasto de 10000 litros por se-
gundo; con un ancho en la solera de 7,50 m., taludes de 243 y
altura de agua de 1,10 m.; de la fórmula usual de Ganguillet y
Kutter se deducía una velocidad de 1,17 m. por segundo, y un gasto
de 12500 litros por segundo, esto es, 2500 litros por segundo de
exceso que se adoptó para el servicio de limpieza en los desarena-
dores sucesivos. Se admitía por otra parte que por nueve meses por +
lo menos el canal no llevaría más de 5000 litros por segundo, á cuyo
gasto correspondía una altura de agua de 0,70 m. y una velocidad
de 0,85 m. por segundo.
Sin embargo, el canal ha sido construído para un gasto de 20 000
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 16
242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
litros por segundo, solera de 10,00 m. de ancho, taludes de 2:3,
altura de agua de 1,70 m. En realidad la aplicación de aquella fór-
mula daría un gasto de 25646 litros por segundo, destinándose el
exceso de 5646 litros por segundo para las pérdidas en los desarena-
dores del mismo canal matriz.
Como se observa, no ha presidido un criterio definido al proyectar
estas obras, y sin embargo estas primeras disposiciones han venido
á determinar todas las demás necesarias para completar la red de
distribución tributaria del dique de Aguadita, y en especial de este
canal matriz, para la parte de la red que cubre el departamento de
Cruz Alta. La falta de conocimiento preciso del régimen del río Salí
ha sido la principal causa de estos primeros errores que se traducen
en aumento de gastos de construcción y conservación, y por lo tanto,
pesan como recargo permanente para el costo de la irrigación en
toda la zona, como sucede con la mayor extensión dada al muro su-
mergible del dique distribuidor de la Aguadita á que nos hemos
referido antes.
En efecto, como lo hemos demostrado, no es posible admitir, aún
después de aprovechar en la mejor forma las aguas del río Salí, un
caudal permanente y normal de más de 14200 litros por segundo:
esto es, construyendo el dique de embalse proyectado en el Cadillal,
destinado á conservar para la época de escasez el volumen de las
aguas de avenidas del verano.
Restituyendo al departamento de la Capital el caudal de agua que
lógicamente le pertenece, puesto que existen derechos adquiridos al
uso de las aguas desde mucho más antiguo que en Cruz Alta, según
hicimos ver antes, y admitimos como mínimo una distribución entre
las dos márgenes de 1: 4, esto es, que sólo se establezca la provi-
sión permanente del quinto del caudal total del río en todo momento
para este departamento, dejando las cuatro quintas partes restantes
para el de la Oruz Alta, correspondería de ese caudal normal per-
manente y á que sólo puede llegarse con una obra de regularización
de régimen como aquella, 2540 litros por segundo para la Capital y
11 360 litros por segundo para Cruz Alta.
Aun admitiendo llegado ese momento al que forzosamente se
alcanzará más ó menos tarde, y que la distribución del agua no se
haga en esa forma permanente, es decir, que en días determinados
se reunan mayor número de pedidos de agua que en otros, esas dife-
rencias no explican satisfactoriamente las exageradas dimensiones
asignadas al canal matriz que nos ocupa.
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 243
Los autores más reputados están contestes en reconocer que el
gasto máximo exigido por semejantes alteraciones del servicio ge-
neral ordinario puede guardar una relación de 3:2 con el gasto
normal, de modo que las dimensiones hubieran sido suficientes para
responder á toda eventualidad estableciéndolas para un caudal de
17 000 litros por segundo para el canal matriz de Cruz Alta y sólo
4.200 litros por segundo para el de la Capital, en vez de 20000 y
5000 litros por segundo respectivamente como sucede ahora desde
que este último está impuesto en cierto modo por aquel y por dife-
rencia con respecto al matriz.
Es indudable que la zona susceptible de regadío con el canal
matriz de Cruz Alta es muy fácil de extenderse, puesto que ocupa
precisamente la parte más alta de un gran plano inclinado hacia el
este y sud de la provincia hasta sus confines por esos rumbos; pero
la fijación de sus dimensiones no ha debido hacerse en vista de la
zona susceptible de riego sino exclusivamente teniendo en cuenta
el caudal de agua disponible. La falta de aforos precisos y de cono-
cimientos del regimen del río explican el error, pero hacen inevita-
bles sus consecuencias para los concesionarios de aguas públicas
tributarios del canal.
Observemos de paso que estas mismas consideraciones permiten
considerar absurda la construcción del canal del oeste del departa-
mento de la Capital que se estudió con un gasto de pesos 15 000 en
levantamientos plani-altimétricos para entregar al riego terrenos
situados al norte y oeste de la ciudad capital y á mucha altura, de
modo que hubiera sido necesario desprender el canal desde la ba-
rranca del Condor ó puntos próximos; no basta construir canales,
pues es preciso asegurarse antes que se les podía proveer de agua
suficiente para responder á las nuevas necesidades que ellos origi-
nan y fomentan.
El canal matriz de Cruz Alta es suficiente por sí sólo para absor-
ber el caudal del río Salí, porque es preciso tener muy presente que
en las épocas de avenidas en el río y en que el canal podría derivar
un caudal de 30000 litros por segundo ó más, ahora con el actual
régimen irregular del río, las tierras no necesitan de los beneficios
de la irrigación, por cuanto se ha hecho ver antes que á esas épocas
corresponden precisamente las abundantes lluvias del verano; y por
lo tanto, no es al amparo del caudal abundante de agua del canal en
esa época que puedan crearse nuevos campos de agricultura, porque
éstos serían completamente perdidos en el resto del año.
244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Así, pues, la zona de regadío sólo puede alcanzar un desarrollo má.-
ximo con el caudal de 14.200 litros por segundo que aseguraría el
régimen normal que establecería una obra de embalse como la que se
ha proyectado; y mientras ésta no exista, la extensión de las zonas
regadas no puede alcanzar aquel desarrollo. Pero conseguido esto,
el dique distribuidor de la Aguadita domina, con los dos canales ma-
trices de Cruz Alta y la Capital, zonas bastante extensas para dar
aplicación completa á todo el caudal disponible, sin necesidad de
recurrir al establecimiento de nuevos canales situados más arriba.
Detodos modos las dimensiones exageradas á que hacemos referen-
cia no perjudican en manera alguna la explotación de las obras.
El canal matriz de Cruz Alta no podía, obedeciendo al proyecto
primitivo de conjunto, tener una capacidad de menos de 5000 litros
por segundo, ó sea la cuarta de la del matriz de Cruz Alta, sin expo-
ner al departamento de la Capital, con los valiosos intereses que
representa por su proximidad á la ciudad, á sufcir siempre en sus
quintas y jardines los inconvenientes propios al gran consumo de
agua en el departamento de la otra ribera del río.
Levantado previamente el plano completo altiplanimétrico de toda
la zona que podía beneficiarse con el canal derivado del mismo dique
distribuidor de la Aguadita pudo notarse que, trazando conveniente-
mente el canal aprovechando los accidentes del terreno y sin perder
inútilmente altura, podía cruzarse á la antigua acequia del oeste, en
un punto hasta el cual ha prestado muy poco servicio, porque su
curso, no obstante su gran extensión desde la toma del Duraznito en
el río, no le ha permitido alejarse de las barrancas del río por la mis-
ma naturaleza accidentada del terreno, comprendiendo hasta las
mismas una zona de tierras impropias para el cultivo, por esa misma
circunstancia.
El replanteo del canal matriz en el terreno, permitió establecer
aquel eruzamiento al Hm. 118 + 60,00 de la traza adoptada, demodo
que de toda la zona del departamento de la Capital, sólo se ha perdido
la oportunidad de servir 700 hectáreas con derecho adquirido al uso
de las aguas del río Salí, para las cuales servirá prestando servicios
la referida acequia del oeste, cuyas irregularidades de régimen alean-
rán con sus evidentes perjuicios, sólo á esa mínima superficie.
Su construcción estaba pues indicada para restablecer al departa-
mento de la Capital en las mismas condiciones ventajosas del de
Cruz Alta, regulando con el dique distribuidor de la Aguadita la
repartición equitativa, segura y permanente de las aguas del Salí,
Zanas de regadio en Tucuman
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 245
incorporando sus tierras á la zona de riego artificial científico, metó-
dico y regular, en que pasados los primeros años durante los cuales
los concesionarios deben pagar las obras que comprende la red de
distribución tienen que resultar evidentes é indiscutibles las ven-
tajas.
El edificio de la toma general en el dique es análogo al de Cruz
Alta, pues aunque hubieran podido disminuirse las aberturas, con-
venía poder establecer un tiraje suficiente de extremo á extremo del
muro sumergible del dique para poder hacer efectiva la limpieza de
un canal inmediato y aguas arriba del mism> que permita la distri-
bución equitativa de las aguas. Las compuertas tienen las mismas
dimensiones que para el canal matriz de Cruz Alta y la disposi-
ción relativa de las de descarga y de toma es la ; isma que para
éste.
El primer tramo del canal trazado en la misma playa del río tiene
una longitud de 150,00 m. hasta el desripiador, cuyo canal de des-
carga vuelve el material de arrastre á la playa del río, no dejando
entrar al canal matriz sino el agua en condiciones de mayor limpie-
za. Este canal con arranque á ángulo recto desde el desripiador, si-
gue su trazado buscando la aproximación á las barrancas altas de la
derecha del río, las que faldea hasta la extremidad norte de la barran-
ca llamada Colorada, en cuyo punto Hm. 16 + 93,00 y previo los
estudios comparativos de trazado por la falta y excavación de pozos
para conocer la naturaleza del terreno, se interna en galería subte-
rránea de longitud total de 1000 m. y sección de 3,55 m”, con la
cual atraviesa toda la referida barranca en condiciones de seguridad
y conservación indiscutibles, para aparecer nuevamente á cielo
abierto en las proximidades del Colmenar. Hm. 26 + 93,00 y buscar
el nivel del plano superior de la ciudad, con una pendiente uniforme
de 0,0006 m. en toda su extensión, conforme al cuadro de la página
siguiente.
La longitud total del canal matriz es de Hm. 75 + 38,00 y el tra-
zado comprende las alineaciones rectas y curvas que señala el ad-
junto cuadro.
En todo este trayecto el canal sólo deja hasta la playa del río una
zona de 200 hectáreas en que el riego es muy difícil y 300 hectáreas
más donde alcanza muy bien; la proximidad á que se encuentra del
río en toda su extensión permitirá en cualquier momento establecer
uno ó más desarenadores según las necesidades que luego surjan du-
rante la explotación del mismo.
246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CANAL MATRIZ DE LA CAPITAL
Cuadro demostrativo de la posición, extensión y número de las rasantes
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| POSICIÓN HECTOMÉTRICA | PENDIENTES
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| | | 1000
4 [18,,57,26 | 14.538,43. 96.17 0 0 Vertedero
| | | | O
5 | 14.53,43 | 48.19,64 | 3366. 211 0.6 6
| [enc 7 1000
| Mala 4819%64| |
| l
La sección adoptada es de 4,00 m. en la solera, taludes de 2:3,
altura admisible de agua de 1,10 m., banquinas á 1,90 m. de la sole-
ra; el gasto resulta entonces de 5000 litros por segundo: pero en las
partes en que las excavaciones eran importantes se ha adoptado una
sección de 1,05 m. en la solera, 1,70 m. de altura de agua, taludes de
2:3 y banquinas 4 0,50 m. sobre el nivel del agua asegurando siem-
pre el gasto de 5000 litros por segundo.
Los terrenos que cruza el canal hasta la entrada á la galería son
muy bajos y llenos de filtraciones: ha sido necesario establecer una
red de drenes para asegurar el paso de las aguas bajo el canal me-
diante cuatro alcantarillas establecidas en ese corto trecho.
El desripiador principal, presenta 2 compuertas de 1,05 m. de
ancho cada una que aseguran una descarga de abundante material de
arrastre; al lado izquierdo existe una abertura de 2,00 m. de ancho
cerrada con 24 agujas de pino tea de 0,075 m. + 0,075 m.
Los aforos en este edificio como en el de toma del dique, se harán una
vez terminado el canal y habilitado para el servicio público, en la mis-
ma forma que para los edificios similares del canal matriz de Cruz Alta.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 247
CANAL MATRIZ DE LA CAPITAL
Cuadro demostrativo del desarrollo de las curvas y longitud de las rectas
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3 | 160 100 a BL a za
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5 | 136 54 50 | 19.74 37.61 | 130.27 e derecha
6 | 171 33 30” | 100 7.52 | 15.02 | 200,16 | —— izquierda
6 100 | 20.25 3997 60.75 | A ==
Si ALAS AO 15.03 118.42 | = derecha
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10 ED 50 [22.25 | 41.87 SO E derecha
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12 | 150 ¡100 | 26.79 32.39 947.15 = derecha
| | | | 798.22 |
| 578.78 | 4240.86 |
leo 88 9
ge |
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Esta obra como en las demás del canal matriz de la Capital se han
proyectado y ejecutado de modo á no reducir la sección útil como ha
sucedido para todas las del canal matriz de Cruz Alta.
Hemos hablado del paso inferior del Calera y refiriéndonos al pla-
no describiremos rápidamente el túnel del Colmenar para el canal de
la Capital. Abierto en la barranca Colorada y atravesando terrenos
de distinta formación se ha revestido con ladrillos en un espesor de
0,50 m. y con dos pies derechos laterales de 1,00 m. de altura y un
arco de medio punto de 2,00 de luz.
El piso es en hormigón de 0,30 m. de espesor y sobre el cual asientan
los pies derechos. Las cabeceras son convenientemente revestidas en
piedra labrada, los taludes en los accesos defendidos con empedrados
y alejadas las aguas de lluvia que pueden producir degradaciones
superficiales por medio de cunetas adecuadas.
248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La excavación ha debido hacerse colocando un revestimiento pro-
visorio de madera, y la mampostería debe ejecutarse por secciones.
simultáneas, avanzando por las dos extremidades á la vez (1).
En el canal matriz de Cruz Alta se había establecido un solo des-
arenador número 1, formado por una galería transversal al canal, con
pendiente hacia el conducto de descarga que vuelve el material
arrastrado á la playa del río así como el agua que facilita la limpieza,
perdida á los efectos útiles del canal. Á esta galería, cuyo nivel su-
perior está á nivel de la solera del canal, entra la arena, cuyo depó-
sito se obtiene mediante una dársena, establecida aguas arriba en
la que el agua disminuye su velocidad; entra por 4 compuertas pe-
queñas de 0,60 m. de luz cada una, dispuestas simétricamente con
respecto al eje del canal y que se manejan fácilmente desde una pa-
sarela de madera que está tendida sobre el mismo. Un hidrómetro
situado contra la pared del estribo permite fijar la'carga ó presión en la
abertura variable de 0 á 0,50 m., también medida, que deja libre cada
compuerta, y hacer así el aforo del caudal perdido por concepto de
esta limpieza, anotado en la misma planilla examinada con motivo de
a descripción del dique distribuidor y conforme al cuadro número 13.
Teniendo en cuenta que este desarenador número 1 no asegura
una limpieza suficiente del canal se ha construído un segundo, en el
mismo punto en que se ha colocado la toma del canal secundario de
La Florida. Sus caracteres generales son análogos al anterior des-
cripto é idéntico su funcionamiento. El canal de descarga adquiere
mayor importancia, que para el primero por cuanto el canal se aleja
cada vez más de la playa del río, á la cual debe forzosamente hacerse
volver el caudal de agua empleado en la limpieza.
Por ahora sólo se ha proyectado en el canal de la Capital un des-
arenador en el Hm. 14 + 55,43, poco antes de la entrada á la galería:
ó túnel y que á la vez se ha dispuesto para hacer una limpieza efec-
tiva y constante del vertedero general del canal y mantenerle en las
condiciones impuestas para que las fórmulas que le son aplicables
den resultados exactos.
El vertedero colocado es de 9,00 m. de ancho construído conforme
(1) Obras interrumpidas por un gobierno llamado de regeneración y que
abandona obras reproductivas para hacer en cambio casas de gobierno en que
los gobernantes resultaran risibles y avenidas higienizadoras, en ciudades como
Tucumán, tan chatas en edificios como en otras cosas!
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 249
al tipo estudiado por el ingeniero Cipolletti, para el canal Viloresi
en Italia, y del cual nos ocuparemos más adelante, más especialmen-
be para demostrar su mala aplicación entre nosotros.
Aguas ariba, el canal se ensancha de sección, con 9,00 m. deancho
en la solera, taludes de 2:3 y altura de agua de 1,90 m., formando
dársena de 15 m. de largo y de modo que la napa de agua sobre el
vertedero sólo aleanza para la dotación máxima del canal á 0,45 m.
Transversalmente al canal existe una galería cuyo umbral está á
0,55 m. bajo el nivel de la solera del canal aguas abajo del vertedero.
El mismo conducto transversal tiene una pendiente de fondo de
0,01 m. que continúa en el canal de descarga hasta el río.
Este vertedero tiene la gran ventaja de facilitar el aforo directo del
'audal de agua del canal matriz en un punto cercano al dique, de
modo que el mismo guardián puede manejar las compuertas del edi-
ficio de toma y del desripiador hasta llenar la dotación exigida por
el servicio diario del canal.
Se hace notar en el canal matriz de Oruz Alta la falta de un verte-
dero que permita aforar el caudal en una forma directa antes de
distribuirla entre los dos canales principales que alimenta y haga así
más fácil la distribución equitativa de sus aguas; actualmente ese
aforo sólo puede hacerse por diferencia y en la forma que hemos
señalado al ocuparnos del dique.
Los caminos que cruzan el canal matriz son pocos, pues se trata de
una zona poco subdividida y en que solo las comunicaciones generales
han exigido puentes de 3,60 m. de ancho en los Hm. 14+63,96 y Hm.
24 + 41,72 sobre el canal. Se ha adoptado un tipo uniforme de puen-
te de mampostería de ladrillo con dos pilares colocados simétrica-
mente con respecto al eje del canal, que disminuyen su luz libre y
originan aguas abajo degradaciones importantes por la misma sobre-
elevación de nivel que la reducción de sección produce, y que exigen
revestimiento de taludes con ladrillos puestos de canto ó empedrado
en seco con cantos rodados, y en la solera del canal el relleno de las
excavaciones que se producen con bolsas de alambre tejido llenas de
cantos rodados.
Para evitar estos inconvenientes en el canal matriz de la capital
hemos proyectado puentes de cemento armado de un solo tramo ten-
dido sobre el canal sin modificación alguna de la sección normal del
mismo, de aspecto muy liviano y que realizan una sensible econo-
mía con respecto á los de mampostería de ladrillos.
250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Este puente de 5,00 m. de ancho útil, está formado por 4 vigas
armadas de 0,40 m. de alto y 0,10 m. de grueso, tendidas entre los
estribos de mampostería de ladrillo, con luz libre de 6,20 m. y que
dejan una altura libre de 0,30 m. sobre el nivel superior del agua,
estando el canal con dotación máxima de 5000 litros por segundo.
La armadura de cada viga está formada por dos barras de acero
de 38 mm. de diámetro, sostenida la inferior que dista 0,40 m. de
la superior, por un cable de 4 alambres de acero de 5 mm. y el todo
envuelto en varillas de fierro de 5 mm. de diámetro en la forma seña-
lada por el plano.
En cuanto al piso es de 0,10 m. de espesor y su armadura es una
malla de barras de 10 mm. de diámetro, colocadas de 20 por metro
lineal en el sentido transversal del puente.
Todo el cemento ó concreto se coloca en una vez en cajón apropia-
do, de modo que todo el sistema forma una masa homogénea, solida-
rias todas las distintas partes de la construcción. Las vigas asientan
sobre los estribos con el intermediario de una dala armada de 0,60
m. < 0,60 m. y por 0,10 m. de espesor, de modo que se reparten las
presiones en mayor superficie de apoyo.
Un piso de madera y barandas de fierro completan el puente, bajo
el cual se revisten los taludes de la sección del canal para no alterar
su sección bajo el mismo.
Los taludes de las curvas de los canales matrices especialmente,
se han revestido hasta el nivel normal de agua con empedrados que
se aumentan todos los años en las épocas fijadas para las limpiezas
venerales. Hemos iniciado además plantaciones de árboles colocados
á distancia de 5 m. uno de otro sobre ambos taludes del canal, bus-
cando aquellos árboles que como el tarco, pacará, nogal, cedro, for-
mando ancha copa que tienda á disminuir la acción de las irradia-
ciones solares en los días de verano, disminuyen la evaporación de
la napa de agua, y á la vez permitan predicar con el ejemplo en la
tan patriótica y saludable empresa de fomentar en toda forma posi-
ble el convencimiento de la gran necesidad de multiplicar las planta-
ciones de árboles, no sólo por la riqueza que representan en sí, sino
por los benéficos resultados que determinan en grandes cantidades
sobre la climatología general de la región.
El alambrado que cierra el canal por ambos costados y con puertas
cuidadosamente cerradas al cruce de caminos, permite el libre tránsito
del personal de servicio de conservación, asegura el crecimiento de
aquellasarboledasqueprocuramos generalizar entodalared de canales.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 251
Al mismo tiempo se impone habilitar paralelamente á los canales
matrices y aun principales, caminos que permitan acortar las comuni-
caciones y faciliten el transporte de materiales necesarios para la
conservación de las obras ó construcciones nuevas que exijan las
necesidades del servicio. Es asunto que debe merecer la atención
preferente de las autoridades, que deben afrontar su solución antes
que las tierras necesarias adquieran mayor valor, debido en gran
parte á las mismas obras que administran.
Las obras que comprende el canal matriz de Cruz Alta fueron pre-
supuestadas en pesos 120 555,24 pero han costado, según liquidación
general que hemos mandado ejecutar últimamente pesos 209 805,24;
no ha sido posible separar en esta suma los diferentes conceptos.
estableciendo los gastos de expropiaciones, excavaciones, obras de
arte y accesorios, como lo hacemos ahora, pues son elementos de
suma importancia para los nuevos proyectos que deberán ejecutarse.
El matriz de la capital que está en construcción hasta el Him.
18 + 19,64 ha sido presupuestado en pesos 220 000 comprendiendo
la toma general, el desripiador, el vertedero y desarenador, el túnel,
> alcantarillas y 2 puentes, obras todas ejecutadas con mezclas cemen-
ticias, abandonando definitivamente el empleo de cales que dan pésimo
resultado como puede comprobarse en el dique distribuidor, en que
no obstante la poca presión del agua, las filtraciones son abundantes
y destruyen continuamente el rejuntado que no puede lógicamente
hacerlas desaparecer desde que afectan todo el macizo inferior de
hormigón en cal, completamente deteriorado.
CAPÍTULO VII
CANALES PRINCIPALES
El Alto y el Bajo derivados del matriz de Cruz Alta. — El Este y Oeste derivados
del matriz de la Capital. — Trazado. — Capacidad. — Zonas tributarias. —
Obras de arte. — Tomas generales. — Vertederos .— Puentes. — Saltos. —Tomas.
— Sifón. — Varios. — Plantaciones y caminos. — Costo.
El canal matriz de Cruz Alta, que como lo hemos indicado fué
trazado sin levantamiento plani-altimétrico previo de la zona que de-
bía servir, fué no obstante trazado como correspondía técnicamente,
252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
desde que fijada ya la ubicación del dique distribuidor de la Aguadi-
ta, sólo podía hacerse tratando de no perder altura, esto es, sin ins-
talar salto alguno en su recorrido, con el propósito de conducir las
aguas derivadas al punto más alto posible de modo tal que la zona
dominada fuera lo más extensa posible; el canal matriz ó rama muer-
ta de todo el sistema de distribución del este no tiene otro propósito
que el apartar las aguas de la playa del río lo más lejos posible y con
el mínimo gasto llegando en esas condiciones favorables al punto
culminante de la zona á beneficiar.
Pero una red de distribución comprende un conjunto de elementos
que exigen todos una solución acertada para responder técnica y
económicamente al propósito ineludible que preside su ejecución:
satisfacer el mayor número de intereses inmediatos pero sin perjuicio
del plan general de conjunto más apropiado para servirlos.
Es lo que en nuestro concepto no se ha tenido en cuenta para el
único canal principal que encontramos ejecutado en una extensión de
Hm. 195 + 23,15; y deseamos hacerlo resaltar, porque su errónea
concepción importa afectar la red general, desde que las demás par-
tes integrantes se resienten forzosamente de esa circunstancia.
En efecto, bastaría recordar que no existía el plano acotado de la
región cuyo punto más alto se había conseguido alcanzar con la
extremidad del canal matriz y que hubiera permitido trazar el canal,
prescindiendo de las necesidades del momento, para encarar el pro-
blema en su más amplia faz, sin perjuicio de aquéllas, pero teniendo
en cuenta la posibilidad de crear nuevos campos de cultivo aprove-
chando la topografía del terreno, para recién fijar los delineamientos
generales de la red, puesto que los canales principales una vez mal
trazados ó concebidos afectan con sus vicios de origen toda la red
fubura.
Sin ánimo de hacer crítica sino simplemente con el propósito de
hacer el análisis razonado de los hechos para deslindar responsabi-
lidades y deducir las enseñanzas que la experiencia nos deja en un
país nuevo en que todo está por hacerse, debemos sólo hacer notar
que el hecho responde indudablemente á la premura con que se
exigen estudios y proyectos que requieren datos positivos muy es-
casos en la mayor parte de los casos y cuya reunión no siempre
están dispuestas á consentir las administraciones públicas, escati-
mando hasta el exceso los fondos necesarios para reunirlos con
calma, prudencia y criterio profesional, acumulándolos con tiempo
para el futuro, para el momento en que ellos puedan realmente ser
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 253
utilizados con provecho y para impedir la repetición de errores que
vienen á representar perjuicios y gastos muy superiores á los que
la reunión lenta y constante de datos hubiera podido originar.
El mismo autor al presentar su proyecto hacía notar la dificultad
de fijar la extensión de los terrenos que podían regarse con el río
Salí, por la multiplicidad de causas que en ella influyen. El régimen
del río era completamente desconocido ; tampoco se conocía el caudal
mínimo en la época de escasez. Por otra parte no había dato alguno
respecto al valor del consumo de agua por unidad de superficie de
riego; por el contrario, una convicción arraigada en todos los agri-
cultores hacía pensar que las cosechas son de tanto mayor rendi-
miento cuanto mayor cantidad de agua ha cubierto el suelo.
No obstante establecía que «se puede, valiéndose de medios más
prácticos, llegar á una solución aproximada de esta cuestión, lo que
nos permitirá preveer el desarrollo que pueden alcanzar la industria
y la agricultura en los dos departamentos más ricos de la provincia,
y la proporción en que cada regante contribuirá para costear las
obras que se deben construir.
«Tomando como caudal medio del rio Salí durante los nueve
meses del año en que no abundan las lluvias, el volumen mínimo de
5 m* por 1”, observado el año pasado de julio á noviembre, en el sitio
que se proyecta hacer la toma, tendremos que durante esos nueve
meses se puede disponer de un volumen de 5 m?s <9 <30 86400 —
116 640 000 m?.
«Está generalmente reconocido por los plantadores que para el
cultivo de la caña, que constituyen las cuatro quintas partes de los
cultivos totales de Cruz Alta y la Capital, bastan dos ó tres riegos
por año, y aún puede pasarse sin ninguno, según la localidad.
«Si suponemos entonces que en los nueve meses de seca relativa
se den tres riegos, cada uno de 0,10 m., mucho más abundante, se-
guramente, que los que se practican de ordinario y sin tener en
cuenta los que se pueden dar en los tres meses en que abundan las
lluvias, época en que habrá mucha mayor cantidad de agua en el
116 640 000
3000
ó aun 25000 hectáreas, teniendo en cuenta el agua que se pierde
por distintas causas.
«En el cálculo que antecede no se ha tenido en cuenta el agua :
del Calera, que según se dijo al tratar de la descripción de las obras,
se recibirá en el canal matriz de la izquierda; ni de la que se reco-
río, vemos que podrán regarse == 38 880, digamos 30 000
254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA -
gerá en los desagiies y que puede utilizarse nuevamente; ni tam-
poco del aumento que se puede obtener regularizando el riego en los
afluentes superiores del río ó evitando las pérdidas que se verifican
en los bañados que forman su cauce. »
Se ve que al proyectar las obras se consideró insuficiente el riego
con 0,200 litros por segundo por hectárea durante nueve meses del
año, y por eso el canal matriz fué proyectado para 10 000 litros por
segundo, admitiendo que en los tres meses restantes la dotación
unitaria sería doble, esto es, de 0,400 litros por segundo.
En esa época existía ya la ley actual de riego y aun cuando no es
en ella donde puede hallarse fijado científicamente el consumo de
agua para el riego, máxime cuando no han precedido las observa-
clones directas y experimentales necesarias para establecerlo con
acierto, conviene recordar que se encuentra establecido allí. Así al
fijar, para la contribución de todos los gastos de administración
seneral y particular de las aguas, construcción y conservación de
los canales y desagiies, etc., la unidad de medida que sirve de base
y que es precisamente la hectárea de derecho permanente de apro-
vechamiento, se establece que ésta contribuye con igual cantidad
que la establecida para la hectárea regada, de modo que aceptado el
principio fundamental que informa todas las disposiciones de la ley,
esto es, que hay proporcionalidad en los gastos lo mismo que en los
beneficios, no cabe dudar que la mente ha sido de establecer la dota-
ción unitaria típica de 0,500 litros por segundo por hectárea de
terreno regado.
Se podría argumentar que en ninguna otra parte de la ley se hace
referencia á esta dotación y que, por lo tanto, ella no es exacta:
pero conceptuamos la observación sin mayor alcance, pues el hecho
se explica en el concepto legal, desde que en la misma ley se esta-
blece que las pérdidas de agua por cualquier causa que sea, son á
cargo de la comunidad, y la concesión para regar sólo importa reco-
nocer una obligación de entregar al concesionario un caudal de agua
equivalente á la alícuota que corresponda dividiendo el caudal total
en un momento dado por el total de unidades concedidas.
Aquélla es, pues, la dotación normal para la hectárea de riego y
lo confirman todas las obras ejecutadas, calculadas no obstante par:
una dotación doble de 1 litro por segundo por hectárea.
Hicimos notar oportunamente que el caudal mínimo de agua no
alcanza á los 5000 litros por segundo calculados para nueve meses
consecutivos y que el caudal medio no alcanza á más de 14 000 litros
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 255
por segundo. Pero, y sin encontrar documento que explique las cau-
sas determinantes del hecho, el canal matriz está construído para
20 000 litros por segundo, y en el punto en que se bifurca para dar
ligar al arranque de los canales principales llamados del Alto y
Bajo se asigna á aquel una sección para un gasto de 12500 litros
por segundo, dejando para el del Bajo, principal como aquel, un
vasto disponible de 7 500 litros por segundo. Así el primero debía
servir con dotación normal 25000 hectáreas y el segundo 15000
hectáreas, ó sea en conjunto una superficie en el departamento de
Cruz Alta de 40000 hectáreas de regadío, ó unidades mejor dicho,
en el concepto más amplio á que acabamos de referirnos y con el que
la ley quiere comprender otras aplicaciones del agua, como haremos
notar más adelante para precisar mejor el asunto.
Además, teniendo presente que en una zona de tierra sometida al
regadío no es posible admitir que no se pierdan algunas áreas, en
caminos públicos, callejones particulares dentro de los mismos cam-
pos de cultivo, establecimientos, casas, ete., etc., es fácil ver que la
extensión de terrenos dominados debe ser aún mayor. Establecer la
cantidad de tierra que se pierde para el riego es asunto difícil, por-
que no es posible deducirlo del resultado obtenido á los pocos años
de implantada una red de canales; aun cuando es evidente que para
los concesionarios conviene que el coeficiente ó densidad de riego en
la zona sea alta con respecto á la superficie total de tierra de la
misma, puesto que las obras sin adquirir un desarrollo inútil y sin
comprender obras de arte en mayor número que el necesario, pre-
sentan una utilización intensiva mayor y una consiguiente diminu-
ción de gasto unitario ó por hectárea, el hecho es que no conviene
admitir una densidad de más de 75 por ciento, dejando el sobrante
de 25 por ciento para áreas perdidas para el riego.
Así las Zonas que debían realmente dominar los dos canales prin-
cipales derivados del matriz de Cruz Alta debían ser respectiva-
mente de 31200 y 158750 hectáreas, ó sea en conjunto en todo el
departamento en números redondos 50 000 hectáreas.
El examen del plano general de la zona beneficiada demuestra
que, conforme al trazado actual del canal principal del Alto, la zona
le 31200 hectáreas está establecida en tal forma, que no queda para
el del Bajo, entre la de aquel y la playa del río, extensión suficiente
para ubicar las 15750 hectáreas que corresponden al principal del
Bajo, cualquiera que sea su trazado y dentro del departamento de
Jruz Alta, como lo establecía la ley que ordenó la construcción de
256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
las obras. Aun incorporando al Sud una gran extensión de 3750
hectáreas que propiamente estarían mejor servidas por el canal del
Alto por encontrarse al Este del arroyo Muerto que presenta una
depresión apreciable del terreno, el canal del Bajo sólo comprende
una zona de 14750 hectáreas, debiendo las 4 000 hectáreas que aun
faltan para integrar su zona respectiva, tomarse al Sud en el depar-
tamento de Leales.
No es posible admitir que el proyectista haya persistido durante
la construcción en aceptar zonas de regadío idénticas á las que cal-
culaba para dar al canal matriz un gasto de 10000 litros por se-
gundo; porque aceptada su hipótesis, también errónea, de que había
durante nueve meses 5000 litros por segundo, al dar una capacidad
de 10000 litros por segundo al canal, lo hacía seguramente para
compensar en esa época la escasez de la restante del año, pero en
manera alguna para autorizar la extensión del regadío para luego
dejar las tierras y cultivos durante nueve meses sin dotación alguna,
desde que la de 0,200 litros por segundo es calculada tomando en
cuenta una zona deducida bajo la base de sólo 5000 litros por se-
gundo.
Al construir el canal matriz y determinar su sección y capacidad,
el criterio se ha modificado por razones que no comprendemos ni
podemos hallar explicados en los documentos oficiales; al duplicar
la capacidad se pensó también que se duplicaría la zona de riego,
esto es que alcanzaría á 50 000 hectáreas, tal como resulta con una
dotación normal de 0,500 litros por segundo y una densidad de re-
gadío en la zona de 75 por segundo.
Bajo este concepto el trazado del canal principal de El Alto im-
porta un verdadero error, pues ha debido llevarse en la misma forma
que el matriz, del cual se desprende, sin perder nivel ó altura, es
decir, buscando siempre de dominar la mayor extensión de terreno,
dirigiéndose hacia el Este de Cruz Alta, con el propósito, no sola-
mente de conciliar en cierto modo la tendencia que han dejado bien
señalada los proyectos anteriores de irrigación, según lo hicimos
notar oportunamente, sino de incorporar dentro de los campos de
producción dela provincia los del este de Cruz Alta y aun sudeste de
Burruyacu, que en la forma actual no podían ya recibir ese inmen-
so beneficio sin una modificación fundamental, pero aun posible des-
pués de regularizado el régimen del río Salí con el embalse de El
Cadillal, perdiéndose campos excelentes que sólo necesitan el agua
para transformarse.
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Architetti, Roma. — «Il Politecnico », Milano.
-—lettricitá, Milano. — Boll. Scientifico, Pavia.
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del Naturalista Collettore, etc., Siena. — Atti
- della Soc. dei Naturalisti, Modena. — Boll.
- della Soc. Entomologica Italiana, Firenze. —
-Boll. della Soc. Médico Chirurgica, Pavia. —
0 Atti della Soc. Linguistica, Genova. — Boll.
del R. Comtato Geologico d Utalia, Roma. —
- Boll. della R. Scuola Super. d'Agricultura,
- Portici. — Atti della Assoc. Elettrotecnica
- Ttaliana, Roma — [l monitore Tecnico, Mi-
llano. — Boll. del R. Orto Botanico, Palermo.
- — Commissione Speciale d'Igiene del Muni-
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torio Centrale del R.. Colegio Alberto in
-Moncalieri, Torino. — Atti del R. Instituto
d'Incoraggiamento, Napoli. — Accad. delle
RS di Scienze Naturali, Pisa. — Ann. del Museo
Cívico di Storia Naturale, Genova. — Osserva-
torio Vaticano, Roma. — Rass. delle Scienze
-— Geologiche in Italia, Roma. — L'Ingegneria
- Ferroviaria, Roma. — Atti della R. Accad.
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| Sassaresi, Sassari. — Riv. Tecnica Italiana,
Roma. — Osservatorio della R. Universitá,
Torino. — Atti del Collegio degli Ingegneri
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Roma. — Boll. della Soc. Geografica Italiana, :
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da Universidade, Coimbra. — Bol. do Observ.
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Sciences. — Annales de Chimie et de Physi-
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Construction (Oppermann). — Revue Scien-
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Jurídica y de Ciencias Sociales. — Bol.
la Union Industrial Argentina. — Bol. de
Centro Naval. — El Monitor de La Educacion
Común. — Enciclopedia Militar. — La
mana Médica. — Anuario de la Direccion de :)
Estadística. — Rev. del Círculo Militar.
comoBa
Bol. de la Acad. Nac. de fiiencias..
Entre-Hios
An. de la Soc. Rural.
Tucumán
Anuario Estadistico.
Roma ;
Trattato Generale dell'Arte dell Iogeguere. :
— Giornale del Genio Civile. Y
Milano Se
— L'Elettricitá.
Londres
Il Costruttore .
The Builder.
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ANALES — | vrrisigo |
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DE LA 5 : y
SOCIEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA |
Dimecron : Ixcentero SANTIAGO E. BARABPNO JUL 12 1926 +
La
ÁS
TONAL Muse”
NOVIEMBRE-DICIEMBRE 1907. — ENTREGAS V-VI
TOMO LXIV
ÍNDICE
CARLOS WAUTERS, Zonas de regadío en Tucumán (continuación) .....o ..oooooo... 257
HOMINGOLSEL VA SEIS enlero reto ae le all pe io ado e ale aba IU 262
FERNANDO LAHILLE, Los laboratorios de biología acuátiCA......ooooomomocoo omo... 279
Francisco P. LavaLLE, La investigación del ácido bórico en las substancias alimen-
ticias por medio del papel de CúrCuUMA....oooorocccor rencor 322
BIRUTO GRA TA o la dara E E O A INE OSA A 328
INM DEL ROMO DI o ia a RI o NE ga 335
—_— AA
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
6834 — CALLE PERÚ —-684
LO
Presidente... daa ¡coronel ingeniero Art
Vicepresidente 4%.............. Doctor Cristóbal M.
Ace presidente! a ON Señor Juan B. Ambrosetti
Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Grieben
Secretario de correspondencia.. Ingeniero José Debenedetti
TESORERO Dec cor.m.... Ingeniero Luis Miguens
Bibliotecario... Luo... .. Ingeniero Federico Birabén.
p2 AMO Ingeniero Francisco Alberdi
NO - [Ingeniero Vicente Castro
A AN Ingeniero Julio Labarthe
Vocales. .........oooooo...».. $ Ingeniero Domingo Selva
ME, | Doctor Guillermo Schaeffer
Doctor Jorge Magnin
- ADoctor Horacio Arditi
.... Señor Juan Botto
La
E e REDACTORES O Or
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, ingeniero José S. Corti, ingeniero
Eduardo Latzina, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
7 o Jorge Newbery, señor Félix F. Outes, ingeniero Agustín Mercau, ingeniero M
cio Durrieu, arquitecto Oscar Ranzenhofer, doctor Jacinto T. Raffo, doctor Fede
dara, ingeniero Ricardo J. Gutiérrez, doctor Martiniano Leguizamón. i
Secretarios : Ingeniero Emiro ReBUELTO y señor EmILIo M. FLORES
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e sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, pa
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con la casa impresora de Coni hermanos. ; de Vr
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El local social permanece abierto deS á 10 pasado meridiano Ñ tó
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 257
Así el canal hubiera incorporado á la zona de riego todos los terre-
nos que cruza el Ferrocarril Central Norte á San Cristóbal, de pro-
piedad del Estado, y la extensa región que queda comprendida entre
esta línea y la de la empresa del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario.
El canal hubiera seguido la línea de menor pendiente del plano in-
clinado que se extiende hacia el este de la provincia, y en las líneas
de mayor pendiente que son hacia el sud, se hubieran desprendido
canales secundarios, como hubiera resultado ser entonces el actual
de El Alto, pero de dimensiones mucho menores.
En esta forma el canal de «El Bajo» hubiera podido desarrollarse
libremente pasando al este del arroyo Muerto en un punto conve-
niente al iniciarse la depresión del terreno cuyo talweg ocupa, de-
jando un canal secundario desprendido á tiempo para servir la zona
comprendida entre el Salí y el mismo arroyo. El canal de El Bajo
hubiera así podido alejarse hacia el este, apartándose del río Salí y
sirviendo tierras vírgenes y en que en mucho mayor tiempo no se
plantearan los apremiantes problemas que importa el agotamiento
de la tierra en las Zonas actuales de riego que son las mismas que se
vienen cultivando desde 50 años antes con los mismos procedimien-
tos primitivos y rutinarios.
Esto siempre bajo el concepto de la capacidad calculada para la
red de distribución en la parte ejecutada y que determina la de las
otras ramificaciones complementarias. Pero como el caudal de agua
del río en sus condiciones actuales no es el que se admitió, sólo
puede admitirse lógicamente una extension regada como la del pro-
yecto que no se ejecutó, esto es de 25000 hectáreas; la precipita-
ción con que se procedió hizo que se acordaran concesiones y se
ejecutaran obras en condiciones tales para servirlas, que la zona
tenga que fijarse, sin embargo, de acuerdo con aquel concepto
erróneo de que hablábamos antes, siendo de esperar para los inte-
reses generales que la densidad de riego en la zona no se acentúe
hasta poder terminar las obras que requiere la regularización del
régimen del río Salí con el embalse de sus aguas, y que no sola-
mente hará desaparecer, en parte, aquel inconveniente sino que per-
mitirá extender la zona á una área mucho mayor.
En parte decimos, porque regularizando el régimen del río, sólo
habrá disponible 14 000 litros por segundo para todo el río, es decir,
para las dos márgenes, y por lo tanto, asegurada la equitativa dis-
tribución entre las dos, siempre resultarán las obras ejecutadas de
capacidad exagerada.
AN. 50C. CIENT. ARG. — T. LXIV. 17
N
58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La extensión de la zona que permitirá la regularización del régi-
men del río, calculada en 100000 hectáreas de riego efectivo ó sea
siempre con la misma densidad de riego, una región de 125000
hectáreas de superficie, hará más sensible aún el falso concepto que
ha presidido en el trazado del canal de El Alto, puesto que el ser-
vicio de provisión de agua á las tierras del este de Cruz Alta y
noroeste de Leales hubiera quedado plenamente asegurado, dentro
de los límites que señala el mismo plano citado.
En cuanto al norte de Leales, el canal de El Bajo cuya zona de
influencia, esto es, á que alcanzan sus aguas, sólo toma una parte
reducida, ensanchándose también, hubiera quedado igualmente ser-
vido. La parte más al sud, ya frente al río del manantial Lules y
otros que bajan de la sierra del oeste y caen al Salí, conveniente-
mente regularizados también, darán agua no sólo para la zona que
hoy sirven sino para ensancharla y permitir el paso de las aguas á
Leales, derivadas siempre hacia el este del departamento siguiendo
líneas de menor pendiente, dejando las de mayor pendiente hacia el
sud, para las derivaciones secundarias. Y si á esto se agrega que el
plan general de desagiies cuya urgencia empiezan á reclamar algu-
nas zonas de la actual red, deben proporcionar un caudal de agua
no despreciable, susceptible de aplicación también para el riego,
resulta que el departamento de Leales podrá transformarse comple-
tamente, y con la ventaja de que no habiendo derechos reconocidos
al uso de las aguas públicas á favor de ninguna propiedad porque
nunca se han conocido más aguas que las de lluvia, el gobierno se
encuentra en entera libertad de fundar colonías agrícolas expro-
piando grandes zonas de terreno á las que previamente se com-
pruebe, por estudios serios, poder proveer de agua suficiente para
el riego, vendiendo luego las tierras valorizadas en esa forma.
Entrando al examen de las condiciones propias á cada canal, basta
una ojeada al plano señalado para observar que el mayor número
de los ingenios se encuentran escalonados en una línea paralela á la
playa del río, servidos por un camino llamado de Cevil Pozo que
atraviesa de norte á sud sus respectivas plantaciones desde la Flo-
rida hasta San Miguel, y que por esta misma disposición especial se
esfuerzan por servir con un ramal propio cada una de las empresas
férreas que dominan la región, el Ferrocarril Central Norte del Es-
tado y el de Buenos Aires y Rosario de empresa particular, recon-
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 259
centrándose así en una faja de terreno relativamente angosta dos
vías férreas en competencia y un camino general.
El trazado del canal principal de El Alto parece haber obedecido
al mismo criterio comercial ubicándose dentro de la misma faja, sin
tener en cuenta la topografía del terreno, ganando en cambio la
diferencia de nivel entre los puntos extremos á fuerza de repetir
saltos de agua, pequeños de altura y de utilización difícil y costosa :
lo comprueba el mismo trazado, que en la parte que se hallaba cons-
truída tiene una sóla alineación recta de Him. S1 + 74,60, que repre-
senta el 50,5 por ciento de toda su longitud, como lo confirma el
adjunto cuadro, en que además hemos agregado la última parte cons-
truída hasta la estación Ranchillos del Ferrocarril Buenos Aires y
Rosario, buscando francamente la parte este del departamento de
Oruz Alta y siguiendo la vía del referido ferrocarril para producir
el menor daño posible á las propiedades, al ubicarse el canal al lado
mismo del alambrado de la vía, conciliable con la desnivelación del
terreno siguiendo esa traza.
El análisis comparativo de las pendientes elegidas confirma tam-
bién que en el trazado de este canal no ha presidido otro propósito
claramente definido que el muy poco plausible de satisfacer con
demasiado interés las necesidades del presente en los ingenios, sa-
crificando el interés general que ha debido tenerse en vista al eje-
cutar obras importantes como las que forman las arterias axiales de
la red de distribución, aumentando sin necesidad el costo de las
obras y perdiendo por un lado lo que se ganaba por otro sin ventaja
alguna real en el plan de conjunto.
Véase en efecto en el cuadro siguiente cómo al ejecutar la última
parte de la recta á que nos hemos referido, con el propósito de no
cambiar la dirección de la alineación recta elegida desde el prin-
cipio y bajar cuanto antes al punto terminal, se aumenta la pen-
diente en una proporción exagerada exponiendo los taludes y solera
del canal á degradaciones inevitables con la velocidad adquirida
por el agua en movimiento y que han hecho indispensable, poco des-
pués de la habilitación al servicio público, revestimientos impor-
tantes y costosos que compensan con exceso aquella mal entendida
economía de construcción.
260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CANAL PRINCIPAL « EL ALTO » DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo del desarrollo de las curvas y longitud de las rectas
ES Dn o 2 a 1=) S
3 Es = E E E E Observaciones
4 E Ñ E “E
1 9000" 2000 2000 3142 12%80 | Centro ála izquierda
22 E air 10 00 6 03 11 46 s0 13 — derecha
3 | 153 11 100 00 23 84 46 80 72 23 — =
4 | 134 00 200 00 S4 90 160 57 16 00 7 izquierda
5 | 151 56 100 00 24 99 48 98 1031 12 = derecha
6 | 148 45 200 00 55 94 109 08 635 07 — izquierda
7 | 122 00 50 00 27 71 50 61 717 29 = derecha
8 ¡130 34 100 00 46 06 86 27 97 31 — izquierda
9 | 144 54 100 00 31 63 61 26 509 34 — =
10 | 114 10 50 00 32 37 57 45 149 60 = derecha
11 | 156 37 100 00 20 69 40 81 212 64 — izquierda
12 | 178 04 | 1000 00 16 87 39 711 S03 40 = E
13 | 157 00 500 00 | 101 72 200 71 394 13 = Ez,
: 1 98 = derecha
15 | 142 49 100 00 33 64 64 90 9 42 — izquierda
16 | 144 49 100 00 31 71 61 41 551 95 == derecha
17 90 40 10 00 9 88 15 59 171 46 e izquierda
18 80 26 10 00 10 10 15 81 1271 86 == derecha
19 | 162 45 8 30 12 60 24 99 7456 70 == izquierda
20 | 117 00 9 10 o) 10 00 40 91 = derecha
21 ! 134 15 6 25 5 35 9 98 45 62 LE izquierda
22 | 120 13 18 00 10 50 20 30 913 70 == pa
23 | 140 02 25 00 9 10 17 44 | 2791 05 E de
24 | 140 02 25 00 9 10 17 44 23 00 Es derecha
25 | 140 02 25 00 9 10 17 44 360 55 E e
a Es 23 00 Se
96 | 14002 | 2500 | 910 | 17 44 DO 0 aaa
1249 85 | 24341706
4.9% | 95.1 9
——___a
2559091
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 261
CANAL PRINCIPAL « EL ALTO » DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo de la posición, extensión y número de las rasantes
POSICIÓN HECTOMÉTRICA PENDIENTES EN mum.
DE LA RASANTE
2 HT a 0
p Longitud Observaciones
== a ——_A
Por Por
Principio Término metro Unidad
No de orden
5659200 Fin Sl canal ma-
triz.
190 35
Salto de 1"40 y
vertedero.
00
90 E ==%2 | Salto de 1240.
50 : —— 1.30.
— 1,30 y
3 40
puente.
00 Ye Leto Salto de 1%00.
s0 z A 90.
2. 3 o y
1000 puente.
E E ES a 2.00 z Z
15 | 144.76.25 | 148,41.85 365 60 2.00 1000 Salto de 0750.
16 | 148.41,.85 | 149.36.75 94 90 2.00 da — 1,00.
Al, 96, a 1000
17 | 149.36.75 | 151,93,25 256 50 2.00 Eon — 1,00.
96. DO. | o 1000
(Continuará.)
EL INGENIERO
CONFERENCIA LEÍDA EN EL XXXV? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD
CIENTÍFICA ARGENTINA
PoR EL INGENIERO DOMINGO SELVA
Señor presidente de la Sociedad Científica Argentina,
Senoras,
Señores :
Llamado á disertar en reunión tan selecta por quien acaba de ha-
cerme objeto de tan honrosa distinción, no me he creído autorizado
para negarme y he aceptado el serio compromiso, confiado en la bene-
volencia de mi auditorio y en lo simpático del tema que he resuelto
tratar.
Me ha alentado también el hecho de tener que ser breve dando á
esta exposición el carácter de una simple causerie, por lo cual, la infe-
rioridad de mis fuerzas no podrá ser un inconveniente para acceder
al pedido de un grupo distinguido de amigos y colegas, que de este
modo me brindan una ocasión propicia para hacer una verdadera pro-
fesión de fe.
Las matemáticas no se prestan para entretener á damas y caballe-
ros. No son para alternar con la manifestación más sublime del
arte, la música, ni para pasar una hora en forma amena. Sólo las gus-
tamos los que estamos habituados á ellas, por amor ó por fuerza, del
mismo modo que otros se deleitan leyendo las elucubraciones filosó-
ficas de Haeckel ó la crónica política de la prensa.
Por ese motivo voy á hablaros de algo que, aun teniendo que ver
con las matemáticas, es posible os interese. Voy á hablaros de mi
- EL INGENIERO 263
profesión, como un hijo puede hablar de su padre. Voy á abrir las
válvulas del corazón y dejaré escapar todo el sentimiento que él en-
cierra, todo el entusiasmo, toda la veneración que me inspira esta
ingeniería tan poco considerada, tan mal conocida y peor amparada
y á la cual debo todo lo poco que soy y lo poco que pueda valer.
Y si, después de oirme, 0s parece que he defraudado vuestras espe-
ranzas, culpad á vuestra ingenuidad, al concurrir á esta velada cre-
yendo que la palabra de un ingeniero podría seros amena y placentera.
Es la ingeniería la manifestación más compleja de la actividad tée-
nica del hombre; es la rama del saber cuya realización práctica pre-
supone la mayor suma de labor y la mayor variedad de conocimien-
tos, poniendo á contribución todas las demás ramas en obsequio de
la solución de los grandes problemas que la naturaleza depara al hom-
bre en la tarea diaria por su perfeccionamiento y en pos del conoci-
miento de la verdad.
En efecto, el ingeniero vive en inmediato contacto con la natura-
leza; se deleita en la contemplación de sus infinitas bellezas; se insu-
me en el estudio de su génesis y agota sus fuerzas en la tarea de
materializar sus múltiples secretos en obsequio de su mayor bienestar.
Y es justamente esta identificación con la naturaleza, lo que hace
que el ingeniero, á la larga, se forme un modo particular de ser, ad-
quiera ciertas condiciones de carácter y cierta modalidad que lo dis-
tingue sobre todos los demás profesionales, haciéndole tal vez, más
apto para soportar los sinsabores de la vida, más dispuesto á tolerar
las maldades de sus semejantes y más pronto para tenderles la mano
en los momentos de angustia y de dolor.
La obra del ingeniero ha sido en todas las épocas, obra de progre-
so, Obra de civilización. La mecánica, la industria, la ciencia, las artes,
deben á la paciente labor del ingeniero, sus más preciosas conquistas,
sus frutos más preciados.
El incremento del intercambio comercial entre los pueblos más ale-
Jados del orbe; la más fácil comunicación del pensamiento; el acor-
tamiento de la distancia; la supresión de hecho de los mares, de las
montañas, de los ríos, de los accidentes naturales que se interponen
á la libre intercomunicación, todo ello es obra del ingeniero; todo es
el resultado de su persistente labor, de su abnegación, de su heroísmo,
y á veces de su inmolación. Pues, la brillante ruta que la humanidad
recorre á pasos agigantados en su fiebre de progreso y de mejora-
miento, está bordeada de túmulos en los cuales reposan á millares,
los despojos de técnicos de todas las edades y de todas las épocas,
264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que quedan marcando las jornadas de su labor fecunda y altruista.
Y cosa particular; aun los pueblos más bárbaros, los pueblos que
calificamos de faltos de civilización, que conceptuamos como huérfa-
nos de todo conocimiento y de toda noción de ciencia y de arte, han
tenido y tienen sus ingenieros, tan ingeniosos y tan meritorios como
el que más de los nuestros, y á cuyos esfuerzos debe su pueblo, bienes
incalculables.
En todas las épocas y en todos los pueblos, el hombre ha encon-
trado, por ejemplo, mares y lagos que le han interceptado el camino
y que le ha sido preciso franquear. El malayo lo ha hecho con su
piragua de junco; el indiano lo ha hecho con una canoa excavada en
el tronco de un árbol; los unos han ingeniado la balza, formada por
tablones toscamente cortados y reunidos con tiras de cuero; los otros
han hecho canoas con cueros de búfalo, de rinoceronte, de hipopóta-
no, etc. Los fenicios han ideado los grandes galeones de madera; los
pueblos modernos los han reemplazado con los barcos de casco de
acero, y con el andar del tiempo quién sabe á lo que se llegará en
materia de navegación.
Pues bien, tanto el malayo como el moderno artífice de la ingenie-
ría naval son igualmente ingeniosos y meritorios. Cada uno en su
época, cada uno en su ambiente, cada uno según los elementos de que
ha podido echar mano, ha hecho obra más ó menos útil, pero útil al
fin. Y si hoy, día tras día, vemos surcar los mares por navíos que son
una maravilla de belleza, de confort, de solidez, y de elegancia, vál-
gale al ingeniero moderno el poder aprovechar de la experiencia secu-
lar de generaciones y más generaciones pasadas.
Las grandes conquistas que han hecho la gloria de la Roma de los
Césares, son en gran parte, obra del ingeniero.
Las máquinas de guerra, las torres de asalto, las catapultas, los
famosos puentes que las legiones lanzaban sobre los cursos de agua,
los grandes viaductos, etc., todo ha sido obra de la ingeniería militar
y civil. Y que fueron obras de la más perfecta concepción y ejecución,
lo demuestra el hecho de que muchas de ellas vienen desafiando dece-
nas de siglos, irguiéndose impávidas y majestuosas cual pujante em-
blema de la técnica y de la tenacidad de una raza privilegiada, cuyo
recuerdo no muere en la historia de la humanidad.
Y en los tiempos actuales ¡cuán colosal es la lista de beneficios de
que disfrutamos, merced á la obra del ingeniero!
Contemplemos en una mañana de invierno la cima de una alta mon-
taña. Ella está cubierta de una espesa capa de nieve, que blanqueaá
EL INGENIERO 265
los rayos del sol. Al breve rato, por la abrupta pendiente vése serpen-
tear como culebra de plata, un hilo de agua, proveniente de la licua-
ción de la nieve, que el cierzo endureciera, y como si jugueteara entre
las piedras, baja á pequeños saltos, engrosando de momento en mo-
mento por el continuo derretir de nueva cantidad de nieve,
Buscando abrirse camino, corroe poco á poco la superficie del suelo
y tórnase al cabo de cierto recorrido en un arroyuelo ruidoso y jugue-
tón. Prosigue su camino y reuniéndose á otros y más otros se pone
cada vez más engreído, más retozón y más bullicioso, y por último á
fuerza de andar y andar, recogiendo otros afluentes, adquiere grave-
dad y mesura dejando correr su majestuoso caudal por un cauce bien
definido hasta perderse en el exterminado océano ó hasta ocultarse
en el arenal inmenso.
Pero á veces, mientras dentro del cauce definido corre el caudaloso
río, en sus riberas se extiende una ancha faja de tierra inculta y esté-
ril por falta de riego. Mientras en definitiva ese caudal de agua va
como quien dice á humedecer al mar, la tierra circunstante arde en
deseos de apagar su sed, en deseos de refrescar sus entrañas para
brindar al hombre abundantes mieses, desterrando tal vez de su suelo,
la miseria, el hambre, la desolación.
Acude entonces el ingeniero. Y con su téenica y su labor, vencien-
do dificultades mil y arriesgando nombre, fortuna y sosiego, á veces,
opone al majestuoso andar del río una valla formidable de conveniente
altura. El agua, impedida en su libre camino, parece detenerse sor-
prendida y como si el furor contenido hinchara sus venas, aumenta
poco á poco su altura formando un remanso. Mas, resignada luego
con su suerte, — asi como si aceptara la supremacia del hombre, del
ingeniero, — se tranquiliza y se escurre sumisa y mansamente por
los canales abiertos en los flancos de su lecho aguas arriba, y subdi-
vidiendo su caudal en más y más canales secundarios y terciarios,
concluye por verterse sobre el médano y el arenal improductivo, apa-
eando su sed y haciéndole lozano y feraz.
Y el ingeniero en su afán de facilitar la vida á sus semejantes,
interviene luego bajo otra forma diferente. Son las armas de la mecá-
nica las que esgrime. Enrojeciendo al hierro, fraguándolo, amartillán-
dolo, hasta convertirlo en una reja la que armada sobre un bastidor
conveniente se convierte en un arado, con el cual surcando el arenal
humedecido completa la obra del riego y convierte á los campos áridos
en floridos vergeles.
Es así como zonas extensas de terrenos se han transformado en
266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
campos valiosos, merced á la obra del ingeniero á cuya labor inteli-
gente y metódica deben las naciones su prosperidad material.
Pero no fuera completar la obra el dejar que esa agua embalsada
se escurra mansamente. El ingeniero sabe que por un principio de
física, todo desnivel brusco en un curso de agua produce una caída,
la que representa un almacenamiento de energía.
Estudiando la manera de aprovecharla, inventa la turbina, la cual
puesta en movimiento por efecto del peso del agua que gravita sobre
ella, por un sistema de engranajes transmite aquél á otros árboles
sobre los cuales se fijan dinamos produciendo luz, fuerza y energía
eléctrica, la que se aprovecha en las máquinas operadoras, llenando
así otra parte de su misión de progreso : el procurar energía para las
industrias, á precio conveniente y reducido.
Y he ahí la obra del ingeniero en su manifestación más admirable.
Aprovecha el copo de nieve caído en la montaña transformado en
agua, y lo convierte en luz, en fuerza, en riqueza agrícola! Cuántas
veces, contemplando estas múltiples lamparillas que nos alumbran,
os habréis preocupado de averiguar cómo se realiza este fenómeno
que se llama luz eléctrica. Bien merece la pena de preocupar la aten-
ción de todos!
Pensad que todo ello es la materialización de principios físicos,
debido á la ciencia del ingeniero. La dínamo que produce la corriente;
el cable que la conduce; el conmutador que la somete á nuestra vo-
luntad; la lamparilla incandescente y la de arco donde se transforma
en luz, todo es obra del ingeniero. Todo es el fruto de su saber, el
premio á sus vigilias, el resultado de quién sabe cuántos sinsabores
y malos ratos! Todo representa el triunfo de la ingeniería, pero á
expensas de quién sabe cuántos desalientos, de quién sabe cuánta
desesperación!
Agregad á ello esa otra aplicación admirable de la electricidad :
la tracción! Pensad en ese complicado mecanismo que tomando la
corriente eléctrica en el punto de contacto de una ruedita con un ca-
ble, es misteriosamente llevada al electromotor y allí puesta en liber-
tad. Impaciente por escapar del aprisionamiento en que se encuentra,
se escurre por la interminable espiral de alambre irradiando á su
alrededor un flujo de fuerza tan grande que hace poner en movimiento
el árbolmotor y con él, todo el vehículo.
¿Queréis obra más admirable? ¿Queréis cosa más genuinamente
estupenda que el ver deslizar sobre rieles de acero, como fantasma,
de un modo imponente, un complicado vehículo que vuela, por decirlo
EL INGENIERO 267
así, dándonos la idea de un monstruo que pareciera desafiar todo po-
der humano, imposible de detener, de desviar, de acelerar ó retardar
en su marcha vertiginosa y que, sin embargo, á un simple giro de
manivela se detiene, dócil como un niño, obediente á la voluntad de
un inconsciente, como es en general un motorman? Ah! es que en ese
aparatito regulador se encierra el alma de más de un ingeniero! Para
llegar á él, fué preciso gastar muchas energías intelectuales; fué pre-
ciso sobreponerse á más de un momento de desaliento y de desespe-
ración.
Otros campos, ocupan la mente del técnico, y como en los que pre-
ceden, con igual resultado y con el mismo mérito.
Trasladémonos á una de esas lejanas estancias de nuestra Pampa
mentada. Figurémonos estar en la hora del crepúsculo, á la caída de
la tarde. Todo es silencio en derredor de la casa. Sólo el ave solitaria
de la noche lanza á ratos su lúgubre y estridente grito, como para
advertirnos que no todo duerme en la naturaleza que nos rodea. En
veinte leguas á la redonda no hay alma viviente. La Pampa ilimi-
tada se entristece ante la huída del sol. En el lejano horizonte apa-
rece las primeras estrellas, y el colono de pie, bajo el alero de su casa,
dirige una mirada melancólica hacia el occidente que enseña los últi-
mos tintes rosados del sol poniente, y piensa por milésima vez en la
triste situación del hombre alejado del centro de la civilización!
Pero de repente en la obscuridad de la noche que ya se ha hecho
densa, el ojo avisado y escrutador del campesino algo divisa en lon-
tananza; algo, que le hace pintar en su semblante una expresión de
ansiedad é inquietud.
¿Qué será?
Algo muy singular por cierto! Su mirada vivaz y penetrante ha
entrevisto en las tinieblas que le rodean, un punto luminoso persis-
tente, que él sabe no debe confundirse con un fuego fátuo ó con el
luminoso volido del tuco-tuco. Él lo ve crecer, poco á poco, y avan-
zando su cabeza, parecería querer oír algún ruído lejano. Momentos
después, su duda ha desvanecido. El punto luminoso se ha agrandado
y sigue agrandándose de segundo en segundo. El silencio de la noche
se turba con un ruído sordo de hierros y cadenas cuyo tono sube á
medida que se ensancha el foco de luz. El colono entonces sonríe. Á
la tristeza de su semblante ha sucedido una expresión de contento
que llena el alma. Breves ratos más y nótase que el punto luminoso
precede á un bulto obscuro, con otras luces más pequeñas atrás. El
ruído crece. Óyese en el aire el sordo rodar de hierro sobre hierro.
268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Pronto aquello toma forma, y al mismo tiempo un estridente silbido
sacude el ambiente despertando sobresaltada á la naturaleza dormi-
da. Algo avanza majestuosamente envuelto en una cabellera blan-
co rosada, anunciándose con formidables resoplidos. Ah! ya lo
vemos! Es un tren. Parece un monstruo animado que furioso y des-
bocado, echando humo y baba, huye sobre el riel en loca carrera, sin
temer obstáculo, inconsciente del peligro, lleno de su poder. El colono
ha corrido ya á la estación, mientras el tren, lanzado en vertiginosa
carrera parecería que va á pasar de largo, como una visión, dejando
burladas las esperanzas del poblador.
Pero, en la casilla de la locomotora, vése á un hombre, la mano
puesta sobre una corta palanca. En un momento dado la mueve, una,
dos, tres veces. Á cada movimiento, el monstruo parece encogerse y
disminuye de velocidad, en forma paulatina, y antes de haber andado
cien metros, entre choques de paragolpes, ruídos de cadenas, y reso-
plidos de la locomotora, el convoy se detiene.
La fuerza bruta ha cedido una vez más á la técnica que representa
esa palanca del freno automático!
La solitaria estación revive por breve rato. Pasajeros bajan, pasa-
jeros suben. Cartas van, cartas vienen. Es un cuchicheo, una algaza-
ra que revela á la distancia, la alegría inmensa de que ha sido porta-
dora inconsciente la locomotora imponente y poderosa.
Mas, suena una campanada. Abrazos, saludos, encargos, gente que
vuelve al tren, gente que se queda en el andén, tintes tristes en el
el semblante de éstos. Segunda campanada. Un corto silbido, y un
prolongado silbato. El maquinista ha vuelto á poner su mano sobre
una segunda palanca, y la otra sobre una tercera. Silenciosamente el
convoy se mueve, se aleja, cada vez más veloz lanzado en su carrera
vertiginosa dejando tras de sí tan sólo el recuerdo de su paso.
Poco á poco su silueta, se desvanece. Ya no se ven sino las tres
luces reglamentarias de cola del tren. Algo se divisa aún de la rosada
cabellera. Pero muy luego, todo desaparece, cerrándose las tinieblas
detrás del convoy, ocultándolo completamente.
El colono está de regreso á su casa, con semblante menos triste.
Lleva en la mano un paquete que el correo le ha dejado. Son los dia-
rios de la capital, son las cartas de la mujer amada, de los hijos. Es
la correspondencia comercial.
Esa noche, tiene programa. Ya no se quejará de su soledad. Se dor-
mirá tarde, desvelado, pensando en los seres queridos, en los intereses,
en los acontecimientos del orbe. La lectura de los diarios le ocupará
EL INGENIERO 269
días y días, y por ellos, reglará sus especulaciones y sus negocios. Por
su intermedio, el hombre que reside á mil leguas de la capital, vivirá
la vida de ésta, sentirá sus latidos, se confundirá en su palpitar. Ya
no será huérfano de los beneficios de la civilización.
He ahí la faz altamente inapreciable del ferrocarril.
Esos rieles de acero que vinculan pueblos y pueblos, que salvan
las profundas depresiones del suelo, que escalan las alturas ó perforan
sus entrañas, son como la materialización del sentimiento de la con-
fraternidad humana. Esas locomotoras ruidosas é imponentes, parecen
ser la personificación de la voluntad del hombre, que se sobrepone á
todas las dificultades en su afán de llevar á los más lejanos lares los
beneficios de la civilización y del progreso !
Y bien, ese ferrocarril, es la más feliz y la más compleja creación del
ingeniero, á la vez que representa el campo de acción de su actividad
y dedicación, que más lo expone á las adversidades de la suerte, á las
pruebas más sublimes de abnegación, de constancia y de altruísmo.
De ello tenemos prueba sobrada en la historia ferrocarrilera de
nuestro país.
Historiemos por un momento el ayer de nuestra patria.
Pensemos por un momento en los exterminados desiertos del norte
y oeste de la república y procuremos imaginarnos lo que eran cuaren-
ta años atrás. Pensemos en la Salina Grande que enclavada entre tres
provincias ricas y fértiles, interceptaba su comunicación, amenazan-
do con la muerte ó con penurias sin cuento al osado viajero que se
atrevía lanzarse á su través. Pensad en el peligro constante del sal-
vaje asechando al viajero, atentando contra el hogar y la tranquilidad
del valiente colono que poco á poco iba avanzando hacia lo descono-
cido, conquistando para la civilización palmo á palmo nuevas tierras,
las que á veces compraba con su sangre y la de los seres queridos!
Todo era pobreza! todo era miseria! Nuestras provincias lejanas
vivían en su exclusivismo y en un ambiente de ignorancia y de atraso
que daba horror.
Las fértiles campiñas tucumanas estallando en su lozanía por pro-
ducir sus múltiples frutos. Las colinas cordobesas verdeando en mil
tonos, clamando ser holladas por miles de vacunos. Los pedregales
de Cuyo sedientos de agua á pesar de estar surcados de distancia en
distancia por grandes ríos y amhelando ser arrancados á la inacción,
prometiendo en recompensa néctares variados y deliciosos. La pampa
porteña y santafecina fatigadas de su propia extensión y monotonía,
pidiendo á gritos el amor del hombre para vestirse de verde y oro
270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
brindándole mieses y follaje. Todo eso así, en estado primitivo, sin
mente que de ello se ocupase ni brazo que lo amparase.
¿ Por qué ?
Porque el azúcar tucumano fabricado en moldes de barro, por sim-
ple evaporación del zumo de la caña, era un producto inferior y cuya
conducción fuera de la provincia representaba un costo incalculable.
Porque el ganado cordobés era de calidad inferior, y su arreo en de-
cenas de leguas lo desvalorizaba de un modo tal, que no podía ser
motivo de transacciones lucrativas.
Porque el zumo de Cuyo, proveniente de cepas indígenas que á
fuerza de estar abandonadas á sí mismas siglos y siglos habían adqui-
rido las características salvajes del ambiente dando productos imbe-
bibles. Porque el transporte de los granos producidos en el litoral,
por caminos intransitables, resultaba ser obra de romanos, que en de-
finitiva venía á costar una temeridad, encareciendo el producto y ha-
ciendo imposible su exportación por las pocas caletas de embarque
de nuestro Paraná ó de nuestro Plata.
Las vinculaciones sociales entre los moradores de provincias leja-
nas eran limitadas á un grupo privilegiado de personas. Eran limita-
das á los que por sus medios de fortuna ó cultura intelectual, los hacía
anhelar la extensión de sus conocimientos, infundiéndoles el valor de
emprender la travesía penosa y difícil.
Las distancias enormes mataban toda comunicación de pensamien-
to y de ideales. Las molestias del camino y los peligros ¡inherentes á
un viaje mediterráneo ahogaban toda iniciativa de intercambio co-
mercial é intelectual. Recordemos que desde esta capital 4 Tucumán,
se empleaban seis meses en el viaje, utilizando carretas arrastradas
por quince yuntas de bueyes. Y deduzcamos de ello, qué intensidad
de tráfico podía dar lugar semejante sistema de traslación, y con qué
clase de comodidades nos era dado contar !
La constitución política del país, ha sido retardada decenas de años
por falta de medios cómodos y rápidos de comunicación. El caudillaje
ha tenido en este aislamiento de las provincias, un auxiliar poderoso.
Poner entre sí y el gobierno central una travesía grande ó una pampa
exterminada; era garantizarse la impunidad y la plena libertad de
acción. Ganar la Pampa y las fronteras con el salvaje, era librarse de
la carcel y del patíbulo.
De ahí la eriminalidad en auge : de ahí el predominio del valor per-
sonal ; de ahí la implantación del más perfecto sistema de localismo
y de exelusivismo!
EL INGENIERO 21
Ahora bien, el vincular entre sí las provincias, el acortar las dis-
tancias, el salvar las dificultades opuestas por la naturaleza, el des-
arrollar el intercambio de productos y de ideas, el dar fácil salida á
los productos de la tierra y mejorar su calidad, era un gran problema
de política nacional.
De ahí, la feliz iniciativa del camino de hierro, cuya primera ma-
nifestación en el país, fué la línea de la plaza Lavalle — entonces lla-
mada del Parque — hasta Flores, recorrida por « La Porteña », reli-
quia histórica de nuestra juventud como nación, guiada por el italiano
Corazzi, de imperecedero recuerdo.
Pero la solución del problema exigía la cooperación del hombre
que diera forma práctica al pensamiento teórico. Era necesario poder
echar mano de espíritus generosos que afrontando las mil dificultades
que la naturaleza oponía, tuvieran la ciencia y la energía suficientes
como para realizar la magna obra.
El estadista había terminado su misión, al enunciar la mejor solu-
ción del problema y ahora cabía la intervención del técnico para ha-
cerla efectiva. Comenzaba la obra del ingeniero.
Éste, revestido de toda la energía de que fuera capaz, posesionado
de lo elevado de su misión, sabiéndose objeto de la mirada y de la
atención de todo un pueblo ansioso de nueva vida, anhelando romper
las viejas correas de la tradición, modestamente apronta sus elemen-
tos y en silencio se prepara á rendir su vida si se ofrece, en obsequio
del ideal generoso.
Resignado, abandona hogar, familia, comodidades y trueca el am-
biente risueño de la gran ciudad por la soledad y lo desconocido. Con
semblante triste, con su corazón apenado pero con voluntad y deci-
sión, parte en compañía de pocos cooperadores tan osados como él, y
da principio al estudio somero de la traza del ferrocarril.
El reconocimiento de ésta, le exige recorrer la zona en la forma
más incómoda y más peligrosa, Con su mente siempre alerta, obliga-
do á buscar las dificultades y los inconvenientes para ver cómo se
salvarán más tarde, en vez de evitarlos. Le exige penetrar en el de-
sierto, cruzar la salina, vadear ríos cuya correntada no conoce, esca-
lar montañas cuyas cimas se pierden en las nubes, sufriendo hoy el
calor, mañana el frío, unas veces la sed, otras el hambre, vigilante
siempre, obligado á mostrar á sus subalternos un semblante de gozo
y una resistencia de hierro, cuando tal vez la pena más negra embar-
ga su ánimo y su cuerpo desfallece por la tensión nerviosa y por la
fatiga prolongada.
272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Anda, desanda el camino hecho, tuerce á derecha, se desvía á la
izquierda, retrocede, adelanta, y al cabo del día, el camino útil y efec-
tivo que ha andado es insignificante. Y un día tras otro, pasan las
semanas, pasan los meses, á veces aislado del mundo entero, sin noti-
cias de su familia, sin noticias de su semejantes.
Y mientras su mente está ocupada por mil problemas del trazado
y por mil detalles de la campaña es distraída á veces por funciones
paternales para traer á la concordia á su heterogénea compañía, la
cual, ignorante de la elevada misión que va cumpliendo, no atina á
la tolerancia y á la sensatez, provocando conflictos y aumentando las
dificultades de la expedición.
De día y de noche el ingeniero cavila. Ora es la acémila, ora es el
bagaje técnico, ora es la proveeduría dichosa causa de los mayores
sinsabores. Duerme á ratos, agitado siempre por la responsabilidad
que le incumbe. Es esclavo de su saber, de la confianza que ha inspi-
rado al superior, del interés por la vida y tranquilidad de su comiti-
va, del honor de su profesión !
Pero, tras larga y dolorosa gestión, termina al fin su campaña de
estudio en el terreno, y prepara el regreso á su hogar. Oh! con qué
placer, con qué alegría emprende la vuelta! Cuán largo le parece el
camino á desandar !
Pero, vuelve lleno de satisfacción profesional! Está orgulloso del
bagaje científico que trae, y que en el despacho le permitirá compilar
el proyecto definitivo. Le halaga la idea de realizar después su obra,
de volver al terreno, va no desconocido, tendiendo rieles, tendiendo
puentes, perforando cerros, cortando lomas, anunciando su avance
en el desierto, con el ronco silbato de la locomotora. Y se figura á
ratos, estar de pie en la plataforma delantera de aquella, recorriendo
la obra concluída, sin parar, fijando su mirada altiva en el lejano ho-
rizonte como diciéndole: «te he conquistado, ya no te temo » y sueña
también con la gloria de su nombre vinculado para siempre á la obra
de progreso y de aliento, y piensa en la satisfacción que su triunfo ha
de producir en el ser amado!
Han pasado varios meses. El trabajo de gabinete está por terminar.
Mas, las ilusiones que el ingeniero se forjara poco ha, están también
á punto de desvanecer.
Razones políticas, razones, económicas, razones personales, ete.,
influyen hoy para que lo que ayer se considerara como una obra de
urgente realización ya no lo sea. Toda la labor del pobre ingeniero,
EL INGENIERO 273
todo el sacrificio de una larga campaña no tendrá ya más destino que
llenar unas cuantas carpetas del archivo ministerial. Pocos meses más
y el ingeniero habrá terminado su proyecto, estará aprobado y mere-
cerá un flamante decreto de «archívese hasta mejor oportunidad » y
hasta tanto, dénse las gracias al ingeniero por los servicios prestados
(cuando se las dan) ó destínesele á otra misión secundaria ó burocrá-
tica, ... que cuando sea el momento de realizar la obra estudiada, ya
surgirá el recomendado del momento, el favorito de la amistad ó el
predilecto de la política, ó el Benjamín de la familia, á quien encargar
de la dirección de los trabajos y recoger los honores finales y el pro-
vecho de la campaña!
He ahí una de las fases de mi profesión. He ahí relatada con páli-
dos colores la obra del pobre profesional y el provecho que de ella ha
sacado. Y nótese que las mil faces más, caben dentro del mismo cá-
navas y raramente exigen otros tintes para su descripción.
Pero, sigamos viviendo la vida del ingeniero. Recordemos su tra-
bajo de topo en las profundidades del subsuelo de las ciudades para
ubicar los grandes colectores de desagiie que las sanean; para dar
paso á los metropolitanos que desahogan la plétora de su tráfico ur-
bano; para extraer los secretos minerales que la tierra encierra en sus
entrañas, etc.
La higiene pública, la comodidad y rapidez de los transportes son
deudores al ingeniero en sumo grado.
El sifón que en la colectora domiciliaria intercepta el paso á los
gases mefíticos : el elegante lavabo, la cómoda bañadera, las brillan-
tes llaves y grifos, y ese sinnúmero de otros objetos que constituye
el sumum del confort moderno, son obra del ingeniero. El alejamiento
de las aguas cloacales, la incineración de las basuras, la provisión de
agua potable, la instalación de luz eléctrica, de calefacción, de venti-
lación, lo son también. La complicada máquina operadora que cual
artífice inteligente toma los delgados hilos y los teje hasta formar la
elegante y vistosa tela que contorneando el talle hermoso y esbelto
de la mujer, realza sus formas y acrecienta su elegancia y donaire,
son el fruto del saber del ingeniero. La máquina admirable que to-
mando la materia bruta la somete á una elaboración paciente y pet-
fectamente armónica, produciendo el encaje finísimo, el fieltro, el
paño, el lienzo, y mil otros productos que en manos de la hábil obrera
se transforman en elegantes complementos de la belleza femenina,
han costado cavilaciones sin cuento á más de un profesional.
AN. 50C. CIENT. ARG. — T. LXIV. 18
274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
El torno, la pinza, la rueda de esmeril, con los cuales el inteligente
orfebre pule el diamante, manipula el oro y opera esas maravillas de
la joyería moderna, por cuya posesión se desvela más de una her-
mosa, no existirían sin la ciencia del ingeniero.
La nave poderosa que enarbolando la bandera de la patria surca
impávida el mar proceloso; el submarino diminuto, que oculto en las
entrañas del océano asecha al poderoso enemigo y le hiera de muerte
en el momento oportuno; la mina flotante que vogando inocente sobre
las olas del mar, oculta en su seno la destrucción y la muerte; el ca-
nón formidable que á miles de metros de distancia siembra el espanto
y el horror; la aeronave que se eleva en la atmósfera y maniobrando
con precisión admirable se sitúa convenientemente para observar al
enemigo ó para aniquilar al orgulloso invasor; la telefonía, la telegra-
fía con y sin hilos, esa sublime amalgama de cosas conocidas y dis-
persas que el genio de Marconi creara para gloria de la humanidad,
todo eso es fruto de la ingeniería militar y civil, pero ingeniería
al fin !
El forceps que suple á la naturaleza
cultador, los mil adminículos de la mecánica terapéutica
resultado de la interpretación técnica de la mente médica. Son obras
el bisturí, la pinza, el aus-
son el
del ingeniero.
La dotación de los laboratorios químicos y físicos, las cápsulas,
los hornillos, las probetas, los termómetros, los barómetros, etc., son
obras de ingeniería. Los grandes telescopios que permiten al astró-
nomo penetrar su vista en el firmamento y seguir de cerca la marcha
de los astros inquietos deduciendo sus leyes, sus modalidades, su
forma, prediciendo su aparición á veces, su desaparición otras, anun-
ciando con anticipación de años los eclipses, los cometas, etc., son
instrumentos salidos de las manos del ingeniero.
La brájula en que confía el marino; el sextante que le permite
fijar su situación en el mar; el reflector que le permite indagar si en
miles de metros adelante no hay algún obstáculo ni peligro, son ins-
trumentos cuya construcción compite al ingeniero.
La mecánica, la física, la química, la industria, las artes, la cien-
cia, la belleza, el confort, la higiene, la seguridad, todo depende de
la ciencia del ingeniero. El progreso material y moral de un país —
la felicidad de los pueblos, el bienestar de la comunidad — son cosas
que sin el concurso del ingeniero fueran imposibles de obtener.
Admirad las obras preclaras de la arquitectura! Recordad los
propíleos de Atenas, los arcos de triunfo de Roma, los palacios se-
EL INGENIERO 275
noriales de la Edad Media, el Pantheon, el Parthenon, el Duomo, la
Catedral de Colonia, el Louvre, Versalles, la Alhambra, el Escorial,
los grandes palacios para las cámaras legislativas, para los tribu-
nales, etc., para objetos conmemorativos ó para utilidad y para em-
bellecimiento! Admiradlos! Son el fruto de la concepción artística
del arquitecto, traducida á la realidad por el ingeniero. Porque arte
práctico sin ciencia no existe. Los Miguel Angel, los Brabante y
los Leonardo de Vinci, son eximios ingenieros. Tanto que sus obras
no han sido superadas en atrevimiento constructivo, ni en concepto
técnico de solidez y estabilidad.
Pero hay más.
El estudio y ejercicio de las matemáticas parecería tener una in-
fluencia poderosa sobre la formación del carácter del individuo.
Ese continuo investigar la verdad ; el continuo procurar el conoci-
miento del por qué de las cosas y de los fenómenos, le encarrila el
pensamiento y le disciplina. Le despoja de toda preocupación y le
pone á cubierto de la distracción y de la divagación.
La mesura con que debe proceder en la solución de los problemas
de la técnica le guía también en el desenvolvimiento de la vida práe-
tica. Es más reposado, hasta tímido á veces, á pesar de no faltarle
arranques de entusiasmo y de generoso impulso.
La vida de sacrificio que muchas veces tiene que llevar, esa iden-
tificación de su sér con la naturaleza, el conocimiento inmediato de
las dificultades que obstaculizan la realización de sus propósitos, le
hace más sensible al dolor ajeno, le enternece, le hace afectuoso,
tolerante y bondadoso.
El ingeniero que ha hecho vida de campamento, que ha tenido que
alimentarse con el duro pan del expedicionario ó que ha tenido que
mortificarse de mil maneras ejecutando trabajos que han requerido
el concurso de muchos hombres y se ha visto precisado á imponerse
unas veces y á ceder otras, demuestra poser condiciones de huma-
nidad, de cariño, de altruísmo, difíciles de superar, sino de igualar.
Por otra parte, también, la ingeniería nacional tiene su libro de oro.
También la Argentina tiene en su firmamento científico astros bri-
llantes de sabiduría y de altruísmo. Los Huergo, que á los 70 años,
con un pasado glorioso de lucha y de labor, aun conservan energías
suficientes como para batallar por sus convicciones y pasarse sema-
nas enteras, y en pleno invierno, en las minas de Salagasta, estu-
diando los pretendidos yacimientos carbónicos, para venir á declarar
en pleno directorio, con toda lealtad y altura, que se han equivocado.
276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los Sehneidewind que pudiendo retirarse á disfrutar de los laureles
conseguidos, se mantienen en la brecha ferrocarrilera velando por la
más fácil y correcta intercomunicación nacional. Los Maschwitz,
que, malgrado una salud delicada mantienen su claro talento en una
variada y múltiple actividad, colaborando en la grandeza nacional ;
los Villanueva, encerrando en paralelas inconmovibles las prácticas
administrativas; los Lugones que en el ejército de la nación, repre-
sentan dignamente á la ingeniería, desvelándose por dar al soldado
casa cómoda, higiénica y confortable. Los Morales que durante 20 años
corren la ciudad arriba y abajo, siguiendo paso á paso su portentoso
progreso y tan sólo rinden las armas cuando el físico ya no resiste,
aunque sobran las energías intelectuales; los White, los Brian y los
Otamendi, y los Domineo á cuya obra persistente debe el país la exten-
sión de sus vías férreas; los Krause y los Aguirre, los Castro, los
Barabino, los Massini, los Duelout, los Wauters, los Labarthe, los
Agote, los Bunge, los Clerici, los Duncan, los Alsina, los Biraben
con su iniciativa bibliográfica, y tantos otros que en mil formas di-
versas, han dado brillo á la ingeniería civil.
Los unos, escudriñando el desierto buscando disipar las tinieblas
de lo desconocido que lo envolvía; los otros, construyendo puertos;
quienes levantando suntuosos edificios; quienes construyendo leja-
nos ferrocarriles ; quienes encausando ríos; quienes lanzando puen-
tes; quienes montando talleres; quienes mensurando y explorando
el territorio nacional; todos han aportado su grano de arena, para
levantar el suntuoso monumento de la técnica nacional y su nombre
deberá perdurarse como ejemplo de cultura y de abnegación.
El lejano Sud ha sido el sepulcro de más de un ingeniero. Entre
ellos el de una bella esperanza profesional, Real de Azúa y el de
un astro brillante en la ingeniería argentina, Cogorno. Su labor fué
poco fecunda porque en tierna edad rindieron su vida; pero será
justo reconocer que de ellos no fué la culpa. No trepidaron en res-
ponder al llamado, y sonrientes y felices emprendieron la marcha al
lejano desierto. El uno, cayó fulminado por la desventura, el otro,
por la dolencia artera. Ambos, son dignos de mención; ambos mere-
cen siquiera el recuerdo de una lejana estación de ferrocarril, con
más derecho tal vez que tanto bólido extranjero ó tanto criollo poli-
tiquero ó tanto rey del dinero!...
He esbozado la obra del ingeniero y la he relacionado con todo lo
que constituye la vida del hombre y su progreso individual y esté-
EL INGENIERO 217
tico, y entonces fuera injusticia negar que en la marcha ascendente
de los pueblos, el carro de la civilización es empujado por la obra
del ingeniero. Todas las demás manifestaciones de la actividad hu-
mana contribuyen sin duda alguna al mismo fin, y aun que tal vez
me fuera dado afirmar que nadie como el ingeniero pesa más en la
balanza á este respecto, para no ser indelicado aceptaré que por lo
menos pesará á la par de las demás.
Y sin embargo ¡cuántas injusticias le esperan! ¡cuántas desilu-
siones le depara á veces el destino! ¡cuántos desengaños, son la re-
compensa á una vida laboriosa, honesta y altruísta !
Y para mejor, los mismos poderes públicos, los que más aprove-
chan de la obra del ingeniero, son los más faltos de gratitud.
Lejos de ampararle, lejos de dispensarle protección y premiarle,
preocupándose de su porvenir, dienificando su profesión, poniendo
á ésta á cubierto de la intromisión de elementos extraños, reglamen-
tando su ejercicio y sometiendo las obras de ingeniería al severo
control de la crítica técnica, se despreocupa, deja que una cantidad
de parvenus se infiltren en el gremio, empañándolo con actitudes
equívocas y procedimientos dudosos.
Pero, confiemos en el porveuir. El tiempo es un gran juez y se
encarga de poner las cosas en su debido lugar. Día llegará en que
los poderes públicos comprendan mejor la obra patriótica y altruísta
del ingeniero ; día llegará en que lealmente reconozca su influencia
decisiva en el progreso del país, y entonces, le cobijarán al amparo
de la ley y de la justicia. Mientras, á los de la profesión nos baste la
convicción de que llenamos debidamente nuestra misión generosa
encontrando la recompensa correspondiente, en la satisfacción del
deber cumplido y en la estimación y cariño que nos profesan los es-
píritus elevados que, comprendiéndonos, nos hacen justicia, aunque
á veces y por desgracia... justicia póstuma !...
Llego al término de mi exposición y comprendo que el entusiasmo
me ha llevado tal vez á cantar un himno á mi profesión. Es verdad !
Pero, es que yo venero á esta profesión que para obtenerla he sufrido
tantas amarguras y en cuyo ejercicio he sufrido tantos dolores y tan-
tas decepciones, pero que también me ha proporcionado satisfaccio-
nes impagables. La venero y la estimo! Conozco sus halagos, co-
NOZCO SUS arcanos y comprendo su porvenir! Jóvenes que estáis es-
calando la escarpada senda que os ha de conducir un día al Olimpo de
vuestras aspiraciones de hombre, no desmayeis !!! Fuerza y contrac-
278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ción, constancia y voluntad. El porvenir es de los fuertes. No miréis
hacia atrás! La ingeniería argentina está llamada á brillar con luz
fulgurante en el firmamento de la técnica universal. Persistid !
Y cuando, laureados ya, devolviendo al país el fruto de vuestros ale-
teos de jóvenes, choquéis con dificultades que desalientan al común
de los mortales, erguíos con coraje, confiad en los recursos del ca-
'ácter y de la voluntad y afrontad la situación ! Lealtad, justicia, bon-
dad, han de ser las características del ingeniero ! Os lo dice quien no
siempre ha encontrado el camino sembrado de flores, y ha tenido en
cambio que remover piedras muy grandes que obstruían su ruta. Os
lo afirma quien tiene el derecho de deciros que con decisión y hon-
radez todo se consigue; quien, llegado ya á la plataforma de la vida,
puede ser creído y escuchado ! Trabajad con criterio progresista! No
desprecieis los adelantos de la ciencia! Innovad aún á trueque de
errar, que el error es señal de progreso. Luchad por vuestros idea-
les, y cuando agotadas las fuerzas ó embotado el sentimiento de
tanto sufrir — porque las luchas del progreso son emblemas de do-
lor — anheleis un consuelo y un aliento que la ciencia no puede daros
ya, buscadlo en el recuerdo de una vida de labor y sacrificio, y de-
cios : no he perdido mi tiempo, he llenado mi misión, he cumplido
con mi deber!
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA
CONFERENCIA LEÍDA EN EL XXXV” ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
POR EL DOCTOR FERNANDO LAHILLE
Señor presidente,
Señoras,
Señores :
Después de haber atravesado las lejanas edades de la piedra labra-
da y pulida, del hierro y del bronce; la humanidad culta se encuentra
hoy en la edad del vapor y de la electricidad. Su actividad unísona
se ha vuelto febril y la 4Auri sacra fames, del poeta, la sed del oro,
reviste hoy formas inauditas y agudas. Un síntoma de este mal, es la
propensión indiscutible que notamos de apreciar el valor de los indi-
viduos ó de las instituciones según el número de monedas que tengan
amontonadas ó que permitan conseguir.
En el tema que he elegido, me sería muy fácil mostraros todo el
inmenso poder que los laboratorios de biología acuática representan,
para aprovechar industrialmente y en gran escala, las innumerables
riquezas que brindan las aguas, tanto dulces como saladas. Podría
deslumbraros con resultados positivos y cifras elocuentes; pero sería
sacrilicar también al becerro de oro, é incitar indirectamente á su
culto. Quiero evitarlo, y para festejar el trigésimo quinto año de la
vida vigorosa y brillante de la Sociedad Científica Argentina, creo
que es más digno de ella no bajar de las alturas donde se rinde el más
puro de los homenajes á la ciencia desinteresada que ilumina y fe-
cunda el mundo!
No desconozco la potencia de las invenciones modernas, aplicadas
280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tanto á las obras de vida y de paz, como á los instrumentos de guerra
y de muerte; pero las victorias duraderas y verdaderamente fecundas
de las naciones, no consistirán nunca en sus inmensos talleres, en sus
cañones, en sus naves y torpedos, sino que residirán en su fuerza in-
telectual y moral, en sus escuelas y sobre todo en sus familias nume-
rosas, honestas y trabajadoras, que sabrán sentir lo bello y apreciar
la verdad, sin inquirir constantemente sus aplicaciones materiales y
su valor mercantil.
Agradezco como lo merece, el alto honor que la Sociedad Científica
Argentina me ha hecho al invitarme á tomar la palabra en esta fiesta
del pensamiento y de la labor intelectual, pero agradezco aun más á
las tan distinguidas señoras y señoritas, quienes han venido á demos-
trar por su presencia que la gracia nunca está reñida con el espíritu
y que las dotes de la inteligencia y del corazón, no son menores en
ellas que los encantos de la belleza.
Al entrar en este mundo, nos encontramos frente á dos leyes mis-
teriosas de la biología que dominan todo nuestro porvenir: la ley de
los sexos y la ley de la muerte; y á pesar de nuestras aspiraciones
incesantes hacia lo infinito, una nos limita en el espacio, la otra en
el tiempo.
Nos rebelamos contra ellas, y como las plantas, que han sembrado
á su alrededor, llenos de su savia y de su vida, jóvenes y potentes
retoños, las vencemos por el amor, en la plenitud de nuestra fuerza,
en la madurez de nuestra razón.
Es bien, pues, la carne nuestra, que rejuvenece en la carne de nues-
tros hijos; es la misma sangre que corre en sus venas, y son nuestros
propios corazones que siguen latiendo en los suyos.
La edad, que hace temblar al más fuerte, bien podrá, hombre! enca-
necer tu cabeza y doblegar tu talla; podrá llevarte tu fuerza, pero te
dejará tu alegría :
et tu vois arriver sans regrets et sans pewr
— comme un bon ouvrier ayant fimi sa táche —
la mort qui de tes maims fera tomber la háche
et de son grand sommeil te paiera ton labeur.
(FABIÉ.)
Pero no basta al hombre la posesión futura del mundo, sobre el
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 281
cual extiende su raza lenta y progresivamente. Desea rodear ésta de
fuerzas siempre mayores, de medios de trabajo siempre más potentes,
y si nuestro instinto obscuro se rebela contra nuestra limitación físi-
ca en el espacio y en el tiempo; nuestra inteligencia se subleva con-
tra las limitaciones de nuestro dominio presente.
Por eso, poco á poco las regiones más ingratas del planeta, se van
poblando y colonizando; por eso el hombre atrevido se arroja aún,
hacia las tierras heladas de los polos para arrancarles sus secretos y
sus tesoros.
Durante siglos y siglos, el mar con su inmensidad desolada, con sus
olas enfurecidas y sus profundidades enormes, adonde nunca llega la
luz del sol, ha sido para la humanidad un misterio temido.
Con el aumento de las poblaciones, con la incitación del comercio
y del lucro, poco á poco los navegantes lo surcaron y lo domaron, y
hoy en día los océanos, cuna y origen permanente de toda vida, lazos
de unión entre los continentes y caminos entre los pueblos, constitu-
yen un dominio común á la humanidad entera. Sin embargo, sólo
recién, se puede decir, han empezado á ser estudiados metódica y
científicamente, como venero de riquezas, y como fuente de impor-
tantísimas enseñanzas sobre la historia evolutiva de la tierra, que
además es nuestra propia historia.
Por eso se están levantando por todas partes, á las orillas de los
mares y también de las aguas dulces, edificios que según los recursos
de cada uno ó la generosidad ilustrada y previsora de cada gobierno,
son modestos laboratorios ó palacios soberbios; simples casillas ó
institutos internacionales.
Su edificación se inspira en todos los casos en una misma tenden-
cia inconsciente : el espíritu de conquista que nos incita á vencer
nuestra limitación en el espacio y á aumentar los conocimientos de la
humanidad para legar á las generaciones futuras junto con el ejemplo
siempre provechoso de nuestra labor viril, nuevas potencias y mayor
felicidad, aunque la ciencia, excelente para la especie en general, sea
para el individuo como ciertas sales : dulce al primer sabor y luego
muy amarga!
Contadas son las personas que se dan cuenta de la extensión del
mar, y debemos ante todo hacernos una idea de ella, para medir de
una mirada la inmensidad de la tarea impuesta á los laboratorios ma-
rítimos.
La superficie de la tierra firme que conocemos actualmente, pues
ignoramos aún cuántas tierras se esconden bajo los hielos polares,
282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
está con la de los océanos, en la relación de 1 á 2,54 *, ó expresán-
donos en otra forma, podemos decir que las aguas marinas ocupan el
711 por ciento de la superficie terrestre.
La profundidad mayor del mar hoy conocida es de 9427 metros; se
encuentra al este de Nueva Zelandia; y sobrepasa de unos 600 metros
á la mayor altura del planeta, la del Gaurisankar en el Himalaya
(SS40 m.).
La masa total de las aguas oceánicas se avalúa en más de mil mi-
llones de kilómetros cúbicos (1.279.000.000) y como la altitud media
de los continentes se avalúa en 750 metros y la profundidad media
del mar en 3500, el volumen del mar es tres veces el de los conti-
nentes.
Haciendo una nivelación general de las montañas y de los abismos,
el agua de los océanos actuales cubriría el globo entero, de una capa
de un espesor uniforme de 2300 metros, espesor que tenía que ser dos
á tres veces mayor, en los períodos primitivos de la tierra.
Para permitir al espíritu concebir un poco la enormidad de esta
cifra, Thoulet hace la comparación siguiente : desde que nació Cristo
hasta 1901 han pasado mil millones justos de minutos; y si supone-
mos que la cuenca actual del mar estaba entonces vacía, un río colo-
sal que diera un kilómetro cúbico de agua por minuto, y corriendo
desde el principio de la era cristiana, debería correr aún cerca de 600
años, antes que llegara 4 lNenarla.
Bastantes siglos, la humanidad ha interrogado los espacios helados
de los cielos inaccesibles. La astronomía, que nos ha demostrado á la
vez nuestra pequeñez material infinita, y el poder tan enorme de
nuestro espíritu que puede analizar la materia de los soles y pesar
á las estrellas, merece nuestros mayores respetos; pero era tiempo
que la humanidad dirigiese sus lentes hacia la otra inmensidad —
accesible esta vez — que la rodea y que aprendiera al fin á conocer
el mar.
Durante miles de años, los conocimientos de la fauna marítima no
pasaron de los ciento setenta animales descriptos en la Historia natu-
ral de Plinio el anciano, y hay que llegar casi, á los albores del siglo
XVuI para encontrar alguna descripción de animales marinos, sobre
todo de los más aprovechables, de los peces; y de los más grandes :
de los cetáceos.
* Quinientos diez millones de kilómetros cuadrados representan la superficie
total del globo, y trescientos sesenta y cinco millones la del mar.
(0,9)
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 283
Belon, Salviani, Rondelet, Conrad Gessner, Ray, Willugby, Arte-
di, etc., dieron á conocer bastantes especies entre los vertebrados.
Pero los representantes de las demás ramas quedaban aún en una
obscuridad tan grande, que en su sistema natural, Lineo en 1735 esta-
bleció para los crustáceos, sólo tres géneros, colocándolos en la clase
de los insectos, en el orden de los animales desprovistos de alas, al
lado de los piojos, pulgas, arañas y escorpiones !
Al fin del mismo siglo XVHH1, naturalistas de gran mérito, F. Miller,
Latreille, Leach, Pennant, Forskael, describieron una gran cantidad
de animales, principalmente de crustáceos y de equinodermos, que
empezaban á ser coleccionados y conservados en los museos.
No se contentaron con indicar los caracteres exteriores de estos
seres, sino que investigaron también su organización.
En 1795 Cuvier, publicó memorias importantes sobre la anatomía
de los moluscos, y fué uno de los primeros que la estudió á la orilla
misma del mar, con ejemplares vivos á la vista.
Sólo en 1826, dos naturalistas: Audouin y H. Milne Edwards, em-
prendieron investigaciones sistemáticas sobre la fauna marítima. A.
de Quatrefages los imita; D'Orbigny, por su parte, levanta un monu-
mento á la historia natural de Sud América, y sus trabajos faunísti-
cos en Buenos Aires, en Paraná, en Bahía Blanca, San Blas, sobre
las costas de Chile y del Perú, etc., fueron tan importantes, que aun
quizás, no se han realizado mejores.
Los viajes científicos se multiplican, y el Beagle, el Erebus and
Terror, La Zelée, L* Astrolabe y tantos otros acumulan los más valiosos
materiales.
En Alemania, J. Miller promueve un movimiento admirable hacia
los estudios de biología marina y lo siguen : Grube, Gosse, Sars, Vogt,
y toda una falanje de sabios cuyos nombres quedan inscriptos en letras
de oro en la historia de la biología martina.
En estos tiempos, los naturalistas tenían que vencer enormes difi-
cultades, tanto materiales como pecuniarias, y en machas ocasiones
tenían que limitarse á cosechar simplemente ejemplares destinados á
estudios ulteriores de gabinete; á tomar algunos dibujos del natural
de los seres que encontraban, y á consignar algunos datos de biología
ó de fisiología.
Fué Coste, quien estableció en 1558 en Concarneau, el primer la-
boratorio marítimo, dedicándolo exclusivamente al estudio de cues-
tiones prácticas de piscicultura.
Al principio la instalación muy modesta constaba de una sola pieza
284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y de varios viveros para conservar los peces, las ostras y los suculen-
tos cabrejos.
Pueden ver ustedes aquí (1) *, el aspecto del laboratorio actual de
Concarneau, dirigido por mi amigo y condiscípulo Fabre Domergue,
inspector general de las pescas marítimas.
Estos aparatos (2) son los que Coste ideó para obtener la eclosión
de los huevos de los peces y su crianza, así como la de los cabrejos (3),
que sólo en conservas conocemos en Buenos Aires, y que no conviene
confundir con las langostas de mar (4), que Coste trató también de
multiplicar.
En realidad, fué en 1871 que Lacaze Duthiers organizó el primer
laboratorio consagrado á los estudios faunísticos y biológicos.
Al principio lo instaló en una casa particular y el personal no pasó
de dos marineros, tripulantes de una pequeña embarcación de 300
francos de costo.
Las cubetas de cristal en que se conservaban vivos los animales,
celenterados (5), equinodermos (6), gusanos (7), moluscos (8), ete., ha-
bían sido depositadas debajo de un simple galpón y la renovación del
agua de mar se hacía con una bomba á mano.
Pocos años después, el laboratorio pudo instalarse en un edificio
propio que ustedes (9) pueden ver, situado entre un hermoso jardín y
un eran vivero destinado á conservar una parte del material de estu-
dio que por su tamaño ó su número no cabe en los acuarios (10), que
muestra esta otra fotografía.
Un motor á vapor proporciona el agua de mar necesaria para el
servicio del acuario y acciona al mismo tiempo las dínamos de la luz
eléctrica.
El mismo diapositivo, nos presenta una vista interna (11) del esta-
blecimiento, en donde además del director y de los ayudantes téeni-
cos, pueden vivir hasta 17 biólogos, á los cuales se proporciona gra-
tuitamente una habitación y naturalmente un laboratorio (12) con sus
instrumentos y reactivos; una pileta en el acuario, cajones flotantes
en el vivero y todo lo que puedan necesitar para efectuar investiga-
ciones personales.
Un museo de la fauna y flora local permite la determinación rápida
de las especies que cada uno encuentra en sus exploraciones; y una
biblioteca científica y literaria proporciona muevos elementos de tra-
* Las cifras intercaladas en el texto se refieren á los diapositivos que se uti-
lizaron y cuya lista va agregada á la presente conferencia.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 285
bajo y procura agradables momentos de descanso mental y de
solaz.
Para completar los estudios de la fauna marina de la Mancha con
el examen de la fauna tan distinta del Mediterráneo, Lacaze Duthiers
organizó en 1881 otra estación marítima en Banyuls á poca distancia
de España, en un sitio admirable donde uno goza á la vez del mismo
clima benigno de la costa azul, de su cielo transparente, de las cari-
cias del mar y de la belleza incomparable de la montaña.
La creación de este laboratorio, fué una iniciativa privada y la mu-
nicipalidad, aunque poco afortunada, ofreció el terreno, una embar-
cación, así como una suma destinada á las primeras construcciones,
pensando con razón, que el desprendimiento para la ciencia, resulta
un día ú otro la inversión más ventajosa de caudales.
Aquí ven (13) ustedes el establecimiento, el laboratorio Arago en
donde, como en el de Roscoff, he trabajado varios años, familiarizán-
dome con el mundo del mar y sus secretos.
En el piso inferior del establecimiento, se encuentra un acuario,
especialmente destinado al público (14) y adornado con los bustos de
varios sabios. En el centro se destaca una reproducción, en tamaño
natural, de la Venus de Milo, ofrecida por el primer presidente de la
Corte, quien visitando una vez el laboratorio, pensó que el alma parens
rerum, tenía su sitio indicado en medio de las bellezas de la natura-
leza, reunidas en este recinto.
La hermosa invocación de Lucrecio adorna el pedestal, y uno no
sabe cuál admirar más de estas dos expresiones del genio artístico, de
las dos grandes civilizaciones griega y romana : madres de las cien-
cias, de las artes y de la poesía.
Al principio los laboratorios de Roscoff y de Banyuls se dedicaron
á estudios faunísticos. Conviene, pues, conocer ante todo la topogra-
tía de la costa y de los fondos, las varias especies de animales y de
plantas que se encuentran, su abundancia, su habitat, sus costumbres
y su desarrollo.
En un segundo período, se prosiguen estos trabajos que represen-
tan la verdadera zoología, pero se realizan al mismo tiempo investi-
gaciones biológicas ó fisiológicas sobre puntos determinados. Así, se
reunen jóvenes naturalistas, sabios especialistas, profesores naciona-
les y extranjeros, sin que falte una que otra señora ó señorita, inglesa
ó rusa en general.
La juventud estudiosa que quiere perfeccionar sus conocimientos
gracias á la observación directa de los seres de la creación, tan
286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
distintos de lo que aparecen en los libros de texto, de una incorrec-
ción más de una vez chocante, viene á ponerse en contacto con la
naturaleza y pronto desconfía de todo tratado de enseñanza ele-
mental.
« La vulgarización de las ciencias, solía decir De Lacaze, es sin
duda una excelente tarea, pero sería menester que fuese vulgariza-
ción de cosas verdaderas. Con el fin de tener muchas figuras para
ilustrar estos trabajos recopilados las más de las veces en el gabinete
y no en la naturaleza, se pasa de libros en libros clisés que multipli-
can errores groseros repitiéndolos. »
En Roscoff, tres veces por semana, uno de los naturalistas presen-
tes hacía á los jóvenes estudiantes y también á sus colegas demos-
traciones de zoología con los animales vivos á la vista : cada uno
disertaba sobre sus investigaciones personales, ó sobre los grupos de
su especialización. Von Graff hablaba de las planarias, Joubin de los
cefalópodos y braquiópodos, Pruvot de los anélidos, Coste de los erus-
táceos, Phisalix de los órganos hematopoiéticos, Delage de los cirri-
pedios, vuestro servidor de los tunicados, etc., ete.
Luego, una excursión sobre las playas, ó á bordo de una de las em-
barcaciones de pesca, enseñaba más biología en un día, que lecturas
de gabinete en un mes.
En mi primera estadía en Banyuls (1553) pude darme cuenta de
todas las resistencias que De Lacaze Duthiers tuvo que vencer, para
establecer sus estaciones. No era extraño que un ministro de guerra
le negara facilidades. El espíritu militar, es alguna vez poco compa-
tible con el espíritu científico. La disciplina mental autoritaria mal
se aviene pues, con el espíritu erítico y de libre examen; pero lo cu-
rioso es que un ministro de instrucción pública, resistió durante un
tiempo el dar los fondos necesarios, alegando que no había en Banyuls
«sino alacranes blancos ».
Un sabio eminente, contristó también á De Lacaze, diciendo que
en su laboratorio no había ni agua para tomar. De Lacaze, quien era
de temperamento vengativo, divulgó más tarde en una publicación,
que si en esa época este señor no podía tomar mucha agua, no des-
preciaba quizás bastante el buen vino.
El eminente profesor A. Giard, quien había sido uno de los prime-
ros investigadores en Roscoff, organizó en 1874 una estación maríti-
ma en Wimereux cerca de Boulogne-sur-mer.
Como De Lacaze, tuvo que luchar al principio con los mismos
ministerios que debían ser los primeros en ayudarlo, y como dice
IN
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 87
Ménégaux * para conducir á bien su obra M. Giard no escatimó ni
su tiempo ni su dinero: quería pues, cumplir del todo y aun más, con
su deber profesional y científico.
El sacrificio de su tiempo fué seguramente el que más le costó, pues
era tomado en detrimento del que necesitaban sus trabajos ó investi-
gaciones personales. Uno no sabe lo que más tiene que admirar: si
su perseverancia, su abnegación ó sus cualidades de organizador.
Amhelaba formar un grupo de sabios, que propagaran como él de-
cía: «las doctrinas de la evolución, que han impreso á las ciencias
naturales el mismo sello de grandeza y sencillez, como la teoría me-
cánica del calor y la hipótesis de las ondulaciones, habíanlo comuni-
cado anteriormente al estudio de las grandes leyes físicas de la natu-
raleza ».
Hoy, Giard puede estar orgulloso de su obra; ha formado una
pléyade de maestros y de sabios y nadie sale de su laboratorio sin
profesar hacia él, una respetuosa simpatía y hacia la ciencia un mayor
cariño.
Estas vistas darán á ustedes una idea de la estación de Wimereux,
de su pintoresca construcción (15), de su acuario (16), de la sala de
colecciones (17), de la disposición y división del laboratorio (18).
Pueden entrar en la biblioteca (19) y penetrar también en este
cuarto (20) en donde á la noche se recogerá un naturalista.
Estas paredes (21) que os parecen desnudas y tristes, se adornarán
para él, sea que vela soñando en nuevas investigaciones, sea que
duerma como mecido por el canto de las olas, con las indecibles be-
llezas del mar que habrá contemplado en su día de trabajo.
Acaso, entre ellas, verá también alguna imagen querida y lejana,
cuya fina sonrisa le dirá que nuestras mayores felicidades residen
quizás en la esperanza ó en el recuerdo.
En Francia, existen actualmente más de dieciseis laboratorios ma-
rítimos, fundados y sostenidos algunos por particulares. Afirman casi
todos su existencia, con las más valiosas publicaciones: Bastará re-
cordar :
Les Archives de Zoologie expérimentale et générale ; Le Bulletin de la
France et de la Belgique; Les Annales de la station aquicole de Bou-
logne-sur-mer ; les Annales du Muséum de Marseille; Les Travaux de
la station z00logique de Cette (22), cuyo edificio os muestro en este mo-
mento.
* Lab. Marit. de Wimereux ; Bull. Inst. Gral. psycologique, número 6, 1905.
288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Los que deseen mayores datos sobre estas cuestiones, los encontra-
rán en un trabajo que les consagré en la Revista del Museo de la Pla-
ta, hace ya diez años.
Ehew! fugaces, Postuame, Postume
Labuntur anni.
(HORACIO.)
Ay! cuán fugaces, Póstumo, mi Póstumo,
Las años pasan !...
Si tuviera tiempo me gustaría visitar junto con ustedes los labora-
torios de Inglaterra (Plymouth, St. Andrews, Durbar, etc.); los de
Alemania (Kiel, Heligoland); de Austria, de Rusia, el de Nápoles, de
fama mundial; las grandes estaciones marítimas de los Estados Uni-
dos (Woods Holl, Palo Alto, Baltimore).
Llegando al Japón, podemos ver el de Misaki (3), organizado con
suma perfección por mi colega y amigo Mitsukuri, de Tokio.
Ustedes pueden admirar el de Helder (Holanda) (24) de Bergen
(Noruega) (25) de Kristiniberg en Suecia (26).
Esta ciudad que ustedes ven erguida sobre un pedestal rocoso, que
avanza en el mar, es una de las tantas perlas que adornan, como un
verdadero collar de joyas, el Mediterráneo, cuyas olas azuladas no
olvidan nunca quienes han podido contemplarlas : es Mónaco (27).
Si esta palabra suena para los jugadores con un timbre metálico,
recuerda á los naturalistas el más grande instituto levantado á las
ciencias físico-químicas del mar y sus innumerables producciones.
Será verdaderamente incomparable, no sólo por su soberbia arqui-
tectura que concilia del modo más perfecto, el arte más delicado con
las necesidades técnicas y utilitarias, sino también por los estudios
que sólo en él podrán realizarse. Es el único establecimiento en el
mundo en donde se puede contemplar la fauna de los abisos.
En esta conferencia destinada más bien á dar ideas de conjunto,
no entraré en la descripción de los grandes y perfeccionados acuarios
de ese instituto, no hablaré tampoco de sus laboratorios, salas de pre-
paraciones, gabinetes de trabajo, biblioteca tan rica; no hablaré del
material científico usado para efectuar sondajes, apreciar profundida-
des, medir temperaturas, observar velocidades de las corrientes, etc.,
diré únicamente que cuando visité hace dos años el Museo del prínei-
pe de Mónaco, una legión de naturalistas de renombre trabajaban ya
LOS LABORATARIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 289
bajo la dirección del doctor Richard, en los sótanos del edificio, mien-
tras se edificaban los pisos superiores. Estos especialistas iban deter-
minando y preparando para la exposición al público, una parte de las
riquísimas colecciones, que cada año se amontonan allí gracias á las
campañas científicas que realiza casi constantemente el yate labora-
torio del príncipe: La princesa Alice.
No son sin embargo los palacios, ni el lujo de las instalaciones, ni
tampoco la abundancia de las colecciones que encierran, lo que cons-
tituye el valor verdadero de los establecimientos científicos. Cuando
se quieren organizar tales instituciones, hay que pensar sobre todo en
crearles un alma, es decir, dotarles de un personal que esté siempre
á la altura de su misión y no defraude las legítimas esperanzas funda-
dlas en la creación y en el mantenimiento de estos costosos meca-
nNISIMOS.
Cuando los medios pecuniarios no permiten asegurarles un perso-
nal idóneo suficiente no hay que titubear ni un momento en repartir
entre los sabios especialistas, las colecciones obtenidas.
Si bien no se pueden agotar las riquezas del litoral marítimo, cons-
tatamos diariamente que en ciertos puntos, cuando las pescas han
sido demasiado intensivas, se nota una diminución considerable en
la cantidad de los productos que se obtienen. Es que los animales
perseguidos y esquilmados con irreflexible ambición, han ido á buscar
á otra parte, regiones más hospitalarias.
Además no debemos olvidar que ciertos métodos de pesca practi-
cados bastante tiempo en una zona de extensión reducida destruyen
las vegetaciones submarinas, revuelven los fondos y son así una caus:
indirecta del alejamiento de los peces.
Años pasados, en el litoral cantábrico, se clausuraron distintas fá-
bricas de salazones y conservas y los habitantes de las costas galalcas
se lamentaron con razón, por la desaparición de las sardinas.
El señor Augusto Linares, en atención á estos hechos y convencido
de la importancia de los estudios de biología marítima, por lo demás
universalmente reconocida, para explotar de un modo racional la pes-
ca y las industrias derivadas, consiguió después de las consabidas
dificultades económicas, de la indiferencia y aun de la censura, la
creación (real orden de mayo 14 de 1886) de una estación de biología
marítima en Santander.
Es en esta casa particular (25) donde está instalado el laboratorio
que tiene ya reunido una colección típica de las especies marinas de
AN. SOC. CIENT. ARG..— T. LXIV. 19
290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la localidad y que además de ser preparadas con toda perfección, gra-
cias á los procedimientos del doctor Lo Bianco, de Nápoles, son repre-
sentadas por dibujos y acuarelas que hace la señora viuda de Linares,
continuadora de la obra de su esposo.
El director actual de la estación es el profesor José Rioja y Marti.
Ha construído frente á la misma, la pequeña casilla que vemos (29) y
en donde se han colocado varios acuarios.
Es absolutamente lo que deseaba realizar (Fig. 1) en la playa de
Mar del Plata, como lo muestra esta otra fotografía (30).
Fig. 1
Aunque muy modestas al principio estas instalaciones, gozarían
siempre del favor popular, serían atractivos para los niños, y desper-
tarían en los demás, al mismo tiempo que la curiosidad hacia el mun-
do marítimo tan admirable, el deseo de dedicarse á esta clase de es-
tudios y sino de favorecerlos, de considerarlos por lo menos con sim-
patía. La simpatía ilustrada de los legisladores es el primer paso
hacia la decisión que organiza y hacia la subvención que vivifica.
Si un particular se encargara de instalar un acuario en Mar del
Plata, estoy firmemente convencido que obtendría buenas utilidades
de su empresa.
Los laboratorios marítimos no se ocupan sólo de los estudios fau-
nísticos ó de cuestiones científicas especiales; son también laboratorios
de enseñanza, y á este respecto la creación de uno de ellos, vendría á
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 291
llenar en el país, una necesidad indiscutible: pues hay que confesar
que el público, aun el ilustrado, ignora casi por completo la fauna y
la flora oceánicas. Días pasados constaté, que una persona, naturalis-
ta sin embargo, quien había recibido del Chubut un anélido del gé-
nero Aphrodite, llegó á pensar que este gusano podría serun molusco;
y en un artículo consagrado al teredo, un periódico muy serio habló
hace poco de este animal como si fuese un insecto!
Con todo esto, recuerdo un muchacho del partido de 25 de Mayo
quien nunca había visto burros. Percibiendo un día una mula orejuda
y bien herrada, fué corriendo hacia su padre exclamando : papá, cer-
ca del jagiiel hay un caballo con astas y que tiene las patas de plata!
Cuántos alumnos de los colegios, y aun de las facultades, cometerían
equivocaciones más ó menos análogas, si se les pusiera en presencia
de muchos de los tipos que viven en las profundidades del mar!
Es cierto que del punto de vista económico, la difusión de estos
conocimientos no se traducirá por utilidades inmediatas; pero hay
que pensar en desarrollar de más en más la enseñanza de las ciencias
de la naturaleza y en elevar por lo tanto el nivel de los conocimientos
del pueblo, robusteciendo sus facultades intelectuales por la vulgari-
zación de las ciencias positivas.
Lo comprenden así todas las naciones, y en España, un real decreto
de 2 de noviembre del año pasado, ha creado en Palma de Mallorca,
en esa isla encantadora, un laboratorio de biología marina con los fines
siguientes:
Art. 1%. — a) Prestar servicios de animales vivos para las cátedras
y laboratorios de Madrid, Zaragoza, Barcelona y Valencia y para
aquellos otros establecimientos que el ministerio de instrucción pú-
blica y bellas artes disponga, á propuesta del Museo de ciencias
naturales y previo informe del director del laboratorio de Baleares;
b) Instruir en los problemas de la biología marina á los estudiantes
pensionados por el Estado ó corporaciones.
c) Realizar las investigaciones oceanográficas y las experiencias de
cultivos de animales y mariscos que el ministerio de instrucción pú-
blica y bellas artes disponga.
d) Prestar todos aquellos servicios que se señalan en la legislación
vigente.
Art. 2%. — El laboratorio biológico marino de Baleares deberá es-
tar abierto todo el año á los naturalistas españoles ó6 extranjeros que
soliciten investigar en él, siempre que los medios á juicio del director
lo permitan.
292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Esta estación se construye, á la entrada del puerto de Palma, á cor-
ta distancia de la ciudad, y logra á la vez que el fin científico, el or-
nato público.
Su director actual es el profesor tan conocido de Barcelona, Odon
de Buen, quien ha trabajado muchos años en Banyuls, y había explo-
rado ya con el Roland, embarcación del laboratorio Arago, la fauna
admirable de los lagos y las grutas mayorquinas.
Mientras se levantan las construcciones definitivas, ha sido insta-
lado provisoriamente en un elegante edificio alquilado á propósito, y
entre las terrazas del cual se lee al entrar á Palma : « Laboratorio de
Fig. 2. — Primer laboratorio marítimo de Sud América, levantado en la provincia de Buenos Aires.
(Punta Mogotes, 38% 4 lat. S.), por iniciativa del doctor F. P. Moreno, fundador y director «el
Museo de La Plata.
biología marítima», demostrando á los numerosos extranjeros que visi-
tan de continuo la isla que «España no olvida el cultivo de la ciencia,
allá donde la naturaleza ha repartido tan generosamente sus galas ».
El primer trabajo que ha empezado á realizar el personal del labo-
ratorio, ha sido el trazado del mapa bionómico de los alrededores.
Más tarde se estudiará dónde habitan las especies más abundantes
ó más típicas, cuáles son sus costumbres y las relaciones que tienen
con los fondos correspondientes.
El 31 de diciembre de 1897, el ilustrado y progresista gobernador
de la provincia de Buenos Aires, doctor Guillermo Udaondo, decretó
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 293
con su ministro de obras públicas, doctor Emilio Frers, que el Museo
de La Plata establecería en Punta Mogotes, una estación marítima
destinada especialmente á efectuar estudios técnicos relacionados con
la pesquería y á dar á un cierto número de jóvenes una enseñanza
práctica de la biología y de las industrias del mar.
Una suma de 7000 pesos fué destinada á instalar el laboratorio, y
ustedes pueden ver la casita primitiva (31) desmontable, formada de
tres grandes piezas de madera, protegidas por chapas de zinc, que hice
levantar en 1898 sobre un terreno, cuya cesión en favor del Museo
de La Plata, obtuve del señor Jacinto Peralta Ramos.
Pronto, á esta casita se agregó un galpón de material, y la explo-
tación de una cantera, cuya roca se utiliza para la catedral de La Plata
permitió establecer allí mismo un pequeño muelle.
Se compraron los intrumentos más indispensables, así como dos
embarcaciones que llamé D*Orbigny y Juana María. Ésta como expre-
sión de homenaje hacia la hija tan distinguida del fundador y director
del Museo, doctor Francisco P. Moreno, quien ha sido el primero en
el país en darse cuenta de la importancia capital de un laboratorio
marítimo y quien tanto luchó para obtener esta creación, factor de
adelanto para la provincia de Buenos Aires y de progreso para la ex-
plotación de una de las riquezas nacionales.
Mientras el doctor Moreno iba á explorar la cordillera de los Andes,
revelar en una obra monumental sus más profundos misterios y per-
mitir así de resolver una de las más complicadas y delicadas cuestio-
nes internacionales, fuí llamado á prestar servicios en el ministerio
de agricultura y el laboratorio marítimo quedó en suspenso.
Ahora, cuando nació la nueva universidad de La Plata, el Museo
no supo conservar la posesión de este su anexo.
Ustedes, más de una vez, han admirado los hermosos reproducto-
res, extirpe futura de razas privilegiadas que enriquecerán al país.
Fueron obtenidos por un trabajo de selección previsora, larga y cons-
tante. Representan un valioso capital y son el fruto de grandes inte-
ligencias y de muchos desvelos. Pero desgraciado quien pensara que
los caracteres de estos animales son tan marcados que van á conser-
varse por sí solos, como los de las especies naturales. Pagará muy caro
su error, y dentro de poco asistirá, desconsolado, á la regresión del
tipo, sin que tenga tiempo quizás de reparar el mal.
