Ex
—
[ez]
ÍNDICE.
otro posterior?—Memoria de prucba para obtener el gra-
do de bachiller en la Facultad de leyes 1 ciencias políti-
cas, por don Hide Urruia
CIRUJIA.—De la ovariotomía.—Memoria de prueba para obte-
ner el grado de licenciado en la Facultad de medicina, por
don. Dessauera 0 ata ios e A
LEJISLACION.—Casos en que una sentencia ejecutoriada pue-
de ser retractada por el mismo tribunal o juzgado que la
pronunció; elojio del señor don Bernardino Opazo.—Dis-
curso leido por don Jorje 2.” Huneeus, el 22 de abril de
1870, al incorporarse en la Facultad de leyes 1 ciencias
AS A A A A o
LEJISLACION.—De la hipoteca de las naves. —Memoria de
prueba para obtener el grado de licenciado en la Facultad
de leyesi ciencias políticas, por don Luis Villanueva. - - -
JEOGRAFÍA.—La Araucanía ¡ sus habitantes (Anuario Esta-
distico SOS MEG) a A A
ESPLOTACIÓON DE MINAS.—Estudio sobre los criaderos
minerales de la Placeta Seca (cordillera de Rancagua), i
sobre su esplotacion,—Comunicacion a la Facultad de
ciencias físicas 1 matemáticas, por el injeniero don Meli-
100 Mieres. ano o
FIN DEL TOMO XXXV.
Pájinas.
119
131
155
160
197
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 1
MEMORIAS CIENTÍFICAS.
BIDROGRAFTA. —Reconocimientos del riv Imperial, de la costa
comprendida entre los Vilos 1el Choapa, 1 del rto Valdivia 1 cos-
ta comprendida entre el Corral 2 Reloncaví, practicados por ór-
den del Supremo Gobierno.
E.
Reconocimiento del rio Imperial.
E.
Constitucion, agosto 1.” de 1869.
Señor Ministro de marina:
En dieciocho de mayo próximo pasado US. se sirvió trascribirme
un decreto supremo, por el que se me hacia el honor de ordenarme
que me trasladase al rio Imperial, examinase su barra, reconociese
su curso inferior hasta donde fuera posible e informase sobre las fa-
cilidades e inconvenientes de la navegacion de aquel rio, poniéndose
al efecto a mi disposicion los vapores Áncud, Maule, Fósforo 1 to-
dos los elementos que pudiera procurarme el señor comandante en
jefe de la costa de Arauco, para el desempeño de esta esploracion.
Terminada felizmente esta comision, paso a dar cuenta a US. de
mis operaciones i del resultado de mis observaciones respecto al su-
sodicho rio, su barra i navegacion.
Para lo primero, copiaré mi diario, que es como sigue:
Constitucion, junio 8 de 1869.—El Maule ha llegado con el ob-
jeto de tomar cuatrocientos quintales de harina 1 ponerse a mis ór-
denes. No puedo desocuparme de la comision de que hago parte pa-
ra informar sobre el mejor modo de componer esta barra del Maule
hasta el 13, i aprovecho esta demora para asear el buque, ponerle
bitas de remolque, componer sus cubichetes 1 hacerle un sollado pa-
ra recibir carga en cubierta.
Dia 13.—Esto1 listo para marchar; pero la barra está imala 1 no
sa distingue canal. Sigueen el mismo estado hasta el dia 22.
Dia 23. —Distinguiéndose canal al norte, salgo con el Maule a las
nueve A. M. con barra mala.
Dia 24.—Llegado a Lota a las nueve de la mañana, encuentro
allí noticia de que el Fósforo está en el Corral con su máquina des-
compuesta. Ordeno al Ancud tome veinte dias de víveres, se dirija
al Corra), haga componer el Fósforo 1 lo traiga a Queuli a esperar
órdenes. Salgo a las diez de la noche para Lebu.
Dia 25.—Dejo a Lebu después de desembarcado un vestuario
' para aquella guarnicion iembarcado veinte toneladas de carbon, i
me dirijo a Tolten.
Dia 27.—Avistada a las 10 h. A, M. la barra del Tolten. En-
A, DE LA U, 1
2 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
trado a las once sin novedad. El Fósforo está en Quetl lo hago
venir a Tolten.
Dia 29.—Ha entrado el Fósforo. Hago salir por tierra para re-
conocer la barra del Imperial al capitan Palacics 1 al timonel Bruno
Medel.
Dia 30 —Regresan en la noche mis comisionados al Imperial i
me traen noticias favorables sobre la practicabilidad de la entrada.
La canal se halla en el mismo lugar en que la ha reconocido el
Capitan Palacios hace ya dos meses, lo que prueba que no es tan
variable como se ha pretendido.
Julio 1.2—=A peticion mia, el comandante de la plaza de Tolten
debe embarcar un cajon de regalos para los indios, del valor de se-
tenta a ochenta pesos, cuarenta hombres de guarnicion, dos oficiales,
municiones de guerra l quince dias de víveres a bordo del ¿ósforo
¡ del lMaule.
Dia 2.—En momentos de salir, el tiempo se descompone, el ba-
rómetro baja 1 postergo la espedicion.
Dias 3, 4, 5,6, 71 8.— Temporal.
Dia 9.—Istando la barra 1 el tiempo regular, se da la órden de
marcha. Los buques pasan la barra de Tolten sin novedad. Avista-
do luego el Ancud que me aguardaba en Queuli para darme carbon.
Como empieza a soplar norte, hago poner la proa sobre el Corral,
para efectuar en aquel puerto el trasbordo. Fondeo a las ocho de la
noche con lluvia 1 fuerte viento.
Dia 10.—El Maule 1 el Fósforo se pertrechan con cuatro dias
de carbon cada uno, con mas de veinte toneladas de repuesto a bor=
do del Fósforo. Hago trasbordar del Ancud al Maule setenta litros
aguardiente para regalar a los indios, al Fósforo sebo para su má-
quina 3 galleta para su tripulacion.
Dia 11. —Habiéndose compuesto el tiempo, salgo a las ocho de
la noche para la boca del Imperial, con los tres buques en columna,
llevando la cabeza el Maule en que estoi embarcado. Si sigue el
buen tempo, el punto de reunion es el Imperial; caso de viento sur
fuerte, la Mocha; i si se declara norte, el Corral. El Maule 1 el Fós-
foro solo deben entrar al rio.
Efectuada la entrada, el Ancud debe seguir viaje al Tomé, a to-
mar un cargamento de harina que me ha pedido el comandante de
la plaza de Tolten, 1 estar de regreso en el Corral el 17 0 18, en
cuya fecha presumo estar de vuelta del Imperial.
Dia 12.—Amanece nublado, el Ancud cerca del Maule, el Fós-
foro no se ve. A las nueve avistada la tierra, a Jas diez 1 media se
distingue la boca del rio i su barra con un canal bien señalado, el
Maule se lanza en él a toda fuerza ¡ antes de las once se halla fon=
deado al frente de la mision. Hago señal al Ancud que no hai no-
vedad 1 que siga a su destino.
Mientras mis botes esploran 1 sondean el rio para seguir adelante
¡el capitan Martinez hace demarcaciones para el plano, recibo di-
versas embajadas de indios que me preguntan a qué vengo i me n=
timáan no pasar mas adelante sin permiso de los caciques del inte-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 3
rior. El padre misionero se me apersona con la misma pretension,
manifestándose mui temeroso de los resultados que mi entrada pue-
de tener para él. Contesto a los indios del mejor modo que puedo
para dejarlos satisfechos, les brindo aguardiente i galleta i aconsejo
al padre se retire a Tolten a esperar que se tranquilice la comarca.
A las tres de la tarde, habiendo regresado el capitan Martinez 1
los butes esploradores, continúo rio arriba, a media fuerza 1 fondeo a
seis millas «le la boca en tres brazas de agua, frente a un hermoso
cerro que ofrece un exelente abrigo para el norte que empieza a so-
plar. Durante estas siete millas, el rio corre norte i sur, con una co-
rriente vaciante de unas dos i media millas. Hai algunos bajos en su
márjen izquierda, pero su fondo no baja de 18 a 24 piés en el an-
cho canal de la derecha. Fondead>s, tenemos a proa el rio que vie-
ne del este, a la izquierda un poco a popa, la entrada de una gran
laguna 1 a la derecha el camino ya andado. ¡Se emplea el resto del
dia en esplorar cuatro millas de la laguna 1 el curso del rio por el
que hemos de subir mañana. Este se halla espedito i sin bajos, pe-
ro la otra, aunque tiene agua para el Maule, ofrece un canal de-
masiado tortuoso para aventurarse en él. Las orillas del rio 1 de la
laguna se ven guarnecidas de totorales 1 se distinguen mas adentro
estensas vegas 1 lomas cubiertas de pastos 1 con algunos ranchos i
bastantes animales vacunos 1 cabalgares.
Dia 13 —Continuado remontado el rio que corre ya de este a
oeste. Su fondo sigue limpio de una hondura de 18 a 30 piés.
Las márjenes del rio ostentan vegas cada vez mas estensas, 1 las
orillas están cubiertas de arbustos que las defienden de los embates
del rio; de manera que no se distingue en ellas el menor derrumba-
miento. Llanuras 1 cerros se muestran limpios de bosques ise dis-
tinguen sobre ellos numerosas chozas de indios. Los indíjenas se
agrupan silenciosos a vernos pasar. Recorrido una distancia de cin-
eo 1 media millas, fondeamos frente a una bonita isla que denomina-
mos de doña Inés (1). Segun narracion de un chileno avecindado des-
de muchos años en aquella tierra, esta isla tiene la particularidad
de contener una gran cantidad de papas que vejetan allí natural-
mente sin cultivo 1 que han sido la Providencia de los indios en al-
gunos años de gran escasez de alimentos. En el trascurso de la na-.
vegacion hemos recibido varias embajadas de los indios, que pretenden
siempre que no pasemos adelante. Un oficial Villarreal, comisiona-
do por el comandante de Tolten, ha venido tambien a! bordo, trabaja
en sosegar a los indios 1 me asegura que logrará su objeto. Es un
jóven intrépido e intelijente. *
Dia 14.—Al amanecer continuamos navegando para el interior.
El rio sigue de este a oeste, limpio, sin bajos 1 con un fondo de 18
a 30 piés 1 una anchura media de trecientos cincuenta metros; su
corriente no pasa de dos i media millas por hora. Sus márjenes pre-
sentan el mismo aspecto que las del dia anterior. Sus vegas se van,
-—sinembargo, estrechando 1 se ven por delante los cerros de la cordi-
(1, En memoria de la célebre doña Inés de Aguilar.
q M' MORIAS CIENTÍFICAS...
llera de Nahualbuta, entre los que debe deslizarse. Esta cordillera,
que es mul alta al norte i al sur del Imperial, se trasforma en lomas
de regular altura 1 limpias de montes en uno 1 otro lado del rio.
Despues de navegar dieciocho millas desde la boca, la diminu-
cion repentina del fondo me obliga a retroceder i fondear. Hago son-
dear ise halla un banco de chinas de trecientos metros de largo;
atraviesa completamente el rio, dejando solo un canal angosto con
nueve piés de agua. Calando el Maule siete piés 1 medio, intento
pasar por él, perola corriente, que es de cuatro millas, desvia su proa,
se atraviesa 1 queda varado con el bauprés entre los árboles de la
barranca. Tengo que vaciar los calderos 1 tender espías a la márjen
opuesta para volverlo a flote.
Dia 15.—Deseoso de llegar con el buque hasta las ruinas de la
antigua Imperial que supongo ya mul cerca, reitero antes de amane-
cer el paso del banco, cuya canal tengo señalada con botes provis-
tos de faroles, ¿me vuelve a suceder lo que en el dia anterior. Como
no me es posible sacar el buque de su baradura hasta la tarde 1 es-
tol bien resuelto a no arriesgar un nuevo intento, que podria poner
al Maule en una situacion de la que no me seria posible sacarlo an-
tes de que viniesen las altas mareas, deplorando la ausencia del Fós-
foro, que solo cala cinco 1 medio piés, mando dos botes bien arma-
dos al mando del capitan Martinez, para que remonten el rio hasta
donde les sea posible. Estos botes, despues de andadas unas tres
millas, han avistado las ruinas de la Imperial 1 no han podido bajar
a ellas porque estahan defendidas por gran número de indios arma-
dos de lanzas 1 de hondas. La márjen opuesta se hallaba tambien
coronada de jente armada, entre la que se distinguia.un batallon de
mujeres que daban grandes alaridos. Los botes, sin embargo, han
seguido al medio del rio, sin ser molestados de otra manera que con
injurias; han rodeado una islita situada al este de las ruinas 1 que la
historia señala como el último refujio que tuvieron los españoles,
cuando la toma de la ciudad por los araucanos. Siendo la corriente
demasiado rápida para pasar adelante, han vuelto tranquilamente
sin ser ofendidos 1 sin contestar a las provocaciones de los indios.
Habiendo yo llegado en ese momento en otro bote, he podido
apreciar la prudencia i sangre fria del capitan Martinez para evitar
un conflicto que parecia inevitable, i he ordenado el regreso a bordo.
Desde el Maule se divisa durante el resto del dia un espectáculo
estraño. Los cerros que dominan las antiguas ruinas están cubiertos,
de un lado 1 otro del rio, de indios a pié 1 a caballo, armados e inmó-
biles en sus puestos, miantras que en las orillas que enfrentan el bu-=
que, una muchedumbre de hombres, mujeres i niños cambian pacífica=
mente con la jente de nuestros botes, gallinas 1 huevos por galleta 2
dinero.
Tres millas escasas separan esas jentes que senos presentan,
los unos con ramas de olivo 1 los otros con todos los atributos del odio
1 dela guerra. :
Vistas del frente 1 del oeste del rio, las ruinas de la ciudad situada
en la márjen norte, ocupan un plano de poca estension, limitado al
pr
ANALES DE La UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 5
oeste por un pequeño estero, al que las cartas dan el nombre de
rio de las Dámas, al sur por el rio sobre el que avanza formando
an semicírculo con barranca de cinco a seis metros de alto, 1 al norte
por un cerrito redondo que se destaca del cordon de la. ya bien dimi-
nuta cordillera de Nahuelbuta, i que, por las señas del foso que se
distinguen a su pié, ha debido ser asiento de una fortaleza que la
resguardaba por la parte del interior. Mas al este no se distinguen
cerros de ninguna clase ¡es de presumir que sigue una comarca llana
1 de fácil acceso. Ambas orillas del rio están tapizadas de parras sil-
vestres, rosales, manzanos, 1 de enormes laureles entremezclados con
diferentes clases de árboles indíjenas. No habiendo desembarcado,
no me ha sido posible formar juicio exacto respecto a las ventajas 1
desventajas de su posicion. Sin embargo, la consideracion de estar
situadas en el punto aparentemente divisorio entre los valles centra-
les 1 el de la costa, me inclina a creer que, al elejirla, los españoles
obraron con el tino 1 sagacidad que han manifestado casi siempre en
sus establecimientos coloniales.
A las cinco de la tarde tengo la satisfaccion de hacer flotar de nue-
vo al Maule 1 pernocto en el mismo lugar. j
Dia 16.—Despues de practicadas algunas observaciones por el
capitan Martínez, vuelvo a bajar el rio 1 fondeo frente a las pose-
siones de Carmona, uno de los caciques mas poderosos dc la vega del
Imperial. Recibo la visita de este potentado que viene acompañado
del alférez Villarreal, del cacique Paolo, decidido amigo nuestro 1
_de muchos mocetones. Me trae un carnero de regalo; correspordo a
su obsequio, le ofrezco devolverle la visita 1 le convido a que baje
conmigo el rio hasta la mision; acepta; regreso a bordo a la una,
despues de haber visitado a Carmona que me ha recibido perfecta-
mente. Su casa, a inmediaciones de la cual se agrupan otras cinco ha-
bitadas por sus hijos 1 parentela, es un vasto rancho, bien edifica-
do, pero sin puertas 1 ninguna division interior. Las provisiones
se guardan en algunos trojes “situados en los lados, en que el techo se
une con el suelo. Dos fogatas poco distantes entre sí ocupan el cen-
tro, 1 las mujeres i niños están agrupados al rededor, miéntras los
hombres están sentados en bigones cubiertos de mantas i de pieles.
Un barrial precede la entrada, sin embargo de que el terrero vecino se
halla enjuto. Hombres 1 mujeres se deleitan con el aguardiente 1
pueden beber una enorme cantidad sin embriagarse.
La vega presenta numerosas trazas de cultivo ¡su capa vejetal
fiene muchos piés de hondura de una tierra exelente para toda
clase de semillas. Siendo la parte que avecina al rio la mas eleva-
da, las aguas de las lluvias forman en su centro una serie de lagu-
¡nas de fácil desagñe.
Como Carmona tuviese una entrevista con varios caciques vecinos,
lo he aguardado hasta las dos, hora en que se ha embarcado con su
comitiva. A Jas cinco 1 media de la tarde hemos llegado a la boca,
donde encuentro al Fósforo que ha entrado a medio dia con una
barra magnífica. Su capitan Palacios me participa que en la noche
de nuestra salida del Corral para el Imperial, una avería ocurrida a
6 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
las cuatro de la mañana en su máquina, le hizo perder el convoi, 1
que a mas del viento norte que sopló el dia siguiente, un cabo en-
redado en su hélice le obligó a regresar al Corral, del que volvó a
salir ayer; i que el vapor aun tiene dos tubos de su caldero rotos.
He dado órden para que se trabaje noche 1 dia en su compostura.
Dia 17.—El capitan Martinez, asistido del guardiamarina Leon-
cio 2.* Señoret, trabaja en el plano. El capitan Palacios en un bote,
1 el timonel Bruno Medel en otro, recorren 1 sondean la barra fuera 1
dentro de ella. A mas del canal del sur, se descubre otro al norte,
separado uno de otro por un banco de arena de unos 150 metros
de estension. El canal del sur tiene trece piés deagua a marea
baja 1 el del norte siete.
Se descarga una cantidad de tallas traidas por el Fósforo para
la mision.
El padre misionero de regreso de Tolten, viene a visitarme. Se
le ha pasado el susto; es apreciado como hombre virtuoso 1 bueno;
indudablemente es mui tímido. Se ha atracado el Fós/oro al Maule
i setrasborda a éste carbon, el que empieza aestar escaso. A me-
diodía se ven en la playa unos trecientos indios a caballos i sin ar-
mas. Se me convida para un parlamento, al que una indisposicion
me priva de asistir.
Mando al capitan Martinez para que me represente 1 Je doi tres
barriles de aguardiente para que los obsequie. A las cuatro hago ha-=
cer una salva de doce cañonazos, con lo que finaliza el parlamento,
quedando todos convencidos de que no hemos traido mala intencion
al entrar al rio, i que no deben estrañar, si nuestros buques vu lven
a hacerlo.
En la tarde baja el barómetro i doi órden para que se apresu-
ren los trabajos del Fósforo, a fin de que esté listo mañana temprano.
Dia 18.—Amanece soplando este, la barra continúa buena. El
capitan Martinez concluye sus obligaciones para el plano.
A las ocho se me avisa que el Fósforo está pronto, doi la órden
de salida ia las nueve estamos fuera dela barra sin novedad. Tras-
bordo al Fósforo la guarnicion, ordeno a su capitan la deje en Tol-
ten ¡acto contínuo se dirija al Corral, para cuyo puerto sigo 1 donde
entro a las siete de la noche, impulsado por un temporal furioso de
norte. Hallo allí al Ancud que ha anclado en la mañana de regreso
del Tomé, de donde trae novecientos quintales de harina i cincuen-
ta de afrecho.
Dia 20.—El tiempo sigue malo i el Fósforo no aparece. Aprove-
cho el vapor B10-bi0 para participar al señor comandante jeneral
de marina el buen éxito de mi espedicion i para prevenirle que des-
de Constitucion remitiré el plano 1 parte detallado.
Dia 21.—Igual tiempo; nopud'endo ya esperar al Fósforo, resuel-
vo trasbordar la carga del Ancud al Maule, para lo cual este se atra-
ca al costado del primero. Veriticada esta operacion, ordeno a su Ca=
pitan aguarde allí al Fósforo para repartir con él la carga, 1 que am=-
Los se dirijan a Tolten 1 se pongan a las órdenes del comandante
ANALES DE La UMIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 7
de aquella plaza, a quien tambien doi aviso, de haber concluido mi
mision.
Dia 22 —Zarpado del Corral en el Áncud a las nueve de la ma-
mana con viento norte en contra.
Dia 23.—Fondeado en Lota a tres i media de la tarde.
Dia 24.—Tomado noventa toneladas de carbon 1 a las siete P.
M. continuado para Constitucion.
Dia 25.—Hemos llegado temprano frente a la barra de Consti-
tucion, devuelto al comandante del 4ncud su libertad de accion ia
las once A. M. trasbordado al Vapor Independencia que ha salido
a tomarme, 1 entrado inmediatamente a la Ria.
OBSERVACIONES.
En cuanto a las oyservaciones que he podido hacer durante esta
esploracion sobre el rio Imperial, su barra, curso interior, 1 el ¡juicio
que he formado de la practicabilidad e inconvenientes de su navega-
cion, son los siguientes:
Situacion jeogrufica de su desembocadura al mar.—Fitz-Roy la
sitúa en 35 48' latitud suri 73” 26" lonjitud oeste de Greenwich.
He sentido que la falta de tiempo 1 deinstrumentos no me haya de-
jado verificar la exactitud de esta posicion, de la que es permitido
dudar en vista de los errores que ha cometido en la hidrografía de
esta costa, desde punta Cocale hasta punta Cauten.
Particularidades que la señalan al navegante.—Pasando la pun-
ta de Cauten para el sur, la cordillera de la costa forma hácia el este
un semicírculo irregular, cuya cuerda viene a ser una estensa playa de
arena; siguiendo esa playa, se hallará la embocadura del rio al pié
del primer cerro que forma la estremidad de ese semicírculo.
Los indios le dan el nombre de Cholgui que creo conveniente de-
jarle.
A partir de Tolten para el norte, la playa del mar formada de
arena, está orillada por una costa poco accidentada, de moderada a!-
tura 1 que termina en el cerro de Chulgui, a cuyo piécomo se ha
dicho ya, desemboca el rio. A ocho mullas al sur de Cholgui, un
enorme peñon de forma redonda se desprende solitario de la playa,
1 cinco millas al norte de este peñon 1 unas tres antes de llegar a la
boca se hallará una Abra, en la que desde arriba de la arboladura,
se podrá distinguir una laguna, cuya boca, unas veces abierta i las
mas cerrada, se llama el Buda.
Direccion ¿ forma de la desembocadura.—La desembocadura del
Imperial tiene la figura de un cuerno de abundancia tendido de nor-
te a sur. La parte convexa de su boca es terminada por el cerro Chol-
gui en la márjen izquierda 1 la cóncava por una punta de arena en
la márjen derecha. Ambas estremidades están en una línea paralela
a la costa,
Siguiendo la direccion que les imprime el cerro Cholgui, las aguas
que han corrido de norte a sur, toman al salir al mar el rumbo del
sudoeste i rompen en aquella direccion las arenas que vienen del
8 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
suri se esfuerzan en obstruir la boca con un banco que se llama ba-
rra. En todo rio, ese Banco se aleja o se aproxima a la boca segun el
mayor o menor impulso de la corriente. Las aguas inmediatas a la
barra, en su parte interior, son jeneralmente profundas ise da al
lugar que ocupan el nombre de caleton. El punto en que la corrien-
te tiene suficiente fuerza para romper la barra, se llama canal. Es-
te canal comunica siempre directamente cow el caleton 1es por don-
de los buques pueden introducirse al rio. Se reconoce la existencia
de un canal: 1. cuando estando la mar mansa, se distingue un es-
pacio sobre la barra sin rompiente alguna; 2.” cuando estando el
el mar ajitado, la ola rompe ménos i de distinta manera sobre una
parte que sobre el resto, 1 continúa sus ondulaciones mas allá de la lí-
nea de los bancos.
Actualidad de la barra, canal 1 caleton.—El banco que forma la
barra cruza la boca de norte a sur, dejando un canal al sur oeste del
cerro Cholgui 1 otro al oeste. Estos canales distan el uno del otro
ciento cincuenta metros. La profundidad del primero es de diecio-
cho piés a marea alta 1 suancho no baja de ciento cincuenta me-
tros. El segundo tiene una profundidad de doce piés, sobre unos
cien metros de anchura. Ambos entran al caleton que tiene unos
trecientos metros de ancho i cuyo mayor fondo, en direccion para
el rio, corre a lo largo del cerro Cholgui.
El canal del suroeste es por ahora el mas apropósito para la en-
trada; el buque deberá cruzarlo lo mas al sur que pueda, para evi-
tar un cambio de rumbo demasiado brusco al caer en el caleton 1 te-
ner una ancla listaa fondear en prevision de mal gobierno.
Curso interior del ri0.—Durante las cinco 1 media millas que hai
desde la boca hasta la confluencia de la laguna del estero Mocho, el
curso del rio es de norte a sur, con una caja de cuatrocientos me-
tros.
Tiene algunos bancos juntos a su márjen izquierda, pero en el
lado de la derecha su fondo no baja de dieciocho piés 1 su corriente
a marea vaciante es de dos millas i tercio por hora; remontándolo, el
buque deberá hacerse al medio del rio una milla ántes de llegar a la
laguna 1 poner la proa sobre el cerro que forma el ángulo de la con-
fluencia entre la laguna 1el rio; a su pié hallará un exelente fondea-
dero abrigado del norte.
La laguna del estero Mocho se ha esplorado en el espacio de cuatro
millas. Su anchura es de 220 a 250 metros 1 su curso de N. N. E.
a S. S. O.; su canal no tiene menos de nueve piés a marea alta, pe-
ro es tortuoso 1 angosto. Sus márjenes están guarnecidas de totora-
les 1 tanto en la derecha como en la izquierda, se ven habitaciones 1
ganados. Se me ha contado que la forma el estero Mocho que sale de
la cordillera de Nahuelbuta i que tiene de diez a doce millas de lon-
jitud.
Desde la confluencia hada la isla Doña! Inés, distante cinco
media millas, sigue la anchura del rio de 350 metros, limpio todo
c nun fondo de l8a 24 piés; su direccion es ya al este, con vuel-
tas inclinadas al sur i al norte; el canal al norte de la isla tiene poco
=P: a.
ANALES DE La UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 9
fondo. Desde la isla hasta el banco del Maule, distancia siete millas,
el rio continúa al este, con una anchura media de trecientos metros,
su fondo no baja de dieciocho piés i llega a cuarenta, su caja está
completamente limpia de bancos 1 sus orillas acantiladas.
El banco del Maule parte de una punta baja 1 pedregosa de la ori-
lla izquierda 1 cruza todo el ancho del riv en una superficie de unos
doscientos metros, con un fondo medio de seis piés a marea alta,
tiene un canal de nueve piés, que vrolonga la márjen derecha a una
tercera parte dela distancia total de ambas orillas, la corriente sobre
este banco llega a cuatro millas i la elevacion de la marea a doce
i medio piés. Pasado el banco no se presenta otro durante las tres
millas que hai que andar para llegar a la isla situada al frente de las
ruinas; en este trascurso, la anchura del rio disminuye a doscientos
cincuenta metros, pero su fondo no baja de dieciocho piési llega a
treinta.
Marea.— Su mayor elevacion en la desembocadura es de cinco
piés ingleses 1 alcanza a dos i medio frente a las ruinas, debiendo
suponerse que su influencia se hará sentir unas cuantas leguas mas
arriba.
Aunque no se ha observado con exactitud su establecimiento de
puerto, puede fijarse a las once de la mañana.
Aluviones, creces del rio 1 sus influencias sobre la barra.— A
juzgar por las señales que aparecen en las orillas i segun noticias to-
madas de antiguos habitantes de aquellos lugares, en tiempo de alu-
viones las creces del rio no pasarán de tres piés, sobre su nivel co-
mun. Esta poca elevacion, que parece es raña teniendo presente los
muchos rios 1 esteros que vienen a formar el Imperial, se esplica por
la anchura uniforme de su caja, que no opone dificultad alguna al es-
currimiento de las aguas.
- Estos aluviones deben tener, sin embargo, una influencia podero-
sa 1 benéfica sobre la barra, porque, cuando no dispersan completa-
mente las arenas que la forman, las obligan siempre a retirarse del ca-
leton 1 a dejar un canal mucho mas ancho i profundo que el que hal
en la actualidad, en que el año ha sido escaso de lluvias.
En cuanto a la posicion de este canal, ésta será siempre determi-
nada porel cerro Cholgui ise hallará probablemente en todo tiempo
en la misma posicion que ocupa hoi.
Juicio sobre la practicabilidad e inconvenientes de su navega-
cion.—1.” La desembocadura del rio Imperial es hoi perfectamente
practicable para buques de vela 1 de vapor, cuyo calado no pase de
| doce piés.
12. En años lluviosos lo'será para naves de mayor porte.
3.” Su curso interior es navegable por la misma clase de buques
hasta seis leguas arriba de su boca.
4.” Alcanzando la influencia de la marea hasta mas de siete leguas,
hal fundamento para creer qne embarcaciones menores podrán remon -
'tarlo hasta mui al interior. Esta última esploracion no será practicable
'miéntras no se emprenda definitivamente la ocupacion del valle.
Un informe 1 dos planos del capitan de injenieros don Aristides
A. DE LA U. 2
10 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Martinez, que US. se ba servido agregara mi espedicion en clase de
hidrógrafo, completarán la idea que US. deberá furmarse del Imperial
1 bastarán a mi juicio para servir de guia a los que en adelante na-
veguen ese rio. :
Me hago un deber de recomendara US. mui especialmente a este
oficial, que se ha mostrado tan celoso en el cumplimiento de sus de-
beres, como altamente interesado en desempeñar de una manera
cumplida e intelijente su comision.
No mees menos grato indicar a US. que los buenos ofwos del
comandante del Ancud, don Julio Lynch, que siempre ha estado
listo para desempeñar con presteza toda comision, me han sido de
mucha utilidad, 1 él se ha mostrado mul digno por su intelijencia 1ap-
útudes de una distinguida mencion.
Igualmente los o de los vapores Maule 1 Fósforo, don
Pedro Frederiksen i don Constancio Palacios, prine nie el últi-
mo, se han hecho acreedores a que recomiende a US. su conducta.
Creo que estos cuatros oficiales que se han mostrado tan abnegados
como entendidos para secundar el desempeño de una eomision que
no carecia aparentemente de peligros 1 que felizmente ha dado re-
sultados tan espléndidos, se han hecho dignos de una particular ve-
compensa; 1 por lo tanto, el Gobierno no haria mas que cumplir cor
un acto de estricta justicia concediéndoles un grado sobre sus actun-
les empleos.
Respecto a los ausilios que me han prestado el señor eomandante
en jefe de la costa de Arauco i su digno lugar teniente en Tolten, cb
señor mayor don O. Barboza, acompaño a US, para su conoci-
miento, copia de la nota que dirijo con esta fecha al señor coronel
don Cornelio Saavedra; 1 uno mis empeños a los que hará probable-
mente aquel jefe, para que sean premiados como lo merecen, el alfe-
rez Villarreal i el cacique Paolo.
Felicitome en gran manera, señor Ministro, porque me haya ca-
bido la honra de llevar a feliz término una empresa que abre a Chile
un nuevo horizonte de grandeza 1 porque mis débiles esfuerzos con-
tibuyan de alguna manera al futuro engrandecimiento 1 brillo deb
país; sintiendo solo que mi deficiencia personal haya dejado algun va-=
cío en el cumplimiento de las aspiraciones del Cobo 1 las mias.
Dios guarde a US.
L. SeEñoRET.
Señor Ministro de Estado en el departamento de marina
TT.
Constitucion, agosto 1.” de 1869.
Señor comandante en jefe del [ejército de operaciones en la
Araucania: »
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 11
Con fecha 18 de julio, estando en el mar, dirijí al señor coman-
dante militar de la plaza de Tulten, la nota que sigue: —«Habiendo
concluido felizmente mi esploracion del Imperial, devuelvo a US. en
el vapor Fósforo la guarnicion que US. se ha servido franquearme
para mi espedicion.—Los oficiales, plazas i soldados que la compo-
nen han cumplido con su deber de buenos militares i me han auxilia-
do con decision i enerjía en las faenas marineras que han necesitado
los buques de mi mando. —Sírvase US. manifestar a todos lo sa-
tisf cho que he quedado de su conducta i servicios. —El capitan Pa-
lacios lleva órden de continuar inmediatamente para el Corral, donde
me dirijo en busca del Ancud que supongo ya de vuelta del Tomé,
con la carga que US. ha encargado i que haré trasbordar 21 Maule 1
Fósforo para que la conduzcan sin pérdida de tiempo a Tolten.»—
I con fecha 21 del mismo, desde el Corral lo siguiente: —« Acabo de
embarcar enel Maule la harina 1 afrecho traidos del Tomé por el
Ancud; como no ha llegado todavía el Fósforo, mando al capitan
Frederiksen lo aguarde, 1 trasbordada que sea la carga correspon-
diente a dicho buque, se dirijan ambos a Tolten ise pongan a las
órdenes de US. por haber concluido ya la comision que los ha pues-
to a mi disposicion. En caso de que tarde demasiado el Fósforo, el
capitan del Maule debe dejar en tierra la carga de ésteii marchar a
Tolten con la suya.—Me es grato poder manifestar a US. que tanto
el capitan Frederiksen como el capitan Palacios se han hecho dig-
nos de recomendacion por su decision, actividad 1 pericia en el de-
sempeño de sus funciones durante el curso de esta espedicion.—AÁm-
bos quedan espertos en la entrada al Imperialies de desear que
US. les procure de tiempo en tiempo ocasion de seguir practicando
aquel rio. Por otra parte, los indios se acostumbrarán de esta mane-
ra a ver nuestros buques 1 si éstos les llevan algun comercio, llegarán
no solo a no temer, sino a desear su entrada. —Recomiendo estas
consideraciones a la atencion de US.—Réstame ahora dar a US. las
gracias por los auxilios i atenciones que me ha prodigado en Tolten 1
por el interés que ha tomado en el buen resultado de mi esploracion en
el Imperial, enviando allí de antemano al alférez Villarreal para que
Interpusiese su influencia con aquellos indios, en el caso de que su-
friesemos alguna desgracia a la entrada. —Dicho alférez 1 el cacique
Paolo han trabajado con buen éxito en pacificar a los indios alboro-
tados con la vista de mis buques ¡uno 1 otro son mui acreedores a
que US. los recomiende particularmente al Supremo Gobierno, el
| primero como merecedor del ascenso inmediato a su grado i el se-
''gundo de una pequeña pension mensual. Este Paolo será un hombre
| precioso en caso de ruptura con los indios: es elocuente, valiente 1
decidido en nuestro favor.» Con fecha 24 del mismo, en momento:
¡de desembarcar en este puerto, dije al comandante del Ancud lo que
-= sigue: —« Habiendo terminado la comision que ha puesto a Ud. a
¡mis órdenes, queda Ud. en libertad de obrar conforme a las instruc-
ciones que tenga. Alsepararme de Ud.,cumplocon el grato deber
| de certificar que sus buenos servicios han contribuido mucho al buen
| éxito de mi espedicion i que durante toda ella se ha portado Ud.
12 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
como un marino intelijente, activo i cumplido caballero.» —Tengo el
honor de trascribirlo.a US. tanto para su conocimiento como para
participarle que ha terminado felizmente la esploracion del Imperial
para lo que US. se ha servido auxiliarme con tanto interes; mani-
festarle los servicios que me han prestado los subordinados, lo mu-
cho que han contribuido al buen éxito de mi comision i lo dignos que
son todos ellos de una especial recomendacion de parte de US. cerca
del Supremo Gobierno, —Quiera US. porsu parte aceptar la espre-
sion de mi gratitud. —Dios guarde a US.—És copia.
L. SEñORET.
111.
Constitucion, agosto 9 de 1869.
Comisionado por órden suprema para acompañar al señor coman-
te Señoret en la esploracion del rio Imperial, que le estaba confiada,
tengo el honor de hacer la siguiente esposicion tanto de lus trabajos
hidrográficos que tuve ocasion de ejecutar en esos lugares, como de
las observaciones jenerales que hice de aquella parte de * nuestro te-
rritorio.
Habiendo zarpado el vapor Maule el dia 11 de julio del presente
año, en convoi con los trasportes Ancud 1 Fósforo del puerto del Co-
ral conduciendo el primero al señor comandante Señoret 1" al que
suscribe, llegamos solo acompañados del Ancud, que de abí mar-
chaba al norte, al dia siguiente a las 10 horas 10 minutos A. M.,
frente a la boca del rio Imperial.
A esa hora soplaba una lijera brisa del norte, capaz de levantar un
poco de mar en direccion al sur.
Durante toda la noche anterior habíamos tenido constante una mar
bastante gruesa del S. O. que aun vejamos elevarse con frecuencia 1
que al chocar con la del norte se convertia en gruesos tumbos que no
daban mui buena idea del estado de la barra
Sin embargo, el señor comandante Senoret, después de breves
instantes de intelijente observacion, habiendo divisado en medio de
las rompientes de la barra la direccion de un canal, mandó dar toda
fuerza a la máquina 1 nos lanzamos en medio de las olas.
Pocos momentos despues navegábamos en el manso 1 caudaloso
Imperial, que por primera vez veia ajitarse sus aguas bajo la quilla
de un vapor.
Durante este tiempo yo habia tenido cuidado de hacer escrupulo-
sas anotaciones de las sondas, de las direcciones que marcaba el
compas 1 de diseñar cróquis de ¿as riberas, datos que mas tarde
debian servirme, junto con las distancias estimadas con la corredera,
para la formacion del plano que acompaño, como espondré mas ade-
lante.
Apenas habíamos remontado cuatro quilómetros por el rio, cuan=
do el señor Señoret mandó botar el ancla. En seguida, por su ór-
den, salí en un bote salva vida acompañado del guardia-marina don
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870, 13
Leoncio 2 * Señoret, que el jefe habia tenido la bondad de poner ba-
jo mis órdenes, nuevamente en direccion a la barra para rectificar
el sondaje. Pudimos entonces notar la existencia de un segundo ca-
nal situado algo mas al norte del que nos habia dado paso, «ue pa-
recia mas angosto i menos profundo, 1 que por entonces no nos fué
posible reconocer a causa del mal estado de la mar.
Nos volvimos en seguida al Maule i supimos que durante
nuestra ausencia habia estado a bordo el reverendo padre Gabriel, de
la mision del Imperial, a pedir al señor comandante que no subiese
mas para no irritar a los naturales, estraordinariamente exaltados ya
con vernos dentro del rio i poco contentos de la curiosidad «que ha-
bíamos mostrado volviendo segunda vez a la boca; cosa que a no-
sotros no nos habia pasado desapercibida, por las recelosas miradas
queencontrábamos en los indios que estaban diseminados por todo
el largo dela ribera sur.
Ala 1h.50 m. P. M. de ese mismo dia, seguimos remon-
tando la corriente hasta las 2h. 30 m. hora en que, en la confluen-
cia del estero Mocho, nos varamos por la proa en- seis i medio piés
de agua, sobre un banco de fango.
Mientras se hacian esfuerzos para sacar el buque de ese lugar, sa-
limos el señor comandante, el guardiamarina Señoret 1 yo para hacer
el reconocimiento del estero, que encontramos, en el espacio de 6 a 6
¡ medio quilómetros, de una anchura de 180 a 200 metros, bastante
profundo ide una debilísima corriente.
Al dia siguiente, el 13, salí hácia el interior en un bote a sondear
el rio, llegando hasta poco mas allá de la isla, lugar que nos sirvió
esa noche de fondeadero.
El l4alas8 h. A. M. continuamos nuestra marcha sin inte-
rrupcion basta las 10 tres cuartos, hora en que sentimos un lijero
roce de la quilla en el fondo. El comandante mandó retroceder i
fondear mientras yo salia hácia adelante a medir la hondura.
Reconocidos unos 3 1 medio a 4 quilómetros, en que el fondo era
igual o mayor que en lo que habíamos andado, escepto el bajo d»
unos 200 metros de estension en que habíamos tocado, volví al bu-
que, mas no sin haber fijado antes la direccion de un canal de 8 piés
de hondura en plena marea, que hacia el centro tenia el banco men-
cionado. Volvimos a ponernos en movimiento; pero desyraciadamen-
te, el buque no gobernó bien 1 nos baramos por el lado de babor hasta
quedar tumbados,
Por medio de espías atados a los árboles de las riberas, i de algu-
nas velas que la brisa conseguia hinchar, alas 4 h. 30m. P. M.
l estuvimos ya en un fondo de 12 piés de agua i algunos metros mas
¡abajo del banco.
¡Enel resto de la tarde, ¡unto con algunos indios, vinieron dos ca-
pitanes de amigos, que nos aseguraron que estábamos ya a cortísima
distancia de la antigua Imperial, ¿nos dieron varios detalles para
que conociésemos el lugar en que habia estado edificada la ciudad,
No era posible quedarnos sin hacer una nueva tentativa para pa-
11 Mi: O0/AS CIENTÍFICAS.
sar adelante; 1 en consecuencia, el señor Señoret mandó que el bu-
ue estuviera listo para las 4 de la mañana s:guie nte,
Media hora antes de la fijada, me embarqué con el guardia mari-
na don Leoncio 2.” Señoret, segun órden del comandante, para fijar
el canal 1 dejar en su direccion dos botes con luces. Terminada esta
operacion, nos volvimos al vapor, que bien pronto se puso eh movi-
miento; pero tan poco felices como el dia anterior, a los pocos mi-
nutos nos hallábamos en idéntica situacion a la en que nos habíamos
encontrado.
Creyó ya el señor comandante poco prudente una nueva tentativa
porque, dadojel caso de quedarnos barados en menos agua, no habría-
mos tenido donde trasbordar algunos objetos para alivianar el buque,
1 resolvió que yo continuase la escursion hasta lis ruinas de la anti-
gua, ciudad de Imperial. Efectivamente, acompañado del capitan
de la brigada de Tolten, don €. Palma, ¡del guardiamarina Señoret,
salimos a las 8 h. 45 m. A. M., en dos botes tripulados con cuatro
soldados cada uno, que a mas del remo llevaban su fusil para un
caso posible de hostilidad de parte de los indios, en direccion al pun=
to que tanto deseábamos conocer.
A las 10 h. 30 m. A. M., babiendo recorrido una distancia de 5
¡ medio quilómetros escasos del lugar donde habíamos dejado el bu-
que, llegamos a un desvío que hace una cadena de colinas que des-
de la confluencia del Mocho sigue por la ribera norte sin interrup-
cion hasta ahí. En ese lugar, el rio se divide dando lugar a una pe-
queña isla, asilo, segun la tradicion, de los últimos desgraciados que
habian sobrevivido a la destruccion de la hermosa ciudad. En la
misma ribera hai una pequeña colina separada de la cadena de que
antes he hablado, en que se notan rastros de antiguos fosos, lo que
me hizo presumir que allí debió haber alguna ciudadela o fuerte que
defendiera la ciudad.
Coincidiendo tudos estos detalles con las noticias que se me ha-
bian dado, no me quedó ya duda de que me hallaba en presencia de
las ruinas a que anhelábamos llegar.
Pero por grandes que fueran mis deseos, no era prudent> ni aun
mostrar que tenia intenciones de bajar a tierra, porque los indios se
nos mostraban abiertamente hostiles, 1 sobre todo, en esta parte, en
que juntos hasta el número de 400 o 500 en la ribera norte 1 200
o 300 en la sur, nos insultaban 1 amenazabarcon que, si dábamos un
solo paso mas, no volveríamos. Pero haciendo que no entendia sus
palabras, solo les contestaba que andaba paseando 1 continuaba mi
marcha sin hacer mas caso de sus denuestos 1 de su impotente
rabia.
En este lugari a esa hora, que correspondia a la baja ma-
rea, el rio tenia una corriente de mas de 5 1 media millas que hacia
mui fatigoso para los remeros continuar la marcha; lo que, notado
por mí viendo que estaban ya cumplidas las órdenes que se me ha-
bían dado 1 que era infructuoso seguir mas adelante e imprudente
saltar a tierra porque habria dado oríjen a la ruptura de hostilidades,
i porlo tanto, a un verdadero conflicto para la frontera sur, dí órden
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—J5ULIV DE 1870. 15
de volver. Antes de haber desandado una milla, me encontré con el
comandante Señoret 1 juntos hicimos nuestro regreso al Maule.
En la tarde de ese mismo dia anduvimos unos 5 quilómetros en
direccion a la boca.
Al dia siguiente, el 16. después de haber desembarcado unas dos
horas frente a las posesiones del cacique Carmona, continuamos
nuestra marcha, 1 alas 3 h. P. M. fondeamos frente a la mision al
lado del Fósforo, que habia entrado ese dia.
Nos pusimos en comunicacion con tierra 1 supimos, por el alférez
de artillería Villarreal i los capitanes de amigos, que todos los indios
estaban alarmadísimos 1 que los de la costa temian un ataque de los
del Imperial alto, porque habian permitido entrar los vapores. Como
tuvimos oportunidad de notarlo, los indios costinos, aunque manifes-
taban gran contento pur nuestra permanencia allí, no dejaban de
revelar por sus preguntas un tanto de desconfianza sobre las inten-
ciones que nos habian llevado al rio. Pero al fin, nuestras acordes
contestaciones 1 el cariño con que eran tratados debieron desvane-
cer, si no del todo, en gran parte sus sospechas.
El resto de este 1 el siguiente dia, me ocupé en medir el ancho del
rio en algunas partes, en sondear nuevamente los canales de ¿la ba-
rra 1 en hacer la fijacion por medio del teodolito de algunos puntos
importantes.
A medio dia del 17, dejé mis trabajos para asistir en representa-
cion del señor comandante a un parlamento que los principales ca-
ciques costinos habian formado, como con ¿200 mocetones, frente a
nuestro fondeadero.
Me circunscribí a hablarles de las pacíficas intenciones que el Go-
bierno abriga con respecto a ellos; de lo útil que, tanto para ellos co-
mo para nosotros, es estar en relaciones estrechas, pues que apesar
de la diferencia de hábitos i de lengua, somos hermanos, i por lo tan-
to, debemos ayudarnos 1 protejernos; 1 en fin, de todo aquello que
puede alhagarlos, agregando que no a estrañar si en adelante
siguen entrando algunos buques, pues solo los llevará el deseo de
cultivar su amistad 1 de hacer con ellos alta comercio.
El cacique Tranamil, que llevaba la palabra, me contestó que, si
por un momento los habia alarmado la entrada del vapor a ese rio,
era mas porque entre ellos no hal memoria, aun en las mas antiguas
tradiciones, de que jamás hubiese entrado allí un buque, i no porque
temiesen nada de las fuerzas del Gobierno, de quien siempre los caci-
ques costinos del Imperial se habian considerado amigos ia cuya fé
no habian querido faltar apesar de las instigaciones que en diversas
¿circunstancias habian recibido de Quilapan i de otros indios del inte-
rior.
El18a Jasa 7". 45%. A. M. nos pusimos en movimiento, ja
las i8* 5, a: pasado la barra sin otra novedad que, habiendo
punciptado a orillar*el canal por el lado norte, alcanzamos a rasar li-
Jjeramente el fondo, pero sin que apenas se notara el accidente.
El rio Imperial, al partir del punto donde estuvo edificada la ciu-
dad, corre después de algunas ondulaciones, en una direccion por lo
16 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
jeneral de N. E. a $5. O. por espacio de unos 29 a 30 quilómetros,
deslizándose sobre un lecho de arena, fango o rara vez de pie-
drecilla, con una corriente suave en las bajas mareas 1 apenas per-
ceptibles en las llenas, en un álveo de 300 metros, término medio.
En todo este trayecto, no recibe otro afluente que un pequeño ria-
chuelo o estero que le cae en el lugar mismo de la ciudad, que sin du-
da es el llamado rio de las Damas.
En este espacio, el rio es perfectamente navegable para buques de
7 piés de calado, 1 lo seria para los de 11 1 mas sin el pequeño bajo
marcado en el plano con el nombre de banco del Maule. Sus riberas
estan adornadas en su mayor parte de esta estension con una vejeta-
cion brillante 1 risueña; el aspecto de la cadena de lomas, que en la
ribera norte ostenta en sus espaldas magníficos bosques, 1 el contraste
que hace con una serie de colinas que hal al sur, en que se notan aun
perfectamente rastros de un antiguo 1 poderoso cultivo, hacen delicio-
sala navegacion de toda esta parte.
Al terminar estos 30 quilómetros, se junta al rio un estero deno-
minado Mocho, mui semejante al rio Queule, 1 juntos toman hácia
el S. 28. E. por espacio de 10 quilómetros; 1al terminarlos, pasa
al pié é de los cerros Truví 1 Cholgii, haciendo una curva _que pre-
senta su concavidad hácia el mar, ¡entra en éste.
La barra en todos los dias que pudimos observarla, se presentaba
perfectamente mansa 1 accesible sin el menor péligro para una em-
barcacion cualquiera. Hubo horas en que verdaderamente se con-
fundia con el rio, tal era su mansedumbre.
Sin embargo, seria mui de desear que se encargara un individuo
de estudiarla porlargo tiempo para que se hiciera práctico conociera
las variaciones que puedan efectuarse en la direccion de los canales
oen la magnitud de los bancos.
Se puede, pues, concluir que el rio Imperial es accesible 1 nave-
gable al menos en el espacio de 49 quilómetros.
Con respecte a posiciones para el caso de ocupacion de esta parte
del territorio, hai infinitas que Jlenarian todas las condiciones de-
seables, cuidando sí de situar un punto que serviria de puerto
cerca de la desembocadura en la estensa vega que hai a la entrada,
1 otro en la antigua ciudad de Imperial.
Por lo que toca al aspecto jeneral del territorio, es variado, sin
que pueda decirse que es mui accidentado, pues hai partes bajas,
planas bastante estensas i lomajes de pendientes suaves embosca-
dos o limpios, todos de excelentes terrenos 1 de un valor inapreciable.
La vejetacion es en estos lugares vigorosa, consistiendo principal-
mente en los coihues, robles, ulmos, manzanos 1 arrayanes, los árboles
que los pueblan.
En los dias que estuvimos dentro del rio, gozamos de una tempe-
ratura deliciosa: el termómetro no varió mas que de los límites de 9
a 16". i el barómetro entre 0.” 753 1 0." 762.
Puedo asegurar que de todo el territorio araucano que en diversas
comisiones he tenido oportunidad de visitar, nada me ha parecido
mas hermoso ni envidiable.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—J5LI0 DE 1870. 17
El dibujo que acompaño completará el presente memorandum i
podrá servir, mientras se hace un levantamiento regular i detallado,
para llenar las exijencias de las operaciones ulteriores que allí se em-
prendan.
A. Martínez.
Capitan de injenieros.
11.
Reconocimiento de la costa comprendida entre los Vilos
i el Choapa.
E
Santiago, octubre Y de 1869.
Este Ministerio comisiona a Ud. para que reconozca la parte de
nuestra costa comprendida entreel puerto de los Vilos i la desembo-
cadura del Choapa. En esta comision se sujetará Ud. a las siguien-
tes instrucciones:
1.* El dia 11 del presente se embercará Ud. en la corbeta C'ha-
cabuco, que es el buque destinado para hacer el reconocimiento, so-
licitando previamente de la comandancia jeneral de marina los ele-
mentos que fueren necesarios al buen desempeño desu comision.
2.* El reconocimiento lo comenzará por el punto que estime mas
apropósito, 1 deberá comprender todos ¿os puertos i caletas situados
en la espresada costa desde los Vilos inclusive hasta la boca del
Choapa.
3.* Levantará planos de todos los puertos i caletas que por sus
cualidades tengan una importancia cualquiera para el cemercio. Los
planos deben contener todos aquellos detalles que Ud. considere úti-
tiles para los navegantes.
4.* Ud. acompañará los planos de una breve instruccion sobre Ja
¡costa esplorada i especialmente sebre la entrada 1 surjidero de los
puertos o caletas.
Finalmente Ud. dará a conocer las ventajas e inconvenientes que
presenten los puertos 1 caletas reconocidos en cuanto al abrigo de
los vientos, a los embarcaderos, a las facilidades para construir mue-
lles ¡a su mejoramiento por medio de obras hidráulicas.
Cuando Ud. haya tomado los datos necesarios para desempeñar
su encargo, regresará a Valparaiso.
Dios guarde a Ud.
Francisco EcHÁURREN
Mesciton graduado de corbeta, don Francisco Vidal Gormaz,
TE
Santiago, noviembre 17 de 1859.
Señor Ministro de marina:
En virtud de las instrucciones que US. se sirvió impartirme con fe=
A, DE LA 6, 3
18 MEMORIAS CIENTÍFICAS. '
cha 7 de octubre último, el dia 12 me embarqué en la corbeta Cha-
cabuco, 1 en la tarde de este dia zarpamos con destino a la bahía de
Conchalí, surjiendo en la rada de los Vilos el 13 a mediodía.
El 14 se dió principio a las operaciones acompañándome el te-
niente 2.2 don Emilio Valverde 1 los guardiamarinas examinados
don Estanislao Lynch 1 don Juan Simpson. Los trabajos se con-
tinuaron hasta el dia 31, en que se terminó el reconocimiento
i sonda de la costa. Esta última es trabajo esclusivo del resto de la
oficialidad de la corbeta.
El cuaderno adjunto contiene la descripcion de la costa esplorada
i algunas noticias jenerales, i los tres planos que acompaño el di-
bujo de toda ella.
El plano número 1 comprende desde la ensenada del Negro hasta
el cabo Tablas; el número 2, desde esteícabo hasta la punta Lobe-
ría; 1 el múmero 3 desde aquí hasta la punta Ventanas, al N. del rio
Choapa. La escala de todos ellos es de ;77 (1). ,
Cada uno de los planos contiene tambien la vista de la costa que
comprende, 1 se han tomado a 4 millas distante de ella, estan-
do E. O. con Conchalí en el 1, con Chigualoco en el 2,i con
Huenteláuquen en el 3. Estas vistas se deben al cirujano de la
corbeta, don Eduardo Mayhew.
Me es altamemente satisfactorio el poder manifestar a US. que la
conducta observada por los oficiales que me han acompañado en
Jos trabajos ha sido cumplida, desempeñando sus cometidos con inte-
lijencia 1 entusiasmo. De la misma manera, los señores don Pablo Flo-
res idon Juan Domingo Arrate, han facilitado a la Comision toda
clase de ausilios, mientras nos encontramos dentro de los terrenos
de sus dominios, circunstancia que ha contribuido por mucho al feliz
término de la comision que US. se sirvió encomendarme.
El reconocimiento del puerto de Totoralillo no pudo llevarse a efec-
por falta de tiempo, pues el plazo fijado por las instrucciones de
fecha 11 de octubre, fué apenas suficiente para la costa antes:
citada.
Aun cuando no me encontraba autorizado para hacer gasto alguno
durante los trabajos, ha sido indispensable ejecutarlos para no malo-
grar el buen éxito de tan importante esploracion. Por la cuenta ad-
junta verá US. que éstos solo montan a diez 1 siete pesos veinticinco
centavos (17 ps. 25 cent.). Si US. se sirve aprobar este gasto, que
he creido de absoluta pedos espero que S. S. decrete su abono
por la tesorería tiscal de Valparaiso.
Devuelvo tambien a US. Jas instrucciones orijinales de 7 de octu-
bre, de 12 del mismo mes que me fué trascrita por la (comandancia
jeneral de marina.
Dios guarde a US.
Francisco ViDaL Gorma:
Capitan graduado decorbeta.
Señor Ministro de marina.
1) La litografía redujo a una las tres hojas, 1 la escala
(1) g j B es hojas, i la esca añ
ANALES DE LA UNIVEBSIDAD.—JULIO DE 1870. 19
VAL:
Noticias hidrográficas relativas a la costa de Chile comprendida en>
tre la punta Changos por el sur i-lapjunta Ventanaspor el norte.
L
7 Punta Changos.—Esta punta situada por 31." 59 46” de latitud
S., es baja, rocallosa i con algunas rompientes cerca de ella. Desde
esta punta, demora la de Lobos al N. 8.* O. (1), distancia de tres
millas escasas.
Ensenada del Negro.—Entre las puntas anteriores, la costa hur-
ta hácia el oriente formando una espaciosa rada de costas barrancosas
1 accidentadas sinimportancia alguna para la navegacion i el comer-
cio. Se llama ensenada del Negro, del nombre de la quebrada que
se mira al oriente de ella.
Un poco al sur de la quebrada .se deja ver un peñon .escarpado 3
mui cerca de tierra. Inmediatamente al sur de él, hai un caleton ade-
cuado para botes i lanchas.
Al norte de la misma quebrada se encuentra la peinada punta
del Purgatorio. Al1N. E.íde ella hai tambien un caleton o atracadero
para botes, usado por los pescadores de la costa; pero su acceso
demanda un práctico local para salvar sin peligro las rompientes que
existen a su entrada. :
Entre la punta del Purgatorio ila de Lobos, llamada punta Ba-
llena en las cartas del almirante Fitz-Roy, la costa es mui brava 1
peligrosa por las muchas rocas 1 rompientes que la bordan, no me-
nos que por estar enteramente espuesta a la ola del S. O., que es la
prevalecente. Sin embargo, al oriente del cerrito dela Cachina, hai un
atracadero para botes que tiene el nombre del cerro; massolo es ac-
cesible con mar suave. Lo frecuentan canoas de pescadores.
Punta de Lobos.—Esta punta, llamada Ballena en las cartas in-
glesas, solo es conocida por los prácticos de la costa con el nombre
qne le hemos dado en nuestros planos. Mide 23 metros de altitud.
A un quinto de milla al O. S.¡O. de ella, se encuentra el islote de
los Lobos, nombre que le es mui característico por el gran número de
cetáceos de esta clase que pululan en él. Pero menos de media milla
al O. N. O. de la punta, hai un pequeño bajo, sobre el cual rom-
pe el marcada media hora aun esto solo durante las bravezas: con-
viene, pues, resguardarse de esta punta barajándola a dos tercios de
milla por lo ménos.
A1S. P'S. O. de la misma punta de Lobosia media milla dis-
tante de ella, existe otro islote conocido con el nombre de isla
Negra. Entre éste i la costa hai rompientes peligrosas, sin embar-
go, de que deja canal profundo entre él i las rompientes de la playa.
Punta de los Vilos. —Es conocida con el nombre de Penitente en
(1) Todos Tos rumbos de que tratamos son magnéticos,
20 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
los planos hidrográficos; pero segun los prácticos, solo sela califica com
el que encabeza este acápite, dedonde tambien tomó su nombre el pue-
blo que se ha planteado en ella. En la medianía de la costa que media
entre ambos puntos, hai una infleccion hácia el oriente qne,se cono=
ce.con el nombre de ensenada de (Juereo: no tiene importancia al-
guna 1 la costa no ofrece ningun atracadero por ser brava 1 despedir
piedras i rompientes hasta un quinto de milla de distancia de ella.
Islote de los Huevos.—Al occidente de la punta anterior 1 750
metros de distancia «le la costa, se encuentra el islote de los Huevos.
Es rocalloso 1 árido, de color amarilloso, 1su estremidad norte es
abordable cuando el mar está tranquilo.
El canalizo que forma con la tierra firme es estrecho icon algu-
nas piedras sobre las cuales rompe el mar. Debe evitarse su atra-
vieso aun con las embarcaciones menores, cuando hal bravezas. Al
S. O. de la estremidad S. de la isla, hai una roca que vela i dista 200
metros: no ofrece peligro alguno.
Bahía de Conchalí. —Tresi media millas” N. 30. O. de la punta
de los Vilos, se encuentra el cabo Tablas. Entre estos puntos la costa
hurta el N. E. 1 forma la estensa bahía de Conchalí, la cual compren-
de dos surjideros de codiciones mui diferentes que, porlo tanto, lle-
garán a ser complemento el uno del otro, segun el tiempo que preva-
Jezca.
La bahía, a mas de los surjideros indicados, comprende en su
centro dos grandes peñones escarpados, conocidos con los nombres
de ¿sla Blanca el mas central e 2sla Verde el que sigue al N. O,
del primero.
Un poco al oriente” de la isla Blanca, hai otrozpeñon algo menor
que éste, pero notable por su color negrusco: se llama la Fantasma.
AIN. E. 1 cerca de ella, hai tres rocas que velan.
El islote Verde está unido al continente por una restinga peligrosa,
sobre la cual rompe el mar pesadamente. Media milla al S. O.| del
islote, hai una roca que vela ¡es el peligro mas avanzado que ofrecen
los referidos islotes.
Las dos islas ofrecen paso claro para buques.
Rada de los Vilos.—Al N, E. 4 N. de la isla de los- Huevos1
a una i media milla de distancia, se encuentra la punta C'hungo pe-
dregosa en su estremidad, arenosa 1 blanquisca en su parte mas ele-
vada. Entre ambas puntas se encuentra comprendida la rada de los
Vilos, surjidero mui frecuentado en la actualidad por vapores 1 bu-
ques de vela. |
La rada es bastante grande 1 con capacidad para muchos buques
fondeados con una sola ancla al sur. La ola del S. O. penetra algo
en el surjidero, lo que produce en los buques algun balance. Ll mejor
lugar para buques de porte se encuentra en nueve brazas, arena 1
conchuela, al N. E. de la parte alta de la isla de los Huevos 1 N. 5.
con el asta de bandera de la capitanía del puerto, o sea, la estremi-
dad occidental de la poblacion. Buques menores pueden acercar
mas la costa; pero caen en fondo irregular de arena 1 piedras grandes.
El atracadero no tiene muelle i el desembarco se hace en un ca-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 21
leton pedregoso, circunstancia que envuelve algun peligro para los
“botes, cuando el que los dirije no tiene conocimiento práctico del lu-
gar. Con tiempos normales delS.O. i siendo conocedor del atraca-
dero, no hai peligro alguno para abordar la costa; pero cuando se
esperimentan bravezas, lo que suele ser algo frecuente, la ola azota
la playa pesadamente e impide el acceso a toda clase de embarca-
ciones i mui especialmente durante las horas de baja mar. La carga
1 descarga de los buques se interrumpe, lo que perjudica alta-
mente al comercio. La construccion de un muelle, si bien seria cos-
tosa a causa de la lonjitud que deberia dársele i de la naturaleza del
lecho de piedras sobre el cual debia ser apoyado, seria para el co-
mercio de esta importante rada la vida que hoi le falta.
En el invierno, los vientos del 4.” cuadrante producen tambien
grandes olas en la bahía i fuerte braveza en el caleton, aparte de que
si el viento es recio, se ajita tanto el surjidero que la mar rompe des-
de el islote delos Huevos hasta la isla Blanca. En tales casos, un bu-
que de vela surto en la rada correria peligro de garrar sus anclas 1
| de ser arrojado a la playa, si con anticipacion no se hiziese a la mar
ono setrasladase a la caleta de Nagué, situada al N. N. O. de la
bahía. E
Los víveres frescos para los“buques no se obtienen con dificultad.
¡| Verduras hai mui pocas fuera de la estacion del verano.
El agua se estrae de pozos abiertos a espaldas de la poblacion 1
les salobre. Hai aguas excelentes en |Conchalí, en laquebrada Mata-
' Gorda, enel cerro la Posa de,agua 1 en otros puntos, pero en lugares
inadecuados para proveer a los buques en cantidad suficiente i a pre-
| clos módicos.
Tomar el surjidero no presenta inconveniente alguno para cual-
| quiera clase de embarcacion. No hai peligros ocultos, salvo el bajo qne
saliendo de la punta Vilos se dirije al N. O.; pero como éste está
fuera de la ruta que deben seguirlos buques en su entrada i en su sa-
lida, no ofrece obstáculo. La inspeccion del plano adjunto (Bahia de
¡conchal?), bastará para gobernarse sin tropiezo i eludir otros dos
¡bajos pequeños situados entre el surjidero que hemos indicado 1 la
costa sur.
El asta de bandera de la capitanía de puerto o sea el ala occidental
de la poblacion, se encuentra
lat..S. 319 54 34”.,
en O. de Gr. 71*39 27”,
¡Estas coordenadas diferen mul poco de las que asigna al mismo
punto el almirante Fitz-Roy en sus acreditadas cartas, teniendo
presente que la edicion de 1865 se encuentra correjida del error
ten lonjitud indicado por el señor don Carlos G. Moesta.
1 La declinacion magnética, en 14 de octubre de 1869, era de 16.”
105 15” N, E. El establecimiento del puerto 9 h. 44 m. la elevacion
¡de las aguas 1",4 en las mareas ordinarias, alcanzando a 1”,7 en las
sizijias.
Playa de Agua amarilla —A1N. O. de la punta Chungo i a milla
215) MEMORIAS CIENTÍFICAS.
í tercio de distancia, se encuentra la punta del Penitente, de media-
na altura, costas barrancosas iun peñon bién característico en su
estremidad. La punta mide 71 metros de altitud 1 la loma que la
determina alcanza a 119.
Entre los puntos de que tratamos se encuentra la playa de Agua
amarilla i ensenada del mismo nombre. Esta tiene 2400 metros de
abertura isolo un quilómetro escaso de saco, hallándose enteramen-
te abierta a los vientos prevalecentes. La ensenada no tiene impor-
tancia alguna cómo surjidero. La playa del fondo es toda de arena
suelta 1 las olas rompen sobre ella con mucha fuerza. Las partes es=
tremas de la ensenada son rocallosas. Al$S. ofrece un caleton llama-
do la Ballena; pero solo es accesible con mui buen tiempo, por
encontrárse entre piedras.
A éspaldas de la playa se encuentra una pequeña laguna deter-
minada por las escasas aguas del rio Conchalí. El valle que sigue
al oriente es hermoso, fértil i de regadío, circunstancias que lo ha-
cen contrastar con la aridez de los cerros vecinos.
Por el centro del valle corre una colina arenosa. Al norte de ésta
queda la quebrada de Agua amarilla, tambien fértil, que da su
su nombre a la playa.
Caleta Nague.—Al N.N. O. de la punta Penitente, se encuentra
la caleta Nagué, con media milla de abertura i otro tanto de saco.
La profundidad varia entre 10 i 4 brazas, arena; pero su playa N.
es mui aplacerada.
La caleta es demasiado reducida para buques de vela, aparte |
de que el viento 1 la mar del S. O. baten de lleno en ella. Las islas |
Blanca i Verde no le prestan abrigo alguno contra Jos vientos pre-
valecentes del tercer cuadrante.
El atracadero de la caleta se encuentra al N. de la punta Con- |
chas ¡debe abordarse la playa al costado de las piedras. Este es re- |
gular, a menos que se esperimenten bravezas. No hai muelle; pe- |
ro podrá hacerse fácilmente ia poco costo.
Nagué tiene excelente aguada; pero carece de frescos para los bu-
ques. Peces i mariscos hai en abundancia.
Esta caleta es mui importante por cuanto es el único punto que
ofrece verdadero abrigo contra los vientos del cuarto cuadrante,
que suelen soplar en la estacion del invierno. Se nos ha asegurado
que en ellala mar del N. O. i delO. no produce alteracion alguna;
con este motivo Nagué es el complemento de la importante rada dé
los Vilos.
Punta de las Conchas.—La punta que cierra la caleta! porel O|-
se llama de las Conchas. La forma una colina arenosa de 32 metros
de altitud. Sus riberas son rocallosas i envian hácia la isla Verdi
un cordon de arrecifes peligrosos que solo dejan paso para botes.
AlS. de la punta hai un caleton que lleva el nombre de ella, 1 ul.
poco mas al occidente se encuentra otro llamado Palitos; pero ambo|-
solo son frecuentados por canoas de pescadores cuando el mar est
tranquilo, 1 de ninguna manera pueden recomendarse como dese
barcaderos. : PE
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUDIO DE 1870. 23
Cabo Tablas. —Al O.$5. O. de la punta Conchas, se prolonga la
costa sur del cabo Tablas, que se estiende por milla i tercio. Las ribe-
ras de esta costa son bajas i ascienden suavemente; pero envian hácia
el mar algunas rompientes que se avanzan hasta un tercio de milla
al S.
El cabo Tablas, punta avanzada de la costa, es peligroso 1 tajado
casi a plomo; mide 69 metros de altura i la loma que lo forma alcan-
za a 81. A1S. S. O. del cabo hai una roca que vela, distante un ter-
cio de milla, 1 algunas rompientes en contorno de la punta.
El cabo se encuentra
lat. S. 319 51 24”,
Po! 1 lonj. O. de Gr. 71%: 41 27”.
Desde aquí demora la punta Ventanas al N. 14? O.
Roca Corales. —Esta roca llamada Penitente en las cartas del al.
mirante Fitz-Roy, tiraje de 1865, se encuentra a milla i tercio al
S. S. O. del cabo Tablas .[Entre éste 1Corales, quedaun canal espacio-
so 1 profundo que no ofrece obstáculo alguno para los buques. Cuan-
do el mar se encuentra ajitado, se forma en este pasaje una ola corta
1 elevada que produce fuertes balances en el buque que lo surca.
A1S. O. de Corales hai dos rocas menores poco separadas de la pri-
mera; pero el fondo al rededor del grupo varia entre 151 30 brazas.
Corales dista de la isla Huevos tres millas, con un fondo interme-
dio mayor de 45 brazas, siendo de 10 a 30 cerca de la isla. Desde el
surjidero de los Vilos demora la roca Corales al N. 71" 30' O.
Rada Tablas.—Doblando el cabo Tablas para el oriente, la cos-
ta hace una gran infleccion i determina la rada: de Tablas, que mide
1200 metros de saco 1 dos quilómetros de abertura, encontrándose el
«mejor surjidero en 12 brazas de hondura, fondo arena, N. $. con la
parte oriental de la isla LilenesiN. E. + E. del morrito- norte det
cabo Tablas.
El fondo de la rada varia entre 20 brazas que haien la boca, 1
cuatro que se encuentran cerca de las rompientes de la playa. La
«naturaleza del fondo es variable entre arena 1 arena 1 piedra. El te-
nedero es buenoi las aguas mul tranquilas durante la estacion en que
prevalecen los vientos del tercer cuadrante. ¡Solo los vientos del cuar-
to las embravecen.
AI 5. $. E. del surjidero indicado, se deja ver una puntilla barranco-
sa que tiene en su estremidad una roca blanca. Al oriente de esta
puntilla, se encuentra el mejor atracadero para botes. No es, sin em-
bargo, mui bueno porque la playa es aplacerada, sembrada de rocas,
1la mar tiene en ella mucha resaca. Cuando este surjidero haya de
ser utilizado por el comercio, se podrá hacer un muelle que facilite el
embarco i el desembarco.
Por ser desolados sus contornos, no hai frescos ni recurso alguno.
Aguada no se encontró en su playa; pero podrá utilizarse la de la
caleta de Nagué, que dista ochocientos metros. La caza es abun-
dante, especialmente en perdices.
24 MEMORIASCIENTÍFICAS.
Punta de las Pechoñas.—Esta punta cierra la rada de Tablas por
el N. N. E. Es rocallosa, peinada hácia el]mar, de 78 metros de alti-
tud i con rompientes que se avanzan 350 metros fuera de la costa.
Isla Lilenes.—AIN.N.E. del cabo Tablas, dos millas escasas de
distancia, se encuentra la isla Lilenes: elevada, de color verdoso, de
contornos pendientes i mas o ménos circular, con un diámetro de
300 metros. Forma con lalpunta de las Pechoñas un canalizo que mi-
de 800 metros de anchura, sobre el cual se sonda 8112 brazas, fon-
do de piedra i arena en partes. La costa de la isla es limpia; pero la
de la punta de las Pechoñas mui brava 1 sucia.
Roca Cebollin —Esta se encuentra a media milla de distancia de
la isla Lilenes 1 en direccion O.N.O. de ésta, 1 dos millas escasas al
N. del cabo Tablas. Vela a baja marea 1 queda abalizada por rom-
pientes cuando el mar está lleno. El fondo a su alrededor es de 16
brazas; piedra, a 150 metros de distancia. Entre ella 1 la isla Lilenes,
el fondo es de 24 brazas, tambien piedra.
Rada de Chigualoco.—Al N. 7.* O. del cabo Tablas, 6 1 media
millas de distancia, se encuentra la punta Lobería, baja i con un mo-
gote que se avanza al S.O. La costa entre ambas puntas entra algo al
N. E. 1 forma la estensa rada de Chigua loco, inútil como surjidero
comercial i enteramente desabrigada a la ola constante del S.O. que
prevalece con los vientos del tercer cuadrante
Toda la costa es brava i bordada de rompientes quese avanzan
250 metros fuera de la playa; salvo en la caleta denominada Boca
del Barco, situada al N. 20” E. del cabo Tablas, enfilando la parte
oriental de la isla Lilenes ¡al S. 45* E. del morrito saliente de la pun-
ta Lobería, distante poco mas de tres millas de esta última punta.
La caleta es útil para lanchas 1 botes i ofrece buen atracadero en
la estremidad S.O. de su playa de guijos. En el centro de la caleta
hai una roca que vela, 1 dos mas entre aguas al N.O. de ésta. La
hondura varia entre AS 18 brazas, fango.
Muelle podria hacerse con facilidad en el atracadero, resguardán-
dolo del N.O. por las rocas indicadas.
Cuando mi buque tenga que tomar carga por esta caleta, deberá
fondearse a un tercio de milla al O. deíla punta de la Salina, en 12 a
13 brazas, arena i piedra. En este lugar la marejada del S.O. es mo-
lesta por no tener abrigo alguno; mas de todos modos es preferible
a la caleta de Chigualoco.
El desembarcadero de la caleta Boca del Barco se encuentra
(lat. S. 812 47183”.
PO" 1 lonj. O. de Gr. 71* 38 17”.
Caleta de C'higualoco.—Entre la caleta Boca del Barco ila par-
te alta de la punta Lobería, se encuentra un cayo llamado bajos de
Chigualoco, el cual está unido al continente por medio de una res-
tinga ahogada en la direccion N. N. E. Dista de tierra firme media
milla.
A la parte N., E, de los bajos, se encuentra la caleta del mismo
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 25
nombre de éstos, inútil como ya se ha dicho, pues su atracadero es
tan malo que rara vez es posible abordarlo sin peligro.
El surjidero de la caleta mide en su centro de Y a 12 brazas de
profundidad, arena, i se encuentra enteramente abierto al tercer cua-
drante. Los vientos del cuarto, dicen, no hacen mal alguno al surji-
dero, lo que se esplica por el resguardo que le prestan los bajos de
que antes hemos hablado i la punta Lobería.
La costa es baja en jeneral i brava, pero pendiente cerca de la
playa. A tres quilómetros al interior se elevan cerros altos, que miden
de 600 a 800 metros de altitud.
Al N: 10* O. de los bajos de Chigualoco se encuentra una pun-
ta poco saliente, oscura 1 con algunos peñones cerca de ella, llama-
da la Mula muerta. Entre ésta 1 la punta Lobería se encuentran dos
ensenadas separadas entre sí por la puntilla de las Conchas. La pri-
mera, Osea la comprendida entre ésta puntílla ila Mula muerta,
llámase de la Mostaza, que ofrece atracadero para botes cuando el
mar se encuentra trar.quilo; pero para abordarla es indispensable un
práctico local. A1S. $. O. de ella, hai rompientes que se avanzan
1200 metros mar afuera: éstas se encuentran N.S. con la punta de
las Conchas, 1 alS. 40” E. del morrito dela punta Lobería 1 auna mi-
lla de distancia.
La ensenada que sigueal N. O. de la Mostaza no tiene importan-
cia alguna ¡es inabordable.
Las casas de la hacienda de Chigualoco, situadas al N. E. du la
caleta de su nombre, están
(lat. S. 317 45' 26.”
PO 1 lonj. O. de Gr. 71* 38 09.”
Punta Loberia.—Es una prominencia de mediana altura, ba-
rrancosa i con riberas sembradas de rompientes que salen:hasta 250
metros fuera de la costa. A su espalda se deja ver un elevado cor-
don de cerros que miden de 600 a. 800 metros de altura.
La costa se prolonga por 5 1 media millas hasta llegar a la caleta
de Huenteláuquen. Este trecho de costa es profundo. A media mi-
lla de distancia el fondo varía entre 15 118 brazas, piedra 1 arena
en parte: a milla i media, la hondura aumenta desde 30 a 35 bra-
zas, 1a 3 millas se sondan de 60 a 70, fango.
Desde la punta Loberia demora la parte saliente de punta Ventana
al N. 24 0.
Caleta de Huentelduguen.—Su estremidad sur se encuentra
lat. S.31* 39 54.”
* lonj. O. de Gr. 71" 40” 29.”
Es bastante abrigada a la ola del tercer cuadrante; i, aunque solo
tiene un cuarto de milla cuadrada de capacidad, puede ser de gran-
de interés a los departamentos de Illapel i de Combarbalá, por no
tener otro puerto tolerable en todo su litoral, que sea conocido hasta
el presente.
A. DE LA U. 4
26 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
El fondo de la caleta varia entre 3 18 brazas, arena, siendo de
seis 1 media el de su centro. Un islote bajo i rocalloso abriga al sur-
jidero de la ola i vientos prevalecentes, i el canalizo que forma
con la tierra firme es tan estrecho 1 obstruido por rocas que no deja
paso a la marejada del S. O., i sí solo a una corriente regular que
produce en las aguas el embate de las olas.
Cerrado el canalizo, la parte norte de él se convertiria en una
dársena excelente para el carguío de lanchas; pero es de temer que
faltando la corriente se embanque ese punto en breve tiempo; mas
esto no afectaria de manera alguna al surjidero de la caleta, porque
es notorio que el curso de las arenas que viajan con los vientos del
tercer cuadrante, [tiende mas bien a internarse tierra adentro que
a luchar con el ajente que las impele; i con tanta mas razon, cuanto
que la costa en esta parte corre formando un ángulo de 40” con la
direccion de los vientos prevalecentes.
Huenteláuquen, si hubiera de ser frecuentado por buques de vela,
solo puede admitir embarcaciones que no pasen de 300 toneladas,
debiendo fondearse de antemano en la caleta, un buen muerto a
barlovento del centro del surjidero. Esta precaucion a la vez de fa-
cilitar la franquía a los buques, reduciria el radio de sus jiros, lo
que les garantizaria su permanencia en la caleta. El muerto indica-
do es tambien indispensable para los vapores que arriben ella: les
evitará las faenas de anclas en lugar tan reducido, quedando, porfcon-
siguiente, espeditos para todo evento.
Huenteláuquen solo podrá admitir dos buques en su surjidero,
amarrados a muertos fijos. Un tercero tendria que esperar afuera has-
ta la salida de uno de ellos.
La costa N. de la caleta'es barrancosa i accidentada: envia hácia
afuera algunas rocas que velan i que se estienden hasta 400 metros
de la costa, con bastante fondo cerca de ellas. La playa oriental es
de arena enjuta i por el N. E. se prolongan estensas dunas.
No hai agua potable en sus riberas ni recurso alguno; pero cuan=
do se trate de utilizar a Huenteláuquen, agua 1 frescos serán abun-
dantes. La comarca vecina es próspera 1 fértil.
Punta Pozo.—Desde el fondo de la caleta de Huenteláuquen de-
mora la punta Pozo al N. 99 O. Esta punta es mul accidentada, pen-
diente 1 con arrecifes que se retiran algo de ella. Su parte superior
es plana 1 árida. E
Inmediatamente al S. E. de la punta Pozo, hai un “caleton en el
cual es posible abordar la playa cuando hai apuro que lo exija..
Ensenada del rio Choapa.—AlLN. 49” O. de la punta Pozo se
encuentra la punta de la Ventana, situada
,
flat. S 812 36 40.”
o O AROS
Entre estos puntos la costa hace un corto revuelo al oriente para
formar la ensenada del Choapa. La playa de ésta es arenosa 1 baja, .
con rompientes i quebraderos bastante pronunciados. Esta ensenada
no tiene importancia alguna.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 27
En la estremidad sur de la playa se vacia al mar el rio Choapa,
lamiendo una costa barrancosa i peinada. Sus aguas son escasas en
el verano, con motivo de los muchos canales de irrigacion que tiene
que surtir durante su curso. Llega al mar en cantidad mui reducida.
La vega que recorre, que mide como tres quilómmetros de anchura,
es fértil, bien cultivada 1 rica en producciones de todo jénero.
Punta Ventana.—Es baja, saliente 1 peligrosa, por despedir fue-
ra de ella algunas rompientes que solo son notables de tiempo en
tiempo. A espalda de la punta, corre un cordon de colinas arenosas
que limitan porel N. la fértil vega del Choapa.
1V.
Algunas noticias i observaciones jenerales.
El litoral marítimo que hemos recorrido, comprendido entre el rio
Choapa por el N. i la quebrada del Negro por el $S., tiene una es-
tension de 37 quilómetros, i encierra cuatro haciendas. La 1.* lla.-
mada Huenteláuquen, está comprendida entre el rio Choapa 1 la
quebrada de Chigualoco; la 2.?, o Chigualoco, la encierran la que-
brada de su nombre 1la Boca del Barco; la 3.*%, Agua amarilla, al
sur de la anterior, se prolonga hasta la quebrada de su nombre; i por
fin, la 4.*, o los Vilos, es la limitada al sur por la quebrada del Ne-
gro. Mas al sur sigue Palo colorado.
Entre el mar 1 el cordon de cerros que se mira al oriente, queda
una faja de terrenos de anchura irregular i accidentada, declinando
en altura al paso que se aproxima al mar. La naturaleza de los refe
ridos cerros orientales es cuaternaria 1 siluriana (1).
Solo en las hoyas de Conchalí i del Choapa se encuentran terre-
nos de regadío; los demás son secos, arenosos i de apariencia árida.
Con este motivo, aparte de lo vasto de las propiedades i de lo escaso
de brazos útiles, no se notan sino pocos cultivos en toda esta gran
comarca.
Los años poco lluviosos, como lo ha sido el que corre, son de fa-
tales consecuencias para la agricultura. Los cereales se pierden casi
por completo 1 las chacras rinden poco. Hal tambien otros motivos
que contribuyen por mucho a las malas cosechas. Las sementeras
situadas de ordinario en las faldas de los cerros, se encuentran en-
teramente espuestas al embate de los vientos del sur, los cuales aba-
ten la plarta, secan la tierra 1 hasta desgranan las espigas maduras,
si la cosecha no se hace con la oportunidad debida.
El viaje continuo de las arenas de la costa domina las faldas de
los cerros 1 los valles, e invade hermosos campos imposibilitándolos
para la agricultura; 1como hasta ahora la industria humana no se
ha utilizado para contrarestar el mal, el perjuicio que causan las
referidas arenas es creciente. La plantacion de árboles o bosques ar-
11) Señor Pissis: topografía de Chile,
28 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
tificiales en los lugares convenientes paralizaria su curso ise salva-
rian los campos que hoi están amenazados.
La vejetacion es escasa, prevaleciendo de ordinario en los campos
ilos cerros el quisco i el cardon, corta cantidad de pasto blanco i al-
filerillo, uno que otro boldo estenuado por los vientosi algunos otros
arbustos. Sin embargo de esta pobreza, los años lluviosos dan a los
campos abundantes pastos para el ganado, mientras que los secos
obligan a internarlo a la cordillera para salvarlo de la muerte o su
aniquilacion.
El terreno, como se ha dicho, es arenoso; pero las sementeras de
trigo i de cebada rinden mucho en los rulos cuando las lluvias han
sido regulares. Nos han asegurado personas respetables que el pro-
ducido del trigo en Chigualoco es ordinariamente de un cuarenta
por uno, siendo a veces de un setenta en sementeras pequeñas i en
terrenos elejidos,
Las chacras son tambien de rulo en estos campos, menos en el
valle de Choapa i en el de Conchalí. Su producido es pingiie debi-
do al abono que dejan en la tierra las creces de los rios en la esta-
.cion del invierno. Hace 37 años que en la vega de Conchalí se siem-
bran las mismas semillas, sin que por esto haya dejenerado ni dis-
minuido su rendimiento. Las cosechas siempre recompensan con
usura los sacrificios del labrador 1a despecho de las apariencias del
terreno. Las chacras de Conchalí comenzaban a salir a fines de oc-
tubre 1 aun estaban por sembrar algunos retasos.
El clima de esta costa es de los mas agradables del país. Los ca-
lores nunca llegan a ser intensos ni los frios molestos. Los vientos
del S. saturados con la humedad que recojen en el océano, [atempe-
ran la atmósfera: la radiacion nocturna humedece los campos 1 ali-
menta. la yejetacion.
Los sures, cuando soplan fuerte, aniquilan las plantas; i con la
arena que levantan haciéndola viajar, sofocan 1 maltratan al cami-
nante.
Durante nuestra permanencia en estos lugares 1 con motivo de
haberlo recorrido todo, pudimos notar la carencia poco menos que
absoluta deárboles frutales, no obstante de que, plantados al abrigo de
los vientos prevalecentes, dan excelentes frutas, como lo ha justifica-
do la esperiencia a los pocos que han propagado el durazno, el peral,
la higuera etc. La vid, nos aseguran, no progresa; mas esto no es
concebible, porque siendo una planta que requiere poca humedad,
bastaria elejir lugares abrigados contra los sures i espuestos al norte,
para que ofreciesen excelentes frutos 1 vinos superiores.
Las playas son ricas en mariscos de várias clases, no menos que
en pescados finos, luche i cachiyullo. La pequeña laguna de Concha-
lí 1 el rio Choapa. abundan en lisas, El camaron es tambien abun-
dante i de clase superior.
El único pueblo que se encuentra en el trecho de costa de que tra-
tamos 1 que merezca el nombre detal, es la subdelegacion de los Vi-
los, pueblo nuevo que solo cuenta poco mas de 14 años de exis-
tencia.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 29
Su caserío es irregular, no obstante de que el terreno se encuen-
tra dividido en manzanas simétricas; mas el suelo es tan accidentado,
pedregoso i con arenas sueltas, que lo hacen insoportable durante los
dias de viento sur.
Las casas parecen ser mas bien provisorias que permanentes i la
poblacion pasa de 300 almas. La casa fiscal, (que contiene la adua-
na, etc.), dos grandes bodegas, las casas nuevas de la hacienda de
los Vilos 1 12 014 mas de menor importancia, forman el conjunto
del caserio, que se estiende de E. a U. magnético.
Los recursos del pueblo no son muchos. No hai hotel; carne fres-
ca no se obtiene todos los dias, i el agua, como antes hemos dicho,
es de mala clase, a ménos que se traiga de algun punto lejano, lo
que la hace algo costosa.
El puerto por su posicion está llamado a desempenar un rol im-
portante en la estadística comercial del pais, como puede colejirse de
los datos siguientes, que hemos tomado de los documentos orijinales
que existen en la Tenencia de ministros del lugar, fijándonos sola-
mente en los artículos mas importantes, por simplicidad.
Z ESPORTACION.
28
BUQUES ENTRADOS. S E 3 A a
3 53 | parnas TRIGO: | CEBADA:
E Z EJES.
E a DE COBRE. SACOS.| SACOS, |
1863,
WMaporestaidatid Slnios pl BE aa cs e do E
Buques de vela_..| 7 | ----- - 11-18,005 | 255/ 6,600 | 10,684
1864.
MAporesi22 2. a | O e [O
Buques de vela. ..| 4 | ----.. 12,267 | 154 4,5500 7,146
1865,
WMapores 2220. DO e A
Buques de vela... 16 | ----.- IESO NAGZS EL 3,113
1866.
IMapores.= 2.2 15
Buques de vela. ..| 17
1867.
A pOxes..--.-.--< 92
Buques de vela. ..| 11
1868.
Mipores. ¿222202 82
Buqnes de vela. -.| 7
30 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Los tres últimos años ponen de manifiesto la importancia creciente
del puerto. Este motivo nos autoriza tambien a delatar un notable
abuso que se comete con frecuencia porlos buques surtos en la ra-
da de los Vilos.
Segun pudimos ver por nosotros mismos, los buques deslastran
sobre sus anclas arrojando las arenas al mar enel mismo surjidero 1
en el lugar precisamente mas aparente para fondear, que, como
antes hemos dicho, solo tiene Y brazas de profundidad. Si este
perjudicial abuso sigue perpetuándose, en diez o quince años mas se
habrá formado un banco en el único surjidero de los Vilos 1 la rada
seria inutilizada para siempre. Lo mismo sucede en el puerto del Pa-
pudo, segun fuimos informados por personas fidedignas.
Esta perniciosa tolerancia de parte de algunas autoridades maríti-
mas de nuestros puertos, creemos puede estenderse a algunos otros
puntos, i proviene de que muchas de dichas autoridades son legas en
el ramo que están encargados de dirijir.
Chile, pobre de buenos puertos, debe mirar por su porvenir futu-
ro, adoptando toda clase de providencias que tiendan a conservar los
surjideros.
Las autoridades marítimas deberian elejirse entre personas idóneas
para esta clase de destinos i celosos de sus deberes. Esto, no obstan-
te, no es un reproche que queremos hacer a las personas que hoi tie-
nen los cargos de subdelegados marítimos en los puertos denuncia-
dos; es solo una manifestacion de estricto deber, 1 como com-
probante tambien de que tales cargos deberian darse a personas de
la profesion i capaces, por consiguiente, de apreciar los inmensos ma-
les que irrogan al país con sus injustificables tolerancias en cuanto al
deslastre de los buques.
Esto es, señor Ministro, cuanto puedo informar a US, en virtud
de la comision que se sirvió confiarme.
Dios guarde a US.
Francisco VipaL GORMÁZ.
Capitan graduado de corbeta.
Al señor Ministro de Marina.
NIT.
Reconocimiento del rio Valdivia i de la costa comprendida
entre el Corral i Reloncaví.
Santiago, noviembre 18 de 1869.
Este Ministerio comisiona a Ud. para que proceda a ejecutar los
irabajos hidrográficos que se mencionan en las siguientes instruc-
ciones 1 con arreglo a lo que ellas disponen:
1.* Reconocer la costa de Valdivia i de Llanquibue desde la cale-
ta de Queule hasta Melipulli, comprendiendo la parte norte de Chi-
loé, costa continental, seno de Reloncaví e islas vecinas.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870, 31
2,2 El reconocimiento de los canales comprendidos entre Ancud
i Melipulli es uno delos mas importantes; i encargo a Ud. eficaz-
mente que preste especial atencion al arrumbamiento de las costas,
a la fijacion de los bajos i arrecifes, a la sonda, a las mareas i a la
direccion ¡fuerza delas corrientes, que son asunto del mayor interes
para la navegacion.
Tambien es de grande importancia el estudio del golfo de Ancud
i del seno de Reloncaví, donde parece que existen bajos i arrecifes
mal conocidos i que conviene determinar con precision. El sondeo de:
esta rejion debe, pues, ejecutarse con mucha prolijidad.
3.* Siendo poco conocida la costa continental del golfo de Ancud
¡seno de Reloncaví, Ud. estenderá su esploracion a ese litoral, no-
tando los puertos i caletas que en él se encuentren, los rios que por:
allí se echen al mar i en jeneral todos los detalles que pueden ser
útiles a la navegacion.
4. Concluirá el reconocimiento del Futa, afluente del Valdivia 1
el del puerto del Corral, trabajo que no se alcanzó a terminar en el
verano pasado.
5.2 Si al reconocer la costa comprendida entre (Queule i Valdivia
le fuere posible esplorar el rio Mehuin, deberá Ud. hacerlo.
6.* El reconocimiento de la sonda en las localidades que Ud. va
a esplorar, donde las nieblas son tan frecuentes, puede servir de
mucho a los navegantes; 1 conviene, por tanto, no omitir nada que
conduzca a ese conocimiento ¡al dela naturaleza del fondo, espe-
cialmente en las cercanías de Queule, Valdivia, Ancudi demas puer-
tos que Ud. reconozca en el litoral valdiviano.
7.* Formará Ud. planos de las rejiones esploradas en la escala de
diez a cincuenta mil avos para los puertos, caletas 1 canales, segun
la estension eimportancia de la localidad. Formará tambien un plano
jeneral que comprenda toda la rejion quese estiende desde la, latitud
treinta i nueve grados veinticinco minutos hasta cuarenta i dos gra-
1
150000
Ud. se servirá del meridiano de Greenwich; pero mediante una
doble graduacion en el márjen; se indicará tambien la lonjitud res-
pecto de Santa Lucía.
8.* Formará Ud. un derrotero de la parte esplorada, en que se dé
la descripcion hidrográfica de la costa, las cualidades de los puertos
i caletas ¡todos aquellos datos que sean necesarios a la navegacion
1 al comercio.
9.2 Ala memoria que Ud. acompañará sobre sus operaciones, de-
berá Ud. agregar las observaciones astronómicas 1 los rejistros que
comprueben el rigor con que se han hecho sus trabajos, incluyendo
tambien las cartas minutas mas importantes.
Para llevar acabo los trabajos a que se refieren las precedentes
instrucciones, este Ministerio ha dispuesto que el vapor Covadonga
se aliste. En él se embarcará Ud. a la mayor brevedad i luego que
estén a bordo los elementos necesarios saldrá Ud. de Valparaiso. El
Covadonga irá convenientemente dotado de oficiales, todos los cua-
dos en la escala
32 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
les serán puestos a su disposicion para ejecutar los trabajos de esplo-
racion.
Además de los instrumentos que Ud. tiene ya en su poder, si es
necesario, puede solicitar otros de la Comandancia jeneral de mari-
na. Así mismo pedirá a ésta todos los objetos que Ud. conceptúe
indispensables al buen éxito de su comision.
Si el tiempo lo permite, Ud. puede permanecer en los lugares a
que se refiere su comision hasta fines de abril, o en caso contrario,
regresar ántes al departamento.
A. su vuelta, si es posible, reconocerá el banco denominado «A gua
amarilla,» situado próximamente en el paralelo del cabo Rumena i
como ciento veinte millas de la costa. Parece que este banco, cuya si-.
tuacion no es bien conocida, ofrece peligros a la navegacion 1 seria
mui útil fijarlo con exactitud i darlo a conucer a los navegantes.
Dios guarde a Ud.
Francisco ECHÁuRrRrEN.
Al Capitan graduado de corbcta don Francisco Vidal Gormaz.
II.
Señor Ministro:
En cumplimiento de las instrucciones que US. se sirvió impartirme
el 18 de noviembre del año próximo pasado, el dia 30 del mismo
mes, embarcado en la goleta Covadonga, dejé a Valparaiso arriban-
do al puerto del Corral el 6 de diciembre.
Como el tiempo fué mui lluvioso durante todo este mes, poco pudo
hacerse en desempeño de nuestro cometido hasta el 29 del mismo
en que se dió principio formal a la esploracion del rio Futa i demas
tributarios del Valdivia que le entregan sus aguas por sobre la ribera
izquierda.
El 27'de enero de este año habiendo terminado nuestras operacio-
nes en el Valdivia, dejamos al Corral 1 continuamos con el estudio del
litoral hasta el 11 de febrero, dia en que surjimos en Ancud, despues
de haber formado el plano de las ciento cuarenta millas de costa que
median entre ambos puertos. Desde esta fecha hasta mediados de
abril nos ocupamos del canal de Chacao, bahía de Ancud 1 canales
que conducen entre ésta 1 Melipulli; pero hemos sido tan contraria-
dos por las lluvias 1 los malos tiempos del cuarto cuadrante, que los
trabajos iniciados en los últimos canales se encuentran lejos de ha-
llarse terminados. Por otra parte, habiendo notado errores de algu-
na consideracion en todos los planos que tratan de la ensenada del
Maullin, canal de Chazao 1 canales que conducen hácia el interior,
fué necesario prestarle toda atencion a fin de alcanzar un trabajo aca-
bado sobre tan importantes localidades.
El reconocimiento de las islas del departamento de Carelmapu o
mas bien del seno de Reloncaví, solo se encuentra iniciado; pudiendo
asegurar a US. que con lo poco que ya tenemos ejecutado queda de
manifiesto lo imperfecto de todos los planos que hasta ahora posee-
mos con relacion a esas localidades. La posicion de las principales
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1870, 33
islas, su número, arrumbamiento e inflexiones, son en muchos pési-
mos 1 exijen un detenido estudio para alcanzar su conocimiento, co-
mo asimismo para podernos posesionar. de la estension de los ban--
cos, bajos, mareas, corrientes i revezas de éstas, elementos tan ne-
cesarios para orientar al marino como para garantir la navegacion.
Con motivo de haber navegado por esas aguas en 1856 ¡1 1857,
he podido notar ahora la tendencia que tiene la poblacion a estender-
se hácia la costa del continente, sus riós, esteros 1 valles situados al
pié de los Andes, donde se radica para la esplotacion del alerce, que
abunda en esa rejion tan poco conocida, que ni las mismas autorida-
des locales tienen mas datos sobre ella quelas imperfectas: narracio-
nes de los rústicos madereros que constantemente trabajan en aque-
llos puntos, o la de tal cual comerciante interesado que recorre limi-
tados trechos.
Por otra parte, la costa continental a que aludimos, es, puede de-
cirse sin exajeracion, la fuente donde se esplota el alerce que se es-
porta por Ancud, Calbucoi Melipulliz i la vida al mismo tiempo
de los referidos puertos 1 de una gran parte de la poblacion de Llan-
quihuei de Chiloé. De manera que un reconocimiento prolijo del lito -
ral aludido, sus rios i esteros, islas 1 canales, seria el mayor bien que
pudiera hacerse a «esas dos provincias, no menos que a la jeogra-
fía de la parte austral de la República, tan desconocida aun.
Los trabajos ejecutados en el rio Futa i demás tributarios austra-
les del Valdivia se han verificado, como en los años anteriores, usan-
do de un anteojo micrómetro Ztouchon i de una brújula, a causa de
lo boscoso e inaccesible de las riberas de los rios, como tambien por
no haber tenido jamás puntos característicos que se prestasen para
una triangulacion adecuada. Cualquier otro procedimiento habria
sido inconducente para obtener los detalles particulares de cada uno
de los espresados rios.
Como el micrómetro i la brújula usados desde los botes no siempre
pueden leerse rigorosamente, ya por la mala disposicion de la luz el
uno, o porel movimiento de la embarcacion la otra, he preferido
siempre apoyar estas mensuras sobre las coordenadas jeográficas ob-
tenidas por observaciones astronómicas para los principales puntos,
como Valdivia, Tres Bocas de Futa, Corral, Futa 1 Santo Domingo,
por ser localidades intermedias entre las cuales era posible interpolar
las diferentes mensuras hechas con los instrumentos mencionados; 1
tengo la satisfaccion de asegurar a US. que las diferencias encontra-
das por tal sistema han sido siempre mui insignificantes. En cuan-
to al cronómetro, era con frecuencia conducido a la ciudad de Val-
divia para su confrontación, evitando así los errores relativos al me-
ridiano de esta ciudad, por haber sido el aceptado desde los primeros
trabajos como el punto de partida.
En cuanto al sistema seguido en la formacion del plano del litoral
comprendido entre el puerto del Corrali la bahía de Ancud, en aten-
cion a seruna costa que corre casi en el mismo meridiano i hacien-
do pequeñas inflexiones, no ha sido tampoco posible el empleo de una
red de triángulos, por cuyo motivo se recurrió a practicar su mensura
A. DE La U. 5
34 “MEMORIAS CIENTÍFICAS.
desde el mar, siguiendo el principio de enfilaciones ide ordenadas
a los accidentes principales, obteniendo las distancias por medio de
una serie de correderas de patente.
Como fué posible desembarcar en las caletas de Lamehuap1, Mi-
lagro, Muicolpue, «Cóndor, Huayusca (de San Pedro), i puerto Godox,
los errores que pudieran haberse sufrido en la mensura quedaban co-
nocidos por las coordenadas jeográficas determinadas en cada uno de
los puntos mencionados. Por otra parte, habiendo verificado nuestro
trabajo con un excelente tiempo, las corrientes no se hicieron notar
de una manera capaz deinducirnos a sospechar su existencia; 1 mul
por el contrario, las distancias de puerto a puerto obtenidas por las
correderas han sido próximamente las mismas que acusaban las ob-
servaciones astronómicas. La costa fué recorrida a mui corta distan-
cia, lo que permitió siempre detallar todas sus inflexiones con un
rigor suficiente para la escala de -;5p en queestán construidas las
dos hojas que comprenden el litoral.
Numerosos rios desaguan sobre la costa, siendo de primer órden el
Bueno 1 el Maullin, que nacen de las lagos situados al pié de los An-
des. Al primero lo alimentan el Ránco, el Puyehue ¡el Llanquihue,
1al segundo, el Llanquihue. Rios de segundo órden: el Llico, que tie-
ne su oríjen en el valle central del territorio, como igualmente el Lliu-
co que, segun informes, tiene sus fuentes en el mismo valle. Final-
mente hai muchos rios de tercer órden que tienen su oríjen en las
quebradas ¡ vertientes de la cordillera dela costa, llamada delos Aler-
ces, tales como el Chaihuin, el Colun, Hueicolla, Lamehuapi, Tra-
huilco, Zehuillauquen, Hueyelhue, dos en la rada del Manzano, Mui-
colpue, Chalhuaco, Huayusca, uno al norte del cabo Quedal, el San
Luis, ¡por fin, muchos otros que no nos fué posible ver desde el mar
1 que desaguan sobre puntos inabordables de la costa. El plano ad-
junto 1 los detalles que daremos mas adelante sobre algunos de ellos,
llustrarán esta materia.
Los detalles jeográficos que contienen los planos 11 i 11T que abra-
zan el litoral, están basados sobre los trabajos de esploracion ejacuta-
“dos por el que suscribe. El rio Bueno $e ha tomado de un plano
construido por el injeniero don Ernesto Frick, que nos fué proporcio-
nado por el doctor Philipp. El rio Maullin se ha tomado de los tra-
bajos verificados por el malogrado capitan Hudson i los oficiales del
Janegueo en 1856 1 1857.
Como puede notarse, mucho queda que hacer aun para terminar la
hidrografía de los rios que comprende el litoral de que tratamos. El
Maullin deja mucho que desear; solo se conoce el brazo principal; sus
tributarios, si bien no numerosos, son todos ellos navegables ¡ de gran
porvenir para los terrenos que recorren. De la misma manera, el
Bueno no nos es conocido hidrográficamente apesar de su importan-
cia 1 de recorrer terrenos feraces i poblados.
Pretender por ahora detallar siquiera aproximadamente los terre=
nos vecinos a la costa 1 la cordillera de los Alerces, seria poco menos
que imposible. Eternos bosques tapizan el terreno; costas rocallosas
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. S5
.€ inaccesibles se presentan por el occidente, i una carencia absoluta
.de poblacion hace que las pocas sendas que cortan el litoral al tra-
vés de la montaña, solo sean traficadas usando del machete talador
por diestros montañeses. Mientras el incremento de la poblacion no
prepare el terreno en la rejion marítima, sus detalles jeográficos nos
serán desconocidos; pues estas localidades se encuentran al presente
tales como las describe don Alonso de Ercilla en la octava 32 del
canto XXXV de su Araucana.
Entre las necesidades mas urjentes que esperimenta la navega-
cion de Ancud a Melipulli, se hace sentir vivamente la falta de
valizas en los lugares bajos mas frecuentados en la actualidad. Es-
tas valizas deben ser de distinta naturaleza segun el punto en que
deben ser colocadas. Asi, la que deberia marcar el bajo de dos bra-
zas de profundidad situado una milla alS. E. z E. de la punta de
Agúi, en la bahía de Ancud, debe ser una boya de fierro, forma de
pera i de cuatro metros cúbicos de capacidad, amarrada a dos anclas
de N. O. aS. E. La necesidad de esta boya es cada dia mas urjen-
te, 1 hace años deberia haberse colocado para designar el riesgo que
ofrece a los buques que entran 1 salen de la bahía. El banco es de
formacion moderna, de arena, poco conocido i situado en el centro de
la entrada al puerto de Ancud. La colocacion de la boya indicada
haria desaparecer tan inminente riesgo 1 salvaria a los buques de los
¡frecuentes contrastes que esperimentan sobre él. :
La boya colocada en 1859 para avalizar la cabeza de la restinga
de piedras que se avanza al'S. E. de Quenuir, en la boca del rio
Maullin, ha desaparecido por completo, por cuyo motivo los fatales
naufrajios ocurridos en la boca de este rio han sido mas desastrosos
que lo que podria esperarse si existiese aun la referida marca. Con-
yiene, pues, reponer la boya perdida, i con tanta mas razon, cuanto
que el banco del Pangal se ha ensanchado notablemente estrechando
el paso entre éste 1 la restinga mencionada, haciendo así mas difícil
i peligroso el acceso del rio. Además, la navegacion entre éste i el
¿puerto de Ancud aumenta notablemente de dia en dia.
La roca de Pugueñun, en el canal de Chacao, exije tambien. su
ayalizamiento, para que tenga un objeto que acuse su aproximacion.
La circunstancia de encontrarse esta roca casi siempre cubierta por el
agua 1 la de no haber en la costa adyacente puntos característicos que
se presten para su determinacion, exijen mas imperiosamente una
valiza. La propension que tienen las embarcaciones del tráfico de
| acercarse a la punta de Pugueñun, ya para utilizar las revezas de
marea o para evitar el ser arrastradas por las corrientes centrales del
canal, hace que su obstáculo sea mas peligroso; por otra parte, los
escarceos 1 remolinos de las mareas, conducen hácia la piedra, or]ji-
nando frecuentes pérdidas de embarcaciones i de vidas.
Como la roca descubre en el último tercio de la marea vaciante,
es fácil abordarla 1 taladrar en ella un agujero capaz de sostener
una barra de fierro que tenga en su parte superior un cilindro pinta-
do deun color notable, i de diámetro suficiente para que pudiese ha.
.cerse visible desde alguna distancia. Con esta marca se podrian sal
36 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
var muchas embarcaciones del tráfico. La roca es de tosca compacta,
por lo que podrá admitir la valiza que indicamos.
Finalmente, se hace tambien necesario el establecer dos boyas en
el canal comprendido entre la isla Lagartija (Carva en los planos
del almirantazgo inglés) i el banco de Lami. Este canalizo es el mas
importante de los que se encuentran sobre la derrota que siguen los
buques para irde Ancud a Melipulli. La falta de puntos remar-
cables que sirvan para indicar este canal, hace que los buques de vela
1 los vapores prefieran el paso de la Lagartija i aun el de Abtao
los últimos, .con preferencia. a aquel, Dos buenas boyas, como las
indicadas para el puerto de Ancud, situadas convenientemente,
mostrarian a los buques el mejor paso para seguir la derrota econó-
micamente 1 con mas garantías que siguiendo cualquiera de los otros.
A estas boyas podria colocárseles una campana en su parte superior,
para que el tañido de ésta indicase el canal en los casos de niebla.
Esto es, señor Ministro, cuanto se necesita por ahora para facilitar
la navegacion en la ruta que siguen de ordinario los buques que
viajan entre Melipulli i la bahía de Ancud. La instalacion de
estas boyas i valiza mui en breve justificaria su importancia,
disminuyendo el catálogo de los siniestros marítimos ocurridos en
este derrotero.
Seria injusto, señor Ministro, si no recordase aquí la cooperacion
incesante con que siempre me ha favorecido el comandante del buque,
capitan graduado de fragata, don Manuel T. Thomson, sobre todo, en
el difícil estudio del litoral valdiviano. Sin su intelijente ayuda 1 su
decidido empeño por el feliz resultado de mi cometido, no me habria
atrevido a recomendara US. los planos de la costa comprendida en-
tre el Corral i la bahía de Ancud, con la confianza que ahora me me-
recen.
La oficialidad que ha' tomado parte en los trabajos de esploracion
se componia de los
Tenientes segundos Don Luis A. Castillo.
» » » Agustin Garrao.
» » » Emilio Valverde.
Guardiamarinas examinados » Manuel A. Riofrío.
» » » Manuel Señoret.
») » » Tomás Rogers.
» » » Joaquin Orella,
Naturalista » Carlos Juliet.
Me cabe la satisfaccion, señcer Ministro, de poder recomendar a la
alta consideracion de US. a cada uno de estos oficiales por el entu-
slasmo que siempre manifestaron en el desempeño de su cometido,
¡ mui especialmente al teniente Castillo por su feliz acierto i marcado
interés por el buen éxito de la mision de que nos encontrabamos en-
cargados. En el mismo caso supo colocarse siempre el ¡guardiamari-
na examinado don Manuel A. Riofrío.
Al final de la memoria, encontrará US. trabajos orijinales de algu-
nos de los miembros de la Comision, que adjunto a US. como una
muestra de las misiones especiales que se confiaron a dichos oficiales.
A
Y
!]
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 37
No informo a US, sobre los trabajos ejecutados en el canal de
Chacao e interior del archipiélago de Chiloé, porque, encontrándose
solamente iniciados i por consiguiente incompletos, podria incurrir
en apreciaciones defectuosas que perjudicarian a la navegacion.
Finalmente, incluyo a la memoria el catálogo de observaciones
astronómicas que han servido para fijar los pops puntos de que
se ha ocupado la Comision de mi cargo.
Será para el que suscribe su mas grande satisfaccion, si la memoria
1 los planos adjuntos alcanzasen a llenar las altas miras del supremo
Gobierno.
Dios guarde a US.
Francisco VIDAL GoORMÁáZz,
Capitan graduado de corbeta.
Al señor Ministro de marina.
PRIMERA SECCION.
Conclusion de los trabajos ejecutados sobre el rio Valdivia.
RIO.EUT:A..
El rio Futa es, después del Quinchilca, el tributario austral mas
considerable del Valdivia, ¿su nombre viene de la palabra araucana
vuta, que significa grande. Tiene su oríjen en los cerros denominados
de San Juan, situados al oriente de la cordillera de la costa. Corre
serpenteando de S. E. a N. O., ¡recibeínumerosos tributarios que in-
crementan sus aguas, siendo los principales el estero de Hueque-
cura, la Tregua, la Plata, Tierras coloradas, Chámil, Pampa del
Maqui, Morrumpulli, Pichi iotros.menores que le afluyen por la
ribera derecha; el Chiflon grande, el Palo Santo, los J oaquines,
las Casitas 1 otros muchos que afluyen en la parte superior 'i que no
nos fué posible averiguar, le tributan sus aguas por la ribera iz-
quierda. El estero de las Casitas viene de las vertientes de los ce-
rros de las Minas, donde es fama se han esplotado algunos lavaderos
de oro, tanto en la época de la conquista, como en años no mui remo-
tos; pero lo espeso del bosque, la falta de brazos ¡otras causas obli-
garon a abandonarlos últimamente.
Chámil, lugar situado sobre la ribera derecha del Futa, fué el pun-
to estremo adonde alcanzaron los botes de la Comision resultando
que el rio se presta para ser navegado por embarcaciones menores
en una estension que alcanza a veinticuatro i medio quilómetros. El
lugar de Chámil es el mas notable de las riberas del rio,-por contar
con un molino de agua de seis piedras, el mejor de cuantos existen
en la provincia de Valdivia, establecido en 1858: muele anual-
mente de ocho a nueve mil quintales de trigo, cuya harina se consu-
me en la provincia. Chámil cuenta tambien. con una posada que
ofrece algunos recursos al viajero.
Un poco al sur del Chámil, tiene el Futa dos pequeñas sacas
38 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
cuya altura total se estima en 6 a 7 metros. El rio por esta parte es
estrechado por los cerros que encajonan su lecho, pobre de agua,
con frecuentes rápidos 1mui cubierto de palizadas. Su anchura mé-
dia puede estimarse en quince metros i es perfectamente encajonado.
Solo canoas:i botes planos pequeños, manejados por jente del lugar,
pueden remontar esta parte, que no ofrece importancia alguna.
Futa. Este lugarejo es el mas importante de cuantosse encuentran
sobre las riberas del rio de su nombre; se halla a mil cuatrocien-
tos metros al norte de Chámil, siguiendo el curso del rio, i está si-
tuado
lat. S. 40% 00 20”.
LA es O. 73 09 57” .
Cuenta con las casas del señor Jaramillo 1 las bodegas que sirven
para guarecer i depositar los frutos 1 mercaderías de tránsito; pues
por este punto pasan las mercaderías que se internan para el depar-
tamento de la Union ¡ parte del de Osorno, como asimismo los frutos
1 artículos industriales que esportan esos mismos departamentos.
En el verano, que es cuando el rio se encuentra pobre de agua,
las mareas del océano se hacen sentir hasta el establecimiento de Fu-
ta, hinchando las aguas del rio siete centímetros, mas o menos; pero
un poco mas abajo, en el Chiflon chico, las aguas se elevan de ochenta
a noventa centímetros, siendo el establecimiento del puerto en este
punto a las 12 h., segun muchos años de esperiencia práctica hecha
por el señor Jaramillo, dueño del establecimiento de Futa.