Los laboratorios y los museos representan también una fuente de
riquezas; son una gran fuerza nacional; pero como los grandes cam-
peones seleccionados, no tardan en perder su valor cuando se ponen
294 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
entre manos de personas poco expertas aunque posiblemente compe-
tentes en otros asuntos.
Por la profundidad de la caída se puede medir entonces la altura
del pensamiento que los ereó, y el valor del esfuerzo patriótico del
hombre quien los organizó.
Mi distinguido amigo el doctor Angel Gallardo, insistió el año pa-
sado ante el señor rector de la Universidad de Buenos Aires (1) para
que se funde por fin el laboratorio marítimo de Mar del Plata. Deseo
de todo corazón que sus tan loables propósitos sean coronados por el
mayor éxito; y si la Sociedad Científica Argentina apoya este proyee-
to con todo el peso de su autoridad moral, no pierdo la esperanza de
verlo realizado.
Dirigir sus investigaciones en el radio de su acción inmediata, tal esel
objeto primordial que los laboratorios fijos se proponen. Es necesario,
sin embargo, extender más allá los estudios; las cuestiones capitales de
la distribución geográfica y de las migraciones anuales de las especies,
requieren, pues, otros medios de trabajo. Se han construído por lo
tanto, buques especiales, verdaderos laboratorios flotantes, destinados
ante todo á recoger y preparar del modo más conveniente, la mayor
cantidad posible de ejemplares de la fauna y de la flora marina, así
como á reunir muestras y datos de talasografía y de geología.
Al regreso de cada expedición todos estos preciosos documentos
se reparten entre especialistas, y se publican espléndidas monogra-
fías, que representan soluciones de problemas prácticos Ó nuevas
conquistas de la ciencia pura.
Todo el mundo conoce los nombres y el éxito de los viajes del
Challenger, Talisman, Travailleur, Albatross, Southern Cross, El Alert,
La Gazelle, La Romanche, La Cabo de Hornos, Vittor Pisani, L.
Serivia, etc., ete., y entre los que nos han visitado últimamente, del
Antartic de Nordenkjold, del Bélgica de Gerlache, del Scotia de
ruce y del Prancais de Charcot.
Entre los investigadores del mar, se destaca en primer rango el
príncipe de Mónaco, quien ha logrado crear en veinte años de ensa-
yos y perfeccionamientos sucesivos una instrumentación verdadera-
mente superior.
Al principio, poseía sólo un velero: L*Hirondelle, goleta de 200
toneladas.
(1) Revista de la Universidad, julio 16 de 1906, pág. 20-32.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 295
Todas las operaciones (sondajes, dragajes, inmersión de nasas, etc.)
tenían que ser practicadas á mano por la reducida tripulación de á
bordo, compuesta de quince marineros. Una vez para dragar á 2700
metros de profundidad, se necesitó 3"18" para bajar la red, y 930"
para volverla á subir, es decir, trece horas de trabajo cuando con el
uso del vapor la misma operación se realiza en cinco horas. Así es
que en 1891, 1 Hirondelle fué reemplazada por La Princesse Alice,
coleta de tres palos, de 600 toneladas y con máquina auxiliar de
350 caballos. A su vez este buque, construído, sin embargo, especial-
mente para los estudios biológicos, se mostró insuficiente.
El príncipe hizo construir entonces La Princesse Alice 11, buque
de acero de dos palos, armado en goleta. Este buque, que he visi-
tado, mide 75”15 entre perpendiculares y tiene 1040 de ancho. Su
porte es de 1400 toneladas, tiene dos calderas á triple expansión, de
1000 caballos y puede alcanzar una velocidad de 15 millas.
Pero lo que verdaderamente constituye la superioridad de este
buque, es su instalación : guinches á vapor con cables de 12.000 me-
tros para dragar y sondar (32); laboratorios, biblioteca, cámara de
fotografía, aparatos de talasografía y de química, termómetros regis-
tradores (35) que indican la temperatura á un nivel determinado; reci-
pientes para recoger á cualquier profundidad muestras de agua (34),
flotadores para el estudio de las corrientes, etc., etc.
Los aparatos quizás más ingeniosos son los destinados á la cap-
tura de los animales, tanto de superficie, como de medias aguas ó de
fondos. Nasas metálicas con lamparillas eléctricas, redes con corti-
nas, Chalut de estribos armados por dentro de lampazos (33), para
evitar el aplastamiento de los animales delicados, etc., etc.
No hay que pensar en describir aun brevemente, las instalaciones
dle semejantes buques, porque el tiempo no lo permite. Por lo tanto
sólo les mostraré algunos de los aparatos más comunes que en ellos
se usa (35).
En el país, en 15895, á instigación del ilustrado senor Alberto
B. Martínez, entonces subsecretario del ministerio de hacienda, se
nombró una comisión para efectuar un reconocimiento de las lobe-
rías de la Patagonia y de todo lo que se refería á la pesca en nues-
tros mares del Sur.
Desgraciadamente, por razones que no es del caso exponer aquí,
la Uruguay, que había sido puesta á la disposición de la comisión,
tuvo que regresar á Buenos Aires, sin haber pasado de Puerto
Madryn!
296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En realidad, hasta tanto no se tenga un buque con personal civil,
tripulado por pescadores de oficio, y arreglado especialmente en vista
de los estudios de talasografía y de historia natural, no podremos
realizar las verdaderas campañas científicas que se requieren para
dar á conocer las riquezas físicas y biológicas de la costa patagónica,
así como los mejores medios de explotarlas ventajosamente.
El Austral debería ser dedicado de un modo permanente á estas
investigaciones ; pues con ese objeto fué adquirido por el ministerio
de agricultura. Vigilaría al mismo tiempo nuestras dilatadísimas
costas y trataría de impedir en lo posible los actos de pillaje y de
devastación que allí se cometen.
No debemos olvidar, sin embargo, que muchos trabajos no se pue-
den realizar en buques pequeños, mientras navegan; por consi-
guiente el Austral tendría que llevar carpas y una casita desmon-
table, que se instalaría en tierra, en cada región de la costa que de-
bería de ser recorrida y estudiada.
Durante un tiempo, Holanda tuvo uno de estos laboratorios vo-
lantes; en verano se establecía en una localidad determinada y en el
invierno permanecía guardada en los depósitos de una universidad.
Durante la época Cambriana inferior, si bien podían encontrarse
algunas playas bajas, barridas por las olas, no existían grandes con-
tinentes. El mar, según todas las probabilidades, cubría aún casi la
totalidad del planeta y una fauna exuberante ya muy diferenciada
(esponjas, celenterados, equinodermos, artrópodos, braquiópodos, ete.)
animaba las primitivas soledades marinas.
El agua dulce tenía entonces una existencia muy efímera, y si la
evaporación, tropical en esos tiempos, la levantaba en gran abun-
dancia, no tardaba en volver al mar que la había producido.
En la época Siluriana, los primeros y escasos vegetales terrestres
(licopodeaceas, calamitas, etc.) nos indican que se iban formando
poco á poco zonas fuera del alcance de las olas, y que el agua dulce
podía ya mantenerse más tiempo bajo su estado líquido, tanto más
cuanto más se extendían y levantaban los continentes.
Como las tierras, aun hoy en día, no ocupan sino las tres décimas
partes de la superficie del globo; como por otro lado la profundidad
media de las aguas dulces no pasa de unos muy pocos metros; todos
los ríos, arroyos, lagos y lagunas aparecen á los ojos de quien re-
flexiona como constituyendo una cantidad insignificante, comparada
con el mar.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 297
Son como unas cuantas gotas de sudor sobre la frente de un
hombre.
Sin embargo, siendo el agua dulce para las plantas y animales
terrestres uno de los elementos primordiales de la vida *, tiene para
nosotros una importancia práctica mucho mayor que la que podemos
concederle como geólogos.
Por lo tanto, si era indispensable conocer y estudiar el mar y sus
habitantes, era muy natural que el hombre se preocupara también
de las aguas dulces.
En general, la edificación de establecimientos de biología acuática
en las grandes ciudades alejadas del mar, se relaciona con la celebra-
ción de grandes acontecimientos.
El acuario del Trocadero (36) fué creado en 1589, justamente
cuando se realizaba en París una de las últimas exposiciones uni-
versales.
Las instalaciones son enteramente subterráneas, y la única luz
que ilumina las galerías, es la que filtra á través de la capa de agua
de las veinte y tres piletas que constituyen la parte accesible al
público.
Esta disposición es mucho más ventajosa de lo que uno podría
pensar, pues impide á los peces sospechar la presencia de los visi-
tantes, y se quedan tranquilos en medio de los hermosos paisajes de
rocas y plantas acuáticas, entre las cuales circulan y juegan; además
el público no pierde ningún detalle de su estructura.
La superficie total de este acuario es de 3200 metros y la capa-
cidad de las veintitres grandes piletas pasa de 1200 metros cúbicos.
Las especies pequeñas de peces pasarían desapercibidas con faci-
lidad en estos tanques inmensos, y para ellas se ha agregado una
serie de piscinas más pequeñas.
La disposición del acuario es la de una galería elíptica que cir-
cunscribe una reunión de piletas, formando un verdadero núcleo
central.
Su ancho es de 6 a 5 metros y su desarrollo de 150 metros.
* Basta reflexionar que nuestra substancia cerebral, el substratum centraliza-
dor de nuestro pensamiento, contiene 68 por ciento (parte gris) y 81 por ciento
(parte blanca) de agua ; nuestros músculos 65 por ciento, y esta proporción sube
á la cifra increible de 98 por ciento en algunos ctenóforos, hermosos animales
acuáticos. La vida, tal como se entiende, es la resultante «dle reacciones acuáti-
cas, es decir, de materias: en estado coloidal.
298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Como lo demuestra la fotografía, está decorada con rocas y esta-
lactitas artificiales *.
No indicaré aquí las varias especies de peces que se han criado y
multiplicado en este acuario; se ha dedicado no sólo 4 la enseñanza
pública de la piscicultura y á los trabajos científicos, sino también á
la repoblación de muchos eursos de agua de Francia. En los pri-
meros quince años de su instalación depositó en lugares adecuados
más de 1.922.228 alevinos de gran tamaño. Ha mandado asimismo
al extranjero cantidades considerables de huevos embrionados ó de
alevinos.
Recordaré que en 1886 el señor Besnard, director del Instituto
Agronómico de Santiago de Chile, solicitó y obtuvo de este labora-
* Para alimentar las piletas se usaba al principio el agua del Sena, pero
como frecuentemente estaba turbia, sucedía que de vez en cuando los peces que-
daban invisibles.
Así es que actualmente el agua que corre en el acuario es la de la Vanne,
cuya temperatura más ó menos constante, oscila alrededor de 11 grados y no
pasa en el verano de más de 13 grados.
Es así sumamente favorable para el mantenimiento y la crianza de los salmó-
nidos, pero demasiado fría para que en ella vivan bien, las carpas, tincas, peces
blancos, ete., que no se podrían reproducir allí.
Por eso, la dirección técnica del establecimiento se ha dedicado exclusiva-
mente á la crianza de los salmones indígenas, y á la aclimatación de algunos
exóticos.
El agua pasa de una pileta á otra, por la parte superior, cayendo de una
altura de algunos centímetros ; resulta así que la primera pileta es la más honda
de todas, y la profundidad de las demás va decreciendo hasta la última El agua
puede penetrar también directamente por el fondo de cada pileta, y éstas pueden
también vaciarse aisladamente.
Los cristales tienen un espesor de 25 milímetros, espesor en relación con la
presión de los cuatro metros de agua, que tienen que soportar.
Cuando se resuelva la construcción en Buenos Aires de un acuario, no habrá
que dar 4 las piletas estas grandes profundidades, y se evitará por lo tanto la
necesidad de usar vidrios tan gruesos; pues un inconveniente muy serio y muy
difícil de subsanar, consiste en las grietas de los cristales, provocadas por su
poca conductibilidad, y por la temperatura — algunas veces muy desigual —
que presentan sus dos caras.
Sabemos bien, que para disimular estas grietas, se puede aplicar encima tierra
romana, imitando ramas de árboles ; pero el efecto no es muy hermoso y dis-
minuye mucho la vista de conjunto del interior de las piletas.
Pero el inconveniente más serio que ofrecen las piletas de grandes dimensio-
nes es la dificultad de asegurar la renovación suficiente del agua y por lo tanto
su buena aereación, tan indispensable para evitar la mortandad de los peces y
demás animales, que allí se conservan.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 299
torio, los cien primeros salmones de California que vinieron á Sud
América. Los llevó el 24 de noviembre en aparatos especiales, junto
con 300 peces variados de agua dulce, y 54 días después, todos estos
emigrantes plateados llegaban á Santiago en perfecta salud y dentro
de la misma agua del acuario de París.
La pérdida sólo fué de unos veinte, y ésta fué ocasionada por un
accidente. Es uno de los transportes más largos de peces vivos, que
se haya efectuado nunca. Más tarde — y en dos veces — el Tro-
'adero remitió también á Santiago, diez mil huevos de salmón de
California.
El presupuesto del establecimiento del Trocadero no pasaba en-
tonces de 15.000 francos anuales; verdad es que al director, el señor
Jousset de Bellesme, no se le abonaba sueldo.
El año pasado en la exposición de Milán, se organizó según todos
los últimos adelantos, un acuario de agua dulce y salada, y las fotogra-
fías siguientes darán á ustedes una idea del aspecto general del edi-
ficio (37) y de su disposición interna (38).
En la decoración de la fachada, se puede notar una pileta exterior
(290 < 179 ><0*75) alimentada por un chorro de agua dulce, que
sale de la boca de un hipopótamo; y arriba de la fuente ustedes nota-
'án una linda estatua de Neptuno, obra de un escultor de Milán el
señor Oreste Labó.
Mi distinguido amigo el profesor Besana, me ha comunicado recién
que la ciudad de Milán, había resuelto conservar este acuario y trans-
formarlo en una estación permanente de biología acuática aplicada *.
* Algunos datos sobre las disposiciones de la construcción no estarán demás.
El edificio es de mampostería y de cemento armado; y consta de un sótano y de
dos pisos. La superficie que ocupa es de 1795 metros cuadrados; su altura desde
el terreno al límite superior del frontón es de 11%70; pero en la fachada principal,
el frontón llega 4 14050.
Al nivel del suelo, la parte central está ocupada por el acuario propiamente
dicho, y á su alrededor se encuentra una serie de piezas destinadas al principio,
á las exposiciones de piscicultura y de las industrias pesqueras. Se han transfor-
mado ahora en laboratorios.
La galería del acuario tiene un ancho de 6 metros; y un desarrollo de 80. Sus
paredes han sido revestidas de piedras artificiales, construídas con cemento al-
mado, dando así á los visitantes la impresión que pasean dentro de una gruta en
roca viva. En el perímetro interno existen 36 piletas para peces de agua de mar:
en el perímetro externo 22 para peces de agua dulce; además hay dos piletas
mayores para anfibios.
Las piletas construídas en cemento armado, tienen su fondo á un metro del
300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
No voy á enumerar todos los peces de mar: moluscos, crustáceos,
anélidos, reptiles, ete., ete., que adornan las piletas del acuario; men-
cionaré únicamente dos pececitos que representan allí, á nuestra
pavimento; su altura es de 125; su profundidad varía de 60 centímetros á 1950
y su largo de 65 centímetros á 22950.
Las paredes posteriores y laterales están cubiertas de rocas artificiales. El es-
pesor de los cristales es de 20 á 27 milímetros, según sus dimensiones y delante
de cada pileta hay un parapeto de mármol rosado; los cristales son mantenidos
con estuco, fieltro y minio.
Los pequeños peces exóticos fueron colocados en peceras de 50 centímetros por
32 y por 35,
En el centro del acuario y enteramente encerrado por la galería donde circula
el público, se encuentra un patio cubierto por una gran elaraboya y destinado al
servicio interno.
Por debajo de la parte central, se encuentran tres cisternas (una de 80 metros
cúbicos y dos de 40) para el agua de mar artificial, que se fabrica según el siste-
ma del doctor Hermes, de Berlín. Son de cemento armado y revestidas interior-
mente por placas de vidrio.
En el local del servicio, existen dos bombas verticales de tres cilindros, acciona-
das por motores eléctricos, y pudiendo dar cada una 3600 litros de agua por hora.
Los elementos de estas bombas son de bronce, para resistir á la acción corrosiva
del agua de mar. Cada bomba puede aspirar el agua de las tres cisternas, me-
diante tres caños independientes unos de otros, por medio de válvulas.
Todos los caños por donde tiene que pasar el agua de mar, son de plomo con
soldaduras del mismo metal, á fin de que no sean alterados por las sales del agua:
Las válvulas de los tubos de aspiración son de bronce puro. La introducción del
agua en las piletas se hace por el fondo, y de tal modo que lleve con ella, la
cantidad de aire necesaria para la vida de los peces.
Por medio de sifones el agua se desaloja de las piletas y atraviesa un filtro
donde se purifica, antes de volver de nuevo á la cisterna.
La acción de una sola bomba basta para asegurar el servicio normal; y como
el consumo del agua no se mantiene siempre igual, existe en el caño conductor
una válvula de seguridad, para que el exceso de agua vuelva directamente al
algibe.
El agua dulce del acuario, es suministrada por las cañerías municipales, y,
como para las piletas de agua salada, se introduce por el fondo en cada una de
ellas, aspirando á su paso el aire necesario.
Toda esta cañería es de hierro galvanizado.
Para mantener el agua á la temperatura conveniente, durante el invierno, se
calienta indirectamente gracias á un termo-sifón que eleva la temperatura de los
locales, por donde circula; y para refrescarla en el verano, se ha colocado en la
eran cisterna un serpentín de plomo donde circula una solución mantenida 4 —10”
por compresores y evaporizadores de amoníaco, que pueden absorber 25.000 ca-
lorías por hora.
Un compresor y refrigerador de anhidrido carbónico, se utiliza para hacer des-
cender la temperatura en las dos pequeñas cisternas.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 301
fauna del río de la Plata : el Tetragonopterus rufipes, nuestra mojarra
común y la Jenynsia lineata, ó el pez vivíparo que muchos de ustedes
conocen.
En el acuario de Milán, se había completado la exposición de la
fauna ictiológica, con una exposición de la flora acuática.
Dos grandes piletas de setenta centímetros de profundidad, de los
cuales treinta y cinco estaban ocupados por la tierra y los otros por
el agua, ostentaban las más hermosas plantas acuáticas del mundo
entero; y cañerías colocadas, una en el fondo y otra en la superficie,
permitían calentar al mismo tiempo, el agua y la tierra en que se des-
arrollaban.
Para ser completo, tendría que hablar aquí de los principales labo-
ratorios de agricultura, que se ocupan de la multiplicación y crianza
(le los peces de agua dulce, y de los estudios biológicos de esta clase
de aguas. El campo, pues, sería de los más vastos. Pero les presentaré,
simplemente, unas vistas de un establecimiento de Tolouse, en Fran-
cia, organizado sobre todo para los estudios de carácter más bien
científico.
El origen de esta estación es profano ; fué un señor Castanet, quien
gastó 900.000 francos, en las instalaciones de grandes canalizaciones
y piletas, en las cuales los domingos y días de fiesta la juventud bu-
liciosa iba á pescar peces, ranas y otras cosas más.
Poco tiempo después, esta propiedad fué comprada por uno de mis
antiguos condiscípulos, G. Labit, quien al morir encargó á su padre
ofrecerla á la universidad.
El establecimiento ocupa la superficie de una hectárea, diez y ocho
áreas, y comprende un edificio para los varios servicios y un jardín
donde están colocadas las piletas de crianza y las piletas de alimen-
tación.
El edificio, largo de 36 metros, por 6 de ancho, consta de dos pi-
sos (37). En el primero se encuentra la habitación del guardián, el
laboratorio de fisiología y patología ictiológicas, así como el acua-
rio (40).
En el segundo, el laboratorio de piscicultura normal y dos salones
para las colecciones técnicas. En uno de ellos se dan también confe-
rencias (41).
El más grande de los estanques de la estación que ustedes ven (42)
mide 55 metros de largo por 19 de ancho y 275 de profundidad; con-
tiene en tiempo normal de 2700 á 2800 metros cúbicos de agua que al
302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
llegar á este gran tanque deja asentar allí sus impurezas, y se clarifica.
El segundo estanque, del mismo largo que el anterior (43) tiene
4 metros de ancho y 220 de profundidad; es una pileta de distribu-
ción. Paredes espesas, robustecidas por contrafuertes (44) forman el
recinto de estos estanques que están subelevados del nivel del suelo.
Del tanque de distribución, el agua pasa á un vivero modelo, de
40 metros de largo por 10 de ancho y 230 de profundidad, destina-
do á mostrar cómo se debe organizar y mantener una pileta, destina-
da á la crianza industrial y lucrativa de los ciprínidos.
Además hay seis piletas largas, paralelas (45) (66 metros de largo
por 4 de ancho), divididas cada una por dos tabiques.
Para disminuir la intensidad de la luz, siempre molesta á los peces;
y para evitar que las aguas se calienten demasiado, un armazón de
hierro sobre el cual se enrollan enredaderas, se extiende á todo lo
largo de ellas.
En la primera se cría la trucha indígena y la trucha arco iris; en la
segunda las percas; en la tercera el goujon; en la cuarta las tencas;
en la quinta las bremas y en la sexta las carpas.
Existen, además, cuatro piletas anulares (46) * que sirven para la
crianza de las ranas, écrevisses y de los pececitos destinados á los pe-
ces carnívoros del establecimiento.
Este diapositivo muestra una de las últimas faces de las operacio-
nes del establecimiento (47). Consiste en echar á las aguas libres de
los ríos los alevinos que han sido criados en el laboratorio, ó que se
dicen criados en él.
Algunos piscicultores cultivan pues, más el bluff, que los alevinos;
y fomentan sobre todo la ingenuidad del público. Si no hacen tomar
vato por liebre, es que no se ocupan de los mamíferos.
Antes de dejar los laboratorios extranjeros de agua dulce, les mos-
traré una vista del establecimiento tan perfecto que el señor Lobre
ha creado en su propiedad de la Motte d'Ecrilles (48), cerca de Orge-
let (Jura) y donde me recibió con una amabilidad, de la cual quedaré
* El agua que alimenta el acuario, es suministrada por las cañerías de la ciu-
dad; pero la que va álos estanques viene de un canal de irrigación. La toma está
situada á 4 kilómetros de distancia y á una altitud suficiente para que el agua
llegue fácilmente á la parte superior de las piletas. Su temperatura, demasiado
alta, varía de 19? 4 21? y esta condición es desfavorable para un establecimiento
de piscicultura.
La cantidad que suministra la cañería es de 30 litros por segundo, ó sea 108
metros cúbicos por hora.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 303
siempre agradecido. Se dedica sobre todo á la crianza de las truchas
arco iris.
Les mostraré además una vista de la estación de Bessemont (49).
de los tanques de alevinaje (50) y de la primitiva y antigua instala-
ción de piscicultura, en el jardín de Aclimatación de Paris (51).
Aquí en Buenos Aires, estoy luchando desde hace muchos años.
para que se organice también un acuario de agua dulce y salada, un
laboratorio anexo de piscicultura y un museo de nuestros productos
acuáticos.
En el Congreso industrial argentino (mayo 17 de 1900), había pre-
OS. Exposición de la previodia
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2 9. Acuarios de agus salas
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Fig. 3. — Plano de un acuario y de un museo de productos acuáticos, presentado en 1900.
por el conferenciante, al Congreso industrial argentino.
sentado un proyecto (52) que si bien fué aprobado por unanimidad
por los congresales, quedó en el aire, como tantas otras iniciativas.
que representan fuerzas sin punto de apoyo.
«Se construiría en Buenos Aires, como embellecimiento, y en una
parte de los terrenos del puerto, ganados al tío, un acuario público
de agua dulce, así como de agua salada, y á este establecimiento se
anexarían un laboratorio de piscicultura y un museo de nuestras
costas marítimas.
Ante todo se edificaría, según el plano adjunto, el acuario propia-
mente dicho, con su sala de conferencias para instruir al público é in-
teresarlo al mismo tiempo, y pronto las entradas que se podrían per-
cibir sufragarían todos los gastos.
304 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La edificación se haría paulatinamente, entregando al servicio cada
año una nueva sala, si los fondos no permitieran terminar en una sola
vez la instalación completa.
En las cuatro esquinas de la construcción, se instalarían grandes
piletas especiales destinadas á los mamíferos marinos (lobos, nutrias
de la Tierra del Fuego) y á los reptiles del mar y de los ríos, tortugas
marinas, yacarés, ete. En el patio central se levantarían los labora-
torios y la maquinaria necesaria para la oxigenación de los estanques
de agua de mar artificial.
Se organizaría como resultado de los viajes de exploración, que se
emprenderán, el museo de nuestros productos acuáticos, museo de una
forma completamente especial.
Entrando en un primer pabellón, se desarrollaría ante la vista, en
salas sucesivas, el panorama exacto de todas nuestras lindísimas cos-
tas, desde Punta Piedras hasta la remota y hermosísima bahía de
Lapatala.
En frente de cada punto principal, representado en un gran lienzo
y á la vez con planos exactos y con fotografías se colocarían las mues-
tras de los productos naturales que se pueden obtener en el corres-
pondiente paraje. Después de la provincia de Buenos Aires, vendría
la gobernación de Río Negro, con sus barrancas á pique, sus puertos
inmejorables de la bahía de San Antonio, sus ostras exquisitas y Sus
delfines peculiares (Lagenorhynchus Fit2-Royi) que ofrecen un aceite
valioso. En el salón siguiente, la gobernación del Chubut ostentaría
á nuestros ojos sorprendidos sus puntos colonizados ó visitados con
entusiasmo por los españoles compañeros de Villarino y de los de
Biedma. Mostraría sus meros enormes y su merluza, sus Cchanchitos
de mar y sus importantísimas loberías del arrecife Escondido y de la
parte norte del golfo de San Jorge.
Otro pabellón ó pieza, sería consagrado al territorio de Santa Óruz
y á sus producciones. Se verían las vistas pintorescas de Deseado y
de San Julián y los bancos inmensos de sardinas que frecuentan estos
parajes.
Vendría después Tierra del Fuego con sus bosques impenetrables
y silenciosos de hayas seculares, que se reflejan en el mar azulado
adormecido á sus pies. Ella se mostraría no con el oro que se recoge
en sus playas, no con su lignita ó su canela blanca, ó sus maderas, 6
sus lutras de mar y sus balenópteros, pero sí con su sonrisa femenil
y todo el atractivo de su maravillosa naturaleza.
Las provincias del interior no serían tampoco olvidadas y el car-
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 305
pincho, las nutrias, el yacaré y la innumerable legión de los peces
que pululan en nuestros ríos, se encontrarían representados cada uno
en frente del paisaje de su comarca natal.
En su segundo pabellón, más especialmente destinado al fomento
de las industrias marítimas, se podrían estudiar los aparatos de cap-
tura, de conservación ó de transporte, los productos elaborados para
la alimentación ó para el comercio en general. Cuadros de estadística
ostentarían la importancia de cada uno de los ramos de explotación
y los últimos tipos de los barcos de pesca demostrarían el más valio-
so instrumento para la colonización del sur. El que saliese después
de estos salones, se diría : la República Argentina es grande con sus
Fig. 4. — Plano del jardín japonés. se ve cuan pequeño era el espacio que se solicitaba para instalar
á espaldas del establecimiento de las Obras de Salubridad, y en un terreno municipal entonces
baldío un laboratorio de pisicultura y un acuario destinado al público.
dominios, pero las riquezas naturales de sus costas marítimas pronto
van á hacerla aún más grande y aún más potente. »
Después de haber buscado durante mucho tiempo, un lugar adecuado
para instalar este acuario y laboratorio de piscicultura, encontré en el
bajo de la Recoleta lindando con las obras de las aguas corrientes y si-
tuado entre las vías de los ferrocarriles Central Argentino y Rosario,
un terreno municipal baldío, que llenaba las condiciones requeridas.
(Aguas abundantes, facilidad de desagiie, proximidad del río y de
un muelle que hubiera permitido á la embarcación del laboratorio
atracar con facilidad, etc., ete.).
Hubiera bastado una pequeña parte de ese espacio, y pensaba que
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 20
306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la municipalidad de Buenos Aires, no opondría dificultad en conceder
al Gobierno nacional el uso del terreno (53) para que se organizara
allí un establecimiento, que además de ser utilizado para los estudios
de piscicultura, hubiera ofrecido al público los más interesantes
espectáculos: la vista de los peces, crustáceos y moluscos, tanto de
mar como de agua dulce, evolucionando en sus elementos naturales.
En una nota de marzo 3 de 1903 indiqué y solicité, se dieran los
pasos necesarios para la autorización de disponer de este terreno. De-
cía lo siguiente *.
Pero no había contado con la oposición del director de paseos pú-
blicos. Opuso su veto y nadie más abrió discusión alguna.
* «Había pensado hace tiempo en instalar el laboratorio en los terrenos del
puerto. Pero el punto más conveniente situado sobre el malecón exterior y el án-
gulo N. E. de la dársena norte va á ser ocupado por tanques para petróleo y
salpones para inflamables, como lo indica el planito adjunto que me ha sido fa-
cilitado por las oficinas de las obras del puerto.
Las necesidades del tráfico comercial del ensanche del puerto y los embelleci-
mientos proyectados no permiten contar suficientemente con la estabilidad, sin
embargo indispensable, para un establecimiento científico de la naturaleza del
que se proyecta.
Por consiguiente, creo conveniente desistir de intentarlo en el puerto, cuyos
muelles quedarán siempre demasiado reducidos.
El segundo sitio estudiado ha sido la primera sección del parque 3 de Febrero.
Pensaba factible utilizar para el acuario, la casa ya construída que servía antes
de habitación para los 0sos y que está situada enfrente del lago que se encuentra
en la intersección de las avenidas Vieytes y Casares.
El plano adjunto á la escala de 1: 2000 indica la situación de esta casa y mues-
tra al mismo tiempo lo ventajoso de este punto. No solamente se había podido
aprovechar la presencia del lago, pero había alrededor de la casa todo el espacio
suficiente para establecer las piletas de crianza.
Para el laboratorio de estudio, habría allí la tranquilidad, la ausencia de ruídos
que en el puerto era imposible evitar. Habría también allí una espléndida vegeta-
ción arborescente cuyo efecto ventajoso para el piscicultor consiste en mantener las
aguas más frescas y atraer los insectos que sirven después de comida á los peces.
Accediendo con gusto á una indicación amistosa fuí á visitar el Jardín Zooló-
gico. Sin duda un laboratorio de piscicultura estaría en este recinto en su sitio ló-
gico. Sobre todo cuando el Zoario modificara su índole actual de simple paseo
destinado á satisfacer la curiosidad de los niños y cuando se complementara con
edificios destinados á los estudios de domesticación y de aclimatación de aves y
mamíferos útiles.
Pero creo que hay que desistir de establecer el acuario y sus amexos en este
punto por razón de la escasez del espacio disponible, así como porque conviene
que dependa siempre de una sola administración.
Si el acuario fuese destinado sólo para el recreo del público y encerrase sola-
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 307
Como la semilla de la yerba mate, hay ideas que requieren franca-
mente mucho tiempo para germinar !
Ahora quizás, las autoridades edilicias, podrían reconsiderar la so-
licitud rechazada, tanto más cuanto que siendo el Japón uno de los
pueblos de la tierra más aficionados á todo lo que se refiere á los pe-
ces, un acuario público estaría bien en su lugar, en un parque ja-
ponés.
La proximidad inmediata del futuro Museo nacional, constituiría
otro motivo para instalar allí los laboratorios de biología acuática.
En diciembre 17 de 1904, y en vista del resultado negativo de las
primeras tramitaciones, indiqué la conveniencia de aprovechar la
mente peces extraños ó de adorno, se podría tratar de salvar los inconvenientes
indicados, ó más bien dicho, se salvarían por sí solos. Los planos se reducirían
al espacio y por otro lado el ministerio de agricultura no tendría ningún motivo
para intervenir en esta cuestión.
Es menester no perder de vista el objeto esencialmente práctico que se persigue. Es un
laboratorio de agricultura que se trata de organizar para estudiar la biología de
todos los productos naturales de nuestras aguas susceptibles de ser aprovechados.
Vaá ser ante todo un establecimiento de piscicultura y 4 más del espacio suficiente
lo primero que se requiere es la abundancia del agua corriente y su presión para
la aeración de los estanques.
Todo tiene que ser subordinado, como se comprende, á esta condición pri-
mordial.
Tanto en el parque 3 de Febrero como en el Zoario, los peces carecerían de su
elemento vital. Una pequeña cañería llega hasta el cuartel del parque, pero es
insuficiente, aun para el uso á que fué destinada. Ubicar el laboratorio de agri-
cultura en uno de estos sitios é instalar una nueva cañería para sus servicios
representaría un gasto enorme.
Mis investigaciones se han dirigido pues, á otra parte, y creo haber encontrado
para este fin en el bajo de la Recoleta sitios muy adecuados para organizar los
nuevos servicios.
Existe entre las vías de los ferrocarriles Central Argentino y Rosario un terreno
municipal baldío, lindando al este con las obras de las aguas corrientes.
Allí habría espacio, agua abundante, presión y lo que hay que considerar tam-_
bién, grandes facilidades para el desagiie.
Otra gran ventaja que veo en elegir este sitio es la proximidad de un muelle
que se interna bastante en el río y que permitirá á la lancha del laboratorio de
atracar con facilidad cuando con peces vivos regrese de la pesca.
Cada vez que el director de los paseos públicos descubre en el municipio un
terreno desocupado, considera, con muy loable propósito, que cae dentro de la
esfera de sus actividades. En el terreno del bajo de la Recoleta que conviene
para la instalación del laboratorio ha proyectado la creación de un jardín ja-
ponés.
Para prevenir desde ya algunas objeciones diré simplemente lo siguiente :
308 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
traslación del Arsenal de marina, á Río Santiago, para establecer el
acuario, cerca del dique norte; pero fracasó también este proyecto.
Con esto y con todo, no me encontraré nunca desanimado :
Justum et tenacem propositi virum,
non civium ardor prava jubentum
non vultus instantis tyranmi
Mente quatit solida...
Al hablar del mar y de sus productos, muchas personas no entera-
das de estas cuestiones, cometen varios errores.
El primero, es pensar, que los océanos ofrecen al hombre una fuen-
te inagotable de peces y mariscos.
En realidad, las especies que el hombre puede prácticamente utili-
zar, se encuentran localizados casi exclusivamente cerca de las cos-
tas; además no convendría á empresas particulares alejarse mucho
de los puertos, porque, salvo para algunas pescas, los gastos de la
explotación aumentarían rápidamente con la distancia, al punto de
dificultar ó imposibilitar los negocios.
Pero, si las especies en algunos períodos de su vida, están más ó
menos acantonadas en las regiones costaneras, no es difícil que en
ciertas épocas, una pesca demasiado intensa, sin contar otros factores
naturales, produzca una diminución considerable en el rendimiento
19 En estos parajes los paseos abundan y un nuevo jardín no sería indispen-
sable;
20 No se trata por lo demás de ocupar sino una parte relativamente pequeña
del espacio disponible.
Este espacio conservará siempre el aspecto de jardín y el exterior de los edi-
ficios indispensables (chalets) podrán sujetarse á cualquiera disposición arquitec-
tónica, á la japonesa, por ejemplo.
Para confeccionar los planos y calcular el presupuesto habría que nombrar
una comisión con la cual me entendería, formada por el director de las obras
públicas del municipio y por el director de los paseos públicos.
La cantidad de agua corriente que se debería solicitar del servicio de las obras
de salubridad sería el de dos litros por segundo: un litro para los tanques del
acuario y otro para las piletas de crianza.
Si los fondos disponibles no permitiesen organizar desde el principio el acua-
rio, se podría hacer el tanque, las piletas y el laboratorio para las incubaciones.
Una vez que el ministerio haya elegido y obtenido el terreno y se conozca el
monto aproximado de lo que se pueda gastar, trataré de calcular dentro de esa
suma, las instalaciones más indispensables, teniendo siempre presente el plan ge-
neral de los futuros ensanches. »
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 309
y como por otro lado será siempre ilusorio, por imposible, impedir la
pesca de peces de dimensiones demasiado reducidas ó de peces en es-
tado de reproducción, hombres audaces han tenido la idea de multi-
plicar en laboratorios, animales marinos comerciales.
En realidad, se trata de efectuar tres series principales de opera-
ciones :
1” Criar el huevo, obtenido por cualquier procedimiento. En esto
consiste la piscifactura propiamente dicha;
2% Criar el alevino — ó la larva en el caso de los crustáceos y mo-
luscos — hasta que tengan los órganos permanentes. Es la piscicul-
tura propiamente dicha;
3 En fin : la educación del pececito, ó del pequeño crustáceo ó mo-
lusco obtenido, para transformarlo en objeto mercantil.
En esto consiste la crianza del pez. Pero hasta hace poco, estas
últimas operaciones no se efectuaban, y los peces se arrojaban al mar
en estado de alevinos!
En estas condiciones la piscifactura marina no puede presentar
nunca una inversión remuneradora de capitales, y por lo tanto una
operación industrial de empresas particulares.
Como la devolución al mar de los pececitos criados en los laborato-
rios no se hace en beneficio de ciertas personas en particular sino de
la nación entera, la piscifactura marina, será aún durante bastante
tiempo, una operación de Estado.
Sin embargo, deberíamos esforzarnos por llegar á la verdadera so-
lución, que consistiría en establecer en los puntos adecuados de las
costas, grandes viveros, en los cuales se multiplicarían peces litora-
les, excelentes y muy resistentes á las intemperies, como lo son todos
los lenguados, y á donde se criarían los cabrejos, tan hermosos como
sabrosos.
Fué en 15866, que un sabio noruego, O. Sars, afirmó que se podía
multiplicar artificialmente el bacalao con la misma facilidad que se
multiplicaban los salmones.
Desgraciadamente los naturalistas son, con frecuencia, considera-
dos como utopistas, y aunque Sars había él mismo criado bacalao,
muy pocas personas tuvieron en cuenta sus resultados.
Con todo, esta idea hizo su camino, y en 1878 se organizó en el di-
que de Glowcester, en los Estados Unidos, un pequeño laboratorio —
simple galpón en su origen — en el cual se obtuvieron, sin embargo,
durante el primer año, la eclosión de 1.550.000 bacalaos.
Sucesivamente se instalaron los laboratorios de Woods Holl, Mas-
310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
sachusetts (1581); de Floedevig, en Noruega (15855); el de Dildo (54),
en Terra Nova (1889); el de Bay View, en el Canadá (15891), y el de
Dunbar, en Escocia (1893).
En Francia, el distinguido director del Museo de París, M. Perrier,
ha organizado un laboratorio de piscicultura marina.
El antiguo laboratorio de Coste en Concarneau, ha obtenido el ma-
yor éxito en la piscicultura de los lenguados.
Esta fotografía representa al laboratorio de Saint Waast (55) y
esta otra al de Floedevig (56).
El tiempo no me permite describir las instalaciones de un labora-
torio marítimo de piscicultura, y las varias operaciones que allí se
efectúan; pero lo que conviene saber, es que obtienen resultados prác-
ticos y los habitantes de Glowcester, por ejemplo, ya en 1550 encon-
traban peces jóvenes, que por señas se reconocían como nacidos en el
laboratorio y á los cuales les daban la denominación muy honrosa de
« bacalaos de la comisión ».
La estación de Floedevig ha sido creada (4 proposición de G. N.
Danmnevig, padre de la piscifactura marina) por una sociedad privada,
cuyo objeto era darse cuenta de la posibilidad de producción á precios
reducidos de alevinos de las mejores especies de peces marinos.
Fué allí que en 1884 y 85, nació Ja homarifactura, ó crianza de los
cabrejos, explotada ahora en Terra Nova y en el Canadá (en Bay View):
Para completar el cuadro de los laboratorios de piscifactura mari-
na, debería hacerles visitar algunos de los establecimientos modelos
en donde se crían las ostras (57) y los mejillones (585), y también las
esponjas. Pero sería abusar de vuestra atención tan amable.
He hecho desfilar ante vuestros ojos, muchos laboratorios y hubiera
podido mostrarles también sus disposiciones arquitectónicas internas,
tan especiales, pero les interesará quizás mucho más ver sobre la
pantalla y contemplar aunque sea solamente un corto momento, algu-
nas de las formas elegantes ó extrañas que se estudian y se admiran
en estos establecimientos (59-70).
Si el mar es la patria de los peces y de los seres más extraños, sea
por su color, sea por sus formas, sea por sus costumbres, es también
la patria de las pérfidas sirenas (71)!
Cuántos exploradores han pagado con la vida su ambición de des-
cubrir los secretos escondidos entre las olas. Recuerdo, saludando su
memoria, un entusiasta compañero de estudios, quien pereció ahogado
en Roscoff, durante una investigación costanera frente á la isla Verde.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA dl
Un gran y delicado poeta, quien honra con su presencia esta nues-
tra fiesta, M. H. Cazalbou, ha escrito unos deliciosos versos para que
nos cuidemos de las promesas falaciosas de los peces. y no resisto al
placer de leerles esta perla de la poesía francesa contemporánea :
CARLOTTA
Sur le bord du fleuve, elle óta
Carlotta
Son cotillon de toile bise
Et dans le flot que le vent frise
La jeune fille se jeta.
Tous les poissons ouvraient des yeuzr.
Curieuzr,
Pour contempler la jeune fille
Qui frétillait comme une anguille
En chantant un refrain joyeur.
Désertant leurs abris Vajones
Les goujons
Toujours parts au batifolage
Sélancerent dans son sillage
Pour se méler a ses plongeons.
Et la folle fille riait
et criait
Quand ingénieur en malices,
Ils frólaient de leurs ventres lisses
Sa nuque aux cheveur de jaiet,
Les ablettes aur yeux vitreur,
autour Veuxr.
Accoururent bientóot en bandes
Et Con dansa des sarabandes
Et (incohérents avant-deur.
Mais soudain le vierge entendit —
que midi
Sonnait au clócher du village : —
« Amis, assez Venfantillage.
Je reviendrai Vautre jeudi.
312 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Voyons, ne soyez pas mauevais,
Je nen vais.
Laissez=moi rejoindre la berge
Pour vétir la jupe serge
Et le cotillon que avais. » .
<« Non, non, tu ne Yen iras pas
Nicolas »
Chantaient en chour les poissons ivres
Car nous voulons que tu nous livres
A jamais, tes jeunes appáts.
Nous Poffrons dans le sein de Dean
Un chátean,
Digne de ta beauté superbe.
Son portail est caché sous Uherbe.
Viens, voir comme il est riche et beau?
Notre reine est morte (V'ennui
Cette nuit.
Nous te donnerons sa nymphée
Avec les insignes de fée
Si tu veux nous suivre aujourd hai. >
Devant ces propos séducteurs
et menteurs
I7enfant suivit la folle ronde
Et se laissa ylisser dans Ponde
Au domame des enchantewrs.
Le soir, le fleuve rejeta
Carlotta
Sur le rive, raide et pálie.
Elle mowrut comme Ophélie.
Son áme au sein des eaux resta !
La doctrina transformista considera las formas vivientes que vemos
hoy, como una resultante de accidentes utilizados, ingertados sucesi-
vamente sobre una forma inicial muy sencilla y fijados luego por la
herencia.
Pero la diversidad tan enorme de formas que se encuentran reuni-
dos sin embargo en un mismo medio — como por ejemplo los peces
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 313
que acabamos de ver sobre la pantalla — parece á Sully-Prudhomme
en desproporción con los varios accidentes del ambiente que han cola-
borado á la formación de estos tipos.
En una carta que este poeta, cuya pérdida reciente lamentamos,
dirigió en 1592 á mi amigo M. Griveau, le decía lo siguiente :
<« Me inclino á pensar que los innumerables tipos específicos de las
formas vivientes no son variados á este grado, por exigirlo así sola-
mente la vida material. Sin duda los órganos deben tener una estruc-
tura apropiada á las funciones; pero éstas son en todos los seres
limitadas y constantes; consisten esencialmente en alimentarse y
reproducirse. Pues en un mismo medio, el llegar á este destino es
compatible con una infinidad de combinaciones plásticas distintas,
de conformaciones diversas y por lo tanto ninguna está determinada
únicamente por estas mismas funciones, no siendo de este punto de
vista enteramente útil.
Esta inmensa diversidad de formas aparece por lo tanto como una
especie de lujo motivado por alguna necesidad superior que hay que
satisfacer y distinta del hambre y del apetito sexual.
« Parece que la naturaleza se divierte ó mezcla á sus creaciones,
caprichos y juegos. En esto se muestra artista, según la definición de
la obra de arte dada por Sebhiller. »
Al invocar un nuevo factor de la evolución, Sully-Prudhome, ha
señalado un nuevo rumbo á las investigaciones de los biólogos. Qui-
zZás examinaré en otra ocasión si existe y en qué consiste este factor
estético; pero entre tanto y, como si estuviéramos en un laboratorio
marítimo, les voy á mostrar hasta en las formas más humildes de la
vida ejemplos de variación infinita y de soberbia belleza (12-79).
La existencia indiscutible de lo que llamamos belleza entre las for-
mas primitivas de seres vivientes que no son aptos para percibitla,
demuestra claramente que la razón de lo bello, debe ser buscada en
otra dirección, que en la causa final que en general se invoca.
Si la hermosura atrae á algunos insectos hacia la luz ó hacia las
flores; si provoca el apetito sexual entre los animales que revisten
para sus nupcias, trajes de gala, como ciertos peces, algunos anfibios,
aves numerosas y otros seres mucho más elevados en la simbólica
escala; este objeto no basta para dar cuenta del origen de lo bello,
entre los seres organizados y también inorganizados que no perciben
las formas.
Siento no tener tiempo de hacer una pequeña digresión para de-
mostraros lo que es verdaderamente la belleza, de dónde viene, cuál
314 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
es en realidad el objeto que tiene; y también cómo lo natural se pue-
de aumentar con el artificio.
Veríamos que los antiguos — enamorados ante todo de la hermo-
sura plástica — la definían : lo que agrada á la vista, Quae visa pla-
cent; lo bello artístico (poesía, elocuencia, pintura, escultura, música
y arquitectura), siendo vara ellos una realización ó una analogía de
lo bello natural de orden físico.
Veríamos cómo se debería interpretar el Pulchrum est, id quod pro-
mittit bonum, de Hobbes : Lo bello, es lo que da la esperanza de lo
bueno.
Veríamos sobre todo que el filósofo de Hippona había presentido
el verdadero elemento de lo bello, difiniéndole : « el resplandor del
orden». En la hermosura se encuentra pues la proporción, la simetría,
la fuerza, la conveniencia de que habla Cicerón, y sobre todo el ritmo.
Mientras la constitución de la materia, las leyes de las vibraciones
acústicas, luminosas, eléctricas; la fisiología de nuestros sentidos y
de nuestro mecanismo cerebral consciente, y sobre todo inconsciente,
no eran conocidos, se comprende que no era posible ligar á la teoría
de la dinamogenia, los hechizos femeninos que seducen; y á la teoría
de la inhibición, la potencia viril que fascina. No era posible ver en
la hermosura : objetivamente, el estado medio de un equilibrio, de un
ritmo y de una vibración; y subjetivamente, la atenuación de las im-
presiones sensoriales.
Hermosas son las cabelleras sueltas, las cintas y los velos, que on-
dulan al viento; los movimientos de los oradores, los cuernos de los
ciervos, la crin de los caballos, la cola de las tijeretas y de las demás
aves, la arboladura de la Sarmiento, las banderas empavesando los
edificios, ete. ¿Por qué? porque además del simbolismo, todo sirve
para atenuar la transición entre los objetos sólidos y el espacio,
ligando como con la suavidad de las flechas de las catedrales góticas,
la tierra con el cielo.
En los seudopodos y las espinas de los radiolarios que hemos visto,
en los tentáculos de las actinias y anémonas de mar, en las colonias
tan polimorfas de sifonóforos, en los flejos de medusas, etc., encon-
tramos siempre este carácter objetivo de la belleza: la atenuación
progresiva de las formas sólidas y la paulatina transición al medio
que las rodea.
¿Cuántas nociones, no es verdad? se aprenden en la escuela de la
naturaleza! Aventaja tanto á todas las demás, que permitiría casi,
abstenerse de ellas.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 315
Mirad estos activos infusorios ($0); persiguen á sus minúsculas víe-
timas. Presentan órganos de natación, pestañas vibrátiles, ó membra-
nas ondulatorias, ó una especie de flagelo que utilizan ora como hélice,
ora Como remo.
Tienen aparatos tactiles, aparatos de defensa; algo como una boca
y algo como un corazón. Siempre alerta, se multiplican como jugan-
do, sin interrumpir las graciosas trayectorias que describen en un
baile perpetuo.
Al contrario, mirad estos otros infusorios (Vorticelas) ($1) que se
han fijado sobre objetos inmergidos. Como sus antepasados son her-
m080s, quizás lo son para nosotros aun más, porque sus nuevas nece-
sidades alimenticias han causado su transformación en flores anima-
das y su fijación ha hecho aparecer los primeros rudimentos ¡cuán
elementales! de una vida social.
Pero con las acinetas, las modificaciones regresivas se acentúan.
Estos seres más perezosos (alguien quizás dirá más vivos) adoptan
una vida parasitaria, cada vez que es posible, y cada vez su forma se
degrada en seguida.
Con estos esporozoarios (s1), y á este grupo pertenecen algunos de
nuestros peores enemigos, los que diezman la humanidad, causando
el paludismo, los que aniquilan al ganado ocasionándole la tristeza ;
el parasitismo es completo, y completa también es la degradación
orgánica. En el estado adulto, todo el cuerpo de la Babesia se reduce
á una pequeña masa, casi informe de albúminas vivientes, y si no se
notaran de vez en cuando fenómenos de fragmentación y de multipli-
cación, podrían confundirse con cuerpos intracelulares é inertes.
Si el tiempo no nos apremiara tanto, os mostraría los mismos he-
chos entre las numerosas cohortes y falanges de los celenterados y
de los gusanos; y veríais que la fijación produce una degradación del
organismo que toma necesariamente formas radiadas ó arborescentes;
veríais que á medida que el parasitismo se acentúa, se acentúa tam-
bién el envilecimiento orgánico.
Estos hechos, se ponen clarovidentes, si consideramos estos tuni-
cados.
En su primera juventud, los tunicados se asemejan á pequeños rena-
cuajos (33) y para muchos presentan un órgano, un eje dorsal carac-
terístico de las formas animales más superiores. Pero con la edad, se
ponen más pesados, se fijan y desaparecen luego, uno por uno, todos
sus encantos juveniles y al mismo tiempo van perdiendo sus títulos
nobiliarios; pierden hasta la vista, que ya no les sirve, y caen casi al
316 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
nivel de los moluscos degenerados, de los que han perdido hasta la
cabeza : de los acéfalos!
Pero algunos cirripedios, esta saculina por ejemplo, no contentos
con imitar otros crustáceos de este mismo orden, que se fijan sobre
rocas, sobre cetáceos, y degeneran por lo tanto bastante, se fijan sobre
otros cangrejos ó camarones, introduciéndose luego en su cuerpo, para
albergarse allí y vivir de rentas no ganadas, es decir de robos.
Su degradación consecutiva, legítimo castigo de semejante atrevi-
miento, llega á tal punto que nadie podría reconocer en estas raíces
ramificadas (84) que se ven en la cavidad del cuerpo de algunos can-
erejos, un pariente cercano de los poderosos cabrejos, de estos her-
mosos obispos del mar, y de las altaneras langostas.
Bernardo ermitaño (85) nos va á dar por su lado, una gran enseñanza
más. Ha introducido la extremidad posterior de su cuerpo en una con-
cha de molusco, muchas veces después de haber devorado al dueño
primitivo cuando le gustaba la casa; ¡qué buena lección para los in-
quilinos! Pero su abdomen por el solo hecho de estar fijado y más res-
euardado, pierde los atributos que hacían su hermosura y su fuerza,
y sufre una regresión localizada, provocada por una fijación parcial.
Tales son algunas de las lecciones que recibirán ustedes entrando
en un laboratorio marítimo. Oirán allí, á toda la naturaleza cantando
un himno á la actividad que perfecciona, al esfuerzo que mantiene, al
trabajo personal que ennoblece.
Oirán los cantos de triunfo de los que viajan, y de los valientes que
emigran, y tomarán un miedo saludable al estado sedentario y sobre
todo al parasitismo, bajo cualquier aspecto que se presente.
Si la edad, la posición ó los medios de fortuna, no les permiten
recorrer el mundo ó el país, por lo menos que su espíritu recorra las
varias ramas del saber. La especialización demasiado exclusiva en
una ciencia ó en un arte, es también una fijación, es una causa de
degeneración y de atrofia.
Hay que mantener siempre activas, todas las esferas de la inteli-
vencia y del sentimiento; no olvidando jamás, que si es el espíritu el
que lucha, es el corazón quien reconforta. Si hay que profesar, pues,
respeto á la ciencia, hay que tener amor á las artes, al ritmo y á la
poesía. Mucho más tarde, con el peso de los años y tormentas de la
vida, el cuerpo se sentirá más cansado y el cerebro más lento; llegará
un período físico y psicológico de mayor descanso y de mayor fijación.
Entonces ustedes encontrarán la recompensa de sus esfuerzos, y para
no faltar á las leyes generales de la biología, se volverán, á imitación
, ya
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGIA ACUÁTICA 317
de Philemon y Beaucis, los queridos de Júpiter, así como arbores-
centes, para cobijar y proteger bajo sus ramas una nueva y vigorosa
generación.
Llegamos así, con una transición natural, al examen de una cues-
tión sobre la cual los estudios de las faunas de las aguas dulces y
saladas han proyectado una luz resplandeciente.
No conozco problema de mayor importancia y que interese más
directamente al hombre, que el de su destino, es decir, cuál es el
objeto que le ha sido fijado por su naturaleza, y hacia el cual deben
tender constantemente sus variadas facultades.
Es, pues, de suma importancia determinar el fin último para el cual
existimos, porque una vez definido éste, podemos imprimir á todos
nuestros actos la impulsión y la dirección necesaria para enderezar-
nos hacia él.
Fine constituto, constituta sunt omnia. Summiun bonum si ignoratur. viven-
di rationem ignorari necesse est. (CICERO, De fimibus, 1. 5).
Mientras los filósofos consideraron al hombre, como un sér entera-
mente distinto de todos los demás, ocupando en la naturaleza un lugar
especial, trataron de explicar su destino, sea por doctrinas muy som-
brías, como la de la expiación de Platón, ó de la purificación de Pitá-
goras, que reaparecen en la teoría grosera de los pecados originales;
sea por doctrinas incompletas como la de los epicúreos, de los estoí-
cos; ó en fin de Aristóteles, cuyas ideas tendían hacia el optimismo.
La obtención de todos los bienes que pueden alcanzar la inteligencia,
la voluntad y los sentidos, es el fin que debe proponerse la humanidad.
Ahora que el hombre, gracias á los estudios que ha realizado de la
naturaleza, no la ve ya sólo á través de una pequeña ventana abierta
sobre el infinito, ahora que tiene una idea más exacta de su posición
en los mundos y dentro del imperio de la vida, ahora que con los labo-
ratorios acuáticos, ha descorrido el velo que durante tantos siglos
cubría la biología de la mayoría de los seres organizados, ha podido
y puede comprobar diariamente, que en todos los órdenes y clases de
animales y de plantas, la existencia individual — algunas veces su-
mamente breve — está siempre subordinada á la vida y á la evolu-
ción de la especie.
Se puede hoy en día establecer con rigor que el solo objeto — si
objeto hay — de toda vida individual, es la transmisión de ella.
El motor de la vida es el hambre y el apetito sexual, que es ham-
al ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
00
bre también; y en cuanto al rumbo de la brújula que guía inconscien-
temente á todos los seres en su viaje tan corto á través del cosmos,
eterno; es el estado neutro, pero activo, que experimentan entre el
placer y el dolor.
El único fin de la existencia es, pues, el amor fecundo, con todo el
cortejo de los actos que lo preparan, que lo embellecen y lo dignifi-
can, que lo acompañan y que lo siguen.
Los biólogos por lo tanto han llegado, por las vías de la observación
metódica, de la experimentación y de la inducción más legítima, á la
misma conclusión del filósofo de Galilea : « Amarse unos á otros, es
el primero y el mayor de los preceptos. »
Este fin de la vida lo cantan las olas fecundas del mar, el perfume
de las flores , el vuelo de las efímeras y de las brillantes mariposas,
las melodías de los ruiseñores y de los zorzales, y sobre todo los ojos
de los enamorados, sin contar los versos inspirados de los poetas.
Qw'importe que le jour finisse et recommence
quand UP'une autre existence le cour est animé!
Ouvrez vous, jeunes flewrs! si la mort vous enleve
la vie est un sommeil, Pamouwr en est le réve
et vous auwrez vécu, si vous avez amé!
Escuchad también otra vez al delicado cincelador de ritmos, al
autor de Carlotta :
..- En de tres beaux vers
(Ju?il fit tout expres, chante Uumivers.
Il vous dit : Enfants, mélez vos caresses,
Mlielez vos baisers. mélez vos ivresses,
Par Vamowr naissant laissez-vous charmer,
Foútez le plaisir supreme ('aimer,
Car Pamour est la passion féconde
Qui rend éternels la terre et le monde.
Ll découvre a "homme un coin de ciel blew
(est le piédestal sur lequel est Dieu.
Et les amowreux dans lewrs réves roses
L'áme extasiée, entendent ces choses.
Como lo dijo Le Dantec: Vivir es vencer; y lo hemos visto, al em-
pezar el quien vive, el quien ama y se reproduce, vence á la vez al
espacio, al tiempo y á la muerte. E
O mors! ubi est victoria tua! ¡Oh! muerte, dónde está tu victoria!
Tal será la exclamación del valiente, quien habrá sabido querer, cuan-
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 319
do bajará á las regiones de la calma eterna del espíritu y de las eter-
nas transformaciones de la materia.
Señor presidente, señoras y señores: no me queda sino agradecer-
les por la simpática atención que han prestado á una exposición muy
árida. Pero bien lo sabéis, no hay que buscar en la Patagonia, la her-
mosa vegetación exuberante de los trópicos; ni tampoco en los labo-
ratorios de zoología la elegancia de la palabra que caracteriza á los
literatos y engalana sus discursos.
Si al retirarse de esta sala, cada uno lleva la convicción de que los
laboratorios de biología acuática representan una gran fuerza para
conseguir y aprovechar debidamente las inmensas riquezas de las
aguas dulces y saladas; que estos institutos son además como un faro,
proyectando una luz brillante entre las tinieblas del obseurantismo y
las olas enfurecidas entre las cuales se debate aún la mente humana;
si al salir de este recinto estáis todos convencidos, que para el país,
y como para festejar el centenario de su independencia política, sería
un timbre de honor establecer en Sud América la primera estación
marítima y fluvial, afirmando así una independencia económica, inte-
lectual y moral, mis más intensos deseos serán cumplidos, y mi agra-
decimiento quedará prendido á ustedes, como las flores á las praderas.
He dicho.
F. Lahille.
LISTA DE LOS DIAPOSITIVOS QUE SE PROYECTARON EN ESTA CONFERENCIA
1. Laboratorio de Concarneau y sus grandes viveros.
2. Aparatos usados por Coste para la eclosión de los huevos de peces.
3. Cabrejo (Homarus vulgaris).
4. Langosta (Palinurus vulgaris).
5. Celenterados (Sifonóforos).
6. Equinodermos (Echinus granularis).
7. Gusanos (Nereis).
8. Moluscos (Octopus).
9. Laboratorio de Roscotff. Vista general.
10. — Acuarios.
11. -— Jardín y vista interna del establecimiento.
12. Laboratorio de Roscoff. Laboratorio de un estudiante. El que está
representado es Pictet, de Ginebra, que se ha dedicado al estudio de la fau-
na de Marruecos. |
13. Laboratorio Arago (Banyuls) ; el acuario.
14. — Vista de su vivero y de sus embarcaciones.
320 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
15. Laboratorio de Vimereux. Vista general exterior.
16. = Sala de los acuarios.
7. — Los laboratorios y sala de colecciones.
18. =- Laboratorios para especialistas.
19. — Biblioteca.
20. — Pieza para naturalista huésped.
2 = Cuarto para estudiante.
22. Estación zoológica de Cette.
23. Laboratorio de Misaki (Japón).
24. Laboratorio de Helder (Holanda).
25. Laboratorio de Bergen (Noruega).
26. Laboratorio de Kristiniberg (Suecia).
27. Vista general del principado de Mónaco.
28. Casa provisoria del laboratorio de Santander.
29. Santander. Casilla de los acuarios.
30. Playa de Mar del Plata. Una casita para laboratorio y acuario.
31. Punta Mogotes. Estación marítima edificada por el Museo de La Plata
en 1898.
32. Guinche á vapor con 2000 metros de cable para dragar.
33. Botella de caucho de Regnard.
34. Termómetro registrador de Regnard para obtener en curva continua
la temperatura del fondo de los mares.
35. Llegada de la draga á bordo.
36. Acuario del Trocadero. Vista de las galerías internas.
37. Entrada del acuario de Milán.
38. Disposición interna del acuario de Milán.
39. Establecimiento de piscicultura de Tolosa. Vista del edificio.
4(). Tolosa. El acuario del establecimiento.
41. Sala de conferencias (Tolosa).
492. Pileta grande de reserva y de decantación (Tolosa).
43. Pileta de distribución (Tolosa).
44. Paredes de estos estanques (Tolosa).
45. Una de las piletas largas de crianza con su glorieta correspondiente
(Tolosa).
46. Una de las piletas anulares (Tolosa).
47. Puesta en libertad de los alevinos en los ríos (Tolosa).
48. Establecimiento del senor Lobre. La Mothe d' Ecrilles (Jura).
49. Establecimiento de Bessemont. Vista general. Propiedad del señor de
Marsillac.
50. Establecimiento de Bessemont. Tanques de alevinaje.
51. Antiguo establecimiento de piscicultura en el Jardín de aclimatación
de París.
52. Proyecto de acuario de agua dulce y salada, presentado al Congreso
industrial argentino en 1900.
LOS LABORATORIOS DE BIOLOGÍA ACUÁTICA 321
53. Plan del Parque japonés y de la parte que se hubiera debido consa-
erar á unsacuario y laboratorio de piscicultura.
54. Establecimiento de Dildo en Terra Nova. Sala de las eclosiones en
1899.
55. Laboratorio de San Waast. Fundación Edmond Perrier.
56. Establecimiento de piscicultura de Floedevig (Noruega), 1883.
57. Establecimiento ostreícola. Parque de engorde.
58. Establecimiento para la crianza de mejillones.
59. El pez martillo y el pez serrucho.
60. El scombresoce.
61. Caballito marino.
62. Mola-mola. Pez luna.
63. Regalecus.
54. Melanocetus Johnstoni.
65. Los chetodontes.
66. Heniochus boca de oro.
El gran Pogonias.
Sy Ó)
vw
. El San Pedro y peces afines.
O)
o)
Un balenóptero varado.
-]
S
Dos delfines comunes.
1
ES]
Na
La ola y la roca. Cuadro de Boisselier.
Sifonóforos. Epibulia. Salacia.
(Su)
Discomedusas. Desmonema Annasethe.
ES]
— Toreuma bellagemma.
Peridinea. Ceratium tripos. Ceratocorys horrida.
. Acanthometra. Aiphacanta, etc.
. Radiolarios. Histiastrum. Pentinastrum, etc.
ZAAAAA A
Radiolarios eyrtoideos. Oalocyelon.
] Y
SOS 0-1 SS) Qu
1
Pagwrus abyssorinus, pescado por 4010 brazas de profundidad.
(0,9)
(=>)
Infusorios. Paramecias, ete.
(0,9)
hu
— Vorticellas.
[02)
N
Esporozoarios.
(9,9)
(du)
Larvas de los Tunicados y una Ascidia adulta.
(0,9)
>
Saculina de cangrejo, su larva, desarrollo y forma adulta.
os)
Su
Bernardo ermitano.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIV. 2
LA INVESTIGACIÓN DEL ACIDO BÓRICO
EN LAS SUBSTANCIAS ALIMENTICIAS POR MEDIO DEL PAPEL DE CÚRCUMA
La prohibición absoluta del empleo del ácido bórico en la conser-
vación de las substancias alimenticias, recientemente decretada por
el poder ejecutivo, ha motivado diversos trabajos tendientes á encon-
trar la determinación de un método rápido de investigación de esa
materia.
Ante todo debo hacer constar que no se ha encontrado ninguno
nuevo para la comprobación cualitativa del ácido bórico y que el único
objeto que persiguieron los investigadores, fué de aumentar la sensi-
bilidad conseguida por los procedimientos clásicos, uno de los cuales
consiste en la reacción del papel de cúrcuma, y al cual he de circuns-
cribirme en este artículo.
Á consecuencia de la mencionada prohibición, he tenido que ocu-
parme con más frecuencia que nunca de la investigación del ácido
bórico en jamones, embutidos y conservas de pescados que al expre-
sado fin se han traído á mi laboratorio, y declaro desde luego que los
métodos á que recurrí en todos los casos, fueron los ya conocidos:
investigué el ácido bórico en las cenizas, adoptando las precauciones
necesarias; en el extracto alcohólico glicerinado y acidulado, emplean-
do siempre el papel de cúreuma como medio de orientación. Lo inves-
tigué también mediante la destrucción de la materia orgánica, según
el método de Kjeldahl, y en todos estos ensayos no acusé la existen-
cia de él, no obstante haber operado siempre sobre cantidades mayo:
res de cien gramos.
Aunque satisfecho de la certeza de los resultados y convencido de
LA INVESTIGACIÓN DEL ÁCIDO BÓRICO SS
haber practicado los ensayos con sujeción estricta á las indicaciones
conocidas, ante la afirmación categórica de los interesados que asegu-
raban que otros químicos habían encontrado ácido bórico en los mis-
mos artículos sometidos á mi análisis y que yo daba como exentos de
él, repetí los ensayos hechos, con mayor minuciosidad si cabe; pero
los resultados siempre fueron negativos.
Sostuve, como era natural, la exactitud de mis conclusiones, desde
que no había error posible, desde que los métodos comunes me decían
claramente que aquellas materias no contenían ácido bórico. Enton-
ces uno de los interesados llamó mi atención sobre el método oficial
publicado en el Boletín del ministerio de relaciones exteriores, tomo
XVI, número 107, página 197 y siguientes, y cuya característica con-
siste en el empleo del papel de cúrcuma preparado con una tintura
alcoholica de cúrcuma, previamente separada de sus resinas agotán-
dola por la bencina.
Según dice esa publicación, este papel « da una coloración bien
neta con las soluciones de ácido bórico al 0,25 por mil. Dicha colora-
ción se vuelve azul tratándola por una gota de carbonato sódico ».
Quedé gratamente sorprendido al ver que una oficina nacional,
rompiendo ese misterioso velo con que generalmente envuelven sus
procedimientos de investigación, los daba al fin á la publicidad, faci-
litando de ese modo la acción de los peritos particulares en quienes
el público deposita su confianza, puesto que les permite establecer
comparaciones y comprobar en caso de duda.
Se dice en el citado informe que substancias alimenticias en las
que químicos ingleses no habían podido descubrir señales de ácido
bórico, habían sido declaradas inaptas para el consumo, porque la
oficina química del ministerio de agricultura, lo había encontrado.
Mi opinión en el primer momento fué que tanto los químicos ingle-
ses como yo, no habíamos podido revelar la presencia del ácido bóri-
co, porque los procedimientos empleados debían ser inferiores en sen-
sibilidad á los de la oficina química del ministerio; y fundado en esa
creencia, repetí el análisis en la última muestra que se me había
entregado, siguiendo al pie de la letra el método oficial.
En efecto, obtuve una coloración rosácea del papel de cúreuma,
que al parecer acusaba la existencia del ácido bórico en aquella con-
serva que según mis ensayos anteriores aparecía exenta de él, y sen-
tíame inclinado á manifestárselo así á mi cliente. Sin embargo, no
quería hacerlo sin abrigar antes el convencimiento arraigado del he-
cho; sin haber desvanecido hasta la más ligera sombra de una sospe-
324 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
cha. Se trataba de un asunto que interesa por igual á los fabricantes
y álos introductores de conservas, que lesiona grandes intereses y no
es posible obrar de ligero en él.
Buscando nuevos y mayores elementos de prueba, practiqué el en-
sayo en cireunstancias idénticas, sobre carne fresca recién sacrificada
y con la seguridad de que no había sufrido ningún procedimiento de
conservación; y no obstante, ¡el papel de cúrcuma acusó la presencia
del ácido bórico!
¿Cuál es la causa de que ese papel preparado con arreglo á la fór-
mula oficial, acuse la existencia de la materia conservadora en subs-.
tancias á las que no se le ha agregado? En la publicación ministerial
se declara que el papel de cúrcuma revela la presencia del mencio-
nado ácido en soluciones al 0,25 por mil, y á mí no podía quedarme
duda toda vez que había obtenido la coloración rosácea en esas cir-
cunstancias.
Según el procedimiento oficial, se reducen á ceniza 100 gramos de
carne, ó cualquier otra conserva, se diluyen en agua caliente y la
solución acuosa se concentra hasta un volumen de 2 centímetros cú-
bicos, haciéndose en ella la investigación del ácido bórico por medio
del papel de cúrcuma, el cual lo revelará aunque sólo se halle en pro-
porción de 0,25 por mil. Este título en una solución corresponde á 5
diez miligramos en los 2 centímetros cúbicos, y como éstos proceden
de los 100 gramos de carne, resulta que á cada 100 gramos de ésta
corresponden también 5 diez miligramos, ó sean 5 miligramos de áci-
do bórico por cada kilo de carne.
Basándonos en estas cifras, tenemos, que el método oficial atribuye
la existencia de 5 gramos de ácido bórico por cada 1000 kilos de
carne. Ahora bien, ¿es necesario emplear métodos de esa pretendida
sensibilidad? ¿Es capaz este antiséptico de ejercer acción conserva-
dora en dosis tan exigua como es la de 5 gramos por mil kilos? No, y
no es posible pensar que los importadores ó fabricantes de conservas
fueran á emplear como medio de conservación, y en cantidad que no
daría el resultado apetecido, una substancia que en cambio tiene la
peculiaridad de cerrarles los mercados argentinos.
Ante el resultado obtenido con el método oficial, surge esta pre-
eunta: ¿por qué causa se colorea el papel de cúrcuma preparado
según la indicación de ese método, acusando la presencia. del ácido
bórico donde no existe? No puedo contestar categóricamente y me
limito á publicar mis observaciones.
Traté el papel de cúrcuma « oficial » :
LA INVESTIGACIÓN DEL ÁCIDO BÓRICO 325
1% Con una solución de ácido bórico al 0,25 por mil acidulada con
ácido clorhídrico;
2% Con una solución de cloruro sódico al 4 por ciento, acidulada
también con HOI;
3 Con ácido clorhídrico puro al 10 por ciento.
En los tres casos obtuve la coloración rosácea acusadora de la pre-
sencia del ácido bórico.
Como los autores difieren en la indicación de la forma en que se
debe secar el papel de reactivo; mientras el método oficial señala
«una temperatura moderada », otros aconsejan 1009 de temperatura
y otros recemiendan secarlo con rapidez á la llama de Bunsen, repetí
los ensayos anteriores para cerciorarme de si la temperatura de dese-
cación influía por ventura en el resultado de las observaciones. Usé
entonces papel seco á la temperatura ambiente (219), 4 459%, á 1007
en la estufa de agua y rápidamente á la llama del pico de Bunsen.
En los cuatro casos los resultados fueron idénticos, es decir, confir-
mantes de la presencia del ácido bórico.
Quedaba, pues, plenamente comprobado que la reacción aparente-
mente positiva del papel de cúrcuma, no determina en modo alguno
la adición intencional de ácido bórico, á la substancia en ensayo.
Por otra parte, ¿4 qué causa hay que atribuir la reacción positiva
de dicho papel con el ácido ciorhídrico puro? Sabido es que la reac-
ción del ácido bórico con el papel ordinario de cúrcuma, es tanto más
intensa cuanto más ácido clorhídrico se emplea para acidular la solu-
ción á ensayar, indicando los autores como límite de acidulación el
10 por ciento. Por mi parte observé también que mayores cantidades
de ácido clorhídrico daban reacciones más intensas, parecidas á las
del ácido bórico, y las cuales eran más manifiestas en los bordes del
papel. Sin embargo, no era debido á una simple acumulación de la
materia colorante, porque persistió lavando el papel con agua desti-
lada. Tratando los bordes con amoníaco ó carbonato sódico, tomaron
una coloración azulada.
¿ Esta reacción del ácido clorhídrico puro con el papel de cúrcuma
oficial, es peculiar al ácido clorhídrico mismo ó se debe á vestigios de
ácido bórico que contiene? Sin pretender dar una respuesta definiti-
va, me inclino á creer que también el ácido clorhídrico purísimo con-
tiene rastros de ácido bórico. Esta opinión se halla apoyada por las
observaciones de otros investigadores quienes hallaron ácido bórico
en casi todas las muestras de sal común que analizaron; y siendo esta
la materia prima para la fabricación del ácido clorhídrico, es lógico
326 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
creer que éste tendrá también vestigios de ácido bórico, cuando los
tenga la sal empleada.
A. Gorkeen dice en Die Kurkumareaktion anf Borsawre (1), que ha
encontrado ácido bórico en casi todas las clases de sal común anali-
zadas por él, en cantidades menores de 0,01 por ciento.
F, Fendler (2) opina también que la reacción de la cúrcuma es
demasiado sensible para poder servir como prueba concluyente de la
presencia del ácido bórico. Ha observado igualmente que la mayor
'antidad de ácido clorhídrico hace más sensible la reacción. El mismo
Fendler insiste luego que no existe cloruro sódico completamente
exento de ácido bórico (3).
Ya Fresenius en su Análisis cualitativa observa que con el papel
de cúreuma común el HC] puede dar una coloración parecida á la
producida por el ácido bórico, pero con el papel oficial, la coloración
no es parecida, sino idéntica.
Es necesario, por consiguiente, emplear un papel menos sensible,
cuya preparación indica Fresenius, por ejemplo, y considerar el resul-
tado positivo sólo como dato ilustrativo que luego se debe confirmar
por otro cualquiera de los métodos conocidos.
Nadie mejor que L. L. de Koninek en su introducción de la edición
francesa de Essais de pureté des réactifs chimiques por O. Krauch, ex-
plica el caso: Malhereusement, dice, Vobtention, méme en petite quan-
tité, de produits absolument purs est d'une extreme difficulté dans la
plupart des cas et souvent méme presque impossible. Le chimiste est done
obligé de se contenter de réactifs d'une pureté relative.
Y si el químico debe conformarse en su laboratorio con reactivos
de una pureza relativa, nadie puede exigir de saladeristas y fabrican-
tes de conservas alimenticias, que eliminen de la sal que emplean, los
vestigios de ácido bórico que contiene, cuyo resultado sería por otra
parte, más que dudoso !
Y para terminar vamos á citar aquí otra opinión sobre el empleo
de substancias conservadoras en los productos alimenticios.
En el V Congreso internacional de química aplicada que tuvo lugar
en Berlín, el doctor Mastbaum de Lisboa, habla en una sesión sobre
la presencia del ácido salicílico en los vinos, uvas y otras frutas, y
(1) Zeitschrift fúr Untersmhung der Nahrungs und Gennsmittel, 10, 242-438. Miil- -
heim a. d. R.
(2) Apotheker Zeitung, TIT-79.
(3) Apotheker Zeitung, 20, S£8-69.
LA INVESTIGACIÓN DEL ÁCIDO BÓRICO LN
dice : « Con el ácido salicílico sucede lo mismo que con otros compo-
nentes del vino cuyas cantidades se hallan entre límites variables.
Un vino no es «scheelizado» porque contenga glicerina, no es «enye-
sado » porque contenga ácido sulfúrico y no puede considerarse eon-
servado con «boratos» porque se hallen en él rastros de ácido bó-
rico ». (Berich. V Internationaler Kongres fiir Angervandte Chemie,
Berlín, 1903, Band 3, pag. 626).
FRANCISCO P. LAVALLE,
Profesor de química analítica y toxicología
de la Facultad de Ciencias Médicas.
BIBLIOGRAFÍA
CASA EDITORIAL GAUTHIER-VILLARS, PARÍS.
Introduction a l'étude de l'électricité statique et du magnétisme par
E. BiCHaT, doyen de la Faculté des sciences de Nancy, correspondanmt de
1 Institut, et R. Blondot, professeur a la Faculté des sciences de Nancy, corres-
pondant de 1”Institut. Deuxieme édition, entierement refondue. 1 vol. in 80
(23X14) de virr-188 pages, avec 80 figures. Gauthier-Villars, éditeur, Paris,
1907. Prix, broché, 5 franes.
En realidad se trata de una nueva edición, hecha por el señor Blondot, habiendo
fallecido el señor Bichat en 1905. Sin embargo, mejorada, puesta al día por el su-
perviviente, lo ha sido bajo el mismo plan i concepto de la primera edición, vale
decir, conservándole su carácter de obra intermediaria entre las elementales i las
superiores sobre electricidad estática 1 magnetismo.
He aquí las materias tratadas :
A, Electricidad estática.
I, Fenómenos fundamentales. II, Acción recíproca de dos elementos electriza-
dos. INT, Definiciones. IV, Teorema de Gauss. V, Potencial. VI, Estudio esperi-
mental del campo eléctrico. VIL, Tubos i líneas de fuerza. VIII, Proporciones
relativas a los cuerpos conductores. IX, Diagramas eléctricos. X, Equilibrio elée-
trico. XI, Capacidad. XII, Condensadores. XIII, Trabajo i enerjía eléctrica.
XIV, Unidades derivadas, sistema C. G. S. XV, Electróscopos 1 electrómetros.
XVI, Aplicaciones de los electrómetros. XVII, Máquinas eléctricas. XVII, Poder
inductor específico. XIX, Chispa eléctrica. XX, Desperdicio de electricidad.
B, Magnetismo.
I, Imanes. Campo magnético. II, Leyes de las atracciones 1 repulsiones mag-
néticas. III, Magnetismo terrestre.
L'heure a Paris, par Jean MAscarT, astronome adjoint a l%observatoire de
Paris. Gauthier-Villars, imprimeur-libraire, Paris, 1907.
En un folleto de 40 pájinas, en 8 mayor, el señor Mascart historia los medios
de que se valieron los hombres para medir el tiempo; las subdivisiones del día,
en los diversos pueblos i épocas; el principio del mismo con el ponerse o levan-
tarse del sol, o su paso por el meridiano superior o inferior, etc., la convenien-
BIBLIOGRAFÍA 329
cia de uniformar la medida del día de una á veinticuatro horas 1 establecer una
hora legal única en cada país, según la siguiente fórmula : se divide la tierra en
24 husos iguales (15% c/u), 4 partir del meridiano de Greenwich; cada capital
adopta como hora legal la local del meridiano de orijen del huso en que ella está
colocada, hora que rije ala vez en cada país correspondiente. 1 aquí cuadra bien
poner un par de ejemplos de tontería nacional : así como Inglaterra no quiere
adoptar el sistema métrico, Francia no quiere adoptar el meridiano de Greenwich.
Lo que prueba ser una verdad... paradojal lo de que la ciencia actúa en un te-
rreno... neutral. Si así fuera no tendríamos aun el antipático 1 «miopístico »
tipo gótico en las publicaciones alemanas, el antidiluviano abecedario ruso, etc.
Ya sería hora de uniformar la escritura, los sistemas de moneda, pesos 1 medi-
das, ete., en todo el mundo civilizado !
Pero... lean el interesante artículo del señor Mascart, que hallarán ustedes en
la Revue du mois (septiembre-octubre 1907) donde fué orijinariantente publicado,
o en el folleto que nos ocupa, que es una tirada aparte del mismo.
Guide de préparations organiques a l'usage des étudiants, par EmiL Fr
SHER, professeur de chimie a 1/Université de Berlin, traduction autorisée
d'apres la septieme édition allemande, par H. Decker et Dunand. 1 vol. in-16
(19 X<12), de xvir-10 pages, avec 19 figures. Gauthier-Villars, éditeur, Paris,
1907. Prix broché, 2,50 frances.
A propósito de este manual los traductores dicen : « Durante varios años he-
mos tenido ocasión de emplear este manual en la enseñanza diaria, simultánea-
mente con otras «guías» análogas publicadas por otros autores, 1 nos hemos
convencido que este libro de Fisher es mui superior a los demás, tanto por la
elección 1 orden de las preparaciones del punto de vista pedagógico, cuanto por
lo claro i preciso de sus indicaciones... Ni se exije del estudiante el conocimiento
de las reacciones 1 sustancias, antes de comenzar la preparación, no tendrán
porque quejarse de los resultados del empleo de este manual ».
Sólo agregaremos nosotros que, a pesar de su pequeñez, son numerosas las
preparaciones químicas estudiadas en este manual, todas interesantes.
La construction d'une locomotive moderne par le docteur RoBeErRT GkrrmM-
SHAW, ingénieur, auteur de Procédés mécaniques spéciaux; traduit sur la deu-
xieme édition allemande, par P. Poinsienon ingénieur E. C. L. 1 volumen
in-8% (23X14), xrv-64 pages, avec 42 figures, Gauthier-Villars, éditeur, Paris,
1907. Prix broché, 3,75 franes.
Es la historia descriptiva de las diferentes operaciones realizadas para la cons-
trucción de locomotoras en el taller de Baldwin (EE. UU.) el más grande del
mundo entero, pues ocupa 18.000 obreros produce 2500 locomotoras por año, i ha
construído hasta la fecha más de 37.000 locomotoras, entre los que figura la colo-
sal de carga con cuatro cilindros. doce ruedas motrices acopladas, 1 cuatro más de
sostén, amén del ténder que tiene ocho : el peso de la locomotora sin ténder es
de 161 toneladas, i con él, 228 toneladas. Ha sido construída para el ferrocarril
Great Northern.
330 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Déviations des compas, étude géometrique, compensation du compas Thomson.
par PIERRE ENGEL, enseigne de vaisseau. 1 vol. in-8 (25X16), de vi-65 pa-
ges et 5 planches. Gauthier-Villars, éditeur. Paris, 1907. Prix broché, 2
frances.
Ta
El autor ha dividido su trabajo en cuatro partes :
1% Estudio teórico del campo magnético de un buque;
2% Estudio de la variaciones de una aguja imanada en dicho campo i del prin-
cipio de la compensación ;
3 Compensación del compás Thomson.
40 Observaciones i datos diversos, jenerales o relativos al compás Thomson.
A nuestros marinos recomendamos especialmente la lectura del trabajo del se-
nor Engel.
S. E. BARABINO.
Les industries électrochimiques. Traité pratique de la fabrication électrochi-
mique des métalloides et de leurs composés, du chlore, des alcalis et des com
posés du chlore, de 1ozone, de l'acide nitrique, des métaux alcalins et alcalino-
terreux, des métaux usuels, du cuivre et du nickel électrolytiques, des métaux
rares ou destinés a des usages spéciaux des composés organiques, par JEAN Es-
CARD, ingénieur civil, ancien éleve du Laboratoire central de la Société inter-
nationale des eléctriciens. 1 volume, in-8% grand, de vui-795 pages, avec 331
figures dans le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris, 1907.
Recueil de types de ponts pour route en ciment armé. Calculés confor-
mément a la circulaire ministerielle du 20 octobre 1906, par N. de TEDESCO,
ingénieur des arts et manufactures; avec la collaboration de Victor Forestier,
ingénieur des arts et métiers. 1 volume in 8% grand, de 1v-310 pages, avec 54
figures dans le texte, et un atlas de 8 grandes planches. Ch. Béranger, éditeur,
Paris, 1907.
Después de transcribir las instrucciones ministeriales, estudia las condiciones
de aplicación de las mismas; los métodos de cálculo de los sólidos tHexados de
cemento armado; las deformaciones de una viga de cemento armado; un puente
de 4 metros de una vía; otro de 6 metros de dos vías; otro de $ metros de dos
vías; uno de 10 metros de una vía; otro de 15 metros de dos vías; otro más de
20 metros de una vía; uno de 25 metros de dos vías 1, por fin, otro de 30 metros
de una vía.
Traité complet d'analyse 2himique appliquée aux essais industriels par J.
Posr, professeur honoraire a 1"Université de Goettingue, eb B. Neumann, pro-
esseur a la Technische Hochschule de Darmstadt, avec la collaboration de
nombreux chimistes et spécialistes 22 édition francaise entierement refondue,
traduite d'apres la 312 édition allemande et augmentée de nombreuses additions
par le docteur L. Gautier. Tome Il, 1% fascicule : chaux, mortiers et ciments,
plátre, produits céramiques, verres et glacures. 1 volume de 205 pages, grand
in-8%, avec 99 figures dans le texte. Librairie scientifique A. Hermann, édi-:
teur, Paris, 1908. Prix, broché 6 francs.
Sabido es que este tratado completo de análisis químico industrial consta de
BIBLIOGRAFÍA 331
3 volúmenes de unas 900 pájinas cada uno. Cada volumen está constituído por
cuatro fascículos, i el actual es el primero del 2% volumen.
La nombradía de los numerosos químicos alemanes colaboradores dan a esta
obra una importancia de primer orden.
Las materias de este primer fascículo (cales, morteros, cementos, yeso, cerá-
mica, vidrios, etc.) han sido desarrolladas por los profesores H. Sigeri E.
Kramer.
También ha aparecido el primer fascículo del primer volumen, el cual no he-
mos recibido; pero sabemos que trata del agua, aguas residuales, combustibles,
pirometría i gases, i que fué preparado por los doctores F. H. Vogel, H. Lang-
bein i B. Neumann. El segundo fascículo de este primer volumen se halla en
prensa, i los demás de ambos volúmenes, en preparación.
Esta nueva edición francesa es la segunda hecha de la tercera alemana. Es su
mejor elojio.
S. E. BARABINO.
Instrucciones para el reconocimiento trigonométrico destinado a ubicar
las triangulaciones i bases jeodésicas. Santiago de Chile, 1907. 1 folleto de 63
pájinas en 8% menor, con un plano de la nueva red de primer orden de Prusia
oriental i occidental.
Publicación hecha por la oficina de mensura de tierras de Chile, consta de un
estenso i mui interesante informe del señor Ernesto Greve i del pliego de ins-
trucciones relativas a las triangulaciones jeodésicas a que deberán sujetarse los
jeodestas en el territorio chileno.
Analizaremos más detenidamente las instrucciones indicadas 1 volveremos a
ocuparnos de las mismas.
Reglamento interno é instrucciones técnicas. 1 folleto de 110 pájinas, en
8% menor, con figuras i cuadros intercalados en el testo. Santiago de Chile,
1907.
Como la precedente, es una publicación hecha por la oficina de mensura de
tierras de Chile, de nueva creación 1 anexa al ministerio de colonización.
Comprende el decreto que constituye la oficina de mensura de tierras, el re-
elamento interno 1 las instrucciones técnicas para el funcionamiento de la misma.
Contribución al conocimiento jeolójico de la República Arjentina. l,
Petrografía por el doctor GUILLERMO BODENBENDER, catedrático de mineralo-
Jía 1 jeolojía en la Universidad de Córdoba, etc., etc., Buenos Aires, 1907.
En un folleto de 36 pájinas, formato mayor, que constituye el número 3 del
tomo 1I de los Anales del ministerio de agricultura (sección jeolojía, mineralojía
i minería), el doctor Bodenbender publica el estudio que ha hecho sobre meláfi-
ros, basaltos i andesitas de la sierra de Córdoba, i las diabasas, porfiritos, aujíti-
cos 1 meláfiros que se encuentran entre dicha sierra i la precordillera, fundado
en las investigaciones hechas por los doctores Chelius, Brackebusch, Siepert,
Stelzner i en las propias, basadas en la determinación microscópica de las rocas.
Con esta memoria entiende el doctor Bodenbender iniciar la serie de publicacio-
332 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
nes sobre rocas, especialmente eruptivas, del país, cuya descrición aconseja se-
parar de las publicaciones sobre estratigrafía i tectónica.
El señor injeniero E. Hermitte, jefe de la División, al elevar este trabajo
al señor ministro de agricultura, manifiesta que su publicación ofrece interés
científico, acrecentado por la colaboración del malogrado doctor Chelius i demás
naturalistas mencionados.
Como era lójico esperar de la competencia del autor, se trata de un trabajo in-
teresante que será leído con provecho por los cultores de la jeolojía nacional.
S. E. BARABINO.
Notas preliminares sobre el tetraprothomo argentinus. Un precursor del
hombre del mioceno superior de Monte Hermoso, por FLORENTINO ÁMEGHINO. 1 vo-
lumen en 8% mayor, de 130 pájinas con 82 figuras intercaladas en el testo.
Edición del autor. Buenos Aires, 1907.
Nuestro antiguo condiscípulo i amigo el director del Museo nacional, doctor
Ameghino, nos ha obsequiado con un ejemplar de este su nuevo trabajo, recién
terminado de publicar en los 4nales del Museo (tomo XVI, sec. 32, t. IX, pájina
107 a 242, 28 febrero ppdo).
Como los demás trabajos científicos del autor, es una memoria en la que pre-
dominan a la vez una erudición paleontológica i una inducción científica admi-
rables.
Se trata del clásico yacimiento fosilífero de Monte Hermoso, que el doctor
Ameghino visitó por primera vez a principios de 1887, hallando en él vestijios
(tierra cocida, fogones, huesos, pedernales, ete.) de la existencia de un ser inte-
lijente contemporáneo de los mamíferos allí estinguidos, precursor del hombre
actual, opinión que el doctor Steinmann se permitió refutar ante la Sociedad
jeolójica de Berlín i que replicó eficazmente el doctor Ameghino en una obra de
aliento, de la que oportunamente nos ocupamos en esta misma sección.
En 1906 el doctor Ameghino establecía que el precursor del hombre del yaci-
miento mioceno de Monte Hermoso, sólo era conocido por una pequeña vértebra
cervical. El hombre de esa época debía diferir del hombre actual más que el del
plioceno, i la diferencia ser tan notable que no podía tratarse jenéricamente de
un verdadero « hombre », sino de un precursor del mismo.
Ahora se ha hallado un fémur casi completo e igualmente reducido, lo que
viene a confirmar las previsiones del autor, de que no se trata del jénero homo,
sino de otro estinguido que forma parte de la línea directa que de los homoncu-
lidae va al hombre actual, más próximo al homo que cualquiera de los monos
antropomorfos conocidos, al cual el doctor Ameghino llama tetraprothomo argenti-
nus (1. 2., DM. Sp.). ;
El doctor Lehman-Nitsche, que ha estudiado este mismo fémur, reconoce la
existencia de un precursor del hombre en Monte Hermoso i que la época del
yacimiento es por lo menos pliocénica. A su vez, el doctor Steinmann acaba de
reconocer la época terciaria de las capas de Monte Hermoso.
Luego, pues, la existencia del hombre terciario en la Arjentina prevista por el
doctor Ameghino, es un hecho definitivamente comprobado; por consiguiente las
investigaciones sobre el orijen i antigiiedad del hombre deben tomar una nueva
orientación.
BIBLIOGRAFÍA 333
Es lo que ha tratado de hacer el doctor Ameghino, en este su interesante tra-
bajo, cuya lectura meditada aconsejamos a nuestros lectores.
S. E. BARABINO.
Sobre las principales materias esplosivas militares e industriales por
RAUL BARRERA, teniente primero de artillería del ejército arjentino, jefe del
laboratorio químico del arsenal de guerra, con un prólogo del doctor Francisco
B. Reyes. 1 volumen de xI1-280 pájinas. Paris, 1907.
La química de los esplosivos tiene pocos cultores entre nosotros, 1 aun diré en-
tre los técnicos de habla española.
En esta misma sección hemos dado cuenta de dos trabajos de esta naturaleza,
el del profesor Pattó 1 el del tenientecoronel, injeniero Martín Rodríguez, mui
interesantes por cierto, 1 que nos extraña no ver mencionados por el doctor Re-
yes en su prólogo.
El teniente Barrera hace un estudio de los esplosivos de aplicación en las ar-
mas, en las destrucciones de campaña 1 en las minas, i termina dando un cálculo
de las características termoquímicas de los esplosivos i una idea de su clasifi-
cación.
El doctor Reyes dice que a medida que el autor desarrolla su tema se «aper-
cibe la nota orijinal, hasta que por entero se nos presenta demostrando que co-
noce a fondo la materia, que no se ha limitado a recopilar, sino que alcanza a
fijar rumbos a la ciencia de que hablamos ».
«Sabido es, en efecto, que las pólvoras negras que se emplean como carga de
ignición en los proyectiles de artillería tienen por misión el servir de interme-
diarias entre el fulminato i las cargas de proyección 1 que tienen el defecto de
descomponerse, habiendo más de una vez ocasionado esplosiones.
«Como solución a tan grave problema senos indica en esta obra la potencia del
detonador i la añadidura del trinitrotolueno, cuya densidad permite la concentra-
ción de mayor suma de enerjía en un volumen mui reducido.
« Otra prueba de orijinalidad está en la crítica que del fulminato de mercurio
hace al ser empleado como cebo en los proyectiles de fusil. »
I termina su prólogo el doctor Reyes diciendo :
«Creo conocer todo lo que sobre estas materias se ha publicado i puedo afir-
mar que nadie, en las circunstancias de grado iedad del teniente Barrera, ha
quedado en obras de este jénero a la altura en que él se nos presenta. Esta obra
le coloca en el ejército arjentino al nivel que el sabio comandante Gody ocupa
en el belga. »
El doctor Reyes es una autoridad en la materia, por lo que creo inútil insistir
sobre la bondad de este trabajo del teniente Barrera.
Recomendamos a nuestra joven oficialidad artillera la lectura de tan notable
obra de su compañero de filas.
S. E. BARABINO.
Arqueolojía de la cuenca del río Parana por Luis María TORRES, profesor
de la Universidad nacional de La Plata, adscrito honorario de la sección ar-
334 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
queolójica del Museo nacional de Buenos Aires. Un folleto en 3% mayor, de 70
pájinas con 45 figuras intercaladas i una carta arqueolójica. Buenos Aires, 1907.
Este trabajo del laborioso e intelijente arqueólogo, señor Torres, se ha publi-
cado en la Revista del Museo de la Plata, tomo XIV (22 serie, tomo l, pág. 53 a
122). En él ha querido el autor dar forma i unidad a diversas investigaciones
arqueolójicas hechas en Campana por el doctor Zeballos, en Corrientes (Goya)
por el señor Ambrosetti i otras del propio señor Torres.
El autor, con buen criterio, hace preceder la descrición arqueolójica, de un re-
sumen jeneral jeográfico de la rejión estudiada.
Como todo lo que atañe al conocimiento de nuestro propio país, este trabajo
se lee con positivo interés, a lo que contribuye la forma simpática con que se
presenta.
S. E. BARABINO.
ÍNDICE GENERAL
DE LAS
MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO SEXAGÉSIMO CUARTO
Edificación contra temblores, por el ingeniero DOMINGO SELVA... 0000 oo
Zonas de regadío en Tucumán, por el ingeniero CARLOS WAUTERS (continua-
A aa leo ESO ec AUR AQUI ES 00 AR EN ADSL 88,
Fotografía en colores, por el ingeniero ARNALDO SPELUZZIT. 0.000
Máquina universal de dibujar, por el ingeniero JosÉ S. CORTT-. 00.00...
XXXV0 aniversario de la Sociedad Científica Argentida. o...
Discurso del vicepresidente 20, señor J. B. AMBROSETTL. 0.000
Invernada de las orugas de Morpho catenarius (Perrry), por ANGEL GALLARDO.
TVo congreso científico latinotamericano (1er panamericano) que se reunirá en San-
maso alo ade daras de 10d: sc ncoosooo oc ona rio hana ooo:
El ingeniero, conferencia leída en el XXXVo aniversario de la Sociedad Cientí-
fica Argentina, por el ingeniero DOMINGO SELVA... ARA
Los laboratorios de biología acuática, conferencia en el XXXV0 aniversario de
la Sociedad Científica Argentina, por el doctor FERNANDO LAHILEE..........
La investigación del ácido-bórico en las substancias alimenticias por medio del
papel de cúrcuma, por el doctor FRANCISCO P. LAVALLE... ooo o
BIBLIOGRAFÍA
Casa editorial de Gauthier-Villars, Paris.
Applications de la photographie aux levés topographiques en haute montagne, par
inséneuH en riYa llo SPD A aa
Traité générale des automobiles a pétrole, par lVingénieur Lucien Perissé (S. E. B.).
Nuevos principios de electricidad industrial, por el profesor Paul Janet (S. E. B.).
Introduction a Uétude de Uélectricité statique et du magnétisme, par E. Bichat
(Ss oo old do Roa tl E eS eto
I7?heure a Paris, par Jean Mascart (S. E. B.).........oooo.ocooo oo... .......
Guide de préparations organiques, par Emile Fischer (S. E. B.)................
La construction d'une locomotive moderne, por Robert Grimshaw (S. E. B.).....
Déviations des compas, par Pierre Engel (S. E. B.)......o.ocoooocooocoocoooo..-.
336 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Casa editorial de Ch. Béranger, Paris.
Essais des machines a cowrant continua et alternatif, par P. Bourguignon (S. E. B.)..
Eléments de sidérologie, par Hans Baron von Juptner (S. E. B.)...............
Guide du monteur, par Jules Merlot (S. E. B.)........ooo.ooooooooooro
Traité pratique WVelectricité industrielle, par Vingénieur E. Cadiat..............
Les industries electrochimiques, par Jean Escard (S. E. B.)........ooooo.o..o....
Recueil de types de punts pour ronte en coment armé, par N. de Tedesco (S. E. B.)
Ricettario per le industrie tessili ed affini, di O. Giudice (S. E. B.).............
Impianti elettrici «a correnti alternate semplici, bifasi e trifasi, per Vingegnere
AMO Marron A A
Los cambios de nivel en las calles, por C. C. Dassen (S. E. B.)-..............
Río Pilcomayo, por el ingeniero Gunardo Lange (S. E. B.).........ooooo......
La escuela moderna, revista, director Aldo Banchero (S. E. B.)...............
Padrón minero de los territorios nacionales, 1906 (Anales del ministerio de agri-
COVER) (Se de 1) obo nopeoocordescacor ccoo do pooovan coro nos an oa eroo aa
Las gramíneas de Vera, por Mariano B. Berro (S. E. B.). ooo.
Costa Riea, por los señores Segarra y Juliá (S. E. B.).....ooooccoococcccoooo
Atomos y astros, por Victor Delfino (S. E. B.).......oococcocoococcrr
Nuevas orientaciones científicas, por Fernando Alsina (S. E. B.)................
Traité complet d'analyse chimique, par J. Past (S. E. B.). ooo
Instrucciones para el reconocimiento trigONOMÉÍTICO ooo
reglamento interno é imstrucciones LÉCNACAS. ooo
Contribución al conocimiento geológico de la República Argentina, por el doctor
Guillermo Bodenbender (S. E. B.).......oooooococoocooooooo Lar Ie Ne
Notas preliminares sobre el tetraprothomo argentinus, por el doctor Florentino
A OS E
Sobre las principales materias explosivas militares é industriales, por Raúl Barrera
(SA A A
Arqueología de la cuenca del río Paraná, por Luis María Torres (S. E. B.)....
340
341
342
342
) (padre). Dr Florentino Ameghino. pE0a Ing. ;
r. Estanislao S. Zeballos — Dr. Cesar Lombroso E
SOCIOS CORRESPONDIENTES
gi lar, Rafaeli
Mexico. Lillo, Miguel............... Tucuman.
echavaleta, José .......... Montevideo. Lugar Lust od . en Roma
; eaga Rodolfo de......... Montevideo. Morandi, Luis .............. Villa Colon (U.
-Ave-Lallemant, German...... Mendoza. Moore, Clarence...... e... Filadelfía
Ballvé, Horacio ............ l. de Año N Nordenskjiold, Otto......... Gothemburgo.
Becquerel, Henri........... Paris. Paterno, Manuel........ .... Palermo (1t.).
-Bodenbender, Guillermo..... Córdoba. Batrons hablo. e a Lima.
Bolivar, Ignacio ............ Madrid. Porter, Carlos E ........... Valparaíso.
Carvalho José Cárlos........ Rio Janeiro. RerdWalter Bo dao Da Lóndres.
A Mendoza. Scalabrini, Pedro........... Corrientes.
New York. Sklodonska, Curie .......... Paris.
-Delage, Yves Paris. Spegazzini, Carlos........... La Plata
arde Aledo o... a Paris, Fobar: Carlos... eos Quito
Guignard, Leon............. Paris. Une Mara oa soe Lima
Guimaráes, Rodolfo.......... Elba (Portug.) Villareal, Federico........... Lima.
Kinart, Fernando ........... Amberes. Von lhering, Herman........ San Paulo (B.
La Plata. a
Abella, Juan.
Acevedo Ramos, R. de.
Achaval, Sandalio. P.
Adamoli, Pedro A.
Adamolí, Santos $.
Adano, Manuel.
Ader, Enrique A.
Aguirre, Eduardo.
Albarracín, Alberto J.
Alberdi, Urancisco N.
- Albert, Francisco.
Aldunate, Julio C.
Almanza, Felipe G.
Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
Alvarez de Toledo, Julio
Alzaga, Federico.
- Avasagasti, Horacio
- Ambrosetti, Juan B.
- Anaya, Elvio Carlos.
Angelis, Virgilio de
- Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Artaza, Evaristo.
Artaza, Miguel.
-Arigós, Máximo.
- Arce, Manuel J.
Arce, Santiago. y
-Arditi, Horacio.
Arroyo, Franklin.
Aubone, Carlos. -
- Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
- Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
Aztis, Julio M.
-Babacci, Juan.
- Balina, Manuel R.
-—Bachmann, Alois.
Barrera, Raúl.
Barrio Nuevo, Luis A.
-—Barabino, Santiago E.
-—Barilari, Mariano S.
-—Barzi. Federico.
- Battilana, Pedro.
Baudrix, Manuel C.
Bazan, Pedro.
- Beravidez, Horacio.
Berro Madero, Carlos.
- Bermudez, Joaquín.
Lafone Quevedo, Samuel A...
SOCIOS ACTIVOS
Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
Besio Moreno, Nicolás:
Biraben, Federico.
Bonorino, Ignacio.
Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Aureliano R.
Bonanni, Cayetano.
Bosque y Reyes, F.
Brané, Evgenio.
Brian, Santiago
Brindani, Medardo.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan €.
Bustamante, Jusé L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cáceres, Dionisio.
Cagnoni, Alejandro N.
Cagnoni, Juan M.
4
Calderón de la Barca, A.
Camus, Nicolás.
Caminos, Zacarías.
Candioti, Marcial R.
Canale, Humberto.
Capelle, Raul.
Carvalho, Antonio J.
Cano, Roberto.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. G.
Cardoso, Ramón.
Carmann, Ernesto.
Carmona, Enrique.
Carossino, Jacinto T.
Cassai, Godofredo.
Casullo, Claudio.
Castellanos, Cárlos T.
Castro, Vicente.
Castro, Eduardo B.
Claypole, Jorge.
Cerri, César.
Cevallos Socas, €. M.
Cevallos, Federico.
Cerdeña, Fernando.
Cereseto, Juan.
Cilley, Luis P.
Civit, Julio Nilo.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de.
Cbiappe, Levpoldo J.
Chiocci, Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Cobos, Francisco.
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Contin, Diego T. R.
Compte, Riqué Julio.
Coria, Valentin F.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalán Manuel S.
Coronel, Policarpo.
Costa, Manuel C.
Cottini, Arístides.
Courtois, U.
Cremona, Andrés Y.
Cremona, Víctor.
Cuomo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro GC.
Dates, Germán.
Díaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W
Dominico, Guillermo.
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
Debenedetti, José.
Dellepiani, Luis J.
Demarchi, Torcuato T. A
Demarchi, Marco.
Delgado, Fausto.
Donovan Antonio.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Duarte, Jorge N.
Dubois, Alfredo F.
Ducros, Pablo.
Duncan, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio.
Durand, José €.
Echagiie, Carlos.
Eppens, Gustavo.
Eramauspe, Carlos.
¡| Esteves, Luis.
Etcheverry, Angel,
Etchagaray,Leopoldo A.
Ezcurra, Pedro.
Faverio, Fernando.
Fernández, Alberto J.
Fernández Díaz, A.
Fernández, Pedro A.
Fernández Poblet, A.
Ferreyra, Miguel.
Figueredo, Juan M.
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Fornati, Vicente.
Fortt, Pedro P.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Galtero, Alfredo.
Gallardo, Angel.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo.
Gándara, Federico W.
Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
García, Jesús M.
Gatti, Julio J.
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastián.
Giménuez, Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, José 1.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldenhorn, Simon.
Gonzáles, Arturo.
González, Agustín.
González Cazón Vicente.
González Carlos P.
Gonzalez, Juan B.
Gorosabel, Angel J.
Gorostiaga, Abelardo.
Granero, Míguel.
Gradin, Carlos.
Gregorina, Juan.
Gregorini, Juan A.
4
pi Wdleholes Ae ei
- Groizard, Alfonso.
Guido, Miguel.
Guasco, Carlos.
“Gutiérrez, Ricardo J.
Hauman, Merek Lucien.
Harrington, Daniel.
Hermitte, Eurique.
- Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcelinc
Herrera, Nicolás M,
Herrero, Duecloux E.
Herlitzka, Mauro.
Henry. Julio
Hicken, Cristóbal M.
Holmberg, Eduardo L.
-_Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Muergo, Ricardo J.
: Hughes, Miguel. -
Igartua, Julio F.
Igartua, Eulogio M.
Iriarte, Juan.
Iribarne, Pedro.
Isbert, Casimiro V.
Isnardi, Vicente.
Israel, Alfredo C.
Isaurralde, Alfredo D.
Ithier, Gaston.
Iturbe, Miguel.
Jacobo, Cándido...
— Jacobacci, Guido...
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
Krause, Otto.
Krause, Julio.
_Kestens, Juan.
Klein. Hermán.
Kreusberg, Jorge.
Labarthe, Julio. ,
Lacroze, Pedro..
Lagrange, Carios.
Lanús, Eduardo M.
Eangdon, Juan A.
-Laporte Luis B.
_Larreguy, José
Larco, Esteban.
-Larguía, Carlos.
Lathan Urtubey, Aug.
Latzina, Eduardo.
La valle, Francisco.
Lavalle, Francisco P.
Lavergne, Agustín.
Lea Allan B.
Lebrun, José A.
Leguizamón, Martiniano
Lepori, Lorenzo.
“Leonardis, Leonardo de
Letiche, Enrique.
López, Aniceto E.
Lopez, Evfrasio.
López, José M.
López, Martín J. E
Lucero, Apolinario.
Lugones, Arturo M.
Luro, Rufino.
Ludwig, Carlos.
Lutscher, Andres A.
Machado, Angel.
- Madrid, Enrique de
Maglione, José L.
Magnin, Jorge.
Maligne Eduardo.
Mallol, Benito J...
Mamberto, Benito.
| Marenco, Eleodoro.
"Marino, Alfredo.
Martínez Pita, Rodolfo.
Martini, Rómulo E.
Marti, Ricardo.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
Mattos, Manuel E. de.
Mendizábal, José S.
Mercáu Agustín.
Merian, Eduardo.
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Molina, Arturo B.
Molina y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo
Moeller. Eduardo.
Molina, Waldino.
Molina Civit, Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Carlos María
Morales Bustamante, J.
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo Y.
Moreno, Josué F.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Mussini, José A.
Naon, Alberto
Narbondo, Juan L.
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R.
Niebubr, Adolfo
Niebuhr, Otto.
Nielsen, Juan.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Newbery, Ernesto.
Noceti, Domingo
Nogués, Pablo.
Nogués, Domingo.
Nougues, Luis F.
Novas, Manuel N.
Nouguier, Pablo.
Obligado Alejandro.
Ocampo, Manuel $.
Ocempo, Jorge.
Ochoa, Arturo.
Olivera, Carlos E.
Oliveri, Alfredo.
Orcoyen, Francisco
Orús, José M
Orús, Antonio (hijo).
Ottanelli, Atilio.
Orgeira, Mariano.A.
Ortúzar, Alejandro de
Orzábal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi. Juan B.
Oatmendi, Gustavo.
Otamendi.Belisario.
Otero Rossi, lidefonso
Palacio, Emilio
Palacio, Alberto
Palmarini, At mando. -
Pasman, Raúl G.
Páquet, Carlos.
Parckinson, Pedro Po:
Pascual, José La e:
Pastoriza, Rodolfo.
Pastoriza, Luis.
Pattó, Gustavo
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Pérez, Alberio J.
Pérez Mendoza, José.
Perillón, Rodolfo.
Peró, Gabriel.
Petersen, Teodoro H.
Pigazzi, Santiago.
Piana, Juan.
Piaggio, Antonio.
Pol, Victor de
Porro de Somenzi F.
2)
|. Posadas, Carlos
e]
Pouyssegur, Hipólito |
Puente, Guillerm A.
Pueyrredon, Car los A.
Puiggari, Pío.
Rda Miguel M.
Prins, Arturo. y.
Quiroga, Modesto.
Quiroga, Atanasio.
Rabinovich, Delfín.
Raffo, Jacinto T.
Ramos Mejía, Ildef. P.
Ramos Mejía, lldef. G.
Razori, Francisco.
Razenhoffer, Osoar.
Recagorri, Pedro S.
Rebuelto, Emilio.
Retes, Antonio.
Repetto, Agustín N.
Repetto, Roberto.
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
Rigoni, Luis.
Riglos, Martiniano.
Rivara, Juan
Roasenda, Carlos L.
Rodríguez, Andrés.
Roffo, Juan.
Rojas, Estéban C.
Rojas, Félix.
Romero, Armando.
Romero, Carlos L.
Romero, Julián.
Romero, Antonio.
Rosetti, Emilio.
Rospide, Juan.
Rouge, Marcos.
Rouquette, Augusto.
Rubi», José M.
Rua, José M. de la '
Rus Pablo.
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José M.
Sánchez Díaz, José.
Sanchez Díaz, Abel.
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Lugento ||
Santangelo, Rodolfo.
A
| Taiana, Hugo.
| Saralegui, Luis.
Sarhy, José
Sarhy, Juan F
Scala, Augusto.
Schaefer, Guillerr
Schickendantz, Emili
Schneidewind, Albert
Seguí, Francisco.
Selva, Domingo.
nat, Gabriel.
Senillosa, Juan ds
Silva, Angel. z
Silveyra, Eácada] de
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan Mm. qa
Sisson, Enrique D.
Solari, Lorenzo.
Soldano, Ferruccio.
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-Sorkau Walther.
«Suárez, Eleodoro. y
Sumblad Roseti, Gus. e
Spinetto, Silvio A
Spinedi, Hermuneg. F..
Tamini Crannuel, L. A,
Taiana, Alberto.
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Tejada Sorzano, Carlos.
Thedy, Héctor. 4
Toepecke, Ernesto.
Toledo, Enrique A.de.
Torres "Armengol, MM. Po
Torres, Luis M.
Torrado, Samuel.
Trovati, Fa
Traverso, Nicolás.
Uriarte Castro Alfredo
Uriburo, Arenales
Vallebella, Colón B..
Vallejo Vega, Daniel.
Valenzuela, Moisés
Valentini, renta:
Valerga, Oronte A. |
Valiente Noailles, dE
Valle, Pastor del. UTE
Valle, Eduardo de.
Varela Rufino (hijo).
Velasco, Salvador.
Venturino Máximo.
Vico, Domingo.
Vidal Cárrega, Carlos ñ
Videla, Baldomero. - hi
Vilanova Sanz Florencio
Villegas, Belisario.
Virasoro, Valeutín.
Vivot, Eduardo.
Volpatti, Eduardo.
Warnken, Juan,
Wauters, Carlos.
Wernicke, Robera Gene
White, Guillermo 6
White. Guillermo J..
Yanzi, Amadeo.
Zakrzewski, Bernardc
Zamboni, José J. -
Zamudio, Euganio.
Zoccola, Aníbal.
PGE '
PEA AAA A
LU PE AR Y y E,
DE LA AA
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABI
ENERO 1908. — ENTREGA l. — TOMO LXV
. ÍNDICE
MANUEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Nota sobre fórmulas geodésicas............<..... 5
JORGE NEWBERY, Anteproyecto general para la explotación de la corriente eléc-
27
tcany delegas enel imunicipiovde la capitalta laa Adal A lolo ia
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS.
684 — CALLE PERÚ — 684
1908
CEAEOLOOAL SIRVE
(
ANALES JUL 301908.
ri A) E
pap resdente aos ./ . Coronel ingeni 3
Vicepresidente 4%.............. Doctor Cristóbal
Vicepresidente 2... c... Señor Juan Az7 t
Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Grieben
- Secretario de correspondencia.. Ingeniero José Debenedetti.
== TesorerO......coooocoooo..««. Ingeniero Luis Miguens
- Bibliotecario................. Ingeniero Federico Birabén
O psa o cds Ingeniero Francisco Alberai
A ee LON Ingeniero Vicente Castro
Ea de e Ha Ingeniero Julio Labarthe
Vocales. .....oooooomomo...... 5 Ingeniero Domingo Selva
LLE O Los 2. Doctor Guillermo Schaefter
í EA ASA Doctor Jorge Magnin
: ds Ed ee Doctor Horacio Arditi
Gerente rico. od SODOT Juan Botto
y
REDACTORES
- Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, ingeniero José S. Corti, ingenie
Eduardo Latzina, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, in
-——niero Jorge Newbery, señor Félix F. Outes, ingeniero Agustín Mercau, ingeniero Ma
ricio Durrieu, arquitecto Oscar Ranzenhofer, doctor Jacinto T. Raffo, doctor Federico
- Gandara, ingeniero Ricardo J. Gutiérrez, doctor Martiniano Leguizamón. EA
Secretarios : Ingeniero EMILIO REBUELTO y señor EmILIO M. FLORES
1
E
ADVERTENCIA.
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje a
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección
La Dirección.
h-
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías
%
Pesos moneda nacional
POT MOS e petiso ion E O ol 1.00
POr TAO. ales araes 7% - 12.00
Numero atrasado tanto a e EZ ON
- para los socios...... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
rs El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
ñ
ANALES
SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
A
al
IA Le
ANALES
DE LA
y
SOCIEDAD CIENTÍFIGA
ARGENTINA
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
TOMO LXV
Primer semestre de -1908
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
1908
A —-- A A
Ñ CA Ñ
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODEÉSICAS
FÓRMULAS
Durante el tiempo que he formado parte del personal del Instituto
Geográfico militar y con motivo del cálculo de coordenadas geográfi-
cas, con el sistema oficial de fórmulas empleadas en dicho instituto,
que son las del general Schreiber, he pensado que un sistema análogo
pero en el cual se evitara el cambio de argumento de las funciones
especiales sería de utilidad práctica, siempre que dichas fórmulas no
alargaran los cálculos.
Creo haber encontrado un sistema que responde á esas condiciones
y que es riguroso hasta la latitud 52* (%) y para líneas hasta 60 kiló-
metros de largo, dando las coordenadas al milésimo de segundo y el
azimut al centésimo (que es la precisión exigida) y perfectamente
análogas á las del general Schreiber (con las cuales se deducen) con-
sistiendo su diferencia fundamental solamente en un nuevo término
correctivo.
Siendo s la longitud de la línea geodésica, A, el azimut del punto
dado 1 al buscado 2, contado en nuestro hemisferio, del sur á la de-
recha, e, y L, la latitud y longitud del punto dado 1, y, y L, la lati-
tud y longitud del punto buscado 2 y A, el azimut del punto buscado
2 al punto dado 1; el sistema de fórmulas del general Schreiber es el
siguiente :
() Es hasta esta latitud que se extienden las actuales tablas para el cálculo
de la carta argentina y que comprende toda la zona continental.
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
FUNCIONES
1 AL 1N
— —. AON== > AE e Ene "
O ea O Na a
3 Me? y1 — e? sen” y 1M
_É _— _——— AAA 9 E, DRA
a
y
= M 2 1 0
z M sen
e, excentricidad del elipsoide
a, semieje mayor
M, módulo de los logaritmos naturales = 0,434...
N, normal mayor
R, radio de curvatura del Sadie:
FÓRMULAS
s sen A, =0V Ss COS A, =4
(10 == (1)4—=8
1 zo 2
log c = log y IS loe b=1lg B — (4) u + (5) v
d= (3) er
1
e o
green C
1 ll
log t=lo0g 7 — 5 yo — > E
log w = log A — yr?
, De
SS E a
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 7
Pp =0 +b EN d
=> m
A=18S0 +A, + i—e<
Las funciones (1), (4) y (5) son para el argumento o,.
Las funciones (2) y (3) para el argumento (9, + 0).
El nuevo sistema de fórmulas es el siguiente :
FUNCIONES
3 1 JL 1N
= = => IN AA == 21
(1) 4 R sen 1” 2) - Nesen 1” (3) 2R sena
3 Me?y1 — e? sen” o TUE
MR AAA o SO 5) == — [1 — 9e? sen?
Mp 1 2 to
Tz= — — = y ay — o o
O=5 [mt] (6)=Msmt(9)t:
Edo
NO .
Teniendo e, 4, M, N y R el mismo sienificado que en las anteriores
y contando el azimut del mismo modo.
FÓRMULAS
s sen A, =V $ COS A, =4
(2) 0=y a
log ec = 108 y + (3) u + (6) u* log db = log f — (4) 4 — (5) v*
T=CÚ8 9,
8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
1 pl
log ¿=l0g 7— 5 yr — 5 Y?
<d
log w = log A — yr?
De AS
log d=1l0g9— ¿0 — Y
|
p =p. +0b—d |
|
¿=L, +0 |
L
A A E
NOTA : El argumento de todas las funciones es q,-
La diferencia fundamental consiste pues únicamente en el térmizo
(3) u. |
: Jl
Al término (6) u” corresponde el - NS Os |
En el cálculo de 3 por estas ON c esta reemplazado por A y+
se suma en vez de restarse. - |
El empleo de uno ú otro sistema, para la determinación de un caso
aislado, no reportaría ventaja práctica, pero para el caso real en que
se refieren una serie de puntos á uno central (centro de la radiación),
creo que esa ventaja existe tanto en tiempo y trabajo como en menor |
exposición á errores : 1” por que siendo uno solo el argumento de las
funciones y que la tangente y secante se calculan una vez por todas
lo mismo que dichas funciones, únicamente se busca en la tabla de
logaritmos (se supone trabajando á 7 decimales) el número corres-
pondiente al término (3 ')u que nunca tiene más de cineo cifras y que
por lo tanto se halla sin necesidad de interpolación, y 2” que las cua-
tro entradas á la tabla de las líneas trigonométricas queda reducida á
dos y es opinión general que el manejo de dichas tablas es más fasti-
dioso y expuesto á errores que el de los números por la disposición E
de aquélla y la de éstos y que la secante hay que formarla, puesto
que viene dada por el coseno.
Finalmente, puedo calcular que para cada punto de la radiación se
emplea una tercera parte de tiempo menos (*).
(+) Á la función (3') tal vez no sea ventajoso ponerla en la tabla especial de
las funciones, si éstas vienen calculadas de 10' en 10”, como generalmente se
acostumbra, formándola en el formulario y en una casilla especial como se verá
al final.
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 9
Como comprobación de la rigurosidad de las nuevas fórmulas bas-
taría una comparación numérica con las del general Schreiber, y de
estas comparaciones ha resultado que aun para la latitud 52? y líneas
de 60 kilómetros, la diferencia entre una y otra, tanto en latitud como
en longitud, es inferior al milésimo de segundo, y en azimut, inferior
al centésimo, que es la rigurosidad exigida. Sin embargó, agrego á
continuación la deducción analítica de este sistema.
DEDUCCIÓN DE LAS FÓRMULAS
De los célebres trabajos de Gauss, sobre superficies curvas, se han
deducido todas las fórmulas para el transporte de coordenadas geo-
eráficas, siempre que se recurre á triángulos geodésicos.
La forma de repartir el exceso de la suma de los tres ángulos del
triángulo geodésico sobre 180”, en cada uno de ellos, para poderlo
considerar como plano, es decir, que los lados sean entre sí como los
senos de los ángulos opuestos, varía según la naturaleza de la super-
ficie, y es hasta las cantidades pequeñas de cuarto orden exclusiva-
mente (Recherches générales sur les surfaces cowrbes, par M. Gauss.)
E il A
A o
B*— B pa] 2
== AS o) | Al.
E=RUS y es
Siendo 2 la superficie del triángulo, A, B, y C los ángulos y a, f y
Alas curvaturas absolutas en los vértices respectivos, entendiendo
por curvatura absoluta la recíproca del producto de los radios de cur-
vatura, extremos de las secciones normales, que en el caso de una
superficie de revolución son la normal mayor y el radio de curvatura
del meridiano.
El exceso sería, pues, sumando las tres expresiones anteriores
cla+2+ 2
3
Ahora bien, dicho exceso es la integral
10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
de
R,R,
extendida á toda la superficie del triángulo, siendo de el elemento de
superficie y R, y R, los radios de curvatura extremos (máximo y mí-
nimo) de las secciones normales.
Cuando la superficie en cuestión difiere muy poco de la esfera, lo
cual acontece con nuestro elipsoide de referencia, la curvatura abso-
luta dentro de una limitada región se la puede considerar como cons-
tante á los efectos de la repartición del exceso, lo cual simplifica
grandemente los cálculos y entonces, como es natural, basta con re-
partir dicho exceso por partes iguales.
Así para nuestro elipsoide puede llevarse esta distribución aún
para triángulos cuyos lados no pasen de 120 kilómetros, que las coor-
denadas serán exactas hasta el diez milésimo de segundo.
Suponemos al lector debidamente interiorizado de lo que antecede,
lo cual por otra parte ha sido debidamente dilucidado al establecerse
el sistema de fórmulas del general Schreiber (*); de modo que bajo
esta base pasaremos á estudiar la línea geodésica en la superficie de
revolución.
Sea P el polo, s la distancia geodésica entre dos puntos o, y 0,
7 el azimut de la línea geodésica. Supondremos
para mayor comodidad la latitud medida del polo
y 7 menor que 90” pues que á partir de dicho án-
gulo la línea se transforma en simétrica.
Sea N la normal mayor y KR el radio de curva-
tura del meridiano.
El teorema de Clairaut nos da:
E
(1) N sen eo sen 7 = k (constante).
Tenemos además
Edo
ER
COS 7
(2)
¡e (o) o
D
pongamos
(3) N sen y =4
(*) La demostración de lo que antecede sería demasiado larga y no encuadra-
ría en los límites de este trabajo, cuyo fin principal es esencialmente práctico y
en todo caso sería motivo para un estudio de otra índole.
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS
y tendremos
Edo du
(+) TT os= costoso
Pongamos O
4 N
(5) == E E
y tendremos
(6)
de donde
de
—— du 1
NE y AN
' v E dy Sen o Cos y
A YW COS 7
NAO
v o COS o
y diferenciando
== du a
(7) NE tg — cos*=+—+tg 9 cos +
o Cos 7
pero de (1) y (3) sale
de donde
y recordando (6) que
la (7) se transforma en
y con (4)
(8)
Y COS 7d COS 7 1 ,) decos” KE AO
du AO A ;
Y h ,
q 89 cost =tg"a
d?