Las avenidas del invierno, que pocas veces pasan de tres las ma-
yores, levantan el nivel de las aguas de 4 a 5 metros, habiéndose
esperimentado un aluvion en 1862 que las elevó ocho metros. Las
avenidas son mui rápidas 1 suceden a las lluvias por pocas horas,
arrastrando consigo grandes palizadas en su veloz carrera.
Lanchas de un metro i medio de calado remontan el rio has-
ta el Chiflon chico, un quilómetro distante de Futa; pero desde allí
hasta este último punto solo pueden verificarlo embarcaciones planas
construidas a propósito 1 que, cuando cargadas, pueden calar hasta
seis decímetros en la estacion seca 1 el doble en el invierno.
El lugar de Futai sus vecindades no tienen importancia alguna
como terrenos agrícolas. Los terrenos labrados son mui reducidos 1
su produccion escasa. Solo las maderas son abundantes.
El carbon fósil, me han asegurado, es abundante, lo que será un
elemento para la industria cuando incremente la poblacion, hoi en
estremo reducida. En Huequecura, el terreno es carbonífero: dista
como 20 a 25 quilómetros al S. S. E. de Futa siguiendo el camino
real que conduce a la Union. El carbon se esplotó en 1844; 1, apesar
de su bondad, se abandonaron las minas por las dificultades que ofre-
cia el terreno para la conduccion del carbon hácia la costa.
A seiscientos o setecientos metros al norte del lugarejo de Futa 1
en el punto llamado Morrumpulli, hai tambien carbon fósil. Se pre=
sentan a la vista várias vetas delgadas.
Entre Futa i Pichi, 1 a ochocientos o novecientos metros distante
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 39
del rio, o sea, en el lugar llamado Tierras azules, haitambien carbon
de piedra. La veta que está a la vista, dicen, es mui delgada.
Descendiendo el rio desde Futa hácia abajo, éste, como ya se ha
dicho, es solo accesible para botes planos hasta llegar al Chiflon chi-
co. Enel centro de este trecho hai tambien un rápido denominado
Chiflon grande, que se encuentra medio quilómetro arriba del chico;
1 estáformado por los acarreos del estero de su nombre, que afluye al
Futa perpendicularmente a su curso 1 por la ribera izquierda. La
acumulacion de sus acarreos ha estrechado el cauce del principal
contra un barranco de micasquita que hai en la ribera opuesta,
produciendo así una represa en las aguas. En este punto, el rio no
tiene mas de 9 metros de ancho, con una gradiente en sus aguas que
no baja de un metro en cuarenta de estension. La corriente sobre
el rápido no bajará de 15 quilómetros por hora; pero no obstante,
los grandes botes planos que hacen eljtráfico, la rompen co-
brándose por una cadena colocada exprofeso en el sentido del cur-
so de la corriente. Los botes menores usan de la sirga, halándolos
por la orilla del pedregal de la ribera izquierda. Pasado el rápido,
la corriente se hace panda i la profundidad delas aguas aumenta no-
tablemente.
Desde el Chiflon chico hácia abajo, el rio encierra aun numerosos
bajos, pero que dejan lugar para que las embarcaciones del tráfico,
con uno i medio metros de calado, puedan remontar el rio, apro-
vechando la marea llena .en los puntos pobres, piloteados por los
prácticos del rio. Las aguas en este trecho tienen un movimiento
que alcanza a un metro entre el flujo 1 el reflujo de mareas vivas, pe-
ro que solo llega a cinco o seis decímetros en las cuadraturas. Las
corrientes no son fuertes: la creciente represa las aguas amortiguan-
do mucho la velocidad; pero la vaciante arrastra con una rapidez de
dos hasta cuatro 1 medio quilómetros por hora, segun el punto.
De Futa a Pichi média una distancia de doce quilómetros. El rio
es estrecho, variando de ordinario de 20 a 35 metros de anchura,
con riberas bordadas de eternos e impenetrables bosques, notándose
mui de cuando en cuando algunos puntos donde se presentan ribe-
ras de tierra cortadas a plomo.
Siguiendo de Pichi para el norte, el rio mejora notablemente de as-
pecto; se hace mas ancho, profundo 1 limpio de las palizadas que lo
hacian odioso en el trecho anterior: es hondo i de fácil acceso. No
obstante, ofrece algunos puntos bajos, pero con canal suficiente que-
permite surcar el rio con embarcaciones de dos metros de calado, a
marea llena. Las corrientes que producen las mareas en este trecho
son uniformes i obedecen al flujo i al reflujo del mar, siendo la ve-
locidad de las aguas de uno a dos quilómetros por hora.
El Fúta pierde su nombre al confluir con el Torna Galeones en
el punto denominado Tres Bocas de Futa; aunque en el uso práctico
de la clasificacion de los rios, se acostumbra incluir al Guacamayo
como continuacion del Futa.
En la confluencia del Futa con el Torna Galeones se encuentra.
la isla Valverde. Las creces de) invierno la inundan casi por comple-
40 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
to, quedando fuera del agua su estremidad sur, que se encuentra
lat. 39254 35”.
por ¿ lonj. 732 17 17”.
El canalizo que forma con el continente por el S. O. mide de 20 a
30 metros de ancho, con una hondura média de un metro tres decí-
metros. El establecimiento del puerto en este punto se verifica a las
11 h. 30 m., ¡la elevacion de las aguas varia entre ocho decímetros
¡un metro tres decímetros, segun la edad de la luna.
El rio Futa, enjeneral, es mui serpenteado, de riberas boscosas 1
respaldadas por elevados cerros igualmente boscosos. La poblacion
que se encuentra a la orilla del rio, prescindiendo de los estableci-
mientos de Futa ¡ de Chámil, es mui reducida, no pasando de cua-
tro las chozas pajizas que se encuentran adornando las pas
riberas del rio, en su largo curso.
Tres Bocas de Futa.—El punto denominado Tres Bocas de Futa,
para distinguirlo de Tres Bocas de Cruces, es donde se reunen ls
rios Torna Galeones, Futa, Cantera, Guacamayo i el brazo oriental
que forma en este último la isla de los Venados o de Algueta;i de-
be su nombre probablemente a que, penetrando por alguno de los rios
hácia Tres Bocas, se presentan a la vista tres bocas de rios. Este
punto de reunion de tantos canales es hermosísimo, asemejándose a
una laguna. Para surcar este trecho por medio de embarcaciones
menores, no hai inconveniente alguno; pero para buques se hace ne-
cesario el ausilio de un práctico local para salvar los bancos que ofre-
«ce. El plano adjunto, en escala mayor, puede dirijir tambien sin tro-
piezo alguno, por cualquiera de las bocas mencionadas.
Para ser menos confuso en la descripcion de los diversos canales
que concurren en Tres Bocas, los trataremos separadamente; por lo
demás, el plano será suficiente guia para el viajero.
RIO ANGACHILLA.
Este hermoso rio, tributario del Valdivia, afluye sobre el Gua-
camayo por el centro del curso de éste. Tiene su oríjen en el cerro
Ale-Ale, situado al sur del Calle-Calle 1 34 quilómetros al oriente de
la ciudad de Valdivia. Lo forman los esteros Santo Domingo i San
Pedro. El primero viene del cerro indicado, formándose de las
vertientes occidentales del mismo. Pequeño en su oríjen, va in-
crementándose con algunos arroyos 1:chorrillos que le envian las
quebradas de los cerros vecinos. Su lecho se encuentra lleno de pa-
los que hacen difícil su acceso para los botes, en baja marea.
El Santo Domingo fué navegado por cuatro quilómetros, encontrán-
dose en su medianía el lugarejo a que debe su nombre, con un exce-
lente puente de madera sobre el rio, que sirve para el .Paso de carre-
tas i animales: es de propiedad particular i 1 se pagan'cinco centavos
por persona i quince por cabalgadura con su jinete. El puente se en-
cuentra
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1870. 41
e $ lat, 39 55” 18”.
lonj. 73107 24”.
Las riberas de este rio son boscosas 1 los robustos coihues que se
inclinan sobre él de uno a otro Jado, amenazan constantemente
interrumpir su curso a las embarcaciones del tráfico.
Las mareas hinchan las aguas hasta mas arriba del punto donde
llegaron las embarcaciones de la Comision, represándolas por cinco o
seis decímetros. Con la vaciante arrastra la corriente tres i medio
quilómetros por hora. La anchura del rio varia entre diez i diecio-
cho metros, con riberas bien terminadas 1 terrosas.
El rio San Pedro es formado por dos esteros confluentes que tie-
nen su oríjen en gualves, a juzgar por lo sucio de sus aguas. El es-
tero del norte lleva el mismo nombre del rio, 1 el del sur se denomi-
na estero del Rincon. Desde la confluencia de éstos hasta el Santo
Domingo, hai poco mas de quilómetro i medio, trecho navegable para
lanchas de un metro i siete decímetros de calado. Este rio es mui
limpio 1 de riberas bordadas por totorales. En su medianía i sobre la
ribera izquierda, se encuentra el establecimiento maderero llamado
el Rincon nuevo.
Las mareas producen en el rio flujos 1 reflujos; pero las corrientes
son de poca intensidad. La anchura del rio varia entre siete 1 doce
metros, habiendo puntos donde no pueden vogar los remos de una
chalupa.
Desde la confluencia de los rios San Pedro i Santo Domingo, el
rio toma el nombre de Angachilla. La anchura de su uniforme lecho
se aumenta a veinte metros, con riberas ya boscosas, ya pajizas; pe-
ro de cauce limpio, profundo i icon corrientes que obedecen al flujo i
al reflujo de las mareas, con suave movimiento.
El rio Angachilla corre serpenteando suavemente de este a oeste 1
aumenta su anchura a medida que se aproxima al Guacamayo, so-
bre el que afluye para entregar sus aguas al rio Valdivia. Tiene
tambien algunos tributarios de poca consideracion, pero que, no obs-
tante, se prestan para ser navegados por botes 1 "lanchas de media-
no calado. Todos éstos le afluyen por la. ribera derecha. El 1.*,
llamado estero Mocho, cae al "principal 2330 metros abajo de la
confluencia de los dos rios que forman el Angachilla. Tiene un fon-
do uniforme de dos metros, 1 se presta para ser navegado"por lan-
chas. Recibe numerosos hilos de agua, i su curso total navegable
alcanza a 1700 metros. Sus aguas son turbias i de mal sabor por
las descomposiciones vejetales que contienen, lo que indica tener su
oríjen en gualves.
El segundo afluente, llamado rio de Piedra Blanca,'afluye sobre la
misma ribera 1 a 668 metros mas abajo que el Mocho. A 380 metros
subiendo este rio, se junta con el anterior determinando así una isla
pantanosa 1 del todo inútil.
El curso navegable del Piedra Blanca alcanza a dosi medio quiló-
metros 1 tiene profundidad suficiente para permitir embarcaciones
que no pasen de un metro de calado. Recibe en su curso pequeños
A. DE LA U.
42 MEMORIAS CIENTÍFICAS .
hilos de agua que incrementan las suyas; i a loz dosi medio quiló-
metros distante del Angachilla, lo atraviesa un puente de madera,
por donde corta al camino real. Eliecho del rio es sucio, debido a
que los esplotadores de la cáscara del lingue derriban los árboles so-
bre el rio para facilitarse su estraccion. Cuando la marea está de lle-
na no presenta inconveniente alguno en todo el trecho indicado; pero
cuando se encuentra de baja, es difícil transitarlo por ios númerosos
palos que obstruyen el cauce. El movimiento de las mareas alcanza
a un metro, 1 la fuerza de la corriente vaciante llega a tres 1 medio
quilómetros por hora.
El tercer afluente, denominado la Culebra, se vacia al principal
386 metros mas abajo que el anterior 3 sobre la misma ribera. Al
principio se presenta ancho 1 profundo, como si fuese de largo curso;
mas, luego se estrecha hasta perderse en gualves a los 878 metros
distante del Angachilla. No tiene importancia alguna.
Dos quilómetros al occidente de la Culebra, el rio, ya bastante an-
cho, pues no baja de cien metros, ofrece dos islitas pajisas 1 de nin-
guna importancia, que dejan dos canales igualmente accesibles. El
cauce del rio es limpio, profundo 1 capaz de aceptar embarcaciones
de dos 1 medio metros de calado. Desde las islitas, el rio serpentea
suavemente hácia el occidente hasta confluir con el Guacamayo. Es-
te trecho es de una anchura que varia entre 150 1 200 metros 1 de
profundidad suficiente, ofreciendo la ribera derecha algunos estable-
cimientos agrícolas 1 madereros, cuya actividad anima las aguas del
rio i presta alguna vida a sus pintorescas orillas; tales son las Mula-
tas, Castro, Angachi:la, 1 San Ramon sobre la ribera derecha ¡en la
confluencia del rio con el Guacamayo.
El rio es hermosísimo 1 sus tranquilas aguas se mueven;,a impulsos
«del flujo i del reflujo delas mareas. Los terrenos vecinos son bue-
nos 1 boscosos, ofreciendo así el doble aliciente de la á¿gricultura 1
de la esplotacion de maderas a sus pobladores, cuyas casas, disemi-
nadas sobre las riberas 1 semiocultas por la abundante vejetacion,
las adornan de una manera agradable. Algunas embarcaciones sur-
can las aguas del rioedando vida a los silenciosos bosques e interrum-
piendo de tiempo en tiempo el monótono repercurtir del hacha del
labrador y el fúnebre canto de la huala.
El curso tutal del Angachilla alcanza a 12,931 metros; i los rios
que le dan oríjen, que son el Santo Domingo 1 el San Pedro, tienen
3,686 el primeroi 1,531 el segundo. Los afluentes antes indicados,
ia Culebra, el Piedra Blanca i el Mocho, miden respectivamente
878;2,509 1 1,652, valores que sumados arrojan una lonjitud navega-
ble para el Angachilla 1 sus tributarios de 23,187 metros.
RIO GUACAMAYO.
El rio de este nombre es simplemente un canal que liga al rio Val-
divia con el Torna Galeones. Tiene de curso 5,800 metros 1 un an-
cho medio que no baja de 130, salvo en la vuelta que da su nombre
al rio, en que solo alcanza a 75.
AÑALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870, 43
Al oriente del centro de su curso, le entrega sus aguas el rio An-
gachilla antes descrito, 1 desde aquí hasta Tres Bocas se abre en dos
brazos para encerrar la isla de los Venados o de Algueta. Esta isla
corre de N.N. O. aS.S. E.: es estrecha i húmeda, de manera que so-
lo ofrece un pequeño trecho útil, no obstante de encontrarse bien pro-
vista de arbolado. La estremidad sur es de totorales i encierra un
pequeño estero que entra en ella por mas de medio quilómetro. De
la punta norte se desprende un bajo lleno de plantas acuáticas, i se
dirije hácia la boca del rio Angachilla. :
La confluencia del Angachilla con el Guacamayo determina un es-
tenso banco cenagoso, cuyo fondo medio es de un metro ocho decí-
metros. El banco sale de la punta norte de la confluencia i se acer-
ca mucho a la isla de Guacamayo, o sea, la ribera occidental del ca-
nal de este nombre.
La profundidad de las aguas del Guacamayo es mui variable, pues
hai puntos en que mide quince i medio metros, al paso que en otras
localidades del canal solo alcanza a tres con baja mar. Esta últi-
tima sonda se halla frente al Angachilla. Segun esto, buques de 12
piés ingleses de calado, o sea, 31 medio metros, no tendrán incon=
veniente para surcar sus aguas siempre que se sirvan de prácticos
locales para salvar los malos pasos.
Las corrientes del Guacamayo llegan hasta tres i medio quilómetros
por hora, siendo la ordinaria de dos solamente. La marea creciente
eleva el nivel de las aguas un metro 1 tres decímetros, i las aguas van
alternativamente segun el flujo i el reflujo.
Las riberas están jeneralmente bordadas por estensos totorales o
espesos bosques, notándose en ellas no mas de cinco casas o chozas,
cuyos habitantes cultivan pequeños retazos de tierra i labran made-
ras de várias clases.
El canal oriental formado en el Guacamayo por la isla de los Vena-
dos mide 2,700 metros de lonjitud, con una anchura que varia entre
39 150 metros, 1 con una profundidad suficiente para permitir su
acceso a embarcaciones de dos i medio metros de calado.
La isla mide 2,400 metros de lonjitud ¡una anchura de 60 don-
de menos, 1 de 440 donde mas, con una área de 504,000 metros
cuadrados.
RIO LA CANTERA.
Esterio, como el anterior, es un brazo que liga al Torna Galeones
con el Valdivia. Sale de Tres Bocas i con suaves serpenteos se di-
rije al O. N. O. hasta unirse al Valdivia por el S. E. de la isla Mota,
separando así la isla Guacamayo de la del Rei.
La anchura de este canal varia entre 42 1 90 metros. En su cur-
so jeneral, que solo alcanza a 5,355 metros, recibe algunos esteros que
tienen su oríjen en los gualves de la isla Guacamayo, i asimismo
algunos pequeños arroyos que le envian las quebradas de los cerros
de la isla del Rei. Incluyendo la parte navegable de los esteros i el
canal que forma la isla Valdés, hai navegable por la Cantera 7,450
44 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
metros; pero surcando los esteros con marea llena, pueden remontar-
se por mayor trecho.
La sonda del Cantera, a baja mar, puede asegurarse que no baja
de 21 medio metros, aumentando comunmente a 5, 71 11 metros
en muchos puntos. La marea vaciante penetra por el Cantera condu-
ciendo las aguas del Valdivia hácia Tres Bocas para que el Torna
Galeones las entregue al mar. La velocidad de la corriente oscila en-
tre dos i tres i medio quilómetros por hora, i la elevacion de las
aguas se estima en un metro tres decímetros. La marea creciente,
por el contrario, entra desde Tres Bocas conduciendo las aguas hácia
el Valdivia con una velocidad poco menor que la vaciante. Este fe-
nómeno en la manera de ejecutarse el movimiento del flujo i del re-
flujo no dejaria de ser estraño si se tomase en cuenta el mayor cur-
so del Torna Galeones; mas todo es mui natural. El Valdivia es el
único rio caudaloso, mientras que el Torna Galeones, la Cantera 1 el
Guacamayo, no son sino espaciosas bocas pordonde se vacian las
pandas aguas del Futa 1 del Angachilla; por cuyo motivo, al comen-
zar la creciente por el Torna Galeones, no teniendo aguas que repre-
sar, introduce las de la marea por los canales ya nombrados, hácia el
Valdivia con mayor rapidez que las de éste mismo. La vaciante a su
vez hace que los excesos del Valdivia utilicen las bocas del Guacama-
yo 1la Cantera en busca del equilibrio. Esta 1 no otra causa es la
que produce el citado fenómeno, que a primera vista parece chocar
contra las leyes naturales.
Las riberas de este canal, así como la delos rios antes descritos, son
bien terminadas, cortadas a plomoi boscosas. La costa del S. O., per-
teneciente a la isla del Rei, es formada por elevados cerros bien ar-
bolados, descollando algunas chozas pajizas sobre las faldas de éstos,
que dan así diversos nombres a las localidades que ocupan, tales co-
mo la Cantera, el Polizon, Collivoque, los Anjeles iel Arrayan.
Los campos cultivados son tan reducidos que no pueden producir lo
necesario para el consumo de los habitantes; pues la atencion prin-
cipal de los pobladores se concreta únicamente a la labranza de ma-
deras i esplotacion de cáscara de lingue para las curtiembres.
RIO TORNA GALEONES.
El rio Torna Galeones solo es uno de los brazos en que se bifurca
el rio Valdivia antes de entregar sus aguas al océano.
Tres quilómetros al sur de la confluencia del rio Valdivia con el rio
Cruces, se presenta el canal de Guacamayo; 1 dos i medio al oeste de
éste, se encuentra la Cantera. Estos dos canales, como antes hemos
dicho,'se dirijen hácia Tres Bbocas, formando la isla de Guacamayo;
1 una vez reunidos ¡ recibidas las aguas del Futa i del Angachilla,
se torman al sur del compás formando un hermoso rio que se cono-
ce con el nombre de Torna Galeones. El oríen de este nombre, segun
la tradicion, tiene por motivo de que cuando regresaba la escuadrilla de
Brouwer (antes de Klras Harckmans), que ocupó la destruida ciu-
dad de Valdivia en 1643, lo verificó por este rio. Algunos planos 1
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—J5ULlv DE 1870. 45
escritores llaman tambien al Torna Galeones Poco Comer, a causa
talvez de que al retirarse la escuadrilla holandesa, se perdió un ga-
leon cerca de la confluencia del Naguilan, 1 sin duda, por no haber-
se perdido todos. En la actualidad solo se conoce con el nombre de
Poco Comer la confluencia del Naguilan con el Torna Galeones.
El Torna Galeones mide dieciocho i medio quilómetros de lonjitud;
pero, si hubiéramos de agregarle el curso del Guacamayo como su
continuacion natural hasta el Valdivia, mediria 24,7 quilómetros.
Desde Tres Bocas el rio se dirije al sur haciendo lijeros serpen-
teos por un espacio de cinco mil cien metros, hasta llegar a una
estrechura de ochenta, 1 donde el escandallo, en el centro, no
cojió fondo con veinte i ocho metros de sondaleza. El referido tre-
cho mide ordinariamente de doscientos cincuenta a cuatrocientos
metros de anchura. El cauce es preciso 1 con: riberas terrosas, de
guijo o de rocas, bien arboladas, siendo la profundidad de las aguas
nunca menor de cuatro i medio metros en el canal i a baja marea.
Cerros altos se elevan desde las orillas del rio, por banda 1 banda,
encajonándole de una manera pintoresca por lo variado de los cua-
dros que ofrece a cada serpenteo; mas todo su encanto desaparece
al notarla desolacion de sus riberas i la falta de vida sobre las tran-
quilas aguas, donde rara vez puede escucharse el chasquido de los re-
mos de una embarcacion.
En el estrecho anterior no hai banco alguno notable que pueda
impedir ni siquiera entorpecer su navegacion. La naturaleza del fon-
do es piedra tosca, micasquita i de fango alternativamente, sin ser
mul irregular ni haberse sospechado siquiera se elevase alguna roca
que pudiera hacerse peligrosa para embarcaciones de algun colado.
Las mareas obran, como en el Valdivia, produciendo flujos í re-
flujos que determinan corrientes que varian entre uno 1 medio i tres
imedio quilómetros por hora. La diferencia de nivel entre las dos
faces de la marea varia entre 1,3 1 1,6 metros, segun la edad de la
luna.
Desde la estrechura antes mencionada, el rio torna al oeste por
cerca de quilómetro 1 medio, luego al oeste-sur-oeste por dos quiló-
metros, hasta llegar al estero de la Romasa. El rio en esta parte es
limpio 1 de panda cerriente, salvo en su medianía i por donde le en-
trega sus aguas el rio Naguilan, en que se hace pobre de fondo cerca
de la ribera izquierda, cualidad que se perpetúa hasta el estero de la
Romasa. La costa opuesta ofrece tambien algun bajo fondo, pero bas-
ta seguir a medio canal para ir libre de todo obstáculo ien mas de
cuatro metros de agua.
Desde el estero de la Romasa el rio cambia su curso al norte por
cinco quilómetros de estension, i por fin, al oeste hasta que desa-
gua en la gran bahía del Corral por el oriente de la isla de Man-
cera.
Todo este último trecho es el mas difícil de navegar por cuanto
encierra bancos i piedras que demandan conocimientos prácticos para
recorrerlos sin peligro, usando de embarcaciones de cuatro metros
de calado. Encierra además las islas Huapi i Liguiña, que se di-
46 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
visan desde la boca accidental del rio, apareciendo como puntas sa-
lientes de la ribera derecha o gran isla del Rei.
Esta parte del Torna Galeones, la única que detalla el plano in-
glés del almirante Fitz-Roy, la hemos encontrado mui diversa a lo
que la supone este célebre hidrógrafo. Numerosos bancos, rocas 1
otros detalles hacen diferir aquel plano con lo que es en sí el refe-
rido rio. La tierra que él llama /. Legicia no es sino una punta con
gualves por la espaldai perfectamente unida al continente; se la llama
del Toro.
Desde el estero dela Romasa, el rio se ensancha endo entre qui-
nientos 1 mil metros de anchura, con riberas alternativamente rocallo-
sas, de pajonales o de fango. El fondo disminuye en las partes an-
chas i aumenta en las estrechas, siendo su naturaleza, como en. el
trecho anterior, de tosca, guijo o fango.
La boca occidental del Torna Graleones la forman al sur un morri-
to cantiloso llamado el Fronton, que despide una restinga hácia el
N. O. ique se avanza ciento ochenta metros distante de tierra;
1 por el norte, una punta acantilada 1 frondosa que tiene a su pié
occidental un placer de piedra tosca: se llama puerto Claro, i Car-
boneros la estremidad N. O. de ella. Por el centro del rio corre
«an banco con dos i medio metros de agua a baja mar, ia uno i otro
lado de él hai canal con tres i medio a cuatro 1 cuarto metros de pro-
“fundidad. La costa norte es aplacerada con fondo pobre de fango i
de arena fina, ila del sur se encuentra orillada por una restinga de
tosca 1 de micasquita que se avanza cien metros fuera de la ribe-
«ra asomando algunos cabezos de las rocas cuando el mar está de
baja.
Al oriente de puerto Claro i poco mas de un quilómetro de distan-
- ela, se encuentra la isla llamada del Huapi, de figura oblonga de norte
asuribien arbolada. A1lO.$S.O. del mismo puerto Claro, distancia de
tres quilómetros, está la isla Liguiña, de contornos peinados i solo
abordable por su estremida N. O. Es plana, sin bosque, mui pastosa
icon tal cual manzano en su superficie. Al sur de ésta, pasa el canal
del rio que mide doscientos metros de anchura, siguiendo después
hácia el sur un cayo de piedra tosca que descubre a média marea
1 quese encuentra unido al inmenso banco que invadela gran ense-
«nada en que se encuentra colocado.
La isla Liguiña tiene por el oeste algunas restingas peligrosas 1
estensos bancos que hacen inútil la ensenada comprendida entre
ella i el Huapi. AlS. O. de la isla, hal tambien algunas rocas
que se separan de la costa como cincuenta metros.
- Pasado el canal del sur de Liguiña, bastará seguir a medio rio
para no encontrar riesgos en el curse de la navegacion.
Las riberas de esta parte del rio son bien arboladas 1 jeneralmente
barrancosas 1 cubiertas de vejetacion mediana, enramada por colli-
hualles, notándose solo de trecho en trecho algunas miserables cho-
zas de madereros, que por su estremada humildad, apenas se dejan
“ver al traves del espeso arbolado.
El rio Torna Galeones, juzgado jeneralmente como inútil para la
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 47
navegacion por suponérsele sembrado de rocas i de bancos, lo creo
mas importante que el trecho del Calle-Calle denominado Valdivia
propiamente dicho, por ser mas profundo ino de difícil tránsito.
Cierto es que su curso por ser mayor que aquel demanda mas tiem-
po de navegacion; pero cierto es tambien que buques de mayor por-
te 1 calado que los que rematan el Valdivia, podrian subir por el
Torna Galeones si se les pilotease bien, cuando haya objeto para
ello. Ya en el siglo XVII los holandeses lo prefirieron al Valdi-
via, 1 si bien tuvieron la mala suerte de perder uno de sus galeo-
nes en el punto llamado Poco Comer, este siniestro tubo lugar en el
punto menos peligroso del rio, i sin duda alguna fué motivado por la
precipitacion de la retirada.
RIO NAGUILAN.
El Naguilan, principal tributario del Torna Galeones, tiene sus
fuentes, al decir de las jentes conocedoras del lugar, cerca del orí-
jen del rio Futa. Un hilo de agua en su principio, va engrosándose
paulatinamente al paso que recibe las vertientes orientales de los
cerros de la costa. Corre por entre cerros boscosos 1 elevados, lo que:
lo hace serpentear de una manera notable. Es de altos cantiles 1 mui
torrentoso en su parte superior.
Este rio fué navegado por los botes de la Comision por mas de
siete quilómetros, esto es, hasta un poco mas arriba del punto en que
toma el nombre de Romasal,
a E O AO
PEA lonj. 73" 18' 10”.
Su curso en este trecho es tortuoso 1 sucio por palizadas 1 bajos, a
la vez que pobre de agua en el verano.
Un poco mas abajo del Romasal, le afluye el estero de este nom-
bre, caudaloso i de gran caja. Viene del norte i por el corazon de la
cordillera de la costa hasta que, encontrando la quebrada del Peuco,
toma por ella para entregar sus aguas al Naguilan, doblando el cau-
dal de este rio. Un poco mas abajoi en el lugarejo de Naguilan, aflu-
ye al principal el estero del mismo nombre que, como el Romasal,
- viene tambien de la cordillera de la costa. El estero es caudaloso 1
mui serpenteado, como que recorre una estensa quebrada de la cor-
dillera,
Tanto el lugarejo de Naguilan como el Romasal son pequeños es-
tablecimientos madereros cuyos moradores, en reducido número, se
ocupan del corte del alerce en los cerros dela costa, lugares que dis-
tan una hora de camino de las riberas del rio.
Desde el lugar de Naguilan hácia el Torna Galeones, el rio se ha-
ce menos serpenteado, mas limpio, profundo i de pandas aguas. La,
anchura en este trecho varia entre veinticinco 1 cuarenta metros, 1
las mareas penetran por el rio elevandolas aguas en Naguilan no
menos de un metro 1 dos decímetros, 1 en el Romasal, de cinco decí
metros solamente.
48 - MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Sobre la ribera derecha del rio ¡en la medianía del trecho com-
prendido entrelos dos esteros ya citados, afluye al principal el estero
de Lumaco, que viene de los cerros de su nombre, situados al sur de
Tres Bocas de Futa. Al afluir al Naguilan, arroja sobre el cauce de
éste gran cantidad de guijos que van embancando ese punto; 1 lo está
ya de tal manera que forma un rápido conocido en el lugar por el
Chiflon grande. Este banco seca a marea bajai no da paso nia las
canoas; pero desde média marea creciente para adelante, se suaviza
tanto la corriente represándose las aguas, que embarcaciones de cua-
tro decímetros de calado suben fácilmente en el verano, con tal de
orillar la ribera izquierda del rio principal.
Embarcaciones de un metro i seis decímetros de calado suben por
el rio desde el Torna Galeones hasta el establecimiento de Nagui-
lan, para cargar maderas; pero en el invierno podrian verificarlo em-
barcaciones de dos i medio metros.
Los aluviones, así como en el Futa, producen un ascenso en las
aguas que no baja de cuatro metros, circunstancia por la cual se
inundan los terrenos bajos que orillan el rio por ambos lados, en la
parte que hemos descrito.
La parte occidental de la confluencia de este rio con el Torna
Galeones, se llama Poco Comer, con motivo, segun la tradicion, de
que la flotilla holandesa de que ya hemos hablado, perdió en este
punto uno de sus galeones. :
Por ahora, el Naguilan es poco conocido a causa dela escasa pobla-
cion que se encuentra en sus riberas, i a sermas poblado, se esplota-
ria el alerce de que abundan sus cerros. La agricultura, así como la
labranza de maderas, está en ¡relacion con la poblacion, que no pa-
sa de seis reducidas familias, que se encuentran en la parte es-
plorada.
RIO CUTIPAL.
Aunque este pequeño rio es tributario setentrional del Valdivia,
daremos aquí sus detalles. Lo forman dos arroyos que, teniendo su
orijen en las laderas australes del cerro Punucapa, corren hácia el
sur reuniéndose en el punto denominado Cutipai, que da su nombre
al rio.
El Cutipai es serpenteado i corre de norte a sur por entre la cor-
dillera de la costa, hasta vaciarse en el Valdivia un poco mas abajo'
del Cancahual, pero en la ribera opuesta; es estrecho, pero abundante
de agua con la marea llena. Mide deancho deseis a ocho metros 1
sus apacibles aguas solo se mueven a influencia del flujo 1 del reflujo
del océano. Las riberas son jeneralmente formadas de totorales, 1 en
algunos puntos bordadas por espesos bosques pequeños, debido a lo hú=
medo i pantanoso de los terrenos adyacentes. Cordones de cerros co-
rren porambos lados del rio, los que se encuentran cubiertos de ar-
bolado.
El Cutipai solo permite el uso de remos en los dos primeros ter-
cios de su lonjitud a partir del Valdivia: lo demás es solo navega-
ble a canalete o a palanca. La estension frecuentada por embarca-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 49
«iones alcanza a seis quilómetros, esto es, hasta el lugarejo de su
nombre, donde se encuentra un puente de madera bien construido.
Mas adelante aun se dejan notar las mareas 1i hai fondo capaz de dar
paso a botes planos; pero el lecho del rio se encuentra tan obstruido
de palos que se hace imposible su acceso.
Las avenidas que esperimenta este rio con los aluviones del in-
vierno, elevan el nivel de las aguas tres metros sobre el estado de
verano, desbordándose además porlos lugares bajos e inundando los
campos del lugarejo de Cutipai. El movimiento de las mareas alcan=
za a ocho decímetros en el puente, i el establecimiento del puerto tiene
lugara las 11 h. 15 m.
El lugarejo de Cutipai llegará a ser con el tiempo de alguna im-
portancia, tanto por su posicion topográfica, como pot la naturaleza
de los terrenos vecinos. En la actualidad este fundo es de los mas
adelantados de cuantos hemos visto en el departamento de Valdivia,
con escepcion de Chibuao, a orillas del rio Pichoi. El terreno es bas-
tante limpio 1 se encuentra foseado convenientemente para estraerle
el ecxeso de humedad que le era propio por su natureleza de gualve.
Las casas del establecimiento, situadas sobre la ribera derecha del
rio i en una lijera elevacion, son excelentes 1 mui bien construidas.
Contiene a mas de los departamentos de habitacion, grandes bode-
gas, cuadras para las vacas 1 los animales de trabajo, máquina de
triliar, i finalmente, otros útiles de labranza que hacen verdadero
contraste con la rusticidad de los demás fundos de campo que hemos
tenido ocasion de conocer por estos lugares.
Las cosechas, sin embargo, dependen del año: si éste es lluvioso,
pueden perderse por completo o rendir pobremente; mas si el año es
seco en la estacion oportuna, el trigo, la avena etc., rinden estraor=
dinariamente en los buenos terrenos.
La confluencia del Cutipai con el Valdivia se verifica en una en-
senada baja, orillada por totorales mui estensos que se prolongan hácia
el norte, 1 la entrada al rio se encuentra al costado de la punta roca=
llosa que tiene el pajonal por el oriente.
RIO VALDIVIA.
Hemos dicho ya, al tratar sobre el rio Calle-Calle, que éste,
desde que pasa por la ciudad de Valdivia, toma el nombre del pueblo,
conservándolo hasta que se vacia en el mar. Este trecho mide diecio-
cho imedio quilómetros de lonjitud, siendo a la vez la parte mas ancha
del rio 1 la mas llena de bancos, motivo que hace dificultosa la nave=
'gacion para embarcaciones de tres metros de calado.
El conquistador de Chile, don Pedro de Valdivia, queriendo perpe-
tuar su nombre, dió su apellido al rio, no obstante de que siete años
“antes, su teniente jeneral de mar 1 tierra, Juan Bautista Pastene, lo
“habia calificado con el nombre de Santa Inés, en lugar de Ainilevo
con que lo conocian los indios en la época de su descubrimiento (1544)
por el jenovés Pastene. | Ni.
Desde la bahía de Valdivia el rio se dirije al N. E. pornueve i medio
A. DE LA: Us.
50 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
quilómetros de estension; en seguida tuerce al oriente por dos mas,
tomando, por fin, al norte hasta llegar a la ciudad de su nombre. La
navegacion por este rio es hermosísima en la benigna estacion: sus
yiberas siempre bordadas de espesos bosques que ofrecen todos los ma -
tices del verde, se encuentran adornadas por abundantes flores ) al-
gunas casas semiocultas por la vejetacion. Sus aguas, salobres en
la primera mitad de su curso, se tornan dulces 1 agradal.es desde
que el rio toma su rumbo al oriente; pero no adquieren su verdadera
trasparencia hasta que se pasa la confluencia del rio Cruces.
Las aguas del Valdivia tienen alguna animacion. Dos vaporcitos
viajan con frecuencia entre la ciudad i 1 el puerto conduciendo pasa=
jeros; 1 gran número de pailebotes, balandras ¿embarcaciones menores
se ocupan del acarreo de maderas hácia el Corral. Algunos buques
de mar de regular calado suelen llegar hasta el frente de la ciudad,
¡aun podrian ir mucho mas adelante si hubiese objeto para ello.
Toda embarcacion de algun calado que trate de ir del puerto hácia
la ciudad, deberá seguir las instrucciones siguientes a fin de salvar
Jos numerosos bancos con que puede tropezar en dieha ruta.
Si el calado de la embarcacion fuese desde uno 1 medio hasta tres me-
iros, deberá dejar el surjidero del puerto cuando falten dos horas pa-
ra la plenamar, teniendo cuidado de dejar por estribor la boya que ava-
liza el banco de las tres Hermanas, que invade el centro de la bahía, 2
gobernar hácia la punta de Niebla o del Faro. Cuando se esté a un
quilómetro próximamente de ella, se cambiará el rumbo hácia la pun-
ta norte de la isla Mancera o mas sobre estribor, si la velocidad de la
marea así lo exijiese, a fin de desviar el bajo de arena 1 piedras que
sale de la punta Piojo, que es la que sigue as al orien-
te de Niebla. Siguiendo así, nunca se sondará en menos de cuatro
1 medio metros de profundidad coa dos tercios de marea creciente.
La isla Mancera se atracará hasta seiscientos metros, gobernando
en seguida al N. N. E. ocentro del rio Valdivia, sesgando poco a
poco sobre la punta Carboneros, la que se orillará a poco mas de cien
metros de distancia. Desde aquí se seguirá la ribera izquierda u
oriental, no separándose de ella a mas de ochenta o cien metros,
pero sin acercarse a menos de cuarenta, a fin de ir en una hondura
siempre mayor de cinco metros. Á tres quilómetros distante de Car-
boneros se encuentra la punta Alcones, notable por presentar una
puntilla escarpada de cerro. Desde aquí el canal del rio corta obli-
cuando en direccion al Agua del Obispo, puntilla notable de la ribe=
ra opuesta. Este atravieso es el peor paso de cuantos presenta el ca=
nal del Valdivia. Lo forman dos grandes bancos que se toean sobre
osa línea, dejando solo tres metros de agua en los momentos de ma-
rea llena: el fondo es un tanto irregular, de arena fina, 1 a veces sue-
le presentar p.queños montones de arena fangosa que reducen la pro-=
fundidad a dos 1 medio metros, motivo por el cual es raro ver que
embarcaciones que calen de dos i medio a tres metros dejen de tocar
con su quilla al hacer este atravieso. Por otra parte, lo movedizo del |.
fondo hace que el canal no sea rigorosamente fijo, por lo que es indis- |.
peusable el ser pileteado por prácticos del lugar.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 51
Poco antes de llegar a la punta Alcones, se comenzará a meter
Sobre babor hasta poner el rumbo hácia la punta Agua del Obispo,
«de manera a no pasar al oriente de la línea que une dichos puntos.
Cuando ya se haya atracado bastante la última punta, se correrá la
«eosta a-ockhenta metros de distancia; pero sin internarse en la con-
fluencia del rio Cutipaz, que es baja 1 fangosa. Se continuará orillan-
do la ribera derecha hasta que demore la punta Palo del Diablo al
S. 70” E. del compas, 1se meterá sobre estribor poniendo rumbo
a ella. De esta manera, se podrá seguir la canal que dejan los bancos
«del Cancahual con el qua hai en la ensenada de la Estancilla. El fon-
do mínimo que se encontrará sobre este atrawleso debe ser de tres i
medio a cuarto metros con el lleno de la marea. Desviándose de la lí-
nea fijada, el fondo disminuye por banda 1 banda.
Una vez atracada la punta Palo del Diablo, notable por un barran--
co colorado que tiene a su derecha, se correrá la costa a sesenta u
ochenta metros de distancia; pero una vez enfrentada la boca del rio
la Cantera, o sea, una vez que termina la costa alta que se lleva por
estribor, se cambiará el rumbo a la parte sur de la isla Mota, la que
deberá atracarse a cien metros de distancia. Desde aquí se continua-
rá orillando la ribera derecha 1 oblicuando hácia el centro del rio.
Una vez enfrentada la boca del rio Guacamayo, se gobernará al centro
del canal del Islote. La poblacion de Valdivia se tendrá a la vista,
pero no es posible seguir en derechura a ella acausa de un banco que
cierra el paso entre el Islote i la confluencia del rio Cruces.
Tomado el canal del 1slote, se continuará por su centro hasta salir
por la boca del norte al rio principal. Desde aquí puede fondear el
buque donde mas convenga al objeto que lo conduce, pues no haz
bancos ni peligro alguno.
El Islote ofrece bajos que se prolongan por cada una de sus estre-
midades 1 de N. a $S., por lo que se hace necesario desviar tales pe-
ligros, dándoles un resguardo de un tercio de canal.
Si el buque hubiera de seguir hácia el rio Cruces, desde que enfren-
ta la boca del Guacamayo, debe cargarse hácia la ribera derecha o
costa de babor, hasta embocar el rio citado. Si el calado no fuese
mayor de tres metros, podrá seguir a medio rio hasta el punto de su
destino.
Ya que tocamos aquí el rio Valdivia, daremos un resúmen de los
trabajos ejecutados en los años anteriores 1 los del presente, que po-
nen término a la esploracion, a £n de que de un solo golpe de vista
pueda juzgarse de laestension del Valdivia 1 sus tributarios en cuan-
toa la parte navegable de todos ellos.
Rio Cruces, tomando el canal jeneral ¡ el brazo del Corcova-
AENA ds ia ela a QUEZS. 00
Id. San José, continuacion del Cruces. .o..ooooo.o... dolo 4.50
Dro Cullinue, tributario delle do a ca ces 3:40
bellavista 1 Pallabfjuen 1d, dd o «ero e [0 [o 6.00
ADUANAS, ai a 90.
52 MEMORTAS CIENTÍFICAS,
: Dela vuela. > JO 43.90
Santa Maria, 1d dia aa E 6.50
1d. Tambillo, id. id....... OASIS ao. AUDOC O 3.00
1d. San Ramon, id. id.....o.o.oo... dano OS o 3.80
RioPelchuquin dl aaa OO 6.50
id. Nanihue, tributario del Pelehuquid........o.o..... . 6.50
Uy: Cual. cedeoococorsoososacornvooVa os E 1.00
Estero de la €hunimpa, tributario del id. ...o.oooooo... O 0.90
Rio Pichoy, tributario del Cruces: ¿ose ooo dla g 24.90
¡ICoAMmaco delicia e ido il 1.05
id Cayumapu, confluente con el id. i tributarios del Cru=
o capado ale 17.50
Estero de Cau-Cau, lazo que liga el Cruces con el Calle-
A O AS O o ao blo 5 3.30
Estero de las Gaviotas, dentro de la isla Cnlebra.......o.oo.o 1.65
1d, de Rialejo, id. id. de la isla de su MOMbrE....ooomo... 6.09
Ixio de las (Garza... ene lo else elo eee a 2.70
dde CHOrOCAMAN O oe le as iaa JS OO bo DO q de 4.05
Canal de la Culebra..... O Sto Sea 4.35
id. de la Media Luna.....o.o.ooooommcocoo. NT 1.45
UIdenos MArdOS ale ala jeta alo cial ele OSaS 2.20
dde Sants a ato sio lol falar EOS 3.00
id. de la isla Barco PericO0......... ponen coo. duo 0.80
id. de la isla Segunda........o. JÉDOO DO dudo 0.80
ddidedanslaDerceracaa reo lora iia as Roa OSOS 0.70
id. de la isla del Mono........»: DOGS OdEs oo Oobod eso 0.35
Total del rio Cruces..... a AS UAT
Rio Valdivia desde el mar hasta la ciudad......ooococo.o.oovo.oooo 20.00
id. Calle-Calle, desde Valdivia hácia el oriente, continua-
ciondel Valli o eat olaa tala (ataee la ao En 62.62
id. Quinchilca, tributario del Calle-Calle......... NASA 8.00
Id Curamnpui CAC a illo ici ia . 2.00
id. Cuicuilemfu, 1d. ¡d...ooooomooo.....o.o. Ara O 0.40
id. Collileufu, id. id............. A Denia A EDBAAgOS OSO Laa 1.80
Estero ide AtIQUEs.ediscconeidoaacacUoenaoa o Fesalla ARIAS Eo 3-30
Canal del Islote.. da RADA O ED CO Saa 2.00
Rio Cutipai, boo a PUEDIdCO A Se 6.00
Canal de la Estancilla 1 de la Mota.............. AS 3-00
Por el rio Angachilla ¡ sus tributarios.........o coomoonenoccos ZO
OOOO DO OARn AA dO pbonolbooooo o - 24,00
1d, el Guacamayo ¡el canal E. de la isla de los Vena-
WNbodoco Ovoob0n0odVOVOgORO a SOMO) 7.50
id. La Cantera i sus esteros..... AO do dolo hd oa 7.45
id. el rio Forna Galeones......o.oom.oo... OO LUUE, O 19.50
id. id. Naguilan, tributario del id......... OOOO 7.20
Total navegado por el Valdivia. .... e list E e 347.46
Resulta, pues, que los botes de la Comision han remontado por el
Valdivia 1 sus afluentes la suma de trescientos cuarenta i siete 1 medio
quilómetros; pero cuando la necesidad haga que se despejen los rios
de las inmensas palizadas que tapizan sus lechos, la navegacion po-
drá estenderse a mas de cuatrocientos quilómetros. El hecho de que
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 53
la influencia de las mareas del océano se haga sentir mas allá del pnn-
to a que han llegado los botes de la Comision, es un poderoso motivo
que apoya nuestro acerto, mui especialmente en los rios de San
E Bellavista, Cudico, Nanihue, Pichoi i Máfuil.
La influencia de la marea creciente se hace sentir por el Cruces a
52 quilómetros de la costa; por el rio Picho1, que es por donde mas
penetra, pasa su influencia de 56; por el Calle-Calle alcanza a 49;
porel Futa a 44; ifinalmente, por el Angachilla a 47 quilómetros del
Corral; cantidadestodas con mucho inferiores a la influencia que espe-
rimentan los rios Bueno 1 Maullin. Por el primero penetra la marea
mas de ochenta quilómetros, 1 por el segundo, sesenta o mas.
SEGUNDA SECCION.
Descripeion del litoral comprendido entre el morro Bonifacio por el
norte i el canal de Chacao por el sur.
Morro Bonifacio.—Es una prominencia escarpada, limpia a sus
inmediaciones 1 bastante notable cuando se corre la costa de norte a
sur.*A un cuarto de milla distante de él, se encuentran 11 a 13 bra-
zas, fondo de grandes piedras, hondura que aumenta paulatinamen--
te hasta ofrecer 22 a 25 brazas, arena, a dos millas de distancia. La
parte superior del morro es bien arbolada. Por el oriente lo resguar-
da un cordon de cerros cuya altitud varia entre 600 1 700 metros.
Morro Gonzalo.—Ocho millas al S. 2 E. del morro Bonifacio, se
encuentra el Gonzalo, que es un ogote mui escarpado i amarilloso i
cubierto de vejetacion en su cima, que mide 168 metros de altura.
AIN. 45” E. del morro, cuatro cables distante de él, seencuentra la
voca Pena Sola, que es un peñon aislado sin peligro alguno por su parte
esterior, pero unido a la costa por rocas entre aguas 1 sargazales.
Siete cables al oriente del mismo morro. se encuentra la punta de
Palo Muerto, baja i rocallosa, con rompientes que salen tres cables
fuera de ella i dos brazas de profundidad en su veril. Entre la punta
i el morro, hai tres ensenadas pequeñas, en las cuales pueden abordar
botes cuando hai mar tranquilo. La primera se la conoce con el nom-
bre de Cabeza de la Ballena, la segunda con el de Malino, i la tercera
con el de la Lobería: las tres son estrechas, rocallosas 1 bravas, sem-
bradas de rocas entre aguas hasta cien metros fuera de la costa 1 res-
guardadas por la espalda con elevados barrancos cortados a plomo.
Punta 1 fuerte San Carlos.—Al S. 88” E. del morro Gonzalo, milla
¡tercio de distancia, se encuentra la pequeña península de San Car-
los, que confiene en su cima el fuerte de su nombre, construido en
; tiempo de la dominacion española. La península es mui rocallosa 1
con un diámetro de cerca de cuatrocientos metros. Su altitud alcanza
a 13 metros. El istmo es bajo i pedregoso, con uu caleton al oriente
de él, que ofrece atracadero a las embarcaciones menores, cuando hai
buen tiempo. El fuerte tiene la forma de un semiexágono regular,
cuyas tres caras las presenta a la entrada de la bahía de Valdivia.
Aguada del Inglés. —Entre la punta Palo Muerto i San Carlos, la
costa forma una ensenada de playas rocallosas 1 bravas, con poca hon-
51 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
dura, pues su profundidad interior varia entre 3 12 brazas. Solo ofrece
una pequeña playa de arena, un tercio de milla al S.O. de San Carlos,
conocida con el nombre de Aguada del Inglés. Esta in.ignificante
caleta, mui brava con tiempos del cuarto cuadrante, se ha hecho céle-
bre por haber desembarcado en ella en la noche del 4 de febrero de
1820 el almirante Cochrane, itomádose por sorpresa los fuertes es-
pañoles guarneeidos por cerca de 1,500 hombres. Las fuerzas pa-
triotas solo se componian de 150 soldados.
Punta de Juan Latorre (o MuL.—AlIN. 43% 30" E. del morro
Gonzalo, tres millas escasas de distancia, se encuentra la punta
Juan Latorre, Mamada Mill en las cartas inglesas. Es escarpada, roca-
yosa 1 aplanada en su superficie, con una restinga que se avanza un
tercio de milla fuera de ella. Ambos puntos cierran la boca propia-
mente dicha de la bahía de Valdivia, cuyo saco se dirije al S. E. La
costa comprendida entre esta última punta 1 el morro Bomifacio con—
verje un tanto bácia el oriente 1 ofrece tres puntillas, conteniendo en-
tre ellas prolongadas playas de arena. La primera, que es la que se
encuentra inmediatamedte al norte de Juan Latorre, se llama Lonco-
llen, escarpada como la anterior i con piedras salientes, i ofreciendo
al norte de ella un mal atracadero para botes, que lleva el nombre de.
la punta. Sigue a ésta la punta de la Mision, con un pequeño mo-
rrito en su estremidad; es escarpada 1 despide piedras como la de
Juan Latorre. Esta punta debe su nombre a una mision que se fun-
dó en ella en noviembre de 1777, de órden de don Agustin de Jáu-
regul, con el nombre de mision de Jesucristo Crucificado. Al norte de
esta punta, hal tambien un atracadero para botes, pero mas malo aun
que el de Loncoyen.
Entre la mision i Bonifacio, la costa hurta mas al oriente forman-=
do un semicírculo con playas de arena, pero 1oui interrumpido por
puntillas rocallosas, entre Jas que sobresale la punta Calfuco, del
nombre de una reduccion indijena casi estinguida, que se encuentra
en ella. Desde aquí parte una senda de regular camino que, cor-
tando la cordillera de la costa, cae al lugarejo de Cutipai, a orillas
del rio de su nombre: esta senda se recorre en dos horas usando de
cabalgaduras.
Punta del Molino.—Dos tercios de milla al S. E. de la punta
Juan Latorre (Mill), se encuentra la punta del Molino, ancha, escar-
pada, rodeada de piedras entre daa que se avanzan cable i me-
dio fuera de ella. La parte N. de la punta se llama Numpulli 1 Ja
del sur es propiamente el Molino. En la parte sur de la punta 1 en
el oríjen de la playa de arena, hai un atracadero para botes, por en-
tre piedras, abordable siempre que no hai braveza de mar. La pun-
ta del Molino la llaman tambien del Ancla.
Punta de Niebla.—Al S. j E. de la punta del Molino, se en-
cuentra la de Niebla, quedando entre ambas una ensenada espacio-
sa con playa de arena, interrumpida en su centro por dos puntillas
rocallosas.
La punta de Niebla, de 35 metros de altitud, es plana en su
parte superior 1 de bordes cortados a plomo. Su base se encuentra
A
”
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1870. 55
rodeada por un placer de piedra tosca que vela siempre, 1 su ve-
mil a corta distancia de las piedras sonda dos brazas de agua, are-
va. Esta punta vista desde afuera es bastante caracteristica por su
escarpe, la casita del faro, que se halla pintada de blanco, lia bate-
ría que mira hácia el rio 1 los cuarteles que tiene en su parte supe-
rior. Al oriente de la punta hai una pequeña caleta aplacerada,
sembrada de rocas; pero que permite qne se la aborde por embar-
caciones menores: se llama la Huairona, 1 es el único punto por-
donde puede subirse al fuerte.
Il fuerte se halla construido sobre la roca de tosca de que
se compone la punta 1 oradado sobre ella misma. Por la espalda
se encuentia amurallado ofreciendo solo una puerta de entrada.
Faro de Niebla.—Se encuentra colocado en la parte occidental de
la punta de su nombre i en la parte superior de una casita pintada de
blanco, 1 a 40 metros de altitud sobre el nivel medio del mar.
La tuzes de color natural, fija 1 de intensidad suficiente para
que pueda ser vista con buen tiempo de 6 a 8 millas de distancia.
Con tiempo lluvioso 1 cerrado, la luz desaparece, siendo apenas visi-
ble a una milla de distancia.
Desde el faro demoran las puntas principales de la manera si-
guiente (rumbos magnéticos):
Jsi morrito saliente de la punta de Juan La-
torre, veultando el morro Bonifacio al. -.--- N. 26-10” 0)
Rompientes que salen de 12 1d.----.----2-- N. 31% 20” 0.
CAN a pales N. 24% 45 0.
ic N. 28 00” O.
Punta del Molino o del Ancla. ----------- NA ISO
Moro Gonzalor e o e Nodo O,
Race Pera On a ia N. 832 2 O.
untada ae o A N. 862 00” O.
Telégrafo del fuerte de San Carlos.------- N. 88% 40” O.
Telégrafo del fuerte de Amargos. --.----- OSO Or
Punta del Laurel o del Calvario. ---------. S. 35 50” O.
Telégrafo del castillo del Corral------.-..-- S, 24-00" O.
Td. del fuerte de Mancera. -------.- S. 39% 25 E.
Punta 1 fuerte de Amargos.—Como una milla alS. E. de la
punta San Carlos, se halla la de Amargos, quedando entre ambas
una costa rocallosa 1 sucia que no permite vera la una desde la
vtra, debido a dos proyecciones salientes, conocidas con el nombre
de punta Postigo la mas cercana a Amargos, 1 punta Barro la que
se acerca a San Carlos.
La punta de Amargos, algo prominente, es baja, rocallosa 1 con
una gran peña plana en su estremidad, denomina da del Conde; i pue-
de atracársela sin peligro, pues hai a su costado de siete a ocho bra-
zas, fondo arena. La punta tiene sobre ella la batería de su nombre, en
mal estado ¡a doce metros de altitud. Una casa de madera se nota
a la espalda de la batería de Amargos.
Punta Avanzada o Chorocamayo.—Se encuentra cuatro décimos
de milla al S. 36” E. del fuerte de Amargos. Es rocallosa 1 escar-
56 : MEMORIAS CIENTÍFICAS.
pada, 1 en su parte superior, que es plana, se encuentra una pequeña
batería llamada de Chorocamayo.
Ensenada de Amargos —Entre las" dos puntas anteriores la costa
forma una ensenada de poco saco i terminada por playa de arena, en
el centro de la cual vacia sus aguas un arroyo excelente que viene
de los cerros vecinos. La ensenada tiene mas saco que el que Le su-
ponen los planos ingleses: buques pueden fondear en ella, pero que-
dan espuestos a la ola del cuarto cuadrante.
La carta del almiratazgo inglés marca una roca medio eable al este
de la punta Avanzada, denominándola AÁtcash: el roca no existe
ni se tiene noticia de que haya existido jamás, por lo que me inclino
a creerse la ha equivocado con el bajo del Atreal. Este pequeño
banco se encuentra en la línea que une la punta Avanzada con la
peña del Conde de Amargos, i enfrente de la playa de arena de la
ensenada de este nombre. El baneo es de piedra 1 su parte central la
forma: una roca entre aguas 1 con algun sargazo: en las grandes ma-
reas asoma una punta que se eleva de uno a dos decímetros. No
ofrece peligro alguno para los buques que entren o salgan del puerto
del Corral.
Puerto del Corral.—Cerca de tres cables al S. S. E. de la punta
Avanzada, siguiendo una costa rocallosa 1 limpia, se encuentra la
puntilla del Laurel, €. Calvarto de las cartas inglesas. De aquí la
costa va al suri5S. O.,para formar un pequeño saco cerrado por el
S. 5. E. con la punta 1 castillo del Corral, determinando. así el puerto
del Corral tan justamente recomendado por su excelente abrigo com-
tra todos los tiempos.
Entrando a la bahía de Valdivia, ésta se presenta como mui espa-
ciosa, mas el surjidero es mui reducido 1la parte de él propiamente
abrigada solo puede contener de 25 a 30 buques amarrados con una
ancla al N. iuna codera al S., a fin de salvarse de la influencia.
de Jas corrientes de las mareas, que son de alguna intensidad.
Corral es uno de los puertos mayores de la República i de bastan-
te importancia por los progresos que ha hecho la provincia de Val-
divia, merced a la inmigracion europea. Cargamentos surtidos se 1n-
troducen directamente de Europa, retornándose grandes cargamentos
de las afamadas suelas. Vapores del cabotaje arriban al puerto cua-
tro veces al mes.
Víveres frescos 1 secos pueden obtenerse a moderados precios. La
aguada es excelente 1 abundante al occidente del puerto; de la mis-
ma manera, la madera de construccion. Carbon para vapores solo
puede adquirirse raras veces i en corta cantidad...
Los artículos que se esportan por el Corral consisten en maderas
de todas clases, suelas, cerveza, cidra, charqui, grasa, carne salada,
cola 1 muchos otros productos de la industriosa colonia alemana. Ar-
tículos navales, de los que podria necesitar un buque que arribase al
puerto con averías, se encuentran pocos; carpinteros de ribera 1 obras
de ferretería pequeñas pueden obtenerse en la ciudad de Valdivia.
Al sur del puerto se ve una playa de arena mui baja, sobre la
que desagua un arroyo. Un poco mas al oriente se encuentra la
Mt
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIV DE 1870. DN
peinada punta del Corral, que tiene sobre ella el castillo de su nom-
bre i a su espalda la pequeña poblacion del puerto.
Banco Tres Hermanas o de Mancera.—Ll estenso banco de es-
te nombre, llamado de Lancera en las cartas inglesas, se encuentra
situado casi en el centro de la bahía de Valdivia, i el fondo dismi-
nuye gradualmente hácia él, menos por el S. O. 1 5. que lo verifica
bruscamente. El canto occidental del banco corre en direccion de la
línea que va del fuerte del Corral a la caleta de la Huairona, si=
tuada al este de Niebla; dista del Corral un tercio de milla i otro tan-
to dela punta Laurel. La parte sud oeste del banco es la mas baja,
pues solo tiene de cuatro decímetros a un metro de agua, arena fina 1
conchuela.
El color del agua acusa la presencia del banco cuando el mar está
tranquilo o las rompientes si se encuentra ajitado. Con vientos del
N. E. el mar seembravece i quiebra mucho sobre él, i sobre todo si
coincide con la marea vaciante; en esta ocasion es imprudente
pretender atravesar la bahía,
La parte occidental del banco tiene una boya fondeada en tres
brazas de profundidad, la que se ha colocado para prevenir a los bu=
ques el peligro. Debe evitarse el atracarla, ¿1 mucho mas el pasar al
uriente de ella para no varar.
Isla Mancera.—La isla de este nombre situada al 5. E. de la ba-
hía de Valdivia, média milla distante del banco Tres Hermanas,
tiene algo mas de un quilómetro de largo N. S. 1600 metros de an-
cho de E. a O. El centro lo ocupa una colina que corre en el sen-
tido de la lonjitud de ia isla, que se eleva 90 metros. La falda de és -
ta la rodea un valle plano sobre el cual se encuentran algunas casas
¡ cultivos. La estremidad norte tiene un caserío formando una calle
triste 1 quebrada,
Los contornos de Mancera por el oeste i norte son barrancosos 1
acantilados, siendo suaves los del orientei sur, presentando algunas
playas de arena, en las que es posible atracar con botes siempre que
no haya marejada del N. O. La punta N. O. tiene una batería que
lleva el nombre de la isla i que domina el canal que conduce al rio
Valdivia.
La costa norte es rocallosa 1 limpia, pudiendo ser atracada a un
hectómetro por buques de tres metros de calado; la del oeste es tam-
bien limpia; la del este es somera, ¡la del sur envia un cordon de arre-
cifes que se descubren con marea baja ¡ que se prolongan hasta la
mitad del canal que méd:a entre la isla 1 la punta de la Rama o Tri-
nidad. Entre estos arrecifes sobresale un peñon llamado de los Lobos,
Del $. E. de la isla, sale una punta baja llamada el Castillito, AlS,
de ésta hai tambien otro cordon de arrecifes que oculta la plena mar.
Jsta isla debe su nombre actual al marqués de Mancera, virei que
fué del Perú a mediados del siglo XVII. Antes de la conquista la lla-
maban losindios Guiguacabin; peroal descubrirla Juan Bautista Pas»
ten, en 1544, la apellidó isla Imperial, cambiándose en el de Cons
tantino Pérez desde que fué ocupada por los españoles.
La estremidad N. E. de la isla llamada la Cal, es una punta de
A, DE LA U, S
58 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
piedras 1 el mejor punto para abordarla con comodidad por ofrecer un
muelle natural ¡ estar vecino a la parte mas poblada. E
Desde Mancera se divisan tresbocas: la del N. N. E., quees el rio
Valdivia, conduce a la ciudad de su nombre; la del oriente llamada
Torna Galeones, conduce al riv Futa, al Angachilla ¡aun al rio
Valdivia, 1 la tercera es la grande 1 somera ensenada de San Juan.
Ensenada de San Juan.—Poco mas de milla ¡media al E. $. E.
del fuerte del Corral, siguiendo una costa alta i rocallosa, se encuen-
trala punta de la Rama, llamada Trinidad en las cartas inglesas.
Desde aquí sigue Ja costa al S. S E. formando la ensenada de San
Juan, que tiene mas de dos millas de saco ¡una de abertura; pero.
de poca importancia para la navegacion. Sus costas son agrias 1 ro-
callosas 1 la playa del sur es de arena i fango, i tan somera que solo
puede abordarse con marea llena. La profundidad solo llega a cua=
tro 1medio metros en su boca, hondura que disminuve a 2, una mi-
lla al suri a una média milla distante de la playa. Tres rios peque-
ños entregan sus aguas a la ensenada, llamados San Juan, rio de
los Llanos i Catrileufu.
El San Juan cae una milla al S. de la punta de la Rama sobre su
misma costa, en una entrada con playa de arena 1 limitada al S. por
una península rocallasa 1 baja. El rio viene de los cerros de la costa;
es estrecho, mul serpenteado 1 de poco caudal. Con embarcaciones
menores 1 ausiliado por la marea creciente puede remontarse por
uno imedio a dos quilómetros. Sus riberas presentan algunas casitas
1 pequeñas labranzas.
Los rios Catrileufui de los Llanos caen sobre los estremos de la
playa de arena del fondo de la ensenada. El primero viene del O. 1
el segundo del S. Ambos son navegables por pequeños botes siem-
pre que se utilice la marea creciente para entrara ellos, siendo el
mas importante el de los Llanos.
La parte oriental de la ensenada 1 desde la punta de San Julian
al sur, la costa es mui sucia i sembrada de arrecifes.
Boca del Torna Galeones —La forman la punta de Carboneros
por el N. i el Fronton por el sur, que distan entre sí dos tercios de
milla e igual cantidad de Ja isla de Mancera. Carboneros es una
prominencia baja, escarpada i rodeada por el O. de un placer de
piedra tosca. Su estremidad sur se llama puerto Claro. Carbone-
ros despide un banco fangoso llamado de Simon Reyes, cuyo centro
asoma con las grandes mareas, quedando entre aguas con las ordina-
rias. Este banco se acerca mucho a Mancera; pero entre él 1 la isla,
queda un canal cuya hondura varia entre cinco 1 siete metros, Co-
rriendo de cerca a Mancera.
El Fronton es una punta baja, escarpada 1 culierta de vejetacio-
nes, enviando al N. O. de ella algunas piedras que velan a baja mari
que se avanzan cerca de un cable fuera dela punta. Entre esta pun-
tai la de Carboneros la profundidad varia de 21 medio a 5 metros,
permitiendo, por consiguiente, el acceso a embarcaciones de tres me=
tros de calado, que son las quepueden subir por el Torna Galeones.
La costa que média entre el Fronton 1 la punta de San Julian, de
dd
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 59
que ya hemos hablado, es escarpada 1 mui boscosa, presentando en
su centro una ensenada con playa de arena, que tiene al S. O. un pla-
cer de piedra tosca que se avanza mas de cien metros afuera. El ca-
naliso que forma con la isla Mancera es somero, ofreciendo además
un bajo de piedra que descubre a média marea 1 que se encuentra
situado al oriente del centro de! canaliso. Este paso solo es útil para
embarcaciones que no calen mas de dos metros.
Boca del rio Valdivia.—Média milla al S. E. dela punta de Nie-
bla, se encuentra la punta Piojo, baja 1 escarpada 1 que envia há-
cia el sur un bajo de piedras algo saliente, cuyo veril recorren las
mareas con dos millas de fuerza por hora. Entre esta punta i la de
Carboneros, se encuentra la boca del rio Valdivia, corriendo al N. E.
2 E. 1estrechándose a 800 metros por medio de dos puntillas roca-
Jlosas una milla al N. E. de Mancera. El banco de Simon Reyes in-
vade parte del canal, cargándose la hondura a la ribera del oeste, pa-
ra sesgar luego sobre la anterior, que recorre hasta la punta Alcones.
Sobre las direcciones para navegar por los rios, véase lo que se ha
dicho para cada uno de ellos en el lugar correspondiente.
Corrientes —Las corrientes que se esperimentan en la boca de la
bahía de Valdivia 1 costas adyacentes, son un tanto irregulares segun
la estacion, las mareas, lluvias 1 vientos prevalecentes.
Las mareas producen conel flujo una corriente entrante cuya fuer-
za llega a una milla por hora en el centro del canal, aumentando has-
ta dos cerca de la punta de Niebla i pena del Conde, Viene como
del S. O. sobre la costa, 1 tan pronto como entra al golfo en que vacia
sus aguas al Valdivia, converje al S. E. entrando directamente al rio.
El banco Tres Hermanas la bifurca, enviando el brazo mayor con
direcion al rio Valdivia 1 el menor hácia la ensenada de San Juan.
Ambos brazos contribuyen tambien al Torna Galeones. La vaciante,
por el contrario, desciende por los rios, 1 una vez reunidas las aguas
en la bahía, se dirije hácia afuera por el centro del canal. Desde la
boca de la bahía, torna al S. O., 1 tan pronto como propasa la punta
Galeras, se cambia al sur; su fuerza es entonces casi imperceptible.
Várias causas afectan enérjicamente el flujo i el reflujo. Si reinan
Jos vientos del tercer cuadrante, la marea saliente sigue hácia el N. O.
anulándose; perosin estos vientos, corre la costa del morro Gonzalo a
punta Galeras.
Durante la estacion de las lluvias, en que tambien prevalecen los
vientos del cuarto cuadrante, la corriente entrante es de mui poca
significacion, no sucediendo así con la saliente: ésta, acrecentada por
la abundancia de agua de los rios, adquiere una corriente cuya velo-
cidad llega a veces a31 4 millas por hora. En esta época se carga
algo mas sobre la costa del sur i amenta su rapidez al paso que se
aproxima al Morro Gonzalo, donde adquiere un arranque de 5 hasta
6 millas. De aquí corre hácia punta Galeras; 1, una vez propasada és-
ta, se torna al sur recorriendo la costa con bastante intensidad (1).
(1) Durante nuestros viajes, no hemos podido observar estas corrientes estraor-
dinarias; pero aceptamos el hecho desde que muchos capitanes del cabotaje nos
han informado en diversas ocasiones, encontrándose contestes con relacion al
curso ia la gran intensidad de esta corriente.
60 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Permaneciendo los nortes, las aguas del mar que vienen del N. O.
contribuyen a aumentar la velocidad de la marea vaciante. La co-
rriente que corre la costa de Niebla hasta morro Bonifacio, jamás
arrastra hácia la tierra, pues su tendencia es ordinariamente sepa-
rarse de ella.
Los buques surtos en el Corral, al dejar el puerto, deben a todo
trance tratar de avanzar hácia el centro del canal; pues la corriente
vaciante, cuando tiene fuerza, arrastra hácia la punta del Laurel i
Avanzada 1 de ésta hácia la peña del Conde, circunstancia que pue-
de comprometer los buques sobre la costa, no obstante de haber bas-
tante profundidad.
Una vez propasada la peña del Conde, la corriente se separa algo
de la costa; pero la sigue de cerca hasta salir de morro Gonzalo, pa=
ra correr con destino a punta Galeras i de ésta al sur.
Reglas.—La recalada al puerto del Corral depende de la estacion
¡ mui especialmente del viento que reine al acercarse a la costa. Como
los vientos que predominan son los del N. al S. por el oeste, debe
procurarse recalar a barlovento. Si soplan vientos del cuarto cua-
drante, se correrá el paralelo de 39” 40”, i si del 3.”, el de punta Ga-
leras o 40” de latitud; i una vez reconocida la costa, se gobernará co-
mo convenga; teniendo presente que la ensenada del rio Chaihuin
10 millas al S. O. £ S. del morro Gonzalo, presenta una perspecti-
va tan parecida a la que ofrece la entrada del Valdivia, que muchos
la equivocan con ésta, sobre todo, si no se han orientado bien al reco-
nocer la costa. Con tiempo claro es fácil distinguir las entradas, por-
que el cerro en forma de pan de azúcar que se nota en el centro del
abra de Chaihuin, es mas elevado 1 puntiagudo que el que se ve en
el centro de la entrada de Corral; por otra parte, el morro Gonzalo
es de forma mas característica que la costa del S. de Chaihuin.
Los buques no deben tener temor de atracar una cantidad modera-
da al morro Gonzalo. La punta San Carlos puede atracarse a dos ca-
bles, i Amargoscuanto se quiera, siguiendo hácia el Corral, para fon=>
dear como se proporcione 1 acoderándose inmediatamente que se to->
me el punto en que debe permanecerse.
Debe evitarse siempre el entrar con noche turbia o con cerrazon,
porque el faro de punta Niebla es de luz tan débil que la oculta cual-
quiera niebla o bruma. Solo en caso de haberse situado bien antes
de oscurecer, puede aventurarse la entrada de noche.
Punta Chathuin. —Situada cerca de diez millas al S, 33? O. del
morro Gonzalo, es una proyeccion rocallosa 1 brava, resguardada a
Ja espalda por cerros boscosos 1 de mediana altura. Entre esta pun-
ta 1 el Morro, la costa forma una curva suave que presenta cuatro
puntillas rocallosas que se avanzan al mar; la del centro que es la
mas característica, llamada Palo Muerto, despide una restinga baja
que sale como cuatro cables de la costa.
lito Chaihuin.—Inmediatamente al sur de la punta Chaihuin,
se encuentra el rio de su nombre. Tiene su oríjen en las vertientes
occidentales de la cordillera de la costa; corre mul serpenteado de
5, E. a N, O. hasta que se vacia en el mar i en la ensenada de su
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 61
nombre. El rio en su principito es mui encajonado i de riberas
boscosas.
Es de barra, pero puede salvarse con botes cuando el mar
está tranquilo. La canal corre orillando la barrancosa punta de
Chaihuin; pero es peligroso aventurar la entrada sin tener conoci-
miento práctico de la barra. Los vientos del norte baten de lleno la
ensenada 1elrio, 1 los del S. O. leenvian mucha mar, haciéndola ina-
bordable.
Una vez salvada la barra, si la marea crece, puede remontársele
or eerca de 15 millas, usando de embarcaciones menores. El cauce
del rio, cerca del mar, alcanza a mas de cien metros; pero cuando la
marea se encuentra crecida, ostenta medio quilómetro, anchura que
se conserva por cerca de dos millas de estension, disminuyendo en
seguida al paso que se asciende rio arriba. Bancos de arena presen=
ta la ribera izquierda ¡ de fango la opuesta. En el centro de la parte
ancha, hai una islita plana, de medio quilómetro de largo 1 otro tanto
de ancho, la cual suele ser cubierta por los aluviones que esperi-
menta el rio en la época de las lluvias.
Punta Falsa Galera.—Esta punta se encuentra poco mas de
cuatro millas al S, O ¿ S. de Chaihuin; es rasa i forma la proyeccion
occidental de los cerros denominados de Valdivia, despidiendo ade-
más piedras qne velan por cerca de una milla afuera; éstas, la pun=
ta i los cerros enfilan. Sus contornos son limpios, sin ofrecer peligro
alguno oculto.
Punta Galera.—Situada tres millasal S. S. O. de la Falsa, es sa-
liente, amogotada i con puntillas bajas rocallosas, i limpia a sus
inmediaciones, encontrándose respaldada por el N. E. con los cerros
de Valdivia, que se elevan 518 metros sobre el mar, ofreciendo
así tina excelente marea para el reconocimiento de la punta Galera.
Esta punta fué reconocida por primera vez por Juan Bautista Paste-
ne el dia 21 de setiembre de 1544, denominándola de San Mateo,
del santo del dia (2), nombre que no se ha perpetuado; pues 14 años
mas tarde los de la espedicion de Juan Ladrilleros, la llamaron
punta de la Galera (3).
La costa que média entre Galera 1 Falsa, es ondulada, limpia
i rocallosa. Galera dista quince 1 média millas del morro Gonzalo.
AIS. 26.” E. de la punta de que se trata, corre la costa limpia,
entrando al oriente 1 con playa de arena negra, mas o menos recta,
por seis millas de estension, hasta llegar a una ensenada que contie-
ne en su estremidad sur una caleta poco abrigada delos vientos pre-
valecentes: se llama Hueicolla. :
Caleta Huetcolla.—El braceaje es moderado 1 varia entre 61 7
brazas de profundidad, arena; pero no tiene importancia alguna en
atencion a su completo desabrigo por el cuarto cuadrante. La punta
Hueicolla, que presta algun abrigo al surjidero por el tercer cuadrante,
envia hácia el N. N. O. una roca aislada, entre aguas, sobre la que
el mar rompe constantemente, separándose de la punta cerca de me-
A
(2) Gay.—Historia de Chile, T. Y de Documentos.
(3) Ld. 1d. id. T. Il de 1d.
62 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
dio quilómetro. El canalizo que deja la roca con la punta tiene una
hondura de 6 brazas; mas solo debe usarse con embarcaciones me-=
nores.
En la caleta no hai buen atracadero para botes; pero puede abor-
darse la playa de arena que se mira al sur, esperando el sajío, cuan=
do no haya mucha aj¡tacion en el mar. ;
Al oriente del surjidero de la caleta 1 oculto por una puntilla de
piedras, se echa al mar el rio Hueicolla, que tiene su oríjen en Jos
cerros dela costa. No es accesible desde el mar (4).
Cerca de dos millas al norte de la caleta, se nota una puntilla roca-
llosa, poco saente 1 limpia, con 17 a 18 brazas de profundidad,
arena, a un- tercio de milla distante de la costa. Al N. E. de esta
punta desagua en e mar el rio Colun, de mediano caudal i con su
oríjen en la cordillera de la costa. No es accesible desde el mar ni la
punta le presta abrigo alguno. Cerca del mar es hondo, como el Huei-
colla; pero en seguida se hace torrentoso 1 estrecho.
Caleta Lamehuapt.—Al 5. 10. de punta Hueicolla, tres mi-
llas de distancia, se encuentra la caleta Lamebhuapi, de buen abrigo
mientras reinan los vientos del tercer cuadrante, pero del todo es-
puesta a los del cuarto, que soplan tempestuosos en todas las es-
tensiones i acompañándose de gruesa marejada.
La caleta es bastante estensa 1 de fondo moderado iuniforme, pu-
diendo aceptar en su concha gran número de buques, surjiendo en 6
a 9 brazas. La naturaleza del fondo es arena negra i de buen tene-
dero para las anclas.
Hai excelente atracadero con tiempos del tercer cuadrante en un
caleton que se nota al este de un mogote en forma de pan de azúcar,
o sea, en una pequeña playa de arena que se deja ver entre la cos-
ta rocallosa ¡la gran playa oriental. Este punto es el único aborda-
ble con comodidad 1 sin riesgo, 1 se encuentra
las. 409 110479.
DO lonj. 113% 457 49%
- Lamehuapi se encuentra abierta desde el N. N. O. hasta el O. S,
O. que es por donde soplan lus vientos prevalecentes; por lo que su-
ponemos que será imprudente aguantarse al ancla con tiempos del
cuarto cuadrante, por cuanto se quedaria espuesto a pérdida segura
en caso de temporal.
La caleta puede reconocerse por una casa de madera sin pinta
que se deja ver sobre la playa situada al 5. E. de ella, 1 que resalta
mucho por el tinte plomiso que le ha dado el rigor de la intemperie.
Un arroyo se echa al mar al E. de la casa. Cerros medianos 1 mul
boscosos bordan la espalda Je la bahía. La aguada es buena i abun-
dante en el desembarcadero; marisco hai poco, 1 la leña puede obte-
(4) Don Salvador Sanfuentes, hablando de este rio, escribe indistintamento
Gúicolla i Hueiícolla, i dice que “su nacimiento es en la cordillera de los alerces
(de la costa), del cerro Pulamequintun ¡ corre tres leguas hasta su desembocadu-
ra». Estadistica de la provincia de Valdivia. ANALES DE La UNIVERSIDAD. T,
o Da
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870, 63
merse con facilidad. Buques de vela que fondeen en esta caleta pue-
«len bordear en ella sin peligro alguno para abandonarla en caso de
mal tiempo; pero es indispensable no esperar que se levante la mar
tlel cuarto cuadrante, dejando el surjidero tan pronto como el tiempo
1 el barómetro lo aconsejen.
Punta Lamehuapi.—Desde la caleta anterior hasta la punta de
su nombre, la costa corre alS. E. 20” O. por dos 1 média millas de es-
tension: es barrancosa, limpia, 1 resguardada a la espalda por eleva-
dos cerros boscosos. A una milla escasa de la punta, se encuentran
de diez 1 siete a veinte Lbrazas, fondo de arena fina negra.
Desde la puta, el arrumbaniento de la costa visible es como si-
gue:
EurtasCral cana ar INC UIDMUO).
dE uescoMa di AIN DO E:
sar de noO BuEnos os OE
Rio Bueno (5).—Vesde la punta Lamehuapi, la costa hurta hácia
el oriente formando una pequeña rada, en cuyo centro desagua el cau-
daloso rio Bueno, i no la caleta del Milagro, como lo indican las car-
tas del almirantazgo inglés. El Bueno desemboca
k latitud 40 15 38”.
e poz 1 Jomjitud 73246 00”.
La ensenada es brava, enteramente desabrigada contra los vientos
PYevalecentes 1 con una profundidad que varia entre cuatro 1 ocho
brazas fuera de la barra del rio.
El Bueno, notable por su caudal, tiene su oríjen en el lago de
Ranco situado al pió de los Andes (6), 1 sus principales tributarios
australes, enlos lagos de Puyehuei de Llanquihue, situados como el
(51 Los datos que vamos a consigaar sobre este rio, que no ha sido estudiado
por la Comision, los tomamos de los trabajos siguientes: plano de la embocadura
del Bueno formado por Don E. Konig; plano levautado por el injeniero don
Ernesto Frick, desde la mision de Trumao hasta su embocadura enel mar, traba-
jo que debemos a la amabilidad del Dv. don R. A. Philippi; comunicaciones de don
José Eduardo Nolibois de Neuville sobre el rio Bueno, que se rejistran en la obra
don Salvador Sanfuentes, por don Miguel Luis i don Gregorio Víctor. Amu-
nátegui; plano formado por don Bernardo Philippi en 1845; i finalmente, muchos
otros datos que seria largo enumerar. Sin embargo de todo esto, mucho hai que
hacer todavia para que nos encontremos en posesion de los antecedentes hidro-
gráficos del caudaloso rio Bueno.
(6) El lago de Ranco, segun algunos escritores i viajeros, mide 160 metros de
altitud; pero por nuestra parte, nos inclinamos a creer que ese húmero peca por
exceso de una manera notable, pues su altura sobre el mar no debe pasar de 115
a 120 metros, si hemos de atender al descenso gradual del territorio i a que el
Rinihue solo mide 132 metros de altitud, no obstante de encontrarse este lago
como 12 quilómetros al ncrte del Ranco, o algo mas. Por otra parte, la confluen >
cia del Pilmaiquen con el Bueno, que solo dista 50 quilómetros de Ranco, mide tres
metros de altitud solamente (segun don P. Lucio Cuadra en su Jeografía de
Chi!e); luego los 161 metros restantes corresponden a los 50 primeros quilómetros
del Bueno, dande una gradiente de tres metros veinte i dos centímetros por qui-
lómetro, cantidad exorbitante que solo podria aceptarse en el caso de que diého
Tio presentase alguna catarata; Jo que, segun recientes investigaeiones del Dy.,
Philippi, no tiene efecto: solo ofrece el Bueno algunos rápidos en la primc,q
parte de su curso.
bl MEMORIAS CIENTÍFICAS:
primero en la tejion subandina. Desde que nace el rio corre hácia el
occidente con suaves serpenteos, correntoso en su primer tercio 1 mas
o menos pando en el curso restante; pues la influencia de las mareas del
océano se deja sentir hasta ochenta quilómetros distante de la costa. La
parte correntosa del rio, segun investigaciones del doctor don R. A.
Philippi, no ofrece salto o catarata alguna notable. Se asegura que
vapores de dos a dos imedio metros de calado pueden ir mucho mas
adelante de Trumao, esto es, por mas de ochenta 1 cinco quilóme-
tros; pero la carencia de un estudio prolijo sobre esta parte del rio,
no nos permite avanzar opinion alguna.
El ancho medio del Bueno varía entre ciento cincuenta 1 doscientos
veinte i cinco metros; pero en el desagiie talvez no alcanza a ciento
ochenta. La punta norte de la boca del rio es rocallosa, destacando
algunas piedras, sobre todo, una que se avanza como setenta metros,
presentando un verdadero escollo para las embarcaciones que frecuen-
tan la navegacion del Bueno.
La barra se presenta corriendo de norte a sur i a medio quilómetro
afuera de la boca, cerrando el desagiie por completo por medio de
rompientes que quiebran constantemente. Este-oeste con la boca del
rio se presenta la mejor canal para cruzar la barra, por cuanto ésta
ofrece desde dos i medio hasta cinco metros de profundidad; mas al
norte o mas al sur, el fondo diminuye ¡la marejada es mas arbolada.
Las corrientes del rio son mas o menos pandas; pero cuando con-
curren con la vaciante en la boca, se esperimenta una corriente que sue-
le alcanzar a tres millas por hora. Vapores de dos i medio metros de
calado no tienen inconveniente para salvar la barra, con buen tiempo;
pero para embarcaciones de vela será siempre peligrosa. La costa
sur es elevada 1 tapa el viento, de manera que cuando la embarca-
cion se encuentra sobre la barra o la estrechura de la boca, falta el
viento i queda a merced de la corriente que arrastra con fuerza sobre
la piedra de la boca. Este inconveniente ha hecho perecer a muchas
embarcaciones de vela, hasta el punto que al presente se ha abando=
nado la navegacion del rio.
Por otra parte, la carencia de motivos que activen la navegacion
de él, hace que se culpe a la barra, suponiéndola mui peligrosa.
Cierto es que se encuentra enteramente abierta i espuesta a los
vientos prevalecentes; pero cuando la industria i la agricultura ad-
quieran algun desarrollo en el interior, por sí solas llamarán la na=
vegacion a vapor i los peligros de la barra aparecerán menores. (7).
Caleta Milagro.—Cinco i média millas al S.E. 12 E. de la punta
5. de rio Bueno, se deja ver una ensenada que contiene en su estre=
midad austral la caleta del Milagro, notable por tener al oeste un
farallon aislado en forma de pan de azúcar, que se desvia dos tercios
de milla de la costa. Esta caleta, aunque mas reducida que la de La=
mehuapi, es, sin embargo, un poco mas abrigada del tercer cua-=
drante, pero de inferior atracadero. La playa es mas aplacerada i
(7) Los vapores Fósforo i Rapel han frecuentado 'la barra en muchas ocasiones
sin esperimentar contraste alguno; isi ambos dejaron esa carrera, ha sido solas
mente por no conyenir a sus intereses:
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870, 65
las embarcaciones menores varan en ella algo mas afuera. quedando
espuestas a la resaca que introduce la ola del S.O.
En la parte oriental de la playa de arena i por frente a la costa ro-
callosa, vacia sus aguas el rio Zehuilauquen, de cincuenta metros de
caja. Sus aguas son pandas ¡i cristalinas, i el curso debe ser de alguna
consideracion a juzgar por su caudal. Tiene sus fuentes en las que-
bradas de la cordillera de la costa i no es accesible su embocadura
desde el mar.
Al N.E. de la caleta i detrás de un grupo de farallones bajos que
hai en la bahía, se encuentra un caleton mui remanso con vientos
del O. al S., en el cual se vacia otro pequeño rio llamado Trahuilco.
Ese caleton puede abordarse en su playa oriental sin inconveniente
alguno ies mas cómodo que la caleta, especialmente para hacer
aguada i leña.
El farallon de afuera forma con la costa un canalizo limpio i pro-
fundo para embarcaciones medianas; pero debe evitarse su acceso a
menos que una imperiosa necesidad obligue a ello.
Las tierras que resguardan la costa por la espalda son elevadas 1
boscosas, notándose en la parte superior de los cerros, estensos aler-
zales que, partiendo desde el cerro del Mirador al S. dei puerto del
Corral, se prolongan hasta cerca del Maullin.
Yendo del N.O. para tomar la caleta, se la puede reconocer por
una casa de madera que bai en el centro dela playa de arena amari-
rilla que se divisa en el fondo de la ensenada, cuyo color plomiso
contrasta notablemente al dibujarse sobre el fondo verde que pre-
senta la vejetacion. Por otra parte, el farallon es la mejor marca pa-
ra reconocer la caleta, por cuanto no es fácil equivocarlo con ningun
otro en el resto de la costa.
El mejor fondeadero se encuentra al S. de la ensenada, demoran-
do la punta del S, al S. 4” E., 1 la parte oriental de la playa de are-
na al S. 65” E., en 9 brazas de agua, arena.
El desembarcadero del Milagro se encuentra
E latitud 407 26” 10,
lonjitud 7346 30,
i corresponde a la parte occidental de la playa de arena del sur.
Esta caleta ha sido ya la tumba del bergantin Chalanger, que se
fué a la playa por haber sido sorprendido por un temporal del cuarto
cuadrante, pérdida que tuvo lugar por los años 60 o 61 (8).
,
(8) En 1816, el capitan de la marina mercante nacional, don José Eduardo No-
Zibois de Neuville, en nota dirijida al intendente de Valdivia, con fecha 26 de
junio, se espresa asi, hablando de la caleta que nos ocupa: “Una de las venta=
*“jas del rio Bueno es la hermosa caleta del Milagro, que puede servir de seguri-
** dad i refujio a buques mayores de todos portes, que encontrarán abrigo en
“la mayor parte de las tempestades que acometen esta costa en invierno.” Por
muestra parte no aceptamos tal recomendacion, i mui por el contrario, la supone-
mos peligrosísima con tiempos del cuarto cuadrante.
Nos estraña, en verdad, que un esperimentado marino, como el capitan Noli-
bois de Neuville, haya podido dar tal recomendacion de Milagro presentándola
como un refujio contra las tempestades que acometen la costa de Valdivia. El Mi-
lagro es un excelente puerto en la benigna estacion i mientras no carguen los vien-
As DE LA Us
CG MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Fres millas al S. 32 E. de farallon, siguiendo una costa aceiden-
tada, se nota una pequeña caleta con playa de arena que no fué po-
«¡ble reconocer por su y equeñez 1 el estado de la mar; pero se vacia
en ella un riachuelo caudaloso. El interior de Ja eala aparentaba
mansedumbre, + ereemos que puede ofrecer abrigo para butes Y lan-
chas, cuando el mar no se encuentre mul ajitado.
Fada de las Banderas.—Poco mas de seis millas ad S. 15 E. de
Milagro, se encuentra la rada delas Banderas, llamada asi por haberse:
perdido en ella evatro banderas de señales que se eodocayon en tierra
para verificar sa mensura. Algunos indios que encontramos mas al
sur, en la caleta Muicalpue, dijeron llamarse Choroichalhuen.
La punta que cierra esta rada por el S O, apellidada Pucatrihue,
es gruesa, escarpada, alta, despide a«Jgunas rogas poco salientes; 3
Ja costa comprendida entre la rada 1el Milagro, es limpia, accidenta-
da 3 respaldada por elevados cerros escarpados hácia el mar.
La rada se encuentra abierta desde el N. N. O. hasta el 5, O., por
cuyo motivo la ola del tereer cuadrante lLace mul molesto el surjide-
yo aun cuando el tiempo sea bueno. La profundidad varia entre 16
brazas que se encuentran en el centro 17 que har eerca de tierra,
variando paulativamente. La naturaleza del fondo es arena blanca
final grandes piedras que se encuentran diseminadas, sobre todo, el
la parte sur de la rada, que es la que ofrece mejor alnigo.
Atracadero para botes solo se encuentra en las rocas del sur, pero
mul malo por la resaca que bate la costa. Ál oriente de la rada haz
una playa de arena amarilla siempre azotada por las olas: en ésta
es posible abordar bajo mui buenas condiciones de mar. Una echalu-
pa de la Comision desenbareó en ella; pero su salida fué dificil 3 pe-
ligrosa, habiéndose llenado de agua en repetidas ogasiones.
La costa sur es escarpada 1 la ribera toda de piedra tosca, inter-
nándose algunas rocas háela la bahía, sobre todo, cerca de la punta
Pucatrihue. Los cerros veemos están eubiertos de vejetacion 1 se ele-
van al.paso que avanzan al oriente. La rada es de ninguna impor-
tancia bajo tedos aspectos. Indios del interior bajan a mariscar a sus
playas; así lo justificaba una choza que se encontró ad 5. de la playa
de arena, ¡ otra que se divisaba oculta por el bosque 1 sobre las alras
barrancas del sur de la rada.
Milla 1 media al 5. E. dela punta Pucatrihue, se encuentra una pe-
pa
tos del noroeste; pero cuando éstos son reeios, el surjidero queda espuesto a la
espantosa ola que traen consig>, El ejemplo de la pérdida del bergantin €halen-
ger es concluyente.
Citamos de intento este hecho 3 la recomendacion del capitan Nolibois de
Neuville, para poner de manifiesto e] pernieroso sistema de jeneralizar los imte-
veses particulares. Los sucesos de la caleta Cóndor, son tambien otro vivo ejem-
plo de este mal, que por desgracia, snele ser alimentado por hombres de mar
Por nuestra parte, convencidos de nuestra insuficiencia, procuramos abstemynos
de lijeras recomendaciones desatendiendo siempre los intereses particulares el
obsequio de Ja verdad, ¡en la convicción tambien de que el sistema esperimen-
tal es el mas lójico i seguro en asuntos que afectan el interés jeneral.
Iisclavos de esta manera de obrar, hemos tenido qne sufrir repetidos ataques;
pero preferimos los cargos que puedan dirijirnos los intereses particulares, a cayo
par sobre nosotros con las victimas que podrian hacer fatales 1ecomendaciones
da las con lijereza. P
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 67
queña ensenada sobre la cual entrega sus aguas un rio de regula:
caudal. La ensenada presenta en su parte oriental una reducida playa
de arena 1 parece ofrecer resguardo para botes; tiene algunas rom-
pientes cerca de ella, que se notan desde el mar.
Roca Covadonga.—Dos millas i media al S.34* E. de la punta
anterior 1 milla i media al O. S. O. dela costa o punta Pulome, existe
una roca ahogada. Se la denominó Covadonga del nombre del buque
con que se estudiaba la costa. Un tercio de milla al norte, sur i oes-
te de la roca, se encontraron de 27 a 28 brazas, fondo de piedra. Jl
mar rompia sobre ella de tarde en tarde, debido a la gruesa ola del
S. O. que habia ala sazon; pero con mar suave no debe notarse rom-
piente alguna.
Rada del Manzano.—Sietei media millas al S. 39” E. de punta
Pucatrihue, se encuentra la rada del Manzano. La playa oriental de
dicha rada es de arena amarilla, interrumpida en su centro por una
punta elevada 1 barrancosa, la cual despide unos farallones neyruscos
que se avanzan un tercio de milla de la playa. La playa del norte
recibe un rio caudaloso, ¡la del sur otro algo menor que aquel, pero
ambas inaccesibles a causa de las rompientes que forman en sus de-
sagúes las olas del S. O.
La parte sur dela rada, llamada caleta del Manzano, ofrece mal
abrigo i mal desembarcadero, solo utilizable cuando el mar está tran-
quilo, caso que ocurre rara vez. La profundidad del surjidero varia
entre 151 7 brazas, arena, de buen tenedero para las anclas; pero
la ola que conducen los vientos prevalecentes del tercer cuadrante lo
hacen mui molesto ilos del cuarto insoportable por su completo
desabrigo.
La costa de la rada, así como la que sigue al norte de ella, es sucia
¡sumamente brava, i los cerros que la respaldan, de mediana altura
1 bien arbolados. Esta rada difiere naturalmente de la que diseñan
los planos del almirantazgo inglés, pues no tiene los farallones que
éstos le marcan a tres cuartas de milla de la costa. No parece sino
que la hubiesen equivocado con la rada de Ranu, situada mas al sur.
La punta que cierra la caleta por el S. (O. es poco notable, escar-
padai con algunas piedras vecinas. De aquí la costa corre al S. 7% O.
rocallosa, accidentada, con farallones notables i tres caletas, siendo
la mas importante la de Muicolpue, que es la mas austral de ellas.
Entre ésta i el Manzano 1 tras los farallones de los Lobos, se en-
cuentra la caleta de Pulamemu, pequeña 1 de ninguna importancia.
Caleta Muicolpue.—Esta caleta ofrece buen abrigo a buques de
todos portes durante la época en que prevalecen los vientos del ter-
cer cuadrante; los del cuarto la hieren de frente, produciendo en ella
fuertes bravezas. El surjidero es limpio, de moderado fondo i de
buen tenedero para las anclas. La playa sur, la única abordable, es
aplacerada i recibe en su estremidad oriental un riachuelo inaccesible
aun para botes: lleva el nombre de la caleta.
Los cerros que respaldan la costa son de moderada altura 1 bien
boscosos, i las playas rocallosas envian algunas piedras poco salien-
68 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
tes hácia el mar. El desembarcadero se encuentra en la parte occi-
dental de la playa i está situado
lat. 40% 35 52”,
1 lon3. 78> 47? 45”.
La punta que abriga la caleta por el tercer cuadrante es rocallosa,
algo escarpada i con algunas piedras que velan a sus inmediaciones.
Estas costas se comunican con el valle central del territorio por me-=
dio de sendas estrechas, taladas al través de los cerros marítimos
por los indios de Osorno, para mariscar en los meses de verano,
única época en que las visitan. A orillas del rio se encontraban al-
gunas chozas pajizas no visibles desde el mar.
Cabo del compás. —Al S. 20”. O de la punta Muicolpue, nueve mi-
llas de distancia, se encuentra el cabo del Compás. Esta punta, la
mas notable en el tramo de eosta comprendido entre el cabo Quedal
3 punta Galeras, es elevada, limpia, escarpada al principio de su al-
tura i bien arbolada en su parte superior. A un tercio de milla dis-
tante de él, se encuentran 12 a 17 brazas de profundidad, arena. Se
le dió el nombre de Compás por haber perdido cerea de él un compás
de marcar en el momento de arrumbar la costa; una fuerte marejada
quebrando el costado del bote con que se trabajaba, le hizo dar tal
barquinazo que arrojó el compás al agua. Esta punta parece ser la
que llamaron HMuililil los de la malograda espedicion de Juan La-
drilleros (9); pero no le conservamos el nombre por diferir en su
situacion, de una manera notable, con la punta que nos ocupa.
Rada de Ranu.—Imediatamente al oriente del cabo anterior, se
encuentra la rada de Ranu, determinada por una gran inflexion de |
Ja costa, encerrando en su centro tres pequeños farallones que velan.
Esta rada tiene tres millas de abertura de norte a sur i una de saco
de este a oeste. Los farallones, o mas bien, los arrecifes de su centro
dejan paso entre ellos i la costa, pero sin objeto para frecuentarlo.
Del centro oriental de la rada se destaca una punta alta i escarpa-
da, dejando al norte i al sur de ella estensas playas de arena ama-
yilla. El rio Huyelhue se vacia al sur de la playa del norte 1 el
Ranu en la del sur, que lleva tambien el nombre de la playa.
La costa comprendida entre Hueyelhuei el cabo del Compás es mui
sucia i con rompientes quese avanzan un tercio de milla hácia la ra-
da, o algo mas; pero la estremidad sur de ésta ofrece algun abrigo
para buques durante la época en que prevalecen los vientos del
tercer cuadrante, siempre que fondeen en 11 a 10 brazas de agua,
fondo de arena, al N. 63% E. de la punta del Compás 1 alS. 40" E.
de los arrecifes. No hai atracadero para botes en ningun punto del.
la rada. y
La tierra a la espalda de la ecsta es de moderada altura i frondo-|:
sa, como en todas las adyacentes, corriendo al N. E. de la rada un| 1,
hondo valle que encierra al rio Hueyelhue.
(9) Gay.—T. IL de Documentos, etc. p. 91.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1870. 69
El Hueyelhue es de alguna consideracion a lo que parece desde el
mar. Segun algunas opiniones, tiene su oríjen en el valle central del
territorio; pero segun otras, solo viene de las vertientes de la cordi-
llera de la costa. El desague del rio tiene mas de 50 metros; pero
un poco adentro se ensancha a ciento cincuenta metros. Fuera de su
barra, presenta algunas rompientes. .
Caleta Cóndor.—Tres millas 1 cuarto al S. E.del morro del Com-
pás, se encuentra la punta Cóndor, alta 1 escarpada 1 con 16 a 17
brazas de hondura a un cuarto de milla distante de ella. Entre di-
chas puntas, la costa es accidentada ¡ de moderada altura.
Inmediatamente al N.E. de la punta Cóndor, la costa forma una
entrada profunda hácia el E.S.E. denominada caleta Cóndor i se en-
cuentra situada
lat, 407 46 16,
(lonj. 73% 59 33”,
coordenadas que corresponden a la casa que se encuentra en la pla-
ya oriental de la caleta. Las costas norte i sur son rocallosas, escar-
padas i bien arboladas en su parte superior; no sen abordables; pero
al norte de la playa de arena, hai buen atracadero para botes 1 lan-
chas, siempre que se verifique cerca de una peña redonda que existe
en aquella parte.
En el centro de la beca de la caleta, se encuentran de 20 a 22
brazas de agua, disminuyendo a diez, a medio saco, 1a cuatro, mui
cerca de la playa. La caleta es solo abrigada contra los vientos 1 ma-
rejadas del tercer cuadrante; pero contra los del cuarto queda mui
espuesta por la ola que introduce el N.O. El mejor fondeadero para
vapores se encuentra en 9 a 10 brazas de profundidad, i para buques
de vela algo mas afuera, a fin de que puedan hacerse a la mar a los
primeros anuncios de un mal tiempo. Aun que el tenedero es bueno
para las anclas, seria grande imprudencia tratar de soportar sobre
ellas durante los temporales del N. al O. en la estacion del invier-
no, confiando en la bondad de sus amarras. Dos buques que en
años pasados han surjido en la caleta para tomar maderas de alerce,
la barca Jaque Langlois i el bergantin Vicuña, habiendo sido sor-
prendidos por los vientos del cuarto cuadrante, en el verano, fueron
arrojados a la playa con pérdida total.
Rio Chalhuaco.—Al oriente de la playa que hai en el Cóndor, se
ve una laguna que forma parte del rio Chalhuaco, que se hecha al
mar en un caleton que se encuentra una milla al norte de la caleta.
El rio tiene su oríjen en varios arrollos que nacen en la cordillera de
los Alerces; corre serpenteando caprichosamente al través de cerros
boscosos hasta vaciarse en el mar en la caleta de su nombrei por
Pentre un semillero de rocas. Antiguamente debió desembocar en el
Cóndor; pues a espaldas de la playa de arena, se encuentra la men-
sslonada laguna, separada del mar por un istmo bajo i de arena grue-
sa que no tiene mas de 70 metros de anchura, 1 que probablemente
debe su existencia a los acarreos del mismo rio depositados en ese
punto por el embate de las olas durante las bravezas del mar.
70 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
La laguna es somera en toda su estension; pero botes de poco ca-
lado pueden surcar sus aguas sin tropiezo alguno, desde média ma-
rea creciente hasta média vaciante, 1 de la misma manera el canal
que une a ésta conel rio cerca de su desagie.
El Chalhuaco es profundo 1 acepta botes hasta de seis de-
cíimetros de calado sin ofrecerles obstáculos de consideracion en
los dos primeros tercios de la parte estudiada, o sea, por oeho quiló=
metros a partir desde el desagie; mas en la parte superior, los ba=
jos i rápidos son frecuentes 1 se hacen fastidiosos cuando el rio se
encuentra pobre de agua, como acontece en el verano. Los botes
de la Comision lo esploraron por trece 1 medio quilómetros pasando
las embarcaciones por sobre el istmo del Cóndor.
Los aluviones del invierno hacen perder todos los vados del rio,
Jevantando el nivel de Jas aguas de 5a 7 metros, a juzgar por las
huellas que se encontraron en sus riberas; mas no deben producir
grandes corrientes, desde que nose han encontrado rastros que lo
justifiquen. Los campos vecinos a las riberas abundan en excelen-
tes maderas ¿ mul especialmente en alerce de superior ealidad 1 de
fácil esplotacion.
La cala en que desagua el rio de su nombre es tan solo una in -
flexion de la costa sin importancia alguna, tanto por no ofrecer abri-
go contra los tiempos prevalecentes, como por encontrarse sembrada
de rocas cerca de la costa 1 mui especialmenze en la misma boca
del rio.
Cabo San Antonio.—Tres millas al S. 5.” E. de la punta Cóndor,
se encuntra el cabo San Antonio, poco saliente de la costa, elevado,
cubierto de vejetacion, escarpado cerca de su basei de co.or un
tanto pardusco. Los cerros que lo respaldan se elevan de 350 a 670
metros.
Bahía de San Pedro.—Siete millas al S. 3” E. del cabo San
Antonio, se encuentra el denominado Queda!l. Entre amúóos la costa
converje hácia el oriente determinando en su centro la espaciosa ba-
hía de San Pedro, descubierta por primera vez por Juan Bautista |
Pastene, el 17 de setiembre de 1544, quien la apellidó San Pedro |
en memoria del gobernador de Chile don Pedro de Valdivia, 1 por
llamarse tambien San Pedro el buque que montaba (10).
La bahía tiene cuatro millas de abertura de norte a sur i dos de +
saco de este a oeste, conteniendo en sí cuatro caletas, de las cuales
dos de ellas son las mas impotantes: Huayusca 1 el Manzano.
Huayusca es la ensenada central que se mira al sur de la bahía
1 parece que fué en la que fondeó Pastene 1 a la que se refiere en la |
descripcion que hace del puerto de San Pedro, hasta en el rio quej'
desagua en ella. Esta caleta se encuentra
0 lat. 409 5621”.
Po) lonj. 737 55' 48”.
(10) Gay. —T. I de Do.umentos, etc. p. 42,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. “TL
Es de mediano tamaño 1 tiene a su entrada una roca 1 un pequeño
banco, siempre notables por acusarlos las rompientes del mar que se
dejan ver de euando en cuando sobre ella. El fondo es moderado 1 de
buen tenedero para las anclas. Hai buen desembarcadero, 1 aun se
puede penetrar al rio Huayusca desde média marea para adelante 1
navegarlo por medio quilómetro. Las lanchas loberas de Chitoé, cuan-
do visitan estas costas para la pesca, se guarecen en este rio contra
la marejada del N.O., que es la única que penetra en la caleta.
Los loberos, usando de frájiles embarcaciones, no temenlos rigores
de esta costa 1 aseguran que los buques podrian soportar al ancla con
los mas duros temporales de verano. La mar, dicen, no es mui fuer-
te 1 el viento de poca intensidad por desviarlo el cabo San Antonio.
Lanchas que han fondeado en ella con sacho (11) han aguantado re-
cios tensporales sin esperimentar novedad alguna, hasta que mejo-
rado el tiempo, han podido guarecerse dentro del rio (12.
La ensenada situada al oriente de la caleta de Huayusea es bra-
va e inaccesible por encontrarse su playa costantemente batida por
una fuerte resaca. La ensenada occidental, denominada caleta del
Manzano, tiene un buen atracadero para botes en el centro de su
playa de guijos ten la desembocadura del arroyo que se vacia en
ella. Esta caleta es estrecha 1 mucho menor que la anterior, pero con
fondo adecuado para las embarcaciones costaneras. Es mas desabri-
gada que la de Huayusca, 1 sus playas laterales se encuentran bor-
dadas por rocas entre aguas que avalizan abundante sargaso. La
punta occidental de la caleta, llamada San Pedro, es escarpada, de
mediana altura i envía hácia el norte de ella un placer de rocas aho-
gadas que se avanzan cable 1 medio fuera de ella.
El riucon N. E. de la bahía de San Pedro ofrece una entrada pro-
funda con playa suave de arena, que al parecer presenta abrigo con-
tra la mar 1 vientos del cuarto cuadrante; pero es brava en todo tiem-
(11) Sacho, especie de ancla de madera con-cuatro brazos o uñas, a la que lo
aseguran una piedra proporcionada para darle mayor peso. Se usa en las embal-
caciones del interior de Chiloé, empleando en lugar de cable o cadena una veta de
guilineja bien corchada í mui resistente.
(12) A este rio lo denomina Hueyusca don Salvador Sanfuentes, i refiriéndose a
él en su Estadistica de lu provincia de Va!divia, dice. ....“que nace de quebradas
de la cordillera de los Alerces, la que corta enteramente con su curso, estimado en
siete leguas hasta su desembocadura en el mar. En la caleta que alli forma po-
dría acaso proporcionarse tambien un buen puerto al departamento (el de Osor-"
no), pordonde se esportarian con facilidad abundantes i apreciables maderas de
los cerros circunvecinos”— Anales dela Universidad, T. XX( p. 235,
El señor Asta-Burnaga en su Diccionario Jeoyrafico de Chile, llama Hueyusco a la
Bahía d= San Pedro; pero en la actualidad el rio ¡ la caleta descritos solo se Co-
nocen con el nombre de Huayusca.
Nos inclínamos a creer que será el rio £liuco al cual se refiere el señor San-
fuentes, i esto nos lo hace suponer la confusion que existe actualmente en todos
los nombres del litoral de Valdivia i de Llanquihue; pues el poder averiguar
nosotros el verdadero calificativo de las puntas, caletas.i rios, ha sido materia
no poco difícil. Esta causa tambien nos ha obligado a omitir muchos nombres
en los planos adjuntos, a fin de no contribuir por nuestra parte a aumentar la con
fusion a que aludimos, i que proviene del poco conocimiento que hasta ahora se
tiene sobre ese litoral. A mas del Llíuco, hai tambien el £lico, queen su curso
corta la cordillera de la costa para echarse al mar trece milla al norte del rio
Maullin: tiene su orijen en el llano lonjitudinal del territorio con el nombre de
rio Frio,
ape MEMORIAS CIENTÍFICAS.
po einabordable su playa para botes. En esta ensenada se vacia el
rio Lliuco, de regular caudal; ila abra se nota fácilmente por un
peñon elevado i en forma de pan de azúcar que hai al oriente de
ella i pegado a la costa.
La bahía de San Pedro, en jeneral, es de fondo moderado de are-
na, quese presta para fondear, pero quedando espuesto a la gruesa
ola de los vientos prevalecentes, si se verificase ántes de estar E. O.
con la parte norte de los farallones de San Pedro, que se encuen-
tran al S.O. de la bahía.
La punta N.O. de la bahía envia hácia el S. O. un cordon de ro-
cas que velan i pequeños farallones que se avanzan cerca de média
milla afuera de la costa, con algunas rocas ocultas en su estremidad.
Entre estos farallones 1 el cabo San Antonio, la costa converje al
oriente, presentándose cubierta de rocas que velan, saliendo algunas
cerca de dos cables de la costa.
Farallones de San Pedro. —Poco menos de ura milla al O. de
la punta de San Pedro, o sea, la estremidad $. O. de la babía de su
nombre, se encuentra un grupo de farallones de forma triangular,
cuyo lado mayor, que mira hácia la costa, corre N.S. por cerca de
una milla de estension; llevan el nombre de la bahía, 1 forman con
el continente un canalizo limpio ide fondo moderado de arena, en
el cual no se notó corriente alguna.
La parte oriental de los farallonés ofrece un excelente abrigo
contra la ola del tercer cuadrante, por resguardarlo el cabo Quedal;
de la misma manera parece estarlo del cuarto por el cabo San An-
tonio, mas no tanto de éste como de aquel. Solo el viento puede
herir la arboladura de los buques que surjan en él, por lo bajo i en-
trecortado de los farallones. Los loberos chilotes que visitan con fre--
cuencia este punto, aseguran que mar gruesa del N.O. no penetra en
el surjidero de que tratamos. Estos motivos nos inducen a recomen=
dar la parte oriental de los farallones de San Pedro como el único
punto capaz de ofrecer abrigo. contra todos los vientos prevalecentes
en las 140 millas de costa que médian entre el Corral 1 la bahía de
Ancud.
El mejor punto para fondear se encuentra acercando los farallones
por su medianía, en 71a 8 brazas de agua, arena. En el centro del
canalizo hai 9 a 10 brazas, cantidad que disminuye paulatinamente
al paso que se acerca la rocallosa costa de sotavento.
Desde la estremidad N. E, de los farallones, demora el cabo San
Antonio al N. 11% O., 1la parte sur de los mismos se encuentra al
N. 25%E. del cabo Quedal. Esto demuestra que un buque surto en
la parte oriental de los farallones puede dar la vela con cualquiera
de los vientos prevalecentes, a menos que no sean los comprendidos
entre el O. N. O.1el O. 5. O., que podrian empeñarlo sobre la
costa.
Cabo Quedal.—Tres millas al S. 35% O. de la punta San Pedro,
se encuentra el cabo Quedal, que es la proyeccion mas avanzada al
occidente del litoral de que tratamos. Este cabo es escarpado 1 de
regular altura, sin ningun peligro adyacente, pues a un cuarto de
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 73
milla distante de él se encuentran 18 a 20 brazas de profundidad.
El cabo tiene de amplitud N. S. una milla i tercio.
Poco mas de una milla al N. E. del cabo Quedal se encuentra una
ensenada cuya playa oriental es de arena 1 mui brava aun con
tiempos del tercer cuadrante, desaguando en ella dos riachuelos: el
del norte es pequeño 1 el del suralgo caudaloso, pero sin acceso des-
de el mar. Ambos son alimentados por las vertientes de la cordillera
de la costa.
Desde cabo Quedal, la costa corre al S. S. E., mui poco cóncava,
por cerca de diez millas de estension, hasta llegar a la punta Capita-
nes, (llamada de Estaquillas en las cartas inglesas. Todo este tramo
de costa no ofrece caleta alguna 1 es mui accidentado, 1 si bien es lim-
pio, es tambien inabordable. Los loberos aseguran que cinco millas al
sur del cabo (Quedal se encuentra un refujio aparente para lanchas i
botes, en el punto llamado San Luis; pero solo es abordable con un
práctico elejido entre los mismos loberos, a causa de que su entrada
se presenta por entre piedras que hacen dudar de la existencia del
referido abrigo.
Punta Capitanes (Estaquillas).—Es mui amogotada, ofreciendo:
la estremidad de la punta un islote elevado, cortado a plomo de color
amarillento, que la hacen característica; pero que se conoce ser isla
cuando se está mui cerca de tierra ven su mismo meridiano. Pasado
cabo Quedal, esla punta mas notable que sigue al sur; 1 los capitanes
del cabotaje la recomiendan como el mejor punto de recalada cuando
se dirijen a Ancud con tiempos del cuarto cuadrante. Hai muchos
que tambien llaman Capitanes a cabo Quedal.
Desde Capitanes al sur, la costa hurta al oriente 1 el arrumbamien-
to entre esta punta 1 un islote que la carta inglesa llama Parga es
S. 48% E., por cinco millas de estension. Este pedazo de costa es
mas accidentado que el anterior, mui sucio i con algunas playas
de aréna. A una milla de distancia se sondó en 24 114 brazas, are-
na fina blanca. Desde el islote la costa cambia al $S. S. E. por 14 1 mé-
dia millas, hasta llegar a punta Estaquillas propiamente dicha, 1
que es la llamada Quillahua en las cartas del almirantazgo inglés.
La costa es mui accidentada, brava i de moderada altura, pero res=
paldada por elevados cerros en que abunda el alerce. Algunos arro-
yos i pequeños rios se vacian sobre esta costa.
Punta Estaquillas (Quillahua).—Sobresale algo de la costa i es
notable por los farallones 1 rocas que la terminan. La punta es escar-
pada i de medjana altura. Una milla al N. E. de la punta, se en-
cuentra la bahía de su nombre, sembrada de farallones i de rocas ne-
gruscas que se elevan como columnas del fondo del mar, circunstan-
cia que no la recomienda bajo ningun aspecto, aparte de encon-
trarse espuesta a la marejada que producen los vientos prevalecentes.
Tres millas al N. E. de Estaquillas, se encuentra otra ensenada
denominada Llico, del nombre del rio que se hecha en ella. Es tam=
bien mui desabrigada ¡brava, i por consiguiente, inútil como surjide-
ro: la profundidad en el centro de ésta varia entre 101 12 brazas,
piedra, con algunas rocas que velan en su parte sur.
A. DE La U. 10
TA MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Feio Llico. —Este vio se vacia sobre la playa de arena que se mira
al oriente de la ensenada de su nombre. El rio tiene su oríjen en el
llano central del territorio con el nombre de rio Frio, incrementándo -
lo algunos arroyos. Serpentea al través de los cerros de la costa,
siendo navegable por 20 a 22 millas a partir desde su boca, segun
la opinion de quienes Jo conocen. Sus riberas sen boscosas, sus
aguas abundan en petes; pero su barra es mui Ba e inabordable
para toda clase de embarcaciones.
Cala de Parga.—Inmediatamente al sur de la punta de Estaqui-
Jlas, se halla la pequeña cala de Parga, notable por las excelentes hu-
lleras que se encuentran en sus inmediaciones 1 que se asegura ser
las mejores que hasta ahora se conocen en el país. Esta cala se en-
cuentra al N. 49 E. de la punta Huechucucuy i al N. 19 30' O. del
farallon grande de Carelmapu, distante catorce millas de este último.
La cala de Parga es insignificante, pues solo tiene 60” de ancho
por 300” de saco de N. N. E.a$S. 5. O., 1 esabrigada, al decir de
los prácticos, de todos los vientos reinantes. Sus riberas son esca-
brosas, pero abordables en su estremidad oriental. El esterior de la
cala es sucio, de manera que solo puede penetrarse en ella guiado.
por un práctico, pues desde afuera no es fácil suponer su existencia.
Al sur de Parga sigue una pequeña ensenada con playa de arena,
denominada playa del Carbon, Ja que tambien es abordable por bo-
tes, con tiempos moderados del tercer cuadrante; pero, como para la
anterior, se necesita ser práctico para penetrar en ella. Su boca se
encuentra sembrada de rocas a flor de agua. j
Punta Quillahua (Godor).—Desde las piedras mas salientes de
punta Estaquillas, demora la verdadera punta Quillahua, Godor en
los planos ingleses, al S. 42. E. La costa se dilata por ocho i média
millas, con algunas inflexiones hácia el oriente; playas de arena t
puntas rocallosas ipeinadas alternativamente: es brava e inabor-
dable.
Punta Quillahua es baja, rocallosa en su pié, algo peinada, bos-
sosa en su superficie icon médanos de arena amarilla al norte de ella.
_Porel $5, E. sale una roca aislada, que vela, llamada la Solitaria,
média milla distante de la costa; por el sur despide rompientes da
se avanzan dos tercios de milla fuera de Ja punta, 1 al O.
N. O. envia dos rompientes aisladas que se apartan milla 1 peda
de la costa, que solo se hacen notar cuando hai mar de leba. Esta
punta que, segun los planos del almirante Fitz-Roy, es limpia, debe
evitarse el atracarla a menos de milla imédia, para estar a salvo de
los peligros ocultos que la rodean i que solo con mar griesa son acúu-
«ados por los penachos de agua que se dejan ver sobre ellas de tar=
de en tarde.
Puerto Godos.—Desde la punta Quillahua, la costa cambia al
oriente, formando por el N. E. una gran bahía semicireular conocida
con el nombre de puerto Godoi. Es de mal abrigo contra los tiem-
pos prevalecentes, pero accesible con bonanza del tercer cuadrante.
Jl desembarcadero, 'o sea el rincon N. O. del puerto, se encuentra
A A a AT E
O AA AA o.
'n
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 79
or latitud 41* 89 93.
PO 7 lonjitud 73* 507 52”.
¡
Al occidente de la bahía, se nota un morro escarpado llamado de
Varillasmó, que envia hácia el oriente un prolongado bajo mul some-
ro, el cual es necesario resguardar por una milla de distancia para
fondear en 4a 11 media brazas, arena fina parda. Las arenas que
vuelan con los vientos del cuarto cuadrante, de los médanos del nor-
te, contribuyen rápidamente a embancar esta bahía, 1 concluirán por
inutilizarla del todo.
Con tiempos banancibles puede desembarcarse al norte del morro
sin inconveniente alguno i proverse de algunos viveres, leña, aguada
1 pescado, que puede obtenerse en las casas vecinas.
Con tiempos duros del 3. o del 4.9 cuadrante, penetra en la ba-
hía mucha mar de afuera, que hace |insoportable el surjidero; i con
temporales, las olas quiebran por todas partes con mucha fuerza.
Golfo de los Coronados.—Al S. O. 20" 30' O. dela punta Qui-
llahua i a diez ¡siete i média millas de distancia, se encuentra la punta
Fluechucucuy, estremidad N. O. de la isla Grande de Chiloé. Entre es-
tos puntos la costa converje hácia el oriente, determinando así una es-
tensa ensenada que hemos apellidado golfo de los Coronados, por
no conocérsele nombre alguno 1 por haber recibido este calificativo de
los de la espedicion de Juan Ladrilleros en noviembre de 1588 (13).
En su centro contiene los farallones de Carelmapu i la isla Dona
Sebastiana; 1 es notable por desembocar en el la boca ocidental
del canal de Chacao, recibir al rio Maullin i dar entrada a la hahía
de Ancud (San Carlos, de los planos comunes de navegacion), que
contiene la ciudad capital de Ja provincia i archipiélago de Chiloé.
Livio Maullin.—Al N. O. del golfo desemboca el rio Maullin, rio
caudaloso i que puede reputársele como de primer órden comparán-
dolo con los que riegan el territorio de la República. Tiene su oríjen
en el lago Llanquihue, uno de los mas grandes del país, situado al
pié de los Andes ¡ a treinta i un metros de altitud (14).
El Maullin desde que nace, sirviendo de único desagúe del lago,
corre serpenteado hácia el S. O. iderramándose al través de bosques
espesos. Después de algunos quilómetros de curso, se precipita por
varios brazos en una depresion del terreno, formando un grupo se-
micircular de pequeñas cascadas llamadas el Saito, para continuar en
seguida ¡en un solo brazo, por un cauce estrecho i bien encajonado,
con rápida carrera. Continúa en el mismo sentido; ¡después de haber
formado una prolongada S. en direccion de su curso, sigue con sua-
ves serpenteos hasta entregar sus aguas al océano, en el golfo de los
Coronados, por entre los notables morros Amortajado i Godoi, que
forman su embocadura.
Los primeros cincuenta quilómetros de su curso a partir desde el
mar, son navegables para embarcaciones de tres metros de calado, 1
_——
(13) Gai. —T. 11 ¡de Documentos de la Historia de Chi!e.
(14) Dr, Fonck-- Anales de la Universidad, T. XV. p. 168.
76 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
desde aquí al Salto, que distará como cuarenta quilómetros mas arri-
ha, es solo accesible a embarcaciones menores de remos cortos, ven-
ciendo fuertes correntadas que, en su mayor parte, son orijinadas por
los palos que tapizan el lecho. Las riberas son terrosas i bien defini-
das, 1 las tierras que las respaldan son llanas, sin cerros i cubiertas de
bosques formados por corpulentos árboles.
El Maullin tiene tambien algunos tributarios caudalosos i de i¡m-
portancia que aun no han sido esplorados, por lo cual solo tenemos
vagos detalles. Los oficiales del Janequeo, que estudiaron este rio por
dos veces en 1856 1 1857, se concretaron solamente al brazo princi-
pal, que es del que damos noticia.
Direcciones.—Los datos siguientes los tomamos de la interesante
memoria sobre el rio Maullin, escrita por nuestro jefe de escuad ra
don Juan Williams Rebolledo (15), i1que reproducimos para no
dejar vacíos en este derrotero,
«El Amortajado i el promontorio del norte o Quenuir (llamado
tambien punta Godoj) forman la parte mas estrecha de la desembo-
cadura del rio, visto desde una situacion occidental. Al oriente de
estos dos puntos, toma una direccion curba hácia el norte, haciendo
que el referido promontorio lo ponga completamente a cubierto de la
impetuosa marejada del océano que bate de lleno sobre la entrada;
resultando, pues, que solo esta última es la peligrosa, porque la mar
que acabo de nombrar, costante siempre 1 formada a una distancia
indeterminada, va ondeando en turcas profundas hasta reventar en
espumosos penachos como a dos cables 1 algunas veces a mucha ma-
yor distancia, sobre el banco de arena denominado el Pangal, que
cubre toda la referida entrada en su direccion recta. Pero no es solo
este mar el único impedimento que la boca presenta a las embarca-
ciones que arriban a ella con intencion de cruzarla, sino que tambien
con mucha frecuencia se eleva en toda su estension meridional una mare-
jada corta, formada por las corrientes 1 los vientos permanentes, bas-
tante peligrosa i que, mirada desde el interior, aparece como si la atra-
vesara una rompiente inaccesible. Mas es preciso no atemorizarse al
considerar este aspecto amenazante, que naturalmente inspira serios
cuidados, pues para salvarlos sin el menor riesgo no hai mas que
acercarse todo lo posible a la costa del norte, o mas bien, dejarse guiar
por la línea de direccion que mas adelante trazaré, la que espero
servirá para vencer toda dificultad.»
«Una vez que se arribe a la boca de Chiloé con intencion de dirijir-
se al Maullin, lo primero que se hará es fijar el rumbo al centro del
canal que forma el farallon mas al occidente de los que hai a la entra-
da de aquella boca conla punta Godoi (Quillahua, segun se ha di-
cho antes), inclinándose siempre hácia esta última. Colocado en la
Jínea de estos dos puntos, ya se verá perfectamente bien la desem-
bocadura del rio.... Desde aquella situacion, se gobernará entonces
tomando como punto de recalada el estremo sur del promontorio
(Quenuir (Godoi). Inmediatamente que se llegue a la distancia de
==
(15) Apuntes hidrográficos sobre la costa deChile, p. 74 176.
A
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 71
dos cables mas o menos del islote Javier Igor, i cuando éste ya de-
more como al N. N. O. se alterará el rumbo, fijándole a la parte esta-
rior de la boya, que ya será visible en todo tiempo i que es la que
marca la situacion de la última piedra submarina de la restinga tan
peligrosa que se adelanta desde el promontorio Quenuir hácia el cen-
tro del canal. Al dirijirse a la referida boya (16), se tendrá especial
cuidado en todo caso. La boya se debe pasar a una distancia de cin-
cuenta brazos aproximadante; luego se continuará tratando de guar-
dar la misma distancia hasta que ya venga a demorar al N. O. Una
vezque se ha conseguido llegar a este punto, se gobernará en direc-
cion a las Amigas, dos islitas que hai en el centro del canal i como
dos millas al oriente de la boya, las que siempre son visibles desde
esta última. Aquí debo advertir que hai veces que las aguas en esta
parte corren de tres a cuatro millas por hora, tomando dos direccio-=
nes, una que sigue el curso principal i la otra hácia el Quenuir (17).
Estas corren en sentido del flujo o reflujo, segun el estado de las ma-
reas. Las circunstancias que preceden deben tenerse mul presentes
en todo tiempo: primero para evitar que las corrientes del Quenuir
arrastren la embarcacion sobre los bancos que tiene a su entrada; o
sea que, saliendo el flujo de los dos rios que se unen en aquel punto,
la aconche sobre el que existe en el recodo que forma el promontorio
Quenuir, 1 que se prolonga cambiándose en la restinga de piedras
submarinas que terminan en la boya. Tambien es preciso cuidar de
no acercarse demasiado al bajo Pangal, mas peligroso que ninguno
de los demás por la rompiente que siempre lo cubrei la atraccion de
sus corrientes. Pero todas estas dificultades fácilmente se pueden
prevenir i solo se requiere un poco de cuidado.
«Inmediatamente que se enfrente la boca del Quenuir, se cuidará
de cambiar el rumbo por grados hasta establecerlo al centro del canal
que forman las islitas las Amigas con la punta del Pangal (18), conti-
nuando en esta direccion sesgando siempre un poco sobre la orilla
sur. Cuando ya se haya llegado a la línea que forman estos dos pun-
tos, oloquees lo mismo, cuando la punta del Pangal demore al sur
del compás, todo peligro habrá desaparecido; pues desde aquel lugar,
hasta donde es navegable el rio, sus aguas siempre corren tranqui-
las, 1 aunque el canal es bastante angosto, con acercarse a la ribera
del sur, conservándose en toda circunstancia a'este lado, se podrá
(16) Esta boya desapareció en los cinco o seis años pasados.
Siendo el territorio de Maullin lomas importante del departamento de Carel-
mapu, i siendo, por otra parte, el pueblo de San Javier el punto destinado a figu-
rar como la cabecera del departamento, seria mui conveniente practicar un estu-
dio prolijo del rio Maullin i sus afluentes, como asimismo reponer la boya que
avalizaba la cabeza de la restinga de-punta Godoi. La navegacion entre Maullin
i Ancud crece de dia, en dia i los lamentables siniestros ocurridos a las balandras
ocupadas en este tráfico son mui frecuentes, debidos al peligro que presenta
la referida restinga. Por otra parte, el banco del Pangal va ganando tanto hácia
afuera, acercándose a la mensionada restinga, que ya el canal se ha hecho mui
estrecho; i sin una boya que determine la anchura i precise la cabeza de la restinga,
el peligro se hace mas inminente.
(17) Rio no esplorado, tributario del Maullin.
(18) En este paso, hai una roca ahogada que solo tiene un metro siete decímetros
de agua sobre ella, a baja mar, que ocupa el centro del canal,
78 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
llegar sin mucha dificultad al surjidero», frente'al pueblo de San Ja-
vier de Maullin, para largar el ancla en cuatro a cinco brazas de hon=
dura, fondo de arena fangosa.
TERCERA SECCION.
Apuntes climatéricos del litoral i con especialidad de Chiloé.
Con motivo de que hasta el presente no se ha publicado nada so->
bre la meteorolojía de Chiloé, capaz de darnos una ¡idea aproximada
de su climatolojía, nos hemos decidido a confeecionar estos apuntes,
resultado de algunos años de observaciones praeticadas en el puerto
de Ancud, 1 como un complemento a nuestros trabajos.
Si bien las observaciones a que nos referimos noson de una con-
fianza que nada dejen que desear, ellas, sin embargo, se han ejecu-
tado con esmero i de un modo regular; pero carecen las lecturas del
barómetro de la observacion del termómetro interno, lo que hace,
si no imposible la reduccion de la presion atmosférica a cero de tem-
peratura, al menos mui dificil de obtenerla con bastante aproxima-
cion; mas como esta correccion es siempre negativa, desde que la
“temperatura rara vez desciende a cero, bien pudiera estimarse sin
mucho error en un milímetro, lo que no es notable cuando tratamos de
formarnos una idea aproximativa sobre las leyes que rijen la clima-
tolojía de un país.
Aquel motivo, empero, nos habia retraido de dar a conocer las
observaciones hechas en 1863; pero notando que ellas, apesar del
defecto indieado, pueden conducir a dar alguna luz sobre Jos fenó-
menos que se desenvuelven en el litoral; 3, contando, por otra parte,
con diez 1 nueve meses de buenas observaciones hechas desde agosto
de 1866 hasta febrero de 1868 en el puerto de Ancud por el ca-
pitan del rejimiento de artillería don Baldomero Dublé A., no hemos
vacilado en agregar al presente trabajo los resultados climatéricos que
ellas arrojan, en la certidumbre de que llenarán parte del gran vacío
que hasta ahora se nota con relacion a la meteorolojía del litoral
que nos ocupa. Por otra parte, algunos años de residencia en las
aguas del archipiélago de Chiloé 1 en el litoral de Valdivia, nos
permiten avanzar algunos juicios que importan a la navegacion.
Los instrumentos empleados para todas las observaciones a que se
hace mérito, han sido los mismos. Jl barómetro era de cubeta 1 gra-
duado en pulgadas inglesas 1 fracciones de éstas; el termómetro cen-
tígrado; pero el empleado por el senor Dublé Almeida era de Fahre-
neit i con una ecuacion de
1> 98,
segun comparaciones hechas con otro bien conocido i correjido por el
normal del observatorio astronómico de Santiago.
El pluviómetro era cilíndrico, de cubre, de cuatro decímetros de
diámetro 1 ocho de altura, e igual en su construccion al descrito por
M. Ganot en su tratado de física, el cual ha sido espuesto de manera
que ningun objeto pudiera afectarlo.
Sn +
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 79
Las observaciones practicadas por el señor Dublé Almeida se
ejecutaron a 25 metros sobre el mar, en el fuerte de Agúi, de An-
cud; ilas correspondientes al año 1863, solo a cinco metros de
altitud, tambien en Ancud. De consiguiente, a las primeras hai que
agregar la ecuacion de
+2 mm 62
1a las segundas
+-0,u0 594
por altitud, para reducirlas al nivel del mar.
Las horas a que se ejecutaron las observaciones correspondientes
a 1863, fueron las8 112 A. M.i las 4,8112 P. M., mientras
que las hechas por el señor Dublé Almeida, del 66 al 68, solu fueron
cuatro: a las 8 112 A. M. 1a las 418P. M.
En esta virtud, nunca se ha obtenido ni el máximo niel mínimo,
relativos a la presion ia la temperatura; de donde se desprende que
el resultado arrojado por las precitadas observaciones no puede ser
el verdadero, pero conducente, no obstante, a hacernos formar una
idea bastante aproximada sobre la climatolojía de Chiloé.
PRESION.
Los cambios de presion en la atmósfera del archipiélago, así como
en el litoral valdiviano, suceden siempre que se anuncian vientos
del cuarto 1 del tercer cuadrante, esto es, del norte al oeste o del
sur al oeste. La columna barométrica desciende con los primeros 1
asciende con los segundos, salvo casos escepcionales que ocurren rara
vez, como veremos mas adelante.
Los vientos del cuarto cuadrante, viniendo de las rejiones cálidas
del ecuador i saturadas además con los vapores del océano, son
menos pesados, hacen bajar la columna mercurial 1 producen las lu-
vias. Por el contrario, los vientos del tercer cuadrante, teniendo su
oríjen en las rejiones heladas del polo, son mas frios 1 densos, cir-
cunstancia que causa un ascenso en la columna mercurial, no obs-
tante de que tambien vienen bien saturados por los vapores que re-
cojen al correr el mar del sur.
Los valores estremos de la altura barométrica de que tenemos no-
ticia, se han verificado en los años de 1866 1 1867, 1 fueron:
máximo: 30" 25 el dia 24 de agosto de 1866;
mínimo: 28 30 el dia 21 de mayo de 1867,
que dan una amplitud absoluta en las oscilaciones barométricas, que
alcanza a
1 90 4915 535
¡valor no sospechado aun, que pudiese tener lugar en el archipiélago
de Chiloe, por ser tales cambios propios del vórtice de las tormentas
circundantes.
En.cuanto a la amplitud máxima anual, puede estimarse segun
el números siguientes, que son lgs mayores amplitudes obser-
vadas,
80 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
En 1857.
2
máximo: 30.20, en varias ocasiones ] p*
mínimo: 28.80, en julio...... ».. / 1,40 de amplitud.
En 1863.
máximo: 30.20, el 3 de agosto ]
mínimo: 29,16, el 17 de julio. l 1.01 id.
En 1866 (19.)
máximo: 30,25, el 24 de agosto 1.05
mínimo: 29.20, el 27 id. 5
En 1867.
máximo: 30.15,.el 4 de setiembre 1.85 >
mínimo: 23.30, el 21 de mayo.. 10
De aquí se deduce que la amplitud maxima del año es de
1* 339=339"1 Ol,
valor que no debe separarse mucho del verdadero.
La amplitud média anual, deducida de la amplitud máxima de
cada mes i obtenida de las observaciones correspondientes a 1863,
1866 1 1867, resulta:
0% 732=18um 593,
número que puede tomarse como mui aproximado para representar
la amplitud média del año.
La amplitud diurna que resulta en los mismos años de obser-
vaciones es:
. 0r 0669=1"" 115.
Este número es talvez el mas. defectuoso por cuanto, como antes
dijimos, las horas adoptadas para ejecutar los observaciones no
eran apropósito para obtener los valores estremos de la columna ba=
rométrica. Pero como en la latitud de Ancud (41* 51”, las oscila=
ciones diurnas solo son notables en los cortos períodos de buen tiem-
po, i aun entonces difíciles de apreciar a causa de los movimientos
accidentales que comienzan con anticipacion a prevenir los cambios
del tiempo, nos inclinamos a creer que la amplitud media no debe
alcanzar a dos milímetros, i que el número que arrojan las anteriores
observaciones no debe estar lejos de la verdad.
La presion média mensual arrojada por los añíos de observaciones |.
citadas es:
(19) Sobre este año, solo tenemos observaciones de los cinco últimos meses. l
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 81
IAS 01 AAA
Ra dardo
Marzo. .
Abril...
.2. 00.0. 0000600 0000. .0000 06000.
La 0... ). 0.0.0 ....r”»o. 00.00...» ... 9.0.
ME AN
LAO. IE TN AS E NS
UD AA A A
LL
e... .......%.... .
A A E O A IE
AE A A A
Nombra Is 156 ¿974
Dice e ee 07390
Í de aquí las presiones médias correspondientes a las estaciones:
VA O E OS EM LO
Di A le
(A A MIN AU
AECA RS lA E a
m. m.
158.575
198.644
159.818
155.561
154.533
155.898
157.098
156.666
158.918
159.820
m. Mm.
158.186
155.303
. 156.374
158.512
Agregando ahora la média de las correcciones indicadas anterior-
mente para reducir la presion al nivel del mar, tendremos:
758.681,
valor equivalente a la presion média del año.
La tabla siguiente contiene todos los resultados anteriores correji-
dos al nivel del mari comparados con Valdivia, Melipulli i Punta-
Arenas, en Magallanes.
PP A A E
PRESIONES.
E
E > AMPLITUD.
] Sl
LOCALIDADES. [| El <[| 51 £ A || OBSERVADOR.
A A ME 3 ES
y ES E a] A O SA Ss
> o a 3 ld El pa] e [on
A A A a ASS
cnelee elites
Valdivia...1761.5/762.4/761.7/762.8/762.1l....| 21 3 Gay.
Melipulli.../761.1/761.8/760.4/763.6761.7... |30| 5|..... Geisge.
Ancud.....1759.4/756.5/757.6/759.7/758.7/119.5| 34 /1.6 | 18.6| Vidal Gormaz.
| Pta. Arena.|752.0/749.5/749.7/752.4/750.9|....| 40 ID lasuoe Schythe. [
|
Por lo que vemos, el máximo de presion tiene lugar en la. pri-
mavera para los cuatro puntos aludidos; i el mínimo en el otoño para
Ancud 1 Punta Arenas, en el invierno para Melipulli, 1 en el ve-
rano para Valdivia.
A. DE LA U.
Manifestaremos ahora de qué manera la presion atmosférica mar-
calas principales faces del tiempo en el archipiélago de Chiloé.
Hemos visto que la presion média del año es de
11
82 MEMCRIAS CIENTÍFICAS,
TOS 68,
lo que, como se sabe, corresponde al estado de transicion de la atmós-
fera, 0, como se dice vulgarmente, al 22enpo variable.
Si la altura del mercurio es mayor que la presion média del año,
el estado atmosférico tiende a restablecer su equiisbrio, alcanzando
de ordinario esta condicion cuando la altura de la columra barométri-
case ba elevado sobre la presion média de una antidad igval a la mi-
tad «e la amplitud média del año; 1 como este número es de 18%” 6,
de la presion que debe señalar el buen lie mpo, es:
767=0.98,
Lo contrario se esperimenta cuando la columna mercurial descien-
d bajo la presion média. La atmósfera entonces pierde su equilibrio,
p oduce las condensaciones de los vapores que arrastran los vientos
d»l cuarto cuadrante, precipitándolos en copiosa lluvia 1 causando
a lemás los vientos tempestuosos del N. O. La presion que designa
e ta faz esla média del ano menos la imtad de la amplitud média
anua!; así tendremos:
749nm 4,
presion que señala lluvia 2 viento.
Estas tres faces están en todo de acuerdo con la esperiencia prác-
tica, como puede veise al examinar los 19 meses de observaciones
que adjunto a estos apuntes,
El temporal o gran lluvia tiene lugar con una presion compren-
dida entre la última 1 la de
1159".8,
no obstante que los temporales son indefectibles con la presion de
Maa)!
La tabla siguiente contiene las presiones con que se verifican los
principales fenómenos atmosféricos en Valdivia, Melipulli i An--
cul.
3
>
| 3
| E
| =
S o E
dE gs) 3 E
4 = + 10)
o . =
LUGARES == E ES o. ES
Sl > > — 3 |
ES Se EE a
DE 2 3 3 ES)
| 1 E « E% [
h S = E 2 a
' E e n= o o
ES E = E a]
|
mM. M.(M.,m.[mMm. m. [(m. m.|m. m..
1]
Va A OCASO NAO SU
|Molipulla oa o. sel 170.01 1817 TA ARO AA
AN a a EA 767.61 758.81 749.
19.0 Hoi 18.8
ANALES DE LA UNIVERSIDA.—JULIO DE 1870, 83
Estas indicaciones son, como ya hemos dicho, las que en la prác-
tica nos inducen a juzgar del tiempo con bastante certidumbre; de
consiguiente, pueden prevenir al marino 1 al agricultor sobre las mu-
taciones de la atmósfera para su gobierno, pero sin salir de los pa-
ralelos de 39” 1439. Fuera de estos límites, se esperimentan cambios
notables.
TEMPERATURA.
Para el estudio de este importante dato climatérico, hacemos abs-
traccion de las observaciones correspondientes al año 1863, por
cuanto el local en que estaba colocado el termómetro era inadecuado
1 los valores que arrojaria su estudio no podrian ser exactos. Por
consiguiente, solo consideraremos las observaciones hechas por el se-
nor Dublé Almeida desde agosto de 1866 nasta febrero del 68.
En cuanto a las amplitudes, si atendemos a las horas de obser-
vacion, caeremos en cuenta que no es fácil obtenerlas con rigor des-
de que nunca se han hecho lecturas a las horas adecuadas para
encontrar el máximo ¡ el mínimo de temperatura. sin embargo, indi-
caremos a la lijera estos datos a fin de que se pueda juzgar aproxi-
mativamente sobre tan importantes fenómeno.
La amplitud estrema solo a canza a 29” C., valor que difiera no-
tablemente del que se observa en Valdivia ¡1 en Melipulli, que
son las localidades mas vecinas a Ancud 1 de las cuales se tienen
datos.
El cuadro siguiente señala los límites entre que oscila la tempe-
ratura.
| LOCALIDADES. Máximo. | Mínimo. ¡Amplitud Latitud.
]
|
e to O o a PAS ALO PE 1) 29200 | 39249"!
MET A 28.25 0.0 DES ZN SEO
A e A 20.00 0.0 20.00 | 41.51 |
|
Si seatiende a la posicion topográfica de los tres puntos indicados,
puede convenirse en que la gran diferencia que se nota en las am-
—plitudes, queda en pate justificada. Ancud se halla a orillas del mar,
mientras que Valdivia se encuentra en el valle central, con elevadas
tierras por barlovento; Melipulli si bien en la marina, se halla al pié
de los Andes 1 abrigado tambien por elevadas tierras,
La amplitud diurna correspondie.te a cada mes en todo el año
de 67 fué:
81 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
En Enero............. A E ea A
(RE bre. das O A Sa 1.86
Mer Marzo as sala lo o icR 1.19
Callos oosooa A OOO 1 88
MANO oro teje ale lara alos sc lolo cl 3.01
Sa oía uo Oo RA 2.38
NOS ooo bo O a a ON oo Dolar
OVA OS VOL le ole joiera lia lalala atole ela to lo Sala UN 2.14
ea o o lao bla 2.91]
O etubre ata ano elas ada e A ed 1.96
miNo viera O 2.29
Dicen bre A e IAS 1.75
De aquí se deduce que la amplitud diurna média solo alcanza a
2.2 073 Co,
valor tan pequeño que no deja duda sobre la regularidad del clima
del archipiélago; sucediendo con frecuencia que durante varios dias,
la amplitud no alcanza a l.? |
La temperatura media mensual correspondiente a las observacio-
nes ya citadas es:
1866
O No eo doVL ooo ooo 000 0V00 00m oo. DADA
“Setiembre... tds AS 7 83
lo coo oo IS
Noviembre selec lo lato a iaroe aros UU aÓN 1
SANA a o Soo O
1867
Para-Ener0......o...... incrliocis rin 14.97
“ Febrero..... e USA AS 15.87
“ Marz0.....s A A od ooo 11.48
AD o al NS 11.73
Woo vo odoo noto cobe paooVsodón da. 11.16
O A A doo oo 8.36
A OA od le depot re 9.61
A DO Sto aaa E a US oo)
Setiembre ase A o 9.67
O ctubre redacta apa OU 12.32
NO MIemMbre. ts lola yaaa a US MARCAR 14.40
“— Diciembre..ooo.... SI a pola 14.53
1868
Para Enero...... A A AS OS
EIA ono doaoe o . 15.07
Resulta, pues, que los meses mas calorosos son los de enero 1 febre-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 85
ro, i el mas frio el de junio. Tomando ahora el año cabal de 67, resul-
ta para las estaciones:
RIMA Ver aloe izo ae ia o O NIE (09
WED EA O O aa 15.14
ViVe sa A O A A 11.46
INyIEnno e daoaia ios SA tra SONAS 9.18
Valores afectados del error instrumental, como se anuncia al prin-
cipio, i que, correjidos, dan como temperatura medra del año
10:88 C.*
Resulta tambien que la amplitud entre el verano i el invierno solo
DEA, a
596 C.
La tabla siguiente resume los números anteriores comparados con
Valdivia i Melipulli
Temperalura de
y Ñ 3 ——— sE OBSERVADOR.
sl S E 3 a
LUGARES, sl 3 AS 3 D
313 E | 3 [eran [inviemo | 3
Sl=ii3,) E A
m Ci ES (097 NAC Cp | MERS
Valdivia..... 28.0 |-1.029.00111.3 [15.1 17.9 (7.2 |Anwadter.
Melipulli...../28.25| 0.0/28.25| 9 2*[15.9 [8.4 (7.5 [Geisse.
Ancud..... ..120.0 | 0.0/20.00110.88115.14/9.1815.96 Vidal Gormaz.
LLUVIAS.
Este fenómeno es el mas notable i sobre el cual tenemos ma-
yor número de observaciones de confianza. La tabla siguiente de-
talla este fenómeno:
(*) Correspondiente a 1861,
50 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
A,
S 3 E ES EOS
E z 3 3 E vi
> 3 “> pa ES SD
Beato a 5
FECHAS. = ES iZ 5 3 3
a E le E
[42] DN uN > > o
ES ES ES a ds O
' A A SS = paa] O
1856a 1857.| 209 | 74 SO Vidal Gormaz.
1863. Ñ
m. m.
Enero....... 16 2 13 0.1020
Febrero...... 8 9) 15 0.0870
Marzo....... 20 5 6 0 1600
PA bril........ 24 2 4 0.3170
Mo 17 10 4 0.2230
HU 2 0 3 0.6785|m.
JU 20 úl 4 0.3110/2.9455 Td.
[A gOsto. oo... 22 4 5 0.3510
¡Setiembre.... 16 ' 7 0.1800
Octubre ..... 13 10 8 0.1250
Noviembre... 13 7 10 0.1410
Diciembre... 18 6 7 0.2600
MECA o ld ao AUD Td.
1866.
Agost0...... 21 7 3 0.5200
Setiembre.... 11 2 12 0.2200 Dublé Almeida.
Octubre ..... OST 9 0.1500
Noviembre... 25 3 2 0.2406
Diciembre. . 7 5 19 0.0820
1867
[¡Enero....... 5 11 15 0.0130
Febrero. ..... D 10 13 0.0580
MAZO que 16 5 10 0.2720
Abal 16 11 38 0.2900
Mano 27 4. 0 0.7100
JUNO. ooo 227) í 2 0.5600
OO o 18 8 5 0.421013 5160 Td.
ÁgOSstO 0... 20 8 3 0 5510
Setiembre.... ) 5 17 0 1900
Octubre ..... 5 14 12 1 0.0470
Noviembre... 15 5 10 0.2070
Diciembre, O 12 9 11 0.1070
1868.
DCI 14 10 7 0.3500
Febrero..... , E) 10 10 0.2970 Td.
Segun esta tabla, el número de dias lluviosos alcanza a 197,
valor poco mayor que la suma de los dias nub'ados i despejados
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 87
¡sensiblemente mas grande que los lluviosos de Valdiviai de Me'i-
pulli.
La tabla siguiente nos pondrá de manifiesto la relacion de las Jlu-
vias de Ancud con las de los pueblos vecinos.
2
4=
e
= >
J = [=]
== (e)
! al 3
| ES
PUNTOS DE OBSERVACION. 3 5 E OBSERVADOR.
> o [al
= == 2
= 3) o 3
(5) E AS |
“3 SS 3 1
ES [» <
Milít.* |
A NA 134 | 2.859 10 Anwandter. |
INFONBal 0.20... 0. 162 | 2.676. 4 (eisse.
er TOTS ES Vidal Gormaz.
Por esto vemos que tanto los dias lluviosas de Chiloé como la can-
tidad de agua que cae durante el año, son notablemente mayores que
en Valdivia 1 Melipulli, fenómeno que aun crece notablemente al
paso que se aumenta en latitud corriendo el litoral.
La mayor cantidad de agua que ha caido en 21 horas en Ancud,
durante los años de observacion a que aludimos, ha sido de 125 muilí-
metros, el dia 19 de mayo de 1867; pero el dia del solsticio de vera-
no del año siguiente, cayeron en Corral 147 milímetros.
El cuadro siguiente contiene la distribucion de los fenómenos acuo-
sos, por estaciones, para Ancud, tomando los años 63 1 67.
Du cl
O ES 5
Las Es AS EE
ESTACIONES. E = = E =
Ste le
AAA TARA A A AAA A Aaa a aa OT A rd
Milímetros.
DI 99 Zi 0820 0.4500 |
VAIO A e SAR A 5221 .5136.5 0.3585
O A NOS o So (0.9860 |
O iii OL O lO 1.4362
a AA o o eli MN ES
88 MEMORIAS CIENTÍFICAS,
El máximo de lluvia tiene lugar en los meses de mayo i junio,
el mínimo en enero i febrero, notándose que llueve en todas las es-
taciones. :
Las nevazones en el litoral son desconocidas; mas no así las grani-
zadas, que son mui comunes ¡ repetidas, aunque no de duracion ni de
crecido volúmen. Este último fenómeno es mui comun en la primave-
ra durante cuya estacion no es raro ver granizar a la média noche,
circunstancia que solo tiene lugar en pocas rejiones del globo, segun
los meteorolojistas. Nunca graniza con vientos del cuarto cuadrante,
a no ser en el momento de cambiar al O. o al tercer cuadrante, ies
comun en todas las estaciones.
Las heladas son tambien comunes en la primavera; pero nunca en
el litoral sino hácia el interior del continente o de la isla Grande de
Chiloé.
El fenómeno de las trombas es desconocido en tierra; sin embargo,
se nos ha asegurado por un anciano habitante de Ancud haber visto
dos en la boca del puerto, en años mui remotos. En la mar no son
tan raras: se las ha visto en repetidas ocasiones en la costa de Val-
divia 1 parte occidental de Chiloé; ide ordinario, durante la tregua
de los temporales del cuarto cuadrante, i mui especialmente cuando
el viento ha jirado al oeste.
VIENTOS.
Los vientos predominantes del litoral de Valdivia i del archipté-
lago son los del 4.? 1 del 3. cuadrante. Los del 1.*solo son brisas
húmedas que preceden a los malos tiempos, al paso que los del 2.”
son secos icon tiempo hermoso, pero flojos i de poca duracion: la ba-
rrera que les ofrecen los Andes rara vez les da paso para que ]le-
guen a la costa con alguna intensidad; sin embargo, se citan casos re-
motos en que han soplado mui recios 1 tempestuosos.
El cuadro siguiente da a conocer el proceinto de los vientos que
han soplado durante los años 63 1 67.
299 ÍN|N0.0.80.|s. SE. E. NE. |(almo.| orservaDor. |
MESES.
la NE
¡Enero OS 16| 26 ¡101 20 1111 2|0 8 7
Febrero....... 16| 19 [18] 15 [98] 2/0 0 2
Marz0........136| 14 |18| 11 19 0 |0 0 2
AM co 241 18 171.919 515127 11
MO on ablo pe 24| 10 [12] 3 101 6 [10 25 0
EMO oboe. DO A AS A cl Le 4 (Vidal Gormaz.
A 17| 15 [10| 12 [15 17 | 0 10 4
INTO duos 9/14 118 4|6| 8]226 | 18
Setiembre. .... 14 13 141 12|9 6/0 6126
Octubre ...... 16 8 11118518] 6/92 6 | 18
Noviembre....¡110| 18 ¡18| 15| 9 2|0 21383
Diciembre...../26) 16 (1111 10 1 01 2|0 2 33
e
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 89
1867. j ES
ANNO O SOL 8. SESE NE. 3 OBSERVADOR.
MESES. Ss
Dice INES ONO O (550 0
¡Febrero....... 5| 18 ¡101 50 [11] O 01 0O| 6
IMDEZO e 31 61/1491 26 | 61 0.1 0 01] 10
PA A 151 26 201 20 | 3 01 6| 0| 10
Mayo. 2... 45132 15 0|o 6|6 6l.0 |
HUA cta sra 61 60 [13] 2| 0 38 | 6] 0 | 10 , |
Halo a. aa 18) 42 [10 13 | 0 10 | 38] 3 | 6 [Dublé Almeida.
POS LO rien OS LoS OO O Oled
Setiembre..... ISI NA SS ZO M0 AO STO
Octubre... 181 51391 26 1131 0] 01 O 4,
Noviembre....|301 23 | 71 3 OOO 3
proba: ca e ea O A Y O AO
Del cuadro anterior se deduce que la média del prociento de los
vientos que han soplado en los años que se mencionan, puede dis-
tribuirse por estaciones de la manera siguiente:
€_xz_—_—_————————
ESTACIONES, N. |¡NO.| O. |8.0.| S. ¡S.E.| E. ¡N.E. Calma.
A o A A O a O PA A
Primavera..... 48.0 (36.5 [51.0 [64,5 [30.5/17.0/ 1.01 7.0| 44.5
Werano........ 43.0 [72.0 130.5 197.5 |25.01 3.01 0.01 5.01 20.0
Dtoñ0..¿ 2. 713.5 153.0 [55.5 [81.5 [23.5] 8 5/13.5/21.5/ 17.5
[viErnO 22 48.0 [98.5 |36.0 [23.5 [16.0/19.5] 6.0/31.0/ 21.5
| En el año ...[212.5/260.0/173.0/220.095.0148.020.5/64.5| 106.5
Este cuadro nos hace ver el órden de los vientos prevalecentes
durante el año, como asimismo el órden de preferencia de cada uno
de ellos.
El N. O. es el mas jeneral i predominante, le sigue el S. O., des-
pués el N. ¡, finalmente, el O. Los vientos del 1.” i del 2,” cuadrante
no pueden llamarse sino transitorios, notándose que las calmas pre-
- valecen sobre ellos.
Después de los números que anteceden, entraremos a dar una lije-
ra idea sobre la lei jeneral de los vientos que se esperimentan en el
litoral de que tratamos, datos que hemos confeccionado después de
Cinco años de residencia en esas aguas.
Desde principios de marzo, esto es, desde que entra el otoño, los
vientos del norte se anuncian con nieblas i abundante lluvia; i te-
A. DE LA U. 12
7
90 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
niendo su oríjen por el N. E. suave, refrescan al paso que se aproxi-
man al norte, hasta hacerse tempestuosos del cuarto cuadrante; sobre
todo, cuando llegan a so natural direccion N.O. que..como hemos vis-
to antes, son los que prevalecen. Estos vientos aumentan tan consi-
derablemente la humedad de la atmósfera que la hacen mui desagra-
dable durante toda la época en que predominan.
Desde el N. O. pasan los vientos al S. O. a veces jirando paulati-
namente 1 en otras efectuándolo de salto. Entre el S. O. 1el N. O.
avanzan 1 retroceden por algunos dias, segun los casos, antes de dar
una vuelta completa al compás.
Cuando del S. O. u O. $. O. pasan al cuarto cuadrante, es seguro
que han de sobrevenir malos tiempos 1 vientos mui duros de esta par-
te. Se detienen durante su mayor fuerza entre el N.1el N. O. sin pa-
sar jamás de aquí al primer cuadrante (20). En seguida vuelven a re-
troceder al S. O. a la caida del sol, siendo a veces estos cambios tan
súbitos i seguidos de tan recios chubascos que, a no ser conocido el
momento en que deben verificarse estos fenómenos, harian peligrar a
la embarcacion o causarian su desarbolo.
Antes de verificarse un cambio de esta especie, se observa comun -
mente una claridad entre el O. 1 el S. O. o una simple abertura en las
nubes del tercer cuadrante, cuyo signo es infalible 1 advierte al marino
que debe obrar mui activamente para recibir su accion 1 no esponerse a
esperimentar un desarbolo (21).
Cuando el N. O. es mui duro 1 llueve grues», pronto debe esperar-
se un cambio al O. o 5. O.; pero como estos cambios son jeneralmente
a la caida del sol, como hemos dicho, no es de temer que los buques
sean sorprendidos 1 «tomen por avante impensadamente» (22), salvo
mui raras escepciones en que no se anuncia el cambio, o si se nota, la
lluvia o la claridad precursora llega al observador sin darle tiempo a
prepararse para recibirlo; mas esto no es comun. :
Del S. O. los vientos jiran al S. en ocasiones sin disminuir de vio-
Jencia, hasta que llegan al S. E. endonde se afirman con mucha fuer-
7a, cuando el viento sigue los cambios de los temporales del N. O.;
(20) El subio español, don Antonio de Ulloa en la Relacion histórica del
viaje hecho de órden de S. M. a la América meridional, T. 11. -p. 279, dice
“Si del N. para el viento al N. E. en aquel mar (mar de Chile entre los pa-=
ralelos de 36%. ¡ 45” de latitud), es señal que ha de ventar mucho; porque nunca
se entabla por el NE.; ni de allí pasa al E.: su vuelta regular es el oeste al sur,
contrario a lo que se esperimenta en el hemisferio boreal; ¡en uno i otro es lí
vuelta ordinaria del viento como el camino del sol.” Esta asercion, única que
conocemos, no queda comprobada en la descripcion que hace éste célebre sabio
de los temporales que él esperimentó en nuestro mar; ni nosotros conocemos un
solo caso de que el viento norte haya pasado al NE. con mal tiempo. Lo único
que hemos esperimentado han sido oscilaciones del viento del N. al N. E., al prin-
cipio de los temporales que tinen su oríjen por éste último rumbo; fenómeno fa-
cil de esplicarse en la costa por motivo de las impresiones que puede producir
sobre la co.riente atmosférica la resistencia de la tierr»; mas no así mar afuera,
donde ningun obstáculo puede alterar el curso jeneral de los vientos, cuyas le.
yes son ya bien conocidas para los paralelos de que tratamos.
(21) El Almirante Fitz-Roy en su Narracion del viaje de la “Aventura” ¿ dela
,Beagle” en su Apéndice 18, llama ojo de buey el fenómeno a que nos hemos refe-
ido ¡agrega que es “signo que no deben despreciar los marinos.” Este fenómeno,
seg n Mr. Piddington, solo se ve en el centro de una tormenta jiratoria.
(22, Obra anterior, Apéndice 19.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 9 1
mas solo suelen esperimentarse en los meses de junio, julio i agosto
1 lejos de la costa.
Del S. E. al E. finalizan; 1 después de una calma mas o menos larga
con buen tiempo i barómetro alto, vuelven a principiar por el N. FE.
Rara vez los del N. E. son recios, sino cuando jiran al N. 1 N. N.
O.. que son los mas duros que se esperimentan (233).
Durante la primavera i el verano, esto es, desde setiembre hasta
marzo, predominan los vientos del tercer cuadrante, a veces tempes-
tuosos; pero con atmósfera clara 1 tiempo hermoso.
Cuando los vientos jiran al S. 3S. E. se convierten en brizas ga-
Jenas con tiempo agradable. Il viento finaliza por el S. E, 1 después
de una calma mas o menos prolongada, con cielo claro se entabla la
brisa por el NE., floja. La átmósfera entonces se cubre de nubes i llue-
ve en abundancia, manteniéndose así por uno, dos o mas dias, hasta
que jirando por el N. O. vuelve al S O. 15. con tiempo claro.
Los relámpagos son señal cierta de temporal 1 jeneralmente prece-
den a éste; pero durante los meses de agosto, setiembre i octubre,
son el preludio de nn cambio inmediato de viento del N. O alS. O.
Jín los meses de invierno son mas comunes i repetidos, con tiempo
fempestuoso 1 siempre anunciando los jiros del viento del cuarto al
tercer cuadrante.
Los rayos son raros 1 pude decirse que se cuentan mui pocos casos
en que hayan caido, ejecutándolo aun entonces en los espesos bos-
(231 Cuando soplan estos vientos, las embarcaciones que navegan por el interio”
del archipiélago no abaudonan sus surjideros, porque la esperiencia les ha jus-
tificado que del N. N. O. soplan los mas recios temporales de viento ide agua.
Hai casos en que los temporales siguen un curso enteramente contrario a la
lej jeneral. Al efecto, citaré aquí el único ejemplo que poseemos relativo a esta
escepcion.
El 13 de junio de 1866, dos dias después de la salida de la escuadra chileno-
peruana de Ancud, de regreso a Valparaiso, el barómetro descendió rápidamente
anunciando un próximo mal tiempo del cuarto cuadrante. A las 6 h. P. M. arre-
ció el viento del N. E. hosta adquirir la fuerza de temporal. Los cabl»s con que
remolcábamos la fragata Apurimac faltaron, poniendonos inmediatimente a
la.capa con la mayor i mesana con todos sus rizos, procurando no separarnos
de la Apurimic. A las 2 h. de la mañana del dia 11, el barómetro habin
«descendido a 29 pulgadas 47 centésimos i el viento saltó al S. E. porel E., contra
toda lei, llevándonos la mayor de cuchillo, la canoa que estaba izada sobre estri-
bor, e inutilizando al mismo. tiempo el primer bate, izado tambien por barlovento.
Luego que e! viento rondó al s. E. el barómetro comenzó a subir lentamente. La
mar no era gruesa desde que el viento venia de tierra; pero el buque sufiia mu-
cho ínos encontrábamos 1uund ados de agua. El viento era ahuracanado ¡ quebra-
ba las olas haciéndolas pasar por sobre el buque. Al amanecer, el viento cambió
al S. ¡siguió sus jiros al S. O. con mar mui gruesa, donde terminó por c»mpleto.
Este último jiro del viento viene tambien a confirmar que el carácter de nues-
tros temporales de invierno es circundante icon un movimiento de traslacion
de N.O. a 5. E. El diagwma delo lámina adjunta nos representa la manera cómo
¡el buque [el vapor Maipú; cortó la colurana atmosférica que produjo tal fenó-
meno.
El vapor atravesó la tormenta en el sentido de la flecha A B,isolo así podríamos
esplicarnos el jirode los vientos del N. E.al E. S. E. iS. O. que esperimentamos,
concluyendo a las 12 del dia siguiente.
Principió el mal tiempo con brisa del N. E. cuando nos encontrábamos en el
¡punto a 1 fué arreciando paulatinamente hasta que hallándonos en b, el viento
¡cambió al S. E. rápidamente, concluyendo, por fin, al S. O. cuando nos encontra-
mos en c. Esto demuestra que el vórtice de la tormenta pasó al N. de nosotros,
encontrándose el Maipú en el costado desfavorable de ella. y
92 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
«ques del continente o de la isla Grande de Chiloé; por consiguiente,
no son de temer.
Después de las cortas calmas que se esperimentan con barómetro
alto 1 tiempo hermoso, se nota en la atmósfera, por el primer cua-
drante, mucha visibilidad 1 un color ceniciento o verde mate en los
estratos del N. E. Entonces el mercurio desciende lentamente i la
temperatura del aire es un tanto elevada relativamente, segun la
estacion, 1 sin esperimentar grandes mutaciones. Este fenómeno es
signo seguro de un próximo temporal del cuarto cuadrante. Pocas ho-
ras después una barda oscura se alza sobre el horizonte por el N.: el
cielo se cubre de una densa celajería i la brisa del N. E. refresca al
paso que jira al norte, Aquí se afirma hasta alcanzar la fuerza de
temporal; i, por fin, sin disminuir de violencia, cambia al N. N. O. 1
INFO? Sop! a por algunas horas oscilando entre el último rumbo 1 el
O. N. O., saltando por último al O. O. S. O.o 5. O. de golpe o por
jiros paulatinos.
Durante la fuerza de estos temporales, o no llueve o cae lijera llo-
vizna, con atmósfera brumosa 1 veloz celajería que corre de N. a $.
Mas una vez que comienza la lluvia, se hace necesario prestar mucha
atencion al horizonte por el O. 15. O. para no ser sorprendido por
el contraste del N. O. al S. O.
Mientras el barómetro desciende, el tiempo es malo i tijo del N. O.;
pero si al paso que el viento sopla mui duro se estaciona, conviene
estar en continua observacion porque el viento se encuentra próximo
a cambiar hácia el S. O., debiendo anunciarlo un momento antes -
con un rápido ascenso del mercurio; mas éste suele ser simultáneo
con el jiro del viento.
Con vientos del N. E. al N. O. el barómetro desciende a veces
hasta 718 milímetros (24) en lso mas grandes temporales; pero es
ul comun verlo bajar hasta 736, altura que siempre anuncia fuerte
temporal del N, O. Pero tan pronto como el viento salta del O. al
N. 0. u 0. $. O, el barómetro sube rápidamente hasta que alcanza
la presion média del año, que es de 758""”.; mas siel cambio es solo
momentáneo para volver luego después al N. U., asciende un poco 1
se estaciona, bajando tan pronto como el viento pasa del O. al cuar-
to cuadrante.
Sucede a veces que ventando recio del tercer cuadrante, el baró-
metro empieza a descender Jentamente. En tal caso, debe tenerse
por seguro que mui pronto debe esperarse su jiro al N. O. 1N.N. O,,
para convertirse en temporal de esa parte, con bastante lluvia,
sobre todo, al retroceder en sus jiros al O. 15.0. Estos temporales
se verifican con una temperatura notablemente mas baja que la de
Jos que comienzan por el N. E. al N., circunstancia por la cual po-
dria suponerse que su oríjen tiene talyez una causa contrária a la
(21) Este gran descenso del mercurio solo se observa en nuestro hemisferio,
en el centro de los huracanes circundantes. De 17 huracanes estudiados en Ja isla
de Mauricio desde 1786 hasta 1868, solo tres han hecho bajar la columna mercu-
yíal, algo mas de 718"”, —Revue Maritime et Coloniale, de junio de 1868, T.
23, PD, 329.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JTLIO DE 1870. 93
que motiva los que tienen su oríjen por el primer cuadrante. Estos
temporales son recios, de corta duracion, concluyendo por el O. al
S. ala caida del sol. (25)
La duracion de los temporales que principian por el N. E. al N.
no tienen regla fija. Comunmente se prolongan por 24 horas; pero haz
muchos casos, 1son frecuentes, en que han durado 2, 3, 41 hasta
diez dias. '
Citaremos aquí el gran temporal de mayo de 1867.—Comenzó por
el N. E. 1 se afirmó al N. el dia 14, soplando de esta parte hasta
el 21, que rondó al N. O. ahuracanado i haciendo descender la co-
lumna mercurial a 28 pulgadas inglesas i tres décimos, o sean,
718”"8, El dia 23 volvió al N. con recios chubascos 1 abundante llu-
via, hasta que el 27 retrocedió al N. O. De aquí comenzó a amainar
paulatinamente 1 el 3] rondó al O. con duras turbonadas; continuando
asi aun por algunos dias mas, pero con fuerza manejable.
Citaremos tambien el temporal de julio de 1868 que esperimentó
la barca salvadoreña Adela Martinez, en la costa de Valdivia (26).
El 3de julio. después de brisas variables del tercer cuadrante, cal-
mó del todo, estableciéndose por el E. N. E. en la tarde del dia 4.
Desde aquí comenzó a refrescar al paso que se aproximaba al norte.
En la tarde del 5, hallándose el buque a 9 millas del morro Bonifa-
cio, el viento saltó del N. N. O. con fuerza de temporal i atmósfera
mui cargada. La barca se puso ala capa de la vuelta de afuera, 1 for-
zando de vela para zafarse de la costa, perdió alguna de aquellas. La
mar era mui gruesa de N. O. El 6 sopló constantemente del N. O.,
1el Talas8h. 45m. de la mañana «se dió vista a una manguera de
agua mul grande al O, del buque 1 ccmo a dos millas de distancia, en
circunstancia que estábamos diez millas distante del morro Gonza-
lo. La'manguera pasó por la popa a dos cables de eila, obligándo-
nos a arribar para desviarla. Se deshizo diez minutos después de su
aparicion.» En la tarde del mismo dia, hubo muchos relámpagos por
el N. O. i el barómetro descendió hasta 29" 3. (27).
En la madrugada del 8 continuaron todavía los relámpagos, cam-
biando el viento al oeste, siempre tempestuoso, hasta el dia 9, en
que rondando al O. $. O. aflojó un poco; continuando sus jiros al $.
1$. E. frescos, 1 calmando, finalmente, por el E. el dia 10. El tem- .
poral, pues, duró cinco dias.
(25) Fitz Roy, en su obra ya citada, Apéndice 19.
(26) Estractamos el diario del capitan don Juan G. Vazquez-
(27) Esta es la única lectura del barómetro que encontramos en el diario.
Seria de desear que un decreto supremo mandase observar el modelo de diario
acordado en la conferencia de Bruselas para llevar a bordo de los buques ¡a que se
adhirió nuestro Gobierno, ofreciendo además cooperar con 'su continjente a los
progresos de las ciencias físicas. Al recordar este serio compromiso de 1853 nos
mueve el conocimiento práctico que tenemos de cómo se lleva el diario a bordo
de nuestros buques mercantes. Al presente, no conduce a resultado alguno: tal
nos lo demuestran mas de cien libros de diarios que poseemos i que hemos estu-
diado pretendiendo sacar algunos antecedentes sobre la jeografía física de nues-
tro mar. Todos ellos, salyo tres o cuatro que debemos a distinguidos oficiales
dela armada, son inconducentes para cualquier clase de estudio: el abandono i la
incuria es loque resalta en la mayor parte de ellos. Cuentan de ordinario con
los aparatos para observar; pero no se acuerdan de ellos sino en mui raras oca-
siones.
DL MEMORIAS CIENTÍFICAS.
El órden en que jiran o mas bien en que ejecutan sus cambios
los vientos tempestuosos que visitan las costas de que tratamos, nos
permiten avanzar la opinion de que ellos están subordinados a las le-
yes de los vientos circundantes, ya tan conocidos, que se esperimen-
tan en las rejiones tropicales 1 templadas de ambos hemisferios.
No entraremos por nuestra parte a hacer una discertacion sobre las
leyes que rijen tales tempestades, ni cómo pudo arrancarse sus secre-
tos a la naturaleza, desde que los excelentes trabajos de Rid, Red-
field, Maury, Keller. Piddington, Thom i otros, son tan conoci-
dos i útiles que nada dejan que desear para el uso práctico de la na-
vegacion, permitiendo así burlar los furores «de las tempestades en la
mayor parte de los casos que se presentan en la práctica. Solo nos
concretaremos a manifestar cómo la manera de cambiar de nuestros
vientos tempestuosos corresponde a los jiros de las tormentas cir-
cundantes de nuestro hemisferio.
Segun ha sido demostrado por los autores antes citados, el sentido
de la traslación de la columna tormentosa para nuestro hemisferio se
verifica de oriente a poniente cerca del ecuador, inclinándose pau-
Jatinamente hácia el trópico ¡los 30* de latitud. De aquí se dirije al
polo oblicuando al $5. E. al paso que gana en latitud. Bajo este últi-
mo rumbo corta la costa de Chile ordinariamente.
El diagrama I manifiesta que los vientos tempestuosos jiran de
izquierda a derecha, como los punteros de un reloj, abarcando una
gran columna atmosférica, 1 llevando además en la zona templada un
movimierto de traslación en el sentido de la flecha C D, con una ve-*
locidad que cambia de 2 a 40 millas por hora; pero que a! chocar
contra nuestra costa 1los Andes, cualquiera quesea su movimiento
de traslacion, se paraliza o torna al sur mui alterada.
Hemos visto artes que nuestros temporales tienen de ordinario
su oríjen por el N. E. suave, al paso que el barómetro desciende i la
atmósfera se impregna de humedad. Al mismo tiempo que el viento
jira al N. O. el barómetro sigue en su descenso, alcanzando su míni-
mo con estos vientos; pero tan pronto como comienza sus jiros pau-
latinos hácia el O. o efectúa su cambio al O. S. O., el barómetro
principia un rápido ascenso. La temperatura se hace mas baja, el
cielo se aclara, entablándose el buen tiempo cuando el viento llega al
tercer cuadrante 1 calmando comunmente al llegar alS. oS. E.
En otras ocasiones, 1es bastante comun, el viento salta de golpe
del N. O. al 5. O., de contraste. Cuando esto sucede, se esperimenta
momentos antes del cambio una corta calma o tregua del viento, se-
guida de copiosa lluvia, tras la cual salta el viento al tercer cuadran-
te, tan de súbito 1 duro, como cuando se atraviesa el vórtice de
un» tormenta jiratoria.
Durante la corta calma que suele preceder al contraste, se espe-
rimentan grandes granizadas, copiosa lluvia, truenos 1 relámpagos
que, como hemos dicho antes, son los fenómenos precursores del cam -
bio de tiempo. Siesto sucede en la noche, suelen verse chispas eléc-
tricas que brillan por toda la atmósfera, el horizonte del mar 1 hasta
sobre la superfi.ie de las aguas, oyéndose en algunos casos, fuertes
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1870. 95
Jdetonaciones como el disparo de un fusil; mas todo esto es solo du-
rante la tregua del temporal 1 momentos antes Je efectuar sus cam-
bios del cuarto al tercer cuadrante, notándose en seguida su conti-
nuidad porel S. S. E. o 5. L.
Todos estos fenómenos propios del vórtice de una tormenta 1 de
sus inmediaciones, entran a atestiguar que los temporales de nuestra
«costa austral son circundantes, así como los del cabo de Hornos, ca-
bo de Buena Esperanza, costas de Australia etc., subre los cuales
no cabe duda en cuanto a las leyes que los rijen,
Entraremos ahora a man festar que lo quz observamos en la prác-
tica en cuarto al órden en que jiran los vientos, concuerda con la lei
ya cunocida de las columnas toymentosas de nuestro hemisferio.
En efecto, la flecha C D nos representa el curso de la tormenta
marchando próximamente de N.O.a $5. E. (diag. 1). Si supone-
mos que el vórtice ha de pasar por el punto de observacion d, es cla-
ro que el primer viento que esperimentaria el observador seria del
N. E., el cual iria aumentando de fuerza al paso que el centro de ese
gran torbellino se apreximase a d. Jl viento seria mas o menos fijo
llasta que e llegase hasta el punto d del observador. Luego so-
bLrevendiia una calma mas o menos prolongada mientras el vórtice
Y pasaba por d; pero luego que ftocase a d, el viento seria dia-
diametralmente opue to, 0.5. O.: el barómetro comenzaria a subiri el
viento a declinar hasta la calma cuando g llegase a d. Esta es
una de las fases de nuestros vientos cuando el vórtice o centro de la
tormenta pasa por el buque o el punto deobservacion; como asimismo
cuando el buque gobernando hácia el occidente o N. O. esperimenta
viento fijo i tempestuoso del N. LK. al N.
Si suponemos ahora el caso de que el vórtice pase al sur del pun -
to de observacion, como en d' de la flcha d'g', el primer vien-
to que se esperimente será del N. E. al N., el cual ná aumentando
de fuerza en proporcion a la caida del azogue del barómetro, cam-
biando a la vez hácia el cuarto cuadrante, como sucederá en el pun-
to e”. Aquí el temporal será recio, 1los jiros paulatinos hácia el O..
1 tercer cuadrante se venificarán con mayor prontitud, hasta afirmar-
se por el SO. 1 estinguirse cuando gy” pasase por el punto de ob-
servacion. Hste fenómeno es el mas comun de cuantos suelen espe-
yimentarse 1 está en todo de acuerdo con Jo que, como antes hemos
dicho, se observa en nuestras costas sustrales; solo sí que las trave-
sías o vientos próximos al O. suelen ser de uno hasta dos dias de du-
racion; mas esta circunstancia esplica claramente la paralizacion que
debe esperimentar la columna atmósferica en sa movimiento de tras-
lacion, debida ala barrera que le presentan la costa ¡los elevados An-
des. Este mismo fenómeno viene tambien a esplicarnos las oscilacio-
nes de los vientos tempestuosos entre el O. S. O. ¡el N. O., en la
costa ocerca de ella, que a primera vista parece destruir la teoría
que tratamos de aplicar a nuestros temporales de invierno.
La masa circundante de la atmósfera al chocar contra la costa es
rechazada por ésta, circunstancia que, haciendo retroceder al vórtice,
bha.e bajar al barómetro 1 velver los vientos del UV. al cuarto cua-
96 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
drante. Mas como este rechazo o bote no puede imprimir un movi-
miento retrógrado, sino una. paralizacion en su marcha, resulta
confirmado así el motivo que hace mas duradero los vientos de la
travesía. Esto mismo nos hace ver que los vientos del S. O. u O. $.
O. al retroceder hácia el cuarto cuadrante, jamás llegan al primero;
pues para que esto pudiese tener lugar, seria necesario aceptar que
el torbellino, al chocar con la barrera que Je ofrecen los Andes i la cos-
ta, esperimentase un movimiento retrógrado 1 prolongado, lo que
no es admisible desde que la columna atmosférica choca la costa
con grande inclinacion; por otra parte, laesperiencia tampoco com-
prueba ta] retroceso.
Si a la flecha d” y”, como secante del círculo tormentoso, la supo-
nemos colocada en cualquiera posicion, ya sea paralela ala C D o
inclinada a ella, siempre obtendremos los jiros naturales que hemos
observado en nuestros vientos tempestuosos, tanto sobre la costa co-
mo a sus inmediaciones.
Lejos de la costa puede observarse en algunas ocasiones que los
temporales dan principio por el N. E., jirando paulatinamente al E.,
S. E., S, 18. O., en sentido inverso de la lel que antes hemos indi-
cado como los jiros naturales de los vientos. Esto, que a primera vista
pareceria contrario, es, sin embargo, mui natural siempre que el
observador se encuentre en el mar i corte al círculo tormentoso por
el suroeste de su vórtice.
Sobre este último caso poseemos un solo ejemplo i es el descrito
en la nota de la páj. 321., ocurrido el dia 13 de junio de 1866.
Para esplicar este fenómeno, nos bastará decir que navegábamos la
N. N. 0.5% 0. i como a 50 millas de la costa cuando se dejó sen-
tir el primer viento tempestuoso por el N. E. De manera, pues, que
entramos al torbellino por el punto a (diag. 1.) i en la direccion de la
flecha A. B. El viento sopló recio del N. E. ¡la columna barométrica
descendia al paso que aumentaba de fuerza. Después de diez horas el
viento comenzó sus jiros al E. 1 S. E.: el barómetro enotnces comen -
zó a subir; pero el viento no mitigó su fuerza hasta tanto que rolando
al S. 1 al S. O. comenzó a amainar, terminando por el último rumbo.
Este ejemplo pone de manifiesto que el carácter de nuestros tempora- :
los es, coma ya hemos dicho, en todo conforme a la lei de los vientos
circundantes de nuestro hemisferio.
Bien hubiéramos querido presentar algunos casos prácticos de ob-
servaciones simultáneas hechas en la costa 1 en el mar; pero aunque
poseemos numerosos diarios de mar de los buques que recorren esas
aguas, no hemos encontrado un caso de temporal recio, con observa-
ciones hechas simultáneamente en tierra u otro buque, para que de
una manera fehaciente, hubiese quedado demostrado lo que ahora
damos como una mera suposicion.
OBSERVACIONES SIMULTÁNEAS.
No es necesario encarecer la utilidad de las observaciones simul-
táneas desde que la Oficina central meteorolójica de Santiago traba-
ja activamente por plantear algunos observatorios,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1870. 97
Cuando se posea algun número de observatorios 1 se disponga de
un buen acopio de diarios de mar, será fácil demostrar matemática-
mente la lez de los jiros de nuestros vientos tempestuosos del noroes-
te, lo que al presente no nos es posible verificar.
El hecho de haberse despertado el gusto por las ciencias fícicas 1 el
haberse organizado la Oficina a que hemos hecho referencia, nos
mueve a indicar en este lugar algunos puntos de nuestra costa, don-
de, con preferencia, seria de suma importancia se instalasen observa-
torios meteorolójicos; tales son Lebu i Tolten.
= Daremos sucintamente los motivos que nos mueven a esta indica-
cion.
La esperiencia ha demostrado que el paralelo de Lebu es la zona
donde principian a esperimentarse los grandes temporales que azo-
tan las costas australes, 1, por consiguiente, una de las mas dignas
de llamar la atencion de los meteorolojistas.
Tolten, por su posicion marítima i libre de tierras altas, se presta
tambien a un observatorio, preferible al que existe en el faro del Co-
rral; pues este punto se encuentra entre elevados cerros i colocado
en el final del embudo que determinan las costas donde se vacia el
Valdivia. Esta circunstancia lo hace inadecuado para el estudio de
los vientos, dando resultados puramente locales que talvez no se
presten al estudio jeneral de la costa. Por otra parte, encontrándose
casl siempre cubierto de nieblas o de espesas nubes que no dejan pa-
sar los elevados cerros, el Corral es "un punto escepcional si se
le compara con los puntos adyacentes de la costa. En nuestros repe-
tidos viajes al puerto del Corral, hemos notado siempre el fenómeno
aludido, en circunstancia que las costas vecinas se encontraban bajo un
cielo despejado 1 hermoso, al paso que sobre el puerto gravitaba una
atmósfera llena de espesos vapores. Estos motivos son los que nos
fuerzan a rechazar las observaciones que se hacen en Corral para
juzgar por ellas el clima de la costa, aceptando como mas ventajoso un
observatorio en el pueblo de Tolten, situado tres millas escasas al
oriente de la playa.
La zona tempestuosa 1 cargada de vapores que comienza en el pa-
ralelo de Lebu, marcha hácia el sur adquiriendo mayores proporcio-
nes al paso que gana en latitud. De manera, pues, que con los obser-
vatorios indicados i los que deben instalarse en Ancud 1 en Melinka,
de la isla Guaiteca, formarian una red utilísima para el estudio de nues-
tros temporales, si se les acompañase con observaciones simultáneas
practicadas en el mar por los numerosos buques que viajan alos pun-
tos aludidos 1 a Melipulli.
Solo cuando tengan efecto las observaciones así combinadas, po-
dremos entrar a demostrar las leyes que rijen la climatolojía de esa
procelosa costa, donde se cuentan tantas víctimas todos los años.
SECCION CUARTA.
Causas que influyen en el Clima de Valdivia.
No desconocemos que pueden hacernos objeciones que nos sean
A. DE LA U, 13
98 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
lesfavorables al tratar aquí de una materia tan estraña a la bidrogra-
fía. mas hai motivos que nos autorizan a no pasar por alto ciertos he-
chos que afectan las cireunstancias meteorolóticas de la rejion que nos
ha ocupado por cuatro años CONSECUÍIVOS.
Antes de abandonar, i talvez por mucho tiempo, el litoral de que
nos hemos ocupado, es justo nos sea permitido emitir nuestra opinion
sobre las causas que pueden modificar Ja climatolojía de aquel, i mui
especialmente de los campos del valle central comprendido entre
los Andes 1 la cordillera de la costa.
Las opiniones de personas respetables que han viajado recorrien-
do el litoral, es mui vária. Los unos, ¡juzgando por las bellezas natu-
rales que ofrecen los rios, predicen a Valdivia i a la parte austral del
territorio araucano, un porvenir risueño; 1 los otros, por el contra-
rio, mal impresionados por las quejas de la desidia 1 de la parte ma-
vítima que les ha sido dado examinar, no alimentan esperanza algu-
na. Ambas opiniones, creemos, son erróneas; los primeros son arras-
trados por la poesía 1 el sentimiento de lo bello, 1 los segundos por
juzgar de lo desconocido.
Nosotros, a nuestro turno, hemos participado de ambos sentimien-
tos; mas ahora, cansados de admirar la belleza que ofrecen bosques
sin animacion 1 mul poco variados, 1 después de haber cruzado esten-
sos campos 1 pisado la base de los Andes, creemos puedan mere-
cer alguna atencion las siguientes reflexiones referentes al porvenir
climatérico de Valdivia. Sentimos, sin embargo, que el corto acopio de
materiales que poseemos no nos permita estendernos sobre tan ¡m-
portante asunto; pero confiamos en que mas tarde nos será posible
verificarlo de una manera mas práctica 1 positiva.
La antigua cuestion de si cambia la climatalojía de un Ingar con
la desaparicion o incremento de los bosques, ha sido ya debatida 1
dilucidada por autoridades respetables, resultando sus decisiones san-
cionadas por los hechos prácticos; no obstante de esto, entraremos
por nuestra parte a manifestar algunas apreciaciones que nos han
sido sujeridas durante nuestros repetidos viajes a las rejiones bosco-
sas del sur, ausiliados por fenómenos desarrollados dentro de esos
mismos puntos.
Ante todo, creemos necesario notar lo que es la preocupacion
vulzar, que hace consistir el fenómeno en el hecho de la lluvia, sin
- tomar en cuenta para nada las amplitudes de la temperatura, o sea,
la diferencia entre el máximo i el mínimo del calórico en un dia da -
do, cuyas diferencias, puede decirse, constituyen el cambio efecti-
voiútilala agricultura. Se dice que los desmontes afectan poco o
nada al fenómeno de las lluvias, lo que aceptamos como un hecho,
en atencion a que las leyes que rijen las lluvias en las diferentes re-
jiones, son independientes del punto en que se verifica la condensa-
cion de los vapores acuosos que conducen las corrientes aéreas; tal
sucede al menos en la parte sur de Chile, endonde las copiosas llu-
vias son tan abundantes, debidas solamente a la posicion topográ-
fica del terreno, con relacion a los fenómenos físicos que en ella se
producirian si se hiciese desaparecer la cordillera de los Andes.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870: 99
Las evaporaciones son, pues, independientes de Jas lluvias para
un mismo punto, desde que las corrientes de la atmósfera arrastran
con aquellas para conducirlas 1 precipitarlas en lugares bien remotos.
La teoría de la circulacion atmosférica nos demuestra que las evapo-
raciones producidas en el sur de Chile son conducidas por los vientos
jenerales hácia el trópico de capricornio, endonde, arrastradas por los
alisios, son llevadas al ecuador o sus inmediaciones. Asimismo, las
evaporaciones de la línea equinoxial, arrastradas por la contracorrien-
te superior de la atmósfera 1 que descienden en el trópico o al sur de él,
son conducidas por los vientos cálidos del N. O. sobre las costas chile-
nas, condensándose al chocar con la corriente fria que viene del suri la
barrera quele oponenlos Andes.1 producen las lluvias tan copiosas
que se esperimentan desde el paralelo 38 hácia el sur. En virtud de
esta lei, cualquiera que sea la reserva con que pueda aceptarse, no
seria posible imajinar que la rejion austral del territorio chileno, pu-
diese llegar jamás a ser menos lluviosa, a no ser que, como se dijo
antes, se hiciesen desaparecer los Andes, única barrera que interrum-
pe el libre curso de los vientos del N. O., i motivo tambien que los
obliga a despojarse de la humedad que llevan consigo. Sentado
este principio, entraremos a estudiar cómo puede mejorarse la cli-
matolojía de Valdivia por medio de los desmontes.
Segun las noticias que antes hemos dado ¡Jos números que arroja
la seccion anterior, la lluvia es mul abundante en las cuatro estaciones
del año, aumentando paulatinamente al paso que ganamos en latitud,
lo que es un hecho incontestable para todos los puntos situados al
occidente de los Andes; siendo, por el contrario, mui poco lluviosa la
parte oriental de los mismos, segun opiniones contestes de todos
los viajeros que han podido estudiarla.
En las provincias centrales de la República, con motivo de los des-
montes ¡la gran cultura que en ellas existe, los campos se han despoja-
do de sus antiguas humedades i ciénegas, que se conservaban al abri-
go de la vejetacion, circunstancia que, debilitando las fuentes que da-
ban oríjen a las corrientes deagua, por motivo de la mayor evaporacion
producida por el calor solar, ha reducido el caudal de los rios 1 arro-
yos. Estas mismas causas han hecho crecer las amplitudes diurnas
dela temperatura, alterando el ciima, antes mas húmedo i uniforme
que al presente; mas no así las lluvias que, sin grande alteracion,
continúan siendo las mismas. Esto demuestra tambien que los des-
montes producen notables cambios en ei estado higrométrico de la
atmósfera 1 ocasionan una mayor temperatura durante el dia, lo que
hace, como hemos dicho, se produzcan mayores amplitudes.
Bien pudiéramos citar numerosos ejemplos que <orroborasen lo
que dejamos sentado, sacándolos de los excelentes estudios de Mr.
Boussingault 1 A. de Humboldt; pero sin salir del campo que nos
ocupa, hallaremos ejemplos, aunque en pequeño, de la influencia
ejercida sobre el clima i sobre las corrientes de agua, por el desmonte
de los campos. Nos ocuparemos de la primera, pues para la segunda
"nos bastará recordar las diversas providencias tomadas por las auto-
ridades provinciales, tratando de evitar los desmontes en las fuen!es
100 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
que alimentan los rios ¡esteros, 1 mui especialmente sobre las vertien-
tes pobres que sirven de aguada a los pueblos o para el regadío.
En cuanto a la influencia climatérica 1 a su relacion con los pro-
ductos agrícolas, reproduciremos aquí lo que decíamos en 1867 ha-
blando del litoral araucano. «El clima del Imperial, puede decirse, se
encuentra veinte dias o un mes mas adelantado que el de Tolten, a
juzgar por sus producciones, ¡el de éste algo menos que el de Queuli.
Diferencias tan notables entre localidades situadas en un mismo Jla-
no 1 que difieren mui poco en latitud, solo pueden atribuirse al ma=
yor cultivo del terreno o a los desmontes que se encuentran en el Im-
perial 1 en Tolten, sobre todo, en aquel, donde solo se ven praderas
1 colinas peladas o cubiertas en partes con bosques nueyos. En Queu-
li, saliendo de los médanos de la playa 1 de los pocos retazos que se
cultivan en la actualidad, se cae luego en bosques impenetrables. » (28).
Esto que notamos en aquella época, tenia por fundamento el haber
obseryado en Quenuli, a fines de enero, que las menestras se hallaban
verdes, sazonadas en Tolten i maduras en el Imperial. Tan notable
fenómeno no pudo menos de llamar muestra atencion; 1 buscando la
causa que pudiera producirlo, no encontramos otra que hiriese nues-
tra vista, sino los desmontes graduales que pueden verse desde (QQueu-
Ji hácia el norte. La colonia militar fundada en Tolten en Y ene-
ro de 1867, podrá manifestar a la fecha la alteracion producida en
su clima, merce:l a los grandes desmontes ejecutados en estos últi-
mos tiempos.
En cuanto a Valdivia, podemos citar tambien a Cutipai, que no
hace mucho tiempo lo formaban pantanos, mientras que hoi, con mo-
tivo del desmonte del terreno i de las sangrías dadas al suelo para
su desecacion, los pantanos 1 gualves han desaparecido convirtiendo
en hermosas campiñas fructíferas sus contornos. De la misma ma-
nera puede citarse a Chihuao, a orillas del Pichoi, como asimismo
a otros diversos puntos de la provincia. Mas, como desgraciadamen-
te lo reducido de la poblacion no ha permitido aun el desmonte en
grande escala, no es posible se haga sentir la influencia.benéfica que
reportaria a la agricultura por el mayor grado de calor que adquir-
ria el terreno en la época del verano, permitiendo así el sazonamien-
to de las frutas i acelerando la cosecha de los granos.
El terreno de la provincia de Valdivia, cultivado 1 desboscado
por el hombre, si bien no aumentaria de una manera notable la tem-
peratura média del año, falso dato de que algunos suelen partir para
juzgar de la climatolojía de un lugar, ganaria en el aumento de
sus amplitudes estivales e invernales, beneficio real que favorece a
la agricultura por cuanto proporciona en la época de la jerminacion 1
de la maduracion de los frutos, una temperatura capaz de sazonarlos
antes de la llegada de las lluvias invernales, cosa que no sucede al
¿presente.
““La duracion de la vejetacion, dice Mr. Boussingault, será mas
corta o mas larga, a medida que es mas o ménos fuerte el calor
io AUNAR AOL IR
(28) Esploracion hidrográfica sobre la costa 3 rios de la Araucanía, hecha de órden
suprema por F. Vidal Gormaz.1866—67.
ANALES DE L4 UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 101
medio del ciclo en que se completa la vejetacion. En otros térmi-
nos, la duracion de la vejetacion parece estar en razon inversa de las
temperaturas médias.” (29). Esta respetable opinion viene a corro-
borar lo que dejamos sentado: procurando el aumento de tempera
tura para la época del desarrollo 1 maduracion: de los frutos, habre»
mos alcanzado el objeto deseado; mas solo puede adquirirse por me--
dio de los desmontes.
Las arboledas i sementeras de Valdivia ocupan pequeños retasos
entre el bosque, llamados /uap1s por los indíjenas, 1 con-mucha pro-
piedad. Esto hace que los rayos solares, ev aporando las humedades
del bosque, neutralicen sus influencias sin permitir al cultivo
poder alcanzar el aumento de temperatura que necesita para acele-
rar su desarrollo. Por otra parte, el estado higrométrico de la atmósfera
que envuelve las plantas, siempre sostenido por la corriente de-
terminada por la evaporación, no puede permitir al aire el grado de
calor que debe hacerlas crecer 1 sazonar.
En el valle central, las transiciones de la temperatura son mucho
nas notables, debidas probablemente a los mayores desmontes que
se encuentran en sus terrenos. En él hemos notado, a fines de ene-
ro del año próximo pasado, temperaturas de 25 a 30 grados centí-
grados, mientras que a pocas millas de distancia jentre el bosque,
corria un ambiente fresco, acusando un clima de 12 a 15 grados so-
lamente, calor que no permitiria la madurez del durazno isolo sí de
pésimas manzanas.
Ordinariamente se eree que el clima de Valdivia no se presta pa-
ra el fomento de la arboricultuza, i afirman, sinembargo, que al prin-
cipio del presente siglo eran tan abundantes los duraznos en Cruces
1 otros puntos de la provincia, que sobraban para secarlos i espor-
tarlos como huesillo. Esto es un contrasentido; pues, o hai que acep-
tar un cambio en el clima, o convenir en que los campos han ido in-
crementando en sus bosques, por el decrecimiento de la poblacion in-
díjena. Lo primero no es aceptable, al paso que lo segundo está a la
vista del viajero que observa los campos con algun interés 1 recuerda
sus antecedentes históricos.
Al recorrer nosotros el territorio del litoral 1 parte del interior,
comprendido entre el rio Imperial i el archipiélago de Chiloé, por el
espacio de cuatro años consecutivos, hemos podido notar el incre-
mento rápido de los bosques. Por todas partes se notan vestijios de
rucas (casas indíjenas) e inmensos retoñales, al paso que los desmon-
tes modernos, o mas propiamente contemporáneos, son mucho mas
reducidos 1 limitados, fenómeno que hace ver Ja disminucion de la po-
blacion indíjena 1 con ella el incremento de los bosques. En esta vir-
tud, no es de estrañar que el durazno no alcance a sazonar en Cruces,
donde es con mucho superior el incremento de la vejetacion: todos
sus campos vecinos seencuentran cubiertos de bosques nuevos, 1 solo
de trecho en trecho se dejan ver retazos que atestiguan largos años
a la vejetacion que cubre el terreno; mas nunca se ve un árbol que
cuente un siglo de existencia, si esceptuamos los cerros del occiden=
(29 Viaje cientifico a los Andes ecualoriales etc. p. 159,
102 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
te que forman la cordillera de la costa. Por otra parte, la paraliza-
cion o dejeneracion de la cultura de las jentes radicadas en Cruces,
identificándose al indíjena en su manera de ser, es otro poderoso
ajente de retroceso para la agricultura: seabandonan los campos a la
¿cltiva influencia de la naturaleza, esperando de la labranza de made-
ras, de la ganadería o de sus relaciones con los indíjenas del norte,
los recursos para atender a sus necesidadas, apelando finalmente a
la surtida plaza de Valdivia para sus cambios i en busca del ali-
mento.
La ciudad de Valdivia, por el contrario, así como Quita-Calzon,
Cutipai, Chihuao 1 algunos otros puntos, son testigos de loque pueden
esperar con el progreso de los desmontes. En Valdivia, como en Quita-
Ca'zon, se encuentran higueras cuyas primeras frutas (la breva), que
s»zonan a fines de febrero, alcanzan una dulzura poco inferior a las
que se producen en Santiago, 1 el árbol un desarrollo 1 corpulencia no
tables. Esto puede demostrar que la latitud no escluye el progreso de
arboricultura. Las ciruelas, de várias clases, sazonan bien, alcan-
zando un tamaño ibondad envidiables, superior al que adquie-
ren en las provincias situadas mas al norte, notáudose lo mismo en
Llanquihue 1 aun en Melipulli, clima marítimo 1 con mucho ¿n-
terior al de los llanos situados mas al norte.
En Ancud (41 5% de latitad) hemos visto en este año, que ha si-
do bien lluvioso, brevas excelentes cosechadas en una quinta de don
Narciso Sanchez, a orillas del mar; pero si bien no alcanzan la
madurez i dulzura que adquieren en Valdivia, es debido mas bien
a su posicion marítima que a la diferencia de latitud. Estos hechos
pueden demostrar de una manera evidente que lo que se necesita es el
aumento de la poblacion icon ella el acrecentamiento de los desmon-
tes, afin de que tengan lugar amplitudes mayores en la temperatura
estival.
La vid suele madurar sus frutas en la rejion de que tratamos,
cuando el año ha sido seco, es decir, cuando el estío ha podido
alcanzar mayor temperatura conservándola por largo tiempo. La uva
de Fontainebleau, que es la mas precoz, alcanza una regular sazon en
Valdivia, perdiéndose ordinariamente en los años Jluviosos. La
planta carga mucho i obtiene un gran desarrollo; pero la falta de
conocimientos especiales para su cultivo hace no le presten el cui-
dado debido, apareciendo, por consiguiente, mas notables los defectos
del clima.
Es mui posible se ocurra observar que habiendo sido notable
la inmigracion europea en esas rejiones, no se hayan puesto en
planta los recursos del arte; pero para toda persona medianamente
idustrada 1 que haya visitado esos puntos, no quedará duda sobre
que los inmigrados son jentes dadas ala industria 1 que descono-=
cen el arte de la arboricultura, esceptuando únicamente un sujeto
de Melipulli, único ejemplo que se nos ha presentado durante nues-
tro estudio sobre el terreno que nos ocupa. Por otra parte, habién-
dose dedicado Ja mayor parte de los colonos a las diversas inJus-
trias de que carecia Valdivia a la Jlegada de éstos, como la mejor
ANALES DE LA UNIVERSIDA!).—JULIO DE 1870,' 103
fuente en que debian basar sus especulaciones, la agricultura no ha
podido hacer progresos de ninguna especie, por lo que se encuentra
atrazada i únicamenre en vias de progreso, segun informes, en el
departamento de Llanquihue i otros puntos de Osoruo'i de la: Union.
Aquí debemos hacer notar que en la provincia de Valdivia, el de-
partamento de la Union es el único que produce cereales en abundan-
cia; pues no solo abastece las necesidades desu poblacion, sino que
surte al de Valdivia; mas esto es solo debido a los grandes desmontes
que se notan en él, prueba palpable de lo que antes hemos dicho, no
obstante de hallarse al sur de Valdivia.
Segun lo que llevamos espuesto, no es la latitud la dificultad ma-
yor que se opone al desarrollo de la agricultura en la rejion compren-
dida al sur del rio imperial 1 que podemos estender hasta el archipié-
lago de Chiloé: son los inmensos bosques que, tapizando el terreno,
temperan el clima estival sin permiurle alcanzar el calor suficiente
para que maduren los granos en tiempo oportuno 1 las frutas alcan -
cen su desarrollo 1 sazon. Los ejemplos ya citados de la higuera, de-
muestran con evidencia lo que puede esperarse “del clima con el fo-
mento de la inmigracion agrícola 1el desbosque de Jos campos, 1 mul
especialmente en la rejion que ocupa el valle central del territorio.
Los desmontes no pueden producir una disminucion considerable
en las lluvias que frecuentan la rejion que nos ocupa, si hemos de
atender a las leyes dle la circulacion atmosférica 1 a la posicion topo -
gráfica de las provincias autrales, pudiendo lograr, por el contrario,
un considerable aumento en las amp'itudes de la temperatura que per_
mitan el aceleramiento de la madurez 1 el mejor «lasarrollo de las plan_
tas. Fomentando la: inmigracion, podremos lograr los bienes que ho;
poseemos en pequeño 1que brindará la naturaleza cuando se la ausi-
lie con el poderoso elemento del calórico.
a lgnorancia sostiene aun hoi dia que los frutas no se pueden
producir en las rejiones situadas al norte de Valdivia; pero si hubié-
semos de juzgar por los planteles que se dejan ver en las misiones,
el j juicio de las personas que nos han informado ha sido demasio lijero
1 erróneo; pues no hemos visto arboledas ni plantel alguno que
nos autorice para aceptar tales informes. Por el contrario, la ca-
rencia de todo árbol frutal, salvo el manzano 1 el membrillo silvestre,
solo nos ha confirmado la desidia de los informantes ¡la conformidad
«ue esperimentan con la suerte que les depara la naturaleza, sin po-
ner nada de su parte para variarla 1 ausiliarse con aquellas regalías
que el terreno produciría espontáneamente cuando se sintiese apoya-
do por la industria del hombre.
Esperamos que las personas agraciadas con las dádivas del co-
mandante Señoret en el Imperial i en Tolten el año próximo pa-
sado, correspondan al celo que este jefe manifestó conduciendo a esas
rejliones diversas plantas frutales propias de aquellos climas, duran-
te su importante estudio del rio Imperial. Ellas, estamos seguros,
legarán a justificar lo que dejamos espuesto, respecto a las aptitu-
des del clima cuando el hombre pone algo de su parte para ayu-
dar a la naturaleza.
104 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
TIT.
Santiago, jumio 2 de 1870.
Señor Ministro de marina:
Habiendo terminado mi comision, me he apresurado al regresar
a Santiago, a informar a US. de los resultados que he obtenido en
mi viaje de esploracion, cumpliendo en esto con lo que se me orde-
naba en las instrucciones que en el mes de enero próximo pasado
recibí de ese Ministerio.
Mi ánimo era dar cuenta detallada no solo de ciertas cuestiones
de bastante interés para la ciencia, que se me encargó resolver, sino
tambien enumerar todas las esvecies de insectos, moluscos, crustáceos,
peces, reptiles, plantas etc., que he colectado; pero requiriendo esto
un exámen serio 1 que exije "tiempo, nie limitaré por ahora a espo-
ner sucintamente mis trabajos, reservándome para mas tarde dar la
descripcion de las especies desconocidas aun, que en este viaje se
han podido obtener.
Por de pronto, me cabe la satisfaccion de comunicar a US. que he
dado cumplimiento a la mayor i mas interesante parte de las instruc-
ciones que recibí, 1 que si han quedado algunos vacios por llenar,
además de ser poco notables, fueron motivados por inconvenientes
mui difíciles de superar.
Todos los objetos colectados son de una parte de la isla Grande de
Chiloé 1 de la costa del continente comprendida entre el puerto del
Corral 1 la ensenada de Hualayhuen.
Insectos. —Primeramente pasaré a ocuparme de los insectos, que
con las plantas, forman la parte mas numerosa 1 variada de la colec-
cion. Las especies de aquellos ascienden a doscientos cuarenta 1 seis,
representadas por cuatrocientos treinta i siete individuos distribu dos
del modo siguiente:
Especies. Individuos,
Coleópteros. eee 10 INS
¡Himenópteros a. USO
Dipteros hier. are il MODA iO
Lepidópteros....... ce O iS
Neurópteros....... LO
Ontopteros 2. str LONO
emipteros. ue 1 ato
Entre los coleópteros i hemípteros, he podido notar ya especies
enteramente nuevas. Las mas abundantes en el primero de estos dos
órdenes de insectos están representadas por los jéneros car abidae,
elateria, lamellicornae, longicorniae 1 lucanidae.
Se me encargó buscar 1 recojer ciertos carábicos, 1 entre éstos algunas
especies mui pequeñas que viven bajo las piedras a orillas del mar,
í otras grandes rojas 1 azules: respecto a los primeros, solo he encon=
trado una especie a inmediaciones del Corral, i en cuanto a los se-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULI0 DE 1870. 305
sundos, he pedido obtener los rojos pero nolos azules, talvez por no
ser la época de su desarrollo ni el lugar a propósito para encontrar-
los. ef
Plantas.—Estas forman una coleccion tan abundante como la de
los insectos; han sido recojidas en todos los lugares en que se ha
encontrado la Comision hidrográfica de que yo hacia parte. El número
de especies es de unas doscientas, constituidas por cuatrocientos cin—
Cuenta o quinientos ejemplares, haciéndose notar algunas que vejetan
en el cerro Huynai a cerca de cuatro mil piés de elevacion sobre el
nivel del mar.
En esta coleccion no he descuidado ninguna de las tres grandes
divisiones de las plantas; las Synanthereas son las mas numerosas
entre las dicotiledóneas, las familias de monocotiledóneas son varia-
das, 1 entre las acotiledóneas figuran no solo los Filices (Helechos),
sino tambien los musgos i algunas alyas, apesar de la dificultad que
hai para conservar estas últimas.
Aquí debo consignar algunos apuntes que he hecho durante mi
viaje sobre el uso medicinal e industrial de ciertas plantas en el sur
de nuestro país. Esta es una cuestion de bastante importancia i que
debia Jlamar la atencion de los facultativos. Estará demás que reco-
miende la eficacia de las plantas del país en la medicina del campo;
básteme decir que, aunque en la rejion austral de nuestro territorio no
se conoce aun la medicina europea, ni se practican preparaciones
farmacéuticas, apesar de esto, se cura un gran número de enferme-
dades, i algunas mui temibles, con simples infusiones o aplicando
únicamente hojas a la parte afectada. Ahora, si se estrajesen por los
procedimientos químicos conocidos actualmente los principios medi-
cinales de esas plantas, ise sometiesen como todas las drogas usadas
vulgarmente a preparaciones previas, es indudable que se obtendrian
resultados tan buenos, o talvez mejores que los que se obtienen por
los medicamentos estranj-ros.
No he tenido el tiempo suficiente ni la ccasion propicia para des-
empeñar esta parte de mi cometido; sin embargo, reproduciré aquí lo
siguiente para dar una débil reseña de la medicina de: campo en el
sur.
_ Repetiré aquí que la mayor parte de estas plantas se usan en infu-
sion en casi todos los casos, pocas veces las hojas frescas i con mas
rareza en emplastos.
Manzamilla.—Se usa para calmar los dolores al corazon, aplicán-
dola con hojas i flores sobre la pared anterior del tórax, en la direc-
cion del dolor.
Marino —Para curar la sarna.
Chépica.—En infusion sirve para estinguir la blenorrajia.
Huella.—Para hacer mas violentas las contracciones del útero a
la época del puerperio, i para arrojar la secundina,
Echilis chilensis.—Para abortar,
Vinagrillo.—Antídoto contra las lombrices.
Salvia. —Para curar los dolores al estómago.
Penchaico.—Contra el empacho; es además antifebril.
A. DE La UL. 14
106 MEMORIAS CIENTÍFICAS,
Yerta mora —Para los labios partidos porla accion del frio, de la
fiebre etc., i para disipar esta última.
Huinque. —Purgante que varia de actividad segun la dosis; así,
una infusion mui concentrada es un veneno bastante temible, mien-
tras que una infusion débil bace las veces de un purgante mul benigno;
Yerba losa.—Contra la inflamacion de la garganta. De esta plan-
ta puede obtenerse una materia colorante, roja, bastante hermosa,
que puede usarse sin peligro para tenir confites, licores etc., en vez
de principios minerales, que son jeneralmente peligrosos para la eco-
nomía humana.
Amapola del campo. —Para promover o regularizar las funciones
menstruales de la mujer.
Culantrillo —Esta yerba tiene un uso semejante a la anterior;
conviene usarla después del puerperio.
Escorzonera.—El mismo uso que la amapola del e campo.
Madrelahuen.—Para calmar los dolores ds la matriz.
Amancal.—Su raiz se usa en casos de imflamacion al borde libre
de los párpados.
Arrayan.—Astrinjente, se usa para curar enfermedades cutáneas.
Avellano.—En union del anterior para la disentería.
Amapola.—Sus usos medicinales son ya mui conocidos. Se pro-
duce mui bien en Chiloé.
Alhuedahuen.—Para madurar tumores. Se calientan sus hojas al
fuego 1 se aplican sobre el tumor que se quiere hacer madurar.
Beu.—Sus frutos 1 toda la planta es venenosa. El descubrimiento:
de esta propiedad se debe a la muerte de un indio llamado Sebas-
tian Lebitureu. Se dice que hallándose éste con una afeccion cutánea.
al mismo tiempo que su mujer i dos hijos, quiso ensayar las frutas
del beu para curarse; 1 al efecto, esprimió algunas en agua de mar 1
bebió esta porcion con su famila, un cuarto de hora después murieron.
envenenados.
Berros.—Para el Mendo,
Boquil (negro). —De este arbusto se puede obtener un líquido de
propiedades mui parecidas a la de la zarzaparrilla.
Calahuala.-——Mezclada con culantrillo, yerba losa 1 cepacaballo, se
usa como pectoral.
Corecore. El zumo de las hojas mezclado con leche de mujer,
sirve para borrar las nubes de los ojos.
Cuchibilo. — Antiflatulenta.
Chuquer. —Para calmar los dolores al estómago.
Canelo. —Pulgante mui activo.
Chinchin.—Emanagoga.
Centella.—Sus hojas, aplicadas sobre la parte del cuerpo en que
se quiere obtener su accion, desempeñan el rol de un cáustico suma-
mente enérjico.
Chilcon.—Antifebril.
Dijitalis purpurea et alba. —Usos conocidos. Se produce en gran
abundancia 1 con mucha lozanía.
Guahuilque --Para la ictericia 1 dolores en los intestinos,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1870. 107
Y huelcun o matamoros.—Su fruto es mui venenoso.
Millambilú.—El mismo uso que el clinchtn.
Mude.—Véase gualco.
Nipe. —Vulnerario, el frato sirve de liga para” cazar pájaros, la
flor 1la hoja para teñir.
Vumin.—Para facilitar la espulsion de la membrana secundina 1
la sangre de la puérpera; fruto comestible.
Ortiga hembra.—Sudorífica e irritante.
Palomayor.—Las hojas cocilas se usan en emplasto para curar
las escrófulas.
Pichoa.—Purgante mui enérjico ¡que puede ser un veneno mul
activo, segun la concentracion del infuso.
Parqui o gúelcum.—Resfrescante.
Pillu-pillu.—Corteza cánstica.
Pellante.—Para curar la ictericia.
FRomerillo.—Tónico. :
HFrabral.—Antiasmático, purgante bastante activo.
Sauco.—Sudorífico 1 pectoral.
Trupa.—YVenenosa, se usa contra el dolor de muelas 1 dientes.
Tenúu.—Balsámico. Su corteza sirve para curar la disentería de
sangre,
Vochivochi.—Para disolver tumores.
Tantue.—Vulnerario.
Gualco.—Mezclado con mude i leche de mujer, sirve pira desha-
er las nubes de los ojos.
(Juila —Tiene el mismo uso medicinal que el anterior; para esto
ortan un trozo de tres cuartos de vara mas o menos, 1 lo introducen
rasta la mitad al fuego; por el estremo opuesto salen vapores que
e condensan i que se invierten en el ojo sl está con nubes.
Curavin.—Contra las escrófulas, i principalmente para atraer la
arne 1 hacer salir con prontitud la piel en el hueco que dejan éstas.
Tampil.—Se emplea contra inflamacion 1 para curar úlceras.
Huerque.—Para disolver tumores.
Lampaso 1 Peldar.—Para disolver tumores; con este objeto se
1ezclan con hinojo 1 el todo se frie en grasa.
Mulul.—Para las nubes en los ojos 1 para deshacer tumores pro-
enientes de golpes. Esta planta se conoce tambien con el nombre
e parrilla.
Salvia 1 Poleu.—Sudoríficos 1 antiasmáticos.
Coral del Campo.—Para hacer cesar la detencion menstrual en
. Mujer.
Linacita colorada.—Para curar la blenorrajin. Para preparar la
'edicina, se hierve la planta en el agua durante média hora.
Pillundeo.—Cura empachos.
Yesqueta.—Es un hongo de dimenciones bastante notables. Se
nplea para hacer cesar la sangre de narices: para esto se toma un
ddazo pequeño, se pone en las ventanas de la nariz, 1 al mismo
¿mpo se vierte agua fria en la cabeza.
op que
sunde
an s5a0
108 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Pechua.—Hervida en vino, se toma para curar lo que vulgar-
mente se designa con el nombre de pasmo.
Helecho.—Debo hacer tambien mencion de los pelos rojos de
nuestros helechos, que aplicados sobre una herida, impiden por su
absorcion que continúe el flujo de sangre. Los médicos de Melipu-
Jli hacen uso de ellos en el dia, ise me ha asegurado que pro-
ducen mui buenos efectos.
Además de todas estas plantas, hai muchas otras, tales como la
halhuzema, el romero, la romasa etc. cuyos usos en la medicina
son bastante conocidos, por lo cual no me ocuparé de ellas; pero
restan aun un gran número no menos importantes que las que he
enunciado, 1 si no las inserto en esta lista, es por no tener datos se-
guros sobre ellas.
Por último me ocuparé del roble, que goza de gran reputacion
por sus propiedades antifebriles. ¡Su aplicacion es mul sencilla: se
hace un infuso de sus hojas en el cual se moja un lienzo capaz de
envolver todo el paciente; repitiendo várias veces consecutivas esta
misma operacion, se han hecho cesar, con buen éxito, fiebres acom-
pañadas de delirio o locura, cuya curacion es bastante difícil por los
medios empleados actualmente.
Antes de terminar lorelativo alas plantas, haré notar algunas que
tienen usos industriales de alguna importancia; pero noson tan nu-
merosas como las empleadas en la medicina. Entre las que contienen
materias de tinte, que aprovechan los naturales para colorar los teji
dos, citaré las siguientes:
Culli.—Para tenir de rojo.
Mechar.—Para dar color amarillo a los tejidos.
Palguin.—Además de tener el mismo uso que la anterior, pue-
den usarse sus hojas, al estado seco, como reemplazantes del tabaco.
Rablral.—Su corteza llamada retra, mezclada con la del arbusto
sietecamisas, se emplea tambien para colorar.
VNipe.—La flor i la hoja sirven para teñir de negro.
Tinta. —Llamada así por el color de su raiz, que mezclada con zu-
mo de manzanas o de vinagrillo, tine de rojo.
Las siguientes se emplean tambien con varios usos en la industria.
Chilcon.—Flor excelente para la confeccion de jarabes.
Luma.—Además de su madera, produce frutos con que se pre-
para un licor bastante agradable llamado cauchar.
Murta.—Con sus frutos se preparan jelatinas.
Manzano.—Frutos comestibles 1 que sirven tambien para prepa-
rarlo que se conoce con el nombre de chicha de manzanas.
Muermo.—Excelente madera para embarcaciones. Su corteza es
bastante buena para curtir.
Manin.—Mui apreciado por su madera.
Numin.—Frutos comestibles.
Ortiga hembra.-—Comestible.
(Quiaca o tiaca.—Produce madera mui durable para embarcacio-
nes 1 notable por su elasticidad.
Tentu.—Madera para embarcaciones; su corteza para curtir.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1870. 109
Por último, me ocuparé de las'instrucciones que se refieren a la
oca; cuestion de bastante importancia 1 que he tenido la felicidad de
resolver completamente por ciertos datos que me han sido suminis-
trados por personas que merecen entero crédito, i son los siguientes:
En la fragata Maclenna, que condujo a Chiloé varios prisione-
ros, venia entre éstos Ignacio Valladolid, natural de Cuzco, quien
traia en su mochila unas cuantas papas ocas. Este individuo fijó su
residencia en Dalcahue, subdelegacion de Ancud 1 fué el primero
que principió a cultivarlas. En el dia se cultiva en mui pequeña es-
cala en algunos puntos de la provincia 1 solo se esporta por encar-
go especial.
A estos datos agrego unos 50 ejemplares de dicha papa.
Sobre el mango no he podido indagar nada de positivo acerca de
su patria ode la época de su introduccion en Chile; solamente sé que
se cultiva, aunque en mui poca cantidad, en el interior de la isla
Grande de Chiloé.
Moluscos. —Han sido recojidos de todas las playas en que se ha
encontrado la Comision esploradora. Aquí debo hacer particular
mencion de las conchas del oscabrion, que me fueron encargadas es-
pecialmente, i de las cuales he recojido unas tres o cuatro especies
Jistribuidas entre 40 o 50 individuos.
2rizos de mar.—Casi todas
las especies de estas familias fueron encontradas en el canal de Cha-
cao 1 en Me!ipulli.
| Peces.—En Melipulli i en las inmediaciones de Calbuco, he
| obtenido algunas especies pequeñas, que fueron las únicas mencio-
| nadas en las instruciones que recibí.
| Batraquios.—Reptiles. —He recojido estos órdenes de las cale-
1]
|
tas de Lamehuapi i Manzano, 1 del seno de Reloncaví.
Aguas termales. —Aunque no se me indicó que me ocupara de
esta clase de trabajos, sin embargo, pongo a la disposicion de US.
una muestra del baño de la Por celana, a inmediaciones de Comau,
| acompañada de una piedra del fondo (Temp. 55” a 4 h. 1 média
¡| P. M.), i otras tres de las inmediaciones de Ancud.
Muestras jeolójicas. —Tambien he traido algunas muestras jeo-
plójicas de las formaciones de la costa de Llanquihue ide la ensenada
: ide Hualayhuen.
|. Estees, señor Ministro, el resultado de mis trabajos en este viaje
que he practicado por disposicion de US., 1 quedaré sumamente com-
placido si he satisfecho siquiera en parte el objeto que US. se pro-
puso.
CraLos JULIET.
"Al señor Ministro de marina,
E
NE A 17 O no LEA ELESEEN CP ES
A an E A oe O VEIA e
3
O e y E
, . | ,
AE j É E AR NA De
AE ,
NAS ROS
Po PEDIA
¡ENT O A
ñ ii ( |
DE O WES Je DAA a
H ES Ur: % 44 PS A
y y ; ns
k 30 Br S PEA a en:
E Fo ene
AENA nues
Hoz
2 ' es (
y Mea NS LN de
j ó
' AO ñ h
; , ; y
y y r CN Y
ERRATAS MAS NOTA BLES.
Píss. — LíNEAS Dick Laser
E HE SÓN. A
sa = Mi Rouchon Rochon
34 — 2 ¡el Llanquihue 1 el Llauquihue.
A 33 estremidad N, O, estremidad N. E.
63 = 4 160 metros 161 metros.
N mM k
¿ e
É
A
SS q ES
A se
Ñ
. 2209 RMBRAa3aTAZR
+ A HECHA BAJO AS ÓRDENES DEL CAPITAN DE NAVÍO G |
D. LEONCIO SEÑNORET |
A en Julio de 1869.
o |
A E A |
> 49 ds |
S ye
>>
. Mision
Latitud 38:47" 45
Lonj.DaGé 73:24 50"
Y PLANO DE LA COSTA DE CHILE
COMPRENDIDA ENTRE LA PUNTA VENTANA POR EL NORTE
É
TLA ENSENADA DEL NEGRO POR EL SUR
Levantado de Orden del Supremo Gobierno
en Octubre de 1869,
por el C% de Corbeta G* D.F VIDAL GORMÁZ
W Ss S a R Xx SS
S S $ 8 8 8
2 - A —r - =
a E — AÑ | :
3 | ¡los Oficiales de la Corbeta CHACABUCO . al
57 | E E 18
| á 8
- | e SA
] | EscuUooe PE + 0
—_———_——— E | , A | e
| I $ | | La sonda este espresada encbrazas ug lesas ¿dlanaluralera del, fondo Por a, arena; py pledra ;ap, arena e pieda ; e, conchuela; f. . Jango 7 Po
3 vend depiedra.........., verd de arena donderompe- la ola; sw, roca ahogada, e, Puntos de observación. YO. |
; | ; E z : ER : E Se z y | e
_ Declin* magnética en Los Vilos 1605/15" N.E.. Establecimiento dell Puerto IX*44”. Elevacion de las aguas 1% £. | des |
' : [ , y
> p 1 4 | y
A === E A
mm | 0
NY
7
1h
MW
0 |
Mi
|
|
2 Corales Isla Huevos Panta Ventanas f
—= '
/
|
E sl
T Ps | |
|
WI
1]
l
a p S ! IS | y
l - - | e > : =- - - |
| A Ñ | ES] |
| JS E $ |
Do 2 | = $
| e | E
> | > J 30 E
far! 1 > e e
a = ii 2re
==> ES ES pl | E CE
3 sg y | E »
: z [ol e
E
k de a
o
z pos
E
AS
>
E
Sl
NN
me
l
10
ANI
NW
NA
ON | A
/
73 30"
Morro Bonifacio
ZP fhoncoyen Sd
Ea. E E
d El Juan Latorre
Nampulte
SS El Molino
/
o * S y
Morro Gonzalo so Ñ Ed. e |
/ Ñ Su 7 SR 7 : pe
| / 2 a E : “2 | 79, e > . >| E
| 5 Le N des p Las Mulata;
¡ia Jj ma ; Se o ON Castro ;
j lo riajas e E 3 e A N S y y «lngachilla
IÓ
“"ElToro' A nd
E
Pelú. 2 |
7
Frualillar
E.Las Casio,
PLANO DEL RIO VALJDI
1 SUS TRIBUTARIOS AUSTRALES
15]
E
Diagrama E Ñ
£
quetica.
ÍA
Ma
a «
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1870. 113
MEMORIAS CIENTÍFICAS.
HIDROGRAFÍA —Reconocimiento del rio Aysen en la. costa,
occidental de Patagonta, + planos de la isla de Santa-María b
de la roca Abtao, hechos por órden del supremo (robierno.
XL.
Reconocimiento del rio Aysen.
Jl
MINISTERIO DE MARINA.
Santiago, enero 20 de 1870.
Disponga U$S. que la corbeta Chacabuco se aliste para ir a prac-
ticar un reconocimiento de la costa occidental de la Patagonia. US.
dispondrá a este fin que dicho buque tome víveres para tres meses,
agregando además dos quintales de carne en conserva 1 otros dos
de charqui. Se embarcará tambien, tomándolo del Arauco o del
ponton Thalaba, todo el carbon necesario para el viaje.
- Puede US. ordenar que se entreguen al comandante de la Cha-=
cabuco, en vista de los pedimentos que él haga, los instrumentos
i utensilios necesarios para el desempeño de la comision que lleva,
sea tomándolos de arsenales o comprándolos en esa plaza.
En cuanto al objeto del viaje, el comandante del buque se suje-
tará a las siguientes instrucciones:
1* El reconocimiento se estenderá a la costa comprendida entre
los 44 1 46? de lat., contrayéndose especialmente al rio Aysen, i en
seguida a las otras internaciones del mar ia los demás rios que
¿pudieran ofrecer un paso para la Patagonia.
2. Habiendo mas probabilidad de que el rio Aysen ofrezca el
paso indicado, la esploracion de él se hará con toda prolijidad, lle-
vándola hasta donde lo permitan el tiempo 1 las demás circuns-
tancias.
3." Se formarán planos de las rejiones esploradas en que se fijen
los puertos i caletas que pueden servir de abrigo a los buques,
ACUDE LA TU, 15
114 * MEMORIAS CIENTÍFICAS.
cuidando de marcar la sonda i los demás accidentes que interesen
a la navegacion.
Como no habrá tiempo para levantar planos exactos de los te-
rrenos vecinos a la costa i a las orillas del rio Aysen, será a lo me-
nos conveniente formar croquis de ellos i recojer los datos que 1me-
jor puedan darlos a conocer.
4.* Deben recojerse muestras de historia natural, procurando
formar la coleccion mas numerosa i completa posible. Seria mui
útil traer vivos en número suficiente los animales i pájaros men-
cionados en la lista adjunta, en la cual se espresa el alimento que
les conviene.
5. La Chacabuco debe salir de Valparaiso el 24 del presente
dirijiéndose a Ancud directamente ia la vela. En dicho puerto
tomará a su bordo un práctico, si lo hubiese, 1 se dirijirá en segui-
da a la costa que se va a reconocer pasando por el sur de la isla
de Chiloé. En Ancud o en Guaitecas, podria el comandante tratar
de hablar con don Felipe Westhoff, quien parece tiene conoci-
miento de los lugares que van a esplorarse. El tiempo de la esplo-
racion se estenderá hasta fines de abril, en cuya época volverá la
Chacabuco al departamento, tocando en Ancud con el objeto de
enganchar marineros.
6. El comandante pasará a su regreso una breve reseña de sus
trabajos ide sus observaciones, cuidando de hacer notar las de-
presiones de la cordillera i la clase de terrenos planos que visite.
A este último respecto, conviene fijar la atencion en la posibilidad
de establecer colonias en aquellas localidades, en vista de las con-
diciones de la vejetacion etc.
Agregaré todavía a US. que conviene mucho que la Chacabuco
lleve la lancha a vapor que ha construido don Antonio Marazzi,
para lo cual queda US. autorizado a fin de celebrar con éste algu-
no de los arreglos que he indicado a US. en carta particular. Fi-
nalmente, recomiendo a US. que haga que la Chacabuco lleve su
dotacion lo mas completa posible, trasbordando, en cuanto lo per-
mitan las necesidades del servicio, de la Msmeralda los oficiales 1
marinería que fueren menester.
Dios guarde a US.
Francisco ECHAÁUEREN,
Al comandante jeneral de marína,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870. 115
lle
COMANDANCIA DE LA “CHACABUCO.”