-AD du ) 5 >
die ay NR = EE [cos? = + tg* a + sen” 7]
SÁ) L
== du 1 ds
o A A
COS 9 COS 7 cosa cos” a
del:
U COSTA COST
12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
de donde, diferenciando
sen 2x
2
(9) ds =yNR : dí + d/NR-
Combinando la (9) con la (5) sacamos
bg a
(10) El
da OS VNR sen? a
de bg y
de donde
| d ¿NR bg a
de teo
a dlog vNR sen? a
dz tg y
(11) pe 2
N dyNRk A
R do
1 /NdlogyNR
iS
a NE ==
le
2 R do
n 23 Cos a
Integrando la (9) entre el punto x, y el punto x para el cual «= 0,
es decir, en que la geodésica corta normalmente al meridiano, ten-
dremos :
2 —sen2x /N dyNR
E 3 Ñ' 7% COS 7 a
$ == De : — EA AAA AAA 0
A 1. /N dlogyNB__,
ES a o
de donde
EN!
A A Ll ÁS
de modo que tratándose de superficies poco diferentes de la esfera y
para líneas normales al meridiano, relativamente cortas, podemos po-
ner simplemente :
(12) s=yN,R, a,
que el error que se cometería sería muy pequeño. Así, para el caso
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 18
particular de nuestro elipsoide y para líneas inferiores á 150 kilóme-
tros, el error no alcanza á tres unidades del décimo orden logarítmico
y para líneas de 300 kilómetros no alcanza á cinco unidades de nove-
no orden.
Para la longitud tenemos
sen 7
n= ds a
de "NY sen o
KR cos o de sen z d log N sen
de = Y — = tg 1 - ———0.
N sen 9 Cos 9 COS 7 COS o
Del teorema de Clairaut sacamos
(13) d log N sen q = — Cotg = . dz
de donde
dz
(14) dw == —»+
COS p
Pongamos
q - — 7
y tendremos
dr'
(15) dw =
COS Y
de donde la (13) efectuada la diferenciación da :
do N A
(16) =p tester
Pongamos
tg 7" cotg 7
(17) te (07 == ss) == 2
: COS y COS 9
tendremos diferenciando
de, dr' o LENTAGen d
cos? w, €0s*7'c0s 9 cos? 9 ?
pero recordando la (16)
il N te?7'te* o
dw, = Cos” w > += =
, “cos? "cogo K COS y
14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
De la (17) sacamos
1 +tg 0, =1+tg 7 + tg? 7'te* o
de donde
lat 4 =1 + sen? 7'tg o
Cos” w,
y por lo tanto
NV COS EN E
A == == = , == pd .
q Ñ R/ cos? =' An E] a
De la (17) también sacamos
1+te*7=1 + tg? 0, — sen” o te” w,
de donde
cos” w,
cos? ='
= 1 — sen” q sen” w,
y por lo tanto
' N
(18) de == E — Q — = sen” q sen” o,] do.
Ahora bien, pongamos
(19) tg b= tg q cos 7 = tg o sen 7'
y teniendo en cuenta la (17), resulta por las fórmulas generales de
trigonometría que el triángulo esférico rectángulo que tenga por hi-
potenusa e y ángulos adyacentes 7 y w, tendrá como cateto opuesto
al ángulo «w,, el lado b, y se tendrá :
sen w, sen y = sen b
llevando, pues, este valor á la (18) ésta se transforma en
(20) dw, = E — ( -— 5) sen* | du.
Recordando la (5) tendremos
N
(21) ta= E" tg b
de donde l
VNBtga=N. tg b
y diferenciando y teniendo en cuenta la (8)
— ds
O |] === == . b
dyNR.tga PTE AN . tg b)
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 15
pero
d N sen p = E Cos q do
sen dN + coso.N .dp =K cos q. do
de donde
A
K sen o
y también
NY Rdo cos S 7
INE Ll rra a
R/ tg 9. cos 7 R) tg y
y con (21)
: NY tg b
AN =|(|1 — = aL
( = te” 9 ha
- y también
db. ÑN ds
San cos? b cos? q
de donde
N . db A Ñ NY te? b
COS Tb E ta ( 7 >) tg? Js
ds NY sen? b cos? b
22 db = — + MEN A — —
E = Ry te” o cos” a
pero de (21) se deduce
n= 1= (15) sen” b
cos? a
de donde la (22) se transforma en
| ds NY sen? b
(23) o=-3 (0-2) 2-1)
Para el caso del elipsoide (recordando que contamos las latitudes
del polo) tenemos :
N e” .sen? o
94 (a e
(24) e 2) 8
de donde la (23) se transforma en
A sen” »|,
me E + a
N sen q dw = ds sen
N
Ahora bien
de donde
16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
NOS Sen db sen 7
N sen o E e E ») sen y
dw
e
le
pero por el teorema de Clairaut tenemos
e K = N sen o sen 7
y por lo tanto
db K
dl == yq _—————_—— e
ñ N sen” q
Et
=P
ES sen? b
Integrando la (20) entre los límites w y 0 y v, y 0 respectivamente
tendremos con (24) y (25)
E =D tab, 1
ES O
on if sen? b
0 —= 0,
c
Desarrollando el denominador, tendremos
e? sen? b db e? 2 sen*b . db
o 5 A
INAL OE
AN = (a Ea E) Lo
R/tg” o
que para el caso del elipsoide da
dN € z te b. db
A E
(a + an sen” »)
de donde
mi sen? b db fsen” b db
N e N
Jf sen*b db e cos” o tg b db
e
Ñ (a == = E , sent b)
1l—e y
e
Ahora bien, si llamamos o, la latitud en que la línea geodésica
corea normalmente al meridiano, se tiene:
cos” b cos” o,
Jj
COS; o ==
E
sen” b sen” q,
Lap
3
— e%
17
“NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS
dle donde
b sen? bdb_ f'sen? b db
N cs N
b db
= 2 A sen b cos b cos” q, db
b db
E És =- —) PL an sen? hb cos b cos? y, [1 + sen? o,] db —
por lo tanto
A ES É
== y f sendas +
e — N?_ f(f sen” b db). sen b cos b cos? o, + sen! b
—z PK db —
l—e N
«le modo que si nos detenemos en los dos primeros términos y avalua-
mos el error, se tiene para el caso de nuestro elipsoide : para b < 9”
con menor error que 0'"00015
2 7
e? K
o =0, — 5 fsenbdb= w,
1l—e
[2b — sen 2b]
5 Sen y sen 7
e? 4
1
y para b< 5” dicho error será menor de 0"00001.
De modo que para líneas normales al meridiano é inferiores á 150
kilómetros, podemos poner
cotg N
bg b= tg o Cos z, CO E / te b= tg a
| cos2 VE
S=yNB.x
[(2b — sen 2b)]
Sen q sen 7 7
y sin afectar al diez milésimo de segundo de la longitud
Os
——=, sen o sen = [te o cos 7]?
y si contamos la latitud del ecuador y tenemos en cuenta el ángulo
[$u)
T' =90* — 7, tendremos
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV.
18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Le N
tg b = cotg y sen 7”, ts O Vi tsd=tga
sen q
(26) s=yNB a
e” : E
0 = 0, — 3 yA 00S 9 00 7 [cotg » sen 7']
Sentado esto, sean dos puntos
A y B cuya distancia geodésica es
s y el azimut de la línea en A es A.
> Tiremos desde A una normal geo-
B +A, désica al meridiano que pasa por
y A B y sea € el punto de encuentro.
Tendremos tratándose de líneas
inferiores á 120 kilómetros y siendo
< el exceso sobre 180” de la suma
de los tres ángulos del triángulo
ABO:
2
A ED IN sen (A+ e
10 ==
1
sen (so 5 >)
y no pasando e de 30"
2
(27) m =$ sen (a + + 3)
(9)
y también por las fórmulas del cuadro (26)
==. 5
(28) VUE= VEN ; VE cotg y sen 7'
' al 1 ANNE
E 3 - cota? q + 5 (5) cotg* o sen* =' — .
de donde igualando (27) y (28) y dividiendo todo por cos 7'
2
s - sen (ad + e)
=N coto.terz”
Cos 7' ES
NS S Ns SN
—=35 , v => 25 00 = 5 Cot” |tg*7'— ..
E 350? tg +3 0t ¿[1+5 700 o tg ]
por lo tanto
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 19
1N 1N 3N
bt ' 1 == 2 22! 23 2 o 2 de cs
ST | an o tg +3 pt o|1 +5 cot JE E]
y poniendo
2 2
s sen (A +30) tg0 s cos (A +30)
N == :0) N 4 teo =b
ENTE INE A Má
3 ob Oi= 3 po +55 ob [=0
a
ta
por el método de los coeficientes indeterminados, sacamos
E a o
y para 9 < 70” y líneas inferiores á 150 kilómetros, con menor error
de tres unidades de noveno orden logarítmico.
2
H 5 S H*
logtgr"=log H + M.A.7—5 + O
siendo M = 0,434... módulo de los logaritmos naturales.
Para el exceso s, tenemos
il
n= sen | 90" — (a+: +3=)]
a (sen a +:"+
REN > NR
de donde
Para la longitud, tenemos con igual precisión que la fórmula del
cuadro (26)
20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
E cos* e
(WM = (0) => = E (00) .
tr. 31—é '" Asen
De modo que para líneas inferiores á 60 kilómetros y para y < 64”
tendremos con error menor de dos unidades de octavo orden
N 2
log 1=1og H + (5; pet? d)—
y poniendo
MN
log w = log A — (EZ cos ES
AS
ssen A secos A
(02 +, = 100 === 68 y EM. 089
y para líneas inferiores á 60 kilómetros y o < 64”, tendremos con
error menor de media unidad de octavo orden :
2 5 s" stgpcosAcos 2A
=8 ls Jl (0 e QUE E
sen A+ -|= 50 | bi E N ]
Ji tg9cos A M WEAS
log == r(: non ) se a 3 (Gte qcos a)
$ $?
O UA
y si ponemos
ssen A =0 s cos A =4
a a de u?
JS UN 3 NR”
a Mt. Mig y
log (1 — b) N (e +...
tendremos que si tomamos
o te ae a o
20) eiii => LS w+> Sl a y Ju
el error máximo que se cometerá en 7'y w para o = 52* y s = 60
kilómetros será inferior á 0"001, con A = 30* próximamente.
De modo, pues, que si ponemos
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 21
Mtgo
| O=+ZP A =(0=0)
M INS
(30 Sl +3 pte] =(1)=00
DEN >
3 7 O To
Tendremos poniendo
(31) s sen Á == 0, s cos A =4
log H = log v(2) te o + (Aju + (Bju*
log 7* = log H — (P)H?
A=7' Cosec o
log w = log A — (R)a*
Ss?
2 = == 2A 2"
0) 7 4NR sen 1” Ena Ss )
(33) A == LO =p ¿bey AS €
y si ponemos
' 1=0/()
(34)
log e =1l0g y + (AJu + (Bju*
de donde
/ o Pe de o
4)! SA
( Cc sec 9 = A,
, M 5
tendremos poniendo y = 3 sen” 1”
N
log 1" = log 7, — y + ye? R
S DES 2 2 2
log w = log A, — vr, + ve? — ye E
: E > N
y con igual precisión, poniendo =1
los 7"= log 7, = y, * ye?
(35) | 8 Ss Y Y Ty ==
2
log w == log A, — yr,”
22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Las fórmulas del general Schreiber para líneas hasta de 60 kilóme-
tros son :
| $8 Cos A =4 s sen A =0V
| (Ju = (20 = y'
>)
dl
log b=108 fB — (4)u + (5)o* log c' =1l0g y' — 3 (5Ju?
7"=0C' tg (o + Dd)
A'=0C' sec (p + 0)
d= (S)c"7
Le Lee
log d = log J— 5 v1"* — - yh'*
2
1 2
log 7" = log 1" — = yr =D
E) E) 9 9
los w = log 1! = y7"?
Comparando la última de las fórmulas del grupo (36) con la (33)
sacamos
(37) Mm Rota.
Pongamos ahora
(38) <, =>D.0senl', Dr Es =>8 =p €
de donde
(39) t=i + e=.e
y tendremos
(40) == 0 E
Pero de (29) y (34) sacamos
o ES
VEN IN sen 1
m
2
oflssen2A , 1otgg u | il
SL RINGS 2 NA ds
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 23
y desarrollando la (32)
E E sc cn cOs (BAS 7) 1
A ES 2 NR
y ordenándola con relación á las potencias de 7'
EI ES EN PA 1
AA AO "Jj sen 1"
pero e, desarrollado segun 7' da (29)
el UN 1
LAN 2 RN * "| sen 1"
de donde
E aL
A 2A — cos? Es || A
E S | > EN (cos 24 cos* A) + ] Sl
A a | SEA e | 1
O AN el sem TE
,
de donde la (39) se transforma por estar =' expresado en segundos y
< — e, en valor absoluto
y con (34)
y con igual precisión
1 2
al |
y tomando logaritmos y recordando el coeficiente », puesto que c está
expresada en segundos
log t= log :* — 5 YO + o...
llevando este valor á la (35) tendremos
aL
y == y Ly ee = ye?
log t = log 7, Ta e
pero
de donde finalmente
(41) log =108 1,
De las fórmulas de Schreiber sacamos
24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
log d = log (3)c "1" — - ya? — - vas
y poniendo 7''' en lugar de =”
log d = log (3)e'7"" + - ASES
y también
log d = log (3) (2)07"" — - (5 + yn?
pero como las funciones (2) y (3) deben estar tomadas para el argu-
mento (9 + b), y se tiene
log (3) +0 + (2) +0 = 108 (3)? - (2), — 2(4)u.
Podemos poner para el argumento o
1 1
(42) log d = log (3) (200 — 2X4)Ju — ¿ (5ju" + ¿AS
Pongamos ahora
Ya == (Na
(43) dl il
lied, = 18%) == e —= A YA:
que también podemos ponerla con (34), (34 ') y (41).
ica
(44) log d, = log (3) (2)vt + a yA
OL aa 1 (bu? il ,
el E TM ]
y la (44)
1 vt 1 z
a=35|! a |
de donde
A
A
y esta expresión, teniendo en cuenta la fórmula (40) y desarrollada
con relación á u nos da |
a [1 . (4) vtgo
5 — == — ñ o CE — . U ADO
(53) A E NE EAN | Q
siendo Q compuesto de términos u” . v” y en los cuales n + M = 4.
Ahora bien, si ponemos
NOTA SOBRE FÓRMULAS GEODÉSICAS 25
(46) o, =b=—d =b, — d,
tendremos
b, =b — (d 08 d,)
de donde
d—d
log b, = log b — M > :
y con las fórmulas del erupo (36)
Me. Miss -
A a
pero recordando que
(4) = 3 Me y1— e sen o % A O EUA
4 a(l — e”) 4 R(1 — e* sen” q)
==
El SNE
tendremos que la expresión dentro del paréntesis, desarrollada, se
transforma en
1 M 3 eseño M
IN O VA
que podemos ponerla simplemente
Po a E
— NEL — 9e* sen” q]
de modo que si ponemos
(47) (== E [1 — Ye” sen”
TN Seno)
tendremos finalmente
(48) log b, = log £ — (4)u — (5) 'v”.
Por lo tanto, teniendo en cuenta las fórmulas (30), (31), (34) al (41),
(43), (47) y (48) podremos formar el cuadro definitivo de fórmulas pre-
sentado en la primera parte de este trabajo.
Para terminar, agrego el formulario que he empleado con el nuevo
sistema de fórmulas.
MANUEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ,
Teniente 1 de artillería.
Buenos Aires, noviembre 24 de 1907.
Punto dado
Punto buscado
Azimut la =
Ángulo a12=
SCogA, =04 ...
(A
180 +A,
180" + A, +41=
+e=
JA ==
e erica
FORMULARIO
K ...[1,323359
ANTEPROYECTO GENERAL
PARA LA
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS
EN EL MUNICIPIO DE LA CAPITAL
SECCIÓN ELECTRICIDAD
PLANOS
1. Ubicación y planta de la Usina.
2. Maquinarias :
a) De fuerza motriz;
b) Generadores eléctricos;
3. C) Red de distribución de alta tensión;
d) Alimentadores primarios;
e) Red de distribución primaria;
F) Transformadores;
9) Red de pilotos;
h) Red de distribución secundaria.
3. C) — RED DE DISTRIBUCIÓN DE ALTA TENSIÓN
La red proyectada tiene :
En la sección 1*, 9 subestaciones y 28 transformadores.
— 22,1 enlausinay 7 —
— 3%, 3 subestaciones y 9 —
ze 42,5 E 18 E
Ez 52, 1 E 6 e
a 6, 1 SE 12 o
En resumen : 20 subestaciones y 80 transformadores.
28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Distribución del consumo
Siendo la capacidad de la usina de 40.000 K. W. y tomando 15 por
ciento de pérdidas en los cables primarios desde la usina hasta los
transformadores, llegarán á los mismos 34.000 kilowatts; y distribu-
yendo los transformadores de tal manera, que trabajen cargados igual-
mente en el momento de mayor carga, cada uno de los 80 transforma-
dores distribuyendo en las diferentes secciones del municipio, tendrán
un consumo ó sea kilowatúts :
segunda sesión
tercera sesión
cuarta sesión
quinta sesión
sexta sesión
Para la primera sesión
Kilowatts
-900
975
.825
.650
.950
.100
.000
Admito en los transformadores y en la red secundaria de distribu-
ción una pérdida de 10 por ciento.
La cantidad de corriente distribuída á los consumidores,
30.000 kilowatts en números redondos.
será de
Admito también que en el momento de mayor consumo no tendre- ;
mos carga inductiva.
Sección 1? : 9 subestaciones con 28 transformadores.
3. — d) ALIMENTADORES PRIMARIOS
El consumo de esta sección es 14.000 kilowatts en el tablero de la
usina. Cada uno de los (9) nueve alimentadores primarios tiene que
llevar 1555 kilowatts.
La distancia desde la usina hasta la :
Subestación número 1 es de 3.500 metros
4.000
5.000
7.000
6.000
7.200
8.000
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 29
Subestación número $ es de 8.000 metros
— 9 — 8.900 —
Sección 2? : 1 subestaciones con 7 transformadores :
El consumo de esta sección es de 3500 kilowatts, en el tablero de
de la usina. Como la subestación se halla en la misma usina, no tiene
alimentador primario.
- Sección 3? : 3 subestaciones con 9 transformadores :
El consumo de esta sección es de 4500 kilowatts.
El alimentador número 1 dista de la usina 4.500 metros.
— 2 — 6.500 —
— 3 — OD
Cada uno de los tres alimentadores conducirá 1500 kilowatts.
Sección 4* : 5 subestaciones con 18 transformadores :
El consumo de esta sección es de 9000 kilowatts.
La subestación número 1 dista de la usina 9.500 metros.
— 2 — 9.500 —
— 3 — 11.000. —
— 4 — 12.000 —
= 5 —= 14.000. —
Cada alimentador conduce 1800 kilowatts.
Sección 5? : 1 subestación con 6 transformadores :
El consumo de esta sección es de 3000 kilowatts.
La subestación dista de la usina 13.000 metros :
Sección 6? : 1 subestación con 12 transformadores :
El consumo de esta sección es de 6000 kilowatúts.
La subestación dista de la usina 16.000 metros.
Cálculo de la sección de los 20 alimentadores primarios
Siendo D la distancia que separa la usina de la subestación.
— W'los watts consumidos en el tablero de la usina.
— ¿él ángulo entre tensión y corriente producida por carga
inductiva.
Siendo V tensión entre los bornes de los generadores en volts.
— Pla pérdida en el alimentador en por ciento.
Y tomando la conductibilidad del cobre comercial usado en los con-
«dluctores, la sección del conductor será :
2D < W
(cos e)? >< V?* <P
30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Sección de los alimentadores primarios
(25)
es 2, 29,0 Eos (30)
a 3, 36,3 =z (35).
= 4, 50,5 me (50).
= 5, 43,5 Es (45).
e 6, 52,0 = (50).
E 7, 57,8 Ln (60).
pe 8, 57,8 En (60).
a 9, 61,5 — (60).
Sección 3?. Alimentador número 1, 31,4 milímetros cuadrados (30).
— 2, 45,3 — (45).
— 3, 48,8 == (50).
Sección 4*. Alimentador número 1, 79,5 milímetros cuadrades (80).
— AD — (S0).
— 3, 92 — (95).
— 4,100,5 = (100).
= ld — (120).
Sección 5*. Alimentador único 181 (180).
Sección 6*. Alimentador único 447 (450).
Subestaciones
Las 20 subestaciones enumeradas anteriormente se instalarán en
recintos municipales ó cámaras subterráneas y en los cuales se insta-
larán los tableros que permitan la conexión ó separación de los ali-
mentadores primarios de la red de distribución primaria; colocándose
también los aparatos de seguridad para los cables; los registradores
automáticos del voltaje, los terminales de los cables pilotos y teléfo-
nos. Además un transformador de baja tensión con sus accesorios para
el servicio del consumo de la estación.
En la subestación número 2 se usará para este fin la corriente de
la usina, y en las subestaciones números 2 y 3 de la la sección prime-
ra, como en las de quinta y sexta habrá un transformador especial de
baja tensión.
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELECTRICA Y DEL GAS 31
3. — €) RED DE DISTRIBUCIÓN PRIMARIA
De los 80 transformadores que alimentarán la red de distribución
primaria, 16 se hallan en las subestaciones al lado de los bornes de
los alimentadores.
La pérdida admitida es la siguiente :
40.000 kilowatts en la usina, 10 por ciento de ride en los alimen-
tadores primarios, 36.000 kilowatts en las 20 subestaciones, 5 por
ciento en la red de distribución primaria, 34.000 kilowatts en los bor-
nes de los transformadores, 5 por ciento en los transformadores y 5
por ciento en la red de distribución secundaria, 30.000 kilowatts á
los consumidores.
Entonces la carga que tomará la red de distribución primaria será
de 28.500 kilowatts.
7200 kilowatts tomarán los 16 transformadores en las subestacio-
nes cuyo voltaje secundario será 5 por ciento menos que los demás.
En la distribución de los transformadores que he adoptado se no-
tará que la distancia media entre un punto de alimentación y otro, es
de 2000 metros más ó menos, y dado el carácter general de la red de
distribución primaria, adoptaré la fórmula :
D¡WS
(CONO <<
para calcular los conductores de las seccion esprimera, tercera y cuar-
ta siendo :
D, la distancia media entre las subestaciones, 2000 metros.
WS, la carga en watts término medio de una subestación de cada
sección. |
o el ángulo entre tensión y corriente.
V, tensión entre los bornes de los cables.
P, la pérdida admitida en la red de distribución primaria, es =
5 por ciento.
En la primera sección la carga término medio de cada subestación,
1400 kilowatts, y la sección de los ae de distribución primaria 3,9
milímetros cuadrados. ;
En la tercera sección la carga término medio de cada subestación
es de 1350 kilowatts, correspondiente á una sección de cable de 3,75
milímetros cuadrados.
32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En la cuarta sección la carga término medio de cada subestación
es de 1620 kilowatts, correspondiendo una sección de cable de 4,5
milímetros cuadrados.
Siendo la corriente Is de cada subestación :
Ws
1 ra
y3Vs cos o
de donde la de cada cable de distribución primaria, es = */, Is,
entonces en la primera sección :
Is = 135 amperes
la — 34 amperes
en la tercera sección :
Is =— 130 amperes
la — 32 amperes
en la cuarta sección :
Is
la
|
156 amperes
39 amperes
l
resulta, pues, que la sección de los cables son demasiado pequeños con
relación al amperaje que deben llevar. Conviene, por consiguiente,
adoptar una sección no menor de 25 milímetros para las secciones 1,3
y 4 y adoptar para las secciones 2 y 5 también 25 milímetros cuadra-
dos las pérdidas resultarán siempre más bajas que la admitida.
Entonces las longitudes y secciones de los cables de la red de dis-
tribución primaria, será las siguientes
1? sección 4.000 metros de 3 < 25 milímetros cuadros.
292 — 13.000 = 3 25 —
32 — 15.000 — 3 XX 25 —
4 — 20.000 — ALA —
po. — 5.500 — 3 ox 25 —
6. — 2.000 — 3 >< 70 =
16.000 — 3 << 39 —
Tenemos :
Metros
Cables de 3 X 25 milímetros cuadrados... ............ 93.500
— INR IP O 16.000
— 3Xx 70 AR A 2.000
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 33
3. — f) TRANSFORMADORES
Los 80 transformadores que convertirán la corriente de 3 < 6000
volts á la tensión usual de 3 < 225 volts, serán instalados en cáma-
ras subterráneas esquineras. Estos transformadores tendrán una ca-
pacidad de 400 kilowatts cada uno. En la misma cámara se instalará
un tablero de alta y otro de baja tensión con los interruptores y fusi-
bles necesarios para conectar y desconectar con los cables de la red
de distribución secundaria.
3. — Y) RED DE PILOTOS
De cada una de las 20 subestaciones y conectados con la red de
distribución secundaria, salen tres conductores de medición que llegan
hasta el tablero de la usina, donde se conectan con los voltómetros,
con el objeto de controlar el voltaje de alta tensión producido en la
usina y para mantener siempre el voltaje en la red secundaria.
Además, en cada una de las subestaciones se instalarán voltómetros
registradores que estarán unidos por cables de medición con las cajas
esquineras de la red de distribución secundaria, registrando conti-
nuamente el voltaje que rige en el punto del toma corriente de los
consumidores. Estos conductores pilotos se instalarán en combinación
con los cables de alta y baja tensión.
3. — h) RED DE DISTRIBUCIÓN SECUNDARIA
=
La distribución de la corriente de baja tensión de 3 < 225 volts
producida en los $0 transformadores, formando una red que abarca
todo el municipio. Los cables serán instalados subterráneos debajo
de las veredas, y en cada esquina donde se crucen los cables, serán
introducidos en una caja esquinera subterránea de fácil acceso. En
estas cajas esquineras se colocarán los fusibles, permitiéndose además
separar los cables en caso necesario.
En la primera sección que tiene 860 cuadras, los cables de distri-
bución secundaria se instalarán en las dos veredas, así que esta sec-
ción tendrá 3440 cuadras lineales ó 447 kilómetros de cables.
En las demás secciones los cables solamente en una sola vereda ó
en medio de la calle.
La segunda sección tiene 215 cuadras ó sean 430 cuadras lineales
0 55 kilómetros.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 3
34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La 3* sección 426 cuadras, 852 cuadras lineales ó 110 kilómetros.
La4? — 707. — 1414 — 184 —
Las — 316 — 632 — 82 —
La6? — 617 — 1234 — 160 —
En suma total.
El voltaje por cuadra que tienen que distribuir los cables de la red
secundaria son los siguientes :
Sección 1?. Consumo 28 < 400 K. W. = 11200 kilowatts con 3440
; 11.200 S
cuadras lineales; son OR 3,25 kilowatts por cuadra lineal.
Sección 2*. Consumo 7400 = 2800 kilowatts, con 415 cuadras li-
2800 > i
neales; son A 6,75 kilowatts, por cuadra lineal.
Sección 3*. Consumo 9400 = 3600 kilowatts, con 852 cuadras li-
Le 3600
neales; son ¿>
Sección 4*. Consumo 18 < 400 = 7200 kilowatts, con 1414 cua-
1200
dras lineales; son —— a 5,1 kilowatts, por cuadra lineal.
Sección 5?. Consumo 6 < 400 = 2400 kilowatts, con 632 cuadras
240
lineales; son ES = 3,8 kilowatts, por cuadra lineal.
dd
= 4,23 kilowatts, por cuadra lineal.
Sección 6?. Consumo 12 < 400 = 4800 kilowatts, con 1.235 cua-
4800 A ,
dras lineales; son aa 7 3,9 kilowatts, por cuadra lineal.
Tomando la mayor carga que existe en una sección, casi Y kilowatts
por cuadra, y admitiendo el */, por ciento de pérdida por cuadra, cal-
culo una sección de 35 milímetros cuadrados por conductor para la
red de distribución secundaria; siendo conveniente, sin embargo ha-
cer que los cables se comuniquen directamente entre transformador
y transformador de doble sección ; tendremos que es necesario para
la red de distribución secundaria, las siguientes dimensiones y canti-
dad de cables :
12 Sección .......- 80 kilómetros de 3 X 70 milímetros cuadrados
367 = DO Pez
Ya Sección ........ 13 — 3Xx 70 ER
41 = 3 X 35 Late y
3a Sección .......- 15 — 3Xx 70 Ae
95 — 3 Xx 35 ER
ga Sección .......- 20 = 3Xx 70 peda
164 — 3 X 39 —
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS
5a Sección ....-.... 5,5 kilómetros de 3 X 70 milímetros cuadrados
77,5 — ISO ES
62 Sección ........ 18 = 3Xx70 po
142 — 3 X 35 JE
151,5 — 3 Xx 70 —
886,5 = 3 X 35 pes
Taiilaoooas 1.037
Resumen
1. Edificio 10.000 metros cuadros.
2. Usina.
a) 65.000 caballos efectivos.
c) 40.000 kilowatts á 3 >< 6600 volts.
3. Red de alta tensión.
d) Alimentadores primarios 160,2 kilowatts.
19 alimentadores de 25 á 450 milímetros cuadrados de sección.
d) 20 subestaciones de 6 secciones.
e) Red de distribución primaria 111,5 kilómetros.
F) Transformadores 80 de 400 kilowatts.
y) Red de pilotos 180 kilómetros.
h) Red de distribución secundaria 1037 kilómetros.
PRESUPUESTO GENERAL
1) Terreno 10.000 metros cuadrados......o.0o..ooo.ooo..
Edificios, depósitos, cañerías de agua, cimientos de ma-
QUIBAAS yA ei
2) Usina :
Calderas de 50.000 metros cuadrados de calefacción con
sobrecalentadores.
Turbinas de 70.000 HP efectivos y
Dinamos de 45.000 K. W. de 3 X 66.060 Volts de ten-
sión acoplados directamente.
Juego de dinamos excitadores con motores trifásicos y
turbinas.
Tableros y aparatos.
Cañería de vapor y agua para los condensadores
Bombas de alimentación de las calderas.
Stoker automático para alimentar las calderas
Maquinaria auxiliar.
Instalación de luz y agua.
Mano de obra, etc.
Pesos oro sellado
130.000
1.350.000
) 4.500.000
35
36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
3. — C) RED DE ALTA TENSIÓN
Sección primera. Alimentadores y subestaciones
9 subestaciones completas, mampostería, tablero de alta
y baja tensión y aparatos, á pesos 2000 oro.........
7,5 kilómetros de cable de alta tensión de 3 X 15 m/m?
5 = E SE
36,2 = pa SO ES
8,5 == E SO
Sección segunda
1 subestaciones colocada en la USDA .................
Sección tercera
EI O a URSS :
4,5 kilómetros de cable de alta tensión de 3 X 35 m/m?
13,5 — .- 3 D0.. =
Sección cuarta
IAS ESA a ea lA eo Ui
19 kilómetros de cable alta tensión de 3 X 70 m/m?
23 — — XxX 95 —
14 = = Xx 120 —
O) 0)
Sección quinta
ASUS ACA ss a RA
26 kilómetros de cable de alta tensión 3 X 95 m/m?...
Sección sexta
DISEASE
64 kilómetros de cable de alta tensión de 3 X 120 mi-
límetros cuadrados (son cuatro alimentadores).......
Zamjas y ladrillos para esta red
100 kilómetros á 2000 pesos oro el kilómetro..........
Mano de obra 4/0-30/05r0 el Metro... o...
La
» dad dd
.000
150
.000
120
150
99
[=)
.000
.000
.500
.000
.500
.000
-000
.500
.000
500
.000
.000
.000
.000
.000
.000
-000
.200
7I6.
000
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 37
3. — €, f) RED DE DISTRIBUCIÓN PRIMARIA Y TRANSFORMADORES
95,5 kilómetros de cable de alta tensión 3 X 25 m/m”. 420.750
16 = = 3X35 — 80.000
3 = — IXIMO == 15.000
515.000
80 transformadores de 3 X 6000 volts á 3 X 225 volts
y 400 kilowatts de capacidad cada una 3000......... 240.000
80 cámaras de transformadores con sus tableros de alta
A A e 80.000
Zanjas y ladrillos para la red de distribución primaria. 220.000
300.000
3. — Y) RED DE PILOTOS
Incluído en los precios de la red
Mamo de Uuio.a os ooo o co oe Sula Sa Lada Deo aolo.S alo 45.050
1.100.800
DADO A AS O ec ro CADIESANO A ot 1.776.000
2.876.800
3. — h) RED DE DISTRIBUCIÓN SECUNDARIA
Sección primera
80 kilómetros de cables de baja tensión 3 X 70 m/m* 440.000
369 =- == 3XxX35 — 1.284.500
1720 cajas esquineras á 300 cada UDA -...o.oooooo o... 516.000
Zanjas y ladrillos, montaje á 2300 por kilómetro ..... 1.028.500
3.269.000
Sección segunda
13 kilómetros de cables de baja tensión de 3 X 70 m/m* 715.000
41 — — 3X35 — 1.435.000
A Cajas esquineras e 134.500
Zanjas, ladrillos y Montaje ........ooocooomorroorss 124.300
463.700
Sección tercera
15 kilómetros de cable de baja tensión 3 X 70 m/m” 82.500
95 — =— DOLO ES 991.500
SO2ICAJasesqUIneraSs ol al 255.600
Zanjas, ladrillos y Mmontaje........ooooocoorrrrrrrrs: 253.000
38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Sección cuarta
20 kilómetros de cable de baja tensión 3 X 70 m/m? 110.000
164 — — 3X 35 — 574.000
1414 cajas es QUIE as. a ea de O A SCI 424.200
Zanjas, ladrillos y montaje...........o..ooooooooo ooo. 423.200
1.531.400
Sección quinta
5,5 kilómetros de cables de baja tensión 3 X 70 m/m* 30.350
77,5 =— — 3X 33 — 271.250
632 CAJAS OIM AA 189.600
Zanjas, ladrillos y montaje ........... o... ....oo.... 190.000
682.000
Sección sexta
18 kilómetros de cable de baja tención 3 X 70 m/m* 99.000
142 — =— 3X 3D — 497.000
ZAC A A 370.000
Zanjas, ladrillos y Montaje ...........ooooooooooo... 368.000
1.334.200
RESUMEN GENERAL
130.000
ital : 19 Edifici EMO e e
Capital : 19 Edificio y terreno 1.350.000
ZA o A Ae NO 4.500.000
7 a y 1.776.000
30 C, €, MARA MAA
C, €, f) Red de alta tensión l 1.100.800
COLO je) HEMTÍTIN:SS > s/d Ao ooo ode s0 do Soo besas 8.203.900
50 1 1Ó
AMC CA os cota sio ORURO ) 2.939.900
AIM UE OS a eo le pl A e )
20.000.000
Rendimientos, gastos y entadras
Tomo como base seis (6) años; tiempo prudencial para terminar
una obra de esta magnitud; es decir, contando desde el momento que
regirá el servicio del empréstito del capital necesario.
En el primer año se instalarán 10.000 K. W. más 5000 K. W. de
reserva, y en el segundo y años subsiguientes 6000 kilowatts; así que
al final el sexto año, tendremos una usina de una capacidad de 40.000
K. W. y 5000 K. W. de reserva.
Para calcular el precio de costo de la unidad producida, me baso
en las siguientes razones :
El capital se colocará al tipo de 833 más ó menos, y se pagará el 7
por ciento de interés y amortización.
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 39
El precio de carbón, lo tomo á 10 pesos oro sellado la tonelada.
Los gastos de administración y dirección en el primer año serán
nulos incluídos en el presupuesto de construccién de la usina.
En el segundo año 30.000 pesos oro sellado por mes...... 13.200
— tercer año 35.000 pesos oro sellado por mes........ 15.000
— cuarto año 40.000 pesos oro sellado por mes........ 17.600
— quinto año 50.000 pesos oro sellado por mes........ 22.000
— sexto año 50.000 pesos oro sellado por mes......... 22.000
El alumbrado público que importa un consumo de 14.600.000 K. W.
horas no nos dan entrada alguna.
Al fondo de reserva se pasaría el 5 por ciento del capital de fin de
cada año.
Primer año
Entradas. — Ninguna el año de construcción.
Gastos. — Si construímos en el primer año una usina con una
capacidad de 15.000 kilowatts, necesitamos un capital de 8.000.000
de pesos oro, calculando que el edificio, maquinarias y red se cons-
truyan en proporción á la capacidad proyectada en el primer año.
Pagando á la empresa constructora el 25 por ciento al firmar el
contrato, y 25 por ciento á los seis meses, nueve meses y un año, y
gozando este capital un interés bancario de 4 por ciento hasta su en-
trega á la empresa, los gastos del primer año serán :
7 por ciento sobre pesos oro sellado 8.000.000........ 560.000
Menores O 180.000
380.000
APOCO O PEAD OO 400.000
CASO o A ls 780.000
COC a 4.000.000
PAPAL E A A a 12.000.000
CASTO RA A A o 780.000
NPOBICIONLO do Mtra oda iaa es 54.600
7 — io TOO. os csocosco daa 840.000
5 = E 600.000
2.274.600
CAC OO 158.400
40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Combustible
La producción diaria es de :
24.000 kilowatts hora neto de consumo particular.
6.000 — pérdidas.
40.000 — alumbrado público.
Son 70.000 K. W. horas diarias.
ó sean 25.550.000 kilowatts horas anuales.
Pesos oro sellado
Las turbinas consumen 5,0 kilos de vapor por kilowatts
hora, incluso excitación y conderación. Pero tomaré
un consumo de 8 kilos de vapor por kilowatts hora ó
sea un kilo de carbón por K. W. H. producido : los
25.550.000 de kilowatts hora 25,550 toneladas de
CAI a Es oo da ale ds 255.500
Lubricación a re o O e 10.220
265.720
Composturas, gastos de laboratorio, seguros, ebc....... 31.280
Resumen segundo año
a) Gastos del Capital
b) Administración
y) Combustible A ee do o rd ios 265.720
COMPOST alo 51.280
Gastos delle ndo 2.750.000
Entradas
El consumo diario particular de 24.000 K. W. hora, ó sean 8.760.000
K. W. H. anuales tendría que cobrarse á razón de 31.39 centavos oro
para hacer frente á los gastos del segundo año.
Cobrando 10 centavos oro por K. W. hora á los particulares, ten-
dríamos :
Gastos pesos MO ora lla is lO 2.750.000
Entradas 8.760.000 K. W. hora á 0.10 pesos oro ..... 876.000
1.874.000
El K. W. hora bruto producido en la usina en el segundo año, cuesta
0.1076 pesos oro ó sea 24 centavos y medio papel.
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 41
Segundo año
Pesos oro
Gastos. — a) Capital :
Delano ante e a e 780.000
IAPOLCIENLA AA e 54.600
ADO? alemo 12.000.000 ese osbosceo oo boas aaa ea y ae 840.000
IRPOL CIELO ARO 600.000
2.274.600
EA A 158,400
c) Combustible, el producido de la usina es diariamente de :
48.000 K. W. hora, consumo neto, particular.
12.000 = de pérdida.
40.000 = alumbrado público.
Son : 100,000 K. W. horas diarias, ó sean 36.500.000
K. W. horas por año que consumen 36.500 toneladas -
dercarbón, 0-sea pesos 365.000
4 por ciento aceites, lubrificantes, ebe................ 14.600
379.600
d) Composturas; Seguros, ed... 57.400
Resumen segundo año
CAI A o e e e dr A 2.274.600
DEAD TACIÓN A e 158.400
CO A BE aos Eos 379.600
A a EN O OE 57.400
Castosidase Un 2.870.000
Entradas
Los 48.000 K. W. horas de consumo particular, ó sean 17.520.000
K. W. horas en el año, se tendrían que cobrar á razón de 16,4 centa-
vos oro para cubrir los gastos del segundo año.
Cobrando 10 centavos oro por kilowatts hora al particular, ten-
dríamos :
Pesos oro
CASO o a nds do 2.870.000
Entradas, 17.520.000 K. W. H.40.10.............. 1.752.000
DEC CA 1.118,000
El costo del K. W. hora durante la usina en el segundo año,
42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
r
sería de pesos oro sellado 0,78; ó sea 17,8 centavos moneda na-
cional.
Segundo año
Pesos oro sellado
ado Saa aio: 2.274.600
158.400
Gastos : a) Capital
Y Ad o AO E AO
ec) Combustible, el producto de la usina es diariamente :
72.000 K. W. horas, consumo neto particular.
18.000 — pérdidas.
40.000 = alumbrodo público.
130.000 K. W. horas diarias,
ó sean : 47.450.000 K. W. horas anuales.
Pesos oro sellado
Lo que consumen 47,470 toneladas de carbón, ó sea... 474.500
APOT CTENDO ACE O A 18.980
d) Composturas, Seguros, edil... o 63.520
Resumen, segundo año
Capa (O o iaa Il 2.274.600
BIANCA A O a, 158.400
COMPAS o tor ONe o 493.480
COMPARISON Ll io 63.520
CAS dE NO a 2.990.000
Entradas
Delos 72.000 K. W. hora neto de venta particular, ósean 26.280.000
K. W. H. en el año, se tendría que cobrar á razón de 11,4 centavos
oro para cubrir los gastos del segundo año, cobrando 10 centavos oro
por K. W. H. al particular, tendríamos :
O a A A ao a 2.990.000
Entradas, 26,280,000 K. F. H. 4 0,10 pesos ......... 2.628.000
DO EE A O alba oa 362.000
El costo del K. W. H. bruto conocido en la usina en el año segundo
es de 0,063 pesos oro sellado (14,4 cent. m/n).
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 43
Tercer año
a) Capital (gastos) :
Pesos oro sellado
DEranO ai o toi osa 1,118,000
(POLACA AA o as 78.260
¡porciento LOLA A o ia po 1,120,000
APOCO EOI lens 800,000
3.116.260
INS O a 184 800
c) Combustible, el producido de la usina es diariamente de :
72.000 K. W. H. consumo particular.
18.000 = pérdida.
40.000 — alumbrado público.
Son 130.000 K. W. H. por año que consumen.
4745 toneladas de carbón ó sea pesos oro sellado ...... 474.500
EN OBACIENDO ACCES e o o e as 19,000
493.500
)Composturas Seguros ete. e ao 454,440
Resumen tercer año
EY AA o e 3.116.260
A A dr ti 184 800
CMCOMBUS ID o Md o E 493.500
ROO APO e teen 95.440
CASOS E 3.850.000
Entradas
72.000 K. W. H. consumo diario á los particulares, Ó sean :
26.280.000 K. W. H. consumo por año, teniéndose que cobrar á ra-
zón de 14,7 centavos oro el K. W. para cubrir los gastos del tercer año.
Si se cobrase 10 centavos oro por K. W. H. á los particulares ten-
dríamos :
Pesos oro sellado
ISLOTE A io A A OO ao ie 3.850.000
Entradas 26.280.000 K. W. H. 40.10............... 2.628.000
Déficit en el tercer año 1 222.000
El K. W. H. bruto producido en la usina durante el tercer año,
es de pesos oro sellado 0,0811, ó sea 18,4 centavos m/n.
44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cuarto año
Pesos oro sellado
a) Capital (gastos) :
Delano a a o ÓN 1.222.000
TEpOr cientofinterés anterior... e 85.540
IEA DO O e 1.400.000
TO 0 IO a 1.000.000
COD. 0 o A A E e a lo a 3.707.540
EAN e a a 211.200
c) Combustible, el producido de la usina diariamente es de :
108.000 K. W. H. consumo particular.
27.000 K. W. H. pérdidas.
40.000 — alumbrado público.
Son 175.000 K. W. H. diarios,
ó sean ; 63.875 K. W. H. por año. Estos consumen :
638.750
63.875 tonel dl | y
.875 toneladas de carbón, ó sea pesos oro sellado.... / 25.550
664.300
d) Composturas, Seguros, el... 66.960
Resumen cuarto año
Pesos oro sallado
gr apital (Gao a da land edo: 3.707.540
NAT e E E EA 211.200
AN A a A E NI 664.300
dom ostras A o 66.960
SAS A oo 4.650.000
Entradas
105.000 K. W. H. Consumo diario particular, ó sean :
39.420.000 K. W. H. Consumo por año, tendría que cobrarse á razón
de 11,8 centavos oro para hacer frente á los gastos del cuarto año.
Si se cobrase al particular 10 centavos oro, tendríamos :
Gastosipesostoro sellada a SÓ 4.650.000
Entradas, 39.420.000K. W. H. 4 0.10... 3.942.000
ID ENCICUAR LOA o o 708.000
El K. W. H. producido bruto en las usinas, cuarto año, costaría
pesos oro sellado 0,0728 (sean 16,6 centavos papel).
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS
Quinto año
a) Capital (gastos) :
Del año anterior
7 por ciento del año anterior
7 por ciento de 24.000.000
5 por ciento de 24.000.000
Gastos
e) Combustible, el producido diario de la usina es de :
129.600 K. W. H. consumo particular.
32.400 K. W. H. pérdidas. —
40.000 alumbrado público.
202.000 K. W. H. diarios ó sean por año :
713.730.000 K. W. H. que consumen :
713.730 toneladas de carbón, ó sean
4 por ciento aceites, lubrificantes, etc
ad) Composturas, seguros, etc
Resumen quinto año
a) Capital (gastos)
b) Administración
c) Combustible
Gastos, quinto año
a
Entradas
129.600 K. W. H. consumo particular ó
ARCO PISA e O OA CS El:
sea :
Pesos oro sellado
708.000
49.560
1.680.000
1,200,000
3.637.560
264.000
Pesos oro
3.637.560
264.000
766.800
81.640
4.750.000
sellado
47.304.000 K. W. H. por año, tendría que cobrarse á razón de 10,4
centavos oro para cubrir los gastos del quinto año.
Cobrando 10 centavos por K. W. H. á los particulares, tendríamos :
Pesos oro sellado
4.750.000
4.71530,000
19.600
El K. W. H. bruto producido en la usina, quinto año, es de pesos
oro 0,064 (ó sea 14,6 papel).
46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Sexto año
Pesos oro
a) Capital (gastos) :
DA o A 19.600
(por Cienbo deltamo anterior... 1.372
7 por ciento de 24,000,000 pesos 0r0 o 1.680.000
A O o 1.200.000
2.900.972
NE A E 264.000
c) Combustible, el producido diario en la usina es de :
158.408 K. W. H. consumo particular.
39.600 K. W. H. pérdidas.
40.000 = alumbrado público.
237.400 K. W. H. diarios ó sea por año :
Pesos oro sellado
86.651.000 K. W. H. que consumen 86.651 toneladas de
CcArhOH, CONRUMICOS LO er. a 866.510
AS ALAS A 34.660
901.170
d) ¡COMPOSTULAS ASERUEOS OdC... 83.858
Resumen sexto año
Pesos oro
UAGAPIAN CASOS A aa e 2.900.972
E IO A 264.000
ACID A la o A a AS 901.170
ACOMPLIA A A a A 83.858
4.150.000
Entradas
158.400 K. W. H. consumo particular diario, ó sean :
57.816.000 K. W. H. consumo por año, se tendría que cobrar á
razón de 7,2 centavos oro para cubrir los gastos del sexto año.
El costo del kilowatt hora producido en la usina en el año sexto,
será de pesos oro 0,055 (ó sea 12 centavos y medio papel).
Séptimo año
Pesos oro sellado
a) Capital (gastos) :
¡Apor ciento ARAU 1.680.000
9 POr ciento OI 1.200.000
2.880.000
DAA A a OS 264.000
ec) Combustible, el producido diario de la usina es de :
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 47
192.000 K. W. H. consumo particular.
48.000 K. W. H. pérdidas.
40.000 — alumbrado público.
280.000 K. W. H. diarios ó sean por año :
102.200.000 K. W. H. que consumen :
102.200 toneladas de carbón con un costo de.......... 1.022.000
4 por ciento por aceites, lubrificantes, etc............. 40.880
1.062.880
a) CoOmpostiras ASCO os 93.120
Resumen séptimo año
Pesos
y) Gastosdelcapal e Ne ESOO
ACM TAción A e A es 264.000
CACOMPLUSILLO AR A e 1.062.880
ACAMPAR O ae. 93,120
4.300.000
Entradas
192.000 K. W. H. consumo diario particular ó sean :
70.050.000 K. W. H. por año, se tendría que cobrar á razón de 6,1
centavos oro por K. W. H. para cubrir los gastos .
El K. W. H. bruto producido en la usina, costaría 0,042 (Ó sean
9,5 centavos papel).
SECCIÓN GAS
1? La producción anual de gas de las tres compañías existentes,
fué en el año 1906 de 45 miliones de metros cúbicos.
2% El aumento anual de producción, de año en año, ha sido de 6
por ciento, así que podemos admitir para el futuro sin temor de equi-
vocarnos, un 5 por ciento; en seis años el aumento llegaría á un 33
por ciento, ó sea 60 millones de metros cúbicos.
3% La producción máxima diaria, 210.000 metros cúbicos.
4% El proyecto comprende dos usinas, de las cuales una tendrá
doble capacidad de la otra, y situada en un paraje donde sea fácil y
económica la descarga del carbón. Esta usina (n* 1) se ubicará en
las orillas del Riachuelo.
48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
5% La otra usina deberá colocarse en la parte opuesta del muni-
cipio y cerca de una vía del ferrocarril, de manera de empalmar sus
vías á la usina. Esta usina (n” 2) se ubicará en la estación Núñez.
USINA NÚMERO 1
6” Producción anual, 40.000.000 metros cúbicos.
Producción máxima diaria, 140.000 metros cubicos.
7% El carbón necesario anualmente para una producción de 300
metros cúbicos de gas como mínimum por cada 1000 kilos de hulla
destilada da :
Toneladas
POTRO o Ob o ae LoS 130.000
BAM O 470
8 Depósito de carbón. — Es prudente tener en depósito la cantidad
dle carbón necesario para tres meses de trabajo; sea 32.500 toneladas;
9% 1000 kilogramos de carbón 1”*200, se necesitará un espacio de
200 metros de largo por 50 metros de ancho, apilando el carbón
sobre un espesor de 450 de altura ó sea 45.000 metros cúbicos.
10? El depósito de carbón será dispuesto longitudinalmente al
Riachuelo. Un pasaje de 6 metros de ancho sobre el depósito comu-
nicará con cinco vías transversales con puentes, pasando sobre las
calles del Riachuelo y sobre los cuales se colocarán guinches para la
carga del carbón. Este camino central será prolongado hasta el
frente de los depósitos de materiales.
11” Un depósito de carbón dispuesto longitudinalmente al depó-
sito general de carbón, compuesto de diez compartimentos de 500
toneladas de capacidad (sea la carga necesaria para un día máximum
de producción) y separado por una calle de 15 metros del depósito
principal, será destinado á recibir el carbón quebrado por las máqui-
nas ad hoc. Estos compartimentos ó depósitos tendrán la forma de
un embudo, el cual se descarga por la parte inferior.
12” La instalación de vías que permitirán el transporte del car-
bón del depósito de cargas á cada elevador instalado para la alimen-
tación de cada batería.
13% Hornos. — Supondremos que los hornos á elegir serán del tipo
de hornos inclinados por baterías de 10 hornos cada una en dos
series, con S retortas de 5 metros de largo de 0,53 X 0,38, capaz
cada una de destilar 1400 kilos de carbón y producir 420 metros
Alemania
_ Zeftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde,
Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto-
rischen Vereins der preussischen Rhina-
lande-Westfalens, etc., Bonn. —Abhandlungen
herausgegeben von Naturwissenschaftiichen
Verein, Bremen. — Deutsche Geographische
Blátter, Bremen. -- Abh. der Kaiserl. Leop.
Carol. Deutschen Akademie der Naturforscher,
Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges-
_ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. —
Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na-
turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden.
- — Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig.
= — Mitheilungen aus dem Naturhistorischen
Museum, Hamburg. — Berichte uber die
-— Verhandlungen der Koniglich Sachsischen
Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. —
Mittheilungen der geographischen Gesells-
Chaft, Hamburg. — Berichte der Natur-
- forschenden Gesellschaft, Freiburg. —Jahres
- Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El-
berield. — Mathematisch Naturwissenschaf-
tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften
der Phisikalisch — Okonomischen gesells-
chaft, Kónigsberg. ;
Australia .
Records of the geological Survey, Sydney.
Austria-Hungría
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- Teines, Brúnn. — (Agram)Societe Archeologi-
ches « Croate », Zagreb. — Annalen des K.
-K. Naturhistorischen of Museums, Viena. —
- Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis-
chen gesellschaft, Wien. — Sitzungsberichte
- des deutschen naturwissenchaftlich Medi-
Ccinischen Vereines fur-Bohmen, « Lotos »
Praga. — Jarhbuch des Ungarischen Kapathen
Vereines, Iglo.
Bélgica
Acad. Royale des Sciences, des Letres et
des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
- Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
Royale Malacologique, Bruxelles. — Bull. de
- BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
w
> PUBLICACIONES. RECIBIDAS EN CANGE
EXTRANJERAS
l'Assoc, des Ing. Electriciens Institute Mon-
tefiore. — Liége.
Brasil y
Boletim da Sociedade de Geographia, Rio
Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. —
Rev. do Centro de Sciencias,Letras e Artes,
Campinas. — Rev. da Federacao de Estudian-
tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri=
cultura, S. 2aulo. — Rev. de Sciencias, In=
dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rey.
do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co-
missao Geográphica é Geologica do Estado
de Minas Geraes, San Joao del Rei. — Co=
missao Geográphica é Geologica, San Paulo.
— Bol. do Observ. Metereológico, Rio Ja-
neiro. — Bol. do Inst. Geographico é€ Etno-
graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas,
Ouro Preto. : E
Colombia
An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de
Ingenieros, Bogotá. ERAS
Costarica
Oficina de Depósito y Cange de Publica-
ciones, San José. — An. del Museo Nacional
San José. — An. del Inst. Físico Geográfico
Nacional, — San José.
Cuba
Universidad de la Habana, Cuba.
Chile
Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El
Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan-
dlungen des Deutsechen Wissenschaftlichen
Vereines, Santiago. — Actas de la Soc. Cien-
tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de
Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de
la Marina de Chile, Valparaíso. — Rev. Chi-
lena de Historia Natural, Valparaíso. - EE
Ecuador
Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito.
— An. de la Universidad Central del Ecua
dor, Quito.
Bol. de la Soc. Geogr
“de la R. Acad. de Ciencias, Barce
Acad. de Ciencias, Madrid. —
) - Unión Ibero= Americana,
- Industrial, Barcelona. — Rev. Industria é
“invenciones, Barcelona. — Rev. Arqnitectura
y Construcciones, Barcelona. — Rev. Minera
Metarlúrgica y de Ac Madrid. — La
la Fotografía, Madrid. .
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CERAS StadS Unidos
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00 the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi-
_losophical Society, Washington. — Bull. of
the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and
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Wis. — Bull. of the University, Kansas. —
Bull. of the American Geographical Society,
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- Natural History, New Jersery, Trenton. —
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Madrid. ps Rev. de y |
Obras Públicas, Madrid. — Rey. Tecnológica | Western, Pensylvan
: Davemport Academy, Jo
Cd nison. University, Granville, Ohio. — Bull. of
Marseille.
DY Vassar Brothers Institutes, Ponghtepsie.
1 = E e
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Conn. — Proceeding of the Portla
of Natural History, Portlad, Maine.
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York. — Proceeding of the Academy
ral Sciences, Philadelphia. Proceeding.
American Philosophical Society,
phia. — Proceeding of the Indiana Acade
of Sciences, Indianopolis. — Proceedi IS.
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« Studies ». Colorado.
Francisco. — The University of 409 rado
Filipinas AR
Bol. del Observ. Metereológico. — Manil
Scionibados) a — Bull de la S
Ingénieurs Civils de France, Paris. —
de L'Université, Toulouse, — Amn.. de la
Soc. de Géographie Commerciale, pi É
Bull. de la Acad. des Sciences et Let: es,
Montpelier. — Bull, de la Soc. de Topographie
de France, Paris. — Rev. Générale des Scien=
ces, Paris. — Bull. de la Soc. de Géograph é
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PUniversité, Rennes. — Bull. de la Soc
Géographie 'Commerciale, Bordeaux. -
de la Soc. des Sciences Naturelles e
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Paris. — Min. de l' Instruction Public
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ternationale, Paris. — Ann. de la Soc
néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra-
phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc.
Etude des Sciences o ESTOS sido.
Holanda
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of Proceeding of the Institution of Civil
Engineers, London. — Institution of Civil
Engineers of Ireland, Dublin. — The Mi
ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M
F.C. S. the New Museums, Cambridg
The Geographical Journal, London. — B
tish Association for the Advancement 0
- Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of ai
the Geological Pes: London.
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DEs LA
SOCIEDAD CIENTÍFICA
DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
* JUlL121926 *
Va TIon mus
FEBRERO 1908. — ENTREGA 1I. — TOMO LXV cd
ÍNDICE
JORGE NEWBERY, Anteproyecto general para la explotación de la corriente eléc-
trica y del gas en el municipio de la capital (conclusión) ..................... 49
CARLOS WAUTERS, Zonas de regadfo en Tucumán (continuación). ......ooooooo... 66
AA o e o Ye AA. LN E A AAA 104
IBOR a. dde ENE lacas 1 a OREA A UE a do di AVAL 111
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
1908
JUNTA DIRECTIVA
Presentó aotearoa Corone! ingeniero Arturo M. Lugones
Vicepresidente 43. o tae Doctor Cristóbal M. Hicken '
"Vicepresidente V........o..... Señor Juan B. Ambrosetti
Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Grieben
Secretario de correspondencia... Ingeniero José Debenedetti
TESORERO did o REO RS Ingeniero Luis Miguens
Ingeniero Federico Birabén
Ingeniero Francisco Alberdi
Ingeniero Vicente Castro
Ingeniero Julio Labarthe
Ingeniero Domingo Selva
Doctor Guillermo Schaeffer
Doctor Jorge Magnin
¿Doctor Horacio Arditi
La A AnS Era Señor Juan Botto
MOLES At a INE
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, ingeniero José $. Corti, ingeniero
Eduardo Latzina, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
niero Jorge Newbery, señor Félix F. Outes, ingeniero Agustín Mercau, ingeniero Mau-
ricio Durrieu, arquitecto Oscar Ranzenhofer, doctor Jacinto T. Raffo, doctor Federico:
Gandara, ingeniero Ricardo J. Gutiérrez, doctor Martiniano Leguizamón.
(
Secretarios : Ingeniero EmILIO REBUELTO y señor EmiLIo M. FLORES
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. te
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos. ;
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo: referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección
Cevallos 269.
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías
Pesos moneda nacional
A A e AS 1.00
PORNO aa a Ia ainia e lolo adas Joa 12.00
Número atrasado.........coococconso ce. 2.00
— para los soci0s.....:.... : 1.00 E
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
| JUL301908
Í
LIBRARY
e
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 49
cúbicos de gas en 24 horas; sea por horno y día: 3360 metros cú-
bicos.
14” Siendo la producción máxima diaria de 140.000 metros, se
necesitarían 42 hornos. Pero por previsión admitimos por cada 10
hornos siete trabajando, uno en demolición, uno en compostura y
otro listo para encender. Se necesitarán, pues, 60 hornos, ó sea 6
baterías.
15 Trabajando solamente 7 hornos, cada batería consumirá 78 y
medio toneladas de carbón por día, máximum, y producirá 23.550
metros cúbicos de gas.
16 Como disposición especial se unirán por grupos de dos bate-
rías, dejando entre cada grupo caminos que se aprovecharán para la
instalación de aparatos de condensación ó lavadores.
17” Condensación. — La primera condensación se hará en falsos
barriletes de 1%20 de diámetro colocados arriba de los hornos y co-
municando con un caño de hierro dulce de 070 de diámetro que
correrán interiormente en la casa de hornos. Á la salida de estos
aparatos preliminares el gas pasará á los condensadores.
18” Siendo 47.000 metros cúbicos el gas producido por cada dos
baterías (14 hornos en actividad) el gas fabricado por hora sería de
1950 metros cúbicos, con una presión de 1” necesitaríamos un caño
de 14”. Adoptaremos un caño de 15”.
19% Dos condensadores sistema Liwesey de 15" de entrada, á
corriente de agua, seguirán terminando la condensación.
207 Dos torres (Serubbers) á coke. Su capacidad puede calcularse
en 10 pies cúbicos por cada 1000 pies fabricados diariamente; y
haciendo la altura siete veces el diámetro, se necesitaría teórica-
mente dos torres de 340 de diámetro por 24 metros de alto.
Pero observando que el gas tiene que atravesar después dos con-
densadores sistema Holmes, es inútil darles tan grande volumen, y
bastan dos torres de 2750 X 18 metros de altura. La entrada de cada
torre será de 15”.
21% El gas saliendo de los aparatos de condensación, se reunirá
todo en una cañería mayor, capaz de dejar pasar el máximum produ-
cido por toda la usina; sea por hora 5850 metros cúbicos; á la pre-
sión de una pulgada se necesitará al menos un caño de 24”. En vista
de los codos, y previniendo el aumento de producción, adoptaremos
una rampa de 30” con conexión de 15”, viniendo de los condensa-
dores.
Las conexiones de los Exhausters serán de 15".
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 4
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EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 51
22 El número de estos aparatos será de 6, más 2 de repuesto.
Tendrán sus reguladores de presión, válvulas de retorno, etc.
23 Dos Exhausters de 20” y un tercero de repuesto de las mis-
mas dimensiones, serán destinados exclusivamente á mandar el gas
en los gasómetros seccionales de la ciudad.
24% Lavaderos Serubbers. — Después de las columnas Serubbers
serán dispuestos dos lavaderos á cepillo de « Holmes » con conexio-
mes de 15”.
25 A la salida de estos aparatos el gas pasará últimamente en
cuatro condensadores Pelouze et Audouin á campana, donde depo-
sitarán mecánicamente todo el alquitrán que aún podría contener.
26” Uncaño de 30” llevará al fin el gas álos aparatos de purificación.
Usando purificadores de seis rejas, se necesitarán cuatro juegos de
purificadores, de cuatro cada uno, y de una dimensión de 850 de cos-
tado por 1*80 de hondura;
27” Es necesario á más de estos purificadores, tener dos más ter-
minales á fin de evitar que pase el gas sucio en los gasómetros en el
momento de manipular las válvulas de distribución;
28” Se emplearán válvulas Weck:
29 Los purificadores serán colocados en alto y el piso inferior será
suficientemente grande para extender la materia purificante para su
revivificación;
30% A este efecto un galpón de 15 metros de ancho rodeará los pu-
tificadores para extender y remover la materia purificante;
31% Medidores de fabricación. — Se colocarán tres medidores, sien-
do uno de repuesto.
Una cañería de 30” será ramificada con tres caños de 20”, condu-
ciendo á estos aparatos el gas.
32% Gasómetros. —Se colocarán cuatro seccionales en distintas
partes de la ciudad como se indica en el plano y en la usina número 1,
tres gasómetros grandes y dos auxiliares chicos;
33 La capacidad gasométrica total será :
Metros Metros
cúbicos cúbicos
Gasómetros seccionales..... 4 de 20.000 = 80.000
— auxiliares...... 4 de 5.000 = 20.000
UE o 3 de 20.000 = 60.000
= aa 2de 5.000 = 10.000
O o 2 de 20.000 = 40,000
Robalz o... A 205.000
= auxiliar ao. 5,000 9001
52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
34 Esta gran capacidad es conveniente adoptar para prever con-
tratiempos y permitir el descanso dominical, sin estar obligados á
fabricar gas inferior;
35 Á la salida de los gasómetros será instalada la rampa de la
salida á los reguladores de presión. Esta rampa será de 30” y ali-
mentará por dos puntos tres reguladores de los cuales dos de 28” y
uno de 20”;
36 Gas de agua. — Admitiendo la proporción máxima de gas de
agua en 10 por ciento, debemos prever los inconvenientes de huel-
gas, etc.; es conveniente admitir un 30 por ciento de gas de agua
para calcular la instalación, sea 50.000 metros cúbicos aproximada-
mente. Tomando tres instalaciones de 18.000 metros cúbicos, se ten-
drá lo suficiente para asegurar el servicio.
El aceite necesario para una producción media de 20 por ciento de
as de agua, ó sea 30.000 metros cúbicos diarios, es de 17 metros
cúbicos por día, ó por tres meses 3.060 metros cúbicos repartidos en
dos depósitos de 20 metros de diámetro y cinco de altura.
Aparatos de condensación, lavaderos, un medidor y un gasómetro
de 10.000 metros cúbicos, será el complemento de la instalación ;
37 Caldera de vapor. — Carbón destilado en siete hornos (1 bate-
ría) : 718.500 kilos.
Coke quemado en los hornos 17 por ciento del carbón destilado :
13.345 kilos.
Cada kilo de coke da como productos de combustión 12 y medio
kilos de gases de un calor específico total de 2,95 calorías.
Suponiendo que la diferencia de la temperatura entre la salida de
los hornos y la salida de las calderas de vapor, calentadas por estos
mismos productos de la combustión, sea 1307 (400-270), el calor apro-
vechado será de cinco millones de calorías por cada batería.
Tomando en cuenta que los días cortos son con los días término
medio de la producción como 1 es á 0,8, en los días cortos se tendrá
disponible 4.000.000 de calorías; sea 85.000.000 para dos baterías en
veinticuatro horas; y por hora 333.333 calorías; y á razón de 3000
calorías por caballo vapor hora: 111 caballos vapor; sea en números
redondos 100 caballos y la instalación completa puede dar 300 caba-
llos en los días de menos trabajo; y en los días de más trabajo, 450
caballos.
Para la fabricación del gas de agua se necesitan por un metro cú-
bico fabricado, 350 gramos de vapor en el generador.
De otra parte si se toman calderas verticales de 100 caballos para
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 53
-
cada dos baterías (2%50 diám.<10 m. largo) cada una puede evaporar
fácilmente 1200 kilos de agua por hora, representando 3500 metros
cúbicos de gas hora, pues cada aparato da un máximum de 18.000
metros cúbicos diarios; produce por hora 750 metros así seguramen-
te cada caldera podrá alimentar un aparato de gas de agua de los ele-
gidos.
Quedarán á más de dos terceras partes de la potencia á utilizar
para mover las bombas Hxhausters y las bombas de agua, alqui-
trán, etc.
Sin embargo, se instalarán dos calderas Lancashire de 8><32 de
repuesto para prever descomposturas de las calderas calentadas por
los hornos.
Los quebradores de carbón y los transportadores, por ser distantes
de las calderas, serán movidos por motores á gas de agua y una ins-
talación de bombas hidráulicas, será destinada al servicio de los guin-
ches. Y en todas partes donde no sea necesario vapor, se usarán sl es
conveniente, otros motores á gas ó eléctricos, con la condición de la
seguridad que no fallen para no interrumpir la marcha de una fa-
bricación que por su naturaleza no permite demoras ni interrup-
ciones.
Para terminar es necesario observar que la elección de hornos in-
clinados no es el desideratum. Es de prever, y esto es ineludible, que
no tardarán en ser reemplazados por hornos verticales á destilación
continua.
Las instalaciones adoptadas en Buenos Aires son ya antiguas en
Europa; cuando aquí se deciden á adoptarlas las compañías, y el
ejemplo de la usina Dessau tardará en seguirse en ellas, por la sen-
cilla razón que habría que cambiar todas las instalaciónes de hornos
actuales.
Los hornos verticales á destilación continua, además de dar una
producción mayor de gas (370 m* por tonelada) disminuyendo así la
cantidad de alquitrán producido, permiten la supresión de los apara-
tos muy costosos para hacer gas de agua, y, introduciendo en las re-
tortas el vapor de agua, se podría obtener una producción mínima de
400 metros cúbicos por tonelada.
Es verdad que el valor luminoso del gas sería reducido á 15 bujías
lo que es más que necesario para su uso, porque es un anacronismo
exigir gas de 20 bujías. ¿ Cuáles son las compañías que lo dan? ¡ Nin-
guna !
Es muy difícil calcular exactamente el presupuesto del costo de las
54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
usinas. Solamente en un proyecto definitivo y firme podría hacerse,
pero sería necesario consultar en Europa las casas especiales, y esto
no podrá hacerse sino mandando una persona competente en la mate-
ria á ver y elegir los aparatos, tomar los datos, tanto comerciales co-
mo técnicos adaptables á nuestro medio.
USINA NÚMERO 2
En esta usina se adoptarán las mismas disposiciones que en la usi-
na número 1, siendo solamente sus dimensiones la mitad de ésta.
Canalización
Dado el poco tiempo de que se dispone no es posible hacer un
estudio detallado de esta parte del proyecto, pues para hacer un cál-
culo exacto es necesario conocer el consumo de gas actual en las dis-
tintas Zonas del municipio, el probable aumento, y considerar deta-
lladamente las cotas de nivel. Sin embargo, he tratado de llegar lo
más posible á la verdad.
Para la mejor distribución del gas se instalarán cuatro gasómetros
seccionales, estableciéndose un punto de distribución central, tomán-
dose el gas del caño alimentador de los gasómetros á fin de regulari-
zar la presión en caso que ésta falte.
Una cañería especial comunicará las dos usinas entre sí y los cua-
tro gasómetros seccionales. Como he dicho anteriormente, el que se
enviará directamente de la fábrica á los gasómetros por Exhausters,
especiales, para ese sólo objeto.
Esta canería la calcularemos para que en diez horas pueda llenar
los gasómetros.
La canalización principal de consumo consiste :
1* Salida de la usina número 1. — Un caño de 20” por Montes de
Oca hasta Brandzen; un caño de 28” por Montes de Oca, Martín Gar-
cía, Paseo Colón, hasta Chile. No tiene ramificaciones que, desde
Brandzen; un caño de 30”, por Montes de Oca, Martín García, Paseo
Colón, Paseo de Julio, hasta Córdoba; no tiene conexión que desde
la calle Chile.
2% Salida de la usina número 2. — Un caño de 20” por la calle
Republiquetas, hasta Ferrocarril Rosario, no tiene conexión hasta
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 55
Cabildo. Un caño de 28” por Republiquetas, Cabildo, hasta el
arroyo Maldonado. Estas cañerías tendrán conexión en todo su tra-
yecto.
Para unir y completar la canalización principal de cada usina, se
colocará un caño de 24”.
Cada gasómetro tendrá dos salidas de 20”, salvo el gasómetro de
la calle Castillo y arroyo Maldonado, que tendrá una salida solo
de 24”.
Para la mejor distribución de la presión, las salidas de los gasó-
metros se comunicarán entre sí y á la red general.
La extensión de la cañería abarca más de la mitad del municipio.
En cada sitio donde esté establecido un gasómetro, habrá un depó-
sito de materiales y talleres para canalización.
La administración podrá colocarse en Corrientes y Bermejo, donde
hay un terreno municipal. En ella se establecerá también un taller y
un depósito de venta de artefactos, cocinas, etc.
Esta canalización abarca más superficie que las que alimentan las
tres compañías existentes; su desarrollo total es aproximadamente
de 1300 kilómetros.
La canalización actual de las compañías es la siguiente :
Kilómetros
Riotde la lata A O E 694
Ne e o A 380
AO a o leas 380
Total 1454
Si el proyecto se limita á proveer de gas, sólo á la parte de la ciu-
dad, que tiene actualmente cañerías de gas, el desarrollo de la cañe-
ría sería solo de 1000 kilómetros. Pero como se ha extendido el
límite de alumbrado á una tercera parte más de lo actual, tendremos
una extensión de 1300 kilómetros.
Debe hacer notar que para la ejecución de este proyecto será nece-
sario remover 1300 kilómetros de cables sin contar con el trabajo de
retirar cañerías existentes, y las zanjas correspondientes á 250.000
servicios particulares y faroles. En resumen, es un trabajo grandioso
que ha sido hecho por las compañías paulatinamente.
La disposición general es la más apropiada para una excelente dis-
tribución y obtener una presión bien repartida y lo más constante
posible.
56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cálculo de la canalización
En la descripción sumaria de las canalizaciones la consideramos
en tres partes :
1” Alimentación de los gasómetros;
2% Arteria principal de distribución y cañería de unión entre ésta
y los gasómetros y éstos entre sí;
3 Ramificaciones secundarias y caños terminales de la distribu-
ción.
La distribución secundaria estará sujeta á la influencia de varios
factores, como ser: densidad y variación de consumo, dificultades de
colocación, probabilidades de aumento, estacionamiento ó diminu-
ción en el consumo, pudiéndose decir que es necesario hacer un estu-
dio especial para cada grupo pequeño de manzanas.
Sin embargo, en el proyecto se ha tratado repartir lo más convenien”
temente posible los caños secundarios, sean los de 185”,15”,12” y 9”.
En cuanto á los otros tamaños inferiores, se ha empleado en canti-
dades proporcionales al valor del consumo probable y la importancia
de la zona servida ; así por ejemplo : la zona central es desprovista de
cañería de 3”, mientras ésta abunda en la periferia y en los suburbios.
El cálculo de la arteria y alimentación están basadas en la fórmula
siguiente :
"hd
Q = 0.0022 d* = en la cual :
Si
Q representa el volumen de gas librado por hora en metros cúbicos.
0,0022 un coeficiente adoptado en la práctica dependiente de la
fricción.
h= la presión del gas en milímetros de agua.
d= diámetro en milímetros de la cañería á adoptar.
s=la densidad del gas, siendo el aire 1.
l = largo de la cañería en metros.
Esta fórmula corresponde á la fórmula inglesa :
QÉ=1550 yo en la cual :
sl
Qd, y hi, son respectivamente expresados en pies cúbicos, pulgadas
y yardas.
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 57
Es con esta última fórmula que las tablas del manual de ingenie-
ros de gas de Newbigging, están calculadas para varios diámetros,
presiones y extensiones de cañería, y basado en estas tablas, calcula-
mos el tamaño de la cañería á adoptar. Sin embargo, ha sido necesa-
rio hacer en cada caso una corrección, debido á que estas tablas han
sido calculadas sobre la base de un gas de un peso específico de 0,4,
cuando hay probabilidad que el gas que se fabricara, una mezcla de
gas de hulla con gas de agua, tendrá un peso específico de 0,5, lo que
limita el poder de las cañerías en la proporción de :
va al = 1118, sea en números redondos: 1,2.
Así para calcular el diámetro de un caño de un largo conocido y
bajo una presión dada, debiendo alimentar, por ejemplo 10.000 c. f.
por hora, se buscará en las tablas el caño que bajo la misma presión
y la misma longitud será capaz de dar 10.000 < 1,2 = 12.000 c. f.
CANERÍA ALIMENTADORA DE DOS GASÓMETROS
La usina número 1 tiene que proveer de gas á los gasómetros 1, 2
y 3, Sea un máximum de 60.000 metros cúbicos en 12 horas, sea por
hora de trabajo 5000 metros cúbicos = 175.000 c. f.
La presión á la cual el gas se mandará á los gasómetros, admitire-
mos que será de 3” como mínimum.
La distancia de la usina al gasómetro número 1 hasta donde tiene
que pasar toda la cantidad de gas si se llenan simultáneamente los
tres gasómetros, es de 6700 metros lineales = 7400 yardas, con la
corrección se buscará en la tabla el caño que satisface á suministrar
210.000 c. f. bajo una presión de 3” y á una distancia de 7400 yardas
en caño de 30”, es lo indicado.
Aplicando el mismo raciocinio para canalizaciones siguientes, se
encontrará que es necesario emplear caños de 28”.
CÁLCULO DE LA ARTERIA PRINCIPAL DE DISTRIBUCIÓN
La usina número 1 que fabrica 140.000 metros cúbicos diarios al
máximum, habiendo ya expedido á los gasómetros 60.000 metros cú-
bicos y suministrando durante las horas del día unos 20.000 metros
cúbicos, tendrá 60.000 metros cúbicos á proveer durante las horas de
58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
gran consumo, que calculamos en seis horas, sea por hora 10.000 me-
tros cúbicos = 350.000 c. f. Un primer caño de salida de 20” desti-
nado á suministrar gas en la parte más próxima á la usina, tiene
1600 m/m lineales = 2000 yardas de desarrollo y con una presión
mínima de 1 1/2” puede suministrar 100.000 c. f. Un segundo caño
de 25” destinado á alimentar la zona central sud de la ciudad con
4100 metros lineales de desarrollo = 5200 yardas con la misma pre-
sión puede suministrar 150.000 c. f. Quedará para el tercer caño que
alimenta la parte central norte 100.000 c. f. á suministrar 6000 me-
tros lineales ó sea 7500 yardas, sería necesario un caño de 30” que
puede suministrar 150.000 c. f. El exceso de gas así librado seguiría
para alumbrar la ciudad baja, desde Córdoba al norte. Á este efecto
un caño de 24” pasando por Las Heras va á juntarse al Puente Mal-
donado con el caño de 28” que viene de la usina número 2.
La cañería de salida de los gasómetros, compuesta de dos caños de
20" puede suministrar por hora 100.000 c. f. cada una; es decir, que
los gasómetros pueden vaciarse en tres horas y media. Lo que así
permite compensar la insuficiencia del caño mayor de la usina nú-
mero 1.
Para la usina número dos se ha adoptado una salida de 20" y otra
de 23” pudiendo así con esa presión inferior de 1,5” suministrar fá-
cilmente 250.000 c. f. por hora. El gas producido por esta usina,
70.000 metros cúbicos menos el suministrado al gasómetro número 4
y el suministrado en el día, quedarán 40.000 metros cúbicos, sea
150.000 c. f. Si se observa que la presión elegida es un mínimum y
que á veces esta presión llega á 2 1/2”, se verá fácilmente que esta
cañería primaria de alimentación es más que suficiente para alimen-
tar toda la ciudad. En efecto, suponemos que de 1 1/2”, se pase sólo
á 2", la cantidad de gas que pasará será en la proporción de :
US A
v == ibAsea 15% demás:
1.5
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 59
PRESUPUESTO
Consideraciones generales
Para establecer exactamente el monto del costo de esta obra, es
necesario hacer estudios en detalle, como asimismo conocer el precio
de varios aparatos especiales, todos patentados.
Un punto muy importante á considerar, es la ubicación de las usi-
nas, con respecto á su costo total.
Respecto al punto de vista de economía de explotación, conviene
colocarlas cerca de la ribera ó si esto no fuera posible, cerca de una
vía y estación de ferrocarril.
Haciendo comparaciones sobre el costo de fabricación, según sea
ubicada la fábrica, cerca de la ribera, de un ferrocarril ó de una vía
de tramway, el aumento de precio debido al aprovisionamiento del
carbón, sería respectivamente y con aproximación, por tonelada de
pesos 0,80, 1,50 y 2,00, lo que influiría sobre el precio del gas en nú-
meros redondos: pesos 0,003, 0,005 y 0,007 respectivamente, sin con-
tar el costo de transporte de los otros materiales más difíciles á des-
cargar, y necesitando más precauciones en esta operación; lo que
aumentaría el precio del gas á pesos 0,004, 0,009 y 0,016.
Sobre una producción de 40.000.000 demetros cúbicos de gas anuales
producidos, haríamos una economía en la usina número 1, si esta
fuera ubicada en la orilla del Riachuelo, de pesos 200.000 moneda
nacional, comparándola con otra colocada cerca de un ferrocarril. Sin
embargo, debemos considerar que en los terrenos sobre la ribera,
abunda el barro blanco y la arena movediza, y será necesario cons-
truir para todas las obras cimientos especiales, sostenes de cañerías
pesadas ; es decir, que el costo de los cimientos será en cambio muy
elevado. Es verdad que en muchos casos y los más comunes, el siste-
ma de construcción de cemento armado permitirá resolver la mayor
parte de estas dificultades. Pero debemos también, por otra parte, tener
en cuenta que los efectos destructores de las infiltraciones, debidas al
agua amoniacal y otros productos solubles, naturalmente presentes
en ciertas partes de la usina y de las cuales el contacto con los
cimientos de cemento armado, puede quizás perjudicar su exis-
tencia.
Otra causa que aumenta el presupuesto es que las usinas proyec-
60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tadas, siendo colocadas en terrenos de nivel bajo, circunstancia fa-
vorable para la presión de emisión del gas (por cada metro de desni-
vel la presión varía de 067), habrá que rellenar el terreno á fin de
evitar inundaciones (como sucede á veces en la usina de Corrales de
la compañía Río de la Plata), que producen cada vez, además de la
interrupción del servicio, desastrosos efectos pecuniarios, debidos á
la inutilización de los hornos, la más costosa parte en su construcción
y conservación y la más importante para la elaboración.
Haciendo, pues, comparaciones entre las ventajas y los mayores
gastos, dado á la ubicación de la usina, salta á la vista la conveniencia
de establecerla en la ribera, pues considerando que las instalaciones
durarán por lo menos treinta años, sin que sea necesario retocarlas
sino en sus detalles, y la economía de elaboración de 200.000 pesos
anuales permite bien hacer el gasto de las substracciones necesarias.
Tendremos también la ventaja que estos terrenos son baratos y
tratándose de una superficie aproximada de 140.000 metros cuadra-
dos, es de tomarse en consideración su ubicación próxima á desagiies
naturales, lo que también se ha buscado para los sitios que ocuparán
los gasómetros, permitirá la fácil evacuación de los líquidos residua-
les previamente filtrados y purificados si es necesario, para que no
sean perjudiciales á la salud pública.
En cuanto á la cañería, su colocación costará más de lo que ha
costado la actual, porque á cada paso encontraremos cañerías y ser-
vicios antiguos, las obras de salubridad y las redes de corriente elée-
trica; y para evitar estos encuentros, sería necesario colocar la ca-
nería á gran profundidad, ó bien adoptar un sistema en el cual debajo
de cada vereda y al largo de la manzana, haya un canal espacioso
permitiendo la cireulación de obreros y donde estén colocados los
conductores eléctricos, los caños alimentadores de gas y de agua. La
cañería de gas en este canal no sería de dimensión mayor de 6”, reser-
vando para el centro de la calle y de dos en dos manzanas, la coloca-
ción de los caños de mayor diámetro ; temo que esta disposición aun-
que muy racional, ofrezca dificultades financieras y administrativas.
Los precios de los aparatos, cañerías, su colocación, ete., han sido
tomados por los datos suministrados por las compañías de gas exis-
tentes y teniendo en cuenta la importancia de la instalación proyec-
tada.
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS 61
PRESUPUESTO
Usina no 1
Metros cúbicos
Gasiderhulla anule 40.000.000
— AU a o. BS 0 8.000.000
Total anuales....... 48.000.000
Pudiendo producir forzando los hornos y aumentando los gastos de
conservación, un máximum de:
Metros cúbicos
Cas de laulla, amas. omo coso ab. o. eaes 45.500.000
— ARA 9.500.000
Totalfanuales 55.000.000
Pesos oro
Terreno (90.000 met. cuad.) 4 pesos 5 el met. cuad... 450.000
MULO NAC CO vola o oo 65.000
Depósito general de carbón (33.000 toneladas)........ 44.000
Guinches, vía elevada yALrLansportador 55.000
Depósito de carga en cemento armado (9000 tonelad.). 60.000
Hornos. —6 baterías de 10 hornos, inclinados con 8
retortas c/u de 45 metros de larg0................ 700.000
6 condensadores « LiWessey »....... oo... o... .... 50.000
) tores de condenación... o.covueconocsososcos aos 50.000
ASCER ie 60.000
8 Exhausters, 6 calderas juego doble, bombas de
agua, alquitrán, licor amoniacal, etC............ 100.000
3 Calderas verticales calentadas por los hornos.... 80.000
18 Purificadores de 8 X 8 X 1.60 metros elevados,
con galpón de 15 metros rodeándolas, maquinaria
CE one oo a se acoso oa aa o. oa OOO 200.000
Reguladores de salida y medidores. ........oo...... 50.000
3 Generadores de 18.000 metros cúbicos de gas de
agua con 4 calderas Exhausters, medidor, conden-
A eS a a NAS 350.000
2 Gasómetros de 20.000 metros cúbicos cada uno... 300.000
2 Gasómetros auxiliares de 5000 metros cúbicos... : 90.000
Oficinas y habitaciones........... ooo... o... 60.000
Depósitos y laboratori0s............. oo NASA 40.000
62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Talleres (CACIONES 30.000
Depósito subterráneo de alquitrán................ 60.000
Depósito de agua, alquitrán, etC................. 30.000
Pozos, sifones y cajas de condensación. ........... | 6.000
Desmonte y relleno, excavaciones, etC............ 20.000
EMP Ido o E E O 40.000
Usa qt 105.000
— amoniaco... A 15.000
E o o E > o E tail el 40.000
DA A a A O OS 15.000
Cañería en la UsiDa Mayo .......... o... o... o. 50.000
— O ay beso aloe 10.000
= — agua y servicio de incendio.... 40.000
— UI IAS 30.000
'¡APAaratos y auclestos... 30.000
3 Exhausters de los gasómetrosS.............0.... 30.000
Instalación hidráulica para los guinches y dinamos. 40.000
Canalización eléc. 5.000
Vías férreas, 1200 metros lineales................ 50.000
Por diferencia de las fundaciones................. 500.000
Lo 4.030.000
Usina n* 2
Producción : Metros cúbicos
Gas de hulla, anuales..................... 20.000.000
— AQUA AO 4.000.000
Total anuales....... 24.000.000
Pudiendo producir forzando los hornos y aumentando los gastos de
conservación, un máximum de:
Metros cúbicos
Gas de hulla, anuales............. o 22.750.000
= AU A oia ds 4.150.000
Total anuales....... 27.500.000
Teniendo las mismas disposiciones que la usina número 1 y siendo
su capacidad productora la mitad, su costo será de pesos 2.000.000
OrO.
Cañería mayor
Pesos oro
Toneladas 93.000 á pesos 40... 3.720.000
= 2.000 de plomo á pesos 120.......... 240.000
— 160 de soga á pesos 154............ 24.000
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELÉCTRICA Y DEL GAS
Colocación de 1300 kilómetro cañO............... 1.207.000
— de 5000 metros caño de 2” en canaletas. 6.260
Inspección de obras, planos, e$C................. 260.000
Afirmado de 1300 kilómetro, ancho 0.60 metros... 858.000
Transporte de 95.000 toneladas á pesos 1.5......- 3 142.500
= defexceso dei 16.500
Coke, leña, gasto de útiles, €etl................. 16.000
oml. .osoooss 6.500.000
Cañería menor
Pesos oro
Faroles con columna 22.000, completos en servicio. 704.000
Medidores 1.870.000
Servicios 110.000 á pesos 9.............. A 990.000
Cocinas, artefactos, etc. 20.000. .......o....o..o.. 500.000
Tora 4.064.000
Materiales en depósito y viaje
Pesos oro
Común (S0000 tomelenle) 0.00. sobocosoossrone 410.000
Materia lr circa is 200.000
Cancer mayo 500.000
WEI. oo oa ao alo OOOO ORO (0 oo APIO 100.000
Tor 1.210.000
Viilles do taller eo becposreoss o o ES 500.000
Estación Central de distribución
Pesos oro
Terreno (50.000 metros cuadrados).............. 30.000
Cuartodetresnla do 15.000
Maleresthyadop oO 20.000
TA 65.000
Estaciones gasométricas
Costo de cada estación :
Pesos oro
Terreno (10.000 metros cuadrados).......-...... 50.000
Un gasómetro 20.000 metros cúbicoS............. 120.000
— 5.000 ES o 00 oO 30.000
WO dO CAD aoooocooosscooLoooRes so noooao ob 10.000
Casada 20.000
Tableros y depósitos. ....o..oooo.o.o... SS 15.000
TO: o 245.000
Bara lasicuabro estaciones. 980.000
63
64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Resumen
Pesos oro
Usan o RR o e LO AS Y Ea 4.030.000
E A > NS e DO SS OI E 2.000.000
Cani mo O ES TA LE 6.500.860
= MEN A o EA RENO 4.064.000
Material o ES 1.210.000
Utiles de llene A 500.000
Estación Central de distribución. ............... 65.000
Estaciones gasométricas e 980.000
Mol coososos 19.349.860
Capacidad máxima de producción : 82.000.000 de metros cúbicos, ó
sea casi el doble de lo producido actualmente por las compañías exis-
tentes.
El capital de 43.000.000 es calculado para usinas de una produc-
ción de 210.000 metros cúbicos máximum diario, con Y baterías de
10 hornos y 8 retortas cada uno; destilando 1400 kilogramos de hulla
á razón de 300 metros cúbicos de gas por tonelada. He supuesto
que sobre los 10 hornos, 7 solamente estarán en actividad, 1 en com-
postura, 1 demolido y el otro listo para encender. La producción es:
9 lit.<7 horas < 8 retort. <1,4 ton. <300 metros cúbicos =
211.680 metros cúbicos.
En números redondos : 210.000 metros cúbicos. En 1906, las tres
compañías han fabricado 44.990.235 metros cúbicos; y en febrero y
junio por cada día mínimum y máximum : 99.344 y 147.096.
Redondeando las cifras, los 210.000 metros cúbicos máximum dia-
rio, corresponde á :
210.000 + 45.000.000
150.000
con buena dirección en la explotación, se puede limitar el número de
hornos inactivos á dos por batería, lo que da un aumento de 9 millo-
nes; y con 20 por ciento de gas de agua, llegaríamos á 56.400.000
metros cúbicos, sin aumento del capital de instalación.
Pasando de 36.000.000 de producción anual, es prudente y hasta
necesario instalar los siguientes aparatos:
= 63.000.000 metros cúbicos anuales. Pero
Pesos oro
Agrandar el depósito de carbóD................. 33.000
Hacer otra batería de horn0oS...........o.ooo..o.. 117.000
Colocar una torre de condensación.............. 10.000
EXPLOTACIÓN DE LA CORRIENTE ELECTRICA Y DEL GAS 65
Un. condensador Liwessey......0o...........-. 10.000
UntlavadoriElo nes a llo O 10.000
Unacl dere 5.000
WII es an lolo bo SES 5 o o NE 15.000
Tot ea. 200.000
Lo que aumenta el capital en pesos 500.000 moneda nacional.
Pasando de 56.000.000 metros cúbicos anuales, los gastos genera-
les aumentan; y en lugar de 945.000 pesos moneda nacional, he adop-
tado pesos 1.000.000 moneda nacional
JORGE NEWBERY.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV.
a
ZONAS DE REGADÍO DE TUCUMÁN
MEMORIA PRESENTADA AL CONGRESO CIENTÍFICO LATINO AMERICANO
REUNIDO EN 1905 EN RÍO DE JANEIRO
Por CARLOS WAUTERS
Ingeniero civil
(Continuación)
CANAL PRINCIPAL « EL ALTO » DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo de la posición, extensión y número de las rasantes
POSICIÓN HECTOMÉTRICA PENDIENTES EN mm.
DE LA RASANTE : ——áO A
28 Longitud
EA a ————_ A ES Por Por
Principio Término metro Unidad
Observaciones
Número
de orden
2.00
1000
2
e E 100:
1000 i
2.00 — 1.00
1000 puente.
74 5: 2.00 ZE Salto de 1.50
. .. . . € € . 1000 . .
2.00
49.5: 49.5 : - .00.
PLOn .00 1000
2.00
49.5 VOTE 21: - .00.
49. .00 1000
5)
00 — 50.
1000
2.00 — .00
1000 puente.
A0Do Salto de 0.50
000 a po
2.00
88. SOS 2.00 - — 1.00.
= 1.00
puente.
Salto de 0.50.
= 0.00
151.93.2 155.539.553 2.00 Salto de 100.
55.39.5: 39.1: 2.00
39.1 14,5 .00
710. .06,2: : .00
56. .56.4: 2.00
.356.4: -98.06: : .00
.00
puente.
Salto de 1.
1.00 | 1 salto de 0m65, 1 ho-
34 | 195.23.15 | 195.45.,05 21 90 0.00 _—— rizontal de 15m y 1
1000 [salto de 0m45.
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 67
CANAL PRINCIPAL X«< EL ALTO » DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo de la posición, extensión y número de las rasantes
POSICIÓN HECTOMÉTRICA PENDIENTES EN mm.
DE LA RASANTE
Longitud 4 Observaciones
Por
Principio Término unidad
A a
No de orden
8.00
1000
1.00
1000
1.00
1000
1.00 — 1.00
1000 puente.
1.00
1000
1.00
1000
1.00
1000
1.00
1000
1.00
1000
1.00 —
1000 puente.
1.00
1000
1.00 | Fin canal princi-
1000 pal.
60 Salto de 0740.
05
00 0.50.
718
43 Salto de 1%00.
00
00
00
00
00
OO oJl 56. 00 Salto de 0.50.
281.56.91 | 288.56. 700 00
Total general 25590”91
Como se ve, en sólo 7586 metros (desde Hm. 113 + 50,75 á
Hm. 189 + 36,75), no obstante pendientes de 0,002 m. y hasta
0,0025 m. se ha impuesto la construcción de 30 saltos de altura
variable desde 0,50 á 1,55 m. que representan otras tantas obras
caras y de aprovechamiento costoso y difícil. El perfil hace ver que
es un defecto general á todo el canal, que si bien es aceptable en un
canal secundario, de dimensiones más reducidas que el principal
68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y en que todas las obras disminuyen de costo, no lo es para éste
cuando su trazado responde á un plan de irrigación bien concebido.
El mismo criterio que ha dominado en el gobierno y que señalamos
al principio, de resolver cuanto antes al problema que importaba
una buena distribución de las aguas, ha predominado también en el
ánimo del técnico, preocupándose de trazar el canal en la mayor
proximidad de los ingenios, hoy por hoy los grandes centros de
actividad del departamento.
Otro carácter propio que confirma este acerto se encuentra en el
hecho de haber consentido tomas que parecen directas ó particulares
en el canal principal, contrariando la letra expresa de la ley que solo
admite el desprendimiento del canal principal de otros secundarios
para servir regiones limitadas y reducidas, en que se forman peque-
ñas comunidades de interesados ó concesionarios tributarios de cada
uno de estos últimos, constituyendo sus propias autoridades para la
administración de su propio canal costeado á prorrata por todos, en
proporción á los intereses que cada uno representa, vigilando la me-
jor distribución y aprovechamiento de las aguas, cuidando de la con-
servación y limpieza de las obras, etc. Es tan manifiesto este concepto
de la ley, que responde á un propósito de interés general muy justi-
ficado, que en una de sus disposiciones se establece que cuando no
sea posible evitar una toma directa en el canal principal (1) (por la
topografía del terreno, puesto que no puede haber otra) los terrenos
servidos por ella deben considerarse como pertenecientes al canal
secundario más próximo y concurrir á los gastos del mismo. En el canal
que nos ocupa todas las tomas establecidas aparecen con ese carácter
y esa es otra circunstancia que permite asegurar que no hubo más
propósito que servir cuanto antes las concesiones otorgadas hasta
entonces, sin preocuparse de estudiar si se consultaban ó no las dispo-
siciones de la ley de la materia, dejando para otros la ímproba tarea de
restablecer el imperio de la ley reglamentaria, en beneficio del bien
entendido interés general. Volveremos sobre el particular al ocupar-
nos de los canales secundarios y sus zonas respectivas de influencia.
Esta misma falta de estudio ha determinado una distribución erró-
nea de las secciones del canal que en manera alguna consulta el cau-
dal que corresponde á cada una de ellas teniendo en cuenta las de-
rivaciones sucesivas que se hacen por las tomas establecidas. El
cuadro siguiente es suficientemente explícito al respecto.
(1) Art. 55 de la ley de riego.
69
2
ZONAS DE REGADIO
EN TUCUMAN
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T6 Té 9583
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T6 9% 8386
02 S6L
26 '8L LGr
26 8L LGL
y
BAISOIDOIIT
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 71
El aumento de gasto es indiscutible y los concesionarios sufren las
consecuencias del error de origen no solamente por el mayor des-
embolso que representa el costo de construcción sino el permanente
de conservación y limpieza.
En el estudio y trazado del canal de El Bajo, no obstante estar
sus delineamientos generales impuestos ya por el plan general á que
respondía el dique distribuidor y canal matriz, así como el canal
principal de El Alto que acabamos de examinar, se ha procedido de
diversa manera.
Ante todo conviene hacer resaltar que toda la preocupación de la
administración parecía haberse reconcentrado en prolongar única-
mente aquel canal sin dar mayor atención al de El Bajo. Su objeto
estaba, sin embargo, bien señalado; y al promover su construcción
decíamos que con la construcción del dique sumergible distribuidor
se ha pretendido asegurar con una sola toma, la derivación de un
caudal de agua suficiente para servir todas las tomas de la ribera iz-
quierda del río, substituyéndolas todas por la única que existe en la
extremidad izquierda del dique: el caudal así derivado de la playa
corriendo por un solo cauce artificial como el canal matriz de Cruz
Alta, construído bajo una base científica asegurando la máxima uti-
lización de aquéllas, debía hacer desaparecer en su mayor parte los
graves inconvenientes del sistema de riego enumerados en otra 0ca-
sión.
Esto que en época de la construcción del dique se aceptaba por
razones de simple sentido común, es susceptible hoy de una demos-
tración más exacta, debido á que en el dique se aforan las aguas que
sirven al canal del Alto de Oruz Alta y las que se dejan pasar á la
playa para servir las tomas antiguas que se encuentran aguas abajo,
que no sirven propiedades situadas dentro de la zona beneficiada por
el canal existente.
Tomando en cuenta la distribución del agua en el dique en los
meses en que disminuye más el caudal, es decir, en el período com-
prendido entre junio y noviembre, ó sean seis meses del año, resulta
que sólo se deriva en el canal matriz de Cruz Alta para el canal del
Alto el 57 porciento del caudal total del río dejando pasar á la playa
para el servicio de las tomas situadas aguas abajo del dique un
43 por ciento de ese mismo caudal, es decir, que sólo se deriva un
14 por ciento más del caudal total del río por el canal que por la
playa.
Sin embargo, si se compara el servicio de agua para bebida y uso
2 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
industrial, únicos que se atienden en esos meses por prescripción de
la ley de riego, resulta que los empadronamientos son respectiva-
mente de 1365 litros por segundo para la zona servida la que se sirve
con las primitivas tomas; de tal modo que la distribución, atendiendo
á los derechos adquiridos en ambas zonas, debía ser de un 60,5 por
ciento del caudal total para la zona del Alto y de un 39,5 por ciento
para la del Bajo, esto es un 21 por ciento más para aquélla.
Si se hace ahora la comparación suponiendo los canales á dotación
completa, obedeciendo al plan general trazado al construir el canal
principal del Alto, dándole un gasto de 12500 litros por segundo
y dejando para el del Bajo 7500 litros por segundo, vemos que
en el dique distribuidor, en los meses en que el caudal del río
es estrictamente el necesario para asegurar esta dotación, debía
derivarse un 62,5 por ciento del total para el primero y dejar pasar
á la playa para la zona que debe servir el segundo sólo un 37,3 por
ciento, esto es para aquél un 25 por ciento más.
La comparación de estos resultados demuestra la situación relati-
va de los servicios de distribución de agua en Cruz Alta; facilita el
examen el siguiente:
Cuadro de distribución del agua en Cruz Alta
Dotación en 6 meses de estiaje ó magra
—<— == Dotación completa
efectiva actual teórica de empadronto
Zona del Alto ......... 97 o) - 60.50 %/, 62.5 “lo
BON 43 39.50 37.5
Diferencia ........ 14 9%, 21 0 Aa
Se desprende que la falta del canal del Bajo exige hacer pasar en
e] dique un caudal mayor que el necesario á la playa, exceso de agua
de un 21 — 14 por ciento =7 por ciento del caudal total; éste es per-
dido completamente para los ingenios de la zona del Alto y la admi-
nistración debe substraer ese caudal para compensar las pérdidas
por infiltración, evaporación y otras que se producen antes de llegar
á las tomas de las acequias de las que están situadas en la zona del
Bajo, de modo que tampoco lo aprovechan estos concesionarios, sien-
do un caudal completamente perdido.
Este fenómeno se explica fácilmente porque en ese momento los
ingenios de Cruz Alta que exigen esa agua, que son los de Concep-
ción, San Juan y San Andrés, se encuentran en las mismas condicio-
nes que antes de la construcción del dique, sufriendo aún todos los
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 73
inconvenientes generales citados al principio y produciendo otros
muchos para los intereses generales de la zona en que se encuentran
ubicadas.
Para darse una idea más clara del caudal perdido por este concepto,
haré presente que de los aforos hechos diariamente en el dique desde
el 1” de enero de 1900 se han podido deducir los caudales medios
mensuales, que tomados en los seis meses de junio á noviembre que
corresponden al estiaje ó magra del río, dan un promedio para el gasto
de magra de 3200 litros por segundo, de modo que la pérdida de 230
litros por segundo que representa el 7 por ciento no se aprovecha.
Probablemente no todo este caudal perdido para los ingenios ser-
vidos por el canal de Cruz Alta, es también perdido por los tres inge-
nios nombrados, por cuanto, valiéndose de la circunstancia de no
haber cumplido con la prescripción de la ley de riego que impone la
colocación de compuertas en las acequias al separarse del río, sacan
más agua que la que realmente les concede la ley, siendo difícil la
vigilancia que burlan fácilmente los encargados del cuidado de la
acequia particular.
El trazado del canal se ha hecho aprovechando las condiciones del
terreno, evitando los saltos de poca altura para dejar instalados en
cambio tres importantes con una altura total de caída de 24,85 m. El
canal del medio, en que se había pensado anteriormente, queda su-
primido en este proyecto, sirviéndose la zona que debía regar con un
canal secundario, sacado del principal de El Alto, llamado de El Go-
Chuchal y del cual nos ocuparemos luego.
Esta primera sección del canal, en construcción actualmente, res-
ponde al trazado que señala el cuadro de la página siguiente, de dis.
tribución de alineaciones rectas y Curvas.
Se observa que ante todo se ha tratado de acompañar al terreno en
lo posible consultando el meror perjuicio posible en las propiedades
cruzadas, pero sin abandonar el concepto principal de buscar para el
canal la mejor ubicación posible, deducida del estudio previo en el plano
acotado de toda la zona á servir y su replanteo en el terreno después.
La distribución general de pendientes viene á confirmar esta cir-
cunstancia que se ha tenido presente dentro de las restricciones im-
puestas por el trazado ya existente del canal de El Alto y el terreno
reducido, comprendido entre éste y el río, en que podía desarrollarse
para satisfacer con más amplitud los verdaderos intereses generales
de la zona cruzada.
74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CANAL DEL BAJO DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo del desarrollo de las curvas y longitud de las rectas
Observaciones
tangentes
Tangente
Desarrollo
de las curvas
Longitud
de las rectas
s4” 9'30” E 50.55 dd Centro ála derecha
30
10
10 . 65 ; izquierda
derecha
izquierda
derecha
izquierda
derecha
izquierda
derecha
izquierda
derecha
izquierda
5)
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CANAL PRINCIPAL ELBAJO”
Zonas de regadio en Rueuman
Ingeniero Carlos Wauters
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 75
CANAL DEL BAJO DE CRUZ ALTA
Cuadro demostrativo de la posición, extensión y número de las rasantes
POSICIÓN HECTOMÉTRICA PENDIENTES EN Imm.
DE LA RASANTE
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S | Observaciones
A —
Longitud
por por
Principio Término | metro unidad
| No de orden
0.00.00
44.66,14
46.46,84 : Dársena Vertedero
46.76.84 E : Canal
En toda su longitud esta primera sección tiene un gasto de 1500
litros por segundo á dotación completa en el canal matriz, y esto co-
mo consecuencia de las dimensiones dadas á las obras existentes.
Siguiendo la misma base de cálculo adoptada para el proyecto del
canal matriz, este canal debe servir 15000 hectáreas ó unidades de
riego; esta sección no ha requerido diminución alguna, por cuanto
recién en su extremidad se establece la primer derivación apreciable
para el canal secundario de Lastenia: el deseo de asegurar para los
erandes saltos, un caudal apreciable, aún en la época de escasez en
el río, y que impone el servicio para el uso industrial de agua en los
ingenios, categoría de concesión que tiene una prioridad de servicio
esplícitamente reconocida por la ley como veremos oportunamente,
nos ha hecho establecer una derivación de poco caudal más arriba
pero que puede en momentos determinados no servirse, razón por la
cual era prudente no reducir tampoco la sección general del canal,
insignificante por otra parte.
Convenía, bajo todo concepto, iniciar dentro de lo posible, como
sucedía en este caso por la topografía del terreno, una reforma en el
trazado de los canales, buscando que ellos respondan á un doble cri-
16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
terio de utilización para la agricultura y la industria á la vez, desde
que la fuerza motriz que las corrientes de agua ofrecen á ínfimo pre-
cio, no preocupa aún como debiera la atención pública, como sucede
en otros países como Francia é Italia, en que hoy la construcción de
canales se hace más que para la irrigación para la industria.
Con razón llama la atención el hecho en el extranjero y léase como
prueba de lo que decimos, el comentario que hace la conocida revista
europea La howille blanche que se publica en Grenoble, al analizar
la memoria que sobre Demostración gráfica de la política de la ley de
riego, publicamos en los Anales de la Sociedad Científica Argentina y
de acuerdo con el cual juzga el resultado de la estadística general de
concesiones acordadas que arroja sólo un total de 530 caballos de
fuerza utilizados con las aguas públicas en toda la provincia.
Dice así: D'apres cette statistique officielle on voit que la principale
utilisation de Peau consiste dans Pirrigation alors que la production de
la force motrice est reléguée au second plan: ceci sexplique par ce fait
que la province de Tucuman se trouve dans une région tropicale et que
Pagriculture réclame beaucoup d'eau. Toutefois, cette province compre-
nant les premiers contreforts des Andes — Vune de ses montagnes atteint
méme Paltitude de 4600 metres — nul doute que la houille blanche ne
soit de plus en plus mise € contribution au fur et 4 mesure que Pindus-
trie s*aceroitra dans cette région.
Aun cuando hay un poco de exageración puesto que la industria
tiene por el contrario un eran desarrollo en Tucumán, no es menos
cierto que la fuerza viva de los ríos y arroyos de la provincia no se
utiliza y en una memoria que estamos preparando procuramos hacer
un inventario aproximado de esa riqueza natural cuya existencia
muy pocos de sus habitantes sospechan.
La irregularidad del régimen del río no permitirá por mucho tiem-
po el aprovechamiento inmediato de los saltos establecidos en toda
su potencialidad: recién con las obras de embalse podrá sacarse de
ellas un verdadero beneficio permanente, pues entonces como se ha
tenido la precaución de conservar al canal una sección útil para un
gasto de 7500 litros por segundo y desde el pie de la tercera instala-
ción es posible derivar un canal de 7 á S Km. de longitud que vuel-
va las aguas al de El Alto, entre los Hm. 160 y Hm. 170 del mismo
para servir la irrigación después de haber prestado su servicio en la
instalación de los tres saltos, podrá siempre sacarse un gran prove-
cho de los mismos. Mientras tanto será indispensable sufrir todas las
consecuencias de ese régimen anormal, prestándose no obstante para
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 717
la utilización de fuerza á ínfimo precio, en industrias que pueden
subsistir sin inconvenientes á pesar de esa circunstancia.
En el trazado de los canales principales derivados del matriz de la
Capital, cuya construcción no ha sido aún autorizada no obstante su
evidente importancia, presidirán para ambos las ideas emitidas: para
el del Alto ó del Oeste, cuyo trazado se encuentra indicado en el
plano general citado se tratará de seguir el terreno de modo de no
perder altura con saltos inútiles, de manera tal que la zona dominada
para los efectos del riego alcance á su máximo, servida por canales
secundarios desprendidos del mismo en tanto número como lo exijan
luego las necesidades y previos los estudios que hasta este momento
no se han efectuado, aun cuando el plano acotado de toda la zona
permita distribuirlos con toda precisión. Este canal servirá una zona
de 10000 hectáreas, dejando para el del Este ó Bajo de la Capital
una de 2500 hectáreas, que reducidas en un 25 por ciento para obte-
ner la superficie realmente bajo riego dan respectivamente áreas de
8 y 2000 hectáreas. En los planos citados y el acotado correspon-
diente se han señalado las zonas respectivas que dejan libre el cen-
tro urbano que comprenden los boulevares de la ciudad capital, para
el cual la instalación de las obras para la provisión de aguas corrien-
tes á la población hace innecesario el servicio de riego.
En esta forma el canal del Oeste puede aún entrar al departamento
de Famaillá, que domina en una extensión de 6000 hectáreas, hasta
el mismo río Lules que le serviría de desagie. Además comprende
al arroyo del Manantial de Marlopa, cuyas aguas substituídas por las
del río Salí por medio del canal, podrían destinarse á otros usos.
Las aguas del referido manantial son permanentes y según todas
las probabilidades son el producto del desagiie de toda la zona com-
prendida al noroeste de la ciudad desde el pie de la sierra de San
Javier en que se encuentran los arroyos de las Cañas, Antayacu,
Piedras, Víbora, Cedro, Cainzo y Tafí Viejo cuyas aguas se derivan
para alimentar la red de cañerías colectoras que alimentan el servi-
cio de provisión á la ciudad capital; quedan otros, más al norte y aún
entre aquellos como los de Cochuchal, Quebrada Grande, Quebrada
de Arriba, Taficillo, Población, Cañitas, Las Conchas, Frontino, ete.,
cuyas aguas se infiltran en el subsuelo y alimentan la napa de aguas
freáticas que utilizan los pozos de la región: su profundidad demues-
tra la existencia de aquélla napa que viene á alumbrar sus aguas
naturalmente en el referido manantial; los análisis químicos confir-
78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
man el origen común de estas aguas y se están por efectuar ensayos
con fluoresceína con el propósito de dar plena luz en el asunto.
Poco tiempo después de terminadas las obras para las aguas
corrientes se comprobó que el caudal calculado para la dotación per-
manente no existía y la ciudad se encontró así obligada á mandar
practicar investigaciones serias al respecto. Interesantes obras de
captación subterránea que hemos ejecutado para hacer una utilización
intensiva de las cañerías establecidas en las principales quebradas
han dado excelentes resultados, duplicando próximamente el caudal
superficial en los meses de mayor escasez de agua; de modo que
generalizando el mismo tipo de obras, cuya descripción no correspon-
de á la índole de esta memoria, en las demás quebradas utilizadas
por el proyecto primitivo y adoptando además otras precauciones de
carácter general, como la expropiación de toda la parte montañosa de
la sierra para evitar el desbosque que se hace en gran escala y con
el propósito de asegurar la perennidad de las vertientes, la provisión
normal y permanente puede considerarse asegurada.
Pero la población no se extiende hasta los boulevares y la red de
distribución urbana requerirá ensanches futuros ineludibles. La ins-
talación de cloacas Ó alcantarillado, que hasta hoy no existe en la
ciudad y cuya construcción se hace cada vez más indispensable,
máxime desde que hay el servicio de aguas corrientes, como medio
de asegurar el desagiie del subsuelo, hará aumentar el consumo de
aguas corrientes, y entonces es muy posible que la provisión resulte
escasa no obstante aquellas mejoras.
La elevación mecánica de las aguas perennes del arroyo del Ma-
nantial hasta los depósitos de las aguas corrientes, aumentadas últi-
mamente en su capacidad con la construcción que hemos ejecutado
de uno en cemento armado con capacidad de 5500 000 litros, asegu-
raría un caudal, en toda época del año, de próximamente 75 litros por
segundo, según aforos que se practican diariamente desde hace tres
años. Hemos preparado el proyecto completo para esta instalación,
haciendo el captaje conveniente de aquéllas obras, adaptando las
precauciones necesarias para no dejarlas contaminarse con las que
puedan provenir del desagiie de las superficiales de riego, aguas del
río Salí derivadas por el canal que nos ocupa y cuyo análisis com-
prueba plenamente sus desventajosas condiciones de potabilidad. La
elevación mecánica tiene que hacerse á una altura de 75 m. y á dis-
tancia de 7 Km., con las pérdidas de carga consiguientes, no repre-
sentará gran gasto de explotación, porque es de suponer que cuando
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 79
se imponga su adopción, se habrán creado en el río de Lules, inmediato
al Manantial, las usinas hidroeléctricas que parecen reclamar las
especiales condiciones del cauce del mismo, que aseguran un desnivel
de 100 metros próximamente en una distancia, en línea recta, de 3000
metros, con un caudal mínimo durante pocos días de 3 á 4000 litros
por segundo.
El canal del oeste permitirá esta combinación para asegurar el
riego de los terrenos que han adquirido títulos, legalizando los dere-
chos que tienen adquiridos al uso de las aguas del Manantial por el
transcurso del aprovechamiento en largos años, y con beneficio evi-
dente para los intereses generales de toda la región.
Entrando al estudio especial de las obras de arte de los canales
principales de Cruz Alta, ejecutado el de El Alto y en construcción
el de El Bajo, observaremos que el primero forma la prolongación del
matriz sin compuerta alguna que permita independizarlo del mismo,
para una limpieza por ejemplo, sin que esto importe suspender tam-
bién la provisión de agua al matriz de Oruz Alta y por lo tanto á
todo el resto de la red tributaria. En cambio, hemos establecido la
toma general del canal de El Bajo, como señala la fotografía, de tal
modo que puede independizarse del resto de la red, para una limpie-
za ú otra causa cualquiera, sin que esto importe suspender el servicio
en aquel.
Esta toma del canal de El Bajo, está establecida en un punto tal
que se ha prestado para combinar la instalación de un salto de 8,30
m., salto á que se refiere la fotografía adjunta y para cuyo aprove-
chamiento se han colocado 3 conductos de cemento armado de 1,60
m. de diámetro interior cada uno, partiendo aguas arriba de una cá-
mara independiente servida cada una por dos compuertas directas al
canal matriz de 0,72 m. para los cuales es aplicable el cuadro n” 22,
cámara cuyo fondo está á 1,50 m. bajo la solera del mismo ; aguas
abajo corresponde cada uno á una turbina tipo Hércules Progres, á
eje vertical, alojada en cámara independiente y formando las tres una
sola instalación comprendida en un sólo edificio que no está aun ini-
ciado, por dificultades puramente de orden administrativo.
Estos conductos se han hecho á pie de obra, en una instalación
provisoria, fácilmente transportable, sobre pisos de madera, al abrigo
del sol y vientos, y suficientemente amplio para tener tiempo de
esperar que los morteros fragiien sin retirar los conductos de su lugar
de fabricación.
S0 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La construcción de estos caños se ha hecho en moldes de madera
de pino tea con listones de pulgadas 0,102 m. por 0,054 m. perfecta-
mente machihembrados, fijos y asegurados por anillos de fierro atorni-
lados á cada listón, de manera á obtener una superficie tan lisa como
posible, exterior é interior en los moldes interior y exterior respecti-
vamente.
Se ha procurado que el desmontaje se efectúe fácilmente para lo
cual se ha construído, tanto el molde interior como el exterior, en
tres cuerpos cada uno de 2,00 m. de alto y con un juego suficiente
CANAL PRINCIPAL EL BAJO
Salto de 8,30 metros en la toma
para que por medio de cuñas queden fijos estos moldes y se mantenga
constante la separación entre ellos; además una cabria permite reti-
rar por elevación los moldes interiores luego de aflojar las cuñas, reti-
rándose los moldes exteriores simplemente á brazo.
El espesor de los caños construídos es de 0,08 m. y 1,60 m. de
diámetro interior y armados teniendo en cuenta la presión que sopor-
tarán.
Los morteros usados están compuestos á razón de 600 Kg. de port-
land por m* de arena.
La unión de un caño con otro se hace por medio de anillos del
mismo espesor que los caños y de 0,40 m. de largo y 1,78 m. de diá-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 81
metro interior, de manera que este anillo cubre 0,20 m. en la extremi-
dad de cada conducto.
El juego de 0,01 que se deja entre el caño y el anillo es para colar
el cemento al hacer la junta. )
El tejido de fierro se efectúa sobre el molde interior ya fijo, cur-
vando antes las varillas ó fierros redondos de la armadura.
Las generatrices y directrices de la armadura se unen en cada cru-
zamiento con alambres finos recocidos.
Mientras no se haya regularizado el régimen del río con una obra
CANAL PRINCIPAL DE EL BAJO
Taller para conductos de cemento armado
de embalse, se ha resuelto colocar únicamente una turbina corres-
pondiente al conducto central, reservando los otros dos, conveniente-
mente revestidos para evitar su rápido desgaste, como desagiies de
descarga mientras no funcione la turbina. Se ha tenido en cuenta que
una vez conseguida la normalidad del régimen del río la instalación
de las tres turbinas en este solo salto, permitirá entonces la cons-
trucción del canal de descarga lateral, cuyo costo vendrá entonces
compensado por los beneficios inherentes «l cambio de situación.
La turbina que por ahora se instala debe dar 161 HP caballos de
fuerza con sólo 1870 litros por segundo; las que se instalan más
abajo, una en cada una de los dos saltos siguientes, deben asegurar
con el mismo caudal 101 HP y 184 HP respectivamente, esto es un
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 6
82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
total 446 HP en una distancia de 5258,41 m. y sólo 45 Km de dis-
tancia, en línea recta, de la ciudad. No obstante, el estado de la
industria es tal y los métodos conservadores y rutinarios tan arraiga-
dos, que será necesario muy posiblemente otorgar el uso de esta
fuerza gratuitamente por algunos años hasta despertar el interés por
este aprovechamiento racional de fuerza á precio reducido.
Á través del canal matriz se ha colocado una pasarela entre cuyos
pilares pueden establecerse en ranuras convenientemente dispuestos
tablones horizontales que permiten derivar el caudal que correspon-
de á la dotación del canal de El Bajo, quedando fijada la de El Alto
únicamente por diferencia entre la del matriz y El Bajo.
El gasto del canal matriz de Cruz Alta se ha establecido en la for-
ma señalada antes y es muy inferior al que se ha adoptado para el
matriz de la capital : se fija la dotación sólo por diferencia de aforos
efectuados en las compuertas del desripiador y desarenadores n* 1
y 2, pero en manera alguna por vertedero directo. Resulta así
que la distribución equitativa en su extremidad entre los dos canales
principales es imposible y la falta de previsión al respecto desde el
principio de la construcción ha hecho imposible ahora la instalación
de un vertedero general sin afectar fundamentalmente el servicio
puesto que no hay pendiente suficiente para compensar el desnivel
que aquél exige.
En el canal de El Bajo el vertedero se ha establecido en la pro-
egresiva Hm 46 + 76.84 del mismo canal principal, antes de la
primera toma ó derivación secundaria, de modo tal que sus indi-
caciones señalan el caudal de agua al empezarse la distribución; las
pérdidas por evaporación é infiltración en el recorrido de 4676,84 m.
desde la toma, no podrán avaluarse simo por comparación por el
aforo que puede hacerse también con las compuertas establecidas
para servir las cámaras de aguas arriba de la toma, para la que es
aplicable el cuadro n* 22,
En cambio el vertedero del canal principal de El Alto situado al
Hm. 91 + 35,35 del mismo y llamado El Cochuchal, sólo permite
hacer el aforo después de tres derivaciones importantes, para otras
tantas zonas secundarias de regadío, que juntas representan 5200
hectáreas sin contar el principal de El Bajo con 15000 Ha.; de tal
modo que sus indicaciones no pueden ofrecer interés sino para los
servicios inferiores pero en manera alguna para juzgar de la equita-
tiva distribución del agua en el conjunto del canal.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 83
Este vertedero de 8,00 m. de luz está colocado inmediato á un
puente de mampostería y aprovechando sus muros para hacer un
salto de 1,40 m. de altura. El aforo de las aguas se hace con la misma
fórmula de los vertederos libres aplicable para los otros usados
en la red, de que nos ocupamos más adelante. La dársena situada
aguas arriba, con una longitud de 50 m. y ensanche de 2,00 m. á
cada lado del eje del canal, que al llegar allí tiene una solera de
7,00 m., responde al propósito de anular la velocidad del agua al pasar
sobre el vertedero, y hacer así que se cumplan las condiciones para
CANAL PRINCIPAL DE EL ALTO
Hidrómetro de El Cochuchal
las cuales están calculadas las dimensiones del mismo. Pero no obs-
tante los desripiadores y desarenadores construídos en el canal ma-
triz, la dársena se rellena rápidamente de limo y las indicaciones del
vertedero resultan forzosamente erróneas.
En el vertedero del canal de El Bajo se han adoptado disposiciones
diferentes, colocando 4 compuertas de 1,00 m. por 0,40 m. de altura,
bajo el vertedero, cuyo umbral está situado al mismo nivel de la so-
lera de la dársena de aguas arriba cuya longitud es de 30 m. y ancho
de solera de 9 m., de modo que cerradas éstas desde arriba del mis-
mo, la dársena se encuentra completamente limpia al hacerse el aforo,
y entonces ó se vuelven á abrir las compuertas por las cuales se deja
Sá ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
pasar el caudal de agua aforado hasta una nueva verificación, ó bien
se deja pasar sobre el vertedero, haciendo una limpieza general antes
de cada medición. Se comprende así que el aparato medidor dé resul-
tados exactos y puede usarse únicamente en los momentos en que
debe efectuarse el aforo, no constituyendo el vertedero un obstáculo
opuesto á las corrientes y un dique permanente que provoca el depó-
sito de limo ó arena. Las ventajas del vertedero así modificado son
indiscutibles puesto que basta cuidar solamente que su cierre sea
seguro y efectivo.
No existe en todo el resto del canal de El Alto otro vertedero ; de
modo que la distribución sólo puede hacerse por diferencia tomando
en cuenta la que se deriva en los canales secundarios, lo que no ofre-
ce garantías de exactitud, puesto que este procedimiento no permite
apreciar la importancia de las pérdidas y el caudal de evaporación é
infiltración en las diferentes secciones del canal.
En el canal de El Alto existe una gran variedad de tipos de puen-
tes: unos son de mampostería, otros de madera, rectos ú oblícuos, y
se caracterizan por los mismos defectos que hicimos notar con motivo
de los del canal matriz. Los pilares establecidos para disminuir la luz
de los arcos ó de los tramos, 26 3 según el ancho de la solera, presen-
tan obstáculos á las aguas, disminuyendo la sección libre, de modo que
se forma un remance que aguas abajo del puente produce un salto
apreciable, socavaciones que en algunos adquieren importancia y
degradaciones en los taludes próximos, que han debido revestirse con
piedra y ladrillos. Hay además algunas pasarelas para peatones.
Por otra parte, estas construcciones hechas como todas las demás
con ladrillos comunes, se desgastan bastante, no sólo por efecto de
la arena sino de las mismas aguas, y muchas de las primeras obras
construídas presentan particularmente en las plateas, señales evi-
dentes de deterioro. Contribuye á ello la pendiente exagerada
adoptada para canales principales, y por lo tanto sólo aconsejaríamos
aquí el uso del ladrillo en semejantes canales en tramos de muy
reducida pendiente: en obras destinadas á un trabajo activo única-
mente recomendamos el empleo de la piedra que hemos adoptado
en eran escala en el canal de El Bajo.
En cuanto álos puentes últimamente construídos se han hecho todos
en cemento armado conforme al plano adjunto con luces de 7,50 m. á
8,00 m., calzadas de 4,00 m. de ancho ó 5,00 m. según el carácter del
camino servido. Estos puentes de aspecto mucho más liviano, no inte-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 85
rrumpen el libre curso de las aguas en el canal de modo que no
encuentran así obstáculo alguno en su marcha, y realizan una positiva
ventaja sobre los otros construídos. Un cálculo comparativo permite
asegurar á favor de este tipo una economía de 10 %/, sobre los de
mampostería.