Valparaiso, junto 15 de 1870.
Señor Ministro de marina:
Tengo el honor de poner en conocimiento de Su Señoría el re-
sultado de mi espedicion a la costa occidental de la Patagonia por
dentro del archipiélago de Chonos, entre los límites de 44” 1 46” lat.
S., en busca de un paso por la cordillera hácia el interior.
En cumplimiento de las instrucciones recibidas de Su Señoría
por conducto de la comandancia en jefe de la escuadra, zarpé de
Valparaiso a média noche del 24 de enero; 1 esperimentando vien-
tos contrarios, solo llegué a San Carlos de Ancud el 9 de febrero,
habiendo en el viaje intencionalmente recorrido los sitios marca-
dos en la carta “Bajo Ulloa”? en lat. 36* 52 8. i lenj. 76* 15 O.,
e Isla”? en lat. 37 8” $. 1 lonj. 77? 50* O., sin haber visto el me-
nor indicio ni del uno ni de la otra.
En San Carlos solicité de la intendencia un práctico de las aguas
casi desconocidas que iba a recorrer 1dos caballos, con el objeto de
facilitar la conduccion de los víveres i abrigo en el caso de em-
prender una travesía por tierra; pero apesar de haberse hecho
propios a diversos puertos de la isla, no se encontró práctico algu-
no competente, i el 15 partí por afuera de Chiloé para Melinka,
en las Guaitecas, en la esperanza de encontrar uno ahí, llevando
solo los dos caballos. El 16 al anochecer, fondeé en puerto Low, al
$S. E. de la isla Huacanec, habiendo entrado al golfo de Huafo por
entre las islas Huafo 1 Chiloé. liste puerto, de que existe plano,
contiene una dársena interior con buen fondo i capaz de abrigar
muchos buques grandes, es de fácil acceso 1, sobre todo, como refu-
jio con temporales del O. al N.
El 17 a medio dia i después de ampliar las zondas, zarpé nueva-
mente para Melinka, distante 20 millas, donde fondeé esa misma
tarde, a tiempo para guarecerme de un temporal del N. i N. O, que
se descargó en la noche, continuando con intervalos hasta el 20,
circunstancia que no nos permitió por entonces levantar el plano.
Em Melinka encontré al subdelegado maritimo don Felipe Wes-
thoff, ruso de nacimiento 1 domiciliado en este archipiélago desde
116 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
hace diez años, quien se ha ocupado en la esplotacion de huaneras
de lobo, 1 en la actualidad desempeña grandes contratas de dur-
mientes de ferrocarril. Habiéndole manifestado a este señor el obje-
to de mi viaje, me puso en relacion con don Juan Burr, dueño de
una goleta surta en el puerto, 1 cuyo patron, Miguel Mike, era prác-
tico mui competente. Al principio se suscitaron dificultades, pues
Mike estaba contratado para ir a cargar la goleta con guano en la
península de Taytao, en un punto de que solo él era conocedor;
pero mediante el desprendimiento del señor Burr, todo se allanó, 1
el 21 parti para mi destino por el canal Moraleda, acompañado del
práctico Mike 1 el señor Burr, fondeando esa noche en el puerto
Ballena, en la isla Muilchey. Este puerto, situado en lat. 44” 16” $,
1 lonj. 73% 35' O., es excelente; en su entrada, sin peligro alguno a
medio cable de la tierra 1 rocas visibles, no se levanta mar con
ningun viento ies mui usado por las embarcaciones. El 22 hubo
mal tiempo del N. estando la costa mui cerrada, de modo que no
creí prudente seguir ese dia, el cual se ocupó en levantar el plano
i sondear. El 23, habiendo subido el barómetro i creyendo el prác-
tico que haria buen dia, levé temprano i continué el viaje; pero
no bien habíamos navegado una hora cuando se descargó nueva-
mente el temporal con gran furia, oscureciéndose la atmósfera
hasta el punto de no distinguirse a mas de un cuarto de milla.
Ln esta situacion, no habia mas recurso que seguir adelante para
tomar el puerto Nevado o Cuptana, distante treinta millas de Ba-
llena, lo cual conseguimos a la tarde pasando cerca de bajos 1 fara-
llones sin ver mas que la reventazon.
Ya desde el momento de dejar Melinka habia conocido, señor
Ministro, que la carta de Fitz-Roy, quees bastante exacta hasta
ese punto, en adelante nada valia, pues aun la isla de Locos, que
es la mas saliente al lÉ. N. E. del archipiélago 1 en todo el paso de
los buques, no se encuentra en ella. Fitz-Roy solo levantó el plano
hasta Melinka, 1 el resto no pasa de ser un croquis inexacto del
piloto de la marina española Moraleda, a fines del siglo pasado,
sirvisndo solo para dar una idea del arrumbamiento del canal prin-
cipal, que corre próximamente de norte a sur; 1 siendo basta las
latitudes tan erradas, que nos es casi imposible fijar en él con pre-
cision los puntos donde las circunstancias no nos permitieron ha-
cer observaciones astronómicas. El 23, pues, sin los conocimientos
locales de nn práctico tan consumado como el que tenia a bordo,
me hubiera encontrado en el mas grave peligro. S
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870. 1
El puerto Nevado o Cupta na se encuentra como média milla al
norte de donde principian los bajos i farallones denominados del
Enjambre i al O. N. O. de la isla de Senec, que se encuentra a me-
dio canal, i parece ser el que el capitan Hudson denomina puerto
Espiñeira. Al fondo norte, hai buen fondeadero frente a una pla-
ya de arena; pero es estrecho. El lugar ocupado por la Chacabuco
no se recomienda por tener fondo de piedra. A medio canal, la en-
trada no tiene peligro 1 mas adentro el sargazo indica los bajos; 1
aquí observaré, como regla jeneral, que el sargazo comienza en tres
brazas con fondo de piedra menuda, llegando hasta cinco brazas
en sitios abrigados, pero no demarcando mas de dos brazas donde
existen corrientes fuertes o se levanta mar gruesa. No crece en fan-
go arena ni conchuela, i por estas razones, deben evitarse las puntas
de barlovento 1 no acercarse a playas bajas no reconocidas sin sonm-
dear constantemente. Por lo regular, los riachuelos despiden bajos
acantilados.
La mañana del 24 se ocupó en levantar lijeramente el plano del
fondeadero 1 sondear; 1 a mediodía, habiendo cambiado el viento al
S. O. i mejorado el tiempo, levé otra vez (sin haber tenido observa-
cion exacta, pero sí aproximada, resultando: lat. 44” 44” $., siendo
la latitud dada por el capitan Hudson de 45* 2 $., lo cual coincide
exactamente con el plano de Moraleda dedonde parece haber sido
tomada), llegando a fondear alas 4 h. P. M. en el puerto denomi-
nado por los hacheros las Lagunas, una milla al norte de la isla
llamada en algunas cartas Barba, en lat. 45” 19 S. 1 lonj. 75% 43”
O. por observacion i triangulacion con los trabajos de Fitz-Roy por
el canal Darwin. Aquí encontré una balandra i una partida de lobe=
ros del señor Burr, que se ocupaban en sacar aceite de lobo i ahu-
mar pescado que, tanto como el marisco, abundan en la vecindad.
El 25, estando mui cerrado el continente, lo ocupamos en levantar
el plano del puerto i reconocer los esteros interiores como tambien
en cortar leña. El fondeadero es bueno en 15 brazas arena i conchas
a dos cables al sur de la caleta; mas adentro, el fondo es acantilado
escaseando repentinamente a una braza a medio cable de la em-
bocadura del riachuelo, siendo la diferencia de marea 2,", 1. No
se levanta nunca mar, 1es seguro con todos los vientos reinantes.
En las cercanías hai terrenos bajos, al parecer cultivables; pero
en su mayor parte cubiertos de bosque impenetrable. ll 26, ha-
biéndose despejado algo, apesar de haber rondado el viento al N.
118 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
O. levé a mediodía, i haciendo primeramente rumbo al $. E. i des-
pués orzando por el sur de la isla Lobos, enfrentamos a la boca
Winthuisen, del estero Aysen, porla cual entramos haciendo vá-
rias paradas durante las cerrazones pasajeras hasta avistar la isla
Colorada, por entre la cual i el continente pasamos, haciendo en
seguida rumbo al norte para tomar el puerto Perez, donde fondea-
mos a dos anclas en 22 brazas arena a las 4 h. P. M., principiando
en ese momento a llover i soplar fuerte del N. O.i durando el mal
tiempo toda la noche. '
Puerto Perez en lat. 45" 15' $. 1 lonj. 73 22 O. se encuentra en el
ángulo N. O. de una espaciosa bahía, en el estero Aysen, al lado in-
terior de lasislas. Al norte tiene un llano cubierto de vejetacion, di-
visándose a 4 millas en esa direccion un volcancito, en la actua-
lidad apagado, pero que, segun el práctico, ardia veinte años ha; al
N. N. E.” millas se encuentra el elevado monte Macá de 2600 me-
tros de altura, de forma cónica 1 cúspide cubierta de nieves eter-
nas. Al sur lo limitan un grupo de islitas, al oeste cerros altos
cortados a pique, i al este una cadena mayor cubierta de nieve, a
cuyo pié en la playa brotan vertientes de agua hirviendo a 187-
F'., que se denominan del Baño, al parecer puras, sin mezcla mineral.
No necesitando ya, por algun tiempo, al práctico, quien tampo-
eo conocia el fondo del estero 1 además debia reunirse con su goleta
en puerto Lagunas, para lo cual habia traido desde ese punto una
embarcacion, convine con él en todo caso esperarlo veinte dias, que
me informó era amplio tiempo para estar de vuelta de Taytao con
su cargamento de guano, debiendo después quedar conmigo duran-
te el resto de la esploracion e ir al sur en busca de otra ensenada
profunda no reconocida, donde, segun él, desemboca entre llanuras
un rio caudaloso de agua blanquisca; pero, como se verá mas ade-
lante, no se me reunió.
El 27 lo ocupé en hacer preparativos 1 designar las diferentes
partidas de oficiales i jente que debian encargarse de los diferentes
trabajos, nombrando al efecto al oficial de detall, teniente 1.” don
Benjamin Carrasco, con el guardiamarina examinado don Alejan-
dro Carvallo, alférez de artillería de marina, don Pablo Silva Pra-
do, ilos oficiales de mar, para la custodia del buque; al teniente 2.*
don Ramon 2.” Guerrero i guardiamarina examinado don Estanis-
lao Lynch, con catorce hombres i la 2.* falúa, para levantar el pla-
no del estero Aysen e islas adyacentes; 1 al teniente 2.” don Fran-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870, 119
cisco E. Salas i guardiamarina examinado don Juan M. Simpson,
con catorce hombres 1 la 1.* falúa, para que me acompañasen a re-
conocer el fondo del estero, + buscar ahí un puerto seguro para el
buque, a fin de facilitar el reconocimiento del rio i comarcas veci-
nas; proveyendo tambien a cada embarcacion de diez dias de víve-
res, dos carpas i todos los útiles, armas i herramientas necesarias
para todo evento.
El 28 temprano, salió el teniente Guerrero, dando principio a
sus trabajos desde el punto donde se encontraba el buque, hácia el
canal Moraleda; 1 el 1.7 de marzo, partí yo para el fondo del este-
ro distante veinte millas; i favoreciéndome el viento, llegué a dor-
mir esa noche en una islita baja, una milla adentro del rio Aysen,
habiendo entrado por una boca de 1000 metros de ancho i dos bra-
zas de agua a baja marea. Imposible me es, señor Ministro, pintar
a Su Señoría la ilusiones que entonces me formé. La lluvia que nos
habia perseguido todo el dia habia cesado al enfrentar la bo-
ca; los nublados, aun bajos, vedaban las montañas de mas aden-
tro 1 parecíame solo tener por delante los llanos de ultracordille-
ra; habíamos caminado veinte millas por entre inmensas monta-
ñas coronadas de nieves perpetuas, encontrándonos ya a treinta
millas del canal Moraleda, a cuya márjen se encuentran los picos
mas elevados; tenia por delante un ancho valle, por el cual serpen-
teaba el rio; nada de estraño es, pues, que creyese haber ya sal-
vado la cordillera i encontrado el paso tan deseado; pero al dia
siguiente todo se disipó, pues al amanecer vimosque las montañas
aun continuaban al este hasta donde alcanzaba la vista, aunque
menos altas que las que que habíamos dejado atrás, i en jeneral li-
bres de nieve. Continuando nuestro viaje rio arriba, llegamos a las
siete millas a un punto donde el rio se dividia en dos, pasando por
lo que entonces creimos una laguna, pero que en realidad, como des-
cubrimos un mes después, era la embocadura del rio principal. Al
principio seguimos el brazo de la izquierda, o norte; pero notando
que salia de un cajon al N. O., volvimos atrás a la milla i tomamos
el de la derecha, que venia del este; a dos millas, llegamos a gran-
des obstáculos, encontrándose el cauce completamente entorpecido
por árboles muertos al pié de un gran derrumbe de cerro; i siendo
ya tarde, acampamos ahí.
El 3 lo ocupamos en hacer por tierra un reconocimiento de los
obstáculos i concertar los medios de salvarlos, pues, como he dicho
120 MEMORIAS CIENTIFICAS.
antes, la direccion del rio, que aquí tiene 45 metros de ancho 15
de profundidad, era del este, i además lo creíamos el princ:pal.
A la tarde volvimos a nuestro campamento, habiendo descubierto
que média milla adelante, el rio era otra vez navegable; tambien
habíamos subido unos 300 metros por el derrumbe, único punto
accesible, pues en todas partes los cerros, cubiertas sus faldas de
arbustos i quilas espesas, bajan casi perpendiculares al valle: pero
“la lluvia limitaba nuestra vista a menos de dos millas, no permi-.
tiéndonos descubrir el fondo del valle ni los demás rios que mas
tarde encontramos. El punto de que ahora trato es, señor Ministro,
mui interesante i da mucho que pensar. ¿Cuál habrá sido la causa
de este derrumbe cuya base es de 600 metros 1 su altura de 1009 me-
tros? A su pié se encuentra una laguna de 200 metros de diámetro,
al parecer profunda, i entre ésta 1 el rio, una llanura de 600 metros
de ancho i 1200 de largo, en la cual es evidente crecian hace poco
enormes árboles, algunos hasta de 2 metros de diámetro 1 15
de tallo, los cuales han sido simultáneamente arrancados de ralz
1 barridos al rio. Aun mas, algunos parecen haber sido quemados i
los limítrofes del llano, que aun permanecen parados, muestran
grandes heridas en su corteza. ¿Habrá sido una avalancha de nie-
ve, 0 una erupcion volcánica? De que ha sido reciente, no hai que
dudar, pues los troncos aun están frescos i la nueva vejetacion no
pasa de 2 metros de altura siendo de igual clase.
Hechas estas observaciones, dimos la vuelta durmiendo en la isli-
ta cerca de la embocadura. El 4 lo ocupamos en sondear por frente
de las bocas del rio, pues tiene tres principales, con el objeto de fijar
fondeadero para el buque; pero no encontramos ese dia ninguno se
guro, siendo además el fondo acantilado 1 escaseando rápidamente
de2a30 brazas l sucesivamente a 60,1 pasamos la noche en una
dársena mui abrigada al lado sur, pero mui baja. El 5 salimos nue-
vamente por la costa sur buscando fondeadero, ia las 3 millas
descubrimos uno excelente al fondo de un puerto enteramente ro--
deado de tierra, el cual denominamos “Chacabuco.” Habiéndolo
sondeado, continuamos nuestro viaje de regreso pasando la noche
en la embocadura de un pequeño rio que sale del sur, 3 millas
mas adelante. El 6 llegamos a bordo a média noche, habiendo llo-
vido i soplado todo el dia.
Durante mi ausencia del buque, se había roto un calabrote, que
con un anclote formaba la codera, por efecto de un violento cam-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870. 121
bio de viento; el cual no pudo recojerse hasta el 12. Mientras tan-
to, el teniente Guerrero continuaba el levantamiento del plano
de la embocadura. El 13, habiendo pertrechado a este oficial nue-
vamente para diez dias, levé «unclasime dirijí con el buque a
puerto Chacabuco donde llegué en la tarde fondeando a dos anclas
en 22 brazas fango; el 15 volví a salir con la 1.* falúa, chalupa 1
chinchorro, acompañado, además de los oficiales anteriores, del in-
jeniero 1.*? don Gillermo Brown, a continuar la esploracion del rio,
para la destruccion de cuyos obtáculos llevaba torpedos compues-
tos de tarros i botellas disparados por estopines de friccion, i
acampé en el mismo punto que antes. Desde el 16 hasta el 21, tra-
bajamos para abrir paso; pero las cargas de pólvora que usábamos
(112 quilógramos) no eran suficientes para mover los grandes
troncos, así es que solo pudimos pasar la chalupa i el chinchorro,
con los cuales el 22 continuamos el viaje; pero a las 4 millas el
rio volvió súbitamente al norte en direccion a un cajon estrecho,
siendo además sumamente correntoso i lleno otra vez de palos, en
uno de los cuales se rompió el fondo de la chalupa con gran peli-
gro nuestro. El 23 nos ocupamos en componer la chalupa i hacer
una escursion por tierra logrando apenas adelantar média milla,
cortando nuestro paso por entre las espesas quilas, que en todo es-
te valle hacen casi impenetrable el bosque. El 24 regresamos a los
obstáculos; i estando el dia despejado, subimos nuevamente el de-
rrumbe, cuando con gran sorpresa vimos que habíamos pasado in-
observado el verdadero rio, ique el que con tanto empeño había-
mos subido, era de mui corto curso, saliendo del norte, mientras
que otro mucho mayor salia del fondo del valle, el cual se estendia,
con mas o menos el mismo ancho, hasta donde alcanzaba la vista;
distinguiéndose además montañas nevadas al N. E.
Desde nuestra elevacion, vimos tambien que no todo el valle era ,
bosqueespeso sino que habia praderas pastosas en distintos puntos i
cerritos aislados, formando los árboles mas gruesos alamedas espesas
- 2 lo largo delos rios. En los dias 25 126, repasamos los botes por los -
obstáculos 1 además hicimos una escursion por el bosque en direc-
cion a la pradera mas cercana; pero a la milla, llegamos a terrenos
pantanosos 1 tuvimos que regresar sin conseguir nuestro objeto. -
El 27 dejamos los obstáculos volviendo atrás en busca de la boca
del verdadero rio, 1 encontrándola esa misma tarde en la laguna de -
que he hecho mencion, acampamos una milla adentro, teniendo en
AGFDE NA U. 16
122 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
ese punto el rio 120 metros de ancho i 4 brazas de profundidad.
Viendo que solo entonces principiaba la esploracion, despaché esa
noche misma un bote a bordo por mas víveres, i el 29 seguimos
rio arriba. Mas no bien habíamos andado 4 millas, cuando senti-
mos el ruido i luego avistamos unos rápidos de piedra por los cua-
les el rio con considerable declive corria « razon de mas de 10 mi-
llas por hora, creyéndolos al principio impasables. El 30, habien-
do la tarde anterior acampado lo mas cerca posible de los rápidos,
hicimos un reconocimiento por tierra a través de un bosque espeso,
tupido de quila, boque i otras enredaderas, i con gran placer nota-
mos que a milla i média, el rio era otra vez tranquilo i que, aunque
no era posible pasar los botes porlos rápidos, siendo las márjenes
bajas, no habia inconveniente para cortar uu camino por el bosque
1trasportar los botes mas lijero por tierra, 1 continuar la esplora-
cion. En efecto, al dia siguiente al aclarar, principiamos el camino,
el cual quedó concluido, i la chalupa 1 chinchorro pasados a medio
día del 3 de abril, en cuya fecha continuamos nuestra ascencion. A
poco mas de una milla, encontramos que el rio se dividia en dos
brazos, 1elijiendo el de la izquierda, que venia por el centro del valle,
acampamos tres millas mas adelante. El 4 1 5avanzamos 12 millas
mas, venciendo corrientes fuertes a razon de una milla por hora,
porun país mui fértil, seso i cubierto de bosques, estrechándose
el valle hasta dos millas. El 6 sopló un fuerte temporal con mu-=
cha agua, creciendo el rio mas de un metro, siéndonos imposible
avanzar. El 7 adelantamos 7 millas, a 5 de las cuales, el rio volvió
a dividirse en dos brazos, uno al N. 3 N. E. i otro al E. S. E. con
una montaña nevada de por medio; i elijiendo el brazo E. $. E.,
acampamos 2 millas mas adelante, pasando a línea los rápidos, que
se sucedian a cada cuarto de milla, mostrando que la laguna oríjen
del brazo no podia estar mul distante.
El8, no habiendo podido pasar un rápido média milla mas ade-
lante, 1 solo quedándonos tres dias de víveres, lo cual en caso de
fracaso no habria sido suficiente, 1 teniendo además que vencer pun”
tos peligrosos que habíamos dejado atrás, decidí volver sin esplorar
el brazo N. 3 N. E.; i llegando sin novelad a la confluencia de los
rios, cerca de los grandes rápidos, entré al de la derecha, que sale
del $. E., acampando 2 millas adentro, i habiendo bajado el rio es-
plorado a razon de 8 millas por hora.
Las aguas de los demás rios que habíamos recorrido son negras,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1870. 123
color que obtienen de los derrames de las nieves por las tierras
vejetales de las faldas de las montañas; ¡i los lagos que desaguan i
que probablemente constituyen la division de las aguas, no podian
estar mul distantes; mientras que las del que ahora trato son ver-
de-lechosas, probando ser de distinto oríjen i cursar por terrenos ar-
cillosos mas allá de las montañas. Esta circunstancia me hizo con-
cebir grandes esperanzas apesar de inclinarse al sur. Así, pues
habiéndolo esplorado unas 4 millas mas, el 9, dí otra vez la vuelta
en busca de víveres dejando la chalupa i chinchorro mas arriba de
los grandes rápidos; volví a bordo el 10 con toda la jente, en la
falúa que habia dejado mas abajo de los rápidos; habiendo estado
afuera veinte 1 cinco dias.
A mi llegada a bordo, encontré al teniente Guerrero, quien no
solo habia concluido el plano del estero Aysen e islas de su embo-
cadura hasta puerto Lagunas, con gran peligro por los recios tem-
porales que habia esperimentado, sino que tambien habia subido
el primer rio que yo habia esplorado, i tomando el brazo izquierdo,
habia descubierto la laguna dedonde sale.
El 12 dejé el buque nuevamente, acompañado del teniente Gue-
rrero i los guardiamarinas examinados Lynchi Simpson, quedan-
do a bordo el teniente Salas por encontrarse enfermo. Esta vez
llevaba los dos botes de diez remos en lugar de la falúa con el ob-
jeto de pasarlos por los rápidos, 30 hombres i veinte dias de víve-
res, llegando a ellos esa noche. Los dias 131 14 se ocuparon en
trasportar los botes 1 pertrechos por los rápidos, lloviendo todo el
tiempo; 1 el 15 a primera hora, partimos rio arriba avanzado 8 mi-
llas por entre montañas elevadas. Esa noche el viento aumentó
hasta llegar a ser un verdadero huracan, derribando árboles 1 sa-
cudiendo nuestras carpas sin permitirnos un instante de reposo.
El 16 habia disminuido el viento, pero el rio habia crecido 2 me-
tros corriendo con tal rapidez que no era posible proseguir. El 17
continuamos nuestro viaje, acampando 7 millas adelante con bue-
nos terrenos a la derecha. El 18, a la milla i média de camino i
cuando creíamos poder atravesar una cadena de montañas que te-
níamos por delante, repentinamente llegamos a una cascada donde
el rio, que hasta ese punto conservaba su ancho orijinal de 60 me-
tros, desciende 6 metros de golpe con vuelta rápida desde el este
comprimido por las paredes graníticas del cauce a un tercio de
su ancho. No siendo posible ya avanzar mas, desembarcamos por
124 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
ambos lados para practicar un reconocimiento; 1 subiendo como
100 metros por las faldas de las montañas, volvimos a descubrir
el rio por detrás de la cascada perdiéndose su estrecho caucz al
Il, S. E. como una milla mas atrás por entre las elevadas montañas
que indudablemente atraviesa. Reconociendo la imposibilidad de
trasportar los botes por la gran altura, 1 siendo la lluvia incesan-
te, volvimos esa tarde al campamento que habíamos dejado por la
mañana. El 19 regresamos a los rápidos. El 21, habiendo repasado
todos los botes, despaché al guardiamarina Simpson a bordo con
la chalupa i chinchorro, i fuí con el teniente Guerrero 1 guardia-
marina Lynch a esplorar la laguna que habian descubierto, dis-
tante 10 millas, llegando a ella esa noche.
Esta laguna es de forma elíptica, 2 millas i cuarto de este a oeste.
milla i cuarto de norte a sur, limitada al N. S. 1 E. por cerros
cortados a pique de 1500 metros de altura 1 comunicada al oeste
por un riachuelo impracticable para los botes 1 a través de un lla-
no pantanoso, con otro cajon, donde probablemente existe otra
laguna.
Habiendo ya terminado todo cuanto nos era posible reconocer
con las embarcaciones con que contábamos, no pudiendo dar un
paso por tierra sin el hacha, por lo tupido del monte, i haciéndos e
ya por demasía penosa la esploracion por razon de las continuas
lluvias i temporales, regresé a bordo el 22. Al llegar, supe que el
mismo dia que nosotros habíamos esperimentado el huracan, en
puerto Chacabuco, aunque por estar rodeado de cerros no se le-
vantó mar, fué tal la violencia de los chubascos que bajaban de
las altas montañas, que al herir el agua levantaban penachos de
4 0 5 metros de altura haciendo garrear una de las anclas; i mas
afuera, por la boca del puerto, las corrientes de viento encontradas
elevaban verdaderas mangas marinas. El barómetro en esta 0ca-
sion bajó hasta 29 pulgadas.
El 24, no habiendo vuelto el práctico, zarpé de puerto Chaca-
buco al amanecer, de regreso al departamento, saliendo del Aysen
por donde mismo habíamos entrado i fondeando en puerto Lagu-
nas esa tarde.
El 23 despaché al teniente Guerrero con el guardiamarina
Lynch en la segunda falúa al sur, a levantar el plano de las islas i
comunicar las lagunas, por triangulacion, con los trabajos de Fitz-
Roy por el can] Darwin, que tenia noticias se encontraba cerca,
ANALES DE LA UNIVERSID1!.—AGOSTO DE 1870, 125
El 25 regresó a bordo este empeñoso oficial habiendo cumplido
perfectamente su mision.
En esta situacion tenia, pues, señor Ministro, dos derroteros por-
donde salir; el mas fácil 1 corto, por el canal Darwin, que es ancho
] sez 1ro, teniendo solo unos bajos al sur de la salida al Pacífico,
pero conel buen fonleadero de Vallenar al norte; el otro, mas
largo 1 dificultoso, volvienlo sobre nuestros pasos, por donde mis-
mo habíamos entrado, Haciendo regular tiempo, deseando conocer
mejor los canales 1 teniendo abordo un marinero chilote que antes
los habia recorrido en la pesca de lobos, como tambien siendo ur-
jente levantar el plano de Melinka en ausilio de los buques que
van ahí a cargar madera, no habiénlonos el tiempo permitido ha-
cerla en ocasion anterior, me decidí por éste; izarpando de las
Lagunas el 26, fondeé ese dia en el puerto Americano, distante 15
millas. Este puerto en lat. 45” 10 $. 1 lonj. 73” 49 O., se encuen-
tra al sur del canal Ninualac, que atraviesa hasta el océano, i al
lado oeste de la isla Taugbac o Cerro Americano, de forma nota-
ble 1 600 metros de elevacion; es estrecho, con unos bajos visibles
al sur de la entrada, que es preciso rodear, pero seguro i con buen
foado. Al oeste lo proteje una pequeña isla, 1 ésta forma además
una dársena interior con 2 1 cuarta brazas a baja marea en la en-
trada, pero con 6 17 brazas adentro. En este punto existen unos
manzanos 1 abunda pescado 1 marisco de todas clases. Habiendo
levantado el plano del puerto, partí otra vez el 27, fondeando a la
noche en puerto Ballena. Al día siguiente, continué mi viaje i fon-
deé en Melinka a la tarde. Del 29 al 30 sopló un recio temporal;
pero los dias 1.12 de mayo nos ocupamos en levantar el plano
con toda exactitud.
Melinka es un puerto espacioso; pero la parte E. es abierta
al canal de Gruafo i espuesta a los vientos del N. N. E., que sue-
len soplar con gran violencia, 1 además, sujeto a co:rientes en-
contradas; la parte oeste es abrigada de los vientos reinantes,
pero con fondo rocalloso 1 tambien espuesta a las corrientes
pues la continuacion es un canal que sale al Pacífico. El fon-
deadero en la caleta, formada por un arrecife visible i la punta, es
realmente bueno con excelente agarradero en 8 a 12 brazas arena;
pero es estrecho. La entrada norte de este ¡puerto no tienen pe-
ligros ocultos 1 puede pasarse por ambos lados de la isla Westhof
a 50 metros de elia; pero es preferible-la boca: thita, cuando el
126 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
viento lo permite, que es enteramente segura i no tiene menos de
9 brazas a medio canal, por conducir directamente al fondeadero,
S. 25 O. del compás desde la isla Taytao conduce directamente a
puerto Melinka; puede pasarse por ambos lados de isla Canelo, i
en calma o neblina, hai fondeadero en 18 a 25 brazas a média milla
al norte de isla Westhoff. El establecimiento de las mareas es a
la 1 h. 8 m. con diferencia de 2 metros; llena i vacia por el oeste.
El 3, dia que habia fijado para partir para San Carlos de An-
cud, amaneció cerrado con viento norte, el cual rondando mas
tarde al N. O., sopló furiosamente durante la noche i mañana del
4. El 5, habiendo mejorado el tiempo, levé anclas al amanecer, 1
saliendo al océano por el canal de Guafo, fondeé a la tarde del 6
en San Carlos.
Hecha la relacion de nuestra esploracion, réstame, señor Minis-
tro, hablar del clima, productos 1 condiciones de las comarcas vi-
sitadas.
- Clima.—La época del año en que hemos reconocido estas rejio-
nes no puede llamarse la propicia, siendo quizá igual a la peor; así
es que solo puedo hablar de frecuentes temporales, lluvias casi in-
cesantes i neblinas, hasta el punto de no vislumbrarse el sol por se-
manas enteras, haciendo raras las observaciones astronómicas; 1
esto en gran manera esplica la inexactitud de las cartas de Mora-
leda, padeciendo aun las latitudes, de grandes errores. Sin embar-
go, tengo noticias de que en verano, es decir, de octubre a enero
los temporales son menos frecuentes 1 suele pasar hasta un mes sin
lluvia con hermosísimo tiempo i gran calor.
La direccion jeneral de los vientos, de N. O. a $. O., hace que
todas las evaporaciones del océano Pacífico vayan a acumularse
contra las altas montañas de la costa de la Patagonia, donde se
precipitan en copiosas lluvias; pero es indudable que al fondo del
estero Aysen, en el valle, llueve mucho menos que en la costa, i
la atmósfera es mas despejada. Las caidas de agua llegaron por
medida nuestra en várias ocasiones, hasta 0,025 en una sola no-
che. Las cerrazones mas densas ocurren con calmas i vientos acom-
pañados de lluvia del N. E. al N. O., son pasajeras con vientos
del O. al $. O., i el cielo se despeja completamente cuando reinan
del S. al E. Esto, aunque tenga sus escepciones, conviene recuer-
den los que naveguen estos canales.
Observaciones barométricas.—Be ha esparcido la yoz de que el
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTI DE 1870. 127
barómetro de nada sirve en estas rejiones; pero yo lo he encontrado
de la mayor utilidad. Iísta falacia quizá provenga de que los lími-
tes de elevacioni depresion del mercurio no coinciden con los que
se observan en latitudes mas bonancibles.
A menudo ocurrirá buen tiempo con una depresion que indica-
ria temporal a la latitud de Valparaiso, pero el barómetro siempre
baja antes de cambiar i arreciar el tiempo, i sube con bonanza,
mientras que deben esperarse fuertes temporales del $. O. o $. con
su demasiada elevacion. No son, pues, las alturas absolutas las
que deben tomarse como norma, sino las variaciones mas o menos
repentinas respecto del estado anterior; observando al mismo tiem-
po el barómetro, el cual baja con los vientos del $. isube con los
del N.
Las mayores elevaciones i depresiones del barómetro obser-
vadas por nosotros fueron: 30,60 pulgadas=9,""7772 con cielo
despejado 1 viento del $. L.; 1 29,00 pulgadas=0,"7366 con gran
temporal del N. O. Los temporales mas recios soplan de N. N. E.
al N. O, cambiando a veces repentinamente con furiosos chubascos
al O. $. O. o $., antes de los cuales siempre sube el barómetro i
baja el termómetro. ll higrómetro es tambien mui útil, pues su
mayor o menor saturación indica vientos del N. con fuerte lluvia,
i del $. con tiempo seco. El marino al buscar fondeadero debe,
pues, recordar todas estas circunstancias, guareciéndose siempre
con preferencia del N. al O.; teniendo presente que, mientras so-
ple del N. O., puede cambiar el viento a cualquier instante al $. O.
o $.; 1 teniendo siempre lista en puertos estrechos o entre buques,
si es que ya no hubiese hecho uso de ella, otra ancla para largarla
en el momento del cambio.
Los vientos cambian siempre por el N. al O. dando la vuelta
completa, i solo a veces durante temporales retroceden de O. N. O.
a N. O., en enyo caso soplará con mas furia que antes cambiando
en seguida al $. O., segun dejo dicho.
Mareas. —Aunque en el océano, fuera de los Chonosi Guaitecas,
se noten pocas corrientes, en los canales interiores existen mui
fuertes 1 variadas segun la direccion ifuerza de los vientos, que
además de la marea, impulsan o detienen las aguas, En la cordi-
llera, fondo del Aysen, Melinka i puertos abiertos de los canales,
la diferencia de mareas en los cambios de la luna es solo de 2,"1;
pero tengo noticias de que en las angosturas entre las islas, suben
128 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
en puntos hasta 6 metros 1 corren con una velocidad hasta de 8
millas por hora.
Carácter jeolójico.—La composicion de la masa, tanto de la cor-
dillera como de las islas del archipiélago, es granito, basalto,
cuarzo negro, blanco i colorado, escoria etc., con mui pocos me-
tales, predominando el fierro, 1 aun éste en pequeñas cantidades, i
su oríjen visiblemente volc ánico. Algunas de las islas esteriores,
como Huamblin i Huafo, son de formacion i época posteriores
componiéndose de piedra arenisca, greda i depósitos neptúnicos. El
valle de Aysen 1 terrenos bajos de las islas son puramente aluvia-
les, conteniendo a veces un espesor considerable de tierra vejetal,
especialmente el Aysen 1 otros cajones de la cordillera que van sa-
liendo palautinamente del mar por efecto de los rios. Las islas del
archipiélago no son mas que la cadena esterior de la gran cordi-
dillera americana, 1 los canales 1 esteros, valles submarinos in-
termedios a mayor depresion que las pampas del E. Aun mas,
el aspecto jeneral de la cordillera al S. del estero Aysen, i pro-
bablemente un tanto al N., es mas bien el de enormes montañas
destacadas, que en otra época debieron ser islas 1 ahora unidas
por valles aluviales, que el de una cadena continuada. Esto es
evidente en el valle interior del Aysen, donde en otro tiempo de-
bió existir un estrecho, el cual dia a dia se embanca con los depó-
sitos de los rios i detrito de las montañas, 1 llegará con el tiempo
hasta el mismo mar. Mi idea, es pues, que el término del antiguo
continente de Sur-América, o sea, la cordillera de los Andes, cuan-
do las pampas se encontraban aun sumerjidas, era el Aysen o su
vecindad; i por esta razon, nada estraña es la idea casi comprobada
de que existen rios que pasen la cordillera desde el E.; dando los
hacheros noticias de uno o dos grandes con aguas blancas al $.
de los puntos visitados por nosotros, 1 que no han sido esplorados.
Vejetacion.—Tanto las islas como las faldas de las montañas
¡ valles de la cordillera, se encuentran cubiertos de bosques en su
mayor parte difíciles de penetrar por los arbustos, quilas 1 otras
enredaderas que los tupen e impiden el paso cubriendo además el
suelo los troncos de los árboles muertos. Los árboles mas comu-
nes son el roble 1 coigno, a veces hasta de 4 metros de diámetro
¡ 15 de tallo; el laurel, muermo, ciruelillo, ciprés, canelo, avella-
no, manín, tenía, tepú 1 pino.
Los arbustos son la fuxia sencilla 1 doble, grosella espinosa,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870. 129
luma, colligúe i las enredaderas quila i boque. Bajo el bosque, no
crece el pasto; pero donde ocurren claros, lo hai en los lugares se-
cos componiéndose principalmente de alfilerillo, i los pantanos son
cubiertos de totoras i pangues. Las únicas frutas vistas por nos-
otros fueron el chaúuchau i luma parecida al maqui ¡el michai-
El apio crece silvestre en todas partes; i el cebollin, coles, nabo 1
papas donde han sido plantados.
Animales.—En las islas existen indíjenas, zorros, gatos mon-
teses, lobos de mar, i nutrias, coipos i ratones; pero han sido im-
portadas cabras, chanchos i perros. En la cordillera, además de
los anteriores, hai leones, venados i ciervos. El ganado vacuno 1
lanar prospera donde hai pasto
Pájaros terrestres. —Existen tanto en el continente como en
las islas, gallinasos, gavilanes, huarros, peucos, cohos, lechu-
zas, gallinitas de montaña, pidenes, zorzales, palomas, loros, tur-
cas, tordos, diucas, becasinas, jilgueros, golondrinas i picaflores.
Pájaros acuáticos. —Hai gaviotas, pardelas, quetros, cauque-
ños, cayes, patos de muchas clases, pájaros niños, cuervos, hualas,
garzas, zarapitos, martin=pescadores i pilpiles.
Reptiles. —No se vieron mas que zapos.
Insectos.—Arañas, cucarachas de muchas clases, avejas, mos-
cardones, moscas, zancudos, concunas, langostas, grillos, ciento-
piés.
Peces.—Bobalos, corvinas, rayas, congrios, pejerreyes, toninas,
peje-espadas, sardinas, tollos i varias clases de pescado de piedra»
Marisco.—Choros, cholguas, ostiones, jalvas, erizos, plures,
caracoles, lapas, locos, quilmahues etc. .
Habitantes.—Es indudable que en otro tiempo fué habitado to-
do el archipiélago; pero en el dia la raza indijena ha desapareci-
“do completamente. En algunos puntos existen aun sepulturas de-
donde se han estraido cráneos idénticos a los de la raza paya de
Ohiloé. En el valle interior del Aysen, no se encontró vestijio algu-
no de ser viviente ni que la localidad haya sido aun visitada mas
ariba de los rápidos en ningun tiempo, avisando el mismo Mo-
raleda la imposibilidad de navegar estos rios mas adelante de
los primeros obstáculos. Puedo, pues, aseverar sin temor de con-
tradiccion que jamás el hombre ha pisado ezas soledades antes que
nosotros, pues la escasez de alimentos, aun hasta de pescados al
A, DE LA U6, : 17
=
130 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
fondo del Aysen, es mas que razon para que el salvaje nunca las ha-
ya ocupado.
En el día los únicos artículos Ce comercio sou el guano de lobos,
que existe en considerables cantidades en cuevas, aceite i cueros
de lobo, pescado seco 1 maderas, principalmente en forma de dur-
mientes de ferrocarril, de los cuales se estraen 159,000 anuales;
ocupáudose en estas faenas, en verane, mas de 200 embarcacio-
nes menores 13099 hombres, los cuales por lo jeneral trabajan
sin sistema ni vijilancia alguna, destruyendo a menudo el resto del
bosque para aprovechar el ciprés, ¡llegando hasta quemar islas
enteras. Éste i otros desórdenes, en el actual estado de cosas, es di-
fícil de reprimir, i solo podria evitarse con la esplotacion de las islas
de un modo sistemático por alguna gran compañía o reunion de
los actuales empresarios.
En resúmen, señor Ministro, con esta esploracion se han conse-
guido las ventajas siguientes:
1. Se ha comprobado que las aguas interiores de los archipié-
lagos de Guaytecas 1 Chonos son seguras para vapores, que, como
la Chacabuco, calan hasta 5,”4, e indudablemente para los del ma-
yor porte, siendo su único inconveniente el excesivo fondo que por
lojeneral limita los puertos, obligando a los buques a anclar mui
cerca de tierra.
2.” Se han dado a conocer cuatro puertos nuevos a jornadas con-
venientes uno de otro, que son: Ballena, Cuptana o Nevado, Tam-
bac o Americano 1 Lagunas; 1 además se ha levantado el plano de
Melinka, ya mui frecuentado.
3. Mediante nuestra union del puerto Lagunas con los trabajos
de Fitz-Roy por el canal Darwin, podrán los buques de vela,
eon toda seguridad, ir allá a tomar sus cargamentos de maderas
economizando el trasporte a Melinka. En efecto, ya desde nuestra
vuelta, se ha contratado un buque con este destino.
4. Se ha esplorado el estero Aysen hasta su fondo, uniéndolo
con puerto Lagunas i rectificando su posicion, que padecia de un
error de 18 millas en latitud al norte de la verdadera.
5.” Se han esplorado 50 millas de rios dando a conocer un valle
fértil al fondo del Aysen, con grandes acopios de maderas 1 tierras
vejetales; penetrando a través de las cordilleras hasta lomjit. 7233
O. de Greenwich sin dar fin al valle.
ANAL'S DE LA UNIVERSIDAD. —“GOSTO DE 1870. 131
5. Se ha dado a conocer la posibilidad de que exista un paso
por agua a través de la cordillera mas al sur de Aysen; pues, has-
ta donde ha polido verse, deja de ser una cadena continuada en
este punto, con notable depresion.
Queda aun pendiente el levantamiento exacto del plano de las
costas interiores de los archipiélagos de Chonos i¡ Gruaytecas desde
Melinka hasta la península de Taitao, 1 la costa de Patagonia des-
«le Refujio hasta el mismo punto.
Esto es imperativo para facilitar la navegacion de los buques de
vela; pero en todo caso, siendo los canales estrechos i sembrados
le islas i rocas, no se recomienda a los buques mayores entrar por
el norte sin un práctico esperto.
Los canales al sur del Aysen son enteramente desconocidos 1
demandan la primera atencion, pues cuantas noticias se tienen de
ellos, son mas que vagas.
Al terminar, señor Ministro, no puedo menos de manifestarle mi
sentimiento de que el limitado tiempo i las circuntancias no nos ha-
yan permitido hacermas; pero, si Su Señoría ha quedado satisfecho
de nuestros esfuerzos, estarán mas que recompensadas nuestras pri-
vaciones i penalidades; siéndome un grato deber recomendar a la
consideracion de Su Señoría, en jeneral, a la oficialidad, marinería
¡ tropa que me ha acompañado, i en particular al teniente 2. don
Ramon Guerrero 1 guardia marina examinado don Estanislao
Lynch, en quienes recayó la parte mas peligrosa, cual fué el levan-
tamiento, a 30 millas del buque, del plano de los canales e islas
del Aysen.
Dios guarde a US.
ENRIQUE M. SIMPSON.
Al señor Ministro de marina.
E
Roca Abíao e isla de Sanía María.
CoMANDANCIA JENERAL DE MARINA.
Valparaiso, enero 18 de 18370.
Señor Ministro de marina:
El señor comandante en jefe de la escuadra de la República, con
fecha de ayer, me dice lo que copio:
132 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
“El comandante del vapor 4btao, capitan de corbeta graduado
don Francisco Rondizzoni, desde Mejillones con fecha 10 del ac-
tual, me dice lo que sigue:
“Después de la última comunicacion que diriji a US. con fecha
25 del próximo pasado, he efectuado una segunda salida, perma-
neciendo cuatro dias en la mar haciendo ejercicios, 1 dos en la isla
de Santa María, en cuyo lugar levanté el plano, el cual cuidaré
de entregar junto con los demás trabajos hidrográficos que puedan
llevar a cabo los oficiales i el que suscribe, durante la estadía del
buque en estas aguas.
“Por ahora, adjunto a US. otro de la punta Angamos e islotes
adyacentes, en el que se demarca un bajo de rocas, peligroso por su
situacion 1 desconocido hasta el presente. Este nuevo bajo, situado
al N. N. O. del compás al partir del farellon mas grande 1 distante
de éste una milla imédia de la tierra mas cercana, mide una es-
tension de nueve a diez metros de norte a sur, quees la par-
te mas ancha, siendo sus estremidades en esta direccion promi-
nentes, i su profundidad en baja marea es de diez 1 seis piés en la
parte sur i de dieciocho en la del norte. Siendo su aspecto como si
estuviera en plena mar, sin sargazos ni ninguna otra señal por la
que se pueda conocer su existencia, este bajo es tanto mas peligro-
so cuanto que se encuentra situado en el mismo camino que el
marino mas prudente tomará para dirijirse a Mejillones; i debien-
do ser esta bahía en breve concurrida por buques de gran calado,
me apresuro a ponerlo en conocimiento de US. a fin de que, dán-
dose publicidad, llegue tambien a conocimiento de los navegantes.
Es seguro que todos los buques que han venido a Mejillones
hasta ahora, han debido pasar por el canal, pues siendo aquí los
sures los vientos constantes para entrar i salir, se ven obligados a
barloventear, no pasando por esto del farallon grande a mas dis-
tancia que de média milla a tres cuartos de milla; por lo que he
hecho sondear tambien con toda prolijidad i exactitud, encontrán-
dose en él dos o tres rocas mas, no marcadas tan poco en las car-
pero teniendo en baja marea la que menos cuatro brazas de
agua.
“En la bahía no ha habido mas movimiento marítimo hasta el
presente que el de los dos vapores que tocan en este puerto dos
”
veces al mes.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— AGOSTO DE 1870. 133
“Lo trascribo a US. para su conocimiento con inclusion de los
estados de fuerza, 1 plano que representa la posicion de la roca des-
cubierta por el vapor Abtao, a fin de que, silo tiene a bien en vis-
ta de la importancia de su conocimiento, se sirva darle la publici-
dad debida para que llegue a noticia de los navegantes.”
Lo trascribo a U$S. para su conocimiento i fines consiguientes,
con inclusion de los estados de fuerza de que se hace mérito,
Dios guarde a US.
J. RAMON Lira.
Al senor Ministro de marina.
—-—_—nm—_ o oo RR ATA YAA
MEDICINA.—De la conjuntivitis pustulosa consecutiva a las vi-
ruelas, — Comunicación a la Facultad de medicina, por el doctor
don Wenceslao Diaz.
Mui comun es encontrar individuos que han perdido uno o ambos
ojos en un ataque de viruelas o que llevan en la córnea lesiones in-
delebles que dificultan mas o menos la vision. Al verles, uno cree ot-
dinariamente que tales lesiones fueron ocasionadas por pústulas va-
riolosas que ulceraron la córnea o perforaron las membranas del glo-
bo ocular, i esta era la creencia que tenia yo, fundada en la narracion
sintomatolójica que de dicha eufermedad hacen los escritores de me.
dicina; mas la observacion en el Lazareto de la Maestranza de mu-
chos variolosos desde el año de 1864. acá, me ha hecho yariar aque-
lla creencia i formar distinto conocimiento de las referidas lesiones, al
menos de cómo se presentan en Santiago, lo cual voi a consignar en
estos apuntes.
Siempre ha llamado la atencion de los ofialmólogos el papel que
hacela viruela como causa de la ceguera. Carron du Villards asegu-
ra que antes del benéfico descubrimiento de Jenner, las estadísticas.
de Alemania, Inglaterra, Rusia, Htalia 1 Prusia, arrojaban un 35 por
ciento de cegueras ocasionadas por aquella enfermedad (Guide pra-
tique pour l'étude et le trailement des maladies des yeux. Paris
1833, t. 1L, páj. 86). En 1810, cuando la vacuna empezaba a hacer
sentir su influencia en Paris, Bélivier, cirujano del hospicio de los
Quiaze-Vingts, encontró que la ceguera variólica habia disminuido a
26 por ciento. ln 1856, Dumont, médico del mismo establecimiento,
131 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
hia hallado 17,9 por ciento entre los antiguos pensionistas, 12,2 por
ciento entre viejos que no pasaban de 65 años, ¡ solo 8 por ciento em
individuos de todas edades mayores de 25 años. Kn este mismo año
solo habia 5 o 6 por ciento en el instituto de Jeunes Aveugles (Mue-
kenzie, Traité pratique des maladics des yeuz. Paris, 1856 t. E, páj.
814.) Es decir que, estableciendo un promedio racional, hai en
Francia un 7 por.ciento de ciegos que deben su enfermedad a las
viruelas, lo que comparado con el 35 por ciento que existia a princi-
pios del siglo, da una disminucion de un 23 por ciento: de lo que re-
sulta, añaden los traductores de Mackenzie, que la causa mas fre-
cuente de ceguera al principiar este siglo, ha seguido, desde el des-
cubrimiento de Jenner, una progresion rápidamente decreciente
hasta el punto de poderse creer que a fines de él, habrá desaparecido
de Francia de manera que se la mire como una escepcion capaz de
exitar la curiosidad de los médicos futuros.
Empero, no es esto todo: de la totalidad de los ciegos que debian su
invalidez a la viruela, ninguno habia sido vacunado «¿dle una manera
eficaz.
En Chile, donde la vacuna es aun conocida por el vulgo con el
nombre de peste, i que dice ponerse la peste por vacunarse, mucha
debe ser la accion que las viruelas han ejercido i ejercen en la pro-
duccion de la ceguera. Pura convencerse de esto, basta fijarse un
poco en la cara de los ciegos que recorren las calles, en las cuales se
toman de ordinario las huellas indelebles de aquella terrible enfer-
medad. En el hospicio de esta ciudad, lraciendo una estadística a la
lijera i defectuosa por muchos motivos, he encontrado 12 por ciento
en los hombres ¡ 5, 3 en las mujeres. Es de advertir que solo he to-
mado en cuenta a los que estaban capaces de suministrar datos de
sii que desechuba a los que me decian que habian cegado después de
haberles dado las viruelas.
Es de esperar que en nuestro país, como en los del viejo mundo, la
vacuna vaya disminuyendo el número de ciegos, lo que no será por
cierto el menor de los beneficios de tan útil profilaxia.
Il.
la viruela como causa de la pérdida de la vista ha sido mui estu-
diada por “las oftalimólogos modernos; pero desgraciadament:, no
están por completo de acuerdo en el punto de partida; pues mientras
que unos pretenden que las pústulas variólicas ocasionan las deformi-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1870. 135
dades del ojo, otros les niegan totalinente esta accion ¡aseguran que
las tales pústulas no afectan jamás la conjuntiva ni la córnea. Noso.
tros, limiándonos a tas observaciones hechas, vamos a describir lo que
hemos visto constantemente en siete años de práctica en el lazareto
de la Maestranz +, en cuyos transcurso hemos tratado 7,413 variolosos.
Durante la evolucion de las pástulas variólicas de la cara, sobrevie-
ne una conjuntvitis simple, tanto mas intensa cuanto mas numero-
sas son las pústulas de los párpados, subre todo en la parte interma-
jinal. Esta Inflanacion es acompañada de una secresion purulenta
mas o menos abundante i de una tumnefaccioón de los párpados, que a
veces es mui dificil apartarlos. Si en esta circunstancia se examina la
conjuntiva, se la encuentra comunente exenta de toda pástula, aun
en casos de viruela mui confluente; pero en otros mul raros, se nofan
pustulitas en aquella membrana sobre el globo ocular, nunca sobre la
córnea, que en vez de marchar a la supuracion, se resuelven en uno
o dos dias sin dejar vestijio alguno. Ésta fugaz aparicion de la
pústula variólica en la conjuntiva hu dado talvez lugar a que algunos
autores nieguen completamente su existencia.
Cuando los párpados se deshinclim, se notan los ojos completa-
mente sanos, estado que continúa durante la descamación i que hace
olvidar del todo los temores de complicaciones por esta parte 1 aguatr-
dar una terminacion feliz de la enfermedad. Pero no siempre es así,
porque muchas veces, después de viruelas discretas 1 benignas que
han terminado por una lijera descamación, después de bañado el en-
fermo ¡a veces después de huber vuelto a sus ocupaciones habitaa-
les, se ponen los ojos inyectados, rojos, lagrimosos; no se puede mi-
rar laluz, que incomoda muchísimo, | se siente una sensacion de
calor i escosor como si se tuviera arena entre los párpados.
Si eu tal estado se examinan los ojos, se nota que-la conjuntiva
tanto palpebral como ocular está inflamada, turjente hasta hacer
aparecer deprimida a la córn a; los vasos sanguíneos. mul inyectados
sobre todo los del globo del ojo, 1 de estos los que parten del ángulo
interno en ese lugar de la conjuntiva en que furman los tenijios. Pero
lo que llama mas la atención en estos capilares iugurjitados i multi:
plicados por la inflamacion, es que corverjen hácia un punto de la
márjen de la córnea donde se forina una pustulita que se ulcera rá-
pidamente ¡ que, si no se le pone pronto 1 eficaz atajo, perfora la cór-
nea i vacia los humores del ojo destruyendo para siempre la vision,
Otras yec: s, los vaso3 inyeciados que llegan a la orilla de la cómea,
136 MEMORIAS CIENTÍFICAS. A
que por lo regular es la varte inferior, producen una opacidad mas o me-
nos estensa que tiene la forma de média luna blanquecina que al de-
saparecer la inflamacion deja una nube de la misma forma. Á veces
las pústulas, principalmente las situadas en el borde inferior de la cór-
nea, se complican con la inflamacion de esta membrana dando lugar
a una secreción purulenta entre sus laminillas, conocida con el nom-
bre de óniz, que altera en una estension mas o menos grande su
trasparancia. Este abceso interlaminar, de borde superior convexo,
que no cambia de situacion con los movimientos, infiltra la córnea en
una estension mas o menos considerable ise abre en la cámara an-
terior del ojo, pero mas comunmente afuera en la ulceracion que pro-
duce la pústula.
Cuando acontece lo primero, se forma una coleccion purulenta en
la cámara anterior, es decir, un verdadero o falso /hipópion; mas si
sobreviene lo segundo, el pus se escapa i la enfermedad marcha a su
curacion. Pero no sucede siempre esto, pues, u veces la ulceracion o
abertura de la córnea, llega a comprometer la membrana ácuea i
con el pus sale el humor de este nombre, i el íris empujado hácia
adelante va a formar con la córnea estofilomas mas o menos jenerales
segun la estension de la ulceracion, Eín Jos casos mas felices, he vis-
¡0 »miocéfalos o hernias del íris en que esta membrana, taponando
perfectamente una pequeña perforacion de la córnea, formaba un
granito negro como la cabeza de una mosca i conducia la enfermedad
a su curacion.
Otras veces, lo que es menos comun, al empezar a desarrollarse la
pústula i¡ aun antes de que la córnea se enturbie, se ve en la cámara
anterior una coleccion de pus, amarillenta, de borde, o mas bien, de
nivel superior horizontal, que cambia bajo el influjo de la pesantez,
es decir, que se forma un /1pópivn que se abre por la ulceracion de
la córnea: cuando esto no se verifica a influjos del tratamiento, va
bajando de nivel i reabsordiéndose poco a poco,
Nunca he visto la corneítis o queraútis primitiva después de las vi-
ruelas: siempre viene como consecuencia de la conjuntivitis pustulosa
que he descrito, la cual estiende sus desvastaciones a las láminas tras-
parentes de la córnea produciendo, cuando no se la detiene con tiem-
po, nubes, albugos i leucomas; en los casos mas graves, estafilomas; 1
cuando la inflamacion pasa al estado crónico, lo que sucede en lada
viduos escrofulosos, la córnea se vasculariza ¡se forma un pannus que
en los casos mas felices se trasparenta i permite la vision, Len los me>
nos ocasiona la ceguera.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1870. 237
Voi a describir ahora tres observaciones, tomadas al acaso, para
que se vea cómo se desarrolla i marcha la enfermedad.
Observacion 1.*+—Número 21 de la Merced. -- Francisco Rios, de
20 años. —Como ocho dias después de haber empezado a secarse la
viruela i antes de levantarse, comenzó a sentir una inflamacion en el
ojo derecho, sensacion de dolor i calor. Los capilares de la conjuntiva
palpebral i ocular mui inyectados. En la parte inferior de la córnea,
un semicíireulo opaco en cuyo centro se veia una pustulita amarillenta,
como de un milímetro de diámetro. —Colirio de nitrato de plata, 2 gra-
nospar onza, tres veces; oclusion de los párpados con esparadrapo; be-
bidas emolientes—-Al dia siguiente, la pústula se habia convertido en
una pequeña ulceracion.—El mismo tratamiento con el encargo de
«que el colirio cayese sobre la ulceracion.—Tres dias después, la cicatriz
estaba casi formada; el semicírculo opaco ha disminuido. —El mismo
colirio de 1 grano por onza.—Cuatro dias mas tarde, la curacion era
casi completa, quedando un albugo en el sitio de la pústula i alguna
opacidad en el contorno inferior de la córnea.
Observacion 2.*—Núm. 26 de la Merced.—Hermójenes Carrasco,
le 28 años, constitucion robusta.--"Pres dias después de haber empe-
Zado la descamacion de los miembros, que es la última, i de haberse
levantado, sintió escosor en el ojo izquierdo, retraccion espasmódica-
de los párpados, inyeccion de los capilares del globo ocular converjien
do los inferiores hácia el borde inferior de la córnea donde se nota ura
pústula pequeña, levantada i amarillenta; semicírculo opaco en el con-
torno inferior de la córnea.—-Tocacion directa con el nitrato de plata;
oclusión de los párpados.—Al dia siguiente, la pústula se rompe dando
lugar a una ulceración que pone la córnea mas opaca ¡ como reblan-
decida.—Colirio de nitrato de plata, de 2 granos por onza, dos veces;
oclusion de los párpados.—Dos dias después, la ulceracion se estiende
como la opacidad.—il mismo colirio tres veces, vejigatorio a la apófi-
ss masióides correspondiente. —En los cuatro dias siguientes, la ulce-
racion, la opacidad 1 la rubicundez disminuyen. El mismo colirio se
continúa dos veces por cinco dias mas, al fin de los cuales la cicatriza-
cion está terminada, quedando un albugo como de dos milimetros en
la parte inferior de la córnea.
Observación 3.*—Número 27 de la Merced.—José del Cármen
Erazo, de 27 años, constitucion débil; está al lado del anterior.—Le
acomete la conjuntivitis tres dias después que a él i cuatro después
de haber empezado la descamacion i uno de haberse levantado. Tiene
ASDE LA D. 18
238 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
ambos ojos afectados: en el izquierdo una pustulita amarilla, pro mi-
nente como del tamaño de un grano de mijo en el borde interno de la
córnea, hácia la cual converjen muchos capilares mul inyectados; en el
derecho, una pústula de doble tamaño a la anterior en la parte inferior
de la córnea, que aparece rodeada de una faja opaca mas ancha en la
parte inferior donde es mayor la inyeccion de los vasos sanguíneos.—
Colirio de 2 granos por onza tres veces; oclusion de los párpados. El
ojo izquierdo se cura en cinco dias; pero en el derecho se forma uba
ulceracion estensa i profunda, toda la córnea se empaña i en la parte
inferior de la cámara anterior se forma uu derrame purulento. Alimen-
tacion; jarabe de yoduro de fierro. Oclusion palpebral, encargo de no
restregarse el ojo, vejigatorio a la apófisis mastóldes i nuca.—Dos dias
después la cicatriz avanza l en once dias mas se consolida, disminuye
la coloracion ¡ se reabsorve en parte el pus de la cámara anterior.—
Renovacion del vejigarorio, colirio de sulfato de zinc de 2 granos por
onza.--Siete dias después salió de alta con una gran nube en la parte
inferior de la córnea i una linea curva como de un sesto de círculo en
la márjen inferior del iris. —Sc le recomendaron las insuflaciones de
azúcar para que se las hiciera en su casa.
En un caso menos feliz que el anterior, la ulceracion perforó li
córnea, ¡en un esfuerzo, se vació el ojo quedando perdido para siem-
pre. Este resultado fatal lo he observado una vez este año 1 ora en
ambos ojos en 1866, siendo de notar que todos los individuos enfer-
mos eran débiles i linfáticos, en los cuales los estragos de las viruelas
habian avmeutado aquellas malas condiciones patolójicas.
En el tratamiento, he procurado siempre sostener las fuerzas del en-
fermo, ¡ en los mui debilitados añado el jarabe de yoduro de fierro, la
infusion de quina i el sulfato de quinina porque he observado que la
enfermedad ataca con preferencia los individuos que quedan mas dé-
biles i que en ellos son mas rápidos, rebeldes i tenaces los sintomas.
No he empleado el sulfato de cobre, pero sí el nitrato de plata
usando directamente el lapicero para cauterizar las pústulas levan-
tadas ¡ el colirio de uno o dos granos dos o tres veces al día, termi-
nando casi siempre por el colirio de sulfato de zinc.
Pero antes que el tratamiento esá el prevenir i evitar la enferme-
dad, lo cual se consigue usando del último colirio dos ¡ tres veces ¡
cerrando los párpados cuando se ve que los ojos empiezan a entoje—
cerse, porque si se les deja así, pronto se organizan las pústulas que
muchas veces pasan desapercibidas al segundo periodo de u'ceracion,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1870. 239
en el cual no es tan fácil curarlas sin dejar manchas indelebles.
Como medio preventivo i curativo, creo que presta un servicio mui
importante la oclusion de los párpados por vendoletas aglutitantes
sobre todo en los niños. Este medio aconsejado en 1864 en Europa
está puesto en práctica en el lazareto desde 18635 con buen resultado,
En el tratamiento del ónix i del hipópion me he abstenido, siguien
do el consejo de Mackenzie, de abrir lu córnea con, instrumento cor
cortante, lo que casi siempre da lugar a estafilomas mas o menos
estensos, 1 me he limitado a combatir enérjicamente la causa de las
lesiones, es decir, la conjuntivitis pustulosa.
1.
Esta conjuntivitis no se presenta siempre en la terminacion de las
viruelas, no es su consecuencia fatal. Desde enero hasta principios de
agosto del año pasado, no se habia presentado un solo caso; algo pare-
cido aconteció en las epidemias de 1864 165, en las cuales no se notó
al principio de ellas sino al fin, en primavera, cuando:las viruelas iban
declinando. Pero lo que mas me ha llamado la atencion es que
las tres apariciones de tan incómodo accidente han coincidido con la
del sarampion, que se ha presentado bajo la forma de pequeña epide-
mia en el pueblo i del cual muchos casos por equivocación han ido a
tratarse a las salas de los vuriolosos. Así, el año anterior, a principios
de agosto, en la época del desarrollo de la conjuntivitis de que me
ocupo, tenia hasta diez i ocho enfermos de sarampion en las salas del
lazareto, bien que muchos de ellos fueron conducidos a San Juan de
Dios i otros a sus casas de temor quecontrajeran las viruelas, como
se ve muchas veces en estos enfermos después de dormir bajo el mis-
mo techo que los variolosos.
Tal enfermedad no se presenta, pues, constantemente en el curso
¡de las viruelas, sino que se desarrolla epidémicamente, sobre otra
epidemia de una enfermedad eruptiva que presta tambien conjun-
Livítis mas o menos intensas aunque de otra naturaleza. En efecto,
la conjuntivitis del sarampion es reputada como catarral i su presen-
cla puede juzgarse como la causa determinante de la conjuntivitis
' pustulosa si se admite en la etiolojía con el profesor L.. Gosselin
¡(Archives géné. abril 1869) que las diversas conjuntivitis, ora muco-
| purulentas o semipurulentas, ora purulentas, ora granulosas O catarra-
es, son susceptibles de trasmitirse por contajio directo o ala distancia
240 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
por miasmas que salen de los ojos enfermos i se esparcen en el aire, 1
además, de transformarse por el contajio unas en otras. No seria estra-
ño, como lo prueba clínicamente el autor citado, que la conjuntivitis
catarral del sarampion produjera conjuntivitis pustulosa con tendencia
a complicarse con queraútis, 1 por consiguiente, con lesiones irreme-
diables de la córnea.
Sobre la etiolojía de esta enfermedad, quedan aun dos puntos cues-
tionables. ¿Qué papel hacen en ella las pústulas variólicas de la con-
juntiva? qué el pus de las pústulas de la cara?
Acerca de las pústulas de la conjuntiva, puedo asegurar que siendo
pequeñas ¡aplastadas, se secan pronto ique nunca las he visto ul-
cerarse i producir albugos o estafilomas; antes bien, cuando llega la
época en que se desarrolla comunmente la enfermedad de que voi
ocupándome, ya han desaparecido sin dejar los menores vestijios.
Las pustulas de la conjuntiva no pueden, pues, producir dicha lesion;
no puedo decir otro tanto del pus de las pústulas de las otrus partes
del cuerpo, porque, como es sabido, el pus, principalmente de la gono-
rrea, de la conjuntivitis purulenta o semipurulenta, produce conjun-
tivitis del mismo carácter i no seria estraño que el pus de las viruelas
las produjera. En la descostracion, el pus seco, en polvo, puede ser
llevado por los dedos a los ojos i enjendrar en ellos tan grave enfer.
medad. Una sola observacion habria que liacera esta creencia 1 es
que la tal conjuntivitis nose produce siempre en todos los convale-
cientes de viruelas que se encuentran en las mismas circunstancias
etiolójicas sino que se desarrolla como epidemia en tiempos en que
existen otras enfermedades conjéneres.
Sin embargo, la accion de los detritus de la descamación variólica
como causa de las conjuntivitis, o mas bien, de las oftalmías conse-
cutivas a la erupcion de las viruelas, es cuestion de esperimentacion
que no he podido practicar por los accidentes graves que trae consi-
go, icon todo, me parece que este seria el único medio de resolver el
problema de su etiolojía.
111.
Antes de terminar, quiero echar una mirada a las descripciones
que con el título de oftamía o conjuntivitis variolosa, se leen en los
escritores europeos, pues creo que contribuyen en mucho a que se
forme aquí una falsa idea de dicha enfermedad, al menos de cómo se
presenta en Santiago.
:
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870, 241
Carron du Villards cree que dicha lesion está constituida por las
pústulas de la viruela i dice que basta conocer la accion de una sola
pústula variólica sobre la piel para apreciar a primera vista todas las
consecuencias | estragos que puede ocasionar un pequeño grano va-
rioloso sobre el ojo (ob. cif. £. 11, páj. 85). En este sentido hace toda
su descripcion.
Nelaton, siguiendo en todo a Carron du Villards, a quien cita, hace
una descripcion idéntica a la anterior. Para este profesor, la conjun-
tivítis variolosa está constituida por pústulas de esta naturaleza en
el ojo, que el vulgo, dice, llama grano grueso i cuyo desarrollo es
causa frecuente de ceguera (Fratado de Patolozía quirúrjica, Ma-
drid 1858. t. 1IL, páj. 79).
Desmarres cree que la conjuntivitis variolosa como la escarlatinosa,
erisipelatosa, no es mas que una conjuntivitis catarral con o sin com-
plicacion de pústula, que no tiene nada de particular sino es la
causa que la produce (Traite des maladies des yeaz. Paris 1855, 1.
IL páj. 77).
Weclker describe la conjuntivitis variolosa como Carron du Villards,
añadiendo la observacion de la poca persistencia de las pústulas, lo
que ha hecho que algunos autores las niegan. Describe con minucio-
sidad la marcha de las pústulas voriolosas en el ojo sin decir nada
sobre la conjuntivitis consecutiva ala viruela (Lraité des maladics
des yeux. Paris 1867, t. L, páj. 147).
Es necesario llegar hasta Mackenzie (ob. cit. £. £, p.S16) para en-
contrar una descripcion «que se asemejea la enfermedad de que me
he ocupado. Este escritor, después de tratar de la conjuntivitis vario-
losa, trata de la cornevis postvariolosa, que supone primitiva 1 no
consecutiva a la conjuntivitis, como la he visto siempre. lios ojos no
están salvos, dice, aun después de haber caido las costras que suceden
alas pústulas; al contrario, entonces corren mayor peligro. Discute
tambien la opinion del Dr. Gregory, que apoyado en la opinion de
Marson, cirujano del hospital de variolosos de Londres, niega la exis-
tencia de pústulas sobre la conjuntiva durante la erupcion jeneral.
Ya hemos dicho que estas pústulas aparecen rara vez i que duran
mui poco, 1 que nunca las hemos visto terminar por la ulceracion o la
supuracion; es decir, que jamás las hemos visto en los 7,413 casos «
que hemos asistido, producir en los ojos esos estragos descritos por los
autores citados ilos cuales provienen solamente de la conjuntivitis
pustulosa consecutiva a las viruelas. Distamos, pues, igualmente de
942 MEMORIAS LITERARIAS.
losque niegan la pústula variólica de la conjuntiva, así como de los
que la creen la causa de las desorganizaciones de los ojos, basando
este parecer en la observacion personal de lo que acontece en San-
tiago.
MEMORIAS LITERARIAS.
DERECHO CIVIL.—De la estincion de la personalidad legal.
Memoria de prueba para optar el grado de licenciado en la
Facultad de leyes ¿ciencias políticas, por don José Vidal.
Señores:
Colocado por los estatutos universitarios en el caso de molestar
vuestra atencion, os traigo a exámen una materia que en sí misma
se presta a consideraciones bien graves e importantes. Materia es
ésta que hasta ahora ha pasado como en silencio, debido sin duda
a la poca utilidad práctica que a primera vista presenta. Hablo,
señores, del título en que el código civil trata de la estincion de la
personalidad legal. La simple enunciacion de este punto me hace
creer que no lo acojereis con indiferencia.
El mérito de nuestro código civil, tan justamente reconocido,
quizá en esta parte pudiera ponerse algun tanto en discusion;
porque, si bien, en jeneral, aventaja con mucho a todos los que le
han precedido en su aparecimiento a la luz pública i aun en la
materia en que voi a ocuparme, encierra en ella misma disposicio-
nes que destruyen por su base todo el sistema tan bien concebido
por el mismo código.
No sé si sea temerario al avanzar un concepto tan atrevido. En
el curso de esta memoria, procuraré manifestar que lo que dejo
espuesto no es una asercion equivocada.
Trataré la materia observando el órden de esposicion seguida
por el código.
Nuestro código civil reconoce la muerte natural como la única
causa capaz de poner fin en absoluto a la existencia de las perso-
nas: la muerte civil solo la produc en cuanto «a los derechos de
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGUSTO DE 1870. Das,
propiedad. De ambas procuraré ocuparme en el curso de este tra=
bajo.
La muerte natural es real o presunta. Real no es sino el efectivo
fallecimiento de una persona; presunta es la que deduce la les,
elevándola a la categoría de una presuncion legal, por cuanto la
suponen ciertos antecedentes o circunstancias que se dan por veri-
ficados.
A la verdad que, si el código no se hubiese tomado la molestia
de decirnos que la persona termina por la muerte natural, no nos
habria dejado en mucha oscuridad. A cada instante vemos que la
muerte concluye con los individuos de todas las especies; 1 que
los muertos no pueden ejercer derechos civiles, está tambien fuera
de cuestion. Vale tanto esta advertencia como si se nos dijera que
el matrimonio terminaba por la muerte de uno de los contrayentes,
o que la muerte del hijo pone fin a la patria potestad que su pa-
dre ejercia sobre él.
En lo que verdaderamente ha venido a consignar una regla har-
to útil, es en cuanto dispone que: hallándose dos personas en las
mismas circunstancias, sin que pueda saberse la prioridad de sus
fallecimientos, debe reputarse que ambas tuvieron lugar en el
mismo momento, para la estincion 1 nacimiento de los derechos
que respectivamente pudieran corresponderle. El código frances
trae sobre la materia muchas disposiciones bastante minuciosas
para apreciar en los diversos casos la mayor o menor probabili-
dad que pueda haber para suponer la prioridad de uno u otro fa-
Jlecimiento. Pero, las presunciones de este código son tan impro-
bables, tan espuestas a error 1 quizá, en muchos casos, tanto mas
conducente a suponer una situacion diametralmente contrária,
que, como lo observa mui bien el ilustre redactor de nuestro códi-
go, ha parecido preferible la regla uniforme e invariable del artí-
culo 79. z
I en verdad, ¿es racional suponer, como el código frances, que
si de las personas de que se trata tenia una dos años 1 la otra se-
- senta 1 uno, haya sobrevivido la primera? ¿No es evidentemente
absurdo dar por un hecho inconcuso que un niño de dos años ten-
ga mas condiciones de vida que un anciano de sesenta i 1no para
luchar con la muerte? En cambio de no caer en estas inverosimili-
tudes, ha fijado el código civil, i con mucha cordura, una regla
slempre ¡gual, como es la que me ocupa.
244 MEMORIAS LITERARIAS.
Paso a tratar ahora las condiciones bajo las cuales el código
presume la muerte de una persona que ha desaparecido, exami-
nando tambien los efectos que de esa presuncion se desprenden.
Lo coricerniente a esta materia se presta a tantas dudas, a tan-=
tas observaciones encontradas, que me ha parecido, señores, pueda
disculparme de que traiga a vuestra consideracion este asunto.
Talvez los rarísimos casos de desaparecimiento que se presentan
en nuestros tribunales han sido la causa de que no haya llamado a
muchos la atencion que reclama. Sin embargo, la facilidad misma
del trasporte marítimo, el desarrollo del comercio estendido a le-
janos continentes, la colorizacion en países remotos, las revolucio-
nes sociales etc., etc., han despertado el deseo i necesidad de la emi-
gracion; los casos de desaparecimiento pueden llegar a ser, pues,
mas frecuentes que en la actualidad. Aun sin esto, dando már-
jen la lei a las dificultades que he mencionado, habria un moti-
vo suficiente para estudiarlas.
Lo primero que se presenta a la observacion es averiguar las
“formalidades necesarias para que una persona pueda ser declarada
presuntivamente muerta.
Hé aquí los trámites a que somete la lei este asunto:
1. La presuncion de muerte debe declararse por el juez del úl-
timo domicilio que el desaparecido haya tenido en Chile, justifi-
cándose previamente que se ignora el paradero del desaparecido, 1
que desde la fecha, de las últimas noticias que se tuvieron de su
existencia, han trascurrido a lo menos cuatro años;
2.” Entre estas pruebas será de rigor la citacion del desapareci-
do, que deberá haberse repetido hasta por tres veces en el periódi-
co oficial, corriendo mas de cuatro meses entre cada dos cita
clones; :
3." La declaracion podrá ser provocada por cualquiera persona
que tenga interés en ella, con tal que hayan trascurrido sels meses
a lo menos desde la última citacion;
4." Será oido, para proceder a la declaracion, i en todos los trámi-
tes judiciales posteriores, el defensor de ausentes; i el juez, a peti-
cion del defensor, o de oficio, podrá exijir, además de las pruebas
que se le presentaren del desaparecimiento, si no las estimare sa-
tisfactorias, las otras que segun las circunstancias convengan; i
5. Todas las sentencias, tanto definitivas como interlocutivas,
se insertarán en el periódico oficial,
ANALFS DE LA UNIVERSIDAD. —¿GOsTO DE 1870. 145
Examinemos ahora la razon de ser que tienen todas estas exi=
jencias de la lei, que por otra parte no son sino garantías AS
das para resguardar los intereses del desaparecido.
Que la declaracion deba ser espedida por el juez del último do-
micilio, se esplica mui bien. No es el lugar donde están situados los
bienes del ausente, tratándose de averiguar la existencia de su
persona, sino el lugar del domicilio donde se puede más fácilmente
obtener noticias a st respecto.
El plazo de cuatro meses que debe mediar entre citacion i cita-
cion i de seis entre la última de éstas i la provocacion de la decla-
ratoria de muerte, tiene por objeto traer al juicio todos los datos
posibles respecto al desaparecido.
El ministerio público, representado en el caso actual por el de-
fensor de ausentes, puede exijir se tomen todas las providencias
necesarias para impedir una colucion fraudulenta i ruinosa a los
intereses del desaparecido entre las personas mismas que provocan
la declaratoria. Por último, queda todavía espedita la accion de la
justicia para practicar de oficio las pesquizas que estime necesarias
al caso. Como la declaracion que se solicita del juez es' un
auto bastante grave ide mui sérias consecuencias, la lei lo ha
rodeado previamente de tantas minuciosas circunstancias, que
a primera vista pudieran parecer de mera ritualidad. El desapare-
cido, si llega a presentarse mas tarde, tiene que admitir precisa-
mente todo el estado de cosas creado por sus representantes.
Importa, pues, sobremanera revestir este paso de tantas formali-
dades. : ,
Se dice que podrán provocar la declaracion de muerte todos log
que tengan interés en ella. Veamos quiénes están comprendidos
| en esta espresion tan jeneral de que se vale la lei. Mas adelante, ha-
remos notar úna anomalía mul importaute que se desprende de
| esta concesion otorgada a los terceros interesados. $
Las personas a quienes se refiere ese llamamiento de la lei 'no
| pueden ser otras que las siguientes: el cónyuje; los herederos, ya
| sean testamentarios o abintestato; los fideicomisarios i propieta-
rios de bienes usufructuados o poseidos fiduciariamente por el des-
llaparecido; los socios del mismo; los coherederos o coasiguatarios
| que escluirian al desaparecido a haberse verificado su muerte antes
Ide la delacion de la herencia en que son copartícipes; 1 en jeneral,
A. DE LA U. 19
146 MEMORIAS LITERARIAS.
todos los que tengan derechos u obligaciones para cuya constita-
cion o estincion haya de tomarse en cuenta la muerte del desapa-
recido,
En la indecision de fijar una época precisa que determine la
verdadera muerte, se ha tomado un justo medio: desde que la de-
claracion puede solicitarse a los cuatro años, habiéndose hecho
dentro de ellos las citaciones e inserciones del caso, se ha adopta-
do el último dia del primer bienio, contado tambien desde la fe-
cha de las últimas noticias. $1 se dejase al juez la facultad de fijar
la época de la muerte, no podria casi nunca hacerlo sino por medio
de conjeturas sumamente faliblesi que, por otra parte, abririan
un gran campo a la arbitrariedad. Aparte de esto, el que se sienta
agraviado con la fijacion de aquella época como punto de partida
para suponer la muerte del desaparecido, tiene el camino de la
prueba espedito para atestiguar la verdadera existencia del pre-
sunto muerto en ese tiempo.
Pronunciada la declaracion que comentamos, se siguen a ella
tres estados o períodos que importa distinguir. El primero es de
mera ausencia, el segundo de posesion provisoria 1 el último de
posesion definitiva.
Me permitiré indicar las circunstancias en que se verifican estas
tres situaciones para esponer en seguida lo que atañe a cada una
de ellas por separado, sin considerar todavia para nada a los ter-
coros que pudieren deducir derechos de la declaracion de muerte
presunta. Eu circunstancias normales, trascurridos diez años desde
las últimas noticias, se da la posesion provisoria de los bienes de
desaparecido a los herederos presuntivos, o bien, se declara yacente
la herencia caso de no presentarse en el término de la lei. Todo
el tiempo anterior será contado en el período de mera ausencia,
cuidando durante esa época de los intereses del desaparecido sus
apoderados o representantes legales. Las atribuciones i facul-
tades administrativas de estos últimos se reglan por completo
segun las disposiciones del titulo 27, del libro 1.” de este código:
nada tenemos, pues, que observar sobre este punto, que pertenece
a otra materia.
Por lo jeneral, solo trascurridos diez años desde la fecha de las
últimas noticias se concede la posesion provisoria. Sin embargo,
si después que nna persona recibió una herida grave en la guerra,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870. 147
o naufragó la embarcacion en que navegaba, ole sobrevino otro
peligro semejante, no se ha sabido mas de ella, i han trascurrido
desde entonces curtro años i practicáose la justificacion 1 citacio-
nes de que hemos hecho mencion anteriormente, fijará el juez como
dia presuntivo de la muerte el de la accion de guerra, naufrajio o
peligro, o no siendo enteramente determinado ese dia, adoptará un
término medio entre el principio 1 fin de la época en que pudo ocu-
rrir el suceso, 1 concederá inmediatamente la posesion definitiva
de los bienes del desapurecido. Estos cuatro años intermediarios
son tambien de mera ausencia, 1 sobre ellos repetimos lo que de-
jamos espuesto sobre los diez años del caso anterior. En este caso,
desde que no solo hxi respecto de esa muerte una simple presun-
cion deducida de un hecho negativo, como es la falta de noticias,
sino una fuerte probabilidad fundada en un hecho positivo, como
es la catástrofe, debe procederse, como en el caso de muerte verda-
dera, a dar la posesion definitiva de lus bienes del desaparecido a
sus herederos presuntivos.
Hai que advertir todavía otro caso especial en que sé concede la
posesion definitiva en Ingar de la provisoria, i es, cuando cumpli-
dos los dichos diez años, se probare que han trascurrido ochenta
desde el nacim'ento del desaparecido. En esta parte, nuestro códi-
go ha restrinjido los cien años que fijan otras lejislaciones, i con
sobrada razon. Cien años, si bien es una edad posible, es mul im-
probable: de cuda quinientos individuos, segun las estadísticas
menos favorables a la mortalidad, solo uno sobrevive.
Réstanos, por último, la regla jeneral en materia de posesion de-
finitiva. Goncederá ésta el juez trascurridos que sean treinta años
desde la fecha de las últimas noticias; cualquiera que fuese a esa
época la edad del desaparecido, si viviese.
Deslindados ya los tres periodos en qne se divide la ausencia del
desaparecido, cúmplenos examinar la situacion de los poseedores
proviso1ios.
Por el decreto de posesion provisoria queda disuelta la sociedad
conyugal, si la hubiera con el desaparecido; se procederá a la aper-
tura i publicacion del testamento, si el desaparecido hubiese deja-
do alguno, o se declarará yacente la herencia segun las circuustan-
cias lo exijan; los herederos entrarán en la administracion de los
eel
bienesrepresentando la sucesion; 1 we procelerá, por último, al nom-
148 MEMORIAS LITERARIAS.
bramiento de tutor o curador para los hijos del desparecido, en
razon de que se opera en ese mismo raomento la emancipacion por
ministerio de la lei.
Los poseedores provisorios participan del doble carácter de due-
ños 1 administradores de los bienes del desaparecido: bajo el pri-
mer aspecto es como hacen suyos los respectivos frutos e intereses;
bajo el segundo, deben hacer inventario solemne, rinden caucion
de conservacion 1 restitucion i tienen, en cuanto a la facultad
de enajenar, las mismas restricciones que los guardadores 1
administradores de bienes ajenos. (Que los poseedores hagan su-
yos los frutos, se esplica tomando en cuenta que al recibir los bie-
nes, como que se presume la muerte del desaparecido, los recibew
en el concepto i ánimo de dueños. Este ánimo favorece al desapa-
recido mismo, porque los herederos tratan los bienes como pro-
pios, i la lei, en consecuencia, concede a éstos los frutos de esos
bienes. S1 fuera de otro modo, como el dia de la vuelta del desapa-
_recido es indeterminado, los poseedores se verian en la necesidad
de llevar i rendir cuenta justificada de los frutos por un tiempo
indefinido, gravando sobremanera su responsabilidad, 1 no es jus-
to hacer recaer sobre ellos la culpa del desaparecido que ha hecho
abandono de sus bienes. Aparte de todo esto, hai una verdadera
compensacion: los poseedores prestan servicios i el desaparecido
renuncia a los frutos. Los poseedores provisorios, como que tienen
fundadas esperanzas de llegar a ser propietarios de esos mismos
bienes, no abusarán; no puede temerse que por sacar un gran pro-
vecho de un momento vayan a comprometer la fuerza productiva
de los mismos para mas tarde. El desaparecido queda, por otra
parte, bien asegurado contra los avances de los poseedores. No pa=
rece sino que la lei, en la necesidad de desposeerle, lo ha llegado a
hacer con sentimiento i se arma contra la codicia e infidelidad con
formalidades que no pueden ser eludidas: inventario 1 fianza.
Si durante la posesion provisoria no reaparece el desaparecido, o
no se tuviere noticia que motivare la distribucion de sus bienes,
segun las reglas jenerales, se decretará la posesion definitiva, can-
celándose por el mismo hecho las cauciones.
En virtud de este nuevo estado de cosas, cesan ya por completo
las restricciones anexas a la posesion provisoria; la presuncion de
muerte adquiere su máximo de fuerza i prevalece sobre la de
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870. 149
vida; se fija, al fin, la suerte de los herederos presuntivos i los bie-
nes entran en libre circulacion. |
Hasta aquí para nada hemos tomado en cuenta a los terceros
interesados en la declaracion de muerte. Ahora es tiempo de ocu-
parnos de ellos.
En las tres situaciones analizadas hemos visto que son bien dis-
tintas las atribuciones de las personas llamadas por la lei a tomar la
represantacion de los intereses del desaparecido: con los terceros
tenemos la cuestion algo mas simplificada.
El artículo 92 del código civil dispone que todo aquel que re-
clame derecho para cuya existencia se suponga que el desapareci-
do ha muerto en la fecha de la muerte presunta, no estará obli-
zado a probar que el desaparecido ha muerto verdaderamente en
esa fecha, pudiendo usar por entero de sus derechos sin que pueda
exijirsele caucion ni responsabilidad aleuna. 1 no podia ser de otro
modo. O el desaparecido ha muerto o vive todavía: si lo primero,
¿por qué razon podria impedírsoles el ejercicio de los derechos que
reclaman? si lo segundo, ¿a qué viene entonces la declaracion de
muerte espedida por el juez? Las distintas situaciones de que nos
hemos ocupado anteriormente, no pueden tener otro objeto que
reglamentar las facultades administrativas de los poseedores, bien”
sean simples administradores, bien se les haya diferido | la posesion,
provisoria o definitiva. En una palabra, no se hace sino fijar las
relaciones de derecho en que por mandato de la lei quedan colo-
cados el desaparecido mismo 1 sus sucesores. |
Aquí habria debido poner término a esta parte si no hubiera en
el mismo código civil una disposicion que destruye por completo
todo lo que llevo espuesto. Me refiero, señores, al artículo 91; ar-
tículo que, a haberse suprimido, no habria hecho la meñor falta,
1 por el contrario, si ese artículo no existiese, todo seria sencillo,
se veria perfectamente claro en esta materia. Copio a la letra la
disposicion de que me ocupo para que se vea la exactitud de lo
que dejo espuesto. “Decretada la posesion definitiva, dice, los
propietarios ¿los fideicomisarios de bienes usufructuados o po-
seidos iduciaomamente por el desaparecido, “los legatarios, 1 en
jeneral todos aquellos que tengan dereshos subordinados a la
condicion de muerte del desaparecido, podran hacerlos valer co-
mo en el easo de verdadera muerte.” ¿Cómo conciliar esta dispo-
150 MEMORIAS LITERARIAS.
sicion con todo lo espuesto? parece que el código se hmbiese com-
placido en hacer pedazos lo que antes 1 después de este artículo
dejaba consignado. $1 los terceros, segun el artículo 92, no tienen
otra cosa que ver que el auto declaratorio de muerte ¿u qué espe-
rar la posesion definitiva? Hai todavía mas: los terceros que tie-
nen derecho para provocar la declaracion de muerte no tienen nin-
guna injerencia para luacer que se decrete la poseslun provisoria,
ni mucho menos la definiva. Los heerederos, en el caso de no con-
venirles, jamás solicitarian esta última, 1 podrian de esta manera
dejar burlados los mas lejítimos derechos de aquellos. Suponga-
mos que todo el patrimonio del desaparecido consistiera en un
bien raiz que usufructuaba. ¿Habria un poseedor provisorio tan
incauto que solicitase la posesion definitiva, cuando por el hecho
de ser decretada habia de cesar en el goce de su propiedad, objeto
único i esclusivo de la sucesion del desaparecido? Indudablemen-
te, nó. A estas consideraciones de mero buen sentido se agregan
todavía muchas disposiciones legales que caerian por tierra.
Desde luego, el artículo 85 dice: “Se entienden por herederos
presuntivos del desaparecido los testamentarios o lejítimos que lo
eran a la fecha de la muerte presunta. e
“El patrimonio en quese presume que suceden, comprenderá
los bienes, derechos i acciunes del desaparecido, cuales eran a la
fecha de la muerte presunta.”
Si los nudos propietarios, en el caso del ejemplo que analizamos,
solo pueden, segun el artículo 91, reclamar sus derechos una vez
decretada la posesion definitiva, tenemos que los herederos del
desaparecido no suceden solo en los bienes, derechos i acciones,
cuales eran a la fecha de la muerte presunta. Se encontraria indu-
dablemente aumentado su patrimonio con los frutos de un lar-
guúísimo espacio de tiempo. Ino se diga que los harian suyos de
buena fé, porque en este caso su malicia no habria ni siquiera ne-
cesidad de probarse. Seria un latrocinio descarado de los intereses
de los terceros. No es esto todo: tendríamos dos usufiuctos sucesi-
vos, cosa reprobada abiertamente por el código.
I si se tratara de un legatario cuya asignacion fuera retenida
por los poseedores en virtud del artículo 91, tendríamos mas aun:
los derechos que el artículo 1338 confiere al legatario de especies
serian de todo ¡punto ilusorios en el pres*nte caso. I en efecto, ¿a
ANALES DE LA UNIVERSIDA?.—4G0STO DE 1870. 151
qué quedarian reducidos los frutos 1 accesiones de su cosa, dado el
caso de que no pudiera reclamarlos desde la muerte del testado-
sino desde el momento en que se concediera a los herederos la por
sesion definitiva de los bienes? Este trámite, si hubiéramos de acep-
tar el partido propuesto por el artículo 91, seria nada menos que
una celada que el mismo código ¿preparaba a los legatarios i en la
cual con la maldad de los poseedores precisamente habrian de caer.
Por otra parte, la administracion de esta especie de bienes seria
onerosa para los herederos, pues tendrian siempre que restituir-
los, o al ausente si se presenta, o a los legatarios en el caso con-
trario.
Ya se comprenderá ahora que teníamos razon para decir que el
artículo de que nos ocupamos venia a hacer de esta materia un
verdadero enjambre, un nudo bien dificil de desatar.
La materia de la presuncion de muerte es un tratado que honra
altamente a nuestro código, deja mui atrás a todos log europeos
por su claridad 1 buenas disposiciones. El artículo 91 es el que vie-
ne a destruirlo todo. Como decíamos antes, se habria avanzado
mucho i muchísimo si no hubiese existido.
Hasta aquí hemos considerado las relaciones de derecho que
nacen del desaparecimiento en el concepto de que se ignora la exis-
tencia del desapurecido; considerémoslas ahora bajo el supuesto
de la reaparicion del ausente, ode que se sabe la época en que
realmente acaeció la muerte.
Veamos primero quiénes pueden pedir la rescision del auto de-
elaratorio de muerte. “Ll decreto de posesion definitiva, dice el
artículo 93, podrá rescindirse a favor del desaparecido sí reapa-
reciere, o de sus lejitimarios habidos durante el desaparecimien-
to, o de su cónyuje por matrimonio contraido en la misma épo-
ca.” ¿Es ésta una enumeracion taxativa o está simplemente aduci-
da por via de ejemplo? Hé aquí una cuestion. Si lo primero, es una
injusticia evidente. ¿Con qué pretesto podria escluirse a un legata-
rio cuya asignación constase en un testamento otorgado por el
desaparecido en la época en que se le suponia muerto? Si él pro-
baba plenamente la existencia e identidad del otorgante, ¿por qué
no hacerle justicia? Lo que digo de un legatario podria tener cabi-
da respecto de un heredero, i en jeneral, respecto de cualquiera
que tuviera interés actual en ello, Ahora, si la enumeracion es he-
12 MEMORIAS LITERARIAS.
cha por via de ejemplo, ¿por qué no usa de las mismas palabras
quese emplean enel núm. 3.2 del art. 81? Así se evitaria toda
dificultad 1 no habria márjen a cuestiones. Las notas ilustrati-
vas del código ponen por ejemplo justamente al legatario; pero,
¿qué autoridad tienen éstas al lado del testo claro 1 espreso de
la lei? : |
El desaparecido puede pedir la rescision en cualquier tiempo
que se presente, o que haga constar su existencian; ninguna pres-
cripcion corre cortra él. No se entenderá esto, sin embargo, que
basta su sola presencia para que las cosas se restituyan al estado
que tenian antes de su ausencia, Sila posesion de los bienes se
dió a los herederos presuntivos por decretoicon las cauciones ne-
cesarias, solo pueden ellos entregarlos por mandato judicial i pré-
via cancelacion de sus fianzas, si es que todavía subsisten. Ade-
más, para la entrega de los bienes, es necesario que conste la iden-
tidad de la persona del desaparecido si el mismo se presenta, o la
autenticidad de su existencia” si se presenta por apoderado, cuyos
hechos deben acreditarse en juicio.
Hemos dicho que ninguna prescripcion corre contra el desapa-
recido; antes de pasar mas adelante, debemos esclarecer este punto,
Los herederos presuntivos no podrian alegar contra el desapa-
recido prescripcion alguna, pues ningun título les asistiria para
sostener semejante pretension. Mientras el desaparecimiento fué
una mera ausencia, no eran sino simples administradores o repre-
sentantes legales i jamás el guardador prescribe bienes de su pupi-
lo, Durante el período de la posesion provisoria, si bien son algo
mas que administradores, pues que sus facultades son mas ám-
plias i lucrativas, de ninguna manera podrian repeler al desapa=
recido que reclama lo que le pertenece: no son sino continuadores
de su persona, poseen a nombre de él
Bajo el último aspecto, es decir, cuido han Jlegado ya a, ger
colocados en posesion definitiva de los bienes, tampoco lo tienen
para suceder en los bienes de un hombre vivo. Si la muerte no es
en este caso sino ficcion de la lei, no puede jamás lleyarse mas
allá de la realidad misma. Por otra parte, esto seria admitir que
nno puede prescribir contra sí mismo, lo que es un absurdo eyi-
dente.
Las demás personas no podrán pedir la rescision sino dentro de
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1870, 153
los respectivos plazos de prescripcion, contados desde la fecha de
la verdadera muerte, 1 en este caso, los poseedores definitivos se en-
contrarian en aptitud de prescribir. Su buena fé nadie podria im-
puenársela 1 su justo título seria el decreto del juez en que les
dió la posesion definitiva. De manera que, si desde la fecha de la
verdadera muerte iban ya trascurridos mas de diez años, el legata-
rio nada podria reclamar, como tampoco un heredero podria ejer-
<itar derecho alguno pasados los treinta años.
Como la aceion rescisoria es un beneficio de la lei, que no
lo otorga sino a las personas que por sentencia lo obtuvieron, la
rescision decretada a favor de uno no podria aprovechar a otro.
Habria de provocarla, pues, por su parte.
“En virtud de este beneficio, dice la regla 4.* del art. 94, se reco-
brarán los bienes en el estado en que se hallaren, subsistiendo las
enajenaciones, hipotecas 1 demás derechos reales constituidos le-
galmente en ellos.”
Examinemos el verdadero alcance de esta disposicion. Suponsa-
(e)
mos que un coheredero del desaparecido ha enajenado una propie-
dad raiz perteneciente a la sucesion de que es copartícipe. El des-
aparecido reaparece o se hace constar su existencia; ¿podria enta-
telar algun reeurso, tendría alguna accion que hacer valer en el ca-
so del ejemplo? o en virtud de la regla 4? de que vengo ocupán-
dome, ¿tendria que respetar el estado de cosas creado por la enaje-
nacion de su copartícipe? De la solucion que demos a esta cues-
tion pende el alcance de la disposicion que comentamos.
¿Con qué podria el coheredero escepcionarse de la accion de pe-
ticion de herencia que entablase el desaparecido si no iban corri-
dos todavía treinta años? Su calidad aparente de heredero único
mo le valdria, su buena fé tampoco; porque la accion de peticion
de herercia no puede de ningun modo desvirtuarse sino por el lap-
so de tiempo fijado por la lei. Creo, pues, que antes de espirados
los treinta años el desaparecido estaria en su mas perfecto derecho
instanrando su accion de peticion de herencia; pero esta accion tie-
ne el grave inconveniente de que solo puede dirijirse contra el que.
posee a título de heredero. Para el caso de insolvencia de éste, ¿po-
dria diríjirse el desaparecido contra el actual poseedor de la pro-
piedad raiz enajenada? Si todavía no han trascurrido veinte años,
contándose entre éstos los que poseyó el antecesor, indudablemen-
A. DE LA U. 20
154 MEMORIAS LITERARIAS.
to que le competiria la accion reivindicatoria. Porque si bien es
cierto que tendríamos que suponer de buena fé al comprador, a
menos de prueba en contrario, tambien es fuera de duda que su
título era rescindible, i por consiguiente, si no habia completado
el número de años necesario para prescribir contra un ausente, su
compra no podria respetarse. Pongamos ahora otro ejemplo: los
poseedores definitivos fueron los vendedores de la propiedad del
ejemplo anterior. El reaparecimiento del desaparecido no rescindi-
ria en manera alguna la euajenacion, cualquiera que fuese a esa
época el tiempo de posesion que llevase el nuevo dueño. Í no po-
dria ser de otra manera desde que la lei faculta a los poseedores
definitivos para disponer libremente, de los bienes del desaparecido,
para enajenarlos 1 gravarlos. Inútil habria sido tal autorizacion si
no se respetasen sus actos, si hubieren de resolverse mas tarde
por el reaparecimiento. Aparte de esto, ¿por- qué hacer de peor
eondicion al que compra a un poseedor definitivo que al que com-
pra a cualquiera otro poseedor, siendo, como es el primero, un
continuador iun representante del mismo desaparecido, que obra
dentro de las facultades que le atribuye la le?
De aquí podemos, pues, deducir que las enajenaciones, hipote-
cas 1 demás gravámenes que puedan pesar sobre los bienes, subsis-
tirán si han sido constituidos por los que poseen a nombre ¡en re-
presentacion del desaparecido; no los coustituidos por personas
que poseen contra el desaparecido, escluyéndolo. Esto último se
entiende, por cierto, si no están concluidos los años necesarios para
prescribir, pues que en el caso contrario, la prescripcion les daria
una escepcion bastante para desvirtuar las acciones que pudiese
ejercitar el desaparecido mismo.
Se dirá: es demasiado exijir que el desaparecido respete tedo el
órden de cosas creado por los poseedores. Pero, ¿de quién es la
culpa? ¿De la lei? Absolutamente. Ella debe velar es cierto, por los
intereses del ausente; pero de ninguna manera llevar esa proteccion
hasta un punto en que los derechos privados del individuo puedan
hallarse en oposicion con los intereses jenerales de la sociedad.
Puesto que por tanto tiempo ha permanecido sordo a la voz de la
sangre, de la amistad i de su propio interés, a él solo debe culparse.
“Por otra parte, como dice mui bien el mensaje que acompañó
al código en su «presentacion al congreso, la facilidad 1 rapidez
ANALFS DE LA TNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 180. 155
de las comunicaciones se han aumentado inmensamente en nues.
tros diasi ha crecido en la misma proporcion la probabilidad de
que una persona de quien por mucho tiempo no se ha tenido noti-
cia en el centro de sus relaciones de familia ide sus intereses, ha
dejado de existir o por lo menos ha querido abandonar los derechos
que la ligaban a su patria o domicilio anterior.”
Los demandados serán considerados para toda restitucion a que
haya lugar como poseedores de buena fé. No responderian, pues,
de los frutos consumidos; ¿i por qué habian de responder, cuando
creian: gozar de una cosa que les pertenecia, cuando la justicia mis-
ma les habia concedido la plena disposicion de esos mismos bienes,
relevándoles hasta de las cauciones que antes hubieren otorgado?
Por otra parte, si del lado de ellos ha habido frande, si han ocul-
tado maliciosamente el paradero del desaparecido, la puerta que-
da habierta para perseguirlos 1 hacerlos responsables de todo per-
juicio irrogado al desaparecido a consecuencia de sus maniobras
fraudulentas.
Respecto a la cuestion de prescripcion, nos queda todavia algo
que examinar. Las escepciones que los poseedores podrian opouer
¿le servirán al desaparecido, caso de reaparecer, para ampararse
contra los terceros prescribientes? Para esto hemos de distinguir:
o la cuestion de prescripcion se traba entre los poseedores ilos ter-
ceros, o bien entre éstos últimos i el desaparecido que reaparece,
Si lo primero, para nada se tomaria en cuenta la persona del desa-
parecido: del hecho de la ausencia, ningun derecho podrian sacar
nilos unos ni los otros. Así, silos poseedores eran menores, podrian
escepcionarse eficazmente con su menor edad, interrumpiendo la
prescripcion hasta los cuatro años siguientes a su liberacion de la
curatela; se entiende siempre que en todo no se enterasen los trein-
ta años, tiempo que no respeta privilejios a favor de nadie. Si por
el contrario, eran mayores, los terceros habrian adquirido en diez
años.
Jixaminemos el segundo caso: la cuestion se ventila entre los
terceros 1 el desaparecido. Este último no podria alegar ninguna
de las escepciones puramente personales de los poseedores. En cam-
bio, su accion no caducaria sino por el trascurso de veinte años,
salvo que reclame bienes muebles o derechos que prescriban en
corto tiempo, i que solo pueden ejercerse en el plazo fatal desig-
156 MEMORIAS LITERARIAS.
nado por las leyes. El dominio adquirido por los terceros con el
trascurso de diez años se resolveria por la reclamacion del desapa-
recido entablada dentro de los veinte. .
Daré ya por concluida esta materia, i paso ahora, señores, a ocu-
parme de la muerte civil, que es la otra manera de pone término
a la existencia legal de una persona.
La muerte civil es, en jeneral, una ficcion en virtud de la cual un
hombre vivo es reputado muerto a los ojos de la lei. Como ficcion
que es, no puede pasar en sus consecuencias mas allá de los límites
que le ha fijado la lei misma. El código civil la ha restrinjido al
derecho de propiedad, i solo la produce, segun el mismo, la profe-
sion solemne, ejecutada con arreglo a las leyes, en instituto monás-
tico reconocido por la iglesia católica.
De que el muerto c:vilmente es incapaz de ejercer derechos de
propiedad se deduce que no puede disponer de sus bienes ni por
testamento ni por donaciones en vida. Sin embargo, el testamento
otorgado antes de su incapacidad legal subsistiria 1 produciria
pleno efecto con la profesion. Por la misma razon es inhábil para
recibir donaciones, herencias o legados, que se le tefieran después
de esa fecha.
La lei lo considera tambien incapaz de ejercer ciertos cargos
civiles para los cuales son competentes la jeneralidad de los indi-
viduos. Así, no puede ser guardador ni tampoco albacea. Por úl-
timo, un derecho de usufructo vinculado a su persona, caducaria
por el mismo hecho de profesar.
La lei misma le reserva los alimentos. En esto no hace sino po-
ner un atajo a las consecuencias absurdas que se desprenderian de
llevar hasta el último estremo una ficcion incompatible con la rea-
lidad, ide aplicar a la muerte civil efectos propios 1 esclusivos de
la muerte natural,
Segun el art. 187, que trascrito dice asi: “Zos ascendientes
lejítimos del marido tendrán derecho para provocar el juicio de
ilejitimidad, aunque no tengan parte alguna enla sucesion del
marido, haciéndolo así dentro del plazo señalado en el artículo
precedente,” parece que conservaria este derecho el profeso, pues
nada tiene que ver con el de propiedad. El profeso que conserva
sin duda alouna sus relaciones de familia, puesto que de ellas de-
'
“ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1870. 157
riva su derecho a alimentos, tiene tambien accion en este caso para
provocar el juicio de ilejitimidad.
El otro efecto que produce la profesion es la pérdida de la pa-
tria potestad en el padre i la emancipacion consiguiente en el hijo.
Examinemos ahora los casos de rescision 1 nulidad de la profe-
sion para ver las diferencias que se desprenden de una 1 otra situa-
cion.
La primera no es sino la relajacion de los votos. En virtud de ella,
el relijioso que la ha obtenido vuelvea la vida civil sin que por
esto pueda reclamar derecho alguno sobre los bienes que antes de
la profesion poseia, ni sobre la sucesion de que por su muerte civil
fué incapaz.
La nulidad, al contrario, da derecho al esclaustrado para recla-
mar los derechos de que por la profesion aparente haya sido pri-
vado, i que no hubieren prescrito. La nulidad de la profesion no
suspende, pues, las prescripciones que estuvieren ya principiadas.
Por lo jeneral, puesto que la accion de nulidad prescribe en cinco
años, segun el derecho canónico, las acciones que pueden caducar
por el lapso de tiempo son las que tienden a reclamar derechos
constituidos sobre bienes muebles, las acciones que prescriben en
corto tiempo ¡las de los bienes raices que estuvieren ya incohadas-
Hemos indicado que la profesion produce la emancipacion: exa-
minemos ahora qué resultaria si aquella se declarase nula o si solo
se rescindiera.
En el último caso, tenemos la disposicion terminante del art.
269. “La emancipacion, dice el articulo, una vez efectuada es
irrevocable, aun por causa de ingratitud.” No habia razon algu-
na para que la emancipacion pudiese quedar sin efecto, es decir,
para que el emancipado cayese de nuevo bajo patria potestad, o pa-
ra que pudiese ejercer de nuevo los derechos de que por la profe-
sion habia sido privado.
No creemos que pudiese suceder otro tanto en el caso de decla-
rarse nula la profesion, apesar de la disposicion terminante del ar-
tículo antes citado. Lo que una vez ha sido declarado nulo se
supone no haber existido jamás. Si, pues, la profesion fué la causa
de la emancipacion, una vez que aquella, por una ficcion legal,
se supone no haber existido jamás, debe tambien cesar el efecto,
que es la emancipacion,
158 MFMORIAS LIT-RÁRIAS. —-*
Lo mismo podríamos decir de cualesquiera otros derechos que
aparentemente hubiera perdido el esclaustrado. La limitacion mis-
ma de no haber prescrito, que exije en su parte final el art. 97, pa-
rece confirmar lo que dejamos espuesto.
Pongo término, señores, a este trabajo. Los estrechos límites
de una memoria de prueba, 1 mas que todo, los conocimientos
demasiado elementales de un bachiller me impiden continuarlo.
Santiago, julio 15 de 1870.
La comision examinadora que suscribe ha acordado la publica-
cion de esta memoria en los 4nales de la Universidad.—Ocampo.
—Palma.—Fernández Recio. —Liru.—Tocornal, secretario.
SA
AESTEZAA E ZO AZ
TO 057
io
ON EAN
| E ES | NN a y dE
rima oy NES": o AY >< V 4) y
¡77 Aid : ES ON : A
| (2 5 MON l: E
É
da
PA
"Ad pont 17 Nooo)
verdes simbor co) 1p unn) 2
a E TON PP pau) 3o Jo E |
|
say haa . B
| pe aji Et 15! 5 yl] DACARZJA
| OINAVIVKO DOLINA E oa NES J A IO] hana SUD y pon J Ghafk Ed Z
"ARE: / 4 3 , 73 dad DLe 3 Y pal ora) PPC Po
A 734 3d 014 31 A | VNNIV1 OLUINd +
ES
S
-0
ne Ja
poa
900'002 OOO] 02722247 1 RRA U? 20 YA Jo
o
7 IS ASS A, ES 3, EE PODIA + aer] . |
vosdurs abra wo? ui Pu
CS
| 20 ¡NN
A E E E 2 h, A MP E
Pot A egobif yy rrqube yop optan
T
e] 1
ES ¿7 2 A | AN
MC TACAGÓR A | - OY,
4 NS
oy aa apuogy ie)
ON
dd
GATO
Ed) v MN
AOS
ne
Ñ
IN
En SE DN E 0 . 5 0% ue ME E]
. E h
180 1840 TÍO
y 1070
ic 1070
750 10%
dc z0o$c
TE 130 DEC
ea por el Te 2
16 Ele GAONA ¡ ES MD. CÁRLOS PRIETO.
:
bal REA
Obser. en + Lonj.20%37'15" 0.
a
Est* 10%_ Sonda en brazas.
Ea Moreno
1,160 p. (
, S SN
SON
XNANNÑ
SN SS Ni Vs
Una mila.
PLANO
ROCA ABTAO
Lev” en En'” de 1870 por el T*9*D. MIGUEL GAONA
ALE MED, CARLOS PRUENO:
Posicion de la roca | A
P*Low al S.S.0.
La sonda espresada enbrazas Fondo de caseajo piedra,
DABA
O Lone: 310.6
S
2 /)
IAN SS
LV / / ALTA ¡ASS S
ANÁLES DE LA UNIVEBSIDAD.—SÉTIEMBRE Dg 1870, 159
MEMORIAS CIENTÍFICAS,
BOTANICA.—Sertum mendocinum alterum, o sea, catálogo de
las plantas recojudas cerca de Mendoza 1 en los caminos que
“conducen de Chile a esa ciudad.—Comunicacion a la Facul—-
- tad de ciencias físicas ¿ matemáticas, por el doctor don R..4.
Philippt:
. He-dado en los Ánales de la Universidad del año de 1862, to-
mo XXI, páj. 389 1 siguientes, el catálogo de las plantas mendo-
tinas que el-doctor don Wenceslao Díaz habia recojido en su viaje
a Mendoza en los años de 1860 1 1861, i añadí en los 4nales del
año de 1865,t. XX VIL páj. 333, la descripcion de otras recojidas
por el finado don J. Máximo Landbek. Ahora puedo completar el
- catálogo de las plantas que se encuentran en la vecindad de esa
' ciudad i en los portezuelos de los Andes que de Chile a ella con-
ducen, habiendo recibido una coleccion bastante numerosa de
| éllas, recojida por el disector del museo, Pablo Ortega, en los úl-
timos años, i por el señor Edwyn Reed en enero del año corriente
1, Clematis mendocina Ph.—Anales de la Universidad, ts
| XXT, páj. 389.
He recibido tambien la planta másculina.
2. Ranunculus exilis Ph.
En los pasos de la cordillera,
Los pedúnculos son tan largos como las hojas, con frecuencia bí=
loros i aun multífloros, sobre todo en los ramos tardíos; el cáliz es
un poco mas corto que los pétalos, 1 la lámina de las hojas alcan-
za a 5 líneas 11 milímetros de largo 1 otro tanto de ancho. Ape=
sar de estas diferencias, me inclino ahora a creer que el R. exilis
se puede reunir al E. minutus Gay,el que seria una forma raquí-
tica de la especie.
3. Ranunculus peduncularis Sm.
Cordillera alta. ) DE
Es una de las plantas que se crian «un en Magallanes.
4. Berberis empetrifolia Lamk.
¡Cordillera alta.
Ofrece el mismo fenómeno de habitar leualidonie en Ma
AL DE LA DU. 21
Ñ
160 MEMORIAS CIENTÍFICAS,
5. Argemone mexicana L., el cardo blanco.
Cerca de Mendoza. :
Es planta esparcida por una gran parte de América.
6. Cardamine nivalis Gill.
Puente del Inca.
7. Sisymbrium canescens Nutt.
Planta descubierta primero en California, mencionada ya por
los señores Hooker 1 Arnott como mendocina en sus Contributions
towards a Flora of South-America, páj. 140.
8. Sisymbrium hastatum Ph.—S. glabrum, caule folioso, erec-
to, apice ramossisimo; foliis petiolatis, elongatis, Inferioribus sa-
gittato-pinnatífidis, superioribus lanceolato-linearibus, distincte
petiolatis, integerrimis dentatisve; floribus albis; siliquis elongatis
gracilibus; stigmate sessill.
In prov. mendocina ad radicem andium legit orn. E. Reed.
Tengo un solo ejemplar, cuyo tallo tiene el espesor de casi 2
líneas, o sea, 4 milím. en la base; las hojas inferiores tienen un pe-
ciolo de 4 líneas, 8 i medio milímetros de largo, una lámina del
largo de 2 pulgadas 1 4 líneas, o sea, 60 milímetros, 1de 16 líneas,
o sea, 35 milímetros de ancho; las superiores tienen 4 líneas de
largo sobre 2 de ancho. Los racimos de flores son mui alargados;
los pedicelos de las flores miden 21 média líneas, o sea, 5 milímetros
de largo, el cáliz ] i média líneas o 3 milímetros, los pétalos, que
son de un blanco algo rosado, 2 líneas, o sea, 4 1 medio milímetros.
Las sílicnas, con frecuencia algo flexuosas, miden mas de 2 pul-
gadas (50 milímetros) de largo 1 apenas 1 i média líneas o 1 milí-
metro de grueso.
Esta especie se diferencia del S. sagittatum Hook, como del
S. leptocarpum Hook. et Arn., que no he visto todavía, por sus
hojas pecioladas, etc.
9. Perreymondia rupestris? Barn.
Puente del Inca.
Los ejemplares no tienen todavía fruto.
10. Lepidium mendocinum Ph.
L. annuum, caule erecto, subsimplici, glabriusculo, foliis gla-
berrimis, fere omnibus pinnatifidis, (superioribus trifidis, sunumis
tantum integerrimis linearibus), laciniis integerrimis; siliculis
ovato-orbicularibus, breviter emarginatis, haud -alatis; stylo bre-
vissimo.
ANALES DE LA UNIVERSIDAS.—SETIEMBRE DE 1870. 161
El tallo tiene de 200 a 250 milímetros de alto, las hojas infe-
riores 27 milímetros de largo 18 de ancho, las silículas miden 4
milímetros de largo.
11. Thlaspi andícola Hook.
Alta cordillera.
12. Hexaptera cunenta Gill.
Igualmente de la alta cordillera.
13. Viola pusilla Hook et Arn.
14. Viola atropurpurea Leyb.
15. Viola sempervivum Gray.
Estas tres especies son igualmente de la cumbre de la cordillera.
ACENTRA Ph.—Novum genus Violacearum.
Calyx pentaphyllus, inferus; foliola lanceolato-linearia, pera-
cuta, trinervia, ciliata, inaequalia; duo inferiora paullo majora
exteriora, supremum minus, inclusum. —Petala quinque, inae-
qualia, inferius majus, spathulatum, fere abcordatum, lateralia
linearia, obtusa, fere falciformia, suprema duo minora, acutiuscu-
la, apice aliquantum ciliata.—Stamina quinque, filamento brevi,
connectivo in appendicem antheras subaequantem, apice laceram
prolongato (stamina nonnulla ciliata).—Stylus flexuosus; stigma
fere infundibuliforme.—Capsula ovata, trilocularis, septicida; se-
mina alba, circa 6-8 in quovis loculo; caruncula eorum medio im-
pressa.
A Calyptrione, Glossarrhene, Noisettia, Viola corolla haud cal-
carata, a Solea, Pigea, Hybantho petalo inferiore plano, a Pom-
balia filamentis basi haud unguiculatis, ab Jonidio sepalis satis
magnis, haud decurrentibus etc. differt.
16. Acentra serrata, Ph.
Herba perennis, humilis, glabra, ramosa. Rami e rhizomate
griseo fusco e. 3 lín.=7 milím. crasso plures, humifusi aut adscen-
dentes, circa quadripollicares (100 milím. long). Folia satis con-
ferta, alterna, obovata, in petiolum attenuata, appresse serrata,
acuta, inferiora latiora, 15 lín. (32 milím.) longa, 8 lín. (17-18
milím.) lata, incluso petiolo 2 lín. (4 milím. longo; dentes utrin-
que c. 8, basin versus nulli. Stipulae setaceae, modo 13 lín.=3 mi-
lím, longae.-Flores secus ramos in axillis subsessiles, pedunculo sc.
vix 13 lín.=3 milím. longo, fructifero vero 33 lín.=S 3 milím. lon-
go. Calyx in flore vix 3 lín.=7 milím. longus, petalum majos go
lín., capsula 4; lín. Petala tria inferiora basi alba, in parte supe-
162 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
riore pallide caerulea, suprema duo omnino alba fuisse videntur.
In planitie mendocina lecta fuit,
17. Polygala mendocina Ph.—P. subfruticosa, foliis sparsis;
lineari-setaccis; racemis spiciformibus, multifloris, cylindraceis;
floribus parvis albis; carina cristata, medio purpurea; capsnla or-
biculari, vix emarginata; seminibus pilosis; hilo lamellis duabus
aucto.
Vecindad de Mendoza.
La raiz es blanca. El tallo, ramificado desde su base, alcanza a
6 u 8 pulgadas (160-210 milímetros), ies densamente pubescen-
te. Las hojas son bastante apretadas, abiertasi tienen 7 líneas, o
sea, 15 milímetros de largo sobre una tercia de línea (1 milímetro
escaso) de ancho. Las espigas tienen hasta 12 pulgadas, 40 mflí—
metros, de largo. Los sépalos son'poco desiguales, los dos inferio=
res tienen la nerviosidad mediana verde, el superior es enteramen=
te blanco. De los cinco pétalos, cuatro son casi iguales, dos veces
tán largos como el cáliz, casi aovados, los dos laterales inferiores,
que tambien se pueden considerar como sépalos, adornados de una
nerviosidad verde hácia su estremo; la quilla es apenas mas larga
que el cáliz.
18. Cerastium arvense L.
Esta especie mui cosmopolita fué hallada al pié de los Andes
en la planicie mendocina.
19. Malva mintata Cav.,
20. Malva violacea Ph.—M. fruticulosa, caule pulverulento;
foliis ovatis, trilobis, grosse dentatis, stellato-pulverulentis; pe-
dunculis axillaribus, folio longioribus, 1-3 floris; corollis violaceis,
calycem bis terve aequantibus.
Pelos estrellados cortos medianamente distantes hacen que el
tallo parezca pulverulento a la simple vista; en las hojas son mas
distantes, Los peciolos tienen casi la mitad del largo de la lámina
de las hojas, que se parece mucho a la de la especie que antecede;
tienen como 40 milímetros de largo sobre 25 de ancho; aun las su-
premas, que son mui pequeñas, son aserradas. Los pelos estrella-
dos del cálix son mas largos 1 mas densos que en las hojas, 1 sus
lóbulos acuminados miden unos Y milímetros. El fruto tiene la
forma de un cono deprimido, i sus carpidios ofrecen una linda red
de rugosidades en su superficie.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —SETIEMBRE DE 1860, 163
Esta especie se diferencia fácilmente de la M. miniata por su
tallo no velloso-afelpado, así como por el color de su corola.
21. Malva mendocina Ph.—M. suffruticosa, blande sericeo-
pubescens; foliis ovatis, subtrilobis, erosse crenato-dentatis; race-
mis secundis, 5-7 floris, axillaribus, folium bis aequantibus; co-
rollis roseis calycem bis aequantibus.
El tallo alcanza a 2 0 3 piés de altura, i está vestido de pelos
blandos, recostados, como sedosos. Las hojas mayores miden 40 mi-
límetros de largo sobre 15 de ancho, i son tres veces tan largos
como su peciolo; se parecen en la forma muchísimo a las de las
dos especies que preceden, pero parecen casi lampiñas por tener
mui pocos pelos estrellados. Las estípulas, que son en forma de
cerda, caen mui pronto. Los pedúnculos forman un ángulo bastan-
te abierto con el tallo, son desnudos hasta el medio, i sus pedice=
los tienen solo 2 a2i medio milímetros. El cáliz es casi lanudo, par-
tido mas allá de la mitad, i mide 7 milímetros; sus lóbulos son alar-
gados lanceolados; su invólucro se reduce a tres hojitas parecidas
a cerdas. El fruto tiene la forma de un cono obtuso o de un he-
misferio, 1 escasi tan alto como ancho. 'Sin embargo, no pode-
mos referir esta planta al jénero Sphaeralcea, porque sus car».
pidios son ciertamente monospermos. Ellos tienen igualmente una:
reticulacion mul bonita. x AA
22. Malva Gilliesi Ph.—M. suffruticosa? caule erecto, ramo-
sísimo, pilis sellatis apressis sublanuginoso; foliis ovatis, subtri-
lobis, grosse crenato-dentatis, supra glabriusculis, subtus lanu-
ginosis, petiolum subaequantibus; pedunculis folium fere bis:
aequantibus, subtrifloris; corola rosea calycem bis aequante.
Esta malva podria confundirse a primera vista con la M. minia--
ta i 1. mendocina; pero-se distingue luego de la última por sus:
hojas 1 flores menores, por el peciolo mas alargado, ilos pedún-
«culos solo trifloros. La lámina de las hojas mide 20 milímetros . de.
largo sobre 18 de ancho; el cáliz en la floracion, solo 5 milímetros.
Los pétalos son rosados, consu base de un purpúreo subido. Las
estípulas, el involucelo, los carpidios no ofrecen diferencias. De la
M. mimata se diferencia esta nueva especie por tener sus flores i
hojas mas pequeñas, las hojas menos profundamente lobuladas;
el tallo lanudo-sedoso, los peciolos i pedicelos mucho menos pe-
l:udos.
23. Malva prostrata Ph.--M. incana; caule ramosíssimo, prostras
164 MEMORIAS CIENTÍFICAS. pl
to, pulverulento; foliis petioluam vix «equantibes, ovatis, trilobís,
grosse crenato-dentatis; pedunculis 1-3 foris, folio brevioribus;
corollis pulchre roseis, calycem bis equantibus.
Los ramos miden como 170 milímetros, con el grosor de E milí=-
metro, 1 son con frecuencia coloreados. Las hojas mas grandes tienen
unos 20 milímetros de largo 115 de ancho, casi la misma forma
como en las especies antecedentes; pero son enteramente blanque-
cinas, por estar cubiertas densamente en ambas caras de pelos es-
trellados, siendo los de la cara ¿Inferior mas largos. Las estípulas
son escariosas | caen pronto. Rara vez uno que otro pedúnculo se
muestra alargado, las mas veces es tan corto que las flores melli-
zas parecen nacer inmediatamente de la axila. El involucelo es:
como en las otras especies; el cáliz mide 7 milímetros de largo, 1
seria rojizo si no estuviese densamente cubierto de pelos blancos
estrellados. Los pétalos miden apenas 10 líneas de largo, son ro-
sados 1 tienen la uñuela del mismo color. El fruto es menos ele-
vado que en la M. Gilliesi, i sus carpidios provistos de una ala:
menos elevada.
24. Malva brevipes Ph.—M. sufíraticosa, erecta, dense pubes-
cens; foliis ovatis, trilobis, acutis, crenato-serratis, petiolum bis
equantibus; floribus axiliaribus 2-3, subsessilibus vel pedunculo
brevi fultis; corollis roseo-violaceis, calycem bis «quantibus.
Las ramas que tengo a la vista miden 2 piés o 559 milímetros,
de largo, i 4 milímetros de grueso, i son mui ramificadas. Los pe-
los estrellados, estando mas densos en las partes superiores, les dan
un matiz ceniciento. Las hojas son trilobuladas i aovadas como en
las especies antecedentes; pero son puntiagudas i los dientes de sus
bordes mucho menores; su cara superior es bastante verde, pero la:
inferior cenicienta, por tener los pelos mas densos i mas largos; las
mas grandes miden 14 milímetros de largo sobre 25 de ancho. El
pedúnculo mas largo iguala apenas al peciolo; muchas veces falta;
los pedicelos son desiguales i miden solo 1 a 4 milímetros. Se dis-
tingue luego de la anterior por el color de sús flores, su paberos
cia 1 las hojas puntiagudas. EY
Observacion. Todas las malvas arriba mencionadas tienen las
mismas estípulas 1 el mismo involucelo. |
25. Abutilon mendocinum Ph —A. fructicosum, molliter villo-="
sum; foliis ovatis, cordatis, grosse et insequaliter serratis; pedun-
culis unifloris, axillaribus, folio parum brevioribns; corollis par-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 165
vis, luteis, calycem bis equantibus; carpellis c. S, bicristatis, trun-
catis, subtrispermis.
Trope Villavicencio occurrit.
Los ramos que tengo a la vista miden 1 i medio piés, o sea, 380
milímetros de largo, i seis milímetros de grueso; los añejos son
blanquecinos, finamente rajados; los renuevos verdes, cubiertos de
una pubescencia den<a mui corta, ia mas con pelos parados mas
esparcidos de 4 milímetros de largo. El peciolo, que mide solo 3 a
4 i medio milímetros, 1 las hojas tienen solo una pubescencia fina,
algo vellosa; las últimas miden a lo mas 15 líneas, 32 milimetros
de largo, sobre 10 a 11 líneas, 21-24 milímetros de ancho, i son
algo angulares, teniendo 2 0 3 dientes de cada lado mas prominen-
tes que los otros. Las estípulas son mui angostas, lineares, de 21
média líneas, o sea, 6 milímetros de largo. El cáliz es largamente
peludo, quinquefido, con las lacinias mui puntiagudas, 1 mide 3
líneas, 6 1 medio milímetros; los pétalos miden 4 líneas o 9 milíme-
tros. Los carpidios maduros miden igualmente 4 líneas, i son pu-
bescentes, dehiscentes, trispermos; se separan en la madurez, por
lo que esta especie se diferencia de las demás Abutilon.
26. Oristaria heterophylla Cavan.
Obs. Por inadvertencia habia descrito con el mismo nombre una
especie de estejénero en mi Viuje al desierto de Atacama, núm.
44, que deberia llamarse diversifolia.
Tetraptera Ph., novum Mulvacearum genus.
Botanische Zeitung 1870, p. 169.
Calyx simplex, quinquefidas. Corolla... - Stamina----- Styli
----Fructus e carpidiis verticillatis, demumn separatis, formatus;
carpidia monosperma, quadrialata, alis lateralibus infra et supra
productis, supra dorsum reflexis, integerrimis; dorsalibus muinori-
bus, pectinato dentatis.
27. Tetraptera parviflora Ph.—Specimina que vidi omnia fruc-
tifera, unicum florem marcescentem ostendebat, quem examinare
et destruere nolui, quippe quod in Malvaceis corolla, stamina
stylique vix unquam characterem distinctivum praebent, et carpi-
día singularia ad jenus distinguendum jam sufficiunt.—Planta
fruticosa videtur. Rami crecti, densissime puberuli.-—Folia bre-
viter petiolata oblonga, obtusa, subcordata, serrato-crenata, den-
tibus uftrinque c. 10, subquinquenervia, molliter hirsuto-pubes—
centia; lámina c. 10 1 média líneas, 22 milímetros longa, 3 1 média
166 j MEMORIAS CIENTÍFICAS,
línea, 8 milímetros lata, petiolo vix 6 líneas, 13 milímetros longo,
insidens. Stipules minute, Pedunculi axillares, uniflori, primum
folio breviores, fructiferi vero folium subequantes, deflexi. Flo-
res minuti; calyx modo 2 1 média líneas, sive 5 milímetros longus;
petala lutea calyci eequalia. Fructus conicus, apice umbilícatus;
carpidia cum alis 5 líneas, 11 milímetros longa, basi 2 líneas, 4 1
medio milímetros, lata. Semen vix 1 i cuarta línea longum, com-
pressum, dorso angulatum, rufescens, pilis brevissimis albis vesti-
tum; embryo valde incurvatus, annuliformis.
28. Tricomaria Usillo Gill.
En la planicie de Mendoza.
29. Oxalis compacta Grill.
De la cumbre de los Andes.
30. Oxalis tenera Ph.
O. glaberrima; caule basi lignoso, brevi, foliis confertissimis,
nuúmerosissimis, petiolo capillari elongato fultis, trifolialatis; folio-
lis-obcordatis, teneris; pedunculis capillaribus, folia' +*equantibus,
1-2 floris; foliolis calycinis linearibus; corolla lutea, calycem bis
zequante. : ;
Hallada por el señor Reed en la vertiente oriental de la omiile.
ra en una elevación como de 3000 metros sobre el nivel del mar.
Los peciolos son erguidos 1 miden 3 pulgadas 4 líneas, o sea, 84
milímetros de largo; las hojuelas tienen 3 lineas (7 milímetros) de
largo sobre 2 (51 medio milímetros) de ancho; el cáliz mide 21 un
tercio línea de largo; la corola 4 líneas, :
31. Oxalis muscoides Ph.—0. caespitosa, glaberrima, foliis con-
fertissimis, trifoliolatis; petiolis foliola minuta, obcordata, sicci-
tate'velut cellulosa quinquies eequantibus; pedunculis petiolos
eequantibus; unifloris; calycis foliolis O obtusis, corollee 1u-
teae dimidium «equantibus.
Hallada: por el señor Reéd'en Ja' Fondiónto oriental del jotas
-zúelo lel Portillo en una elevación como de 3000 metros. '
Una raiz' gruesa, leñosa, de color pardo por afuera, produce un
césped mui'denso i compacto de unos 40 milímetros, osea, 1:i mé-
dia pulgadas de diámetro. Los peciolos: miden solo 5 líneas, o: sea,
11 milímetros de largo, las hojuelas 2 ¡milímetros de largo 1 otro
tanto de ancho, las hojuelas:del cáliz 13 média líneas o 3 q
tros, los pétalos 2 i média a 3 líneas. :
32, Gerúnium sessilifloram Cay.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870, 167
Cumbre de la cordillera. Esuna de las especies que, como el
Ranunculus peduncularis, se erian igualmente en Magallanes,
- 33, Geramum dissectum L.
Hallado por el señor Reed en las inmediaciones de Mendoza;
segun toda probabilidad, introducido de Europa.
34. Tropeolum polyphyllum Cav.
Mui comun en el valle del Tunuyan, etc.
35. Tribulus lanuginosus L.
Cerca de Mendoza,
36. Larrea divaricata Cav.
- Al fin de la cordillera.
37. Larrea mtida Cav.
Villavicencio, etc., uno de los pocos arbustos, que se hallan en
£mbos lados de la cordillera.
38. Bulnesía macrocarpa Ph.
B. foliis plerisque bijugis; foliolis oblongis, pilosiusculis; frue-
tibus magnis, ovatis.
“Crece en la vecindad de Mendoza,
Se parece bastante a la B. chilensis Gray, Bot. vol. 1., p. 475,
pero las hojas son mucho mas pequeñas, la mayor parte solamen-
te biyugas, i las hojuelas miden solo 21 média líneas, o sea, 5 ime-
dio milímetros de largo, sobre 1 imedio (3 mil. i medio de ancho).
No'he visto las flores. Los frutos son bastante diferentes, pues que
miden 10 líneas, o sea, 22 milímetros de largo, sobre 9 líneas, osea,
20 milímetros de ancho, mientras los de la especie chilena tienen
6 1 média líneas, 14 milímetros de largo, con igual anchura. -'
Se diferencia del Zygophyllum Retama Grill. et Hook. Contrib.
p. 166, por tener las hojuelas mucho mas grandes, pues las del .F.
Retama alcanzan apenas a média línea.
39. Condalia microphylla Cav.
Este arbusto se halla igualmente en'ambos lados de la cordillera.
40. Melilotus parviflora Desf.
Esta plantita, venida de Europa, parece igualmente comun en
Mendoza como en Chile ¡en California.
41 Lapinus andícola Grill.
Vertiente oriental de la cordillera. Tengo ejemplares de 1i me-
fito piés de alto; por consiguiente, el tallo no se puede llamar
“breviusculo,” ies mas bien sedoso seniciento, que ““pubescenti-
lanata.”
ADE LAU 22
168 MEMORIAS CIENTÍFICAS,
42. (lycyrrhiza astragalina Gill.
Debo un ejemplar chileno de este arbusto al señor Volckmann,
quien lo halló en la Araucanía; es, pues, comun a ambos lados de
la cordillera.
43. Phaca Cruckshanlsii Hook et An.
Se halla en ambos lados de la cordillera, pero solo en grandes
elevaciones.
44. Phaca carinata Hook. et Arn.
Se halla en iguales circunstancias que la anterior,
45. Phaca uspallatensis Ph.—Ph. incana, humilis, ramosíssima;
caulibus ceespitosis brevibus, foliosis; foliis 6-8 jugis; foliolis
oblongis; stipulis herbaceis, margine tantum scariosis, subovati-
tis; racemis longe pedunculatis, brevibus, densis; pedunculis fo-
lium equantibus; foribus flavo- violaceis; leguminibus valde infla-
tis, varriegatis.
Inter Mendoza et Uspallata lecta fut,
Toda la planta está cubierta de pelos blancos recostados. Los
peciolos miden 13 líneas, o sea, 25 milímetros dejlargo, i son desnu-
dos en su tercio inferior; las hojuelas mas largas miden 31
líneas o sea 8 milimetros de largo sobre 1 línea o 2 milímetros de
ancho. Las bracteas son pequeñas, sin embargo mas largas que los
cortísimos pedicelos. Il cáliz tiene casi 2 líneas, o sea, 4 milímetros
de largo, la corola el doble. La quilla es amarilla (cuando fresca
probablemente blanca), solo con la punta violada; las alas mucho
mas largas que la quilla casi enteramente azules, lo mismo que
el estandarte. La legumbre tiene 10 líneas, o sea, 22 milímetros de
largo 1 la mitad de grueso ¿Seria acaso la Ph. Arnoltiana Gal,
cuya descripcion es demastado corta? Se le atribuyen““Hores pur-
púreas pequeñas,” lo que no parece convenir a la especie que acabo
de describir. :
46. Phaca Reedií Ph.—Ph. caespitosa, setis albidis hispida; cau-
libus brevissimis; foliis 5-7 jugis, petiolo usque ad medium nudo;
foliolis minutis, lineari-oblongis, siccis complicatis; stipulis folio-
lum aequantibus, oppositifoliis, usque ad medium coalitis, mem-
branaceis, nervo mediano viridi; pedunculis axillaribug valde
elongatis; floribus umbellato-capitatis, 4-6, calycis nigro-hispidi
laciniis subulatis, tubo vix brevioribus; corollae caeruleas alis treg
quar tas vexilli partes, carina dimidium ejusa equantibus; legumi-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE Dz 1870, 169
In latere orientali vine “portezuelo del Portillo”, circa 4000
metros supra mare invenit orn. Reed.
La raiz es sencilla, tiene a lo menos 6 pulgadas, o sea, 170 milí-
metros de largo i 4 2 líneas, osea, 10 milímetros de grueso; produ-
ce un césped densísimo que tiene solo 2 pulgadas, o sea, 51 mulí-
metros de diámetro. Las hojas inferiores o del césped mismo tie-
nensolo 4-5 líneas (8 1 4-10 1 4 milímetros) de largo; las de las ra-
mas floríferas, hasta 6 líneas, o sea, 121 | milímetros. Los pedúncu-
las tienen hasta 19 lineas, o sea, 40 milímetros de largo; el cáliz
mide 2 líneas o 4 ¡14 milímetros, la corola 4 1% línea o 10 mulí-
metros; el estandarte es escotado. — Esta especie se distingue luego
de las demás especies de Phaca o Astragalus que yo conozco, por
su traza, la pequeñez de sus hojas, sus pelitos cerdosos 1 sus pe-
dúnculos alargados. Pero ¿es Phaca o Astragalus? i ¿qué diferencia
hai entre la seccion 11 de Phaca i Astragalus? En Phaca 11 tene-
mos: “sutura inferior intus in dissepentum imcompletum vel im-
completum complicata, in Astragalus”, sutura inferior in dissepi-
mentum incompletum vel incompletum dilatata”. El que me pue-
da enseñar la diferencia entre ambos caractéres “erit mihi magnus
Apollo”. '
47. Lathyrus macropus Gill.
In declivi orientali andium.
He hallado esta especie en el último año en el “Salto de agua”
de Conchalí.
48. Adesmia calocarpa Ph.—Anales de la Universidad, 1865,
IL páj. 384. . -
A la descripcion que di en el lugar citado, puedo agregar que
la raiz es leñosa 1 blanca, ique nacen varios tallos de la misma
raiz, alcanzando a 1 2 piés de altura.
49. Adesmia trijuga Gil.
39, Adesmia pimifolía Gill.
5l. Adesmía Gilliesi H. et A. .
Estas tres especies son de la vertiente oriental de los Andes.
52. Gourlica decorticata Gill.
Llanos de Mendoza.
53. Caesalpinia praecox R. etP. Ined. Hook. et Arn. Ll. e. p.
208.
La descripcion es algo corta, 1 puedo completarla. Los ramos
son Áexnosos. Las espinas estipulares son desiguales, midiendo la
170 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
mayor 6 líneas, o sea, 13 milímetros, la menor solo 2 i 2-3 lineas(6-7
milímetros). El pedo comun mide 2 líneas=4 milímetros, las pé-
nulas tienen 4 1 3 líneas (10 milímetros), las hojuelas 11 2 línea. —
El cáliz mide 2 i J líneas, osea, 6 milímetros; la corola es dos veces
tan larga; el pétalo superior es algo mas grande que los demás;
tiene la uñuela mas larga, i a veces puntos purpúreos en el centro.
Jl ovario es densamente velludo, pero lalegumbre casi lampiña,
del largo de 17 líneas, o sea, 37 milímetros, 1 del ancho de5 líneas,
o sea, 11 milímetros.
54. Poinciana Gilliesi Hook.
Comun cerca de Mendoza; talvez cultivada.
55. Hoffmannseggía falcaria Cav.
Comun cerca de Mendoza. Es singular que esta plantita pro-
duzca raras veces sus frutos en las inmediaciones de Santiago,
donde no es rara, mientras los ejemplares de Mendoza están carga—
dos de sus legumbres.
55. b: Hoffmannseggía falcaría var-andina Hook et Arn.
De las grandes alturas. Su aspecto es tan diferente, que uno se
siente inclinado a considerarla como especie distinta.
56. Cassía aphylla Cav.
Al pié de la cordillera.
57. Prosopis torquata.
Comun en la provincia de Mendoza.
58. Prosopis strombulifera Benth.—Acacia str. W.
Frecuente en la provincia de Mendoza. Es un arbustito mui hu-
'milde. Observaré que los botánicos modernos han separado las es-
pecies americanas de Prosopis de los del antiguo mundo con el
nombre de Algarrobia, 1 las de legumbres contorneadas como ti-
rabuzon, con el nombre de Strombocarpa. Es singular que una
especie de Strombocarpa sea mui comun en California i Nuevo Mé-
Jico, Str. pubescens Gray, siendo sus legumbres comestibles 1 un
alimento importante para hombres i animales.
59. Acacia cóncinma Ph. (microphylla? W.)—A. arbor iner-
mis glabra; pinnis c.-9-10 jugis; foliolis 30 jugis, dimidiato-oblon-
gls, acuminatis, glabriusculis; petiolo comuni profunde sulcato-
canaliculato; glandula ovali concava in basi petioli et in extremo
ejus; capitulis pedunculatis, alió solitariis, pedunculo vix
capitulum superante.
Ad vias prope Mendoza.
ANALES DE LA: UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 171
Los brotes nuevos son verdes, 1 cubiertos de glándulas traswer-
sales blancas. El peciolo comun mide 4 pulgadas o 105 milímetros,
las pínulas 213 pulgadas o 64 milímetros, las hojuelas 21 4 líneas
o 5 milímetros, el pedúnculo 10 -13 líneas (22-28 milímetros),
el cáliz 11 1 líneas 02 1 3 milímetros, la corola el doble. Los estam-
bres, en número de 50 i mas, son de un hermoso amarillo i miden
4 1 2 líneas, o sea, 10 milímetros.
La corta descripcion de la 4. micophylla dada por De Candolle,,
Prodromus, vol. IL, p. 469, núm. 218, la única que puedo consul -
tar, no conviene en todos puntos a nuestra planta, pues que no
tiene las hojitas pestañadas ni pubérulas por debajo, tiene una glán-
dula en la base del peciolo ino en el medio, i le faltan las glán-
dulas entre las pínulas medianas.
No puede ser tampoco la 4. polyphylla de Clos en la big Lio
Gay, de la cual pude comparar un ejemplar auténtico, recojido
por Gay en 1836 cerca de San Isidro; conviene con ésta por la
glándula terminal del peciolo, pero difiere por la glándula situada
en la base de éste, i noentre la base i la primera pínula, i por las
cabezuelas solitarias.
El señor Clos ha omitido hablar de las glándulas del peciolo,
que son de un carácter mui importante en este jénero. En el caso que:
' fuese una especie nueva, propongo llamarla A. concinna.
60. Acuena canescens.— Viaje al desierto de Atacama núm. 99.
En las alturas de la cordillera.
61. Jussieua repens L.
Igualmente comun en Mendoza que en Chile, cerca de Buenos-
Aires etc.
62. Oenothera Berternana Spach.
Mendoza. ¿Seria acaso la Oe. odorata Facq. in Hook et Arn,
¡Contrib. p. 201, núm. 414?
| La breve descripcion dada de esta planta en el Prod. de De
¡Cand. vol TIT, p. 22, leconviene bien, sobre todo, las palabras: stig-
1
portante en este jénero.
| 63. Cucurbita asper ata Gil
Mendoza.
64. Bartoma sinuata Presl.—(B. albescens Gill).
Mendoza.
172 ; MEMORIA CIENSTÍFICAS.
65. Ácrolasia Solieri Gay.
Mendoza.
66. Cajophora coronata Hook et Arn.
En las alturas de la cordillera, en ambos lados.
67. Portulaca grand: flora Hook.
Mendoza.
Se cultiva ahora con frecuencia en los jardines como flor de
adorno.
68. Grahamia bracteata: Gill.
Se cria solo en la provincia de Mendoza, i es una equivocacion
del señor Burneoud el pretender que crece en Chile,
69. Calandrinia rupestris Barn.
70. Calandrinta picta Gill. -
71. Calandrinia Gilliesi H. et Arn.
72. Calandrinia splendens Barn.
73. Calandrinia denticulata Barn.
Estas especies de Calandrinia se hallan en ambos lados de la
- cordillera en grandes elevaciones.
74. Chromanthus. —¿Novum genus Portulacearum?
Specimina pauca, omnia fructu carentia, in prov. mendocina
lecta, accepi, quae novum genus constituere videntur.—Caulis fru-
ticosus, erectus, parum ramosus, basi 112 lín. seu 3 milím. cras-
sus, 1- 1 3 pedalis, cinereus, etiam in ramulis hornotinis, qui sul-
cato-striati, forte propter exsiccationern. Folia alterna, exacte li-
nearia, basi attenuata, sessilia, apice obtusa, uninervia, carnosa,
glabra, majora 13 lín.seu28 milim.longa, 1 1 lín. seu 3 milím. lata.
—Flores axillares, solitarit, breviter pedunculatiz pedunculi de-
orsum curvati, basi bibracteolati, bracteolis ovato-oblongis, cus-
pidatis, scariosis.— Calyx diphyllus, persistens, primum roseus,
deinde siccus albus; foliola ejus ovata, a:l apicem reticulata, 312
lín, seu 71 ¿ milím. longa.—Corolla pentapetala, obscure coccinea,
tenerrima, calycem bis equans.— Staminá 10-15, calycem su-
bequantia, filamentis capillaribus, dorso antherae insertis; ant-
heris flavis, vix 1 1 3 lín. seu 3. milím. longis, oblongis. —Styli...
Fructus... — Flores in aquam frigidam immissi statim eam colori
rubro pulcherrime tingunt, unde nomen genericum desumsi; sed
enm casu eos amisissem characteres pistilli indicare non possum.
75. Paronyehiía andina Pb.—K. suffruti cosa, caespitosa, hirte-
la; foliis confertis, lanceolatis, utrinque angustatis, mucronatis;
dad
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 0%)
floribus in axillis subsolitariis; calycis lobis mucronatis, apice pur-
pureis,
In andibus mendocinis ad “Portillo de los Piuquenes” in alti-
tudine 12,000 p. s. m. invenit orn. E. Reed.
Specimen unicum vidi. Radix crassa, lignosa. Ramuli modo bi-=
pollicares. Folia internodia superantia, majora modo 2 1 3 lín. sive
6. milím. longa, + líp. sive 114 milím. lata; stipulae + lín. longae.
Calyx pilis longioribus vestitus, fruetifer vix 1 lín. seu 2 milím.
longus, apice purpureus, mucrone dentium albo, brevi.
Se diferencia de la P. chilensis por sus hojas 1 estípulas mucho
menores, las flores casi siempre solitarias 1 sésiles, 1 la traza. ¿Seria
“acaso una modificacion andina, nada mas? Observaciones ulterio-
res lo decidirán.
15. Hydrocotyle bonariensis L.
Comun cerca de Mendoza. Segun el señor Gray, véase Bot. vol.
TIT, p. 63, esta especie seria comun en Chile; pero no la hallé ja-
más, 1 el museo no posee tampoco ningun ejemplar chileno. |
11. Azorella monanthos Clos.
Comun en el portezuelo del Portillo.
18. Pozoa hydrocotylefolva Field 1 Gard.
Comun en las grandes alturas de la cordillera.
79. Aptum graveolens IL.
A orillas de las lagunas de Mendoza.
80. Helosciadiwm leptophyllum De.
Cerca de Mendoza. ls bastante comun en las provincias austra-
les de Chile.
81. Galium tricho carpum De.
De las altnras de la cordillera. Los ejemplares no son bastante
desarrollados para saber si es el EF. trichocarpum o (G. eriocar-
pun.
82. Calyeera intermedia Ph.—C. caule ramoso, feliato; foliis fere
pinnatifidis dentatis, involcri integerrimis vel dentatis; corollis al-
bis. Habit. in andibus mendocinis ad c. 8000 pedes supra mare.
El tallo mide seis a ocho pulgadas (15 a 20 centímetros) ies
mui ramificado, sus ramos son derechos, erguidos, poblados de al-
eunas hojas, pero a veces desnudos hácia su estremo. Las hojas
inferiores son oblongas, espatuladas, casi enteras, es decir, provistas
de unos pocos dientes mui cortos; las medianas son sésiles, casi pi-
natifidas en forma de peine, con los lóbulos frecuentemente triden-
Vid MEMORIAS CIENTÍFICAS
tados; las supremas son en forma de peine; pero las del invólucro;
por lo comun mui enteras. Las medianas miden unas 21 líneas
45 milímetros de largo 1 7 líneas 15 milímetros de ancho. Las ca-
bezuelas tienen 12 líneas 25 milímetros de diámetro; el tubo de la
corola una lonjitud de 2 imédia o 5 milímetros, sus lóbulos 1 línea
o 2 milímetros. Se diferencia de la €. herbacea Cav. por su tallo ra-
mificado, sus ramos a menudo cubiertos de hojas hasta la cabe-
zzuela, las corolas blancas, no verdes, menores, pues que en la C.
herbacea el tubo mide 4 a 4imédia líneas o 9-10 milímetros, i las -
lacinias 1 i média líneas; las espinas del cáliz parecen tambien ser
mas cortas i mas gruesas. Conviene por el tallo ramificado hojoso
i las flores blancas, con la C. ¿mvolucrata, que sigue. 0
83. Culycera involucrata Ph.—C. caule ramoso, foliato, foliis
sublanceolatis, in petiolum attenuatis, grosse dentatis, fere pinna-
tifidis; involucro e foliis 4 vol. 5 coalitis formato, laciniis 4-5
clongatis filiformibus terminato, capitulum longe superante; fori-
bus albis.
In andibus mendocinis loco dicto Portezuelo del Portillo.
No he visto mas que un solo ejemplar, que dificilmente se po-
dria distinguir de la €. herbacea Cav., atendiendo solo a las espi-
nas i la forma de las hojas. Pero su tallo es ramificado, sus ramos
poblados de dos a cuatro hojas, el invólucro mucho mas largo que
la cabezuela, midiendo 23 líneas o 50 milímetros de diámetro, 1las
flores son blancas, no verdes (Mui bien dice Cavanilles; ““cora-
llee herbacees”, i siento que este carácter haya sido omitido en la
obra de Gay). Las pajitas son en forma de cerda, mucho mas
pequeñas que en la C. herbacea, i las cabezuelas tambien mas chi-
cas.
84. Mutisia subspinosa Cav.
La obra de Gay dice mal vol. HI p. 264: folia retrorsum den-
tato-spinosa, 1 cirri biñdi. En la fig. de Cavanilles Icon. V. f
495, los dientes son derechos, como en nuestros ejemplares, i los
zarcillos sencillos. Así los describe tambien De Candolle.
No se halla en Chile, como se pretende en la obra de Gay.
85. Mutisia retrorsa Cav,
Hai en ambos lados de la cordillera,
86. Mutisia sinnata Cav.
Valle de Tunuyan.
87, Ohuguiraga anomala Don.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870, 175
En ambos lados de la cordillera.
88. Chuguiraga patagónica Ph.
Al pié de la cordillera, pasado el portezuelo del Portillo. La
breve descripcion dela Ch. anómala dada por De Candolle en el
Prodromo, vol. VII, p. 10, conviene a ambas especies, que se dife-
rencian sin embargo. La patagónicu es igualmente anual.
89. Chugwiraga erínacea Don. -
Cordillera del lado de Mendoza. Se pretende que es planta chi-
lena, pero no he visto ningun ejemplar chileno.
Las hojas son mui lampiñas, pero las ramitas cubiertas de un
vello mui corto. Las cabezuelas contienen seis flores, i un receptá-
culo pelado.
90. Chionoptera gayophyta De.
Grandes alturas de la cordillera.
91. Trichocline cineraria Dc. Prodr.
Tr. foliis petiolatis, ovato-orbicularibus, crenato-dentátis, sta-
pis folia parúm superantibus, monocephalis; capitulis multifloris;
lígulis extus albo-lanatis, intus aureis.
Hallada en el camino de Uspallata.
El rizoma es perpendicular, tiene 5 milímetros de, grueso, -.1 una
corteza de un ceniciento que tiraa pardo. Las hojas forman ro-
seta, 1 tienen un peciolode Y líneas, o sea, 15 milímetros de largo, 1
una lámina de 13 líneas, o sea, 28 milímetros de largo sobre 10 lí-
neas (22 milímetros) de ancho; son pubescentes por encima, 1 la-
nudas, blancas por debajo. Los pedúnculos son igualmente lanudos
1 del largo de 2 pulgadas o 52 milímetros. El diámetro de las ca-
bezuelas mide 14 líneas o 30 milimetros. Las escamas del invólu-
ero gon pluriseriales 1 apizarradas, lineares, agudas, de un color
verde mui oscuro, pero cubiertas de una lana blanca. Hai como
24 lígulas, cuyo labio esterior tiene 3 líneas, o sea, 11 milímetros
de largo, 12 milímetros de ancho; el interior es mas largo que la
mitad del esterior. Il estigma sale mui afuera, es en forma de
porra, 1 apenas partido.
92. Gochnatia glutinosa Don.
Pendiente oriental de la cordillera,
93. Proustia mendocina Ph.
Los señores Hooker i Arnott han descrito er la Botany of Becch.
Voy. p.28, una Proustia iNicrfolia, recojida cerca de o que
A. DE LA Us
176 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
DeCandolle (Prodr. V11 p. 28) toma por una variedad (gama grie-
ga)dela Pr. pungens, opiuion adoptada por Remy en la obra de Gay.
A mí me parece que el señor De Candolle ha confundido várias es-
pecies bien distintas. De Candolle dice:que las cabezuelas dela Pr.
pungens son espigadas, 1 segun el señor Remy, las cabezuelas son
solitarias, mientras la Pr. ¿licifolía tiene una panoja terminal.
La Pr. pungens jenuina tiene cabezuelas espigadas.
Mi Pr. reticulala es talvez la tlicifolia de Hook 1 Arn., a lo
menos tiene una panoja terminal multiflora 1 hojas espinudas en
sus bordes, pues la descripcion de dichos botánicos es mui corta.
La Proustia recojida cerca de Mendoza conviene igualmente a la
descripcion de la ¿¿cifolia, pero es diferente de mi reticulata. La
diagnosis es la siguiente:
Proustiamendocina Ph.--Pr. fruticosa; foliis petiolatis, ovalibus,
rigidis, glabris, coriaceis, nitidis, reticulatim venosis, nervis late-
ralibus valde oblíquis, margine dentato-spinosis; panicule termj-
«nalis multiflore ramis crassis spinescentibus; squamis involuctl
margine lanato-ciliatis; acheentis cuncato-trigonis, villosis; pappo
albo.
Las hojas son distintamente pecioladas, por lo comun, mas cor-
-tas 1 mas anchas que en la reticulata (los peciolos miden 2 líneas,
la lámina 16 lineas de largo sobre 9 de ancho); la red de las venas
es mas floja, los nervios laterales forman un ángulo mul agudo
con el mediano, mientras este ángulo es recto en la reticulata. Los
ramos de la panoja son tres veces mas gruesos, profundamente
surcados; los invólucros tienen a lo menos 2 líneas de largo 1 en-
cierran cinco flores; el vilano mide 4 líneas. Jn la Pr. reticulata
los ramos de la panoja son delgados, no se trasforman en espinas,
no están surcados; el invólucro nO solo 11 média línea, sus es-
camas son mucho mas pequeñas, 1el vilano es mas corto.
94. Hyalis argentea Don.
Es igualmente una planta mendocina, que se ha puesto por
equivocacion entre las plantas chilenas.
95. Ortastrum pusillum Poep.
Comun en las alturas de la cordillera. Es evidentemente la mis-
ma plante que la 4/dunatea chilensis de Remy en la obra de Gay.
96. Egoñín acerosaLicmy.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1570. 177
He recibido una variedad alargada, laxa de la espedicion a
Mendoza.
97. Caloptilion Lagascae Hook. et Arn.
Comun en los sitios elevados de la cordillera.
98. Panargyrum oligocephalum De.
Lugares elevados de la cordillera.
99. Leucería Neaet Dc.
Valle de Tunuyan.
100. Chabraeca scrobiculata Dc.
Cumbres de la cordillera,
101. Chabraca Salinasi Remy var bipinnatifida.
Se halla igualmente en los lugares mui elevados. Las hojas de
esta variedad tienen la ráquis mucho mas angosta que en la for-
ma normal, i las pínulas apartadas profundamente pinatiparti-
das. El museo pose» otra variedad hallada en la provincia de
Santiago cerca de las nieves perpetuas, que tiene hojas mui an-
chas, con las pínulas mui arrimadas una a otra, i con los pedún-
culos i las escamas del invólucro mui lanudas. Por lo que toca al
nombre, debo observar que la planta ha sido nombrada por el señor
Gay, o mas bien Remy, en obsequio del señor don Eulojio Salinas,
j por consiguiente no se puede llamar de ninguna manera Cha-
braea Salina, sino que debe ser Ch. Saliínae, o mas bien, Ch. Su-
linast, como yo escribo.
102. Chabraea concinna Ph.
Cordillera.
103. Chabraea Barrasiana Remy.
Cordillera. Las flores son azules; los lóbulos de las hojas son
dentados 1 no almenados. como dice la descripcion del señor Re-
my; p>ro estas diferencias no son suficientes para constituir una
especie nueva.
104. Etzaguirrea Candollez Remy.
Valle de Tunuyan.
105. Achyrophorus arenarius—Llano de Mendoza. Se halla
igualmente en Magallanes; pero no se ha hallado hasta ahora en
la cordillera alta. E
106. Achyrophorus glaucus Ph.— Viaje al desierto de Ataca-
ma, núm. 179.
Los ejemplares recojidos cerca de Mendoza se diferencian de log
MS MEMORIAS CIENTÍFICAS.
del desierto de Atacama por ser mucho mayores, i por tener a
veces las hojas radicales provistas de lóbulos o dientes grandes.
El tallo se divide en unos pocos ramos alargados monocefalos.
107. Achyrophorus sagittatus Ph.
A. caule superne valde paniculato=-ramoso; foliis radicalibus
pinnatífidis? caulinis superioribus semiamplexicaulibus, e basi
ovata sensim acuminatis, intergerrimis, sagittatis, lobis baseos:
angustissimis; squamis involucri hispidis; achaeniis longe ros-
tratis.
Mendoza.
Tengo solo ramos del tallo, que tienen un pié de largo. La plan-
ta parece casi enteramente lampiña. Las hojas ínfimas que hai en
dichos ramos tienen con frecuencia de cada lado uno que otro lóbu-
lo mui puntiagudo, grande i perpendicular, por lo que creo que las
hojas radicales deben ser pinatífidas; otras veces son mui enteras.
Su borde está armado de pequeñas cerditas, 1 su tamaño alcanza
-a5 pulgadas (120 milímetros) de largo, i 1 de ancho. Las hojas
superiores son mucho mas angostas, i hasta las supremas lineales
bracteiformes siempre aflechadas con el borde liso. Las escamas
del invólucro tienen 7 líneas (15 milímetros) de largo, los aque-
nios 2 líneas, 1 su pico 3 1 média líneas, o sea, casi 8 milímetros.
Se distingue de todas las especies chilenas a primera vista por
la forma de las hojas superiores del tallo, i por el largo pico de sus
aquenios.
108. Stevia tenufolia Ph.—Anales de la Umversidad, 1862,
II, páj. 397. S
Falda oriental de la cordillera.
109. Milkania mendocina Ph.—M. herbacea, volubilis, glabra,
foliis oppositis, cordato-sagittatis, peracutis, repando dentatis,
quinquenerviis supra ob pilos brevissimos scabris, petiolo laminam
aequante; pedunculis eymosis, folía superantibus; involucri caly-
culati squamis lineari-ovatis, acuminatis.
Prope Mendoza in uliginosis lecta fuit.
La lámina de las hojas mide, desde la punta hasta el estremo
de una de las orejuelas de la baso, 22 líneas o 48 milímetros;
la anchura de su base es de unas 12 líneas o 26 milímetros;
el nervio mediano mide 15 líneas o 32 milímetros, i es igual al pe-
ciolo, Los pedúnculos del mismo par de hojas son frecuentemente
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870, 179
desiguales, ora desnudos, ora cargados mas allá de su medio de
un par de hojas, que se aproximan a veces tanto de la cima, que
parecen formar una especie deinvólucro. El diámetro de las cimas
es de unas 10 líneas o 22 milímetros; los pedicelos son des-
guales, ora mas largos, ora mas cortos que los invólucros de las
cabezuelas, que tienen 1 imédia líneas o 3 milímetros de largo.
Las flores son blancas.
110. Eupatorium patens Ph.—En. caule tereti, pilis brevissimis
hirtello; ramis oppositis divaricatis; folis oppositis, ovato-lanceo-
latis, acuminatis, basi cuneatis, pauci et grosse-dentatis, utrinque
puberulo-scabris; capitulis in apice ramulorum glomeratis, sub-
ternis; involucri 10 fiori, eylindrici, imbricati squamis exterioribus
ovatis obtusis, tristriatis, interioribus fere duplo angustioribus
et longioribus.
Prope oppidum Mendoza invenitur.
Las ramas traidas tienen mas de un pié de lonjitud, 1 sus inter-
nodios miden 2 i média a 3 pulgadas (65-78 milímetros); las rami-
tas inferiores son del largo de 4 pulgadas, 1 se dividen como tres
veces, siempre formando ángulos rectos. Las hojas mas grandes
miden, incluso el peciolo de 3 líneas de largo, 15 líneas, o sea, 32
milímetros de largo, 1 4 0.5 líneas (9-11 milímetros) de ancho, 1
tienen dos a cuatro dientes; las superiores son mucho mas pe-
queñas 1 mul enteras. Los pedicelos son mui cortos. El invó-
lucro tiene 3 líneas, casi 7 milímetros de largo, ise compone
de unas 12 a 15 escamas dispuestas en tres hileras. Las corolas
miden 2 imédia líneas o 5 milímetros de largo, son cilíndricas,
un poco encojidas en su ápice i encierran los estambres. Los esti-
los son cilíndricos, no hinchados en forma de bulbo en su base, con
sus ramas largamente prominentes. A veces las hojas 1 ramas son
verticiladas, ternas, 1 aun se observa una que otra rama alterna.
111. Erigeron Myosotis Remy.
Recibí una variedad mas alta que la forma ordinaria.
112. Brachyris Isern P.—AÁnales de la Umiwersidad, 1865,
II, páj. 337.
Falda oriental de los Andes.
113. Chrysopsis? andicola Ph.—Anales de la Unmiwersidad,
1862, II, páj. 398.
Vertiente oriental de log Andes.
180 MEMORIAS CII,NTIFICAS,
114. Frindelia pulchella Duv.
Vertiente oriental de la cordillera.—Gay pretende, que se
cria igualmente en Chile; yo no he visto ejemplares chilenos.
115. Solidago coquimbana Ph.—Linnaea, 1860, páj.---,
núm. 842,
Mendoza.
116. Haplopappus glabratus Ph.—Linnaea, 1856, páj. 727,
núm. 246,
Alta cordillera.
117. Conyza Berteroana Ph.—Linnaea, 1856, páj. 737, n.> 270.
Cerca de Mendoza, a lo largo de los caminos, como en Chile.
118. Buccharis retamordes Ph.—B. suffruticosa, glaberrima; ra-
mis virgatis, subaphyllis, exquisite sulcatis; foliis minimis, linea-
ri setaceis; panicula laxa, elongata, racemiformi; capitulorum mas-
culoram squamis linearibus, apice rufo-fuscis, nervo mediano
viridí; capitulis femineis....-.---
Mendoza.
La planta llega a 2 i medio piés, c. 75 centímetros de altura,
1 las ramas a 1 i medio piés; el grosor del tallo en la base es de 2
lineas, o sea, 4 milimetros. Las hojas mayores tienen 5 lín eas imédia
o 12 milímetros de largo sobre una anchura de tres cuartos de línea,
osea, 1 i medio milímetros. El diámetro de las cabezuelas mascuti-
nas es de 4 líneas, 9 milímetros. No he visto plantas hembras.
Se diferencia de la B. scoparia por el tallo sufruticoso, las ra-
mitas no cuadrangulares, las flores masculinas casi racemosas, no
solitarias; de la B. aphylla, por sus hojas lineares, las cabezuelas
racemosas pediceladas, no sésiles i espigadas; de la B. nuda, por la
misma inflorescencia i el tallo no dicótomo; de la B. spartioides,
por las escamas del invólucro mui diversas, recostadas, herbáceas,
con el nervio mediano verde; de la B. sarophora Ph., por las ra-
mitas mucho mas robustas, la inflorescencia racemosa, no arra-
milletada, las escamas del invólucro diversas, etc.
119, Baccharis sarophora Pa. —Linnaea, 1850, pá). ---- nú-
mero 857.
Mendoza.
120, Buccharis sagittalis Less.
Parece tan comun en la provincia de Mendoza como en Chile,
121, Baccharis serrulata? Persoon.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 181
Mendoza. La descripcion cortísima del. Prodromus conviene
bastante bien a mis ejemplares; pero no basta talvez.
122. Tessaria absinthioides Dc.
Igualmente comun en la provincia de Mendoza 1 en Chile.
123. Senecio leuciscus Ph.—8. discoideus, ramis virgatis, ar-
senteo-tomentosis; foliis linearibus acutis, margine involutis, sub-
tus argenteo-tomentosis; corymbis confertis, 10-12 floris; squa-
mis involucri ecalyculati campanulati brevibus, minus tomento-
sis, apice sphacelatis, flosculis dimidio brevioribus; flosculis pa-
llide luteis, c. 20; achaeniis vix hispidiusculis.
Es de la espedicion de M=n loza; pero ignoro el luzar preciso.
Los ramos que recibí, tienen 6 pulgadas de largo. Las hojas son
bastante apretadas; las inferiores miden de 10 a 12 lineas (22-25
milímetros) de largo, i apenas 1 línea (2 milímetros) de ancho;
a veces tienen cerca de su ápice de cada lado un dientecito. El
diámetro del corimbo es de 15 líneas, o sea, 32 milímetros; las es-
camas del invólucro, que son en número de 10 a 12, miden sol»
2 i média lineas, o sea, 5 milimetros; las corolas 3 líneas. No he
visto frutos maduros —Esta especie se distingue a primera vista
de las parecidas, por sus corolas de un color amarillo mui pálido.
124. Senecio albolanatus Ph.—S5. discoideus, suffruticosus, totus
abolanatus; ramis virgatis, striatis, foliis linearibus, integerri-
mis, uninerviis, margine angustissime revolutis; corymbo confer-
to, polycephalo; involucri calyculati, ¿ctophylli, albolanati squa-
mis apice sphacelatis; flosculis c. 20, achaeniis pubescentibus
El señor E. Reed recojió esta especie en la falda de la cordillera.
Se parece bastante al S. Haenkes Dc.; pero se distingue luego por
sus corimbos multifloros, las escamas del invólucro menos nume-
rosas, mas cortas con su ápice negro, densamente lanudas; i del
5. leucisco, por los corimbos mul tifloros apretados, el vello lanudo,
el color de las corolas etc.
125. Senecio demissus Ph.—5S. discoideus, prostratus, ramosis-
mus, glaber; foliis laciniatis, apice 3 ad 7 fidis, in petiolum linea-
ri-filiformem attenuatis; pedunculis nudis monocepha!lis; involu-
cri basi bracteolis 3 vel 4 stipitati, glabri, eglandulosi squamis
apice penicillatis.
In via dicta Portillo de los Piuquenes ad c. 3009 metros $, mM.
legit orn E. Reed.
182 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Es un sub-arbusto mui pequeño, con los ramos tendidos en el
suelo, echando de trecho en trecho raices; estos ramos tienen solo
como 1 i média pulgadas, o sea, 40 milímetros de largo. Las hojas
miden 4 a 6 líneas (9-13 milimetros) de largo, 1 imédia líneas, de
ancho; las tres tiras de su ápice tienen el mismo ancho, i son en-
teras o recortadas, cortas i puntiagudas. Los pedúnculos tienen
unas 7 líneas (15 milímetros) de largo 1 llevan solo una o dos
bracteas aleznadas. El invólucro tiene 4 líneas de largo, 1 se com=
pone de unas nueve escamas, tan largas como las florecillas. No
he visto los aquenios.—Esta especie no se puede confundir con
ninguna otra.
126. Senecio purpuratus Ph.—Linmaea, 1856, páj. 714, nú-
mero 278.
Parece comun en toda la alta cordillera.
127, Senecio mendocinus Ph.—S.radiatus, fruticosus, glabe-
- rrimus, ramis apice nudis, 1-8 cephalis; foliis carnosis, lineari-
filiformibus, acutis, confertis, capitulis sat longe pedunculatis,
pedunculis paucibracteatis, involucri calyculati squamis e. 13,
margine scariosis, haud sphacelatis, ligulis 8-10, achaeniis brevis-
sime hispidis.
Falda oriental de los Andes.
Es un verdadero arbusto. Las ramas añejas son cenicientas. Las.
hojas son apretadas, un poco adeleazadas en la base, donde no
muestran jamás dientecito aleuno; miden 11 líneas de largo (23
milímetros), sobre + de línea (1 i medio milímetros) de ancho.
Las escamas del invólucro tienen 4 líneas de largo i terminan com
un pincel de pelos mui notable. Hai como 25 florecillas tubu-
losas, de 4 líneas de largo. Esta especie conviene por sus hojas i
aquenios con el £S.: belophyllus de Remy; pero es mui lampiña,
sin olor, enteramente leñosa, sus flores forman un corimbo verda-
dero, i las centrales tienen un pedicelo que mide 1 i média línea
escasa. Se diferencia del S. linariaefolius Poep. por su tallo mui
ramificado, las escamas del invólucro sin punta negra, 1 una tra-
za mui diversa,
128. Senecio Reedí Ph.—S. radiatus, frutescens, aráchnoideo-
hirsutus; ramis virgatis, oligocephalis, fere usque ad apicem
foliatis; foliis sessilibus, linearibus, acutis, basi angustatis, infe-
rioribus irregulariter dentatis, supremis e basi lata, fore amplexi=
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1860. 183
cauli sensim acuminatis, integerrimis; pedicellis lanuginosis,
bracteatis; involueri calyculati, glandulosi squamis haud sphace-
latis, ad apicem margine scariosis, circa 12; ligulis 8; achaeniis
hispidis.
In “Portillo de los Piuquenes” invenit orn. Reed.
Tengo un ramo de unas 9 pulgadas (21 centímetros) de largo;
las hojas mayores miden 15 líneas o sea 32 milímetros de largo so-
bre un ancho de 2 líneas o 4 milímetros; su borde es irregular; en
las inferiores, muestra de cada lado de. dos a tres lóbulos obtusos;
en las siguientes, dientes agudos; mas arriba 10 3 dientes mui
grandes, mientras las supremas son mul enteras 1 semi-abrazadoras
de 9 líneas (20 milímetros) de largo, sobre el mismo ancho de 2 lí-
neas o 4 milímetros. Los pedicelos miden 3 líneas, las escamas del
invólucro 3 14 líneas (7 1 3 milímetros), las lígulas 3 líneas. —Se pa-
rece por la forma al S. Benaventianus Remy, pero es discoideo.
129. Senecio argophyllus Ph.—Linnaea 18. p. núm. 286.
Se cria igualmente en la falda oriental de la cordillera, segun
parece,
130. Senecio glaber Less.
El señor Beed trajo de Mendoza ejemplares que no puedo dis-
tinguir de los chilenos. ¿Habria equivocacion en la localidad?
131. Senecio Gallies? Ph.—S. radiatus, basi fruticosus, glaberri-
mus; foliis pinnatipartitis, rhachi lobisque linearibus; his paten-
tibus, elongatis, acuminatis, plerumque trijugis; corymbo 2-10
floro; invólueri calyculati squamis c. 20, apice vix sphacelatis; lí-
gulis 10; achaeniis dense hispidis.
Mendoza.
Las hojas inferiores tienen 27 líneas osea 58 milímetros de largo,
sus lóbulos 10 líneas (22 milímetros) sobre 2 líneas o 1 milímetro
de ancho; solo las hojas superiores son indivisas 1 casi filiformes.
El corimbo es flojo 1 uno que otro pedicelo lleva bracteitas. Las es-
camas del invólucro tienen 2 1 3 líneas o 5 milímetros de largo. La
especie de cálizque existe en la base del invólucro es mui visible en
las flores que botaron ya sus semillas quedando verde, cuando las
escamas del invólucro ya están secas o blancas, — Se distingue fá-
cilmente del S. hakeaefolius Rim (Gay, vol 1V, p. 176, que es dife-
rente del verdadero hakeaefoluis de De. el cual es discoideo etc.)
por su invólucro caliculado de un modo mui notable etc.; la lonji-
ADE LA U. 24
184 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
tud i estrechez de lo3 lóbulos de las hojas diferencian luego esta
especie de las otras parecidas.
132. Gnaphalium mendocinum Ph. —Gn. caule herbaceo, erecto,
lanato-incano, supra ramosissimo, ramis erectis, eymosis; foliis
decurrentibus, linearibus, acutis, supra cinereo-viridibus, subtus
arachnoideo-albo-lanatis; squamis involucri e luteo albis.
Mendoza.
Los ejemplares carecen de raiz, i miden hasta 2 piés o 60 cen-
tímetros; son densamente hojosos, mui ramificados en la parte su-
perior, i llevan un gran número de cabezuelas. Las hojas inferiores
tienen solo 2 líneas (4 milímetros) de largo ise prolongan por 3-2
líneas mas abajo de su'insercion en el tallo, Las cabezuelas tienen
2 líneas de largo.
133. Pyrethrum Parthenium L.—Especie europea, espontá-
nea en Mendoza como en Chile.
134. Amblyopappus mendocinus Ph.—A. caule erecto, profunde
-—sulcato, apice corymboso, glabro, glandulososo, scabro; foliisinte-
rioribus oppositis, fere biternatim sectis, punctatis, segmentis an-
gustissime linearibus, obtusis; capitulis longiuseule pedunculatis.
Mendoza.
El tallo alcanza a un pié de lonjitud i está poblado de hojas
apretadas. Estas tienen por lo comun 16 líneas o 34 milímetros de
largo sobre 10 líneas, o sea, 21 milímetros de ancho, i todas sus
tiras como la raquis tienen solo | línea de ancho; sus divisiones la-
terales, que tienen como 10 líneas de largo, se dividen en tres tiras,
¡la parte terminal de la hoja es imparipinada o quinquefida. Las
hojas supremas son simplemente tripartidas, las florales a menudo
lineares e indivisas. Los pedúnculos tienen a lo menos 6 líneas o
sea 13 milímetros de largo. El invólucro está formado de cinco
escamas cuneiformes, algo romas, amarillas, con el borde escarioso
i blanco, i su centro glanduloso-puntuado como las hojas; miden
3 líneas (2 milímetro) de largo. Hai 5 o 6 florecillas de 113 lí-
neas (2 1 milímetros) de largo; los aquenios son algo mas largos,
cuadrangulares, híspidos en su base, casi lisos arriba, i llevan ocho
pajitas casi iguales, apénas mas cortas que su florecilla, aovadas,
fimbriadas en su ápice i provistas de un nervio mediano verde en
su base. ¿Sería acaso el A. pusillus H. eb A? La descripcion
de esta especie, copiada «n la obra de Gay, es demasiada corta,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 185
Nuestros ejemplares no son pusillos, las hojas no son de ninguna
manera subpedatim secta, las cabezuelas no son solitarias ni cor-
tamente pedunculadas.
135. Cephalophora radiata Less.
Mendoza.—La corta descripcion de De Candolle en el Prodomus
V. p. 662, le conviene perfectamente; pero las florecillas del dis-
co son en nuestros ejemplares igualmente de un amurillo anaran-
jado como las lígulas.
136. Galinsogea parviflora Cav.
Parece ser tan comun en Mendoza como en Chile,
137. Hymenatherum tenuilobum ? Dc.
Mendoza.
138. Zinnia mendocina Ph.—Z. caule erecto striato-sulcato,
hispidulo, paucifloro; foliis vix petiolatis, oblongo-lanceolatis, ci-
liolatis, inferioribus basi attenuatis, supremis basi latioribus, sub-
trun catis; lígulis brevibus, ovatis, supra purpureis, subtus, lu-
teis; achaeniis disci uniaristatis, margine interiore ciliolatis; paleis
centri acutis.
Mendoza.
La planta alcanza a 59 o 60 centímetros. Las hojas medianas
del tallo tienen 2 pulgadas o sea 50 milímetros de largo sobre 5
líneas (11 milímetros) de ancho; las superiores tienen solo 10 lí-
neas 022 milímetros de largo sobre 7 líneas o sea 15 milímetros de
ancho; son algo ásperas sobre todo en la cara inferior, 1 muestran
cinco nervios. El pedúnculo está hinchado i hueco en la punta. El
invólucro se compone de escamas apizarradas i mide 6 a 7 líneas
(13 a 15 milímetros). Las lígulas tienen 5 líneas (1012 milíme-
tros) de largo sobro 2 líneas de ancho, i son con frecuencia algo
agudas. Los aquenios del disco, aunque todavía no maduros, mi-
den 5 líneas de largo ¡su arista la mitad. He creido al princi-
pio que nuestra planta podia ser la var. c. de la Z. multiflora de
De. (Prodw. V.p. 555); pero es pauciflora i casi todas las pa-
jitas del receptáculo son aguadas, siendo solo las esteriores obtu-
sas,
139. Flaveria Contrayerba Pers., var. latifolia.
Mendoza. —Luas hojas del tallo miden sin el peciolo 2 pulgadas 9
líneas (70 milímetros) de largo sobre una pulgada (26 milímetros)
de ancho; pero fuera de esta anchura de las hojas, no encuentro
186 MEMORIAS CIENTÍFICAS
caractéres que pudieran distinguir la planta mendocina de la chú-
lena,
140. Flourensia hispidula Ph.—Fl. pilis patentibus hispida;
foliis triplinerviis, integerrimis, lineari lanceolatis; squamis invo-
lucri lineari-lanccolatis, valde hispidis; achaeniorum aristis binis
longis, paleis brevibus.
Es mui parecida a la 7. corymbosa; pero se distingue a primera
vista por las hojas angostas ilospe los blancos mucho mas largos 1
erguidos, que cubren la plantai sobre todo el invólucro; las esca-
mitas del aquenio situadas entre las aristas son tambien mucho
mas cortas. Los nervios laterales de las hojas están mui afrimados
al márjen. :
141. Bidens helianthoides H. B. Kth.
Mendoza.
142. Bidens chilensis Dc.
- Una variedad grandiflora; las cabezuelas tienen 8 a 10 lígulas,
- las hojas 1 sus lacinias son mui angostas 1 mui enteras.
143. Bidens Leybold: Ph.—Anales de la Uniwersidad, 1865 11
-p. 338.
En la falda oriental de la cordillera.
144. Verbesina scabra Ph.—V. erecta, pilis brevibus appressis
scabra; caule sulcato; foliis petiolatis, oblongis, basi cuneatis,
grosse seratis, subtus canis; achaeniis glabrius culis, parce ciliatis;
aristis aequalibus, apicem alarum acutum vix superantibus.
Mendoza.
El tallo alcanza a 2 piés o 60 centimetros de alto, i se divide en
su parte superior en ramas tiesas, en forma de varillas, desnudas
hácia su estremo, donde llevan una a tres cabezuelas: al principio
están cubiertas de un vello blanco. Las hojas están sustentadas por
un peciolo de 8 líneas (17 milímetros) de largo, 1 su lámina mide
21 líneas (45 milímetros) de largo, 1 14 líneas (30 milímetros) de
ancho; de cada lado tienen unos diez dientes. Las supremas, sésiles,
«casl lineares, son menos dentadas. Las escamas del invólucro miden
4 líneas (8 12 milímetros) de largo, i son verdes, pero cubiertas de
cerditas blancas. Las cabezuelas son multifloras, 1 sus lígulas, que
tienen 7 líneas o sea 15 milímetros de largo, tridentadas. Las pa-
Jitas del receptáculo son amarillas en su ápice 1 glandulosas en
su borde. Los aquenios tienen 3 iz líneas, '7i 2 milímetros de lar-
go sobre 214 líneas, 51 Y milimetros, de largo, i son hispidos 1 de
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 187
color pardo; sus alas terminan arriba endos dientes triangulares,
entre Jas que nacen dos cerdas o aristas blancas apenas mas largas
que dichos dientes.
145. Centaurea chilensis Hook.
El señor Reed trajo esta planta del valle de Tunuyan.
146. Pratia atacamensis Ph.—Viaje al desierto de Atacama,
núm. 224,
El señor Reed halló esta plantita en el mismo valle de Tunuyan.
147, Oxypetalum lineare? Dc.
Mendoza. ;
Las hojas alcanzan a 4 pulgadas, 10 centímetros, de largo, te—
niendo solo 2 líneas o 4 milímetros de ancho; los pedúnculos mi-
den 2 1 j líneas 1 llevan umbelas de 4a 8 flores que tienen pedice-
los mui cortos, de una línea de largo; los lóbulos de la corola, 2 i
2 líneas o 5 milímetros, 1 son erguidos, no ““patenti reflexi”; la coro-
na de los estambres muestra diez almenas, 1es de un color rosa
pálido con la base violada. Hai un solo estilo exserto (1).
Zosímo, nuevo jénero de las Asdepiadeas Astefanas, Calyx
quinquepartitus.— Corolla rotata, vel potius omnino plana, quin-
quangularis, haud lobata, extus et intus glabra.-——Corona staminea
nulla. —Gynostegium breve, cornubus brevibus, acutis inter stami-
na sitis, quibus in basi gynostegii tubercula respondent. o
mata duo, exserta, reflexa.—Folliculi ovati.
Este nuevo jénero se diferencia de los Mitostigma Astephanus,
Haemax, Hemipogon por su corola en forma de rueda 1 mui lam-
piña, 1 de Nautonia. que tiene igual corola, por la corola lampiña
i el jinostejio sésil.
148. Zosima violacea Ph.—Z. fruticosa, volubilis, glabriuscula;
foliis petiolatis, cordatis, acuminatis; floribus in panículas folium
aequantes dispositis; corolla satis magna intus atro-purpurea, ex-
tus lívida.
Toda la planta lleva pequeños pelos blancos, mas coplosos en
los pedúnculos; el cáliz 1la faz esterior de la corola, escasos 1 mas
cortos en las hojas. Los peciolos tienen como 6 1 média líneas o sea
casi 14 milímetros de largo, la lámina de la hoja: 10 1 média líneas
(23 milímetros) de largo sobre 8 1 média líneas (19 milímetros) de
ancho. Los pedículos miden unas 11 líneas (24 milímetros) de lar-
(1) Zostur, nombre griego de mujer.
188 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
go, los pediculos inferiores 4 líneas, 8 1 medio milímetros, los ló-
bulos del cáliz, 2 líneas escasas, mientras el diámetro de la corola
es de 9 líneas o sea 20 milímetros. Jil jinostejio tiene una altura
de 1i média líneas (3 milímetros), i los folículos miden 17 líneas o
sea 37 milímetros. Todos los folículos ya estaban vacios.
149. Gentiana multicaulis De.
Alturas grandes de la cordillera,
150. Gentiana magellánica Dc. o (E. patagónica Griseb?
Igualmente en las grandes alturas.—Me hallo perplejo para de-
«cir a cuál de estas dos especies pertenecen nuestros ejemplares, ;
talvez ambas especies deben reunirse.
351. Argylia uspallatensis Hook.
“Paso de Uspallata.
Siendo que la descripcion de Dc. en el Prodr. 1X. p. 235, que
ha sido simplemente traducida en la obra de Gray, es mui corta,
daré una descripcion mas detallada de esta bonita planta.
El rizoma es leñoso, i con frecuencia del grosor de una pulgada.
Los ramos llevan por lo comun tres o cuatro flores i miden solo
tres pulgadas o sea '77 milímetros. Las hojas son mui amontona-
das en la base de los ramos, gruesos, 1 de forma vária; las infimas
indivisas, orbiculares o casl acorazonadas, con el borde almenado-
lobulado; otras son trifulioladas, otras quinquefolioladas. Los pe-
ciolos son cubiertos de una pubescencia mui corta pero densa, 1
miden 10 líneas 22 milímetros; la lámina de las hojas indivisas
como de las hojuelas de la hoja compuesta, tiene 7 líneas o 15 mi-
límetros de largo i otro tanto de ancho; suele haber dos a cuatro
lóbulos de cada lado en el borde de las hojas. Las divisiones del
cáliz tienen 3 líneas le largo, la corola mide 16 a 17 líneas (35-37
milímetros) 1 es de un hermoso amarillo i no purpurascente como
dice De Candolle: toma solo este color cuando está marchitada o
mal desecada. Las cápsulas llegan a 2 pulgadas S líneas (70 mili-
metros) de largo, 2 i média líneas (5-6 milímetros) de grueso i son
pubescentes. Las semillas tienen casi 3 líncas de largo.
152. Gilia foetida Gall.
En las alturas de la cordillera.
153. Gilia crassifolia Benth.
Ivualmente en los lugares elovados de la cordillera.
154. Collomia coccinea Benth.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 189
Mendoza,
155. Convolvulus arvensis L.
Mendoza. Esta maleza, de oríjen europeo, parece ser igualme:-
te comun en ambos lados de la cordillera.
Leucomalla (2), nuevo jénero de las Convolvuláceas.
Calyx quinquepartitus imo pentaphyllus. Corolla infundibuli-
forwmis margine subintegra.—Stamina quinque, imee corollee in-
serta, ¿nclusa.—Ovarium biloculare, loculis biovulatis. Styli duo
simplices, stigmata vix incrassata, filiformia.—Capsula abortu uni-
locularis, monosperma, quadrivalvis.
Este nuevo jénero se diferencia luego de Cressa, que conviene
por la cápsula monosperma, de Lvolvulus por los estambres in-
clusos i los estigmas, i de Seddera, que tiene igualmente los estam-
bres cortos inclusos, por sus estilos.
156 Leucomalla lanuginosa Ph.—L. annua, decnmbens, omnino
sericeo-lanuginosa, alba; fuliis sub sessilibus, ovato-lanceolatis,
acutis; floribus axillaribus, sessilibus, albis, folio brevioribus.
Hallada por el señor Reed en el llano de Mend oza.
Los ramos miden 4 a 5 pulgadas de lonjitud (60-85 milimetros);
las hojas son bastante coriaceas, de 7 líneas o sea 15 milímetros
de largo sobre 2 1 média líneas o 5 1 medio milímetros de ancho, con
el nervio mediano prominente por debajo. 1l cáliz mide 21 média
líneas i sus lacinias son algo desiguales; la corolla, que tiene 3 lí-
neas (6 imedio milímetros) de largo, es peluda en sus pliegues.
La cápsula madura es defleja, globulosa, del grueso de 1 i média
líneas.
157. Phacelia circinata Jacq.
Se recajió en este viaje en la alta cordillera una variedad con
flores bien azules. Hasta ahora se han reunido formas mui dife-
rentes bajo el nombre de PP. circinata, que talvez deben elevarse
al rango de especies.
158. Eutoca pinnatifida Ph.—-Eu. puberulo-viscida, a basi ramo-
l sa; foltis petiolatis, pinaatilidis, lobis utrinq ue c. 4, ovatis, inte-
gerrimis aut parce incisis; fructibus distantibus; lobis calycinis
| spathulatis,
| De los lugares elevados de la cordillera.
Es bastante parecida a la Zu. Cumingis Benth., i talvez no es
(2) Azozopwdos. con lana blanca.
190 MEMORIAS CIENTÍFICAS:
mas que una variedad. Sin embargo, las hojas son mucho menos
recortadas i los frutos mui distantes entre sí, formando un racimo
espiciforme mui alargado. Las flores inferiores son axilares en las
hojas superiores. El color de la corola ha sido blanquecino.
159. Heliotropium anchuscefolium (Heliophytum) Alph. De:
Mendoza.
160. Heliotropium curassavium L.
Mendoza. Se halla casi en toda Sur-América.
161. Heliotropium mendocinum Plh.—Anales de la Universi-
dad, 1862 II, p. 400. Mendoza.
162. Heliotropwum chrysanthum Ph.—Ánales de la Universi=
dad, 1862 11 p. 401.
Mendoza.
163. Salvia Gilliesi Benth.
Solo en la vertiente oriental de la cordillera; pero no en Chile,
como lo pretende Gray.
164, Mentha Pulegium L.
El poleo se ha hecho tan comun en la provincia de Mendoza co-
mo en Chile; es de oríjen europeo.
165. Verbena sulphurea Sweet.
Se recojió una variedad “canescens” de esta especie, que es una
de las pocas que habitan en ambos lados de la cordillera.
166. Verbena crithmifolia Gill. et Hook.
Mendoza. i
167. Verbena radicans Gill.
Mendoza.
168. Verbena glabrata Ph. (Glandaria) —V. suffruticosa, glabe=
rrima, foliis plerisque trifidis, basi cuneatis; supremis linearibus
integerrimis; spicis exsertis, capitatis, multifloris; bracteis lanceo=
lato-subulatis, calyce brevioribus; corolla glabra, lutea; anthera-
rum appendicibus exsertis, clavatis.
Mendoza.
Los ramos tienen 9 a 12 pulgadas (23-30 centímetros) de lonji-
tud, i los internodios superiores son dos veces tan largos como las
hojas. La mayor parte de éstas son simplemente trifidas, con sus
lacinias lineares, obtusas; pero los lóbulos laterales de las ínfimas,
con frecuencia igualmente divididos en tres; les mayores miden 12
líneas de largo (26 milimetros) i 7 líneas (15 milímetros) de an-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 191
cho, las lacinias tienen 1 a 1 i média líneas (2-3 milímetros) de an—
cho. El cáliz tiene 4 1 média a 5 líneas de largo, la corolla 10 a
11 líneas (21 i medio-23 i medio milímetros).—8Se distingue de la
V, fava Gill. et H, que es igualmente lampiña con flores amarillas,
por su hojas partidas, las corolas el doble mas grandes, los apén-
dices de las anteras gruesos en forma de porra; dela Y. radicans
GilL, por las hojas mucho menos partidas, el cáliz perfectamente
lampiño, etc.; de las demás especies, con que podria compararse,
por ser lampiña.
169. Verbena mendocina Ph.—V. annua, pilis appressis mollibus
vestita; foliis ambitu-ovato-triangularibus, e basi cuneata in petio-
lum angustatis, pinnatifidis vel tripartitis, laciniis iterum triparti-
tis; spicis pedunculatis, subternis, demum valde elongatis; brac-
teis lanceolatis, calycem sericeum subaequantibus; tubo corollae
pallide cacruleae calycem aequante; antheris exappendiculatis.
Mendoza.
Los tallos son erguidos, rollizos sencillos o ramificados, 1 alcanzan
a un pié (30 milímetros) i mas de lonjitud. La forma de las hojas
varia, siendo algunas dos veces trífidas o tripartidas, otras pinati-
partidas con lóbulos quinquepartidas; los lóbulos miden 1 14 líneas
osea 3 milímetros de ancho, mientras toda la hoja suele tener 18 lí-
neas, casi 49 milímetros, de largo sobre 11 líneas 24 milímetros
de ancho. El cáliz es pubescente, algo sedoso, desprovisto de glán-
dulas imide 3 líneas; el tubo de la corola es mui lampiño.—Pa-
rece mul vecina a la Y. 2ncisa Schauer, que no he visto todavía;
pero sus bracteas no son aovadas, 1 son mucho mayores; no hai glán-
dulas en el cáliz; la corola es azul i no “roseo purpurascens”; las
hojas mucho mas partidas.
170. Verbena juniperina Las.
Lugares elevados de la cordillera,
171. Verbena echinata Ph. —V. fruticosa, ramosiss ima, glabri-
uscula; foliis trifidis, laciniis linearibus pungentibus, vel integris
acerosis, in axillis gemmas foliolusas densas gerentibus; spicis 2-4
floris, ramulos breves terminantibus; bracteis brevibus, ovatis,
acuminatis, ciliatis; tubo corollae calycem vix superante.
La epidérmis cenicienta se separa fácilmente de los ramos añe-
jos, que quedan eutonces de un bermejo claro. Las hojas tienen al
principio pelitos blancos recostados, son mul amontonadas, i las
ADE LAU: 23
192 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
mas grandes miden 4 líneas o sea S 1 4 milímetros de largo; las la-
cinias laterales nacen del tercio inferior. Las hojitas de las yemas
axilares son aovadas obtusas, algo carnudas 1 tienen solo 4 líneas o
sea 1 milímetro de largo. Las bracteas tienen una línea, el cáliz 2 i
l líneas (5 milímetros) de largo. La corola parece haber sido blan-
:a o rosada.—Esta especie es intermedia entre la Y. jumiperina
Lag. 1 mi V. bryowdes (Viaje al desierto de Atacema núm, 272);
se diferencia de la primera porque las hojas no son partidas hasta
la base, por las pequeñas yemas axilares, las bracteas cortas; i dela
bryoides, por ser casi lampiña, por las espigas paucifloras i brac-
teas cortas.
172. Verbena caespitosa Gall. et Hook.
En los lugares elevados de la cordillera.
173. Verbena bonariensis L.
Mendoza. Es tambien comun en la provincia de Valdivia, 1 debe
agregarse, pues, a la flora chilena.
174. Verbena litoralis Kth., var. leptostachya
Mendoza. La traza es diferente de la forma comun por ser loa
frutitos mucho mas pequeños; pero los ejemplares, demasiado
adelantados en la vejetacion, no dejan ver otras diferencias,
175 Verbena scoparia Gall. et Hook.
De la cordillera.
176. Lippia asperifolia Rich.
Mendoza.
177. Ltppia lyciodes Steud.
Mendoza. Las hojas son enterisimas 1 miden con el pecíolo solo 8
lineas o sea 17 milímetros.
178. Lippia foliolosa Ph.—L. fruticosa, humilis, glabriuscula;
foltis confertís, minutis, cuneato-oblongis, trilobis, margine revo-
lutis, in axilla fasciculum foliorum foventibus; spicis secus ramos
axillaribus, terminalibusque, brevibus, subglobosis; bracteis ovatis,
calyce hispido vix brevioribus.
Mendoza.
Este pequeño arbusto es mul ramificado; sus ramos amarillen=
tos tienen média línea o un milímetro de grosor, i sus internodios
como 4 1 ¿ líneas o sea 9 a10 milímetros de largo. Las hojas tienen
solo 3 líneas (6 milímetros) de largo sobre 1.1 1 de ancho, 1 sus
bólulos son cortos 1 obtusos; muestran pelitos cortos, sobre to=
ANALES Di LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 193
do por debajo. Las hojas del hacecillo axilar son poco mas peque-
ñas. Los pedúnculos son afilosi miden 3 líneas, las espiguitas2 a
3 lineas (4 a 6 milímetros). Las bracteas son aovadas, verdes, uni-
nervias, ásperas; las inferiores, tan largas como el cáliz, las supe-
riores mas cortas. El cáliz está erizado de pelos blancos i mide-so-
lo 1 línea; el tubo de la corola es un poco mas largo.—Es mui ve-
cina a la L.trifida de Gay; pero las hojas euneiformes con los
lóbulos obtusos la distinguen sin dificultad.
179. Lippio juncea Schauer.
Se cria en ambos lados de la cordillera.
180. Lippia nodiflora L.
En Mendoza, como Chile. Es planta bastante cosmopolita, pues
se halla tambien en Europa.
181. Lippia canescens Kth.
Mendoza. Es tambien mui esparcida; habita en Chile.
182. Priva laevis Juss
Ioualmente comun en Mia que en Chile. Sus flores son
mui fragantes.—Ya he notado en otra parte que la Bouchea co-
piapiza de Gray es la misma cosa.
183. Dipyrena glaberrima Hook.
Vertiente oriental de la cordillera.
184. Citharezylen? mendocinum Ph,—C. glaberrimun, glau-
cum; ramis flexuosis, spinosis, rigidis; foliis carnosis, acutis aut
apice rotundatis, in petiolum attenuatis; calycis quinquedentati,
baccam in cludentis dentibus brevibus, triangularibus; corolla .......
Mendoza. EN
Este arbusto tiene toda la traza de un La LO Se ramos son de
un color ceniciento pálido, rimosos, flexuosos, i-armados, en cada
ángulo de una espina robusta de 4 líneas (81 1 milímetros), de lar--
- Las hojas, que todas se habian CrAE de su tallo, son
carnosas-coriaceas, de 15 líneas (32 milímetros) de largo, inclú-
yendo el peciolo, que mide casi 4 líneas de largo i 7 líneas de an-
cho; son enterísimas, 1 no se les ve otro nervio que el mediano, :
Los pedúnculos son axilares, solitarios, de 33 2 líneas (8 milímetros)
de largo; el cáliz en el fruto mide 3 líneas, i es casi globoso, estri..
ado, poco endurecido, i remata en dientes triangulares. - La. baya...
sale apénas afuera; contiene dos hueisllos aovados, surcados en el
lado dorsal o esterior, 1 al lado interior provistos de un surco pro-
194 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
fundo triangular, mas ancho i profundo arriba, de modo que el
huesillo presenta dos puntas en su ápice. No habia ninguna flor.
185. Nicotiana glauca Gruh.
Mendoza.
186. Nicotiana noctiflora Hook.
Mendoza. (Tambien en Andacollo etc).
187. Nicotiana scapigera Ph.— Viaje al desierto de Atacama,
núm. 287.
Valle del Tunuyan. Reed.
Dittostigma (1) Ph.—Nuevo jénero de las Solanáceas. — Calyx
tubulosus, quinquefidas, laciniis subulatis, subinaequalibus. —Co-
rolla longe tubulosa, tubo apicem versus dilatato, limbo quinquefi-
do, plicato.— Stamina quinque, inaequalia, quatuor in faucibus
sita, aequalia quintum in inferius, sed semper supra medium tu-
bi insertum; antherae globosae, filamenta brevia, capillaria.—
Ovarium sessile, aunulo carnoso cinctum. Stylus dimidium tubum
corollaesuperans, cylindricus, apice in ramos duos filiformes, sube-
rectos divisus.—Capsula calyce persistente tecta, bilocularis, sub-
quadrivalvis, dissepimento demum a valvis soluto. —Semina plu-
rima, minima, reticulato-foveoalata.—Habitus Nicotianae; dis-
sepimento a valvis soluto convenit cum Fabianeis, sed ovarium
sessile; stigmata duo filiformia ab omnibus reliquis generibus nos=
trum valde distinguunt, et sicut stamina invequalia transitum ad
Serofularineas indicant.
188. Dittostigma mendocinum Ph.—D. herbaceum, pubescens,
superias glandulosumn; foliis inferioribus oblongis, obtusis, Jn pe-
tiolum longe angustatis, supremis lincaribus, semiamplexicaulibus;
foribus in racemun laxum, terminalem dispositis, subebracteatis;
lobis corollae peracutis.
Mendoz+; un solo ejemplar.
La planta nace de una raiz sencilla, i su tallo alcanza a un metro
de altura. Las hojas inferiores tienen 6 pulgadas, o 15 centímetros
de largo, i casi 2 pulgadas, o 5 centímetros de ancho; las medianas
son sésiles, un poco escorridas, las supremas casi abrazadoras,
pero la parte superior del tallo es casi despoblada de hojas. Los
pedicelos miden 3a5 líneas (6a 1114 milímetros), el cáliz 8 1 4
(1) 2trzo5, doble, dos, ofyuz, el estigma.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DK 1870. 195
lineas (18 milímetros), la corola 4 $ pulgadas (12 centímetros);
1 sus lóbulos 8 líneas (17 milímetros); el color de ella parece ha-
ber sido blanco con los lóbulos verd es.
189. Physalis mendocina Ph.-— Anales de la Universidad,
1861. 11, p. 402.
Mendoza.
190. Solanum elaea7nifolium Cav.
Comun en la provincia de Mendoza, como en muchas partes de
Chile. Sus frutos sirven para lavar la ropa en lugar del jabon.
191. Solanum euacanthum Ph. —S. herbaceunm, pilis stellatis et
aculeis rectis, ferrugineo-luteis lectum; foliis sinuato-pinnatifi-
dis, lobis rotundatis integerrimis; flvribus extraaxillaribus, solita-
lis val g2 minis; calyce demum aucto, valde spinoso; corollis extus
pubescentibus, quinquelobis; staminibus quinque, antheris elon-
gatis, aequalibus
Mendoza.
El tallo puede alcanzar a 1 i medio piés, o sea, 60 centímetros;
es mui ramificado i algo leñoso en su base. La hoja mide con el
peciolo, que es casi tan largo como la lámina, 21 líneas (45 milí-
metros) de largo, i a lo sumo 8 líneas (17 milímetros) de ancho;
de cada lado hai tres lóbulos. Los pedúnculos miden al principio
31 média líneas (7 i medio milímetros), i el diámetro de la co-
rola es de 5 líneas, casi 11 milímetros; su color parece haber sido
de un mora lo pálido; la cara esterior es casi blanca por el denso
vello estrellado que la cubre. Las anteras tienen 2 i média líneas
(5 milímetros) de largo, 1 el diámetro maduro del fruto es de 8 lí-
neas. Los aguijones mas grandes son los del cáliz fructífero, al-
canzando a 2 líneas de largo; en el tallo son mas raros i mas pe-
queños. Las semillas son lenticulares, densamente granuladas i
de 2 líneas (4 milímetros) de diámetro.
192. Solanum salicifolium Ph.—S$. fruticosum, erectum, gla-
bratum; foliis lineari-lanceolatis, acutis vel obtusis, basi in petio-
lum attenuatis, glaberrimis, intergerrimis; cymis 3-6 floris, pri-
mum terminalibus, pilosiusculis, calycis quinquefidi lobis lineari-
bus, obtusis; corollis parvis; antheris aequalibus, demum longitu-
dinaliter fissis; baccis,.-...
Mendoza.
Las ramas tienen el grosor de 2 líneas, i gu leño es de un ama-
196 MEMORIAS CIENTÍFICAS
rillo pálido, su corteza de un pardo claro i cubierta de verrugas
alargadas. Los renuevos son densamente poblados de hojas. Estas
alcanzan a Jo mas a 2 pulgadas 4 líneas, o sea, 58 milímetros de
largo, incluso el peciolo de 24 4 líneas de largo, ¡su anchura es
de 4 líneas (8 imedio milímetros). El pedúnculo comun mide 9
líneas (20 milímetros) de largo, los pedicelos 4 a 6 líneas; la co-
rola, que parece haber sido blanca o de un azul mui claro, mide
apenas 3 i média líneas de largo. El estilo es dos veces tan largo
como los estambres.
. 193. Solanum pterocaulon? Dun,
- Mendoza.
: 194. Solanum calophyllum Ph.—Anales de la Universidad,
1862, IL, páj. 403.
Mendoza.
195. Trichonaetes laciniata Miers.
De los puntos elevados de la cordillera.
196. Dorystigima squarrosum Miers.
Téualmente en los lugares elevados de la cordillera.
197. LEycium chilense Bert.
- Parece serstan comun en Mendoza como en Chile.
«198. Eycevum gracile Meyen.
Los ejemplares, de Mendoza. tienen los ramos blanquizcos, re-
Iucientes, los nuevos sencillos. Las hojas son aisladas, raras veces
fasciculadas, i parecen lampiñas a la simple vista; observadas con
un lente algo fuerte se muestran densamente enbiertas de pelitos
mui cortos, erguidos, los que existen igualmente en: el pedúnculo
¡el cáliz. El pedúnculo mide 2 1 média líneas, el cáliz 2 líneas, la
corola .casi5 líneas (10 imedio milímetros), siendo su diámetro
de,6 1média líneas (131 medio milímetros). Los estambres igua-
les. Los ejemplares carecen de.frutos. Esta especie parece variar
tanto como el L£. ehalense, 1 ta:vez se.confunde con éste, Ejem-
plares recojidos ea .Cuncumen .tienen. las hojas bien tasciculadas
1 pestañosas; Otros, de San Felipe muestran casi en cada axila una
espipa.en lugar de las hojas fasciculadas; en fin, otro en Coquim-
bo.es. perfectamente inerme, i tiene hojas mucho mas anchas, És-
te tiene sus frutos aovados, mientras que he visto -los.del L,
ehilense siempre globosos. En la corola no hai diferencia,
199. Lycium longiflorum Ph.-—Anales de la Universidad,
1862, UL, páj. 403.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DE 1870. 197
Mendoza.
200. Eycium microphyllum Ph.—L. inerme, ramosissimun,
slabrum; foliiss minutis, linearibus, versus basin attemuatis, ple-
rumque obtusis, uninerviis; floribus solitariis; calycis brevis, quin-
quefidi dentibus subulatis; corolla breviter infundibuliformi.
Mendoza.
Las hojas miden solo 4 líneas, apenas 9 milímetros, de largo
sobre + a l línea de ancho, ison cilioladas; por lo demás, mul
lampiñas. Los pedúnculos tienen apenas 1 i media líneas, o sea,
3 milímetros de largo, el cáliz es apenas mas largo; la corola 2 1
média líneas; pero su diámetro es de 4 líneas. En su base es ve-
lluda, como la del £. chilensei L. gracile.
201. Cestrum parquí L. et Palqui.
Mendoza; rara. Animales vacunos que vienen de Mendoza a Chi-
le, comen a veces de esta planta por no conocerla ise vuelven
locos.
202. Melosperma glabra Ph.
De la cordillera.
203. Petunia nyctagimflora Juss.
Comun cerca de Mendoza.
COyclostigma (2) Ph. —Novum genus Serofularinearum.
Calyx tubulosus, quinquefidus, laciniis linearibus, una. longio-
re, basi membrana tenui, alba junctis. —Corollae tubus elongatus,
versus fauces dilatatus, limbi obliqui lobis quinque, rotundatis,
pasentibus, brevibus, aestivatio imbricatis.—Stamina duo, inclu-
sa; filamenta glabra, maxima ex parte tubo aduata; antherae orbi-
culares. —Stylus staminibus aequalis, stigma petaloideo-dilata-
tum, laminam fere orbicularem formans.—Capsula membranacea,
valvis demum bifidis, dissepimento tenul.—Semina.---—Difert
a Leptogloss: Benth; cui proximum videtur, calyce profunde quin-
quefido nec quinque dentato, corolla apice haud gibba, staminibus
ducbus, nec quatuor.
204. Cyelostigma tenue Ph.—0. perenne, ereciam, ramosissi-
mum, totum, etiam corolla extus, puberalum et vicidulum; ramis
virgatis; foliis alternis, sessilibus, lineari-lanceolatis, subenerviis;
(2) De xó005, círculo, 1 ortyux, el estigma,
198: MEMORIAS CIENTÍFICAS.
floribus terminalibus aut paucis axillaribus, pedunculo capillarz
fultis. |
Mendoza.
De una raiz cenicienta del grosor de 2 líneas sale un tallo de
1 pié o 30 centimetros de alto. Lus hojas mayores tienen 11 líneas
(24 milímetros) de largo sobre 2 líneas de ancho; pero las mas
miden solo 6 líneas (13 milímetros) de largo 1 1 i média líneas (3
milímetros) de ancho. Los pedúnculos miden 8 líneas (17 milíme-
tros), el cáliz 2 i média líneas (5 milímetros), la corola 6 1 média
líneas (14 milimetros) 1 el diámetro de su limbo 2 i média líneas.
Su color parece haber sido blanco o amarillo. La cápsula es tan
larga como el cáliz.
205. Mimulus luteus L.
Falda de la cordillera.
206. Calceolaria pinifolia Cav.
Alta cordillera, del lavo de Mendoza.
207. Calceolaria polifolia Hook.
Valle de Tunuyan, i por consiguiente, en ambos lados de la cor-
dillera.
208. Calceolaria bellidifolia Gill.
Vertiente oriental de la cordillera.
209. Calceolaria obtusifolia? Kunze.
Falda oriental de la cordillera.
210. Plantago major L.
Mendoza; sin duda introducido de Europa, como en Chile, etc,
211. Plantago Candollev? Dc.
Mendoza.—Los ejemplares no convienen en todos puntos con
las descripciones de esta especie. Son evidentemente perennes 1
tienen las hojas erguidas, envainadoras en su base, lanceoladas,
largamente pecioladas, septemnervias, enterísimas, i que alcanzan
a 1 pié (30 centímetros) de largo. El pedúnculo es tan largo como
las hojas, velludo antes de la espiga, que es alargada, 1 alcanza
en la madurez a 8 pulgadas (20 centímetros) de largo. Las ho-
juelas del cáliz son iguales, aquilladas, del largo de 1 i média lí-
neas, casi 3 milímetros. Los lóbulos de la corola son desiguales, el
anterior es aovado lanceolado, los otros lanceolados, ninguno ovato-
cordatus, como dice la descripcion de Decaisne en el Prodr. XII,
páj. 722. La cápsula es pequeña, midiendo solo 2 líneas, o sea,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870, 199
4 milímetros, 1 trisperma, como la llama Decaisne en el Prodr.,
mientras en la obra de Gay se dice disperma. Las semillas son
verdes, 1 miden 1 línea.
212. Alliona mendocina Ph.—A. foliis ovatis, obtusuisculis,
glabriusculis; foliolis involucri tribus ovatis, concavis, fructum
includentibus.
Mendoza.
Es una planta anual, tendida en el suelo, ramificada desde su
base, i muestra solo unos cuantos pelitos cortos, glandulosos; sus
ramos llegan a mas de un pié de largo; pero no son gruesos, te-
niendo solo 1 línea de grosor en su base. Las hojas mas grandes
tienen 16 líneas (35 milímetros) de largo i 9 líneas (20 milíme-
tros) de ancho, su peciolo 7 líneas (15 milímetros); son mas cor-
tas que los internodios. Las flores son mui numerosas i mui pe-
queñas. El invólucro es trifilo, o al menos, partido hasta la base,
pero no gamophyllum, trifidum como el de la 4. incarnata lo es,
segun Choisy in De. Prodr., t. XIV, páj. 434. Sus hojuelas
son reticuladas de un modo mui bonito, de 3 líneas de largo en el
fruto maduro, i apenas mas angostas; son cóncavas i encierran el
fruto, mientras en la 4. ¿ncarnata son post anthesim extus re-
fiexa. El fruto mide 2 líneas, o sea, 4 milímetros; es de un color
blanquizco que tira al verde, i muestra en su lado cóncavo dog
hileras de verruguitas parecidas a perlas.
213. Oxybaphus ovatus Vahl.
Parece ser tan comun cerca de Mendoza como en este lado de
los Andes.
214. Tricycla spinosa Cav.
Al pié de la cordillera, dedonde se estiende, segun parece, por
todo el plano de la Patagonia, pues la Bougainvillea patagónica
del Sertum patagontum del viaje de D'Orbigny, es la misma cosa.
215. Chnoanthus ovatus Ph.—Chn. foliis ovatis, petiolatis.
Mendoza. —Se parece muchísimo al Chan. mendocinus, Anales
de la Universidad, 1862, II, páj. 404; pero se distingue luego
por sus hojas anchas aovadas, cuyo peciolo mide 3 líneas, mien-
tras la lámina tiene 5 i média líneas (12 milímetros) de largo, so-
bre 3 i média líneas, casi 8 milímetros de ancho; son trinervias.
216. Amaranthus Blitum L.
Maleza europea, ya esparcida por casi todo el mundo.
A. DE LA U. 26
200 MEMORIAS CIENTIFICAS.
217. Buxolus candatus Moq.
Lo mismo que la anterior.
218. Atmiplex Lampa Gall.
Mendoza.
219. Chenopodium album L. var. andinum.
Valle de Tunuyan.
220. Ambrina ambrosioides L.
Esparcido sobre una gran parte del mundo.
221. Rumex cripus L.
Tambien una maleza ahora esparcida por casi todo el mundo.
222. Polygonum bracteosum Ph.—P. caule erecto, glabro;
ochreis sat longis, oblique truncatis, haud ciliatis; foliis brevissi”
me petiolatis, elongato-lanceolatis, subtus oglanduloso-punctatis,
pilos brevissimos in margine et nervo mediano gerentibus; spicis
paniculatis, densifloris; pedunculis glandulosis ; bracteis demum
rufis, glandulas pedicellatas gerentibus; perigonio eslanduloso;
achaeniis compressis laevibus, utrinque medio impressis.
Mendoza.
Los tallos alcanzan a 3 piés i mas de altura; las hojas mas gran-
des miden 9 pulgadas (23 centímetros) de largo, sobre cas12 pul-
gadas (5 centímetros) de ancho, los ócreas ocupan la mitad del
internodio. Las espigas tienen de 1 i média a 2 pulgadas (39 a 50
milímetros) de largo, 1 cuando el fruto está maduro, 4 líneas, o
sea, 8 milímetros de grueso. El perigonio es blanco, mui liso. Tie-
ne la traza del P. lapathifolium, del cual se diferencia por tener
las ócreas sin pestañas etc.; del P. densiflorum se distingue por-
que de las hojas muchas nacen mas abajo que las ócreas.
223. Arjona andina Ph. y
Falda oriental de los Andes; es una variedad con hojas algo
mas largas, que en los ejemplares chilenos.
224. Euphorbia portulacoides L.
Mendoza. Essingular que el señor Richard no haya conocido
esta especie antigua, i la haya descrito por la segunda vez bajo el
nombre de Hu. chilensis.
Macrocentrum Ph..—Novum genus Orchid-Carum. 'Ophry=
dearum. Ovarium elongatum, gracile.—Calycis foliolunx supe-
rius fornicatum, late ovatum, acuminatum, petala duo superio-
ra includens; lateralia patentia, semiovata, fere falcata, acumi-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. 201
lan-
nata, fere aeque longa. —Corollae petala superiora lineari
ceolata; inferius sive labelluam elogantum, tripartitum, lobis late-
ralibuz, fere filiformibus, sursum curvatis, intermedio multo lon-
siore, trifido, lacinia media ejus brevior, laterales fere duplo lon-
siores, moustiores, subfiliformes.Calcar longissimum.—Gynoste-
amium breve, obtusum, rostello destitutum, ic. supra loculos po-
llinicos haud productum, basi in cornua duo abtrorsum proten-
sum. Loculi pollinis approximati, paralleli, totam longitudinem
gynostemil occupantes, et in fissuram usque ad apicem cornuum
istorum productam continuati. Massae pollinicae cohaerentes, ba-
si in filum tenue, fissuran cornuum occupans productae. —Glán-
dula stigmatis nulla. —Stamina sterilia duo valde distincta, spa-
tulata, brevia, erecta, apice fere gladulosa. —Etsi caudiculae ant-
herarumapice glandula stigmatica unitae non sintimo separatae
sint, genus nibilominus ad Ophrydeas referendum ese videbur.
225. Macrocentrum mendocinum Ph,
He recibido un solo pon
La planta tiene 1 1 3 piés o sea como 45 EOS de altura,
1 está poblada de hojas hasta su ápice, aunque éstas se E
men poco a poco en bracteas. Todas son mas largas que sus interno-
dios, 1 las mayores tienen 6 pulgadas, 15 centímetros, de largo, 1 8
líneas, casi 18 milímetros, de ancho. La espiga bastante compac-
ta, se compone de unas 10 flores. Las bracteas inferiores tienen
16: líneas (35 milímetros) de largo, 17 a8 líneas de ancho. El
ovario mide 20 líneas, 43 milímetros; el espolon mas de3 pulga-
das, SO milímetros; la hojuela calicinal superior 51 Y líneas, 12 mi-
límetros; las laterales 7 líneas de largo, 15 milímetros, sobre 31
2 líneas, 7 1 3 milímetros, de ancho; el labio inferior mide 9 líneas,
casi 20 OS hasta el estremo del lóbulo mediano; los lóbu-
los laterales reflejos tienen casi 8 líneas, 17 1 ] railímetros, lasti-
1as laterales del lóbulo mediano 13 1 4 líneas, 49 milímetros. —Hl
color de las flores parece haber sido aos
226. Sisyrinciimm chilense Hook.
Mendoza; flores azulejas.
227. Pyrolir EA Herb.
Mendoza.
228, Alstroemeria rosea Ph.-——A. caule foliis minutis, angustis,
zegularibus tecto; umbella quinqueradieta, radiis subtrifloris; fo-
202 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
liolis exterioribus perigonii roseis, obovato-spathulatis, serrulatis
apice callosis; interioribus duobus duplo angustioribus luteis, pur-
pureo-punctatis, apice roseis, longe acuminatis.
Mendoza.
El tallo alcanza a 11] piés, o sea, 45 centímetros. Las hojas tie-
nen solo 7 líneas, 15 milímetros, de largo sobre una anchura de 1
i Y líneas o sea 3 milímetros, 1 no son ni torcidas ni resupinadas.
Los ramos de la umbela miden casi 3 pulgadas o sea 50 milíme-
tros, las hojuelas esteriores del perigonio 19 líneas, 41 milímetros,
de largo i casi 8 líneas, 17 milímetros, de ancho; las interiores
mas largas 21 líneas, 45 milímetros, de largo i solo 5 líneas, 10 i
3 milímetros de ancho. Las flores son erguidas, i los pedúnculos
provistos de bracteas parecidas a las hojas tallinas.
229. Oyperus megapotamicus Spr.
Mendoza.
230. Heleocharis limosa Schulth (Kth. Enum. II. p. 148).
Los tallos tienen casi 1 ij piés o sea 45 centímetros de largo,
pero solo el grosor de ] líneas o sea 1 milímetro, la espiga cilín-
drica 7 líneas, 15 milímetros. Las escamas son aovadas-lanceola-
das, en su mayor parte purpúreas, 'en su ápice i bordes transpa-
rentes sin color; miden 3 líneu. La ínfima es mas ancha, estriada
1 tiene su base verde. Hui seis cerdas erizadas que rodean el ovario,
1 son mas largas que él. El aquenio es plano por un lado, conve-
xo por el otro, de un amarillo que tira al pardo, lustroso, aun-
que un lente fuerte hace ver que es finamente arrugado; la base
persistente del estilo que lo corona iguala en lonjitud la cuarta
parte del aquenio.
231. Paspalum dasypleurum Kunzeo.
Mendoza. Comun en el sur de Chile,
232. Oplismenus crus galli L. sp.
Mendoza. Comun en una gran parte de Chile.
233. Cenchrus muricatus Ph.--0. caespitosus; culmis glabris;
vaginis ad os pilosis; foliis modo 11 ¿lín. latis; spiculis bifloris
alternis; involucris integris, villosis, spinosis.
Mendoza.
La raiz es fibrosa, 1 produce un número de tallos sencillos, lam-
piños, de 9 a12 pulgadas, 23 a 30 centímetros, de lonjitud. Las
vainas ceupan la mitad del internodio, son normales 1 lampiñas,
ANALES DE 1.,A UNIVERSIDAD, —SETIEMBRE DE 1870: 203
llevan solo en su boca en lugar de la lígula un manojo de pelos.
La lámina tiene como 2 pulgadas (unos 50 milímetros) de largo
sobre 11 Y líneas (3 milímetros) de ancho. La espiga se compone
de 6 a 8 espignillas, cuyos invólucros son tan espinudos como los
del O. spinifex Cav., pero vellosos entre las espinas; en la base
están soldados hasta la mitad de su longitud. La cariópsis es blan-
quizca, convexa en el dorso, plano del otro lado, 1 1 sin surcos.—
El O spinifer Cav. (Icon. V. t. 461) es mui diferente, por su
tallo ramificado, velloso, de un negro purpúreo en los nudos, por
sus vainas hinchadas, sus hojas anchas acorazonadas-lanceoladas,
algo velludas. Pero talvez nuestra especie es idéntica con el €. tri-
buloides L. No puedo cotejar otra descripcion de éste que la de
Kunth Enum. vol 1. p. 167, que es demasiado breve.
Observ. El Cenchrus spinifex, omitido en la obra de Gay, crece
segun Cavanilles “propo Longavi in Chulensi ditione”, ¡debe, pues,
agregarse a la flora chilena.
234. Stipa chrysophylla Desv.
ln los lugares elevados de la cordillera, en ambas vertientes.
235. Stipa gynerioides Ph. (Pappophorea). —5St. culmo bipeda-
li et altiore, tenui, glabro; foliis convoluto-fliformibus scabris,
radicalibus 11 3 pedalibus; penicillo pilorum locum ligulae occu-
pante; vagina suprema pauiculam fovente, ventricosa; panicula
elongata, contracta, 8 pollicari: glumis subsetaceis, enerviis, 314
lin. longis; arista 7 líns. longis; palea inferiore 1 3 lín. longa ; aris-
ta 7 líns. longa, sub genu barbata, supra genu nuda,
Mendoza.
Los tallos son ergnidos, cubiertos en su base por las vainas de
las hojas muertas, lampiños i lisos; pero las vainas, que son mas
lurgas que los internodios, ¡las hojas son ásperas. Toda la planta
parece haber sido de color garzo. Las flores numerosísimas, pe-
queñas, blancas, lustrosas como planta recuerdan la panoja del
Gamerium; mas tarde la palea inferior se pone parda.
236. Stipa bella Ph. (Frichophora).—5t. laevis (etiam in rhachi
pedicellisque) culmis bipedaiibus apice nudis; foltis radicalibus. -,
caulinis involutis; lígula ad barbam brevem pilosam reducta; pa-
nicula sexpollicari, (150 milím), contracta; glumis pedicello mul-
to longioribus, inaequalibus, bast atro-violaceis, apice hyalinis, in-
feriore majore 10 líncas (22 milim.) longa; palea inferiore 4 líneas
204 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
(S milim.) longa, laevi, elabra, sensim in aristam 4 12 pollicarem
(10 centím.) supra genu babatam abeunte.
Falta la parte inferior a los tallos; los que tengo tienen una sola
hoja, aunque tengan, hasta 1 1 2 piés (45 centímetros) de largo;
la parte situada inmediatamente debajo del nudo Heva un vello
mui corto 1 mui denso, 1 pelos iguales se hallan en los pedicelos. 1
parte inferior de las paleas inferiores. La articulacion de la aris-
ta consu palea es poco manifiesta. Los pelos de su parte superior
miden casi 2 lineas (4 milímetros).
237. Stipa gemiculata Ph. (Gymnathera.)-—St. caespitosa; folii
omnibus convolutis, capillaribus, erectis, scabrellis; panicula con=
tracta, vaginata; glumis subaequalibus, lanceolato-subulatis, hya-
linis, nervo mediano viridi, inferiore longiore 41] líneas (10 mi-
límetros) longa; palea inferiore 11 + línea (fere 3 milímetros) lon-
ga, scabrella, basi etusque ad medium dorsi albo-pilosa, apice
paullo contracta, truncata, ciliata; arista 32 líneas (89 milímetros)
-longa, paullo infra medium subangulo recto fracta, scabrella.
Los tallos alcanzan a dos piés o sea 60 centínretros, las hojas
radicales a la mitad. Los tallos están cubiertos en su base de las
vainas blanquizcas de las hojas muertas, i son mui delgados, te-
niendo el grosor de un tercio de línea osea dos 1 tercio milíme-
tros. Las vainas son bastante lisas; las liígulas cortas, oblongas, 1
aun la suprema tiene apenas mas de una línea (2 milímetros) de
largo. La última vaina abraza la base de la panoja, que mide
unas 4 pulgadas o sea mas de 10 centímetros.
238. Stipa tenuis Ph. (Gymnatherea)—5t. cespitosa; culmis
1 1 i medio pedalibus (30-45 centímetros), fere ommino vaginatis,
apice tantum nudis, filiformibus; folis Iuspidis, convoluto-fili-
formibus, brevibus; panícula 5 poll (77 milímetros) longa, con-
tracta primum ¿laxa?; glumis inequalibus, hyalinis, majore 7
líneas (15 milímetros), minore 5 líneas (10 1 medio milíme-
tros) longa; palea inferiore 2 1 un cuarto de linae (41 medio mili-
metros) longa, pedicello piloso fulta; arista haud decidua, 20 Jí-
neas (42 milimetros) longa, nuda, in tertio inferiore, contorta.
Mendoza. ai e
Las hojas radicales tienen a lo mas 28 linas (60 milimetros) de
largo, las tallinas 18 líneas o sea 39 milímetros. Las vainas son
lampiñas pero algo ásperas. La lígula es corta, aovada, entera,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SKTIEMBRE DE 1870. 205
Los nudos están todos cubiertos menos el superior, que dista
la 1imédia pulgadas (26-39 milímetros) de la panoja i no
lleva hoja. La panoja es encojida al tiempo de la madurez (floja
al tiempo de florecer la planta?); hai en cada semiverticilo dos a
tres ramitos, que tienen como 2 pulgadas (50 milímetros). Las
paleas se ponen, al fin, de un pardo claro.—La aristaanucho mas
larga distingue a primera vista esta especie de la .S£. micrantha
del Cavanilles, con la cual parece tener mucha afinidad.
239. Aristida mendocina Ph.—A. panícula elongata, gracili,
spiciformi; spiculis subsessilibus; gluma inferiore vix tertiam par-
tem superioris eequante, superiore mutica, paleam inferiorem ni-
ericantem eequante; pedicello piloso; ramis arístee haud articula-
tee paleam sesquies «equantibus, 9 líneas (20 milímetros» longis.
Mendoza.
Toda la planta es de un color garzo. Los tallos son filiformes,
lampiños, ramificados 1 alcanzan a 1i cuarto piés o sea 235 milí-
metros.
Las vainas son peludas en su boca; la lámina de las hojas tiene.
unas 2 i média pulgadas (69 milímetros) de largo, 1 1 línea (2
milímetros de ancho; su base es plana, pero luego se enrollan; su
borde es escabro. La panoja puede tener hasta 6 pulgadas (15 cen-
tímetros) de largo, 1 tiene sus ramos mui distantes en su parte in-
feriori del largo de 2 pulgadas (50 milímetros). La gluma infe-
rior mide 11 média líneas (3 milímetros), la superior 4 líneas (8 1
medio milímetros), la palea inferior lo mismo. Los ramos de la
arista son iguales 1 escabros.
Seleropogon Ph. (3) —Novum genus Pappophorearum.
Spicule subquadrifloree, flosculis stipitatis, basi corona pilorum
einctis, duobus inferioribus perfectis, reliquis tabescentibus.—
Glumee dua, membranaceee, lanceolatee, superior inferiore paullo
longior, trinervia, flosculos subequans.—Palea inferior cartilaj-
nea, convoluta ut in Stipis, reliquos floseulos amplectens, apice
triaristata, aristis subeequalibus, planis, siccitate tortis; palea su-
perior minor, ápice triloba, nervis duobus dorso asperis in mucro-
nes excurrentibus.—Ariste flosculis secundi' longiores.—Stami-
na...—Styli duo, valde elongat1, apice plumosi.—Inflorescentiapá-
(3) 05505, 770000, pxh0os duro, tieso, réwv barba.
Mo
206 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
nícula contracta, pauciflora. —Seleropogon propter spiculas mul-
tifloras et paleas inferiores in aristas plures divisas absque dubio
ad Pappophoreas pertinet, sed substantia cartilaginea palearum
evidenter transitionem ad Stipaceas, et quidem ad Aristidam facit,
est quasi Aristida spicudis multifloris donata.
240. Seleropogon brevifolius Ph.—Sel. 6-8 poll, (15-20 cent.)
altus; foliis brevibus, inferioribus planis, superioribus erectis,
complicatis, panicula (absqui aristis) bipollicari; gluma inferiore
5 1 media línea (fere 12 milímetros), superiore 9 líneas (fere 20 mi-
límetros), palea inferiore 5 líneas (11 milímetros), aristis majori-
bus ultra 4 poll. (108 milímetros) longis.
Mendoza.
La raiz es fibrosa. La gluma superior es lanceolada, indivisa,
trinervia, 1 los nervios laterales se prolongan en una pequeña pun
ta; la palea superior mide apenas 3 líneas, 6 milímetros, 1 tiene sus
dos nervios verdes.