En el canal principal de El Bajo se ha ejecutado otro tipo de
puente con conductos en cemento armado, de los mismos que sirvie-
ron para los saltos y ancho de calzada de 9,00 m.; no resulta solu-
ción tan ventajosa como la del cemento armado y sólo se explica aquí
por servir de sifón.
Los saltos establecidos en el canal Alto son muy numerosos
pero de alturas variables desde 0,40 m. hasta 1,55 m. en la forma
siguiente :
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De estos, 8 se han combinado con otros tantos puentes y en algunos
se ha aprovechado también para colocar canaletas. Todos responden
más Ó menos al mismo tipo y como lo muestran también las fotografías
reducen la sección útil del canal, produciendo alteraciones sensibles en
el régimen normal de las aguas. Especialmente en la toma del Hm.
127 + 70,95 se nota una modificación en el nivel superior del agua
que por momentos alcanza á 0,20 m.: la proximidad de un salto
ejecutado sin cámara al pie y que reduce la sección del canal pro-
duce en el tramo superior un remance: como resultado el caudal va
aumentando hasta un cierto límite y el nivel sube en la toma produ-
ciendo alteración en su dotación normal, aun cuando sólo tengan el
carácter de oscilaciones con respecto al régimen normal que le corres-
pondería sin aquella causa perturbadora.
Todas estas obras se han ejecutado con ladrillos comunes cuyo des-
gaste se hace cada vez más apreciable. Su pequeña altura asegura
86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
una utilización industrial muy costosa puesto que sería necesaria
una instalación de turbinas en cada salto, para reconcentrar luego en
una estación central toda la fuerza obtenida, y la repartición de estas
instalaciones en una extensión tan enorme haría poco ventajoso el
aprovechamiento, por ahora al menos.
En el canal de El Bajo los saltos pequeños, que sólo son de 1,00 m.
y 1,75 m. construídos únicamente para mejorar las condiciones gene-
rales del movimiento general de tierras, se han ejecutado adoptando un
tipo distinto que no altera la sección normal del canal. Uno deellos se
CANAL PRINCIPAL DE EL BAJO
Salto de 9,50 metros en Alderetes
ha establecido combinándolo con los estribos de un puente en cemento
armado, de modo que se realiza así una economía apreciable.
En cuanto á los saltos grandes que en conjunto dan una caída de
23,55 m. forman en conjunto tres instalaciones análogas á la descrip-
ta para la toma general del canal de El Bajo, con cuyo edificio
se le ha combinado aprovechando las condiciones especiales del
terreno, siendo muy semejante á éste el del salto de 5,75 m. en el Him.
2.1 + 05,82.
El del Hm.52 + 58,41, sólo se diferencia por la longitud que
media entre las cámaras de aguas arriba y aguas abajo, en que van
instaladas las turbinas; esta longitnd de 75,80 m. para sólo un desni-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 87
vel de 9,50 m. asegura á los conductos una pendiente de sólo 0,125 m.
que corresponde próximamente á la del terreno que no conviene alte-
rar fundamentalmente por atravesar allí la población de Alderetes,
cuyas calles no convenía perjudicar, habiéndose asimismo estableci-
do un paso á nivel sobre los referidos conductos, inmediato al edificio
que contendrá las turbinas instaladas.
Las tomas establecidas en el canal de El Alto han sido construídas
con mucha precipitación por razones que hemos señalado antes, de
modo que no ha precedido el estudio previo de la más equitativa dis-
tribución de la región en Zonas convenientemente elegidas para llegar
al riego científico con un desarrollo mínimo de canales. Basta recor-
dar que no existía un plano acotado de la región, no existían límites
fijados para la zona general de regadío, y por lo tanto las derivacio-
nes no obedecen á un criterio uniforme ni ajustado á las prescripcio-
nes de la ley de riego, no obstante las facultades amplias que ellas
confieren á la administración para asegurar la realización de un plan
racional y científico de canales.
La situación y trazado del canal principal, comprendido como lo
hicimos notar anteriormente, entre el río Salí y la mayor parte de los
ingenios azucareros, trajo como consecuencia forzosa que el referido
canal cortara sucesivamente todas las acequias particulares cons-
truídas por los dueños de aquellos establecimientos, y en los apuros
del primer momento, los ingenios se vieron en el caso de limitarse
á colocar las tomas en los puntos de intersección, que venían á pre-
sentar el carácter de tomas particulares, esto es para el servicio de
una sola concesión, más ó menos importante, pero representando
siempre intereses de un solo propietario ó de una sola compañía.
En muy pocos casos por razón del nivel de la solera del canal, ha
sido necesario ejecutar derivaciones ó cambios á ese sistema, no obs”
tante lo cual ha presidido siempre el mismo concepto de servir
aisladamente cada concesionario, contrariando conceptos claros y
terminantes de la ley de riego en vigencia, por razones que analiza-
remos más adelante.
Las compuertas que casi todas responden á un mismo tipo de cons-
trucción, se han ejecutado en su mayor parte con 1 ó 2 hojas de fierro
de 0,72 m. de luz que permiten el aforo directo del gasto de agua,
mediante el cuadro número 22. La medición no es por cierto muy
exacta y luego veremos cómo para los canales secundarios se ha sal-
vado el inconveniente.
88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La derivación del agua del canal principal á la derivación por la
toma, no depende sino de la altura á que alcanza en el mismo y
cuando ésta es poca, y el canal derivado exige un mayor caudal que
el que aquélla le proporciona, no hay como aumentarlo levantando el
nivel del agua en el canal principal, pues no se ha previsto en mu-
chos casos una construcción adecuada para colocar tablones horizon-
tales á través del mismo, ó agujas en el ancho suficiente para deter-
minar el remance necesario.
Más aún: la del canal secundario de El Cochuchal se ha colocado
CANAL PRINCIPAL DE EL ALTO
Toma del canal « Florida »
frente á la dársena que precede el vertedero general del canal princi-
pal, dársena que por la falta de compuertas bajo el vertedero, se
rellena de limo en poco tiempo, de modo que el referido canal secun-
dario viene á desempeñar el rol de un desarenador que causa moles-
tias á los concesionarios que se sirven del mismo.
Por esta misma causa el umbral de las tomas se ha colocado al
nivel de la solera del canal, de modo que reciben una cantidad apre-
ciable de limo, que se acentúa aun más en las pocas tomas en que se
ha previsto la necesidad de construir una pasarela á través del canal
principal para poder colocar canaletas dejadas en los pilares del mis-
mo, tablones horizontales que si bien aumentan la carga sobre las
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 389
compuertas, provocan el asiento del limo y su afluencia mayor á la
derivación. Todas estas obras, no obstante el carácter que reves-
tían se han ejecutado con lujo de obras de arte, que dificultan la
modificacion necesaria para restablecer la comunidad de interesados
que prescribe la ley de riego, y que sólo podrá conseguirse con
el transcurso del tiempo. Así se explica que sólo en una exten-
sión de 10 Km. las obras de derivación hayan importado pesos
63 176,13.
En el canal de El Bajo se ha procurado evitar todos estos inconve-
CANALES PRINCIPALES
Tipo de casilla para inspectores
nientes cerrando el canal principal con agujas en número suficiente
para conseguir la carga necesaria para la provisión de la toma instala-
da, pero dejando completamente libre el espacio restante por donde
se escurre el limo libremente y el umbral de la compuerta se ha
levantado sobre la solera del canal.
Las agujas presentan la ventaja de poderse agrupar dejando espa-
cios libres suficientes para impedir la acumulación de limo, sin por
esto dejar de levantar el nivel del agua. Por otra parte, no se han esta-
blecido sino después de haber estudiado la repartición en zonas de
toda la región, de modo que se asegura la existencia de comunidades,
90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que una vez pagadas las obras podrán entrar de lleno á la adminis-
tración directa de sus propios intereses.
El canal de El Bajo al cruzar en Alderetes al Ferrocarril Buenos
Aires y Rosario, pasa bajo las vías y precisamente en terreno de la
estación con un sifón de 49,40 m. de largo compuesto de 2 galerías
de 2,92 m* de sección cada uno y cuyo fondo está á 3,25 m. bajo el
nivel del riel y á 2,50 m. bajo el de la solera del canal. Aguas abajo
la cabecera del sifón da directamente acceso al conducto que conduce
al salto de 9,30 m. con una longitud de 168,00 m. sección conforme
al eroquis adjunto y construcción en piedra y mezela cimenticia que
evita las filtraciones, que hubieran constituído un grave inconveniente
por tratarse del cruce de la población de Alderetes.
Muchas otras obras de arte se han tenido que ejecutar tratándose
de atravesar una zona en que la propiedad se halla muy subdividida.
Canaletas de mampostería y de fierro, sifones en los casos de insufi-
ciencia de altura para dejar libre el paso de las aguas en el canal,
desagiies abundantes pero provisorios en la mayor parte de los casos,
por no haberse aún iniciado el importante estudio de la red general
que los comprende y que se hace ya indispensable, cruce de ferro-
carriles, y casillas para inspectores, convenientemente distribuídas
en toda la extensión de los canales para asegurar la oportuna subdivi-
sión en secciones apropiadas.
La misma falta de caminos laterales que hemos señalado tratan-
do los canales matrices se nota aquí, así como la necesidad de promo
ver la plantación de árboles en ambas banquinas.
Los buenos alambrados aseguran su eficaz conservación y la hume-
dad del terreno permite esperar su crecimiento rápido. Además
dificultan el acceso al público que contribuye á destruir los revesti-
mientos de taludes que por las degradaciones que producen las aguas
han tenido que generalizarse.
Líneas telefónicas ponen en comunicación directa las varias sec-
ciones entre sí, con el dique y con la oficina central de irrigación de
la provincia, facilitando el buen servicio público.
El costo de las obras que comprende el canal principal de El Alto
asciende á un total de pesos 308 156,40 cuya distribución por concep-
tos no es posible hacer por las mismas causas señaladas antes, siendo
aproximado aquel importe total por no estar aún terminada definiti-
vamente la liquidación general.
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Accesorios.
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Estas cantidades son como las que se refieren al canal Alto,
susceptibles de modificación ulterior por cuanto la liquidación definiti-
va no se ha hecho aún, debido á que las obras no han quedado termi-
nadas completamente á la fecha.
CAPÍTULO VIII
CANALES SECUNDARIOS
Subdivisión en zonas. — Dársenas y vertederos. — Obras de arte. — Ramificaciones.
— Tomas particulares. — Aforos : vertederos fijos y á paredes movibles. —
Consumo de agua. — Dotación permanente y á turno. — Coste.
Bajo el concepto puramente técnico, la construcción de los canales
secundarios se explica perfectamente puesto que los principales, ya
descriptos, no pueden representar, en el sistema de distribución, sino
las arterias generales de las cuales no es concebible que cada propie-
dad particular venga á servirse mediante una acequia ó rama propia.
Las grandes ventajas que representa un canal principal comunero
substituyéndose á numerosas acequias particulares paralelas en gran-
des extensiones de recorrido común, sólo desaparecerían en parte si
fuera aceptable que los canales principales, en vez de ser las arterias
comuneras primeras de la serie de ramificaciones, fueran las últimas
del sistema, esto es que de ellas pudieran desprenderse las ramas
particulares. Así como en el sistema circulatorio del cuerpo humano:
no lo forman únicamente las ramas principales, esto es los conductos
Ó arterias que salen directamente de los órganos que entregan la
sangre apta para dar vida á todo el organismo, ramas que no son las
mismas que la distribuyen directamente en los órganos sino por in-
92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
termedio de ramificaciones cada vez más pequeñas. Así también debe
suceder en esta distribución de agua para riego.
Si cada una de las propiedades ó cada concesión debiera buscar di-
rectamente su agua al canal principal, se multiplicarían los cauces
paralelos y se tendrían repetidos los inconvenientes múltiples de dis-
tribución que han exigido la construcción de los canales matrices y
principales, si bien limitados á zonas regionales más reducidas y pe-
queñas. Los canales secundarios vienen á representar precisamente
las partes comunes que presentarían esos ramales particulares.
Los canales principales son necesariamente de dimensiones bastante
grandes y todas las obras que en ellos se ejecutan resultan costosas,
por esa misma circunstancia; si cada concesión debiera servirse diree-
tamente de allí, cada toma representaría una obra importante y su
número crecido en el canal principal haría aumentar considerable-
mente las dificultades de su administración.
El régimen legal en vigencia está fundado en el constante propó-
sito de establecer definitivamente las obras en condiciones tales que,
una vez terminadas y pagadas íntegramente por los concesionarios
beneficiados por ellas, sean administradas por juntas de delegados
designados por los mismos, despertando ese espíritu de asociación
que tan generalizado se halla en otros pueblos civilizados, en que el
interés particular de cada propietario no sufre menoscabo en benefi-
cio de un interés que no sea el de toda la comunidad á que pertenece
y en que las obligaciones y derechos recíprocos se hallan perfecta-
mente garantidos por la concesión otorgada administrativamente.
Esas comunidades regionales no serían posibles si cada propietario
tuviera su toma directa en el canal principal, porque entonces la ad-
ministración general de éste tendría que entenderse directamente con
todos y cada uno de ellos, siendo que la ley vigente ha querido que
sólo tengan que entenderse con juntas de delegados, evitando los con-
flictos á que dan lugar los concesionarios en sus relaciones directas,
las que corresponde resolver á esas mismas juntas, y solo en casos
de apelación á las autoridades superiores de irrigación.
Es preciso recordar que el sistema legal en vigencia para el riego
en la provincia pasa por un período de transición molesto para conce-
sionarios y autoridades, porque se pasa de un período de desbara-
juste, de errores y abusos que se distinguía precisamente porque no
se le puede calificar de sistema á otro perfeccionado, que obedece á
un plan científico de obras que aseguran una distribución equitativa
y racional de las aguas. Y esas obras no se ejecutan sin fuertes ero-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 93
gaciones que sin embargo, por la acción conjunta y combinada de to-
dos los concesionarios, resultan mucho más económicas que las que
se ejecutaban aisladamente por los grandes propietarios. Pero una
vez terminadas hasta en sus últimas ramificaciones, es decir, hasta
entregar el agua en la compuerta correspondiente á cada concesión, y
completamente pagadas por los interesados, aparecerá en toda su am-
plitud la ventaja del sistema legal implantado, porque el régimen co-
munal instituído por la ley de riego permitirá á los concesionarios la
administración de sus propios intereses, bajo un régimen uniforme y
reglamentos encuadrados en la misma ley, con la permanente fiscali-
zación de las autoridades creadas al efecto por la misma. No habrá
otros gastos para los concesionarios que el impuesto de administra-
ción general, ínfimo entonces porque habrá pasado ese período en que
hay que hacerlo todo, y un reducidísimo número de funcionarios bas-
tará para formar el departamento de irrigación : la administración lo-
Cal estará en manos de las juntas de delegados regionales, cuyos miem-
bros podrán turnarse en el desempeño gratuito de las funciones in-
herentes á los inspectores y subinspectores encargados de la distri-
bución del agua en las últimas ramificaciones de la red.
En las obras no habrá sino gastos de limpieza ó conservación de
obras, que forzosamente deben disminuir anualmente, salvados los
primeros años de explotación en que deben compensarse los errores
cometidos durante la construcción primitiva, suprimiendo detalles
por un laudable espíritu de economía; y digo errores, porque son
siempre economías mal entendidas las ejecutadas en esas condiciones
cuando se trata de gastos racionales en obras destinadas á servir in-
tereses positivos de varias generaciones.
De los canales principales no pueden, por disposición expresa de la
ley, desprenderse ramas particulares ó existir en ellos tomas direc-
tas. Su voluntad de que ningún propietario deje de pertenecer á una
comunidad le ha hecho establecer que aun en aquellos casos en que
no sea posible evitar una toma directa, y esto debe entenderse racio-
nalmente por dificultades únicamente de carácter técnico, el propie-
tario servido por la misma debe considerarse incorporado á la comu-
nidad más próxima y contribuir á los gastos del canal secundario que
la sirve, como si dependiera del mismo, prorrateándose los gastos en-
tre todos sin distinción por la posición topográfica de la propiedad
servida.
De modo que la ley, por razones de buena administración, muy ex-
plicable según lo acabamos de demostrar, ha querido que de un ca-
94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
nal principal sólo se desprendan canales secundarios con una toma
única para cada uno, destinados á servir concesiones dentro de una
zona ya más limitada, y que después del pago íntegro de las obras,
sean administradas por una junta de delegados regionales.
Si hoy en el canal principal de El Alto de Cruz Alta existen tomas
que aparecen como particulares por servir una sola concesión, es
simplemente porque en los primeros momentos de la construcción, que
como se explicó oportunamente no fué precedida de estudios especiales
para la división en Zonas, se construyeron con apuro cediendo á la
presión de los interesados que, legos en cuestiones de este género, no
podían buscar sino la satisfacción de sus propias necesidades, no en-
contrándose la administración preparada para contrarrestar esas exi-
gencias en obsequio á los intereses generales, desde que no se habían
hecho los levantamientos previos necesarios para proyectar a más
acertada subdivisión de la región en zonas.
Esta división presenta sus dificultades indiscutibles puesto que debe
tratarse en lo posible de distribuir la zona que domina el canal prin-
cipal en otras de extensión tan uniforme como sea posible, cada una
servida por un canal secundario susceptible de dominar todas las
tierras que comprende, y siguiendo un trazado tal que las ramifica-
ciones terciarias, de cuarto orden, quinto, etc., sean equitativamente
repartidas para que las ramas particulares ó pertenecientes á cada
concesión ó propiedad, se reduzcan á un recorrido ínfimo, para que el
caudal de agua servido en cada compuerta sea, con la mayor aproxi-
mación posible, lo que realmente corresponde á cada concesión, re-
duciendo á un mínimo las pérdidas que así son realmente como lo
prescribe la ley vigente «á cargo de la comunidad ».
Desgraciadamente la red de distribución de Cruz Alta no ha sido
proyectada con un eriterio téenico y así lo hemos comprobado anali-
zando el trazado de los canales principales. En realidad su construe-
ción no ha debido iniciarse sino después de fijada con toda precisión
la zona de regadío así como su subdivisión en otras regionales, servi-
das por ramas secundarias. Así hubieran podido responder éstas
exactamente á aquellas prescripciones técnicas y legales.
Se da el caso curioso de que el canal principal de El Alto se había
construído en una extensión y no se conocía la zona de regadío ni
mucho menos su distribución en otras regionales, encontrándose así
completamente alterado el plan de distribución racional, desde que
hay propiedades que visiblemente corresponden á una zona determi-
nada, servidas por tomas que corresponden á otras. Y como no hay
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 95
plan general fijado, las instalaciones se hacían sin criterio uniforme,
entrando como principal factor la arbitrariedad ó exigencias más ó
menos absurdas de los interesados.
Existiendo ya las obras principales y tratándose de regiones en
que la propiedad se encuentra muy subdividida en determinados pun-
tos, Ó por el contrario, en otros inmediatos, concentradas en una mis-
ma mano grandes extensiones, establecimientos industriales nume-
rosos y que cubren gran extensión de terreno, la subdivisión en zonas
a posteriori no es problema sencillo, máxime cuando había que buscar
la forma de alterar el menor número posible de los servicios existen-
tes, puesto que las modificaciones representan siempre molestias para
los concesionarios y originan conflietos continuos, aunque la ley vi-
gente ha dejado á las autoridades de riego amplias facultac*s para
modificar la forma y posición de las tomas, canales, obras, ete., como
mejor convenga á los intereses generales, entendiendo que no podía
ser de otro modo, tratándose de implantar un sistema científico de
irrigación que no hubiera podido establecerse respetando los hechos
existentes : la administración sólo tiene la obligación de garantir á
cada interesado el uso del agua que le corresponde conforme á su
concesión.
La distribución en zonas secundarias no ha sido fijada aún oficial-
mente: pero responderá sensiblemente á no dudarlo á la que señala el
plano general en colores, al que se refiere el siguiente cuadro. Las con-
diciones altiplanimétricas del terreno influyen de manera decisiva en
su división, é interpretando las disposiciones de la ley vigente, que por
otra parte responden á un plan técnico racional, se ha tratado de evi-
tar que haya tomas directas en los canales principales. De las exis-
tentes, varias se han transformado en comuneras ya, como las de la
Florida, Acacias, Cochuchal, Ralos, Lobo, San Miguel y las demás
lo serán pocoá poco y á medida que en la región de los ingenios ser-
vidos por el canal de El Alto se completen los levantamientos y los
cambios de propietarios ó la subdivisión de las tierras señale la opor-
tunidad de la modificación.
En cuanto á las que se ejecuten en lo sucesivo, responderán ya al
criterio técnico de la ley, habiéndose reglamentado oficialmente la
construcción de los canales secundarios como medio de evitar incon-
venientes ulteriores, reglamentos que ha señalado como necesarios
lá experiencia adquirida en la construcción de aquéllos, en estos últi-
MOS MEses.
96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ZONAS DE CANALES SECUNDARIOS DERIVADOS DE «EL ALTO »>
Número Extensión total |Zona de regadío
Nombres
de orden Ha Ha
1 Elorida E LO ANA 3600 3 000
2 NI A e 200 400
3 Corhuchaldns> 0 o AA 2 000 1 800
4 Concesión O 1300 1 300
5 AO A ed ca 4 600 3400
6 Concesión m0 141, 7, MJ 3... 2 200 2 200
7 — A ere orto da AM IE 800 800
S — MA RS ae td E 400 300
9 — oo als A y 500 400
10 = (A s Ln 500 400
11 — o se E A ER 300 200
12 = VIA e io 400 300
13 — li A O ES: 1400 1400
14 TODO pode A o 2 800 1700
15 O ela 2 500 1800
16 OSA A O 1700 1300
107 Ranchos A eS 2.300 1 600
18 Da A a A SO 3400 2700
Tor 31 200 25 000
El examen de este cuadro hace ver que no hay una relación cons-
tante entre la extensión superficial total de una Zona y la de regadío :
el hecho responde á la necesidad de tomar en consideración las con-
cesiones de agua para uso industrial en los ingenios,- que conforme á
las prescripciones de la ley de riego representa por cada litro por se-
gundo una extensión equivalente á dos hectáreas de terreno á regar.
Además desde el número 6 al número 13 las tomas responden á con-
cesiones determinadas y como lo indica el plano en manera alguna se
ha consultado la conveniencia de la distribución en zonas.
Al estudiar los canales principales se hizo notar que su trazado no
era conveniente: la inspección del cuadro anterior hace ver que el
total de 25 000 hectáreas que responde á la capacidad del canal prin-
cipal de El Alto y que sirve una región de una extensión superficial
de un total de 31 200 hectáreas, deja aún sin los beneficios del riego
extensas Zonas que aparecen en blanco en el plano general. Así, la
falta de determinación previa de la zona de riego, tributaria de las obras
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 97
ejecutadas, ha hecho que se extiendan los beneficios de las mismas más
allá del departamento de Cruz Alta, único al este del río Salí que fué
señalado por la ley que mandó ejecutar las obras, existiendo allí una
zona de Agua Dulce de 2200 hectáreas que queda fuera de la misma y
para la cual no debe alcanzar la capacidad de las obras del canal princi-
pal. No obstante, la regularización del régimen del río Salí permitirá el
ensanche notable de la zona y entonces aquella quedará incorporada
definitivamente á la red, siéndolo mientras tanto en forma provisoria.
En cambio, confirmando lo anunciado antes, el examen del cuadro
que sigue demuestra que la zona tributaria del canal principal El
Bajo es insuficiente para su capacidad, alcanzando sólo á 11 S00 hee-
táreas, de modo que forzosamente habrá que extender su acción fuera
del departamento de Cruz Alta, único fijado por la ley de construcción
aun sin regularizar el régimen del río.
El examen comparativo de la extensión superficial de las zonas de-
muestra que no ha sido posible asegurar una mayor uniformidad en
la distribución de las áreas correspondientes á cada una y el hecho se
explica por las consideraciones generales apuntadas al principio, que
no permiten proceder como en campo virgen en que las obras deter-
minan la subdivisión ulterior de las propiedades y la instalación de
los establecimientos industriales. De aquí también que la longitud de
los canales secundarios sea muy variable así como el número é im-
portancia de sus obras de arte para responder á las condiciones espe-
ciales del terreno.
ZONAS DE CANALES SECUNDARIOS DERIVADOS DE «EL BAJO »
Número Extensión total | Zona de regadío
Nombre
de orden
Concepción.
Lastenia
Naranjito
Bracho
1
2
3
4
5
6
7
8
9
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 7
98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Las consideraciones aducidas anteriormente permiten asegurar que
el caudal de agua disponible en el río es tan exiguo en ciertas épocas
que la distribución equitativa entre los diferentes concesionarios re-
presenta un problema, no sólo de administración sino de técnica pro-
fesional. La medición ó aforo de las aguas entregadas para el servicio
debía ofrecer garantías completas de seguridad y precisión : á tal
objeto fué adoptado el vertedero libre que entre todos los medios que
el arte y la ciencia ofrecen al ingeniero para el aforo de las aguas, es
el más sencillo y práctico.
La fórmula que determina el caudal, fundada en uno de los teore-
mas de hidráulica más precisos como es el de Torricelli, es sencilla y
comprende un solo coeficiente numérico, el coeficiente de gasto ó con-
tracción delos hidráulicos, sobre cuyo valor han dado cantidades muy
variables los diferentes autores, que entre sus valores máximos y mí-
nimos alcanzan á diferencias de 54 por ciento.
El ingeniero Cipolletti llamado á resolver el problema para la dis-
tribución de las aguas derivadas del Tesino por el canal Villoresi,
destinado á regar una área de 65 000 hectáreas situadas entre aquel
río y el Adda en la Alta Italia, planteó la cuestión en términos pre-
cisos asignando al vertedero disposiciones que aseguran un valor
constante al referido coeficiente, de tal modo que no pueda hacerse
el aforo con un error mayor de medio por ciento de su valor efectivo.
Así se propuso « determinar la forma y disposiciones del vertedero
libre, para el cual conservando á la fórmula conocida su expresión
más sencilla de Q = KLH ¿, se pueda demostrar que dejando cons-
tante el coeficiente K para cualquier altura H de la lámina de agua y
para cualquier ancho del vertedero, ninguna de las causas perturba-
doras pueda producir un error de más de medio por ciento en el valor
efectivo del gasto, comparado con el deducido del cálculo ».
El autor (1) analiza una tras otras las causas que influyen sobre el
gasto de un vertedero y que enumera así :
1 Forma y disposiciones del canal inmediato anterior al vertedero
ó canal de llegada;
2% Forma y espesor de la hoja ó chapa que forma propiamente el
vertedero;
3" Distancia del vertedero al fondo y paredes del canal de llegada,
4% Velocidad del agua en el mismo canal;
(1) C. CrroLLeErTI, Canale Villoresi. Modulo per la dispensa: delle acque a stra-
mazzo libero, 1886.
Vunl1wv 30 'N $2*1 30 OLT1VS 30 OdI.L
NYWNIN__ N3 OJAVDIY 30 SVNOZ
Orva 713, IVdIODNIVA IVNVO o DN
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 99
5” Relación entre la luz del vertedero y la altura de la lámina de
agua vertiente;
6” Disposición de los muros de frente y ala del salto aguas abajo
del vertedero, y nivel del agua en el canal inferior;
7 Condiciones de la medición para determinar la altura de la lámi-
na vertiente, ó sea la diferencia de nivel entre la arista del vertedero
y el nivel de agua no influenciado aún por la caída;
8 Exactitud en la construcción y precisión de las mediciones.
Sin seguirlo en todos estos desarrollos que no corresponden á la
índole de esta memoria, recordaremos únicamente las conclusiones á
que arriba en su interesante monografía citada. Para que en el ver-
tedero pueda calcularse el gasto con un error relativo menor de medio
por ciento como máximo, eliminando automáticamente el efecto de la
contracción lateral y de modo que el gasto sea proporcional á la luz
del vertedero y calculable por la fórmula sencilla citada, en que el
coeficiente K se conserva constante, es preciso :
1” Que preceda al vertedero un canal de acceso rectilíneo de sección
constante, con el eje normal al plano del mismo y que pase por su eje,
de largo suficiente para que el agua llegue al mismo con velocidad
uniforme y Casi sin agitación alguna, bastando prácticamente un ca-
nal de 15 á 20 metros de largo;
2 Que se produzca la contracción completa en todo el perímetro
del vertedero, porque sólo así se consigue un estado definido á'cuyo
respecto no pueden surgir dudas para la adopción del valor numérico
del coeficiente de gasto; para esto es necesario :
a) Que la abertura del vertedero se practique en una superficie
plana y normal á la corriente;
b) Que la chapa presente arista viva del lado de aguas arriba, y no
alcance un espesor superior al décimo de la altura de la napa de agua
para espesores de ésta inferiores á 0,12 m.; ó al cuarto para espesores
de 0,12 m. á 0,60 m.;
c) Que la arista del vertedero diste de la solera del canal de llega-
da, al menos tres veces el espesor de la lámina de agua, y sus lados
de las paredes del mismo canal á lo menos dos veces esa misma can-
tidad;
d) Que para que la contracción lateral no se altere, la luz del verte-
dero sea de 3 á 4 veces la altura de la napa de agua;
e) Que esta misma lámina no sea de menos de 0,08 m. de espesor;
3 Que la velocidad del agua al llegar al vertedero sea muy peque-
ña; para vertederos de luz de 1 metro y lámina de 0,30 m. no debe su-
100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
perar los 0,15m. por segundo y 0,20 m. por segundo para vertederos de
2 metros y altura de agua de 0,60 m. En todos estos casos el área de la
sección del canal de acceso al vertedero debe alcanzar á siete veces
la del mismo, condición que por otra parte se satisface cuando lo han
sido las e y d del número anterior;
4 Que la lámina de agua al desprenderse del vertedero debe des-
tacarse de la pared inferior del mismo, de modo que pueda circular
libremente el aire; satisfecha esta condición, ninguna influencia tiene
sobre el gasto del vertedero el nivel del agua en el canal inferior,
siempre que éste no alcance al nivel de la arista del mismo;
5 Que la carga se mida con toda precisión donde no alcanza la
influencia del vertedero, la agitación propia del agua en movimiento
ó la que puede originar el viento sobre la superficie líquida, recomen-
dándose al efecto la medición en un pozo lateral comunicado mediante
un pequeño tubo, pues debe asegurarse con una aproximación de 3;
de la altura de carga para que el aforo mismo no sufra error mayor
del medio por ciento;
6” Que el vertedero sea exactamente construído y colocado, esto
es, que su plano no varíe de la posición normal al eje del canal en más
de 49; que la horizontalidad de la arista se asegure dentro de un lími-
te menor de los dos quintos del espesor de la lámina de agua y apre-
ciada en el eje de la misma.
Para que la contracción lateral se elimine de por sí y sin necesidad
de tomarla en cuenta en la fórmula, basta sencillamente que el ver-
tedero en vez de ser rectangular tenga forma trapezoidal con los lados
inclinados al cuarto con la vertical.
En estas condiciones la fórmula práctica definitivamente adoptada
viene
$
Q = 1,86 LH.
|
Este vertedero que ha sido aplicado por el autor en los canales de
Mendoza y San Juan lo ha sido también aquí; en todas las tomas esta-
blecidas en el canal principal de El Alto se han colocado vertederos
de este tipo exceptuándose únicamente aquellas en que no era posible
disponer de un desnivel suficiente para el pequeño salto que exige el
establecimiento del vertedero para satisfacer á las prescripciones se-
ñaladas más arriba.
Es precisamente lo que sucede con la toma del canal secundario de
la Florida en que han debido colocarse solamente las compuertas su-
primiendo el vertedero y el canal de aceeso al mismo ó dársena, de
Zonas de regadio en luca
“ELBAJO”
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CANAL PRINCIPAI
Ingeniero Carlos Wauters
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primiendo el vertedero y el camas de acceso aL mismo Ó dársena,
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 101
tal modo que el aforo del agua entregado al canal secundario sólo
puede hacerse directamente en aquéllas perdiendo la oportunidad de
un control sencillo y preciso como el que asegura el vertedero.
En todos los demás casos se ha generalizado el empleo del referido
vertedero con la dársena que impone (véanse fotografías adjuntas),
practicándose en todos y cada uno de los mismos aforos diarios
destinados á fiscalizar la distribución de las aguas en los canales se-
cundarios, esto es, el caudal entregado á cada una de las comunidades
regionales para su servicio interno y propio. El aforo se hace direc-
tamente con el cuadro adjunto que no requiere explicación mayor y
comprende todos los tipos usados, variables únicamente para su
luz libre.
Sin embargo en la red de distribución que nos ocupa, las ventajas
del vertedero estudiado desaparecían en gran parte, pues si bien su
instalación respondía estrictamente á las prescripciones señaladas
antes, en la práctica no se conservaban invariables estas condiciones
de buen funcionamiento.
En efecto; pocas horas después de prestar servicio, la dársena ó
canal de llegada se rellenaba por completo de limo ó arena, porque
desempeñando el vertedero el papel de un dique se detenían allí aque-
llos materiales cuyo depósito ó asiento favorecía especialmente la
diminución de velocidad impuesta al agua precisamente como con-
dición previa al llegar al vertedero. Rellenada la dársena quedaban
completamente alteradas las condiciones de medición del vertedero
puesto que no se satisfacían ya las que son necesarias para hacer
aplicables la fórmula usada, ó por lo menos para apreciar el aforo con
la aproximación previamente fijada.
La velocidad del agua no sufría diminución apreciable en la dár-
sena y el caudal entregado á cada canal secundario resultaba así dis-
tinto del que realmente era necesario para responder á las concesio-
nes otorgadas.
Con los vertederos establecidos en la forma indicada sólo podía
eliminarse el inconveniente limpiando la dársena directamente, esto
es, practicando una verdadera excavación; como la operación debía
repetirse con más ó menos frecuencia, según la abundancia de limo y
la profundidad de la dársena, se hace difícil la operación sin cerrar
la compuerta que deriva el agua del canal principal, lo que equivale
á interrumpir la provisión de agua al canal secundario y, se com-
prende que se optara por dejar la dársena en condiciones anormales
y á sabiendas erróneos todos los aforos ulteriores.
102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CANAL CRUZ ALTA. — SECCIÓN RIEGO
e. _ _ _ _ ____ non uo € za
El Cuadro de los gastos correspondien- E Cuadro de los gastos correspondientes
E tes á vertederos de forma de tra- 5 á vertederos de forma de trapecio del
S pecio del ancho de 5 ancho de
4 1.00 | 1.50 |1.776| 2.00]| 2.20 | 2.50 Q 1.00 | 1.50 | 1.776 | 2.00 2.20 2.50
— 0.34[:369/1553| 655| 738| 812| 920
0.07 | 36| — 0.35|385/|578| 684 | 770| 847 | 962
0.08| 43 | 64
O a AO EA (eL A [10456 602| 712| 803 | 883|1004
0.10| 59) 89|105|119 130 | 149 a O o
OA GA ELO SIA SS 59 IO 0.3 678| 803 | 904| 994/1130
0.12| 78|117/|138|156 | 172 | 195| 0.40 706| 836 | 941|1035|1176
0.13| 87 | 131 | 154|175|191 | 219
0.14 97 1451172 | 194 1213 | 249 0.41 7134 | 868 | 978|1076 | 1222
0.15 | 108 | 162 | 192 | 216 | 238 270 Sd 1611 901 (1015 [1116 | 1269
16/|118 | 177 | 210 | 238 | 260 2971 0.44 s14 J64 | 1086 1195 | 1357
0.
0.21/|178 | 267 | 316 | 356 | 392 | 445 49 1131 | 1275 | 1402 | 1594
0.22 [191 | 286 | 339 | 383 | 420 | 478 10.50 1169 | 1317 | 1449 | 1646
0.23|205 | 308 | 364 | 409 | 451 | 511 ES
0.24 | 218 | 327 | 387 | 435 | 480 | 544 10-51 o E enana
0.25 232 | 348 | 412 | 465 | 510 | 581 10-51 e
0.53 1436 | 1580 | 1795
0.26|247 | 371 | 439 | 495 | 548 | 618 ||0.54 1477 | 1625 | 1846
0.27 | 261 | 391 | 463 | 520 | 574 | 6501 0.55 1518 | 1670 | 1897
0.28 |276 | 413 | 488 | 550 | 605 | 687 "e
0.29 290 | 435|515|580 | 638 | 725 10-58 A
5 0.57 1599 | 1759 | 1999
0.30|305 | 458 | 542 | 610 | 671 | 762
0.58 1640 | 1804 | 2050
0.31/|321 | 481 | 570 | 640 | 706 | 800 110.59 1685 | 1853 | 2106
0.32|337 | 505 | 599 | 673 | 741 | 841|10.60 1730 | 1903 | 2162
0.33/|353 | 529 | 627 | 705 | 777 | 881
3
Q = 1.86 LH?.
(L y H se toman en metros y Q en litros por segundo.)
CANAL PRINCIPAL ELBAJO *
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*
1625;
1670
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 108
En estas condiciones, el limo arrastrado desde el canal principal,
encontrando llena ya la dársena seguía aguas abajo del vertedero
rellenando el canal secundario; pero si se hubieran hecho limp:ezas
sucesivas y frecuentes de la misma, la dársena hubiera desempeñado
el papel de depósito de decantación eliminándose allí todo el limo
llevado en suspensión por las aguas, y se hubiera así perdido una de
las propiedades fertilizantes del agua que con sus fundamentos, exa-
gerado ó no, atribuyen los regantes á ese limo.
El tipo de vertedero usado es, pues, apropiado para aguas claras
como las que provienen de los deshielos y proveen el canal Villoresi;
y aquí presta buenos servicios en los meses en que las aguas del río
vienen claras. Pero durante el resto del año sus indicaciones resultan
muy deficientes, aparte de que la limpieza de las dársenas representa
un crecido gasto de conservación.
(Continuará.)
NECROLOJÍA
INJENIERO CARLOS ECHAGUE
Y EL 12 DE DICIEMBRE DE 1907
NECROLOGÍA 105
Apena cuando la Naturaleza agosta una vida querida, aun cuando,
cumplido el ciclo fatal, ha recorrido una larga i completa trayec-
toria. La conformidad se impone. Pero se prueba un sentimiento de
rebelión contra la traidora pareca inconsciente cuando blande su hoz
homicida para tronchar una existencia que apenas ha alcanzado el
vértice de la parábola de su actividad. Por esto no podemos confor-
marnos con la desaparición prematura de un hombre joven, de un sér
superior, intelectual 1 moralmente considerado, como era nuestro
querido consocio i colega el injeniero Carlos Echagiie, caído después
de larga i cruenta lucha, que puso a prueba su varonil entereza, sus
relevantes dotes de hombre de carácter.
En su juventud Echagie fué físicamente un hombre varonilmente
bello; como intelectual, un estudiante sobresaliente; más tarde, un
profesional competente i un notable profesor, como lo certifican la
Facultad de Ciencias Exactas, Físicas i Naturales, i la Dirección de
Obras de Salubridad, donde Echagiie desarrolló su mayor acción,
cual injeniero sanitario, demostrando una competencia 1 una labo-
riosidad escepcionales.
Todo parecía sonreir al joven injeniero: sus dotes intelectuales,
sus conocimientos profesionales, la simpatía que a todos inspiraba su
trato caballeresco, su natural modestia 1 su sincero altruísmo, le con-
ducían progresivamente a alcanzar una envidiable meta, merecido ga-
lardón de sus reales virtudes.
El sino le fué contrario. Aquel joven de constitución fuerte, victo-
rioso en las lides del trabajo provechoso i en las especulaciones cien-
tíficas del profesorado, fué detenido en su marcha progresiva por
un mal implacable, que debía conducirle paulatina i prematuramente
a la tumba.
¡ Pobre Echagúe!
Más erande que en sus luchas profesionales fué en su combate
con la enfermedad que le minaba sin tregua la existencia. De la vida
de ultratumba conoció en ésta las tinieblas; sus pupilas se velaron;
los placeres de la vida de familia i social, los goces del estudio, des-
aparecieron envueltos en sombras; sus actividades fueron aherrojadas
por el fiero morbo... Y, sin embargo, consciente de su triste suerte,
conservó su entereza moral; se tronchó sin doblegarse !
La Sociedad Científica, de la que fué uno de sus más meritorios
presidentes, hatomado la debida participación en la fúnebre ceremo-
nia del entierro de este muerto querido, contribuyendo a la solemni-
dad del acto, que fué una elocuente demostración del aprecio que ha-
106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
bía sabido merecerse de la sociedad en que actuó i, mui especialmente,
de sus colegas i consocios.
No pudiendo detallar en un artículo necrolójico la múltiple labor
del malogrado injeniero Echagiie, nos concretamos a indicar algunos
de sus trabajos :
En 1882 tomó parte en las observaciones del paso de Venus hechas
en el Baradero.
En 1883 tuvo a su cargo el estudio de pozos artesianos en la Repú-
blica, en el Balde (San Luis); en Frías, Ferrocarril a Santiago (donde
tuvimos el placer de estrechar con él una amistad que sólo debía
cortar la muerte), etc.
Más tarde entró como injeniero en las Obras de Salubridad de la
Capital, donde en 1891 era nombrado Inspector Jeneral de la esplo-
tación de las mismas. Dos años después ocupaba el cargo de Inje-
niero Jefe, renunciado por el señor Nystrómer. Fué entonces que hizo
un notable estudio de ampliación de la red de nuestro alcantarillado,
que fué aprobado en oposición a otros tres proyectos.
En 1898, herido ya por la enfermedad, renunció el cargo; pero re-
conocido el Gobierno por sus importantes servicios, le nombró miem-
bro de la Comisión Administradora.
Hizo un viaje a Europa en busca de salud, sin descuidar los estu-
dios que le encomendaron, cumpliendo esta misión con su competen-
cia proverbial.
En otro sentido, el injeniero Carlos Echagie, aplicó sus actividades
a la enseñanza de la física en el Colejio Nacional de la Capital, pues-
to que dejara su profesor el injeniero Rosetti; i en nuestra Facultad
de Matemáticas dictó el curso de topografía i jeodesia, en los que de-
mostró singulares dotes de maestro.
Fué uno de los iniciadores de la actual «Sociedad alemana trasat-
lántica de electricidad» i de otras sociedades dedicadas a las apli-
caciones de la electricidad como fuerza i luz.
La Sociedad Científica Arjentina le debe una de las presidencias
más lucidas por sus progresos materiales i por el incremento de su
influencia científica en todo el país.
Nosotros, personalmente, le debemos la dirección de estos Anales,
que nos pidió aceptáramos ique aceptamos como un honor, sin sos-
pechar que en ellos deberíamos darle nuestro último adiós.
¡ Pobre Echagiie!
Tu cerebro ha dejado al mismo tiempo de vibrar i de sufrir, i tu
cuerpo yace inerte confiado á las fuerzas que trasforman la materia;
NECROLOGÍA 107
pero tu recuerdo perdurará en esta sociedad donde tanto has desco-
llado por tus propios méritos (*).
S. E. BARABINO.
INJENIERO CÉSAR CIPOLLETTI
[ EL 23 DE ENERO DE 1908
Nuestros lectores conocen ya el fallecimiento de este notable in-
jeniero hidráulico, acaecida a bordo del Tommaso di Savoia, en viaje
de Italia a esta.
Contratado por el gobierno arjentino para llevar a la práctica el
grandioso proyecto de riego de la rejión del Río Negro, a la vez que
por el gobierno de Tucumán para dirijir la construcción del dique
del Cadillal, abandonó patria 1 hogar alentado por el deseo de reali-
zar dos obras de inmensa transcendencia económica i de jenial im-
portancia técnica.
El destino insconciente quiso que el injeniero Cipolletti naufraga-
ra al llegar á la orilla.
El señor Cipolletti fué un sobresaliente alumno de los politéenicos
italianos i un distinguido injeniero, especialmente en la rama hidráu-
lica; él fué quien sujirió la idea i demostró la posibilidad de crear dos
grandes instalaciones hidroeléctricas en Italia, la de Paderno 1 la de
Vizzola, que se han realizado, justificando sus acertadas previsiones;
él fué el injeniero director del Canal Villoresi, obra que por sí sola
constituye un título indiscutible de descollante competencia técnica 1
práctica; él acaba de estudiar en su patria la canalización del Tiber,
de Roma al mar, i la creación de un puerto romano marino en la des-
embocadura del histórico río; él estudió i demostró entre nosotros la
erandiosidad i factibilidad del proyecto de riego de la rejión interflu-
vial de los ríos Negro i Colorado i dominación de las inundaciones
($) Cumplimos aquí con el grato deber de agradecer al señor ingeniero E.
Chanourdie, director de la Revista Técnica, el hermoso clisé que graciosamente
nos ha facilitado para esta necrología. (La Dirección.)
108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en los valles, trabajo que fué favorecido con el Gran Premio de Honor
en la última esposición de Milán; él quien proyectó, por primera vez
racionalmente, las obras de riego de Mendoza i San Juan, que si no
dieron completo resultado no fué por culpa del autor, sino debido a
la premura con que se le obligó a proyectarlas, sin concederle, como
lo pedía, el tiempo necesario para estudiar las condiciones especiales
de los torrentes i ríos andinos, que no conocía, pues recién llegaba
al país.
El injeniero Cipolletti, no ha sido sólo una inteligencia, sino tam-
bién una acción. Su paso por la tierra queda esculpido por sus obras
1 estudios.
El gobierno de su país le distinguió con su aprecio i con honorifi-
cencias, bien marcadas por cierto. El gobierno arjentino le honró con
su confianza, llamándole por segunda vez á colaborar en el engrande-
cimiento económico del país, confiándole la realización de una obra
que por sí sola constituirá la gloria del gobierno que la realice, 1 aun
de la época en que se efectúe, a la vez que un monumento imperece-
dero para el injeniero que la proyecte i dirija con acierto.
Lamentamos mui sinceramente el fallecimiento del injeniero César
Cipolletti, no sólo por la manera dramática como ha ocurrido, sino
porque aportador de un caudal intelectual i práctico poco común, es
una pérdida efectiva para la injeniería en la Arjentina. Otros colegas
meritorios podrán suplir al improvisamente caído cuando aun no
había terminado la jornada; pero nadie le ganará en el interés que
demostraba por la solución del problema irrigatorio en la vasta rejión
del Río Negro!
En una de las cartas que nos escribiera de Roma, el injeniero Ci-
polleti nos decía :
< Hagan ustedes propaganda constante en pro de la realización de
la rejimentación del río Negro i del riego de aquella vastísima co-
marca hoi árida, improductiva. No olvide que el río Negro es el Nilo
de la República Arjentina... »
La fatalidad le hiere precisamente en el momento en que creía ver
realizada esa su grande aspiración !
Paz en la tumba del injeniero César Cipolletti.
S. E. BARABINO.
NECROLOGÍA 109
INJENIERO EMILIO ROSETTI
| EN MILÁN EL 30 DE ENERO DE 1908
Uno de los más apreciados maestros, que formó parte del primer
plantel de profesores de nuestra novel Facultad de matemáticas, el
injeniero Emilio Rosetti, acaba de pagar el fatal tributo a la madre
tierra.
Ha actuado en el terreno casi siempre espinoso de la enseñanza,
que, si da nombradía de intelectual, no conduce ciertamente a con-
quistar el Eldorado. Como injeniero el señor Rosetti no pudo des-
arrollar sus cualidades esencialmente prácticas: la fachada i vestí-
bulo del colegio nacional de la Capital, hoi demolidos; la estación
ferroviaria terminal en La Plata 1 pocas obras más, que le pertenecen,
no le han revelado sino en parte.
Pero su actuación más honrosamente apreciada se ha desarro-
llado en el Colegio nacional i en la Facultad de Matemáticas. En
aquél fué profesor irreprochable de física elemental; en ésta tuvo a
su cargo, en diversas épocas, las siguientes cátedras: arquitectura,
ferrocarriles 1 carreteras, resistencia de materiales, física superior,
mecanismos, jeodesia, construcción jeneral i, mui especialmente, la
de jeometría deseritiva, en cuya materia era insuperable maestro.
El injeniero Rosetti, no fué un matemático en el verdadero sentido
de la palabra ; los cursos que dictara se distinguieron por su tenden-
cia práctica. Tenía facilidad de esposición, era reposado en el desarro-
llo de sus lecciones, de manera que daba tiempo al alumno para com-
prender i asimilar las conferencias que daba.
Al injeniero Rosetti se debe también el primer trabajo práctico
referente a las condiciones físicas 1 mecánicas de las maderas de la
República.
Veinte años, casi un cuarto de siglo, las aulas universitarias fue-
ron eco de la enseñanza provechosa del injeniero Rosetti. Jubilado
por el Gobierno, fué a reposar a su país natal, donde actuaba como
cónsul arjentino en Forli.
Conservó siempre por la tierra arjentina i por sus antiguos alum-
nos un recuerdo imborrable que le obligaba a visitarnos de tiempo
110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en tiempo. En su último viaje a ésta, fué obsequiado por un número
selecto de sus viejos alumnos con un banquete que "permitió esterio-
rizar el aprecio que estos conservaban por su anciano mentor.
Fué una verdadera despedida eterna !
En representación de la Sociedad científica arjentina, el señor pre-
sidente, coronel injeniero Arturo M. Lugones, dirijió a los deudos del
injeniero Rosetti, residentes en Milán, una sentida nota de pésame
haciendo resaltar los méritos del lamentado estinto, tanto por sus
descollantes condiciones intelectuales, como por su actuación en la
primera presidencia de la Sociedad, recién fundada (año 1872), en la
que dió pruebas de su empeño por dar vida al novel centro científico,
en momentos tan poeo propicios para el mismo, como eran aquéllos.
La nota del señor Lugones termina con estas justicieras palabras:
<« La muerte le ha sorprendido a la edad en que podía gozar de su
larga obra; i su repentina desaparición de la escena de la vida, no
sólo priva de un padre afectuoso a su digna familia i a su patria de
un ciudadano útil, sino que también de su viejo querido maestro a
dos jeneraciones de alumnos que formara en nuestro país. »
Con el fallecimiento del injeniero Rosetti la Arjentina ha perdido,
pues, a uno de sus primeros i más meritorios pioneers de la instrue-
ción pública.
Descanse en paz el viejo 1 querido maestro!
Su memoria perdurará entre nosotros circuída por la aureola del
cariño i del agradecimiento !
S. E. BARABINO.
BIBLIOGRAFÍA
Peritaje scbre espropiación de la isla Espinillo. — Hemos recibido i leído
con verdadero interés i satisfacción, el estenso informe hecho en controversia
por los peritos primeros, injenieros Vinent i Curutchet, i tercero en discordia,
injeniero Luis A. Huergo, en el litis que la empresa del puerto del Rosario, ha
iniciado contra los señores Moreno, Chapeaurouge, Delcasse, Martínez i here-
deros de Echevarría sobre espropiación de la isla del Espinillo.
Cuantos hayan tenido que ocuparse de cuestiones de hidráulica legal habrán
notado la importancia de las dificultades que surjen al tratar de resolverlas, no
sólo por lo complejas, sino que también por lo dudosas en algunos casos.
La demarcación de la línea de ribera, por ejemplo, que en las costas marinas
o márjenes fluviales es un problema de poca importancia en los litorales despo-
blados, por el relativo poco valor de las tierras, asume una transcendencia capi-
tal en la proximidad de las poblaciones costaneras, especialmente en las adya-
cencias urbanas, porque puede afectar valiosísimos intereses públicos ó derechos
privados que corresponde respetar.
En los ríos sujetos a fenómenos aluviales, cuya importancia está en relación
con la naturaleza jeolójica 1 topográfica de los terrenos que aquellos recorren,
como sería en nuestro caso el Paraná, se presenta el doble fenómeno de la ero-
sión i de la avulsión, que da lugar a la corrosión del lecho, al desmoronamiento
de las márjenes, i a los consiguientes sedimentos, jeneradores de bancos o islas,
o modificaciones serpentiformes de las riberas merced a los depósitos de acarreo
que se producen ora en una banda, ora en otra.
Estos fenómenos han sido en todo tiempo objeto de serios estudios de parte de
los injenieros hidráulicos i de los lejisladores, para poder determinar su natura-
leza, causas 1 efectos, 1 el mejor derecho a las sedimentaciones marjinales, a las
islas de avulsión, etc.
Concretándonos al caso en cuestión, existe frente a la ciudad del Rosario
(Santa Fe) una especie de isla que no es sino un banco en marcha lenta, pero
progresiva, hacia la desembocadura; vale decir que ese amasijo de limo, arena,
residuos vejetales, etc., no ha podido aún arraigar i fijar definitivamente su posi-
ción, por cuanto su adherencia al lecho i su cohesión molecular son vencidas por
las corrientes del Paraná, especialmente las de sus crecidas.
Esta ha sido nuestra opinión desde que como inspector jeneral de obras hi-
dráulicas tuvimos que ocuparnos del mismo tema, i, por consiguiente, no nos
sorprende que el fallo de los peritos, en mayoría, así lo haya establecido categó-
rica i fundadamente.
Pero no es el fallo en sí, más en fayor que en contra de una ú otra de las par-
tes litigantes, lo que llama vivamente la atención, sino el estenso i erudito in-
forme del señor injeniero Huergo, que no trepidarían en suscribir el más repu-
tado injeniero hidráulico i el abogado más competente en lejislación de aguas.
El notable trabajo del decano de los injenieros arjentinos es lo que podría ca-
112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
lificarse de «meditado estudio sobre lejislación hidráulica comparada», que
abarca los complejos fenómenos de física fluvial, tanto del punto de vista de sus
consecuencias hidráulicas como del derecho civil en cuanto le afectan.
En efecto; el injeniero Huergo analiza, metódicamente i con refinado espíritu
crítico, las diversas lejislaciones de los estados al respecto, a partir de la romana,
hasta especializarse con la española, que vino a ser la nuestra, 1 deduce con
claro criterio sus conclusiones técnico-legales en pro de la tesis que sustenta.
El fundamental estudio del injeniero Huergo demuestra evidentemente que la
por antonomasia, llamada isla del Espinillo, es un banco que se dirije paulatina-
mente hacia la desembocadura del Paraná, i, por consecuencia, que por su natu-
raleza i condiciones está bajo la jurisdicción ies propiedad nacional.
Es interesante la discusión sobre el dominio público de los lechos de los ríos
navegables i de sus riberas internas, respecto de la cual erraron intelijencias tan
claras como la del jeneral B. Mitre i doctor Eduardo Costa, lo que a nuestro jui-
cio debe atribuirse a sujestión política que les aconsejaba no despertar suscepti-
bilidades provinciales, tan quisquillosas en aquellos albores de nuestra definitiva
constitución nacional.
Respecto de este trabajo del señor injeniero Huergo conocemos la opinión de
un renombrado abogado, el doctor Molina, quien opina que... «agota la materia
del punto de vista legal, i ha de provocar fallos que definirán i fijarán con
claridad la jurisdicción nacional en los ríos, salvando el peligro de establecer
precedentes que tan caro cuesta reparar »...
En este informe que analizamos concordaron los señores peritos Huergo i Vi-
nent i estuvo en disidencia el señor Curutchet.
El gobierno, haciendo el merecido honor a las fundamentales conclusiones de
este notable informe pericial, le ha hecho publicar por cuenta de la; Nación, lo
que importa un honor pocas veces concedido a trabajos de este jénero.
Por lo que a nosotros toca, no podemos menos que reconocer que el señor in-
jeniero Huergo, con una idiosincracia especialísima, de hombre de estudio que
a una inteligencia descollante une la rectitud inquebrantable de sus propósitos,
un amor patrio de buena lei, i un criterio sano, mesurado, fruto de su larga es-
periencia, ha tenido la suerte de que las circunstancias le hayan puesto en el
caso de hacer oir su voz, competente i bien intencionada, en los más grandes
problemas de la construcción nacional : los ferrocarriles arjentinos, el puerto de
la Capital, el canal del norte de la provincia de Buenos Aires, etc., hoi la espro-
piación de la seudoisla del Espinillo.
En todos los casos ha defendido briosamente i con acopio de argumentos fun-
damentales, la buena causa, vale decir, los intereses jenerales contra las injustifi-
cadas pretensiones, cuando no mal intencionada avidez, de empresas particulares,
apoyadas algunas veces, consciente o inconscientemente, por las mismas autori-
dades nacionales o provinciales encargadas de evitar que la codicia o el error
lesionen los intereses del pueblo.
Enviamos al señor injeniero Huergo, muestras más sinceras felicitaciones,
haciendo votos porque la ya numerosa falanje de jóvenes e intelijentes injenie-
ros egresados de nuestra Facultad se inspiren en los procederes de su viejo 1
querido decano, estudioso, laborioso, patriota e invariablemente honesto!
S. E. BARABINO.
BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE:
EXTRANIERAS| (conclusión)
¿Hala ER Ne Observ Nacional, Tarabayal = E Mindo:
; ad della I. =R. Accad. di Scienze Letter Méjico. al, Méjico. — y a ad iaa
ed Arti degli Agiati, Rovereto — Atti della fica, Antonio Alzate. — La Farmacia, Mejico.
R. Accad. dei Fisiocritici, Siena. — Riv. Li- ;
— An. del Inst. Médico Nacional, Méjico. - =
_gure, Genova. — Riv. di Artiglieria e Genio, A
Roma. — Boll. della Soc. Geografica Italiana, po de e Geológico, MÉJICO, el
Roma. — Ann. della Soc. degli Ing. e degli .% Ad Nalal 24 a
-Architetti, Roma. —<«<N Politecnico», Milano:
eE BalL' della Soc. Zoologica Italiana, Ro- Geological Survey of the Col Natal.
ma. — Gazz! Ghimica Italiana, Roma. LE: Y
-lettricitá, Milano. — Boll. Scientifico, Pavia. O E Paraguay pd
—Riv. Italiana di Scienze Naturali e Boll.
del Naturalista Collettore, etc., Siena. — Atti
della Soc. dei Naturalisti, Modena. —'Boll. > UN :
della Soc. Entomologica Italiana, Firenze. — PORN. Portugal PE AN
Boll. della Soc. Médico Chirurgica, Pavia. — , a
An de la Universidad, Asunción. e
-Atti della Soc. Linguistica, Genova. — Boll. Bol. da Soc. Broteriana, Coimbra: — Jor=
del R. Comtato Geologico d Utalia, Roma. — | nal da Soc. das Sciencias Médicas, Lisboa. —
- Boll. della R. Scuola Super. d'Agricultura, Acad. R. das Sciencias, Lisboa. — Bol. da. y
, Portici. — Atti della Assoc. Elettrotecnica | SOC. de Geographia, Lisboa. —- 0 Insttiuto. o
Ttaliana, Roma. — Il monitore Tecnico, Mi- Rev. Scient. é Litteraria, Coimbra. — Bol.
lano. — Boll. del R. Orto Botanico, Palermo. | 40 Observ, Metereológico é Magnético, Coim-
pon Commissione Speciale d'Igiene del Muni- bra. — Jornal das Sciencias Matemáticas é
-cipio, Roma — Boll. Mensuale dellOsserva-. Astronómicas, Coimbra. — Bol. do Observ.
torio Centrale del R. Colegio Alberto in | Ja Universidade, Coimbra. — Bol, do Obsery. -
-Moncalieri, Torino. — Atti del R. Instituto | Meterológico do Infante Dom Louis. Lisboa. |
d'Incoraggiamento, Napoli. — Accad. delle |.
Scienze, Torino. — Atti della Soc. Toscana | e erú (Lima) 4
AElT Scienze Naturali, Pisa. —. Ann. del Museo a dé Minas. — Bol. de la Soc. Gcoprán- E
- Civico di Storia Naturale, Genova. — Osserva-
torio Vaticano, Roma. — Rass, delle Scienze
: Geologiche in Italia, Roma. — L'Ingegneria
- Ferroviaria, Roma. — Atti della R. Accad.
dl Scienze, Lettere ed Arti, Modena.- — Studi o
fica. — La Gaceta Cientifica. — Informacio-..
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pa Archjtetti, pleno 0 l Husta os
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o Central, Eno =- Bol del et plo Filandia, Helio: ci
sd Méjico
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Moscow. — An. de la Soc. Phisico Chimique,
San Petersbourg. — Bull. de la Soc. Imper.
de Geographie, San Petersbourg. — Phisi-
calische Central Observatorium, San Peters-
burg. — Bull. du Jardin Imper. de Botanique,
San Petersburg. — Korrespondensblat de
Natufors Vereins, Riga. — Bull. du Comité
Géologique, San Petersburg. — Bull. de la
Soc. des Naturalistse de Ja Nouvelle Russie,
Odesa. ; :
San Salvador
Observ. Metereológico y Astronómico, El
Salvador.
Suecia y Noruega
Sveriges geologisca Underskning, Stoc-
kolm. — Bull. of the Geological Inst. Uni-
versity of Upsala, Suecia. — Kongl. Vetens-
kaps. Akademiens. Acad. des Sciences,
EE
on
Stockolm. — Reggia Soc. Scientiarum et
Litterarum, Goteborgensis. — Porhandl y
Vidensk Selskabet, Cristiania.
Suiza
Bull. Tecnique de la Suisse Romande, Lau-
ssanne. — Gengraphich Ethnographiche ge-
sellschaft, Zurich. — Soc. Hevéltique des
Sciences Naturelles, Berna. — Bull. de la
Soc. Neufchateloise de Geographie.
Uruguay (Montevideo)
Vida Moderna. — Rev. de la Asociacion
Rural. — Bol. de la Enseñanza Primaria. —
Bol. del Observ. Metereológico, Villa Colón.
— An. de la Universidad. — An. del Museo
Nacional. — Bol. del Observ. Metereorológico
Municipal. — An. del Departamento de Ga-
naderia y Agricultura.
NACIONALES
Buenos Aires
Rev: de la Fac. de Agronomía y Veterina-
ria, La Plata. — Rev. del Centro Universi-
tario, La Plata. — Bol. de la Biblioteca
Pública, La Plata. — An. del Museo, La Plata.
— Oficina Químico Agrícola, La Plata. —
An. del Observ. Astronómico, La Plata. —
Rev. Mensual de la Cámara Mercantil, Barra-
cas al Sud.
Capital
An. del Círculo Médico Argentino. — An.
de la Universidad de Buenos Aires. — Ar-
chivos de Criminalogía, Medicina legal y
Psiquiatria. — Bol. del Inst. Geográfico Ar-
gentino. — Bol. de Estadística Municipal. —
Rev. Farmacéutica. — La Ingeniería. — An.
- del Depart. Nacional de Higiene. — Rev.
Nacional. — Rev. Técnica. — An. de la Soc.
Rural Argentina. — An. del Museo Nacional
de Buenos Aires. — Bol. Demográfico Ar-
gentino, — Rey. de la Soc. Médica Argentina.
— Rev. de la Asociacion Estudiantes de In=
geniería. — Rev. de. la Liga Agraria. = Rey.
Jurídica y de Ciencias Sociales. — Bol. de
la Union Industrial Argentina. — Bol, del
Centro Naval. — El Monitor de La Educacion
Común. — Enciclopedia Militar. — La Se-
mana Médica. — Anuario de la Direccion de
Estadística. — Rev. del Círculo Militar.
Córdoba
Bol. de la Acad. Nac. de fiiencias.
Entre-Kios
An. de la Soc. Rural.
Tucumán
Anuario Estadístico.
SUBSCRIPCIONES
Paris
Annales des Ponts et Chaussées. — « Re-
vue ». — Contes Rendus de l'Académie des
Sciences. — Annales de Chimie et de Physi-
que. —- Nouvelles Annales de Mathématiques.
— « La Nature ». — Nouvelles Annales de la
Construction (Oppermann). — Revue Scien-
tifique. — Revue de Deux Mondes.
Roma
Trattato Generale dell'Arte dell'Ingegnere.
— Giornale del Genio Civile.
Milano
Il Costruttore. — L'Elettricitá.
Londres
The Builder.
ANALES
DE LA
SOCIEDAD CIENTÍFICA
ARGENTINA
ODIA ez
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DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO
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TIONAL MUSEY
MARZO 1908. — ENTREGA 1II. — TOMO LXV
ÍNDICE
CARLOS WAUTERS, Zonas de regadío en Tucumán (conclusión)... ....ocoo.mo...o.. 113
BIBLIOGRAFÍA
BUENOS AIRES
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
1908
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E
47, 07
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*Y JUL 121926 Y
JUNTA DIRECTIVA
PRES Coronel ingeniero Arturo M. Lugones
Vicepresidente Ice Doctor Cristóbal M. Hicken
Nierprestdente Do a O Señor Juan B. Ambrosetti
Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Grieben
Secretario de correspondencia.. Ingeniero José Debenedetti
MOS a oe Ingeniero Luis Miguens
E DILOLECURO SN io dao: ole Ingeniero Federico Birabén
/ Ingeniero Francisco Alberai
Ingeniero Vicente Castro
Ingeniero Julio Labarthe
OT ULeS A ca Soto < Ingeniero Domingo Selva
Doctor Guillermo Schaeffer
Doctor Jorge Magnin
¡Doctor Horacio Arditi
(APN vn cd poa Señor Juan Botto
REDACTORES
N
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, ingeniero José S. Corti, ingeniero
Eduardo Latzina, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
niero Jorge Newbery, señor Félix F. Outes, ingeniero Agustín Mercau, ingeniero Mau-
ricio Durrieu, arquitecto Oscar Ranzenhofer, doctor Jacinto T. Raffo, doctor Federico
Gandara, ingeniero Ricardo J. Gutiérrez, doctor Martiniano Leguizamón.
Secretarios : Ingeniero EMILIO REBUELTO y señor EmiLto M. FLORES
ADVERTENCIA
A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, .se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados.
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección
Cevallos 269.
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
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Pesos moneda nacional
POMO 1.00
A E o o A Ye 12.00
Número atrasado. dono a le cie 2.00
— para los soci0S.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN
MEMORIA PRESENTADA AL CONGRESO CIENTÍFICO LATINO AMERICANO
REUNIDO EN 1905 EN RÍO DE JANEIRO
Por CARLOS WAUTERS
Ingeniero civil
(Conclusión)
Con el propósito de evitar estos inconvenientes, hemos ideado una
modificación sencilla al referido vertedero que hace automática la
limpieza de la dársena, efectuada por la misma corriente de agua del
canal secundario. Consiste en establecer una abertura bajo el verte-
dero, cerrada completamente por medio de una compuerta mientras
se aforan las aguas con el vertedero, pero que puede volverse á abrir
en seguida que la entrada del agua del canal principal al secundario
se ha normalizado con la abertura de la compuerta de acceso, y de
modo que en el vertedero corresponda precisamente el caudal de agua
que se considera necesario en el mismo para la provisión normal.
El umbral de la abertura se encuentra al nivel del fondo de la dár-
sena que corresponde á la solera del canal aguas abajo del vertedero,
de modo que la corriente de agua que se produce arrastra todo el limo
que ha podido depositarse mientras se ha mantenido cerrada la com-.
puerta para practicar el aforo en el vertedero.
Normalmente la provisión de agua puede hacerse así por la aber-
tura practicada y usar del vertedero únicamente en los momentos en
que se desea practicar el control del caudal entregado á la comunidad,
el que puede repetirse tantas veces como se quiera durante el día, lo
cual, por otra parte, no es necesario tratándose del servicio de canales
secundarios que en su mayor parte no sufren modificaciones en la
dotación del día.
La construcción de la compuerta es muy sencilla, su funcionamiento
no presenta dificultad alguna y su presencia no altera los aforos prac-
ticados. Las que se han adoptado han dado buenos resultados conser-
vándose las dársenas completamente limpias (véase fotografía).
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 8
114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La falta de estas compuertas de limpia se hace notar especialmente
en el vertedero inmediato á la toma del canal secundario Cochuchal,
vertedero situado en el canal principal de El Alto, y que retiene gran
cantidad de limo en la dársena que se ha proyectado allí precisamente
para asegurar la exactitud de los aforos practicados con el mismo ver-
tedero, y en la cual se ha colocado directamente la toma del secundario.
Para evitar el inconveniente apuntado hemos proyectado el verte-
dero del canal principal El Bajo y matriz de la Capital estableciendo
estas compuertas de limpia automática (véanse planos respectivos).
Como lo hicimos observar, la construcción de los canales secunda-
rios se hace con muchas dificultades, debido no solamente á la falta
de fondos especialmente afectados al referido objeto y que permitan
la amortización de su coste en varias anualidades, sino á la circuns-
tancia señalada ya de oponerse á su instalación los concesionarios
más importantes por la extensión de las áreas que representan, los
cuales conservando sus antiguas acequías con su trazado primitivo y
servidos mejor que antes con las obras generales ejecutadas ya, no
aceptan con agrado modificaciones que alcanzan su servicio hasta sus
mismas propiedades; y en cuanto á los concesionarios más pequeños
en general no se encuentran en condiciones de hacer frente á los gas-
tos que representan estas obras.
De aquí también que no sea posible deducir consecuencias de orden
seneral tratándose de sistemas incompletos, en que el coste del canal
ejecutado previsoramente para satisfacer á una zona completa, se
reparte mientras tanto sólo entre los concesionarios actuales.
Además es fácil comprender que tratándose de obras regionales,
sus disposiciones dependan de las especiales que se refieren á cada
zona, y el número de obras de arte ó su importancia dependa á su vez
de la subdivisión de la propiedad, de la densidad de la población, de
la edificación, de la existencia de establecimientos, caminos, vías fé-
rreas, etc. Influye también la configuración misma de la zona, y las
diferencias que se originan en los costos definitivos variables, prue-
ban que estas obras propiamente regionales no pueden considerarse
como las de interés general, prorrateadas uniformemente por todos
los concesionarios indistintamente, siendo lógico y equitativo que
cada uno de ellos sufra las consecuencias de las condiciones especia-
les en que se halla su propia zona de riego.
Las obras de arte responden á infinidad de casos especiales y sus
disposiciones son muy variables, no pudiéndose sujetar á tipos fijos
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 115
y definitivos. En los canales secundarios construídos hasta ahora, de
el Cochuchal, Ralos y Florida, así como en varios otros que están en
construcción ó en proyecto, se trata con empeño de buscar soluciones
cada vez más económicas, con el deliberado propósito de reducir el
coste de estas obras que propiamente aseguran la distribución de las
aguas hasta en las propiedades más pequeñas.
El canal Cochuchal que presenta un desarrollo actual de 5020 me-
tros, presenta como obras propias, es decir generales de la zona, por
hoy de 1459 hectáreas, que deben costear sin distinción de posición
topográfica todos los concesionarios de la misma, conforme á una cuota
Ó prorrata unitaria uniforme, 31 obras que se clasifican así :
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EEES ENANOS E 6
A A 2
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O A A o AO 16
AN A. NS 1
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La mayor parte de estas obras se han ejecutado de ladrillos y se
combinan entre síó con obras que pertenecen á las ramificaciones
ulteriores de la distribución, siempre con el propósito de economía.
Su aspecto pesado, fotografías adjuntas, ha hecho pensar en buscar
soluciones más ventajosas empleando profusamente el cemento arma-
do, especialmente para puentes.
Este canal ha sido en su mayor parte construído en terreno expro-
piado utilizándose sólo en una parte mínima de su recorrido una anti-
gua acequia, procedimiento que sin embargo se ha desechado para lo
sucesivo porque en general no presenta ventaja desde que un trazado
antiguo irregular sólo aumenta los gastos de conservación y regula-
rización.
Lo contrario ha pasado, sin embargo, en el canal secundario de los
Ralos de una longitud de 3200 metros que sirve hoy un área de 2771
hectáreas, y que se ha formado por donación de un antiguo cauce que
uno de los nuevos concesionarios había mejorado, limitándose á un
ensanche y limpieza general, pero conservando el trazado primitivo con
todos los defectos de origen. Así, pues, con el transcurso del tiempo
conservándole sus puntos extremos, toma en el canal principal y de-
116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rivación del canal terciario de Mayo, es indudable que sufrirá modi-
ficaciones de trazado que no sólo permitan aumentar su dotación
actual sino mejorar sensiblemente la repartición de alineaciones y
curvas, y la distribución de pendientes.
En este canal secundario el número de obras de arte es mucho me-
nor, debido á que no atraviesa zona de subdivisión excesiva de pro-
piedades sino por el contrario propiedades extensas en manos de un
mismo dueño, de modo que aquellas se reducen á un mínimo. Efec-
tivamente para una longitud de 3200 metros, solo hay nueve obras
clasificadas así:
To A
DiTsena y ei
Canaletas
Casilla...
Ro»
En el canal secundario Florida de una longitud de 6222 metros
sólo se encuentran como obras generales propias once, clasificadas así :
NARRA A A o anto 1
Puentes hormona dla a A odo le Bo E A 1
Puente de cemento armado... 4.
=> OblícuO.......... E es ACA E 1
Canale A A a oa 2
a EE A. A ca e 1
1
Este canal secundario es de pendiente reducida y no ha podido esta-
blecerse dársena ni vertedero para la medición de su dotación; ade-
más esa misma reducida pendiente hacía temer un embanque abun-
dante y con el propósito de evitarlo en lo posible se ha proyectado la
toma en combinación con el desarenador número 2 del canal matriz
de Cruz Alta.
El aforo para el canal tendrá que hacerse directamente en la com-
puerta y sin que haya sido posible por la misma causa apuntada fis-
calizar la medición con un vertedero más abajo. El funcionamiento
acertado del desarenador del canal que obedece á la disposición del
número 1 descripto antes, asegurará la eliminación de un abundante
depósito de limo que en otra forma hubiera contribuído á dificultar
la explotación del canal secundario y sin que sea posible asegurar su
limpieza automática por la falta de pendiente suficiente.
Esta misma circunstancia explica que este canal se haya estable-
S3L34307V N3 OL9NUAINOV
NYWNIN_L N3 OJAVOJH 30 SVNOZ
«OPV8 13, IVAlONIVA IVNVO EA
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 117
cido con su toma en el canal matriz y no en uno de los principales;
pero obedeciendo á las disposiciones terminantes de la ley de riego,
los concesionarios que se sirven del mismo se consideran servidos del
anal principal inmediato, y contribuirán al pago del mismo en la
misma proporción que si la toma del canal secundario de que depen-
den se hubiera dispuesto en el mismo.
En este canal se ha generalizado el empleo de puentes livianos en
cemento armado, habiéndose adoptado además uno de bóveda de
hormigón que se presenta algo más pesado, aunque sensiblemente
de igual coste.
Todos los canales secundarios se disponen como los comuneros más
importantes en el eje de una zona de terreno previamente expropiada,
de modo que, los materiales provenientes de las limpiezas anuales
puedan depositarse sin mayor transporte, procurando formar con er
transcurso de los años caminos laterales. El alambrado de la zona
protege no sólo las obras sino las plantaciones que empiezan á gene-
ralizarse en todos estos canales así como en las ramificaciones infe-
riores.
En cuanto á los canales secundarios en construcción y proyectados
presentan menor número de obras de arte que los descriptos por cuan-
to se refieren á regiones menos densas de población. Así el canal á la
Tala con una longitud de 7500 metros exige sólo 17 obras generales
propias, clasificadas como sigue :
Toma general
Dársena y vertedero
UCERO
PUETCESAS UI o a
A a A
Alcantarillas para ferrocarril
NOD 0 RRA
Respondiendo á la configuración de cada zona servida por un canal
secundario las ramificaciones inferiores de la red presentan disposi-
ciones muy variables.
Examinando la zona del canal Cochuchal por ejemplo, se observa
que los canales terciarios sólo se desprenden hacia el oeste del secun-
dario, pues la extensión que deja hasta su límite este no requiere sino
tomas directas ó particulares en el mismo canal secundario. Las rami-
ficaciones adquieren sin embargo un gran desarrollo y su trazado
presenta sus inconvenientes, pues es indispensable buscar que se
118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
encuentren equitativamente distribuídas entre ellas todos los conce-
sionarios de la zona.
En el caso que nos ocupa sólo hay 3 canales terciarios con un des-
arrollo de 10030 metros y que comprenden 47 obras de arte clasifi-
cadas así : :
Tomas eo A o OO SAS 3
MI A A. blades e ioto SiO Bus e 1
PAS A A 13
Puentes y pasarelas
Todas estas obras son de pequeña importancia como se comprende
y se reparten entre las tres ramificaciones de tal modo que las obras
que cada una comprende se distribuyen uniformemente entre todos
los concesionarios que dependen del mismo, es decir que su importe
se prorratea entre ellos, correspondiendo además á cada propietario
el pago de las que responden á su rama privada.
En la zona del secundario de los Ralos sólo se desprende un canal
terciario llamado de Mayo, de longitud de 3920 metros con un desni-
vel total entre extremos de 20,85 m. que ha exigido numerosas obras
de arte, en total de 20 clasificadas así :
NOMAS CAM A a 1
SCAN E O 1
Casa e A e ea IN A 1
Euentesis aio A A 2
IMSIWES TOQUMDOSA seso onecocososroresscorooroscos 2
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Puente o a A o ca ES A 1
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Saltos inclinados (fotografía)... 6
Saltos verticales (fotosralía) oo 3
Alcantarilla Ferrocarril Central Norte 1
Este canal terciario sólo sirve por ahora 945 hectáreas de las 2771
hectáreas que corresponden actualmente al canal secundario de los
Ralos pero la fuerte pendiente del terreno ha hecho crecido el gasto
por concepto de obras de arte. Por su misma importancia este canal
se ha colocado en zona previamente expropiada y convenientemente
alambrada lo que no se ha hecho con las otras ramificaciones tercia-
rias que hemos indicado en el Cochuchal.
Las derivaciones terciarias del canal secundario Florida son cuatro
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NYWNIN] N3 OJAVOJH 30 SVNOZ
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Aia
MV
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 119
con un desarrollo total de 1740 metros y que sólo presentan 11 obras
de arte clasificadas así :
NOMAS COMUN a o acond a 4,
SULÓMECOM ACA O A o o Eo 3
SONES Ap O A pl
a ea A e O A O 3
El sistema de distribución con ramificaciones múltiples como las
que acabamos de describir para los tres únicos canales secundarios
terminados hasta hoy muestran que las ramas particulares se redu-
cen notablemente con indiscutibles ventajas para los intereses gene-
rales y privados.
En efecto, la intervención de las autoridades de riego se extiende
á todos los cauces comuneros, puesto que aun admitiendo el sistema
comunista de la ley vigente que entrega á juntas de delegados de los
mismos concesionarios la administración de sus intereses regionales,
ésta se ejerce bajo la alta fiscalización de aquellas autoridades supe-
riores creadas por la misma ley que conservan en sus manos los resor-
tes necesarios para hacer uniformes y prácticos los procedimientos
de las comisiones locales.
La utilización intensiva de las aguas públicas y la conservación de
las obras de arte que impide los hurtos de agua, los desagiies á los
caminos públicos y tantos otros inconvenientes propios á los cauces
particulares, hacen que la acción pública sea benéfica y eficaz. En
cambio las ramas ó regueras privadas se han reducido á su más sim-
ple expresión, su conservación reviste ya una importancia muy secun-
daria, el caudal de agua que debe recibir conforme á su concesión
cada regante se entrega casi en su misma propiedad y las pérdidas
por filtración y evaporación quedan realmente á cargo de toda la co-
munidad conforme á las disposiciones de la ley de riego, sufriendo
todos sus asociados por igual los inconvenientes de esas pérdidas de
agua.
Más aún, estas ramificaciones son precisamente las que hacen posi-
ble el riego de las pequeñas áreas, el trabajo del pequeño agricultor,
que pagando las obras en anualidades ínfimas en proporción al área
que posee, se beneficia de las grandes obras de irrigación. Es lo que
resalta, por ejemplo, en la zona del canal secundario Cochuchal que
con la red indicada ha servido 53 concesiones, muchas de ellas de una
hectárea para las cuales como es natural las obras propias ó particu-
lares son insignificantes, salvo casos especiales de ubicación. Algunas
120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ni siquiera requieren partijas por cuanto haciéndose por turnos los
riegos una sola comunera basta para el servicio de varias conce-
siones.
Otras más importantes por los intereses que representan requieren
obras especiales pero que cada propietario costea directamente, foto-
erafía adjunta. Así en la misma referida zona han debido hacerse 12
tomas definitivas, 6 canaletas, 5 puentes y 12 regueras nuevas.
En la zona de los Ralos, las concesiones siendo todas grandes, las
obras particulares adquieren desde el primer momento el carácter de
-definitivas y así se explica que se hayan ejecutado siete tomas única-
mente, dos sifones y un salto.
En la zona del canal Florida se combinan concesiones de suma im-
portancia, á tal punto que una es la mayor de la provincia, la que
corresponde al ingenio Florida y representa 2540 hectáreas, compu-
tando el servicio del agua para uso industrial, y simultáneamente
muchas otras hasta de una hectárea. En conjunto se sirven 18 conce-
siones con 2951 hectáreas habiéndose ejecutado muy pocas obras.
Para el aforo directo del agua que corresponde á cada concesiona-
rio se han usado distintos tipos de compuertas y vertederos, que
responden en general á la importancia de la concesión respectiva.
Tratándose de concesiones grandes á que corresponde un caudal
apreciable el mejor sistema de aforo es indudablemente el de verte-
dero libre; pero para que sus indicaciones sean exactas se requiere
la construcción de una dársena apropiada fuera de la compuerta y
entonces las obras adquieren tal importancia que su coste es excesivo
para un solo concesionario. El aforo, por otra parte, no presenta difi-
cultad, pues basta aplicar cualquiera de los cuadros numéricos que
ya hemos señalado.
La avaluación directa del caudal por compuerta sin vertedero,
sea ésta de 0,72 m. ó 0,56 m. de luz, no es admisible porque pa-
ra caudales reducidos las indicaciones son forzosamente deficientes
y el error de medición perjudica ó á la administración ó al conce-
sionario.
En tal concepto y buscando siempre una solución sencilla y econó-
mica, hemos ideado un tipo de compuerta á boquete fijo; es una
hoja metálica delgada, véase plano, que forma propiamente la com-
puerta corrediza y en la cual se encuentra la abertura suficiente para
que á carga determinada, pase el caudal que responde á la concesión
á servir. La altura de carga se fija sobre la hoja con una seña) conve-
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN
121
GASTO DE UN VERTEDERO CERRADO Á PAREDES LATERALES MOVIBLES
Abertura
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Gasto en 1. s.
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17| 20| 23
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ALTURA DEL VERTEDERO
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21| 24| 26| 36| 39| 42
23| 25| 28| 38| 42] 45
24| 27| 29| 40| 44 | 47
25| 28| 31| 42| 46] 50
26/| 29| 32| 44| 48| 52
ANSIA AG (50/54:
29| 32| 35| 48| 52| 57
30| 33| 36| 50| 55| 59
31| 35| 38| 52| 57| 61
32| 36| 39| 54 | 59| 64
33| 37| 41| 56| 61| 66
35| 39| 42| 58 | 63]| 68
36| 40| 44| 60| 66| 71
31 | 41! 45| 62! 68 | 73
38| 43| 47 | 64| 70| 75
39 | 44| 48| 66| 72| 78
40| 45| 50| 68| 74 | 80
421 46| 51| 70| 76| 82
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Gasto en l. s.
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47 | 50| 54
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70 | 76 | 81
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90| 98|104
93|101|108
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99|107/|114
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20| 21| 22
241 25| 27
28 |. 29| 31
31| 34| 36
35| 38| 40
39| 42| 45
43 | 46| 49
46| 50| 53
50| 55| 58
54 | 59| 62
58 | 63| 67
62 67 | 71
66| 71 | 76
70 | T6| 80
74 | SO| 85
18| S4| 89
81| 88| 94
85 | 92| 98
89 | 97|102
94. | 101 | 107
98|105/|111
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106|115|120
110/|118/125
114/|122/129
118/|126|135
122 |130|138
126/|135/143
130 |139|147
134 | 143 | 151
138 |147|156
122 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTO DE UN VERTEDERO CERRADO Á PAREDES LATERALES MOVIBLES
(Continuación)
ALTURA DEL VERTEDERO
E ce 0.10 E 0.40 0.50 Al
E Gasto en 1l. s. Gasto en 1. s. Gasto en 1. s. Gasto en 1. s. Gasto en l. s.
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18| 19| 21/ 24| 43| 48] 53| 72| 79| 85|105|113|121|142|151 [160
19| 22| 24| 44] 49| 54| 74| 81| 87|108/116|1294|145|156 | 1683
19| 201 23| 25| 45| 50| 56| 76| 83| 90|111|120|128 | 149 | 160 | 169
20| 23| 26] 46| 52| 57| 78| 85| 92|114|123|131|153|164|174
20| 21| 24| 27] 48| 53| 58| 80| 87| 94|116|126| 134 157 |168|178
21| 24| 27| 49| 54| 60| 82| 90| 97|119¡129|138|161 |172| 183
21| 22| 25| 28| 50| 56| 61| 84| 92| 99|122/|139| 141 | 165 177 | 187
22| 26| 29| 51| 57| 62| 86| 94 |101|125|135|144 | 169 | 181 | 192
22 23| 26| 29| 52| 59| 64| 88| 96|104|128|138|148|173 | 185 | 196
23| 27| 30| 54 | 60| 65| 90| 98/|106|131|142|151|177 189 |200
231 24| 27| 31| 55| 61] 67| 92/100|108 | 134 | 145 5|181|193|205
24| 28| 31| 56| 63| 68| 94|103|111|137 | 148 | 158 | 185 |198 | 209
24] 25| 29| 32| 57| 64| 70| 96|105|113|140|151 161|189 202 | 214
25| 29| 33| 58| 65| 71| 98|107 115/|143| 154 | 165|193|206 | 218
25 26| 30| 33| 59| 66| 73|100|109|118|146|157|168 | 197 | 210 | 223
26| 30| 34| 61| 68| 74 102 111/|120|149|160|171 |200 | 214 | 227
26| 27| 31| 35| 62| 69| 76|104|114|122|151|164 | 175 | 204 | 219 | 232
27 | 31| 35| 63| 70| 77|106 116 125|154 |167|178 | 208 | 223 | 236
27|.28| 32 | 36| 64| 72 | 78|108 | 118|127|157|170|181/212|227 | 241
28| 33| 37| 65| 73| 80|110|120|150|160|173|185 216 |231 | 245
28| 29 33| 37 | 67 | T4| 81|112|122| 132 | 163 | 176188 | 220 |235| 249
29| 34| 38| 68| 76| 83|114|125|134|166|179|191 | 224 | 240 | 254
29 30| 34| 39| 69| 77| 84|116 127|/137|169|182| 195 | 228 | 244 | 258
301 35| 39| 70| 78| 86 |118|129 | 139|172|186| 198 | 232 | 248 | 263
30| 31 36| 40| 71| 80| 87/120/131|142|175|189|202 | 236 | 252 | 267
31| 36| 41| 73| 81| 89|122|133 | 144| 178 |192| 203 | 240 | 256 | 272
311 32| 37| 41| 74| 82| 90|124|135|146|181|195|208 | 244 | 261 | 276
32 | 37| 42| 75| 84| 92|126|138|149 | 183 | 198 | 211 | 248 | 265 | 281
321 33| 38| 43| 76| 85 93|128|140|151|186|201|213 252 | 269 | 285
331 3 43| 77 86| 94/159|142 153 | 189 204 | 216 | 255 | 273 | 289
33| 34| 39| 44| 78| 88|/ 96 | 132|144|156|192|208 | 220 ¡259 |277 | 294
34| 40| 45| 80| 89] 97|134|146|158 | 195|211|223|263 | 282 | 299
341 35| 40| 45| 81| 90| 99 |136|148|160 | 198 |214| 226 | 267 | 286 | 303
36| 41| 46| 82| 92 100|138|151|163|201|217|230|271 290 |307
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«OL1W 13, IVAlONIEA 1IVNVO
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 123
GASTO DE UN VERTEDERO CERRADO Á PAREDES LATERALES MOVIBLES
(Continuación)
ALTURA DEL VERTEDERO
E E 0.10 0.20 a VB 0,50 $
Z Gasto en l. s. Gasto en l. s. Gasto en l. s. Gasto en l. s. Gasto en l. s.
= Carga h. de Carga h. de Carga h. de Carga h. de Carga h. de
A A A A AAA AAA
em.[0.15/|0.20 | 0.25 | 0.20 | 0.25 |0.30|0.25/|0.30/0.35|0.30|0.35/0.40/|0.35/|0.40 | 0.45
57| 42| 47| S4| 94|103|142 155 |167 | 207 | 223 | 239 | 279 | 298 | 316
361 37 | 43| 48| 86| 96)105|144/|157/|170/|210/226/¡242|283 | 303 | 321
38| 43| 49| 87| 97/106/146/|159/|172/|213|230 | 245 | 287 | 307 | 325
37| 38| 44| 49| 88| 98|108/|147/|162/|175/|215|233|248 | 291 | 311 330
39 | 45| 50| 89/100|109 | 149 ¡ 164 1761218 236 |252 | 295/|315 334
38| 39| 45| 51| 90/|101/110/151|166|178|221|239 | 255 |299 |319 339
40 | 46| 51| 92/102|/112|153 168 /|181 | 224 [242| 258 | 303 | 324 | 345
39| 40| 46| 52| 93/|104/113/155/|170/|183|227| 245 | 262 | 307 | 328 | 348
41 | 47| 52| 94/105/115/|157/|172/185|230 | 248 | 265 | 311 | 332 | 352
40| 41| 48| 53| 95/|106/|116|159/|175|189 | 233 | 252 | 268 | 314 | 336 | 356
2| 48| 54] 96/108/118|161/|177|191 |236 255|271/|318 |340 | 361
41| 42| 49| 54| 93|109/|119|163|179|193]|239 | 258 | 275 | 322 | 345 | 365
43| 49| 55| 99|110/120|165|181|196|242| 261 | 278 | 326 | 349 | 370
491 43. 50| 56/100/|112/122/|167|183 198 |245|264 | 281/3530 /|353 |374
44 | 51| 56/101/|113/|1253/|169 | 186 |200 | 247 | 267 | 285 | 334 | 357 | 579
43| 44 | 51| 57/102/114/125/171/|188 203 |250|271|288 | 338 | 361 | 385
45 | 52| 58/104/|116 126 |173/|190|205|253 | 274 | 291 | 342 | 366 | 388
441 45| 52| 58/105/|117|/128|175/192|207|256|277| 295 | 346 | 370 | 392
46 | 53| 59|106/|118 | 129 177 |194|210|259 | 280 | 298 | 350 | 374 | 396
45| 46| 53| 60|107/|120|131|170|197|212|262|283 | 302 354 [378 | 401
47| 54| 60/108/|121/|132/|181|199|215|265 | 286 | 305 | 358 | 382 | 405
46| 47 | 55| 61/109 122|155/183|201 |217 | 268 | 289 | 308 | 362 | 387 | 410
48 | 55| 62/111/124/|136|185|203 |219|271/|292| 312 365 |391/|414
47| 48| 56| 62|112|125]| 137 | 187 | 205 | 222 | 274 | 296 | 315 | 369 | 395 | 419
49 | 56| 63|113/126|139|189|207 | 224 [277 |299| 319 |373/|399 | 423
48| 49| 57| 64/114 |128/|140/|191/|210/|225|279 | 302| 322 ¡377 | 403 | 428
50 | 58| 64|115/|129 | 1421193 |212|229/|282|305 | 326 | 381 | 408 | 432
49| 50| 58| 65|117/130/143/195|214 231/|285|308 | 329 385 | 412 | 436
51| 59| 66/118/|132/|145/|197|216/|233/|288 15311 |333|389/|416]/441
50| 51, 59| 66/119|133 145/199/|218/|236/|291 | 314 | 336|5393 | 420 | 446
52 | 60| 67/120/|134| 147 |201|221|238 | 294 | 318 339 | 397 | 424 | 450
51, 52| 60| 67/121/136/|148|203 | 223 | 241 297 | 321/3453 401 429| 454
53 | 61| 68/|122/|137|149|205 | 225 | 243 | 300 | 324 | 346 | 405 | 433 | 459
52| 54 | 62| 69/124/138| 151 |207|227 | 245 |303 | 327 | 349 | 409 | 437 | 463
54 | -62| -70/125/|140/152/|209/|229/ 2481306 /|330 1352/1413 | 441 | 468
124 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
GASTO DE UN VERTEDERO CERRADO Á PAREDES LATERALES MOVIBLES
(Conclusión)
ALTURA DEL VERTEDERO
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57| 59| 67 | 76/|136 151 |165|227 | 249 | 269 | 332 | 358 | 382 | 447 | 479 | 508
58| 60| 68| 77/|138|154 | 168 | 231 |253 | 273 | 338 | 365 | 389 | 455 | 487 | 517
60| 70| 78|139|155|170|233 | 256 |276| 341 | 368 | 392 | 459 | 492 | 521
59| 61| 70| 78|140/|157/|171/235|258 | 278 | 344 |371 | 396 | 464 | 496 | 525
61 | 71| 79 141|158 173 237 |260|281|346 | 374 399 | 468 500 |530
60! 62! 711 80!143!160!174!239!262 128313491377 140214721504 | 534
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 125
niente y el inspector ó encargado del servicio coloca la hoja corrediza
de modo tal que el nivel de agua alcance la referida señal y entonces
el vertedero cerrado da salida al caudal previsto (fotografía). Una
chapa de fácil manejo asegura el cierre del boquete, que por otra
parte puede levantarse sobre el nivel del agua con toda la hoja en
que se encuentra de modo que no salga agua por el mismo.
Se han adoptado boquetes de altura constante de 0,10 m., 0,20 m.,
0,30 m. y 0,40 m. de modo que sólo tenga que variarse el ancho de la
abertura, conforme á la concesión á servir. Además para los casos en
que haya que duplicar la dotación, disminuyendo el tiempo de la pro-
visión proporcionalmente, es decir, cuando haya que establecer turnos,
se ha calculado la carga necesaria conservando la misma sección libre;
una señal fija en la hoja la altura del caso y la hoja corrediza se esta-
blece de modo que allí alcance el nivel de agua.
En la misma forma se ha determinado la altura de carga para dota-
ciones menores que la normal, $, y 7 de la misma, aun cuando en
estos casos es preferible bajo varios conceptos usar el procedimiento
que se ha generalizado de servir por turno.
Pero el tipo de compuerta que más hemos generalizado responde á
una modificación aportada al mismo anterior y que interpreta con más
propiedad las disposiciones de la ley vigente en cuanto se refieren á
la distribución de las aguas que precisa en términos concretos, orde-
nando que se entregue á cada concesionario un volumen de agua igual
á la alícuota que corresponda al número de hectáreas que represente
y que se determinará dividiendo en cada época del año el caudal com -
pleto del río ó arroyo por el número total de hectáreas empadronadas
en ellos.
En estas condiciones la provisión no es á caudal constante y pro-
piamente hablando el servicio directo de cada compuerta particular
obedece á las constantes variaciones de caudal del río.
En tal concepto ideamos un vertedero, cerrado también pero á pa-
redes laterales movibles, plano adjunto, que al aproximarse cierran
completamente la abertura. La carga de agua se establece como antes
y los tipos usados de altura constante de diez, veinte, treinta, cua.
renta y cincuenta centímetros, permiten variar el caudal sin cambio
de carga con sólo el movimiento lateral de las paredes dentro de lími-
tes bastante amplios, que el cambio de carga vuelve á ensanchar nue-
vamente dentro de las exigencias de servicio de cada concesión (foto-
erafía).
El cuadro siguiente que facilita los aforos con estas compuertas,
126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
es muy sencillo y comprende cinco tipos de abertura variables desde
0,10 m. hasta 0,50 m., dando el caudal de agua para luces variables
de medio centímetro en medio centímetro desde medio hasta sesenta
centímetros también, y tres distintas alturas de carga, de modo que
dentro de estos vertederos cabe una distribución variable desde 0,5
litros por segundo hasta 534 litros por segundo con la ió
suficiente en la práctica del riego.
El servicio de todas las concesiones de la provincia se hace obede-
ciendo á un concepto científicamente erróneo y que hasta hoy no ha
sido posible modificar por cuanto las autoridades no proveen el per-
sonal necesario, competente é idóneo para ejecutar los estudios y
observaciones experimentales, largos y complicados que requiere una
reforma atinada, fundada en hechos positivos y reales.
Dentro de la variedad de climas que presentan las diferentes Zonas
de regadío de la provincia y á que nos hemos referido en el capítulo
pertinente, es fácil comprender que el consumo de agua por hectárea
regada no puede ser uniforme; pero antes de entrar por las alteracio-
nes ó modificaciones de los hechos existentes es preciso tener elemen-
tos suficientes de ¡juicio y recoger las enseñanzas de la experiencia
controlada por reparticiones oficiales, puesto que la de los particula-
res no puede tomarse sino como guía en asuntos serios en que no pue-
den en general los interesados informantes desprenderse del interés
puramente privado en pugna casi siempre con los generales.
Por ahora sólo rige una prescripción de la ley de riego que impera
en toda la provincia, que fija en forma indirecta el consumo de agua
que corresponde á una hectárea regada, estableciendo á favor del
concesionario el derecho á recibir en forma permanente un medio litro
de agua por segundo; es el único punto de partida que existe hoy para
reglamentar la distribución de las aguas públicas. No obstante, estu-
diando la ley de riego con un criterio puramente profesional, se ob-
serva que su autor comprendió perfectamente que no era ésta una
cuestión de ley sino de experimentación, máxime adoptando como lo
hizo la distribución proporcional del caudal total de un río, arroyo ó
parte de los mismos, por iguales partes entre todos los concesionarios.
á servir del mismo; estableció así un consumo ó provisión obligada
esencialmente variable, desde que es siempre una alícuota del caudal
total, y aquel volumen sólo debe aceptarse como un máximo de con-
sumo, desde que jamás ha podido concebir que las aguas de crecientes
también se dividan en otras tantas crecientes menores con el mismo
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 127
carácter de proporcionalidad, exigiendo canales, obras de arte, ete.,
para casos semejantes y precisamente en épocas en que las lluvias
proveen naturalmente las tierras de una cantidad suficiente de hu-
medad.
El problema es complejo y depende de la observación directa de las
condiciones de cultivo de cada zona. Pretender resolverlo en otra
forma es exponerse á conseguir resultados inaplicables.
Hemos tratado con alguna amplitud el tema en otra ocasión (1) con
el propósito de poder calcular la zona de riego que beneficiaría el río
Salí regularizando su régimen. Decíamos allí :
«La determinación del volumen de agua que es necesario extender
sobre el terreno entregado al cultivo, considerando no sólo la canti-
dad que exigen las plantas para su vida vegetativa sino la que se
pierde por diferentes causas, constituye uno de los problemas más
difíciles que puede presentarse y á cuyo respecto no es posible hallar
uniformidad de opiniones entre los agrónomos é ingenieros más com-
petentes que se han dedicado especialmente al estudio del mismo;
sin embargo, es preciso hacer notar que el asunto reviste especial
interés cuando se proyecta una obra como la del Cadillal por ejemplo,
porque sirve de base para fijar la potencialidad de riego de la reserva
de agua obtenida, y de ella depende en gran parte el éxito de la obra
bajo su doble faz, económica y utilitaria.
<« En nuestra opinión no es posible hallar esa uniformidad de con-
clusiones fundándola en ensayos planteados bajo conceptos distintos
y encarando de muy diversa manera la solución del problema; de
Gasparín, por ejemplo, pretendía regular los riegos según la propor-
ción de arena contenida en las tierras; Pareto, examinando al tacto
el grado de humedad de las tierras á profundidades distintas; Bous-
singault comparando el efecto del agua de riego con el de las aguas
meteóricas ó lluvias, etc. Este problema, complejo de por sí, es una
función de múltiples factores Ó variables, y no es posible hallar una
solución en función de uno solo de ellos sin antes hacer desaparecer
los demás; es precisamente lo que hace cada uno de esos experimen-
tadores al consignar los resultados de sus ensayos aplicables para el
terreno estudiado, en que si no se toman en cuenta los demás factores
por lo menos, como permanecen en su mayor parte constantes, intlu-
yen de igual modo en los resultados.
«No obstante, si la indeterminación del problema existe planteado
(1) Dique de embalse el Cadillal, obra citada.
128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en términos generales, desaparece á nuestro juicio en gran parte al
estudiarse un caso particular cualquiera, y no desaparece del todo
aquella indeterminación sino porque faltan observaciones directas y
ensayos metódicos que permitan eliminar todas las incógnitas del
problema.
«El análisis de los distintos elementos que contribuyen á fijar la
cantidad de agua necesaria para el riego en Tucumán, ó más especial-
mente en la zona que ha de beneficiar la obra proyectada, nos permi-
tirá llegar á resultados prácticos susceptibles de modificación ulterior
basada únicamente en ensayos regulares y racionales que no existen
hoy, y sólo porque en materia de riego imperan aún aquí los proce-
dimientos rutinarios más anticuados y hasta las opiniones más con-
tradictorias respecto al alcance, utilidad y verdadero carácter del
mismo. |
«Si se comparan las dotaciones unitarias típicas, adoptadas oficial-
mente por algunos estados, se llega á resultados poco concordantes;
Francia promete por sus reglamentos un litro por segundo y por hee-
tárea; España medio litro, aunque algunos de sus distritos reciban
mucho menos, por ejemplo, en Lorca 0,31 litro por segundo; Elche
0,068 litro por segundo y por hectárea; Argelia medio litro; el Egip-
to 0,275 de litro y la India aun menos, no obstante sus tierras más
áridas, su clima más seco y sus demás condiciones desfavorables con
respecto á aquellas tierras más favorecidas en agua; la exuberancia
de su vegetación es, sin embargo, proverbial.
«La misma disconformidad se nota en las legislaciones de los esta-
dos argentinos que no han fijado la cantidad de agua necesaria fun-
dándose en ensayos previos; Mendoza habla de uno y medio litro por
segundo; Corrientes, de un litro; Santiago del Estero, de cuatro litros;
Córdoba y zona de riego de los Altos, de 0,35 litros por segundo y
siempre por hectárea.
« Esta misma disparidad en la determinación del caudal necesario
para el consumo, hace ver que sólo puede llegarse á un resultado prác-
tico analizando el problema en sus condiciones especiales de adapta-
ción al riego en los demás departamentos beneficiados por las obras.
«Ante todo, fijemos el carácter del riego y particularmente en el
semestre seco. No se trata del entarquinamiento de los terrenos bajos
ó insalubres, ó sea del levantamiento del suelo mediante la sedimen-
tación sobre su superficie del légamo ó tarquín que las aguas llevan
en suspensión, porque en ese semestre las aguas distribuídas serán las
acumuladas en el embalse durante el semestre lluvioso y en que las
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 129
aguas tranquilas ya, habrán dejado asentar el tarquín. No se trata
tampoco de almacenar agua para lavar terrenos salitrosos y entre-
garlos á la agricultura, ni tampoco en esos meses, que corresponden
al invierno casi todos, se trata de utilizar el agua para atenuar los
efectos de una fuerte temperatura.
«Por el contrario, el propósito es en esa época del año de propor-
cionar al suelo el grado de humedad necesaria para algunos cultivos,
en cuyo caso la cantidad de agua de consumo es muy limitada y de
fácil determinación; y además de esto, para otros cultivos, tienen las
aguas el carácter de fertilizantes, es decir que su objeto principal es
proporcionar á las plantas y tierras elementos asimilables para el ve-
getal, diferencia que establece propiamente la designación francesa
de irrigación fertilizante, por oposición á la primera que llaman irri-
gación arrosante; la cantidad de agua de consumo aumenta, varía
dentro de límites más extensos ya, pero su determinación es aun po-
sible con alguna aproximación, lo que no sucede cuando las aguas se
utilizan para satisfacer algunas de las necesidades enumeradas al
principio, y que felizmente no se persiguen aquí.
« Es decir, pues, que bajo el punto de vista de su objeto, el riego
que nos ocupa no presenta indeterminación completa, como veremos
más adelante.
« El examen de la influencia del clima hace desaparecer otra inde-
terminación: porque si bien algunos agrónomos han pretendido de-
mostrar su poca importancia respecto á la cantidad de agua necesa-
ria para un solo riego, es indudable que la reviste para fijar la distri-
bución y número de riegos en el año : y en esto es lógico que influya
la distribución de las aguas meteóricas en las distintas estaciones.
Es bien sabido que con una caída anual menor de 300 milímetros no
hay cultivo alguno posible, y hasta que no se alcance á una caída de
500 milímetros equitativamente distribuida, sobre todo en las esta-
ciones de primavera y verano, los trabajos |agrícolas son precarios.
Bajo este concepto el riego en Tucumán recibe una ayuda poderosa
de la naturaleza misma, pues el riego debe hacerse en un semestre
que comprende las estaciones dle otoño é invierno, casi completas,
solo de seca relativa, pues la caída de agua meteórica es ya un 10,80
por ciento de la total del año con 104,8 m. y las secas no son prolon-
gadas como en otras regiones, sino que muestran más bien una dis-
tribución bastante regular de las lluvias, de 1890 con 78, 1891 con
536, 15892 con 69, 1893 con 115 y 1899 con 54.
<« En primavera y sobre todo en verano, las lluvias son abundantes
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 9
130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y frecuentes, y por tanto el riego se hace en el semestre en que son
más favorables las condiciones del clima.
«La humedad relativa del aire y la influencia que sobre ella ejer-
cen los diversos vientos, son otros factores favorables al riego de
Tucumán ; en efecto, como lo demuestra el señor G. A. Davis en su
reciente publicación sobre el Clima de la República Argentina, en Tu-
cumán, como en la extremidad sur del continente, hay un aumento de
saturación sobre la normal de la región mediterránea, que iguala
aquellas comarcas á la del litoral; la humedad relativa alcanza su
media para todo el año á 75,7 por ciento siendo 100 grados la satu-
ración completa : el grado de mayor saturación se observa en otoño
y el menor en primavera, siendo la diferencia en más de 9,5 por cien-
to para aquél máximo y en menos de 13,7 por ciento el mínimum, de
modo que la marcha de la humedad relativa presenta una curva in-
versa á la temperatura, como sucede también en las oscilaciones dia-
rias, conforme á las leyes de termodinámica. Así, la humedad relativa
media anual es de 85,4 por ciento á las 7 dela mañana, 58,3 por cien-
to á las 2 de la tarde y 85,44 las 9 de la mañana, adquiriendo valores
mínimos en otoño con oscilaciones en menos de 15,3 por ciento y 10,4
por ciento respectivamente, y máximos en primavera, con oscilacio-
nes en más de 8,5 por ciento, 11,9 por ciento y 8,30 por ciento res-
pectivamente. La humedad de la atmósfera mantiene un ambiente fa-
vorable á la vida vegetativa, y tiende á disminuir la cantidad de
agua perdida por evaporación que, por otra parte, no es un factor de
mucha consideración en la determinación del caudal necesario al riego.
«De las causas exteriores que influyen sobre el riego, las que se
refieren á las condiciones de la atmósfera, se han señalado; pero no
son las únicas que intervienen para fijar la cantidad de agua perdida
por la evaporación : hay otras importantes pero que se relacionan di-
rectamente con las condiciones de los canales.
« Ante todo, la longitud de éstos hace que la superficie de agua
expuesta á la evaporación sea muy variable, y se comprende que
sean tanto más extensos los canales que forman la red cuanto más
diseminadas se encuentren las superficies regables, es decir que el
recorrido total de canales de distinto orden será tanto menor cuanto
mayor la densidad del área empadronada dentro de la zona que ellos
dominen. Si se examina el plano general de la Zona que beneficiará
el embalse proyectado, se observa que tanto en el departamento de
Cruz Alta como en el de la Capital, las áreas sujetas al riego están
muy concentradas, y que si aun se observan claros en algunas partes,
SINVIA0UVND VHAVdA SVIIISVI 30 OdIL
NYWNON_L NA OJAVDIH 30 SYNOZ SUALNVA SOTSVD OBAINIDN]
«OLT1W 13, “IVAlONIddA IVNVO
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 131
es debido en general á que falta el agua, y entonces los propietarios
no solicitan concesiones para no verse obligados á pagar impuestos
y obras por un beneficio que solo recibirán en épocas de erecidas en
el río, es decir, cuando es posible servir á dotación completa los ca-
nales maestros.
«Mas aun, al hacerse el embalse y tener agua disponible, podrá
ofrecerse el agua limitando la zona en que ha de concederse, le modo
que se consiga una densidad de la superficie que riega, distribuída
consultando la actual red de canales existentes ó en construcción y
sus ramificaciones más apropiadas ; será siempre posible obtener una
utilización intensiva de los canales trazados, con ventajas para to-
dos, puesto que su coste se reducirá á un mínimum, y mínimas serán
también las pérdidas por evaporación, filtración y otras causas.
«Por consiguiente, bajo estas distintas faces favorables á una re-
ducida evaporación, podemos tratar de determinar el caudal perdido
por evaporación directa de la superficie líquida de los canales, cuya
área total de evaporación no podemos fijar sino conociendo el trazado
completo de la red; por vía de aproximación, supongamos que com-
prenda 450 kilómetros de canales, con sólo 3000 litros por segundo
en media de gasto y 2 metros de ancho para la superficie libre de
agua : el área total será de 900 000 metros cuadrados.
«La evaporación durante el semestre de riego no alcanza á re-
presentar una capa de altura de un metro, de modo que el volumen
de agua perdida sería como máximum de 900000 metros cúbicos, ó
sea, dividiendo por los 15000 000 de segundos del semestre, un cau-
dal de 60 litros por segundo : esto representa una pérdida de 60:3000
del caudal, ó sea una pérdida de 2 por ciento.
«Esta pérdida es exagerada, por cuanto la mayor parte de estos ca-
nales pueden plantarse con árboles que proyecten sombra sobre la
superficie líquida, disminuyendo de mitad la evaporación producida.
«Mucho mayor importancia tiene en las pérdidas de agua la
permeabilidad del terreno que cruzan los canales y á cuyo respecto
es muy difícil establecer coeficientes de pérdida, por cuanto un mis-
mo canal puede cruzar terrenos de permeabilidad variable entre lí-
mites muy extremos. Sin embargo en la zona que nos ocupa, el terre-
no es muy poco permeable, salvo muy pequeñas extensiones en la
parte más baja del departamento de Cruz Alta conocida con el nom-
bre de la Banda, en que los terrenos de cultivo formados sobre el an-
tiguo lecho del río, de ripio y arena, no obstante el entarquinamiento
de muchos años, son aún bastante permeables.
132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
«Por otra parte, los canales construídos permiten asegurar que el
terreno es inmejorable, pues no se notan infiltraciones en las partes
bajas, y aun cuando se produjeran, desaparecerían poco á poco, pues
es sabido que los canales antiguos pierden mucho menos cantidad
de agua por infiltración que los recién construídos, y más aun cuando
en nuestro caso puede echarse durante el verano y en épocas de ere-
cidas del río, agua cargada de limo que contribuye á asegurar la im-
permeabilidad del fondo y paredes de los canales. Es verdad que el
agua que distribuirá el embalse en el semestre de riego, será agua
clara que no favorece este fenómeno : pero la mayor parte de la red
de canales estará terminada antes que el embalse, y cuando reciban
sus aguas habrán tenido ya oportunidad, durante varios años, de re-
cibir aguas turbias, que habrán hecho desaparecer los inconvenientes
apuntados en los pocos trechos que no se presenten naturalmente
impermeables.
« Las condiciones son pues favorables en la zona que nos ocupa;
pero faltan determinaciones directas y precisas que eliminen por com-
pleto la indeterminación del coeficiente que por analogía con algunos
otros terrenos, por observaciones directas y comparación de aforos
en distintos puntos de los canales existentes podemos fijar en un 20
por ciento del caudal útil.
<« Así, pues, las pérdidas de caudal que se efectuarían por evapo-
ración y filtración de los canales, antes de llegar el agua al terreno
de cultivo, alcanzarían para la Zona que nos ocupa, á un 22 por cien-
to del caudal útil. Al formular el proyecto para el riego de los Altos
de Córdoba, se aumentó en dos centímetros la altura de la napa de
agua considerada necesaria para el riego, la que se fijaba en siete
centímetros, de modo que se tomaba un coeficiente de 28 por ciento
para compensar las mismas pérdidas.
«Todo el que conozca la zona de los Altos de Córdoba y compare
sus tierras con las de la zona que debe beneficiarse aquí comprenderá
que el coeficiente de 22 por ciento adoptado es exagerado.
« Ahora nos quedaría por determinar la cantidad de agua indis-
pensable á la vida vegetativa de las plantas, es decir, la que es real-
mente utilizada en la evaporación que se efectúa en las hojas y ade-
más la que se pierde en el terreno y que puede recogerse como des-
agiie. La indeterminación de estos factores es completa porque no
hay observaciones hechas que permitan fijar uno ú otro de aquellos
elementos ; no hay datos precisos sobre ninguno de los factores que
contribuirían á resolver el problema, la rutina más completa impera en
S30NATV.L 30 OLNINILSIA 38
a
A
SUZLNYM SOTUVO OY3INIDN|
o o «OLTV 13, IVAlONIEA “IVNVO
3?
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 133
todos los cultivos, y respecto á los desagiies, en la misma zona regada
de Cruz Alta son imperfectos, aislados y ninguna clase de aforo per-
mite abrir juicio respecto á la cantidad de agua perdida por ese con-
cepto.
«Más fácil es proceder en otra forma considerando conjuntamente
estos dos elementos : es decir, fijar el número de riegos que requiere
cada una de las clases de cultivos que más se podrían generalizar en
la zona beneficiada una vez asegurada la regularidad del riego, asig-
nando á cada riego la altura de agua ó el caudal en metros cúbicos
por hectárea, deducido de los informes que al respecto suministran
las personas más autorizadas y competentes de la región. Natural-
mente se han tomado siempre todos los elementos más bien con ex-
ceso, y la cantidad de agua necesaria para cada riego, se entiende la
que debe echarse sobre el terreno cultivado, es decir, libre de las pér-
didas de evaporación é infiltración de los canales calculados en un 22
por ciento, pero comprendiendo sí la evaporación directa sobre el
terreno, el consumo real del cultivo y la infiltración ó agua de desagiie
que se pierde.
« Prescindiremos aquí de estas aguas de desagie que consideramos
perdidas al objeto de nuestro estudio. En Italia, el propietario que
recibe de 800 á 1000 metros cúbicos para un riego, solo consume en
realidad 300 Ó 400 metros cúbicos, y el exceso insumido en el terreno,
cuidadosamente recogido en cunetas de desagiie, se lleva á regar
otras tierras más bajas : allí sólo vuelve á consumirse parte de ese
caudal repitiéndose el mismo aprovechamiento intensivo. Pero esta-
mos muy lejos aun de poder aplicar á la zona que nos ocupa la juicio-
sa observación de Nadault de Buffon que decía: « Allí donde se ve
aprovechar el exceso del agua de riego cuidadosamente recogido en
cunetas de desagiie, servirá uno ó dos riegos sucesivos más, puede
decirse que el arte de utilizar convenientemente las aguas ha llegado
á un alto grado de perfección ». Mientras esto no pueda observarse
aquí, consideremos perdida el agua absorbida, es decir, que supon-
dremos á nuestro objeto que toda el agua asignada á cada riego sea
utilizada por el mismo.
« Prescindiremos también de analizar los métodos de riego emplea-
dos y las condiciones de preparación en que se encuentran las tie-
rras al recibir el agua: es obvio recordar que no hay al respecto
precauciones de ningún género que tiendan á economizar la cantidad
de agua necesaria; por el contrario, es sabido que la creencia genera
lizada, en el vulgo al menos, es que nuuca es bastante el riego y que
134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tanto mayor es el rendimiento del suelo cuanto mayor la cantidad de
agua disponible para el riego, de tal modo que es probable que los
mismos datos que nos permiten fijar el número de riegos por cada
cultivo y el caudal de cada uno de ellos, adolezcan del mismo defecto
es decir, sean todos tomados con exceso.
«El censo agrícola de la provincia marca la distribución de los
distintos cultivos en sus departamentos, señalando un 50,3 por ciento
del total para el cultivo de caña, el 26,5 por ciento de maíz, el 5 por
ciento de alfalfa, dejando para otros, como el arroz, el trigo, la cebada,
el tabaco, etc., porcentajes insignificantes. Del mismo modo hemos po-
dido deducir la proporción de los cultivos más comunes en los depar-
tamentos de Cruz Alta y Capital, en la forma siguiente, deduciendo
porcentajes para cada uno de ellos y además el medio para toda la
ZONA.
CULTIVOS MÁS COMUNES EN CRUZ ALTA Y CAPITAL
Cultivos de Cruz Alta Capital Zona
o/o o/o olo
Mii E 7,4 22,5 10,6
CE o dmaso 000% 6,2 3,5 0,9
Papas ec 1,2 2,5 1,5
Moo oda. o oo bos 379 o) 3,9
Zapallos, ett........ 2,0 4,9 5,6
Cama A 84,4 55,4 78,2
VarioS....... do 09.014 1,5 5,3 2,3
Totales ..... 100,0 100,0 100,0
«Así resulta que la cantidad de agua necesaria en la zona se dedu-
ciría por la que exige la caña, puesto que esta representa precisa-
mente las tres cuartas partes de todos los cultivos; deducida así la
cantidad de agua, solo sería aplicable el coeficiente de riego para la
zona á regar con el agua del embalse conservando la misma relación de
cultivos y como el embalse se proyecta, no para aumentar la exten-
sión de los cultivos de caña sino para permitir otros cultivos, hemos
considerado más propio admitir una distribución de la zona entre los
diferentes cultivos posibles, de tal modo que el consumo medio quede
fijado ó deducido en una forma más apropiada á los cultivos reales
que entonces podrán establecerse.
« Así hemos admitido los cultivos del año completo, reuniendo los
riegos necesarios para toda la plantación independientemente de la
estación en que es necesario, para determinar así el caudal de consu-
mo real.
IVU3N39 OYIOILIJA A VNZSYYA
NYANON_L N3/OJOV9JH 30 SVNOZ
SEJLNVAA SOTEVO OYIINIDN]|
¿«IVHINHIOY 13, OIYVANNIIS IVNVO
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 135
«En tal concepto, hemos supuesto que el área cultivable se reparta :
un 30 por ciento para caña, 20 por ciento para alfalfa, trébol, gramilla
y forrajes en general, 10 por ciento para arroz, 10 para legumbres y
frutas, y 10 por ciento para tabaco y varios. Claro está que dentro
de cada una de estas categorías de cultivos se agrupan todos aquellos
que exigen un mismo ó parecido caudal de agua para su crecimiento.
«Con los datos recogidos para cada cultivo puede formularse el
siguiente:
CUADRO DE RIEGOS EN LA ZONA DE CRUZ ALTA Y LA CAPITAL
Número Consumo de agua Duración Consumo por
Cultivo de A del segundo
riegos Por riego Porcultivo cultivo y hectárea
A E) 1000 3000 Y 0,16
IE ee 6 400 2400 12 0,08
MO ad 3 400 1200 5 0,10
MA 3 400 1200 3) 0,10
ARO 6 500 3000 6 0,20
Legumbres ... 12 400 4800 12 0,16
Tabaco....... 4 400 1600 3) 0,13
«Si bien parece demostrado que el agua consumida por la planta
es proporcional al peso del producto obtenido, en estado seco, sería
difícil separar de la cantidad de agua consumida, la que absorbe del
agua de riego ó de la de lluvia. Por esta misma causa, no podremos
determinar el consumo medio anual en la zona que nos ocupa, y para
la repartición de cultivos que hemos tomado, haciendo la deducción
de los totales apuntados en el cuadro anterior. Tendríamos, en efecto,
el cuadro siguiente :
CUADRO DE CONSUMOS EN LA ZONA BENEFICIADA
o
e 30 3000 30 90 000
IA. laos 20 2400 20 48 000
DS 10 1200 10 12 000
Moa oocao 10 1200 10 12 000
OA ooo oo 10 3000 10 30 000
Legumbres..... 10 4800 10 48 000
Mavaco oe 10 1600 10 16 000
«Es decir, que el cultivo de 100 hectáreas exigirá durante el año
256 000 metros cúbicos de agua y podríamos de aquí deducir un coe-
ficiente de consumo por segundo y hectárea para el año que de nada
136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
nos servirá, puesto que sólo parte de este caudal de 256 000 metros
cúbicos, debe entregarse en el semestre propiamente de riego, es de-
cir, servirse con el caudal de agua almacenada en el pantano. Para
separar el caudal que debe servirse en este plazo basta establecer el
siguiente :
CUADRO DE RIEGO EN LA ZONA
Totales
por semestre
Cultivo
Noviembre
Diciembre
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Cana 1 Je es
Mi conoce. 2 e [E
Lesmmames .... | Up Ll
Tabaco... ===
«Separando así los riegos que deben atenderse en el semestre de
riego y en el otro, resulta el siguiente :
CUADRO DE CONSUMO SEMESTRAL
E, Consumo E Consumo
Cultivo a = El E E $ E 2 E E
E [n A ra Y UNAS
o/o A mi m8 m3 m3
CAMA PI A 30 1 1000 | 1000 30 30000 60 000
LME oe sl 20 6 400 | 2400 20 ¡ 48000 —
DO ed ne 10 3 400 | 1200 10 12 000 —
Mz e AECI ON 10 2 400 800 10 8 000 4 000
ARTILES E 10 = = = 10 — 30 000
Legumbres ....... 10 6 400 | 2400 10 24 000 24 000
Daba 4 1600 10 16 000 —
= 100 138 000 118 000
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 137
«El consumo real de agua para cien hectáreas será en el semestre
de riego de 138 000 metros cúbicos y 118 000 metros cúbicos en el se-
mestre de lluvias; y si hacemos la avaluación como es de práctica, es
decir, determinamos los litros á entregar por segundo y por hectárea,
llegamos, dividiendo por los 15000000 de segundos que próxima-
mente comprende el semestre, á un caudal por hectárea de 0,10 litro
y 0,08 litro respectivamente, tomados ambos por exceso y segundo.
« Está bien entendido que no quiere decir que se dará por hectárea
durante el semestre de riego un décimo de litro por cada uno de los
quince millones de segundos, sino que ese caudal se repartirá en tan-
tos riegos como exige cada cultivo conforme á los cuadros anteriores
y cada riego con el volumen de agua que requiera el mismo cultivo.
«Si tenemos en cuenta ahora, que este volumen de agua es el que
debe echarse sobre el terreno, será necesario agregarle el volumen
de las pérdidas que se efectúan desde el embalse por las diferentes
causas que hemos analizado antes y que representan próximamente
el 25 por ciento del caudal útil, de tal modo que la dotación unitaria
resultaría de 0,125 litro por segundo y por hectárea durante el se-
mestre de riego y solo de 0,100 litro para el otro en que llueve abun-
dantemente.
«Estos volúmenes por segundo corresponden á dos capas medias
de agua de 190 y 150 milímetros respectivamente para cada semes-
tre y en cierto modo podrá formarse idea de la cantidad de agua que
recibe el terreno en el año, agregando la altura de las aguas meteóri-
cas caídas; así tendríamos para el semestre lluvioso una altura total
de 1007 milímetros y 396 milímetros para el de riego y de lluvias,
esto es, en todo el año 1403 milímetros.
«Si se compara este resultado con el obtenido para el riego de los
Altos de Córdoba en que la lluvia anual alcanza á 677 milímetros, de
los cuales los 86,4 por ciento ó sea 585 milímetros en el semestre llu-
vioso y el resto ó 92 milímetros en el de riego, y se recuerda que el
riego de 0,35 litro por segundo representa una napa de agua de 5256
milímetros tendríamos alturas respectivas de 585 milímetros y 617
milímetros para el semestre lluvioso y el de riego, ó un lotal de 1202
milímetros durante el año.
« Más claro será aun decir que las 100 hectáreas tomadas requieren
37 riegos repartidos, 15 en el semestre de lluvia y 22 en el de seca; para
simplificar, y observando que en media no se requieren más de seis
riegos por cultivo, y éste no queda más de seis meses en media ocu-
pando el terreno, supongamos que tres meses correspondan á riego en
138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
el semestre lluvioso, y los otros tres al otro semestre: el caudal del
primero reducido al trimestre sería de 0,200 litros por segundo y por
hectárea y el del segundo 0,250 litros, ó en media durante los seis
meses 0,225 litros por segundo y por hectárea.
< En otras palabras por cada 0,225 litros por segundo disponible,
0,125 litros en el semestre seco y 0,100 litros en el lluvioso, podrá
cultivarse una hectárea, contando sólo el agua de riego, y la dotación
de 0,225 litros por segundo, es comparable al coeficiente de 0,275 li-
tros por segundo y por hectárea adoptado como base de cálculo en
el Egipto, de tal modo que el coeficiente fijado no puede conceptuarse
reducido, debido á las circunstancias especiales del riego en la zona
que nos ocupa, que no lo exigen mayor, una vez que quede asegurado
el servicio con la reserva que representa el pantano. »
Antes que esta reserva se consiga, es decir, mientras no se cons-
truya el dique de embalse no es prudente pensar en reducir la dota-
ción unitaria actual, puesto que es indispensable poder dar toda clase
de seguridad al regante respecto á la posibilidad en que se encuentra
la administración de servir el agua en el momento necesario, y este
compromiso no puede contraerse mientras aquella reserva no exista y
toda la administración de riego esté sujeta á la merced y caprichos
del régimen natural del río.
Esto no obsta sin embargo para que puedan hacerse sin demora
todas las investigaciones experimentales necesarias para fijar los ele-
mentos del problema complejo de que nos hemos ocupado, de cuya
sola solución ante todo dependen las reformas que pudieran conside-
rarse posibles en el sistema actual de distribución, aun sin la reserva
de que hemos hablado. Sin ellas conceptuamos contraproducente
cualquier reforma al sistema actual porque corre riesgo de producir
más molestias que ventajas, aun cuando aparezcan algunos concesio-
narios siempre ávidos de agua, dispuestos á ofrecer argumentos más
aparentes que reales por lo mismo que no corresponden á observacio-
nes experimentales metódicas y científicas.
La dotación actual de medio litro por segundo, como servicio per-
manente, asegura para la hectárea de terreno regado más de 15 000m*
al año y como se comprende este es un caudal exagerado por demás,
en cualquiera que sea el cultivo á que se refiera. Absurdo sería en-
tonces aumentar la dotación permanente unitaria puesto que nada
saca el regante con aumentar el agua de riego en una época cualquie-
ra más allá del límite de consumo que corresponde al terreno según
su clase y no es así como compensa la falta de agua en otros momen-
«IVHINHIOO “13,, OIYVANNOAS IVNVO 130 VMWNO.L
NYAWNON_L N3 OJAVOJ 30 SVYNOZ SULNVAA SOTEVO OYAINION]
«OLTWV 13, IWAIONIAA AVNVO
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 139
tos; para un buen cultivo, se requieren riegos ordenados y sucesivos
en los momentos en que el crecimiento de la planta los necesita, pero
no avalanchas de agua en un momento dado, que sólo empobrecen el
terreno para dejarlo luego en seco. La regularidad necesaria en el
riego no se obtiene aumentando la dotación unitaria sino regulari-
zando el régimen del río con los medios que la ciencia señala, con
obras de embalse como la proyectada en el Cadillal.
Obedeciendo el riego actual al régimen natural del río, el aumento
de la dotación uniforme unitaria sólo podría satisfacerse en las épo-
cas de crecidas del río, esto es precisamente en el período de lluvias
abundantes, cuando las tierras no necesitan aguas de riego sino que
deben desaguarse las de lluvias.
La distribución del agua responde en Tucumán al método español,
implantado por los moros en España y que ésta nos dejó luego en
toda la república. En este sistema el estado no acuerda ó vende un
volumen de agua que el propietario utiliza como lo entiende, quedan-
do dueño absoluto del mismo, sino que reconoce á cada propietario,
mediante condiciones que la misma ley establece, el derecho para
usar parte de las aguas del dominio público, conforme á una unidad
de medida que es la hectárea de derecho de aprovechamiento perma-
nente, que reconoce á favor del concesionario el derecho á recibir, sea
continuamente, sea por turnos un volumen de agua igual á la alícuota
que corresponda al número de las hectáreas que tenga empadronadas.
Tal alícuota se determinará dividiendo en cada época del año, el cau-
dal completo del río ó arroyo por el número total de hectáreas empa-
dronadas en ellos, sin tener en cuenta la antigiiedad del título, ni la
posición topográfica del terreno.
Pero como este sistema español es impuesto por las condiciones
propias de los ríos tucumanos, irregularidad de régimen que haría
imposible la aplicación de otro, importa aceptar los estados críticos del
régimen, esto es aquellos en que el caudal de agua se reduce tanto que
la provisión continua ó permanente se hace imposible, y entonces,
como consecuencia misma del sistema, se autoriza para €sos casos
extremos la provisión por turnos, que permite utilizar con mayor ven-
taja el caudal disponible, aun en esos momentos de escasez intensa.
Surgen así los dos tipos de distribución que no solamente debe ase-
gurarse en cada canal secundario para el servicio de los concesiona-
rios de la zona que afecta, sino que rige también la provisión á los
canales secundarios desde el canal principal correspondiente.
140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Para aplicar aquella regla que rige la distribución, es necesario é
indispensable : 1” conocer en todo momento el caudal disponible;
2" tener determinada la extensión de las concesiones á servir; 3% el
cuadro de distribución que permita fijar rápidamente el volumen que
corresponda á cada concesión, y +” poder en cada toma, medir el cau-
dal de agua que se entrega. En otras palabras: 1” tener establecida
una toma ú obra de arte completa con hidrómetros ó medidores de
cualquier género en la boca del canal ó en el río ó arroyo; 2% cerrado
el empadronamiento, porque éste sólo determina de un modo preciso
el número é importancia de interesados; 3% calculado el cuadro con
estos elementos tomados como factores, y 4” establecidas las com-
puertas particulares para cada toma en que pueda con vertederos ú
otros aparatos medidores, asegurarse la dotación de la alicuota que
corresponde á cada concesión.
Todo esto exige obras de arte completas y de tipos uniformes para
la facilidad material de las maniobras inherentes á la distribución y
á la clase de personal que debe emplearse para ellas.
Aun cuando este último desideratum no está completamente conse-
guido en el canal del Alto de Oruz Alta, pues aun existen algunas
compuertas provisorias ó. sin medidores ó sin vertedero, puede no
obstante establecerse el cuadro de distribución para el primer caso
previsto en la ley, ó sea de la dotación continua, dejando para más
tarde la aplicación de los cuadros para la distribución por turnos que
fácilmente se deducirán de aquél.
Efectivamente, para el canal de referencia en la toma del dique
distribuidor del río Salí, hay modo de fijar el caudal que alimenta el
canal del Alto construído para un gasto de 12 500 litros por segundo
siendo el maestro para 20 000 litros por segundo, esto es 7500 litros
por segundo más, que forman la dotación del canal del Bajo. Es de-
cir que en cualquier momento se conoce en el dique el volumen de
agua disponible, ó caudal completo del canal.
Se conoce también el resumen de obligaciones que debe satisfacer
la junta superior de irrigación por concepto de empadronamiento de
concesiones, que se reparten por categoría de preferencia conforme
al artículo 6% de la ley de riego, en 29 litros por segundo para uso de
bebida entre cinco concesiones, 1336 litros por segundo para uso in-
dustrial en nueve concesiones y 6908,50 hectáreas de derecho de
aprovechamiento permanente, todo á servir por diecinueve com-
puertas en el canal principal y conforme á las anotaciones del cuadro
adjunto.
O0Y3031Y3A VUVA VN3SYHYO V1 30 VIdANIA
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«IVHINHIOO “13, OIJ VOANNOIS “IVNVO
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 141
E DOTACIÓN EN LITROS| 2 Z
E E DESIGNACIÓN 25 y EA E E 3 EN
2 Propietario Finca OS E E E E
2 —
ñ 1 Izq. | Ca Azucarera Tuecumana..... Ing. La Florida | 33/2000| 1000 1000 — | 270| 270
| 2 Der. | Aníbal Fagalde .............. Las Piedritas 58| 401 20 E
| 3 y [Ca Azucarera Tucumana..... Acacia e A A
= DS e Acacia : : j
4 | Der. | Javier Mendilaharzú ......... 560 50 SOU [Ss 0 eee pen [SE
Pedro Ruíz Huidobro y Ca... AUN =|=|-—
Carmen D. de Zabaleta ...... San Alberto 251 601 30 == | =
5 o Alejandro Mariño..... o A 16 8 O
Electo y Desiderio Mendilaharzu 751 601 30 =|=|-
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6 pa García hermanos y Ca....... 2411366| 683 | 683 — | 200| 200
7 P.| Der. | Ca Azucarera Tucumana ..... Ing. Lastenia 631 150 75 156 |=|=
Demo (Canaan eses roo peo ae 3| 1101 55 = |. =
EE Wenceslao Posse............. Ing. Esperanza de col Ae s0 058)
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Gallo hermanos... ...... ....- Ing. Luján 141| 700| 350 — 125)
Avellaneda y Terán...... ci 2| 650] 325 ) AS
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| Avellaneda y Terán.......... Ing. Los Ralos | 162| 500| 250 ) ==)
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11 Izq. Gabriela P. de Terán......... San Dotenizo 6| 2001 100 100 E Mr
112 Izq. Carmen D. de López......... 90| 400| 200 200 — ==
18 P.| Der. Ca Azucarera Tucumana ..... Ing. Lastenia 631 350| 175 175 — | 2501 250
aa Izq. Uldarica y Feliciana López... 76| 400| 200 200 =|=—
15 Der. | C? Azucarera Tucumana ..... Ing. Lastenia 63| 400| 200 200 E
16 Den Nicanor Posse...........o..... San Luis 19| 250| 125 125 ==
17 Izq. C: Chavamne y Ca ...oi..... 62| 600| 300 300 —| S0| 8s0
Francisco Guerineau.......... 8| 35 17% o
| Abel del Corro............... 21| 200 e =|=
¡Nicanor Boss e A San José 221 28 =| =
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Bersabe Lob0..........o..... 59| 130 . — | —-
| Carmen Lobo......o......... 601 1501 65 =| —
Belaustegui y Ca............. 4| 600; 300 ==
/ Ca Azucarera Tucumana ..... El Retiro 831 500| 250 21 =
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| Beláustegul y Ca............ Ing. San Miguel | 139| 55 > =| —
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— ala le 1991" 25111990 =| —
| Ca Azucarera Tucumana ..... Buena Vista 55| 6001 300 20 | ==
Ñ Beláustegui y Ca........ OS = |=—- =— —| 66
| Es: =|=— 1336/1365
Parte del día
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Parte del AÑO ociccicincccnanncnicccannn
DIQUE DEL RÍO SALÍ E
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 148
Ateniéndonos á las equivalencias fijadas por el artículo S” de la
ley de riego esto representa una distribución de 1365 litros por se-
gundo sin riego y 8244,50 litros por segundo con él, quedando dis-
ponible del caudal del canal 4255,50 litros por segundo para conce-
siones que aun no se han incorporado en el grupo de los favorecidos
directamente por las obras.
Estos dos elementos determinan completamente el problema de la
distribución, para la cual se establece fácilmente un cuadro gráfico ó
diagrama, puesto que todo se reduce á fijar una cuarta proporcional,
conocidos los otros tres términos de la proporción.
En efecto, suponiendo que AB representa á una escala cualquie-
ra el número total de litros por segundo ó caudal que corresponde á,
todas las concesiones dadas, trazando desde un polo O cualquiera las
rectas a y b, las paralelas á AB interceptadas por los dos radios
extremos OA y OB, serán siempre rectas que representarán á la
misma escala, caudales proporcionales al total comprometido ó con-
cedido AB.
Si por lo tanto á la misma escala de caudales, AB” representa
sobre la recta m el que corresponde á una concesión cualquiera y AC
el caudal que entra en el canal, trazando el radio O intercepta sobre
m una parte A'C” que representa siempre á la misma escala, la alí-
cuota que corresponde á dicha concesión.
Por consiguiente el haz de radios O determina gráficamente para
todas las concesiones mM y por intersección de los radios a, las alí-
cuotas buscadas, con una aproximación más que suficiente.
La distribución por turno es mucho más precisa por lo mismo que
se refiere á períodos críticos en que la falta de agua exige mayor nú-
mero de precauciones en las mediciones, más celo y actividad en los
compartidores de agua y más que todo un acentuado espíritu de dis-
ciplina en los concesionarios.
Como caso de aplicación reproducimos aquí las tres circulares que se
refieren á la distribución en un canal secundario : el de El Cochuechal.
Circular número 85. Distribución permanente por alícuota. Cuan-
do el caudal en el canal no alcance á la dotación completa, esto es
287 litros por segundo y 457 litros por segundo para riego, se usará
el diagrama del cuadro número 38.
«Al caudal de 744 litros por segundo corresponde en la compuerta
- número 1, 30 litros; en la número 2, 23 litros, ete.; en la número 11,
50 litros, debiendo agregarse los 286 litros por segundo para uso in-
dustrial.
144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
«Si el caudal disminuye por ejemplo á 600 litros por segundo, en la
escala de la compuerta número 1, hallamos frente á 606 la división
20,55 litros por segundo, del mismo modo en la número 2, 15,5 litros,
en la número 3,90 l. s., etc.
«Si hay más agua en el canal que los 744 litros por segundo, ó la
dotación completa, el exceso debe repartirse también equitativamen-
te. Basta usar la escala invertida : así si hay 900 litros en el canal,
en la compuerta número 1, daríamos 40,5 litros por segundo, 31 en
la número 2, 74 en la número 3, etc.
«Si una de las compuertas debiera quedar cerrada por cualquier
causa, falta de pago en el concesionario, ú otra razón, se procederá
del mismo modo que antes, pero los litros que corresponden en la es-
cala:de la compuerta cerrada, se tomarán como entrada única al ca-
nal, y con las escalas se repartirá entre las otras compuertas, agre-
eándose el caudal que indique al primero que se halló.
< Esta distribución se aplicará hasta que el caudal en el canal haya
disminuído hasta 516 litros por segundo, á partir de cuyo momento
se aplicará la distribución por turno á que se refiere la circular nú-
mero 86.
«Circular número S6. Distribución por turno. El reparto del canal
Cochuchal se hará de acuerdo con las siguientes bases y el cuadro nú-
mero 39 que le corresponde, desde el momento que no pueda entrar
en la dársena sino un caudal inferior á 516 por segundo.
«1"” Según resulte más conveniente á juicio del mayor número de
interesados y previo conocimiento de la subdelegación, se establecerá
el turno de seis días y seis horas ó 150 horas á medio caudal;
«2 Cualquiera que sea el sistema usado y mientras dure el turno
no se alterará el caudal de agua en el canal manteniéndosele cons-
tante ó en la toma del río ó en la dársena, ó por el concurso de ambas;
<3 El turno no se alterará bajo ningún pretexto y si por una
causa cualquiera algunos de los regantes no pudiera ó no debiera re-
cibir el agua que le corresponde según cuadro, se repartirá ese caudal
entre los dos concesionarios que le comprenden;
«4 Los regantes deben cuidar su agua desde el momento en que
les ha sido entregada y mientras dure su riego;
«B” El ciclo de riego es de 150 horas á caudal completo, es decir
que el concesionario de la compuerta número 14 que empieza á reci-
bir el 1%? de mayo todo el caudal del canal y durante cinco horas, no
vuelve á recibir agua sino á las 150 horas esto es á las 7 a. m. del 7
de mayo, cuando el concesionario número 1 que empezó á regar á las
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 115
S p.m. del día 6 de mayo usándola diez horas, la desocupa y comple-
ta el ciclo;
«6% Si se ha elegido el ciclo de 150 horas á medio caudal, el mis-
mo concesionario de la compuerta número 14 que empieza á regar el
1 de mayo con la mitad de todo el caudal y durante diez horas se-
guidas, vuelve á regar el día 7 á las 7 a. m. y el número 13 que em-
pezó al mismo tiempo con la otra mitad del caudal durante 32 horas,
vuelve á recibir el agua á las 150 horas también, es decir el 7 de
mayo á las 6 a. m. como el número 14 ;
«7 El turno deberá abrirse á la hora que señala el cuadro, aun
cuando sea de noche, y el ciclo ha sido establecido de modo que la
molestia que representa esta circunstancia también sea por turnos;
<8” Las entregas de agua deben hacerse en las compuertas cons-
truídas, dejando que entre los varios que se sirven de una misma
compuerta establezcan su turno, pero interviniendo siempre el com-
partidor para evitar conflictos entre los regantes ;
«9 Si en vez de tenerse que aplicar el turno el 1” de mayo como
se ha supuesto debe iniciarse en otra fecha bastará alterar única-
mente esa fecha en el cuadro y por consiguiente todas las siguientes
pero sin aportar otra modificación en la distribución ;
«10 El compartidor entregará á cada concesionario ó á cada gru-
po si los hubiera varios por una misma compuerta, su hoja de servi-
<lo, firmada por él y después de darse cuenta que está perfectamente
«le acuerdo con el cuadro;
«11% El compartidor llevará nota de los inconvenientes que haya
presentado el cuadro en la práctica, para subsanarlo en una subsi-
guiente campaña de riego; .
<« Así, pues, siguiendo las indicaciones del cuadro :
<a) Con ciclo de 150 horas á caudal pleno :
«El concesionario de la compuerta número 14 empieza el turno el
1” de mayo á medianoche hasta las 5 a. m. del mismo día, dándose
entonces á la compuerta número 13 que la usa desde ese momento
hasta las 9 p.m. del mismo día, dándose entonces á la compuerta
número 12 hasta el 2 de mayo á las 7 a. m. y así hasta la compuerta
número 1 que termina á las 6 a. m. del 7 de mayo cerrando el cielo.
« Á esa hora vuelve á iniciarse el ciclo con la compuerta número
14 que la recibe hasta el mismo 7 de mayo á las 11 a. m. siguiendo
los demás hasta completar el cielo el 13 de mayo á las 12 p. m.;
«b) Con ciclo de 150 horas á medio caudal :
« Empiezan simultáneamente el 1 de mayo á medianoche, los nú-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 10
146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
meros 14 y 13 cada uno con medio caudal; el primero riega 10 horas
hasta las 10 a. m. del mismo día 1” para cederle á la compuerta nú-
mero 12, mientras el segundo riega 32 horas, esto es hasta las 8 a. m.
del 2 de mayo, para cederla al número 11 que la conserva también
32 horas, hasta las 4 p. m. del 3 de mayo, mientras que la compuerta
número 12 se cerró á las 6 a. m. del 2 de mayo, para abrir la número
9 que se conserva abierta hasta las 2 a. m. del día 4 de mayo.
«El 7 de mayo álas 6 a. m. simultáneamente terminan su riego las
compuertas números 3 y 1, y terminado el ciclo primero, inician el
segundo las compuertas números 12 y 13.
<« Circular número S7. Distribución del agua. El servicio de agua
por el canal El Cochuchal se hará á partir del 1* de julio próximo, de
acuerdo con las siguientes bases y de conformidad con los cuadros de
distribución que las completan.
«1 Mientras haya agua en cantidad suficiente en el canal principal
para hacer la provisión á dotación completa se hará llegar el agua á
la dársena, moviendo convenientemente la compuerta en el mismo
canal principal, de modo que el vertedero señale 4744 litros por se-
eundo es decir que siendo el vertedero de 1.50 m. de ancho, la altura
de agua será de 42 centímetros.
<« En estas condiciones de abundancia de agua todas las compuertas
particulares se proveerán á dotación completa, esto es, medio litro por
segundo por cada hectárea empadronada; agregando los de bebida y
para uso industrial, conforme al padrón del plano correspondiente.
«20 Si el caudal que el canal principal puede entregar al secunda-
rio del Cochuchal alcanza para proveer las concesiones de bebida y
uso industrial, esto es, de 287 litros por segundo, y sólo la mitad del
caudal para riego ó sea 229 litros por segundo, es decir, en total 516
litros por segundo en el vertedero de la dársena de salida en el canal
Cochuchal, el servicio se hará á dotación completa para la bebida y
uso industrial, y en cuanto al riego en la forma que explica la cir-
cular número 85 para todos los estados intermedios entre la dotación
completa y media.
<3 Recién cuando el caudal disponible para el canal Cochuchal
no alcanza á 516 litros por segundo y sea mayor que el de servicio
privilegiado de 287 litros por segundo (286 l. s. para la compuerta
n*11 y 11.s. para la 113), para la diferencia que será el caudal dis-
ponible para el riego se aplicará la distribución por turno observando
el cuadro del plano adjunto y las instrucciones especiales que se le
refieren, circular número S6, se cumplirán estrictamente.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 147
«4" La observación del caudal que entra al canal Cochuchal, se
comunicará al dique á los efectos del parte diario, y en cuanto al re-
parto dentro del canal se harán igualmente las anotaciones para los
partes diarios locales. -
«5 Los regantes deben cuidar su agua. desde el momento que, le
ha sido entregada en su respectiva toma y mientras dure su riego, y
por tanto el personal sólo debe asegurarse que la provisión se hace
bien en ella.
«6 Cuando tenga que aplicarse alguno de los métodos de distri-
bución señalados en los números 2 á S de esta circular, el comparti-
dor deberá comunicarlo al subdelegado. »
El coste de los canales secundarios no puede ser uniforme por las
circunstancias que se han señalado antes. Sin embargo, no escapa al
espíritu del administrador que hay real conveniencia en buscar al
hacer el trazado y distribución de las ramificaciones inferiores, que
se obtengan contribuciones unitarias tan iguales como sea posible
porque en esa forma no se despierta entre los beneficiados en las dife-
rentes Zonas intereses contrarios á los de la administración que pro-
cura servir los generales de toda la región y elimina así los conflictos
continuos que promoverían los concesionarios para servirse de prefe-
rencia de los canales más baratos sin preocuparse mayormente de
averiguar si sus pretensiones concilian ó no con los generales de la
región. Esta uniformidad es imposible hoy porque se trata de un pe-
ríodo de ejecución en que no puede haber paridad de condiciones.
Así comparando los gastos generales de cada zona secundaria de
las estudiadas faltan elementos; en el canal secundario los Ralos no
se han ejecutado obras definitivas sino que se han usado antiguas
acequias y de aquí que los gastos de $ m/n 8655,07 se repartan entre
2771 hectáreas con una alícuota de $ m/n 3,12 por hectárea.
En el canal terciario Mayo en cambio, se han ejecutado obras defi-
nitivas con un gasto total de $ m/n 17 051,90 á repartir entre 945
hectáreas por ahora, con una alícuota de $ m/n 21,55 por hectárea,
siendo los gastos distribuidos así :
Pesos
IA Noe polis dao boa IA 1 648,63
20 MO iMSIvO de MOR. co loo nera a 4 944,21
ANI oro yoo oo a RAN 8 457,76
O NIE ADALUO Y EOS a E 1 981,30
MA 17 031,90
148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Para este canal de una longitud de 3920 metros, el coste por kiló-
metro viene á ser de $ m/n 4345,00.
Las obras particulares ejecutadas para sólo las 945 hectáreas,
representan un gasto de $ m/n 5376,15 ó sea en media $ m/n 5,69 por
hectárea.
En resumen, el conjunto de obras repartido entre las 2771 hectá-
reas sólo representan un gasto de $ m/n 11,21 por hectárea, faltando
las obras del secundario, de modo que cuando éstas se efectúen habrá
un aumento de gasto. En cambio, para los que responden al terciario
el gasto medio alcanza á $ m/n 30,76 pero se disminuirá en cuanto
adquiera la zona la densidad prevista de riego, esto es, las 3400 hec-
táreas asignadas.
Para el canal Cochuchal los costos son más próximos á los defini-
tivos por cuanto se ha obtenido una mayor densidad de riego, esto
es, aprovechamiento intensivo de las obras ejecutadas, de modo que
no sucede como en el anterior, que los concesionarios primeros pro-
rratean entre sí todos los gastos necesarios reembolsando el exceso
los nuevos que se incorporan después hasta completar la extensión
superficial fijada para toda la zona.
El canal secundario ha representado un gasto de $ m/n 27 015,69
para 1489 hectáreas de modo que corresponde $ m/n 18,14 por hectá-
rea. Ese coste se reparte así :
Pesos
O AERPEO PAC o DE 4 027,81
20 Movimiento de tierTa................o..... 3 994,91
3 O brasa... A e 12 499,67
40 Alambrado y Varios......... e ee eos 6 491,30
MO OS 27 013,69
Por kilómetro el coste resulta repartido en su longitud de 5020
metros de $ m/n 5381,00.
Las obras comuneras de categoría inferior han originado gastos de
$ m/n 4982,28 ó sea próximamente $ m/n 3,34 por hectárea beneficia-
da. Las obras de carácter particular han importado $ m/n 6246,86 6
sea por hectárea $ m/n 4,20.
En resumen el costo total de la zona secundaria de El Cochuchal,
de $ m/n 35 242,83 asegura un gasto unitario total de $ m/n 25,68 por
hectárea regada.
Para el canal Florida el coste total es aproximadamente de $ m/n
37 000 que representa un gasto de $ m/n 12,50 por hectárea ó mejor
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 149,
por unidad de medida; de aquella suma $ m/n 32000 se refieren á
obras generales y pesos 5000 á las particulares, es decir, respectiva-
mente $ m/n 10,85 y $ m/n 1,65 por unidad.
CAPÍTULO IX
CONSERVACIÓN PERMANENTE Y COSTE GENERAL
Limpieza general. — Limo y depósito. — Impuestos de Irrigación. — Prorrata
por obras generales. — Coste total del regadío
La conservación permanente de las obras de interés general co-
rresponde á todos los concesionarios de la Zona á que sirven y á cada
uno proporcionalmente á la magnitud de su concesión, cualquiera que
sea la categoría á que ésta pertenezca, conforme á una escala que la
misma ley á cuyo amparo se otorga, determina en forma precisa. En
cuanto á las obras de carácter particular su conservación correspon-
de directamente al concesionario que benefician.
Resulta así que la comunidad de intereses impera no solamente
para responder á los gastos de primer instalación, sino también en
una forma permanente para lo sucesivo en la conservación ulterior
de las mismas obras, contribución proporcional de gastos que forzo-
zamente debe distribuirse en la misma forma que el gasto de aque-
llas primeras obras. El dique distribuidor y anexos corresponde á las
dos zonas en que se reparten las tierras servidas de las dos márgenes
del río y su conservación es obligatoria para todos los beneficiados
que las utilizan.
El canal matriz de Cruz Alta ó de la margen izquierda y su con-
servación grava únicamente á los de esa margen, pero sin tomar en
cuenta su posición relativa con respecto á los canales principales de
que se surten, por tratarse de una obra en cuya construcción y con-
servación se interesan todos por igual, siempre en la proporción de
sus respectivas concesiones. Del mismo modo el canal matriz de la
capital ó margen derecha corresponderá á todos los concesionarios de
la margen respectiva sin distinción de su posición topográfica.
Dentro de cada margen, los concesionarios servidos por uno de
los canales principales contribuyen á los gastos de construcción y
conservación del mismo; los que dependen de un canal secundario á
150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
los de éste y así sucesivamente para derivaciones de orden inferior.
Se establece en esta forma una repartición constante de gastos que
responde estrictamente al criterio de equidad más perfecto: de ese
concurso de intereses nace una economía indiscutible en todos los
gastos inherentes á un sistema completo de obras que respondan á
un plan general de irrigación artificial en que se consulten los inte-
reses generales sin perjuicio de los particulares de cada concesio-
nario.
La conservación permanente comprende obras que propiamente
hubieran correspondido á la primitiva construcción y que se han su-
primido por la tendencia constante de las administraciones embrio-
narias en pretender reducir el presupuesto de las obras á límites exa-
gerados por demás, que aparentemente facilitan su iniciación en am-
bientes poco habituados al examen reposado y consciente de las
condiciones desfavorables en que se ejecutan obras nuevas en el país
y en que en definitiva se invierten á la larga mayores sumas que si
desde el principio se hubiera dejado hablar libremente la verdad á
los que están llamados á plantear los grandes problemas públicos
que aquéllas deben resolver.
Pero la conservación que exige así gastos crecidos en los primeros
años de la explotación de las obras disminuye paulatinamente su im-
portancia á medida que se acercan las obras á presentar el estado en
que hubiera debido dejarlas la construcción primitiva.
En estas condiciones normales ya, sólo se reduce la conservación
á limpiezas generales que en todos los últimos años se han ejecutado
sin perjuicio de las limpiezas parciales que por necesidades imperio-
sas del servicio se ejecutan cuando las circunstancias lo exigen. Los
gastos que ellas importan son necesariamente crecidos mientras las
obras no sirvan el número máximo de intereses que se tuvieron en
cuenta al proyectarlas y construirlas, porque como estos gastos son
por su naturaleza misma anuales, deben repartirse entre los pocos
concesionarios existentes en ese momento, los que responden así á
una limpieza de obras más costosas y amplias que las que se necesi-
tarían para asegurar solamente sus concesiones respectivas.
Esto prueba el interés positivo que existe en completar el plan que
se tuvo en vista al iniciar las obras dando á la zona de regadío la ex-
tensión asignada desde el primer momento y asegurando la densi-
dad más perfecta de las áreas regadas dentro de la red de canales
que comprende la distribución proyectada.
La limpieza y desembanque de los canales puede hacerse por em-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 151
presa, por suministro de peones por todos los interesados ó por cu-
pos, dejando á las autoridades de riego en cada caso la elección del
temperamento á adoptar.
En el primer caso, la administración del canal contrata con un
empresario los trabajos á ejecutarse, ó por un tanto, ó por medida, y
los gastos correspondientes son abonados por la caja del canal si
existe, y en easo contrario por los mismos concesionarios que la for-
man, contribuyendo siempre en la proporción de sus respectivas Con-
cesiones. Este sistema es preferido en los canales con propiedades
muy subdivididas.
En el segundo caso, en los días señalados, cada propietario envía
un número de peones, proporcional á la importancia de su concesión,
según lo determine la administración del canal. Es el procedimiento
más generalmente usado.
En el tercer caso, todo el largo del canal se divide entre los pro-
pietarios, en proporción á los intereses representados, teniendo de-
bida cuenta de todas las circunstancias que pueden hacer variar el
coste de la limpieza: es método preferible cuando dependen del ca-
nal pocas y extensas propiedades.
En la práctica, y tratándose de una extensa Zona como la que nos
ocupa, se encuentran caracterizados los distintos casos de aplicación
de los variados procedimientos señalados en regiones diferentes y
por lo tanto han podido combinarse con ventajas positivas para los
concesionarios más que para la administración, puesto que la división
de los canales en secciones sujetas á un régimen distinto hace más
difícil la fiscalización general necesaria.
La falta de muchos propietarios en cumplir con las preseripciones
generales señaladas, no dificultan mayormente la operación general
de limpieza, porque las autoridades están facultadas para mandar
hacer esos trabajos por cuenta de los mismos, como es lógico que su-
ceda tratándose de trabajos que no pueden estar sujetos á las contin-
gencias y voluntad de cada uno de ellos.
Las limpiezas generales ó anuales se ejecutan después del período
lluvioso, es decir, antes de iniciarse la cosecha de la caña de azúcar
en la zona que nos ocupa y la molienda en los ingenios. Dura próxi-
mamente quince días : se interrumpe el servicio del canal para facili-
tar el desembanque, pero cuando las necesidades lo exijan será posi-
ble adoptar disposiciones que no hagan indispensable esa privación
del agua en el canal.
En el estado en que se han encontrado las obras hasta este año
152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y servidas regularmente sólo las propiedades tributarias del canal
principal Alto de Cruz Alta, á ellas ha correspondido íntegramente
la conservación y limpieza de los canales. La distribución de gastos
no ha presentado dificultades, no habiendo lugar á la separación á
que nos referimos al principio.
Hemos tenido especial cuidado de independizar los gastos de con-
servación de los de limpieza y desembanque con el propósito de po-
der hacer, por comparación, los análisis necesarios que permitan apor-
tar en las obras las reformas más oportunas en beneficio de los con-
cesionarios. No obstante haber ejecutado revestimiento de taludes en
grandes extensiones, con ladrillos y con empedrado de canto rodado,
se ha constatado una sensible diminución en los gastos que corres-
ponden por cada hectárea y por ambos conceptos :
NE Conservación Limpieza Total
Pesos Pesos Pesos
IO 0.31 0.64 0.95
1904......... 0.50 0.45 0.95
MOI 0.35 0.35 0.70
La economía en estos gastos se acentuará cada vez más no sola-
mente porque el importe total de estas operaciones disminuye sino
porque se reparte entre un mayor número de concesionarios, corres-
pondiendo por unidad una prorrata menor.
Con el propósito de conocer con acierto el efecto de los desarena-
dores instalados en el canal matriz de Cruz Alta y reducir el desem-
banque á un mínimo asegurando la eliminación del limo con los exce-
sos de agua, se han ejecutado observaciones directas del sedimento
diario de las aguas del rio Salí.
Por ahora las observaciones se han reducido á determinar el volu-
men de limo ó tarquín depositado, no solamente en el dique distri-
buidor, tomando el agua del caudal del río, sino también en los Hm
91 + 00 y Hm 175 + 00 del canal, si bien éstas no se han ejecutado
sino á partir de febrero de 1904. :
Los siguientes cuadros dan el resumen delas referidas observacio-
nes para el dique.
153
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CUMAN
£
ZONAS DE REGADIO EN TU
AGUA
MIL DE
EN
CUADRO DEL TARQUIN DEPOSITADO EN EL DIQUE
1905
1904
1903
1902
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154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CUADRO DEL TARQUIN DEPOSITADO EN EL CANAL CRUZ ALTA EN MIL DE AGUA
1905
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Se deduce que en la época de crecidas de 1902 á 1903, se han ano-
tado depósitos apreciables durante ciento treinta y dos días que dan
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN DD
en media un asiento de limo de trece por mil próximamente; en el
período de 1905 á 1904, ciento cuarenta y ocho días con una media
de once por mil y en el de 1904 á 1905 de ciento veintiún días con
6,6 por mil.
Como se comprende, estas observaciones deben seguirse ejecutan-
do para poder formular deducciones más seguras que las que arroja
la comparación de sólo tres períodos, que en resumen darían un de-
pósito de tarquín en volumen de un diez por mil.
El último período se señala por una proporción muy reducida de
limo que debe atribuirse á la circunstancia de no haberse iniciado el
período lluvioso sino con aguaceros muy reducidos que han humede-
cido el terreno haciendo más difícil el arrastre importante de tierra
suelta al río en las fuertes lluvias sucesivas.
En cuanto á las observaciones en el canal son del mayor interés
para conocer el efecto real delos desarenadores ejecutados : conviene
proseguir las anotaciones por mucho tiempo para poder estudiar la
conveniencia de establecer otros nuevos. En cuanto á las diferencias
entre la primera y segunda sección se explica únicamente por la
existencia de las compuertas de los canales secundarios que vienen
á desempeñar el papel de desarenadores, y por la tanto es principal-
mente entre el dique y la primera sección donde conviene reducir el
paso del material perjudicial para la buena conservación de las
obras.
Del examen comparativo, por cierto incompleto como consecuencia
del poco número de observaciones acumuladas hasta la fecha, resulta
que de la primera á la segunda sección del canal se elimina el 53 por
ciento del material de limo arrastrado por las aguas y que alcanza á
la primera sección del canal, no llegando á ésta sino del 66 por ciento
al 70 por ciento del que se observa en el dique: en otros términos á
la segunda sección sólo alcanza próximamente el 35 por ciento del
material de sedimentación anotado en el dique.
Estas pocas determinaciones permiten asegurar que el efecto de
los desarenadores no es suficientemente eficaz y sin tener aún los
datos numéricos actuales propusimos la construcción del actual des-
arenador número 2 del canal matriz de Cruz Alta, que por razones de
administración no ha podido funcionar : recién lo hará en el período
próximo de crecientes y se podrá observar su eficacia, determinando
la ejecución de otros nuevos.
La fijación volumétrica del material de sedimentación no es sino
un elemento incompleto de juicio; para los efectos de la agricultura
156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
había real interés en analizar su composición química para conocer
con precisión hasta qué punto contribuye al abono de las tierras. Es
tarea que recién se ha iniciado por el ministerio de agricultura de la
nación á cuya división de agricultura se remiten mensualmente mues-
tras de agua, no sólo del río Salí sino de todos los demás cuyos cau-
ces se utilizan para la agricultura de la provincia.
Todos los gastos de administración general y particular de las
aguas son á cargo de los concesionarios, cualquiera que sea la cate-
goría de su concesión como dijimos antes, es decir, ya sea ésta para
usar el agua para bebida ó para industria, para riego ó para fuerza
motriz. Este impuesto de irri gación que se fija anualmente en el pre-
supuesto general de la administración, se paga con arreglo á la mag-
nitud de cada concesión y conforme á una escala que determina la
importancia relativa de las varias aplicaciones de las aguas públicas
con respecto á una unidad típica que es la hectárea de derecho de
aprovechamiento permanente.
Dentro del sistema legal en vigencia, se establece que los conce-
sionarios contribuyan en la misma forma proporcional al pago de los
demás gastos que exige la conservación de los canales y. desagies,
como vimos antes, y también á los de construcción de los mismos.
Pero dentro de este espíritu de proporcionalidad sólo se explica el
pago de las obras y conservación real de las que directamente benefi-
cian los contribuyentes, es decir, que no se explicaría para todos los
regantes de la provincia, divididos en zonas tributarias de ríos dis-
tintos que imponen sistemas completos diferentes de obras, de coste
muy variado respondiendo á las condiciones locales de cada región:
son gastos esencialmente variables para cuyo pago ó reembolso no
pueden equipararse á todos los concesionarios de la provincia.
Hacerlo así importaría contrariar uno de los caracteres propios del
sistema legal vigente que asegura á las comunidades regionales, cuya
subdivisión dispone el mismo como consecuencia directa de la distri-
bución de los canales que forman cada red, una autonomía propia en
la administración de sus intereses, una vez que pagadas íntegramente
las obras por los concesionarios que las forman, están en condiciones
de regirse aplicando estrictamente las disposiciones legales y regla-
mentos generales, para cuya fiscalización sólo se necesitará entonces
una administración general, prevista por la misma ley de riego, cuyas
funciones propias serán entonces tan reducidas que representarán un
ínfimo gasto.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN A
Esta administración en aquellas condiciones normales será suma-
mente sencilla, puesto que alejadas de sus funciones las que directa-
mente corresponden á las varias comunidades en que se distribuirán
todos los regantes de la provincia, su rol será el de un alto tribunal
fiscalizador, dentro de atribuciones bien determinadas, y la junta su-
perior de irrigación podrá reducir su personal inferior en forma tal,
que el gasto que exija, distribuído entre todos los concesionarios,
permitirá establecer aquel impuesto de irrigación, único y uniforme
para toda la provincia por su mismo objeto, á una tarifa ínfima.
Mientras no se llegue á ese momento y la administración se halle
reconcentrada, tanto la general indicada como la puramente local, en
la misma autoridad central, el impuesto de irrigación aparecerá for-
zosamente elevado, porque es preciso confesar con franqueza que el
resultado práctico será el mismo en una forma ú otra para los conce-
sionarios, puesto que lo que dejan de pagar por concepto de rebaja
en el impuesto de administración general, lo abonarán por otro lado
en concepto de administración local, ú otras autoridades inferiores y
locales, juntas de delegados nombrados por los mismos concesiona-
rios en cada zona, etc.
Las ventajas que se obtendrán, serán, pues, más aparentes que
reales: el impuesto general que sólo responde al pago de una admi-
nistración determinada sin formar una renta del estado, habrá dis-
minuído; pero en cambio el concesionario tendrá que contribuir al
pago del mismo personal, más numeroso seguramente, que tendrá á
su cargo la administración local.
La economía vendrá, pues, únicamente con el aumento de las zonas
de riego, es decir, por el desarrollo mismo de la agricultura y el ma-
yor número de concesionarios. La administración general no requeri-
rá un aumento proporcional de gastos: la local en cambio sí, pero el
efecto aparente habrá sido de economía en el impuesto.
El número de hectáreas regadas ó más propiamente unidades con-
tribuyentes sólo alcanza para toda la provincia á 81 532; y si se
compara esta cifra con la extensión susceptible de aprovecharse para
la agricultura, se puede apreciar la importancia que puede revestir
la economía en el pago del impuesto.
En un período de transición como el actual, no obstante existir la
ley desde hace ocho años, cuando recién se ha cumplido una de las
prescripciones primordiales de la misma, como es la de la inseripción
de los derechos adquiridos al uso de las aguas públicas para cuyo
cumplimiento se había señalado un plazo muy reducido en la ley, no
158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
es posible hacer comparaciones muy acertadas y completas, pero ha
podido notarse la rebaja progresiva introducida en la fijación del
impuesto á medida que aumentaba el número de concesionarios.
El impuesto ha sido fijado en conjunto para la administración gene-
ral y local por hectárea ó unidad en el año de 1903, correspondiendo
para la general, aplicable á todos los regantes de la provincia $ m/n
0,80 por unidad y $ m/n 0,60 para la local del departamento de Cruz
Alta y $ m/n 1,00 por unidad para la misma en los otros departamen-
tos, es decir, en definitiva $ m/n 1,40 por unidad en aquel solo departa-
mento y $ m/n 1,80, siempre por unidad, para el resto de la provincia.
Al año siguiente se uniformó el impuesto, fijándolo en $ m/n 0,90 por
unidad, siendo $ m/n 0,45 por concepto de administración general y
el resto de $ m/n 0,45 para la local. En el año de 1905 se ha reducido
á $ m/n 0,75 por unidad correspondiendo $ m/n 0,55 á la general y
$ m/n 0,40 á la local.
Antes de esa fecha imperaba otro precedimiento para el cobro de
este impuesto, independiente de las concesiones oficialmente recono-
cidas: se vendían las aguas públicas á medida, como si se tratara de
un producto industrial cualquiera, á tanto el litro. Cada industrial
compraba según su conciencia un número tal de marcos de agua, me-
dida antigua que oficialmente se aceptaba no obstante ser imperati-
vo el uso del sistema métrico decimal desde el año 1863; y luego
hecha la compra, según su ciencia, se esforzaba por hacer los marcos
del mayor caudal posible amparado en la circunstancia especial de
no conocerse su equivalencia ni valor real (1).
El principio de equidad que informa todo el sistema legal vigente
ha predominado también en cuanto se refiere al pago de las obras que
se mandan ejecutar para mejor proveer á los intereses generales, es-
tableciéndose que serán á cargo de todos los interesados indistinta-
mente y en proporción á la superficie que representen.
No hay en esta disposición otra limitación que la que impone el
carácter de las obras, que para gravar á todos los beneficiados indis-
tintamente deben proveer á intereses generales: pero para no hacer
eravosas estas cargas se ha establecido que si ellas importan más de
tres pesos por unidad, deberán buscarse los medios de ejecutar las
obras que no admiten espera, pero de modo que los pagos no superen
ese límite anual.
(1) Demostración gráfica de la política de la ley de riego. Folleto citado.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 159
Bajo ningún concepto puede aceptarse, ni lo quiere la ley, que
éste sea el importe máximo de las cargas que imponga la irrigación :
por el contrario se establece terminantemente, siguiendo los dictados
de la lógica y experiencia en materia de riego, que ningún terreno
puede ser regado sino tiene previamente abierto su canal de desagiie,
y cuando tengan éstos que construirse satisfaciendo intereses gene-
rales, puede la administración cobrar por unidad hasta cinco pesos,
sin necesidad de repartir los gastos en cuotas anuales menores. Re-
sulta, pues, bien claramente, que por un sólo concepto, como es el de
asegurar un desagúe, la propiedad legalmente puede hallarse gra-
vada con un impuesto de cinco pesos por unidad y año.
En la zona que nos ocupa las obras de interés general, que com-
prenden la construcción del dique distribuidor y tomas en el río Salí
y canales de riego en las secciones Capital y Cruz Alta, esto es con-
forme al proyecto primitivo, el dique Aguadita y los canales matri-
ces de Cruz Alta y la Capital con sus respectivas tomas generales,
en el mismo dique, que luego se han disminuido con todo lo que se
refiere al canal Capital, se han ejecutado poniendo en juego el eré-
dito de la provincia, emitiendo letras de tesorería, cuya amortización
completa debía hacerse con el producido de las cuotas cobradas
anualmente á los concesionarios de la zona servida por las referidas
obras, dentro de las limitaciones señaladas.
El proyecto primitivo establecía que las obras «para dejar bien
sistemado el riego de aquellos departamentos » no llegaría á $ m/n
400000, que se repartirían á razón de $ m/n 15,00 por hectárea. La
realidad es sin embargo, muy distinta: las obras generales, como
hemos señalado en capítulos anteriores, están incompletas y sin
exageración importarán $ m/n 1 500 000 para asegurar sólo el riego
de las 50 000 hectáreas ó unidades tomadas en cuenta al empezarlas;
es decir que admitido ese momento con la utilización intensiva de
las obras generales, sin tener en cuenta el caudal escaso de agua
para atender esa extensión regada, correspondería por unidad y por
concepto de obras generales un gasto de $ m/n 30,00.
Se sostiene y discute por muchos que la falta de agua en el río
impone la obligación de no completar la red de canales proyectada
desde el primer momento. La consecuencia es sencilla: como las
obras principales, más grandes y costosas están ejecutadas é im-
portan próximamente 1000000 $ m/n y sólo prestaban servicio á
Ha 15 328 en 1902 que contribuían á su pago, les correspondía por
unidad un gasto total, sólo por concepto de las obras generales, de
160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
$ m/n 65, próximamente; tienen un recargo de gasto debido á que
entre un menor número pagan obras más grandes y costosas que las
que necesitarían. Los concesionarios en esas condiciones se repar-
tirían proporcionalmente un mayor caudal de agua, pero el sistema
general de obras quedaría incompleto.
Administrativamente surgen otras dificultades. La amortización
de las letras de tesorería emitidas, que debe hacerse dentro de un
plazo fijado por ley, exige anualmente el cobro á los concesionarios
de una suma suficiente para responder no sólo al capital sino á los
intereses correspondientes ; ahora bien, como esa anualidad total
depende del capital emitido y no del número de contribuyentes, re-
sulta que distribuída aquella entre éstos les correspondía por unidad
servida una suma mayor que la límite superior fijada por ley; las
sumas cobradas por las autoridades de riego no alcanzaban para
hacer el servicio de amortización é intereses, y esa es la verdadera
causa que explica por qué no se dió cumplimiento á la ley de emisión
en los años de 1899, 1900 y 1901. Para hacerlo hubiera sido nece-
sario cobrar una cuota unitaria mayor que la fijada por la ley de
riego, contrariándose, pues, la especial de emisión.
Así, pues, fué indispensable disminuir la amortización anual,
aumentando el plazo para el retiro de las letras emitidas y extender
los canales para aumentar el número de contribuyentes, es decir, que
el costo ya de 1200 000 $ m/n se reparte entre 28 698 hectáreas. Se
obtuvo en esta forma reducir el costo de obras generales á $ m/n
42,00 por hectárea ; pero si se ha de llegar á la utilización intens va
de las obras, dentro del proyecto de conjunto primitivo, es decir que
cada hectárea sólo pague 30 $ m/n, se necesitará completar los ca-
nales principales haciendo una nueva emisión y de modo que pue 2
regarse las 50 000 hectáreas del proyecto.
Se comprende que esto nada tiene que ver con el caudal de agua
disponible; pues esto sólo se aumentará para satisfacer no las nece-
sidades de ese momento sino las actuales, con obras de regulariza-
ción de régimen, con embalses, con el dique Cadillal en una palabra.
La falta de tino para encarar estas cuestiones en su conjunto
desde el primer momento, trae situaciones complejas y gravosas para
muchos concesionarios; acabamos de ver que aun abonando la pro-
rrata máxima legal de $ m/n 5,00 al año, no se reunía el importe de
la amortización necesaria, precisamente porque los concesionarios
(suponemos que se les haya cobrado, lo que no se hizo como medio de
no levantar resistencias) no eran suficientes; manteniéndose estacio-
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 161
narias las obras, esos contribuyentes en pocos años hubieran ente-
rado el pago de sus cuotas totales por concepto de obras generales y
entonces la administración no hubiera tenido á quien cobrar, salvo
que se hubiera resuelto á seguir cobrando á los mismos haciéndoles
responsables de faltas únicamente imputables á la administración.
Tampoco es justo cobrar al regante que recién se incorpora al
número de los que benefician de las aguas públicas las anualidades
vencidas desde el comienzo de las obras generales; de modo que si
recién empieza á abonarlas, desde que es concesionario y lo hace
hasta que se amortiza todo el capital emitido para hacer frente á las
obras, se encontraría en situación ventajosa con respecto á los demás
que han abonado sus cuotas desde el primer momento, puesto que
para él resultarían menos gravosas las obras; se comprende que den-
tro del principio de equidad que prima en la ley vigente tenga que
seguir pagando sus anualidades hasta enterar la cuota total que le
corresponda en el coste definitivo de las obras, no ya para hacer
frente á la amortización que se ha cumplido, sino para reembolsar
á los primeros que han pagado de más.
Resulta, pues, demostrado que el cobro de las obras de interés
general por la combinación de las disposiciones de la ley de riego y
las especiales que proveen á los fondos para ejecutarlas, no es una
operación sencilla sino que exige por el contrario una reglamentación
y contabilidad minuciosa. :
Lo que importa á nuestro objeto aquí es hacer ver que el riego por
concepto de obras de interés general no importa, en la zona que nos
ocupa, gasto mayor de $ m/n 30,00 por unidad regada, una vez com-
pleta la red de canales que forman la distribución definitiva. Mien-
tras no se llegue á ese resultado, la propiedad, dentro de la zona de
irrigación, se encuentra gravada en mayor proporción, sin otra ven-
taja aparente que la de poder disponer de un caudal proporcional de
agua, mayor que la que le correspondería, si manteniéndose el mismo
el régimen actual del río se alcanzan á enterar las 50000 unidades
previstas al plantear el problema primitivo.
Las consideraciones que hemos hecho en este capítulo nos permi-
ten ahora determinar con aproximación el coste total del riego en la
zona que nos ocupa y fijar también las condiciones indispensables
para realizar una economía en el mismo.
Si analizamos el conjunto de obras que dentro del sistema comple-
to de distribución, en vías de ejecución, requiere el servicio de una
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXY. 11
162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
propiedad en virtud de su concesión para el uso de las aguas del Salí,
se desprende que deberá hacer frente á dos clases de gastos: los pri-
meros pasajeros, esto es de creación ó construcción de obras definiti-
vas y completas y otros permanentes, de conservación y administra-
ción.
Entre los primeros que gravan la propiedad un número de años su-
ficiente para amortizar íntegramente el coste de las obras, hay varias
categorías que hemos estudiado sucesivamente y cuyo pago se hace
por los concesionarios en distintas formas, también enumeradas orde-
nadamente. Así tenemos que la unidad de concesión reconoce obras
generales, obras secundarias ó regionales y obras particulares.
Las primeras como lo hemos detallado se pagan por anualidades no
mayores de $ m/n 3,00 por unidad ; los segundos en forma más apre-
miante y en plazos que la administración acuerda sin contrariar la ley
vigente y dentro de sus recursos propios, y las últimas de pago inme-
diato. Naturalmente sin modificar la actual ley de riego puede la ad-
ministración proveer los medios para hacer posible el pago de las dos
últimas clases de obras conforme al mismo procedimiento de las pri-
meras, con amortizaciones á largo plazo que redundan en ventajas
positivas para el propietario servido, salvando la falta de proporcio-
nalidad entre estos gastos y las concesiones : todo está en que la ad-
ministración ponga en juego su crédito, que para obras reproductivas
como éstas se encuentra siempre.
Entre los gastos permanentes, la conservación comprende la que
propiamente se refiere á las obras y la limpieza de las mismas, y la
administración, la general y local, conceptos que también detallamos
antes.
Los gastos provisorios en la zona que hemos estudiado pueden es-
tablecerse así :
a) Obras generales : en las condiciones actuales de superficie regada
y desarrollo de obras existentes á $ m/n 65,00 por unidad. Comple-
tando la red y por lo tanto aumentando también la zona y contribu-
yentes, á $ m/n 30,00 por unidad;
b) Obras secundarias : con el poco número de zonas que permiten fi-
jar números y teniendo presentes las condiciones ventajosas que ofre-
ce la del Cochuchal por ser la más densa y de distribución normal
más equitativa, estas obras no pasan de $ m/n 20,00 por unidad;
e) Obras particulares : que próximamente representan un gasto me-
dio de 5 $ m/n por unidad de concesión. Para esta categoría de obras
como para las secundarias estas cifras medias, tomadas de una zona
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 168
en que la propiedad es muy subdividida, aseguran la elección de una
contribución máxima desde que las obras son más costosas.
De este modo puede establecerse con bastante precisión que las
obras primitivas que importa la irrigación gravan la propiedad den-
tro de la zona del Salí con un gasto de 55 $ m/n por unidad. Actual-
mente sufre enorme recargo por el incompleto desarrollo del plan con-
cebido y la cuota anormal, sólo por concepto de obras generales al-
canza á 65 $ m/n siempre por unidad.
Hagamos notar que este concepto es el único realmente importan-
te para apreciar la economía resultante al completar el plan general
de irrigación. Las obras regionales ó secundarias y las particulares
no sufrirán diminución sensible porque los datos numéricos tomados
se refieren á una Zona de densidad de riego normal, esto es en que no
es posible, dentro de los límites que la determinan, esperar un aumen-
to de contribuyentes que haga bajar la cuota proporcional que les co-
rrespondería por obras que han sido previstas y ejecutadas teniendo
en cuenta su densidad real actual, de tal modo que en nuestro con-
cepto y siempre tomando términos medios generales, dentro de la zo-
na de las actuales obras de Cruz Alta y la Capital, no será posible
llegar á disminuir la cuota unitaria de $ m/n 25,00 por concepto de
obras secundarias y particulares.
Tin cuanto á los gastos permanentes tomados en conjunto, en sólo
tres años desde 1903 hasta 1905, se han reducido para la zona que
nos ocupa, única en que existen obras que permiten estudiar téenica-
mente estas cuestiones bajo su faz económica, de $ m/n 2,55 á $ m/n
1,45 por unidad de concesión. Las varias consideraciones que hemos
aducido no sólo respecto á los gastos de conservación de las obras,
sino de las limpiezas é impuestos de administración, permiten ver para
un porvenir muy cercano, la reducción de estos gastos permanentes
á 1,00 $ m/n por unidad anual.
Las comparaciones difícilmente ofrecen un dato positivo para juz-
gar de la conveniencia de obras de irrigación, porque esta es una fun-
ción de muchas variables que intervienen en su expresión y no es po-
sible hacerlas desaparecer para conservar únicamente la que se re-
fiere al coste de las obras. Más aún la comparación de estos costos
reducidos previamente á una moneda típica cualquiera nada significa
de concreto, y más práctico es comparar cifras absolutas prescindien-
do de la equivalencia de monedas.
Los gastos en obras se avalúan en Italia de 100 á 250 francos por
unidad de nuestra ley, esto es por hectárea de derecho de aprovecha-
164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
miento ; en Francia en media ese coste es de 250 francos ; en Egipto(1)
de 100 francos; en la India de 100 á 250 francos, y en Java, desde
120 florines (2,05 francos por florín) hasta 6000 florines (en la zona
del Solo, con 156 000 hectáreas costaron 640 florines, en la Bagelen,
con 40000 hectáreas 120 florines y en Demark, con 33 400 hectáreas,
6000 florines).
En la república pocos datos numéricos existen. Las obras de los
Altos de Córdoba costaron $ m/n 4 257 132 para 43 333 hectáreas ó
sea por cada una 98 $ m/n. De tal modo que el coste definitivo de 55
$ m/n por unidad que resultará para la zona del Salí en Tucumán ó
aun el provisorio actual de $ m/n 65,00 resiste con ventaja la compa-
ración con todos aquellos casos.
Los gastos de carácter permanente representan en Egipto 6,70
francos porunidad anual y en Java (2) en el distrito de Demark 2,70 flo-
rines, en el de Kali Kening (2700 hectáreas) 2,40 florines lo mismo
que en el de Pekalen (6900 hectáreas).
En la república la zona de los Altos de Córdoba paga un canon de
5 $ m/n por hectárea al año por concepto de administración, limpieza
y conservación. En San Juan, los departamentos de la margen sur
del río que dependen del dique distribuidor de la Puntilla que sonlos
de Desamparados, Concepción, Santa Lucía, Trinidad, Pocito y Alto
de Sierra, comprendidos dentro de la zona de canales con una exten-
sión cultivada de 24 291 hectáreas, importan gastos de administra-
ción únicamente, de $ m/n 83 012,58, ó sea $ m/n 3,40 por hectárea
para el año 1902 (3), sin contar los gastos extraordinarios por pensio-
nes subsidiarias para la limpieza de canales que alcanzan en el año á
otro tanto, es decir quelos gastos permanentes importan próximamen-
te $ m/n 6,50 por hectárea regada.
Se piola pues que el coste de la irrigación en Tucumán en la
zona del Salí, que es la única en que hay obras que permiten hacer
estas comparaciones, es muy reducido, no sólo por concepto de gastos
de construcción sino también de conservación.
Pero la base para conseguir este resultado y satisfacer las necesi-
dades del servicio consiste en disponer de un mayor caudal de agua
en el río y en toda época. La falta de agua hace que los actuales con-
cesionarios reciban con desconfianza visible el aumento de los canales
(1) J. BAroIs, obra citada.
(2) F. BERNARD, 4ménagement des eaux a Java. 1908. /
(3) Mensaje del gobernador á la H. Legislatura. 1903.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 165
y concesiones, aun cuando no sea sino dentro de la zona y capacidad
de riego á que responde el proyecto primitivo de obras de distribu-
ción Ó sea de 50000 hectáreas. Las necesidades de carácter admi-
nistrativo no bastan para satisfacer á los concesionarios que se ven
constantemente expuestos á recibir una alícuota más reducida de
agua, y prefieren costear una prorrata más alta por concepto de obras
para no ver reducir su dotación actual de agua.
Deaquíqueseimpongaregularizar el régimen del río, no para aumen-
tar precisamente la zona de irrigación, sino para asegurar el servicio
de los actuales concesionarios. Pero como la ejecución de cualquier
obra con aquel propósito debe encararse en su concepto más amplio,
ella no sólo llenará esa necesidad reclamada ya, sino que permitirá
completar la red proyectada y aumentarla aun más para incorporar
50 000 hectáreas más á la zona beneficiada.
Esta circunstancia determina otra inmediata ventaja para los ae-
tuales concesionarios; porque siendolas obras actuales suficientes para
servir ese ensanche de zona, su coste fijado próximamente en $ m/n
1 500 000 se distribuiría entre 100 000 hectáreas, correspondiendo un
gasto unitario total de $ m/n 15,00 por hectárea, ó sea una economía
de $ m/n 27,00 por hectárea con respecto al coste actual ó sólo de
$ m/n 15,00 por hectárea, siempre suponiendo integrada la zona de
proyecto de las obras de distribución.
En otros términos las 28 698 hectáreas actualmente servidas están
eravadas con una cuota de $ m/n 42,00 por obras generales, y el 99
por ciento de los concesionarios se manifestarían satisfechos en obte-
ner las ventajas indiscutibles que les aseguraría una obra de embalse
que regularizara el régimen del río siempre que esto fuera en cambio
de no disminuitles la cuota actual á la definitiva de $ m/n 15,00 que
resultaría. En esta forma la administración se encontraría con la di-
ferencia de $ m/n 27,00 por hectárea para destinarla á una obra de
aquel género y como el criterio de justicia que informa la ley vigen-
te obligaría á gravar toda la zona beneficiada en la misma forma, la
administración se encontraría con una suma de $ m/n 2 700 000 para
destinarla á aquella obra.
Expresamente hemos querido prescindir de la valorización indis-
cutible que sufriría la propiedad raíz en toda la zona beneficiada. En
la actual de riego la hectárea puede estimarse á $ m/n 500,00; la re-
gularidad del riego haría aumentar su valor, máxime si admitimos
que la administración sin preocuparse de regularizar el régimen del
río sigue completando la extensión regada hasta 50 000 hectáreas ;
166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
la valorización puede entonces apreciarse prudentemente en un 20
por ciento del total de su actual valor de 25 000 000 $ m/n ó sea
5 000 000 $ m/n.
En cambio, fuera de la zona actual las tierras no tienen casi valor
y difícil es hacer hoy mismo operaciones á $ m/n 25,00 por hectárea,
si no hay seguridad de poder regar. Si la irrigación se hace posible,
entonces no es aventurado calcular que esas mismas tierras puedan
venderse de 200 4,250 $ m/n por hectárea. Con la irrigación segura, se
presentarán como tierras vírgenes, y los cultivos que en la zona ac-
tual han agotado los terrenos empobreciéndolos de algunos elemen-
tos, como el nitrógeno especialmente que no se repone con abonos
apropiados, tendrán que trasladarse á aquéllas para recibir otros dis-
tintos y variados.
La valorización que les asignamos de 200 $ m/n por hectárea ase-
gura para toda la zona de 50 000 hectáreas un aumento de valor de
$ m/n 10000 000, sólo por concepto de tierras nuevas recién incor-
poradas á la zona beneficiada.
La valorización general en toda la zona, no sólo en estas tierras
sino en las actuales, alcanza así á un total de $ m/n15 000000; y si ad-
mitimos que de él se destine sólo un 25 por ciento para crear un fondo
de recursos para hacer frente á las obras que por su utilidad indiscu-
tible determinen esta transformación económica de la zona, la admi-
nistración recibiría en una forma que yadepende del estudio especial
del asunto, de una suma de $ m/n 3750 000.
Si á esta suma agregamos la que hemos calculado antes de $ m/n
2700 000, obtenemos un total de $ m/n 6 450 000 cuya inversión in-
mediata en las obras de regularización de régimen del río se impon-
dría, buscando la forma más práctica de efectuar su percepción en un
largo período de años, amortizando paulatinamente un empréstito que
acordaría la nación, ó facilitaría la emisión de bonos especiales de in-
mediata colocación en el comercio.
El concepto de equidad del régimen legal vigente en materia de
irrigación que hace á los concesionarios responder al pago de las
obras que los benefician, no sufriría menoscabo alguno, puesto que la
zona gravada sería la única que aprovecharía las ventajas de las obras
ejecutadas.
Las demás regiones de la provincia quedarían libres de gravamen
por este concepto, en condiciones de pensar en resolver los propios
asuntos regionales, sin tener que venir en ayuda de una zona que por
más de un concepto, absorbe gran parte de las rentas de la provincia
Zonas de regadio en Tucuman
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 167:
y tiene capacidad industrial y económica suficiente para resolver por
sí los grandes problemas cuya solución exige su continuo desen-
volvimiento y constante progreso.
¿ Es posible regularizar el régimen del río Salí? Es este el punto
importante á resolver y resolver dentro de los elementos propios, no
digo de la provincia, sino de la zona llamada á recibir los beneficios
de semejante mejoramiento.
Para Alberdi «una provincia es en sí la impotencia misma, y nada
hará jamás que no sea provincial, es decir, pequeño, obscuro, misera-
ble, provincial, en fin, aunque la provincia se apellide estado. Sólo es
erande lo que es nacional ó federal. Lo gloria que no es nacional, es
doméstica; no pertenece á la historia. El cañón extranjero no salu-
da jamás una bandera que no es nacional. Sólo ella merece respecto,
porque sólo ella es fuerte ».
No dejemos que se cumpla esto para Tucumán: que no sea todo
aquí pequeño, obscuro y miserable, y que resuelva con sus propias
fuerzas sus grandes transformaciones. Acostumbremos á su pueblo
á oir hablar de obras que insumen millones, porque cuando ellas de-
ben ser reproductivas y producir beneficios que se avalúan por millo-
nes también, se incorporan valores nuevos á su riqueza pública y pri-
vada. Así se empezará á completar el vocabulario provincial y no:
podremos repetir con aquel gran pensador: -
«Caminos de fierro, canales, puentes, grandes mejoras materiales,
empresas de colonización, son cosas superiores á la capacidad de cual-
quiera provincia aislada, por rica que sea. Esas obras piden millones
y esta cifra es desconocida en el vocabulario provincial. »
Bajo el punto de vista técnico el problema es de fácil solución : he-
mos formulado un proyecto completo para la construcción de un em-
balse en el Cadillal, y los hechos confirmarán que es perfectamente
realizable en la forma que ha sido propuesta.
CAPÍTULO X
CONCLUSIONES
Nos habíamos propuesto terminar esta memoria ocupándonos del
análisis del régimen legal y administrativo vigente para la irrigación
168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
en la provincia, estudiando sus disposiciones bajo el punto de vista
profesional ó técnico, después de haber desempeñado el delicado car-
go de Superintendente General y como tal el de Presidente de la
Junta Superior de Irrigación, creada por la misma ley de 1897 con el
carácter de alto y supremo tribunal en materia de riego, siendo muy
pocas de sus resoluciones apelables ante el gobierno de la provincia,
precisamente para rodear aquélla de todo el prestigio y autoridad
que necesita para hacer verdadera administración, para hacer imposi-
ble ó difícil la influencia de la intriga política en cuestiones de riego *
Ó sea para evitar la política por el agua, tan de moda en otras épocas,
y neutralizar así los perniciosos efectos de prácticas y costumbres
sociales arraigadas que han creado rutinas y preocupaciones dignas
de épocas felizmente pasadas en el orden nacional, pero que en las
provincias luchan desesperadamente por perpetuarse y conciben el uso
de los bienes públicos, como son en particular las aguas del dominio
público, como el patrimonio exclusivo de personas determinadas.
Circunstancias imprevistas nos ponen en el caso de suprimir este
estudio dejándolo para otra oportunidad. En la ley tucumana ha cola-
borado un distinguido ingeniero hidráulico, el señor €. Cipolletti, de
vasta ilustración científica y profesional, con una larga experiencia
administrativa adquirida en Mendoza, en que desempeñó el cargo de
jefe de la oficina técnica del departamento de irrigación durante mu-
chos años, y donde tuvo que luchar con iguales dificultades que las
que se han promovido en Tucumán con la aplicación dela ley de riego;
es un conjunto de disposiciones técnicas y administrativas encuadra-
das dentro de un plan de organización completa y definitiva, ajusta-
da álas necesidades positivas y reales de la agricultura é industrias,
á las tradicionales disposiciones reglamentarias escritas en uso en la
provincia, y cuyas prescripciones legales fundamentales no contrarían
las leyes generales de la nación, á cuyo respecto no se ha resuelto
por tribunales competentes cuestión alguna, desde que las que se
puedan promover en la práctica misma de la aplicación de la ley, no
tienen otro propósito, en la mayoría de los casos, que provocar incl
dentes ó conflictos que responden á campañas políticas ó personales
más ó menos justificadas por los antecedentes conocidos de las perso-
nas que los promueven sin mira elevada, sin la noble aspiración de
contribuir á formar la jurisprudencia que reclama la interpretación
del mayor número de las leyes generales, máxime de las de orden ad-
ministrativo que como la que nos ocupa afecta por su índole misma
múltiples intereses privados.
Zonas de refadio en Tucumán
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 169
El año próximo pasado hemos publicado una extensa memoria (1)
demostrando que la ley de riego vigente dictada en 1897, no se ha
cumplido ni se cumple: con datos estadísticos concretos y precisos
hemos probado que una de las primeras prescripciones impuestas
por la ley, la de la inscripción de los derechos adquiridos al aprove-
chamiento de las aguas públicas por el uso anterior, no se había ob-
servado, continuando más del 50 por ciento de los usufructuarios de
aquellas substrayéndose al control y fiscalización de las autoridades
creadas por ley, dándose el caso de un departamento como el de Mon-
teros en que hay ingenios y consumo abundante de agua, en que po
aparecen concesionarios denunciando el uso que hacían del agua,
sino en 1905, esto es 6 años después de sancionada la ley.
Ésta dentro, del plan general de organización que imponía, conside-
ró el empadronamiento de las propiedades de tanta importancia, como
la que en realidad tiene «lesde que es el punto de partida ó base de
todo el sistema vigente, que prescribe su ejecución inmediata, acor-
dandoun perentorio plazo deun año para cumplirlo y estableciendo
multas importantes para los morosos en su cumplimiento. No sola-
mente no se cumplió la ley sino que no se hicieron efectivas las mul-
tas, y como la experiencia sigue demostrando que las disposiciones
legales no se establecen para que se las cumpla, los afectados por una
disposición cualquiera protestan con más ó menos energía, para re-
producir las palabras que ellos mismos repiten, y entonces la ley debe
ser letra muerta para ellos.
No hay necesidad de areumentos, ni técnicos ni administrativos
para estos críticos: poco importa que la materialidad misma del he-
cho ó acto que patrocinen sea ó no posible. Basta que el interesado
sellame fulano ó mengano. El origen de toda controversia es siempre
un cobro de impuesto, de obras ú otro cualquier gasto y se confirma
una vez más la opinión de Jorge Herbert de que «los deudores son
mentirosos »; en su imposibilidad de hallar argumentos positivos y
reales en quefundar sus caprichos, no ven sino la mala voluntad de
los funcionarios que pretenden traerlos á la razón, y hay algunos que
llegan á sufrir del mal de las persecuciones.
La ley vigente comprende una gran cantidad de disposiciones termi-
nantes, de cumplimiento perentorio é inmediato desde el momento de
su sanción, y que desde esa fecha de 1897 no se han cumplido ni total ni
parcialmente. Se establece, por ejemplo, que todos los canales ó cau-
(1) Política de la ley de riego.
170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ces que se derivan de un río ó arroyo deben tener una compuerta só-
lida, construída según lo ordene la autoridad competente y siempre en
condiciones de funcionar regularmente, disponiendo además que los
queno las tengan en esas condiciones serán privados del uso del agua.
Esta disposición indispensable para iniciar cualquier reforma que
tienda á organizar una equitativa distribución de las aguas públicas
ha existido en muchos reglamentos antiguos de la provincia (1), en
que se mandaba también suspender el uso del agua á los que no las
tuvieran, no obstante lo cual no las han tenido ni las tienen la mayor
parte de las tomas de acequias antiguas que hasta hoy existen, de-
mostrando que los reglamentos prescriben gran parte de disposiciones
que se confirman en la actual ley de riego, pero que no se eumplían
antes sino para hostilizar á ciertas y determinadas personas, y que si
existen en la ley deben también seguir siendo letra muerta, haciendo
im posible toda distribución ordenada de las aguas públicas.
Citaríamos un gran número, casi todas las prescripciones de la ley
vigente que no se cumplen y si algunas escapan á esta regla general
han costado conflictos verdaderos; en cambio una vez aplicadas han
producido sus ventajas y nadie se ocupa ya de discutir su eficacia.
Y bien: cuando la ley no se ha aplicado ni en sus disposiciones
más elementales, cuando no existe una sola sentencia de juez compe-
tente que demuestre que las autoridades han aplicado mal la ley, ó
que compruebe que ella es contraria á las leyes fundamentales de la
nación, cuando no obstante los ocho años que han transcurrido desde
su sanción, no se ha dictado el reglamento que fije con precisión el
alcance de sus diferentes disposiciones, cuando las autoridades crea-
das por la misma y que tienen la experiencia adquirida por su cons-
tante aplicación y uso diario no han podido denunciar un solo caso
que se preste á interpretaciones que no encuadren dentro del concep-
to general que ha presidido al formularla, cuando no han podido citar
un solo caso práctico que no esté perfectamente resuelto dentro de la
ley vigente, cuando no encuentran la oportunidad ni conveniencia en
introducir modificaciones ni de fondo ni de forma, el gobierno (2) en-
carga á una comisión de legos en materia administrativa y profesional
el proyecto de reformarla.
No es reforma lo que necesita la ley, ni siquiera reglamento gene-
ral, sino su estricta aplicación sin debilidades ni complacencias, y
(1) C. Waurers, £l riego en Tucumán á través de los siglos.
(2) Del doctor José A. Olmos.
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ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 171
el reglamento parcial de las disposiciones que la misma experiencia
va señalando como necesarias Ó convenientes, que respondan á un
objeto práctico y claramente definido. ¡ De qué sirve la reglamenta-
ción general de disposiciones de la ley que no pueden aún cumplirse
porque no existe una sola zona en que hayan terminado todas las
obras que forman el sistema, puesto que el mismo de Cruz Alta no ha
iniciado aún el estudio de sus desagiies !
No es reforma de la ley lo que necesita un gobierno que antepone
en el ejercicio de sus altas funciones de estado el deseo de satisfacer
ampañas de círculos más ó menos interesados á los intereses pú-
hlicos generales que requieren uniformidad de vistas, unidad de ac-
ción, perseverancia y voluntad inquebrantable de hacer el bien
en los hombres públicos que se suceden por un largo períodos de años,
porquereformas transcendentales como las quese refieren á la implan-
tación de un sistema completo de riego y de las obras que el requiere,
no son reformas de un día sino de muchísimos años. Lo que necesitan
.€sos gobiernos son esos tipos de funcionarios ó empleados antiguos,
tipos psicológicos sociales que describe J. M. Ramos Mejía (1) y que
admirablemente interpretarían la ley para satisfacer á todos los inte-
resados, sin conseguir jamás llegar al sistema concebido por la misma.
«Estos abúlicos portemperamento ó por la fuerza de la costumbre,
son los más sólidos basamentos de los despotismos, porque como care-
cen de personalidad, son números y no personas como los enfermos
de los hospitales; su servilismo honesto y paciente no incomoda y
se dejan conformar dentro del molde en que los vacía la mano que
toma su masa dócil. »
Son estos insuficientes los que se requieren para estos casos y no
reformas á una ley que pocos conocen, muy pocos entienden y muchos
menos están en condiciones de reformar. La obra de un Cipolletti (2)
no la reforma un cualquiera, sin sus conocimientos profesionales, sin
su experiencia en la práctica del riego, sin su conocimiento de nues-
tras costumbres y hábitos.
La reforma ordenada excusa el análisis que nos proponíamos hacer
y que dejamos para otra oportunidad. La ley es demasiado buena: en
Egipto, ahora medio siglo, se sostenía también que eran malas las le-
yes, reglamentos y obras que han hecho su grandeza actual.
(1) Los simuladores del talento.
(2) No nos referimos á sus obras técnicas, todas fracasos ruidosos en la Repú-
blica, únicas que debemos juzgar porque son las que cuestan muchos pesos al país.
172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En Egipto, la arbitrariedad del gobierno ó los caprichos de los po-
derosos del día eran las únicas reglas que regían el riego. En la prác-
tica, desde siglos atrás, el soberano decía al paisano : « Trabaja á mis
órdenes, á tarea, en construcción y conservación de diques y canales,
así como ásu vigilancia durante la época de crecidas, y te daré toda
el agua que pueda, según lo que permita el Nilo; y después que hayas
cultivado tu tierra, me pagarás los impuestos que juzgue necesarios.»
Era la única ley existente y ésta sí se cumplía estrictamente.
¿Cómo puede parecer extraño este sistema, que en la práctica es
el que ha prevalecido en Tucumán, y contraría la ley vigente, cuan-
do existía en el Egipto, renombrado por la sabiduría de sus antiguos
pobladores y de sus irrigaciones, y que debía haber conservado en sus
tradiciones un conjunto de leyes, reglamentos y prácticas para la uti-
zación de las aguas del Nilo ?
Sorprende más aun cuando se recuerda que el Egipto, dominado
por tantos años por los árabes, debe su existenciaá las aguas del Nilo
y que esos mismos ocupantes han dejado en España curiosos ejempla-
res de reglamentos para el riego, que luego introdujeron los españoles
en América durante el coloniaje y se han perpetuado hasta nosotros.
Tucumán durante varios años ha tenido en su gobierno hombres
progresistas que han comprendido perfectamente que las cuestiones
de irrigación son aquí como en otros países, muy delicadas y requie-
ren energía y decisión inquebrantable de aplicar la ley sin cobardías
nidistingos: dura lex sed lex. Dentro de sus propios recursos ha eje-
cutado obras que hemos analizado para una Zona importante de la
provincia y ha estudiado otras nuevas para varias otras regiones que
las reclaman con igual urgencia.
Desgraciadamente múltiples causas, en que predominan los apa-
sionamientos políticos, la lucha encontrada de círculos que no repa-
ran en medios para aniquilarse, egoísmos y envidias mal reprimi-
das, ete., neutralizan con demasiado exceso la labor de funcionarios
preparados y de buena voluntad, que como los ingenieros Alejandro $.
Uslenghi, José A. Marcet, Diego F. Outes, Carlos Torino y Herminio
Capdevila, ete., que han trabajado bajo nuestra dirección, rivalizaban
para hacer proficua su acción en beneficio del interés general de la
irrigación de la provincia abrigando con nosotros la esperanza de
que Tucumán no tendría que llegar á proceder como los holandeses
con los indígenas de Java, donde sus esfuerzos se dedican á llevar al
convencimiento de los naturales que la irrigación no es un pretexto
para crear nuevos impuestos.
INGENIERO CARLOS WAUTERS ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMAN
NUMISMÁTICA DE LAS OBRAS PÚBLICAS TUCUMANAS
ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 175
Allí se preocupan de ilustrar con la prédica diaria de la prensa
ilustrada y seria y particularmente en la escuela, que la irrigación es
una necesidad, que deben someterse los agricultores á los procedi-
mientos, métodos y reglamentos dictados, por restrictivos que parez-
can, llegando al extremo de suprimir en absoluto el cobro de los im-
puestos de irrigación y sus obras, en forma directa, esto es el sistema
de explotación fundado en la venta del agua; se la distribuye gratui-
tamente y el estado no interviene sino cuando ha producido sus bene-
ficios y que el indígena ha podido comprender las ventajas del riego.
En ese momento la intervención se produce bajo la forma de un
aumento en el impuesto de contribución directa, lo mismo que sehace
en las indias inglesas, de modo que la percepción de los gastos de
irrigación se hace siempre, pero en forma indirecta.
Es á la solución definitiva á que se ha llegado allí después de ensa-
yar muchos años otros sistemas ; y es de suponer que para facilitar la
solución económica de los problemas de orden financiero que exige la
construcción de las obras de riego en Tucumán, no sea necesario lle-
gar á proceder como se hizo con los indígenas de Java.
Mientras tanto recordemos que el caso tucumano noes único: Es-
paña lucha también para conseguir de sus gobiernos mayor dedica-
ción á las cuestiones que se refieren á la irrigación de sus tierras se-
dientas. Moret, el popular orador y hombre público, terminaba con
estas palabras una conferencia sobre el riego en Egipto, después de
haber hecho resaltar la transformación operada allí en sólo diez años
con la única influencia de las obras de riego.
«En España hay hombres capaces de realizar obras parecidas, pero
lejos de rodearlos, lejos de ampararlos, es algo evidente é innegable
que los españoles responden á las predicaciones con una crítica nega-
tiva y fría, que tiene su origen en una absoluta, en una desconsola-
dora impotencia.
«Cuando pedimos riego para los campos, agua para las plantas, rique-
za para el labrador empobrecido; cuando se habla de los modos de al-
canzar tantas y tan considerables ventajas ¿ qué es lo que se contesta?
«Responda esa crítica negativa, que vale tanto para hacer fructificar
esas ideas, como si á esas plantas que piden jugo, que piden riego, les
enviáramos los cierzos helados del invierno ó el huracán del Sahara. »
BIBLIOGRAFÍA
CASA EDITORIAL GAUTHIER-VILLARS, PARÍS.
Chemins de fer a cremaillere par A. LevY-LAMBERT, inspecteur principal
du Chemin de fer du Nord. Tracé, types de cremailleres, systemes Riggenbach,
Abt Strab, Locher, etc., matériel roulant, traction eléctrique, exploitation.
Deuxieme édition, revue et augmentée (Ouvrage entierement refondu). 1 volu-
me in-8% (25 X16) de 479 pages, avec 137 figures dans le texte. Gauthier-
Villars, éditeur, París, 1908. Prix, broché, 15 franes.
Este interesante trabajo del injeniero Levy-Lambert forma parte de la repu-
tada Encyclopédie des travaux publics fundada por el injeniero M. C. Lechalas.
Tuyo su razón de ser en que el autor debiendo estudiar un ferrocarril de crema-
llera se vió obligado a consultar muchas monografías, no existiendo en aquel enton-
ces obras didácticas que dieran las normas por seguir en tal jénero de estudio.
Esto ocurría en 1891, cuando no existían en esplotación, en el antiguo i en el
nueyo continente, más de 365 kilómetros de vías de cremallera. Hoi existen 1296
kilómetros.
Además, las mejoras introducidas en los tipos de cremallera i la aplicación
de la tracción eléctrica al sistema han modificado sustancialmente las condicio-
nes de construcción i esplotación, lo que hacía necesaria una segunda edición de
la obra de Levy-Lambert para ponerla al día. Es lo que ha hecho el autor, guiado
por los mejores trabajos existentes sobre la materia.
Cremos conveniente indicar los temas tratados por el autor.
Después de algunas consideraciones sobre vías de cremallera, la diminución
del efecto útil de la locomotora en las rampas i la adherencia, entra a historiar
los diversos sistemas (Mount Washington-Rigi, Abt Strab, Locher); luego se ocu-
pa del trazado del punto de vista de las curvas i pendientes; describe en seguida
unas veinte líneas férreas completamente de cremallera, construídas en Suiza,
Alemania, Francia, Italia, etc., 1 otras tantas sólo en parte de cremallera; 1 estu-
dia las obras de arte, túneles, movimientos de tierras, etc.
Después, concreta su estudio especialmente a los diversos tipos de cremallera
adoptados, para analizar las locomotoras de este sistema, de vapor, eléctricas, ete.,
1 termina considerando la esplotación de tales líneas, agregando como comple-
BIBLIOGRAFÍA 175
mento diez anexos, pliegos de condiciones, reglamentos, estadística, instruccio-
nes para el personal, etc.
La obra del injeniero Leyy es útil para nosotros también, que hemos comen-
zado a implantar el sistema de cremallera en nuestros ferrocarriles de montaña,
cosa que no ha llegado, por lo visto, a conocimiento del autor.
Les correctifs du développement. Etude pratique du renforcement et de 1af-
faiblissement des images photographiques, par ERNEST CousTES. 1 vol. de vI-
58 pages in-16. Gauthier-Villars, éditeur. Paris, 1908. Prix, broché, 1.75 frances.
Este folleto forma parte de la Bibliotheque Photographique que publica la casa
Gauthier-Villars, i trata del contralor de la revelación i de sus restricciones;
de los reforzadores, de los atenuadores i del empleo racional de los correctivos.
Les récents progres du systeme métrique. Rapport présenté a la quatrieme
+ conférence générale des poids et mesures réunie á Paris en octobre 1907, par
CH.-ED. GUILLAUME, directeur-adjoint du Bureau International des Poids et
Mesures. Un volume in-4% (32 X 25) de 94 pages, avec 4 figures. Gauthier-
Villars, éditeur. Paris, 1987, Prix, broché, 5 frances.
Varios hechos de importancia han contribuído a la difusión i perfecciona-
miento del sistema métrico. El autor, queriendo facilitar la tarea a los asistentes
a la 42 conferencia jeneral de pesas i medidas, creyó útil esponer con algún de-
talle el conjunto de los progresos recientemente realizados i dar una imajen tan
fiel como fuera posible del estado actual del sistema métrico, sea respecto de la
definición de unidades i su representación material, sea de las lejislaciones, sea,
en fin, de sus efectivas aplicaciones en diversos países ia las diferentes in-
dustrias.
El autor ha dividido su trabajo en cuatro secciones : I. Invariabilidad de los
prototipos (metro, kilogramo, termómetro). II, Determinaciones fundamentales re-
lativas a las unidades del sistema métrico. III, Progreso en las lejislaciones
(Francia, Hungría, Rumania, Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Rusia, Dina-
marca i Portugal). IV, Progresos en las aplicaciones del sistema métrico (en los
países anglo-sajones en la reforma del quilate, unificación de hilados, numera-
ción de los testiles, en la óptica, en la numeración de la munición de caza, en
las unidades secundarias de fuerza, presión, trabajo i potencia, en la aeronáu-
tica, en la relojería, en la medida de las temperaturas).
El trabajo del señor Guillaume demuestra que el sistema métrico va abrién-
dose camino aun en las naciones que le son más hostiles, como las de orijen an-
glo-sajón.
Por lo demás, como, sino absolutamente perfecto, es sin disputa un sistema de
pesas i medidas más racional que los que le precedieron, de desear es que pron-
to impere en todas las naciones civilizadas.
E S. E. BARARINO.
CASA EDITORIAL CH. BÉRANGER, PARÍS.
Les fours électriques, production de chaleur au moyen de 1'énergie électrique
176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
et construction des fours électriques, par W. BORCHERSs, professeur de métal-
lurgie et d'electrométallurgie á 1"École des Hautes Études techniques d'Aix-la-
Chapelle. Edition francaise, publiée d'apres la deuxiéme édition allemande par
le docteur L. Gautier. 1 vol. de 245 pages grand in-8% avec 292 figures dans
le texte. Ch. Béranger, éditeur, Paris et Liege.
Mientras nos ocupamos con mayor detalle de esta obra, va a continuación el
índice :
I. Modes de chauffage : par résistance, direct par l'are voltaique, fours par ditfé-
rents modes de chautfage.
TI. Construction des fours électriques.
TIT. Applications des fours électriques.
TV. Rendement des fours électriques.
Le remblayage a l'eau, par Orro Putrz, ingénieur des mines, diplomé. Tra-
duit de l'allemand par Jules Francois, ingénieur des mines. 1 volume de 90
pages, grand in-8% avec 44 figures intercalées dans le texte. Ch. Béranger,
éditeur. Paris et Liege, 1908.
Respecto de esta obra dice el traductor :
« El presente trabajo es una lucha contra el vacío. La natwraleza tiene horror
al vacío. Combatiendo el vacío en nuestras minas desalojamos el grisú i los gases
deletéreos, eliminamos el incendió subterráneo i detenemos el desmoronamiento.
Grato me será poder aportar mi parte en la vulgarización de la ciencia moderna
para obtener este triple i brillante resultado. »
I'année électrique, électrothérapique et radiographique, revue annuelle
des progres électriques en 1907 par le docteur FOVyEAU DE COURMELLES, «etc.
Huitieme année. 1 vol. de 332 pages in-12. Ch. Béranger, éditeur, 1908. Pa-
ris. Prix, 3,50 frances.
Conocido es de todos los estudiosos este manual del doctor de Courmelles que
en su año 8% no desmerece de las que le precedieron.
L'automobile a essence, principes de construction et calculs, par ED. HEIRMAN
ingénieur civil, expert des tribunaux. Un volume de 265 pages in-8% grand,
avec 63 figures dans le texte. Ch. Béranger, éditeur. Paris 1908.
El autor ha dividido la obra en tres secciones :
I. Tracción : resistencias a la tracción i démarrage, adherencia, dérapage.
TI. Motor : Mezcla tonante, carburación, motor a cuatro tiempos, |funciona-
miento 1 cáleulo de la potencia, regularidad del par motor, equilibrio de los mo-
tores, ignición, enfriamiento, datos de construcción, volantes, ensayo de los mo-
tores.
TI. Bastidor 1 mecanismos de transmisión.
DL. D.
L td Mexico.
havaleta, José OE Montevideo.
adolfo de......... Montevideo.
ant, German...... Mendoza.
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aráes, Rodolfo.......... Elba (Portus.)
t, Fernando ........... Amberes.
La Plata.
e Quevedo, Samuel A.
-Bimbi, José.
Bell, Carlos H.
" Besio Moreno, Nicolás:
-Biraben, Federico.
Bonorino, Ignacio.
Bosch, Benito $.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Aureliano R.
Bonanni, Cayetano.
Bosque y Reyes, F.
Brané, Eugenio.
Brian, Santiago
Brindani, Medardo.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan C.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cáceres, Dioñisio.
Enrique A.
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ric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
rez de Toledo, Julio
ga, Federico.
Cagnoni, Juan M.
Calderón de la Barca, A.
Camus, Nicolás.
Caminos, Zacarías.
Candioti, Marcial R.
Canale, Humberto.
Capelle, Raul.
Carvalho, Antonio J.
Cano, Roberto.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo.
Carabelli, J. J. T. G.
Cardoso. Ramón.
Carmann, Ernesto.
Carmona, Enrique.
Carossino, Jacinto T.
Cassai, Godofredo.
Casullo, Claudio.
Castellanos,
Castro, Vicente.
Castro, Eduardo B.
Claypole, Jorge.
Cerri, César.
Cevallos Socas, €. M.
Cevallos, Federico.
Cerdeña, Fernando.
Cereseto, Juan.
Cilley, Luis P.
Civit, Julio Nilo.
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Barabino, Santiago E.
Barilari, Mariano S.
rro Madero, Carlos.
pt Joaquín.
Cagnoni, Alejandro N.
Cárlos T.
Lillo, Mipnel AS
Luiggi,
Morandi,
Paterno, Manuel..
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Porter, Carlos E.....
Reid. Walter F.
Scalabrini, Pedro. A
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Spegazzini, Carlos. ...
Tobar, Carlos R......
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Chanourdie, Enrique.
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Etcheverry, Angel.
Chapiroff, Nicolás de. ¡Etchagaray,Leopoldo A.
Chiappe, Leopoldo J.
Chiocci, Icilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Cobos, Francisco.
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos..
Contin, Diego T. R.
Compte, Riqué Julio.
Coria, Valentín F.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalán Manuel S.
Coronel, Policarpo.
Costa, Manuel C.
Cottini, Arístides.
Courtois, U.
Cremona, Andrés V.
Cremona, Víctor.
Cuomo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro €.
Dates, Germán.
Díaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W.
Dominico, Guillermo.
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
Debenedetti, José.
Dellepiani, Luis J.
Demarchi, Torcuato T. A
Demarchi, Marco,
Delgado, Fausto.
Donovan Antonio.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Duarte, Jorge N.
Dubois, Alfredo F.
Ducros, Pablo.
Duncan, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio.
Durand, José C.
Echagúe, Carlos.
Eppens, Gustavo.
- Eramauspe, Carlos.
Esteves, Luis.
Ezcurra, Pedro. .
Faverio, Fernando.
Fernández, Alberto].
Fernández Díaz, A,
Fernández, Pedro A.
Fernández Poblet, A,
Ferreyra, Miguel.
Figueredo, Juan M.
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Fornati, Vicente.
Fortt, Pedro P.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Galtero, Alfredo.
Gallardo, Angel.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino, Adolfo.
Gándara, Federico W-
Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
García, Jesús M.
Gatti, Julio J.
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastián.
Giménez, Angel M.
Gjuliani, José”
Girado, José IL.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldenhorn, Simon.
Gonzáles, Arturo.
González, Agustín.
González Cazón Vicente.
González Carlos P.
Gonzalez, Juan B.
Gorosabel, Angel J.
Gorostiaga, Abelardo.
Granero, Miguel.
Gradin, Carlos.
Gregorina, Juan.
Gregorini, Juan A.
| lion AA
-Groizard, Alfonso.
Guido, Miguel.
Guasco, Carlos.
Gutiérrez, Ricardo].
Hauman, Merek Lucien.
Harrington, Daniel.
Hermitte, Enrique.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marceline
Herrera, Nicolás M.
Herrero, Ducloux E.
Herlitzka, Mauro,
Henry. Julio
Hicken, Cristóbal M.
Holmberg, Eduardo L.
Holmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Huergo, Ricardo J.
Hughes, Miguel. '
Igaártua, Julio F.
Igartua, Eulogio M.
Iriarte, Juan.
Iribarne, Pedro.
Isbert, Casimiro Y.
Isnardi, Vicente.
Israel, Alfredo (.
-Isaurralde, Alfredo D.
+ Ithier, Gaston.
Iturbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Jacobacci, Guido.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
Krause, Otto.
Krause, Julio.
Kestens, Juan.
Klein, Hermán.
Kreusberg, Jorge.
Labarthe, Julio.
Lacroze, Pedro.
Lagrange, Carlos.
Lanús, Eduardo M.
Langdon, Juan A.
Laporte Luis B.
Larreguy, José
Larco, Esteban.
Larguía, Carlos.
Lathan Urtubey, Aug.
Latzina, Eduardo.
La valle, Francisco.
Lavalle, Francisco P.
Lavergne, Agustín.
Lea Allan B.
Lebrun, José A.
Leguizamón, Martiniano
Lepori, Lorenzo.
Leonardis, Leonardo de
Letiche, Enrique.
López, Aniceto E.
Lopez, Eufrasio.
López, José M.
López, Martín J.
Lucero, Apolinario.
Lugones, Arturo M.
Luro, Rufino.
Ludwig, Carlos.
Lutscher, Andres A.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Maglione, José L.
Magnin, Jorge.
Maligne Eduardo.
Mallol, Benito J.
Mamberto, Benito.
Marenco, Eleodoro.
Marino, Ale edo.
Martínez Pila, Rodolfo. ol
Martini, Rómulo E.
Marti, Ricardo.
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
Maupas, Ernesto.
Mattos, Manuel E. de.
Mendizábal, José S.
Mercáu Agustín.
Merian, Eduardo.
Mermos, Alberto.
Meyer Arana, den
Miguens, Luis.
Miguaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Molina, Arturo B.
Molina y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo
Moeller. Eduardo.
Molina, Waldino.
Molina Civit, Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Carlos María
Morales Bustamante, J.
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V.
Moreno, Josué F.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, "Adolfo.
Mussini, José A.
Naon, Alberto
Narbondo, Juan L.
Navarro Viola, Jorge.
Newton, Artemio R.
Newton, Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo
Niebuhr, Otto.
Nielsen, Juan.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Newbery, Ernesto.
Noceti, Domingo
Nogués, Pablo.
Nogués, Domingo.
Nougues, Luis F
Novas, Manuel N.
Nouguier, Pablo.
Obligado Alejandro.
Ocampo, Manuel $.
Ocempo, Jorge.
Ochoa, Arturo.
Olivera, Carlos E
Oliveri, o
Orcoyen, Francisco
Orús, José M.
Orús, Antonio (hijo).
Ottanelli, Atilio.
Orgeira, Mariano A.
Ortúzar, Alejandro de
Orzábal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo.
Otamendi, Alberto.
Otamendi. Juan B.
Oatmendi, Gustavo.
Vtamendi. Belisario.
Otero Rossi, Ildefonso
Palacio, io. €
Palacio, Alberto.
Palmarini, Armando.
Pasman, Raúl G.
Páquet, Carlos.
Parekinson, Pedro P.
Pascual, José L.
Pastoriza, Rodolfo.
Pastoriza, Luis.
Pattó, Gustavo.
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Pérez, Alberto J.
Pérez Mendoza, José. -
Perillón, Rodolfo.
Peró, Gabriel.
Petersen, Teodoro H.
Pigazzi, Santiago.
Piana, Juan.
Piaggio, Antonio.
Pol, Victor de
Porro de Somenzi Y.
Posadas, Carlos.
Pouyssegur, Hipólito B.
Puente, Guillermo A.
Pueyrredon, Carlos A.
Puiggari, Pío.
Puiggari, Miguel M.
Prins, Arturo.
Quiroga, Modesto.
Quiroga, Atanasio.
Rabinovich, Delfín.
Raffo, Jacinto T.
Ramos Mejía, lidef, P.
Ramos Mejía, lldef. G.
Razori, Francisco.
Razenhoffer, Osgar.
Recagorri, Pedro S.
Rebuelto, Emilio.
Retes, Antonio.
Repetto, Agustín N.
Repetto, Roberto.
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo.
Rigoni, Luis.
Riglos, Martiniano.
Rivara, Juan
Roasenda, Carlos L.
Rodríguez, Andrés.
Roffo, Juan.
Rojas, Estéban C.
Rojas, Félix.
Romero, Armando.
Romero, Carlos L.
Romero, Julián.
Romero, Antonio.
Rosetti, Emilio.
Rospide, Juan.
Rouge, Marcos.
Rouquette, Augusto.
Rubi», José M.
Rua, José M. de la
Rus Pablo.
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José M.
Sánchez Díaz, José.
Sanchez Díaz, Abel.
nglas, Rodolfo.
S rabayrouse, Eugenio
o Rodolfo.
Senillosa, .
Silva, A
Silveyra, R
Simonazzi,
Siri, Juan M
Sisson, Enriqu
Solari, Lorenzo
Soldano, Fe uc
Spinedi, Herme
Tamini Crann ME
Taiana, Al rlo.
Thedy, Héct
cas os
TeaNarid] Nicolá
Uriarte Castr ed
Uriburo, Arenales
Vallebella, Col
Vallejo Vega, Dan
Valenzuela, Moisés
Valentini, Arge '
Valerga, Oro
Velasco, Salvad
Venturino Máx
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz,F
v illegas, Beli
Waalea] Eon de 5
Wauters, Carlos.
Wernicke, Rober
White, Guillerm
White. Guiller
Mana Amadeo. )
INA
DIRECTOR : - INGENIERO SANTIAGO JE- BARABINO
Momento anual del presidente de la Babiedada correspondiente al XXXy> período...
DorLLo-Jurapo, Essai d'une division biologique des vertébTéS......00ooocooo...
ORGE NEWBERY, Estudio sobre la fabricación de la lámpara eléctrica incandecente
llamada CO ooo nrrre
ORROTTKY, Nuevos himenópteros,.....----. A A
BIBLIOGRAFÍA ....-......-.-
SEA SI A US OI O O IO O OU ES
— BUENOS AIRES.
IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS
684 — CALLE PERÚ — 684
'
1908
Vicepresidente 4*..
Vicepresidente 20..
a Presidente. . NE
Secretario ;
DOTES Orea ) do ae REN A
BOO tecario lo. Arquitecto Oscar Ranzenhofer iS,
: h ; - /Tenientecoronel ingeniero Arturo M.
| Ingeniero Eduardo Volpatti
| ' Y Doctor Jorge Magnin
PVC EaLeS o. ete eaneara o Ingeniero Framcisco Alberdi y
va E - Doctor Cristóbal M. Hicken
Señor Juan B. Ambrosetti.
¿Ingeniero Alberto Taiana
Gerente A ... Señor Juan Botto
o
' REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, ingeniero José S. Corti, ing o
Eduardo Latzina, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Duclo , inge=
- niero Jorge Newbery, señor Félix F. Outes, ingeniero Agustín Mercau, ingeniero Mau
ricio Durrieu, arquitecto Oscar Ranzenhofer, doctor Jacinto T. Raffo, doctor Feder o
Gandara, ingeniero Ricardo J. Gutiérrez, doctor Martiniano Leguizamón. ,
Secretarios : Ingeniero EmILI0 REBUELTO y señor EmiLIo M. FLORES
ADVERTENCIA
4
- A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje ap
- de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á Ja Junta Directiva para ser considerados.
- La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos. É A A
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos prue:
_ Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Direc
Cevallos 269. : | DR ES
A
la! A
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias
Pesos moneda nacional po :
A dd A 000,
Porianas. o ,112.00.
Número atrasado..... me o OO
y A depara clos. socios Lts aa e UEDO
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 4 40 pasado meridiano
> al 6
ven 4
A
MEMORIA ANUAL
DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CORRESPONDIENTE
AL XXXV% PERÍODO (1% ABRIL DE 1907 Á 31 DE MARZO DE 1908)
LEÍDA EN LA ASAMBLEA DEL $8 DE ABRIL DE 1908
"Señores socios :
En cumplimiento de lo que establece el artículo 4” del reglamento,
voy á daros cuenta del estado actual de la Sociedad y del movimien-
to habido durante el período transcurrido.
Socios. — El número de socios activos en 31 de marzo de 1907 era
de 485, el de honorarios 5 y el de correspondientes 33.
Han ingresado durante el período terminado 26 socios activos y
se han reincorporado 6, lo que hace un total de 32 socios activos.
Han salido por diferentes causas 13. Actualmente, la Sociedad
cuenta con 504 socios activos, 6 honorarios y 33 correspondientes.
El número de socios honorarios ha aumentado de 1, en virtud de
haberse nombrado en tal carácter al profesor señor César Lombroso.
En el período que ha terminado se ha tenido que lamentar el falleci-
miento de los socios ingenieros Carlos Echagiie, U. Swenson y Emi.
lio Rosetti.
He aquí la nómina de los socios aceptados :
Pablo Rús, Daniel Vallejo Vega, Federico Alzáa, Juan Babacci,
Nicanor Sarmiento, Walther Sorkau, Leopoldo J. Chiappe, Horacio
Benavídez, Guillermo Saubidet, Carlos L. Roasenda, Juan B. Gonzá-
lez, Virgilio de Angelis, José Pérez Mendoza, Guido Jacobacci,
Francisco Porro de Somenzo, Esteban Larco, Valentín Virasoro, Jo-
sé M. López, Manuel €. Costa, Santiago Maradona, Ernesto O. Boat-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 12
178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ti, Raúl Carvallo, Ricardo Ferrari, Fermín Eguía, Kenneth A. H.
Everill, Guillermo G. Atarés.
Los reincorporados fueron: Ildefonso P. Ramos Mejía, Luis J.
Dellepiane, Ernesto Carmann, Francisco P. Moreno, Alejandro Amo-
retti, Carlos Bunge.
Asambleas. — Con la presente tres han sidolas asambleas relizadas
durante el período, en las cuales se ha procedido á la renovación de
la Junta Directiva, integración de la misma, nombramiento del pro-
fesor César Lombroso como socio honorario, y á la renovación del
personal de dirección y redacción de los 4nales.
Junta Directiva. — En la asamblea del S de abril del año próximo
pasado, quedó constituida la Junta Directiva en la siguiente forma :
Presidente : Coronel Ingeniero Arturo M. Lugones.
Vicepresidente 1%: Doctor Cristóbal M. Hicken.
Vicepresidente 2%: Profesor Juan B. Ambrosetti.
Secretario de actas : Ingeniero Arturo Grieben.
Secretario de correspondencia : Ingeniero José Debenedetti.
Tesorero : Ingeniero Luis Miguens.
Bibliotecario : Ingeniero Federico Birabén.
Vocales : Ingenieros Julio Labarthe, Domingo Selva, Vicente Cas-
tro, Mauricio Durrieu, Guillermo Schaefer, Horacio Arditi, Jorge
Magnin.
Porrenuncia del ingeniero Mauricio Durrieu, del puesto de vocal,
en la asamblea del 22 de julio del año anterior, fué elegido el inge-
niero Francisco Alberdi, para reemplazarlo.
Así constituida ha funcionado hasta la fecha, habiéndose celebra-
do 28 sesiones en las que se han tomado en consideración y despacha-
do todos los asuntos entrados, habiéndose tomado, entre otras, las si-
guientes resoluciones :
Iniciar los trabajos necesarios á fin de obtener del honorable Con-
ereso de la Nación, un subsidio pecuniario para invertirlo en amplia-
ciones y mejoras del local, renovación del mobiliario y fomento de la
biblioteca social. Desgraciadamente estos trabajos no se llevaron
adelante á causa de la iniciativa del señor Ministro de Relaciones
Exteriores para dotar de un local común á varias sociedades científi-
cas, cuyo edificio sería construído por cuenta del Superior Gobierno
Nacional. Después de varias reuniones de presidentes en las que se
discutió la iniciativa sin poderse arribar á nada prático, como era de
MEMORIA DEL PRESIDENTE 179
esperarse, quedó aplazada la solución del asunto hasta otra oportu-
nidad.
La ampliación del edificio y fomento de la biblioteca están íntima-
mente ligadas al progreso de nuestra Sociedad por lo que me permito
recomendar la solución de tan importante asunto, á la nueva Junta
Directiva.
Con motivo de la llegada á nuestro país, del eminente escritor ita-
liano, profesor Guillermo Ferrero, se nombró una comisión compues-
ta de los ingenieros Santiago E. Barabino, Domingo Selva y Federi-
co Birabén para que se apersonaran á dicho señor, y en nombre de la
Junta Directiva le dieran la bienvenida y pusieran á su disposición
los salones de nuestra Sociedad.
Elevar á 900 ejemplares el tiraje de los Anales en virtud del au-
mento de socios, y á que el Ministerio de Relaciones Exteriores se
había subseripto á 100 ejemplares mensuales á contar del mes de
enero del año próximo pasado.
Festejar como de costumbre el aniversario de la Sociedad, lo cual
se hizo, realizando la fiesta pública que tuvo lugar el 23 de septiem-
bre próximo pasado en el Politeama Argentino.
Como cada vez se va haciendo más difícil la obtención de conferen-
ciantes, la Junta Directiva resolvió pasar á los señores profesores de
las diferentes Facultades de la capital la siguiente circular :
Sociedad Científica Argentina
Calle Cevallos, 269
Buenos Aires... de 190...
Señor Profesor...
La Sociedad Científica Argentina, cuyas bases establecen :
1” Fomentar el estudio de las ciencias en general, con sus aplica-
ciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida
social ; :
2 Estudiar las publicaciones, descubrimientos, inventos y mejoras
científicas; especialmente aquéllas que puedan tener una aplicación
práctica en la República Argentina ;
3% Examinar y estudiar por todos los medios á su alcance, los ma-
teriales de construcción y las obras de interés público proyectadas 6
que en adelante se proyectaran, como igualmeate el costo y sistemas
empleados para su ejecución.
180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Deseando hacer prácticas en lo posible las mencionadas bases, la
Junta Directiva en su última sesión, ha resuelto dirigirse á los seño-
res Profesores á fin de que si lo creen conveniente puedan dar en los
salones de la Sociedad conferencias ó conversaciones científicas que
se relacionen con el objeto indicado, ó sobre temas del programa de
la materia que dictan y que las exigencias del tiempo no le permitan
desarrollar en clase.
Al efecto, ofrece á usted el salón de conferencias con capacidad
para doscientas personas, y en el que se halla instalada una linterna *
de proyecciones luminosas.
Rogando al señor Profesor que en caso de hacer uso de esta invi-
tación se servirá dar oportuno aviso indicando día y hora para poder
anotar por orden los pedidos, me es grato saludarlo atentamente.
A. M. LUGONES,
Presidente.
José Debenedetti,
Secretario.
Á pesar de las medidas tomadas, tengo el sentimiento de comuni-
car á la Asamblea que nada, relativamente, se ha conseguido al res-
pecto.
Sigo enumerando algunas otras resoluciones tomadas :
En virtud de una atenta como encomiástica nota recibida del Co-
mité Organizador del 4” Congreso Científico y Primero Pan-Ameri-
cano quese reunirá en Santiago de Chile en elmes de diciembre próxi-
mo, invitando á la Sociedad á adherirse á aquel Congreso, y pidiendo
la cooperación de la misma para el mejor éxito de la reunión, se resol-
vió contestar agradeciendo los conceptuosos términos de la nota, co-
municándoles la adhesión y que oportunamente se nombraría el de-
legado que ha de representarla en dicho acto.
Además se acordó remitir á aquel Comité 30 ejemplares de las co-
lecciones de los trabajos publicados por el primer Congreso que se
realizó en esta capital en el año 1898, bajo los auspicios de nuestra
Sociedad.
Pasar á estudio del doctor Francisco de Veyga una copia de la ley
de los Estados Unidos de Norte América, relativa á trabajos de an-
tropología criminal, enviada por el señor Arturo Mac Donald con el
objeto de que nuestro país contribuya á esa clase de estudios.
MEMORIA DEL PRESIDENTE 181
Nombrar al doctor Emilio M. Flores, para representar á la Socie-
dad en el Congreso de la Prensa Argentina, realizado últimamente
en esta capital.
Agradecer especialmente al ingeniero Carlos Agote la donación
de las dos acciones con que se había subseripto para la erección del
edificio social.
De acuerdo con el artículo 16 del reglamento, los miembros sa-
lientes de la Junta Directiva son: Coronel Arturo M. Lugones, inge-
nieros Julio Labarthe, Arturo Grieben, Luis Miguens, doctor Horacio
Arditi, ingenieros José Debenedetti, Domingo Selva, Federico Bira-
bén, doctor Guillermo Schaefer.
Quedando como vocales los señores: Profesor Juan B. Ambrosetti,
ingenieros Francisco Alberdi, Vicente Castro, doctor Jorge Magnin.
En consecuencia, en la asamblea de esta noche hay que elegir los
socios que han de desempeñar, durante el XXXVI período adminis-
trativo, los puestos de Presidente, Vicepresidentes 1* y 2*, Secretarios
de actas y de correspondencia, Tesorero, Bibliotecario y dos vocales.
Debido á los esfuerzos de los señores miembros de la Junta Direc-
tiva, se ha conseguido que se dieran las siguientes conferencias:
28 de junio. Aluminotermia, por el doctor Jorge Magnin.
19 de agosto. La historia de la corteza gris cerebral del pescado has-
ta el hombre, por el doctor Christfield. Jakob.
2 de septiembre. Segunda parte de la conferencia anterior.
23 de septiembre. Mi Profesión, por el ingeniero Domingo Selva.
23 de septiembre. Los Laboratorios de biología acuática, por el doc-
tor Fernando Lahille. — Esta conferencia y la del ingeniero Selva,
fueron dadas en el Politeama Argentino, en la fiesta que celebró la
Sociedad con motivo del XXXV aniversario de su fundación.
28 de octubre. La posición de Rafael en la historia del arte del Re-
nacimiento Italiano. Sus obras y el desarrollo biográfico de su vida, por
el profesor Juan Warnken.
7 de noviembre. Influencia de la radioactividad en los fenómenos
meteorológicos, por el profesor Jorge Kreuzberg.
13 de diciembre. Ensayo erítico sobre el gótico moderno, por el se-
nor Leopoldo Lugones.
- 27 de diciembre. Ranas, Sapos y Escuerzos, por el doctor Horacio
-Arditi.
182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La mayor parte de las mencionadas conferencias fueron ilustradas
con experimentos y proyecciones luminosas.
3 de abril de 1908. Ontogenia del embrión humano, por el doctor
Juan B. González.
Excursiones y visitas. —Durante el período transcurrido se han
efectuado las siguientes visitas :
24 de junio de 1907. Visita á la fábrica de papel de Bernal.
17 de noviembre. Visita á la usina eléctrica del tramway Lacroze.
24 de noviembre. Visita á las obras en construcción del nuevo Pa-
lacio de justicia.
1* de diciembre. Visita á la fábrica de manteca «Unión Argenti-
na» Limitada.
15 de marzo de 1908. Visita al nuevo teatro Colón.
25 de marzo. Visita á la fábrica de tejidos de los establecimientos
americanos « Gratry ».
5 de abril. Visita al Museo de la Clínica Obstétrica de la Facultad
de Medicina (Hospital San Roque).
Anales. — Han aparecido las entregas de los Anales con regulari-
dad, y esto, así como la buena marcha de los mismos se debe á la inteli-
gente dirección, á la competencia y completa dedicación de su direc-
tor el ingeniero Santiago E. Barabino, para quien pido á la asamblea
un voto de gracias y aplauso, que por cierto lo tiene bien merecido.
La tirada que era de 8500 ejemplares ha sido aumentada á 900 por
las causas anteriormente expuestas.
Con la subscripción del Ministerio de Relaciones á 100 ejemplares
mensuales, los Anales cuentan con un total de 108 subseriptores.
En la asamblea del 30 de noviembre próximo pasado quedaron
constituídos el personal de dirección y redacción en la siguiente
forma : :
Director. — Ingeniero Santiago E. Barabino.
Secretarios. — Ingeniero Emilio Rebuelto y el doctor Emilio M.
Flores.
Redactores. — Ingenieros Alberto Schneidewind, José S. Corti,
Eduardo Latzina, Jorge Newbery, Agustín Mercau, Mauricio Durrieu,
Ricardo J. Gutiérrez; doctores : Angel Gallardo, Eduardo L. Holm-
berg, Enrique Herrero Ducloux, Jacinto T. Raffo, Federico Gándara,
Martiniano M. Leguizamón, arquitecto Oscar Ranzenhofer, y el señor
Félix F. Outes. |
MEMORIA DEL PRESIDENTE 183
Así constituídos, han funcionado hasta la fecha, y de acuerdo con
lo que establece el Reglamento, el cuerpo de redactores terminará su
mandato el 30 de noviembre próximo, y el de dirección el 30 de no-
viembre de 1909.
Han contribuido á la publicación de los Anales, los autores de las
memorias que á continuación se detallan, las que oportunamente fue-
ron publicadas :
Memoria anual del presidente de la Sociedad correspondiente al
XXXI V período administrativo, por el coronel Arturo M. Lugones.
Nota sobre el carbón de Salagasta, por el doctor E. Herrero Du-
cloux.
Una nueva masa de inyección á base de albúmina, por Augusto OC.
Scala.
Nivelación de precisión, por el ingeniero Arnaldo Speluzzi.
Zonas de regadío en Tucumán, por el ingeniero Carlos Wauters.
Catálogo sistemático de la avifauna riojana, por Eugenio Giaco-
melli.
Edificación contra temblores, por el ingeniero Domingo Selva.
Exploración arqueológica al Alto Paraná, por el profesor Luis Ma-
ría Torres.
Nuevo sistema de coordenadas bipolares, por el ingeniero P. de Le-
piney.
Máquina universal de dibujar, por el ingeniero José S. Corti.
XXX V aniversario de la Sociedad Científica Argentina.
Discurso del vicepresidente 2% señor Juan B. Ambrosetti.
Invernada de las orugas de Morpho Catenarius (Perry), por el doc-
tor Angel Gallardo.
IV Congreso científico latino y 1” pan-americano, que se reunirá en
Santiago de Chile en diciembre de 1908.
El Ingeniero, por el ingeniero Domingo Selva.
Los laboratorios de biología acuática, por el doctor Fernando Lahille.
La investigación del ácido bórico en las substancias alimenticias por
medio del papel de cúrcuma, por el doctor Francisco P. Lavalle.
Notas sobre fórmulas geodésicas, por M. González Fernández.
Anteproyecto para la explotación de la corriente eléctrica y del gas en
el municipio de la Capital, por J. Newbery.
Nuevos himenópteros, por Schrotty.
Essais d'une división biologique des vertébrés, por M. Doello-Jurado.
Rafael, por Juan Warnken.
Biografías varias, por S. E. B.
184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Secretaría. — La de actas ha sido desempeñada por el ingeniero
Arturo Grieben, y la de correspondencia por el ingeniero José Debe-
nedetti, quienes han atendido con todo empeño el despacho de todos
los asuntos entrados y resueltos por la Junta Directiva, asambleas,
la correspondencia social y la redacción de las actas. Han mantenido
las relaciones de la Sociedad con las del país y del extranjero, y se
han redactado 346 notas cuyas copias se encuentran en los libros res-
pectivos.
Los libros de actas de la Junta Directiva y asambleas, copiador
de notas y demás auxiliares se encuentran en buen estado y al día.
Tesorería. — Ha continuado á cargo del ingeniero Luis Miguens,
quien ha desempeñado este cargo con la misma contracción con que
lo hizo en el período anterior.
Dan una idea de la labor realizada los cuadros de tesorería que se
agregan á esta memoria.
Los libros han sido llevados en forma y se encuentran en buen es-
tado y al día.
Biblioteca. — El puesto de bibliotecario ha sido desempeñado por
el ingeniero Federico Birabén, y por su iniciativa en breve se dará
principio á la confección del catálogo de la biblioteca por el sistema
decimal.
Movimiento de la biblioteca. — Se han recibido en calidad de dona-
ción 45 volúmenes y 54 folletos, entre otras obras, las siguientes :
Rafael Barrera, Materias explosivas militares é industriales. 1 vol.
Paris, 1907.
Pablo A. Pizzurno, La escuela primaria. 1 vol. Buenos Aires,
1907.
Luis Riso Patrón, La línea de frontera con la Argentina. 1 vol.
Santiago de Chile, 1907.
Segarra y Juliá. Excursión por América. 1 vol. San José de Costa
Rica, 1907.
F. Wollorton Hutton, The lesson of evolution. 1 vol. 1907.
Eduardo Acevedo, La enseñanza universitaria. 1 vol. Montevideo,
1906.
Padrón minero de los territorios nacionales. 1 vol. Buenos Aires,
1907.
Registro oficial de la República del Paraguay. 1 vol. Asunción, 1907.
MEMORIA DEL PRESIDENTE 185
Estadística de ferrocarriles año 1905. 1 vol. Buenos Aires, 1906.
Lecciones agrícolas. 1 vol. Buenos Aires, 1907.
Canal del norte. Informe de la comisión de medición de las obras
hechas, 1 vol. La Plata, 1907.
Peritaje sobre, la explotación de la isla del Espinillo. Informe peri-
cial por los ingenieros P. Vinent, Luis Curutchet y Luis A. Huergo,
1 vol. Buenos Aires, 1908.
La enseñanza umiversitaria en 1906. 1 vol. Montevideo, 1907.
Weroffentlichmoyen des deutschen Akademischen Vereimsgung u
Buenos Atres 1907, años 1890-1904. 1 vol. Buenos Aires, 1907.
Montevideo sanitario, 1 vol. Montevideo, 1907.
Juan B. Ambrosetti, Exploración arqueológica de ia Pampa Gran-
de, provincia de Salta. 1 vol. Buenos Aires, 1906.
CO. Grippin, Memoria de la universidad de La Plata, año 1906. 1
vol. La Plata, 1007.
M. Fernández de Echeverría y Veytia, Los calendarios mexicanos.
1 vol. con ilustraciones, México, 1907.
E. M. de Hostos, Lecciones de derecho constitucional. 1 vol, París,
1908.
Les prix Nobel en 1905. 1 vol. Stockolm, 1907.
Manuel E. Pastrana, Monografía sobre el servicio meteorológico me-
xicano, 1 vol. México, 1906.
Hermann Von Ihering, Catalagos da Fauna brazileira (aves do Bra-
ztl). 1 vol. San Paulo, 1907.
Luigi Cozza, La Riattivazione del ramo del Tevere. 1 vol. Roma,
1907.
E. Lavalle Carvajal, Tabaco, tabacomanía, tabaquismo. 1 vol. Méxi-
co, 1907.
Pablo Patrón, Nuevos estudios sobre las lenguas americanas. 1 vol.
Leipzig, 1907.
Reglamento interno é instrucciones técnicas de la oficina de mensuras
de la República de Chile. 1 vol. Santiago de Chile, 1907.
atalogue of Yale university. 1 vol. New Haven, 1906-1907.
Tercera reumión del Congreso latino-americano. 2 vol. Río de Janei-
ro, 1906-1907.
Han contribuido también á enriquecer nuestra biblioteca con va-
liosas obras, las casas editoras de Ch. Béranger, Gauthier-Villars,
de París, y A. Hermann.
He aqui las obras donadas por dichas casas durante el período que
terminó:
186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
N. de Tedesco, Recueil de types de ponts pour routes en ciment armé,
texto y atlas. 2 vol. París, 1907
Jean Escard, Les industries électrotecniques, traité pratique. 1 vol.
Paris, 1907
Jules Merlot, Manuel de VPouwvorier mécanicien, Guide du monteur. 1
vol. París, 1907.
Julien Dalemont, La construction des machines électriques. 1 vol.
París, 1907.
Cadiat Dubost y Boy de la Tour, Traité pratique WVélectricité ¡n-
dustriel. 1 vol. París, 1907.
Gustavo Siegel, Prix de revient et prix de vente de Vénergie électri-
que, sutoi d'un essai de tarification rationnelle. 1 vol. París, 1907.
Louis Weve, Cinématique des mécanismes. 1 vol. París, 1907.
Foveaux de Courmelles, 1 Année électrique et électrothérapique et ra-
diographiques. 1 vol. París, 1908.
F. Heise, Théorique et pratique des explosifs. 1 vol. París, 1907.
P. Bourguignon, Essais des machines d cowrant continu et alterna-
tif. 1 vol. París, 1907
Hans Baron Jupiner, Eléments de sidérologie. 1 vol. París, 1907.
J. Post y B. Neumann, Traité complet d*analyse eta appliquée
aux essañís industriels. 1 vol. París, 1908. :
O. Manville, Les découvertes modernes en physique. 1 ol París,
1808.
Henry Joseph Mallot, Applications de la photographie aux levés
topographiques en haute montagne. 1 vol. París, 1907.
J. Mascart, Organes principaux de distributions et des contróles des
horloges synehronissées életriquement. 1 folleto, París, 1907
Durante el período transcurrido se han comprado las siguientes
obras:
Misuracca y A. Boldi, L*arte moderna del fabricare (texto y atlas).
2 vol. Milano.
Atilio Parazzolli, Lezioni elementari di elettricitá industriale. 2 vol.
Roma, 1905.
Kerner di Marilaos, A., La vita delle piante. 2 vol. Torino, 1892.
Meyer, M. G.., L?universo stellato. 1 vol. Torino, 1900-
Neumayr, M., Storia della terra. 2 vol. Torino, 1896.
Ranke, J., L/uomo. 2 vol. Torino, 1892.
Ratzel, F., La terra e la vita. 2 vol. Torino, 1907
Ratzel, F., Le razze humane. 3 vol. Torino, 1891.
Haeckel, E., £ problemi dell universo. 1 vol. Torino. 1904.
MEMORIA DEL PRESIDENTE 187
Haeckel, E., Le maraviglie della vita. 1 vol. Torino, 1906.
Guareschi, I., Nuova enciclopedia de chimica (1%, 3%, 4% y 1"
4 vol. Torino, 1906.
Fischer, T., La penisola italiana. 1 vol. Torino, 1902.
Brehen, A. E., La vita degli animali. 9 vol. Torino, 18953.
Se ha subscripto también á la Enciclopedia Universal ilustrada eu-
ropea y americana, cuya obra constará aproximadamente de 254 30
tomos habiendo aparecido ya el primer tomo, estando además subs-
cripta á las siguientes publicaciones :
París, Annales des Ponts et Ohaussées, Revue des Revues, Comptes
Rendus de 1" Academie des Sciences, Annales des chimie et de physique,
Nouvelle Annales de Mathématiques, Revue des Deux Mondes, La Na-
tuwre, Nouvelles Annales de la construction, Oppermann.
Roma, Tratatto generale dell? Arte dell Ingegnere y Giornale del Gre-
mio Civile.
Milano, 11 Costructore, y L? Elettricita.
Londres, The Builder.
Contribuyendo finalmente á engrosar nuestra biblioteca las 319
tomos).
publicaciones que se reciben en cange de los Anales procedentes de
os siguientes países :
Austria, 6; Alemania, 18; Argentina, 42; Bélgica, 4; Brasil, 15;
Colombia, 2; Cuba, 2: Costa Rica, 3; Chile, 9; Estados Unidos, 58;
España, 9; Ecuador, 2; Francia, 26; Filipinas, 1; Holanda, 2; Hun-
gría, 2; Inglaterra, 7; Italia, 37; Japón, 4; México, 10; Noruega, 1;
Natal, 1; Nueva Zelandia, 1; Nueva Gales al Sud, 1; Portugal, S;
Paraguay, 1; Perú, 6; Rusia, 16; Rumania, 1; Suecia, 4; Suiza, 5;
Salvador, 6; Uruguay, 12.