241. Pappophorum vaginatum Ph.
P. panicula stricta, spiciformi, laxa; spiculus 3-4 floris; palea
inferiore extus lanata, apice in circiter 18 setas inaequales, brevi-
ter pilosas divisa; glumis ovatis, hyalinis, uninerviis; culmo sub-
simplici, vaginis margin eb ad os lanatis, ultima saepe spicae
basin involvente.
Mendoza.
La raiz es fibrosa. Los tallos tienen una altura de l a 11] piés
(30 a 45 centímetros), 1 son de un verde mui pálido, casigarzo, Co-
mo toda planta; se componen de 3 a 4 nudos, de los cuales elinte-
rior produce a veces una rama, i son lisos; debajo del último nudo
se ven con frecuencia pelos blancos. Las hojas de las pajas estériles
alcanzan a 6 pulgadas, 15 centimotros, de largo, las de las pajas fér-
tiles tienen a lo mas 3 pulgadas, 3 líneas (8 centímetros); miden 1 1
3 líneas, 3 milímetros, de ancho, pero la mayor parte son enrrolla—
das. La panoja espiciforme ntide unas 4 pulgadas, 10 centímetros, 1
muestra las mas veces ramas solitarias, distantes, aplicadas contra
la ráquis, que llevan hasta 10 florecillas brevemente pediceladas.
Las glumas son aovadas, agudas, hialinas, uninervias, la inferior
mide 31.14 líneas, 71 3 milimetros, la superior 4 líneas. La palea
inferior de la florecilla mayor tiene sin contar las cerdas apenas 2
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DE 1870. 207
Jineas, 4 milímetros, de largo, 1 con éstas 5 | líneas, 11 milimetros;
el color de ellas es mui blanco.
242. Sporobolus subinclusus Ph.-——Sp. culmis erectis luevissimis;
foliis brevibus, planis, glabris; vasiuis laevissimis, loco ligulas
barbatis; suprema elongata, panicnlam elongatam, contractam ple-
rum que includente; spiculis vix, 1 lín. longis, compressis bifloris.
Mendoza.
De una raiz fibrosa nacen tallos numeros»s, erguidos, ramificaD
dos, delgados, mui lisos, de 30 4nudos; alcanzan hasta 2 piés (6-
centímetros); pero 9u grosor es apeuas de l línea, 2 milímetros en
la base. Las hojas inferiores tienen a lo sumo 3 ¡ 2 pulgadas, 86
milímetros, de largo sobre 1 línea, 2 milímetros de ancho, 1 se adel-
gazan paulatinamente. Las vainas inferiores son mas cortas que
sus Juternodios, pero la superior tiene a menudo 7 pulgadas,
18 centímetros de largo; encierra entonces la panoja en su mayor
parte, 1 lleva una hoja corta de 12 lineas, 26 milimetros de larg».
Pero las panojas, que nacen del seguado nudo de la paja, son mas
libres, siendo la vaina mas corta ¡la hoja dos veces tan larga. Las
glumas son hialinas, mui desiguales: la superior ovada, aguda,
jgualando las tres cuurtas partes de la espiguilla; la otra es la mi-
tad mas corta, lanceolada, angosta.
243. Agrostis distichophylla Ph.—Viaje al desierto de Átaca-
ma, núm. 397.
Mendoza.
244. Polypoygon monspeliensis Desf.
Seguramente introducido de Europa, así como en Chile,
245. Polypogon elongalus Kth. var. strictus.
Se halla igualmente en Chile.
246. Polypogon interruptus H. B. Kth,
Nsvecie rmul comun en Chile.
IHriachne Ph.— (4).
Panícula. Spiculae biflorae, flosculo inferiore neutro. Gluma
inferior minima, superior ovata, acuminata, trinervia, nervis basi
evanescentibus, viridibus, dorso et praesertim lateribus dense la-
naa. Floscali inferioris neutri palea glumae superiori simillima,
(4) ¿stos lana, Zevn palea.
DE LAU: 27
208 MEMORIAS CINNTÍTICAS
aeq uilonga, pariter trinervia et lanata, sed paullo angustior. Pa.
leae flosculi fertilis coriacene, aequales, maturitate castaneae,
glabrae, laevissimae, depressae, inferior ovata, acuminata, margl-
nibus involuta; superior parum minor, ejusdem formae, carinis ob-
tusissimis rotundatis, marginibus involutis caryopsin includens.
Styli elongati, ex apice flosculi prominentes. Caryopsis ovata, alba,
compressa, latere ventrali infra medium foveolata.
247. Eriachne rigida Ph.—E. caespitosa, bipedalis; culmis lae-
vibus, glabris; foliis radicalibus. - -, caulinis longe vaginatis vagl-
na scabrae, glabrae lígula truncata, lacera; lámina plana; panicula
contracta, fere spiciform.
Mendoza.
La lámina de los hojas alcanza hasta 3 pulgadas, 77 milímetros,
de largo, con una anchura de 11% lineas, 8 i 2 milímetros; las ho-
jas inferiores 1 la vaina ofrecen en los bordes pelos. La panoja tiene
4 1 3 pulgadas, 115 milímetros de largo, 1 tiene ramos flexuosos
“de 2 pulgadas, 50 milímetros, de largo, que tienen média pulgada
de distancia 1 llevan las espigas en forma de racimos. Los pedice-
los miden apenas 11 2 lineas, 3 milímetros, 1 tienen igual distancia
entre sí. La gluma superior tiene 1 3 líneas, 313 milímetros, de
largo; la palea inferior lo mismo.
248. Chloris? mendocina Ph.—Chl. perennis, caespitosa; culmis
basi vaginis foliorum albis tecta; foliis planis, distichis, brevibus
vetustorum basi (sicut os vaginaeloco ligulae) pilosis; spiewlis, 1 1
2 línea longis; giuma majore ovata, truncata, aristata; palea infe-
riore flosculi hermaphroditi in aristas 3, intermedia majore, termi-
nata.
Menloza.
Las pajas tienen 1-1 i 2 piés, 39-45 centímetros, de alto; están
cubiertas de vainas casi hasta las espigas, aleo escabras, i mues-
tran cuatro nudos. Las hojas son largamente acuminadas, escabras
en sus bordes; las inferiores tienen apenas 2 pulgadas, 51 milíme-
tros, de largo sobre 2 líneas, 4 milímetros, de ancho; la suprema es
mi corta, pero su vuina algo hinchada. La inflorescencia se comp: -
ne de unas 10 espigas dijitadas de 3 pulgadas, 77 milímetros de
largo. Las espiguillas son uniterales, biseriadas, alternas, bifloras;
perola florecilla superior es neutrai tabescente. Las dos glumas son
mem ranaceas, persistentes, la inferior en forma de cerda, sin ner-
ANALES DE LA UNIVERSID D.—SETIEMBRE DE 1870, 209
viosidad, pequeña; la superior mide 1 línea o 2 milímetros, 1 su
arista es tan larga como la mitad de la gluma. La palea inferior de
la florecilla hermafrodita es trinervia, redondeada en el dorso con
los bordes enrollados, mide 1 i 2 líneas o sea 3 milímetros, i termi-
na en tres aristas, de las cuales la mediana es la ias larga 1 mide
6 líneas o 13 milímetros de largo; la superior es de la misma lonji-
tud, pero mas angosta, binervia. La flor superior es largamente pe -
dicelada, mui pequeña, remata igualmente en tres aristas. A
veces hai un rudimento de una tercera flor en forma de una arista:
La cariópsis es alargada i deprimida.
Esta especie debe colocarse al lado de las Chloris crinita
Lag. 1 0h1. pumilio K. B., que tiene igualmente la palea inferior
triaristada.
249. Eragrostis poacordes Pal. Beauv (Poa Eragrostis L.)
Probablemente introducida de Europa.
250. Dischlis mendocina Ph.—D, culmis basi fasciculato -ramo-
sis; vaginis aphyllis violaceis nitidis tectis; ramis adscendentibus,
6-8 pollicaribus, apice nudis; foliis erectiz, glaucescentibus, su-
perne cunvoluto subulatis, ad basin culmorum confertissimis; va-
gina hiórsuta; lígula brevissima, utrinque longe barbata; panícula
conferta simplici, racemiformi, 1-11 1 pollicari, plerumque densa;
spiculis masenlis ovato-oblongis, 31 2-4 lín. longis, fere 2 líns, la-
tis, c. 10 floris; glumis minutis, uninerviis; paleis vix, 112 lín.
longis, inferiore subrotundo-ovata, 9 nervia, superiorem parum
superante.
Mendoza.
Esta grama se distingue luego de la D. maritima Rafin. o sea
Poa Michauxi Kth, D. thalassica H. B. Kth. 1 D. prostrata H.
B. Kilh por sus vainas bien peludas; por esta nota conviene con
mi D. hirsuta, que se cria cerca de Santiago; pero difiere de ésta
por sus hojas mas cortas, pues miden solo 1 1 ¿ pulgadas, 32 milí-
metros, mientras las de la D. hiírsuta tienen 3 i 4 pulgadas, 90 mi-
límetros, por sus espiguillas mas apretadas, casi sésiles, mas cor-
tas, sus glumas 1 paleas mas chicas (las últimas miden 2 líneas, 4
milímetros, en la D. hirsuta) ; en fin, se diferencia de mi D. deser-
ticola. D. thalaessica (Viaje al desierto de Atacama, núm. 407)
por sus espiguillas aovadas, obtusas i no lanceoladas, agudas, 1 por
sus hojas erguidas mucho mas angostas. '
210 : MEMORIAS CIENTIFICAS,
251. Monroa. mendocina Ph.—M. annua, dichotoma; spiculís
alaribus, geminis, bifloris; foliis floralibus basí pilosis; glumis fo-
liis floralibus- simillimis, aequalibus.
Mendoza.
Esta curiosa gramínea es anual, ex forma de un humiMNe césped,
mui lampiña. Los tallos tienen unas tres pulgadas de alto (cas! 80
milímetros); son surcados, escabros, dicotomros, i llevan las flores
en el ángulo de las dicotomias. Las hojas son tiesas, eoriaceas, sur-
cadas, pestañadas en la hendidura de la vaina; en lugar de la lí-
gula tienen un manojo de pelos; las superiores tienen su vaina
reducida a una parte mas ancha, nas proftendamente surcada, vio-
lácea, La vaina mide en las hojas inferiores 3 líneas (6 a 7 milí-
metros), su lámina 6 1 2 líneas (131 2 milímetros) por el ancho de
1 linea (2 milímetro: ); las hojas florales son algo mas grandes, de
S líneas (17 milímetros) de largo. Las espiguillas son opuestas,
ambas inclusas en un solo par de glumas, del largo de 21 3 líneas
(6 milímetros) i se componen de tres florecillas, cada una de las
cuales es fértil; la tercera tiene un pedicelo. Las glumas son tant
parecidas a las hojas florales, iguales, del largo de 51 2 líneas o»
sea 11 milímetros; al interior tienen un poco mas arriba de su base:
un anillo de pelos, que corresponde evidentemente a la lígula de
las demás hojas: así es que estas glumas no son otra cosa que ho-
jas florales o bracteas.— Las paleas son todas corinceas, la infe-
rior es aovada oblonga, actuninada, casi troncada en el ápice, con
un pequeño aguijon en su dorso, quees la punta libre del nervio
mediano; es de 2 líneas de largo; de cada lado del nervio mediano,
hai en la: base 3 4 nervios poco aparentes; la palea superior es.
apenas mas corta, mas angosta, pero escotada en su ápice; sus dos
quillas son apartadas en su base ilampiñas; sus bordes son enro-
llados 1 encierran el aquenio. Hai dos estilos alargados, de modo
que los estigmas salon del ápice de las flores. El aquenio es blanco,
aovado, algo convexo en el dorso, plano en el vientre; tiene un ho-
juelo bastante grande en el lado ventral, i el ombligo pardo,
sta grama tan singular se diferencia mui poco de la M. squa-
rrosa Torrey de California, de la cual debo un ejemplar a mi
amigo Enrique Bolander; sin embargo, se distingue por los pelos
que hai en la base de las hojas florales, 1 por la forma diferente
de sus glimas.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1870. ZE
Ipnum (5) Ph.—Nuevo júnero.
Spiculae in spicas racemosas distichas dispositae, cylindricaez
8-10 florae. Glumae uninerviae, membranaceae, nervo viridi, in-
ferior lanceolata, subcarinata, minor; superior triente vel qua-
drante major, ovata. Rachis spicularum fragilis, articulis ejus fere
tertiam palearam partem aequantibus. Flosculi a dorso compres-
si;palea exterior obovata, emarginata, trinervia, nervo medio in
mucronem brevem, tenuem excurrente, lateralibus apicem non
attingentibus, apice et margine superiore scariosi, - hyaliini,
margine inferiore involuto; palea superior aeque Jonga, ovata,
apice obtuso scarioso obscure bi-vel trilobulato, carinis viridibus
serrulatis, basi fere cartilagineis. Caryopsis a dorso valde compres-
sa, obovata, corculo in basi utrinque prominente.—Spicularum
forma ut in G/yceria, sed gluma inferior acuta, palea inferior tri-
nervia, non septemnervia, inflorescentia valde aliena.
252. Ipnum mendocinum Ph.
Esta grama forma céspedes. La raiz es fibrosa; los tallos llegan
a 1 pié (30 centímetros) 1 mas de altura, 1 muest:an, como la ma-
yor parte de las gramas, cuatro nudos; son escabros 1 cubiertos de
las vainas de las hojas casi hasta la inflorescencia. Las hojas son
planas, lampiñas, escabras; su vaina es mas lisa; en lugar de la
lígula, hai de cada lado una barba de pelos; su lámina mide como
2 i media pulgadas (65 milímetros) de largo, 1 1 média líneas (3
milímetros) de ancho, i se adelgaza paulatinamente desde su ba-
se. La panoja, o mas bien, la espiga compuesta es erguida, del lar-
go de 3 pulgadas, casi 80 milímetros, se compone de cinco a siete
espigas del largo de mas de 16 líneas, o sea, 35 milímetros, que
forman un ángulo mui abierto con el eje i llevan ocho, diez o mas
espiguillas. La glama superior tiene 1 i média líneas (3 milímetros)
de largo, la palea esterior 2 líneas (4 milimetros). Me ha parecido
que las espiguillas de las flores tardías contenian con frecuencia
solo dos a tres flores.
253. Hordeuwm secalinum ver chilense Desv.
Parece igualmente comun en Mendoza i en Chile,
234 Aspidiun zivulorum Raddi?
(5) Uzyov, una planta palustre.
212 MEMORIAS LITERARIAS.
He visto solo un ejemplar sin fructificacion, i como no posee-
mos ejemplares chilenos o estranjeros de este helecho para poder-
los comparar, la determinacion es mui dudosa.
255. Equisetum.—No m- atrevo a determinar la especie.
MEMORIAS CIENTÍFICAS,
HISTORIA NATURAL.—Descripcion de una nueva mariposa
chilena del jénero Erebus, por el doctur don E. A. Philippt.
El jénero Lrebús de Latreille comprende mariposas mui gran-
des nocturnas de la seccion de las Noctuas, i se halla casi esclusi-
vamente en las rejiones tropicales.
Es, pues, mui interesante que se haya descubierto una especie de
este jénero en Chile, en la costa del desierto de Atacama. El se-
ñor don Joaquin Márquez halló en el verano pasado esta mariposa
jigantesca en Chañaral de las Animas, volando de noche; pero
solo consiguió un ejemplar en buen estado, que obsequió al señor
don Fernando Paulsen, quien me permitió descfibirlo.
Ercbus Marquesí Paulsen.—El cuerpo del insecto mide 19 lí-
neas o sea 41 milímetros de largo, i las alas tendidas miden de un
estremo a otro 5 2 pulgadas o sea 144 milímetros, de modo que
resulta ser la mariposa mas grande de Chile. El fondo del color es
un gris que tira al pardo; pero los peloz largos que cubren el pe-
cho tienen sú estremo blanco. Los pelos que cubren el abdómen
son enla mayor parte recostados i ceniciertos; pero los de la línea
mediana del dorso ide los costados, son mas largos i pardos. Las
antenas sou de un pardo ceniciento,-ilo mismo los palpos, cuyo
artículo último es levantado, filiforme i terminado por una peque-
ña hinchazon.
El fondo del color de las alás es igitalmente de color entre pardo
1 gris. Las alas anteriores muestran en su cara superior un lunar en
figura de ojo, de forma ovalada, con una ensenada'en su lado este-
rior; es de un negro de terciopelo con un borde de color amarillo
sucio, limitado al esterior por una línea negra; la parte posterior,
que es mucho mas angosta que la anterior, tiene al interior una lí-
uea de un blanco plateado. El diámetro de este lunar es solo de
3 líneas o 6 milímetros. Por lo demás, el ala muestra fajas ondea»
das trasversales alternativamente mas oscuras o mas pálidas que
el fondo, 1 las escamitas de las fajas pálidas tienen la punta de un
DE LA Ue
211 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
amarillo blanquizco. Lo mas notables de estas fajas se halla en
la parte esterior del ala; su borde interior es de um negro de ter-
ciopelo, su centro es de un color aceitunado, su borde esterior de
un azul claro. A la distancia de unas dos líneas del borde esterior,
hai una línea negra angulosa, cuyos ángulos entrantes del lado e--
terior son de un amarillo pálido, casi blanco, ia inmediaciones
del borde corre una línea delgada negra paralela a éste. Las alas
posteriores muestran igualmente fajas ondeadas claras 1 oscuras
como las anteriores, i en el ángulo posterior un gran lunar en for-
ma de média luna, cuya concavidad está dirijida hácia fuera, 1
emite de su centro una punta aguda. Mide 72 líneas de largo, 1
está bordado de una línea deigada negra, en cuyo lado esterior
hai hácia adentro otra línea de un azul claro; el fondo es mitad de
un violado rojo, mitad, hácia el interior, de un color aceituvado, 1
ambos colores están separados por una faja parda.—La cara infe-
rior de las alas es igualmente de un pardo gris convisos violados, 1
ofrece un dibujo menos variado. Las anteriores muestran, no mui
lejos del borde esterior, una faja casi rectilínea, negra, mui delgada
para adelante, mas ancha iangulosa para atrás, que se pierde pau-
latinamente Sel lado interno, pero que es bordada de blanquizco
hácia el esterior. Sigue hácia el interior una faja ancha, mal limi-
tada, algo clara, ¡otra Igualmente mal limitada, mas angosta, 0s=
cura, en la mitad de la alas. La ala posterior muestra en el medio
una faja trasversal mui negra, bien circunscrita, 1 entre ésta 1 el
borde, otra mas ancha, mui angulosa, que se pierde paulatinamen-
te del lado interior.
Pelos recortados cubren las patas anteriores, que son delgadas 1
mul largas, sobre todo los tarsos, que miden 82 líneas o sea 18 milí-
metros; las patas posteriores son mas robustas; sus muslos cubier-
tos de pelos largos por encima, las tibias robustas, igualmente lar-
gas, peludas por encima, i sus cuatro espinas fuertes. Los tar-
sos miden solo 7 líneas (15 milímetros) isu primer artículo tiene
por deb:ujo dos hileras de pelos bermejos.
Eljénero Hrebus ha sido subdividido recientemente en muchos
subjéneros; pero la especie descrita no parece entrar bien en ningu
no de ellos, 1 deberá talvez formar una «division especial. Como me
faltan los recursos necesarios para emitir un juicio acertado, colec=
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. 215
ciones de mariposa de aque) jénero, libros i láminas, debo dejar la
decision de esta cuestion a los naturalistas mejor situados que yo,
1 que tengan tambien mas esperiencia en este ramo de la costo=
molojia.
MEMORIAS LITERARIAS.
DERECHO CIVIL.—Derechos de los hijos naturales en concurrencia
con el cónyuj? i hermanos lejínimos.— Memoria de don Clemente Fabres
premiada en el cerlámen anual de la Facultad de leyes i ciencias po-
lélicas para el año de 1869.
Esta concurrencia solo puede tener lugar en la sucesion hereditaria. i
solo puede ofrecer dificultad en el caso de sucesion abintestato. Mas como
la sneesion puede ser parte testada i parte intestada, la discusion nos for-
za á a veces a ocuparnos de aquella.
Por el art»999 del código civil se dispone que a falta de descendien-=
tes | ascendientes lejítimos, sucedan abintestato los hermanos lejítimos
del difunto, su cónyuje i sus hijos naturales. “La herencia, dice, se divirá
en tre3 partes, una para los hermanos lejítimos, otra para el cónyuje i otra
para los hijos naturales.” Mas por el art. 1152 se declara lejitimarios a
los hijos naturales, i no lo son los hermanos lejítimos ni el cónyuje; i por
el art. 1181 se asigna como lej2tima rigorosa de toda clase de lejitima-
rios, o como asignación forzosa (art. 1167), la mitad de los bienes del di-
fuuto o la mitad de la herencia.
Se trata de saber si hai contradiccion entre lo dispuesto en el art. 990
sobre los derechos de sucesion intestada atribuidos a los hermanos lejíti-
mos, al cónyuje ¡al hijo o hijos naturales, ilo que disponen los arts
1182 ¡1184 sobre el derecho de los lejitimarios, entre los que se cuenta
el hijo natural, i no el cónyuje ni los hermanos lejítimos; o si es posible
conciliar ambas disposiciones, estableciendo su perfecta armonía o co-
rrespondencia; ¡en caso de que no pueda salvarse la colision o antinomia,
a cuál de esas disposiciones debe darse la preferencia, o cuál será la regla
mas lejítima para resolver los casos particulares que ocurran,
$ To
La primera cuestion versa sobre si existe o nó la antinomia entre las
disposiciones qu eacaban de apuntarse; si es inconsiliable el derecho a la
216 MEMORIAS LITERARIAS.
sucesion intestada que establece el art. 999 a favor de los hermanos lejíti-
mos, del cónyuje i del hijo o hijos naturales, con la lejítima rigorosa que
por los arts. 11821 1184 corresponde solo: al hijo natural, + no al cón-
yuje ni a los hermanos lejítimos.
La afirmativa no parece dudosa, ijeneralmente es aceptada; importa, sin
embargo, conocer a fondo ambas disposiciones, todo su alcance i conse-
cuencias, darnos cuenta exacta de ja contradiccion, porque ésta es la ba-
se obligada, indispensable, de cualquier sistema que se adopte para sal-
varla en la práctica. Los mismos elementos que concurren a formar la an-
tinomia deben servirnos de guia para elejir el camino mas legal, la lejíti-
ma aplicacion de las reglas del arte hermenéutico.
El art. 990 tiene por objeto reglar el tercer órden de sucesion abistenta-
to. El primer órden es el de los descendientes lejítimos, el segundo es el
de los ascendientes lejítimos: el tercer Órden solo es llamado cuando fal-
tan los descendientes i ascendientes, ¡componen este órden los hermanos
lejítimos, el cónyuje i los hijos naturales.
Dos cosas hai que considerar atentamente en lo dispuesto por este ar=
tículo: 1.2 quiénes son los Hamados, i 2. a qué son llamados.
El tercer órden de sucesion abintestato lo componen, hemos dicho, los
hermanos lejítimos, el cónyuje : los hijos maturales. Los bienes heredita-
rios no se dividen entre ellos por cabezas, de manera que se formen tan-
tas partes cuanto es el número de hermanos, cónyuje e hijos naturales; nó,
son llamados por clases, de manera que los hermanos, sean muchos o uno
solo, no tienen mas derecho que el cónyuje i que el hijo o hijos naturales,
que forman la tercera clase, + que no tienen por consiguiente mas derecho
o mas porcion que el cónyuje ique el hermano o hermanos lejítimos. Por
eso en el último inciso del artículo, se lrabla de porcion hereditaria de los
hermanos, lo que acaba de demostrar Ja lejítima division de la herencia por
porciones fijas e invariables correspondientes a cada clase de herederos:
sea cual fuere su número; i así, la porcion de los hermanos es la misma
ya sean ocho o uno solo, debiendo decir otro tanto de los hijos naturales,
tanto derecho tienen cuatro hijos naturales a la tercera parte de la heren=
cia, como uno solo si no hai mas hijos.
Estas tres clases de herederos concurren a formar el tercer órden de
sucesion con perfecta igualdad de derechos; por eso el artículo dice: “La
herencia se dividirá en tres partes, una para los hermanos lejítimos, otra
para el cónyuje, 1 otra para los hijos naturales.”
Tan perfecta i absoluta es la igualdad con que son Jlamadas estas tres
clases de herederos, que no se contentó el lejislador eon decir que la he.
rencia se dividirá en tres partes, sino que agregó que, no habiendo cónyuje,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1870, 217
dividirán “la herencia por mitad los hermanos lejítimos ¡los hijos natu-
rales, i que faltando estos últimos, llevarán toda la herencia los hermanos.
Después agrega en el artículo siguiente (991) que si faltan los hermanos;
llevará la mitad de los bienes el cónyuje i la otra mitad los hijos naturales,
que a falta de hijos naturales, lMevará toda la herencia el cónyuje, i a falta
de cónyuje, la llevan los hijos naturales.
Pero la clase de los hermanos, lo mismo que la clase de los hijos na-=
turales, no se emtienden faltar mientras haya descendientes lejítimos de
ellos, quienes recojen la porcion correspondiente a su clase en virtud de
derecho de representacion. El art. 936 dice: “Hai siempre lugar a la repre-
sentación en la descendencia lejítima del difunto, en la descendencia lejí-
tima de sus hermanos lejítimos, ¡en la descendencia lejítima de sus hijos
o hermanos naturales. Fuera de estas descendencias no hai lugar a la
representacion.”
Si la representacion tiene siempre lugar en la descendencia lejítima de
los hermanos, los sobrinos del difunto de cualquier grado, con tal que sean
descendientes lejítimos de un hermano, entran a componer esta clase de
herederos; i así, si hai selo sobrinos lejítimos, ellos llevarán la porcion
hereditaria de los hermanos, que la dividirán entre sí por estirpes; de manera
que si son siete, de los cuales seis son hijos de un hermano, i uno hijo
de otro hermano, tomará este solo la mitad de la porcion hereditaria de
os hermanos, o sea, la sesta parte de la herencia, i aquellos dividirán entre-
slí por cabezas la otra sesta parte de la herencia, o sea, la midad del te
nio que es la porcion de hermanos. Del mismo modo, si solo existe un
sobrino-bisnieto descendiente lejítimo de un hermano lejítimo del difunto,
éste solo se llevará la tercera parte de la herencia,
Los descendientes lejítimos de los hijos naturales gozan tambien del
derecho de representacion, como hemos visto; de manera que mientras
exista uno solo de estos descendientes no se entiende faltar la clase de
los hijos naturales. Tratándose en este caso de la línea recta del difunto,
no puede ofrecer dificultad alguna el ejercicio del derecho de representa-
cion.
Mas la porcion correspondiente al cónyuje que sobrevive solo él puede
recojerla. En esta clase de herederos no tiene nadie mas cabida que el mis-
mo cónyuje: aquí no hai lugar al derecho de representacion; los descen-
dientes lejítimos del cónyuje no son llamados a la porcion hereditaria de
éste. Hablamos del derecho de representacion, nó del derecho de trasmi-
sion. S1el cónyuje es incapaz o indigno o si repudia, no podrán venir en
su lugar sus descendientes a recojer la porcion que la lei asigna al cónyu-
je, porque aquellos no son descendientes lejívimos del difunto por el he-
cho de ser descendientes del cónyuje, ni descendientes lejítimos de un
218 MFMORIA5 LIT RARIAS,
hermano o de un hijo natural del difunto, único caso en que seda Tugar
al derecho de representacion. Así, pues, los hijastros del cónyuje difunto,
no pueden representar a su padre o madre muertos natural o civilinente
para venir a tomar la porcion hereditaria del cónyuje, porque ésta solo la
asigna la lei al cónyuje sobreviviente personalmente. Del mismo modo, si
el cónyuje es indigno o repudia, sus descendientes no pueden recojer su
porcion, sin embargo de que se puede representar al indigno ¡al que repu-
pla (art. 987). Habrá, no obstante, casos en que los descendientes del cón-
yuje difunto entren a formar parte del tercer Órden de sucesion abintesta-
to de este último: st el difunto era casado con una cuñada que tenia hijos
lejítinros de un hermano lejítimo de aquel, estos hijos, como sobrinos leji-
timos ¡ sus descendientes lejítimos, pueden recojer la porcion hereditaria
de los hermanos en virtud del derecho de representacion, pero no podrán
jamás recojer en virtud de este derecho la po:cion del cónyuje.
Otra cosa mul distinta es el derecho de trasmision que establece el art.
957. Los hijos i descendientes del cónyuje pueden en virtud de: este de-
recho percibir toda la porcion que la lei asigna al cónyuje subreviviente
en la sucesion del difunto: si aquel muere una hora, un momento que sea
después que éste (arts. 956, 688 ¡ 722), trasinite a sus descendientes, co-
mo a todos sus herederos testamentarios o abintestato, el derecho de
aceptar la porcion hereditaria del cónyuje porque este derecho formaba ya
al tiempo de su muerte parte de su patrimovio: fué, en una palabra, cónyu-
je sobreviviente, ¡ como tal, adquirió aun sin su noticia el derecho de acep-
tar o repudiar la asignacion legal que le fué deferida; derecho que trasmi-
t:ió con su herencia a sus sucesores a título universal, i que pudo tambien
asignarla a título singular, como legado, en su testamento,
Visto ya quiénes forman el tercer Órden de sucesion abintestato, o quié-
nes son llamados a ella por el art. 990, i la perfecta igualdad con que son
llamados, entramos a examinar a qué son llamados.
La lei dice que son llamados a la herencia, a toda la herencia, a los
bienes del difunto, a todos los bienes. Estas cuatro espresiomes las em-
plean el artículo citado ¡el siguiente 991 como sinónimas; i en esto ha sido
consecuente nuestro código: el art. 959 nos dice que, hechas las deduccro-
nes que allí se espresan, el resto es el acervo líquido de que dispone el tes-
tador o la lei; 1 el art. 1097 nos dice que el asignatario a título universal o
el heredero, que es lo mismo, representa la persona del testador para suce-
derle en todos sus derechos 1 obligaciones trasmisibles. El jurisconsulto
Juliano la define: “Hereditas nihil aliud est, quam sucesio in universum
Jus quod defunctus habuerat,” lei 62 (f. R. Y. Esta espresion, lo mismo
que la de lodos los bienes empleada por el art. 991, es exajerada, pues,
ANALES DE LA UNIVIRSIDAD.—OCTUBRE DE 1870, 219
como nos dicen los arts. 951 1 1097, la herencia se compone de los bie-
nes i derechos trasmisibles: el heredero no at ¡uiere todo el patrimonio
del difunto, porque pueden formar parte de él bienes o derechos no tras-
misibles, como el usufructo, uso, habitacion, renta vitalicia cuando su dura=
cion pende de la vida natural de la persona que la goza, etc. Pero no hai
duda alguna de quecon la palabra herencia se signilica todos los bienes i
derechos trasmisibles, o, como dice Voet, 819 tít. 8. Jib. 1. “Flereditas est
mobilium et immobilium, et incorporallum universitas”.
No se estrañe que nos deteugamos en el exámen de la significacion de
la palabra herencia; porque ya dejamos advertido cuán necesario es anali-
zar fundamentalmente las disposiciones en cuestion para venir:al perfecto
conocimiento de la oposicion que entre ellas existe, 1 porque los mismos
elementos que concurren a formar la antinomia hau de servirnos de guía,
como hemos dicho, para la mas acertada interpretacion.
Al reglar el tít. 2. del lib. 3. los órdenes de sucesion intestada, atribu-
ye a cada órden toilos los bienes del difunto, salvas solo las deducciones
determinadas en el art. 999; así, los hijos lejítimos (1.* órden) escluyen a
todos los otros herederos 1 se llevan todos los bienes; los ascendientes lejí-
timos, cónyuje e hijos naturales (2. órden) se llevan t dos los bienes; lo
mismo sucede con los colaterales lejíjimos (4.2 Óxden), i con los parientes
naturales (5. órden, art. 993) ¿Por qué razon no ha de suceder lo mismo
con ei tercer órden (art. 999 ¡ 991), cuando las palabras de la lei son termi-
nantes? ¿No se dice allí lola la herencia, todos los bienes? La primera
regla de interpretacion lo ordena terminantemente: “Cuando el sentido de
la lei es claro, dice el art. 19, no se desatenderá su tenor literal, a pretes-
to de consultar su espíritu;” ¡como dice la lei romana (25 $ L* ff. de le
gatis 3.2): “Cum in verbis nulla ambiguitas est, non debet admitti volunta-
tis questio. “Las palabras de la lei, dice el art. 20, se entenderán en su
sentido natural i obvio, segun el uso jeneral de las mismas palabras; pero
cuando el lejislador las haya definido espresamente para ciertas materias,
se les dará en éstas su significado legal.” Aquí el uso o significado vulgar
de la palabra herencia se encuentra de acuerdo con el significado legal.
- Concluyamos, pues, repitiendo: cada órden de sucesion abintestato es
llamado esplícita i literalmente a toda la herencia del difunto, a todos sus
bienes i derechos trasmisibles; herencia significa en nuestro caso todos
los bienes trasmisibles. Los hermanos lejítimos, el cónyuaje i los hijos na-
turales, que componen el tercer órden de sucesion, son llamados por clases
ijcon igualdad a toda la herencia, ise distribuyen entre sí por terceras
partes todos los bienes de la sucesion: tal es lo dispuesto en el art. 990
en su tenor literal, en su sentido natural 1 obvio, 1 eu su espíritu a inten=
cion claramente manuifestados,
220 MEMORIAS LITERARIAS,
Veamos ahora qué es lo quese dispone por los arts. 1182 ¡ 1184.
El primero no hace mas que designar las cuatro clases de lejitimarios
o herederos forsozos en una parte de la herencia; la tercera clase la com-
ponen los hijos naturales personalmente, o representados por su descen-
dencia lejítima. Los hermanos lejítimos i el cónyuje no son lejitima-
rios.
Es verdad que este último es asignatario forzoso por su porcion con-
yugal (art. 1167), pero no es lejitimario. La poreion conyugal i la lejí-
tima se asemejan en que ambas som asignaciones forzosas, i por ambas
compete la accion de reforma del testamento; pero se distinguen: 1. en
que solo hai lugar a la porcion conyugal cuando el cónyuje sobreviviente
carece de lo necesario para su congrua sustentacion (art. 1172), al paso que
la Tejítima es indefectible, el lejitimario tiene derecho a ella sea rico o
pobre; 2.* lo que se da por porción conyugal es mas o menos, segun los
bienes que tenga el cónyuje (art, 1176): la lejítima es invariable; 3.9 la
porción conyugal es asignación a título singular, sin embargo de ser de
cuota: el cónyuje no es heredero o no úene la responsabilidad del heredero,
ni tiene necesidad del beneficio de inventario apesar de que es asiynata-
rio de cuota (art, 1180); solo tiene la responsabilidad subsidiaria de las le-
gatarios, lo que es una escepcion de la regla jeneral consignada en los
arts. 951 1 1097; el lejitimario es heredero, representa la persona del tes-
tador para sucederle en todos sus derechos i obligaciones trasmisibles; ne=
césila del beneficio de inventario para poner límite a sn responsabilidad; 4,?
la porcion conyugal es una deduccion del acervo o masa de bienes dejados
por el difunto (art. 959), salvo en el órden de sucesion de los descendien-
ses lejítimos: la lejítima no es deduccion (art, 1184), ella se computa des-
pués de sacada la porcion conyugal en todos los órdenes de sucesion, me-
nos en él de los descendientes lejítimos. Preciso es advertir que el cón-
yuje puede tener la responsabilidad directa del heredero en razon de su
porcion conyugal por el todo o por una parte. Si es asignatario de la
mitad de libre disposicion cuando no hai descendientes lejítimos, o de la
Cuarta cuando los hai, i acepta, es heredero ¡ no tiene derecho a porcion
conyugal (art. 1176). Del mismo modo, si el testador le asigna la sesta
parte de la herencia i acepta, es heredero, contrae por esta parte la res”
porsabilidad directa del heredero, 1 necesita del beneficio de inventario
aun cuando tenga derecho a mayor parte por su porcion conyugal, pues
que ésta puede ser la cuarta parte i no la sesta; en cuyo caso puede pe-
dir el complemento o que se le entere, ¡por esta parte sólo tendrá la res=
ponsabilidad subsidiaria del legatario (art. 1180). Pero en todos estos casos
el cónyuje puede repudiar todas las asignaciones testamentarias i pedir la *
porcion conyugal (art, 1177), segun mas le convenga; ipor esto hemos
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTURRE DE 1870. 221
dicko que el cónyuje por regla jeneral no es heredero en cuanto a su por-
cion conyugal, no obstante de ser esta asignacion de cuota.
El cónyuje no es, pues, lejitimario; pero es asignatario forzoso cuando
tiene derecho 2 porcion conyugal. Con el hermano lejítimo sucede lo mis-
mo; tampoco es lejitimario, pero puede ser asignatario forzoso por los
alimentos que le deba el difunto (arts. 321 núm. S—1167 núm. 1.*). Los
alimentos i la porcion eonyugal se asemejan en que ambos son asignacio
nes forzosas; ambos son asignaciones a título singular, o solo producen la
responsabilidad subsidiaria de los legatarios, ambos son deducciones del
acervo, salvo la limitacion de la porcion conyugal en el órden de sucesion
de los descendientes lejítimos; la porcion conyugal hace las veces de ali-
mentos para el cónyuje. Se diferencian en que la porcion conyugal da
accion de reforma del testamento (art. 1221), que prescribe en cuatro
años, al paso que el alimentario no tiene dicha accion, 1 la que le compete
para cobrar los alimentos debidos porel difunto prescribe en el término
ordinario de 20 años como accion personal; la porcion conyugal, una vez
adquirida, no se pierde aunque el cónyuje adquiera después otros bienes
(art. 1174); los alimentos cesan desde que el alimentario tiene bienes pro-
pios suficientes (arts. 330 1 332).
Niel cónyuje ni el hermano lejítimo son lejitimarios, pero pueden ser
asigna tarios forzosos.
El art. 1184 determina la cuota que forma la lejítima rigorosa en todos
los órdenes de sucesion. Formado el acervo líquido con las deducciones i
agregaciones a que se refiere dicho artículo, la mitad se destina para la
léjítima rigorosa. El hijo o hijos naturales tienen derecho a la mitad del
acervo líquido, sino hai lejitimarios de grado preferente, esto es, hijos o
ascendientes lejítimos.
La lejítima rigorosa no es suceptible de condicion, plazo, modo 'o gra-
vámen alguno (art. 1192); el que la debe no puede alterarla o disminnirla
direéta ni indirectamente; por esto la lejítima se ha calificado como deuda,
En lá cuota que destina la lei para las lejítimas no pueden tomar parte
mas que los lejitimarios; “Los lejitimarios concurren 1:son escluidos i re-
presentados segun el órden 1 regla de la sucesion intestada,” dice el art.
-FL853. Los lejitimarios concurren en la lej¿tima (no se habla de la heren=
cia) con otros lejitimarios solamente (v. g. el padre lejítinio «lel difunto
con el hijo matural de éste), mas no con los que no sean lejitimarios; así
el hermano lejítimo 1 el cónyuje no pueden concurrir en la lejítima con el
ascendiente lejítimo, aunque el segundo puede concurrir con el último en la
herencia (art. 989). Del mismo modo, los lejitimarios son escluidos de la
lejítima, pero solo por otros lejitimarios de mejor grado: así, el ascendiente
dejítimo es escluido por el descendiente lejítimo, i el padre natural del di-
A. DE LA U. 29
222 : MEMORIAS LITERARINS.
funto es escluido por el hijo natural del mismo difunto. La lejívima rigo-
roza es asignación forzosa (art. 1167): el testador es obligado a hacerla;
¡se suple cuando no la ha hecho, aun con perjuicio de sus disposiciones
testamentarias espresas, porque es asignación que hace la lei (ari. 1181).
La lejítima del hijo natural no puede ser menos de la mitad de los bie-
nes o del acervo líquido, cuando no existan otros lejitimarios que lo eselu-
yan o concurran con él: el cónyuje i el hermano lejítimo del difunto no
son lejiimarios, 1 no pueden, por consiguiente, tomar parte alguna de esa
mitad, aunque así lo haya querido el testador espresamente. Tal es lo
dispuesto en los arts. 1167, 1182, 1183 1 1184.
En resúmen, el título 2. del lib. 3. tiene por objeto determinar la dis-
tribucion de los bienes de una persona que muere sin testamento; en ese
título se encuentra el testamento de todos los que mueren intestados en
Chile, ide todos los chilenos que mueren intestados en el estranjero, con
las modificaciones. que se espresan en los arts. 151 16. La lei hace testa-
mento por el hombre, o bien, éste puede ahorrarse el trabajo de hacerlo si
su voluntad es conforme con las disposiciones de la lei; i así, puede decirse
que nadie mmere: intestado, puesto que presumiéndose de derecho que to-
dos saben las leyes (arts. 8.2, 706, inc. 4.2 1452), se presume igualmente
de derecho que su testamento es conforme a lo dispuesto en dicho titulo
2.2 cuando no ha manifestado sai voluntad con las formalidades sacrainen-
tales prescritas en el art. 3. Si quisiera darse otra forma a esta idea, se
diriá que hai dos clases de testamentos, el que hace el hombre i el que
hace la lei; que ambos tienen la misma fuerza, la misma sancion; ambos
confieren Iguales derechos, sin que puedan jamás encontrarse en pugna
porque el segundo solo tiene lugar a falta del primero; pero que pueden
concurrir ambos al mismo tiempo, sirviendo el segundo de suplemento
para to los aquellos bienes sobre los que guardó silencio el primero, o cu-
yas disposiciones quedasen sin efecto (art. 980).
La lei no permite que el hombre con su testamento altere las lejítimas;
pero cuando ella hace testamento por el hombre, se permite atentar con-
tra ellas; la lei, haciendo las veces de mandatario o de comisario, se atri-
buye mas facultades que las que otorga al mandante. Si el testador dispu-
siera que su herencia se divida en tres partes iguales, entre su hijo natu-
ral, su cónyuje i su hermano lejítimo, el primero po Iria entablar la quere-
lla de inoficioso testamento o la accion de reforma (art. 1216) para que se
le complete su lejítima o se le dé la mitad del acervo líquido; pero:si es
la lei la que hace tal testamento, como sucede cun el art. 990, ¿habrá lu-
gar a la accion de reforma? Tal es la cuestion.
Pero antes de pasar adelante permítasenos observar que este tastamento
de la lei puede ser obra del hombre, como acabamos de indicar. El lrom-
ANALES DELA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. 22
bre puede hacer testamento o espresar su voluntad de dos maneras, por
medio de las formas legales ¡con su silencio, con su voluntad espresa O
con su voluntad tácica. Decimos ahora voluntad tácita 1 no presunta (ant
que ésta tiene lugar respecto del impúber, del demente. o del sordomudo
que no puede darse a enteúlder por escrito), porque estando todos obliga-
dos a saber las leyes, se presume de derecho que las saben; ¡en efecto
puede un individuo de intento dejar de hacer testamento para que lo haga
la lei por él ise disminuya la lejítima del hijo natural: está entonces en
manos del hombre contraríar la lei ésta se ha constituido instrumento a
merced del obligado para que disminuya su obligacion. Sos mas poderosas
la voluntad tácita i la voluntad presunta que la voluntad espresa.
Tal es la contradicción que resulta de las disposiciones que examinamos.
Conviene, no obstante, indagar detenidamente todas las inconsecuencias 1
defectos en que se ha incurrido, para que apreciemos con mejores luces la
solucion que se busca.
1.2 La lei, haciendo testamento por el hombre, se propone hacer lo mismo
que haria su representado: la lei supone que el hombre dispondria de sus
bienes en favor de las personas que mas ama o que debió amar mas. Cuando
la lei distribuye la herencia por iguales partes entre el hermano lejítimo,
el cónyuje i el hijo natural, sepone que el difunto habria hecho lo mismo,
porque supone que amaba o debía amar igualmente a estas lres personas.
Si así fuera debió hacerse concurrir al hermano lejítimo con los ascendien-
dientes lejítimos, como se ha hecho con el cónyuje e hijos naturales (art.
959). Si se tuvo en enenta que el hermano lejítimo iba a recibir mas tarde
la parte que se asignaba a los ascendientes, se olvidó que el harmano le-
Jíimo de parte de madre no percibe nada mas tarde de la herencia del padre
del difunto, que por ser único"ascendiente, recibe o puede rec:bir toda la pur-
cion de los ascendientes; i que en jeneral, el ascendiente o ascendientes
puedea disipar todo lo que perciban quedando frustrada la espectativa del
hermano lejítimo.
2.2 Si es falsa la base del amor para la distribucion de los bienes heredi-
tarios, o sí se ha aplicado mal en el art. 999, mala es tambien la aplicacion
de la base del deber. No se ama ni se debe amar igualmente al hermano
ejítimo tal lujo natural que al cónynje, ni tenemos respecto de ellos igua-
les obligaciones. El mismo código lo reconoce, cuando no lo dijera el
derecho divino natural i positivo: al cónyuje se deben alimentos congruos
1 al hermano lejítimo i al hijo natural solo los necesarios; al cónyuje se
debe porcion conyugal en todos los órdenes de sucesion, siempre que
carezca de lo necesario para su subsistencia; es o puede ser asignatario
forzoso eu todos los órdenes de sucesion: al hijo natural solo se deben
321 MEMORIAS LITERARIAS.
dos mismos alimentos necesarios en el órden de sucesion de los descendien-
tes lejítimos.
La porcion conyugal i las lejítimas representan los alimentos, i como
éstos son menos cuantiosos que aquellas asignaciones, no pueden pedir
alimentos los que tienen derecbo a porcion conyugal o a lefítima. La leí
quiere que una persona durante su vida trate mejor a su cónyuje que a su
hijo natural, i esto es de notoria justicia, no admite discusion; pero la
misma lei quiere que la misma persona al tiempo de su muerte trate mejor
al hijo natural que a su cónyuje; quiere que el hijo natural saque gran ven-
taja con la muerte de su padre o madre, ¡que el cónyuje sufra grave pérdi-
«la: éste puede obtener alo mas lo mismo que el hijo natural, pero puede
obtener mucho menos. ¿En qué se funda este sistema que exije unos
sentimientos durante la vida i otros distintos al tiempo de la muerte?
Esta inconsecuencia no tiene otro oríjen que el vicio radical de la insti-
tucion de hijo natural inventada por el código. Institucion ofensiva al ma-
trimonio 4 perjudicial a la sociedad. La union ilejítima i despreciable se ha
colocado al lado de la lejítima i honorable, i se la ha revestido de derechos
semejantes; la lejítima es un vínculo, una base de familia, 1 debiera negarse
al hijo natural, nó en pena de su filiacion, sino en pena de la paternidad-
La sociedad por su parte está gravemente interesada en que los hijos naz-
can del matrimonio, porque estos hijos son mas atendidos i mejor educa-
dos, son mayor estímulo para el trabajo i la industria, son base mas sólida
de la poblacion, vínculo mas estrecho de la paz doméstica, verdadera »
lejítima ventura del Estado: toda institucion que parodie 1 suplante al ma-
trimonio ataca a la sociedad por su base. En sana filosofía los hijos ¡lejó-
timos no deben jamás tener mas derecho que el de alimentos, sea de la
clase que fuere. Se quiso proveer para casos especiales o escepcionales por
medio de una regla jeneral; i al mismo tiempo que se rechazaba la lejí-
tima influencia de las costumbres sobre las leyes, no se advirtió en la que
ejercen las leyes sobre las costumbres.
3.2 Por último, se hace concurrir con igualdad a la distribucion de la
herencia“al lejitimario, al heredero forzoso, con el que no lo es; ¡lo quees
peor, se establece la concurrencia perjudicando la lejítima que la lei con=
sagra, i cuya integridad reviste de tantas precauciones. Esta es la cuestion,
ésta la ansinomia que se trata de salvar, 1 cuya causa no ha sido otra que
una distraccion. En el proyecto de nuestro código (art. 1345) se habia
asignado como lejítima rigorosa la mitad de loque correspondia al lejiti-
mario sucediendo abintestato. Segun esto, la lejítima del hijo natural sería
Ja sesta parte de la herencia, puesto que le corresponde la tercera parte
en nuestro caso sucediendo abintestato, i así la contradiccion no existia
Se cambió esta disposicion señalando la mitad de la herencia como lejítima
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. 223
rigorosa, sin cuidarse de que en la sucesion intestada se hacia concurrir
con igualdad al hermano lejítimo, al cónynje i al hijo natural.
Tiempo es ya de que examinemos los diversos sistemas que pueden
adoptarse para la aplicacion práctica de las disposiciones legales de que
venimos tratando. En el párrafo siguiente nos ocuparemos de los que en
nuestro concepto deben ser rechazados, dando cabida en el último al que
creemos debe darse la preferencia.
$2.
El sistema que a primera vista parece mas natural i obvio, consiste en
aplicar el art. 990 en el caso de sucesion intestada i dar lugar a la lejí-
tima íntegra siempre que haga testamento la persona que la deba, con lo
que se da cumplimiento a las disposiciones de los arts. 11921 1184. Si un
individuo no hace testamento, su herencia se divide por tres partes iguales
entre el hermano o hermanos lejítimos, el cónyuje i el hijo natural: en
este caso, no hai para qué considerar lo dispuesto en los arts. 1182 ¡
1184. Si hace testamento, solo se cumplen las disposiciones testamentarias
en cuanto quepan en la mitad del acervo líquido: la otra mitad es lejítima
rigorosa; i si el testador la ofendiese con sus asignaciones, el lejitimario
(hijo natural) tendria derecho para pedir la reduccion por medio de. la
accion de reforma del testamento. Fúndase este sistema:
1. En que con él se da aplicacion « los dos artículos contrarios i se
hace desaparecer la antinom:a; esos dos artículos son dos disposiciones
especiales establecidas para casos distintos: el art. 990 regla la sucesion
intestada; esa es su materia, su objeto especial; aquí no hai para qué tomar
en cuenta el art. 1181, que no ha sido dictado para distribuir la sucesion
intestada. Sí el individuo de cuya herencia se trata hace testamento, no
hai para qué tomar en cuenta el art. 990, porque no se trata de sucesion
intestada, único caso para que fué dictado dicho artículo: habiendo testa-
mento, rije el art. 1184, que establece la lejítima rigorosa, i que la establece
con el objeto de poner coto a la libre disposicion del testador. Así, pues,
segun este sistema, el art. 990 rije la sucesion imtestada 1 el 1184 la tes-
tada, materias distintas i sujetas, por consiguiente, a distintas reglas.
Este fundamento adolece de triple vicio. Consiste el primero en aceptar
la monstruosa consecuencia de que la lei se permita destruir con una
mano lo que consagra con la otra; se permita ejecutar a nombre de un in-
dividuo i tratando de cumplir sus intenciones lo que la misma lei pro-
hibe al mismo individuo; se permita negar a un individuo (al lejitimario) lo
que le otorga sia restriccion alguna, i que se lo niegue cabalmente en el
“caso en que es mas natural i fácil el otorgamiento; se permita suministrar
al mismo individuo a quien se dirije la prohibicion un medio espedito de
226 MEMORIAS LITERARYAS.
barlarla, Si el individuo hace testamento diciendo: quiero que mi herencia
se distribuya conforme al art. 99), no vale, no se cumple, porque hai tes-
tamento: si nala dice, vale, se aplica a la l-tra el art. 930.
Consiste el segundo vicio en la falsa base en que se apova: es falso que
el art. 990 tenga aplicacion solo en el caso en que no hai testamento,
como es igualmente falso que el art. 1181 solo tenga lugar cuando hai
testamento; los dos artículos no se han hecho para casos especiales dis-
tintos, pues que unos l otros son jenerales 1 absolutos: la lejítima es una
deuda, una carga de la sucesion, sea ésta testada o intestada; la lei no
tuvo para qué hablar de esta última en el art. 1184, porque no se concibe
que se dañe la lejítima faltando el testamento, que es lo único que puede
dañarla; no se concibe que la misma lei ataque lo que proteje. El arr.
99) tiene aplicacion aun cuando haya testamento siempre que queden
algunos bienes de que no haya dispuesto el testador; por esto el art. 980,
con que se da principio al título 2.*, que regla la sucesion intestada, dice:
«“ Las leyes reglan la sucesion en los bienes de que el difunto no. ha dis-
puesto. Si no ha dispuesto de nada, la lei revla la sucesion de todos
los bienes; si ha dispuesto de una cuota, la lei regla la sucesion en las
otras cuotas que faltan para completar la unidad o entero; si no ha dis-
puesto de una especie o enerpo cierto. la lei regla la sucesion en esa es-
pecie o cuerpo atribuyéndolo al heredero testamentario o al abintestato.
El art. 990, repetimos, tiene, pues, aplicacion icon frecuencia en la su-
cesion de un individuo que muere con testamento.
Consiste el tercer vicio en la deficiencia del sistema. Con él no se resuel-
ven los casos en que el individuo de cuya sucesion se trata ha muerto
parte testado i parte intestado. Supóngase una persona que muere dejando
cincuenta mil pesos, acervo líquido, i cuyo testamento se reduce a dispo-
ner un legado de mil pesos. ¿Cómo se reglan los cuarenta i nueve mil pe=
sos restantes? ¿Se dividen por tres partes iguales entre el hermano lejítimo»
el cónyuje i el hijo natural, aplicando el art. 990, o se da lejítima al hijo
natural, esto es, veinticinco mil pesos aplicándose el art. 11847 ] con los
veinticuatro mil pesos restantes ¿qué se hace? Supóngase que el heredero
instituido repudia, o es incapaz o indigno, ¡quedan vijentes los legados
que importan dos mil pesos, ¡cómo se distribuyen los cuarenta i ocho mil
restantes? ¿Le damos o nó lejítima al hijo natural? Si aplicamos el art,
990 para distribuir los cuarenta 1 ocho mil pesos intestados, la lejí-
tima se reduce mas, 1 dejamos un medio fácil para que el testador viole
impunemente el art. 1184: la herencia del hijo natural es en este caso
diez i seis mil pesos, tercera parte de cuarenta 1 ocho mil pesos, 1 su lejí-
tima rigorosa es veinticinco mil pesos. Ahora, si el testador dispuso de diez
mi pesos en legados, la herencia del hijo natural queda reducida a trece
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. Ye
mil trescientos treinta 1 tres pesos, mientras que su lejítima rigorosa es de
veinticinco mil pesos: la lejítima noes entonces aquella cuota de los
bienes de un difunto que la lei asigna a ciertas personas llamadas lijuli-
marios, sino una cuota de los bienes que al testador se le antoje dejar sin
disposicion. Aquí, se dirá, hai testamento, i por consiguiente, no tiene apli-
cacion el art. 990. Pues bien, daremos al hijo natural lejítima rigorosa
(25,000 $), ¡con el resto ¿qué se hace? ¿a qué regla sometemos su
distribucion? Nó al art. 990, pues que no tiene lugar cuando se completa la
lejítima rigorosa;z ¡como no hai otro artículo que aplicar, el sistema es de=
ficiente para los casos mas frecuentes,
Pero se insta diciendo: cuando liai herederos forzosos i el difunto ha
hecho testamento, aunque solo disponga de una especie o cuerpo cierto,
o de una cuota de la herencia, o aun cuando el testamento no contenga
otra disposicion que el nombramiento de albacea, no muere parte testado
1 parte intestado. Siempre que hai testamento 1 herederos forzosos, toda la
sucesion es testada, porque, segun el art. 1218, el haber sido pasado en
silencio un lejilimario, debera entenderse como una institucion de heredero
en su lejítima; 1 segun el art. 1191, acrece a lus lejólimas riígorosas lola
aquella porcion de los bienes de que el testador ha podido disponer a 1í-
tulo de mejoras, o con absoluta libertad 1 no ha dispuesto, o si lo ha he-
cho, ha quedado sin efecto la disposicion. Segun estos artículos, la exis-
tencia de cualquier testamento, en el caso de herederos forzosos, hace
que toda la sucesion sea testada, pues, segun el art. 1218, se entiende siem-
pre incorporada en el testamento una cláusula por la que el lejitimario
es instituido de heredero €n su lejítima; 1 esta asignacion es entonces tes-
tamentaria 1 no legal; esta asignación se entiende que la hace el hombre 1
no la ler. Con el acrecimiento dispuesto por el art. 1191, sucede lo mismo;
lo que reciben los lejitimarios en virtud de ese acrecimiento,lo reciben por
disposicion del testador ¡no de la lei: ésta supone o sobreentiende en el
testamento una cláusula que así lo dispone.
Por otra parte, el art. 1167, que define las asignaciones forzosas, supone
que solo tienen lugar evando hai testamento, 1 que las reslas que se con=
signan en el tít. 9.2, lib. 2.2, que de ellas trata, solo tienen relacion con la
sucesion testada; lejítimo es entonces concluir, que habiendo testamento
hai asignaciones forzosas, que habiendo asjonaciones forzosas no hai parte
alguna intestada, porque todos los bienes se encuentran distribuidos por
la lei segun aquellas reglas.
La conclusion a que se arriba con este argumento es que habiendo tes-
temento, aunque solo se nombre albacea, el hijo natural se lleva todos
los bienes, 1 que el cónyuje 1 el hermano lejítimo no tocan nada, porque
olo tienen derecho a suceder abintestáto, 1 aquí toda la sucesion es tes-
228 MEMORÍAS LITERARIAS.
tada. Los partidarios de este sistema no retroceden ante esta consecren=
ela por mas que la juzguen contrária a la equidad ¡a la intencion del
lejislador; antes bien, la han buscado de intento como un arbitrio para sal-
var el conflicto. No necesitamos, sin embargo, hacernos cargo de ella para
refutar el argumento tres veces con ventaja.
Desde luego seria nimís probans, i por lo tanto, careceria de fuerza al-
guna. Decimos nimis probans, si es que probara algo; pero el argumento
no prueba sino que afirma que] solo hai asignaciones forzosas cuando se
ha hecho testamento, i que éstas se entienden hechas por el hombre, lo:
que es notoriamente falso. ¿Dónde está el artículo que diga que: se sobre=
entiende en el testamento una cláusula para Tos alimentos forzosos? ¿IYón-
de está el artículo que diga otro tanto pare la porcion conyugal! Tenemos
entonces asignaciones forzosas o asignaciones legales, invariables, idémti-
cas, exista o no exista testamento; ya disponga el testador de una parte
o de todos sus bienes, El apoyo que se busca en el art, 1218, por la má-
hera cómo se entiende 1 se aplica, i por el alcance que se le da, solo se
obtiene judaizando, olvidando que la letra mata i el espíritu vivifica; para:
ello es preciso desentenderse del lugar en que está colocado dicho artí-
culo, del propósito único que bra tenido en mira el lejislador; ¡i por últimos
es preciso darle una jeneralidad que rechazan su letra i espírito,
El art. 1218 habla solo de lejítima, i no hai derecho para jeneralizarlo
diciendo que solo hai asignaciones forzosas o legales cuando: hai testa-
mento, porque era necesario que otro artículo dijera lo mismo de los
alimentos forzosos o: legales i de la porcion conyugal, que sin disputa
alguna existen del mismo modo cuando no hai testamento, 1 no puede: ne-
garse que son asignaciones de la lei.
El art. 1218 se encuentra en el párrafo que trata de la lona del tes=
tamento, cuya accion solo dura cuatro años; 1 esto solo: era suficiente
indicio para conocer que el lejislador únicamente se propuso dar mayor
plazo al lejitimario para reclamar de la pretericion; que el esclusivo objeto
del artículo es conservar al lejitimario preterido la accion de peticion de
herencia, que dura treinta años; que el nico objeto del artículo es distin-
guir el desheredamiento de la pretericion, pues que aquel prescribe en
cuatro años, lo mismo que la accion de reforma con que se impugna (arts.
1209, 121611217). Lo que ha querido decir entonces el art. 1218 es que:
el haber sido pasado en silencio un lejitinario no importa desheredacion,
que el lejitimario conserva la accion de peticion de herencia i no necesita
hacer uso de la accion de reforma; o lo que viene hacer lo mismo, la pre-
tericion no es desheredamiento. Por eso cl artículo agrega que el lejitima-
rio preterido conserva además las donaciones revoegables, al paso que el
Jesheredado las pierde (art. 1210).
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. 220
El argumento se refuta además por sus mismos fundamentos. Solo hai
asignaciones forzosas, se dice, cuando hai testamento, porque el código
solo las establece al hablar de la sucesion testada, i porque la lei las so-
breentiende o las suple cuando no las ha hecho el testalor (art. 1167);
mas para que, la lei las supla es preciso que haya testamento ¡ testador,
porque no se concibe que se supla o complemente lo que no existe. De
manera que, segun el mismo argumento, no hai asignaciones legales cuan-
do hai testamento, porque esas asignaciones se entienden hechas por el
hombre. Í no se diga que exajeramos, pues tedo el argumento sé funda en
«lecir que habiendo testamento toda la sucesion es testada, todos los bie-
mes son distribuidos por el testador, aunque éste sulo haya nombrado al-
bacea o solo haya dispuesto de un real, 1 haya guardado silencio sobre lu
hacienda, la casa i la chacra, o no haya asignado cuota alguna de la heren-
cia; i porque, se agrega, el complemento sigue la condicion de la cosa
complementada, de manera que el complemento es tambien testamento, ;
la asignacion legal (complemento) es testamento o asignacion del hombre.
Lejítimo es entonces concluir, que habiendo testamento no hai asigna-
ciones legales, porque todas las asignaciones son testamentarias o del
hombre.
Como se ve, ésta es una implicancia en los términos que pasa mas allá
«lel círculo vicioso. Se trata de probar que solo hai asignaciones forzosas
cuando hai testamento, ise prueba diciendo que las asignaciones forzosas
se entienden hechas por el hombre i no por la lei; que el hombre dispone
de todos los bienes aunque solo disponga de una milésima parte, porque
la lei dispone del resto, i que son disposiciones del hombre por lo mismo
que son disposiciones de la lei. Si no hai asignaciones legales cuando hai
testamento, tampoco hai asignaciones forzosas, porque éstas son legales.
Se da, pues, por fundamento de una proposicion lo mismo que la destruye;
1 lo que es mas, se saca por consecuencia lo contrario de lo que se trata
de probar.
Por nuestra parte, decimos todo lo contrario: que las asignaciones forzo-
sas son siempre asignaciones legales, aunque las haga el hombre o las es-
prese en su testamento; que hai asignaciones forzosas o legales haya o no
haya testamento; que toda aquella parte de los bienes de que no dispone
espresamente el testador, la distribuye la lei 1 es sucesion intestada. 1 pro-
bamos nuestra proposicion con la lei misma: “La porcion conyugal es
aquella parte del patrimonio de una persona difunta que la lei asigna
al cónyuje sobreviviente (art. 1172)”, “Lejítima es aquella cuota de los
bienes de un difunto que la lei asigna a ciertas personas llamadas leji-
limurios (art. 1181). T es lejttima consecuencia deducir que la asignacion
ADE LAU.
250 MEMORIAS LITERARÍLE.
forzosa no la hace el hombre sino la lei. Solo en la cuarta de mejoras
deja la lei al testador la eleccion de asignatario entre Cierto nñunero de
personas; pero la cuantía la fija la les, de la misma manerá que cireuscribe
la eleccion, i por esto se llama asignacion forzosa. $ es la lei la que asigna,
no es el hombre el que asigna, i por esto el art. 953 dicez Se Mama
asignaciones por causa de muerte las que hace la les, o el testamento de
ma person difunta, para sucedey e sus bienes. "—“Con la palavra
asignaciones se signilican en este bibro las asignaciones por causa de
muerte, ya las haga el hombre o la kei” P
or cousiguiente, lus asig-
naciones que hace la lei nu las: hace el hombre, ino dejan de ser legales
las forzosas aunque éste las repita o las esprese en súl lestamento. Éste es
el motivo por que las asignaciones forzosas se consideran convo deudas lre-
reditarias,
Hemos dicho que lval asiguaciones forzosas no solo cuando hai testa=
mento, sino tambien cuando no lo hai. No se nos «edmitiria como ejemplo
el 6aso en que el difunto solo hubiese hecho donaciones revocables;
porque, como éstas necesitan para su valor de las solemmicades dey
testamento (arts. 1000-1137), se diria que ya habia testamento; pero lay
donaciones que se llacen los cónyujes son revocables i no necesitan de |
las solemnidades festamentarias; bastan las que la lei exije para los eu=
tre vivos. Pues bien, supóngase que el difunto no ha dejado testa=
mento nt acto testamentario alguno, sino solo donaciones hechas a su
cónyuje que exceden de la mitad de los bienes. ¿Tendrán derecho los hi-
jos lejítimos para reclamar su lejítima i la cuarta de mejoras pidiendo lia
reduccion de las donaciones? Indudablemente que sí, porque las donacio-
nes revocables son idénticas a los legados (art. 1141); 1 como los l-gados
se reducen cuando ofenden las lejítimas o la cuarta de mejoras, deben
tambien reducirse las donaciones revocables.—Otro ejemplo: el difunta
no ha hecho testamento ni acto testamentario alguno, pera habia hecho
donaciones entre vivos a estrados, que segun el cómputa preyenida en el
art. 1186, ofenden a las lejítimas 1 a la cuarta de mejoras. ¿Tendrán dere>
cho Jos hijos lejítimos para reclamar sus lejítimas i la cuarta de mejorys,
pidiendo Ja reduccion de las donactones? La afirmativa es evidente. —Otrp
ejemplo mas: el difunto ha myerta sin testamento dejando dos lujos nytu-
rales, cónvuje 1 hermano lejitimo; pero habja hecho donaciones irrevoca-
bles a uno de Jos hijos, que segun el art. 1138, deben imputarse a su les
jitima. ¿Habrá en este caso gsignacion forzosa sip testamento? ¿Se colacto-
narán las donaciones irrevocables para computar las lejítimas? La alir,
mativa es aqhí aun mas evidente, no solo porque toda donacion Irrevoca-
ble hecha 3 un lejipayarto se imputa a su lejía, sp porque aun pudo
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE vk 1570. 231
mputarse a la ¿úarta de mejoras sin necesidad de testamento ¡sólo por
nna escritura o acto posterior auténtico, sise hubierá hecho a ún des-
cendiente lejítimo, como lo dice el mismo artículo. Tenemos entonces asig-
naciones forzosas siu que haya testamento alguno, i tenemos las cuatró
clases de asignaciones forzosas: alimentos necesarios, porcion conyugal,
lejítimas 1 cuarta de mejoras. Es, pues, notoriamente errónea la pro-
posicion que afirma que solo hal asignaciones forzosas cuando hai tes-
ta mento,
Digno es de notarse que en los últimos ejemplos aparece de manifiesto
tro error del sistema que combatinos, cual es que las reglas del tít. 5.
lib. 3.? solo'sean propias de la sucesion testada; pues que el átt. 1186
'eómo el 1193 se encuentran en dicho título, i son aplicables tanto a la
sutesion testada como a la intestada; lo cual confirma la observacion que
antes emítimos, de que el tít. 5. citado ¡ el 2, del mismo libro forman un
conjunto armónico, un sistema, para cuya recta intelijeneia no es lícito
devidirlos.
Observaremos, por último, que si el lejisla:lor se ha ocupado de las asig-
naciones lorzosas cuando al parecer trataba de la sucesion testada, ina-
da dijo de ellas de un modo directo al tratar de la sucesion intestada,
evidentemente no ha tenido otra razon sino qne Jas asignaciones for-
zosas ordinariamente solo són dañadas por el testamento, 4 porque en el
út. 2.*, que regla la sucesion intestada, se propuso dar a los lejitimarios
inavor porcion que su lejítima, favore-iéndola en vez de dañarla.
Memos refutado ¿dos veces el argumento; i para cumplir nuestra pro-
inesa, lo haremos otra vez de un modo mas perentorio, con dos leyes
espresas. El error principal del argutiento consiste en decir que habien-
do testamento i ásignatário forzosos, aunque el difunto haya solo dis-
puesto de un real, toda la sucesion es testada, i no hai por consiguiétite
parte alguna de la lilerencia intestada. Pues bien, el art. 952 dice: “Si se
sucede en virtud elé un testamento, la sucesion se llama testamentaria,
si eu virtud dé la lei, intestada o abintestato."—La sucesion en los
bienes dé una persona difunta puede ser pdrte lestamentaria, i parte in-
estara. Aquí tenemos la regla jenerali absoluta de que hai sucesion
intestada habiendo testamento, de que hat asienaciones legales en todo
aquello de que no dispone el testador, o no lo hizo conforme a derecho,
como dice el art 980. El artículo que dejamos copiado no distingue el caso
en que hai asignatarios forzosos de aquel en que no los hai: el artículo
establece la regla jeneral, que haí sucesion intestada aunque haya testa-
mento, sialguna parto de los bienes es distribuida o asignada por la le,
Para señale una cscepcion a cetro es meces ono del espresa. Se dice
232 MEMORIAS LITERARIAS.
que es una escepcion el easo en que hai lejitimari os. ¿Dónde está la lei es
presa que lo diga? Se nos citan los arts. 1218 ¡ 1191; pero éstos no son
leyes espresas i terminantes para el caso; estos artículos no Jiceñ que sean
asignaciones del hombre i nó de la lei las que se hacen en dichos ar-
tículos; no dicen que en algun caso las asignaciones que hace la lei sean
asignaciones del hombre. Con argumento de induccion, i tan débil indue-
cion, no se destruyen leyes espresas.
Pero tenemos otra mas terminante. El art. 996 dice: “Cuando en
un mismo patrimonio se ha de suceder por testamento ¡ abintestato, se
cumplirán las disposiciones testamentarias, i el remanente se adjudicará
a los herederos abintestato segun las reglas jenerales.”—““Pero los que
suceden a la vez por testamento ¿ abintestato, imputarán a la porcion
que les corresponda abintestato lo que recibieren por testamento, sin per-
juicio de retener toda la porcion testamentaria, si excediere a la otra.”
Aquí se repite o se aplica la misma regla jeneral ¡ absoluta, icon la mis-
ma jeneralidad; en sus palabras cstán comprendidos todos los herederos
abintestato, sean o nó lejítimarios. ¿Con qué derecho se restrinjirian sus pa-
labras, su sentido ¡su espíritu, para decir que es escepcion de esta regla el
caso en que hai herederos forzosos? Señálese la lei que lo diga. Nótese
que este artículo se encuentra en el tít. 2.%, que trata de la sucesion in-
testada, e inmediatamente después de haber establecido todas las clases
de herederos abintestato, entre los que están comprendidos los lejitima-
rios; i supone que todos estos herederos, sin distincion alguna, pueden su-
ceder por testamento i abintestato al mismo tiempo. Luego es falso que
habiendo testamento i herederos forzosos, haya de ser precisamente toda
la herencia testada, aunque el testador solo dispusiere de un real. Luego es
falso que en caso alguno las asignaciones que hace la lei sean asignacio-
nes del hombre.
Un ejemplo nos hará palpar la evidencia. Supóngase que el difunto ha
dejado padre lejítimo, hijo natural i cónyuje (segun el órden de suce-
sion abintestato, art. 989), i que en el testamento no diga otra cosa sino
que instituye a su hijo natural de heredero en la décima parte, i a su
padre lejítimo en otra décima. ¿Cómo se distribuirá la herencia segun el
sistema que rechazamos? Aquí tenemos testamento i herederos forzosos,
pero que no son preteridos; no cabe, pues, la aplicacion del art. 1218. no
cabe insertar en el testamento una cláusula en que se supongan institui-
dos en su lejítima. ¿Qué se aplica entonces? ¿Será siempre toda la su-
cesion testada? Si se aplican las reglas de la sucesion intestada, viene
por tierra el argumento, porque entonces es falso que habiendo testamento
¡ herederos forzosos sea toda la sucesion testada. Tenemos, pues, que el
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTURRE DE 1870. 233
sistema es por lo menos deficiente, porque no tiene regla que aplicar para
el caso en que hai testamento i herederos forzosos, pero que no han sido
pasados en silencio. ¿Se ocurrirá a la accion de reforma? Pero si el tes-
tamento no daña las lejítimas, pues que no hai quien se las dispute desde
que ellos son los herederos abintestato, i por este medio obtienen mas
de la asignacion forzosa, ¿cómo puede tener lugar dicha accion?
Por nuestra parte, no hai embarazo alguno. Diríamos conforme al
art. 996, que el padre lejítimo i el hijo natural deben imputar a la por-
cion que les corresponde abintestato lo que se les asigna en el testamento,
j que hai, por consiguiente, sucesion parte testada i parte intestada; distri-
buyéndose en consecuencia la herencia segun lo dispuesto en el art. 989,
por cuanto lo que le corresponde abintestato es mas que lo que se les
asigna en el testamento.
Segundo fundamento de este sistema: la disposicion del art. 1184 es la
regla jeneral, la del art. 990 es la escepcion; i como-ésta debe prevalecer so-
bre aquella, es claro que al señalar el lejislador la mitad de los bienes como
la lejítima rigorosa, debe entenderse sin perjuicio de la escepcion esta-
blecida en el art. 990; esto es, que solo hai lejítima rigorosa para el hijo
natural cuando no concurra con el hermano lejítimo i el -cónyuje.
La consecuencia lejítima de esta argumentacion es que existiendo cón-
yuje i hermano lejítimo, el hijo natural no es lejítimario, no es heredero
forzoso, desaparece la lejítima i el testador puede disponer libremente de
todos sus bienes. Pero se dirá que no desaparece la lejítima, sino que se
reduce, que lo que desaparece es la cuota fijada por el art. 1184, i de la
mitad se convierte en tercio de manera que habiendo cónyuje i hermano
lejítimo, el hijo natural solo tiene derecho al tercio como lejítima. Sea en
hora buena, entonces el testador puede disponer libremente de dos tercios
de la herencia, porque el cónyuje ¡ el hermano lejítimo no son lejitimarios;
entonces aplicamos la regla de escepcion para un caso distinto de aquel
para que fué dictado; aplicamos la regla de la sucesion intestada para el
caso de la testada; destruimos la regla jeneral en un caso que no está
comprendido en la escepcion.
No hai, pues, tal escepcion; el art. 990 ni por su colocacion, ni por su
espíritu, ni por su letra, está destinado a servir de limitacion al art. 1184.
Este segundo fundamento es aun menos sólido que el primero; no solo se
desnaturaliza el art. 1184 en casos en que no puede aplicarse el art. 990,
sino que se quiere dar aplicacion a este último artículo en casos que ma-
nifiestamente lo rechazan.
Fácil es notar que el vicio primario, la fuente de todos los vicios, con-
siste en desconocer la antinomia, en pretender una concordia irrealizable.
231 MEMORIAS LITERARIAS,
Si, como lo hemos probado con todos nuestros esfuerzos, hai contradic-
cion manifiesta, chocante, entre la igualdad de derechos del hermano lejíti-
mo, del cónyujeli el hijo natural en la sucesion intestada, 1 la lejítima
vigorosa de la mitad de los bienes que se asigna al último; si hai contradic-
cion, repetimos, entre asignar al mismo tiempo Ja mitad i el tercio, todo
sistema que la descorozca i que no, la, acepte hia de venir por tierra.
El segundo sistema que se presenta para salvar la antinomia es mas espe-
e'050; pero no es mas sólido: es mejor conbinadoi puede sostenerse con
mas apariencia de lójica; pero su vicio es tan radical como el' del' anterior»
j sus consecuencias de no menos notoria injusticia.
Segun este sistema, la lejítima del hrjo natural es sagrada, inviolable.
inalterable; en todo caso, es la mitad del acervo líquido, tanto en la suce=.
sion testada como en la intestada; la existencia del cónyuje ¡ del hermano.
Jejítimo no"puede¿disminuirla: ni ha sido este el intent o del art. 990, ni su
aplicacion puede traernos*este resultado, Este artículo no distribuye entre.
el hermano lejítima, el cónyuje i el hijo natural toda la herencia, sino la
mitad de los bienes. El hijo natural toma la mitad del acervo líquido por:
sy lejítima rigorosa, como lo dispone el art. 1184, i la otra mitad se distri"
buye por iguales partes entre las personas o las clases designadas en el!
art. 990; de manera que el cónyuje i el hermano lejítimo no toman cada,
uno la tercera sino la sesta parte de la herencia, i gl hijo natural toma cva-
tro sestas partes, o sea dos tercios: tres sestas partes como lejítima rigorosa,
¡ otra sesta como heredero abintestato, concurriendo con el hermano lejíti-
timo i el cónyuje. Del mismo modo, si el difunto deja hijo natural i cónyuje
solamente, la mitad del acervo líquido es para el hijo natural por su lejíti-
ma rigorosa, i de la otra mitad se parten con igualdad; de modo que el hijo
natural tonia tres cuartas partes de la herencia o del aceryo líquido, i el
cónyuje solo una cuarta parte. Si falta cónyuje ¡ hai solo hermano lejítimo,
e hijo natura', sucede lo mismo. :
Este sistema soporta sin inconveniente su aplicacion al caso de sucesion
parte testada i parte intestada. Si el difanto murió con testa mento, dejando
un caudal de cincuenta mil pesos i disponiendo en legado s solo de diez
mil pesos, o sia consecuencia de la incapacidad, indignidad o repudiacion
del heredero estraño, solo quedan subsistentes los legados por el valor
indicado, la distribucion se hace en esta forma: veinticinco mil pesos al
hijo natural, mitad del acervo líquido, por su lejítima rigorosa; diez mil
pesos para Jos legados, i los quince mil pesos restante s se dividen por
iguales partes entre el hermano lejítimo, el cónyuje ¡ el hijo natural; de
modo que este último toma treinta mil pesos. ¡el hermano Jejítimo ¡ el
¿ónyuje cinco mil pesos cada qna. El art. 999 no tiene, pues, aplicacion
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— OCTUBRE DE 1870, 235
sino respecto de los quince mil pesos que restan deducidos los legados ¡ la
lejítima. Si falta el cónyuje o el hermano lejítimo, en el caso propuzsto, el
hijo natural lleva la mitad de los quince mil pesos ¡i los otros siete mil
quinientos pesos tocan al hermano lejítimo o al cónyuje.
Todavía lleva mas adelante su consecuencia este sistema. El art. 989 dis"
tribuye la herencia, cuando hai ascendientes lejítimos, cónyuje e hijo natu-
ral, dando tres quintas partes al primero i una quinta parte a cada uno de
los últimos. Pues bien, la distribucion debe hacerse en esta forma: la mitad
del acervo líquido es la lejítima rigorosa del ascendiente lejítimo 1 del hijo
natural, que partirán entre sí por cuartas partes, tomando una cuarta parte
el hijo natural ¡ tres cuartas el ascendiente (art. 1183); la otra mitad es la
que se distribuye como lo previene dicho artículo, esto es, tres quintas
partes para el ascendiente lejítimo una quinta parte para el cónyuje ¡otra
quinta parte para el hijo natural. Si el caudal es, pues, de cincuenta mil pe-
sos, se toman veinticinco mil pesos para las lejítinias rigorosas, que dividi-
rán el ascendiente ¡el hijo natural por cuartas partes, correspondiendo al
primero dieciocho mil setecientos cincuenta pesos i seis mil doscientos
cincuenta pesos al segundo. De la otra mital toma tres quintas partes el
ascendiente o sea quince mil pesos, cinco mil pesos el cónyuje i cinco
mil pesos el hijo natural. De modo que del caudal de cincuenta mil
pesos, tocan al ascendiente treinta i tres mil setecientos cincuenta pesos, al
hijo vatural once mil doscientos cincuenta pesos i cinco mil al cónyuje
Ahora, si el difunto habia hecho testamento, se cumplen sus disposiciones
dejando salvas las lejítimas, o sea, los veinticinco mil pesos mitad de
acervo líquido»; si las disposiciones absorben la otra mitad, o lo que es lo
mismo, importan veinticinco mil pesos o mas, no toca nada el cónyuje; si
no absorben toda la mitad 4 sobra algo, este sobrante se distribuye por
quintas partes, tomando tres el ascendiente, una el cónyuje ¡otra el hijo
natural.
Este es un error lójico ¡ que merece en parte nuestros respetos, por in-
justas que sean sus consecuencias. Si la distribucion que previene cl art.
99) solo puede efectuarze en la mitad de la herencia i hacemos decir
a dicho artículo la mitad de lo que dice, forzoso era aplicar la misma inte -
lijencia al art. 989 i distribuir entre las personas allí espresadas solo la
mitad del acervo líquido, puesto que las mismas pulabras se emplean el
ambos artícnlos para espresar la cosa purtible. ¿Con qué derecho en el
art. 990 se habia de dar a la palabra herencia el significado de mitad de la
herencia, 1 en el art. 999 sele había de dar a la misma palabra un siguilica-
do distinto, anque éste sea ajustado a las reglas de la eramática, de la Sei
deal us» comun?
236 MEMORIAS LITERARIAS.
Preciso es notar que el art. 989 no presenta la coalision que nos ofrece e;
art. 990. Con la distribucion que aquel det ermina no se dañan las le
Jítimas rigorosas; si distribuimos el acervo líquido de cincuenta mil pesos por
quintas partes i damos tres quintas o sean treinta mil pesos al ascendiente
o ascendientes lejítimos, una quinta o sean diez mil pesos al cónyuje. i otra
quinta al hijo o hijos naturales, el ascendiente e: hijo natural no han sido
ofendidos en su lejítima rigorosa, que importa veinticinco mil pesos; dieci.
ocho mil setecientos cincuenta pesos, tres cuartas partes de la mitad, que
corresponden al primero, i seis mil doscientos cincuenta, cuarta parte de la
mitad del acervo, que corresponden al segundo: tomando el primero treinta
mil, percibe once mil doscientos cincuenta pesos mas que su lejítima, i to-
mando el segundo diez mil pesos, recibe tambien a mas de su lejítima tres mi
setecientos cincuenta pesos. Si un testador distribuye sus bienes del mismo
modo que lo hace el art. 989, el ascendiente lejítimo i el hijo natural no
tendrian en qué fundar su accion de reforma del testamento, cada cual to-
maria literalmente lo que se le asignaba: el ascendiente tres quintas O Sea
preinta mil pesos, i el hijo o hijos naturales un quinto o sea diez mil pesos;
to habia para qué hacer dos distribuciones distintas de las dos mitades de
la herencia. Pero si un testador distribuye sus bienes en los mismos térmi-
nos que el inc. ].” del art. 990, el hijo natural tendria accion de reforma
del testamento para que se le diese la mitad de la herencia en vez del
tercio.
El art. 989 no está, pues, en contradiccion con el art. 1184, Si se hace
- decir a aquel artículo una «cosa distinta de lo que dice, es para dar mas
jeneralidad al sistema, para darle base mas ancha, i para evitar el argumen-
to incontestable de que en caso contrario resultaria contra la intelijencia
que se da al art. 990) materia de la cuestion.
Veamos ahora los fundamentos en que se hace descansar este sistema:
1. La lejítima rigorosa es sagrada, uniforme; no puede ser disminuida
directa ni indirectamente por el que la debe; la que corresponde al hijo na-
tural es la mitad de los bienes, en todo caso en que no haya lejitimario de
mejor derecho, porque en la lejítima rigorosa solo concurren los lejitima—
rios (art. 1183), i el cónyuje i el hermano lejítimo no son Jejitimarios. El
lejislador no pudo entonces distribuir entre el hermano lejít:mo, el cónyuje
¡ el hijo natural si no la parte de bienes de que no habia dispuesto la mism*
lei, esto es, no pudo distribuir sino la parte de bienes que resta, pagada la
lejitima.
Si es verdad todo lo que se dice de la lejítima, no por eso es menos falsa
e irregular la consecuencia. El primer vicio de este fundamento, como de
todo el sistema, consiste en desconocer la contradiccion, pues que para
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1870, 237
ello es forzoso cambiar las palabras testuales para suplantarlas por otras
distintas, es forzoso entender mitad de herencia, mitad de todos los bienes,
donde leemos con todas sus letras herencia, toda la herencia, todos los
bienes; i esto no es lícito en ningun jénero de interpretacion.
El segundo vicio consiste en que el argumento no es adecuado a la ma-
teria controvertida; es mui bueno en lejislacion, cuando se trata de hacer
la lei, pero es mui malo en derecho, euando se trata de interpretar la lei, de
conocer qué es lo que dice. Con este fundamento se rehace la lei, no se
esplica; con él se dice lo que debió decir la lei, no se enseña cómo debe
aplicarse la lei tal como está hecha.
El tercer vicio consiste en la incongruencia absoluta entre la premisa ¡
la consecuencia. De que la lejítima sea inalterable, no se deduce que el
lejislador no la haya alterado, si la alteracion aparece de manifiesto. De
este modo no hai contradiccion que no se salve fácilmente: si en una parte
se dice séi en otra nó, con cambiar el sí i leer en su lugar nó desaparece la
contradiccion. Tanto vale este argumento como decir que el lejislador es
infalible, que no puede contradecirse; con lo que se echa por tierra el
art. 24, que dice: “En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de
interpretacion precedentes, se interpretarán los pasajes oscuros o contra=
dictorios del modo que mas conforme parezca al espíritu jeneral de la
lejislacion i a la equidad natural.” El lejislador cree, pues, que puede con=
tradecirse, ¡ señala reglas para salvar este conflicto.
2. El art. 980 sirve de base al segundo fundamento de este sistema. En
este artículo, se dice, el lejislador nos advierte que la lei dispone de los
bienes de que el difunto no ha dispuesto, o si dispuso, no lo hizo conforme
a derecho. En este supuesto descansan todas las disposiciones del título 2.*,
que da principio con el mencionado artículo. La lei va en consecuencia a
disponer en dicho título solo de aquellos bienes de que podia disponer el
difunto, porque solo respecto de éstos puede considerarse intestado. Las
asignaciones forzosas, no pueden ser alteradas i modificadas por el testa-
dor; no son, por consiguiente, disposiciones de éste sino de la lei; es comple-
tamente indiferente que el testador consigne en el testamento las asignacio.
nes forzosas o que guarde silencio sobre ellas; por esto el art. 1218 dice:
“El haber sido pasado en silencio un lejitimario deberá entenderse como
una institucion de heredero en su lejítima.” En una palabra, la lei dispone
de los bienes del difunto en dos porciones distintas ¡en dos distintos lu-
gares: dispone de la parte correspondiente para llenar las asignaciones for=
zosas en el título 5. cuyo epígrafe es: De las asignaciones forzosas; i del
resto, o de la parte de libre disposicion, en el título 2.? cuyo rubro es: Re-
glas relativas a la sucesion intestada. Si pues el art. 990 se encuentra en
A. DE LA U. 31
238 MEMORIAS LITLRARIAS.
este último título, sus disposiciones no pueden ser relativas mas quea la
parte de libre disposicion: los bienes de que dispone dicho artículo son los!
que restan dejando salvas las asignaciones forzosas; esta parte es la que en
dicho título se llama herencia, toda la herencia, todos los bienes. El difunto
no puede disponer de otros; la lei, que hace sus veces, tampoco dispone de
Otros, ,
Este segundo [undamento no se diferencia del primero mas que en la for-
ma, ¡ adolece, por consiguiente, de los mismos vicios. Para verlos con mas
claridad analicemos las disposiciones del art. 981,
Allí se dice que la lei hace testamento por el hombre, en tres casos: 1.*
Cuando el difunto no dispuso de sus bienes en todo o en parte, las leyes
reglan la sucesion en los bienes de que el difunto no ha dispuesto. La lei
dispone de todos los bienes si no hubo testamento, o lo complementa si en
él no se dispone de algunos bienes, porque la sucesion puede ses parta
testamentaria i parte intestada (arts. 952 ¡ 999). 2.* Cuando las disposicio-
hes testamentarias son contrárias a la lei en la forma o en el fondo, en todo
o en parte: si en el testamento se omite una o mas de las solemnidades
esternas, si el asignatario es persona. incapaz, si interviene la fuerza, eto.»
el testamento i la asignacion son nulos: el testamento i la asignacion nulos
se suponen no hechos, i los bienes a que ellos se refieren son, por consi-
guiente, intestados. Tambien se encuentra comprendido en las palabras, no
lo hizo conforme a derecho, el caso en que el testador ofende con sus dis
posiciones las asignaciones forzosas, porque entonces no dispone de sus
bienes conforme a derecho. 3.4 Cuando las disposiciones testamentarias,
aunque válidas, han quedado sin efecto, ya porque fueron repudiadas, ya
por falta o cumplimiento de la condicion a que estaban afectas, o porqu£
se declaró la indignidad del asignatario.
Como fácilmente puede verse, estos tres cusos se reducen a uno, al pri-
mero, cuando el testador no dispone de sus bienes; porque es lo mismo no
disponer de Jos bienes, que disponer de un modo contrario a la lei, o que
no tengan efecto las disposiciones: en los Lres casos no hai disposicion,
hai intestado. Esta division y enu.neracion no era necesaria para el electo
de que disponga la lei por el hombre; su único objeto es dar mayor clari-
dad a la disposicion.
El art. 980 no dice entonces otra cosa sino que la lei hace testamento
por el hombre, o que a falta de testamento o de disposicion testamentarias
la lei:distribuye los bienes intestados. Con tan sencilla esposicion aparece
de manifiesto el error de las dos suposiciones en que descansa el funda-
mento que analizamos, cuales son: primera, que el art. 980 revela que las
disposiciones del título 2.* libro 3.* solo dicen relacion a la parte de bienes
de que el testador puede dispon: r libremente; i segunda, que la Jei disponga
ANALES DE LA- UNIVERSIDAD. —OCTUBRE Dx 1870. 239
de los bienes hereditarios en dos porciones distintas 1 en dos distintos
lugares.
Por lo que hace a la primera suposicion, no puede trepidarse en asegurar
que es de tado punto infundada. Ni da a entender tal cosa el art. 989, ni
aun cuando lo diera a entender, debiera 1echazarse esa intelijencia porque
hai lei espresa contrária.
El art. 980 no revela que las disposiciones del título 2. libro 3.? solo
digan relacion a la parte de bienes de que el testador puede disponer a su
rbitrio: primero, porque en él se habla de los bienes eu jeneral ¡sin limi-
tacion alguna; i segundo, porque lo que se dispone en tudos los artículos
del título 2,” dice relacion i se aplica a todos los bienes del difunto, inclu-
sos los que deben componer las lejítimas: se aplican, en una palabra, al
acervo líguido,i no solo a la parte de libre disposicion: En efecto, para la
determinacion i distribucion de las lejítimas, la lei no atiende al oríjen de
los bienes (art. 981); para el mismo objeto no se toma en cuenta el sexo
l
varon, la del primojénito que las de sus hermanos. El derecho de represen.
ni la primojenitura (art. 982): igual es la lejítima de la hembra que la de
tacion, de que se ocupan los arts. 934 a 987, se ejercita tanto para sucede"
en la parte de libre disposicion como en las lejítimas: los nietos reciben en
representación de su padre la lejítima que a éste corresponderia, i de qué
fué privado por indignidad, incapacidad, desheredacion o repudiacion. Vol-
vemos a repetir, todos los artículos del título 2.* libro 3.”, sin escepcion
afguna, se refieren a todos los bienes, o son reglas aplicables al acervo
líquido.
Pero aun cuando bajo algun respecto o en algun sentido pudiera sospe-
charse que el art. 980 ha querido referirse solo'a los bienes de libre dispo-
sicion, debiera rechazarse esta interpretacion por que hai lei espresa con-
trária. El art. 959 dice: “En toda sucesion por causa de muerte, para llevar
aefecto las disposiciones del difunto o de la lei se deducirán del acervo o
masa de bienes que el difunto ha dejado, inclusos los créditos heredi-
tarios:
“3? Las eostas de la publicacion del testamento, si lo hubiere etc.:Si-
guen las deduciones; entre las que nose encuentran las Jejítimas; 1 conelu”
ye El resto es el acervo líquido de:que dispone el vestador'o la dei.”
¡Cuando la lei i ed testador disponen de la herencia, disponen, pues; del acer-
¡vo líquido, o de todos los bienes, salvas las deducciones; la palabra haren.
¡cra en el sentido técnico es el acergo léquido. Si en el acervo líquido se
comprenden las lejítimas, en la palabra herenciase comprenden igualmen=
le. El testador no solo puede disponer de los bienes que satisfagan las lejí-
limas, sino que debe disponer de ellas. El art. 1167 dice: “Asignaciones
240 MEMORIAS LITERARIAS.
forzozas son las que el testador es obligado a hacer, ¡que se suplen
cuando no las ha hecho, aun con perjuicio de sus disposiciones testa-
mentarias espresas”,
Si es falsa la primera suposicion, la de que el art. 980 revela que las dis-
posiciones del título 2.” libro 3.” solo dicen relacion a la parte de bienes de
que el testador puede disponer libremente, tambien es falsa,-i como conse-
cuencia rigorosa, la 2.? suposicion, la de que la lei disponga de los bienes he-
reditarios en dos porciones distintas i en dos distintos lugares. En efecto, si
en el título 2.” se dan reglas para la distribucion de todos los bienes o del
acervo líquido, en el título 5. destinado a reglamentar las asignaciones for-
zozas, se habla tambien de la parte de libre disposicion; así el art. 1191
dice: “Acrece a las lejítimas rigorosas toda aquella porcion de los bienes
de que el testador ha podido disponer a título de mejoras, o. con abso-
luta libertad, i no ha dispuesto, o si lo ha hecho, ha quedado sin efecto
la disposicion”. Mas tarde nos ocuparemos de la crítica de este artículo:
bástenos por ahora observar que en el título 5.? no se reglan solo las asig-
- haciones forzozas, sino que tambien se dan algunas reglas sobre la parte
de libre disposicion, como se ve además del artículo que hemos citado, en
el 1194.
Ambos títulos forman un sistema, un conjunto armónico, qne es presi-
so no dividir, ni considerar aisladamente. En el título 2.? se dan reglas pa-
ra la distribucion de la herencia o de todos los bienes, inclusas las lejítimas;
en el título 5.2 se determina la parte de la herencia que el testador o la lej
deben asignar necesariamente a ciertas personas. En el título 2. el lejisla-
dor tuvo el ánimo o intencion de asignar al lejitimario una porcion de
bienes mayor que su lejítima; ¡así lo vemos claramente en los dos prime—
ros órdenes de sucesion, i resulta con mayor evidencia del artículo del pro-
yecto (1345) que asignaba en jeneral como lejítima rigorosa la mitad de
los bienes que corresponderian en la sucesion abintestato. Es indisputa-
ble entonces que en las asignaciones que se hacen en el título 2.9 van com-
prendidas las lejítimas; del mismo modo que las asignaciones testamenta-
rias se imputan primero a satisfacer loque corresponde abintestato al
mismo asignatario (art. 996 inciso 2.%). De manera que si el testador ins-
tituye de heredero en la mitad de sus bienes a su hijo natural sin hacer
otras disposiciones i deja además cónyuje, éste se llevará la otra mitad,
aunque el testamento no haya dicho nada a este respecto. Tal testamento
seria superfluo, como lo seria el que dijese que se distribuyese la herencia
segun las reglas de la sucesion intestada,
3." Se ha creido tambien que con este sistema se violaba menos la lei;
pero con lo-que dejamos observado se ve que es todo lo contrario: que es”
ANALES DELA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1870. 211
te sistema viola mas gravemente i muchas mas disposiciones de la lei que
el primero que hemos enunciado. En efecto, no sol o viola el testo espreso
de Jos art. 989 990 i 991, haciéndoles decir la mitad donde dicen literal-
mente el 2odo, sino que viola el testo i el espíritu de todo el título 2.* ajus-
tando sus disposicionesa la mitad del acervo líquido, cuando manifiesta-
mente se refieren al todo; i viola, por último, los arts. 959 i 1167, que ense-
ñan testualmente que las disposiciones del testador o de la lei recaen sobre
todo el acervo líquido. Si este sistema fuera lejítimo, resultaba que faltan*
do hijo natural i hermano lejítimo, no se llevaba el cónyuje mas que la
mitad de la herencia. 1 con la otra mitad ¿qué se haria? Si el hijo natural
repudiara ¿quién se lleva su lejítima? El cónyuje i el hermano lejítimo, se
dice, no son llamados a ella, sino solo a la parte de libre disposicion: los
arts. 989 ¡ 990, se dice, no lejislan sino sobre la mitad «le la herencia, el
art, 1184 es el que lejisla sobre la mitad lejitimária.
Observaremos, por último, que este sistema nv solo es el mas ilegal, si-
no tambien el menos equitativo. Prescindiendo de las reglas del derecho i
de la gramática, i aun casi diríamos de la filosofía, bastaria la recta razon
para conocer, que asignar al cónyuje i al hermano lejítimo la cuarta parte
de lo que se da al hijo natural en el caso del art. 990, es lo mas contrario
a la voluntad del lejislador, que les asigna partes iguales; lo mas contrario
al espíritu de la lejislacion, que en el artículo anterior asimila al cónyuje
con el hijo natural, dándoles partes iguales, una quinta parte a cada uno;
1 lo mas contrario a la equidad natural, que rechaza una ventaja tan exor-
bitante en favor del hijo natural, i con perjuicio del cónyuje i del hermano
lejítimo, que ordinariamente son mas estimados, i que merecen mas consi-
deracion que aquel. Esta es la segunda infraeccion que se comete de la re-
gla establecida en el art. 24 para la interpretacion de la lei.
$ 32
Tócanos ahora esponer nuestras opiniones sobre la recta interpretacion
de los arts. 990 ¡ 1184, para determinar su lejítima aplicacion en las cues:
tiones sometidas a su imperio.
Hemos señalado como vicio fundamental, causa de todos los vicios, de
los dos sistemas que se han examinado, el desconocer la antinomia, la con-
tradiccion manifiesta que existe entre ambos artículos. En efecto, si el art.
990 asigna al hijo natural la tercera parte de la herencia i del acervo líqui=
do, i el art. 1184 le asigna en las mismas circunstancias la mitad, no cabe
conciliacion alguna, es preciso sacrificar uno u otro artículo. Todo sistema
que le desconozca ha de ser forzosamente erróneo; el mismo desconoci-
miento es el mas grave de los errores,
212 MEMORIAS LITERARIAS.
Recta ¡mui Jejítima es la regla que da preferencia a la interpretacion
que no permite contradecirse al lejislador; i este es sin duda el fundamen-
to primordial de los dos sistemas que combatimos. Pero, cuidémosnos de
no exajerar la regla: si de su observancia nos resultan absurdos mayores
que la misma contradiccion, no debemos trepidar en aceptar esta últimas
por que mas lejítima es la otra regla que nos enseña el mismo lejislador,
que en caso de contradiccion debemos dar cabida a la equidad natural o,
como decia la lei romana (90 de R. J.): “In omnibus quidem, maxime ta
men injure, aquitas spectanda est.”
Aceptamos, pues, la contradicción i decimos: que son incompatibles Jos
arts. 990 ¡ 1184, porque el primero asigna al hijo natural la tercera parte
¡ no mas, del acervo líquido, mientras que el segundo le asigna en el mis
mo caso la mitad; que es preciso sacrificar uno u otro artículo, dar prefe-
rencia al uno con detrimento del otro; i que nos decidimos porel 1184,
sosteniendo que, cuando concurran a la herencia el hijo natural, el cónyu-
je ¡el hermano lejítimo, tocará al primero la mitad, ¡una cuarta parte ¡
cada uno de Jos otros. Si falta el cónyuje o el hermano lejítimo, se divide
el acervo líquido por mitad entre el hijo natural i el cónyuje o el hermano
Jejítimo; i si falta el hijo natural, se divide tambien del mismo modo por
mitad el acervo líquido entre el cónyuje ¡i el hermano lejítimo.
Los fundamentos de esta decision son los siguientes:
1.2 La lejétima es invariable, no puede ser disminuida sino por la con-
currencia de otros lejitimarios de igual o mejor derecho; en la lejítima no
pueden tomar parte alguna los herederos voluntarios, aunque lo sean abin-
testato: “Los lejítimos concurren i son escluidos i representa'los segun el
órden i reglas de la sucesion intestada” (art. 1183); solo los lejitimarios
concurren en la lejítima, 1 no puede: ser escluidos sino por otros lejiti-
marios. La lejítima es una deuda, ¡en ella uo pueden tomar parte sino los
acreedores. El cónyuje 1 el hermano lejítimo no son acreedores a lejítima-
no pueden concurrir enton ses Co. el hijo natural a la particion de la lejí-
tina.
Esta es doctrina espresa de la Jei, ies además conforme con el espírirto
de la lejislacion. Nos encontramos entonces entre la disposicion aistada
del art. 990, que no se apoya en el espíritu jeneral de la lejislacion 1 que
no la corrobora otra disposicion legal, ¡el art. 1184, no solo conforme a
dicho espíritu, sino que se encuentraf sostenido por todas las disposiciones
del 3.2 tit. 9.2 1 por el art. 1167. Es, pues, el caso de aplicar la regla consiy-
nada en el art. 24: “Los pasajes oscuros o contradictorios se interpretarán
del modo que mas conforme parezca al espíritu jeneral de la lejislacion
a la equidad natural.”
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OcruBrs Dr 1870. 21)
Por otra parte, el sacrificio del art. 990 no es de tán grave importancia:
sólo se deja de aplicar rigorosamente el primer inciso; los otros ctiátro se
cumplen literalmente. En el primer inciso se ordena que la herencia se di-
vida en tres partes iguales, una para los hermanos lejítimos, otra para el
cónyuje ¡otra para los hijos naturales. Esta es la única parte del artículo
que se altera, dundo al hijo natural la mitad en vez de la tercera parte, 1
se cumple en las demás en cuanto es posible la letra del inciso, dando al
cónyuje ¡al hermano lejítimo la otra mitad, que es lo único que resta.
22 Este sistema es el que viola menos la lei, porque solo altera una
parte del inciso 1.2 del art. 990, al paso que los que se han examinado en
el párrafo anterior, violan muchos artículos espresos, o alteran el plan je-
neral del código sobre la institucion de las lejítimas.
Vimos que el segundo sistema está en la verdad en la parte que sostie
ne la imegridad de la lejitima, i escluye de su concurrencia al cónyuje 1 al
hermano lejítimo. En este particular estamos perfectamente de acuerdo con
él, Pero cuando para salvar lo dispuesto en el inciso 1.2 «del art. 99) ocu-
rre al arbitrio de cambiar su letra i espíritu, viéndose precipitado por la
pendiente de este primer error a cambiar tambien el testo espreso de los
arts. 989 1 991, a restrinjir eu seguida con la misma violencia todas las re-
glas consignadas en el ut. 2,2 1a desentenderse i contrariar la terminante
enseñanza de los arts. 93) 1 1167, no podemos dejar de rechazar tan ¡irre-
«ujar arbitrio de interpretacion. I lo rechazamos con tanta mas razon, des
de que, apesar de las multiplicadas 1 flugrantes violaciones da la lei, nos
salva de un conflicto para dejarnos en otro peor.
En efecto, hemos visto que la hase de ese sistema, consiste en suponer
que tanto la disposicion del art 993, como las de los otros artículos del
vit. 2. Jib. 3.” solo dicen relacion a la mitad del acervo líquido, a la mitad
de la herencia; el cónyuje i el hermano lejítimo no son llama los a la mi-
tad de libre disposicion; el lejislador no distribuye en el tít. 2. mas que la
mitad de la herencia. Pues bien, si el hijo natural repudia su lejítima,
¿quién la recoje? ¿quién es llamado a ellos por la repudiacion del hijo natu-
ral? Nó el cónyuje ui el berimano lejítim », porque se dice que uo son lla=
mados a ella en el art. 999 ni en otro artículo del tr, 2.9, pues se sostiene
que allí solo son llamados a la mitad de libre disposicion; i como no sou
MNamados ev ninguna otra parte del código a la mitad lejitimaria, no pue-
den jamás tomar parte alguna de dicia mitad. ¡Quién recoje entonces la
mitad Jejitimária cuando repudia el hijo natural? ¿Serán los colaterales le
jiumios? Entonces los parientes mas remotos concurrea con el hermano
lejítimo o lo escluyen; 1 si se quiere contar a éste entre los colaterales que-
da escivido el cónyoje de dicha nutal, Pero este resultado no puede ad-
241 MEMORIAS LITERARIAS.
mitirse con el testo espreso del art. 992, que no llama a los colaterales le-
jítimos sino a falta de cónyuje i de hermanos lejítimos. Lo mismo tenemos
que decir del fisto (art. 995), 1 no hai ya otro heredero a que ocurrir: Ja
mitad lejitimária queda vacante; i queda vacante, no solo cuando repudia el
hijo natural, o es incapaz o indigno, sino tambien cuando no existe hijo
natural. Pero se dirá que entonces no hai mitad lejitimária porque no hai
lejítima. Es verdad, no hai cosa mas cierta ¿| qué consecuencia se quiere
deducir? ¿Son llamados por esto el cónyuje i el hermano lejítimo a todos los
bienes? Por nuestra parte creemos que sí; pero en el sistema que combat
mos se sostiene que la palabra herencia no significa en el art. 990 mas que
la mitad ae los bienes; i si en el inc. 2.2 del mismo artículo se le quiere
dar el significado de todos los bienes para distribuirlos entre el cónyuje ¡el
hermano lejítimo, cuando no existe hijo natural, preguntamos nuevamente
¿con qué derecho se da a la misma palabra dos significados tan diversos
en una misma materia! Será creible que el lejislador la haya empleado con
esos dos significados en un mismo artículo? No nos disimulamos que por
la palabra herencia. se quiera espresar solo los bienes de que puede dispo-
ner libremente el testador, ¡iqnecomo en un caso puede disponer solo de
la mitad i en el otro del todo, la palabra conserva la misma significacion,
¡ solo varia la cuantía de bienes que comprende. Como se ve, esta signifi
cacion es inventada ad hoc, ino se encuentra en ler o jurisconsulto algu—
no: seria tolerable solo como figura retórica, único medio lejítimo de dar a
la parte el nombre del todo. La lejítima es parte de la herencia (art. 1181)»
no es la herencia; la parte de libre disposicion, como su mismo nombre lo
espresa, es solo parte de la herencia, mas no la herencia: ésta comprende
todos los bienes trasmisibles, salvas las deducciones. Por otra parte, tal es-
plicacion es un paralojismo dialéctico que consiste en calificar el todo por
la cualidad que a veces solo existe en una parte, i que vendria a formular
se así: los bienes de que puede disponer libremente el testador son heren-
cta: es así que no puede disponer libremente de la mitad lejitimária, luego
esta mitad no'es herencia. El vicio está en la mayor, i por esto la conse-
cuencia es directamente contrária a la lei. La herencia es unwersitas, es
successio in umversum jus; la parte de libre disposicion es solo porcion de
los bienes, como lo dicen literalmente los arts. 11841 1191.
Por lo que hace al primer sistema, que da preferencia al art. 990 en el
caso de sucesion intestada i aplica el art. 1184 cuando hai testamento,
hemos visto que ataca la integridad de las lejítimas, violando no solo es-
te último i el 1183, sino tambien la base de la institucion, dejando en ma=
nos del obligado un arbitrio con que disminuir su deuda; i por último,.que
es deficiente para los casos en que la sucesion sea parte testada ¡ parte 1n-
testada,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1870. 245
Fste caso no ofrece dificultad alguna en nuestro sistema. Ya sea la su-
cestor completamente intestada, ya sea parte testada i parte intestada, la
lejuumma queda salva, se aplica siempre del mismo modo el art. 1184; se
cumple en seguida las disposiciones testamentarias, i lo que resta se divide
por iguales partes entre el cónyuje ¡el hermano lejítimo. Sea un acervo
Jíquido de 50,090 pesos 1 un testamento que dispone solo de 10,000 pe-
sos en legados. La lejítima del hijo natural son 25,000 pesos, mitad de la
herencia; con la otra mitad se pagan los legados , i restan 15,000 pesos,
que se dividen por mitad entre el cónyuje ¡el hermano lejítimo, tocando
a cada uuo 7,500 pesos. Supóngase que el testador instituye por heredero
a un estraño en la cuarta parte de la herencia: se saca del mismo modo la
lejítima del hijo natural, toma su cuota el heredero instituido en el testa-
mento, 1 la otra cuarta parte, o sean, 12,509 pesos, se divide por mitad en-
tre el cónyuje 1el hermano lejítimo; de modo que cada uno de éstos será
heredero de una octava parte. No hai, pues, diferencia alguna cuando las
asignaciones testamentarias sona título singular o a títalo universal, como
no la hai entre la sucesion intestada, i la que es parte testada ¡ parte intes-
tula. El inc. 1. del art.93) tiene su cumplimiento en cuanto no sea in -
compatible con el 1184.
aia interpretación que sostenemos es tambien la mas equitativa,
segundo caso de aplicacion de la regla consignada en el art. 24. Si un tes-
tador dispusiese de sus bienes en los mismos términos que el inc. 1.2
del art. 990, ordenando que su herencia se divida en tres partes, una para
sus hermanos lejítimos, otra para su cónyuje i Otra para sus hijos natura-
jes, la disposicion seria inoficiosa, el hijo natural tendria accion de refor-
ma para el reintegro de su lejírima, para que se le diese la mitad en vez
del tercio (arts. 1216 1 1217). Si el mismo testador, espresándose mas la -
cónicamente, dijese: quiero que mi kerencia se distribuya con arreglo al
inc. 1.2 del art. 990, sucederia lo mismo; el hijo natural tendria la accion
de reforma del testamento, 4 obieudria la mitad del acervo líquido como
Jejítima rigorosa.
Éste es el: único recurso que señalan las leyes contra ese testamento.
Pasados los cuatro años en que se prescribe este derecho, la disposicion
testamentaria quedaria inamovible. ¿Quién podria aceptar la interpretacion
que dijese: el testador no podia disponer mas que de la mitad de sus bie=
nes, luego la herencia que manda dividir es solo esa mitad, ien conse=
cuencia, el cónyuje i el hermano lejítimo han sido instituidos herederos,
solo en una sesta parte i no en el tercio?
Otro tanto sucede con la disposicion del inc. 1.? del art. 990; esa dis=
posicion es inoficiosa, ofende la lejívima ¡la ha ofendido inadvertidamente,
DEA 32
246 MEMORIAS LITERARIAS.
solo por un descuido: sus palabras dicen literalmente que la Aerencia se
divida en tres partes, 1 su espíritu está perfectamente espresado por esas
palabras, segun resulta de las otras disposiciones del mismo artículo, i de
las que se establecen en el artículo anterior i en el siguiente. La equida:)
dicta que la misma regla que aplicamos al testamento hecho por el hom-
bre la apliquemos al que hace la lei por él. La equidad dicta que el co-
misario o mandatario no tenga mas facultades que el mandante; 1 dictar
por último, que no debe dejarse en manos del deudor un arbitrio para dis-
minuir su deuda burlando la lei.
Entre el testamento del hombre i el testamento de la lei, hai no obstaute
esta diferencia: la accion de reforma tiene lugaz contra el primero, mas no
contra el segundo; respecto de éste, es inútil, porque está reformado ya por
Ja misma lei. Trascurridos los cuatro años que prelija el art. 1216, el testa-
mento es inamovible en cuanto ofenda las lejítimas; mas para impugnar la
disposicion del inc. 1.* del art, 990 tenemos treinta años, plazo que se.
ñala la lei para la peticion de herencia.
= Nuestro sistema es tambien mas equitativo, porque es mas sencillo ¡
mas natural, no se violentan las palabras ni el sentido de la lei: las pala-
bras se toman en su significación natural i obvia, 1 al mismo tiempo, en su
significacion legal. No puede negarse que el propósito claro, evidente del
lejislador en el art. 990, ha sido igualar en la sucesion intestada al hijo
natural, con el cónyuje i con el hermano lejítimo, 1 en esto no ha carecido
de razon; pero su sistema de las lejítimas no permite esta igualdad abso-
luta: entre echar por tierra un título entero o alterar un inciso, la eleccion
no es dudosa. Mantener aquella igualdad en cuanto es posible, es lo mas
equitativo 1 legal,
4.2 No hai regla alguna de interpretacion que no nos preste su ausilio.
Si no desatendemos el tenor literal de la lei, que es la primera regla (art.
19), consultamos al mismo tiempo su intencion 1 espíritu claramente mani-
festados en ella misma, 1 corroborados por la historia fidedigna de su esta-
blecimiento.