Durante el período se han establecido los siguientes canges nuevos :
Boletín de la Sociedad Geográfica de Rochefort. Boletín de la Socie-
dad de estudios de las Ciencias Naturales de Beziers, El libro, Buenos
Aires. Revista trimestral del Instituto de Ceará. Revista de la Asocia-
ción de Ingenieros y Arquitectos del. Uruguay, Montevideo.
La biblioteca es constantemente consultada por los señores socios,
y durante el período, se han prestado para ser llevados á domicilio
59 volúmenes.
Se han encuadernado 158 volúmenes, y existen en poder del encua-
dernador 51 tomos por encuadernar.
La Sociedad continúa contribuyendo con sus Anales, que envía
mensual y gratuitamente, al fomento de varias bibliotecas públicas
del país.
¡Y
00
00
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Gerencia. — Debo consignar en este acto, respondiendo á dictado
de estricta justicia, toda la buena voluntad, decidido empeño y labo-
rioso é inteligente trabajo con que ha cooperado el señor gerente
Juan Botto al éxito alcanzado en la próspera marcha de la Sociedad,
conquistándose así la congratulación y aplauso de mis coasociados y
la estimación de los que hemos tenido necesidad de emplear su siem-
pre igual y eficaz labor.
Edificio social. — Respecto á nuestro local social, no haré más que
repetir lo que al respecto dije el año anterior, esto es, que él va
siendo cada vez más estrecho para contener el gran número de obras
que componen nuestra biblioteca y valiosas colecciones de Anales.
Durante el período anterior se hicieron algunas reformas en el lo-
cal, y en el período que termina hoy, se pensó obtener fondos del Ho-
norable Congreso, pero la iniciativa del señor Ministro de Relacio-
nes Exteriores, de la que he hecho ya mención, hizo que la Junta
Directiva resolviera aplazar este asunto, por cuanto había pasado la
oportunidad de presentar el pedido del subsidio.
En consecuencia, me permito recomendar la solución del mismo, á
la nueva Junta Directiva.
Al terminar, señores, séame permitido significar á los señores
miembros de la Junta Directiva, mi profundo agradecimiento perso-
nal por la eficiente ayuda con que constantemente me hañ favorecido
y sin la cual, no habría podido responder á las exigencias del puesto
con que mis distinguidos consocios me honrtaron por segunda vez.
ESSAI
DUNE
DIVISION BIOLOGIOUE DES VERTEBRÉS
PAR M. DOELLO - JURADO
I. La division actuelle des vertébrés d'apres leur mode de reproduction. — II.
La division proposée. — III. Les exceptions. — IV. Concordance des groupes
proposés avec d'autres déja établis a des points de vue distincts. — V. L*évo-
>
lution de la fécondation externe á la fécondation interne. — VI. L'anatomie
ES
comparée du systeme urogénital référée á ces deux modes de reproduction. Les
données de 1'embryologie. Les causes probables qui ont amené la fécondation
interne. La forme primitive de la reproduction sexuelle.
TI. — LA DIVISION ACTUELLE
On a jusqwa présent divisé les vertébrés, au point de vue de leur
mode de reproduction, en deux groupes: vivipares et ovipares. La
premiere dénomination a été réservée presque exclusivement aux
mamumiferes, et sous la deuxieme ona compris tout le reste des
vertébrés : oiseaux, reptiles, amphibiens et poissons. S'il est vrai que
Von ne donne déja plus a ces groupes une valeur systématique, il
nen est pas moins vrai aussi que ces deux dénominations sont uni-
versellement employées depuis longtemps pour exprimer les deux
modes de reproduction des diverses classes des vertébrés. Ainsi, par
exemple, quand on parle de la reproduction chez les oiseaux, on dit
que ces animaux sont des ovipares, et Pon dit de méme des poissons
ou des reptiles. La dénomination Vovovivipares a été introduite aprés
pour désigner des formes que Pon a considérées comme des transi-
tions entre les deux autres.
Puisque cette division est acceptée dans tous les textes depuis
une époque déja assez ancienne, il faut admettre qwelle a pour base
190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
quelques faits importants et suffisamment avérés. En effet, les pre-
miers observateurs ont pu constater facilement que les femelles de
certains animaux, tels que le chat ou le cheval, mettaient bas des
petits vivants comme Phomme lui-méme, et que autres, comme la
poule et le crocodile pondaient des ceufs ou Pembryon se développait
peu á peu. Ce fait de Pobservation vulgaire une fois généralisé, on
nomma les premiers des vivipares et les seconds des ovipares. Mais
bientót cette derniere dénomination fut étendue á autres animaux
quí eux non plus ne mettaient bas, par exemple les grenouilles, les
poissons, les erapauds, etc., de telle sorte que le mot ovipare en vint
a signifier le contraire de vivipare, et Pon finit par s'en servir pour
désigner en général les vertébrés non vivipares.
Cela put suftire pendant que Pon ne connaissait pas bien la ma-
niére dont la reproduction a lieu chez ces animaux. Mais les études
postérieures — déjá assez anciennes, pourtant — nous ayant montré
comment les phénomenes de la fécondation s'effectuent dans les di-
vers ordres des vertébrés, cette division semble aujourd/hui un peu
surannée et en désaccord avec les faits.
Nous avons eru utile par conséquent (apres avoir consulté plusieurs
personnes les plus autorisées parmi celles qui a Buenos Ayres se sont
occupées de sciences naturelles) Vattirer attention sur la nécessité
«Vintroduire quelques modifications dans la division actuelle. Nous
nous hátons de dire que nous ne prétendons ni signaler des faits
nouveaux dans le champ de la biologie, ni introduire, par la réforme
proposée, le moindre changement a lPédifice lentement et savamment
báti de la zoologie systématique. Nous avons seulement táché de
nous placer a un point de vue sur lequel on ravait pas jusqw'á pré-
sent suffisamment insisté. Or nous avons trouvé que les différences
et les analogies réelles se dessinaient ainsi plus nettement, et cer-
tains faits non encore bien expliqués nous ont semblé susceptibles
(une interprétation un peu plus claire.
Nous tácherons donc de démontrer dans les pages suivantes :
1” Que la division actuelle en vivipares et ovipares est insuffisante,
parce qw elle confond sous une seule et méme dénomination (celle
Wovipares) deux modes de reproduction fondamentalement différents,
non seulement entre eux, mais encore dans toute la série des verté-
brés, et parce qw'elle présente comme essentielles des différences qui
ne sont que tres relatives.
2% Que Pon peut faire une autre division plus naturelle et plus
logique qui distribue tous les vertébrés en deux grands egroupes bio-
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 191
logiques, en tenant compte de Vintervention des deux sexes dans Vacte
de la reproduction et de la maniére dont celle-ci s'effectue.
3 Qwil faudra créer une dénomination nouvelle pour lun de ces
eroupes si on veut conserver au dedans de Pautre les dénomina-
tions actuelles d'ovipares (tout en restreignant le sens de ce mot) et
de vivipares, — partageant ainsi lensemble des vertébrés en trois
eroupes, une valeur biologiquement inégale, pourtant.
4 Que la division proposée non seulement répond mieux a la réa-
lité des faits, mais qw encore elle suggere des questions pouvant in-
téresser Panatomie comparée et la phylogénie des vertébres et méme
WVautres types du regne animal, etc.
11 serait impossible, et en outre inutile, de reproduire ici les pas-
sages des différents traités sur la question quí nous occupe. 1 suffit
de dire que tous les textes que nous avons eu occasion de consulter
sont Paccord la-dessus, quelle que soit Pimportance que Pon assigne
a cette division la. Le lecteur, tant soit peu versé dans ces ques-
tions, D'aura qua avoir recours a sa mémoite pour se rappeler qu'en
effet c/est en ovipares et vivipares que Pon divise les vertébres au
point de vue de leur mode de reproduction. Ces expressions sont mé-
me passées dans le langage courant, et il est inutile de les définir ici.
Nous ne nous arréterons done pas a faire la critique de cette divi-
sion. Tout en exposant la nótre, nous aurons loccasion de montrer
les défauts de Pactuelle.
Nous prions le lecteur de ne voir dans ces lignes qu'une esquisse lé-
gere. Les faits qw'il faudra passer en revue sont, on le verra, trop
nombreux pour qwil soit possible de les étudier en détail dans un
article. Nous nous réservons par conséquent le droit — nous aurions
dú dire plutót Vobligation — de revenir plus tard sur ce sujet.
Il. — LA DIVISION PROPOSÉE
Si nous envisageons lVétude de la reproduction chez les verté-
brés a un point de vue assez général, nous trouverons tout dVabord
qwelle est toujours sexuelle et á sexes séparés. Les cas d'herma-
phroditisme que Pon a constatés parmi les poissons sont tres rares,
mWétant parfois que des anomalies.
O'est-a-dire done que la présence des deux sexes est toujours né-
cessaire pour que la reproduction puisse avoir lieu. Mais ces deux
sexes y concourent d'apres deux modes différents.
192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Chez les uns la fécondation de Povule, ou cellule sexuelle féminine,
par le spermatozoide ou cellule. sexuelle masculine, a lieu au dehors
du corps de la mere. C'est donc a Vextérieur, généralement dans
eau, que ovule rencontrera le spermatozoide qui doit le féconder.
Ces animaux veffectuent pas par conséquent de copulation et ont
pas Vorganes accouplement. Chez eux la femelle déverse tout sim-
plement a Pextérieur ses produits sexuels et le mále les siens, la
fécondation restant en grande partie livrée au hasard de la rencon-
tre. C'est ce qui arrive dans les deux premieres classes de vertébrés,
les poissons et les amphibiens, sauf quelques exceptions.
Dans le reste des vertébrés — reptiles, oiseaux et mammiféres
— les choses se passent d'une toute autre maniére. La fécondation
est ici toujours interne, c'est-a-dire qwelle a lieu toujours au dedans
du corps de la mere. Chez eux il y a done toujours un accouplement
sexuel, les máles ayant des organes copulateurs. Quant aux autres
différences dans le systeme urogénital, nous les verrons plus loin.
Dans les uns Povule, apres avoir été fécondé, est déposé a Vextérieur
— il est pondu — entouré (une couche d'albumen et d'une coquille
de consistance variable. C'est ce qui arrive chez les reptiles et les
oiseaux. Dans les autres lovule fécondé continue son développement
au dedans d'une cavité spéciale du corps de la femelle et le petit est
déposé a Vextérieur — il est mis bas — libre ('enveloppes ou de co-
quille, et dans un état de développement qui varie dans les différents
ordres. C'est ce quí a lieu pour les mammiferes.
Il suffit de présenter ces faits — bien connus (Vailleurs — sous
cette forme, pour que Pon comprenne aisément que la différence fon-
damentale dans le mode de reproduction des vertébrés dépend du fait que
la fécondation soit externe ou interne, les autres différences Wétant que
de degré.
A ce point de vue, il y a lieu de distinguer deux grands groupes
biologiques, que nous proposons de désigner simplement par les
mots qui expriment leur mode de reproduction, savoir :
1. Vertébrés a fécondation externe.
2. Vertébrés a fécondation interne. ]
Or on avait jusqu'a présent employé indifféremment la dénomina-
tion Vovipares aussi bien pour les poissons et les amphibiens, qui
sont a fécondation externe, que pour les reptiles et les oiseaux, qui
sont á fécondation interne. On commet done Verreur de qualifier d'un
méme mot deux choses essentiellement distinctes. En effet, méme en
négligeant les différences anatomiques, physiologiques, ete., on volt
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 193
bien que Pon ne peut pas confondre Povule, que pond la femelle un
poisson, avec Vasuf une poule, par exemple, qui a été fécondé a
Vintérieur de Poviducte, et qui emporte avec lui Pembryon du nou-
vel étre, bien que dans un état tres peu avancé de son développe-
ment. Nous croyons qwil ne faut pas insister davantage sur ces diffé-
rences, que le lecteur aura saisies sans de plus grandes explications.
On devrait done réserver la dénomination «d(ovipares pour les ver-
tébrés a fécondation interne qui pondent des ceu/s, dans le méme sens
que cette expression a dans le langage vulgaire. Il y aurait, parmi
les vertébrés, que les reptiles et les oiseaux (et, par exception, quel-
ques especes des autres classes) quí soient de vrals ovipares.
Quant aux poissons et aux amphibiens qui, nous Pavons vu, pon-
dent des ovules, nous croyons qwil serait logique de les appeler ver-
tébrés ovulipares (en espagnol, vertebrados ovulíparos). On voit bien
que la différence fondamentale avec ceux-la, justifie Padoption de ce
néologisme. 11 faudrait accepter de méme le mot ovuliparité (en espa-
enol, ovuliparidad) quí exprime la condition Vovulipare, ainsi que
oviparité exprime la condition VPovipare, etc.
Pour mieux définir le groupe ainsi formé, il faudrait aussi préciser
avec exactitude la signification de ces mots que nous avons déja em-
ployés, ovule et «uf. Les textes ne sont pas suffisamment explicites
lá-dessus. 11 est vrai que Pon »appelle jamais ovule le germe sexuel
féminin déja fécondé; mais il est aussi vrai que on appelle indiffé-
remment «uf ce méme germe, avant ou apres la fécondation. Ainsi,
par exemple, on lit dans le traité classique ('O. Hertwig (1): «L'euf
et le spermatozoide sont des organismes élémentaires, c'est-á-dire des
cellules. >» Il serait plus correct, d'apres nous, de dire : « L'ovule et le
spermatozoide sont des organismes élémentaires, etc. », et c/est leur
union quí produit 1 e.uf, point de départ du nouvel organisme. Ainsi
donc, on devrait appeler ovule, la cellule féminine non fécondée, et
«uf, la méme cellule déja fécondée. Quant aux ovulipares, ce que
leurs femelles pondent sont des ovules, nous lavons vu. Ils ne sont
pas fécondés, mais ils sont déja aptes a Pétre; ce sont donc des o0vu-
les múrs, c'est-a-dire qu'ils ont subi la réduction chromatique.
Le groupe des vivipares continuerait a avoir la sienification quwil
a eue jusqu'a présent, mais il ne constituerait quW'une sous-division
parmi les vertébrés a fécondation interne.
(1) O. HeERTWIG, Traité d'embryologie, traduction francaise, Paris, 1891, cha-
pitre I.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 13
194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La division proposée se trouve résumée dans le suivant :
Tableau synoptique de la division biologique des vertébrés
I. Vertébrés a fécondation externe. — La féconda- |
|
tion de l'ovule par le spermatozoide s'effectue
au dehors du corps de la mére. Pas de copula- | 1. Ovulipares
/
Ñ
S
D
S tion. Leurs femelles pondent des ovules (pois-
E sons et amphibiens, en général.
á TL. Vertébrés ú fécondation interne. — La féconda- |
= tion s'effectue au dedans du corps de la mere. | 2, Ovipares
E Il y a done toujours une copulation. Chez les
2 uns (ovipares) les femelies pondent des «ufs
(reptiles et oiseaux); chez les autres (vivipa- | 3. Vivipares
res) elles font des petits vivants (mammiferes).
Le tableau ci-dessus est, nous semble-t-il, suffisamment clair. Il se
vérifie ici ce que nous avons dit plus haut, cest-a-dire que Pensem-
ble des vertébrés se trouverait divisé, á ce point de vue, en deux
erands groupes (1 et II), dont le second serait a son tour sub-divisé
en deux autres. Nous aurions ainsi trois groupes, « biologiquement
inégaux, pourtant » parce qwen effet il y a moins de différences entre
les ovipares et les vivipares qu'entre les premiers et les ovulipares,
cest-á-dire que Pon peut opposer les ovulipares a Vensemble des ovi-
pares et vivipares réunis. En effet la difftérence n'est pas trés grande
entre le cas ou Povule, apres avoir été fécondé au dedans du corps
de la mere, est déposé a Pextérieur enveloppé dans une coquille (ovi-
pares) et celui ou il continue les premiers stades de son développe-
ment au dedans du Corps de la mere (vivipares). Cela est d'autant
plus vrai que nous avons presque tous les degrés intermédiares, et
notamment les formes ovovivipares qui constituent la transition entre
les deux.
La signification du mot ovipare reste ainsi restreinte pour ne dé-
signer que les animaux á fécondation interne dont les femelles pon-
dent des ceufs. Parmi les vertébres, cette dénomination désignerait
principalement les reptiles et les oiseaux, mais encore d'autres espe-
ces qui, dans les autres classes, présentent des cas exceptionnels
Voviparité, telles que les raies, parmi les poissons, et les monotre-
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 195
mes parmi les mammiferes. Si Pon veut continuer d'employer le mot
ovipare dans le sens large — trop large — qwil a eu jusqwá présent,
on ferait bien de Vexprimer en disant «ovipares lato sensu» par op-
position á «ovipares sensu stricto », cest-a-dire au sens que nous
avons donné a ce mot.
Nous voulons faire remarquer maintenant la différente valeur des
expressions marquées 1 et II,et 1, 2, 3, dans le tableau ci-dessus. Les
deux premieres (vertébrés a fécondation externe et vertébrés a fécon-
dation interne) sont completes, eb pour ainsi dire totales, dans ce
sens qwelles expriment la totalité du pkénomene de la reproduction
en y faisant intervenir les deux sexes. Celles marquées 1, 2, 3 (ovuli-
pares, Ovipares, vivipares) sont par contre incomplétes et pour ainsi
dire unilatérales, puisqwelles n'expriment, prises isolément, que Vin-
tervention de l'un des sexes, la femelle, a Vacte de la reproduction.
Et peut-étre cette unilatéralité dans la maniére WVenvisager la ques-
tion a été une des causes principales de la confusion quí subsiste en-
core au sujet des ovipares. En effet, pendant que Pon ne fit attention
qwau róle de la femelle, on a cru suffisant de dire que, dans certaines
especes, elles faisaient des petits vivants et que dans certaines au-
tres elles pondaient des ceufs. On faisait abstraction, comme on le
voit, du róle du mále, puisquw'on ne tenait pas compte si ces «eufs
étaient, oui ou non, fécondés par lui au moment d'étre pondus. C'est
VPailleurs la méme unilatéralité que Pon remarque dans le mot mam-
mifere. Mais dans la division proposée ce défaut disparait, puisque
les mots ovipare et vivipare »apparaissent que comme des sous-di-
visions dans le groupe des vertébrés a fécondation interne. Ces ex-
pressions impliquent done intervention du mále, de méme que pour
les ovulipares. Unilatérales dans leur forme, elles deviennent ainsi
completes par définition.
TII. — LES EXCEPTIONS
Parmi les poissons et les amphibiens, il y a quelques especes qui
présentent des cas de fécondation interne. Nous nous occuperons
Pabord des exceptions fournies par la classe des poissons.
Ces exceptions Waffectent en rien, cela va sans dire, la valeur bio-
logique des groupes que nous proposons de former. Il y a des mam-
miféres qui sont ovipares, les monotrémes, mais personne ne niera
196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que la viviparité ne soit la forme générale de la reproduction chez
ces animaux.
Ces exceptions sont, par contre, tres instructives, parce qwelles
nous obligent a rechercher leurs causes, et cette étude peut éclairer
la connaissance des faits relatifs aux vertébrés qui possedent la fé-
condation interne comme forme normale de reproduction. Il faut re-
marquer tout Pabord qwelles se présentent presque toujours dans
les ordres qui, par Vautres caracteres aussi, s'éloignent le plus des
caracteres généraux de Jeur classe.
Il y a lieu de distinguer, parmi les poissons, deux sortes d'excep-
tions. L'une est celle que nous fournit Vordre des Téléostéens, ou
poissons osseux, par quelques cas isolés et assez rares de viviparité
ou plutót Vovoviviparité. L'autre est celle qui est constituée par
Vordre tout entier des Sélaciens. C'est cette derniére qui est de beau-
coup la plus intéressante, Vabord par la généralité avec laquelle les
especes de cet ordre forment des exceptions a Povuliparité, et puis
par le fait que c'est précisément Pordre des Sélaciens qui constitue
ces exceptions. Les Sélaciens (nous comprenons aussi sous ce nom
les Holocéphales, e'est-á-dire Vensemble des requins, des raies et des
chimeres) sont tous, en effet, des ovipares, sensu stricto, ou des ovo-
vivipares, ou des vivipares (1). Or on salt bien les grandes différen-
ces que les Sélaciens présentent avec tous les autres poissons, non
seulement par Paspect général de leur corps et la nature cartilagi-
neuse de leur squelette, mais encore par la présence au cour un
long cóne artériel pourvu de plusieurs séries de valvules, et le man-
que de bulbe; par Pabsence de la vessie natatoire et des coca pilori-
cha ; par la présence á Vintestin d'une valvule spirale; par la forme
et la disposition des branchies; par la présence presque constante
Vun spiraculum ou évent; par la forme, la disposition et le grand
développement de certaines parties du systeme nerveux, ete. Quant
aux différences se référant directement aux fonctions génératrices,
nous aurons Voccasion d'en parler plus loin, en étudiant le systeme
urogénital des vertébrés. Il suffit de dire ici que dans ce sens, les
différences avec les autres poissons sont fondamentales.
Les exceptions á Povuliparité qui se présentent ca et lá parmi les
(1) On ne connaít pas suffisamment la biologie de ces animaux pour pouvoir
affirmer qw'il ny a aucune espéce de sélaciens ovulipares. Peut-étre ce cas —
une exception parmi les exceptions ! — se présenterait dans le genre Lomargus
dont les espéces ont un pore abdominal.
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 197
Téléostéens sont, nous Pavons dit, tres rares, du moins celles qui
jusqu'a présent ont pu étre constatées. Telles sont, par exemple,
VAmblyopsis spelerus, un poisson aveugle de la caverne du Mam-
mouth, au Kentucky, qui est vivipare; 1 Anableps tetrophthalmus, ou
poisson a quatre yeux de la Guyanne et du nord du Brésil, quí est
vivipare ; le Zoarces viviparus de la mer du Nord, en Europe, etc.
C'est a la famille des Eyprinodontes (a laquelle appartient 1'4na-
bleps) qu'appartiennent aussi quelques especes vivipares ou ovovivi-
pares de Argentine, quí forment les genres Glaridodon, Cnesterodon,
Fiteroyia et d'autres. Tous ces poissons se distinguent Vabord par
la petitesse de leur taille. ls dépassent rarement 15 centimetres. De
toutes ces especes la mieux connue est la Fiteroyia lineata dont les
premiers exemplaires connus des naturalistes furent recueillis par
Darwin a Montevideo pendant le célebre voyage du Beagle et décrits
et classifiés par le Rév. Jenyns (1). Cette espece a une distribution
véographique assez vaste, puisqu'on la rencontre depuis Maldonado
et Montevideo, dans Uruguay, jusqu'a Buenos Ayres, San Luis,
Córdoba et Catamarca, dans "Argentine. On ne lui connaíit aucun
nom vulgaire; sa taille est tres petite, d'environ cinq centimetres.
Elle a été étudiée ou mentionnée, parmi nous, par Weyenbergh (2),
Berg (3), Holmberg (4), Lahille (5) et autres.
Weyenbergh, qui considéra cette espece comme appartenant au
genre Xiphophorus, en étudia tres soigneusement Panatomie et les
mours, en táchant de s'expliquer les causes par lesquelles ce petit
poisson offrait par exception un cas de viviparité. Nous pulserons
done dans ses articles les observations suivantes, tout en nous ré-
(1) The Zoology of the Voyage of H. M. S. « Beagle» during the years 1832 to
1836. Part. IV, Fish, by the Rev. L. Jrnyxs (1843). Cet auteur a décrit 1'es-
pece sous le nom de Lebias lineata. Ginther en fit apres (1866) un genre nou-
yeau, qu'il nomma Fiteroyia en l'honneur de Fitz-Roy, capitaine du Beagle.
(2) H. WEYENBERGH, Contribuciones al conocimiento del género Xiphophorus,
Heck., in Periódico zoológico argentino, Córdoba, 1875, tomo II, p. 11. — L'en-
fantement des pocilies, ibid. p. 57. — Algunos pescados nuevos del Museo Nacional,
in Actas de la Academia nacional de ciencias, Córdoba, 1877, UL, 1, p. 17.
(3) C. BERG, Peces sudamericanos, in Anales del museo nacional, Buenos Aires,
1895, tomo V, p. 296.
(4) E. L. HoLmBERG, Viajes á las sierras del Tandil y La Tinta, in Actas de la
academia nacional de ciencias, Córdoba, 1884, V, 2, p. 103.
(5) F. LAHILLE, Lista de los pescados recogidos en los alrededores de La Plata, im
Revista del museo de La Plata, 1895, tomo VI, p. 275.
198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
jouissant que occasion se soit présentée de rendre justice a la mé-
moire de ce naturaliste qui, s'1l est vral a commis quelques erreurs
dans la systématique — tres explicables par les conditions difficiles
oú il eut á travailler — nous a laissé en échange une quantité de
travaux biologiques intéressants, et qui n'a pas mérité, en tout cas,
le discrédit qu'on a, apres sa mort, jeté sur son nom.
« Toutes les especes (du genre Fiteroyia) que je connais — dit
Weyenbergh — vivent dans des petits ruisseaux qui souvent se
dessechent a la saison chaude. Quelques endroits de ces ruisseaux
ou je les ai trouvées ont un lit sabloneux, ou boueux, ou plein de
plantes aquatiques. Le ruisseau venant a se dessécher (ce qui est
souvent le cas a Pintérieur du pays) le poisson se rend vers la
partie supérieure ou l'eau est plus abondante; mais il a alors a tra-
verser une partie boueuse qui est a demi desséchée. Dans de telles
conditions, plusieurs individus, ne pouvant pas avancer, meurent
dans la boue, si quelque pluie ne vient pas a tomber». Parmi les
morts on trouve toujours plus de máles que de femelles, et cela tient
VPapres Weyenbergh, a ce que celles-ci ont un appareil branchial
mieux disposé pour la respiration dans les lieux oú Peau »abonde
pas. P'auteur ajoute ensuite: «la viviparité correspond aussi á ces
circonstances de vie. Comment Pespece pourrait-elle se conserver, si
ces poissons pondaient comme les autres, des cuífs (c'est-a-dire, des
ovules) dans Veau ou ils se trouvent a époque des amours ? Il est clair
que, le ruisseau se desséchant, les ceufs se perdraient, puis qu/ils ont
besoin d'eau pour se développer. Mais la femelle faisant ses petits
vivants, ceux-ci, qui nagent tres lestement des qwils sont nés, peu-
vent la suivre a la recherche de Veau » des qu'¡ils sont menacés den
manquer. Les conditions de vie auraient donc amené dans ces pols-
sons la viviparité. Ce serait un exemple tout a fait lamarckien de
Vinfluence du milieu physique dans la transformation des especes.
Nous ignorons le degré de nouveauté que "hypothese de Weyenbergh
peut avoir, mais nous la trouvons tres vraisemblable, et tres accepta-
ble pour le cas présent. A leur maniére de reproduction exception-
nelle, correspondent aussi chez la Fiteroyia des modifications anato-
miques considérables. La femelle a dú en effet transformer ses
oviductes en une sorte (utérus oú elle doit loger les petits; et le
mále, manquant, comme tous les ovulipares, d'organes daccouple-
ment, a dá adopter a la copulation — fonction nouvelle pour lui —
les nageoires anales, organes ayant une toute autre fonction. (C'est la
méme modification qui a eu lieu chez les Sélaciens, comme nous le
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 199
verrons plus loin. Mais les causes que Pon peut invoquer pour ceux-
ci doivent étres différentes de celles invoquées pour notre PFiteroyia).
Weyenbergh donne en outre une description détaillée des organes
Sénérateurs de celle-ci, en Paccompagnant de figures (1).
Or comme presque toutes les especes de la famille des Cyprino-
dontes présentent, outre leurs affinités morphologiques, une remat-
quable analogie dans leurs mceurs, leur habitat, etc., nous croyons
que Vexplication donnée par Weyenbergh pour la Fitzroyia, peut
sS'appliquer á beaucoup d'especes de Cyprinodontes vivipares. Tel
serait le cas, par exemple, pour le Girardinus, cité par Wieders-
heim (2), Vapres H. v. Ihering, ou la nageoire anale est devenue
aussi un organe ('accouplement.
Dans les limites restreintes que nous avons données a cet essai,
nous ne pouvons pas nous arréter a analyser une a une les excep-
tions fournies par d'autres especes ; mais nous croyons que beaucoup
dle cas de viviparité presentés par autres Téléostéens, peuvent s'ex-
pliquer par des raisons analogues, sinon identiques a celles de notre
PFiteroyia.
En tenant compte de celles-ci et (autres exceptions, n0uUs pouvons
dire, aprés un calcul approximatif, que le 95 %/, des especes de pois-
sons sont vraiment des ovulipares. C'est lá, nous semble-t-11, une pro-
portion assez considérable pour pouvoir affirmer que Povuliparité est
la forme générale de la reproduction chez les poissons.
Quant aux amphibiens, on trouve parmi les Urodeles des formes
vivipares, telles que les salamandres (Salamandra maculosa et Sala-
mandra atra). Mais la maniere dont la reproduction s'effectue chez
ceux-ci et chez (autres Urodeles, n'est pas bien connue. Il semble, du
moins pour les tritons, qwil wWy a pas un accouplement sexuel, mal-
oré Vexistence de la fécondation interne.
Mais les vrales exceptions a Povuliparité, c'est-á-dire la féconda-
tion interne accompagnée de copulation, ne se présentent normale-
ment, dans cette classe, que dans Vordre des amphibiens apodes ou
Caecilies. Or cet ordre est celui quí s'éloigne le plus des caracteres
généraux de la classe. Il est constitué par environ 30 especes dis-
tribuées en 10 genres, qui se groupent autour du genre Cecilia, qui
donne son nom a la famille (Coecilidées). Ce sont des animaux ayant
(1) Periódico zoológico argentino, tomo II, pág. 11.
(2) R. WIEDERSHEIM, Manuel d'anatomie comparée (traduction francaise de
M. Moquin Tandon), p. 372 et suivantes.
200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
plutót Paspect de lombrices ou de petits serpents, á cause du manque
complet des extrémités antérieures et postérieures. Ils ont, en outre,
de méme que les serpents, le poumon droit développé aux dépens du
gauche, et de petites écailles enfoncées dans la peau. Par d'autres
caracteres — vertebres amphicoeles et persistance de la corde dorsa-
le — ils semblent des animaux tres inférieurs. Cope les considérait
néanmoins comme une simple famille de Vordre des Urodeles. Quoi-
qw'il en soit les meurs de ces animaux sont tres peu connues. Nous
savons seulement qu'ils vivent dans les régions tropicales des deux
continents, et qu'ils creusent des trous dans la terre humide, dans le
voisinage des eaux. Ce sont des animaux souterrains, ayant en con-
séquence les yeux presque completement atrophiés comme les am-
phisbenes. Wiedersheim, qui a étudié espécialement leur anatomie,
nous apprend (1) qwil rexiste parmi les amphibiens, de véritable
organe copulateur que chez les Coecilies. Il est représenté par le
cloaque, quí atteint jusqu'a cinq centimetres de long, et qui peut
étre dévaginé a Vextérieur par Vaction de plusieurs muscles spéciaux.
C'est-a-dire donc que ces animaux sont a fécondation interne 1/c-
thyoplis glutinosus de Ceylan parait étre ovipare sensu stricto, tandis
que VPautres especes seraient vivipares ou OVovivipares.
Mais les amphibiens anoures ou batraciens proprement dits (gre-
nouilles, crapauds, rainettes ou hylas, ete.) qui constituent á eux
seuls á peu pres les */, de la classe toute entiére, sont tous de vrais
ovulipares. Nous pouvons donc dire, de méme que pour les poissons,
que Povuliparité est la forme générale de la reproduction chez les am-
plubiens.
Nous avons parlé jusqw'ici des exceptions qui se présentent dans
les classes «les poissons et des amphibiens. Quant au groupe des ver”
tébrés a fécondation interne, nous 1Mavons rien a dire, puisqu!il y
a pas Vexceptions, c'est-á-dire que Pon ne trouve pas un seul cas
Povuliparité parmi les reptiles, les oiseaux ou les mamumiferes. Et
cela est bien clair, puisque la fécondation externe est impossible dans
un milieu non aquatique, et que tous ces vertébres sont adaptés a la
vie aérienne, car ils ont tous des poumons. Et de méme que la pré-
sence des poumons est indispensable chez eux pour maintenir la vie,
(1) WIEDERSHEIM, Manuel d'anatomie comparée, loc. cit. — Gr. A. BOULENGER,
pour caractériser systématiquement l'ordre en question dit (Catalogues of the
British museum, Batrachia apoda, p. 88): No limbs ; tail rudimentary. Males with
an intromittent copulatory organ. Adapted for burrowiny.
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 201
la fécondation interne est indispensable pour Pacte de la reproduc-
tion. — Ce sont méme peut-étre, dans Pordre évolutif, deux faits cor-
rélatifs, comme on le verra plus loin. — Et de méme que nous avons
trouvé, parmi les ovulipares, quelques especes ovipares 0u vivipares,
on trouve parmi les vertébrés aquatiques quelques especes ayant des
poumons, ou des poumons et des branchies a la fois (poissons dipnoi-
ques, amphibiens perennibranches, etc.). Or, ces formes, on les inter-
prete couramment comme des transitions vers les especes ou la res-
piration pulmonaire est un fait absolument général. Ne pourrait-on
pas tout de méme considérer les exceptions a Povuliparité (surtout
dans la forme ou elles se présentent chez les amphibiens urodeles et
apodes) comme des formes de transition vers les especes qui ont ac-
quis la fécondation interne (une maniere générale et définitive ?
TV. — CONCORDANCES
Les deux grands groupes que nous proposons de former concot-
dent avec (autres egroupes déja établis a un point de vue distinct.
Ces concordances contribuent a donner plus de solidité a notre divi-
sion, puisqw'elles prouvent que ce v'est pas seulement la maniére de
fécondation qui sépare ces deux groupes, mais bien VPautres caracte-
res aussi.
La premiere a noter par son importance est celle qui existe avec
les groupes des Ammiotes et Anammiotes, c'est-a dire, comme Pon sait,
les vertébrés qui ont un amnios pendant leur vie embryonnaire et
ceux qui en manquent. Or les Amniotes (reptiles, oiseaux et mammi-
feres) équivalent a nos vertébrés a fécondation interne, et les Anam-
niotes (poissons et amphibiens) á nos ovulipares. Cette concordance
est cependant pas absolue, puisque les Sélaciens, certains amphi-
biens urodeles, les Coecilies, ete., qui, nous lavons vu, ne sont pas
des ovulipares, sont néanmoins des Anamniotes. On voit bien, par
contre, que tous les ovulipares sont des Anamniotes.
Mais si nous négligeons les exceptions mentionnées, un fait impor-
tant ressort de cette concordance, savoir: que la fécondation externe
coimcide avec Pabsence de Pamnios et la fécondation interne avec sa
présence. Serait-il licite affirmer, cependant, comme cette proposi-
tion semble le suggérer, que nous sommes en présence (une relation
de cause a effet ? Si les exceptions vexistaient pas, une réponse affir-
mative serait tres vraisemblable; mais puisque les exceptions exis-
202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tent, il faut chercher ailleurs la signification des caracteres quí ont
fourni une base pour la division systématique des vertébrés au point
de vue embryologique — car les caracteres qui distinguent les Am-
niotes des Anamniotes sont tous des caracteres embryologiques.
Le premier de ces groupes possede, outre la membrane amnios,
une allantoide et une séreuse de von Baer, pendant le développe-
ment embryomnaire. La séreuse n'est que Venveloppe du tout. Les
Anamniotes manquent de tous ces annexes foetales, et c'est sur ce
caractere que le groupe est fondé, c'est-á-dire sur un caractere négatif.
T'amnios est, comme on sait une membrane qui détermine une ca.
vité, la cavité amniotique, pleine d'un liquide, le liquide amniotique,
au dedans duquel l'embryon doit se développer. Le milieu ainsi for-
mé a été comparé au milieu aquatique oú se développent les em-
bryons des Anamniotes. Cette comparaison aurait sa confirmation
dans les expériences faites par Weldon il y quelques années. Cet au-
teur nous rapporte, dans un article á propos de la théorie de De
Vries (1), qwil est parvenu a faire développer des ceufs de poule en
leur rendant Veau perdue par évaporation au moyen d'un appareil
spécial. Dans ces conditions les embryons se développent sans am-
nios ou du moins avee un amnios incompletement développé. T'au-
teur nous donne la figure d'un embryon «observé apres 72 heures
d'incubation; et 1'on verra — dit-i11 — que cet embryon s'introduit
dans Palbumen sans traces d'une enveloppe amniotique, comme em-
bryon d'un requin ». Cela parait démontrer que la présence de VPam-
nios n'est que le résultat de Padaptation a la vie non aquatique, puis-
que les embryons d'un amniote comme la poule, placés dans des
conditions semblables (2) á celles ou se développent les embryons
des Amniotes, se comportent comme les embryons de ceux-ci. 11 est
bon, néanmoins, de comparer ces idées sur la signification de Pam-
nios avec celles énoncées par O. Hertwig, sous sa haute autorité,
dans le chapitre onzieme de son traité embryologie, cité plus haut.
Cet auteur ne voit agir, dans la formation de cette annexe fotale,
que (les causes mécaniques.
(1) W. F. R. WeLDON, Professor De Vries on the origin of species, im Biometri-
ka, 1902, vol. IL, p. 365-374.
(2) Nous disons semblables et non identiques, puisque si 1%on place sous l'eau
un ceuf de poule, l"embryon meurt indéfectiblement, de méme que si 1/on enduit
la coquille dun vernis. « Preyer a méme démontré qu'un «uf incubé dans une
atmosphere saturée d'eau ne pouvait pas se développer » (WELDON, loc. cit.).
DIVISION BIOLOGIQUE DEs VERTÉBRÉES 203
Quant a Vallantoide, quí doit (apres avoir rempli le róle d'une sorte
de vessie urinaire) pourvoir lembryon air, soit directement de Pat-
mosphere comme chez les ovipares, soit a travers le sang de la mere
comme chez les mammiferes ou elle devient le placenta, elle représente
pour Pembryon ce que les poumons sont pour Padulte. C'est ainsi
que Pallantoide ne se trouve que dans les animaux (reptiles, oiseaux
mammiferes) qui ont besoin de respirer, méme des leur jeune áge, 1oxy-
géne de l'air, par opposition á ceux quí (poissons et amphibiens) sont
aptes a respirer Poxygéene dissous dans eau, au moins dans leur jeune
áge, et chez lesquels Vallantoide vaurait alors pas de raison Vétre.
Or — et est lá la conclusion a laquelle nous voulions arriver —
la division des vertébrés en Anamniotes et Amniotes, West que P'ex-
pression embryologique de la division plus ancienne en vertébrés a
respiration aquatique, au moins dans leur jeune áge, et vertébrés a
respiration aérienne, méme des leur jeune áge, ou en d'autres termes,
vertébrés a branchies et vertébrés a poumons. On voit bien que les
caracteres — physiologiques — sur lesquels ces deux divisions sont
fondées, restent, dans leur essence, les mémes. L'une a trait a Pem-
bryon, Pautre a Vadulte. Cela ne signifie pas, ca va sans dire, que
cette division (celle d' Amniotes et Anamniotes) D'alt une tres gran-
de importance, que le manque (Vexceptions contribue á augmenter,
en la rendant capable de servir de base á la division systématique
des vertébrés, ainsi que Milne-Edwards, Owen et Huxley Pont indi-
qué. Le premier de ces auteurs attachait une plus grande impot-
tance a la présence de Pallantoide, et d'apres ce caractere il divisait
les vertébrés en Allantoidiens et AnaJlantoidiens.
Les concordances mentionnées ici des Amniotes avec les vertébrés
á poumons, etc., impliquent celle de ceux-ci avec les groupes que nous
proposons. En effet, les vertébrés á respiration branchiale, ou verté-
brés aquatiques, concorderaient avec nos ovulipares, sauf les excep-
tions sus-mentionnés (Sélaciens, certains amphibiens urodeles, eoecl-
lies, etc.) et les vertébrés á respiration aérienne ou vertébrés á pou-
mons, avec nos vertébrés a fécondation interne.
T. H. Huxley, en se basant sur des considérations embryologiques
et paléontologiques, divisait les vertébrés en trois groupes : Ichthyop-
sidés, Sawropsidés et Theriopsidés. Cette division concorde Pune ma-
niére encore plus étroite avec la nótre, puisque les Ichthyopsidés
(poissons et amphibiens) seraient les ovulipares, les Sauropsidés (rep”
tiles et oiseaux) les ovipares, au sens strict — et les Theriopsidés, ou
mamnmiféres, les vivipares.
204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
On a coutume de qualifier du nom de vertébrés inférieurs, les pois-
sons et les amphibiens, par opposition a vertébrés supérieurs, soit tout
le reste. Les premiers équivalent done aux ovulipares et le reste aux
vertébrés a fécondation interne.
Maintenant nous croyons utile, pour plus de clarté, de résumer les
concordances indiquées, dans le tableau suivant. Il faut tenir compte
que ces équivalences ne sont pas absolues, puisque les Sélaciens,
Cecilies, etc., quí sont exclus du groupe des ovulipares, restent in-
clus néanmoins dans les groupes des Anamniotes, vertébrés á bran-
chies, ete.
Concordance des groupes proposés avec d'autres déja établis
8: J
TL — VERTÉBRÉS A FÉCONDATION EXTERNE OU OVULIPARES
(poissons et amphibiens) = Anamniotes ou Anallantoidiens = Tehthiop-
sidés = vertébrés ú respiration aquatique, au moins dans lewr jeune áge,
solt vertébrés «€ branchies, soit vertébrés aquatiques = vertébrés infé-
rieurs.
IL. — VERTÉBRÉS A FÉCONDATION INTERNE, 0U OVIPARES et VI
VIPARES (reptiles, oiseaux et mammiferes) — Ammiotes ou Allan-
toidiens = Sauropsidés et Thériopsidés = vertébrés «a respiration
aérienne, méme des leur jeune áge, soit vertébrés d pouwmons, soit
vertébrés aériens ou terrestres = vertébrés supériewrs.
V. — I2£ÉVOLUTION DE LA FÉCONDATION EXTERNE A LA FÉCONDA-
TION INTERNE. PREUVES PALÉONTOLOGIQUES ET EMBRYOLOG!I-
QUES SUR LA PHYLOGÉNIE DES VIVIPARES.
Essayons maintenant de voir quel profit on peut tirer en envisa-
geant la question qui nous occupe, au point de vue évolutif.
Commencons par les vertébrés supérieurs. Les mammiferes, tous
vivipares sauf deux ou trois exceptions, descendent d'autres verté-
brés qui ont été ovipares. Cela ressort des études paléontologiques et
embryologiques. Nous ravons done qua nous référer aux autorités
quí Pont déja exprimé sous une forme concrete.
Les preuves paléontologiques sont abondantes. Ce sont elles qui
ont conduit le docteur F. Ameghino á formuler Pun des premiers
DIVISION BIOLOGIQUE DEs VERTÉBRÉS 205
cette conclusion sous la forme d'une loi de phylogénie (1) Mais ici le
mot ovipare est employé dans Pacception qwil a eue jusqu'a présent.
Nous devrions done entendre, quant on nous dit que les mammiferes
descendent de vertébrés ovipares, qw'il s'agit d'ovipares lato sensu,
puisqu'il y a pas de spécification contraire ; mais il est aussi logique
de penser que c'est aux ovipares les plus immédiats aux mammiferes
qwon se réfere, et il agirait alors des ovipares sensu stricto.
A la méme conclusion a été conduit O. Hertwis, en se basant sur
des considérations embryologiques qui apportent des preuves puis-
santes en faveur de cet hypothese. La maniere si claire, et pour ainsi
dire si élégante, dont il présente la question, nous engage a trans-
erire avec quelque extension le passage de son Traté (2) : «Cette dis-
position — (celle des enveloppes fetales des mammiferes, égale dans
ses traits essentiels á celle des reptiles et des oiseaux) — devient
tout a fait remarquable et digne Vattirer la plus grande attention, si
nous considérons, (une part, que la formation des enveloppes feta-
les chez les reptiles et les oiseaux est la conséquence de Paccumula-
tion dans l'ceeuf une grande quantité de vitellus, et, Vautre part,
que Pozuf des mammiferes est, en général, tellement dépourvu de vi-
tellus, qu'il est tres petit et qu'il subit la segmentation totale, et que
par tous ces caracteres il ressemble plus a Poeuf des amphibiens qua
celui des reptiles et des oiseaux.
<« Pourquoi done s'accomplit-il dans lceuf des mammiferes des phé-
nomenes qui d'ailleurs ne sont que des conséquences de Pabondance
du vitellus ? Pourquoi se forme-t-11 chez les mammiferes un sac vitel-
lin qui ne renferme cependant pas de vitellus, et quí est pourvu d'un
réseau de vaisseaux sanguins, dont la fonction consiste, dans les
ceufs méroblastiques, a absorber les matieres vitellines ?
« Pour expliquer ces phénomenes, nous devons avoir recours á une
hypothese, que nous formulerons de la maniére suivante :
« Les mammiféeres doivent dériver (animaux ovipares dont les
ceufs étaient abondamment pourvus de vitellus, et chez lesquels, a
cause de ce fait, se développaient des enveloppes fetales comme chez
les reptiles et les oiseaux. Les csufs de ces ancétres des mammiferes
doivent avoir secondairement perdu leur vitellus, á partir du moment
ou ils ont cessé d'étre pondus, pour se développer a l'intérieur de
Vutérus maternel. Des ce moment, VPembryon en voie de développe-
(1) F. AMEGHINO, Filogenia. Buenos Aires, 1884, p. 255.
(2) O. HERTWIG, Op. cit., p. 202-204.
206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
ment a trouvé une source nouvelle et indéfinie d'éléments nmutritifs
dans des substances élaborées quí lui sont fournies par le sang circu-
lant dans les parois de l'utérus maternel. Il r'avait done plus besoin
de renfermer du vitellus de nutrition. Toutefois, les enveloppes feta-
les, dont la formation avait été originellement déterminée par la pré-
sence du vitellus dans Vosuf, se sont maintenues, parce qu'elles étaient
encore nécessaires a l"embryon, mais dans un tout autre but: elles
ont changé de fonction, ont intervenu dans les phénomeénes de la nu-
trition intra-utérine, et, en méme temps, ont subi des transformations
morphologiques en rapport avec leur changement de fonetion. Cette
hypothese s'appuie sur les trois faits que nous allons examiner. En
premier lieu, chez les mammiferes inférieurs, les monotrémes et les
marsupiaux, les ceufs sont plus volumineux que chez les mammiféres
placentaires. Ils renferment une plus grande quantité de vitellus qui,
chez Ornithorynchus, par exemple, consiste en spheres de divers
diametres, réfringentes et serrées les unes contre les autres. Ils re-
présentent, sous ce rapport, une forme de transition entre les ceufs
des autres mammiféres et ceux des reptiles et des oiseaux ». En deu-
xieme lieu, loviparité des monotremes, fait déjáa mentionné. «En
troisieme lieu, les ceufs des marsupiaux, ordre de mammiféres tres
voisin de celui des monotremes, bien qwils accomplissent tout leur
développement embryomnaire dans Putérus maternel, présentent des
enveloppes foetales qui, Jusqwaá la fin de la vie intra-utérine, conser-
vent la méme disposition que celle des oiseaux et des reptiles. Owen
nous apprend que Pembryon des marsupiaux, logé dans un large am-
nios, possede un sac vitellin tres volumineux, riche en vaisseaux
sanguins et en contact avec la membrane séreuse de von Baer, tan-
dis que leur allantoide est peu développée. La séreuse de von Baer
est appliquée, dans toute son étendue, contre la muqueuse utérine,
mais cependant sans lui étre soudée. Lorsque le vitellus de Poeuf a
été utilisé, absorbé par Pembryon, ce dernier s'accroit vraisemblable-
ment aux dépens de substances mutritives quí proviennent de Vutérus
et passent dans les vaisseaux sanguins du sac vitellin. On voit com-
mencer a s'accomplir une sorte de nutrition intra-utérine chez les
marsuplaux ; mais cependant lembryon se comporte morphologique-
ment avec ses enveloppes foetales, vis-á-vis de la cavité utérine, com-
me lembryon des reptiles et des oiseaux le fait avec ses enveloppes
vis-a-vis de la coquille de Poeuf».
Il est done clair que pour Hertwig il s'agit:d”ovipares sensu stricto
Puisqw'il ne parle que des reptiles et des oiseaux.
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 207
Or nous avons essayé de démontrer, en donnantletableau synoptique
de notre division, que la différence entre les vivipares et les ovipares
est, au point de vue oú nous nous sommes placés, relativement peu im-
portante et que la différence la plus tranchée est celle qui existe entre
les ovulipares et les ovipares. Nous tácherons de faire voir mainte-
nant qu'au point de vue évolutif ce rapport subsiste, c'est-á-dire que
quant a leur maniére de reproduction, Vétape la plus grande que les
vertébrés «aient eue € franchir dans leur évolution a été celle qui les a
conduits de la fécondation externe a la fécondation interne. Nous cro-
yons que cette évolution na pas nécessairement dú s'effectuer en
franchissant tous les degrés intermédiaires entre les différentes for-
mes, mais qwelle peut bien dans certains cas avoir converti un ovu-
lipare en un vivipare ou du moins en un ovovivipare sans passer par
le stade ('ovipare. Mais en tout cas on voit bien que la principale
transformation est celle quí part de Povuliparité vers la fécondation
interne, soit que celle-ci se présente sous la forme doviparité, d'ovo-
viviparité ou de viviparité.
On comprend aisément combien de modifications — anatomiques,
physiologiques et psychologiques — ont dú subir ces organismes
pour adapter a des conditions de vie si différentes.
De toutes ces transformations organiques et biologiques, celle qui
a sans doute eu le plus (influence sur la vie et les mosurs des ani-
maux — et par lá sur le développement de leurs facultés psychiques —
a été Papparition de la copulation, nécessaire dans presque la tota-
lité des cas pour que la fécondation interne s'effectue.
Mais les conséquences les plus immédiates de ce fait peuvent étre
appréciées dans le systeme urogénital. C'est celui-ci, en effet, quí a
dú le premier s'adapter a la nouvelle fonction, aussi bien dans sa
partie externe (apparition des organes copulateurs) que dans sa par-
tie interne. Nous tácherons de montrer toute la portée de ces modifi-
cations dans :
VI. — LE SYSTEME UROGÉNITAL DES VERTÉBRÉES
SON ADAPTATION A LA FÉCONDATION INTERNE. CONCLUSIONS
Nous examinerons sommairement les données de Panatomie com-
parée, puis celles de Vembryologie. Mais nous ne prétendons en au-
cune maniére faire Panatomie et embryologie comparées de ce sys-
teme. Pour cette táche, aussi difficile qu'intéressante, une préparation
208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
spéciale nous manque, et Vespace ne suffirait pas non plus. Nous fe-
rons voir seulement, yrosso modo, les différences qui séparent, dans
ce sens, les deux groupes ici proposés, en táchant de démontrer
qwelles ont pour cause la différente maniere de reproduction.
« Les organes urinaires et les organes génitaux offrent (dit O. Hert-
wig, chap. XV, op. cit.) dans leurs rapports génésiques et dans leurs
raports anatomiques des connexions tellement intimes qwil n'est pas
possible Pexposer dans deux chapitres distinets Phistoire de leur dé-
veloppement ». Mais il ne faut pas oublier que ces connexions Vexis-
tent cependant pas dans tous les vertébrés.
Quant aux poissons il est plutót de regle que ces deux systemes
soient tout a fait indépendants Pun de Pautre. Si nous exceptuons
les Sélaciens et les quatre ou cinq especes constituant VPordre des
Dipnoiques, et peut-étre quelques Ganoides, les produits sexuels
sont expulsés chez tous ces animaux sans profiter d'aucune partie du
systeme wrinare powr arriver «€ VPextérieur. l'expulsion se vérifie au
moyen de pores abdominaux ou bien par des canaux qui ne sont. que
des parties evaginées de la cavité du corps (1). Voyons, par exemple,
ce quí se passe chez les Amphioxes. Ces animaux (soit qw'on les con-
sidere comme des poissons, soit qu'on les place parmi les Procordés)
ont des reins et des glandes génitales séparés et fonctionnant indé-
pendamment. Ces dernieres — testicules ou ovaires — sont simples
follicules cellulaires a forme de bourse constitués par des évagina-
tions paires du collome de la cavité péribranchiale, tout a fait sem-
blables dans les deux sexes, que Pon ne peut distinguer, Vailleuxs,
sans avoir recours a examen microscopique des produits génitaux.
Ces glandes génitales manquent en outre de canaux excréteurs. A
Vépoque de la maturité sexuelle, les parois des testicules et des ovai-
res se déchirent, et leurs produits, évacués dans la cavité péribran-
Chiale, sont expulsés a Vextérieur par le spiraculum (2), et 1ls se ren-
contrent dans eau. La fonction sexuelle a done dans ces animaux le
caractere d'une simple sécrétion, ou presque, de méme que dans
beaucoup autres invertébrés marins. Il est presque inutile (ajou-
ter qwils "ont aucune trace d'organes copulateurs.
Quant aux reins, ou organes sécréteurs qui en font Voffice, ils sont
tres difftérents de ceux des autres vertébreés, se rapprochant plutót
des annélides.
(1) RICHARD HERTWIG, Traité de zoologie, édition italienne, Milan, 1906.
(2) I. DeLAGE et ED. HÉROUARD, Zoologie concrete, tome VIII.
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 209
Dans la plupart des poissons une disposition analogue peut étre
constatée, bien que le systeme urinaire ait changé considérablement.
Les reins des poissons — qui dailleurs présentent de différences ajp-
préciables dans les diverses especes — peuvent étre déja référés a
ceux des autres vertébrés ; ils ont, embryologiquement, le caractere
«dun mesonefros. Mais Vindépendance des deux systemes subsiste,
comme dans les amphioxes. En général, les glandes génitales man-
quent de canaux excréteurs spéciaux, et la fonction sexuelle s'accom-
plit en quelque sorte comme dans les amphioxes. Les produits géni-
taux sont alors, á la suite du déchirement des parois des glandes,
evacues dans la cavité abdominale, et de lá a Pextérieur au moyen
du pore abdominal. On ne peut cependant pas dire que cette fonction
ait le caractere (une simple sécrétion. Les sexes se recherchent á
Vépoque du frai, et ils forment alors ces grands banes ou essaims de
poissons caractéristiques a certaines especes. Il y a méme déja la
lutte des máles pour les femelles — saumon, etc., — et, s'l y a
pas de copulation, il y a au meins des contacts sexuels.
Quant aux amphibiens — et spécialement aux amphibiens anou-
res — la fonction sexuelle présente des modifications considérables a
Végard de celle des poissons. Ils constituent á ce point de vue de
méme qua beaucoup autres, une sorte de transition entre les pois-
sons et les reptiles, une transition biologique. En effet, s'il y a pas
encore chez eux de copulation proprement dite, il y a un accouple-
ment sexuel. Parmi les crapauds, par exemple, le mále monte sur la
femelle qwil saisit entre ses extrémités antérieures et attend que
celle-ci ponde les ovules pour les féconder de son sperme, au fur et
á mesure qwils sortent, et cet accouplement dure parfois plusieurs
jours. Il seffectue en outre presque toujours en dehors de Peau, quoi-
que dans son voisinage. On ne peut pas compter sur ce milieu — Peau
— pour le transport des produits sexuels, comme dans les poissons.
Le sperme doit donc tomber, directement et d'une maniere réguliere,
sur les ovules qui sortent, d'une maniére réguliere aussi, du cloaque
de la femelle, pour que la fécondation soit possible. Les ceufs sont
apres cela transportés dans leau.oú lPéclosion doit avoir lieu, comme
Von sait. Examinons maintenant lappareil urogénital de ces ani-
maux, pour y rechercher lempreinte que cette modification biologi-
que doit avoir laissée. Il présente, en effet, un degré de complication
bien plus grand que chez les poissons en général. C'est ici que le
systeme génital acquiert de vraies connexions avec le systeme uri-
naire, dans le mále autant que dans la femelle. Chez le premier, le
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 14
210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
testicule a contracté avec le rein ou corps de Wolff des connexions
intimes. Une partie du rein (qui comme dans les poissons a le carac-
tere d'un mesonefros), la partie antérieure, a cessé de fonetionner
comme tel pour devenir une sorte d'épidydime. Le canal de Wolff ou
uretere est devenu en méme temps le canal déférent, c'est-a-dire que
Vexpulsion de Purine et celle des produits sexuels s'effectue par un
seul et méme conduit. C'est seulement la partie postérieure du corps
de Wolff qui continue a remplir la fonction rénale. Or ces connexions
mwexistaient pas auparavant, comme Pembryologie de ces mémes ani-
maux nous Papprend. Il est donc évident que c'est le testicule qui,
manquant de conduits excréteurs spéciaux, a profité de ceux que le
rein offrait. Dans la femelle il y a une connexion semblable. L'ovaire,
qui manque de conduits spéciaux, a de méme profité de ceux du sys-
teme rénal, bien que dans une autre forme que chez le mále. Il a pas
contracté de relations directes avec le corps de Wolff. Mais une par-
tie du canal de celui-ci sen est séparée, en constituant un canal dis-
tinct, le canal de Miiller, dont une extrémité débouche comme le ca-
nal de Wolff dans la partie terminale du tube digestif, cest-a-dire
dans le eloaque, et l'autre, a forme d'entonnoir, vient s'ouvrir libre-
ment dans la cavité générale du corps pres l'aesophage. Le canal de
Miller, ainsi formé par une bipartition longitudinale de Puretere, de-
vient l'oviducte. A lPépoque de la maturité sexuelle les parois des
ovaires se déchirent et les ovules tombés dans la cavité du corps
comme chez les poissons, gagnent l'orifice a entonnoir et par la les
oviductes, au moyen desquels sont expulsés a l'extérieur apres avoir
été recouverts d'une substance elutineuse. On voit donc. comment
dans la femelle e est aussi le systeme génital quí profite des conduits
appartenant au systeme rénal.
Quelle peut avoir été la cause de cette connexion ? Nous croyons
la retrouver dans la maniere dont nous avons vu que la fonction se-
xuelle s"accomplit chez ces animaux. En effet, une plus grande régu-
larisation dans le proces de lexpulsion des produits sexuels en a été
la conséquence. Et cette régularisation eút été impossible si les
elandes génitales eussent manqué de conduits excréteurs spéciaux :
elles se sont alors servi de ceux du rein, comme Pon a vu. C'est
cette méme connexion que nous retrouverons dans tous les vertébrés
supérieurs á une certaine période de leur vie embryomnaire; mais elle
acquiert chez eux un développement distinct, comme nous le ver-
rons ensuite.
Avec une pareille disposition du systeme urogénital — tres sem-
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRES 211
blable dans tous les ordres des amphibiens — la fécondation interne
est devenue déja possible. C'est ainsi que nous Pavons signalée plus
haut parmi les Urodeles et les Ceecilies.
En résumant ce que Pon a vu jusqu'ici au sujet du systeme urogé-
nital des poissons et des amphibiens (c'est-a-dire des Anamniotes)
nous pouvons Pexprimer en disant que :
Les modifications subies par le systeme urogénital des amphibiens «
Pégard de celwi des poissons, awraient eu pour but la plus grande régu-
larisation dans le procés de Pexpulsion des prodwits sexuels, en vue de
la maniere dont Paccouplement a lieu. Ces modifications, qui amenent
la connexion du systeme génital avec le systeme urinaire, représente-
raient une forme de transition entre les autres ovulipares, ou ces deux
systemes sont indépendants Pun de Pautre, et les ovipares, ou la conne-
wion est encore plus intime. — Bref, le systeme urogénital des amphi-
biens serait un pas donné vers la fécondation interne.
Nous devons maintenant voir sommairement les dispositions que
ce systeme adopte chez les vertébrés a fécondation interne (Amnio-
tes). Dans les máles, le canal de Wolff, qui dans les amphibiens ser-
vait aux deux fonctions, a abandonné completement la fonction réna-
le, laquelle est dévolue des a présent a un autre conduit formé par
évagination de la paroi de celui-la, Puretere définitif des Amniotes.
La partie du rein annexée au testicule est devenue VPépididyme de
celui-ci. Les autres parties du canal de Wolff se sont transformées
pour constituer les canaux efférents, les canaux deférents et la vési-
cule séminale, c/est-a-dire Pappareil excréteur du testicule, et seule-
ment de lui, et en méme temps Vappareil régularisateur de Vexpul-
sion du sperme (vésicule séminale). On comprend aisément, en effet,
que si cette régularisation était nécessaire pour les amphibiens, elle
Vest davantage dans les vertébrés a fécondation interne. Quant a
savoir si les canalicules séminiferes eux mémes dérivent du canal de
Wolff, ou s'ils sont des parties propres de la glande génitale, les opi-
nions des auteurs sont divisées.
Dans la femelle, les canaux de Miiller se sont mis en rapport avec
les ovaires. Il s'est ainsi formé une cavité se rattachant a ceux-cl
par Vune de ses extrémités, et communiquant a l'extérieur par Pautre
soit au moyen du cloaque (evipares) ou du vagin (mammiferes). C'est
au dedans de cette cavité que la fécondation doit s'opérer. Les ovules
ont déja donc besoin de tomber a Pépoque de la maturité sexuelle,
dans la cavité du corps comme dans les amphibiens, puisqwils ga-
enent directement les oviductes (ovipares), ou Putérus, au moyen de
212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
trompes (mammiferes), devant rencontrer dans leur cours les sper-
matozoides qui sy sont introduits pendant Vacte de la copulation.
Tout cet appareil présente des différences considérables dans sa
forme et ses rapports, chez les ovipares, les mammiféres monotremes,
les mammiferes marsupiaux et les mammiferes placentaires; mais
1l est en tout cas évident que les modifications qu'il présente a Végard
de celui des vertébrés inférieurs, ont eu pour objet d'adapter ces
animaux d'une maniere plus parfaite á la fécondation interne.
En rapport direct avec ce fait, on constate lapparition des organes
copulateurs. ls apparaissent pour la premiere fois (faisant abstraction
des adaptations particuliéres que nous avons signalées chez quelques
poissons) parmi quelques amphibiens Urodeles, sous la forme «Pune
papille « qui est peut-étre la premiére trace d'un organe d'accouple-
ment tel qu'on le rencontre chez les vertébrés supérieurs; mais on
ma pas constaté (une maniere certaine comment elle concourt a
Vacte de Vacecouplement, ni méme si elle y remplit un róle (1). 1 faut
se rappeler ici ce que nous avons dit plus haut des amphibiens apo-
des. Mais, comme dit Gegenbaur, « c'est seulement chez les reptiles
que les conformations de ce genre commencent a servir a Pacte de
Vaccouplement » (2). ll ne faut pas mentionner toutes les modifications
que cet appareil subit depuis les serpents et les lézards jusqu'aux
mammiféres placentaires.
Quelque sommaire et incomplete qu'elle soit, lPexplication que
nous venons de donner au sujet du systeme urogénital interne et ex-
terne des vertébrés, nous permet de formuler cette conclusion, qui
mériterait au moins d'étre soumise á une constatation plus rigou-
reuse et détaillée :
Les différences profondes que Pon remarque entre le systeme wroyé-
nital des Anammiotes et celui des Ammiotes devraient étre référées au
mode de fécondation, généralement externe chez les premiers, toujours
interne chez les seconds.
Nous avons omis de mentionner, en parlant des organes reproduc-
teurs des poissons, ordre des Sélaciens cité plus haut parmi les ex-
ceptions á Povuliparité. Ces animaux présentent dans leur systéme
urogénital des modifications qui les éloignent considérablement du
reste des poissons (sauf peut-étre quelques Ganoides et Dipnoides)
en les rapprochant plutót des Amphibiens et des Amniotes. Il est
(1) R. WIEDERSHEIM, Manuel d'anatomie comparée des vertébrés, p. 372.
(2) GEGENBAUR, Manuel d'anatomie comparée, p. 842.
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 213
done tout naturel de penser que ces modifications doivent avoir quel-
que rapport avec la fécondation interne, puisque les Sélaciens sont,
nous Vavons vu, des ovipares sensu stricto ou des vivipares. Ceci res-
sort surtout de ce fait que, le mále manquant dorganes (Paccouple-
ment pour satisfaire au besoin de la copulation, a dú adapter a cette
fonction, comme la Fiteroyia, une partie des nageoires anales. C'est
alnsi que se sont formés les ptérygopodes (ou organes (Paccouple-
ment de ces animaux) qui, comme dit Gegenbaur, «nous offrent un
exemple Vadaptation aux fonctions reproductives (V'un organe qui
lewr était d?abord étranger — disposition qui doit étre rigoureuse-
ment distinguée de celles qui se sont produites aux dépens de par-
ties des conduits déférents primitifs ou de leurs parois » (1). C'est-a-
dire done que les Sélaciens Wavaient pas auparavant de ptérygopo-
des, et que par conséquent veffectuaient pas de copulation, étant
des animaux a fécondation externe. Donc, ils étalent des ovulipares
comme les Téléostéens et la plupart des poissons. Elle semble done
tres peu vraisemblable hypothese du méme auteur d'apres laquelle
le systeme urogénital des Téléostéens et de la plupart des poissons
doit étre considéré comme une simplification, «une rétrogradation »
de celui des Sélaciens (2). Il est plus logique de croire que la dispo-
sition offerte par les Téléostéens, etc., est celle qui se rapproche le
plus de la forme primitive du systeme urogénital des vertébres; et
que si les Téléostéens, etc., descendent, comme on ladmet générale-
ment (Heckel, Cope, etc.), des Sélaciens, il faut accepter que ces Sé-
laciens primitifs doivent avoir été assez différents des actuels, en ce
sens du moins qwils ont été des ovulipares et ont possédé les dispo-
sitions anatomiques correspondantes. A ce point de vue, les Sélaciens
actuels, considérés couramment comme des animaux tres primitifs,
apparaissent au contraire comme le groupe le plus évolué de la classe
des poissons, en dépit de la nature cartilagineuse de leur sque-
lette.
Tl faudrait maintenant examiner les données que nous offre l'em-
bryologie du systeme urogénital pour les mettre en rapport avec cel-
les que Panatomie comparée vient de nous fournir. Cet examen seralt
trop long, et sur certains points presque impossible, puisque les
opinions des auteurs sont souvent contradictoires sur des questions
presque fondamentales, comme celle de savoir si le canal de Miiller
(1) C. GEGENBAUR, ÁAnatomie comparée, p. 841-842.
(2) C. GEGENBAUR, Op. Cit., p. 827.
214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
des Ammniotes dérive, comme celui des Anamniotes, du canal de
Wolff. Mais les travaux si considérables déja accomplis nous permet-
tent de voir que les embryons des vertébrés supérieurs — et surtout
Vembryon du poulet et de homme, qui ont été de beaucoup les mieux
étudiés — reproduisent pendant leur développement les différentes
phases par lesquelles le systéme urogénital passe dans la série des
vertébrés. Pour ne citer qu'un exemple, c'est un fait bien connu que
les organes génitaux externes apparaissent dans Vembryon des Am-
niotes dans une période assez avancée de développement. Pour Phom-
me, les premieres ébauches encore indifférentes, les bourrelets géni-
taux, commencent á se montrer apres la sixieme semainé. Mais c'est
seulement vers le quatrieme mois de la vie intra-utérine que les dif-
férences des deux sexes se manifestent. De la méme maniétre Pana-
tomie comparée nous a montré comment les organes copulateurs ap-
paraissent a un certain moment dans l'échelle des vertébrés, lorsque
nous passons des amphibiens aux reptiles. Les états que le systeme
urogénital de "homme et des Amniotes offre avant lapparition des
organes copulateurs représente d'une maniére générale les disposi-
tions permanentes de ce systeme chez les vertébrés a fécondation ex-
terne. Ainsi, par exemple, les embryons humains des deux sexes me-
surant neuf centimetres représentés par Waldeyer (figures reprodui-
tes dans le Traité VO. Hertwig, pages 350 et 355), reproduisent assez
bien le systeme urogénital permanent des amphibiens. Les états un
peu antérieurs — ou la glande génitale n'a encore contracté des con-
nexions chez le mále avec le corps de Wolff, etc., — représenteraient
alors le systeme urogénital permanent des ovulipares typiques. Nous
croyons que ces exemples suffiront.
Or puisque les documents de Pembryologie (preuves ontogénéti-
ques) ratifient ceux de Vanatomie comparé (preuves phylogénétiques)
la loi de Fritz-Miiller et Hieckel se trouve une fois de plus vérifiée A
un degré suffisant (approximation. Elle nous autoriserait donc a
formuler la conclusion suivante, qui d'ailleurs est confirmée par sa
simple énonciation :
Les vertébrés a fécondation interne descendent des vertébrés « fécon-
dation externe, ou en d'autres termes, si les vivipares descendent des
ovipares, cenx-ci doivent descendre des ovulipares.
Ce serait peut-étre une question intéressant la paléontologie, celle
de savoir depuis quand, dans les époques géologiques, les premiers
vertébrés a fécondation interne sont apparus, ou en d'autres termes,
DIVISION BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 215
depuis quand ces vertebrés sont devenus a fécondation interne.
Nous nous sommes dans cet essal bornés a parler des vertébrés.
Mais les dénominations proposées pourraient s'étendre á certains
animaux des autres types. Ainsi donc les protovertébrés tels que
PAmphioxus, cité plus haut, et le Balanoglossus seraient des ovuli-
pares, de méme que beaucoup de Coslenterés et d”Echinodermes. Les
Arthropodes seraient pour la plupart, des ovipares sensu stricto, etc.
Nos conclusions sont aussi susceptibles d'étre étendues a autres
groupes. En effet, on comprend aisément que les causes qui ont agl
et agissent pour transformer les ovulipares en ovipares 0u vivipares,
doivent avoir été les mémes ou de méme nature autant pour les ver-
tébrés que pour que les invertébrés. Partout 04 il y a de la copula-
tion et des organes copulateurs, cette fonction et ces organes doivent
étre considérés comme des acquisitions ultérieures, résultat de la
nécessité de la fécondation interne.
Nous avons táché de montrer comment cette modification fonda-
mentale s/est opérée dans la série des vertebrés. Nous sommes bien
plus loin de pouvoir dire powrquoi. L'évolution organique est un fait
constaté ; mais il est souvent tres difficile, méme impossible, de dire
quelles sont les causes qui la déterminent. Nous croyons pourtant
que les deux faits sulvants peuvent jeter quelque lumiére sur la
question qui nous occupe:
1* C'est un fait constaté qu'a mesure que Pon remonte VPéchelle
zoologique le nombre des ovules subit dans les femelles des différen-
tes especes une réduction considérable. ll suftit de songer a la quan-
tité fabuleuse que Pon en trouve parmi les poissons — plusieurs mil-
liers et méme des millions. Dans les amphibiens ce nombre a di-
minué énormément, et plus encore dans les reptiles, les oiseaux et
les mammiferes, en arrivant ainsi jusqu'aux especes qui habituelle-
ment livrent un seul ovule au moment de la fécondation. On com-
prend que lorsque le nombre des ovules s/est ainsi réduit, il a impor-
té a la conservation de Vespece de ne pas laisser la fécondation livrée
presque au hasard, comme c/est le cas pour les ovulipares. Il est hors
de doute que la fécondation interne a été alors hautement profitable,
presque nécessalre.
2% Il y a des preuves puissantes pour croire que les animaux ac-
tuellement adaptés á la vie aérienne descendent VPancétres aquati-
ques. Les preuves qui confirment cette hypothese sont nombreuses
et trop connues. Les travaux intéressants de M. René Quinton ont
216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Pailleurs mis cette question a Vordre du jour sur le champ des sciences
naturelles et médicales. Or Povuliparité requiert, nous avons vu, un
milieu aquatique ou « semi-aquatique », dans ce sens que, si parfois
Vacte lui-méme de la fécondation externe peut avoir lieu au dehors
de Peau, cela Warrive que dans les animaux dont les petits ont be-
soin de sy trouver aux premiers stades de leur développement (am-
phibiens). Done lorsque les animaux ont abandonné la vie aquatique,
ls ont aussi dí abandonner leur condition d”ovulipares, incompati-
ble avec le nouveau genre de vie qwils ont eu á mener. Le passage
de la vie aquatique á la vie terrestre implique done la nécessité de
la fécondation interne.
Les deux sortes de causes que nous venons de signaler pourraient
avoir agi seules ou ensemble. Il est évident que c'est seulement la
premiere (diminution du nombre des ovules) qui devrait étre invo-
quée pour les animaux qui tout en se conservant aquatiques ont ae-
quis la fécondation interne. Ce serait le cas pour les Sélaciens, chez
lesquels le nombre des ovules est en effet considérablement plus pe-
tit que dans le reste des poissons — ces ovules étant en échange plus
abondamment pourvus de vitellus. Quant au reste des vertébrés —
reptiles, oiseaux, mammiféeres — on peut accepter que les deux cau-
ses ont agi ensemble. Il y aurait encore a ajouter une troisieme caté-
gorie de causes, que nous pourrions appeler circonstantielles, ou plu-
t0t VPadaptation circonstantielle, telles que celles invoquées plus
haut pour notre Fiteroyia.
(Quelle que soit la cause invoquée, la fécondation interne est un
fait qui, on le voit, doit s'étre présenté a un moment donné de lPévo-
lution de ces organismes. Son apparition constitue cette fonction
nouvelle, la copulation, dont les organes copulateurs sont les instru-
ments nécessaires. Donc la présence de ceux-ci a été nécessaire pour
remplir le róle que la nouvelle fonction leur assignait.
Quant a savoir si la nécessité de la présence (un organe est
suffisante pour expliquer son origine ou sa création, nous ne saurions
guére le dire. Mais quoi qwil en soit, il est bon de s'entendre sur la
valeur de ce mot créer, lorsque nous disons, par exemple — ce qui
serait le cas présent — que la fonction crée Porgane. Si ce que nous
voulons signifier est la formation toute nouvelle d'un organe sans
intervention de quelque partie somatique déja existente, on com-
prend aisément qw'il y a pas de fonction capable de créer un orga-
ne; mais si pour créer nous voulons signifier simplement modifier, au
sens le plus large, on concoit comment aux dépens du cloaque des
DIVISIÓN BIOLOGIQUE DES VERTÉBRÉS 2107
ovulipares, non copulateurs, peuvent s'étre formés les organes d'ac-
couplement des vertébrés á fécondation interne. C'est ainsi que ces
organes auraient été créés pour répondre a la nécessité mentionnée.
Et C'est ici que la sélection sexuelle aurait eu lieu agir puissam-
ment dans le but d'assurer la survivance des máles les plus aptes a
garantir le succés de la fécondation et par lá la conservation de Ves-
pece.
Une conclusion plus générale découle naturellement des faits et des
observations que nous avons présentés dans cet essai, a savoir que :
I'ovuliparité a eté la forme primitive de la reproduction dans tows
les animaux a sexes séparés. Quant a savoir si les premiers animaux a
sexes séparés, c'est-á-dire les premiers ovulipares, ont été précédés
par des formes hermaphrodites, c'est lá une question au sujet de
laquelle une hypotheése quelconque nous semble, quant á nous du
moins, hasardée. Nous ferons remarquer cependant que rien ne
prouve (une maniére concluante qu'il en ait nécessairement dú étre
ainsi.
Comme conclusion, nous prions le lecteur de se rapporter de nou-
veau au tableau donné á la page 6. C'est lá que se trouve résumée
Vidée capitale de cet article. Nous espérons que la division que nous
y proposons sera acceptée sans difficultés, ne serait-ce qwen raison
de la maniére claire eb compréhensible dont elle présente les faits.
Elle ne constitue pas, nous le répétons, une division systématique.
Nous avons cherché des caracteres biologiques et non pas des carac
teres taxonomiques.
Quant aux conclusions et déductions que nous en avons tirées,
elles seront peut-étre sujettes á des rectifications ou des discussions.
Mais, quoi qwil en soit, nous croyons bien sincerement qwil aura été
de quelque utilité de les avoir au moins posées. Leur solution défini-
tive sera donnée par d'autres ayant plus Vaptitudes, de préparation
et Vautorité.
Buenos Aires, janvier 1908.
ESTUDIO SOBRE LA FABRICACIÓN
DE LA
LÁNPARA ELÉCTRICA INCADESCENTE DLAMADA ZIRCONION
Y OTROS Á FILAMENTOS METÁLICOS
PROCESO DE FABRICACIÓN
Aunque se denomina lámpara Zireonium, en realidad el zirconium
no se emplea, pues su base principal es el « Tungsteno » (Wolfram);
el óxido de este metal se mezcla con zinc pulverizado, colocándolo en
un recipiente el cual se pasa á un horno de gas y fuelle, secándolo
previamente por medio del hidrógeno. Á una alta temperatura sereduce
el zine, formándose <« Tungsteno », siendo su reacción química, la
siguiente :
NO, + 3Zn = W + 3Zn0
El tungsteno metálico se mezcla con una composición gomosa de
celuloide cement y acetato de anilo, la cual se pasa por un cilindro
hasta que empiece á tomar un color obscuro y ofrezca al tacto la im-
presión de masilla. Esta masa se coloca en un compresor que la hace
salir por un extremo en forma de filamento, de un diámetro de 0%*05
ó de 0**08, según sea el voltaje á emplearse. El diámetro de 0%*05 y
006, se emplea respectivamente para voltajes de 110 y de 220 volts
0””08 para los más bajos.
El filamento así formado y exprimido se extiende sobre hojas de
asbestos, se corta después en trozos y se colocan en pequeños reci-
pientes para ser introducidos en un horno de porcelana, donde perma-
necen varias horas á una temperatura de 1000 á 15007 centígrados,
y finalmente se secan con la intervención del hidrógeno.
LÁMPARA ELÉCTRICA INCADESCENTE LLAMADA ZIRCONIUM 219
En los pequeños recipientes que se construyen de latón, es donde
se emplea en algo el « zirconium », pintándosele todas sus caras
interiores con una composisión de hidrato de zireonium y acetato de
anilo, pero el hidrato de zirconium se emplea en muy pequeña propot-
ción y en mi concepto podría completamente dispensarse de él dado
que el depósito indirecto de zirconium sobre tungsteno no tiene mayor
importancia.
El filamento así tratado es lavado luego en ácido clorhídrico, en
estas condiciones se halla listo para tratarlo eléctricamente, al efecto
se conectan á cada filamento dos terminales y de á varios á la vez, se
colocan en una campana extrayendo el aire y se les pasa por una co-
rriente de una tensión de 30 volts, terminando la operación elevando
la tensión hasta 60 volts; los filamentos entonces se encogen y cuando
el voltaje llega á 60, el filamento queda listo para ser manipulado y
colocado en las lámparas.
El vidrio central que sostiene los filamentos en un extremo, se pin-
ta con una composición de hidrógeno, fósforo y nitrógeno, á fin de
evitar que la lámpara se ennegrezea. El resto de la operación de co-
locar el filamento y dejar terminada la lámpara para el uso, es idén-
tico al procedimiento seguido con la lámpara común ordinaria.
En resumen, el procedimiento de la fabricación de la lámpara Zir-
conium, consiste en el tratamiento del tungsteno en combinación con
una materia plástica previamente purificada adherida por cemento y
comprimida en forma de filamento; debo hacer observar que esta ope-
ración es sumamente sencilla, no ofreciendo ninguna clase de dificul-
tades en su manipuleo.
GENERALIDADES SOBRE EL «< TUNGSTENO >»
El tungsteno es considerado como un metal raro pero sus compues-
tos son generales, en forma de soda es muy común, así como también
los bronces bajo el aspecto de polvos para revestimientos; pero el
empleo más general de este metal es en la fábricación de aceros para
máquinas de grandes velocidades y para planchas de blindaje. En
Estados Unidos en el año de 1905, registró una producción de s03
toneladas, sobre 179 en 1901; no obstante, su precio por tonelada
aumentó en relación á su consumo.
Cuando el metal contiene 60 por ciento de Tungsteno (W)*, su precio
se cotiza de 10 á 15 francos por kilo: este precio últimamente se ha
220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
elevado hasta 30 y 35 francos, lo que demuestra que el tungsteno es
un metal raro, pero no tanto como el platino, el osmium ó el zirconium.
"Al presente existe solamente un distrito de Estados Unidos donde la
fabricación de tungsteno se ha desarrollado, y es el Colorado. Sin em-
bargo, en diversas partes de Norte América se ha encontrado exis-
tencias de este metal, pero en cantidades tan reducidas que encare-
cería extraordinariamente su elaboración. En Europa el metal se
introduce importándolo de Australia y del Perú.
El punto de fusión del tungsteno es muy elevado, parece que, como
el carbón, se volatiliza directamente sin pasar al estado líquido, sien-
do el punto de volatilización del carbón considerablemente menor que
la temperatura de la volatilización del tungsteno, pudiéndose llegar
á la conclusión, a priori, dada la ley de radiacción que el tungsteno
tiene mucho mejor rendimiento que la lámpara de filamento de carbón.
Además, debido á su naturaleza refractaria bien conocida, es que se
adopta admirablemente en la fabricación de filamentos para lámparas
eléctricas incandescentes.
Por estas razones, la lámpara á filamento metálico zirconium se fa-
brica actualmente de tungsteno, siendo el zirconium que se emplea
simplemente una sofistificación. Lo mismo hace la Compañía Auer,
con su nueva lámpara Osram. Esta lámpara constituye una modifica-
ción de la Osmium; modificación que ha permitido aminorar el con-
sumo específico.
El filamento de la lámpara Osram, contiene principalmente tungs-
teno, mezclado con muy poca cantidad de Osmium.
Otro tipo de lámpara á filamento de tungsteno es la patentada por
el doctor Hans Rusel de Viena. Su materia prima es refractaria, como
el platino, cromo, magnesio, vanadium, tungsteno, molybdeno, tántalo,
mobieme, etc., según consta en la patente, pero en realidad el metal
empleado es únicamente el tungsteno en un estado alotrópico parti-
cular que se ha clasificado como estado Calloidal. En esta forma el
metal se presenta como una masa plástica con aspecto de gelatina, y
se tuerce con suma facilidad por medio de una prensa de la cual se
saca en forma de filamento. El procedimiento para obtener el metal
en estado Colloidal, es análogo al de Bredig y consiste en colocar un
arco voltaico entre los dos electrodos del metal empleado, en un baño
de agua.
El metal convenientemente secado sufre una modificación física al
sometérsele á la acción de una corriente eléctrica, sin volverse pul-
verulento y sin romperse pasa del estado colloidal al cristalino, en
LÁMPARA ELÉCTRICA INCADESCENTE LLAMADA ZIRCONIUM 221
cuyo punto el filamento se halla listo para utilizarse. Existen además,
diversidad de tipos de lámparas de filamento metálico, á base de zir-
conium en combinación con una materia elástica orgánica. Los hidra-
tos se obtienen por la reducción del óxido de zirconium por el mag-
nesio en una corriente de hidrógeno, según el método Winkler y el
exceso de magnesio, si lo hubiera, acusa el producido siguiente :
ZrN*
El óxido de magnesio y el exceso de magnesium se separan en pre-
sencia del ácido clorhídrico el que diluído y luego secados con el hi-
drato en forma de pasta se mezcla con una masa orgánica. Los fila-
mentos se obtienen de esta pasta por medio de una prensa y finalmente
se secan en una atmósfera de hidrógeno á una temperatura próxima
á3007”. Para que estos filamentos sean conductores es necesario ca-
lentarlos á una temperatura muy elevada, aplicándoseles luego una
diferencia de potencial también elevada; una vez el filamento incan-
descente, se forma un carburo, volviéndose duro y metálico y apto
para el uso.
El doctor Hollefrend ha patentado otro tipo de lámpara de este gé-
nero, calentando un filamento de carbón ordinario en una atmósfera de
un compuesto de zirconium.
Siemens y Halske en 1906 presentaron un nuevo procedimiento de
fabricación de filamento metálico; ellos también emplean como base
el tungsteno y su patente abarca los metales Molybdeno, Thorium,
Titanio, Tungsteno y Zirconium.
Funden el metal por medio de una corriente eléctrica ó por un arco
voltaico y por el procedimiento de compresión, el metal es sacado en
forma de filamento.
Alejandro Just y Franz Hanaman, patentaron también otro proce-
dimiento de fabricación de filamentos metálicos, usando como base el
tungsteno ó el molybdeno.
Ellos para producir el filamento de tungsteno en lámparas incan-
descentes eléctricas, calientan un filamento de carbones en el vapor
de oxealogeno compuesto de tunsgteno y molybdeno y de un poco de
hidrógeno libre por medio de una corriente eléctrica y una alta tem -
peratura, el carbón es completamente substituído por el tungsteno ó
el molybdeno.
La Deustche Gasglihlecht Akliengesellschaft de Berlin, en julio
11 de 1906, patentó otro filamento metálico de lámparas incandescen-
222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tes. Ellos hacen una pasta de Osmium finamente dividida, mezclado
con óxidos de metales del grupo del cromo, ó sea Cromo, Molybdeno
ó Tungsteno, y por el carbón y medios orgánicos de cohesión, forman
los filamentos, que después de secados por medio de una corriente
eléctrica al vacío, reducen los óxidos y forman las aleaciones de
osmiunm.
Hay otra patente anterior de Garl Pieper de Berlín. Forman el cuer-
po de filamento de Thorium puro, ó mezcla de Thorium y Titanio con
metales que tengan una alta temperatura de fusión; tales como el ero-
mo ó el tunesteno. Pulveriza su mezcla por medio de una alta presión
(de 20.000 Kg. por em?) forma cuerpos sólidos con que fabrica su
filamento.
Hay además, una infinidad de patentes sacadas en Estados Unidos,
Alemania, Austria é Italia; todos sobre filamentos metálicos. Es decir,
por diferentes procedimientos en la manera de fabricación. Pero todos
á base de tungsteno (Wolfram).
Hay, por último, lámparas con filamento de tridium que, como el
osmium pertenece al grupo del platino.
ENSAYOS FOTOMÉTRICOS Y DE CONSUMO DE LA LÁMPARA ZIRCONIUM
Estos ensayos los he realizado personalmente en el primer tiempo
en la usina Secteur Rive Gauche, que provee de energía á París, pero
debido á las fuertes trepidaciones de la maquinaria que dificultaba
mis trabajos, tuve que abandonar dicha usina continuando los ensayos
en el Laboratorio Central de Electricidad. Las primeras pruebas me
dieron un resultado negativo por el porcentaje enorme de rotura (un
sesenta por ciento) especialmente en las lámpas de 220 volts.
Los subsiguientes ensayos de lámparas de 220 y 110 volts fueron
mejores. Efectué diversas pruebas con diez lámparas de 220 volts y
dos de 110, obteniendo los resultados siguientes :
Para lámparas de 110 volts obtuve un término medio de consumo
de 1,74 watts por bujía decimal y para las de 220 volts, 2,14 watts
por bujía decimal.
Instaladas en circuito sobre el sistema de la Secteur Rive Gauche,
corriente alternada, 42 períodos por segundo, obtuve la siguiente va-
riación de tensión : de 113 á 121 volts efectivos, para las lámparas
de 110 volts y de 220 á 242 para las de 220; siete de las diez lámparas
LÁMPARA ELÉCTRICA INCADESCENTE LLAMADA ZIRCONIUM 223
de 220 volts se quemaron entre las 714 y 100 horas de servicio, dán-
dose al cabo de este tiempo el consumo de 1,75 watts por bujía deci-
mal, término medio.
Como máximo de duración con las lámparas de 220 volts he tenido
545 horas de servicio continuo y 397 horas con las de 110 volts; de-
biendo hacer presente que todas las lámparas y filamento de tungs-
teno, funcionan del mismo modo, tanto sobre corriente contínua como
en alternada.
RESULTADOS QUE OBTUVE EN LOS ENSAYOS PRACTICADOS EN EL LABORATORIO
CENTRAL DE ELECTRICIDAD DE PARÍS EN LAS PRIMERAS LÁMPARAS QUE SE
FABRICARON DENOMINADAS « ZIRCONIUM ».
5 $ o
220 0.342 75.3 43.7 1.72
220 0.350 77.0 46.5 1.65
220 0.317 70.0 29.71 2.35
220 0.302 66.5 23.5 2.82
220 0.346 76.2 44.2 1.81
200 0.342 68.4 43.7 1.56
110 0.500 95.0 35.6 1.54
110 0.505 2153883) 34.5 1.61
110 0.618 68.0 44.7 1.52
110 0.322 39.4 18.4 1.87
310 0.342 37.6 23.3 1.61
37 0.605 22.4 19.7 1.13
37 0.581 21.4 17.3 1.23
37 0.595 22.0 17.3 1.27
37 0.606 22.4 19.7 1.14
37 0.566 20.9 16.4 1.27
35 0.634 34.8 30.0 1.16
35 0.592 32.5 22.0 1.48
(1) Una bujía decimal equivale 0,104 Carcel ó 1,13 Hefner.
224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Volts en las bornas de la lámpara... 220
AMPL RA. 0.355
Curva luminosa
Angulo Bujías decimales
DI a A Ue e 8.4
A Ol ao ER 23.0
o a ocio: US Ra Ia 35.0
DICO A A rd 43.0
O a reci 0 49.0
AMIA e li eo 44.0
MI a tal el NN o ascos 29.0
Ur A A E oro RRE 11.6
DM ada Sr Sto NE NOroO o AO 0
JORGE NEWBERY.
NUEVOS HIMENOPTEROS
HOR CAASICIBEQOBTKY
(ENCARNACIÓN, PARAGUAY)
Fam. ANDRENIDAE
Subfam. HALICTINAE
Gen. HALICTUS Latr.
1. Halictus nahuel-huapiensis »n. sp.
O Truncus cyaneus, abdomen rubrum, clypes convexo, fulvo-fimbria-
to; antenmis nigris, fagello subtus fulvescente; fronte verticeque
opacis ; mesonoto antice impresso; scutello obsolete bigibboso ; sey-
mento mediario truncato, parte antica concava, glabra, apicem
versus emarginata ; pedibus nigris vel fusco-nigris, fulvescenti-pilo-
sis, tarsis unguiculisque ferrugineis; tegulis brunneis; alis hyali-
mis, venulis testaceis, nervis recurrentibus in secundam et tertiam
cellulam cubitalem intermedium et apicem ineuntibus; abdomine
glabro, impunctato, segmento primo ad basin nigro; segmentorum
ventralium marginibus apicalibus fulvescenti-pilosis.
Long. corp. 9 mm.; lat. abdom. 2,50 mm.
Argentina, Lago Nahuel-Huapi.
2. Halietus bruchianus n. sp.
O Truncus niger, abdomen rubrum; capite opaco, viridi-aeneo-Mican-
te; clypeo convexo, antice inconspicue fimbriato; mesonoto scutello-
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 15
226
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que glabris impunctatis ; segmento mediario truncato, parte antica
concava, carimula acuta circumdata ; pedibus fuscis, tarsis ferru-
gineis, pallide pilosis; tegulis fuscis vel nigris ; alis favescenti-hya-
lanis, venulis brunneis, nervis recurrentibus prope apicem cellula-
rum secundae tertiaeque ineuntibus ; abdomine glabro, impunctato ;
ventre fulvescenti-piloso.
Long. corp. 10 mm.; lat. abdom. 3 mm.
Argentina, Lago Nahuel-Huapi.
Dedicada al señor Carlos Bruch, La Plata.
Gen. AGAPOSTEMON Guír.
1. Agapostemon arechavaletae »1. sp.
o” Obscure olivaceo-aeneus; mandibulis, labro, clypeo, antennarum
pedibusque flavis; clypeo prominente, convexo, impunctato ; capite
thoraceque subtiliter pallide pilosis, opacis; segmento mediario ru-
goso-punctato, truncato; tegulis flavidis; alis hyalinis iridescenti-
bus, venulis testaceis; abdomine fere glabro ; segmento apicali fla-
vo; ventre flavo.
Long. corp. 7 mm.; lat. abdom. 1,33 MM.
Uruguay (Coll. Mus. Nacional Montevideo).
Dedicada al director del Museo Nacional de Montevideo, señor D.
J. Arechavaleta.
2. Agapostemon bonaérensis 1. sp.
$ Olivaceo-aeneus ; mandibulis, labro, clypei margine antico, anten-
nasum basi pedibusque magnam ad partem flavis; antenmis brun-
neis, fagello subtus ferrugineo ; clypeo producto, impunctato (pars
Aava clypei maculam magnam triouspidatam repraesentat); capite
thoraceque opacis, pilis brevissimis flavescentibus vestitis ; segmento
mediario truncato, parte basali rugoso-punctata ; tegulis testaceis ;
alis hyalinis, venulis testaceis ; pedibus flavis, coxis trochanteribus-
que, interdum basi femorum aeneis ; abdomine fere glabro, segmento
apicali flavo; ventre nigro.
Long. corp. 7,50 mm.; lat. abdom. 1,50 mm.
NUEVOS HIMENÓPTEROS 227
£
Argentina, Provincia Buenos Aires, La Plata.
Un ejemplar mal conservado que parece pertenecer á esta especie
tiene el rótulo Halictus bonariensis Holmbg.; sin embargo el señor
Holmberg no ha publicado ninguna especie de la subfamilia con tal
nombre. Considerándolo entonces nomen nudum nos hemos permitido
conservarlo para nuestra especie.
L.
' Gen. AUGOCHLORKA Sm.
Teniendo en preparación un extenso estudio sobre este difícil gé-
nero proponemos sólo cortas diagnosis de las especies nuevas cuya
posición sistemática, etc., será discutida en el mencionado estudio.
1. Augochiora (Paraugochloropsis) anisitsi n. sp.
O Viridis, capite thoraceque dense punctatis, aureo micantibus, abdo-
mine caeruleo-cyaneo-violaceoque-variegato segmentis primo secun-
doque densissime fulvescenti-fimbriatis; segmento medio basi fere
nitida laevique, indistincte transversim ruguloso; tegulis testaceis,
ad basin viridibus, alis subhyalinis, nernulis testaceis ; calcaribus
posticis 6 dentibus munitis.
Long. corp. 10 mm.; lat. abdom. 4 mm.
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits, 10 dic. 04).
Dedicamos esta hermosa especie á su descubridor.
2. Augochlora (Paraugochloropsis) bruechi ». sp.
o” Viridis, laeviter aureo-cupreoque-micans, labro mandibulisque fer-
rugineis, fronte densissime punctata carinula longitudinali muni-
ta; mesonoto sat dense punctato, scutello sparsius ; segmento medio
basi concava, striis radiantibus donata, parte religua laevi nitida-
que, truncatione punctata ; tegulis purpuwreis basi viridibus punc-
tatisque, alis subhyalinis nervulis testaceis ; pedibus viridibus, me-
tatarsis III fuscis, fulvescenti-pilosis ; abdomine segmentis primo
secundoque fulvo-fimbriatis, primo sat grosse, secundo tenuiter
punctatis.
Long. corp. 8,50 mm.; lat. abdom. 2,50 mm.
Paraguay, Villa Encarnación, enero 05.
228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Dedicada á nuestro distinguido amigo don Carlos Bruch, conser-
vador de la colección entomológica del Museo de La Plata.
3. Augochlora (Paraugeochloropsis) perimede 1. sp.
$ Viridis, capite thoraceque cuprascenti-micantibus, abdomine laevis-
sime aurato ; clypeo dense grosseque punctato, vertice laevius, me-
sonoto scutelloque densissime rugoso-punctatis ; segmento medio basi
conspicue radiatim striata, truncatione sat grosse punctata ; tegulis
cupreo-purpureis, tertio basali punctatis, alis hyalinis, nervulis tes-
taceis ; abdomine segmentis primo secundoque vibrissis albis incum-
bentibus vestitis, modice punctatis; pedibus viridibus, metatarsis
TIT fuscis, fulvescenti-pilosis.
Long. corp. 8,50 mm. ; lat. abdom. 2,75 mm.
Paraguay, Villa Encarnación, 17 enero 05.
Nomenclatura : Perimede, nombre de una célebre hechicera.
4. Augochlora (Paraugochloropsis) antielea n. sp.
o” Parva, viridis, clypeo grosse punctato fulvescenti-fimbriato, man-
dibulis ferrugineis ima basi nigra maculaque viridi ornata, anten-
narum fagello subtus testaceo ; mesonoto scutelloque dense punctatis,
segmento medio basi radiatim plicata, parte religua dense punctata ;
tegulis viridibus, luce reflecta purpureo-micantibus, alis hyalinis,
splendide iridescentibus; pedibus viridibus, tarsis omnino flaves-
centibus; abdominis segmento primo laeviter denseque punctato,
segmentis primo secundoque marginibus apicalibus fulvo-fimbriatis.
Long. corp. 7 mm.; lat. abdom. 2 mm.
Paraguay, Villa Encarnación, 27 dic. 05.
Nomenclatura : Anticlea, nombre de la esposa de Laértes y la ma-
dre de Odysseus.
5. Augechlora (Paraugochloropsis) versicolor n. sp.
O Viridis, aureo-micans, abdomine nigro, segmentorum marginibus
apicalibus viridibus; mandibulis ferrugineis, clypel apice purpu-
reo; mesonoto rugoso-punctato; segmento medio basi plicata, late-
ribus punctatis ; tegulis testaceis ima basi viridibus; alis subhyali-
NUEVOS HIMENÓPTEROS 229
nis, nervulis testaceis; pedibus ferrugineis fulvescenti-pilosis, tibiis
anticis intermediisque viridi-micantibus, calcaribus posticis 4 den-
tibus armatis.
Long. corp. 9 mm.; lat. abdom. 3,50 mm.
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits, 3 enero 06).
Nomenclatura : Versicolor, de varios colores.
Fam. MEGACHILIDA E
Subfam. ANTHIDIINAE
Gen. HYPANTHIDIUM Cxur.
Hypanthidium flavomarginatum (S5m.) obscurior n. subsp.
O Nigrum, orbitis, vertice antennarum articulis basalibus totis, reli-
quis subtus ferrugineis, mandibulis fortissimis apice tridentato,
clypeo fortiter punctato, angulo utriusque macula obsoleta ferrugi-
nea donato, mesonoto scutelloque ferrugineo-marginatis, tegulis fer-
rugineis, alis nigricantibus, pedibus nigro-ferrugineo-variegatis,
abdomine glabro , punctulato segmentis 1%, 3%, 4” et 5% fascia flava
in medio interrupta ornatis, segmento 2% utriusque macula parva
Hlava donato, pygidio ruguloso-punctato.
Long. corp. 8 mm.; lat. abdom. 3 mm.
o” Differt : clypeo flavo basi ferrugineo-bimaculata, mandibulis ocu-
lorumque marginibus dimidio inferiore flavis, pedibus fere totis
ferrugineis, segmento abdominali 6* late favo-fasciato, 7" ferrugi-
neo basi nigra latissime bilobata, segmentorum omnium marginibus
lateralibus ferrugineis.
Lony. corp. 8-9 mm.; lat. abdom. 3 mm.
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits, 9 nov., 19 dic. y 20 marzo 05);
San Bernardino (Coll. K. Fiebrig); Puerto Bertoni (Coll. A. de
Winkelried Bertoni).
230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Gen. DIANTHIDIUM Cxu.
1. Dianthidium zebratum ScHr.
De esta especie sólo el sexo masculino era conocido.
O Nigrum, clypes fascia transversali, mandibularum basi, orbitis,
occipite, macula sagittaeformi ante ocellum, antennarum articulis
tribus primis, striis 4 mesonoti binis antice unitis, tegulis, scutelli
margine apicali pedibusque ferrugineis; abdomine favo-quinque-
Fasciato, fasciis omnibus prima excepta laeviter in medio interrup-
tis, segmento sexto rugoso opaco.
Lony. corp. 6 mm.; lat. abdom. 2 mm.
Argentina, Misiones, Posadas (Coll. P. Buehler); Paraguay, Villa
Encarnación.
2. Dianthidium bicoloratum (Sm.)
De esta especie sólo el sexo femenino era conocido.
o” Nigrum, mandibulis, clypeo margimibusque interioribus oculorum
Jlavis ; antenmis, margine posteriore verticis, macula ante ocellum
anteriorem, duabus striis mesonoti, tegulis, scutello, primo segmen-
to abdominali toto, marginibus apicalibus sequentium 4 pedibusque
Ferrugineis ; segmentis 13% quadrimaculatis, 4”-6” bimaculatis,
septimo apice flavo tridentato; alis fuscescentibus dimidio basali
dilutioribus.
Long. corp. 8 mm.; lat. abdom. 3 mm.
Uruguay (Coll. Museo Nacional de Montevideo), Argentina, Men-
doza y Tucumán (teste Fred. Smith y J. Vachal), Paraguay, Villa
Encarnación (octubre, noviembre y enero).
3. Dianthidium bertonii Scur.
De esta especie se conocía sólo el sexo femenino.
$ Nigrum, clypeo, mandibulis orbitisque interioribus flavis, macula
ante ocellum et altera supra clypeum rufo-flavescentibus, occipite,
NUEVOS HIMENÓPTEROS 231
orbitis posterioribus antennisque ferrugineis; thorace ferrugineo-4-
striato, striis longitudinalibus binis antice unitis, tegulis scutello-
que ferrugineis ; alis fuscescentibus macula hyalina donatis, pedi-
bus ferrugineo-flavo-variegatis, albido-hirtis; abdomine partim
brunneo, segmentis primo fascia flava, 2? 32que maculis quatuor,
4%, 5% et 6% maculis duabus flavis ornatis, 7% flavo, tricuspidato.
Long. corp. 9 mm.; lat. abdom. 3 mm.
Paraguay, Asunción, Puerto Bertoni (Coll. A. de Winkelried Ber-
toni), San Bernardino (Coll. K. Fiebrig, 4 febrero) y Villa Encar-
nación.
4. Dianthidium tigrinum (ScHr.)
De esta especie se conocía sólo el sexo femenino.
$ Nigrum, clypeo (macula nigra utriusque ad basin excepta) orbitis-
que internis flavis, orbitis externis, vertice et antennarum articulis
4 basalibus ferrugineis, thorace pedibusque ut in femina, coloribus
hic ¡llie dilutioribus partim subflavescentibus, abdominis segymentis
1-5 fasciis flavis, totis integris, aut secunda aut secunda tertiaque
laeviter interruptis ornatis, segmento sexto longitudinaliter cart-
nato, apice flavescenti-marginato, segmento septimo flavo, tricuspi-
dato; ventre brunneo.
Long. corp. 10 mm. ; lat. abdom. 3,75 mm.
Paraguay, San Bernardino y Encarnación.
5. Dianthbidium anisitsi n. sp.
O Nigrum, clypeo, mandibularum macula basali, antennarum articu-
las 4 basalibus totis, religuis subtus verticeque ferrugineis ; orbitis
oculorum anterioribus flavis; mesonoti marginibus, tegulis, scutello
pedibusque ferrugineis; alis fuscescentibus; abdominis segmentis
flavo-5-fasciatis, fasciis in medio subtiliter interruptis, segmento
primo ferrugineo, sexto rugoso longitudinaliter carinato; scopa
ventrali favescente.
Long. corp. 11 mm.; lat. abdom. 3,50 mm.
$ Differt: clypeo mandibulisque flavis, fasciis abdominis segmento-
rum integris curvatisque, segmentis sexto septimoque marginibus
apicalibus late flavis, septimo tridentato.
Long. corp. 14 mm.; lat. abdom. 4,50 mm.
232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits).
Dedicada á su descubridor.
6. Dianthidium paraguayenese »n. sp.
O Nigrum, clypeo flavo-bimaculato, orbitis internis flavis, externis,
vertice antennarumque 4 articulis basalibus ferrugineis, capite toto
mesonotoque crebre punctatis, mesonoti marginibus lateralibus, an-
terioreque in medio interrupto ferrugineis, pedibus anticis interme-
diisque magnam ad partem, tegulis scutelloque etiam ferrugineis,
alis nigricantibus; abdominis segmentis 1-5 flavo-fasciatis, fasciis
2% ¿que interdum interruptis, segmento 6” ad basin gibba minima
donato, scopa ventrali flavescente.
Long. corp. 12 mm. ; lat. abdom. 4,25 mm.
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits, 4 enero).
Gen. ANTHIDIUM Larr.
Anthidium latum Scnr.
De esta especie se conocía sólo el sexo femenino.
o” Nigrum, mandibulis, clypeo, orbitis internis verticeque flavis,
Fronte sat dense fulwo-pilosa, antennis nigris, articulo basali antice
lavo, articulis 3-5 antice ferrugineis; mesonoto crebre punctato,
breviter fulvo-hirto, marginibus lateralibus anterioreque in medio
interrupto flavis, seutello apice flavo-marginato utriusque flavo-
maculato, tegulis ferrugineis, alis subhyalinis, nervulis brunneis,
costali ferrugineo ; pedibus flavis, ferrugineo-fusco-variegatis, albo
hirtis, pectore albo-hirto ; abdominis segmentis 1-6 flavo-fasciatis.,
fasciis prima ter, secunda tertiaque semel interruptis, segmento
sexto utriusque dente fortissimo flavo armato, segmento anali brun-
neo, spinis quatuor, externis longioribus quam internis, armato ;
ventre sat dense albido hirto, segmento sexto utriusque spina par-
vula munito.
Long. corp. 13 mm. ; lat. abdom. 5 mm.
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits, 27 enero y 3 febrero) y Brasil,
estado de San Pablo. k
NUEVOS HIMENÓPTEROS 233
Subfam. MEGACHILINA E
Gen. MEGACHILE
1. Megachile assumptionis 1. sp.
O Nigra, capite albo-hirto, clypeo processo bispinoso armato, capite,
mesonoto seutelloque erebre punctatis, albido-pilosis, pilis densius
in pleuris metaphragmateque; pedibus nigris, tarsis favescenti-hir-
tis, tegulis ferrugineis, alis hyalimis apice fumigatis, nervulis testa-
ceis ; abdomine nigro, seymentorum 1-5 marginibus apicalibus pilis
brevibus appressis fascias flavescentes formantibus obtectis; seg-
mento anali sat dense flavescenti-hirto ; scopa ventrali albicante.
Long. corp. 14 mm. ; lat. abdom. 4 mm.
(Differt a M. cornuta Sm. processo clypei multo longiore laminam
lateribus parallelis apice bifurcato formante; in M. cornuta hic
processus est multo brevior brachiis valde divergentibus ; pubescen-
tía thoracis est densior in M. assumptionis; fasciae abdominales
sunt latiores et flavescentes, in M. cornuta albidae.)
o” Nigra, capite globoso, clypeo fronteque densissime flavo-sericco-pi-
losis, clypeo ad basin brevi processo obtuse-triangulari nudo dona-
to; thorax et alae ut in O; tassis [ antice breviter postici longius
albo-fimbriatis ; abdominis segmentis 1-5 fasciis flavescentibus ut Q
ornatis, segmento sexto concavo, bilobato, lobis apice crenulatis vel
denticulatis, segmento septimo abscondito ; ventre albo-piloso.
Long. corp. 19 mm.; lat. abdom. 5 mm.
Paraguay, Asunción (2 o” 22 enero 1906, Coll. Anisits).
2. Megachile proserpina 1. sp.
O Nigra, capite albo-piloso, thorace pilis nigris albisque intermixtis,
abdomine nudo, seopa albida, tarsis subtus rufo-Mirtis; clypeo pla-
no antice gibba transversa donato, punctulato ; vertice, mesonoto
scutelloque punctis minimis sparsis obtectis, abdomine densius punce-
tulato, pygidio opaco; alis nigricantibus et cyaneo-micantibus, ve-
nulis atris ; tegulis pedibusque nigris, calcaribus testacets.
Long. corp. 14 mm.; lat. abdom. 5 mm.
234 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits).
Difiere de M. nudiventris Sm. por la cara cubierta sólo con pelos
blancos en vez de negros, por las antenas totalmente negras, por la
pubescencia gris de la mitad anterior del tórax, por la pubescencia
negra de las piernas y por el primer segmento abdominal sin brillo
metálico. Difiere de M. rufiplantis Vach. por los cálcares amarillentos,
de M. baeri Vach. por la puntuación totalmente diferente, de M. lae-
vinasis Vach. por la pubescencia y el color de los pelos poleníferos
del vientre.
3. Megachile fiebrigi ». sp.
O Nigra, fusco-pilosa, clypeo antice emarginato, in medio glabro, la-
teribus punctulatis, mesonoto punctis minimis sparsis obtecto, scu-
tello impunctato, lucido; abdomine nudo, impunctato, pygidio opa-
co; alis subhyalinis, venulis fuscis; tegulis pedibusque nigris vel
Fusco-nigris, tarsis subtus rufo-hirtis, calcaribus testaceis, scopa
albida. s
Long. corp. 12-13 mm. ; lat. abdom. 4,50 mm.
Paraguay, Asunción, San Bernardino; Brasil, estado de San
Pablo.
Dedicada al señor Karl Fiebrig, San Bernardino.
Difiere de M. nudiventris Sm. por la forma del clípeo y la pubes-
cencia, de M. rufiplantis Vach. por los cálcares amarillentos, de M.
baerí Vach. por la pubescencia, el colorido de las alas y la puntua-
ción, de M. laevinasis Vach. por la pubescencia y el color de los pelos
poleníferos del vientre.
4. Megachile chubutana 1. sp.
O Nigra, nigro-pilosa, clypeo ruguloso-punctato, margine antico in-
crassato, lucido; mesonoto scutelloque opacis, punctis minimis
numerosissimis obtectis; abdomine pilis brevibus nigerrimis vestito,
scopa ventrali fusco-nigra; tegulis pedibusque migris, tarsis subtus
rufo-irtis; alis subhyalinis, venulis fuscis.
Lony. corp. 12 mm.; lat. abdom. 4,33 MM.
Argentina, Chubut.
Difiere de M. arctos Vach. y M. melanotricha Spin. principalmente
por la pubescencia del abdomen mucho más corta, además de M. arc-
tos por la estructura del clipeo y de M. melanotricha por el tamaño.
NUEVOS HIMENÓPTEROS 235
5. Megachile bertonii ». sp.
O Nigra, pilis migris sparsis brevissimis vestita, capite thorace-
que ruguloso-punctatis, opacis ; clypeo sparsius punctato antice im
denticulum minimum producto; tegulis ferrugineis, alis subhyalinis
margine antico nigricanti; segmentis abdominalibus 1-3 imconspi-
cue fusco-fimbriatis; scopa fulva; pedibus nigris, fusco-hirtis, tar-
sis subtus fulvo-hirtis, calcaribus fuscis.
Long. corp. 9 mm. ; lat. abdom. 3 mm.
Paraguay, Puerto Bertoni, Alto Paraná.
Dedicada al señor A. de Winkelried Berton1.
Difiere de M. pilosa Sm. por la pubescencia y el aparato polenífero.
6. Megachile paraguayensis »1. sp.
O Nigra, vertice thoroceque fulvo-pilosis, facie lata, clypeo nigro-hirto
antice inconspicue fulvo-fimbriato ruguloso punctato ; antennarum
Hflagello subtus fulvo ; tegulis fulvo ferrugineis, alis hyalimis, venu-
lis fulvo-ferrugineis; pedibus nigris subtus rufis, nigro fulvoque
pilosis, tarsis subtus rufo-hirtis, calcaribus ferrugineis; abdomine
migro, segmentis 2-4 (5) fasciis favis latis ornatis; scopa albida,
apice nigra.
Lony. corp. 10 mm.; lat. abdom. 3,75 mm.
Paraguay, Asunción.
7. Megachile gigas n. sp.
O Nigra, capite thoraceque fulvo-pilosis; mandibulis ferrugineis apice
Ffuscis; clypeo leviter emarginato, punctulato, pilis brevibus fulvis
vestito; tegulis pedibusque totis ferrugineis; alis favescenti-hyali-
mis venulis ferrugineis; abdomine nigro, basi ferruginea fulvo-pi-
losa, segmentis pilis brevibus fascias laete flavas formantibus fim-
briatis ; scopa basi albida, reliqua fulvescenti, apice fusca; pedibus
pilis brevibus aureis vestitis, calcaribus ferrugineis.
Long. corp. 15 mm.; lat. abdom. 4,50 mm.
Brasil, estado de San Pablo.
Difiere de M. rubricata Sm. por el tamaño y las piernas totalmente
236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
rojas, de M. ruficornis Sm. por el tamaño y las fajas abdominales an
chas y amarillas en vez de angostas y blancas.
8. Megachile campinensis ». sp.
O Nigra, capite thoraceque fulvo-pilosis; mandibulis migris apice fus-
co-ferrugineis ; clypeo haud emarginato, punctulato, pilis brevibus
migris vestito; flagello subtus ferrugineo; tegulis pedibusque totis
Ferrugineis ; alis flavescenti-hyalinis, venulis ferrugineis ; abdomine
basi fulvescenti-piloso, seymentis fulvescenti-fimbriatis ; scopa albi-
da, apice nigra.
Long. corp. 12 mm.; lat. abdom. 3,75 mm.
Brasil, Campinas, estado de San Pablo.
Difiere de M. rubricata Sm. y M. ruficornis Sm. por los mismos
caracteres como M. gigas.
9. Megachile fossoris leucocentra n. subsp.
O Nigra, clypeo trapeziforme, punctulato, pilis brevissimis fuscis ves-
tito; mandibulis rufis; capite antice, pleuris sternoque cinereo-
pilosis ; vertice mesonoto scutelloque fulvo-pilosis, pilis in disco
brevissimis interdum absentibus ; flagello subtus ferrugineo ; capíite
mesonotoque densissime punctatis, opacis ; tegulis ferrugineis; alis
Havescenti-hyalimis, venulis ferrugineis ; pedibus fusco-ferrugineis,
hic illie dilutioribus, fulvo hirtis, calcaribus albis ; abdomine basi
Ferruginea fulvo-pilosa, segmentis vibrissis caducis favescenti-fim-
briatis, pygidio inversim pyriforme; scopa albida, apice nigra.
Long. corp. 13 mm.; lat. abdom. 4,50 mm.
Paraguay, Asunción.
Frederick Smith pasa en silencio la escultura de su M. fossoris,
por cuya razón leucocentra es tal vez bona species.
10. Megachile guaraníitica 2. sp.
O Nigra, capite thoraceque fulvo-pilosis; mandibulis atris; clypeo
convexo, fusco-piloso, punctulato; flagello subtus ferrugineo ; tegu-
lis pedibusque ferrugineis; alis flavescenti-hyalinis, venulis ferru-
gineis ; segmentis abdominalibus 1-5 vibrissis fascias latas conspi-
NUEVOS HIMENÓPTEROS 237
cuas formantibus flavo-fimbriatis, pygidio obtuse triangulari, scopa
albicante.
Long. corp. 12-13 mm.; lat. abdom. 4 mm.
Paraguay, Puerto Bertoni, Alto Paraná.
104. Megachile guavanitica forma melanopyga nova.
Q Differt a forma typica scopa apice nigra.
Paraguay, Puerto Bertoni, Alto Paraná.
10». Megachile guaranitica uruguayensis 1. subsp.
O Differt a forma typica mandibulis ferrugineis, pedibus obscuriori-
bus scopaque apice nigra.
Uruguay.
11. Megachile catamarcensis ». sp.
Q Ut M. anthidioides Rad. sed maior; differt fasciis favis segmen-
torum 2-5 latioribus in medio non interruptis, scopa albida ¿mo
apice migra.
Long. corp. 12 mm.; lat. abdom. 4 mm.
12. Megachile laeta anisitsi n. subsp.
O Nigra, albido-pilosa; mandibulis nigris; elypeo obtuse triangulari,
nudo, antice leviter emarginato, lucido, punctulato; vertice nigro -
piloso ; mesonoto lucido, punctulato; scutello fere impunctato, val-
de lucido; metapleuris, seymento mediario abdominisque segmento
primo pallide ochraceo-pubescentibus ; tegulis ferrugineis ; alús levi-
ter fumigatis, venulis fuscis; pedibus 1 et IL migro-ferrugineoque
variegatis, tibiis tarsisque III ferrugineis, omnino fulvescenti-hir-
tis; abdomine fere glabro, segmentis 1-5 vibrissis caducis fulves-
centi-fimbriatis; pygidio trapeziforme, pilis brevissimis fulvis ves-
tito ; scopa longa fulvescente.
Long. corp. 15 mm.; lat. abdom. 5 mm.
o” Ulypeo fronteque aureo-pubescentibus; antennis nigris; vertice
thoraceque fulvo-pilosis; genis albo-pilosis; tegulis ferruginets ;
238
ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
pedibus laete ferrugineis ; tarsis anticis albido-favis, articulis cari-
natis, antice longissime favicanti-fimbriatis, postice fimbriis inter
se aequalibus favicantibus apice fuscis vestitis; unguiculis ferru-
gineis ; tibvis posticis curvatis, incrassatis; metatarsis brevibus,
HAavicanti-fimbriatis; abdomine segmentis primo secundoque sat
longe fulvo-pubescentibus, segmentis 1%-4” breviter fulvo-fimbriatis,
5% paucis pilis fuscis vestito, 6” emarginato, 7” abscondito, levius
emarginato.
Long. corp. 14 mm. ; lat. abdom. 5 mm.
Paraguay, Asunción (Coll. Anisits); Brasil, estado de San Pablo.
Forsan species valida ?
15. Megachile itapuae 1. sp.
Q Nigra, pallide ochraceo, subtus albido, pilosa; mandibulis nigris ;
elypeo punctato ; antenmis nigris subtus ferrugineis; vertice meso-
notoque ruguloso punctatis; tegulis ferrugineis; alis subhyalinis
venulis ferrugineis; pedibus ferrugineis fulvo-hirtis; abdomine
nitido, punctulato, seygmentis 1-5 fulvo-Aimbriatis; pygidio trapezi-
Forme, fulvescenti-prwinoso ; scopa albicante.
Long. corp. 11 mm.; lat. abdom. 4 mm.
Paraguay, Encarnación.
Difiere de M. incongrua Sm. por el tamaño y las fajas abdominales.
Fam. ANTHOPHORIDAE
Gen. EXOMALOPSIS Serx.
1. Exomalopsis hiberna n. sp.
O Nigra, fulvo-pilosa; clypeo albido-piloso; abdomine glabro, seg-
mento secundo utriusque fascia obliqua fulva ornata; segmentis
religuis marginibus fulvo-pilosis; pedibus nigris; metatarsis anti-
cis fusco-intermediis fulvo-pilosis; seopa antice fulvescenti postice
MYra.
Long. corp. 6 mm.; lat. abdom. 2,75 mm.
NUEVOS HIMENÓPTEROS 239
Paraguay, Encarnación.
Parecida á E. plamiceps Sm., pero esta tiene the scopa on the poste-
rior pair sooty black, with a mixture of pale pubescence in front; mien-
tras que la E. mberna tiene la parte negra bien separada de la ama-
rillenta sin mezclarse ambos colores.
2. Exomalopsis (?) melochiae 1. sp.
Q Nigra, cinereo pilosa; macula parva inter antennarum insertio-
nem flava; capite lucido, punctulato, mesonoto opaco; abdomine
glabro, segmentis 2-4 utriusque macula magna flava ornatis, apice
albido-flavescenti-piloso ; pedibus rufis, femosibus fuscis, tibiis tar-
sisque omnibus flavescenti-pilosis; alis hyalinis, venulis fuscis.
Long. corp. 8 mm.; lat. abdom. 3 mm.
Paraguay, Encarnación, 30 diciembre 1907. Capturada en las
flores de Melochia pyramidata L. (Fam. Sterculiaceae).
Está referida nuestra especie con alguna duda al género Exoma-
lopsis y será tal vez necesario crear otro nuevo para melochiae.
Encarnación, enero 1908.
BIBLIOGRAFÍA
La señorita Raquel, tercer libro de lectura, por la señorita doctora ERNESTINA
A. LóPEZ. Editores, Coni hermanos. Buenos Aires 1908.
Es un volumen de 240 pájinas en 8% menor, con más de 200 ilustraciones en
el testo, entre las cuales no pocas láminas de colores.
Es un libro de lectura, que importa para los niños un paso hacia adelante res-
pecto del precedente Nosotros. Tiene en su favor la variedad de los temas i de
las formas en que son presentados, ora dialogados, ora narrativos. Está exornado
con abundancia de figuras, unas ilustrativas, esto es, que coadyuvan a la com-
prensión de los temas desarrollados, otras meramente de adorno que le hacen
más atrayente para los niños.
La lectura árida i muchas veces tonta de ciertos libros de lectura adoptados
en algunas escuelas elementales, ha sido substituída por la doctora López con
trozos que, por su estilo i por el tema tratado, abarcan gran parte de los conoci-
mientos que debe impartirse a los niños del grado correspondiente, de manera
que el niño, á la vez que aprende a leer correctamente, nutre su intelijencia con
datos de real utilidad.
A la bondad substancial del libro, se une otra no de poca importancia, la de
la impresión hecha con tipo de cuerpo adecuado, de una nitidez irreprochable i
en buen papel, dato que, si parece nimio, contribuye poderosamente a no cansar
a los niños, antes bien, propende a hacerles agradable la lectura.
Seguramente esta tercera obra de la señorita López tendrá el mismo éxito
franco i amplio de las dos anteriores de la misma distinguida autora.
S. E. BARABINO.
The lesson of evolution, by FREDERICK WOLLASION HULTON. F. R. S. Second
edition, re-arranged and enlarged. Printed for private circulation, 1907.
Esta segunda edición de la interesante obra del finado señor Federico W. Hus-
ton, ha sido hecha por su hijo el señor A. C. Huston. Nada creemos deber agre-
gar á lo manifestado en su favor cuando dimos cuenta de la primera edición,
sino que ha sido revista i aumentada.
He aquí el sumario :
Introduction : Philosophy-evolution. The break in evolutiou. Monism and dua-
lism. 1, Physical evolution. II, Ancient life on the carth. III, Later life on the
earth-table of roch formation. IV, The generalisations of palaentology. V, Here-
dity and variation. VI, Explanatory hipotheses. VII, Causes of variation. VIII,
Selection. IX, Isolation. X, Summary of chapters V to IX. XI, Psychological
evolution. XII, Mentel processes. XIII, Volition ond free-will. XIV, Monism and
dualism. XV, Design in nature. XVI, Secondary causes. XVII, The purpose of
evolution. XVIII, Conclusion. Appendix. 1. What is life? App. II. Lord Kelvin
on the dissipation of energy.
L. D.
/ Mo
Alemania
Zeftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde,
Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto-
rischen Vereins der preussischen Rhina-
- lande-Westfalens,etc., Bonn. —Abhandlungen
herausgegeben von Naturwissenschaftiichen
Verein, Bremen. — Deutsche Geographische
Blátter, Bremen. — Abh. der Kaiserl. Leop.
Carol. Deutschen Akademie der Naturforscher,
Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges-
ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. —
Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na-
turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden.
— Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig.
— Mitheilungen aus dem Naturhistorischen
Museum, Hamburg. — Berichte uber die
Verhandlungen der Koniglich Sachsischen
Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. —
Mittheilungen der geographischen Gesells-
chaft, Hamburg. — Berichte der Natur-
forschenden Gesellschaft, Freiburg. —Jahres
Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El-
berield. — Mathematisch Naturwissenschaf-
tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften
der Phisikalisch — Okonomischen gesells-
chaft, Kónigsberg.