El documento mas auténtico que tenemos sobre el partienlar es el pro-
yecto de nuestro código. Allí vemos (art. 1156) que se otorgaban iguales
derechos en la sucesion intestada al hijo natural i al hermano lejítimo,
como se los otorga iguales el art. 990 del código, sin mas diferencia que
aquel les asignaba la herencia por mitad, mientras que el último hace con-
currir con ellos al cónyuje 1 les da solo el tercio a cada uno. Ha sido, pues,
mui deliberada 1 esplícita la intencion de ¡igualar al hijo natural con el
hermano lejítimo i el tónyuje. Viene después eñ el proyecto el art. 1343,
¿ue declara lejitimario al hijo natural, no al cónyuje ni al hermano lejí=
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1870. 247
timo, artículo exactamente igual al 1182 del código. El art. 1345 del pro-
yecto asignaba en seguida como lejítima rigorosa, la mitad de lo que co-
rresponderia al lejitimario sucediendo abintestato: el art. 1184 del código
modificó esta disposicion señalando como lejítima rigorosa la mitad de
los bienes, modificacion compatible con las reglas dadas para todos los
órdenes de sucesion abintestato, eseepto el de que tratamos, en el que se
habia asignado al hijo natural solo la tercera parte de la herencia. Hé aquí
la causa del conflicto, una simple inadvertencia.
No observamos con menos rigor la segunda regla (art. 20) dando a las
palabras su sentido natural i obvio i además el significado legal, pues que
tomamos la palabra herencia como se entiende en el uso jeneral, i segun
la definicion dada por el lejislador en el art. 959.
La tercera regla (art. 22) ha sido una de las bases mas importantes de
nuestra discusion: “El contexto de la lei, dice, servirá para ilustrar el sen -
tido de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la
debida correspondencia i armonía. Los pasajes oscuros de una lei pue-
den ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente si versan
sobre el mismo asunto.” Hemos buscado la concordancia i debida co-
rrespondencia entre las disposiciones del tít. 2.91 las del $ 3.* del tít. 5.9
que versan sobre la misma materia, i con la modificacion que hacemos al
inc. 1. del art. 990, se restablece completamente la armonía: todas las
cunsecuencias que se deducen son lójicas, ajustadas a Jos verdaderos prin-
cipios. Esa modificacion no nos da por resultado un vacío, como sucede
con los dos sistemas que combatimos, pues en el uno no se sabe qué
hacer cuando la sucesion es parte testada 1 parte intestada; 1 enen el otro,
no hai quien recoja la lejítima del hijo natural, si es incapaz, indigno, o si
repudia; ni se sabe tampoco qué hacer con esa mitad lejitimária cuando
no hai hijo natural, 1 solo existen cónyuje 1 hermano lejítimo.
No necesitamos repetir lo que dejamos observado detenidamente sobre
la cuarta regla (art. 24). Ella importa un argumento decisivo e jrreplicable
en nuestro favor. La lei, la equidad i la filosofía están de acuerdo.
No se podria argúir contra nuestra doctrina con el art. 1191, que dice:
“Acrece a las lejítimas rigorosas toda aquella porcion de los bienes de
que el testador ha podido disponer a título de mejoras o con absoluta
libertad, i no ha dispuesto, o si lo ha hecho, ha quedado sin: efecto la
disposicion.” >
““Aumentadas así las lejítimas rigorosas se llaman lejítimas efectivas.”
“Este acrecimiento no aprovecha al cónyuje sobreviviente en el caso
del art. 1178 inc. 2.”. Sia este artículo o a su primer inciso se quiere
dar un sentido jeneral i absoluto, de manera que toda la porcion de bienes
218 MEMORIAS LITERARIAS.
de libre disposicion que quede intestada se agrege a las lejítimas riyorosas,
resulta que en ningun caso puede concurrir en parte alguna de la herencia
el que no es lejitimario con el que lo es, i vendria por tierra, no solo nues-
tro sistema, sino tambien los dos que hemos examinado en el párrafo se-
gundo; ¡lo que es peor, sufriria mas notable cambio el inc. 1.2 del art.
990. En efecto, tendríamos que sostener que existiendo hijo natural, no
tocaban parte alguna de la herencia abintestato el cónyuje 1, el hermano
lejítimo, porque siendo aquel lejitimario 1 su lejítima rigorosa la mitad de
los bienes, si se agrega o acrece a dicha lejítima le parte de libre disposi-
cion que queda intestada, no resta cosa alguna para los últimos.
Pero no es ésta la intencion o espíritu de dicho artículo. Su alcance no
pasa mas allá del primer órden de sucesion abintestato, el de los descen=
dientes lejítimos. Es cierto que se ha empleado alguna jeneralídad en la
espresion; mas es de notar que habla de mejoras, lo que no tiene lugar
sino en los descendientes, pues en las otras Órdenes de sucesion no hai
cuarta de mejoras, 1 el inciso final lo revela con mas claridad, al declarar
que este acrecimmento no aprovecha al cónyuje en el caso del art. 1178
inc. 2.2, que es cuando concurre con descendientes lejítimos; luego el
acrecimiento de que se habla dice relacion únicamente a las lejítimas de
los descendientes, con quienes solo concurre el cónyuje, 1 no obsta, por
consiguiente, para que éste tome parte de los bienes de libre disposicion,
¿junto con el hermano lejítimo cuando se trate del tercer órden de sucesion
abintestato (art. 990).
De aquí podria quizá formularse un argumento en favor del segundo sis-
tema que hemo rechazado, i decirse: si el acrecimiento aproveiha al cón-
yuje cuando no ceneurre con descendientes lejítimos, no por eso deja de
aprovechar a los otros lejitimarios, ascendientes lejítimos o hijos natura-
les; para que no les aprovechase a éstos, era menester que no hubiese acre-
cimiento porque éste tiene lugar cuando hai lejítimas; luego el hijo natu-
ral se parte con el cónyuje i el hermano lejítimo de lo que acrece, que es
lo que aprovechan; i como lo que acrece es la mitad de libre disposicion,
el hijo natural, a mas de su mitad lejitimária, toma una parte de la otra mi-
tad de libre disposicion.
Tal argumentacion no es mas que una ilusion óptica, porque no hai
tal acrecimiento en ninguno de estos casos: esta palabra ha sido empleada
aquí por el lejislador en sentido figurado. Si hubiese acrecimiento, no toma-
ria parte alguna el cónyuje, porque a lo que acrece es a las lejítimas i no
a otra cosa; i como el cónyuje no tiene lejítima ni parte alguna de lejítima,
no podia recibir por acrecimiento. ¿Cómo puede crecer 1 aumentarse lo
que no existe?
ANALES DE LA MNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. 249
D+cimos que no hai aerecimiento en el case de que habla el art. 1,9),
que es el de los descendientes lejítimos, i que menos lo hai cuando son
otros los lejitimarios. Para que haya acrecimiento, es preciso que un mis-
mo objeto sea destinado a dos o mas asignatarios, i que por falia de uno o
mas, se lleven su porcion los restantes (art. 1147). Asi, legada una cosa a
Pedroi Juan, si Juan es incapaz, indigno o si repudia. Pedro se lleva toda
la cosa; la porcion de Juan se agr-ga a la porcion de Pedro, ¡la porcion
de Juan acrecea la de Pedro. Pero el acrecimiento no solo tiene lugar en
los legados de especie o cuerpo cierto, sino tambien en Jos de ¡jénero o
cantidad; así, legados diez caballos o mil pesos a Pedro i Juan, si falta uno
de éstos por incapacidad, indignidad o repudiacion, se lleva el otro todo el
legado. Lo mismo seria si se legase la casa o los cabalios a los hijos de
Pedro; si uno solo de estos aceptase, él solo se llevaria la casa o los caba-
llos, i las porciones de los otros acrecerian a la suya. | no solo tiene lugar
el acrecimiento en las asignaciones a título singular-o entre legatarios, sino
tambien en las asignaciones a título universal o entre herederos: si un tes-
tador con descendientes lejítimos asigna la cuarta de libre disposicion -a
Pedroi Juan 1 éste repudia, Pedro se lleva toda la cuarta; la porcion de
Juan no pasa a los lejitimarios, sino que acrece a la de Pedro; no se en-
tiende quedar sin efecto la disposicion mientras pueda recojerla uno de los
llamados,
Con esto vemos que la palabra obj»to empleala en el art 1147 debe
tomarse en un sentido lato, i significa, por consiguiente, asigracion., ya sea
de especie o cuerpo cierto, ya de jénero o cantidad, ya de cuota heredita-
ria, o bien de toda la herencia: si se instituyen herederos universales a
Pedro i Juan, 1 éste repudia, Pedro se lleva toda la herencia; la porcion de
Juan no pasa a los herederos abintestato, sino que acrece a la de Pedro,
De estos antecedentes resultan como consecuencia rigorosa dos reglas
importantes e inflexibles. Es la primera que para que haya acrecimiento es
necesario que las dos o mas personas a quienes se haga la asignacion sean
llamadas cada una a todo el objeto, o que sean, como se dice en el de-
recho, conjunciis re, coujuntos en la cosa. Por esto los jurisconsultos ca-=
lifican este derecho de jus non decrescemdi. Si la casa ha sido legada a
Pedro 1 Juan, cada uno de éstos está llamado a toda la casa; o ésta
ha sido legada en todo a cada uno de éstos, i nadie mas que elles tiene
derecho a la casa, salvo que falten ambos por incapacidad, indignidad o
repudiación, pues entonces pasa a los herederos testamentarios 1 abintes-
tato, segun sea la sucesion testada o abintestato. Pero como ambos tienen
ignal derecho, cada uno tiene una porcion igual o viril en toda la casa o en
lolas las partes de la casa; si fa ta, pues, uno de ellos, el que queda, como
250 MEMORIAS LITERARIAS. e
no tiene competidor, se la lleva toda; su llamamiento era a toda la casa, i
solo pretende que no decrezca este llamamiento. En esto se funda la dis-
posicion del art. 1148, que niega el derecho de acrecera los asignatarios de
las distintas partes. o cuotas del objeto asienado: así, legados los potreros
A1B de la hacienda Ceres a Pedro, i las casas, viña i potrero D de la
misma hacienda a Juan (distintas partes), o bien legada la mitad de la ha
cienda Ceres a Pedro i la otra mitad de la misma hacienda a Juan (distin-
tas cuotas), no hai derecho de acrecer entre ellos en ambos casos, porque-
en ninguno de ellos está llamado Pedro a toda la hacienda, como no lo
está tampoco Juan; o mas claro, en ninguno de ellos está llamado Pedro a
la porcion de Juan, ni vice-versa. En estos dos casos, la lei entiende que
el testador no ha querido que Pedro goce otra cosa que los potreros tales
o solo la mitad de la hacienda, mas no los otros poweros ni la otra mitad;
1 lo mismo hemos de decir de Juan, porque el derecho de acrecer es re-
cÍproco.
Es la segunda regla, que solo compete el derecho de acrecer al que es
llamado, i adquiere o tiene la asignacion; por esto el art. 1151 dice: “El
.coasignatario podrá conservar su propia porcion i repudiar la que se le
defiere por acrecimiento; pero no podrá repudiar la primera i aceptar la
segunda.” Para gozar del derecho de acrecer, es preciso tenerla cosa a
que acrece o que se aumenta. ¿Cómo podrá acrecer ¡aumentar una por-
cion que no existe? Pero no es incompatible retener la porcion que labia
de resultar cumpliéndose a la letra la disposicion testamentaria, 1 repudiar
la otra porcion que se le puede agregar.
No debemos olvidar que el derecho de acrecer no tiene otro fundamen-
to que una presuncion de la voluntad del testador, 1 por esto se dispone
en el art. 1155 que el testador podrá en todo caso prohibir el acrecimien-
to; de la misma manera que podria disponer en el caso de asignatarios de
distintas partes o cuotas, que el uno perciba la parte o cuota del que falte;
mas en este caso no habria derecho de acrecer sino sustitucion recíproca.
Ahora se demuestra fácilmente que no hai acrecimiento en ninguno de
los casos de que habla el art. 1191. Esos casos son dos, o diremos mas
bien, son dos las porciones que se dice acrecera las lejítimas rigorosas:
la porcicn de que no dispuso el testador, i la porcion de que dispuso 1
cuya disposicion quedó sin efecto. En ninguno de ambos casos hai llama-
miento de dos o mas asignatarios a un mismo objeto; por el contrario, uno
de esos casos supone que no l:a sido llamado nadie a la cosa que vie-
ne a agregarse a la cosa acrecida: en ninguno de ambos casos podria el
cónyuje tomar parte alguna de la porcion intestada que acrece, porque no
tiene parte alguna en la cosa acrecida, que son las lejítimas: en ninguno
o
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1870, 201
de ambos casos hai asignatarios llamados cada uno a todo el objeto, no
hai conjuntos en la cosa, ni tampoco conjuntos asociados por una espre-
sion copulativa. No hai, ni puede haber acrecimiento, i si lo hubiera, el
cónyuje no tomaria nada, porque no es lejitimario. Lo que hai es sucesion
abintestato, i éstas son las reglas que deben aplicarse.
El lejislador ha empleado, pues. en este caso la palabra acrecer en un
sentido impropio o figurado, nó en su significación técnica; ino ha que-
rido ni debido decir otra cosa sino que la parte de herencia intestada se
distribuye segun las reglas de la sucesion intestada. Mas como solo tuvo
en mira a los descendientes lejítimos, que escluyen a todos los otros here-
deros (art. 988), salvo la porcion conyugal que en este caso no es deduc-
cion del acervo hereditario (art. 959), pudo decir mui bien que tanto lá
parte de libre disposicion como la cuarta de mejoras, pertenecen en ambos
casos a los lejtimarios o descendientes lejítimos con esclusion del cónyu-
je. [necesitó espresar esta conclusion, porque el cónyuje tiene como por-
cion conyugal la lejítima rigorosa de un hijo.
El art. 1191 no destruye ni aitera, por consiguiente, las reglas de la su-
cesion intestada; no niega de un modo absoluto el que puedan concurrir
con los lejitimarios a la particion de la herencia otros herederos que no lo
sean; solo tiene en mira el primer órien de sucesion, el de los descendien-
tes lejítimos, quienes escluyen a todos los otros herederos. La proposición
cierta 1 absoluta es que en la lejítima no pueden concurrir mas que los
que tienen el carácter de lejitimarios, 1 esto, segun el órden i reglas de la
sucesion intestada (art. 1183).
Para dar cima al presente trabajo, nos resta que examinar la aplicación
«le nuestra teoria a las disposiciones del art. 989, 1 considerár su relacion
con el derecho del cónyuje sobreviviente a la porcion conyugal. Estos
nuevos puntos de discusion derramarán mas luz sobre la materia en con=
troversia, 1 nos permitirán dar al sistema mas amplio desarrollo.
El art. 989 distribuye la herencia entre los ascendientes lejítimos, el cón-
yuje i los liijos naturales, dando alos primeros tres quintas partes, una
quinta parte al cónyuje i otra a los hijos naturales. Uno de los sistemas
«que hemos examinado enseña que no esla herencia sino la mited de la
herencia la que debe distribuirse de esa, manera; por nuestra parte, soste-
nemos que la palabra herencia, que usa en ese artículo el lejislador, signi-
fica el acervo líquido, todos los bienes trasmisibles, salvas las deducciones;
en una palabra, toda la herencia, idéntica significacion a la que damos a la
misma palabra en el art. siguiente 990, i cuyos fundamentos dejamos con-
signados prolijamente.
El sentido literal i legal que damos a dicha palabra no ofrece en el artís
252 MEMORIAS LITERARIAS.
culo que examinamos dificultad alguna, porque la distribucion de toda la
herencia en los términos espresados no daña las lejítimas de los ascen=
dientes lejítimos e hijos naturales. En efecto, sea un acervo líquido de
20,000 pesos: tres quintos para los ascendientes, que ascienden a 12,000
pesos; un quinto para los hijos naturales, o sea 1,000 pesos; 1 otro quinto
para el cónyuje, o 4,000 pesos. La lejítima rigorosa es la mitad de los
bienes o sea 10,000 pesos, en la que solo concurren los lejitimarios ascen-
dientes lejítimos e hijos naturales, i la dividen tomando los primeros tres
cuartas parte o sea 7,900 pesos i los segundos la otra cuarta parte o sea
2,500 pesos. Distribuida toda la herencia segun la intelijencia que damos
al art. 989, resulta que los ascendientes toman 4.500 pesos mas que su lejí-
tima porque es la diferencia que hai entre 12,000 pesos 17,500 pesos; i
los hijos naturales toman 1,500 pesos mas que su lejítima, diferencia en-
tre 4,000 pesos i 2,590 pesos. No hai, pues, razon ni pretesto alguno pa-
ra pretender alterar en este caso el jenuino significado de la palabra he
rencia.
- Pero si la sucesion es parte testada i parte intestada, la cuestion puede
ofrecer alguna dificultad a primera vista. Supóngase que el testador dispu-
so de 5,000 pesos en legados, i quedan por consiguiente 19,000 pesos, o
que instituyó de heredero a un estraño en la cuarta parte de sus bienes:
decimos que en este caso se hace la misma distribucion de la parte intes-
tada, esto, es de los 15,009 pesos; tres quintas para los ascendientes o sea
9,090 pesos, un quinto para los hijos naturales o sea 3,000 pesos i otro
quinto para el cónyuje. Aquí no se han ofendido tampoco las lejítimas, por
que la de los ascendientes es 7,500 pesos, 1,500 pesos menos que los
9,000 pesos que le tocan, i los hijos naturales reciben 500 peso mas que
su lejítima, que es 2,500 pesos. Decimos entonces que la cuota o cantidad
intestada debe distribuirse como lo previene literalmente al art. 989, siem-
pre que con esa distribucion no se dañen las lejítimas. Pero si el testador
ha dispuesto de 8,000 pesos en legados o si ha instituido Ce heredero a
un estraño en dos quintos, ya no puede hacerse la misma distribucion. En
este caso restan 12,000 pesos, cuyos tres quintos son 7,200 pesos i el
quinto 2,400 pesos; i como la lejítima de los ascendientes es 7,900 pesos,
tres cuartas partes de 10,000 pesos, ila de los hijos naturales es 2,500,
cuarta parte de 10,000, mitad del acervo líquido, que es 20,000 pesos, re-
sulta que aquella seria ofendida en 300 pesos, diferencia entre 7,900 pesos
17,209 pesos, ila de los hijos naturales, en 100 pesos, diferencia entre
2,500 pesos 1 2,400 pesos. s
Hemos sostenido que las lejítimas son siempre las mismas, ya se suceda
por testamento o abintestato, ya sea sucesion parte testada 1 parte intesta-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. 233
da; que en ningun caso pueden ser disminuidas directa ni indirectamente
por el testador; i que por consiguiente, siempre deben quedar salvas en la
ejecucion de las disposiciones del hombre o de la lei.
En consecuencia, en el caso propuesto, dariamos a los ascendientes le-
Jítimos 1 a los hijos naturales sus lejítimas íntegras, esto es, 7,500 pesos
a los primeros i 2,500 pesos a los segundos, con lo que se enteran 10,000
pesos, que es la mitad lejitimária; i el cónyuje tocaria solo 2,000 pesos,
con lo que se enteran los 12,000 pesos intestados, o sea los tres quintos
de que no dispuso el testador. El cónyuje tocaría entonces 400 pesos me-
nos del quinto de 12,009 pesos; i sostenemos esta decision con las mis-
mias razones que nos han servido para interpretar el art. 990. En uno 1
otro caso el testador, distribuyendo la parte de libre disposicion, puede:
dañar ¡aun aniquilar los derechos en la sucesion intestada del que no es
lejitimario; pero no puede jamás ofender las lejítimas. Supóngase que el
testador instituye heredero a un estraño en la midad de sus bienes: el con-
yuje no tocará nada; se llevarán la mitad como lejítima los ascendientes
Jejítimos 1 los hijos naturales, i la otra mitad el heredero instituido. Supón-
gase lo mismo en el caso del art. 990 (tercer órden de sucesion abintesta-
to), 1 el cónyuje 1 el hermano lejítimo no tocarán nada: se llevarán la
mitad de la herencia los hijos naturales por su lejítima, i la otra mitad el
heredero instituido.
Volvemos a repetir: los arts. 989 ¡ 990 se entienden i se aplican li-
teralmente en cuanto. no sean incompatibles con los arts. 1183 1 1184; la
herencia se distribuye en la forma dispuesta por aquellos artículos, pero
quedando siempre salvas las lejítimas; la cuota o porcion que corresponde
al heredero que no es lejitimario solo se satisface con la parte de. libre
disposicion que quede intestada.
Mas dificultad presenta la relacion que existe entre el derecho del cón-
yuje sobreviviente a la sucesion intestada,i el que le compete a la porcion
conyugal. «Tenemos, no obstante, tres reglas indeclinables a las que de-
bemos ajustar la solucion: 1.* El cónyuje no tiene derecho a porcion
conyugal sino cuando carece de bienes; i cuando los bienes que posee son
inferiores a lo que le correspondiera por la porción conyugal, solo tiene
derecho al complemento (arts. 1172 1176). Mas para suceder abintestato,
no necesita ser pobre; es indiferente la cuanúa de bienes que posea: el
mismo derecho tiene a la sucesion intestada el cónyuje mui rico que el
que nada tiene; 2. La porcion conyugal es deduccion del acervo hereditario
en todos los órdenes de sucesion, menos en el de los descendientes lejíti-
mos (art. 959). Ya suceda por testamento o abintestato, para computar las
lejítimas de los lejitimarios que no son descendientes lejítimos, se saca
A. DE LA U, 33
2541 MEMORIAS LITERARIAS.
primero la porcion conyugal (art. 1184); 3.+ La porcion conyugal se en=
tera con los bienes propios del cónyuje i con los derechos que tenga en
la sucesion del difunto, ya sea por testamento o abintestato, a cualquier
otro tétulo «dice el inc. 2. del art. 1176. Pero puede pedir porcion con-
yugal íntegra abandonando sus otros bienes i derechos (art. 1177).
Continuando con el mismo ejemplo propuesto anteriormente de una he-
rencia que asciende a 20,000 pesos i que sea el caso de distribuirla en el
tercer órden de sucesion abintestato, esto es, entre el hijo natural, cónyu-
je i hermano lejítimo, segun nuestra teoría, el hijo natural toma la mitad
por lejítima, la otra mitad se divide por iguales partes entre el cónyuje i
el hermano Jejítimo, de 1imodo que cada uno de estos últimos tocará la
cuarta parte de la herencia o sea 5,000 pesos cada uno. Si el cónyuje posee
bienes cuantiosos o que importan mas de 5,000 pesos, no tiene derecho a
porcion conyugal, sino solo a la cuarta parte como heredero abintestato;
pero si no posee bienes algunos, puede renunciar su derecho a heredar abin-
testato 1 pedir porcion conyugal, que es la misma cuarta parte, esto es,
5,000 pesos (art. 1178).
No es indiferente para el cónyuje tomar la cuarta parte de la herencia
como porcion conyugal o tomarla como heredero abintestato. Si la toma
como porcion conyugal, no pesa sobre él la obligacion de hacer inventa-
rio, no responde jamás de las deudas hereditarias ulira vires, no contrae la
responsabilidad inmediata 1 directa de los herederos, sino la subsidiaria de
los legatarios. Le conviene, por consiguiente, mucho mas al cónyuje tomar
la cuarta parte de la herencia como porcion conyugal qne como heredero
abintestato,
Ahora bien, en el caso propuesto, el cónyuje diria: tomo porcion con=
yugal i abandono mi derecho abintestato. Entonces la particion del acervo
se haria en esta forma: porcion conyugal que se saca previamente porque
es deducción (art. 959) 1 que importa 5,000 pesos, porqne es la cuarta
parte de los bienes; restan 15,000 pesos, acervo líquido de que dispone el
hombre o la lei. La lejítima del hijo natural es la mitad del acervo líquido,
esto es, de lo que resulta después de deducida la porcion conyugal (art.
1184), que en este caso es de 7,500 pesos, 1 los otros 7,500 pesos tocarán
al hermano lejítimo; porque no habiendo mas que hijo natural 1 hermano
lejítimo, parten por mitad la herencia o el acervo líquido (art. 990 inc.2.>);
el cónyuje ha dejado de existir aquí por su renuncia. Tenemos que el hijo
natural ha sido perjudicado i el hermano lejítimo ha sido favorecido.
El cónyuje ha tocado, como hemos visto, 5,000 pesos i el hermano le-
jítimo 7,500 pesos. Aquel no podria pretender dividir con el último la
diferencia con que éste es favorecido: no podria decir que habiéndole dado -
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1870. 255
«el art. 990 iguales derechos en la sucesion del difunto, deberian tocar am-
bos igual cantidad, i que en consecuencia le ceda el hermano 1250 pesos,
con lo que percibiria cada uno 6,250 pesos. Esta pretension seria recha-
zada con ventaja por el hermano lejítimo. Para percibir porcion conyugal
en este caso, ha necesitado el cónyuje renunciar a su derecho de heredero
abintestato; 1 por esta renuncia no han quedado mas herederos que el hijo
natural ¡ el hermano lejítimo. Si el cóuyuje pretende porcion conyugal i
herencia, hai que imputar a la primera lo que le corresponde por la se-
gunda (art. 1176, inc. 2.9); 1 como ambos derechos producen la misma can-
tidad, 5,000 pesos, debe desaparecer precisamente uno de ellos. Si elije
herencia, ya no es pobre, ya posee bienes iguales en valor a lo que le co-
rresponderia por porcion conyugal i desaparece, por consiguiente, este de-
recho. Si elije porcion conyugal, la lei le impone como condicion indis=
pensable que renuncie sus bienes ¡ derechos, o que se entere con estos bie=
nes i derechos dicha porcion, lo que viene a ser lo mismo por lo que hace
a la cuantía. El cóuyuje no tiene, pues, derecho alguno para tomar una
parte de los 7,500 pesos que percibe el hermano ¡ejítimo como heredero;
1 si éste resulta mas favorecido respecto a la cuantía, lo es sin detrimento
del cónyuje, i quedando éste mas favorecido en cuanto a la responsa-
bilidad.
El hijo natural por su parte no tiene que quejarse por esta distribu-
cion; ella es perfectamente ajustada a la lei: la porcion conyugal es una
deduccion del acervo en este caso, i el cónyuje está autorizado espresa=
mente por la lei para pedirla: la lejítima no ha sido en consecuencia da-
ñada. Por irregular que se encuentre este resultado, está fundado en leyes
espresas, que contribuyen a convencer que el lejislador no ha querido
establecer tan grave diferencia entre los derechos del hijo natural, del
cónyuje 1 el hermano lejítimo en la sucesion intestada, i que nuestro siste-
ma dista mui poco de la aplicacion literal del inc. 1.2 del art. 990, con-
servando al mismo tiempo la fuerza de lodas las otras disposiciones le-
gales.
Abolida la lejítima del hijo natural desapareceria la cuestion i toda difi-
eultad; i si no se quisiera adoptar esta reforma, bastaria modificar el inc.
1.2 del art. 990 en los términos que hemos sostenido, i declarar que los de-
rechos que confiere la lei en la sucesion intestada solo tienen lugar en
cuanto no dañen las lejítimas; con lo que se resuelven todas las dificulta-
des que pueda ofrecer la sucesion parte testada 1 parte intestada.
EA,
DEA Uidd SE
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 18,0.
MEMORIAS CIENTÍFICAS.
INJENIEROS.—Elojio de don Estéban Chamvoux; nuestros
estudios profesionales para la carrera de injenieros.—Dis>
curso leido por don Fernando Llona en el acto de su ¿ncor-
poracior a la Faculiíad de ciencias físicas 4 matemáticas
en la sesion del 25 de octubre de 1870.
1559)
E
5
Señores:
Trece años han trascurrido desde que, como alumno de nuestra
Universidad Nacional, me presentaba a esta distinguida corpora=
cion solicitando el diploma de bachiller en ciencias exactas.
Honrosa e inesperada distincion es para mí el tomar al presente
un lugar al lado de tan ilustrados profesores, muchos de los cua-
les me condujeron a la portada de la ciencia, Continuaré siendo el
discípulo de pasados tiempos i escucharé atento las lecciones de
tan profundos maestros.
Cuando se medita desapasionadamente sobre la próspera fortuna
que ha cabido a Chile en medio de sus jemelas de la América lati-
na, estaríase mul distante de acertar con las causas verdaderas
que han infuido en este resultado feliz, si no se recordara en pri-
mera línea, que a nuestras agrestes playas han venido los Bello,
Gorbea, Domeyko, Sazie, Gay, Philippi, Jariez, Pissis, Sada,
Courcelle i tantos otros, que no han sido solamente el feraz terre-
no en que han jerminado los estadistas 1 hombres de luces que ha
tenido i tiene el país, sino que, como el alerce secular de los bos-
ques del sur da no solo grandeza a la montaña, permitiendo a
mas que tiernas i débiles enredaderas se apoyen en él, así estos
padres del saber en Chile han esparcido con gran discernimiento
i¡ fecunda prodigalidad su injente caudal de provechosas luces.
Si no hubiera sido tan fugaz entre nosotros la permanencia de
don Estéban Chamvoux, a quien vengo a reemplazar, el trascurso
del tiempo podria haberlo indicado como un importante ausiliar
de tan esclarecidos campeones.
Hace ya dos años que Chamvoux no existe. Siento en gran ma-
nera presentaros tan tarde el tributo que yo debia pagar a su me-
258 MEMORIAS CIENTÍFICAS,
moria. Debo recordar a unos i comunicar a otros quién era Chan-
vOUxX,
Don Estéban Nicolas Chamvoux, condecorado con la medalla
de Crimea i caballero de la Lejion de Honor, nació en Sauvoy,
departamento de Meux, en Francia, en julio de 1828. *
Alumno de la Escuela Politécnica, pasó de subteniente a la de
aplicacion de Metz el 1.? de octubre de 51. Subteniente en 2.” gra-
do en 53 1de 1.” en 54, ascendió a capitan de 2.* clase en abril
de 56.
Militar francés, en esa época tuvo que sostener el pabellon glo-
rioso de la Francia desplegado frente a los muros de Sebastopol
para detener las siniestras miras del Ozar moscovita. La guerra de
Crimea engrandeció a la Francia ante el mundo 1 especialmente
ante su aliada poderosa,
Chanvoux, empleado sucesivamente en Constantinopla, en las
líneas de Kansiesch, en el campo de Echarnaia i en Moulin, tuvo
la gloria de marchar frente a su compañía hasta romper cuatro
trincheras rusas.
Los padeclmientos de la ríjida campaña de Crimea lo postraron
enfermo en los hospitales franceses de Constantinopla. Obtuvo su
alta de convalescencia en setiemb:e de 55 para volver a inmcorpo-
tarse a su division frente a los muros fortificados de sus enemigos.
En julio de 56 pisaba gloriosamente en Marsella el suelo de su
patria. Incorporóse al rejimiento de injenieros de Metz 1 formó
parte del estado mayor de la escuela de aplicacion.
Por decision del imperio, a solicitud de nuestro gobierno, salió
para Chile en noviembre de 57.
Venia de instructor del ejército, 1 tocóle en suerte desempeñar
algunas cátedras de nuestra Universidad.
Hasta la época en que Chamvoux fué nombrado profesor de
mecánica los alumnos habian seguido estrictamente el texto de
Jariez.
Chamvoux no desempeñó su clase sujetándose solamente a los
estudios que habia hecho: trabajó por arreglar un curso que los
alumnos pudieran entender con el ausilio de Jariez; pero modifi-
cándolo para ponerlo al nivel de los modernos inventos en la parte
en que asta obra era ya algo anticuada. La notablo elegancia 1
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1870. 209
precision de sus dibujos facilitaban el aprendizaje a sus alumnos.
Contrájose ron especialidad a la enseñanza del dibujo topográfi-
co ide máquinas en nuestra seccion úniversitaria. Fué nombrado
miembro de esta facultad.
Volvió a Francia en marzo de 63. Haciendo siempre parte Jel
estado mayor, estuvo en Cherburgo, en Chalons, 1 en Marsella se
embarcó en setiembre de 67 para Cochinchina, donde fué encar-
gado de algunos trabajos de reconocimientos de mucha importan-
cia. La pericia de Chamvoux para desempeñar este cometido, va-
lióle el 1. de julio de 68 un elojio especial del ministro de la
guerra.
Su brillante carrera debia detenerse a la sombra de sus bande-
ras 1 lejos del patrio suelo: falleció en Cochinchina el 31 de agos-
to de 68.
Alumno distinguido, militar valiente, profesor entusiasta 1
hombre afable: tal era Chamvoux.
Quiero ahora, señores, prestar mi débil cooperacion a un asiduo
trabajo que ha preocupado con ¡justicia a esta Facultad. ¿Cuáles
son las causas que hacen disminuir rápidamente el número de es-
tudiantes que se dedican a las ciencias exactas 1 medios de preca-
ver tan grave mal?
Un filósofo contemporáneo ha dicho “que la prosperidad de una
nacion, consiste en sacar de su suelo, de sus elementos, del jenio
de sus habitantes la mayor suma de bienes posible.” 1 Laplace,
manifestando la importancia de las: ciencias exactas, termina -
así: “Conservemos con cuidado, aumentemos el depósito de estos
altos conocimientos, las delicias de los seres pensadores. Ellas han
prestado importantes servicios a la agricultura, a la navegacion,
a la jeografía, a la industria 1 han acrescentado la prosperidad.”
No es mi ánimo lanzarme a una teórica disertacion sobre loS
eopiosos frutos que produce el estudio de las ciencias, ni tampoco
sostener para Chile en la actualidad, que ese aprendizaje debe ha-
cerse esclusivamente en bien de la ciencia. Pequeños aun, debemos
tratar de crecer prosperando; 1 si la prosperidad, como se ha defi-
nido, consiste en sacar del suelo, de sus elementos, del jenio de sus
260 MEMORIAS CINNTÍFICAS.
habitantes la suma mayor de bienes posible, nadie podrá dudar
que los estudios que corren a cargo de esta Facultad son jérme-=
nes fecundos para obtenerla.
Entre los signos que evidentemente caracterizan la época que
atravesamos está el absoluto imperio del positivismo, que hace
olvidar las dialécticas 1 sutiles disertaciones de los filósofos 1 las
elucubraciones de los sabios, cuando no se encaminan con rapidez
1 fácilmente a traducirse en hechos significativos, como el de la
apertura del istmo de Suez, el gran ferrocarril que une reciente”
mente el Pacifico con el Atlántico, el telégrafo que hace instantá-
nea la comunicacion entre el nuevo i viejo mundo, ola futura
apertura del itsmo de Panamá.
S1 de estos hechos colosales nos trasportamos a una escala infi-
nitamente pequeña, para fijar la pauta que plenso seguir en las
observaciones para cuyo relato reclamo vuestra paciencia, no de-
beriais pretender de mí, ni profundas teorías que no sabria des-
arrollar, ni prolongadas digresiones que por lo comun esterilizan
las materias. Voia sentar hechos, 1 abrigo la esperanza de no
desviarme del sendero práctico.
Poco mas de dos años hace que del seno de esta Facultad fué
nombrada una comision “para estudiar i proponer los medios de
fomentar los estudios de matemáticas que conducen a las profe-
siones de injenieros.”
La ilustrada comision llenó su cometido con estas dos conclu-
siones: 1.* “organizar de una manera conveniente i completa los
cursos de estudios que conducen a cada una de las tres profesio-
nes de injenieros establecidas;” 2.* “arbitrar medios que induzcan
a abrazar las carreras de que se trata.”
Siendo este informe del dominio de la Facultad, seria inútil re-
petir las sólidas razones que tuvo en vista la comision para con-
densar en estas dos fórmulas el resultado de sus investigaciones.
Para crear espectativas a los alumnos i dar ocupacion a los imje-
nicros, propone entre otros medios: la creacion en el cuerpo de
injenieros civiles de diez plazas de aspirantes para injenieros civi-
les del Estado: enviar periódicamente a Europa, por cuenta de la
nacion, jóvenes que fueran a completar sus carreras, para después
servir de profesores entre nosotros; finalmente, la comision mira
A
AS
E
ii da a A E
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 261
como estímulos eficaces los nombramientos que recayeren en inje=
nieros para las oficinas de estadísticas, para los ferrocarriles del
Estado, para los telégrafos, para la casa de Moneda, etc.
Si se aceptaran sin reservas, como únicos medios de existencia
para las profesiones de injenieros, los sistemas que propone la co-
mision, dichas carreras no tendrian razon de ser: desempeñarian
el rol de míseros parásitos, serian pupilos que vivirian a espensas
de las mensualidades del tutor, que era el gobierno. Su nacimien-
to, su multiplicacion, harian aumentar las ya coplosas fuentes que
se desbordan sobre el hábito pernicioso de la empleomanía; a.cuya
fatal costumbre se podrian atribuir, no sin sobradas razones, la
carencia de espontaneidad en las ideas de nuestra raza, la inercia
en la accion individual i la desmesurada ambicion por alcanzar los
puestos públicos, causa de las continuas conmociones 1 de la lenti-
tud del progreso entre ellas.
Nó, la ilustrada comision ha estado mui distante de pensar que
el injeniero, con su caudal de conocimientos, no tuviera un capital
real para reproducirlo por medio del trabajo libre: ha ideado, en
bien comun de la retribucion del injeniero con el provecho del tra-
bajo prestado, incentivos halagadores por la costumbre. Estos me-
dios mo pueden llamarse protectores, porque de su uso, aunque
sea el Estado quien intervenga, se desprende una verdadera rebri-
bucion de servicios.
" Pronto tendré ocasion de agregar a la nomenclatura de la comi-
sion algun otro signo que tambien proporcionaria un verdadero
cambio provechoso.
Sin embargo, puede sentarse como una verdad indiscutible: que
la distancia que se nota en la juventad para dedicarse a los jestu=
dios que conducen a las profesiones de injeniero, .emana de la
triste suerte, mirada bajo el punto de vista económico para el.1m-
dividuo, que ha cabido a muchos que han obtenido .esos títulos:
¿Podria deducirse de esto que hai falta de espectativa?
Espero que el resultado jeneral ¿de todas las observaciones qus
ro permitiré manifestar probará lo contrario.
No debe inquirirse, a mi juicio, como causales de la penosa
suerte que ha cabido a nuestros injenieros, ni lo incompleto.de
nuestros estudios, ni la falta de reglamentacion, ni la carencia de
medidas protectoras; debe buscarse el mal en nuestras :costum-
A. DE LA U. yd
262 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
bres, en la inveterada propension, emanada de la teoría tan perju-
dicial como aceptada, de que el individuo profesional viva espe-
rando la sola proteccion del Estado, i el solo trabajo que la socie-
dad le encomiende.
El injeniero debe obrar por sí; trabajar con el capital de sus co-
nocimientos; vulgarizar ideas útiles para que su aceptacion pro-
duzca ocupaciones; lanzarse a la industria; rejentar, creándolas,
sociedades de empresas anexas a sus estudios. Tengo té en que con
semejante procedimiento cambiaria por completo la triste suerte
de nuestros injenieros. ““Analícese bien, dice un notable economis-
ta, la posicion de los talentos arrinconados, ise verá que casi
siempre ahí está todo el secreto de su situacion precaria en medio
de los demás hombres.”
Se ha pretendido frecuentemente que no se pueden obtener
conocimientos industriales, prácticos, sino viajando, yendo a Eu-
ropa; que debemos mandar alumnos a estudiar para que vuelvan
a su patria a poner en práctica sus conocimientos. Hasta se llega
a insinuar que solo esos que así han adquirido luces, pueden sa-
ber, pueden obrar.
No desechamos semejante manera de considerar la materia; pero
estamos mui lejos de creerla como la única posible, de mirar en este
sistema la sola solucion del problema. Por mucho que se abata
nuestro estado de enseñanza, por insignificantes que se supongan
los conocimientos que se adquieren, siempre serán éstos de feliz
aplicacion en un pueblo vírjen como el nuestro, lleno de numero-
sas necesidades. ¿Se toma en cuenta que obrando como se acon-
seja, el número de los predestinados seria mui reducido 1 los pro-
gresos lentos?
¿Ha sido necesario, indispensable, mandar alumnos a Europa,
para aprender las matemáticas, para conocer la química hasta el
análisis, para abarcar la mineralojia, para obrar en la metalurjia
práctica? Nó: para esparcir caudal tan copioso de conocimientos,
para esparcirlo con profusion, jenerosamente, sin egoismo, sin dis-
tinciones, bastó solo con el trasplante feliz de aquel suelo al nues-
tro de dos árboles jigantescos. A mas, no puede admitirse como
una verdad demostrada, que nuestros injenieros carecen por com-
pleto de conocimientos de aplicacion. La metalurjia es una cien-
cia de aplicacion por excelencia, i Chile poco o nada tiene que
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 263
envidiar a las antiguas naciones, en el beneficio del cobre i de la
plata.
Siempre que se lleva a la discusion pública lo que atañe al in-
jeniero nacional, en sus estudios prácticos, en la aplicacion, se re-
cuerda que el país necesita de ferrocarriles, 1 se mira como mui le-
jano el dia en que nuestros injenieros pudieran trazar una línea
férrea; se cree esto solo del resorte del estranjero. Para que esta
teoría haya logrado arraigarse por costumbre despues de desarro-
Marse por moda, han coexistido muchas causas, cuya enumeracion
nos haria salir del cuadro preciso que nos hemos trazado al bosque-
jarla someramente. Empero, se nos permitirá decir que en la ac-
tualidad i por injenieros nacionales, no debemos esperar, no es po-
sible suponerlo, se trazara una línea de ferrocarril con mas difi-
cultades innecesarias, con menos ventajas provechosas, que la gran
línea que une los dos grandes pueblos de la República. Recordare-
mos sí que injenieros nacionales, simples estudiantes de matemá-
ticas, que carecian de conocimientos eg geiales, contribuyeron en
El Mercurio, para que tamaño desatados “o se efectuara, para
que un mal tan irreparable i de tan proyapgodas consecuencias, no
hubiera tenido a su favor la sancion del hecho consumado.
Hai, por lo jeneral, exajeracion para ensalzar los fecundos re-
sultados que siempre produce el estudio científico seguido fuera
de Chile, i tambien para deprimir hasta los mas estrechos límites
los conocimientos que pueden adquirirse en el país. ¿Qué nos dice
la esperiencia a este respecto? ¿Se nota falta de ciencia, escasez
de consejos útiles, carencia de espíritu práctico, en Paulino del
Barrio, injeniero chileno sin haber salido jamás de Chile, cuando
estudia las capas carboníferas de Lota i Coronel, dando cuenta de
la esplotacion que se practica e indicando los medios de mejorarla
con economía?
En, el campo práctico de nuestras profesiones encuéntranse cons-
tantemente estranjeros 1 chilenos, i entre estos últimos los hai que
han permanecido desarrollando su: intelijencia sin salir de nuestra
estrecha faja i otros que han surcado el Atlántico para visitar el
viejo mundo. ¿Existe disparidad tan notable?
Si no me encontrara ligado por la compañía del estudio i los
vinculos de la amistad, podria citar nombres, que por cierto no
pasan desapercibidos, de injenieros de minas, tan competentes en
26% MEMORIAS CIENTIFICAS.
la mietalurjia, tán ¿prácticos, tan al cabo de nuestras necesidades i
“conveniencias, que pudieran honrar a Chile en el estranjero con su
ilustracion; i no 'ha faltado, asimismo, quien en las artes, len la
'construccion en grande “de las máquinas, les haya dejado de im-
primir un gran desarrollo 'éntre nosotros.
Lo que necesitamos, nó es imperiosamente mandar alumnos a
estudiar al estranjero; necesitamos completar, mejorar siempre,
con continuidad, nuestro sistema «dle aprendizaje científico. Nos
podrán faltar solamente idóneos profesores. ¿Cómo obtenerlos?
Con gran pesar disentimos a este respecto de opiniones respeta-
bles. Sé ha dicho “que es indispensable mandar jóvenes por cuen-
ta del Estádo a estudiar a Europa, para que vengan a enseñar
todo lo relativo a la práctica de las profesiones de injenieros de
“minas, de injeniero'civil, etc.”
Lo repito, incierto i tardío resultado stministrária medida se-
mejanté aceptada i planteada como la única posible para llenar el
objeto a que se la dedifrácA esta opinion se la califica de econó-
mica: esos alumnosésos qu serán profesores baratos para mañana.
¿L los ensayos efectuama el 'tiempo que trascurre, 1 la duracion
del aprendizaje para formar profesores, i los gastos que éstos oca-
sionan durante su permanencia en Europa, 1 la carencia de solidez
“en sus ideas emanada de la falta de esperiencia propia, nada va-
lén, nada sienifican, sumadas todas, para pagar con usura, con la
'buena dotación, que bien pronto se tendria en exceso remunerada,
a esperimentados maestros, llenos de práctica, saturados de espe-
'riencia?
Habiendo antes seguido el sendero que se aconseja ¿en qué es-
“tado se encontrarian ahora, cuánto no sé habrian retardado en
Chile, los conocimientos de las matemáticas, de la medicina, de la
'química, de la mineralojía, de la metalurjia, de la botánica? Con
alumnos mandados 2 estudiar a Europa para venir a enseñar a
Chile ¿se habria logrado ta presto, tan económicamente, de una
manera tan jeneral, esparcir los conocimientos, que son tan comu-
ñes como útiles, de matemáticas prodigados por el señor Gorbea,
de medicina jeneralizados coh tan buen éxito por el sabio i carita-
tivo señor Bazie, de química, de metalurjia, de mineralojia, etc.,
incrustados jenerosamente por el señor Domeyko, de botánica és-
plicados por el señor Philippi? Nó: sin la venida a Chile de perso=
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 265-
nas del celoi competencia de los señores Gorbea, Sazie, Domeyko,
Philippi i tantos otros ilustrados maestros, la educacion científica
del país, el aprendizaje de lo útil, de lo necesario, yaceria menos
que en la infancia, seria quizás solo del dominio egoista de unos
cuantos que hubieran tenido la fortuna de ser mecidos en su niñez
en doradas cunas.
Justo es que, sobre todas, hagamos una indispensable i honrosa
salvedad. Antes que el señor Philippi, daba lecciones de historia -
natural el señor Bustillos, cuyos conocimientos los habia enrique-
cido mediante una contraccion sin límites i con esfuerzos casi fe-
nomenales: pero esto mismo. influye en pró de nuestra argumenta-
cion. ¿Habria necesitado el señor Bustillos desarrollo de fuerzas
tan considerables, no. hubieran sido inmensamente mayores sus
progresos si, cuando alumno, hubiera podido dirijir sus dotes por.
esclarecidos profesores, como los señores Domeyko, Philippi, etc.?
No alcanzamos a comprender por qué no se podrian buscar con .
discernimiento algunos sólidos maestros que unieran a su compe-
tencia, lealtad, celo, rectitud 1 que, dotados con. seis, con ocho o
con diez mil pesos anuales, fueran en. Santiago no solo profesores, .
sino tambien, el uno, por ejemplo, jefe con.residencia fija del cuer-
po de injenieros civiles; otro, desempeñando un rol idéntico en el :
cúerpo de injenieros de minas; i un gran-maestro científico en agri-
cultura, a cargo de esa. seccion en el” ministerio .correspondiento:
todos, consultores útiles para las grandes medidas administrati-
vas, para suministrar laz, consejos i facilitar.la resolucion de im- -
portantes problemas por realizarse. Ellos se. asimilarian,al. país,
conocerjan sus necesidades. i serian ausiliares que pronto. i. con.
prodigalidad remunerarian el estipendio que- con su permanencia
ocasionaran. “No conviene, dice Quesnay,. escatimar. los gastos
públicos necesarios, ni que-el gobierno atienda,mas a ahorrar que -
a las operaciones conducentes a la prosperidad: del. país, porque -
puede suceder que enormes. gastos dejen de ser exeesivos a.conse-
enencia del aumento de las riquezas.”
En materia de espectativas para los injenieros nacionales, se me -
dirá que es innecesario buscarlas tratándose-de injenieros civiles, '
que no los hai hasta la fecha, 1 que habiéndolos, tienen. un, eviden-
te campo de accionemanado de sus conocimientos prácticos, con,
aplicacion inmediata. Tdénticas observaciones se harán para con,
266 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
los injenieros de minas, cuyos estudios los hacen aptos no tan solo
para la práctica del reconocimiento de -los minerales, para la es-
plotacion de laz minas, para el beneficio en grande, sino que con
ellos tienen abiertas las anchas puertas que conducen a la indus-
tria en jeneral. Para los unos i los otros la solucion es fácil. ¿Acae-
ce lo mismo con los injenieros jeógratfos que han reemplazado a los
antiguos agrimensores, con esa abundante semilla que no encuen.
tra tierra donde jerminar, ni espacio para desarrollarse?
Me concretaré a esta cuestion, advirtiendo de antemano que,
siendo los estudios tan comunes para las diversas carreras de inmje-
nieró 1 los fines tan semejantes, no debe estrañarse si alguna vez
atraviese sus fronteras: en el dominio de los hechos, así como en el
de las ideas, todo se enlaza, todo se encadena, todas las verdades
se unen entre sí.
_Llamóse socorrida a la profesion de agrimensor en un tiempo
no mui distante. Ocupábanse los agrimensores, en esa época, en
tasaciones i mensuras, rara vez en nivelaciones. Estos últimos tra-
bajos eran mal remunerados, con prodigalidad los primeros. La
retribucion del injeniero crecia en razon inversa de la produccion
que suministraba su trabajo: la mensura, trabajo poco productivo,
lograba honorarios abundantes; mientras que los trabajos de nive-
laciones, reproductivos por excelencia, apenas alcanzaban a sumi-
nistrar un mísero estipendio al agrimensor que los ejecutaba. De
esto ha nacido aquel aforismo vulgar de nuestros agrimensores:
““acabáronse las mensuras 1 murió la profebhn.”
Las necesidades de medir propiedades rústicas no están del todo
terminadas; pero han disminuido estraordinariamente. La promul-
gacion de la lei que permitia las exvinculaciones, el establecimien-
to de bancos hipotecarios, la desgraciada crísis comercial del 61,
Jueron causas por las cuales el mayor número de los fundos tuvie-
ron que ser medidos. Esos trabajos sirven ahora para las divisiones
1 subdivisiones, para las nuevas apreciaciones que se ejecutan 1
tengan que ejecutarse sobre el valor del terreno.
¿Qué podemos esperar para los injenieros jeógrafos, para los
antiguos agrimensores, de los trabajos del público, de la sociedad?
Fuera de las operaciones judiciales, ya en informes periciales
mandados evacuar por el ministeric de la lei, o ya en mensuras i
tasaciones, segun la prescripcion del art. 1335 del código civil,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1870. 267
emanadas de juicios por resolver, de testamentarías en que inter-
vengan menores, en que haya algo que tasar, que medir, poco debe
esperarse de las ocupaciones que suministre, a este respecto, la so-
ciedad al injeniero. Talvez me atreveria a indicar que el trabajo
activo, de no mucha precision, el trabajo útil desempeñado en de-
talles, pronto i a bajo precio, cambiaria la inactividad del injenie-
ro. Cuando el público, que bien conoce las ventajas incalculables
que le resultan del aprovechamiento de los conocimientos de hom-
bres especiales para casos tambien especiales, viera en éstos dispo-
siciones francas i servicio activo, para los pequeños trabajos, para
las líneas divisorias del manejo económico de un fundo, para las
mensuras de arrendamientos anuales, para los consejos sobre de-
secaciones, sobre regadío, sobre cambios de acueductos, i se acos-
tumbrara a no observar una supuesta sublimidad en las operacio-
nes del injeniero, un empeño sin causa para llegar a la exactitud
matemática tanto mas en accion cuanto mas se dista de lo prácti-
co, de lo necesario, de lo indispensable, entonces, bajando el ho-
norario, se aumentaria la ocupacion profesional, i el aumento de
trabajo, que reemplazaria a la inercia del presente, produciria un
resultado siempre conforme con las leyes económicas: lucrativo
para el injeniero 1 utilísimo para la sociedad.
10L,
Un profesor brillante de la Facultad, cuya prematura desapari-
cion ha sido tan justamente sentida, don Ignacio Valdivia, daba
grande importancia a la creacion de una oficina debidamente ser-
vida por injenieros, con el objeto de sacar copias de todos los tra-
bajos especiales que practicaran los injenieros en las mensuras de
los fundos. Esa idea, útil entonces cuando me la comunicaba. el
señor Valdivia, es casi necesaria ahora.
Las interesantes cartas topográficas construidas bajo la direc-
cion del sabio señor Pissis, han merecido, segun lo comunica el
señor Philippi, elojios justos de un acreditado periódico jeográfico
de Europa. “No cabe la menor duda, dice, que estos mapas docu-
mentan un adelanto mui notable, basándose en una triángulacion
continuada, con la mensura de cinco bases i muchas determinacio-
nes astronómicas de los lugares. Toda la América del sur no pue-
de presentar trabajo igual.” “Que se comparen todos los mapas
268 MEMORIAS CIENTÍFICAS
existentes, con este nuevo trabajo: ¡qué diferencia se observa en el
curso de los rios, la situacion de los pueblos, etc.! Diferencias tan
notables, un trastorno tan completo, demuestran claramente lo
falso 1 defectuoso que ha sido hasta ahora la cartografía de Chile.
“Debemos asimismo mencionar honrosamente la indicacion de
la altura de numerosos puntos sobre el nivel del mar.”
En efecto, i tomando en cuenta el servicio que se ha hecho a
Chile con estos trabajos, cuantos elojios se prodiguen, no solo a
-aquellos que los han llevado a término, sino a los que concibieron
la iden i salvaron dificultades para plantearla, serán pequeños e
insignificantes comparados con la utilidad producida.
La carta jeneral de Chile puesta al alcance del dominio público,
será un acontecimiento como la aparicion de nuestro código civil,
Empero, así como concluido i sancionado como lei del Estado el
código civil, se ha dispuesto que los tribunales superiores estu-
dien los defectos e indiquen los vacios para correjirlos:i llenarlos,
así tambien debe existir una comision permanente para examinar
nuestras cartas topográficas. 1 para llevar a buen término dicho
estudio, nada podria prestar mas cooperacion que los planos hechos
o por construirse, por nuestros agrimensores, por nuestros inje-
nieros,
La carta topográfica de un país no tiene solo un objeto científi-
co: su grande, su inmensa importancia nace de la utilidad que de
ella pueda obtenerse para la industria en jeneral, para la agricul-
tura, para las vias de comunicaciones, para las divisiones políticas
1 eclesiásticas, 1 por último, para abarcar individual o colectiva-
mente el conjunto, los detalles del suelo que se ocupa, si no con
exactitud matemática, al menos con aquella aproximacion que
baste para dar márjen a ideas útiles i poderlas plantear i des-
arrollarlas.
Ya un ilustrado miembro de esta Facultad, mi amigo don Fran=
'cisco de Paula Perez, abogando por la creacion de un cuerpo de
injenieros de minas, se habia espresado en estos términos: “Las
triangulaciones de primer órden ejecutadas por el señor Pissis:son
wna base preciosa para que cada injeniero de distrito minero apoye
Jos detalles que crea conveniente demarcar en el circuito de su ju-
risdiccion, 1 podrá ballar un exacto ausiliar de sus levantamientos
en las mensuras parciales de Jas haciendas que diariamente se ha=
ANALES DE LA UNIVERSIDAD —NOVIEMBRE DE 1870 269
cen por los agrimensores. Si se obliga a éstos a depositar ima co-
pia de cada operacion que practiquen, referida a puntos determi-
nados, a un sistema de escalas conveniente, se tendria al cabo de
poco tiempo un abundante material para formar el plano jeneral,
exacto 1 detallado. Las líneas de montañas, los cursos de los rios
1 esteros bien fijos, facilitarian las demarcaciones jeolójicas o po-
liticas, etc.”
Esto que en abstracto podia ser útil en todas las naciones para
casos idénticos, el hacer de las partes dispersas un todo armónico,
tiene para Chile en este caso una especial aplicacion: 1.” porque
los trabajos topográficos i jeodésicos ejecutados por nuestros agri-
mensores e injenieros, por lo jeneral, son mui exactos, empleando
instrumentos 1 medios de mucha aproximacion; 2.” porque la ma-
yor parte de los fundos están medidos, conservándose planos de
esas operaciones; 3. por la gran estension que predomina en la
propiedad rústica, lo que permite con poco esfuerzo la orientacion
o referencia de estos detallados trabajos con los grandes planos de
la comision topográfica; i 4.” porque sin poderse exijir contraccion
mayor 1 conocimientos mas vastos de la comision topográfica 1 de
su distinguido jefe, señor Pissis, los planos que hasta la fecha se
han estudiado someramente, no carecen de sensibles vacíos i no
están, segun el exámen de personas competentes, del todo.exentos
«le pequeños errores.
- No hai motivos para desdenar los trabajos especiales de nues-
tros. agrimensores e injemieros. ¿(Juién no conoce el poco o ningun
uso quese ha hecho en Chile para las mensuras de grande o pe-
queña estension, de la brújula, del cartabon o de la plancheta?
¿Quién jgnora que el teodolito de suma aproximacion ha sido ¡es
el instrumento único que se ha puesto en accion en las operaciones
topográficas? ¿Quién no sabe que la medida de Jas bases se prac-
tica con escrupulosidad, con exactitud? ¿Cuán públicos no han sido
los grandes trabajos jeodésicos efectuados por el digno-decano de
esta Facultad? T para no hacer una justa enumeracion de tantas
huenas ¡operaciones como pudieran fácilmente citarse, solo dizé
" que en la práctica de mis profesiones me ha cabido.en suerte tra-
bajar en Ja mensura de algunas propiedades, sulhdivisiones de
otras, medidas antes por el finado agrimensor don Juan de la.Cruz
Sotomayor, 1 he tenido ocasion de admirar repetidas veces la per-
ADELA U. 33.
210 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
feccion i escrupulosidad con que trabajaba ese prolijo i honrado
antiguo agrimensor,
En las provincias de Coquimbo, Aconcagua, Valparaiso, San-
tiago, Colchagua, Curicó i Talca, pocos, nn reducidísimo número
de predios rústicos, serán los únicos de los cuales no se conserven
planos construidos, i encuéntranse no pocas veces con operaciones
repetidas.
Por otra parte, la mucha estension que predomina en la propie-
dad rústica hace que semejantes trabajos no sean despreciables:
hai fundos que abarcan una parte mui grande de un no pequeño
departamento. ,
En esos planos, las líneas de montañas, el circuito de los valles,
el nacimiento de los esteros, el curso de los rios, la fijaciou de las
vias públicas, todo aparece claro i detallado. ¿Seria posible exijir
de la comision topográfica esas minuciosidades, detalles tantos?
Humboldt en su Cosmos trazó el programa que debiera servir a
los venideros para estudiar los grandes fenómenos de la naturaleza,
i en el dia millares de seres privilejiados prestan su continjente de
luces para contestar esas interrogaciones i resolver esos pro-
blemas.
Cuánto no convendria que se estableciera en cada capital de
provincia, asícomo hai un oficial de estadística 1 un escribano con-
servador, una oficina topográfica, si no servida por tres injenieros,
al ménos por dos o uno. Queel gran plano topográfico de la res-
pectiva provincia fuera su campo de accion. Ahí, tomando copia de
los planos existentes, nó con medidas coercitivas innecesarias, po-
niéndole un timbre obligado a las operaciones que se ejecutaran;
orientando, reduciendo a escalas convenientes, consultando a las
personas conocedoras, recorriendo el terreno, llenando vacíos, Co=
rrijiendo defectos; luego, mui presto, el gran plano estaria lleno de
mérito, cubiérto de riquezas.
Esa oficina podria hacer planos departamentales, de subdelega-
ciones, en escalas mas estensas: en ellos tendrian cabida detalles.
necesarios i provechosos, que a los grandes planos solo prestarian:
desórden 1 confusion.
Con semejante medida habria, por consiguiente, un maniantal de
trabajo para el injeniero, utilísimo para el país. ;
—
Ea
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 9
TIT.
Silos trabajos de planimetría pueden no ser de todo punto infe-
eundos para los injenieros, estarán casi siempre sujetos al mayor o
menor desenvolvimiento que el estado o la sociedad quiera impri-
mirles.
Los resultados que producen los estudios sobre nivelacion, en el
sentido jeneral de conocer el aspecto del terreno, tienen para el in-
jeniero halagadoras espectativas: vasta estension, libertad para la
iniciativa, certeza en el resultado: grande utilidad, como resultan-
te de la aplicacion del capital de los conocimientos a los trabajos
de nivelacion.
Hasta el presente, salvo raras 1 honrosas eseepciones, hanse ocu-
pado los injenieros en estos trabajos cuando la fácil practicabilidad
de la obra ha dado su iniciativa al dueño de la propiedad que con
ellos favorecíase directamente. Este sistema tiene, entre otros gra-
ves inconvenientes, el mut notable de la lentitud en la marcha pro-
gresiva de la produccion: la iniciativa se facilita con el arte, 1 el
arte en las materias, lo constituye su aprendizaje. La mision del in-
jeniero no está limitada, por consiguiente, a la realizacion de pro-
yectos concebidos por ajenos esfuerzos, debe encaminarse a crear-
los: el beneficiado remuneraria al injeniero, no solo el trabajo de
la ejecucion, sino tambien el valor del invento, de la iniciativa. La
retribucion del servicio está en razon directa de la necesidad satis-
fecha: la cuestion se reduce a medir la intensidad de las necesida-
des que pueden satisfacerse.
Entremos ahora en el dominio de la aplicacion: la aplicacion
además de servir para dilucidar la doctrina, es el verdadero fruto
del árbol de la ciencia.
Para obtener este resultado, preciso se hace sentar ciertos hechos
1 practicar sobre ellos algunas consideraciones.
Chile, por su naturaleza, será siempre un país esencialmente
agrícola. La agricultura en Chile marcha i marcha adelante. Ha
tenido hasta ahora tres grandes épocas que, aunque simultáneas,
puede decirse, han proporcionado fuerzas diversas aplicadas en un
mismo sentido: 1.* el desarrollo del cultivo del trigo emanado de
los mercados de California 1 Australia; 2.* la espansion de ese cul-
tivo, fruto de la facilidad del acarreo suministrada por los efrroca-
2 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
rriles; 1 3.* mejora de cultivo ocasionada por la jeneralizacion de los
buenos instrumentos de labranza. ln medio de estas grandes cau-
sas aceleratrices, hemos tenido tambien causas retardatrices, entre
las cuales podemos colocar, como las principales, el abandono para
conseguir el aumento de la ganadería i la esterilidad de las praderas
naturales, ocasionada por la destruccion ilimitada de los montes.
No se ha aplicado aun una gran fuerza aceleratriz: los abonos.
Casi podria decirse que poseer instrumentos de labranza, sin fa-
bricar abonos, sin el uso de las sustancias térreas necesarias para
la combinacion provechosa, sin el empleo de los estiércoles, sin co-
nocer las reacciones que se operan en la vejetacion, es como tener
Crisoles, matraces, aparatos, en un laboratorio, sin poseer reacti-
vos ni saberlos preparar, 1 desconocer las combinaciones 1 leyes
químicas en que se basan las manipulaciones 1 los análisis. “La
aplicacion de la cal cáustica al suelo, dice D*Orbigny, ha produci-
do a los ingleses una fecundidad asombrosa: las grandes mejoras
que han obtenido en el cultivo de los cereales no permiten dudar
de su eficacia. La accion es tanto mas poderosa cuanto mas exen-
tos de cal estén los suelos, o en los casos que haya un desarrollo,
excedido de ácido carbónico, como en los terrenos turbosos.”
¡Cuántos terrenos se encuentran en Chile, particularmente em
algunas estensas masetas de la costa, formados solo de los detrítus
de 10%as dioríticas, sin escasear en ellos las sustancias amoniacales,.
frutos del pastoreo, i que yacen esperando los abonos térreos para
dar benéficos resultados en el cultivo de las gramíneas!
- Hemos pensado siempre que la química, si hasta el presente ha
sido la base de la metalurjia, no tardará el dia en que sea la fuen-
te indispensable de la agricultura. Aunque ajena a la materia que-
nos Ocupa, creemos que nuestros estudiantes, nuestros injenieros,
están llamados a propagar estas ideas 1 a utilizarlas como trabajos.
especulativos para su bienestar.
“El agricultor no se hallará jamás falto de abonos térreos que
la naturaleza prodiga, ni de ácido carbónico, que los volcanes, los
animales 1 los hombres espelen sin cesar de sí. Las pérdidas que
parece esperimentar en el amoniaco no son reales; sin embargo,
considerando el. agricultor sobre un punto particular de la superfi-
cie del globo, podrá esperimentar falta de amoniaco si no, tiene cul-
dado de fijarlo.
ANALES DE LA VNIVERSIDAD.—NOV¡EMBRE DE 1870. iS
“Examinemos rápidamente por qué medios puede evitarse esta
pérdida local de amoniaco: 1.* por la importacion de los ganados,
2.” por la importacion de los cereales, 3.” por la importaciow de las
sustancias azoadas 1 4.” por el cultivo de las praderas artificiales.
Examinando con un poco de reflexion, se advierte que estas cua-
bro cuestiones se resumen en una i que la importacion de los ga-
nados, de los cereales ide los abonos amoniacales, no será sino
un paliativo temporal que se renovará en cada estacion: ésta es
una herida que se entretiene sin curarla.
“Los principios provienen de que el verdadero remedio consiste
en mantener en una relacion conveniente a la cultura de la prade-
ra, que fija el azoe, que toma el herbívoro i trastorma en carné 4
en estiércoles, 1 la cultura de la tierra de labor, en que esté es-
tiércol se cambia en cereales para las necesidades del hombre. Por
consecuencia, el remedio se encuentra en esta relacion que conviene
observar entre la pradera i la tierra destinada a cereales.
“Para alimentar al hombre, se necesita carne 1 trigo, para ha-
cer el trigo es necesario estiércol, i para hacer carne se necesitan
las praderas.
“Una poblacion humana solo tiene dos medios de desenvolverse,
sin esponerse a graves sufrimientos por falta de sustancias alimen_
ticias; uno de estos medios que con tanto acierto se ha resuelto en
Flandes, consiste en recoleccionar con un cuidado incesante todos
los estiércoles que se producen en la poblacion, para las necesidades
del suelo; el otro consiste en desarrollar i mantener en proporción
conveniente la cultura de las praderas.
““El primer sistema producirá menos carnés; péto al menos su-
ministrará trigo.
“El segundo, que es el mas perfesto, dará a la vez trigo i carne,
en relacion a nuestras necesidades.
“El lejislador deberia, pues, producir todos sus esfuerzos para
obtener los canales de riego en los países agrícolas.
“Estos canales permitirán el aumento de las tiérras consagradas
a la cultura de las praderas artificiales pará pasto de los ganados;
por consecuencia, los hijuelos crecerán, i pór el aumento de los es-
tiércoles que resulten de ellos, recojerá el agricultor cón menos
trabajo, mucho mas trigo, aun cuando haya disminuido la cantidad
de tierra consagrada a la labor,
271 MEMORIAS CIENTÍFICAS]
“Asi, si el agricultor tiene a su disposicion agua por medio de
canales bien practicados, producirá mayor cantidad de forraje, au-
mentará el número de sus ganados 1 espenderá en el comercio mu-
cha mayor cantidad de trigo i de carnes.
“Los mismos canales que le habrán suministrado el agua, le fa-
cilitarán motores económicos.
“Los profundos estudios que se han practicado sobre la natura-
leza de los forrajes i la del trigo, i sobre la composicion de las car=
nes, han probado la verdad de este sistema, que todos los amantes
de la agricultura quisieran ver desarrollado en todo su poder.
“Mucho tiempo hace que la Inglaterra le pone en práctica. A la
multitud de canales que surcan aquellas comarcas i a la gran can-
tidad de pastos que posee, debe esta potencia la abundancia i her-
mosura de sus ganados, tambien la fecundidad de sús tierras cul-
tivadas para trigo, que en igualdad de superficie producen el doble
de este grano de lo que se obtiene en Francia i aquellas naciones
en que se halla atrasada la agricultura.
“Si los gobiernos, si la sociedad, iluminados por este interés
que puede considerarse como el mayor del país, se deciden a fe-
cundizar el suelo por la creacion de numerosos canales, será de
todo punto inútil el reclamar, como en muchas naciones se ven
precisados muchas veces, la introduccion de ganados estranjeros,
medida funesta de todo punto, porque priva a la vez al agricultor
del beneficio que hubiera reportado con su crianza i los estiércoles
que hubieran resultado de ella, i que reclama con tanta enerjía la
tierra de labor.
“El animal es un aparato de combustion; la planta es un apa-
rato de reduccion.
“Proporcionando al agricultor agua para regar sus praderas, po-
dria dar con economía todo lo que reclaman las necesidades de las
naciones.” ().)
El agricultor, regando, desecando i roturando terrenos, crea va-
lores estables i proporciona al capital una reproducción sorpren-
dente. “Ya no se ven, dice Grarnier, ni reliquias de la brillante
existencia de várias ciudades, antiguamente ricas por su gran co-
mercio 1 lujo, al paso que la Lombardía, la Flandes, apesar de las
E PO ; E
(1) Dumas: Quimica «plicada a las artes,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 215
largas guerras de que tantas veces han sido teatro, figuran todavía
entre los países mejor cultivados i mas populosos de Europa.”
Circunscribiéndonos a Chile, todos los esfuerzos que se dirijan a
aumentar los terrenos de regadío, proporcionando canales para
conducir las aguas, buscando medios de aumentarlas en bien de la
agricultura, distribuyéndolas con equidad, serán esfuerzos simpá-
ticos. ¿Faltará a ellos el interés?
Tocóme en suerte desde los primeros años que ejerci mi profe-
sion, practicarla en obras de este jénero. Conocí varios grandes ca-
nales de regadío, entre los cuales puedo citar los canales de la
sociedad titulada del canal de Maipo. He tasado el costo que
habrán tenido para su ejecucion seis grandes canales de regadío, 1
he calculado la produccion anual que proporcionan, descontando
de ella los gastos ordinarios de reparacion 1 conservacion. El tér-
mino medio de los resultados obtenidos ha sido una renta anual de
un 25 por ciento sobre el capital invertido. Esta renta en muchos
casos excede estraordinariamente al resultado determinado i hal
ocasiones que casi se iguala al capital que la suministra.
He dicho antes que los estudios de esta naturaleza encontrarán
“una acojida simpática, 1 para comprobar esta asercion me bastará
recordar lo mucho que se ha hecho para encontrar un medio cómo-
do i equitativo para dividir las aguas de regadío.
Detengámonos un momento en esta importante cuestion.
La Facultad, siempre interesada en todo aquello que, siendo de
su resorte facilitara los medios de acrecentar la prosperidad del
país, se ha ocupado repetidas veces de dar solucion a una exijencia
pública, a lo que se relaciona con la buena i fácil distribucion de
las aguas de regadío. Materia tan importante atañe solo al inje-
niero, 1 en Chile no ha tenido, ni tendrá entera solucion basándose
esclusivamente en los fecundos principios de la hidrodinámica. Sa.
bido es que los resultados teóricos, para no ser infructuosos 1 po-
derse medir con ventaja sus consecuencias prácticas, exijen la apli-
cion de un coeficiente obtenido, las mas veces, por la esperimenta-
cion directa. Aquí, donde coexisten causas tan variadas, como la
discontinuidad del caudal de agua, sus alteraciones tan momentá-
neas i de tanta magnitud, las diferencias de desnivel, las sustan-
cias en suspension que acarrean las aguas i el gran papel que des-
empeña el regadío en nuestra agricultura, no es fácil, es mui
276 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
«lifícil, satisfacer el público deseo de dar una regla precisa para
dividir con exactitud los derechos de agua que se reconozcan en
un canal.
No es mi ánimo, ni lo creo propio del momento, entrar en el es-
tudio de esta cuestion tan vasta como interesante; pero resuelto a
indicar a nuestros iunjenieros, como a los alumnos de hoi, el ilimi-
tado 1 benéfico campo de sus elucubraciones, creo que no se mira-
rá del todo como una materia ajena el que espongamos somera=
mente cuál es el punto adonde deben converjer las miradas del
injeniero para no hacer, a este respecto, estériles sus trabajos.
Una memoria premiada por esta Facultad ha resuelto lo que se
debe entender por un regador de agua, segun las vagas prescrij-
ciones legales que a este respecto se refieren; 1 tambien ha prop ues-
to un injenioso método para dividir las aguas.
En bien del laconismo i para facilidad de la esposicion, supon=.
dré conocido el contenido de la indicada memoria 1, por consiguien-
te, al cabo de nuestro sistema de marcos actuales.
Lo primero de que trata la memoria indicada i que inoficiosa-
mente ha ocupado la atencion de muchos, es de bien poca impor-
tancia: un regador de agua, una accion a un canal, son en Chile,
por lo jeneral, fórmulas abstractas que a nada conducen i que para
hacerlas valederas es preciso concretarlas, especificando el canal a
que se refieren: una accion, un regador, en el mismo punto, me-
diando idénticas necesidades, vale tanto o cuanto, segun el canal
por que se opte. Los marcos cerrados han desaparecido, porque no
era posible que subsistieran por mas tiempo, produciendo en la
práctica resultados tan pernicioso3; su indispensable desaparicion
ha dado lugar a una medida mas racional, menos en pugna con le
ciencia: a los marcos abiertos proporcionales. Ya no se realizan
contratos de compraventas por regadores de agua, en el sentido
de medida fija, cantidad estable; 1s1 se sostiene ann esta espresion,
es como sinónima de acciones del canal de que se trata: tales fór-
mulas no son comunes divisores para establecer comparaciones je-
nerales, solo son divisores especiales para cada sociedad de canal,
La antigua existencia de un marco cerrado, dando siempre un gasto
constante, implicuba necesarigmente l» vida ilusoria de muchos
otros derechos anulados o sacrificados por la posicion. Éste cons-
tante desconcierto emanado de causas reales, ha hecho que todos
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870, 21.
los accionistas de un canal cualquiera traten de dividirse 1 de re-
conocerse derechos proporcionales, que crecen todos en proporcion
del aumento del caudal de agua, disminuyendo en el mismo senti-
do. Por consiguiente, la verdadera cuestion del momento, es divi-
dir el gasto comun de un acueducto en proporcion a los derechos
«dle sus accionistas o interesados: hacer buenos marcos abiertos.
¿Batisfizo la memoria que hemos citado, tan interesante proble-
ma? Aunque llena de preciosos datos i con un método especial e
injenioso propuesto por el autor, deja un notable vacío: los marcos
divisorios que aconseja son represas disimuladas formadas con com-
puertas movibles que exijen una atencion constante, no disminu-
yendo las causas que ocasionan los abusos siempre perjudiciales.
En la práctica este sistema es poco aceptable. Los marcos diviso-
rios deben, para que sean útiles en las particularidades que se pre-
sentan en Chile, dar gastos reales proporcionales a los derechos
que representen i poderse cuidar por sí mismos, por su misma na-
turaleza. ¿(Quiére dividirse el caudal de agua de un canal en dos
partes iguales? Los marcos abiertos proporcionales, tales como se
practican en Chile, resuelven empíricamente la buena i exacta di-
vision. ¿Se necesita separar del gasto de un canal la tercera, la
quinta, la décima parte de su caudal de agua? Siguiendo el siste-
ma que se practica en el dia, los errores son trascendentales 1 cre-
cen, favoreciendo la mayor cantidad i perjudicando a la menor,
tanto mas cuanto mayor es la desproporcion que medie entre
ellas. ;
Para producir este error influyen, la contracción de la vena flui-
da 1 la disminucion relativa de velocidad que se verifica en el mar-
co saliente (que suponemos el pequeño), cansada por los efectos de
la mayor frotacion, por ser mayor el perímetro mojado.
El efecto de la contraccion de la vena fluida puede disminuirse
hasta hacerse insensible o nulo, disminuyendo el desnivel del canal,
antes, en el marco 1 en pos del marco.
En el sistema chileno, las bases de los marcos son proporciona—
les a los derechos que se dividen, 1 en esto los efectos de la adhe-
rencia se armonizam; pero, siendo las alturas iguales 1 no propor-
cionales a las partes divisibles, sucede que el efecto de la carencia
de propoicionalidad entre los derechos i los perímetros mojados,
produce gastos reales mul diversos a los derechos o acciones.
DIE LAT. 3)
278 -MEMORIAS CIENTÍFICAS.
¿Qué medios prácticos pueden indicarse para evitar estas des-
proporciones? Esta interesante cuestion, que puede ocupar a los
injenieros con buenos resultados especulativos para ellos i benéfi-
cos al país, se resolverá quizás solo con la esperimentacion, con la
formacion de tablas diversas aplicables a los diversos casos que
puedan presentarse, i que teniendo mínimas 1 máximas observa-
ciones, den lugara la formacion de la serie intermedia.
Mientras se formen las espresadas 1 necesarias tablas, que da-
rian para el marco pequeño, o un desnivel mayor que el del gran-
de, o una anchura un tanto excedida de la proporcion de los dere-
chos, nos atrevemos a avanzar como una indicación quizás conve-
niente para disminuir los «errores: que siempre que se quiera
estraer de un canal cualquiera una parte proporcional de su cam-
dal deagua, se haga el marco jeneral sin desnivel, ¿ tanto mas
ancho, de manera que la altura del agua sea tanto menor, cuanta
mayor sea la diferencia entre el numerador 1 denominador del
quebrado que representa la relacion de los derechos que han de
dividirse.
Por importantes que sean los esfuerzos que se ejecuten para ob-
tener un buen sistema que dividiera las aguas, siempre serán ellos
insignificantes si se comparan con los resultados que se obtienen
por el aumento del regadío, con los estudios para hacer nuevos
acueductos que sirvan para trasformar en verdes 1 feraces campi-
ñas los tristes e improductivos eriales. M. Boussingault ha dicho:
“El regadío es, sin duda alguna, el medio mas económico,
mas eficaz, para aumentar la feracidad del suelo de un país, por
los forrajes abundantes que suministra 1 los abonos que son la con-
secuencia de esta produccion. Las plantas concentran en su orga-
nismo los elementos minerales i orgánicos que las aguas contienen
en proporciones tan pequeñas, que se escapan frecuentemente al
análisis mas delicado; i tambien absorben i condensan, modificán-
dolos, los principios aeriformes que en una diez milésima parte se
encuentran en la atmósfera. Es así como los vejetales reunen 1
organizan los elementos que están disueltos en las aguas, disemi-
nados en la tierra 1 en el aire, a fin de facilitar su asimilamiento a
la ganadería.” 1 Mr. Lecouteux se espresa así: “Partiendo de este
hecho incontestable, que las plantas no pueden absorver sino sus-
tancias solubles, se llega lójicamente a esta conclusion: que el me-
Li
A
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1870, 219
dio mejor de poner pronto los abonos a la disposicion de las plan=
tas, es empleándolos en el estado líquido, ayudados por el regadio.”
“Dejar correr al mar una gota de agua sin haberla hecho pasar antes
por las tierras para fertilizarlas, es desperdiciar el abono mas pre-
cioso.” ¿Seria discutible en Chile la conveniencia del regadío? ¿se
aumentaria o nó la produccion con el aprovechamiento del inmenso
caudal de agua que se desperdicia? ¿se notaria un cambio de bien-
estar si la estension de terreno de regadío se duplicase?
Cuestiones son éstas que se resuelven por sí mismas. Baste con-
siderar para el efecto, que Chile no necesitaria de la funesta intro-
duccion de la ganadería para obtener un fácil sustento: se haria
esportador de carnes como ahora lo es de cereales,
Í para llegar a este feliz resultado se necesita solo de los esfuer-
zos bien dirijidos de nuestros injenieros: son ellos los que tienen
que resolver estos problemas, necesarios i fecundos para el país por
sus resultados estraordinarios, i lucrativos en exceso para los que
trabajen por plantearlos i conducir a buen término las operaciones
correspondientes. ¿Cómo proceder?
Hemos dicho que la iniciativa toca al injeniero i no repetiremos
Jos motivos en que esto se funda. La iniciativa del propietario hace
mirar estos proyectos para un pequeño circuito, para sus necesida-
des especiales. La iniciativa del injeniero mira la estension de te-
rreno mayor que pueda aprovecharse, sin cuidarse de las divisiones
de los fundos: crea recursos mas productivos con menos gastos:
hace al capital capaz de dar una renta mas considerable, i abarata
la especie.
Estudiado el proyecto queda la realizacion. Ln esta parte, mas
que en la iniciativa, debe cambiarse el sistema seguido hasta la
fecha. El propietario carece de conocimientos especiales, no puede
darse razon de la practicabilidad de la obra ni de sus ventajas,
cuando la mira incierta 1 distante; tiene aversión a la incertidum-
bre, puede no encontrarse en situacion de disponer de los capitales
necesarios; su predio, de sécano como es, no se utiliza para una
cperacion de crédito, la obra no se realiza. ¿Qué deben hacer nues-
tras injenieros en estos casos? La asociacion es el gran recurso:
asociarse ellos, no proceder individualmente; asociarse para cons-
truir los perfiles, para hacer los presupuestos de gastos, para calcu-
lar el producido probable; 1 hacer todo con rectitud, con concien-
280 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
cia, con entera seguridad del éxito, de la verdad de las operaciones.
Conseguido esto, manifestar la idea 1 formar una sociedad 'capita-
lista en la cual, siempre que se pudiera, los injenieros, no solo de-
berian entrar con el capital de sus conocimientos i de sus trabajos,
sino con algo que representara su crédito: esto inspiraria confianza
a los asociados 1 facilitaria las operaciones. Procediendo así, los in-
jenieros se harian empresarios.
Afortunadamente para nuestro objeto, está tan aceptada la
asociacion, hal tantos 1 tan crecidos capitales, satisfácense con tan
poca renta sus poseedores, está normalmente tan bajo el interés, ;
son tan estraordinarias las producciones que se obtienen con el re-
gadío, 1 por consiguiente, tan subida la renta que proporciona el
capital que a esto se dedica, que todo ello no permite poner en
duda la conveniencia del sistema que aconsejamos.
_Se me dirá: ¿qué valor tienen esas indicaciones, de qué sirven
nuestros conocimientos, qué utilidad nos reportarán nuestros nive-
les, nuestros teodolitos, qué proyectos estudiaremos, para qué for-
mar asociacion de trabajo, asociacion de crédito, cuando no hai
agua que utilizar, cuando nuestros rios tienen sus álveos secos 1 de-
siertas sus riberas?
Contestaremos a esto, i para hacerlo con método, dividiremos a
Chile en tres rejiones que corresponden a la cantidad de agua que
acarrean nuestros rios: 1.* desde el rio Copiapó hasta el Aconca-
gua, 2.* desde el Aconcagua hasta el Lontué, 13.* desde el Lontué
hasta el Valdivia.
Hablaremos solo de los recursos naturales, considerando por
ahora el estado actual de nuestros rios; que después estudiaremos
someramente los medios por los cuales nuestros injenieros, pueden
mejorar el caudal de agua de nuestros rios en bien de la agricul-
tura.
Sila 1.* rejion no presenta campo alguno para los trabajos que
nuestros injenieros pudieran efectuar a este respecto, lo contrario
sucede en la 3.?: ahí, todo está virjen, la estension es considerable»
los rios abundantísimos por su número í caudal de agua: falta solo
la fuerza del trabajo, cuya remuneracion no podria ser dudosa.
¿Qué acontece en la rejion intermedia, en los ricos valles de San-
tiago, Rancagua, Rengo, San Fernando 1 Curicó?
Nuestros rios están esquilmados; por primavera 1 otoño, escasean
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1870. 281
las aguas; no hai lugar para proyectar obras de regadío: el agua,
los derechos adquiridos, no son ya vendibles. Las grandes obras,
los serios trabajos, están ya realizados. El agua, aunque entra en-
tre los bienes naturales, ha pasado justamente a constituir la pro-
piedad de cierto número de personas: esta propiedad se ha obtenido
mediante los esfuerzos desarrollados i los capitales invertidos. Jus-
to es que esos derechos sean respetados: con ello se hace estable
el trabajo i productivos sus resultados: gana la comunidad, como
sucede cuando los terrenos baldíos pasan al dominio de alguien.
listas consideraciones ¿son absolutas respecto a la escasez de agua
que se nota en la 2.” rejion? Nó.
Para comprobar esta negativa nos será permitido entrar en
algunas consideraciones que creemos de importancia.
Quien estudie con mediana atencion bajo el punto de vista
agrícola la jeolojía del valle central de Chile, particularmente
donde su anchura permita observar diferencias 1 obtener resulta -
dos, habrá visto que hai siempre en el valle una línea próxima-
mente equidistante del nacimiento de la cordillera de la costa,
que los separa en dos porciones, una al oriente i otra al poniente,
(le mui notables diferencias para la agricultura. Es una línea
imajinária que tiene al oriente terrenos cuyas necesidades de rega-
dío son imperiosas, i que sufren grandemente con la escasez de
agua cuyo mal es, por lo jeneral, constante. Al poniente, satisfe-
chas con exceso las necesidades del agua para el cultivo 1 los forra-
jes. Podria llamársela línea de la acumulacion de las aguas de la
parte oriente del valle, ya sea por derrames, infiltraciones u otras
complicadas causas jenerales.
Refiriéndonos a Santiago, Colchagua i Curicó, no seria incierta
la fijacion de muchos puntos de la línea de que tratamos. En el
paralelo de Santiago, está 10 quilómetros al poniente. En el de San
Bernardo, 17 quilómetros al poniente. Enel de Rengo, 21 quiló-
metros al poniente. En San Fernando, 12 quilómetros al poniente.
La Curicó, 6 quilómetros al poniente. 1 así sucesivamente.
Uniendo esos puntos, que hemos fijado mediante nuestras ob—
servaciones, i que espero sean estudiados por otros con mas acierto,
se tendria una línea donde las aguas nunca faltan i cuyo estado
actual a este respecto será duradero por largo tiempo.
Dicha línea tiene la particularidad de dividir el valle en dos
2 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
partes, cuyas anchuras son casi siempre proporcionales i que
están entre sí en una razon constante. Separa terrenos con dife-
rencias topográficas, de constitucion i climatolójicas, mui dignas
de llamar la atencion del agrónomo ilustrado.
El valle del oriente tiene un fuerte desnivel. El del poniente
un desnivel mediano, mas benéfico, menos desastroso. Estas mis-
mas diferencias de desnivel producen diferentes constituciones. En
el valle del oriente, todo es arrastrado por las aguas 1 ellas mismas
se escurren sin proporcionar toda su utilidad; el regadío debe ser
mas repetido, 1 de menos duracion el influjo de los abonos ya sean
naturales o artificiales. El valle del poniente exije menos regadío 1
asimila por sí solo 1 necesariamente todos los desperdicios del valle
oriental. El suelo cultivable del valle del oriente lo forman, por lo
jeneral, guijarros, arenas gruesas, o.rocas duras. El terreno arable
del poniente, formado tras el nacimiento de las mesetas de la
cordillera de la costa, donde por largas épocas se habrán estagnado
las masas de agua que bajaran de los Andes, encontrando pocas 1
estrechas salidas para el oeste, cuya detension hacia que deposi-
tara tenues sustancias 1 despojos vejetales, es de cultivo fácil 1
económico.
La produccion del trigo por término medio es de 20 hectólitros
por hectárea; mientras que en la parte oriente no alcanza, como
término medio, a 10 hectólitros por hectál ea.
La climatolojía es diversa: en el poniente es mas fresco el estío 1
mas frio el invierno: las neblinas son mas constantes i tienen ma-
yor duracion; por consiguiente, las sementeras sin sufrir por la falta
de agua son espuestas al polvillo i demás enfermedades que tienen
por causa las variaciones rápidas de temperatura: para forrajes
son útiles en el verano; como mas conveniente en el invierno las
fajas del oriente. En los prados del oeste reinan las plantas acuá-
ticas. Son duraderos los forrajes artificiales en los del oriente.
La faja del poniente podria llamarse la rejion de los cereales 1
en jeneral rejion de cultivo. La del oriente, rejion de los viñedos 1
prados artificiales.
Por fin, podremos decir para nuestro objeto que la faja del po-
niente del valle central se riega por sí misma, que su manantial de
perpetuas nieves está en la topografía i situacion del terreno, Hli-
ANALES DE La UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 283
minaremos dicha faja anunciándole antes una vida mas prolonga-
da, trabajos mas económicos 1 producciones mas numerosas,
¿Quién no ha visto renacer al Mapocho en San Francisco del
Monte, al Maipo al poniente de Lonquen, al Cachapoal mas al
oriente de Peumo, al Tinguiririca en Nancagua, al Teno en.
Rauco?
Aprovechar esas riquezas, hacerlas productivas, trasformar en
fundos regados, en preciosos verjeles, las estensas 1 áridas llanuras
de nuestras costas, tal es la mision encomendada a nuestros inje-
nieros. ¿Serán estas-obras practicables? No creemos necesario enu-
merar los diversos fundos que, ya en Melipilla, Santiago, Ranca-
gua, Caupolican, Vichuquen i en otros departamentos, se encuen-
tran colocados en ventajosas posiciones para ser fácilmente rega-
dos. Hablando sobre esto con un activo injeniero jeógrafo que:
ha emprendido, con gran provecho para el país, estas empresas,
con mi amigo don Javier Larrain i Aldunate, me dijo “que ha-
bía pocos lugares en Chile inadecuados para el desarrollo. de estas
obras.”
Por otra parte, el sistema que indico como conveniente para el
trabajo de nuestros injenieros, se ha iniciado ya, en la provincia
del Ñuble, segun me han informado, mediante los esfuerzos del
ilustrado miembro de esta Facultad, el señor Picarte.
¿Tendrán nuestros injenieros espectativas?
No queremos abandouar la importante cuestion del regadío de
las mesetas de la costa, sin hacer antes una otra indicacion a nues-
tros injenieros. Ellos podrán encontrar muchas veces pequeñas
estensiones de terreno en la ribera de nuestros rios, que ya lentos
en su camino, obligan al injeniero a prolongar demasiado las lí-
neas de los canales de regadío, para hacer llegar las aguas a tan
difíciles parajes. Para esos casos, cuando el rio marche encajonado
1 se pretenda efectuar el riego en pequeña estension, no debe olvi-
darse el ariete hidráulico de Montgolfier.
Con los descubrimientos del gran Montgolfier ha acontecido un
hecho raro. Cuando el público lo victoreaba por el descubrimiento
de los globos aereostáticos, se estrañaba Montgolfier de semejantes
ovaciones, i decia con modestia: “Es solo un instrumento mas; lo.
que importa, i lo difícil, es poder servirse de él.” Interrogado
Montgolfier sobre la utilidad del ariete, contestó: “Lo uso ya en
281 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
una fábrica de papel isu propagacion será rápida.” Por lo menos
asi debiera haber sido.
Hemos insinuado ya una cuestion de alta importancia, cuya re-
solucion atañe al injeniero: los medios de aumentar, o por lo me-
nos, rejimentar el caudal de agua de nuestros rios en bien de la
agricultura.
Para la resolucion de este problema, se prasentan dos sistemas:
1.* valerse de las grandes lagunas naturales que se encuentran en
medio de los Andes, 12.” formar lasunas artificiales, en los gran-
desi adecuados valles que tan comunes son en nuestras cordille-
ras: trabajar grandes presas.
Los dos medios pueden hacerse coexistir; pero anticiparé que,
segun las observaciones que hemos hecho, el 2.* sistema supera es-
traordinariamente al 1.2 ¡La naturaleza es mui pródiga con Chile?
_Pocos son los rios de Chile que no tienen por oríjen una eran
laguna de antigua o moderna formacion. Ese oríjen se deja ver en
los rios de las tres rejiones en que hemos dividido al país: hai la-
gunas en los rios del norte, las hai de grande estension en los rios
del sur i no escasean en la rejion intermedia. Aleunas se aprove-
chan, quizás no con mucho discernimiento, como talvez sucede en
el Huasco, 1 otras están esperando la mano poderosa del obrero
para dar beneficio a nuestros campos.
Últimamente han llamado la atencion pública las lagunas de-
nominadas Negra 1 del Encañado.
A la actividad del señor Echáurren Huidobro, a su espíritu
práctico, se debe que el señor injeniero Sotomayor fuera a estu-
diar las mencionadas lagunas. Aunque los informes del intelijente
injeniero Sotomayor adolecen de vacíos sensibles, emanados de las
dificultades inherentes a una difícil i rápida esploracion; sin em-
bargo, ellos hacen concebir halagadoras esperanzas para aumentar
el caudal de agua del Maipo.
Empero, conviene recordar en esta materia que los tratadistas
al indicar el sendero que deben seguir los injenieros en estas cues-
tiones, las dividen en tres: 1.* cuestion de arte, 2.* cuestion finan-
ciera i3.* cuestion lejislativa. La primera es el estudio, el pro-
yecto, en armonía con los principios de la ciencia. La segunda,
son los capitales i el provecho efectivo que de su empleo se obten=
das
A
dl
ANALES DE LA UNIVERSIDAD—NOVIEMBRE DE 1870. 285
drá. Por fin, la tercera, son las cuestiones legales que se susciten
por la obra,
Las lagunas Vegra 1 Encañado desaguan en el estero del Man-
zamnillo, ya por desbordes, ya por inmensas infiltraciones. El l/an-
zamillo desagua en el rio del Yeso, i este último es uno de los
grandes afluentes del Maipo. El Maipo tiene sus aguas divididas
1a ellas tienen derechos obtenidos los grandes canales con que se
riega mucha parte de Santiago, la Victoria ¡ Rancagua.
El único medio equitativo que divisamos para aprovechar estas
riquezas, es la formacion de una gran sociedad de todos los accio-
nistas de los diversos 1 antiguos canales que se surten del Maipo.
Ellos, en proporcion a sus derechos, podrian formar un capital co-
mun para emprender esas obras, que seria en exceso compensado
en las épocas de primavera i otoño.
El segundo sistema, el de grandes presas en los Andes, tiene fá-
cil i económica aplicacion. Encuéntranse en todos los afluentes de
nuestros rios, valles estensos, de poco desnivel, con estrechas 1 ele-
vadas gargantas, donde seria estremadamente sencillo i de poco
costo construir tranques con sus respectivas llaves de salidas para
rejimentar el caudal de agua de los rios.
La multiplicacion de estas presas en los diversos afluentes per-
mitiria regularizar la cantidad de agua necesaria para el regadío.
Las dificultades aparentes que se presentan para llevar a término
estas obras, quedan eliminadas cuando se examina la constante
existencia de los materiales necesarios en todos los puntos proba-
bles en que pudieran realizarse.
listudiando la manera de hacer estos tranques, nos ha llamado
la atencion un curioso sistema propuesto por el matemático Va-
llejo. Partiendo del hecho de que la metalurjia para beneficiar los
minerales, para fundirlos, para liquidarlos, emplea los hornos, que
son construcciones de albañilería, se pregunta Vallejo ¿por qué en
las siempre difíciles obras que se ejecutan para detener el agua no
se efectúa lo contrario, el uso de la fundicion?
El sistema propuesto por Vallejo es solidificar los tranques, las
obras de defensa para el agua, con las materias metálicas fusibles
puestas al estado líquido o pastoso, en contacto con las rocas na-
turales que var a formar la defensa. “Lo que se presenta mas sen-
cillo, dice Vallejo, cuando el suelo no es bastante firme, es antes
A. DE LA U, 36
286 MEMORIAS CLENTÍFICAS
de empezar a formar la roca artificial, clavar en el fondo un cierto
número de pilotes metálicos o de piedra, a fin de que al echar
luego las materias fundidas, formasen una masa sólida. Después;
en la línea recta, de la estension que se juzgue necesaria, se pon-
drán cajones en el fondo, quedando dentro de estos cajones las:
puntas de las barras, pilotes o piezas que se clavaron en el suelo.
Jistos cajones se deberán llenar de piedras i de barras de materias
fundidas, que sobresalgan siempre algun tanto fuera del cajon,
Se echarán materias fundidas, i quedará hecho todo una masa só-
lida. Sobre este cajon, se colocará otro, análogamente, que con-
tenga las partes de piedra fundida que se quedaron salientes sobre:
el cajon inferior. Se echarán encima materias fundidas, i se conti-
nuará de este modo hasta tener ya la obra fuera del agua por
aquel solo paraje, siguiendo el rio su corriente en lo demás del'
lecho. Estando ya la obra fuera del agua, se pondrán allí el nú-
mero de llaves i de la magnitud conveniente, para el desagúe de
la presa cuando se necesite, etc.” Déjase ver que con el sistema de
Vallejo, estas obras serian de mui poco:espesor, sólidas i econó
micas.
Aquí podríamos recordar los esfuerzos que ya en pasados tiem-
pos, se practicaron para hacer posible la caida a uno de nuestros
rios del norte, de otro que desagua por la Confederacion Arjenti-
na. Quizás mas tarde se estudie, asimismo, el medio de aumentar
el caudal del Maipo, con el Diamante o con su laguna que: lo.
orljina.
Concluiré esta materia con la indicacion de: un proyecto para
formar una gran presa sobre uno de los afluentes del Maipo.
Muchas veces en la ribera del correntoso Maipo, cuando la
alta temperatura del estío calentaba con fuerza la tierra i hacia
derretirse apresuradamente las nieves, produciendo un rico caudal
de agua, que traia en suspension vírjenes rocas; cuando la capa-
cidad de nuestros canales de regadío era insignificante para conte-
ner tanto caudal, hemos meditado sobre los medios de aprovechar,
de detener, de almacenar, tanta fuerza sin trabajo útil en esa
época del año; i pensábamos de cuán alto precio seria esa fuente
de riqueza, valiosa i necesaria en otoño 1 primavera, cuando el
álveo del Maipo está desierto i+los campos reclamando con imperio
el ausilio del regadío.
A li
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 287
A los 337 30 20” de latitud sur, 1 a 30” 20” al este de Santia-
g'o, como a 2,500 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un
punto, donde el lecho del rio Yeso, afluente del Maipo, está for-
mado por una garganta alta i estrecha. Corre el Yeso, en esa
parte, de norte a sur, i ha dejado antes el gran valle de los Piu-
quenes, valle estenso i con lenta inclinacion. Un dique en el punto
indicado haria aprovechar el valle mencionado para una intere-
sante represa, para un alinacen de aguas, que podria llenarse en
el verano, cuando hai exceso en el Maipo, i cuyas aguas veraniegas
tendrian fructuosa aplicacion en otoño. Las aguas de las lluvias de
invierno llenarian nuevamente el depósito, para ser utilizadas en
la primavera. Las barrancas o cajas del Yeso, en esa parte ade-
cuada para formar la presa, son constituidas por un altísimo i
aplomadu cerro al oriente, i por el cerro que forma la cadena
donde está ahora labrada la cuesta de los Lingues, camino del
Portillo para la Confederacion Arjentina, al poniente. La seccion
del lecho i cajas del rio Yeso, en el punto fijado, es: en su base
de 46 metros; a 8 metros de altura sobre la base, tiene 60 metros;
a 12 metros sobre el fondo, tiene 125 metros; por fin, a 30 metros
de altura sobre el fondo o base, tiene 180 metros. De esta altura
para adelante por mucho que se ascienda, la seccion crece mui
lentamente, siguen las cajas aplomadas.
He tomado para mis cálculos solo treinta metros para la altura
de la presa,
Partiendo de esa altura, he practicado varias nivelaciones al N.
1 N. E., 1 de los desniveles del valle de los Piuguenes como de la
estension que se cubriria de agua, resulta: que la presa dicha
proporcionaria una laguna artificial, cuya lonjitud média seria de
2,400 metros, 1 su ancho medio excederia a 900 metros. El prome-
dio de las acotaciones se acercarla a 14 metros. Habria, por con-
siguiente, supuesta llena la laguna artificial que se formase, un
caudal de agua igual a treinta millones doscientos cuarenta mal
metros cúbicos (30.240,000 metros cúbicos). Esto en cuanto al
proyecto.
Un presupuesto aproximado de la obra, para ejecutarla con
toda solidez, con lujo, no pasaria de “treinta mil pesos” (30,000
pesos).
Respecto a la parte legal, aplicaremos a mi proyecto que lla-
288 MEMORIAS CINNTIFICAS.
maré presa del Yeso, lo dicho para las lagunas Vegra1 Encañado.
La empresa que deberia realizar nuestro proyecto, seria la gran
sociedad de todos los que tienen derechos para sacar aguas del
Maipo. Corresponderia a cada accion, lo que llaman cada regador,
poco mas de cinco pesos. Los accionistas formarian un capital su-
ficiente con la cuota de seis pesos por accion.
Pocos frutos se podrian obtener de estos antecedentes si no
fueran seguidos de otros cálculos necesarios.
Al oir hablar de decenas de millones de metros cúbicos, muchos
se imajinan con demasiada impremeditacion que eso constituiria
un gran caudal constante de un rio. Hemos hecho algunos engorro-
sos cálculos, no tanto por manifestar la pequeña importancia que
pudiera tener nuestro proyecto de la presa del Yeso, cuanto por
hacer ver a algunoz, que saben vivir de ensueños, que nó porque
desagúen una laguna, van a obtener un gran rio. ¡Por estensa que
se considere cualquiera laguna de los Andes, no pasará jamás
de ser un punto invisible en medio del grande 1 profundo océano
de perpétuas nieves que coronan sus alturas!
Hace mas de diez años que tomo datos sobre el caudal de agua
que acarrea el Maipo 1 sobre las cantidades que se aprovechan en
la agricultura de la parte oriental del valle, segun nuestra division
que dejamos hecha. Haciendo abstraccion del año 68, que fué
anormal en lluvias 1 caudal de aguas, efectos probablemente pro-
ducidos por los grandes sacudimientos habidos en nuestro conti-
nente, hemos obtenido, como resultados medios 1 aproximativos,
lo siguiente: 1. Cuando el Maipo trae un caudal abundante de
agua, deja para la agricultura del oriente del valle, “mas de seis
millones de metros cúbicos por dia” (6.000,090: metros cúbicos por
dia). 2.” En las épocas de escasez, en setiembre 1 octubre, en pri-
mavera; 1 en abril i mayo, en otoño, por lo jeneral, el caudal del
Maipo no alcanza a seiscientos mil metros cúbicos por dia
(600,000 metros cúbicos por dia).
Nuestra presa del Yeso serviria, por consiguiente, para poner
nuestros canales a la tercera parte de su dotacion durante veinte o
mas dias, en primavera, 1 en otro igual lapso de tiempo en otoño;
o mas claro, pondria a los canales, durante seis o siete dias de cada
una de estas estaciones, con su total dotacion: serviria para dar
un buen riego completo en primavera i otro en otoño, sin dismi-
nuir en nada el caudal normal del Maipo en esas épocas.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DÍ 1870. 289
ve
Réstame, señores, anotar a la lijera otra espectativa que se pre-
senta a nuestros injenieros: la industria.
¿Qué es la industria? Cálculo, mecánica 1 química. En accion,
son operaciones numéricas que se ejecutan, motores que se aplican,
reacciones que se efectuan.
Los estudiantes de las ciencias de aplicacion están llamados a
desempeñar un rol importantísimo en un pueblo jóven como Chile.
Varios de los males sociales pueden remediarse con un poco de tino
práctico, con la observacion de las causas que los producen i la
especificación de los medios de estirparlos.
La necesidad de la planteacion 1 desarrollo de la industria, que
diera compensada retribucion al trabajo del proletario tan mal
remunerado entre nosotros, que ocupara a la mujer que necesita
trabajar para sustentarse, establecida con discernimiento, daria un
triple resultado: aprovecharia al industrial, mejoraria la triste
condicion del proletario 1 seria un foco de moralidad, evitando el
ocio 1la vagancia.
En el dia, cuando los principios científicos 1 su aplicacion a las
necesidades humanas son coetáneos, cuando merced a los inmensos
progresos de las ciencias, los estudios sobre planteacion i resulta-
dos especulativos i sociales de una fábrica científico-industrial,
están sujetos al cálculo exacto 1no abandonados a la ventura del
acaso, aquellos que, como los estudiantes de las ciencias exactas 1
naturales, han adquirido esos conocimientos, tienen un campo
estenso, virjen, feraz, para establecer innumerables industrias:
desconocidas unas, mal planteadas otras, provechosas todas, dando
riqueza a la nacion i trabajo al proletario, ;
Estamos ciertos de que con el establecimiento de diversas fábricas
industriales, basadas en los conocimientos científicos que se ad-
«quieren en nuestra Universidad, se resolverian muchos problemas
de evidente importancia.
El triste 1 grave asunto de la emigracion de un pais lespoblado
como el nuestro, donde ha habido tan decidido empeño por fomen-
tar la inmigracion, es probable que dejara de ser un fenómeno i
que tuviera una fácil i completa solucion con el establecimiento
de fábricas industriales, .
290 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
Uno de los recuerdos mas dulces que se hace en Inglaterra de
una colosal figura desaparecida el último año, es que, siendo lugar-
teniente en Irlanda, su administracion alivió las miserias de aquel
infortunado pueblo, haciendo multiplicar los talleres i fomentar
as fábricas.
Porque debemos confesar, que si bien es cierto que en Chile ha;
grandes riquezas, muchos capitales acumulados, tambien hai mu-
cha pobreza, grandes necesidades que satisfacer. Aquí el pobre es
mui pobre, esencialmente pobre; arrastra su vida con grandes sa-
crificios, con inmensos trabajos, nó para producir satisfacciones, sí
para alimentarse rudamente, con mucha frugalidad. En pequeño,
vemos en Chile, reproducirse lo que sucede en Inglaterra, la na-
cion de las grandes fortunas i del inmenso pauperismo.
Mas tarde, es indudable, el equilibrio vendrá, el líquido se
pondrá a nivel en las ramas comunicadas; pero, por ahora, preciso
es reconocerlo, existe un desacuerdo, un desequilibrio: el capital
hace crecer al capital en razon jeométrica, mientras que la retri-
bucion del trabajo en razon del trabajo no alcanza a seguir la Li
marcha de la razon aritmética.
La industria agrícola en Chile exije un número considerable de
operarios durante las cosechas; i a causa de la estension de la pro-
piedad rústica, de la poca i difícil viabilidad, del sistema de inqui-
linaje, hai una larga época, penosa para el proletario, por carecer
de trabajos. Pensando con interés no seria de todo punto imposible
crear para esos grandes fundos, haciendo coexistir el provecho del
jerente con el trabajo remunerado del inquilino, industrias que por
su naturaleza exijeran muchos operarios. Para los grandes fundos
de sécano, ahí donde se desconoce el cultivo de las hortalizas, seria
de fácil aplicacion cualquiera industria que cumpliera con las con-
diciones que indicamos.
Hablando en jeneral, talvez surjeran con mas probabilidades de
buen éxito en Chile las industrias que exijen una accion colectiva
numerosa, que aquellas que se llaman industrias individuales
Obsta a suponerlo así el carácter del proletario, fácil i acostum-
brado al jornal diario, como distante para la empresa, para la
especulacion; existe en ellos aversion a la incertidumbre. “El sala-
riado es, como ha dicho Bastiat, ese grado intermedio que separa
lo aleatorio de la estabilidad.” Fábricas de curtir establecidas
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1870. 291
en las graudes haciendas, producirian talvez buenos resultados,
Como corolario, se uniria la fabricacion de la buena cola-fuerte,
industria quimica. Como éstos, podríanse poner varios ejemplos
adecuados, ya para los hombres, ya para las mujeres, como asi-
mismo para los niños, después que hayan abandonado la escuela,
En la industria que se basta con el trabajo individual, como la
apicultura, que tan buen éxito está produciendo en Chile, habria
que hacer estudios prolijos sobre lo conveniente i aplicable, aten.
dida nuestra manera de ser, nuestra organizacion, nuestras cos_
tumbres arraigadas, buscando con ahinco lo posible antes de lan.
zarse a lo probable-dudoso.
N os atreveríamos a indicar la conveniencia que habria de esta
blecer sociedades para el fomento de la industria en Chile
sociedades que no especularan por sí, que no escasearan en cono-
cimientos verdaderos de las ciencias de aplicacion, que tuvieran
por objeto propagar la industria, aconsejar, con los conocimientos
adquiridos i la esperiencia acumulada, el buen sendero para ro
caer en lo irrealizable: algo que se asemejara a las miras que tuvi-
mos en vista cuando concebimos la idea de formar sociedades de
Instruccion primaria.
No se nos oculta que para muchos, si no para la jeneralidad, la
medida se calificará de utópica ide perturbadora de la libertad
económica.
A lo primero, contestaremos con el ejemplo de lo que pasó
con nuestra primitiva sociedad de instruccion primaria: los que
habíamos concebido esta idea, poco difundidos en el mundo, no
contábamos mas que con nuestro celo, i dudábamos de los medios
para formar el enlace de una reunion que pudiera presentar a la
vez el influjo de las luces iuna masa suficiente de recursos. Está-
bamos dispuestos a hacer el bieni luego vimos asociados en torno
muestro esfuerzos jenerosos, que convirtieron en un establecimiento
duradero lo que solo hubiera sido el sueño de un corto número de
estudiantes de matemáticas.
A lo segundo, responderemos con la observacion debida a un
filósofo práctico; dice así: “¿Cuáles son las naciones que han tra-
tado de desarrollar el trabajo en ellas? Son las naciones intelijen-
tes i libres. Cuando el estranjero les lleva un producto, despues de
haberse servido de él, han querido imitarlo. Las naciones que no
262 MEMORIAS CIENTÍFICAS.
tienen ese deseo son las naciones indolentes del oriente. Las na-
ciones intelijentes 1 libres tratan de apropiarse los productos que
les lleva el estranjero.”
Aplicando el capital inconmensurable de los conocimientos, en
encontraria frecuentemente bien retribuido, 1 a aquellos que fuerau
de feliz iniciativa 1 que vieran con público provecho coronados sus
esfuerzos, se les podria decir con Grauthey: “Que si en tiempos
menos ilustrados se prodigaron a las hazañas de los guerreros 1 a
las obras de los poetas, aplausos 1 elojios, que no debian ser esclu-
sivos, justo es que en un sielo en que se han sabido analizar las
causas de la felicidad 1 del poder de las naciones, 1 el lugar que
ocupan en los progresos de las artes 1 del comercio, se tributen los
debidos homenajes a hombres cuyos trabajos tienen por objeto
aquellos progresos, aumentar las riquezas de la nacion 1 propor-
cionar a las clases proletarias las comodidades de la vida.”
Señores: vol a concluir, 1 permitidme que en este momento
solemne para mí, os consulte el programa de trabajo que me he
impuesto en las honrosas tareas que os están confiadas, 1 para las
cuales habeis querido hacerme partícipe, mas por un acto de mu-
nificencia que de justicia.
ln las batallas que, para desgracia de la humanidad, dan las
naciones, tienen cabida jenerales 1 soldados. Entre estos últimos
están los centinelas que observan, cuyas observaciones son elimi-
nadas o admitidas, segun la apreciacion que de ellas hagan los
espertos jenerales.
En las mas útiles i menos dolorosas batallas de las ciencias, i
sobre todo, de las ciencias esperimentales, debe haber centinelas
que observen i jenerales que den cuerpo a esas observaciones, que
las reduzcan a leyes, a fórmulas, con las cuales decrecerán los mis=
terios de la naturaleza, prolongándose el radio de lo3 conoci-
mientos provechosos. Vosotros sois, señores, los adiestrados jene-
rales. Yo, el último de vuestros centinelas: observaré.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.=DICIEMBRE DÉ 1870, 293
MEMORIAS LITERARIAS
DERECHO PÚBLICO. Elojio de don Pedro Francisco Lira;
reforma de nuestra Constitucion.—Discurso leido por don Jo-.
sé Nicolas Hurtado en el acto de su incorporacion a la Facul-
tad de leyes i ciencias políticas, en la sesion del 18 de diciem-=
bre de 1870.
Señores!
Habeis tenido a bien dispensarme la honrosa distincion de lla=
maárme a participar en vuestras importantes 1 nobles tareas, eli=
jéndome para ocupar un lugar entre vosotros: os tributo pot ello
el homenaje de mi sincera gratitud i vivo reconocimiento, i acepto
el tau favorable juicio que de mí habeis formado i que vttestros
stúfrajios revelan, como una manifestacion de vuestra alta bertevo=
lencia.