Australia
Records of the geological Survey, Sydney.
Austria-Hungría
Verhandlungen des naturforschen des Ve-
reines, Brúnn. — (Agram)Societe Archeologi-
ches « Groate », Zagreb. — Annalen des K.
K. Naturhistorischen of Museums, Viena. —
—Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis-
chen gesellschaft, Wien. — Sitzungsberichte
des deutschen naturwissenchaftlich Medi-
cinischen Vereines fur-Bohmen, « Lotos »
Praga. — Jarhbuch des Ungarischen Kapathen
Vereines, Iglo. $
Bélgica
Acad. Royale des Sciences, des Letres et
des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc.
Royale Malacologique, Bruxelles. — Bull. de
1
BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE
EXTRANJERAS.
do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co-
Cuba
Universidad de la Habana, Cuba.
Chile
Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El
Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan-
l'Assoc. des Ing. Electriciens Institute Mon-
tefiore. — Liége. >>
Brasil
Boletim da Sociedade de Geographia, Rio
Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. —
Rev. do Centro de Sciencias.Letras e Artes,
Campinas. — Rev. da Federacao de Estudian==.
tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri-=.
cultura, S. Paulo. — Rev. de Sciencias, In-
dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rev.
missao Geográphica é Geologica do Estado
de Minas Geraes, San Joao del Rei. — Co--
missao Geográphica é Geologica, San Paulo.
— Bol. do Observ. Metereológico, Rio Ja=
neiro. — Bol. do Inst. Geographico é Etno-..
graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas,
Ouro Preto. Ni:
Colombia
An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de
Ingenieros, Bogotá.
Costarica E
Oficina de Depósito y Cange de Publica=
ciones, San José. — An. del Museo Nacional
San José. — An. del Inst. Físico Geográfico
Nacional, — San José.
dlungen des Deutschen Wissenschaftlichen
Vereines, Santiago. — Actas de la Soc. Cien-
tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de
Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de
la Marina de Chile, Valparaíso. — Rey. Chi-
lena de Historia Natural, Valparaíso.
Ecuador
Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito.
— An. de la Universidad Central del Ecua
dor, Quito. z
e
España
Bol. de la Soc. Geográfica, Madrid. — Bol.
de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona. — R.
Acad. de Ciencias, Madrid. — Rev. de la
Unión Ibero-Americana, Madrid. — Rev. de
Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica
Industrial. Barcelona. — Rev. Industria é
invenciones, Barcelona. — Rev. Arqnitectura
y Construcciones, Barcelona. — Rev. Minera
Metarlúrgica y de Ingeniería, Madrid. — La
Fotografía, Madrid. 4
Estados Unidos
Bull. of the Scientific Laboratoires of De-
nison University, Granville, Ohio. — Bull. of
the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi-
losophical Society, Washington. — Bull. of
the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and
Materia Medica, Cincinati, Ohio. — Bull. of
University of Montana, Missoula, Montana.—
Bull. of the Minesota Academy of Natural
Sciences, Minesota. — Bull. of the New York
Botanical Garden, New York. — Bull. of the
U. S. Geological and geographical Survey of
the territoires, Washington. — Bull. of the
Wisconsin Natural History Society Milwankee,
Wis. — Bull. of the University, Kansas. —
Bull. of the American Geographical Society,
New York. — Jonrnal of the New Jersey
Natural History, New Jersery, Trenton. —
Journal of the Military Service Institution. of
the U. States. — Journal of the Elisha Mitchell
Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina.
— « La América Cientifica », New York. —
Librarian Augustaña College, RockIslad, New
York. — Memoirs of the National Academy of
Sciences, Washington. — M. Zoological Gar-
_ den, New York. — Proceeding of the En-
- gineers Club, Filadelfia. — Proceeding of
the Boston Society of Natural History, Bos-
ton. — Ann. Report Missouri Botanical Gar-
den, San Luis M. 0. — Ann. Report of the
Board of trustes of the Public “luseum, Mil-
wankee. — Association of Engineering So-
ciety, San Louis, Mas. — 4. Report of the
Bureau of Ethnology, Washington, — Ame-
rican Museum of Natural History, Mew York.
— Bull. of the Museum of Comparative Zoo-
logy, Cambridge-Mas. — Bull. of the Ameri-
can Mathematical Society, New York. —
Trasaction of the Wisconsin Academy of
Sciences, Arts and Letters, Madison Wis.
— Trasaction of the Academ. of Sciences,
San Louis. — Transactions of the Connecticut
Academy of Arts and Sciences, New Haven.
— Trensactions Kansas Academy of Sciences,
Topekas, Kansas. — The Engineering Ma-
gazine, New York. — Sixtenth Annual Re-
port of the Agricultural Experiment Station,
Nebraska. — The Library American Asso-
ciation for the Advancement of Sciences.
Care of the University, Cincinati Ohio. — N.
Y. Vassar Brothers Institutes, Ponghtepsie.
— Secretary Board of Commisioners Se-
cond Geological Survey of Pensylvania, Phi-
ladelphia. — The Engineering and Mining
Journal, New York. — Smithsonians Institu-
tion, Washington. — U. S. Geological Sur-
vey, Washington. — The Museum of the
Brooklin Institute of Arts and Sciences. —
The Ohio Mechanics Institute, Cincinati —
University of California Publications, Berke=
ley. — Proceeding of Enginneer Society of
Western, Pensylvania. — Proceeding of the
Davemport Academy, Jowa. — Proceeding
and transaction of the Association, Meride,
Conn. — Proceeding of the Portland Society
of Natural History, Portlad, Maine. — Pro-
ceeding American Society Engineers, New
York. — Proceeding of the Academy of Natu-
ral Sciences, Philadelphia. Proceeding of the
American Philosophical Society, Philadel-
phia. — Proceeding of the Indiana Academy
of Sciences, Indianopolis. — Proceeding of
the California Academy of Science, — San
Francisco. — The University of Colorado.
« Studies ». Colorado.
Filipinas
Bol. del Observ. Metereológico. — Manila
Francia
Bull. de la Soc. Linnennée du Nord de la
France, Amiéns. — Bull. de la Soc. d'Etudes
Scientfiques, Angers. — Bull de la Soc. des
Ingénieurs Civils de France, Paris. — Bull.
de L'Université, Toulouse. — Ann. de la Fa-
culté des Sciences, Marseille. — Bull. de la
Soc. de Geographie Commerciale, Paris. —
Bull. de la Acad. des Sciences et Lettres,
Montpelier. — Bull. de la Soc. de Topographie
de France, Paris. — Rev. Générale des Scien-
ces, Paris. — Bull. de la Soc. de Géographie,
Marseille. — Recueil de Medecine Vétéri-
naire, Alfort. — Travaux Scientifiques de
Université, Rennes. — Bull. de la Soc. de
Géographie Commerciale, Bordeaux. — Bull.
de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma-
tbematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines,
Paris. — Min. de VInstruction Public et des
Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes
Naturalistes, Paris. — Rev. Géographique In-
ternationale, Paris. — Ann. de la Soc. Lin-
néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra-
phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc.
d'Etude des Sciences Naturelles, Reims.
Holanda
Acad. R. des Sciences, Amsterdam. — Ne-
derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam.
Inglaterra
The Geological Society, London. — Minutes
of Proceeding of the Institution of Civil
Engineers, London. — Institution of Civil
Engineers of Ireland, Dublin. — The Mine-
ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M. A.
F. C. S. the New Museums, Cambridge. —
The Geographical Journal, London. — Bris-
tish Association for the Advancement of
Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of
the Geological Society, London.
(Concluirá en el próximo número.)
ES
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MAYO 1908. — ENTREGA V. — T
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IO II OIONCES
de la radioactividad en los fenó: nos meteoro-
PL O A RS OA
IR y pESS y E ES
BUENOS AIRES :
ASA EDITORA DE CONI HERMANOS -
CALLE PERÚ. perl e
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JUNTA DIRECTIVA
Emeralentes. cidos UNI NON - Ingeniero Otto Krause
Vicepresidente 4%......... AAA - Doctor Marcial R. Candiotti
Hecepresidente e ea e Ingeniero Vicente Castro
Secretario de actas............ Señor Enrique Marcó del Pont
Secretario de correspondencia.. Doctor Martiniano M. Leguizamón
MESE a Rd : :
HADILOLECOTIO o IE Arquitecto Oscar Ranzenhofer
Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones
Ingeniero Eduardo Volpatti >
Doctor Jorge Magnin
Doctor Cristóbal M. Hicken
Senor Juan B. Ambrosetti
Ingeniero Alberto Taiana
(erenter don ea eN ae Señor Juan Botto
REDACTORES
Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, ingeniero José S. Corti, ingeniero
Eduardo Latzina, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
niero Jorge Newbery, señor Félix F. Outes, ingeniero Agustín Mercau, ingeniero Mau-
ricio Durrieu, arquitecto Oscar Ranzenhofer, doctor Jacinto T. Raffo, doctor Federico
Gandara, ingeniero Ricardo J. Gutiérrez, doctor Martiniano Leguizamón.
Secretarios : Ingeniero EmiLio ReBUELTO y señor EmiLio M. FLORES
ADVERTENCIA
p
A los señores autores de trabajos publicados en los Amales, que deseen tiraje aparte
de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para
que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. ,
La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares
reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número
con la casa impresora de Coni hermanos. :
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección
Cevallos 269.
La Dirección.
PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN
Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias
Pesos moneda nacional
Por Mesta ad 1.00
Portador e E > A AL OS 12.00
Número atrasado.......... PE E E. 2.00
— para los socios.......... 1.00
LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA
El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
RAFAEL
LA POSICIÓN DE RAFAEL EN LA HISTORIA DEL ARTE
DEL RENACIMIENTO ITALIANO
Señores :
Quiero hablaros del más feliz de todos los hombres inmortales, del
incomparable artista de la gracia y belleza: Rafael Urbino.
Entre la falange de sus contemporáneos más célebres no hay uno
sólo que como él haya logrado transmitir á la posteridad un nombre
tan popular.
Su figura dotada de belleza juvenil, destaca del fondo de la pode-
rosa época del Renacimiento italiano, como una obra de arte griega,
gloriosa por la muerte, que arrancó al artista de una vida incompa-
rablemente fértil, besando su frente en plena flor.
Esta vida de esplendor radiante y llena de gloria y amor duró
treinta y siete años y se extiende entre dos días de luto para la eris-
tiandad : el Viernes Santo del año 1483 y el mismo día correspon-
diente al año 1520.
Sin embargo, á pesar de que dos días de tristeza tan sombría, limi-
tan su vida, no ha habido jamás un hombre á quien la suerte cubrie-
ra en el mismo grado con todos los bienes celestiales y profanos.
Á través de su época, llena de convulsiones políticas y caracteri-
zada por una corrupción moral inefable se mueve Rafael como ima-
gen luminosa é intangible.
El placer de sus contemporáneos más grandes y poderosos es
amarle, su ambición allanarle el camino y ser su amigo.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. Es 16
242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Todos los jóvenes artistas de la Italia de entonces no conocen nin-
gún otro fin, que el de servirle y aumentar su fama y gloria, jactan-
ciosos del nombre: discípulos de Rafael.
Por cierto no fué un presagio malo. que el eximio artista viera la
luz, mientras que en las iglesias enlutadas la cristiandad estaba de
rodillas, envuelta por el último hálito de Cristo muriendo en la cruz.
El destino no pudo elegir ningún día más grandioso y poderoso
que el del Viernes Santo, para el nacimiento del hombre, que ya en
este mundo debía ser partícipe de todo lo que prometió el Salvador á
la humanidad por su muerte y de un artista, que debía representar
insuperablemente la figura de mujer más conmovedora de la historia
universal: la de María, madre de Dios.
Para completar la impresión armoniosa del cuadro de una vida de
artista, extendida entre dos días santos tan tristes, hay que añadir,
que al lado de su lecho de muerte derramó amargas lágrimas el papa
y lloraba el mundo; y además que sus restos encontraron el último
reposo en el grandioso Panteón de Roma, es decir, en el templo anti-
guo más conservado, que existe y que fué erigido poco antes del na-
cimiento del Salvador en honor de todos los dioses paganos.
El arte de la pintura y escultura se había apagado paulatinamente
durante los siglos, en que los cristianos tenían que luchar por su exis-
tencia. La nueva fe no encontró relación con las obras de arte per-
fectas del paganismo. Su tarea dificilísima fué doble: conservar la
.
expresar los nuevos sentimientos religiosos tan diferentes de los de
belleza insuperable ya alcanzada por los artistas antiguos, y además
los antiguos griegos y romanos.
Á Rafael le estaba deparado encontrar esa expresión y encausar
nuevamente el arte hacia el más alto grado de perfección, creando
obras de pintura incomparables, que hasta hoy elevan á toda alma
noble.
Entre él y su rival Miguel Angel pusieron fin al largo período de
decadencia y esterilidad del arte.
Miguel Angel creó la envoltura artística para una nueva filosofía
y Rafael supo encontrar la expresión cristiana para el ideal de belle-
za del paganismo libre de todo lo dogmático.
Así enriquecieron estos dos grandes artistas al arte por valores
eternos. que hasta nuestros días no han podido ser substituídos por
otros, y juntos agotaron el concepto del arte hasta en sus últimas
consecuencias, como no sucedió en ninguna otra época anterior ó ul-
terior.
RAFAEL 243
Miguel Angel nos conduce por sus obras en las profundidades más
emocionantes del alma humana y nos hace sentir fuerzas sobrenatu-
rales jamás adivinadas, de las cuales no se nos revela el secreto de su
origen; Rafael en cambio nos retrocede á la realidad del mundo,
cubriendo nuestra alma excitada con el velo reconciliador de la be-
lleza ideal.
Juntos también son los dos artistas la expresión de la propia épo-
ca del Renacimiento: Miguel Angel el representante de su altivez
inflexible y Rafael el de sus necesidades ilimitadas de belleza y sun-
tuosidad.
Por eso la historia de la vida de estos artistas es inseparable de la
historia de su tiempo y de su patria.
De ella se destacan como columnas tan fuertes, que las tempesta-
des de tiempos futuros jamás podrán abatirlas al olvido.
La historia de la política del Renacimiento italiano y de su moral
está escrita con sangre sobre las páginas más negras de la historia
universal; sin embargo gracias á Rafael y Miguel Angel brilla sobre
éstas páginas la historia de su arte como estrella tan refulgente, que
los ojos del que abre esta crónica eterna, están deslumbrados por su
esplendor.
Gracias á ellos triunfaba el arte sobre la historia, el idealismo
sobre el materialismo, lo sublime sobre lo vulgar, lo bueno sobre lo
malo.
Nadie es igualmente llamado á transmitir á la posteridad los sen-
timientos sublimes, que caracterizan su época, como el artista, en el
supuesto de que este último sea un verdadero representante de la
vida espiritual de aquella y siempre que sus contemporáneos intelec-
tuales le reconozcan como tal.
Sus obras creadas bajo un estado de alma libre hablan á las gene-
raciones posteriores más directamente que las del historiador, al cual
no le es permitido transmitir impresiones instantáneas sin compa-
rarlas con otras anteriores é investigar su relación con el juicio de la
generalidad.
Sin embargo un solo artista no puede ser jamás el representante
de su época, pues cada tiempo tiene sus grandes contrastes y el juicio
sería falso, si no tuviese más que un solo mediador.
De esto se vió libre la época del Renacimiento italiano.
Sus dos grandes mediadores artísticos, Miguel Angel y Rafael, han
nacido justamente en las dos ciudades, que como ninguna otra re-
presentan claramente los contrastes morales y políticos de la Italia
244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
de entonces: Miguel Angel en la poderosa Florencia, continuamente
revuelta por luchas partidistas y Rafael en el pequeño idílico Ur-
bino (1).
Las impresiones de la juventud ejercen notoriamente la influencia
más grande en el desarrollo del hombre, especialmente del artista.
Seguramente no habría sido Rafael jamás un hombre y artista tan
altamente noble en todos sus sentimientos y acciones, si no hubiera
sido criado justamente cerca de la corte de Urbino, es decir, de la
corte más noble de la Italia de entonces.
Aquí no echaron raíces las costumbres corrompidas del resto de la
Italia, ni su horrible inconciencia, que jamás retrocedió ante la
crueldad y perjuria, puñal y veneno, para alcanzar el fin deseado.
Aquí hablaron con aversión de las atrocidades de las cortes de Milán
y Florencia.
Cuando Rafael nació ya había muerto hacía un año el primer du-
que de Urbino, que antes se llamaba conde de Montefeltro. Había
ejercido al servicio de varios príncipes el empleo de condotiere ;
ocupación que critica el historiador de hoy tal vez demasiado severo,
porque carecía de motivos patrióticos y morales. Sin embargo, este
duque ha probado que en aquellos tiempos tan extraordinariamente
intelectuales bien se hicieron unir las costumbres rudas del oficio de
las armas con las necesidades sublimes de un alma sensible y de un
ingenio interesado por el progreso espiritual. En los tiempos de paz
fué el duque de Urbino un verdadero padre de su país y sinceramen-
te querido de sus súbditos, pues limitaba en lo posible los impuestos,
gastando el dinero que había ganado como jefe de ejército al servicio
de príncipes belicosos.
En el amplio círculo humanista, que le rodeaba en su castillo. le
llamaron «la luz de Italia», y la gente sencilla se arrodillaba en la
calle, cuando pasaba, diciendo: Dio ti mantenga.
En la época en que en todo el resto de Italia los príncipes temían
encontrar en cada esquina asesinos, el duque de Urbino podía pasar
sin armas por todo su país.
Su corte no brillaba menos que la de los grandes monarcas euro-
peos, sin que incurriera en excesos de prodigalidad. Reinaba el gusto
(1) Se puede llamar á Miguel Angel un hijo de Florencia, á pesar de que na-
ció en Castello di Chiusi e Caprese, adonde el gobierno de la República había
mandado al padre del artista, como podestá, empleo que desempeñó durante medio
año. Concluído éste volvió á Florencia, adonde recibió Miguel Angel sus prime-
ras impresiones de juventud.
RAFAEL 245
más noble, que no degeneraba jamás en ostentación, y siempre su
residencia fué teatro de diversiones y conversaciones altamente in-
geniosas.
Antes del duque de Urbino ningún otro príncipe había protegido
el arte y las ciencias con igual gusto é inteligencia.
Los arquitectos más célebres de Italia construían juntos con gran-
des pintores, escultores y fundidores de bronce el espléndido castillo,
que hasta hoy es una muestra de belleza arquitectónica. Fué uno de
los primeros palacios, por los cuales triunfaba el nuevo estilo del Re-
nacimiento, recién surgido. Digno de este monumento arquitectó-
nico fué su célebre biblioteca.
Sin duda tenían en la casa paterna de Rafael plena comprensión
de las preferencias extraordinarias de esa corte, pues su padre, cuya
profesión fué pintor de cuadros religiosos, escribió una crónica en
versos de las hazañas del duque.
En la cúspide de su gloria se hallaba esta corte bajo el segundo
duque de Urbino, Guidobaldo, hijo del anterior, que también apre-
ciaba mucho al padre de Rafael.
Podemos aceptar que el favorecido pintor oriundo de la ciudad du-
cal, se hizo acompañar muchas veces de su hijito, cuando iba al
castillo para cambiar ideas con los grandes humanistas que gozaron
de la hospitalidad del duque, ó conferenciar con este último sobre
una tabla de pintura destinada para el altar de una delas numerosas
iglesias del país.
La vida espiritual que reinaba bajo el gobierno del ingenioso é ins-
truído duque Guidobaldo y su esposa Isabel Gonzaga, hija del duque
de Mantúa nos ha sido transmitida por el célebre libro 11 Cortigiano
del conde Baldasare Castiglione, obra que es uno de los documentos
más importantes de la historia de aquella época, en que el Renaci-
miento italiano se hallaba en pleno florecimiento.
Este gran escritor caracteriza la corte de Urbino con las palabras
siguientes:
« Aquí estaban unidas las costumbres más finas con la más amplia
libertad del ingenio. La conversación ingeniosa se sazonaba con gra-
cia y humor.»
Pero no solamente el conde de Castiglione sino también el otro
gran escritor de aquella época, el cardenal Bembo, miembro de la fa-
milia conocida de los Doria, escribió un libro sobre esta corte, cuya
vida intelectual no fué menos afamada que la que había reinado en
la corte de Lorenzo de Médici, llamado ¿l Magnifico, y que había te-
246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
nido tan grande influencia en el desarrollo artístico de Miguel Angel.
Todas las personalidades grandes y nobles, que poseía la Italia de
entonces, la encontramos en esta corte y con este motivo podemos
llamar el pequeño Urbino el oasis del país libertino ; un lugar como
creado para producir al pintor más grande y al hombre más feliz.
En la luz de una corte, que veneraba artes y ciencias como los bie-
nes más nobles de la humanidad, no podían quedarse ocultos hom-
bres como Rafael. Este pueblito idílico fué la verdadera cuna del
ingenio.
Muy pronto descubrieron los humanistas las raras dotes del joven
Rafael y los hombres más célebres de Italia no tardaron en ser sus
amigos y consejeros, guiándolo hacia una vida de belleza y felicidad
tan extraordinarias, que no tiene precedente en la historia universal.
No caía jamás una sombra sobre esta vida, que se apagó armoniosa-
mente por la muerte prematura, dejando juntos con una obra insupe-
rable la memoria pura de una personalidad excelsa, rodeada de la au-
reola de belleza y juventud.
Ningún otro artista ha sido tan afamado y venerado como Rafael
y al considerarle su patria y su ciudad natal digno de un cariño ilimi-
tado no desmintió jamás su gran modestia, cuando sus amigos en rap-
tos de entusiasmo solían llamarle el artista más grande de Italia.
Bien sabía que su patria contaba con un artista y hombre más gran-
de que él: Miguel Angel. Y cuando sus admiradores le comparaban
con este portento tan envidiado, él mismo puso término á sus elogios
y reconoció la superioridad de su gran rival. |
Rafael mismo estaba completamente bajo la impresión de la gran-
diosidad y belleza de sus propias obras. Estas fueron la felicidad de
su vida como la de sus admiradores. Sin embargo tantos elogios no
le habían hecho perder la capacidad de criticar sus obras. Conocía
perfectamente la diferencia entre su arte y el de Miguel Angel.
Á pesar de esa autocrítica del artista no ha cesado á través de los
siglos hasta nuestros días la controversia sobre el valor de estos dos
artistas en vez de darse cuenta que no es posible censurar á uno á
costa del otro, porque son dos artistas enteramente diferentes. Mejor
es considerarse dichoso, que éstos dos hombres justamente por su di-
ferencia han fructificado todos los siglos ulteriores, dejando obras,
que el solo verlas vale la pena de haber vivido.
Rafael fué el más genial representador de la belleza entre los pin-
tores de todos los tiempos. Sus cuadros son insuperables en su gé-
nero.
RAFAEL 247
Á pesar de eso no fué un ingenio innato, porque no habría llegado
á la cúspide de su eloria artística si no le hubiesen servido de mode-
lo las mejores obras de los más célebres pintores de su época.
Sin embargo, tampoco fué un insulso imitador, porque jamás pudo
conformarse con tomar ideas artísticas ajenas para cubrirlas con nue-
vo ropaje. No! todo lo que se apropió con el estudio de otras obras lo
ampliaba y lo realzaba por medio de sus propias fuerzas espirituales
creando así nuevos valores artísticos, que pronto fueron un poder,
que solamente él dominaba.
Miguel Angel en cambio fué un ingenio sobrehumano cuya pro-
fundidad no podemos comprender sin más ni más y cuyos límites nos
quedan obscuros.
Su arte nace de su interior y siempre está buscando bajo luchas
violentas los medios técnicos que le permiten la representación de
los movimientos de su alma. Qué contraste tan grande como el que
ofrecen estos dos artistas !
Por un lado el artista feliz en la más amplia acepción de la palabra,
que crea sin esfuerzo las obras más grandiosas, subordinándose con
fino instinto á la influencia de obras ajenas sin perderse jamás en en-
sayos, y por el otro Miguel Angel siempre taciturno y sombrío, en
perpetua lucha con su arte como con un adversario, siempre descon-
tento y á pesar de que el mundo: se estremece delante de sus obras
divinas no deja de buscar nuevos modos de expresar con la piedra y
los colores sus sentimientos artísticos y filosóficos cada día más pro-
fundos.
Rafael el artista, que sabe hacer comprensible sus ideas á sus nu-
merosos dicípulos por bosquejos superficiales, teniendo en ellos ayu-
dantes entusiasmados, que no conocen ninguna otra ambición que la
de merecer su aprobación cuando venga á examinar los trabajos en-
comendados, rodeado de sus amigos célebres y nobles; y al otro lado
Miguel Angel, que iniciando sus trabajos bajo el cielo raso de la Ca-
pilla Sixtina, despide á sus ayudantes y discípulos y sin ayuda algu-
na crea la obra más monumental de la pintura que existe, sin que al
papa se le permitiese la entrada.
Sin embargo á pesar de la grande diferencia de los dos caracteres
no puede creer el conocedor del alma de artista en un odio entre esos
dos hombres y del cual hablan tanto los historiadores para poner un
ejemplo de la rivalidad ambiciosa entre los hombres célebres de aque-
lla época.
Rafael era demasiado feliz y su arte le fué demasiado fácil para
248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
abrigar odios, y Miguel Angel rendía un alma demasiado grande pa-
ra rebajarse hasta la mezquindad.
Entre ambos, empero, estaba el más notable arquitecto de aquellos
tiempos y de la misma época del Renacimiento italiano: Bramante,
constructor de la Catedral de San Pedro y creador de sus primeros
planos. :
Fué este hombre un carácter malévolo que se complacía en contra-
riar continuamente á los dos artistas, favoreciendo por un lado á Ra-
fael y cubriendo de calumnias por el otro á Miguel Angel ante los
papas.
Sin duda alguna el odio entre Miguel Angel y Rafael ha sido exa-
gerado en el curso del tiempo. Hechos insignificantes y anecdóticos
han tomado el aspecto de acontecimientos importantes y característi-
cos. No faltan historiadores que en el rechazo de un apretón de ma-
nos vean la manifestación de un odio mortal entre ambos artistas, sin
tener en cuenta que Miguel Angel era un hombre muy caprichoso.
Verdad es que con frecuencia se enfadaba ante la complacencia con
que los papas realizaban acto continuo todos los deseos de Rafael,
mientras que él veíase siempre obligado á luchar contra ellos. Sin
embargo jamás le envidiaba por sus éxitos artísticos á pesar de que
el eximio pintor Sebastiano del Piombo, el único enemigo, que tenía
Rafael, y uno de los pocos amigos de Miguel Angel, no dejó de in-
fluenciar á este último en contra de su rival. El odio de Sebastiano del
Piombo contra Rafael es psicológicamente comprensible. Si no hubie-
ra nacido Rafael, habría brillado tal vez la estrella de Sebastiano al
lado de la de Miguel Angel. Fué este pintor notable discípulo del gran
veneziano Giorgione y amigo del todavía más grande Tiziano y ha
dejado obras tan perfectas, que durante largo tiempo figuraron en la,
historia del arte como obras de Rafael. De la misma manera que Mi-
guel Angel disputaba la palma á Leonardo da Vinci, así la disputaba
Sebastiano del Piombo á Rafael. No me parece milagroso que odiase
á su rival más feliz, cuya gloria no logró obscurecer.
Por cierto que no es posible la amistad íntima entre dos hombres
tan diferentes por su arte y su carácter como Miguel Angel y Ra-
fael. Sin embargo me inclino á creer que Miguel Angel amaba á Ra-
fael como le amaban todos los demás y que solamente no encontró
una expresión para este amor, como tampoco la encontró para mu-
chas ideas artísticas que continuamente bullían en su alma, pues
cuando recibió la noticia de la muerte de Rafael derramó amargas lá-
grimas.
RAFAEL 249
Creo que este hecho histórico habla más claramente al psicólogo
que un apretón de manos rechazado.
Dos términos que se siguen usando para caracterizar á los dos
erandes artistas prueban que la manera de juzgar su diferencia at-
tística se ha mantenido invariable á través de los siglos. Á Miguel
Angel se le compara con el más célebre poeta trágico de la Grecia
antigua : Esquilo, llamándosele el « Esquilo del arte » y á Rafael se le
denomina el « favorito de la gracia ».
Miguel Angel se hundió en las profundidades de todos los secretos
del alma, ávido de domar con pujanza la naturaleza. Pero esta últi-
ma se vengó, haciéndole infeliz y dejándole sobre las ruinas de su
vida gloriosa como hombre física y psíquicamente quebrado. Sólo
muy pocos de sus contemporáneos comprendían la grandiosidad
filosófica de sus obras inmortales, aun cuando no dejaron de admi-
rarlas.
Mas sin dificultad alguna comprendían á Rafael, quien no les con-
ducía al imperio de lo grande sino al de lo bello.
En aquélla época, lo bello dominaba el todo. Fué en el más alto
erado una necesidad no solamente de los poderosos sino también de
la gente más sencilla del pueblo. Á las profundidades de los pensa-
mientos humanos en cambio nadie quería descender, temiendo ins-
tintivamente de encontrarse frente á frente con el cuadro de la época
desmoralizada.
Antes de desarrollaros la biografía de Rafael y haceros ver sus
cuadros por medio de proyecciones luminosas tengo que decir algu-
nas palabras sobre la influencia ya mencionada, que las obras de otros
erandes artistas ejercían sobre el arte del eximio maestro.
Vasari, el amigo y discípulo de Miguel Angel y autor de la obra
más importante que trata de todos los artistas del Renacimiento ita-
liano y que hasta hoy sirve de fuente histórica más segura no dedica
una biografía particular al padre de Rafael, á pesar de que á muchos
artistas menos importantes les consagra artículos especiales.
Sólo le menciona en la biografía de Rafael, refiriendo que éste úl-
timo fué hijo de un pintor mediocre pero dotado de un sereno juicio
artístico.
Los conocedores de arte de nuestros días juzgan más favorable al
viejo Giovanni Santi, y hoy los directores de los grandes museos eu-
ropeos se preocupan de adquirir obras suyas, para completar sus co-
lecciones de arte italiano. La mejor prueba de que no es indigno de
este reconocimiento retardado es que durante muchos años los cono-
250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
cedores de arte consideraban algunos cuadros suyos como obras de la
adolescencia del mismo Rafael.
La influencia que ejerció en los sentimientos artísticos de su hijo
se muestra ante todo en la perfección con que éste último pintó aque-
llos angelitos infantiles y tan populares, que indudablemente cono-
céis. Angelitos como éstos se encuentran ya en los cuadros del padre
de Rafael y éstos le valieron la mejor estimación en la corte de Ur-
bino.
Sin embargo la influencia más grande y directa en el arte de Ra-
fael, ejerció Pietro Vanucci, que fué entonces el más sobresaliente
de los pintores de la escuela úmbrica. Á pesar de que nació en
Citta della Pieve le llamaron sus contemporáneos Pietro Perugino,
porque el lugar de su gloria fué Perugia. Bajo este nombre brilla tam-
bién en la historia del arte.
Rafael, que tenía entonces doce años y que después del fallecimien-
to de su padre había quedado al amparo de su tío, comprendió cuán
importante era la resolución de este último, de acomodarlo como ayu-
dante en el taller de Perugino, pues á pesar de sus pocos años no le
era desconocida la gran fama artística de este maestro, pues había leí-
do en la crónica de la vida del primer duque de Urbino el himno
con que su padre glorificó el arte divino de ese artista. Seguramente
fué el nombre de Perugino el más citado en la casa paterna de Ra-
fael.
Con la entrada en el taller de este eximio artista empezó su vida
feliz. Desde el primer día su maestro y sus condiscípulos le cobraron
gran cariño. Apenas iniciado en el estudio sus trabajos causaban tan-
ta admiración, que ni el odio ni la envidia pudieron alcanzarle. No
obstante durante toda su vida quedó Rafael bajo la influencia más
amplia de su maestro y de la escuela que encabezaba.
Si sólo hubiese sido un talento, habría sido una víctima de esta es-
cuela, pero fué un ¿ngenio.
La escuela úmbrica se había desarrollado casi independientemen-
te del movimiento artístico del resto de Italia. Había conservado fa-
náticamente el puro estilo eclesiástico. No obstante procuraba alcan-
zar en sus cuadros el efecto religioso junto con la más alta expresión
de la belleza ideal, y muchas veces sacrificaron los artistas á esta últi-
ma la verdad de sus sentimientos originales, subordinándolos á un
cierto estilo general. Á consecuencia de la gran veneración, que sen-
tía por su eximio maestro le consideraba el infantil é inexperto Ra-
fael como modelo insuperable. Su única ambición fué la de pintar co-
RAFAEL 251
mo él. Con otras palabras: quería hacerse un segundo Perugino. Jamás
le vino la idea, de ejecutar trabajos originales. Para todo lo bello y
erande fué la medida de Perugino también la suya.
No poseía el alma profunda y libre del joven Miguel Angel, quien
pronto se cansó de la influencia de su maestro é hizo en secreto de un
pedazo de mármol encontrado en un rincón, aquella máscara de fauno,
que le valió la admiración y protección del duque Lorenzo di Médici.
Con razón se puede decir: Si no hubiera sido primero Perugino, no
hubiera sido jamás Rafael.
Además de Perugino vivía en Perugia otro pintor célebre : Bernar-
dino di Betto, llamado Pinturricchio. También él ejerció gran influen-
cia en el desarrollo artístico de Rafael. Á pesar de que tenía treinta
años más que el pintor adolescente se hicieron los dos muy amigos,
y así como Pinturricchio admiraba el ingenio de Rafael, en el mismo
grado estimaba este último los consejos de su amigo experto, que
también era influenciado por el arte de Perugino. Juntos con este úl-
timo había pintado Pinturricchio dos de los grandes frescos, que se
ven hoy todavía entre los que adornan las paredes de la Capilla Six-
tina, debajo del grandioso cielo raso, ejecutado por Miguel Angel.
Más sólo pintaba Pinturricchio para el papa Alejandro VI, miembro de
la casa de los Médici, el conocido Departamento Borgiaen el Vatica-
no, que en su tiempo fué la obra más célebre de la pintura monumen-
tal que existía.
Mas no duró mucho esa fama, pues ya bajo el papado de Julio II
sucesor de Alejandro VI, fueron superadas por aquellas grandiosas
obras pictóricas, que son conocidas entre todos los que se interesan
por el arte bajo el nombre de Estancias de Rafael.
No se puede comparar las dos obras principales de esos dos gran-
des artistas. Tan ingeniosos como son por todos los aspectos los fres-
cos de Rafael, que cubren las paredes de las Estancias, tan pobres
de composición é ideas son á pesar de un espléndido efecto pintores-
co los de Pinturricchio, que adornan las paredes del Departamento
Borgia.
Mas no podemos considerar la ingeniosidad y multiplicidad de ideas
filosóficas más profundas que distinguen los cuadros de Rafael como
obra intelectual de él solo.
Tomando en cuenta el número casi increíblemente grande de sus
obras artísticas es imposible que tuviera una instrucción científica
tan amplia, como la que habla á nosotros desde las paredes de las ci-
tadas Estancias.
252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Sin embargo, no es menos admirable el talento, con que sabía ex-
tractar de las ideas y opiniones de todos los grandes hombres de Ita-
lia que lo ayudaban, ya como amigos ya como consejeros, justamente
aquello, que reflejaba el carácter intelectual de la época. Las ideas
científicas ajenas, transformadas por sus propias capacidades, pare-
cen como surgidas de un solo cerebro y el efecto que en el contem-
plador producen los cuadros es completamente armónico, á pesar de
que sin duda alguna el artista tenía que tomar en consideración mu-
chas ideas divergentes.
Los frescos de Pinturricchio no podían ejercer gran influencia en el
arte de Rafael, porque ni eran sus mejores, ni superaban á las obras
de Perugino.
Donde puede notarse una influencia directa de Pinturricchio es en
la llamada Pintura grotesca.
Supongo, señores, que todos ustedes conocen por reproducciones
aquellas decoraciones llenas de gracia con las cuales los discípulos de: -
Rafael adornaban los amplios corredores que rodean el Patio de San
Dámaso en el Vaticano, generalmente llamadas Las Logias de Rafael.
Estas pinturas son otros tantos jalones característicos del arte del
Renacimiento y agradecen como éste su origen al entusiasmo por las
formas antiguas llevadas á la luz del día por numerosas excavaciones
en Roma.
Todos los artistas admiraron los finos y graciosos adornos, que en-
contraron en las ruinas de los edificios antiguos, mas el primero, que
aprovechó de ellos en favor de su arte, fué Pinturricchio é inspirado
por sus creaciones ejecutó más tarde Rafael la más monumental obra
de la pintura grotesca que existe Las Logias del Vaticano.
Y aun me quedan por mencionar dos maestros más, cuyas obras
Rafael estudiaba con anhelo : Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.
El destino había elegido el momento más favorable para la llegada
del joven artista á Florencia, la que vió por primera vez en 1504, es
decir en el año, en que la ciudad y toda la Italia participó de la lucha
artística más grande, que se libró jamás, sin duda alguna.
Miguel Ángel, cuya estrella se había levantado con el mayor es-
plendor después de la colocación de su estatua gigantesca del David
en la Plaza de la Señoría, disputaba la palma á Leonard> da Vinci,
quien se hallaba en la cúspide de su gloria.
Á ambos artistas la Señoría les había encargado la ejecución de dos
erandes frescos en la espaciosa sala de sesiones del palacio municipal,
y con celo ardiente se pusieron á dibujar los cartones.
RAFAEL 253
Toda Florencia participaba de la ansiedad del mundo artístico, á
quien le estaba vedado ver los bosquejos que dibujaban los dos gran-
des rivales.
Es sabido, que Miguel Ángel se ganó los lauros del triunfo.
Cuando estaba expuesto su cartón acudieron los artistas de toda
Italia á Florencia para admirarla llena de sorpresa y la Señoría per-
mitió á los jóvenes estudiantes del arte que hicieran copias para per-
feccionarse. Entre estos estudiantes se hallaba también Rafael.
Desgraciadamente se perdió este cartón por las múltiples contra-
riedades que el destino deparó á Florencia en el curso de los decenios
siguientes á consecuencia de su política desorientada.
Mas existen aún fragmentos copiados que prueban que Rafael
cuando pintó los frescos de las Estancias procuraba alcanzar la gran-
diosidad de la composición, el efecto concentrado y la perfección de
los cuerpos desnudos, que caracterizaban el cartón mencionado de
Miguel Ángel. Sin embargo, en esto no logró alcanzar á su gran ri-
val. De seguro son las Estancias las obras más grandiosas de la pin-
tura monumental, después del cielo raso de la Capilla Sixtina, que
ejecutó Miguel Ángel, no son, en cambio, las mejores obras de Rafael
que llegó á la cúspide de suarte no por estos frescos sino por sus cua-
dros sobre madera. Sin duda fué atraído el joven artista más por
Leonardo da Vinci, porque era un amigo de su maestro Perugino y
además querido de todos los círculos del mundo intelectual de Floren-
cia, mientras que Miguel Ángel era ya entonces un hombre muy re-
servado y envidiado.
Seguramente vió Rafael en el estudio de Leonardo el paulatino
desarrollo del célebre retrato de Mona Lisa más conocida bajo el nom-
bre de Gioconda, que como sabéis, es la perla del Louvre de París.
Bajo la influencia directa de este cuadro pintó el retrato de Maddale-
na Strozzi-Doni, del cual hablaré en la segunda parte de mi confe-
rencia.
No fué con este retrato prematuro sino con los que ejecutó más
tarde, que logró elevar el arte del retrato á aquella altura, que dis-
tingue el cincocento del cuatrocento. Como ningún otro retratista
sabe poner en el primer término las calidades características y espl-
rituales del retratado, mientras que los tiempos anteriores se sabis-
facían con el parecido exterior.
Su cuadro de Julio IL, por ejemplo, es el más grandioso retrato de
papa que existe. Rafael representó por este cuadro no solamente la
personalidad imponente del mismo pontífice sino también el poder ili-
254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
mitado que tenía en aquella época el papado. Á consecuencia de estas
calidades extraordinarias se llama con razón esta obra que es hoy
una de las galas del Palacio Pitti en Florencia, un cuadro histórico.
El número de retratos, que pintó Rafael, no es muy grande, sin em-
bargo, escribió por ellos toda la historia de la civilización del Renaci-
miento italiano.
Tan insuperables como sus retratos, son sus Madonas.
El arte de la edad media trataba de excitar la compasión del ex-
pectador por la madre de Dios, dando á su cara rasgos sobrenaturales
de la desesperación y del dolor más profundo. Muchas veces trans-
pusieron los artistas muy lejos los límites de la realidad, creando, no
cuadros religiosos sino casi caricaturas. Rafael se libró de esta tradi-
ción, y acercó la madre de Dios á nuestros sentimientos, diseñando en
su cara la expresión de la pureza de su alma y de su amor materno.
Finalmente, para que el artista pueda hablaros por sus obras, trataré
de ser lo más breve posible. No debo dejar de mencionar, que como
todos los célebres representantes de aquella época, también Rafael
dominaba varios ramos del arte. Además de la pintura se consagró
con éxito á la arquitectura. Por esto el papa le nombró después de
la muerte del primer constructor de la Catedral de San Pedro, Bra-
mante, sucesor de este último.
Sin embargo, lo que produjo en este cargo no aumenta su gloria.
Los primeros planos de Bramante eran de una belleza extraordina-
ria. Si hubiese sido ejecutada según el proyecto primitivo, sería la.
Catedral de San Pedro hoy no solamente la iglesia más grande,
sino también la más hermosa del mundo. Mas Rafael no respetó los.
planos de su amigo, á pesar de que este último en su lecho de muerte
le había recomendado al papa. Desechó la forma de una cruz griega,
que Bramante había proyectado como base de la iglesia, y la substi-
tuyó por una cruz latina, que también sus sucesores mantuvieron,
hasta que Miguel Ángel, después de ser nombrado director de la
construcción, volvió á los primeros planos de Bramante, olvidando
sus intrigas anteriores.
El mismo Miguel Ángel calculó también para este plano la altura.
de la grandiosa cúpula. Desgraciadamente no produce esta última hoy
el efecto proyectado porque los arquitectos, que le sucedieron vol-
vieron otra vez á los planos de Rafael, sin arriesgarse á cambiar las
medidas de la cúpula.
Mejores éxitos tuvo Rafael con la construcción de otros edificios.
Erigió una villa para el papa y varios edificios en el Borgo, además el
RAFAEL 255
Palacio Pandolfini en Florencia. También la arquitectura rica de las
Logias, que ejecutó como primer constructor del Vaticano, son en la
forma presente su obra, pues los planos de Bramante eranmucho más
sencillos.
Si como arquitecto no ha dejado obras tan grandiosas y admiradas
como las de Miguel Ángel, hay que tomar en consideración su muerte
prematura. Lo que hizo daba fundamento á las mejores esperanzas.
Tampoco dióle tiempo la Providencia para que madurara como
poeta y transmitiera á la posteridad sus sublimes Sentimientos líricos,
como Miguel Ángel transmitió sus profundos Pensamientos filosóficos.
Mas existen varios sonetos de su pluma, escritos sobre bosquejos de
cuadros. No son sobresalientes sin duda, pero seguramente prueban
la existencia de cierto talento poético. Están dirigidos á su querida.
Cómo eran estimados los altos dotes espirituales de Rafael por sus
contemporáneos, esto nos lo dice un historiador de entonces, refirien-
do que después de la subida de León X al trono papal y de la muerte
de Bramante nose hizo nada en Roma, sin oir antes su opinión.
Enlos últimos tiempos de su vida no podía cumplir muchas veces
contodos los deseos de sus más poderosos protectores y mejores ami-
gos. Los príncipes le ruegan en vano que haga obras para ellos. Isa-
bel de Mantúa no consigue nada, sino cinco años después, á pesar de
la intervención del conde Baldassare de Castiglione. Igual tiempo du-
ran las negociaciones del duque Alfonso de Ferrara por intermedio
de su embajador; por último resuelve acudir al Tiziano. Elrey Fran-
cisco I de Franeia desea el retrato de Juana de Aragón y sólo consi-
gue que Rafael pinte la cara y las manos del cuadro, dejando á sus
discípulos todo lo demás. Lo que creó en los últimos cinco años de su
vida es sobrehumano aun si se toma en consideración que le ayudaba
un número ilimitado de discípulos. — Todo lo demás que tengo que de-
cir sobre el artista, acompañará á las proyecciones luminosas de sus
obras.
II
LAS OBRAS DE RAFAEL Y EL DESARROLLO BIOGRÁFICO DE SU VIDA
Señores:
Las primeras obras de la juventud de Rafael se han perdido.
Solamente se conservan unas cuantas hojas de estudio sueltas,
256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
que antes formaron un libro. Actualmente están guardadas en la co-
lección de la Academia de Venecia con el nombre: Libro veneciano
de dibujos de Rafael. Esta denominación no se refiere, pues, al lugar
de su origen sino al de su conservación.
La primera obra del eximio artista, reconocida generalmente como
auténtica la posee la Galería Nacional de Londres con el nombre:
El sueño del caballero.
A pesar de la imperfección que ofrece la composición de las figu-
ras en este cuadro, que fué producido bajo la completa influencia de
la escuela úmbrica, ya se reconoce un fino sentimiento artístico.
El caballero hace completamente la impresión de un hombre per-
fectamente dormido, que se halla bajo la posesión de un sueño.
Aquí el artista ha conseguido hasta un cierto grado poner en rela-
ción con el caballero los dos ingenios del amor y de la guerra, que
están á sus lados, mirándole con una expresión llena de esperanza.
En todo caso es este cuadro como trabajo de la juventud una obra
muy notable. Sin duda lo ejecutó Rafael en Urbino, su ciudad natal,
pues está libre de la ulterior influencia de Perugino. Esta se mues-
tra por primera vez en la Madona con los dos Santos, la Madona de
la casa Solly, llamada así con el nombre de su propietario, ambos en
el museo de Berlín, y además en la Madona Conestabile en el museo
de San Petersburgo, que estuvo antes en el Palacio Conestabile de
Perugia.
Os muestro de estos tres cuadros, que en su carácter artístico son
parecidos, el de la Madona con los dos Santos, y que es la primera
Madona de Rafael, que nos ha sido transmitida.
Á pesar de que excita por su belleza los sentimientos devotos del
contemplador creyente, no es una obra original, sino está pintada
con las reglas del arte cristiano medioeval. Como en los cuadros reli-
eiosos de esta época la Madona tiene los párpados caídos, contem-
plando á su niño como una monja con mirada devota y llena de ado-
ración. En vano buscamos la expresión de sentimientos maternos.
Tampoco encontramos sentimientos ¿infantiles en la mirada y la pos-
tura del Niño Dios. Su cara tiene la expresión de la de un hombre
prudente y experto, que ya tiene conciencia de su futura misión.
Sabe que los ojos del mundo le miran y ha levantado su manito para
bendecir á los fieles.
Este primer cuadro de Madona de Rafael fué en el sentido de
aquellos tiempos una prueba excelente de sus capacidades para la
ejecución de imágenes religiosas de altar. No tardó en recibir el en-
RAFAEL DT
cargo de un cuadro semejante para la iglesia de San Francisco en
Perugia, que ejecutó en 1502, tomando como modelo otro cuadro de
su maestro Perugino, que expresaba una idea análoga á la que le
había sido impuesta como motivo.
Es La Coronación de María, cuadro grande que se conserva hoy en
la Pinacoteca del Vaticano. Aquí está Rafael completamente influído
por el arte de Perugino, que constantemente tenía ante sus ojos.
Rafael alcanzó en este cuadro un efecto artístico notable; sin em-
bargo, no logró poner en relación la parte inferior con la parte su-
perior. Por este defecto parece dividido el cuadro en dos partes, que
cada una, en cambio, se distingue por la concentración de la compo-
sición figurativa.
Vemos abajo la tumba vacía de María, de la que brotan rosas y
lirios y que rodean los discípulos de Jesús, dirigiendo sus miradas
llenas de adoración al cielo, donde sobre nubes Cristo coloca la corona
en la cabeza de María, mientras que en su alrededor ángeles entonan
cánticos celestiales.
Habiendo obtenido Rafael con este cuadro de altar gran éxito,
tuvo que pintar otro para la iglesia en Cittá di Castello, el cual
representaba La Coronación de San Nicolás de Tolentino. Desgracia-
damente se ha perdido esta obra, que llamaba en aquel tiempo la
admiración de los conocedores en alto grado.
Su tercer cuadro de altar lo pintó para la iglesia de Santo Do-
mingo en Perugia y el cuarto para la iglesia de San Francisco, que
ya poseía su Coronación de María.
Ese cuarto cuadro de altar es el célebre Casamiento de María, que
hoy está en la Brera de Milán y pertenece con el nombre Lo Sposa-
lizio á las obras más conocidas de Rafael.
Esta obra prueba, como ninguna otra, hasta qué grado el joven
artista de veinte años había conseguido superar á su maestro.
También Perugino pintó un Casamiento de María, que os mos-
traré después, y Rafael tomó según su costumbre este cuadro como
modelo para el suyo, con una despreocupación que prueba que no
adivinaba que con esto sumía á su adorado maestro en la sombra
más profunda.
Si este cuadro no fuese en tan alto grado un Rafael, se debería
llamarle un plagio.
El pontífice judío realiza el matrimonio de José y María. Esta
última está acompañada de numerosas vírgenes, sus amigas, y detrás
de José se hallan los pretendientes desairados, que tienen en las
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 17
258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
manos ramos secos, mientras que del ramo de José brotan flores como
signo celestial. En el primer plano del cuadro veis la preciosa figura
de un pretendiente enojado, que rompe su ramo sobre las rodillas.
En el fondo se levanta un templo judío de extraordinaria belleza
arquitectónica, que siendo enteramente un producto de la fantasía
de Rafael nos muestra que desde temprano se manifiesta en él un
talento de constructor.
Os ruego, señores, que dirijais aún una mirada á María y José,
cuyas caras reflejan los sublimes sentimientos de su alma excitada
por el momento serio, después al espléndido grupo de las vírgenes,
que con gran interés están pendientes de la ceremonia del casamiento,
al grupo psicológicamente no menos perfecto de los pretendientes
rechazados, también al digno y serio pontífice, y por último al efecto
grandioso y armonioso de las líneas arquitectónicas del templo, y
entonces, señores, considerad esta misma ¿dea representada por Peru-
yino.
La analogía es, sin duda alguna, incontestable. Mas, ¡qué dife-
rencia !
También aquí tenemos el grupo de las vírgenes y el de los pre-
tendientes, en el centro los desposados con el pontífice y en el fondo
el templo. Sin embargo, este cuadro de Perugino no es nada más
que la idea claramente expresada, el de Rafael, en cambio, es la
misma idea, artísticamente agotada hasta en sus últimas consecuen-
clas.
Después de su aprendizaje en Perugia vivió Rafael algún tiempo
en su ciudad natal, entrando allí en la relación más estrecha con el
círculo humanista que rodeaba al duque de Urbino.
Entonces había subido al trono papal Giuliano della Rovére con
el nombre Julio 11. Su hermano era casado con la hermana del duque
y esta última protegió á Rafael dándole una carta de recomendación
para Pietro Soderini, gonfaloniere de Florencia, adonde llegó el ar-
tista en 1504.
De la influencia de Leonardo da Vinci y Miguel Angel en el des-
arrollo artístico de Rafael ya os hablé en la primera parte de mi con-
ferencia. La del primero de estos dos célebres artistas la encontramos,
sobre todo en el retrato de Maddalena Strozzú3 Doni, que Rafael pintó
al mismo tiempo con el de su esposo Angelo Doni, cuadros que con-
serva hoy la galería Pitti en Florencia.
Son retratos de excelente colorido, que además se distinguen por
su nobleza, mas no están á la misma altura como los retratos ulterio-
RAFAEL 259
res de Rafael. Por otra parte es demasiado llamativa la semejanza
del cuadro de Maddalena Doni con el de La Gioconda de Leonardo
de Vinci, en perjuicio de la obra del joven artista, que entonces no
tenia más que 21 años, mientras que Leonardo tenía 52.
Para que podáis, señores, comparar los dos cuadros, os muestro
ahora La Gioconda.
Al mismo tiempo ejecutó Rafael en Florencia otros retratos y le
encargaron varios cuadros de altar ; así que ya no podía cumplir con
todos los deseos de los admiradores de su arte.
En 1506 le encargó el duque Guidobaldo de Urbino que pintara
un San Jorge, para regalarlo después al rey de Inglaterra, en prueba
de agradecimiento por la orden de la Jarretera que ese monarca le
había otorgado poco antes.
San Jorge, el patrono de la orden, salta de la derecha del cuadro
en dirección diagonal hacia el paisaje y atraviesa con su lanza al
dragón. En el caballo se descubre fácilmente la influencia del cartón
de Leonardo da Vinci, que este último ejecutó en rivalidad con Mi-
guel Angel para la Señoría de Florencia y del cual copió Rafael las
cabezas de caballo, como lo prueban algunas páginas de estudio que
conserva el museo de Oxford. Sobre su armadura tiene el caballero
debajo de la rodilla izquierda la orden de la Jarretera con la conocida
divisa: Homi soit qui mal y pense.
En el año siguiente pintó Rafael principalmente cuadros de Mado-
na. Muy pronto se hace valeren sus obras la influencia del realismo
en el arte, que dominó enaquellos tiempos en Florencia. Rafael reco-
nocía que sólo con el estudio directo de la naturaleza se hace posible
la creación de una obra de arte perfecta y que también la fantasía
ideal siempre queda dependiente de las impresiones que recibe de la
naturaleza.
Primero pintó para el gran duque Fernando HI de Toscana la lla-
mada Madona del Granduca. Una vez en posesión del cuadro se que-
dó este príncipe en tan alto grado bajo su impresión artística, que le
acompañaba hastaen sus viajes. Probablemente produce hoy este
cuadro en el contemplador la misma impresión que en aquellos tiem-
pos. Si bien no está este cuadro á la misma altura de los que produjo
Rafael más tarde es seguramente uno de los más sugerentes y de ma-
yor belleza.
Tiene todavía el carácter de un cuadro religioso destinado á exci-
tar la devoción de los fieles. María tiene todavía, como en los cuadros
medioevales, los párpados caídos. Sinembargo, su cara ofrece ya una
260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
expresión menos monástica que en los cuadros anteriores y el pañuelo
de cabeza deja ver hasta los cabellos aureos.
Su mirada dulce y inocente llega al contemplador á través de los
párpados medio cerrados y todo el semblante es el espejo vivo de un
alma pura.
También el Niño Dios está representado como criatura inocente,
que tiene en su mirada algo sobrenatural, pero ésto sólo lo observa el
espectador, mientras que él mismo no tiene conciencia de su misión
para la humanidad y de su camino de pasión. Claramente habla de
este cuadro el amor de la madre al niño, y el del niño ála madre,
Esta correlación interior de ambos se expresa cada vez con mayor
claridad en los cuadros de Madona, que Rafael siguió pintando.
Primero creó la llamada Madona de Lord Cowper, después la Ma-
dona de la casa Nicolini, ambas actualmente en Inglaterra, y en ter-
cer lugar, la extraordinariamente atractiva Madona de la casa Tempi
que pertenece á las joyas de la Pinacoteca de Munich.
En este cuadro nada hace recordar la costumbre del arte medioeval,
de representará María solamente como guardiánresponsable del futuro
Salvador del mundo, la que ya oculta en su seno el dolor que le cau-
san los martirios de su hijo y su muerte en la cruz, sino que esta Ma-
ría está completamente llena de sentimientos desbordados de cari-
no y amor materno.
La impresión que este cuadro produce en el espectador es tan solo
el efecto de su gran hermosura y armonía.
En la Madona que pintó después, da Rafael un paso más hacia ade-
lante en el camino del realismo, creando la Madona de la casa de
Orleans.
En el cuadro anterior habéis visto á María enteramente absorbida
de sus sentimientos maternales; en este cuadro la veis enteramente
entregada á sus deberes maternales.
Está representado el interior de un aposento. El Niño Dios acaba
de despertar y pide el pecho de la madre.
Un asunto semejante expresa el cuadro de la Madona de la casa
Colonna, que posee el Museo de Berlín.
El Niño Dios ha interrumpido en la lectura de un libro de misa á
la madre, que está sentada en un hermoso y amplio paisaje, y recla-
ma desconsideradamente el pecho. Fruto de una observación muy in-
geniosa es el repentino retroceso del pecho de María á consecuencia
de la avidez impetuosa del niño hambriento.
Además pintó Rafael varios cuadros de virgen, en los cuales repre-
RAFAEL 261
senta al Niño Dios como pequeñuelo saciado, que rehusa el pecho de
la madre. Mas de estos cuadros no existen más que bosquejos dibuja-
dos y copias antiguas.
Junto á los mencionados cuadros de Madona, pintó otros, en que
elevó el efecto figurativo del cuadro, según la costumbre medioeval,
haciendo entrar en el cuadro al Niño Juan, hijito de Isabel.
Ante todo la Madona del duque Terranova en el Museo de Berlín.
Como en cuadros religiosos de la edad media el Niño Juan, que
aparece cubierto de una piel y lleva en su mano una cruz de caña, en-
trega al Niño Dios una cinta con la inscripción Ecce agnus Det, que
este último enteramente interesado recibe con la seriedad de un
adulto, mientras que la expresión de la cara de María muestra que ella
comprende en seguida el sentido profético de las breves palabras.
La tradición medioeval, que en este cuadro es incontestable, nos
permite aceptar que Rafael creó este último en los primeros tiempos
de su residencia en Florencia, trabajando todavía bajo la influencia
de su aprendizaje en Perugia. |
Mucho más libre en la invención son los tres cuadros de Madona
con el Niño Juan, que el artista creó después y en los cuales se sien
te bajo la influencia del dominicano Fra Bartolomeo, que buscaba al-
canzar el efecto concentrado del grupo principal de sus cuadros, dan-
do á la composición de las figuras la forma de un triángulo.
Esos tres cuadros representan en forma análoga la Madona senta-
da en un lindo paisaje y observando el juego delos dos niños.
Teneis á la vista la Virgen del Prado, que conserva la Galería impe
rial de Viena. Aquí no véis ya la cinta medioeval en las manos del
Niño Juan, que en este cuadro muestra su veneración al futuro Se-
nor del mundo arrodillándose delante de él. Con este acto piadoso
corresponde también la seriedad del Niño Dios.
El segundo de los tres cuadros, que mencioné, es la Madona del
Cardelino, que adorna la tribuna de la Galería Pitti de Florencia. Á
pesar de que también aquí el Niño Dios está representado de un
modo poco infantil, hace el cuadro enteramente la impresión de un
asunto tomado directamente de la naturaleza. La Madona ha inte
rrumpido su lectura, porque acudió el Niño Juan, para entregar al
Niño Dios, un cardelino, que acaba de apresar.
El movimiento del cuerpo del chiquillo Juan y la expresión de su
cara radiante son de una maestría extraordinaria.
El último de los tres cuadros lo conserva el Louvre de París y es
conocido con el nombre La bella jardinera.
262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Aquí alcanza Rafael por la forma triangular del grupo principal
completamente el efecto concentrado sin que el contemplador se diera
cuenta de la intención del artista.
La representación del Niño Dios es seguramente la más linda, que
haya logrado el artista, además de la que logró en el cuadro de la
Madona Sixtina, que os enseñaré más tarde.
Ese cuadro representa una transición interesante entre la interpre-
tación medioeval y la realista en las obras de Rafael. Tiene un carác-
ter eclesiástico y veis otra vez la cruz en la mano del Niño Juan;
mas en la manera como éste se ha arrodillado, se expresa claramente,
que no se diera cuenta por qué lo hace, y el Niño Dios tampoco lo
comprende y dirige una mirada de sorpresa y de interrogación á la
madre. :
Rafael pintó varias Madonas por el estilo, entre las cuales las me-
jJores son la Madona de la casa Esterhazy en Budapest y la Madona
con el velo que se llama también El sueño del Niño Dios, y que es un
cuadro precioso en que María y el Niño Juanobservan al Niño Dios
que está durmiendo, mientras que la primera retira el velo, que cubre
á su hijito. También este asunto ha sido tomado directamente de la
naturaleza.
Á estos cuadros de Madona con el Niño Juan siguen las Sacras Fa-
milias.
En primer lugar La Sacra Familia con el Niño Dios sobre el cor-
dero, que adorna el Salón de la Reina Isabel del Museo del Prado en
Madrid. Tenemos nuevamente un asunto realista en el más alto gra-
do. María con el mayor cuidado deja que el Niño Dios se recueste so-
bre un corderito, mientras que José está contemplando este grupo
atractivo con una cara llena de cariño.
Una escena semejante representa la Sacra Familia de la Palmera.
María dirige con un velo, que rodea el cuerpecito del Niño Dios, sus
primeros pasos, mientras que José está entregándole flores.
Cuadro hermoso es también la Sacra Familia de la Casa Canmigiami
que adorna la Pinacoteca de Munich. María é Isabel están jugando en
una pradera con sus niños Cristo y Juan. Entre ellas está de pie José,
observando pensativamente á los dos pequeñuelos. El grupo forma un
triángulo completo, según la doctrina del dominicano Fra Barto-
lomeo.
En este tiempo pintó también Rafael el cuadro de Santa Catalina,
que conserva la Galería Nacional de Londres. Santa Catalina está de
pie en un bello paisaje, que está cortado por un río, apoyando su
RAFAEL 263
brazo en la rueda de martirio. La mano izquierda de extraordinaria
hermosura está puesta sobre el pecho y la santa dirige su mirada con
fervor religioso al cielo, desde donde los rayos del sol cubren las nu-
bes, reflejándose en su cara, lo que desgraciadamente no se puede ver
en esta débil proyección luminosa.
En los tiempos que siguieron se ocupó Rafael de varios cuadros de
altar. Ante todo con uno, que se destinó para la iglesía de San Fran-
cisco en Perugia. Debía pintar María y las mujeres llorando ante el
cadáver de Cristo bajado de la cruz, y ejecutó varios bosquejos con
este motivo.
Parece sin embargo, que no le convenía esta idea, porque sus sen-
timientos artísticos estaban en pugna con la representación del dolor
más profundo, del cual no era posible prescindir, si quería crear una
obra de arte perfecta.
Por último desechó la primera idea y no pintó la escena del llanto
sino El Entierro de Jesucristo, lo que le permitía poner en el primer
plano del cuadro el grupo de los hombres, que llevan el cadáver del
Salvador, y representar el dolor de María más atrás.
Próximamente en el mismo tiempo empieza Rafael á trabajar con
la ayuda de discípulos, como fué costumbre general en los talleres de
los grandes maestros.
Pronto llega á ser grande el número de estos aprendices. Pocos
años después ya están todos los jóvenes artistas de talento á su ser-
vicio y con una perspicacia extraordinaria el maestro asigna á cada
uno de ellos el lugar que le corresponde.
Por este tiempo ocurrió también el más importante acontecimiento
de su vida: el papa Julio II le hizo llamar á Roma por intermedio
del arquitecto Bramante. Con este motivo dejó el artista la conelu-
sión de los iniciados cuadros de altar á sus discípulos, para seguir al
llamamiento del pontífice.
En ese día, puede decirse, comenzó la grandiosa época de la histo-
ria del arte, que está caracterizada por los tres nombres : Miguel Án-
gel, Bramante y Rafael, y que inmortalizó á los papas Julio II y
León X.
Miguel Ángel había empezado poco ha el cielo raso de la Capilla
Sixtina y Bramante estaba ocupado con los primeros trabajos de la
obra de la Catedral de San Pedro. Pronto debía principiar Rafael á
aquellas estupendas ereaciones, que todavía hoy admira el mundo
artístico: Las Estancias del Vaticano.
En ninguna época ha habido un príncipe que encargase al mismo
264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
tiempo á tres hombres tan grandes tres trabajos de tanta magnitud.
Con esta ocasión os muestro el espléndido retrato de Julio II, que
Rafael pintó más tarde en 1515 y de que ya os hablé. Sin duda algu-
na produce esta obra todavía hoy el efecto como en aquellos tiempos.
El anciano pontífice es, á pesar de su postura inclinada y de su mira-
da algo fatigada la expresión completa de una naturaleza soberana,
capaz de dominar el mundo. Su personalidad representa aquí una
parte de la historia universal. El historiador Vasari, uno de los más
erandes favoritos de los papas de entonces, refiere de este cuadro,
que delante de él los contemporáneos temblaron como si estuviese
presente el mismo pontífice.
Volvemos, señores, al año 1508 en que Rafael tenía 25 años.
Cuando empezó sus trabajos en las Estancias del Vaticano ya es-
taban ocupados con su decoración pictórica los mejores pintores de
la Italia de entonces. El papa había elegido estos aposentos inmedia-
tamente después de su subida al trono como habitación particular,
para no vivir en el Departamento Borgia, que usaba Alejandro VI su
antecedor, á quien odiaba. Rafael fué encargado de sólo una parte de
los trabajos, que proyectó Julio 11. Mas cuando este último veía las
ejecuciones de los primeros bosquejos, y los cartones de los ulteriores,
quedó en igual grado fuera de sí de entusiasmo, como entonces, cuan-
do veía los bosquejos que le ideó Miguel Ángel para su futuro se-
pulero y que fué motivo de la demolición de la antigua Iglesia de San
Pedro.
Los artistas debían en seguida interrumpir sus trabajos ya empeza-
dos y Rafael recibió el encargo de ejecutar todos los trabajos proyec-
tados; es decir la decoración pictórica de seis espaciosas salas. La
diferencia de sus trabajos y los de los otros artistas fué tan grande,
que el papa dispuso que se picaran las paredes cubiertas ya de fres-
cos concluídos ó empezados. Rafael hizo cuanto pudo para impedir la,
ejecución de esta orden, mas no tuvo éxito. Tan sólo logró salvar los
frescos que pintó su adorable maestro Perugino.
El efecto de la obra monumental, que el jóven artista creó en el
curso de los años ulteriores hasta su muerte prematura es todavía
hoy poderoso, á pesar de que los frescos han sufrido mucho con el ho-
rrible saqueo de Roma de la que Ciudad Eterna fué víctima en
1527 y que tampoco respetó al Vaticano. |
Rafael empezó sus trabajos en la Stanza della Segnatura, amado
así, porque dentro de ella solían firmar los papas sus breves. Debía
elorificar en las paredes los bienes más ideales del ingenio humano
RAFAEL 265
por la representación de sus guardianes : los teólogos, filósofos, poe-
tas y legisladores.
Bajo el cielo raso que tiene una decoración ornamental extraordi-
nariamente rica, pintó con este motivo cuatro figuras femininas ale-
góricas que representan la teología, la filosofía, la poesía y la justicia
y que se destacan muy eficazmente de un fondo de mosaico dorado.
Teneis á la vista la alegoría de la poesía. Es una figura ideal muy
hermosa y está acompañada de dos angeles, que llevan tablas con las
palabras: Numine ajffilatwr.
Además de estas cuatro alegorías adornó Rafael el cielo raso con
otros cuadros que expresan : La caída de Adán, la Disputa musical en
tre Apolo y Marsias, el Juicio de Salomón y al lado de la filosofía una
alegoría de la astronomía.
Las paredes de la Stanza della Segnatura están adornadas con los
frescos más importantes de cuantos ejecutó Rafael.
El cuadro más poderoso es el que glorifica la teología, y que se lla-
ma La Disputa.
Los historiadores han discutido mucho sobre el sentido de esta
obra y aún hoy divergen las opiniones. Desgraciadamente ni el artis-
ta ni sus contemporáneos nos han dejado explicaciones de ese fresco.
Unos opinan que se trata aquí de una disputa entre teólogos sobre
el sentido del Santo Sacramento; otros, en cambio, dicen, que éste
último que se halla en el centro del altar y del cuadro no es más que
un vínculo artistico entre la parte superior y la inferior del cuadro.
Arriba aparece Dios en la Trinidad, rodeado de la gloria del cielo,
y formando contraste aparece abajo entre los fieles en forma de hostia.
En la parte más elevada véis á Dios Padre, teniendo en la izquier-
da el orbe terrestre y levantando la derecha para bendecir al mundo.
Debajo de esta representación se halla la de Dios Hijo. Cristo está
sentado en un trono sobre nubes. Su cara irradia bondad y amor á la
humanidad. Á su lado se encuentran como en el día del juicio final,
la Madre María y San Juan Bautista. María pide perdón para los pe-
cados de los hombres, San Juan, en cambio, demanda justicia, mien-
tras que Cristo muestra á los pecadores las heridas de sus manos. En
forma de un semicírculo rodean al grupo, sentados sobre nubes, los
Santos del Nuevo y Antiguo Testamento ; son figuras extraordinaria-
mente características en particular las de Adán, de David, y de Moi-
sés.
Abajo de este grupo principal figura Dios Espíritu Santo. La palo-
ma flota en el aire, rodeado de angelitos que llevan libros.
266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La parte inferior es de una belleza y armonía extraordinaria y no
se puede imaginársele más perfecto.
Los cuatro Santos Padres ó doctores de la iglesia, Ambrosio, Agus-
tín, Jerónimo y Gregorio el Grande que están sentados próximos al
altar, forman en cierto modo el centro, alrededor del cual se agrupan
los dignatarios más altos de la iglesia, sencillos sacerdotes, frailes, le-
gos y fieles. Cada figura, á cuál más magnífica, cada cabeza, una su-
blime obra de arte.
En cada gradación imaginable está expresada la fe inconmovible,
el entusiasmo religioso y el sondeo de la verdad.
Á la derecha veis la cabeza ingeniosa del Dante y la de Savonaro-
la. Mas al último se conoce difícilmente.
Julio II hizo glorificar por Rafael á este fanático teólogo, á pesar
de que su antecesor en el trono papal Alejandro VI, le había manda-
do á la hoguera. Á no dudar, era ésta una prueba de la grandeza es-
piritual y de la independencia extraordinaria del pontífice.
La pared que se halla en frente de la Disputa, está adornada con
el gran cuadro de La Escuela de Atenas.
Este fresco es la glorificación de las ciencias.
Los filósofos de la Grecia antigua están alrededor de Aristóteles y
Platón, que en los tiempos del Renacimiento no eran menos venerados,
que los Santos Padres de la Iglesia. Aquí nos da Rafael otra prueba de
sus grandes capacidades arquitectónicas y de su fino gusto estético.
El amplio interior de un edificio enorme es de una hermosura ex-
traordinariamente poderosa y armoniosa. Admirablemente se adaptan
las estatuas marmóreas de Minerva y Apolo al conjunto del cuadro
y no dañan al efecto de los hombres vivos.
Del fondo del amplio recinto se acercan con lentos pasos los dos
grandes filósofos rodeados de otros y de sus discípulos, mientras que
en las gradas se agrupan en contraposición á los representantes de la
filosofía pura, los de las ciencias empíricas: geometría, aritmética,
música y astronomía.
Arquímedes, el maestro de la geometría tiene las facciones de Bra-
mante, y próximo al margen del cuadro veis el retrato del mismo Ra-
fael.
El hermoso adolescente del grupo izquierdo lleva los rasgos más
salientes del joven duque Francisco María de Urbino, primo y suce-
sor de Guidobaldo ; y el que se halla al lado del Arquímedes es el re-
trato del duque Federico 11 de Mantúa. Para concluir, el que acom-
paña á Rafael es su adorado maestro Perugino. :
RAFAEL 267
Desgraciadamente me falta tiempo para explicar todos los grupos
y figuras, por los cuales Rafael logró brillantemente representar el
desarrollo del saber incompleto hasta el saber universal. Mas no debo
dejar de llamaros la atención sobre la manera ingeniosa, como Rafael
representó á Diógenes, colocándole en las gradas y completamente
separado de todos los grupos excitados. Sin tomarse interés por nin-
guna de las disputas que se desarrollan en sus inmediaciones, lee el
sabio misántropo tranquilamente un libro. Es enteramente el hombre
á quien Alejandro el Grande no pudo hacerle otro bien, que quitarse
del sol.
Las otras dos paredes de la Stanza della Segnatura están inte-
rrumpidas por grandes ventanas, lo que impidió que Rafael desarro-
11ó libremente sus ideas artísticas. Á pesar de eso logró crear obras
espléndidas. Por desgracia no puedo mostraros los frescos de la pri-
mera de esas paredes, los que representan diferentes actos de justicia.
En la otra pared pintó Rafael el Parnaso, cuadro cuyo sentido se
comprende más fácil, que el de los dos anteriores. Lleno de atrac-
tivo poético representa el ilimitado y sublime placer de la vida.
Todos los representados están escuchando con toda su alma, hasta
en éxtasis, la música de Apolo, que está sentado bajo árboles de lau-
rel. No toca la lira, sino el violín, que corresponde mejor con los sen-
timientos de la época, y el del mismo artista, á pesar de que no se
aviene con el carácter de los tiempos antiguos. Mas la impresión de
los sonidos del violín sobre el alma humana es más poderosa, que la
de la lira y ésto fué aquí lo principal. Además tuvo Rafael que dis-
tinguir á Apolo de todas las demás figuras, y ya encontramos liras en
las manos de una de las musas y en las de Sato.
Alrededor de Apolo forman las musas un grupo concentrado. Á la
izquierda veis la magnífica figura del ciego Homero, quien está tan
entusiasmado con la música de Apolo, que entona un canto, que un
adolescente apunta en seguida, para transmitirlo á la posteridad. De-
trás de Homero véis al Dante y Virgilio, en el grupo delantero á Pe-
trarca y Safo, al otro lado Pindar y Horacio. En las demás figuras
representaba Rafael célebres contemporáneos, que no se pueden reco-
nocer con seguridad, excepto Ariosto, que fué el mejor amigo del ar-
tista y sin duda tuvo la mayor influencia en el desarrollo espiritual
de los frescos.
Debajo del cuadro del Parnaso pintó Rafael otros, que figuran dos
acontecimientos de la historia romana de importancia para la iglesia.
En 1511 acabó Rafael los trabajos dela Stanza della Segnatuwra.
268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Poco antes el papa ya había hecho destruir los frescos, que habían
pintado otros artistas en el aposento vecino, para que los adornase
Rafael.
Más el Pontífice no ha visto la obra terminada, pues murió en 1513.
Antes de mostraros los frescos, que ejecutó Rafael en este aposen-
to, quiero hablaros de los cuadros, que pintó simultáneamente con los
frescos de la Stanza della Segnatura.
En primer lugar se trata otra vez de numerosos cuadros de Ma-
dona.
El artista logra cada vez más el efecto eclesiástico, sin dejarse in-
fluenciar de la tradición medioeval.
Tenéis á la vista La Madona con la diadema, que conserva el Louvre
de París. En el fondo se extienden los montes sabinos y delante de
ellos observais una ruina romana y pintoresca. María, que por la dia-
dema esta caracterizada como reina del cielo, contempla pensativa-
mente al Niño Dios que duerme. En su cara se expresan los senti-
mientos maternales y el presagio de sus futuros dolores.
También la célebre Madona de Loreto, que antes de su desapari-
ción se hallaba en la iglesia de los peregrinos en Loreto, ejecutó Ra-
fael en este tiempo. De este cuadro dice el historiador Vasari: « La
belleza del Niño Dios es tan extraordinaria, que no se puede dudar
de su origen celestial. Las facciones de su cara y todos los miembros
de su cuerpo prueban de un modo incontestable, que se trata del ver-
dadero hijo de Dios. »
Estas palabras reflejan claramente los sentimientos de aquellos
tiempos.
Como los antiguos griegos querían ver representados á sus Dio-
ses, dotados de una belleza sobrehumana y perfecta, así lo querían
también los hombres del Renacimiento italiano, que fueron por entero
dominados por el gusto antiguo.
De los otros cuadros de Madona, que pintó Rafael en este tiempo,
os muestro la Madona del amor divino, que adorna el Museo de Ná-
poles. En esta obra es el efecto eclesiástico enteramente independien-
te de la tradición medioeval. El artista ha logrado unir el realismo y
"el idealismo. La figura principal del Niño Dios es una creación rea-
lista de completa perfección, mientras que el idealismo del arte cris-
tiano de la edad media se refleja en las figuras de María é Isabel y la
del Niño Juan. Este último se ha arrodillado, lleno de devoción de-
lante del Niño Dios, que le bendice de un modo infantil y ayudado por
Isabel, la cual apoya el bracito levantado. María está sumida en la de-
RAFAEL 269
voción, pero no tiene el aspecto de una monja, sino de una hermosa
romana.
El desarrollo del arte de Rafael desde su primera Madona hasta la
que tenéis á la vista no puedo explicároslo más claro que por medio
de la exposición repetida de la Madona con los dos Santos, que an-
tes ya habéis visto.
De qué manera admirable ha sabido librarse el artista de las vallas
de la tradición medioeval !
El mismo Niño Dios como en el cuadro anterior lo volvemos á encon-
trar en el de La Madona de la casa Alba, que posee la Galería de San
Petersburgo. El Niño Dios en medio de sus juegos infantiles quiere
apropiarse de la cruz, que tiene el Niño Juan en las manos, y María
proyecta una mirada, llena de pensamientos dolorosos sobre esta cruz
ignominiosa. Admirablemente concentrado es el efecto del grupo por
la postura de la mano derecha de María sobre la espalda del Niño
Juan, y de extraordinaria belleza es el detalle de los pliegos del ves-
tido. Este cuadro pertenece á las obras más armoniosas, que ha pro-
ducido el arte. Á pesar de eso no alcanzó tanta popularidad como el
cuadro que Rafael creó después: La Virgen de la silla.
En este cuadro se hace resaltar más aun la homogeneidad de la ma-
dre y del niño, que ya se expresó en forma tan atractiva en la Ma-
dona de la casa Tempi, que os mostré antes.
Á pesar de que María lleva el vestido mundano y pintoresco de
una romana, y á pesar tambien de que la expresión y el movimiento
del Niño Dios son realistas en sumo grado, se nota en seguida que se
trata aquí de una Madona.
El realismo de la escena representada no impidió que este cuadro
fuese pronto el cuadro favorito de todos los católicos piadosos. Su
efecto sobre el alma humana es una espléndida prueba del gran valor
moral de la pura belleza en el arte.
Supongo que conoceis la leyenda de esta obra. Se refiere que Ra-
fael encontró casualmente en la calle 4 una mujer, que tenía en sus
brazos á su niño. El aspecto le entusiasmó en tal alto grado, que so-
bre la tapa de un barril que tenía á mano bosquejó el grupo.
No falta á esta leyenda la apariencia de la probabilidad ; no sola-
mente á causa de la forma redonda del cuadro, sino particularmente
por la impresión natural que produce el grupo.
Seguramente ha cambiado Rafael muchos detalles y cosas secun-
darias, pero la composición del mismo grupo lo ha dejado tal cual lo
había visto.
270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Prueba de ello es que el artista no hace de ninguna manera el en-
sayo de poner el grupo en relación con el Niño Juan, que veis en el
fondo, y que no tiene más objeto que el de perfeccionar el efecto fi-
gurativo del cuadro. El origen casual de la Virgen de la Silla muestra
la genialidad de Rafael en la luz más brillante.
¡Cuántas veces de seguro ya había visto en las calles de Florencia
y Roma á mujeres del pueblo, que llevaban en sus brazos á sus
niños!
Sin embargo, jamás le servían las impresiones recibidas como mo-
delos directos de sus cuadros de Madona. Aquí, en cambio, había
reconocido inmediatamente la forma completa, por la cual podía ex-
citar la devoción más elevada del cristiano.
Después de esta Madona pintó Rafael dos grandes cuadros de al-
tar, que se distinguen por una solemnidad religiosa y extraordinaria-
mente seria. Todavía hoy elevan estas obras maestras por su gran
belleza el alma humana.
El primero de los dos cuadros es la Madona de Foligno, que había
encargado al artista el camarlengo papal Sigismondo de Conti de Fo-
ligno.
En el fondo del cuadro ha caído una bomba en la ciudad de Folig-
no, la que desgraciadamente no podéis ver en ésta proyección insuíi-
ciente. Puede reconocerse en cambio el arco-iris que se levanta sobre
la ciudad como seña celestial de la paz. Sobre las nubes está sentada
en el trono la figura magnífica de María, que lleva en sus brazos al
Niño Dios, el cual procura descender de su seno para anunciar al
donante del cuadro, que está arrodillado, el cumplimiento de sus sú-
plicas al cielo. Al lado del donante veis á San Jerónimo, que le reco-
mienda á la gracia de Dios. En el lado opuesto, en cambio, observáis
á San Juan Bautista, que se dirige al contemplador del cuadro de un
modo, que parece decir, que para Cristo no hay nada imposible, si
los hombres creyesen en él. Al lado de este santo se ha arrodillado
San Francisco. Esta figura es una de las más bellas creaciones de
Rafael, y la insuperable representación de fervor religioso más pro-
fundo. Otra creación espléndida es la figura del angelito que está de
pie en el centro del cuadro, llevando una tabla. En popularidad supe-
ran á este angelito sólo los dos otros de la Madona Sixtina.
El segundo de los dos mencionados cuadros de altar se llama La
Madona del Pez, que pertenece al Museo del Prado en Madrid.
Fué pintado para la iglesia de Santo Domingo en Nápoles.
Sin duda alguna fué donada esta obra en seña de agradecimiento
RAFAEL 271
por la curación de una enfermedad á la vista, ó como súplica de una
curación, pues á la izquierda veis al jóven Tobías, que lleva en su
mano el pez, con cuya hiel quiere curar la ceguedad de su padre. Un
angel ha conducido al joven, que es la expresión insuperable de mo-
destia tardía á las gradas del trono de María, en cuyo lado está de
pie San Jerónimo, traductor de la biblia. El movimiento del Niño
Dios no deja duda de que sea cumplida la súplica.
No quiero dejar de mostraros aún un cuadro que conserva la Ga-
lería Nacional de Londres: la Madona con los candeleros. No perte-
nece á las obras célebres de Rafael, sin embargo es de gran belleza.
En este tiempo asaltaban tantas ideas al artista, que no le fué po-
sible representarlas, á pesar del creciente número de discípulos. Le
faltaba hasta el tiempo para sólo bosquejar las impresiones instantá-
neas de su fantasía.
Entonces se puso Marco Antonio Raimondi á su servicio. Este fué
el más célebre grabador de aquella época y había grabado hasta en-
tonces las obras del más grande pintor del Renacimiento alemán, Al-
berto Durero.
Aquel eximio grabador sabía ejecutar por medio de indicaciones y
bosquejos superficiales las ideas artísticas de Rafael.
Las dos primeras estampas, que producían admiración general fue-
ron La Muerte de Lucrecia y La Matanza de los inocentes en Belén.
Esta última tenéis á la vista.
Las figuras son en parte casi dignas de Miguel Angel. Sobre todo
la del hombre desnudo á la derecha, que ha levantado la espada, para
matar á un niño, que quiere arrancar de los brazos de su madre en
fuga.
Grandiosa en el efecto es también la mujer, que en el centro del
cuadro huye á lo incierto, sin ser perseguida, sino sólo empujada por
su gran temor.
Rafael sabía representar en esta estampa con gran belleza una de
las escenas más repugnantes de la historia universal, pues el mismo
cuadro no contiene nada que repela óque horrorice. La belleza de los
cuerpos y de la composición figurativa domina sobre la idea; más á
pesar de eso se halla el contemplador, á causa de la perfección psico-
lógica de todas las escenas bajo la plena impresión de la grandiosidad
trágica del momento.
Ahora tenemos que ocuparnos nuevamente con las pinturas de
las estancias en el vaticano. Primero con la Stanza d* Eliodoro ; como
se llama este aposento á causa de su cuadro principal.
272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Mientras que las pinturas de la Stanza della Segnatura represen-
tan la vida intelectual de la época del Renacimiento, se trata aquí de
la glorificación del poder de la iglesia.
El ya mencionado cuadro principal representa La expulsión del
general súrio Eliodoro del templo de Jerusalén; es decir, una idea,
sacada del antiguo testamento.
La figura más magnífica es la del jinete enojado que ha descendido
del cielo y cuyo caballo amenaza aplastar á Eliodoro, que asustado
ha caído al suelo. También los dos jóvenes, que flotan en el aire á su
lado y que castigan á los intrusos con varas, son figuras grandiosas
por su movimiento plástico.
Una obra maestra de la psicologia es el grupo de la gente del pue-
blo, que llenas de sorpresa presencian el milagro celestial, mientras
que el pontífice judío está suplicando la ayuda del cielo, sin darse
cuenta que su oración ya se ha cumplido.
El sentido alegórico del cuadro nos lo explica el grupo al lado de-
recho. Allí está retratado el papa Julio 11, sentado en su silla gesta-
toria y observando el acontecimiento milagroso en el templo. Rafael
representó por este grupo el deseo ardiente del pontífice, que fuesen
expulsados de Italia los franceses odiosos de la misma manera que el
caballero celestial del cuadro expulsa á Eliodóro.
En el grupo observamos todavía otros retratos históricos. El hom-
bre á la izquierda es el secretario privado del papa, el portador de
silla á su lado es el gran pintor alemán Alberto Durero, que estaba
ligado por estrecha amistad con Rafael, y el otro portador es el gra-
bador Marco Antonio Raimondi.
Mientras que aquel cuadro representa el triunfo del poder celestial
sobre el poder profano, glorifica el segundo cuadro de la Stanza
d' Eliodoro el triunfo de la doctrina cristiana sobre las dudas hu-
manas.
Esta obra se llama La Misa de Bólsena.
La idea ha sido sacada de una leyenda religiosa.
Un sacerdote bohemio había dudado de la presencia de Cristo en
el Sacro Sacramento. Cuando un buen día en Bólsena dijo misa, se
mostraron sobre la hostia manchas de sangre, como seña celestial de
la transformación, y por este milagro se convenció el sacerdote in-
crédulo de la verdad de la doctrina cristiana.
En el cuadro veis al sacerdote, profundamente sorprendido por el
milagro, mientras que el papa frente á él está tranquilamente rezan-
do, dominado de la convicción intangible de su fe.
RAFAEL 273
El cuadro que corresponde con éste último es La liberación de San
Pedro de la cárcel.
Veis el momento en que el ángel rompe las cadenas del santo, mien-
tras que los guardias duermen en la escalera.
En frente del cuadro de La expulsión de Eleodoro se halla La expul-
sión de Atila.
Esta obra representa la salvación de Roma del peligro de los hu-
NOS.
El papa León I ha salido por la puerta de la ciudad para conmover
el corazón del temido rey de los hunos por súplicas y la palabra de
Dios, esperando que así Roma fuese salvada de la destrucción.
Los ruegos del papa tuvieron éxito : mientras la historia universal
dice que Atila se retiró de Roma por falta de víveres y por temor del
caliente verano italiano, dice la historia de la iglesia que el rey fué
obligado á ello por la visión de San Pedro y San Pablo que le apare-
cieron durante las negociaciones con el pontífice.
Este momento está representado por Rafael en el cuadro. Del cielo
descienden los dos poderosos apóstoles, armados con espadas desnu-
das. Atila se inclina hacia atrás sobre su caballo, asustado por el
milagro, mientras que sus tropas no ven nada de esta aparición, espe-
rando con ansiedad el ataque á la ciudad.
El cuadro fué acabado después de la muerte de Julio II y con éste
motivo lleva el papa León I en el cuadro las facciones de León X,
que sucedió á Julio LL.
En el cielo raso de la Stanza d* Eliodoro, que tiene una decoración
ornamental muy rica, representó Rafael además cuatro escenas del
Nuevo Testamento:
El sacrificio de Isaae, La aparición de Dios en el arbusto ardiendo,
Dios aparece ante Noé y El sueño de Jacob. Estos cuadros ejecutaron
sus discípulos con bosquejos del maestro, bajo la dirección de su mejor
discípulo é íntimo amigo Julie Romano.
La vida de Rafael en estos tiempos fué la de un príncipe. Tenía
un magnífico palacio y un gran cortejo.
Un historiador refiere, que no salia de la casa, sin hacerse acom-
pañar de una docena de sirvientes, que tenían que esperar siempre
sus numerosas órdenes.
Cuando iba á la corte pontificia formaban á lo menos cincuenta
artistas y hombres de ciencia su séquito.
Cada día concurría al vaticano para conferenciar con el papa sobre
la construcción de la Ielesia de San Pedro. Después de la muerte de
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 18
274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Bramante había substituído á este último en la dirección de las obras.
Sus nuevos deberes requerían en muy alto grado la fuerza de Ra-
fael. Infatigablemente estudiaba las formas de la arquitectura del
tiempo antiguo.
Admitió en su casa al Fabio Calvi con quien le ligó amistad ínti-
ma, para que le tradujese al italiano la célebre obra del constructor
antiguo Vitruvio.
Logró despertar el interés del papa por las ruinas de la Roma an-
tigua, de manera que este último prohibió la aplicación de las pie-
dras de los edificios excavados á nuevas construcciones.
El pontífice nombró á Rafael superintendente de todas las excava-
ciones. En este carácter Rafael ha salvado para la posteridad muchos
monumentos clásicos.
Copió un gran número de las ruinas, y Marco Antonio hizo bajo
su dirección grabados con estos dibujos.
Rafael tenía la grandiosa intención de ejecutar una obra, que con-
tenía la reconstrucción de todos los monumentos de la arquitectura
antigua; pero desgraciadamente la muerte impidió la realización de
este proyecto,
Edificó una villa para el cardenal Julio de Medici, que subió más
tarde al trono pontificio con el nombre de Clemente VII. Esta casa
se llama hoy la Villa Madama, refiriéndose al título de su propietaria
ulterior Margarita de Parma, hija de Carlos V.
Cerca de la iglesia de San Pedro construía su más notable obra
arquitectónica: el Palacio para Branconio d Aquila, camarlengo del
papa. Desgraciadamente fué demolido este espléndido edificio, para
conseguir espacio para las arcadas que construía Bernini alrededor
de la plaza delante de la iglesia.
Además trazó Rafael los planos del aristocrático Palacio Pandol-
fini en Florencia, que ejecutó después de su muerte el gran arqui-
tecto Francesco da Sangallo.
En 1514 empezó Rafael las pinturas de la tercera estancia, que
tiene el nombre Stanza dell” Incendio, aludiendo al cuadro más nota-
ble de este recinto : El incendio del Borgo.
El cielo raso de esta sala lo adornan los cuadros de Perugino, que
Rafael se rehusó á destruir. Todos los frescos que Rafael ejecutó
en las paredes representan hechos de Papas, que llevaban el nombre
León.
En el fondo del Incendio del Borgo veis la antigua iglesia de San
Pedro. Algo más adelante aparece en una alta ventana la figura del
RAFAEL 275
Papa León VI. Ha levantado su mano para echar la bendición, por
la cual, según la leyenda, se apagó el incendio. Delante de la ven-
tana veis un magnífico grupo de hombres, que suplican la ayuda del
Papa. La figura más linda y perfecta del cuadro es sin duda aleuna
el adolescente, que está descolgándose de la muralla. Examinad tam-
bién el grupo que representa un hombre que da á su mujer por en-
cima de la muralla un niño, y otro que representa á un adolescente,
que salva sobre sus espaldas á su padre paralítico. No menos gran-
dioso es el grupo de las mujeres, que transportan cántaros de agua.
En el mismo grado como á Rafael había servido antes el cartón de
Miguel Angel para sus estudios, así sirvió este cuadro del Incendio
del Borgo á sus discípulos como modelo.
Siento no poderos presentar una proyección del segundo de los
frescos: La Batalla de Ostia. Representa la victoria de León IV sobre
los sarracenos en el año 849. Pero por lo menos puedo mostraros un
estudio de la naturaleza, que hizo Rafael para este cuadro y que es
uno de los mejores dibujos que se han conservado. Lo regaló á su
amigo alemán Alberto Durero, en 1515, como podéis leer sobre el
cartón.
El tercero de los frescos representa el juramento voluntario del
Papa León HI en el año 500 para purificarse delante de Carlomagno
de acusaciones calumniosas, no reconociendo á un juez humano.
Lo que hizo Rafael al mismo tiempo con las pinturas mencionadas
y la dirección de la obra de San Pedro es tanto, que se debe aceptar
que la mayor parte de los trabajos en esta estancia han sido ejecu-
tados por sus discípulos. Sin embargo, respiran todos su ingenio y
su incomparable fuerza creadora.
En primer lugar se ocupó con trabajos destinados á Agostino
Chigi, para quien ya había hecho en el curso del tiempo varios bos-
quejos de obras menos importantes. Entre esos trabajos adquirió
cierta celebridad el plano de una grandiosa caballeriza. Cuando esta
última quedó concluída dió en ella Chigi una fiesta al Papa, catorce
cardenales y numerosos embajadores del extranjero, con una suntuo-
sidad extraordinaria, antes de hacer introducir su centenar de caba-
llos enjaezados de oro.
Más célebre fué el nombre de Chigi por las pinturas, que ejecutó
Rafael en su villa en la barranca del Yanículo. Por haber sido más
tarde esta villa propiedad de la casa de los Farnese, se la llama aún
hoy Villa Farnesina.
Primero pintó Rafael allí El triunfo de la Galatea.
276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
La reservada querida del cíclope Polifem está rodeada de ninfas
y tritones, y está embarcada en una concha, arrastrada por delfines,
mientras que desde el cielo dioses del amor la amenazan con flechas.
Al mismo tiempo encargó Chigi á Rafael un gran cuadro que debía
colocarse encima de la entrada de una capilla lateral de la iglesia
Santa María della Pace. Este cuadro representa las sibilas y los pro-
fetas. Aquí mostró Rafael su gran respeto ante la superioridad de
Miguel Angel, que había representado los mismos profetas y sibilas
en el cielo raso de la Capilla Sixtina. Sabiendo que no podía superar
la grandiosidad profunda de estas figuras se redujo á representarlas
solamente como figuras lindas y armoniosas.
Teneis á la vista las sibilas. Los profetas se hallan en la parte
superior. Además bosquejó Rafael para Chigi la arquitectura de una
capilla en la iglesia Santa María del Populo y dibujó cartones para
los mosaicos de la cúpula de esta última, que fueron ejecutados en Ve-
necia. Bosquejó también las figuras de los profetas Elías y Jonás que
más tarde ejecutó en marmol el gran escultor florentino Lorenzetto.
Estos trabajos interrumpió el Papa, dando á Rafael un nuevo
cargo de extraordinaria importancia.
Debía proyectar los dibujos de los célebres tapices, destinados á,
adornar debajo de los frescos las paredes de la Capilla Sixtina en
las grandes solemnidades eclesiásticas.
Sobre estos tapices tenía Rafael que representar la historia de los
apóstoles, para que formasen la continuación de los frescos de las pa-
redes y del cielo raso, que representan la historia de la creación y de
la vida de Jesucristo.
Los tapices fueron ejecutados en Bruselas de un modo técnicamen-
te perfecto y además dentro de un tiempo increíblemente corto, pues
ya en 1519 adornaron siete de ellos la Capilla Sixtina y los tres res-
tantes llegaron al año siguiente.
Ahora ya no pueden ser usados, á causa de la odisea por que han
parado en el transcurso de los tiempos. Ya un año después de la
muerte de Rafael se vió el papa obligado á empeñarlos por falta de
dinero. Se hallaron después en casi todos los países, hasta que vol-
vieron otra vez al Vaticano, donde se conserva actualmente con
gran piedad los últimos restos. Mas hay varias reproducciones de es-
tos tapices, que fueron ejecutados, poco después de los originales, y
de las cuales se encuentra una colección en el Museo de Berlín. Ade-
más en el Museo de Kensington en Londres se exhiben siete de los
cartones originales.
RAFAEL 217
Aquí tenéis la reproducción del cartón que representa La prédica
de San Pedro en Atenas.
Junto con estas creaciones, pintó Rafael además varios de sus cua-
dros más admirados.
En primer lugar: Jesucristo con la cruz ú cuestas.
Para este cuadro, que pintó con destino al claustro Santa María
dello Sposimo en Palermo, le sirvió como modelo una obra de Alber-
to Durero.
Su destino fué verdaderamente milagroso. El buque, que debía
transportarlo á Sicilia, se hundió y de todo el buque sólo pudo sal-
varse el cajón, que contenía el cuadro de Rafael, que las olas arroja-
ron á la costa. Así vino la obra á la posesión de la ciudad de Génova
y solamente por la intervención del papa ésta la remitió á los monjes
de Palermo.
El historiador Vasari dice de este cuadro, que en muy poco tiempo
fué en Italia más célebre que el Vesubio.
Otro cuadro espléndido posee la Academia de Bolonia: Santa Ce-
cilia.
Esta obra es una insuperable glorificación de la música. Santa Ce-
cilia, que tiene en sus manos un órgano y á cuyos pies se hallan exten-
didos numerosos instrumentos de música está escuchando los sonidos
de cantores celestiales. El efecto tierno es aún elevado por la gran
tranquilidad en la postura de los cuatro santos, que rodean á la figu-
ra principal. Además pintó Rafael un pequeño cuadro, que tiene un
eran efecto atractivo por sus colores y composición, y que posee la
Galería Pitti: La Visión de Ezequiel.
Este último, que está arrodillado en la tierra, forma solamente una |
figura subordinada. Gigantesca, en cambio, es la visión que tiene :
Dios, puesto sobre las alas de los animales simbólicos de los evange-
listas y rodeados de ángeles.
Y ahora creó Rafael su cuadro más espléndido: La célebre Madona
Sixtina.
Sabéis, señores, que esta es la pintura más grandiosa, que posee el
mundo. Á pesar de que el precio no aumenta jamás el valor artístico
de un cuadro, no quiero dejar de mencionar, que ha sido tasado en
cinco millones de francos próximamente.
Poca cosa podría deciros sobre este cuadro, porque habla por sí
mismo bastante claro y es demasiado sencillo para permitir una gran-
de explicación.
Se debe uno haber encontrado bajo la poderosa impresión de esta
278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
obra, para comprender, cuan débil es el idioma para expresar los sen-
timientos más profundos del alma. Delante de esta creación divina
no hay sino uno sólo: el silencio.
Con este motivo no quiero perderme en una inútil descripción, sino
limitarme á algunas palabras explicativas.
Entre dos cortinas, que parecen recién recogidas se presenta sobre
nubes María teniendo en sus brazos el Niño Dios. La expresión de su
cara es, en el más amplio sentido de la palabra, sobrehumana. No hay
nada parecido en el arte. Á sus lados se han arrodillado San Sixto y
Santa Bárbara. En la parte inferior veis los dos ángeles más céle-
bres que existen.
Que el efecto sobrehumano de esta Madona es por completo la obra
intelectual del ingenio de Rafael, esto lo prueba un cuadro, que eje-
cutó al mismo tiempo y que es el retrato de una noble romana, Cono-
cido con el nombre Donna Velata.
Si hemos de atenernos á lo que dicen algunos historiadores de arte,
este cuadro representa la querida del artista, si bien no han podido
dar una prueba convincente de ello.
Más probable es, que un cuadro de Sebastiano del Piombo, conoci-
do con el nombre La Fornarina, sea el retrato de esa mujer. La te-
néis á la vista. Sin duda alguna es una pintura de extraordinaria be-
lleza y durante mucho tiempo pasó como obra de Rafael. Sin embar-
go hay también un cuadro del eximio artista, que la curiosidad mira
como un retrato de la mujer, que poseyó el amor del artista univer-
salmente celebrado. También este cuadro se llama La Fornarina.
Sin duda alguna es la mujer retratada menos atractiva que la que
le sirvió de modelo á Sebastiano del Piombo. Á mi juicio creo que es
un poco aventurado, llamar á la representada, sin más ni más, la que-
rida de Rafael sólo porque su brazal de oro lleva la palabra Rafael.
Del gran progreso que representan en el desarrollo del arte del
retrato los cuadros de personalidades pintados por Rafael, os hablé
en la primera parte de mi conferencia. También el retrato de Julio 11
Os hice ver.
Tengo que añadir ahora el retrato del otro Papa, que fué en el
más alto grado protector del artista: me refiero á León X.
Es una representación extraordinariamente ingeniosa del gran
pontífice, en el momento en que levanta su cabeza de un libro, cuyas
figuras ha estado contemplando por medio de un lente.
Detrás de él están dos de sus parientes. Á la izquierda el que fué
más tarde Papa con el nombre de Clemente III.
RAFAEL 279
Otro retrato es el del cardenal Tomaso Imghiramai, secretario pri-
vado y bibliotecario del Papa y conocido como poeta y cantor. Veis
un grueso filólogo, cuya cara está desfigurada por un ojo bizco.
Á pesar de este efecto se observa primero la grandeza intelectual del
retratado y se reconoce inmediatamente que se tiene por delante á
un sabio.
Os hago ver además el retrato del cardenal Aliodosi, que no es me-
nos atrayente que el anterior.
Sin embargo la expresión de los sentimientos nobles del alma
humana no la alcanzó Rafael en ningún otro retrato en un grado
más alto, que en el de su protector y amigo, conde Baldasare de Cas-
tiglione. Es la representación insuperable del cortesano perfecto, que
el gran escritor retrató en palabras en su célebre obra 11 Cortegiano.
La costumbre de aleunos pintores venecianos de retratar á dos
personas en un sólo cuadro, sin ponerlas en relación una con otra,
siguió también Rafael en su cuadro de 10s dos grandes literatos ve-
necianos Navagero y Beazzano.
Desgraciadamente no puedo mostraros el célebre retrato del car-
denal Bibbiena, que conserva la Galería Pitti. Es lástima, porque
éste pertenecía á los amigos más íntimos del artista, á quien quería
casar con su sobrina.
Rafael también se comprometió con ella, no obstante menos por
gran amor, que para cumplir los deseos ardientes de su amigo y pro-
tector. Mas la novia murió antes del casamiento y Rafael después
de su muerte resolvió no casarse jamás y aceptar la púrpura de car-
denal, que le ofreció el Papa y que no llegó á recibir á consecuencia
de su muerte inesperada.
Para el cardenal Bibbiena pintó además los adornos en estilo anti-
guo, que hicieron célebre su cuarto de baño en el Vaticano.
El último retrato que ejecutó Rafael fué el de Juana de Aragón,
esposa del condestable de Nápoles. Más sólo la cara y las manos son
de él, mientras que lo demás es obra de Julio Romano, que daba aquí
una prueba de su gusto excelente. Este cuadro fué encargo del rey
de Francia.
En 1518 empezó Rafael dos nuevas obras monumentales, á pesar
de que le ocuparon al mismo tiempo las pinturas de las estancias.
La primera la constituyen las célebres Logias del Vaticano ; la se-
gunda la no menos célebre Sala de Psiquis de la Villa Chigi, co-
nocida hoy con el nombre de Villa Farnese.
Las logias rodean en todos los pisos del Vaticano el gran Patio de
280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Dámaso. Julio II deseaba que la parte que se halla delante de las
estancias fuese embellecida con adornos artísticos, dignos de estos
aposentos, y Rafael creó las ya mencionadas pinturas grotescas, de
las cuales tenéis un recorte á la vista.
Ejecutadas han sido estas decoraciones por sus discípulos, cuyo
número alcanzó en este tiempo la cúspide.
Se trataba de una obra colosal, pues el artista tenía que adornar
trece cúpulas y los correspondientes pilares y paredes. Cada cúpula
contiene cuatro grandes cuadros de escenas bíblicas, y los cincuenta
y dos cuadros juntos son conocidos con el nombre La Biblia de
Rafael. Tenéis á la vista el cuadro que representa La caída de
Adán.
El valor artístico de los cincuenta y dos cuadros es naturalmente
muy diferente, porque no todos los discípulos de Rafael fueron talen-
tos tan fuertes como Julio Romano; sin embargo respira la obra
completa el ingenio superior de un solo artista.
En la gran sala de la Villa Chigi, que da al jardín, representó
Rafael la conocida leyenda de Amor y Psiquis, que nos refirió el
célebre poeta latino Apuleyo. Es, como sabéis, la fábula mitológica
del alma y del amor. En las catorce bóvedas ojivales, orladas con
guirlandas de flores y frutas, pintó grandes figuras sobre un fondo
celeste. Os muestro el último de los cuadros, que representa como
Mercurio lleva á Psiquis de la tierra al Olimpo, después de la súplica
que Amor hizo á Júpiter para que la perdonase.
En el cielo raso de la sala pintó Rafael dos grandes frescos. El
primero representa de qué modo Júpiter en una asamblea solemne
de todos los dioses, arregla la desavenencia entre Venus y Amor
y como Psiquis recibe la bebida de la inmortalidad; y el otro
cuadro representa la fiesta del casamiento de Amor y Psiquis en el
Olimpo.
Apenas había Rafael acabado las logias en el Vaticano, cuando el
Papa ya le encargó otra obra magna. Debía hacer los bosquejos de
frescos para el castillo La Magliana que poseía el Papa en la cam-
paña. Además ejecutó el artista los bosquejos de unos ciento veinte
vasos de mayólica, de varios trabajos de ebanistería, de numerosos
cuños de moneda y de adornos decorativos para una fiesta carnava-
lesca en el Vaticano.
Al mismo tiempo ya se preparó una nueva sala de las Estancias,
para que la adornase con frescos, y á pesar de eso pidió el insaciable
papa dos grandes cuadros de altar, que fuesen pintados por el mismo
RAFAEL 281
artista sin ayuda de sus discípulos, para regalarlos á los reyes de
Francia.
Cada día iba el pontífice al estudio del maestro, para apurarlo.
Apenas concluídos hizo cargar los cuadros sobre mulas y transpor-
tarlos á Fontainebleau.
Actualmente están en el Louvre.
La primera de estas obras representa á un hermoso adolescente en
una armadura antigua, que mata con una lanza á Satanás. Es San
Miguel.
La segunda es la llamada Grande Sacra Familia.
Para Felipe IV pintó Rafael después otra Sacra Familia, denomi-
nada La Perla, porque el rey la llamaba la perla de su galería. Este
cuadro es de gran hermosura, sin embargo, pertenece tocante á su
colorido á las obras menos perfectas de Rafael. La misma deficiencia
tiene, á pesar de su efecto poderoso el cuadro de la Visitación de la
María Santísima, que también se halla en Madrid.
Para el completo despliegue de todas sus pasiones artísticas le da-
ban ahora ocasión los trabajos en la cuarta Estancia.
Allí tenía que glorificar en las paredes la vida de Constantino.
El cuadro principal debía ser la Batalla de Maxencio.
Rafael hizo los bosquejos para esta obra y Julio Romano la eje-
cutó.
Lo que tenéis á la vista es el grupo central del cuadro con la mag-
nífica figura de jinete de Constantino. Esta obra principal, á que
agradece la sala la denominación Stanza de Constantino, fué acabado
en vida de Rafael, los demás, en cambio, después de su muerte por
sus discípulos.
Sin embargo, la fuerza artística de éstos se había apagado con el
último hálito de su eximio maestro.
Los bosquejos que dejó el artista, no les bastaron para la conclu-
sión de los frescos en un modo que hubiera sido digno de su memo-
ria. En todas partes les faltaba la dirección por su ingenio sobrehu-
mano.
Y ahora llego al último cuadro, que ejecutó Rafael y que pintó por
encargo de Julio de Medici para la iglesia de Narbona.
Al mismo tiempo este príncipe encargó también á Sebastiano del
Piombo una obra y Rafael se sirvió de todas sus fuerzas artísticas,
para no quedar vencido por su rival, cuyo nombre ya se citaba al
lado del suyo.
La victoria de Rafael fué brillante.
282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Había hecho para el cuadro muchísimos estudios de la naturaleza
y renunciado lo más posible á la ayuda de sus discípulos. Así creó la
espléndida obra que se llama La Transfiguración de Oristo.
En este cuadro logra Rafael espléndidamente unir dos aconteci-
mientos que ocurrieron en el mismo tiempo pero en diferentes lu-
gares.
En la cima del monte Tabor ha ascendido al cielo la figura del Sal-
vador, mientras que á sus lados han aparecido Elías y Moisés.
Los tres discípulos que acompañaron al Mesías en su camino, han
caído al suelo aplastados por el esplendor y el milagro inesperado.
Esta escena forma la parte superior del cuadro. La inferior, en
cambio, representa : la gente llevan á los nueve discípulos, que que-
daron atrás, al muchacho lunático.
Los discípulos no podían ayudar á los desesperados padres, sin re-
currir á su maestro, como ya lo sabéis de la leyenda bíblica.
El momento en que uno de los discípulos dice, que sólo Cristo pu-
diera realizar el milagro de la curación representa Rafael ingeniosa-
mente, dejándole mostrar con su mano extendida la figuración del
Salvador, que se ocurría al mismo tiempo lejos de ellos.
Rafael murió en 1520 después de una breve enfermedad, como di-
cen, por culpa de los médicos que lo sangraron con exceso para apla-
car su fiebre sin tomar en consideración la gran postración en que se
hallaba.
La obra de la ZTransfiguración de Cristo fué colocada detrás de su
ataud, cuando su cadáver fué expuesto, para que sus amigos pudie-
sen consagrarle las últimas lágrimas.
No puedo concluir mi conferencia mejor que con las palabras, que
escribió al fin de su biografía del eximio maestro el ya frecuentemen-
te mencionado historiador de arte, Vasari, y que son:
«Su cuerpo recibió un entierro, digno de su grandeza artística y de
sunoble alma. No habíaen toda la Roma ningún artista, que no llorase
amargamente por su muerte y acompañara su cadáver. Gran tristeza
embargó también toda la corte pontificia, pues el papa le había ama-
do tanto, que su pérdida le hizo llorar durante largo tiempo. Feliz
ingenio, cada uno habla con el más grande gusto de todas tus accio-
nes y de las obras que has dejado.
«Es nuestro deber el de asegurarte por palabras una memoria
honorable. Ningún ingenio se considera capaz de alcanzarte nunca.
«Todos los artistas, no solamente los de ascendencia. sencilla, sino
también los más distinguidos, estaban de acuerdo, cuando trabajaron
RAFAEL : 283
bajo tu dirección. Cada capricho perdieron, cuando te vieron. Cada
pensamiento vulgar desapareció de su alma. Una concordia tan gene-
ral existió solamente en tu tiempo. Eso proviene de que todos fueron
vencidos por tu arte y tu amabilidad y todavía más por el poder de tu
hermosa alma, que fué tan sublime, que no solamente los hombres,
sino hasta los animales se sentían atraídos por ella.
«El que en el arte se sirva de tí como modelo será honrado en el
mundo, y el que tenga tu virtud será recompensado en el cielo. »
JUAN D. WARNKEN.
Octubre 28 de 1907.
LA INFLUENCIA
DE LA
RADIOACTIVIDAD EN LOS FENÓMENOS METEOROLÓGICOS
CONFERENCIA DADA POR EL DOCTOR JORGE KREUZBERG
Antes de iniciar el tema será necesario exponer en pocas palabras
las principales cualidades de la radioactividad en general; pues tengo
que basarme en dichas cualidades. Ya se ha dado en esta sociedad
una conferencia sobre la radioactividad en general. Pero como hace
tanto tiempo no puedo suponer que han retenido todo en la memoria
lo que explicó de una manera brillante y clarísima el doctor Schaefer.
Por otra parte, los conocimientos en el ramo han progresado.
Pocos descubrimientos en física, han llamado tanto la atención
como el descubrimiento de la radioactividad porque parecía conmover
una de las dos columnas fundamentales de las ciencias naturales: la
ley de la conservación de la energía.
La otra columna es la ley de la conservación de la materia. La ley
de la conservación de la energía dice que la energía nunca puede en-
eendrarse por sí sola, sino que se produce siempre á expensas de otra
energía, por transformación.
Los cuerpos radioactivos parecían desprender de por sí enormes
cantidades de energía de una manera continua.
Ahora sabemos que los cuerpos radioactivos no modifican la ley
de la conservación de la energía. Se conoce la fuente de donde toman
la energía :
Dichas substancias son elementos en sentido químico, que 'se encuen-
tran en transformación, la cual se verifica por explosiones de los átomos.
RADIOACTIVIDAD EN LOS FENÓMENOS METEOROLÓGICOS 285
He aquí la enumeración de las transformaciones según Soddy. Lo
que significan los tiempos agregados, lo explicaremos más tarde.
Ur a 500.000.000 años
ULA 32 días
RATO e ao. 1885 años
Emanación del radio (gas).
Radio A
5,3 días
264 segundos
RAMO 37 minutos
RANA a. 27,5 minutos
RA A o 60 años
RIO A A ALE, 8,7 años
BOLO MO e a a us 207 días
MO A aos, 2.000.000.000 años
Radioborio........o............ 2 menos de 1000 años
MOTO LAA de ode lio, 5,3 días
Emanación del torio (gas)
Torio A
87 segundos
16 horas
AI a. 80 minutos
A A A ? menos de 100 años
IO e E o ias 16,8
Emanación del actinio (gas).... 5,1 segundos
INQBDIO dl oa eleaaló bra cb Solo ANA 52 minutos
IM e a do y AN 3,1 minutos
Es claro que, cuando un cuerpo sufre una explosión esta se veri-
fica bajo manifestaciones de energía. En general se produce calor y
luz. La explosión está acompañada, en los cuerpos visibles, por deto-
naciones que estriban en una producción de rayos acústicos. Trozos
de cuerpo estallado son lanzados con violencia.
Con manifestaciones semejantes se verifican las explosiones de los
átomos : los cuerpos sufren un aumento de temperatura, llegan á bri-
lar (el radio), además, emiten rayos, que en parte son verdaderos ra-
yos Roentgen, en parte rayos que consisten en las partículas lanza-
das de los átomos. Para comprobar la semejanza de los efectos de los
rayos radioactivos y de los rayos Roentgen podemos hacer el siguien-
te experimento : impresionamos, mediante rayos radioactivos, una
pantalla fluorescente Ó una placa fotográfica á través de cuerpos
Opacos.
Los rayos radioactivos ejercen el mismo efecto de ¿onización que
los rayos Roentgen sobre el medio ambiente, que es generalmente el
aire; es decir, destrozan las moléculas del aire, hasta cierta distancia
286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
separándolas en dos partes eléctricas, que se llaman ¿ones. La forma-
ción de iones tiene por efecto que el aire, que generalmente es un
aislador para la electricidad, se vuelve conductor para la misma. Este
efecto se comprueba fácilmente por este experimento : acercando á un
electroscopio cargado una preparación de radio, las hojas divergentes
caen en seguida, lo mismo que si se producen á cierta distancia del
electroscopio rayos Roentgen.
Dicha ¡ionización del ambiente es la prueba más sensible de la pre-
sencia de una substancia radioactiva.
Cantidades tan mínimas que ya no pueden pesarse, cuya existencia
ni siquiera se comprueba por el análisis espectral, se dan á conocer
todavía mediante la ionización del ambiente. Además se usa la inten-
sidad de la ionización para medir la intensidad de la radioactividad.
En la lista arriba indicada los tiempos agregados significan la edad
media de los átomos del cuerpo correspondiente. Se ha calculado que
por ejemplo, un átomo de radio, por término medio, tiene 1885 años
de vida antes de estallar, es decir, que cierta cantidad del radio en
1885 años disminuirá la intensidad de su radioactividad en la mitad.
Pues no durará, como se creía antes, eternamente. La emanación del
radio disminuirá sus efectos en la mitad ya después de 5,3 días, etc.
II
Llegamos á la segunda parte. En esta parte nos proponemos expli-
car la propagación de las substancias radioactivas en la tierra.
Todos ustedes saben que es imposible aislar por completo una
carga eléctrica. Aunque sean perfectos los apoyos, siempre escapa
poco á poco la electricidad por el aire. Es un antiguo problema, ave-
riguar la causa de este fenómeno. Ya Coulomb, el célebre electricista
francés, se ocupó en la solución del problema. Durante más de un
siglo, los físicos trataron infructuosamente de averiguar la causa del
escape de la electricidad en el aire.
Unos creyeron que es la humedad en el aire, y esta opinión está
todavía muy generalizada, OtLOS, que es el polvo; otros, que las mo-
léculas puras son capaces de cargarse poco á poco con electricidad y
descargar así el aparato.
Pero no se llegó á resultados satisfactorios hasta fines del siglo
pasado.
RADIOACTIVIDAD EN LOS FENÓMENOS METEOROLÓGICOS 287
En 1899, tres años después del descubrimiento de la radioactivi-
dad por Becauerel, los dos físicos Elster y Geitel consiguieron de-
mostrar, que, casi exclusivamente, las substancias radioactivas son
la causa de la conductibilidad del aire. Demostraron que la humedad
y el polvo en el aire casi no influyen en la conductibilidad á lo menos
no aumertándola sino más bien la disminuyen un poco.
La conductibilidad del aire depende del lugar; es decir, de la ma-
teria del suelo. En las cavidades de la tierra, en los Zzótanos de las
casas la conductibilidad es muy grande.
El aire cerca de los volcanes es muy conductor. El aire que se as-
pira desde el suelo, que está en los pozos de la tierra, es muy con-
ductor. Observaron que cerca de las fuentes que emanan de grandes
profundidades, como las fuentes termales, el aire es muy conductor;
y consiguieron demostrar directamente que la tierra en todas partes
contiene cantidades pequeñísimas de substancias radioactivas, sobre
todo del radio mismo, y que el aire está mezclado en todas partes con
cantidades pequenñísimas de gases radioactivos que se desprenden de
las substancias sólidas radioactivas del suelo. Se trata en especial de
la emanación del radio mismo.
TIT
1. EL CALOR PROPIO DE LA TIERRA
Llegamos á la última parte. Hemos visto que hay substancias ra-
dioactivas en todas partes de la tierra. Se puede calcular próxima-
mente cuánto calor se produce en el interior de la tierra mediante el
calor que la tierra emite hacia el universo. Se puede apreciar también
próximamente cuánto calor desprenden las substancias radioactivas,
conociendo su concentración, y resulta de la comparación de los nú-
meros que las substancias radioactivas alcanzan para suministrar el
calor propio de la tierra. Hasta la tierra debería estar más caliente,
especialmente, porque en las profundidades las substancias radioacti-
vas parecen mucho más concentradas que en la superficie, de manera
que hay causas desconocidas por las cuales grandes cantidades de
calor son absorbidas (1).
(1) Unos creen, que dicha pérdida de calor sea debida á una reconstitución
288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
2. LA CARGA ELÉCTRICA DE LA TIERRA
La tierra tiene siempre una carga eléctrica negativa, mientras la
atmósfera es positiva.
Nosotros no nos damos cuenta de la electricidad de la tierra, de la
cual participamos; pues la electricidad se manifiesta solamente si se
presenta en diferentes grados (diferentes potenciales). ¿ Dónde está
la fuente de dicha electricidad ?
El físico Ebert ha dado una teoría satisfactoria, basándose en los
resultados de Elster y Geitel :
Las substancias radioactivas en el suelo ionizan el aire en los po-
zos de la tierra, como hemos visto. Los iones son atraídos por la subs-
tancia de la tierra y en parte absorbidos. Pero es un hecho experi-
mental que los iones negativos son absorbidos con mayor facilidad
por un cuerpo poroso que los iones positivos, lo quese explica por la
menor masa y mayor movilidad de aquellos, así que por ejemplo, ha-
ciendo pasar aire ionizado por un cilindro de arcilla, el cilindro se
carga negativamente. Lo mismo pasa con la tierra: Saliendo el aire
lonizado afuera, por ejemplo, á consecuencia de una depresión atmo-
férica, un número mayor de iones negativos que de positivos se ha
unido con el suelo cargándose así la tierra negativamente.
la)
3. SOBRE LOS METEOROS ACUOSOS.
Todos los meteoros acuosos como las nubes, la niebla, la lluvia son
condensaciones del vapor de agua en el aire. Las nubes y la niebla
están compuestas por gotas de agua líquida que caen con tanta len-
titud, porque el aire opone gran resistencia á su pequeña masa.
La condensación se verifica bajo la condición de que el aire esté
saturado con vapor de agua; pero no basta esta condición. El aire
puede sobresaturarse sin formar masa líquida. Se necesita además un
impulso que consiste en la presencia de ciertas partículas, alrededor
de las cuales se forman las gotas.
de elementos, un proceso que, siendo contrario al de la radioactividad, absorbe
calor. Este proceso sería el único observado hasta ahora sobre la composición de
la materia.
BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANO
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Italia
Atti della 1. R. Accad. di Scienze Lettere
ed Arti degli Agiati, Rovereto — Atti della
R. Accad. dei Fisiocritici, Siena. — Riv. Li-
gure, Genova. — Riv. di Artiglieria e Genio,
Roma. — Boll. della Soc. Geografica Italiana,
Roma. — Ann. della Soc. degli Ing. e degli
Architetti, Roma. — «Il Politecnico», Milano.
— Boll. della Soc Zoologica Italiana, Ro-
ma. — Gazz. Chimica Italiana, Roma. — L'E-
lettricitá, Milano. — Boll. Scientifico, Pavia.
— Riv. Italiana di Scienze Naturali e Boll.
del Naturalista (¡ollettore, etc., Siena. — Atti
della Soc. dei Naturalisti, Modena. — Boll.
della Soc. Entomologica Italiana, Firenze. —
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del R. Comtato Geologico d Utalia, Roma. —
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Portici. — Atti della Assoc. Elettrotecnica
Italiana, Roma — Il monitore Tecnico, Mi- ,
lano. — Boll. del R. Orto Botanico, Palermo.
— Commissione Speciale d'Igiene del Muni-
cipio, Roma — Boll. Mensuale dell'Osserva-
torio Centrale del R. Colegio Alberto in
Moncalieri, Torino. — Atti del R. Instituto
d'Incoraggiamento, Napoli. — Accad. delle
Scienze, Torino. — Atti della Soc. Toscana
di Scienze Naturali, Pisa. — Ann. del Museo
Civico di Storia Naturale, Genova. — Osserva-
torio Vaticano, Roma. — Rass. delle Scienze
Geologiche in Italia, Roma. — L'Ingegneria
Ferroviaria, Roma. — Atti della R. Accad.
di Scienze, Lettere ed Arti, Modena.- — Studi
Sassaresi, Sassari. — Riv. Tecnica Italiana,
Roma. — Osservatorio della KR. Universitá,
Torino. — Atti del Collegio degli Ingegneri
e Architetti, Palermo. :
Japon
The Botanical Magazine, Tokyo. — The
Journal. of Geography, Tokyo. — Annota-
tions Zoological Japaness, Tokyo. — The '
Zoological Society, Tokyo.
Méjico
Bol. del Observ. Astronómico Magnético
Metereológico Central, Méjico. — Bol. del
Observ. Nacional, Tacubaya. — An. del Museo
Nacional, Méjico. — La medicina científica,
Méjico. — Memoria y Rev. de la Soc. cientí-
fica, Antonio Alzate. — La Farmacia, Mejico.
— An. del Inst. Médico Nacional, Méjico. —
Bol. del Inst. Geológico, Méjico. y
Natal
Geological Survey of the Colony, Natal.
Paraguay
An. de la Universidad, Asunción.
Portugal
Bol. da Soc. Broteriana, Coimbra. — Jor=
nal da Soc. das Sciencias Médicas, Lisboa. —
Acad. R das Sciencias, Lisboa. — Bol. da
Soc. de Geographia, Lisboa. -- 0 Insttiuto
Rev. Scient. é Litteraria, Coimbra. — Bol.
do Observ. Metereológico é Magnético, Goim-
bra. — Jornal das Sciencias Matemáticas é
Astronómicas, Coimbra. — Bol. do Observ.
da Universidade, Coimbra. — Bol. do Obsery.
Meterológico do Infante Dom Louis. Lisboa.
Perú (Lima)
An. de Minas. — Bol. de la Soc. Geográ-
fica. — La Gaceta Cientifica. — Informacio-
nes y Memorias de la Soc. de Ingenieros del
Perú. — Rev. de Ciencias.
Rumania
Bol. d Soc. Geográfica, — Bucuresci.
Rusia
Soc. de Sciences Expérimentales, Khar-
kow. — Bul. de la Suc. de Geographie,
Helsingfors. — Memoires de la Acad. Imper.
des Sciences, San Petersbourg. — Bull. de
la Soc. Polithécnique, Moscow. — Rev. des
Sciences Mathématiques, Moscow. — La Bi-
blioteca Politecnica, San Petersbourg. — Las
Ciencias Físico Matemáticas en la Actualidad
y en el Porvenir, Moscow. — Soc. pro Fauna
et Flora, Filandia, Helsingfors, Rusia. —
1
e — a de la Soc.
San bala): — Bull, de 1
- de Geographie, San Petershourg
calische Central Observatorium, San Peters-
% burg. — Bull. du Jardin Imper. de Botanique,
Petersburg. — Korrespondensblat de A dE
omite e Geographich Ethnograp
fors O Riga. — Bull.
Géologique, S an Petersburg. — Bull. de la
oc des ES de la Nouvelle Russie,
Odesa. pee
San Salvador.
ben Motercológico y Astronómico, El
Salvador. Et P ,
4
¿ a y Noruega
a .geologisca Underskning, Stoc-
_Kolm. — Bull. of the Geological Inst. Uni-
el of Upsala, Suecia. — Kongl Vetens-
k . Akademiens.
Acad. pa Seiences, :
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Bull. ecotane de la: Suisse e Roma de
sellschaft, Zurich. — Soc. Hevélt ue
Sciences Naturelles, Berna.
Soc. Neufchateloise. de Geographie. | ¡
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Uruguay (Montevideo)
da Moderna. == Rev. de la od
- Rural. — Bol. de la Enseñanza Primaria.
Bol. del Observ. Metercológico, Villa. (
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— NACIONALES.
Buenos Aires
Rev. de la Fac: de Agronomía y Veterina-
a, La Plata — Rey. del Centro Universi-
La Plata. — Bol.
La Plata. —:An. del Museo, La Plata.
ficina Químico Agrícola, La Plata. —
o Observ O MaS Plata. —
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Capital.
ia Año del Círculo Médico Argentino. — Pa
de la Universidad de Buenos Aires. — Ar-
chivos de Criminalogía, M Medicina legal y
Psiquiatria. — Bol. del Inst. Geográfico Ar-
ntino. — Bol. de Estadística. Municipal. —
ARE ie — La Ingeniería. — An.
SiN — Rev. Técnica. — An. de la Soc.
ural Argentina. — An. del Museo Nacional
. Buenos Aires. — Bol. Demográfico Ar-
de la Biblioteca
, gentino. — Rev. de la a Médicas Argenti
— Rev. de la Asociacion Estudiantes de lr
geniería. — Rev. de la Liga. «Agraria. — Revia
Jurídica y de Ciencias Sociales. —2BOL. ¿eA
la Union Industrial. Argentina.
Centro Naval. — El Monitor de La Educacic
y Común. — Enciclopedia Militar.
mana Médica. — Anuario de la Direccion d
a .— Rey. del Círculo Militar,
coronas pS
ol de la Acad, Nac. de Ciencias.
En tre-Kios
: :An, de la Soc. Rural.
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— Anuario Estadístico.
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SUBSCRIPCIONES
5 e
Paris
anales des Ponts et Chaussées. — « Re-
vue ». — Contes Rendus de l'Académie des
sciences. — Annales de Chimie et de. Physi-
— Nouvelles Annales de Mathématiques.
-— «La Nature ». — Nouvelles Annales de la
- Construction (Oppermann). — Reyue Scien-
nee. — Revue de Deux AS
Roma Ea E
- Trattato Generale dell'Arte dell ngegnere q
= -Giornale del: Genio Cleo e
e 8 A Milano
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Londres
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JUNIO 1908. a - ENTREGA vi E omo LXV
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Secretario de correspondencia.. Doctor Martiniano M. Leguizamón
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Doctor Cristóbal M. Hicken
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Eduardo Latzina, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge-
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que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados.
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con la casa impresoraide Coni hermanos.
Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas.
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Cevallos 269.
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El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano
RADIOACTIVIDAD EN LOS FENÓMENOS METEOROLÓGICOS 289
En 1574 encontró Coulier que el polvo del aire puede presentar
tal impulso, verificándose una condensación en su presencia inmedia-
tamente después de la saturación.
Después demostraron varios físicos que los iones del aire pueden
servir como núcleos de condensación, ya sean producidos por rayos
catódicos, rayos Roentgen, rayos radioactivos ó rayos ultraviolados,
aunque se necesita mayor grado de sobresaturación. De gran impor-
tancia es el descubrimiento de Wilson (1899), de que los iones positi-
VOS y negativos no incitan la condensación al mismo tiempo sino los
lones positivos á mayor grado de sobresaturación que los negativos.
Vamos á explicar este hecho experimental sobre la producción de los
meteoros acuosos.
La mayor parte de las tempestades se forma, subiendo una corrien-
te de aire con bastante velocidad.
Al subir la columna se dilata, encontrando arriba más espacio. Al
dilatarse se enfría. Podemos suponer que la dilatación es adiabática ;
es decir, que, 4 consecuencia del gran diámetro de la columna y de
su velocidad, el enfriamiento no es compensado por completo desde
afuera. Por el enfriamiento se produce saturación y sobresaturación.
Sí suponemos, que la columna de aire no contiene polvo, ó que el
polvo que contenía ya ha formado una nube, no habrá otros impulsos
de condensación que los iones, que en su mayoría (en las capas muy
altas de la atmósfera, en que los rayos ultraviolados del sol no han
sido absorbidos todavía, estos rayos presentan también una fuente de
energía que ioniza el aire) son producidos por los gases radioactivos
del aire.
Á cierta altura, por el enfriamiento, la sobresaturación habrá lle-
gado á tal grado que la condensación se verifica con los iones negati-
vos. Se forma una nube negativa que cae, por lo menos, con respecto
á la corriente; se produce una separación de las electricidades; el
aire arriba contiene solamente, ó en exceso, jones positivos. Á me-
dida que sube más la corriente de aire puede originarse un grado de
sobresaturación así que los ¡ones positivos condensan el vapor de
agua, formando una nube positiva.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 19
NOTAS BOTÁNICAS
La revisión del material depositado en nuestro herbario ha dado
origen á las notas presentes y como entre ellas hay especies nuevas
para la ciencia, para nuestro país ó lugares de dispersión poco cono-
cidos, su publicación queda justificada.
El lector al recorrer las líneas siguientes, hallará especies aje-
nas Óó poco frecuentes para el territorio de la capital federal, que
crecen en gran abundancia en los terrenos del Maciel y entre las jun-
tas del adoquinado del Dock Sud. Si se tiene en cuenta que la arena
que sirve de asiento á los adoquines ha sido introducida de las costas
uruguayas donde esas especies son abundantes ó características, la
explicación es bien sencilla y tendremos un caso típico de la modifi-
cación de la flora local por la obra del hombre, aun cuando sea en un
área muy reducida y siempre será interesante seguirlas en su evolu-
ción posterior para observar su difusión ó su extinción en la lucha
que librarán para conquistar el nuevo terreno.
Á los señores E. Autran, R. Doello-Jurado, L. Hauman-Merck, M.
Láinez, M. Lillo, A. Scala y C. Thays, rogamos desde estas líneas
quieran aceptar nuestro sincero agradecimiento por la eficaz ayuda
que nos han tributado.
CRYPTOGAMAE
Woodsia montevidensis (SPRENG.) HIERON.
Hieronymus in Engl. Bot. Jahrb., XXII (1896), 363.
Este helecho que tanto abunda en las sierras de Buenos Aires, San
Luis, Córdoba, etc., fué hallado por el señor Carlos Thays, director
NOTAS BOTÁNICAS 291
del Jardín Botánico, en la isla del Vizcaíno, frente al Baradero.
Hasta ahora sólo se conocía de las regiones montañosas ó de las
barrancas de los ríos que de ellas descendían, pero jamás se había en-
contrado en tierras tan bajas y anegadizas como las islas del Paraná.
Nephrodium patens (SwaktZz) DEsv.
Hook. and Bak. Synops. Filic. (1883), 262.
El mismo señor Thays, nos lo trajo de las islas del Tigre donde no
es muy frecuente. Ha bajado seguramente con las aguas del río Para-
ná, pues es propia de latitudes menores. La incorporamos á la flora
de la provincia de Buenos Aires, pero fitogeográficamente no sale de
la formación mesopotámica.
Blechnum Sprucei C. CHRISTENSEN
C. Christ., Index Filic. (1905), 160.
Lomaria caudata Baker in Hook. and Bak., 1. e., 1
Spicanta caudata O. Ktze., Rev. Gen., Il (1891), s21.
Este helecho nuevo para la Argentina, y que hasta ahora sólo se
conocía de los Andes del Ecuador, ha sido hallado por el distinguido
naturalista M. Lillo en la Quebrada de Caspichango (Tucumán) á 950
metros de altura, donde crecía en las barrancas de los bosques sub-
tropicales. Los ejemplares que hemos podido estudiar en nada difie-
ren de los coleccionados en el Ecuador por el insigne pteridólogo
Luis Sodiro, con los cuales los hemos podido comparar detenidamente.
Dorvopteris concolor (LaxGsb. et FiscH.) Kuny
Hook. and Bak., 1. e. (1867), 146.
Fué recogida por el señor €. Thays en la isla del Vizcaíno, la que
constituye para esta especie, la localidad más austral hasta ahora
conocida.
Procede de los bosques tropicales y templados.
292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Cheilanthes micropteris SwArTzZ
Hook. and Bak., 1. c., 134.
En nuestra provincia sólo se la conocía como habitante de las sie-
rras del Azul y Olavarría. El profesor Hauman-Merck la recogió este
año en la Sierra de la Ventana (valle del Sauce Grande) donde no es
muy abundante.
Cheilanthes FTweediana Hook.
Hook. Spec. Filic., 11 (1852), 84, tab. 96 B.
Recogida por O. Thays en la isla del Vizcaíno. Es nueva para nues-
tra provincia.
Cheilanthes myriophvlla Desw.
Hook. and Bak., l. e. (1867), 140.
Este elegante helecho se consideraba como exclusivo y caracterís-
tico de la región andina, pero el señor C. Thays nos lo envió de Mi-
siones lo que llama la atención y tanto más cuanto que hasta ahora
no se lo ha señalado para las montañas del Brasil ni para las del Pa-
raguay.
Hypolepis repens (L.) PresL
Hook. and Bak., l. e., 129.
Miguel Lillo la recogió á mediados de abril del corriente año en
los bosques de la Quebrada de San Lorenzo (Salta) á una altura de
1460 metros.
Se acerca á la variedad ¿nermis Hook. por carecer de aguijones,
sin embargo creemos no deber identificarla con ella prefiriendo refe-
rirla por ahora al tipo, hasta que mayor abundancia de material nos
.
NOTAS BOTÁNICAS 293
permita dilucidar algunos puntos dudosos. Quizá constituya una bue-
na variedad, diferente de todas las otras hasta ahora conocidas.
Es nueva para nuestro país.
Pteris longifolia L.
Hook. and Bak., l. c., 153.
Esta planta es propia de las regiones tropicales y templadas de
ambos hemisferios, pero en nuestro país sólo era conocida por los
ejemplares cultivados de procedencia europea.
El señor Thays la recogió en Misiones y las plantas que nos fueron
remitidas en nada difieren de las de origen extranjero.
Queda incorporada á nuestra flora.
Aneimia anthriscifolia ScHraAp.
Schrad., Gótt. gel. Anz. (1824), 865.
También fué recogida en la isla del Vizcaíno por el señor €. Thays.
Procede con toda seguridad del norte.
Lycopodium subulatum Desv.
BAKER, Handbook of the Fern-Allies (1887), 21.
Este licopodio nuevo para nuestro país, fué recogido por el profe-
sor M. Lillo en la Quebrada de Caspichango (Tucumán) á 1000 metros
de altura.
Salvo las dimensiones algo menores de sus ramas fructíferas, no
presenta ninguna diferencia con los del Ecuador recogidos por L.
Sodiro.
294 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
PHANEROGAMAE
Potamogetonaceae
Potamogeton fluitans RorH
Graebner, in Pflanzenreich, 1V, 11 (1907), 58.
Fué recogida por el profesor Hauman-Merck en el arroyo Sauce
Chico de la Sierra de la Ventana, no siendo muy frecuente en la pro-
vincia de Buenos Aires.
Ar. Geogr.: Europa, Asia, Mascarenas, Hawai, África, Norte Amé-
rica, Brasil, Uruguay.
Potamogeton lucens L.
var. ventanicolus HICKEN nov. var.
-A typo differt dimentionibus formisque foliorum multo minoribus
et minus latis, longitudine stipularum, folúiis integerrimis haud
denticulatis.
El tipo era conocido de algunas pocas localidades argentinas, dise-
minadas en la parte central de nuestro territorio.
Nuestra variedad se diferencia principalmente de él por la dimen-
sión y forma de las hojas mucho menores y menos anchas, por la
longitud de las estípulas y por el borde de la hoja que es integérrimo
y no denticulado.
Las hojas son lanceoladas, con el apice mucronado, tienen 12-14
centímetros de longitud y 12-15 milímetros de ancho y se estrechan
hacia la base simulando un peciolo. Las inferiores son las únicas que
tienen un verdadero peciolo de un milímetro de longitud.
La estípula es muy grande (hasta 33 mm. longitud), envainando en
general al tallo en todo el largo del internodio ó aun sobrepasándolo
en algo. El tallo tiene 2 milímetros de grueso.
Por todos estos caracteres guarda una posición intermedia entre
NOTAS BOTÁNICAS 295
P. lucens L. y P. Zizú Mert. et Koch. y quizá constituya una especie
nueva, pero la carencia de flores y frutos nos impide pronunciarnos
decisivamente al respecto, razón por la cual preferimos conservarla
como variedad del P. lucens, tan polimorfto por otra parte. :
La recogimos en el arroyo de la Ventana.
Potamogeton Grayi BENNETT
A. Bennett (en 4an. naturhist. Hofmus. Wien, VIT (1892), 295) de-
signó con el nombre que encabeza estas líneas, una planta recogida
por el profesor José Arechavaleta, en Montevideo.
Más tarde fueron referidas á esta especie algunos ejemplares reco-
gidos por Bertero y Cuming en Chile, y por Miers en Buenos Aires.
La hemos hallado en gran abundancia en los zanjones de drenaje
de las islas del Tigre y en algunos brazos del río Paraná.
Potamogeton pusillus L.
Graebner, in Pflanzenreich, 1V, 11 (1907), 113.
Abundante en los arroyos de la Sierra de la Ventana, Puán y Pigúé.
Ar. Geogr. : Por toda la Europa, Asia templada, África meri-
dional, Canadá, Méjico, Estados Unidos y dispersa en Sud América.
P. pusillus L.
var. longepedunculatus Hicken nov. var.
Differt a forma typica pedunculis Ffructiferis 5-S cm. longis et folits
1,5-3 mm. latis.
Esta variedad se halla mezclada con el tipo en los arroyos de las
sierras pampeanas y se caracteriza por los pedúnculos fructíferos
muy largos, que alcanzan de 5 á 5 centímetros de longitud; las hojas
son de ancho variable, pero no bajan de 1,5 milímetros ni pasan de 3
milímetros de ancho.
Los ejemplares recogidos por el profesor Hauman-Merck tienen
296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
=
todos 1,5 á 2 milímetros de ancho y los que personalmente recogimos
entre 2 y 3 milímetros.
Arroyos de la Sierra de la Ventana y Ourá-Malal.
P. pectinatus L.
Graebner, in Pflanzenreich, IV, 11 (1907), 121.
Muy abundante en las lagunas de Chascomús, donde fué recogida
por el señor F. Gándara.
Ar. Geogr. : Canadá, California, Estados Unidos, Méjico, América
meridional, Indias, Ceylan, Himalaya, Japón, África, Transvaal,
Australia, Tasmania, variando bastante según las localidades.
ALISMATACEAE
Sagittaria montevidensis CHAM. et SCHL.
Buchenau in Pflanzenreich, IV, 15 (1905), 43.
Kunth en su Enum., 1! (1841), 157, con duda dice que las flores
son amarillas.
Seubert en Mart., Fl. Brasil., fase. S, p. 110, les atribuye también
el mismo color, pero de un modo más categórico, pues suprime el
signo de interrogación que había colocado Kunth.
Micheli en A. et €. De Candolle, Suites au Prodr., 11 (1881), 75,
también afirma lo mismo, pero añade que los pétalos llevan una
mancha purpúrea en la base.
Buchenau en Pflanzenreich, 1V, 15 (1903), 43, al insistir en el
color amarillo, añade que es más raro hallar flores blaneas y con
mancha sombría en la base.
Parecería, pues, deducirse de todo lo anterior que el color predo-
minante ó típico fuera el amarillo y que sólo accidentalmente pudiera
observarse el blanco. Ahora bien, en los numerosísimos ejemplares
que hemos podido estudiar se ha constatado justamente todo lo in-
verso; jamás hemos encontrado corolas amarillas sino blancas con la
particularidad de tener ó no la mancha purpúrea en la base. Estas
dos formas las hemos visto crecer entreveradas en los mismos luga-
res y condiciones pero siempre en plantas distintas y para llamar
NOTAS BOTÁNICAS 297
más la atención de los estudiosos sobre este carácter creemos pru-
dente establecer dos formas. Tendremos, pues :
Sagittaria montevidensis CHaM. et ScuL.
f. maculata Hicken nov. f.
Petalis albis basi macula puwrpuwrea notatis.
f. immaculata HICKkEN nov. f.
Petalis albis sine macula notatis.
Otto Kuntze en Revisio Gen. Pl., UI, 2 (1898), 328, es el único que
les atribuye color blaneo y mancha basal pero no habla de la ausen-
cia de ella, de modo que hay que suponer que la creía constante, tanto
más cuanto que se extiende ampliamente sobre otros caracteres para
demostrar su variabilidad y justificar asi la clasificación de que él es
autor.
Micheli al hablar del rizoma dice que es poco conocido y pregunta
si acaso es estolonífero.
Del examen que hemos hecho resulta lo siguiente :
El rizoma es breve, engrosado y provisto de numerosísimas raíces
fibrosas.
En el cuello mismo se ven abundantísimas fibras que á primera
vista podrían confundirse con las raíces y que provienen de la desor-
ganización de las vaginas de las hojas inferiores. Entreveradas con
ellas se encuentran las verdaderas raíces que son blancas cuando
jóvenes y amarillentas cuando más adultas. Son cilíndricas, de 2453
milímetros de diámetro, anilladas, muy esponjosas, aplastándose
rápidamente al perder su agua.
Entre estas raíces se suelen ver agallas que son blancas al princi-
pio y de color marrón, chocolate y negras á medida que envejecen.
Estas agallas son piriformes, y tendrán 15-20 milímetros de longitud
por 7-9 milímetros de ancho estando siempre en el extremo de una
raíz. Sus paredes son leñosas de 1,25 á 1,50 milímetros de diámetro,
298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
y su cavidad está ocupada por una larva de insecto que hemos
entregado al señor Autran para su determinación.
Estas agallas las hemos encontrado invariablemente en todos los
ejemplares que crecen á orillas del Río de la Plata en los terrenos
comprendidos entre Palermo y Núñez, y hacemos mención de ello
para inducir á los investigadores á examinar las raíces de la especie
en otros parajes y facilitar el estudio biológico del insecto.
BUTOMACEAE
Hydrocleis nymphoides (WiLLD.) BucH.
Buchenau in Pflanzenreich, IV, 16 (1903), 10.
La hemos hallado en algunas lagunitas en el Tigre y San Fernan-
do y además, en las cunetas del Ferrocarril del Oeste cerca de la esta-
ción Las Heras, donde florecía en abundancia, hecho digno de men-
ción por tratarse de un paraje tan alejado del litoral.
GRAMINEAE
Sporobolus arundinaceus (GrISsEB.) Hack.
Hack. in Engl. Nat. Pflanzenf. 11, 2, p. 49"
Es una gramínea de vasta distribución dentro de nuestro pals, pues
se la conoce desde la Puna de Jujuy hasta las costas del Chubut,
prefiriendo siempre los lugares arenosos.
En los médanos del sud de nuestra provincia constituye una for-
mación característica, no faltando tampoco en los arenales del parti -
do de Lincoln y Villegas, pero hasta ahora no se la había observado
en los alrededores de la capital federal.
Nosotros la hallamos eu el Dock Sud y este hallazgo nos hace su-
poner que también ha de vivir en la república vecina aun cuando el
profesor J. Arechavaleta, en su preciosa obra sobre las gramíneas
uruguayas, no la haya citado.
NOTAS BOTÁNICAS 299
Lepturus incurvatus TkiIx.
Arechav., Gramin. Urug. (1894), 471.
No muy frecuente en los terrenos elevados y secos de Monte Case
ros (cerca de Buenos Aires), donde fué recogida en el mes de julio
(1907).
CYPERACEAE
Cyperus megapotamicus KruH.
Kunth, Enum., Il (1837), 10.
Los ejemplares recogidos en la Sierra de la Ventana por el profe-
sor Hauman-Merck, difieren del tipo por tener sus espiguillas 4 4 5
tfloras (y no sub 8 floras), por tener la carena de las escamas de color
castaño como los otros nervios y no verdosa. Las hojas tienen 2 milí-
metros de ancho y están siempre plegadas sobre sí mismas de modo
que aparecen á primera vista como muy estrechas.
Androtrichum polycephalum (B6r.) Krn.
Kunth, Enum., 1 (1837), 250.
Esta hermosa y curiosa ciperácea fué indicada para nuestro país
por Bentham y Hooker en su Genera Plantarum pero sin señalar
localidad precisa.
Más tarde fué recogida por el profesor C. Spegazzini en Cabo San
Antonio y Cabo Corrientes y nosotros la encontramos en las partes
más secas de la Sierra de la Ventana, al pie de los « Tres Picos ».
Hasta ahora no se le conocen dentro de nuestro país, más lugares
que los que se acaban de indicar.
300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Fimobristylis squarrosus VAHL.
Kunth, Enum., 11 (1837), 224.
Esta planta europea, fué hallada en América meridional por Kunth,
quien la describió con el nombre de Isolepis hirta. Martius en la mo-
numental obra sobre la flora del Brasil, la cita para ese país y nos-
otros extendemos su área de dispersión hasta la capital federal, donde
la hallamos en los terrenos de la isla Maciel.
Florece desde marzo hasta mayo.
BROMELIACEAE
En un bosquecillo de Lycium que hay á orillas del arroyo de la
Ventana, como á una legua de la estación Tornquist, hallamos cuatro
especies del género Tillandsia, que aun no se había señalado para la
provincia. Hemos logrado determinar sólo tres especies, pues la cuaz-
ta es bastante incompleta para hacerlo con seguridad. Las especies
referidas son : Tillandsia virescens Ruiz et Pav.; T. retorta Griseb. y
T. coaretata Gill. (T. bryoides Griseb. p. p.).
Las mismas especies fueron recogidas por el profesor Hauman-
Merck en las barrancas del Sauce Grande como á tres leguas al sur
de la estación Sierra de la Ventana.
LINIACEAE
Nothoscordum bonariense GRISEB.
f£flavum O. Ktzkr.
O. Ktze. Revisio Gen., MI, 2 (1898), 312.
El señor Augusto Scala, profesor de botánica en la universidad de
La Plata, nos dió á fines de agosto del año pasado abundantes ejem-
plares recogidos en los alrededores de esa ciudad y que ofrecían la
particularidad de presentar todos sin excepción alguna 4 sépalos, 4
NOTAS BOTÁNICAS 301
pétalos, S$ estambres y un ovario 4 locular que termina en un estilo
bilobado (1).
Hemos recogido esta especie en varios puntos de la provincia, tanto
en el llano como en las quebradas de la Sierra de la Ventana, pero
jamás con flores tetrámeras.
Florece desde fines de agosto hasta noviembre.
TIRIDACEAE
Sisvrinchium vaginatum SPRENG.
Baker, Handbook of Erid. (1892), 129.
La hemos recogido entre las juntas del adoquinado del Dock Sud,
único lugar donde la hemos observado hasta ahora.
Florece desde fines de octubre hasta principios de abril.
Sisvrinchium palmifolium L.
Baker, 1. c., 132.
Grisebach la había señalado para la capital federal pero en reali-
dad es rarísima. La hallamos una sola vez en el Dock Sud junto con
la anterior.
Comienza á florecer á fines de octubre.
Symphyostemon Lainezi HICKEN nov. spec.
Radix fibrosa, fibris fascieulatis, longiusculis, erassiusculis flexuo-
sis (60-50 mm. l., 1,50-2,50 mm. crass.), glabris; caulis simplex
striatus teres (20-35 cm. l., 1-1,50 mm. diam.) glaber perspicue
denseque longitudinaliter striatus; folia 3-7 radicalia erecta,
auguste linearia subteretia (5-17 cm. l., 1-1,50 mm. diam.) glabe-
rrima viridia longitudinaliter striata, apice subulata vix callo-
sa, deorsum in vagina straminea caulem amplectente dilatata,
302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
non auriculata, marginibus hyalinis; flores (long. tot. 18 mm.)
im bracteis 3-5, pedicellis primo brevibus, dein elongatis spatham
superantibus (30-40 mm. l., 0,50 mm. crass.) teretibus simplici-
bus; ovario ovoideo (2,50 mm. l., 1 mm. diam.), tubo perigoniali
infundibuliforme (5 mm. 1.) glabro pallide flavescente in lobis 6
" lanceolatis (10 mm. l., 3 mm. lat.) sine lineis ornatis; stamina 3,
Filamentis im tubo (5 mm. l.) inferne incrassato connatis, anthe-
ris elipsoideis extrorsis flavis; stylus filiformis tubo stramineo
exertus, apice in ramulis 3 sphaerice terminatis antheras supe-
rantibus partitus.
Species «8. patagonico » Speg. affimis, sed floribus magis parvis,
tubo perigonii infundibuliforme, ramulis styli antheras supe-
rantibus, colore corollae, distincta.
Obs. Folium Aloralem spathiformem wuicum terminalem dispositum
erectum, lanceolatum, caulem vaginans longisseme attenuatum,
acutissimum, marginibus anguste seariosis; bracteae exteriores
binae (3-4 cm. l., 7 mm. lat.) virides marginibus hyalinis orna-
tae, inter se amplectantes, interiores hyalinae lanceolatae (20-25
mm. l., 3-5 mm. lat.).
Hab. Mense Novembris floret copiose in graminosis altioribus loco
Sierra de la Ventana vocato.
La raíz es fibrosa con fibras en manojos, alargadas, algo engrosa-
das, flexuosas de 60-50 milímetros de longitud por 1,50-2,50 milíme-
tros de grueso, glabras. Los tallos son simples, erguidos, rollizos
alcanzando de 20 á 35 centímetros de altura con un diámetro de 1á
1,50 milímetros: son lisos y con estrías longitudinales bien visibles y
abundantes. Hay 347 hojas radicales, erguidas, estrechamente linea-
les, algo comprimidas, glabérrimas, verdes, longitudinalmente estria-
das, con el ápice apenas calloso. Hacia abajo abrazan al tallo por
medio de una vagina pajiza, algo dilatada, no auriculada y con los
bordes transparentes. La longitud de las hojas varía entre 5 y 17
centímetros, teniendo un diámetro igual al tallo. La longitud total
de las flores es de 18 milímetros habiendo 3 á 5 entre las brácteas.
El pedicelo es al principio breve, más tarde se alarga superando á la
espata, pudiendo alcanzar 50 á 40 milímetros con un diámetro de 0,50
milímetros. El ovario es ovoideo y tiene 2,50 milímetros de longitud por
un milímetro de diámetro. El tubo perigonial es embudado con 5 milí-
metros de largo, lampiño, blanco amarillento y lleva 6 lóbulos ó divi-
NOTAS BOTÁNICAS 308
siones que son lanceoladas. No llevan líneas coloreadas y alcanzan
10 milímetros de longitud por 3 milímetros de ancho. Hay 3 estam-
bres con los filamentos soldados en la parte inferior en una extensión
de 5 milímetros formando un tubo engrosado en la parte basal; las
anteras son extrorsas y elipsoideas. El estilo es filiforme, sobresale
del tubo estaminal y se divide en 3 ramitas que llevan el ápice algo
engrosado; estas ramas sobrepasan á las anteras.
Nuestra especie se acerca bastante al S. patagonicum del profesor
Spegazzini de la cual es fácil separarla por la dimensión bastante
menor de las flores, por el tubo perigonial embudado, por las ramas
del estilo que superan á las anteras, por el color de la corola y por
otros caracteres más.
Obs. Rodeando á las flores hay una hoja única de bordes estrecha-
mente escariosos, que simula una espata; esta hoja es erguida, lan-
ceolada abrazadora y poco á poco disminuye de ancho afilándose en
una punta muy alargada y muy aguda. Separando esta hoja se hallan
algunas brácteas, de las que las dos exteriores tienen 3 á 4 centíme-
tros de longitud y 7 milímetros de ancho, son verdes y sus bordes
transparentes; se abrazan entre sí envolviendo á otras brácteas inte-
riores, lanceoladas casi filiformes que tienen 20 á 25 milímetros de
longitud y 3 á 5 milímetros de ancho.
La hallamos en gran abundancia en las partes cespitosas de casi
todos los cerros y sólo á eran altura en el cerro de la Ventana, en
los Tres Picos y otros sin denominación bien conocida. Florece á
mediados de noviembre.
Gustosos la dedicamos al señor Manuel Láinez quien con suma
amabilidad y exquisita galantería puso á nuestras órdenes los ele-
mentos de que dispone en esas regiones y á quien por lo tanto somos
deudores del éxito lisonjero alcanzado en nuestra excursión.
ORCHIDACEAE
Habenaria bractescens LIiNDL.
Kranzlin, Engl. Bot. Jahwb., XVI (1892), 60.
Recogida por nosotros en San Fernando, en los bosquecillos próxi-
mos al río, y por el profesor Hauman-Merck, en Belgrano, donde es
muy rara.
:304 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENINCA
Habenaria Hauman-Merecki HICKkEN nov. spec.
Macroceratitae; caulibus 45-60 em. altis, rectis, foliosis, folúis im-
Jimis lanceolatis longe vaginantibus ad 14 cm. l. 2,5 em. lat. in
bracteas longas foliaceas transeuntibus; racemo multifloro (8-12)
bracteis oblongo-lanceolatis acuminatis, ovario subaequantibus,
Horibus erectis. Sepalo dorsali vix cueullato, lateralibus subae-
qualibus ovato-oblongis acutis, petalis lateralibus tripartitis, par-
titione postica filiforme, mediana lineare acuminata duplo vel
triplo longiore, antica medianam simillima labelli basin usque
tripartiti lobis linearibus haud carnosis equalibus; calcari lon-
gissimo (L cm.) filiformi; gynostemis, processubus stigmaticis, et
rostello, H. bractescenti simillibus.
Flores magnas, sepalum dorsale et lateralia 13 mm. l. 7. mm. lato,
petalorum lobulus posticus filiformis 6-7 mm. l. partitio mediana
13 mm. l. 1 mm. lat. antica 12 mm. l. 1 mm. lat., labelli partitio-
nes 14 mm. l. 1 mm. lat. calear 5,5 cm. longum.
Esta especie corresponde al grupo de Macroceratiítae y comparte
con la H. Spegazzimiana Kránzl. el carácter de los pétalos trífidos,
siendo así que en la inmensa mayoría de las Habenaria es bipartido
ó simple. Se distingue de él por la dimensión de las hojas caulinares,
por el racimo más rico en flores, por la estructura del tercer lóbulo
del pétalo que es mucho más largo, filiforme y no crenulado ni ondu-
lado, por el mediano y el anterior que son casi iguales, por las divi-
siones del labelo iguales también, etc.
Por el hábito es sumamente parecida á la Habenaria bractescens
Lindl. con la cual la confundimos repetidas veces. Se la distinguirá,
sin embargo, por los pétalos tripartidos y no bipartidos. Además las
divisiones del labelo son iguales entre sí lineales y no carnosas sino
membranosas. Las dos divisiones anteriores de los pétalos también
son membranosas y la tercera que es filiforme es de longitud varia-
ble pero en general no sobrepasa á la mitad de las otras.
Á mediados de febrero de 1902 la recogimos en las islas del Tigre
y el profesor Hauman-Merck la volvió á encontrar en 1906 en Bel-
erano cerca del río, donde crecía junto con la H. bractescens Lindl.
Las descripciones y los dibujos que hizo este señor nos han facilitado
sobremanera el reconocerla como especie nueva y es para nosotros
NOTAS BOTÁNICAS 305
un placer dedicarla á este profesor que con tanto empeño se ha dedi-
cado al estudio de nuestra flora.
Spiranthes dilatata LixbL.
Cogn. in Mart. Fl. Brasil., vol. TI, 4 (1895), 208.
La hallamos en gran abundancia entre el cesped á orillas del arro-
yo de la Ventana en la parte en que sale del Abra. Florece en noviem-
bre, diciembre y enero.
Era conocida de Concepción del Uruguay, creciendo además en los
alrededores de Montevideo.
SANTALACEAE
Arjona patagonica Hombr. et Jaco.
DC. Prodr., XIV (1857), 627.
Esta Santalácea que tanto abunda en las sierras pampeanas y que
€s rarísima en las llanuras algo alejadas de ellas, la encontramos en
Santos Lugares cerca del pueblo de San Martín, en terrenos altos y
relativamente secos. Florece en octubre y noviembre.
AIZOACEAE
Glinus radiatus Ruiz et Pay.
Walp. Repert., II (1845), 240.
La hemos hallado solamente en los terrenos de Maciel donde flore-
cía en noviembre.
Crece en lugares húmedos del Perú, Chile, Uruguay y Brasil (Mi-
nas Geraes y Río de Janeiro).
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. S 20
306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
CISTACEAE
Halimium brasiliense (Lam.) Gross.
Grosser in Pflanzenreich, 1V, 193 (1905), 45.
No muy escasa entre las juntas del adoquinado del Dock Sud,
donde florece á mediados de noviembre.
VIOLACEAE
Tlonidium lorentzianum ErchuL.
Grisebach Plantae Lorentzianae (1874), 26.
La recogimos en los campos algo húmedos del partido de General
Pinto, en la provincia de Buenos Azres (10, 1, 1898).
SAPINDACEAE
Dodonaea viscosa JAco.
ARECHAV. Fl. Urug., L, (1901) 290.
Á la amabilidad del profesor José Arechavaleta, director del Mu-
seo Nacional de Montevideo, debemos la determinación de nuestros
ejemplares, que fueron recogidos á mediados de octubre del año pasa-
do en el Dock Sud, donde crecían entre el adoquinado.
RHAMNACEAE
Discaria febrifuyga Mart. in Arechav. Flora Urug. I, 270.
Entre las juntas del adoquinado del Dock Sud, donde florecía á
principios de noviembre.
NOTAS BOTÁNICAS 307
EUPHORBIACEAE
Croton pvenocephalus BarLt.
DC. Prodr., XV, 2 (1866), 569.
Numerosos ejemplares de esta euforbiácea, crecen entre las juntas
de los adoquines en el Dock Sud. Constituyen pequeñas plantas leño-
sas que alcanzan hasta 50 centímetros de alto.
Comienza á florecer á fines de octubre y sigue hasta marzo.
UMBELLIFERAE
Centella asiatica (L.) Urb.
Urb. in Mart. Fl. Brasil., XI, 1 (1861), 287.
Ar. Geoer. : América Central, Antillas, Brasil, Chile, Natal, Cabo
3 b) b) ») y) 9) b)
Filipinas, Australia, en lugares húmedos de casi todos los subtró-
) ) Sa
picos, predominando en el hemisferio austral.
Maciel, 17, LV (1908), muy escasa.
LOASACEAE
Blumenbachia insignis SCHrap.
DC. Prodr., UI (1828), 340.
Es realmente digno de ser anotado el hallazgo de esta planta en
los alrededores de la capital federal, siendo así que en nuestra pro-
vincia no se la conocía sino de las sierras pampeanas, donde consti-
tuye uno de sus más hermosos ornatos. En Santos Lugares á pocas
cuadras del Colegio Militar hallamos unos pocos ejemplares que cre-
cían, junto con la Arjona patagonica Hombr. et Jacq. ya citada, con
Margyricarpus setosus Ruiz et Pav., Stipa setigera Presl., Aristida
308 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Spegazzini Arech., Phacelia artemisioides Griseb., Patagonium inca-
num (Vog.) O. Ktze., Melica macra Nees., Hordeum compressum Griseb.
Como se ve el conjunto anterior recuerda bastante la vegetación
de las sierras, presentando elementos que son propios de aquellas
regiones.
ERICACEAE
Pernettyva mucronata (Lix. f.) GAUD.
DC. Prodr., VII, 568.
El doctor E. L. Holmberg, en 18853, halló esta Ericácea en la sierra
de Gurá-Malal, casi en la cima (véase E. L. Holmberg, Repertorio de
la fora argentina, 1903, pág. 62), y ampliando la noticia que da allí,
diremos que los ejemplares cuya altura variaba entre 2 y 2,50 metros
formaban un pequeño bosquecillo, bastante denso, protegido de los
vientos del norte por un muro de peñas asaz elevado.
Esta vegetación arborescente llama mucho la atención en esas sle-
rras casi totalmente desprovistas de arbustos y mucho más de bos-
quecillos, si se exceptúan los formados por Lycium ó Lippia, que en
todo caso se hallan en las faldas y en las barrancas de los rios, pero
nunca á la altura indicada para la Pernettya. Hemos recorrido la ma-
yor parte de las sierras y en ningún otro lugar la hemos visto crecer
en la forma referida.
Florece en enero y febrero.
GENTIANACEAE
Zygostvgma australe (CHam. et SCHL.) GRISEB.
DC. Prodr., IX, 51.
Orece en Río Grande do Sul, Uruguay, Entre Ríos y provincia de
Buenos Aires.
Grisebach en Symb. ad Flor. Argent. (1879), 235, la cita para Bue-
NOTAS BOTÁNICAS 309
nos Aires, pero hasta ahora no tenemos conocimiento de que se la
hubiera encontrado en los alrededores de la capital federal.
En cambio, en la Sierra de la Ventana fué hallada por el profesor
Hauman-Merck en 1907, donde era relativamente escasa, floreciendo
en diciembre.
ASCLEPIADACEAE
Turrigera inconspicua DecsNE.
DC. Prodr., VIII (1844), 590.
Fué recogida en Bahía Blanca por Tweedie y es frecuente en la
Patagonia. Nosotros la hallamos en las partes graminosas y secas de
la sierra de la Ventana. No es muy abundante.
Schistogvne sylvestris Hook. et ArN.
DC. Prodr., VIII (1844), 588.
Río Grande do Sul, riberas del río Uruguay y Paraná. Griesebach
la cita además para Tucumán.
Los ejemplares que recogimos en el Tigre, donde abunda enredada
en los árboles y cercos, son glabérrimos en todos sus órganos vege-
tativos con excepción de los pedúnculos y de las piezas florales. Las
hojas muy jóvenes y los extremos de los tallos presentan un ligerísi-
mo vello apenas visible con el lente, pero jamás las hemos hallado
velloso-canosas como lo indican De Candolle y Schumann.
Oxypetalum pratense GkrIseB.
Griseb. Symb. ad Flor. Argent. (1879), 231.
Es frecuente en Córdoba; nosotros la encontramos en el partido de
General Pinto (prov. de Buenos Aires), donde crece en los campos
algo húmedos sin ser abundante.
310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
HYDROPHYLLACEAE
Phacelia artemisioides GrIseB.
Grisebach Plant. Lorentz. (1874), 182.
Griesebach la halló en los campos que rodean la ciudad de Córdoba.
En nuestra provincia fué recogida por Darwin. Ball la describió con
el nombre de Phacelia glandulosa Nutt. var. patagonica y Spegazzini
la cita para la sierra de la Ventana y Patagonia.
El señor Doello-Jurado nos la trajo del Dock Sud, donde crecía en
abundancia entre las juntas del adoquinado y en el mismo año 1907
la hallamos en Santos Lugares cerca de San Martín.
SCROPHULARIACEAE
Linaria canadensis (L.) Dun.
DC. Prodr., X (1846), 278.
Nos fué traída del Dock Sud, por el señor Doello-Jurado, quien la
recogió entre las juntas del adoquinado.
Florece desde fines de octubre hasta febrero.
Ar. Geogr. : En toda la América templada, desde el Canadá hasta
las sierras pampeanas.
Scoparia flava CHam. et ScHL.
DC. Prodr., X (1846), 431.
Sólo la hemos hallado en gran abundancia, en los terrenos rellena-
dos del puerto de Buenos Aires y Maciel, entreverada con la Scoparia
pinnatifida Cham. et Schl., menos frecuente que la anterior. Ambas
florecen desde noviembre hasta abril.
NOTAS BOTÁNICAS 311
CUCURBITACEA E
Wilbrandia sagittifolia GrIseB.
Griseb. Plant. Lorentz. (1874), 97
Sólo se había señalado esta especie para la región central de nues-
tro país. Nosotros la recogimos en abundancia en las colinas cerca-
nas al pueblo de Pigiié, donde la hallamos con flores y frutos en abril
de 1900.
Cucurbitella asperata Warr.
Cogn. in DC. Suit. au Prodr., UI (1881), 131.
Esta especie la hemos recogido en varios puntos de nuestra pro-
vincia.
Los ejemplares de Olavarría difieren del tipo por tener los tallos
densamente velloso-híspidos y los cirros muy vellosos también. Los
del Salto coinciden con el tipo en todos sus caracteres.
En el año 1905 recogimos en los alrededores de Mendoza plantas
cuyos tallos y cirros eran glabérrimos y no parcamente pilosos ni
subelabros como en la forma típica. Parece, pues, que se trata de una
especie bastante variable en cuanto al indumento. Por lo demás, hay
constancia absoluta en los otros órganos vegetativos.
RUBIACEAE
Sherardia arvensis L.
forma argentina HICKEN nov. f.
Differt a forma typica planta minus pilosa, foliis lanceolato-linea-
ribus, subtus glabris, superne parce pilosis.
Esta planta europea, que había sido encontrada en algunos países
americanos, entre ellos en el Brasil, no se conocía para el nuestro.
312 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
En octubre de 1900 la encontramos en gran abundancia en una pra-
dera algo húmeda cerca de Villa Ballester á pocas cuadras del Cole-
glo Militar.
Las hojas mayores tienen 10 milímetros de largo por 2 milímetros
de ancho, pero en promedio son de 9-10 milímetros de longitud y
0,75-1-1,5 milímetros de ancho. Por abajo son casi glabérrimas, pero
arriba presentan bastantes pelos sin llegar á ser muy abundantes.
En cambio en el tallo son más numerosos pero siempre menos que
en el tipo europeo.
Á pesar de que por el hábito difiere bastante del tipo europeo, no
creemos que llegue á constituir una variedad bien definida y la cita-
mos como mera forma. E
CRISTÓBAL M. HICKEN.
Buenos Aires, mayo de 1908.
IV” CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO
(10 PAN-AMERICANO)
QUE SE REUNIRÁ EN SANTIAGO EL 1 DE DICIEMBRE DE 1908
Hemos publicado ya las Bases-Programa relativas á este congreso
(ent. IV, tomo LXIV). Creemos conveniente hoi publicar el Cuestio-
nario General para que sepan á qué atenerse los señores socios que
deseen tomar parte en este concurso científico.
PRIMERA SECCIÓN
MATEMÁTICAS PURAS Y APLICADAS
1” Estudio teórico y aplicación práctica de marcos partidores pro-
porcionales de caudales de aguas.
2 Fórmulas y métodos prácticos para el aforo de torrentes.
3% Hidráulica de los ríos, en vista de su navegabilidad y de la esta-
bilidad de sus riberas.
4 Teoría aplicable al escurrimiento de agua en redes de malla.
5” Teoría de la deformación de los sistemas articulados.
6 Formación de abacos de fórmulas de uso frecuente.
1” Reseña general sobre el estado actual de la cartografía amerl-
cana.
8 Normas y métodos más apropiados para la confección de la carta
veneral de los países americanos, en forma que el levantamiento to-
pográfico baste á las necesidades del estudio preliminar de trazados
técnicos, y las triangulaciones geodésicas primarias al estudio de la
figura de la tierra, de acuerdo con las prescripciones de la Asociación
Geodésica Internacional.
314 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
9” Procedimientos expeditos para el reconocimiento topográfico del
trazado de ferrocarriles, caminos y canales de riego en regiones
boscosas y en el caso de ausencia de cartas detalladas.
10* Simplificación de los instrumentos y procedimientos topográfi-
cos y geodésicos con el objeto de aumentar el rendimiento obtenido
hoy día, pero sin disminuir la exactitud.
11” Nomenclatura matemática y técnica empleada en los países
americanos.
12” Aplicación de la teoría de los cuaterniones de Hamilton ó de
los números de Grassmann á la resolución completa de la ecuación :
do aro E
==» ea === = ¿mk
dx? dy” de
13” Aplicación de las funciones de Bessel en el cálculo de las órbi-
tas cometarias y planetarias. Construcción de tablas.
14” Contribución á la teoría de los módulos de elasticidad y rigi-
dez de las rocas en sus aplicaciones á la sismología.
15” Estudio de la propagación de ondas esféricas en una esfera no
homogénea, basado sobre la suposición de una variación continua de
la elasticidad desde el centro hasta la superficie de la esfera. Aplica-
ción á la sismología y comparación con los resultados de la observa-
ción. :
16” Conveniencia de establecer una red de observatorios magnéti-
cos en el continente americano y bases para la formación de la carta
magnética de este continente.
17” Aplicación de las matemáticas á la estadística y economía
política. (Por ejemplo, al cálculo de los seguros; al de las tarifas
proporcionales en líneas de ferrocarriles, ya sean de adherencia, de
eremallera ó combinadas).
SEGUNDA SECCIÓN
CIENCIAS FÍSICAS
Temas generales
1* Conveniencia de adoptar métodos de ensayo y análisis uniformes
en los casos litigiosos ó de controversia; en especial, elección de los
IV? CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO SO)
métodos más apropiados, rápidos y exactos paralas substancias mine-
rales. Creación de un Comité pan-americano permanente, para el
establecimiento oficial de estos métodos.
2 Qué tratados internacionales y qué leyes locales convendría
establecer para comprobar y evitar las falsificaciones de los produc-
tos alimenticios y substancias industriales ; y conveniencia de crear,
con este fin, un «Codex Alimentarius» en el cual se fijen la composi-
ción y los caracteres delas substancias alimenticias.
3” Materias primas animales, vegetales y minerales. Su transfor-
mación ¿ productos manufacturados. Su intercambio entre los diver-
sos países de América.
4% Estudiar en un país de América la relación de sus temblores
con la geografía y la geología del mismo.
5% Estudiar en un país de América la actividad volcánica del pre-
sente y del pasado y compararla á su seismicidad del punto de vista
geográfico y cronológico.
6” Las nuevas teorías de los fenómenos físicos, (teoría electróni-
ca). Su verdadero alcance del punto de vista de la especulación cien-
tífica.
71 Influencia social del desarrollo en las aplicaciones de la electri-
cidad.
8” Consideraciones fisioquímicas sobre los coloides. Qué papel des-
empeñan y cómo deben entenderse las acciones cotalíticas.
9” Reglamentación de los servicios eléctricos y especialmente de
las canalizaciones urbanas. Medios de evitar las acciones electrolí-
ticas.
10” Necesidad de reformar los métodos de enseñanza de la física y
de la química á fin de dar un mayor desarrollo al estudio eurístico-
experimental.
Temas especiales
1* Los elementos radioactivos ; sus transmutaciones y las que ori-
ginan ; consideraciones que de su estudio se desprenden. Su posible
existencia en América del Sur. Radioactividad del suelo y de las
aguas.
2” Generación de la energía eléctrica. Cuál es la mejor solución
para los países americanos. Posibilidad de aprovechar en ellos fuen-
tes de energía no usadas hasta ahora.
3” Transmisión de la energía eléctrica. Estudio comparativo de los
316 ANALES DE-LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
diversos sistemas. Límites de distancia. Alcance de los experimentos
sobre transmisión sin conductores.
4” Los nuevos sistemas de alumbrado eléctrico, especialmente la
incandescencia de mínimo consumo.
5” El motor de conmutación aplicado á la tracción para ferrocarri-
les eléctricos.
6” Enderezadores para corrientes alternas (redressewrs).
7” Perfeccionamientos en las transmisiones y manipulaciones elée-
tricas á distancia :
a) Teléfonos. Límites de distancia.
b) Telegrafía sin conductores. Sintonización.
c) Maniobras por medio de las ondas hertzianas.
d) Los resonadores para señales á distancia.
S” Progresos de la electroquímica. Teoría iónica.
9” Nuevos métodos de explotación del salitre chileno. Sus aplica-
ciones á las industrias químicas.
Conveniencia de adoptar un método uniforme de análisis del sali-
tre, determinando directamente el nitrógeno, á fin de establecer una
escala de pago proporcional á la ley centesimal de este elemento.
10* El yodo, su explotación, estado actual de las industrias que lo
emplean. Posibilidad de darle nuevas aplicaciones.
11” Los carbones chilenos. Estudio comparativo con los extranje-
rOS.
12” Conservación de las substancias alimenticias.
15" Métodos de selección y cultivo puro aplicado á los fermentos;
principalmente á las levaduras de los vinos y productos fermentados
de América y especialmente de Chile.
14” Dificultades que presentan los nuevos medicamentos en las
investigaciones toxicológicas de los alcaloides.
15 Progresos de la electro-metalurgia :
a) Fundición de hornos eléctricos, especialmente de los minerales
de cobre.
b) Extracción electrolítica del cobre directamente de sus minera-
les.
16* Estado actual de la concentración de minerales :
a) Método por el aceite (Elmore).
b) Método electro-magnético.
17” Nuevas aplicaciones industriales de los gases liquidados.
15” Métodos modernos de producción de fuerza motriz, especial-
mente motores de gas pobre.
IV" CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 317
19” Fotografía industrial y procedimientos de fotografía coloreada.
20” Los giroscopios aplicados á la estabilidad.
21” Nuevos aparatos de demostración para la enseñanza de la quí-
mica.
23” La ozonización del agua potable, su conveniencia y posibilidad
de aplicación en algunas ciudades de Chile, especialmente en Valpa-
ralso.
TERCERA SECCIÓN
CIENCIAS NATURALES ANTROPOLÓGICAS Y ETNOLÓGICAS
I. Antropología y Etnología de las razas americanas
Temas generales
1” Sobre la antigiiedad del hombre americano, según las investiga-
ciones geológicas y anatómicas.
2” La clasificación y la distribución geográfica de las razas y sub-
razas americanas.
3" Sobre el origen de las culturas y civilizaciones americanas.
4% Sobre la organización social y moral de los pueblos aborígenes
americanos.
5D” ¿Existió el hombre troglodita ó de las cavernas en Chile ó en
otros pueblos de América?
6” Prácticas mágicas y religiosas (incluso ideas acerca de la muerte
y de la vida futura).
7” Sobre el animismo en los pueblos americanos.
8 Modo de comunicación de ideas por medio de signos, lenguaje
articulado, pictografía y escritura (mnemotécnica).
9* Estudio comparativo acerca del origen, desarrollo y distribución
geográfica de las principales artes ó industrias, con sus aplicaciones.
10 ¿Qué parentesco hubo entre los araucanos y los pueblos ve-
cinos?
Temas especiales
1” Influencia del dominio peruano en Chile.
2” Utensilios de metal y de piedra de los aborígenes.
SL ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
3 Animales y plantas usadas por los aborígenes de Chile.
4% Cavernas de Chile.
5” Escrituras y dibujos de los antiguos chilenos.
6” Los kjokenmoddings (zambaquíes ó residuos de cocina en la
costa de Chile).
7” Creencias religiosas de los aborígenes chilenos.
S” Los pintados y grabados chilenos: cerros, cuevas, piedras, pa-
redones, etc.
9” Sobre los tejidos de los indios araucanos.
10” Sobre el origen de los aros de metal, usados actualmente por
la mujer de las capas inferiores del pueblo chileno.
11? Sobre la navegación entre los pueblos indígenas de Chile: su
origen y desarrollo.
12” La ornamentación incásica descripta según los objetos arqueo-
lógicos existentes en nuestro Museo Nacional.
13 Estudio de la necrópolis pre-hispánica de Calama, departamen-
to de Antofagasta. Idem de la de Antofagasta de la Sierra (Ataca-
ma) y de la de Punta Pichalo. j
14” Descripción de artefactos de las épocas paleo y neolíticas, re-
cogidos en territorio chileno (Museo Nacional).
15” Las provincias etnográficas y lingúísticas de Chile.
16 Sobre folk-lore chileno.
17* Rasgos de primitivo animismo en las capas inferiores del pue-
blo chileno (supersticiones, etc.).
18” Una bibliografía completa de Antropología referente á Chile.
IT. Zoología
Temas generales
1” Origen de la fauna sudamericana.
2 Utilidad de las estaciones Zoológicas.
3 El hermafroditismo en los vertebrados.
4% Utilidad de los jardines zoológicos.
Temas especiales
1” Causas de la pobreza relativa de la fauna chilena.
2” Animales de la época precolombiana, domesticados.
IV? CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 319
3 Animales que viven en sociedad.
4 Albinismo en los animales de Chile.
5 Biología de los animales chilenos.
6% Distribución de los animales chilenos según las diferentes zonas
climatológicas.
8” Crustáceos comestibles de Chile.
9% Animales dañinos á la agricultura, horticultura y zootecnia.
TIT. Botánica
Temas generales
1” Capítulos escogidos de la Biología vegetal.
2 Organos de los sentidos de las plantas.
Temas especiales
1* Cambios que el hombre ha efectuado involuntaria ó intencional-
mente en la flora primitiva.
2 Evolucion de la flora de Chile.
3 Desarrollo de los conocimientos botánicos en Chile.
4 Aspecto diverso de la flora en las diferentes zonas de Chile.
5” Plantas útiles de Chile.
6” Fito-paleontología de Chile.
7 Enfermedades de las plantas de cultivo.
IV. Geología y Mineralogía
Temas generales
1” Manifestaciones del petroleo en América.
2” Solevantamientos y hundimientos en América.
3 La geología de las cordilleras en toda la extensión desde Alask:
al Cabo de Hornos.
4 Comparación entre la constitución geológica de las dos Amé-
ricas.
5” La geología, paleontología, petrografía y mineralogía de cada
uno de los países de América.
320 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
6” En qué época ó épocas se ha verificado eel plegamiento de las
cordilleras. :
7” Las ricas faunas de los vertebrados fósiles encontrados en la
Argentina, Brasil y Estados Unidos de Norte América, ¿qué nos en-
señan respecto á la evolución del reino animal?
8” La época glacial :
a) La extensión del hielo en las distintas latitudes, tanto en senti-
do horizontal como vertical ;
b) Su influencia en la configuración delas costas y en la topografía
é hidrografía del continente;
c) Sus causas;
d) ¿Han sido contemporáneas las épocas glaciares en ambas Amé-
ricas? :
9” ¿Qué nos enseñan los estudios oceanográficos sobre la configu-
ración de los océanos alrededor de América?
10* El volcanismo durante las distintas épocas geológicas y duran-
te la época actual.
11” Los temblores.
Temas especiales
1” El origen del salitre.
2” Zona del carbón en Chile, su formación geológica y fósiles que
le acompañan.
3 Turbas y su desarrollo.
4%” Lavaderos auríferos de Chile, su origen y regiones del país en
que se encuentran.
5” Condiciones geológicas de los yacimientos minerales del país.
6” Rocas eruptivas que encierran elementos metálicos.
7 Rocas buenas conductoras del sonido y del movimiento.
S” Fracturas y dislocaciones en Chile.
9” Estudio de minerales ó de rocas útiles en la industria y que
abundan en Chile.
10” Especies minerales de elementos raros : uranio, tungsteno, va-
nadio, tántalo, ete., de recientes importantes aplicaciones.
11” Tradiciones de los aborígenes chilenos sobre temblores.
1V% CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO 321
CUARTA SECCIÓN
INGENIERÍA
1” Trazados y trochas de las vías férreas intercontinentales.
2” Tarificación de las vías férreas intercontinentales.
3 Terminología técnica pan-americana.
4” Habitaciones de obreros en los diferentes climas.
5% Edificios para espectáculos públicos.
6” Abastecimiento de agua potable.
7” Saneamiento de las poblaciones.
8” Partición de las aguas de riego. Adopción de una unidad de
medida (Regador) pan-americana.
9” Regularización de las corrientes y obras para evitar inundacio-
nes de los ríos torrenciales.
10” Principios generales que deben servir de base á los proyectos
«le nuevas poblaciones.
11” Construcciones de puertos.
12” Construcciones de cemento armado.
15 Fundaciones sobre terrenos movedizos (fangos, ete.)
14” Navegación por ríos y canales.
15” Aplicaciones de la electricidad á la tracción.
16” Alumbrado de los coches en los ferrocarriles.
17 Mapa general de las líneas telegráficas americanas.
18” Convención general é internacional para llevar á cabo la unión
«le las redes telegráficas de los diversos países americanos.
19” Comunicaciones radiográficas pan-americanas.
20” Reglamentación del trabajo en las minas, del punto de vista de
la seguridad y salubridad del obrero. :
21” Monografías de la riqueza minera de los países americanos. -
22% Procedimientos para la concentración de minerales.
23” Empleo delos carbones terciarios en la metalurgia general y
fabricación del coke.
24” Metalurgia del cobre y fabricación del ácido sulfúrico.
25 El salitre chileno. Máquinas y sistemas para su explota
ción.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. 21
322 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
26” Empleo del salitre natural en la metalurgía y en la fabricación
de la soda y el ácido nítrico.
27” La ingeniería y sus aplicaciones en los países americanos.
NOVENA SECCIÓN
AGRONOMÍA Y ZOOTECNIA
I. Producción agrícola
Producción vegetal : elementos naturales; clima de los países ame-
ricanos y especialmente de Chile; agrología (suelo arable).
Preparación y mejoramiento del suelo : trabajos de la tierra arable;
Saneamiento (drenaje); enmiendas y abonos.
Máquinas, aparatos é instalaciones adecuadas para estas opera-
ciones.
Oultivos en los países americanos : zona tropical, semitropical y
templada.
Qultivos especiales de Chile y de los demás paises sudameri-
anos.
Maquinaria agrícola adecuada para estos cultivos, para la prepa-
ración y conservación de los productos; sembradoras; segadoras; bri-
lladoras; frigoríficas, etc.
Industrias agrícolas derivadas de la producción agrícola vegetal
en los diversos países americanos : molinería; destilería; panadería :
pasto aprensado, ete.
Arboricultura : silvicultura; arboles frutales y de ornato.
Horticultura : legumbres y plantas de flores.
Plantación de las dunas.
Replantación de los cerros, montañas y regiones de secano.
Industrias derivadas de la producción arborícola y hortícola : ma-
deras; cortezas; conservación de las frutas y legumbres.
Maquinaria adecuada para la arboricultura, la horticultura y las
industrias derivadas : aserradoras; estufas para secar, ete.
Viticultura y vinificación en los diversos países americanos y par-
ticularmente en Chile.
Vinedos : vinos y licores.
IV? CONGRESO CIENTÍFICO LATINO-AMERICANO. 323
Maquinaria y edificios adecuados : bodegas; prensas filtros; pas-
torizadores, etc.
Patología vegetal: Enfermedades que atacan á las plantas y espe-
cialmente á la vid. Remedios. Estaciones entomológicas útiles. Espe-
cies resistentes á las enfermedades. Extinción de especies dañinas á
la agricultura. Policía sanitaria nacional é internacional.
TI. Producción animal
Régimen pastoril y otros en los países americanos.
Animales domésticos : utilización de los alimentos de producción
animal.
Producción del trabajo mecánico por los animales domésticos. Pro-
ducción de la carne; grasa; leche; lana, etc.
Industrias derivadas de los productos animales : leche mantequi-
lla; quesos, ete.
Mataderos : frigoríficos.
Maquinaria para la elaboración y conservación de los productos
animales.
Razas y variedades de animales domésticos adecuados á las condi-
ciones naturales y económicas de cada país americano.
Aves de corral ; apicultura; sericultura y acuicultura.
Enfermedades parasitarias y contagiosas de los animales domés-
COS
Policía sanitaria nacional é internacional.
TIT. Motores agrícolas
Motores animados : hidráulicos; de viento; de alcohol; de petróleo;
á vapor; eléctricos.
IV. Construcciones rurales
Habitaciones para el personal agrícola. Para los animales domés-
ticos.
Edificios de explotación para las industrias especiales. Caminos
rarales. Cierres.
324 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
V. Elementos económicos de la producción agrícola
El trabajo en la producción agraria y pecuaria y relaciones entre
los patrones y obreros agrícolas. El capital agrícola. Su influencia en
la producción.
Seguridad de la propiedad y vida en los campos.
La conseripción militar y los intereses agricolas.
Medios de transporte : caminos; ferrocarriles; canales y ríos nave-
gables; puertos y sus instalaciones.
Crédito agrícola : bancos agrícolas; warrants.
Sociedades cooperativas agrícolas.
Sindicatos agrícolas.
Asociaciones y sociedades agrícolas de fomento.
Impuestos agrícolas y leyes aduaneras. Su influencia.
Venta y comercio de los productos agrícolas y pecuarios.
Estadística agrícola.
Higiene rural : habitación y alimentación de la población agrícola.
POT-POURRI LEPIDOPTEROLÓGICO
Por EUGENIO GIACOMELLI
Doctor en ciencias naturales
I. Sobre uno de los caracteres genéricos del género Pyrgus Huebn. — 1. Notas
teratológicas : A. Sobre un individuo anómalo de Chlosyne saundersii Doubl.
Hew. B. Sobre un ejemplar monstruoso de Pieris Monuste L. C. Enanos y gi-
gantes en las mariposas riojanas. — III. Notas embriológicas sobre las larvas
de Colias, Chlosyne, etc. — IV. Semejanza de especies y géneros europeos y
americanos y especialmente argentinos : paralelismo específico y genérico. —
V. El poder vital en algunos lepidópteros. — VI. El vuelo en las mariposas.
Mariposas que no vuelan. El yuelo como modo de distinción específica. — VIT.
La estética en las mariposas.
OBSERVACIONES SOBRE UNO DE LOS CARACTERES GENERICOS
DEL GÉNERO Pyrgyus HUEBN. (1)
El doctor Burmeister hablando de este género en su Description
physique de la République Argentine (t. V, pág. 251), dice relativa-
mente á la distinción sexual en el género Pyrgus: «Máles aeec un
repli du bord antérieur des premiéres «iles formant un sillon en arriere
de la cóte, convert d'écailles particuliéres plus grandes, les autres écailles
fines, ressemblant presque aux poils.» Y en la página 245-246 relati-
vamente á la subfamilia Pyrgidae por él creada, dice á propósito (pág.
246, línea 4?) : <... Pautre genre Pyrgus présente un repli de la cóte an-
(1) El género Pyrgus Huebn. = Hesperia Fabr. y = Syrichtus Boisd.
326 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
térieure des mémes ailes, plein d*écailles particuliéres chez le méme sexe,
lesquelles manquent completement ú la femelle ».
Y antes en la página 245 relativamente á ese mismo carácter:
<... Un caractére particulier de celle-ci existe dans les différences sexuelles
de la structure des ales antérieures, ce caractére n'est ni général mi parti-
culier powr la sous-famille mais variable en meswre des genres.» Es decir,
que no todos los géneros lo poseen, pero sí lo posee Pyrgus y otros.
Pero yo voy á demostrar que es un carácter limitado sólo á ciertas
especies y que no es absoluto tampoco dentro del género Pyrgus.
Al describir el doctor Burmeister en la página 253 el Pyrgus nota-
tus Blanchard, especie comunísima en La Rioja y muy común en casi
toda la República Argentina, no habla de la diferencia sexual en la
especie notatus ni se refiere al «estuche particular » que deberían
según él poseer todos los representantes del género Pyrgus, puesto
que según el autor citado este carácter es constante para ese género.
Este pequeño error del notable lepidopterólogo ya nombrado, pro-
viene probablemente de no haber éste tenido numerosos ejemplares
de cada especie para la distinción sexual y de no haber observado
por consiguiente si todos los machos de Pyrgus tenían ó no el replie-
gue costal.
Ahora procederé á probar que no todos los Pyrgus machos tienen
ese carácter.
1” En la especie Pyrgus notatus, según pude verificar en una gran
cantidad de ejemplares, no existe el repliegue característico de que
habla Burmeister, siendo desprovistos de él tanto el macho como la
hembra y por consiguiente imposibles de distinguirse sexualmente
tomando por base ese carácter, y sólo puede hacerse la distinción
sexual, que es siempre difícil por otros caracteres poco marcados,
entre los cuales el más seguro es el examen del abdomen, que es más
delgado en los machos.
2” En otra especie de Pyrgus (1), que cacé aquí en numerosísimos
ejemplares en la finca del doctor G. N. Gómez (Rioja, lado $S.), no
existe»el carácter distintivo y las hembras se distinguen malamente
de los machos por el tamaño generalmente algo mayor y por el abdo-
men en aquéllas más grueso.
3” En el Pyrgus americanus Blanch. pasa lo contrario y la diferen-
cla sexual es notable á primera vista y existe el carácter distintivo
del repliegue costal en los machos.
(1) Pyrgus trisigna P. Mab. ó Hesperia trisigna Mab.
POT-POURRI LEPIDOPTEROLÓGICO 327
4 En todos los demás géneros próximos á Pyrgus (1) como Helio-
petes, Leucochiton, ete., la distinción es fácil gracias á ese carácter
siempre constante en el macho y ausente en la hembra.
Queda, pues, demostrado que para los representantes del género
Pyrgus á que se refiere Burmeister, ese carácter no es válido como
yenérico y debe por consiguiente ser desechado, considerándolo como
específico, á menos que no viniera á demostrarse que durante la me-
tamórfosis existiera ese estuche (2) replegado antes de la eclosión del
imago, en los machos de las especies que adolecen de él ¿n ¿mago
como pasa en el Pyrgus notatus y en la otra especie citada. Pero
sobre esto nada puedo asegurar, pues me es completamente descono-
cida la ontogenia del género Pyrgus y creo que los demás estudiosos
no han vertido aún un rayo de luz sobre este obscuro problema.
00
NOTAS TERATOLÓGICAS
A. — Sobre un individuo anómalo de Ohlosyne Saundersti
Doubl. Her.
Entre los numerosísimos ejemplares de la especie citada, tengo en
mi colección uno que presenta algunas curiosas anomalías de forma
y dibujos que merecen ser descriptas.
Desde luego, se nota una completa asimetría en el desarrollo de
las alas. El ala derecha del primer par mide 10 milímetros y la
izquierda 12, habiendo también una diferencia de 1%*50 en las lon-
vitudes respectivas de los bordes externos y otro tanto en los bordes
posteriores. Además en la coloración de la página superior se nota
que los puntos blancos de la franja externa, completamente normales
en el ala izquierda del primer par, presentan en la derecha (y sobre
todo los cuatro inferiores) la particularidad de unirse en una línea
continua. Y los puntos blancos situados en serie paralela á los exter-
nos, normales en el ala izquierda del primer par no lo son en la dere-
cha, siendo en ésta completamente confusos y poco visibles, excepto
los de los extremos de la serie, á pesar de la perfecta conservación
(1) Estos géneros no son al fin y al cabo sino subgéneros de Pyrgus y así lo
entienden varios autores.
(2) Repliegue costal que tiene esta forma =.
328 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
del ejemplar, y los puntos más grandes amarillo-ocráceo situados en-
tre las dos series de puntos blancos, se reducen á uno mediano en el
ala izquierda del primer par y ninguno en la derecha, habiendo en
ésto también asimetría. Las alas del segundo par no presentan nin-
guna anomalía de desarrollo ni de coloración.
Respecto á la página inferior de las alas se notan las mismas ano-
malías de coloración ya citadas.
Es interesante sobre todo la evidente asimetría respecto al des-
arrollo, pues es claro que se trata de un individuo mal desarrollado
ó raquítico, tal vez producido por una larva y crisálida que han estado
en condiciones desfavorables; además es curiosa la asimetría en la
forma y disposición de los puntos citados, pues á pesar de presentar
esa especie un sinnúmero de formas individuales diferentes, en nin-
guno de los numerosísimos ejemplares que poseo, ni en otros obser-
vados, está alterada la ley de simetría bilateral, ni en el tamaño ni
en la coloración.
Este ejemplar que describo, fué cazado, como casitodos los quetengo,
en la finca del doctor G. N. Gómez (Rioja, lado S.) en octubre de 1906.
B. — Sobre un ejemplar monstruoso de Pieris Monuste L.
anormalmente provisto de una cola
Se trata de un ejemplar hembra de Pyrgus Monuste L. de tamaño
poco superior al normal y de coloración usual, que presenta la curio-
sísima anomalía, casi podría decirse la monstruosidad, de poseer una
cola de 5 milímetros de largo en el ala del segundo par, en cuya extre-
midad penetra la tercera nervadura subcostal, siendo completamente
asimétrica con el lado izquierdo, que es normal. Dicha cola da al ala
derecha el aspecto que tienen los géneros próximos Gonepteryx y
Mathamia. Es de observar que la Pieris Monuste L. no posee normal-
mente apéndice caudal alguno, siendo las alas del segundo par com-
pletamente redondeadas en su periferia. Probablemente se trata de
un caso de monstruosidad embrional quizá debido á desigual compre-
sión de la erisálida y no de un híbrido de Pieris Monuste y otras espe-
cies provistas de cola, pues en este último caso, el híbrido tendría
con toda probabilidad caracteres mixtos, mientras que es en todo
absolutamente típico en la coloración.
Dicho ejemplar, proveniente del Saladillo (á dos leguas de la capi-
tal y 4500 m. de altitud más ó6 menos), estaba mezclado con una infini-
dad de otros perfectamente normales de ambos sexos. Es de observar
POT-POURRI LEPIDOPTEROLÓGICO 329
que habiendo ocurrido los meses de diciembre y enero de 1906 una
invasión de muchos millones de individuos de esta especie, que ocupó
según datos oficiales y particulares casi toda la República Argentina,
no ha sido difícil para mí capturar y observar como hice, centena-'
res (1) de individuos de esa especie, sin notar más que una sola vez
semejante monstruosidad.
Aunque insignificante en sí misma, esta observación no deja de ser
importante, pues permite entrever cómo se forman según las actuales
doctrinas científicas, los géneros provistos de apéndices caudales, de
otros de ellos desprovistos, cuando un caso como el que he registrado
se hace hereditario y se propaga á través del tiempo dando origen á
nuevas especies.
Una vez más, el evolucionismo triunfa.
OC. — Enanos y gigantes en las mariposas riojanas
En las colecciones lepidopterológicas numerosas en ejemplares du-
plicados bien ordenados en serie llama siempre la atención el dife-
rente desarrollo de los individuos, que pueden graduarse desde ejem-
plares pequeñitos, enanos, hasta ejemplares gigantescos pasando
eradualmente por los de la dimensión específica mediana.
Es mi propósito hacer una especie de registro de aquellos de mi
colección que son anormales por su tamaño, citando las especies res-
pectivas. Doy á continuación un cuadro ordenado por familias donde
están anotadas las medidas mínima, máxima y normal, para las espe-
cies en que pude observar diferencias notables en el tamano.
(1) Estas Piéridas empezaron á observarse de repente en La Rioja después de
un día en que corrió el viento llamado zonda (2 dic. 1906). Estaban posadas en
eran número en los alfalfares. El día 4 de diciembre habiéndome trasladado al
Saladillo (dos leguas de la capital) observé algunas. En los días siguientes cre-
cieron á tal extremo que la invasión tomó proporciones aun mayores que las del
acridio. Descendían desde lo alto como innumerables copos de nieve en cielo
sereno. Los charcos de. agua estaban cubiertos de estas mariposas que formaban
blancas alfombras. ¡En un solo golpe de red pude cazar como 60 individuos !
Casi todos los ejemplares tenían las alas algo desgastadas y tal vez procedían de
muy lejos. Según datos serios la república estaba por dos tercios invadida por
innumerables enjambres. Pero parece que los daños que produjeron las orugas no
fueron considerables. En medio de estas mariposas venían mezcladas en mínima
proporción otras Piéridas como Hesperocharis, Tachyris, Catopsilia, etc. He visto
una invasión semejante en otra mariposa de la familia Heliconidae, subfamilia
Acracidae (Actinote Thalia), pero no asumió nunca proporciones tan colosales.
330 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
TAMAÑO
A
Mínimo Ea Máximo
observado aora observado
PAPILIONIDAL
Papilio Thoas L. (Forma Thoantiades Burm.). 86 110 132
TAGLADO VANE Ma 74 100 104
PIERIDAE
Neri PO RAS MS A 38(Q!) 60 63
Tatochila Xanthodice (Lue.) Butl .......... 41 50 54.
= Anto dica (DN) Bu 49 53 56
UNEN A A 28 35 52
Colias Lesbia Fabr. (macho)... 32 45 52
- MN O 38 45 52
— (hembra pallida)........ 33 45 59
Catopsilia Cypris Fab. 54 69 76
— Eb U Len acc. Ser DOS AIRE id 48 60 69
e SAC e A 1 52 97 62
Hesperocharis (Mathania?) Gayi Blanch. ..... 46 51 56
DANAIDAE
Danaida Archippus Fab. 67 85 104
— TPYDDOS MEIOO aaa oa 59 15 84
HELICONIDAE (sub-fam. ACRACIDAD)
ActMNOote] Pyradlar Da 40 61 64
NYMPHALIDAE
ADORO ORO DRO 1 A ode A 50 60 71
Dione Vamillae L....... A A le 50 63 a
TIGDIDRO CUA o 46 33 60
Pyrameis Huntera Pal... ooo 46 59 64
=— Cayo 3) 47 56
Junomia Lava Cra 46 54 62
Chlosyne Saundersii Doubl. HeW......0..o.... 36 46 96
LIBYTHEADAE
Libythea Carinenta CraM 34 50 92
SPHINGIDAE
Protoparce cingulata Fabr ....ooooo.o...... 386 95 96
NOCTUIDAL
reos O dora e nee ORO UE 106 (Q!) 136 166(97
Nora. — Los promedios específicos son en general los de Burmeister. Todos
los números del cuadro presente expresan milímetros.
POT-POURRI LEPIDOPTEROLÓGICO 331
El cuadro citado demuestra claramente que en algunas especies la
desproporción de tamaño entre algunos individuos es inmensa y que
puede llegar á algo asombroso si se toman los términos extremos, es
decir, el mayor de los gigantes y el más pequeño de los enanos.
Las causas probables de estas formas mayores y menores que la
normal, son: la diferencia de temperatura y el encontrarse la larva
en condiciones difíciles de alimentación, ó no tener á ésta en canti-
dad suficiente, pues he tenido ocasión de observar este fenómeno al
criar orugas, y he visto que los ejemplares de mi colección se encuen-
tran enanos generalmente en las formas primaverales y gigantes en
el máximo de temperatura de la estación de verano. Pero no es ley
absoluta y puede, aunque no frecuentemente, sufrir excepción.
III
NOTAS EMBRIOLÓGICAS SOBRE LAS LARVAS DE Colias Lesbia FABR.
Y Chlosyne Saundersit DOUBL. HEW.
Las larvas de las dos especies citadas parecen ser poco conocidas
por los naturalistas y podrían tal vez ser descriptas incompletamen-
te; por esa razón, aun temiendo repetir caracteres ya estudiados, doy
aquí, aunque sea para los principiantes, una breve descripción de las
orugas y crisálidas de ambas.
1%. — Colias Lesbia Fabr.
a) Oruga. — Vive, como es sabido, sobre la alfalfa (Medicago sati-
va), planta forrajera comunísima y cultivada en gran cantidad en
toda la República Argentina. Su color es verde tierno con dos rayas
laterales más claras blaneo-amarillento que resaltan mucho sobre el
fondo; otras dos rayas de color amarillo- verdoso y mucho menos visi-
ble, están colocadas á los lados del dorso. Cuerpo y cabeza cubierta
de una tenue pubescencia blanquecina poco visible. Patas espurias
en el 6%, 7*, S” y 9” segmento.
Superficie inferior ó ventral de un color azulado claro.
b) Crisálida. — De color verde-tierno al principio, en poco tiempo
332 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
toma un color tendiente á rosado ó rojizo, sobre todo si se trata de
un ejemplar macho.
La eclosión tiene lugar muy pocos días después de la formación de
la crisálida.
2%. — Uhlosyne Saundersii Doubl. Her.
a) Oruga.—Vive sobre el «sunchillo» ó «chilquilla», Wedelia glauca
(Ortega) Hoffim. y sobre el «ataco », Amaranthus chlorostachys W. Su
color es rojo-ladrillo intenso. Está provista de pelos en forma de arbo-
parecidos á los de algunas Saturnmiadae pero más cortos. Los
litos
pelos son negros y se destacan sobre el fondo rojizo del cuerpo; la
cabeza es negra. Región central gris. Tiene cinco pares de patas espu-
rias 6 abdominales en el 5%, 6% 7%, S% y 10” segmento. Los pelos están
dispuestos en seis series longitudinales.
b) Crisálida. — De color de carne pálido con una línea obscura que
parte desde la cabeza hasta la extremidad del abdomen en la superfi-
cie ventral; el tórax y abdomen cubiertos de puntos obscuros y sobre
las alas embrionales estos puntos se alargan en forma de comas ,,,.
Algunas crisálidas son mucho más obscuras. La evolución es muy
rápida.
IV
SEMEJANZA DE GÉNEROS Y ESPECIES AMERICANAS
PARALELISMO GENÉRICO Y ESPECÍFICO
Así podría denominarse en todo rigor el fenómeno que presentan
géneros y especies de continentes lejanos como el europeo y el ame-
ricano, de tener coloraciones homólogas y á veces casi iguales, pu-
diendo siempre, sin embargo, distinguirse el género ó la especie de
un continente de los del otro á pesar de guardar una correspondencia
de coloración sorprendente. Cito aquí los géneros y especies en que
pude hacer la observación de esa correspondencia ó paralelismo.
Á veces el paralelismo se hace entre dos géneros considerados
como distintos.
Los ejemplos que apuntaré, y que podrán ser verificados en cada
caso especial, serán limitados, para no alargar demasiado la lista.
POT-POURRI LEPIDOPTEROLÓGICO 333
ESPECIES PARALELAS Y MUY PARECIDAS
Especies europeas Especies americanas
Papilio Machaon L. Papilio Americus Koll. de Méjico.
IS ( — Neosilaus Hoptf. de Honduras.
— Podalirius L. ñ .
l — Autosilaus Bates del Brasil.
Pieris daplidice L. Al grupo gen. Tatochila y especialmente á Tatochila
Autodice (Hb.) Btl. de la Rep. Arg. etc.
Colias phicomone Esp. Q Á una var. Q de Colias Lesbia Fabr. de la Rep. Arg.
Pyrameis carduis L. Pyrameis carye Huebn. de la Rep. Arg., ete.
Gonepteryx rhamni L. Goneptheryx Gueneana Boisd. de Honduras.
Protoparce convolvuwli L. Protoparce cingulata Fabr. de la Rep. Arg., ete.
Acherontia Atropos L. = rústica Fabr. de la Rep. Arg., etc.
Dilina tiliae L. Hemeroplanes ¿grisescens? Rottes de la Rep. Arg., ete.
Deilephila gal Hbn. Deilephila euphorbiarum Gué. de la Rep. Arg., etc.
Hyloicus pinastri L. Hyloicus maura Berg. de la Rep. Arg., etc.
Daphnis Nerú L. Philampelus (de var. esp.) de la Rep. Arg., etc.
Augiades silvanus Esp. Hesperia phylaeus Drury de la Rep. Arg., etc.
Thanaos tages L. Pythonides Asychis Cram. de la Rep. Arg., etc.
Hesperia Alveus Hbn. Hesperia americana Blanch. (sobre todo á la 0) yá
otros Pyrgus = Hesperia de la Rep. Arg., ete.
Deiopeia pulchella L. Deiopeia ¿ornatrix? L. de la Rep. Arg., etc.
NoTA. — Algunas especies europeas se parecen tanto á sus paralelas ameri-
canas que es costoso distinguirlas. Por ejemplo el parecido que hay entre Deile-
phila Daucus Cr. y Deilephila livornica Hbn. es asombroso, y según Weymer-Maas-
sen, son especies idénticas, lo que estaría de acuerdo con la observación que pude
hacer sobre ejemplares de ambos continentes. Se trata pues seguramente ó con
mucha probabilidad de una sola especie cosmopolita, ó casi cosmopolita.
EL PODER VITAL EN ALGUNOS LEPIDÚPTEROS
Todos los lepidópteros en general y sobre todo los nocturnos y las
especies diurnas de gran tamaño son muy resistentes al dolor y á la
muerte, pero algunos que observé pasan todo límite en ese sentido.
Los Euryades Duponcheli Lug. viven muchos días con el cuerpo
reventado y así pueden, aunque mal, revolotear todavía; lo mismo
dígase de la Danaida y algunos Papilio, aunque en menor grado.
Varios esfíngidos tienen una resistencia al calor extraordinaria y
334 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
resisten también al dolor como los ya citados. Pero indudablemente
los que llegan al límite extremo de la potencia vital son los Cossus de
Europa y su género paralelo en América Endoxyla, que sufren los
más grandes martirios sin morir hasta que su cuerpo esté completa-
mente destrozado y envenenado. Jamás pude ver resistencia vital
más asombrosa.
vI
EL VUELO EN LAS MARIPOSAS. MARIPOSAS QUE NO VUELAN
EL VUELO COMO MODO DE DISTINCIÓN ESPECÍFICA
En las mariposas hay distintos modos de volar. Los Papiliónidos
vuelan con rapidez á veces asombrosa (Ornithoptera) casi como las
aves, y cuando se posan sobre alguna flor tienen la costumbre de
golpear sucesivamente las alas de un modo rápido vibrándolas, aun-
que más lentamente, como los colibrís.
Las Piéridas tienen vuelo variable; á veces rápido (Gonepteryx,
Catopsilia) otras tranquilo (algunas Pieris, Burema, Lepsidia, ete.) y
casi siempre irregular y en Zig-zag cuando se trasladan de un lugar
á Otro.
Las Danaidas se asemejan en su vuelo á los Papilio; su vuelo es
más lento y majestuoso que el de éstos pero generalmente mucho
menos rápido.
Los Helicónidos son muy lentos en su vuelo y muchos de ellos tan
estúpidos que casi no vuelan y se dejan cazar con la mano ó con un
sombrero.
Los más voladores entre los lepidópteros son indiscutiblemente los
Ninfálidos. Su cuerpo robusto y sus alas provistas de fuertes nerva-
duras le dan la supremacia del movimiento. Muchos entre ellos (Va-
nessa, Pyrameis) cuando se asientan, dan golpecitos suaves y sucesi-
vos abriendo y cerrando las alas con un movimiento rítmico. Otros
erandes y robustos como Aganisthos, Charases, Prepona, ete., vuelan
como aves y de golpe se posan sobre una corteza, donde algunas
especies se dejan capturar con toda facilidad.
Los Morfos (Morphoides) tienen el vuelo lento y majestuoso y gene-
ralmente vuelan á bastante altura. Los Satíridos son también mari-
posas de lento vuelo y gustan estar escondidos en lo más espeso de
POT-POURRI LEPIDOPTEROLÓGICO 335
los bosques donde recorren pequeñas extensiones siendo algo seden-
tarios.
Los Hrycinidos no son mariposas de gran vuelo : á ello se opone su
mole reducida y su estructura delicada.
Los Hespéridos son mariposas de vuelo extremadamente caprichoso
é irregular; sus alas muy pequeñas en proporción de su tórex enor-
me, no se prestan á efectuar vuelos largos y continuados y casi podría
decirse que saltan en el aire ayudándose con las alas. Generalmente
recorren pequeños trechos y se posan muchas veces á pequeñas dis-
tancias. Algunos ejecutan en el aire movimientos caprichosos (Thy-
mele, Helias, Helispetes) y á veces circulares.
Los Castnía vuelan poco y mal. Su caza, aunque son raras, no es
difícil.
Pasando á los lepidópteros crepusculares, los Esfíngidos pueden ser
considerados como las más voladoras entre todas las mariposas; algu-
nas especies de Deilephila y Chaerocampa efectúan viajes de centenares
de millas, pasando del norte de África al continente europeo y estre-
llándose en los faros de las costas donde son atraídas por la viva luz.
Los Sintómidos vuelan en general poco y golpeando las alas suce-
sivamente : su caza es fácil.
Los Bombices y Saturnmiados son en general poquísimo voladores;
los machos de ciertas especies, sin embargo, hacen excepción á esta
regla, pero las hembras están casi siempre inmóviles sobre las hojas,
cortezas, paredes viejas, ete., y su abdomen inflado y grueso no se
presta para el movimiento, que cuando se efectúa es siempre torpe y
pesado.
Entre las Nocturnas hay mariposas grandes muy voladoras como
los Erebus de vuelo irregular pero bastante poderoso; y así podrían
citarse muchos otros géneros entre los de pequeño tamaño. Lo mismo
dígase de los Geometrinos.
Hay también mariposas que no vuelan absolutamente. Son las
hembras de los Psichoideos (Psiche, Oeceticus, ete.) que no tienen alas
y cuyo cuerpo informe y semejante á una oruga vive dentro de un
estuche característico, construído con detritus secos de hojas, ebe.,
por la oruga misma, permaneciendo allí durante toda su existencia,
aun durante la época de la reproducción, siendo fecundadas por el
macho que es alado y bastante volador á través del estuche que es
abierto por una extremidad. Sólo después de la fecundación la hem-
bra abandona el estuche yendo á morir fuera de él (ver Burmeister,
Descrip. physique de la Rép. Ary., t. V, pág. 400).
336 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Para terminar, ¿se puede considerar el modo de volar como un
carácter específico ?
Yo creo que si es cierto que cada familia de lepidópteros tiene su
manera característica de volar, no por eso sería fácil indicar en cada
caso específico el modo de vuelo. Puede distinguirse una que otra
especie de mariposa al verla volar y aun de lejos, pero si el juicio del
observador no fuera acompañado de la visión de los dibujos y colora-
ción, sería imposible que acertara á especificar. No hay que olvidar
que hay dentro de un mismo género especies muy próximas, á veces
casi iguales, y en este caso es casi imposible juzgar de qué se trata,
cuando se mueven rápidamente. Pero una práctica de muchos años
puede, á fuerza de paciencia, hacer juzgar con mucha aproximación
y acertar casi siempre si se hace, como dije ya, un juicio complexivo
de forma, coloración, modo de volar y manera de posarse.
VII
LA ESTÉTICA EN LAS MARIPOSAS
Las mariposas son á mi humilde y tal vez apasionado juicio, los
más lindos entre los insectos, y si estoy en un error, tengo el consuelo
de verme acompañado en él por otros muchos apasionados lepidopte-
rófilos. Ahora, admitiendo por un momento que las mariposas sean
los insectos más hermosos resta saber cuáles son entre ellas las que
llevan la palma en el torneo de la belleza.
Juando se expone al público una vasta colección de lepidópteros
es seguro de que los Morpho con su color, generalmente azul, y refle-
jos metálicos y sus alas enormemente grandes en proporción del
cuerpo pequeñito, ganan el primer premio de la belleza y la mayoría
se decide por ellos, mereciendo su nombre de Morpho (sinónimo de
Venus). :
Los Helicónidos de alas ovaladas y largas, de fastuosas libreas, y
á veces transparentes como libélulas, tienen también muchos admi-
radores.
Otros prefieren los Satyridos de aterciopeladas alas, de tintes
severos y distinguidos, obseuros y sombríos como el humus de las
vírgenes selvas donde habitan.
Los Ninfálidos tienen el atractivo de la inmensa variedad de forma
POT-POURRI LEPIDOPTEROLÓGICO DN
y color, desde los modestos y graciosos Phyciodes hasta las Prepona
refulgentes y grandiosas y las Callithea y Catagramma, medianas de
tamaño, pero verdaderas joyas, parecidas á los colibrís por el brillo
deslumbrante de sus colores. Por algo fueron llamadas Callithea que
quiere decir bella diosa.
Las Piéridas son bonitas sin ser hermosas; su sencillez rara vez
alcanza á la magnificencia: son más graciosas que lindas.
Los Papiliónidos ocupan también un altísimo lugar en el concurso
estético. Sus alas elegantes y á veces provistas de largas colas y la
armonía que reina casi siempre entre sus colores, le hacen obtener
si no el primer premio de la belleza, el primero de la elegancia.
Entre los Erycinidos hay mariposas regiamente hermosas como
Helicopis, Ancyluris, etc., pero son por lo general pequeñas y podrían
definirse alhajas minúsculas.
Los Hespéridos son curiosos é interesantes pero flaquean desde el
punto de vista estético: su tórax enormemente grueso, sus ojos sa-
lientes, sus antenas cortas y sus alas demasiado chicas en proporción
del cuerpo, los hacen poco simpáticos, á pesar de haber algunos
excepcionalmente muy bellos (Thymele, Proteides, ete.).
Los Esfingidos participan de muchos de estos defectos, pero son
mucho más admirados por sus colores y dibujos y á veces por su titá-
nica corpulencia.
Entre los Bómbices y los Nocturnos hay mariposas sublimes como
los Athacus, Saturnia, Erebus y Thysania; algunas de estas últimas
parecen por el tamaño y aspecto aves nocturnas rapaces y sus esca-
mas llegan á formar un verdadero plumaje ó algo que tiene ese aspec-
to. Son muy hermosas pero tienen matices muy obscuros y aspecto
demasiado funerario; por eso el vulgo las llama «tapia» ó mariposas
de la muerte, creyéndolas de mal agiiero.
Para concluir con algo de mi predilección yo asignaría el premio
non plus ultra de la estética álos Uránidos. Elegantes como los Papi-
liónidos, brillantes como los Ninfálidos y Erycinidos, á veces de porte
severo como los Satyridos y Nocturnos, de reflejos metálicos como los
Morpho, y sin tener de éstos la monótona uniformidad de coloración,
poéticos en su deslumbrante y aristocrática belleza y poéticos hasta
en su nombre, resumen á mi parecer todas las bellezas en un conjunto
ideal al cual ningún otro grupo de mariposas puede alcanzar.
Pero... esta es una opinión... ¿cuál entre todas será la acertada?...
La Rioja, 1908.
AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXV. Al!
BIBLIOGRAFÍA
CASA EDITORIAL GAUTHIER VILLARS, PARIS.
La Terre et la Lune, forme extérieure et structure interne, par P. PUISEUX,
astronome a l1'Observatoire de Paris. Un volume in 8% (25X16) de 1v-176 pa-
ges, avec 28 figures dans le texte et 26 planches Gauthier-Villars éditeurs, Pa-
ris, 1908. Prix broché, 9 franes.
Este nuevo volumen, esmeradamente impreso por la reputada casa Gauthier-
Villars, forma parte de los Etudes nouvelles sur l.astronomie, iniciados por los as-
trónomos Ch. André (director del Observatorio i profesor de astronomía en Lyon)
1 P. Puiseux, astrónomo i colaborador del 4tlas fotográfico de la luna en el Obser-
vatorio dle París.
Sirva esto de carta de recomendación sobre la competencia del autor.
El señor Puiseux para hacer notar la afinidad de los fenómenos físicos lunares
con los de la tierra, ha creído, con acertado criterio, dar un resumen de los cono-
cimientos actuales fisiográficos i ¡jeolójicos de nuestro planeta, que permiten
deducir, por analojía, los que han convulsionado al pálido reflector nocturno,
modificando sus condiciones físicas primitivas.
Con dicho objeto, luego de historiar los progresivos conocimientos morfográfi-
cos de la Tierra desde Thales a Newton i el ensayo de teorías matemáticas sobre
a figura de la misma, de los resultados jenerales de las medidas jeodésicas verl-
ficadas, describe a grandes rasgos el relieve terrestre; agrega las principales
teorías orojénicas; pasa a la estructura interna según los datos de la mecánica
celeste, de la física, de la astronomía i de la jeolojía.
Conocido así, sintéticamente, nuestro planeta, el astrónomo Puiseux entra a
examinar las condiciones de la Luna, apoyándose en numerosas fotografías luna-
res, de las cuales figuran en la obra veintitrés mui hermosas.
En esta segunda parte estudia la configuración de la Luna según los métodos
gráficos i micrométricos ; el jénesis del globo lunar i las condiciones físicas en su
superficie; la figura de la Luna según los documentos fotográficos ; los circos lu-
nares i las principales teorías selenolójicas ; la intervención del vulcanismo en la
formación de la corteza lunar ; las formas poligonales en la Luna i la testificación
de ésta en el problema de la evolución de los planetas.
Es, pues, una obra interesante é instructiva.
S. E. BARABINO.
RIBLIOGRAFÍA 339
CASA EDITORIAL CH. BÉRANGER, PARIS.
I'accumulateur au plomb (ordinaire et allotropique) par GOrRGES ROSSET,
ingénieur des arts et manufactures, etc. 1 volume de 408 pages, erand in-80,
avec 58 figures dans le texte. Editeur, Ch. Béranger. Paris et Liege, 1908.
El autor se propone en esta obra hacer un estudio racional del acumulador
por el plomo, sin describir sistema alguno, ya que todos se diferencian tan sólo
en los detalles, i tratando de hallar las más apropiadas dimensiones de sus dife-
rentes elementos, para hermanar la lijereza con la duración, i arribar a una
construcción racional del mismo.
Con tal objeto, ha dividido su trabajo en cuatro grandes secciones. En la pri-
mera da una nueva teoría del acumulador por el plomo, poniendo en evidencia
un estado alotrópico de éste isu aplicación al acumulador ; en la segunda trata
del progreso futuro del acumulador-tracción; en la tercera, las propiedades jene-
rales de las aleaciones de plomo i antimonio para emparrillado de acumuladores ;
por fin, en la cuarta, trata de diversas cuestiones conexas con la industria de los
acumuladores eléctricos.
Les principes de la construction des charpentes meétalliques et leurs
applications aux ponts a poutres droites. combles, supports et cheva-
lements, extraits du cours d'4rehitecture industrielle, professé a 1'École Spé-
ciale des arts eb manufactures et des mines par HENRI DECHAMPS, professeur
a la Faculté technique de 1"Université de Liege, ancien ingénieur de la Société
Cockerill a Seraing. Troisieme édition, reyue et augmentée. 1 volume de vHt-
592 pages erand in 8% avec 387 figures intercalées dans le texte. Ch. Béranger,
editeur. París, 1908.
Interesante trabajo de mecánica aplicada a un determinado jénero de construc-
ción, las armaduras metálicas, la obra del injeniero Dechamps, a pesar de su vo-
lumen i coste, ha llegado ya a su tercera edición. Es su mejor recomendación.
El objeto del autor es agrupar los conocimientos técnicos i prácticos necesarios
para efectuar los cálculos i trazar los dibujos de ejecución de las armaduras más
usuales que pueden presentársele a un injeniero, teniendo en vista la creación
o transformación de una instalación industrial.
En esta tercera edición el autor ha introducido notables mejoras.
Manuel pratique de galvanoplastie par le docteur W. PraNHAUSsER, ingé-
nieur fabricant de machines, appareils et produits employés en galvanoplastie.
Traduit de l'allemand par 4d. Jouve, ingénieur conseil, directeur de la Revue
d' Electrochimie et d' Electrométallurgie. 1 volume de vir-134 pages, grand in-80,
avec 35 figures dans le texte. Editeur, Ch. Béranger. Paris et Liege, 1908.
El objeto del autor es tratar de la galvanoplastía de modo que el lector tenga
un sumario completo de la cuestión.
El índice de la obra es el siguiente : I, Historia. IL, Trabajos preparatorios : A.
Moldeo (moldes metálicos, moldes con cera i similares, con gutapercha, con cola,
con yeso). B. Conductores : conducción por el grafito; metalización química 1
340 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
por incrustaciones metálicas. UL, Baños galvanoplásticos i sus constantes (encobra-
do, niquelado, acerado, plateado, dorado. Constantes). TV, Fenómenos de los de-
pósitos espesos metálicos. V, Los anodos en los procedimientos galvanoplásticos. VI,
Instalaciones de aparatos para los baños. VII, Práctica de la galvanoplástica :
clisés, ídem gruesos para impresiones; tipos de imprenta; discos para gramófo-
nos; galvanoplástica dental, ornamental 1 sobre cuerpos no conductores. Cua-
dros.
S. E. BARABINO.
Exploraciones arqueolójicas en la ciudad de La Paya (valle Calchaquí,
provincia de Salta), campañas de 1906 i 1907, por J. B. AMBROSETTLI, director
del museo etnográfico. 1 volumen de 278 pájinas en 8% mayor, con 121 figuras
intercaladas i una plancha anexa al texto. Buenos Aires, 1907.
Acusamos recibo de esta interesante memoria de nuestro estimado consocio, el
señor Ambrosetti, la que ya habíamos leído con interés en la Revista de la Uni-
versidad de Buenos Aires (Facultad de filosofía i letras), donde fué publicado por
el laborioso director del museo etnógráfico.
Recomendamos su lectura por los datos curiosísimos que este trabajo encierra
relativos a una de nuestras poblaciones prehistóricas, descritas con el detalle i
abundancia de ilustraciones que hacen tan ameno un tema de por sí árido.
La arqueolojía arjentina debe ya muchos trabajos meritorios al señor Ambro-
setti, quien con tanto amore se ha dedicado a este jénero de estudios, en los que
descuella marcadamente. :
S. E. BARABINO.
Les découvertes modernes en physique. Leur théorie et leur role dans 1hy-
pothese de la constitution électrique de la matiéere, par O. MANVvILLE, docteur
es-sciences. 1 vol. de 190 pages avec 32 figures dans le texte. Librairie scien-
tifique A. Hermann. Paris, 1908. Prix broché, 6 frances.
Es notorio el interés que demuestran los físicos, en todas los naciones civiliza-
das, por el estudio de la materia en su constitución atómica para hallar una solu-
ción racional de los fenómenos físicos. Muchos esperimentadores suponen una
constitución eléctrica para la materia, engolfados entre ¿ones i electrones, surjidos
de los grandes 1 transcendentales descubrimientos realizados por los sabios en
estos últimos años.
El doctor Manville ha publicado su trabajo con la idea de hacer conocer, a
los que lo ignoran, las razones en que se fundan muchos físicos para formular la
hipótesis de una constitución eléctrica de la materia i presentar, a las que no la
aceptan, las objeciones que otros físicos le hacen.
El doctor Manville, con este objeto, estudia las descargas eléctricas a través
de los líquidos i de los gases; la ionización de los gases; el electrón. Como intro-
ducción a la teoría electrónica de la materia, analiza los conocimientos a que se
ha llegado en el estudio de los cuerpos radioactivos; en seguida la radio activi-
dad inducida de la materia i la teoría electrónica de la misma.
S. E. BARABINO.
BIBLIOGRAFÍA 341
Contribución a la jeolojía de Lima i sus alrededores, por CarLos I. Lis-
SON, injeniero de minas ete. Lima, 1907.
Es un volumen de 125 pájinas, en 8 grande, con un cuadro comparativo en-
tre los fósiles limeños i las especies análogas del estranjero ; 15 figuras 1 13 lá-
=
minas con 67 fotografías de observaciones paleontolójicas; 17 visitas fotográfi-
cas de yacimientos fosilíferos ; 10 fotografías de muestras fotográficas; 5 vistas
petrográficas también referentes a la petrografía; un mapa jeolójico, en la escala
1:88800, i dos secciones relativas al mismo ; i un plano hipsográfico 1 jeolójico
del Cerro de San Cristóbal, en la escala de 1:6400, el todo cireunseripto a Lima
1 sus alrededores.
Esta obra fué premiada con medalla de oro por el honorable concejo provincial
de Lima en 1907, i no es sino el comienzo de un trabajo de mayor aliento rela-
tivo a la jeolojía de la zona ocupada por la capital limeña 1 sus adyacencias.
El autor dividió su trabajo en tres secciones : antecedentes, contribución i jeolo-
jía de Lima. En la primera expone cuanto pudo conocer respecto de la ¡jeolojía
de Lima, mediante los museos, las mapotecas 1 bibliotecas, para dejar constan-
cia del estado de la cuestión en el momento de emprender su trabajo; en la se-
eunda espone el resultado de sus propios estudios 1 observaciones, que abarcan
la paleontolojía, la tectónica 1 la petrografía de la misma rejión; resumiendo
luego en la tercera, el estado de la misma cuestión en el momento que el autor
la deja, la que constituye verdaderamente la Jeolojía de Lima i sus alrededores.
Es un trabajo minucioso 1 concienzudo que demuestra la erudita competencia
profesional del injeniero profesor, señor Lisson.
S. E. BARABINO.
Contribucao para a historia natural dos Lepidopteros do Brasil por Br-
NEDICTO RAYMUNDO DA SILVA. Relatorio geral, 32 reuniáo do Congresso scien-
tifico latino americano. Tomo III, livro B, Rio de Janeiro, imprensa nacio-
nal, 1907.
Acusamos recibo de esta importante monografía, que constituye el trabajo pre-
sentado al tercer Congreso científico latino americano por el señor da Silva, tan
favorablemente juzgado en ese importante certamen internacional.
Jr 1D).
Registro oficial, correspondiente al año de 1907. Asunción. República del Pa-
raguay. 1908.
Hemos recibido esta publicación oficial del gobierbo paraguayo. Si bien la
documentación no nos interesa directamente, nos es grato hacer constar que la
república hermana se mueve, vale decir, entra con paso firme en el terreno de los
progresos positivos, del que hasta hace poco la tenían desviada sus contiendas
políticas.
Hacemos votos porque tales progresos sean rápidos i continuos.
A
Curso elemental de geología, por A. SEIGNETTE, traducido y adaptado á las
necesidades de los colegios nacionales y escuelas especiales de la República
Argentina por el doctor Juan B. González profesor de la materia en la Escuela
342 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
normal de maestras de Buenos Aires. 1 volumen de más de 290 páginas, en 80
menor, con 236 figuras intercaladas en el texto. Cabaut y compañía, editores,
Buenos Aires, 1908.
Acusamos recibo de esta obra de jeolojía elemental, que, si bien escrita cn
francés por el profesor Seignette, justo es atribuirla también al doctor González,
en su versión castellana.
En efecto, este señor no se ha concretado, como hacen muchos, a traducir li-
teralmente la obra francesa, sino que de acuerdo con el fin que se proponía, la
enseñanza de la jeolojía a alumnos arjentinos, ha intercalado, o, mejor aun,
substituído no pocas nociones i ejemplos del testo orijinal por otros de aplica-
ción a nuestro país, demostrando estar al cabo de los progresos ¡jeo-paleontolóji-
cos en la Arjentina, merced a los trabajos de nuestro pequeño pero meritorio
grupo de esploradores i naturalistas nacionales, coadyuvados por otros hombres
de ciencia que han hecho de la Arjentina una segunda patria, a la vez que el
campo de sus actividades intelectuales.
Cabe preguntar, entonces, ¿por qué el doctor González no ha hecho obra es-
elusivamente propia, sin perjuicio de guiarse por el tratadito de Seignette u otros
que pudieron servirle de modelo?
Es de esperar que en una segunda edición, nos daráun trabajo completamente
suyo.
En cuanto al testo de los profesores Seignette y Gonzales es un interesante
resumen de geología, que, a pesar de ser elemental, puede ser útil no sólo a los
alumnos de los colejios nacionales, sino que también a cuantos deseen conocer
sintéticamente los progresos hechos por esta rama tan atrayente y útil de la
ciencia.
S. E. BARABINO.
ÍNDICE GENERAL
DE LAS
MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO SEXAGÉSIMO QUINTO
Nota sobre fórmulas geodésicas, por MANUEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ... ........
Anteproyecto general para la explotación de la corriente eléctrica y del gas en
el municipio de la capital, por el ingeniero JORGE NEWBERY. ...00ooooc.o..o..
Zonas de regadío en Tucumán, por el ingeniero CARLOS WAUTERS........ 66,
Memoria anual del presidente de la Sociedad, coronel ingeniero ARTURO M. Lu-
GONES, correspondiente al XXXVO periodo. ...ooooooooooo oo
Essai d'une division biologique des vertébrés, par M. R. DoeELLO-JURADO
Estudio sobre la fabricación de la lámpara eléctrica incandescente llamada Zir-
coniuimpornteltin entero JORGE NEWER
Nuevos himenópteros, por Cl. SOHROTTE A
Rafael, por el profesor JUAN D. WARNKEN.. coco
La influencia de la radioactividad en los fenómenos meteorológicos, por JORGE
KREUZBERG......... e ala Sto lio aio rio ao o able ONO
Notas botánicas, por el doctor CrISTÓBAL M. FICKEN....o..o.o0o.oo..o- Ea ao
TVo congreso científico latinoamericano... E
Pot-pourri lepidopterológico, por el doctor EUGENIO GIACOMELIT.--..
BIBLIOGRAFÍA
Peritage sobre expropiación de la isla del Espinillo, por los ingenieros Huergo,
Eurutchety Vin en o E Ear
Chemins de fer 4 cremaillere, par A. Levy Lambert (S. E. B.)................
Les correctifs du développement, par Ernest Courtes (L. D.)..................
Les récents progres du systeme métrique, par Ch. Ed. Guillaume (L. D.).......
Les fours électriques, par W. Borchers y L. Gautier (S. E. B.).............. ale
LES RARA 1 Ena) one Divo JP (Obs 1Do)oposooconooroocororeoorsococo o
I?année électrique, par le docteur Forveau de Courmelles (L. D.)............-.
TDianmtomobile a essence, par Ed. Hermann (LD ce
La señorita Raquel, por Ernestina A. López (S. E. B.)......oooocooooooooo ooo.
The lesson of evolution, by F. Wollaston Hulton (L. D.)......o.ooo.ooo.o.oooooo..
Da Terreret lave par E Busca (Si
Laecumulatewr are plomb, par G. Rasset (S. E. B.)... o0ooococcoooococooro.- a
218
225
241
284
290
315
329
344 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA
Construction des charpentes métalliques et lewrs applications, par H. Dechamps
ST e fo A a
Manuel pratique de galvanoplastie, par W. Pfanhauser. ooo...
Exploraciones arqueológicas en la ciudad de la Paya, por J. B. Ambrosetti ($.
E a a e A O A TA
Les découvertes modernes en physique, par O. Mauville (S. E. B.)..............
Contribución á la geología de Lima, por C. IL. Lisson (S. E. B.)...............
Contribucao a historia natural dos Lepidopteros do Brasil, por B. Raymundo de
SU ED o O
TIAS RD. OJUEraW axel TR ARAN, ACUU (Ss Je lDo)ovoooonorororosooo esosccoooasos
Curso elemental de geología, por A. Seignette y J. B. González (S. E. B.).....
NECROLOGÍA
Tnicenero Carlos Echar SD E E
Insemero César Cipolletti A eE TA
meeniearo iaiio Rosen (So 10 lDoloscosooccororosocsne oscorosse E
399
339
340
340
341
341
341
341
341
104
107
109
Ad L Ry
-J. Mendizába
- Arechavaleta,. José
Arteaga Rodolfo de...
Ave-Lallemant, German
-Ballvé, Horacio
Becquerel, Henri.....
Bodenbender, Guillermo
Bolivar, Ignacio ......
Carvalho José Cárlos..
Corti, José S
Corthell, Elmer L.....
Delage, Yves...
Granda Aledo:
Guignard, Leon.......
Guimaráes, Rodolfo...
Kinart, Fernando .....
Lafone Quevedo, Samuel A...
AS Abella, Juan.
Acevedo Ramos, R. de.
Achaval, Sandalio. P.
Adamoli, Pedro A.
Adamolí, Santos $.
Adano, Manuel.
Ader. Enrique A.
Aguirre, Eduardo. .
Albarracín, Alberto J.
Alberdi, Francisco N.
Albert, Francisco.
Aldunate, Julio C.
Almanza, Felipe 6.
Alric, Francisco.
Alvarez, Fernando.
Alvarez de Toledo, Julio
Alzaga, Federico.
Anasagasti, Horacio
Ambrosetti, Juan B.
Anaya, Elvio Carlos.
Angelis, Virgilio de
Arata, Pedro N.
Araya, Agustín.
Artaza, Evaristo.
Artaza, Miguel.
Arigós, Máximo.
Arce, Manuel J.
Arce, Santiago.
Arditi, Horacio.
Arroyo, Franklin.
“ Aubone, Carlos.
Avila Méndez, Delfin.
Avila, Alberto
Ayerza, Rómulo
Aztiria, Ignacio.
Aztis, Julio M.
Babacci, Juan.
Baliña, Manuel R.
Bachmann, Alois.
Barrera, Raúl.
Barrio Nuevo, Luis A.
Barabino, Santiago E.
Barilari, Mariano S
Barzi. Federico.
Batlilana, Pedro.
Baudrix, Manuel €.
Bazan, Pedro.
-—Benavidez, Horacio.
Bermudez, Joaquín.
Aguilar, Rafael......-
A Paris,
Berro Madero, Carlos.
eS RUMERICO.
Montevideo.
Montevideo.
- Mendoza.
Il. de Año N
Paris
Córdoba.
Madrid.
Rio Janeiro.
Mendoza.
New York.
Paris.
Paris.
Elba (Portug.)
Amberes.
La Plata.
a
Ea Ñ
ON
1OS HO!
— Ing. kuis A. Huergo (padre).
Tamborrel. — Dr. Estanislao S.
Lillo, Miguel........-.
Enlsicoaude
Morandi, Luis ......-.
Moore, Clarence .....-
Nordenskjiold, Otto...
Paterno, Manuel......
Luiggi,
Patron, Pablo.....-..
Porter, Carlos E
Reid. Walter F. ...... Ned
Scalabrini, Pedro.....
Sklodonska, Curie... -
Spegazzini, Carlos.....
Tobar, Carlos R....... :
Uhle. Max .
SOCIOS ACTIVOS
Bimbi, José,
Bell, Carlos H.
Besio Moreno, Nicolás:
Biraben, Federico.
Bonorino, Ignacio.
Bosch, Benito S.
Bosch, Eliseo P.
Bosch, Aureliano R.
Bonanni, Cayetano.
Bosque y Reyes, F.
Brané, Eugenio.
Brian, Santiago
Brindani, Medardo.
Buschiazzo, Juan A.
Buschiazzo, Juan (C.
Bustamante, José L.
Caimi, Ramon.
Candiani, Emilio
Cálcena Augusto.
Cáceres, Dionisio.
Cagnoni, Alejandro N.
| Cagnoni, Juan M.
Calderón de la Barca, Á.
Camus, Nicolás.
Caminos, Zacarías.
Candioti, Marcial R.
Canale, Himberto. -
Capelle, Raul.
Carvalho, Antonio J
Cano, Roberto.
Canton, Lorenzo.
Carranza, Marcelo
Carabelli, J. J. T. 6.
Cardoso. Ramón.
Carmann, Ernesto.
Carmona, Enrique.
Carossino, Jacinto T.
Cassal, Godofredo.
Casullo, Claudio.
Castellanos, Cárlos T.
Castro, Vicente.
Castro, Eduardo B.
Claypole, Jorge.
Cerri, César.
Cevallos Sucas, €. M.
Cevallos, Federico.
Cerdeña, Fernando.
Cereseto; Juan.
Cilley, Luis P.
Civít, Julio Nilo.
Chanourdie, Enrique.
Chapiroff, Nicolás de:
Chiappe, Leopoldo J.
Chiocci, Jcilio.
Chueca, Tomás A.
Clérice, Eduardo E.
Cobos, Francisco.
Cock, Guillermo.
Collet, Carlos.
Contin, Diego T. R.
Compte, Riqué Julio.
Coria, Valentín EF.
Cornejo, Nolasco F.
Corvalán Manuel $.
Coronel, Policarpo.
Costa, Manuel €.
Cottini, Arístides.
Courtois, Ú.
Gremona, Andrés Y -
Cremona, Víctor.
Cuomo, Miguel.
Curutchet, Luis.
Curutchet, Pedro.
Damianovich, E. A.
Darquier, Juan A.
Dassen, Claro €.
Dates, Germán.
Díaz de Vivar, M.
Dobranich, Jorge W
Dominico, Guillermo
Dominguez, Juan A.
Dorado, Enrique.
Debenedelti, José.
Dellepiani, Luis J.
Demarchi, TorcustoT. A
Demarchi, Marco.
Delgado, Fausto.
Donovan Antonio.
Douce, Raimundo.
Doyle, Juan.
Duarte, Jorge N.
Dubois, Alfredo F.
Ducros, Pablo.
Duncan, Cárlos D.
Durrieu, Mauricio.
Durand, José €.
Echagúe, Carlos.
Eppeos, Gustavo,
Eramauspe, Carlos.
Esteves, Luis.
no...
Villareal, Federico.....
Von lhering, Herman..
"SOCIOS CORRESPONDIENTES he
Tucuman.
en RomMA p
Villa Colon (U.
Filadelfía
Gothemburgo.
Palermo (1t.)
Lima.
Valparaíso.
Lóndres
Corrientes.
Paris.
La Plata.
Quito.
Lima,
Limas
San Paulo (B.
Etcheverry, Angel.
Elchagaray,Leopoldo A,
Ezcurra, Pedro.
Faverio, Fernando.
Fernández, Alberto J.
Fernández Díaz, A.
Fernández, Pedro A.
Fernández Poblet, A.
Ferreyra, Miguel.
Figueredo, Juan M.
Fynn, Enrique.
Flores. Emilio M.
Fornati, Vicente.
Fortt, Pedro P.
Foster, Alejandro.
Friedel, Alfredo.
Gainza, Alberto de.
Galtero, Alfredo.
Gallardo, Angel.
Gallardo, Garlos R.
Gallego, Manuel.
Gallino. Adolfo.
Gándara, Federico W.
Garat, Enrique.
Garay, José de.
Garcia, Carlos A.
García, Jesús M.
Gatti, Julio J. .
Gentilini, Pascual.
Geyer, Carlos.
Ghigliazza, Sebastián.
Giméuez, Angel M.
Gjuliani, José.
Girado, José I.
Girado, Francisco J.
Girado, Alejandro.
Girondo, Juan.
Girondo, Eduardo.
Goldenhorn, Simon
Gonzáles, Arturo.
González, Agustín.
GonzálezCazón Vicente.
González Carlos P.
Gonzalez, Juan B.
Gorosabel, Angel J.
Gorostiaga. Abelardo,
Granero, Miguel.
Gradin, Carlos.
Gregorina, Juan.
Gregorini, Juan A,
1
Grieben, Arturo. de
Groizard, Alfonso.
Guido, Miguel.
-—Guasco, Carlos.
Gutiérrez, Ricardo J.
Hauman,Merek Lucien.
Harrington, Daniel.
Hermitte, Enrique.
Herrera Vega, Rafael.
Herrera Vega, Marcelinc
Herrera, Nicolás M.
Herrero, Ducloux E.
Herlitzka, Mauro.
Heury. Julio
Hicken, Cristóbal M
Holmberg, Eduardo L.
Hulmberg Eduardo A.
Hoyo, Arturo.
- Hubert, Juan M.
Huergo, Luis A. (hijo).
Huergo, Ricardo J.
Hughes, Miguel.
Igartua, Julio F.
Igartua, Eulogio M.
Aríarte, Juan.
Iribarue, Pedro.
: Asbert, Casimiro v
ltnardi,
Vicente.
Israel, Alfredo [We
Itaurralde, Alfredo D.
Ishier, Gaston.
Isurbe, Miguel.
Jacobo, Cándido.
Jacobacci, Guido.
Jurado, Ricardo.
Justo, Agustin P.
Krause, Otto.
Krause, Julio.
-Kestens, Juan.
Klein, Hermán.
Kreusberg, Jorge.
-Labarthe, Julio.
Lacruze, Pedro.
Lagrange, Carlos.
Lavús, £dusrdo M.
“Langdon, Juan 4.
Laporte Luis B.
Larreguy, José
Larco, Esteban.
Larguía, Carlos.
Lathan Urtubey, Aug.
Latzina, Eduardo.
La valle, Francisco
My Lavalle, Francisco P.
- Lavergne, Agustín.
Lea Allan B.
-Lebrun, José A.
Leguizamón, Martiniano
Lepori, Lorenzo.
Leonardis, Leonardo de
Letiche, Enrique
López, Aniceto E.
Lopez, Eufrasio.
López, José M.
López, Martín J.
Lucero, Apolinario.
Lugones, Arturo M.
Luro, Rufino.
Ludwig, Carlos.
Lutscher, Andres A.
Machado, Angel.
Madrid, Enrique de
Magslione, José L.
Magnin, Jorge.
Maligne Eduardo,
Mallol. Benito J.
_Mamberlo, Benito.
Maradona, Santiago
Marín, Plácido.
Marreins, Juan.
Marcó del Pont, E.
Marenco, Eleodoro.
Marino, Alfredo.
Martínez Pita, Rodolf
Martini, Rómulo E
Marti, Ricardo
Maschwitz, Carlos.
Massini, Cárlos.
Massini, Estevan.
Massini, Miguel.
-Maupas, Ernesto.
Mattos, Manuel E. de. -
Meudizábal, José S.
Mercáu Agustín.
Meriau, Eduardo.
Mermos, Alberto
Meyer Arana, Felipe.
Miguens, Luis.
Mignaqui, Luis P.
Millan, Máximo.
Molina, Arturo B.
Molina: y Vedia, Delfina
Molina y Vedia, Adolfo
Mueller. Ednardo.
Molina, Waldino.
Molina Civit, Juan.
Mon, Josué R.
Morales, Carlos María
Morales Bustamante, J.
Moreno, Jorge
Moreno, Evaristo V
Moreno, Josué F.
Moron, Ventura.
Moron, Teodoro F.
Mosconi, Enrique
Mugica, Adolfo.
Mussiui, José A.
Naon, Alberto
Narbondo, Juan L
Navarro Viula, Jorge.
Newton, Artemio R.
Newton. Nicanor R.
Niebuhr, Adolfo
Niebuhr, Otto
Nielsen, Juan.
Nistrómer, Carlos
Newbery, Jorge.
Newbery, Ernesto.
Noceti, Domingo
Nogués, Pablo.
Nogués, Domingo.
Nougues, Luis F
Novas, Manuel N.
Nouguier, Pablo.
Obligado Alejandro.
Ocampo, Manuel $.
Ocempo, Jorge.
Ochoa, Arturo.
Olivera, Carlos E,
Oliveri, Alfredo.
Orcoyen, Francisco *
Orús, José M.
Orús, Antonio (hijo).
Ottanelli, Atilio.
Orgeira, Mariano A.
Ortúzar, Alejandro de
Orzábal, Arturo.
Otamendi, Eduardo.
Otamendi, Rómulo
Otamendi, Alberto.
Otamendi. Juan B.
Oatmendi, Gustavo.
Otamendi, Belisario.
Otero Russi, Ildefonso
Paita, Pedro J.
Palacio, Emilio.
Palacio, Alberto.
Palmarini, Armando.
Pasman, Raúl G
Páquet, Carlos.
Parckinson, Pedro P.
Pascual, José L.
Pastoriza. Rodolfo.
Pastoriza, Luis.
Pattó, Gustavo
Pelizza, José.
Pelleschi, Juan.
Pereyra, Emilio.
Pérez, Alberto J.
Pérez Mendoza, José.
Perillón, Rodolfo.
Peró, Gabriel.
Petersen, Teodoro H.
Pigazzi, Santiago.
Piana, Juan.
Piaggio. Antonio.
Pol, Victor de
Porro.de Somenzi F.
Posadas, Carlos
Pouyssegur, Hipólito B.
“Puente, Guillermo A.
Pueyrredon, Csrlos A.
Puiggari, Pío.
Puiggari, Miguel M.
Prins, Arturo.
Quiroga, Modesto.
Quiroga, Atanasio -
Rabinovich, Delfin.
Raffo, Jacinto T.
Ramos Mejía, lldef. P
Ramos Mejía, lldef. 5.
Razori, Francisco.
Ruzenhoffer, Osoar.
Recagorri, Pedro $,
Rebuelto, Emilio.
Retes, Antonio.
Repetto, Agustín N.
Repetto, Roberto
Repossini, José.
Reynoso, Higinio
Riccheri, Pablo,
Rigoni, Luis.
Riglos, Martiniano.
- Rivara, Juan
Roasenda, Carlos L.
Rodríguez, Andrés.
Roffo, Juan.
Rojas, Estéban €.
Rojas, Félix.
Romero, Armando
Romero, Carlos L.
Romero, Julián.
Romero, Antonio
Rosetti, Emilio.
Rospide, Juan.
Rouge, Marcos.
Rouquette, Augusto.
Rubi», José M. -
Rua, José M. de la
Rus Pablo.
Saenz Valiente, Ed.
Saenz, Valiente Anselmo
Sagastume, José Y.
Sánchez Díaz, José.
Sanchez Díaz, Abe.
Sanglas, Rodolfo.
Sarrabayrouse, Zugesto
Santangelo, Rodolfo.
Sarmiento,
Servente, Juan
| Saralegui, Luis.
Sarhy, José $,
| Sarhy, Juan F.
Scala, Augusto.
Schaefer, Guillermo E
Schickendantz, Emilio
Schueidewind, Alberto.
Seguí, Francisco!
Selva, Domingo.
Senat, Gabriel
Senillosa, Juan A.
Silva, Angel.
Silveyra, Ricardo,
Simonazzi, Guillermo.
Siri, Juan M. NE
Sisson, Enrique D.
Solari, Lorenzo. '
Soldano, Ferruccio.
Soldati, "Jusé
Sorkau Walther.
Suárez, Eleodoro.
Sumblad Roseti, Gust.
Spinétto, Silvio. IS
Spinedi, Hermeneg F.
Tamini Crannuel, L.A.
Taiana, Alberto.
Taiana, Hugo :
Tejada Sorzano, Carlos.
Tbedy, Héctor.
Toepecke, Ernesto.
Toledo, Enrique A. de
Torres Armengol, M.
Torres, Luis M. ? A
Torrado, Samuel.
Trovati, Francisco.
Traverso, Niculás.
Uriarte Castro Alfredo.
Uriburo, Arenales
Vallebella. Colón B.
Vall-jo Vega, Daniel.
Valenzuela, Mouisés
Valentini, Argentino. - EN
Valerga, Oronte A.
Valiente Noailles, Luis.
Valle, Pastor del
Valle, Eduardo de
Varela Rufino (hijo)
Velasco, Salvador.
Venturino Máximo.
Vico, Domingo.
Vidal Cárrega, Carlos
Videla, Baldomero.
Vilanova Sanz, Florenci" '
Villegas, Belisario.
4
' White, Guillermo
Virasoro, Valeutín.
Vivot, “Eduardo.
Volpatli, Eduardo.
Warnken, Juan.
Wauters, Carlos.
Wernicke, Roberto.
White. Guillermo J..
Yanzi, Amadeo.
Zakrzewski, Bernardo.
'Zamboni, José J.
Zamudio, Eug2ni0.
Zoccola, Aníbal.
A ' : , - Puyo
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