3
Al tener el honor de dirijiros la palabra desde el asiento qtie
meses há ocupaba el señor don Pedro Francisco Lira, es tin deber
grato para mí hacer justicia a su memoria i dat con vosotrog públi
co testimonio de stis merecimientos,
El señor Lira sin duda que no era utio de aquellos varones ex -
traordinarios de altísimas prendas, preclaro injenio, esclarecidos
exi ciencias 1 letris, o profundos políticos; pero sí un ustrado i
digno ciudadano, atiante del progreso de gu patria, ariheloso de
su bien i prosperidad i un jurisconsulto distinemido. Alma' tran-
quila i serena, carácter blando i suave, intelijencia clara 1 tecta,
variada lectura, ameno i fino trato le adornaban,
En sus primeros años sirvió a la instrticcion comio inspector i pro-
fesor del Instituto Nacional; después, a la libertad ia la política
como miembro del congreso constituyente de 1828, merécierndo
el honor de ser nombrado senador por ese mismo congreso; mas
tarde, a los interesen “materiales de la República, promoviendo el
establecimiento de la Quinta Normal, de qué fué largo tiempo
intelijente director, 1 cóopérando a la fundación de la Sociedad de
Agrienltura e introduciendo en el pais árboles 1 plantas útiles, Diz
A, DE LA U, sr
2o4 MEMORIAS LITERARÍAS.
putado al congreso durante cerca de veinte años, su nombre está
asociado a diversos proyectos de leyes de reconocida importancia;
i fiscal de la Tlustrísima corte desde 1849, se dedicó al desempe-
ño de los nobles deberes de su alto empleo, separándose de la po-
lítica i absteniéndose de tomar parte en ella. Los bandos militan-
tes no lo contaron en sus filas en los momentos de lucha 1 accion,
1 su serena imparcialidad 1 sano criterio no se vieron ajitados a
impulso de las pasiones de partido ni de los arranques de amor u
odio de bandería.
Esto no obstante, miraba con profunda simpatía el triunfo de
los principios liberales que habia sustentado. 1 nada tan natural
como que el constituyente del 28, el colaborador de la Constitu-
cion de ese año, mas teórica que práctica, inadecuada para aquella
época, pero la mas liberal que ha rejido a Chile, saludase con 1n-
tenso gozo el pronunciamiento tan jeneral de la opinion que se
ha operado últimamente en favor de la reforma de la Constitucion
de 1833 1 leyes que la desarrollan.
Los autores de la Carta del 28, si no revelaron en su obra la s6-
lida instruccion que solo es fruto de profundos i dilatados estudios
de la política, madurados por sérias meditaciones i perfeccionados
con el exacto conocimiento del estado del pueblo i necesidades de
la situacion del país; si dejándose talvez llevar de la belleza de
los principios i encanto de doctrinas i teorías que, convertidas en
instituciones prácticas, han hecho en otros Estados la pública feli-
cidad i sido poderosa palanca de prosperidad i progreso, no pres-
taron séria atencion a las condiciones de la nacion para que lejis-
laban i no demandaron a la historia sus lecciones i al estudio de-
tenido de la misma nacion los conocimientos necesarios para pe-
netrarse de que no se mudan los hábitos 1 costumbres, ni se
disipan las preocupaciones e ignorancia de los pueblos porque se
cambien sus fundamentales leyes; patentizaron sí, en alto grado,
patrióticas 1 desinteresadas miras, puras intenciones, elevado i no-
ble empeño de ver a Chile desde luego entrar al pleno ejercicio del
gobierno libre, del sistema republicano real 1 sincero, i arreba-
tado entusiasmo i profundo respeto por los-primordiales derechos
de los pueblos, cuyo reconocimiento i desarrollo debe ser el eje
principal de todo gobierno constituido bajo la base de la soberanía
popular.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMRBE DE 1870. 295
Su obra fué efímera, Incuriieron en graves i trascendentales
errores; pero en ella aparece de relieve el ardoroso anhelo de sin-
ceros repúblicos por hacer venturoso al pueblo, dándole una
gran participacion en su propio gobierno. No produjo favorables
resultados: sirvió sí de severa i útil enseñanza para los constitu-
yentes del 33. 7
Aleccionados éstos por esa triste esperiencia, por ese ensayo des-
graciado, al contrario de los del 28, prefirieron restrinjir el ejerci-
cio de los derechos 1 sacrificar en parte los principios a las exijen-
cias del estado del país i de la épocai de la situacion del pueblo
que iban a constituir. 1 atentos a debelar la anarquía, robustecer
los víneulos de union de las provincias, vigorizar i levantar el
prestijio de la autoridad, ahogar el espiritu de revuelta 1 de motin
i alcanzar ante todo, 1 como principal cimiento de la vida de la na-
cion, la paz 1 órden público, dictaron la Constitucion actual, bajo
cuyo imperio, aunque ha habido luctuosos dias de prueba 1 san-
grientas protestas de algunos pueblos, ha llegado la República al
alto grado de prosperidad i progreso en que se encuentra. Merced a
ella, radicados ya sólidamente el órden i la paz, difundida la ins-
truccion, perfeccionada la lejislaeion civil 1 habituado el pueblo al
ejercicio de ciertos derechos i de algunas libertades, se ha colocado
en propicia condicion para emprender, sin zozobras ni aprehensio-
mes 1 teniendo confianza en sí mismo, la ardua tarea de revisar i
modificar sus instituciones en el sentido de ponerlas mas en armo-
nía con su «actual estado, con los principios de la ciencia política,
i de hacer efectivo el gobierno republicano.
Mi honorable predecesor fué, como he dicho, miembro de la cons-
tituyente del 28; i la reforma que debe operarse de la del 33, he
creido que seria asunto mul digno de ocupar vuestra atencion:
que cuando en la prensa, en la tribuna, en el club i en el congreso
se dilucida materia de tan alta 1 vital importancia, propio parece,
¡aun debido, que en el recinto de la Facultad de leyes i ciencias
políticas se haga oir alguna voz, aunque modesta, que tambien la
trate, siquiera sea someramente ya que el acto no permite hacerlo
con el estudio i estension que ella merece. Todavía así vereis en mi
empeño, tal espero, deseo i esfuerzo por corresponder dignamente a
vuestra confianza 1 benevolencia,
O MEMORIAS LITERARIAS.
pr
' Lei natural de la humanidad es buscar con incansable ahúnco i
“aubelar vivamente su felicidad i $u bien. Su progresivo desarrollo,
el integral desenvolvimiento de todas las facultades interiores del
' hombre i en sus relaciones con sus semejañtes, con la naturaleza 1
: con el Ser Supremo, es su destino, i en realizarlo consiste precisa-
' mente su dicha i ventura. Por desgracia, en esta ardua, cómplica-
* dai ruda labor se avanza con lentitud i dificultad; i son tales, tan
variados 1 ¡múltiplos los obstáculos i embarazos que la contrarian,
' tales los escollos ¡ “precipicios que'es necesario evitar, que al con-
“templar la «vida de las «naciones, al recorrer su historia, en que
«cada paso de adelantamiento es el fruto o de civil contienda o de
«crueles pruebas i en que pocas conquistas de la intelijencia i del
* derecho dejan de tener por pedestal dolorosos sacrificios, preciso es
* gonvenir con tin: brillante historiador moderno en que parecen des-
tipadas a progresar padeciendo i a caminar fatigosamente a la ad=-
: quisicion de-la- verdad.
Las instituciones políticas que las organizan ireglan, que deter-
'minan su direccion o gobierno, tienen suma importancia 1 decisiva
«Influencia enla * consecución: de sus destinos. Ellas, ora serán po-
* lerosos ajentes de prosperidad 1 progreso, si basadas en los eternos
¡principios del derecho i de la justicia, se amoldan a sus anteceden-
tes, grado de cultura, hábitos i necesidades 1 persiguen siempre,
“como supremo in su libre desarrollo 1 desenvolvimiento gradual i
“armónico; ora cadenas que Jas aprisionen o trabas que las detengan
“o'embaracen, ya se hayan desatendido los principios o prescindido
«de consultar sus: precedentes 1 estado.
I de aquí que la “conciencia pública, el comun sentido de los
pueblos, mire siempre en las Constituciones la causa de sus bienes
o el oríjen de $us degoracias 1 vincule a ellas sus mas caros 1 eleva-
dos intereses. Pero nada tan relativo como la bondad de las Cartas
fundamentales, que deben sufrir modificaciones 1 cambios en pe-
riodos de tiempo mas o. menos largos. Destinadas a impulsar i se-
guir el movimiento de las naciones ia ser fiel reflejo de sus ade-
lantamientos, necesitan reformarse a medida que aquellas hayan
avanzado en su de Sin esto, las mejores instituciones en una
época deda, polrien le
A
fe
DEIA ás
ANALES-DE, LA UNIVERSIDAD. —DIQJEMBRE: PE 1870. 2917
cionavias 1 pasando a convertirse en rémoras de progreso. Su revi=-
sion imodificacioni la dé las leyes políticas que las desarrollan es).
pues, tan. natural como el. desenvolvimiento de las naciones i es.
este mismo desenvolvimiento el que determina el momento opor-
tuno de esas reformas, las épocas en que sea indispensable operar- -
las si no se.quiere contrariarsu curso. .
“Existe én el corazon humano, dice un notable escritor (1), una
inclinacioninvencible hácia lo recto i lejítimo,. inclinacion que se
revela. contra lá arbitrariedad; 1 por eso, el deseo de una buena: 1 :
sábia Constitucion .puedé: considerarse como. la mejor prenda del
estado de salud intelectual de los pueblos, + no como una.enferme-
dad moral, que es la calificación que dan a este deseo algunos és-
critores-.-.--- Jeneralmente, se kmita esa propension en los pue-
blos a consolidar las nociones ya dominantes de justicia ide derecho, .
a utilizar las instituciones existentes para hacer de. ellas. otras tan-
tas garantías de seguridad jeneral, i por último, a obtener aquellas
libertades que todo hombre sensato tiene por tan necesarias como
deseadas para su patria.”
Sin embargo, rara vez.acontece que la opinion jeneral. llegue a...
ponerse de acuerdo serena 1 tranquilamente en la necesidad de:las:
reformas i en el sentido en que ellas deban operarse. Por mas acti-
va 1 constante que sea la accion de la intelijencia sobre el senti-
miento, de la razon sobre las costumbres. de los; pueblos para mo-
dificarlas i armonizarlas con la justicia 1 el derecho, sustriunfos son
lentos 1.casl siempre incompletos. Estándóose seguro delos bienes,
aunque escasos, producidos por un.estado de cosas, míranse con re-
celosa desconfianza 1 tímido sobresalto innovaciones cuyo alcance
no siempre es fácil prever; 1 entre el temor de perderlo adquivido
o la esperanza de un mejor gobierno, las. opiniones se dividen: mu-
chos dudan o vacilan i acaban por mirar como solucion el aplaza-
miento, 1 otros prefieren. lo existente, naciendo de aquí contradic-
ciones 1 luchas en que muchas veces la fuerza decide el vencedor
impone su voluntad como suprema lei al vencido. -
Afortunadamente, la idea de la. reforma de la Constitución del +
| 33 no es en la actualidad en Chile el patrimonio de un bando. polí-
| tico que anhele operarla en pro de egoistas o personales intereses:
(1) Elias Regnaul£.
298 MEMORIAS LITERARIAS.
no ha nacido de violentos choques i fratricidas contiendas. La pren-
sa 1 la tribuna, la discusion 1 el convecimiento han sido sus armas.
Acuerdo jeneral existe sobre la conveniencia de realizarla 1 sobre
que ella debe tener por objeto acercarnos, en tanto cuanto sea
compatible con nuestro presente estado, al gobierno libre de la na-
cion por la nacion,
- T este unánime concierto de voluntades, tan raro i difícil en los
pueblos, es sin duda una evidente prueba de que Chile tiene con-
fianza en símismo 1 la conviccion de ser llegado el momento de que,
sobre la paz i órden públicos en que ha imperado soberanamente
la autoridad, venga tambien a asentar su imperio la libertad.
La voz de la opinion hízose oir en el congreso de 1867; pero la
reforma que se acordó ha sido juzgada por la jeneralidad como de-
ficiente e incompleta: no ha satisfecho las aspiraciones del país
ni sido parte a calmar sus deseos i lejítimos anhelos a este res-
pecto.
El senado, llamado a iniciarla, parece que se ha sentido poseido
de crueles temores i penosas vacilaciones. Agobiado bajo el peso
de la responsabilidad que asumia al asestar los primeros golpes a
la sólida i compacta fortaleza de la autoridad construida por la
Constitucion del 331 como dominado por un relijioso respeto a esa
Carta, oríjen de positivos bienes para Chile, su mano ha temblado;
i perdida la reposada serenidad que permite tranquila reflexion i
maduro 1 fundado juicio, ha cedido a tímidos recelos i no funda-
as desconfianzas que le han hecho limitar su obra a solo ciertos
puntos mui culminantes, dejando en pié otros que reclaman impe-
riosamente reformas i sin las cuales nose alcanza la sustancial
modificacion en nuestro interior gobierno que se anhela.
La Constitucion actual ha llenado cumplidamente su objeto i
los fines que debieron tener en mira sus autores. Reunidos para
constituir un pueblo nacido apenas a la vida independiente i bajo
un sistema de gobierno para que no estaba preparado: un pueblo
con leyesi costumbres monárquicas, que en sus primeros pasos ha-
bia sentido undírsele el suelo i dado repetidos traspiés; anarqui-
zado, empobrecido por una larga 1 cruel guerra i por discordias Ci-
viles; sin comercio, sin industria, sin crédito; con tan exiguas
entradas como abundantes i premiosas necesidades; con un milita-
rismo preponderante que con motines de cuartel, o perturbaba
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICILMBRE DE 1870. 299%
frecuentemente la incierta 1 momentánea paz, o disponia de la suer-,
te de la República; en que estaba relajado i debilitado el principio
de autoridad i todo era inseguro e inestable, sintiéndose por do
quiera malestar aumentado por Constituciones liberales; creyeron
los convencionales del 33, con tanta razon como justicia, que el
mejor gobierno para tal pueblo i tal estado de cosas, seria aquel
en que de hecho se concentrasen el poder i todas las fuerzas de la
nacion en unas Solas manos, a fin de proceder sin embarazos, sin tra-
bas ni dilaciones a reorganizar el país i aplicar oportuno i eficaz
remedio a los males: dar seguridad al comercio, caminos a la in-
dustria, garantías al crédito e instruccion al pueblo, invertir útil-
mente las exiguas rentas i abrir, en una palabra, las cegadas fuen-
tes del progreso intelectual, moral i material de la nacion. 1 todo
bajo la vijilante accion del ejecutivo, que debia ser garante 1 fiel
guardian de la paz i órden. Pero esa concentracion de poderes i
facultades i semejantes resultados tenian que alcanzarse con el
gobierno republicano, único posible i natural, i sin herir las sus-
ceptibilidades de un pueblo que con abnegado denuedo i grandes
sacrificios acababa de conquistar su independencia i al cual debia
educarse 1 encaminarse precisamente para el réjimen democrático 1
libre. Grave, trascendental i difícil problema que, justicia sea he-
cha a los convencionales del 33, ellos resolvieron con talento e in-
jenioso tino. Su obra, así considerada, fué sábia 1 previsora i en ello
consiste especialmente su mérito.
Gon profunda habilidad i cuidadoso esmero guardaron todas
las apariencias 1 todas las formas del sistema democrático repre-
sentativo. Organizaron en el nombre una verdadera república.
Tributaron respetuoso homenaje a los principios republicanos. Re-
conocieron.casi todos los derechos primordiales de los pueblos, en-
contrándose en el título V, bajo el epígrafe: “Derecho público de
Chile” 1 en el X: “Garantías”, las mas nobles adquisiciones de la
razon ide la justicia ilas seguridades que en los códigos funda-
mentales de los pueblos libres i mejor constituidos.
La Constitucion establece, pues, el gobierno sobre el dogma
de la soberanía de la nacion, i divide el poder público en los tres
ramos de lejislativo, ejecutivo i judicial. El primero es ejercido
por un empleado nombrado por eleccion por solo cinco años, bien
que reelejible por otros cinco, Un consejo de Estado compuesto
300 MEMORIAS LITERARIAS. E
de especialidades en diversos ramos o de personas que han desem=
peñado elevados puestos, asiste a este empleado i lo ilustra, Un
congreso dividido en dos cámaras de eleccion popular ejerce el po-
der lejislativo con cierta participacion del ejecutivo, fiscaliza los
actos de éste, vota las contribuciones, aprueba los presupuestos:
Jueces 1 cortes de justicia sirven el poder judicial. Son estos em-
pleados inamovibles, salvo por sentencia judicial, i vitalicios. Los
poderes aparecen así constituidos separadamente i con cierta inde=
pendencia,
Todos los empleados del órden gubernativo desde el presidente
de la República hasta el último inspector, son responsables de sus
actos. Lo son igualmente los del órden judicial. lin las provincias
i departamentos, hai municipalidades encargadas del bien comu=
nal i cuyo mandato lo reciben directamente del pueblo. El réjimen
que se establece es, pues, democrático 1 republicano i cualquiera
que examine teóricamente la Constitucion del 33 sin tomar en cuen-
talas leyes que la desarrollani el modo cómo se practica, puede sol9
ver en ella una República unitaria, centralizadora, con un ejecu=
tivo fuerte; pero en la cual se espiden libremente todo los otros
poderes con independencia, ¡el pueblo tiene los medios de ejercer
con libertad i garantías sus derechos. En una palabra, un gobier=
no como los que se denominan parlamentarios 1 constitncio=
nales,
T, sin embargo, ¡cuán grave error! En la realidad, en el hecho,
no hai otra autoridad, otra voz, otra palabra que la del ejecutivo,
o mas propiamente, de su jefe, el presidente de la República, “cuyo
poder es omnipotente; 1 este empleado, especie de monarca, ejer
ce el supremo imperio durante períodos de diez años ¡lo tras-
mite al sucesor que tiene a bien hacer elejir por el pueblo, coloca-
do casi en la imposibilidad de hacer triunfar sus opiniones O vo=
Iuntad contra las del jefe del Estado.
En efecto, la centralización administrativa es perfecta. Desdo
ministros de Estado, intendentes etc., hasta el mas modesto
celador, todos dependen del presidente, por quien son nombrados
o removidos a su albedrío, ya directa, ya indirectamente. Depen-
den tambien de él las municipalidades, sujetas como se hallan a los
rrobernadores i encadenadas en su accion. La responsabilidad de
los primeros es ilusoria, 1 solo sirve para ligavlos mas al supremo
5 e '
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. DICIEMBRE DE 1870. 301
jefe: puesto que sin su voluntad no se puede acusar a ningun in-
tendente o gobernador por mas abusos que cometan, 1 puesto que
la responsabilidad de los ministros se halla trabada en el congre-
so con trámites calculados estudiosamente para hacerla imposible
sin el berepiácito del presidente de la República. Todos los em-
pleados del órden administrativo en jenerzl, así civiles como mili-
tares, están mas o menos en igual condicion respecto del jefe del
Estado, i las guardias nacionales han sido organizadas de manera
que contribuyan con su poderoso continjente al fin único que to-
do lo lomina en nuestra presente organizacion: que'impere sobe—
namente el ejecutivo ¿mada perturbe, nó la armonía de los inde-
pendientes elementos, distintas manifestaciones del poderi ejerci-
cios de derechos de un gobierno complejo i vario, aunque uno i
armónico, sino la omnipotente icompacta unidad del mando.
El poder judicial hállase tambien sometido a la dependencia
del ejecutivo. “La facultad de juzgar las causas cíviles 1 crimi-
males pertenece exclusivamente a los tribunales establecidos por
la lei," dice la Constitucion en su art. 108, iañade: “Ni el con-
greso, ni el presidente de la República pueden en ningun caso
ejercer funciones judiciales, o avocarse causas pendientes o hacer
revivir procesos fenecidos”. ¡Preciosa garantía! ¡Principio santo!
Pero, segun ella misma, las personas que sicven o desempeñan
puestos judiciales son, con raras escepciones, de la libre nomina-
cion del ejecutivo, sin que la intervencion del consejo de Estado
1 otros indirectos arbitrios puedan ser obstáculos que le impidan
hacer su voluntad a este respecto. Además, sele entregan todos los
caminos i medios conducentes a darle influencia en el personal ju-
dicial; porque se dejan abiertas a los jueces todas las carreras, to-
dos los puestos, inclusos los lejislativos para los miembros de los
tribunales superiores, pudiendo pasar de sus cargos a estos 1 vice-
versa, 1 siendo el ejecutivo el que puede otorgárselos: con todo lo.
cual el presidente se halla en situacion de hacer que el poder ju-
dlicial sea ejercido por personas que le pertenezcan, que secunde"
sus miras, se liguen a sus finesi pongan en la balanza política el
peso de sus influencias.
En cuanto a los derechos primordiales, raro es el que no está
restrinjido de manera que sea imposible ejercerlo. La igualdad an-
te la lei, es vana en la práctica, La de asociacion no es reconoci-
A, DE LA U. 35
302 MEMORIAS LITERARIAS.
da. La de imprenta permanece sujeta a una lei restrictiva, 1 así
otras libertades 1 derechos. 8]
Con tantas facultades i tan poderosos recursos 1 siendo además
el ejecutivo el dispensador de beneficios eclesiásticos i altos pues-
tos de la iglesia católica, encuéntrase en posicion de influir qui-
zá decisivamente en las elecciones ide pretender ejercer tambien
el poder electoral. I en realidad aspira a ejercerlo con el sistema de
candidaturas oficiales que tienen en su apoyo, no solo el voto de
los empleados, sino todas las influencias i el poder de las autori-
dades. La lucha electoral no es así de un partido contra otro par-
tido o de un candidato contra otro candidato, amparados los dos
igualmente en el ejercicio de tan sagrado derecho por el personal
gubernativo, cuyo oficio es cumplir i hacer cumplir las leyes, sino
entre un bando o un candidato, 1 otro escudado por ese gobierno
i por empleados cuyos destinos, por lo jeneral, están vinculados al
triunfo de la causa que sustentan sus jefes i los candidatos oficia-
les, 1 quienes, no seria aventurado decir, tienen segura la impu-
nidad si bien sirven, i hallan en el éxito patente de indemnidad
¿Serán posibles de esta manera las elecciones legales? ¿Será po-
sible evitar abusos en el mas augusto acto de la soberanía de la
nacion? Añádase que los puestos lejislativos son compatibles con
los administrativos i demás que reciben renta del tesoro iamo-
vibles a la voluntad del ejecutivo, ise comprenderá que en el
congreso, así elejido 1 compuesto, halla habido siempre una gran
mayoría de personas indicadas por el presidente o ministerio,
de todo punto ¡adictas a su persona e intereses políticos.
Con mayoría de esta clase en una i otra cámara, el presidente
es, por el modo comose elije ¡compone el congreso, verdadero i
único lejislador, i de esta manera se juzga 1 aprueba a sí mismo;
aparte de que, sin tener veto absoluto como en las monarquías,
puede constitucionalmente demorar un acuerdo o resolucion lejis-
lativa hasta el punto que creo no hai ejemplo de que, sin su volun-
tad, se haya dictado una lei. Reune así el supremo imperio i dis-
pone de todas las fuerzas de la nacion.
Como coronamiento de este sólido edificio, están las facultades
estraordinarias i estados de sitio indeterminados i vagos que hie-
ren de muerte la principal garantía imas precioso derecho: la segu-
ridad i libertad personal.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1870. 303
¿Tiene en la actualidad razon de ser tal sistema, toda esta ar-
tística, indestructible i complicada red de restricciones, cortapi-
sas 1 simulaciones de libertades i derechos que hacen del gobierno
republicano uno absoluto o dictatorial? ¿Es todavía necesario que
siga un hombre disponiendo por diez años soberanamente en el he-
cho, aunque con apariencias contrárias, de toda la vitalidad i po-.
der de la nacion 1 continúe ésta bajo su absoluto tutelaje?
El simple buen sentido contesta que nó i la jeneral opinion así
lo ha juzgado. Chile de 1870 no es el Chile de 1833. Ha
concluido su infancia, ha entrado en la virilidad i justo es
que termine la guarda del ejecutivo 1 principie a gobernarse por
sí mismo. El presidente que promulgó la Constitucion decia a la
nacion con este motivo: “No han tenido presente (los congresales)
mas que vuestros intereses; 1 por esto, su único objeto ha sido dar
ala administracion reglas adecuadas a vuestras circunstancias.
Despreciando teorías tan alucinadoras como impracticables, solo
han fijado su atencion en los medios de asegurar para siempre el
órden i tranquilidad pública contra los riesgos de los vaivenes de
los partidos, a que han estado espuestos. La reforma no es mas
que el modo de poner fin a las revoluciones i disturbios a que daba
oríjen el sistema político en que nos colocó el triunfo de la inde-
pendencia.”
Esos fines están ya conseguidos. il órden i la paz se encuen-
tran firmemente radicados en Chile. Las revoluciones serán de.
ideas ilegales. Constitúyase, pues, el país para el gobierno libre.
¿Se llega a este resultado con la reforma del congreso de 1867
1 propuesta ahora por el senado? Me parece que nó.
Ante todo, pienso que la mayoría del país, que lajeneral opi-
nion, no aspira ni quiere debilitar o abatir la autoridad por la li-
bertad. No pretende cambiar el sistema democrático unitario por
el federal, ni tampoco acepta peligrosas innovaciones, o que se
ensayen doctrinas nuevas que no tienen en su apoyo ni la espe-
miencia ni la historia, de cuyos resultados o efectos prácticos no es
dable juzgar ¡que pueden ser prematuras para nuestra .condi-
cion actual.
“Cuando la autoridad está desarmada, la libertad dejenera en
licencia i se pierde por sus propios excesos”, dice Mr. Laboulaye.
“Lo que vosotros quereis débil para que noos oprima, pasa a ser
301 MEMORIAS LITERARIAS.
impotento para protejeros,” es un pensamiento: tan profundo co—
mo verdadero de Bossuet. “Cuando al contrario la libertad es sa=
crificada, teneis un poder, agrega el primer publicista citado, que:
no es ni sostenido ni contenido: es el reinado de la intriga 1 de lu
ambicion.” Los estremos son casi igualmente funestos, 1 Chile no
desea pasar del despotismo de uno al de muchos, que. es: mas into--
lerable i perjudicial. |
Evidentemente, la reforma del congreso de 1867 propuesta alo
ra por el senado, es un paso de adelantamiento 1 modifica en.
puntos mul importantes nuestro interior gobierno; pero. creo que-
con ella no queda el ejecutivo reducido a los límites que-en la ac-
tualidad puede i debe tener sin riesgo de- comprometer los bienes
alcanzados. Los poderes tampoco quedan con la saludable i conve=-
niente independencia que se anhela; no puede entrar la República.
al réjimen democrático republicano en que jueguen. libremente-
sus instituciones, al réjimen parlamentario i libre de que disfru-
tan hasta monarquías, como Inglaterra, Brasil 1 Béljica;-m4se com>-
plementa el reconocimiento de los derechos fundamentales de los
pueblos, ni garantiza i asegura firmemente su. ejercicio. Háse-
omitido tambien tocar cuestiones de vital interés para el país, co--
mo son las relativas a los artículos referentes a relijion. Deberia,
pues, ser mas lata la reforma para conseguir los resultados espues--
tos 1 estenderse a: las leyes que desarrollan la Constitucion. Por-
otra parte, ya que se entraba en la revision i modificacion de-
nuestra interior organizacion, propio, 1 natural parece que se hu--
biera quitado cuanto. de inútil, redundante- u oscuro hubiera. en:
Sus prescripciones.
PUT?
De la manera jeneral ¿mui suscinta que permite la índole de-
este trabajo, paso, señores, a manifestaros las modificaciones que:
desearia ver introducidas en nuestra Carta 1 demás leyes políticas
il administrativas, consecuente con los fines que en mi opinion de--
be perseguir la actual reforma 1 que quedan apuntados.
El artículo de la Constitucion que habla del territorio podria:
suprimirse sin inconveniente o deberia modificarse. El territorio
de una nacion es materia de jeogratía i de la. lei que determina sw:
division: interior, Los límites son susceptibles de modificaciones.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1870. 305
particúlarmente en Estados en que no están bien deslindados, co=
mo jeneralniente sucede en América; ¡el mismo Chile, poco há
zanjaba una cuestion de «esta naturaleza con Bolivia, i tiene otra
pendiente con la República Arjentina. I si es fácil modificar una
lei para determinar mejor puntos oscuros o no esplorados en rejio-
nes poco conocidas, no lo'es una Constitucion. Ni en las leyes fun
«damentales de los Estados: Unidos de Norte-América 1 Brasil, nt
en las de Francia, Ingolaterra, Béljica, Suiza, Italia, etc., se es=
presan los límites territoriales de esos respectivos países 1 0 pa=
rece haber hecho falta esa prescripcion.
La consideracion que pudo talvez servir de base a ese artículo,
esto es, que seria conveniente que al presentarse Chile por pri-
“mera vez en la sociedad de las naciones, su pacto constitucional
mo solo contuviese su forma de gobierno 1 definiese sus derechos,
“sino tambien la estension de su territorio, no tendria objeto en la
actualidad o habria ya perdido su fuerza 1 oportunidad, pudiendo
al contrario ser ocasion de dificultades al precisarse los límites
que la separan de la República Arjentina. Utilidad no presta ya
ese artículo i puede tener inconvenientes: deberia, pues, supris,
mirse, ,
El 2., que establece, que “el gobierno de Chile es popular
representativo,” es vago i no está conforme con las denominacio-
nes de la ciencia política. Podria refundirse con ventaja en uno
solo con el tercero que dice, “que la República de Chile es una e
indivisible,” poniéndose en lugar de los dos el siguiente: “El go=
bierno de Chile es una República democrática representativa, tina
e indivisible.”
1 el 4” reconoce el primordial principio de la soberanía de
la nacion, cuyo fundamento estriba en la misma naturaleza del
ser humano i cuyo único límite es la justicia, valludar que no pre-
de ser salvado por ningun poder, sino que al contrario todos, la
misma soberanía o el poder social, deben observar estrictamente
sus prescripciones i sujetarse a ellas, El funesto error de la sobew
ranía del pueblo en el sentido del absoluto imperio o sin freno al-
eguno de la voluntad jeneral 1 del querer de las masas moros ilts-
tradas 1 mas numerosas de la sociedad, es condemado por nuestra
306 MAMORIAS LITERARIAS.
Constitucion en el presente artículo, i creo que deberia dejarse tal
como está.
El art. 5.? referente a la relijion se halla relacionado con log
incs. 8.” 131 14 del art. 82 1 3.” 1 4.* del 104, que hablan de la
provision de cargos eclesiásticos, comunicacion de los católicos,
inclusos los ministros de la iglesia, con el Sumo Pontífice, 1 del
ejercicio del patronato. A mi juicio, todos ellos deberian refor-
marse. :
La relijion católica, apostólica, romana es, segun la Constitu-
cion, la de la República con prohibicion del ejercicio público de
cualquiera otra, prohibicion que ha sido debilitada, si no indirecta-
mente anulada por la lei interpretativa del art. 5. de 27 de julio
de 1865, que define lo que es ejercicio público i privado de un
culto i determina lo que se permite a los disidentes. Empero, al
mismo tiempo que se declara al catolicismo relijion del Estado, se
impide la comunicacion de los católicos con su jefe supremo es-
piritual a no ser con el beneplácito del presidente de la Republi-
ca i consejo de Estado, i ningun acto emanado de aquel puede
cumplirse en Chile sin el pase del mismo presidente i consejo.
Desde curas a obispos, nadie puede ser investido de sus funciones
sin la voluntad del gobierno. A los tribunales de justicia les es
lícito inmiscuirse, a solicitud de parte, en los actos de jurisdiccion
de los superiores eclesiásticos, impedir la ejecucion de sus man-
datos 1 perturbar el réjimen i ejercicio de su autoridad. I final-
mente, el patronato da al poder político facultades para trabar i
encadenar el interior gobierno de la iglesia, quedando los católi-
cos bajo estos respectos de peor condicion que los no católicos,
puesto que ni con ellos, ni con sus sacerdotes, tiene cosa alguna
que ver el gobierno,
Semejante estado de cosas tan anómalo e irregular, es no solo
contrario a log principios del derecho 1 de la justicia, sino tambien
foco peremne de mui sérias, graves 1 trascendentales complicacio=
nes i males que dañan profundamente los mas altos intereses reli-
jiosos, morales i políticos de la nacion.
Ponerle término seria satisfacer una urjente necesidad, i contri-
uir a ello es deber de todo hombre que anhele sinceramente el
a”
;
1]
Ñ.
p
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE bz 1870. 307
verdadero progreso de su país basado en la armonía de las dos po-
testades soberanas e independientes que ejercen mas decisiva in-
fluencia en el crecimiento i desarrollo de las fuerzas sociales: la
relijion i el Estado: el poder relijioso i el poder político.
El congreso del año 67 prefirió no tocar este importante asunto
atendiendo talvez a que es ardua, delicada i difícil empresa dar
solucion conveniente, satisfactoria 1 justa a la tan grave i debatida
cuestion de las relaciones entre la iglesia i el Estado. Pero el apla-
zamiento en materia tal i con daño cierto de vitales intereses, nt
es político, porque agravaria el mal, ni es posible porque dia a
dia se hacen sentir los inconvenientes que produce, i pueden surjir
sérias complicaciones. La sana política se auna en este caso a la
relijion para pedir una solucion en armonía con la justicia icon
las actuales condiciones de Chile.
¿Cuál podria ser esa solucion? Hé aquí lo que, de conformidad
con mis convicciones, tengo que manifestar en cumplimiento del
empeño en que me hallo.
No corresponde al objeto que persigo ni los límites de este tra-
bajo permiten entrar a examinar detenidamente i en la esfera abs-
tracta o filosófica de los principios, los puntos principales que
abraza esta grave cuestion; ¡entre otros: si el Estado debe se.
ateo o fomentar los intereses relijiosos; si la unidad de relijion es o
nó preferible a la diversidad de cultos; i en qué condicion debe el
poder político dejar la relijion. Sin embargo, me cumple emitir
mis opiniones sobre estos puntos.
En cuanto al primero, es decir, la teoría del Estado ateo, la con-
sidero errónea i fecunda en mui lamentables i perniciosas conse-
cuencias.
La relijion, imperiosa necesidad de la intelijencia i del corazon,
el mas grande elemento de autoridad moral, está mucho mas alta
1 es mucho mas poderosa que las instituciones humanas, de que los
pueblos pueden prescindir hasta cierto punto, que modifican o
amoldan a sus veleidosos deseos o que siguen el flujo o reflujo de
sus pasiones 1 debilidades. Teniendo su fundamento en la misma
existencia del ser racional i su templo primitivo en la conciencia,
hace sentir su influencia en las leyes i modo de ser de las naciones,
toma al individuo i a las jeneraciones desde la cuna i los conduce
al sepulcro, penetra en todas las clases de la sociedad, a todas im-
308 MEMORIAS LITERARIAS,
pone les mishros deberes, i diciendo al hombre ia la humanidad lo
«que som, les prescribe el gamino que deber seguir para realizar
sus fimes.
“La relijion, la relijion, dice My. Guizot (1), es el grito de la
humanidad en todos los lugares 1 tiempos, salvo momentos de te=
rrible crísis o vergonzosa decadencia. ¡La relijion para cortener o
«calmar la ambicion humana! ¿La relijion para sostenernos i forta=
lecernos en medio de nuestros dolores o pesares! Que la política,
«que la política mas justa, mas hábil no se Hisotjee de cumplir obra
tal sin larelijion. Cuanto mas vivo 1 estenso sea el movimiento so.
«cial, tanto menos la política será bastante a dirijir la quebrantado
humanidad. Hai una potestad mas alta que las potestades de la
tierra, horizontes mas vastos que los de esta vida. Existen Dios i
la eternidad.”
“Confesemos a la faz de todas las naciones i de todos los siglos,
esclamaba Mirabeam en la Convencion, que la relijior es tan ne-
'cesaria como la libertad al pueblo frances; coloquemos la señal
augusta del cristianismo sobre la cima de todos los departamen=
tos. No se nos impute el crimen de haber querido agotar el último
recurso del órden público 1 estinguir la última. esperanza de la
virtud infeliz.”
El ateismo en el estado seria el atelsmio en las leyes cvviles 1
criminales, en las leyes políticas, la justicia vencida por la utili-
dad, el derecho por la fuerza 1 la sociedad sin Dios.
La política, el Estado, no debe ni puede prescindir de la reli-
j jon. Obligado está a propender a su mas amplio i eficaz desarrollo
1a la mayor i mas cumplida realizacion de sus elevados fines, Si
tiene obligacion de atender las ciencias i letras, la instrucción po-
pular i demás grandes esferas de la actividad humana, con cuánta
mas razon estará obligado a fomentar los intereses relifiosos 1 i1o-
rales. de la sociedad. 1ól dejar la relijion abandonada a la accion 3
cooperacion individual, podria quizá producir al presente en Chi-
le tantos males como si tina conducta tal se siguiese con la instrttc=
cion: si se suprimiese el ministerio de ese ramo, se cerrasen los co-
lejios 1 escuelas i negase el gobierno toda asistencia, atencion 1 re-
cursos para ella,
A
(1) Jrédvtations el Eludes Merales, páj. 31.
S
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870, 309
Por lo que respecta a la unidad de relijion, la creo un grande
elemento de poder i de fuerza en las naciones i un bien de tal va-
lia que el Estado debe procurar conservarlo en tanto cuanto sea
esto posible sin atacar lor fueros de la conciencia, cuya libertad es
sagrada. “La diversidad de relijiones en una misma nacion, tiene,
si bien se medita, dice Ahrens (1), no pocos inconvenientes. Es-
to no quiere decir que se tenga como un dogma la intolerancia i
que se arme el brazo del hijo para descargar sobre la cabeza del
padre; solo se quiere manifestar que la unidad de creencia entre
todos los que componen una nacion, unidad espontánea i de con-
viccion i arraigada en lo pasado, es mil veces preferible a la diver-
sidad de cultos, que es una felicidad para los que viven bajo un
mismo gobierno tener todos unos mismos sentimientos relijiosos.
La unidad de creencia en todo el jénero humano, es el fin a que
aspiran los mismos reformadores, de modo que hasta por sus mis-
mos principios se descubren las ventajas que llevan a los demás
aquellas naciones que no abrigan en su seno un jérmen de discor-
dia i desunion alimentado por la diversidad de cultos.”
Relativamente a la condicion en que debe dejarse a la relijion,
apenas necesito decir que no puede ser otra que la de la mas com-
pleta libertad en su organizacion i gobierno.
Concretándome al actual estado de Chile, tiene ése la felicidad
de que el catolicismo sea la relijion de la jeneralidad, sino de todos
los chilenos, pudiendo decirse que se disfruta del gran beneficio de
la unidad relijiosa. Tratar de romper esa unidad, fomentar otros
cultos, facilitándoles medios de accion i propaganda, seria grave
falta política i obrar en contra de la voluntad i sentimientos de la
nacion, que es católica.
Empero, preciso es aceptar los hechos; i el comercio, la inmigra-
cion 1 colonizacion han traido al país muchas personas que profe-
san otra relijion i a las cuales se debe pormitir el ejercio de su cul-
to. Consísnese en consecuencia esta tolerancia en la Constitucion,
que con ella solo se elevará a precepto constitucional lo que ya
existe de hecho 1 ha sido indirectamente reconocido por la lei in-
terpretativa de 27 de julio de 1865.
Consecuente con las ideas espuestas, el art. 5. podria quedar re-
(1) Curso de Derecho Natural, páj. 310,
A. DE LA U. 39
310 | MEMORIAS LITI RARIAS.
dactado en estos términos: La relijion de la República es la cató-
lica, apostólica, romana. Se tolera el ejercicio de otros cultos disi-
dentes. El Estado está obligado a suministrar a los obispos fondos
del tesoro público para el culto católico. Una lei especial deter-
minará la cuantía de éstos, atendiendo a los gastos 1 necesidades
de ese culto i situacion de las rentas de la nacion; 1 definirá las
relaciones entre la iglesia i el Estado. Dictada esa lei, se tendrán
por suprimidos los incs. 8.” 131 14 del art. 82 1 el 3. i 4* del art,
104 de la Constitucion i por derogadas las demás disposiciones o
leyes referentes a patronato.
De esta manera el catolicismo continuaria siendo, como hasta
ahora, la relijion del Estado: estaria declarada en nuestra Carta
la tolerancia de cultos: impuesta al gobierno la obligacion de
proporcionar fondos al culto católico; i quedarian suprimidas to-
das las prescripciones constitucionales i cualquiera otra disposi-
cion legal sobre patronato o sobre materias derivadas de éste, co-
mo los recursos de fuerza, etc., una vez que la lei especial determi-
nase lo conveniente a este respecto. Esta lel vendria a tomar en
consideracion 1 a resolver las cuestiones sobre abolicion de patro-
nato o su reduccion a límites distintos de los que hoi tiene, 1 ella
naturalmente vendria a ser la confirmacion de amistosos arreglos
con el Sumo Pontífice,
En mi opinion, esa lei deberia abolir por completo el patronato
tal como existe en la actualidad. Católico, anhelo para mi relijion |
completa libertad. Deseo la libre i espedita comunicacion de todos
los católicos con su jefe supremo espiritual: nada de pases, exe-
quatur del presidente, ni del cconsejo de Estado, ni del congreso
Supresion de los recursos de fuerza i de toda injerencia del poder
judicial que ímpida el ejercicio de la jurisdiccion eclesiástica en los
actos de su competencia. Que el poder político no se mezcle en
el nombramiento de los funcionarios de la iglesia. En el concorda-
to podria acordarse a este respecto lo conveniente, estableciéndo-
se, por ejemplo, que los curas sean nombrados por los obispos,
dándose a oposicion las parroquias para que sean así servidas por
los mas dignos; ilos canónigos por los mismos obispos a propues-
ta en terna de los capítulos, salvo las de oposicion. Talvez podria
dejarse el nombramiento de los obispos tal como se halla, o mo-
dilicarse concediéndoles la facultad de nombrarlos a los capitulos
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 311
ideterminándose las cualidades o requisitos necesarios para servir
esos cargos, entre los que se exijiria naturalmente el de ser chi-
lenos.
Esta libertad, esta independencia, no es, pues, ruptura o cho-
que entre las dos potestades, ni destruye la armonía 1 cordialidad
que debe existir entre ellas. Al contrario, a mi entender, es el me-
dio mas seguro de alcanzar de una manera estable 1 firme esa a1-
monía 1 cordialidad entre la iglesia 1 el Estado.
“Es necesario, dice Mr. Gruizot (1), que entre la relijion i la
política exista intelijencia 1 armonía. Llamadas a obrar sobre el
mismo serien último análisis para conseguir el mismo resultado,
¿cómo trabajar unidas si no hai entre ellas un fondo comun de
pensamientos, de sentimientos i de deseos? Sea cual fuere la dis-
tancia que las separe, hai una relacion íntima entre los deseos te-
rrestres 1 las ideas relijiosas del hombre, entre sus deseos para el
tiempo i sus deseos para la eternidad. Si hubiese entre ellas inco-
herencia i contradiccion, si nuestros asuntos, Opiniones 1 esperan-
zas del mundo, fueran completamente estraños u hostiles a nues-
tros asuntos, creencias o esperanzas de mas allá de este mundo, si
la relijion de un lado no supiera, sino improbar i combatir la vida
i sociedad actuales, sus ideas, sus trabajos, sus instituciones, sus
costumbres, bien lejos de servirse 1 ayudarse mutuamente, la reli-
ion i la política se chocarian i trabarian recíprocamente. El mun-
do se reiria de la piedad; la piedad se indignaria del mundo; i lo
que debe ser sobre la tierra una fuente de órden 1 paz, no seria
mas que una nueva causa de anarquía 1 de guerra.”
La independencia i libertad en que quedaria la iglesia en Chile
con las modificaciones de nuestra Constitucion 1 leyes en el senti-
do indicado, produciria desde luego otros grandes bienes. El cle-
ro se hallaria colocado entonces en situacion de poder ser neutral
en las luchas políticas.
El catolicismo pide 1 anhela su libertad e independencia, i la in-
jerencia de sus ministros en la política podria quizá ser considera-
da como el cumplimiento de un deber. Hai un bando que sustenta
esa misma causa, que pide esa libertad, 1 nada tan natural como
que el clero simpatice con él.
(1) Obra citada, páj. 32.
312 MEMORIAS LITERARIAS.
Por otra parte, siendo el gobierno el dispensador de los bene-
_ficiosi puestos eclesiásticos, por mas dignos e independientes que
sean los sacerdotes que los obtengan, rara vez dejará de creérseles
ligados a la administracion que se los confiere; fuera de que pue-
de el ejecutivo intentar hacerles servir a sus miras políticas. Al-
_canzado lo que con justicia 1 razon anhelani no teniendo nada que
temer ni esperar de los que mandan, el clero quedaria en mas ele-
vada condicion i podria prescindir completamente de la política
para bien de la iglesia i de la sociedad. A lo menos, su injerencia
entonces, salvo escepciones, seria para perseguir fines puramente
políticos, lo que considero altamente funesto. Si como católico de-
seo para la iglesia libertad e independencia, deseo. no menos
vivamente que los sacerdotes se mantengan en la elevada, serena
1 pura atmósfera que les prescribe su ministerio: ajenos a la polí-
tica. a sus luchas i pasiones i cooperando en su esfera al bien del
pueblo i progreso i ventura de la nacion. No pretendo por esto que
renuncien al ejercicio de sus derechos de ciudadanos, que miren
con estoica indiferencia la suerte política de la República ni que
dejen de abrigar simpatías mas o menos vivas o interesarse por
éste o aquel órden de cosas o gobierno.
“Creo poder demostrar, dice el señor Larrain Grandarillas en su
discurso de incorporacion a la Facultad de teolojía (1), que el in-
terés de la relijion, que el interés de la sociedad, que el decoro del
mismo sacerdocio, reclaman 1 justifican la neutralidad pacífica de
la Telesia 1 de sus ministros en las cuestiones políticas.” 1 desa-
rrollando este tema, agrega: “El interés supremo de la iglesia es
que en medio de las vicisitudes por que pasan los pueblos, la re—
lijion no sufra detrimento. Pero desde que sus ministros se aban-
derizan en los bandos políticos, ya comprometen los intereses sa-
grados que están a su cargo. A los ojos de sus adversarios, vienen
a identificarse la relijion i la política... El porvenir de la. iglesia,
los mas preciosos intereses de la relijion, quedarian vinculados a la
fortuna de un partido. Cuando éste entre en la condicion de los
vencidos, la iglesia será una de las primeras víctimas del odio ¡
venganza de la faccion victoriosa. Si al contrario, guarda con todos
[1] En este discurso, el señor don Joaquin Larrain Gandarillas ha tratado esta
materia con toda lucidez 1 acierto, Véanse los Anales de la Universidad, t. XVI, páj.
2363,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 313
los partidos una neutralidad prudente, es respetada de todos; i si
nada gana con el triunfo del uno, nada tampoco pierde con la caida
del otro. Conserva siempre espedita su accion, 1 su voz es escu-
chada sin desconfianza ni recelos en todas partes..-..- Los eclesiás-
ticos deben ser para todos, los ministros de la caridad i de la paz.
¿Quién las predicará a los pueblos ajitados por los rencores que
encienden las pasiones políticas, si el sacerdote no se ha puesto a
cubierto de esas miserias por medio de su moderación i reserva?
¿Cómo se atreveria a predicar la fraternidad i la concordia el mis-
mo que talyez ha sembrado venganza i odio? ---. Si milita con los
desafectos a la autoridad, ésta le suscitará dificultades que pueden
esterilizar o hacer imposible el ejercicio del santo ministerio. Si
busca los favores del poder, casi siempre tendrá que comprarlos a
costa de su dignidad i de su conciencia. El aire de los palacios es
emponzoñíado, 1 poquísimos son los que han tenido el privilejio de
entrar a respirarlo impunemente. El gran Bossuet vió eclipsarse
en una corte su preclaro renombre.”
Eepito, la reforma de los artículos constitucionales de que vengo
ocupándome, en el sentido indicado, estaria conforme con los prin-
cipios de la ciencia política en tanto cuanto lo permiten el actual
estado i condicion de Chilei ella vendria a producir grandes -
bienes.
El capítulo 4.* de la Constitucion, que trata de la nacionalidad 1
de la ciudadania, ha sido en parte objeto dela reforma del senado:
Esa reforma tiende, en cuanto a la nacionalidad, a dar mas faci-
lidad para que se adquiera, habiéndose llevado esas facilidades en
el proyecto de la comision hasta punto tal que toca en el exceso. '
Un año de residencia me parece tiempo mui corto para que se crien
l arraiguen en el estranjero los sentimientos que debe abrigar res—
pecto de la que va a ser su nueva patria. La naturalizacion impone
cargas 1 deberes al naturalizado 1a la nacion: lo habilita para el
ejercicio de derechos políticos. Si el sentimiento de amor a la pa-
tria es algo que debe conservarse i estimularse, preciso es no de-
sestimarlo con una prodigalidad que lo deprecie. Creo que el tiem.
po de residencia deberia ser tres años.
Respecto a la ciudadanía, la reforma propuesta no destruye el
314 MEMORIAS LITERARIAS.
término medio prudente adoptado por la Constitucion, que evita
los estremos del sufrajio universal o de la restriccion a términos
que el gobierno democrático pase a convertirse en aristocrático u
oligárquico. Podria con todo suprimirse el 2.” inciso del art:
10, en virtud del cual se suspende la ciudadanía por la condicion
de sirviente doméstico. Los sirvientes son en la actualidad mas in-
dependientes que los inquilinos de las haciendas que están arrai”
gados al lugar por múltiples causas i razones. Talvez en la época
en que se dictó la Constitucion quedaban aun libertos o hijos de
esclavos ligados a sus antiguos amos por los vínculos de una servil
sumision. Pero al presente los sirvientes de casa particular o de
público establecimiento, como hotel, etc., están, puede decirse,
en la misma condicion que el artesano mas libre e independiente.
El art. 9.” que exije para gozar del derecho de sufrajio estar
inscrito en el rejistro de electores de la municipalidad correspon-
diente i tener en su poder el boleto de calificacion tres meses an-
tes de la eleccion, deberia tambien suprimirse. La ciudadanía ac-
tiva o el derecho de sufrajio, que es la base de la democracia, debe
ser otorgado únicamente a las personas a quienes la lei se lo haya
conferido i para esto es preciso que se tomen todas las precauciones
conducentes a fin de evitar los abusos i fraudes que tan jenerales
1 comunes son entre nosotros.
Nada tan frecuente como que el espiritu de partido ponga en
juego todos los arbitrios que tenga a su alcance, por mas indignos
1 prohibidos que sean, a fin de negar ese derecho a los ciudadanos
que no son del bando 4, por ejemplo, aunque estén en posesion de
todos los requisitos legales; i para conferirlo a los del bando B,
aunque carezcan de ellos. Esperar legalidad 1 justicia en la actua-
lidad en Chile de comisiones o juntas de personas afiliadas en los
partidos militantes i dominados por la natural exitacion e interés
de la lucha, es una candorosa ilusion que los hechos se encargan de
disipar constantemente; i poner en sus manos la facultad de confe-
rir el derecho de ciudadanía, es querer imposibilitar la estirpacion
del fraude 1 del abuso. Creo que el poder judicial, una vez consti-
tuido de manera que sea en realidad lo que debe ser, esto es, un
poder independiente del ejecutivo, absolutamente neutro en polí-
tica, cuyo personal se encuentre fuera de la ardiente atmósfera que
respiran los bandos i se inspire solo en la conciencia del deber 1
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 315
ansteras exijencias de su augusto ministerio, seria el llamado a con-
ceder el derecho de sufrajio a los que les correspondiera.
Si el honor, la vida 1 fortuna de los ciudadanos, si todos los de-
rechos civiles dependen de los jueces, ¿por qué no encomendarles los
políticos 1 principalmente el de sufrajio? La ciudadanía deberia,
pues, solicitarse ante los ¡jueces letrados correspondientes i éstos
declararian o nó en posesion de ese importantísimo derecho al que
probase fehacientemente que tiene todos los requisitos exijidos por
las leyes para adquirirlo. El ministerio público seria oido. La prue-
ba de saber leeri escribir se rendiria ante el juez i el escribano, lc-
yendo i escribiendo i se dejaria constancia de este hecho. Tanto el
solicitante como el ministerio público o cualquier individuo parti-
cular, podria apelar, segun los casos. Toda ilegalidad o abuso de
parte del juez o del escriban» deberia castigarse ejemplarmente,
no omitiéndose, entre otras penas, la de pérdida de oficio e inhabi-
lidad para ejercer cargos públicos.
El gobierno republicano es, como dice Montesquieu, el que ha
menester mayor virtud, por ser el mas difícil, 1 el derecho de sufra-
jio, que 'es su fundamento, debe estar exento i libre de todo vicio.
De aquí nacen todos los poderes, 1 sila fuante no es lejítima ni pu-
ra, imposible será que impere la voluntad popular.
Una de las mas trascendentales 1 urjentes reformas de nuestra
organizacion ¡ modo de ser actuales, es, en mi opinion, la que per-
siga como fin que solo se otorgue el derecho de sufrajio a los que le-
jítima 1 legalmente les corresponda 1 que se pueda ejercer ese de-
recho con tanta libertad como legalidad. Todos los partidos deberian
unirse para la consecucion de este tan importante objeto. Él es la
mas firme garantía de órden 1 de progreso ¡ de él depende el réji-
men verdadera i sinceramente republicano i democrático. El po-
dria acabar para siempre los bandos personales, 1 apagara o estir-
paria los odios que dividen a los ciudadanos, teniendo todos los
partidos abiertas las puertas legales para llegar a rejir los destinos
de la República, si contaban con la confianza de la jeneralidad de
sus conciudadanos. :
De las disposiciones del capítulo 5. de la Constitucion, titulado
“Derecho público de Chile”, está sujeta a reforma la 6.*, que trata
316 MEMORIAS LITERARIAS.
del derecho de peticion; i en el proyecto de la comision del senado,
se ha cuidado de reconocer tambien el de reumon. Estos dos dere-
chos deben quedar consignados con claridad 1 precision en la Cons-
titucion. Las demás disposiciones no se prestan a modificacion al-
guna,
El ejercicio del poder lejislativo por dos cámaras es, segun
Tocqueville, un principio salvador de la democracia i que en Chi-
le ha producido mui felices resultados. Deben dejarse tales como
estan los arts. 13 a 17, que tratan de este particular ide las
garantías de que gozan los diputados 1 senadores.
En cuanto a la constitucion de la cámara de diputados, con-
vendria reformar el art. 18, que establece que se compone de
miempros elejidos por los departamentos en votacion directa, etc.
Esta disposicion quedaria bien agregándole “por distritos electo-
rales,” despuús de “departamentos,” a fin de dejar así mas vasto
campo a la lei electoral para escojitar el mejor modo de conseguir
la representacion en el congreso, de la minoría, Esta adicion qui-
taria toda duda respecto a poder desde luego adoptarse el que la
eleccion se haga por distritos electorales, modificacion que, sin sel.
lo mejor en esta materia de representacion de las minorías, seria
con todo un paso a ese objeto.
El 2.” inciso del art, 21, que exije en el electo la renta de,
quinientos pesos, opino que tambien seria conveniente modificarlo.
Aumentaria esa renta a mil quinientos pesos. El cargo de repre-
sentante de la nacion es de tal naturaleza que hace necesario
que las personas que lo ejerzan se encuentren en la mas indepen-
diente condicion. El honor del congreso, su respetabilidad, el de-
coro e independencia de sus miembros, la naturaleza i gravedad
de los'deberes que les cumple llenar, exijen que tengan uua renta
que les proporcione una vida decente, aunque modesta, i parece
que la suma indicada seria el mínimo posible.
Los arts. 19 1 23, han sido declarados dignos de refers, 1
la propuesta por el proyecto de la comision para el primero, a sa-
ber: quese elija un diputado por cada treinta mil habitantes i
por una fraccion qne no baje de quince mil, la considero conve-
niente. No pienso lo mismo respecto de la propuesta para el se-
NN
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1870. 317
súndo, Designa este artículo las personas a quienes se inhabilita
para desempeñar cargos lejislativos i cuya eleccion seria nula.
La comision ha establecido la inhabilidad i la incompatibili-
dad. Esta division, que no reconoce la Constitucion, es lójica 1 fun-
dada. Hai estados o empleos que por su naturaleza inhabilitan a
las personas que los tienen para el ejercicio de cargos lejislativos,
i la lei debe reconocer esa inhabilidad i quitarles la elejibilidad.
Hai otros empleos en que debe dejarse a los que los sirven en la li-
bertad de continuar desempeñándolos o de renunciarlos i aceptar
el cometido con que los ha honrado la confianza de sus conciuda-
danos.
En la primera clase creo que deben incluirse todos los siguien-
tes:
Los eclesiásticos regulares, cuyo jénero de vida, votos i ministe-
rio son absolutamente incompatibles con la política i cargos públi-
cos. Si la profesion relijiosa es considerada por los lejisladores co-
mo muerte civil, con mayor razon debe ser muerte política;
Los párrocos 1 vice-párrocos, a causa de sus cargos;
Los ministros, intendentes 1 gobernadores como miembros del
poder ejecutivo i ajentes direetos del presidente de la República,
1 responsables, cada cual en su esfera, de los actos de la adminis-
tracion que van a serexaminados 1 juzgados por el poder lejislati-
vo. Los ministros de las cortes, jueces letrados, auditores de
guerra 1 comandantes jenerales de arma. lista última inhabilidad
debe ser declarada eomo condicion indispensable para conseguir la
neutralidad i prescindencia en política que han de guardar las per-
sonas que aceptan el grave i austero deber de dispensar justicia a.
todos los ciudadanos; .fuera de que en las atenciones que les im-
ponen sus empleos, hai tambien bastantes razones para considerar-
los incompatibles con los cargos lejislativos. Pero en mi opinion,
debe quitárseles la elejibilidad. Solo así los que admiten empleos
¡Judiciales sabrán que toda otra carrera está cerrada, para ellos
mientras sean jueces, 1 que únicamente deben esperar recompensas
del estudio 1 buen desempeño de sus funciones, Los que deseen
tomar parte en política, que previamente se separen de la judica-
tura, a fin de que en ningun caso puedan hacer servir sus influen-
cias de juez para alcanzar algun cargo lejislativo.
La consideracion de que así se va a privar al congreso de las lu-
A, DE LA U, 40
318 MEMORIAS LITERARIAS.
ces de personas, que son una especialidad en ciertas materias, no
tiene fuerza alguna; porque esas luces se pueden aprovechar, de-
clarándose, por ejemplo, que los miembros de la corte suprema
tengan asiento i voz en el senado. De esta manera, en las cuestio-
nes que no se rocen con la política podrán tomar la parte que ten-
gan a bien i el congreso no quedaria privado de la ciencia i luces
de esos jueces a quienes debe suponérseles los mas ilustrados des-
de que han llegado al mas elevado puesto judicial.
Serian tambien inhábiles los estranjeros que no hayan estado en
posesion de su carta de naturaleza al menos siete años, si son ele-
jidos diputados, i nueve, si senadores, salvo que la naturalizacion
haya sido otorgada por gracia especial del congreso i la gracia lle-
ve esta concesion. La comision del senado en su proyecto ha fija-
do solo cinco años; pero en esta materia considero mas prudente 1
preferible que se siga la disposicion de la Constitucion de los Es-
tados- Unidos de Norte-América que exije siete para los primeros
cargos i nueve para los segundos. 1] dar a un estranjero el dere-
cho de poder participar en la formacion de nuestras leyes, en
nuestro interior gobierno i actos referentes a las relaciones este-
riores 1 que pueden afectar a la nacion de su nacimiento, es dis-
pensarle una gran confianza que no se les otorga jeneralmente. Í
ya que se les dispensa, preciso es que el tiempo haya debtlitado sus
afecciones a la antigua patria 1 arraigado las de la nueva, 1 que
tenga conocimiento de las costumbres, leyes, necesidades i aspi-
raciones de ésta.
Creo indispensable que la naturalizacion acordada por el con-
greso solo habilite desde luego para los puestos lejislativos cuando
así se esprese en ella, a fin de impedir que se considere elejibles a
estranjeros que pudieran deber su ciudadanía a causas análogas a
as que motivaron la de muchos españoles cuatro años há; aunque
por el decoro del país es de esperar que jamás vuelva a repetirse
el caso de que al enemigo se le otorgue la naturalización por gra-
cia especial del congreso.
Finalmente, los oficiales mayores i jefes de seccion de ministe-
rio i secretarios de intendencia deben colocarse en la misma con-
dicion que los intendentes 1 gobernadores. La incompatibilidad no
es bastante: preciso es que no puedan presentarse como candida-
tos mientras ejerzan sus puestos. Sin embargo, a log oficiales ma-
a
'M
A
O
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 319
yores, deberia dárseles asiento i voz en la cámara de diputados.
Ellos son los que mejor pueden informar al congreso sobre mn-
chos de los asuntos concernientes al ministerio a que pertenecen, 1
los ministros podrian así disponer de mas tiempo para sus labores.
En cuanto a incompatibilidad, no se prestana observacion al-
guna las que se establecen en el proyecto de la comision. Dice
ese proyecto:
“No pueden funcionar como senadores o diputados sin dejar va-
cantes sus respectivos empleos.”
“Los empleados con residencia fuera del lugar de las sesiones
del congreso.”
“Los empleados que pueden ser destituidos por el presidente de
la República sin el acuerdo del senado o de la comision conser-
vadora.”
“Todo senador o diputado que desde el momento de su eleccion
acepte empleo retribuido de nombramiento exclusivo del presiden-
te de la República, cesará en su representacion, isi fuese senador,
será reemplazado en la próxima renovacion del congreso, salvo
la eecepcion consignada en el art. 90 de esta Constitucion.”
La formacion del senado propuesta porel mismo proyecto de
la comision me parece mui conveniente. Establécese en él la elec-
cion en votacion directa por provincias, correspondiendo un sena-
dor por cada tres diputados i por una fraccion que no baje de dog.
Se elejirá un suplente por cada provincia. Durarán en sus funcio-
nes seis años ise renovarán los propietarios cada tres años, hación-
dose la renovacion por mitad en la provincia*en que se elija un nú-
mero par de senadores i lo mismo en la que se elija un número
impar; pero reservando para el segundo trienio la eleccion de la
seguada mitad con el uno mas impar que nose renueve en el
primero. Las que elijan un solo senador, lo renovarán cada seis
años; 1 en esta forma se renovarán los suplentes.
Sin embargo, creo que deben modificarse dos de los requesitos
de art. 32: el tercero, que exije no haber sido condenado jamás por
delito; ¡el cuarto, una renta de 2000 pesos a lo menos.
En el tercero seria menester determinar que las condenas no sean
por delitos puramente políticos cometidos por ciudanos que no
ejercian empleos, autoridad ni mando en la República. I respec-
to del cuarto, aumentar la renta a 3000 pesos a lo menos,
320 MEMORIAS LITERARIAS.
En la parte de la Constitucion relativa a las atribuciones del -
congreso i especiales de cada cámara, se han declarado reforma-
bles el inc. 6.* del art. 361 el procedimiento para la acusacion de
los funcionarios a que se refiere la segunda parte del art. 38.
El inc 6.” citado enumera, entre las atribuciones del congreso,
la de autorizar al presidente de la República para que use de fa-
cultades extraordinarias, debiendo siempre señalarse espresamente
las facultades que se le conceden 1 fijar un tiempo determinado a
la duracion de la le1. La reforma indicada por la comision i que
limita las facultades del congreso, prohibiéndole que pueda con-
ceder la de suspender las garantías individuales, parece aceptable
i conveniente,
Por lo que respecta a los trámites que se establecen en el mis-
mo proyecto para la acusacion de los ministros del despachoi de-
más altos funcionarios a que serefiere la segunda parte del art.
38, creo que hacen menos dificultosa la persecucion de las acusa-
ciones i que dan mayores garantías a acusadores 1 acusados.
Pero hai aquí un punto grave. El senado debe, segun el art.
98, juzgar al ministro acusado ejerciendo un poder discrecional,
ya sea para caracterizar el delito,ya para dictar la pena, 1 su sen-
tencia no admite apelacion ni ningun otro recurso. Este artículo
confunde i aglomera en el senado dos atribuciones que es preciso
deslindar. El derecho de juzgar debe solocorresponder a los tribu-
nales nombrados para ello, 1 que se componen de personas que
prestan toda garantía por sus luces, intelijencia, probidad e
independencia. El senado, cuerpo político, no puede ni debe por
su naturaleza desempeñar funciones judiciales. Solo por causas es-
pecialesi escepcionales podria dársele tales atribuciones, 1 en este
caso, limitadas esclusivamente al objeto que se persigue. Si hal ra-
zones de público interés en hacerlo juez de ciertos altos funciona-
rios públicos, su esfera o la apreciacion del delito debe circunscri-
birse al lado o efectos políticos del crímen, reservándose, como en
los Estados-Unidos, a: los tribunales ordinarios el juzgamiento 1
castigo del delincuente.
En efecto, segun la Constitucion de aquella República, el sena-
do tiene el derecho esclusivo para juzgar, a. los empleados públi-
cos; pero, “la sentencia, en caso de acusación contra funcionarios:
públicos, no excederá de la privacion del empleo einhabilidad para
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMRBE DE 1870, 321
obtener cargo alguno honorífico, de responsabilidad, ni produc-
tivo en los Estados-Unidos; pero la parte convicta quedará, no
obstante, sujeta a ser acusada, juzgada, sentenciada 1 castiga-
da con arreglo a la lei.”
-Esta sábia disposicion deberia, pues, adoptarse entre nosotros,
modificándose en este sentido el artículo citado.
La parte 10 del art. 37 necesita tambien reforma. Trata ese ar-
tículo de lo que solo puede hacerse en virtud de una lei, i en la
parte citada, dice: ““Crear o suprimir empleos públicos; determinar
o modificar sus atribuciones; aumentar o disminuir sus dotaciones;
dar pensiones i decretar honores públicos a los grandes servicios.”
Esto último es lo que considero reformable.
Triste, pero preciso es decirlo, el tesoro público se va convir-
tiendo en caja de establecimiento de caridad, disponiéndose de los
dineros de la nacion con una lijereza i prodigalidad tal para dar
pensiones, que exijen un pronto 1 eficaz correctivo, Hai aquí dos
abusos, el primero: que muchos sin derecho se creen autorizados
para solicitar pension de gracia, aunque evidentemente no se
hallen en el caso de la prescripcion constitucional, que habla “de
pensiones 1 honores a los grandes servicios”; 1el segundo que, co-
mo he dicho, no se cura de examinar detenidamente si la solicitud
es o nó fundada, ni se da a esa prescripción su verdadera intelijen-
cia, pues muchas veces se conceden pensiones a personas que no
carecen de medios de vivir, sino con lujo, modesta i decente-
mente.
Pondria remedio a estos males la siguiente modificacion a la
parte del artículo mencionado: “dar pensiones por mui grandes
servicios, debiendo carecer los agraciados de recursos para vivir
con la decencia correspondiente a su posicion social, i decretar por
la misma causa honores públicos.”
Una lei especial podria conducir a los mismos resultados, aun
dejando el precepto constitucional tal como se encuentra. De to-
dos modos, lo que interesa es que se haga imposible el abuso que
hai en este particular.
Los incisos primeros de los arts. 381 39 dan a cada cámara la
facultad de calificar las elecciones de sus miembros i conocer en los
reclamos de nulidad que se interpongan a este respecto, i a mi jui-
cio, deberian reformarse,
322 M M)RIAS LITER «RIA 3.
La justicia 1 nública conveniencia exijen que esas facultades sean
ejercidas por otro tribunal mas sereno 1 que se inspire únicamente
en la lei i en el sentimiento de lo justo. ¿Qué sucede en la cámara?
Quela pasion domina, i que el bando que consigue mayoría, aprue-
ba las elecciones de sus afiliados o adeptos por mas ilegales que
sean. Tal es lo que se ve en la práctica. Por otra parte, los abusos
o crímenes en materias electo rales quedan siempre impunes e inú-
tilmente se dictan leyes i las leyes imponen penas, porque parece
que hubiera tácito acuerdo para no cumplirlas: quedan solo en el
papel: son penas teóricas. El espíritu de partido de prime así las
elevadas conveniencias sociales, de que mas altos que los mez-
quinos intereses de bandería, estén el respeto 1 observancia es-
tricta 1 austera de las leyes. El éxito es absolucion plenaria de to-
da falta electoral, i la pasion de bandería es un lente que cuando
“se aplica a los amigos disminuye la vista hasta el punto de no per-
mitir ver sus abusos, 1que la centuplica cuando se trata del ad-
versario.
Un tribunal compuesto de los miembros de la corte suprema i
de apelaciones de Santiago, fiscales, algunos miembros del senado
¡ cámara de diputados elejidos a la suerte, seria el que mejor po-
dria calificar los poderes del congreso electo. Sus resoluciones se-
rian el fruto de un sereno, desapasionado i desinteresado exámen
de cada caso. La sinceridad 1 verdad del gobierno representativo,
la lei i la justicia gonarian 1 los culpables de cualquiera falta no
quedarian impunes, porque de oficio el poder judicial estaria obli-
gado a perseguirlos cualesquiera que ellos fuesen. Creo tambien
que para la persecucion i castigo de las violaciones de la lei, frau-
des o atentados de autoridad ien que pudieran tener parte em-
pleados desde ministros inclusive a abajo, todos deberian quedar
sujetos al poder judicial sin fuero ni procedimiento especial.
Aigunos de los artículos que tratan de la formacion de las leyes
hai necesidad de reformarlos. El procedimiento establecido por la
Constitucion puede decirse que en el hecho da veto absoluto al
presidente, aunque no en la lei. Los proyectos de leyes aprobados
por el congreso i desechados por el presidente se tienen por no
propuestos 1 no pueden proponerse en la sesion de aquel año. Lo
mismo sucede con los proyectos que devuelve modificados o corre-
jidos. Solo son leyes si se aceptan por la cámara, con esas modifi-
É
;
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1870. 325
caciones o correcciones. De lo contrario, se tienen como no propues-
tos 1 no pueden proponerse otra vez en ese año, En el año siguien-
te, segunda aprobacion del proyecto por parte del congreso. Si de
nuevo es modificado o desechado por el jefe del ejecutivo, no puede
ser lei sin tercera aprobacion del congreso i por las dos terceras
partes de sus miembros presentes. Tal es el sistema actual: siste-
ma que debe reformarse en el sentido de omitir trámites 1 dificul-
tades, a fin de que mas fácilmente la voluntad del congreso sea
lei a despecho de la oposicion del presidente.
Lo que la prudencia i el acierto exijen, la armonía, el acuerdo
entre los altos cuerpos del Estado aconsejan, ilo que prescribe una
sana política 1 el réjimen democrático representativo, todo se con-
sultaria, estableciéndose, por ejemplo, que en los casos indicados,
si después de cierto plazo, ya en el mismo año, ya en el siguiente,
el congreso insiste en el proyecto por las dos terceras partes de
sus miembros, se tenga como lei,
La participacion que al poder ejecutivo debe darse en la forma-
cion de las leyes, es solo la necesaria para que contribuya a esta
obra con sus luces i esperiencia, haga las observaciones que crea
del caso 1 manifieste los inconvenientes que puedan presentarse en
su ejecucion, i obligue al congreso a volvera meditar i considerar
los proyectos que juzgue dignos de modificacion o que no son con-
venientes. Pero si después del nuevo exámen el congreso insiste
por una mayoría de dos terceras partes de sus miembros, entonces
debe hacerse su voluntad. De lo contrario, el cuerpo en que el pue-
blo delega directamente el poder lejislativo quedaria supeditado
por el jefe del ejecutivo.
Los arts. 57 158, referentes a la comision conservadora, han
sido reformados. A la reforma propuesta por la comision dul se-
nado, que aumenta el número del personal de esa comision i en-
sancha la esfera de sus atribuciones, solo agregaria una modifica-
cion: que los siete senadores 1 siete diputados que deben compo-
nerla sean sacados a la suerte i nó nombrados por cada cámara,
La suerte es preferible a la eleccion cuando se quiere garantir la
imparcialidad 1 la verdadera representacion de un cuerpo. Así po-
drán ser miembros de esa comision personas de distintos bandos, i
321 MEMORIAS LITERARIAS.
así podrán estar tambien representadas las minorias; lo que no
sucederá con la eleccion, porque la mayoría elejirá personas de su
seno.
Los arts. 59 a 83 se refieren al presidente de la República,
jefe del ejecutivo, i determinan los requisitos que debe tener el
electo, el modo i forma de su eleccion i las facultades i atribucio-
nes que corresponden a su cargo.
En esta materia, solo se han reformado tres artículos: el 61,
que fijaba en cinco años el período de las funciones del presidente 1
permitia la reelección pór un segundo período, i que el proyecto
de la comision del senado propone aumentar a seis años, quitan-
do la reeleccion. El 62, que exijia para la tercera eleccion que
mediase cuando menos un período de cinco años, 1 que ahora se
modifica prescribiéndose que para la segunda eleccion medie uno
de seis. T en el 82, los incs. 3.” 1 6.” Considero fundadas 1 conve-
nientes la reforma de los dos primeros.
La supresion de la reeleccion era reclamada, 1o solo por incon-
testables razoneg de buena política 1 pública conveniencia, sino
hasta por el decoro, por la honorabilidad i probidad de las perso-
nas que desempeñaban el cargo de presidente; 1 el periodo de seis
años es un término medio que evita los estremos.
Il inc. 2.” citado enumera entre las atribuciones del presidente
“la de velar sobre la pronta 1 cumplida administracion de justicia 1
sobre la conducta ministerial de los jueces.” La comision propone
reformarlo en los siguientes términos: “Velar sobre la conducta
ministerial de los tribunales 1 jueces, pudiendo pedirles las espli-
caciones correspondientes. Podrá tambien, cuando el mejor servi-
cio público lo exija, trasladar a los jueces de un lugar a otro de la
República con tal que no sea a juzgado de inferior categoría i pro-
cediendo de acuerdo con el consejo de Estado.”
La primera parte de esta reforma es aceptable 1 ella consiste,
mas enla claridad de redaccion, que en el fondo.
No sucede lo mismo con la segunda, que me parece grave, Esco-
Jitar algun arbitrio para evitar los males que pueden resultar de
la permanencia de un juez en lugares donde, por sus relaciones
de familia u otras causas, no pueda desempeñar convenientemente
—SÉA—AS
ANALES DE LA ÚNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 325
su cargo, es punto que no admite discusion; pero el medio propues-
to no lo creo el mejor.
Materialmente puede ño sufrir el juez con la traslacion a otro
- juzgado de igual categoría; mas no sucederá lo mismo moralmen-
te, en su fama 1 honra. Siempre la traslacion, como medida admi-
nistrativa i contra la voluntad del juez, seria o una pena o un re-
proche, iel abuso que puede hacerse de esta facultad por tna
parte ila completa independencia en que debe colocarse al poder
judicial por otra, son motivos bastantes para que se rodee el uso
de esa medida de precauciones tales que hagan casi imposible el
abuso e impidan que se lastime esa independencia.
El acuerdo del consejo de Estado, caso de subsistir ese cuerpo,
no sería bastante. Juzgo que deberia exijirse el acuerdo de la
corte suprema con asistencia para este caso del ministro de justi-
cia. Ese tribunal, el primero 1 mas alto del Estado, encargado de
lasuperintendencia jeneral delos tribunales i juzgados de la Re-
pública i verdadero jefe del poder judicial, tan interesado como el
ejecutivo o mas en celar la conducta funcionaria de los demás jue-
ces, seria el llamado a acordar o nó la grave medida de la trasla-
cion de algun funcionario judicial. lla examinaria los anteceden-
tes que el ejecutivo tuviera, podria oir la opinion del tribunal de
apelaciones de que dependiera el juez i comisionar a algun miem-
bro de ese tribunal para que pasase en visita al juzgado, i con la
prudencia 1 tino correspondientes, informarse a cerca del particu-
lar. De esta manera, podria dar al ejecutivo un dictámen fundado 1
justo; i así, todo temor de abuso desaparecería 1 la independencia
judicial no sufriria detrimento. Empero, estos trámites deberian
ser materia de lei especial i nó de artículo constitucional, estable-
ciéndose en éste el principio de procederse de acuerdo con la corte
suprema.
El inc. 6.* del artículo que vengo examinando da al presidente
la facultad de nombrar i remover a su arbitrio a los ministros del
despacho i oficiales de sus secretarías 1 alos consejeros de Estado. La
modificacion propuesta por el proyecto de la comision consiste en
agregar que pueda remover a su arbitrio a los consejeros de Esta-
do de su eleccion: modificacion exijida por la nueva organizacion
que se da al consejo ae Estado. Pero, como mas adelante espon-
dré, este cuerpo debe, en mi opinion, suprimirse de nuestro meca-
A, DE LA U. 41
326 MOMORIAS LITERARIAS.
nismo politico, 1 naturalmente deberia suprimirse toda alusion a él.
Los demás artículos que tratan esta materia no han sufrido al-
teracion alguna; pero, a mi juicio, hai varios que han menester re-
forma.
Al 64, que dispone que el nombramiento de electores se haga
por departamentos, seria necesario agregarle: o por distritos electo-
rales, por la misma razon que he dado al tratar de la forma de la
eleccion de diputados. Los 74, 75 1'78, que tratan de las personas
que deben reemplazar al presidente en los casos de enfermedad,
ausencia del territorio de la República i demás de que en ellos se
habla, han creado un órden de suplencia que no está conforme
con la naturaleza electiva del cargo de presidente, ni con el siste-
ma republicano; porque se permite desempeñar el poder ejecutivo
a personas que no han sido elejidas para ese objeto. En realidad, es
el presidente quien nombra su suplente, i así puede el país hallar-
se gobernado durante uno o dos años por quienes, presentados co-
mo candidatos para ese empleo, no habrian merecido los sufrajios
de sus conciudadanos.
El medio adoptado por la Constitucion de nombrar de subro-
gante del presidente al ministro del interior, a falta de éste, al mi-
nistro mas antigno, 1 a falta de ministros, al consejero de Estado
tambien mas antiguo que no sea eclesiástico, ha sacrificado los
principios a la continuidad i unidad de la política. La eleccion de
vice-presidente, que es lo natural, tiene sus serios inconvenientes;
ia parte de que podria romper esa unidad que es útil conservar,
la vice-presidencia, como una pieza vacante en la máquina del
gobierno, es algo que coloca al electo en embarazosa condicion.
Sin embargo, optaria por este segundo medio,
La atribucion 7.* nombrar los majistrados de los tribunales
superiores de justicia ¡los jueces letrados de primera instancia a
propuesta del consejo de Estado conforme a la parte 2.* del art.
104, exije reforma. La constitucion independiente del poder
judicial requiere que esa atribucion se modifique, dejándose en los
sienientes términos: nombrar los majistrados de la corte supre-
ma a propuesta en terna del senado, ¡los majistrados de los tribu-
nales de apelacion i jueces letrados, a propuesta en terna de la cor-
te suprema, procediendo el senado i esta corte en la formacion de
las ternas de la manera que determinen las leyes,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1870. 327
La atribucion 11 faculta al presidente para conceder jubila-
ciones,retiros, licencias i goces de montepio con arreglo a las leyes,
atribucion que debe dejarse como se halla; pero preciso es que
una lei venga a poner término a la lujosa prodigalidad de jubila-
ciones, al abuso a que da mérito la que actualmente rije.
La jubilacion debe ser la pension de gracia que la nacion da al
ciudadano que se inutiliza en su servicio 1 para evitar que ese
ciudadano quede a merced de la caridad pública. Son, pues,
condiciones necesarias para que se otorgue, que se hayan pres-
tado servicios durante un tiempo tal que la inutilizacion del
individuo provenga de esos servicios i no de otras causas; que ca-
rezca de fortuna propia que le permita continuar en la posicion i
rango social que tenia; i que verdaderamente se halle inutilizado
para trabajos intelectuales de la clase o semejantes a los que le
demandaba el empleo.
Consecuente con estos principios, el jubilado no podria gozar
sueldo de otro empleo. Caso de creerse en estado de servir un nue-
vo cargo, deberia optar entre la pension de jubilado o el sueldo
del nuevo destino. Tampoco podria ejercer profesion que le de-
mandase trabajo análogo al que tenia, sin renunciar la jubilacion.
Con medidas de esta clase se pondria término a los indecorosos
abusos « que se presta la actual lei i que por desgracia existen
prácticamente, con daño de los caudales de la nacion.
El art. 90, que declara compatibles las funciones de mi-
nistro del despacho con las de senador o diputado, he dicho antes
que debe reformarse; ¡los 94 a 101, que tratan de la acusacion de
los ministros de Estado, han sido reformados, segun queda tam-
bien dicho, en el sentido de hacerla mas espedita i practicable.
La planta u organizacion del consejo de Estado ha sido reforma-
da. El proyecto de la comision propone aumentar el número de
sus miembros con tres senadores i tres diputados.
Pero en cste punto, la primera cuestion que hai que resolver es la
de si ese cuerpo debe subsistir o puede suprimirse, nosoJo sin incon-
veniente, sino con ventajas, i consultando así los principios de la
ciencia 1 el interés jeneral: cuestion que resuelvo en el segundo sen-
tido. Estoi por su supresion.
Que la Constitucion de 33 lo creara, se concibe fácilmente. Los
328 MEMORIAS LITERARIAS.
fines que perseguía esa Constitucion, eran hacer del ejecutivo
un poder omnipotente i del presidente una tespecie de monarca,
pero con modestas apariencias. 1 como medio de conseguir este ob-
jeto, debió nacer en sus autores la creacion del consejo de Estado.
Se queria que el poder judicial quedase sujeto al presidente, dán-
dole el derecho de nombrar su personal, ise queria que ninguna
autoridad se presentara como igual al jefe del Estado; i las compe-
tencias entre lo administrativo i lo judicial debian ser resueltas por
el ejecutivo; pero disponiéndolo así, no se disfrazaba el intento i
objeto. El consejo de Estado servia perfectamente a este fin.
Nombrado por el presidente i compuesto como lo dispone la Cons=
titucion, nunca podria embarazar la voluntad de aquel, i ostensi-
blemente aparecia atemperada o debilitada su autoridad.
Sin duda que en el sistema de la Constitucion del 33, este cuer-
po tenia un objeto importante, 1 preciso es tambien convenir en
que era una especie de garantía, aunque débil i mas aparente que
real, en favor del acierto en los asuntos en que intervenia.
Pero ahora que precisamente se trata de reducir el poder ejecu-
tivo a los límites que puede tener sín inconveniente, hoi que se tra-
baja para que se constituya sólida e independientemente el poder
judicial, cese toda injerencia del poder político en negocios eclesiás-
ticos, i para que se dé, en fin, mayor regularidad al sistema que
nos rije, su subsistencia carece de objeto,
¿Qué atribucion le quedaria? Ninguna.
Nó la de presentar ternas al Presidente para nombramientos de
jueces; nó la de proponer en terna para la provision de altos car-
gos de la iglesia católica; nó la de conocer en materia de patrona-
to 1 proteccion, o en competencias entre autoridades administrati-
vas entre sí 1 entre las mismas 1 las judiciales. La comision con=
servadora o el senado deberian desempeñar alguna de estas últimas.
Tampoco la de declarar si ha o nó lugar a formacion de causa en
materia criminal contra intendentes o gobernadores. Las vias de
la acusacion contra estos funcionarios deben dejarse espeditas, i
cuando mas, exijirse un procedimiento análogo al que se sigue en
los recursos de nulidad, en cuanto a consignar una suma de dinero
para castigar con su pérdida la acusacion destituida de funda-
mentos. Menos la de resolver las disputas que se suscitasen sobre
contratos o negociaciones celebradas por el gobierno supremo 1 sus
ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMRBE DE 1870. 329
ajentes. Esta atribucion es incomprensible i solo la fuerza del há-
bito ha podido ser causa de que no se clame contra ella. Es verda-
deramente sorprendente que en los negocios que se hagan con el
gobierno, sea juez, un cuerpo nombrado a la voluntad del pre-
sidente, i que así se establezcan tribunales especiales compuestos
de personas que en su mayor parte no tienen los requisitos necesa-
rios para ser jueces. En cuanto al derecho de mocion para la des-
titucion de los ministros del despacho, etc., la comision conserva-
dora podria tambien tener esa atribucion.
La constitucion del poder ejecutivo debe ser espedita, fácil i
desembarazada de toda rémora que se oponga a su natural mar-
cha. Que el presidente i los ministros asuman de lleno 1 claramen-
te la responsabilidad de su actos. Deseo, pues, la supresion de to-
dos los artículos referentes al consejo de Estado.
Tócame examinar una parte de la Constitucton del 33 que no ha
sido reformada 1 que exije, en mi sentir, una radical i pronta refor-
ma. Me refiero al poder judical. Los principios de la ciencia, los
hechos, la razon i grandes intereses del país reclaman a una ur-
jentemente mui sérias i sustanciales modificaciones en esta impor-
tantísima materia.
Que la justicia “el primer i mas sagrado deber de la sobera-
nía” (1), aquello que “aun desapareciendo la moral «lel mundo, po-
dria preservarlo de su ruina” (2), que ese elevado poder se deje de-
pendiente del ejecutivo, sin vida propia, sujeto a la corrompida at-
mósfera de la pasiones i debilidades de los políticos que se disputan
el mando de la República, es destruir el mas firme fundamento de
un país libre: la division de los tres poderes, lejislativo, ejecutivo
i judicial: como quiera que no puede existir libertad donde esos
tres poderes no se mantienen perfectamente separados i constitui-
dos con la independencia que requiere 1 prescribe la naturaleza de
ellos mismos.
Ia la verdad que no se concibe que el congreso de 67 no haya
reformado los siete artículos que la Constitucion consagra a este
asunto: artículos tan deficientes, ¡en los cuales ajpenas se declara
(1) Portalis.
[2] Ahrens.
330 MEMORIAS LITERARIAS.
que la facultad de juzgar pertenece a los trilun1es establecidos
por la lei; se reconocen los principios de la inamovilidad 1 respon-
sabilidad de los jueces, 1 se anuncia la creacion de una majistratu-
ra a cuyo cargo estaria la superintendencia directiva, correccional 1
económica sobre todos los tribunales i juzgados de la nacion, de-
jando a una lei especial el determinar sobre la organizacion 1 atri-
buciones de esos tribunales, ijuzgados i demás puntos concernien-
tes a esta materia.
Las altas atribuciones que constituyen la naturaleza del poder
judicial i su ser, el ministerio del juez, noble, elevado, imparcial 1
sereno como la justicia, frio e inflexible como la lei, requieren que
este poder sea reconocido en la Constitucion como soberano e in-
dependiente 1 que su personal sea organizado de manera que pue-
da desempeñar cumplidamente sus graves 1 austeros deberes, bajo
la saludable influencia i el correctivo de la opinion pública.
“El jaez, decia años atrás en un acto análogo al presente, el
señor Varas (1), está llamado a tomar parte en la obra de Dios
haciendo reinar la justicia sobre la tierra... Desde su alto pues-
to deslara derechos, absuelve o condena, i de sus labios pende el
bien o el mal, el triunfo de la justicia o de la maldad. La inocen-
cia ve en él su salvaguardia, el crímen el escarmiento que de ante-
mano le ha anunciado la conciencia, 1 cada ciudadano la garantía
mas sólida de todos sus derechos. -.-. Ese ministerio tan augusto,
Icuántas dificultades no presenta para su digno desempeño! ¡Qué
conjunto de cualidades sobresalientes, no debe reunir el juez en sn
persona!---- Al pronunciar sus fallos, solo debe dar oidos a la
verdad ia la justicia: ante ellas debe sacrificar sus mas caras afec-
ciones, sus intereses; debe olvidarse de sí mismo 1 arrostrar sere-
no las enemistades, los odios, la maledicencia, lu persecucion, la
muerte misma. En ocasiones, el grito de pasiones exaltadas prego-
nará su infamia, ahogará la voz del corto número que pudiera des-
mentirlo; i el juez se sentirá marcado en la frente por la opinion
estraviada, i cuando todos lo condenen 1 solo le quede el testimonio
silencioso de su conciencia, deberá hallar en sí mismo la fuerza de
alma que ha menester para llenar dignamente su puesto. En otras,
la invasion de una autoridad despótica, que, sobre los derechos de
|1] Anales de la Universidad.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—D:C"EMBRE Dr 1870. 331
la justicia quiera hacer prevalecer su voluntad, sus caprichos, le
someterán a duras pruebas, le impondrán sufrimientos penosos,
que sin embargo habrá de arrostrar impávido ¡i sereno.”
El poder judicial, ejerciendo su mision de aplicar las leyes i ad-
ministrar justicia, es el que garantiza a todos los ciudadanos
que los otros poderes no podrán arrebatarles los derechos i liberta-
des que les otorgue la Constitucion; es el que obliga al poder eje-
cutivo i al lejislativo a mantenerse dentro de los límites 1 esfera
que les trace el pacto fundamental. En una palabra, es el fiel guar-
dian de ese pacto, por cuanto opone con sus decisiones un valladar
inespuenable a las leyes, decretos o reglamentos inconstitucionales
que pudieran dictarse. Llegado un caso particular de aplicacion
de esas leyes o decretos, el poder judicial los declararia írritos 1
nulos como contrarios a la Constitucion, i vano seria el intento del
congreso o del presidente para modificar la Constitucion por leyes
o decretos.
“Fuera de duda, dice Story (1), una República con una Consti-
cion definida, pero sin un poder judicial bastante independiente
para resistir a la usurpaciones i para defender la libertad i dere-
chos privados, seria una quimera, una sociedad organizada sin
ningun freno legal. Una República semejante llegaria a ser una
democracia revestida de poderes ilimitados, ejerciendo por medio
de sus jefes una soberanía despótica.”
“El pueblo puede asu voluntad revestir a sus jefes del momen-
_to con todos las poderes; pero entonces es necesario dar a tal go-
bierno el nombre que le corresponde; seria un gobierno despótico
1electivo, sin duda, pero siempre despótico. Llegaria a ser arro—
gante, vengativo 1 probablemente sanguinario, porque alimentaria
dentro de sí turbulentas facciones que solo alcanzarian el poder
con la ruina de los rivales. En el gobierno de los hombres, no hai
mas que dos poderes que pueden dirijir: el material i el moral, el
poder de las armas i el de las leyes. Si éste no se encuentra forti-
ficado por una organizacion judicial al abrigo de todo temor i de
todo reproche, el primero prevalecerá: la fuerza militar dominará
las instituciones civiles. De aquí que los redactores de la Constitu-
cion consideraron sabiamente la independencia durable del siste-.
ma judicial como la base fundamental de nuestra República.”
(1) On the Constitution.
332 MEMORIAS LITERARIAS.
No procedió así la Constitucion del 33. No organizó el poder
judicial al abrigo de todo temor i de todo reproche, ni con la inde-
pendencia necesaria, 1 para conseguir ahora estos grandes bienes,
preciso es reformar los artículos que consagra a esta materia i las
leyes que los desarrollan 1 complementan.
Hai en verdád reconocidoi sancionado en esos artículos un gran
«principio: la inamovilidad de los jueces, que es uno de los funda—
mentos de la independencia del poder judicial. “Cuando el poder
“encargado de instituir a un juez en nombre de la sociedad llama a
un ciudadano a este eminente cargo, esclamaba Roller Collard, en
la cámara francesa (1), le dice: “Órgano de la lei, sed impasible co-
““ mo ella. Todas las pasiones rujirán en torno vuestro: que no con-
““ turben jamás vuestra alma” _._--.-- El ciudadano responde: “Soi
“ hombre i lo que me pedís es superior a la humanidad. No puedo
- “fé manfenerme siempre mas alto que yo mismo si no me protejeis
“* contra mii contra vos. Socorred mi debilidad, libertándome del
““ temor ide la esperanza; prometedme que no descenderé jamás del
““ tribunal a menos que sea convencido de haber traicionado los de-
“ beres que me imponeis.”—El poder vacila: está en su naturaleza
abdicar o desprenderse lentamente de su voluntad. Iluminado al fin
por la esperiencia de sus verdaderos intereses, subyugado por la
fuerza siempre creciente de las cosas, dice: “Sereisinamovible.”
- Tel conde de Montalembert en la asamblea constituyente de
1849, decia: “Las revoluciones pasan sobre la cabeza del sacerdo-
te sininclinarla, Os pido que hagais de manera que pasen sobre la
cabeza del juez sin dañarla, Que el rio del progreso siga “su curso
entre dos riberas insondables, entre el templo de la lei i el templo
de Dios; entre el santuario de la justicia i el santuario de la
verdad” (2). ¡
La inamovilidad quita al juez todo temor; pero no toda espe
ranza: la inamovilidad lo proteje contra el poder, pero no contra él
mismo: no socorre su debilidad. Su inhabilidad para los. cargos
lejislativos, la incompatibilidad de sus funciones con los empleos
administrativos le son absolutamente indispensables para separar-
io de la política, escudarlo contra sus alhagosi pasionesi para
que, neutro, pueda mirar sereno sus ardientes luchas.
(1) Discurso en la Cámara de Diputados de Francia en 1815.
(2) Diseuvso en la sesion de 10 de abril de 1819.
[ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 333
“Nosotros creemos, decia lord Brougham a un procurador jene-
ral de un tribunal francés, que esa independencia de los jueces re-
quiere algo mas: la inamovilidad puede ser una garantía, una pre-
caucion excelente contra el influjo de la corona. Nosotros no nos
contentamos con esto: queremos que los jueces nada tengan que
temer ni esperar de los partidos políticos, de los ministros ni de
los jefes de la oposicion: en una palabra, que de ningun modo se
mezclen en la política, que no les alcance influjo alguno de esta
especie, salvo siempre el saludable e inevitable de la opinion pú-
blica, ante la cual deben ser responsables todos los funcionarios
públicos, tanto políticos como judiciales.”
“Para conseguirlo, les hemos cerrado la puerta de la cámara de
los comunes. Entre nosotros, los jueces no son elejibles, no pueden
sentarse entre los representantes del pueblo. Así es que no se les
ve nunca solicitar votos, arensar en la plaza pública, tanto dentro
de la cámara como fuera de ella, votar o trabajar por hechar a ba-
joun ministerio. Tan estraños a los intereses de partido como a
la violencia de las facciones, en una rejion donde no llegan las
pasajeras, pero violentas borrascas de luchas efímeras, van a estre-
lMarse las olas lejos de su pacífica morada, inmi aun el eco de ellas
puede turbar la paz de su tranquila existencia.”..I mas adelante:
“No es suficiente que la administracion de justicia sea purai
recta estando los jueces libres de todo influjo o de cualquiera otra
causa que pudiera hacer inclinar la balanza a un lado u otro: bas-
ta que parezea que se inclina, aun cuando no sea realmente así,
para que quede deshonrada la toga.” E
“La justicia, no solamente debe estar sin mancha, sino tambien
sin sospecha de que la tiene: los jueces, no solamente deben ser
justos, sino tambien aparecer como tales. Ne debe darse lugar a
que se ponga en duda, ni por un momento, su probidad i su im-
parcialidad” (1). '
No discrepan de estas opiniones las de Mr. Guizot. Segun él:
“Desde que la política penetra en los tribunales, sea cual fuere la
mano.o la intencion que le hayan permitido traspasar el umbral,
es preciso que la justicia huya. Entre la política i la justicia, toda
comunicacion es corruptora, todo contacto es epidémico” (2).
(1) Carta de lord Brougham a un procurador jeneral de uno de los tribunales
reales del oeste de Francia.
(2, Guizot.—Oeuvres politiques,
A. DE LA U. 49
334 MEMORIAS LITERARIAS.
La reforma en esta materia llenaria su objeto haciéndose, pues,
en el sentido de las indicaciones o artículos siguientes o de otros
análogos que conduzcan al mismo resultado.
El poder judicial es ejercido por cortes o tribunales de justicia,
jueces letrados ono letrados. Niel congreso ni el presidente de la
República pueden en ningun caso ejercer funciones judiciales o
avocarse causas pendientes o hacer revivir procesos fenecidos,
Habrá una corte suprema de justicia compuesta de siete jueces,
que será el mas alto tribunal de la República, jefe del poder judi-
cial i que tendrá entre sus atribuciones las de: velar por la pronta
¡ cumplida administracion de justicia 1 sobre la conducta ministe-
rial de todos los otros tribunales ijuzgadosi sus ajentes; ejercer
la superintendencia jeneral, correccional i económica sobre los mis-
mos; pedir al presidente de la República la traslacion de jueces a
otrosjuzgados de clase igual o superior, siempre que mui graves
claras razones de buen servicio público así lo exijan por tener po—
derosos i serios inconvenientes para la administracion de justicia:
la permanencia del juez en el mismo punto, traslación que no po-
drá ser negada por el presidente; decidir los conflictos que surjie-
ren entre el ejecutivo 1 el congreso sobre la constitucionalidad de
las leyes, procediendo a peticion del ejecutivo; desempeñar las
funciones de tribunal de casacion; fallar las causas 1 ejercer las de-
más atribuciones 1 funciones que le correspondan por la Constitu-
cion oque determine la lei de organzacion de los tribunales i
juzados que se dicte.
Los miembros de las cortes ijueces letrados son inamovibles, 1
no pueden ser depuestos de sus cargos sino por causa legalmente
sentenciada. El sueldo que disfruten no podrá ser disminuido
mientras conserven sus puestos.
Los jueces son personalmente responsables por los crímenes de
cohecho, falta de observancia de las leyes que arreglan el proceso
i prevaricato o torcida administracion de justicia. La lei determina.
rá los casos 1 el modo de hacer efectiva esta responsabilidad.
La atribucion que el art. 38 de la Constitucion acuerda a la cá-
mara de diputados, de acusar ante el senado “a los majistrados
_de los tribunales superiores de justicia por notable abandono de
sus deberes,” se ejercitará ante el senado respecto de los jueces de
la corte suprema ¡ ante esta corte respecto de los jueces de los de-
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 330
más tribunales superiores de justicia; 1 por notable abandono de
deberes se entenderá una conducta tal en el desempeño del cargo,
que mereciera, cuando menos, la pena de pérdida de oficio.
Solo en virtud de una lei podrá hacerse innovacion en las atri-
buciones de los tribunales o en el número de sus individuos, con
tal que esas modificaciones no sean contrarias a disposiciones
constitucionales.
Los jueces de la corte suprema serán nombrados por el presi-
dente de la República de las personas propuestas en terna por el
senado, debiendo este cuerpo formar esas ternas de entre los doce
individuos que la misma corte propondrá anualmente, procedien-
do en esto segun la lei.
Los jueces de los otros tribunales i los jueces letrados de primera
instancia, serán nombrados por el presidente de la República de las
personas propuestas en terna por la corte suprema, procediendo
ésta en la formacion de esa terna de la manera que determine la lei.
Los secretarios de juzgados, de las cortes i relatores, serán nom-
brados por la corte suprema, a propuesta en terna de las respec-
tivas cortes de apelaciones a cuya jurisdiccion pertenezcan esos
empleados. Los de la corte suprema, lo serán por ella misma,
procediéndose de conformidad con la lei.
Para servir los cargos de juez de la corte suprema, de las de
apelaciones, o letrado de primera instancia, de relator, secretario
de corte o juzgado, se necesita ser abogado. La lei determinará
las demás calidades que respectivamente deban tener estos em-
pleados i los años que han debido ejercer la profesion de abogado
los que sean nombrados miembros de los tribunales superiores, jue-
ces letrados o secretarios de corte.
Los cargos de jueces de la corte suprema i de las de apelacio-
nes, letrados de primera instancia, relatores i secretarios son 1n-
compatibles con los de presidente de la República, ministro de
Estado, oficiales mayores de ministerio, intendentes de provincia 1
gobernadores de departamento. | :
Las personas que sirvan los empleos de presidentes de la Repú-
blica, ministros de Estado, intendentes de provincia i gobernado-
rez de departamento, no podrán ser nombrados para desempeñar
puestos judiciales, sino tres años después de haber cesado en sus
rospectivo3 cargos.
336 MEMORIAS LITERARIAS.
Los jueces de la corte suprema tendrán asiento i voz en el se-
nado. |
Los juicios, tanto civiles como criminales, serán públicós i tam-
bien lo serán los acuerdos de la corte suprema i tribunales de
apelacion en las causas civiles, salvo que la naturaleza del caso
exija que sean privados i secretos 1 que el tribunal así lo acuerde.
Una lei especial determinará la organizacion i atribuciones de
todos los tribunales ijuzgados que fueren necesarios para la
pronta 1 cumplida administracion de justicia en todo el. territorio
de la República con sujecion a los preceptos constitucionales.
Esta lei de organizacion de tribunales i juzgados deberia acep-
tar el princivio de que, de cierto número de vacantes de juzgados
de primera instancia o de puestos en las cortes de apelaciones, al-
gunos fueren de ascenso 1 otros de libre nominacion. El mismo sis—
tema convendria que se siguiese en la provision de las plazas de
secretarios de juzgadosi cortes de apelaciones, Esa lei deberia or-
ganizar los colejios de abogados i darles participacion en el nom-
bramiento de empleados judiciales, formando, por ejemplo, anual-
mente listas de las personas que fueran consideradas dignas de
ser nombradas jueces de la corte suprema, de las de apelaciones
o de letras, relatores, secretarios. Los tribunales respectivos remi-
tirán esas listas a la corte suprema, aumentadas o modificadas de
cierta manera, il estas listas servirian para formarse las ternas para
los nombramientos.
De este modo el poder judicial seria electivo hasta cierto pun-
to, por cuanto los nombrados para servirlo contaban con los sufra-
jios de un considerable número de ciudadanos competentes.
Con reformas de esta clase se alcanzarian los bienes de tener un
poder judicial soberano e independiente, exento de todo temor 1
de todo reproche, que prestara ámplias garantías de ciencia i pro-
bidad; jueces exentos de las pasiones políticas hasta donde lo per-
mita la flaca naturaleza humana i que se acercaran al modelo des-
crito por el señor Varas en la parte del discurso antes trascrito;
i entonces los derechos, las garantías 1 libertades civiles 1 políticas,
el honor, la vida, la fortuna de los ciudadanos, la pazii la ventura
pública, hallarian su mas firme apoyo en ese poder i esos majistra-
dos: que todo prospera, que todo florece donde la justicia brilla.
ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1870. 337
Los arts. 115 a 121, relativos al réjimen interior de la Repúbli-
ca, deberian modificarse para impedir que los intendentes, go—
bernadores, subdelegados e inspectores, se perpetuen o permanez-
can por mui largo tiempo en esos puestos. Con el actual sistema
hai graves males que se hacen sentir fuertemente en la práctica,
No es raro encontrar subdelegados que hayan servido esos cargos
treinta o mas años. |
Naturalmente semejante perpetuidad en el mando daña los in-
tereses que les están encomendados. Por lo jeneral, el cambio de au-
toridades trae algunos bienes a los respectivos pueblos i lugares.
Casi siempre al principio hai mas celo 1 actividad. Después el go—
bierno es un hábito. Podria permitirse a estos empleados servir
dos períodos esos cargos en una misma localidad, departamento o
provincia 1 exijir para un tercer período que mediasen otros dos.
Las acusaciones contra los intendentes i gobernadores deberán
estar sujetas únicamente a la obligacion en el acusador, de consig-
nar una suma de pesos, como en los recursos de nulidad, dinero que
perderia, caso de ser infundada la acusacion. Así se conciliaria el
principio de la responsabilidad espedita i fácil de estos funciona-
rios, con la necesidad de ponerlos a cubiertos de las molestias 1 ve-
jaciones de una infundada acusacion.
La parte de la Constitucion referente a las municipalidades se '
presta tambien a reformas en algunos de sus artículos, bien que
en esta materia el mal principal está en la lei de municipalidades.
El poder municipal, segun la Constitucion i lei citada, existe
nominalmente. Las corporaciones que deben ejercerlo están en-
cadenadas i sujetas a los intendentes i gobernadores o subdelega-
dos en su caso, carecen de toda iniciativa, espontaneidad e inde-
pendencia i no tienen libertad de accion. La voz del ajente del
ejecutivo paraliza sus determinaciones i acuerdos, i aun para in-
vertir la mas mínima parte de sus privativos recursos, han menes-
ter el permiso del supremo jefe de la nacion. De esta manera, lejos
de servir a su objeto son, por lo jeneral, infecundas para el bien,
siguen dócilmente las inspiraciones del ejecutivo; i contrarian-
do la naturaleza de su institucior, de raiz i fuente de libertades
públicas “que deben ser, de focos de adelantamiento i progreso
comunal se consigue convertirlas, salvo escepciones, en poderosos
elementos de dominacion o celosos coadyuvadores del que ejerce el
338 . MEMORIAS LITERARTA9.
imperio. ¡1 después de constituidas así las municipalidades, se de-
posita en ellas el poder electoral, el oríjen de todos los poderes, la
base del sistema democrático; el poder cuyo libre, independiente i
lejítimo ejercicio debe ser mas firme i sólidamente garantido i ase-
gurado a los ciudadanos: que no de otro modo las urnas electora-
les serán la verdadera espresion del querer del pueblo, i solo así
los gobiernos descansarán en la lejítima voluntad de la nacion
1 tendrán por apoyo i estímulo la opinion de los mas, lei de los
menos!
Volviendo a los artículos constitucionales, creo que la parte del
art. 122 que faculta al presidente de la República para establecer
municipalidades donde lo crea conveniente, con acuerdo del con-
sejo de Estado, necesitaria modificarse, sostituyéndose al acuer-
do de este cuerpo el de la comision conservadora.
El art. 126 exije para ser municipal cinco años de residencia en
el territorio municipal, tiempo que podria reducirse a tres años.
El art. 127 hace a los gobernadores o subdelegados, jefes supe-
riores de las municipalidades de sus respectivos departamentos o
subdelegaciones. En mi opinion, el jefe debe ser el primer alcalde.
Elgobernador tendria asiento al lado del alcalde 1 voz; pero no
voto. :
La atribucion 10, referente a ordenanzas municipales, todas las
que deben ser presentados al presidente por conducto del inten-
dente para su aprobacion, necesita igualmente reforma. Me pare-
ce que convendria dejar sujetas a esta disposicion, ciertas ordenan-
zas o ciertas municipalidades i nó otras, estableciéndose, por ejem-
plo, tres clases de municipalidades: de capitales de provincia, de
departamentos que elijan tal o cual número de diputados, ide los
demás. No es posible que tengan las mismas facultades 1 estén
sujetas a las mismas prescripciones las municipalidades de Santia-
go, Valparaiso o Talca, que las de Carelmapu o Combarbalá.
En cuanto al derecho que el art. 129 da a los gobernadores
o subdelegados, de suspender la ejecucion de los acuerdos de la
municipalidad, necesario es que tenga un límite o término. Así, el
acuerdo podria llevarse a efecto sila comision conservadora, que
seria llamada a conocer de estos asuntos, no declarase en un plazo
prudente, aumentado para cada pueblo, segun las distancias, que
ese acuerdo era ilegal,
ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —DICIEMBRE DE 1870, 330
En el capitulo X, titulado “De las garantías de la seguridad 1
propiedad”, desearia ver consignadas las dos prescripciones si-
guientes:
1.* Que toda autoridad sea responsable de los daños i perjuicios
que ocasione a los ciudadanos con actos, mandatos o arrestos ile-
gales, i que los perjudicados tengan derecho para hacer efectivo el
pago de tales daños o perjuicios ante los jueces correspondientes,
2.* La abolicion de la pena de muerte por delitos puramente
políticos.
Ya que la suprema lei dela necesidad impide que no se acepte
todavía el principio de la inviolabilidad de la vida humana, no se
conserve la pena de muerte para crímenes políticos respecto de los
cuales es inútil, ineficaz i peligrosa para ella misma; no se castigue
con el último suplicio actos que la victoria habria hecho que se es-
timasen como dignos de encomio i altamente laudables i meritorios
1 que solo la derrota o el mal éxito los convierte en delitos. El
código penal vendria a definir 1 determinar con precision i clari-
dad lo que debiera entenderse por delito político.
La reforma del proyecto de la comision del senado sobre el
art. 161, relativo a estados de sitio, nose presta a observacion
alguna; i el art. 162, sobre vinculaciones, deberia suprimirse
por ser ya innecesario.
La instruccion pública ha merecido de la constitucion una men-
clon honrosa en los dos artículos que le consagra: los 153 1 154.
Sin embargo, su actual organizacion no está en armonía con los
elevados 1 trascendentales fines que debe perseguir esa institucion.
El soplo de la libertad le hace falta, i las ligaduras que la traban
no le permiten desarrollarse como fuera de desear. El ejecutivo
todo lo absorbe 1 domina en esta materia. Reformas sustanciales
son, pues, indispensables. El principio de la libertad de enseñanza
deberia ser reconocido espresamente en la Constitucion.
IA
He llegado, señores, al término de mi tarea.
310 MEMORIAS LITERARIAS.
Ni el acto, ni la índole de este trabajo permitian un exámen
tan detenido i meditado de nuestra Carta fundamental, como la
gravedad, importancia, i estension de la materia lo pedía.
He debido pasar rápidamente en revista sus disposiciones i ma.
nifestaros, como lo he hecho, las modificaciones que en ellas i en
las leyes que las desarrollan desearia ver adoptados, i puestos en
práctica en nuestra jóven República.
Talvez mas latos estudios de algunos de esos diversos asuntos
o inconvenientes i dificultades de hecho o aplicacion, podrian in-
fluir en modificar en parte mis opiniones a su respecto: que la po-
lítica, si ha de atender a los principios, no puede prescindir de las
condiciones del pueblo, persiguiendo sí siempre el integral desen-
volvimiento i progresivo desarrollo de la nacion bajo los auspicios
de los inconmovibles principios de la justicia i teniendo en mira
únicamente el bien jeneral.
De todos modos, en las reformas que os he apuntado, aunque a
la lijera, en este trabajo, vereis sincera i ardiente aspiracion al me-
joramiento de nuestras instituciones, a modificaciones que tengan
el práctico e inmediato resultado de hacernos entrar al gobierno
verdaderamente republicano. Pero nó de engañoso aparato, ines-
table o de ajitaciones constantes, sino probo, serio, firme en el cum-
plimiento de las leyes, dejusticia, de verdad,de honradez i de liber-
tad: que si “jamás debemos deshacernos de la libertad, para no
esponernos a perderla, es preciso que nunca abusemos de tan pre-
cioso don” (1).
(1) Thiers: Historia del consulado i del ¿mperio, tomo 15, páj. 632.
A AAA AAA PR _Q——— A
INDICE
DE LAS
MATERIAS QUE CONTIENE ESTE TOMO
HIDROGRAFÍA. .—Reconcimiento del rio Imperial, de'la costa
comprendida entre los Vilos i el Choapa, i el rio Valdivia
1 costa comprendida entre el Corral i Reloncaví, practica-
dos por órden del Supremo (Hobierno--..oo.o-=-==---
HIDROGRAFÍA.—Reconocimiento del rio Aysen en la costa
occidental de Patagonia, i planos de la isla de Santa-Ma-
ría i de la roca Abtao, hechos por órden del Supremo Go-
PO e A A a A
MEDICINA.—De la conjuntivitis pustulosa consecutiva a las
viruelas.—Comunicacion a la Facultad de medicina, por
elaseror don Wenceslao: Diaz- 222000 de ooo oso
DERECHO CIVIL.—Dela estincion de la personalidad legal.
Memoria de prueba para optar el grado de licenciado en
e Facultad de leyesi ciencias políticas, por don José
E A A O e
BOTÁNICA .—Sertum mendocinum alterum, o sea, catálogo de
las plantas recojidas cerca de Mendoza i en los caminos
que conducen de Chile a esa ciudad.—Comunicacion a la
Facultad de ciencias físicas 1 matemáticas, por el doctor
AORTA IM e e o TOA
HISTORIA NATURAL.—Descripcion de una nueva mariposa
Pos del jénero de Erebus, por el doctor don R. A.
Pp
DERECHO. CIVIL.—Derechos de los hijos naturales en con-
currencia con el cónyuje i hermanos lejítimos.—Memo-
ria de don Clemente Fábres premiada en el certámen :
ADE LA Ue
PÁJIS.
135
e ÍNDICX
anual de la Facultad de leyesi ciencias políticas para el
AO AOS RA A AR O
INJENIEROS.—Eiojio de don Estéban Chamvoux; nuestros
estudios profesionales para la carrera de injenieros.—Dis-
curso leido por don Fernando Llona en el acto de su in-
corporacion a la facultad de ciencias físicas i matemáticas
en la sesion del 25 de octubre de 1870--.-----2-2----
DERECHO PUBLICO.—Elojio de don Pedro Francisco Li-
ra; reforma de nuestra Constitucion.— Jiscurso leido por
don José Nicolas Hurtado en el acto de su incorporacion
a la Facultad de leyes i ciencias políticas, en la sesion del
18 de diciembrerde OA
E
ES p Y pi
- 3 JUN1957 [
de $
Ko, 2
FIN DEL TIMO XXXVI.
345
PÁJS.
e
ELO
A